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ApuntesEDPAFGrupoA1011 PDF
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Apuntes de la Asignatura
Curso: 2010/11
2
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 3
B. Problemas de Sturm-Liouville 87
B.1. Soluciones de las EDO lineales de segundo órden . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
B.2. Función de Green para el problema de Sturm-Liouville . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
B.3. Autovalores y autofunciones del problema de Sturm-Liouville . . . . . . . . . . . . . . 89
B.4. Otras propiedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
B.5. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
D. Integral de Superficie. 95
D.1. Coordenadas esféricas en RN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
D.2. Dominios regulares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
D.3. Integral de superficie . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
4
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 5
A diferencia de lo que sucede con las ecuaciones diferenciales ordinarias, no existe una teoría general de
las EDP, ni de las EDP de segundo orden. Lo que se puede desarrollar son teorías generales de “tipos”
de EDP.
El concepto de solución de una EDP resulta de capital importancia. El análisis de dicho concepto,
que a primera vista puede parecer evidente, ha dado lugar al desarrollo de nociones de gran importancia
en la actualidad, tales como las Distribuciones, los espacios de Sobolev, etc. Algunas de estas nociones
serán analizadas en la segunda parte de este Curso. Un estudio más profundo se llevará a cabo en las
asignaturas optativas Ampliación de Ecuaciones en Derivadas Parciales y Ecuaciones en Derivadas
Parciales de Evolución.
Por el momento, nos limitamos a introducir el concepto siguiente:
Definición 1.1.3 Una solución clásica de (1.2) es cualquier pareja (U, u) tal que
1. U ⊂ RN es un abierto no vacío,
2. u ∈ C 2 (U ),
donde aij , bi , c y f son funciones dadas en C 0 (Ω), con Ω un abierto de RN . A las funciones aij , bi
y c se las denominan los coeficientes de (1.3), mientras que la función f es denominada el término
independiente de la ecuación.
Si f ≡ 0, se dice que (1.3) es homogénea. Si las funciones aij , bi y c son todas constantes, se dice
que (1.3) es una EDP lineal de segundo orden con coeficientes constantes.
Observación 1.1.5 En (1.3) siempre supondremos, lo cuál no es restrictivo, que aij ≡ aji .
Evidentemente, una solución clásica de (1.3) es cualquier par (U, u) tal que U ⊂ Ω sea un abierto
no vacío, u ∈ C 2 (U ), y
N
X N
∂ 2 u(x) X ∂u(x)
aij (x) + bi (x) + c(x)u(x) = f (x) ∀ x ∈ U.
∂xi ∂xj ∂xi
i,j=1 i=1
En el caso en que f ≡ 0, el conjunto de todas las soluciones clásicas de (1.3) definidas en un mismo
abierto U ⊂ Ω es, evidentemente, un subespacio vectorial de C 2 (U ), i.e. si u1 , u2 , · · · , uk y c1 , c2 , · · · , ck
P
son soluciones entonces ki=1 ci ui también es solución (Principio de superposición).
6 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Observación 1.1.6 Otras dos clases muy importantes de EDP de segundo orden son las semilineales,
que son las de la forma
N
X ∂2u
(1.4) aij (x) = f (x, u, Du),
∂xi ∂xj
i,j=1
De todas maneras, como ya hemos dicho, nuestro estudio se va a centrar en las ecuaciones de Laplace,
del calor y de ondas, que, como veremos, son tres EDP lineales de segundo orden de coeficientes
constantes.
Al igual que sucede con las Ecuaciones Diferenciales Ordinarias, los problemas que en la práctica se
plantean para las EDP suelen consistir en añadir a la ecuación una o varias condiciones adicionales que
han de ser satisfechas por la solución. Como vamos ahora a ver, ya en el caso de las EDP lineales de
segundo orden con coeficientes constantes el comportamiento frente a unas mismas condiciones varía
de una ecuación a otra.
Supongamos fijada una función ϕ ∈ C 1 (R), y consideremos los problemas
2
∂2u 2
∂ u ∂u 2
∂x ∂x = 0 en R ,
∂x2 − ∂x = 0 en R ,
1 2 1 2
(a) u(x1 , 0) = 0 en R, (b) u(x1 , 0) = 0 en R,
∂u
∂u
(x1 , 0) = ϕ(x1 ) en R, (x1 , 0) = ϕ(x1 ) en R,
∂x2 ∂x2
2 2
∂ u ∂2u 2
∂ u ∂2u
+ = 0 en R ,
− = 0 en R2 ,
∂x21 ∂x22 ∂x21 ∂x22
(c) u(x1 , 0) = 0 en R, (d) u(x1 , 0) = 0 en R,
∂u
∂u
(x1 , 0) = ϕ(x1 ) en R, (x1 , 0) = ϕ(x1 ) en R.
∂x2 ∂x2
En los cuatro problemas nos planteamos hallar una solución clásica global, es decir, una función u ∈
∂u
C 2 (R2 ) tal que satisfaga las condiciones (denominadas iniciales) u(x1 , 0) = 0 y (x1 , 0) = ϕ(x1 )
∂x2
para todo x1 ∈ R, y también satisfaga la EDP correspondiente en todo R2 . Analicemos qué sucede en
cada uno de los cuatro problemas.
Problema (a).- Si u es solución de (a), entonces es inmediato concluir que se ha de tener que
ϕ0 (x1 ) = 0 para todo x1 ∈ R. Es decir, para que el problema (a) posea solución clásica global, es
necesario que ϕ sea constante, esta condición es lo que se denomina una condición de compatibilidad
para el problema (a).
Por otra parte, si ϕ ≡ c, entonces el problema (a) posee una infinidad de soluciones; así, por
ejemplo, todas las funciones de la forma u(x1 , x2 ) = cx2 + ax22 , con a ∈ R arbitrario, son soluciones de
(a).
En resumen, para el problema (a), en caso de existir solución existen infinitas.
∂2u ∂u
Problema (b).- Si u es solución de (b), entonces en particular 2 (x1 , 0) = (x1 , 0), pero
∂x1 ∂x2
∂2u
u(x1 , 0) = 0 ∀ x1 ∈ R =⇒ (x1 , 0) = 0 ∀ x1 ∈ R,
∂x21
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 7
∂u
con lo que, como se ha satisfacer (x1 , 0) = ϕ(x1 ), obtenemos que ha de ser ϕ ≡ 0.
∂x2
Es decir, el problema (b) posee solución si y sólo si ϕ es idénticamente nula. Obsérvese que la
conclusión en este caso parece natural si se piensa que la EDP en (b) es de primer orden en la variable
x2 , mientras que se están imponiendo dos condiciones en x2 = 0.
Problema (c).- Si u es solución de (c), entonces la función v(x1 , x2 ) definida por
Z x1 Z x2
∂u ∂u
v(x1 , x2 ) = (s, 0) ds − (x1 , t) dt ∀ (x1 , x2 ) ∈ R2 ,
0 ∂x 2 0 ∂x 1
∂v ∂u
pertenece evidentemente a C 1 (R2 ), satisface ≡− en R2 , y para todo (x1 , x2 ) ∈ R2 ,
∂x2 ∂x1
Z x2 2
∂v ∂u ∂ u
(x1 , x2 ) = (x1 , 0) − (x1 , t) dt =
∂x1 ∂x2 0 ∂x21
Z x2
∂u ∂2u ∂u
= (x1 , 0) + 2 (x1 , t) dt = (x1 , x2 ).
∂x2 0 ∂x2 ∂x2
Así pues, la pareja de funciones u y v satisfacen las ecuaciones de Cauchy-Riemann en todo R2 , lo
que en particular implica que u es una función analítica en R2 , y por tanto ϕ ha de ser una función
analítica en R. En consecuencia, si ϕ no es una función analítica el problema (c) no posee solución
clásica.
∂u
Otra forma de ver que ϕ es una función analítica en R, consiste en introducir las funciones w1 =
∂x1
∂u 1
y w2 = . Evidentemente, w1 y w2 pertenecen a C (R); además, por la igualdad de las derivadas
∂x2
∂w1 ∂w2 ∂w1 ∂w2
cruzadas de u, se tiene que = , en todo R, y por satisfacer u la EDP en (c), =− ,
∂x2 ∂x1 ∂x1 ∂x2
en todo R. Es decir, la pareja de funciones w1 y w2 satisfacen las ecuaciones de Cauchy-Riemann en
todo R2 , lo que implica que w2 es una función analítica en R2 , y por tanto, como ϕ(x1 ) = w2 (x1 , 0),
en todo R, se deduce que ϕ ha de ser una función analítica en R. Z
1 x1 +x2
Problema (d).- Es sencillo comprobar que u(x1 , x2 ) = ϕ(s) ds es una solución del
2 x1 −x2
problema (d). Más adelante, en este mismo Capítulo, demostraremos que de hecho la solución así
obtenida es la única. Así pues, para cualquier ϕ ∈ C 1 (R2 ) el problema (d) posee una y sólo una
solución clásica global.
Observación 1.1.7 Las ecuaciones que aparecen en los problemas (a) y (d) son esencialmente equi-
valentes, en el sentido de que una puede ser obtenida de la otra mediante un cambio global de variables
independientes. En efecto, si se definen las nuevas variables y1 e y2 mediante las igualdades y1 = x1 +x2
∂2u ∂2u
e y2 = x1 − x2 , es inmediato comprobar que, en las nuevas variables, la EDP − = 0 se
∂x21 ∂x22
∂2u
transforma en 4 = 0. El hecho de que, no obstante, los problemas (a) y (d) se porten de manera
∂y1 ∂y2
diferente, radica en el lugar, la recta x2 = 0, en que se han tomado los datos iniciales.
Hemos visto el comportamiento distinto ante unas mismas condiciones iniciales de los problemas (b), (c)
y (d). De hecho, se puede demostrar que toda EDP lineal, y más generalmente semilineal, de segundo
orden en dos variables independientes, y con los coeficientes aij constantes, puede ser transformada
mediante un cambio de variables en una EDP íntimamente relacionada con una de las tres ecuaciones
que aparecen en los problemas (b), (c) y (d).
8 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
∂2u
(1.7) (x, t) − c2 ∆u(x, t) = f (x, t),
∂t2
∂u
(1.8) (x, t) − ∆u(x, t) = f (x, t),
∂t
N
X ∂2u
donde ∆u es el laplaciano de u en las variables x = (x1 , ..., xN ), y viene dado por ∆u = ,
i=1
∂x2i
siendo N ≥ 1, y c en (1.7) es una constante positiva dada.
A (1.6) se le denomina le ecuación de Poisson, y en el caso particular en que f ≡ 0, es conocida
como ecuación de Laplace. A la ecuación (1.7) se le denomina la ecuación de ondas, y a (1.8) se le
denomina le ecuación del calor. Las tres ecuaciones, al estudio de las cuáles va a estar dedicada la
primera parte del Curso, pueden ser consideradas representantes canónicos de un gran número de EDP
lineales de segundo orden con coeficientes constantes. Además, lo que es mucho más importante, las
tres ecuaciones aparecen en problemas fundamentales de la Física.
Así, la ecuación de Poisson aparece en Teoría de Campos (electrostáticos, gravitatorios, etc). La
ecuación de Laplace, cuando N = 2, aparece también en la teoría de funciones de variable compleja.
La ecuación (1.8), para N ≤ 3, describe, bajo hipótesis físicas adecuadas, y tras renormalización, la
evolución de la temperatura u(x, t), en cada instante t y en cada punto x ∈ RN , de un cuerpo sometido
a una fuente de calor determinada por f (x, t).
Por otra parte, la ecuación (1.7) describe en el caso N = 1, y bajo hipótesis físicas adecuadas, las
pequeñas vibraciones de una cuerda elástica. De hecho, en este caso el origen histórico de la ecuación
reside en el estudio de las vibraciones de la cuerda de un violín. Finalmente, si N = 2 ó 3, la ecuación
(1.7) describe la propagación de ondas acústicas o electromagnéticas en el vacío.
Las ecuaciones de Laplace y de Poisson son denominadas EDP estacionarias, es decir, que no
dependen de la variable tiempo, mientras que de las ecuaciones de ondas y del calor se dice que son
EDP de evolución.
Aparte de las tres antes citadas, hay muchas otras EDP que aparecen en la Física. Así, por ejemplo,
si se estudian fenómenos de propagación de ondas en un medio físico no vacío, aparece una EDP que
resulta de añadir en el primer término de la ecuación (1.7) un término de rozamiento, obteniéndose de
esta forma la ecuación
∂2u ∂u
(1.9) 2
− c2 ∆u + = f (x, t),
∂t ∂t
que se conoce con el nombre de ecuación del telegrafista, y que aproxima bien, por ejemplo, a la
propagación de ondas de radio en la atmósfera.
Para otros ejemplos de EDP que aparecen en las aplicaciones, se pueden consultar los libros de R.
Dautray y J.L. Lions [3], L.C. Evans [5] y de I. Peral Alonso [13].
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 9
La idea consiste en buscar soluciones de la EDP de la forma X(x)Y (y), es decir, con las variables
separadas, y de tal forma que satisfagan parte de las condiciones (las homogéneas de contorno) que
aparezcan junto con la EDP. De esa forma, se suele obtener una sucesión de funciones un (x, y) =
Xn (x)Yn (y), y a partir de ellas se busca la solución u del problema como una serie de las un . En
ese proceso se obtiene una solución formal para la que, a posteriori, hay que estudiar en qué sentido
converge, y en qué sentido define una solución del problema de que se trate.
Precisemos algo más el sentido del método sobre un ejemplo sencillo. En concreto, consideremos el
siguiente problema de Cauchy-Dirichlet para la ecuación de ondas unidimensional:
utt − uxx = 0 en (0, 1) × (0, +∞),
(1.10) u(x, 0) = u0 (x) ut (x, 0) = 0 en (0, 1),
u(0, t) = u(1, t) = 0 en t > 0,
Obsérvese que el conjunto de todas las soluciones u ∈ C 2 ([0, 1] × [0, +∞)) de (1.11) constituye un
subespacio vectorial de C 2 ([0, 1] × [0, +∞)). En consecuencia, cualquier combinación lineal finita de
soluciones de (1.11) es también solución de (1.11).
Para buscar soluciones no nulas de (1.11), se separan las variables, y se buscan que sean de la forma
u(x, t) = X(x)T (t), con X ∈ C 2 ([0, 1]) y T ∈ C 2 ([0, +∞)) no nulas.
Si exigimos que u satisfaga la EDP, obtenemos X 00 T = X T̈ , así que para ello basta que
X 00 T̈
= = λ,
X T
con λ constante.
Para que se satisfaga u(0, t) = u(1, t) = 0, basta exigir X(0) = X(1) = 0. En consecuencia, se
plantea el problema de autovalores
(
X 00 = λX, en (0, 1),
(1.12)
X(0) = X(1) = 0.
Es decir, buscamos los valores λ ∈ R para los que (1.12) tiene solución X no idénticamente nula. Es
inmediato comprobar que este es el caso si y sólo si λ = −n2 π 2 con n = 1, 2, ..., y para λ = −n2 π 2
cualquier solución de (1.12) es un múltiplo de Xn (x) = sen nπx.
Por otra parte, para λ = −n2 π 2 , la ecuación diferencial ordinaria T̈n = −n2 π 2 Tn tiene por solución
general Tn (t) = An cos nπt + Bn sen nπt.
Recordemos que cualquier combinación lineal finita de soluciones de (1.11) es también solución de
(1.11). En consecuencia, para todo entero m ≥ 1, la función
m
X
um (x, t) = (An cos nπt + Bn sen nπt) sen nπx,
n=1
12 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
con An y Bn constantes arbitrarias, es solución de (1.11). Por ello, se busca una solución de (1.10) de
la forma
X∞
u(x, t) = (An cos nπt + Bn sen nπt) sen nπx,
n=1
a la que se imponen las condiciones u(x, 0) = u0 (x) y ut (x, 0) = 0. En primer lugar, derivando de
manera formal término a término en la serie precedente, se obtiene
∞
X
ut (x, t) = (−nπAn sen nπt + nπBn cos nπt) sen nπx,
n=1
Bn = 0 ∀ n ≥ 1.
función que resulta inmediato comprobar que es una solución (clásica) de (1.10), en el sentido de que
pertenece a C 2 ([0, 1] × [0, +∞)), satisface la ecuación de ondas en todo punto de [0, 1] × [0, +∞), y
satisface u(x, 0) = u0 (x) y ut (x, 0) = 0 ∀ x ∈ [0, 1], y u(0, t) = u(1, t) = 0 ∀ t ∈ [0, +∞).
La situación no es siempre tan favorable. Si u0 no es una combinación lineal finita de funciones
sen nπx, pero pertenece a L2 (0, 1), entonces, como veremos más adelante, es desarrollable en serie de
Fourier de senos en el intervalo [0, 1], es decir, si denotamos
Z 1
∗
(1.15) An = 2 u0 (x) sen nπx dx, n ≥ 1,
0
entonces
∞
X
u0 (x) = A∗n sen nπx,
n=1
Es inmediato comprobar aplicando el criterio M de Weierstrass que la serie que aparece en (1.17)
converge absoluta y uniformemente en R2 , y que de hecho la función u definida por (1.17) pertenece
a C 1 (R2 ). Pero u no puede ser solución de (1.10) en el sentido de pertenecer a C 2 ([0, 1] × [0, +∞)) y
satisfacer la EDP, las condiciones iniciales y las condiciones de contorno de (1.10), ya que en tal caso,
en particular se habría de satisfacer uxx (0, 0) = utt (0, 0); pero si u(x, 0) = x(1 − x) para todo x ∈ [0, 1]
y u(0, t) = 0 para todo t ≥ 0, entonces uxx (0, 0) = −2 y utt (0, 0) = 0.
De hecho, la función u definida por (1.17) tampoco pertenece a C 2 ((0, 1) × (0, +∞)). En efecto,
consideremos la función v(y) dada por
∞
4 X 1 − (−1)n
(1.18) v(y) = 3 sen nπy ∀ y ∈ R.
π n3
n=1
Es inmediato que v ∈ C 1 (R), es impar, es decir, v(−y) = −v(y) para todo y ∈ R, y es 2-periódica, es
decir, v(y + 2) = v(y) para todo y ∈ R. Además, de los resultados del próximo apartado sobre series
de Fourier, v(y) = y(1 − y) para todo y ∈ [0, 1].
De la identidad
sen nπ(x + t) + sen nπ(x − t) = 2 sen nπx cos nπt,
es inmediato que la función u definida por (1.17) viene dada por
1
(1.19) u(x, t) = (v(x + t) + v(x − t)) ∀ (x, t) ∈ R2 .
2
Es sencillo comprobar que la función v(y) es C ∞ salvo en los puntos y = m con m entero, en los cuales
la derivada segunda de v tiene un salto de valor absoluto cuatro. En consecuencia, podemos afirmar
que la función u es de clase C 2 (de hecho C ∞ ) salvo en los puntos (x, t) de las rectas x + t = m y
x − t = m, con m entero, puntos en los que uxx y utt no existen. Ahora bien, en los restantes puntos
del plano u satisface la ecuación utt − uxx = 0, es decir u satisface la ecuación de ondas bidimensional
homogénea salvo en un conjunto de medida Lebesgue en R2 nula. Además, es evidente que u satisface
las condiciones iniciales y de contorno del correspondiente problema (1.10). En resumen, la función u
definida por (1.17) es solución del problema (1.10) con dato inicial u0 (x) = x(1 − x), en un sentido
generalizado.
constituye una base ortonormal de L2 (−π, π), y en consecuencia, dada f ∈ L2 (−π, π), si denotamos
Z
1 π
(1.21) an = f (t) cos nt dt ∀n ≥ 0,
π −π
Z π
1
(1.22) bn = f (t) sen nt dt ∀n ≥ 1,
π −π
entonces la serie
∞
a0 X
(1.23) + (an cos nx + bn sen nx) ,
2
n=1
que denominaremos serie de Fourier de f respecto de la base dada por (1.20), converge a f en L2 (−π, π),
es decir, si para cada entero m ≥ 1 denotamos por sm a la función
m
a0 X
sm (x) = + (an cos nx + bn sen nx) ,
2
n=1
se satisface Z π
lím |f (x) − sm (x)|2 dx = 0.
m→∞ −π
Observación 1.5.1 En el caso particular en que [a, b] = [−l, l] con l > 0, las expresiones (1.25) y
(1.26) adoptan la forma
A0 X ³ ³ nπs ´ ³ nπs ´´
∞
(1.28) + An cos + Bn sen ,
2 l l
n=1
y
Z ³ nπσ ´
1 l
An = f (σ) cos dσ ∀n ≥ 0,
l −l l
(1.29) Z ³ nπσ ´
1 l
Bn = f (σ) sen dσ ∀n ≥ 1,
l −l l
A∗0 X ∗
∞ ³ nπs ´
(1.31) + An cos
2 l
n=1
y
∞
X ³ nπs ´
(1.32) Bn∗ sen
l
n=1
convergen ambas a f en L2 (0, l), ya que la serie definida por (1.31) converge a fp , y la serie definida
por (1.32) converge a fimp , en ambos casos en L2 (−l, l).
Teorema 1.5.2 Sea f ∈ C 0 [a, b] tal que f (a) = f (b), y supongamos que existe una función g perteneciente
a L2 (a, b) tal que
Z s
(1.33) f (s) = f (a) + g(σ) dσ ∀s ∈ [a, b].
a
Bajo estas condiciones, la serie de Fourier dada por (1.25) converge absoluta y uniformemente a f en
el intervalo [a, b].
16 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Demostración.- Sea f en las condiciones del teorema. Basta demostrar que la serie (1.25) converge
absoluta y uniformemente en el intervalo [a, b], ya que en tal caso (5,6) converge en C 0 [a, b] a una
función f˜, pero como la convergencia de sucesiones en C 0 [a, b] implica la convergencia en L2 (a, b),
forzosamente f˜ ≡ f .
Para demostrar que la serie (1.25) converge absoluta y uniformemente en el intervalo [a, b], de
acuerdo con el criterio M de Weierstrass, y teniendo en cuenta que para todo n ≥ 1 se satisface que
|An ϕn (s) + Bn ψ(s)| ≤ |An | + |Bn |, basta demostrar que
∞
X
(1.34) (|An | + |Bn |) < +∞,
n=1
con lo que teniendo en cuenta que por la definición de ϕn dicha función tiene integral cero en [a, b], se
obtiene Z b µZ σ ¶
2
An = g(τ ) dτ ϕn (σ) dσ.
b−a a a
Aplicando el teorema de Fubini a esta última igualdad, se tiene
Z b µZ b ¶
2
(1.38) An = ϕn (σ) dσ g(τ ) dτ.
b−a a τ
b−a 0
(1.39) An = − B ∀ n ≥ 1.
2πn n
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 17
Como Z · ¸σ=b
b
b−a
ψn (σ) dσ = − ϕn (σ) ,
τ 2πn σ=τ
y teniendo en cuenta (1.37), de (1.40) se obtiene
b−a 0
(1.41) Bn = A ∀ n ≥ 1.
2πn n
Como consecuencia de (1.39) y (1.41), se tiene para cada n ≥ 1
µ ¶
b−a1 0 b−a 1 0 2
|An | = 2π n |Bn | ≤
4π n2
+ (Bn )
(1.42) µ ¶
b−a1 0 b−a 1
|Bn | = |A | ≤ 0 2
+ (An )
2π n n 4π n2
Observación 1.5.3 Toda f ∈ C 1 [a, b], o más generalmente toda f de clase 1 a trozos en [a, b] (es
decir, tal que f ∈ C 0 [a, b] y existe una partición finita {a = s0 < s1 < ... < sn = b} del intervalo [a, b]
tal que f ∈ C 1 [si−1 , si ] para todo i = 1, ..., n) satisface la hipótesis (1.33) del Teorema 1.5.2.
La función g en (1.33) es la derivada casi por doquier de f . La condición (1.33) impuesta sobre
f en el Teorema 1.5.2 se traduce, en el lenguaje de los espacios de Sobolev que se estudiarán en el
Capítulo 3 de esta asignatura, en la pertenencia de f a lo que se denotará el espacio H 1 (a, b).
Teorema 1.5.4 Sea f ∈ C 0 [0, l] tal que existe una función g ∈ L2 (0, l) satisfaciendo
Z s
(1.43) f (s) = f (0) + g(σ) dσ ∀s ∈ [0, l].
0
2. Si además f (0) = f (l) = 0, entonces el desarrollo en senos de f determinado por (1.32) también
converge absoluta y uniformemente a f en el intervalo [0, l].
Demostración.- 1. Si consideramos fpar definida por fpar (s) = f (s) si s ∈ [0, l], y fpar (s) = f (−s) si
s ∈ [−l, 0], la prolongación par de f a [−l, l], es inmediato que fpar ∈ C 0 [−l, l], y que fpar (−l) = fpar (l).
Además, es sencillo comprobar a partir de (1.43), que para todo s ∈ [−l, l] se satisface
Z s
fpar (s) = fpar (−l) + gimpar (τ ) dτ,
−l
con gimpar la prolongación impar de g a (−l, l), función que pertenece a L2 (−l, l). En consecuencia, por
el Teorema 1.5.2, el desarrollo en serie de Fourier de fpar en (−l, l) converge absoluta y uniformemente
18 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
a fpar en [−l, l], con lo que, en particular, el desarrollo en cosenos de f determinado por (1.31), converge
absoluta y uniformemente a f en el intervalo [0, l].
2. Análogamente, si consideramos fimpar definida por fimpar (s) = f (s) si s ∈ [0, l], y fimpar (s) =
−f (−s) si s ∈ [−l, 0], la prolongación impar de f a [−l, l], es inmediato que, si f (0) = 0, entonces
fimpar ∈ C 0 [−l, l], y que, si f (l) = 0, entonces fimpar (−l) = fimpar (l). Además, es sencillo comprobar
a partir de (1.43), que si f (0) = f (l) = 0, para todo s ∈ [−l, l] se satisface
Z s
fimpar (s) = fimpar (−l) + gpar (τ ) dτ,
−l
con gpar la prolongación par de g a (−l, l), función que pertenece a L2 (−l, l). En consecuencia, en esas
circunstancias, por el Teorema 1.5.2, el desarrollo en serie de Fourier de fimpar en (−l, l), converge
absoluta y uniformemente a fimpar en [−l, l], con lo que, en particular, el desarrollo en senos de f
determinado por (1.32), converge absoluta y uniformemente a f en el intervalo [0, l]. ¥
Teorema 1.6.1 Si u0 ∈ L2 (0, l), la igualdad (1.46), con los coeficientes cn dados por (1.47), define
una función u = u(x, t) tal que
u ∈ C ∞ (R × (0, +∞)),
y es solución del problema (1.44) en el sentido de que satisface la ecuación ut − uxx = 0 en cada punto
de [0, l] × (0, +∞), u(0, t) = u(l, t) = 0 para todo t > 0, y
entonces
Estas desigualdades, junto con el criterio M de Weierstrass,implican, teniendo en cuenta que para todo
ε > 0 y todo (α1 , α2 ) ∈ Z2+
X∞
2
nα1 +2α2 e−(nπ/l) ε < +∞,
n=1
que u ∈ C ∞ (R× [ε, +∞)) para todo ε > 0, y en consecuencia u ∈ C ∞ (R × (0, +∞)), y cualquier
derivada de u en R × (0, +∞) se obtiene derivando término a término la serie que la define.
Con esto, por construcción, es inmediato que ut − uxx = 0 en R × (0, +∞), y u(0, t) = u(l, t) = 0
para todo t > 0.
Para demostrar (1.48), denotemos para cada entero m ≥ 1 y cada t ≥ 0 por sm (t) a la función de
la variable x definida por
m
X 2
³ nπx ´
sm (t)(x) = cn e−(nπ/l) t sen
l
n=1
Por construcción,
lím ksm (0) − u0 kL2 (0,l) = 0 y lím ksm (t) − u(·, t)kL2 (0,l) = 0 ∀ t > 0.
m→∞ m→∞
20 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Consideremos fijado ε > 0. Tomemos un entero mε ≥ 1 tal que ksmε (0) − u0 kL2 (0,l) ≤ ε. De esta forma,
tenemos ° ∞ °
° X ³ nπx ´°2 ∞
l X 2
° °
ksmε (0) − u0 k2L2 (0,l) = ° cn sen ° = cn ≤ ε2 ,
° l ° 2
n=mε +1 L2 (0,l) n=mε +1
y por tanto, ° ∞ °
° X ³ nπx ´°2
° −(nπ/l)2 t °
ksmε (t) − u(·, t)k2L2 (0,l) =° cn e sen ° =
° l °
n=mε +1 L2 (0,l)
∞
X
l 2
= c2n e−2(nπ/l) t ≤ ε2 ∀ t > 0.
2
n=mε +1
En consecuencia, obtenemos
(1.52) ku(·, t) − u0 kL2 (0,l) ≤ 2ε + ksmε (t) − smε (0)kL2 (0,l) ∀ t > 0.
Pero
mε °
X ³ ´ ³ nπx ´°2
° 2 °
ksmε (t) − smε (0)k2L2 (0,l) = °cn e−(nπ/l) t − 1 sen ° 2 =
l L (0,l)
n=1
l
mε
X ³ 2
´2
= c2n e−(nπ/l) t − 1 ∀ t > 0,
2
n=1
∞
X
con lo que, denotando d = c2n < +∞, resulta
n=1
mε ³ ´2
2 dl X 2
(1.53) ksmε (t) − smε (0)k L2 (0,l) ≤ e−(nπ/l) t − 1 ∀ t > 0.
2
n=1
Basta ahora tener en cuenta que el ε > 0 en la desigualdad (1.54) es arbitrario, con lo que se obtiene
(1.48).
Finalmente, si u0 ∈ C 0 ([0, l]), u0 (0) = u0 (l) = 0, y existe v0 ∈ L2 (0, l) tal que
Z x
u0 (x) = v0 (s) ds ∀ x ∈ [0, l],
0
Observación 1.6.2 Es fácil comprobar que si u0 ∈ C 2 ([0, l]), u0 (0) = u0 (l) = u000 (0) = u000 (l) = 0, y
existe v0 ∈ L2 (0, l) tal que Z x
u000 (x) = v0 (s) ds ∀ x ∈ [0, l],
0
entonces la solución u del problema (1.44) definida por (1.46) y (1.47) satisface
Observación 1.6.3 Aunque el dato inicial u0 sea irregular, la solución u del problema (1.44) definida
por (1.46) y (1.47) pertenece a C ∞ (R × (0, +∞)). En este sentido, se dice que la ecuación del calor
posee un “efecto regularizante”. Tal efecto diferencia a la ecuación del calor de la de ondas; de hecho,
la primera describe fenómenos irreversibles en tiempo, mientras que en la ecuación de ondas el cambio
t por −t no altera la ecuación.
Obsérvese también que, de la expresión de u, si t > ε > 0 entonces
√ X∞ √ ∞
X
2 2 2 2
|u(t, x)| ≤ d e−(nπ/l) t = de−(π/l) t e(π/l) (1−n )t ≤
n=1 n=1
∞
√ −(π/l)2 t X 2 2 2
≤ de e(π/l) (1−n )ε ≤ Cε e−(π/l) t ,
n=1
y por consiguiente, |u(t, x)| decae a cero cuando t → +∞ de manera exponencial uniformemente en
la variable x. Es decir, el calor se difunde y la temperatura decae exponencialmente a cero cuando el
tiempo tiende al infinito.
Observación 1.6.4 Junto al resultado de existencia de solución para el problema (1.44) que supone
el Teorema 1.6.1, también se puede obtener el siguiente resultado de unicidad:
Teorema 1.6.5 Sea u ∈ C 0 ([0, l] × (0, +∞)) tal que existen las derivadas parciales ut , ux y uxx y
también pertenecen a C 0 ([0, l] × (0, +∞)). Supongamos que ut ≡ uxx en [0, l] × (0, +∞), que u(0, t) =
u(l, t) = 0 para todo t > 0, y que lím ku(·, t)kL2 (0,l) = 0. Bajo las condiciones precedentes, forzosamente
t↓0
u ≡ 0 en [0, l] × (0, +∞).
Derivando E(t) se puede ver que dicha función es no creciente, y concluir que es idénticamente nula.
Los detalles se dejan como ejercicio. ¥
Observación 1.6.6 Es posible analizar también por el método de separación de variables un problema
de Cauchy-Dirichlet para la ecuación del calor unidimensional no homogénea de la forma
ut − uxx = f (x, t) en (0, l) × (0, T ),
(1.56) u(x, 0) = u0 (x) en (0, l),
u(0, t) = u(l, t) = 0 en (0, T ).
22 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Observación 1.6.7 En los ejercicios haremos uso del método de separación de variables para la res-
olución de algunos problemas de contorno o mixtos referentes a, entre otras, las ecuaciones de Laplace
bidimensional y de ondas unidimensional. Para un estudio más teórico de estos temas, se pueden con-
sultar [2] y [3].
donde c > 0, f : R → R y g : R → R son datos del problema (a partir de ahora, cambiamos la notación
que hemos empleado, sustituyendo u0 por f , y u1 por g).
Definición 1.7.1 Una solución clásica de (P COh ) es cualquier función u ∈ C 2 (R2 ) tal que utt (x, t) =
c2 uxx (x, t) ∀ (x, t) ∈ R2 , u(x, 0) = f (x) ∀ x ∈ R y ut (x, 0) = g(x) ∀ x ∈ R.
Es evidente que para que exista solución clásica de (P COh ) es necesario que f ∈ C 2 (R) y g ∈ C 1 (R).
De hecho, estas dos condiciones son también suficientes, ya que se tiene el siguiente resultado:
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 23
Teorema 1.7.2 Si f ∈ C 2 (R) y g ∈ C 1 (R), el problema (P COh ) posee una y sólo una solución clásica
u, que viene determinada por
Z x+ct
1 1
(1.58) u(x, t) = (f (x + ct) + f (x − ct)) + g(s) ds ∀ (x, t) ∈ R2 .
2 2c x−ct
Observación 1.7.3 La fórmula de d’Alembert nos indica que la ecuación de ondas unidimensional
no mejora la regularidad de los datos iniciales f y g, es decir, no posee el efecto regularizante de la
ecuación del calor unidimensional. Lo único que se puede afirmar sobre la solución clásica de (P COh )
es que, para todo entero m ≥ 2, si f ∈ C m (R) y g ∈ C m−1 (R), entonces u ∈ C m (R2 ).
24 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Observación 1.7.5 Sea (x∗ , t∗ ) un punto de R2 dado tal que, por fijar ideas, t∗ > 0. Teniendo en
cuenta la fórmula (7,1), podemos afirmar sobre la solución u de (P COh ):
1. El valor de u en el punto (x∗ , t∗ ) depende, exclusivamente, del valor de f en los puntos x∗ + ct∗
y x∗ − ct∗ , y de los valores que toma g en los puntos del intervalo [x∗ − ct∗ , x∗ + ct∗ ]. A dicho
intervalo se le denomina el intervalo de dependencia del punto (x∗ , t∗ ) para t = 0.
donde c > 0, f : [0, l] → R, g : [0, l] → R, α : [0, +∞) → R y β : [0, +∞) → R son datos del problema.
El problema (P CDOh ) se denomina también el problema de la cuerda vibrante. Para dicho pro-
blema, introducimos el siguiente concepto de solución:
Definición 1.7.6 Una solución clásica de (P CDOh ) es cualquier función u = u(x, t) que pertenezca a
C 2 ([0, l] × [0, +∞)), y tal que utt (x, t) = c2 uxx (x, t) ∀ (x, t) ∈ [0, l] × [0, +∞), u(x, 0) = f (x) ∀ x ∈ [0, l],
ut (x, 0) = g(x) ∀ x ∈ [0, l], u(0, t) = α(t) ∀ t ≥ 0 y u(l, t) = β(t) ∀ t ≥ 0.
En primer lugar, es fácil establecer la unicidad de solución clásica para el problema (P CDOh ).
Lema 1.7.7 Existe, a lo más, una solución clásica para el problema (P CDOh ).
Demostración.- Basta ver que si u es solución clásica para el problema (P CDOh ) con f ≡ g ≡ α ≡
β ≡ 0, entonces u ≡ 0 en [0, l] × [0, +∞).
Para demostrar esto último, se considera la función E(t) definida por
Z l
1 ¡ 2 ¢
(1.61) E(t) = c (ux (x, t))2 + (ut (x, t))2 dx ∀ t ≥ 0.
2 0
con lo que
Z l
2 x=l
Ė(t) = c (ux ut )x (x, t) dx = c2 [ux (x, t)ut (x, t)]x=0 = 0 ∀ t ≥ 0.
0
En consecuencia, E(t) = 0 para todo t ≥ 0, y por tanto u es constante en [0, l] × [0, +∞), con lo que
forzosamente u = 0 en [0, l] × [0, +∞). ¥
Respecto de la existencia, resulta inmediato que, si existe solución clásica para el problema
(P CDOh ), entonces los datos iniciales y de contorno han de satisfacer f ∈ C 2 ([0, l]), g ∈ C 1 ([0, l]),
α ∈ C 2 ([0, +∞)) y β ∈ C 2 ([0, +∞)). Además, es sencillo comprobar que se han de satisfacer las
relaciones (
α(0) = f (0), α̇(0) = g(0), α̈(0) = c2 f 00 (0),
(CC)
β(0) = f (l), β̇(0) = g(l), β̈(0) = c2 f 00 (l),
denominadas relaciones de compatibilidad para los datos del problema (P CDOh ).
De hecho, estas condiciones son también suficientes para la existencia de solución clásica del prob-
lema (P CDOh ). En concreto, se satisface el siguiente resultado:
Teorema 1.7.8 Si f ∈ C 2 ([0, l]), g ∈ C 1 ([0, l]), α ∈ C 2 ([0, +∞)), β ∈ C 2 ([0, +∞)), y se satisfacen
las condiciones (CC), entonces existe una y sólo una solución clásica del problema (P CDOh ).
Antes de demostrar el Teorema 1.7.8, hagamos algunos comentarios.
En primer lugar, teniendo en cuenta el Lema 1.7.7, está claro que para probar el Teorema 1.7.8 lo
que hace falta es demostrar la existencia de solución.
En el caso en que α y β son funciones afines, la demostración de la existencia de solución clásica del
problema (P CDOh ) se puede llevar a cabo, de una forma relativamente sencilla, mediante el método
de separación de variables. En efecto, en el caso de condiciones de contorno afines α(t) ≡ α1 + α2 t y
β(t) ≡ β1 + β2 t, con αi y βi ∈ R, efectuando el cambio de función incógnita
x
v(x, t) = u(x, t) − α(t) − (β(t) − α(t)),
l
la cuestión se reduce a demostrar la existencia de solución clásica del problema
vtt − c2 vxx = 0 en [0, l] × [0, +∞),
(1.62) v(x, 0) = fˆ(x), vt (x, 0) = ĝ(x) si x ∈ [0, l],
v(0, t) = v(l, t) = 0 si t ∈ [0, +∞),
donde
x
fˆ(x) = f (x) − α(0) − (β(0) − α(0)),
l
y
x
ĝ(x) = g(x) − α̇(0) − (β̇(0) − α̇(0)).
l
Supuestas satisfechas las condiciones (CC), es inmediato comprobar que fˆ ∈ C 2 ([0, l]), ĝ ∈
C 1 ([0, l]), y satisfacen
fˆ(0) = fˆ(l) = fˆ00 (0) = fˆ00 (l) = ĝ(0) = ĝ(l) = 0.
En resumen, si α y β son funciones afines, para demostrar el Teorema 1.7.8 basta demostrar
existencia de solución clásica de los problemas
utt − c2 uxx = 0 en [0, l] × [0, +∞),
(1.63) u(x, 0) = f (x), ut (x, 0) = 0 si x ∈ [0, l],
u(0, t) = u(l, t) = 0 si t ∈ [0, +∞),
26 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
utt − c2 uxx = 0 en [0, l] × [0, +∞),
(1.64) u(x, 0) = 0, ut (x, 0) = g(x) si x ∈ [0, l],
u(0, t) = u(l, t) = 0 si t ∈ [0, +∞),
donde en (1.63) f ∈ C 2 ([0, l]) y satisface f (0) = f (l) = f 00 (0) = f 00 (l) = 0, y en (1.64) g ∈ C 1 ([0, l]) y
satisface g(0) = g(l) = 0.
Para demostrar que (1.63) posee solución clásica, se procede por separación de variables, y se
obtiene como solución formal
∞
X µ ¶ ³ nπx ´
nπct
(1.65) u(x, t) = cn cos sen ,
l l
n=1
con Z
2 l ³ nπs ´
cn = f (s) sen ds ∀ n ≥ 1.
l 0 l
Consideremos la función F : R → R definida por
∞
X ³ nπy ´
F (y) = cn sen ∀ y ∈ R.
l
n=1
La función F así definida no es más que la resultante de prolongar f de manera impar a [−l, l], y a
continuación considerar la prolongación de esta última a todo R por 2l-periodicidad, es decir, se toma
f˜ definida en [−l, l] por
(
f (y) si y ∈ [0, l],
f˜(y) =
−f (−y) si y ∈ [−l, 0),
y se define F por
F (y + 2kl) = f˜(y) ∀ y ∈ [−l, l] ∀ k ∈ Z.
Como f ∈ C 2 ([0, l]) y satisface f (0) = f (l) = f 00 (0) = f 00 (l) = 0, es fácil comprobar que F ∈ C 2 (R).
Basta ahora observar que
µ ¶ ³ nπx ´ 1 · µ ¶ µ ¶¸
nπct nπ(x + ct) nπ(x − ct)
cos sen = sen + sen ,
l l 2 l l
para concluir que la función definida por (1.65) viene dada por
1
u(x, t) = (F (x + ct) + F (x − ct)) ∀ (x, t) ∈ R2 ,
2
con lo que es inmediato ver que u es solución clásica de (1.63).
Para la existencia de solución clásica de (1.64), procediendo de nuevo por separación de variables,
se obtiene como solución formal
X∞ µ ¶ ³ nπx ´
nπct
(1.66) u(x, t) = cn sen sen ,
l l
n=1
con Z
2 l ³ nπs ´
cn = g(s) sen ds ∀ n ≥ 1.
nπc 0 l
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 27
La función G definida por (1.68) no es más que la resultante de prolongar g de manera impar a [−l, l], y
a continuación considerar la prolongación de esta última a todo R por 2l-periodicidad. En consecuencia,
como g ∈ C 1 [0, l] con g(0) = g(l) = 0, es fácil ver que G ∈ C 1 (R).
La igualdad formal (1.67) puede ser escrita como
1
(1.69) ut (x, t) = [G(x + ct) + G(x − ct)] ,
2
que integrada con u(x, 0) = 0 produce
Z Z
1 t 1 t
u(x, t) = G(x + cs) ds + G(x − cs) ds,
2 0 2 0
o haciendo el cambio x + cs = τ en la primera integral y x − cs = τ en la segunda integral,
Z
1 x+ct
(1.70) u(x, t) = G(τ ) dτ ∀ (x, t) ∈ R2 .
2c x−ct
Es sencillo comprobar que la función u definida por (1.70) es solución clásica del problema (1.64).
Observación 1.7.9 De la discusión precedente, se deduce que para resolver el problema (P CDOh )
en el caso de condiciones de contorno homogéneas, y supuestas satisfechas las condiciones (CC), lo
que hay que hacer, es considerar las prolongaciones impares y 2l-periódicas de f y g a todo R, y a
continuación resolver por la fórmula de d’Alembert el problema de Cauchy correspondiente.
Pasamos ahora a demostrar el Teorema 1.7.8 en el caso general.
Demostración del Teorema 1.7.8 En primer lugar, es inmediato que toda función de la forma
con F ∈ C 2 ([0, +∞)) y G ∈ C 2 ((−∞, l]), es una función que pertenece a C 2 ([0, l]×[0, +∞)) y satisface
la ecuación utt − c2 uxx = 0 en todo punto de [0, l] × [0, +∞).
Lo que hay que comprobar, es que es posible hallar F ∈ C 2 ([0, +∞)) y G ∈ C 2 ((−∞, l]), tales que
la función u determinada por (1.71) satisfaga las condiciones iniciales y de contorno en (P CDOh )
En primer lugar, para que u determinada por (1.71) satisfaga las condiciones iniciales en (P CDOh ),
es necesario y suficiente que F y G satisfagan
F (ξ) + G(ξ) = f (ξ) ∀ ξ ∈ [0, l],
F 0 (ξ) − G0 (ξ) = 1 g(ξ) ∀ ξ ∈ [0, l].
c
28 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Así pues, razonando como para la obtención de la fórmula de d’Alembert, es inmediato que para que u
determinada por (1.71) satisfaga las condiciones iniciales en (P CDOh ), es suficiente que F y G vengan
dadas por
Z ξ
1 1
(1.72) F (ξ) = f (ξ) + g(s) ds, ∀ ξ ∈ [0, l],
2 2c 0
Z ξ
1 1
(1.73) G(ξ) = f (ξ) − g(s) ds, ∀ ξ ∈ [0, l].
2 2c 0
Por otra parte, la función u determinada por (1.71) satisface la condición de contorno u(0, t) = α(t),
si y sólo si F y G satisfacen la relación
−ξ
(1.74) G(ξ) = α( ) − F (−ξ), ∀ ξ ≤ 0.
c
Finalmente, la función u determinada por (1.71) satisface la condición de contorno u(l, t) = β(t), si y
sólo si F y G satisfacen la relación
es decir, si y sólo si
ξ−l
(1.75) F (ξ) = β( ) − G(2l − ξ), ∀ ξ ≥ l.
c
Así pues, para terminar con la demostración del Teorema 1.7.8, basta comprobar que, supuestas satis-
fechas las condiciones (CC), existen F ∈ C 2 ([0, +∞)) y G ∈ C 2 ((−∞, l]), satisfaciendo las condiciones
(1.72)-(1.75). En primer lugar, es inmediato que, las cuatro relaciones (1.72)-(1.75) determinan una
y sólo una pareja de funciones F : [0, +∞) 7→ R y G : (−∞, l] 7→ R. Además, como f ∈ C 2 ([0, l]) y
g ∈ C 1 ([0, l]), es inmediato que F y G son de C 2 ([0, l]).
Por otra parte, de (1.72)-(1.74), tenemos que
Z
1 1 ξ
2 f (ξ) − 2c g(s) ds ∀ ξ ∈ [0, l],
0
(1.76) G(ξ) = Z
−ξ 1 1 −ξ
α( ) − f (−ξ) − g(s) ds, ∀ ξ ∈ [−l, 0].
c 2 2c 0
Es fácil ahora comprobar que, por las relaciones (CC), la función G determinada por (1.76) pertenece
a C 2 ([−l, l]), y la función F determinada por (1.77) pertenece a C 2 ([0, 2l]).
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 29
Para terminar con la demostración, procedamos por inducción. Supongamos que la pareja de
funciones F y G determinadas por las relaciones (1.72)-(1.75) satisfacen F ∈ C 2 ([0, (k + 1)l]) y
G ∈ C 2 ([−kl, l]), con k ≥ 1 entero. Vamos a demostrar que, entonces, las relaciones (1.74) y (1.74)
implican que F ∈ C 2 ([0, (k + 2)l]) y G ∈ C 2 ([−(k + 1)l, l]).
En efecto si F ∈ C 2 ([0, (k + 1)l]) con k ≥ 1, como α ∈ C 2 ([0, +∞)), la relación (1.74) implica en
particular que G ∈ C 2 ([−(k + 1)l, 0]), lo que, junto al hecho de que ya sabemos que G ∈ C 2 ([−l, l]),
implica que G ∈ C 2 ([−(k + 1)l, l]).
Por otra parte, si G ∈ C 2 ([−kl, l]) con k ≥ 1, como β ∈ C 2 ([0, +∞)), la relación (1.75) implica que
F ∈ C 2 ([l, (k + 2)l]), y basta ahora tener en cuenta que ya sabemos que F ∈ C 2 ([0, 2l]), para concluir
que F ∈ C 2 ([0, (k + 2)l]). ¥
Observación 1.7.10 El método que hemos seguido para demostrar el Teorema 1.7.8, que propor-
ciona otro método distinto del de separación de variables para hallar la solución clásica del problema
(P CDOh ), aunque ha sido puramente analítico, permite una interpretación geométrica evidente. Dicha
interpretación se puede generalizar al caso en que no se satisfacen las condiciones (CC). Para ello, se
hace uso de la noción de solución generalizada de la ecuación de ondas unidimensional homogénea.
Definición 1.7.11 Sean Q ⊂ R2 un abierto no vacío y u : Q → R una función. Diremos que u es una
solución generalizada de la EDP utt − c2 uxx = 0 en Q si para todo punto (x∗ , t∗ ) ∈ Q y todo par ξ,
η ∈ R tales que los puntos (x∗ + cξ, t∗ + ξ), (x∗ − cη, t∗ + η) y (x∗ + cξ − cη, t∗ + ξ + η) pertenezcan a
Q, se satisface la igualdad
La relación del concepto de solución generalizada con el de solución clásica viene dada por el
resultado siguiente:
Lema 1.7.12 Sean Q ⊂ R2 un abierto no vacío y u ∈ C 2 (Q). Bajo estas condiciones, se satisfacen:
Demostración.-
1. Sea u ∈ C 2 (Q), con Q es convexo, tal que utt − c2 uxx ≡ 0 en Q.
Fijados cuatro puntos A = (x∗ , t∗ ), B = (x∗ + cξ, t∗ + ξ), C = (x∗ + cξ − cη, t∗ + ξ + η) y
D = (x∗ − cη, t∗ + η), todos en Q, denotemos por R el interior del paralelogramo de vértices A, B, C
y D.
Como Q es convexo, la clausura de R está contenida en Q, así que podemos escribir
ZZ
(1.79) (utt − c2 uxx ) dx dt = 0.
R
30 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
(1.80) u(x∗ + cξ − cη, t∗ + ξ + η) − u(x∗ + cξ, t∗ + ξ) = u(x∗ − cη, t∗ + η) − u(x∗ , t∗ ) ∀ ξ, η ∈ (0, ε).
(1.81) ut (x∗ + cξ, t∗ + ξ) − cux (x∗ + cξ, t∗ + ξ) = ut (x∗ , t∗ ) − cux (x∗ , t∗ ) ∀ ξ ∈ (0, ε).
con
Q00 = {(x, t) ∈ Q; x + ct ∈ (0, l), x − ct ∈ (0, l)},
Está claro que para resolver (P CO), basta resolver el problema correspondiente para la ecuación
homogénea con datos iniciales f y g, cosa que sabemos ya hacer, y sumarle a la solución obtenida la
del problema
(
utt − c2 uxx = h(x, t) en R2 ,
(1.83)
u(x, 0) = ut (x, 0) = 0 si x ∈ R.
Así pues, la única cuestión que se plantea es cómo resolver (1.83). Esto último puede ser llevado a cabo
mediante el denominado principio de Duhamel:
Teorema 1.8.1 (Principio de Duhamel) Sea h ∈ C 1 (R2 ). Para cada s ∈ R, consideremos el problema
(
vtt − c2 vxx = 0 en R2 ,
(1.84)
v(x, 0) = 0, vt (x, 0) = h(x, s) si x ∈ R.
Denotemos por v(·, ·, s) a la única solución clásica de (1.84). Entonces, el problema (1.83) posee una
y sólo una solución u ∈ C 2 (R2 ), que viene dada por la fórmula
Z t
(1.85) u(x, t) = v(x, t − s, s) ds ∀ (x, t) ∈ R2 .
0
es decir,
µZ t ¶
∂2 2
utt (x, t) = c v(x, t − s, s) ds + h(x, t) = c2 uxx (x, t) + h(x, t) ∀ (x, t) ∈ R2 .
∂x2 0
Observación 1.8.2 Es un ejercicio sencillo, a partir del principio de Duhamel, escribir de forma
explícita la fórmula que resuelve (1.83). En concreto, como solución u de (1.83), se tiene:
Z ÃZ x+c(t−s) !
1 t
u(x, t) = h(y, s) dy ds, ∀ (x, t) ∈ R2 .
2c 0 x−c(t−s)
Capítulo 2
Definición 2.1.1 Una solución clásica de (P DP ) es cualquier función u ∈ C 2 (Ω) ∩ C 0 (Ω) tal que
−∆u(x) = f (x) para todo x ∈ Ω, y u(x) = g(x) para todo x ∈ ∂Ω.
Como paso previo al estudio de los problemas (P DP ) y (P DL), recordamos las Identidades de Green.
32
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 33
Como consecuencia inmediata de (2.1) se obtienen las siguientes relaciones (siempre con ∂Ω ∈ C 0,1 ):
a) Fórmula de integración por partes: Si u y v pertenecen a C 1 (Ω), entonces
Z Z Z
(2.2) u(x)∂i v(x) dx = − v(x)∂i u(x) dx + u(x)v(x)ni (x) dσ(x) ∀ i = 1, ..., N.
Ω Ω ∂Ω
N
b) Fórmula de Ostrogradski o teorema de la divergencia: Si f~ ∈ C 1 (Ω) y denotamos la
N
X
divergencia de f~ por ∇ · f~ = ∂i fi , entonces
i=1
Z Z
(2.3) ∇ · f~(x) dx = f~(x) · ~n(x) dσ(x).
Ω ∂Ω
donde, por definición, ∂~n u(x) = ∇u(x) · ~n(x) en todos los puntos de ∂Ω en que esté definido ~n(x), es
la derivada de u en la dirección de la normal unitaria exterior a Ω en el punto x.
d) Segunda identidad de Green: Si u y v pertenecen a C 2 (Ω), entonces
Z Z
(2.5) (v(x)∆u(x) − u(x)∆v(x)) dx = (v(x)∂~n u(x) − u(x)∂~n v(x)) dσ(x).
Ω ∂Ω
y
Z Z
(2.7) ∆u(x) dx = ∂~n u(x) dσ(x).
Ω ∂Ω
En particular,
(2.9) u ≤ 0 sobre ∂Ω =⇒ u ≤ 0 en Ω.
Demostración.- Supongamos en primer lugar que −∆u < 0 en Ω. En tal caso, si no se satisface (2.8),
existe un x x) = máx u > máx u, y por la condición necesaria de extremo local, en
b ∈ Ω tal que u(b
Ω ∂Ω
dicho punto ha de tenerse ∆u(bx) ≤ 0, en contradicción con la suposición de partida. En resumen, si
−∆u < 0 en Ω, entonces se satisface (2.8).
En el caso general, como −∆u ≤ 0 en Ω, si tomamos v(x) = |x|2 , para cada ε > 0 se tiene que
−∆(u + εv) < 0 en Ω. En consecuencia,
y por tanto
Corolario 2.3.2 Si Ω ⊂ RN es un abierto acotado no vacío, y u ∈ C 2 (Ω) ∩ C 0 (Ω) es una función tal
que −∆u = 0 en Ω, entonces
Corolario 2.3.3 (Unicidad de solución clásica de (P DP )) Para cada f ∈ C 0 (Ω) y g ∈ C 0 (∂Ω) dadas,
el problema de Dirichlet para la ecuación de Poisson (P DP ) en un abierto acotado no vacío Ω ⊂ RN
posee, a lo más, una solución clásica. ¥
N −1 0
(2.13) ϕ00 + ϕ = 0 en (0, +∞).
r
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 35
con ϕ dada por (2.14) y ξ ∈ RN fijado, es una función de C ∞ (RN \ {ξ}) que satisface −∆u(x) = 0 en
RN \ {ξ}.
Por razones que van a quedar de manifiesto de inmediato, introducimos la definición siguiente:
por
1
− si N ≥ 3,
(N − 2)ωN |x − ξ|N −2
(2.16) K(x, ξ) =
1 log |x − ξ| si N = 2,
2π
donde ωN es la medida superficial de la esfera unidad (respecto de la norma euclídea) de RN .
Teorema 2.5.1 (Fórmula de representación de Green) Si ∂Ω ∈ C 0,1 , entonces para cada función
u ∈ C 2 (Ω) se satisface,
Z Z
(2.17) u(ξ) = K(x, ξ)∆u(x) dx + (u(x)∂~n K(x, ξ) − K(x, ξ)∂~n u(x)) dσ(x) ∀ ξ ∈ Ω.
Ω ∂Ω
Demostración.- Fijemos ξ ∈ Ω y ρ0 > 0 tal que B(ξ, ρ0 ) ⊂ Ω. Para cada ρ ∈ (0, ρ0 ] denotemos
Ωρ = Ω \ B(ξ, ρ).
Las funciones u y K(·, ξ) restringidas a Ωρ pertenecen a C 2 (Ωρ ), con lo que, por la segunda identidad
de Green, obtenemos
Z Z
K(x, ξ)∆u(x) dx = (K(x, ξ)∂~n u(x) − u(x)∂~n K(x, ξ)) dσ(x)+
Ωρ ∂Ω
(2.18) Z
+ (K(x, ξ)∂~n u(x) − u(x)∂~n K(x, ξ)) dσ(x).
∂B(ξ,ρ)
36 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
La igualdad (2.18) se tiene para cada ρ ∈ (0, ρ0 ]. A continuación, hacemos decrecer ρ a 0 en (2.18).
Es inmediato comprobar que
Z Z
lím K(x, ξ)∆u(x) dx = K(x, ξ)∆u(x) dx.
ρ↓0 Ωρ Ω
1
Por otra parte, si denotamos por ϕ a la función definida por (2.14) con C1 = y C2 = 0, tenemos
ωN
por la ley de Gauss (2.7):
Z Z
K(x, ξ)∂~n u(x) dσ(x) = ϕ(ρ) ∂~n u(x) dσ(x).
∂B(ξ,ρ) ∂B(ξ,ρ)
Ahora bien, si observamos que la normal exterior a Ωρ en un punto de ∂B(ξ, ρ) viene dada por la
normal interior a B(ξ, ρ) en dicho punto, para todo x ∈ ∂B(ξ, ρ), la normal exterior unitaria a Ωρ en
x viene dada por
x−ξ
~n(x) = − ,
|x − ξ|
con lo que, como K(x, ξ) = ϕ(|x − ξ|) ∀ x 6= ξ, y en consecuencia
xi − ξi
∂i K(x, ξ) = ϕ0 (|x − ξ|) ∀ x 6= ξ,
|x − ξ|
Para obtener (2.20), y en consecuencia tener demostrado el teorema, basta tener en cuenta la última
igualdad y el hecho de que, como
¯Z ¯ ¯Z ¯
¯ ¯ ¯ ¯
¯ ¯ ¯ ¯
¯ u(ξ + ρy) dσ(y) − ωN u(ξ)¯ = ¯ (u(ξ + ρy) − u(ξ)) dσ(y)¯ ≤
¯ ∂B(0,1) ¯ ¯ ∂B(0,1) ¯
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 37
µ ¶
≤ ωN máx |u(ξ + ρy) − u(ξ)| ,
y∈∂B(0,1)
Observación 2.5.2 Como consecuencia inmediata del teorema precedente, obtenemos que si ∂Ω ∈
C 0,1 y u ∈ C 2 (Ω) es tal que −∆u(x) = 0 en Ω, entonces
Z
(2.22) u(ξ) = (u(x)∂~n K(x, ξ) − K(x, ξ)∂~n u(x)) dσ(x) ∀ ξ ∈ Ω.
∂Ω
Corolario 2.5.3 Sea Ω ⊂ RN un abierto no vacío cualquiera. Si u ∈ C 2 (Ω) es tal que −∆u(x) = 0
en Ω, entonces u ∈ C ∞ (Ω).
Demostración.- Fijado ξ0 ∈ Ω, se puede tomar un ρ0 > 0 tal que B(ξ0 , ρ0 ) ⊂ Ω. Aplicando la fórmula
(2.22) a u en B(ξ0 , ρ0 ), obtenemos
Z
(2.23) u(ξ) = (u(x)∂~n K(x, ξ) − K(x, ξ)∂~n u(x)) dσ(x) ∀ ξ ∈ B(ξ0 , ρ0 ).
∂B(ξ0 ,ρ0 )
Basta ahora tener en cuenta que la expresión que define K(x, ξ) tiene sentido y es C ∞ para todo par
(x, ξ) ∈ RN × RN tal que x 6= ξ. ¥
Observación 2.5.4 Admitamos el siguiente resultado (para la demostración se puede consultar [7]):
Razonando como en la demostración del Corolario 2.5.3, y teniendo en cuenta la Proposición 2.5.5, lo
que en realidad se puede obtener es que si u ∈ C 2 (Ω) es tal que −∆u(x) = 0 en Ω, entonces u ∈ C ω (Ω),
es decir, u es analítica real en Ω.
Observación 2.5.6 Las igualdades (2.17) y (2.22) son fórmulas de representación. En teoría, per-
miten conocer una función u ∈ C 2 (Ω), cuando ∂Ω ∈ C 0,1 , a partir de los valores de −∆u en Ω y de
los de u y ∂~n u sobre ∂Ω.
Ahora bien, las citadas fórmulas no son totalmente satisfactorias, ya que, en general, dadas f , g
y h, no existe u ∈ C 2 (Ω) tal que −∆u = f en Ω, u = g sobre ∂Ω y ∂~n u = h sobre ∂Ω (pensar, por
ejemplo, en el caso f = g = 0 y h = 1).
w : (x, ξ) ∈ Ω × Ω → w(x, ξ) ∈ R,
tal que
w(·, ξ) ∈ C 2 (Ω) y − ∆x w(x, ξ) = 0 ∀ (x, ξ) ∈ Ω × Ω,
donde por ∆x denotamos el laplaciano en la variable x.
Denotemos G = K + w. Entonces, si u ∈ C 2 (Ω),
Z Z
(2.24) u(ξ) = G(x, ξ)∆u(x) dx + (u(x)∂~n G(x, ξ) − G(x, ξ)∂~n u(x)) dσ(x) ∀ ξ ∈ Ω.
Ω ∂Ω
Se denomina función de Green en Ω (para el problema de Dirichlet para la ecuación de Laplace) a una
función G : A(Ω) → R que sea de la forma G = K + w, con w satisfaciendo las condiciones de la
Proposición 2.5.7, y tal que
G(x, ξ) = 0 ∀ (x, ξ) ∈ ∂Ω × Ω.
Es inmediato comprobar, teniendo en cuenta el Corolario 2.3.3, que si Ω es un abierto acotado entonces
la función de Green en Ω para el problema (P DL), caso de existir, es única.
Por otra parte, es evidente que si G es la función de Green en Ω, entonces si u ∈ C 2 (Ω) es solución
del problema (P DL) para una g ∈ C 0 (∂Ω) dada, y ∂Ω ∈ C 0,1 , forzosamente se tiene
Z
(2.25) u(ξ) = g(x)∂~n G(x, ξ) dσ(x) ∀ ξ ∈ Ω.
∂Ω
El problema radica en encontrar G. Ello puede lograrse, de manera explícita, para determinadas formas
particulares de Ω. En concreto, en el caso particular de una bola, vamos a construir la función de Green
en el próximo parágrafo.
R2
ξ∗ = ξ.
|ξ|2
R2
ξ ∈ B(0, R) \ {0} → ξ ∗ = ξ ∈ RN \ B(0, R)
|ξ|2
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 39
para la que es fácil comprobar, utilizando el desarrollo de |x − ξ ∗ |2 y teniendo en cuenta que |x|2 = R2
para todo x ∈ ∂B(0, R), que se satisface la relación fundamental
|x − ξ ∗ | R
(2.26) = ∀ (x, ξ) ∈ ∂B(0, R) × (B(0, R) \ {0}).
|x − ξ| |ξ|
Recordemos que K(x, ξ) = ϕ(|x − ξ|) para x 6= ξ, con
1
− si N ≥ 3,
ωN (N − 2)rN −2
(2.27) ϕ(r) =
1 log r si N = 2.
2π
Como consecuencia de (2.26) se tiene:
µ ¶
ϕ(|x − ξ|) = ϕ |ξ| |x − ξ ∗ | ∀ (x, ξ) ∈ ∂B(0, R) × (B(0, R) \ {0}),
R
ϕ(|x|) = ϕ(R)∀ x ∈ ∂B(0, R).
Así pues, si tomamos w(x, ξ) definida por:
µ ¶
−ϕ |ξ| |x − ξ ∗ | ∀ (x, ξ) ∈ B(0, R) × (B(0, R) \ {0}),
w(x, ξ) = R
−ϕ(R)∀ (x, ξ) ∈ B(0, R) × {0},
entonces w satisface las condiciones de la Proposición 2.5.7, y por construcción G = K + w, es decir,
µ ¶
ϕ(|x − ξ|) − ϕ |ξ| |x − ξ ∗ |
∀ (x, ξ) ∈ A(B(0, R)) con ξ 6= 0,
(2.28) G(x, ξ) = R
ϕ(|x|) − ϕ(R) ∀ (x, ξ) ∈ A(B(0, R)) con ξ = 0,
es la función de Green en B(0, R). Sustituyendo la expresión de ϕ(r) en esta última fórmula, obtenemos:
a) Si N ≥ 3,
" µ ¶N −2 #
1 1 R
− (N − 2)ω
N −2
−
|ξ||x − ξ ∗ |
∀ (x, ξ) ∈ A(B(0, R)), ξ 6= 0
N |x − ξ|
G(x, ξ) = · ¸
1 1 1
− − ∀ (x, ξ) ∈ A(B(0, R)), ξ = 0
(N − 2)ωN |x|N −2 RN −2
b) Si N = 2,
· ¸
1 R|x − ξ|
log ∀ (x, ξ) ∈ A(B(0, R)) con ξ 6= 0,
2π |ξ||x − ξ ∗ |
G(x, ξ) =
1 log |x| ∀ (x, ξ) ∈ A(B(0, R)) con ξ = 0.
2π R
Podemos ahora, demostrar el siguiente resultado:
R2 − |ξ|2
∂~n G(x, ξ) = ∀ (x, ξ) ∈ ∂B(0, R) × B(0, R).
ωN R|x − ξ|N
Definición 2.6.2 Se denomina núcleo de Poisson en B(0, R), a la función H(x, ξ) definida por
R2 − |ξ|2
(2.30) H(x, ξ) = ∀ (x, ξ) ∈ A(B(0, R)).
ωN R|x − ξ|N
Las propiedades del núcleo de Poisson que nos van a resultar de interés, vienen dadas por el siguiente
resultado:
R2 − |ξ|2 R2 − |ξ|2
(2.31) H(x, ξ) ≤ ≤ ,
ωN R(|x − ξ0 | − |ξ − ξ0 |)N ωN R(δ/2)N
pertenece a C ω (B(0, R)) ∩ C 0 (B(0, R)), y es la única solución clásica del problema de Dirichlet
(
−∆u = 0 en B(0, R),
(P DL)
u = g sobre ∂B(0, R).
Demostración.- Teniendo en cuenta los resultados precedentes, es inmediato comprobar todas las
propiedades de u que se afirman en el teorema, salvo el carácter C 0 (B(0, R)). En concreto, lo que hace
falta demostrar es que fijados ξ0 ∈ ∂B(0, R) y ε > 0, existe un δ(ε) > 0 tal que
¯Z ¯
¯ ¯
¯ ¯
(2.33) ¯ H(x, ξ)g(x) dσ(x) − g(ξ0 )¯ ≤ ε
¯ ∂B(0,R) ¯
Fijado este δ1 , y denotando M = máx |g|, de acuerdo con la propiedad 5. de la Proposición 2.6.3,
∂B(0,R)
podemos afirmar que existe un δ2 > 0 tal que para todo ξ ∈ B(0, R) con |ξ − ξ0 | ≤ δ2 , y para todo
x ∈ B(0, R) \ B(ξ0 , δ1 ) se satisface
ε
(2.35) 0 < H(x, ξ) ≤ .
4M ωN RN −1
En consecuencia, teniendo en cuenta que si ξ ∈ B(0, R)
Z Z
H(x, ξ)g(x) dσ(x) − g(ξ0 ) = H(x, ξ)(g(x) − g(ξ0 )) dσ(x) =
∂B(0,R) ∂B(0,R)
Z Z
= H(x, ξ)(g(x) − g(ξ0 )) dσ(x) + H(x, ξ)(g(x) − g(ξ0 )) dσ(x),
∂B(0,R)∩{|x−ξ0 |<δ1 } ∂B(0,R)∩{|x−ξ0 |≥δ1 }
Observación 2.6.5 Es inmediato demostrar que si g ∈ C 0 (∂B(x0 , R)), la única solución clásica del
problema de Dirichlet (
−∆u = 0 en B(0, R),
(P DL)
u = g sobre ∂B(0, R).
viene dada por
Z
H(x − x0 , ξ − x0 )g(x) dσ(x) si ξ ∈ B(x0 , R),
u(ξ) = ∂B(x0 ,R)
g(ξ) si |ξ − x0 | = R.
Proposición 2.6.6 Si u ∈ C 2 (Ω) y −∆u = 0 en Ω, entonces para todo ξ ∈ Ω y todo ρ > 0 tal que
B(ξ, ρ) ⊂ Ω se satisface
donde Z
1
Mu (ξ, ρ) = u(x) dσ(x),
ωN ρN −1 ∂B(ξ,ρ)
Observación 2.6.8 De acuerdo con los resultados que hemos obtenido, si u es una función armónica
en Ω, entonces u ∈ C ω (Ω), y satisface la ley de Gauss de la media aritmética en Ω. Se demostrará en
el Curso Ampliación de Ecuaciones en Derivadas Parciales que, de manera recíproca, si u ∈ C 0 (Ω) y
satisface la ley de Gauss de la media aritmética en Ω, entonces u es armónica en Ω.
Teorema 2.6.10 Si Ω ⊂ RN es un abierto acotado convexo no vacío, entonces, para cada función
g ∈ C 0 (∂Ω) dada, existe una y sólo una solución del problema (P DL).
Sobre dicho problema sabemos que, caso de poseer solución clásica, ésta es única. Además, si Ω es una
bola, o, admitiendo el Teorema 2.6.10, si Ω es convexo, sabemos que el problema (P DL) asociado:
(
−∆u = 0 en Ω,
(P DL)
u = g sobre ∂Ω,
1
se puede comprobar que fb es continua en B(0, ), y sin embargo, el problema
2
1
−∆u = fb en B(0, ),
2
u = 0 sobre ∂B(0, 1 ),
2
no posee solución clásica (para los detalles, se puede consultar el libro de I. Peral). Así pues, inde-
pendientemente de la regularidad de Ω y de g, ni la hipótesis f ∈ C 0 (Ω) es suficiente para garantizar
existencia de solución clásica de (P DP ).
Si se quiere obtener existencia, se hace preciso considerar funciones f en una clase más restringida
que las continuas; dicha clase va a estar constituida por las funciones localmente α-holderianas en Ω.
|f (x) − f (y)|
sup < +∞.
x,y∈D, x6=y |x − y|α
Definición 2.7.3 Dada f ∈ L∞ (Ω), se define el potencial newtoniano asociado a la función f como
la función wf : RN → R dada por
Z
(2.37) wf (ξ) = K(x, ξ)f (x) dx ∀ ξ ∈ RN ,
Ω
Para el potencial newtoniano se satisfacen los dos resultados siguientes, cuyas demostraciones omitimos
(ver [6] pp. 52-56):
0,α
Proposición 2.7.5 Si Ω ⊂ RN es un abierto acotado no vacío y f ∈ L∞ (Ω) ∩ Cloc (Ω) para algún
2
α ∈ (0, 1], la función wf dada por (6,1) pertenece a C (Ω) y satisface ∆wf ≡ f en Ω.
Como consecuencia de la proposición precedente y del Teorema 2.6.10, es inmediato concluir el resultado
siguiente:
0,α
Teorema 2.7.6 Sea Ω ⊂ RN un abierto acotado y convexo no vacío. Si f ∈ L∞ (Ω) ∩ Cloc (Ω) para
0
algún α ∈ (0, 1], y g ∈ C (∂Ω), entonces existe una y sólo una solución clásica del problema (P DP ).
Demostración.- Basta tomar como solución u = v − wf , con v la solución clásica del problema de
Dirichlet (
−∆v = b 0 en Ω,
v = g + wf sobre ∂Ω.
Proposición 2.7.7 De hecho, bajo las condiciones del Teorema 2.7.6, la solución clásica u, además
0,α
de pertenecer a C 2 (Ω) ∩ C 0 (Ω), satisface que todas todas sus derivadas segundas pertenecen a Cloc (Ω)
0 2,α
(esto se expresa por u ∈ C (Ω) ∩ Cloc (Ω)).
Capítulo 3
Teorema 3.1.1 (de representación de Riesz) Sean H un espacio de Hilbert real y f un elemento de
H ∗ . Existe un y sólo un elemento xf ∈ H tal que
45
46 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
fx (y) = (x, y) ∀ y ∈ H,
(3.3) (T x, y) = (x, T ∗ y) ∀ x ∈ H, ∀ y ∈ G.
Hemos de comprobar que la Definición 3.1.2 tiene sentido. En primer lugar, obsérvese que, dado y ∈ G
la aplicación Jy : H 7→ R definida por Jy (x) = (T x, y) ∀ x ∈ H pertenece al dual de H, y por tanto,
por el teorema de representación de Riesz, existe un y sólo un elemento de H, que denotamos por T ∗ y
tal que (T ∗ y, x) = Jy (x) para todo x ∈ H. Obtenemos así que para cada y ∈ G existe un y sólo un
elemento T ∗ y ∈ H que satisface (3.3). La misma igualdad (3.3) permite deducir de manera inmediata
que el operador T ∗ : G 7→ H así definido es lineal. Además, en particular,
(3.4) kT ∗ k ≤ kT k.
De hecho, se tiene:
Proposición 3.1.3 Sean H y G dos espacios de Hilbert reales, T ∈ L(H, G), y denotemos por IH al
operador identidad de H sobre H. Se satisfacen las siguientes propiedades:
1. ∗ =I .
IH H
2. kT ∗ k = kT k.
3. T = (T ∗ )∗ .
y por consiguiente kT xk ≤ kT ∗ kkxk para todo x ∈ H, con lo que kT k ≤ kT ∗ k. Esta desigualdad, junto
con (3.4), demuestra 2).
Las demostraciones de 1., 3., 4. y 5. son inmediatas a partir de (3.3). Asímismo, la demostración
de 6. es fácil a partir de 1. y 3. ¥
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 47
Ejemplo 3.1.4 Sea K ∈ L2 ((a, b) × (a, b)) dada. Se denomina operador integral (de Fredholm) en
L2 (a, b) de núcleo integral K, al operador T : L2 (a, b) 7→ L2 (a, b) definido por
Z b
(3.5) (T φ)(t) = K(t, s)φ(s) ds c.p.d. t ∈ (a, b), ∀ φ ∈ L2 (a, b).
a
Es sencillo comprobar que el operador integral T definido por (3.5) pertenece a L(L2 (a, b)). Para ello,
basta tener en cuenta que
Z b ¯Z b ¯2 µZ b Z b ¶ µZ b ¶
¯ ¯
¯ ¯
K(t, s)φ(s) ds¯ dt ≤ 2
|K(t, s)| ds dt 2
|φ(s)| ds ∀ φ ∈ L2 (a, b).
¯
a a a a a
Por otra parte, es inmediato obtener que el adjunto de T viene definido por
Z b
(3.6) (T ∗ φ)(t) = K(s, t)φ(s) ds c.p.d. t ∈ (a, b), ∀ φ ∈ L2 (a, b).
a
Obsérvese en consecuencia, que para que T sea autoadjunto, es decir, T = T ∗ , es necesario y suficiente
que el núcleo K satisfaga la relación K(t, s) = K(s, t), c.p.d. s, t ∈ (a, b), en cuyo caso se dice que el
núcleo K es simétrico.
C ⊥ = {x ∈ H; (x, y) = 0 ∀ y ∈ C}.
Teorema 3.2.1 (Teorema de la Proyección sobre un convexo) Sean H un espacio de Hilbert real,
C ⊂ H un convexo cerrado no vacío, y x0 ∈ H dado. Bajo estas condiciones existe un y sólo un
elemento b
c ∈ C tal que
(3.7) kx0 − b
ck = inf kx0 − ck.
c∈C
Dicho elemento b
c viene caracterizado por
(
b
c ∈ C,
(3.8)
(x0 − b
c, c − b
c) ≤ 0 ∀ c ∈ C.
con lo que
2t(x0 − b c) ≤ t2 kc − b
c, c − b ck2 ,
para todo t ∈ (0, 1). Basta dividir por t y hacer t ↓ 0, para obtener (3.8).
Recíprocamente, si b c ∈ C satisface (3.8), entonces, fijado c ∈ C, se tiene
ck2 = (x0 − b
kx0 − b c, x0 − c + c − b
c) ≤ (x0 − b
c, x0 − c) ≤ kx0 − b
ckkx0 − ck,
Observación 3.2.2 La caracterización de b c dada por (3.8) admite una interpretación geométrica sen-
cilla si, por ejemplo, H = R2 : el punto bc que da la mínima distancia de x0 al convexo cerrado C es el
único punto de C que tiene la propiedad de que para todo c ∈ C el coseno del ángulo que forman los
vectores x0 − b c y c−bc es negativo. Al punto bc se le denomina la proyección de x0 sobre C.
Obsérvese también que cabe interpretar el Teorema 3.2.1 como un resultado de existencia y unicidad
de solución para la inecuación (3.8).
kx0 − mk
b = inf kx0 − mk.
m∈M
Dicho elemento m
b viene caracterizado por
(3.9) m
b ∈M y b ∈ M ⊥.
x0 − m
El Teorema 3.2.3 admite una reformulación, que es la que conoce el alumno, de la Asignatura Análisis
Funcional como Teorema de la Proyección:
Teorema 3.2.4 Sean H un espacio de Hilbert real y M ⊂ H un subespacio vectorial cerrado. Existe
un único par de aplicaciones P y Q tales que P : H 7→ M , Q : H 7→ M ⊥ , y
x = P x + Qx ∀ x ∈ H.
1. x ∈ M ⇐⇒ P x = x, Qx = 0,
2. x ∈ M ⊥ ⇐⇒ P x = 0, Qx = x,
3. kx − P xk = inf kx − mk ∀ x ∈ H,
m∈M
Observación 3.2.5 Es un sencillo ejercicio comprobar que los operadores P y Q del Teorema 3.2.4
satisfacen P ◦ P = P, P ∗ = P, Q ◦ Q = Q y Q∗ = Q, (i.e. P y Q son idempotentes y autoadjuntos)
H = M + M⊥ y M ∩ M ⊥ = {0}.
Así pues, todo elemento de H se descompone de manera única como la suma de un elemento de M y
otro de M ⊥ .
Como consecuencia también del teorema de la proyección, vamos a obtener un resultado de extensión
para operadores. En primer lugar, es fácil demostrar el siguiente resultado:
Teorema 3.2.9 (de prolongación por continuidad densidad) Sean X un espacio normado, Y un espa-
cio de Banach, M ⊂ X un subespacio vectorial denso en X, y T ∈ L(M, Y ), es decir, T es un operador
lineal continuo de M en Y . Denotemos kT kL(M,Y ) = sup kT mk.
m∈M, kmk≤1
Bajo estas condiciones, existe un único operador Te ∈ L(X, Y ) tal que Te|M ≡ T y kTekL(X,Y ) =
kT kL(M,Y ) .
Tex = lím T mk ,
k→∞
siendo {mk } cualquier sucesión de elementos de M que converja a x (se dejan los detalles como
ejercicio). ¥
Podemos ahora demostrar:
Observación 3.2.11 El teorema precedente, en el caso en que Y = R, puede ser también obtenido
como una consecuencia del teorema de Hahn-Banach.
Como aplicación sencilla del teorema de representación de Riesz, vamos a obtener como resultado
final en este parágrafo el denominado teorema (o lema) de Lax-Milgram. Este resultado resulta de una
gran importancia en la formulación débil de los problemas de contorno para EDP elípticas.
50 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Adoptamos ahora un cambio de notación respecto de la mantenida con anterioridad. Dicho cambio
viene motivado por tener en la mente que vamos a aplicar el resultado que obtengamos a espacios de
funciones como H01 (Ω) y H 1 (Ω), espacios que serán definidos en Sección 3.4.
Consideremos dado un espacio de Hilbert real que denotaremos por V . Denotemos por u, v, etc.
los elementos de V , por ((·, ·)) el producto escalar y por k · k la norma en V .
Definición 3.2.12 Sea a(·, ·) : (u, v) ∈ V × V → a(u, v) ∈ R una forma bilineal sobre V .
a(u, u) ≥ αkuk2 ∀ u ∈ V.
Sea a(·, ·) una forma bilineal continua y coerciva sobre V . Asociado a dicha forma bilineal, se considera
el operador A : V → V que a cada u ∈ V le hace corresponder Au ∈ V definido como el único elemento
de V tal que
((Au, v)) = a(u, v) ∀ v ∈ V.
Es sencillo comprobar, por el teorema de representación de Riesz, que A está bien definido, pertenece
a L(V ) y satisface
((Au, u)) ≥ αkuk2 ∀ u ∈ V,
con lo que, en particular,
Teorema 3.2.13 (Lax-Milgram) Sean V un espacio de Hilbert real y a(·, ·) : V × V → R una forma
bilineal continua y coerciva sobre V . En tal caso, dado f ∈ V ∗ , existe un y sólo un elemento u
b ∈ V tal
que
(3.11) a(b
u, v) = f (v) ∀ v ∈ V.
a(b
u, u
b) − 2f (b
u) = mín (a(v, v) − 2f (v)) .
v∈V
(3.12) Ab
u = uf
R(A) = {Au; u ∈ V },
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 51
y en consecuencia, la sucesión {un } es de Cauchy, por lo que existe u ∈ V tal que un → u. Así pues,
como A ∈ L(V ), vn = Aun → Au, es decir, v = Au y por tanto v ∈ R(A).
Para obtener la caracterización de u
b cuando a(·, ·) es simétrica, se observa que en este caso se puede
considerar sobre V un nuevo producto escalar que denotaremos ((·, ·))a definido por
Dicho producto escalar induce sobre V una norma, que denotaremos k · ka , equivalente a k · k y, en
consecuencia, V con dicha norma es también un espacio de Hilbert, y f también pertenece al dual
topológico de V cuando se considera a V dotado de la norma k · ka . Así pues, por el teorema de Riesz,
existe un y sólo un elemento u
ef ∈ V tal que
f (v) = ((e
uf , v))a ∀ v ∈ V.
((b
u, v))a = ((e
uf , v))a ∀ v ∈ V,
es equivalente a
(
û ∈ V
(3.14)
a(û, û) − 2f (û) ≤ a(v, v) − 2f (v) ∀ v ∈ V.
Demostración.-
a) (3.13)=⇒(3.14). Como a es simétrica y se tiene (3.13) entonces:
0 ≤ a(û − v, û − v) = a(û, û) − 2a(û, v) + a(v, v) = a(û, û) − 2f (v) + a(v, v),
luego
Como de (3.13) se tiene 2a(û, û) = 2f (û) i.e. a(û, û) − 2f (û) = −a(û, û), entonces de (3.14) se deduce
(3.15).
b) (3.14)=⇒(3.13). Para todo t ∈ R y todo v ∈ V , reemplazando v por û + tv en (3.14) y teniendo
en cuenta que a es simétrica, obtenemos:
a(û, û) − 2f (û) ≤ a(û + tv, û + tv) − 2f (û + tv) = a(û, û) − 2f (û) + 2ta(û, v) − 2tf (v) + t2 a(v, v),
luego
Observación 3.2.15 En las condiciones del teorema de Lax-Milgram, es evidente que la igualdad
a(b
u, v) = f (v) ∀ v ∈ V , junto a la coercividad, implican en particular que
uk2 ≤ a(b
αkb u, u
b) = f (b
u) ≤ kf kkb
uk,
Los conjuntos precedentes, con la suma de funciones y el producto de un escalar real por una función
usuales, son espacios vectoriales sobre R.
Es inmediato que todos los conjuntos definidos precedentemente son subespacios vectoriales de
C 0 (Ω).A D(Ω), el espacio de las funciones de clase infinito y de soporte compacto en Ω, se le denomina
también el espacio de las funciones test.
El espacio D(Ω) es “rico” en funciones. En primer lugar, partiendo de la función de variable real
ψ(t) = e1/t 1{t<0} , que pertenece a C ∞ (R), es posible construir funciones de D(Ω) distintas de la
idénticamente nula. En concreto:
Lema 3.3.2 Dados x0 ∈ RN y r > 0, existe una función ϕ ∈ D(RN ) tal que ϕ > 0 en B(x0 , r) y
sop ϕ = B(x0 , r).
Demostración.- Basta tomar ϕ(x) = ψ(|x − x0 |2 − r2 ). ¥
Es evidente que si x0 ∈ Ω, entonces tomando r > 0 suficientemente pequeño la ϕ del lema precedente
estará en D(Ω).
A partir del Lema 3.3.2 se obtiene el siguiente resultado, para cuya demostración se puede consultar
el Apéndice E.
Proposición 3.3.3 Dado K ⊂ Ω, con K compacto, existe ϕ ∈ D(Ω) tal que 0 ≤ ϕ(x) ≤ 1 en Ω y
ϕ ≡ 1 en un entorno de K.
A continuación, recordamos las nociones básicas sobre los espacios Lp (Ω). Denotamos por M(Ω)
al conjunto de las funciones definidas sobre Ω con valores reales que son medibles en el sentido de
Lebesgue. Es bien conocido que M(Ω) es un R-espacio vectorial con la suma y producto por escalar
usuales.
Por L1 (Ω) denotamos el subespacio vectorial de M(Ω) constituido por las funciones integrables en
Ω respecto de la medida Zde Lebesgue. ZSi u ∈ L1 (Ω), denotamos la integral de u en Ω respecto de la
medida de Lebesgue por u(x) dx = u.
Ω Ω
Resulta conveniente identificar las funciones medibles que son iguales casi por doquier (c.p.d) en
Ω, esto es, que son iguales salvo en un subconjunto de Ω de medida Lebesgue cero. Esto se traduce
en considerar en vez de M(Ω) el espacio cociente M(Ω)/N , donde N denota el subespacio vectorial
de M(Ω) constituido por las funciones que valen cero c.p.d. en Ω. A este respecto se recuerda que
C 0 (Ω) ⊂ M(Ω), y que si u y v son dos funciones de C 0 (Ω) tales que u = v c.p.d. en Ω, entonces
u(x) = v(x) para todo x ∈ Ω. En consecuencia, no existe ambigüedad en identificar una función de
C 0 (Ω) con la clase de M(Ω)/N a la que pertenece, lo cual permite escribir C 0 (Ω) ⊂ M(Ω)/N .
Se recuerda que si p ∈ [1, +∞), se define Lp (Ω) por
Z
p
L (Ω) = {u ∈ M(Ω)/N ; |u(x)|p dx < +∞}.
Ω
Con dicha norma, Lp (Ω) es un espacio de Banach. En particular, la norma en L2 (Ω) está inducida por
el producto escalar Z
(u, v)L2 (Ω) = u(x)v(x) dx ∀ u, v ∈ L2 (Ω),
Ω
54 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
2. (Teorema de Convergencia dominada) Sea {un } una sucesión de funciones de Lp (Ω), con
p ∈ [1, +∞), tal que:
Suponemos también conocido que para todo p ∈ [1, +∞), el espacio Cc0 (RN ) es denso en Lp (RN ).
La demostración de este importante resultado puede consultarse en [8]. De manera más precisa, se
tiene:
Teorema 3.3.4 Para todo p ∈ [1, +∞) el espacio D(Ω) es denso en Lp (Ω).
nN ρ(nx)
(3.21) ρn (x) = Z ∀ x ∈ RN .
ρ(y) dy
RN
Es inmediato comprobar que (ρn )n≥1 ⊂ D(RN ), y que para todo n ≥ 1 se satisface que ρn ≥ 0 en RN ,
Z
1
sop ρn ⊂ B(0, ), y ρn (x) dx = 1.
n RN
Para cada n ≥ 1, sea ϕn la función definida por
Z
ϕn (x) = ρn (x − y)u(y) dy ∀ x ∈ RN .
Ω
De los resultados del Apéndice E, se obtiene que para cada n ≥ 1, la función ϕn está bien definida,
1
pertenece a C ∞ (RN ), el soporte de ϕn está contenido en K + B(0, ), y la sucesión ϕn converge a u
e
n
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 55
en Lp (RN ), donde u
e es la prolongación por cero de u a RN \ Ω. Con esto, es inmediato, que existe un
n0 ≥ 1 tal que para todo n ≥ n0 , ϕn ∈ D(Ω) y ϕn → u en Lp (Ω).
Ahora, sea u ∈ Lp (Ω) tal que no es cero c.p.d fuera de un compacto contenido en Ω. Definamos
para cada entero n ≥ 1 el conjunto
1
Ωn = {x ∈ Ω; d(x, RN \ Ω) > , |x| < n}.
n
Es fácil comprobar que los conjuntos Ωn así definidos son abiertos tales que Ωn es un compacto
contenido en Ω, y se satisface [
Ωn ⊂ Ωn+1 y Ωn = Ω.
n≥1
Demostración.- Por el Teorema 3.3.4, D(Ω) es un subespacio vectorial denso en el espacio de Hilbert
L2 (Ω), así que su ortogonal se reduce al elemento nulo. ¥
Otra consecuencia del Teorema 3.3.4 viene dada por el siguiente resultado:
Demostración.- Basta tener en cuenta el Teorema 3.3.4, y el hecho de que dado K ⊂ Ω compacto,
el conjunto de los polinomios en las variables x1 , ..., xN con coeficientes racionales es denso en C 0 (K)
(se dejan los detalles como ejercicio). ¥
Observación 3.3.7 El espacio L∞ (Ω) no es separable (una demostración de esta afirmación se puede
encontrar en [1]).
Teorema 3.3.8 Dada ϕ ∈ Cc1 (Ω), existe una sucesión {ϕn } ⊂ D(Ω) tal que para todo p ∈ [1, +∞]
Demostración.- Se toma la sucesión (ρn )n≥1 ⊂ D(RN ), definida por (3.21), que se construyó en la
demostración del Teorema 3.3.4.
Sea ϕ ∈ Cc1 (Ω) dada. Para cada n ≥ 1, sea ϕn la función definida por
Z
ϕn (x) = ρn (x − y)ϕ(y) dy ∀ x ∈ RN .
Ω
De los resultados del Apéndice E, se obtiene que para cada n ≥ 1, la función ϕn está bien definida,
1
pertenece a C ∞ (RN ), el soporte de ϕn está contenido en sop ϕ + B(0, ), y la sucesión ϕn converge a
n
e en Lp (RN ), y uniformemente en los compactos de RN , donde ϕ
ϕ e es la prolongación por cero de ϕ a
RN \ Ω. También, por ser ϕ e ∈ Cc1 (RN ), se tiene que, para cada i = 1, ..., N , la sucesión ∂i ϕn converge
e en Lp (RN ), y uniformemente en los compactos de RN . Con esto, es inmediato, que existe un
a ∂i ϕ
n0 ≥ 1 tal que para todo n ≥ n0 , ϕn ∈ D(Ω) y la sucesión {ϕn }n≥n0 satisface las conclusiones del
teorema. ¥
56 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Observación 3.3.9 Motivado, entre otras cosas, por el hecho de que C 0 (Ω) 6⊂ Lp (Ω), se introduce el
espacio de las funciones localmente integrables en Ω:
Es inmediato comprobar que L1loc (Ω) es un subespacio vectorial de M(Ω)/N , así como que se tienen
las inclusiones:
C 0 (Ω) ⊂ L1loc (Ω) y Lp (Ω) ⊂ L1loc (Ω) ∀ p ∈ [1, +∞].
Es importante el siguiente resultado, que generaliza al Corolario 3.3.5, y cuya demostración se
puede consultar en el Apéndice E:
Z
Proposición 3.3.11 Si u ∈ L1loc (Ω) es tal que u(x)ϕ(x) dx = 0 para toda ϕ ∈ D(Ω), entonces
Ω
u = 0 c.p.d. en Ω.
El espacio D(Ω) puede ser dotado de una topología, la denominada topología límite inductivo, que
no proviene de una norma, pero que es compatible con la estructura de espacio vectorial del mismo.
Nos contentamos con describir en qué se traduce la convergencia de sucesiones para esta topología.
Definición 3.3.12 Sean {ϕn }n≥1 una sucesión en D(Ω) y ϕ ∈ D(Ω). Diremos que ϕn converge a ϕ
en D(Ω), y escribiremos ϕn → ϕ en D(Ω), si
2. máx |∂ α ϕn (x) − ∂ α ϕ(x)| → 0 cuando n tiende a infinito, para todo multiíndice α ∈ INN .
x∈Ω
(naturalmente, ∂ 0 es la identidad).
Definición 3.3.13 Una distribución sobre Ω es cualquier aplicación T : D(Ω) → IR tal que:
1. T es lineal,
A partir de ahora, si T ∈ D0 (Ω), usaremos de manera indistinta las notaciones T (ϕ) y < T, ϕ >. Es
inmediato comprobar que dada T : D(Ω) → IR lineal, T es una distribución sobre Ω si y sólo si
El conjunto D0 (Ω) dotado de las operaciones suma y producto por escalar definidos de manera
natural, es un espacio vectorial. El espacio D0 (Ω) es muy rico en elementos, en particular toda función
de L1loc (Ω) es identificable con una distribución sobre Ω. En concreto se tiene:
Proposición 3.3.14 Para cada u ∈ L1loc (Ω) denotemos por Tu la aplicación definida sobre D(Ω) con
valores en IR dada por
Z
(3.22) < Tu , ϕ >= u(x)ϕ(x) dx ∀ ϕ ∈ D(Ω).
Ω
Entonces se tiene
1. Tu ∈ D0 (Ω),
Demostración.- Es inmediato, a partir de los resultados obtenidos hasta ahora, todo salvo que la
aplicación dada por u ∈ L1loc (Ω) → Tu ∈ D0 (Ω) sea sobreyectiva. Un ejemplo de distribución sobre Ω
que no es identificable mediante (3.22) con una función de L1loc (Ω) lo constituye la delta de Dirac en
un punto de Ω. Dado a ∈ Ω, se define δa (la delta de Dirac en a) como la aplicación
δa : ϕ ∈ D(Ω) 7→ ϕ(a) ∈ R.
Es inmediato comprobar que δa ∈ D0 (Ω). Supongamos que existe u ∈ L1loc (Ω) tal que Tu = δa como
elementos de D0 (Ω), es decir:
Z
u(x)ϕ(x) dx = ϕ(a) ∀ ϕ ∈ D(Ω).
Ω
Entonces, en particular
Z
u(x)ϕ(x) dx = 0 ∀ ϕ ∈ D(Ω \ {a}),
Ω
y en consecuencia, por la Proposición 3.3.11, u = 0 c.p.d. en Ω \ {a}, y por tanto también u = 0 c.p.d.
en Ω. Así: Z
0= u(x)ϕ(x) dx = ϕ(a) ∀ ϕ ∈ D(Ω),
Ω
contra el hecho de que sabemos que existen funciones ϕ ∈ D(Ω) tales que ϕ(a) = 1. ¥
Observación 3.3.15 A partir de ahora, si u ∈ L1loc (Ω) identificamos, si no hay confusión, u con la
distribución Tu sobre Ω definida por (3.22) y se le llama distribución regular. Con esta identificación,
teniendo en cuenta 2. de la proposición precedente, resulta que L1loc (Ω) es un subespacio vectorial propio
de D0 (Ω).
Sobre el espacio D0 (Ω) es posible definir una topología (a partir de la de D(Ω)) para la que la noción
de convergencia de sucesiones se traduce en la definición siguiente:
58 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Definición 3.3.16 Dada una sucesión {Tn }n≥1 en D0 (Ω), diremos que la sucesión converge a un
elemento T ∈ D0 (Ω), cuando n tiende a infinito, si para toda ϕ en D(Ω) se satisface:
Observación 3.3.17 Es fácil comprobar que el límite es único. También es fácil ver que si un → u
en Lp (Ω), entonces un → u en D0 (Ω).
Vamos ahora a introducir un concepto de derivación en D0 (Ω) de tal manera que toda distribución
va a ser derivable de todos los órdenes. En particular, con este concepto, toda función de L1loc (Ω) será
derivable en el sentido de D0 (Ω).
Para motivar la definición consideremos dada una función u ∈ C 0 (Ω), tal que existe la derivada
parcial (en sentido clásico) ∂k u para algún 1 ≤ k ≤ N y ∂k u ∈ C 0 (Ω). En tal caso Tu y T∂k u pertenecen
a D0 (Ω) y se puede uno plantear que relación existe entre Tu y T∂k u como distribuciones.
En primer lugar, para toda ϕ ∈ D(Ω) se tiene:
Z Z Z
< T∂k u , ϕ >= ∂k u(x)ϕ(x) dx = ∂k (uϕ)(x) dx − u(x)∂k ϕ(x) dx = − < Tu , ∂k ϕ > .
Ω Ω Ω
En consecuencia se tiene:
Con esta noción, toda distribución, y en particular toda función localmente integrable, es derivable
de cualquier orden, y se tiene la independencia del orden en la derivación, es decir, para todo par α y
β de multiíndices de derivación y toda T ∈ D0 (Ω), se tiene:
∂ α (∂ β T ) = ∂ β (∂ α T ) = ∂ α+β T.
Es también fácil comprobar que la derivación es una operación lineal secuencialmente continua en
D0 (Ω), es decir, para todo multiíndice de derivación α la aplicación
T ∈ D0 (Ω) 7→ ∂ α T ∈ D0 (Ω),
Observación 3.3.19 Naturalmente, existen funciones de L2 (Ω) que no son derivables en sentido clási-
co, pero sí poseen derivada en el sentido de D0 (Ω). Así, por ejemplo, si tomamos Ω = (−1, 1)×(−1, 1) ⊂
R2 , y u : Ω 7→ R definida por (
x1 si x1 ≥ 0,
u(x1 , x2 ) =
0 si x1 < 0,
es un sencillo ejercicio comprobar que u ∈ L2 (Ω), no posee derivada clásica respecto de x1 en todos los
puntos de la forma (0, x2 ) ∈ Ω, pero la función
(
1 si x1 ≥ 0,
v1 (x1 , x2 ) =
0 si x1 < 0,
pertenece a L2 (Ω) y es la derivada en el sentido de D0 (Ω) de primer orden de u respecto de x1 .
Definición 3.4.1 Se define el espacio de Sobolev H 1 (Ω) como el conjunto de todas las (clases de)
funciones de L2 (Ω) tales que sus derivadas primeras en el sentido de D0 (Ω) pertenecen a L2 (Ω). Es
decir:
(3.27) H 1 (Ω) = {u ∈ L2 (Ω); ∂i u ∈ L2 (Ω) ∀ 1 ≤ i ≤ N }.
La Definición 3.4.1 tiene perfecto sentido, ya que la igualdad ∂i Tu = Tvi , donde u y vi pertenecen a
L1loc (Ω), determina de manera unívoca, dada u, a vi .
Observación 3.4.3 Si u y vi ∈ L2 (Ω) satisfacen la relación (3.28), entonces, por el Teorema 3.3.8,
es inmediato que se satisface también
Z Z
(3.29) vi ϕ dx = − u∂i ϕ dx ∀ϕ ∈ Cc1 (Ω),
Ω Ω
y en consecuencia, (3.29) puede ser usada, sustituyendo a (3.28), como la definición de derivada de
primer orden de u respecto de xi en D0 (Ω).
Es inmediato comprobar que H 1 (Ω) es un subespacio vectorial de L2 (Ω) que contiene a Cc1 (Ω), y
que C 1 (Ω) 6⊂ H 1 (Ω). Si Ω es acotado, entonces C 1 (Ω̄) ⊂ H 1 (Ω).
Sobre H 1 (Ω) se define el producto:
(3.30) (u, v)H 1 (Ω) = (u, v)L2 (Ω) + (∇u, ∇v)L2 (Ω)N
donde
Z N Z
X
(3.31) (∇u, ∇v)L2 (Ω)N = ∇u · ∇v dx = ∂i u∂i v dx.
Ω i,j=1 Ω
Se tiene:
60 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Teorema 3.4.4 La igualdad (3.30) define un producto escalar en H 1 (Ω). Dotado de dicho producto
escalar, H 1 (Ω) es un espacio de Hilbert.
(3.32) un → u y ∂i un → vi en L2 (Ω).
Lo que queda por demostrar es que vi = ∂i u, en cuyo caso estará probado que u ∈ H 1 (Ω) y un
converge a u en H 1 (Ω). Para ello, basta tener en cuenta que (3.32) implica que
(3.33) un → u y ∂i un → vi en D0 (Ω),
y que un → u en D0 (Ω) implica que también ∂i un → ∂i u en D0 (Ω). Esto último, junto a (3.33) implica
que vi = ∂i u, como queríamos. ¥
Observación 3.4.5 A partir de ahora consideramos siempre a H 1 (Ω) dotado del producto escalar
definido por (3.31). La norma inducida en H 1 (Ω) por dicho producto escalar viene dada por
³ ´1/2
(3.34) kukH 1 (Ω) = kuk2L2 (Ω) + k∇uk2L2 (Ω)N ,
donde
N
X
(3.35) k∇uk2L2 (Ω)N = k∂i uk2L2 (Ω) .
i=1
Observación 3.4.6 De la demostración del Teorema 3.4.4 se concluye que para probar que una suce-
sión {un } ⊂ H 1 (Ω) es convergente en H 1 (Ω) basta comprobar que {un } y {∂i un }, 1 ≤ i ≤ N , son
convergentes en L2 (Ω).
El conjunto J(H 1 (Ω)) ⊂ Y es separable por serlo Y . Por otra parte, es inmediato que J es lineal
¡ ¢
y conserva las normas, y en particular es inyectiva. En consecuencia J −1 J(H 1 (Ω)) (= H 1 (Ω)) es
separable. ¥
Definición 3.4.9 Se define el espacio H01 (Ω) como la clausura de D(Ω) en H 1 (Ω). En consecuencia,
H01 (Ω) es un subespacio vectorial cerrado de H 1 (Ω), y dotado del producto escalar de H 1 (Ω), el espacio
H01 (Ω) es un espacio de Hilbert separable.
Observación 3.4.10 Por la Observación 3.4.8, H01 (RN ) = H 1 (RN ), pero en general H01 (Ω) 6= H 1 (Ω).
Se puede demostrar que si u ∈ H 1 (Ω) y existe K ⊂ Ω compacto tal que u = 0 c.p.d. en Ω \ K, entonces
u ∈ H01 (Ω) (ver [1]). En [1] también puede encontrarse la demostración de que si u ∈ H 1 (Ω) ∩ C 0 (Ω),
y u|∂Ω = 0, entonces u ∈ H01 (Ω).
Por otra parte, en [2] se puede consultar la demostración del siguiente resultado, que será estudiado
en la asignatura Ampliación de Ecuaciones en Derivadas Parciales, y que indica que la pertenencia de
u a H01 (Ω) implica, en algún sentido, que u se anula sobre ∂Ω (obsérvese que a priori no tiene sentido
hablar de los valores de una clase de funciones iguales casi por doquier sobre un conjunto, en general
de medida nula en RN , como ∂Ω):
Teorema 3.4.11 (de trazas) Sea Ω ⊂ RN un abierto conexo acotado de frontera de clase C 0,1 (o sea
Ω = RN 1 2
+ ). Bajo estas condiciones, existe una y sólo una aplicación γ ∈ L(H (Ω); L (∂Ω))tal que
A γ se le denomina la aplicación traza (de orden cero) sobre ∂Ω. A γ(u) se le denomina la traza de
u sobre ∂Ω, y por abuso de notación se denota γ(u) = u|∂Ω (el “valor"de u sobre la frontera de Ω).
Además para dicha aplicación γ se satisface que el conjunto γ(H 1 (Ω)) está contenido estrictamente en
L2 (∂Ω), el núcleo de γ coincide con H01 (Ω), es decir,
y
Z Z Z
(3.37) u∂i v dx = − v∂i u dx + γ(u)γ(v)ni dσ ∀u, v ∈ H 1 (Ω).
Ω Ω ∂Ω
Teorema 3.4.12 (desigualdad de Poincaré) Si Ω es acotado en al menos una dirección entonces existe
una constante C > 0, que sólo depende de Ω, tal que
Z N Z
X
2
(3.38) |u(x)| dx ≤ C |∂i u(x)|2 dx, ∀u ∈ H01 (Ω).
Ω i=1 Ω
Demostración.- Por densidad, basta demostrar (3.38) en el caso en que u = ϕ ∈ D(Ω). Supongamos,
por fijar ideas, que Ω es acotado en la dirección de x1 . En tal caso, existe un M > 0, que fijamos, tal
que Ω ⊂ (−M, M ) × RN −1 .
62 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
sop ϕ ⊂ Ω ⊂ (−M, M ) × RN −1 .
De la desigualdad de Poincaré se deduce que entonces (·, ·)H 1 (Ω) es un producto escalar sobre H01 (Ω)
0
que induce una norma equivalente a la de H 1 (Ω), dada por
En consecuencia, F ∈ H −1 (Ω).
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 63
Observación 3.4.16 A partir de ahora, siempre consideraremos L2 (Ω) identificado con su dual topológi-
co por el teorema de representación de Riesz, pero no identificaremos H01 (Ω) con H −1 (Ω), sino que
identificaremos los elementos de H −1 (Ω) por la fórmula (3.41). De esta forma, L2 (Ω) queda identificado
con un subespacio de H −1 (Ω), y obtenemos
Observación 3.4.18 Utilizando la misma argumentación que en la demostración del Teorema 3.4.15,
es fácil concluir que dado F ∈ (H 1 (Ω))∗ también existen N + 1 funciones f0 , f1 , ..., fN en L2 (Ω) tales
que se satisface (3.41) para toda v ∈ H 1 (Ω), y
ÃN !1/2
X
2
kF k(H 1 (Ω))∗ = kfi k L2 (Ω) .
i=0
Definición 3.5.1 Sea Ω ⊂ RN un abierto acotado, y f ∈ L2 (Ω) dada. Se denomina solución débil del
problema (3.42) a cualquier función u que sea solución de
1
u ∈ H0 (Ω),
(3.43) Z Z
∇u · ∇v dx = f v dx ∀v ∈ H01 (Ω).
Ω Ω
Observación 3.5.2 Es inmediato comprobar, teniendo en cuenta la densidad de D(Ω) en H01 (Ω), que
el problema (3.43) es equivalente a
(
u ∈ H01 (Ω),
(3.44)
−∆u = f en D0 (Ω).
En consecuencia, (3.44) puede ser tomada de manera equivalente como la definición de solución débil
del problema (3.42). A la formulación (3.43) del concepto de solución débil se le denomina también
formulación variacional del problema (3.42).
Observación 3.5.3 El concepto de solución débil de (3.42) es una generalización del de solución
clásica. En concreto, si suponemos que Ω ⊂ RN es un abierto acotado, f ∈ C 0 (Ω) ∩ L2 (Ω), y u ∈
C 2 (Ω) ∩ C 0 (Ω) es solución clásica de (3.42) tal que ∇u ∈ L2 (Ω)N , entonces u es solución débil de
(3.42). En efecto, en primer lugar observemos que −∆u(x) = f (x) en todo punto de Ω, implica que
−∆u = f en D0 (Ω). Por otra parte, evidentemente u ∈ H 1 (Ω) ∩ C 0 (Ω) y u = 0 sobre ∂Ω, y ello implica
(ver [1]) que u ∈ H01 (Ω). Así pues, u es solución de (3.44), y por tanto de (3.43).
Proposición 3.5.4 Si Ω ⊂ RN es un abierto acotado, entonces para cada f ∈ L2 (Ω) existe una y sólo
una u solución débil de (3.42). Dicha u viene caracterizada por
Z Z µ Z Z ¶
1 2 1 2
(3.45) |∇u| dx − f u dx = mín |∇v| dx − f v dx .
2 Ω Ω v∈H01 (Ω) 2 Ω Ω
Además (dependencia continua respecto del dato f ) existe una constante C > 0, que sólo depende de
Ω, tal que
kukH 1 (Ω) ≤ Ckf kL2 (Ω) .
Demostración.- Es inmediata. Basta recordar el Teorema 3.4.12 de Poincaré y aplicar el Lema 3.2.13
de Lax-Milgram en V = H01 (Ω), con kvk = k∇vkL2 (Ω)N ,
N Z
X Z
a(u, v) = ∂i u∂i v dx y f (v) = f v dx.
i=1 Ω Ω
¥
La noción de solución débil, y la existencia y unicidad de la misma, puede ser extendida a situaciones
más generales. Por ejemplo, consideremos dadas una función c ∈ L∞ (Ω), N +1 funciones fi , 0 ≤ i ≤ N ,
en L2 (Ω), y una función ge ∈ H 1 (Ω). Consideremos el problema
N
X
−∆u + c(x)u = f0 − ∂i fi en Ω,
(3.46) i=1
u = ge sobre ∂Ω.D0 (Ω).
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 65
Observación 3.5.6 Al igual que pasaba con el problema (3.42), es sencillo comprobar, teniendo en
cuenta la densidad de D(Ω) en H01 (Ω), que el problema (3.47) es equivalente a
u ∈ ge + H01 (Ω),
N
X
en D0 (Ω).
−∆u + cu = f0 − ∂i fi
i=1
" µZ Z ¶ Z N Z
#
1 X
2 2
(3.48) = mín |∇v| dx + c(x)v dx − f0 v dx − fi ∂i v dx .
g +H01 (Ω) 2
v∈e Ω Ω Ω Ω i=1
Además (dependencia continua respecto de los datos ) existe una constante C > 0, que sólo depende de
Ω y de kckL∞ (Ω) , tal que
à N
!
X
(3.49) kukH 1 (Ω) ≤ C kfi kL2 (Ω) + ke
g kH 1 (Ω) .
i=0
Demostración.- Sea V = H01 (Ω) con el producto escalar (u, v) = (∇u, ∇v)L2 (Ω)N . Consideremos
Z Z
a(u, v) = ∇u · ∇v dx + c(x)uv dx,
Ω Ω
y
f (v) = fe(v) − a(g̃, v).
(3.50) u = ge + u
e, e ∈ H01 (Ω),
con u y u, v) = f (v) ∀ v ∈ H01 (Ω).
a(e
66 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Para obtener ahora la existencia y unicidad de solución débil de (3.46), así como la caracterización
(3.48), basta aplicar el teorema de Lax-Milgram, y tener en cuenta que
µ ¶ µ ¶
1 1 1
mín a(e
v , ve) − f (e
v ) = mín g + ve, ge + ve) − fe(e
a(e g , ge) + fe(e
g + ve) − a(e g ).
e∈H01 (Ω) 2
v e∈H01 (Ω) 2
v 2
ÃN !
X
≤ (1 + kckL∞ (Ω) ) kfi kL2 (Ω) + ke
g kH 1 (Ω) ke
ukH 1 (Ω) .
i=0
Basta ahora tener en cuenta la equivalencia de las normas k · kH 1 (Ω) y k · kH 1 (Ω) en H01 (Ω). ¥
0
Capítulo 4
TEORÍA ESPECTRAL DE
OPERADORES COMPACTOS
1. N (T ) = R(T ∗ )⊥ .
2. N (T ∗ ) = R(T )⊥ .
3. N (T )⊥ = R(T ∗ ).
4. N (T ∗ )⊥ = R(T ).
x ∈ N (T ) ⇐⇒ T x = 0 ⇐⇒ (T x, y) = 0 ∀y ∈ G
⇐⇒ (x, T ∗ y) = 0 ∀y ∈ G ⇐⇒ x ∈ R(T ∗ )⊥ ,
67
68 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
BX = {x ∈ X; kxk ≤ 1}.
Definición 4.2.1 Un operador T ∈ L(X, Y ) se dice que es compacto si el conjunto T (BX ) es relati-
vamente compacto en Y .
Observación 4.2.3 Como Y es, en particular, un espacio métrico completo, dado un conjunto C ⊂ Y ,
para determinar si es relativamente compacto en Y , basta comprobar que, para todo ε > 0, C puede
ser recubierto por un número finito de bolas de Y de radio ε (ver [10]).
Observación 4.2.4 Es bien conocido el Teorema de Riesz, que nos indica que BX es compacta, si y
sólo si X es un espacio vectorial de dimensión finita. En consecuencia, si denotamos por I al operador
identidad de X sobre X, y suponemos que X no es de dimensión finita, I ∈ L(X), pero no es un
operador compacto.
Definición 4.2.5 Un operador T ∈ L(X, Y ) se dice que es de rango finito si la dimensión de R(T ) =
{T x; x ∈ X} es finita.
Observación 4.2.6 Como en todo espacio normado de dimensión finita un conjunto es relativamente
compacto si y sólo si es acotado, resulta evidente que todo operador T ∈ L(X, Y ) de rango finito es
compacto.
Teorema 4.2.7 El conjunto de todos los operadores T ∈ L(X, Y ) compactos es un subespacio vectorial
cerrado de L(X, Y ).
Demostración.- Como ya hemos dicho, es sencillo comprobar que toda combinación lineal de oper-
adores de L(X, Y ) compactos es un operador compacto. Lo que queda por demostrar es que si {Tn } ⊂
L(X, Y ) es una sucesión de operadores compactos, y T ∈ L(X, Y ) es tal que kTn − T kL(X,Y ) → 0,
entonces T es también compacto. Para ello, basta con demostrar que, fijado ε > 0, el conjunto T (BX )
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 69
puede ser recubierto por un número finito de bolas de Y de radio ε. Fijemos ε > 0, y tomemos un nε
ε
tal que kTnε − T kL(X,Y ) < . Como Tnε (BX ) es relativamente compacto, existe un número finito Iε de
2 [ [
ε
elementos {yi }i∈Iε ⊂ Y tales que Tnε (BX ) ⊂ B(yi , ). En consecuencia, T (BX ) ⊂ B(yi , ε). ¥
2
i∈Iε i∈Iε
Como consecuencia del Teorema 4.2.7 y la Observación 4.2.6, resulta inmediato:
Corolario 4.2.8 Si {Tn } ⊂ L(X, Y ) es una sucesión de operadores rango finito, y T ∈ L(X, Y ) es tal
que kTn − T kL(X,Y ) → 0, entonces T es compacto.
Observación 4.2.9 Cuando X e Y son espacios de Hilbert, el recíproco del Corolario 4.2.8 es también
cierto, es decir, si H y G son dos espacios de Hilbert y T ∈ L(H, G) es compacto, entonces existe una
sucesión {Tn } ⊂ L(H, G) de operadores de rango finito tal que kTn − T kL(H,G) → 0 (ver [1]).
Otro ejemplo de operadores compactos lo constituye la clase de los operadores integrales en C 0 ([a, b])
o en Lp (a, b), con p ∈ (1, 2] y a, b finitos. En concreto,
Definición 4.2.10 Sea K ∈ C 0 ([a, b] × [a, b]) una función dada. Se denomina operador integral en
C 0 ([a, b]) de núcleo integral K, al operador T : C 0 ([a, b]) 7→ C 0 ([a, b]) definido por
Z b
(4.1) (T φ)(t) = K(t, s)φ(s) ds ∀ t ∈ [a, b], ∀ φ ∈ C 0 ([a, b]).
a
1 1
Definición 4.2.11 Sean p ∈ (1, 2] y K ∈ Lq ((a, b) × (a, b)), con + = 1, dados. Se denomina
p q
operador integral en Lp (a, b) de núcleo integral K, al operador T : Lp (a, b) 7→ Lp (a, b) definido por
Z b
(4.2) (T φ)(t) = K(t, s)φ(s) ds c.p.d. t ∈ (a, b), ∀ φ ∈ Lp (a, b).
a
1. Si K ∈ C 0 ([a, b] × [a, b]), el operador integral T definido por (4.1) pertenece a L(C 0 ([a, b])), y es
compacto.
2. Si K ∈ Lq ((a, b) × (a, b)), el operador integral T definido por (4.2) pertenece a L(Lp (a, b)), y es
compacto.
Demostración.- 1. Es sencillo comprobar que si K ∈ C 0 ([a, b] × [a, b]), T dado por (4.1) está bien
definido y pertenece a L(C 0 ([a, b])). Además, en este caso si {φn } es una sucesión acotada en C 0 ([a, b]),
es fácil comprobar que {T φn } es una sucesión acotada y equicontinua en C 0 ([a, b]), con lo que, por
el Teorema de Ascoli-Arzelà, existe una subsucesión de {T φn } que es convergente en C 0 ([a, b]), y por
tanto, si K ∈ C 0 ([a, b] × [a, b]), el operador T definido por (2,1) es compacto en C 0 ([a, b]).
2. También es fácil comprobar que si K ∈ Lq ((a, b) × (a, b)), el operador T dado por (4.2) está bien
definido y pertenece a L(Lp (a, b)).
Para demostrar en este caso que T es compacto, se supone en primer lugar que K ∈ C 0 ([a, b]×[a, b]).
En tal caso, si {φn } es una sucesión acotada en Lp (a, b), es fácil comprobar que {T φn } es una sucesión
acotada y equicontinua en C 0 [a, b], con lo que, por el Teorema de Ascoli-Arzelà, existe una subsucesión
de {T φn } que es convergente en C 0 ([a, b]), y por tanto también es convergente en Lp (a, b). Así pues,
si K ∈ C 0 ([a, b] × [a, b]), el operador T definido por (4.2) es compacto en Lp (a, b).
70 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
En el caso general, basta tener en cuenta el Teorema 4.2.7, y la densidad del espacio C 0 ([a, b]×[a, b])
en Lp ((a, b) × (a, b)) (se dejan los detalles como ejercicio). ¥
Dos propiedades generales de interés de los operadores compactos vienen dadas por los siguientes
resultados:
Demostración.- Es inmediata. ¥
Teorema 4.2.15 (de Schauder) Sean H y G dos espacios de Hilbert reales. Un operador T ∈ L(H, G)
es compacto si y sólo si su adjunto T ∗ es también compacto.
Demostración.- Como T = (T ∗ )∗ , sólo hay que demostrar que si T es compacto, entonces T ∗ también
es compacto.
Supongamos por tanto que T ∈ L(H, G) es compacto. Sea {yn } ⊂ G una sucesión acotada. Lo
que hay que comprobar es que se puede extraer una subsucesión {ynk } ⊂ {yn } tal que {T ∗ ynk } sea
convergente en H. Para ver esto último, denotemos por fn a la aplicación
fn : z ∈ T (BH ) 7→ (z, yn ) ∈ R.
Es inmediato comprobar que la sucesión F = {fn } constituye una familia acotada y equicontinua de
C 0 (T (BH )). Teniendo en cuenta que T (BH ), con la distancia inducida por la norma de G, es un espacio
métrico compacto, por el Teorema de Ascoli (ver [10]), podemos afirmar que existe una subsucesión
{fnk } ⊂ {fn } que es convergente en C 0 (T (BH )). En particular, la sucesión {fnk } es de Cauchy en
C 0 (T (BH )), y por consiguiente, como
Lema 4.3.1 (de Riesz) Sean X un espacio normado, y X0 ⊂ X un subespacio vectorial cerrado de X
tal que X0 6= X. Entonces, para cada θ ∈ (0, 1) existe un elemento xθ ∈ X tal que
Observación 4.3.2 En el caso en que X un espacio de Hilbert, el Lema 4.3.1 es también válido para
θ = 1 (hágase como ejercicio).
Teorema 4.3.3 (de alternativa de Fredholm) Sean H un espacio de Hilbert real, T ∈ L(H) un operador
compacto, y denotemos por I al operador identidad de H sobre H. Entonces, se satisfacen las siguientes
propiedades:
(4.5) yn = xn − P xn − T (xn − P xn ).
La sucesión xn − P xn está acotada. En efecto, si dicha sucesión no estuviese acotada, habría una
subsucesión xnk − P xnk tal que kxnk − P xnk k → ∞, y en tal caso, denotando
xnk − P xnk
znk = ∈ M ⊥,
kxnk − P xnk k
Además, como kznk k = 1, extrayendo una subsucesión, que vamos a seguir denotando znk , podemos
suponer (ya que T es compacto) que existe z ∈ H tal que T znk → z, con lo que, por (4.6), znk → z, y
z ∈ M . Evidentemente, kzk = 1, y como znk ∈ M ⊥ , z ∈ M ⊥ . En resumen, z ∈ M ∩ M ⊥ , con lo que
z = 0, y sin embargo kzk = 1, lo cuál es un absurdo. Así pues, la sucesión xn − P xn está acotada.
En consecuencia, existen una subsucesión xnj − P xnj y un w ∈ H, tales que T (xnj − P xnj ) → w.
Entonces, por (4.5), xnj −P xnj → w+y, y por tanto T (xnj −P xnj ) → T w+T y. Así pues, w = T w+T y,
con lo que y = y + w − T (y + w), es decir, y ∈ R(I − T ).
Para demostrar 3., basta comprobar que N (I − T ) = {0} ⇔ R(I − T ) = H. Para ello, supongamos
en primer lugar que N (I −T ) = {0}, y R(I −T ) 6= H. En tal caso, como R(I −T ) es cerrado, denotando
H1 = R(I − T ), obtenemos un subespacio de Hilbert de H, distinto de H. Además, T (H1 ) ⊂ H1 , y
T restringido a H1 es compacto. En consecuencia, H2 = (I − T )(H1 ) es un subespacio cerrado de H1 ,
y como I − T es inyectivo, H2 está estrictamente contenido en H1 . Definiendo Hn = (I − T )n (H),
para n ≥ 1, obtenemos una sucesión estrictamente decreciente de subespacios de Hilbert de H. Por
72 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
el Lema de Riesz y la Observación 4.3.2, existe una sucesión {xn } tal que xn ∈ Hn , kxn k = 1, y
d(xn , Hn+1 ) ≥ 1. Evidentemente, si n > m
T xn − T xm = xn − (xn − T xn ) + (xm − T xm ) − xm ,
Λ : N (I − T ) 7→ N (I − T ∗ ),
lineal continua para la norma de H, tal que es inyectiva pero no es suprayectiva. Sea P el operador de
proyección ortogonal de H sobre N (I − T ), y definamos
S = T + (Λ ◦ P ).
0 = x − Sx = (x − T x) − (Λ ◦ P )x,
Observación 4.3.4 El Teorema 4.3.3 es también válido para un operador T ∈ L(X), con X espacio
de Banach, estando en este caso definida la ortogonalidad mediante el produto de dualidad (ver [1] para
los detalles).
Observación 4.4.2 Si µ ∈ ρ(T ), entonces, por el Teorema del inverso de Banach, (T −µI)−1 ∈ L(X).
Observación 4.4.4 Es claro que V P (T ) ⊂ σ(T ), y en general la inclusión es estricta. Basta consid-
erar la aplicación
T : x = (x1 , x2 , x3 , ....) ∈ l2 7→ (0, x1 , x2 , ....) ∈ l2 ,
Proposición 4.4.5 Para todo operador T ∈ L(X) el espectro es un conjunto compacto de R tal que
Demostración.- En primer lugar, demostramos (4.7). Para ello, supongamos que µ ∈ R es tal que
|µ| > kT k, y demostremos que T − µI es biyectivo. En efecto, dado y ∈ X, la ecuación T x − µx = y
1
es equivalente a la ecuación x = (T x − y), pero esta última posee una y sólo una solución por el
µ
1
teorema del punto fijo de Banach, ya que la aplicación x ∈ X 7→ (T x − y) ∈ X es contractiva por ser
µ
|µ| > kT k.
Para terminar con la demostración, basta probar que ρ(T ) es un subconjunto abierto de R. Sea
µ0 ∈ ρ(T ), y demostremos que todo µ ∈ R suficientemente próximo a µ0 también pertenece a ρ(T ). Para
ello hay que demostrar que para todo µ ∈ R suficientemente próximo a µ0 , la ecuación T x − µx = y
posee una y sólo una solución para cada y ∈ X dado. Ahora bien, dicha ecuación es equivalente a
T x − µ0 x = y + (µ − µ0 )x, la cuál a su vez, por ser µ0 ∈ ρ(T ), es equivalente a
Basta ahora observar que, por el teorema del punto fijo de Banach, la ecuación (4.8) posee una y sólo
una solución para todo µ ∈ R tal que |µ − µ0 |k(T − µ0 I)−1 k < 1. ¥
4. El conjunto σ(T ) \ {0} o es vacío, o es finito, o es infinito numerable y, en este último caso,
puede ser ordenado formando una sucesión cuyos valores absolutos decrecen estrictamente a 0.
Demostración.-
1. Si 0 6∈ σ(T ), entonces T es biyectivo, T −1 ∈ L(X), y por la Proposición 4.2.13 tenemos que
I = T ◦ T −1 es compacto, con lo que la dimensión de X es finita.
2. Sea µ ∈ σ(T ) tal que µ 6= 0. Hemos de demostrar que entonces µ ∈ V P (T ). Para ello, procedamos
1
por reducción al absurdo, y supongamos que N (T −µI) = {0}. Entonces, como N (T −µI) = N (I − T )
µ
1
y el operador T es compacto, por la propiedad 3. del Teorema de alternativa de Fredholm, teniendo
µ
1
en cuenta la Observación 4.3.4, podemos afirmar que R(I − T ) = X, con lo que,
µ
1
R(T − µI) = −µR(I − T ) = X.
µ
Así pues, si µ ∈ σ(T ), con µ 6= 0 es tal que µ 6∈ V P (T ), entonces T − µI es biyectivo, y por tanto
µ ∈ ρ(T ), lo cuál es un absurdo. c) Hemos de probar que todos los puntos de σ(T ) \ {0} son aislados.
Es decir, hemos de demostrar que si {µn }n≥1 ⊂ σ(T ) \ {0} es una sucesión de números reales todos
distintos tal que µn → µ, entonces µ = 0. Consideremos dada, por tanto, una sucesión {µn }n≥1 en las
condiciones precedentes. De acuerdo con b), sabemos que para todo n ≥ 1 µn ∈ V P (T ). Fijemos, para
cada n ≥ 1 un elemento en ∈ N (T − µn I) tal que en 6= 0.
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 75
En primer lugar, podemos afirmar que el conjunto {en }n≥1 está formado por elementos linealmente
independientes. En efecto, razonando por inducción, si para un n ≥ 1 es cierto que los e1 , ...., en son
Xn
linealmente independientes, y en+1 = αi ei , entonces, como T en+1 = µn+1 en+1 ,
i=1
n
X n
X
T en+1 = αi µi ei = αi µn+1 ei ,
i=1 i=1
y por consiguiente αi (µi − µn+1 ) = 0 para todo i = 1, ..., n, con lo que αi = 0 para todo i = 1, ..., n, lo
que es absurdo.
Denotemos para cada n ≥ 1 por Xn al subespacio vectorial de X generado por e1 , ..., en . Como
el conjunto {em }m≥1 está formado por elementos linealmente independientes, obtenemos una sucesión
estrictamente creciente de subespacios vectoriales de dimensión finita, y por tanto cerrados, de X.
Aplicando el Lema 4.3.1 de Riesz, podemos construir una sucesión {xn }n≥2 en X tal que para todo
1
n ≥ 2, xn ∈ Xn , kxn k = 1, y d(xn , Xn−1 ) ≥ . Si 2 ≤ m < n, se tiene
2
Xm−1 ⊂ Xm ⊂ Xn−1 ,
Entonces,
σ(T ) ⊂ [m, M ].
Demostración.- Por definición, (T x, x) ≥ mkxk2 para todo x ∈ H, y por tanto, para todo µ ∈ R se
satisface
es también coerciva, con lo que, aplicando el teorema de Lax-Milgram, se concluye que µ ∈ ρ(T ). Si
µ > M, entonces −µ < inf kxk=1 (−T x, x), con lo que −µ ∈ ρ(−T ), es decir, µ ∈ ρ(T ). Queda así
probado que σ(T ) ⊂ [m, M ].
Si T es autoadjunto, entonces la forma bilineal am (x, y), definida por (4.11) para µ = m, es simétrica
y satisface am (x, x) ≥ 0 para todo x ∈ H. Así pues, aplicando la desigualdad de Cauchy-Schwarz a la
forma bilineal am (x, y), se obtiene
de donde en particular, poniendo y = T x − mx, se obtiene que existe una constante C > 0 tal que
Sea {xn } ⊂ H una sucesión minimizante, i.e. tal que kxn k = 1 para todo n ≥ 1, y (T xn , xn ) → m,
tal sucesión existe por la definición de ínfimo. Por (4.12) se obtiene que T xn − mxn → 0, con lo que
si suponemos que m ∈ ρ(T ), entonces xn = (T − mI)−1 (T xn − mxn ) → 0, en contradicción con que
kxn k = 1 para todo n ≥ 1. Así pues, m ∈ σ(T ). Finalmente, que M ∈ σ(T ) se obtiene reemplazando
T por −T . ¥
Como consecuencia de la proposición precedente, se obtiene
Corolario 4.5.2 Si T ∈ L(H) es un operador autoadjunto tal que σ(T ) ⊂ {0}, entonces σ(T ) = {0}
y T = 0.
Demostración.- Si T ∈ L(H) es un operador autoadjunto tal que σ(T ) ⊂ {0}, como por la proposición
precedente sabemos que m y M pertenecen a σ(T ), podemos afirmar que σ(T ) es no vacío y
(T x, x) = 0 ∀ x ∈ H.
2(T x, y) = (T (x + y), x + y) − (T x, x) − (T y, y) = 0 ∀ x, y ∈ H,
es decir, T = 0. ¥
El objetivo ahora, es mostrar que si H es separable, todo operador T ∈ L(H) compacto y autoadjun-
to es “diagonalizable” en una base ortonormal de H convenientemente elegida. Para ello, introducimos
algunas consideraciones previas.
Definición 4.5.3 Sea {Hn }n≥0 una sucesión de subespacios vectoriales cerrados de H. Se dice que H
es suma de Hilbert de la sucesión {Hn }n≥0 si:
(xm , xn ) = 0 ∀ x m ∈ Hm , ∀ xn ∈ Hn ,
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 77
[
2. El espacio vectorial generado por Hn es denso en H.
n≥0
El concepto precedente generaliza el concepto de base de Hilbert de H, ya que si {en }n≥1 es una base
de Hilbert de H, y denotamos H0 = {0}, y Hn al espacio vectorial generado por en , es obvio que H es
suma de Hilbert de la sucesión {Hn }n≥0 así construida. De hecho, se tiene:
Teorema 4.5.4 Sea {Hn }n≥0 una sucesión de subespacios vectoriales cerrados de H tal que H es suma
de Hilbert de dicha sucesión. Denotemos, para cada n ≥ 0 por Pn al operador de proyección ortogonal
de H sobre Hn . Dado x ∈ H, denotemos xn = Pn x. Entonces, se satisface:
∞
X k
X
1. x= xn , es decir, x = lím xn
k→∞
n=0 n=0
∞
X
2. kxk2 = kxn k2 (igualdad de Bessel-Parseval).
n=0
Recíprocamente, si {xn }n≥0 es una sucesión de elementos de H tal que xn ∈ Hn para todo n ≥ 0 y
∞
X ∞
X
kxn k2 < ∞, entonces la serie xn es convergente a un elemento x ∈ H que verifica Pn x = xn
n=0 n=0
∀ n ≥ 0.
k
X
Demostración.- Para cada entero k ≥ 0, denotemos Sk = Pn . Evidentemente, Sk ∈ L(H), y, por
n=0
ser los Hn ortogonales dos a dos, para todo x ∈ H se tiene
k
X
(4.13) kSk xk2 = kxn k2 .
n=0
∞
X
y en consecuencia la serie xn es convergente a un elemento x ∈ H. Que dicho elemento verifica
n=0
Pn x = xn ∀ n ≥ 0, es evidente. ¥
Podemos ahora demostrar el resultado fundamental:
Teorema 4.5.5 (Hilbert-Schmidt) Supongamos que H es un espacio de Hilbert real separable que no
es de dimensión finita, y sea T ∈ L(H) un operador compacto y autoadjunto. Sea {µn }n≥1 la colección
(vacía, finita o infinita numerable) de todos los autovalores distintos de T , exceptuado eventualmente
0. Denotemos µ0 = 0, y Hn = N (T − µn I) para n ≥ 0, con el convenio de que si la colección {µn }n≥1
es vacía o finita con m ≥ 0 elementos, entonces Hn = {0} para todo n ≥ m + 1. Entonces, se tiene:
1. El espacio H es suma de Hilbert de la sucesión {Hn }n≥0 .
Definición 4.6.1 Sea Ω ⊂ RN un abierto acotado no vacío. Se dice que λ ∈ R es un autovalor del
operador −∆ en Ω con condición de Dirichlet, si el problema de Dirichlet
(
−∆u = λu en Ω,
u=0 sobre ∂Ω,
posee una solución débil no nula; es decir, si existe una función u ∈ H01 (Ω), con u 6= 0, tal que
Z Z
∇u(x) · ∇v(x) dx = λ u(x)v(x) dx ∀ v ∈ H01 (Ω).
Ω Ω
El resultado que vamos a obtener sobre el espectro del operador −∆ con condición de Dirichlet, va
a ser consecuencia del siguiente teorema abstracto que es aplicable a otras muchas situaciones.
Teorema 4.6.2 Sean V y H dos espacios de Hilbert reales, cuyas normas denotamos respectivamente
por k · k y | · |. Denotemos por ((·, ·)) al producto escalar en V , y por (·, ·) al producto escalar en H.
Supongamos que V y H son separables, que V ⊂ H con inyección compacta, y que V es denso en H.
Sea a : V × V 7→ R una forma bilineal continua y simétrica, verificando la condición de coercividad
con lím λn = +∞, y existe una base de Hilbert de H: {en }n≥1 , formada por elementos de V , tal que
n→∞
Por el Lema 3.2.13 de Lax-Milgram, para cada f ∈ H dada, existe un y sólo un elemento uf tal que
Como la forma bilineal a(u, v) es simétrica, es inmediato que el operador T es autoadjunto, ya que,
para todo par f, g ∈ H
αkT f k2
con lo que µ ≥ > 0.
|f |2
Así pues, por el Teorema 4.5.4 y la Observación 4.5.6, el conjunto {µm }m≥1 de todos los autovalores
de T constituye una sucesión de números positivos estrictamente decreciente a cero, y H es suma de
Hilbert de la sucesión {N (T − µm I)}m≥1 . Además, si f ∈ N (T − µm I), entonces f ∈ V y
Así pues, si consideramos la sucesión {µn }n≥1 construida a partir de la {µm }m≥1 contando cada µm
1
tantas veces como indique su multiplicidad, es decir, la dimensión de N (T − µm I), definimos λn = ,
µn
y tomamos una base de Hilbert de cada uno de los espacios N (T − µm I), obtenemos la sucesión no
decreciente de numeros reales positivos {λn }n≥1 convergente a +∞, y la base de Hilbert de H, {en }n≥1 ,
de tal manera que se satisface (4.16).
en
Para terminar, falta comprobar que el conjunto { √ }n≥1 constituye una base de Hilbert de V si
λn
sobre este espacio se considera el producto escalar inducido por la forma bilineal a(u, v).
En primer lugar, como la forma bilineal a(u, v) es continua simétrica y coerciva, el producto
define un producto escalar en V que induce una norma equivalente a la norma k · k de V . Además,
como
((en , em ))a = a(en , em ) = λn (en , em ),
en
es claro que { √ }n≥1 constituye un sistema ortonormal de (V, ((·, ·))a ). Para terminar, basta ver que
λn
dicho sistema genera un subespacio denso de V , y para ello, basta comprobar que si f ∈ V es tal que
((f, en ))a = 0 para todo n ≥ 1, entonces f = 0.
Sea pues f ∈ V tal que ((f, en ))a = 0 para todo n ≥ 1. Entonces, por (4.16),
Teorema 4.6.3 (de Rellich) Si Ω ⊂ RN es un abierto acotado no vacío, la inyección de H01 (Ω) en
L2 (Ω) es compacta.
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 81
Demostración.- Es inmediata, basta tomar H = L2 (Ω), V = H01 (Ω) con el producto escalar (·, ·)H 1 (Ω) ,
0
y
a(u, v) = (u, v)H 1 (Ω) , ∀ v ∈ H01 (Ω),
0
Teorema 4.6.6 (de alternativa) Sean Ω ⊂ RN abierto acotado no vacío, y λ ∈ R dado. Entonces:
Demostración.- Basta considerar el operador S : f ∈ L2 (Ω) 7→ uf ∈ L2 (Ω), con uf solución débil del
problema
(
−∆u = f en Ω,
(4.24)
u = 0 sobre ∂Ω.
Teniendo en cuenta el Teorema 4.6.3, es inmediato que S ∈ L(L2 (Ω)) es compacto. Es también sencillo
comprobar que S es autoadjunto.
Sea λ > 0. Es inmediato que u es solución débil de (4.22) si y sólo si es solución de
(I − λS)u = Sf.
Resulta ahora fácil obtener las conclusiones del teorema por aplicación del Teorema de alternativa de
Fredholm al operador T = λS (se dejan los detalles como ejercicio). ¥
Apéndice A
1.
|fn (x)| ≤ Mn , ∀x ∈ K
2. X
Mn < ∞,
n≥1
P P
entonces la serie n≥1 fn converge uniformemente en K, y para cada x ∈ K la serie n≥1 fn (x)
converge absolutamente.
Entonces sucesión {fn }n≥1 converge uniformemente en S a una función f continuamente derivable y
se tiene:
f 0 (x) = lı́m fn0 (x), ∀x ∈ S
n→∞
83
84 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Lema A.2.1 Sea f ∈ C 1 [−l, l] (hipótesis de regularidad) y tal que f (−l) = f (l) (hipótesis de compati-
bilidad). Entonces
l
an (f ) = − bn (f 0 ) ∀n ≥ 1,
nπ
(A.1)
l
bn (f ) = + an (f 0 ) ∀n ≥ 1.
nπ
Demostración.- Por las hipótesis de regularidad sobre f podemos integrar por partes y se tiene:
Z Z l
1 l
nπ 1 h nπ il 1 nπ
an (f ) = f (σ) cos( σ) dσ = f (σ) sen( σ) − f 0 (σ) sen( σ) dσ,
l −l l nπ l −l nπ −l l
Observación A.2.2 Si además de las hipótesis del lema, se supone que f ∈ C 2 [−l, l] y que f 0 (−l) =
f 0 (l), entonces
µ ¶2
l
a
n (f ) = − an (f 00 ) ∀n ≥ 1,
nπ
(A.2) µ ¶2
l
bn (f ) = − bn (f 00 ) ∀n ≥ 1.
nπ
Estas fórmulas, junto con la igualdad de Parseval, nos dicen como decrecen los coeficientes de Fourier,
i.e. para cada k = 0, 1, 2 se tiene:
lı́m nk an (f ) = 0, lı́m nk bn (f ) = 0
n→∞ n→∞
Se pueden deducir fórmulas análogas a las anteriores si f es más regular y verifica más condiciones de
compatibilidad en los puntos −l y l.
La idea de integración por partes nos sugiere que podemos considerar funciones de L2 (−l, l) tales
que para ellas valga la fórmula de integración por partes cuando las multiplicamos por una función
regular y 2l-periódica. Para ello introducimos el espacio C]1 = {ϕ ∈ C 1 [a, b] / ϕ(a) = ϕ(b)} y la
definición (en la Sección 3.4 se verá una definición más general):
Definición A.2.3 Sea f ∈ L2 (a, b) tal que f (a) = f (b). Se dice que una función g ∈ L2 (a, b) es la
derivada generalizada de f en [a, b] si
Z b Z b
0
(A.3) f (x)ϕ (x) dx = − g(x)ϕ(x) dx, ∀ϕ ∈ C]1
a a
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 85
Proposición A.2.4 Sea f ∈ L2 (a, b) tal que f (a) = f (b). Si existe una función g ∈ L2 (a, b) tal que
Z x
(A.5) f (x) = f (a) + g(σ) dσ ∀x ∈ [a, b],
a
Observación A.2.5 La Proposición A.2.4 tiene su recíproco, i.e. “Si una función g ∈ L2 (a, b) es la
derivada generalizada de otra función f ∈ L2 (a, b) tal que f (a) = f (b) entonces se tiene (A.5). La
demostración la omitimos aunque lo utilizaremos. Además de (A.5) se deduce que las funciones con
derivada generalizada son continuas en [a, b]. Ver ejercicios del Capítulo 3.
Las funciones con derivada generalizada son las que tienen un desarrollo en serie de Fourier que
converge uniformemente, para verlo probamos primero el siguiente teorema:
Teorema A.2.6 Sea f ∈ L2 (−l, l) tal que f (−l) = f (l) con derivada generalizada, entonces se tiene:
X
(A.6) |an (f )| + |bn (f )| < +∞.
n≥1
m
à m
!1/2 Ã m µ ¶2
!1/2
X |an (g)| X X 1
≤ |an (g)|2
n n
n=1 n=1 n=1
m
à m
!1/2 Ã m µ ¶2
!1/2
X |bn (g)| X X 1
≤ |bn (g)|2 .
n n
n=1 n=1 n=1
Como
m µ ¶2 X µ 1 ¶2
X 1 π 2 ³ π ´2
≤ = < ,
n n 6 2
n=1 n≥1
à !1/2 1/2
m
X X 1
|bn (g)|2 ≤ |bn (g)|2 ≤ ||g||L2
l
n=1 n≥1
Corolario A.2.7 Sea f ∈ L2 (−l, l) tal que f (−l) = f (l) con derivada generalizada en [−l, l], entonces
su serie de Fourier converge absolutamente y uniformemente a f en [−l, l]. ¥
Corolario A.2.8 Sea f ∈ L2 (0, l) con derivada generalizada en [0, l]. Entonces
Observación A.2.9 De la Observación A.2.2 se puede deducir que si f es más regular y verifica más
condiciones de compatibilidad entonces la serie de Fourier derivada término a término converge a la
derivada de f .
Apéndice B
Problemas de Sturm-Liouville
(B.1) a0 y 00 + a1 y 0 + a2 y = b en I,
(B.2) a0 y 00 + a1 y 0 + a2 y = 0 en I.
Se tiene el siguiente
Teorema B.1.1 Sea x0 ∈ I e y0 , y1 ∈ R entonces existe una única solución del problema de Cauchy:
a0 y 00 + a1 y 0 + a2 y = b en I,
(P C) y(x0 ) = y0 ,
y 0 (x0 ) = y1 .
Proposición B.1.3 Sean ϕ1 , ϕ2 dos soluciones de (B.2). Entonces ϕ1 , ϕ2 son linealmente dependi-
entes en I si y sólo si su wronskiano es nulo para algún punto de I.
Proposición B.1.4 Sean ϕ1 , ϕ2 dos soluciones de (B.2). Entonces ϕ1 , ϕ2 son linealmente independi-
entes en I si y sólo si su wronskiano es no nulo en I.
87
88 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Teorema B.1.6 Sea ϕp una solución particular de (B.1) y ϕ1 , ϕ2 soluciones linealmente independi-
entes de (B.2) en I, entonces la solución general ϕ de (B.1) viene dada por:
ϕ(x) = ϕp (x) + C1 ϕ1 (x) + C2 ϕ2 (x) con C1 , C2 constantes cualesquieras.
Observación B.2.3 La función de Green se puede construir de la siguiente forma: Sea y1 una solución
de L(y) = 0, Ba (y) = 0 e y2 una solución de L(y) = 0, Bb (y) = 0 entonces la función de Green viene
dada por:
y1 (x)y2 (ξ)
− p(ξ)W (ξ)
si x ≤ ξ,
(F G) G(x, ξ) =
y1 (ξ)y2 (x)
− si x ≥ ξ.
p(ξ)W (ξ)
Finalmente se tiene:
Teorema B.2.5 Sea y0 una solución no trivial del problema homogéneo L(y) = 0, Ba (G) = Bb (G) =
0 entonces el problema no homogéneo L(y) = f, Ba (y) = 0, Bb (y) = 0 tiene solución si y sólo si
Z
f (x)y0 (x) dx = 0.
I
Definición B.3.1 Se dice que λ es un autovalor del operador Sturm-Liouville L, respecto al peso ρ,
si existe una función no trivial ϕ ∈ V tal que
Respecto a los autovalores y a las autofunciones del operador Sturm-Liouville se tiene el siguiente
(c) Las autofunciones son esencialmente reales (en el sentido que si hay una autofunción compleja
entonces su parte real y su parte imaginaria son también autofunciones.)
(d) Todos los autovalores son simples, i.e. existe una única, salvo constante multiplicativa, auto-
función asociada a cada autovalor.
Se tiene el siguiente
forman un sistema ortogonal completo del espacio C 0 (I), respecto al producto escalar:
Z
(B.7) (ϕ1 , ϕ2 ) = ϕ1 (x)ϕ2 (x) dx.
I
Observación B.3.4 (a) El teorema anterior sigue siendo válido si λ = 0 es un autovalor de (P SL).
En este caso se elige una constante c tal que
tiene las mismas propiedades de los autovalores y las autofunciones que el problema (P SL). Además, µ
es autovalor de (B.8) si y sólo si λ = µ + c es autovalor de (P SL) y las correspondientes autofunciones
son las mismas.
(b) Los anteriores resultados son también aplicables al caso
(
L(ϕ) = λρϕ,
(B.9)
Ba (ϕ) = Bb (ϕ) = 0,
uniformemente en I, con Z
Ck = ρ(x)ϕ(x)ϕk (x) dx.
I
Teorema B.4.1 El enésimo autovalor del problema de Sturm-Liouville (P SLD) es el valor mínimo
del funcional (llamado cociente de Rayleich):
R
[p(y 0 )2 + qy 2 ] dx
R(y) = I R 2
I ρy dx
entre todas las funciones continuas y regulares a trozos y verificando y(a) = y(b) = 0 y (y, ϕi )ρ =
0, i = 1, 2, · · · , n − 1, donde ϕi , i = 1, 2, · · · , n − 1 son las n − 1 primeras autofunciones. La enésima
autofunción es la correspondiente función que minimiza el funcional.
Teorema B.4.2 (Teorema de monotonía) Sea λn (p, q, ρ, I) el enésimo autovalor del problema de
Sturm-Liouville (P SLD). Entonces
ˆ
λn (p, q, ρ, I) ≤ λn (p̂, q̂, ρ̂, I)
Finalmente se tiene
L(y) + c(x)y = 0
donde c ∈ C 0 (I). Sea c(x) > ĉ(x) ∀x ∈ I y â, b̂ dos ceros consecutivos de y(ĉ), entonces existe al menos
un cero de y(c) en (â, b̂).
Corolario B.4.4 Sean λ1 , λ2 dos autovalores del problema (PSLD) y ϕ1 , ϕ2 las autofunciones asoci-
adas. Si λ1 < λ2 entonces entre dos ceros consecutivos de ϕ1 hay al menos un cero de ϕ2 .
92 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
B.5. Ejercicios
1. Hallar los autovalores y las autofunciones del problema
00
y + λy = 0 en (0, 1)
y(0) + y 0 (0) = 0,
y(1) = 0.
5. Se considera el problema: 00
y + λy = 0 en (0, 1)
αy(0) + y 0 (0) = 0,
y(1) = 0.
donde α es una constante dada.
a) Hallar los autovalores positivos para cad valor de α.
b) Probar que si λ = 0 es un autovalor si y sólo si α = 1.
c) Si α < 1, probar que todos los autovalores son positivos.
d) Si α > 1, probar que existe uhn único autovalor negativo.
Apéndice C
Teorema C.1.1 Sea Γ un curva cerrada simple regular a trozos que encierra una región acotada Ω.
Sean P, Q ∈ C 1 (Ω) ∩ C 0 (Ω̄) dos funciones dadas. Se tiene la fórmula de Green-Ostrogradski:
Z Z Z
(C.1) P (x, t) dx + Q(x, t) dt = (Qx (x, t) − Pt (x, t)) dx dt,
Γ Ω
donde la integral de línea a lo largo de Γ se toma en el sentido contrario a las agujas del reloj.
Demostración Sea u ∈ C 2 (R × [0, +∞)) solución del problema (P CO). Sea (ξ, τ ) ∈ R × R+ y
formemos el cono de dependencia de vértice (ξ, τ ). Denotemos por
Γ− = {(x, t) / x − ct = ξ − cτ, ξ − cτ ≤ x ≤ ξ}
93
94 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Γ0 = {(x, t) / t = 0, ξ − cτ ≤ x ≤ ξ + cτ }
Γ+ = {(x, t) / x + ct = ξ + cτ, ξ ≤ x ≤ ξ + cτ }
y pongamos Γ = Γ− ∪ Γ0 ∪ Γ+ . Entonces Γ es una curva cerrada simple regular a trozos que encierra
el cono acotado, (que es un triángulo)
Ω = {(x, t) / 0 ≤ τ ≤ t, ξ − cτ ≤ x ≤ ξ + cτ }.
En Γ− se tiene: dx − c dt = 0 =⇒ dx = c dt,
En Γ0 se tiene: dt = 0 =⇒ dx = c dt,
En Γ+ se tiene: dx + c dt = 0 =⇒ dx = −c dt,
por tanto
Z Z Z Z
2 2 dx 2 dx
ut dx + c ux dt = ut (c dt) + c ux ( ) + ut dx + c ux · 0 + ut (−c dt) + c2 ux (− ) =
Γ Γ− c Γ0 Γ+ c
Z Z Z Z Z Z
=c ut dt + ux dx − c ut dt + ux dx + ut dx = c du − c du + ut dx =
Γ− Γ+ Γ0 Γ− Γ+ Γ0
Z
= c[u(ξ − cτ, 0) − u(ξ, τ )] − c[u(ξ, τ ) − u(ξ + cτ, 0)] + ut dx =
Γ0
Z
= −2cu(ξ, τ ) + cu(ξ + cτ, 0) + cu(ξ − cτ, 0) + ut dx.
Γ0
Así pues Z Z Z
h(x, t) dx dt = 2cu(ξ, τ ) − cu(ξ + cτ, 0) − cu(ξ − cτ, 0) − ut dx,
Ω Γ0
Integral de Superficie.
donde:
x1 = r cos θ1 ,
x2 = r sen θ1 cos θ2 ,
(D.1) ···
xN −1 = r sen θ1 sen θ2 · · · sen θN −2 cos θN −1 ,
xN = r sen θ1 sen θ2 · · · sen θN −2 sen θN −1 .
Abreviadamente se pone:
x = rω con ω = (ω1 , ω2 , · · · , ωN )
definido obviamente por
ω1 = cos θ1 ,
2 = sen θ1 cos θ2 ,
ω
(D.2) ···
ωN −1 = sen θ1 sen θ2 · · · sen θN −2 cos θN −1 ,
ωN = sen θ1 sen θ2 · · · sen θN −2 sen θN −1 .
y se tiene |ω| = 1 luego cada punto definido por ω dado por (2) es un punto de la esfera unidad, i. e.
∂B1 = {ω / con ω dado por (2) y (θ1 , θ2 , · · · , θN −1 ) ∈ (0, π) × (0, π) · · · × (0, 2π)}.
95
96 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
y entonces dω es la medida superficial de la bola unidad, y por tanto la medida superficial de la bola
de radio R es dσ = RN −1 dω.
Para una función f ∈ L1 (IR) se tiene:
Z Z +∞ Z
f (x) dx = f (rω)rN −1 dr dω.
RN 0 ∂B1
existen m funciones
ar ∈ C k (∆r ), r = 1, ..., m,
y un número real β > 0 tales que los conjuntos
¡ 0 ¢
Λr = A−1r {(xr , xrN ); x0r ∈ ∆r , xrN = ar (x0r )}
y los conjuntos
¡ 0 ¢
Ur+ = A−1
r {(xr , xrN ); x0r ∈ ∆r , ar (x0r ) < xrN < ar (x0r ) + β}
y
¡ 0 ¢
Ur− = A−1
r {(xr , xrN ); x0r ∈ ∆r , ar (x0r ) − β < xrN < ar (x0r )} ,
satisfacen
Ur+ ⊂ Ω y Ur− ⊂ RN \ Ω ∀ r = 1, ..., m.
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 97
Observación D.2.2
Observación D.3.2 Se puede demostrar (ver [7]) que la definición de ~n(x) es independiente del sis-
tema de elementos tomados en la definición A1 para describir la frontera de Ω, y se corresponde con
la noción geométrica de normal unitaria dirigida hacia el exterior de Ω. Es fácil comprobar que la
N
aplicación ~n : x → ~n(x) es tal que ~n ∈ C 0 (∂Ω) .
Sea Ω de clase C 1 , y para cada r = 1, ..., m, denotemos por ψr la función de C 0 (∆r ) definida por
v
u N −1 µ ¶
u X ∂ar (x0r ) 2
(D.4) ψr (xr ) = t1 +
0
∀ x0r ∈ ∆r
∂xrj
j=1
El problema al intentar extender esta definición a una integral sobre toda la frontera de Ω radica en
que, en general, los Λr no son disjuntos dos a dos.
Para solventar esta dificultad, se procede de la manera siguiente. Con la notación de la definición
A1, denotemos
Los Ur así definidos son abiertos acotados de RN y constituyen un recubrimiento de ∂Ω. En conse-
cuencia, podemos considerar una partición de la unidad de ∂Ω subordinada a dicho recubrimiento, es
decir, consideramos fijadas m funciones ϕr (x) tales que
ϕr ∈ C ∞ (RN ), {x ∈ RN ; ϕr (x) 6= 0} ⊂ Ur y,
0 ≤ ϕ (x) ≤ 1 ∀ x ∈ RN
r ∀ r = 1, ..., m,
(D.7)
Xm
con ϕr (x) = 1 ∀ x ∈ ∂Ω.
r=1
Definición D.3.4 Diremos que Ω es de clase C 0,1 o, de manera equivalente, que es de frontera lips-
chitciana (lo denotaremos también ∂Ω ∈ C 0,1 ) si Ω es de clase C 0 y las funciones ar de la definicón
A1 son globalmente lipschitcianas en ∆r para cada r = 1, ..., m, es decir, si para cada r existe Lr > 0
tal que
Que las definiciones D.3.1 y D.3.3 pueden ser extendidas al caso de dominios de clase C 0,1 , es conse-
cuencia del siguiente resultado cuya demostración se puede consultar en [7]:
Teorema D.3.5 (de Rademacher) Si ar satisface (D.9), entonces existen las parciales primeras de ar
respecto de todas las variables xrj , j = 1, ..., N − 1, en todos los puntos de ∆r salvo, a lo más, en un
conjunto de puntos de medida nula (para la medida de Lebesgue en RN −1 ). Además, ∇ar ∈ L∞ (∆r )N .
Como consecuencia del Teorema D.3.5, si ∂Ω ∈ C 0,1 , podemos considerar las funciones ψr definidas
por (D.4) casi por doquier en ∆r , obteniéndose ahora que ψr ∈ L∞ (∆r ), con lo que la Definición
D.3.3 sigue teniendo sentido en este caso, y en consecuencia a partir de ahora definimos la integral de
f ∈ C 0 (∂Ω) sobre ∂Ω ∈ C 0,1 también por la fórmula (D.8).
Respecto de la normal unitaria exterior en x ∈ ∂Ω, si ∂Ω ∈ C 0,1 y x = A−1 0 0 0
r (xr , ar (xr )) con xr ∈ ∆r
un punto en que existan todas las derivadas parciales primeras de ar , se define ~n(x) nuevamente por
la fórmula (1). Con esta definición, es inmediato comprobar que, dada g ∈ C 0 (∂Ω), la fórmula (D.8)
continúa teniendo sentido con f (x) = g(x)ni (x), siendo ni la componente i-ésima de ~n(x), y define en
consecuencia lo que llamaremos la integral de gni sobre ∂Ω.
La noción de integral de superficie que hemos introducido con anterioridad corresponde, en realidad,
a la integración con respecto de una medida positiva finita σ definida sobre una sigma-álgebra Σ de
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 99
partes de ∂Ω. En efecto, supongamos que Γ ⊂ ∂Ω con Ω de clase C 0,1 . Si queremos definir la medida
superficial de Γ siendo congruentes con la igualdad (D.8), tendremos
Z m Z
X ¡ ¢ ¡ −1 0 ¢
σ(Γ) = χΓ (x) dσ(x) = χΓ A−1 0 0 0 0 0
r (xr , ar (xr )) ϕr Ar (xr , ar (xr )) ψr (xr ) dxr .
∂Ω r=1 ∆r
Ahora bien, es inmediato que en cada una de las integrales que aparecen en el último sumatorio,
¡ ¢
χΓ A−1 0 0 0 0 0
r (xr , ar (xr )) = 1 si y sólo si xr ∈ ∆r y (xr , ar (xr )) ∈ Ar (Γ).
y por definición se dice que Γ es σ-medible si todos los γr son medibles respecto de la medida de
Lebesgue en RN −1 . Se denota por Σ a la familia de partes de ∂Ω que sean σ-medibles, y para cada
Γ ∈ Σ se define
Xm Z
¡ ¢
σ(Γ) = ϕr A−1 0 0 0 0
r (xr , ar (xr )) ψr (xr ) dxr .
r=1 γr
Es fácil comprobar que Σ es una sigma-álgebra de partes de ∂Ω, y que σ es una medida positiva
finita sobre Σ. Además (ver [6]) se demuestra que f : ∂Ω → R es integrable respecto de la medida σ
¡ ¢ ¡ −1 0 ¢
si y sólo si f A−1 0 0 0
r (xr , ar (xr )) ϕr Ar (xr , ar (xr )) es integrable sobre ∆r (respecto de la medida de
Lebesgue en RN −1 ) para todo r = 1, ..., m, y en tal caso la integral de f con respecto a la medida σ
coincide con la que proporciona la igualdad (D.8).
Notemos para finalizar, que como consecuencia de lo que precede, los espacios Lp (∂Ω, Σ, σ), que
denotaremos de manera más breve Lp (∂Ω), están bien definidos para cada p ∈ [1, +∞], son todos
espacios de Banach con la norma habitual, y en particular L2 (∂Ω) es un espacio de Hilbert.
Apéndice E
con lo que, por construcción, ϕ1 ∈ C ∞ (RN ), sop ϕ1 ⊂ K4r ⊂ Ω y ϕ1 (x) > 0 ∀ x ∈ K3r .
N
Por otra parte, el cerrado R \ K2r admite un recubrimiento numerable localmente finito mediante
bolas de centro en puntos de RN \ K2r y radio r. Denotemos a dicho recubrimiento por {B(yj2 , r); j2 ∈
J2 }, con J2 numerable. Por el carácter localmente finito del citado recubrimiento, podemos definir sin
ambiguedad X
ϕ2 (x) = ϕ̄(x − yj2 ),
j2 ∈J2
100
Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional 101
está bien definida, pertenece a C ∞ (RN ), tiene su soporte contenido en el compacto K4r contenido en
Ω y es idénticamente 1 en Kr . ¥
De manera más general, siguiendo una línea similar a la demostración precedente, se obtiene el
siguiente resultado (para los detalles, ver [2]):
Proposición E.1.2 (Partición de la unidad) Sean K un compacto de RN , y Ω1 , Ω2 ,...,Ωk abiertos
k
[
de RN tales que K ⊂ Ωi . Entonces, existe una partición de la unidad subordinada al recubrimiento
i=1
precedente de K, es decir, existen k funciones ϕ1 , ϕ2 ,...,ϕk tales que:
k
X
ϕi ∈ D(Ωi ), 0 ≤ ϕi ≤ 1, para todo 1 ≤ i ≤ k, y ϕi ≡ 1 en un entorno de K.
i=1
con lo que Z
|ϕε (x)| dx ≤ ε + 2ε|Ω|,
Ω
y en consecuencia kukL1 (RN ) ≤ 2ε(1 + |Ω|). Como ε > 0 es arbitrario, obtenemos que kukL1 (RN ) = 0,
es decir, u = 0 c.p.d. en Ω.
b) En el caso general se consideran para cada entero n ≥ 1 los conjuntos
1
Ωn = {x ∈ Ω; d(x, RN \ Ω) > , |x| < n}.
n
Es fácil comprobar que los conjuntos Ωn así definidos son abiertos tales que Ω̄n es un compacto
contenido en Ω y se satisface [
Ω̄n ⊂ Ωn+1 y Ωn = Ω.
n≥1
Resulta ahora fácil concluir a partir de a) que u = 0 c.p.d. en cada uno de los Ωn , con lo que u = 0
c.p.d. en Ω. ¥
102 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
Definición E.2.1 Dadas ϕ ∈ Cc0 (RN ) y u ∈ L1loc (RN ), se define la convolución de ϕ con u, y se
denota ϕ ∗ u, a la función dada por:
Z
(E.1) (ϕ ∗ u)(x) = ϕ(x − y)u(y) dy ∀ x ∈ RN
RN
1. ϕ ∗ u ∈ C 0 (RN ).
sop (ϕ ∗ u) ⊂ sop ϕ + K.
3. Si ϕ ∈ Cck (RN ), con k entero mayor que cero, entonces ϕ ∗ u ∈ C k (RN ), y para todo multiíndice
α con |α| ≤ k se tiene:
∂ α (ϕ ∗ u)(x) = (∂ α ϕ ∗ u)(x) ∀ x ∈ RN
Demostración.-
1. Sea xn → x en RN y denotemos fn (y) = ϕ(xn − y)u(y) y f (y) = ϕ(x − y)u(y). Es evidente
que c.p.d. y ∈ RN se tiene que lím fn (y) = f (y). Por otra parte, como xn es convergente, existe un
n→∞
compacto K ⊂ RN tal que xn − sop ϕ ⊂ K para todo n. Así fn (y) = 0 para todo n y todo y 6∈ K, con
lo que
|fn (y)| ≤ kϕkL∞ (RN ) 1K (y)u(y) ∈ L1 (RN ),
Sea pues ϕ ∈ Cc1 (RN ) y fijemos x ∈ RN . Denotemos e1 = (1, 0, ..., 0) ∈ RN y sea 0 < |ε| < 1. Como
∂1 ϕ es uniformemente continua en RN , para cada y ∈ RN se tiene:
¯ Z 1 ¯
¯ ¯
¯
|ϕ(x + εe1 − y) − ϕ(x − y) − ε∂1 ϕ(x − y)| = ¯ε (∂1 ϕ(x + sεe1 − y) − ∂1 ϕ(x − y)) ds¯¯ ≤ |ε|O(|ε|).
0
Si Kx es un compacto de RN tal que x + B̄(0, 1) − sop ϕ ⊂ Kx , entonces para cada 0 < |ε| < 1 y
cada y ∈ RN \ Kx se tiene
¥
Otro resultado de interés lo constituye el siguiente:
Proposición E.2.3 Si ϕ ∈ Cc0 (RN ) y u ∈ Lp (RN ) con p ∈ [1, +∞], entonces ϕ ∗ u ∈ Lp (RN ) y
satisface:
kϕ ∗ ukLp (RN ) ≤ kϕkL1 (RN ) kukLp (RN ) .
Demostración.-
a) Si p = +∞, entonces para cada x ∈ RN se tiene:
¯Z ¯ Z Z
¯ ¯
|(ϕ ∗ u)(x)| = ¯¯ ϕ(x − y)u(y) dy ¯¯ ≤ kukL∞ (RN ) |ϕ(x − y)| dy = kukL∞ (RN ) |ϕ(y)| dy.
RN RN RN
con lo que Z µZ ¶
|f (x, y)| dx dy = kϕkL1 (RN ) kukL1 (RN ) < +∞,
RN RN
lo que, en particular, implica que ϕ∗u ∈ L1 (RN ) con norma en L1 (RN ) menor o igual que kϕkL1 (RN ) kukL1 (RN ) .
c) Si p ∈ (1, +∞), para todo x fijado en RN la función y 7→ |ϕ(x − y)||u(y)|p pertenece a L1 (RN )
y, denotando por p0 el exponente conjugado de p, se tiene
Z Z
1 1
|(ϕ ∗ u)(x)| ≤ |ϕ(x − y)||u(y)| dy = |ϕ(x − y)| p |u(y)||ϕ(x − y)| p0 dy ≤
RN RN
µZ ¶ 1 µZ ¶ 10
p p
p
≤ |ϕ(x − y)||u(y)| dy |ϕ(x − y)| dy ,
RN RN
104 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
esto es,
1
1 0
|(ϕ ∗ u)(x)| ≤ ((|ϕ| ∗ |u|p )(x)) p kϕkLp 1 (RN ) .
≤ kϕkLp 1 (RN ) kϕkL1 (RN ) k|u|p kL1 (RN ) = kϕkpL1 (RN ) kukpLp (RN ) .
0
E.3. Regularización
Resulta de interés fundamental la técnica de regularización, debida a Leray y Schauder, consistente
en convolucionar con una sucesión regularizante.
Lo primero que es fácil de demostrar es la existencia de sucesiones regularizantes; basta para ello
tomar ρ(x) = ψ(|x|2 − 1) y considerar la sucesión definida por
nN ρ(nx)
ρn (x) = Z
ρ(y) dy
RN
Es también inmediato comprobar a partir de los resultados precedentes que si {ρn }≥1 es una suce-
sión regularizante, y u ∈ L1loc (RN ) entonces ρn ∗ u ∈ C ∞ (RN ); si, además, u es cero c.p.d. en el
complementario de un compacto entonces ρn ∗ u ∈ D(RN ).
El interés de la convolución por una sucesión regularizante radica en las propiedades de aproxima-
ción que posee.
2. Si u ∈ Lp (RN ) con p ∈ [1, +∞), entonces ρn ∗u converge a u, cuando n tiende a +∞, en Lp (RN ).
Demostración.-
1. Sean u ∈ C 0 (RN ), K un compacto de RN y ε > 0 fijados. Hemos de demostrar que existe un
n0 ≥ 1 tal que
|(ρn ∗ u)(x) − u(x)| ≤ ε ∀ x ∈ K ∀ n ≥ n0 .
1
Fijado un tal δ, basta tomar n0 entero tal que n0 ≥ . Con esta elección, si n ≥ n0 entonces sop ρn ⊂
δ
1
B(0, ) ⊂ B(0, δ), con lo que para todo x ∈ K se tiene:
n
¯Z ¯ ¯¯Z ¯
¯
¯ ¯ ¯ ¯
|(ρn ∗ u)(x) − u(x)| = ¯¯ (u(x − y) − u(x))ρn (y) dy ¯¯ = ¯ (u(x − y) − u(x))ρn (y) dy ¯ ≤ ε.
RN ¯ 1
B(0, ) ¯
n
2. Sea u ∈ Lp (RN ) con p ∈ [1, +∞). Sabemos por la Proposición E.2.3 que en tal caso ρn ∗ u ∈
Lp (RN ), para todo n ≥ 1.
Fijemos ε > 0 y ϕ ∈ Cc0 (RN ) tal que ku − ϕkLp (RN ) ≤ ε. Ya sabemos que ρn ∗ϕ converge a ϕ, cuando
n tiende a ∞, uniformemente sobre los compactos de RN ; en particular, como sop ϕ y sop (ρn ∗ϕ) están
contenidos en el compacto fijo sop ϕ + B(0, 1), es inmediato que ρn ∗ ϕ converge a ϕ, cuando n tiende
a ∞, en Lp (RN ). En consecuencia:
kρn ∗ u − ukLp (RN ) ≤ kρn ∗ (u − ϕ)kLp (RN ) + kρn ∗ ϕ − ϕkLp (RN ) + kϕ − ukLp (RN ) ≤
Proposición E.3.3 Sean u y v dos funciones pertenecientes a C 0 (Ω) tales que para algún entero i
con 1 ≤ i ≤ N se satisface
Z Z
v(x)ϕ(x) dx = − u(x)∂i ϕ(x) dx ∀ ϕ ∈ D(Ω).
Ω Ω
Demostración.- Sea x0 ∈ Ω fijado, tomemos δ > 0 tal que B(x0 , 2δ) ⊂ Ω y ψ ∈ D(Ω) tal que ψ ≡ 1
en B(x0 , 2δ).
Las funciones uψ y vψ pertenecen a Cc0 (Ω), con lo que prolongadas por cero al complementario de Ω
pueden ser consideradas en Cc0 (RN ). De esta manera, si consideramos fijada una sucesión regularizante
{ρn } en RN entonces, de los resultados anteriores, sabemos que si n → ∞:
ρn ∗ (uψ) → uψ = u y ρn ∗ (vψ) → vψ = v,
uniformemente en B(x0 , 2δ). Además, en particular, ρn ∗ (uψ) ∈ C 1 (RN ). Basta, para terminar, de-
mostrar que para todo n suficientemente grande
1
Fijemos x ∈ B(x0 , δ) y n tal que ≤ δ.
n
106 Ecuaciones en Derivadas Parciales y Análisis Funcional
1
Entonces si y ∈ B(x, ) queda claro que y ∈ B(x0 , 2δ), y en consecuencia ψ(y) = 1. Así, de (E.2),
n
se tiene para el x y n fijados anteriormente:
Z
(E.3) (∂i (ρn ∗ (uψ))) (x) = (∂i ρn (x − y)) u(y) dy.
1
B(x, n
)
1
Denotemos ϕn (y) = ρn (x − y). Evidentemente ϕn ∈ D(RN ) y sop ϕn ⊂ B(x, ) ⊂ Ω, con lo que
n
ϕn |Ω ∈ D(Ω). Además,
∂i ϕn (y) = −∂i ρn (x − y),
con lo que, por (E.3), se obtiene:
Z
(∂i (ρn ∗ (uψ))) (x) = − ∂i ϕn (y)u(y) dy = − < u, ∂i ϕn >=
Ω
Z
=< v, ϕn >= ρn (x − y)v(y) dy = (ρn ∗ (vψ)) (x).
Ω
¥
Bibliografía
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