Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
URBANISMO
DOCENTE :
CURSO :
ALUMNO :
CICLO :
VI
Todos los metales presentan una tendencia a perder electrones –oxidarse– cuantificada a
través de su potencial de oxidación. Entre más alto sea este potencial se dice que el metal
es más noble –se oxida con mayor dificultad–. La tabulación de la resistencia de los
materiales metálicos a la corrosión se conoce como serie galvánica. Las series galvánicas
son particulares al medio corrosivo –por ejemplo, hay series galvánicas en solución
salina, en solución ácida, etc. –, y son de gran utilidad a la hora de seleccionar un material
para una aplicación específica. La corrosión se suele clasificar de acuerdo a la forma en
que se manifiesta, es decir, a la apariencia del material corroído (figura 2). La corrosión
uniforme es la más común y la que genera mayores pérdidas de material. Sin embargo, al
ser de tipo superficial es también la más fácil de controlar y por tanto la que menos
accidentes provoca. Por otro lado, la corrosión por picaduras es un fenómeno localizado
que se manifiesta por anomalías que crecen rápidamente hacia el interior del material y
que pueden generar daños catastróficos.
CORROSIÓN
La corrosión se define como el deterioro de un material a consecuencia de un ataque
electroquímico por su entorno. De manera más general, puede entenderse como la
tendencia general que tienen los materiales a buscar su forma más estable o de menor
energía interna. Siempre que la corrosión esté originada por una reacción electroquímica
(oxidación), la velocidad a la que tiene lugar dependerá en alguna medida de la
temperatura, de la salinidad del fluido en contacto con el metal y de las propiedades de
los metales en cuestión. Otros materiales no metálicos también sufren corrosión mediante
otros mecanismos.
La corrosión puede ser mediante una reacción química (oxido reducción) en la que
intervienen tres factores:
• La pieza manufacturada
• El ambiente
• El agua
O por medio de una reacción electroquímica. Los factores más conocidos son las
alteraciones químicas de los metales a causa del aire, como la herrumbre del hierro y el
acero o la formación de pátina verde en el cobre y sus aleaciones (bronce, latón). Sin
embargo, la corrosión es un fenómeno mucho más amplio que afecta a todos los
materiales (metales, cerámicas, polímeros, etc.) y todos los ambientes (medios acuosos,
atmósfera, alta temperatura.
Es un problema industrial importante, pues puede causar accidentes (ruptura de una pieza)
y, además, representa un costo importante, ya que se calcula que cada poco segundo se
disuelve 5 toneladas de acero en el mundo, procedentes de unos cuantos nanómetros o
picó metros, invisibles en cada pieza pero que, multiplicados por la cantidad de acero que
existe en el mundo, constituyen una cantidad importante. La corrosión es un campo de
las ciencias de materiales que invoca a la vez nociones de química y de física (físico-
química). Por ejemplo, un metal muestra una tendencia inherente a reaccionar con el
medio ambiente (atmósfera, agua, suelo, etc.) retornando a la forma combinada. El
proceso de corrosión es natural y espontáneo.
Tipos de Corrosión.
Se clasifican de acuerdo a la apariencia del metal corroído, dentro de las mas comunes
están:
CORROSIÓN GALVÁNICA
Esta corrosión se presenta debido a que dos metales en contacto con diferente potencial
electroquímico son expuestos a un medio ambiente corrosivo. Esto se debe
principalmente a la relación entre el área del ánodo y del cátodo (Ánodo: Es aquel
electrodo que en una celda electrolítica se disuelve en forma de iones y genera electrones
a un circuito externo. Cátodo: Es aquel electrodo que en una celda electrolítica acepta
electrones). Si la relación del área del ánodo es muy grande en relación al área del cátodo.
Se presentara un ataque corrosivo rápidamente. Por lo contrario si la relación del área del
ánodo es pequeña en relación al área del cátodo. El ataque corrosivo se presentara de
forma lenta. Una de las formas más sencillas de los metales que se encuentran en contacto.
Cuando se efectúan soldaduras es frecuente que las zonas adyacentes hayan sido
expuestas a temperaturas en el rango de 500-800 oC por lo que precipitará carburo de
cromo en los límites de grano, y se habrá sensibilizado (Fig. 4). La junta soldada deberá
ser calentada para disolver los carburos de cromo y evitar la corrosión intergranular.
CORROSIÓN EN HENDIDURAS
Protección catódica
La protección catódica es una técnica basada en reglas electroquímicas para proteger y
prevenir de la corrosión las estructuras metálicas inseridas en ambientes agresivos. Puede
realizarse imprimiendo una corriente continua entre un electrodo, llamado ánodo, y el
metal que se quiere proteger, llamado cátodo. Este circuito genera una bajada de potencial
del elemento metálico y reduce su velocidad de corrosión.
La protección catódica puede realizarse Con un sistema de corriente impresa, que utiliza
un alimentador externo para desarrollar la corriente necesaria, cuyo polo positivo está
conectado a un dispersor anódico, generalmente un ánodo insoluble (grafito, titanio
activado, etc.), mientras que el polo negativo se conecta a la armadura a proteger.
Tipos de ánodos son los recubrimientos por proyección térmica de cinc, los
recubrimientos cementosos con fibras de carbono y las mallas de titanio.
Protección galvánica
Además de lo anterior, con sistema de ánodos galvánicos de sacrificio, que no utiliza
ningún alimentador de energía externo. Cuando dos tipos distintos de metal conectados
entre sí, están inmersos en un medio electrolítico adecuado, el metal con potencial
eléctrico más negativo oxidará, protegiendo al metal con el potencial menos negativo.
Inhibidores de corrosión
Los inhibidores de corrosión son sustancias químicas que reducen la velocidad de la
corrosión en entornos agresivos y detienen su desarrollo mediante la formación de una
película protectora sobre las armaduras, tanto en zonas anódicas como catódicas.
Cuando faltan los recubrimientos uno de los daños que se producen es de origen químico.
Es la carbonatación del hormigón. Ésta consiste en que el hidróxido cálcico del cemento
reacciona con el dióxido de carbono de la atmósfera, produciendo carbonato cálcico
insoluble y agua. Cuando el hormigón se desencofra, la superficie pegada al encofrado
no presenta poros, pero si hay desprendimiento a causa de un recubrimiento deficiente, o
no se ha vibrado convenientemente, la superficie que queda expuesta al exterior sí es
porosa y propicia la entrada de agua del ambiente.
Este carbonato cálcico es una sal de color blanquecino que veremos comúnmente en las
zonas con recubrimientos desprendidos, aparte de otras sales que se hayan podido
depositar, sobre todo por filtración de agua. Sin una cierta aportación de agua la
carbonatación no tiene lugar, porque hace falta como paso intermedio que el dióxido de
carbono reaccione con el agua formando ácido carbónico, que es el que finalmente
reacciona con el hidróxido de calcio.
Según la reacción:
Las sales de carbonato cálcico que se depositan cristalizadas pueden romper la estructura
interna del cemento, pues al cristalizar en los poros los revientan, meteorizando la masa
de hormigón y permitiendo una mayor penetración del dióxido de carbono del aire, lo que
propaga cada vez más hacia el interior la carbonatación. Se trata de un fenómeno que
daña progresivamente la estructura.
Por otro lado, no sólo afecta la carbonatación a la integridad de la masa de hormigón, sino
que al desaparecer cantidades del hidróxido de calcio, paulatinamente el medio pasa de
ser alcalino a ácido, favoreciendo la corrosión de las armaduras. Esto suele ser
efectivamente grave, pues si hay una carbonatación considerable es porque hay agua y,
por tanto, si el medio se hace ácido, la corrosión de la armadura está garantizada.
Además, la corrosión, a medida que avanza, suele tener como consecuencia
la exfoliación, que consiste en que las capas corroídas del acero aumentan de volumen y
tienden a desprenderse del resto. Este aumento de volumen provoca en la cercanía de la
armadura que reviente el hormigón, agravando el proceso de carbonatación y el de
oxidación, aparte de hacer perder a la armadura su adherencia con la masa de hormigón.