Está en la página 1de 37

Santiago, diecinueve de marzo de dos mil once.

VISTOS, OIDOS Y CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que con fecha veintiuno de diciembre de dos mil


diez, comparece la Inspección Comunal del Trabajo Santiago
Sur Oriente, representada por don José Castillo Flores, ambos
domiciliados en Campos de Deporte N°787, comuna de Ñuñoa,
quien deduce denuncia por afectación al derecho a la vida y a
la integridad síquica y el derecho a la no discriminación, en
contra de la empresa Envases Exportables Ltda., representada
legalmente por don Nelson Haase Mazzei, ambos domiciliados en
Las Dalias N°2689, comuna de Macul, Santiago, al haberse
cometido acciones atentatorias a los derechos fundamentales
de la Srta. Catalina Lepileo Tenorio, secretaria de la
gerencia de la empresa, solicitando al Tribunal, cesen los
actos atentatorios a la dignidad de la trabajadora, y en
definitiva la aplicación de la multa correspondiente, con
costas.
Fundó la acción de tutela laboral en el hecho que con
fecha 05 de octubre de 2010 la Srta. Lepileo presenta
denuncia ante la Inspección Comunal del Trabajo de Santiago
Sur Oriente por afectación a su derecho a la integridad
síquica y física y a su derecho de no ser objeto de actos
discriminatorios basados en motivos de raza y sexo en contra
de la empresa Envases Exportables Ltda., por actos
vulneratorios a su dignidad ejercidos por el representante
legal de la empresa, Nelson Haase, declarándose admisible la
denuncia en virtud de la Orden de Servicio N° 9 de la
Dirección del Trabajo.
Señala que para estos efectos se constituye la fiscalía
laboral para investigar los hechos denunciados, integrada por
el abogado Sr. Manuel Puccio Wulkau y la fiscalizadora Srta.
Cristina Celis Díaz, ambos dependientes de la Unidad de
Derechos Fundamentales de la Dirección Regional del Trabajo
Metropolitana Oriente, constatándose en el informe de
fiscalización N° 1360.2010.307 de fecha 28 de octubre de
2010, vulneraciones a la integridad síquica de la denunciante
y a su derecho a la no discriminación basados en motivos de
raza y sexo. Ante estos hechos, y luego de la correspondiente
mediación, en los términos señalados en el artículo 486 del
Código del Trabajo, que finaliza sin acuerdo, se procede a
interponer la presente denuncia.
Agrega que la Srta. Catalina Lepileo ingresó a trabajar
a la empresa denunciada el día 04 de junio de 2010,
estipulándose en un primer contrato la vigencia del mismo
hasta el día 31 de julio de 2010, y ampliándose el plazo de
vigencia del contrato, mediante anexo de fecha 01 de agosto
de 2010, indicándose que el contrato de trabajo tendrá
vigencia hasta el 31 de diciembre de 2010. El contrato de
trabajo se señala que la trabajadora desempeñará las
funciones de secretaria de gerencia general y comercial,
función que deberá cumplir en una jornada de trabajo de 45
horas semanales, distribuida de Lunes a Viernes de 8:00 hrs.
a 18:00 hrs., con un descanso de colación de 1 hora, no
imputable a la jornada de trabajo y del cual deberá hacerse
uso entre las 13:00 hrs. hasta las 14:00 hrs.
Respecto al Derecho a la Integridad Síquica, señala que
en su denuncia la trabajadora afectada declara ser víctima de
malos tratos por parte del representante legal de la empresa.
Relata que a su ingreso a la empresa, el Sr. Haase realizó
diversas insinuaciones de connotación sexual, hechos que
ocurrieron de forma reiterativa, puesto que su trabajo la
obliga a estar permanentemente en contacto con el denunciado,
pero los que no pudieron ser vistos por otros trabajadores,
debido a que ello ocurrió mientras ella permanecía a solas
con el empleador. Ante la ocurrencia de tales tratos, la
denunciante comenzó a tener una actitud distante con su
empleador con el objeto de evitar que dichas acciones
persistieran. Debido al distanciamiento de la trabajadora, el
denunciado habría comenzado a hacer comentarios sobre la
denunciante, tratándola de amargada y seria, porque le
faltaba un hombre.
Acusa la denunciante que el empleador la obligó a
realizar labores de aseo como mecanismo de represalia, pese a
que según contrato no le corresponde realizar dicho trabajo,
situación que habría comenzado una vez que la denunciante
comenzó a tener una actitud más distante con su empleador.
A partir de las entrevistas efectuadas en el proceso de
fiscalización, se pudo apreciar que en la empresa existe un
ambiente laboral menoscabado, lo que claramente se traduce en
un lugar de trabajo que poco o nada garantiza el respeto de
la dignidad de los trabajadores. Así, todas las declaraciones
de los trabajadores entrevistados describen el ambiente
laboral en la empresa como malo, el que se produce
principalmente por el carácter autoritario, violento y
despectivo que realiza el Sr. Haase.
Esto se puede certificar principalmente por las
respuestas de los trabajadores- incorporados en el Informe de
Fiscalización fundamento de esta denuncia-, quienes ante la
pregunta sobre el carácter del empleador y el ambiente en la
empresa, entregan declaraciones como las siguientes: "Cuando
don Nelson le llama la atención a algún trabajador lo hace en
presencia de todos los compañeros, su forma es mala, a
algunos los ha tratado de tontos, de imbéciles, de “don
Nadie" (Trabajador N° 1, pág. 4); "Don Nelson después que
llega de su almuerzo, la mayoría de las veces viene con
tragos demás. No se puede hablar con él, llega enfurecido"
(Trabajador N° 5, pág. 9); "Las personas que trabajan en la
administración cerca de él están todos estresados y cuando
baja al taller todos se asustan porque saben que los van a
tratar mal. Cuando llega en estado de ebriedad es más
terrible todavía. Todos tratamos de evitarlo, porque sus
palabras son humillantes". (Trabajador N° 6, pág. 10); "Don
Nelson se caracteriza por ser una persona muy amenazante e
intimidadora. En esta empresa se vive un ambiente de tortura
constante, en forma psicológica, se denigra a las personas y
don Nelson de una u otra forma disloca la mente de las
personas." (Trabajador N° 7, pág. 11).
Indica que en este contexto, la Srta. Lepileo ha debido
desempeñar sus labores como secretaria del denunciado,
estando expuesta a un ambiente laboral inadecuado. De esta
manera, y respecto de cómo este ambiente laboral ha afectado
la integridad síquica de la trabajadora denunciante, cabe
tener presente que el trato que realiza el denunciado con la
Srta. Lepileo no resulta ser distinto, hecho que se consigna
especialmente por las declaraciones de los trabajadores,
quienes consultados sobre el trato que ella recibe por parte
del Sr. Haase, declaran coincidentemente que es humillante,
violento, amenazante, entre otros adjetivos.
Por otra parte, de las mismas declaraciones se desprende
que la trabajadora denunciante efectivamente ha sido obligada
a realizar labores de aseo, puesto que los trabajadores
entrevistados están contestes en haber visto en más de una
ocasión realizar dichas funciones en la oficina.
Asimismo, de la revisión documental que se tuvo a la
vista se pudo advertir en primer lugar que la trabajadora
denunciante tiene una documentación de atención de la
Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), en el que se señala
que ella recibió atención médica de la Dra. Lily Verdugo
Correa, quien la derivó a psiquiatría. Además en el proceso
de fiscalización se tuvo a la vista una receta médica,
emitida por el Siquiatra Dr. Ian Rojas Veliz quien le
prescribió un medicamento de nombre RIZE, que es un
ansiolítico y hace frente a cuadros ansiosos depresivos,
entre otras afecciones sicológicas.
Además, se consigna en el informe de fiscalización que
en la empresa ha existido una alta rotación de secretarias,
lo que se puede desprender del examen de los finiquitos. En
este punto, en el informe de fiscalización se consigna que de
los 39 finiquitos revisados, 6 corresponden a los cargos de
secretarias de gerencia en el período comprendido entre el 31
de enero de 2009 al 31 de mayo de 2010, de las cuales 4
trabajadoras firmaron finiquito por renuncia voluntaria y 2
de ellas por vencimiento del plazo convenido. Además de la
entrevista de los trabajadores, todos son coincidentes en que
la rotación de trabajadoras es alta y que se atribuye al
trato que reciben por parte del empleador.
Por último, de los antecedentes laborales de la empresa
se advierte de una denuncia por acoso sexual anterior e
informada en Informe de Fiscalización n° 1350/2006/224 de
fecha 03 de mayo de 2007, que constata la existencia de un
acoso sexual cometido por el empleador en contra de una
trabajadora, multándose a la empresa por un monto de 20 UTM,
la que sin embargo actualmente se encuentra en proceso de
reconsideración administrativa, a partir de un recurso
administrativo interpuesto por la empresa.
Que, respecto al derecho a la no discriminación basados
en motivos de raza v sexo, señala que en su denuncia la Srta.
Lepileo acusa recibir un trato despectivo por parte del Sr.
Haase, quien hace referencias de forma insultante por su
origen étnico. La denunciante señala que el Sr. Haase en
reuniones con el personal de la administración de la empresa,
realizó comentarios como "esta mapuche" o "esta indígena".
Por su parte en el informe de fiscalización se puede
consignar que de las declaraciones de los trabajadores se
advierten situaciones en que el empleador se ha referido de
forma despectiva sobre el origen étnico de la denunciante. De
esta forma, se pudo apreciar que varios trabajadores que
declararon en el informe de fiscalización han presenciado
comentarios que ha realizado el Sr. Haase respecto del origen
étnico de la denunciante, de los cuales una muestra se
reproduce a continuación: "Si, ha dicho (Haase) esta
mapuchita que tengo arriba” y “con la suerte que tengo, capaz
que tenga la huelga de hambre de los mapuches'", "Dice que
los indios trabaja cabeza agachá y se taiman como la niña que
trabaja con él (Trabajador N° 4, pág. 8); "Ha dicho: 'esta
indígena no escucha, es una amargada'" (Trabajador N° 5, pág.
9); "Si, él desde su oficina gritaba y golpeaba las cosas y
dice: 'esta mapuche no sirve para nada, no se apura con lo
que pido" (Trabajador N° 6, pág. 10); "Todos los mapuches
tienen esta forma, son aindiados, se les para la pluma"
(Trabajador N° 7).
Que las declaraciones relatadas demuestran la existencia
de declaraciones del denunciado que poseen un tono despectivo
hacia la denunciante, puesto que se refiere a ella en
términos que claramente reflejan prejuicios racistas y que
por lo tanto atentan a la identidad originaria de la
denunciante y finalmente el respeto a su dignidad como
persona. Que, teniendo presente los hechos relatados
anteriormente, es posible establecer como indicios
suficientes para acreditar la existencia de hechos
atentatorios a los derechos fundamentales de la trabajadora,
particularmente a sus derechos a la integridad síquica y su
derecho a la no discriminación basada en motivos de raza y
sexo: Las declaraciones de los trabajadores entrevistados en
el proceso de fiscalización indican que el ambiente de
trabajo en la empresa es agresivo y hostil, lo que se debe
principalmente a los tratos que reciben los trabajadores por
parte del Sr. Haase, la Srta. Catalina Lepileo se ha
desempeñado desde el 04 de junio de 2010 como secretaria de
la gerencia de la empresa y los trabajadores que han
presenciado el trato del Sr. Haase hacia la Srta. Lepileo,
señalan que estos tratos son humillantes, despectivos y
abusivos; que estos tratos han afectado la salud síquica de
la denunciante, quien actualmente se encuentra con licencia
médica y con tratamiento siquiátrico en la ACHS; que la
empresa presenta una alta rotación de secretarias en el
último período y los trabajadores atribuyen aquello a los
tratos que reciben en general los trabajadores por el
empleador; que la empresa presenta ya un acoso sexual
constatado por la Dirección del Trabajo, que a pesar de
encontrarse en etapa de reconsideración administrativa,
entrega una impresión prima facie que la empresa ya ha sido
denunciada por situaciones atentatorias a la dignidad de sus
trabajadores; y, que el empleador se refiere a la trabajadora
en tratos despectivos, emitiendo declaraciones que hacen
referencia a su origen étnico, claramente ofensivos y
prejuiciosos, junto con referirse a ella en términos
ofensivos por su género.
Por otra parte, en lo referente al derecho a la no
discriminación, resultan indicios suficientes las
declaraciones entregadas por los trabajadores que demuestran
una clara actitud ofensiva y prejuiciosa respecto del origen
étnico de la denunciante y su calidad como mujer.
Por todo lo anterior, solicita se declare, salvo mejor
parecer del tribunal, que la denunciada ha incurrido en actos
lesivos a la dignidad de la Srta. Catalina Lepileo Tenorio,
al haber afectado sus derechos fundamentales reconocidos en
el artículo 19 N° 1 de la Constitución Política y el artículo
2o del Código del Trabajo, debiendo poner término de tales
actos y garantizar reparar en el daño causado a la víctima;
que se condena a la demandada al pago de una multa
equivalente a 150 Unidades Tributarias Mensuales o lo que
S.S. estime en justicia, que se remita la sentencia
condenatoria a la Dirección del Trabajo para su registro y
oportuna publicación; y, que se condene a la denunciada en
costas de la causa.

SEGUNDO: Que, con fecha veinticinco de febrero de dos mil


once, la denunciada, por su parte, opone excepción de
ineptitud del libelo de denuncia de vulneración a derechos
fundamentales, conforme lo dispuesto en el numeral 4 del
artículo 446 del Código del Trabajo, la demanda debe contener
"la exposición clara y circunstanciada de los hechos y
consideraciones de derecho en que se fundamenta", y
adicionalmente, según lo dispuesto en el artículo 490 del
mismo cuerpo legal, la denuncia por vulneración de derechos
fundamentales debe además contener "la enunciación clara y
precisa de los hechos constitutivos de la vulneración
alegada, acompañándose todos los antecedentes en que se
fundamenta". Que al respecto, la denuncia presentada no
cumple con estas menciones en la forma requerida por el
legislador, no se señala la fecha u época en que habrían
ocurrido, no precisa la forma de ocurrencia ni la exacta
calificación jurídica de los hechos que se describen en
relación a las 2 supuestas vulneraciones a derechos
fundamentales de la señorita Catalina Lepileo
Tenorio, esto es, afectación al derecho a la integridad
psíquica y derecho a la no discriminación basado en motivos
de raza y sexo. Por lo anterior, solicita al Tribunal acoja
la excepción, disponiendo que la denunciante precise el
libelo de denuncia en la forma antes señalada.
Que, en segundo término, opone excepción de caducidad de
la acción, basada en lo dispuesto en el inciso final del
artículo 486 del Código del Trabajo, toda vez que la denuncia
por vulneración de derechos fundamentales de autos no es
procedente respecto de vulneraciones a derechos fundamentales
producidas antes del 18 de Agosto de 2010. En efecto,
conforme la disposición antes señalada, la denuncia debe
interponerse dentro de los sesenta días contados desde que se
produzca la vulneración alegada, y no obstante que el cómputo
de este plazo se suspende durante el tiempo en que se
prolonga la intervención de la Inspección del Trabajo en la
gestión de reclamación -en el caso de la especie, entre el 5
de Octubre y el 23 de Noviembre del año pasado- y
considerando que la denuncia judicial fue interpuesta el 21
de Diciembre del año 2010, habría caducado la acción tutelar
respecto todos los actos ocurridos con anterioridad a la
fecha señalada en el inciso anterior, por lo que opone
formalmente la excepción de caducidad, solicitando al
tribunal sea ésta acogida en la audiencia preparatoria.
Que en cuanto al fondo, señala que la empresa demandada
es una empresa familiar que se dedica a la fabricación de
envases finos de madera. Que prestan servicios en la empresa
entre 25 a 30 trabajadores permanentes, la gran mayoría del
área operativa, caracterizada por personal especialista en
trabajo en madera, esto es, maestros carpinteros, y por su
parte, el personal administrativo no excede en la actualidad
y durante el año 2010, a 6 personas, incluido el Gerente
General.
Que el personal operativo ocupa el primer piso o planta
baja de las instalaciones de la empresa, dónde se encuentran
los talleres, las bodegas, los lugares de tratamiento
sanitario de los productos, de aseo del personal, y con la
debida aislación, el casino y sala de estar destinado al
descanso, recreación y colación del personal. Por su parte,
el personal administrativo ocupa la planta alta o segundo
piso de las instalaciones, dónde se encuentra la recepción
dónde está ubicada la estación de trabajo de la secretaria de
gerencia y la oficina del Gerente General, entre otras.
Que en la actualidad y durante los últimos años, sólo
existe una Secretaria para toda la empresa. Con anterioridad
existió un departamento de ventas que era integrado por
personal contratado como ejecutivas de ventas y secretarias,
pero habiéndose desestimado la necesidad de esa
intermediación para las operaciones de la empresa, esa unidad
fue suprimida, desvinculándose a quienes se desempeñaban en
ella.
En general, sólo se han contratado y empleado mujeres en
el ámbito de labores administrativas. Particularmente las que
han ejercido como secretarias, tanto de la empresa, como en
el hoy inexistente departamento de ventas, dejaron de prestar
servicios ya sea por término del plazo convenido en sus
contratos o por renuncia voluntaria, suscribiéndose siempre
los finiquitos respectivos. La empresa jamás ha sido
demandada por una ex trabajadora que hubiera ejercido el
cargo de secretaria.
Que en cuanto a la condición de etnia, la empresa
siempre ha contado con personal que pudiere tener ascendencia
mapuche según el origen de sus apellidos. En general, esa
situación no ha sido jamás causa de diferencias en el trato
que reciben los trabajadores ni fuente de discriminaciones o
denostaciones.
Que la denunciante señorita Catalina Lepileo Tenorio
ingresó a prestar servicios para la demandada como secretaria
de Gerencia General y Comercial, con fecha 4 de Junio de
2010, suscribiendo un contrato trabajo a plazo fijo, con un
vencimiento fijado originalmente para el 31 de Julio del
2010, y con fecha 1 de Agosto de 2010, se modificó,
señalándose una vigencia hasta el 31 de Diciembre de 2010. El
contrato de trabajo de la señorita Lepileo establece que
entre las obligaciones principales cómo secretaria de
Gerencia General y Comercial se consideran: "atender la
central telefónica; recepcionar, registrar y distribuir
documentación ingresada a la empresa; llevar control de las
órdenes de compra, clientes y sus respectivas hojas de
producción y distribuir en forma oportuna a cada departamento
asignado; asistir al Gerente en las labores de atención y
seguimiento de clientes; cumplir con todas las obligaciones
que emanan de la condición de trabajador, a las que impone el
presente contrato y la legislación vigente;" Adicionalmente
en su contrato individual también se establece que
''constituirá incumplimiento grave de las obligaciones que
impone el presente contrato de trabajo: a) conducta
inadecuada en la empresa, malos tratos a los clientes,
retraso permanente en el desempeño de sus funciones; b)
negativa a cumplir con las órdenes entregadas y trabajos
encomendados por el empleador,,.. "
En su condición de secretaria de Gerencia General y
Comercial, la señorita Lepileo era la única secretaria de la
empresa en el período en que desempeñó como tal,
desarrollando su trabajo en las dependencias administrativas
del segundo piso, en el hall de recepción.
La denunciante señala que las insinuaciones de
connotación sexual habrían ocurrido inmediatamente al inicio
de la prestación de servicios, pero al no aceptarlas habrían
desencadenado los otros hechos contenidos en su acusación y
que en general caracteriza como hostigamientos, denostaciones
y maltratos. Pero lo más grave es que en el Informe de
Fiscalización se consigna que al asignarse la fiscalización
respectiva, particularmente de la Visita Inspectiva, el
período investigado considerado corre del 01.01.2009 al
30.09.2010, esto es, un período que excede el ámbito temporal
de la denuncia de la trabajadora denunciante, que como se ha
señalado, ingresó a prestar servicios recién el 4 de Junio de
2010.
Respecto a la Inspección realizada esta consta de
imprecisiones de fechas y actuaciones. Conforme consta en la
primera parte del Informe de Fiscalización, se habrían
desarrollado 6 visitas, concretamente los días 8, 15, 18, 21,
27 y 28 de Octubre, pero en el detalle de la cronología de la
investigación se omiten las visitas del 27 y 28 de Octubre, y
sólo se consigna la visita inspectiva a la empresa del día 18
de Octubre, y la toma de declaración al representante y
Gerente General de la denunciada realizada el 21 de ese mismo
mes. En efecto, no se señala la fecha en que se habrían
realizado cada una de las inspecciones realizadas, sino una
referencia genérica a su realización, respecto de lo que el
Informe contiene inconsistencias, como la referida a las
diferencias entre las Visitas Inspectivas Realizadas y la
Cronología de la Investigación.
Señala que la metodología de investigación utilizada en
la fiscalización de la Inspección del Trabajo no es seria,
considera declaraciones en base a cuestionario inductivo; los
declarantes no son individualizados; no se consigna la fecha
y circunstancia en que prestaron sus declaraciones lo que no
es menor si se considera que se trabajó en base a un
cuestionario de preguntas inductivas; no son consultados en
forma adecuada para dar fe de sus dichos, algunas respuestas
son esencialmente especulativas y no se les anima a precisar
hechos ciertos sino que se admite que deduzcan los que se les
pregunta; la redacción de las respuestas es altamente
preocupante pues existen vocablos que coinciden siendo
precisamente aquellos de las preguntas inductivas, entre
otras particularidades de la actuación. Finalmente, el
contexto de las declaraciones no parece el más adecuado para
favorecer la veracidad de los testimonios.
En relación a la revisión documental, la investigación
solo consideró documentos para respaldar la denuncia,
privándose a la denunciada de su derecho a entregar otra
documentación que pudiera desvirtuar la línea investigativa
dirigida inequívocamente a justificar las acusaciones.
El Informe de Fiscalización, su contenido y conclusiones
evidencia la parcialidad en el procedimiento del organismo
fiscalizador. Adicionalmente, el Informe de Fiscalización
deja ver que la fiscalizadora consideró otros antecedentes de
la empresa denunciada, tales como el historial de multas
administrativas, destacándose en esos registros que la
empresa registra tan sólo 2 fiscalizaciones que redundaron en
multa administrativa, las N° 7944/2010/21-1 y N° 4470/2006/6,
no obstante haberse realizado otras 3 fiscalizaciones y 12
procedimientos de reclamos. En efecto, de 17 procedimientos
realizados por la Inspección del Trabajo, tan solo se han
cursado 2 multas administrativas en contra de la denunciada,
una en el 2006 y otra en el año 2010, encontrándose la
primera de ellas, la multa N° 4470/2006/6, pendiente de
resolución en virtud de una reconsideración administrativa, y
la segunda, la multa N°7944/2010/, por un valor de cuatro
UTM, debidamente pagada.
Las conclusiones del Informe de Fiscalización son
realizadas por la misma Fiscalizadora que realizó la
investigación, que suponemos debió ser visada por la
Coordinación Jurídica o Abogado Jefe de la Unidad de Fiscalía
Regional de Derechos Fundamentales, lo que no consta en la
copia a la que se ha tenido acceso. Estas conclusiones
adolecen de la misma parcialidad demostrada en la
investigación, a saber:
De la investigación llevada a efecto por esta parte, se
logró constatar los hechos que no fue posible comprobar que
el denunciado realizó insinuaciones de connotación sexual a
la denunciante, sin perjuicio que mediante resolución de
multa N°4470/06/6 se sancionó al empleador por cometer acoso
sexual contra una trabajadora. La resolución de multa se
encuentra actualmente en proceso de reconsideración
administrativa; que de acuerdo a las declaraciones obtenidas
se constata la efectividad que el denunciado ha realizado
comentarios despectivos sobre la denunciante, tanto respecto
de su carácter como también de su origen étnico; que es
efectivo que el denunciado ha ordenado a la denunciante a
realizar labores de aseo, pese a que no corresponde dicha
labor, según contrato; y, que de acuerdo a las declaraciones
de los trabajadores se puede afirmar que el denunciado
mantiene una actitud autoritaria y que a consecuencia de ello
existe un mal ambiente laboral.
Que, como se aprecia, no existió ni el más mínimo
resguardo a la bilateralidad en el procedimiento
administrativo realizado por la Inspección del Trabajo, toda
vez que la denunciada tomó conocimiento de la denuncia
realizada en su contra verbalmente en los actos de
fiscalización; que la denunciada no tuvo derecho a presentar
documentación probatoria destinada a su defensa, no conoció
las acusaciones precisas de la denunciante, ni pudo entregar
otra información que no fuera la inquisitivamente solicitada
en la fiscalización; que la fiscalización no consideró la
circunstancia de que la denunciada siempre negó todos los
hechos en que se basaba la denuncia, sin contar con
conocimientos mayores de ella ni asistencia de abogados, y no
garantizó su derecho a defensa ante la sede administrativa;
que la toma de declaraciones o testimonios de trabajadores
fue absolutamente irregular, inductiva y parcial; que la
declaración al representante de la denunciada, no puede ser
el elemento de garantía de bilateralidad, pues se da en un
contexto de desconocimiento de las materias denunciadas, sin
derecho a defensa, ni incidencia alguna en la investigación;
que las conclusiones contenidas en el Informe de
Fiscalización y en el Acta de Mediación, que motivaron a la
Inspección Comunal del Trabajo Santiago Sur Oriente a
presentar la denuncia, son consecuencia de la parcialidad de
la investigación.
Señala que los hechos en que se funda la imputación de
vulneración de derechos fundamentales en contra de esta parte
no se ajustan a la realidad, son falsos absolutamente. Indica
que la denunciada no ha contado hasta ahora de un
procedimiento administrativo adecuado para conocer de la
acusación y los hechos en que se funda, y por cierto,
entregar información adecuada para su defensa. Sin ir más
lejos, hasta ahora solo entregó a la Inspección del Trabajo
la información que le fuera solicitada por la fiscalizadora a
cargo de la investigación, pero no tuvo oportunidad de
adjuntar elementos que puedan desvirtuar algunas de las
acusaciones que se le imputan.
Señala que los hechos falsos que se consideran en libelo
de denuncia, son los siguientes: Que el Gerente General haya
efectuado insinuaciones a la señorita Lepileo. Asimismo, es
falso que haya realizado acciones físicas que puedan
enmarcarse en la figura de acoso sexual u otras similares.
Esta acusación no forma parte de la denuncia de vulneración
de derechos fundamentales, pero como es señalada en el libelo
de demanda, venimos en acusar su falsedad absoluta por la
gravedad que reviste. Es falso que exista una conducta de
acoso sexual anterior de este mismo Gerente General,
debidamente comprobada o sancionada. En el año 2006, en un
procedimiento revestido de menos transparencia aún que el que
es materia de estos autos, la empresa fue multada por
Infracción de Acoso Sexual, a partir de las conclusiones de
un Informe de Fiscalización - según lo aseverado por la
Inspección ese Informe sería el N° 13.50.2006.224 de 3 de
Mayo de 2007. Esta acusación también era falsa de manera tal
que la denunciada impugnó la multa aplicada ante el mismo
organismo fiscalizador, encontrándose hasta la fecha
pendiente la reconsideración solicitada de la Multa
N°4470/06/6, es decir, un retraso de más de tres años, demora
que claramente la Inspección ocupa en desmedro del derecho a
defensa de la denunciada. Por cierto, los antecedentes de la
Multa se encontraban guardados en las dependencias
administrativas de la empresa, pero no han sido ubicados. Es
posible, que sean aquellos que la denunciante, señorita
Lepileo señala haber encontrado en su escritorio, al declarar
"Yo en mi escritorio encontré una demanda que tenía él por
acoso sexual y la entregué en la Inspección del Trabajo",
pues la empresa jamás ha estado involucrada en otra denuncia
por acoso sexual. Es falso que en la empresa denunciada
exista un mal clima laboral generado por maltratos del
Gerente General hacia los trabajadores. La empresa no cuenta
con muchos trabajadores y como en toda empresa, no todos los
trabajadores piensan o se comportan igual. Por razones
absolutamente ajenas a la empresa, sino de orden más bien
ideológico, a partir del año 2006 la imagen del Gerente
General se ha visto afectada por una serie de acusaciones
públicas y denostaciones que pudiere haber favorecido que
algunos trabajadores, por cierto minoritarios, hayan incoado
una animadversión importante en su contra, creyendo o dando
credibilidad a aquellas. Este es un fenómeno natural
relacionado con un procedimiento judicial de derechos humanos
emblemático y de alta sensibilidad, con las que estos
trabajadores pudieren haberse sentido identificados.
Indica que las acusaciones graves en contra del Señor
Haase Massei fueron desacreditadas en el proceso a que se ha
hecho referencia, estableciéndose responsabilidades penales
en contra de otras personas, pero ello no ha servido para
reparar el daño de imagen que se le causara, y muy
probablemente no ha servido ni servirá para que muchas
personas sigan sintiendo rechazo y odiosidad hacia su
persona. No es efectivo que el Gerente General mantenga un
trato contrario a la dignidad de las personas por su
condición de etnia, origen social o pensamiento político. No
se discrimina ni se maltrata en función del origen o
pensamiento, existiendo personas que trabajan en la empresa y
que pertenecen a la etnia mapuche u otras, así como personas
de diferentes orígenes sociales o pensamientos políticos, que
incluso hacen saber o notar éstas condiciones.
Si es posible que elementos económicos determinen que se
trate de una empresa dónde el personal que tiene mayores
perspectivas de ingresos emigre una vez que consigue una
mejor oferta de empleo, lo que ha ocurrido específicamente
con algunas secretarias.
El personal operativo en general es remunerado en
función de sus calificaciones, lo que es muy apreciado por
los trabajadores, y en el último tiempo se ha establecido
estímulos a la producción que han contribuido a mejorar
sustantivamente el clima laboral. Tampoco es efectivo que el
Gerente General maltrate a los trabajadores por su inadecuado
comportamiento laboral. Las acusaciones que aluden a rasgos
de su personalidad negativos como "prepotencia", o malos
tratos de palabra, no son reales y se dan dentro de un clima
de odiosidad hacia su persona. No es efectivo que exista mal
trato constante, gritos o denostaciones en público a los
trabajadores. Las acciones del Señor Haase se circunscriben a
la potestad de dirección y mando, como de corrección del
trabajo que se realiza, labor que por cierto tampoco efectúa
directamente, contando con supervisores para ello.
Es absolutamente falso que el Gerente General se
presente en las dependencias de la empresa bajo los efectos
del alcohol o como se señala en algunas de las declaraciones
contenidas en el Informe de Fiscalización, "con copas de
más". Por último, no es efectivo que la señorita Lepileo haya
sido obligada por la empresa a realizar labores no
consideradas en su contrato, particularmente a realizar
labores de aseo. Jamás se le obligó a ello pues existe una
persona destinada para esa función. La circunstancia de que
la ausencia ocasional de la persona encargada haya
determinado que asumiera alguna vez una labor de ese tipo no
reviste el carácter de maltrato o menoscabo que se le quiere
dar, pues ello ocurrió con todo el personal administrativo
que naturalmente debió hacer lo mismo respecto de aquellos
enseres que merecen ser limpiados para poder trabajar.
Por todo lo anterior, solicita se rechace la denuncia de
vulneración de derechos fundamentales en todas sus partes,
con expresa condenación en costas.

TERCERO: Que se han establecido como hechos pacíficos en esta


causa los siguientes: Que la Srta. Catalina Lepileo Tenorio
ingreso a trabajar en la empresa denunciada el día 04/06/2010
mediante a contrato a plazo que vencía el 31/12/2010; y, que
las funciones desempeñadas por la trabajadora eran las de
secretaria de gerencia general y comercial.

CUARTO: Que en la audiencia preparatoria se fijaron los


siguientes hechos a probar: 1) Efectividad de haber incurrido
la denunciada en conductas vulneratorias de derechos
fundamentales de la Srta. Lepileo Tenorio consistentes en
insinuaciones de connotación sexual que desencadenaron tratos
denigrantes y hostigamientos reiterados en contra de la
trabajadora, haberla obligado a realizar labores de aseo
como medidas de represalias y haber efectuado comentarios
discriminatorios en razón de etnia, época y circunstancias en
que ello se produce; 2) Efectividad de haber afectado las
conductas anteriores la salud síquica de la trabajadora en la
afirmativa naturaleza de esta y si a raíz de ello hizo uso de
licencia médica, en la afirmativa, fecha de su otorgamiento;
3) Efectividad de existir otras denuncias de vulneración de
derechos fundamentales en contra de la denunciada, en la
afirmativa, época en que se efectuaron y si ello derivó en
alguna fiscalización de parte de la Inspección del Trabajo;
y, 4) Clima laboral en que se desempeñan los trabajadores en
la empresa denunciada.

QUINTO: Que en orden a acreditar sus alegaciones la parte


denunciante ofreció e incorporó la siguiente prueba
documental: copia de informe de fiscalización 1360/2010/207
de fecha 28/10/2010; copia de resolución N° 4470/06/6 de
fecha 03/05; copia del acta de mediación ante la Inspección
del Trabajo de fecha 23/11/2010; copia receta médica emitida
por el Dr. Ian Rojas Veliz psiquiatra; certificado de la
Asociación Chilena de seguridad de fecha 17 de diciembre;
certificado de atención de servicio de urgencia de la
Asociación Chilena de Seguridad de fecha 19/10/2010; boletín
informativo N°2712643 de fecha 11/11/2010 del centro de
Atención Ambulatoria del Hospital del trabajador; boletín
informativo de fecha 20/01/2011 del centro de Atención
Ambulatoria del Hospital del trabajador; boletín informativo
de fecha 24/12/2010 del centro de Atención Ambulatoria del
Hospital del trabajador; y, reservado DR324 de la Dirección
del Trabajo de fecha 01/06/2007.
Que, absolvió posiciones don Nelson Haase Mazzei, cuya
declaración consta en el registro de audio, y que en términos
generales señaló ser representante legal de la empresa desde
el año 2005 aproximadamente. Indica que en la empresa hay
trabajadores de más de 8 años de antigüedad y que trabajan
unos 24 trabajadores en la misma. Que tiene una buena
relación con los trabajadores. Que trata con ellos a través
de sus jefes. Refiere que leyó el informe de fiscalización
posteriormente a la denuncia. Respecto a trabajadores que
hayan hablado de un clima tenso en la empresa se debe a que
“no son buenos trabajadores”. Señala que generalmente baja a
los talleres. Respecto a la cantidad de secretarias indica
que ha tenido 2 o 3 en el año 2010, son secretarias de
gerencia. Señala en relación a las renuncias de secretarias,
que una de ellas al marido lo trasladaron y otra no
necesitaba trabajar, otra tenía mejores expectativas
económicas.
Indica que la denunciante era secretaria, que cuando
habían visitas servía el café, que no cumplía labores de
aseo, que nunca le dio instrucciones para hacer aseo, ya que
estas funciones las hacía el junior u otra persona. Respecto
a los comentarios de discriminación por raza, señala que son
falsos por cuanto no ha hecho comentarios así. Niega todo,
señala que son imputaciones calumniosas.
Que, asimismo prestaron declaraciones los siguientes
testigos: La señora Catalina Lepileo Tenorio, cuya
declaración consta en el registro de audio, quien en términos
generales señaló que, ingresó a la empresa el 4 de junio de
2010 como secretaria. En esa oportunidad la llamó la señora
Evelyn Muñoz, de gerencia. Señala, respecto al acoso, que el
primer mes no hubo nada. Que en una oportunidad el denunciado
rosa su mano sobre su trasero. Que mantenía distancia de la
oficina, porque la hacía agacharse, trataba de no entrar a la
oficina. Indica que en septiembre, se enteró que era
amargada, que cuando estaba en reuniones se refería a
“mapuche, que no sirve”. Indica que no quería ir a trabajar.
Que por el mes de octubre le hizo buscar una información y se
encontró con una demanda de acoso sexual interpuesta por otra
secretaria. Se decidió ir a la Inspección. Refiere que a
fines de julio la envió a hacer aseo porque no estaba el
junior. Indica que era una represalia porque ella estaba
distante con él. Señala que cuando no estaba don Nelson el
ambiente era grato, cuando él estaba era tenso. Señala que
ponía en duda si los jefes tenían estudios, los trataba de
muertos de hambre y gritos. Refiere a una rotación de
secretarias por maltratos del gerente. Indica que la
fiscalización fue el 18 de octubre de 2010. Ese día fue a la
siquiatra, le dio licencia médica. Señala que no dormía bien.
Refiere que el denunciado estaba molesto cuando se fue a
fiscalizar la empresa. Que por temor a peores represalias se
fue al médico.
La señorita Carla Medina Vera, por su parte, señalo en
términos generales que prestó servicios para la empresa
denunciada desde agosto de 2010 como junior hasta el 20 de
octubre de 2010. Señala que se fue de la empresa por miedo,
porque no quería gritos para ella ni realizar labores de
aseo. Señala que a la denunciante, el denunciado la llamaba
gritando, cuando la llamaba la mandaba a hacer aseo o
limpiar. Indica que la vio haciendo aseo cuando no estaba el
junior. Señala que se refería a todos como inútiles, buenos
para nada, que no servían. Indica que un día por casualidad a
medio día en el escritorio de la secretaria lo escucho decir
“esta mapuche, esta niñita siempre es amargada, parece que le
faltara un hombre”. Señala la testigo que eso se lo dijo a
ella personalmente. Por último, señaló que escuchó
comentarios de que abusó de secretarias trabajadoras.
El señor Amable Gonzalez Campos, en términos generales
señaló que trabaja en la empresa desde el año 2004, como
operario de producción. Señala que la denunciante era
secretaria, que él trabajaba en el primer piso, en cambio, la
gerencia estaba en el segundo piso. Señala que no puede
corroborar las conductas que se imputan al denunciado. Agrega
que no ha escuchado nada. Que sólo escuchó a compañeros de
trabajo que hablaron de discriminación respecto a la
ascendencia de la denunciante, que la habría tratado de
mapuche y que no valía como persona. Señala que nunca vio que
ella haya realizado otras funciones. Que ha visto varias
secretarias, 7 u 8, que no hacen bien su trabajo. Refiere el
testigo que cuando fue a pedir un crédito a la financiera
Condell, la secretaria le dijo “usted trabaja donde el
degenerado”. Señala que don Nelson ha tenido reuniones con
ellos, extendidas, se dedica sólo a criticarlos. El dijo que
no estaba ni ahí con tocarle el trasero a las mujeres, eso
fue a fines del año pasado. Señala que firmó su declaración
ante la fiscalizadora.
Que, por último, se incorporó al juicio oficio de la
Asociación Chilena de Seguridad a fin de que remita a este
Tribunal la resolución que determina el diagnostico de la
Srta. Catalina Lepileo Tenorio C.I. 17.780.672-2, el cual
debería estar emitido con fecha 10 de febrero de 2011,
haciendo presente que la parte denunciante deberá presentar
la autorización correspondiente para que dicha Institución
remita la información solicitada.
SEXTO: Que, la denunciada, por su parte, en orden a acreditar
sus alegaciones ofreció e incorporó la siguiente prueba
documental: contrato de trabajo de Catalina Lepileo Tenorio;
copia del reglamento interno de la empresa; legajo que
contiene acta de visita notarial en el cual constan
fotografías de las instalaciones de la demandada; y,
certificado médico otorgado a don Nelson Haase por el centro
médico de la Universidad Católica de Chile.
Asimismo, prestaron declaración el testigo, señor
Claudio Cabezas Soto, quien en términos generales señaló que
era administrativo, que ingresó a la empresa el 4 de octubre
de 2010, que lleva muy poco tiempo en la empresa. Respecto a
la denunciante, refiere que no la vio haciendo aseo. Que
generalmente a las secretarias se las contrata a plazo “eso
explica la rotativa de secretarias”. Señala que el clima
laboral es normal. Que cuando llegó la fiscalizadora no le
tomó declaración, que llevaba una semana cuando llegó la
fiscalizadora.
El señor Hugo Berrios Joffre, en términos generales
señaló que trabaja en la empresa denunciada, que es el
encargado de la sección de cortes, indica que en la empresa
hay un ambiente de trabajo normal, tranquilo y respetuoso.
Señala que mucha relación con los jefes no hay. Que sólo se
relaciona con el representante legal. Que no ha tenido ningún
problema con la empresa por malos tratos. Que la señorita
denunciante trabajó como secretaria un par de meses el año
pasado. Indica que cuando fue la Inspección del Trabajo a la
empresa, estaba en su hora de colación. Que la señora
fiscalizadora le empieza a preguntar, le dice que la señora
Catalina estaba poniendo una demanda. Que había que
aprovecharse de que el representante legal no estaba en la
empresa. Refiere el testigo que nunca la vio haciendo aseo.
Que para eso, ella iba a buscar al junior que estaba en el
primer piso. Indica que no ha escuchado mal trato, ni
discriminación. Que no podría identificar su firma. Señala
que en todas las preguntas, la fiscalizadora ponía más de lo
que tenía que poner. Indica que a veces había que trabajar
bajo presión por las fechas de entrega, pos eso todos se
ponen a apurar más la máquina. Señala que le pagan horas
extras. Señala que nunca ha tenido problemas de trato con don
Nelson, siempre ha sido igual, cuando tiene que dar una orden
baja un papel, no anda con cosas ocultas. Señala que no sabe
porqué se han ido las secretarias.
El señor José Huircan Huircan, en términos generales
señaló que trabaja en la empresa hace 9 años, que es armador
y que está bien su relación laboral. Señala que no ha tenido
problemas con don Nelson. Que la denunciante estuvo muy poco
tiempo en la empresa, que no tenía mucho contacto con ella,
que no sabe nada de lo que se le pregunta. Que en la empresa
son 3 trabajadores mapuches, que casi nunca subía. Que no la
vio realizar labores o funciones de aseo. Refiere que cuando
llega don Nelson, los saluda.

En cuanto a la excepción de caducidad de la acción de tutela


de derechos fundamentales:

SÉPTIMO: Que la parte denunciada de autos opone excepción de


caducidad de la acción de tutela basada en la disposición del
inciso final del artículo 486 del Código del Trabajo, que
señala que la denuncia por vulneración de derechos
fundamentales no procede respecto de vulneraciones producidas
antes del 18 de agosto de 2010.
Indica que de conformidad a la disposición antes
referida, la denuncia debe interponerse dentro de los sesenta
días contados desde que se produzca la vulneración alegada,
suspendiéndose durante el tiempo en que se prolonga la
intervención de la Inspección del Trabajo, que en la especie,
duró entre el 5 de octubre y 23 de noviembre de 2010, y
considerando que la denuncia judicial fue interpuesta el 21
de diciembre de 2010, habría caducado la acción tutelar
respecto de todos los actos ocurridos con anterioridad al 18
de agosto de 2010, razón por la cual solicitan sea acogida.

OCTAVO: Que, evacuando el traslado conferido, la Dirección


del Trabajo señaló que los hechos se relatan en un contexto
de vulneración de derechos los que tienen el carácter de
permanentes en el tiempo, hasta el día en que la señorita
Lepileo dejó de concurrir a su trabajo por la emisión de su
licencia médica, por ende la caducidad debería contarse a
contar del 19 de octubre de 2010, estando dentro del plazo la
interposición de la demanda.

NOVENO: Que, a fin de resolver la excepción, es menester


señalar que de acuerdo al tenor de la denuncia, los hechos
atentatorios al derecho a la integridad síquica de la
trabajadora señorita Catalina Lepileo por parte del
representante legal de la empresa denunciada, señor Nelson
Haase, se manifiestan en insinuaciones de connotación sexual,
y que comienzan al ingreso a la empresa de la trabajadora,
esto es, al 4 de junio de 2010.
Que, la denuncia además, se refiere a hechos
discriminatorios por motivos de raza y sexo en contra de la
trabajadora, que se manifiestan en un trato despectivo por
parte de señor Haase, realizando comentarios y en forma
insultante por su origen étnico.
Que, como se aprecia de la denuncia, esto se habría
mantenido en el tiempo, hasta que la trabajadora deja de
concurrir a las dependencias de la denunciada por el
otorgamiento de una licencia médica con fecha 19 de octubre
de 2010, lo que se desprende de la documental incorporada por
la denunciante, razón por la cual, desde esta fecha a la de
interposición de la denuncia, esto es, el 21 de diciembre
de 2010, no ha transcurrido el plazo contemplado en el inciso
final del artículo 486 del Código del trabajo, por lo que se
rechaza la excepción de caducidad, sin costas, por estimar
esta magistrado que se han tenido motivos plausibles para
oponer dicha excepción.
En cuanto a la acción de tutela de derechos fundamentales:

DÉCIMO: Que, por tratarse ésta de una acción de tutela de


derechos fundamentales del trabajador regulada por el párrafo
VI del Título II del Libro V del Código del Trabajo, la
cuestión fáctica impone a la parte demandante, como exigencia
mínima probatoria, aportar antecedentes que constituyan
indicios suficientes del acaecimiento de los hechos que se
denuncian como constitutivos de la vulneración de derechos
fundamentales, correspondiéndole acreditar a la demandada -
cumplida la exigencia antedicha por el denunciante- la
justificación y proporcionalidad de las medidas.

Derecho a la Integridad Síquica

UNDÉCIMO: Que, cabe pronunciarse en primer término, respecto


al hecho de haber sido lesionada la trabajadora en sus
derechos fundamentales, específicamente en su derecho a la
integridad síquica.
Que, al respecto, debemos estarnos al fundamento de
hecho contenido en la denuncia, el que se relaciona
directamente al acoso sexual que habría sufrido la señorita
Lepileo por parte de su superior jerárquico, el señor Haase.
Así las cosas, se relata que “a su ingreso a la empresa, el
Sr. Hasse realizó diversas insinuaciones de connotación
sexual, hechos que ocurrieron en forma reiterativa, puesto
que su trabajo la obliga a estar permanentemente en contacto
con el denunciado, pero los que no pudieron ser vistos por
otros trabajadores, debido a que ello ocurrió mientras ella
permanecía a solas con el empleador”.
Que, cabe recordar, fue un hecho no controvertido por
las partes, que la señorita Catalina Lepileo Tenorio comenzó
a prestar servicios para la empresa denunciada el día 4 de
junio de 2010 cuya segunda renovación del contrato de trabajo
establecía una duración hasta el día 31 de diciembre de 2010.
Asimismo, que las funciones desempeñadas por la trabajadora
eran las de secretaria de gerencia y comercial.

DUODÉCIMO: Que, para efectos de analizar la figura de acoso


sexual, es necesario hacer algunos alcances al respecto.

El acoso sexual puede ser definido como “la conducta de


naturaleza sexual indeseada por la víctima y que afecta o
amenaza su dignidad en el trabajo, incidiendo negativamente
en su situación laboral”. (Gamonal Contreras, Sergio “El Daño
Moral en el Contrato de Trabajo”, Editorial Legal Publishing,
Segunda Edición, año 2009, página 68). Esta conducta puede
ser tanto física, verbal o no verbal o cualquier otra basada
en el sexo; la víctima puede ser de cualquier sexo, ya sea
mujer u hombre, cuyo asediador está constituido
principalmente por un jefe directo, sin perjuicio de jefes
indirectos (acoso sexual vertical) o eventuales colegas
(acoso sexual horizontal). Para que el acoso revierta
relevancia, debe existir una relación jerárquica y una
amenaza a la pérdida de derechos, que incide negativamente
para el trabajador, causándole inseguridad o temor,
percepción de una ambiente intimidatorio, hostil o humillante
para él. El agente activo del acoso puede ser, el superior
jerárquico que sea directamente el empleador, el gerente o
delegado, el hijo del empleador, en definitiva, todo aquel
que tenga poderes directivos por sobre la víctima.

En Chile, el artículo 1° de la ley N° 20.005, introdujo


el inciso segundo del artículo 2° del Código del Trabajo, el
que prescribe como acoso sexual “el que realice una persona
en forma indebida, por cualquier medio, requerimientos de
carácter sexual, no consentidos, por quien los recibe y que
amenacen o perjudiquen su situación laboral o sus
oportunidades de empleo”.

DÉCIMO TERCERO: Que, respecto al requerimiento de carácter


sexual, cabe señalar que al declarar ante la Dirección del
Trabajo la señorita Lepileo, en el contexto de la
investigación que dicho servicio llevó a cabo en virtud de lo
dispuesto en el artículo 486 del Código del Trabajo, señala
haber sido víctima de hostigamientos y acosos por parte de
Nelson Haase, quien es el gerente de la empresa y
representante legal de la misma.

Agrega, que al mes que entró a trabajar el señor Haase


comenzó a insinuársele en forma reiterada. Indicó que la
primera vez, él pasó detrás de ella y rozó su trasero y la
hizo sentarse. Ante ello, él la comenzó a mirar con una
mirada desafiante y mientras le hablaba no le tomaba atención
y la miraba raro. Señala, que este tipo de situaciones se
fueron reiterando durante dos semanas, cuando se puso más
pesada y más esquiva. Indica que ella ya no se sentaba, se
quedaba en la puerta de su oficina.

Que, a diferencia de lo declarado en la instancia


administrativa, en el juicio la señorita Lepileo señala que
respecto al acoso, en el primer mes de trabajo no hubo nada.
Que en cuanto a lo reiterado de este tipo de situaciones,
sólo refiere a que fue en una sola oportunidad, cuando el
denunciado rosa su mano sobre su trasero, agregando que
después de esa situación, ella mantiene distancia de la
oficina, tratando de no entrar porque la hacía agacharse.

DÉCIMO CUARTO: Que, cabe hacer presente que en el juicio sólo


constan para acreditar el referido acoso sexual la
declaración de la señorita Lepileo, tanto en instancia
administrativa como judicial. Que, a contrario sensu, y
también en ambas instancias, este hecho fue negado
rotundamente por quien aparece sindicado como el autor de
acoso sexual, el señor Haase.

Que, incluso el informe de fiscalización de fecha 28 de


octubre de 2010, concluye que no fue posible corroborar que
el denunciado realizó insinuaciones de connotación sexual a
la denunciante, conclusión que es recogida a su vez por el
Acta de Mediación de fecha 23 de noviembre de 2010.

Que, por lo anterior, esta magistrado llega a la


convicción de que los actos de acoso a que se refiere la
señorita Lepileo por parte del señor Haase no son tales.

DÉCIMO QUINTO: Que, cabe pronunciarse acerca del informe de


fiscalización de fecha 3 de mayo de 2007, resolución N°
4470/06/6 donde se constata la existencia de acoso sexual por
parte del mismo denunciado en contra de otra trabajadora de
su dependencia, multándose a la empresa por tal hecho en 20
UTM..

Que, el hecho de que el denunciado haya tenido en el año


2006 una denuncia por acoso sexual, y este hecho haya sido
constatado y sancionado por la Inspección del Trabajo
respectiva, no constituye un indicio suficiente para estimar
que después de cuatro años de ocurrido tal hecho, reprochable
por lo demás, pueda ser considerado como un antecedente
determinante para la acreditación del acoso sexual alegado
por la señorita Lepileo, toda vez que, su conducta anterior
estigmatizar para siempre su vida y en el caso de la señorita
Lepileo, estos actos de connotación sexual no han sido
acreditados.

Que, no podrá prosperar la alegación vertida por la


denunciante, referida al acoso sexual denunciado, por cuanto,
y a mayor abundamiento, los testigos presentados al juicio
por esa parte, sólo se refieren a comentarios escuchados a
través de terceros y que ni siquiera aluden directamente a la
denunciante, refiriéndose la señorita Madina a que “escuchó
comentarios de que abusó de secretarias” y el señor González
“que al pedir un crédito en la financiera Condell, la
secretaria le señaló usted trabaja donde el degenerado”.

DÉCIMO SEXTO: Que la denuncia se refiere además a un ambiente


laboral de trabajo menoscabado, que se traduce en un lugar en
que poco o nada se garantiza la dignidad de los trabajadores,
todo lo cual se produce principalmente por el carácter
autoritario, violento y despectivo de parte del señor Haase.

Que, en este orden de ideas, se fijó por el Tribunal


como un hecho a probar por las partes, el clima laboral en
que se desempeñan los trabajadores de la empresa denunciada.

DÉCIMO SÉPTIMO: Que, referido a lo anterior, declararon en


el juicio la señorita Lepileo quien señala que cuando no
estaba don Nelson en la empresa el ambiente de trabajo era
grato, que siempre ponía en dudas a los jefes, refiriéndose a
ellos de muertos de hambre y gritos. Que en el mismo sentido
se refiere la señorita Medina quien indica que para el
denunciado, todos eran unos inútiles, buenos para nada y que
no servían. Que, por su parte el señor González señala que en
reuniones con ellos, don Nelson se dedica sólo a criticarlos.

Que, por su parte, los testigos de la parte denunciada,


manifestaron en forma conteste que el ambiente de trabajo es
normal. Refiere el señor Berrios que no ha tenido en la
empresa ningún problema por malos tratos, que a veces les
toca trabajar bajo presión por las fechas de entrega, que
siempre les pagan las horas extras y que siempre el trato con
don Nelson ha sido igual y que cuando tiene que dar una
orden, baja un papel al primer piso, no anda con cosas
ocultas. Que, el señor Huircan, por su parte, quien lleva 9
años trabajando en la empresa señala que su relación laboral
está bien, que no ha tenido problemas con don Nelson. Señala
que cuando don Nelson llega lo saluda.

DÉCIMO OCTAVO: Que, si bien existen tres testigos que se


refieren a una conducta por parte del denunciado que afecta
el ambiente laboral en general, lo cierto es que, a su vez,
tres testigos de la denunciada señalan lo contrario.
DÉCIMO NOVENO: Que, a fin de resolver esta alegación de la
parte denunciante, cabe señalar que, sin perjuicio de lo
dispuesto en el inciso segundo artículo 23 del DFL N° 2 de
1967, correspondiente a la Ley Orgánica de la Dirección del
Trabajo, que los hechos constatados por los Inspectores del
Trabajo constituirán presunción legal de veracidad para todos
los efectos legales, incluso para los efectos de la prueba
judicial, es menester referirse al informe realizado por la
Dirección del Trabajo, el que reviste el carácter de
reservado, protegiendo la identidad de los testigos –toda vez
que son trabajadores de la denunciada, encontrándose
vinculados a la empresa- durante la etapa de investigación
administrativa.
Que, del tenor del Informe de Fiscalización de 28 de
octubre de 2010, aparece que si bien recoge las declaraciones
de 8 trabajadores, refiriéndose a ellos como Trabajador 1,
2,3,4,5,6,7 y 8, a juicio de esta magistrado, las
declaraciones que allí se esgrimen, no son suficientes para
tener por acreditado el hecho, por cuanto, ni siquiera
permite que estas declaraciones puedan ser contrastadas con
lo declarado en juicio por los mismos trabajadores en la
eventualidad de haber comparecido éstos a estrados.
Que, lo anterior, es tan importante para la labor
jurisdiccional, no sólo por la búsqueda de la verdad objetiva
sino porque los hechos denunciado revisten una gravedad tal,
que no sólo afecta la dignidad y derechos fundamentales de
los trabajadores, sino que también se coarta la posibilidad
de defensa del denunciado.
Que, atendido lo expuesto precedentemente y por
desconocer esta magistrado las identidades de los declarantes
ante el Servicio, no se considerará tal prueba en lo que
respecta al clima laboral que rodea de las relaciones de
trabajo del denunciado con el resto de los trabajadores de la
empresa.
VIGÉSIMO: Que, atendido lo anterior, se desestimará la
alegación de la parte denunciante, en cuanto al ambiente
laboral que rodea a todos los trabajadores de la empresa y
cuyo foco de origen es el propio gerente general.

VIGÉSIMO PRIMERO: Que, haciéndose cargo del hecho descrito


por la denunciante, que ante su actitud distante, el
denunciado la habría mandado a hacer aseo porque había
renunciado el junior.

Al respecto, la señorita Lepileo señaló incluso que la


hacía limpiar los muebles, sacar la basura y hasta le pidió
que limpiara los baños.

Que, sólo la testigo señorita Carla Medina, señala que


el denunciado cuando llamaba a su compañera de trabajo, la
mandaba a hacer aseo o limpiar, agregando que la vio haciendo
aseo cuando no estaba el junior.

Que, por su parte, y a diferencia de lo manifestado por


la testigo anterior, el señor Amable González, señaló que
nunca vio que ella realizara otras funciones. Que lo mismo
señalan en forma conteste los testigos de la denunciada,
señores Cabezas, Berrios y Huircan.

Que, al haber sido desvirtuadas las declaraciones dadas


por la denunciante, tales alegaciones esgrimidas por la
señorita Lepileo, no son suficientes ni menos pueden
constituir un indicio de vulneración alguna de derechos
fundamentales.

VIGÉSIMO SEGUNDO: Que respecto al hecho que exista una alta


rotación de secretarias, atribuida al trato que reciben por
parte del denunciado, cabe señalar que de acuerdo a lo
constatado por el Servicio al revisar los finiquitos en su
visita inspectiva, 6 corresponden al cargo de Secretarias
entre el período comprendido entre el 31 de enero de 2009 al
31 de mayo de 2010, de los cuales 4 trabajadoras firmaron
finiquito por renuncia voluntaria y 2 de ellas por
vencimiento del plazo convenido.

Que, la señorita Lepileo indica que la rotación de


Secretarias se debe a los malos tratos por parte del Gerente.

Que, al absolver posiciones, el señor Haase señaló


respecto a este hecho, que en el año 2010 ha tenido 2 o 3
Secretarias de Gerencia. Que, dos de ellas han renunciado,
una porque al marido lo trasladaron a otra ciudad y otra
porque no necesitaba trabajar ya que tenía otras
expectativas.

Que, el testigo de la denunciante, señor González, por


su parte, señala que ha visto 7 u 8 Secretarias, esto se debe
a que no hacen bien su trabajo. El señor Berrios no tiene
conocimiento porqué se han ido las Secretarias y el señor
Cabezas, administrativo, indica que generalmente las
Secretarias se las contrata a plazo, esto explica la rotativa
de Secretarias.

Que, en relación a estas declaraciones y lo constatado


por el propio Servicio, sólo pueden llevar a esta magistrado
a pensar que las Secretarias han sido desvinculadas por la
empresa, por una causa legal. Que, tiene lógica lo que señala
el testigo, señor Cabezas, por cuanto las máximas de la
experiencia nos indica que cualquiera sea el trabajo para el
cual se contrate a una persona, lo sea en un primer tiempo a
plazo, incluso nuestro legislador se ha puesto en esta
situación, condicionando su aplicación.

Que, en cuanto a las renuncias, lo cierto es que aun


cuando son 4 en el período que va entre el 31 de enero de
2009 y el 31 de mayo de 2010, no existe en estos autos al
menos una declaración que nos lleve a pensar que éstas se
debieron a malos tratos por parte del denunciado, como lo
refiere la señorita Lepileo, razón por la cual esta alegación
será desestimada como constitutiva de vulneración de derechos
fundamentales.

VIGÉSIMO TERCERO: Que, respecto a la efectividad de haberse


afectado la salud psíquica de la trabajadora, cabe señalar
que de la prueba documental incorporada por la denunciante no
se puede vislumbrar la afectación alegada, por cuanto, todos
ellos refieren a una atención ambulatoria de fecha 19 de
octubre de 2010 por la doctora Lily Verdugo de la Asociación
Chilena de Seguridad, donde deriva a la paciente a
psiquiatría con fecha de atención en día 11 de noviembre de
2010.

Que, concurriendo la paciente el día 11 de noviembre de


2010 para estudio y determinación de patología, como lo
indica el oficio que remite al Tribunal la propia Asociación
Chilena de Seguridad, “En reunión del Comité de Neurosis
Laboral y de acuerdo a los antecedentes obtenidos de la
empresa y la paciente, se considera el caso como de origen no
laboral.

No se logra corroborar conductas de hostigamiento


laboral y acoso sexual hacia la paciente”, concluyendo que el
diagnóstico es una Neurosis No Laboral.

Que, por lo anterior, sólo cabe concluir que por los


hechos denunciados por la trabajadora no se ha visto afectada
su salud síquica.

Derecho a la no discriminación por raza

VIGÉSIMO CUARTO: Que, en segundo término corresponde


pronunciarse, respecto al hecho de haber sido lesionada la
trabajadora en sus derechos fundamentales específicamente en
su derecho a la no discriminación por motivos de raza.

VIGÉSIMO QUINTO: Que, previo al análisis de la vulneración


alegada, cabe hacer presente algunas consideraciones.
Que, la discriminación por raza puede pasar desde las
bromas "bien intencionadas" hasta la forma en que se
menosprecian y se subvalora una determinada organización
cultural, social y religiosa de un determinado grupo de
personas. La discriminación es una realidad social, por lo
que es un hecho, que el derecho a la no discriminación se
encuentra prohibido tanto en la legislación nacional e
internacional.

VIGÉSIMO SEXTO: Que, en efecto, se ha consagrado como un


derecho fundamental la igualdad ante la ley y la no
discriminación arbitraria, en la Constitución Política de la
República de Chile, como referente máximo de la normativa
nacional.

VIGÉSIMO SÉPTIMO: Que, por su parte, el legislador laboral,


ha desarrollado con mayor amplitud el derecho a la no
discriminación laboral en el artículo 2º, del Código del
Trabajo, específicamente en sus incisos segundo, tercero y
cuarto:

“Son contrarios a los principios de la leyes laborales


los actos de discriminación.

Los actos de discriminación son las distinciones,


exclusiones o preferencias basadas en motivos de raza, color,
sexo, edad, estado civil, sindicación, religión, opinión
política, nacionalidad, ascendencia nacional u origen social,
que tengan por objeto anular o alterar la igualdad de
oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación.

Con todo, las distinciones, exclusiones o preferencias


basadas en las calificaciones exigidas para un empleo
determinado no serán consideradas discriminación.”

Que, nuestro sistema jurídico configura un tratamiento


del derecho a la no discriminación en consonancia con las
normas internacionales a las cuales nuestro país debe
obligado cumplimiento. Al efecto, cabe hacer referencia a las
fuentes normativas internacionales del trabajo que se
refieren al principio de la no discriminación, La Declaración
Universal de Derechos Humanos, Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos, Pacto de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales y Convención Interamericana de Derechos
Humanos.

VIGÉSIMO OCTAVO: Que, en el caso de marras, la denuncia se


basa en que la señorita Lepileo habría acusado recibir por
parte del señor Haase un trato despectivo hacia su persona,
haciéndose referencias en tono insultante por su origen
étnico. Que en reuniones con el personal realizó comentarios
como “esta mapuche” o “esta indígena”.

Que, la señorita Lepileo en la instancia administrativa


señaló que “Cuando él llamaba a los jefes a reunión, él deja
semiabierta la puerta y yo puedo escuchar que el dice “esta
mapuche”, “indígena que no me escucha que no me toma
atención, tan amargada que es”. Yo lo escucho, pero nunca me
lo ha dicho directamente. Yo conversé con la jefa de control
que le dijo que no fuera tran ofensivo y él le dijo, “con la
suerte que tengo, capaz que me mande todos los mapuches a la
empresa a defenderla””.

Que, prestando declaración en el juicio, indica que en


el mes de Septiembre se enteró que el denunciando la
consideraba como amargada, que cuando escuchaba en reuniones
con los jefes “mapuche, que no sirve”, el denunciado se
refería a ella.

Que, en el mismo sentido, la testigo señorita Medina,


señaló que un día por casualidad lo escuchó decir en el
escritorio de la Secretaria, “esta mapuche, esta niñita
siempre está amargada, parece que el faltara un hombre”. Que,
lo que escuchó se lo dijo personalmente a la señorita
Lepileo.
Que, el testigo señor González, si bien señaló que él
personalmente no ha escuchado nada, sí lo hizo a través de
compañeros de trabajo que hablaron de discriminación respecto
de la ascendencia de la señorita Lepileo, la habría tratado
de mapuche y que no valía como persona.

Que, mención especial requiere el testigo señor José


Huircán Huircán, toda vez que, él tiene ascendencia mapuche,
quien lleva nueve años en la empresa y que nunca ha tenido
problemas con don Nelson Haase, incluso refiere que en la
empresa trabajan 3 personas con ascendencia mapuche.

Que, en efecto, lo anterior, si bien es muy importante


para los efectos de descartar una posible discriminación
hacia el señor Huircan, lo cierto es que el caso de la
señorita Lepileo no tiene porqué ser igual al suyo, por
cuanto, en este sentido, esta magistrado sí estima que hay
indicios suficientes para tener por acreditada dicha
vulneración.

Que, no resulta aceptable que la trabajadora de autos,


haya sido objeto de comentarios denigratorios por su
ascendencia mapuche, razón por la cual se acogerá la denuncia
a este respecto, con prescindencia de cualquier
proporcionalidad y justificación.

VIGÉSIMO NOVENO: Que, de acuerdo a lo antes señalado, se


tiene por establecido que la trabajadora señorita Catalina
Lepileo Tenorio, se vio afectada por los insultos y
discriminación ejercida en su contra durante el período que
duró su relación laboral, la que ya se encuentra concluida el
31 de diciembre de 2010, por lo que esta magistrado se ve
limitada a establecer a su favor una medida de reparación que
no sea otra que la condena pecuniaria a la empresa por tal
infracción, lo que quedará reflejado en lo resolutivo de este
fallo.
TRIGÉSIMO: Que la prueba analizada lo ha sido conforme a las
reglas de la sana crítica, y la restante prueba documental no
contiene información relevante que permitan arribar a la
conclusión contraria.

De acuerdo a las consideraciones antedichas, normas


citadas y teniendo en vista además lo que disponen los
artículos 1, 5, 6 inciso segundo, 19 de la Constitución
Política de la República; Declaración de Universal de
Derechos Humanos, Pacto Internacional de los Derechos Civiles
y Políticos, Pacto de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, Convención Interamericana de Derechos Humanos y
Constitución Política de la República de Chile, 1, 420, 485,
486, 490, 491, 493, 495 y 506 del Código del Trabajo se
declara que:
I.- Que se rechaza la excepción de caducidad, sin
costas.

II.- Que se acoge la denuncia interpuesta por la


Inspección Comunal del Trabajo Santiago Sur Oriente
interpuesta en contra de la empresa Envases Exportables
Ltda., representada legalmente por don Nelson Haase Mazzei,
sólo en cuanto se declara que la denunciada ha vulnerado el
derecho a la no discriminación por raza de la señorita
Catalina Lepileo Tenorio, en conformidad a lo dispuesto en el
artículo 2° del Código del Trabajo.

III.- Que se condena a la denunciada al pago de una


multa equivalente a 50 Unidades Tributarias Mensuales.

IV.- Ejecutoriada que sea la presente sentencia se


remita a la Dirección del Trabajo para su registro y oportuna
publicación.

V.- Que no se condenara en costas a la denunciada por no


haber resultado totalmente vencida.
Devuélvanse a los intervinientes los documentos
aportados.
Regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad.
RIT T-403-2010
RUC 10-4-0049317-6

Dictada por don Llilian del Carmen Durán Barrera, Juez


Titular del Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de
Santiago.

También podría gustarte