Este poema es especialmente rítmico y musical, así que incluso la ubicación de
los versos en las líneas es relevante. No intenté reproducir aquí esas sangrías, pues las líneas quedarían muy largas y se cortarían; para los curiosos, aquí hay un escaneo de las páginas: 1, 2, 3, 4. I
Escuchad las campanas de los trineos.
¡Campanas de plata! ¡Qué mundo de diversiones anuncia su melodía! ¡Cómo tintinean, tintinean, tintinean, en el aire helado de la noche! Mientras las estrellas que centellean por todo el cielo parecen parpadeantes con cristalina delicia; guardando el compás, compás, compás, como en un rúnico ritmo, en el campanilleo que surge tan musicalmente de las campanas, campanas, campanas, campanas, campanas, campanas, campanas, del sonar y repicar de las campanas..