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Las negociaciones empresariales son un factor clave para lograr acuerdos, alianzas,
compromisos con otros sectores o a lo interno de la organización.
Por tal razón para llevar a cabo una negociación exitosa para la empresa se deben tener en
cuenta ciertos aspectos y seguir un protocolo táctico que garantice obtener excelentes
resultados o superar un conflicto de forma efectiva.
Luego viene el proceso de negociación directo, donde ambas partes presentan sus posiciones y
sus ofertas, argumentando y persuadiendo.
En esta etapa se deben agudizar oído, lenguaje y vista. Se escucha atentamente la posición de la
otra parte para no perder detalles, se expresa de manera firme y precisa lo que se aspira
conseguir de la negociación y se observan las reacciones de la parte contraria para identificar
su estado emocional, ya que esto provee información valiosa de que tan importante es para él
lo que se está negociando.
A medida que transcurre la negociación se irán haciendo ofertas y concesiones de ambas partes
hasta llegar al punto más cercano a un acuerdo.
Es muy importante que se identifiquen los intereses de la otra parte y se relacionen los
intereses comunes y contrapuestos y a partir de ahí se trabaje en la definición de posibles
soluciones a la negociación empresarial en curso.
Hacer la propuesta al primer momento para establecer la posición inicial, otros prefieren
hacerlo en un segundo lugar para tener la ventaja de escuchar la posición inicial y hacer una
contra oferta; algunos negociadores se anclan o mantienen una posición fija sobre el tema
tratado argumentando intensamente para tratar de convencer al otro de que lo que se ofrece es
la mejor opción y no hay otra alternativa.
Se presentan casos también donde se hacen pequeñas concesiones pero el negociador las
magnifica a través de su exposición, indicando que son muy importantes y que ha significado
una gran oferta de su parte.