Está en la página 1de 27
EL PROBLEMA DE LA DELINCUENCIA DE MENORES Conferencia dada por el Profesor de Legislacién y Ad- ministraci6n de la Escuela de Ingenieria, sefior Samuel Gajardo, en el Salon de Honor de la Casa Universitaria el 17 de Agosto de 1928 — LA DELINCUENCIA DE MENORES I. INTERES ACTUAL POR EL ESTUDIO DEL NINO Las deficiencias de la educaci6n moral de las S generaciones tienen diversas formas de ex- teriorizacién. Una de ellas, a mas ostensi- ble, pero no la anica, es la delincuencia infantil. Entre las consecuencias sociales de la gran gue- iva europea, ninguna acaso mas saludable que el interés despertado por el problema de la infancia. No se comprende a primera vista qué relacion pueda tener Ja guerra con la proteccién del nino, pero se twata, sin embargo, de una consecuencia sencilla y logica. En efecto, aquella catastrofe mundial, como di- ce Llopis, desencadené una horrorosa miseria que produjo en la poblacién infantil mas victimas que el fuego en los campos de batalla. La inmensa mortandad de hombres destruyé los hogares y dejo en triste desamparo una generacién. de nifios débiles, waquiticos, simbolos vivientes de Ja ruina fisioldgica de Europa. nue = "806 — La situacion creada por los nifios ha tenido la virtud de atraer la atencién de todos los corazones, y hoy los problemas de la infaneia ya no son pro- blemas que interesan sélo a un grupo reducido de hombres especializados, sino que interesan a todos, porque todos piensan en el porvenir del mundo. Fué asi como nacié una de las mas bellas y huma- nitarias asociaciones del mundo, la «Unién Inter- nacional de Socerros a los Nifios», que desde la es- tacién radiotelegrafica de la Torre de Hiffel, pro- clamé el 21 de Noviembre de 1923 la declaracién de «Los Derechos del Nifio» en los siguientes puntos: 1.° Que todo nino debe gozar de las condiciones esenciales necesarias para lograr normalmente su desarrollo fisico y espiritual ; 2.° Que en casos de calamidad piblica, el nifio, en quien reside el porvenix de la humanidad, debe ser asistido con preferencia al adulto; 3.° Bl nifio debe ser protegido siempre, cualquie- ra que sean su raza, nacionalidad o religion; 4.° Que el nino hambriento debe ser alimentado; el enfermo, cuidado; el ignorante, imstrnido; el huérfano, abandonado o vagabundo, debe ser soco- rrido y auxiliado convenientemente ; 5.° Que el nifio debe ser puesto en condiciones de ganarse la vida por si mismo cnando tenga edad para ello, protegiéndolo contra toda explotacién; 6.5 Que hay que educar al nifio de tal modo, que ponga sus mas altas y sus mejores cualidades al servicio de sus: hermanos, y para que cuide de enri- quecer con su esfuerzo el patrimonio comin de la humanidad, herencia que ha de trasmitirse a las generaciones futuras. — 807 — Por otra parte, como observa Le Bon, la guerra produjo una inmoralidad ereciente; el robo se hizo un habito; los erimenes abundaron; y. el instinto prutal, exacerbado por la miseria y excitado por las matanzas, se did rienda suelta, como una ola destructora. Alarmados los gobiernos, se han dado a la tarea de reformar sus ¢6digos penales, lo que ‘ha estimu- Jado el estudio de las causas del delito. Dentro de este propésito se ‘ha comprendido en puena hora que el medio mas eficaz. de evitar el delito es atender a Ja educacién moral de la infan- cia, ya que la personalidad del hombre adulto tie- ne sus cimientos sdlidos en Ja personalidad del nino. Bl estudio de la infancia, estimulado por este doble fin humanitario y polftico, ha legado a ser uno de los problemas sociales mas importantes del dia y la legislacién apliecable a los menores delin- cuentes ha sufrido una transformacién radical, sustituyéndose una idea ya caduca, por wna nueva coneepcién en armonia con las modernas conquis- tas de la ciencia criminolégica, que avanza victo- riosa por el mundo, desde que Lombroso lanz6 el primer chispazo, sefialando el andlisis biolégico del hombre como ruta cierta parva desentrafiar la gé- nesis del delito. 5 I. SIGNIFICADO DEL PROBLEMA DE LA DELINCUENCIA INFANTIL Para nosotros, la delincuencia infantil no tiene impertaneia en si misma, como fenémeno indepen- diente, sino sélo en cuanto es la exteriorizacién de otro problema més amplio, que es la formacién irregular de la personalidad del nifio. == sg Se tauta de dos problemas que pueden diferen- ciarse en sus signos exteriores, pero el primero no es sino un eapitulo del segundo. En efecto, los nifios delincuentes constituyen una demostracién ostensible de que su educacién moral se ha desarrollaido en condiciones inregulares, pero esto no significa que ellos sean los fnicos nihos edu- cados irregularmente. Puede haber un uimero considerable y muy s perior de nifios de cuya formacién moral se esté desarrolando en condiciones desfavorables, per que atm no han delinqnido por encontrarse en las primeras etapas que conducen al delito, Estos ni- fios no pueden ser indiferentes al Estado, cuyo de- ber es, como hemos dicho, la atenciém esmerada de Ja edueacién de la infancia en general, Una parte de ella es la infancia delincuente, pero sd6lo una pante, puede ser la menos numer" Dicho en otros términos: Para impedir un mal, més eficaz que reprimir Jos hechos consumados, es extirpar la causa que los provoca; y en consecuencia, més importante que castigar al nifio delincuente, es corregir sus defe' tos a fin de convertirlo en hombre honrado y evi- tar que cometa nuevos delitos Por eso, la politica preventiya moderna se divige a la reeducacién del joven delincuente. Pero, el] nifio de conducta anormal, a la vez que es la causa del delito, es el efecto de uma causa an- terior, que es su educacién irregular, 0 sea, la in- fluencia maléfica del medio en que se ha desarro- lado, y asi, més importante que la reeducacién de Jos nifios que ya demuestran condiciones irregula- res, es atender al mejoramiento del medio en que 1 — 809 — todos los ninos se desarvollan: hogar, escucla y am biente social, a fin de que ninguno, si es posible, caiga en situacion irregular y se inicie en la evolu- cin regresiva que, al cabo de varias etapas sucesi- vas, conduce al delito. Por eso, una verdadera politica preventiva debe encaminarse no sélo a la proteccién del nino de- lincuente, abandonado o en peligro inmediato, smo tainbién a la educacién moral de Ja infancia en ge- neral, y a lo que llamaremos saneamiento del medio. Con este criterio consideramos el problema de la delincuencia infantil, o sea, estimaéndolo como una parte, minima si se quiere, del problema mas am- plio y universal, de la formacién de Jas nuevas ge- neraciones, mediante la educacién moral de la in- fancia y de la juventud. III. CARACTERES DE LA PERSONALIDAD DEL NINO Los notables progr sos ce la psicologia experi- mental han aportado benéficas ideas al campo de Ja ciencia, y en especial a la paidologia. Una de esas ideas es que Ja personalidad del nifio ofrece carac- teres sustancialmente diversos de la personalidad del hombre, y esta idea renoyadora es la base fun- damental de los estudios modeinos sobre la delin- cuencia infantil. , La biologia y la psicologia nos ensefan que el niho es diferente del hombre, tanto en sus cualidades fisicas como expirituales, y Ja diferencia consiste en que el nifio es un ser en formacién, que se esta desarrollando fisica y moralmente, mientras que el hombre es un ser ya maduro. El nino, como dice Gaupp, no puede considerar- Anales 1928.—Tercer Trimestre—20 —- 810 — se como un hombre en miniatura, sino como un ser especial, cuya diferencia eualitativa se deriva del hecho biolégico de estar sometido a un proceso de formacién y crecimiento. En consecuencia, los fe- ndmenos psiquicos se producen en el alma del nitio con earacteres diversos que en el hombre, y, por lo tanto, reacciona en forma diversa ante los hechos emotidianos que impresionan su conciencia. Esta idea fué man més de un siglo y medio. No conocemos,—dice en el «

También podría gustarte