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preguntó Laura, una niña de siete años, a su tía, mujer adulta, colaboradora de
– Porque es una de las mujeres más buenas que hemos conocido acá en
Arica.
– Amm…
– ¿Qué es la solidaridad?
buenas personas…
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– Si –interrumpió el tío–; muchas personas son solidarias de la boca para
especial, en cuya expresividad muda podía leerse quizás: “sí, es verdad, ¿pero
– Con las virtudes cardinales… Las virtudes cardinales son las buenas
formas de actuar que nos hacen mejores personas y que nos acercan a Dios –
explicó la tía.
caridad, pues es entregar amor a los demás, sobre todo a quienes más lo
hermoso que hay en nosotros, haciéndonos más grandes y más dignos de ser
– Jejej… –sonrió el tío con ternura– En tu caso, Laura, se dice: ser solidaria;
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– ¡Si! –respondió muy animada la niña, con ojos brillantes y sonrisa
entusiasta.
– Bueno… Primero hay que decir que la tía Petita nació en 1929. En 1941, a
– Una cruzada es una misión religiosa –explicó su tío–. Lo que pasa, Laurita,
es que esta misión, de la tía Petita, es una buena misión, mientras que en la
buenas sino que fueron guerras donde murió mucha gente inocente…
verdad no tenían nada que ver con Dios, porque Dios es amor. Nosotros somos
a los que son distintos a nosotros sólo por eso, por ser distintos. Eso fue lo que
comedor solidario, que lleva el nombre del Padre Hurtado. El Padre Hurtado
sufren y por su profundo llamado a caminar hacia el amor de Dios. Ella, como
pobres.
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– Sí –dijo su tía–; tal encuentro se dio en un congreso eucarístico en San
Fernando, congreso al que ella asistió. Ella nos dijo una vez que el Padre
Alberto levantaba a todos muy temprano para hacer misa y para jugar futbol
– ¡Era muy choro ese cura! –exclamó sonriente el tío, mientras apagaba su
un metro setenta, era delgado y ágil. Ella nos contaba que el Padre partía
rápido, y tanto ella como las otras colaboradoras, tenían que perseguirlo detrás,
perseguirla a ella en los comedores durante todos estos años, jajj –rió con
nostalgia–; pero ha sido una sana y hermosa persecución... Cuenta que, luego
Alberto hacía la misa. ¡Me hubiese gustado tanto conocer al Padre Hurtado!
– Sin duda debe haber sido una personalidad muy atractiva –acotó el tío,
la tía, apenada.
la ley de la vida. Ella ya tiene ochenta y dos años, y sufre una grave
su vida.
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– ¿Una fibrosis pulmonar?
mucho por su salud, pero sabemos que Dios está con ella y con nosotros. Sin
para abrir el comedor solidario, aunque sus hijos le insistan todos los días que
cerrar.
pudiese ser interpretado como: “una verdadera santa, no como aquellos que
son proclamados como tales sin serlo en realidad, aunque muchos los crean
santos…”.
delantal y gorrito blancos, como hoy… Siempre ella está presente para dar
todos quienes la rodean a ser cada día mejores personas, tarea personal e
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– ¿Y de dónde viene ella, tía?
– Por lo que yo sé, ella llegó a Arica desde San Felipe, con su marido y su
madre. Hace muchos años, un hermano menor suyo que vive en Australia, le
envió una buena suma de dinero para que la compartiera con su madre, que
entonces tenía noventa años. Juntó entonces ese dinero para comprar una
pedirle pan, té, etc., pues sufrían de hambre y, desde esos momentos, ella
Dios desde pequeña... Entonces, hace más de cuarenta años, ella recibió un
para abrir un comedor solidario con el fin de ayudar a los que tenían hambre.
necesidades del comedor crecían. Tiempo después, debió abrir otro comedor,
cuerpo y espíritu. Ella habló entonces con el Obispo de la época, quien le dijo
iba a convidar parte de aquellos recursos para colaborar con su causa. La tía
madres que la ayudan, que ayunan para trabajar en esta bella misión; entre
ellas estoy yo, y si quieres puedes ser una más entre nosotras, siempre y
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tomando ambas manos de la sobrina–. Lo último que conté pasaba ya en los
– Fue una época muy triste de nuestra historia nacional, mi niña... –intervino
el tío.
– Sí, es verdad –coincidió la tía–. Ella nos contaba que, al comienzo, cuando
hacían sopaipillas para vender y así poder comprar más alimentos. Ella partía
trabajando a las cinco de la mañana, no sin antes rezar su rosario. Prendía los
colación en la tarde, pero no alcanzaban los recursos, así que sólo pudo hacer
almuerzo y desayuno.
– ¿No?
– ¿Por qué?
– Porque es una mujer muy buena y muy fuerte, dones que le hado Dios con
su sabiduría y amor infinitos. Tanto es así que, hasta hace poco tiempo, ella
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solía dormir en el día sólo una hora, a las tres de la tarde, y en la noche se
acostaba como a las diez para despertarse a las cinco de la mañana. Ahora, su
comedor ella siempre ha recibido y servido a todo aquel que sufre de hambre.
tiempo, al punto que ya hay dos comedores, uno de adultos y otro de niños, en
los que todas nosotras compartimos con niños pequeños y con mujeres
embarazadas. La gente hace cola y ella reza con ellos para que no sufran el
atropello de la injusticia…
cualquier bicho detestable; y que me perdonen, por favor. los bichitos… –dijo
prosiguiera.
– Ella nos dijo la otra vez –continuó la tía–, siempre alegre como es ella, que
partió su misión sin dinero y que aún no tiene ni un solo peso… Pero, a cambio,
ella sabe que tiene algo mucho más valioso que el dinero: el amor de Dios,
pues Dios provee y no le pide dinero a nadie. Ella ha sido ayudada por muchos,
solidaridad. Hoy, mucha gente va a los comedores y lleva aportes. Cuando ella
de legumbres y otros víveres para los comedores. Dios está presente en esta
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buena obra de la tía Petita. Ella sabe que el Señor nos ayuda y nos guía con su
amor. La tía Petita nos dijo hace unos días que desde hace treinta años no ha
habido ningún día en que haya faltado la comida. A veces ha faltado el pan,
pero ella ha hecho colectas y se ha podido comprar. Ahora que está enfermita
están prohibidas las visitas, pero muchos queremos verla y conversar con ella,
pues siempre nos da sabios consejos y nos conforta con su sana alegría. Los
niños pobres afirman que ella es una gran mujer, pero ella dice que no es así,
pues dice que ella sólo cumple con su deber ante Dios. Así como ella, en Arica
hay también muchas otras personas anónimas que son muy buenas y que se
esfuerzan por hacer el bien a sus semejantes. Recuerdo que una vez nos dijo
que ella podría haber tenido una casa hermosa y grande, pero añadió que toda
esa riqueza sería inútil cuando llegase el momento de la muerte, mientras que
el verdadero amor que las personas siembran en sus vidas, eso sí que no sería
inútil, sino, por el contrario, es la obra más hermosa que las personas pueden
fundar en sus vidas. Todos sabemos que la tía Petita es una gran mujer.
Sabemos que ella es una persona única que no olvidaremos jamás. Una de sus
hijas nos ha dicho muchas veces, y con razón, que está orgullosa de tener una
madre así y que vivirlo es algo invaluable, algo que le ha ofrecido profunda
felicidad. La tía Petita tiene siete hijos, seis son naturales y una hija es
– Yo me pregunto cuanta gente tiene tan buen corazón para adoptar niños…
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– Sí, eso es muy bello; pero para adoptar un niño o una niña huérfana debes
aclaró el tío.
– Aún así, ella, siendo pobre, se las arregló para cuidar y amar a esta hija,
tanto como a todos sus hijos naturales –declaró la tía–. Su ejemplo, para todos
sencillez, para alegría de nuestro Señor. Norma, una señora que lleva
cada día desde las seis de la mañana hasta las dos de la tarde, ha dicho que
estar junto a ella ha sido una hermosa experiencia. La tía Petita, con su
que enriquece nuestras vidas. La tía Petita siempre será recordada por la gente
esta noble mision, que no morirá con su muerte, sino que permanecerá en el
mucho tiempo.
permiso primero a mi hermana y a tu papá; ellos son tus padres y tienen que
contrario… –La niña sonrió ante la buena predicción de su tía–. Así que… ¿qué
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Dicho esto, La tía tomó la mano de su sobrina y, junto a su tío, fueron a la
casa de los padres de Laura, que vivían a una cuadra de la suya, para
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