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FORO SOBRE VIOLENCIA. CELEBRACION DEL 20 ANIVERSA- RIO DEL SERVICIO SECCIONAL DE SALUD DE ANTIOQUIA, NOVIEMBRE 1987 DE LA AGRESION BASICA A LA VIOLENCIA SOCIAL Doctor Alfredo de los Rios M.D. Inicialmente quisiera agradecer y felicitar al Servicio Seccional de Salud de Antio- quia por esta historia de veinte afios en Ia labor que ha realizado para la mejorfa en el estado de salud del pueblo antioquefo. ‘También, y con dolor, quiero dedicarle mi intervencién a la memoria de mis com- Pafieros profesores: Héctor Abad Gémez, Leonardo Betancur y Pedro Luis Valen- cia, de la Universidad de Antioquia, victimas de la violencia que nos acecha. Para mf hubiera sido espectfico y més actual, referirme a las situaciones coyuntura- les del momento en el que vivimos y de la presencia aterradora de la violencia que padece nuestro pats. No obstante, en un tipo de simposio con estas caracterfsticas es ‘necesario dividir la temética y partir desde nociones mas generales -que pueden pa- tecer tedricas- hasta aquellas reflexiones que estén mds cercanas a los hechos con- 19 cretos de la actualidad. En la prensa de hoy, el propio Presidente de la Reptblica, utiliza la expresiGn de "guerra sucia” para denominar algunas de las cosas que estén sucediendo en el escenario politico del pats. ‘Como prélogo al contenido de mi intervencién, citaré algunas frases o sentencias ‘que me han parecido muy adecuadas como puntos de referencia, para enmarcar las ideas iniciales en una discusién sobre la violencia humana, que como tal est4 pre- sente en muchos lugares de nuestro planeta, aunque la de Colombia tiene carac- terfsticas muy particulares. “Los problemas que solamente pueden resolverse con violencia, deben ser plantea- dos de nuevo". “La violencia es contagiosa como el c6lera y debe su supervivencia a la apariencia de justificacion que la hace epidémica”. “La violencia es también lo que se siente justificado como antiviolencia”. “La violencia prohibida como delito, es preceptuada, rebautizada y justificada como sancién’. "La legitimaci6n de Ja violencia se sirve de las trampas de las denominaciones: la propia violencia se describe y se siente como derecho natural, debe, defensa propia y servicio a objetivos superiores”. “La violencia es simple; las alternativas a la violencia son complejas". "La raz6n es solo una alternativa a la violencia cuando no se convierte en su justifi- cacién y su cémplice”. "La educacién violenta para la no violencia implica la habituaci6n al método, no a Iaiintencién educativa, y eterniza asf la violencia que se quiere evitar’. "La remuncia total a la violencia, predicada o impuesta solo a los demés, oculta la propia agresién y prepara el uso de la violencia mediante su justificacién como no violencia’. “La violencia puede ser un secreto mensaje de los medios de comunicacién; en sus modelos para resolver conflictos se estimula el uso justificado, anticipado o incluso 20 preventivo de la violencia. El héroe no es menos brutal, sino que lo es con més éxi- to, ya menudo, con mayor rapidez”. (1) ‘Cualquier intento de conceptualizar 0 caracterizar el fenémeno de la violencia hu- ‘mana es supremamente arduo, ya que sus miltiples expresiones pueden llegar a ser contradictorias, 0 ser los polos opuestos de un mismo proceso. Su etiologfa casi nun- caes evidente a primera vista, ni tampoco su causalidad es lineal; siempre concu- rren diferentes factores y entre los fen6menos sociales es uno de los que participa de mecanismos circulares, como la retroalimentacién o la justificacién simeétrica, lo que hace casi que imposible sefialarle su origen preciso y por lo tanto sea necesario re- curtir a modelos de imterpretacién més globales, donde se pueda dar cuenta de las diferentes variables y su incidencia en la produccién 0 mantenimiento de la violen- cia, ‘és que en cualquier otro aspecto 0 fenémeno social. la violencia y su interpreta- ccidn estan ligados a diferentes modelos axioldgicos y éticos (tanto en lo individual, ‘como en lo politico 0 en lo religioso) y ello determina que una gran cercanfa con los ‘sucesos violentos o con el momento hist6rico que se pretende estudiar esté enturt do por la atmésfera que el investigador comparte con el escenario de la confronta- cién. No ser por azar que algunos de los més importantes avances en la interpreta- ion del perfodo hist6rico colombiano denominado La Violencia, haya sido realiza- do por investigadores extranjeros. No obstante, lo anterior no esta en desmedro de las producciones de autores colombianos, tanto en Jo referente a la presencia de la violencia en la historia colombiana antes de 1970, como las observaciones y pro- ‘puestas que comienzan a aparecer y a ser divulgadas y discutidas con respecto a las ‘nuevas formas de violencia, que ya son habituales en la sociedad colombiana actual. @Q) Si vamos a hablar de violencia humana, podemos comenzar echéndole un vistazo al mbito internacional, ya que si aqu{ la situaciGn es preocupante, en otras latitudes tiene también expresiones muy diversas. ‘A pesar de ser tan prolongada, no hemos podido habituamos a las crueles acciones de parte y parte en la guerra entre Irdn e Irak; si bien ya en Colombia crecen los aten- tados terroristas, quizés no tolerarfamos la incertidumbre del préximo atentado en Beirut o en cualquier calle de Belfast. Ni siquiera la democracia espafiola ha logra- do extinguir la eficacia terrorista de la ETA. En la India los Sigks se han expresado con violencia destructora en sus rivalidades con otros grupos étnicos y religiosos. No menos temibles han sido los enfrentamientos entre tamiles y cingaleses en Sri a ‘Lanka. Sabemos que en e! Tibet rechazan la dominacién China, y que Afganistén ‘serd un polvorin hasta que no salga de allf el ultimo soviético. Mas cerca de noso- ‘ros: Centroamérica es una zona en ebullicién. Desde lucha por la autonomfa hasta confrontaciones civiles muy complejas. Salvador, Guatemala, Panama, Nicaragua, Cada situacién es diferente, pero los efectos de Ia violencia son permanentes. Un factor que estimula la violencia: a intromisién de la polttica norteamericana con in- tereses distintos a los de los grupos en pugna, o los manejos soterrados y sorpren- demtes de la politica exterior norteamericana en todo un circuito de violencia, diffcil de apreciar a primera vista: Io que se esconde tras ¢! escandalo Irén-Contras, Si seguimos explorando observamos combates en el Chad y otros pafses afticanos. Violencia racial en Surdfrica, en Estados Unidos, en la Unién Soviética. El medio Oriente y el Golfo Pérsico son campos minados y sea el petr6leo, el territorio, los odios seculares, el fanatismo, o el estimulo al terrorismo, todas son fuentes que re- ‘roalimentan la violencia. Los israelfes acuden al pasado historico, a la tradicién de su pueblo y a su fuerza militar para defender sus territorios; los palestinos acuden también a ia historia, a Ia tradicién y a sus derechos para disputar los mismos terri- ‘orios. Los unos matan a los otros, por lo mismo que los otros matan a los unos. ‘Quién tiene la raz6n? Ninguno? Los dos? Los fenémenos violentos pueden apare- ‘cer lejos de donde se originan. Una bomba en Paris o en Atenas puede estar expre- sando el conflicto de Palestina, Libano o Irén. Santiago y otras ciudades de Chile hhan sido escenario de las revueltas contra Pinochet y sabemos también de Ia gran eficacia represiva de ese dictador. No esté lejos Ia barbarie de la guerra sucia argen- tina y de los sistemas refinados de tortura en el pasado no muy lejano del Uruguay. Y si seguimos no acabaremos. Y en lo que hemos enumerado podrian encontrarse muchos factores mezclados, con distintos predominios seguin el conflicto: factores Politicos internos y externos. Luchas religiosas y racionales. Fanatismos y confron- taciones territoriales y por las materias primas. Hay rechazo a los invasores, a las ti- ranfas, 0 colisiones violentas entre grupos de signos opuestos. Qué es, entonces, lo que ha sucedido? O més bien, qué es lo que falta? Donde esta Jaraz6n, la diplomacia, el derecho, la negociacién, la tolerancia, las alianzas, 1a mo- ral individual y social, la democracia? Por qué la guerra, el crimen, el exterminio, el abuso de poder, la tortura, la violencia mortffera en todas sus manifestaciones? Sin pretender responder a toda la complejidad que lo anterior propone, es en este unto donde tenemos que comenzar a perfilar el problema de la agresividad y de la 2 violencia en el ser humano y la diferencia que la agresién humana comporta con la agresiGn presente en el mundo de los animales. AGRESION ANIMAL Seré muy breve en la exposicién de este aspecto, aunque el tema es riquisimo en ob- servaciones ¢ investigaciones cientfficas. y no esta lejos de darnos elementos impor- ‘antes para la comprensi6n de la agresividad y la violencia humanas. Sin embargo debe advertir que los experimentos y conclusiones de la agresividad de los anima- Jes, 0 las de cualquier otro comportamiento en las especies no humanas, debe servir solo como un marco de referncia, porque las extrapolaciones apresuradas solo dan origen a suposiciones erréneas. La etologfa es la disciplina que mas se ha ocupado de estas precisas y preciosas observaciones. Uno de los autores mis importantes es Konrad Lorenz y en uno de sus textos, un clésico sobre el tema, "La AgresiGn, el Pretendido Mal" el autor sefiala que el instinto animal de la agresion es basico, in- nato, adaptativo y es gufa ¢ instrumento necesario para la supervivencia tanto de los individuos como de las especies. En general la agresiGn de los animales en raras oca- siones se expresa como muerte directa y mucho menos como tendencia destructiva o placer de matar. Entre los vertebrados se llega a producir Ia muerte en la lucha por 1a consecucién de alimentos (el mas t{pico sistema es el ciclo controlado de la de- redacién), en situaciones de apifiamiento, invasi6n de territorio, superpoblacién o escasez alimenticia. Las modalidades fundamentales de la agresién se expresan en: 1a defensa, la conquista o cortejo de la pareja sexual, la expresign de las rivalidades entre machos y lideres de las manadas, en las hembras la agresién esi4 muy relacio- nada con la defensa de las crias y en muchos casos en los perfodos del estro y du- ante el cortejo sexual. Se denomina agresidn interespectfica cuando se expresacon- tra individuos de la misma especie. ‘La agresion interespectfica, cuyo ejemplo més notable es la lucha entre el depreda- dor y su victima es fundamental para la seleccién natural,ya que en estas luchas so- breviven los mas habiles y se eliminan los mas débiles, lo que influye en la capaci- dad de supervivencia de la especie en cuestion. En el interior de la propia especie los animales luchan por el territorio, por la pare- Jaen defensa de las crfas 0 por los niveles de jerarquia. Es excepcional llegar hasta Jamuerte del contrincante porque la lucha es ritualizada. El ritual consiste en un des- Pliegue de movimientos de lucha que siguen un orden riguroso y que permiten que 23 el més fuerte se muestre como tal y el més débil pueda huir, agotando con ello la agresi6n sin que se lleve a cabo el exterminio del ritual, Se ejecuta entre miembros de la misma especie; los combatientes siguen cada movimiento con una precision asombrosa. Si uno de ellos se aparta de la pauta trazada, el otro espera la correcciGn, El proceso tiene la utilidad de poner en ejercicio y ala vez descargar y agotar la agre- sividad. De esa manera la especie se mantiene apta para defenderse de los depreda- dores y a la vez impide el extermino de los propios miembros. Aunque estas obser- vaciones no son extrapolables a la condicién humana, también en ésta se encuentra ritualizaciones mas complejas y significantes que poseen gran valor cultural - como amenaza 0 como forma de mantener el equilibrio de una paz tensa, 0 como sefiales de apaciguamiento y no -agresién-y los investigadores las han encontrado en dife- rentes précticas como los ritos sacrificiales, la diplomacia, las formas de alianza, las ‘exhibiciones y los signos de poder militar y multiples ritualizaciones instituciona- Jes. Cuando el gran estratega militar Clause-witz acufiaba la famosa sentencia de que la "politica es la guerra por otros medios" seguramente se referfa a estas formas cul- turales -la diplomacia es el mejor testimonio- que permiten suavizar y encauzar lo {que de no hacerlo asf, generarfa la permanente posibilidad de la guerra. Otro mecanismo animal en el manejo de la agresiOn es la posiblidad de desencade- nar reacciones de inhibicién en el contrario como comportamientos regresivos 0 po- siciones sexuales de sumisién, lo que produce efectos de apaciguamiento y puede con ello concluir un combate que parecfa mortal. EI "desplazamiento” o reorientaciGn de la agresividad es otro de los mecanismos de control intraespecifico. Las reacciones de agresiGn que en ciertas especies son pro- vocadas por el acercamiento de la pareja o de las crfas, es desplazado hacia un se- ‘mejante o un vecino. Esta estrategia de desplazar la agresividad aun tercero, esté re- lacionado para algunos autores, con la conducta humana de la utilizacién de victi- ‘mas propiciatorias o “chivos expiatorios", condicién que se ha encontrado ligada a los ritos sacrificales de sociedades mds antiguas y a formas contempordneas que pueden ser equivalemtes a los sacrificios primitivos, como la muerte 0 el asesinato de un lider, el efecto simb6lico de una matanza o un atentado, etc. (3) ‘Todo lo anterior nos indica que en e1 mundo animal la agresién resulta indispensa- ble para la supervivencia y la imeraccidn de las especies; no obstante, las especies animales estén siempre elabordndola, ofreciéndole salidas diferentes, efectuando mascaradas a través de las ritualizaciones y los desplazamientos; no solo como reaccién al medio ambiente, aunque para algunos cientfficos solo se trata de reac- 24 ciones de defensa a las frustraciones, sino como punsién intrinseca en los organis- mos y en la especie. Las especies agotadas o en vias de extinciGn, no parecen haber- ambiente ecol6gico y en particular por efecto de la depredacién y la imprevisién hu- manas. AGRESIVIDAD HUMANA En los estudios sobre la agresividad humana también la polémica estd radicalmente planteada. La agresiGn es un instinto pulsional o es una respuesta aprendida a las ca- rencias y a los noxas? En la psicologta experimental predomina la segunda tenden- cia y en las concepciones que se nutren con los conceptos del psicoandlisis y en va- rias propuestas de tipo filos6fico, se trasluce la primera propuesta. Los conceptos de la conducta animal, han respaldado el concepto de la agresién como pulsién innata, aunque con otras caracterfsticas radicalmente distintas en el mundo humano. Una definicion tentativa de agresividad en el ser humano podria ser: "Disposicién y energ{a humanas inmanentes que se expresan en las mas diversas formas individua- les y colectivas de autoafirmacién, aprendidas y trasmitidas socialmente, y que puc- den llegar a la crueldad" (F. Hacker). A un nivel mas empfrico y médico podria sefialarse esta otra definicién: "Producto final de una funcidn cerebral que aunque ‘modificada, ampliada o disminuida por factores ambientales, tiene como nticleo una ‘compleja interaccién de determinantes quimicos, anat6micos y fisiol6gicos". El término "agresi6n” deriva del latin aggredior-aggredi, que originalmente signifi- caba acercase, aproximarse, enfrentar un conocimiento. En términos generales nose identifica agresion con violencia. La violencia es la manifestaciOn abierta, desnuda, casi siempre fisica e instrumental de la agresiGn y aparece en un contexto cultural y simb6lico determinado. En términos efectivos podrfamos aseverar que la violencia como tal es una condi- cin eminentemente humana, es decir cultural, y que debido a su relacidn estrecha ‘con la agresividad innata, pulsional del ser humano, podria afirmarse que tanto la agresin como la violencia son manifestaciones que acompafian al Hombre desde sus origenes como especie. Todo aquello que ha sido denominado como "humani- zacién” o "socializacién”, tanto con respecto al destino del individuo en su ciclo tal, como en aquello que es propio a la organizacién de las sociedades y comunida- 25 des, estd marcado por la factible aparicién de agresividad y violencia, y por ello tan- toen el sujeto como en la sociedad gran parte de los dispositivos de control y encau- zamiento de las pulsiones primarias, contribuyen a evitar el surgimiento y ios efec- tos de la violencia, Por ello el logos y la cultura son las primeras talanqueras contra Ja violencia. No obstante, también el lenguaje y la cultura pueden aliarse con la pro- duccién de violencia. La gran paradoja humana consiste, a diferencia de los anima- Jes, en los cuales su propia constitucién instintiva tiene los mecanismos reguladores de la agresion y destruccién, en que el ser humano necesita construfr esas regulacio- nes, esos controles, esas mediaciones y cauces, tanto anivel individual, como social. Con algo de ironfa, pero no poco de verdad, un etdlogo escribfa que el hombre es un asesino controlado por la cultura, que sin ella volverfa a ser un simple asesino. En semejante direccién Lorenz sefialaba que cuando al ser humano violento se le com- ara con un animal, era a éste a quien se estaba ofendiendo, por que en términos ‘exactos el hombres es el ser mds violemto que existe. A nivel individual, partiend:) de que se posea un cerebro sano -ya que existe un ru- bro de violencia producida por alteraciones neurol6gicas- todo ser humano debe pa- sar por una serie de situaciones que son constitutivas de su ser de sujeto, que le per- ‘miten formar normas internas, por medio de los complejos mecanismos formadores del yo y del sujeto del inconsciente, y de esa instancia de regulacién normativa, lla- ‘mada antiguamente "conciencia moral" y que desde Freud se le llama supery6. La importancia de la nocién psicoanalftica del Complejo de Edipo no reside solamente en lo que éste implica para la identificacién sexual y para el ordenamiento de las ten- dencias incestuosas con el padre del sexo contrario, o las rivalidades con el otro miembro de la pareja parental, sino también que a partir de esta constalaci6n de fac- tores que troquelan la estructura psiquica de cada uno, se produce la permeabilidad del sujeto a las normas de la cultura y a las leyes del imtercambio y del lenguaje. En otras palabras, es a partir de la formacién del Ideal del Yo y del Supery6, por medio del Complejo de Edipo, como todo sujeto se inscribe en el Otro de la cultura y de la Ley y en conjunto con sus vinculos familiares y grupales que transmiten una posi- ciGn ética, que tiene concordancia mayor o menor con la ética colectiva del proceso hhist6rico que liga a un sujeto a determinadas instituciones culturales, educativas, re- ligiosas, como se desarrolla el proceso de "socializacion” temprana y la capacidad Posterior de interacci6n interpersonal y social. Carencias y condiciones adversas en este proceso pueden estar presentes en el comportamiento agresivo y violento, ¢s- pecialmente de individuos con trastomnos psicopatol6gicos, en ciertas formas de de- Tincuencia, o en caracterfsticas, que sin ser patol6gicas de por sf, pueden facilitar que 26 cuando el sujeto se sittia en ciertas condiciones estimulantes puede producir mds facilmente agresiones o conductas violentas. Este nivel de articulacin primaria entre el sujeto individual y el funcionamiento so- cial es de una complejidad extrema y no podria en el marco de esta intervencién ade- Jantar mucho més. Quisiera intentar hacer una precisién. La importancia que he Seflalado con respecto a los facatores individuales que pueden facilitar la agresiGn 0 Ja violencia no quiere decir que intente "psicologizar” el fendmeno de la violencia y que lo trate de explicar acudiendo a los conceptos y teorfas mas proximas a lo ps{qui- co, Con relacidn a este punto podria sefialar lo siguiente: en el orden de exposiciGn enfoco en este momento los aspectos que constituyen el sujeto humano y allf la agre- ssidn y sus controles tienen un relieve propio. Sin embargo, como también lo hemos sefialado anteriormente, LA VIOLENCIA ES UN FENOMENO ESECIALMEN- TECULTURAL, es decir, estdinscrito en el orden simbolico, propio del mundo hu- mano, En este dmbito por consiguiente, la relaciGn individuo-sociedad, es tanto Constituyente-el sujeto estd inscrito desde el principio de las reglas de juego simb6! cas- y ademds permanece a lo largo de su existencia inmerso en esa red de signi ‘antes y de significaciones. Y si en esa relaciGn con el mundo aparece la posibilidad de violencia por diferentes razones, no siempre hay que sefialar al sujeto como un enfermo, sino més bien hay que explorar el Ambito cultural que genera y estimula esa violencia. Esta observacidn es pertinente porque con frecuencia cuando se pro- uce una terrible matanza, por ejemplo un genocidio de campesinos, se sefiala con ‘mucha facilitad en los medios de comunicacién, que para cometer tal atrocidad se necesita una mente "psicépata”, 0 que la accién fue perpetrada por "un grupo de sicOpatas”, y con ello se desplaza el origen del problema, de un marco socio-cultu- ralo socio-politico, hacia un problema de "patologias” individuales o grupales. Con referencia a este punto otra cosa seria que en un medio violento, ciertas personal dades permiten 0 favorecen con mayor eficacia la expresién de violencia, Por ejem- lo es posible que si se hiciera un estudio en un grupo amplio de sicarios, se encon- taran ciertos rasgos de personalidad a diferencia de otro grupo de j6venes de la po- DlaciGn general. Y aunque fuera asf, estas conclusiones no explicarfan nada en rela- cidn al fenémeno global. ‘Sabemos también que las crueldades de los nazis fueron practicadas por todo tipo de personas, desde los que Ilamarfamos psic6patas hasta los que en tiempos norma- les podrian ejerver el oficio de amable tendero, médico dedicado a sus pacientes, 0 lun conviviente vendedor de seguros de vida. a Antes de concluir este aspecto quisiera seftalar que actualmente las ciencias huma- ‘nas necesitan un marco inter y transdisciplinario para abordar estos problemas y que existen unas nociones extrafdas de diversos saberes, en particular del psicoandlisis, que serdn muy ttiles para avanzar en estos aspectos primarios del tema que nos ocu- pa. Conceptos como Ideal del Yo, mecanismos idealizadores, toda la gama concep- tual que se desprende del estudio de la nocién de narcicismo, la relacion y diferen- ciacién de las instancias de lo imaginario, lo simb6lico, lo real y el concepto de re- alidad; la diferencia entre la nocién de el "otro" como el semejante, y la del "Otro" ‘como instancia de la Ley y todo lo que 1o real de la muerte introduce en el sujeto y ena cultura. Desde el punto de vista de la Medicina y de 1a Psiquiatria se sefiala como violencia ‘agresion patolégica a una serie de cuadros y conductas hetero o autodestructivas, que estan en estrecha relacién con problemas cerebrales, Tal es el caso de ciertas formas de epilepsia 0 de alteraciones del funcionamiento de diferentes estructuras encefilicas. Por medio del estudio de estas patologfas y con las observaciones miilti- ples de la experimentacién en animales existen ya una serie de modelos sobre los niicleos y los circuitos nerviosos que estn en relacién con la produccién y el con- trol de la agresividad en el hombre. También hay estudios genéticos y endocrinos que estudian otras variables de la expresién de la agresiOn. Sin embargo, como es. apenas obvio, las conclusiones de estos estudios neurobioldgicos son apenas un ade- anto en la infraestructura orgénica del problema, pero no permiten construir hipote- sis ni modelos comprensivos mas alld de su campo de observacién. Dentro del ru- bro de violencia patolégica también se encuentran los actos y conductas agresivas que estén ligados a las estructuras psicopatol6gicas tales como las diferentes expre- siones de la psicosis, la agresivad de los neursticos y lo que esté en el complejo cam- pode las llamadas perversiones y trastomnos de la personalidad. Aqu{ la discusidn es més dificil en cuanto a esa articulacién individuo -sociedad, especialmente en lo que serefiere a los "trastornos de personalidad” y a la relacién con lo que el psicoandli- ‘sis denomina "estructura perversa". Estas dos tltimas pueden tener mayor propen- siGn ala delincuencia o a insertarse en formas diferentes de violencia social. En es- te dmbito hay mucho material para indigar por parte de las disciplinas criminol6gi- cas, la Psiquiatrfa forense o las hipGtesis que surjan del estudio individual de los ca- 80s en el terreno psicopatol6gico y que han presentado antecedentes de conducta violenta 0 delincuente. SOCIEDAD Y VIOLENCIA Arribamos en este punto al problema de las diferentes teorizaciones y modelos que el pensamiento hmano ha creado para explicar la constitucién basica de las socieda- des, y en éstas la de las instancias reguladoras que permiten la vida colectiva, lacrea- cién de cultura y el control de la violencia. Abrumado por las implicaciones del te- ma y por la imposibilidad de introducirnos en este campo insondable de la constitu- ign basica de las sociedades, subrayaré apenas algunos puntos que son bésicos pa- rael tema que nos ocupa. Las sociedades humanas no siguen las leyes de la naturaleza. Existen diferencias ra- dicales entre ésta y 1as normas de la cultura. En las concepciones evolucionistas del ‘materialismo tradicional esta diferencia se marcaba con la conformacién del patriar- ‘ado y de la propiedad, lo mismo que en el desarrollo hist6rico de las primitivas for- mas del Estado. El texto bésico es el muy conocido de F. Engels, sobre el "Desarro- lo de la Familia, Ia Propiedad Privada y el Estado”. Desde una perspectiva diferen- te C. Levi-Strauss, etnélogo contempordineo, sefiala que solo se puede hablar de so- ciedades humanas en la medida en que se conforman las "estructuras elementales del parentesco", que se organizan en tomo a la norma implicita de la prohibicién del incesto, con el efecto positivo de la biisqueda exogémica entre los grupos primarios, Jo que constituye las diferentes relaciones de alianza e intercambio, que son las b ses para la constitucién de normas jurfdicas y de la construccién del concepto de Es- tado. Son propuestas teGricas que en apariencia son muy simples, pero que tienen fundamento en numerosas observaciones de campo sobre las que se ha hecho una Jectura estructural, en la perspectiva que abrié la lingufstica estructural en el campo de las disciplinas humanas. ‘Sigmund Freud en sus escritos dedicados a la interpretacién de la cultura en general -Totem y Tabii, El Malestar en la Cultura-més allé de la validez empfrica de sus ob- servaciones, seffala la necesidad de la renuncia punsional, como el sacrificio inelu- ditble que esté en el origen y en el mantenimiento de las instituciones sociales. Crea Ja audaz metdfora de la existencia primigenia de una Horda dominada por una P ‘dre omnipotente que acapara bienes y mujeres, y que luego es asesinado por los jos organizados para impedir su dominio tirdnico. El cadaver de este padre despoti- ‘co es ingerido por los hijos en Ia "comida toténic” y revelarfa la necesidad de la in- ‘corporacién de partes del padre, por un lado para el manejo de la culpa por este pa- 29 rmicidio primordial, y por otro para Ja instauracién de normas que permitan la con- vivencia entre los hermanos y la evitacién de una nueva tiranfa ola aparicién de una nueva violencia fratricida. Serfa el nacimiento de la funcién patemna reguladora y la posibilidad de tener normas de alianza y de comunidad para compartir el acceso a los bienes y a las mujeres. El logro freudiano no est4 tanto en hacer historia 0 antropologia, ya que nada de es- to tiene un referemte empirico, sino que sitia en una escena legible ciertos fantasmas originales, determinadas Iineas de fuerza que estén en el advenimiento de la cultura Y que de manera indirecta se expresan en mitos, en leyendas, en suefios, en s{nto- mas. A nivel mitico hay alguien que debe morir, o ser sacrificado (referencia a la violencia fundadora, primigenia) que da origen al pacto, del cual se desprende la ne- cesidad de una normatividad social (el derecho y las normas de convivencia) y un sarante para el cumplimiento de esas normas ¢ intercambios (El Estado y su apara- to judicial). Otro autor contempordneo - René Girard - de formacién antropoldgica y literaria, en toda su obra, pero en particular en un provocativo y provocador texto "La Violencia ¥ Lo Sagrado” introduce de una forma radical el concepio de "sacrificio” y "crisis Sacrifical’ en el sentido rligioso antiguo; es decir, la ofrenda al dios de victimas pro- Piciatorias que permiten concentrar la violencia primaria en ese ritual, proteger ast al grupo social de la expansién y la destructividad, de una violencia originada en la venganza directa. Este ritual de sacrificio que en las sociedades primitivas y anti- uas tiene multiples expresiones, serfa el fundamento inicial del sistema judicial y de la capacidad de normatizar la sancin y la "venganza” legitimada y codificada de los erfmenes individuales. La instancia cultural se abroga asf un excedente de vio encia y lo transforma en sanci6n, en regulacién de las relaciones sociales, evitando con ello Ia generalizacién de la violencia y las précticas sangrientas de la venganza directa. ESTADO Y VIOLENCIA A pesar de que todos estos modelos teéricos sean distmiles y algunos se nos aparez- an como mds especulativos, todos ellos apuntan a la biisqueda del origen de los me- canismos de control y convivencia social. Asimismo a pesar de la complejidad y va- iedad que puedan presentar las diversas concepciones sobre la estructura y defini in del Estado, uno de sus fundamentos permanentes es la regulacién en mayor o 30 ‘menor medida de las formas de convivencia social. El estado modemo tiene impor- tantes funciones de regulacion en las relaciones sociales y aunque sus formas de ex- presiOn sean diferentes debido al carécter predominante de ciertas relaciones econémicas de produccién o de las maneras diversas de constituciGn de la sociedad civil y de la expresién de las relaciones y fuerzas poltticas. El estado tiene una fun- cién de aglutinacién, de regulador de contradiccién y de garante de las leyes. Un au- tor que estudia la relacién entre estado y violencia sefiala lo siguiente: "Nosotros sa- bemos que el individuo necesita de una instancia superior, colocada por encima de todos los individuos, teniendo en cuenta la reconciliacién del uno y de otro a fin de liberar a los hombres de la violencia natural, de la violencia social y de su propia violencia. El Estado es la vinica institucién que, por medio de las leyes, tiene la po- sibilidad de reducir la violencia a un nivel aceptable por todos, a fin de poder lograr ccierta armonfa. El Estado administra la violencia, la hace suya le quita al ciudadano la posiblidad de utilizarla. Y es, precisamente, a través de la administracién de la jus- ticia, como forma institucional para reducir la violencia, como se puede detectar to- a la arbitrariedad con la cual el Estado manipula el concepto de legitima violencia, como sila violencia pudiera ser calificada de legftima o de ilegftima: Ia violencia violencia asf sea aplicada por el Estado o por el individuo" (4). Esta relacion entre Estado y violencia ha estado permanentemente presente en la dis- usin que actualmente se hace en Colombia con mayor o menor profundidad: como funciona en nuestro pafs el Estado de Derecho? De por sf la definicién de los térmi- nos tiene su complejidad jurfdica e hist6rica. En un articulo reciente, publicado en la revista de la Universidad de Antioquia un eminente jurista puntualiza algunos as- pectos de esta discusiGn: "No se puede confundir el modelo politico institucional ideal del Estado de Derecho con la sociedad civil para la cual pretende operar, ni con la vigencia aceptablemente eficaz de una normatividad juridica... Como lo hemos afirmado atrds, el Estado de Derecho es una manera espectfica de arreglar el funcio- namiento del aparato de autoridades piblicas para la sociedad civil, para que ésta ‘goce de ciertas prerrogativas de garantfa y seguridad frente al poder mismo que la envuelve y enmarca”. Y refiriéndose al carécter propio de la sociedad civil, sefiala: “la sociedad civil implica la cotidianidad de un orden social (normatividades muilti- ples) y de que hay un consenso bésico -a manera de pacto social de cada dfa- sobre os mecanismos, espacios ¢ instancias de solucién pacifica de los conflictos interin- dividuales e intergrupales. La sociedad civil est4 conformada por un conjunto ine- vitable de conflictos de intereses los cuales encuentran canales regulares para ser tra- ‘mitados y dirimidos sin recurrr a la violencia privada. Y tal sucede cuando tales ca- nales 0 instancias son generadoras de legitimidad, son AUTORIDADES (del latin 31 AUCTORITAS) que administran el conflicto de acuerdo a normas reconocidas so- cialmente; cuando en la comunidad hace presencia el sacerdote, el chamén, el con. Sejo de tribu, el juez y el tribunal, el rbitro, etc. La sociedad civil es lo opuesto a la barbarie, a la horda primitiva, a la lucha por la vida en la selva, a la guerra. Y en la ‘Sociedad moderna esa sociedad civil se cohesiona y compacta dentro del marco de! Estado soberano como organizacién soberana de poder centralizado 'y perfecciona- «do que opera dentro de una comunidad nacional y se constituye en el cerrojo de to- do orden social”. (5) Si con todo lo anterior se perfila la idea de que existe una estrecha relaci6n entre Constitucion y cardcter del Estado y de la sociedad civil y la aparicién 0 control de Ja violencia, el paso siguiente serfa dirigimos tanto a la historia como al funciona- iento de la sociedad colombiana en estos dos siglos de existencia republicana, tan- toa nivel intemo como a nivel de sus relaciones externas para indagar sobre el défi- city la deformacién de ese Estado y los avatares de esa historia como fuentes de ori- gen y produccién de tantas formas de violencia. Realizar vse andlisis no me corres. onde ni estoy en capacidad de hacerlo y tan solo me atreverfa a sefialar algunos Puntos de un itinerario posible. ANOTACIONES SOBRE EL ESTUDIO DE LA VIOLEN( COLOMBIA IAEN El estudio profundo de la violencia en Colombia tiene que partir de la pesquiza de los diferentes momentos en la violencia agazapada o manifiesta que aparece a lo lar- ‘g0 de nuestra historia sangrienta y de lo que ello ha sedimentado en las bases de la Sociedad civil, el funcionamiento del Estado y la cultura colombianas, Algunos autores se han referido a la agresiGn "innata” del pueblo colombiano. Esta afirmacién expresarfa una constitucién biolégica predispuesta por las mezclas twiétnicas a partir de la conquista. No deja de ser una hip6tesis carente de fundamen. tos, més bien es un efecto de las tesis criminol6gicas y psicopatolégicas de tipo he- reditario y constitucional que estuvieron en boga a partir de la tesis de Lomibroso y Que influyeron el pensamiento juridico y la criminologta positivista. Tanto en Colombia como en otros sectores del planeta, la violencia es el producto de los conflictos hist6ricos y sociales y se plantea como un hecho més propio de la Cultura, que de la condiciGn biol6gica o racial, aunque como vimos, Ia tendencia a 32 Ia agresi6n pueda estar enraizada en las bases pulsionales del ser humano. Pero an- tes que todo somos seres de cultura y es en un contexto relacional donde se expre- san los fenémenos violentos. En Colombia algunos han hablado de “cultura de la violencia", tesis que puede tener varias interpretaciones. La més global podria sefalar que una historia plagada de fenémenos de guerra y de sangre, enconada de rivalidades partidarias y de venganzas, trasmitida con un marcado acento ideol6gi- coy anclada en la constitucién misma de los valores de la sociedad civil, tiene que dejar su huella necesaria en el accionar conciente e inconciente del pueblo colom- biano. ¥ no podemos deshechar, por lo menos en la constitucién de numeros acto- res concretos de la violencia reciente y actual, los efectos en su historia individual y familiar de etapas de violencia anterior, especialmente las secuelas culturales y sub- jetivas que ha dejado el perfodo de la historia colombiana denominado La Violen- cia. Algunos de esos protagonistas se han autodenominado los "hijos de la violencia colombiana”. Si pudiera ordenar una secuencia de estudios e investigaciones que serfan necesarias para seguir esa huella de sangre, como m{nimo se deberfa considerar: - Historia politica y cultura, dirigida especialmente a entender las bases de la cons- truccién del Estado y los presupuestos de la sociedad civil. - Historia y marco interpretativos de las formaciones econémicas y sociales, con énfasis en los aspectos conflictivos de las relaciones econémicas, las luchas por la tierra, las formas de colonizaci6n, el nacimiento y desarrollo de los sistemas labo- rales y de contrataci6n, los intentos fallidos de Reforma Agraria, etc. - Historia y sociologta de los grupos sociales y sus conflictos, articulado ésto a la forma como los partidos politicos han sido los canales de la expresiGn politica y la forma como han luchado 0 se han distribuido el poder del Estado y los sectores 0- cciales que han beneficiado o marginado. Un andlisis a fondo de ia estructura y el funcionamiento de los partidos politicos nos darfa muchos elementos para interpre- tar tanto la violencia del siglo pasado, como la de los afios 40-60, y muchas pistas para el fenémeno actual. ~ El perfodo de la violencia, que tanto material ha generado y que cada vez como ‘métodos mAs refinados produce caminos para su interpretacién y comprensiGn. 33 -Elperfodo del gobierno militar de Rojas Pinilla. Sus antecedentes, su advenimien- to en el seno de las contradicciones partidistas, los elementos propios que origind, Jas contradicciones que produjo y los efectos posteriores que suscit6, ~ El Frente Nacional, enlazado profundamente a los provesos anteriores, como ori- gen y fuente de muchos de los problemas actuales con los condimentos propios de cada perfodo de gobierno, - El populismo y sus efectos. Tanto en la versién militar-popular, como en su pre- sencia en el perfodo reciente del gobierno de B. Betancur. ~ Los proyectos ético-culturales y ético-politicos en Colombia. La influencia de la ética catélica. La decadencia de ésta y los problemas para la construccién de una ética civil. La presencia de la ética y 1os asuntos econémicosl. Las influencias de Culturas extranjeras en las nuevas formas de expresar proyectos éticos (en particu- Jar de 1a cultura norteamericana), Lo que algunos han llamado el vacfo laico. En este mismo simposio el P. Francisco de Roux hablar de esos grandes vacfos. - El movimiento guerrillero y toda su compleja historia e influencia en la politica y en las luchas econémicas y laborales colombianas. Las politicas de paz y sus avatares. - Los antecedentes y efectos de la doble toma del Palacio de Justicia, - Economfa y sociologta de la "corrupci6n” oficial y civil en Colombia. - Democracia. Sus perfiles antiguos y actuales. Democracia Restringida y Vigilada. Presencia y papel de los militares del Estado colombiano. Guerra Sucia. ~ Altemativas para desarticular la violencia y preservar una Democracia en peligro. ~ Necesidad, aunque ya hay intentos, de hacer una fenomenologia y una clasifica- ci6n més practica de las confrontaciones que con més frecuencia y peso son fuen- te de violencia. Lo que autores recientes han denominado el campo de "las violen- clas”. Elresto, como podemos apreciar, es impresionante, y aunque en el sentido académi- co y cientffico ese serfa el ideal, a nivel social y prictico hay muchas cosas que se 34 pueden hacer, desde los niveles mas domésticos y de convivencia cotidiana, hasta Jos actos de gobierno dirigidos a intentar enfrentar los problemas bésicos de la so-

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