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FUJIMORI
Alberto Fujimori destruyó la descentralización formando un Estado hipercentralista
mencionando a 7Manuel Dammert Ego Aguirre. Según este importante sociólogo Peruano, el
Gobierno central de ese entonces anula las 11 regiones creadas en el Gobierno Aprista
reemplazándolas por los Consejos Transitorios de administración Regional (CTAR) asumiendo
las mismas funciones de los Gobiernos eliminados hasta que se elijan a nuevas autoridades.
Con la creación del Ministerio de la Presidencia (MIPRE) en el año 1992, los CTARES toman
más poder debido a que el MIPRE se convierte en el ente coordinador con las regiones
proporcionándoles más recursos. Según la constitución aprobada en 1993, las autoridades de
los CTARES debían ser elegidas en el año 1995. Esto no se dio por razones autoritarias y
centralistas admitiendo más bien la creación de 12 CTARES más de las 12 ya existentes. Vale
decir que todos los departamentos del Perú debían ser convertidos en regiones administradas
por el Poder Central.
El presidente Regional era elegido por el Presidente de la República y esta autoridad acordaba
con un Consejo de Coordinación conformada por los alcaldes provinciales. De este modo, se
eliminaba al Gobierno Regional como el segundo nivel del Gobierno dando cabida a un Estado
centralista instalado en la hipercefálica Lima.
Con respecto a los Gobiernos Locales (entes Provinciales y municipales), el régimen corrupto
buscaba subordinar a las municipalidades quitándoles responsabilidades y
entregándoles programas asistenciales buscando así la dependencia de ellas alrededor del
Centro Nacional. Estos programas son:
- El Instituto Nacional de Fomento Educativo (INFES)
Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA).
Programa Nacional de Agua Potable (PRONAP)
Fondo Nacional de Compensación y Desarrollo Social (FONCODES).
De este modo, estas funciones que eran de responsabilidad de los Gobiernos Locales pasan a
manos del Gobierno Central desmantelando en sus funciones a los municipios. Quiero añadir
que estas políticas se hicieron para que los habitantes de las provincias se convirtieran en
sujetos pasivos dependientes para que a raíz de todo lo que haga el Ejecutivo, voten
nuevamente por el Gobernante por las funciones que este estaba realizando a favor de estas
provincias. Con ello se mantenía la legitimidad del Poder y las Autoridades elegidas
simplemente iban a servir de pantalla formándose así las clientelas y prebendas que
tanto daño hacen al país.
LA DESCENTRALIZACIÓN EN EL PERÚ EN EL SIGLO XXI
Luego de 11 años de dictadura, en el Gobierno del presidente Alejandro Toledo se eligen por
votación popular los 25 Gobiernos Regionales que tiene actualmente el Perú; es decir, que los
departamentos se convierten en regiones y que a partir de ello, tanto las CETARES como el
Ministerio de la Presidencia quedan completamente desactivadas. A partir de las elecciones
municipales y regionales en el año 2002, se inician nuevas reformas para enrumbar una nueva
república descentralista.
Las funciones del Gobierno Central debían ser la de Seguridad, Defensa Nacional, Estabilidad
Económica, promoción del desarrollo del empleo, etc. Al Gobierno regional le tocaba el rol
fundamental de promover el desarrollo mediante grandes proyectos de infraestructura.
Además debe ser la institución impulsora del desarrollo de la región atrayendo a capitales
extranjeros. Finalmente la labor de los Gobiernos Locales debían ser los servicios y la
preocupación por programas sociales, llámese salud, educación, etc.
Luego con la creación de los Consejos de Coordinación Regional (CCR) y Consejos de
Coordinación Local (CCL), la aprobación de los PresupuestosParticipativos, la creación de
organismos de participación, etc. la descentralización se va consolidando en el Perú; sin
embargo, considero que este proceso está incompleto debido a las siguientes razones:
La superposición de competencias por la razón de que las funciones del Gobierno Regional y
Local han sido tergiversadas por las actuales autoridades. Muchas veces se confunden las
funciones de los alcaldes y los Presidentes del Gobierno Regional debido al desconocimiento
de ellos en sus labores. Vemos que los Gobiernos Regionales no cumplen con sus labores de
ser promotoras del desarrollo convirtiéndose en organizaciones burocráticas que
administran los recursos otorgados por el Ejecutivo.
El Perú todavía sigue siendo un país altamente centralizado ya que según 8Efraín Gonzáles
de Olarte, Lima concentra el 29% de la población nacional, produce el 48% del PBI
nacional, se genera el 55% del ingreso nacional, produce el 70% del PBI industrial,
concentra el 52% de los servicios gubernamentales, recauda más del 90% de los Impuestos.
Ante esto, las regiones solo reciben algo más de un 15% del presupuestonacional
convirtiéndolos en meros receptores de los ingresos del Poder Central.
Escasa participación de los ciudadanos en los asuntos de los Gobiernos Locales y Regionales
e.
Instituciones Burocráticas ineficientes que impiden un verdadero proceso de
descentralización.
Ante esto se necesitan de propuestas de solución que formen regiones que funcionen de
manera eficaz y eficiente mediante:
1. La formación y consolidación de regiones que se sustenten de manera autónoma
afrontando competitivamente los nuevos retos de laglobalización. Esto se logrará creando
macroregiones poderosas con un sustento político, económico y cultural.
2. La definición clara de funciones del Gobierno Regional y Local permitiendo cumplir sus
roles adecuadamente.
3. Desconcentrar los recursos de Lima a las regiones brindando mayor poder de decisión de
estos organismos en la toma de decisiones. Esto se logrará con la voluntad política de los
gobernantes de turno y el papel fundamental de los legisladores de la república.
4. Incrementar la participación ciudadana a la población brindando incentivos desde el CCL
y CCR a que tomen decisiones pertinentes. Estos incentivos pueden ser económicos
otorgándoles dinero para desarrollar y financiar sus distintas organizaciones, también
brindándoles no solo el derecho de opinar, sino de votar en la toma de decisiones, asistir
a programas de capacitación, etc.
5. Reformar a las instituciones burocráticas del Estado con sendas reingenierías
permitiéndoles ser más productivas y competitivas en esta nueva sociedad llamada de
las Información y el Conocimiento.
Wikipedia
Aspecto social[editar]
Masacre de Barrios Altos[editar]
Artículo principal: Masacre de Barrios Altos
La noche del 3 de noviembre de 1991 se llevaba a cabo una pollada en el primer piso del
inmueble ubicado en el Jirón Huanta N.º 840 para conseguir fondos para reparar ese edificio.
Aproximadamente, a las 23:30, seis individuos armados y encapuchados entraron al edificio
luego de bajar de dos vehículos.
Los atacantes cubrieron sus rostros con pasamontañas y ordenaron a los asistentes de la
reunión a tenderse en el piso, donde les dispararon indiscriminadamente por cerca de dos
minutos, matando a 15 de ellos incluyendo a un niño de 8 años, e hiriendo seriamente a otras
cuatro personas, uno de los cuales quedó permanentemente paralítico. Luego, los atacantes
salieron en dos vehículos. Durante la investigación, la policía encontró 111 casquillos y 33
balas del mismo calibre en la escena del crimen. Las investigaciones judiciales y los reportajes
de la prensa revelaron que los sujetos envueltos en el crimen trabajaban para la inteligencia
militar; habían sido miembros del Grupo Colina que era ya conocido por perpetrar un
programa anti-terrorista por órdenes del gobierno de Alberto Fujimori. Se verificó luego que los
atacantes buscaban atacar una reunión de subversivos senderistas que en realidad tuvo lugar
en el segundo piso del inmueble (mientras que la pollada y el ataque se llevaba a cabo en el
primer piso).
Masacre de Santa[editar]
Artículo principal: Masacre de Santa
La Masacre de Santa fue una masacre de campesinos llevada a cabo el 2 de mayo de 1992
por el Grupo Colina en la provincia de Santa en el departamento de Áncash, en la sierra de
Perú, en el marco del conflicto armado interno que tuvo lugar entre 1980 y 2000. Carlos
Alberto Barrientos Velásquez, Roberto Barrientos Velásquez, Denis Atilio Castillo Chávez,
Federico Coquis Velásquez, Gilmer Ramiro León Velásquez, Pedro Pablo López Gonzáles,
Jesús Manfredo Noriega Ríos, Carlos Martín Tarazona More y Jorge Luis Tarazona More
murieron en la masacre. Tras llevar a cabo la masacre, miembros del Grupo Colina, un
escuadrón de la muerte que operaba fuera del Ejército peruano, pintaron grafitis pro-
senderistas, como parte de una operación de bandera falsa. En la actualidad, todos los
miembros del Grupo Colina se encuentran encarcelados.
Atentado en Tarata[editar]
Artículo principal: Atentado en Miraflores de 1992
Aspecto político[editar]
Crisis del Gabinete Hurtado[editar]
El 11 de agosto de 1990 (once días después de la toma de posesión de Fujimori) el Primer
Ministro y Ministro de Economía y Finanzas,1 Juan Carlos Hurtado Miller, anunció, la
imposición de una serie de medidas de emergencia (políticas de choque) necesarias para el
reducir la inflación heredada del gobierno de Alán García y de esta manera, poder situar la
inflación por debajo del promedio latinoamericano.
En febrero de 1991 (doscientos días después de su toma de posesión) el Presidente del
Consejo de Ministros y ministro de Economía, Juan Carlos Hurtado Miller, dimitió a sus
cargos; la renuncia se produjo tras un escándalo político, debido al desacuerdo en el interior
del gabinete2 por la publicación de un programa alternativo de estabilización que había sido
elaborado por el Ministro de Industria, Comercio, turismo e Integración, Guido Penaco, en el
cual se proponía una ejecución gradual. Así mismo, el continuo fracaso en la lucha contra la
inflación y la crisis ocasionada por una epidemia de cólera. Al mismo tiempo, todos los
integrantes del gabinete pusieron su cargo a disposición
El presidente Fujimori, en un intento de poner rápido fin a su primera crisis de Gobierno, el 16
de febrero de 1991, tomó juramento al segundo gabinete, que fue encabezado por el
independiente Carlos Torres y Torres Lara y su principal novedad fue el nombramiento, como
titular del Ministerio de Economía, de Carlos Boloña Behr, también sin filiación política. Se
nombró además a 3 nuevos ministros, los demás permanecieron en sus carteras. Además
nombró al entonces Ministro de Trabajo y Previsión Social, Carlos Torres y Torres, como
Primer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores. De manera simultánea designó a Carlos
Borgoña como Ministro de Economía y Finanzas, quien se encontraba trabajando en una
organización internacional por lo que contaba con la confianza de la comunidad financiera
internacional. En los siguientes cambios ministeriales, se nombraron a tres (3) nuevos
ministros y los demás permanecieron en sus carteras.
Relación con el congreso[editar]
Alberto Fujimori, al iniciar su mandato (28 de julio de 1990), pide al congreso facultades
legislativas de acuerdo con el artículo 188 de la Constitución Política de 1979, y según lo
establecido en el artículo 211 de la misma, dictó medidas extraordinarias para implementar
una propuesta de estabilización económica. En relación a estas medidas de “choque”, Carlos
Torres y Torres (ministro de trabajo en ese momento) afirmó ante el congreso el 30 de agosto
que “los derechos supremos (dictados por el Ejecutivo al amparo del artículo 211, inciso 20)
tienen similar validez que las leyes y, por lo tanto, pueden modificar a las leyes (aprobadas por
el Legislativo)”. Inmediatamente, varios de los parlamentarios protestaron pero un mes
después, la Cámara de Diputados Aprobó por 68 votos la interpelación al ministro. Mientras
tanto, los partidos del FREDEMO (Movimiento Libertad, Acción Popular y Partido Popular
cristiano) se aliaron con Cambio ‘90 para lograr apoyar a Torres y Torres pero finalmente no
alcanzaron los 91 votos para censurarlo.
Por otro lado, el 15 de septiembre del mismo año, Fujimori decretó un indulto selectivo para
liberar a algunos encarcelados en calidad de inculpados y de esta manera minimizar el exceso
de población carcelaria. El problema radicó en que la constitución del 79 facultaba al
Congreso en el ejercicio de ejercer el derecho a la amnistía y no al Ejecutivo, por lo que
efectivamente varios parlamentarios cuestionaron la validez de ese indulto. En relación a lo
anterior, el poder Ejecutivo sancionó un crédito suplementario al cual se opuso la Comisión
Bicameral de Presupuesto. En el congreso no se había debatió sobre el crédito debido a que
Cambio ’90 y el APRA no habían dado el cuórum. En medio de la controversia provocada, la
sesión del congreso el 10 de octubre se levantó por iniciativa del Ejecutivo y no se votó sobre
el permiso para que Fujimori viajara a la reunión de los Presidentes del Pacto Andino. Con
respecto a esto, el diario Expreso el 14 de octubre demuestra un claro reconocimiento sobre el
conflicto entre el Congreso y el poder Ejecutivo junto un indicio de las tensiones futuras que
esto pueda generar, al indicar que:
“El presidente Fujimori niega alentar o protagonizar la confrontación entre los poderes del
Estado pero la realidad es mañanas fuerte que sus palabras. Quiéralo o no, él se halla
inmerso en un doble conflicto: con el legislativo por un lado y con el judicial por el otro…Desde
luego el presidente puede sentirse tentado a saltearse la legalidad a la garrocha, removiendo
por decreto a los jueces o cerrando el Congreso.”3
En diciembre de 1990, surge otro conflicto cuando Fujimori promulga parcialmente la Ley de
presupuesto para el año siguiente, mientras que el congreso insistía en mantener el proyecto
inicial. La Constitución del 79 no decía si el Presidente podía observar el presupuesto una vez
que fuera aprobado por el Congreso, ni tampoco si él podía promulgarla parcialmente”. Sin
importar la oposición formada en el Congreso, Fujimori suspendió, al amparo del artículo 211,
tres de los artículos de la ley aprobada por el congreso, de esta manera, logra ampliar los
poderes del Ejecutivo. Además, en febrero de 1991, el Consejo de Ministros se opuso a la
propuesta de “democratizar” las decisiones del gobierno y la modificó por completo antes de
que se publicara.
En mayo, anunció en el Congreso la firma del convenio antidrogas que había firmado con
Estados Unidos, El Congreso reaccionó interpelando al gabinete, pero no se pudo lograr
absolutamente nada debido a que en ese momento la oposición a Fujimori no era suficiente.
Por otro lado, el Congreso le proporcionó facultades al Ejecutivo durante 150 para que pudiera
legislar en las áreas de generación de empleo, inversión privada y pacificación (Ley 25327).
“Entre junio y noviembre de 1991 el Ejecutivo promulgó 117 decretos legislativos al amparo de
la Ley 25327, de los cuales 83 fueron promulgados entre el 3 y 15 de noviembre, justo antes
de que se venciera el plazo. En las semanas siguientes el Congreso derogó o modificó 28
decretos de importancia central, la mayoría de los cuales tuvieron que ver con la pacificación”.
Mientras el Congreso se oponía a varias de las normas referidas a la pacificación, críticos del
gobierno denunciaban a Fujimori por intentar un golpe “blanco”, por medio del centro
legislativo al atacar a la Constitución.
El primero de diciembre de 1991, las discrepancias entre el poder ejecutivo y el legislativo se
hacían más notorias, y es que tras la crítica del presidente Fujimori a los sueldos de los
congresistas en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE); la cámara de diputados se enfocó
en el Ingeniero Enrique Rossl Link, entonces ministro de Agricultura, que fue censurado por
ineficiencia. Días después el Congreso anunció la posible censura de Carlos Boloña, ministro
de Economía; luego de ello se reveló la acusación constitucional contra Alan García por
enriquecimiento ilícito, hecho que desvió la atención de las cámaras del legislativo. Cabe
recalcar que Fujimori en el discurso de clausura de la Convención Anual de Ejecutivos
(CADE), denunció la demagogia y los mezquinos intereses partidarios y propuso la no
reelección inmediata y la renovación por tercios o mitades de los parlamentarios. Dos días
después, el Ministro de Agricultura, Enrique Rossi Link fue censurados por la Cámara de
diputados y esta se considera como la primera vez que el Congreso haya censurado a un
ministro desde que se promulgó la Constitución de 1979, esto es un claro ejemplo de la
oposición cada vez más fuerte y mayoritaria en el Congreso. Frente a esta situación Fujimori
se rehusó a aceptar la renuncia.
El 6 de diciembre, en un discurso ante la Policía Nacional, se preguntó públicamente si no
habría un lobby de los lavadores narcodólares en el Congreso. Esa misma noche, el Senado
condenó tales acusaciones y tal moción se llevó a la Cámara de Diputados. Esto representó
para algunos diputados la ventana de oportunidad para sustituir a Fujimori por San Román,
mientras que para otros podría provocar un golpe militar por lo que prefirieron no intervenir.
A final de este mes, nuevamente el Congreso y Fujimori mantuvieron relaciones tensas sobre
el presupuesto. “Fujimori observó 41 artículos del presupuesto, pero esta vez no los promulgó
parcialmente sino que los devolvió al Congreso una hora antes de cumplirse el plazo, y sólo
un día antes de que el presupuesto debiera haber entrado en vigencia. En enero de 1992, el
Congreso promulgó el presupuesto original, dejando de lado las observaciones del
Presidente”. El presidente al enterarse de la reacción del Congreso amenazó que si no se
aplicaban esas leyes tal cual como pasó el año anterior, él suspendería las leyes objetadas
por medio del artículo 211, inciso 20. Sin embargo, por más que Fujimori haya expandido los
poderes del Ejecutivo, más allá de lo previsto por la Constitución de 1979 con respecto al uso
del artículo, la Constitución tampoco otorgaba al Congreso la potestad de revocar las leyes así
promulgadas.
Cierre del Congreso[editar]
Artículo principal: Autogolpe de 1992
Política Política
Política fiscal Política salarial
cambiaria monetaria
1. Normas de austeridad
fiscal: Desactivación
del INACOSO y del
ICE. Prohibición de
1. Unificación nuevas contrataciones
del y adquisiciones.
mercado 2. Aumento de tarifas
cambiario. públicas. Gasolina:
2. Flotación 3040 %, electricidad:
sucia del 5270 % (máximo),
tipo de 1. Disminució agua: 1318 %
cambio. n del (máximo), teléfonos:
3. Se encaje 1295 % (máximo).
mantiene marginal 3. Creación del Comité de
el control de 80 % a Caja. 1. Bonificación
de 64 %. 4. Impuestos: extraordina
cambios. 2. Se 1. IGV: Nueva tasa ria del
4. Se continúan del 11 %. Se 100 %.
eliminan permitiend mantienen las 2. Aumento
las o los tasas del 2 % del salario
restriccion depósitos del impuesto Mínimo en
es a las en moneda de Promoción 400 %, a
importacio extranjera Municipal y del 16 millones
nes en el 1 % para la de intis.
(licencias sistema defensa. 3. Prohibición
previas y financiero. 2. Eliminación de de nuevos
prohibicio 3. Al no la mayoría de aumentos
nes, modificarse las en las
excepto los límites exoneraciones empresas
en el caso máximos a al IGV, ISC y a públicas
de 13 las tasas los aranceles. hasta
partidas, de interés, 3. Imposición de diciembre.
que éstas una
siguen quedan contribución
prohibidas sujetas al extraordinaria
). mercado. del 1 % del
5. Se fija el patrimonio a
arancel las personas
mínimo en naturales y
10 % y el jurídicas.
máximo 4. Impuesto
en 50 %. extraordinario a
las
exportaciones
por el 10 % del
valor FOB.
Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional 1992-
1993[editar]
Después del cierre del Congreso6 inició el autodenominado Gobierno de Emergencia y
Reconstrucción Nacional, en el cual Fujimori tenía el control absoluto, ya que el poder
legislativo estaba disuelto y el Poder Judicial intervenido. Para el primer mandatario era
importante este tipo de gobierno, porque según él su único obstáculo era el Congreso que no
lo dejaba gobernar. Fujimori lo llamaba oposición obstruccionista, pero además la tildaba de
corrupta. Con el cierre del Parlamento el presidente se encargó de buscar soluciones al
terrorismo y a la crisis económica. Por ello necesitó el cambio de la Constitución para dar
nuevas coordenadas al sistema político peruano. Aunque Fujimori desde el inicio de su
gobierno planteó medidas para al menos en parte solucionar la crisis económica como
veremos en el siguiente cuadro. Luego se notó que necesitaba del cambio de reglas para
ejecutar soluciones a distintas velocidades de implementación que hasta antes del cierre del
Congreso no poseía.
Para la conformación de su Gabinete y del nombramiento de miembros para las instituciones
como el BCR, Gustavo Pastor indica que hubo injerencia de gobiernos extranjeros y de
organizaciones internacionales. En su momento la prensa escrita y los parlamentarios de turno
criticaron esta injerencia, debido a la sensación de una falta de autonomía del gobierno y de
ser manipulada por otros grupos ajenos al país. Diarios como La República brindaban
columnas en las que se especulaba que el Perú estaría siendo gobernado por fuerzas
extranjeras quienes tenían influencias en la creación de políticas. A pesar de esta situación el
presidente continuó sus planes y junto a una “coalición [poder ejecutivo, fuerzas armadas y un
equipo de profesionales independientes] de poderes se proponía poner en práctica un
proyecto político a largo plazo que debía asegurar el desarrollo, la modernización y la
pacificación del país. Este régimen cívico-militar, poco interesado en el Estado de derecho y
las instituciones políticas peruanas, se le conoce como « fujimorismo»”7 (Pastor, 2012).8
Captura de Abimael Guzmán[editar]
El general PNP (r) Antonio Ketín Vidal y el coronel PNP (r) Benedicto Jiménez coinciden en
relatar que Fujimori y Montesinos desconocían que el 12 de setiembre sería intervenida la
casa donde se sospechaba que se escondía Abimael Guzmán. Había un plan gubernamental
para asesinar al cabecilla, pero Vidal y Jiménez estuvieron en desacuerdo. El general Antonio
Ketín Vidal dejó en claro que ni Alberto Fujimori ni Vladimiro Montesinos estaban enterados de
la captura de Abimael Guzmán. Así lo relató:
Cuando llegamos a la casa de Los Sauces, y al escuchar bulla de voces de mujeres que
provenía del segundo piso, decidí subir por la escalera de la casa a la que llamábamos “El
Castillo”. Y, ¡oh sorpresa!, vi a Abimael Guzmán y a Elena Iparraguirre. Me acerqué y le dije:
“Soy el general Antonio Ketín Vidal, jefe de la Dincote. Le comunico oficialmente que usted
está detenido”, entonces se paró y me extendió la mano: “Manuel Abimael Guzmán Reinoso”,
me respondió. “Bueno, usted tiene que entender que en la vida se gana y se pierde. Usted ha
perdido, tome asiento”, le dije. Está bien, yo sé perder y también sé que lo pueden matar a
uno. Pero el pueblo, lo que tiene acá (señalándose la sien con un dedo), eso, nadie se lo
quita”, me respondió Abimael Guzmán.
Luego coordiné con Benedicto Jiménez para, antes de que llegaran los medios de
comunicación a Los Sauces, adelantarme a la Dincote con Abimael Guzmán y Elena
Iparraguirre. Minutos después enrumbamos a la Dincote y allí decidí informar a la prensa
extranjera sobre los hechos, porque quería liberarme de cualquier desgracia. También me
comuniqué con el Canal 2, que lanzó la primicia. Hasta ese momento, el presidente Alberto
Fujimori no sabía de la captura de Abimael Guzmán. Vladimiro Montesinos, tampoco. Al poco
rato, llamé por teléfono a Palacio de Gobierno para darle cuenta al presidente Fujimori sobre
la captura de Abimael, pero me contestó el edecán: “Mi general, el presidente no se
encuentra, está fuera de Lima”, me dijo. “¿Cómo que no se encuentra? ¡Es urgente!”, le insistí.
Pero el edecán volvió a decirme que era imposible. No había manera de comunicarse con el
presidente. Luego me enteré que estaba en Iquitos. Luego, a las 11 y 15 de la noche,
Montesinos, enterado por la noticias sobre la caída de Guzmán, me llamó por teléfono y me
preguntó con ajos y cebollas: “¡Oye, carajo! ¿Es cierto lo que está saliendo en la televisión o
me estás cojudeando?”, tronó por el teléfono. “Por supuesto que es cierto”, le contesté.
“¡Carajo, ni siquiera me has avisado!”, me gritó y colgó el teléfono.
Minutos después llamé a Montesinos para pedirle que me diera el teléfono del presidente
Fujimori y así informarle personalmente de la captura. Montesinos me respondió que ya se
había comunicado con Fujimori.
El plan era matar a Guzmán. Benedicto Jiménez no estaba de acuerdo. Según relató:
El general Vidal una vez me dijo, antes de la captura de Guzmán: "Comandante, si cae
Guzmán, ¿debe morir o no? Yo le respondí: "Mi general, nosotros nos guiamos por ciertos
principios y usted sabe que hay un libro de cabecera llamado El arte de la guerra, de Sun Tzu,
y yo he formado a mi gente con esa mentalidad. Al enemigo hay que capturarlo vivo, porque
muerto no nos sirve. Y, segundo, muerto sería un mártir, como lo dice Sun Tzu. Y hasta ahora
nuestras fuerzas apuntan a capturarlo vivo. La idea era mantener con vida a Guzmán. Durante
las operaciones, una de las partes más difíciles es la toma de decisiones. Cuando yo tomo la
decisión de golpear la casa Los Sauces, sabía que asumía un reto, porque Guzmán ya se me
había escapado de la residencia de la calle Buenavista, y si fugaba por segunda vez, a mí me
descabezaban.
El Aparato Político del Régimen[editar]
El informe de la CVR muestra que desde 1993 el poder de Montesinos y del SIN se fue
incrementando notablemente. Entre otras cosas, esto se tradujo en la influencia que llegó a
tener y desplegar, sobre todo después de 1995, hasta convertirse a todas luces en el aparato
político del régimen. Entre las funciones que, ilegalmente, desempeñó de facto, controlado por
Montesinos estuvieron: dirigir las campañas electorales, espiar (interceptación telefónica) y
sabotear a la oposición política, vigilar y controlar a los medios de comunicación
(especialmente a la TV) para que cumplan con su propia agenda, producir leyes para que el
Congreso las apruebe y elaborar fallos del Poder Judicial (y después también del Jurado
Nacional de Elecciones).9
Congreso Constituyente Democrático[editar]
En mayo de 1992, Alberto Fujimori asistió a la XXII Asamblea General de la Organización de
los Estados Americanos en Nassau, Bahamas; en la cumbre se comprometió a restablecer los
derechos constitucionales en el país, así como a convocar a un Congreso Constituyente
Democrático para garantizar el equilibrio de poderes y la efectiva participación ciudadana en la
elaboración, a través de representantes elegidos, de un nuevo contrato social.10
El 22 de noviembre de 1992, se celebraron elecciones para el Congreso Constituyente
Democrático (CCD), en las que el partido Cambio 90, en coalición con Nueva Mayoría, obtuvo
la mayoría absoluta al conseguir 44 del total de 80 escaños y esto a raíz de que los
parlamentarios se opusieron a participar de dichas elecciones, lo cual solo ocasionó que el
Fujimorismo tenga la mayoría de miembros en el poder legislativo.
Con el cambio en el Parlamento y las nuevas decisiones que se tomaron el ambiente político
tuvo un gran cambio en las reglas de juego, entre ellas se cambió la Constitución del país. De
esta forma el fujimorismo cambiaría la estructura económica y el de la seguridad nacional.
Simultáneamente, y siguiendo los protocolos “La Constitución fue en seguida ratificada por un
referéndum presentado a la población como una suerte de validación de los buenos resultados
del gobierno Fujimori en materia económica y en pacificación” (Pastor, 2012).11 Es así como
se acepta por la población los nuevos cambios.
“Entre los principales cambios políticos introducidos en la Constitución de 1993, podemos
mencionar la reelección presidencial, la revisión de las formas de escrutinio, la redefinición de
la representación política según las diferentes regiones del país, la interrupción del proceso de
descentralización administrativa, el endurecimiento de las penas ligadas al delito de
terrorismo, la redefinición del rol económico el Estado, entre otros” (Pastor, 2012).12 A
principios de enero de 1993, habiendo formalmente reinstaurado la Constitución de 1979, el
CCD confirmó a Fujimori como jefe de Estado.
Constitución de 1993[editar]
Artículo principal: Constitución Política del Perú (1993)
Art. 113. El Estado ejerce su actividad Artículo 60. El Estado reconoce el pluralismo
empresarial con el fin de promover la económico. La economía nacional se sustenta
economía del país, prestar servicios en la coexistencia de diversas formas de
públicos y alcanzar los objetivos de propiedad y de empresa. Sólo autorizado por
desarrollo. Art. 114. Por causa de interés ley expresa, el Estado puede realizar
social o seguridad nacional, la ley puede subsidiariamente actividad empresarial, directa
reservar para el Estado actividades o indirecta, por razón de alto interés público o
productivas o de servicios. Por iguales de manifiesta conveniencia nacional. La
causas puede también el Estado establecer actividad empresarial, pública o no pública,
reservas de dichas actividades en favor de recibe el mismo tratamiento legal.
los peruanos.
Art. 115. La iniciativa privada es Art. 58. La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una
libre. Se ejerce en una economía economía social de mercado. Bajo este régimen, el
social de mercado. El Estado Estado orienta el desarrollo del país, y actúa
estimula y reglamenta su ejercicio principalmente en las áreas de promoción de empleo,
para armonizarlo con el interés salud, educación, seguridad, servicios públicos e
social. infraestructura.
Art. 117. El Comercio exterior es libre Artículo 63. La inversión nacional y la extranjera se
dentro de las limitaciones que la ley sujetan a las mismas condiciones. La producción de
determina por razones de interés social bienes y servicios y el comercio exterior son libres.
y del desarrollo del país. El Estado Si otro país o países adoptan medidas
promueve la cooperación entre los proteccionistas o discriminatorias que perjudiquen el
pueblos para alcanzar un orden interés nacional, el Estado puede, en defensa de
económico internacional justo. éste, adoptar medidas análogas. El Estado y las
demás personas de derecho público pueden
someter las controversias derivadas de relación
contractual a tribunales constituidos en virtud de
tratados en vigor. Pueden también someterlas a
arbitraje nacional o internacional, en la forma en que
lo disponga la ley.
De la propiedad
Propiedad
Alberto Fujimori: 64 %
Javier Pérez de Cuéllar: 22 %
Chavín de Huantar[editar]
La operación Chavín de Huantar fue una operación militar, considerada una de las
operaciones más exitosas a nivel mundial, donde se logró rescatar a 72 rehenes. Los rehenes
estuvieron capturados durante 125 días en la residencia del embajador japonés hasta que el
22 de abril de 1997 fueron liberados gracias a las fuerzas militares.
El 17 de diciembre de 1996, catorce miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
(MRTA), organización subversiva peruana de corte marxista- leninista, tomaron por asalto la
residencia del embajador japonés en Lima durante la celebración del cumpleaños del
emperador Akishito. Setecientos invitados quedaron tendidos en el piso amenazados por
ametralladoras y granadas. A la medianoche, los terroristas aceptaron la salida de mujeres y
ancianos y quedaron unas 380 personas cautivadas entre ministros de Estado, embajadores,
políticos, empresarios, altos jefes militares y policiales. Después de negociaciones con la Cruz
Roja se aceptó dejar libre a políticos sin peso y a algunos políticos de izquierda.
En el tiempo que duró la crisis, el gobierno se mostró dispuesto a negociar y el ministro de
Educación, Domingo Palermo Cabrejos, fue designado para dialogar con los terroristas.
Adicionalmente, Juan Luis Cipriani, en ese entonces arzobispo de Ayacucho, fue parte de una
comisión negociadora. Mientras se llevaban a cabo las negociaciones, el gobierno entrenaba a
miembros del Ejército y de la Unidad Especial de Combate de la Fuerza de Infantería de
Marina de la Marina de Guerra del Perú (IMAP), para la operación secreta.
El operativo tuvo una duración de 16 minutos y logró el rescate de 71 rehenes. Se tuvieron
tres muertes, entre los cuales se encuentra el magistrado Carlos Giudti que falleció tras
resultar herido. También se perdió la vida del teniente Raúl Jiménez y la del capitán Juan
Valer, comandos que perdieron su vida en la realización del rescate. Uno de los rehenes, el
vicealmirante Luis Giampietri, retenido dentro de la casa del embajador tuvo un rol clave en la
realización de la operación de rescate. Se le entregó a Luis Giampietri, entre los alimentos y
medicinas entregados por la Cruz Roja, una biblia y una guitarra las cuales tenían micrófonos
y le permitía comunicarse con las fuerzas militares. Cuando los comandos Chavín de Huántar
iniciaron el rescate, 13 emerretistas se encontraban en el primer piso jugando fulbito y los
rehenes estaban custodiados por un solo hombre en el segundo piso con lo que hizo más fácil
el éxito del rescate.
La dinámica en el congreso[editar]
En las elecciones de 1995, Fujimori consigue una victoria con bastante facilidad, lo que le
otorga 67 escaños de un total de 120; es decir, una mayoría absoluta en el congreso. Sin
embargo, a pesar de la fuerza política dominante, no conseguía los ⅔ necesarios para poder
realizar un cambio en la constitución sin tener que entrar en diálogo con las demás
organizaciones políticas de la época. La oposición al fujimorismo era bastante fragmentada,
estaba constituida por varios grupos minoritarios que se fueron dividiendo con el paso del
tiempo. Esto generaba el ambiente propicio para ir preparando la posibilidad de una
continuidad del gobierno en el 2000.
Como señala Degregori y Meléndez, la bancada fujimorista tenía un perfil bastante
tecnocrático. Más de la mitad de los congresistas que llegaron al poder gracias Fujimori tenían
como profesión la economía o alguna carrera vinculada con la ingeniería, a diferencia de lo
que sucedía con las otras organizaciones. En el caso de Unión por el Perú -segunda fuerza
política más importante- sus 17 congresistas estaban vinculados con carreras de letras, como
lo son el derecho, la sociología y el periodismo (Degregori y Meléndez 2007: 68).
Por otro lado, es notable la gran cantidad de congresistas fujimoristas cuyo voto fuerte no
estuvo en Lima, sino en otras regiones del país. De los 67 escaños que obtienen en el
congreso, 41 de ellos eran miembros cuyo voto fuerte se encontraba concentrado en 2 o 3
regiones fuera de la capital. En ese sentido, el fujimorismo representa una suerte de apertura
y renovación política; sin embargo, este proceso se da, como señalan Meléndez y Degregori
en un esquema vertical y autoritario, dado el poco interés de Alberto Fujimori por construir un
partido político bien organizado. (Degregori y Meléndez 2007: 90).
Relación ejecutivo-legislativo-judicial[editar]
La concentración de poder por parte del ejecutivo es clara en tanto esta socavó otras arenas
con la finalidad de asegurar su mantenimiento en el poder. Una primera arena que se vio
totalmente vulnerada fue el poder judicial y el ministerio público como señala Henry Pease.
Con la ayuda de la mayoría parlamentaria, se instituyeron leyes que permitieron el
designamiento a “dedo” de los magistrados por parte del congreso (Pease 2000:16).
Asimismo, estos magistrados eran provisionales. De modo que, estaban subordinados a los
poderes mencionados. Recordemos que, al ser provisionales, las renovaciones laborales se
harían en tantos cumplan con los solicitado. Por tanto, podemos señalar que el parlamento
fujimorista junto al poder ejecutivo, manipulaban dicha arena. Esto, a su vez, implica que la
relación ejecutivo-legislativo, estaba muy consolidada, sobre todo, debido a la amplia mayoría
oficialista.
Por otro lado, tal como se observa en las tablas, Cambio 90/Nueva Mayoría contó con 67
parlamentarios, mientras que el partido que le sigue, Unión por el Perú, contó con 17
congresistas. Esta elección fue muy particular en tanto los partidos más antiguos y
consolidados obtuvieron porcentajes mínimos tanto en las presidenciales como en las
congresales. Esto se ve evidenciado en el 3.3 % que obtiene el APRA y el 1.3 % que obtiene
AP en las presidenciales. En adición, el PPC obtiene 3 %, el APRA 6.5 %, y el AP 3.3 % en las
elecciones congresales.
Porcentaje presidencial
Porcentaje congresal
Porcentaje obtenido Partido/Alianza/Lista
6.532 % APRA
3.094 % PPC
2.975 % Renovación
Distribución congresal
8 APRA
5 CODE/País Posible
4 Acción Popular
3 PPC
3 Renovación
2 Izquierda Unida
1 Perú al 2000/Frenatraca
PROMUDEH[editar]
El 29 de octubre de 1996 mediante el decreto de ley N.º 866 se creó el Ministerio de
Promoción de la Mujer y del Desarrollo Humano (Promudeh), lo que en la actualidad es el
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP). El cual tenía como objetivo principal
promover el desarrollo de la mujer disminuyendo las desigualdades de género existentes en el
país y, además, la promoción de derechos para otros grupos sociales minoritarios
normalmente discriminados en el país de manera que se pueda generar equidad. Su visión es
impulsar un cambio cultural donde la mujer y el hombre compartan las mismas oportunidades
y sean dueños de su destino, en un ambiente de paz, democracia y solidaridad y su misión,
promover el desarrollo de la mujer y la familia, promover las actividades que favorezcan el
desarrollo humano de la población y la atención prioritaria a los menores de edad, mujer,
adulto mayor y personas con discapacidad en situación de riesgo o abandono.
Sin embargo, en 1996 cuando se crea Promudeh, sus funciones parecían estar muy limitadas
puesto que se puso énfasis en el rol promotor del PROMUDEH más no en su capacidad
rectora en temas vinculados a la inequidad social y de género (sólo se menciona
explícitamente un rol rector en temas vinculados a niñez y adolescencia).
El decreto 866 propone como misión de este nuevo ministerio “promover el desarrollo de la
mujer y la familia, promover las actividades que favorezcan el desarrollo humano de la
población y la atención prioritaria a los menores en riesgo.” Para lograr este objetivo se
operacionaliza esta misión en 4 objetivos claves:
Corrupción[editar]
Degregori sostiene que “el objetivo del régimen era la despolitización del electorado el clásico
pan y circo.” (101:2012). Esta afirmación se materializa en la compra de diversos canales de
televisión, así como de la prensa escrita y la promoción de los diarios chicha. Respecto a la
televisión, aparecen los primeros talk-show tales como el programa de Laura Bozzo, entre
otros, hacia finales de los noventa. De modo que, “no había programas políticos; las notas
policiales abrían los noticieros, seguidas por “temas humanos”; no se permitía siquiera
propaganda electoral pagada al contado.” (100-101:2012). Debido a ello, distintas figuras tales
como César Hildebrandt, Nicolás Lúcar, Eduardo Guzmán y Jaime de Althaus; renuncian a
sus puestos por presunta incompatibilidad. En suma, la política pasó a segundo plano.
Asimismo, la politización de la mayoría de diarios fue excepcional.
A partir de estos dos medios, Fujimori empezó a desplegar lo que llamaremos una estrategia
política que contaba con tres ejes. (Degregori 102:2012). Para empezar, se impulsó una
propaganda masiva a favor del gobierno. En segundo lugar, se desarrolló “una campaña
masiva e inédita de difamación y calumnia contra los candidatos de oposición” (102:2012).
Esto último se vio evidenciado en la campaña de feminización a los opositores. Finalmente, se
impuso y reavivaron los “viejos miedos o la inoculación de otros nuevos”. (102:2012).
Por último, los Vladivideos representan la caída del gobierno fujimorista. Estos fueron
entregados por Fernando Olivera y Luis Ibérico el 14 de septiembre del 2000. Asimismo, el
primer Vladivideo fue uno en el que Montesinos le entregó 15 mil dólares a Alberto Kouri con
la finalidad de que integre la bancada de Cambio 90/Nueva Mayoría. De modo que, vemos
que parte de la corrupción en dicho gobierno implicó la compra de políticos ya sea para votar a
favor de propuestas oficialistas o para integrar su bancada. La aparición de dichos videos creó
un clima de descontento y manifestaciones generalizado. Debido a ello, el 16 del mismo mes,
Fujimori brinda un mensaje a la nación donde, entre otras cosas, convoca a nuevas
elecciones. Los días posteriores, muchos políticos, incluyendo a Montesinos, fueron del país y
renunciaron a sus cargos. Además, el 13 de noviembre del 2000 Fujimori viaja a Brunei para
asistir a la APEC que se desarrollaba en dicho país. Luego de ello, el 17 del mismo mes viaja
a Japón y fue desde allí donde envió un fax con su renuncia a la presidencia del país un 20 de
noviembre del 2000. iA continuación, expondremos una lista de los involucrados y los eventos
que conforman los llamados Vladivideos.
Patricio Ricketts
Manuel Guillén
Dionisio Romero
Eugenio Bertini
Agustín Mantilla
Aybar
Fabián Salazar
La campaña[editar]
Es así como empieza la campaña electoral. Además de Fujimori, participaron en esa elección
como principales contendientes de la oposición Alberto Andrade de Somos Perú, Luis
Castañeda de Solidaridad Nacional y Alejandro Toledo de Perú Posible. A pesar de los
intentos de consolidar una sola candidatura de oposición, los intereses personales de los
diferentes candidatos primaron y decidieron postular independientemente. Durante la
campaña, todos los candidatos de la oposición fueron víctimas de agresiones por parte de la
población en sus actos proselitistas, aunque estas agresiones no parecerían ser espontáneas.
Además, hubo amenazas graves y campañas de desprestigio mediático o “enlodamiento”.
Esto se hizo a través los famosos “diarios chicha”, una serie de diarios populares que, como
se supo después, eran orquestados por Montesinos con el propósito de demoler la imagen de
los candidatos de la oposición. El resto de la prensa formal también era objeto del control de
Fujimori, salvo contadas excepciones como el diario La República. Estos medios contrarios al
régimen eran constantemente boicoteados por el oficialismo. La estrategia era vincular a los
candidatos con el fantasma de Alan García en la mente del electorado, presentándolos como
sus marionetas, evocando el miedo a la crisis de los 80 y el vigente rechazo de la población a
los partidos tradicionales. (Fowks, 2015).
De cara a la elección, las encuestas de marzo mostraban un claro liderazgo de Fujimori sobre
los demás candidatos de la oposición, que llegaban desgastados por la campaña de
demolición. El único que presentaba posibilidades de vencer a Fujimori a esas alturas era
Alejandro Toledo, candidato que no había sido demolido totalmente por la maquinaria
mediática del régimen porque a inicios del 2000 no presentaba mayores indicios de poder
levantar sus cifras, es decir, no representaba una amenaza para Fujimori y, por ende, se le
subestimo. La posición no confrontacional al régimen de Toledo de ese momento ayudo a
estos resultados. Mientras la maquinaria mediática se centraba principalmente en Castañeda y
Andrade, Toledo tuvo un crecimiento sorpresivo al captar los votos que iban perdiendo los
otros dos. Si en los 90 se hablaba de “tsunami electoral”, Toledo representaba un “huaico”
electoral, creciendo en la intención de voto de los peruanos a pasos agigantados, de modo
muy similar a lo que ocurrió en 1990 entre Fujimori y Vargas Llosa. Ello a pesar de algunos
destapes escandalosos que involucraban al candidato de la chakana con Zarai Toledo,
supuesta hija extramatrimonial de Toledo.
Si en enero del 2000 Toledo solo contaba con un somero 7 %, para febrero ya contaría con un
10 % que indicaba una tendencia hacia arriba. Ya en marzo la candidatura peruposibilista
daría el salto definitivo, alcanzando el 27 % de intención de voto y consolidándose como el
“avatar” de la oposición. En la última encuesta del 2 de abril del 2000, Fujimori tenía 40 %
contra 35 % de Toledo, vaticinando un final de fotografía para la primera vuelta electoral.
(Fowks, 2015).
Elecciones 2000[editar]
La primera vuelta la ganó Fujimori con 45.82 % de los votos válidos, cantidad que lo colocaba
en una segunda vuelta contra Alejandro Toledo, quien obtuvo 36.97 %. Sin embargo, el
proceso fue poco transparente y los rumores de fraude corrían por todo el país. Toledo
renunció simbólicamente a la candidatura, aunque no lo formalizo ante el JNE, e hizo un
llamado incitando a la población a que vicie su voto de la segunda vuelta. La misión
observadora de la OEA, institución que canalizaba la presión internacional, decidió retirarse
del proceso electoral ante la negativa de posponer la fecha de la segunda vuelta y los
sospechosos incidentes de la primera, hecho sin precedentes en la región que ponía en tela
de juicio la legitimidad de la elección. La presión internacional era abrumadora, ya no se
tolerarían más las formas dictatoriales. Se exigía un viraje hacia la democracia y se requerían
evidencias concretas que demuestren que este se estaba dando. Sumado a ello, Montesinos
estaba perdiendo el respaldo de la CIA, elemento fundamental para el manejo de la coyuntura
internacional. El asesor había sido involucrado con venta de armas a las FARC y vínculos al
narcotráfico, situaciones que ni la CIA ni la DEA iban a tolerar, a pesar de haber tenido
estrechos vínculos con Montesinos hasta ese momento. (Murakami, 2012).
La segunda vuelta se dio en la fecha prevista originalmente, lo que oficializo la retirada de la
misión observadora de la OEA. Esta terminó dando como ganador a Fujimori con 51 % de los
votos contra 17 % de Toledo. Hubo 29 % de votos nulos/blancos.
Así, con este resultado obsceno, contra viento y marea, Fujimori volvía a re elegirse en medio
de una crisis política profunda, acusaciones de corrupción en todos los niveles del ejecutivo,
los vínculos de la cúpula oficialista con el narcotráfico se habían hecho más evidentes desde
que en el año 1996 el capo de la droga conocido como “Vaticano” acuso públicamente a
Montesinos de estar involucrado con él. En su momento, esas acusaciones no levantaron
mayor revuelo en la población que tenía fe en el gobierno y, por extensión, en Montesinos. Sin
embargo, para las elecciones del 2000 el vínculo con el narcotráfico era una realidad que
muchos peruanos conocían y hasta aceptaban. Sumado a ello, el escándalo del fraude
electoral, la caída estrepitosa en la aprobación de la población a un mínimo histórico y, por si
fuera poco, los manejos irregulares y delictivos de Montesinos estaban cada vez más
expuestos en su real dimensión.
Los aliados estadounidenses de Montesinos le dieron la espalda por haberse visto involucrado
en un escándalo de venta de armas a las FARC, se anuló la entrega de un cuantioso fondo
destinado a la lucha contra las drogas por parte de la DEA y el gobierno americano exigió la
separación de Montesinos como requisito para cualquier tipo de ayuda futura. Los esfuerzos
por salvar al asesor del presidente terminaron por darle una imagen de mafia al oficialismo,
tanto en el frente local como en el internacional. (Taylor, 2000).
Con este bosquejo del contexto en el que se enmarca el tercer gobierno “del chino” se
procederá a desarrollar el cuerpo de esta monografía en los términos que fueron expuestos
líneas arriba. Se ha omitido adrede analizar los resultados de las elecciones parlamentarias en
esta introducción, pues ello se analizara en el capítulo 1.
Fujimori se enfrentó contra Alejandro Toledo y Alberto Andrade en las elecciones. Los
resultados fueron:
Primera vuelta[editar]
Alberto Fujimori: 49 %
Alejandro Toledo: 43 %
Alberto Andrade: 8 %
Debido a las denuncias de fraude que existieron después de la primera vuelta, Toledo
anunció, el 18 de mayo de 2000, que no se presentaría en la segunda vuelta, pero no lo hizo
frente al Jurado Nacional de Elecciones.
Segunda vuelta[editar]
Alberto Fujimori: 74 %
Alejandro Toledo: 26 %
Toma de mando[editar]
A la toma de mando, realizada el 28 de julio de 2000, asistieron los presidentes Gustavo
Noboa de Ecuador y Hugo Banzer Suárez de Bolivia; el secretario general adjunto de
la Organización de Estados Americanos, Luigi Enaudi; así como los vicepresidentes Marco
Maciel de Brasil, Gustavo Bell de Colombia, Carlos Quintanilla Schmidt de El
Salvador, Mariano Rajoy de España, Juan Francisco Reyes de Guatemala, Gladys Caballero
de Honduras, Luis Hierro López de Uruguay y Elías Rodríguez de Venezuela; el Canciller
de Argentina, Adalberto Rodríguez Giavarini, el Ministro del Interior de Chile, José Miguel
Insulza, el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, José Ramón Fernández, el
vicecanciller de Malasia, Leo Toyad, el ex ministro de Finanzas de Japón, Hiroshi Mitsuzuka;
ministros de Rusia y Cuba.25 Los mandatarios de los demás países latinoamericanos se
excusaron de asistir a la ceremonia.26
Capítulo 1: los actores políticos[editar]
En este capítulo se va a hacer una descripción general y se intentara establecer los rasos
psicológicos internos de los diferentes actores políticos que sostuvieron el proceso político del
tercer gobierno de Fujimori. En primer lugar, se va a desarrollar al congreso de la república.
En segundo lugar, se va a desarrollar a la presidencia de la república como cabeza del poder
ejecutivo y a aquellos aparatos del ejecutivo vinculados al rol político del ejecutivo, oficial o
extra oficialmente. Esto se explicara con detenimiento en el apartado destinado a la
presidencia y ejecutivo. Además, se desarrollara a la prensa como actor político. En este caso,
el análisis va a discernir entre prensa por Fujimori y prensa pro oposición, tocando cada uno
individualmente, pero sin entrar en el detalle de que medios específicamente integran cada
bloque, pues los diferentes medios han ido cambiando de parecer con respecto al régimen en
este periodo final de la dictadura. Explicitar la posición de cada uno de los medios de
comunicación según cada una de sus acciones sería una labor tediosa que escapa los
objetivos de esta monografía. Basta con identificar un bloque de prensa pro Fujimori y un
bloque reducido pro oposición.
El congreso de la República[editar]
Las elecciones del 2000 fueron objeto de una modificación a la ley electoral. Esto se venía
debatiendo desde marzo de 1999 porque la ley vigente entonces prescribía el sistema de
distrito electoral único para la elección de parlamentarios. Es decir, todos los peruanos
votaban por la misma terna de candidatos que estaba concebida como lista nacional. En ese
sentido, cabía la posibilidad (y de hecho se dio) que departamentos enteros se queden sin
representante por no poder alcanzar la cantidad de votos que candidatos de otros
departamentos más poblados obtenían. Así, Lima tenía más del 50 % de los parlamentarios y
Huancavelica no tenía ninguno. Este sistema era contrario a la tradición democrática peruana
y ya en el 99, 3 parlamentarios propusieron cambiar el distrito electoral único por distrito
electoral múltiple o al menos mixto para garantizar la representatividad del parlamento.
(Caretas, 31 de marzo de 1999).
El 9 de abril del 2000, el Perú eligió a sus parlamentarios mediante el sistema de voto
proporcional preferencial, asignándose la siguiente configuración al parlamento unicameral de
120 curules:
El día 25 de julio de 2000 llegaron a Lima desde distintos puntos del país para participar de la
primera fecha de la masiva marcha frente al Congreso de la República del Perú, día en que
los congresistas electos asumen su cargo y misma jornada en que los legisladores opositores
podrían declarar la vacancia presidencial si logran reunir una mayoría suficiente de 61
congresistas.27
Tuvo como punto central el día 28 de julio, que coincidió con la celebración de las Fiestas
Patrias en el Perú y la juramentación de Fujimori como presidente por tercera vez consecutiva;
en ese día se desataron movilizaciones populares durante las cuales se atacaron importantes
lugares públicos y privados (como los medios de comunicación). En medio de las protestas la
sede del Banco de la Nación fue incendiada, en ella se encontraban 6 guardias de seguridad,
los cuales murieron intoxicados por el humo. Otros guardias sobrevivieron al escapar hacia la
calle a través de las ventanas de los pisos superiores.28
El punto más álgido de la participación de la oposición en el parlamento está delimitado por los
congresistas tránsfugas. Este fenómeno se analizara en el segundo capítulo con más
profundidad, pero se menciona acá para graficar el nivel de representantes que había
colocado la oposición entre sus candidatos al congreso, individuos sin una ideología ni
principios. Gente capaz de traicionar la confianza del voto popular que le dio una curul a
cambio de dadivas o silencios.
El Ejecutivo, su presidente y el rol político de su asesor de inteligencia[editar]
El ejecutivo era liderado por Fujimori y su cúpula de allegados y asesores, entre los que aún
destacaba Vladimiro Montesinos. Montesinos había sido un hombre clave a lo largo de todo el
gobierno y se había ganado la confianza incondicional de Fujimori. Todas las decisiones
importantes le eran consultadas para recibir su punto de vista de hombre de inteligencia y, a
pesar de las contundentes evidencias en su contra por una serie de manejos turbios y hasta
delincuenciales, Fujimori lo mantuvo cerca hasta casi el final de sus días como presidente.
(Degregori, 2012).
Esto hace intuir que Fujimori tenía conocimiento de las acciones extralegales de Montesinos,
de otro modo no se puede entender porque lo continuo defendiendo a costa de su propia
imagen cuando las evidencias de vinculaciones con el narcotráfico y las guerrillas colombianas
eran prácticamente irrefutables.
Como ya se ha mencionado, el estilo de gobierno de Fujimori era reactivo. Le resultaba
cómodo tomar medidas drásticas para estabilizar situaciones de crisis, obteniendo resultados
considerablemente valiosos, como demostró en su primer periodo. Lo caracterizó el
pragmatismo, la mano dura y la renuencia al diálogo con la oposición en la toma de
decisiones. Sin embargo, querer seguir manteniendo ese estilo a estas alturas del gobierno,
habiendo iniciando un tercer mandato del modo en el que lo estaba haciendo y con todos los
cuestionamientos que recaían sobre él, locales e internacionales, resultaba obtuso.
(Murakami, 2012).
Su gabinete ministerial lo encabezaba Federico Salas, pero esta era ya una figura simbólica
mantenida únicamente para no profundizar la crisis. El gabinete en general había cobrado un
papel secundario en el gobierno, centralizando el poder en la figura de Fujimori. Como el estilo
de gobierno no buscaba incluir a la oposición, es ocioso señalar que ninguno de los ministros
pertenecía a la oposición. Además, ninguno de los miembros de la oposición con la formación
suficiente para desempeñarse como ministro de estado hubiese accedido a integrar el
gabinete.
Por su parte, Montesinos se encontraba en una situación muy complicada. Habiendo hecho
todo el trabajo sucio del régimen, le estaba llegando la hora de enfrentar las consecuencias.
Su rol como asesor de inteligencia y jefe del SIN lo habían llevado a acumular mucho poder a
cambio de involucrarse en delitos tan serios como asesinatos, tráfico de armas y drogas,
corrupción, espionaje, entre una larga lista de otros. Sin embargo, el poder de Montesinos
también le había permitido estructurar una red de contactos leales a él muy valiosa. Entre las
personalidades que tenía a su disposición se hallaban altos mandos de las fuerzas armadas,
jueces y fiscales, funcionarios públicos de todo nivel, empresarios, periodistas y el mismo
Fujimori, lo que le permitiría un rango de acción considerable, más allá de su situación de
paria ante los ojos del pueblo.(Bowen, 2003).
Su declive está vinculado a la presión internacional que recayó sobre el régimen tras la
elección del 2000 y su distanciamiento de sus aliados en la CIA y la DEA, quienes finalmente
le dieron la espalda y empezaron a presionar al gobierno para que lo separe del aparato
estatal. Le quitaron el blindaje político y solo entonces se le pudo perseguir por sus acciones.
Sin embargo, es ingenuo pensar que recién entonces, en el ocaso de la dictadura, caíamos en
cuenta de las acciones de Montesinos. Era sabido, por lo menos desde el 96, que Montesinos
era un personaje peligroso y no debía estar en el gobierno. Las denuncias de Vaticano sobre
el vínculo con el narcotráfico, las agentes del SIN que fueron torturadas y asesinadas, según
denunciaría Baruch Ivcher en su canal, todas las acciones para militares del grupo Colina, etc
daban cuenta de la naturaleza delincuencial y psicopática del jefe del SIN. No sucedió que se
monto una cortina de humo magistral que encegueció a la población y al mismo Fujimori hasta
la caída del régimen. Montesinos hizo lo que hizo a vista y paciencia del gobierno, de Fujimori,
del pueblo peruano y del mundo. (Ubillus, 2006).
Los medios de comunicación[editar]
Como se adelantó líneas arriba, este bloque está compuesto por dos tipos de medios. Los
medios pro fujimorismo y los anti. Esta distinción se hace pues es imposible abordar el tema
de la prensa en el contexto estudiado presumiendo la supuesta neutralidad que deben tener
los medios. De hacerlo se corre el riesgo de distorsionar la reconstrucción política que se está
desarrollando, haciendo que este extremo de la monografía pierda sentido.
La prensa pro fujimorista[editar]
Este bloque de medios está conformado por dos tipos de medios. Por un lado, se encuentran
los medios formales y masivos de difusión. Estos eran los canales de televisión, las emisoras
de radio más sintonizadas y los diarios y revistas que gozaban de prestigio por el contenido de
sus publicaciones e índice de distribución. Estos medios se estructuran como empresas
privadas y son dirigidas por privados, normalmente, con ánimo de lucro. Asimismo, el estado
contaba con mecanismos de difusión propios que no dudaba en utilizar cuando era necesario.
Estos medios están sometidos a regulaciones con respecto a la cobertura electoral. Sin
embargo, la normativa peruana sobre la materia deja mucho que desear, evidenciando vacíos
normativos, ineficacia fáctica de dispositivos normativos abstractos que nunca se llegaban a
materializar en actuaciones concretas de la justicia y la eminente parcialización que impone la
línea editorial de cada medio, parcialización que no debería presentarse en los contextos
electorales por motivos de ética de prensa. Máxime, si el órgano de control está conformado
por representantes de los mismos medios que están siendo controlados. En este supuesto, se
le da al medio la responsabilidad de autodisciplinar su contenido, en particular, en época
electoral. Esta situación que ha probado ser cuando menos insuficiente para tutelar los
derechos de los peruanos en contextos electorales requiere de urgentes reformas.
Por otro lado, encontramos a los “medios chicha”. Estos eran diarios populares que
empezaron a aparecer a lo largo del fujimorismo y poblaban los puestos de ventas con
coloridas y campechanas portadas, manteniendo siempre un respaldo al régimen y atacando a
la oposición con noticias reales, maquilladas o directamente falsas. Estos medios, según se
probaría luego, fueron orquestados en su mayoría por el jefe del SIN y formaban parte del
esquema de control mediático del régimen. Su contenido se fue radicalizando conforme
avanzaba el gobierno. Ya en la época del tercer gobierno, estos medios atacaban
directamente a la oposición en las portadas de modo sistemático en una campaña de
demolición de imagen. Asimismo, servían para armar cortinas de humo para tapar los
escándalos del gobierno. Sobre estos medios no cabe analizar la relación con el ejecutivo,
pues no había una relación. Estos diarios chicha, en cierto sentido, formaban parte de la
estructura del ejecutivo, respondían a sus órdenes directas y no tenían una subjetividad
inherente. Existían en tanto había financiamiento y voluntad del ejecutivo para que existan.
(Fowks, 2015).
La prensa antifujimorista[editar]
A pesar de los esfuerzos del ejecutivo por controlar la prensa, había aún algunos medios
como el diario La República de Mohme que mantenían su línea crítica hacia el régimen y
denunciaban cuanta irregularidad podían encontrar. Estos medios fueron lentamente
desapareciendo hasta ser un reducto reducido, accesible solamente a aquellos que los
buscasen específicamente.
A pesar del esfuerzo invertido y el coraje demostrado por estas organizaciones, el rol que
jugaron fue mínimo. Eran objeto de las más rebuscadas maniobras del ejecutivo para
censurarlos, y se terminaban perdiendo en la maraña difusiva de la prensa pro fujimorista. Por
ello, el impacto de sus publicaciones no solía poner al gobierno en aprietos, ya que pasaban
desapercibidos. (Fowks, 2015).
Capítulo 2: Las dinámicas y juegos de poder entre los actores[editar]
En este capítulo se van a analizar las relaciones entre el ejecutivo, individualizado en el
presidente y su asesor de inteligencia, con los demás actores que se han presentado. Esto
permitirá tener un entendimiento más profundo de los motivos políticos de la caída de Fujimori.
Las relaciones con la Prensa[editar]
Para Fujimori, presumiblemente por consejo y obra de Montesinos, siempre fue muy
importante el manejo de la prensa. Esta era una herramienta clave de su régimen, que le
permitía comunicarse con la población, que le permitía moldear la realidad que percibía la
población. Inicialmente, el manejo mediático no excedió los límites de razonabilidad a los que
todo gobierno debe auto someterse cuando maneja los medios. Sin embargo, esto cambiaria
con el autogolpe del 92 y tendería a irse profundizando el control ejercido por el gobierno
sobre los medios. La máxima expresión del control mediático son los “diarios chicha” que se
analizaron en un apartado anterior.
Sin embargo, la prensa real también fue sometida al control del ejecutivo. Los mecanismos de
control de los medios masivos (tv, radio, diarios formales) cobraron varias formas. Por un lado,
el estado dirigía campañas psicosociales con información de amplia interpretabilidad a los que
la prensa solía hacer eco, pero que terminaban sirviendo como cortinas de humo o campañas
de demolición contra las fuerzas de la oposición. Montesinos era hábil armando los
psicosociales, que empezaron a volverse más usuales conforme se acercaba el 2000.
Asimismo, el estado usaba sus diferentes aparatos administrativos (SUNAT, INDECOPI y
similares) para ejercer presión implícita sobre los medios. Dependiendo de qué tan favorables
eran sus declaraciones sobre el régimen se decidía el ímpetu que iban a tener los funcionarios
públicos al auditar o resolver los casos que involucren a empresas mediáticas. Esto fue
particularmente efectivo, pues en el fondo, la mayoría de medios son concebidos como
empresas y el lucro es la máxima que dirige sus decisiones. Para evitar conflictos con la
burocracia, un buen número de medios tomaron una posición pro fujimorista que les garantice
el favor de los burócratas.
El método más vil empleado por el oficialismo para controlar a la media fue nuevamente el
soborno. No conformes con la presión indirecta que ejercía mediante la burocracia,
Montesinos compró a altos funcionarios de diversos medios en la misma salita del SIN en la
que compraba congresistas, jueces, fiscales y a cualquier otro que le interese comprar, todo
grabado por su puesto. (Fowks, 2015).
Por otro lado, los métodos empleados contra la prensa anti fujimorista eran distintos. En el
caso del diario La República, por ejemplo, era usual que cuando salía una portada incómoda
para el régimen, el SIN salía a comprar todos las ediciones impresas y así silenciar la voz de
Mohme y su compañía. Como es evidente, estas estrategias fueron bastante efectivas, ya que
la voz de la oposición en la prensa era prácticamente inexistente, perdida entre diarios chicha
y psicosociales de pishtacos y saca ojos. (Conaghan, 1999).
Todas estas tácticas fueron escalando en intensidad y magnitud conforme se avecinaban las
elecciones del 2000, siendo la campaña electoral para esas elecciones la máxima
manifestación de control mediático del que ha sido testigo este país. Por los diarios chicha,
Fujimori fue procesado y condenado a 8 años de prisión. Sin embargo, en 2015 la corte
suprema lo absolvería de esta condena.
Las relaciones con el parlamento[editar]
Como se desarrolló previamente, el parlamento presentaba un desafío considerable para
Fujimori. Su bancada estaba partida, lo que era un problema en sí mismo pues Vásquez ya
estaba movilizando su maquinaria de cara a afirmarse como sucesor del régimen. Además, no
tenía la mayoría que necesitaba para sostener su estilo de gobierno. Ante esta coyuntura, la
estrategia del oficialismo fue mermar a la oposición a partir de sobornar o chantajear a sus
parlamentarios para que estos se pasen fácticamente al fujimorismo y voten de acuerdo a lo
que el presidente necesite. Esta medida desesperada da cuenta del acorralamiento que
enfrentaba el régimen, cada vez más obseso y delincuencial en su aferro al poder. Estas
operaciones, como no podía ser de otra manera, quedaron en las hábiles y maquiavélicas
manos de Montesinos, quien grabó todos los sobornos como mecanismo de seguridad
personal. (Taylor, 2000).
Tras el transfuguismo propiciado por el ejecutivo, el congreso quedó configurado de este
modo:
Escándalo de vladivideos[editar]
Poco después de su elección en el 2000, y a través de la compra de un vídeo por parte de
grupos opositores, salieron a la luz el 14 de septiembre de ese año, evidencias de los actos de
corrupción efectuados durante su gobierno por Montesinos, su más leal asesor. Fue mediante
vídeos de cámara oculta que Montesinos ordenaba grabar y en los que aparecía sobornando
a miembros de otros partidos para que apoyasen a Fujimori. En ese momento estalló la última
crisis de su gobierno: Fujimori se vio obligado a convocar el 17 de septiembre a nuevas
elecciones generales, tanto para la elección de un presidente como de un nuevo congreso de
la República. En estas elecciones, señaló, no participaría activamente como candidato.
El día 23 de octubre, Francisco Tudela van Breugel-Douglas, Primer Vicepresidente, renunció
de manera irrevocable al cargo debido a que se encontraba en desacuerdo con la inclusión de
condiciones para la realización de nuevas elecciones generales.
Este destape fue el tiro de gracia al gobierno de Fujimori. Ante esto, ya no cabía recuperación
posible. Dos días después, Fujimori anunciaría a la nación que culminaría su mandato
anticipadamente en julio de 2001, cuando convocaría a nuevas elecciones en las que él no
participaría y que desactivaría el SIN. Sin embargo, no se pronunció respecto de Montesinos.
Probablemente por temor a la reacción de este. Esto último fue una torpeza política
monumental, pues ahora toda la carga negativa de Montesinos se proyectaba en él como
cómplice y encubridor de los actos del primero. (Murakami, 2012).
Finalmente, en septiembre del 2000 Fujimori decide sacar a Montesinos de su cargo. Esto
genera una situación caótica que pude haber acabado en un golpe de estado. Sin embargo, la
oportuna intervención de Estados Unidos facilito que Montesinos sea acogido como
perseguido político en Panamá, a donde partiría el 25 de ese mes, reduciendo así el riesgo de
un golpe militar que retroceda aún más la situación de la democracia en el país.
Casi un mes después, sin embargo, el 22 de octubre Montesinos volvería al Perú sirviéndose
de su red de contactos para hacerlo. Cuando esto sucedió, se generó una situación surreal,
casi de película, en la que Fujimori personalmente salió a la calle, liderando un escuadrón de
policías y, vistiendo una' glamorosa casa de cuero negra al estilo del rebelde americano,
dirigiría la búsqueda de Montesinos que era captada de cerca por la prensa. Fujimori allanó la
casa de Montesinos y varias localidades más en todo el país, vulnerando los derechos de
Montesinos al no contar con la compañía de un fiscal verdadero para desarrollar el
allanamiento. Para la ocasión, Fujimori habría recurrido a un hombre de confianza para que
interprete al fiscal y así poder manipular lo que encontrase en los predios de Montesinos,
asegurándose que no haya nada que lo incrimine. Por esta acción, Fujimori fue condenado a
pena privativa de la libertad posteriormente. Aunque nunca se encontraron evidencias que lo
vinculen a los actos de corrupción de Montesinos, es presumible que estos si existieron pero
fueron destruidas por Fujimori. (Gonzales Arica, 2005).
En los días siguientes al show de la cacería de Montesinos, sucedió un pequeño conato de
golpe de estado que no llegó a mayores, puesto que ya había una fecha dada para la elección
de 2001 y un golpe militar era desproporcionado y fuera de contexto. Lo que se teoriza es que
este fue orquestado por Montesinos como distracción para facilitar su fuga a Venezuela en el
yate de un conocido empresario nacional, demostrando una vez más que su poder seguía
vigente. (Murakami,2012).
Como se puede apreciar, todo el manejo del parlamento en este periodo recayó en las manos
de Montesinos, sin embargo, la crisis política generalizada y la presión internacional
terminaron por desbordar los recursos del asesor presidencial, haciendo que su situación de
empoderamiento se torne insostenible. Por su lado, al quedarse sin Montesinos, Fujimori
quedaba completamente aislado del parlamento. Su mayoría absoluta rápidamente se
disolvió, volviendo a su cantidad inicial de congresistas. En adición a ello, la facción de
Vásquez se volteo en contra de él, debilitando aún más su posición.
En medio de la crisis generalizada, la falta de aliados confiables, el aislamiento político del
parlamente y la continua pérdida de popularidad que llegaba mínimos históricos, Fujimori
partió un 13 de noviembre con rumbo a Brunei para participar de la cumbre APEC como
presidente del Perú. El conflicto surgió cuando, en lugar de retornar al Perú como estaba
previsto, se dirigió al Japón desde donde envió cobardemente su renuncia a la presidencia por
fax, un 20 de noviembre de 2000. (El comercio, 22 de noviembre de 2000).
El congreso, como era de esperarse, en un pandemonio de indignación, no aceptó la renuncia
y, en vez, decidió vacarlo por “incapacidad moral”. Es así como concluye “la década de la anti
política”, como ha denominado Carlos Ivan Degregori a la dictadura fujimorista, y se inicia el
gobierno de transición hacia la democracia al mando de Valentín Paniagua, miembro
destacado de Acción Popular. (El comercio, 22 de noviembre de 2000).
Caída de su Gobierno[editar]
En medio del caos político y la inestabilidad de su gobierno, Fujimori viajó el 13 de noviembre
a la Cumbre de APEC en Brunei Darussalam, en su condición de Presidente del Perú. Al
finalizar esta conferencia, se tenía previsto su paso por Kuala Lumpur para luego llegar a
Tokio y desde allí emprender un viaje a Panamá para la X Cumbre Iberoamericana; sin
embargo Fujimori se quedó en Tokio.
El día 19 de noviembre, desde la capital nipona y ante el temor de que fuera denunciado
penalmente por los actos de corrupción de su gobierno y alegando falta explícita de garantías
para su integridad física; Fujimori remitió por fax al Congreso de la República su renuncia
formal y luego envió un mensaje a sus partidarios, anunciándoles que renunciaba a la
Presidencia de la República; la misiva se dio a conocer el día 20.29 Ante ello, Ricardo Márquez
Flores, Segundo Vicepresidente de la República, renunció al cargo.
El día 21 del mismo mes, el Congreso se reunió, no aceptó la renuncia, declaró la incapacidad
moral permanente de Fujimori y la vacancia presidencial. Del mismo modo se aceptaron las
renuncias de los dos vicepresidentes y se procedió con la sucesión legal, en la que asumió
como presidente transitorio, Valentín Paniagua, entonces presidente del Parlamento .30
El tercer gobierno de Fujimori estuvo marcado por la escalada de irregularidades cometidas
por Montesinos en las diferentes áreas del gobierno. La compra de congresistas y la estrategia
de control mediático son claro ejemplo de lo dicho. Estas acciones no pudieron ser
desconocidas por Fujimori, quien tenía involucramiento en ellas al menos como cómplice. Es a
partir de este involucramiento que el presidente asume una posición dubitativa ante la
remoción de Montesinos, lo que le va a terminar costando caro en el frente internacional.
Fujimori teme que Montesinos pueda reaccionar histriónicamente a un eventual separamiento
del gobierno, lo que podría llevar a que se revele el verdadero nivel de involucramiento que
tenía Fujimori con los manejos irregulares e ilegales que se han descrito en este trabajo,
acciones que tenían el propósito de mantener el control del poder político a toda costa. Esta
tesis es respaldada por la actuación de Fujimori al regreso de Montesinos, cuando aprovecha
el pánico para deshacerse de toda la evidencia que pudo encontrar, enmascarando el acto en
una persecución policiaca al mejor estilo de Hollywood, pero sin asumir un liderazgo claro en
la persecución judicial del mismo, haciendo que su captura sea un fracaso.
En este periodo, la intención del oficialismo había dejado atrás el interés por hacer un
gobierno democrático, que gobierne pensando en el desarrollo del país y la maximización del
ejercicio de los derechos de los peruanos. Esto principalmente por presión de Montesinos. Sin
embargo, es la actitud timorata de Fujimori ante la decisión de sacarlo del gobierno lo que
confirma la voluntad de Fujimori de aferrarse al poder como objetivo principal. Montesinos era
quien facultaba el ejercicio del poder autocrático que había estructurado Fujimori durante 10
años de gobierno. En él había depositado su confianza y, aunque para las elecciones del 2000
ya debía ser evidente para Fujimori que Montesinos significaba un peligro real a su meta de
aferrarse al poder, también representaba la única oportunidad que podía vislumbrar para
lograrlo. Incluso si ello significaba seguir escalando en la seguidilla de acciones ilegales que
Montesinos ejecutaba con el pretexto de consolidar al régimen.
Ministros[editar]
Consejo de ministros de los Gobiernos de
Alberto Fujimori
Sucesor:
Predecesor: Gobierno del Perú
Gobierno Transitorio de
Primer Gobierno de Alan 28 de julio de 1990 a 16 de
Valentín Paniagua
García Pérez noviembre de 2000
Corazao
Creación y desactivación de
ministerios en el Perú: Una
decisión presidencialista
Por
PÓLEMOS
4 octubre, 2017
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Juan Takehara Mori
Introducción
Puede que las razones se muestren evidentes sobre por qué necesitamos
ministerios, la respuesta posiblemente deba ir más allá que concluir que su
instauración es forzosamente necesaria, ineludible construcción que busca
ordenar y “hacer andar” al Estado.
Actualmente, según la Ley N° 29158, los ministerios deben crearse por Ley
aprobada por el Congreso. Sin embargo, en nuestro sistema político, es
desde el Poder Ejecutivo – en especial el Presidente – de quien germina la
iniciativa para la creación de un ministerio; recordemos además que es el
Jefe de Estado quien nombra a los ministros.
Una respuesta automática sería indicar que es, desde siempre, quien lidera
el Poder Ejecutivo, y va más allá pues “…personifica a la Nación”. A
diferencia de los otros poderes del Estado, el Presidente es quien ejerce el
control con el cargo de Jefe y no solo preside (Artículo 72, Carta 1823).
Ante lo expuesto, una pregunta algo obvia pero de vital importancia sería:
¿qué hace un ministerio? Según la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, los
Ministerios pueden comprender varios sectores, sus principales funciones
son: diseñar, establecer, ejecutar y supervisar políticas nacionales y
sectoriales.
Dicho esto, presentemos hechos claros: por ejemplo, las razones de por
qué en el año 2008 se creó el Ministerio del Ambiente.
“Es una apuesta al futuro”, indicó el día que firmó el decreto legislativo el
ex presidente Alan García – en cuyo gobierno se crea este ministerio –
“queremos preservar el medio ambiente, y permitir a nuestros hijos vivir
una geografía, tan afable, tan acogedora como la que hemos recibido, y la
labor del Ministerio del Ambiente y del ministro del Ambiente deberá
cumplir todos esos objetivos”, agregó.
La intensidad del momento quizá propició para que el ex mandatario
compare la creación del Ministerio del Ambiente con el de Defensa y el del
Interior, además visiblemente emocionado agregue: “el Perú moderno no
es solamente el Perú de las grandes inversiones y del avance que preocupa
a algunos vecinos, sino también el Perú de la protección del futuro, el Perú
de la Pachamama, el Perú cuyo pasado se asentó en el respeto religioso por
la protección del ambiente”.
“En el promedio -entre 1990 y 2003- Brasil que tiene 17,1 patentes por
millón de habitantes; Argentina tiene 6,9; Chile tiene 2,8 y el Perú tiene
0,5”.
Conclusiones
http://polemos.pe/creacion-desactivacion-ministerios-peru-una-decision-presidencialista/