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EL PROCESO DE EVALUAR
YTOMAR DECISIONES
E. Soro-Camats
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derarse los resultados obtenidos a título puramen- están divididas en series que presentan un orden
te orientativo (von Tetzchner y Martinsen, 1993). de dificultad creciente. Las series más simples re-
Las pruebas estandarizadas tienen, además, quieren discriminación precisa de formas, las
una serie de limitaciones que se agravan al tratar- más complejas requieren relaciones lógicas. La
se de personas con discapacidad, quienes por sus persona debe indicar uno de los dibujos señalan-
características suelen disponer de experiencias do en las láminas, lo cual requiere una precisión
atípicas y a menudo limitadas. Por ejemplo, las suficiente para indicar en un radio de unos 2 cm,
pruebas estandarizadas no son sensibles a una y no se requiere el uso del habla. Cuando la per-
determinada experiencia particular de un niño, sona evaluada no señala con tanta precisión,
de forma que éste puede contestar correctamente el evaluador puede buscar formas alternativas
a una pregunta, en función de su historia anterior, a la indicación directa con el dedo. Por ejem-
y esta respuesta ser considerada incorrecta de plo, puede usar la exploración dependiente, que
acuerdo con la normativa de corrección estable- consistirá en ir señalando las diversas alternativas
cida. En esta misma línea, la mayor parte de las hasta que la persona haga una señal cuando se
pruebas no permiten obtener una evidencia del indique el dibujo que cree que corresponde con
rendimiento óptimo que puede llegar a alcanzar la matriz. La persona puede también señalar los
una determinada persona, 8i ofrecen la posibili- dibujos con el pie o con la mirada, lo cual reque-
dad de profundizar, caso que interese, en una de- rirá recortarlos y disponerlos de la forma más
terminada área o aspecto para poder valorar cuál adecuada, con mayor separación entre uno y
sería el mejor tratamiento que debe seguirse. Ge- otros, o en un tablero de metacrilato transparente
neralmente, a partir de la puntuación obtenida en para la indicación con la mirada (v. cap. 3).
unos pocos ítems se decide si la persona presenta Igualmente, se puede proporcionar a la persona
o no aquella habilidad sin analizar qué conse- un indicador luminoso o un cabezal-licornio para
cuencias o significaciones se pueden obtener a indicar las alternativas directamente en la lámina
partir del tipo de error que se ha registrado. Pese o de otra forma, recortadas tal como se ha co-
a estas limitaciones, si se usan como complemen- mentado antes. Otra posibilidad será situar las
to a otros procedimientos de evaluación, las opciones que deben señalarse en un indicador de
pruebas estandarizadas resultan útiles en muchos reloj (v. también cap. 3). Actualmente algunas de
casos. Por ello, a continuación se describirán dos estas pruebas pueden escanearse e introducirse
ejemplos de pruebas estandarizadas que requie- en el ordenador y, una vez presentadas en panta-
ren adaptaciones mínimas y que se pueden usar lla, las opciones pueden ser seleccionadas con
con relativa facilidad en personas con graves dis- un sistema de barrido activado con un conmuta-
capacidades motrices y de habla. dor (fig. 5-2).
Las matrices progresivas de Raven (1983) es un Otro instrumento que se usa con facilidad
test para medir la inteligencia general de niños para las personas con dificultades de movili-
hasta los 11 años (escala infantil) y jóvenes y dad y habla es el test de vocabulario en imágenes
adultos a partir de los 11 (escala superior). Ofrece Peabody (Dunn, 1985), que está diseñado para
un baremo del cociente intelectual y una orienta- evaluar la comprensión de vocabulario. Consta de
ción sobre el nivel de desarrollo. Su pasación es láminas que contienen cuatro dibujos realistas, de
breve, entre los 30 y 45 min, aunque las personas entre los cuales la persona debe señalar el que es
con discapacidad motriz pueden necesitar más nombrado por el evaluador. El orden de las lámi-
tiempo. La escala consta de 36 matrices (diseños nas es de dificultad creciente y el vocabulario
gráficos), a cada uno de los cuales le falta una hace referencia a nombres, verbos y adjetivos. Po-
parte. El sujeto debe elegir la parte que le falta demos usarlo en personas de 3 a 16 años. Su pa-
entre seis u ocho posibles opciones . Las matrices sación es rápida, unos 15-30 min, aunque como
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~ ~ [!] DI
DI
~, ~ DI
DI
@] ~ [g
~
Fig. 5-2. Diversas formas de acceso para responder a las pruebas estandarizadas.
en el caso anterior algunas personas con discapa- sa usar el habla y sólo debe indicar qué dibujo de
cidad requieren más tiempo. Podemos conver- un grupo de cuatro es el nombrado por el exami-
tir las puntuaciones en edad mental o en pun- nador. En este caso, la indicación de los dibujos
tuaciones estándar. La persona evaluada no preci- requiere menos precisión que en el caso anterior
El proceso de evaluar y tomar decisiones 67
y, cuando existen dificultades para indicar con la la máxima información sobre cuál es el repertorio
mano, el evaluador observa la orientación de la de competencias de la persona evaluada en algu-
mirada pidiendo a la persona evaluada que mire a nos ámbitos concretos y, a partir de ello, desarro-
cada uno de los vértices exteriores del cuadro llar estrategias de intervención encaminadas a
donde están los dibujos, situados dos en la parte que la persona aprenda nuevas competencias y
de arriba y dos en la de abajo. Igualmente, se pue- habilidades. Precisamente por no estar estandari-
den usar todas las estrategias de adaptación des- zados, los resultados han de ser analizados de
critas en el apartado anterior (fig . 5-2). forma cual itativa y muy detallada, para garantizar
Cuando se usan estos instrumentos en condi- que la información obtenida resulte significativa
ciones que se apartan de las estandarizadas, es y funcional. Esta valoración y análisis cualitativo
imprescindible no tomar el coeficiente o edad encierra cierta dificultad y consume bastante
mental obtenidos al pie de la letra, sino como tiempo, pero resulta imprescindible para no caer
una mera estimación del nivel intelectual o de en el error de dejarse guiar selectivamente por los
comprensión. Resulta muy ilustrativo en estos ca- datos que mejor confirman las ideas previas y las
sos describir los detalles de la pasación y del pro- falsas expectativas que pueda tenerse sobre la
ceso seguido por la persona para llegar a las res- persona evaluada. Por esta razón, se hace muy
puestas. Por ejemplo, deberemos fijarnos en la recomendable consensuar y compartir los datos
aparición de cansancio, dudas y rectificaciones, obten idos a través de estos resu Itados con la fa-
así como en el ritmo de respuesta en los ítems milia y, si es posible, con otros profesionales,
más sencillos en comparación con los más difíci- para interpretar correctamente y sacar el máximo
les. Estos datos, junto con otras observaciones provecho de la información disponible. Con ello
contextuales pueden constituir una buena base obtendremos además una idea más realista de las
para el programa de intervención en el ámbito habilidades y necesidades de la persona en dife-
de la comunicación y el lenguaje. Por último, rentes contextos.
destacar que este tipo de pruebas, desde nues- Veamos algunos ejemplos de protocolos o lis-
tro punto de vista, únicamente tienen sentido tados de observación sistematizados. Wetherby y
cuando se utilizan con personas de las cuales Prizant (1990) elaboraron un cuestionario dirigido
hemos hecho una hipótesis favorable de su ni- a las personas que están al cuidado de los niños.
vel de competencia. En este caso, los tests con- Consta de 25 preguntas a partir de las cuales los
firmarán o matizarán esta hipótesis. No tendrá familiares y educadores hacen un repaso de los
en cambio ningún sentido utilizar pruebas es- aspectos más críticos de la comunicación de los
tandarizadas de este tipo en personas con una niños en sus primeros años de vida. Los datos re-
discapacidad intelectual muy grave con pluri- cogidos sitúan de manera muy clara en qué as-
deficiencia profunda, o con alteraciones cogn i- pectos la relación comunicativa no funciona o
tivas graves causadas por traumatismos craneo- está en riesgo de no funcionar. A la vez, el cues-
encefál icos. En estos casos, los procedimientos tionario sirve para que muchas personas cuestio-
de entrevista, observación sistemática y, sobre nen y autoevalúen sus pautas de interacción con
todo, la intervención/evaluación resultarán los los niños, de modo que la propia utilización de
más apropiados . la prueba conlleva ya un componente de inter-
vención importante. En esta misma línea, Raack
(1989) elaboró un procedimiento de evaluación
Listados observacionales
diseñado para indicar si la relación madre-hijo
y pruebas no estandarizadas
puede estar amenazada por el riesgo de un desor-
Las pruebas de evaluación no estandarizadas, den en la interacción. Éste es un protocolo pensa-
a diferencia de las anteriores, sirven para obtener do para los profesionales especialistas y permite
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recoger de forma exhaustiva datos que después se Tabla 5-1. Esquema de registro observacional sobre habili-
analizan y sistematizan en diferentes categorías de dades para el uso de signos manuales
se deberán tener en cuenta las variables evoluti- familiares), junto con 80 signos pictográficos, 15
vas, la experiencia comunicativa de la persona, signos Bliss y 10 palabras escritas con ortografía
las necesidades contextua les y el pronóstico de tradicional. Lo importante será ofrecerle los signos
su desarrollo lingüístico (tabla 5-2). Para una in- más apropiados para la expresión de sus ideas.
formación más detallada sobre este importante Cuando se usan signos gráficos distintos a la escri-
tema se puede consultar Soro-Camats y Marco tura tradicional, debe tenerse en cuenta que cada
(1990), von Tetzchner y Martinsen (1993) y York- sistema tiene ventajas e inconvenientes que se
son y Karlan (1986). pueden minimizar combinando varios de ellos.
Sea cual sea la decisión a la que se haya llega- Por ejemplo, una fotografía puede ser muy útil
do, no debemos olvidar, como dicen Vanderhei- para representar a una persona en concreto, pero
den y Yoder (1986) que la persona presenta la ma- muy inadecuada para representar un concepto ge-
yoría de las veces recursos comunicacionales idio- nérico, como «pelota» (la fotografía de una pelota
sincrásicos como gestos comunes, expresiones fa- de color rojo puede ser poco adecuada para signi-
ciales, estrategias de señalización, sonidos, etc, ficar una pelota de color verde). Los signos picto-
que configuran todo un sistema de comunicación gráficos, como el SPC (v. cap. 2) resultan en cam-
que se ha de incluir y conservar junto con los nue- bio muy útiles para los conceptos genéricos de
vos sistemas de signos que se hayan considerado tipo concreto como el anterior, pero menos apro-
adecuados. Éstas son técnicas de comunicación piados para los conceptos abstractos, tales como
que se han de tener en cuenta en todo el proceso «divertido» o «sí» y «no». Para estos conceptos re-
de evaluación y que, a menudo, configuran la base sultan más indicados los signos logográficos, como
de posteriores mecanismos de expresión más sofis- el Bliss, o la escritura tradicional. Igualmente, a
ticados. También debe tenerse en cuenta que una medida que un usuario progresa y queremos cam-
persona puede uti Iizar diferentes sistemas de sig- biar su sistema de signos por otro más avanzado,
nos en una misma o en diferentes ayudas técnicas. en lugar de realizar dicho cambio de golpe será
Por ejemplo, un niño puede usar un tablero de co- mejor ir introduciendo el nuevo sistema paulatina-
municación con 6 fotografías (tal vez de personas mente, lo cual implicará también la coexistencia
de diferentes sistemas' al mismo tiempo.
Tabla 5-2. Esquema general para la selección del sistema
de signos
Decisiones sobre características
Tema funcionales de los signos
Selección del sistema (¿debería usar un sistema sin ayuda,
uno con ayuda, o ambos?) Aparte de los aspectos descritos en el apartado
anterior, al seleccionar un sistema o sistemas de
Factores signos para un usuario debe tenerse en cuenta un
Habilidades cognitivas
conjunto de características funcionales, impres-
Nivel de lenguaje
Inteligibilidad del habla cindibles para garantizar el uso práctico del siste-
Discriminación visual ma de comunicación aumentativo en los contex-
Habilidades motrices tos naturales (Vanderheiden y Lloyd, 1986). Se
Interlocutores y entorno
trata de las siguientes:
Evaluación
Pruebas estandarizadas 1. Aceptación por parte del usuario, sus com-
Observación natural pañeros y la familia. Es imprescindible que la per-
Filmación en vídeo
sona que va a usar los signos, sean manuales o
Entrevistas con la familia y otros profesionales
gráficos, y los interlocutores habituales estén de
De Soro-Camats y Marco, 1990. acuerdo en usarlos.
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más de ofrecer un medio de comunicación, tam- bre las formas de indicación de dichos signos en
bién ha de ser un instrumento para aprender len- una o varias ayudas técnicas, que podrán ser no
guaje y adquirir conocimientos. electrónicas o electrónicas de baja o alta tecnolo-
12. Enseñanza y aprendizaje razonablemen- gía. Para decidir la forma de indicación de los
te sencillo del sistema por parte del usuario y de signos deberemos tener en cuenta tanto las carac-
los interlocutores. Es necesario valorar el esfuerzo terísticas de movilidad de la persona como el tipo
de aprendizaje que requiere el sistema o sistemas de instrumento o instrumentos de que va a dispo-
propuestos en relación a las prestaciones que ner (Sotillo, 1993). Será necesario elegir entre las
ofrece al usuario, es decir, la relación entre el tres formas principales de indicación de los sig-
coste y el beneficio. También se han de conside- nos gráficos (directa, codificada o por barrido), o
rar las posibles dificultades de aprendizaje que determinar algún tipo de combinación entre ellas
puedan plantear a los interlocutores, especial- (tabla 5-3).
mente en contextos de marginación social, de
personas mayores, etc. INDICACiÓN DIRECTA
13. Amplitud de funciones comunicativas.
La manera más habitual de indicar los signos
Habrá que valorar, en función de las necesidades
gráficos es con las manos, concretamente con un
de la persona y de sus interlocutores, las posibili-
dedo, el índice. Pero esto no siempre es posible
dades que ofrece el sistema para un nivel de co-
cuando la persona tiene una discapacidad motriz
municación más o menos amplio, desde la expre-
grave. En estos casos es muy importante que los
sión de necesidades básicas, hasta la conversa-
profesionales que participan en la evaluación ob-
ción, la escritura, la comunicación a través del te-
léfono o el correo electrónico, etc.
Tabla 5-3. Formas de indicación de los signos
14. Posición empleada. Se deberá considerar
la posición empleada por la persona que ha de Directa
usar los sistemas, si los usará siempre en condi- Puede efectuarse con un dedo de la mano, con la mano cerra-
ciones de sedestación o si puede deambular de da, el pie, el antebrazo, la mirada, etc.
serven las habilidades de diferentes partes del Un recurso interesante en muchos casos es el
cuerpo, pues los brazos y las manos no siempre uso de ayudas para la indicación. Algunas perso-
son el segmento corporal más funcional. Es im- nas pueden utilizar la cabeza con movimientos
portante no obcecarse con las manos y los dedos, precisos laterales o en vertical, lo cual permitirá
pues en algunos casos la mirada o un pie resultan el uso de un cabezal-licornio para indicar signos
mucho más eficaces, y es la forma normal de esta o teclear. En esta misma línea de posibilidades se
persona para indicar, aunque sea de una manera valorará, cuando resulte oportuno, el uso de un
diferente de lo que resulta habitual. Por ejemplo, indicador luminoso para señalar los signos en un
Javi, un niño con parálisis cerebral tipo tetrapare- tablero o de un indicador óptico para acceder a
sia espástica, utiliza su pie izquierdo, y sólo pue- una ayuda técnica (cap. 4).
de usar este segmento de su cuerpo para coger un Sea cual sea el segmento del cuerpo seleccio-
lápiz y dibujar, o incluso escribir con letras gran- nado para la indicación directa, con o sin ayudas,
des, y para teclear con precisión a un ritmo lento se tendrán en cuenta el grado de precisión de los
pero eficiente. Hasta los 9 años no se le permitió movimientos, la agilidad y rapidez en el despla-
usar el pie para realizar actividades escolares, y zamiento, la fuerza y la topografía. En función de
su retraso académico a esta edad era enorme, estas características, entre otras, se seleccionarán
hasta el punto que se planteó su ubicación en las ayudas técnicas y se diseñará la distribución
una escuela especial. Cuando empezó a escribir de los signos sobre las mismas.
con el pie en el ordenador, progresó rápidamente
hasta llegar a ponerse al día y alcanzar el ritmo
INDICACIÓI'l CODIFICADA
de sus compañeros en la escuela ordinaria.
Sin embargo, hay personas que a pesar de sus Cuando la indicación directa no es posible, o
importantes déficit motrices son capaces de seña- la persona necesita un vocabulario más extenso
lar con la mano, si las imágenes que deben selec- del que puede indicar de esta forma, se pueden
cionar son lo suficientemente grandes y están se- organizar los signos de forma codificada. Para co-
paradas entre sí. Se considerará que la persona dificar se requiere un nivel cognitivo de 4-5 años
indica con la mano si lo hace con tres o cuatro de edad mental, así como interlocutores suficien-
dedos, con toda la mano, con el dorso de la temente hábiles e interesados para seguir la codi-
mano, con el puño o con la muñeca. Otra forma ficación y descodificación de los signos. Aun-
de indicación plausible es la mirada, y en algu- que es una forma de indicación poco habitual,
nos casos éste va a ser el único y el más potente en algunos casos y en ciertos contextos, gene-
recurso disponible. Se considerará que el sujeto ralmente educativos, ha tenido un gran éxito y
indica con la mirada si mueve el globo ocular y ha resultado una excelente manera de iniciar en
fija la pupila voluntariamente sobre un objeto de- el uso de signos gráficos a personas intel igentes
terminado. El uso de la mirada implica que los in- que no disponían de recursos tecnológicos so-
terlocutores han de estar atentos a la direccionali- fisticados. Este sistema consiste en asignar a
dad de la mirada de la otra persona. Además, la cada signo un código que puede ser, por ejem-
indicación con la mirada determina la ubicación plo, numérico. En este caso, el usuario indicará
de los signos gráficos, que han de situarse con la secuencia de cifras, en el mismo tablero o en
mucha separación (p. ej., entre 10 y 15 cm) y en otro, y el interlocutor la traducirá en la palabra
una superficie vertical, generalmente de metacri- correspondiente. Existen muchas variantes de
lato transparente (v. cap. 3). Cuando el usuario ha codificación a partir de esta idea central, que se
de señalar un gran número de signos con la mira- tendrán que valorar según las posibi I idades de
da, habrá de recurrirse a formas de indicación co- cada caso. Por ejemplo, cuando se utiliza un
dificadas. ETRAN (v. cap. 3) para la indicación con la mi-
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rada, en él se pueden colocar las letras del abece- dirigidos al control de ayudas técnicas electró-
dario agrupadas en bloques de cinco, la agrupa- nicas.
ción se hará de manera que una letra quede en el Para concluir este apartado comentaremos al-
centro y las otras a su alrededor, lo cual facilita gunos factores de procedimiento. Si el sujeto
que el usuario indique primero uno de los grupos debe utilizar un comunicador, nos aseguraremos
mirándolo directamente; en el segundo golpe de de antemano de que conoce el manejo de este
mirada señalará la letra concreta mirando el cen- instrumento y de que es preciso y hábil en el uso
tro o uno de los ángulos del ETRAN. Así, el inter- del conmutador. No es aconsejable usar esta for-
locutor ya sabe cuál es la letra seleccionada para ma de indicación para la evaluación, por ejem-
ir confeccionando el mensaje. po, de habilidades de conversación si no se cum-
plen estos requisitos, ya que podría enmascarar
las respuestas adecuadas que la persona no pro-
BARRIDO O EXPLORACIÓN DEPENDIENTE
duciría por estar concentrado o aprendiendo a
Cuando se utiliza con ayudas técnicas no elec- usar el sistema de barrido automatizado. Esto obli-
trónicas, el barrido es una forma de indicación ga a programar la valoración en secuencias de en-
que exige la colaboración directa del interlocu- treno espaciado, y proseguir con la valoración de
tor. Éste debe señalar por orden y uno a uno to- componentes específicos de comunicación y len-
dos los signos o letras, mientras el niño va res- guaje cuando la persona es hábil en el uso de los
pondiendo «sí» o «no». Este método es muy útil instrumentos. Esta misma observación se hace ex-
en situaciones que exigen la discriminación de tensible al uso de los sistemas de indicación direc-
signos situados muy juntos entre sí y que no pue- ta, y muy especialmente la codificada.
den ser señalados de forma directa, bien sea por
imposibilidad física de la persona o por la impo-
sibilidad del interlocutor de leer la indicación di- DISCUSIÓN FINAL
recta de la mirada. Caso que se opte por esta for-
ma de indicación debe saberse con seguridad Siendo éste el estado de la cuestión, pensamos
que el sujeto sea capaz de responder a preguntas que el tema requier:e una atención especial. Se
con un «sí», «no», «no lo sé», aunque sea con trata de cubrir una parte fundamental en la aten-
gestos muy idiosincrásicos. Si no es así, se debe ción de la población que presenta una discapaci-
evitar el uso de esta forma de indicación. dad general o específica de la comunicación yel
lenguaje, y que no puede utilizar mecanismos
motrices para la expresión. Actualmente existe un
BARRIDO O EXPLORACiÓN INDEPENDIENTE
amplio acuerdo en que el instrumento más útil y
La mayoría de las ayudas electrónicas utili- fiable para valorar estas habilidades se encuentra
zan sistemas de barrido automatizado que se en aquel profesional con un buen conocimiento
pone en funcionamiento cuando el usuario ac- de las características comunicacionales y lingüís-
tiva un conmutador, el cual se acciona con un ticas en sus dimensiones básicas, y con la creati-
movimiento del cuerpo. Este movimiento puede vidad e iniciativa suficientes para idear nuevas
ser dar un golpe con el pie, ladear levemente el vías en su evaluación (Siegel y Broen, 1977).
cuerpo para apoyar un hombro, desplazar late- Estas habilidades profesionales son imprescin-
ralmente una rodilla, inclinar o ladear la cabe- dibles y nunca serán suplantadas por un manual,
za, tensar un plexo muscular, emitir un sonido por pruebas o por materiales específicos, aunque
o soplo, o parpadear con precisión. Éstos serían los profesionales experimentados necesitan con-
ejemplos habituales de los aspectos que deben tar con instrumentos lo más adecuados posible.
ser valorados en la utilización de movimientos Estos instrumentos les facilitarán la tarea y servi-
El proceso de evaluar y tomar decisiones 75
rán para: a) guiar y organizar impresiones subjeti- cuencia extraídos de la información de los fami-
vas y datos objetivos referidos al funcionamiento liares o de observaciones concretas del ma.estro,
general y comunicacional del usuario; b) ofrecer presentan un alto grado de heterogeneidad e
un mejor servicio, y e) garantizar el entendimien- inestabilidad.
to entre profesionales. Esperamos que los comen- Como ya se ha comentado, estas condiciones
tarios, sugeren.cias e instrumentos que aquí se dificultan en gran manera la utilización de los
han apuntado puedan ser de utilidad en muchas materiales habituales de la forma acostumbrada.
situaciones. En estos casos se requieren nuevas soluciones y
En algunos casos, las personas discapacitadas, una buena dosis de imaginación, y no siempre es
además de las dificultades de comunicación y fácil seguir un proceso de evaluación consistente
lenguaje, pueden presentar trastornos asociados que nos permita conocer las habilidades y com-
de comportamiento, falta de habilidades de tra- petencias intelectuales del alumno o usuario en
bajo, de atención, condiciones de marginación cuestión. En consecuencia, será difícil facilitar
social, carencias de alimentación, limitadas opor- una información y orientación de trabajo sobre el
tunidades de estimulación y realización de expe- aprendizaje de la comunicación, lenguaje o ta-
riencias, dificultades de carácter cognitivo o sen- reas escolares. En estas situaciones puede ser de
sorial, dificultades asociadas de discriminación utilidad la aplicación de la idea del aprendiza-
visual, limitaciones en el uso del campo visual, je experimental o intervención/evaluación, que
hipersensibilidad a sonidos, pérdidas de audi- consistirá en iniciar la intervención a partir de
ción, etc. Por otra parte, algunas de estas perso- una hipótesis inicial, aunque no esté suficiente-
nas pueden presentar indicadores que hacen pre- mente fundada, e ir ajustando los procedimientos
sumible un determinado nivel intelectual supe- a medida que avanza el proceso educativo o tera-
rior al estimado. Este tipo de indicadores, con fre- péutico.
Referencias:
http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/19162/6/Sistemas_de_signos_y_ayudas_p249-254_DEF.pdf