Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
En otros casos, después de haber sido sacrificados miles de animales, las sustancias
experimentadas han de ser retiradas del mercado, como sucede con muchos tipos de
fármacos, por sus efectos secundarios en humanos, que han provocado incluso la
muerte. Otros científicos realizan experimentos con animales para satisfacer una
curiosidad malsana, jugando peligrosamente a ser Dios, como los trasplantes de cabeza
realizados en primates por el neurocirujano Robert J. White, de la Case Western Reserve
University, en Cleveland, EE.UU. Los primates no sobrevivían más de 96 horas después
de salir de la anestesia. Luego vendrían los experimentos en humanos. ¿Es el Dr.
Frankenstein sólo un personaje de película?
La sociedad cierra los ojos frente al sufrimiento de estos animales, porque quiere
beneficiarse de estos experimentos y no quiere saber en qué consisten o cómo se
desarrollan. Al hablar en favor del respeto a los animales y en contra de que se realicen
dolorosos experimentos con ellos, puede parecer a algunos que es como si estuviésemos
hablando en contra de la especie humana porque, en nombre de la ciencia, y en favor de
la salud del hombre, todo queda justificado. Pero, ¿es esto así? La sociedad tiene que
saber el costo en sufrimiento que suponen los avances científicos.
Un animal de laboratorio es un ser sano al que se le provoca una enfermedad para ser
posteriormente sometido a intervenciones quirúrgicas cruentas para curar, no a él, sino
la enfermedad, con el consiguiente dolor mientras enferma, dolor en el posoperatorio,
etc. Y a ese animal sólo le espera morir como víctima del experimento o ser sacrificado
porque ha dejado de ser útil. Además, durante la experimentación pasa la vida
prisionero en una jaula y sabe perfectamente que, cada vez que lo sacan de ella, es para
producirle dolor.
Primates, monos, perros, gatos, caballos, bovinos, cerdos, ovejas, cabras, conejos,
hurones, chinchillas, marmotas, zarigüeyas, armadillos, cobayas, hámster, ratas,
gerbillos, y todo tipo de mamíferos, incluso murciélagos, además de aves, anfibios,
reptiles y peces, son material utilizado en experimentación con animales.
TEST DRIZE
Este experimento se utiliza para probar, por ejemplo, un nuevo champú, son
introducidos una gran cantidad de conejos en cajones que parecen cepos porque tienen
un sólo agujero para el cuello, de modo que sólo les queda fuera la cabeza y sin
posibilidad de esconderla ya que el agujero es tan estrecho como el cuello del animal.
Durante varios días, les vierten en uno de los ojos una solución concentrada del
producto en cuestión, y el ojo sano sirve como referencia. ¿Por qué se utilizan conejos?
Porque estos animales no lagrimean lo suficiente como para que la lágrima limpie el ojo
y elimine la sustancia. Además, para mayor seguridad, les sujetan los párpados con
pinzas para que ni tan siquiera puedan parpadear al sentir el contacto de la dolorosa
sustancia en un intento natural de aliviar tanta tortura.
TEST DE LA PIEL
Es otro tipo de experimento de los muchos que existen. Como es imprescindible poner
al descubierto la piel, le arrancan el pelo con cinta adhesiva. El animal ha sido
previamente inmovilizado para impedir que se rasque o se lama la futura herida. Le
aplican las sustancias irritantes con las que se esté experimentando y luego le cubren la
zona con yeso adhesivo.
Días después, observan los investigadores la reacción del irritante. Esta prueba puede
repetirse, y en la misma zona del cuerpo, durante todo un año.
SUSTANCIAS PELIGROSAS:
La palabra DL50 significa Dosis Letal 50. El 50% del grupo de animales utilizados en
el experimento han de morir obligatoriamente, víctimas de terribles sufrimientos.
Muchas son las empresas que poseen sustancias calificadas como peligrosas, que
experimentan en animales: Sustancias como hidróxido sódico, nitrato mercurioso,
ioduro potásico, ácidos fórmico, tánico, sulfúrico, clorhídrico, mercurocromo,
fluoresceína, resolcinol, etc.
En el caso de los ratones, los globos oculares se les saltaron. Como los conejos,
sufrieron también convulsiones y hemorragias por la nariz y la boca. En el caso de los
perros y gatos, sufrieron diarreas, vómitos, convulsiones, pérdida de coordinación
muscular, etc. Todos ellos fueron sacrificados posteriormente como material inservible.
2º) Abrir el cráneo del animal y extraer células del bulbo olfatorio, que está situado en el
lóbulo anterior del cerebro;
3º) Injertar la glía del bulbo olfatorio abriendo la columna vertebral.
4º) Posterior observación de cómo crecen estas células nerviosas en la médula, ¿cómo?
Tal vez vuelvan a abrir la columna vertebral.
RESULTADO: Parálisis del animal (Descripción realizada por María I., Médico y
miembro de ANPBA, nº O-98/33).
Sí, existen alternativas a la experimentación, por mucho que lo quieran negar los
experimentadores, y es hora de que la opinión pública lo sepa. He aquí algunas de ellas
y los experimentadores saben bien lo que decimos:
-ENSAYO DE RADIOINMUNOLOGÍA.
-FARMACOLOGÍA CUÁNTICA.
-MODELOS MECÁNICOS.
-BANCOS DE DATOS.
Como dicen Alan Goldberg y John Frazier del Centro de Opciones Alternativas
dependiente de la Universidad Johns Hopkins, y que son un ejemplo de los miles de
científicos y médicos contrarios a la experimentación en animales: Con el tiempo, las
pruebas in Vitro [que no utilizan animales] se irán asentando y terminarán por
desempeñar un papel decisivo en los procesos de análisis de la seguridad.
¿QUÉ HACER?