Está en la página 1de 12
El paisaje sonoro y la afinacién del mundo R. Murray SCHAFER BLIOTECA CE: TN The Taming ofthe Warld A Ponerng Exploration into the Pat Hiory and Pron State ofthe Moat Negesed Aspect of Our Evonment The Soundsap, de R. Mey Schafer, publica en 993 por Arcana Books Primera edie noviembre de 2015 Publicado por: INTERMEDIO Prodimag, SL. Ronda General Mitre, 148, cntlo, 3 - o8606 Barcelona “el. 93 414 72 02 vdepincermedio.ner ‘wwewsincermedio.net ‘Traduceién: Vanesa G. Cazorla ‘Orcotipografia: Vanesa G. Cazorla Garifica y maqueracién: Roc Albalaty Marcel Pié, Esampa Impresin y encuadernacin: Imprenta Fareso © de The Soundieape: R. Murray Schafer (© de las imagenes: R. Murray Schafer © dela saduccin: Vanesa G, Cazorla © de cata edicidn: Proditnag, S. 1, ISBN 978-84-616-6090-2 Depésivo Legal: B. 22315-2013 sta obra a través de cualquier medio y en cualquier lengua, siempre que no se cuente con la autorizacin de los rculares de Ia propiedad intelectual. Salvo excepeidn previsa por la ley, queda prohibida a reproducci6n total o parcial de Princed in Spain Capitulo vt LA REVOLUCION ELECTRICA La revolucién cléctgica prorrogé muchos de los efectos de la revolu- cién industrial y afiadi6 otros que le eran propios. En razén de la mayor velocidad de transmisién de la electricidad, el efecto de la Iinea plana se amplié para dar lugar al sonido determinado, armonizando, por lo tanto, el mundo con frecuencias medias de 25 y 40 Hz, en lugar de 50 y 60. Outras consecuencias de las tendencias emumeradas anteriormente fueron Ja multiplicacién de productores de sonidos y su imperialista alcance por medio de la amplificacién, Se introdujeron dos nuevas técnicas: por un lado, el descubrimiento de las técnicas de enlatado y almacenamiento del sonido; por el otro, la separacién de los sonidos de su contexto original, algo a lo que yo denomino esquizofonia. Los beneficios de la transmisién y reproduccién clectroactisticas del sonido son muy aplaudidos, empero no deberfan os- curecer el hecho de que, precisamente en el momento en que se estaba fraguando la alta idelidad, el paisaje sonoro mundial estaba cayendo en un estado de baja fidelidad sin precedentes. ‘Muchos de los descubrimientos fundamentales de la revolucién eléc- trica ya habjan tenido lugar antes de 1850: la pila eléctrica, el acumula- dor, la dinamo, la lampara de arco. La pormenorizada aplicaci6n de estos inventos ocupé ef resto del siglo xrx. Fue durante este periodo cuando nacieron la central eléctrica, el teléfono, el velégrafo, el fondgrafo y la imagen en movimiento. Inicialmente sus aplicaciones comerciales fucron limiradas. No fue hasta la mejora de la dinamo, inventada por Werner Siemens (1856), y del alternador, de Nikola Tesla (1887), cuando la fuer- za clécerica se convirtié en una fuerza generadora para la aplicacién pric- tica de estos descubrimientos. Uno de los primeros productos de la revolucién eléctrica, el telégrafo ‘Morse (1838), hizo hincapié inintencionadamente en la contradiccién entre el sonido discontinuo y el sonido continuo que, como ya he referi- do, diferencia a las sociedades lentas de las veloces. Morse utilizé la linea 133 larga del cable telegrafico para transmitir mensajes en eédigo binatio, el cual dependia de la destreza digital, atibuyendo asi al dedo entrenado del telegrafista una habilidad que lo identificaba con el pianista y el escri ba, Dado que el dedo no puede moverse lo suficientemente rpida como para fundir los sonidos, el relégrafo hace tictac y tartamudea de idéntica manera a la de los otros dos inventos que le son contemporineos: la ma- quina de escribir, de Thurber (1803-1886), y la ametralladora, de Gatling [1818-1903]. Conforme se fue buscando una mayor movilidad y veloci- dad en la comunicacién, fue ineluctable que el teléfono fuera arrinconan- do al telégrafo y, por ende, a la escritura. Los mecanismos actisticos ms novedosos de la revolucién eléctrica fueron el teléfono, el fondgrafo y la radio. Con el teléfono y la radio el sonido ya no estuvo amarrado a su punto de origen en el espacio; con el fondgrafo, se liberd de su punto original en el tiempo. La deslumbrante liminacién de estas restricciones ha otorgado al hombre moderno nue- vas y apasionantes posibilidades, que desde entonces la tecnologéa mo- dema ha tratado de desarrollar mas. El estudioso del paisaje sonoro ha de observar los cambios en la per- cepcién y el comportamiento de quienes lo habitan. Sefialemos, por cjemplo, un par de notorias transformaciones debidas al teléfono, el pri- mero de estos instrumentos en ser ampliamente comercializado, Bl teléfono permitié la conversacién privada a distancia. Comoquiera que, en principio, intimidad y lejania no parecen compatibles, el hombre ha tardado algiin tiempo en acostumbrarse a esto. Hoy en dia los nor- teamericanos levantan la voz solo en las llamadas transcontinentales 0 transoceanicas; los europeos, sin embargo, todavfa la levantan para hablar de una ciudad a otra, y los asiéticos contintian gritando al hablar por teléfono con alguien de la calle de al lado. La capacidad del teléfono para interrumpir el pensamiento es atin més importante, pues no cabe duda de que ha contribuido en gran parte a la mengua del lenguaje escrito y al empobrecimiento del habla en los tiempos modernos. Por ejemplo, cuando al comienzo de E! mundo como voluntad y representacién Schopenhauer afirma que su libro est formado por un solo pensamiento, podemos observar lo que se ha exigido a mismo y lo que exige del lector. La verdadera depreciacién de la concen- tracién vino con la llegada del teléfono. Si Schopenhauer hubiese escrito su libro en mi oficina, el teléfono habria sonado nada més escribir la primera frase. Habria habido dos pensamientos. Ya se habia sofiado con el telefono cuando Moisés y Zoroastro habla- ban con Dios, y la radio como instrumento de transmisién de mensajes 134 divinos ya se habfa imaginado aun antes de aquello. El fondgrafo tam- bién cuenta con una larga historia en la imaginacién del hombre, pues captar y preservar el rejido del sonido vivo era una vieja ambicién. En la micologia babilénica se insinda la existencia ce una sala especial en uno de los zigurats en la que los susurros permanecian eternamente. Hay una sala similar en el palacio Ali Qapu de Isfahan, sin embargo, su estado rui- rnoso y abandonado en la actualidad apenas nos permite imaginar cémo fancionaba. Al parecer, sus paredes y suelos rigurosamente bruidos da- ban a los sonidos un tiempo anémalo de reverberacién, Una antigua le- yenda china narra que un tey tenia una caja negra secreta en cuyo interior pronunciaba sus drdenes, enviindolas luego por su reino para que sus siibditos las cumpliesen. Esto me hace pensar que la magia de capturar sonidos esta ligada a la autoridad. Con la invencién del tcléfono, de Bel, en 1876, y la del fondgrafo, de Charles Cros y ‘Thomas Edison, en 1877, se introdujo la era de la esquizofonia. EsQUIZOFONIA En griego schizo significa wescindir», eseparary, y Jfono, «vor». Mediante la palabra esquizafonia me refiero a la disociacién entre un sonido original y su transmisién o reproduecién electroaciistica. Se trata de un nuevo acontecimiento de siglo xx. Inicialmente todos los sonidos eran originales. Ocurrian en un mo- mento y lugar concretos, indisolublemente ligados a los mecanismos que los producian. La vor. humana tinicamente Viajaba alli donde Megaran sus gritos. Cada sonido era inimitable, \inico. Pese a que entre ellos pu- dicran existir ciertas similitudes, como los fenémenos que hacen que se repita una palabra, no eran, con todo, idénticos. Las investigaciones han demostrado que, incluso para el ser més racional y calculador, es fisica- mente imposible reproducir un mismo fendmeno dos veces exactamente. Desde la invencién del equipo electroactistico para la transmisién y almacenaje de sonidos, cualquier sonido, por pequefio que sea, puede ser enviado al mundo entero 0 envasado en una cinta 0 disco para las generaciones futuras. Hemos escindido el sonido de su fuente origi- nal, lo hemos separado de su érbita natural y le hemos conferido una existencia amplificada ¢ independiente. El sonido vocal, por ejemplo, ya no esta ligado a una cavidad de Ia cabeza, sino que es libre para emerger en cualquier rincén del paisaje sonoro. Puede brocar simul- tdneamente de millones de cavidades desde millones de lugares pui- blicos y privados de todo el mundo © puede ser almacenado para ser 135 EL pasie sonono reproducido més tarde, acaso cientos de afios al cabo de haber sido proferido. Una coleccién de discos o de cintas puede contener piezas de muy diversas culturas y perfodos histéricos, algo que a cualquier observador de épocas anteriores podria habérsele antojado una yuxta- posicién incomprensible y surrealista El desco por dislocar los sonidos en el tiempo y el espacio ya habia estado presente en la historia de la mtisica occidental. Por tanto, los 1 ccientes avances tecnolégicas no han sido sino la mera consecuencia de las aspiraciones que llevaban rondando la imaginacién desde tiempo atris, EL secreto quomodo omnis generis instrumentorum musica in remotissima spacia propagari possit («a través del cual todas las formas musicales po- drian ser transmitidas a lugares remotos») fue una preocupacién especial para el misico ¢ inventor Athanasius Kircher, quien hablé largamente del asunto en su Phonurgia nova, en 1673. En la prictica, la introduccién de la dindmica, el eco, Ia disociacién de las fuentes, la separacién del solista del conjunto y la incorporacién de instrumentos con cualidades especificas (cuerno, yunque, campanas, etc.) fueron todos ellos intentos por crear espacios virtuales diferentes 0 mas vastos que los espacios acti ticos naturales. De igual manera, la recuperacién de la mtsica folclérica exética y la investigacign musical ~ya esté orientada hacia el futuro, ya se renueve inspirandose en obras del pasado son la expresidn del deseo por trascender el tiempo presente. ‘Tras la segunda guerra mundial, el magnetéfono posibilité los cor- tes en el material grabado, con lo que cualquier objeto sonore podia ser ahora amputado pata insertarlo en cualquier nuevo contexto, Mas re- ‘cientemente, el sistema sonoro cuadrafénico ha permitido la reproduc- cidn en 360° de acontecimientos sonoros méviles y fijos de un entorno } por ende, la simulacién espacial y temporal de cualquier paisaje sono- 10. Todo ello conduce a una completa movilidad del espacio acistico. ‘Cualquier entorno sonoro puede ahora convertirse en otro entomo acis- tico distinto. Sabemos que la expansién territorial de los sonidos postindustriales fac un complemento de las ambiciones imperialistas de las naciones oc- cidentales. El altavoz fue asimismo inventado por un imperialista, ya que respondia al deseo de dominar al otro con el sonido propio. Igual que el grito transmite angustia, el altavoz. comunica ansiedad. «No habriamos conquistado Alemania sin [...] el altavoz», escribié Hitler en 1938.'” 159. Adolf Hitler, sOhne Kraftwagen, ohne Flugzeug und ohne Lautprecher hicen wie Deutschland nich erberts, Manual ofthe German Kadia, 938-1939. 136 La nsvoucion atécriten ‘Acusé el término exguizafonéa en mi libro El nuevo paisaje sonoro pen: sando que cra una palabra nerviosa. Relacionada con exquizafienia, queria transmitir el mismo sentido de histerismo y anomalia, Efectivamente, el exceso de artilugios de alta fidelidad no solo contribuye generosamente a acentuar el problema de la baja fidelidad, sino que crea un paisaje sono- ro sintético en el que los sonidos naturales estin siendo reemplazados por cottos artificiales que, creados por méquinas, dirigen la vida moderna, LA RADIO, ESPACIO ACUSTICO AMPLIADO Un personaje de uno de los cuentos de Jorge Luis Borges [1899-1986] tiene pavor a los espejos porque multiplican a los hombres. Lo mismo se puede decir de las radios. En 1969 los estadounidenses escuchaban 268 000000 transis~ tores, es decir, uno por ciudadano, La vida moderna se ha convertido en una ventriloquia. La dominacién de la radio sobre la vida moderna no se llevé a cabo de manera desapercibida; pero mientras que la reaccién contra la revolucién industrial habia procedido de las clases trabajadoras, quienes temian perder sus puestos de trabajo, los principales oponentes de la radio y el fonégrafo fueron los intelectuales. Emily Cart, que escri- bid y pint6 en las tierras salvajes de la Columbia Britinica, odié la radio la primera vez que la oyé, en 19) (Cuando voy a casas en las que las tienen puesta a rodo volumen siento come si fuse 2 volverme loca, Un inexplicable tormento por todas partes. Pensé que deberia acostum- ‘brarme a ellasy he puesto na de prueba en mi casa esta mafiana. Siento como si las abe ‘stuviesen enjambradas en mi sitema nervioso. Todos los nervios me tintinean. Un sen~ timiento de sirado reentimiento hacia es honible vor metlica. Al cabo de un segundo tengo que apagarla de un manotazo. Nola soporte ;Quizds se deba a mi oido imperfcto? [Es una de lr maravillas de mi €poca, ealmente maraillosa, Los, pero la odio." En El lobo estepario, Hermann Hesse estaba preocupado por la pobre fidelidad de los nuevos artilugios clectroacisticos para la reproduccién de Ja miisica: ¥. en efecto, para mi indescripible azombro e indignacién, ef endiablado embudo de lat6n empez6 a vomiar al punco esa mezcla de mucosa bronquialy de goma masticada ‘que los duefios de los graméfonos y los abon jos «la radio ban convenide en llamar 160, Emily Cats: Hundved and Thowsands, Toronto y Vancouver: 1, 1966, pp 230-23. 137 EL pusaye sonone rusia, y detris de la eurbia viscosidad y el resin, como se ve eras una gruesa costa desuciedad un preciso cuadro antiguo, podiareconocetseverdaceramente la noble x truecura de aquella masica divin, a armadur regia, el alito amplio y sereno, la plena y majestuost melodia. Pero incluso més que contra esto, Hesse se alzaba contra las incon- sgruencias esquizofénicas de la radio: ‘Observe cimo esta absurd cat de esonancia hace en apariencia lo mis neco, lo mis imi lo més excerale del rand y areoja una misica cualquiera, cada en cualquiee parte a ara necia y crudamente yl propio tempo, lstimosamentedesigurad, a sitios inadecuados ..]. Cuando est usted excuchando la radio, oye y ve la lucha eterna entre la dea ye fendmeno, en sete ye sempo, {oa a radio va arrojando a cigat la relo divine y lo humano, 11 mis magnifica del mundo durante diez minutos por los lugares mis absurdos, por salones burguesesy por sotabancos, entre ahonados que estin charlando, comiendo, bosteando a durmiendo, ai como despoja a ‘esta sia desu belleza sensual, la esropea, la desgarry la mbar y, sin embargo, no puede matar por completa ss expirit."" La radio amplié el alcance del sonido ¢ introdujo notorias interrupcio- nies cn los espacios acistivus. Nunua antes el sonido habfa desaparecido en el espacio para reaparecer de nuevo en la distancia, La comunidad, que anteriormente habia estado definida por la campana o el gong del templo, estaba ahora definida por su transmisor local. Los nazis fueron los primeros en utilizar la radio en aras del totali- tarismo, empero no han sido los tiltimos, y, poco a poco, tanto en el Este como en Occidente la radio ha sido empleada més implacablemente en el moldeado cultural. Los lectores de la novela Pabellin de edincer, de Solzhenitsyn [1918-2008], recordardn el wconstante clamor» de la radio déndole la bienvenida a Vadim mientras iba al hospital, y eémo él la detestaba. Recuerdo que hace veinte afios escuché los mismos altavoces emitiendo atronadoramente sus cacofonias de patriotismo y célera en los andenes del tren y en los espacios piiblicos de la Europa del Este. Peto ahora la radiodifusion se ha hecho puiblica también en Occidente. Puede ‘que los lectores jévenes no puedan apreciar como es debido lo que ha sucedido, pero hasta la década de los sesenta la caracteristica fundamental 161, Hetmann Hess: EY loboegpare (ad. east. Manuel Manzanares), Madi: Alianza Evol, 1995 pu 1a. Ibider, p. 27. 138 La eevouucion uécrmice que diferenciaba a ciudades como Londres y Paris de Bucarest o México DF. era que en las primeras no habia radios ni miisica en los espacios pablicos, restaurantes o tiendas. En aquella época, especialmente durante Jos veranos, los anunciantes de la BBC solian pedir a los radioyentes que ‘mantuviesen bajo el volumen de sus aparatos de radio a fin de no moles- tar al vecindario. Recientemente, en un radical cambio, los ferrocartiles britinicos han comenzado a transmitir el servicio regional de la BBC por todas las estaciones de tren (cosa que escuché en los altavoces de la estacién ferroviaria de Brighton en 1975). Pero ain estan lejos de los fe- rrocarriles australianos, que transmiten los programas ligeros de la ABC cn los trenes entre las siete y las once de la mafiana en el tren que cubre dl crayecto entre Sidney a Perth, el cual dura tres'dias. En 1973 me fue imposible apagarla en mi compartimento, ‘Tiempo atrés uno escuchaba la radio de manera selectiva, tras con- sultar su programacién. Sin embargo, en la época actual no se presta atencién a las programaciones, y los programas simplemente se oyen por encima, Este cambio de habito preparé a la sociedad moderna para tole- rar la barrera actistica con la que la ingenier‘a humana orquesta ahora el medio ambiente moderno. La radio fuc la primera barrera actistica, encerrando al individuo den- tv de limites quc le son familiates y excluyendo al enemigo. En este sen- tido est emparentada con el jardin fortificado medieval, que con sus pa- jaros y fuentes contradecia el entorno hostil de los bosques y los paramos. Efectivamence, la radio se ha convertido en el canto de pajaro de la vida moderna, en el paisaje sonoro natura! que excluye las fuerzas encmigas del exterior. Para servir a esta funcidn, el sonido no precisa ser presentado de manera claborada, de igual modo que, para que un salén resulte atrac- tivo, cl papel pintado de sus paredes no precisa llevar la firma de Miguel Angel. Asi el perfeccionamiento en la reproduccién sonora —que ocupé la primera mitad del siglo 2x y que puede considerarse anslogo a los avances en la pincura al dleo, los cuales posibilitaron una mayor veracidad en el arte~ ha sido sustituido por una tendencia a volver a formas de expresién ‘més simples. Por ejemplo, mientras que la transicién entre la grabacién ‘meciinica y la eléctrica (Harrison y Maxficld) amplié la anchura de banda cexistente de tres a siete octavas, el transistor de radio la redujo de nuevo a algo similar a su estadio primero. La costumbre de escuchar transistores de radio en el exterior, en medio de un mayor ruido ambiental ~a menu- do en circunstancias en las que los elementos de la relacién sefal-ruido son pricticamente equivalentes-, ha inducido, en cambio, a la inclusién de ruido adicional en algunas miisicas populares, fraguandose en el disco, 39. generalmente, bajo la forma de retroalimentacién electroaciistica. Esto, por su parte, nos obliga a evaluar de nuevo lo que significan serial y rwido en el siempre cambiante campo de la percepcién auditiva. LAS FORMAS DE RETRANSMISION La programacién de ra- dio ha de ser analizada con el mismo detalle que un poema épico 0 una composicién musical, pues en sus temas y ritmos encontraremos el pulso de la vida. Sin embargo, parece que todavia no se han llevado a cabo studios detallados al respecto, Pese a que los principios estructurales de semejante empresa analitica se desarrollarin en un capitulo dedicado al riumo.y al tempo incluido en la tercera parte de este libro, no estard de mas hacer ya unos comentarios generales. En un primer momento, las retransmisiones de radio fueron aisladas, rodeadas por extensos silencios radiofnicos. Este enfoque intermirente de la retransmisién, ahora ausente de la radio doméstica, puede aiin ser experimentado, hasta cierto punto, en las retransmisiones de onda cor- 1a, donde los silencios radiofénicos suelen durar varios minutos y estin acompafiados de frases musicales o sintonias. (Esta atractiva prictica solo se ve ligeramente arruinada por os inverosimiles instrumentos utilizados cen algunas emisoras: asi los intermedios en Jordania y Kuwait se anun- cian con clarinete; en Jamaica e Inin, con vibrifono. Esto es, se emplean instrumentos tan claramente extranjeros que uno podria suponer que fueron grabados en Nueva York.) En las décadas de los treinta y los cuarenta se engordaron las progra- maciones de tal manera que se encadenaban unas a otras ocupando el dia entero. La programacién radiofénica moderna, una confeccién de ‘material procedente de varias fuentes que da lugar a yuxtaposiciones me- ditabundas, graciosas, irdnicas, absurdas 0 provocativas, ha introducido ‘muchas contradicciones en la vida moderna y, posiblemente, haya con- tribuido mis que ninguna otra cosa a la disolucién de los sistemas culeu- rales y de valores unificados, Por esta raz6n el estudio de las junturas en la radiodifusidn resulea de gran importancia. El montaje fue utilizado en el cine porque fue la primera forma artistica en poder ser cortada y empal: mada, Pero desde la invencién de la cinta magnética y de la compresion de la programacién, las formas de radiodifusién han seguido también a las tijeras del editor. La funcién del montaje es la de hacer que uno y uno sumen tres. El director de cine Eisenstein [1898-1948], uno de los primeros en 140 La nevouverdy merece experimentar con el montaje, lo define como el hecho de que «dos troz0s de pelicula de cualquier clase, colocados juntos, se combinan irrevoca- blemente en un nuevo concepto, en una nueva cualidad, que surge de la yuxtaposiciénn."© Los nom sequitur del montaje pueden ser incomprensi- bles para el ne6firo, pero son ficilmente comprendidos por los iniciados, Recuerdo una noche en Chicago, en plena guerra de Vietnam, mientras escuchaba una noticia retransmitida desde el lugar mismo del truculen- to suceso y patrocinada por los chicles Wrigley, cuya cufia publicitaria decia: «Mastica un Wrigley y olvidaris tus preocupaciones», Al dia si- guiente comenté el caso en una clase de estudiantes de la Universidad Northwestern. Se mostraron interesados en mi oposicién a la guerra, pero no pudicron entender mis razones contra el chicle: para ellos, los elementos no habjan sido montados deliberadamente. Desde Ia Hegada de los anuncios cantados a la radio norteameri- cana, la miisica popular y la publicidad han constituido el material principal del montaje radiofénico, de forma que hoy en dia, mediante rapidos fundidos, cortes directos 0 muisica sometida a la técnica, las canciones y los anuncios se suceden unos a otros en una ripida y suave serie, produciendo anuncios entretenidos («compra adornitos para tu culeter) y un entretenimiento musical que es rentable («cinco millones de copias vendidas»). Si bien la radio introdujo el paisaje sonoro surrealist, han sido otros aparatos electroaciisticos los que han contribuido a volverlo aceprable. La coleccién de vinilos, que uno puede observar en cada hogar del mundo civilizado, suele ser tan ecléctica como estrambética, contiene elementos dispersos de diferentes épocas o paises, todos los cuales, sin embargo, se pueden apilar en cl tocadiscos para ser escuchados sucesivamente. Estoy tratando de ilustrar la irracionalidad de la yuxtaposicién elec- troactistica con el objeto de que podamos dejar de asumirla sin mas. Una tiltima historia: un amigo estaba una vez. en un avién que ofreca una seleccién de programas grabados de diversos tipos para escuchar con au- riculares. Nada mds elegir el programa de miisica clisica, se arrellané en su asiento para escuchar Las maestros cantores de Nuremberg, cle Wagner. Cuando la obercura alcanzaba su. climax, la inquieta vor de la azafaca de repente interrumpié la musica para anunciar: «wefioras y sefiores, los, inodoros estan atascados. Les rogamos que los limpien utilizando vasos de agua, 16, Sergei Eisenstein El entide del cine (rad. cast. Norah Lacoste), México D. Ps Silo XXL Sena: 141 EL patsage sonoRo ‘A medida que el formato radiofénico se fue comprimiendo, su tem- po aumenté, sustituyendo la superficialidad por prolongados actos de concentracién. Pesos pesados, como el famoso Third Programme'® de la BBC, fueron descartados para ser sustituidos por material més chisposo y atractivo. Las emisoras de todos los paises tenian su propio tempo de transmisiOn, pero en general su velocidad ha aumentado a Io largo de los afios, y su tono oscila entre fa sobriedad y la alegre irresponsabili- dad. (Aqui Ginicamente estoy hablando de la radiodifusién occidental; no estoy lo suficientemente familiarizado con las culturas monoliticas de Rusia o China). En Occidente el material cada ver est mas comprimido, se superpone uno a otro. En una sesidn del Proyecto Mundial del Paisaje Sonoro, en 1973, contamos el niimero de piezas diferentes que aparecian cen cuatro emisoras de Vancouver en un dia normal de 18 horas de trans- misién, Cada elemento (anuncios, publicidad, pronésticos del tiempo, etc.) representaba un cambio de foco. El resultado fue el siguiente: BU 65 355 CHQM as a JOR 996 555 CKLG 1097 6 Las emisoras que programan misica popular son las mds répidas: la duracién de cada pieza por separado rara ver sobrepasa los tres minutos en las emisoras de pop norteamericanas. Aqui la industria de discos en Vinilo revela su secreto: en el antiguo disco de goma de laca de diez pul- gadas, la duracién estaba limitada a algo ligeramente por encima de tres minutos. Como este fue el primer vehiculo para la mitsica popular, todas las canciones pop se acortaban para hacer frente esta limitacién técnica. Pero, curiosamente, cuando en 1948 se introdujo el elepé, la duracién media de las canciones pop no aument6, lo cual podria insinuarnos que alguna misteriosa ley sobre el lapso medio de atencién pudo haber sido descubierta involuntariamente por la antigua tecnologia. 164. Third Programme: programa radiofnico dela BBC que desde eu nacimienta en 1946 ha sido ‘uno de ls referents culturles ms importantes ene Reino Unido por au labor en la difusin de Tas ares, Tachado de elitist, em 1970 fue asorbido por Radio 3, dela BBC, Con anterioridad to, ante los eecortes presupuestarios que sufié en 1957, sus dfensores entre ls que extaban T '. Blog, Albert Camus sr Laurence Oliver-eearon uns sociedad para eitar que se pusiera fin sus emisions,(N. dele 142 Hay un fenémeno actistico que rara ver. se escucha en las radios nor teamericanas: el silencio, Solo de ver.en cuando, durante emisiones tea- trales 0 de miisica clésica, la tranquilidad y el silencio alcanzan todo su potencial. El registro grifico de sonidos de una emisora popular mostrara cémo las piczas del programa son emitidas al maximo nivel aceptable, tuna técnica conocida como compresién porque el rango dindmico exis- tente se comprime a limites muy reducidos. Este tipo de radiodifusién tno muestra tonos dindmicos ni fraseos. No descansa. No respira, Se ha convertido en una barrera actistica LAS BARRERAS ACUSTICAS Los muros existian para delimitar 1 espacio fisico 0 el actistico, aislando las éreas privadas y evitando asi las interferencias actisticas, algo a lo que no se suele prestar demasiada aten- cién, especialmente, en los edificios modernos. Frente a esta situacién el hombre modesno ha descubierto lo que podrfa llamarse audioanaleesia, es deci, el uso del sonido como analgésico, una distraccién para disipar otras distracciones. El uso de la audioanalgesia prolonga su uso original en la vida moderna en el sillén del dentista o en el hilo musical de hote- les, oficinas, restaurantes y muchos otros lugares piblicos y privados. Los aparatos de aire acondicionado, que producen una banda continua de ruido rosa, son también instrumentos de audioanalgesia. A este respecto cs importante tener en cuenta que no se pretende que esos sonidos que enmascaran a otros sean escuchados de manera demasiado consciente. ‘Asi, la industria del hilo musical deliberadamente elige una miisica que no es la favorita de nadie y la somete a una orquestacién saludable e inocua a fin de producir un envoltorio bonito, disefiado para enmascarar distracciones desagradables de forma andloga a los atractivos envases co- ‘merciales, que a menudo disfrazan contenidos de baja calidad. ‘Los muros solian cxistir para aislar los sonidos. En nuestros dias son las barreras acdsticas las que nos aislan. Asi, la vehemente amplificacién de la miisica pop no sirve tanto al estimulo de la sociabilidad como a la expresién del deseo de aislamiento, soledad, desconexién. Para el hombre ‘moderno, Ja pantalla actistica ha devenido algo tan teal como el muro en el espacio. El adolescente vive continuamente con su radio; el ama de ‘casa, con su televisor; el trabajador, con miisicas maquinadas y disefiadas para incrementar su produccién, Desde Nueva Escocia nos ilegan noti- cias del uso continuo de misica de fondo en las aulas de un colegio. El director esta encantado con los resultados y declara que el experimento 143 x patsaye sonono ha sido un éxito, Desde Sacramento, California, nos llega la noticia de otro acontecimiento poco corriente: una biblioteca con rock como hilo ‘musical en la que se incita a los clientes a que hablen. En las paredes se een carteles que dicen: «PROHIBIDO Ei la frecuentan sobremanera. 1LENCIO», Resultado: los jévenes No hay cena sin misca,y era el plato principal sempre se sive frura. Algunos comensales queman perfumes y clan los arededores con fagantes ungilentos y aguas dulees, En sua: no esatiman en nada con tal de que rene la alegea, ‘TomAs Mono, Utopia EL MOOZAK O HILO MUSICAL Silos angeles de las tarjetas navi

También podría gustarte