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Introducción
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La Lectura en México y en Sinaloa
México es uno de los países con menos actividad lectora a nivel mundial, siendo
éste el penúltimo lugar de consumo de lectura de 108 países según datos de la
UNESCO, la población mexicana lee 2.8 libros en promedio anualmente.
Los índices de la lectura en México están sumamente alejadas del ideal y las cifras
van descendiendo. De acuerdo con los resultados de 2018, la población de 18 y
más años de edad que lee algún material considerado por el MOLEC decreció de
84.2 por ciento en febrero de 2015 a 76.4 por ciento en febrero del año en curso.
De cada 100 personas de 18 y más años de edad lectoras de los materiales de
MOLEC, 45 declararon haber leído al menos un libro, mientras que en 2015 lo
hicieron 50 de cada 100 personas (INEGI, 2018).
Penosamente nuestro país ocupa el lugar 107 de los 108 registrados en actividad
lectora por la Unesco, un dato sumamente alarmante si comparamos los casi tres
libros al año que lee un mexicano en promedio con los siete que lee un español, o
los doce libros anuales que consumen los alemanes.
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formación de ciudadanos mejor preparados, generando habilidades de lenguaje,
memoria, inteligencia, imaginación y creatividad.
“Creo que la Secretaría de Educación Pública tanto federal y estatal tendría que
hacer dos cambios importantes; diseñar en las normales planes de estudio que
dieran como resultado maestros lectores capaces de producir textos, y el otro, que
dejáramos de tomar la alfabetización de la población como la meta del sistema
educativo básico. La educación básica no es sólo para alfabetizar a la
población, es para formar lectores capaces de producir textos. Y eso nunca se
logrará mientras los maestros no lo sean” (Garrido, F. 2016).
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La Lectura Como Herramienta Cultural
La lectura, así como la escritura son herramientas culturales con las que el
ser humano transforma la realidad, es ahí, en la falta de conciencia de las
instituciones Mexicanas de este aspecto, donde toda la promoción de la
lectura fracasa. La lectura y la escritura como procesos cognitivos distintos
no se aprenden de manera simultánea, ambos, requieren de un trabajo
paulatino que los hace coincidir en las actividades que el propio ser humano
desempeña en su evolución ontogenética, es decir, las personas no
desarrollan una capacidad si no están obligados a ello, de ahí, que la primera
actividad que debe impulsar la promoción de la cultura es preguntarse: ¿Qué
hago con el lenguaje y el pensamiento en la realidad mexicana actual?,
¿cuántas palabras y conceptos necesito para ser un ciudadano mexicano?,
¿Es la lectura y la escritura fundamental para mi desarrollo político, cultural,
económico, moral y social?
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“La lectura es una práctica social y cultural. Estamos convencidos de
que la lectura y la escritura no pueden considerarse solamente un
problema pedagógico o como una acción individual, sino ante todo
como una práctica profundamente socializada” (ProLEE, 2011).
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La Literatura Clásica en la Promoción de la Lectura en Bachillerato
“Los clásicos son libros que ejercen una influencia particular ya sea cuando
se imponen por inolvidables, ya sea cuando se esconden en los pliegues de
la memoria mimetizándose con el inconsciente colectivo o individual. Por eso
en la vida adulta debería haber un tiempo dedicado a repetir las lecturas más
importantes de la juventud. Si los libros siguen siendo los mismos (aunque
también ellos cambian a la luz de una perspectiva histórica que se ha
transformado), sin duda nosotros hemos cambiado y el encuentro es un
acontecimiento totalmente nuevo” (Calvino, I. 1993).
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Libros del Programa de Lectura y Escritura de Bachillerato en CADI Las
Américas
Un Clima Escolar Propicio para la Lectura: Maestros que Leen Alumnos que
Leen
“cómo se transmite ese placer si el maestro nunca sintió ese placer porque
leyó nada más que instrucciones oficiales, libros de “cómo hacer para”, leyó
lo menos posible. Es muy difícil que ese maestro pueda transmitir un placer
que nunca sintió y un interés por algo en lo que nunca se interesó. En toda
América latina el reclutamiento de maestros viene de las capas menos
favorecidas de la población. En muchos casos no hay aspiración a ser
maestro. Y en ese sentido cambió, pasó de ser una profesión de alto prestigio
social a una con relativo bajo prestigio social” (Ferreiro, E. 2018).
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Inger Enkvist (2016) propone:
“Hay que lograr leer al menos una página al día en la escuela, de manera
constante, a fin de mantener una cultura de la lectura viva. Para motivar la
lectura en la familia, hay que pensar quién puede ser el líder. Alguien con
gracia, con simpatía. Podría ser un abuelo o un hermano, o los propios
padres de familia. Es una labor lenta y conviene escoger para ello lecturas
que atraigan. No se pueden escoger las lecturas que estén en el primer
anaquel de la farmacia, a la salida del supermercado. Hay que saber elegir,
ponderar y pedir consejo sobre lo que se ha de leer”.
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Conclusión
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Bibliografía
Calvino, I. (1993). Por qué leer a los clásicos, editorial Tusquets, Barcelona.
Revisado de: http://einnovacion.com.ar/odisea-profes/wp-
content/uploads/2013/04/Calvino-%C3%8Dtalo-Por-qu%C3%A9-leer-los-
cl%C3%A1sicos-PDF.pdf
Enkvist, I. (2016). El maestro que lee ilumina. Conferencia: Los secretos del milagro
educativo finlandés. En J. Tourón (Presidencia). Conferencia La Universidad en
Internet. Universidad Internacional de La Rioja. Revisado de:
https://www.nacion.com/opinion/foros/el-maestro-que-lee-
ilumina/QPYPQ3OHHJD47IAXKHGARPVPIQ/story/
“Necesitamos docentes lectores” (I. Enkvist, comunicación personal, 2016).
Revisado de: https://www.nacion.com/opinion/foros/necesitamos-docentes-
lectores/73GH774TINBOFE5OXV4O4JRFLA/story/
Ferreiro, E. (2000). Leer y escribir en un mundo cambiante. Consultado el 15 de
febrero de 2013. Revisado de: http://www.foro-latino.org/.
“Si los docentes no leen, son incapaces de transmitir el placer de la lectura” (E.
Ferreiro, comunicación personal, 2013). Revisado de:
http://www.educacionyculturaaz.com/educacion/si-los-docentes-no-leen-son-
incapaces-de-transmitir-el-placer-de-la-lectura
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