Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En esta oportunidad daremos a conocer las características, sus conceptos y las fases de
la redacción la cual nos enfocaremos en una de sus características “Concisión”, la cual se
requiere organizar ideas y pensamientos en talleras de lectura. La redacción es una de las
principales requisitos para una asesoría para cualquier trabajo escrito, la cual es validad
en el campo del proceso de formación profesional y la comunicación social.
Una redacción en un sentido más preciso consiste en expresar por escrito los
pensamientos o conocimientos ordenados con anterioridad.
La redacción es una disciplina que prepara al estudiando o interesado para que hable
bien en su lengua española todo tipo de documentos que en el campo de su vida
profesional, social y familiar elabora de manera que la pulcritud, la expresión exacta, la
sintaxis, la morfología, la semántica le permitan desenvolverse de la mejor manera
posible.
1- Claridad
Para lograr este objetivo el redactor debe presentar de forma diáfana sus ideas, haciendo
uso de una buena sintaxis y empleando un vocabulario que sea comprensible por el
público al cual dirige sus mensajes.
2- Concisión
Para ser conciso en la redacción de textos se deben usar verbos dinámicos y activos, y
evitar la verborrea y la redundancia.
3- Sencillez
La sencillez radica en el uso del lenguaje común para lograr una mejor comprensión de
las frases.
Aunque existen textos científicos y especializados utilizan una jerga especializada, aun en
estos debe prevalecer un lenguaje que no esté plagado de tecnicismos o frases
artificiosas.
4- Adaptación
Para determinar si la adaptación fue correcta basta observar si los objetivos fueron
logrados.
5- Corrección
La corrección es uno de los pasos finales luego de la redacción del texto. Es tan
importante que existen oficios como el de corrector de estilo, para garantizar que se
cumplan todos los pasos descritos anteriormente.
Revisión ortográfica
Corrección morfológica
Sintaxis
Referencias
FASES DE LA REDACCION
I. Análisis de la audiencia
Consiste en reconocer las claves del receptor, la parte ajena a nosotros que recibirá el
mensaje. Para ello, debemos responder algunas cuestiones:
Como dijo Anthony Hope, “A menos de ser un genio, lo mejor es hacerse inteligible”. Para
ello, tenemos en cuenta algunos consejos más:
Evitar redundancias. Subir arriba, adjunto
remito…
Evitar el exceso de infinitivos.
Utilizar sentencias positivas en detrimento
de las negativas.
Evitar expresiones gastadas. Muy señor
mío…
Evitar extranjerismos si es posible.
Utilizar formas activas en detrimento del
pasivo, que da menos información, en
frases más largas y menos ágiles.
V. Revisión y corrección
Escrito el borrador, queda revisarlo y corregirlo. Es la última fase de la escritura,
fundamental en palabras de Gonzalo Martín Vivaldi, “Hay que releer siempre el escrito
como si fuera de otro y no dudes nunca en tachar lo que consideres superfluo”.
Con este repaso, aseguramos algunas claves a la hora de redactar para los demás:
Cumplir los principios básicos de escritura.
Utilizar el estilo y tono adecuados
Gramática y sintaxis.
Es recomendable que esta segunda lectura la realice también otra persona para tener en
cuenta su opinión. Si no es posible, lo ideal es hacer un lectura en voz alta, una
corrección de oído, del texto completo. Así, podemos observar el escrito como un
todo antes de realizar las correcciones que cada epígrafe precise.
Hasta aquí los pasos necesarios para redactar un buen texto. En siguientes
posts veremos algunos aspectos propios de cada tipo de escrito, ya sean correos
electrónicos, notas de prensa, cartas formales y presentaciones con diapositivas.
Concisión
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
La concisión es una característica de los discursos,1 las escrituras,2 y por lo tanto, también en
las estructuras de los datos,3 los juegos algorítmicos4 y el pensamiento en general,5
exhibiendo tanto claridad como brevedad. Es el opuesto de verbosidad, la cual es unos de los
exceso de las palabras.
La brevedad en la concisión que no se logra acortando material original codificando o
comprimiéndola, pero más bien omitiendo el material redundante del mismo.
Hay que evitar las palabras comodín, señal inequívoca de pobreza léxica.CLIC PARA
TUITEAR
LA CONCISIÓN NO ES BREVEDAD
La primera palabra que utiliza la RAE para definir concisión es brevedad. Pero
en literatura no es e-xac-ta-men-te eso.
Concisión es transmitir una idea con la menor cantidad posible de palabras. Esta
economía de palabras —concisión— no implica brevedad, sino más
bien densidad, precisión. Por el contrario, una frase larga puede ser concisa. Lo
opuesto es la palabrería ociosa. No se trata tampoco del lenguaje lacónico —
laconismo: oscuridad del sentido por la reducción extrema del número de
palabras—, eso vicia la claridad.
Pero ¿qué es densidad? En Análisis estructural del relato (1972:39), Roland
Barthes explica:
[…] cada punto del relato irradia en varias direcciones a la vez: cuando James Bond pide un
whisky esperando el avión, este whisky, como indicio, tiene un valor polisémico, es una
especie de nudo simbólico que reúne varios significados (modernidad, riqueza, ocio) […]
En resumen, la concisión nos exige rigurosidad en la selección de las palabras para que
expresen con exactitud lo que queremos transmitir. Pero, cuando sea posible —y
necesario— además de la precisión del significado, deben poseer densidad polisémica,
de modo que se expandan en el sentido de la obra.
TUITEAR
Desde luego, hay que cultivar la riqueza de vocabulario y, aún así, es una labor
compleja. Escribir literariamente no es fácil, aunque parece que para un alto
porcentaje de escritores no es así, como veremos en el bonus track.
BONUS TRACK
Quisiera poder escribir más artículos en mi blog, pero, por distintas razones,
siempre voy liado (o será que nunca me acabo de organizar). Como todos, leo
muchos artículos de mis colegas de la blogosfera, y a menudo me
causan inquietudes —o reflexiones— que podría dejar en los comentarios, pero he
pensado que con este añadido aporto contenido extra a mis seguidores y, de
paso, trabajo un poco el networking, que a todos nos hace falta. Dicho esto, queda
oficialmente inaugurada la sección BONUS TRACK, que incluiré al final de cada
artículo.
Hoy me voy a referir a Los escritores y el mentor literario, un artículo de Piper
Valca, administrador de la web Antro narrativo. El artículo está perfectamente
argumentado con citas muy concretas. Además, Piper Valca se tomó la molestia
de indagar en las redes sociales sobre qué opinan los escritores acerca de la
necesidad de contar con un mentor literario. La conclusión, expuestas en un
gráfico, son demoledoras, aunque previsibles.
Imagen
de Piper Valca
EL ARTE DE LA CONCISIÓN
@MULT#DER#59354@Stuart Park señaló que un aspecto a destacar del arte de la escritura
bíblica es su concisión. “Los autores bíblicos no adornan con detalles innecesarios o
superfluos. La narración es escueta”, dijo el experto.
El expositor acudió a diversos ejemplos en los que el relato bíblico parece 'vacío' de detalles:
la prueba de Abraham al pedirle Dios que sacrificase a su hijo, o el relato de Ana llevando a
Samuel al templo para que pasara su niñez allí.
Son relatos “escuetos” pero que sin duda “se desarrollan con un fin. El tiempo y el lugar
son inciertos, sentimientos e ideas permanecen mudos, pero en su totalidad se refleja en una
alta tensión. En la Biblia hay una intención para invitar al lector a leer entre líneas los
detalles”, dice Stuart Park.
El contraste es amplio cuando se compara con los relatos homéricos. “Tal vez más 'bonitos'
pero mucho peor trabajados en la imagen de la humanidad, tan simplista en el poema griego”,
explicó.
Porque en la concisión lo que el autor pretende es que el lector sea interpelado a una
identificación, a dar una respuesta a lo que se cuenta. “La intención no es el encanto
sensorial. La intención religiosa determina una exigencia absoluta de la verdad histórica” que
hacen que el lector “se implique en estas narraciones de forma radical. Los silencios invitan al
lector a adentrarse en el texto para discernir las intenciones”, decía Park.