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. AAGPLEXIONES SOBRE LA PRACTICA ARQUEOLOGICA Ree 1of8 5) ACTUALIDADES Une wins» anon ARQUEOLOGIGAS » hqeclogie be Mie 8 aa Home Editerial Artatlos Investigadonee Criba Neqelogia Notldea Reoafne Criplogratos Biblioteca JC Online Teale: Ubros Glosarlo Evertow Anundlos Cartes Susctipclones Directorio Nomeros artrioron Nams. 19 y 20 jutio-octubre 1998 REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA ARQUEOLOGICA EN PUERTO RICO 1 Madeliz Gutiérrez Ortiz Posgrado en Arqueologia Instituto de Investigaciones Antropotigicas, UNAM. Amuleto antropomorfo en caracol. Cultura Taina ABSTRACT Se hace una F ivio los ontoquos que Osta tuvo en ilerentes éuocas para culm la actualidad. apuntando ia falta ene académico. The article covers the varigus theoretical or lack of theoretical seiproa of Puerto hutp:/Imorgan.iia.unam. mx/usr! Actualidades! I9y20/Texto | 9y20/puertorico.himt 19042004 REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA ARQUEOLOGICA, archaeology throughout its history. Special emphasis is placed on the lack of an academic approach at the present time. La isla de Puerto Rico es la menor de las Antillas Mayores que se encuentran en el mar Caribe. Esta tiene un area de 8,497 Km cuadrados y esta localizada entre lag latitudes 17° 31 y 18° 31° Ny longitudes 65° 14" y 67° 56’ oeste (vdase mapa) A partir del 1493, diversos grupos procedentes del Viejo Mundo llegaron a sus costas siendo ‘elementos importantes en la conformacién histérica det pais. Sin embargo, pese a que algunos de ‘estos grupos dejaron una huella contundente en el registro arqueobigico, los estudios de arqueologia insuiar han dirigido sus investigaciones principalmente al conocimionto de ta dirémica sociocultural de los grupos prehispanicos. No obstante, esta selecciin preferencial en torno a la tematica de los trabajos arqueologicos respondié al discurso nacionalista que se gest durante el siglo XIX y el cual estuvo influenciado por ideales independentistas procedentes del contexto de la ‘guerra hispanoamericana, Por tal raz6n, el criollo culto puertorriquefio buscé identificarse con aquellos rasgos culturales que lo diferenciaba de los espafioles peninsulares y en esa basqueda comenzé a inquirir sobre la historia de la nacién? puertorriquefia. De esta manera, e! criolo comenzé a hilar una nueva lectura histérica que distaba mucho del discurso colonial espafiol y por ello, éste resalto la valontia y el caractor bélico del indio prehispanico, idealizé la nobleza del mismo y asumid estos rasgos como referentes de identidad, La practica arqueolégica s6lo fue el medio para que el criollo formara parte activa de esta nueva lectura histérica. De esta manera, la arqueologia decimonénica estuvo repre-sentada por iletantes, anticuarios y coleccio-nistas que promovioron la bisqueda de vestigios arqueokgicos y el acopio de piezas prehispanicas de alto valor estético que de alguna forma legitimaran la oxistencia de estos grupos y ayudaran a consolidar el recéin concebido concepto de nacion. Mas a historia de Puerto Rico dio un giro de 180 grados ai firmarse el armisticio entre Espaia y los Estados Unidos el 12 de agosto de 1898. Asi, Puerto Rico paso como botin de guerra a manos. orteamericanas. El cambio de gobierno atecté la concepcién nacionalista que se habia gestado previamente y en consecuencia, el interés arqueolégico tomé un nuevo rumbo. La investigaciin colonial norteamericana no sélo'se limité a la busqueda de sit sioque Slablec6 proyectos regionales a largo plazo, sistematiad las técnicas de excavacion, integr6 el de la estratigratia méitica on cam 3 Page 2 of 8 e aac a eslatiratia mea ov caPO'Y POOL exTensas wonouatan desioivas dos silos arqueolégicos, las ot iniciaron én la Gcada Ge fos veinte y fueron publicadas alrededor de la década de los cincuenta, jie eee 6. loe einen Vasija campanular en cerdmica policroma, Cultura Igner Periodo de transicién en la arqueologia puertorriquefia hup:f/morgan. jia.unam.mx/ust! Actualidades/ 19y20/Texto !9y20/puertorico.himl 19/04/2001 REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA ARQUEOLOGICA Page 3 of 8 & La década de Ios cincuenta fue un periodo de transicion on oi quehacer arqueotdgico nacional ‘Aunque los trabajos de arquedlogos norteamericanos seguian teniendo relevancia en la isla, se ‘nciaba paralelamente un proceso de nacionalizacéin det trabajo arqueolégico. De hecho, el aarque6logo norteamericano Irving Rouse y el arquediogo puertorriquerio Ricardo Alegria fueron las figuras que mas contribuyeron al desarrollo de la arqueotogia puertorriquefia durante ese perfodo, El aporte de Rouse consistié en ol desarrollo de un sistema tipolégico para la cerdmica que se bbas6 en patrones estisticos. Este sistema permit definr fases, etapas y culturas arqueotigicas, establecié correlaciones cronoligicas entre las distintasislas dol Caribe y formu una eriodizacién inicial de las diversas ocupaciones prohispainicas (Guerrero, en Fonseca, 1988: 96 ver también Rouse, 1999 y 1952). Tal fue el impacto de este sistema tipobgico en la isla que aun sigue vigente en las clasificaciones ceximicas actuales. Por otro lado, el arquedlogo Ricardo Alegria fue el primer puertorriquerio con formacién Universitaria que se integié a las labores de investigaciones arqueotigicas en la isla. En 1947, dirigid el Centro de Investigaciones Arqueotgicas de la Universidad de Puerto Rico y su objetivo ‘era enriquecer las colecciones del museo de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Fi Piedras. Para cumplir con su objetivo realiz excavaciones, tanto en al sitio de Monserrate, en el municipio de Luquillo, como en e! sitio arcaico Cueva Maria la Cruz y el sitio Hacienda Grande, ambos en el municipio de Loiza (Roe, et al. 1986: 13, Gudiio 1995:171). De este ultimo sitio arqueoligico elabord y detinié ol estilo cerémico que lleva el mismo nombre que e! sitio. Posteriormente, bajo el amparo de la Ley 89 del 1955, la legislatura puertorriquetia fund6 el Instituto de Cultura Puertorriquena y le olorge a Alegria la direccién del mismo. Los objetivos de dicho instituto fueron conservar, preservar y restaurar los monumentos histbricos y arqueo'égicos de la isla de Puerto Rico (Curet, 1992: 33; Silvestrini, 1991: 594; Moya, 1983: 81). Con la institucionalizacién de a arqueologia nacional, Ricardo Alegria se asforzé en poner fin a la salida de materiales arqueoldgicos nacionales hacia muscos y bedegas norteamericanas. Ader, tomenté la divulgacién de los hallazgos arqueotégicos en el ambito insular, tanto en el contexto ‘académico como en el popular e intenté despertar el interés de la comunidad en tomo a su pasado prehispanico. Las décadas de los sesenta y setenta Durante las siguientes dos c&cadas, la labor de Alegria comenz6 a dar frutos. Surgieron sociedades y fundaciones que lograron establecer sus propios museos y salas de exposiciones (Moya, 1983: 64), jas cuales se encargaron de organizar lecturas, simposios y exhibiciones que trataban diversos aspectos de a arqueologia del pais. Segun Curet (1992: 96), estas actividades crearon una conciencia mas amplia en a poblacién acerca de los restos arqueoKigicos, motive a jovenes estudiantes para iniciar estucios de posgrado en arqueologa y elev6 la calidad de trabajo fen campo que habia venido siendo realizada por amateurs, al aplicar Scnicas y metodologia estandarizadas de registro y excavacion, Para ese entonces, la cantidad de arquediogos nacionales con formacién universitaria no rebasaba la media docena, limitandose a la presencia de Diana Lopez, Ovidio Davila y Gus Pantel (Ortiz, 1992: 4). Es pertinente sefialar que la arquosloga Diana Lépez, formada en el ambito de la arqueologia social, fue la inica que intont6 sobrepasar ol caracter descriptivo y particularista de la isciplina en la isla. Lopez intento darle explicaciin a los procesos sacio-nistéricas asociados a la formacién de seis concheros (Monte Santo, Martineau B, Los Chivos, Sora, Cayo de Afuera y Cayo de Tierra), que excavo en el municipio de Vieques, Puerto Rico y fue la primera en aplicar butp:H/morgan dia. unam.mx/ust/Actuatliddes! 19y20/Texto | 8y20/puertorico. html Isf042001 « REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA ARQUEOLOGICA Page 4 of 8 # {08 principios del materialismo histérico como marco conceptual. Sin embargo, fa fliacion tebrica con la escuela conocida como Arqueologia Social Latinoamoricana no rebasafa los trabajos de Lopez. La década de los ochenta: Proyeccién y legislacién de la arqueologia en Puerto Rico En la década de los ochenta se dieron grandes avances en la arqueologia del pais. En 1982, Paul M. Caron cred la Fundacion de Arqueoiogia del Caribe. Esto abrié un foro para que los arquedlogos dedicados a los estudios de la regiin se pudieran reunir de forma regular con el fin de discutir temas de caracter general y especitico (Fonseca, 1988: 9). El primer simposio de esta fundacién se celebré en Vieques, Puerto Rico, en 1984 y las actas del mismo fueron publicadas en 1988 por la editorial de la Universidad de Costa Rica. De esta manera, los problemas _arqueoldgicos en ef Ambito insular trascendioron sus fronteras, para involucrarse en una dindmica regional que abarcs toda el area Circuncaribe. Por otro lado, desde mediados de los ochenta hasta 1988 se log} que se aprobaran tres leyes a favor de la conservacién del patrimonio cuitural, estas fueron la Ley 111 de 1985, la Ley 10 de 1987 y la Ley 112 de 1988. La primera tiene injerencia en la proteccién y conservacién de las cuevas, cavernas y sumideros, sus formaciones naturales y los rasgos arqueobgicos que se encuentren en los mismos. La Ley 10 reglamenta lo relativo a los procedimientos de las investigaciones y rescates arqueoligicos subacuaticos, mientras que la Ley 112 protege el patrimonio cultural terrestre de Puerto Rico3. Sin embargo, la arqueologia en Puerto Rico aun seguia prolongando y reproduciando las practicas y omisiones del siglo XIX (Sued 1992:603), con el agravante de estar supeditada desde los setonta a lo que se ha denominado arqueologa de contrat, de rescate, de salvamento, comercial, etc. Vasija en cerémica con collar. Cultura Igneri El desarrollo de la arqueologia de contrato La denominada arqueologia de contrato surgié en tertitorios norteamericanos cuando so ‘aprobaron unas leyes 4 que establecian que el conocimiento del pasado norteamericano era de interés social. Por lo tanto, cualquier proyecto de construcciin o remocién de terreno, tendria la obligacién de efectuar excavaciones previas, con el propdsito de determinar el posible impacto ‘sobre el patrimonio historico (Lépez 1991: op). Si las excavaciones confirmaban la presencia de bupr(/morgan jia.unam,mx/ustf Actualidades/ 19y20/Te xtol 9y20/puertorico.himl 19042001 . REFLEXIONES SOBRE LA PRACTICA ARQUEOLOGICA Page 5 of 8 @ materiales arqueolégicos en e! lugar, la ley demandaba la contratacién de personal diestro en arqueologia que pudiera proteger, preservar y rescatar los sitios y monumentos que so. ‘encontraran amenazados de destruccin durante la planificaciin, disefio y construccion de obras publicas y/o privadas. Estas leyes se hicieron extonsivas a Puerto Rico debido a su obvia relacén colonial. Sin emibargo, en la isla se carecia de suficientes arqudlogos para satistacer las necesidades de los contratistas. Por tal razdn, en ei ambito insular se adopi6 una estrategia asada en la improvisaciin, asi se elabord una lista en donde se nombraran aquellos “arquedlogos" amateurs que se conocian hasta el momento y se les otorgé permiso para realizar las fases 1A Y 185, ela. arqueologia debe trascender la meta de hacer meros trabajo: técnicos u hoyos en el suelo. eee En términos generales, los trabajos arqueotégicos en Puerto Rico suslen estar inmersos en la tendencia tedrica del postivismo; a pesar de que otras posiciones tedricas han arribado a la isla Sin embargo, estas tendencias se presentaron como modas pasajeras, practicadas por una mminoria y nunea llegaron a arraigar en la préctica arqueoidgica, El pobre bagaje tedrico de los investigadores amateurs se ha refljado en todos los pasos de la investigacin; desde ol diserio de propuestas para @| reconocimiento de superficie o de excavaciin, el trabajo de campo, la metodologia a emplearse, la informacion a ser recopilada y la trascendenela de dicha informacion Por lo que, una gran cantidad de trabajos en la isla se realizan sin una previa estipulacin de claros objetivos de investigaciin. Los datos que se generan se hacen a partir de hallazgos fortuitos ue no pueden ser ignorados, pero que yo-resnanden a inauioludes tasricas. El arquediogo, lejos de desempefiar su papel como investigador social, se ha conver en un mercenario {Ortiz, 1986: 112), que negocia el estudio arqueodgico siompre a benetico del ciente-contratista,

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