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“Los que aman verdaderamente a Jesus, suspiran por una vida llena de cruces, de angustias, de calumnias,

de persecuciónes y de dolor”

El dolor es la felicidad de la tierra desconocida aun por las almas. Tiempo es ya de que se conozca este
precioso tesoro tanto tiempo escondido y que teme tanto a Satanas.

-el dolor, la cruz, impregna a todas las virtudes y les da valor ya que sin ella no puede
existir ninguna virtud, es la sustancia de todas ellas, es la escala para el cielo y el lazo
de unión más estrecho que puede existir entre Dios y el alma pura. Jesus nos hizo felices
por el dolor, pero dolor santo e inmaculado que debemos imitar en la constante practica
de las virtudes.

1. el sacrificio y el dolor nacen solo del amor de Dios, en el viven y dentro de Él


crecen y dan frutos.

Todo padecimiento y todo sufrimiento es cruz y constituyen el camino derecho para el


cielo.

Ellos preparan el alma para la contemplación y la conservan, ellos son indispensables


apoyos para la oración y su alimento y su vida. A la medida del dolor descienden las
gracias para el alma y para las almas. Sin dolor no hay alegría, no hay oración, no existe
la vida espiritual. El sacrificio es virtud que brota del corazón santísimo de Jesucristo.

El sacrificio hace que nuestras almas se purifiquen, nos asemejan al corazón de Jesus,
dolores que deben de sufrirse en silencio, deben de llevar el perdón para sus enemigos
y el gozo puro en el sufrimiento, todo por el amor de Jesus.

Toda propia crucifixión o dolor, sea interno o externo que el hombre se procure por mi,
será recompensado con creces. El hombre vive de materia, de fingidas vanidades y
fugitivos placeres, que dejan lacerado el corazón y no hace caso, no, del santuario interno
que dentro de si lleva, en donde debería constantemente ofrecer incienso a su Dios y
Señor, quemando sus vicios, ruindades y viles pasiones en aras del sacrificio amoroso.
Mas esto no se conoce y mucho menos se practica.- Conchita Cabrera (punto de vista
de Jesus).

Por la Cruz se sube al corazón de Jesus, centro de toda paz, dicha y felicidad. ser
“víctima viva” (Rm 12,1) implica desgastar la propia vida en favor de la salvación de los
hombres y esto en permanente discernimiento.

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