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FAMILIAS QUE EXPRESAN LO ETERNO

DAVID FIRMAN

David Moisés Firman


FAMILIAS QUE EXPRESAN LO ETERNO
Las citas bíblicas están tomadas de la versión “Reina Valera Actualizada, Nueva Versión
Internacional y la Nueva Traducción Viviente”.
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reproducida excepto en pasajes breves para reseña mencionando la fuente,
ni puede ser guardado en un sistema de recuperación o reproducido
por medios mecánicos, fotocopiado o grabado o de alguna otra manera
sin el permiso escrito de los autores.
2018 Primera Edición.
Edición del autor.
ISBN 978-987-42-8706-9

AGRADECIMIENTOS

A Dios Padre que nos ama en Cristo y por gracia le ha placido asignarnos a discipular
familias en el propósito eterno.

A Denise mi esposa. Por ser mi compañera de propósito y asignación. Hermosa la


aventura de aprender a caminar juntos en nuestra asignación familiar dentro del propósito
eterno. Experimentar la Vida de Cristo fluyendo en nosotros es lo mejor que nos pudo
haber pasado. Te amo.

A Elías y Ana Paula mis hijos, son una hermosa herencia de Dios. Serán colaboradores de
Dios y afectarán su generación manifestando a Cristo mucho más lejos de lo que llegamos
nosotros.

A los Pastores Gustavo y Karina Lara. Su vida y entrega nos han desafiado cada día a
amar más a Dios y a vivir la fe no fingida: Cristo en nosotros. Gracias por brindarse tan
generosamente manifestando la vida del Hijo y ayudándonos a ser más exactos en
nuestra asignación a nivel global. Los amamos.

FAMILIAS QUE EXPRESAN LO ETERNO

INDICE

PROLOGO POR GUSTAVO LARA


INTRODUCCIÓN
VERDAD PRESENTE: CRISTO HA SIDO IMPARTIDO EN NOSOTROS
DISEÑADOS PARA PRESERVACIÓN DE LA VIDA
LA AUTORIDAD COMO NUESTRA NATURALEZA
LA VIDA COMO NUESTRA NATURALEZA
LA VERDAD COMO NUESTRA NATURALEZA
EL AMOR Y LA RECONCILIACIÓN COMO NUESTRA NATURALEZA
LA PAZ COMO NUESTRA NATURALEZA
LA JUSTICIA y LA GENEROSIDAD COMO NUESTRA NATURALEZA
EL PROPÓSITO COMO NUESTRA NATURALEZA

PRÓLOGO POR GUSTAVO LARA

Si hay un tema que genera debates y controversias en la actualidad es la familia,


su dinámica, estructura y composición. Frente a tantos matices de opinión, resulta
importante preguntarnos, como cuerpo de Cristo, cuál es nuestra perspectiva, cuál
nuestro entendimiento.

Posiblemente, para responder a este interrogante, la mayoría de nosotros


podemos sentirnos tentados a buscar algunos versículos bíblicos que apoyen
nuestros propios argumentos. Otros, quizás, acudirán a las experiencias y procesos
vividos en su núcleo familiar. Sin embargo, no necesitamos demasiadas
‘experiencias personales’ ni tampoco más conocimiento bíblico del que ya tenemos,
mucho menos utilizar la Biblia para fortalecer nuestras ideas; lo que necesitamos,
es mayor luz acerca del conocimiento bíblico que tenemos, luz que nos da la
suficiente madurez para llevar todo lo leído a la realidad.

Ahora bien, es fundamental plantearnos desde qué mente leemos -o hemos leído-
las Escrituras, ya que existen dos formas de hacerlo: desde la mente natural, o
desde la mente espiritual. La mente natural crea principios, pero la mente
espiritual lee espíritu de vida. De la misma manera, deberíamos revisar desde qué
mente hemos concebido muchas de las experiencias y circunstancias que hemos
tenido que atravesar en el ámbito de la familia, ya que entendidas desde la mente
natural y, por consiguiente, desde la temporalidad, construirán principios y
argumentos humanos, que atentan contra el conocimiento de Cristo.

En efecto, cuando hablamos de matrimonio y familia, mayormente se habla de


principios, e incluso de ‘claves para el éxito’. Los principios no son malos, pero nos
hablan de nuestro esfuerzo por lograr algo. Los creyentes no debemos vivir por
principios, sino por la ley del Espíritu que da vida. Dios no quiere que aprendamos
pasos o principios para ser mejores esposos, esposas o hijos, porque nuestra
naturaleza pecaminosa no puede mejorar, puede ‘domesticarse’ pero, tarde o
temprano, saldrá a luz. Dios no nos dejó la Biblia para tener principios de vida,
sino para explicar la vida que ya tenemos.

Las mejores familias no son las que dan a los estándares de los principios, sino
aquellas cuyos miembros respetan y honran, primeramente, la vida del Señor
dentro de ellos. No debemos preocuparnos por ser ‘familias felices’ sino
preocuparnos por honrar, obedecer y cuidar la vida del Señor dentro de nosotros,
y entonces más que expresar principios aprendidos en términos humanos, vamos a
expresar la naturaleza misma de Cristo en todo.

Nuestro desafío como familias es vivir en el entendimiento de que hemos recibido


una Vida que es eterna, y cuya naturaleza expresará esta eternidad a través de
nosotros, en la medida en que seamos más conscientes de esta Vida y nos
dejemos gobernar por ella.

En este sentido, las páginas de este libro constituyen una herramienta que, sin
lugar a dudas, traerá mayor luz al cuerpo de Cristo, inspirándonos a las familias a
quitar la mirada de lo temporal y pasajero, para colocarla en el Cristo eterno que
habita dentro de nosotros.

Al entender la relevancia de lo que significan las casas, las familias, en el Propósito


Eterno de Dios, no puedo dejar de honrar la vida de David, por exponer de manera
tan clara y precisa estos asuntos, en fidelidad a la Verdad que, por el Espíritu, le
ha sido revelada.


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INTRODUCCIÓN
A partir del entendimiento del evangelio como la sustancia misma de Cristo y el Propósito
Eterno de Dios de reunir todas las cosas en Cristo (como lo vemos a lo largo de las
escrituras y lo hemos trabajado en el libro “Familias alineadas a lo Eterno”), se vuelve
urgente entender cómo opera la naturaleza de Cristo impartida en nosotros y las grandes
implicancias que tiene esto en las familias y sus generaciones.
Oro con humildad al Padre que abra los ojos de nuestro entendimiento para que el Espíritu
Santo nos ilumine y nos haga entender cada día TODO desde la perspectiva de Dios en
Cristo: lo eterno.
La revelación es el proceso por medio del cual el Espíritu Santo nos da a conocer los
negocios del Padre. Entendemos así que en lo eterno esta toda nuestra realidad espiritual
en Cristo. La vida eterna es nuestra realidad presente desde el momento que nos unimos
a Cristo. Por la fe tenemos la convicción de las cosas, aunque no las veamos.
Necesitamos crecer en ver todo con ojos de eternidad. Cuando como hijos de Dios y sobre
todo como familias, creemos más en lo que vemos naturalmente, estamos en riesgo de no
ver ni vivir las realidades eternas en Cristo para nosotros. Si no vemos lo eterno vamos a
transmitirle a nuestras generaciones percepciones temporales e improductivas de la vida y
aún de las realidades espirituales que suelen ser “éxitos aparentes” sin ninguna
trascendencia en lo eterno.
La familia es el lugar donde TODO comienza, como lo vemos en la intensión del diseño
original.
Las familias alineadas a lo eterno experimentan la restauración del diseño original en sus
vidas y en sus generaciones. La sustancia misma de la persona de Cristo impartida en
nosotros nos pone a la altura del diseño original. En Cristo encontramos la nueva creación
de todo lo perdido por Adán en el ámbito del huerto de Edén.
Pero por sobre todas las cosas, las familias alineadas a lo eterno entienden que para Dios
la familia es Su Plan desde la eternidad. Es Su Familia: Un Padre, Su Hijo y la esposa (La
Iglesia) y el Espíritu Santo creador de vida. Todo se trata de Su familia. Y en Cristo somos
parte de Su familia y recibimos así la restauración de la nuestra al orden y diseño de Dios.
Mi familia es una alegoría de Su familia.
En la carta a los Colosenses leemos claramente, así como también en todas las Escrituras,
acerca de la centralidad de Cristo ya que TODO fue creado por medio de Él y para Él, y
TODO por Él subsiste.
Las familias alineadas a lo eterno entienden por revelación esto y que el Plan, el Propósito
eterno de Dios es reunir TODAS las cosas en Cristo. TODO salió de Él y TODO vuelve a Él.
El cumplimiento del tiempo de comenzar a reunir todo en Cristo fue en la encarnación del
Cristo eterno en Jesús como hombre, en un cuerpo humano como el segundo Adán para
recuperar lo que había perdido el primer matrimonio Adán en el origen. Y esta
encarnación de Cristo sucede en un bebé humano 100% dependiente de una familia.
Jesús muere en la cruz y resucita el Cristo eterno que ahora está impartido en porciones
en cada uno que abraza la Buena Noticia de la reconciliación y formamos así Su Cuerpo
manifestándolo a todos en la tierra.


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Al experimentar la reconciliación con Dios en Cristo, pasamos a ser una nueva creación, a
vivir una nueva naturaleza. Ahora portamos la naturaleza, la sustancia misma de la
persona de Cristo en nosotros por el Espíritu Santo.

Él nos dio Su naturaleza para que lo expresemos y lo representemos.

Cristo fue impartido en nosotros pero nadie lo ve, por la misma razón que nadie veía a
Cristo dentro de Jesús de Nazaret. La cruz tuvo que romper a Jesús para que el Cristo
Eterno se manifestara y glorificara al Padre.

En algunos momentos ciertas personas tuvieron vislumbres, tuvieron como rayos de luz, de
revelación de lo que portaba Jesús en su interior como lo vemos en Mateo 16. 16 – 17:

Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le
respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni
sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

La pregunta que debemos hacernos es: Cuando la gente se acerca a nosotros, ¿con qué se
conecta? ¿Con la cáscara humana que envuelve al Cristo que nos habita? La cáscara es
nuestra particular manera natural de ser.

Necesitamos que la obra consumada en la cruz rompa toda cáscara de la vieja creación,
para que la gente pueda conectarse con el Cristo que nos habita. Y esto en primer lugar en
nuestra familia.

Aquí vemos otro punto trascendental para las familias: las familias alineadas a lo eterno
están compuestas por crucificados. Personas que se niegan a sí mismas y mueren cada día
para que se manifieste el Cristo que portan.

Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán,
espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El
primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.
Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

1 Corintios 15:45-49 RVA

Vemos que Pablo dice que así como es el terrenal tales son los terrenales, y como es el
celestial tales son los celestiales, y así como hemos traído la imagen del terrenal también
traeremos la imagen celestial. De modo que el que está en Cristo nueva criatura es, todas
las cosas viejas pasaron, todas las cosas son hechas nuevas.


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Para Dios nuevo no es cronológico sino que es una naturaleza.

Las cosas nuevas pertenecen a la naturaleza del cielo que es: Cristo en nosotros.

Estamos llamados a funcionar desde una mente reconciliada y a manifestar la vida de


Cristo fluyendo en nosotros. La vida, la paz, el perdón, el amor, la fe, la justicia, la
generosidad… son ahora parte de nuestra naturaleza.
Si vamos negándonos a nosotros mismos cada día, el Espíritu Santo irá formando a Cristo
en nosotros y el fluir de esa nueva vida, de esa nueva naturaleza será evidente y
beneficiará a toda la familia y a las generaciones.
Lo animo a que me acompañe en humildad y oración, pidiendo que nos sea iluminado el
entendimiento, a edificarnos juntos en estas páginas y a entender un poco más por
revelación cómo opera la naturaleza de Cristo en nosotros para poder expresarla a toda la
creación que gime por la manifestación de los hijos de Dios que expresan al Hijo.
Estoy consciente de que si el hombre habla imparte conocimiento. Pero es mi oración en
humildad que estas palabras plasmadas en este libro puedan ser un impulso por el Espíritu
Santo para recibir impartición de vida. Cuando Dios habla se imparte a sí mismo, imparte
Vida.


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VERDAD PRESENTE: CRISTO HA SIDO IMPARTIDO EN NOSOTROS

Alineados a lo Eterno
Algo que hace mucho tiempo deberíamos tener claro es cuál es el verdadero problema
que enfrentamos como familias, ya que si erramos en definirlo todas las soluciones que
busquemos o implementemos estarán equivocadas.
Son muy claras las evidencias de esto en nuestra sociedad. A pesar de los grandes
avances y de la tremenda cantidad de materiales y herramientas que tenemos a
disposición para las personas, los matrimonios y las familias, no hemos podido resolver los
problemas que enfrentamos.
Lo más triste es que las familias cristianas tampoco nos estamos manifestando diferentes.
Esto se debe a que no estamos entendiendo que el problema es de naturaleza y no tiene
solución posible con la sabiduría y herramientas humanas.

Cuando vemos las intenciones de Dios en el origen, encontramos que todas las cosas
creadas tenían la capacidad natural de fructificar y multiplicarse según su género.
De la misma manera como todas las cosas creadas, Adán caído fructificó, se reprodujo y
se multiplicó según su género y la tierra se llenó de hijos e hijas según “su semejanza,
conforme a su imagen”. Evidentemente algo cambio en su naturaleza al independizarse de
Dios y comer el fruto prohibido.

3
Cuando Adán tenía ciento treinta años, engendró un hijo a su semejanza, conforme a su
imagen, y llamó su nombre Set. 4 Los años que vivió Adán después de engendrar a Set
fueron ochocientos, y engendró hijos e hijas.
Génesis 5. 3 – 4 RVA (énfasis del autor)

Esta es la respuesta dada por Dios a la pregunta: ¿cuál es el verdadero problema del ser
humano, los matrimonios y las familias? La respuesta es: la naturaleza adámica.
Estos hijos caminaron como expresara el Apóstol Pablo, “en la vanidad de su mente,
entenebrecido su entendimiento, excluidos de la Vida de Dios”.

17
Esto digo e insisto en el Señor: que no se conduzcan más como se conducen los
gentiles, en la vanidad de sus mentes, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido,
alejados de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, debido a la dureza de su
corazón.
Efesios 4. 17 – 18 RVA


15

Nos debe quedar claro que el verdadero problema del hombre es una cuestión de
naturaleza. Y la única solución posible es el cambio de naturaleza a través de la cruz.

Una de las cosas más importantes y más trascendentes para la vida y preservación de una
familia es alinearse a lo eterno.
Estamos demasiado marcados por el humanismo y por lo temporal, cuando fuimos
diseñados por Dios como seres espirituales y eternos.

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Sin embargo, Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado. Él sembró la
eternidad en el corazón humano, pero aun así el ser humano no puede comprender todo
el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin.
Eclesiastés 3. 1 NTV

Alinearnos a lo eterno se produce cuando nos disponemos humildemente y en


dependencia a que Dios nos revele Sus misterios y seguimos Sus instrucciones.
La iluminación es el proceso por medio del cual el Espíritu Santo nos da a conocer todo lo
revelado en el propósito eterno del Padre en Cristo. Y esos misterios nos irán siendo
revelados en la medida en que vayamos madurando, para poder así administrar fielmente
esas revelaciones.

29
»El SEÑOR nuestro Dios tiene secretos que nadie conoce. No se nos pedirá cuenta de
ellos. Sin embargo, nosotros y nuestros hijos somos responsables por siempre de todo lo
que se nos ha revelado, a fin de que obedezcamos todas las condiciones de estas
instrucciones.
Deuteronomio 29. 29 NTV

Vemos claramente que Dios nos hace responsables junto con nuestros hijos acerca de las
revelaciones que recibimos. Dios delegó responsabilidad generacional en la familia.

Ya hemos trabajado en el libro “Familias con propósito” acerca de las intenciones del
diseño original. Dios diseñó a la familia para reflejar realidades espirituales a sus
generaciones y le delegó autoridad espiritual para preservación de vida y para traer así Su
gobierno sobre la tierra.
La familia es el lugar donde TODO comienza. La familia tiene como uno de sus principales
propósitos formar a las generaciones como lo vemos claramente en Génesis 1. 27. El
mandato es “multiplícate” y “gobierna”.


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27
Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen.
A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó.
28
Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense.
Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y
todos los animales que corren por el suelo».
Génesis 1. 27 – 28 NTV

Dios los había puesto en el “ámbito” Edén. Un lugar donde estaba todo provisto, todo
resuelto y tenía como centro el árbol de la vida (Cristo). Esto es lo que Dios deseaba que
multiplicaran o replicaran en toda la tierra: una vida dependiente de Él con Cristo como el
centro.
Una familia alineada a lo eterno podrá reflejar en Cristo y desde Cristo las realidades
espirituales que fue diseñada para reflejar.
Todas las familias reflejan realidades espirituales porque esto es parte natural del diseño.
Es imposible escapar a esto.
La pregunta que debemos hacernos es: ¿qué realidades espirituales estamos reflejando?
Como también ya lo hemos trabajado en el libro “Familias alineadas a lo eterno” todas las
escrituras son inspiradas y son verdad, pero no todo es verdad presente.
Déjeme hacerle un pequeño recorrido para que lo entienda (aunque le recomiendo leer el
libro mencionado para profundizarlo).
TODO en las escrituras apunta a la cruz, y desde allí nuestra verdad presente que es
Cristo.
Recordemos que TODO lo que encontramos en el Antiguo Testamento era sombra,
anticipo, representación, promesa, profecía de lo que se iba a manifestar en el Mesías el
Cristo. Todo era perfecta representación de lo que iba a venir a partir de la cruz reunido
en la persona de Cristo.

Comenzando por el huerto como un ambiente que refleja las intenciones del diseño
original, vemos que allí todo apunta a la cruz. Allí estaba toda la vida del hombre resuelta
y podía desempeñar su función de gobierno con exactitud. Pero lo más importante es que
vemos a “Cristo en el centro” representado en el árbol de la vida. Jesús mismo dijo que Él
era el camino, la verdad y la vida.
Sabemos que el hombre (varón y mujer) deciden desobedecer e independizarse de Dios y
pierden así lo que Dios había diseñado y pensado replicar en toda la tierra: la vida.
Jesús como el segundo Adán diría miles de años después que Él vino a buscar lo que se
había perdido.

En Noé vemos a una familia dispuesta a ser obedientes en fe a Dios hasta las últimas
consecuencias y construir un arca por décadas para ser preservados en la inundación de la


17

tierra. Aunque nunca antes había llovido le creyeron a Dios y fueron obedientes en fe.
Vemos aquí a Cristo representado en el arca. Todos los que son reunidos en Él son
preservados.

En Abraham encontramos la sombra de la historia de amor de Dios. Un padre que está


dispuesto a dar a su propio hijo. Un hijo que es simiente de una gran muchedumbre y la
búsqueda de la esposa para ese hijo. Dios, Cristo y la Iglesia.

En Egipto sucede algo tremendamente significativo.


Llega el tiempo de la liberación del pueblo después de 400 años de esclavitud. Usted
conoce la historia. Una de las últimas noches Moisés recibe la instrucción para todo Israel
de presentar “un cordero perfecto por familia”.

3
Anuncien a toda la comunidad de Israel que el décimo día de este mes cada familia
deberá seleccionar un cordero o un cabrito para hacer un sacrificio, un animal por cada
casa. 4 Si una familia es demasiado pequeña para comer el animal entero, lo compartirá
con una familia vecina. Dividan el animal según el tamaño de cada familia y la cantidad
que cada uno pueda comer. 5 El animal seleccionado deberá ser un macho de oveja o de
cabra, de un año y que no tenga ningún defecto.
Éxodo 12. 3 – 5 NTV

El cordero era símbolo, sombra de Cristo. Gracias al sacrificio de ese cordero perfecto, las
familias fueron preservadas esa noche en Egipto. Un símbolo muy claro de lo que habría
de venir a partir de la cruz.
Dios los libera y cuando llegan al monte Sinaí comienza toda una etapa de lo que
conocemos como Antiguo Pacto a partir de la institución de la ley (Torah) como medio de
relación de vida de Dios con Su pueblo a través de Moisés.
Sin embargo, este no fue el plan original de Dios. Inicialmente Él quiso relacionarse con
TODO Su pueblo. Pero ellos por temor decidieron que no lo querían así y enviaron a
Moisés como intermediario.

18
Cuando los israelitas oyeron los truenos y el toque fuerte del cuerno de carnero y vieron
los destellos de relámpagos y el humo que salía del monte, se mantuvieron a distancia,
temblando de miedo.19 Entonces le dijeron a Moisés:
—¡Háblanos tú y te escucharemos, pero que no nos hable Dios directamente, porque
moriremos!
Éxodo 19. 18- 19 NTV


18

Comienza así a perderse una de las intenciones del diseño original, la relación directa del
hombre y las familias con Dios. Los intermediarios fueron idea y decisión humana.

Algunos siglos después los profetas profetizarían que esas tablas iban a ser escritas en
nuestros corazones que es nada más y nada menos que HOY, después de la obra de la
cruz, nuestra verdad presente. La realidad de la naturaleza, de la Vida de Cristo en
nosotros. Somos participantes de su naturaleza divina.

Otro episodio que nos muestra los símbolos de lo que iba a venir es cuando el pueblo
tiene sed y Moisés hace salir agua de la roca. Una historia muy conocida que encontramos
en el libro de Éxodo.
Pero vea lo que escribe acerca de esto el Apóstol Pablo a los Corintios entendiéndolo por
revelación. Ellos veían lo natural, pero Dios les estaba mostrando lo sobrenatural y eterno.

4
Y todos bebieron la misma agua espiritual. Pues bebieron de la roca espiritual que
viajaba con ellos, y esa roca era Cristo.
1 Corintios 10. 4 NTV

Lo natural simbolizando lo espiritual. La realidad visible escondiendo una realidad invisible.


Sabemos así que la Roca es Cristo y que el agua es la sustancia de Cristo mismo en
nosotros y, como dice el apóstol Juan en su evangelio, “de su plenitud tomamos todos”.

14
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como
del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
15
Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene
después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
16
Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.
17
Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio
de Jesucristo.
Juan 1. 14 - 17 RVR

Los profetas hablan una y otra vez del tiempo en el que iba a venir Dios mismo en forma
de hombre a transformar el corazón de piedra en corazón de carne, a transformar las
tablas de la ley en vida en nuestro corazón.
Llegamos así en esta muy resumida referencia histórica al tiempo del profeta Malaquías
donde el pueblo escucha de parte de Dios lo que vendrá y luego hay 400 años de silencio.


19

El profeta habla del corazón del padre volviéndose a los hijos. Es Dios mismo buscando
con amor apasionado lo que se había perdido.

5
»Miren, les envío al profeta Elías antes de que llegue el gran y terrible día
del SEÑOR. 6 Sus predicaciones harán volver el corazón de los padres hacia sus hijos y el
corazón de los hijos hacia sus padres. De lo contrario, vendré y haré caer una maldición
sobre la tierra».
Malaquías 4. 5 - 6 NTV

El pueblo escucha esto y luego hay silencio.


400 años después de esta palabra, comienza a hacerse realidad lo profetizado. Aparece
Juan el Bautista llamando a la gente al arrepentimiento y profetizando acerca de la llegada
del tiempo de la manifestación del Mesías. Dios hecho hombre.
El Padre volviendo su corazón al Hijo. El Hijo de Dios como el segundo Adán encapsulado,
encarnado en un cuerpo humano volviendo su corazón al Padre en nombre de toda la
humanidad. Dios con amor recuperando lo que se había perdido.

Jesús nace en una familia humana común y corriente. Una de las pruebas más grandes de
que Dios mismo cree en Su diseño: la familia.
El Cristo eterno, encapsulado en el cuerpo humano de Jesús estuvo por 30 años bajo la
autoridad delegada por Dios en la familia. Ahí creció, fue encaminado y desarrolló su
potencial para lograr la consumación del propósito eterno.
Hay un episodio en los últimos días de la vida de Jesús con sus discípulos que es clave que
lo entendamos como familias por la revelación del Espíritu Santo. El partimiento del pan
en la cena con los discípulos como acto profético de lo que sucedería en la cruz.

26
Mientras comían, Jesús tomó un poco de pan y lo bendijo. Luego lo partió en trozos, lo
dio a sus discípulos y dijo: «Tómenlo y cómanlo, porque esto es mi cuerpo».
Mateo 26. 26 NTV

Jesús toma el pan (recordemos que había enseñado algún tiempo antes “Yo soy el pan de
vida”), y al partirlo les dio una porción a cada uno y les dijo esto es “Mi cuerpo”. En otras
palabras, les repartió porciones de sí mismo a cada uno.
Esto era un acto profético de lo que iba a suceder a partir de la cruz. Jesús muere en
cuerpo humano, pero resucita el Cristo de la gloria, el Cristo eterno que por obra del
Espíritu Santo es impartido en nosotros como espíritu vivificante y así, cada uno con la
porción de Cristo que porta formamos el Cuerpo de Cristo en toda la tierra.
Y experimentar la vida de cuerpo, comienza en la familia.


20

5
Por eso, cuando Cristo vino al mundo, le dijo a Dios:
«No quisiste sacrificios de animales ni ofrendas por el pecado.
Pero me has dado un cuerpo para ofrecer.
6
No te agradaron las ofrendas quemadas
ni otras ofrendas por el pecado.
7
Luego dije: “Aquí estoy, oh Dios; he venido a hacer tu voluntad
como está escrito acerca de mí en las Escrituras”».
8
Primero, Cristo dijo: «No quisiste sacrificios de animales, ni ofrendas por el pecado, ni
ofrendas quemadas ni otras ofrendas por el pecado; tampoco te agradaron todas esas
ofrendas» (aun cuando la ley de Moisés las exige). 9 Luego dijo: «Aquí estoy, he venido a
hacer tu voluntad». Él anula el primer pacto para que el segundo entre en
vigencia. 10 Pues la voluntad de Dios fue que el sacrificio del cuerpo de Jesucristo nos
hiciera santos, una vez y para siempre.
Hebreos 10. 5 – 10 NTV

En el verso 5 vemos claramente que Jesús ofreció su cuerpo humano. Y en el verso 9


vemos que Cristo anuló el Antiguo Pacto y puso en vigencia el Nuevo Pacto, nuestra
verdad presente.
Se nos tiene que revelar claramente la realidad de la centralidad de Cristo y su vida
impartida en nosotros.

Volvamos por un momento al comienzo del ministerio de Jesús para entenderlo mejor.

16
Cuando llegó a Nazaret, la aldea donde creció, fue como de costumbre a la sinagoga el
día de descanso y se puso de pie para leer las Escrituras. 17 Le dieron el rollo del profeta
Isaías. Jesús lo desenrolló y encontró el lugar donde está escrito lo siguiente:
18
«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a
los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos
verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, 19 y que ha llegado el tiempo del favor
del Señor».20 Lo enrolló de nuevo, se lo entregó al ayudante y se sentó. Todas las miradas
en la sinagoga se fijaron en él. 21 Después Jesús comenzó a hablarles: «La Escritura que
acaban de oír ¡se ha cumplido este mismo día!».
Lucas 4. 16 – 21 NTV

Este mismo día se ha cumplido la Escritura, “hoy” se ha cumplido el tiempo dijo Jesús al
leer las escrituras en el libro de Isaías.
Todo lo anunciado, lo profetizado, las sombras, los tipos, las fiestas se han cumplido en Él.


21

27
Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre. Nadie conoce bien al Hijo, sino el
Padre. Nadie conoce bien al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Mateo 11. 27 RVA

Se consumó EN Cristo el tiempo de la manifestación y cumplimiento del Pacto Eterno entre


el Padre y el Hijo. El tiempo en el que Dios iba a reunir todo EN Cristo.

9
Ahora Dios nos ha dado a conocer su misterioso plan acerca de Cristo, un plan ideado
para cumplir el buen propósito de Dios. 10 Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo,
Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que
están en el cielo y también las que están en la tierra.
Efesios 1. 9 – 10 NTV

10
El propósito de Dios con todo esto fue utilizar a la iglesia para mostrar la amplia
variedad de su sabiduría a todos los gobernantes y autoridades invisibles que están en los
lugares celestiales. 11 Ese era su plan eterno, que él llevó a cabo por medio de Cristo Jesús
nuestro Señor.
Efesios 3. 10 – 11 NTV

En Cristo se cumplió el tiempo, la ley y las promesas. Todo lo anunciado y prometido llegó
a su cumplimiento en Él. Todo le fue entregado a Él. Todo está en Él.

Cristo fue, es y será la persona más importante en las Escrituras. No se trata de nosotros.

46 47
Porque si ustedes creyeran a Moisés, me creerían a mí; pues él escribió de mí. Pero si
no creen a sus escritos, ¿cómo creerán a mis palabras?
Juan 15. 46 – 47 NTV

39
Ustedes estudian las Escrituras a fondo porque piensan que ellas les dan vida eterna.
¡Pero las Escrituras me señalan a mí!
Juan 5. 39 NTV

Aun desde el Apocalipsis hablando del cordero que fue inmolado TODO apunta a la cruz.
Desde el principio y desde el fin todo habla de Él.


22

El Evangelio Eterno de Dios es la supremacía, la universalidad y la centralidad de Cristo en


la eternidad, en toda la humanidad y en toda la creación.

8
Y adoraron a la bestia todos los que pertenecen a este mundo, aquellos cuyos nombres
no estaban escritos en el libro de la vida que pertenece al Cordero que fue sacrificado
antes de la creación del mundo.
Apocalipsis 13. 8 NTV

El apóstol Pablo por revelación expone en sus cartas muy claramente acerca de la obra de
la cruz y la impartición de Cristo en nosotros.

El Propósito Eterno de Dios es que seamos representantes fieles de Cristo y la manifestación


de Su vida gloriosa en toda la tierra. Y el primer lugar en donde esto tiene implicancia es en
la casa, en nuestra familia.

Es necesario que podamos entender que Jesús fue crucificado, que el Cristo eterno estaba
escondido en Jesús de Nazaret, y que la cruz rompió el cuerpo humano de Jesús para que
se viera a Cristo. Y es este mismo proceso el que Dios quiere hacer en nuestras vidas con la
ayuda de Su Espíritu, que seamos crucificados cada día y se vea a Cristo en nosotros. “Yo
estoy crucificado, ya no vivo yo sino que vive Cristo en mí”, dijo el Apóstol Pablo.

También en el libro de Hebreos leemos que Él nos abrió un camino nuevo y vivo a través del
velo el cual fue su cuerpo. Así como el velo fue rasgado y había un libre acceso al lugar
santísimo, el cuerpo de Jesús fue roto para que el eterno Hijo se manifestara, así que la cruz
nos hizo un favor a todos, vimos la gloria de Dios y el Cristo que resucitó fue impartido en
nosotros.

19
Así que, hermanos, tenemos libertad para entrar en el Lugar santísimo
por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió
a través del velo, esto es, de su carne.
Hebreos 10. 19 – 20 RVR

La única razón de por qué Cristo pasó un proceso de muerte, sepultura y resurrección fue
para transformarse en Espíritu vivificante, fue para ser impartido en nosotros como Vida en
nuestro espíritu.

45
Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán,
espíritu vivificante.

1 Corintios 15:45 RVA


23

20
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;
y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí.
Gálatas 2. 20 RVA

26
el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido
manifestado a sus santos. 27 A ellos, Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de
este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, esperanza de gloria.
Colosenses 1. 26 – 28 RVA

Experimentamos así la Vida de Cristo fluyendo en nosotros y la plenitud más grande que
puede existir para un ser humano. Dios se hizo hombre, y por si eso fuera poco se
impartió en nosotros para que la vida de Su Hijo fluya en nosotros y lo demos a conocer a
la humanidad.
Por esto debemos entender y recordar que TODO se trata de que todos lleguemos a la
estatura de Cristo.

11
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a
otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe
y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo.
Efesios 4. 11 NTV

Que TODOS lleguemos a la unidad de la fe es la cuestión.


Que TODOS lleguemos a ser uno en Cristo es de lo que se trata todo lo que Dios está
haciendo. Todo lo demás, por más éxito aparente que presente, para Dios no cuenta.

Un cordero por familia


Volvamos al “cordero perfecto por familia” que vimos que fue ofrecido en la noche de la
liberación de la esclavitud en Egipto. El “cordero perfecto” salvó a las familias. TODOS
debían comer el cordero. Vea la similitud con el texto recién mencionado en Efesios.
Juan el Bautista decía que Cristo es el Cordero que quita el pecado del mundo.
Si tomamos como símbolo la noche en Egipto de la realidad que iba de venir en Cristo,
podemos concluir con seguridad que HOY, después de la cruz y experimentando la vida de
Cristo impartida en nosotros, debemos dejar que el Espíritu Santo forme a Cristo el
Cordero en cada uno de los miembros de nuestra familia hasta que Cristo sea perfecto en
nosotros y en nuestra familia.


24

Así, presentando un “Cordero perfecto” (que es Cristo formado y expresado en cada


miembro de nuestra familia) estaremos presentando un cordero por cada casa o familia
como esa noche en Egipto.
Pero es fundamental entender que nuestra familia es alegórica de La Familia de Dios, que
es la Iglesia. Por esto se vuelve urgente entender que debemos presentar un Cordero
perfecto que es Cristo como Iglesia, y podremos ver así la salvación de la humanidad.
Lamentablemente hay muchas voces y muchos evangelios presentándose hoy en la familia
de Dios. Pareciera que se están presentando muchos corderos. Pero el Evangelio es uno y
es Cristo. La demanda de Dios siempre será la de presentar un Cordero por familia.
Las familias en Egipto fueron preservadas por el sacrificio del Cordero.
Hoy, las familias de la tierra pueden ser preservadas si La Familia de Dios, la Iglesia toda
como Cuerpo, presenta un “Cordero perfecto”. Esto es Cristo siendo formado en cada uno
y TODOS manifestando la Vida del Hijo.

10
y revestido del nuevo. Éste, conforme a la imagen del que lo creó, se va renovando
hasta el conocimiento pleno, 11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión,
bárbaro ni extranjero, esclavo ni libre, sino que Cristo es el todo y en todos.
Colosenses 3. 10 – 11 RVR

Dios está restaurando a Su familia


La Iglesia, el Cuerpo de Cristo es Su familia.
La Iglesia, esposa del Cordero que es el Hijo, viviendo la vida del Espíritu, y el Padre,
forman La Familia. De esto se trata todo. La prioridad de Dios es Su familia antes que la
nuestra. Esto significa que la voluntad de Dios es restaurar a Su familia por la obra del
Espíritu Santo, el Espíritu del Hijo, el Espíritu vivificante en cada uno de los reconciliados
en Cristo.
Al alinearnos como familia a esa voluntad, experimentaremos como somos reconciliados
en Cristo, libres de la enemistad y hostilidad, experimentaremos plenitud y gozo más allá
de las circunstancias. Al alinearnos a esta verdad presente nuestra vida y familia cambia
para siempre.
Un matrimonio y una familia se restauran encontrándose y siendo uno en Cristo. Se
restaura por su rendición completa al Señorío y Gobierno de Cristo.
Debemos encontrarnos en la cruz. Allí somos todos iguales, somos todos uno. En la cruz
todos morimos.
Cuando caminamos sin luz, sin revelación, como humanos naturalmente tendemos a
separar todas las cosas. Pero TODO fue reunido en Cristo y cuando tenemos esta luz
dejamos de separar. La cruz reconcilia lo que nosotros humanamente separamos.
A partir de pasar por la cruz opera en nosotros la mente de Cristo, y desde esa mente
reconciliada todo se ve como uno. Todo está reconciliado.


25

La mente de Cristo produce así en nosotros una visión integral, una visión superior a la
natural humana. La mente de Cristo produce en nosotros la capacidad de ver lo eterno.
Podemos entender entonces que Dios no está bendiciendo y restaurando familias sino a
Su familia. Y al entenderlo y alinearnos a eso en consecuencia nuestra familia es
bendecida y reconciliada en Cristo. Dios no está bendiciendo y restaurando naciones sino
a Su nación.

Lo que nos hace parte de Su familia es ser obedientes a Dios.


La salvación comienza con la obediencia en el espíritu. Al abrazar la reconciliación con
Dios en Cristo nuestro espíritu es regenerado. Esto es el nuevo nacimiento. Luego todo
nuestro ser integral va siendo salvo a medida que crece nuestra obediencia. Él nos sacó de
una persona: Adán, y nos colocó en otra persona, Cristo. Las Escrituras también llaman a
esto el proceso de santificación.
Jesús dice en Juan 17 “santifícalos en la verdad, tu palabra es verdad. Como me enviaste al
mundo así yo los he enviado”. No dice “para” lo que me enviste sino “como” me enviaste.
Cuando Jesús entiende la obra que Dios estaba haciendo como plan eterno, Él llegó a ser la
verdad. Él dijo yo soy el camino, la verdad y la vida. Por lo tanto, la verdad está en toda
persona que por revelación entiende que de la misma manera que el Cristo eterno apareció
en la tierra en el cuerpo de Jesús es lo que sucede en nuestro nuevo nacimiento a partir de
la unión con Cristo. Fuimos encapsulados en una nueva vida de la misma manera que el
Cristo eterno en Jesús por la regeneración del Espíritu Santo en nuestro espíritu.
Cuando Pablo les dice a los de Tesalónica “que el Dios de paz los santifique por completo” lo
que dice es que desde el día del nuevo nacimiento comenzó la obra de santificación en
nuestro espíritu pero que llegará a todo nuestro ser.
Ahora todo nuestro ser espíritu, alma y cuerpo debe saber que no estamos en la tierra sólo
en calidad de humanos, sino que estamos en la tierra como vino Jesús a conformar Su
Cuerpo cuya cabeza es el Cristo resucitado.

En el Nuevo Testamento el término “en Cristo” es usado más de 200 veces. Puede aparecer
como “en Cristo” o “en Quién” o “en el Amado” o “en Él”, pero todos hacen referencia a la
misma verdad. Todas las veces se hace referencia a la misma realidad: nuestra vida ya no
está en Adán, ya no es de la tierra, ahora nuestra vida está EN Cristo.

La salvación es mucho más que tener algunos pecados perdonados o pensar que si muero
voy al cielo. La salvación produce una nueva naturaleza, una nueva creación, una nueva
vida, una nueva comunión con Dios como Padre a través de la Persona de Su Hijo Cristo
impartido en nosotros como Espíritu vivificante.

En resumen, Él nos dio su naturaleza para que lo expresemos y representemos. Y todo esto
comienza en la familia, el primer lugar donde lo vamos a representar y expresar.

Cristo fue impartido en nosotros pero nadie lo ve, por la misma razón que nadie veía a
Cristo dentro de Jesús de Nazaret. La cruz tuvo que romper a Jesús para que el Cristo
Eterno se manifestara y glorificara al Padre.


26

En algunos momentos ciertas personas tuvieron vislumbres como rayos de revelación de lo


que portaba Jesús en su interior como lo vemos registrado en Mateo 16:

Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le
respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni
sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

Mateo 16. 16 – 17 RVA

Cuando alguien de nuestra familia o cualquier persona se acerca a nosotros, ¿con qué se
conectan? ¿Con la cáscara humana que envuelve al Cristo que nos habita? La cáscara es
nuestra particular manera de ser, nuestro carácter, por ejemplo. Necesitamos que la obra
consumada en la cruz rompa toda cáscara de la vieja creación, para que nuestra familia y la
gente pueda conectarse con el Cristo que nos habita.

Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán,
espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El
primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.
Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

1 Corintios 15. 45-49 RVA

Vemos que Pablo dice que como es el terrenal tales son los terrenales, y como es el celestial
tales son los celestiales, y así como hemos traído la imagen del terrenal también traeremos
la imagen celestial. De modo que el que está en Cristo nueva criatura es, todas las cosas
viejas pasaron todas las cosas son hechas nuevas.

Las cosas nuevas pertenecen a la naturaleza del cielo que es Cristo. Para Dios nuevo no es
algo cronológico sino una naturaleza.

En los siguientes capítulos profundizaremos en la operación de esta Vida, de esta nueva


naturaleza en nosotros y sus implicancias en nuestras familias y su potencial para toda la
humanidad.


27


28

DISEÑADOS PARA PRESERVACIÓN DE LA VIDA

De aquí en adelante en este libro quiero que me acompañe teniendo en cuenta un


principio que se usa mucho en Psicología, principalmente en la línea conocida como
Psicología Cognitiva y se llama: re-significación.
Desde la Psicología Cognitiva se entienden los “procesos cognitivos” como el conjunto de
procesos por medio de los cuales se recibe, interpreta, almacena y utiliza la información.
Y las “habilidades cognitivas” son las facilitadoras del conocimiento, son aquellas que
operan directamente sobre la información: recogiendo, analizando, comprendiendo,
procesando y guardando información en la memoria, para posteriormente, poder
recuperarla y utilizarla dónde, cuándo y cómo convenga.

Re-significar quiere decir encontrar un “nuevo significado” o sentido a una situación, un


síntoma, una conducta, etc. Viene de la palabra “significación”, que es el proceso y el
resultado de significar lo cual permite expresar un pensamiento. Aunque el concepto de
resignificación no aparece en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la
inclusión del prefijo “re” nos permite afirmar que el término hace referencia a “volver a
significar”.
Los significados e interpretaciones que tenemos de las cosas pueden cambiarse.
Veamos un ejemplo para clarificar esta definición: La palabra comida a mí puede
significarme placer, pero a usted puede significarle nutrición. De acuerdo al significado
que tenga el término para mí, así será mi conducta alimenticia y su consecuencia en mi
cuerpo y salud integral.
Si la comida me significa placer, comeré por placer o por angustia sin evaluar las
cantidades o tipos de comida y será inevitable el sobrepeso y eventualmente los
problemas de salud.
Sin embargo, si la comida me significa nutrición, entonces evaluaré los tipos de comida y
las cantidades en base a mi necesidad nutricional. De esta manera mi peso será justo y los
problemas de salud asociados al sobrepeso no aparecerán.
El sólo cambio del significado en mi mente trae como consecuencia un cambio en todas
las áreas de mi vida.

Si bien las cuestiones espirituales y eternas no pueden entenderse desde lo cognitivo en la


mente natural, sino por revelación en nuestro espíritu, lo que necesitamos es resignificar
en nuestra alma (mente y emociones, que es lo cognitivo) toda esa revelación y
entendimiento recibidos en nuestro espíritu. Nuestra alma (mente, voluntad, emociones)
se debe ir alineando a lo eterno revelado a nuestro espíritu.

Desde la mente natural todo tiene una interpretación y significado. Pero desde la mente
de Cristo todo lo vamos a ver y resignificar desde lo eterno y desde la reconciliación.


29

Estaremos abordando y profundizando en este libro algunas palabras o términos


importantes en nuestra vida en referencia a Dios y las realidades espirituales. Vamos a
continuar revisando el significado que tienen para nosotros y si es necesario las vamos a
resignificar para ser más exactos en las realidades espirituales que estamos llamados a
reflejar en nuestra casa para nuestros hijos y como familias a la sociedad.
Portamos una Vida, una nueva naturaleza que tiene que manifestarse. Y esa Vida fluye y
manifiesta sus frutos como la autoridad, el amor, la justicia, la verdad. Son todas facetas
de una misma sustancia que es Cristo en nosotros. Por eso necesitamos revisar estas
palabras y darles el verdadero significado desde lo eterno.

Uno de los conceptos que necesitamos comenzar a revisar porque está metido en la
médula del funcionamiento familiar desde el origen es el concepto de autoridad. La
familia es la expresión del gobierno, de la autoridad de Dios en la tierra.
Cristo en nosotros es nuestro mejor modelo de autoridad. Él es la autoridad sobre todo lo
que existe y como fuimos absorbidos por Su naturaleza, Él mismo es la naturaleza de la
Vida que portamos.

18
Jesús se acercó a ellos y les habló diciendo:
“Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra”.
Mateo 28. 18 RVA

A través de la cruz, Cristo como el segundo Adán es la nueva creación de TODO lo que el
primer Adán había perdido.
De aquí en adelante en este capítulo tengo el gran honor de llevarlos a disfrutar de la
colaboración invaluable del Apóstol Gustavo Lara en su trabajo de aclararnos para
entender con más exactitud este tema de la autoridad desde lo eterno.

Entender la Autoridad desde la Mente de Cristo


Entender la autoridad desde la mente de Cristo es imprescindible para la Edificación de la
salud de la familia.
Las autoridades por diseño de Dios son instrumentos de consolación para preservar la vida
de Dios en nosotros y su propósito multi-generacional puesto en la familia desde el origen.

4
«Por favor, acérquense», les dijo. Entonces ellos se acercaron, y él volvió a decirles:
«Soy José, su hermano, a quien ustedes vendieron como esclavo en Egipto. 5 Pero no se
inquieten ni se enojen con ustedes mismos por haberme vendido. Fue Dios quien me
envió a este lugar antes que ustedes, a fin de preservarles la vida. 6 El hambre que ha
azotado la tierra estos dos últimos años durará otros cinco años más, y no habrá ni
siembra ni siega. 7 Dios me hizo llegar antes que ustedes para salvarles la vida a ustedes y
a sus familias, y preservar la vida de muchos más. 8 Por lo tanto, fue Dios quien me


30

envió a este lugar, ¡y no ustedes! Y fue él quien me hizo consejero del faraón,
administrador de todo su palacio y gobernador de todo Egipto.
Génesis 45. 4 – 8 RVA (énfasis del autor)

Lo que necesitamos con urgencia es ENTENDER. Esto significaba tener el mismo


conocimiento de Cristo por revelación. Entender es ver como Él ve.

Para entender mejor lo referente a autoridad sería valioso considerar la doctrina apostólica
en las Escrituras.
¿Por qué es llamada por los Apóstoles “la sana doctrina”?
- Es sana porque porta una simiente saludable.
- Es doctrina porque es la verdad.
- Sólo en la Verdad está la verdadera salud del ser humano.

Necesitamos conocer más la Verdad que es Cristo mismo y ser así más saludables.

En el origen de la Iglesia, es decir, después de la obra de la cruz, “el propósito de los


saludos” tenía que ver con el “deseo de que el otro recibiera y permaneciera en salud”.
Por esta causa los saludos de alguien que anda en la verdad, producen salud. Cuando los
que andan en la verdad saludan, SANAN.
La preocupación apostólica era la salud de los santos, y desde allí saludaban.
Los apóstoles escribían sus cartas para que la sana doctrina pudiera llegar a todos y así
mantener a los santos en la salud de Cristo.

En nuestra generación no hay nada que precise más salud que el concepto de autoridad. Y
en este asunto la Iglesia no es la excepción.
Las instituciones establecidas por Dios como la familia, la sociedad y la Iglesia, en regla
general han fallado en dar a conocer a las generaciones el uso apropiado de la autoridad.
Por eso se necesita tanto el entendimiento de una familia alineada y expresando lo eterno.
Una familia que retorna al Señorío de Cristo, sin conflictos con la autoridad y las
autoridades.

Existen dos maneras de leer y entender las Escrituras: desde la mente natural o desde la
mente eterna de Cristo.
Tenemos que dejar de ver y leer las Escrituras desde nuestra mente y comenzar a leerla
desde Su Mente. Entonces entenderemos claramente que es lo que El Señor quiso decir.

Es necesario comprender que la mente humana es natural y devalúa las palabras eternas
que son espíritu y son vida.
39
»Ustedes estudian las Escrituras a fondo porque piensan que ellas les dan vida eterna.
¡Pero las Escrituras me señalan a mí!
Juan 5. 39 NTV

11
porque ¿quién de entre los hombres conoce las cosas del hombre, sino el espíritu del
hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu


31

de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que
proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.
13
De estas cosas hablamos, no con palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino con
las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
14
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él
son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
1 Corintios 2. 11 - 14 RVA

Necesitamos proponernos a no buscar en palabras humanas lo que conlleva un sentido


eterno.
Estoy convencido de que autoridad se entenderá apropiadamente desde la mente de
Cristo en nosotros.

Nadie pondría en duda que Dios es la fuente de toda autoridad, pero nos ayudaría el
hacernos las siguientes preguntas:
¿Qué pensó Dios cuando estableció la Autoridad?
¿Cuál es el verdadero propósito o fin de la autoridad desde la perspectiva divina?
¿Cómo usar saludablemente la autoridad que me fue delegada?
¿Cómo crecer en niveles de autoridad?
¿Cuáles son los límites de la Autoridad?
¿Cómo puedo comprender el nivel de autoridad que portamos?

Lo que marca la diferencia en el ejercicio de la autoridad es desde que posición se ejerce.


Si se ejerce la autoridad antes de la cruz o después de la cruz.
Porque antes de la cruz sólo importa nuestra vida, nuestros sueños, nuestros planes,
nuestro ministerio, nuestra visión. Sin cruz sólo busco lo mío.
Pero después de la cruz sólo importa cómo hacer crecer Su Vida en nosotros, Su Vida en
los santos, y Su Vida en los que están muertos.

Lo que marca la diferencia en el ejercicio de la autoridad es desde que naturaleza se


ejerce. Si se ejerce desde la carne o desde el Espíritu.
Desde la carne, se manifestarán sus frutos, y esto es altamente peligroso y dañino en
alguien que tiene autoridad sobre la vida de otros.
Desde el Espíritu, se verán sus frutos, y esto es glorioso y placentero para los que están
bajo su autoridad.

16
Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán
llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. 17 La naturaleza pecaminosa desea
hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu
nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas
luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus
buenas intenciones, 18 pero cuando el Espíritu los guía, ya no están obligados a cumplir la
ley de Moisés.


32

19
Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados son más
que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales,20 idolatría, hechicería,
hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias,
divisiones, 21 envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos.
Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que lleve esa clase de vida no
heredará el reino de Dios.
22
En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor,
alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, 23 humildad y control propio. ¡No
existen leyes contra esas cosas!
24
Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la
naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí. 25 Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos
la guía del Espíritu en cada aspecto de nuestra vida. 26 No nos hagamos vanidosos ni nos
provoquemos unos a otros ni tengamos envidia unos de otros.
Gálatas 5. 16 – 25 NTV

Todo lo que Dios creó (antes que resolver un problema humano) responde a un diseño
divino para proteger Su Vida en el hombre.
Cuando lo creado por Dios lo aplicamos solamente para resolver un problema humano
devaluamos su verdadero uso y sentido.

La autoridad fue delegada para preservar Su Vida Eterna en el hombre. Vida que en el
huerto estaba en el árbol de la vida, y el medio para disfrutarla era la obediencia.
Lo que el hombre perdió en el huerto fue Su Vida, y por consecuencia el árbol fue
escondido.
La autoridad y la obediencia son un principio. Su propósito era para preservar la vida de
Dios en el hombre, y esto fue lo que Cristo vino a darnos al morir en la cruz: Su Vida. Él
dijo “Yo he venido para que tengan vida”.
Por eso es que toda actividad de la autoridad delegada es para corregir, consolar, afirmar,
fortalecer y enseñar, con el único fin de cuidar y formar Su Vida en los que están bajo
autoridad.

Podemos ver claramente en la sociedad que el ejercicio de la autoridad desde la mente


natural genera en quien la porta:
1. efectos físicos de mera gratificación personal,

2. alimenta los deseos naturales,

3. el servicio a las propias necesidades,

4. es vulnerable a las concupiscencias de la carne.

La mente natural es plenamente vulnerable a la corrupción

En la carne todo es corrupción o corruptible en contraste al Espíritu, por que la carne es la


33

antítesis de la vida eterna.

7
No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso
también segará, 8 porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción;
pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
Gálatas 6. 7 – 8 RVR

Desde la mente natural lamentablemente todo lo eterno es traído a una condición inferior
de desvalorización o aun peor, desaparición por causa de la corrupción que opera en la
mente humana.

En el desarrollo de la Mente de Cristo en nosotros, todo lo que es administrado toma


proporciones eternas y globales. Vemos a la gente en su estado eterno y con efectos
globales.

Como muchas otras cosas que pertenecen a la vida y a la piedad dependen desde que
mente y que naturaleza se lean y se vean.

Todo se corrompe cuando queremos explicar lo eterno desde lo natural.

La autoridad produce orden. El orden es un sistema de protección para la preservación de


la vida de su Hijo en nosotros.
Donde hay ausencia de autoridad, hay desorden, y donde hay desorden hay pérdida de Su
Vida. El principio desde el diseño original es una correlación de Autoridad – Orden –
Funcionalidad – Propósito. La autoridad produce orden. El orden produce funcionalidad. Y
la funcionalidad hace alcanzar el propósito para el cual fue diseñado.

Las personas, en todos los tiempos y edades, han llorado por las pérdidas que han sufrido.
Pero por causa del engaño y el mal entendimiento de la vida han llorado por cosas que no
tienen efectos eternos.
El gran problema será cuando mueran, ya que allí experimentarán el verdadero lloro por el
que debían haber llorado mientras estaban en la tierra.

“Allí será el lloro y el crujir de dientes” porque nunca lloraron en vida, por lo que debían
haber llorado.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.


Mateo 5. 4 RVA

La mayor pérdida de un ser humano no es un ser querido, o bienes materiales. Ni siquiera


la salud. La mayor pérdida del hombre es perder la vida del Hijo de Dios, lo que fue
llamado en Génesis el Árbol de la Vida: CRISTO.


34

Es por eso que necesitamos comprender la consolación en Cristo. La consolación es una


acción divina que opera frente a la pérdida. El Espíritu Santo viene para consolar no
cualquier pérdida, sino la más grande pérdida en el ser humano, que es la pérdida de la
Vida de Dios en su Hijo.

Por lo tanto, la verdadera autoridad que viene de Dios son personas en el ejercicio y
propósito de un sistema estructural que preserva la vida de Dios en nuestro ser, en
nuestras familias y en toda la comunidad.
Cuando Dios estableció la autoridad y las autoridades, fue porque vio que era el medio de
preservación y permanencia de Su Vida en nosotros.

Todo sin Cristo puede ser bueno o malo. El grave problema es que está muerto. Pero en
Cristo todo tiene vida. El engaño puede ser sobre cosas malas o buenas, pero cosas que
jamás tendrán vida.
La autoridad sin vida de Cristo no se entiende desde lo natural. La autoridad sólo se
entiende desde lo espiritual.

En conclusión, todo depende desde qué naturaleza se lea y se administre la autoridad.


Todo lo de la Vida Espiritual debe ser entendido conforme a “lo que era desde el
principio”. Todo en Jesucristo fue de acuerdo al Plan y Propósito Eterno de Dios, conforme
a “lo que era desde el principio”.

En el principio era el Verbo,


el Verbo estaba con Dios
y el Verbo era Dios.
2
Éste estaba en el principio con Dios.
3
Todas las cosas por medio de él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho.
Juan 1. 1 – 3 RVA

Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo
que hemos contemplado y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida 2 —pues la
vida fue manifestada y la hemos visto, y testificamos y os anunciamos la vida eterna, la
cual estaba con el Padre y se nos manifestó—,3 lo que hemos visto y oído, eso os
anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra
comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.
1 Juan 1. 1 – 3 RVA

El principio de la autoridad no aparece después de la caída o la muerte eterna del hombre,


sino antes, en el propósito eterno de Dios.
Dios creó todo según lo que fue determinado por Él en el principio.

Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y


el conocimiento de la verdad que es según la piedad, 2 en la esperanza de la vida eterna.
Dios, que no miente, prometió esta vida desde antes del principio de los siglos, 3 y a su
debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue
encomendada por mandato de Dios, nuestro Salvador.
Tito 1. 1 – 3 RVA


35

18
pues ya sabéis que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir (la cual
recibisteis de vuestros padres) no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la
sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. 20 Él
estaba destinado desde antes de la fundación del mundo, pero ha sido manifestado en los
últimos tiempos por amor de vosotros.
1 Pedro 1. 18 – 20 RVA

Lo que fue manifiesto era lo que estaba destinado desde antes del mundo, en el principio.
Las cosas no sucedieron por casualidad, Dios lo planeó todo antes y en conformidad con
Su Plan. Dios no sólo planeó algo que esperaba que funcionara. Su Plan era una obra
consumada desde el principio.

Desde el Propósito Eterno la autoridad fue instituida por Dios para mantener en orden
todo lo creado, y así manifestar la vida de su Hijo en todo y todos.

Es aquí donde viene la importancia del Administrador o Autoridad Delegada como lo son
los padres en la familia. Porque se delegó autoridad para mantener el orden de aquello
que está bajo su administración y que así se refleje al Hijo de Dios, Cristo en nosotros. De
eso se trata todo.


36

LA AUTORIDAD COMO NUESTRA NATURALEZA

Al entender correctamente la autoridad, como lo venimos desarrollando, vemos la urgente


necesidad de alinear nuestras familias a lo eterno para así poder alcanzar el nivel del
diseño original y expresar las realidades que Dios pensó que reflejemos como familias.
Entendiendo la vida de Cristo impartida en nosotros vemos que portamos al modelo de
autoridad en nosotros. Y así está garantizada por Dios la realidad de alcanzar el modelo de
familias diseñados por Él en el principio.

Continuamos disfrutando el honor de esta ayuda invaluable del Apóstol Gustavo Lara
aclarándonos para entender la Vida que opera en nosotros.

Entender la autoridad desde la mente eterna de Cristo


8
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia
de anunciar entre los gentiles el evangelio de las insondables riquezas de Cristo, 9 y de
aclarar a todos cuál sea el plan del misterio escondido desde los siglos en Dios, el
creador de todas las cosas, 10 para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a
conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares
celestiales, 11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús, nuestro Señor.
Efesios 3. 8 – 11 RVA (énfasis del autor)

La gracia de anunciar y de aclarar son dos aspectos de la presentación del Evangelio de


nuestro Señor Jesucristo.
En el primero: anunciar, puede tener cierta improvisación ya que está más relacionado a
la impartición de Su Vida. Pero el segundo aspecto: aclarar, requiere de pericia porque es
la explicación de la operación y propósito de Su Vida en los santos. Y en esto no puede
haber improvisación.
Es como la función de un arquitecto o neurocirujano. Donde hay vidas en juego no puede
haber irresponsabilidad en la preparación.

15
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
2 Timoteo 2. 15 RVA

15
Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también
nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito 16 en
casi todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas
difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen (como también las
otras Escrituras) para su propia perdición.
2 Pedro 3. 15 – 16 RVA

El ser UNO está ligado a la salud de nuestras relaciones.


Con relaciones saludables en Cristo, se es UNO. Como el Padre y el Hijo son UNO, y a la
misma vez son nuestro modelo de Autoridad y Sumisión.


37

24
Luego el fin, cuando entregue el Reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo
dominio, toda autoridad y todo poder.
25
Preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus
pies. 26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte, 27 porque todas las cosas las
sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él,
claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas.28 Pero, luego que todas las
cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él
todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
1 Corintios 15. 24 – 28 RVA

Dios Padre es la fuente de toda autoridad, y el Señor Jesucristo es nuestro modelo de


sumisión y autoridad a la misma vez, y a quien rendimos toda obediencia en absoluta
sumisión.
En Cristo hemos aprendido que la autoridad no es sustitutiva, sino representativa en todas
sus formas: esposos, padres, pastores, etc.

Autoridad es un asunto de vida eterna más que algo circunstancial

Desde lo eterno entendemos que el placer de Dios siempre estuvo en ver en toda la
creación la imagen de su Hijo.

Es por eso que todo fue creado en Él, por Él, y para Él. Todo comenzó en UNO y todo va a
Terminar en UNO: Cristo.

15
Cristo es la imagen del Dios invisible,
el primogénito de toda creación,
16
porque en él fueron creadas todas las cosas,
las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;
sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades;
todo fue creado por medio de él y para él.
17
Y él es antes que todas las cosas,
y todas las cosas en él subsisten.
18
Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia,
y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la
preeminencia,
19
porque al Padre agradó que en él habitara toda la plenitud,
20
y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas,
así las que están en la tierra como las que están en los cielos,
haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
Colosenses 1. 15 – 20 RVA

Nos urge ver la autoridad desde el punto de vista de Dios, porque toda autoridad fue dada
para mantener el orden. Y el orden según Dios es reflejar el Gobierno de Su Hijo. Por eso


38

envió la Palabra (Cristo) y ordenó todo.

Para Dios nada está verdaderamente ordenado sino refleja a su Hijo.

El orden según Dios es un sistema de protección para la preservación de la vida de su Hijo


en nosotros.

Desde la oscurecida visión de la religión, se hace al hombre el centro de esta gran obra de
Dios de redención y salvación.

Si viéramos por medio de la perspectiva de Dios, veríamos que todo el Plan de Dios se
centra en Su Hijo y no en las necesidades del hombre en primer lugar.

26
el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido
manifestado a sus santos. 27 A ellos, Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de
este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, esperanza de gloria.
Colosenses 1. 26 – 27 RVA

El desorden en las vidas, familias, comunidades y naciones refleja la ausencia de la


imagen y gobierno de Su Hijo.

Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el
Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

Génesis 1. 2 RVA

Este fue el estado de la tierra por la ausencia de un administrador, por falta de una
autoridad, en ese estado la tierra no reflejaba la imagen de Su Hijo.

Declaramos que en la práctica legítima de Su autoridad en los santos, la luz de Cristo


crecerá en nuestras ciudades y las personas llorarán por el vacío de Cristo en sus vidas
más que por sus problemas personales (y no porque no sean importantes).

El proceso en el crecimiento de la autoridad en los santos es de adentro hacia


afuera

Fiel es esta palabra: Si alguien anhela el obispado, desea buena obra. 2 Entonces es
necesario que el obispo sea de conducta intachable, marido de una sola mujer, sobrio,
prudente, decoroso, hospitalario, apto para enseñar 3 no dado al vino, no violento sino
amable, no contencioso ni amante del dinero. 4 Que gobierne bien su casa y tenga a sus


39

hijos en sujeción con toda dignidad. 5 Porque si alguien no sabe gobernar su propia casa,
¿cómo cuidará de la iglesia de Dios? 6 Que no sea un recién convertido para que no se
llene de orgullo y caiga en la condenación del diablo. 7 También debe tener buen
testimonio de los de afuera para que no caiga en el reproche y la trampa del diablo.
1 Timoteo 3. 1 – 7 RVA

Por eso es que toda autoridad en la familia y en la Iglesia, o desde la Iglesia a la sociedad
es:
- para la impartición de Su Vida
- para la formación de Su Vida
- para la preservación de Su Vida
- para dar a conocer Su Imagen en todo lo que administramos como autoridad.

La autoridad y las autoridades somos representantes y no sustitutos de Su Imagen. Todo


se trató siempre de que lo vean a Él en nosotros.

Por eso es que nuestra medida de autoridad está relacionada a cuánto Cristo ha sido
formado en nosotros y no cuántos cargos tengamos en la Iglesia o en la Sociedad.

La autoridad es el tema que rige el universo. Debiéramos preguntarnos: ¿Quién reina?:


¿Dios o el hombre? ¿El Espíritu o el alma? ¿La Verdad o el engaño? ¿La Luz o las
tinieblas? ¿La ignorancia o el conocimiento?

Toda falta de sumisión existe para desafiar la autoridad de Dios. Porque es un principio
espiritual. No me sujeto a una persona, sino a la autoridad espiritual delegada en esa
persona.

Cada acto de obediencia en sumisión manifiesta que: Cristo es el Señor. Y por esta causa
nos volvemos en colaboradores de Dios en el Propósito Eterno.

El propósito de la autoridad
ü Formar a Cristo en los que están bajo autoridad.
ü Derribar conceptos erróneos.
ü Equipar y dar poder a otros (empoderar).
ü Cuidar y proteger.
ü Mantener el orden de Dios en Cristo.
ü Producir gozo en los que están bajo autoridad.

No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque
por la fe estáis firmes”.
2 Corintios 1: 24 RVA

Todo el propósito es doble: trabajar contigo (con, no sobre) para tu gozo. Aquí está el
motivo verdadero de la autoridad.

La autoridad está para:


40

ü Para producir servicio.

“Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se
enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26Mas entre
vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro
servidor, 27y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; 28como el Hijo
del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por
muchos”.
Mateo 20. 25-28 RVA

Cuando las personas que tienen autoridad se sienten lo suficientemente seguras, utilizan
la autoridad para servir a otros. Su ejemplo provoca una actitud de servicio, manteniendo
a ambos lados humildes (tanto el que está en autoridad como el que está bajo autoridad).

ü Para edificar.

8
Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio
para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré.
2 Corintios 10.8 RVA

El propósito de la autoridad era para construir, no para destruir. Inevitablemente puede


ser necesario destruir algo y colocar el fundamento adecuado para poder construir
después.

Más algunos están envanecidos, como si yo nunca hubiese de ir a vosotros. 19 Pero iré
18

pronto a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras, sino el poder de los que
andan envanecidos. 20 Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.
21
¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor y espíritu de mansedumbre?

1 Corintios 4. 18 - 21 RVA

ü Para madurar.

…a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda


sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre;
Colosenses 1. 28 RVA

Vemos que la amonestación y la enseñanza en la iglesia son para producir madurez. Un


niño dejado al azar, sin la supervisión y corrección, se mantendrá inmaduro.

ü Traer Justicia y Santidad

Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el
padre no disciplina? 8Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido
participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 9Por otra parte, tuvimos a nuestros
padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos
mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 10Y aquéllos, ciertamente por pocos
días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso,
para que participemos de su santidad.11Es verdad que ninguna disciplina al presente


41

parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los
que en ella han sido ejercitados.
Hebreos 12. 7 – 11 RVA

El propósito de la paternidad es criar hijos. Una de las maneras en las que Dios nos
disciplina y entrena es a través de la paternidad de aquellos quienes tienen autoridad de
Dios en la iglesia. La paternidad exitosa guía a la hermandad.

ü Para hacer discípulos que anden en la verdad.

No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.
3 Juan 1. 4 RVR

La relación aquí es de padres e hijos. Los hijos siguen al padre; los hijos admiran al padre
quien a su vez les provee el ejemplo correcto.

…no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos


un ejemplo para que nos imitaseis.
2 Tesalonicenses 3. 9 RVA

ü Para mantener el orden.

Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis


de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis
de nosotros. 7 Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues
nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, 8 ni comimos de balde el pan
de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a
ninguno de vosotros; 9 no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos
un ejemplo para que nos imitaseis. 10 Porque también cuando estábamos con vosotros,
os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11 Porque oímos que
algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino
entremetiéndose en lo ajeno. 12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor
Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. 13 Y vosotros,
hermanos, no os canséis de hacer bien. 14 Si alguno no obedece a lo que decimos por
medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. 15
Más no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.
1 Tesalonicenses 3. 6 – 15 RVA

Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás
cosas las pondré en orden cuando yo fuere.
1 Corintios 11. 34 RVA

ü Para proteger y establecer.

Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió.


Salmo 33. 9 RVR

Dios habla y su autoridad viene para ordenar, producir estabilidad, dirección,


42

establecimiento y protección.
La autoridad delegada está en la familia y en la Iglesia con ese propósito final: cuidar el
rebaño, salvar el rebaño, protegerlos de lo lobos, prevenir, amonestar, todo con el
propósito de dar seguridad, confianza, establecimiento y protección.

Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto
por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
29
Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces,
que no perdonarán al rebaño.
Hechos 20. 28 RVA

Recibimos autoridad por estar en sumisión, más que por el ejercicio de muchas
prácticas espirituales
Mejor es la obediencia que los muchos sacrificios, le dijo Dios a su pueblo. Moisés abrió el
Mar Rojo antes de ayunar 40 días en el Monte Sinaí, ayunar sin sumisión no alcanza para
vivir una vida de poder. Jesús no ayunó para tener más poder sino por sumisión al Espíritu
en dirección al desierto. El verdadero ejercicio de la autoridad, nunca producirá
superioridad ni inferioridad sino más bien la liberación poderosa de la Vida que portamos.

El valor de reconocer la autoridad en otros como nuestro Señor Jesucristo lo


hizo con Juan el Bautista
Nuestra vida en Cristo se puede disminuir o acrecentar según la forma en cómo
reconocemos la autoridad de aquellos que nos ministran o la de nuestros padres en
nuestra casa. Dios nos da padres para proteger nuestras vidas y padres espirituales para
proteger Su vida. Un padre puede ser campesino, pero el hijo puede llegar a ser
astronauta. En función el hijo puede ser mayor, pero el Padre será mayor en autoridad.
Esto fue lo que aprendió Juan el Bautista con Jesús en el bautismo.

Separemos y aprendamos de la diferencia de autoridad y función. Juan fue la autoridad


que Jesús reconoció, por eso fue a bautizarse con él. “Cumplamos toda justicia” no fue
una simple declaración circunstancial, sino un principio eterno de sumisión. Ninguna
función en el Propósito Eterno es mayor que el estar bajo autoridad.

Volvieron entonces a Jerusalén; y andando él por el templo, vinieron a él los principales


27

sacerdotes, los escribas y los ancianos, 28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas
cosas, y quién te dio autoridad para hacer estas cosas?29 Jesús, respondiendo, les dijo: Os
haré yo también una pregunta; respondedme, y os diré con qué autoridad hago estas
cosas. 30El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Respondedme. (Su
respuesta fue clara: Juan el Bautista, pero ellos no lo pudieron ver).31Entonces ellos
discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 32 ¿Y
si decimos, de los hombres...? Pero temían al pueblo, pues todos tenían a Juan como un
verdadero profeta. 33Así que, respondiendo, dijeron a Jesús: No sabemos. Entonces
respondiendo Jesús, les dijo:
Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.
Marcos 11. 27 – 33 RVA


43

Jesús no pensaba en quién es mayor o menor, sino quién tenía la autoridad en ese
momento. Por eso es que la autoridad es funcional y no jerárquica.

La autoridad tiene mayor peso que el poder


Es por esto que podríamos tener un gran automóvil con un gran motor, pero se tiene que
detener frente a la luz roja del semáforo que representa la autoridad. Cuando creemos
que por causa del poder que opera en alguien no necesitamos reconocer autoridad, sólo
en cuestión de tiempo todo se volverá un desastre seguro, una verdadera y lamentable
autodestrucción. Estar bajo autoridad de alguien en Cristo preserva el poder que
portamos. Cuanto Dios más nos use con su poder, recordemos rendir cuentas a nuestras
autoridades. No importa cuánto poder tengamos, existe un valor inalterable y es reconocer
autoridad sobre nosotros.
Lamentablemente las personas desconocen los beneficios que produce estar bajo
autoridad. Todos los seres humanos fuimos creados para funcionar bajo la correcta
cobertura de autoridad.

El valor de una autoridad saludable


Veamos algunas características y frutos de una autoridad saludable:

No te domina, sino que te hará un dominador de circunstancias.


No se sobrepone sobre ti, sino que te hará alguien poderoso en Cristo.
No es un dictador, sino que te empoderará.
No te oprime, sino que te liberará.
No te dirige violentamente, sino que te sirve voluntariamente.
No te presiona, sino que te instruye.
No te manipula, sino que te habla verdad.
No te controla, sino que te supervisa.
No te restringe, sino que te enseña los límites.
No es un tirano, pero te exhorta y corrige.
No te aplasta, te levanta, pero si fuera necesario te bajará del orgullo.
No te forza, sino que te dará fuerzas.
No te somete, pero querrás someterte.

Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada
uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio,
sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo
también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios
como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo,
hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí
mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también
le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre.
Filipenses 2. 3 – 9 RVA

Tener autoridad demanda responsabilidad de reflejar Su Vida sabiendo que se nos pedirá
cuentas de lo hecho.

Toda autoridad será rendida de nuevo a Dios, quien es la fuente de toda autoridad.


44

Quien es demasiado grande para estar bajo autoridad ¡es demasiado pequeño para
ejercerla!

Algunos pensamientos finales


La comprensión correcta de la autoridad es la clave para funcionar en la vida.
El éxito de todo lo que emprendemos está totalmente ligado a la autoridad que estamos
dispuestos a reconocer en sumisión y obediencia.
Autoridad es la clave para el funcionamiento apropiado y efectivo en todas las esferas de
la sociedad humana.
Al no entender autoridad perdemos efectividad como individuos y familia dentro de la
sociedad.
La verdadera autoridad simplifica la vida. Dios estableció autoridades para simplificar la
vida de las personas, un consejo sabio te ahorra años de tristes experiencias.
Toda persona bajo autoridad establecida por Dios vive una vida más sencilla y con menos
riesgos.
Cuando alguien dentro del liderazgo no fue tratado por el Señor en esta área de sumisión,
las personas que están bajo su cargo van a sufrir mucho. Los procesados son personas
humildes y quebrantadas de corazón.
Personas sin sumisión a la autoridad siempre serán parte de los problemas pero nunca de
la solución, porque la autoridad bien ejercida es resolutiva.

Lo mejor de la vida se experimenta cuando se está bajo legitima autoridad. Y el primer


lugar donde estamos bajo autoridad es la familia.


45


46

LA VIDA COMO NUESTRA NATURALEZA


Hace un tiempo llegó a mis manos un hermoso libro que ha sido de tremenda inspiración
y muy clarificador para mi vida y para mi familia. Se llama: “No yo, sino Cristo” de Jasón
Henderson.
Quiero compartirle una analogía que encontré en este libro y que le será de gran utilidad
para entender todo lo que venimos trabajando.

Analogía: “La vida del perro”


Imagine que usted está en la iglesia el domingo en la mañana, cuando para su sorpresa,
el pastor se sitúa en la plataforma y le anuncia a la congregación que va a enseñar una
serie llamada: “Cómo vivir la vida del perro.” A continuación, abre un libro grueso y
empieza a leer en voz alta acerca de las asombrosas características y habilidades que
poseen los perros. Inicia describiendo su fuerza y velocidad, señalando que algunas razas
pueden correr hasta setenta y dos kilómetros por hora y saltar más de tres veces su
propia altura. Menciona sus capacidades para soportar duras condiciones meteorológicas y
su misteriosa habilidad de encontrar su camino a casa, incluso cuando hayan sido
separados de sus familias por cientos de kilómetros. Luego el pastor vuelve la página y
empieza a describir los cinco sentidos caninos y sus asombrosas capacidades. Los perros
pueden oír tonos hasta de 67 kilohercios, mucho más alto que cualquier ser humano.
Pueden percibir un olor a una milla de distancia, y luego identificarla y rastrearla con
precisión milimétrica. Así continúa el pastor, hasta que finalmente concluye su sermón
diciendo: “¡Ahora que ustedes conocen la naturaleza, carácter y capacidades del perro,
vayan y hagan lo mismo! ¡Vayan y vivan la vida del perro! Se necesitará práctica y
disciplina, pero el esfuerzo valdrá la pena. Y en caso de que olviden lo que han oído hoy,
le daré a cada uno una copia de este libro sobre perros, para que la lean y estudien
durante quince minutos al día.”
Cuando la congregación se reúne de nuevo la siguiente semana, el pastor continúa la
serie: “Cómo vivir la vida del perro,” pero esta vez concluye la reunión señalando algunas
áreas visibles de fracaso entre los miembros de la comunidad. Varios de los hombres, a
pesar de sus esfuerzos, sólo han logrado saltar un tercio de la altura de su cuerpo. Esta,
obviamente, no es una manifestación aceptable de la vida del perro. Peor que eso,
algunas de las mujeres fueron observadas durante la semana, corriendo a vergonzosos
ocho kilómetros por hora. Las cosas tienen que mejorar. Sin embargo, el pastor estaba
preparado para estos fracasos. Él ha tomado las clases requeridas sobre el agotamiento
en la vida del perro y sabe cómo mantener a la congregación motivada. Se vuelve al
retroproyector y empieza a compartir el plan de siete pasos, científicamente probado,
llamado: “Descubra su potencial canino.” Afortunadamente, este plan viene con un libro
de prácticas diseñado para grupos pequeños.
Obviamente, todo esto es ridículo y de inmediato vemos lo que está mal en esta historia.
Es admirable que un perro pueda hacer esas cosas, pero hay límites inflexibles de
naturaleza que impiden a los humanos vivir la vida del perro. En realidad, no tiene
importancia cuán diligentemente alguien estudie al perro o cuán duro trate de imitar esas
habilidades, somos seres humanos, y para bien o para mal, estamos limitados y
gobernados por la naturaleza humana. La única solución hipotética sería algún tipo de


47

avance científico que permita que la verdadera naturaleza del perro sea implantada en el
ser humano. Con la auténtica vida del perro desarrollándose dentro del cuerpo de un ser
humano, es posible que los hombres puedan lograr algunas cosas legítimamente caninas.
Sin embargo, puesto que esto es imposible, la vida del perro está totalmente fuera de
nuestro alcance.

Cristo en nosotros
Esta analogía describe muy bien la triste realidad de millones de personas que intentan
por sus fuerzas vivir una vida que jamás podrán vivir a no ser que experimenten la
naturaleza misma de Dios implantada en ellos.
Al haber entendido que Cristo ha sido impartido en nosotros a partir del nuevo nacimiento,
debemos crecer en entender cómo opera y fluye esta Vida en nosotros. De esta manera
avanzaremos de entender y estar alineados a lo eterno a expresar lo eterno, que es la
Vida de Cristo en nosotros. Cristianismo es Cristo viviendo en nosotros.

La Vida que portamos en indestructible. Es una Vida imparable que fluye y fluye hacia el
avance del Propósito Eterno.
Esta Vida de la que Dios habla es desconocida para nosotros. No es natural. Sólo se
conoce naciendo de nuevo en el espíritu. Así como experimentamos la vida natural en el
nacimiento, necesitamos el nacimiento espiritual para experimentar la Vida de Cristo. Y
este nuevo nacimiento se da cuando abrazo la notificación de que fui reconciliado con Dios
en Cristo.
Nosotros pensamos que la vida es nuestro entorno, las cosas que tenemos, el conjunto de
amigos, el trabajo y demás. De esta manera llamando vida a este conjunto de cosas
creemos que ahí es donde debemos dar prioridad a Dios. Queremos meter a Dios en
nuestra vida. Pero la realidad según las Escrituras es que Dios quiere darnos Su Vida, no
quiere la nuestra.
Lo que Dios llama vida es totalmente ajeno al hombre natural.
La pregunta a hacernos entonces en vez de suponer sería ¿qué es la vida según Dios?
Para Dios la vida es espiritual y sólo se conoce cuando nacemos de Su Espíritu, cuando
aceptamos la reconciliación con Dios en Cristo. Y ahí comenzamos como bebes sin
entender mucho todavía acerca de la Vida de Dios.
Para Dios, la Vida está en Su Hijo.

11
Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su
12
Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
1 Juan 5. 11 – 12 RVR

Como ya lo vimos, la autoridad fue delegada para preservar “Su Vida Eterna” en el


48

hombre. Vida que en el huerto estaba en el árbol de la vida, y el medio para disfrutarla
era la obediencia.
Lo que el hombre perdió en el huerto fue Su Vida, y por consecuencia el árbol fue
escondido.
La autoridad y la obediencia son un principio. Su propósito era para preservar la vida de
Dios en el hombre, y esto fue lo que Cristo vino a darnos al morir en la cruz: Su Vida. Él
dijo “Yo he venido para que tengan vida”. Desde el origen, siempre se trató de una Vida.

La cruz es el lugar dónde comienza el Nuevo Pacto en el que estamos operando en este
momento. El Nuevo Pacto es la verdad presente.
Desde la cruz nos fue dado acceso a la vida eterna, y por la obra de la cruz se nos
devuelve existencia, sentido y participación eterna. Se nos devuelve toda la posición de la
cual fue despojado Adán.
Todos los pactos anteriores a la cruz eran sólo anuncios o publicidades de lo que vendría
pero no tenían valor de realidad eterna. No tenían la realidad, la sustancia de las cosas
espirituales.
Por eso, desde la cruz ya no guardamos un día como el sábado porque vivimos en la
sustancia del reposo que es Cristo. Por medio de Cristo estamos en reposo.
Tampoco necesitamos la ley, porque después de la cruz la naturaleza de Dios nos fue
impartida y la tenemos escrita en la mente y el corazón como había sido profetizado.
Ya no guerreamos por nuestras bendiciones, o por las promesas o las herencias. Sólo
debemos vivir nuestra realidad en Cristo. En Él ya lo tenemos todo. En Él estamos
completos.
Toda nuestra vida debe estar fundamentada en la persona de Cristo.
En la cruz experimentamos y recibimos todo lo nuevo de Dios en Cristo. Todo es hecho
nuevo. Pero para Dios nuevo no es cronológico sino que nuevo para Dios es naturaleza.
La naturaleza de Cristo es eternamente nueva, incorruptible y por lo tanto indestructible.
En Cristo no tenemos algo nuevo. Tenemos Al Nuevo y Él irá absorbiendo toda nuestra
vida natural para que se vea Su Vida incorruptible.

El Evangelio es la vida del Hijo impartida en los que creemos.

10
Yo he venido para que tengan vida…

Juan 10. 10 RVR

En esta única palabra: Vida, tenemos la respuesta plena a la pregunta más grande: “¿Por
qué el Cristo eterno vino y se encarnó en Jesús?”.


49

3
Todas las cosas por medio de él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho.
4
En él estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.
Juan 1. 3 – 4 RVR

El Evangelio de Cristo es Vida: en Él estaba la Vida, Él trajo la Vida, y nos impartió su Vida
a través de su muerte y resurrección.
Toda Su enseñanza y toda Su obra tenían estrecha relación con la vida.
Poseer la vida, encierra entender la Cruz.
Poseer la vida, es la base de la obra de Dios en nosotros.
Dios no puede hacer nada en nosotros hasta que tengamos esta Vida, porque Dios NO
trabaja con lo natural y corruptible. El material de Su formación en nosotros es Su Vida, la
Vida de Su Hijo en nosotros.

30
Yo y el Padre uno somos...

Juan 10. 30 RVR

Eran Uno en naturaleza y propósito.


La conciencia del Señor Jesús era la conciencia de la más íntima unión con Dios como Su
Padre, y esto era por causa de la propia Vida de Dios que estaba en Él.

9
Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano.
Colosenses 2. 9 NTV

Su vida era una vida de conciencia de Dios, pero conciencia de Dios en el sentido de la
comunión perfecta.
Es esto lo que significa tener esta Vida.
Jesucristo no vino para hablar sobre la unión con Dios, sino para vivir una vida de unión
con Dios, y para traer a Sus discípulos a la misma unión.
Cuando Jesús dice: “Yo he venido para que tengan vida”, les está diciendo “he venido
para que puedan tener la misma naturaleza divina en ustedes del mismo modo como Yo la
tengo”. No es la misma deidad, sino la misma naturaleza.
Su Vida en nosotros es el inicio de la comunión.

La Vida en el origen
La familia es el lugar donde TODO comienza. Así lo diseñó Dios. Y es fundamental que sea
la familia la que entienda la Verdad presente en la que estamos operando, el Nuevo Pacto
en Cristo y vivirlo y entrenar así a sus generaciones en esta vida para el avance de la
Verdad de Cristo en todo el mundo.


50

Es muy interesante ver que en el comienzo Dios puso al primer matrimonio en un lugar
orgánico, para que así aprendieran que se trataba de una vida.

4
Este es el relato de la creación de los cielos y la tierra.
Cuando el SEÑOR Dios hizo la tierra y los cielos, 5 no crecían en ella plantas salvajes ni
grano porque el SEÑOR Dios aún no había enviado lluvia para regar la tierra, ni había
personas que la cultivaran. 6 En cambio, del suelo brotaban manantiales que regaban toda
la tierra. 7 Luego el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló aliento de
vida en la nariz del hombre, y el hombre se convirtió en un ser viviente.
8
Después, el SEÑOR Dios plantó un huerto en Edén, en el oriente, y allí puso al hombre
que había formado. 9 El SEÑOR Dios hizo que crecieran del suelo toda clase de árboles:
árboles hermosos y que daban frutos deliciosos. En medio del huerto puso el árbol de la
vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
10
Un río salía de la tierra del Edén que regaba el huerto y después se dividía en cuatro
ramales.
Génesis 2. 4 – 10 NTV

Cuando estudiamos todo el relato de la creación vemos tanta riqueza para elevar la
medida tan baja y natural que tenemos acerca del hombre, el matrimonio y la familia.
Todo en la creación y diseño de Dios, es una alegoría diseñada para reflejar realidades
espirituales.
Podemos ver por ejemplo que había dos tipos de riegos. De la tierra salía un vapor que
regaba toda la tierra. Y otro riego salía de los ríos. El riego tiene como objetivo mantener
el suelo húmedo para que lo plantado crezca al máximo. Este riego suplía las lluvias e
influía en la productividad. El riego preservaba la vida.
Esto es muy profundo y simbólico. Dios no regaba nada. Dios no iba a intervenir en la
productividad del hombre y su matrimonio porque ya estaba todo suplido. A ellos no les
faltaba nada. Y para producir ya estaba el mecanismo de riego.

Necesitamos entender que Dios nunca tuvo la intensión de relacionarse o vincularse con el
hombre en base a necesidad. Para el hambre había dos árboles y para que produzca la
tierra estaba el riego.
El apóstol Pablo entendiendo esto por revelación lo plasma en su primera carta a los
Corintios en el capítulo 3, diciendo que el plantó y Apolos regó. El riego es responsabilidad
del hombre. El crecimiento lo da Dios.

6
Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7 Así que ni el que planta es
algo ni el que riega, sino Dios que da el crecimiento.
1 Corintios 3. 6 – 7 RVR


51

Si no hay riego habrá peligro de pérdida o muerte.


Todo esto habla de nuestra necesidad de responsabilidad y diligencia en cuidar y
preservar la vida. Y fue así desde el principio.

Siempre se trató de una vida.


Siguiendo el diseño de Dios entendemos que debemos cuidar la vida. Pero
lamentablemente en el ámbito familiar hemos aprendido muchas veces a cuidar más otras
cosas que la vida.
En lo cotidiano debemos guardar muchas cosas: el matrimonio, los hijos, la casa, el
trabajo, pero sobre todo debemos guardar el corazón porque de él mana la vida. Sobre
todas las cosas debemos honrar y guardar la vida para no ponerla en riesgo en ningún
momento.

Cuando nos encontramos en la cruz y morimos a nosotros mismos, se expresará cada día
más la Vida que portamos con todas sus manifestaciones. Así la familia estará expuesta
permanentemente a la Vida que fluye en cada integrante y no a su naturaleza adámica de
mal carácter, hostilidad, rivalidad, competencia y enemistad.
Necesitamos crecer en este entendimiento y experimentar la Vida de Cristo fluyendo en la
casa.
Dios no nos creó para muerte, Él nos creó para vida. No sólo vida eterna, sino vida
abundante disfrutando la eternidad desde ahora, que es Cristo en nosotros.

3
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a
quien tú has enviado.
Juan 17. 3 NTV

16
Así que hemos dejado de evaluar a otros desde el punto de vista humano. En un
tiempo, pensábamos de Cristo solo desde un punto de vista humano. ¡Qué tan diferente lo
conocemos ahora! 17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en
una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!
2 Corintios 5. 16 – 17 NTV

Tenemos una nueva vida EN Cristo. Todo nuestro pasado fue absorbido en Él. No
recibimos cualquier vida sino la Vida eterna.
¿Cómo van a conocer nuestros hijos al Padre? Por ver la vida que portamos.
Pero así como Jesús de Nazaret ocultó a Cristo, nosotros también lo ocultamos con
nuestra vida natural.


52

Por eso nos hace falta la cruz. Cuanto más nos negamos y morimos a nosotros mismos,
más se va a manifestar Cristo.
Jesús pasando por la cruz dejó ver al Cristo eterno. Nosotros debemos aprender a
negarnos, a renunciar a todo lo que opaque la Vida que portamos.
El legado más glorioso que tenemos como hijos de Dios es que portamos la Vida del Hijo.

Vida inteligente
En la Vida que nos fue impartida está la inteligencia de Dios mismo. La Vida de Dios es
altamente inteligente.
Como humanos tenemos por diseño en la sangre la defensa contra cualquier ataque a
nuestra salud. En la sangre hay una naturaleza inteligente. En la sangre hay vida.
Así podemos entender que la Vida que portamos por ser espiritual y eterna, y por ser la
sustancia misma de Dios, es una vida altamente inteligente. Portamos la genética del
primogénito, del primer gen: Cristo.

Toda vida tiene dos elementos básicos:

1. Conocimiento innato. Nace y sabe.


2. Habilidad innata para gestionar ese conocimiento. Todo diseñado para llevar
adelante la vida que porta.

Cristo que es la Vida, fue impartido a nosotros y ahora es Él nuestra Vida. Es Dios mismo
viviendo en nosotros por el Espíritu Santo. Somos nueva creación, participantes de la
naturaleza divina. Él puso en nosotros la Vida y junto con la habilidad para vivir esa vida.

20
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;
y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí.
Gálatas 2. 20 RVR

Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado
a la derecha de Dios. 2 Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la
tierra, 3 pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando
Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán
manifestados con él en gloria.

Colosenses 3. 1 – 4 NVI


53

La Vida tiene todo lo necesario para nosotros


Nuestra tarea como padres es formar la vida de Cristo en nuestros hijos. Y como lo hemos
visto en los capítulos anteriores, una de las principales maneras de formar a Cristo en
nuestros hijos es hacernos cargo de nuestra responsabilidad como autoridad delegada por
Dios sobre ellos para la preservación y cuidado de la vida. Cristo es formado en nuestros
hijos cuando les enseñamos obediencia.
Cuando se forma a Cristo ya no necesitamos depender de las personas. Como ministros
del Nuevo Pacto, ministros de la vida en el espíritu, nuestra tarea es ayudarles a nuestros
hijos en el desarrollo de la Vida de Cristo en ellos.
Nuestra vida cambia para siempre cuando descubrimos la Vida que portamos y
entendemos cómo opera en nosotros.
Entendiendo esto, todos los vínculos dejan de ser de dependientes y pasan a ser de
interdependientes por causa del Propósito Eterno. El plan es manifestar la obra
consumada de Cristo en la cruz.
Podemos entenderlo mejor viendo la actitud de Jesús con sus discípulos.

30
Los discípulos vieron a Jesús hacer muchas otras señales milagrosas además de las
registradas en este libro. 31 Pero estas se escribieron para que ustedes continúen creyendo
que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, al creer en él, tengan vida por el poder
de su nombre.
Juan 20 . 30 – 31 NTV

Las señales nunca eran el fin en sí mismas. Eran y son la muestra de una dirección. La
señal muestra un camino. El propósito de una señal o milagro no es sólo sacar el dolor,
sino que están para mostrar algo, o para ser más exacto, mostrar a Alguien: a Cristo.
Jesús todo lo que hacía lo hacía por el Propósito Eterno.
Debemos ver en todo lo que nos pasa una señal para ver a Cristo.
Cualquier problema o circunstancia adversa que enfrentemos, sea de salud, una prisión,
un accidente es una señal para conocer a Cristo y manifestarlo. Dios usará todo lo que nos
sucede en lo natural para que podamos ver y entender lo eterno.
En el Antiguo Pacto el pueblo pedía ser librados de las aflicciones, pero en el Nuevo Pacto
los discípulos piden: “Señor enséñanos”. Ante una tribulación, nuestra oración como
familia debería ser: no nos saques de esto hasta que aprendamos y Cristo sea formado en
nosotros.
Cuando leemos el verso 31 vemos la intensión de Dios con las señales. Fueron escritas
para que creamos que Jesús es el Cristo. Jesús escondía al Cristo eterno.
El Hijo de Dios vino para consumar el Propósito Eterno y darnos la vida eterna de Dios.


54

El fin de las señales es que suceden para creer en Cristo. Las señales vienen para que
conozcamos más a Cristo.
Todo se trata de la Vida.

Necesitamos crecer en entender cóGmo es la operación de la Vida que portamos. Esa


debe ser una de nuestra s principales oraciones permanente.
Lo eterno es lo que debe regir en lo temporal.
La leve y momentánea tribulación de Pablo fueron muchos años. Desde lo natural parece
mucho, pero desde lo eterno es leve y momentáneo.
Cuando vivimos y miramos la vida desde lo eterno todas las cosas (incluyendo las
tribulaciones) sucederán más rápido.

La bendición y la Vida
La bendición forma parte de la Vida que Dios diseñó y que portamos de Cristo en
nosotros. Pero es una de las principales palabras que debemos resignificar.

Cuando hablamos de bendición, lo primero que nos viene a la mente son cosas que son
materiales y temporales, que se desgastan, que se corrompen y desaparecen con el
tiempo, como una prenda de ropa, un calzado, un automóvil o una casa. Llevamos la
bendición a un plano natural de superficialidad o a un plano circunstancial.
Un gran problema surge cuando pidiendo en oración no recibimos lo que consideramos
bendición y terminamos frustrándonos y sintiéndonos “no bendecidos” por Dios. O peor
aún, cuando vemos a otros tener lo que consideramos bendición y los vemos como “más
bendecidos” que nosotros.

Veamos entonces qué es lo que las Escrituras nos enseña sobre la bendición, recordando y
entendiendo el pacto en el que estamos operando y la verdad presente en la que estamos
viviendo en Cristo.
Una de las principales porciones de las Escrituras que nos aclara esto la encontramos en la
carta a los Efesios.

Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones
celestiales con toda bendición espiritual en Cristo.
Efesios 1. 3 RVA

Lo primero que encontramos en este versículo y debemos resaltarlo es la cuestión de tiempo


respecto a la bendición. El Apóstol Pablo menciona la bendición como algo ya realizado, en
tiempo pasado, “nos ha bendecido”.


55

No es algo que sucederá, que tal vez pueda suceder, o que debemos orar para poder
alcanzar y conquistar. La bendición es algo que ya se ha realizado. Es un hecho consumado.

Por otro lado, también debemos resaltar que se nos habla de la naturaleza de la bendición y
nos dice que es “espiritual” y no material o temporal. Se eleva la medida.
Además, se resalta la magnitud o dimensión de esta bendición espiritual por medio de la
palabra “toda”.
Por lo tanto, podemos concluir con toda seguridad que todas aquellas riquezas o
bendiciones de las que se nos habla en Deuteronomio 28 eran “tipo y sombra” de nuestra
vida “en Cristo”. Nos habla de las riquezas espirituales que ya poseemos en Cristo aquellos
que por la fe nos hemos unido a Él.
Al leer en el verso 3 “en las regiones celestiales” encontramos que se refiere a nuestra
posición en Cristo. Tienen que ver con lo eterno y no con lo temporal. Por eso no están
expuestas al plano terrenal de la corrupción. Están “en Cristo” que es incorruptible. No hay
riesgo de pérdida. Es un estado en el que ya estamos en Él.
Pero lo central en esto es entender que las bendiciones son “en Cristo”. Es decir, que no hay
bendición fuera de Cristo.
Dios ya nos ha bendecido con “toda” bendición “en Cristo”. En Él ya nos ha sido dado todo.
Es un estado: ya somos benditos en Cristo.
Por este entendimiento el Apóstol Pablo puede decir “no me avergüenzo del evangelio”
aunque estaba en una cárcel atado con cadenas. No estaba en un estado de aparente
bendición desde nuestro punto de vista humano. Sin embargo, esa circunstancia
momentánea no lo sacaba de su estado de bendito en Cristo. Entendía que la bendición no
es un momento en el que nos va bien aparentemente sino un estado ya consumado en
Cristo.
En la continuación de lo que expone el Apóstol Pablo en el capítulo 1 desde el verso 4 hasta
el verso 14 de Efesios vemos claramente la lista de lo que sí puede llamarse bendición y no
corre riesgo de pérdida ni de cambio debido a circunstancias momentáneas:
- Nos escogió para que seamos sus hijos.
- Nos hizo santos y sin mancha delante de Él.
- Nos adoptó como sus hijos.
- Lo hizo según el buen propósito de su voluntad, dentro de un plan eterno.
- Todo como una gloriosa gracia, como algo inmerecido.
- Fuimos redimidos conforme a las riquezas de esa gracia.
- Nos dio sabiduría y entendimiento para entender nuestra posición ya consumada.
- Nos hizo conocer el misterio de su voluntad. Ahora podemos entender por
revelación el Propósito Eterno en Cristo
- Nos hizo sus herederos ya que nos hizo sus hijos.
- Nos bendijo así para alabanza de su gloria.
- Fuimos marcados, sellados con el Espíritu Santo.
Todo esto Pablo lo describe como una herencia “indestructible, incontaminada e
inmarchitable (verso 11).

Por esto Jesús en sus enseñanzas usó otras palabras cuando se refirió a lo material y
temporal.
Por ejemplo, en Mateo 6 leemos que las llama “cosas” y “añadiduras” a lo que vamos a
comer o vestir. Sin embargo nosotros las llamamos bendición. Jesús dice que son cosas y
además que Dios sabe que tenemos necesidad de ellas.


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La bendición es un estado, es una posición en la obra ya consumada de Cristo. Entender


esto transforma nuestras familias y nuestras generaciones.
Entendiendo esto ya no estaremos fluctuando al depender de las circunstancias humanas
y temporales. Tampoco estaremos sintiéndonos inferiores ante otros que por tener una
realidad material aparentemente mejor que la nuestra parecen “más bendecidos”.
Estaremos firmes sabiendo que nada cambia nuestro estado de “benditos en Cristo”. En Él
somos todos benditos por igual por la fe en Cristo. En Él estamos completos.

La Vida versus la muerte


Desde nuestra mente natural surgen dudas y confrontaciones entre estas dos palabras.
Pero debemos mirarlas y entenderlas desde la mente de Cristo.
La muerte es un tema muy poco hablado y entendido en el ámbito de la familia y por lo
tanto experimentada con confusión y de manera traumática.
Lo he vivido en mi propia familia a partir del fallecimiento de mi hermano, un año y medio
menor que yo a sus 19 años en un accidente automovilístico. Y también lo he vivido
acompañando en su duelo a cientos de familias a lo largo de mi carrera profesional como
psicólogo.
Más allá de las herramientas que podemos usar para elaborar sanamente el duelo,
debemos re-significar y establecer claramente nuestra manera de pensar respecto de la
vida y la muerte.

A partir del entendimiento de la Vida que portamos y el Propósito Eterno de Dios con esa
Vida en nosotros, vamos entendiendo cada día más el tema de la muerte y quisiera tomar
unas líneas para dejar algunos pensamientos y herramientas para su edificación y la de su
familia.

20
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo
que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a
sí mismo por mí.
Gálatas 2. 20 RVR

7
Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. 8 Si vivimos, para el Señor
vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos,
del Señor somos.
Romanos 14. 7 – 8 RVR

Vemos aquí por el Apóstol Pablo que cuando entendemos que ya estamos muertos, que
ya hemos sido crucificados con Cristo, la muerte ya no es más un problema para nosotros.
Ahora nuestra vida es EN Cristo, así que si vivimos es para Él y si morimos mejor ya que
nos volvemos a Él en la eternidad. Porque por medio de Él y para Él fueron creadas todas
las cosas. Él es nuestro origen y nuestro destino.
Así que si entendemos en el espíritu todo esto correctamente tendremos el tema de la
vida y la muerte resuelto.


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20
Tengo la plena seguridad y la esperanza que jamás seré avergonzado, sino que seguiré
actuando con valor por Cristo, como lo he hecho en el pasado. Y confío en que mi vida
dará honor a Cristo, sea que yo viva o muera. 21 Pues, para mí, vivir significa vivir para
Cristo y morir es aún mejor. 22 Pero si vivo, puedo realizar más labor fructífera para
Cristo. Así que realmente no sé qué es mejor. 23 Estoy dividido entre dos deseos: quisiera
partir y estar con Cristo, lo cual sería mucho mejor para mí; 24 pero por el bien de ustedes,
es mejor que siga viviendo.
Filipenses 1. 20 – 24 NTV

Desde lo natural puede ser un problema y nos puede causar mucho temor. Pero en el
espíritu entendemos que vivimos para Cristo, y si morimos es aún mejor.
De todas maneras, permítame dejarle algunas herramientas sobre el duelo que le pueden
servir como familia.

El duelo
El duelo significa combate entre dos. Es decir, que la persona tiene un combate entre dos
partes: una que acepta la pérdida, es la parte que sabe que el ser amado partió. Pero hay
otra parte que no acepta la pérdida, que tiene bronca por esa pérdida. Entonces viene una
lucha. La lucha es dura porque no podemos ni queremos aceptar la realidad de la pérdida
definitiva (físicamente hablado) de la persona amada.

El duelo es un proceso
Pueden darse hasta cinco etapas en el duelo según la Psicología, pero prefiero aquí
considerar o resumir las etapas en tres partes.
Etapas:
ü Etapa I: negación: etapa de choque y aturdimiento.
ü Etapa II: confrontación con el dolor de la pérdida: etapa de depresión,
desorganización y desesperación.
ü Etapa III: restablecimiento o aceptación. Comienza a disminuir el dolor
progresivamente a partir del duelo normal. Comenzaría la etapa de reorganización de
la vida. Se experimenta la merma lentamente del dolor.

Desde el punto de vista natural y humano, el duelo implica un proceso doloroso, con las
siguientes características:
ü Un proceso de elaboración de la pérdida. Aquí no es bueno el escapismo.
ü Reacción natural frente a la pérdida.
ü Estado de ánimo doloroso.
ü Disminución de autoestima.
ü Pérdida de interés.
ü Sensación de un mundo y una vida sin sentido.
ü Necesidad de acompañamiento.

Los síntomas psicológicos anteriores pueden asociarse frecuentemente con otros físicos:


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migraña, úlcera, colitis, problemas respiratorios, palpitaciones, sudoraciones. Se puede


presentar una disminución en las defensas del organismo, lo cual facilita la infección y el
contagio de diferentes agentes. Todo esto, sobre todo, si no se tiene un entendimiento
eterno de la vida y la muerte como lo venimos trabajando.

El DSM, es el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. En sus últimas


versiones, este manual clasifica las enfermedades mentales según sus manifestaciones o
síntomas, y es utilizado por los profesionales de la salud mental. Aquí se establece, de
manera más limitada, que “el duelo es una categoría que debe usarse cuando un individuo
reacciona frente a la muerte de una persona querida”.
En todo caso, el duelo corresponde a un proceso psicológico que se presenta en una
persona frente a una situación traumática, la cual implica una pérdida y a la vez genera
pesar. Mediante el trabajo del duelo se busca que la persona acepte la pérdida,
readaptándose a la nueva realidad de ausencia dela persona o el objeto, condición
esencial para la elaboración normal del duelo.

Todos en la vida pasamos permanentemente por pérdidas: en el ámbito de la salud, en lo


familiar, en lo laboral, en las amistades, en los sueños, entre otros.
Cuando hay una pérdida, aunque ésta sea parte de la vida, siempre aparece después el
proceso de duelo.
Todos necesitamos hacer el proceso del duelo. Esto es normal. Es un proceso de
recuperación o elaboración de esa pérdida.

Tipos de duelos negativos


A lo largo de los años he visto en mi carrera profesional cientos de familias (incluyendo la
mía) que por no tener un entendimiento maduro de lo eterno y por no tener resuelto el
tema de la muerte, han experimentado duelos patológicos.

Existen fundamentalmente tres tipos de duelos patológicos (enfermos o negativos):


1. Anulación del duelo. Se da cuando la persona que tiene una pérdida no expresa la
emoción, en este caso el dolor. En líneas generales son los varones los que reprimen,
se tragan, o se aguantan el dolor. "Los hombres tienen que ser fuertes, no lloran, no
expresan nada", hemos aprendido en nuestra sociedad. Entonces racionalizamos la
situación para no expresar las emociones. En toda familia cuando hubo una pérdida
siempre hubo el que dijo "tengo que ser fuerte, porque si no esto se cae todo".
Entonces esta persona aguanta, reprime, vive la expresión de la emoción como una
señal de debilidad.
2. Duelo intensificado. Se da en la persona que no reprime la emoción, sino que la
suelta toda, empieza a llorar, a gritar, tiene bronca, angustia, dolor, culpa. El dolor
lleva a la persona a la pérdida total de control. El tiempo no cura el dolor, parecería
que el tiempo lo aumenta. Para esta persona, pasan los meses, los años y entra en
una depresión. Todo lo que hace le recuerda a la persona que murió, tiene los objetos
del familiar, la habitación sin haber realizado ningún cambio. Asocia a la persona
fallecida con cualquier película que mira, con los lugares que frecuenta, y demás. Es
entonces que empieza a tener mucha culpa: "yo tengo la culpa porque le deseé la
muerte", o "mi mamá me decía que como me portaba la iba a matar de un infarto, y
así murió". Hay personas que tienen mucha bronca, porque interpretan que "las
abandonaron", o "las dejaron” en el momento que alguien muere. Esa bronca o culpa


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hace que el duelo parezca no terminar nunca. Pasan los años y la persona tiene
depresión y cuando se le pregunta dice que hace veinte años que tuvo esa pérdida,
pero lo recuerda como si lo viviera en ese momento.
3. Duelo ambiguo o duelo congelado. Se da cuando la persona que experimenta una
pérdida no sabe si la persona se murió o no: el caso de un desaparecido, de un
secuestro, de un marido que abandona, desaparece y nunca más vuelve. Puede ser el
caso de un papá que sigue viviendo pero el hijo no sabe dónde, o el chico que fue
adoptado que lo sabe pero no sabe dónde están sus papás biológicos. También se
llama "Duelo Congelado": la persona siente de avanzar en la vida pero hay algo que la
bloquea; la persona siente alegría, pero a la vez dolor. Siente simultáneamente dolor
y esperanza; porque dice: "el tiempo avanza, la gente avanza, todo avanza, pero yo
me quedé detenido".

El dolor duele, las emociones duelen. El dolor empuja por salir, no busca respuestas sino
salir. Nadie nunca jamás va a experimentar el mismo dolor que experimentamos nosotros.
Nunca debemos esperar que los demás entiendan nuestro dolor, porque cada uno
experimenta el dolor de manera diferente y cada uno personalmente es el único que sabe
lo que ese dolor significa.
Nunca debemos decirle a una persona "yo te entiendo" o “lo siento” porque nunca vamos
a entender al otro en su dolor aunque hayamos tenido pérdidas similares o sentir la
pérdida del otro. El dolor es personal.

Realidades diferentes en la familia


Según quién sea el que muere, cada integrante de la familia tendrá experiencias y
sentimientos diferentes.
Para los padres que experimentan la muerte de un hijo, el dolor es muy fuerte debido a la
realidad de lo injusto y desubicado de la muerte. Está instalada en nuestras mentes la
realidad de que la vida debe durar hasta la ancianidad. Por esta razón, cuando
experimentamos la muerte de un niño, puede experimentarse una buena cantidad de
culpa y enojo que debe ser bien canalizado para evitar conflictos conyugales y familiares
en el futuro.
La persona a la que se le muere un padre, puede experimentar pérdida de seguridad,
abandono, sensación de pérdida de rol de hijo, y muchas veces la realidad de tener que
hacerse cargo de responsabilidades adultas siendo todavía un niño o adolescente. La
experiencia es sentir la sensación de perder el pasado.
Si la persona pierde a su madre, puede experimentar sentimientos como pérdida del amor
incondicional, pérdida de sentido de familia, pérdida de apoyo, y fundamentalmente
abandono.
Cuando experimentamos la muerte de un hermano, puede experimentarse un duelo muy
difícil y doloroso. Generalmente el apego entre hermanos es fuerte. Frecuentemente hay
vivencias de crianzas compartidas o puede haber cercanía en las edades. Por eso la
experiencia suele ser muy dolorosa.
En el caso de muerte de los hijos durante el embarazo o recién nacidos, el dolor no es
menor por la poca convivencia con el hijo como suele pensarse. Debe elaborarse el duelo
como en cualquier pérdida. La ceremonia de despedida del hijo muerto (sepelio) puede
ser una buena manera de exteriorizar el dolor y de no quedarse con la sensación de que
esta muerte fue un suceso sin importancia. Debemos tener en cuenta que la muerte de un
bebé o un niño es un suceso muy fuerte y desestabilizador para cualquier familia.


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Generalmente, la madre que experimenta la pérdida de un hijo durante el embarazo o en


los primeros tiempos, puede experimentar una gran sensación de culpa y quizá hasta
enojo consigo misma o con personas como el cónyuge o los médicos que la atendían.
Pueden también tener la sensación de fracaso como mujeres o madres. Aunque suene
cruel, en estos casos es recomendable que los padres (en especial la madre) vean y
toquen a su hijo muerto para atravesar correctamente el duelo. La madre convive con una
gran frustración debido a que su cuerpo sigue por algún tiempo respondiendo como si el
hijo estuviera vivo (como por ejemplo tener leche para amamantar).
Cuando muere un niño la experiencia es sentir la sensación de perder el futuro.

El dolor tiene que salir, tiene que agotarse


El dolor suele durar más tiempo de lo que generalmente en la sociedad se reconoce.
No es bueno que se enseñe que hay que reprimir el dolor y no llorar. Muchas veces se
dice: "No es de buen testimonio cristiano andar llorando", o "Dios se lo llevó para evitar
que sufra algo peor después". O peor aún "Aguántate, tienes que hacerte cargo de tu
familia". Ninguna de estas recomendaciones es sana.
El dolor está hecho para salir, tiene que expresarse y agotarse. Por eso debemos evitar el
escapismo. Debemos llorar o expresar el dolor hasta quedar “satisfechos” (entiéndase la
expresión), hasta sentir que el dolor está agotado.
Usted debe llorar, gritar, hablar todo lo que quiera por lo que perdió. El dolor tiene que
agotarse y va a llegar un momento en que el dolor se agotara. Tiene que dejarlo salir.
Muchas veces puede ser bueno escribir una carta expresando lo que siente, hablar con la
gente que nos puede contener sin juicio. No debemos reprimir el dolor.
Generalmente este dolor viene acompañado de culpa y enojo. Y es por esto también que
es sumamente fundamental que salga y se agote el dolor.
Nunca debemos juzgar a una persona porque llora. Porque el dolor y la experiencia de
pérdida es única. Fundamentalmente cuando muere un hijo, los esposos (padres) no
experimentaran lo mismo jamás.
Superar el dolor es simplemente aceptar la nueva realidad y acostumbrarse a vivir con
ella. Este es un proceso personal, largo y doloroso.
El dolor tiene que salir.

Controlar el dolor y administrar los recuerdos


Como lo venimos viendo, lo mejor es soltar el dolor. Pero el peligro está en quedarnos
todo el día atado al dolor.
Debemos aprender el duro y difícil ejercicio de controlar el dolor.
Debe haber momentos en los que lloramos y dejamos que el dolor salga, y luego
momentos en los que cerramos el grifo del dolor para que no salga más y continuamos
con nuestras ocupaciones. La vida sigue, aunque sea muy difícil aceptarlo.
Debemos aprender a sacar las fotos negativas o tristes del álbum de nuestra mente.
Debemos aprender a ponerle un alto a nuestra mente. Debemos expresar el dolor, llorar
todo lo que necesitemos, decir lo que sentimos, pero hasta un punto. Cuando aprendemos
a administrar los recuerdos estamos listos para seguir adelante sanamente con nuestras
vidas.
Sin embargo, es necesario aclarar que aproximadamente durante el primer año después
de la pérdida del ser querido, es importante posponer cualquier decisión trascendente.
Debemos evitar decisiones importantes y precipitadas.
En esta etapa de dolor, muchas personas acuden al recurso de medicamentos. Creo que


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deben ser usadas sólo en casos sumamente necesarios y bajo supervisión de un médico
psiquiatra. Muchas veces el uso de medicamentos puede ser una vía de escape del dolor
en vez de una vía de agotamiento del dolor.

La perspectiva de Dios
En conclusión, más allá de estas herramientas sobre el duelo que podamos usar, debemos
crecer en el entendimiento acerca de la Vida que portamos y tener resuelto el tema de la
muerte tal como lo expresó el Apóstol Pablo:

21
porque para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia.
Filipenses 1. 21 RVR

Para el Apóstol Pablo, toda circunstancia que tuviera que enfrentar tenía que ver con su
compromiso con el avance del Evangelio de Cristo.

12
Además, mis amados hermanos, quiero que sepan que todo lo que me ha sucedido en
este lugar ha servido para difundir la Buena Noticia. 13 Pues cada persona de aquí —
incluida toda la guardia del palacio sabe que estoy encadenado por causa de Cristo; 14 y
dado que estoy preso, la mayoría de los creyentes de este lugar ha aumentado su
confianza y anuncia con valentía el mensaje de Dios sin temor.

Filipenses 1. 12 – 14 NTV

Si entendemos que todo lo que enfrentamos como familia es para el avance del Evangelio,
estaremos preparados para enfrentar cualquier situación en victoria. Al referirnos a
victoria, no significa que toda circunstancia terminará de la manera que esperamos, según
nuestros propios criterios de éxito y victoria desde la mente natural. Para un mayor
entendimiento sobre esto, cito aquí un párrafo del libro “Lucha Espiritual” de Abel
Ballistreri:
“La evidencia de una victoria espiritual total reside en permanecer firmes en la asignación
que nos fue impartida por Dios. Cuando la Palabra permanece en nuestra vida y nosotros
en ella, los frutos de esa relación no se pueden demorar. Uno de los principios centrales
de este libro es permanecer y operar en la luz. No podemos permitir que las tinieblas
desvíen nuestra atención para enfocarnos en lo incorrecto. Si habitamos en la luz, lo único
importante para nuestra vida se encuentra en la Palabra de Dios, encarnada en la persona
de Cristo. Cuando permanecemos en la Palabra, Cristo crecerá en nosotros y su naturaleza
se manifestará de múltiples maneras en todas las áreas de nuestra vida. Esta realidad nos
dará el acceso a una dimensión donde haremos retroceder a las tinieblas que se levanten
a lo largo de nuestro camino.”


62


63

LA VERDAD COMO NUESTRA NATURALEZA


Una de las maneras en que se manifiesta la Vida que portamos es en Verdad.
Todo en el sistema de los hombres está fundado sobre el engaño del árbol de la ciencia de
bien y del mal. Eso es lo que todo ser humano trae como parte de su naturaleza por
portar la naturaleza adámica: el engaño.

El hombre natural juzga todo desde si es bueno o malo, y no si es verdad o engaño, o si


hay vida o muerte.

Desde el origen de las cosas, Dios pensó que Cristo sea el árbol de la vida del cual
debemos comer y expresar así los frutos de esa Vida. Y esto llevado adelante a través de
la familia. En la cruz recuperamos el acceso al árbol de la vida (Cristo), acceso que perdió
el primer Adán.
La verdad NO es un dicho o un escrito sino una persona. Cristo es la Verdad.

6
Jesús le dijo:
—Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
Juan 14. 6 NTV

Cristo no es una verdad. Él es la verdad y ha sido impartido en nosotros.


Cristo no es un camino. Él es el camino y ha sido impartido en nosotros.

16
Y yo rogaré al Padre y les dará otro Consolador para que esté con ustedes para
siempre. 17 Este es el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir porque no lo
ve ni lo conoce. Ustedes lo conocen, porque permanece con ustedes y está en ustedes.
Juan 14. 16 – 17 NTV

El Espíritu de Verdad está en nosotros. Y ese Espíritu es el Espíritu de Cristo.

9
Pero ustedes no están dominados por su naturaleza pecaminosa. Son controlados por el
Espíritu si el Espíritu de Dios vive en ustedes. (Y recuerden que los que no tienen al
Espíritu de Cristo en ellos, de ninguna manera pertenecen a él). 10 Y Cristo vive en
ustedes; entonces, aunque el cuerpo morirá por causa del pecado, el Espíritu les da
vida, porque ustedes ya fueron declarados justos a los ojos de Dios. 11 El Espíritu de Dios,
quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes; y así como Dios levantó a Cristo
Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu,
quien vive en ustedes.


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Romanos 8. 9 – 11 NTV

Es urgente que entendamos la operación de este Espíritu de Verdad que es la sustancia de


Cristo en nosotros porque la Verdad y la Vida fluyen en nosotros.
La Verdad produce Vida y consolación. La Verdad nos hace libres para que la Vida de
Cristo pueda fluir.
El engaño entrando en acción produce muerte. El engaño opera obstaculizando la vida,
impidiendo que la vida fluya.
Es muy importante entender esto para la preservación de los matrimonios y familias
donde muchas veces la naturaleza adámica de engaño ha operado y está impidiendo el
fluir de la vida, del amor, de la reconciliación.
Veamos un episodio del Apóstol Pablo con la Iglesia de Corinto para ver cómo opera la
verdad.

2
Recíbannos. A nadie hemos agraviado; a nadie hemos corrompido; a nadie hemos
explotado. 3 No digo esto para condenarles; porque ya dije que están en nuestro corazón
para juntos morir y juntos vivir. 4 Tengo mucha confianza en ustedes; mucho me glorío en
ustedes; lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en toda nuestra aflicción.
5
Cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestro cuerpo; más bien, en todo
fuimos atribulados: de fuera conflictos, de dentro temores. 6 Pero Dios, que consuela a los
humildes, nos consoló con la venida de Tito. 7 Y no solo con su venida sino también con la
consolación que él recibió en cuanto a ustedes, haciéndonos saber el anhelo de ustedes,
sus lágrimas y su celo por mí, para que así me gozara más.
8
Porque si bien les causé tristeza con la carta, no me pesa, aunque entonces sí me pesó;
porque veo que aquella carta les causó tristeza solo por un tiempo. 9 Ahora me gozo, no
porque hayan sentido tristeza, sino porque fueron entristecidos hasta el arrepentimiento;
pues han sido entristecidos según Dios, para que ningún daño sufrieran de nuestra
parte. 10 Porque la tristeza que es según Dios genera arrepentimiento para salvación, de lo
que no hay que lamentarse; pero la tristeza del mundo degenera en muerte. 11 Pues he
aquí, el mismo hecho de que hayan sido entristecidos según Dios, ¡cuánta diligencia ha
producido en ustedes! ¡Qué disculpas, qué indignación, qué temor, qué ansiedad, qué celo
y qué vindicación! En todo se han mostrado limpios en el asunto. 12 Así que, si bien les
escribí, no fue por causa del que cometió la ofensa ni por causa del que la padeció, sino
para que su solicitud por nosotros se manifestara entre ustedes en la presencia de
Dios. 13 Por tanto, hemos sido consolados.
Pero mucho más que por nuestra consolación, nos gozamos por el gozo de Tito, porque su
espíritu ha sido reanimado por todos ustedes. 14 Pues si en algo me he mostrado orgulloso
de ustedes ante él, no quedé avergonzado. Al contrario, como les habíamos dicho todo
con verdad, así también nuestro motivo de orgullo ante Tito fue hallado
verdadero. 15 Ahora sus sentimientos se han intensificado con respecto a ustedes,
recordando la obediencia de todos ustedes, de cómo lo recibieron con temor y
temblor. 16 Me gozo de que en todo puedo confiar en ustedes.


65

2 Corintios 7. 2 – 16 NTV

Aquí vemos a Pablo explicando por qué fue tan frontal y ofensivo en su primera carta.
Entendemos que Dios consuela con la verdad. Los confronta con el adulterio, con ser
ladrones y corruptos. Pero no era una confrontación de condenación sino en la verdad
para consolación, para rescatarlos.
Todos estamos expuestos permanentemente al engaño, por las redes sociales, por la
televisión, por la música, por las palabras de las personas que nos rodean.
Cuando alguien deja de amar su esposa/o o abandona a su familia porque el engaño entró
en acción y la Vida deja de fluir.
Por eso debemos estar expuestos permanentemente a la Palabra de Verdad que hace fluir
la Vida de Cristo en nosotros.
¿Cómo sé que la Vida de Cristo está operando en mí, en lugar de mi vida propia? Porque
me quema que el evangelio progrese. Nos quema que más personas vivan la Vida de
Cristo y plenitud en ellos.

Andar en la verdad siempre producirá fruto de justicia que glorifique el nombre de Dios. Y
como familias debemos estar comprometidos con nuestras generaciones a andar en la
verdad.

6
Los que reciben enseñanza de la palabra de Dios deberían proveer a las necesidades de
sus maestros, compartiendo todas las cosas buenas con ellos.
7
No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo
que se siembra. 8 Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza
pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para
agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna.
Gálatas 6. 6 – 8 NTV

Corrupción y engaño van de la mano. El destino de las personas depende de las palabras
a las que están expuestas. La corrección sentencia el destino. Como la no corrección
sentencia el destino que será la desaparición por causa de la corrupción. Por esta razón,
como padres con autoridad delegada por Dios debemos corregir a nuestros hijos para
encaminarlos en la verdad.
El engaño mata todo lo que toca. Pero no fuimos diseñados para muerte sino para vida.
Para que nuestro vínculo matrimonial, familiar y cualquier vínculo no desaparezca
debemos andar en la verdad. Todo vínculo en la verdad no se corrompe.
Debemos andar, hablar, escuchar la verdad. Es una decisión que produce Vida.


66

Verdad y realidad de Dios


Necesitamos, como seres espirituales, vivir por la realidad de Dios y no la humana, por lo
eterno y no por lo temporal. Como ejemplo podemos tomar la experiencia vivida por Jairo.
Jairo tuvo que decidir entre la aparente verdad de la realidad humana que traían las
personas que venían de su casa con evidencias: “tu hija está muerta” o la verdad de la
realidad de Cristo que simplemente le dijo: “tu hija duerme”. Conocemos el final de la
historia. ¿A qué realidad estamos creyendo nosotros cada día?
La realidad de Dios es Su Verdad.

Amados hermanos, no quiero que se olviden de lo que les sucedió a nuestros antepasados
hace mucho tiempo en el desierto. Todos fueron guiados por una nube que iba delante de
ellos y todos caminaron a través del mar sobre tierra seca. 2 Todos ellos fueron bautizados
en la nube y en el mar como seguidores de Moisés. 3 Todos comieron el mismo alimento
espiritual 4 y todos bebieron la misma agua espiritual. Pues bebieron de la roca espiritual
que viajaba con ellos, y esa roca era Cristo.
1 Corintios 10. 1 – 4 NTV

¿Que veía el pueblo y que veía Dios? La gente veía lo material y temporal en lo natural.
Todo lo materializaban. Pero Dios veía a Cristo, la provisión y el alimento espiritual. En lo
espiritual Dios les estaba dando a Cristo.
Necesitamos aprender a usar bien La Palabra de Verdad. Y la Palabra de Verdad es una
persona: Cristo.
Nuestra familia necesita que nos presentemos como aprobados que usan bien la palabra
de verdad y no tenemos nada de qué avergonzarnos. Porque de esa manera estaremos
viendo permanentemente todo desde la mente de Cristo y viviremos como familias en la
realidad y la verdad de Dios.

Una de las principales verdades que debemos entender es que Dios quiere que vivamos la
Vida de su Hijo.

16
»Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él
no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Juan 3. 16 NTV

Para Dios siempre se trató de una Vida, la de Su Hijo.


La frase “no se pierda” no sólo es interpretable como la vida después de la muerte
natural, sino que por el Espíritu podemos entender que Dios no quiere que nadie se pierda
ahora de vivir la Vida de Su Hijo.


67

3
Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a
quien has enviado.
Juan 17. 3 RVR

La peor perdición es más que irse al infierno es “perderse ahora la vida de su Hijo” por
creer al engaño, o porque el evangelio fue predicado engañosamente o deliberadamente
por ignorancia.
Todas las personas creen a la verdad o al engaño, pero todos creen. Sólo que unos creen
para vida y otros para muerte.
Por esto necesitamos ser buenos administradores de la Verdad.
Para el Apóstol Pablo el engaño impedía el fluir de la Vida. Es por eso que los apóstoles
aborrecían al engaño y lo vemos claramente en sus cartas.
El obrero aprobado por Dios es el que usa bien la palabra de verdad.
Para los Apóstoles predicar mal el evangelio era el peor de todos los engaños y lo
comparaban a la operación de la gangrena en el cuerpo.

Hay una urgencia de obreros que son los aprobados por Dios, verdaderos administradores
de la Verdad. Por esto necesitamos usar todos nuestros esfuerzos y recursos posibles para
conocer y dar a conocer Su Verdad.

Los Masones, los terroristas entre muchos otros progresan y ayudan a progresar a otros,
con el fin de que “la causa común” que los nuclea avance. Pero el Espíritu nos da
testimonio y creemos con todo nuestro ser que en esta generación veremos santos
maduros avanzar para ver el progreso de la Verdad trayendo libertad y Vida.
El mayor desafío es que esto empiece en la familia.
Que todo en nuestra vida, matrimonio y familia esté comprometido en la colaboración
para el trascendental avance de la Verdad en todo el mundo.

La Verdad es una persona: “CRISTO” y su Voluntad. Y sólo la Verdad nos hace libres.


68

EL AMOR Y LA RECONCILIACIÓN COMO NUESTRA NATURALEZA

Familia desde la mente reconciliada

14
El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos
15
murieron; y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para
aquel que murió y resucitó por ellos.
16
De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun
17
si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si alguno
18
está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. Y
todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación.
2 Corintios 5. 14 – 18 RVR

Las familias alineadas a lo eterno entienden que están reconciliados en Cristo y operan en
todo desde la mente reconciliada. Ya no estamos operando en una naturaleza enemistada
y rival. Por lo tanto, estas familias pueden enfrentar y resolver con mayor efectividad las
crisis que puedan enfrentar en lo cotidiano.
Dios nos dio el ministerio de la reconciliación. El Apóstol Pablo les dice a los corintios
“reconcilien a la gente con Dios”, porque Dios ve al mundo reconciliado EN Cristo. Él no ve
nada fuera de Cristo. Dios ya reconcilió a todo el mundo consigo. Él está en paz con todos.
Sólo deben ser notificados y abrazar esa reconciliación en Cristo. Esta hermosa tarea
comienza en la familia.

El perdón
A partir del crecimiento en el entendimiento de lo eterno y de la Vida que nos fue
impartida, podemos concluir con seguridad que el perdón de las ofensas es una
herramienta que nos ayuda a subsistir mientras somos inmaduros. El perdón nos sana y
nos libera de los rencores y resentimientos, ya que al perdonar, cancelamos la deuda por
la ofensa recibida.
Muchas veces criticamos a otros porque hemos sido ofendidos. Nos ofendemos porque
somos muy sensibles con respecto a nosotros mismos en lo natural. Pero descalificar a
alguien por una ofensa personal revela ausencia de Su cruz en nosotros.
Pero la Vida que nos fue impartida nos provee una herramienta mayor: la inofendibilidad.
En el Nuevo Pacto establecido en la cruz, entendemos que estamos crucificados con
Cristo. Por lo tanto, al estar muertos en esta crucifixión, ya no podremos ser ofendidos o


69

dañados por nadie. Como consecuencia, ya no tendremos nada que perdonar: Si estoy
muerto soy inofendible.

El amor como nuestra naturaleza

16
»De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Juan 3. 16 RVA

Dios ES amor. Para Dios amar es dar-se. El amor para Dios es Su Hijo.
El amor no es una emoción o aún una acción que describe a Dios. Dios ES amor.

7
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Y todo aquel que ama ha
nacido de Dios y conoce a Dios. 8 El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es
amor. 9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo
10
unigénito al mundo para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que
nosotros hayamos amado a Dios sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en
expiación por nuestros pecados.
11
Amados, ya que Dios nos amó así, también nosotros debemos amarnos unos a
12
otros. Nadie ha visto a Dios jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en
nosotros y su amor se ha perfeccionado en nosotros.
1 Juan 4. 7 – 12 RVA

Estamos demasiado invadidos con las ideas románticas de Hollywood acerca del amor y
necesitamos revisarlas. Estas ideas no nos hacen vivir la realidad del diseño de Dios para
nuestras vidas, matrimonios y familias.
Quizá una de las cosas que más hemos humanizado dentro de la vida familiar es el amor.
Y así muchas veces queda reducido a sentimientos, o a cosas que debemos hacer para
merecerlo o no. Como ya lo hemos mencionado, con sólo mirar la realidad familiar y social
en el mundo entero podemos concluir que estamos equivocados en nuestra manera de
pensar respecto al amor.

6
para alabanza de la gloria de su gracia,
con la cual nos hizo aceptos en el Amado.


70

7
En él tenemos redención por su sangre,
el perdón de pecados
según las riquezas de su gracia,
8
que hizo sobreabundar para con nosotros
en toda sabiduría e inteligencia.
9
Él nos dio a conocer el misterio de su voluntad,
según su beneplácito,
el cual se había propuesto en sí mismo,
10
de reunir todas las cosas en Cristo,
en el cumplimiento de los tiempos establecidos,
así las que están en los cielos como las que están en la tierra.
11
En él asimismo tuvimos herencia,
habiendo sido predestinados
conforme al propósito del que hace todas las cosas
según el designio de su voluntad,
Efesios 1. 6 -11 RVA

Lo que pasó en la cruz es para alabanza de la gloria de Su gracia. La gloria de Su gracia


es la aceptación por parte de Dios hacia nosotros.
Somos aceptos en el amado, que es Cristo. Es fundamental entender esto: somos amados
en Cristo.
Dios no ama nada fuera de Su Hijo. Fuimos aceptados para entrar en una relación íntima
entre el Padre y el Hijo. Ese es el Nuevo Pacto: un pacto entre ellos. Lo que está fuera de
ese pacto no cuenta para Dios.
El Padre ama al Hijo y el Hijo ama al Padre. Y nosotros hemos sido aceptados en Él.
La gracia es entender esa aceptación e introducción en ese pacto de amor. No hicimos
nada para merecer ese amor. Somos parte de esta familia perfecta compuesta por la
Trinidad y la Iglesia por gracia.
El amor es en Cristo. Entender esto nos lleva a vivir el nivel de amor diseñado por Dios
para nuestros matrimonios y familias.
Las riquezas de Su gracia son los beneficios que recibimos: el perdón de pecado, la
salvación. Pero la gloria de esta comunión es mayor a los beneficios. El Padre es UNO con
el Hijo y nosotros estamos metidos ahí. El milagro de ser UNO con el Padre y el Hijo es
mucho mayor que los beneficios naturales que podamos recibir.
Pero lo más importante es entender cuánto me ama Dios por ver cuánto ama Dios al Hijo.
Como parte de este vínculo entre el Padre y el Hijo, Dios nos dio a conocer el misterio de
Su voluntad. Nos da a conocer el secreto de Su voluntad. Su voluntad es lo que le da
placer al Padre. El secreto, el placer de Su voluntad, es reunir TODO en Cristo y que todos
lo vean. Esto es algo que se propuso a Sí mismo. Y por gracia y porque amamos a Cristo
nos da a conocer este misterio.
TODO vuelve a ser UNO en Cristo.


71

La voluntad de Dios es más que si me va bien en el plano personal o familiar. La voluntad


de Dios es que TODO se reúna en Cristo, que todo esté bajo Su Señorío.
El placer de Dios es que mi matrimonio y mi familia estén en Cristo.
Todo lo que es del Padre se lo dio al Hijo. Y todo lo que es de Cristo es nuestro porque
somos sus coherederos. El Espíritu Santo nos debe revelar todo lo que ya tenemos en
Cristo. En Él estamos completos.
El que tiene al Hijo con Él tiene todas las cosas, porque TODO está reunido en Él.

10
De modo que ustedes también están completos mediante la unión con Cristo...
Colosenses 2. 10 NTV

32
Si Dios no se guardó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no
nos dará también todo lo demás?
Romanos 8. 32 NTV

Toda la creación antes de existir era espíritu y estaba en Cristo. Cuando vemos en
Génesis que Dios habló y la creación fue. El hablar de Dios es Cristo. Cuando Dios habla
sale y se manifiesta Cristo.
La pregunta a hacernos hoy es: cuando hablamos ¿qué se manifiesta?
¿Por qué estoy dando vueltas sobre esto? ¿Qué tiene que ver esto con el amor y la
familia?
Lo tiene todo que ver. Sólo experimentando a Cristo experimentamos el amor.
El amor es más que emociones. El amor es más que suplir necesidades. El amor es una
persona: Cristo. Y en Él lo tenemos todo.
Portamos al creador de TODA la existencia.

15
Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por
su gracia, 16 revelar a su Hijo en mí, para que yo lo predicara entre los gentiles, no me
apresuré a consultar con carne y sangre.
Gálatas 1. 15 – 16 RVA

Necesitamos la revelación de Cristo en nosotros. Dios no quiere revelarnos a Su Hijo a


nosotros sino revelarlo en nosotros. Sólo eso nos llevará a dimensionar y experimentar los
diseños que están desde el principio y que hemos recuperado en Él, que es el postrer
Adán y que recuperó TODO lo que se había perdido.


72

Cristo en nosotros representa los deseos del corazón de Dios. Debemos relacionarnos con
la conciencia de que el Hijo está en nosotros. Todo lo que hacemos y vivimos es para
manifestar a Cristo.
Cuando una familia expresa la naturaleza de Cristo todo con lo que entra en contacto
participará de esa naturaleza que portan.
Por eso es sumamente necesario entender que no estamos para decir qué está bien o mal
sino para expresar una vida.
Por ejemplo, no nos levantamos en contra el aborto, sino que amamos a las mujeres que
deciden matar a sus propios hijos. Así les manifestamos una naturaleza de amor y no de
juicio.
No hemos sido llamados por Dios para decirle a la humanidad qué está mal, sino a
mostrar la naturaleza y el camino del amor como Iglesia global. Y en eso se resume dar a
conocer la multiforme sabiduría de Dios a los principados y a las potestades.

10
para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la
Iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, 11 conforme al propósito
eterno que hizo en Cristo Jesús, nuestro Señor, 12 en quien tenemos seguridad y acceso
con confianza por medio de la fe en él.
Efesios 1. 10 – 12 RVR

El llamado más grande que tenemos de Dios es manifestar a Su Hijo.

El amor como fuente de comunión


Comunión implica mutua participación, compartir algo común con otro.
La palabra griega traducida “comunión” es koinonía. La comunión implica mutua
participación.
Tener comunión en la Verdad es participar de algo en común: el Cristo crucificado.

11
Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir
y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.12 Saludaos unos a otros
13
con beso santo. Todos los santos os saludan.
14
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean
con todos vosotros. Amén.
2 Corintios 13. 11 – 14 RVR


73

Al entender nuestra familia natural como una alegoría de la familia de Dios, podemos
tranquilamente aplicar los principios de este saludo del Apóstol Pablo a la Iglesia en
Corinto a nuestra familia.
Vemos así que la comunión es una de las claves en base al amor. Vemos aquí una
comunión vertical que es la comunión divina por el Espíritu Santo. Pero además podemos
entender por el Espíritu que el amor es la fuente, la gracia es el curso y la comunión es la
aplicación práctica del amor y la gracia de Dios.

6
Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es.
Juan 3. 6 RVR

Entendemos así que el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra comunión vertical y por la
obra de la regeneración de nuestro espíritu humano en Cristo nos ayuda en la comunión
horizontal unos con otros en la Verdad, en el amor que es Cristo en nosotros.
La cruz pasa a ser así nuestra garantía de comunión verdadera. Gracias a la cruz tenemos
posibilidad de comunión verdadera y tanto el matrimonio como la familia están destinados
a permanecer.
Ya hemos experimentado cada uno de nosotros comunión sin encontrarnos en la cruz y el
resultado es inevitable: es comunión superficial y en riesgo permanente de enemistad y
engaño y final desaparición por estar sujetos a corrupción.
Necesitamos comunión encontrándonos en la cruz, allí somos todos iguales. En la cruz
somos uno porque comunión es común unión. Participamos de Alguien en común.

…Asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el Cuerpo, recibiendo el rico


19

suministro y siendo entrelazado por medio de las coyunturas y ligamentos, crece con el
crecimiento de Dios.

Colosenses 2. 19 RVR

4
De la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros
tienen la misma función, 5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y
todos miembros los unos de los otros.

Romanos 12. 4 – 5 RVR

Corriendo el 1900 la Psicología sistémica empezó a hablar de la familia como un sistema:


un conjunto de personas interrelacionadas entre sí, de manera que si uno es afectado
todos lo son.
Pero podemos ver, por las Escrituras, que hace más de 2000 años Dios ya había hablado
de cuerpo, de sistema: todos miembros los unos de los otros.


74

Nuestra relación con la Cabeza es de obediencia, mientras que nuestra relación con el
Cuerpo es de cooperación y/o colaboración para la preservación y desarrollo de la Vida
que portamos. En la comunión en la Verdad no hay lugar para el individualismo. Somos
todos miembros los unos de los otros y nos necesitamos.
Y esta experiencia de vida de cuerpo empieza y se aprende en la familia.


75

LA PAZ COMO NUESTRA NATURALEZA

Como lo venimos entendiendo, al nacer de nuevo y ser regenerados por Su Espíritu


nuestra naturaleza cambia y empieza a operar en nosotros la naturaleza misma de Cristo.
Hemos sido hechos partícipes de Su naturaleza.

3
Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino
poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia; 4 por
medio de estas cosas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas
lleguéis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que
hay en el mundo a causa de las pasiones.
2 Pedro 1. 3 – 4 RVR

14
Porque él es nuestra paz,
quien de ambos nos hizo uno.
Él derribó en su carne la barrera de división, es decir, la hostilidad.
Efesios 2. 14 RVA

Él es nuestra paz.
La paz no es algo, no es un estado. La paz es Alguien: Cristo.
La paz no es una emoción ni una realidad natural donde está todo resuelto.
La paz no depende de situaciones externas. La paz ahora es parte de nuestra naturaleza y
es interna e inconmovible.
La paz no es ausencia de tribulaciones sino conocer Sus diseños y saber el final: que todo
colaborará con el Propósito Eterno en Cristo.

Dios es Padre y diseñó la paternidad como agentes de paz. Los padres están llamados a
ser agentes de paz.
Debemos graduarnos del concepto biológico de paternidad y tener el entendimiento por el
Espíritu de lo que Dios pensó al diseñar la paternidad. Pero sobre todo debemos saber por
revelación cómo ejercer la paternidad.

Yo, Pablo, elegido por la voluntad de Dios para ser apóstol de Cristo Jesús, escribo esta
carta al pueblo santo de Dios en Éfeso, fieles seguidores de Cristo Jesús.
2
Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les den gracia y paz.
Efesios 1. 1 – 2 NTV


76

Pablo arranca estableciendo que Dios es Padre. Y es Dios de paz.


La paternidad de Dios no tiene que ver con un hijo biológico sino con un diseño, con un
plan, con un Propósito Eterno.

Como ya lo hemos entendido, la paternidad tiene que ver con la autoridad como un diseño
de preservación de vida. Y eso no solamente o necesariamente tiene que ver con la
paternidad biológica.
Los hijos deben vernos a los padres como quienes los acompañan a crecer en un diseño.
La paternidad debe nacer en un diseño, en un plan eterno, no en una necesidad o
irresponsabilidad biológica.
El primer hombre se perdió porque fuera del huerto se quedó sin el que tenía los planos
del diseño: Dios. Su desobediencia lo hizo independiente pero sin los planos, sin la hoja de
ruta. Por lo tanto, el hombre se pasa la vida dando manotazos sin ser exacto.
Necesitamos estar maduros y atentos a escuchar el diseño eterno de Dios para nuestra
paternidad. Recordemos que la familia es una alegoría de realidades espirituales.
Debemos vivirla alineada a lo eterno y no a lo temporal.
Debemos madurar para unir la paternidad biológica y la paternidad espiritual y lograr la
plenitud diseñada por Dios para la familia, y a través de ella el impacto en toda la tierra.
Debemos entender que la paternidad como diseño de Dios es una cuestión corporativa y
no individual. Es decir, que es una construcción entre el padre, la madre y los hijos como
cuerpo, como un todo sistémico. Así cuando surgen conflictos o crisis, alguno puede tomar
la paternidad y poner el alto para no desviarnos del Propósito Eterno de impactar en la
tierra siendo familias que expresan a Cristo como Señor de todo.

La falta de entendimiento del diseño de Dios para la familia y la falta de compromiso con
el propósito eterno como familias, nos pone en actitud de mirar lo temporal y mirarnos a
nosotros mismos “buscándole la quinta pata al gato” o “el pelo en la leche”, llevándonos
así a estar peleándonos entre nosotros y perdiendo la paz.
Por ejemplo, si no entendemos los diseños de Dios, el ministro de economía o el equipo
económico del país guiarán nuestras decisiones financieras afectando el futuro de nuestros
hijos. Si no entendemos los diseños de Dios, los maestros y profesores de la escuela
formarán diseño en nuestros hijos.

Los padres fuimos diseñados, como ya lo vimos, para preservación de la vida biológica y
de la vida Zoe, la Vida de Cristo impartida en nosotros.
Los padres fuimos diseñados por Dios como agentes de paz.
Tenemos como diseño la obligación de llevar a nuestros hijos a una vida de paz.


77

La paz de Dios es un estado o ámbito gubernamental en nuestro espíritu. Es la persona de


Cristo en nosotros llevándonos a dar con la medida de los diseños. No es un estado de
tener todo resuelto en nuestras emociones y en las circunstancias naturales.
Cristo es nuestra paz. La paz es una Vida y no es un sentimiento. Es gobierno para que el
proyecto de Dios no se ponga en riesgo.

17
Jesús les respondió:

—Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.


Juan 5. 17 RVR
Debemos enseñarles a nuestros hijos que la paz también tiene que ver con el trabajo. Que
nos vean comprometidos y trabajando en el Propósito Eterno.
El empleo puede darnos recursos económicos, pero el verdadero trabajo que tenemos
consiste en colaborar con la edificación del Cuerpo global de Cristo.

…hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al
hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Efesios 4. 13 RVR

Trabajemos como familias para que lo que nos defina sea ser hombres y mujeres de paz.
Seamos familias de paz.

Confusión entre armonía y paz


Muchas veces solemos confundir estas dos palabras: armonía y paz. Sobre todo, en el
ámbito matrimonial y familiar.
Veamos algunas definiciones de armonía: “Combinación de sonidos simultáneos y
diferentes, pero acordes”. “Acertada combinación de la silabas, voces y cláusulas en el
lenguaje, que da por resultado una bien concertada y grata variedad de sonidos, medidas
y pausas…”. “Conveniente proporción de correspondencia de una cosa con otra”.

Veamos algunas definiciones de armonioso: “Correspondencia y proporción entre partes”.

La armonía conyugal se construye dimensionando el propósito y los diseños de Dios.


Armonía es una actitud constante de construir y mantener o cuidar esa construcción.


78

La gran diferencia está en que la armonía se construye, pero la paz es una naturaleza:
Cristo en nosotros.

17
Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona
nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!
2 Corintios 5. 17 NTV

A partir de nuestra unión con Cristo nos transformamos en una nueva persona, criatura,
naturaleza. Somos partícipes de Su naturaleza.
Nos debe quedar claro que el Reino no tiene PAZ sino que ES PAZ.

17
porque el Reino de Dios no es comida ni bebida sino justicia, paz y gozo en el Espíritu
Santo.
Romanos 14. 17 RVA

14
Porque él es nuestra paz,
quien de ambos nos hizo uno.
Él derribó en su carne la barrera de división, es decir, la hostilidad.
Efesios 2. 14 RVA

24
Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.
25
Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.
Marcos 3. 24 y 25 RVA

17
Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha
llegado ya lo nuevo! 18 Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos
reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación.
2 Corintios 5. 17 y 18 NVI

Todo el sistema mundo en el cuál se mueve la humanidad está basado en la enemistad, el


engaño y la rivalidad del primer Adán.
Comenzando por el matrimonio y la familia, siguiendo por las empresas que son parte de
la guerra comercial y laboral, como también las acciones de los políticos en las naciones


79

de la tierra, la enemistad, el engaño y la rivalidad son la forma de operar profundizando


así las separaciones.
El sistema religioso lejos de resolver las enemistades y las rivalidades, a partir de la
operación del engaño, lamentablemente, también profundiza las separaciones.
Todo el avance de la ciencia y la tecnología está basado en la enemistad, el engaño y la
rivalidad.
Cada área de la vida humana está manejada por la justicia propia, por la propia conciencia
del bien y del mal. Por lo tanto, podemos concluir con toda seguridad viendo las
evidencias durante miles de años de nuestra humanidad que siempre habrá enemistad,
engaño y rivalidad.
Por esto, en Cristo encontramos la posibilidad de que lo que nos gobierna internamente
sea la reconciliación y no la enemistad, sea la paz y no la rivalidad, sea la verdad y no el
engaño, sea la vida y no la muerte. Todo esto por ofrecer en la cruz la justicia que es por
amor. Entender esto es entender la cruz.

Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo es nacido de Dios; y todo aquel que ama al
que engendró ama también al que ha sido engendrado por él. 2 En esto conocemos que
amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus
mandamientos, 3 pues éste es el amor a Dios: que guardemos sus mandamientos; y sus
mandamientos no son gravosos, 4 porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y
ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5 ¿Quién es el que vence al
mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
1 Juan 5. 1 – 5 RVR

CÓMO MANTENER LA ARMONÍA CONYUGAL Y FAMILIAR


Quiero sugerirle algunas decisiones prácticas que pueden tomar como matrimonio y
familia para experimentar la armonía y la manifestación de la paz.

Decisión 1:
ENTENDER LA NUEVA NATURALEZA que opera en nosotros. Cristo es nuestra paz.
Simplemente podemos empezar por mantenernos en oración humilde diciendo: Espíritu
Santo queremos entender cómo opera la Vida de Cristo en nosotros.
A eso podemos agregarle establecer el Reino en el matrimonio. Buscar crear ambientes de
justicia, paz y gozo viviendo una fe “no fingida”, un amor “no fingido”. Es un compromiso
con los hábitos que favorecen la manifestación de la Vida que portamos.
Dimensionar y comprometernos como colaboradores en el Propósito Eterno de Dios
produce armonía. Podemos leer las Escrituras, algún libro que hable al respecto, escuchar
o ver predicaciones al respecto.


80

Todo esto nos ayudará a entender cómo opera Su Vida en nosotros y experimentaremos
la manifestación de su Vida que es paz en nosotros, en nuestros matrimonios y familias.

Decisión 2:
Ceder, adaptarse, aceptar y respetar a su cónyuge y a sus hijos.

No somos rivales como cónyuges. Mi función no es cambiar a mi cónyuge. No soy su


Espíritu Santo personal, ni la madre o padre, ni el docente de mi esposa/o. Soy su
compañera/o.

Decisión 3:
Ser flexibles.
Lo rígido se quiebra, así que cuanta más flexibilidad tengamos más podremos afrontar las
frustraciones que vamos a enfrentar en lo cotidiano.
Confrontar el ideal de mi mente con lo real de lo cotidiano. Debemos tener expectativas
reales y alcanzables.
Muchas veces nos frustramos porque tenemos expectativas en nuestra mente de cómo
debieran ser las cosas en casa. Podemos hablar y negociar necesidades y deseos de cada
uno y tener paciencia hasta ir logrando el crecimiento y perfeccionamiento.
Pero lo fundamental es sabernos completos en Cristo. Esa es la mejor arma contra las
frustraciones ya que como estamos completos, no esperamos nada de nadie.

Decisión 4:
Comunicarse sanamente.
Mantener un diálogo claro, franco y directo sin herir. Hablando por uno mismo en primera
persona y escuchando con atención.
Comunicación es sinónimo de intimidad. Cuanto más crecemos en comunicación más
creceremos en intimidad. Y eso implica conocernos más y disfrutar de mayor intimidad y
placer sexual en el matrimonio como también una mayor comunión con nuestros hijos.

Decisión 5:
Dedicarse tiempo de calidad.
No es tan importante la cantidad como la calidad del tiempo compartido.
Calidad implica dedicarse tiempo cara a cara, sin distracciones como los teléfonos, tablets
o cualquier dispositivo. Compartir con el cónyuge o los hijos tiempo de edificación mutua.


81

Decisión 6:
Ayudar y pedir ayuda.
Desde lo cotidiano hasta las crisis más profundas. Nunca dejar algo sin resolver. Si no
podemos resolverlo solos en diálogo, es preciso buscar la ayuda de algún líder o
profesional calificado para orientarnos.

Decisión 7:
Cuidar el uno.
Debemos favorecer al cónyuge públicamente. No debemos publicar errores o debilidades
en su presencia o ausencia ante terceros. Cuando entendemos que Dios nos diseñó para
manifestarnos como uno, estaremos comprometidos con la paz permanentemente.

Decisión 8:
Mantener el enamoramiento y el compromiso.
Debemos tener una actitud de conquista permanentemente. Pequeños detalles cotidianos
que hacen saber y sentir al cónyuge y a la familia que los amamos y nos importan.
El compromiso con la fidelidad y planes juntos para el futuro ayudan también a mantener
el compromiso y el enamoramiento.

Decisión 9:
Tener espíritu perdonador.
Reconocer las faltas y saber perdonar y pedir perdón.
Las deudas buscan justicia. Por lo tanto, perdonar es cancelarle la deuda al que me hizo
daño. De esta manera no habrá deseo de cobrarla o ejercer justicia.
Tenemos una mente reconciliada. Debemos operar desde el amor y la reconciliación y no
desde la enemistad y rivalidad. Y si maduramos seremos inofendibles a partir de la obra
de la cruz en nosotros cada día.

Decisión 10:
Valorar el beneficio de la paz.
Somos ejemplo de paz.
Somos embajadores de reconciliación.
Lo mejor que les podemos dar a nuestros hijos es que vean a sus padres amándose y que
la Vida de Cristo está fluyendo en ellos cada día.


82

Decisión 11:
Ser afectuosos.
Mantener constantemente viva la expresión de los afectos verbal y físicamente.
Esto favorece la armonía en la familia y la intimidad sexual del matrimonio.

Decisión 12:
Priorizar al cónyuge y a la familia.
Antes que a las amistades o las actividades. Sin perder los espacios personales que cada
uno tiene y necesita, como ir al gimnasio o hacer alguna actividad física por ejemplo.

Decisión 13:
No dramatizar o sobredimensionar los problemas. Suavizar lo dramático.
Siempre surgirán situaciones adversas que debamos enfrentar o conflictos por diferentes
motivos. Debemos buscar resolverlos desde el amor y el respeto mutuo en tono de
diálogo. Sobre todo porque en Cristo operamos desde la mente reconciliada.
Todo lo que atravesemos servirá para el avance del Evangelio de Cristo.

Decisión 14:
Hacer fiesta.
Risas y distensión en lo cotidiano es una actitud sana y muy necesaria para nuestra salud
integral y la salud de nuestro matrimonio y familia.
Recordar las fechas importantes y celebrarlas juntos puede ser un hábito que le traerá
muchos beneficios al matrimonio y a la familia.

Decisión 15:
Mantener la sinceridad y la confianza.
Priorizar siempre la verdad. Caminemos en la verdad.
Los secretos personales dividen y destruyen.
Recordemos que la verdad es parte de nuestra naturaleza.

Decisión 16:


83

Lograr una buena intimidad sexual en el matrimonio.


Muchas veces debido a la insatisfacción en el matrimonio, surgen situaciones hostiles en
todo el ámbito familiar. Además, genera en el cónyuge una puerta abierta de
insatisfacción que puede ser utilizada por el enemigo para tentarlo.
En la intimidad sexual debemos buscar siempre la satisfacción del otro. Comunicarse para
saber satisfacer según las necesidades y deseos del cónyuge.
Evitar las rutinas y el aburrimiento apelando a la creatividad en base al amor, acuerdo y el
respeto mutuo.

Recordemos: LA ARMONIA SE CONSTRUYE pero LA PAZ ES UNA NATURALEZA: CRISTO


EN NOSOTROS.


84


85

LA JUSTICIA Y LA GENEROSIDAD COMO NUESTRA NATURALEZA

33
Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas.
Mateo 6. 33 RVA

Como lo venimos construyendo, podemos ser dos tipos de personas: las que buscan lo
eterno o las que buscan lo temporal.
Podemos buscar lo eterno, el Reino y su justicia y disfrutar de la plenitud de tener todo
suplido por Dios en Cristo.
O podemos buscar lo temporal y dedicar nuestras vidas a eso y no lograr la satisfacción
buscada ya que son cosas temporales y corruptibles que terminan por desaparecer.

Recordemos que el Reino de Dios es todo donde Dios es dueño y autoridad. Cristo es el
origen y destino de todo lo que existe. Él es el dueño de todo. Todo es suyo.
El Reino es más grande que la Iglesia.

16
porque, por medio de él, Dios creó todo lo que existe
en los lugares celestiales y en la tierra.
Hizo las cosas que podemos ver
y las que no podemos ver,
tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible.
Todo fue creado por medio de él y para él.
17
Él ya existía antes de todas las cosas
y mantiene unida toda la creación.
Colosenses 1. 16 – 17 NTV

Jesús encapsulado en un cuerpo humano anduvo entre nosotros y Él decía acerca de sí


mismo: “el reino de los cielos se ha acercado”.

Ahora, también es importante recordar que el Reino no tiene justicia, sino que ES justicia.

17
porque el reino de Dios no es comida ni bebida
sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Romanos 14. 17 RVA

El profeta Miqueas le recuerda al pueblo lo que Dios desea: justicia.


86

8
¡Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno! ¿Qué requiere de ti el SEÑOR?
Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios.
Miqueas 6. 8 RVA

Pero la justicia requerida por Dios no pudo ni podrá jamás cumplirse desde lo humano
porque heredamos la naturaleza corrupta adámica.
Por esta razón el profeta Isaías habló claramente de dónde iba a venir la justicia que
necesitamos.

8
»Ábranse, oh cielos,
y derramen su justicia.
Que la tierra se abra de par en par,
para que broten juntas la salvación y la justicia.
Yo, el SEÑOR, las he creado.
Isaías 45. 8 NTV

Los cielos se abrieron y se manifestó la justicia de Dios entre nosotros en Cristo.


A partir de la cruz brotan salvación y justicia. Así, establecido el Nuevo Pacto, tenemos la
posibilidad de una vida en justicia por la impartición del Justo e Incorruptible en nosotros:
Cristo.

21
Ya que han oído sobre Jesús y han conocido la verdad que procede de él, 22 desháganse
de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida
por la sensualidad y el engaño. 23 En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los
pensamientos y las actitudes. 24 Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la
semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo.
Efesios 4. 21 – 24 NTV

Por supuesto que estamos llamados a justicia, pero eso no significa seguir ciertas normas
de comportamiento.
Para Dios la justicia es la naturaleza misma de Cristo que nos fue dada y, como lo venimos
entendiendo, Dios desea que sea formada en nosotros.

Simplemente con mirar los resultados de la vida humana en el mundo entero vemos con
claridad la corrupción invadiendo todas las esferas de la vida humana. Y esto sucede
porque es un problema de naturaleza.


87

La palabra “corrupción” hace referencia a romper o mezclar, depravar, echar a perder,


sobornar a alguien, pervertir, dañar.
También hace referencia a la alteración de la pureza o integridad de una sustancia, tanto
si es por su desmembración, por la mezcla con otras sustancias o por la desviación de su
curso esperado. Sencillamente “corrupción” produce que algo se eche a perder.
La corrupción produce que algo se eche a perder, se deteriore. Por lo tanto, este deterioro
traerá como consecuencia descomposición y finalmente logrará que desaparezca. En otras
palabras: la corrupción produce muerte.

Que importante y necesario se vuelve entender esto, así dejaremos de formar a nuestros
hijos como corruptos y seremos familias que al estar alineadas a lo eterno pueden
expresar la naturaleza incorruptible que portan. Y una de las cosas más importantes a
expresar, como parte de nuestra naturaleza en la familia, es la justicia.

La familia es el lugar donde todo comienza. Es el lugar donde debemos aprender la


equidad entre derechos y obligaciones: dos caras de la misma moneda que es la justicia.
Por ejemplo, en su Carta a los Efesios el Apóstol Pablo nos presenta una lista de deberes y
derechos como cónyuges y como padres.
Justicia: el esposo debe amar como deber y la esposa es amada como derecho.
Justicia: la esposa debe respetar como deber y el esposo es respetado como derecho.
Justicia: los padres no deben traumatizar a sus hijos como deber y los hijos crecen sanos
como derecho.
Justicia: los hijos obedecen como deber y los padres son obedecidos como autoridad
delegada como derecho.
Este análisis podemos hacerlo en cualquier ámbito de nuestras vidas. Incluso para con
Dios tenemos derechos y obligaciones.

35
Uno de ellos, experto en la ley religiosa, intentó tenderle una trampa con la siguiente
pregunta:
36
—Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante en la ley de Moisés?
37
Jesús contestó:
—“Ama al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu
mente”. 38 Este es el primer mandamiento y el más importante. 39 Hay un segundo
mandamiento que es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. 40 Toda
la ley y las exigencias de los profetas se basan en estos dos mandamientos.
Mateo 22. 35 – 40 NTV


88

18
En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si
tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado
plenamente el perfecto amor de Dios. 19 Nos amamos unos a otros, porque él nos amó
primero.
1 Juan 4. 18 – 19 NTV

Así vemos que el amor es la esencia de la justicia, que es hacer lo correcto en la


comunidad, en el cuerpo.
Un abogado o un juez puede ejercer legalidad, pero sin amor. La justicia de Dios está
vinculada al amor, la misericordia y la compasión. En la justicia de Dios hay equidad entre
derecho y obligación.
Vivir esta realidad de justicia en nuestra casa primeramente, siendo íntegros, siendo
auténticos, traerá grandes resultados a nuestras generaciones.
Es muy interesante ver la conclusión de toda la historia de amor de Dios y encontrar que
se trata Su Familia. Pero una de las cosas que más resaltan en este evento es la Justicia.

6
Oí como la voz de una gran multitud, como el ruido de muchas aguas y como el sonido
de fuertes truenos, diciendo:
“¡Aleluya! Porque reina el Señor nuestro Dios Todopoderoso.
7
Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria,
porque han llegado las bodas del Cordero, y su novia se ha preparado.
8
Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino,
resplandeciente y limpio”.
Porque el lino fino es los actos justos de los santos.
Apocalipsis 19. 6 – 8 RVA

La justicia no es algo en sí misma. No es una conducta moral o inmoral. No son


conceptos. Para Dios la justicia es definida por una persona, es la naturaleza de Su propio
Hijo. Y esta justicia se manifiesta cuando es formada la persona de Cristo en nosotros.

La justicia no son actos. Es una naturaleza.


La justicia no es algo abstracto e inalcanzable. La justicia no es algo, es alguien: Cristo. Él
es la justicia de Dios y es incorruptible y ahora parte de nuestra naturaleza.


89

25
Como demostración de su justicia, Dios lo ha puesto a él como expiación por la fe en su
sangre, a causa del perdón de los pecados pasados, en la paciencia de Dios, 26 con el
propósito de manifestar su justicia en el tiempo presente para que él sea justo y, a la vez,
justificador del que tiene fe en Jesús.
Romanos 3. 25 – 26 RVA

La justicia debe manifestarse en nuestra casa primero y en toda nuestra vida social, en la
búsqueda de ayudar al necesitado con amor y compasión, en la restauración de relaciones
con el espíritu de reconciliación, en el cumplimiento con integridad de todas nuestras
obligaciones sociales.

7
Hijitos, nadie los engañe. El que practica justicia es justo, como él es justo.
9
Todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado porque la simiente de Dios
permanece en él, y no puede seguir pecando porque ha nacido de Dios. 10 En esto se
revelan los hijos de Dios y los hijos del diablo: Todo aquel que no practica justicia no es
de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.
1 Juan 3. 7 RVA

Por eso Jesús enseñó como vimos al comienzo de capítulo que debemos buscar el Reino y
su Justicia. Cuanto más crece la naturaleza de Cristo que es Justicia en nosotros, más nos
ocuparemos de lo eterno y dejaremos de ser indiferentes a las necesidades del otro.
El que prioriza los superficial y temporal sólo pensará en sí mismo y se afanará por las
necesidades propias.
Estamos llamados a alinearnos y expresar lo eterno.
Estamos llamados a servir a Dios y a nuestra generación más allá de lo que nos pase en lo
personal.
Debemos morir a la justicia propia. A lo que esperamos o creemos por nosotros mismos
en cuanto a tratos, o como debiéramos estar o qué debemos tener. Si hay mucha justicia
propia estaremos quejándonos permanentemente. Si morimos cada día se manifestará la
justicia que portamos.
Y todo esto comienza en la familia.

Los justos son como la luz que va en aumento hasta que el día es perfecto.
Cuando la luz es perfecta ya no hay sombras.

La generosidad como nuestra naturaleza


Justicia y generosidad van de la mano.


90

Así como la Justicia es la naturaleza de Cristo en nosotros, también lo es la generosidad.


Dios manifestó a través de Cristo el Hijo su generosidad. De tal manera amó Dios al
mundo que dio a Su Hijo. Dios fue muy generoso.
Somos administradores de Su naturaleza generosa.
Generosidad no necesariamente tiene que ver con dinero (aunque lo incluye) sino con una
naturaleza que estamos llamados a administrar.
Dios cuando habló de generosidad en amor lo hizo muy en serio, Él dio a Su Hijo.
Como familia, nos hemos encontrado en más de una ocasión frente a la necesidad de
obedecer y tomar decisiones que Dios nos estaba demandando como colaboradores en el
Propósito Eterno. Pero lamentablemente nos encontramos con la frustración de no poder
obedecer, porque los recursos que Dios nos había dado los habíamos usado para otra
cosa. Y me refiero a recursos de tiempo, dinero, salud y demás recursos que Dios trae a
nuestra vida para equiparnos como colaboradores en Su Reino.

Es muy triste no poder hacer algo que tiene impacto en lo eterno porque no tenemos los
recursos para hacerlo, o teniéndolos los hemos mal usado influidos por lo temporal. Por
falta de entendimiento y de luz en lo que Dios quiere hacer, hemos mal usado los recursos
que Él nos dio. Así, nos convertimos en víctimas del dios mamón, del sistema faraónico
que nos esclaviza con lo superficial y temporario.

Se debe terminar la trampa en la que nos hemos metido de elegir nuestra vida, carreras,
trabajo influidos por mamón, el dios del dinero.

Estamos viviendo tiempos en que nuestros hijos aprenden en casa a escuchar y obedecer
a Dios y vivir en Su propósito. Es un tiempo en el que nuestros hijos deben decidir su vida,
su carrera, su pareja alineados a lo eterno.

En el Nuevo Pacto, y teniendo el entendimiento del precio que fue pagado, el Espíritu
Santo nos llevará al nivel de 100 % de entrega de todas las áreas de nuestras vidas.

Todo nos ha sido dado por gracia y no hay nada que traiga más plenitud que poder
escuchar y obedecer libremente alineados a lo eterno.

Desde la perspectiva de lo eterno somos mayordomos, administradores de la generosidad


de Dios para derramar de Él en la tierra. Debemos ser mayordomos integrales que
manifiestan la generosidad de Dios como parte de nuestra nueva naturaleza.

Como ya lo hemos visto, todos los recursos que Dios nos da deben ser multiplicados para
disponer de recursos para el avance del Evangelio.
De nada nos sirve tener éxito aparente en lo temporal y perder trascendencia en lo
eterno.
Comprometámonos como familia a colaborar con el avance del Evangelio de Cristo. Nada
nos producirá jamás mayor plenitud.


91

EL PROPÓSITO COMO NUESTRA NATURALEZA

La mayoría de nosotros los cristianos tenemos centrada nuestra relación con Dios en Su
provisión, en los beneficios personales en vez de centrarnos en Su Propósito Eterno. Y lo
más triste es que esto se lo transmitimos a nuestros hijos. Y si en algún momento aparece
la palabra propósito en nuestras vidas, no se refiere a Su propósito sino a los nuestros.
Son nuestros propósitos “para Él” y no Su Propósito Eterno para nosotros y nuestra
familia.
Cuando no conocemos ni entendemos el Propósito Eterno de Dios en Cristo, ni nuestra
participación en ese propósito, tristemente terminaremos con una vida dedicada a vagar
en el desierto de las opiniones y realidades infructuosas de la vida temporal humana.
Por eso se vuelve urgente entender que al vivir la Vida de Cristo estaremos alineados a la
Verdad y sin lugar a dudas el propósito eterno será parte de nuestra realidad.

Es necesario comprender que el Evangelio siempre fue y será una Persona: Cristo.

Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de


Dios, 2 que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras: 3 evangelio
que se refiere a su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la
carne, 4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su
resurrección de entre los muertos.
Romanos 1. 1 – 4 RVR

El Evangelio es una sustancia que incluye un mensaje, pero es mucho más que un
mensaje. Quien recibe este mensaje entra en la sustancia donde todo es hecho nuevo. No
como algo cronológico como ya lo hemos entendido, sino nuevo según la naturaleza de
Dios.
Como lo venimos aprendiendo, Dios nos llamó a la comunión de Su Hijo para que
participemos de Cristo, de su Vida y propósito.

20
Que el Dios de paz, que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran
pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, 21 os haga aptos en toda obra buena
para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él
por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Hebreos 13. 20 – 21 RVR

Hacer la voluntad de Dios es ahora nuestra naturaleza. Lo hace Cristo en nosotros. Por
eso es tan necesario crecer en el entendimiento de la Vida que portamos y dejar que el
Espíritu Santo haga crecer esa Vida en nosotros.


92

En Cristo, la asignación y el propósito están asegurados. En Cristo estamos muertos y


ahora ya no vivimos para nosotros sino para Cristo.

20
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo
que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a
sí mismo por mí.
Gálatas 2. 20 RVR

7
Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. 8 Si vivimos, para el Señor
vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos,
del Señor somos.
Romanos 14. 7 – 8 RVR

14
El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos
murieron; 15 y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para
aquel que murió y resucitó por ellos.
2 Corintios 5. 14 – 15 RVR

Entender esto es sumamente urgente. Nuestra vida ahora es Cristo.

¿Qué significa esto entonces? ¿Que ya no vamos a estudiar ni trabajar ni emprender?


Todo lo contrario. Lo hacemos, pero con el entendimiento correcto. No por motivaciones
egoístas o temporales. No motivados por el dios mamón pensando en cómo hacer dinero
como fin en sí mismo.
Todo lo que hacemos es como medio para obtener recursos para colaborar con el avance
del Evangelio en la tierra. Para eso estudiamos, tenemos empleos o emprendemos.

Nuestro propósito es ser expresión de Cristo.


Nuestros empleos producen recursos, pero nuestro verdadero trabajo es colaborar para
que todos lleguen a ser como Cristo.

No me avergüenzo del Evangelio


Leí este párrafo reflexionando sobre la cruz en el libro “Lucha Espiritual” de Abel Ballistreri
hace un tiempo y realmente me impactó. Con el permiso de Abel lo parafraseo aquí.
Nadie puede negar que la obra de la cruz fue y es un verdadero escándalo: un judío
muriendo por nuestros pecados, en nuestro lugar, y que el destino de nuestra alma


93

dependa de que creamos y confiemos en eso, suena completamente absurdo.

En la ciudad de Corinto en el primer siglo, la crucifixión –invento de los romanos– era un


asunto de vergüenza, de burla y ridículo.
La cruz estaba reservada sólo para los crímenes de mayor bajeza y para los delincuentes
más odiados. Para los judíos era algo que detestaban.

22
Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo
colgareis en un madero, 23no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin
falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás
tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

Deuteronomio 21. 22-23 RVR

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está
escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)…
Gálatas 3. 13 RVR

En ese tiempo de la historia, no existía el arte cristiano. A nadie que hubiera visto una
crucifixión se le hubiera ocurrido hacer de ella una pieza de arte o un artículo de joyería.
La imagen que la cruz provocaba era espeluznante.

Tomando en cuenta la vergüenza, la humillación y el escándalo que representaba la cruz,


los creyentes corintios pensaron que era mejor olvidarse de ella y avanzar buscando otras
cosas.

Ellos estaban fascinados con muestras de poderes espirituales, los dones de lenguas, los
milagros y la sabiduría de los filósofos incrédulos. No querían las noticias de un judío
muerto vergonzosamente, sino querían disfrutar y exhibir un poder espiritual que los
elevara a algún estado espiritual superior a los demás.

Querían un Cristo sin una cruz para alimentar su hambre de poder, fama, experiencia
sobrenatural, sabiduría y posición social. ¿Cómo responde Pablo a todo esto? Su respuesta
nos dice que dejar de lado la cruz no es avanzar, sino abandonar a Cristo.
El mensaje de la cruz es absoluto y está por encima de cualquier sabiduría humana.

18
¡El mensaje de la cruz es una ridiculez para los que van rumbo a la destrucción! Pero
nosotros, que vamos en camino a la salvación, sabemos que es el poder mismo de
19
Dios. Como dicen las Escrituras:


94

«Destruiré la sabiduría de los sabios


y desecharé la inteligencia de los inteligentes».

20
Así que, ¿dónde deja eso a los filósofos, a los estudiosos y a los especialistas en debates
21
de este mundo? Dios ha hecho que la sabiduría de este mundo parezca una ridiculez. Ya
que Dios, en su sabiduría, se aseguró de que el mundo nunca lo conociera por medio de la
22
sabiduría humana, usó nuestra predicación «ridícula» para salvar a los que creen. Es
ridícula para los judíos, que piden señales del cielo. Y es ridícula para los griegos, que
23
buscan la sabiduría humana. Entonces cuando predicamos que Cristo fue crucificado, los
judíos se ofenden y los gentiles dicen que son puras tonterías.
24
Sin embargo, para los que Dios llamó a la salvación, tanto judíos como gentiles, Cristo
25
es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Ese plan «ridículo» de Dios es más sabio que
el más sabio de los planes humanos, y la debilidad de Dios es más fuerte que la mayor
fuerza humana.
1 Corintios 1. 20 – 25 NTV

A pesar de los 2 mil años de distancia, el panorama actual no ha cambiado mucho. Hoy la
mayoría de los cristianos parece que hemos abandonado la centralidad del Evangelio de la
cruz no sólo de los púlpitos o las aulas de clase, sino en general en todas las áreas de la
vida.

Hoy estamos volviendo a entender que vivimos para que la gente vea a Cristo en
nosotros. Todo lo que hacemos en la vida desde las relaciones familiares, el empleo o
profesión, las empresas o inversiones, todo debe alinearse al propósito eterno de reunir
todo en Cristo.
Y algo muy importante en esta vida en Cristo es la fe. Fe es mi naturaleza – ahora vivo en
la fe del Hijo…, no es mi fe sino Su fe que actúa en mí. Fe es una naturaleza llamada
Cristo.
Por más que pueda tener mucha experiencia en diversas áreas, en el Nuevo Pacto ya no
separamos más espiritual de secular, fe de los negocios. Toda nuestra vida la vivimos en
la fe del Hijo como lo vemos en Gálatas 2. 20.

Lo importante es entender que compartimos la misma naturaleza (no deidad) y mismo


propósito con Cristo. Volvemos al diseño original y nuestro propósito es unirnos a la
familia de Dios en la tierra y colaborar con que todo vuelva al lugar de dónde salió: a
Cristo.


95

2
a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser
santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. 3 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del
Señor Jesucristo.
1 Corintios 1. 2– 3 RVR

El punto de comunión, el punto de encuentro es estar bajo el mismo señorío: Cristo el


Señor. Y esto nos debe ser revelado por el Espíritu Santo.

3
Por lo tanto, quiero que sepan que nadie que habla por el Espíritu de Dios maldice a
Jesús, y nadie puede decir que Jesús es el Señor excepto por el Espíritu Santo.
1 Corintios 12. 3 NTV

Nadie puede llamar a Cristo Señor a no ser por el Espíritu.

Fuimos llamados a la comunión con Cristo nuestro Señor. Dios es fiel no porque cumple
una promesa o nos da algo, sino que su fidelidad tiene que ver con Cristo el Señor. No se
mide con lo que recibo sino en lo que me fue dado en Cristo. Él es fiel porque tengo el
privilegio de ser uno con su Hijo.
No rebajemos la fidelidad de Dios a bienes materiales.
Mi madre y mis hermanos son los que hacen la voluntad de mi padre dijo Jesús. Hacer Su
voluntad es estar bajo Su Señorío. Si es mi señor hago lo que Él quiere.
Saulo al ver a Cristo en su experiencia ese medio día lo reconoce como Señor en Hechos
9. Y lo primero que sale de su boca es: Señor ¿qué quieres que haga?
Obedecerle es innato o natural cuando se me reveló Su señorío.
El señorío de Cristo pone una urgencia en nuestro espíritu por lo eterno. Mi vida ya no es
mía sino suya. Mi comunión es con el Hijo.
Comunión tiene que ver con impartir, repartir, participar. Es de espíritu a espíritu. Y eso
empieza en la familia. Nos impartimos mutuamente la vida de Cristo.

3
Todos comieron el mismo alimento espiritual 4 y todos bebieron la misma agua espiritual.
Pues bebieron de la roca espiritual que viajaba con ellos, y esa roca era Cristo.
1 Cor 10. 3 NTV

Participación: todos comieron y todos bebieron. Aunque no sabían lo que comían.


Hoy tenemos el entendimiento de lo que estamos comiendo. Participar de Cristo es
participar de Su naturaleza.


96

17
Aunque somos muchos, todos comemos de un mismo pan, con lo cual demostramos
18
que somos un solo cuerpo. Piensen en el pueblo de Israel. ¿No estaban unidos al comer
de los sacrificios del altar?
19
¿Qué es lo que trato de decir? ¿Que la comida ofrecida a ídolos tiene alguna importancia
20
o que los ídolos son dioses verdaderos? No, de ninguna manera. Lo que digo es que
esos sacrificios se ofrecen a los demonios, no a Dios. Y no quiero que ustedes tengan
21
parte con los demonios. Ustedes no pueden beber de la copa del Señor y también de la
copa de los demonios. No pueden comer de la Mesa del Señor y también de la mesa de
los demonios.
1 Corintios 10. 17 – 21 NTV

Participamos todos como Cuerpo.

Ahora, con respecto a la pregunta acerca de la comida que ha sido ofrecida a ídolos, es
cierto, sabemos que «todos tenemos conocimiento» sobre este tema. Sin embargo,
mientras que el conocimiento nos hace sentir importantes, es el amor lo que fortalece a la
iglesia. 2 El que afirma que lo sabe todo, en realidad, no es que sepa mucho; 3 pero la
persona que ama a Dios es a quien Dios reconoce.
1 Corintios 8. 1 – 3 NTV

La mesa de los ídolos es creer saber algo y no saberlo. Imagen es el fruto de la


imaginación de la mente vana. La mesa del Señor es diferente a la mesa de los ídolos.
Cuando nos reunimos en la mesa, Él es el señor, Él es el centro de todo.
La mesa de los ídolos es donde está la imaginación humana.
Nuestra comunión es con el Señor, primeramente. No debemos estar donde Él no es
Señor.
No imaginamos a Cristo, sino que lo vemos por revelación por obra de la cruz.
La cruz me llevará a obedecer porque me encontré con el señor. Abrace al Señor de la
salvación, de la bendición, de la provisión. Por la obra de la cruz el corazón se rinde y
viviremos en obediencia.
Jesús dijo que el grano de trigo no puede llevar fruto a no ser que muera. El grano de
trigo madura en su muerte. Si queremos dar frutos que tengan trascendencia en lo eterno
debemos morir.
Es interesante como cuando comenzamos a hablar de esto y de que Dios no financia ni se
compromete con sueños personales, las personas empiezan a resistirse. No les gusta lo


97

que oyen como si Dios les va a anular todo y les va a obligar a hacer algo que no tiene
nada que ver con ellos, sus potenciales o intereses dentro del Propósito Eterno.
Nada más lejos de la realidad. Usted está leyendo estas páginas escritas por alguien que
ha entendido que su asignación es edificar a las familias en el Propósito Eterno usando los
intereses, capacitación y recursos dados por Él a lo largo de mi vida.
Dios no anuló mi entrenamiento como psicólogo y como Terapeuta familiar sistémico. Él
no anuló mi interés por la escritura y la enseñanza. Él usa mi entrenamiento y experiencia
profesional y lo seguirá haciendo. Pero sí tuve que morir a mi soberbia por la sabiduría
humana.

Amados hermanos, la primera vez que los visité, no me valí de palabras elevadas ni de
una sabiduría impresionante para contarles acerca del plan secreto de Dios. 2 Pues decidí
que, mientras estuviera con ustedes, olvidaría todo excepto a Jesucristo, el que fue
crucificado. 3 Me acerqué a ustedes en debilidad: con timidez y temblor. 4 Y mi mensaje y
mi predicación fueron muy sencillos. En lugar de usar discursos ingeniosos y persuasivos,
confié solamente en el poder del Espíritu Santo. 5 Lo hice así para que ustedes no
confiaran en la sabiduría humana sino en el poder de Dios.
1 Corintios 2. 1 – 5 NTV

7
Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún
valor debido a lo que Cristo ha hecho. 8 Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le
compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he
desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo 9 y llegar a ser uno
con él.
Filipenses 3. 7 – 9 NTV

19
También pido en oración que entiendan la increíble grandeza del poder de Dios para
nosotros, los que creemos en él. Es el mismo gran poder 20 que levantó a Cristo de los
muertos y lo sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios, en los lugares
celestiales. 21 Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean gobernantes o autoridades
o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no solo en este mundo sino también en el
mundo que vendrá. 22 Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza
de todas las cosas para beneficio de la iglesia. 23 Y la iglesia es el cuerpo de Cristo; él la
completa y la llena, y también es quien da plenitud a todas las cosas en todas partes con
su presencia.
Efesios 1. 19 – 23 NTV

Mi vida y propósito es la vida y propósito de Cristo. Ya hemos entendido que Dios no


financia sueños personales. Él está comprometido con Su sueño.


98

Nada nos trae mayor plenitud personal, matrimonial y familiar que entender el cuadro
completo. Entender que el Propósito Eterno es reunir todo en Cristo. Entender el Cuerpo
global la familia de Dios.
Es necesario comprender plenamente que el Hijo escondido por voluntad del Padre en
misterios, tipos, figuras, y símbolos fue dado a conocer plenamente como su Hijo en el
sacrificio de la cruz por mediante su Espíritu. Y nuestra gran responsabilidad es conocerlo
y darlo a conocer por medio de manifestarlo en todo tiempo y en todas las áreas de
nuestras vidas con un servicio cada vez más profesionalmente excelente.
Todo lo que haremos (trabajo, estudio, finanzas) tendrá un solo fin, reunir todo en Cristo.
Nuestros hijos, nuestra familia necesita entender y comprometerse con esto.

El pasado, mis errores, mis faltas, el lugar donde nací no sentencia mi destino y propósito.
Todo lo que Dios hará es por Su Hijo. Mi destino y propósito está en Su Hijo.
No hay propósitos personales sino el Propósito Eterno de Dios con Su Hijo. Y estamos en
ese propósito estando en el Hijo.

27
Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen.
A imagen de Dios los creó;
hombre y mujer los creó.
28
Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense.
Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y
todos los animales que corren por el suelo».
Génesis 1. 27 – 28 NTV

Dios los llamó a multiplicar el ámbito Edén. Allí estaba todo ordenado y resuelto. Estaban
en reposo y el centro de todo era el árbol de la vida: Cristo.

Este llamado sigue y siempre estará vigente: ¡Familia multiplícate!


Ese es nuestro propósito: expresar la Vida que nos fue impartida.
Expresar a Cristo que ahora es nuestra Vida, es para lo que hemos sido creados. Nada
traerá más orden y plenitud a nuestras familias que entender y vivir esto.
Seamos familias que expresan lo eterno.

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