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Periodo de la estructura

La estimación del periodo natural de vibración de una estructura de concreto


reforzado es un procedimiento esencial en el diseño sísmico. A partir de esta
característica puede obtenerse una buena apreciación de las demandas
globales sobre una estructura sometida a una determinada acción sísmica.
Esta propiedad depende de la masa y la rigidez de la estructura, y es afectada
por muchos factores tales como la regularidad de la estructura, el número de
pisos y claros, las dimensiones de las secciones, el nivel de carga axial, las
cuantías de refuerzo y del nivel de agrietamiento del concreto.
Para estimar los periodos de vibración de estructuras es posible utilizar dos
técnicas de identificación: (a) técnicas no paramétricas que consisten en
determinar las características del sistema estructural con base en análisis
espectrales convencionales de pruebas de vibración ambiental y, (b) técnicas
paramétricas donde se establece un modelo numérico simplificado y se
estiman los valores de los parámetros estructurales necesarios para producir
una buena correlación entre la respuesta medida y la calculada.
La relación entre el movimiento de entrada y la respuesta de la estructura está
fuertemente condicionada por la rigidez o flexibilidad de ésta (función de su
altura) y por el contenido de frecuencias de la agitación, además de por sus
amplitudes máximas. Para entender esta relación conviene hacer algunas
consideraciones de índole ingenieril. Ante una vibración sísmica el edificio
oscila hacia un lado y hacia otro, describiendo un ciclo en el tiempo de su
periodo natural. Los edificios altos se mueven más lentamente, y por tanto,
tienen mayor periodo natural que las construcciones bajas.
Sintonía Vibratoria
Cuando un edificio es forzado a oscilar por efecto de impactos laterales, lo
hace en la frecuencia vibratoria propia. El tiempo de oscilación de una
estructura, que es el mismo siempre, se denomina periodo propio y es
la inversa de la frecuencia vibratoria propia. Cuando se mueve el terreno de
fundación de una estructura flexible en un sismo esta también oscila pero en su
propio periodo. Cuando el periodo (o frecuencia) de la estructura coincide con
el movimiento del suelo se produce el fenómeno denominado resonancia
en el cual los impactos del sismo van sumándose en la estructura, creando un
estado deacoplamiento peligroso

Relación periodo Sísmico, rigidez y condiciones de


suelo
Los movimientos vibratorios ocurridos en zonas cercanas al epicentro,
generalmente poseen periodos cortos, por lo que los efectos de resonancia en
esta área pueden afectar a los edificios bajos y rígidos. En las áreas distantes
al epicentro, y si las condiciones de sitio favorecen a su amplificación, los
periodos llegan a ser largos, por lo que el efecto de resonancia afecta a los
edificios largos y flexibles. Aquí se puede volver a tomar el ejemplo del sismo
de México en 1985, en donde afectó a los edificios altos ubicados en las zonas
de mayor profundidad de los estratos blandos
Para entender esta relación conviene hacer algunas consideraciones de índole
ingenieril. Ante una vibración sísmica el edificio oscila hacia un lado y hacia
otro, describiendo un ciclo en el tiempo de su periodo natural. Los edificios
altos se mueven más lentamente, y por tanto, tienen mayor periodo natural que
las construcciones bajas. Un edificio de 10 pisos puede tardar,
aproximadamente~ un segundo en describir un ciclo completo, por tanto, su
periodo natural es T = 1 s. Un edificio de 2 plantas, más rígido, empleará la
quinta parte de tiempo que el anterior, y su periodo natural es de 0.2 s. Una
aproximación aceptada es considerar que cada piso añade 1/10 s al periodo
natural de la estructura. (Coburn et al., 1992). Si la perturbación es corta, la
oscilación continuará una vez finalizada la sacudida, pero gradualmente se
extinguirá. La razón a la que decae la oscilación después de la perturbación es
una medida del amortiguamiento de la estructura. Si el edificio fuera sacudido
por oscilaciones regulares, su respuesta dependería de la relación entre la
frecuencia de esas oscilaciones y la suya natural. Para frecuencias mucho
menores que la propia del edificio, éste simplemente se mueve con el suelo y
se deforma muy poco; a medida que la frecuencia del movimiento crece la
deformación es mayor, y cuando ambas frecuencias son iguales la deformación
del edificio alcanza una amplitud que puede ser mucho mayor que la del suelo:
ambos han entrado en resonancia. Cuando una estructura es sacudida por un
terremoto real, cuyo movimiento es un sumatorio de frecuencias, la respuesta
depende de la natural del edificio y del contenido frecuencial del movimiento.

Así p.e., un edificio de 10 pisos con frecuencia propia de 1 Hz, se verá


particularmente afectado por esta componente del movimiento y mucho menos
por las mayores y menores frecuencias. La aceleración máxima con la que
responde esta estructura a un cierto movimiento es justamente la ordenada
espectral de T = 1 s. El espectro completo representa esta máxima respuesta
para estructuras de diferentes peñodos naturales, y su forma dependerá del
contenido frecuencia del movi- miento y del amortiguamiento de la estructura.
Por su parte, los aspectos que más influyen en el contenido de frecuencias del
movimiento son la distancia al epicentro y el tipo de suelo en el emplazamiento
de registro. A medida que aumenta la distancia el movimiento presenta
menores frecuencias; en campo lejano el contenido frecuencial es menor que
en campo próximo. En cuanto al suelo, los suelos blandos tienen baja
frecuencia propia, y tienden a amplificar las bajas frecuencias del movimiento,
determinando también así la forma de los correspondientes espectros. La
respuesta de un edificio está fuertemente condicionada por la relación entre la
frecuencia predominante del movimiento (en la base rocosa), la natural del
suelo y la propia del edificio. Si todas ellas son del mismo orden la capacidad
de daño aumenta notablemente.

En la figura se ilustran dos ejemplos típicos de espectros de respuesta, junto


con el tipo de edificios que pueden verse más afectados. (Coburn et al., 1992).
El ejemplo A corresponde a un movimiento en un emplazamiento cercano al
epicentro, situado sobre suelo duro o roca. El valor pico se presenta a alta
frecuencia o bajo periodo, del orden de 0.3 s, por lo que el movimiento será
más dañino para estructuras bajas y rígidas, que vibren con este periodo
natural.
El ejemplo B muestra la forma típica de un espectro en un emplazamiento a
larga distancia del epicentro, situado en suelo blando, desplazándose el valor
máximo hacia mayores periodos, del orden de 1 s. El movimiento representado
será especialmente dailino para estructuras altas y flexibles, con este periodo
propio.

Podemos concluir en resumen:

- Periodos cortos de sismo, afectan edificaciones bajas y con mayor rigidez


- Periodos largos de sismo, afectan edificaciones altas y flexibles
- Los periodos, cortos o largos, dependen del tipo de suelo donde está
levantada la estructura

En un mismo evento sísmico, los movimientos de las estructuras son muy


diferentes dependiendo del tipo de terreno sobre el cual se desplanten.

En terrenos con suelos blandos, es común que las personas sientan un mayor
movimiento y que los edificios se balanceen fuertemente, debido a la
amplificación de las ondas sísmicas al pasar por estos suelos.

En estos suelos es común observar ondas superficiales que semejan olas y


que se propagan por las calles; tales ondulaciones suelen deformar
permanentemente el pavimento después de un sismo, los edificios pueden
sufrir grandes desplazamientos y en ocasiones fallas en la cimentación, que
provocan el volcamiento de las estructuras.
Roturas en las construcciones
La propagación de las roturas suele ser un fenómeno frecuente, ya que las
estructuras están diseñadas para que todos sus elementos soporten en
conjunto las acciones a las que se ven sometidos. Por lo que, generalmente,
cualquier rotura acrecienta de forma imparable los daños, así una primera regla
sería que sísmicamente una construcción resiste lo que resiste el elemento
estructural que primero se rompa. Cuando esto no es así, se dice que la rotura
es dúctil. Esto ocurre cuando al fallar elementos estructurales, el edificio
alcanza nuevas posiciones de equilibrio, con su elemento roto resistiendo fuera
de su posición. De esta manera se pueden salvar muchas vidas.

En caso de terremoto, la construcción tiene que trasladarse en horizontal,


moviéndose sus plantas bajas unidas al suelo, siendo sus plantas
altas arrastradas por aquellas. Se ha observado que algunas veces el inmueble
ha volcado sobre uno de sus lados.
Una gran parte de las víctimas de terremotos se produce por desprendimiento
de fachadas, por lo que en caso de sismo es aconsejable permaneces fuera o
dentro de los edificios, pero no entrar ni salir.
La respuesta de cada edificio es diferente, por lo que si dos están en contacto,
o no poseen una junta de dilatación suficiente, al llegar el seísmo, oscilan de
forma diferente, golpeándose, y machacándose ambos. Sería pues
recomendable que hubiese entre los dos una separación, o junta que permitiera la
oscilación sin choque; está debería ser al menos la suma de las amplitudes de
oscilación de cada uno de ellos.

Cuando aparece una grieta, ésta se cierra y se abre repetidamente,


produciéndose choques entre sus dos caras, cada vez que se cierra, estos
choques machacan fácilmente cualquier material, como el fenómeno es de
tipo percusional produce esfuerzos muy importantes en el material .Los techos,
o los forjados, sobre todo los que abarcan grandes áreas pueden desplomarse
por su parte central.

Si el edificio es grande, puede que una parte sufra un desplazamiento, y otra


no, de esta forma la parte intermedia se vea retorcida. Fenómenos parecidos
pueden ocurrir cuando el inmueble es poco homogéneo, ya sea en materiales o
en forma, en cuyo caso se comporta como varios bloques independientes.
Observar desde el punto técnico los fallos estructurales, ahondando en los
mecanismos que los han producido puede ayudar a evitarlos en un futuro.
En la fig. un pilar no ha resistido, y el fallo estructural ha comenzado a propagarse. La rotura no
es total, porque el sismo se ha detenido a tiempo, y porque el edificio ha sido capaz de
amortiguar las sobrecargas, alcanzando nuevas posiciones de equilibrio mientras se rompe,
disipando la energía del sismo.

Construcción sismo resistente


Se dice que la sección de una pieza estructural es dúctil, cuando al iniciarse la
rotura, tiene suficiente material como para seguir resistiendo mientras se está
rompiendo. Esto en hormigón armado se traduce en que el hormigón debe
trabajar a poca tensión en el momento de la rotura de la pieza, así mientras el
acero (que debe estar resistiendo la tracción) empieza a darse de si, al haberse
sobrepasado el límite elástico del mismo, el hormigón sigue resistiendo la
tensión de compresión que le corresponda. La rotura ayuda mucho a disipar
energía, pues mientras la estructura no sobrepase su límite elástico, la
elasticidad de la misma hará que en cada oscilación la energía se sume a la de
la oscilación anterior. Las vigas de canto, presentan sección mucho más
dúctiles que las vigas planas. Pero frecuentemente esto no es suficiente,
debiéndose evitar además otros fenómenos, como por ejemplo el fenómeno de
resonancia.

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