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BREVE HISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO Raquel Lopez Melero @ Editorial universitaria neo] w Ramon Areces INDICE PRESENTACION .osso0o0 ‘TEMA I. MESOPOTAMIA 9 10. n. 12. 1B. 44 15 16. 17 TEMA 2. EGIPTO.... 1 2 3, 4. 5, Introduccién Pueblos, lenguas y cultura... Laescritura y los sellos. : Uruk: un primer modelo de ciudad-estadb. Laciudad como centro de poder El Vaso de Uruk (Vaso de Wark) El enigma de las tumbas de Ur. Funcionamiento de Ia economfa redistibutiva Las reformas de Urukagina... Ur-Nammu y ta construccién de una sociedad justa El dios-rey y el rey-dios . Los eédigos del Proximo Oriente Los comerciantes asiris: el karum de Kanesh La dureza proverbial de los asirios. La peculiaridad del estado imperial asrio. Estructura de la sociedad babilénica. Lapiedad y la culpa Introduccisn ..... . La geografiay los habitantes. La escritura jeroglifica..... Los egipcios de Nagada .. Horus-Narmer, Menes y Horus-Aha. 13 15 15 a 20 21 2 25 26 2 28 31 32 35 36 37 39 al 43 43 45 47 50 50 INDICE 7 - La funcién de Maar y las formas del derecho 6, 1, 8, 9, 10, 1 12, 13. 4, 15. Los desarrollos teolégicos.... 16. La religion de Osiris. 17. El faraén mistico y revolucionario 18, Los dominios funerarios y la propiedad-posesién de la tera. 19, 20. . Egipto en la Epoca Romana... Génesis y organizaci6n del estado. : La imagen del faraén y la funcién de la reale2...n Elejercicio del poder y la figura del visir La defensa del tertitorio y el ejército., Laexperiencia imperialista La administracién de justicia... La vida después de la muerte y la funcién de las pirémides.. Una religién peculiar... = Los faraones extranjeros. ‘TEMA 3. LA REGION SIRIO-PALESTINA, ASIA MENOR Y EL. 10. 12. 13, 14. 15. 16. 17 - Introduceién . . La regiGn sirio-palestina o Levante mediterréneo }. Asia Menor o Anatolia |. Inn y Persia... 5. Bvolucién de la region siio-palestina a lo largo de Ia Edad del IRAN Bronce Los estados palaciales sitios Elreino de Amurru y los hapiru El problema de la indocuropeizacién: el caso de Anatolia... Elestado de los hittas. El carro de guerra y los maryannt El intereambio de presenes y el juego de la Silom : Los Pueblos det Mar... : [Los estados de comienzos del primer milenio en la region sirio- palestina.. La instalaciGn de os hebreos en Palestina El estado de Israel-Jud ae Los reinos separados y la consolidacién de los judios Los comerciantes fenicios ‘8 GREVEISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO 83 83 84 85 86 88 SSEes 101 103 104 106 108 10 i 18. La imagen de los persas... 19. La construccién del Imperio Persa. 20, El sistema de las satrapfas 21. El Gran Rey de los persis TEMA 4. LA FORMACION DE LA POLIS Introduccién Las tablillas mieénicas El wdnax y el lagetés El personal de los palacios micénicosy las renta dela ier. La disolucién de los centros micénicos de poder : Mas alld de las viejas teorfas de las invasiones griegas y sus estir- pes. . La documentacién relativa al origen de la polis y el valor de los ‘poemas homéricos 8. La gran colonizaciéa de 1a Epoca Arcaica 9. Tipologta de los asentamientos coloniales 10. Zonas de implantacién de las colonias griegas 11, Causas y consecuencias de la colonizacién gricga... 12. Las tranfas de la Epoca Arcaica 13. Lapolis espartana.. TEMA 5. LA DEMOCRACIA ATENIENSE... Introduccién . Rasgos distintivos de las democracias antiguas. La cuesti6n de la igualdad entre los ciudadanos Sol6n y la democracia ateniense EI nuevo cuerpo de ciudadanes.... El papel de la tirania de Pisistrato . Las nuevas tribus y el nuevo consejo de Clistenes. Del demo rural al demo administrative 9, El fin del poder del Are6pago .. 10. Elimperialismo ateniense 11, La politica de los demagogos 12. El recurso a la utopia 113 4s 17 19 121 121 124 125 126 128 129 131 134 135 137 138 139 142 145 145 147 149 ISI 153 155 156 157 158 159 161 162 inpce 9 TEMA 6. EL MUNDO HELENISTICO. TEMA 7. LA REPUBLICA ROMANA.... 10 - Introduccisin .. . Los orfgenes de Roma 5. El senado romano . El derecho pretorio y l desarrollo de la jurisprudencia, |. Elejército romano republicano . Las reformas de Mario La hegemonia de Filipo sobre los griegos... La obra de Alejandro Magno... Laexaltacién de la realeza . La necesidad de la victoria. La apropiacién dela tierra y la funcin de la opulencia El buen gobernante. La sacralizacién de 108 Fee worn La funcién de la guerra y los mercenarios El movimiento de la riqueza y la pirate El reino Antig6nida La monarquia Lagida El reino de los Seléucidas. Los judios de la diéspora, Las ligas y confederaciones. Las asambleas del populus Romanus De la religién al derecho El ager publicus y el problema de la tierra. La centuariacién y la agrimensura, Los efectos de las guerras sobre la cepacia ceconémica de los, ciudadanos. La solucién de Tiberio Graco . El programa politico de Gayo Graco. Los ejércitos personales 165 165 166 168 169 1m 1B 1B 174 176 17 178 179 181 183 185 187 191 191 193 194 195 197 210 212 214 ISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO ‘TEMA 8. LA ROMA IMPERIAL Introduccién El ejécito y las fronteras del Imperio . El oficio de princeps i La divinizacion del poder personal La consolidacién del culto imperial Los “distintos” ciudadanos romanos dentificacién y contenido de la ciudadanta romana, La manumisi6n de los esclavos La nueva organizacién administrativa y tributaria, 10. Laestructuracién en ciudades 11. Civitates peregrinae . 12, Municipios y colonias 13. Organizacign y financiacign de las ciudades 14. Bl evergetismo en las ciudades romanas. 15. Las divisiones de la sociedad y los ordines: 16. Las dos pirdmides sociales 17. Las mujeres de la Roma Imperial 18, Religiones mistéricas y mitraismo 19. Sincretismo religioso 20. La confrontacién con los judios 21, El rechazo del cristianismo. 22. La superstitio ‘TEMA9. EL ESTADO BAJO-IMPERIAL Y EL FIN DEL IMPERIO. Introduccién - EI modelo tetrarquico La defensa de las fronteras y el nuevo ejécito La nueva onganizaciGn del teritorio y de su administracion La fundacién de Constantinopla.... Las reformas monetarias La iugatio-capitatio - La dureza del sistema fiscal... . La politica religiosa de Diocleciano.. Constantino y la religién cristiana La reunificacién del Imperio bajo Constantino ES ensaneynn 217 217 219 220 221 224 226 228 29 231 232 234 235 236 238 239 242 243, 244 246 247 248 250 251 251 253 254 255 257 258 259 260 261 263 264 inpce 1 12, Laexperiencia de Juliano “el Apéstata”.. 13. La creacin del Imperium Christianum por el emperador Teodosio 14, La empresa de Justiniano y el final del Mundo Antiguo. 15. la produccién y el comercio en el Bajo Imperio 16. Los trabajadores agricolas 17. Administracion y burocracia 18. El papel de los obispos 19. Causas de la disolucién del Imperio Romano de Occident. 20. El legado de Roma TABLAS CRONOLOGICAS ..-.cnsene BIBLIOGRAFIA, 12 BREVE HISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO 266 267 268, 270 2m 2m 273 28 m5 am 281 PRESENTACION En un sentido restringido, la Antigdedad es la parte del proceso hist6rico de a humanidad correspondiente a la Grecia Arcaica, Clasica y Helenistica, y al Imperio Romano, que, desde finales del siglo 1a. C.,engloba todas las grandes uni ddades terrtoriales situadas alrededor del Mediterraneo. Pero, yaen el siglo xix, el historiador Eduard Meyer defendié la inclusién de las culturas de Mesopotamia, Egipto, Asia Menor y Persia en el mismo concepto, por considerar que el mundo sgrecorromano era heredero de tradiciones y formas de pensamiento desarrolladas ten ese dmbito desde los comienzos mismos del uso de Ia escritura. A medida que seha ido ampliando cl conocimiento de las culturas antiguas con nuevos estudios, se han reforzado los argumentos de Meyer, y por eso se ha seguido manteniendo en as universidades espatiolas una disciplina de formacién bésica denominada tra- dicionalmente Historia Antigua, que lo es no solo de Grecia y Roma sino también del Préximo Oriente y Egipto. Siempre ha constituido un problema, sin embargo, incluir en una tinica asig- ‘natura anual cuatro mil afios de historia, que se desartolian en escenarios tan varia- dos; y mucho mas, porque lacldsica historia evenemencial -es decir, la historia de los acontecimientos- se ha venido enriqueciendo con las aportaciones de la arqueologia, y de otros campos, como el de la religiGn las instituciones juridi- cas, donde st han desarrollado también ciencias hist6ricas de la Antigledad. Pero habia al menos, entre los docentes, una especie de inveterado consenso sobre lo {que debia entrar en los manuales de esa disciplina y sobre los conocimientos que tenfan que acreditar los estudiantes. Ese consenso ya no puede valer, obviamen- te, para una Historia Antigua configurada, a todos los efectos, como asignatura ‘uatrimestral en el Grado en Historia del Arte, o para una Historia Antigua (de Grecia y Roma) que abarca la mitad de un cuattimestre en el Grado en Filosofia, Ha sido preciso, por tanto, plantearse de nuevo la seleccién de contenidos de esas asignaturas, y hacerlo, naturalmente, de acuerdo con las pautas del Espacio Europeo de Educacién Superior (EEES), tal y como han quedado incorporadas a ‘nuestra normativa. Tanto la Historia Antigua, en el sentido amplio, que corres- onde a los estudiantes de Historia del Arte, como Ia Historia Antigua, en el sen- tido restringido, que corresponde a los de Filosofia, contemplan un proceso his- {6rico, donde se van integrando unos elementos basicos de historia evenemencial, ‘que se combinan con el tratamiento de una serie de aspectos muy variados, a tra” vés de los cuales se puede Hlegar a un cierto conocimiento de las sociedades del Mundo Antiguo y de su evolucién, ‘De acuerdo con ese panteamiento se ha elaborado el presente texto, que desa- rrolla conjuntamente los programas de las dos asignaturas. Los temas que no se incluyen en el programa de los estudiantes de Filosofia figuran, sin embargo, en su Plan de Trabajo como lecturas complementarias de maxima prioridad, afin de 7 PRESENTAGION 13 {que puedan integrar los conocimientos de Historia Antigua correspondientes ala asignatura de Historia Antigua y Medieval en un contexto apropiado. Las Gufas Didécticas, que pueden encontrar, en los respectivos cursos virtuales, los estu- diantes ya matriculados, contienen la informacién necesaria sobre el desarrollo se las actividades y sobre la forma de evaluacién. Todos los temas estin estructurados como procesos hist6ricos, Io que signifi- ‘ea que los contenidos que se incluyen en ellos corresponden, al marco cronal6gi- co de referencia. En las respectivas introducciones, se intenta esbozar una dia~ cronia, con el tipo de periodizacién que en cada caso procede, y,en los desarrollos, se han introducido referencias cronol6gicas frecuentes para que el estudiante no pierda el hilo conductor. Las Tablas que se incluyen al final sirven al mismo fin, La orientacién en el espacio, y la visualizacién de determinados elementos de contenido sobre mapas histéricos, es de la mayor importancia; pero, en esta asig- natura, no se puede realizar con un material didctico de este tipo, porque lo enca- recerfa de un modo desorbitado, sin cumplir, a pesar de ello, ls verdaderos obje- tivos. Son muchos los mapas histéricos necesarios para seguir la lectura; y tienen {que tener una buena calidad, para que su ayuda result eficaz. Si el etudiante asume la disciplina de ir gugueleando las referencias geogrficas de todo tipo que le apa- recen en el (exto, podri comprobar la cantidad de recursos cartogréficos que tiene ‘su aleance en internet. La alternativa, seria, en cualquier caso, un atlas hist6rico. Por razones similares se ha desistido de incluir, en este texto, un glosario. El recurso ala Wikipedia (entradas en inglés) ofrece, adem, la posibilidad de obte- ner una informacién minima, bien de ampliarla, segin el caso; y,n0 solo en Io ue respecta a los términos que se incluyen habitualmente en los glosarios, sino también en relacién con figuras historicas 0 acontecimientos. Lo mismo cabe decir sobre las menciones arqueol6gicas, que suelen contar, en Ia web, con una buena dotacién de imagenes. Se ofrece, en fin, una bibliografia complementaria, en espaiiol y accesible, {que puede utilizar el estudiante de acuerdo con sus propias disponibilidades y pre- ferencias. En cl caso de tener interés por ampliar de un modo muy especial algtin AAmbito o aspecto determinado, la obra de referencia seria la Cambridge Ancient History (los volimenes aparecidos después de 1970), de la que es deudor en gran ‘medida este texto, como también lo es, naturalmente, de otros muchos trabajos de cspecialistas ‘Advertencas sobre ransriplones "Com fin de facial correcta cctura dels palabras giegas rascal alfabeto latino ‘1 guencs no conacen ls reas dela aceaunciin gieg,reha proce autiliza las {es come 5 se watara de palabras espafolas. La y representa el mismo sonido qu la 60 Francs, yl en lense, La inca eprescata una aspiracion. Las combinaciones ph th Yckse pronancian,respecivament, como fz jen expat ~ Sobre es problemas que plantean as wanscpciones de fengus orients, advert en et tema 2, propésto del escritur jeroglfiea En general se ha optado por tia las To ‘mas conespondienes alas enrodas de a Wikipedia 14 BREVERISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO Tema 1 MESOPOTAMIA - Introduccién Pueblos, lenguas y culturas - La eseritura y los sellos Uruk: un primer modelo de ciudad-estado . La ciudad como centro de poder . EL Vaso de Uruk (Vaso de Warka) El enigma de las tumbas de Ur Funcionamiento de la economfa redistibutiva 9. Las reformas de Urukagina 10. Ur-Nammu y a construccién de una sociedad justa IL, El dios-rey y el rey-dios 12. Los cédigos del Préximo Oriente 13. Los comereiantes asirios: el karum de Kanesh 14, La dureza proverbial de los asirios 15. La peculiaridad del estado imperial asirio 16. Estructura de la sociedad babilénica 17. La piedad y Ia culpa 1. Introduccién Mesopotamia significa “entre rfos” y es el nombre con el que bautizaron Jo griegos del primer milenio la parte septentrional del espacio comprendido entre el Eufrates y el Tigris. Mas tarde, en el siglo d.C.. eseritor romano Pli- nio el Viejo atribuy6 tal denominacién a todo el teritorio baiiade por esos dos TEMA. MESOPOTAMIA 18 ros, desde las cadenas del Tauro y el Antitauro, por el norte, hasta el golfo Pérsico por el sur. El desierto de Arabia y las altiplanicies sirias constituyen el limite occidental, mientras por el oriente la separan del Irn las estribaciones de los montes Zagros. Basicamente se corresponde Mesopotamia con el actual estado de Irak, aunque incluye también algunas zonas que hoy pertenecen a iay a Turquia. Esa gran unidad geogréfica esté formada en realidad por dos unidades muy diferentes, separadas por una franja desértica que se sitéa al norte de Bagdad. ‘La mitad septentrional cs en parte montaiiosa y tiene un clima continental, con inviernos frfos y con lluvias que permiten una agricultura de secano alternant- do con pastizales. Alhi se forms el estado de Asiria, con su capital en la ciudad de Assur, junto al Tigris; logrs desarrollar una de ias tres principales culturas ‘de Mesopotamia, con manifestaciones importantes en el segundo y primer milenios. La parte sur, en cambio, es una llanura aluvial muy féril, lo que hace posi- be el cultivo de grandes extensiones de regadfo: la tinica opcién, de hecho, debido a las altas temperaturasy a la escaser de precipitaciones. Fue el esee~ nario de las otras dos grandes culturas mesopotimicas: la sumeria, del tereer rmifenio, la babilonia, que toma el relevo en los dos milenios siguientes. Los sriegos ilamaron a toda esa region Babildn (lo que es una helenizacién de su nombre Babiti), porque desde comienzos del segundo milenio Babilonia fue la ciudad dominantey la capital indiscutida de una unidad politica que, como en cl caso, de Assur, tuvo una tendeneia imperialista. La ciudad existia desde fina- les del tercer milenio con el nombre de Babilla, de origen incierto, pero no somita. Los semitas mesopotémicos reinterpretaron més tarde el topénimo ‘como Bab-il (“puerta del dios”). Por su parte. Jos semitas judios la lamaron ‘Babel, que significarfa “confusi6n” referida a la pluralidad de lenguas que se hablaban all. Babilonia parece haber sido la primera ciudad de la Historia que logs alcanzar los 200.000 habitants y siempre estuvo densamente poblada, La primera poca hist6rica de Mesopotamia se desarrolla en la parte sur de 41a zona meridional, que es lo que se conoce como el pais de Stimer, con Uruk (3900-2900), primero, y luego Ur y Lagash como ciudades més importantes (2900-2340). La unificacién politica de la Mesopotamia meridional Ia lleva a cabo por vez primera Sargén, quien crea la ciudad de Akad en la parte norte, {que es lo que se llama pafs de Akkad. Tras el perfodo de Akkad (2340-2200), sigue una fase conocida como renacimiento sumerio, con la figura significati- va del rey Gudea de Lagash (2150-2100) y, sobre todo, con una Tercera Dinas- tia de Ur, inaugurada por Ur-Nammu, “rey de Stimer y Akkad” (2112-2094). El segundo milenio conoce ya la polarizacién, y la gran rivalidad, entre [Babilonia y Asiria como poderes supremos de las dos partes de Mesopotamia. AAI principio, Asiria habia sido solamente una potencia comercial, pero uno de 16 BREVEVasToRIA Dex MUNDO ANTIGUO Jos clanes nmadss amorritas, que se habia infiltadocn Mesopotamia tase celipse dela Tercera Dinastia de Ur, consiguc acceder al trono y crear, con Shamshi-Ada 1 (hacia 1830 .C.),elImperio Paleo-Asiio. Otto de esos ca- nes inauguraba no mucho despus Ia Epoca Paleo-Babilonia (1894-1595), durante Ia cual gobieman las dnastas amorrtas,a partir de Hammurabi (1792- 1730), toda Ia Mesopotamia meridional Entre los siglos xv1y x discurre una época intermedia de Babiloni dominio de trescientos afios de los reyes casitas, procedentes de un pueblo de los Zagros, que no era semita. A continuacin se produce una restauracién del poder babilénico bajo el rey Nabucodonosor 1 (Nebukadnezar 1, 1125-1104), En los siglos xvi a mediados del xit, que se corresponden con el Bronce Reciente, todo el Proximo Oriente se convierte en un terreno de juego de gran- des potencias, donde la suerte de cada uno, tambin de los pequefios, depe de de la suerte de los demas. Los principales actores son Babilonia, Asiria, Mitanni, los Hititas y Egipto. En esa época se encuadra el Imperio Asirio Medio. El primer milenio inaugura el Imperio Neo-Asitio (934-609), que mantic~ ‘ne sometida a Babilonia, primero bajo una forma suave de dominio, similar a la que habfan ejercido los monarcas asirios en el pasado, legando més tarde a ‘ocupar su trono, y a su total destruccién en el 689 a.C. a manos de Senaque- rib (Sanherib), hijo de Sargén it, que es la figura mas prominente de la época ‘Aunque es reconstruida por los propios asiios, se vuelve a sublevar y de nuevo s conquistada. Entre el 625 aC. y el 539 a.C. vive Babilonia su iltima fase de independencia, la época Neobabilénica, iniciada por Nabopolassar (625- 6605) y que alcanza, bajo su hijo Nabucodonosor 1 la mayor prosperidad. El tltimo rey, Nabnido (555-538). tiene que entregar la ciudad a los persas: pero Babilonia sigue viviendo una época préspera como parte del Imperio Aque- ménida (539-331). Asiria, por el contrario, se habfa eclipsado totalmente con la desaparicién de su estado en el 609 a.C. 2. Pueblos, lenguas y culturas La fertilidad de Mesopotamia y su situacién geogrifica, con la cons ‘guiente interaccién continua entre ios agricultores sedentarizados en el pais y los pastores némadas de la periferia y la consiguiente importancia de las, actividades comerciales, tuvieron como consecuencia un continuo trasiego poblacional y el asentamiento de grupos humanos muy variados, que ocasio- rnalmente accedieron al poder politico. A una poblacisn preexistente se super- pusieron los sumerios, en la zona mas meridional, que debian de proceder en TEMA. MESOFOTAMIA 17 Ultimo término del Asia Central, porque su lengua aglutinante solo tiene ati- niidades con el turco, como més proximo, con el mogol y el japonés, por el oriente, y con el grupo hiingaro-finés, por el occidente. Pero, en consonancia con el desarrollo de la cultura sumeria entre el 3400 y el 3100 a.C., se regis- tra en la Mesopotamia meridional una entrada continua de hablantes de una lengua semitica del grupo oriental -Ios llamados mas tarde acadios—que pro- cedfan seguramente de Siria, porque la ciudad de Mari en el curso medio del Eufrates fue un importante centro acadio. Se instalan, sobre todo.en la region dl rio Diyala y en la parte norte de la Mesopotamia meridional ~que tenia su centro en la ciudad de Kish~ donde se constituyen como elemento dominan- te no solo numérica sino culturalmente. Cuando se inicia el periodo de Akkad, en el 2340 a.C., se impone el acadio como lengua comiin en toda la Mesopo- tamia meridional, porque para entonces los semitas deben de haber sido ya numéricamente dominantes también en Stimer, aunque en esa zona se con- servaran todavia la cultura y la lengua sumerias. La poblacién sumeria, que, segiin todos los indicios, no habia recibido nuevos aportes desde su instala- cidn en Simer més de mil aos atrés, debia de estar pricticamente extingui a, Cabe pensar que quienes la mantienen son, en realidad, semitas sumeri- zados, pero cuyo caricter semita, en términos de organizacién social y de referentes ideolsgicos, no solo no se pierde sino que se refuerza en un con- texto claramente semita, Mis tarde, el acadio es adoptado por los amorrtas (semitas occidentales), due llegan a Mesopotamia a comienzos del segundo milenio, diversificando- seen dos variantes,el babilonio del sur y el asirio del norte. Desaparece enton- ces por completo el sumerio como lengua hablada, aunque se conserv6 duran: te mucho tiempo como lengua de cultura, especialmente en el smbito religioso; mientras tanto, el acadio babilonio es la lengua de uso en la documentacién y en Ia literatura, también por parte de los asiios. Consigue asf perdurar hasta Tadominacién persa, a mediados del primer milenio,en que adquiere el carsc- ter de lengua oficial, junto con el persa y el elamita del terrtorio iranio. Pero se irataba de una lingua franca, porque esta claro que en Mesopotamia se hablaron muy distintas lenguas, semiticas y no semiticas, que no han dejado huellas escritas. Ni siquiera lo han hecho cuando, como en el caso de los gut, que sustituyen a la dinastfa de Akkad, 0 el de los easitas, que suceden a los amortitas en Babilonia, o el de los caldeos del periodo neobabilonio, corres- pondian ala capa dominante Por otro lado, el arameo, que era la lengua de un grupo de semitas occi- dentales instalado en Siria a comienzos del primer milenio,tuvo cada vez mis presencia en el terrtorio asi donde también penetraron,alcanzando el car ter de lengua oficial en el Imperio Neo-Asirio, junto con el acadio, Su gran ventaja era que uilizaba una forma de escritura alfabetica, mucho més fécil de aprender que la cuneiforme, y que se podia pintar sobre papiro, madera y ceré- 18 BREVE HISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO rca ya cocida. No solo consigui6 convertirseen lingua franca en Mesopota- mia: durante 1a época helenistica (tema 6) empez6 a compartir con el griego ‘ese caricter en un terrtorio que se extendia desde Egipto hasta Afganistan, lo ‘que duré hasta Ia Hegada del Islam, cuando el drabe sustituy6 esas dos len- _guas. Pero quedan todavia hoy uns 400,000 arameohablantes. La consideracién de los datos relatives a las lenguas y a los elementos de Poblacién leva a concluir que las etiquetas “sumerios”,“babilonios” y “asi- ios” pueden funcionar como identificadores convencionales de las culturas ds importantes de Mesopotamia, pero de ninguna forma como identificado- tes de pueblos. La cultura sumeria es un desarrollo hist6rieo que tiene como elemento humano tanto a los sumerios como ala poblacién preexistente con la que se funden, y luego también a los acadios, en su fase sumero-acadia, ‘Stimer (Shumeru), es, en realidad, la palabra acadia que designa la parte més ‘meridional de Mesopotamia en la Tercera Dinastia de Ur, que es la que cierra cl perfodo sumero-acadio; porque el nombre sumerio que aparece con ante- rioridad es Ki-en-gi(r), también el nombre de un territorio. De ese modo, la cultura sumeria se va convirtiendo, sin solucién de continuidad, en la cultura babil6nica, que, en cierto modo dura hasta el Islam, es decir, dos milenios y ‘medio. A los elementos sumer0-acadios se suma la aportacién amorrta, luego la casita y mas tarde la caldea (probablemente un grupo emparentado con los arameos). En cuanto a los asirios, son una etiqueta politica creada por los griegos: como estaban acostumbrados a designar a los estados con el término plural correspondiente al conjunto de sus ciudadanos, o de sus integrantes,trascri- bieron a su lengua como hoi Assyria (“los asirios") la denominacién oficial del estado, que en el acadio asirio era mat Assur (“pais de la ciudad, 0 del dios, Assur”). Correspondia @ una zona relativamente reducida,situada a ambas or las del Tigris entre los rf llamados Gran Zab y Pequefio Zab, donde se ubi cab la ciudad de Assur, asi como Ninive y Arbela; a esa zona se sumaban los territorios incorporados en las distintas fases imperiales. ‘Tanto los autores griegos como los latinos utilizan el término “asirios” para todo el conjunto, Io que prueba que no tenfa un contenido étnico. De hecho, se mantiene como designacién territorial, con distintos Ifmites, después de la desaparicién del estado asirio en el 609 a.C. y durante toda la época romana. El territorio asirio propiamente dicho tenfa seguramente una amalgama de poblacién, porque estaba en una zona de cruce de rutas comerciales; ya desde el cuarto milenio se aprecian contactos con la Mesopotamia meridional. y més tarde debe de haber recibido poblacién de lenguas semitas, sobre todo, de muy istintos origenes. Asi que no tiene mucho sentido preguntarse por la proce- ). Ello nos permite conocer eémo funcionaba el modelo de eco- noma redistributiva y cual fue su evolucién en una ciudad-estado organizada como la antigua Uruk, pero con una monargufa y con un gran componente poblacional acadio, La documentacidn procede en su casi totalidad de un tem- plo de cuya administracién era responsable su sacerdotisa, que, al menos en algunos casos, resulta ser la esposa del rey. Al igual que en el perfodo de Uru la tierra era explotada bajo un modelo redistributivo; ¥ también se encontra- 126 BREVEWISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO centralizadas la ganaderfa, la produccién textil, la artesanta, la produecién ra la pesca y el comercio exterior. ‘Los regisros de Ios almacenes son triples, puesto que recogen las entradas, salidas y los inventarios: es decir, lo que va aportando cada individuo, lo se le va dando y lo que hay, con un balance final por anualidades. Ese es uema basico de la redistribucin, pero el control de lo producido, la fija- de las prestaciones y la adminisracign de los recursos necesitaban un rato burocrtico complejo con gran niimero de personal. De hecho, se esta- a un plan econémico para cada aifo sobre el modelo deudor-sereedor, la parte deudora era un individuo, o un conjunto de individuos de dis- naturaleza, y la parte acreedora era el estado -idealmente la propia comu- la ciudad y la divinidad, pero,en la realidad, la institucién que eobraba redistributa. El trabajador iba recibiendo lo que se consideraba necesario su subsistencia y lo que nevesitaba para producir lo que se le exigia; pero, de lo que se iratara, lo que lograba entregar al final resultaba mas 0 8 imprevisible, con el resultado de que lo producido no coincdiria nor nie con lo que debia entregar. Siel sistema no contaba con una importante tesaurizacién de los exceden- un ato de malas cosechas, por causas naturales o humanas, podia colap- lo: y, por otro lado, no eabia desatender las necesidades alimentarias del ador hasta el punto de hacerlo improduetivo. Cuando no se pod entre- ‘gar lo debido, quedaba pendiente [a deuda, que se acumularfa,en principio, a Ia del siguiente ejercicio, lo que no siempre podria resultar compensado, En definitiva, era un modelo que solo podiafuncionar bien con los excelente ren- ‘imientos econsmicos de la tierra de Sumer: porque solo asi lograra el esta- {do ejercer la funcién patemalista la accidn benéfica divina, que aseguraba el sustento a todos los miembros de la comunidad 9, Las reformas de Urukagina Por lo que sabemos de Lagash, las cosas se estropearon cuando empeza- ron a funcionar como prestamistas individuos privados tal vez porque se resis- tia a hacerlo la propia institucién- y, encima, se trataba de los administrado- res, que eran quienes tenfan mayores y més seguros recursos. El modelo redistributivo planteado sobre la relacién acreedor-deudor parece haber poten- cindo el desarrollo de fa institucién del crédito, que es fundamental en todo el Proximo Oriente, Se generaliza un interés del 33% para el cereal y del 20% para la plata, lo que pone a los deudores en una relacién de dependencia con Tespecto a los acreedores, que, en el caso de Lagash, partfan ya de una posi- "TEMA. MESOPOTAMIA 27 Cin de superioridad. El crédito privado con nimo de lero, 0, mejor dicho, con usura, pervierte por completo el modelo redistributivo, privéndolo de sus elementos positivos y minando sus bases ideolégicas. E] dltimo rey de la primera dinastia de Lagash accede al poder hacia el 2350 a.C., al casarse-con una mujer dela familia real, Sasa, que es Ia sacer- , implica, por principio, una negacién del autogobiemno de las comuni- a través de drganos como consejos 0 asambleas. Lo tinico que funciona ralmente es una figura autocratica que acttie como intermediario entre la ivinidad y la comunidad. Ese es,en efecto, el rey que gobierna en nombre del .transmitiendo sus directrices, y el que encontramos ya en la época de Stimer Ja forma de una realeza bajada del cielo hasta la ciudad de Kish; y ese es el ‘que asumen los reyes de Mesopotamia, con mas o menos diferencias. En semejante construcci6n, el rey tiene un enorme margen de maniobra; Solo necesita justificar que es Ia persona adecuada para desempefiar Ia funcidn, que ocurre, normalmente, es que se hace con el poder, ya sea por herencia sea por haber enderezado una situacin dificil, y trata de conftmar sulegti= Pero Io de presentarse como un dios noes un recurso valid para ello; fies muy coneretas. Dos casos significativos son el de Naram-Shin de Akad (2254-2200) y el de Shulgi, de Ia Tercera Dinastéa de Ur (2093-2046), herede- 105 los dos y eficaces conservadores de una Mesopotamia meridional unificada. EI primero es nieto de Sargén de Akkad, y leva a cabo una serie de eampa fas militares les, donde lucha en primera fila; pero, sobre todo, tiene que hacer frente a una rebelign generalizada de las ciudades con las que habia creado su abuelo el Imperio de Akkad, encabezada precisamente por Kish, la mas acadia de todas, que es objeto, junto con Uruk, de una durisima represin, El haber superado con éxito todas esas dificultades y conservar la vida se podia interpre- far. como un claro signo de la satisfaccién del dios con sus servicios, y eso es lo ‘que aprovecha Naram-Shin para realizar una autodivinizacin, una divinizacion ‘€n vivo, que parece no haber tenido precedentes en Mesopotamia. Pero lo que dice en la correspondiente inscripcién tiene un tono més justificativo que pre- Potente: “Puesto que,en ese peligro, ha reforzado Naram-Shin los cimientos de su ciudad, los habitantes de su ciudad pidieron alla diosa Ishtar de E'ana (y a los dioses de otros ocho centros de culto)tenerio como dios de su ciudad (Akkad) y erigieron para len medio de Akkad su templo”. Bn adelante, su nombre se escr- be con el determinativo de los dioses y se le representa con la corona de euer- nos que correspond alos dioses. Una famosa estela lo muestra dispuesto a subir ‘Por una montafa, coronada de estrellas, al encuentro con la divinidad. ‘Shulgi también comienza su reinado con una expedicién militar, en este ‘easo para vengar la muerte de su padre Ur-Nammu. Pero no es un rey de gran- 3H des hazaifas militares, sino més preocupado por las construcciones y embelle~ imiento de los templos, para lo cual utiliz6 a prisioneros. Concretamente,en relacién con las obras realizadas en Nippur, donde estaba el templo del dios Enlil y donde se hacia la investidura de los reyes, tenemos la primera noticia sobre deportaciones de poblaciones extranjeras. Por lo demés, desarrollé el proyecto de estado que habfa dejado inconcluso su padre Ur-Nammu, lo que hizo posible la etapa aparentemente tranquila y pr6spera, correspondiente a la ‘Tercera Dinastia de Ur. A partir del aio duodécimo de su reinado. o tal vez algo ‘mis tarde, utiliza Shulgi con su nombre el determinativo de los dioses, por lo {que parece haber sido objeto de una divinizacién oficial al modo de la de Naram-Shin, aunque no conocemos detalles sobre ese acontecimiento. ‘A su muerte, ras un largo reinado. se ofrecen sacificios ante el trono “i nizado” del rey. lo que podria ser mas bien una forma de sacralizacién de la realeza. Por otro lado, hay un documento que se refiere a a subida de Shulgi alos cielos sin dar mas detalles; pero, en uno de sus himnos, compara a su padre con una estrella y manifiesta el deseo de que se dirijan a él en oracién como a una estrella del cielo. De otros textos se deduce que Shulei se presen- taba como un pastor. que és una imagen semitica muy earacteristica de la fun- cidn de la realeza; y, como un pastor que sube a los cielos y, de alguna mane- ra, se convierte en una estrella, Mucho més tarde, los astrénomos babilonios conocfan una “estrella de Shulgi”, lo que también resulta singular. Por el con- trario, la literatura sumeria desarroll6 un poema que relataba un viaje de Ur- ‘Nammu a los Infiernos, donde se encontraba con Gilgamesh divinizado, al que hacia ofrendas. Esta claro que los soberanos de Ur tt se mostraban muy pré- xximos alos dioses, pero la divinizacién y la subida alos cielos de Shulgi para convertirse en una estrella es algo muy especial, donde habrfa que ver, posi- blemente, una influencia de Egipt. 12. Los eédigos del Préximo Oriente Como ya se ha dicho, aparecen, en el mbito cultural sumero-acadio de finales del tercer milenio, conjuntos de disposiciones que reciben, supuesta- mente, de la divinidad los reyes pastores de pueblos, de tradicién semita, y que, en ese contexto, sirven, aparentemente, para enderezar el modelo eco- 1némico redistributivo,utlizado de modo aberrante por los poderosos en con- tra de los demas. Pero, en la medida en que esa normativa sirve también para organizar sociedades bajo modelos de economia mixta onde funciona la propiedad privada de la tierra y la tributacién, adems del mecanismo redis- tributivo-, que son los que se generalizan a partir del segundo milenio, los 232. BREVENISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO igos de eyes funcionan como un elemento caracteristico del Préximo te, es decir, no solo en Mesopotamia. Lo de llamar c6digos a es0s conjuntos normativos ¢s una vieja conven- gue tiene siempre presente el anacronismo que supone utilizar esa eti- qucta, normalmente atribuida a conjuntos de leyes y disposiciones juridicas, ‘organizados estructuralmente y promulgados como legislacién tinica y de obli- fgido cumplimiento. En el caso de los eédigos del Préximo Oriente, lo que {tenemos es una acumulacién puntual de disposiciones que ni siquiera se armo- nizan con el resto del derecho en uso -llamarlo “'vigente” también resultaria fanacrénico. Pero, ademas, se habla de cédigos porque existe la tradicién de ‘estudiarlos y presentarlos por separado, como si hubieran sido creaciones sin- {gulares. Nada mas lejos de la realidad. Lo que existe en el Proximo Oriente Antiguo cs una masa normativa basica y elemental, que funciona como lo que aman los romanos “derecho de gentes”, porque se le reconoce una validez ‘universal para las comunidades humanas. Sobre esa base, que permanece idén- tica, se configuran, eventualmente, conjuntos normativos, solo en parte dife- renciados, y,a veces, solo en aspectos formales. Es0s conjuntos se incorporan, 443u ver, aun patrimonio juridico comin, en el que conviven no solo entre si sino con la abundante normativa no escrita y con las sentencias de los reyes, de os jueces y de los Grganos jurisdiccionaies colectivos. Por esa razén, y no ‘or un simple espiritu erudito, se deben de haber copiado, para las bibliotecas por ejemplo la que cre6 el rey neo-asirio Assurbanipal (668-631/27?) en Nini- ve- todas las leyes que se podfan encontrar. ‘Como una pieza de ese conjunto, que va desde el e6digo sumero-acadio de Ur-Nammu hasta el Pentateuco biblico, es como hay que interpretar el eddigo del rey Hammurabi de Babilonia (1792-1750), que debe su fama al hecho de ser el nico que conocemos completo; y, ademiis, porque se conserva en una visto- sestela de esteatita que representa al rey recibiendo las leyes de manos del dios ‘Shamash, Marduk. EU hecho de que las disposiciones de ese e6digo -que cons- tituyen, como en Ios otros casos conocidos, una seleccién acumulativa de supuestos de hecho- entren en contradiccién con documentos juridicos de la poca, y de que las leyes de Hammurabi no se citen como referente en ningiin documento conocido, ha levado a suponer que no habjan tenido aplicacién. Pero seguramente no naci6 ese ecligo con el nimo de desplazar y sustituir al resto del derecho. El propio rey nos dice que ha promulgado sus leyes “para que el fuerte no abuse del débil”, lo que puede significa, sin més, que ofrece a sus sibditos una jurisdicciGn beneficiosa para quien necesite de ella. Y eso también lo capitalizarfa politicamente el rey, en la medida en que servia a su imagen de transmisor de la justicia divina. La oposicién de los poderosos podria quedar neutralizada por él supuesto mandato divino que respaldaba la autoridad del rey. La funeién de esos c6digos es,en cualquier caso, muy controvertida. Puede haber sido igualmente,en el caso de Hammurabi, lade establecer unas direc- "EMAL, MESOPOTAMIA 33 trices para la justicia privada, que no podfa quedar excluida como procedi ‘miento, porque el estado no habia desarrollado instrumentos altemativos sul cientes. En esas sociedades, el recurso a la jurisdiccién institucional es, basi- camente, voluntario, Asi habria que entender a ley del talidn, que es un elemento tan importante en el codigo de Hammurabi: quien ha tecibido un determinado dao puede resarcirse aplicéndola en los términos establecidos por el eédigo, sin necesidad de que se juzgue al supuesto culpable. De todos. ‘modos, los juicios eran muy numerosos, tanto por pate de la jurisdicci6n cen- tral como de las comunidades y los templos. Como medios de prucba se uilizaban, sobre todo, los testimonios perso- nales y los documentos; la tortura no aparece en Mesopotamia hasta la época helenfstica. Pero, si era necesario, se recurria a las fuerzas divinas, bajo formas diversas. Una de ellas era el juramento, emplazando a la divinidad a fulminar al perjuro. La otra era la ordalfa o juicio divino, que siempre funcionaba con Jas aguas: obligando a asumir, en eI rio, un riesgo importante de ahogarse. Al principio tenfa que aceptarobligatoriamente el procedimiento la parte acusa- dda, porque, sino To haefa, resultaba condenada; més tarde tuvieron que pasar por ello tambign los acusadores, La legislacin de Hammurabi pretende, posi- blemente,limitar el uso de ese tipo de procedimiento a través de disposiciones como la que obliga a realizar bajo forma contractual y ante testigos las ventas de esclavos 0 ganado y las entregas de oro o plata, so pena de ser considerado como ladrén y, consecuentemente, gjecutado, En el eddigo de Hammurabi, tienen las mujeres un tratamiento mejor que en las posteriores leyes asirias y babilénicas, y mucho mejor que el que hhabian tenido antes, pero no sabemos por que. Estén, de hecho, equiparadas alos hombres. Su punto débil es la capacidad, précticamente ilimitada, que se reconoeia, por principio, en el Proximo Oriente a la hora de establecer c’léusulas en los contratos; la falta de restricciones en ese sentido las perju- , de los némadas amorritas -nombre dado por los acadios a los némadas fs al ocste de Mesopotamia después del 2000 a.C.—cambié radicalmente in; en adelante seria un érea semita -cananca— con una permanente ten entre ndmadas y sedentarios. Un comercio con erecientes posibilidades de sin, ¥ con nuevas rutas, propicia el desarrollo, a partir del 2000 a.C.. de serie de reinos sirios que construyen grandes ciudades muy bien amuralla~ $Y que controlan las caravanas entre el Mediterrineo y Mesopotamia, cons- yendo sociedades complejas a lo largo del Bronce Medio: Karkemish en el ates, Aleppo (Haalab) entre el Eufrates y el mar,y Ugarit yaen la costa, son ms importantes. También en el interior, peo mas al sur, el reino de Quna ria sobre todo con Egipto. El abastecimiento de cobre desde Chipre ta ahora la importancia de esos reinos intermediarios, con los que man- Jos babilonios y los asirios unas relaciones diplomaticas muy cuidadas. Las ciudades sirio-palestinas del Bronce Reciente (1600-1100 a.C. aprox.) S01 amuralladas como las del Bronce Medio y presentan, en general, el mismo aspecto: pero el poblamiento tiende a concentrarse en las zonas costeras y en los ‘alles, con un progresivo abandono del interior, es decir, de las ticrras situadas aleste del Orontes, en Siria,y al este del Jordan, en Palestina. Lo que ocurre,en realidad, es que continia la tendencia ya iniciada en el Bronce Medio: el amplio poblamiento del Bronce Antiguo se va contrayendo hacia el oeste, y concen- ttando en las zonas mas hiimedas. Poco a poco, donde habia habido agricultu- ta extensiva de secano, acabaron por pastar cabras, pertenecientes a pastores rnémadas. Habra que esperar hasta el primer milenio para que se repueblen esas zonas,y se ocupen las colinas y as montafias. En total, la caida demografica de Ja poblacién asentada resulta evidente; lo que no nos revel la arqueologia, pero se desprende de la documentacion escrita, es que los individuos que han desa- parecido de las aldeas estan mezclados con los némadas que buscan nuevas tie~ tras, y que todo eso constituye una permanente amenaza para las ciudades. Entran en juego, en esta época, los hurritas del reino de Mitanni; luego los hittas, en competencia con los egipcios, y,finalmente, os asirios. Con la supe- rioridad que les confieren sus carros de guerra, ejercen un dominio, directo © indirecto, sobre los teinos de la regidn sirio-palestina, que van pasando de unas ‘manos a otras en distintos grados de dependencia; a veces se trata de pactos de "TEMAS. LAREGION SIRIO-PALESTINA, ASIAMENOR YELIRAN 89 vvasallaje con unas obligaciones claramente fijadas, que se refuerzan con matri- _monios entre las casas reales. El caso es que la capuicidad de las grandes poten cias de convertirse en poderes hegeménicos dependia por completo de cual fuera su posicién en el Levante, porque perder influencia en esa regién prest= Ponia desconectarse del comercio a larga distancia y, con ello, del abasteci ‘mento de materias primas tan importantes como el cobre, indispensable para fabricar el armamento. En ese contexto de permanente juego con los poderosos, de amenaza con= tinua de las poblaciones desarraigadas y de una dependencia cada vez mayor del comercio, por el déficit creciente de recursos humanos procluctivos, desa- rrollan su vida las ciudades cananeas del Bronce Reciente, Se trata de peque- fias ciudades-estado, con un rey a la cabeza, que son politica y militarmente débiles, muy heterogéneas social y culturalmente, pero muy eficientes en el ‘orden econémico y muy dinémicas en cuanto a desarrollo politico-social La poblacién de esos estados es el resultado de una simbiosis éimica y eul- tural entre una gran mayoria de poblacién cananea -resultante de la impreg- nacin del sustrato Hlevada a cabo por los semitas occidentales amorritas~ yuna minoria no semita -asociada al carro de guerra y perteneciente, en gran parte, al grupo lingiistico indocuropeo, aunque también con otros Componentes, {ue se integra en la capa dominante,o incluso, la monopoliza. No parece haber cxistido oposicién étnica, porque, en esa clase dominante, aparecen también nombres semitas. La documentacién muestra que los reyes de los estados eana- ‘neos habian instalado a maryarvue (ver més adelante) en sus reinos, para con- tar con su proteceién, remunersndolos con la ocupacién de tierras, que admi- nistraban directamente en su propio provecho. Se convierten asf en una especie de nobleza, que adquiere una posicién dominante. 6. Los estados palacial ios La situacién privilegiada del norte de Siria, con respecto a las rutas comer ciales que conducfan a Egipto y Mesopotamia, y el aumento considerable del comercio entre el este y el oeste, es lo que puede explicar que ya antes del 2500 a.C. las pequetias aldeas de ésa zona hayan dado lugar a verdaderos esta~ dos, con independencia de sus capacidades agricolas. Esos centros eran plata- formas del comercio a larga distancia, por lo que se parecen més a Assur, en su primera época (tema 1), que a los estados de la Mesopotamia meridional, basados en la agricultura intensiva de regadto. Sin embargo, a lo largo de la Edad del Bronce, el desarrollo politico-social de las ciudades sirias,y su urbax nismo,es una consecuencia directa del influjo de Mesopotamia. Tratan dei 90 UREVE HISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO 1 modelo econsmico redistributivo de los grandes centros de poder, pero Jes funciona bien: aunque el comercio les aporta ingresos Sustanciosos, os \dimientos agricolas no tienen nada que ver con los que produce, en Meso- a, la agriculturaintensiva de los grandes regadios, con una poblacidn de ultores integrada en ese sistema. Lo que hay en Siria son aldeas con tie- de secano, que se ven obligadas por la fuerza a entregar lo que se les exige ‘el centro de poder; de ahi que sus habitantes emprendan la huida, con a frecuencia, y traten de sobrevivir al margen del sistema. La situacidn se particularmente grave en la tltima fase del Bronce Final. Todavia en el Bronce Antiguo conocemos el caso de Ebta (Tell Mardikh), estado a mitad de camino entre el Mediterrdneo y el Bufrates, que, hac aC, vivia de la agricultra, la artesania y el comercio, conforme a un Jo edistributivo, como muestran unas 15,000 tablilas cuneiformes con- ‘servadas en sus archivos. En ellas se utiliza Ia escritura sumeria para una len- gua perteneciente al grupo semita oriental, lo mismo que el acadio de Mesopo- Tamia. Adem de contar con una buena cantidad de tierra apta para el cultivo Io que era excepcional en esa zona de Siria—Ebla tenfa una ubicacién privile ‘giada, porque se contaba entre las ciudades que controlaban la comunicacién de Mesopotamia con el Mediterrneo. El palacio de Ebla centraliza la explotacion ‘agropecuaria y el comercio,y funciona con grandes talleres de produccién arte- ‘anal, dirigida a Ia exportacion. Cuenta con toda una red de administradores e spectores (ugula, mashkim), organizados jerérquicamente, que se ocupan, sobre todo, del comercio y de los comerciantes (kas, 0 lukas). ‘Una caracteristica importante de los estados sirios es que el palacio const tuye el nico centro econdmico, por lo que asume también las funciones rela~ cionadas con el culto. Como muestran los archivos del nivel argucolégico Vit de Alaiach (Tell Agana, en el sur de Turquia) comespondientes alos silos Xvi xvita.C.,es decir, ya en el Bronce Medio, Ebla sirvié de modelo para la suce~ siva creacidn, en la zona, de estructuras de poder, con un centro palacial, que Joera,a la vez, de dominio y de culto, y con una actividad fundamentalmente comercial, que implicaba asimismo una produccién artesanal. Ahi se puede omprobar que las capas dominantes, ya fueran sacerdotes 0 funcionarios, esta ban integradas en el sistema redistributivo, también para la adquisicién de bienes de prestigio, que llegaban a través del comercio exterior. Existe, en las ciudades sirio-palestinas de la Edad del Bronce, un tipo de rey-sacerdote, lo que, en principio, deberiareforzar la posicién de la realeza, al no entrar en competencia con el clero de los templos. Sin embargo, esa rea leza tenia una entidad muy distnta de la de Egipto y Mesopotamia meridional, en la medida en que, en esas ciudades, segufan funcionando las estructuras Sociales de tipo tribal de los amorritas, y el rey (malikum) estaba integrado en ellas, o que limitaba su poder y el reaice de su posicién. Adem, tenia que ‘TEMAS. LAREGION SIRIO-PALESTINA,ASIA MENOR YELIRAN 91 contar con los Ancianos (abba), a quienes las instituciones ancestrales confe- rfan una importante autoridad; asf que el poser del rey estaba limitado por las funciones de los Ancianos en la administracién del palacio y del territorio, Como gobernador del territorio y como jefe de la administracién, se parecia ‘mucho més ese rey al visi egipcio que al faradn. Por eso mismo, los funda- ‘mentos de legitimacidn de esta realeza son peculiares. Segtin se desprende de los archivos de Alalach, el rey no deriva su posicién patrimonial de un mono- polio politico y econémico, sino que es rey precisamente porque tiene un gran Patrimonio familiar; hay otras personas que también derivan su posicién de su patrimonio, por Io que el rey es un propietario més, aunque muy rico. Son, finalmente, los archivos de Ugarit (Ras Shamra), una ciudad situada cen Ia costa siria, los que proporcionan informacién detallada sobre los estados: sirio-palestinos de tipo palacial en el Bronce Reciente; mas coneretamente,en. su fase final, que incluye Ia época de Amarna y Hega hasta la destr palacio (1350-1195 a.C. aproximadamente), en consonancia con la pr. de los llamados Pueblos de! Mar, En esa fase, el modelo de economta palacial de las ciudades sirias se ve ya muy afectado por los factores negativos que acaban definitivamente con é1. Al igual que Bbla, Ugarit tiene tierra de culti- ‘yoen cantidad importante, pero vive en especial del comercio; su ubicacién en la costa de Levante significa, en esa época, una integraci6n en las rutas comer- ciales a muy larga distancia, tanto hacia el este como hacia el oeste. Adems de un estado territorial, es un enorme emporio, donde tienen su asiento comer- ciantes de muy distintas procedencias, entre los que se cuentan los griegos ‘micénicos (tema 4). Ahi encontramos el alfabeto ugaritico, compuesto por 31 signos cunciformes, correspondientes a las consonantes y a las semiconso- nantes de las Tenguas semitas, El palacio de Ugarit perpetiia un modelo de economia redistributiva que, ‘como se ha visto, levaba funcionando en Siria alrededor de un milenio, aun- {que no exactamente de la misma manera. Igual que en Alalach, hay una pola- Fizacién fundamental entre el conjunto de las comunidades aldeanas (alu), que ‘rabgjan el campo en el limite de la subsistencia y la organizacién central del Palacio, que desempefia funciones de coordinacién politica y militar, de culto, de organizacién de talleres. de control de comerciantes y de redistribucién de productos. La redistribucién solo funcionaba, en realidad. para quienes de algu- ra manera trabajaban directamente para el palacio: las aldeas, por el contratio, estaban obligadas colectivamente a entregar al palacio los productos que les hubiera exigido (cereales, vino, aceite o ganado), ¢ incluso también plata; y lo cstaban igualmente a realizar prestaciones personales, tanto militares como de ‘otros tipos. Los campesinos y los artesanos de los talleres del palacio eran dos colectivos muy depauperados, que se diferenciaban poco entre si. Pero lo que habia por el lado del palacio era una plétora de prestadores de servicios, muy jerarquizada y, naturalmente, muy onerosa. La capa més alta ‘92 BREVE HISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO aba una clite, entre la cual destacaban los maryannu, es decir, los impres- libles y carisimos combatientes con carro. El privilegio de los altos fun- enarios, y de estos individuos. consistia en que permanecian fuera del siste- redistributivo, y recibian, en cambio, asignaciones personales de tierras el palacio. Ese tipo de feudalizaciGn significaba que tenfan bajo su control, igual que cl propio rey, aldeas de campesinos, lo que reforzaba su posicién pilitaba la del estado, No es extrailo que tendieran a hacerse independien- Como tampoco es extrafio que los campesinos llegaran a situaciones limi- gen las que tuvieran que asumir la vuelta al nomadismo, y la conjuncién con tribus que presionaban desde fuera, como Gnica forma de supervivencia, En tiltima fase, e! sistema de economia palacial era un modelo agotado, que faentrado en una espiral diabdlica: cada vez. resultaba mayor el desequili- rio y menores, seguramente, las posibilidades de que las ganancias comer Si las rutas se vefan afectadas, como en efecto eg6 a ocurrir,y si fallaba cada ver. mas el elemento humano productivo, el o resultaba inevitable. El reino de Amurru y los hapiru Los archivos egipcios de Amarna registran ya hacia 1350 a.C. peticiones ayuda al faradn por parte del rey Rib-Adda de Biblos (en la costa de Levan- 9), que se presenta como un buen vasallo y dice que est en una situacién limi- Bajo la direccidn de un tal Aziru pretenden unos amorritas asentarse en un jorio propio, entre las zonas de influencia de Mitanni y Egipto,a costa de Pequefios reinos allf ubicados. Pero también alega problemas internos: a los tas invasores se habian unido antiguos campesinos de Biblos, que habfan al nomadismo y merodeaban formando bandas. Se queja de que todas 8 aldeas de las montafia se habfan aliado con Aziriey manifiesta el temor de , siel faraén no Ic presta su ayuda, sus campesinos lo atacaran, En otra arta, se aprecia que la situacién ha empeorado: la mitad de la poblacién de Biblos se ha puesto del lado de los amorritas porque ya no hay ni trigo ni ani es domésticos. ‘Sabemos, por otros documentos, que el padre de Aziru habfa sido un sefior la guerra que habia constituido afios atrds un nuevo reino: aparece en ka documentacién con el nombre de Amurru, tenia su nécleo en las montaas del y estaba integrado por pastores y por bandoleros (Ios Ilamados habiru), ‘No se ha podido demostrar que tuviera una ciudad, y tampoco un rey. porque -di-Ashirta eta solamente “el hombre de Amurru”. Habia engaiiado a los peios offeciéndoles sus servicios de gendarmeria, y, gracias a eso y a que "TEMA, TA REGION SIRIO-PALESTINA, ASIA MENORYELIRAN 93 el fara6n reinante era Amenofis 1V (tema 2), habia llegado a controlar de facto tn tertitorio costero que inclufa Biblos y Ugarit, y una amplia zona hacia el interior. Pero ese gran reino de Amurru, heredado por Aziru, solo era un terti- torio que vivia en las condiciones que reflejan las cartas de Rib-Adda Ese tipo de documentos -el propio Rib-Adda ha dejado unas setenta car- tas en el archivo de Amama~ es el que nos permite intuir lo que estaba ocu- riendo en realidad en los estados sirio-palestinos del Bronce Final. A pesar de contar con maryannu, los pequefios reinos de Siria y Palestina dependian, para hacer frente a situaciones graves, del apoyo que les prestaban las grandes potencias de las que eran vasallos. Si eso no funcionaba, como en la época de ‘Amenofis 1v,0 como en la crisis de los hititas que revela la documentaciGn de Usarrit, las consecuencias podian llegar a ser fatales. De todos modos, el sis- ema aguanté durante bastante tiempo, porque entre la ofensiva de Aziru cons tra Rib-Adda y la destrucei6n de Ugarit median ciento cincuenta aos. ‘Un buen nimero de las cartas que envian los reyes vasallos de las ciuda- ‘des cananeas a los faraones (Amenofis ty 1v) enel siglo XIV a.C.,y que estin ‘enel archivo de Amara, mencionan a los habiru como individuos dispuestos a atacar y a saquear a quien quiera que sea a cambio de armas, provisiones y cobijo. Operan en casi toda la regién sirio-palestina, desde Damasco hasta Jerusalén, También se tiene noticia de un tal Labayx, que utiliza, para atacar la ciudad de Meggido, a unos hapiru: en parte, gente del lugar y, en parte, inva sores. Fl se queda con Meggido y les recompensa con la ciudad de Shechem, ‘en Palestina. Otra serie de fuentes egipcias de la misma época mencionan aese ccolectivo en contextos similares; y ms tarde, también, como prisioneros des: tinados por Ramsés tt (hacia 1160) a trabajar para los templos, y por Ramsés !W alas canteras. La palabra que se utiliza en egipeio para designarlos corres onde exactamente con la de los otros documentos. De esas menciones, y de otras mis, contenidas en fuentes mesopotémicas,hititas, mitanias y ugaritica,, se desprende que, durante casi todo el segundo milenio, el término habiru se aplica a grupos descritos como némadas 0 semi-némadas procedentes de fuera, bandoleros, mercenarios, manginados y, en general, muy hostiles frente alas ciudades. Después de la Edad del Bronce, se es el nombre que identifica a Io hebreos, que, efectivamente, encajan en semejante colectivo hasta que sedentarizan bajo la forma del estado tribal de Israel (ver mas adelante). 8. El problema de la indoeuropeizacién: el caso de Anatolia La Edad del Bronce se inicia en Anatolia hacia el 3500 a.C. y sigue lento proceso uniforme, que en la tiltima parte del tercer milenio, es decir, 94 WREVE HISTORIA DEL MUNDOANTIGUO les del Bronce Antiguo, ha logrado generalizar y consolidar un pobla jento de pequefias y mintisculas ciudades-estado. En ellas, la actividad agi ¥ pastor se ve complementada por la metalurgia; algunas tienen buenas las, como es el caso de la riquisima Troya il, en el noroeste. Las trans- aciones que se producen en Anatolia durante el Bronce Medio corren sj con las experimentadas por la regiGn sirio-palestina, que, como se ha , conoce una frontera entre un Bronce Antiguo caracterizado por un jonante desarrollo de la civilizacién urbana, y un Bronce Medio cuyos mentos dirigentes, de procedencia fordnea, asumen esa vanguandia cultu- ‘partir de unos standards propios, que no eran ni urbanos ni, desde luego, ales. Sinembargo, mientras que la semitizacién de la regién sirio-palestina es un hist6rico més abordable, tanto desde un punto de vista arqueol6si como desde el de la documentacién escrita, la cuestién de la indoeuropei in de las tiers anatélicas ~que ésa es la cuestién— resulta mucho més njundiosa. Entramos aqui en un fenémeno que va desde Europa hasta el valle Jindo, que carece de documentacién escrita directa y que presenta un pano- argueol6gico muy confuso. Hay que tener presente que latipificacion de periodos, base de establecer contrastes en la cultura material,es mas bien recurso metodolégico. En realidad, los grandes cambios se producen con lentitud, a través de inno- ones que se van difundiendo, y de movimientos poblacionales de muy ci ritmos y caracteristicas; por eso se registran,en esos cambios, hechos de inuidad, al igual que se registran precedentes. Decit, por un lado, que entre Bronce Antiguo y el Bronce Medio se aprecia, en Anatolia, una ruptura, ¥ ir, por otro, que, en algunos aspectos, eso no OcurTe, no es exactamente una ieci6n, por lo que hay que entenderlo en términos complementarios. ire los dos periodos se registran cambios significativos, que tienen que ver, dua alguna, con un cambio importante en el componente de la poblacién, ;no salemos cusindo ni cémo se han producido los nuevos aportes. Lo tinico cierto es que, del mismo modo que la regi6n sirio-palestina queda ida en el drea semita a partir del segundo milenio, Anatolia entra a for- ‘parte, més o menos a la vez, del érea indoeuropea, porque el elemento lacional dominante habla lenguas pertenecientes a ese gran conjunto. En los casos se trata de reas lingiisticas; ls elementos no lingifsticos incorpo- acllas son dificiles de establecer en términos generales,y muy poco tt para el historiador cuando contempla procesos histéricos concretos. De lo ue se trata es de interpretar las formas de integracién cultural a la uz de las jrcunstancias que concurran en cada caso. Lo de semita,y lo de indoeuropeo, lista mucho de ser un componente quimicamente puro; de modo que hay que jonar al revés: cuando tenemos constancia de que los elementos pobla- TEMA, LA REGION SIRIO-PALESTINA, ASIA MENOR VELIRAN 95 cionales de esa procedencia tienen un papel protagonista en un determinado contexto cultural, debemos tratar de ver cmo estan funcionando y cusl es el resultado de su interaccién con el medio. Esas cuestiones afectan al estudio della cultura hitita, que caracteriza a Anatolia durante el segundo milenio. La idea de que los hablantes y difusores de las lenguas indoeuropeas, 0 protoindocuropeas, tenfan algiin tipo de cultura material comin ha sido el Dunto de partida de los diversos intentos llevados a cabo para conectar el fend meno de la indocuropeizacién, conocido tan solo en su registro lingistico, con unos hechos migratorios supuestamente perceptibles en el registro arquen= logico, Pero, ni en relacidn con Asia Menor ni con otras éreas, se ha llegado por esa via a conclusiones stisfactorias; en el mejor de los casos, los marcos de coincidencia son tan amplios,en el tiempo y en el espacio, que no resultan ‘operativos. No se puede reconstruir, de hecho, un fenémeno migratorio muy. concreto —como es el caso de la indoeuropeizacién de Anatolia a partir de mapas lingiisticos y/o de la distribucién de los tipos ceramicos 0 de las formas de enterramiento. Y ni siquiera los estratos lingtfsticos establecidos a partir de Ia toponimia y Ia antroponimia resultan ciertos, porque no se puede contar, en las areas indoeuropeizadas, con que los elementos no indocuropeos sean siempre més antiguos que los indoeuropeos. En la Anatolia del segundo milenio se utilizaban varias lenguas, aunque no sabemios en qué proporciones eran habladas; no lo era, desde nego, el acadio, muy presente en los archivos hititas, pero porque funcionaba, duran te toda esa época, como lingua franca escrita. Hay que decir, de entrada, que los hititas se Hlamaban asf mismos nesitas. porque, como ha confirmado Ia arqucologia, el nicleo inicial del reino se encontraba en Nesha, que es la ‘Kanesh capadocia donde tenfan los asirios de comienzos del segundo mile= nio el asentamiento comercial que conocemos tan bien (tema 1). Su lengua, por tanto, es el nesita, aungue se la llame habitualmente hitita; es una lengua indoeuropea del grupo anatolio, que inclu‘a algunas més: que sepamos, en el ‘este-suroeste de Anatolia (Arzawa) y en el sureste (Kizzinwaina) se hablaba el vita, conocido también por numerosas inscripciones jeroglificas (el mal llamado hitita jeroglifico), y muy parecido al nesita; y,en el noroest hhablaba el palaita. Los habitantes de la zona donde se establecié la cay hitita, Hattusa, eran los hatti, que hablaban el hitico, una lengua aglutinan- te, cuya filiacidn se ignora, como en el caso del sumerio (tema 1). Lo mismo ‘curre con la también aglutinante, aunque de un tipo muy distinto, lengua hhurrita, de la poblacién del reino de Mitanni. La region de Kizzwwatna tenia, por otro lado, una poblaciGn hurrita, ala que se sumaban los luvitas y algu: nos hititas (nesitas). Por consiguiente. el panorama lingUstico de Anatolia, en el segundo mile nio, presenta una indoeuropeizacién generalizada, que no habia acabado con 96 BREVE HISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO preexistentes, y, por lo tanto, tampoco con las poblaciones. La cul- ita es, el resultado de una fuerte impregnacién indocuropea del sustra- estado de los hititas ngue el primer reino de ios hititas parece haber tenido su capital en porque cl nombre del legendario rey Anitta esté confirmado por los 0S y otros hallazz0s arqueol6gicos de Kultepe, ya se habia incorporado smo el pais de Harti, aunque algo habia salido mal. A comienzos del Reciente (hacia 1600 a.C.), Martusili desafiala““maldici6n de Anita” rizones estratégicas, seguramente establece la capital del recién crea- 0 Antiguo Hitita en Hattusa (Bogazkéy). Alli permanece, también ie el Reino Medio y durante la época del Imperio Hitita, hasta su des- én hacia 1200 a.C., que se relaciona con los llamados Pueblos de! Mar adelante) Ja unificacién politica Hevada a cabo por Mursilé 1, sucesor de i, que configura un reino hitita poderoso, y la formacién del Imperio por parte de Suppiluliuma 1 (1335-1321), discurre una etapa coinciden- Jahegemonta del reino de Mitanni,en la que las fronteras hititas se con- yel pais de Harti vive toda suerte de vicisitudes en el orden interno y que ponen a prueba su cohesidn. Ahi se integran los llamados Reino guo y Medio. La figura de Suppiluliuma protagoniza la inflexién més rfanic en la tortuosa historia del estado hitita: lo que era un reino red minimas fronteras y acosado por una serie de enemigos se va convi }poco a poco, gracias a las sucesivas campatias militares del infatigable |, a su finisimo olfato politico y a algtin que otro factor aleatorio de Havorable, en un poderoso imperio capaz de mantenerse durante un siglo, arde la pujanza de los asirios y de la vocacién imperialista de los farao- la Dinastia xix. hasta la catastrofe generalizada que cierra el siglo Xi i ese colapso, en la zona central de Ia altiplanicie de Anatolia solo se aldeas, con nuevos grupos de poblacién (los frigios), que se mezclan preexistentes. Solo el sureste registra una cierta continuidad con los dos reinos neo-hititas. a edicto de Telepinu (hacia 1500 a.C.)y el testamento de Hattusili i cl estado hitita tenia grandes dificultades para consolidar una forma de quia estable. Esos documentos revelan la falta de una regla sucesoria da y respetada, debido, probablemente, a que la realeza hitita se habia iuido asumiendo modelos que chocaban con la tradici6n indoeuropea.. TEMAS, LA REGION SIRIO PALESTINA, ASIA MENOR YELIRAN 97 El problema es que, con los datos que tenemos, no sabemos muy bien cémo: estaba construido el poder del estado. Esti claro que los clanes que habian consolidado una nobleza, después del asentamiento en Anatolia, tenfan mucha ccapacidad de atentar contra los reyes, y que la violencia en el acceso a la coro= za fue especialmente grave en el primer siglo de vida del estado hitita; pero su participacién en el gobierno no esté clara Existe un colectivo (pankus), que mencionan varios textos y que podria haber compartido el poder con el rey de alguna forma; pero, por otro lado, ‘Hattusiti Se muestra en su testamento como un rey absoluto, que impone su ‘oluntad sin limitaci6n alguna. Mas que un drgano politico de tipo consejo,el ‘pankus parece una asamblea de amplio espectro, un “pueblo”, cuya compare= cencia ante el rey no tenia otra funcién que la de recibir sus Grdenes. Tampo- co la existencia de un tribunal (auliyas) con funciones judiciales significa nece- sariamente que los poderes del rey estuvieran restringidos en ese terreno, yy mucho menos, que é1 mismo y su familia dependieran de esa jurisdiccién. Lo. probable en este caso es que el rey fuera considerado como juez supremo, y que el tribunal actuara por delegacién. La documentacién que ilustra esa situacién inestable de los monarcas hit tas deja traslucir indudablemente un conflicto, Pero, més que un conflicto de competencias de los érganos politicos, o de criterios ~electivo o hereditario= en I nominacién del nuevo rey, podria tratarse de un conflicto entre dos for- mas de entender la realeza. Es probable que fuera electiva,en la tradicién de Tos hititas,o que se asumiera como rey a quien fuera capaz de ejerver ese poder, con independencia de cémo lo hubiera obtenido, es decir, al mas fuerte de acto. Es0s tipos de realeza chocarfan, en todo caso, con la que postula la exce- Tencia del rey y, por extensi6n, la de su familia, justificando asf la transmis hereditaria Un rasgo singular del estado hitita es que tenfa un rey (tabarna)y una tena (awananna), que desempefiaban unas funciones rituales como pareja, repre= sentando quizs a la pareja divina suprema y transmitiendo de alguna manera sus poderes benéficos. No eran considerados como dioses en vida, pero se les divinizaba después de su muerte y se les rendia un cult especial. La eondicin de reina también era vitlicia, por lo cual la tawananna podia sobrevivir al re, cen esa funcicn, y desempefiarla hasta su muerte al lado del sucesor, Tanto el nombre de la reina como el del rey proceden de la lengua hitica lo que i cea que esa funcidn sagrada de a realeza habia sido tomada de la poblacién no indocuropea preexistente. Puesto que también el nombre del principe herede- +0 (tuchkant) es una palabra hatica se puede intuir qu la transmisiGn heredi- taria de Ia realeza se habia fundamentado igualmente en la tradicién local. Todo eso sugiere que los monareas hittas se apoyaban en la poblaciGn hatica tanto 0 més que en la indocuropea. {98 WREVE HISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO |. Bl carro de guerra y los maryannu Hay una tendencia a atribuir, con mas 0 menos conviccién, al estado de fitanni un especial protagonismo en la difusiGn del carro de guerra y el caba- por el Préximo Oriente, asf como en Ia constitucién, llamada también a eralizarse, de esa aristocracia militar que en los textos en acadio recibe la jominacién de maryannu, una palabra de formacién hurrita ~es decir, ni ita ni indocuropea- pero inequivocamente construida a partir del término que aparece, en la lengua indoeuropea sinserita, com el significado de Mjoven guerrero”. El caso es que la generalizacién del carro de guerra cambié modo de combatir en todo el mbito del Mundo Antiguo que pasaba por el 10 cultural del Bronce Reciente. En la Mesopotamia del tercer milenio, habia utilizado el onagro para arrastrar earros de dos o cuatro ruedss, pero trataba de vehiculos muy pesados, que requerfan, incluso los pequeiios, un io de cuatro animales. A su vez los caballos, oriundos en definitiva de las Temolas estepas asidticas, eran raros por entonces en el Préximo Oriente, tanto fenel uso de tiro como en el de monta,. Se conocian ya en Anatolia hacia el 1900 a.C., porque estén mencionados en los documentos asirios del karum de Kanesh; pero solo aleanzs verdadera Jmportancia el caballo cuando una conjuncidn de recursos técnicos permitis aprovechar para el arrastre de vehiculos su excepcional velocidad punta y st triple marcha. La principal innovaci6n, en ese sentido, fue la tueda radiada, exiraordinariamente ligera en comparacién con la maciza, pero de una sofis- ticada elaboracién; se documenta por vez primera en forma gréfica en Capa- docia y el nordeste de Siria en el siglo xix a.C. A este perfeccionamiento se debe sumar, desde luego, el de Ia ligereza del carro propiamente dicho, con- Secuencia de un cuidado disefo y de una exquisita seleccién de los materiales, uilizados. Un buen carro del Bronce Reciente, destinado al transporte de dos guereros, podia, sin embargo, ser llevado por uno solo de ellos sujeténdoto en ¥ilo por encima de la cabeza. En los primeros carros de rueda radiacla, el caba- Tio se controlabs todavia por medio de una tinica brida sujeta con una argolla a1la boca del animal, siendo en tal caso la conduccién dificil y bastante limi- tada; pero. antes de Comenzar el Bronce Reciente, el bocado, conocido desde muy antiguo en la estepa curasiética, parece ya introducido en el Préximo riente, junto con Ia doble rienda. Por otra parte. el armamento ofensivo y defensivo de los guerreros hubo de ser modificado hasta conseguir formas id neas para el combate en carro: la calidad del arco resultaba, en ese sentido, determinante. Alas complejas manufacturas vinieron a sumarse las técnicas de erianza y cntrenamiento de los caballos de guerra, asf como las de preparacién de los propios guerreros, muy necesario todo ello para poder utilizar eficazmente el carro como fuerza de choque contra la infanteria enemiga, como plataforma movil para el lanzamiento de flechas u otros proyectiles y para la persecucién de carros en retirada. El conjunto de las artes integradas en el combate con arto tiene, sin duda, una dilatada historia y, posiblemente, procedencias diver- ssas; de ahi la discrepancia de los especialistas ala hora de establecer el origen dde semejante modalidad bélica. La domesticacién del caballo y la invencién del bocado, asociadas al uso del carro, apuntan a la zona de criadores de caballos {que sc extiende desde Eslovaquia hasta los montes Urales; las maderas selec~ tas, Armenia y sus aledafios; el vocabulario técnico contenido en textos hiti- tas 0 acadios, a un territorio ocupado por indocuropeos indoiranios. El desa- rrollo final de esas artes y su peculiar impacto en el modelo cultural del Proximo Oriente parecen haber tenido lugar, en todo caso, en Anatolia, Siria y Mesopotamia septentrional de un modo mis © menos paralelo. Los hititas onsiguieron reducir a cuatro el niimero de los radios, y, por otro lado, uti 7zaron un carro que podia llevar a tres guerreros en lugar de dos. El hecho de disponer de carros de guerra confiere una tal superioridad a un ejército que todos los reinos de la época procuran hacerse com ellos para no sucumbir ante los dems ~cuando no haya ocurrido que grupos de com- batientes con carros, venidos de fuera, hayan atacado los centros de poder, y producido en ellos relevos dinésticos. En adelante, los carristas constituyen luna clase militar de maryanna, bien diferenciada, como se ha dicho, del resto de la sociedad e identificable como una elite dominante, tanto en el aspecto politico como en el social y econémico. Sin dejar de asumir su caricter dé intermediario de la accién benéfica de los dioses sobre la comunidad, l rey, ‘que ve su poder compartido indirectamente por esos gucrreros, comparte, ast ve7, el ideal heroico de ellos en el nuevo contexto de una ideologta militaris= ta, que hace de la victoria el nico titulo de legitimidad. Los maryannu cons titayen también la cispide de la pirimide social, en su calidad de protectores de la comunidad, frente a un permanente potencial enemigo. Finalmente, lt cextraordinaria carestia de su armamento y el hecho de tener que dedicarse ‘exclusiva al entrenamiento militar exige que sean dotados de importa recursos econémicos -lotes de tierra, con su mano de obra, que les Conk los reyes lo que desarrolla ese proceso de feudalizacién al que se ha referencia més arriba, ‘Como ya se ha apuntado ocasionalmente, en este tema y en los dos p dentes, las clases militares del Bronce Reciente parecen resultar muy ones por doquier para el sistema econ6mico, hasta el punto de romper su equill EL fenémeno se manifiesta bajo la forma de un dramético endeudamiento ( lure 0 de facto) de los elementos productivos para el que no se aplican das paliativas. Se endurecen las condiciones de vida, aumenta la escla ‘como consecuencia de impagos, y se hace necesario hacer frente a la cia a la huida de los campesinos oprimidos. Detras de la aparente gran 100 BREVE HISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO In estabilidad politica de los reinos del Bronce Reciente hay en realidad un elo econémico de trayectoria decadente. Cuando por fin se quiebran las s politicas de Ia Edad del Bronce en el Préximo Oriente, los mar- muse mantienen al frente de las unidades politicas resultantes, que tam- se eagrupan, como es el caso conocido de la Pentépolisfilistea (ver mis 0 bien tabajan como mercenarios para ella Hacia e ito 1000 a.C earros de ls filisteos y los cananeos sembraban el terror entre las tribus de 0s. Blearro se mantiene, durante la Edad del Hierro, hasta que se van psiguiendo caballo més grandes y mas fuertes, que pueden soportar el peso nombre con su armamento. 1. El intereambio de presentes y el juego de la diplomacia La similitud que presentan las clases dirigentes entre los reinos del Bron- eciente, y su progresivo distanciamiento con respecto a los dems secto- de sus respectivas comunidades. desarrolla una afinidad entre elas ali- entadla por Ios frecuentes contactos y por fos vinculos formales que Ilegaron tablecerse. La homogeneidad de las formas de vida conduce a una estan- izacin de la cultura material, que hace circular por via de comercio y de toda una gama de productos lujosos ~debido a las materias primas, alas as 0 a las manufacturas artisticas utilizadas~ por el Préximo Oriente, gpto y cl Mundo Micénico (tema 4). Ello crea una fuerte demanda de ese tipo productos y un estimulo para el desarrollo de técnicas, como las aplicadas a la pasta vitrea, destinadas a evitar la dependencia de materias precio- ‘0 semipreciosas, que planteaban serios problemas de disponibilidad EI Bronce Reciente se caracteriza, pues, por un ineremento del comercio terior, que en muchos aspectos ha seguido precedentes de épocas anteriores, que aparece muy asociado, en toda caso, ala red de contacts interpala- s; bien fuera porque los palacios hubieran asumido el monopolio de esos ambios, en lo que tespecta ala circulacin interestatal de los productos, en porque el respaldo de la diplomacia proporcionara a los comerciantes una ¥ una seguridad en las azarosastravesias y en el cumplimiento de los omisos. La conexi6n interpalacial seria desde luego, favorable para la gulacién del comercio y para el desarrollo de formas sofisticadas de inter- gambio comercial. La diplomacia consttuye por sf misma uno de los rasgos més caracteristi- 9s del Bronce Reciente. Representa, de hecho, el desarrollo de un importan- roxiucto cultural de la historia de la humanidad: el derecho internacional, en este marco intercultural concreto, presenta formas peculiares, regula- ‘TEMAS. LAREGION SIRIO-PALESTINA, ASIA MENORVELIRAN 101 doras de las relaciones entre estados soberanos durante el tiempo de paz, y reguladoras, desde Iuego, de los conflictos bélicos en todos sus aspectos. El cconsenso respecto de esos principios y de esos modelos de comportamiento_ diferencia claramente ahora a los pueblos que se consideran a si mismos como. civilizados de los catalogados por ellos como birbaros. La pieza de obligada referencia, es, en este caso, cl tratado de paz. sella- do por el rey egipeio Ramsés n'y el rey hitita Hattusiti 1, dieciséis atios des- pués de la batalla de Kadesh,en la que se habian enfrentado las dos potencias con el mayor nimero de carros de guerra de toda la historia, y que haba con- Cluido con un resultado ambiguo. Por iniciativa de Ramsés il, ue se empei a fondo en el intento, las partes reconocieron, en términos de igualdad, un status quo y unas fronteras que significaban, de hecho, compartir su presen- ciaen la codiciada regisn sitio-palestina. El correspondiente documento, con- servado en versién egipcia y en versién cuneiforme, esté redactado a partir del formulario hitita. Lleva su titulo y su predmbulo, donde se alude a los ante- ‘cedentes, ala situaciGn del momento y a las buenas intenciones para el futu- ro; a continuaci6n aparecen las eldusulas, que se refieren a la mutua renuncia ‘la agresién, a Ta alianza defensiva, a Ia sucesi6n al trono y a la extradicién de fugitivos, es decir, a los temas en los que una relacién de amistad entre los dos monarcas podia resultar beneficiosa para ambos y para sus respectivos estados. El caricter cordial y paritario de este acuerdo viene refrendado por un intercambio de mensajes ammistosos entre los dos reyes y entre sus respec- tivas esposas. Por otro lado sabemos que Hattusili envia a una de sus hijas como esposa de Ramsés 11, lo que da testimonio de la permanencia de las bue- nas relaciones, Las distintas tradticiones locales, un tanto diferenciadas entre sf, diversi fican el formulario diplomético utilizado en las cartas y otros documentos, peto las claves son conocidas por todos y no hay lugar para el equivoco. El Acadio funciona como lengua internacional, eventualmente utilizada por iter- locutores no mesopotimicos, como son los hititas, y las cancillerias palacie- gas disponen de intérpretes y de léxicos bilingiies o plurilingties para la correcta interpretacién de los documentos y para faclitar los contactos diee- tos con los extranjeros. La fachada diplomética de la circulacién de produc- tos presenta la forma del don y el contra-don, de los presentes ceremonial- mente intercambiados por los representantes politicos de los distintos reinos ‘a través de sus respectivos embajadores. Tal relaci6n se opone dialécticamente 4a comercial, en ta medida en que excluye, por principio, la ganancia y el Iuero, y en la medida en que los médulos de valoracién le son aplicados para cstablecer el grado de generosidad de la parte donante, y no el cardcter equi- tativo de la contraprestacién. El don y el contra-don canalizan el intercamiio dle objetos valiosos entre comunidades poltticas soberanas, sancionando unas relaciones de buena fe que facilitan el comercio a realizar conforme a las pate TO2_ BREVE HISTORIA DEL MUNDO ANTIGUO

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