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Niños de 3 a 4 años: ya son más independientes y esto les llena de orgullo, aunque

a su vez tienen más ganas de probarse a sí mismos. Pueden ser frecuentes los
enfados o berrinches. También es la etapa en la que se pueden sentir frustrados
por pequeñas cosas.

Debemos poner normas y límites, pocas y muy sencillas. Ya pueden comprender


que, si hacen algo mal, tendrá una consecuencia. Por lo tanto, podemos aplicar las
consecuencias educativas. Para ello debemos avisarle y explicarle lo que ocurrirá
si se comporta mal, siempre poniendo ejemplos porque "portarse mal" es un
concepto demasiado amplio para ellos. Las consecuencias han de ser cortas,
concisas e inmediatas, no podemos castigarle un día entero sin televisión, pero sí
unos minutos sin jugar.
¿Cómo le enseñas límites a tu hijo?
1.Tienes que ser objetiva
Cuando impartas disciplina con amor no vale de nada expresarle a tu hijo frases
como: “pórtate bien”, “no hagas caso a eso” … porque los niños no saben identificar
lo que es bueno o malo. Para lograr objetividad basta con hablar en frases cortas y
fáciles de entender, por ejemplo: “Mi amor lleva tus zapatos a tu cuarto”, “termina la
tarea y podrás ir a jugar” …

2. Dale opciones
Si necesitas que tu niño se bañe, pregúntale si desea que le ayudes o si lo hará
solo. Al darle opciones a escoger, el pequeño “creerá” que tiene el control y la
libertad. Evitarás que te desobedezca porque le impusiste una tarea.

3. Habla sin alzar la voz


Por más cólera que tengas porque tu niño no cumplió con sus responsabilidades,
no le grites. Aunque no lo creas, los límites emitidos con un rostro suave y con voz
suave le dará a entender que no tiene otra salida que obedecer.

4. Dale órdenes en forma positiva


“Mi amor me ayudas a recoger los platos de la mesa, por favor” es muy distinto a
decir: “Mi amor lleva los platos a la pila ya” … Todas las indicaciones deberás
expresarlas con amor.
Jorge es tío de un niño de 5 años y cuenta que siempre que su sobrino debe cumplir
con una tarea, le dice que él le ayudará, pero que necesita de su ayuda para lograrlo.
En otras palabras, lo hace partícipe, y el pequeño se siente útil.

5. No incumplas tus propias reglas


Las normas las imponen y son para cumplirse. Si designas que el horario de
almorzar es a las 12 medio día, tu hijo deberá comer a esa hora. No es aceptable
que antepongas lo que él desea.

6. Dale siempre explicaciones


Educar en valores implica explicarles a los niños por qué existe el castigo, las
consecuencias o las reglas. Responder con un “porque sí” no es válido. Dale una
explicación en pocas palabras: “No tires la comida porque hay muchos niños con
hambre”, “deja de decir malas palabras, porque mamá se pondrá muy triste” …

7. “No eres malo”


Al ser madre necesitas aprender a decirle a tu hijo que él no es malo, su mala
conducta sí. Nunca rechaces a tu pequeño por una travesura o mal comportamiento.

8. Cuida tu temperamento
Mamá, no dejes que tu enojo o falta de control te hagan cometer una injusticia.
Primero cálmate, respira profundo y, luego, corrige con disciplina positiva. No te
causes dolor a ti misma. Evita gritarle a tu niño, pero mantén tu firmeza como mamá.

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