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Actualmente los cables submarinos de fibra óptica son la base de la red mundial de
telecomunicaciones. La comunicación por satélite es minoritaria1 y desde la década de 1990
quedó relegada a la transmisión de eventos deportivos/ culturales específicos, la comunicación
de sitios extremadamente remotos, y la navegación marítima/ aeronáutica. El cable submarino
se muestra como una solución más interesante, por la resistencia ante inclemencias
meteorológicas, que lo posiciona como una infraestructura más fiable y rápida. No obstante la
flexibilidad de poder "subir al satélite" allí donde la "pisada" del satélite lo permita brinda
posibilidades que el cable no puede dar.
A pesar de que el cable era parte de un desarrollo de comunicación, también puede pensarse
en todo lo que significó. En un mundo donde la noción de “conectividad” apenas empezaba a
esclarecerse y donde la idea de entender a la sociedad a través de una metáfora de red era
prácticamente inexistente, hubo quienes se aventuraron a intentar esta gran hazaña.
Internet es una red intercontinental gracias a los grandes cables submarinos que cruzan los
océanos y a través de los cuales circula la información. ¿Cómo son esos cables? ¿Cómo ha
crecido la red desde sus orígenes?
La grandeza de Internet es que cada vez más gente tiene acceso a él y por eso se ha convertido
en un espacio multicultural y de conversación entre gente de todo el mundo (aunque aún hay
mucho trabajo que hacer para universalizar Internet).
En cualquier caso, nada de esto sería posible sin los cables submarinos que cruzan los océanos
y conectan islas y continentes para construir una red universal. Son grandes cables con una
capacidad de transmisión de datos enorme. Esta red de cables submarinos ha crecido mucho
desde sus orígenes, y a día de hoy un total de casi un millón de kilómetros de cable
recorriendo las profundidades de los océanos.
En el exterior del cable hay una capa protectora de polietileno, el mismo plástico que se utiliza
incluso en los chalecos antibalas. Bajo el polietileno encontramos una capa de acero trenzado
que protege una barrera de aluminio destinada a evitar que entre agua en el cable. Y antes de
llegar a la fibra óptica, aún queda una capa de policarbonato y un tubo de cobre.
Es preciso señalar que la Fibra Óptica es un medio de transmisión, fabricado con un material
transparente (vidrio, además de otros componentes) que por medio de pulsos de luz, permite
que circule una gran cantidad de información (miles de millones de bits por segundo) viajando
a la velocidad de la luz.
Esta red, desplegada en el lecho marino, interconecta un gran número de países del mundo.
Permite llevar el tráfico (los bits) desde un punto otro. Así, estos cables de Fibra Óptica
submarina interconectan paises y continentes, haciendo posible la “magia” de acceder al
contenido de Internet sin importar en que parte del mundo se encuentre.
Por ejemplo, en el caso del Perú se tiene la presencia de 3 cables de fibra óptica submarina:
SAm-1 (South America – 1): Inició operaciones el año 2000. Tiene capacidad de
transportar hasta 1.92 Tbps. Tiene punto de presencia en Lurín (Lima) y Máncora
(Piura).
SAC (South America Crossing): Esta en servicio desde el año 2007. Tiene capacidad de
3.84 Tbps. Tiene punto de presencia en Lurín (Lima).
PAN AM (Pan-American): Se encuentra en servicio desde 1999. Tiene capacidad de
transportar hasta 70 Gbps. Tiene punto de presencia en Lurín (Lima).
Así por ejemplo, si te encuentras en Lima y visitas una página web alojada en Rusia, ahora ya
sabes que la información llegará desde el “servidor” ubicado en Rusia, por medio de la fibra
óptica submarina, hasta el punto de conexión en Lurín, para luego por medio de una red
terrestre, llegar hasta tu computadora*.