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Gucci

Marca
© ALEXI LUBOMIRSKI
Fundada en Florencia (Italia) en 1921
 Frida Giannini

 Tom Ford

 Gucci
La de la firma Gucci es una historia digna de ser llevada a la gran pantalla. Fue Guccio
Gucci, un joven florentino impresionado por el lujo el que, en el año 1920, abrió una
tienda en su ciudad natal basada en el trato artesanal del cuero. El buen hacer en los
acabados y la calidad de los materiales empleados conllevaron el inevitable éxito de aquella
pequeña empresa cuyas señas de identidad eran los bolsos, los cinturones tricolor y los ya
míticos mocasines. Poco después, y con la ayuda de tres de sus hijos -Aldo, Vasco y
Rodolfo-, Guccio comenzó la expansión de la compañía abriendo sucursales en Milán y
Roma, además de la tienda que ya poseían en Florencia, concretamente en la Via della
Vigna Nuova. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, con el mundo y la economía
desperezándose, la marca comenzó su internacionalizaciónestableciendo una sucursal en
Nueva York. Por aquel entonces, las décadas de los cincuenta y sesenta, la jet set y el star
system de Hollywood enloquecía con la G de Gucci, lo cual contribuyó a convertir a la
marca en un símbolo del lujo mundial.
Sin embargo, en los años ochenta, algunas disputas familiares internas y la expansión
despersonalizada condujeron a Gucci al descrédito y a la pérdida de influencia y de capital
económico. Cuando Rodolfo, uno de los hijos de Guccio y el responsable de la
globalización de su logo, murió en 1983, su vástago Maurizio tomó el control de la
compañía. Conviene resaltar un dato importante antes de continuar. En 1989, Dawn Mello,
directora de los grandes almacenes neoyorquinos Bergdorf Goodman, aterrizó en la firma
convirtiéndose en una de las pieza fundamentales de la posterior recuperación del
relumbrón perdido.
Poco antes de morir en un asesinato urdido por su propia esposa, Maurizio vendió Gucci
a la firma Investcorp. Corria el año 93. Fue precisamente Mello la responsable de la
elección de un, por aquel entonces, joven y desconocido Tom Ford, perpetrando, así, una
de las mayores revoluciones que la moda ha conocido en los últimos años.
Con el apoyo de Dominico De Sole, el americano, impuso un nuevo paradigma que volvía
la mirada hacia el Nueva York de los años setenta -cuando la ciudad “era metrópolis de
destino y el mítico Studio 54 su cuartel general”-. Su célebre colección otoño-invierno de
1995 compuesta por pantalones de terciopelo ceñidos a la cadera, blusas de seda y escotes
de vértigo, desterró la, por aquel entonces, dominante estética grunge y minimalista. Fue
precisamente el look descrito -camisa de saten desabotonada hasta el ombligo, pantalón de
terciopelo negro y zapatos de charol con hebilla- el que, envolviendo a Madonna durante
la entrega de los MTV Music Awards del 95, hizo saltar el nombre de Tom Ford -un
personaje que parece sacado de una novela de Bret Easton Ellis- a la palestra cuando, tras
recoger el galardón al mejor álbum por Ray of Light y ante la pregunta por su estilismo,
ella respondió entusiasta con un lacónico pero incontestable: “¡Gucci!”.
La nueva estrategia de Gucci con Ford al frente quedaba definida: prendas con un fuerte
componente sexual y el mejor escaparate para mostrarlas, las faldas de las colinas de
Hollywood. Según Vogue España, “el creador texano diseñó prendas y accesorios útiles
para una mujer dispuesta a dormir por la mañana y brillar por la noche”.
Sin embargo, los logros de Ford en Gucci no se limitan a devolver a la firma a lo más alto.
Junto a Domenico de Sole, construyeron en tiempo récord un sólido conglomerado basado
en la adquisición de YSL, McQueen y Stella McCartney y en la revitalización de
Balenciaga y Bottega Veneta -suyas son las decisiones de poner al frente de estas dos
firmas a Nicolas Ghesquière, en el primer caso, y a Tomas Maier en el segundo-. Su
reinado culminó repentinamente en 2004 cuando decidió marcharse de Gucci poco
después de que el grupo fuera adquirido por la compañía Pinault-Printemps-Redoute. “Mi
ropa siempre es sexual, glamurosa, sobrepuesta, lacada, pulida. Tiene una calidad
quebradiza hasta llegar a lo cristalino”, afirmaría Ford al respecto de su paso por Gucci.
La tercera edad dorada de Gucci llegó después de Tom Ford y de la repentina partida de
Alessandra Facchinetti, con Frida Giannini, hasta ese momento, encargada de diseñar los
complementos de la firma, que será nombrada diseñadora de la colección prêt-à-porter y
directora creativa de la colección de hombre, en sustitución de John Ray. Giannini,
diseñadora italiana, tomó el testigo dispuesta a suavizar la imagen sexy y agresiva de la
casa legada por Ford. “Me gustaría cambiar la reputación de fiestera que connotaba a la
chica Ford de los 90. Por supuesto la mujer Gucci siempre será sexy, pero tiene que serlo
de un modo contemporáneo y, hoy en día, lo sexy tiene que ver más con la inteligencia y la
seguridad”. Una de las principales caracterísiticas de este nuevo período es la sustitución
del característico negro de Ford por el color y los estampados: “Soy una apasionada de los
estampados y del color”. A lo que añade: “Creo que la agresividad sexual me parece
obsoleta, incluso diría que vulgar”.
Frida, gran apasionada de los caballos -“ha sido una casualidad, los motivos ecuestres
forman parte de la firma desde sus inicios y yo monto desde pequeña”- se enfrenta, al poco
de llegar, a una nueva situación económica de orden mundial provocada por la crisis
financiera. Su respuesta al panorama de malos augurios y bancarrota es una estética
brillante y una vocación glam. En su colección para el otoño-invierno 2010 se acerca a los
icónicos ochenta -justo la tendencia contraria a la que catapultó a Ford- y confiesa: “Quería
dar un toque de optimismo”. No es lo único en lo que se aleja del diseñador texano. Según
ella, sabe lo que las mujeres reales necesitan. “Sería un error crear una colección
pensando sólo en las celebrities que acuden a entregas de premios. Otras muchas mujeres
asisten a cenas en Nueva York y también visten de Gucci, y para mí esto es muy
importante", confiesa.
A finales de 2014 se anuncia que Giannini deja Gucci. La diseñadora presenta suúltima
colección -la femenina de otoño/invierno 2015-16- durante la semana de la moda de
Milán. "Deseo agradecer a Frida su pasión, su dedicación y su contribución a la historia
de Gucci" rezaba el comunicado enviado por el presidente y CEO del grupo François-
Henri Pinault.
A comienzos de 2015, un desconocido para el gran público sale a saludar al final del
desfile masculino otoño-invierno de Gucci. Se trata de Alessandro Michele, mano
derecha de Giannini. El hasta entonces adjunto de la creadora italiana, nacido en
Roma, formado en Fendi pero trabajando para Gucci desde 2002, se confirma
como nuevo director creativo de la marca. Michele, con su estética retro, obtiene un éxito
inesperado al frente de la casa de moda italiana y se convierte en un auténtico referente
para la industria.
Historia

1921
Guccio Gucci funda la marca en Florencia.

1947
Se crea el primer e icónico bolso con asa de bambú y con piel de becerro
en respuesta a la escasez de materias primas tras la II Guerra Mundial.
Grace Kelly, asidua de la tienda, fue de las primeras en llevarlo,
convirtiéndolo en el “accesorio habitual de las it ladies de los 50” .

1953
Comienza la internacionalización con la apertura de una sucursal en Nueva

York.
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Conoce la historia de Prada

POR: SUSANA MIYAR


Editora de ActitudFEM, surfista profesional (del Internet) y cocinera de closet. Especialista en datos curiosos,
zombies y cultura pop.

Prada es una de las marcas más reconocidas en el mundo de la moda, y fue fundada por Mario
Prada en 1913. Originalmente se dedicaba a la confección y venta de baúles, bolsos, maletas y
zapatos. Comenzaron con 2 tiendas en Milán, pero pronto lograron una cartera de clientes en
Europa y EEUU.
Originalmente las maletas Prada estaban hechas con piel de morsa por ser resistente, pero era
voluminosa y pesada y con el tiempo se volvieron imprácticas. Por esta razón, Prada se
concentró en el diseño de accesorios como bolsas de mano y cambió la piel de sus maletas por
exquisito cuero resistente al agua.
1978 marcó una época decisiva en la historia de la empresa. Miuccia, la nieta del fundador,
tomó las riendas de Prada. Ella había estudiado Ciencias Políticas y pasó 5 años perfeccionando
el arte de la interpretación en el Teatro Piccolo de Milán. Esta preparación, aunque inusual, la
dejó con un sentido estético muy novedoso.

En ese entonces la marca aún se concentraba en productos de cuero y estaba pasando por
dificultades económicas. Miuccia cambió la trayectoria de la casa, enfocándola a un sector más
lujoso. Su esposo, Patrizio Bertelli, se encargó de las finanzas, permitiendo que ella se
concentrara en perfeccionar el estilo Prada.
El primer ícono de la nueva etapa de la empresa fue un bolso negro, liso y ligero de nailon que
ahora se conoce como el clásico de Prada. Miuccia lo presentó en 1985, después de 15 años de
comenzar a utilizar la fibra Pocone en su diseño. Se lanzó al mercado con un precio muy
elevado, lo que consiguió que réplicas aparecieran casi inmediatamente. Pero esto no afecto a la
marca, ¡al contrario! Logró elevar la demanda por el bolso original hasta que en 1989 se
presentó la primera colección con prendas de elegancia sobria y simple donde destacaban las
líneas limpias y los colores básicos.

Las telas utilizadas siempre fueron lujosas y de gran calidad, lo que consiguió el aprecio de los
críticos de la moda y pronto Prada se volvió un “must” de las pasarelas.

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