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Los rumanos que viven en España le mandan una carta S.M.

el Rey Don Felipe VI

En España vivimos y trabajamos casi 1 millón de rumanos. Es decir, 1 millón de personas que se han
autoexiliado para poder conseguir un poco de normalidad, que han abandonado sus casas, familias y
ciudades de nacimiento, para buscarse la vida y reencontrar una vida digna. Hemos aprendido en
España ser demócratas y europeos, hemos conseguido recuperar la esperanza y la confianza,
intentando aportar nuestro granito de arena a una sociedad tolerante que nos considera parte del
multinacionalismo y multiculturalismo españoles. A la nación de naciones los rumanos también
participan en España, como parte de éste país al que consideramos nuestra propia casa.

Precisamente porque sabemos lo importante que es en España la libertad y la honestidad,


aprendimos que el derecho de manifestarse es uno de los valores primordiales de la sociedad
española que edificamos juntos, tenemos un ruego muy inusual:
En el nombre de los rumanos que han sufrido por la culpa de una clase política mentirosa y sin
respeto ninguno hacia el propio pueblo y sus ciudadanos, os pedimos que no apoyéis el intento
propagandístico del Gobierno rumano, que quiere transformar la visita de su Primera Ministra, Viorica
Dancila, en una oportunidad de limpiar la cara de un gobierno que ha ordenado la represión contra
sus ciudadanos. En condiciones normales, los un millón de rumanos que vivimos en España,
hubiéramos estado muy orgullosos de que el Rey de nuestro segundo país esté recibiendo a un
representante del gobierno de Bucarest. Por desgracia no es el caso, el presente contexto siendo
todo lo contrario y un motivo mas de indignación.

No ofrezcáis a los títeres políticos pretender a la vuelta a Bucarest que España defiende la acción de
represión política y policiaca, que justifica un Gobierno corrupto, formado por políticos condenados
por la justicia, o controlados por la mafia política.
El recibimiento de la Primera Ministra por el Rey de España es parte de un guion barato de
propaganda. Viorica Dancila es una muñeca. A su espalda se esconde la sonrisa terrorífica de Liviu
Dragnea, el presidente del Partido Social Demócrata, que tiene una condena por fraude electoral y
otra por instigación y abuso. Es él el que ha tumbado dos veces su propio Gobierno, al que le hubiera
gustado ser primer ministro, pero su situación judicial se lo ha impedido. En el encuentro de mañana
con el rey Rumanía va a ser representada por una persona que formalmente ocupa la posición de
Primera Ministra, pero que en realidad es una marioneta coordinada por la mafia política. El Rey va a
tener en frente a la primera ministra, pero la estrategia diplomática es de Liviu Dragnea, el único que
puede opinar, no solo como solo como presidente de partido, sino como tiran absoluto de un país.

En 1978 Nicolae Ceaușescu inventó la misma receta. Organizó una visita en Inglaterra, lo recibió Su
Majestad, la Reina de Gran Bretaña. Un episodio de propaganda que usó durante los siguientes 20
años para justificarse en frente de sus propios ciudadanos que sus acciones tienen el apoyo de los
países civilizados. El modelo es el mismo. La mentalidad, la misma. El poder de Bucarest nos a
exiliado a nosotros, a otros 3 millones de ciudadanos rumanos, quiere aplicar la misma receta desde
hace justamente 50 años. Solo que, durante todo éste tiempo, el mundo ha cambiado. Tanto los
españoles, como los rumanos, travesamos largos periodos de dictadura y de anulación de los
derechos humanos. Los españoles no olvidan como se autoexiliaron también en los países europeos
para poder tener una vida digna. Consideramos que la conexión que tenemos con España va más
allá que la inoportuna cita de la Primera Ministra, Viorica Dancila, con Su Majestad, el Rey Felipe VI.
Nuestro ruego es darle al evento la mínima difusión mediática posible, y, por supuesto, mencionando
los acontecimientos del 10 de agosto de 2018 de Bucarest.
Vimos que las televisiones de España difundieron las noticias relacionadas con la represión y los
fallos democráticos en Rumania, el día de 10 agosto. Probablemente es conocido que las
manifestaciones del pueblo rumano contra la corrupción llevan más de un año, de manera continua.
Para la historia reciente de Europa de Este, ese día es muy importante. Era anunciada (y aprobada)
una manifestación de la diáspora rumana, que, cansada de tanto desprecio hacia los derechos
humanos, quisieron expresar libremente y pacíficamente su desacuerdo por el retraso de la sociedad
rumana en todos sus aspectos. Los rumanos que viven fuera de España cruzaron en coches o
aviones de Europa, desde España, Italia, Inglaterra, Suecia, Francia, etc., llegaron con mucha ilusión
a Bucarest, con sus mensajes de apoyo a la lucha contra la corrupción.
Aunque en las noticias presentadas en España el número de manifestantes era de aproximadamente
500.000 personas, el número real, tal como lo ha presentado la prensa internacional ha sido de 1
millón de personas.
La intervención brutal de la policía ha dejado 500 personas heridas, miles de personas intoxicadas
con un gas irritante que nadie usa en Europa, miles de personas pegadas por las fuerzas de orden,
manipuladas por el gobierno. Nuestros amigos de allí han vivido horas de pesadilla que no se
terminaba.
Los protestantes fueron perseguidos, pegados incluso después de haber abandonado la plaza, se le
ha rechazado la asistencia médica en los hospitales, los pocos médicos de la medicina privada
desconocían la composición del gas que se había usado contra la manifestación pacífica. Los
manifestantes que viven en el país siguen siendo amenazados. Las televisiones hacen el mismo
juego, denigrando a los manifestantes, insultado a la diáspora, intentan romper Rumanía,
segmentarla, incitando al odio.
Hoy precisamente, el Parlamento de Rumanía ha votado suspender las verificaciones de la actuación
de la policía, de las fuerzas del estado, de los mandos del poder. Prácticamente se intenta borrar los
acontecimientos del 10 de agosto. La democracia en Rumanía pasa por momentos extremadamente
difíciles.
Viorica Dancila representa precisamente éste tipo de sistema político. Mañana Dancila va a
conseguir su esperada foto con el Rey de España, el país que alberga el mayor número de
ciudadanos rumanos en el extranjero. Cínico, ¿verdad? Hace un mes nos daban la bienvenida con
gases, y ahora quiere obtener la aprobación del país que más rumanos ha recibido.

Aparte de la represión constante, de la política del miedo que siempre forma la estrategia social más
visible, el gobierno de Viorica Dancila practica una campaña permanente y constante de denigración
a las instituciones democráticos europeas, a la Unión Europea. Una receta que hemos visto
funcionando perfectamente en países mucho más democráticos que Rumanía: Austria, Polonia,
Hungría, Eslovaquia, etc.
Rumanía no puede sobrevivir sola. No puede respirar democráticamente sin la ayuda de sus
compañeros europeos. Los intereses de los rumanos que viven en España coinciden con los de los
ciudadanos europeos, y con los intereses de las familias que se han quedado en Rumania.
Y los intereses de los rumanos que viven en España no tienen nada que ver con los intereses del
Gobierno rumano: ni en la política interna, y menos todavía en la política externa del país.

Oana Ursache – La moderadora de la comunidad local RO100 Granada Tel. 0034-622050603


Sorin Jianu – El moderador de la comunidad local RO100 Cordoba Tel. 0034-627162157

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