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Evaluación del paciente suicida:

Los instrumentos psicométrico diseñado para evaluar los riesgos o la


intencionalidad suicida deben contemplarse como una ayuda que nunca debe
sustituir al juicio clínico ni a la entrevista clínica, ambos esenciales ya que además
de informar sobre el riesgo suicida, posibilitan la interacción entre el paciente y el
profesional a través del vínculo terapéutico.

Mientras los test sólo informan del riesgo suicida, la entrevista es una intervención
activa que no sólo informa, sino también interviene activa y determinadamente en
la reducción de riesgo.

En los casos que se sospeche riesgos suicida, la entrevista clínica debe llevarse a
cabo con sutileza, sin prisa y con un inmenso respeto a la dificultad que para el
paciente supone hablar de una parcela tan dolorosa e importante de su intimidad.
No cuidar estos detalles puede provocar que el paciente se cierre en banda y no
podamos prevenir el suicidio.

La entrevista debe incluir una evaluación Psicopatológica y social que indague


sobre las probables causas de conducta suicida en lo referente factores
psicológicos y de contexto, acontecimiento vitales problemas actuales, situación
social, características psicológicas relacionada con la conducta suicidad y su
motivación, y obviamente la valoración diagnóstica de un posible trastorno mental
concomitante.

El siguiente paso de la entrevista clínica consiste en evaluar la conducta suicida a


partir de las características del interno (método elegido si es que ha pensado en
él, indagar la posible elaboración de un plan, valorar la intencionalidad),
características personales (edad, sexo, conducta suicida previa, desesperanza,
posible trastorno mental asociado), así como informarse de posible circuentacia
concurrentes como soledad, marginación, enfermedad orgánica grave, estatus
social, etc.

Las preguntas deben ser sutiles y a la vez directas: ¿Se siente sin esperanzas
para enfrentar al día a día? ¿Cree que no merece la pena vivir y siente deseos de
suicidarse? ¿Ha hecho planes para acabar con su vida o sabe de qué modo lo
haría? ¿Ha hecho planes sobre cuándo piensa hacerlo?
Siempre hay que asegurarse de que el paciente se siente cómodo y predispuesto
para confiar sus sentimientos al profesional.

Tratamiento del paciente suicida:

El tratamiento para pacientes suicida puede consistir en:


el terapeuta puede utilizar técnica cognitiva- conductual para el control sobre los
sentimientos suicida pensando en otra formas de enfrentar el estrés. El terapeuta
también podría exhorta al paciente a que considere razones para vivir y cambiar el
enfoque de la muerte a la vida. En cualquier caso, tener la oportunidad de hablar
sobre los pensamientos suicidas es importante para el paciente, a fin de
desarrollar cierta perspectivas sobre la situación y una sensación de control. Brent
propone un modelo de tratamiento para los adolecentes. Este supone tratar la
psicopatología subyacente, reducir la distorsión cognitiva, buscar una mejora en
las habilidades sociales, fomentar la resolución de problemas, regular el efecto y
una intervención familiar.

También puede indicarle medicamentos como los antidepresivo, los anti


psicóticos, los medicamentos contra la ansiedad y otros medicamentos para tratar
las enfermedades mentales pueden ayudar a reducir los síntomas.

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