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UNIVERSIDAD POPULAR AUTÓNOMA DE

VERACRUZ

TEORIA:
VIOLENCIA

INVESTIGACION:
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN

P R E S E N T A:
ALMA ROSA TEQUILIQUIHUA MAYAHUA.

IXTACZOQUITLAN, VER 2018


Contenido
INTRODUCCION ................................................................................................................................... 3
1. ¿QUE ES VIOLENCIA? ....................................................................................................................... 9
1.1 COMO SE PREVIENE LA VIOLENCIA: ......................................................................................... 11
2. FACTORES DE RIESGO DE LA VIOLENCIA ....................................................................................... 15
2.1 CARACTERISTICAS DE UN AGRESOR......................................................................................... 16
3. SINTOMAS DE UNA PEROSNA VIOLENTA ...................................................................................... 19
3.1 TIPOS DE VIOLENCIA O MALTRATO ......................................................................................... 21
BIBLIOGRAFIA .................................................................................................................................... 24

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INTRODUCCION
Uno de los problemas principales del estudio de la violencia es la falta de una
definición precisa que dé cuenta de la multiplicidad de formas en las que ésta se
presenta o, cuando menos, señale sus características más importantes y comunes.
Además, otra dificultad en su estudio es precisamente esa multiplicidad, por lo que
muchas veces se prefiere hablar de las violencias y no de la violencia en singular;
de esta manera, se presentan definiciones particulares para cada forma de violencia
a estudiar.

Desde luego, también el hecho de que a estas violencias se les estudie desde
diversos campos de conocimiento dificulta no sólo su estudio en general, sino la
aceptación de una definición clara y unívoca. Por otra parte, este abordaje múltiple
de violencias particulares y desde diferentes campos disciplinarios ha contribuido,
a la vez, tanto a mirarla en su complejidad, como a destacar características más
precisas de las causas, las formas en que se presentan y las dinámicas o funciones
que asumen las diferentes formas de violencia; este ensayo busca situarse entre la
preocupación por la generalidad como por la multiplicidad de la misma.

Se exponen algunas ideas generales en torno al concepto de violencia,


problematizando las conceptualizaciones más restringidas para tratar de realizar
una propuesta que amplíe su campo. Siendo consciente de que una ampliación
demasiado grande, apresurada, descuidada del término violencia puede llevar a
hacer que ésta signifique cualquier cosa y, con eso, que pierda su utilidad en la
investigación, procuraremos estar atentos a las consecuencias que esta propuesta
pueda tener.

El ensayo se divide en dos apartados. En el primero abordamos el núcleo de la


concepción más aceptada de violencia, para pensar sus elementos y las
características que propone, para luego señalar algunas limitaciones al pensar
nuevos fenómenos. Además, expresamos la propuesta de conceptualización
alterna, para luego mostrar sus alcances.

El segundo apartado se sale del problema de la definición para mencionar los usos
en el análisis de la idea de violencia, es decir, a qué preocupaciones generales
atiende. Se señala primero la manera de seccionar la preocupación en el estudio de
la violencia, dividiendo aquí lo que podríamos denominar campos de análisis (se
señalan cuatro: el campo de la causalidad; el de las formas y dinámicas que asume
la violencia; el de las consecuencias, y el campo valorativo sobre la violencia). Se
atienden diversos elementos que cada uno de estos campos pueda presentar, sin
agotar la reflexión, pues algunos otros pueden no ser considerados, como la
importante distinción entre violencia y agresión, que se comentará de pasada en su
momento.

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Este ensayo pretende lograr una sistematización de nociones e ideas que varios
estudiosos de la violencia han ofrecido, aun cuando no sean mencionados (por
razones de espacio, sobre todo).

También la idea del uso de fuerza suele ser problematizada, no tanto para negarla,
sino para considerar que la fuerza física no da suficientemente cuenta del hecho,
de diferentes hechos: las coerciones morales (personales, grupales, culturales), las
relaciones de poder (sin considerar aquí que este término también es problemático,
"amorfo" dirá Weber) -que en sí mismas estructuran y naturalizan relaciones de
violencia-, las coerciones psicológicas y hasta los chantajes, pueden ser
importantes como vehículos de la violencia.

Es más, en algunas consideraciones sobre la violencia parecería no estar presente


dicha intervención de fuerza, como podría pensarse de la "violencia simbólica" de
Bourdieu, quien la define como la aceptación, la internalización por parte del
dominado, de los esquemas de pensamiento y valoración de la dominante, haciendo
precisamente invisible la relación de dominación. Claro está que todos estos
elementos se podrían reducir, en última instancia, a consideraciones de fuerza, pero
es innegable también que cada uno tiene sus especificidades, que es necesario
tener en cuenta para un mejor análisis.

La intencionalidad en la producción del daño es igualmente problematizada, pues


pueden pensarse situaciones en las que no es la producción del daño lo que importa
sino la obtención de ciertos resultados, como cuando en algunas relaciones
laborales a alguien no se le reconoce o no se le presta atención con la intención
quizá de que éste abandone su trabajo, pero se produce un daño emocional en la
persona así ignorada y el dolor de no ser reconocido.

La definición en su conjunto también presenta una serie de elementos que la


problematizan. En primer lugar, parece que el contexto en el que se presenta la
violencia es un contexto restringido espacial y temporalmente.
Espacialmente, porque restringe la visión del contexto en el que se puede observar
la acción violenta. Si bien ésta puede darse en cualquier lugar, en cualquier espacio,
el escolar, el doméstico, el laboral, o bien la calle, lo que la definición resalta es el
hecho de la acción de alguien sobre otra persona, por lo que las características del
contexto sólo serán expuestas como el escenario donde se presenta dicho acto,
pero no influirán en él, no se tomarán en cuenta analíticamente para describir el
fenómeno de la violencia.
Una consideración, por ejemplo, como la que presenta Carlota Guzmán -respecto
de la idea de violencia escolar de François Dubet-, en la que existe un tipo de
violencia anti-escolar que, sin embargo, emana y es generada por la propia escuela
al estigmatizar, jerarquizar y relegar a ciertos alumnos no competitivos y quienes
terminan dañando a la propia escuela o atacando a profesores y autoridades, es
irrelevante para una definición de violencia como la que se ha señalado, pues para

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ella el único hecho relevante es la violencia cometida por el alumno, no la generada
por la propia institución. Para dar cabida a una idea como esta, es por lo tanto
importante ampliar el concepto, ponerle los añadidos que hagan relevante el
contexto.

Temporalmente es restringida también porque parece llamarnos inmediatamente al


momento de la acción, al evento suscitado de violencia. Al respecto, Frederick
Werther comenta el siguiente adagio: "basta un loco para desatar la violencia";
también señala: "antes que alguien pueda comenzar la violencia, muchos otros ya
han preparado el terreno.

Es precisamente esta preparación de las condiciones para el desarrollo de la


violencia lo que la definición analizada podría terminar visibilizando. Pareciera que
el acto violento se origina y termina en el instante en que se produce, sólo quedan
los daños, quizá también el castigo y la reparación cuando se puede, y al interesarse
sólo en la situación inmediata buscará las causas de la violencia principalmente en
las características de los agresores, o aun de las víctimas, pero descuidará el
contexto histórico social.

Por esta misma característica tal concepción de violencia puede ser en buena
medida histórica, se limita a describir los hechos claramente manifestados, y si se
interesa por la causalidad, tenderá a encontrarla en lo más cercano, lo más a mano;
así, esa postura puede ocultar las causas no visibles, como algunas estructuras de
dominación creadas social e históricamente en diversos ámbitos -el político, el racial
o el patriarcal.

Sin embargo, hay que considerar que esta conceptualización de la violencia, por ser
precisamente restringida, permite localizar claramente eventos y actores, para que
aquello que se denomina violencia objetiva -factible de medirse de alguna u otra
manera-, pueda efectivamente serlo. Se pueden contabilizar los eventos, realizar
estadísticas y comparaciones cuantitativas, también permite localizar perfectamente
a las víctimas y distinguir los daños recibidos.

Además, al distinguir con claridad los sujetos actores de la violencia, permite fincar
responsabilidades y establecer culpas y penas, castigar actores y actos. En cierto
modo la acción jurídica y policial encuentra en esta definición un importante apoyo.

Pero aun aquí se pueden considerar limitaciones; por ejemplo, cuando ante el
problema de la violencia en el hogar se atiende sólo a las víctimas y se castiga al
agresor en lo inmediato -según las limitaciones que se han destacado, al no tomar
en cuenta cuestiones culturales y estructurales, como el machismo y el
patriarcalismo-, se mantienen las condiciones en las que esta violencia se
reproducirá. De esta manera, lo que es positivo en términos judiciales, no lo es tanto
en políticas públicas para atender el problema desde su raíz. Por ello se necesita ir
más allá de lo inmediato y ampliar las concepciones utilizadas. Lo anterior, desde

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luego, puede llevar al desdibuja miento de las precisiones conseguidas con base en
la definición comentada.

Al inicio de su curso en el Collage de France titulado Seguridad, territorio, población,


Michel Foucault menciona tres ideas respecto de sus investigaciones sobre los
"mecanismos de poder": en primer lugar, que realiza tan sólo el bosquejo de una
teoría del poder, pero que no se ocupa de "lo que es el poder", sino "del poder", es
decir, afirma que el poder no es "una substancia, un flujo" o algo parecido, "sino un
conjunto de mecanismos y procedimientos cuyo papel o función y tema, aun cuando
no lo logren, consiste precisamente en asegurar el poder"; en segundo lugar, que
esos procedimientos o mecanismos de poder no son "auto genéticos", "auto
subsistentes".

"El poder no se funda en sí mismo y no se da a partir de sí mismo", es decir, no es


que se presenten relaciones familiares, laborales, sexuales, y al lado o sumadas a
ellas, invadiéndolas, relaciones de poder, sino que los mecanismos de poder "son
una parte intrínseca de todas esas relaciones", no obstante lo cual, dice, en el
análisis del poder bajo esas relaciones es posible encontrar "isomorfismos",
"correlaciones", "analogías técnicas" por las cuales se puede reconocer el poder en
las relaciones sociales más variadas; y en tercer lugar, que el análisis de los
mecanismos de poder pueden dar pauta para un "análisis global de la sociedad", es
decir, que se puede articular el estudio de esos mecanismos de poder con las
historias económicas, políticas, sociales.

Pues bien, a modo de símil o metáfora, nos parece que estas ideas, en líneas
generales, pueden ser pensadas también para el análisis de la violencia. Pero no
se afirma con esto que el poder y la violencia sean semejantes o intercambiables,
más bien se apunta a que estas percepciones metodológicas, de pensamiento,
pueden ser pertinentes para el análisis de la violencia.

Así, consideramos que la violencia no es una sustancia o un hecho aislado,


totalmente terminado y asible en sí mismo, sino que se trata de relaciones sociales
o, mejor dicho, del tinte que asumen ciertas relaciones sociales. Desde esta
perspectiva, la violencia puede ser vista como un adjetivo que califica determinadas
formas de relación. Así, por ejemplo, dentro de relaciones familiares o laborales,
cuando éstas se presentan con signos de violencia, hablamos de violencia familiar
o laboral

Sin embargo, esa coloración violenta de las relaciones sociales presenta algunos
rasgos generales por los que se le reconoce, es decir, que ésta presenta también
un momento importante de sustantividad. El principal rasgo por el que se puede
hablar de violencia desde luego es la producción de daños en, cuando menos,
alguna de las partes de la relación, afectando la integridad física, sexual, psicológica
y hasta patrimonial del o los así afectados. Otro rasgo frecuente en las relaciones
violentas es la repetitividad de ciertos comportamientos o la recurrencia de los
mecanismos en la producción de violencia, esto es, que se presenten patrones

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comportamentales por medio de los cuales se piense en alguna intencionalidad que
marque la relación de los actores.

Por último, si bien no podemos decir que toda relación social es violenta o encierra
violencia, sí podemos admitir que ésta siempre está presente como posibilidad
dentro de las más variadas formas de relación social, desde las familiares a las
políticas o económicas, y que cuenta con actualizaciones más o menos constantes,
por lo que el análisis de la violencia nos puede mostrar de igual modo algunos
aspectos globales de la historia social.

Pero el alcance, la globalidad o no de la relación entre la violencia y las historias, ha


de tener variaciones importantes según una serie de contextos que se estudien,
pues no es lo mismo el alcance de la violencia en las guerras, internas o externas,
en determinados países o regiones, que la violencia de género o aun la sexual en
toda una civilización a partir del desarrollo de las concepciones patriarcalitas.

En todo caso, la propuesta es que se defina la violencia como una forma de relación
social caracterizada por la negación del otro. Esta propuesta de definición amplía
en muchos sentidos la concepción de la violencia y, también, corre el riesgo de
parecer que incluye cualquier forma de relación que a alguien no le guste y que diga
que se le está negando, es decir, acentúa el carácter subjetivo de la violencia (el
cual se verá más adelante). Pero analicemos primero algunos de los rasgos
positivos de una definición semejante para el estudio de la violencia.

En primer lugar, al considerar a la violencia como relación social destaca el papel


participativo que pueden tener los distintos sujetos de la relación, tanto las víctimas
y los espectadores, como los agresores. Es decir, la violencia ya no queda confinada
al acto de un solo agente o sujeto, en la cual serían las características o intereses
de éste solamente los elementos importantes para entender la violencia, sino que
ahora pueden atenderse también las características e intereses de la otra parte, así
como de terceros agentes en torno a esta relación directa, pues muchas veces
alguien puede realizar actos violentos sobre otra persona como mensaje para un
hipotético espectador (pensemos tan sólo en las varias formas de terrorismo, estatal
o particular). Entender las relaciones sociales en donde surge la violencia, en este
caso, ayuda a una comprensión más cabal de la misma.

También se concede relevancia al contexto de la relación, pues siempre ese


contexto influye y es influido por las relaciones que tienen lugar en él. Más allá, se
puede decir que los contextos son creados por las relaciones y que, a su vez,
influyen en éstas. Por ello, entender el contexto en el que se presentan relaciones
de violencia puede ser de ayuda para comprender mejor la violencia. Dejar de
pensar el contexto sólo como el telón de fondo donde ésta ocurre, pero que no tiene
nada que ver con la misma, y considerar ese contexto como una situación temporal
y espacial significativa, marcada por relaciones sociales que crean, interpretan y
utilizan los significados de la misma, ayuda a entender características de ciertas
violencias que en ocasiones parecen gratuitas y sin sentido, como puede ser el

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exhibicionismo macabro de la violencia en el contexto de la guerra contra el crimen
organizado en México.

Por otra parte, hay concepciones de la violencia o, mejor dicho, de ciertas formas
de violencia, que difícilmente pueden tener cabida en la definición restringida
anterior, pero que pueden encontrar en esta otra un espacio. Por ejemplo, están las
concepciones de Galtung de violencia estructural y violencia cultural, la violencia
simbólica de Bourdieu o la violencia moral de Sagato, formas de violencia que se
caracterizan precisamente por no contar con el carácter del uso de la fuerza física
y con consecuencias inmediatas y visibles.

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1. ¿QUE ES VIOLENCIA?

Violencia del latín (violentia) que significa fuerza y poder, la violencia es una acción
ejercida por una o varias personas en donde se somete de manera intencional al
maltrato, presión, sufrimiento, manipulación u otra acción que atente contra la
integridad tanto física como psicológica y moral de cualquier persona o grupo de
personas. La violencia es la presión psíquica o abuso de la fuerza ejercida contra
una persona con el propósito de obtener fines contra la voluntad de la víctima.
La violencia es un problema social que afecta diversas esferas de nuestra vida. De
manera cada vez más evidente todos estamos expuestos a la violencia y todos
podemos generarla en distintas formas.
La violencia no toma en cuenta diferencias de etnia, religión, edad o género, ni
tampoco nivel socioeconómico. Podemos experimentarla o encontrarla en el
trabajo, en la calle, en la comunidad y hasta en nuestra propia casa.

Si buscamos causas de la violencia contra niños, niñas y adolescentes, tanto en


México como en otros países, nos encontraremos con que la percepción social es,
en muchos casos, que los niños y niñas son propiedad de los adultos. Extender la
noción de que son sujetos de derechos se convierte en todo un desafío.

En México existe una brecha entre el discurso de la protección de los derechos de


la infancia y algunas prácticas violatorias de los derechos humanos y de la dignidad
de niños, niñas y adolescentes. La ausencia de un sistema veraz y fiable de
información sobre las formas en que se ejerce la violencia contra la infancia y las
consecuencias de ésta, dificulta la tarea de hacerla visible, desnaturalizarla y contar
con respuestas adecuadas de política pública para su prevención y erradicación.

Datos recientes sobre violencia arrojaban sobra la mesa datos tan alarmantes como
que siete de cada diez jóvenes sufre violencia en su relación de noviazgo (un 76%
de violencia psicológica, 16.5% de violencia sexual y 15% de violencia física). En
cuanto a la violencia en la familia, sólo el 34%de las mayores de 15 años no
atestiguaron violencia física entre sus padres. El 66% restante ha vivido al menos
una de las formas de violencia.
Por otra parte, la violencia contra niños, niñas y adolescentes en entornos como la
familia, la escuela, la comunidad, los centros de trabajo o las instituciones, está
legitimado y aceptado socialmente, de forma que se hacen naturales -y por tanto
invisibles- las diferentes formas de violencia, lo cual contribuye a su persistencia y
reproducción.
De las formas más brutales de violencia, resalta el homicidio como uno de los
problemas graves a los que se enfrenta la sociedad mexicana. El Informe Nacional
sobre Violencia y Salud del año 2007 indicaba que, durante los últimos 25 años, dos

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niños menores de 14 años han muerto asesinados cada día. Además, entre un 55
y un 62% de niños y niñas dicen haber sufrido alguna forma de maltrato (físico,
emocional o sexual) en algún momento de su vida.
La violencia tiene un efecto profundo sobre la mujer. Empieza antes del nacimiento,
en algunos países, con abortos selectivos según el sexo. O al nacer, cuando los
padres desesperados por tener un hijo varón pueden matar a sus bebés del sexo
femenino. Y sigue afectando a la mujer a lo largo de su vida. Todos los años,
millones de niñas son sometidas a la mutilación de sus genitales.
Las niñas tienen mayor probabilidad que sus hermanos de ser violadas o agredidas
sexualmente por miembros de su familia, por personas en posiciones de poder o
confianza, o por personas ajenas. En algunos países, cuando una mujer soltera o
adolescente es violada, puede ser obligada a contraer matrimonio con su agresor,
o ser encarcelada por haber cometido un acto "delictivo". La mujer que queda
embarazada antes del matrimonio puede ser golpeada, condenada al ostracismo o
asesinada por sus familiares, aunque el embarazo sea producto de una violación.
Después del matrimonio, el riesgo mayor de violencia para la mujer sigue habitando
en su propio hogar, donde su esposo y, a veces la familia política, puede agredirla,
violarla o matarla. Cuando la mujer queda embarazada, envejece o
padece discapacidad mental o física, es más vulnerable al ataque.
La mujer que está lejos del hogar, encarcelada o aislada de cualquier forma es
también objeto de agresión violenta. Durante un conflicto armado, las agresiones
contra la mujer aumentan, tanto de parte de las fuerzas hostiles como de las
"aliadas".
Cuando hablamos de violencia creemos que solo es "dar golpes’’, pero estamos
equivocados. Existen varios tipos de violencias, entre ellos podemos citar:
Violencia en la familia (intra familiar).
Violencia Psicológica o mental.
Mutilación genital femenina (MGF).
Es un mito que la violencia sexual la ejercen solamente extraños, muchas
violaciones y abusos son cometidos por hombres que la víctima conoce, incluyendo
parejas y amigos íntimos. Por ello los ataques ocurren en cualquier momento del
día.
Violación y abuso sexual puede ser realizado por extraños o conocidos, pero "nunca
con culpa de la víctima", pues existe la errónea creencia que es la víctima quien lo
provoca.
Efectos en el niño derivados de haber presenciado actos de violencia
Las investigaciones han indicado que los niños que presencian actos de violencia

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en el hogar suelen padecer muchos de los síntomas que tienen los niños que han
sido maltratados física o sexualmente. Las niñas que presencian a su padre o
padrastro tratando violentamente a su madre tienen además más probabilidad de
aceptar la violencia como parte normal del matrimonio que las niñas de hogares no
violentos. Los varones que han presenciado la misma violencia, por otro lado, tienen
mayor probabilidad de ser violentos con sus compañeras como adultos.

1.1 COMO SE PREVIENE LA VIOLENCIA:

La violencia es un tema que lastima a todas las sociedades, no discrimina y


lamentablemente en todos los estratos sociales su presencia fragmenta lazos
culturales y familiares.
Es necesario que se hable del tema, porque muchas veces sin darnos cuenta se
afecta la integridad y el respeto que merecen otras personas.
Casi siempre es ejercida por las personas que tienen el poder en una relación, como
el padre y/o la madre sobre los y las hijas, los y las jefas sobre los y las empleadas,
los hombres sobre las mujeres, los hombres sobre otros hombres y las mujeres
sobre otras mujeres, pero también se puede ejercer sobre objetos, animales o
contra uno mismo.
Organismos internacionales han encendido las alarmas debido al incremento de
este fenómeno. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada
año más de 1.4 millones de personas pierden la vida debido a la violencia.
Actualmente en todo el mundo se han implementado campañas para evitar la
violencia hacia las mujeres. Las agresiones hacia el género femenino no sólo se
traducen en violencia física, también la psicológica, patrimonial, económica y sexual,
son modalidades que pocas veces se abordan.
Uno de los grandes fantasmas al momento de luchar contra la violencia, es el apego
afectivo. Este hace que muchas veces se justifiquen comportamientos agresivos, o
simplemente que se genere una dependencia “afectiva” en la que se normaliza
cierto grado de violencia física o psicológica.
Algunos aspectos a tener en cuenta para generar una conciencia sobre la
prevención son:
Informarse del tema: nunca hay que dar por sentado que conocemos sobre un tema.
La mayoría de las personas desconocemos los aspectos cruciales sobre la
violencia. Al estudiar y conocer los aspectos que generan violencia, podemos
identificar patrones para prevenir situaciones de riesgo.

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Genera y fomenta un ámbito de respeto: tratemos a los demás como nos gustaría
que nos traten. Aprendamos que mediante un diálogo respetuoso y tolerancia
podemos encontrar puntos de acuerdo para solucionar problemas.
La violencia no se debe aceptar bajo ninguna circunstancia: los pellizcos, los jalones
del brazo o el golpecito, son acciones que deben evitarse siempre. Está
comprobado que una vez aceptas esta situación, comienza un proceso de
“normalización de la situación”. Es decir, piensas que no fue tan malo y te
acostumbras a las agresiones.
Siempre expresa tu postura: la violencia psicológica puede estar camuflada bajo
distintas formas y es más frecuente de lo que se cree. Muchas veces pensamos “no
quiero generar problemas” o bien, temes que tu pareja se aleje y se opta por la
sumisión. Si pensamos diferente, es importante expresarse con firmeza, respeto y
claridad.
La violencia se puede prevenir. Este no es un dogma de fe, sino una afirmación
fundamentada en datos científicos. Prevención de la violencia: la evidencia engloba
un conjunto de siete orientaciones basadas en revisiones rigurosas de la bibliografía
que analiza las pruebas científicas (también llamadas evidencia o datos probatorios)
sobre la eficacia de las intervenciones dirigidas a prevenir la violencia interpersonal
y la auto infligida.
Cada orientación se centra en una estrategia general de prevención de la violencia,
y bajo esa perspectiva analiza los datos sobre la eficacia de las intervenciones
específicas.
Las estrategias de prevención de la violencia abarcadas en estas siete
orientaciones son:
1. Desarrollar relaciones sanas, estables y estimulantes entre los niños y sus padres
o cuidadores
2. Desarrollar habilidades para la vida en los niños y los adolescentes
3. Reducir la disponibilidad y el consumo nocivo de alcohol
4. Restringir el acceso a las armas de fuego, las armas blancas y los plaguicidas
5. Fomentar la igualdad en materia de género para prevenir la violencia contra la
mujer.
6. Cambiar las normas sociales y culturales que propician la violencia
7. Establecer programas de identificación, atención y apoyo a las víctimas.

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A nivel del hogar, la violencia se previene mediante:
> La integración familiar
> La práctica de los valores y vínculos familiares sólidos
> El respeto y autoridad
> El amor y comprensión hacia los demás
> La comunicación efectiva entre padres e hijos
> La satisfacción de las necesidades básicas mediante el trabajo
> El conocimiento del entorno y las amistades de los (as) hijos (as)
> La disciplina con sabiduría y amor.

A nivel del centro educativo, se puede prevenir la violencia mediante medidas


preventivas y medidas de control:
> Relaciones positivas entre alumnos/as y profesoras/es.
> Compromiso ampliamente asumido por profesores de enseñar temas de
comportamiento no violento.
> Fuerte énfasis en el aprendizaje y trabajo académico.
> Apertura a la cultura de los alumnos y de la comunidad.
> Prohibiciones y control de armas en el centro educativo.
> Capacitación de personal docente para intervenir en situaciones de conflicto
> Capacitación de alumnos y alumnas determinados para manejar conflictos.
> Atención urgente y especializada a los (as) estudiantes conflictivos.
> Atención psico-social a las víctimas de la violencia.
> Terapias ocupacionales y recreativas dirigidas a la población estudiantil que lo
necesite.

A nivel de la comunidad, la violencia se previene a través de:


> Las relaciones positivas en la comunidad
> El compromiso asumido por los (as) líderes de promover la prevención de la
violencia y la convivencia pacífica.

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> El desarrollo de condiciones para el entretenimiento sano de la niñez y la
juventud: canchas deportivas, actividades culturales, otros.
> La realización de campañas “en contra de” la adquisición y “a favor de” la
eliminación de juguetes que incitan a la violencia (pistolas).
> Talleres de prevención de la violencia
> La vigilancia de hechos violentos y comunicación oportuna con las autoridades
pertinentes.

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2. FACTORES DE RIESGO DE LA VIOLENCIA

Una variedad de factores a nivel individual, de relaciones, de comunidad y de la


sociedad (incluyendo los niveles institucionales/estatales) se intersecan para
aumentar el riesgo de que mujeres y niñas sufran violencia. Estos factores,
representados en el modelo ecológico son:
Atestiguar o experimentar abuso desde la infancia (lo que está a asociado a que en
el futuro los niños sean perpetradores de violencia mientras las niñas experimenten
violencia contra ellas); abuso de sustancias (incluyendo alcohol), asociado a una
mayor incidencia de la violencia; pertenencia de las mujeres a grupos marginados
o excluidos.
Limitadas oportunidades económicas (factor agravante para la existencia hombres
desempleados o subempleados, asociado con la perpetuación de la violencia; y es
un factor de riesgo para mujeres y niñas, de abuso doméstico, matrimonios
forzados, matrimonios precoces, la explotación sexual y trata.
Falta de espacios para mujeres y niñas, espacios físicos o virtuales de encuentro
que permitan su libre expresión y comunicación; un lugar para desarrollar amistades
y redes sociales, vincularse a asesores y buscar consejos en un ambiente de apoyo.
Uso generalizado de la violencia dentro de la familia o la sociedad para enfrentar
los conflictos; un limitado marco legislativo y de políticas para prevenir y hacer frente
ante la violencia; falta de sanción (impunidad) para perpetradores de la violencia; y,
Bajos niveles de concientización por parte de los proveedores de servicios, así como
de los actores judiciales y los encargados de hacer cumplir la ley (Asamblea General
de las Naciones Unidas, 2006; Bott, et al., 2005)
Algunos factores adicionales de riesgo que se encuentran relacionados con
la violencia por parte de la pareja íntima, que se han identificado en el contexto de
los Estados Unidos son: corta edad; deficientes niveles de salud mental
relacionadas a una baja autoestima, ira, depresión, inestabilidad emocional y
dependencia, rasgos de personalidad antisocial o fronteriza y aislamiento social;
historial de disciplina física en la infancia; inestabilidad marital y separación o
divorcio; historial de comisión de abuso psicológico; relaciones familiares no
saludables; temas asociados a la pobreza como hacinamiento y tensión
económicas, y bajos niveles de intervención comunitaria o acciones contra la
violencia doméstica. (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades,
2008).
Son Aquellas situaciones, creencias o circunstancias de las cuales se sabe por la
experiencia o la investigación que fomenta (hace más probable) el que los y las
actrices resuelvan sus conflictos de manera violenta. Los indicadores de los factores
de riesgo:
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• Estrés Cotidiano: Tensiones entre las necesidades, intereses, expectativas,
sentimientos y recursos disponibles para satisfacerlos.
• Violencia Normalizada: Cuando ciertas violencias se asumen como normales de
la cultura.
• Experiencias de Violencia y Maltrato: Haber nacido y crecido en un ambiente
caracterizado por maltrato o violencia.
• Predisposiciones personales: Costumbres individuales que promueven, facilitan o
favorecen la acción o la respuesta violenta.

2.1 CARACTERISTICAS DE UN AGRESOR

El agresor, regularmente, posee las siguientes características:


 Es celoso, se imagina que la esposa le es infiel.
 Trata de mantener a su pareja aislada.
 La controla en todos sus movimientos.
 Tiene doble identidad, mientras se muestra agresivo en la casa, es ‘’bueno’’
con otras personas.
 Puede tener o haber tenido problemas con la ley.
 Tiene un temperamento explosivo, se enfurece fácilmente.
 Le echa la culpa del abuso a su pareja.
 Proyecta sus propios errores a su compañera.
 No toma responsabilidad de sus acciones.
 Tuvo una mala niñez.
 Tiene problemas económicos.
 Ingiere alcohol, es fumador.
 Se pone agresivo con sus hijos cuando estos hacen alguna "travesura’’.
 Abusa verbalmente (insulta, grita, dice "palabrotas’’)
 Creció en una familia donde vio abuso. Puede ser más violento cuando su
compañera está embarazada o ha dado a luz.
 Tiene tendencia a negar el abuso, lo minimiza y a veces ni se acuerda.
 Presiona a su pareja para que abandone la casa, si la compañera se va de
la casa hace lo posible para que regrese. Le pide disculpas.
 Es egoísta, ignora los sentimientos de los demás.
 Cree que los hombres tienen derechos a ciertos privilegios (extremadamente
machista)
 Vive amenazando a su esposa.

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Esto se debe a que en su niñez o en alguna etapa de su vida le hicieron los mismo
o tuvo algún tipo de trauma, de igualmente pueden ser muchos los factores que
desencadenan a este personaje
La violación y el maltrato sexual del niño pueden causar daños psicológicos
similares. Un episodio de agresión sexual puede ser suficiente para crear efectos
negativos duraderos, especialmente si la niña víctima no recibe posteriormente
apoyo adecuado. Al igual que la violencia contra la mujer en el seno familiar, el
maltrato del menor suele durar muchos años y sus efectos debilitantes pueden
hacerse sentir en la vida adulta. Por ejemplo, la pérdida de autoestima de la mujer
que ha sido maltratada en la niñez puede traducirse en un mínimo de esfuerzo para
evitar situaciones en que su salud o seguridad estén en peligro.
Ser víctima de violación o abuso sexual es una experiencia muy traumática y sus
consecuencias pueden prolongarse por mucho tiempo. Víctimas (mujeres, niñas y
niños) que han sufrido ataques sexuales describen los siguientes sentimientos:
 Temor.
 Culpa.
 Desvalorización
 Odio
 Vergüenza
 Depresión
 Asco
 Desconfianza
 Aislamiento
 Marginalidad
 Ansiedad
 Ser diferente (se siente diferentes a los demás)
Es un mito que la violencia sexual la ejercen solamente extraños, muchas
violaciones y abusos son cometidos por hombres que la víctima conoce, incluyendo
parejas y amigos íntimos. Por ello los ataques ocurren en cualquier momento del
día.
Violación y abuso sexual puede ser realizado por extraños o conocidos, pero "nunca
con culpa de la víctima", pues existe la errónea creencia que es la víctima quien lo
provoca.
Efectos en el niño derivados de haber presenciado actos de violencia
Las investigaciones han indicado que los niños que presencian actos de violencia
en el hogar suelen padecer muchos de los síntomas que tienen los niños que han
sido maltratados física o sexualmente. Las niñas que presencian a su padre o
padrastro tratando violentamente a su madre tienen además más probabilidad de
aceptar la violencia como parte normal del matrimonio que las niñas de hogares no

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violentos. Los varones que han presenciado la misma violencia, por otro lado, tienen
mayor probabilidad de ser violentos con sus compañeras como adultos.
La auténtica educación tiene como fin el desarrollo integral de la persona; por eso
debe proporcionar, además de conocimientos, valores, creencias y actitudes frente
a distintas situaciones.

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3. SINTOMAS DE UNA PEROSNA VIOLENTA

El ser humano tiende a protegerse de lo que le supone una amenaza. Las personas
violentas y agresivas son una amenaza, tanto para nuestra salud física como para
la emocional. Nos gusta rodearnos de personas que nos hagan la vida fácil, sean
cariñosas, complacientes, buenas personas, que nos contagien de su buen humor
y de toda su energía positiva.
Pero a veces nos encontramos con todo lo contrario. Personas que levantan la voz,
que te intimidan con sus gestos, que se comunican de forma agresiva y violenta.
Gente llena de rencor, de inseguridad, que para superarse necesitan dañar y
menospreciar a los demás. Porque así tienen valor.
Hay muchas teorías para entender el origen de la violencia. La conducta agresiva
puede ser la reacción ante una amenaza, la manera que tiene la persona de
responder cuando se siente intimidado. Si las personas no tuviéramos esa reacción
agresiva, llena de adrenalina, no podríamos responder biológicamente ante un
peligro real. El problema es convertir en una amenaza cosas que no lo son, como
que tu pareja no te ponga un plato caliente en la mesa, o que no te guste cómo
conduce el conductor de delante de ti.
La conducta agresiva es una forma de responder al ambiente, exista una amenaza
real o no. Muchas personas aprenden en su casa que la manera de obedecer es a
través del grito, de una bofetada o del castigo. Ser autoritario tiene muchos
beneficios, como que enseguida te responden tus hijos o tus empleados. La gente
te percibe como un peligro, y como sus recursos no son suficientes para hacer frente
a los tuyos, deciden optar por la respuesta sumisa. Una persona agresiva y violenta
convive en una zona de confort con alguien que soporta su desprecio y abuso, ya
sea porque no le queda más remedio o porque no tiene recursos personales para
salir corriendo.
El origen también está en lo biológico, social o antropológico. La neurociencia está
estudiando los circuitos cerebrales que activan e inhiben el lóbulo frontal. Las
emociones nos llevan a comportarnos de una manera determinada, y hay un
cortocircuito que impide que se dé esta acción, que en este caso es la respuesta
violenta. Pudiera ser que los agresivos y violentos carecieran de la capacidad para
activar este cortocircuito.
A las personas violentas podemos dividirlas en dos bloques:
Las que sufren un trastorno psicológico, como el trastorno de la personalidad
antisocial, las personas con ideas paranoides que piensan que los demás les van a
hacer daño y otros trastornos de la personalidad como el límite o el narcisista que
suelen ser muy dañinos para las personas que conviven con ellos.

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Muchas de estas personas con trastorno de la personalidad disfrutan con el
sufrimiento ajeno y les estimula cruzar los límites. Los antisociales carecen de
empatía y no tienen sentimiento de culpa ni remordimiento cuando infringen dolor.
Otros tienen rasgos sádicos, son fríos e insensibles con el dolor ajeno, abusan y no
se sienten mal por ello.
La conducta impulsiva es otro de sus rasgos. No saber esperar, planificar. Lo
quieren todo y todo ya. Da igual el coste emocional que tenga para otras personas.
A los que tienen un pensamiento paranoide, anticipan que otros tienen intención de
hacerles daño, esperan cosas negativas de las personas y son muy suspicaces.
Muchas de estas personas que estarían clasificadas en el manual de los trastornos
mentales, muestran una agresividad planificada o predatoria, se preparan para
hacer daño. El daño es intencionado, no es el fruto de una reacción impulsiva a un
estresor.
Este tipo de agresividad no responde a una percepción de amenaza. Tiene otras
motivaciones detrás: conquistar poder, tener algo que no es tuyo, poseer a una
mujer que deseas y que no responde a tus expectativas, etc. Responden a la
violencia predatoria los dictadores, abusadores sexuales, los maltratadores, los
líderes religiosos extremistas, un jefe autoritario, dogmático y cruel... hasta los
psicópatas que encuentran placer cuando infringen dolor. Hacer daño les excita y
les atrae.
Pero existen otras personas que aprendieron a comportarse de forma
violenta. Estas personas utilizan esta conducta para obtener poder. Son personas
irritables que explotan fácilmente, que rumian y en lugar de trivializar lo que
acontece alrededor convierten sus vivencias en algo catastrófico. Tienden también
a ser susceptibles. A pesar de que muchos de ellos se arrepientan de sus gritos y
sus malas formas, sufran por su falta de control, les cuesta un mundo controlarse.
Su tipo de conducta agresiva es espontánea, relacionada con estados emocionales,
como los ataques de cólera. No tener intención de hacer daño no es disculpa, pero
sí un punto de inflexión para poder cambiar. Tienen un problema con la impulsividad,
con su capacidad para relacionarse y comunicarse y sus arranques pueden ir
acompañados de frustración y arrepentimiento. No les gusta comportarse así, pero
no saben hacerlo de otra manera.
Las emociones que pueden llevarles a dispararse son la ira, la agresividad, la
ansiedad, la frustración, los celos, la envidia, en definitiva, los malos sentimientos y
todas esas emociones que interpretan como un sufrimiento.
Podemos educar para no ser violentos.
Toda conducta tiene un sentido, sino se extinguiría. El violento y autoritario tiene
mucho refuerzo con su forma de comportarse: enseguida obtiene poder y autoridad.

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3.1 TIPOS DE VIOLENCIA O MALTRATO

MALTRATO FÍSICO.
. Lesiones físicas graves: fracturas de huesos, hemorragias, lesiones internas,
quemaduras, envenenamiento, hematomas subdurales, etc.
. Lesiones físicas menores o sin lesiones: No requieren atención médica y no ponen
en peligro la salud física del menor.
MALTRATO EMOCIONAL.
. Rechazar: Implica conductas de abandono. Los padres rechazan las expresiones
espontáneas del niño, sus gestos de cariño; desaprueban sus iniciativas y no lo
incluyen en las actividades familiares.
. Aterrorizar: Amenazar al niño con un castigo extremo o con un siniestro, creando
en él una sensación de constante amenaza.
. Ignorar: Se refiere a la falta de disponibilidad de los padres para con el niño. El
padre está preocupado por sí mismo y es incapaz de responder a las conductas del
niño.
. Aislar al menor: Privar al niño de las oportunidades para establecer relaciones
sociales.
. Someter al niño a un medio donde prevalece la corrupción: Impedir la
normal integración del niño, reforzando pautas de conductas antisociales.
. MALTRATO POR NEGLIGENCIA.
Se priva al niño de los cuidados básicos, aun teniendo los medios económicos; se
posterga o descuida la atención de la salud, educación, alimentación, protección,
etc.
FÍSICA:
La que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo de
producirlo y cualquier otra forma de maltrato o agresión que afecte su integridad
física.
PSICOLÓGICA:
La que causa daño emocional y disminución de la autoestima o perjudica y perturba
el pleno desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus acciones,
comportamientos, creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso,
hostigamiento, restricción, humillación, deshonra, descrédito, manipulación o
aislamiento.
SEXUAL:

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Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso
genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual
o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación,
incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de
parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación,
esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.
ECONÓMICA Y PATRIMONIAL:
La que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o
patrimoniales de la mujer, a través de la perturbación de la posesión, tenencia o
propiedad de sus bienes, pérdida, sustracción, destrucción, retención o distracción
indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes,
valores y derechos patrimoniales.
SIMBÓLICA:
La que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos
transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones
sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.
MODALIDADES DE VIOLENCIA:
Además la ley señala que según las formas que se manifieste en los distintos
ámbitos las Modalidades son:
VIOLENCIA DOMÉSTICA:
Aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo familiar,
independientemente del espacio físico donde ésta ocurra, que dañe la dignidad, el
bienestar, la integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, la
libertad, comprendiendo la libertad reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de
las mujeres. Se entiende por grupo familiar el originado en el parentesco sea por
consanguinidad o por afinidad, el matrimonio, las uniones de hecho y las parejas o
noviazgos. Incluye las relaciones vigentes o finalizadas, no siendo requisito la
convivencia;
VIOLENCIA INSTITUCIONAL:
Aquella realizada por las/los funcionarias/os, profesionales, personal y agentes
pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública, que tenga como fin
retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas
públicas y ejerzan los derechos previstos en esta ley. Quedan comprendidas,
además, las que se ejercen en los partidos políticos, sindicatos, organizaciones
empresariales, deportivas y de la sociedad civil;

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VIOLENCIA LABORAL:
Aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo públicos o privados
y que obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso, estabilidad o
permanencia en el mismo, exigiendo requisitos sobre estado civil, maternidad, edad,
apariencia física o la realización de test de embarazo. Constituye también violencia
contra las mujeres en el ámbito laboral quebrantar el derecho de igual remuneración
por igual tarea o función. Asimismo, incluye el hostigamiento psicológico en forma
sistemática sobre una determinada trabajadora con el fin de lograr su exclusión
laboral;
VIOLENCIA CONTRA LA LIBERTAD REPRODUCTIVA:
Aquella que vulnere el derecho de las mujeres a decidir libre y responsablemente el
número de embarazos o el intervalo entre los nacimientos, de conformidad con la
Ley 25.673 de Creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación
Responsable;
VIOLENCIA OBSTÉTRICA:
Aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos
de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización
y patologización de los procesos naturales, de conformidad con la Ley 25.929.
VIOLENCIA MEDIÁTICA:
Aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de
cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta
promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine,
deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así también la
utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes
pornográficas.

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BIBLIOGRAFIA
 https://www.monografias.com/trabajos15/la-violencia/la-violencia.shtml
 https://www.unicef.org/mexico/spanish/17045.html
 http://fundacioncarlosslim.org/la-solucion-prevenir-la-violencia-esta-en/
 http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/85671/9789275317488_spa.
pdf;jsessionid=6C7A008BAFE4BB2DC786A037C6B9EAC5?sequence=1
 http://violencia1.blogspot.com/2013/03/caracteristicas-del-agresor_2.html
 http://www.jus.gob.ar/areas-tematicas/violencia-de-genero/tipos-y-
modalidades-de-violencia.aspx
 http://www.endvawnow.org/es/articles/300-causas-factores-de-riesgo-y-de-
proteccion.html
 https://www.huffingtonpost.es/patricia-ramirez/personas-violentas-y-
agresivas_b_4207286.html

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