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LA LEGITIMACIÓN

Era, ni más ni menos, un acto jurídico por el cual se reconoce la calidad de legítimo al hijo que
en principio no la tiene.
Ese acto, en el derecho actual, tiene caracteres muy distintos de los que tuvo en el romano. Es
que para saber lo que constituye la legitimación, precisa examinar las distintas clases de hijos:
legítimos, legitimados, naturales e ilegítimos.
Los legítimos eran los concebidos dentro de matrimonio. Los naturales los habidos en relación
de concubinato y los ilegítimos todos aquellos que eran productos de relaciones sexuales
extramatrimoniales distintas al concubinato.

A DOTE

Hizo su aparición en los matrimonios libres o sine manus. Comprendía el conjunto de bienes
que era entregado al marido para ayudarlo a sostener las cargas matrimoniales. No fue la dote
una mera institución jurídica, sino institución social de marcada importancia, tanto que en
Roma, el que no se constituyera dote, ni era decente ni frecuente. En realidad, implicaba un
punto de honor el recurrir a ella con toda clase de bienes, derechos reales o de crédito, los
cuales podían ser materia de transmisión efectiva o adquiriendo la obligación de transmitirlos.

LA ADOPCIÓN

Es un acto solemne de prohijar por medios legales a quien no lo era por naturaleza. Creaba el
vínculo civil de la patria potestad entre dos personas físicas romanas, una de las cuales no se
hallaba hasta ese momento bajo la potestad de la otra.

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