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D. Procesal II (Resumen)
D. Procesal II (Resumen)
(PROCESAL CIVIL)
Derecho procesal civil: concepto y relación con la Teoría General del Proceso:
El derecho procesal es único, es decir uno solo, y regula la función jurisdiccional del Estado. Por
su parte la Teoría General del Proceso es la disciplina común a todas las ramas particulares del derecho
procesal. Contiene conceptos de vigencia universal, sistematizados en principios y reglas que explican los
poderes de acción, excepción y jurisdicción. La TGP comprende principios teóricos comunes
sistematizados en reglas que explican la realización indirecta del derecho.
El derecho procesal civil es una rama del derecho procesal que como disciplina estudia la
naturaleza, desenvolvimiento y eficacia del conjunto de relaciones jurídicas denominadas proceso civil.
El concepto de derecho procesal civil se halla ligado al fenómeno, de que los conflictos
intersubjetivos, pueden dirimirse por actos de las propias partes, mediante la realización espontánea
(directa) del derecho; pero a falta de ésta, sólo el proceso es el instrumento idóneo para dirimir por acto
de juicio, el conflicto surgido.
El derecho procesal civil establece reglas que se dirigen:
a) la organización de la justicia civil y determinación de las reglas de competencia;
b) la determinación de los procesos originados en pretensiones o en peticiones fundadas en el derecho
privado (civil o comercial);
c) las condiciones de lugar, tiempo y modo de actuar de los sujetos procesales.
Proceso civil:
El proceso civil prevé los mecanismos idóneos para dar solución a conflictos de intereses de
naturaleza privada, y en consecuencia disponibles por las partes.
El proceso civil en general y el vigente en nuestra provincia en particular adopta para su
realización un procedimiento de característica formal, escrito, dispositivo y de doble instancia.
El proceso civil se rige por las pautas de un sistema dispositivo. Este sistema implica la adopción
de algunos postulados básicos:
a) En primer lugar el impulso procesal inicial y de mantenimiento corresponde a las partes (actor
y demandado), quienes tienen la carga procesal de instar el procedimiento hasta su finalización.
b) La cuestión fáctica a decidir es fijada en forma definitiva por las partes en sus escritos de
postulaciones (demanda, contestación, reconvención y excepciones).
c) El juez al dictar sentencia debe hacerlo solamente respecto de las cuestiones propuestas por
las partes. En tal sentido se encuentra limitado por los hechos esgrimidos por las partes, y si se apartara
de ello la decisión podría ser impugnada por haber resultado ultra, extra o sipra petita (más allá de lo
pedido, fuera de lo pedido o menos de lo pedido), y ello afectaría el principio de congruencia.
d) Como consecuencia de los postulados precedentes solo se obtiene una verdad formal, ficticia,
por oposición a la verdad real material o histórica propia del proceso penal.
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1.3 Procedimiento
1.3.1 Concepto
El proceso, desde un punto de vista “descriptivo”, se define como una serie gradual
progresiva y concatenada de actos cumplidos por órganos públicos predispuestos o por particulares
interesados o compelidos a actuar que persigue determinados fines: su fin inmediato es la fijación de
hechos y la aplicación del derecho, y el mediato está dado en la obtención de la paz social o el
reestablecimiento del orden jurídico alterado.
Es necesario distinguir los conceptos de procesos y procedimiento:
a) Proceso: es el conjunto de actos necesarios para obtener la decisión de un caso concreto por parte de
determinados órganos.
PROFE: Método de debate pacífico y dialéctico llevado a cabo por sujetos (partes) procesales ante un
tercero (juez o árbitro) que como tal debe ostentar el carácter de imparcial, impartial e independiente.
Principios procesales:
1) Imparcialidad judicial
2) Igualdad de las partes
3) Eficacia de la serie Alvarado Velloso
4) Trnasitoriedad de la serie - Principio: Uniforme
5) Moralidad en el debate - Regla: Bifronte
b) Procedimiento: son las diversas formas o caminos que toma e proceso en la realización jurisdiccional
del derecho. Así tenemos procedimientos declarativos, ejecutivos y cautelares, contenciosos y voluntarios,
etc.
1.3.2 Elementos
Conforme al concepto dado de proceso, pueden advertirse desde un punto de
vista externo, tres elementos esenciales a los que la doctrina denomina objetivo,
subjetivo y teleológico.
PUNTO DE VISTA EXTERNO DEL PROCESO
Elemento Consiste
Objetivo El elemento objetivo se manifiesta cuando se expresa “serie gradual progresiva y
concatenada de actos”
a) Gradual: porque los actos se realizan conforme a un orden determinado
previamente por la ley.
b) Progresivo: porque estos actos se van cumpliendo en forma paulatina ya que se
manifiestan por grado y tienden a un fin.
c) Concatenado: la culminación de un acto supone el comienzo de otro y además estos
actos están estructurados en etapas cuyo comienzo y fin están eslabonados.
Subjetivo El elemento subjetivo está representado por las personas que intervienen en el trámite
procesal. Ellos pueden ser sujetos esenciales o eventuales.
a) Esenciales: son aquellos que indefectiblemente deben estar en la relación jurídico-
procesal, y son los protagonistas e ella. Así actor, demandado y juez son sujetos
esenciales en el proceso civil por ser los titulares de los poderes de acción, excepción
y jurisdicción.
b) Eventuales: son los auxiliares del tribunal (secretarios, letrados, prosecretarios, etc.);
también los abogados patrocinantes, terceros, órganos de prueba, etc.
Teleológico Atiende a los intereses o expectativas colectivas, o en su caso a los individuales de las
partes. Hay dos fines, mediatos e inmediatos.
a) Mediatos: asegurar el valor justicia y la paz social.
b) Inmediatos: Fijación de los hechos y aplicación del derecho.
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1.3.3 Etapas
El juicio ordinario, por regla general y sin perjuicio de algunas excepciones, consta de cuatro
etapas esenciales.
También puede presentar etapas eventuales: medidas preparatorias, cautelares impugnativas y
de ejecución de sentencia.
Esenciales:
- Etapa introductoria: El acto procesal típico es la demanda, el actor afirmará hechos
jurídicamente relevante sobre la base de las cuales solicitará la tutela del derecho que invoca.
El demandado deberá contestar la demanda en el plazo de 10 días, ejerciendo de esta forma su
derecho de defensa, ya sea negando o reconociéndolos. Ello debe realizarse con claridad, ya que puede
constituir una presunción de reconocimiento de los hechos afirmados en la demanda. En esta
oportunidad, podrá oponer excepciones dilatorias en forma de previa y especial pronunciamiento.
Además, el accionado puede reconvenir, siendo ésta la única oportunidad para hacerlo.
- Etapa probatoria: Las partes deben presentar al tribunal los elementos probatorios.
Presupone la existencia de hechos controvertidos; se inicia con el decreto que ordena la apertura
de prueba de la causa y se desarrolla como un momento de plena actividad que se resume en recepción
de audiencias, notificaciones, peritajes, inspecciones oculares, diligenciamiento de oficios, etc. Participan
todos los sujetos procesales y los órganos de prueba (testigos, peritos). Esta fase se encuentra dominada
por plazos perentorios fatales.
- Etapa discusoria: Los actos procesales son los alegatos, cuya finalidad es proporcionar al juez
argumentaciones favorables al fundamento de las respectivas pretensiones. Es el momento en que las
partes incorporan al juicio, elementos doctrinarios y jurisdiccionales útiles para fundar la sentencia.
En el juicio ordinario los alegatos se realizan en forma de traslados de ley por su orden, se corre
traslado al actor y luego al demandado. Esta etapa es reservada, no pública, con el fin de garantizar la
igualdad de las partes. Así los alegatos se reservan en secretaría hasta que se ordene el llamamiento de
autos para definitiva.
- Etapa decisoria: Pronunciamiento de la sentencia definitiva. Se inicia con el llamamiento de
autos para definitiva (señala el comienzo del plazo que tiene el juez para dictar sentencia).
Asimismo, tiene el efecto de hacer cesar para las partes la carga de impulso del trámite, y cesa
también la carga de notificación.
La sentencia es el modo normal de conclusión del proceso. Constituye un acto estrictamente
formal, de características documentales, propio de la jurisdicción. La sentencia es el acto que pone fin al
proceso, decidiendo en forma definitiva sobre las pretensiones de las partes.
Eventuales:
- Medidas preparatorias: Está prevista con el fin de obtener datos que resultan de conocimiento
indispensable para que el actor en un futuro pueda plantear correctamente su demanda.
- Medidas de prueba anticipada: Permiten recepcionarlas con antelación a la interposición de la
demanda. Su finalidad es preservar elementos convictivos que puedan desaparecer con el transcurso del
tiempo, tales como la declaración de testigos de avanzada edad, gravemente enfermos, etc.
También en forma excepcional el código autoriza la posibilidad de ordenar medidas cautelares
antes de la promoción de la demanda.
- Ejecución de sentencia: Tiene lugar a solicitud de parte interesada y cuando el demandado no
se hubiere avenido a cumplirla voluntariamente.
- Etapa impugnativa: Tendrá lugar cuando alguna de las partes o ambas se sientan perjudicadas
por lo resuelto en sentencia, interponiendo recursos ordinarios o extraordinarios ante la instancia
pertinente.
Presupuestos procesales:
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Los presupuestos procesales son aquellos requisitos necesarios para la constitución de una
relación jurídico-procesal válida.
Los presupuestos procesales se presentan como supuestos previos al proceso, sin los cuales no
pueden pensarse en su existencia.
Los presupuestos procesales son:
Presupuesto Consiste
Capacidad de las partes La capacidad procesal constituye una capacidad de hecho o de obrar.
Por tal motivo si el sujeto carece de capacidad (dementes, sordomudos,
interdictos, ausentes, etc.) debe concurrir al juicio con su representante.
Tribunal competente La competencia es la aptitud o capacidad que la ley le reconoce a los
órganos judiciales para administrar justicia en un caso dado, y
objetivamente es la órbita jurídica dentro de la cual el tribunal ejerce su
jurisdicción.
Requisitos de la demanda Conforme al art. 175 del CPC, la demanda se deducirá por escrito y
expresará:
1. Nombre, domicilio real, edad y estado civil del demandante; tipo y
número de documento de identidad.
2. El nombre y domicilio del demandado.
3. La cosa que se demande designada con exactitud. Si se reclamase el
pago de una suma de dinero, deberá establecerse el importe
pretendido, cuando ello fuese posible, inclusive respeto de aquellas
obligaciones cuyo monto depende del prudente arbitrio judicial.
4. Los hechos y el derecho en que se funde la acción.
5. La petición en términos claros y precisos.
La no concurrencia de los presupuestos procesales obsta al nacimiento del proceso. Por eso, a
los efectos de verificar la regularidad de la relación procesal, las leyes procesales contienen disposiciones
autorizando a los jueces a resolverlos de oficio. Tal sucede con lo dispuesto por el artículo 176 del CPC,
que otorga facultades expresas al órgano jurisdiccional para inadmitir la demanda u ordenar que se
subsanen los defectos que contenga. Ello configura una potestad judicial de saneamiento que se concede
a veces en forma específica y en otras en forma genérica. Sin perjuicio de lo antes dicho, también se
reconoce a las partes la posibilidad de denunciar la ausencia de un presupuesto procesal en caso de que
el tribunal no lo haya advertido a través del planteo de las excepciones dilatorias de incompetencia, falta
de personalidad o defecto legal en el modo de proponer la demanda.
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Juicio previo:
El art. 18 de la CN establece el principio básico de que ningún habitante de la Nación puede ser
penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso. El precepto abarca dos ideas: la del
juicio previo y la de la ley anterior; este último aspecto presenta diferente extensión en el ámbito civil.
Con el fin de que la garantía alcance el ámbito civil, los autores reformulan el principio: “ningún
habitante de la Nación podrá ser penado o ejecutado en sus bienes sin juicio previo fundado en ley”.
El precepto constitucional contiene diversos elementos que en su sucesión cronológica se
exponen con un orden lógico; en primer lugar, debe existir una ley anterior que prevea y sancione el
hecho; además, debe presentarse un hecho que resulte de la categoría de los captados por la ley y que
desencadene el proceso; el juicio debe levarse a cabo garantizando la posibilidad de audiencias y prueba,
y debe concluir con una sentencia en la que se fije el hecho y se aplique el derecho. Lo que garantiza la
fórmula constitucional es la imposibilidad de condenar válidamente a una persona sin que antes haya
precedido a la sentencia un proceso conforme a las exigencias constitucionales.
Juez natural:
El art. 18 de la CN también contiene el principio del juez natural al establecer que ningún
habitante de la Nación puede: “... ser juzgado por comisiones especiales o sacado de los jueces
designados por la ley antes del hecho de la causa...”.
Juez natural es el juez u órgano jurisdiccional designado por la ley anteriormente al hecho que
provoca el proceso.
No son jueces naturales y por lo tanto están prohibidos, los siguientes:
- Jueces ex post facto, creados con posterioridad al hecho. Para cada perseguido judicialmente
sólo deber haber un tribunal con competencia determinada de antemano, objetiva e imparcialmente.
- Jueces ad hoc, creados para juzgar determinados hecho o casos.
- Comisiones especiales: tribunales extraordinarios que sin ser competentes por no formar parte
del Poder Judicial del Estado, intervienen o deciden en un proceso dado. Son creados de manera
inconstitucional.
Lo que se impone es un tribunal permanente, en el que aunque se sustituyan los jueces que lo
personifican, sigue siendo juez natural (ej. jubilación del juez) y un tribunal competente, que al contrario
de la comisión especial, aplique el principio de generalidad. La función jurisdiccional debe ser ejercida por
magistrados instituidos previamente por la ley para juzgar una clase de asuntos o una categoría de
personas.
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Igualdad:
La garantía de igualdad está contemplada en el Art. 16 de la CN y alude a la igualdad racial, de
rango social, laboral y principalmente, igualdad en el aspecto de la justicia.
Si bien la ley predica que todos los hombres son iguales ante la ley, no se desconoce que existen
diferencias de persona a persona, ya sea de orden físico o moral, por ello, es la propia ley que debe
garantizar no excluirse o prohibirse a unos lo que se concede o garantiza a otros en las mismas
condiciones.
Se trata de la igualdad de los iguales en iguales circunstancias. Procesalmente implica que debe
atribuirse a cada una de las partes idénticas posibilidades de actuación en el proceso.
Algunas instituciones que abrevan en este principio son el beneficio de litigar sin gastos, la
asistencia técnica para los carentes de recursos, etc.
1.5 Sistemas
Un sistema procesal está constituido por una estructura orgánica diseñada por la ley y que tiene
en cuenta principios o ideas rectoras que le imprimen caracteres o que lo definen. Se trata de formas
metódicas y estructurales aptas para el desarrollo de los presupuestos políticos-jurídicos del derecho
procesal.
Cada sistema implica la adopción por el legislador de un tipo determinado para la realización
jurisdiccional del Derecho; también cada tipo tiene su opuesto, que con su definición lo limita. Debe
precisarse que la elección de uno no excluye absolutamente el contrario, sino que prevalece sobre éste
sin perjuicio de que presente algún ingrediente contrario.
El régimen del proceso civil de nuestra provincia se establece sobre la base del sistema
dispositivo, escrito y de doble instancia.
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El segundo, “no hay juicio sin actor”, la justicia no va en busca del asunto; éste debe ser traído
por los interesados al tribunal.
El actor al promover la acción pone en movimiento el aparato jurisdiccional; de allí que el impulso
inicial y de mantenimiento del trámite lo debe realizar un sujeto con carácter de parte.
Sistema escrito:
En el sistema escrito el tribunal sólo puede tener en cuenta el material procesal suministrado por
escrito o recogido en actas. Supone que toda la actividad procesal sea trasladada, sin excepción, a la
expresión gráfica por medio de la escritura.
Es difícil concebir un sistema puramente escrito, es decir que no admita en algún grado la
oralidad. Por ello debe afirmarse que no existen tipos puros.
Es claro entonces que sólo puede hablarse de predominio de la escritura, lo cual no excluye la
existencia de actos orales.
El sistema escrito es utilizado para la realización del procedimiento civil; así, el de Córdoba.
Sin embargo debe señalarse que el interés social reclama de la justicia soluciones más rápidas y
oportunas. Por ello se propone la sustitución total o parcial del sistema actual y la adopción de otro que
permita superar las falencias y defectos del actual.
Se propone entonces la adopción de un sistema distinto que permita asegurar principios
esenciales en la realización jurisdiccional del derecho. La propuesta se dirige al cambio hacia un sistema
de características mixtas, pero con instancias puntuales en las que se imponga la oralidad y el contacto
directo entre las partes y el juez, quien deberá asumir el rol de director activo del trámite del juicio. Se
alude a la posibilidad de un proceso por audiencias o una reforma parcial que injerte, dentro del
procedimiento escrito, como instancia oral con la imposición de la audiencia preliminar
Inmediación:
La inmediación significa contacto directo entre juez, partes y órganos de prueba. Este principio
se manifiesta en plenitud en los procesos de trámite oral en el momento de la audiencia de debate o de
vista de causa.
En el trámite procesal civil cordobés la vigencia de la inmediación es nula. Excepcionalmente se
impone para la realización de la inspección judicial, medida que debe efectuar personalmente el juez y a
la que pueden asistir las partes.
Bilateralidad:
La contradicción o bilateralidad resume la idea de que toda decisión judicial debe ser tomada
previo a que se haya dado igual oportunidad a todas las partes de ser oídas; es decir, otorgar a las partes
la oportunidad de ejercer todas las defensas que tuviere de arrimar al proceso los elementos de juicio
conducentes a la demostración de sus alegaciones.
En el proceso civil rige en plenitud la regla de la bilateralidad; sin embargo, se admiten
excepciones que encuentran fundamento en garantizar la efectividad de algunas medidas como las
cautelares, que pueden ordenarse inaudita parte.
Autoridad:
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El principio de autoridad se define en torno a las jerarquías diferenciadas que impone el derecho
procesal en la organización judicial y en la relación de ésta con los litigantes.
Formalismo:
Las formas procesales se establecen como garantía para el justiciable y encuentran fundamento
principal en el principio de seguridad jurídica. Las formas constituyen sólo un medio para cumplir el acto y
lograr la realización del derecho subjetivo. Nuestro Código Procesal adopta el sistema de legalidad de
formas. Es así que se regula expresamente el modo de realización de la actividad procesal. Los
procedimiento son reglamentados, estableciéndose tipos para cada sistema; en lo ateniente al proceso
civil, el modelo tipo es el juicio ordinario o de conocimiento, que es establecido para resolver todo tipo de
controversia que no tenga una tramitación especial.
Economía:
Este principio importa la aplicación de un criterio utilitario en la realización del proceso, y se
resume en dos ideas fundamentales: economía de gastos y economía de esfuerzos o de actividad. Su
incorporación supone procedimientos menos onerosos y que no se extiendan en el tiempo.
La economía de gastos pone su acento en el aspecto financiero del proceso. Ello implica que el
costo del juicio no se presente como un obstáculo que impida a las partes el inicio o mantenimiento de
éste.
La regla de economía en el tiempo se entiende como celeridad en el trámite, concentración de
los actos y eventualidad en las afirmaciones.
La concentración implica reunir toda la actividad procesal en uno o pocos actos procesales; se
evita de esta manera la dispersión de actividad y la fragmentación del proceso.
Moralidad:
El principio de moralidad importa que toda la actividad que se realice dentro del proceso debe
apoyarse en reglas de contenido ético.
Está integrado por un conjunto de normas que imponen conductas que deben ser observadas
tanto por el juez como por las partes y participantes.
Comprende subprincipios que lo enriquecen: los de la lealtad y la buena fe procesal.
Su efectiva vigencia se vincula con la imposición de cargas y deberes procesales de las partes.
Se prevén consecuencias adversas o penalidades en forma genérica y específica para quien
litigue en infracción a estos principios u observe una conducta procesal impropia.
Adquisición:
La adquisición procesal significa que el resultado de la actividad realizada durante el trámite se
adquiere para el proceso y no aprovecha o beneficia a ninguna de las partes.
Ello es así ya que la actividad procesal y el material de conocimiento se adquieren para el juicio y
pueden ser aprovechados por cualquiera de las partes con independencia de quién los aportó.
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2.1 Competencia
2.1.1 Concepto
Podemos intentar dar una definición desde un punto de vista objetivo y desde un punto de vista
subjetivo. Para hacerlo veamos el siguiente cuadro:
Punto de vista Definición
Objetivo Desde este punto de vista se tiene en cuenta el ámbito geográfico o el
ámbito material, señalándose que la competencia “es la órbita jurídica
dentro de la cual el tribunal ejerce su jurisdicción”.
Subjetivo Desde este punto de vista se tiene en cuenta la capacidad del órgano
jurisdiccional, diciéndose que la competencia es “la aptitud o capacidad
que la ley reconoce a cada órgano o conjunto de órganos judiciales para
ejercer sus funciones respecto de una determinada categoría de asuntos o
durante una determinada etapa del procedimiento”.
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El criterio territorial se funda en un conjunto de postulados, a saber: Forum rei citae (lugar en el
que se ubica la cosa), forum domicili (lugar en el que se encuentra el demandado), forum contractus,
forum solutionis (sitio de cumplimiento de las obligaciones), etc.
En cuanto al territorio, la competencia se divide en circunscripciones judiciales, tanto en el orden
nacional como provincial.
En nuestra provincia, la Ley Orgánica el Poder Judicial, en su art. 115 divide territorialmente a la
provincia en 10 circunscripciones. El Tribunal Superior de Justicia tiene competencia en todo el territorio
de la provincia, y la Corte Suprema de Justicia de la Nación en todo el país.
En nuestra provincia, el CPC regula esta competencia en los artículos 6 al 8, revistiendo el
carácter de relativo, lo que significa que el tribunal no se puede declarar incompetente de oficio y que las
partes pueden prorrogarlas expresa o tácitamente.
Nuestro Código Procesal vigente (ley 8.465) sólo se ocupa de la competencia territorial y no
contiene normas relativas a la competencia material.
El artículo 1 del CPC dispone: “Toda gestión judicial deberá hacerse ante tribunal competente. La
competencia atribuida a los tribunales provinciales es improrrogable, con excepción de la territorial. Esta
última podrá ser prorrogada por las partes y la incompetencia del tribunal no puede ser declarada de
oficio.
Si la gestión no fuera de competencia prorrogable y de la exposición de los hechos resultare
evidente no ser de competencia del tribunal ante quien se dedujera, este deberá inhibirse de oficio, sin
más trámite. A pedido de parte remitirá la causa al tribunal tenido por competente, si pertenece a la
Provincia; en caso contrario ordenará su archivo.
Una vez que se hubiere dado tramite a demanda o petición, el tribunal no podrá declarar su
incompetencia de oficio”.
Por su parte, el artículo 6 del CPC reza: “La competencia se determinará por la naturaleza de las
pretensiones deducidas en la demanda y no por la defensa opuesta por el demandado”.
Finalmente, con relación a la competencia territorial, el artículo 6 del CPC establece: “Con
excepción de los casos de prorroga expresa o tácita, y de las reglas especiales contenidas en este
Código o en otras leyes, será competente en razón del territorio…” (Estudiar del código).
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Inhibición y recusación:
El ordenamiento jurídico garantiza a través de sus normas la imparcialidad del juez al momento
de resolver. A tal efecto, el código contiene prescripciones tendientes a sustraer al juez del conocimiento
de una causa cuando pueda verse comprometida su objetividad. Así se prevé el apartamiento de los
tribunales cuando los magistrados tengan vínculos de afecto, de enemistad o de interés respecto de las
partes, imputados o sus letrados que puedan influir en su imparcialidad. A tal fin, la ley acuerda a los
litigantes el instituto de la recusación. Este instrumento permite eliminar de la relación procesal al juez
sospechado. Como contrapartida la ley les reconoce a los jueces de los distintos tribunales la posibilidad
de apartarse del conocimiento de la causa cuando se encuentren comprendidos en alguna causal de
recusación. Esto último se denomina inhibición.
Tradicionalmente la doctrina ha distinguido dos formas de efectuar la recusación. Con expresión
de causa y sin expresión de causa.
a) Recusación sin causa: El CPC, en su art. 19 establece una limitación para las partes que sólo
puede recusar sin expresión de causa en ciertas y determinadas oportunidades: 1) al entablar o contestar
la demanda; 2) al momento de oponer excepciones; 3) al finalizar la tramitación del pleito.
El límite también se impone al establecer la ley que esta posibilidad de recusar sin causa sea
utilizada en una única oportunidad en toda la tramitación del proceso. Por otra parte, objetivamente
también se limita este instituto estableciéndose que no podrá ser utilizado en cuestiones incidentales y en
los procesos concursales.
b) Recusación con causa: el artículo 17 del CPC enumera los causales de recusación. Me remito
al artículo (estudiar).
Caracteres:
La competencia federal tiene por caracteres el ser improrrogable, limitada y privativa.
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Causas federales:
Ésta se aplica en razón de: a) las personas, b) la materia y c) el lugar.
a.1) Es competencia exclusiva y originaria de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, las
causas en que sean parte embajadores, ministros y cónsules extranjeros; y en aquellas que una
provincia sea parte, entre dos o más provincias entre sí o contra un Estado extranjero -art. 116 y 117
C.Nac-
a.2) Es competencia de los tribunales federales inferiores cuando la Nación sea parte, en causas
de un extranjero contra un argentino y viceversa, vecino de una provincia con Estado extranjero, y cuando
es parte un diplomático en asunto particular.
b) Es competencia de los tribunales federales inferiores las causas que tratan asuntos regidos
por la CN, por leyes especiales del Congreso o por tratados con las naciones extranjeras, sobre
almirantazgo, jurisdicción marítima y aeronáutica.
c) Es competencia de los tribunales federales inferiores los casos que se susciten entre el vecino
de una provincia y el de otra -art. 116 C.Nac-
Bolilla nº 3: Procedimientos
El proceso, desde un punto de vista “descriptivo”, se define como una serie gradual progresiva y
concatenada de actos cumplidos por órganos públicos predispuestos o por particulares interesados o
compelidos a actuar que persigue determinados fines: su fin inmediato es la fijación de hechos y la
aplicación del derecho, y el mediato está dado en la obtención de la paz social o el reestablecimiento del
orden jurídico alterado.
Muchas veces en el léxico jurídico los conceptos de “proceso” y “procedimiento” son empleados
como sinónimos; sin embargo, resulta necesario distinguirlos a fin de lograr claridad y precisión en el
lenguaje técnico. La palabra “proceso” hace referencia a una institución jurídica que utilizamos como
paradigma a los fines del estudio del derecho procesal. Es esa serie “gradual progresiva y concatenada
de actos jurídicos procesales”; en cambio los procedimientos son los trámites a seguir; es el conjunto de
actos y formalidades a los que debe someterse el tribunal, las partes y los demás intervinientes; es en
definitiva, una estructura técnica.
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Proceso arbitral: Se configura esta modalidad cuando el proceso se desarrolla ante un juez denominado
arbitro, que recibe el mandato e las partes o de la ley, con el fin de dirimir la contienda, respetando las
garantías de imparcialidad y ecuanimidad. A diferencia del juez público, el árbitro carece de coertio y de
excecutio. Por consiguiente, su poder comprende el de conocer, llamar a las partes, y dictar sentencia. La
sentencia que dicta se llama laudo arbitral y debe ser protocolizada en los libros del juzgado.
Declarativos: Tienen por objeto una Declarativos generales: Estas a su vez se dividen en ordinarios y abreviados
pretensión inicialmente incierta Ordinarios: son aquellos en los cuales e pueden plantear y deducir en
tendiente a lograr que el tribunal que forma definitiva la totalidad de las cuestiones jurídicas derivadas de un
conoce el problema reciba las pruebas conflicto entre partes. Por este tramite se ventila todo asunto cuya cuantía
y dicte una sentencia sobre el fondo exceda los 100 jus.
de la cuestión. Por su estructura Abreviados: se reserva para toda demanda que no exceda los 100 jus y
se dividen en también consignación de alquileres.
Ejecutivos: Es aquel en el cual Declarativos especiales: Son aquellos que la ley establece para determinada
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preexistiendo un derecho cierto o relaciones de derecho. Debe computarse entre ellos el juicio de % de
presumiblemente cierto se procura condominio, el de mesura y deslinde, desalojo, etc.
su efectivización para satisfacer el
interés del titular. Ejecutivos generales: Este tipo de procesos pretenden asegurar 2 valores:
celeridad y seguridad. Es el juicio que permite obtener la realización del
Cautelares: son aquellos que tienden a crédito plasmado en un título que debe reunir los siguientes requisitos:
impedir que el derecho cuya actuación a)obligación de pagar suma de dinero; b) la cantidad debe ser liquida;
se pretende pierda virtualidad o eficacia c) debe resultar exigible.
durante el tiempo que transcurre entre Ejecutivos especiales: se trata de pretensiones de naturaleza ejecutiva las
demanda y sentencia. cuales deben estar contenidas en documentos a los que la ley asigne una
forma particular de sustanciación. Tales son la ejecución de prenda,
hipoteca, las ejecuciones fiscales y el cobro de multas y costas liquidadas.
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Audiencia preliminar:
Se ha atribuido a este instituto el mérito de ser un acelerador y saneador de los procedimientos y
permitir la resolución de los litigios con menos dispendio en el tiempo.
El juez debe dirigirla personalmente bajo pena de nulidad.
La personalidad implica que el actor y el demandado deben concurrir personalmente a ella, y no
pueden ser reemplazados por mandatarios, salvo que se trate de personas jurídicas o que por un motivo
razonable el juez autorice la representación.
La audiencia preliminar constituye una forma para resolver in limine el conflicto planteado, lo cual
redunda en la contradicción de los tiempos y costos que genera un proceso, a la vez que permite sanear
el trámite evitando la posibilidad de nulidades.
En nuestra ley procesal podría insertarse en el trámite luego de la traba de la Litis y antes de la
etapa de prueba.
Funciones:
La audiencia preliminar es un acto fundamental que para su instrumentación debe perseguir
objetivos claros y delimitados.
Así sus funciones deben circunscribirse a la conciliación, el saneamiento y la determinación del
objeto litigioso que sea objeto de prueba.
La función de conciliación, operada por el juez, actúa como una regla de acercamiento entre las
partes.
La segunda función es la de sanear los defectos que pudieran advertirse en el procedimiento.
De esta forma se salva la vida del proceso, al eliminar las circunstancias que lo debilitan (nulidades) o
simples defectos promocionales (ej., excepciones previas).
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4.1 Demanda
4.1.1 Concepto. Contenido y forma de la demanda. Documentos que deben acompañarse.
Ampliación de la demanda
La demanda es conceptualizada por la mayoría de los autores como una “pretensión”. Otros (las
autoras del libros) sostienen que es un acto de “postulación”, pues no se agota en pedir, sino que tiene el
sentido de reclamación o queja con derecho a una respuesta concreta, respuesta que compete al Estado
a través de sus órganos jurisdiccionales.
La demanda judicial constituye la materialización del derecho de acción, que el Estado debe
satisfacer abriendo una instancia y obligándose a decidir sobre la pretensión que constituye el objeto
material o jurídico de la acción.
Por aplicación de lo prescripto en el art. 15 del Código Civil, los jueces no pueden dejar de
sentenciar bajo pretexto de silencio, oscuridad o insuficiencia de las leyes.
Requisitos formales de la demanda: De acuerdo con el art. 175 del CPC, la demanda deberá
contener:
Inc. Establece Explicación
1 Nombre, domicilio real, edad El domicilio es el lugar que la ley fija como asiento o sede de la
y estado civil del demandante; persona, para la producción de determinados efectos jurídicos.
tipo y número de documento El art. 89 del Código Civil establece que el domicilio real de las
de identidad. personas es el lugar donde tiene establecido el asiento principal
de su residencia y de sus negocios. En lo que respecta al
domicilio legal, el art. 90 del Código Civil establece que es el
lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en contrario, que
una persona reside de manera permanente para el ejercicio de
sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones, aunque de
hecho no este allí presente.
2 El nombre y domicilio del De un análisis integral del CPC advertimos que el art. 144 inc. 1
demandado. dispone que la citación en comparendo debe ser hecha al
domicilio real. Es por esto que concluimos que el domicilio al
que hace referencia el inc. 2 del art. 175 es el real y no el legal.
3 La cosa que se demande Para que el tribunal pueda dictar una sentencia sin violar el
designada con exactitud. Si principio de congruencia y para que el demandado pueda
se reclamase el pago de una preparar todas sus estrategias defensivas, es necesario que el
suma de dinero, deberá actor individualice todas sus pretensiones de manera clara y
establecerse el importe precisa. Y si lo que reclama es el pago de una suma de dinero,
pretendido, cuando ello fuese deberá establecerse el importe pretendido, inclusive respecto
posible, inclusive respeto de de aquellas obligaciones cuyo monto dependan del prudente
aquellas obligaciones cuyo arbitrio judicial.
monto depende del prudente La cosa demandada debe tener una relación directa con la
arbitrio judicial. acción que se ejercita a través de la pretensión deducida, pues
debe existir congruencia entre la acción ejercitada y la causa
determinante de ella.
4 Los hechos y el derecho en Respecto a la exposición de los hechos existen dos teorías: la
que se funde la acción. de la sustanciación, que es la seguida por nuestro código, y
según la cual deben exponerse circunstancialmente los hechos
que constituyen la relación jurídica. Por su parte, de acuerdo
con la teoría de la individualización (2º teoría) propiciada por la
doctrina germana, basta con que se indique la relación jurídica
que individualiza la acción.
5 La petición en términos claros Las peticiones pueden ser de dos clases: principales y
y precisos. accesorias. Peticiones principales y a la vez indispensables
para la demanda, son las que indican el objeto de éstas y en
ellas debe expresarse lo que se reclama al demandado.
Accesorias son las que el actor puede agregar a las principales,
siempre que exista conexidad, pero sobre las cuales no puede
pronunciarse el juez si no han sido formuladas expresamente
(daños y perjuicios, intereses, etc.). Es necesario aclara, no
obstante, que una petición accesoria como son las costas, no
necesita ser formulada por el actor ya que es imperativo para el
juez pronunciarse sobre ellas, hayan sido solicitadas o no.
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DERECHO PROCESAL II
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art. 176 de CPC, el cual reza: “Los tribunales deben rechazar de oficio las demandas que no se dedujeren
de acuerdo con las prescripciones establecidas, expresando el defecto que contengan, o podrán ordenar
que el actor aclare cualquier punto para poder hacer posible su admisión.
No subsanados los defectos o hechas las aclaraciones en el plazo de treinta días, se operará el
desistimiento de pleno derecho”.
Efectos de la demanda:
Podemos hablar de efectos sustanciales y efectos procesales de la articulación de la demanda.
Los analizamos a cada uno de ellos.
1. Efectos sustanciales: Desde el momento en que se articula la demanda se producen, respecto
del derecho de fondo, los siguientes efectos:
a) Interrumpe el término de la prescripción, sea adquisitiva o liberatoria, aun articulada ante un
juez incompetente o conteniendo defectos de forma.
b) Obsta la posibilidad de iniciar el juicio petitorio si se ha ejercitado y aún no se ha agotado el
proceso posesorio.
c) Determina la opción en las obligaciones alternativas, cuando esta ha sido diferida al acreedor
(art. 641, CC), pues en caso contrario, a falta de acuerdo previo, la elección corresponde al deudor.
d) Genera inhibición para los letrados, para el tribunal, los administradores, etc., de adquirir la
cosa litigiosa por si o por interposición de persona.
2. Efectos procesales: La articulación de la demanda produce los siguientes efectos procesales:
a) Determina el sometimiento del actor a la competencia del juez ante el que se entabla la
demanda, en los casos de que ella fuere prorrogable y la lección del actor, como el caso del inc.7 del art.
6 del CPC.
b) Obliga al tribunal a admitir o rechazar la demanda, indicando los defectos que contiene, o
inhibirse si se considera incurso en alguna de las causales de excusación.
c) Crea un estado de litispendencia.
d) Cuando es notificada constituye en mora al demandado si no lo estaba con anterioridad, de
conformidad con el art. 508 del CC.
e) Extingue el derecho a cambiar de acción como consecuencia del aforismo “la acción se
extingue con su ejercicio”; ello sin perjuicio de la acumulación de pretensiones, siempre que no involucre,
precisamente, cambio de acción.
Ampliación de la demanda:
La pretensión puede ser ampliada o modificada en las siguientes oportunidades y con las
siguientes modalidades:
a) Antes de la contestación de la demanda, pero con tal que correspondan a la misma acción o
causa de pedir. Ej.: si han demandado daño emergente pueden ampliar por daño moral o lucro cesante,
pero no podrán acumular un desalojo o un proceso de rendición de cuentas.
b) Hasta el decreto de autos para definitiva, siempre que se trate de montos (ej: si se demando
daño moral estimándolo en $1000, antes del decreto de autos para definitiva, puede variar la cifra a
$10000). También puede en esta oportunidad, pedirse la ampliación de la demanda por hechos no
alegados en ella, pero sólo hasta tres días después de la apertura a prueba.
c) La demanda también puede ampliarse por la existencia de hechos nuevos. La oportunidad
para su introducción es hasta tres días después de la apertura a prueba. El art. 203 del CPC
conceptualiza al hecho nuevo como aquel que ha ocurrido con posterioridad a la demanda y su
contestación. Pero admite también el hecho ocurrido con anterioridad al escrito de las postulaciones pero
que ha llegado a conocimiento de las partes con posterioridad a dichos actos procesales y deben prestar
juramento de esa circunstancia.
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DERECHO PROCESAL II
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La acción siempre se
dirige al tribunal y no
al demandado.
Jurisdicción Excepción
El demandado en oportunidad de contestar el traslado puede asumir distintas actitudes:
a) No contestar la demanda
Actitudes que
puede asumir * Niega los hechos y el derecho
el demandado *Se allana a la demanda
b) Contestar la demanda *Opone excepciones
*Reconviene
a) No contesta la demanda: Esta postura implica el incumplimiento de una carga procesal que no
debe interpretarse como una obligación en el sentido que el derecho civil le asigna a esta palabra. Ello
porque el actor y el tribunal carecen de medios para compelerlo a su cumplimiento. La carga procesal es
una situación jurídica instituida por la ley, consistente en el requerimiento de una conducta de realización
facultativa, normalmente establecida en interés del propio sujeto, y cuya omisión trae aparejada una
consecuencia gravosa para él.
Cuando el demandado incumple la carga procesal de contestar, a instancia del actor se le dará
por decaído el derecho dejado de usar al no evacuar el traslado. La pérdida del derecho genera una
presunción judicial en contra del demandado, la que será valorada por un juez en la sentencia
conjuntamente con los otros elementos probatorios. Esta presunción judicial significa que el juzgador
podrá estimar el silencio del demandado como reconocimiento de la verdad de los hechos afirmados en la
demanda.
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Rebeldía:
El incumplimiento de la carga procesal de comparecer al proceso por parte del accionado trae
aparejada la declaración de rebeldía, continuando el juicio como si estuviera presente. También procede
la declaración de rebeldía cuando cualquiera de las partes, luego de su comparendo, abandona el
proceso. La declaración solo procede a pedido de parte interesada.
El artículo 110 del CPC establece los supuestos para la procedencia de la declaración en
rebeldía. Ellos son:
a) El demandado que no hubiere comparecido a estar en derecho en el plazo que se le hubiere acordado.
b) La parte que hubiere comparecido a juicio y no constituyera domicilio en el radio que corresponda.
c) La parte que actuando por apoderado o representante fuere emplazada de acuerdo con los art. 96 o
97, y no compareciere en el plazo otorgado.
d) La parte que revocando el poder que hubiere otorgado no compareciere por si o por apoderado.
La rebeldía será declarada por decreto, a petición de parte, salvo disposición en contrario.
*La rebeldía del demandado citado en su domicilio tendrá los siguientes efectos :
1) Sin perjuicio de lo dispuesto por el art. 144 inc. 2º, las demás resoluciones se tendrán por
notificadas en el día de su fecha.
2) El rebelde será admitido como parte en cualquier estado del juicio, cesando el procedimiento
en rebeldía.
*La rebeldía del demandado citado por edictos tendrá los siguientes efectos:
1) No será necesario la notificación de la rebeldía.
2) La sentencia se dictará con arreglo a l mérito de los autos y será notificada por edictos,
publicados por un día.
3) En juicios declarativos respecto de los cuales no pueda promoverse otro sobre el mismo
objeto:
a- Se designará como representante al asesor letrado, quien podrá responder sin admitir ni negar
los hechos expuestos.
b- Si el rebelde compareciera luego de vencido el plazo de ofrecimiento de pruebas, podrá pedir
la apertura en una segunda instancia.
Decretada la rebeldía, el proceso continúa, pero se alivia la carga de notificación que pesa sobre
el litigante apersonado. En efecto, firme la providencia que declara a la contraria rebelde, la ley –por regla
general- exime de cursar notificaciones al domicilio, salvo el caso de realización de actos personalísimos
y de la sentencia (art. 144).
Cabe señalar que la rebeldía no exime a la parte presente de acreditar los hechos fundados de la
pretensión esgrimida; en consecuencia, el juez dictará sentencia conforme a lo alegado y probado. Es
claro entonces, que a pesar de la contumacia, el accionante deberá aportar los elementos de prueba
corroborantes de su demanda.
Es importante señalar que la institución de la rebeldía es propia de la situación del demandado;
sin embargo, ella también puede generarse en relación al actor. Es así, que el actor puede incurrir en esta
actitud, lo cual le irroga una situación desventajosa, siendo una de ellas, la que permite al demandado
solicitar el despacho de cautelares sobre bienes del actor para asegurar el cobro de costas.
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Por último, los hechos extintivos son aquellos en los que se invoca un hecho que aniquile la
pretensión y que generalmente se fundamenta en instituciones sustanciales, tales como la prescripción
liberatoria, el pago, etc.
Podemos clasificar a las excepciones teniendo en cuenta los efectos que producen. Así
hablamos de excepciones perentorias y dilatorias.
Consisten Ejemplos
Perentoria Las excepciones perentorias son aquellas Participan de esta categoría las
que en el supuesto de prosperar excluyen excepciones de prescripción, pago, cosa
definitivamente el derecho del actor, de juzgada, etc.
manera tal que la pretensión pierde toda
posibilidad de volver a proponerse
eficazmente.
Dilatoria Son aquellas excepciones que en caso de Puede plantearse la excepción dilatoria de
prosperar desplazan temporariamente el falta de personería en el demandante,
pronunciamiento del juez sobre la cuando este actúa con un poder
pretensión del actor, pero no impiden que insuficiente o defectuoso; puede
ésta vuelva a proponerse una vez cuestionarse la aptitud del juez para
subsanados los defectos de que adolecía. resolver, a través de la deducción de la
En general, estas excepciones permiten excepción de incompetencia de
denunciar la inexistencia de algún jurisdicción; y por ultimo la defecto legal,
presupuesto procesal. cuando la demanda adolece de falencias
formales.
Diligencias preliminares
Con anterioridad a la interposición de la demanda y, excepcionalmente durante sus etapas
iniciales son admisibles las medidas preparatorias y también las d prueba anticipada.
La expresión “diligencias preliminares” agrupa una doble categoría de medidas procesales. Por
una parte, aquellas medidas destinadas a la preparación del proceso de conocimiento, y por otra aquellas
destinadas a la conservación de pruebas o a la producción anticipada de pruebas.
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tribunal fije, bajo demandado a fin de que el tribunal pueda proveer a dicha
apercibimiento de rebeldía”. medida.
11 “Se cite para el
reconocimiento de la
obligación de rendir cuenta”.
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1) Simple o coadyuvante
Intervención
voluntaria 2) Adhesiva litisconsorcial
3) Principal o excluyente
1) Denuncia de litis
Intervención 2) Laudatio actoris
obligatoria 3) Tercero pretendiente
4) Citación en garantía
5) Integración de litis
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admisibilidad de la solicitud, sino simplemente como la única oportunidad para ofrecer tempestivamente la
prueba que haga al derecho del peticionante de la intervención.
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DERECHO PROCESAL II
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Bolilla nº 6: Prueba
6.1 Prueba
6.1.1 Concepto. Objeto. Principios. Favor probationes. Preclusión y Negligencia
En sentido jurídico-procesal, la prueba es considerada como un método de averiguación y un
método de comprobación de la verdad.
En un concepto amplio y preciso se ha dicho que la prueba es la comprobación judicial por los
medios que la ley establece de la verdad de un hecho controvertido del cual depende el desarrollo que se
pretende.
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pretensiones. Es decir, actor y demandado analizan cuál es su deber probatorio inmediatamente después
de abierta la causa a prueba.
En cambio, para el juez la carga de la prueba se plantea a posteriori; es decir, el órgano
jurisdiccional analizará a quién correspondía probar al momento de dictar sentencia y sólo ante ausencia
o insuficiencia de prueba.
Por otra parte, las leyes de fondo establecen lo que se denomina inversión de la carga
probatoria; esto significa que atendiendo a ciertas particularidades descriptas en una norma legal, se
adjudica determinadas consecuencias jurídicas si se acredita el hecho que es su antecedente.
Debe destacarse que la actividad de prueba se lleva a cabo durante todo el trámite del juicio. En
efecto, piénsese que en nuestro sistema procesal los escritos de postulación tienen valor convictivo,
afirmativo o negativo. También la ley, auque limitadamente, admite la producción de pruebas antes de
comenzar el juicio bajo la forma de “medidas de prueba anticipada”. Finalmente, después de clausurado
el periodo probatorio se puede seguir produciendo pruebas con las llamadas “medidas para mejor
proveer”.
Sin embargo, en la tarea de probar en sentido estricto se reconocen ciertos momentos; el de la
introducción y admisión, el de la recepción y diligenciamiento, y por último el de la valoración, que es
efectuada primero por las partes y luego por el juez.
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DERECHO PROCESAL II
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Valoración de la prueba x
Etapa Consiste el tribunal
Introductoria La etapa probatoria se inicia con el decreto de apertura a prueba y actor y
demandado tienen la carga de ofrecer las que estimen necesarias para la
acreditación de sus pretensiones.
El ofrecimiento de prueba se presenta como un anuncio de carácter formal
realizado por las parte en un escrito; no existe a tal efecto formula estricta,
siendo suficiente que surja claramente lo que se pretende de los medios,
que se están proponiendo para acreditar o desacreditar los hechos que
ingresan al proceso.
El juez podrá admitirla o inadmitirla. Este análisis de admisibilidad que
realiza el órgano jurisdiccional es estrictamente formal; es decir, si las
pruebas fueron ofrecidas por quien estaba legitimado para ello, en tiempo
oportuno y con las formalidades que establece la ley.
La admisibilidad se refiere al juicio del juez en relación a la proposición de
los medios probatorios que formulan las partes y que se refiere
específicamente a la legitimación, oportunidad y condiciones de modo
impuestas por la ley en general o para cada medio en particular.
Vinculado al tema de la admisibilidad se distinguen dos conceptos:
a) Pertinencia: se refiere a la vinculación de la prueba ofrecida con los
hechos que con ella quieren acreditarse.
b) Relevancia: tiene en cuenta la utilidad del elemento probatorio, esto es,
la aptitud, la idoneidad o el medio probatorio para acreditar los hechos.
Diligenciamiento Una vez ofrecida la prueba y admitida por el tribunal, se inicia el segundo
momento: el diligenciamiento o recepción.
El diligenciamiento se concreta con los actos de recepción que se cumplen
conforme al procedimiento previsto en la oportunidad y con las modalidades
establecidas respecto de cada medio de prueba.
El diligenciamiento se objetiva a través de diversos actos que tienden a la
realización de audiencias para escuchar testigos, con el pedido de
informes, con la agregación de documentos, con la incorporación de
informes periciales, etc.
La recepción debe realizarse en las condiciones de tiempo y modo
impuestos por la ley procesal. El lugar es, por regla general, la sede del
tribunal; respecto de las circunstancias temporales deben producirse en
principio en días y horas hábiles. Sin embargo, excepcionalmente, el juez
puede disponer la realización de medidas probatorias fuere de la sede del
tribunal cuando, en circunstancias especiales, así lo impongan. Por
ejemplo, cuando se realiza una inspección ocular; cuando se dispone la
recepción del testimonio de una persona enferma o de edad avanzada se
efectúe en su domicilio.
Valoración La valoración de la prueba se proyecta como un análisis crítico e integral
del conjunto de elementos de convicción definitivamente introducidos en el
proceso con la actividad cumplida. Este análisis persigue la obtención de un
juicio final de certeza o probabilidad con respecto al fundamento de las
pretensiones que se hagan valer.
Las fases anteriores, es decir el momento introductivo y el diligenciamiento,
son eminentemente prácticas, en cambio la valoración se presenta como
una tarea de carácter intelectual.
La valoración sobre la eficacia de la prueba es efectuada por las partes y
por el tribunal. En efecto, actor y demandado lo realizan en la etapa
discusoria por medio de los alegatos; en tanto que el juez o el tribunal lo
hará en el momento del dictado de la sentencia.
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La audiencia preliminar
La audiencia preliminar ha tenido favorable acogida en la doctrina y proyectos legislativos: sin
embargo, su práctica es poco frecuente.
La audiencia preliminar es una institución multifacético, pues comprende distintas actividades y
se verifica en ella la interacción de diversos principios procesales.
Podemos conceptualizarla como un instrumento mediante el cual se procura conciliar a las
partes, determinar lo que será objeto de prueba en relación a los hechos controvertidos y sanear la
apertura del proceso, esto es, depurar el contenido de la litis. Se trata de un instrumento oral, concentrado
con inmediación y rasgos inquisitivos.
Los objetivos principales de esta audiencia son: conciliación, saneamiento y determinación del
objeto litigioso.
a) Conciliación: Ha sido previsto en casi todos los ordenamientos procesales desde antiguo,
pero no es frecuente su utilización en los tribunales. La conciliación implica la actividad del tribunal dirigida
a lograr la autocomposición del litigio. Deben reunirse todos los sujetos procesales para lograr un
avenimiento, que puede ser total o parcial.
b) Saneamiento: La segunda función de las audiencias preliminares es la de saneamiento de los
defectos que pudieran advertirse en el procedimiento. De esta forma se salva la vida del proceso, al
eliminar las circunstancias que lo debilitan evitando nulidades o simples defectos promocionales.
c) Determinación del objeto litigioso: La tercera finalidad de la audiencia preliminar es fijar el
objeto o puntos litigiosos y posteriormente delimitar el objeto de prueba. Así, el juez deberá determinar los
hechos que considere conducentes a la solución de la controversia y excluir los inconducentes,
inadmisibles, superfluos o innecesarios aunque con el debido consenso de los justiciables, pues de otra
manera podría adelanta opinión.
Plazo de prueba
El plazo de prueba es el lapso durante el cual las partes deben ofrecerla y diligenciarla. Se trata
de un plazo caracterizado como común, es decir que corre para todas las partes a partir de la última
notificación del decreto de apertura a prueba. También es un plazo fatal de conformidad a lo que prescribe
el art. 49 inc. 4 del CPC ya que fenece por el mero transcurso del tiempo sin necesidad de acuse de
negligencia por la parte contraria.
Sin perjuicio de la fatalidad del plazo, podrá diligenciarse prueba fuera del periodo probatorio,
siempre que haya sido ofrecida e instada oportunamente por quien tenía la carga procesal de hacerlo.
La fijación de este plazo debe efectuarla el tribunal según el tipo de procedimiento de que se
trate, pudiendo disponer uno menor al establecido, cuando las circunstancias del caso hagan presumir
que la prueba puede diligenciarse.
El plazo para diligenciar la prueba puede ser ordinario o en circunstancias especiales, a solicitud
del interesado, puede determinarse un plazo extraordinario. El plazo ordinario es de 40 días; si la prueba
ha de rendirse fuera de la provincia, pero dentro de la república, el tribunal concederá el plazo
extraordinario de hasta 60 días. Si la prueba debe rendirse en el extranjero, el plazo puede extenderse
hasta los 100 días.
Para la procedencia del plazo extraordinario de prueba, se requiere, según el art. 500:
a) Que sea solicitado dentro de los primeros 10 días del periodo ordinario.
b) Que se exprese la diligencia probatoria para la cual se solicita.
c) Que, si hubiere de rendirse prueba testimonial, se exprese el nombre y residencia de los
testigos, y se acompañe el interrogatorio conforme lo dispuesto en el art. 293 (“Al ofrecer la testimonial la
parte acompañará el interrogatorio e indicará el nombre de las personas autorizadas para intervenir en el
trámite del oficio o exhorto. No se admitirá esta prueba si en el escrito no se cumpliere dichos requisitos”).
d) Que, si la prueba ofrecida fuere documental, se expresen los documentos que hayan testimoniarse con
indicación de los archivos o registros donde se encuentren.
Según el art. 504 el cómputo para el plazo extraordinario se hará desde el momento en que
empiece a correr el ordinario y este se considerará prorrogado hasta el vencimiento de aquel.
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Lo que hemos expuesto podemos reducirlo en una serie de elementos concurrentes referentes a:
1. Capacidad del confesante (elemento psicológico subjetivo): La prueba debe ser prestada por
una parte en juicio, siempre que tenga capacidad para actuar personalmente; en caso contrario lo harán
sus representantes legales dentro de los límites de sus facultades.
2. Objeto de la confesión (elemento material y licito): El objeto son los hechos personales del
confesante controvertidos en el litigio, como así también los que puedan ser de su conocimiento personal,
expresados en sentido afirmativo, con claridad y precisión.
3. Voluntad del confesante (elemento intencional): Podemos advertir que en la confesión
espontánea la parte se siente orientada a expresarse y a decir la verdad en paz con su conciencia, lo que
se conoce como ánimus confitendi. Pero en la confesional provocada se advierte un retraimiento del
absolvente, pues la voluntad de declarar no existe, y el animus confitendi se desdibuja.
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El objeto fundamental de las medidas para mejor proveer es procurar el acopio de antecedentes
del tribunal, que le disipen las dudas e incertidumbres, aclaren los hechos controvertidos y faciliten la
labor resolutoria. Pero el peligro del ejercicio de estas medidas estriba en que el juez, movido por el afán
sincero de dictar una sentencia clara y justa, extralimite sus facultades, ordenando nuevas pruebas o
completando las ya producidas, lo que puede significar la pérdida de su posición de equilibrio ante los
intereses de las partes.
El argumento más sólido en contra de la confesional de oficio es: que una prueba de esta índole,
ordenada por el juez, aumenta la actividad probatoria a un litigante que no actuó con diligencia,
mejorando su situación procesal a costa de la posición de la parte contraria.
Régimen en el CPC:
El art. 182 prescribe: “El actor deberá acompañar a la demanda los documentos de que haya de
valerse. Si no los tuviese los designará con la mayor precisión posible, expresando su contenido y el lugar
en que se encuentren, bajo pena de abonar, si los presentare después, las costas causadas por la
presentación tardía”.
Conforme al artículo anterior se exige además de los documentos habilitantes, acompañar la
demanda de los documentos fundantes, o sea material probatorio. Esta obligación también pesa sobre el
demandado al contestar el traslado, conforme al art. 192.
Según el art. 197: “Cuando en la contestación de la demanda, si no hubo reconvención, o en la
de ésta, si hubieren invocado o acompañado documentos, se correrá de ellos traslado por 6 días a la
parte contraria a fin de que reconozca o niegue categóricamente su autenticidad o su recepción, bajo
apercibimiento de tenerlos por recibidos o reconocidos”.
El artículo 241 se refiere al ofrecimiento de la prueba documental, y reza: “Luego de las
oportunidades previstas en los art. 182 y 192 podrá ofrecerse documentos de acuerdo con las siguientes
reglas:
1. En primera instancia mientras no se hubiere dictado sentencia, pero si lo fuesen luego de haberse
llamado los autos no serán admitidos, salvo que sean de fecha posterior o que llevando de fecha anterior
se exprese bajo juramento o, en su caso, afirmación de no haberlos conocido o podido obtener
oportunamente.
2. En segunda instancia hasta el llamamiento de autos, en las condiciones del inc. anterior”.
El TSJ manifiesta que la única documental admisible en función del régimen excepcional previsto
en el art. 241 consiste en:
a) Los instrumentos públicos, es decir los provenientes de las partes o de un tercero que cumplen los
requisitos de la ley civil.
b) Los instrumentos privados provenientes de las partes, sea del oferente de la prueba, sea del oponente
o de ambos conjuntamente.
Artículo 244 (redargución de falsedad): “La redargución de falsedad de un instrumento público
tramitará por incidente que deberá promoverse dentro de los 10 días de realizada la impugnación, bajo
apercibimiento de tenerla por desistida. Deberá fundarse y ofrecerse las pruebas tendientes a demostrar
la falsedad. Será parte el funcionario público que labró el documento. El incidente se resolverá en la
sentencia definitiva suspendiéndose esta mientras se encuentre en trámite la impugnación”.
En materia civil, la redargución de falsedad es el acto tendiente a obtener la declaración de
invalidez de un documento público o de un documento privado reconocido en razón de carecer de
autenticidad. Si se trata de un documento público la falsedad puede consistir:
1. En la adulteración material resultante de no haber sido otorgado por el funcionario que aparece
suscribiéndolo o de haberse suprimido, modificado o añadido alguna de sus enunciaciones.
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2. En la inexactitud de los hechos que el oficial público hubiese anunciado como cumplidos por el mismo o
que han pasado en su presencia.
Si se trata de un documento privado, la falsedad solo puede fundarse en su adulteración
material, en razón de haberse alterado su texto por vía de supresiones, modificaciones o agregados.
Según el art. 248 del CPC: “Para la eficacia de los documentos privados, se requiere que sean
reconocidos por la persona contra quien se presenten o que el tribunal los declare tales”.
Art. 253 (exhibición de documentos): “Las partes en cuyo poder se encuentren documentos
necesarios para la solución del litigio o para el cotejo pericial estarán obligados a exhibirlos o, si se tratare
de copias, a designar donde o en poder de quien se encuentran los originales.
La negativa de las partes o el incumplimiento de la obligación de exhibirlos dentro del plazo que
se les fije constituirá presunción en su contra, si de otros elementos de juicio resultares verosímil su
existencia y contenido”.
Valor probatorio:
Si se trata de un instrumento privado, requiere, para su validez, el reconocimiento expreso o
tácito, o la acreditación de su autenticidad mediante prueba pericial en caso de impugnación.
El reconocimiento expreso importan para el juzgador una especie de prueba legar o tasada de la
que no podrá apartarse.
En cambio, el reconocimiento ficto, o el realizado a través de la prueba pericial caligráfica,
deberá ser valorado por el juzgador conforme la sana crítica racional, teniendo en cuenta el resto de las
pruebas rendidas en autos.
En el caso de instrumentos públicos basta solamente que se cumplan las exigencias, o sea que
el mismo sea otorgado ante un oficial público que actúe en los límites de sus atribuciones y dentro del
territorio que se le haya asignado.
Tratándose de instrumentos públicos para hacer efecto respecto de terceros se requiere su
inscripción registral
Objeto:
El objeto de la prueba testimonial son los hechos sobre los cuales el testigo debe declarar,
incluyendo sus juicios o deducciones.
Así, el deber de testimoniar persigue incorporar al juicio el conocimiento sobre hechos que ha
conocido el testigo, en razón de sus percepciones, juicios y deducciones.
Es indiscutible entonces que objeto del testimonio son, en primer lugar, los hechos, humanos o
de la naturaleza, que el testigo aprecia y conocer a través de sus sentidos, pero también todo aquello que
ha percibido y comprendido; por tal motivo este sujeto se vale de su memoria, los registra y mantiene
dentro de sí para poder luego referirlos en los estrados judiciales.
Ocurre que en algunas oportunidades el testigo conoce los hechos no por sus sentidos sino a
través del relato de otras personas que sí lo apreciaron personalmente. Este fenómeno judicial se
denomina como “testigo de oídas”. En estos supuestos el objeto del testimonio no son los hechos que
interesan al proceso sino la relación, esto es, el relato que al testigo final se le ha hecho por un sujeto
presencial.
Esta fuente de conocimiento, generalmente poco apreciada por su lejanía e inseguridad, sólo
puede aceptarse cuando se trata de lograr el conocimiento de hechos antiguos, y restringidos al caso que
no existan otros medios más precisos y cercados de información.
Caracteres:
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El testigo excluido:
Se denominan testigos excluidos a aquellas personas que por imposición legal no pueden ser
propuestas ni admitidas en juicio como testigo.
El artículo 309 del CPC dispone: “No serán admitidos como testigos contra una de las partes: sus
consanguíneos, adoptivos o afines en línea recta, el cónyuge aunque esté separado legalmente, los
colaterales en segundo grado y los guardadores o sus representantes”. Esta exclusión encuentra
fundamento en la protección de la solidaridad familiar. Se procura evitar la violencia que podría ocasionar
al sujeto el tener que declarar en contra de una persona de su familia. La ley ha preferido cuidar estos
vínculos de solidaridad procurando que se utilicen otros medios de prueba. En caso de que fueran
ofrecidas como testigo algunas de las personas comprendidas en la norma, el juez deberá inadmitirlas.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
Sin embargo, la ley también prevé excepciones a la regla del art. 309. Así el artículo 310 dispone:
“Se exceptuará de lo dispuesto por el artículo anterior cuando:
1) Las personas hubieran sido agentes o testigos instrumentales de un acto jurídico y la declaración
versara sobre el hecho del que ha sido agente o testigo.
2) La declaración versara sobre nacimientos, defunciones o matrimonios de los miembros de la familia”.
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La valoración, aunque tarea propia del órgano jurisdiccional, es también una actividad que
realizan las partes en oportunidad de la etapa discusoria por medio de alegatos o informes. En este
sentido dispone el art. 314: “-Idoneidad de los testigos- Hasta cinco días de recibida la declaración, las
partes podrán impugnar la idoneidad de los testigos, alegando y ofreciendo prueba por vía incidental
sobre los hechos relativos a la misma. El tribunal apreciará, según las reglas de la sana crítica racional y
en oportunidad de dictar sentencia definitiva, las circunstancias y los motivos que corroboren o disminuya
la fuerza de las declaraciones”.
Caracteres:
La pericia como medio probatorio presenta los siguientes caracteres:
1. Es un acto procesal o un conjunto de actos que se cumplen por encargo judicial.
2. La tarea encomendada debe ser realizada en forma personal por el perito designado.
3. Se trata de una prueba indirecta, ya que el juez tomará contacto con los hechos por su
intermedio.
4. Las conclusiones del perito se emiten por medio de un dictamen que se incorpora al
expediente.
5. El perito es un tercero, extraño a las partes y que reviste el carácter del órgano de prueba.
6. La peritación constituye una declaración de ciencia porque el perito emite su dictamen sobre la
base de lo que conoce por percepción, inducción o deducción respecto de los hechos.
Naturaleza jurídica:
Los autores no concuerdan sobre la naturaleza jurídica.
Por nuestra parte, consideramos que la prueba pericial constituye un medio de prueba; así es
receptado en la mayoría de los cuerpos adjetivos.
Afirmamos que la pericial es un medio de prueba, que el perito es el órgano de prueba, ya que
cumple su función por encargo judicial, y que además presta auxilio al juzgador, al brindarle
conocimientos especiales para la mejor apreciación de los hechos.
El dictamen pericial:
El dictamen es el acto mediante el cual el perito responde a cada uno de los puntos propuestos
por las partes o incluidos por el juez, da cuenta de las operaciones realizadas y expone su opinión
fundada acerca de las conclusiones que, a su juicio, cabe extraer de aquéllas.
El perito al concluir su trabajo presentará en el tribunal un dictamen o informe escrito y firmado.
En él deberá exponer en forma motivada las conclusiones a las que ha arribado.
El dictamen contiene una declaración de ciencia, el perito expone lo que sabe por percepción,
pero por sobre todo lo que ha concluido por vía de deducción o inclusión acerca de los hechos sobre los
cuales versa la tarea.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
Este documento deberá ser objetivo, es decir desprovisto de intencionalidad. Además, puede
tener connotaciones valorativas, pues no se trata de una simple narración, sino que contiene conceptos
técnicos, artísticos o científicos.
En síntesis, el dictamen deberá contener en forma clara y sencilla los antecedentes de orden
técnico que se tuvieron en cuenta para opinar; debe también identificar las cosas o personas que haya
examinado y la conclusión debe estar constituida por un informe que deberá ser fundado, convincente y
conciso. Cuando las conclusiones periciales se basen en informes suministrados por terceras personas, o
de cualquier otro tipo, el perito deberá indicar la fuente que utilizan y el lugar en que pueden ser
consultadas.
En algunos casos al dictamen, podrán incorporarse planos, croquis, o ir acompañado de
fotografías. Por eso se ha expresado que la prueba pericial no se limita simplemente a suministrar pautas
para la valoración de la existencia de un hecho y su exteriorización.
El contenido del dictamen debe responder estrictamente al encargo judicial, es decir debe ser
completo y no pecar en excesos o defectos.
En caso de que los puntos sean varios, el dictamen debe responder a cada uno en particular y a
todos los requeridos, además de los que se estimen que complementan a los anteriores o que constituyen
presupuestos necesarios para sus conclusiones.
El dictamen podrá ser ampliado a petición de parte o por requerimiento del tribunal, la ampliación
implica que el técnico deberá responder respecto de una cuestión omitida o aclarando algunas cuestión
que haya sido expuesta en forma poco clara.
Elemento subjetivo:
El elemento subjetivo de la prueba pericial está conformado por las personas que participan en el
acto pericial; en tal sentido las partes son los proponentes, el juez es el destinatario, y el perito es el
órgano de prueba.
El perito actúa como un intermediario en el reconocimiento judicial.
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DERECHO PROCESAL II
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Procedimiento:
El dictamen pericial será decretado cuando cualquiera de las partes lo solicitase o el tribunal lo
creyere necesario. Cuando el dictamen fuese ordenado a solicitud de parte, ésta, en el acto de requerirlo
deberá determinar los hechos a que debe contraerse bajo pena de inadmisibilidad.
El tribunal nombrará un perito, salvo que considere indispensable que sean más. A esos efectos
citará a las partes a una audiencia, oportunidad en que éstas propondrán, de común acuerdo, la persona
a designar. Si no concurrieren todas las partes o no se lograse acuerdo, el tribunal hará el nombramiento
de oficio, por sorteo.
Los peritos aceptarán el cargo bajo juramento dentro del plazo fijado por el tribunal. En el mismo
acto, si fuere un solo perito, deberá indicar lugar, día y hora en que se iniciarán las diligencias, lo que se
notificará a las partes.
Si los peritos fueren varios, una vez aceptado el cargo, el tribunal los citará dentro del tercer día,
a una audiencia para que acuerden el lugar, día y hora en que se iniciarán las diligencias.
Dentro de los tres días posteriores a la finalización del plazo mencionado con anterioridad, las
partes podrán designar un perito de control cuya única función será la de evaluar y, en su caso, criticar el
dictamen pericial. No será necesario que tengan título en la especialidad, salvo cuando deban practicarse
diligencias periciales sobre una persona. En ningún caso será requisito que figuren en la lista para
nombramiento de oficio. Los peritos de control no podrán ser recusados.
Los peritos podrán ser recusados por causas posteriores a su nombramiento. La recusación
deberá interponerse antes del día señalado para dar comienzo a la operación pericial.
Los peritos designados de oficio podrán también ser recusados por causas anteriores a su
designación, debiendo interponerse la misma dentro de los tres días siguientes al del nombramiento o al
de la notificación, según corresponda.
El escrito de recusación expresará concretamente, la causa en que aquella se funde y los
medios de probarla.
Serán causales legales de recusación de los peritos, las mismas que la de los jueces, sin
perjuicio de que las partes puedan alegar otras causas que sean relevantes a criterio del tribunal.
En cuanto a la realización de la pericia, las partes y los peritos de control podrán asistir a las
diligencias periciales y formular las observaciones que se estimen necesarias, pero la deliberación deberá
hacerse únicamente entre los peritos, pudiendo asistir a ella los peritos de control.
Valoración:
Como todos los medios de prueba, también la pericial es meritada por las partes en la etapa
discusoria y por el juez en el momento del dictado de la sentencia.
Las leyes procesales han utilizado diferentes sistemas para la valoración de la prueba pericial.
El primero, asigna el valor de plena prueba al dictamen de peritos. Es decir, sigue el sistema de
la tarifa legal. Éste ha sido admitido por nuestro CPCC en el art. 283 sólo para el caso de que las partes
hubieran dado al perito el carácter de árbitros o arbitradores. En este caso el tribunal no puede apartarse
de lo concluido por el perito.
El segundo sistema propia la amplia libertad del juez para apreciar el dictamen conforme a las
reglas de la sana crítica racional. Es el adoptado por nuestro CPCC, que establece que el dictamen del
perito no es vinculante para el juez (no lo obliga).
Por último, debe analizarse el valor probatorio que tienen los informes técnicos requeridos a
instituciones especializadas que han sido incorporadas al juicio. Ellos constituyen un dictamen técnico sui
generis, ya que no implican pericia sino que se utiliza el conocimiento técnico de funcionarios que en
forma permanente desempeñan actividades en un organismo determinado. Este informe podrá constituir
un elemento de juicio más, diferente de la pericia.
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DERECHO PROCESAL II
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Caracteres:
La informativa es un medio de prueba con caracteres específicos; en tal sentido debe señalarse
que se configura como indirecto y escrito, y en su producción debe adecuarse a las formalidades legales
impuestas para su seguridad y eficacia.
Nuestra ley procesal establece las condiciones de procedencia de la prueba de informes en
sentido estricto, diciendo que “los informes que se soliciten a las oficinas públicas, escribanos con registro
y entidades privadas deberán versar sobre hechos concretos y claramente individualizados que resulten
de la documentación, archivos o registros contables del informante” (art. 317, primera parte, CPCC).
También admite la prueba de informes impropia cuando señala la posibilidad de requerir a
oficinas públicas la remisión de expedientes o copias autenticadas de ellos, o certificados relacionados
con el juicio (art. 317, segunda parte, CPCC).
Estas personas públicas o privadas informan sobre la base de datos previamente registrados
que constituyen el elemento de prueba y deberán ser aportados por escrito.
En caso de que se discutiera la autenticidad del informe, esto es si fuere impugnado por
falsedad, el tribunal podría requerir la exhibición de los asientos contables o de los documentos y
antecedentes en que se fundare la contestación.
Naturaleza jurídica:
La autonomía procesal de la prueba de informes, como medio de prueba, hoy resulta indiscutida.
Nuestro Código Procesal expresa que no será admisible el pedido de informes que
manifiestamente tienda a sustituir o ampliar otro medio de prueba que específicamente corresponda por
ley o por naturaleza de los hechos probar (art. 318, CPCC).
Por ello, se ha señalado que la prueba de informes tiene autonomía conceptual y legislativa por
sí, como medio probatorio, y no es un medio de prueba supletorio de otras.
Elementos:
- Elemento objetivo: El objeto de prueba de la prueba informativa se refiere a la materialidad
fáctica sobre la que puede recaer el informe y también a las circunstancias de modo, tiempo y lugar de su
producción. En este sentido, el artículo 317 del CPC establece: “Los informes que se soliciten a las
oficinas públicas, escribanos con registro y entidades privadas, deberán versar sobre hechos concretos y
claramente individualizados. Procederán únicamente respecto de actos o hechos que resulten de la
documentación, archivos o registros contables”.
- Elemento subjetivo: El elemento subjetivo se integra por el juez, que es el destinatario de la
prueba, las partes, que son las proponentes, y el informante, que es el órgano de prueba.
El juzgador es quien ordena el diligenciamiento y es a él a quien se le presentan la respuesta de
la prueba.
El órgano de prueba son los informantes, y en tal sentido pueden serlo oficinal públicas o
privadas, y excepcionalmente personas físicas.
Límite:
Este medio de prueba está limitado por el artículo 318 que dispone: “-Inadmisibilidad- No será
admisible el pedido de informes que manifiestamente tiende a sustituir o ampliar otro medio de prueba
que específicamente corresponda por ley o por la naturaleza de los hechos a probar”.
La regla es que si existe un medio de prueba idóneo para la obtención de determinado elemento
probatorio, ése es el que debe ser utilizado y en consecuencia no puede ser sustituido por otro.
Esto ha sido establecido expresamente en la ley con el fin de impedir una distorsión que es
frecuente en la actividad tribunalicia; ello sucede cuando las partes intentan la utilización de la prueba
informativa para introducir al proceso un elemento de juicio que debía ser aportado por otro medio
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DERECHO PROCESAL II
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probatorio; este recurso se utiliza sobre todo en el caso en que se ha operado una caducidad respecto de
la oportunidad de su producción (por ejemplo, obtener la declaración de un testigo por vía de informes).
Procedimiento:
El ofrecimiento del medio probatorio los realizan las partes en un escrito en el cual se deberá
consignar en forma clara y precisa los datos o los hechos sobre los que se pide el informe. Si el escrito
reúne estas condiciones formales, debe ser admitido por el tribunal por un proveído o un decreto que
ordenará el libramiento de los oficios y se determinará el plazo que se concede al informante para que
responda.
Los oficios se librarán una vez que esté firme la resolución que admite la prueba. Podrán ser
firmados y sellados por la autoridad del tribunal o por el letrado patrocinante o apoderado y deberá incluir
en su texto la trascripción del decreto que los ordene y del apercibimiento del artículo 321 que dispone:
“Si el tribunal advierte que determinada repartición pública, sin causa justificada, no cumple el deber de
contestar oportunamente los informes, deberá poner el hecho en conocimiento del Ministro de Gobierno,
a los efectos que corresponda, sin perjuicios de medidas a que hubiere lugar.
A los escribanos y entidades privadas que sin causa justificada no contestaren oportunamente,
se les impondrá una multa a favor de la parte que ofreció la prueba, de hasta diez jus por cada día de
retardo…”.
El diligenciamiento, esto es el traslado del oficio hasta la sede del informante, debe ser realizado
por la parte proponente y entregado bajo recibo de recepción. La constancia de recepción puede
realizarse por medio de un sello fechador con las iniciales del empleado o subalterno que lo reciba, o en
su defecto con un sello aclaratorio de la entidad. A partir de ese momento nace el deber de responder.
Conforme al artículo 320: “Los informes deberán ser contestados dentro del plazo de 10 días,
salvo que el tribunal determine otro, conforme a la naturaleza del juicio o circunstancias especiales.
Si por razones atendibles el requerimiento no pudiere ser cumplido dentro del plazo fijado, se
deberá solicitar al tribunal su ampliación, antes del vencimiento, con indicación de las causas que la
motivan”.
Confeccionado el informe, éste debe ser remitido al tribunal a fin de que sea agregado al pleito;
la incorporación se realiza por un decreto que la ordena con noticia a las partes.
El informe se agrega al proceso y dentro del término legal las partes pueden pedir aclaraciones a
fin de que se aclare o complete el informe o impugnarlo por falsedad. La impugnación por falsedad debe
fundarse en la no coincidencia entre lo informado y los documentos, archivos o registros contables de los
que provienen; es decir en la inexactitud del dato registrado. En este caso debe distinguirse si el dato
probatorio proviene de un funcionario público o de una entidad privada. En el primer supuesto deberá
denunciarse por medio de querella de falsedad civil o criminal, pero si proviene de una persona del
derecho privado bastará con la simple prueba en contrario. A este efecto, asiste a las partes el derecho de
solicitar la exhibición de los antecedentes que se tuvieron en cuenta para realizar el informe.
Valoración:
Para efectuar una correcta valoración debe tenerse en cuenta la calidad del informante y su
fundamentación. También se apreciará la forma de documentación, archivo o registro de los que provenga
el informe y las solemnidades que han rodado el acto en el momento de su otorgamiento.
Cuando el informe proviene de un funcionario público que actúa dentro de los límites de su
competencia y lo hace como encargado del registro, archivo o protocolo, tiene la fuerza convictita de un
instrumento público y hace plena fe sobre la autenticidad de lo comunicado. En cambio si el informe es
otorgado por una entidad privada no tiene la misma fuerza convictiva que se le atribuye al informe de una
oficina pública. En este caso, el juez deberá meritarlo junto con otros elementos de juicio aportados al
proceso y a través de las reglas y principios que informan la sana crítica racional.
Delimitación:
Para que la inspección o reconocimiento judicial tenga el carácter de medio probatorio es
necesario que sea realizado en forma personal y directa por el juez en el marco de un proceso judicial;
esta actividad comprende la aprehensión sensorial del objeto de prueba a la que normalmente se agrega
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un razonamiento inductivo del órgano jurisdiccional, que es lo que le permite identificar qué es lo que
percibe, y en su caso comparar lo percibido con lo que se trata de probar.
Es conveniente, a los fines de delimitar este medio de prueba, efectuar la distinción entre el
hecho o los hechos controvertidos que van a ser objeto de prueba en el juicio, de aquel que va a ser
objeto propio de la inspección en particular. El primero podrá ser comprobado con el auxilio de todos los
elementos de prueba ofrecidos y diligenciados por las partes, incluida la inspección. El objeto propio de la
inspección judicial puede coincidir con aquél o ser otro diferente.
El objeto de inspección está en la verificación de circunstancias que no coinciden con el objeto
del juicio, que es determinar quién fue el culpable en el evento y que será condenado en definitiva en la
sentencia.
La inspección judicial se presenta como el medio probatorio que mejor cumple con la regla de
inmediación. En efecto, esto es así porque en el acto o audiencia de inspección se da en plenitud el
contacto directo entre las partes y el juez, que es a su vez el órgano de prueba; además, si el tribunal lo
estima necesario podrán concurrir al acto otros órganos de prueba como testigos o peritos que también
participan en el acto. La actividad que en esta oportunidad se realice, sin embargo, deberá queda
registrada en un acta escrita que será suscripta por los participantes en el acto.
Caracteres:
Es un medio de prueba que se caracteriza por ser directo, personal, no representativo, formal y
lógico.
Es directo, el juzgador obtiene por sí la información reveladora del hecho mismo objeto de
prueba; a diferencia de la prueba testimonial que por su naturaleza es indirecta y representativa, es decir,
en este último caso el juez conoce los hechos por lo que el testigo relata.
Este medio probatorio se funda en la observación.
Constituye también una actividad lógica, ya que se manifiesta como una actividad física e
intelectual del juez tendiente a la verificación de hechos o cosas que son objeto de prueba.
Es un medio de prueba formal por antonomasia, porque se realiza en audiencia con la
concurrencia personal del juez y de las partes, que controlan la producción de la prueba y en su caso
podrán formular observaciones.
Naturaleza jurídica:
La inspección judicial constituye, por naturaleza, un medio de prueba; ello es así, ya que
presenta autonomía conceptual y legislativa, caracteres propios, y además ha sido regulado en nuestro
legislación procesal civil.
Valoración:
Algunas legislaciones han atribuido al reconocimiento judicial el valor de plena prueba
basándose en que su producción se concreta con intervención personal del juez.
Sin embargo, teniendo en cuenta, que el juez es un sujeto falible, ya que puede incurrir en
errores, es conveniente no apartarse de la regla general y establecer que deberá ser valorada libremente
por el tribunal juntamente con los demás elementos de juicio aportados por el sistema de la sana crítica
racional.
Por último, quienes sostienen que la prueba será valorada por el juez con sujeción a las reglas
de la sana crítica, pero además debe tenerse en cuenta la eficacia plena que tiene el acta judicial si ha
sido confeccionada con sujeción a las pautas legales y que deberán meritarse conforme a los principios
propios de cada medio de prueba en el caso de que se haya diligenciado en forma combinada.
Desde este punto de vista sólo tendrán eficacia plena las constancias que surgen en acta
labrada, ya que por ser suscripta por juez y secretario valen como instrumento público.
Procedimiento:
Dispone el artículo 255: “El tribunal, de oficio o a pedido de parte, podrá ordenar la inspección de
alguna persona, sitio o cosa cuando lo crea necesario. A si mismo, podrá disponer que lo acompañe un
perito de su elección”. Es importante aclarar que, las partes junto con sus representantes y abogados,
podrán asistir también a la diligencia y hacer al tribunal, de palabra, aquellas observaciones que crean
que son oportunas o convenientes.
Finalmente, de todo lo actuado se deberá labrar un acta que firmará el juez, el secretario y los
interesados que quieran hacerlo.
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El indicio puede manifestarse en forma autónoma o provenir de otro medio de prueba; también
de actitudes del hombre, señas físicas, rastros o cualquier otra manifestación de la realidad que sea
aprehendida por el juez y analizada como tal.
Naturaleza:
Actualmente se reconoce la autonomía conceptual del indicio.
Los indicios constituyen un medio de prueba de carácter indirecto, crítico y lógico, y además
como prueba indirecta.
Es crítico porque el indicio suministra al juez una base para que pueda construir su
razonamiento; es lógico porque se apoya en reglas de la experiencia con el fin de inducir, en forma
mediata, un hecho desconocido; es indirecto, el juez no toma contacto personal con el motivo de prueba,
sino que éste llega a él por medio de inferencias que se basan en la ley o en reglas de la experiencia.
Requisitos:
Para que el indicio sea considerado como elemento probatorio de relevancia y tenga valor es
necesario que reúna determinadas condiciones.
En primer lugar es indispensable que el hecho que le sirve de base se encuentre acreditado; ya
que la construcción inductiva que realiza el juez debe partir de algo absolutamente cierto.
En segundo lugar debe tenerse en cuenta que el indicio no siempre lleva a la conclusión de tener
por acreditado el hecho que es objeto de investigación; puede ocurrir que un indicio por sí solo no
constituya prueba suficiente para otorgar certeza o probabilidad.
El medio por el que se acredita el indicio puede ser directo o a su vez indiciario.
Estos principios resultan válidos en tanto la ley no limite la conducencia del medio probatorio o se
imponga la utilización específica y necesaria de otro medio probatorio para acreditar la cuestión.
La prueba del indicio debe ser válida en el caso concreto; en tal sentido el procedimiento y los
medios utilizados para su acreditación deben ser idóneos y no estar viciados de nulidad; en efecto, si la
prueba utilizada adoleciera de algún vicio que afectara su valor, también carecería de él la prueba
indiciaria.
Un solo indicio puede, excepcionalmente, resultar suficiente para lograr el convencimiento del
juzgador; pero ello no es lo común y generalmente se requieren varios.
También deben presentarse en un número adecuado con el hecho a reconstruir; tienen que ser
graves, es decir que en su conjunto representan una probabilidad alta en cuanto a la posibilidad de que
un hecho o un conjunto de ellos se manifieste en determinado sentido conforme a las reglas de la ciencia
o la experiencia. También deben ser precisos, es decir exactos, ciertos y determinados, que es lo que en
muchos supuestos se llama indicios unívocos, por oposición a indicios vagos o ambiguos. Y, finalmente,
deben ser concordantes, lo que significa que tiene que estar enlazados en una secuencia por la cual cada
uno sea el antecedente necesario del siguiente y lo apoye en la evolución.
Por último, el número de indicios que puede utilizarse es un procedimiento es ilimitado.
Clases:
En las manifestaciones judiciales puede presentarse diferentes clases de indicios:
a) Teniendo en cuenta la oportunidad, se distinguen los indicios anteriores, concomitantes y
posteriores al hecho desconocido que se trata de verificar.
b) Respecto del objeto sobre el que recaen los indicios, pueden ser personales y subjetivos,
reales o materiales. Los subjetivos se refieren a las condiciones y al modo de ser de una persona; los
reales o materiales a cosas, huellas, rastros y otros elementos similares.
c) Respecto del grado de convicción que generan en el juez se distinguen en necesarios o
contingentes; se tiene en cuenta a este efecto su habilidad probatoria, y puede suceder que uno solo
baste para producir el convencimiento del juez en razón de que supone indispensablemente el hecho
indicado, o porque son deducidos de una ley física inmutable o en virtud de su calidad necesaria. Los
contingentes son aquellos que constituyen apenas un principio para la inferencia de probabilidad; estos
últimos pueden subdividirse en graves y leves, inmediatos, próximos o remotos.
Los graves implican un vínculo que debe ser firme y certero, y en los leves la relación de
causalidad con el hecho indicado no es tan clara ni precisa, y así consecuentemente.
d) Según el gado de información que proporcionan podrán distinguirse en positivos o negativos.
e) También pueden ser divididos de acuerdo al aspecto del hecho que demuestran; si son
demostrativos de la causa del hecho o si solamente acreditan un efecto determinado de él.
f) Por último, teniendo en cuenta la base de la información que brinda, pueden ser comunes o
especiales; los primeros son aquellos que pueden ser apreciados en virtud del conocimiento común del
juez, y los segundos son los que requieren auxilio de información técnica, artística o científica para su
apreciación.
Valor probatorio:
El valor probatorio del indicio tiene relación directa con la aptitud que presente a fin de que el
juez induzca de él el hecho desconocido que investiga.
La eficacia de este medio probatorio dependerá de diferentes factores: principalmente que el
hecho generador (hecho indicante) esté debidamente probado; además del grado de veracidad, de la
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compatibilidad con otros elementos, de lo que señalan las normas de la experiencia con la cual se lo
relaciona, del grado de dependencia y conexión con otros indicios, etc.
En los indicios ordinarios se utilizan máximas o reglas generales de la experiencia, que señalan
la forma normal, constante u ordinaria en que suceden los hechos físicos o psíquicos, y sirven al juez de
guía segura para la valoración de toda clase de pruebas y, en especial, de la indiciaria.
Los indicios pueden llevar al juez a la certeza sobre el hecho o solamente a creer en su
probabilidad o verosimilitud; en el último caso no constituirán prueba plena del hecho investigado, pero sí
hacerlo verosímil, probable y corroborado por otros medios probatorios.
Este medio de prueba debe ser valorado de acuerdo a las reglas de la sana crítica racional.
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11.1 Discusión
11.1.1 Concepto. Contenido. Procedimiento. Llamamiento de autos para definitiva
El momento de discusión se manifiesta por las alegaciones de las partes. El alegato es el acto
mediante el cual cada una de las partes expone al juez, por escrito, las conclusiones que le sugieren las
pruebas producidas en el proceso.
En los alegatos, las partes analizan, por medio de escritos, la prueba rendida en relación a los
hechos que constituyen el sustento de su pretensión o defensa y exponen al juez los argumentos fácticos
y jurídicos tendientes a lograr la procedencia de la pretensión o excepción del que alega.
En el juicio ordinario el plazo para alegar es de seis días; se trata de un plazo no fatal, es decir
que, una vez vencido, hace falta el acuse de negligencia de la contraria para que se le dé por decaído el
derecho dejado de usar a la parte a la cual se le corrió traslado para alegar y no lo hizo.
Contenido:
El escrito de alegato no tiene una formalidad especial impuesta por la ley ritual; sin embargo se
acostumbra comenzar –luego de cumplir con todos los requisitos formales del artículo 37 del CPC- con
una relación sumaria de los hechos de la causa, en donde se anuncien las pretensiones, y luego se
prosigue con el análisis de la prueba rendida, la que es valorada positiva o negativamente.
Al analizar críticamente la prueba, deben ordenarse los elementos probatorios tal como luego
serán analizados, esto es, medio por medio.
Luego se procede a la valoración de la prueba, la cual es de carácter parcial subjetivo, pues no
se puede exigir imparcialidad. En esta oportunidad las partes podrán impugnar el informe de los peritos y
los dichos de los testigos.
Finalmente se realiza la exposición jurídica del caso, cuyo estudio se hace desde tres puntos de
vista: primer, desde la norma, luego se incorpora reseña doctrinaria y, por último de la jurisprudencia que
le es favorable a sus argumentaciones.
Procedimiento discusorio:
La etapa discusoria tiene lugar luego de clausurado el periodo probatorio.
La discusión puede realizarse por escrito o en forma verbal y actuada. Por escrito se realiza a
través de los alegatos, lo que está legislado en el CPC para los juicios ordinarios y ejecutivos.
En el juicio ordinario, el trámite lo dispone el artículo 505 que establece: “Vencido el periodo
probatorio y agregadas a los autos las pruebas que se hubieran producido, se correrá traslado por seis
días sucesivamente a cada litigante para que alegue de bien probado, reservándose los escritos en
secretaria hasta el decreto de autos”. La reserva del escrito en secretaria tiene como finalidad que el
adversario que alega en último término no pueda valerse de las razones dadas por su contrincante.
En el proceso ordinario, la etapa discusoria tiene lugar a pesar de que la discusión de las partes
verse sobre cuestiones de puro derecho. En esta circunstancia el tribunal, luego de la etapa de las
postulaciones, omite la apertura a prueba de la causa y ordena correr traslados para alegar.
En el juicio abreviado no está prevista esta etapa discusoria. El artículo 514 prescribe que:
“Recibida la prueba o vencido el plazo para su recepción, el tribunal llamará a autos para definitiva y
dictará sentencia”.
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11.2 Sentencia
11.2.1 Concepto. Formalidades. Congruencia. Clases de sentencia. Efectos
La sentencia es la resolución del tribunal que pone fin al procedimiento, luego de su integral
tramitación. Como resolución es una especie de acto jurídico procesal, formal, que reviste los caracteres
de un instrumento público; ello es así ya que se trata de un acto otorgado por un funcionario público, en
ejercicio de sus atribuciones y en las formas que las leyes prescriben.
A través de la sentencia, la voluntad abstracta de la ley se hace real y operante en lo concreto.
Reconstruidos los hechos, el magistrado se ve en la necesidad de realizar un diagnóstico
concreto: ya no se trata de la mera descripción de los sucesos sino de su calificación jurídica.
Es de destacar, que el juez al momento de dictar sentencia se encuentra formalmente limitado:
así los hechos controvertidos fijados por las partes imponen una primera limitación; también lo restringen
las pautas que debe utilizar en su razonamiento y los presupuestos procesales que regulan su decisión.
Para la validez de la sentencia se exige el cumplimiento de determinados requisitos, de los
cuales depende su eficacia. En este sentido, es necesario distinguir entre las formalidades extrínsecas y
las formalidades intrínsecas.
Formalidades:
- Formalidades extrínsecas:
Formalidad Consiste
Lugar y fecha La sentencia debe contener mención del lugar y fecha en que se dicta. La
indicación de la fecha permite establecer si fue pronunciada en día hábil y si lo
fue dentro del plazo que la ley le fija para el efecto.
En los juicios abreviados, ejecutivos y especiales, el plazo para resolver es de 20
días hábiles; en los juicios ordinarios e plazo es de sesenta días hábiles. El
vencimiento del plazo es causal de recusación del juzgador; pero, si no ha sido
articulada la recusación, la resolución que se dicte luego de vencido el plazo es
plenamente válida.
La fecha debe ser completa, consignando mes y año, con claridad y exactitud,
expresada en letra y no en números, debiendo corresponder al día en que se
firmó la sentencia.
Idioma La sentencia es un instrumento público y, en consecuencia, sólo puede ser
redactada en idioma nacional; pero ello no obsta a que puedan hacerse citas o
transcripciones en idioma extranjero.
Escritura La sentencia debe ser escrita a máquina en tinta negra, en no más de 25
renglones, en papel oficial con el escudo de la Provincia de Córdoba.
Firma Es requisito formal de las sentencias, como todas las resoluciones judiciales, la
firma del juez o de los integrantes del tribunal.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
El artículo 120 del CPC establece: “Las sentencias y autos serán suscriptos por
el juez o los miembros del tribunal, en doble ejemplar, incorporándose uno al
protocolo correspondiente y agregándose el otro al expediente. En el caso del
tribunal colegiado, si por impedimento ulterior a la deliberación, alguno de los
miembros no pudieran firmar, se hará constar por el secretario y la sentencia será
igualmente válida”.
Foliatura En el protocolo de sentencia se archiva el original y para su localización e
individualización se hace constar en el margen superior derecho el número de
folio en que fue archivada.
Doble ejemplar El original se archiva en el protocolo de sentencia y su copia se glosa en el
expediente respectivo.
- Formalidades intrínsecas: Los requisitos intrínsecos de la sentencia son los que se refieren a su
contenido. En este sentido, el artículo 329 del CPC dispone: “La sentencia deberá contener una relación
de la causa, que comprende el nombre de los litigantes, el objeto de ésta, los hechos alegados pudiendo
referirse a los escritos de las partes, el derecho aplicable y la resolución que sea su consecuencia”.
La sentencia se compone de tres partes: vistos, considerando, resolución o decisión.
1) Vistos: La primera parte de la sentencia es llamada “vistos”, porque se consigna en ella lo que
resulta de los autos. En ellos, el juez hace un resumen de la demanda y contestación, así como de los
trámites cumplidos en el expediente hasta el llamamiento de los autos. Los vistos deberán contener:
I) Indicación de las partes actuantes.
II) Descripción de los hechos: el juez hará un resumen de los hechos expuestos por el actor en la
demanda y por el demandado en su contestación.
III) Pretensión del actor: es indispensable establecer el objeto de la demanda porque constituye uno de
los elementos de la cosa juzgada y a él debe referirse expresamente la sentencia: la pretensión del actor
y la actitud asumida por el demandado.
IV) Descripción de las defensas opuestas.
2) Considerandos: En esta segunda parte de la sentencia el juez fija los hechos y efectúa
razonamientos lógicos y valorativos indispensables para poder aplicar la ley al caso concreto.
Los considerando son la exteriorización del razonamiento del juez y constituyen el fundamento
de la sentencia. Son la mejor garantía contra la arbitrariedad judicial pues permiten la verificación de la
legalidad y justicia del fallo.
La fundamentación lógica de la sentencia no se rige únicamente por las reglas de la lógica
formal, sino que incluye además la “teoría de la argumentación”, la cual consiste en realizar una serie
concatenada de razonamientos convenientemente expuestos.
El juez utiliza también reglas de la experiencia. Se trata de reglas comunes o generales, y no
aquellas que, por los particulares conocimientos del juzgador, pueden ser hechas valer en juicio.
Según Alsina, esta operación comprende tres partes: el examen de la prueba; la determinación
de la norma aplicable, y el examen de las condiciones de la acción. Veamos al respecto el siguiente
cuadro:
Parte Consiste
Examen de la prueba Para la reconstrucción de los hechos el juez examina los documentos, analiza
las declaraciones de los testigos, aprecia los informes, etc. Ello le permite
comprobar la existencia o inexistencia de los hechos alegados por el actor y el
demandado, y establece si ellos han sido alegados en tiempo oportuno, si son
conducentes a los efectos de la litis, etc.
Determinación de la Establecido los hechos, el juez procede a valorar su significación jurídica. Para
norma aplicable eso el juez comienza por ubicarlos dentro de los tipos que la ley considera al
formular las categorías de los actos jurídicos, lo que lo conduce a la calificación
de la acción y a la determinación de la norma aplicable. El juez, a ese efecto,
actúa con independencia del derecho invocado por las partes, en virtud del
principio “iura novit curia”.
Examen de las Establecidos los hechos y determinada la norma que rige la cuestión en el
condiciones de la litigio, el juez resolverá sobre la procedencia o improcedencia de la acción
acción deducida. El acogimiento de la demanda en la sentencia está supeditado a la
concurrencia de tres condiciones:
1) Derecho: es necesario que la situación concreta, que la demanda plantea,
esté amparada por una normal legal.
2) Calidad: la calidad es la conformidad entre el sujeto que deduce la
demanda y aquel a quien la norma ampara (legitimación activa); y la
conformidad entre el sujeto a quien se demanda y aquél contra el cual la
norma ampara (legitimación pasiva).
3) Interés: no basta justificar el derecho, sino que es necesario tener interés
en el pronunciamiento, pues, sin interés no hay acción.
3) Parte dispositiva: Es en esta parte en donde el juez pronuncia su fallo y es ella la que produce
los efectos de la cosa juzgada. Establece el artículo 327 del CPC: “La sentencia deberá contener la
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DERECHO PROCESAL II
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decisión expresa con arreglo a la acción deducida en el juicio, declarando el derecho de los litigantes,
dictando la condenación o absolución a que hubiere lugar y el pronunciamiento sobre costas y honorarios.
Salvo disposición legal en contrario, los tribunales formarán su convicción respecto e la prueba,
de conformidad con las reglas de la sana crítica racional. No tendrán el deber de expresar en la sentencia
la valoración de toadas las pruebas producidas, sino únicamente de las que fueren esenciales y decisivas
para el fallo de la causa”. Por lo tanto, la sentencia definitiva deberá contener los requisitos que se
enuncian a continuación:
Requisito Contenido
Una decisión expresa El juez no puede dejar de fallar por silencio, insuficiencia u oscuridad de la
ley.
La sentencia deberá contener una decisión expresa e acuerdo a la “acción”
deducida en juicio. Sin embargo, la acepción “acción” debe entenderse como
“pretensión”, esto es, el contenido concreto del poder de acción.
Una decisión positiva y
precisa
Principio de Conforme al sistema dispositivo, la plataforma fáctica del litigio es fijada por
congruencia las partes, a través de los escritos de postulación.
El artículo 330 del CPC, con relación al principio de congruencia, dispone:
“El tribunal deberá tomar por base en la sentencia la exposición de los
hechos contenidos en los escritos de demanda y contestación o de
ampliación, en su caso”.
Al momento de decidir, el juez debe respetar los tres elementos
configurativos de la pretensión: sujetos, objeto y causa.
En cuanto a los sujetos, la sentencia sólo puede contener pronunciamiento
con respecto a quienes hayan revestido en el proceso la calidad de partes.
En lo que concierne al objeto, el principio de congruencia requiere que el
juez emita pronunciamiento sobre “todas” las pretensiones y oposiciones
formuladas por las partes y “sólo” sobre ellas, respetando los límites
cualitativos y cuantitativos.
En lo que respecta a la causa, el fallo debe adecuarse a la concreta
situación de hecho invocada por ambas partes a fin de delimitar los términos
de su pretensión u oposición.
Separación de Cuando sean varios los puntos litigiosos, la sentencia contendrá
cuestiones diversas separadamente la resolución que corresponda a cada uno de ellos.
Reglas para las Cuando la sentencia contenga condenación al pago de frutos, intereses o
sentencias que daños y perjuicios, fijará su importe en cantidad líquida o establecerá, por lo
condenen al pago de menos, las bases sobre las que haya de hacerse la liquidación. Si no pudiera
frutos, intereses, daños o cumplirse con esta prescripción, por imposibilidad no imputable a la prueba,
perjuicios. el tribunal podrá fijar prudencialmente el monto, mediando las siguiente
circunstancias:
1) Que la existencia de la obligación y su exigibilidad hayan sido
demostradas.
2) Que la duda del tribunal recaiga sólo sobre el número, el valor de las
cosas o la cuantía de los daños y perjuicios que se reclamen.
3) Que no haya sido posible determinar los extremos a que se refiere el
punto anterior, pese a la diligencia puesta por aquel a quien incumbe la
carga. La determinación del monto de la condena deberá responder a lo que
es habitual en circunstancias análogas a las demostradas en autos, optando
por la más moderada.
Clases de sentencias:
Toda sentencia es declarativa en cuanto ella no tiene otro efecto que el de reconocer un derecho
que el actor ya tenía cuando inició la demanda. En algunos casos el interés del actor se satisface con la
declaración contenida en la sentencia, y, entonces, la sentencia es meramente declarativa. En otros
casos, es necesario imponer además una prestación al demandado (dar, hacer o no hacer) y en ese
supuesto la sentencia es condenatoria. Por último, la declaración puede importar la constitución de un
nuevo estado jurídico (divorcio, separación de bienes, etc.), encontrándonos, en consecuencia, ante una
sentencia constitutiva.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
Pero una vez notificada la sentencia, concluye la jurisdicción del juez respecto del pleito y no
puede hacer en ella variación ni modificación alguna. Ello, sin embrago, no le impide continuar actuando
en el proceso para las diligencias ulteriores, pues la extinción de su jurisdicción se refiere sólo a la
cuestión decidida.
También está facultado el juez para aclarar, corregir o subsanar una omisión en la sentencia, a
pedido de cualquiera de las partes, para lo cual, éstas deben interponer la aclaratoria de la sentencia.
b) Retroactividad: Como consecuencia del carácter declarativo de la sentencia, sus efectos se
proyectan hacia el pasado, porque el transcurso del tiempo durante la tramitación del juicio no debe
perjudicar a quien tenía derecho, sino a quien obligó al litigio para reconocerlo.
Los efectos de la sentencia, en cuanto al tiempo, varían según la naturaleza de la pretensión. En
las meramente declarativas, se extiende hasta el momento de la constitución del derecho. En las
sentencias de condena, unas veces los efectos se remontan a la época de la interposición de la demanda
y otras al día en que la sentencia pasa autoridad de cosa juzgada. Finalmente, en las sentencias
constitutivas proyectan sus efectos para el futuro.
c) Cosa juzgada: En el proceso, las partes persiguen obtener del juez una declaración por la cual
se decida definitivamente la cuestión litigiosa, de manera que no sólo no pueda ser discutida de nuevo en
el mismo proceso, sino en ningún otro futuro (non bis in idem); y que, en el caso de contener una
condena, puede ser ejecutada sin nuevas revisiones. Este efecto de la sentencia, es el que se designa
con el nombre de cosa juzgada, que significa “juicio dado sobre la litis”, y puede ser opuesta como
excepción. Esto está condicionado por la exigencia de que la acción a la cual se oponga sea la misma
que motivó el procedimiento. Por lo tanto, la excepción de cosa juzgada procederá cuando en ella
coincidan: a) los sujetos; b) el objeto, y C) la causa.
La cosa juzgada se traduce en las siguientes consecuencias prácticas:
1) La parte condenada, o cuya demanda ha sido rechazada, no puede en una nueva instancia
discutir la cuestión ya decidida (efecto negativo).
2) La parte cuyo derecho ha sido reconocido por una sentencia, puede obrar en justicia sin que a
ningún juez le sea permitido rehusarse a tener en cuenta esa decisión (efecto positivo).
Es necesario distinguir entre cosa juzgada formal y cosa juzgada material:
I) Cosa juzgada formal: Se refiere a la imposibilidad de reabrir la discusión en el mismo proceso,
sea porque las partes han consentido el pronunciamiento de primera instancia, sea por haberse agotado
los recursos ordinarios y extraordinarios cuando ellos procedan; pero sin que obste a su revisión en un
juicio posterior.
II) Cosa juzgada material: Se produce cuando a la irrecurribilidad de la sentencia se agrega la
inmutabilidad de la decisión. Puede, así, haber cosa juzgada formal sin cosa juzgada material pero no a la
inversa, porque la cosa juzgada material tiene como presupuesto a la cosa juzgada formal.
La cosa juzgada material se refiere al contenido de la sentencia, y sus caracteres son la
inmutabilidad y la coercibilidad.
La terminación del proceso presenta una doble manifestación: normalmente finaliza con el
pronunciamiento definitivo, es decir, con la sentencia. Sin embargo, los códigos legislan otros modos de
extinción del proceso que no son comunes, y que se producen por:
a) La voluntad de actor o demandado;
b) La voluntad de ambas partes (allanamiento, desistimiento, conciliación y transacción);
c) por circunstancias distintas, fundadas generalmente en inactividad del actor (perención de
instancia).
12.1 Desistimiento
12.1.1 Concepto. Clases. Forma. Efectos
El desistimiento es una forma de renuncia es el acto por el cual el actor manifiesta en forma
inequívoca su propósito de no continuar el proceso.
Clases:
El desistimiento puede ser de dos clases:
a) Desistimiento del juicio: El desistimiento del juicio implica la extinción del trámite procesal,
dejando a salvo el derecho material del actor. Por ello mismo, se denomina también desistimiento de la
acción.
Puede tener su origen en el común acuerdo de las partes o en la voluntad unilateral del actor. En
el primer supuesto, el CPC en el artículo 349 dispone: “En cualquier estado de la causa anterior a la
sentencia, las partes, de común acuerdo, podrán desistir del juicio manifestándolo por escrito al tribunal
quien, sin más trámite, lo declarará extinguido y ordenará el archivo de las actuaciones”.
Cuando el desistimiento del juicio proviene de la voluntad unilateral del actor, se requiere la
conformidad del demandado, ya que este puede pretender que el proceso continúe y se extinga
liberándolo con el efecto de cosa juzgada material. En tal sentido, el CPC en el artículo 349 segundo
párrafo dispone: “Cuando el actor desistiere del juicio después de notificada la demanda deberá requerir
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la conformidad del demandado, a quien se le dará traslado notificándosele bajo apercibimiento de tenerlo
por confeso en caso de silencio. Si mediare oposición, el desistimiento carecerá de eficacia y proseguirá
el trámite de la causa”.
b) Desistimiento del derecho: El desistimiento del derecho constituye el acto por el cual el actor
manifiesta su voluntad de renunciar al derecho material invocado. Importa una renuncia de la pretensión
de fondo hecha valer en el proceso.
Forma:
El desistimiento debe manifestarse en forma expresa de forma tal que no deje lugar a dudas.
Respecto de las formalidades que se requieren para su validez, es necesario distinguir entre el
desistimiento del juicio y desistimiento de un solo acto del procedimiento; el primero importa la extinción
de la relación procesal, en tanto que el segundo sólo tiene consecuencia respecto del acto al cual se
refiere, y que según las circunstancias del juicio puede ser realizado por el actor o por el demandado.
Desde otro punto de vista, el desistimiento de la acción y el del derecho puede efectuarse en
forma expresa o tácita. El desistimiento tácito de la acción resulta del abandono del juicio durante el plazo
establecido por la ley para mantener la instancia.
El desistimiento expreso implica un acto positivo que deberá ser aceptado por el demandado,
quien podrá prestar o negar su conformidad.
El desistimiento debe ser efectuado por escrito, en términos claros y precisos.
Efectos:
En cuanto a los efectos, el desistimiento del derecho trae como consecuencia, además de la
extinción del juicio, que el actor no podrá promover otra vez un nuevo juicio fundado en la misma causa
de pedir y por el mismo objeto. Por eso este tipo de renuncia, como tiene efecto liberatorio, no requiere la
conformidad de la parte contraria, y en consecuencia concluye el juicio sin más trámite.
Sin embargo, debe advertirse que este acto puede ser no vinculante para el juez, quien tiene
facultades para desestimarlo; ello podría suceder, por ejemplo, si versa sobre derechos no disponibles o
que se encuentren involucrados con el orden público.
En cambio, en el desistimiento del juicio, al importar solamente la renuncia al trámite, podrá el
renunciante entablar otro juicio por el mismo y por la misma causa.
Finalmente corresponde decir que el desistimiento puede revocarse. En tal sentido el artículo 351
del CPC dispone: “El desistimiento no se presume y podrá revocarse hasta tanto el tribunal se pronuncie,
o surja del expediente la conformidad de la contraria”.
12.2 Conciliación
12.2.1 Concepto. Alcance y contenido
La conciliación significa “acuerdo o avenimiento de partes que, mediante renuncia, allanamiento
o transacción, hacen innecesario el litigio pendiente o evitan el litigio eventual”.
Alcance y contenido:
El principal objeto de la conciliación es la desactivación del litigio o la eliminación del conflicto;
también su misión se dirige al reajuste de las pretensiones de las partes por acuerdos parciales.
Así, por medio de la conciliación, puede acordarse la totalidad de lo discutido o sólo algún
aspecto del objeto litigioso. En este último caso, el acuerdo puede ser homologado por el tribunal y el
trámite continuará respecto de los puntos en que no hubo avenimiento.
Desde otro punto de vista, la conciliación puede abarcar la pretensión principal, las accesorias o
conexas.
El acuerdo tendrá efecto obligatorio o vinculante, sólo cuando los acuerdos alcancen a derechos
disponibles.
12.3 Transacción
En su acepción vulgar, el vocablo transacción se emplea para designar cualquier convenio o
acuerdo celebrado entre dos o más personas. Se habla entonces de transacciones financieras, bursátiles,
inmobiliarias, etc.
En su significación jurídica, la transacción constituye un acto jurídico bilateral, por el cual las
partes, haciéndose concesiones recíprocas, extinguen obligaciones litigiosas o dudosas.
Cuando la transacción versa sobre derechos litigiosos se requiere para su validez la
presentación del convenio ante el juez de la causa. El acuerdo así logrado puede producir efectos
procesales y sustanciales:
a) Su homologación implica la finalización anticipada del pleito.
b) Extingue los derechos y obligaciones a los que los litigantes hubieren renunciado.
c) Produce los efectos propios de la autoridad de cosa juzgada.
La transacción produce efectos entre las partes, sus herederos y sucesores; pero resulta
inoponible a terceros ya que en este sentido funciona la regla “res inter alios acta”.
El artículo 353 del CPC regula la transacción y establece las condiciones requeridas para que
produzca consecuencias procesales, estableciendo: “Las partes podrán hacer valer la transacción del
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DERECHO PROCESAL II
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derecho litigioso, con la presentación del convenio o suscripción de acta ante el tribunal. Este se limitará a
examinar la concurrencia de los requisitos exigidos por la ley para la validez de la transacción, y la
homologará o no. En este último caso, continuarán los procedimientos del juicio”.
En cuanto a la forma, la transacción puede hacerse por escritura pública o por documento
privado, pero, en cualquiera de los casos, no produce efectos sino desde el momento de su presentación
al juez de la causa, pudiendo las partes hasta entonces desistir de ella. Puede celebrarse también
verbalmente en presencia del juez, levantándose acta que firman las partes.
Perención de instancia:
1. Concepto de instancia: Se puede definir a la instancia como el periodo que se extiende desde
la demanda principal hasta la sentencia; o desde la interposición del recurso de apelación hasta la
sentencia que sobre él se dicte. Se habla entonces de primera o segunda instancia.
Dentro de esta acepción de instancia, la doctrina y jurisprudencia se encuentran divididas. Para
una parte, la instancia es “el conjunto de actos procesales que se realizan en un periodo de tiempo que se
extiende desde una petición procesal, hasta el dictado del pronunciamiento que la resuelve”. En cambio,
para otra parte de la doctrina, para que haya instancia es necesario que, además, exista un “derecho
controvertido”.
La importancia práctica de la diferencia consiste en que si la instancia presupone
necesariamente la existencia de una “controversia”, en aquellos procedimientos no contradictorios en los
cuales no hay partes en sentido procesal, ni controversia de intereses, no puede hablarse de caducidad
de instancia.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
En cuanto a los efectos de la resolución que declara la perención, esta posee efectos
declarativos y constitutivos:
a) Declarativo: porque dicha resolución no constituye un nuevo estado jurídico antes inexistente, sino que
tiene mero carácter declarativo, retroactivo a la fecha en que la extinción de la instancia se produjo.
b) Constitutivo: en tanto que la perención no se opera de pleno derecho ni se declara de oficio, sino que
sólo puede declararse por vía de “acción”, pues cualquier acto procesal de impulso la purga. Esta
circunstancia, a su vez, posibilita que se declare la perención del incidente de perención y “reviva” el
procedimiento principal, como si la perención nunca hubiera sido pedida.
4. Perención del incidente de perención: No existe ningún impedimento para que, deducida la
perención del principal, puede plantearse la del incidente, pues, desde que se admite la existencia de un
proceso principal y un proceso incidental, encaminados ambos al logro de una decisión judicial que
resuelva el planteo y aún cuando el objetivo o finalidad de cada uno de ellos sea disímil, aparece como
razonable que ambos puedan perecer de acuerdo a las instancias en que transcurran cada uno de estos
procesos.
5. Plazos y cómputos: Dispone el artículo 339: “La perención de instancia sólo puede ser
declarada a petición de parte, y se producirá cuando no se instare su curso dentro de los siguientes
plazos:
1) Un año en primera o única instancia.
2) Seis meses en los procedimientos incidentales y en segunda o ulterior instancia.
3) En el que se opere la prescripción del derecho si fuere menor a los indicados precedentes.
4) De un mes, en el incidente de perención de instancia.
La instancia se abre con la promoción de la demanda aunque no hubiere sido notificada la
resolución que la dispone”.
Respecto al cómputo del plazo, el artículo 340 del CPC dispone: “Los plazos se computarán
desde la última petición de parte o actuación del tribunal que tuviere por efecto impulsar el procedimiento.
Para el cómputo de los plazos no se contará el tiempo en que el procedimiento hubiere estado
suspendido por acuerdo de partes, por fuerza mayor o por disposición del tribunal salvo que, en este
último caso, la reanudación del trámite quedare supeditada a actos procesales que deba cumplir la parte
a quien incumbe impulsar el proceso.
Para los plazos de seis meses o menores, salvo los de prescripción, no se computará la feria del
mes de enero”.
El Código de la nación excluye los días que correspondan a las ferias judiciales del cómputo del
plazo de perención, en razón de que las partes no pueden, durante su transcurso, realizar actos de
impulso y porque la solución contraria ocasiona una manifiesta desigualdad.
6. Legitimación activa y pasiva: El artículo 343 del CPC dispone: “Pueden pedir la declaración de
perención:
1) En primera o única instancia: el demandado o reconvenido.
2) En los procedimientos incidentales: el contrario de quien los hubiera promovido.
3) En segunda o ulterior instancia: la parte recurrida”.
Por su parte, con relación al sujetos pasivo, el artículo 344 establece: “La perención opera contra
la contraparte, aunque esta sea el Estado, los institutos públicos, los incapaces o cualquiera otra persona
que no tenga libre administración de sus bines, sin perjuicio de la responsabilidad de sus representantes.
Esta disposición no se aplicará a los incapaces que carecieren de representación legal”.
7. Casos en que no opera la perención: La perención de instancia resulta ajena a los procesos
“voluntarios” o extracontenciosos, como son los sucesorios, la división de condominio, las mensuras, las
presentaciones conjuntas de separación personal o de divorcio, etc., salvo cuando se transformen total o
parcialmente en contenciosos, a raíz de pretensiones o reclamos deducidos por los peticionarios o por
terceros intervinientes en esas actuaciones.
8. Trámite: Solicitada la perención se correrá traslado a la contraria por cinco días. Si se abriere a
prueba el incidente, el plazo no excederá de 10 días. Contestado el traslado o vencido el periodo
probatorio, se dictará resolución sin más trámite.
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DERECHO PROCESAL II
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La mediación encuentra fundamento en la ineficacia del sistema judicial frente a una gran
acumulación de causas en su ámbito. La mediación se hace necesaria ante el aumento del número de
causas en los tribunales, los altos índices de adversarialidad de los litigantes y el abuso de instancias,
recursos e incidentes en tribunales de primera instancia.
El mediador es el tercero imparcial que posee un especial entrenamiento en las artes o técnicas
experimentales al efecto y que ingresa a la escena del conflicto, sin facultades dirimentes. Su intervención
se dirige a incidir en las partes a fin de que lleguen a un acuerdo.
El mediador debe tener además titulo de abogado, condiciones de idoneidad específicas; esta
aptitud se obtendrá del entrenamiento que hayan efectuado estos sujetos a fin de desempeñar la tarea
encomendada.
La tarea del mediador se sintetiza en la conducción de las partes para lograr un acuerdo. En tal
sentido inicialmente deberá identificar los puntos de controversia, acomodar sus diferencias y
experimentar con fórmulas transaccionales optativas a fin de superar el conflicto.
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Las partes deben comprometerse a mantener la confidencialidad de todo lo que se diga en las
sesiones.
Si la mediación tiene éxito, las partes arribarán a un acuerdo que será elaborado por el mediador
con las partes asistidas técnicamente. A ese fin se labrará un acta en la que se deje constancia de los
términos en que han acordado. Desde el punto de vista formal, se requiere que sean instrumentados por
escrito en un acta.
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DERECHO PROCESAL II
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2- La consignación de alquileres: Procede cuando el locatario pretende abonar los alquileres por
vía judicial por entender que concurren algunos de los supuestos del artículo 757 del CC, como por
ejemplo: acreedor que no quiera recibir el pago, fuese incapaz para ello, estuviese ausente, fuese dudoso
el derecho del acreedor o hubiere varios pretendientes, acreedor desconocido, et.
3- La acción declarativa de certeza: Se sustancia por el trámite del juicio abreviado la acción
declarativa de certeza del artículo 413, que prescribe: “El que ostente un interés legítimo puede entablar
acción a fin de hacer cesar un estado d incertidumbre, que le causa perjuicio sobre la existencia, alcance
o modalidades de una relación jurídica, aún sin lesión actual”. Se denomina pretensión declarativa a
aquella que tiende a obtener un pronunciamiento que elimine la falta de certeza sobre la existencia,
eficacia, modalidad o interpretación de una relación o estado jurídico. De allí que la característica
fundamental de este tipo de pretensiones consista en la circunstancia de que la mera declaración de
certeza resulta suficiente para satisfacer el interés de quien la propone.
4. El pedido de alimentos y litis expensas: En la Ciudad de Córdoba, donde existe un fuero de
familia, es competencia de este fuero el pedido de alimentos. En los lugares en donde no existe el fuero
de familia se tramitará por el procedimiento del juicio abreviado.
La pretensión de alimentos comprende no sólo lo necesario para la subsistencia, sino que
incluye también a la habitación, vestimenta, asistencia médica, recreación, necesidades culturales y
educación.
5- Los incidentes: Por supuesto que el inciso hace referencia a los incidentes que no tengan un
trámite determinado por el CPC
6- Todos los casos para los cuales la ley sustantiva establece el juicio sumario u otra expresión
equivalente.
7- Los demás casos que la ley establezca”.
Estructura:
Diferencias con el proceso ordinario
a) En el juicio abreviado, en la etapa de las postulaciones deben ofrecerse todas las pruebas que
las partes pretendan hacer valer, con excepción de la absolución de posiciones y de la prueba
documental.
En el juicio ordinario en cambio, la prueba deberá ser ofrecida e instada en la etapa probatoria,
que se inicia con el decreto de apertura a prueba. La excepción se da respecto a la prueba documental
que será ofrecida en los escritos de postulación, sin perjuicio de que también pueda hacerse en otros
momentos.
b) El plazo probatorio en el juicio abreviado es de 15 días, en tanto que en el juicio ordinario el
plazo es de 40 días, contemplando la ley la posibilidad de solicitar un plazo extraordinario de 60 o 100
días, según los casos.
c) El plazo para contestar la demanda es menor en el juicio abreviado.
d) No pueden plantearse excepciones en forma de artículo previo.
e) No existe apertura a prueba de la causa, sino que la notificación del decreto que provee toda
la prueba determinada la forma de computarse el periodo probatorio.
f) Todos los plazos son fatales.
g) En la etapa decisoria se reduce el plazo para dictar la sentencia definitiva contra la cual
proceden los mismos recursos que el proceso ordinario.
Diligencias preliminares
Con anterioridad a la interposición de la demanda, y excepcionalmente durante sus etapas
iniciales, son admisibles las medidas preparatorias y también las de prueba anticipada.
La expresión diligencias preliminares agrupa una doble categoría de medidas procesales. Por
una parte, aquellas medidas destinadas a la preparación del procedo de conocimientos y, por otra,
aquellas destinadas a la conservación de pruebas o a la producción anticipada de pruebas.
Las diligencias preliminares, son aquellas que tienen por objeto asegurar a las partes la
idoneidad y precisión de sus alegatos, permitiéndoles el acceso a elementos de juicio susceptibles de
delimitar con la mayor exactitud posible los elementos de su futura pretensión u oposición, o la obtención
de medidas que faciliten los procedimientos ulteriores.
Las medidas conservatorias de prueba, en cambio, tienen por objeto la producción anticipada de
ciertas medidas probatorias frente al riesgo de que resulte imposible o sumamente dificultoso hacerlo
durante el período procesal correspondiente.
El artículo 415 del CPCC establece que lo establecido para el juicio ordinario, incluso las
medidas preparatorias, será aplicable al abreviado. Por lo tanto, a tenor de este artículo, debe entenderse
procedente la posibilidad de solicitar medidas preparatorias en el proceso abreviado.
Rebeldía:
Establece el artículo 509 del CPC: “Si el demandado no compareciere en el plazo de citación, se
lo tendrá por rebelde sin declaración alguna”.
13.2 Incidentes
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DERECHO PROCESAL II
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Clases:
Criterio Se denominan Consisten
Según el Nominados e Incidentes nominados: su trámite está regulado
trámite por el innominados o específicamente en la legislación procesal y supletoriamente
cual se genéricos se aplican las normas del juicio abreviado.
sustancian Incidentes innominados o genéricos: se rigen por el
procedimiento del juicio abreviado.
Según el Suspensivos y no Suspensivos: Los incidentes que impidieren la prosecución
efecto suspensivos de la causa principal se sustanciarán en la misma pieza de
autos, quedando entre tanto en suspenso el curso de
aquélla.
No suspensivos: Los incidentes no suspensivos se tramitan
por cuerdas separadas, y no afectan el desarrollo del juicio
principal.
Como regla, los incidentes no suspenden el trámite del
proceso principal.
Articulación simultánea:
Por aplicación de los principios de eventualidad, concentración, celeridad y buena fe procesal,
todos los incidentes que pudieran plantearse deberán ser articulados simultáneamente en un mismo
escrito, siempre que sea posible su tramitación conjunta.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
Títulos fiscales:
La acción ejecutiva por la que se persigue el cobro judicial de un tributo municipal, se
fundamenta en las potestades que la provincia tiene constitucionalmente reservadas en materia
impositiva, y la Ley Orgánica Municipal 8102. Es que el Estado provincial o el municipio se encuentran
investidos de autoridad suficiente para establecer los recursos que le permitan afrontar los gastos
necesarios para el cumplimiento de sus funciones, pudiendo determinar los tributos, las tasas y las
contribuciones que ha de percibir fijándolos mediante leyes u ordenanzas sancionadas en el órbita de su
respectiva competencia. En este marco se emplaza al título ejecutivo fiscal que, además de los recaudos
de los títulos ejecutivos en general, deben observar en su texto la identificación de los sujetos activo y
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
pasivo, el deber tributario, el tipo de contribución adecuada y la obligación pura y simple de abonar una
suma líquida y determinada en dinero.
Trámite:
El demandado será emplazado para el reconocimiento de firma, o la manifestación en caso de
locación, bajo apercibimiento de ser tenido por confeso si no compareciere sin causa justificada, o no
hiciere manifestación alguna.
Es decir que, luego de citado el demandado pueden darse diversas hipótesis:
a) Que no comparezca: en este caso se le dará por reconocida la firma y por acreditada la
calidad de deudor o de locatario y de este modo quedará preparada la vía ejecutiva.
b) Que comparezca: Si el demandado comparece y exhibe los recibos correspondientes a los
arrendamientos que se le reclaman, el accionante no podrá entablar la demanda ejecutiva; si el citado
acredita el pago de parte del crédito reclamado, queda preparada la vía por la diferencia y sólo por ello
podrá demandarse ejecutivamente.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
El tribunal deberá, de oficio o a petición de parte, abrir a prueba la causa siempre que se
alegaren hechos acerca de los cuales no hubiere conformidad entre las partes. Abierta a prueba la causa,
el plazo no podrá ser mayor al de 15 días.
Finalmente, el artículo 553 establece tres hipótesis en las cuales el tribunal desestimará la
prueba. Ellas son:
1. Prueba manifiestamente inadmisible.
2. Prueba meramente dilatoria.
3. Prueba carente de utilidad.
Si se hubiera producido prueba, vencido el plazo respectivo, se correrá traslado por cinco días a
cada una de las partes para que alegue, reservándose los escritos en secretaría hasta el decreto de
autos.
Sentencia
La sentencia deberá resolver sobre la legitimidad de las excepciones opuesta y decidir llevar
adelante la ejecución o no hacer lugar a ella.
Cualquiera fuese la sentencia quedará siempre a salvo, al actor y al ejecutado, el derecho de
promover el juicio declarativo que corresponda, sin que puedan volver a discutirse en él las defensas
sobre las que ya recayó pronunciamiento, salvo que se fundaren en pruebas que no se pudieren ofrecer
en el ejecutivo.
La sentencia de remate, salvo que mediare consentimiento expreso del deudor, no podrá ser
ejecutada sin que el actor preste fianza u otras garantías de devolver lo que perciba con más los daños
que se causaren, si ella fuere revocada o se ordenare la devolución en juicio de repetición.
Recursos
La sentencia de remate será apelable, excepto por el demandado que no hubiere opuesto
excepciones. El recurso no tendrá efecto suspensivo.
Para las demás resoluciones regirán las siguientes reglas:
1) Durante la instancia únicamente la sentencia será apelable, salvo la resolución del incidente
de nulidad promovido por el demandado con fundamento en vicios de la citación inicial.
2) Durante la ejecución de la sentencia serán apelables las resoluciones que la ley declare tales
y las que recaigan en los incidentes de nulidad.
3) En ambas etapas se podrá apelar en los incidentes que no afecten el trámite del principal.
En todos los casos los recursos no tendrán efecto suspensivo.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
15.1 Desalojo
15.1.1 Concepto. Procedimiento. Reclamaciones excluidas. Sentencia y Recursos
El juicio de desalojo es un procedimiento breve y sumario, para reintegrar en el uso de la cosa a
quien, con título, reclama su libre disposición, excluyendo a los que ningún título pueden invocar para la
ocupación de la cosa o contra quien, habiendo tenido título para su ocupación, ha concluido.
Hablamos de un procedimiento de carácter sumario porque el demandado no puede oponer
excepciones previas, todos los plazos son fatales, no se admite plazo extraordinario de prueba, existe
limitación en el número de testigos, no se admite la alegación del hecho nuevo, no existen los alegatos y
la inapelabilidad de las interlocutorias es la regla.
El juicio de desalojo es un proceso de conocimiento limitado, característica que lo diferencia del
juicio abreviado que, aunque sumario, es un juicio cognoscitivo pleno, pues no hay limitación en materia
probatoria (sólo el número de testigos y la cantidad de peritos), como si existe en el juicio de desalojo.
Procedencia:
El CPC no establece a quien le compete la acción de desalojo (legitimación activa) sino que
solamente prevé contra quien procede (legitimación pasiva).
La acción de desalojo procede contra el locatario o sublocatario de inmuebles urbanos o rurales
o contra cualquier ocupante de los enumerados en el artículo 2462 del Código Civil, entre los que se
pueden mencionar:
a) El que poseyere en nombre de otro aunque con derecho personal a tener la cosa, como el
locatario o el comodatario.
b) Los que poseyeren en nombre de otro sin derecho a tener la cosa, como el depositario, el
mandatario, etc.
c) El que transmitió la propiedad de la cosa y se constituyó en poseedor a nombre del
adquirente.
d) El que continuó poseyendo la cosa después de haber cesado el derecho a poseerla, como el
usufructuario, acabado el usufructo.
e) El que continúa poseyendo la cosa después de la sentencia que anulase su título.
Ahora bien, el ejercicio de la acción de desalojo le corresponde a todo aquel que tenga derecho
de usar y gozar de un inmueble; o, dicho de otro modo, a quien ostente algún título para pretender su libre
disponibilidad (legitimación activa).
El artículo 750 del CPC prevé la posibilidad de articular “anticipadamente” la demanda de
desalojo (antes de expirar el plazo legal o contractual de la locación). Esta hipótesis –entiende la
doctrina- no sólo rige para el caso “puntual” de la locación, sino también, por caso, para la hipótesis de
“comodato escrito”, con plazo expreso de devolución de la cosa.
Es decir, es perfectamente posible que quien tenga derecho a usar y gozar de la propiedad,
promueva el reclamo restitutorio antes de que la obligación –legal o contractual- de devolver, sea exigible;
pero, en ese caso, la ley determina que las costas del proceso sean a cargo del peticionante, siempre que
el demandado no resista la pretensión y cumpla con reintegrar en tiempo el inmueble desocupado; de lo
contrario, la distribución del pago de los gastos causídicos y honorarios debe regirse por las pautas
establecidas en los artículos 130 y concordantes del CPC.
Trámite:
Conforme al artículo 751 del CPC, trámite procesal para la demanda de desalojo es el del juicio
abreviado, con las modificaciones que el propio título de la norma establece.
Es decir, con la demanda debe ofrecerse toda la prueba de la que haya de valerse el actor, salvo
la confesional y documental; la misma carga rige para el accionado; no hay declaración de rebeldía; la
prueba debe diligenciarse en un plazo de quince días; los testigos no pueden exceder el número de cinco,
salvo para el reconocimiento de la documental; la designación de perito debe recaer en una sola persona;
y solamente la sentencia es apelable (salvo las resoluciones que pongan fin a los incidentes no
suspensivos).
La citación al demandado se hará por cédula en el domicilio contractual y en el del inmueble
objeto del juicio. La citación se hará bajo apercibimiento de que, ante la falta de comparendo, o de
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
contestación de la demanda, el tribunal dictará sentencia, haciendo o no lugar al desalojo, a menos que
estimare necesario recepcionar prueba.
En el desalojo no hay reconvención, pudiendo el demandado hacer valer sus derechos en acción
independiente, que no interrumpirá los trámites ni suspenderá la ejecución de la sentencia de desalojo.
Ahora bien, pese a no haber reconvención”, el accionado puede plantear el derecho a retensión
por mejoras en la contestación de la demanda. Contestada la demanda, se corre traslado por seis días al
actor para que conteste y ofrezca pruebas. La cuestión se decide en la sentencia.
El pronunciamiento, en tal caso, resolverá sobre la procedencia de la acción de desalojo, y –en
caso de prosperar- respecto a la legitimidad del derecho a retensión. Si se acogiera este último, el
accionante podrá igualmente efectivizar el lanzamiento, pagando las mejoras que se trate, u ofreciendo
garantía por su monto.
Alcance de la sentencia:
La sentencia se hará efectiva contra todos los que ocupen el inmueble, aunque no hayan sido
mencionados en la diligencia de la notificación o no se hubiesen presentado en el juicio.
Reclamaciones excluidas:
El art. 765 estipula que ni el cobro de alquileres, ni las mejoras, ni los deterioros del inmueble
serán materia del juicio de desalojo.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
Concluimos entonces que sólo están legitimados para solicitar la división de condominio los que
posean la cosa común en virtud de un título que justifique la calidad de condominio en relación a ésta, y
aquellos a quienes se reconozca, sin contradicción alguna, el carácter de comuneros.
Sin embargo, está legitimado quien, aunque la calidad de comunero le sea negada, tenga la
posesión de la cosa y exhiba justo título que conste en instrumento público, y que este instrumento no sea
redargüido de falso.
Finalmente, ejecutoriada la sentencia, se citará a las partes a una audiencia para el
nombramiento de un perito partidor y tasador, o un martillero, según corresponda, y para que convengan
la forma de la división, si no se hubiere establecido en la sentencia. Para su designación y procedimientos
ulteriores, se aplicarán las disposiciones relativas a la división de herencia, en el primer caso, o las del
juicio ejecutivo, en el segundo.
División extrajudicial de bienes: Dispone el artículo 727 del CPC: “Si se pidiere la aprobación de
una división de bienes hecha extrajudicialmente, el tribunal, previas las ratificaciones que
correspondieren, y las citaciones necesarias en su caso, resolverá aprobándola o rechazándola”.
Se trata del supuesto en que los condóminos han procedido extrajudicialmente a realizar la
división, y procuran de esta forma su aprobación judicial y su homologación. Si fracasara la división
extrajudicial por cualquier motivo, podrá recurrirse a la división judicial de la cosa común.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
2. El sucesor singular, que es aquel al cual se transmite un objeto particular que sale de los
bienes de otra persona; es aquel a quien se le transmite un bien u objeto determinado, normalmente, a
través de un acuerdo de voluntades (por ejemplo: un contrato de compraventa).
Medidas preventivas:
Las medidas preventivas en el juicio sucesorio pueden conceptualizarse como resoluciones, de
naturaleza cautelar, tendientes a preservar y resguardar los bienes que integran la sucesión.
Son medidas meramente conservatorias que se adoptan aun cuando el vínculo invocado por el
peticionante no se haya acreditado en forma fehaciente, bastando al efecto acreditar el fallecimiento del
causante, la verosimilitud del derecho invocado y el peligro de la demora. Si el tribunal lo considera
necesario, dispondrá que se otorgue contracautela.
Dispone el artículo 649 del CPC que: “Los tribunales deberán adoptar medidas conservatorias
sobre los bienes de una sucesión:
a) Cuando lo solicite alguna persona invocando su calidad de heredero, legatario de parte
alícuota, acreedor o albacea.
b) De oficio, cuando no hubiere herederos conocidos o todos ellos estuvieren ausentes, cuando
fueren incapaces y no tuvieren representante legítimo.
c) Cuando lo solicite el asesor letrado en nombre de un incapaz”.
Por su parte, el artículo 650 del CPC realiza una enumeración descriptiva de las medidas de
carácter urgente que deberán adoptar los tribunales, a saber:
1. Providencias indispensables para la seguridad de los bienes, libros y papeles de la sucesión.
2. Inventariar los bienes y depositarlos en persona responsable, prefiriendo al cónyuge, si
hubiere convivido con el difunto, o a los parientes más próximos a éste.
3. Hacer conocer inmediatamente el fallecimiento del autor de la sucesión y las medidas
adoptadas a los interesados, si fueren ciertos y estuvieren en lugar conocido o, de lo contrario, hacer un
llamamiento por edictos en la forma ordinaria a todos los que se considere con derecho a la herencia,
para que comparezcan dentro de los veinte días siguientes al de la última publicación del edicto, con los
justificativos de su parentesco o su crédito.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
a) Las demandas concernientes a los bienes hereditarios, hasta la partición inclusive, cuando
son interpuestas por alguno de los sucesores universales contra sus coherederos.
b) Las demandas relativas a las garantías de los lotes entre los copartícipes.
c) Las demandas relativas a la ejecución de las disposiciones del testador.
d) Las acciones personales de los acreedores del difunto, antes de la división de la herencia.
En este último supuesto el fuero de atracción se ejerce sobre las acciones personales
patrimoniales pasivas, es decir, sobre aquellos en que el causante o los herederos son demandados (no
en los que son actores).
El fuero de atracción cesa una vez que se han practicado y aprobado las operaciones de
partición de los bienes del acervo hereditario.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
b) Si la oposición versare sobre los lotes asignados, el tribunal procederá al sorteo de aquellos
que fueren objeto de cuestión entre los respectivos adjudicatarios, a menos que los interesados prefieran
la venta de los bienes en ellos comprendidos para que la partición se haga en dinero.
Inventario:
En el día, hora y lugar indicado el perito dará comienzo a las operaciones levantando un acta en
la que se hará constar las circunstancias de lugar, fecha, hora y personas intervinientes.
Llámese inventario la descripción que se hace de los bienes dejados por el causante con el
objeto de individualizarlos y establecer su existencia al momento de su fallecimiento. El art. 674 del CPCC
establece el siguiente orden para el inventario: 1) dinero; 2) efectos públicos; 3) alhajas; 4) semovientes;
5) muebles; 6) inmuebles y 7) derechos y acciones. Sin embargo aclaramos que este orden no es
absoluto, ni produce nulidad su inobservancia. Con la misma precisión, y en el mismo acto, el perito hará
un inventario especial de las escrituras, documentos y papeles de importancia que se encuentren.
El inventario contendrá también la declaración jurada del tenedor de los bienes, si lo hubiere, de
que no existen otros en su poder pertenecientes a la sucesión, y será firmado por el perito, el funcionario
interviniente y los interesados, si quisieren hacerlo.
Administración de la herencia:
En muchos casos, frente a la demora que implica la tramitación del juicio sucesorio, será
necesario realizar actos de administración de los bienes de la sucesión.
Para ello el CPCC ha previsto, la figura de la administración de la herencia (art. 695 y ss.). El
administrador judicial es un ejecutor de la voluntad de los herederos o del juez, en caso de falta de
acuerdo, y que sus facultades se limitan a realizar actos de simple conservación y administración dentro
del marco que determina la ley procesal y sustancial.
El momento para el nombramiento del administrador será en la justa prescripta para el
nombramiento de inventariador o en una audiencia especial, si no fuere posible en aquélla. El tribunal
propondrá a los interesados que designen de común acuerdo a un administrador, siempre que no haya
albaceas o, habiéndolo, no le corresponda la posesión de la herencia.
Si no hubiere acuerdo de las pates interesadas, el tribunal nombrará administrador al cónyuge
sobreviviente o al heredero que a su juicio sea más apto y ofrezca más garantías para el desempeño del
cargo.
El tribunal no podrá nombrar administrador a un extraño salvo que, por razones especiales, no
resulte conveniente la designación de un heredero (art. 698, CPCC). Es decir que el legislador ha previsto
la designación de un extraño como la última alternativa a la que debe acudir el tribunal.
La resolución que se dicte nombrando administrador judicial de la herencia será apelable. Sin
embargo, la ley dispone que en cualquier momento los interesados, de manera unánime, podrán convenir
en nombrar a otra persona para administrar la herencia, cesando en su cargo el designado por el tribunal
(art. 700, CPCC.).
El administrador nombrado deberá aceptar el cargo bajo juramento de desempeñarlo legalmente.
Si éste fuese un tercero deberá prestar fianza, salgo que sea relevado de ella unánimemente por los
interesados.
Regulación legal:
a) Arbitraje voluntario: El artículo 601 del CPC prescribe que: “Toda controversia entre partes,
haya sido o no deducida en juicio, y cualquiera sea el estado de ésta, podrá de común acuerdo de
interesados, someterse a la decisión de tribunales arbitrales, si no hubiere disposición legal que lo
prohíba”.
En cuanto a la materia a someter a arbitraje, el artículo 602 del CPC nos dice que: “No podrán
ser sometidos a arbitraje los derechos que, según la legislación de fondo, no puedan ser objeto de
transacción”. Están excluidas del arbitraje todas aquellas cuestiones en donde está comprometido el
orden público y todas aquellas que, de conformidad con el CC y las leyes de fondo, no puedan ser objeto
de transacción, como por ejemplo: las cuestiones sobre el estado civil y capacidad de las personas, las
cosas que están fuera del comercio y los derechos que no son susceptibles de ser materia de una
convención, etc.
b) Arbitraje forzoso: Dispone el artículo 603 del CPC: “Deberán someterse a arbitraje:
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
Naturaleza:
No podemos hablar de una jurisdicción arbitral porque la jurisdicción es una potestad que el
Estado delega en el Poder Judicial. Los árbitros carecen de imperium y de poder coercitivo,
características de los jueces ordinarios; sin embargo, algunos autores le atribuyen a los árbitros el
carácter de órgano jurisdiccional con sus facultades limitadas.
Por nuestra parte, consideramos al arbitraje como una institución propia, de raigambre privatista
en unos supuestos, y de origen legal en otros, tendiente a la tutela de intereses que el legislador
considera superiores.
Otra opinión señala que el proceso arbitral constituye una excepción al principio de juez natural.
16.2.4 Procedimiento
Los árbitros, inmediatamente aceptado el cargo, si fuesen tres, nombrarán su presidente quien
dirigirá el procedimiento y dictará por si sólo las providencias de mero trámite.
Careciendo los árbitros de imperio, no pueden trabar embargo, ordenar secuestro o medidas
precautorias, imponer multas, compeler a las partes, testigos u otras personas que intervengan en el
juicio, todo lo cual deberán hacerlo por intermedio del juez a quien correspondería conocer en el asunto y
a quien se dirigirán solicitando que mande a practicar la medida ordenada por le tribunal.
Las actuaciones se harán ante un actuario nombrado por las partes en la misma forma y
simultáneamente con la designación de los árbitros.
Cuando se ha constituido el tribunal arbitral, elegido su presidente y designado el actuario o
secretario, da comienzo el procedimiento arbitral.
Este procedimiento debe estar previsto en el compromiso arbitral; si el compromiso no contuviere
estipulación respecto a la forma en que los árbitros deban conocer y fallar el asunto, éstos lo harán según
el procedimiento del juicio declarativo que corresponda.
En el juicio, no podrán deducirse excepciones en forma de artículo previo, y podrá producirse
prueba desde la aceptación del cargo por parte de los árbitros hasta el llamado de autos para definitiva.
Cuando se dé la circunstancia de que el demandado haya sido citado por edictos y declarado rebelde, se
designará como representante al asesor letrado, quien podrá responder sin admitir ni negar los hechos
expuestos.
Sentencia:
El procedimiento arbitral termina por medio de la sentencia arbitrar o laudo. La estructura de esta
sentencia es similar a la de los jueces ordinarios, es decir, está dividida en tres partes: vistos,
considerando y resuelvo.
El artículo 630 del CPC establece: “Los árbitros pronunciarán su fallo sobre todos los puntos
sometidos a su decisión y dentro del plazo señalado en el compromiso, con las prórrogas que se les
hubiere acordado”.
La sentencia arbitral está sometida a distintas directivas en cuanto a su fundamentación, según
se trate de arbitraje forzoso o voluntario. En el primer caso, los árbitros deben fallar ex aequo et bono,
moderando, según las circunstancias, el rigor de las leyes, y dando a los elementos de prueba mayor o
menor eficacia de las que le corresponda por derecho. En el segundo es de estricto derecho, y los árbitros
deben fallar la causa como los tribunales ordinarios, es decir, con una doble fundamentación, lógica y
legal.
Si se trata de un tribunal, es decir formado por tres miembros, éstos resolverán por mayoría.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
Si alguno de los miembros del tribunal se negara a dar su voto, se dejará constancia en la
sentencia, la que resolverá con el voto de los dos restantes. Si hubiera disidencia entre estos, se
nombrará a otro árbitro para que decida.
Redactada y firmada la sentencia arbitral, se someterá al tribunal competente de no haber
mediado arbitraje. El juez ordinario la firmará y ordenará su protocolización y dispondrá su notificación en
la forma ordinaria.
Recursos:
Dispone el artículo 640 del CPC: “Cuando el arbitraje fuese voluntario procederán contra la
sentencia arbitral los mismos recursos que contra las dictadas por los tribunales ordinarios, a menos que
hubieren sido expresamente renunciados”.
En los casos de arbitraje forzoso la sentencia es inapelable, salvo que contenga vicios de nulidad
que la invaliden. El recurso de apelación por vicios de nulidad de la resolución recurrida procederá en los
siguientes casos:
1. Por ser nulo el compromiso.
2. Por haberse pronunciado la sentencia, violando el derecho de defensa de los interesados.
3. Por haberse dictado la sentencia fuera del plazo.
4. Por versar la sentencia sobre cosas no comprendidas en el juicio.
Será tribunal competente para tramitar y resolver el recurso de apelación, el tribunal que hubiere
conocido de los recursos, si la causa se hubiere fallado por la justicia ordinaria, es decir, la Cámara de
Apelaciones.
Si se hubiere comprometido en árbitros un asunto en única instancia, la sentencia arbitral será
definitiva si hubiere sido dictada por árbitros de iure, sin perjuicio de los recursos extraordinarios.
Árbitros
Podemos conceptualizar a los árbitros como terceros imparciales elegidos por las partes para
solucionar el conflicto de intereses que éstas le traen a su conocimiento y resolución.
Entre los árbitros se distinguen los que se denominan árbitros de “iure” o de derecho, y los
amigables componedores. Los primeros resulten los conflictos con arreglo a las leyes y con sujeción a los
procedimientos establecidos por los cuerpos adjetivos. En cambio, los amigables componedores dirimen
la contienda de acuerdo a su lealtad saber y entender, y por regla general sin sujeción a las formas
legales.
Los árbitros reciben sus facultades de las partes y en los límites que éstas se lo conceden,
careciendo del poder de imperium y de algunos otros atributos de la jurisdicción.
La ley adjetiva no establece condiciones especiales para ser árbitro, señalando únicamente que
el nombramiento deberá recaer en persona mayor de edad, que sepa leer y escribir y que esté en pleno
ejercicio de su capacidad civil.
Pero cuando alguno de los obligados a hacer el nombramiento no compareciera o cuando no
pudiesen ponerse de acuerdo, la designación se realizará de oficio por el tribunal, debiendo recaer en
abogados de la matrícula de conformidad a la lista que haya confeccionado con anterioridad el TSJ.
Recusación
Dispone el artículo 619 del CPC que los árbitros son recusables por las mismas causales que los
jueces ordinarios.
Sin embargo, es necesario distinguir entre los árbitros designados de oficio, que pueden ser
recusados por causas anteriores a su nombramiento, y los nombrados de común acuerdo, los que sólo lo
serán por causas nacidas o conocidas después de la designación.
El incidente de recusación debe interponerse ante los mismos árbitros, dentro de los tres días en
que fuere conocida la causa, o ante el tribunal, si no hubieren aún aceptado el cargo.
En la demanda incidental de recusación debe expresarse la causal en que se funde y la prueba
que haya de valerse. De ella se correrá traslado al recusado, y si este no se inhibe, el incidente será
remitido para su decisión al tribunal, a quien correspondería el conocimiento del asunto si no se hubieren
nombrado árbitros.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
Medios impugnativos:
El poder de impugnación puede ponerse en práctica a través de las denominadas “vías o medios
impugnativos”. Ellos son: a) el incidente; b) el recurso; c) la acción impugnativa; d) la excepción o
defensa.
a) El incidente impugnativo ataca actos procesales que no sean resoluciones judiciales, e implica
la no devolución a otro tribunal de superior jerarquía, procurándose, que el mismo tribunal donde se
realizó el acto procesal impugnado, resuelva el incidente.
b) El recurso procede solamente contra las resoluciones judiciales (sentencia, autos o decretos) 1
y persigue la revocación, sustitución o invalidación de la resolución impugnada. Los medios recursivos
son la reposición, la apelación, la casación, la inconstitucionalidad y el directo.
c) La acción impugnativa importa el ejercicio del poder de acción procesal cuyo contenido es una
pretensión invalidatoria contra la cosa juzgada írrita, fundada en los motivos previstos por la ley, que se
interpone y tramita ante el TSJ, sustanciándose por el trámite previsto para el juicio ordinario. La
competencia del TSJ no es funcional sino originaria.
d) Las excepciones procesales atacan la legitimación para obrar o del obrar en un proceso
determinado y tienen por objeto posibilitar una adecuada traba de la Litis. Es una de las formas de
plantear la nulidad en el proceso ya que cuando se articula una excepción procesal, se está denunciando
un vicio de forma, con la pretensión de que le acto viciado, no siga produciendo efectos en el proceso.
En cambio, no podemos llamar impugnaciones a las excepciones sustanciales o perentorias,
porque éstas constituyen nominaciones concretas de específicos medios de oposición, que
genéricamente se denominan defensas porque atacan al derecho sustancial de la relación jurídica.
Clases:
Criterio Se denominan Consisten
1
Las sentencias resuelven las pretensiones de las partes. Los autos resuelven un incidente. Los
decretos resuelven cuestiones de mero trámite.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
75
DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
jurisdiccional (decretos, autos o sentencias). Es una facultad o un derecho subjetivo del litigante, el cual
no puede ser renunciado in abstracto.
Podemos definir al recurso como el medio que la ley procesal le acuerda a los litigantes para
requerir la revocación o anulación de una resolución que le cause agravio, al mismo tribunal que lo dictó o
a otro de superior grado.
Respecto a la legitimación para recurrir, el artículo 354 dispone: “Sólo podrá recurrir la parte que
tuviere un interés directo.
Los terceros afectados por una resolución, o por su ejecución, podrán recurrir en las mismas
condiciones y plazos que las partes, contados desde que tomaron conocimiento del hecho”.
No sólo basta con revestir la calidad de parte legitimada, sino que el recurrente debe cumplir con
una serie de requisitos formales para poder interponer un recurso, que hacen a las circunstancias de
tiempo, modo e interés.
El artículo 355 del CPC dispone que el recurso será declarado inadmisible si la resolución fuere
irecurrible, se hubiere interpuesto fuera del plazo, sin las formalidades correspondientes, por quien no
tenga derecho o no se fundaren en los motivos que la ley prevé.
El plazo para interponer un recurso es fatal, por tanto fenece por el mero vencimiento, sin
necesidad de acuse de negligencia por parte de la contraria ni resolución alguna del tribunal.
Clases:
La clasificación de los recursos en nuestro Código Procesal es la siguiente:
* Recursos ordinarios:
- Apelación
- Nulidad (incluida dentro de la apelación)
- Reposición
* Recursos extraordinarios locales:
- Casación por errores de procedimiento
- Casación por errores de juzgamiento
- Casación constitucional provincial
* Recurso extraordinario federal:
- Casación constitucional nacional
* Recursos auxiliares:
- Directo
- Aclaratoria
- Pronto despacho y retardada justicia
* Acción impugnativa:
- Revisión
Recurso de reposición
El recurso de reposición procederá contra los decretos o autos dictados sin sustanciación,
traigan o no gravamen irreparable, a fin que el tribunal que los haya dictado, cualesquiera fuere su grado,
los revoque por contrario imperio.
El recurso deberá interponerse dentro de los tres días siguientes al de la notificación de la
providencia y el tribunal dictará la resolución previo traslado por igual plazo. Cuando la procedencia o
improcedencia del recurso fuese manifiesta, el tribunal podrá resolverlo sin sustanciación mediante simple
providencia fundada.
Contra las resoluciones dictadas en el transcurso de una audiencia el recurso se interpondrá,
tramitará y resolverá en el mismo acto.
Cuando la resolución dependiera de hechos controvertidos, excepcionalmente el tribunal abrirá
previamente a prueba por un plazo que no excederá de diez días.
En cuanto a los efectos, el artículo 360 dispone: “El recurso de reposición suspende los efectos
de la resolución recurrida, salvo cuando el recurso de apelación subsidiario que fuere procedente no
tenga efecto suspensivo”.
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DERECHO PROCESAL II
(PROCESAL CIVIL)
Apelación subsidiaria:
Dispone el artículo 363 del CPC: “Si el decreto o autos de que se trate no hubiesen sido
sustanciados, el recurso de apelación podrá interponerse en subsidio del de reposición.
Quien plantea la reposición sólo podrá apelar la decisión sobre el recurso por los agravios
nacidos con motivos de la resolución”.
Adhesión:
La adhesión al recurso es una institución mediante la cual el justiciable que no apeló la
sentencia, frente a la apelación de su adversario, puede adherir a ese recurso.
La adhesión es deducible en la alzada (ante el tribunal “ad quem”, luego de haberse concedido el
recurso principal), por quien no recurrió en término, cuyo fundamento se encuentra en el principio de
igualdad procesal.
El CPC sólo contempla ese instituto cuando se trata de un recurso de apelación, así el art. 372
del CPC establece: “De la expresión de agravios se correrá traslado al apelado por diez días para que
conteste y, en su caso, adhiera al recurso, de la adhesión se correrá traslado al apelante por igual plazo”.
Prueba en la alzada:
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DERECHO PROCESAL II
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Oportunidad:
El Art. 375 del CPCC establece que las partes podrán, en los escritos de expresión de agravios,
ofrecer la prueba, sin perjuicio de lo dispuesto para las pruebas documental y confesional, las cuales
tienen un régimen distinto y por lo tanto pueden ofrecerse luego de esa oportunidad.
El CPC dispone que la absolución de posiciones será admitida hasta la oportunidad del artículo
377, es decir hasta el momento en que los autos pasan a estudio, y sólo podrá referirse a hechos o
circunstancias que no hubieren sido objeto de prueba con anterioridad.
Procedencia:
Según el Art 375, inc. 2, del CPCC, el ofrecimiento de prueba en segunda instancia será
procedente en los siguientes casos:
1. Si por motivos no imputables al oferente no se hubiese practicado en primera instancia la
prueba por él ofrecida, por ejemplo, si el testigo ofrecido viajo al extranjero.
2. Si se alegara algún hecho nuevo conducente al pleito, ignorado antes o posterior al plazo de
prueba en primera instancia.
3. Cuando en juicio abreviado o ejecutivo se hubiere denegado indebidamente la apertura a
prueba o alguna medida de prueba.
Procedimiento:
El Art. 375, inc. 3, apartado a, del CPCC, expresa que si el oferente de la prueba fuere el
apelante, el apelado podrá expedirse sobre el pleito y ofrecer prueba en la contestación de agravios. En el
caso inverso, esto es que ofrezca prueba el apelado, se correrá traslado por seis días al apelante a los
mismos fine.
Cumplidos los tramites anteriores, se admitirá o rechazará la prueba.
Plazo:
El Art. 375, inc. 3, apartado c, del CPCC, establece que si la prueba se admite, el plazo para su
producción será de veinte días, salvo el juicio abreviado y ejecutivo, donde el plazo será el
correspondiente a esa clase de juicio.
Autos a estudio:
El Art. 377 del CPCC prescribe que evacuados los traslados o en su caso producida la prueba,
se pasarán los autos a estudio.
Alegatos:
El Art. 378 del CPCC establece que habiéndose diligenciado la prueba, dentro de los seis días de
haberse corrido traslado, las partes podrán presentar un escrito sobre el mérito de aquella. Con el escrito
de mérito de la causa, o sin él, y firmados el decretos de autos a estudio, la causa queda conclusa para
definitiva y entra a conocimiento del tribunal.
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Aclaratoria de sentencia:
Según el artículo 336, pronunciada y notificada la sentencia, concluye la competencia del tribunal
respecto del pleito, pero podrá corregir cualquier error material, aclarar algún concepto oscuro o suplir
cualquier omisión, siempre que se solicite dentro de los tres días siguientes al de la notificación.
Solicitada la aclaratoria o corrección de la sentencia, el tribunal resolverá, sin sustanciación, en el
plazo de diez días.
El plazo para recurrir se computará desde la notificación a cada parte de la resolución aclaratoria
o que niegue la misma.
Interpretación de la sentencia:
Se rige de acuerdo con el artículo 338. Lo dispuesto sobre la conclusión de la competencia del
tribunal, no obsta para que pueda interpretar su propia sentencia en cualquier tiempo, a mérito de la
ejecución de ésta, o de juicio contradictorio sobre su inteligencia.
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La casación no puede ser ejercitada mediante la invocación de cualquier agravio, sino que
requiere para su procedencia, que el gravamen sea vehiculizado a través de los motivos que la ley prevé
a tal fin. En este sentido, el artículo 383 del CPC dispone: “El recurso de casación procederá por los
siguientes motivos:
1. Que la decisión se hubiere dictado violando los principios de congruencia o de
fundamentación lógica y legal, o que se hubiere dictado con violación de las formas y solemnidades
prescriptas para el procedimiento o para la sentencia. No procederá si el recurrente hubiere concurrido a
producirla, aceptado los actos nulos, o que éstos, no obstante la irregularidad, hubieren logrado la
finalidad a que estaban destinados; o no resultare afectada la defensa en juicio.
2. Que se hubiere violado la cosa juzgada.
3. Que el fallo se funde en una interpretación de la ley que sea contraria a la hecha, dentro de los
cinco años anteriores a la resolución recurrida, por el propio tribunal de la causa, por el TSJ, un tribunal
de apelación en lo civil y comercial, u otro tribunal de apelación o de instancia única, de esta provincia.
4. Que el fallo contraríe la última interpretación de la ley hecha por el TSJ en ocasión de un
recurso fundado en el inciso precedente”.
Resoluciones recurribles:
Dispone el artículo 384 del CPC: “El recurso de casación podrá interponerse contra las
sentencias definitivas, los autos que pongan fin al proceso, hagan imposible su continuación o causen un
gravamen irreparable, dictados por la Cámara.
También procederá, en los supuestos previstos en los incisos 3 y 4 del artículo 383, aunque la
resolución recurrida no fuere definitiva.
No se entenderá por sentencia definitiva la que se dicte en los juicios que, después de
terminados, no obsten a la promoción de otros sobre el mismo objeto”.
Resulta improcedente el recurso de casación planteado contra una resolución dictada por el juez
de primera instancia, por cuanto el decisorio que se impugna debe emanar de la Cámara de Apelaciones.
Los agravios que produzca la resolución de primera instancia pueden ser reparados mediante el recurso
de apelación.
La sentencia dictada por la Cámara, debe ser definitiva. El carácter de definitividad o no del
decisorio, se encuentra directamente vinculado con la posibilidad o no de subsanar el agravio que se
endilga al resolutorio atacado, por otra vía procesal.
Es decir que a fin de poder determinar si estamos o no frente a una sentencia definitiva a los
fines de casación, debemos indagar si al recurrente le queda o no otro canal jurídico para superar su
agravio, por ejemplo, otro juicio.
En consecuencia, son impugnables por la vía casatoria, aquellas resoluciones que tienen eficacia
suficiente para hacer cosa juzgada material sobre el derecho de los litigantes que es objeto del juicio.
El artículo 384 equipara a la sentencia definitiva a los “autos que pongan fin al proceso, hagan
imposible su continuación o causen un gravamen irreparable”, pudiendo contra tales resoluciones
interponerse recurso de casación.
Dentro de esta categoría de autos encontramos, por ejemplo: el auto que decide hacer lugar a
una excepción de cosa juzgada o el que declara la deserción de un recurso de apelación interpuesto
contra una sentencia de primera instancia, o que declara la perención de la segunda instancia, etc.
Admisibilidad y procedencia:
Para que el recurso de casación pueda cumplir con su objetivo de lograr la descalificación del
decisorio, deberá trasponer una doble línea de obstáculos, referida a la admisibilidad y procedencia del
recurso. Esto importa, en la practica, un doble control, que acaece en momentos cronológicamente
diversos, y se refiere a cuestiones también distintas.
El control de admisibilidad procura verificar que en el recurso se hayan cumplido los recaudos
previstos en el artículo 385 del CPC.
Por su parte, las condiciones de procedencia hacen al fundamento del recurso.
Una vez presentado el recurso de casación, el tribunal decretará traslado a la contraparte por el
plazo fatal del quince días para que lo conteste, quien deberá constituir domicilio dentro del radio de la
ciudad de Córdoba si el tribunal que dicto la resolución atacada tuviere su asiento en otro lugar, bajo
apercibimiento de efectuarse las notificaciones como si estuviere rebelde.
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En el supuesto de concesión, la Cámara debe remitir las actuaciones ante el Tribunal Superior de
Justicia. En este estadio procesal, el órgano casatorio efectuara de manera liminar un nuevo juicio de
admisibilidad del recurso de casación. Ello por cuanto, la resolución dictada por el tribunal a quo que
declaro admisible el recurso de casación interpuesto, es meramente interina y subordinada a la decisión
del tribunal ad quem, quien efectúa o puede efectuar un nuevo examen en dicho aspecto.
Recibido el expediente por el TSJ, puede admitir o rechazar el recurso de casación.
El rechazo del recurso, por improcedente o por inadmisible, produce como efecto la confirmación
del decisorio atacado, quedándole al vencido la alternativa de interponer, el recurso extraordinario federal.
Por el contrario, el resolutorio del tribunal que admitiendo el recurso de casación, produce como
efecto la revocación de la resolución recurrida, total o parcialmente, en la medida del acogimiento de la
impugnación deducida.
El CPC faculta al TSJ a que, luego de anular el fallo dictado en violación de la ley, disponer el
reenvío de la causa al tribunal que deba entender en la nuevo juzgamiento o, si lo estimare procedente,
decidir él mismo el punto discutido, con arreglo a derecho.
Pero, si se declararse nulo el procedimiento (me refiero al procedimiento que fue recurrido) se
remitirán los autos al tribunal que corresponda para que la causa sea nuevamente tramitada y juzgada. Es
decir, que en el supuesto de casación por nulidad en el procedimiento, luego de recibida la sentencia de la
Cámara, el TSJ no puede resolver sobre el fondo de la cuestión sino que tal decisión deberá ser realizada
por el tribunal de reenvío.
La decisión del TSJ siempre es vinculante para el tribunal de reenvío, en cuanto a este último no
le está permitido apartarse de la doctrina sentada por el Tribunal Superior.
Efectos:
Por regla, el recurso de casación tiene efecto suspensivo. Es decir que el recurrido encuentra la
imposibilidad de ejecutar la decisión impugnada, mientras el recurso no haya sido resuelto. Tal solución se
explica por cuanto la sentencia de la Cámara al estar recurrida en casación, no ha adquirido firmeza, y por
lo tanto, no es susceptible de ser ejecutada.
No obstante, este principio general tiene dos excepciones.
1. El legislador ha previsto que pueden ejecutarse las sentencias cuando el recurso de casación
interpuesto se tratare de los supuestos del art. 383 incs. 3 y 4, y el fallo impugnado no fuere definitivo.
2. La segunda excepción se da en aquellos supuestos en que la sentencia condene al pago de
una suma de dinero. En tal hipótesis, la posibilidad de ejecutar el fallo impugnado responde a un criterio
de oportunidad tenido en cuenta por el legislador, quien ha preferido autorizar una ejecución de la
resolución impugnada, aun a riesgo de una eventual revocación.
Ahora bien, para poder ejecutar la sentencia es necesario la concurrencia de tres condiciones: 1)
El recurrido debe ser un fallo que condene al pago de una suma de dinero; 2) Ofrecimiento de caución
que a juicio del Tribunal Superior sea bastante. Tal recaudo persigue asegurar el valor de lo litigado, las
costas, y los demás daños y perjuicios que pudieren causarse al ejecutado, en caso de revocarse la
sentencia recurrida; 3) De la caución ofrecida debe correrse traslado al recurrente.
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El recurso se interpondrá no ante el tribunal que dictó la resolución impugnada, como sucede con
los otros recursos, sino ante el TSJ, dentro de los treinta días desde que se tuvo conocimiento del motivo
que justifica la revisión. En ningún caso se admitirá el recurso pasado cinc años desde la fecha de la
sentencia definitiva.
En el escrito, deberá acompañarse copia del fallo que se impugne y, cuando corresponda, copia
de la sentencia que se declaró la falsedad, el cohecho o la violación de las condiciones del artículo 385. Si
correspondiere se agregarán los documentos, o en su defecto, se indicará en forma precisa, donde se
encuentran.
Dentro de los diez días de interpuesto el recurso, el TSJ resolverá sobre su admisibilidad. En
caso de declararlo procedente, el proceso se sustanciara por el trámite del juicio ordinario.
Como regla el recurso de revisión no tiene efecto suspensivo, pero a petición del recurrente, a
modo de excepción, el TSJ podrá ordenar la suspensión de la ejecución, previa caución, que a juicio del
tribunal sea bastante para responder por las costas y por los daños y perjuicios que pudieren causarse al
ejecutante si el recurso fuere rechazado. Del ofrecimiento de caución se correrá traslado a la contraparte.
La suspensión de la ejecución solicitada por el recurrente tiene el carácter de una auténtica
medida cautelar, en la que el solicitante, debe acreditar:
1. La verosimilitud del derecho
2. El peligro en la demora.
3. La contracautela.
18.3 Inconstitucionalidad
El recurso de inconstitucionalidad constituye un remedio extraordinario de carácter procesal
instituido para impugnar la sentencia definitiva o resoluciones equiparables a tal dictada por la Cámara de
Apelaciones que decide un caso constitucional.
Mediante este recurso se atribuye al TSJ en pleno, el poder-deber de declarar la
inconstitucionalidad de las normas repugnante a la Constitución, contenidas en las resoluciones judiciales
a que hace referencia el artículo 392.
El recurso de inconstitucionalidad en rigor, es una verdadera “casación constitucional”, que debe
diferenciarse de la casación común por ser diverso su objeto. El objeto del recurso de
inconstitucionalidad es la ley misma, en cuanto a su validez constitucional: el examen que provoca se
refiere a la congruencia o discordancia de la ley con la Constitución. Por su parte, el objeto del recurso de
casación, es la sentencia, en cuanto en ella se interpreta y aplica la ley: el examen se refiere a la
adecuación de la sentencia a las normas legales.
Es decir que si el recurso de casación tiene procedencia es porque ha existido un error del juez;
en cambio, para que tenga cabida el recurso de inconstitucionalidad es preciso no sólo un déficit del
juzgador, sino también un error del legislador, consistente en dictar una norma inconstitucional.
a) Procedencia: El primer requisito para que el recurso pueda ser considerado, es que exista
planteada y resuelta una cuestión constitucional. Plantear una cuestión constitucional significa que haya
habido discusión o que la autoridad judicial haya no tenido en cuenta la cláusula constitucional en que se
funda el derecho invocado.
Es necesario que la cuestión haya sido propuesta previamente ante los jueces de la causa y que
la decisión de estos haya sido contraria a la pretensión del recurrente.
El CPC en el artículo 391 dispone que: “El recurso de inconstitucionalidad procederá por los
siguientes motivos:
1. Cuando en el proceso se haya cuestionado la validez de una ley, decreto, ordenanza o
reglamento, bajo la pretensión de ser contrarios a la Constitución.
2. Cuando en el proceso se haya puesto en cuestión la inteligencia de alguna cláusula de la
Constitución y la decisión haya sido contraria a la validez del título, derecho, garantía o exención que sea
materia del caso y que se funde en esa cláusula”.
En el supuesto del último inciso de este artículo, el vocablo “inteligencia” debe ser entendido
como primacía con respecto a otras normas provinciales. En este caso, la norma habilita el recurso
cuando se desconoce en el pleito un derecho, garantía, etc., a raíz del “alcance” que se ha asignado a la
norma constitucional que lo ampara.
b) Resoluciones recurribles: El recurso de casación podrá interponerse contra las sentencias
definitivas, los autos que pongan fin al proceso, hagan imposible su continuación o causen un gravamen
irreparable, dictados por la Cámara. No se entenderá por sentencia definitiva la que se dicte en los juicios
que, después de terminados, no obsten a la promoción de otros sobre el mismo objeto.
c) Trámite: El recurso se sustanciará por el trámite previsto para el de casación. Cuando fuese
concedido se elevará al TSJ quien resolverá, previa vista al fiscal general por el plazo de diez días.
En virtud de esta remisión genérica, se debe sostener que el plazo para interponer el recurso es
quince días a contar desde la notificación de la resolución de la Cámara de Apelaciones en que se haya
decidido la cuestión constitucional. El tribunal de segunda instancia examinará si se ha planteado y
resuelto una cuestión constitucional y si el recurso ha sido interpuesto oportunamente. Si el recurso
careciere de alguno de estos recaudos podrá ser rechazado; caso contrario, lo elevará al TSJ.
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Con relación a la motivación, el recurso deberá ser autosuficiente e indicar el modo en que la ley,
cuya aplicación se censura, es conculcatoria de determinadas garantías constitucionales.
Cuando el TSJ considere que no ha existido aplicación de una ley contraria a la Constitución, ni
infracción a alguna cláusula de ésta, así lo declarará y desestimará el recurso. Con esta declaración
concluye la discusión sobre el tema en el juicio. Sin embargo, tal declaración de constitucionalidad de la
ley, sólo tiene efecto entre las partes, por lo que no habrá ningún inconveniente para que en otro juicio
pueda ser tachada de inconstitucional.
Si en cambio, el TSJ hace lugar al recurso de inconstitucionalidad, declarará la ineficacia de la
ley en el caso. Esta declaración sólo tendrá efecto entre las partes, por lo que, si bien la ley no se aplicara
en ese proceso, subsistirá y podrá ser utilizada en otra oportunidad.
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Atento a que el dictado de una medida cautelar puede ocasionar gravámenes en los derechos
del afectado, la ley exige una serie de requisitos sin los cuales no se admite su procedencia. Tales
presupuestos, denominados por la doctrina de “fundabilidad” son tres:
1. Verosimilitud: La verosimilitud del derecho significa la aparente existencia del derecho a
proteger. Se trata de la probabilidad de su existencia, de manera tal que justifique el aseguramiento de un
eventual progreso de la demanda instaurada.
La verosimilitud del derecho se obtiene analizando los hechos referidos por el peticionante, la
documentación acompañada y los demás elementos probatorios aportados.
2. Peligro de demora: Se trata del temor de un daño jurídico, es decir, la inminencia de un posible
daño a un derecho o a un posible derecho Esa inminencia debe ser actual, es decir, debe existir al
momento de la petición de la cautelar.
3. Contracautela: Consiste en la garantía que debe suministrar quien solicita una medida cautelar
a fin de asegurar la reparación de los daños que pueda ocasionar al afectado cuando hubiese sido
decretada indebidamente.
Existen distintas clases de contracautela:
a) Caución real: Constituye la afectación de un bien mueble o inmueble de propiedad del
solicitante de la medida, para responder por los daños que se pueda ocasionar con ella.
b) Caución juratoria: Es el juramento que presta el propio solicitante de la pretensión cautelar de
responder patrimonialmente por su adopción.
Actualmente se tiende a prescindir de la caución juratoria pues, la responsabilidad de quien
presta este tipo de caución existe aún cuando no la haya realizado.
c) Caución personal: Es la garantía procesal que presta un tercero de reconocida solvencia, de
responder por los daños que pudieren sobrevenir al afectado, y que puede ser demandado con
prescindencia del deudor principal, al carecer el “fiador” del beneficio de excusión.
Esta última forma de caución resulta ser la más utilizada en los tribunales, por la practicidad y
rapidez de su percepción, y es realizada generalmente por los letrados matriculados.
Atento al carácter de mutabilidad y provisionalidad propio de las medidas cautelares, la ley
autoriza a la parte afectada por la cautelar, en cualquier estado del proceso, a pedir una mejora de la
contracautela, probando sumariamente que ésta es insuficiente. Esta mejora podrá ser tanto en relación
al monto como al tipo de medida solicitada.
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siempre que ésta garantice suficientemente el derecho del acreedor. Podrá asimismo pedir la sustitución
de otro bien por el mismo valor.
También podrá el demandado solicitar la sustitución del bien embargado por fianza personal
equivalente, siempre que el embargo no recaiga sobre bienes objeto del juicio o en los que las leyes
acuerdan privilegios.
También las medidas cautelares pueden ser ampliadas. En este caso, el tribunal decretará, a
solicitud del actor y sin sustanciación, la ampliación del embargo, si estimase que los bienes embargados
serían de dudosa suficiencia para responder a la ejecución. También podrá decretar su ampliación cuando
su petición se funde en haberse deducido tercería o cuando se limite a bienes especialmente afectados a
la seguridad del crédito que se reclama.
2) Bienes susceptibles de embargo y bienes inembargables: En general, son susceptibles de
embargo la totalidad de los bienes materiales e inmateriales que siendo apreciables en dinero forman el
patrimonio de una persona, que como tal, es prenda común de los acreedores con las limitaciones que la
ley establece.
El artículo 542 del CPC establece que: “No se podrá trabar embargo sobre:
a) Ropas, enseres y muebles de uso del demandado y su familia.
b) Los muebles, herramientas, instrumentos y libros necesarios para el ejercicio personal de la
profesión, arte u oficio del demandado y su familia.
c) Las pensiones alimentarías y litis expensas.
d) El usufructo que tuvieren los padres sobre los bienes de sus hijos, en la medida en que fueren
indispensables para atender las cargas respectivas.
e) Los sepulcros, salvo que se reclamare su precio de venta, construcción o reparación.
f) Los bienes afectados a cualquier culto reconocido.
g) Los bienes que se hallen expresamente exceptuados por otras leyes (entre estos podemos
mencionar: indemnizaciones laborales, parte sustancial del salarios y haber provisional, la vivienda única,
el bien de familia, bienes del municipio y comunas afectados directamente a la prestación de un servicio
público, el sueldo de los empleados públicos, etc.)”.
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que habiendo lugar a embargo éste no pudiese hacerse efectivo por no conocerse bienes del deudor, o
por no cubrir éste el importe del crédito reclamado, podrá solicitarse contra aquel la inhibición general de
disponer de sus bienes, la que se deberá dejar sin efecto siempre que presentase a embargo bienes
suficientes o diere caución bastante”.
La finalidad de la inhibición es impedir que el deudor venda o grave los bienes que puedan
ingresar a su patrimonio.
La inhibición también es viable en el juicio ejecutivo, aunque en tal caso, al igual que el embargo
preventivo, no se halla condicionada a la previa prestación de una contracautela.
Secuestro:
Se denomina secuestro a la medida judicial en cuya virtud se desapodera a una persona de una
cosa litigiosa o embargada o de un documento que tiene el deber de presentar o restituir.
Mediante el secuestro se sustrae al sujeto afectad por la medida del uso y disposición de una
cosa, generalmente mueble, sobre la cual se litiga o se va a litigar, poniéndola en manos de un custodio
judicial, mientras se decide la controversia.
La doctrina distingue tres clases de secuestro:
1. Secuestro sancionatorio: es aquel que aparece como consecuencia del incumplimiento de la
orden de exhibición o restitución de una cosa, documento o un expediente.
2. Secuestro autónomo: es aquel que tiene por finalidad, en forma inmediata y directa, la tutela
de la cosa o bien mueble que constituye el objeto de la litis, cuando el embargo no resulta ser una
garantía suficiente para asegurar el derecho invocado por el solicitante.
3. Secuestro complementario: es aquel que sigue a un embargo ya trabado, cuando sea
indispensable proveer a la guarda o conservación de la cosa para asegurar el resultado de la sentencia
definitiva.
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Cuadros anexos
a) Demanda: efectos de la interposición, traslado y contestación
Oportunidad Efecto sustancial Efecto procesal
Entablar la demanda 1) Interrumpe el plazo de la prescripción liberatoria o adquisitiva, 1) Determina el sometimiento del actor a la competencia del
incluso si la demanda tiene defectos o se articula ante un juez tribunal ante el cual se presenta la demanda, cuando la
incompetente. competencia fuere prorrogable y la elección corresponda al actor.
2) Determina la elección en las obligaciones alternativas cuando 2) Genera la obligación para el juez de admitir o rechazar la
corresponde al demandado. demanda.
3) Genera inhibición de los magistrados de adquirir el bien litigioso. 3) El actor no podrá cambiar la acción, a pesar de que pueda
ampliarla.
Traslado de la demanda 1) Constituye en mora al demandado, si no lo estaba con 1) El actor no puede desistir a la pretensión sin la conformidad
anterioridad. del demandado.
2) A partir de este momento, el poseedor de buena fe que sea 2) El demandado adquiere la carga procesal de defenderse.
condenado a la restitución de la cosa deberá los frutos percibidos 3) A partir de este momento, el demandado puede oponer
por ella o los que por su negligencia dejo de producir. excepciones de litis pendencia.
Contestación de la demanda 1) Determina los hechos sobre los que versará la prueba, es
decir, los hechos controvertidos.
2) Consolida la competencia del tribunal si el demandado no
opone excepciones de incompetencia.
3) Contribuye a formar la plataforma fáctica y el límite material
del pronunciamiento.
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Revisión. Sentencias Están regulados taxativamente Dentro de los 30 días de conocido el No suspensivo. Revocar la
pasadas en en el artículo 395 motivo que permite interponerlo. Pero Pero el TSJ podrá sentencia y realizar
autoridad de será inadmisible si hubiesen pasado a pedido de parte, nuevo juicio x el
cosa juzgada. 5 años de la sentencia suspender la trámite ordinario
ejecución.
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