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Universidad Sergio Arboleda

Filosofía y Humanidades
Seminario Husserl.
Nicolás Bohórquez Casella

“Los intelectuales no
resuelven las crisis, más bien
las crean.”

-Umberto Eco

Edmund Husserl, en su preocupación por el auge del positivismo, pronuncia la conferencia


“La Filosofía en la crisis de la Humanidad Europea” el 7 y el 10 de mayo de 1935 en Viena,
para dar a entender y hacer un análisis de la Sociedad Europea desde la perspectiva histórico-
filosófica. Pero para Husserl, Europa no es la conocida cartográficamente, tampoco la Europa
de fronteras (que para ese momento estaba en constante conflicto), sino que es “ la unidad de
un vivir, obrar, crear espirituales: con todos los fines, intereses, preocupaciones y esfuerzos,
con los objetivos, las instituciones, las organizaciones.” (Husserl, 1992. pág.5) Esta unidad de
estructura espiritual supera la idea de nación, es decir, supera la continentalidad y por ende, el
Espíritu Europeo es también Estados Unidos y los sitios dominados por Britania por ejemplo;
porque todos estos sitios comparten un camino, una idea teleológica que es el vivir para la
ciencia. Esa actitud nace en la Antigua Grecia en algunos individuos que se acercaron al
mundo circundante, es decir, en el mundo donde vive y donde actúa la humanidad, en el
mundo de las preocupaciones y quehaceres en el que el hombre está inmiscuido, alrededor de
los siglos VII y VI a. C. Esa concepción crece de manera estructurada y es llamada Filosofía,
en otras palabras, ciencia universal.

El pensamiento Helénico también desarrolló una concepción nueva del hombre. Un hombre
con formas nuevas de relacionarse en comunidad, con una actitud hacia la infinitud, es decir,
una actitud hacia la filosofía misma, a la creación de ideas y a la producción de
normatividades. Pero todas estas ideas ( filosofía, teorías y normas) no tienen una aspiración
a la universalidad o a lo absoluto, sino que tienen un movimiento constante para así lograr la
búsqueda de la infinitud, escalando entre respuestas para llegar cada vez más arriba, pero sin
dejar de estructurar el conocimiento obtenido. Esta racionalidad Griega formó al espíritu
Europeo; no obstante el desvío de la misma racionalidad hacia el hombre y hacia la búsqueda
del conocimiento científico-natural de lo espiritual forma la llamada Crisis Europea.

Desde Descartes y la Edad Moderna comienza a haber un conocimiento del espíritu con base
en el punto de vista de un dualismo psicofísico, es decir que, desde el descubrimiento del
método cartesiano científico-natural, lo espiritual tiene una conexión física y real y por ende,
toda futura explicación espiritual si pretende ser única y tener un alcance universal filosófico,
debe dirigirse a lo físico. Husserl nota que ver la realidad del espíritu como un hilo de lo
físico es un contrasentido porque se pierde la idea de los Griegos de no haber un único
camino ni un absoluto para llegar a hacer esa ciencia universal, sino que desde Descartes sólo
hay un paso para que del discurso vulgar pásese al discurso científico: el método
Racionalista. Ese método racionalista poco a poco se fue alejando de la Filosofía y se pensó
que solo servía en las ciencias naturales. Se olvido la idea de la Filosofía como ciencia
universal y se arrimo para sacarla del racionalismo. Además, la Filosofía perdió todo respeto
como la más importante de las ciencias. Las anteriores afirmaciones muestran que la crisis de
Europa es una crisis de la razón y de la filosofía.

No obstante, la crisis tiene nombre propio y es el Objetivismo psicofísico del mundo. El


objetivismo de la ciencia ha evitado que puedan tocarse temas relacionados con esferas del
espíritu: El alma, el dolor, el sufrir; porque ese objetivismo si no ve la demostración (física)
de algo, entonces no existe. El naturalismo o la reducción a que todo pensar espiritual
terminará siendo algo químico o físico, ha estado triunfando e impidiendo que la ciencia
objetiva tome temas meramente subjetivos. Lo físico elimina lo espiritual y por eso la
Psicología tratará lo subjetivo desde una psicología psicofísica; nunca podrá convertir en
tema de reflexión, el alma que obra y padece (Husserl,1992. pág.26). Podrá concluir entonces
que el naturalismo tiene como característica esa absolutización científica respecto a las demás
ciencias del espíritu. También es característica de ese naturalismo el que tengan la ingenuidad
de que es posible construir ciencia o bases científicas que tengan que ver con ciencias del
espíritu, Husserl, para esta segunda conclusión afirma que “Mas por todas partes se anuncia
en nuestro tiempo la candente necesidad de una comprensión del espíritu, y se ha hecho casi
insoportable la confusión que afecta las relaciones de método y de contenido entre las
ciencias de la naturaleza y las ciencias del espíritu” (Husserl, 1992.pág. 27) arguyendo que la
necesidad de investigar esas ciencias del espíritu muestra esa confusión que hay en la
ingenuidad de las ciencias de la naturaleza, al pensar que temas subjetivos son totalmente
ineficientes para el estudio científico. No obstante Husserl muestra que el investigador
científico se mantiene intuitivamente en un campo espiritual, mental puesto que es necesario
el mundo circundante vital como un fondo de las investigaciones y por eso también, las
preguntas que nacen con ese fondo solo pueden ser válidas en el pensamiento. El ejemplo que
da Husserl es el de su contemporaneidad y Einstein:

“La revolución de Einstein concierne a las fórmulas en las cuales es tratada la physis
idealizada e ingenuamente objetivada. Pero cómo las fórmulas en general, cómo la
objetivación matemática en general, cobra sentido sobre el fondo de la vida y del
mundo circundante intuido, de ello nada se nos dice, y así Einstein no reforma ni el
espacio ni el tiempo en los cuales se desarrolla nuestra vida real concreta.”(Husserl,
1992. pag. 25)

Este ejemplo es muy claro. La teoría de Einstein sobre el espacio-tiempo no cambió en


general la vivencia de nosotros del espacio y el tiempo sino que, solo al aplicar formulaciones
matemáticas a la teoría, pudo agregar la llamada reforma del espacio y el tiempo; pero las
personas aún viven en el espacio y en el tiempo que conocieron antes de Einstein. Es
entonces que la crítica al Naturalismo reside en el limitar el mundo circundante a solo lo
conocido de manera física-química eliminando así todo carácter espiritual, mental y por ende
fenomenológico.

Husserl responde entonces a esta problemática con la creación de una nueva filosofía que
anteriores autores como Dilthey pudieron comprender y que, no obstante siguen unidos a un
objetivismo. Husserl afirma que hasta que no se ponga frente a todos esa ingenuidad del
objetivismo, que nace de una actitud natural con respecto al mundo circundante no podrá
haber un verdadero cambio dentro de esa crisis. Además Husserl muestra que al ignorar una
ciencia universal como lo es la Filosofía, las ciencias particulares como están hoy
estructuradas carecen de una racionalidad auténtica, posibilitada por una cosmovisión
universal (Husserl,1992. pág 28) Es debido precisar ahora que se debe volver al pensamiento
de la filosofía como ciencia universal, como tarea infinita. Él asume que la Fenomenología
Trascendental es la única salida de la crisis. La Fenomenología Trascendental es “un método
real para comprender en su intencionalidad la esencia fundamental del espíritu, y para
construir, a partir de ahí, una teoría analítica del espíritu que se desenvuelve hasta el infinito
de modo coherente” (Husserl, 1992. pág 28). Esa fenomenología supera cualquier
objetivismo puesto que parte desde la subjetividad del filósofo, parte de un yo; parte del
espectador mismo como teórico de lo que vive. El sujeto ya no es algo que carece de valor
sino que es ahora una relación íntima de “yoes” que son el uno con el otro y el uno para el
otro.

En conclusión, Husserl ve las dimensiones del problema del pensamiento europeo, no


obstante intenta develar una solución, una respuesta que toda Europa anhela a gritos. No
solo él intentó buscar una solución mediante la fenomenología sino que filósofos españoles
como Ortega y Gasset y María Zambrano también mostraron gran interés en solucionar la
crisis por la que pasaba Europa. Pero Husserl al ser el primero que la ve, da muestra de su
preocupación hacia la misma.

Esa preocupación se transforma en una fenomenología más clara que la ideal y también en
un método más fuerte que la primer epojé que ignoraba todo lo que no se nos devela en la
vivencia. En esta epojé se toma el mundo circundante, el mundo que rodea la vivencia. El
pasado, el presente y el futuro en el fenómeno y en la vivencia.

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