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Si el empleado no quiere disfrutar de las vacaciones en las fechas que le propone el

empresario, puede también recurrir a la intermediación de la Inspección de Trabajo y


Seguridad Social.

Si un empresario argumenta de manera fehaciente que por razones técnicas, organizativas o


productivas no puede conceder vacaciones a su empleado, el trabajador tendrá dos
opciones:

 Lo acepta y se va de vacaciones cuando le informe compañía.


 Tiene derecho a rescindir el contrato de trabajo. En este caso percibiría adicional
como indemnización.

Lo que no puede hacer el empleado es irse de vacaciones cuando quiera, y hacer caso
omiso a las fechas fijadas por su compañía, ya que se produciría una desobediencia y le
podrían despedir.

En el límite de la ilegalidad
Obligar al empleado a tomar sus vacaciones de un día para otro o imponer que las disfrute
en un período diferente al acordado en el convenio colectivo ya estipulado y sin dar
explicación alguna podría ser motivo para demandar a la compañía.

Además hay otros supuestos individuales que deben analizarse también: por ejemplo, si a
toda la empresa se le da vacaciones y a un trabajador no, sin tener argumento alguno, esta
actuación podría ser denunciada por discriminatoria.

En estos casos la persona afectada podrá presentar la correspondiente demanda ante el


Juzgado en lo Social, que recomienda interponer la querella en el plazo de 20 días hábiles
desde el día en que el trabajador tiene conocimiento de las fechas de vacaciones
determinadas por la empresa. Este tipo de demandas por vacaciones no suelen llegar a
juicio porque por regla general las empresas prefieren ponerse de acuerdo con sus
empleados.

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