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¿Las secuelas sueñas con ovejas eléctricos?

La principal virtud de la nueva Blade Runner es que se siente como la progresión natural del universo
de Scott (y que a la vez es la interpretación del mundo K.Dick), pero al mismo tiempo se siente la
mano de Villeneuve. Cuando hablamos de progresión natural hablamos de entender que las
películas son obras situadas en un momento concreto. Si para los tiempos de Scott, la
hiperindustrializacion era un futuro posible (a la vez que una alegoría de la mega urbe capitalista),
en los tiempos actuales asuntos como la crisis ecológica que sufrimos afecta a la obra, expresándose
en la debacle energética, con unos miles de kilómetros de paramos y basurales, con ciudades
asediadas por las sombras.

Es progresión natural se denota en sus personajes: Los cazadores de replicantes, los dos
enamorados. La diferencia se sitúa en que para Deckard ese amor es lo que le motiva a escapar de
la distopia, para K es una ilusión consiente, pero que le gusta. Para uno es el elemento clave, para
otro es algo que lo mantiene bien. Es conformismo frente a la falsedad se refleja en el mundo en
que vive, donde el delicado matiz que separa lo humano de lo replicante mantiene el orden social.
Son estos elementos distintivos, que permiten un replanteamiento del dilema de humanidad.

¿Qué nos hace humanos? Ha sido la pregunta de la serie. En esta entrega parece extenderla a todo
el conjunto social, ya que, si esta se basa en la desigualdad entre especies, entendiendo que su
humanidad deseada es materialmente imposible, a pesar de las posibilidades espirituales, por lo
que una prueba de lo contrario sería algo revolucionario. Los tiros de esta van por ahí. Ya no es el
amor lo que garantice que un replicante alguna humanidad, ya que es mero escapismo y no cambia
nada de la realidad social que sustenta esta distopia, si no lo que buscaba el villano de la original:
un Futuro.

Blade Runner viene con la misma pregunta, ya que esta es universal, pero con nuevas respuestas,
ajustadas a un nuevo tiempo. Y estas no se perderán, como lágrimas en la lluvia.

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