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Cuando nos planteamos dialogar sobre el Poder en el marco de una Teoría de Conflictos,
remitimos de inmediato a nuestra concepción jurídica del poder.
Recordamos que el término poder del latin possum-potes- potui- posse, significa ser capaz,
tener fuerza para algo, lograr dominio o posesión de un objeto, o para desarrollar algo.
El vocablo se asocia al de potestas, que entendemos como potestad, potencia, poderío y se
utiliza como facultas que significa facultad, posibilidad, capacidad, virtud.
El termino possum encierra la idea de ser potente o capaz, pero también el de imponerse, ser
eficaz. En estos últimos, la idea esta acompañada por la de fuerza o eficacia.
En estos sentidos expresados, todas las cosas tienen poderes.
También es posible vincularlo al poder humano, consciente y libre y con sentido, es decir
dirigido a fin. En sí mismo el poder no tiene un sentido o valor, solo se define su significado o
valor, cuando el hombre cobra conciencia de él, decide sobre él, lo transforma en una acción y
esto lo hace responsable de ese poder.
Ni bueno ni malo, el Poder cobra sentido con la decisión de quien lo utiliza. “Es una
potencialidad regida por la libertad, el hombre puede o no usar el poder, tiene la libertad de
convertir esa potencialidad en poder efectivo a través de una acción o decisión”1.
El poder humano puede ejercerse sobre objetos naturales o culturales y sobre hombres.
Cuando se ejerce sobre otros hombres, el poder humano se designa poder social.
En el Leviathan, Thomas Hobbes considera el Poder como atributo que alguien tiene, como
“sus medios presentes para obtener algún futuro y aparente bien”. La cantidad de recursos a
su disposición, acumulados, le permitirán al sujeto la posibilidad de recurrir a ellos para
alcanzar un objetivo deseable. Esta representación cuantitativa del poder va a suscitar
posteriormente no sólo adhesión sino también crítica.
Locke, preocupado por la absolutización del Poder, que implica la irreversibilidad del
consentimiento del pacto social hobbesiano, entendió que la atribución del Poder al Soberano,
sólo resulta justificada en la medida en que logra asegurar el ejercicio de los derechos
naturales y preexistentes de los ciudadanos, de los que siempre será tributario, siendo
permanentemente revisable y revocable el contrato originario, que no cumpliera los fines de su
institución.
1
Díaz Martin y ots. Poder y Conflicto. Ensayo. Cátedra Teorías del Conflicto. Aula virtual. Pagina
institucional de la FDyCS UNC-
1
Max Weber define el poder social “probabilidad de que un actor dentro de una relación social,
esté en posición de realizar su propia voluntad a pesar de las resistencias de la otra parte,
independientemente de las bases en que resida tal probabilidad…”
Esta perspectiva establece que el poder es un derecho que uno posee, como un bien y que puede
transferir o enajenar en el mundo social, político y jurídico.
Entelman2, coincidente con esta perspectiva, alude al Poder -referido al de los actores en el
conflicto- como “el conjunto de recursos de cualquier índole de que dispone cada actor o cree
disponer, para procurar su objetivo”.
Advertimos que para el autor, el Poder es percibido como capacidad, no como ejercicio, como
atributo del sujeto susceptible de apreciación cuantitativa.
Dentro del marco de su Teoría de Conflictos, Entelman considera al poder como objeto
autónomo de análisis y de evaluación, susceptible de inventariar, de valorar.
Desde esta perspectiva –que es heredera la de la Teoría de la Guerra- el poder de los actores
en la relación conflictual, le permitirá prever las acciones en función de sus objetivos.
Sin embargo el mismo Entelman se refiere a las dificultades que el cálculo del Poder de las
partes en conflicto, trae al analista. Dice que no es fácil, ni preciso valorarlo, que el cálculo no
es aritmético.
Al considerar al poder como acumulación de recursos disponibles,” que solo se hace efectivo
si existe la voluntad de usarlo” por su titular, su efectiva utilización dependerá no solo de la
disponibilidad material, sino que deberá concurrir también la disponibilidad anímica, con un
costo de inversión, no solo económico, sino también moral.
Pensando que el poder es coextensivo con el cuerpo social, que nunca se localiza, que está aquí
o allá, nunca en manos de alguno. No es susceptible de apropiación como una riqueza, o un
bien, sino dice Foucault, funciona, se ejerce y se lo hace en red, en la cual los individuos no
solo circulan, sino que están siempre en situación de sufrirlo o también ejercerlo, y concluye, el
Poder transita por los individuos, no se aplica a ellos.4
El poder social, es más una relación que una posesión. Puede ser mayor o menor a través de
su ejercicio. El fundamento de la relación puede encontrarse:
2
Entelman Remo. Teoria de Conflictos. Hacia un nuevo paradigma. Gedisa Editorial S.A. Barcelona
2002. p.117 ss.
3
Confr. Entelman R. ob. Cit. P. 129, Citando a Bobbio y Matteucci 1976: 1223 ss
4
Foucault Michel. Defender la Sociedad. Edi. Grafinor S.A. B.A.2006. p. 38.
2
• En la posesión de determinados bienes (poder económico)
• En la posesión de conocimientos, información (poder ideológico)
• En la posesión de instrumentos de fuerza (poder político)
• Etc,
Para algunos pensadores (Schermerhom) la influencia ejercida por cada una de las partes en
una relación –simétrica ( horizontal entre pares) o asimétrica ( de jerarquía)- da cuenta del
poder social que la determina. Sostienen algunos que las relaciones asimétricas que implican
cierta jerarquía y orientación emocional ambivalente o negativa, son las que se hallan
aglutinadas por el poder.
Sin embargo pensamos, que no solo las relaciones asimétricas y emocionalmente negativas,
están unidas por poder. Creemos que todas las relaciones humanas son tributarias de poder,
que circula estableciendo sujeciones, dominación, dependencias, pero también distribuyéndose
en forma horizontal en equilibrios inestables.
Para Michel Foucault, el poder es omnipresente en el mundo de las relaciones humanas, todo
lo atraviesa de manera visible/invisible, en todo lugar y en todo momento.
Se vuelve visible el poder social en la institucionalización de los instrumentos de Poder –vgr. El
control social formal se institucionaliza en el Derecho, se materializa por medio del Estado, la
Iglesia, la Escuela, los medios, la familia. Es interesante señalar que desde esta perspectiva,
que estos instrumentos del poder reproducen, circulan y perpetúan el modelo relacional.
Menos visible, el control social in-formal, es pre institucional, no está organizado por el
Derecho, se manifiesta y se reproduce por medio de los principios éticos, morales, sociales, las
buenas costumbres. No menos contundentes en sus sanciones, inflingen condenas por medio de
la opinión publica, por el grupo de pares, familiar, social.
Dice Foucault, el Poder es una fuerza y una relación… una relación de fuerzas.
Esta enunciación ha cambiado las perspectivas de análisis de lo social y de lo político.
Al ser una relación, no hay posibilidad alguna de escapar del poder, de mantenerse en
situación de exterioridad.
“una sociedad sin relaciones de poder, sólo puede ser una abstracción… decir que no
puede haber sociedad sin relaciones de poder no quiere decir ni que las que están
dadas sean necesarias, ni que de todos modos el poder constituye una fatalidad que no
puede ser socavada en el corazón de las sociedades, sino que el análisis, la
elaboración, el cuestionamiento de las relaciones de poder, es una tarea política
incesante.”5
Dice Foucault, no interesa quién lo ejerce, sino cómo se ejerce (interesa su forma de
funcionamiento). ¿Cómo ejerce el poder el padre sobre el hijo?
5
Foucault M. ob. Cit.
3
De luchas
De tensiones
El autor propone detenerse en lo obvio (lo repetitivo) y analizarlo porque son las relaciones de
poder, las que permiten reproducir una forma de dominio. Esas relaciones cotidianas son
parte constitutiva del instrumental (técnicas, estrategias) del ejercicio del poder.
El sujeto nace resistiendo y en la Resistencia se construye como tal. Es capaz de utilizar esa
fuerza que se ejerce sobre él, transformando esa energía, que devuelve hacia fuera.
Es en el enfrentamiento, en la guerra que el sujeto se prueba y se ejercita, donde se re-conoce,
al acumular experiencia.
Hoy los sujetos refutan las formas en que han sido moldeada su subjetividad, las tecnologías
aplicadas sobre sí, el trabajo impuesto por la Cultura para hacer de ellos SUJETOS en el doble
sentido de la palabra: sujetado a otro, sujetado a sí mismo ( por la conciencia y el
conocimiento de sí).
En la relación de los sujetos consigo mismos, el diálogo permanente entre uno y uno mismo, en
el interior dividido, las técnicas de producción de subjetividad tienen cuatro ejes, según
Foucault,
1. eje material: la relación del sujeto con su cuerpo (cuidado, respuesta a las
necesidades, etc.)
2. eje ético: las reglas morales que establecen trabajo con interioridad.
3. eje del saber o de la verdad ( establecen pautas para descifrase y saberse.
4. eje de lo esperable: inmortalidad/ reconocimiento/ libertad, etc.
Los cuatro ejes en diálogo permanente, en pugna. Foucault lo llama “arte de existir” como
forma estilizada de Resistencia.