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La ictericia, un trastorno frecuente en los recién nacidos, se refiere al color amarillento de la piel

y la esclerótica (el blanco del ojo) provocado por un exceso de bilirrubina en la sangre. La
bilirrubina es el producto resultante de la descomposición normal de los glóbulos rojos.

Normalmente la bilirrubina se procesa en el hígado y se excreta en forma de bilis a través de los


intestinos. La ictericia aparece cuando la bilirrubina se acumula en la sangre porque el hígado de
los recién nacidos no es capaz de descomponerla y eliminarla con la suficiente rapidez. Esto
puede deberse a diverso motivos, como:

 Los recién nacidos fabrican más bilirrubina que los adultos porque renuevan más a menudo
los glóbulos rojos.

 El hígado de los recién nacidos todavía se está desarrollando y esa inmadurez no les permite
eliminar la cantidad adecuada de bilirrubina de la sangre.

 Los intestinos los recién nacidos reabsorben una cantidad demasiado elevada de bilirrubina
antes de eliminarla a través de la las heces.

A algunos bebés, una concentración elevada de bilirrubina en sangre -generalmente superior a


25 mg- puede provocarles sordera, parálisis cerebral u otras lesiones cerebrales. Muy poco
frecuentemente, la ictericia puede indicar la presencia de otro trastorno, como una infección o
un problema en la glándula tiroidea. La American Academy of Pediatrics (Academia Americana
de Pediatría) recomienda examinar a todos los lactantes a los pocos días de nacer para
determinar si tienen ictericia.

Tipos de ictericia

Los tipos más frecuentes de ictericia neonatal son:

Ictericia fisiológica (normal): presente en la mayoría de recién nacidos, este tipo de ictericia
obedece a la inmadurez del hígado de los lactantes, que procesa la bilirrubina lentamente.
Generalmente aparece entre el segundo y el cuarto día de vida y desaparece cuando los bebés
tienen entre una y dos semanas.
Ictericia del prematuro: es frecuente en los bebés prematuros, que tardan más en regular
eficazmente la excreción de bilirrubina. En los bebés prematuros, la ictericia debe tratarse a
concentraciones más bajas que en los bebés a término a fin de evitar posibles complicaciones.
Ictericia asociada a la lactancia materna: la ictericia se puede presentar cuando un bebé
amamantado no está ingiriendo suficiente leche, sea debido a dificultades con la lactancia o a
que a la madre todavía no le ha subido la leche. No está provocada por un problema de
intolerancia a la leche materna sino que se debe a que el bebé no se está alimentando lo
suficiente.
Ictericia asociada a la leche materna: entre el 1 y el 2% de los bebés amamantados
presentan un tipo de ictericia provocada por determinadas sustancias presentes en la leche
materna que pueden hacer que aumente la concentración de bilirrubina en la sangre al no poder
excretarla a través de los intestinos. Este tipo de ictericia aparece entre los tres y los cinco
primeros días de vida y suele mejorar entre la tercera y la duodécima semanas.
Incompatibilidad de grupo sanguíneo o de Rh: si un bebé tiene un grupo sanguíneo distinto
al de su madre, es posible que esta produzca anticuerpos que destruyan los glóbulos rojos del
pequeño, lo que provocará una acumulación repentina de bilirrubina en la sangre del recién
nacido. La ictericia provocada por la incompatibilidad de Rh o grupo sanguíneo puede aparecer
tan pronto como en el primer día de vida. En el pasado, los problemas de Rh eran la causa de
los casos de ictericia más graves, pero ahora pueden prevenirse inyectando inmunoglobulina Rh
a la madre durante las primeras 72 horas del posparto, lo que impide que fabrique anticuerpos
que podrían poner en peligro la vida del bebé.

Síntomas y diagnóstico

La ictericia suele aparecer alrededor del segundo o tercer día de vida. Comienza por la cabeza,
desde donde se va extendiendo al resto del cuerpo en sentido descendente. La piel de un bebé
con ictericia se ve amarillenta, apareciendo esta coloración primero en la cara, luego en el pecho
y el abdomen y, por último, en las piernas. La esclerótica también puede adquirir una tonalidad
amarillenta.

Puesto que en la actualidad se suele dar el alta hospitalaria a los bebés uno o dos días después
del nacimiento, es recomendable llevarlos al pediatra uno o dos días después de salir del hospital
para que puedan evaluarles la ictericia. Asimismo, los padres deberán fijarse en la coloración de
la piel de sus recién nacidos para detectar posibles signos de ictericia.

Si su recién nacido tiene la piel o la esclerótica de color amarillento, debería ponerse en contacto
con el pediatra del pequeño para saber si presenta una ictericia clínicamente importante.
En la consulta del pediatra, es posible que a su hijo le extraigan una pequeña muestra de sangre
para determinar la concentración de bilirrubina en sangre. Algunos pediatras utilizan un medidor
de luz para obtener una medida aproximada de la concentración de bilirrubina en sangre y, solo
si obtienen una concentración elevada, solicitan un análisis de sangre. La gravedad de la ictericia
dependerá de la edad del bebé y de la presencia de otros trastornos.
Cuándo llamar al pediatra

Debería llamar inmediatamente al pediatra si:

 detecta signos de ictericia durante las primeras 24 horas de vida del bebé
 la ictericia se está extendiendo o intensificando
 el bebé tiene una temperatura rectal de más de 37,8º C (o 100º Fahrenheit)
 El bebé tiene mal aspecto y/o se comporta como si se encontrara mal.

Llame al pediatra inmediatamente si se intensifica el color amarillo de la piel del bebé o si este
está muy desganado y/o más somnoliento que de costumbre. Es difícil determinar la gravedad
de la ictericia solamente observando a un bebé, de modo que cualquier bebé que tenga los ojos
y/o la piel amarillos debería ser evaluado por un pediatra.

Tratamiento

Si la ictericia es leve o moderada, cuando el bebé tenga entre una y dos semanas de vida
empezará a regular por sí solo el exceso de bilirrubina en sangre sin necesidad de tratamiento.
Cuando la ictericia es importante o no remite, es posible que el pediatra recomiende la
fototerapia -un tratamiento con una lámpara especial que ayuda al organismo a eliminar el
exceso de bilirrubina, alterándola o favoreciendo su eliminación a través del hígado.

Es posible que el pediatra le recomiende amamantar más frecuentemente al bebé o darle


biberones suplementarios de leche artificial para ayudarle a eliminar la bilirrubina a través de las
heces. En contadas ocasiones es necesario hacer un recambio de la sangre con una técnica
especial (conocida como exanguinotransfusión) para proporcionar al bebé sangre limpia y, así,
eliminar el exceso de bilirrubina.

Si su bebé desarrolla una ictericia que parece estar relacionada con la leche materna, es posible
que el pediatra le sugiera dejar de amamantarlo temporalmente. Durante ese período, usted
podrá seguir extrayéndose leche, sea manualmente o utilizando un extractor, para mantener su
producción de leche a fin de reanudar la lactancia materna cuando el bebé haya superado la
ictericia.

Si la concentración bilirrubina en sangre de su bebé es muy elevada, es posible que tengan que
volver a ingresarlo en el hospital para someterlo a tratamiento. De todos modos, una vez
descienda la concentración de bilirrubina y concluya el tratamiento, es poco probable que le
vuelva a subir y sea necesario volverlo a tratar.

Revisado por: Steven Dowshen, MD


Fecha de la revisión: noviembre de 2011

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