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Los Tres Pilares
de Tineo
Las claves para interiorizar
el Juego Natural
Por Álvaro Tineo
© 2012. Obra inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual

Los Tres Pilares de Tineo
Introducción
Estimado lector:
Aquí te muestro una pequeña guía de lo que yo considero que un hombre debe saber
ofrecer a una mujer.
Este libro comienza con unos principios evolutivos profundos sobre lo que la mujer
realmente necesita de nosotros y, a partir de esos principios, va “creciendo” una
teoría, basada en tres áreas importantes que hacen de pilares y que son las que dan
nombre y sentido al texto. Estas tres áreas son:
- El Juego a la Contra. Que es todo lo que demuestre que no estamos buscando

la aprobación de la chica.
- La Protección. Que sería el hecho de cuidar y proteger a una mujer.
- La Escalada. Que es cualquier cosa que aumente la intimidad con la chica y
normalmente tendrá una connotación sexual (directa o indirectamente).
Aunque he intentado hacer este manual lo más organizado, didáctico y práctico

posible… la intención no es que sigas un método, sino que interiorices estos tres
pilares que van a hacer de ti alguien tremendamente atractivo como hombre; que te
permitirán escalar siempre de forma sólida y congruente; y que te ofrecerán una teoría
bien fundamentada para interpretar de forma muy sencilla cualquier interacción y ver
en qué estás fallando.
Bajo mi punto de vista, en el mundo de la seducción falta sencillez. Son muchos

conceptos, mil términos e infinidad de teorías y “reglas” que no tienen sentido porque
falta un principio que lo resuma todo y que lo unifique de manera clara, simple y
lógica.
“Los Tres Pilares de Tineo” intenta dar ese principio simple y unificador.
Cuando estés ante una mujer, tu éxito no dependerá de hacer mil cosas, sino de seguir
tres principios muy simples… pero aplicándolos sólida y congruentemente. Haciendo
eso, tendrás un éxito arrollador. Y siempre estarás basándote en tu propio estilo y
personalidad.
Todos los hombres tenemos innatos, en nuestros genes, los mecanismos naturales
para ofrecer los tres pilares, de forma natural y espontánea. El problema es que por la
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educación que recibimos, poco a poco vamos reprimiendo esos mecanismos naturales
y usamos otros forzados y débiles.
El éxito a la hora de gustar, cuidar y proteger a una mujer consiste en sacar esos
mecanismos o AUTOMATISMOS naturales que todos tenemos como hombres y
volverles a dar la posición privilegiada que deberían tener en nuestra vida.
Al principio del libro explico un par de cosas MUY importantes sobre el cerebro
humano y unas pequeñas nociones sobre evolución y genética. No te preocupes que
no son más que un par de páginas y están explicadas de una forma muy simple y fácil
de comprender. Eso sí, intenta no saltártelas, porque esas páginas son la base teórica
de todo lo que viene después y si no lo tienes claro… es muy complicado que puedas
interiorizar bien el resto.
La idea de este texto es que llegues a pensar y actuar exactamente de la forma que los
genes y la mente instintiva de la chica piensa. Cuanto más sintonices tus acciones con
estos principios, más eficiente será la interacción entre vosotros. Por el contrario,
cuanto más desintonizadas estén tus acciones de lo que ella naturalmente necesita…
menos conexión y atracción habrá entre ambas partes.
Como dije antes, se trata de rescatar los automatismos y mecanismos naturales que
nuestro cerebro tiene INNATAMENTE configurados. Una vez dicho esto, vamos a
meternos en harina…
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Los cerebros del hombre
Antes de nada es importante que sepas, esquemáticamente, cómo funciona la mente y

el cerebro humano, para que entiendas que TODO lo que hacen y necesitan las chicas
tiene un porqué bastante lógico.
El cerebro humano tiene una zona que es prácticamente igual en todos los animales.
Es decir, que el ser humano tiene varias áreas del cerebro casi idénticas física y
funcionalmente a las de un animal como un perro, un mono o un pájaro.
Esta parte del cerebro que todos los animales comparten de forma bastante parecida
se llama “cerebro reptiliano”. Y recibe este nombre porque los reptiles (que fueron los
primeros animales que aparecieron en el planeta hace millones de años) partieron de
este cerebro primigéneo para sobrevivir.
Además de estas zonas reptilianas o primarias… el hombre tiene dos añadidos: las
zonas dedicadas a las emociones (cerebro límbico) y las áreas encargadas de la mente
racional, consciente, analítica y abstracta (cerebro neocórtex).
Es decir que, físicamente el hombre tiene un cerebro que incluye tres áreas: las que
son casi iguales al resto de animales (cerebro reptiliano); las encargadas de la gestión
de emociones complejas como el amor (cerebro límbico); y las zonas encargadas de la
inteligencia abstracta, racional y analítica (cerebro neocórtex).
La mezcla de estos tres mini-cerebros es lo que da como resultado nuestro cerebro

humano. Y nuestra mente y nuestras acciones son el resultado de estas tres pequeñas
máquinas trabajando juntas.
Ahora bien, aunque las tres trabajan juntas… todas obedecen a una: la reptiliana.
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El cerebro reptiliano
Nuestro cerebro reptiliano está dedicado a conseguir cuatro metas principales:
1- Conseguir alimento.
2- Vivir sin dolor y con salud.
3- Llevarnos bien con todos los seres del entorno para evitar amenazas.
4- Reproducirnos.
La atracción entre un hombre y una mujer empieza en el momento en el que los

cerebros reptilianos de ambos consideran que la otra persona es un buen candidato
para generar descendencia de forma efectiva.
La atracción sexual la decide, potencia y controla el cerebro reptiliano. Por eso se

repite una y otra vez que la atracción no es una elección. Una vez que el cerebro
reptiliano decide algo… se marca un deseo y una tendencia que es muy difícil cambiar.
Ni nosotros podemos decidir sentir atracción por una mujer de 200 kilos con bigote y
erupciones en la piel… ni ellas pueden decidir sentir atracción por un hombre muerto
de hambre, enfermo, sin pretensiones en la vida y con nula habilidad social. Los
cerebros reptilianos del hombre y la mujer han decidido que esas parejas NO son
buenas para generar descendencia… y, consecuentemente, ese cerebro reptiliano
envía “desinterés” (e incluso repulsión) en vez de mandar atracción sexual.
Si le gustamos a su reptiliano es muy difícil que esa mujer no quiera estar con
nosotros. Todo consiste en que su parte “primitiva” e instintiva nos vea como buenos
candidatos. Pero tranquilo que hay muchas formas de “gustarle” a su cerebro
reptiliano, y NO hace falta ser rico, guapo o famoso para conseguirlo.
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El límbico y el neocórtex pueden opinar un

poco
El cerebro reptiliano nace “ciego”. Es una zona del cerebro totalmente inconsciente e
instintiva. Lo que hace el cerebro reptiliano es marcar una tendencia… y según la
experiencia y lo que le “dicen” los otros dos cerebros, va aprendiendo a ver unas cosas
como buenas y otras como malas.
Según la cultura en la que esa mente crezca… según los padres con los que nazca y las
vivencias que tenga… el cerebro reptiliano hará que la mente de esa persona tenga
una tendencia u otra; unos patrones de conducta u otros. Digamos que es como un
coche que hay que “tunear”. Nuestro cerebro reptiliano es un motor estándar, pero
según el taller y el mecánico que le toque y según lo que el coche necesite hacer se le
ponen unas cosas concretas u otras. Lo que está claro es que el coche tiene que andar,
que necesita gasolina y que los pedales tienen que estar todos en el mismo sitio.
Como este manual habla sobre nuestra relación con las mujeres, voy a limitarme a
hablar sobre la parte del reptiliano dedicada a la atracción y la reproducción (pero
recuerda que el reptiliano también se encarga de otras cosas como la supervivencia, la
salud, etc.).
La forma de rescatar nuestros automatismos naturales a la hora de estar con una chica
es trabajar a FAVOR de nuestros cerebros reptilianos en vez de hacerlo en contra.
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Deseo y tendencia
Nuestro cerebro reptiliano marca tendencias instintivas… pero nuestra mente

consciente luego puede tener “deseos” o “inquietudes” distintos de la tendencia.
La tendencia es lo que nuestro cerebro reptiliano marca… el deseo es lo que nuestra

mente consciente decide que es mejor.
Es por ello que, por ejemplo, podemos tener la tendencia de comernos un pastel de
chocolate, pero nosotros luego tenemos el deseo consciente de no hacerlo, porque
engorda.
Las mujeres, de igual modo, tienen la tendencia de elegir parejas sexuales que
cumplan ciertos rasgos evolutivos para reproducirse, pero eso no quiere decir que su
deseo consciente sea tener hijos, al contrario.
Tendencia es una cosa, y deseo es otra. Ahora bien, la atracción surge de la

tendencia, no del deseo.
La atracción la deciden los genes, la gestión la deciden las emociones y la razón. Si

queremos tener éxito con las mujeres tenemos que entender sus tendencias instintivas
primero; y saber cómo manejar la “gestión”, después.
Pero ten en cuenta que la tendencia es muy importante, porque el reptiliano, con
mucha frecuencia acaba haciendo ceder a los otros cerebros.
Al igual que con la tarta de chocolate… la persona que hace dieta, puede resistirse un
día… puede resistirse una semana, pero el día que su entrenador le diga que puede
comer lo que quiera y saltarse la dieta… todos sabemos que lo primero que va a hacer
esa persona es comerse la tarta de chocolate.
En este manual te enseñaré cómo convertirte, de forma natural, congruente y sólida

en esa “tarta de chocolate” que todas las mujeres están deseando comerse.
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La mujer necesita…
El ser humano es el animal que tiene la reproducción más compleja dentro del mundo
animal. Tiene un embarazo larguísimo (9 meses es muchísimo más de lo que tarda
cualquier otro mamífero en gestar un embrión), y la infancia es muy prolongada.
El niño no es capaz de sobrevivir por su cuenta, sin el cuidado de su madre, hasta los
10 o 12 años de edad (e incluso a veces más)… cuando el resto de mamíferos pueden
tener a las crías sobreviviendo autónomamente a los pocos días de nacer. Esta
gestación y crianza tan largas hacen que el niño se desarrolle con una inteligencia
asombrosa, pero, a su vez, hace que la mujer tenga mucho en contra a nivel evolutivo,
para poder generar descendencia de forma efectiva.
Resumen: si eres perro, es muy fácil que tus hijos sobrevivan. Si eres un humano, es
mucho más complicado conseguir hacer sobrevivir a los hijos.
Al necesitar unos 10 años de trabajo “materno” para que el hijo sobreviva, los genes
de la mujer se ven obligados a ser MUY selectivos en la elección de sus parejas
sexuales.
Es un tema totalmente práctico: sin un hombre que la cuide durante ese periodo… la
madre está tremendamente expuesta a que las cosas no salgan bien. Con un hombre
Alfa y poderoso al lado durante ese tiempo, es MUY probable que los hijos salgan
adelante sin problemas.
Una vez más, repito que esta es la forma en la que piensan sus genes. Es algo
inconsciente e instintivo. Y la mayoría de las veces ellas no son conscientes de este
razonamiento.
Veamos un ejemplo:
“Si en la prehistoria, cuando la madre estaba amamantando al niño apareciera un león

y no hubiera un hombre ahí para protegerlos… es imposible que la madre fuese capaz
de defenderse por sí misma y cuidar al bebé al mismo tiempo.”
Pero no hace falta irse a la prehistoria… hoy día, en un país subdesarrollado, o en un

poblado indígena del amazonas… ocurre lo MISMO. Es decir, que en todos los entornos
que no sean los barrios ricos de una ciudad desarrollada la mujer tiene muy
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complicado el hacer sobrevivir a su descendencia sin personas que le ayuden a su

alrededor.
Si tiene familia (padres, hermanos, primos, etc.), la familia podrá ayudarla… pero
estamos en las mismas: necesita protectores. Una mujer TOTALMENTE sola, sin nadie
que la ayude tiene realmente complicado poder cuidar de un hijo.
Ella no puede evitar que, genética, cultural y diariamente se sienta atraída hacia un
hombre que le garantice seguridad y protección a largo plazo. Es algo que NO puede
evitar. Todo lo que a ella le garantice que nosotros, como hombres, somos capaces de
ofrecer protección a largo plazo le va a hacer sentir atracción sexual y emocional hacia
nosotros y todo lo que subcomunique lo contrario acabará generando repulsión o
desinterés.
Su cerebro reptiliano se MUERE DE GANAS de tener cerca un hombre que sea capaz
de protegerla durante años. Siempre que ella vea en un hombre indicios de que ese
hombre puede y quiere ofrecerle protección a largo plazo… su cerebro reptiliano va a
encargarse de poner en su cuerpo excitación sexual para incitar a la chica a estar cerca
de ese hombre y dejar que ese hombre la fecunde.
Una vez más: Esto es una tendencia instintiva que marcan sus genes. La mujer NO es
consciente de ello, pero la atracción surge instintivamente sin que se dé cuenta.
Es decir que siempre que ella vea a un hombre con capacidad y ganas de protegerla de
forma efectiva durante un largo periodo de tiempo su cerebro va a sentirse igual que si
a una persona a dieta le dices “tarta de chocolate”. Su sexualidad se va a poner a flor
de piel y va a empezar a sentir atracción hacia ese hombre igual que una persona a
régimen desea con todas sus fuerzas comerse la tarta de chocolate. Lo puede
disimular. De hecho lo hacen muy bien, pero eso no quita para que la desee.
Recuerda que la chica luego puede NO querer hijos, ni pareja. Puede no querer nada
serio y ser una mujer independiente centrada en su trabajo. Pero su cerebro reptiliano
no le va a permitir sentir atracción por nada que no pueda darle ciertas garantías de
protección a largo plazo. La tendencia será conseguir un protector a largo plazo,
aunque su deseo racional sea NO tener hijos.
De igual forma, una persona a régimen, puede no querer idear una dieta a base de
tarta de chocolate porque sabe que eso sería fatal para su salud. Pero eso no cambia el
hecho de que esté deseando comerse una.
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El secreto es “protección a largo plazo”. Eso es lo que más le importa a sus genes. Y
todo lo que le recuerde eso, le va a hacer sentir atracción.
Yo sé que muchos manuales de seducción te han advertido de que no te conviertas en

un “pagafantas” y que te han dicho una y otra vez que no dejes que te encasillen en la
categoría de “proveedor” ¡Y han hecho bien! No es lo mismo ser “proveedor”, que
“protector”.
Un hombre con capacidad de proteger a largo plazo NO es un proveedor. La

capacidad no es lo mismo que el acto. No es lo mismo un “proveedor” a corto plazo,
que un “protector” a largo plazo. Ya veremos más adelante por qué, pero de momento
quédate con este concepto: no te estoy diciendo que le des a la chica todo lo que ella
quiera.
Lo único que digo es que siempre que su cerebro reptiliano vea que un hombre tiene
poder y ganas de proteger a esa mujer a largo plazo, sus genes la harán sentir
atracción hacia nosotros.
Más adelante veremos que esto tiene muchos matices y que muchas cosas que, a
priori parece que demuestran que son gestos de “buenos protectores”, en la práctica
y para sus genes, son muestras de debilidad que le sugieren que, a largo plazo,
seríamos unos protectores pésimos.
Por ejemplo, invitar a una mujer a una copa puede parecer buena idea para demostrar
que somos capaces de cuidarla y protegerla. Y, a corto plazo, lo es. Pero al mismo
tiempo estamos dejando ver una falta de personalidad, carácter y decisión que hacen
que, a largo plazo seamos muy malos protectores, porque estamos demostrando
debilidad y necesidad de gustarla.
Por eso digo que la clave está en entender que es “protección a largo plazo” y no
simplemente “protección”. La gestión a largo plazo es lo que hace todo muy
complicado y contraintuitivo.
Es decir, que a sus genes sólo les parecerá bien que le paguemos una copa siempre
que hayamos pasado varias pruebas antes y que ella confirme que esa copa no se
debe a una debilidad de carácter, sino a un regalo congruente con una personalidad
SELECTIVA, poderosa e independiente.
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Los Tres Pilares
Los Tres Pilares no dejan de ser una simplificación de lo que hacen todos los naturales,
gurús y profesores de seducción. Es decir, que son los tres principios fundamentales
que una mujer necesita de un hombre. De forma directa o indirecta, todos los métodos
y teorías de seducción aplican estos tres principios constantemente, aunque muchas
veces los propios seductores no sean conscientes de ello.
En la mayoría de los casos, son cosas que se hacen por intuición. Otras veces, son cosas
que se han comentado con otros matices, aisladamente, pero nunca de forma
unificada. Por eso considero tan importante verlo desde este punto de vista.
Son tres principios realmente profundos que van mucho más allá de seguir métodos o
técnicas, porque se basan en necesidades muy fundamentales que cualquier mujer
tiene durante toda su vida. Y a su vez, son tres pilares que nosotros, como hombres,
tenemos genéticamente programados para ofrecer.
Los Tres Pilares son los siguientes:
1- Jugar a la Contra, que consiste en demostrar que NO necesitamos la

aprobación de la chica.
2- La Protección, que consiste en, literalmente, protegerla y cuidarla.
3- La Escalada, que consiste en avanzar en la intimidad con ella.
Jugar a la Contra
Jugar a la Contra es todo aquello que hacemos para demostrarle a la chica que no
necesitamos su aprobación ni gustarla… que tenemos una vida interesante, al margen
de ella… y que no nos importa lo que ella piense de nosotros.
Es decir, es cualquier cosa que subcomunique que NO estamos compitiendo por

ganar su validación.
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Demostrar que no buscamos su aprobación es MUY importante porque si hiciéramos

todo lo que ella espera, sin ponerle límites, estaríamos demostrando una tremenda
debilidad de carácter que haría que ella nos viera como protectores mediocres, por no
tener fortaleza suficiente para mantenernos en nuestro “camino” al margen de lo que
ocurra externamente.
Esto es mucho más transcendente de lo que puede parecer. Cuando somos fieles a lo
que somos, y dejamos claro que no vamos a cambiar nuestra realidad para gustarla
estamos estableciendo una filosofía basada en un gran poder interior. Esa
determinación y solidez a la hora de afrontar la vida le dice a ella muchísimo más sobre
nuestra valía como hombres que cualquier otra cosa.
Es por ello que ella va a testear nuestros límites y cómo de fácil sucumbimos a sus
“deseos”. Y en función de eso, sus genes nos verán como buenos o malos protectores.
Porque en ese momento sus genes piensan:
“Si conmigo no cede ni un ápice, puedo estar tranquila de que nadie nunca será
capaz de engañarle, aprovecharse de él o perturbar su realidad ni sus valores”.
Así que, durante gran parte de la interacción, tendremos que demostrar que NO
vamos a cambiar nada de nuestra vida por gustarla. Que no tenemos miedo alguno de
decepcionarla… y que, si ella no nos muestra un respeto y una actitud de
agradecimiento claras, nosotros no moveremos un dedo por ella.
Un ejemplo de cómo jugar a la contra sería quedar con la chica para ir al cine a ver una
película que tenemos muchísimas ganas de ver y que teníamos pensado ir a ver de
todos modos. Y durante la película no intentar besar, ni tocar, ni hacer caso a la chica,
sino, simplemente VER LA PELÍCULA que es lo que íbamos a hacer desde el principio.
Tampoco hay que ser grosero o poco educado. Seremos siempre amables, cariñosos y
cordiales, pero mientras vemos la película, estamos viendo la película. La chica jamás
nos respetará si ve que en vez de ver nuestra película preferida, perdemos el tiempo
y el dinero del cine intentando besarla o “aprovecharnos” de la película para intentar
escalar físicamente con ella.
Otro ejemplo de cómo jugar a la contra puede ser ir a patinar el fin de semana e
invitarla, dedicando la mayoría de nuestro tiempo a patinar y charlar sobre el paisaje y
disfrutar el momento, en vez de estar intentando gustarla.
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Es decir, se trata de hacer cualquier cosa que demuestre que NO la tratamos diferente
por ser mujer y que no tiene NINGÚN privilegio extra por ser atractiva, a no ser que se
lo gane por su personalidad, su actitud y por mostrarnos verdadero respeto.
A todo este principio le llamo “Jugar a la Contra”, y es uno de los Tres Pilares de Tineo.
Protección
En este apartado nos referimos a todo lo que hacemos para demostrar a la chica que
estamos dispuestos a cuidarla, encargarnos de ella y protegerla. Mostramos nuestra
cercanía, nuestro interés, nuestro cariño, la premiamos, le damos “mimitos”, la
tenemos en cuenta, la escuchamos y le prestamos atención.
La protección, en esencia, consiste en CUIDAR a la chica. Y es muy parecido a lo que

hace un padre con su hija. Digamos que si eres buen “padre” con ella, le estás
demostrando que serás un padre excepcional para sus hijos… y ya sabes que eso es lo
que más le puede gustar a su cerebro reptiliano.
Jugando a la Contra demostramos que tenemos una realidad sólida capaz de gestionar
la protección a largo plazo, porque no nos vendemos por nada, ni por nadie. Pero la
“protección” real que le damos a ella, es importante porque son “cuidados” que le
ofrecemos para que vea que nos importa, y que, siempre que ella sea buena “niña” y
nos muestre respeto y buena actitud, nosotros la cuidaremos con todo nuestro cariño
e interés.
Digamos que “jugar a la contra” sería como demostrar nuestra solvencia a la hora de
pedir un préstamo. Pero la protección en sí sería como ir pagando las cuotas del
préstamo mensualmente para que el banco vea que no somos unos morosos.
Y esto no es importante sólo para atraer a una mujer, es algo que a ella le importa
porque también nos identifica como buenos líderes.
Un verdadero líder, un auténtico hombre Alfa, protege y cuida a la gente que está en
su realidad.
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Cuidar y proteger debe ser algo intrínseco a tu personalidad y a tu forma de ser. Es

un automatismo que está en tus genes y que debes rescatar. Siempre que alguien te
muestre respeto, admiración y buena actitud, tú debes recompensarle con protección
y cuidados. Da lo mismo que sea un amigo, una chica con la que tienes relaciones
sexuales de vez en cuando, o un familiar. Es una norma que debes aplicar de forma
natural y automática a diario en toda la gente que te rodea.
Si juegas muy bien a la contra, pero luego ella nunca ve que la cuides ni te intereses
por ella sus genes pensarán:
“Esta persona en teoría podría protegerme muy bien, porque tiene una realidad
poderosísima… pero yo no le importo en absoluto, con lo cual… a mí nunca me
protegerá. Y si algo me pasa en un futuro, aunque estoy segura de que podría
cuidarme… no lo hará porque no le importo”.
Ella tiene que saber que nos importa. Si no, sus genes no le permitirán estar tranquila,
relajada y excitada cuando esté con nosotros. Si ve que no tenemos ningún interés en
cuidarla, sus genes poco a poco le harán sentir desinterés por nosotros, como medida
de seguridad.
Ejemplos de protección pueden ser: escucharla y animarla un día que ha tenido un

problema en el trabajo; ayudarla a estudiar; invitarla a cenar un día que ha tenido una
discusión muy fuerte con su madre; abrazarla; darle mimitos; mandarle un mensaje de
texto para saber qué tal está; interesarnos realmente por sus problemas, escucharlos,
recordarlos y preguntar de vez en cuando por ellos; darle algún regalo; etc.
No son cosas que haya que hacer todo el tiempo. Al contrario, son gestos que hay que
hacer en momentos puntuales y de vez en cuando, porque si, constantemente
estamos cuidándola de más, al final lo que estamos haciendo es vendernos muy
barato. Hay que hacerlo cuando esté justificado y cuando ella realmente se lo haya
ganado.
No te puedes ni imaginar lo poderoso que es que una mujer sepa que puedes y
quieres cuidarla y que, de hecho, lo haces de vez en cuando. No hay nada que
refuerce más la idea de que eres el hombre que sus genes necesitan.
Así que la protección es el segundo de los Tres Pilares de Tineo. Sin este apartado,
nada podrá funcionar.
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La Escalada
La Escalada es todo aquello que nos acerque más a la relación sexual con una chica.
Cualquier cosa que haga que estemos más cerca del coito que antes, se considerará
una Escalada. De esta forma, escaladas pueden ser: mirar, tocar, coger la mano, besar,
desnudar, sexo oral, etc. Cualquier avance con una connotación sexual directa o
indirecta será parte de la Escalada.
La Escalada es MUY importante porque es lo que nosotros queremos y esperamos de

la chica. Es nuestra recompensa. Es una de las principales cosas que nosotros, como
hombres deseamos de ella.
El hombre tiene entre cuatro y veinte veces más deseo sexual que la mujer. Y aunque
tanto hombres como mujeres disfrutan del sexo y lo necesitan en sus vidas, la
importancia para unos y para otras son MUY diferentes.
Es por ello que, a nivel instintivo… el hombre tiende a buscar sexo, y la mujer tiende a
buscar protección.
En un mundo perfecto, el hombre siempre cuidaría a la mujer y la protegería de

cualquier cosa y la mujer, a su vez, ofrecería de forma entregada, entusiasta y
apasionada todo el sexo que el hombre quisiera. Si este intercambio se produjera de
forma plena y auténtica entre ambas partes, los genes de ambas partes estarían tan
contentos que sería muy complicado que esa interacción no durara años y años en el
tiempo.
En ese equilibrio de sexo-protección está la clave.
Si nosotros ofrecemos protección, pero no esperamos recibir nada a cambio de esa

protección nos estamos vendiendo terriblemente barato. Estaríamos demostrando
que somos débiles e incapaces de luchar por lo que nos merecemos.
Si no escalamos y no avanzamos hacia una interacción sexual, la mujer pensará que

puede jugar con nosotros a voluntad y que no tenemos “valor” para manejar la
situación. Se aprovechará de nosotros y nos exprimirá consiguiendo de nosotros todo
la protección posible sin dar nada a cambio.
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Además, el estar a gusto con nuestra sexualidad y saber expresarlo de una forma sana
y normalizada es parte de nuestra plenitud como hombres y como personas. Es
síntoma de fortaleza y de que tenemos una vida completa y poderosa.
No sólo es importante para escalar a la hora de estar con una mujer. Es algo básico
para ser felices y vivir en armonía con el mundo que nos rodea. La energía sexual es
fundamental y poderosísima y jamás podremos sentirnos realizados si no tenemos una
actitud sana, despreocupada y natural con nuestra sexualidad.
A menudo se habla de ser “sexy”. Y esto es muy importante, aunque nadie sabe muy
bien en qué consiste. Pues bien, ser una persona “sexy” sólo puede conseguirse
cuando se está totalmente en armonía con la propia sexualidad y no se tiene miedo de
mostrar un carácter sexual en nuestra forma de ser. No es necesario ser invasivo ni
agresivo, pero tiene que notarse que NO se tiene miedo de mostrar el lado sexual de la
personalidad al vestir o al interactuar con una mujer.
Es por ello que la Escalada (avanzar hacia una intimidad sexual) es el tercer y último
Pilar de Tineo.
Si nosotros demostramos a la mujer que tenemos una realidad imperturbable, sólida y

poderosa (Jugar a la Contra)… le dejamos claro que sabemos y queremos cuidarla y
protegerla (Protección) y, con frecuencia, le hacemos ver que todo esto tiene un precio
y que ese precio es su respeto, su buena conducta y su disposición a gustarnos y
satisfacernos sexualmente (Escalada)… su cerebro reptiliano estará TOTALMENTE
satisfecho y es imposible que surja algún inconveniente o pega racional o emocional a
dicha interacción.
Es decir, que ofreciendo los Tres Pilares, estamos cubriendo desde el principio todos
los aspectos que su cerebro reptiliano necesita y eso hace que sea muy complicado
que la interacción no acabe a nuestro favor, porque nos estaremos posicionando
totalmente como esa “tarta de chocolate” buenísima e irresistible que su paladar no
puede dejar de desear, anticipar y saborear una y otra vez.
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Detalles sobre
los Tres Pilares
El miedo y la necesidad
Siempre que fracasemos en la vida será porque nos invade alguna de estas dos
emociones: el miedo o la necesidad.
El miedo es lo que nos impide estar haciendo lo que deberíamos.
La necesidad es lo que nos obliga a hacer lo que no tendríamos que estar haciendo.
Siempre que algo falla es porque estamos operando bajo alguna de estas dos
emociones. Así que merece la pena ser capaces de identificar cuándo estamos
sintiendo una u otra.
A la hora de aplicar los Tres Pilares tienes que tenerlas muy en cuenta. Si no escalamos
cuando debemos, normalmente será por miedo. Si escalamos de más, será por
necesidad.
Si no Jugamos bien a la Contra, será por miedo de no gustarla o de perder su

aprobación.
Si no estamos cómodos haciendo el pilar de Protección, será seguramente por miedo

al rechazo. Y si lo hacemos demasiado, será probable que lo estemos haciendo por
necesidad de gustarla.
Como digo, el miedo y la necesidad son las dos emociones capaces de alterar el
equilibrio lógico y natural entre los pilares.
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Tú estilo
La forma en la que trabajaremos con los Tres Pilares, será ofreciendo estas tres cosas
constantemente como algo natural y congruente en nosotros.
Estas tres áreas se pueden realizar de mil formas, y cada uno, según su personalidad
deberá manejarlas y expresarlas del modo que más le convenza… Esto es lo bueno los
tres pilares… no es un método, sino unos principios que cada uno aplica como mejor
considere y más congruente sea con su personalidad.
Una persona “intelectual” aplicará el Juego a la Contra yendo a un museo en una cita.
Y el que sea “heavy” lo hará asistiendo a un concierto de Iron Mayden. En ambos
casos será congruente porque estarán haciendo “SU VIDA” al margen de lo que la chica
piense.
De igual manera, no escalará sexualmente igual un economista que un artista

bohemio. El artista será mucho más creativo/brillante/atípico en la escalada. Y el
economista será más decidido, sólido y serio, quizá. Tampoco quiero que te encasilles
en ningún estilo. El economista puede ser una persona muy creativa, es sólo un
ejemplo. Lo que quiero decir es que cada uno lo tiene que aplicar a su manera. Y esa
manera NO puede ser copiada de nadie más.
No te preocupes que pondré un montón de ejemplos que te darán muchas ideas para
encontrar tu propia forma de desarrollar una interacción.
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Los Pilares tienen que estar siempre

compensados
Es bueno entender la interacción con una mujer como un videojuego en el que hay que
ir pasándose pantallas. Imagina que cada pantalla tiene tres monstruos: el de Jugar a la
Contra; el de la Protección y el de la Escalada. No puedes subir de nivel si no matas a
los tres monstruos. Una vez estés en la siguiente pantalla, tendrás otra vez los mismos
monstruos… pero de más tamaño. Y tendrás que matarlos de nuevo, para pasar al
siguiente nivel y así sucesivamente.
Si tú, por ejemplo, estás haciendo “Juego a la Contra de nivel 1” (primera pantalla), no
puedes hacer el “Juego a la Contra de nivel 2” hasta que no hayas hecho el nivel 1 de la
Protección y la Escalada. Nunca puedes subir de nivel en un pilar si no has hecho los
otros dos.
Es decir, que no te puedes tirar hora y media haciendo Protección nada más conocer a
una chica… porque ahí estarías haciendo el nivel 1, 2, 3 y 4 de la Protección, sin haber
hecho los otros dos pilares. Los Tres Pilares tienen que estar constantemente
compensados.
Tampoco puedes estar escalando con una chica una hora entera en plan “acoso y
derribo” sin haber jugado los otros dos pilares porque estarás descalibrando
TOTALMENTE. Y, de la misma forma, no te puedes jugar dos horas a la contra sin darle
protección o algo de escalada a la interacción porque la chica perderá el interés.
Es decir que es un ciclo de tres fases que tiene que estar constantemente fluyendo de
un pilar a otro. El orden por el que empiezas no depende realmente de ti… y luego
veremos cómo podemos saber qué pilar toca en cada momento, pero de momento
quédate con la copla de que son tres áreas que tienen que estar siempre equilibradas
entre sí. Si haces un poquito de una, hay que hacer un poquito de las otras dos. Y si
haces mucho de una, hay que hacer mucho de las otras dos, antes de seguir. Siempre
tiene que estar los tres pilares compensados y progresando más o menos a la vez.
Según el nivel de intimidad que tengas con la chica la “intensidad” con la que hacemos
los pilares es mayor o menor. Es decir, no hay que avanzar igual de fuerte con una
desconocida, que con una chica con la que ya hemos tenido sexo antes.
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Si, por ejemplo, yo quiero hacer el pilar de la Escalada con una chica que acabo de
conocer, bastará con que la mire lascivamente y la dé un besito en la mejilla. En
cambio, con una chica con la que ya he tenido sexo, la Escalada podría consistir en
tener sexo salvaje en unos baños públicos de un centro comercial.
En el primer caso, como el nivel de intimidad es menor, la Escalada va proporcional y

es pequeña. En el segundo caso, al tener mucho más nivel de intimidad escalaremos
con más intensidad.
De igual manera, no será lo mismo hacer la fase de Protección con una chica que
conocemos de media hora que con una novia, por ejemplo. En el primer caso,
escucharla y animarla en un problema del trabajo será suficiente. Con una novia, la
protección tendrá que ser mucho mayor, por ejemplo ayudándola realmente a
resolver ese problema, dándole una pequeña clase sobre estrategias de empresa y
dedicando dos horas de nuestro tiempo a que ella aprenda y sea operativa resolviendo
el conflicto por sí misma.
A mayor nivel de intimidad, más fuerte hay que jugar. Todo tiene que ir proporcional al
nivel de confianza que tenemos con la chica.
Y jugando a la contra, ocurre lo mismo. Si a la chica no la conocemos de nada,

podremos tomarle un poco el pelo de forma cariñosa, con bromas suaves. Con una
chica con la que ya hemos tenido un par de citas, tendremos muchísima más
complicidad y confianza suficiente como para gastar bromas más íntimas, siempre con
educación y sin faltar al respeto.
Todo tiene que ser proporcional a lo mucho o poco que la conocemos. Lo importante
es que entiendas que no puedes hacer DOS veces la misma fase. Si haces un pilar, no
debes repetir ese pilar hasta que hayas hecho los otros dos.
También puedes pensar en los pilares como en un edificio que tiene tres vigas
maestras sobre las que se edifica todo.
Si estás haciendo el primer piso y quieres empezar a construir el segundo, tienes que
preocuparte de que los tres pilares del primer piso están terminados y sujetos. Si te
pones a hacer el segundo piso sólo teniendo hecho uno de los pilares del piso
anterior… al final el edificio se caerá.
Los tres vértices del triángulo no son importantes por ser algo dentro de un método de
seducción… sino que son importantes porque REALMENTE una mujer necesita eso de
un hombre. No son caprichos. No es algo cultural. En cualquier tribu, sociedad o grupo
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del mundo… las mujeres van a necesitar esas tres cosas para poder estar a gusto y para
garantizar que si algo fuese mal… seríamos capaces de protegerlas y cuidarlas a largo
plazo.
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All-in
Hay mucha similitud entre el póquer y la interacción con una mujer. En el mundo del
póquer hay dos tipos de jugadores: los buenos y los malos.
Los malos jugadores, intentan apostar en todas las “manos” un poquito de dinero para
ver si hay suerte.
Los buenos jugadores no apuestan en casi ninguna mano… esperan y esperan durante
horas… y cuando aparece una jugada realmente buena entonces sí apuestan y
MUCHO. No sólo apuestan mucho, sino que intentan forzar al contrario a apostarlo
TODO.
Cuando un jugador de póquer apuesta todo a una jugada, a este acto se le llama un
“All-In” (literalmente significa “todo dentro”). Es decir, que los buenos jugadores,
juegan pocas manos, pero cuando las juegan intentan forzar un “All-In”, jugando muy
fuerte para intentar desplumar al contrario en manos que saben que son ganadoras.
Pues bien, en la vida real, un hombre Alfa hace lo mismo que un buen jugador de
póquer… avanza pocas veces, pero cuando avanza lo hace MUY fuerte. El hombre
inseguro, por el contrario está todo el rato intentando ver si prospera poco a poco,
aprovechándose de la situación y de la suerte.
Cuando un hombre poderoso escale estando con una mujer, lo hará pocas veces pero
haciéndolo con mucha seguridad. Cuando haga protección, jugará también fuerte,
entrando en una intimidad muy profunda. Y cuando Juegue a la Contra, no tendrá
ningún miedo de arriesgar mucho y salirse un poco de lo razonable para que la chica se
llegue incluso a cuestionar si el chico tiene interés en ella o no.
La idea es que si arriesgas poco, estás demostrando poca fortaleza. Si arriesgas

demasiado estás demostrando poca cabeza. El secreto está en arriesgar lo justo para
que la chica se sorprenda, sienta un poco de “nervios” y en ese momento frenar y
relajar la situación.
El concepto de All-in es importante en los tres pilares, pero será especialmente crucial
a la hora de la Escalada.
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La mitad amorfa
Cuando apliquemos los tres pilares tenemos que tener mucho cuidado de no
mezclarlos entre sí, es decir, cuando estemos haciendo uno de los pilares (Jugar a la
Contra, Protección o Escalada) estaremos haciendo ESE pilar y ninguno más. Cada uno
debe cumplir su cometido por separado.
En marketing hay un concepto que merece la pena conocer, porque es muy aplicable a
cualquier faceta de la vida, incluida la relación con las mujeres: la mitad amorfa.
La mitad amorfa es un producto que es una mezcla de otros dos. Por ejemplo: la radio-
despertador; el champú-acondicionador; los coches híbridos; etc. Pues bien, estos
productos son siempre muchísimo más débiles a nivel comercial que sus extremos por
separado. Es decir, que la venta de radios por un lado, y de despertadores por otro,
SIEMPRE va a ser mayor que la venta de “radio-despertadores” como concepto junto.
Porque la mitad amorfa es más débil que los productos genuinos.
Pues bien, en las relaciones humanas, las mitades amorfas tampoco son buena idea. Y
a la hora de aplicar los pilares, muchísimo menos. Cuanto más primario sea el instinto
al que estamos apelando, menos eficiente será utilizar una mitad amorfa.
Hacer la mitad amorfa sería, por ejemplo, intentar escalar a la vez que hacemos
protección, aprovechándonos de su vulnerabilidad para intentar conseguir sexo a
cambio. Esto no debe hacerse JAMÁS. Primero porque no necesitamos aprovecharnos
de una debilidad para gustar a una chica. Y segundo, porque estamos demostrando
una total falta de coraje al aprovecharnos de situaciones “favorables” para hacer las
cosas. Si queremos escalar NO necesitamos hacerlo mientras ella se siente vulnerable.
Si, por ejemplo, estamos Jugando a la Contra, porque consideramos que ella aún no se
ha ganado nuestra protección, entonces NO debemos hacer nada más. No mezclemos.
Si no se ha ganado la protección, no intentes ser cariñoso. Mezclando sólo estarías
demostrando debilidad por no ser capaz de mantener tus principios y ser justo al NO
dar protección a alguien que no lo merece.
Y, por último, cuando escalemos, no debemos hacer NADA más que eso. Hacer otra
cosa implica que nos da miedo escalar y que debemos “descafeinarlo” para que la cosa
no sea “violenta”, o para no sufrir tanto si ella no estuviera cómoda con la escalada.
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Eso nos tiene que dar igual, si vamos a hacer algo, hagámoslo bien y dejémonos de
tonterías.
La mitad amorfa, básicamente lo que demuestra es debilidad de carácter, necesidad de

resultados y miedo por perder su aprobación. Así que elimina eso de tu vida cuanto
antes. Si haces las cosas, hazlas de verdad. Ese es el tipo de carácter que una mujer
admira, respeta y le hace sentir atracción.
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Aprender a andar
Mucha gente piensa que la relación entre hombres y mujeres es algo que “surge
naturalmente” y que el atractivo de una persona es algo que se “tiene o no se tiene”.
Esta creencia, aunque es entendible, es falsa en casi su totalidad y es
TREMENDAMENTE perjudicial.
El ser humano tiene, naturalmente, todos los automatismos, mecanismos y programas

mentales necesarios para relacionarse eficientemente con el sexo opuesto. Todos y
cada uno de nosotros tenemos en nuestros genes la información y la capacidad de
ofrecer a una mujer TODO lo que necesita para estar a gusto a nuestro lado. Lo que
ella necesita no es tan complicado de entender, y se puede resumir en tres cosas que,
a su vez son las que trabajaremos en los pilares:
- Un hombre con una realidad poderosa que no busca la aprobación de los

demás para tener éxito en la vida (Jugar a la Contra).
- Alguien capaz de protegerla, cuidarla y estar ahí para que ella esté a salvo
(Protección).
- Una persona que sepa luchar por lo que quiere, que se sienta merecedor de un
trato de primera categoría y que no tenga miedo a plantearlo y esperarlo
desde el principio (Escalada).
Los tres pilares son, simplemente una aplicación práctica de estos tres principios
tremendamente profundos, fundamentales y innegociables que la mujer tiene
configurados en sus genes. Ellas no lo pueden evitar. Tiene toda la lógica del mundo
que esto sea así.
Y, por cierto, que son tres rasgos que te harán tener éxito en cualquier área de la vida.
Por eso le parecen atractivos a una mujer. No son cosas ni superficiales, ni insulsas.
Estamos poniendo en juego tres cualidades personales tremendamente poderosas que
no sólo te van a hacer mejorar tu relación con las mujeres sino que van a sacar toda tu
valía como ser humano y que van a dar congruencia al hecho de ser un hombre
realmente poderoso con una realidad fuerte e inquebrantable.
¿Cuál es el problema? Que aunque estas tres cualidades están potencialmente

desarrolladas en nuestros genes, en la práctica nuestra educación y nuestra cultura no
hace otra cosa que meternos creencias contrarias que nos han hecho reprimir esas
capacidades desde que somos pequeños.
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Esto provoca que con 30 años, en vez de haber estado tres décadas practicando y
desarrollando estas habilidades de forma natural, espontánea y sana… hemos pasado
esas tres décadas reprimiéndolas y anulándolas, sin utilizarlas jamás.
Esto produce una DESNATURALIZACIÓN del proceso. Es decir, que esos automatismos
y habilidades naturales, están tan reprimidas que ya no somos capaces de generarlas
intuitivamente. Al menos no de primeras.
La buena noticia es que como esos automatismos están en nuestros genes, siempre
que queramos podremos trabajarlos para, poco a poco, hacer que nuestra mente se
acostumbre a ellos y los interiorice.
Esto es muy parecido a una persona que ha tenido una lesión de rodilla durante años,
sin poder andar y, de repente, con 30 años tiene que volver a aprender a andar desde
cero. ¿Se puede? Por supuesto. Los automatismos del equilibrio y de la posición
erguida siguen en su cerebro, lo único que tendrá que hacer será desarrollarlos de
nuevo.
¿Se hace esto de forma tan sencilla como cuando era un bebé? No, porque cuando
eres un bebé tu cerebro es muchísimo más maleable y adaptable que de mayor. La
capacidad de aprendizaje y de aplicación operativa de aprendizaje en la infancia es
brutal. De niños por simple imitación instintiva, por pura replicación, incorporamos
todos los mecanismos para andar, sin problemas. Al igual que hacemos al aprender un
idioma.
Entonces, una vez dicho esto ¿qué tendrá que hacer una persona que, por ejemplo,
quiere aprender inglés de mayor? Ir paso a paso, aprender palabra a palabra de forma
aislada, meter la gramática poco a poco y convertir un proceso de aprendizaje que
habría sido intuitivo y natural con 2 años… en otro que tendrá que ser metódico,
segmentado y ortopédico de mayor, para poder incorporarlo de forma eficiente.
Del mismo modo, la persona que quiere aprender a andar de mayor tendrá que ir a
rehabilitación. Y los fisioterapeutas le tendrán que explicar paso a paso, punto a punto
y ejercicio a ejercicio cómo funcionan las piernas, la musculatura y el equilibrio.
Rehabilitar o rescatar un automatismo natural que ha sido olvidado durante años

SIEMPRE es un poco incómodo al principio. Pero NO le des a esto una explicación
esotérica.
Las relaciones humanas, y la Inteligencia Social (la capacidad de llevarse realmente

bien con la gente que te rodea), tus habilidades de comunicación y tu Juego Interno no
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son áreas imposibles, ni misteriosas, ni distintas a cualquier otra de la vida. No es

diferente a aprender un idioma nuevo. Y para dominarlo hay que pasar por un proceso
muy similar.
Volviendo al caso de los idiomas… Sería MUY sencillo, muy estúpido y también muy
presuntuoso que alguien que ha aprendido inglés desde pequeño (un nativo) le diga
a un estudiante adulto de inglés que se deje llevar y, simplemente, “hable” según lo
sienta. Para la persona nativa, es tan sencillo como hablar; para alguien que no lo ha
estudiado nunca es algo muy complicado que requiere de método, estudio y
disciplina.
Es muy fácil que alguien con éxito te diga que las cosas deben salirte solas
“espontáneamente”.
Es también lógico, pero a la vez muy cruel, que una mujer espere de ti que todo esto te
salga “naturalmente” ¡Claro! Ella es mujer. Ella de forma natural entiende
perfectamente a las mujeres e instintivamente sabe lo que necesitan. Pero tu cerebro
es distinto al suyo. Y tu capacidad natural para amoldarte a sus necesidades te la han
reprimido desde pequeño. Así que JAMÁS dejes que nadie te impida mejorar o
aprender estas habilidades. Te lo mereces como ser humano y como hombre. Y si no lo
tienes de forma natural, no es culpa tuya. Y tienes todo el derecho del mundo a
aprenderlo “de mayor” y practicarlo hasta que lo tengas interiorizado.
Es imposible ser feliz si no rescatas estos automatismos naturales, siendo capaz de

hacer feliz a las mujeres de tu entorno, de ser útil para ellas y convertirte en un
hombre realmente atractivo.
Es socialmente entendible pero muy perjudicial que se difunda la idea de que

nuestra habilidad para atraer y hacer feliz a una mujer NO se puede aprender ni
mejorar. Eso sería tan absurdo como decir que el inglés NO puede aprenderse
porque o se habla o no se habla. Menuda tontería.
El atractivo se aprende y se DESARROLLA. La capacidad de hacer feliz a una mujer

también se aprende y se interioriza a base de entenderlo y practicarlo.
No es algo trivial. No sólo estamos hablando de poder ligar. Estamos hablando de sacar
nuestra esencia más humana, de rescatar los mecanismos naturales de una persona
poderosa, feliz y plena y que saber cuidar, proteger y ser de utilidad a las personas que
le rodean.
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No permitas que nadie te critique por estudiar esto paso a paso, o por hacer cosas un
poco ortopédicas al principio, porque es lo mismo que harías para aprender cualquier
otra cosa. ¿Por qué iba a ser esto distinto?
A continuación verás que desmenuzo los tres pilares en mil y un aspectos, para que lo
entiendas en profundidad. Pero la idea no es que seas capaz de aplicar todos esos
aspectos de forma ortopédica, sino que esos conceptos te sirvan para poder
interiorizar y naturalizar tan sólo TRES conceptos: el Juego a la Contra; la Protección y
la Escalada.
El método de estudio o el análisis es sólo un proceso para INTERIORIZAR los conceptos.

Al principio será todo un poco lioso, pero ya verás cómo poco a poco, el proceso se
naturaliza y vas siendo capaz de interiorizarlo todo de forma que te salga natural y que
se aplique a tu propia y única personalidad.
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Encuentra el equilibrio
En las páginas que siguen verás, una y otra vez, que la actitud correcta siempre es un
equilibrio entre dos o tres principios. Y esto es algo que merece la pena mencionar.
En la vida, el éxito comienza con un equilibrio interno. Antes de que nuestras acciones
puedan ser certeras y eficientes tenemos que ser capaces de encontrarnos en un
estado de equilibrio interior.
Un buen líder es justo, pero a la vez duro. Ha de ser capaz de tener determinación y
compasión al mismo tiempo. Y en ese equilibrio está el éxito.
La persona de negocios debe ser capaz de arriesgar y generar seguridad. El éxito lo

determinará un equilibrio entre su valentía a la hora de apostar por lo que cree, unida
a la tranquilidad de no arriesgar más de lo que debe.
Es decir que sea cual sea el área en la que quieras mejorar tu nivel de éxito, éste
vendrá determinado por tu capacidad de genera un equilibrio interno a la hora de
aplicar varios principios o emociones.
Este libro no pretende otra cosa que ayudarte a encontrar un equilibrio interno y
naturalizado entre los Tres Pilares. De modo que los apliques de forma continuada y
balanceada siempre que estés con una mujer, y que eso sea una parte natural de tu
personalidad.
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Por qué cuidarla “ahora” a veces significa cuidarla mal en

un futuro
Como dijimos antes, la mujer necesita que demostremos que somos capaces de
cuidarla a largo plazo. Todo lo que transmita eso ,será atractivo, y todo lo que
transmita lo contrario, será causa de desinterés por su parte. Pero claro, cuidarla bien
en el futuro implica que tendremos que negar cosas en el presente.
Si un empresario se gastara todo el dinero de la empresa en complacer a los

trabajadores, la empresa se iría al garete. La obligación del empresario es ser
cuidadoso en sus gastos, tener las cuentas saneadas y sólo dar incentivos por
beneficios cuando se cumplan estas dos cosas:
1- Los trabajadores se lo hayan merecido realmente.

2- La empresa se lo pueda permitir sin comprometer sus cuentas a largo plazo.
Con una mujer ocurre lo mismo. Nuestra capacidad de protegerla a largo plazo
depende de que la protección sea sostenible y, para que eso ocurra, siempre que
cuidemos a la chica tiene que ser porque se cumplan estos dos principios:
1- La chica realmente se lo ha ganado.

2- Es un gesto que es sostenible en el tiempo y que no compromete nuestra
capacidad de protección futura.
Ambos puntos están íntimamente relacionados, porque uno de los requisitos para que
algo sea sostenible es que no se aplique masivamente. Es decir, que si yo le diera
protección a TODAS las chicas que conozco, me quedaría sin recursos. Sólo será viable
que lo haga con unas pocas chicas que están dándome mucho a cambio.
A partir de ahora, te recomiendo que pienses en dar protección a una mujer, como un
empresario dando un “premio” a un trabajador, por su buen trabajo. Si sigues esta
regla a raja tabla, jamás te equivocarás.
Un empresario no daría nunca nada antes de que el empleado haya hecho algo
excepcional, o haya demostrado una fidelidad y valía para la empresa estupenda. Si un
empresario premiara a un trabajador antes de verlo trabajar… e hiciera esto
masivamente con todos los empleados, la empresa quebraría en seguida.
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Esto es lo mismo que los genes de la chica piensan cuando un hombre que no la
conoce de nada la invita a tomar una copa. Su cerebro reptiliano razona del siguiente
modo:
“Si este hombre invita a una copa a todas las mujeres atractivas que se encuentra, y
las chicas aceptaran… en un mes se arruinaría. Con lo cual, para cuidarme a largo
plazo, este hombre es un gestor pésimo, se vende barato y no tiene autoridad ni
autocontrol para mantener sus cuentas “emocionales” y económicas saneadas.”
Recuerda que, normalmente, lo que tú vas a esperar y valorar mucho de una mujer es,
por un lado respeto y, por otro, que invierta en gustarte (bien porque sexualmente te
deje avanzar, o porque haga otras cosas por ti, activamente).
La escalada física, como que, por ejemplo, se deje besar, es algo muy importante,
porque es una forma de aceptar implícitamente que tiene interés en ti como algo más
que un simple amigo.
Digamos que el equilibrio natural de un hombre con una mujer es el siguiente:
- Cuando ambas partes son simplemente amigos, el hombre cuida un poquito, y

la mujer es un poco cariñosa, pero sin compromiso ni intimidad sexual de
ningún tipo entre ambas partes.
- Cuando ambas partes son algo más que amigos, el hombre empieza a proteger
y cuidar de una forma más profunda a la mujer y entre ambos se genera una
intimidad sexual.
Si tú estás recibiendo por su parte lo mismo que haría con un simple amigo (es decir,
sin intimidad física de ningún tipo) entonces tú haz lo mismo: trátala como a una amiga
y no hagas nada excepcional o diferente por cuidarla. Hasta que ella no demuestre
interés en acercarse a ti de una forma íntima, no está justificado que la trates diferente
a como lo harías con un hombre que conoces del mismo tiempo que a ella.
O sea que, ya tienes un dato más para meter en la ecuación… siempre que ella no te
esté permitiendo escalar en el plano sexual o que veas que no invierte su tiempo y
energía en gustarte y hacer cosas por ti… tú no deberías protegerla como alguien
especial, más allá de una buena amiga.
Si, por ejemplo, después de una tarde muy agradable juntos ella no te deja besarla y se
hace la “difícil” a propósito… tiene que, automáticamente, perder privilegios de
protección. No estoy hablando de tratarla mal, al contrario, siempre hay que ser
respetuoso y cariñoso, pero en ese momento volverá a ser una “simple amiga” para ti,
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sin cuidados ni atenciones “extras”. No puedes proteger a una mujer que no te respeta
o que quiere jugar contigo, porque entonces se aprovechará de ti.
Esto es lo que ocurre cuando la chica nos “soloamiguea” (decide que sólo quiere ser
nuestra amiga) y cada vez nos cuenta más problemas y se aprovechan de nuestros
cuidados GRATUITAMENTE. Ella está recibiendo todo lo que necesita de nosotros
(protección y cuidados) y nosotros de ella no estamos obteniendo absolutamente
nada.
No podemos permitir que una mujer reciba protección a cambio de nada. Primero por
nuestra dignidad… segundo porque esto nos genera infelicidad y un trato humillante y
de segunda “clase” por parte de la chica… y tercero porque es poco sostenible a largo
plazo.
Por pequeño que sea el “pago de protección” que estemos haciendo, si ella no ha
“trabajado” o invertido tiempo para merecérselo, sus genes lo van a detectar y van a
empezar a disparar las alarmas.
Veamos algunos ejemplos:
- Acabamos de conocer a una chica y para que ella esté cómoda hablando,
cambiamos nuestra postura y nos ponemos cerca de ella a costa de estar
nosotros incómodos, cuando realmente no la conocemos de nada y ella no está
siendo especialmente simpática… estamos cayendo en el mismo error: premiar
algo que NO lo merece.
- Empezamos una relación con una chica y la llamamos varias veces para ponerle
fácil el quedar. Esto está MAL. No hay que ponerle nunca fácil el quedar. Ni
tampoco difícil. Hay que invertir lo que es coherente en función de lo que ella
está invirtiendo. Si no quiere quedar, peor para ella, pero nosotros siempre
vamos a ser exigentes y esperar que ella invierta, como mínimo, igual que
nosotros en una interacción.
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Solvencia de Protección a Corto y Largo plazo
Ya hemos dicho que la mujer tiene que poder saber que el hombre va a estar ahí por si
pasara algo, para protegerla en el tiempo. Proteger en el tiempo implica dos cosas: por
un lado tener ganas de cuidarla a corto plazo… y, por el otro, tener una buena gestión
de recursos que haga que ese hombre sea capaz de garantizar la protección a largo
plazo.
Esto es como pedir un préstamo. El banco te va a pedir dos cosas: liquidez actual, y
garantías de que te administras bien y de que vas a tener trabajo en el futuro. Si el
banco ve que ahora tienes dinero pero que tu trabajo es inestable, que derrochas el
dinero y que estás siempre en números rojos porque gastas el dinero sin tener ningún
cuidado… el banco no te va a considerar de fiar y no te va a prestar el dinero.
Con las mujeres ocurre lo mismo, ella necesita saber dos cosas: que ahora quieres
cuidarla… y que a largo plazo puedes mantener esa actitud y esa protección.
Es por ello que a veces trabajar demasiado en ella en el “corto plazo” (por ejemplo
invitándola a cenar nada más conocerla) puede hacerla pensar que eres mal protector
a largo plazo. Porque estás vendiendo muy barata tu “protección”.
Analicemos este caso. Si yo invito a una cena a una chica que acabo de conocer, estoy
demostrando que quiero cuidarla, protegerla y proveerla de cosas a corto plazo. Pero…
al mismo tiempo estoy demostrando que estoy gastando dinero, tiempo y energía en
cuidar a una chica que NO CONOZCO DE NADA y que no se ha ganado mi protección.
Es decir, que estoy demostrando que me vendo muy barato.
El hombre realmente poderoso es selectivo y vende muy cara su protección. Y esto

garantiza una estupenda gestión a largo plazo.
A una chica no le importa tanto saber si la invitas a una copa o no. Para ella es
muchísimo más importante saber si eres el tipo de persona que invita a todo el mundo
y gestionando fatal sus recursos, o si, por el contrario eres una persona con una
gestión tremendamente selectiva y exclusiva en el ofrecimiento de su protección.
Veamos otro ejemplo de gestión buena a corto plazo, pero mala a largo plazo.
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Manolo conoce a Marta una noche. Se ponen a hablar, se gustan y se dan los teléfonos.
Manolo llama a Marta pero ésta no coge. A la hora siguiente vuelve a llamar. Y a la
siguiente de nuevo. Llama más veces durante esta semana y ella no contesta nunca.
Manolo hizo bien en llamar UNA vez a Marta. Pero al llamar muchas veces está
demostrando que necesita gustarla. Se está preocupando por ella de más, le está
dedicando tiempo de más y se está involucrando de más con una chica que apenas
conoce. Este comportamiento lo que le transmite a Marta es que Manolo se vende
MUY barato. Y alguien que se vende barato en un recurso (en este caso la protección)
es alguien que al final pierde ese recurso.
Otro ejemplo:
Juan conoce a Lorena. Lorena le propone quedar un día para ver una película que a
Lorena le encanta. Juan accede aunque esa película no le gusta nada, pero acepta
porque quiere conseguir gustar y seducir a Lorena. Lorena, una vez en el cine, se da
cuenta de la estrategia de Juan y, poco a poco, empieza a perder interés por él.
Una vez más, Juan ha vendido su “protección” muy barata. Ha hecho un sacrificio por
cuidar a Lorena que NO está justificado.
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Los tres errores
Tal y como estamos viendo, cuando vendemos barato nuestra protección estamos
subcomunicando TRES cosas muy poco atractivas para sus genes:
1- Que necesitamos la aprobación de mujeres, y que, en un futuro es muy

probable que vendamos la protección que le corresponde a ella a otra mujer
que nos ría las gracias en ese momento.
2- Que la vamos a hacer caso a ella en todo siempre por miedo a perderla…
aunque eso signifique hacer locuras como perder un empleo, dejar de
supervisar un negocio o gastar un dinero que no tenemos.
3- Que al tener mucha necesidad somos incapaces de ser buenos líderes y tener
éxito en la vida.
Veamos cada uno de estos apartados por separado.
Si nos vendemos barato con ella, en el

futuro lo haremos con otra
Cuando nos portamos demasiado bien con una chica que acabamos de conocer, sólo
por intentar gustarla o agradarla estamos demostrando un patrón de conducta muy
difícil de gestionar:
“Este chico hace lo que sea por gustar a una chica atractiva (o a veces ni eso) que le
sigue el rollo”.
Y los genes de la chica piensan:
Las chicas atractivas o que tonteen con él tienen poder para obtener cosas de él. Esto
quiere decir que si yo empezara algo serio con él, corro el riesgo de que en un
futuro…una chica atractiva lo manipule para obtener lo que quiera de él y quitarme a
mí lo que me corresponde.
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Por supuesto que la chica no piensa esto conscientemente… ella ni siquiera se ha

planteado conscientemente tener una relación sexual con nosotros, pero su cerebro
reptiliano se ha encargado de pensar todas estas posibilidades por ella, para evitar
futuros problemas.
Su cerebro reptiliano procesa toda la información evolutivamente relevante y una vez

hecho eso… le da como resultado una emoción de atracción o repulsión que hace que
su mente consciente vaya en una dirección o en otra.
Su parte más instintiva le dicta que un hombre que se vende barato con una mujer
para obtener atención y/o sexo, es un hombre que se va a vender barato siempre para
obtener lo mismo. No hay forma de convencer a sus genes de lo contrario. Si una
mujer te ve venderte barato con ella inmediatamente va a pensar que eres el tipo de
hombre que se vende barato siempre y con todas.
Malcriarla implica que os morís los dos
Por si lo comentado en el apartado anterior fuera poco, su mente instintiva plantea

otro problema. No sólo hay peligro de que en un futuro le diéramos la protección que
le corresponde a ella a otra mujer, sino que habría mucho peligro de que por
protegerla a ella de más y hacerla caso en todo… acabáramos matándonos a los dos.
Al regalar protección injustificadamente estamos demostrando que estamos

dispuestos a hacer cualquier cosa por ella. Eso NO es bueno. Hacer cualquier cosa, en
cualquier situación y sin importar el contexto es, sencilla y técnicamente un rasgo de
LOCURA. Literalmente(y lo digo en toda la acepción científica del término), es una
LOCURA. No es razonable ni sostenible a largo plazo.
Un hombre que sin conocer a una mujer le regala unas flores en la primera cita, es el
tipo de hombre que hipoteca su casa para regalarle a su esposa un viaje por todo el
mundo. Ese tipo de hombre que hace “locuras” por amor, al final hace que los dos
mueran.
Un hombre no le puede dar a una mujer todo lo que pide, de igual forma que un padre
no le puede dar a un hijo todo lo que éste pide, porque si lo hiciera, acabarían todos
muertos. El padre tiene que sabe qué puede y qué no puede dar. Qué es justo y qué
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no, y qué es congruente y qué no, en función de lo “bueno” o “malo” que haya sido el
hijo.
Lo mismo ocurre con una mujer. Nosotros debemos protegerla, pero no a toda costa ni
bajo cualquier circunstancia. La mujer debe saber que todo es condicional a lo que ella
haga y que todo va en función de los recursos que tengamos. La obligación de la mujer
(lo que le marcan sus genes para testear nuestros límites) es intentar ser caprichosa y
conseguir cosas de nosotros. La nuestra es poner límites y hacerla ver, con cariño que
hay cosas que no pueden ser, porque si le diéramos esas cosas, estaríamos
sacrificando nuestra estabilidad y sostenibilidad futura.
Lo que ella necesita es un hombre que ponga límites y “racione” la protección de

forma sostenible en el tiempo, sin importar cómo de insistente, o caprichosa sea ella.
Ese hombre que pone límites siempre y que no ofrece nada que no esté justificado… es
el tipo de hombre que le cuadran a sus genes y que hace que su mente inconsciente
sienta atracción sexual por él. Del mismo modo que nuestro paladar nos hace desear la
tarta de chocolate, aunque sepamos que no nos conviene.
Sus genes quieren seducir, gustar y tener relaciones sexuales con ese hombre. Ese tipo
de hombre le da seguridad…y la hace sentir totalmente a salvo.
Venderse barato implica que somos unos líderes penosos
Por último… cuando vendemos barata nuestra protección, estamos transmitiendo

debilidad de carácter… y esto es lo peor, de lo peor. Alguien con un carácter débil, que
cede con facilidad, sucomunica que TODO el mundo puede jugar con él. Y, como te
puedes imaginar, alguien de estas características no hace sentir a la mujer a salvo.
SI no somos capaces de gestionar una simple interacción con una chica ¿cómo
demonios vamos a ser capaces de manejar situaciones de estrés en el trabajo o de
negociar lo que nos merecemos cuando sea necesario?
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Alguien que se vende barato cuando está con una chica, dice mucho acerca de su
entereza, autoridad, y capacidad de gestionar los conflictos en su vida diaria, su
trabajo y sus relaciones personales.
Es por ello que cuando nos vendemos barato, lo tercero que sus genes sacan en claro
es que no tenemos cualidades suficientes para ser buenos líderes, ni buenos gestores
de recursos. Veamos en detalles por qué es tan importante que ella nos perciba como
buenos líderes.
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El líder es el que mejor protege
Para el cerebro reptiliano de una mujer no hay nada más tranquilizador y atractivo que
estar con un líder nato. Alguien fuerte, puede ser buen protector. Pero un líder capaz
de convencer a quince hombres fuertes de que estén a sus órdenes es mucho mejor
protector. Una persona inteligente es buena para proteger porque busca buenas
soluciones… pero un líder capaz de convencer a quince personas inteligentes de que
trabajen para él y solucionen sus problemas, es mucho mejor y más eficiente.
Es por ello que el liderazgo y las habilidades sociales son un detonante tan inmediato
de la atracción en una mujer. Todo lo que demuestre liderazgo, la hace sentirse
excitada y lo que demuestre falta de habilidad social, consigue lo contrario.
El hombre que, por ejemplo, mete la pata con las amigas de la chica generando
enemistad al momento… enseguida apaga los interruptores de atracción en la chica
porque está demostrando falta de habilidad social/liderazgo y lo que los genes de la
chica piensan es: si no es capaz de meterse en el bolsillo a mis amigas, en el trabajo
será el último mono de la oficina y así no hay quien tenga éxito.
Las habilidades sociales y de liderazgo son básicas para tener éxito en cualquier área
de la vida y en cualquier contexto. El alumno que cae bien a todo el mundo consigue
que los demás le ayuden en los trabajos/deberes, consigue clases gratis de los
“empollones” de clase sin pagar, obtiene buenas notas por caer bien y parecer buen
chico… y tiene al delegado de clase en el bolsillo, negociando lo que él quiere.
Un trabajador con brillantes habilidades sociales consigue más clientes que nadie, más
ventas que nadie, cae bien a los jefes, consigue mejores acuerdos, negocia mejor sus
condiciones laborales, hace que los demás hagan el trabajo sucio por él, etc. En 10
años, el director de la empresa no es el más listo, ni el mejor preparado, sino el que
más habilidades sociales y de liderazgo tiene.
En la selva… el que mejor vive es el hombre capaz de convencer a todos los demás de
que vayan a cazar para él, sin necesidad de mover un solo dedo.
Al igual que en los X-Men (cómics y películas sobre superhéroes), el más poderoso es
aquel de controlar las mentes de los demás (Charles Xavier). El que es capaz de liderar
a otros tiene las habilidades propias más las de los que están a su servicio.
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El cerebro reptiliano de la mujer tiene esto MUY claro, y por eso, en cuanto vea un solo
rasgo de liderazgo sus mecanismos sexuales se verán totalmente excitados sin que ella
pueda hacer nada para evitarlo.
Si la interacción con la chica no pone por sí sola una prueba para testear tus
habilidades sociales y de liderazgo…. no te preocupes, que el cerebro reptiliano de la
mujer se encargará de ponerte a prueba directamente con algún “problema” social.
Cuando la chica va a una cita contigo con una amiga suya; cuando te intenta presentar
a sus padres; cuando pasa de ti hablando con otro chico; cuando te pide que le invites
a una copa; cuando estando rodeada de su grupo de amigos te mira fijamente…
En todos esos casos su cerebro reptiliano está poniendo a prueba tus habilidades
sociales y de liderazgo.
Si consigues encantar a su amiga y a sus padres, gestionar bien un desinterés centrado

en otro chico, manejar bien la situación de la invitación o el conseguir conocerla
aunque estén sus amigos chicos delante…. estarás demostrando que eres una “bestia
social”, capaz de manejar cualquier situación social a tu favor. Y en ese momento sus
genes querrán tener relaciones sexuales contigo.
Si, por el contrario, fallas… sus genes perderán el interés.
Así que recuerda: el líder hace que su cerebro reptiliano se excite y te vea como
candidato sexual claro… el inútil social consigue lo contrario.
Y una vez aclarados todos estos puntos. Ahora sí, vamos a entrar de lleno en Los Tres
Pilares.
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Los Tres
Pilares:
- Jugar a la Contra
- Protección
- Escalada
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Jugar a la contra
Jugar a la Contra, consiste, como hemos dicho antes, en demostrarle a la chica que no
necesitas su aprobación.
La esencia de este pilar es que nosotros, como hombres, no podemos permitir que
una mujer altere nuestra realidad haciéndonos renunciar a lo que somos, a lo que
nos gusta y a lo que nos divierte o interesa. Nosotros no cambiaríamos nuestra
realidad por gustar a un amigo. Incluso no lo haríamos ni para gustar a un jefe. No es
congruente, ni positivo, ni correcto hacerlo por una mujer que nos guste.
Debemos exigir que la mujer nos valore por lo que realmente somos, y no por una
pose para buscar su aprobación.
Además, los genes de las mujeres están diseñados para sentir atracción por el hombre
que tiene una vida plena, con las ideas muy claras y una realidad imperturbable que
haga de él un ser poderoso. Cuanto más fuerte y estable sea tu realidad, más atracción
sentirán ellas hacia ti. Cuanto más intentes cambiar tus actos para gustarla… más
repulsión sentirá.
Esto no quiere decir que no la cuides. Deberás cuidarla cuando ella se lo haya ganado y
cuando esté dándote a ti un trato de primera categoría. El líder cuida, pero nunca
intenta buscar la aprobación de los demás al hacerlo.
Cuando estés Jugando a la Contra es importantísimo que seas paciente. No te puedes

ni imaginar las implicaciones que puede tener la paciencia cuando estás al lado de una
mujer. La paciencia no deja de ser la habilidad de conseguir que el factor tiempo no
despierte tu necesidad. Es decir, que en la mente de una mujer, alguien impaciente es
alguien débil y con mucha necesidad, y la persona paciente es alguien imperturbable y
poderoso.
Ser paciente no significa ser pasivo. Como dije antes, se trata de encontrar un
equilibrio entre el miedo y la necesidad. Ser impaciente muestra necesidad, pero no
hacer nada deja entrever que tenemos miedo de avanzar.
En cualquier caso, para avanzar ya tenemos el pilar de la escalada. Pero cuando estés
Jugando a la Contra es importantísimo que seas PACIENTE. Ella tardará en mostrar
interés por ti, sobre todo al principio. Al principio irás a oscuras y tendrás que tener
mucha paciencia y esperar hasta que ella te muestre respeto, admiración e interés. No
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tengas prisa. Disfruta el proceso, Juega a la Contra con decisión y ya verás cómo las
muestras de interés aparecen tarde o temprano.
Aunque Jugar a la Contra se basa en un principio evolutivo y muy profundo como es el

no necesitar la aprobación de una mujer… se puede estructurar, analizar y desglosar
en varias acciones que te puede venir bien saber, para irle dando forma en tu cabeza.
Como siempre digo, analizar estos puntos en detalle no quiere decir que la meta sea
aplicar un método mecánico o artificial. Simplemente es una forma de que tu cerebro
tenga detalles y teorías estables, para poder interiorizar los conceptos poco a poco,
razonando cada uno por separado.
Una vez dicho esto, veamos de qué forma puede aplicarse el Juego a la Contra, en la
práctica cuando estamos con una mujer.
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La Autodescualificación y decir lo
que piensas realmente
Autodescualificarse consiste en sacar a relucir nuestros defectos y las cosas que

tememos que a ella pueden no gustarle de nosotros. Lo que vamos a hacer es NO
intentar gustarla haciendo como que somos “perfectos”. Ni somos perfectos, ni nos
hace falta serlo. Y no tenemos interés alguno en parecerlo.
Sólo alguien muy seguro de sí mismo admite sus defectos.
Por intentar gustar a los demás ocultamos nuestros gustos, defectos, verdaderas
aficiones, opiniones, emociones o inquietudes con mucha frecuencia. Esto no es
congruente con una persona que tiene una realidad sólida. Un hombre
verdaderamente Alfa y con un Juego Interno poderoso no tiene ningún miedo de
admitir sus defectos, las cosas que no le gustan, sus verdaderos intereses o aficiones, o
sus emociones con respecto a las cosas.
La autodescualificación es un concepto un poco artificial, porque normalmente se

propone hacerse a “propósito” para impactar en la chica. Yo no sugiero esta actitud.
De hecho, yo propongo lo contrario. No lo hagas para impactar, ni adrede. Y no te
limites a hablar de tus defectos.
Sé realmente el tipo de persona que 24 horas al día es sincero en lo que respecta a su

vida y que no busca NUNCA la aprobación de nadie intentando entrar en los cánones
ajenos.
Tenemos que defender lo que somos, lo que nos importa y lo que nos hace felices a
“capa y espada”. No podemos permitir que una mujer tenga poder para hacernos
cambiar nuestra realidad o para ocultar nuestra verdadera personalidad.
Expón tu realidad abiertamente. Sé confiado y ten el coraje suficiente de plantear las

cosas que te gustan o disgustan directamente sin miedo de que a ella no le guste. Si a
ella no le gusta, ese es su problema, pero si permites que tu realidad cambie por
gustarla, le estás demostrando que eres débil y un protector pésimo.
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Sé que parece contraintuitivo, pero créeme, para despertar su atracción, necesitas

demostrarle a su cerebro reptiliano que NO necesitas su aprobación y que no tienes
miedo de decepcionarla.
Veamos algunos ejemplos de esto:
Hablando con la chica nos comenta que no le gusta nada el fútbol. Nosotros decimos
que a nosotros, en cambio, nos encanta y que, de hecho, fuimos árbitros, cuando
éramos más jóvenes. Le contamos que jugábamos mucho de niños, pero que éramos
muy malos jugando, que por eso nos hicimos árbitros. Para rematar, bromeamos sobre
la idea de que no podríamos estar juntos, porque el fútbol es básico para nosotros. Y,
también de broma le decimos que ha perdido muchos puntos por no ser futbolera…
Hablando sobre música la chica nos dice que le encanta Pereza. Nosotros comentamos
que no es un mal grupo y que tiene un par de canciones que no están mal, aunque
confesamos que apenas conocemos al grupo. Le decimos que cuál sería su disco
preferido y que tenemos curiosidad por escuchar más acerca del grupo.
Ella nos comenta que le encanta ir al gimnasio. Nosotros le decimos que eso está genial
y que le tenemos mucha envidia, porque nosotros no somos capaces de mantener la
constancia porque nos aburrimos muchísimo en el gimnasio. Preguntamos qué tipo de
entrenamiento hace.
Hablando de cine ella nos dice que le gusta el cine de autor. Nosotros le decimos que
nosotros somos como niños de 5 años: nos gustan las películas de animación, las de
acción y las que están de moda. Comentamos que nos aburrimos con mucha facilidad y
que necesitamos argumentos con mucha actividad.
Decidiendo un sitio para comer ella propone un vegetariano. Nosotros decimos que
mejor no, porque no nos gustan las verduras y somos muy carnívoros. Planteamos la
posibilidad de un sitio intermedio que puedan tener un poco de todo. Lo que está claro
es que NO vamos a ir a un sitio que no nos gusta para causarle buena impresión y que
piense que somos gente de su “rollo”.
Ahora bien, tampoco estés intentando forzar este tipo de comentarios todo el rato sin
que vengan a cuento. Intenta incorporar la actitud de no impresionarla y ser sincero,
de forma general. Especialmente en todo lo que tenga que ver contigo mismo.
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Es un tema de exponernos y arriesgar a la hora de defender nuestra vida y nuestra

realidad. Cuando podamos sentir que nos da miedo confesar algo por temor a perder
su interés, ese es el momento ideal para superar el miedo y plantear el “defecto” o el
rasgo que pueda no gustare directamente.
Ten en cuenta que el 99% de los hombres, cuando siente que algo no puede gustarle a
la chica, intentan disimularlo y ellas al final se dan cuenta.
Es por ello que éste es, quizá, el punto que más nos puede diferenciar de un alguien
que tiene una realidad pobre. Una persona débil jamás se expone a la hora de
defender su realidad. Pero los líderes SIEMPRE lo hacen. No debemos callarnos algo
sobre nosotros mismos para intentar gustarla.
La única limitación que debemos tener en cuenta es la de NO ofenderla. Es decir, como

siempre digo hay que decirlas cosas con respeto y educación. No hace falta
despreciarla a ella, nosotros hablamos de nosotros y de nuestra realidad pero sin
despreciar a nadie. Podemos bromear ligeramente, pero también entendiendo y
respetando que la chica tenga una opinión o gusto distinto.
No debemos callarnos algo de nuestra vida para evitar decepcionarla… pero tampoco
es necesario pasarse de listo o imponer una verdad absoluta. Tenemos que hablar
sobre NOSOTROS, ser sinceros y respetar a los demás.
Cuanto más naturalices e interiorices esta actitud, mejor. Grábate este concepto:
“No necesitas buscar su aprobación. No cambies nada de ti para intentar gustarla.”
Demostrando que NO intentamos impresionarla y que NO buscamos su aprobación

es como más impacto estamos generando y como más estamos convenciendo a sus
genes de que somos el tipo de candidato capaz de protegerla y cuidarla en el futuro.
Hay que hablar normal, no intentar edulcorar nada, ni presentarnos como grandes
“partidos”, a su lado.
No intentes ser políticamente correcto. No intentes causar buena impresión. No

disimules tus gustos, por raros que sean, ni tus aficiones, ni tus ideas políticas. Plantea
directamente una personalidad única y unos gustos únicos que ella debe respetar.
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La autodescualificación exagerada
La autodescualificación no sólo debe hacerse en serio, sino que es un material perfecto

para gastar bromas y reírnos del hecho de no estar a “su altura”. Que ella que no
tenemos ningún miedo de bromear con la idea de perder su aprobación, es un recurso
increíblemente poderoso y no la va a dejar indiferente.
No sólo no tenemos miedo de mostrar nuestra realidad abiertamente sino que

estamos dispuestos a bromear abierta y directamente sobre el hecho de no estar a la
altura de sus estándares porque nos da TOTALMENTE igual gustarla o no.
Un recurso buenísimo es decir, totalmente serio, que somos un tipo de persona

horrible exagerando mucho a un “friki” social: de extrema derecha, de extrema
izquierda, ecologista peligroso, luchador profesional de lucha clandestina, alguien con
muy mal gusto musical, etc. Esperar a que se lo crea totalmente, y cuando se lo crea, le
decimos la verdad y nos reímos con ella de que se lo haya creído. El secreto es hacerlo
muy serio al principio y darle teatralidad al tema. Es decir conseguir colarle la broma
totalmente en serio hasta que se la crea.
Antes de nada me gustaría decir que así como defender nuestra realidad es algo que
siempre debemos hacer con frecuencia como parte de una vida poderosa… la
autodescualificación exagerada, en cambio, es algo que hay que hacer con más
moderación, porque como cualquier recurso humorístico, si se usa en exceso, aburre y
se acabará viendo como síntoma de debilidad.
Plantéalo como algo natural en tu vida: tienes tanta seguridad en ti mismo que no
tienes miedo de bromear con el hecho de decepcionarla. Es un simple toque de
humor, de vez en cuando, para que ella se dé cuenta de que tu realidad es poderosa.
Hablando sobre la vida le decimos que en cierto sentido… Jesús tenía mucha razón en
algunas cosas. Ella nos dice que no cree para nada en el catolicismo ni el cristianismo.
Nosotros le decimos que nosotros al contrario, que de hecho nos planteamos meternos
en el seminario… y que de pequeños fuimos monaguillos, de esos que se peinan con la
raya al medio.
En un chat por internet, ella nos dice su edad (28) y nos dice que cuál es nuestra edad
(nosotros tenemos 27)…. le decimos que somos un poco menores que ella. Ella
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pregunta, en broma, si somos unos quinceañeros. Nosotros le decimos que sí, con
granos y aparato de corrección bucal. Le decimos que estamos en el chat porque nos
gustan las mujeres mayores que nosotros… para ver si podemos perder la virginidad
con una mujer con experiencia. Dejamos que ella se lo crea un poco y cuando empieza
a plantearse que sea cierto le decimos que tenemos 27 años y nos reímos.
Una mujer claramente “indie” y culta nos pregunta qué tipo de música nos gusta.
Nosotros contestamos que nos gusta mucho el “flamenquito” tipo Camela… grupos
como Andy y Lucas… Estopa… y Mojinos Escocíos (grupos no muy valorados). Lo
decimos totalmente serios. Aguantamos la broma un rato hasta que se lo crea y luego
confesamos que estamos de broma.
Hablando sobre política, ella nos dice que es claramente de izquierdas. Nosotros nos
hacemos los sorprendidos y decimos, también muy serios, que nosotros somos
claramente de derechas y que somos de las juventudes del PP (partido de tendencias
derechistas en España)… comentamos que este año aspiramos a ser líder de grupo y
que estamos muy ilusionados. Cuando se lo crea, confesamos que es mentira.
Una chica nos dice que no le gusta nuestra forma de vestir, porque es demasiado de
“mayor”. Nosotros le decimos que sí, que somos unos abuelos... y que no sabemos
cómo encajar con las generaciones jóvenes. Le comentamos que en el asilo de ancianos
hay un estilista llamado Anselmo y que gracias a él la cosa ha mejorado. Le decimos
que antes era peor. A lo largo de la conversación dejamos caer alguna broma sobre
nuestra ancianidad. Por ejemplo, diciéndole que vaya ella a pedir, que nosotros
estamos mayores para andar mucho.
Leyendo una cosa nos equivocamos y ella nos dice que si no sabemos leer. Nosotros
contestamos que no, que estamos aprendiendo ahora, de mayores… y que estamos en
un curso de iniciación a la lectura, pero que aún no hemos dado las frases de tres
sílabas y que nos hacemos un lío. Le comentamos que con las de dos sílabas tenemos
mucha soltura.
Ella nos dice que le gusta el riesgo. Nosotros le decimos que a nosotros también, pero
que nos pasó factura en el pasado. Le decimos, muy serios, que aunque es una parte de
nuestro pasado que queremos olvidar… hace algunos años estuvimos en la cárcel por
atraca una tienda. Comentamos que fue en una época muy mala de nuestra vida, y que
salimos pronto, pero que es algo que nos hizo aprender mucho de la vida. Seguimos
hasta que empiece a creérselo. Una vez se lo crea, le decimos que es broma.
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No te excuses. Si te equivocas, ríete. Si te dice algo malo sobre ti mismo, dale la razón.
Y de vez en cuando, bromea acerca de lo “mal partido” que eres… haciéndole creer en
serio que tienes un GRAN defecto. Cuando se lo crea, le dices que era broma.
Nunca te justifiques. Tú no necesitas su aprobación. Si sugiere que tienes defectos, di

que sí, no discutas o argumentes para intentar causarle buena impresión. Que sienta
que REALMENTE NO QUIERES NI NECESITAS IMPRESIONARLA.
Nota: si realmente has estado en la cárcel, si verdaderamente no sabes leer o si hay

cosas de tu vida muy difíciles de “vender” como razonables… no te recomiendo que
hagas bromas de ellas. Tampoco las ocultes. Son parte de tu vida, y la obligación de la
chica es entenderlo. Aquí haz una simple autodescualificación. Es decir, dilo con
naturalidad y como parte de tu personalidad.
Yo, por ejemplo, tengo una enfermedad genética de nacimiento que es bastante
complicada. Tengo una minusvalía declarada por ello, y no intento ocultarlo para
causarle buena impresión. Si en la conversación sale un tema afín y viene a cuento,
siempre lo digo con normalidad. Es parte de mi vida y la persona que no lo entienda
asumo que es totalmente imbécil y que no se merece estar en mi realidad. En casos
como este, hay que aplicar el principio del punto anterior: no te ocultes. Expón tu
realidad y al que no le guste, mala suerte.
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Tomarle el pelo
Otra forma buenísima de demostrar que tenemos una realidad sólida y que no
buscamos su aprobación es tomarle el pelo cariñosamente, gastarle bromas y
meternos un poco con ella, siempre con respeto, educación y estando seguros de que
no la estamos ofendiendo.
La única regla que yo recomiendo tener en mente es la siguiente: nunca reírnos de un

defecto físico. Este tipo de bromas, además de ser de mal gusto… es muy fácil que la
ofendan o le hagan sentir mal. Así que, evita tomarle el pelo con eso.
Habrá alguna excepción aislada…. de alguna chica que, quizá, con algo como sus
manos, no le importe que bromeemos, pero ¿para qué arriesgarnos? ¿qué sentido
tiene? Hay mil áreas muy divertidas y sanas con las que tomarla el pelo. No es
necesario recurrir a los rasgos físicos…
En cualquier caso, es bueno aplicar el sentido común e ir viendo qué tipo de bromas
son bien recibidas y cuáles no. Con tener cuidado de no ofenderla ni molestarla es
suficiente. Pero ya verás que las mujeres tienen mucho más sentido del humor que los
hombres, porque su cerebro tiene diez veces menos testosterona que el nuestro. Y
como la testosterona es la hormona que activa el “ego” y la “territorialidad”… al no
tener apenas esta hormona en su organismo, ellas no se toman como un ataque las
bromas (que es lo que solemos hacer los hombres), así que, lo normal es que las
bromas sean bien recibidas.
Además, recientes estudios científicos sugieren que el hombre, cuando es padre, de

forma instintiva, y una vez más gracias a la testosterona, toma el pelo cariñosamente a
los hijos como una forma de incentivarles a que desarrollen la inteligencia. Un padre
que es bromista, juguetón y que, con frecuencia, toma el pelo a sus hijos, hace que
éstos estén alerta y que aprendan mucho antes a identificar patrones sociales en la
gente que les rodea. Digamos que el padre, a base de tomar el pelo, hace que los hijos
sean más “espabilados”.
Cuando el niño varón es pequeño, aún no tiene tanta testosterona, por eso de
pequeños, tanto niños como niñas, aceptan muy bien las bromas. Pero a partir de la
adolescencia, los niveles de testosterona se elevan y es en ese momento cuando
empieza a tomarse mal las bromas, porque la testosterona le hace competitivo,
territorial y con mucho ego.
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Pero las mujeres, apenas tienen testosterona. Es por ello que cuando le hacemos
bromas cariñosas a una chica, la respuesta será casi siempre positiva. Porque,
literalmente, está en un estado hormonal muy parecido a cuando nosotros éramos
pequeños (al menos en lo que a testosterona se refiere).
La idea es tomarle el pelo como a una niña pequeña… jugando con ella, pero con
cariño y jamás para ofenderla. Lo importante de las bromas es que sean “teatrales” y
emocionales, más que el que sean bromas brillantes.
Para entretener a una niña pequeña hay que enfatizar las frases, darle teatro,
representar un poco “papeles”, exagerar las cosas… es la forma en la que los niños se
sienten protegidos y se divierten realmente. Lo mismo tenemos que hacer con las
mujeres.
Una chica con la que hemos quedado varias veces habiéndola besado, nos intenta
hacer una guerra de “cosquillas” y es tremendamente patosa a la hora de defenderse…
hasta el punto de que se da un “bofetón” a sí misma sin querer… nosotros nos reímos y
la llamamos “karateca” a partir de ese momento, por sus grandes habilidades de lucha.
Una chica francesa que está estudiando de intercambio viene un día a una cita con
unas botas… automáticamente la llamamos siempre “francesa con botas”.
Una chica extranjera nos dice que va a ir al “bonca” (en vez de banco) a sacar dinero.
Nosotros nos reímos con cariño, y le explicamos que se dice “banco” y NO “bonca”,
pero a partir de ese momento, siempre que haya que decir la palabra “banco” nosotros
decimos “BONCA” para tomarle el pelo.
Una mujer que acabamos de conocer nos dice que normalmente es muy borde
rechazando a los chicos… nosotros la apodamos “terminator” a partir de ese momento.
Una chica con la que tenemos sexo a menudo viene a una cita vestida especialmente
“underground”. Nosotros le decimos que parece el “Capitán Sparrow”.
Tomando café con una chica un poco ingenua… le decimos que somos vírgenes (siendo
mentira) de broma. Ella se lo cree. Nosotros seguimos con la broma, dándole un poco
de teatro, y representado el papel del chico tímido que nunca ha estado con una mujer
en la intimidad. Ella se lo sigue creyendo… mantenemos la broma un rato más, hasta
que le decimos “Cariño, eres la mujer más dulce del mundo…¿en serio te lo has creído?
(nos reímos) Eres un amor, ven…” y le damos un besito la frente. Ella se hace la
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enfadada. Nosotros nos reímos más. Y de vez en cuando mencionamos nuestra

virginidad, a modo de recuerdo de la broma.
Siempre que una chica peque de ingenua, es un buen momento para tomarla el pelo
muy cariñosamente y decirle que es una monada, a la vez que nos reímos con ella de
eso. Contar mentiras dichas muy seriamente, conseguir que la chica se las crea y luego
decirle la verdad, sonriendo cariñosamente es muy efectivo.
Tomar el pelo es un recurso que no hay que utilizar a todas horas, sino de vez en
cuando. Lo importante es que consigas estar cómodo con el hecho de ser cariñoso,
juguetón y bromista con ella para que note que NO te impresiona su belleza y que no
tienes miedo de disfrutar, reírte y tomarle el pelo cuando se te ocurra.
Más ejemplos:
Si una mujer nos dice que ella dejó al último hombre con el que estuvo, bromeamos con
el hecho de que sea una rompecorazones y le decimos que eso nos da miedo.
Si va vestida todo de rojo, la llamamos “mujer de rojo” cada vez que nos dirijamos a
ella.
Si le gusta el Heavy Metal, la llamamos “hija del viento”.
Si estudia mucho: empollona. Si estudia poco: le decimos que tiene que estudiar más.
A una mujer extranjera le “españolizamos” el nombre más un “ita” al final. Por

ejemplo:
- Charlotte = Carlotita
- Angie = Angelita
- Lorreine =Lorenita
A cualquier mujer podemos eventualmente añadirle, también el “ita” al final del

nombre: Isabelita, Martita, Josefinita, etc. De esto no hay que abusar. Cambiarle el
nombre tiene que ser sólo en algunos momentos puntuales. Como digo tiene que ser
algo cariñoso, no algo para reírnos de ella realmente o para humillarla. Que sea sólo un
toque de humor, nada más.
Siempre que sea de forma cariñosa y que veamos que ella está a gusto con ello y no se
ofende ni se pone triste… casi todo está permitido. Según la interacción, la chica y el
momento se nos ocurrirán unas cosas u otras.
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Si, por algún casual, descalibramos y la ofendemos y/o la ponemos trise,

inmediatamente tendremos que pedirle perdón, y darle cariño. Por ejemplo:
“Cariño, antes de nada, perdona… no lo decía con la intención de molestarte. Era una
broma pero no sabía que este tema podía molestarte… ¿me perdonas?”
Y después le damos un abrazo y un besito en la frente/mejilla. Es decir, como si fuera

nuestra niña. Si hablando con una niña pequeña, sin querer le decimos algo que le
pone triste, inmediatamente tendremos que cuidarla. Que no se te olvide que tienes
que cuidarla siempre. Si ella está siendo buena, se merece todo tu cariño. Si en algún
momento la ofendes, tu obligación es arreglarlo y darle cariño, pidiendo perdón.
Otros ejemplos para tomarla el pelo:
Si ella tiene dificultades para llegar puntual le pones de mote “Cronos”.
Si le gusta la música “indie”, la llamas “india”.
Si te dice que está estudiando para policía, bromeas con ella sobre el hecho de que
vaya a ser la “poli mala” y que da miedo.
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Admite cosas que no sabes
Sólo la gente con mucha seguridad en sí misma se atreve a admitir que NO sabe algo.
No hay nada de malo en ello. Y parte de la vida es asumir que hay muchas cosas que
no sabemos. Jamás debemos avergonzarnos por ello. El fallo estaría en aparentar que
sabemos algo que desconocemos. Con esta actitud, estamos, por un lado,
perpetuando nuestra ignorancia. Y por otro, intentando entrar al juego de que la chica
vea que estamos a su “altura”. Una vez más repito que nunca debemos intentar
“competir” por gustarla.
Nosotros somos sus futuros protectores, no tenemos que demostrar nada. Será ella,
en todo caso, la que se tenga que preocupar de estar a la altura de nuestras
expectativas.
Volviendo al ejemplo del empresario… si el trabajador habla de algún término técnico

que el empresario desconoce, la obligación del empresario es preguntar y la del
empleado es explicárselo todo de forma sencilla aclarando los términos que puedan
ser liosos. El técnico es el que sabe los detalles, el jefe sólo debe saber un poco por
encima de qué va el proyecto. Cuanto más formado esté el empresario, mejor jefe
será. Pero eso es algo que sólo le incumbe a él. Si es el dueño de la empresa se puede
permitir tener el conocimiento que él quiera, que para eso es el jefe.
Lo que sería absurdo es que el empresario intentara impresionar al trabajador

haciendo como que entiende los términos que no entiende, para no decepcionarlo. El
empresario no tiene que demostrar nada a nadie. Él es el que da trabajo. Su única
función es hacer que la empresa funcione bien y cuidar de su gente.
Al estar con una chica ocurre lo mismo. Nosotros no tenemos que justificar nada, ni
impresionarla en nada. Nuestra obligación es cuidarla y protegerla. Y esto NO es poco.
Es algo que hacemos por ella que tiene muchísimo valor.
Si no sabemos algo, hay que decirlo directamente y esperar de ella que dedique su
tiempo a explicárnoslo, al igual que el empresario espera que su trabajador le explique
todo con la mayor sencillez posible.
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Ella nos comenta que estuvo en un club nuevo. Le preguntamos que qué tipo de tipo de
música ponían. Nos dice que era muy variada: desde los Beatles hasta Stravaganzza.
Nosotros le preguntamos que qué grupo es “Stravaganzza”, porque no lo hemos oído
en nuestra vida.
Hablando de viajes nos dice que estuvo en Sebastopol. Nosotros le decimos que hemos
sido siempre muy malos en geografía y que no tenemos ni idea de dónde está eso.
Hablado sobre informática nos dice que está trabajando en programación Php.
Nosotros le decimos que no tenemos ni idea de que es eso y que nos lo explique.
Cenando en un restaurante nos dice que va a pedir Musaka. Nosotros preguntamos

qué es eso y le decimos que nunca la hemos probado y que si está buena.
Hablando de cine nos dice que le encanta Wilhelm Murnau. No tenemos ni idea de
quién es y se lo preguntamos. Le decimos que nos grabe/preste un DVD con alguna
película suya que le guste.
En una conversación sobre lectura ella nos comenta que le encanta Sartre. Nosotros
decimos que no hemos leído nada de él y que qué tipo de temática es. Después le
decimos que nos deje algún libro para leerlo/ojearlo.
Como digo, no tenemos que saberlo todo y la obligación de la chica es explicarnos sus
cosas, su mundo y sus intereses para que podamos cuidarla bien. Nosotros sí que
deberemos mostrar interés por su vida y las cosas que son importantes para ella, pero
nunca intentar hacer como que sabemos de qué habla para intentar gustarla o
parecerle “guay”. Es ella la que tiene que hablarnos de sus cosas, dejarnos películas,
darnos información, dejarnos libros y esforzarse por explicarnos su mundo y las cosas
que le importan.
Si la chica no se esfuerza por explicarnos su mundo y lo que es importante para

ella…entonces no podremos cuidarla ni entenderla. La única que pierde con eso es ella.
Así que, a partir de ahora cuando no sepas algo, conviértelo en una oportunidad para
que ella trabaje para ti, explicándotelo, dándote información y culturizándote sobre el
tema.
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Lenguaje corporal desinteresado
Otra forma muy efectiva y necesaria de demostrar que no estamos buscando su

aprobación es tener un lenguaje corporal que no esté centrado en generar
acercamiento entre ambos. Nuestro lenguaje corporal no debe buscar la aprobación,
aceptación o comodidad de la chica. Nosotros tenemos que estar cómodos y relajados
en la interacción al margen de que la mujer esté de una forma u otra.
Hay que adaptarse, simplemente al hecho de que la conversación pueda ser fluida. Eso
es lo único. Especialmente cuando estamos jugando a la “Contra”. Luego veremos que
al hacer “Protección” o “Escalada“ la cosa cambia, pero mientras estemos haciendo el
Juego a la Contra, nuestro lenguaje corporal debe ser de total comodidad, igual que lo
tendríamos con un amigo nuestro o charlando en casa con nuestro padre.
No tenemos que orientarnos a ella, ni centrarnos en ella, ni ponernos especialmente

cerca para que nos oiga mejor, ni mirarla expresamente a ella para que se sienta
especial, ni nada por el estilo. Al contrario. Tenemos que hacer nuestra vida, ponernos
como más cómodos estemos y tener una actitud relajada, que NO se centre en la
chica, sino en lo que es más cómodo y apropiado para ese momento. Como digo, es
similar a lo que haríamos con un amigo.
Con un amigo no intentamos estar “cerca suyo”, ni “mirarlo mucho”, ni forzar ningún
tipo de contacto físico. Estamos a nuestro aire, nos sentamos a cierta distancia,
cómodos, tranquilos y lo miramos de vez en cuando, cuando habla. Estamos pendiente
de lo que pasa a nuestro alrededor y disfrutamos de la velada con todo lo que nos
ofrece: bebemos, comemos, observamos lo que nos rodea, disfrutamos de una vista
bonita, etc.
Centrar nuestra atención en la chica no es la solución a nada. Y con el lenguaje

corporal es como más se nos ven las intenciones. Cuando juegues a la contra no
escales. No intentes generar cercanía. HAZ TU VIDA. Corporalmente, compórtate
como si estuvieras en tu casa con un amigo… y no hagas nada que no hicieras con un
amigo de toda la vida.
Tranquilo que ha habrá momentos para escalar, y luego veremos cómo identificarlos.
Pero si juegas a la contra, olvídate de escalar y céntrate en disfrutar tú.
No te pongas especialmente cerca de ella.
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Ella tiene que saber que siempre que no la estés cuidando o teniendo un contacto
sexual con ella, vas a hacer tu vida y ella es una invitada en ella. Nosotros no
moveremos un dedo por gustarla, jamás. Trabajaremos para cuidarla y luego
tendremos sexo con ella. Pero nunca lo haremos por “gustarla” u obtener su
aprobación.
Un padre cuida a su hija siempre. Pero jamás intenta buscar su aprobación.
Un padre puede cambiar su lenguaje corporal para proteger, atender o cuidar a su hija
siempre que ésta lo necesite. Por ejemplo con abrazos, poniéndola encima de sus
piernas, etc. Pero nunca lo hará para caerla bien o por miedo a no estar a la altura. Y
siempre que la hija esté bien, y a gusto… el lenguaje corporal de su padre será
totalmente Alfa y cómodo. Nunca se le ocurrirá a un padre tener un lenguaje corporal
distinto porque su hija esté delante. Es la hija la que tiene que adaptarse al padre, no
al revés.
Así que recuerda: si no la estás protegiendo o escalando, ten un lenguaje corporal

cómodo y no intentes estar pendiente de la chica. Ella no quiere eso; no necesita eso.
Lo que hacen los fruscos es intentar mezclar las tres a la vez todo el rato, haciendo un
enfoque cobarde y facilón que hace que las chicas los desprecien y los consideren
hombres de segunda categoría.
Un hombre Alfa, cuando escala, escala MUY fuerte, cuando cuida lo hace de forma
muy comprometida y cuando está en sus cosas, no hace más caso a la chica de la que
le haría a un amigo.
Si haces algo, hazlo bien, no mezcles los pilares y apuesta fuerte. Recuerda el concepto
de All-in.
Mientras Juegues a la Contra tienes que estar a tu rollo, estando cómodo y

disfrutando. Al tomar un café, en el cine, paseando, hablando, sentados en un dique
viendo el mar o en la cola del teatro, has de mantener un lenguaje corporal centrado
en estar tú a gusto, igual que el que tendrías con un amigo.
Intenta olvidar que la chica te encanta, que está muy buena o que estás a punto de
tener sexo con ella. Mantén la calma. Tranquilidad. No pierdas la paciencia. Aguanta y
deja claro que tienes una vida más allá de ella.
Disfruta el momento centrándote en ti . No en ella.
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Hay una frase buenísima de la película Cassanova que decía que “hay que ser la
llama, no la polilla”. La llama, el fuego, la luz, es aquello que es puro y poderoso y
atrae a las polillas. Tú tienes que ser la llama, no la polilla. Eres tú el que tiene que
ser grandioso y magnífico y ella es la que debe entrar en tu mundo.
Tú la cuidas a ella, no ella a ti. Que eso no se te olvide nunca. Tú eres el protector. No
puedes permitirte intentar buscar su aprobación en ningún momento.
Veamos algunos ejemplos de esto en la práctica:
Estamos con una chica tomando algo en una cafetería. Nos sentamos en el asiento del
al lado, pero sin orientar el cuerpo especialmente hacia ella. Nos ponemos cómodos y
un poco en paralelo. La tratamos con educación y le hacemos caso, pero no nos
centramos especialmente en ella.
Vamos a ver una película al cine y no intentamos hacer NADA con ella. Nos ponemos
cómodos, miramos la película y estamos a nuestro rollo. No intentamos cogerle la
mano, ni abrazarla, ni besarla, ni nada parecido. Vemos la película como si
estuviéramos solos. Tampoco intentamos ser especialmente Alfa en nuestra postura.
Simplemente estamos CÓMODOS.
Estamos con ella en la cola del teatro para comprar unas entradas. Estamos tranquilos,
andando, pendientes de la cola y sin hacerle especial caso a la chica. Charlamos con
ella, pero estamos atentos de lo que estamos haciendo. Como digo, no es cuestión de
extremos ni de ser especialmente distante. Piensa que estás con un amigo. Estarías
hablando con él pero sin estar totalmente CENTRADO en él sino que también prestarías
atención a la cola y las entradas.
Tomando un helado en una primera cita en nuestra heladería preferida nos ponemos
cómodos, y nos centramos en disfrutar del helado. Charlamos y somos siempre
educados y encantadores, pero nuestra atención está también bastante centrada en
comer y disfrutar del sabor del helado. No estamos 100% centrados en hablar con la
chica o en gustarla. Estamos con nuestro helado, tranquilamente, mirando lo que
comemos y sin estar pendiente de mirar a la chica constantemente.
Estando en un mirador observando el mar, nos ponemos los dos en el mismo banco. No
intentamos estar cerca de ella. Ni provocar contacto físico, ni aprovecharnos de la
situación para escalar. Nos ponemos en paralelo, cómodamente, en el banco, mirando
al mar… charlamos con ella, pero disfrutando de la vista… relajadamente… y sin
intentar nada. No pensamos en tocarla, ni en besarla. Disfrutamos de la vista y de la
conversación. Dejamos que ella sienta que no tenemos prisa. No tenemos que
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demostrar nada, estamos disfrutando. Su incertidumbre le da emoción a la interacción,

le hace involucrarse más.
Estamos paseando con una chica por nuestra zona preferida de la ciudad. Disfrutamos
de las vistas y la conversación y caminamos a cierta distancia. No intentamos andar
cerca de ella, ni generar contacto físico. No nos ponemos a mirarla para intentar crear
conexión. Si hacemos eso acabaremos tropezándonos y eso sería muy ridícuilo.
Andamos totalmente a nuestro aire.
Acabamos de conocer a una chica en una discoteca. Nos ponemos a hablar con ella.
Hablamos NORMAL. Nos ponemos en una posición cómoda. No intentamos acercarnos
especialmente a ella. Hablamos a una distancia que facilite la comunicación, sólo eso.
Somos educados y estamos tranquilos hablando, como si estuviéramos hablando con el
camarero, el portero o un amigo de un amigo que nos acaban de presentar. No
cambiamos nuestro lenguaje corporal por ella ni para escalar. Cuando decidamos que
es el momento de escalar, escalaremos y con decisión, sin dar lugar a medias tintas.
Pero mientras no estemos en ese momento clave, estamos tranquilos y sin darle a la
mujer ningún trato privilegiado.
Estando con ella en un restaurante tenemos calor. Nos quitamos el jersey, aunque nos
despeinemos. Nos quedamos sólo con la camisa. Nos remangamos, nos ponemos
cómodos… nos da igual estar guapos para ella.
Tomando café con una chica con la que nos vemos habitualmente, ese día tenemos un
resfriado. Se lo decimos desde el principio, le pedimos disculpas… pero cuando lo
necesitemos nos “sonamos” los mocos, si lo necesitamos. No somos robots. Si estamos
enfermos no hay que sufrir de más. Ella también se pondrá enferma a veces y si
necesita sonarse… lo entenderemos igual. Con un amigo lo harías; con una chica
también.
Con una chica que acabamos de conocer estamos en un bar medio vacío…. y estamos
cansados de estar de pie… le decimos que estamos cansados y que nos vamos a sentar.
Le preguntamos si ella quiere otra. Si dice que sí, traemos dos sillas. Si dice que no, nos
sentamos nosotros en una y listo. Si estamos cansados nos sentamos y nos da lo mismo
que a ella le parezca bien o mal. Es lo más natural del mundo. En la silla, nos ponemos
cómodos y no especialmente cerca de la chica.
Paseando con una chica nos entra hambre. Le decimos que vamos a parar un momento
a comprar un sándwich que si ella quiere algo. Lo más probable es que diga que no…
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nos pedimos el sándwich, nos vamos a un banco y nos lo comemos tranquilamente

mientras hablamos con ella.
Estos gestos de tremenda naturalidad y comodidad son, más que cualquier otra cosa lo
que a la mujer la deja claro que NO estamos buscando su aprobación. No te puedes
imaginar cómo de importante y necesario es hacer bien esto. Una mujer con opciones
va a perder el interés inmediatamente si nota que el hombre está buscando su
aprobación, porque, como dijimos antes, eso significa que es mal protector por ser una
persona débil.
Hay mujeres poco selectivas que podrán permitir meteduras de pata. Pero si
realmente estamos tratando con una mujer selectiva, atractiva e inteligente… tenemos
que aplicar esto a rajatabla: jamás hacer nada para buscar su aprobación. En el
momento en que hagamos eso, estaremos mostrando debilidad y perderá el interés, a
veces, automáticamente.
Antes de cerrar el tema me gustaría comentar una última cosa: es TAN ridículo y débil
cambiar nuestro lenguaje corporal para gustar a la chica, como lo es modificarlo para
ser especialmente frío y distante. Cualquier cosa que hagas para causar un impacto en
ella (de cercanía o distancia), en vez de disfrutar tú, es un rasgo de debilidad. Ni
intentes ser cercano de más, ni frío de más. Sé normal y natural, pero sin prestarle a
ella especial atención.
No caigas en eso. No pretendas. No hagas nada. Cuando juegues a la contra estate

igual que con tus amigos.
Si lees acerca de lenguaje corporal y te das cuenta de que tienes varios gestos que no
te gustan, cámbialos. Pero no por las chicas. No para gustarlas a ellas, sino porque tú lo
has decidido así. Y si lo decides cambiar, hazlo en todo momento y a todas horas. Las
chicas no tienen que influir en NADA en eso.
Si tú, por ejemplo, has decidido que quieres caminar más erguido… hazlo. Eso me
parece genial. Pero hazlo estando con tu padre, tu primo, tu amigo y la chica que te
gusta. Como digo siempre, haz lo mismo que si estuvieras con un amigo. Si con tu
amigo del alma te preocupa estar más erguido, con la chica también.
Lo que no puede ser es que todo el día estés tranquilo andando normal… y al aparecer
la “tía buena” te pongas erguido para que vea seguridad en tu lenguaje corporal. Eso
es de debilidad profunda y la chica se va a dar cuenta. Te va a ver raro. Va a notar que
no estás cómodo e intuirá que no estás actuando con naturalidad. Sabrá que eres una
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persona maleable y que, sin saber exactamente por qué, estas intentando
impresionarla.
Sé que puede parecer contraintuitivo pero te garantizo que esto es mucho más
profundo de lo que parece: si ella ve que intentas gustarla, o que haces las cosas para
buscar su aprobación, intentando no decepcionarla, inmediatamente te va a ver como
un hombre de SEGUNDA CATEGORÍA.
Recuerda: si no es el momento de escalar fuerte, o de cuidarla, compórtate como si

estuvieras con un amigo. No des ni una sola muestra de interés gratuito. Tu interés y
tus ganas de cuidarla tienen que mostrarse pocas veces, y sólo cuando estén
justificados. Pero mientras, actúa con total normalidad.
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Decir educadamente algo que no te gusta
Antes de nada, me gustaría decir que la educación y las buenas formas es algo que
jamás debemos perder. Sea lo que sea que le digamos a una mujer, deberá ser siempre
con cariño y educación. Perder los nervios nunca está justificado.
Pero tampoco es bueno aceptar cosas que no nos gustan.
Si ella hace algo que no nos gusta, es bueno que, educadamente y con cariño, se lo
digamos.
Si, por ejemplo, nos molesta el humo, y tomando algo en una terraza con ella, se pone
a fumar ... Educadamente será bueno decir:
“Perdona, ¿te importa ponerte tú aquí y cambiarme el sitio? Me está llegando el humo
y la verdad es que como no soy fumador, me molesta un poco…”
Si, por ejemplo, estáis en una segunda cita y ves que ella asume un poco que tienes
que pagar tú… sin hacer siquiera amago de pagar… educadamente, puedes decir:
“María, cariño, tú ya sabes que eres una chica especial para mí, y el dinero me da
igual… pero estoy viendo que ni siquiera haces amago de pagar… esto es algo que no
me gusta mucho porque no me gustaría descubrir que estás conmigo sólo por el
dinero… o que eres una mujer interesada… cuando claramente sé que no lo eres… la
próxima vez pagamos a medias ¿te parece?”
Otro ejemplo puede ser que, estando de broma te empuje y te pegue un par de
“bofetones” de broma. Ahí le puedes decir:
“Cariño, intenta no empujarme ni “pegarme” que me molesta un poco ¿vale? Sobre

todo porque si yo te la devuelvo, te puedo hacer daño (ríete con cariño y le puedes dar
un beso para que vea que no estás enfadado)”.
Con una chica que acabas de conocer en una discoteca… con la que estás hablando
fluidamente y que, de pronto, se pone a hablar con una amiga que acaba de aparecer,
sin decirte a ti nada, ni un simple “perdona un momento, por favor”, cuando vuelva a
hablar contigo, le puedes decir:
“Marta, una cosa… sé que quizá lo has hecho sin mala intención, pero me has dejado
antes con la palabra en la boca… y no sabía si ibas a estar un momento hablando o
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toda la noche… la próxima vez avísame, porque si no, asumiré que no eres educada y
me iré”.
O bien:
“María, ¿va todo bien? (ella responderá que sí)… No, lo digo porque con lo educada
que estabas siendo desde el principio, de pronto me has dejado con la palabra en la
boca para hablar con tu amiga, dándome la espalda… me ha extrañado un poco, la
verdad. No es algo a lo que esté acostumbrado… sinceramente…”
En estos casos, es más importante el cómo se dice y que ella te vea que NO estás
enfadado, que el hecho en sí de decirlo.
No estamos siendo maleducados, simplemente estamos diciendo, muy cariñosamente

que esperamos de ella ciertas cosas y que si no lo recibimos… nos iremos.
Es una actitud ante la vida. No se trata de “exigir”. Nosotros decimos lo que esperamos
de ella ¿Que lo hace? Genial ¿Que no? No pasa nada, pero nos iremos. Hay que
entender una cosa... ella puede ser buena persona pero no ser una mujer muy
educada. Puede no haberse dado cuenta de que el humo nos puede molestar, o de
que no es de buena educación ponerse a hablar con una amiga por las buenas, sin
avisar. Nosotros jamás debemos enfadarnos por algo que no hayamos “dicho
expresamente” antes.
Es decir, que la primera vez que lo haga siempre debemos aceptarlos sin molestarnos o
tomárnoslo como algo personal. Acto seguido, tendremos que decírselo con “cariño” y
SIN ENFADARNOS. Y si después de eso, lo vuelve a hacer, entonces sí que podremos
actuar en consecuencia.
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Rechazar un IDI por no estar justificado
El ritmo de la interacción debemos marcarlo nosotros, no ellas. Sus genes necesitan

saber que ellas no tienen la responsabilidad de liderar y que puede dejar a nuestro
cargo el que las cosas lleguen a buen término. Ellas pueden, y deben, darnos
directrices acerca de si vamos bien o no. Pero la nave la tenemos que dirigir nosotros,
no ellas.
Muchas mujeres intentarán dirigir la interacción eventualmente (quizá sin mala

intención)… y otras veces, nos darán indicadores de interés (IDIs) demasiado fáciles, y
poco justificados poniéndonos la situación demasiado “a tiro”, cuando aún no tenemos
confianza suficiente.
Es decir que, bien porque ellas tomen la iniciativa, o bien porque nos lo pongan
demasiado fácil para que nosotros demos el paso que ellas esperan… habrá veces en
las que sean ellas las que intenten dirigir, directa o indirectamente la interacción.
Un hombre no puede permitir eso. Tampoco hay que enfadarse. Al contrario, hay que
tomárselo como un halago. Pero si nosotros permitimos que ellas sean las que tomen
la iniciativa en las escaladas importantes estaremos perdiendo totalmente nuestro
liderazgo.
Además, la mayoría de las veces estos intentos por su parte de “liderar” la interacción
suelen ser tests para ver nuestro nivel de necesidad/debilidad en la interacción. En
estos casos tendremos que “rechazar” sutilmente su intento de control, y demostrar
que no tenemos prisa ni necesidad de resultados.
Veamos algunos ejemplos.
Con una chica que acabamos de conocer y que hemos agregado al “Messenger” la
conversación va bastante bien y, a la media hora, ella nos dice que estamos cayéndola
muy bien y que deberíamos tomar un café juntos. Este es uno de esos momentos en los
que podemos perder el liderazgo. Esta situación puede no cuadrarnos por varios
motivos: no somos nosotros los que estamos escalando; un café aún no está justificado,
porque no la conocemos suficiente; dedicarle 2 horas de nuestro tiempo a una chica
que no conocemos de nada simplemente para tomar un café es síntoma de necesidad.
Nosotros no iríamos nunca solos a tomar un café. Si lo hacemos es únicamente para
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obtener un resultado de la interacción. Y eso no es alfa, porque no es una actividad

intrínseca.
Así que, nuestra respuesta es la siguiente:
“Lorena, la verdad es que estoy muy a gusto charlando contigo… y quiero conocerte
mejor… pero no me mola nada el café… además, es un plan que me suele aburrir
mucho. Si acaso, lo que podríamos hacer es ir a la filmoteca a ver alguna película del
ciclo que están poniendo de Billy Wylder ¿te gusta el cine clásico?”
Y seguimos charlando como si nada, sin darle importancia al hecho de que nos ha
puesto demasiado fácil el quedar. Ni pedimos el teléfono, ni le damos importancia ni
mostramos necesidad. Simplemente decimos lo que pensamos de la invitación y no le
damos más importancia. Le dejamos claro que: a) no tenemos ninguna prisa por
quedar; b) que apreciamos su invitación; y c) que quedaremos cuando nosotros
consideremos que es oportuno sin necesitar que ella lo ponga fácil. Como siempre digo,
en todo momento lo decimos con cariño, buen humor y educadamente. Jamás de
forma brusca o reactiva.
Lo del café no deja de ser una prueba en la que la chica intenta ver cómo de
necesitados estamos. Y nunca hay que pasar por ahí. Otra forma de salir de lo del café
es:
“Sí, la verdad es que yo también estoy muy a gusto hablando contigo… ¿estudiaste en
Madrid?”
Es decir, que le decimos que sí, por cortesía, como hacen las mujeres, tan a menudo,
NO dando pie a que siga hablando de quedar. Nosotros ya vemos interés por su parte
pero no tenemos prisa. No aceptamos que ella dirija. Tampoco somos descorteses. A
veces, es bueno, simplemente dar un pequeño “acuse de recibo” cortés y luego cambiar
de tema. Te aseguro que haciendo esto estarás generando un impacto tremendo.
Si quedamos a tomar café que sea porque nosotros queremos. Tenemos valor y coraje
de sobra para proponer una cita nosotros solitos cuando nos apetezca. No necesitamos
que ella nos lo ponga fácil. Aprovecharse de que ella nos lo ponga fácil, es de cobardes.
Ahora bien, todo depende de la actitud que la chica tenga al decirnos las cosas. Si la
chica lo pide con cuidado, respeto y esperando que a nosotros nos parezca bien…
entonces genial. No es lo mismo si una mujer con la que tenemos una relación estable
nos dice:
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“Cariño… he oído que hay un restaurante muy bonito en el centro… y he pensado que si
te apetece y te parece bien, algún día podríamos ir juntos… me haría mucha ilusión que
fuéramos…”
Que una mujer que acabamos de conocer nos diga:
“Hay un restaurante al que me encanta ir… ¿te apetece que vayamos el viernes a las
22h? Me apetece mucho más ese que el que has propuesto tú”.
NO ES LO MISMO. En el primer caso, estamos ante una “sugerencia” de una mujer que
nos está mostrando un profundo respeto y a la que, previamente, hemos dicho que
nos cuente los planes que le hacen ilusión porque es nuestra novia y nos gusta tenerla
en cuenta. Y en el segundo caso estamos ante una “exigencia” de una persona que aún
no se ha ganado ningún privilegio en nuestra vida.
No es lo mismo que un empleado que lleva 20 años en la empresa sugiera, educada y

respetuosamente una nueva estrategia de negocio a un jefe con el que tiene mucha
confianza… que lo haga un empleado novato, dando por supuesto que él es el más
“listo” y que los demás son todos idiotas.
Tampoco es lo mismo que una mujer que acabamos de conocer nos diga:
“Aunque estoy muy a gusto hablando contigo, me tengo que ir… pero me lo he pasado
genial contigo… si te parece bien podríamos agregarnos al Tuenti…”
Que nos diga:
“Me tengo que ir, agrégame al Tuenti.”
En el primer caso está mostrándonos respeto y nos está pidiendo disculpas por tener
que irse. En el segundo está con una actitud altiva (aunque dependería un poco del
tono de voz, esta última frase puede ser dicha de forma cariñosa y la cosa cambiaría).
Lo que quiero que entiendas es que si la chica pide disculpas porque se tiene que ir y lo
plantea como una sugerencia mostrando “vulnerabilidad” y respeto… entonces sí
deberemos aceptar el ofrecimiento.
Una cosa es que sus palabras comuniquen “estoy disponible porque me gustas, pero
entiendo que tú eres el que diriges” y otra que transmitan “vamos a avanzar, porque
yo lo digo”.
El matiz a veces es muy sutil y depende mucho del contexto, la confianza que
tengamos con la chica, del tono de voz, del lenguaje corporal, etc. Percibir estos
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matices es algo que en parte viene con la experiencia. Cada vez sabremos calibrar
mejor e interpretar mejor lo que la chica está realmente intentando decir. Pero de
momento quédate con esto:
“Si muestra respeto y respeta tu liderazgo, la cosa va bien; si intenta dirigir ella
estamos perdiendo la interacción”.
En el caso de que la chica nos diga “agrégame al Tuenti” en un tono altivo, podremos
actuar de la siguiente forma:
“Vaya… ¡qué iniciativa! (nos reímos) ¿te sueles conectar a menudo? (ella dirá que sí),
ok, yo no me suelo conectar mucho, pero imagino que por privado también funcionas
bien, ¿no? (pongamos que ella dice que sí) Vale, pues a ver, dame tu nombre…”
No hace falta ser brusco ni descortés… con pararle un poquito los pies demostrando
que no tenemos prisa y que no nos ponemos a dar saltos de alegría porque ella nos
diga eso… es suficiente. Sobre todo si no conocemos a la chica de nada. Si hay poco
nivel de intimidad… hay que ser prudente. Lo importante es que NO nos vendamos
barato, ni mostremos necesidad. Que se note que no aceptamos limosnas.
Recuerda que lo único importante para calibrar esto es si lo dicen como una
sugerencia con un matiz de respeto, o si lo dicen “exigiendo”.
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Reírnos a carcajadas
En una interacción, así como en la vida… la sonrisa es imprescindible, la risa es
importante y la carcajada es algo definitivo que sólo hace la gente con muchísimo
Juego Interno. El reír a carcajadas, sin importarte lo que ella piense, es algo que sólo
hacemos con gente de confianza y que requiere mucha seguridad.
Socialmente está bastante censurado el reír abiertamente, por ejemplo en el trabajo,

en la universidad, centros de estudio, reuniones familiares serias, etc. La gente no ríe a
carcajadas en entornos que no sean de mucha intimidad. Lo haces con tu familia, tus
amigos cercanos y poco más. Por eso es tan importante hacerlo con una chica. Incluso
aunque no la conozcas apenas.
Si te ve reírte a carcajadas, como lo harías con tu mejor amigo, le estás demostrando al

instante que no estás trabajando para gustarla y que te importa un pimiento que
piense una cosa de ti u otra. Tú estás disfrutando y punto.
Reír a carcajadas es una de las cosas más placenteras que existen. Está
demostradísimo que alarga la vida… y es la base de la felicidad. Es imposible estar
triste si te ríes. Es imposible no ser feliz si te ríes a todas horas.
Además, sólo alguien realmente valioso y poderoso se puede permitir el lujo de reírse.
El jefe se ríe cuando quiere, el empleado va con más cuidado. No tengas cuidado. Si
vas con cuidado en estas cosas, estás demostrando que tienes una actitud de seguidor
y no de líder.
Así que ríete. Si algo te hace gracia, ríete todo lo que quieras. Siempre que no faltes al
respeto a nadie, hazlo. A muchas chicas les sorprende esto. Te pondrán tests para ver
si es congruente. No te preocupes, será congruente. Si eso ocurre, diles que la
situación te ha hecho gracia. Sé sincero y no te reprimas.
No intentes gustarla. Céntrate en ti, en disfrutar y en reírte cuando te apetezca.
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Haz tus cosas
Cuando estés pasando tiempo con una chica, haz tus cosas. Tu relación con una mujer
debe ser algo normal y cotidiano. No finjas, ni te hagas el interesante o intentes ser
demasiado correcto. No cambies tu vida por gustar a una chica. Dale prioridad a las
cosas que de verdad te gusten y te hagan falta, e invítala a ella a que sea una invitada
en tu realidad diaria.
Veamos ejemplos de esto:
Andando con ella pasamos por delante de una librería y nos acordamos de que
teníamos que comprar un libro. Se lo decimos y pasamos a la librería a buscar el libro.
Lo compramos y aprovechamos para dar una vuelta por la tienda y ver qué hay.
Hacemos que ella sea partícipe de ese acto normalizado, cotidiano y necesario, que es
comprar un libro.
Quedamos con ella en un sitio, llegamos puntuales y ella no. Nos metemos en una
tienda a ver ropa y le mandamos un mensaje diciendo que estamos ya en el sitio, que
hemos entrado a ver ropa y que cuando llegue nos haga una perdida y salimos. Si al
llegar nos estamos probando la ropa, le mandamos otro mensaje comentándoselo y le
decimos que entre en la tienda. Una vez dentro le pedimos consejo sobre si la ropa nos
queda bien.
Paseando, pasamos por delante de nuestra “zumería” preferida. Le decimos que nos
vamos a tomar un zumo y que si quiere uno.
Quedamos con ella en un sitio y de camino vamos con los auriculares puestos,
escuchando música. Los mantenemos puestos hasta que la chica está a nuestro lado
para darnos dos besos. No nos los quitamos para esperar. No intentamos hacer como
que no estamos escuchando música. Mantenemos los auriculares hasta que la chica
está literalmente a medio metro de nosotros. No perdemos ni un momento de escuchar
nuestra música preferida por demostrar interés por ella.
A una cita en una cafetería nos llevamos un libro, llegamos un poco antes y nos
ponemos a leer. Aplicamos el mismo principio que en el caso de los auriculares. No
dejamos de leer, ni miramos a ningún sitio que no sea el libro, hasta que la chica esté
literalmente de pie, delante nuestro saludándonos. No perdemos ni un minuto de vida
para demostrar interés por ella. Quedar con ella y dedicarle nuestro tiempo es un
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regalo que muy poca gente tiene el privilegio de obtener. No hay mayor regalo que ese.
Antes y después de quedar con ella hacemos totalmente nuestra vida.
Quedamos con ella para ir al cine, y la recogemos con el coche en un sitio que pilla de
camino. Al lado de ese sitio está la biblioteca y le pedimos el favor de que, baje un
momento a la biblioteca y entregue dos libros que tenemos prestados en el buzón.
Acuérdate de que con un amigo lo harías. Con una chica, también.
Entre semana una chica nos propone quedar. Planeamos una cita en un centro
comercial y aprovechamos para comprar los regalos de navidad. La utilizamos de
consejera y nos ofrecemos a ayudarla también con sus regalos. Acuérdate: haz tu vida.
Ella es una invitada… pero es TU VIDA. Si cambias tu vida por ella, si le permites alterar
tu realidad, estarás siendo débil, y ella lo notará.
Es bueno que siempre tengas citas que te encanten aunque estuvieras con un amigo y
al margen del resultado con esa chica.
Es decir, que es mucho más Alfa quedar para ir al cine, que para tomar café. Es mucho
mejor ir al teatro que tomar algo. Cuanto más divertido sea el plan de por sí, menos
importancia le estás dando a “quedar con ella”.
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Crear hielo
Otra forma muy importante de transmitir que no estamos buscando la aprobación de

una mujer es demostrar con nuestras acciones que no tenemos miedo de perderla. Un
forma lógica y racional de expresar esto es creando “hielo”.
Crear hielo consiste en alejarnos de la chica y dejar que el factor “tiempo” le haga ver
que NO la necesitamos. Es decir, le mostramos que no tenemos miedo de retirarnos
del juego… y que no vamos a estar siempre detrás de ella. Es una manera de enseñarle
que ella ha de invertir y tener un buen comportamiento con nosotros.
Se puede crear hielo como una forma sutil de dejar caer que la chica está actuando
mal… o para que, simplemente, ella vea que tenemos una vida real y que no podemos
estar siempre pendientes de ella.
No hay que hacerlo de forma reactiva… ni para conseguir un resultado o escarmiento

por parte de la chica. Nuestra parte va a consistir en que ella sepa que:
a) No vamos a invertir en la interacción si ella está haciendo algo mal, faltándonos

al respeto.
b) Que tenemos cosas que hacer y no podemos estar pendiente de ella siempre.
El matiz es el siguiente: NO estamos castigándola, ni manipulándola para que

“vuelva”… estamos, simplemente, alejándonos de algo que no nos gusta, o haciendo
nuestras cosas. ¿Que ella vuelve? Genial. ¿Que no? Nos tiene que dar igual, porque
nosotros creamos hielo por congruencia, no para obtener nada de ella.
Veamos unos ejemplos:
Con una chica que estamos conociendo a través de las redes sociales surge el tema de
quedar con ella. A los dos nos parece bien un plan concreto y quedamos en confirmar al
día siguiente. Al día siguiente le mandamos un mensaje para confirmar y no nos
contesta. A partir de ese momento nosotros no nos pondremos en contacto con ella
hasta que ella nos contacte de nuevo. Tenemos que dejar claro que no vamos a ir
detrás. Tampoco se te ocurra nunca enfadarte o mandar un mensaje echándoselo en
cara. Eso es aún peor. Como dice el dicho: no hay mayor desprecio que la falta de
aprecio. Con retirarnos es suficiente.
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Tenemos una cita con una chica y la cosa va genial... la siguiente semana nosotros
tenemos mucho trabajo y le comentamos que vamos a estar una semana
“desconectados”. Estamos una semana sin contactarla… y hasta que pase la semana
de trabajo no contactamos con ella. No es un castigo. Es lo que implica tener una vida
real, interesante y activa. Nada más. Por un amigo no haríamos una excepción en algo
importante como un proyecto de trabajo, por una chica tampoco.
Chateando por internet con una chica muy atractiva llega la hora de cenar… le decimos
que tenemos que cenar y nos vamos. No intentamos cenar más tarde, ni aprovechar
para hablar con ella, ni modificar nuestras cosas… si tenemos hambre cenamos y nos
vamos. Si cuando nos volvemos a conectar ella sigue conectada, genial. Si no, nos tiene
que dar igual.
Hemos conocido a una chica en una discoteca y la cosa va muy bien. En un momento
dado nos dice que va a ir al baño y que ahora vuelve. Al cabo de un rato, aún no ha
vuelto. Nosotros hacemos nuestra vida totalmente y nos ponemos a nuestro rollo, con
nuestros amigos… e incluso conociendo otras chicas. Si ha pasado un tiempo razonable
y no aparece, es ella la que está fallando nuestro test. Si quiere atención, que invierta
en nosotros.
Tenemos a una chica agregada al “Messenger”… y un día la hablamos y nos contesta

de forma seca sin invertir… nosotros tampoco invertimos y creamos hielo. No volvemos
a saludarla hasta que ella nos salude y sea maja primero. No es un castigo, es
simplemente lo que debe ser. Si una persona no valora totalmente nuestra compañía
ya sabe dónde está la puerta. No vamos a ir detrás de nadie.
También a una chica agregada al “Messenger”… un día la saludamos y no contesta. No

volvemos a contactarla. Esperamos que ella inicie la siguiente interacción… y si no lo
hace, nosotros tampoco.
Escribimos un Whatsapp a una chica para preguntarle si está mejor de un resfriado. No

nos responde. No volvemos a contactarla hasta que ella retome el contacto. Hay
excepciones para todo, pero lo normal es que acabe contestando. En cualquier caso,
eso debe darte igual, porque realmente tienes que perder el miedo a perderla. Tienes
que meterte, de verdad, en la piel de una persona que no tiene miedo de perder una
mujer que está faltándole al respeto. Si te falta al respeto, esa mujer no puede recibir
interés, tiempo ni energía de nosotros.
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Chateando con una chica hacemos una pregunta y pasados 15 minutos aún no ha
contestado. Le decimos que vemos que está muy liada y que mejor hablamos en otro
momento. Nos vamos.
Chateando con una chica hacemos una pregunta y pasados 15 minutos aún no ha
contestado, pero no queremos irnos porque estamos charlando con un amigo. Nos
quedamos pero no la contactaremos de nuevo hasta que ella no nos contacte a
nosotros primero.
Una chica con la que nos estamos viendo queda en llamarnos un día concreto para
confirmarnos si puede quedar al día siguiente. No lo hace. Nosotros no hacemos NADA
hasta que ella nos contacte. Si ella ha quedado en llamar, que llame. Si no es capaz de
cumplir algo tan sencillo y luego no es capaz de llamar pasados unos días para
disculparse… peor para ella, pero nosotros no vamos a estar detrás de nadie.
Acuérdate de la metáfora del empresario y el empleado. Si un posible empleado
interesado en un puesto de trabajo queda en llamar a la empresa para confirmar una
cita de trabajo y el empleado no llama… lo que está claro es que el empresario NO va a
ir detrás del empleado ¡Sólo faltaba eso!
Una chica que estamos conociendo nos cuenta un problema bastante serio. Al cabo de
un par de días le mandamos un mensaje para ver qué tal está y no nos lo contesta.
Seguimos la misma regla: no volvemos a contactarla hasta que ella lo haga primero. Y
cuando lo haga, y pasados unos minutos de cordialidad, le hacemos ver que si es el tipo
de chica que ni contesta un mensaje de alguien que se interesa por ella, entonces no
tiene nada que hacer con alguien como nosotros. Recuerda al jefe con el empleado. Si
el jefe se preocupa por la salud de un familiar de un empleado suyo y el empleado ni le
contesta… el jefe no se puede quedar indiferente.
Estando con una chica en una discoteca hablando, aparece un amigo que hacía mucho
tiempo que no veíamos. Le decimos a la chica que nos disculpe, pero que hace mucho
que no vemos a nuestro amigo. Nos vamos con nuestro amigo a tomar algo, y no
volvemos con la chica hasta bastante tiempo después. No es un castigo, simplemente
es que tenemos vida real, con amigos y cosas que hacer.
Quedamos en llamar a una chica un día para concretar una cita para un concierto.
Llamamos y no coge. Mandamos un mensaje de texto diciéndole que la hemos llamado
para lo del concierto y que nos llame cuando ella pueda. Hasta que ella no nos llame o
contacte, nosotros NO volvemos a ponernos en contacto con ella. Nosotros somos
gente ocupada que no puede estar llamando veinte veces a la gente. Si tiene interés,
que devuelva las llamadas y si no, mala suerte para ella.
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La protección
Al igual que en el caso de Jugar a la Contra, lo ideal es que la protección se interiorice
consiguiendo que sea algo que nos salga NATURALMENTE. Pero como al principio esto
puede ser un poco difícil, aquí te voy a dar algunas ideas concretas de cómo cuidar y
proteger a una chica, para que su cerebro reptiliano esté totalmente satisfecho.
Recuerda que el secreto/resumen de todo esto es entender que se trata de CUIDARLA.

Ahora bien, no hay que hacerlo siempre, sino sólo cuando nos esté demostrando que
nos tiene respeto y haciendo las cosas que para nosotros son importantes y que tiene
una actitud de “princesita adorable” (no te preocupes que luego veremos todos estos
conceptos por separado). Es decir que sólo cuando ella esté siendo “buena niña”,
nosotros deberemos cuidarla. Si no, NO.
Ser buena niña quiere decir que ella tiene una actitud en la que está cumpliendo con
su papel de mujer. El hombre, hace 150 000 años no podía permitirse que la mujer no
lo respetara porque en el momento en el que la mujer se pusiera a discutir, le
empezara a desobedecer o le faltara el respeto, ambos podían morir, y su
descendencia también.
Ante ataques de depredadores, los hombres tenían que organizar estrategias muy
rápidas para proteger a su familia. Primero ponían a cubierto a las mujeres e hijos y
luego se ponían a combatir la amenaza. ¿Te imaginas qué habría pasado si, en los 5
segundos que el hombre tenía para poner a su mujer e hijos a salvo, la mujer se
hubiera puesto a discutir, protestar y desobedecer lo que el hombre acababa de decir?
Efectivamente, mientras discutían, el depredador se comía a toda la familia.
La mujer NO tiene que obedecer al hombre siempre. Eso está claro. La mujer tiene una
vida real en la que tiene que centrarse sólo en ella, en su trabajo, su vida, su vida
social, etc. Ahora bien, en lo que tiene que ver con la intimidad de una relación, la cosa
cambia un poco. Si la mujer quiere que el hombre la proteja y la cuide en ciertas
cosas… en esas cosas tiene que aceptar que el hombre es el que dirige y que su
obligación (la de ella) es adaptarse a lo que el hombre plantea. Tiene que ofrecer una
actitud de completa de cariño, respeto y ganas de complacernos.
Las relaciones que hay entre un padre y un hijo, entre un empresario y un empleado,
entre un profesor y un alumno o entre alguien que cuida con alguien que es cuidado,
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son iguales en una cosa: uno está dando y el otro recibe. Y en ese momento, uno dirige
y otro es dirigido. Tú nunca estarás por encima de ninguna mujer. JAMÁS.
Todo el énfasis que sea haga en este punto es poco: ningún hombre está por encima
de ninguna mujer.
Ahora bien, si tú la estas cuidando ella debe respetarte y saber ponerte las cosas
fáciles. Si ella no es capaz de hacer eso, entonces tú no te puedes permitir el lujo de
cuidarla.
Esto no es correcto, ni ético, ni justo. En ninguna situación en la que alguien cuida de

otra persona, el cuidador puede permitir que se le falte al respeto.
Así que, ante todo, nunca haremos la fase de Protección hasta que no identifiquemos
que la chica está en el modo “princesita adorable” y que realmente está mostrando
respeto y predisposición a hacernos caso.
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La relación líder-seguidor
Hay muchísimas situaciones en las que una persona da y otra recibe.
Si yo, por ejemplo, estoy en clase de cocina, el profesor DA conocimientos, y yo los

recibo. Si estoy trabajando, el empresario DA trabajo y dinero y yo lo recibo. Si alguien
nos ofrece su ayuda, esa persona da y nosotros recibimos.
Siempre que una persona recibe algo de otra persona, su obligación es mostrar
sumisión y respeto. Esto es EDUCACIÓN básica. Es algo inherente a cualquier relación
entre dos personas. Si tú estás recibiendo algo de otra persona, no te queda más
remedio que ser agradecido y obediente.
El líder, dirige, ofrece, cuida y ayuda. El seguidor disfruta, está a salvo y se deja dirigir.
Piensa en los siguientes ejemplos:
- Un profesor con sus alumnos.

- Un padre con sus hijos.
- Un empresario con sus empleados.
- Un cura con sus feligreses
- Un médico con el paciente
- El fundador de un centro de acogida con los indigentes.
- El voluntario que está ayudando a una familia.
Siempre que alguien está ayudando, cuidando u ofreciendo su conocimiento a otra

persona se establece una relación clara de líder-seguidor. El líder dirige, el seguidor se
deja dirigir.
Todos somos líderes en unas cosas, y seguidores en otras. Y según el papel que nos
toque en ese momento tendremos que tener una actitud u otra. Si yo, por ejemplo,
estoy ayudando a un amigo mío ofreciéndole mis conocimientos de economía,
entonces soy líder. Pero si estoy asistiendo a clases de inglés, entonces soy el
obediente seguidor. Y si la profesora me pone deberes, yo tendré que hacerlos.
Todo ser humano es líder y seguidor a la vez. Depende del momento, la situación y el
área en la que estemos.
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Pues bien, siempre que alguien esté haciendo de líder, tendrá que ser atento, cariñoso,
asertivo, comprensivo y selectivo. Pero siempre que esa persona sea “seguidor” tendrá
que ser respetuoso, obediente, sumiso y agradecido. Esto es parte de la vida.
Lo que no se puede permitir es que el alumno de cocina se ponga a discutir al

profesor; que el paciente se ponga a discutir al médico; o que el hijo se ponga a
discutir al padre. Esto no puede ser. Tampoco hace falta obligar a nadie. Si el
paciente no quiere hacer caso al médico, peor para él. Pero lo que está claro es que
el médico no puede ponerse a discutir o aceptar ese tipo de actitud.
En una relación con una mujer se tendrán muchos tipos de interacciones en las que
habrá dinámica sociales muy distintas (ocio, trabajo, estudios, familia, eventos
sociales, amigos, etc.). Y en cada uno de esos momentos se tendrán actitudes y formas
de actuación distintos… ahora bien, en la fase de PROTECCIÓN, nosotros somos los
líderes y ella tiene que ser la seguidora.
Cuando estemos cuidando y protegiendo a una mujer, su obligación será mostrarnos

respeto y predisposición a hacernos caso. No puede ser que una mujer se nos ponga a
discutir, cuando estamos ayudándola o cuidándola. ¿Eso dónde se ha visto? Una
actitud así, además de ser propio de una mujer caprichosa y tremendamente
maleducada… es una falta de respeto tremenda hacia nosotros. Al igual que lo sería el
que un alumno de artes marciales se pusiera a discutirle un ejercicio al profesor.
Y nosotros, como hombres, jamás podemos cuidar a una mujer que no está mostrando
esa actitud. Si ella aún no tiene esa actitud, será momento de seguir jugando a la
contra. No podemos regalar nuestra protección a una persona que no nos respeta y
que se nos insubordina cada dos por tres.
El líder se juega mucho… porque está trabajando y tomando responsabilidad para

cuidar a la otra persona. La única forma posible de responder a eso es con el máximo
respeto. Todo lo que no sea eso, no es aceptable.
Una mujer que no nos muestre respeto y ganas de complacernos cuando la estamos
cuidando NO se merece que la cuidemos. Sólo lo merecen aquellas mujeres que nos
demuestran respeto y buena actitud en todo momento.
Si una mujer no nos quiere demostrar esa actitud, no pasa nada. Jamás tenemos que
obligar a ninguna persona a hacer nada. No se trata de actuar por la fuerza. Si se porta
bien, la cuidamos, si no, no.
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Ya está, no hace falta hacer más. Si vemos la actitud adecuada, ofrecemos protección.
Si vemos una actitud poco respetuosa, Jugamos a la Contra.
Grabártelo a fuego:
“JAMÁS CUIDES A UNA PERSONA QUE NO TE ESTÁ RESPETANDO Y HACIENDO CASO”.
Ahora bien, así como te digo esto, también te digo que nunca debes enfadarte, exigir o
decir algo de malas formas.
Quiero que esto quede muy claro. Si la chica no nos hace caso, peor para ella. Pero
jamás deberemos ponernos a discutir o intentar exigirle que haga una cosa u otra. Si
ella no quiere ser esa “persona especial” que recibe un trato de primera calidad a
cambio de ser “buena niña” peor para ella. Nosotros podemos encontrar mil mujeres
que se porten como nosotros merecemos.
Una mujer tiene muchísimo más que perder rechazando un “protector” de lo que un
hombre pierde rechazando una mujer atractiva.
Protectores realmente Alfa hay muy pocos. Muy, muy pocos. Y ese reducido número
de candidatos es muy poco probable que, en la práctica cuiden bien y protejan como
es debido a una mujer.
Mujeres atractivas, por el contrario, hay millones. Así que no te rebajes a discutir. Si
ella no es capaz de mostrarte respeto, ya habrá otra que lo hará.
Además, como somos sus protectores, nuestros cuidados y ayuda siempre estarán
yendo en la dirección que ella necesita. Con lo cual no tiene ningún sentido que se nos
insubordine.
No estoy hablando de ser machista. Estoy hablando de que, si quiere nuestra ayuda,
nos tiene que hacer caso.
El problema del machismo es que esta relación de cuidador en el hombre y sumisión

en la mujer no se limitaba a la intimidad de una pareja. Y no se hacía de forma educada
y cariñosa. Al contrario, el hombre se creía con derecho a utilizar la fuerza para obligar
a la mujer a hacer todo lo que él quería. Yo no hablo de esto.
De hecho, considero que alguien que fuerce, obligue o utilice la fuerza física para
obligar a una mujer a hacer algo merece la mayor pena de cárcel posible.
Voy a poner algunos ejemplos de la relación entre cuidador y persona que es cuidada,
para que no haya malentendidos.
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Un amigo nos pide ayuda para enseñarle matemáticas. Le decimos que sólo podríamos
el lunes por la tarde. Él nos dice que ese día no sabe si ese día le apetecerá. Nosotros le
decimos que no se preocupe, pero que busque otro profesor, mejor. Que nosotros ya no
vamos a poder nunca más. Si él no muestra respeto, interés y predisposición, se acabó.
El mismo ejemplo se puede dar con una chica. Si estamos viéndonos con una chica y le
decimos que la invitamos al cine a ver la película que ella quiera… y nos dice que no
sabe si le va a apetecer mucho… entonces está claro que NO vamos a llevarla al cine
hasta que no cambie de actitud y compense esa falta de respeto. Lo que hacen muchos
hombres es insistir, o preocuparse por si algo va mal. Lo que va mal es que ella ha
fallado totalmente en su papel y está siendo una caprichosa desagradecida. Un hombre
con opciones jamás aceptará eso.
Este ejemplo ya lo puse antes: nosotros le mandamos un mensaje para ver si está
mejor de un constipado ofreciendo nuestra ayuda por si necesita algo. Ella no contesta.
Automáticamente pierde privilegios. ¿Nosotros la cuidamos con todo el cariño y ella no
muestra respeto y agradecimiento? Bye, bye.
Estamos tomando un café y la invitamos. Ella no hizo amago de pagar y no da ni las

gracias, como asumiendo que es lo que nos toca hacer. Nosotros podemos manejar
esta situación de muchas formas, muchas de las cuales hemos explicado ya en la
sección de Jugar a la Contra. Pero lo que está claro es que: a) esto no puede quedarse
así y; b) esa mujer tiene que perder privilegios inmediatamente. No podemos permitir
una falta de respeto tan grande en una mujer.
Todo esto es muy importante porque nuestra capacidad para liderarla a ella le está
dando información sobre nuestra capacidad de liderar en general. Si nosotros
permitimos que ella se nos insubordine, lo que sus genes piensan en ese momento es:
“Si yo, que soy una mujer más débil que él soy capaz de insubordinarme y él cede, esto
quiere decir que cualquier persona puede manejarle y que es mal líder”.
Permitiendo una insubordinación mientras la protegemos o cuidamos estamos

demostrando debilidad. Estamos dejando claro que somos malos líderes, que no nos
respetamos a nosotros mismos y que permitimos que cualquiera nos pisotee. No hay
nada menos atractivo que esto.
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El modo princesita adorable
Aunque este apartado no es un término científico ni tremendamente riguroso, creo

que es muy útil entender en qué consiste y cómo identificarlo porque va a ser la base
ineludible sobre la que trabajar a la hora de saber cuándo podemos y debemos dar
Protección y cuándo no. Así mismo, es una muy buena referencia sobre si estamos
llevando a cabo bien la interacción o no.
Si la chica está en el modo “princesita adorable” estaremos listos para avanzar y

sabremos que estamos andando sobre terreno seguro. Si no vemos esa actitud por su
parte, es que algo está fallando y que la chica no está a gusto a nuestro lado, no confía
en nosotros y que no nos respeta ni nos ve como líderes de la interacción. En tal caso,
significará que tenemos que asentar los pasos anteriores.
Es decir, que el modo “princesita adorable” es la base de toda interacción fructífera

con una mujer. Cuando una mujer nos respeta, nos admira, confía en nosotros y nos ve
como líderes, automáticamente se comporta como una “princesita adorable”. Es su
forma de demostrar cariño y respeto hacia nosotros.
Una misma mujer puede ser tremendamente desagradable o increíblemente adorable.

Los hombres cometemos el error de pensar que una mujer “es” de una determinada
manera, a juzgar por su forma de comportarse con nosotros. Y eso es un GRAVE
error. Las mujeres no “son”, las mujeres se “adaptan” a lo que ocurre a su alrededor.
La función evolutiva de la mujer en las antiguas tribus prehistóricas era adaptativa y
dinámica al entorno, no como la del hombre que era estática y basada en la fuerza.
Con el devenir de los siglos, las mujeres que han sobrevivido son las que han heredado
los genes de las mujeres más adaptables. Y los hombres, a su vez, han heredado los
genes de los antepasados más “tercos”. Los hombres somos muchísimo menos
adaptables y flexibles que las mujeres. No tememos el enfrentamiento directo, al
contrario. No tenemos tanta tendencia a generar armonía a nuestro alrededor, ni
apercibir matices emocionales en los demás (aunque a veces deberíamos hacerlo y
aprender de las mujeres en eso), y nunca se nos ocurriría comportarnos de 4 o 5
maneras distintas con una misma persona.
El hombre es como es, y se comporta en consecuencia, algo que tiene mucho más que
ver con un patrón evolutivo de liderazgo. La mujer no se pudo permitir ese patrón en
la prehistoria… y, como digo, sus genes actuales, son un producto de eso. La mujer, por
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naturaleza es muchísimo más adaptable, flexible y cambiante que el hombre. Y este

“superpoder” que la mujer tiene (y que los hombres no) lo utilizan instintivamente y
sin darse cuenta, para testear o comprobar la solidez y congruencia de las realidades
de las personas que le rodean. Especialmente cuando se trata de hombres.
Si le preguntamos directamente a una mujer si actúa bajo este patrón, nos dirá que no,
porque ella no es “consciente” de esto. Es un patrón de conducta tremendamente
instintivo, basado en una tendencia de supervivencia primaria basada en el siguiente
principio: como físicamente el hombre es más fuerte, mi forma de sobrevivir es testear
los límites, la congruencia y la fortaleza de la persona que tengo delante y adaptarme a
su capacidad de liderazgo según convenga.
Su función es adaptativa, como digo. Es decir que cuando estemos con ella su actitud
no es su forma de ser… todo depende de lo que reciba de nosotros. Su obligación es
testearnos y ponernos a prueba de todos los modos posibles.
No juzgues que una mujer “es” borde si tiene una actitud distante nada más
conocerte. Tampoco juzgues que una mujer es dura, o vanidosa antes de llegar a la
intimidad con ella, porque todo puede haber sido provocado por nuestra actitud y
podemos estar simplemente ante algunos test incómodos que buscan ponernos a
prueba y verificar nuestra fortaleza, aguante y experiencia a la hora de manejar
situaciones sociales incómodas, o fallos en la respuesta de la gente que nos rodea ante
nuestro liderazgo.
Hasta que no tengamos a la chica en el modo “princesita adorable” no sabremos cómo

es ella realmente.
El modo “princesita adorable” es la actitud que una mujer tiene cuando ha decidido
que ya no hay más test o comprobaciones que hacernos. Cuando ella está relajada,
nos respeta, nos admira y realmente confía en nosotros como la persona que puede
cuidarla y de la que se puede fiar… entonces se comporta como una “princesita
adorable”, y en ese momento, su función adaptativa se centra en dejarse cuidar por
nosotros, siendo “muy buena niña” y haciendo todo lo posible por alegrarnos la vida y
hacer cosas “bonitas” por nosotros.
Lo digo en serio, puede parecer una película de Disney pero esto está en sus genes. La
mujer nos hace la vida imposible “antes” de comprobar si somos buenos líderes,
porque es su obligación. Ella no puede permitirse elegir a un mal protector. Pero una
vez que confirma que somos unos buenos protectores y que la queremos cuidar de
verdad… en ese momento se relaja y sale la verdadera mujer increíble, agradable y
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dulce que tiene dentro y que está evolutivamente dispuesta a hacernos muy felices y a
portarse fenomenal con nosotros.
Cuando este momento tiene lugar, estamos ante el modo “princesita adorable”.
Determinar cuándo aparece este modo es FUNDAMENTAL, porque es lo que nos da luz
verde para escalar en la interacción y también lo que nos da la seguridad de que
estamos avanzando con una solidez de acero.
La “princesita adorable” va apareciendo por fases, en función de la intimidad que

tengamos con la chica. Es decir, que cada vez que cuanta más confianza tengamos con
ella, en más cosas se comportará como una princesita adorable.
El modo princesita adorable, nos marca el punto de apoyo para avanzar y hacer
protección. Si ella no está en modo princesita adorable debemos Jugar siempre a la
Contra, hasta percibir que estamos en un modo en el que ella ya nos respeta y en el
que han terminado los test.
¿Por qué? Porque si empezamos a hacer Protección sin tenerla en una actitud de
respeto y confianza hacia nosotros estaremos demostrándole debilidad.
Me explicaré.
Hace 150 000 años, el hombre necesitaba que la mujer estuviera en el modo
“princesita adorable” para poder funcionar bien dentro de la tribu. Si un depredador
atacaba la cueva, el hombre disponía de pocos segundos para organizar la defensa y
dar las órdenes para que las mujeres y los hijos estuvieran a salvo. En esos segundos, si
la mujer se ponía a discutir o a hacer test de congruencia, el depredador mataba a
toda la familia. Las mujeres que sobrevivían eran las que estaban en modo “princesita
adorable”. Un hombre no se puede permitir el lujo de proteger y cuidar a una mujer
que no le demuestra respeto y confianza, porque eso es venderse muy barato.
Si la chica no relaja su actitud, hay que seguir Jugando a la Contra, tardemos lo que
tardemos.
En resumen, el modo princesita adorable consiste en que ella se porta como si fuera
una niña pequeña maravillosa, buenísima, adorable y súper amorosa que cede ante
nuestras peticiones y que se deja llevar por lo que hacemos y decimos, interactuando
con nosotros con inocencia y siendo, tal cual es ella. Contándonos sus cosas, y sin
intentar “pincharnos”, ponernos a prueba o discutir lo que le decimos. En el modo
princesita adorable ella se centra en disfrutar, y es cuando realmente se divierte con
nosotros y se siente verdaderamente cuidada y protegida.
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No hay NADA en este mundo equiparable a conseguir que una mujer esté con nosotros
en esta actitud. Hay verdadera magia en ello. Se abre a nosotros como una flor… confía
de verdad en nosotros y nos hace sentir increíblemente útiles y necesarios porque nos
permite cuidarla.
Dependiendo de la madurez que tenga la mujer con la que estemos… el modo

princesita adorable se manifestará de forma más “infantil” o más “madura”, pero hay
que saber identificarlo en ambos casos. Es decir, que una mujer de 45 años
independiente, con tres carreras, dos negocios propios y que ha viajado por todo el
mundo, tendrá un modo de “princesita adorable” más maduro y menos vulnerable que
el de una chica de 18 años que aún no ha empezado la universidad, pero la actitud es
la misma: disfrutar, dejarse llevar, mostrar sus vulnerabilidades y adaptarse a lo que
nosotros necesitamos.
Entonces, ahora sí, vamos a ver cómo podemos identificar el modo “princesita
adorable” en una chica.
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Indicadores del modo “princesita adorable
Los indicadores más comunes del modo “princesita adorable” son:
Ser agradecida
Algo básico es que las personas que nos rodean agradezcan las cosas que hacemos por
ellos. Si ayudamos a un amigo, invitamos a un familiar a comer o si dedicamos una
tarde a solucionar un problema de una chica, en todo momento tendremos que saber
que esa persona valora positivamente nuestro tiempo y que es agradecida con
nosotros.
El agradecimiento en sí no debe ser nuestra motivación principal nunca. Pero sí que

tiene que ser una condición indispensable para poder repetir esa ayuda en el futuro.
Al igual que la motivación principal de un atleta no es tener unas buenas zapatillas.
Pero sin unas buenas zapatillas es imposible que pueda correr bien sin lesionarse.
Del mismo modo, nuestra motivación tiene que estar en cuidar, pero sin
agradecimiento el cuidado y la protección no tienen ningún sentido.
Si nosotros mismos no exigimos respeto a los demás, ellos nunca nos lo darán.
Además, el agradecimiento no sólo tenemos que esperarlo de los demás, sino que es
algo que debemos ofrecer también nosotros. Nunca está de más dar las gracias. Nos
pasamos la vida resaltando y sacando a relucir las cosas malas de todo el mundo y no
dedicamos ni un minuto del día a dar las gracias y valorar las cosas buenas.
Siempre que una persona haga algo por nosotros o nos ayude a ser más felices,
merece la pena agradecerlo. Ser personas agradecidas es algo básico en la vida, para
tener éxito, para hacer sentir a la gente que nos rodea a gusto y para predicar con el
ejemplo cuando lo esperemos, luego, de una chica.
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Esto es como los padres con los hijos. Si el padre fuma, no puede esperar que el hijo no
lo haga. Si el padre dice palabrotas, el hijo las dirá. Hasta que el padre no predique con
el ejemplo, no estará en posición moral de dar lecciones de nada, o esperar lo
contrario de su hijo.
Con las mujeres ocurre lo mismo en muchas áreas. Si nosotros no somos capaces de
ser agradecidos, educados y positivos a la hora de recibir cosas, no tendremos
autoridad alguna para exigírselo a los demás.
Así que sé agradecido y exige agradecimiento. Tu vida será mucho más feliz, te harás
respetar mucho más y las cosas serán mucho más agradables.
Lenguaje Corporal de comodidad y relajación
Que una chica se deje abrazar y nos siga el abrazo… que se acurruque en nuestro
regazo, o que esté haciendo sus cosas totalmente cómoda y despreocupada de lo que
pasa a su alrededor, son síntomas muy claros de que confía totalmente en nosotros y
que sabe que estamos ahí para cuidarla.
Nos cuenta sus cosas espontáneamente
Una buena forma de saber si una mujer está relajada y cómoda a nuestro lado es
observar si nos cuenta espontáneamente las cosas que le pasan, preocupan, gustan o
desesperan cuando hablamos con ella, o incluso sin venir a cuento.
Tal y como haría una niña pequeña con su padre… una mujer que confía en nosotros se
pondrá a contarnos sus cosas, sus historias, etc. sin venir a cuento si tiene confianza
con nosotros. Es lo que hacen con sus amigas y con la gente cercana a ellas en su
entorno cercano.
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Ten en cuenta que la configuración que tiene el cerebro de la mujer es completamente

distinta al que tiene el hombre. La mujer tiene más del doble de centros dedicados a la
comunicación en el cerebro. Esto quiere decir que es como una central de contar cosas
y hablar de todo lo que se le pasa por la cabeza. Los hombres somos mucho más
escuetos y para nosotros no tendría ningún sentido contar nuestra vida a los demás,
cuando tenemos confianza. Pero las mujeres funcionan de otra forma.
En el contexto de la mente femenina, contarnos sus cosas constantemente con

inocencia y pidiéndonos opinión es una forma buenísima de determinar si está en el
modo princesita adorable.
Así que, recuerda, siempre que la chica se ponga a contarte sus cosas con dulzura e
inocencia es que vas por el buen camino.
Tú, como hombre, en cambio no debes hacer lo mismo. Porque tu función es cuidar,
no ser cuidado.
Nos cuenta un problema y/o nos

muestra su vulnerabilidad
Si cuando una mujer nos cuenta sus cosas nos está mostrando confianza… mucha más
confianza nos está mostrando si nos cuenta problemas, o situaciones que muestran su
vulnerabilidad, miedos, etc.
Y si nos pide ayuda con algún problema, aún más. Cuando una mujer aún no nos
respeta ni confía en nosotros, con frecuencia NO se deja ayudar. Con lo cual, el que sí
se deje y nos muestre sus vulnerabilidades es un claro síntoma de confianza.
Ahora bien, en estos casos lo importante no es tanto que nos pida ayuda si no la forma
en que nos la pide. Tiene que ser con una actitud de respeto, del mismo modo en que
un empleado le pediría un favor al dueño de la empresa. Con cariño, cuidado y sin
asumir que tenemos la “obligación” de ayudarla. Eso, aparte de ser de muy mala
educación es una gran falta de respeto y no debemos aceptarlo.
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Sigue y cede ante nuestras bromas.
El humor entre dos personas dice mucho acerca del nivel de intimidad que ambas
personas tienen entre sí. Cuanta más confianza se tiene, más fino, fluido y atrevido es
el humor.
Y cuanto más confía una persona en otra, más bromas se deja hacer y más cede ante
ellas porque no necesita marcar distancia para ser respetado. Confía en que la otra
persona va a respetarla y no necesita mantener una distancia emocional con la otra
persona.
Jamás debemos hacer bromas ofensivas o degradantes hacia ningún ser humano. Pero
sí que debemos tomar mucho el pelo a las chicas con las que tengamos confianza,
porque eso las hace sentir que nos preocupamos por ellas, que las conocemos y que
las tenemos en cuenta.
Como ya mencioné anteriormente, parece que la función del padre dentro de la

familia era el de tomar el pelo a los hijos para incentivarlos a desarrollar la inteligencia
social y verbal.
Digamos que cuando nuestro padre nos tomaba el pelo nos estaba ayudando a saber
identificar matices sociales y mentiras y nos ayudaba a desarrollar nuestra forma de
hablar para responder también con gracia a sus comentarios, etc. O sea que el tomar
el pelo tiene una función de “entrenamiento” verbal muy importante.
Cuando tomamos el pelo a una chica, estamos recordando todo esto y le estamos
demostrando que la tenemos cariño pero que no nos impresiona su belleza.
Por eso, cuando ella empieza a tomarse bien las bromas y cede ante algunas de ellas,
como haría una niña pequeña, nos está demostrando que tiene confianza en nosotros
y que nos ve como alguien especial para ella. Si no, no dejaría que le hiciéramos
bromas.
El derecho a hacer bromas hay que ganárselo a base de ser “buen tío” y dedicar
tiempo a estar con ella, sin prisas, etc.
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Hace lo que le decimos
Si ves que una chica empieza a hacer lo que tú sugieres, y que, con frecuencia tiene en
cuenta las cosas que tú le has dicho que te gustan y agradan… es que vas muy bien.
Una persona que te respeta te tiene en cuenta y sigue tus consejos siempre que estos
sean razonables. Cuanto más haga ella lo que tú le digas, más en modo princesita
adorable estará.
No estoy diciendo que tengas que seas un sargento y le des órdenes directas. Tampoco
estoy diciendo que constantemente le estés dando consejos. Al contrario. Eso sería ser
un machista y un imbécil. Lo único que estoy diciendo es que, cuando estando con ella
veas que ella empieza a hacerte caso en las cosas que comentas de forma natural, que
te pide consejo y que hace lo que tú le recomiendas, es que esa chica empieza a tener
mucha confianza en ti, y está en modo princesita adorable.
Nos da Indicadores de Interés (IDIs)

de cualquier tipo con cierta frecuencia
Como muy bien remarca Mystery en sus libros, escritos y vídeos… hay varios signos
que, claramente, indican cuando una mujer tiene interés en nosotros. A estos signos,
en el mundo de la seducción se les llama IDIs (Indicadores De Interés). Y es muy
importante conocerlos para saber cuándo una mujer está empezando a sentir
atracción por nosotros, a veces incluso antes de que ella misma pueda darse cuenta
conscientemente de ello.
Los IDIs no sólo nos sirven para saber si estamos gustando a la chica, sino que, cuando
recibamos más de tres, también será un buen indicador de que la chica está
empezando a entrar en el modo “princesita adorable”, en cuyo caso, sabremos que
estamos listos para avanzar.
Algunos de los IDIs más importantes son:
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- Tocarse el pelo.
- Orientar su cuerpo hacia nosotros y que sus pies nos señalen directamente a
nosotros.
- Cualificarse (hablar bien de ella, es decir, venderse a nosotros contándonos
todas las cosas buenas que hace, sabe, etc.)
- Justificarse cuando le da la sensación de que nos ha podido “defraudar” con su
comportamiento.
- Tener las pupilas dilatadas al mirarnos.
- Tocarnos (cualquier contacto por su parte hacia nosotros es un IDI claro).
- Reírse mucho con nuestras bromas.
- Halagarnos.
- Preguntarnos cosas e interesarse por lo que contamos.
- Venir a una cita muy guapa/arreglada.
- Secundar nuestros contactos físicos. Si por ejemplo la tocamos, que ella nos
toque de vuelta. Si le cogemos la mano y ella también lo hace. Si la abrazamos y
nos devuelve el abrazo, etc.
- Ponerse a contarnos sus cosas (esto lo vimos antes, pero sigue siendo un IDI).
- Excusarse cuando se va y que esté pendiente de nosotros y ganar nuestra
aprobación.
En todos estos casos estaremos ante muestras de interés bastante claras. Cuando
recibamos dos o tres IDIs estaremos ante un buen indicador de que esa chica está en el
modo “princesita adorable”.
Cambia su actitud con respecto a los

primeros momentos de la interacción
Algo que es importante entender es que cada persona es diferente. Una persona
puede ser muy efusiva de primeras y otra ser muy borde. Otra puede estar
sexualmente muy liberada y otra, por el contrario, puede venir de un ambiente más
conservador e, incluso, ser virgen.
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Esto hace que las conductas de cada persona deban juzgarse en función de su
personalidad y no de hechos absolutos. Es decir, que no será lo mismo que una
persona muy amable nos diga un piropo que si lo hace, por ejemplo una persona muy
borde que no le dice nunca nada bonito a nadie.
SI una persona borde nos dice un piropo eso significará muchísimo más, a nivel
emocional, que si nos lo dice la persona amable, porque ésta última lo hace con todo
el mundo, pero la borde no, al contrario. Con lo cual, si recibimos un piropo de una
persona muy borde, podremos estar casi seguros de que esa chica quiere conocernos y
nos respeta… mientras que en el caso de la chica simpática puede ser simple cortesía y
cordialidad.
Entonces, antes de juzgar si estamos ante un IDI o no… debemos primero observar
cómo se comporta esa chica con el resto de personas. Si, por ejemplo, una chica se
toca SIEMPRE el pelo con todo el mundo, entonces no significará nada que lo haga
delante de nosotros. Pero si es una chica que jamás se toca el pelo con nadie, y con
nosotros lo hace, entonces sí podemos sacar información positiva al respecto.
Intenta hacer cosas por agradarnos
El hombre protege y cuida de forma masculina en grandes cosas. La mujer cuida de

una manera mucho más sutil, en los detalles e intentando hacer cosas por nosotros.
Cuando una mujer está en modo “princesita adorable” intenta cuidarnos en los
detalles que nos rodean.
Intenta crear cierta armonía en el entorno y le preocupa saber si estamos a gusto. De

hecho las mujeres son EXPERTAS en los detalles. Si ves que ella se preocupa de cuidar
los detalles para que tú estés a gusto… es también un buen indicativo para determinar
si está en modo “princesita adorable”.
Que ella te cuide es algo que no ocurrirá en los primeros momentos de la interacción…
pero en cuanto le importes de verdad y realmente tenga confianza contigo, lo hará. En
ese momento, sabrás que esa chica realmente te ve como una persona MUY especial
para ella.
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El cerebro femenino está pensado para percibir muchos más detalles que el del
hombre, y su forma de cuidar se basa en ese principio. Así que cuando veas que ella se
preocupa de que los detalles a tu alrededor hagan que estés a gusto, es que vas por
buen camino.
Ejemplos de estos detalles pueden ser:
- Hacer las cosas que le has dicho que te gustan. Como por ejemplo: contestar
rápido los mensajes, permitirte hacer planes con tiempo, adaptarse a tus
gustos, ser puntual, etc.
- Evitar hacer las cosas que ella hacía que tú le has dicho que no te gustaban.
Como por ejemplo: no fumar delante de ti, no estar pendiente del móvil
cuando está contigo, etc..
- Que te invite a su casa y haga de una anfitriona EXCEPCIONAL, cuidando todos
los detalles: guardar el abrigo, preguntarte si estás bien de temperatura,
cocinar para ti, dejarte elegir película, etc.
- Que te grabe un CD.
- Que te compre cualquier tipo de regalo/detalle.
- Que te pregunte por algún problema y esté pendiente.
- Hacer lo que te gusta en el sexo.
Es importante que entiendas que su labor NO es cuidarte. No es ella la que te tiene

que proteger a ti. Eres tú más el que debe cuidarla a ella. Es decir que si tú la cuidas a
ella en un 80%, ella te cuida a ti en un 20%. Tu labor es cuidar, pero cuando veas que
ella intenta agradarte y hacer cositas bonitas para que tú estés bien, eso quiere decir
que tiene mucho interés en gustarte.
Permite el contacto físico no-sexual y

cede en las cosas que le decimos
Una parte importante de proteger a una mujer, es hacer contacto físico de índole no-
sexual. Como pueden ser: abrazos, caricias, besos suaves en la frente, mejilla o incluso
en la boca, pero sin ser lascivos… en un plan cariñoso y afectuoso.
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El que ella acepte ese contacto físico de cuidarla, y nos lo siga es MUY buen síntoma.
Es decir: que se deje abrazar y nos abrace, que le cojamos la carita y nos sonría, que le
cojamos la mano y ella también nos la coja, que la hagamos carantoñas en el brazo
(por ejemplo) y ponga el brazo más cerca nuestro para sigamos haciéndolo, etc. Todas
estas cosas son síntoma de que la chica nos ve “oficialmente” como sus protectores… y
el que ella deje que las hagamos y ponga de su parte para que sigamos haciéndolo es
otro indicador muy bueno de que está en modo “princesita adorable”.
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Conclusiones
Todos estos indicadores son “orientaciones” y tiene que tenerse en cuenta, sobre
todo, cómo aplicarse a cada persona. No todas las chicas cumplen todos los
indicadores. Y no en todas las culturas, ni a todas las edades se deben interpretar igual.
Pero sí que son unas referencias bastante frecuentes de cómo se comportan ellas
cuando están cómodas y confiadas con nosotros.
La idea que subyace y que debes tener en cuenta es que ella confíe en ti, que te vea
como el líder y que te reconozca a ti como la persona que la está cuidando en ese
momento. Tu obligación es cuidarla bien, la suya es adaptarse un poco a lo que tú
necesitas para facilitarte el trabajo.
Todo lo que ella haga para facilitarte el trabajo es un buen indicador de que está en
modo “princesita adorable”.
Recuerda que lo que tenemos que conseguir es que ella se deje cuidar y se comporte
como una niña pequeña adorable y estupenda que pone muy fácil el que los demás la
cuiden y que no da problemas.
Esto no quiere decir que la mujer tenga que estar bajo nuestro control ni mucho
menos. Estoy hablando de matices MUY sutiles entre dos personas. Nadie domina a
nadie. Nadie está sobre nadie, y nadie utiliza a nadie.
Se trata, simplemente de una interacción donde nosotros lideramos un poco y ella

cede un poco para ponernos las cosas fáciles.
Es importante entender que una cosa es lo que la mujer actual necesita en su vida
diaria profesional, y otra muy distinta lo que necesita en la intimidad de una pareja o
en la privacidad de la relación con un chico que le gusta.
El hombre y la mujer deben ser igual es en el trabajo. Deben ser iguales en la vida. Pero
la atracción entre hombres y mujeres NO se basa en la igualdad. En lo que a una pareja
o una relación sexual se refiere… la mujer necesita de nosotros un liderazgo que ella
no va a dar..
Cuanto más inmadura sea la chica que tengamos delante, más liderazgo y fortaleza
necesitará por nuestra parte. Cuanto más evolucionada, inteligente, independiente y
madura sea la chica… más sutil será ese liderazgo.
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Pero en ambos casos necesita saber que nosotros cuidamos de ella, que la protegemos
y que tomamos decisiones para que esa protección tenga lugar. Una vez dicho esto, e
identificado que el modo Princesita Adorable es el que nos abre la puerta para hacer la
Protección, vamos a ver de qué modos podemos cuidar y proteger a una chica.
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Proteger consiste en cuidar
La fase de Protección consiste en cuidar a una chica, o en demostrar que estamos

dispuestos a cuidarla.
Ahora te voy a dar muchas herramientas para que sepas cómo hacerlo, pero quiero
que tengas claro, que tu función con todas ellas es CUIDARLA y preocuparte de que
ella esté a gusto y de ser útil en su vida.
Aunque esto es necesario para gustar a una mujer, es mucho más importante para
poder ser felices nosotros como hombres. Ser útil para los demás y ser capaces de
cuidar y proteger a las personas que nos importan no es algo trivial ni superfluo. Y va
muchísimo más allá de ligar en una discoteca.
Se trata de unos principios muchísimo más profundos de lo que pueden parecer a

simple vista, y que se basan en nuestra capacidad de liderazgo y compromiso hacia las
personas que son importantes para nosotros.
Todos los apartados anteriores estaban orientados a dejarte claro que no debes
regalar protección a alguien que no lo merece. Pero al igual que eso es cierto, ahora te
voy a enseñar cómo SÍ debes cuidar a las chicas que realmente lo merezcan.
Si eres justo y útil para los demás… si eres buen líder, debes ser capaz de aplicar esta
protección de forma justificada y congruente.
Una vez dicho esto, expliquemos en qué cosas concretas debe materializarse esa
protección para que la relación con esa chica que te gusta sea algo sano, sólido y
duradero.
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Escuchar
Para poder cuidar a una persona es fundamental que la conozcas bien, que sepas qué
le pasa y que entiendas en qué consisten sus problemas, sus ambiciones, sus anhelos,
sus sueños, etc.
Para obtener toda esta información es básico e imprescindible ESCUCHAR lo que nos
está diciendo. Lo digo muy en serio. Cuando estemos protegiéndola, antes de nada, y
sobre todo, tendremos que escuchar.
Escuchar significa poner interés y atención genuinas en lo que la chica nos está
diciendo. Tendremos que preguntar cosas, pero no cambiando de tema, ni haciendo
bromas. En el tiempo que estemos protegiéndola, tenemos que escuchar para
cuidarla, no para demostrar nada sobre nosotros. En ese momento ELLA es lo
importante.
Recuerda que hay un momento para Jugar a la Contra, otro para escalar, y otro para
proteger. Cada fase tiene sus reglas y principios. Pero cuando estés protegiendo,
céntrate en cuidarla y déjate de tonterías. Sé generoso.
Ella se abrirá a nosotros, se mostrará vulnerable, nos contará sus cosas, nos abrirá su
corazón y nosotros tendremos que ser respetuosos, cariñosos, atentos y receptivos a
lo que ella nos cuente.
Deberemos hacer preguntas relacionadas con el tema que nos está contando y que
nos den más información sobre sus problemas o su mundo. Recuerda que es muy
parecido a la actitud que tiene un padre con su hija. El padre siempre cuida a su hija y
si la niña le cuenta un problema, se pone a llorar, o le plantea algo que le hace mucha
ilusión, el padre siempre escucha, pregunta y cuida a su hija, haciéndola sentir
valorada e importante para él.
Igual nos tenemos que comportar con una chica que nos está contando algo.
Lo importante es saber diferenciar cuándo nos está contando algo con vulnerabilidad y
en una actitud de “princesita” adorable y cuándo no. Si su actitud es de princesita
adorable, entonces siempre deberemos escucharla protegiéndola.
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Caballerosidad
Un buen protector siempre es un caballero. La caballerosidad consiste en demostrar, a

través de símbolos culturales, que tenemos en cuenta a la mujer y que queremos
cuidarla. Son normas de educación que suele hacer el hombre con la mujer, pero que
todo líder debe hacer con las personas a las que está cuidando.
Como digo siempre, el que protege tiene privilegios, pero también tiene la obligación
de preocuparse de que los demás estén bien. En una fiesta, el que menos disfruta es el
anfitrión, porque está pendiente de todo el mundo. Es el que tiene la responsabilidad.
El anfitrión puede disfrutar del hecho de cuidar a los demás, de sentirse útil o del valor
y estatus social que da organizar una fiesta, pero tendrá un nivel de responsabilidad
muy elevado y su obligación será estar pendiente de que la gente esté a gusto, se
conozcan entre sí, etc.
La educación nunca está de más. La caballerosidad tampoco. Y cuidar de la gente es

algo fundamental. No te puedes ni imaginar el impacto que tiene en una mujer el que
vea auténticos rasgos de educación, caballerosidad y protección en nuestra forma de
comportarnos con TODO el mundo y con ella.
Para ella es importante que la tratemos con caballerosidad, pero aún más importante
es que vea que lo hacemos con todo el mundo. Además, el caballero educado
demuestra que es capaz de controlar sus emociones e impulsos primarios, lo cual es
tremendamente Alfa. Esto no quiere decir que seamos unos reprimidos. Es
simplemente una forma de demostrar que tenemos inteligencia social.
La inteligencia social es la habilidad de entender y tratar con efectividad a la gente que

nos rodea. Alguien muy educado y caballeroso puede tratar a cualquier persona, y
generar buen ambiente y conexión en cualquier momento. Alguien que no es educado
sólo puede llevarse bien con los de su entorno más cercano y no será capaz de
progresar en la vida.
Te recomiendo que leas cosas de protocolo, normas sociales, educación, civismo, etc.
Aunque seas una persona educada, nunca está de más ampliar conocimientos y
siempre habrá cosas nuevas que puedas aprender y que te van a enriquecer mucho.
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Al margen de esos libros, te voy a decir las normas de educación y caballerosidad que
considero más importantes para tener en cuenta en tu vida y a la hora de estar con
una mujer:
No tengas prisa por ir/entrar a los sitios
El protector se preocupa de que todo el mundo entre en buenas condiciones a los

sitios. Es por eso que si algo malo pasara, como un incendio, por ejemplo, el protector
saldría el último y antes de dejar la estancia, se preocuparía de que todo el mundo
estuviera a salvo.
Recuerda que si no eres realmente un protector, es imposible que la mujer confíe de

verdad en ti. Debes ser ese tipo de persona que cuida de los suyos. Da igual que seas
un jefe, un amante, un padre o un buen amigo. El buen líder, cuida.
Sin tener que recurrir al ejemplo del incendio… y siendo más realistas… si tú vas con
cinco personas y vais a entrar en una discoteca, el protector se encarga de que, antes
de entrar él, todo el mundo pueda pasar y no dejen a nadie fuera. Si no hiciéramos eso
¿qué pasaría?
Podríamos enfrentarnos al siguiente problema:
Entramos nosotros primero… vamos con una chica y su amigo. A la chica la dejan
entrar pero a su amigo no. Nosotros hemos entrado y no nos estamos enterando de
nada. No podemos ayudar a solucionar el problema. Quizá no podamos salir para
ayudarla. E incluso la chica se puede “preocupar” por su amigo, irse a otro local, etc. Es
decir que podríamos haberla dejado con un problema social muy difícil de gestionar.
Si entramos primero, nos exponemos a que algo pase y quedar FATAL. Pero si, por el
contrario, nos aseguramos de pasar los últimos y asegurarnos de que todo el mundo
entra en todos los sitios, estamos previniendo situaciones (como la de la discoteca) de
antemano. Y, en caso de que ocurran, estaremos ahí para ser nosotros los que
intentemos solucionar el problema, y arreglar la situación. Si pasamos los últimos,
podemos ser los “héroes”, si pasamos los primeros nos exponemos a quedar de
“niñatos”.
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Cuando dejes pasar a los demás primero… hazlo con alegría y buen rollo. Preocúpate
de que la gente pase antes que tú y ábreles la puerta.
Si en el grupo hay otro líder o persona preocupada de cuidar del grupo y te ofrece
pasar a ti primero, acéptalo y da las gracias. La próxima vez le dejas pasar tú a él y listo.
Si aparece otro protector, siéntete agradecido porque tendrás menos responsabilidad.
En ese caso, lo ideal es compartir liderazgo.
Por protocolo, los únicos casos en los que está permitido que el hombre/líder pase
delante que la mujer son:
- En un ascensor, para dar al botón de apertura de puertas y asegurarse de que

no se le cierra a la gente.
- En una puerta giratoria para empujar y evitar ese trabajo a la otra persona.
- Cuando bajamos una escalera (a la subida NO) para poder coger a la otra
persona si se cayera.
Ahora bien, una cosa muy importante: si hay un grupo de varias personas deja pasar a
todas. No se te ocurra dejar pasar primero a la chica y luego colarte por delante del
resto de personas. Esto lo hacen muchos hombres para intentar impresionar a la chica
con su educación y luego dejan de lado a todo el grupo.
Sé educado y un caballero con TODO el grupo. Con todo el mundo. Como la mujer te
“pille” haciendo algo sólo para ella, para causarla buena impresión, entonces habrás
perdido todos los puntos y es probable que te perciba como un payaso sin modales.
Eso no te interesa, te lo aseguro.
En temas de educación, haz con ella lo mismo que con todo el mundo. Sé un auténtico
caballero con todos y, si no aparece una situación que sugiera lo contrario, pasa tú el
último y deja pasar a los demás primero. Hazte responsable de que el grupo esté bien.
Ayuda a los indefensos
Si un niño se cae… si una anciana no puede cruzar la calle… si alguien se tropieza

andando… si un turista pregunta por un sitio para comer… en todo este tipo de
situaciones, ayuda a los indefensos.
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Sólo alguien realmente poderoso se puede permitir el lujo de cuidar de los demás y de
la gente que está en una situación desfavorable. Te recomiendo encarecidamente que
hagas esto siempre, haya una mujer delante o no. No vayas a lo tuyo. Preocúpate por
los demás. Si eres un total irresponsable social, egoísta y sólo centrado en ti mismo
serás un pésimo líder.
Y así es imposible que gustes realmente a una mujer. Además, tendrás una vida
solitaria y horrible. Cuidar de los indefensos es un clarísimo rasgo de humanidad,
valores y poder social.
Si tienes un amigo con un problema serio, si tu padre está enfermo o si una amiga de
tu novia necesita ayuda de verdad y tú la puedes ayudar, hazlo.
No dediques tiempo a intentar hacerte el héroe en tonterías. Pero siempre que algo
serio pase a alguien importante para ti preocúpate de ayudarlo.
No hables de sexo explícito en público
Socialmente la mujer ha sido utilizada como objeto sexual una y otra vez sin descanso
tanto para sacar beneficio de ello a nivel comercial (con la publicidad), como para
echarle la culpa de los “pecados” del hombre. Con el devenir de los siglos, a la mujer se
la ha castigado una y otra vez por ser una “guarra”, una “cerda”, una “puta”, etc. por
querer tener sexo y por hablar de sexo.
La mujer de hoy día, en privado, está muy liberada y puede disfrutar del sexo como
quiera, pero públicamente, sigue siendo un estigma social bastante grande el que una
mujer sea percibida como una mujer excesivamente abierta o sexual. Tu obligación es
proteger su reputación, así que, en público, jamás hables de sexo explícitamente y
mucho menos de algo que tenga que ver con ella.
Jamás digas en público que “la chupa bien”, que “quieres hacerle cosas” o cualquier
insinuación similar que la relacione a ella públicamente con algo sexual. Respeta su
reputación. Entiende que socialmente nadie la va a respetar si tú la posicionas como
una mujer sexualmente activa/abierta. Ten mucho cuidado con eso y evita
comentarios soeces o explícitos acerca de sexo cuando estéis con más gente delante.
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Y cuando estés a sola con ella… haz esos comentarios sólo en los momentos en los que
estés escalando… o cuando tengas muchísima confianza con ella.
Piensa una cosa: la persona frustrada habla de sexo; el hombre de éxito TIENE sexo.
Recuerda aquello de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. La persona que
tiene una vida sexual muy activa no necesita hablar de ello. Cuanto más hables de
sexo, menos experiencia en ello estás demostrando.
La persona que no habla de sexo en público, pero que su forma de ser es sexual,
sensual, sexy y autoconfiada es la que es capaz de generar mucha atracción con las
mujeres. Dale sexualidad a tu vida, a tus movimientos y a tus ideas, pero no a tus
palabras. Especialmente si no estás con una mujer a solas.
En público será siempre una MUY mala idea, y una falta bastante grande de educación.
Cede el asiento
Aunque puede tener gracia que, como recurso para tomar el pelo un poco a la chica, le
quitemos el sitio de broma… al margen de la broma, no debemos quitarle el sitio a
nadie. Al contrario, yo recomiendo ofrecer el sitio a los demás, antes que a nosotros.
Un hombre fuerte, poderoso y líder no se sienta en el sitio de nadie. Y si hay pocas

sillas, el que se queda de pie es él.
Como siempre digo, ser un buen líder tiene sus ventajas y sus obligaciones. Las
ventajas son que nosotros tenemos el privilegio de dirigir. Los inconvenientes son que
tenemos que pensar en el grupo antes que en nosotros mismos.
Si una mujer está siendo encantadora y adorable. ¿Cómo no vamos a cederle el

asiento? Si una anciana entra en un autobús, si un padre está con su hija, o si estamos
ante una persona con una minusvalía, siempre cederemos el asiento. Con nuestro
mejor amigo, con nuestro padre o con cualquier persona que sea importante en
nuestra vida, o que esté en inferioridad de condiciones, deberemos ser caballerosos y
educados.
Recuerda que cuidar al débil es parte de nuestra labor como líderes.
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Sé un caballero en la mesa
Hay reglas de protocolo que te puede venir bien saber y a las que hacer caso. En la
mesa, las normas de educación suelen ser demostraciones de no-necesidad con
respecto a la comida, lo cual es positivo, porque ya sabemos que la necesidad, sea en
el ámbito que sea es percibido como algo Beta y débil.
Muchas de las cosas que voy a decir en este apartado, pueden parecerte muy obvias, o
quizá no, pero te las voy a decir igual, porque son REALMENTE importantes. Y, aunque
ellas nunca te lo dirán, muchas mujeres dejan de quedar con algunos chicos, porque
fallan en estas normas.
Te sugiero que, cuando comas o cenes con una chica, tengas en cuenta las siguientes
cosas:
- Servirle a ella todo antes que a ti.

- Nunca empezar a comer tu comida antes que ella. Si te sirven a ti primero el
plato, espera a que ella tenga el suyo. Si ella ha ido al servicio y justo han
servido los platos, no empieces hasta que ella vuelva. Si os sirven comida y te
ponen a ti primero el plato, o los cubiertos, espera. No tengas prisa por comer.
No dejes ver que estás dispuesto a alimentarte tú antes que ella. Permítela ver
que la tienes en cuenta y que no vas a comer hasta asegurarte de que ella está
a gusto y comiendo. Esto es algo mucho más profundo de lo que parece. No es
una norma social absurda. Es una forma simbólica de demostrarle a la chica
que la tienes en cuenta y de que no comes hasta asegurarte de que ella está
comiendo. Es algo similar al ejemplo de dejar pasar primero a los demás. El
líder no disfruta de algo hasta que no comprueba que el resto de miembros del
grupo está a gusto. Recuerda que tu labor es cuidar de ella. Y sé que a lo mejor
no te habías dado cuenta, pero aprovecharte tú de algo, antes que ella, puede
tener un impacto nefasto en su mente. Porque le estarías demostrando que
eres un pésimo cuidador/protector.
- Preocúpate de comer con la boca cerrada.
- Aprende un mínimo protocolo para comer. Sé que puede parecerte una
tontería, pero comiendo se ve el status social de una persona. Sería una pena
que haciéndolo todo bien, por fallar en un par de detalles a la hora de la
comida, la cosa se viniera abajo. Ten en cuenta que en el caso de que llegaras a
tener algo serio con ella, habrá comidas familiares y sociales en las que vas a
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comer con las personas importantes en su vida. Ella no se puede permitir estar
con un hombre que la dejara en ridículo comiendo. Si, por el contrario, eres una
persona educada en la mesa y conoces el protocolo, es una confirmación de
que, eres un buen candidato a que la cosa evolucione hacia un plano más
íntimo. Aunque ella no piense en esto conscientemente, su mente inconsciente
genera rechazo ante una persona poco educada que podría dejarla en
evidencia dentro de su círculo.
- Al terminar de comer coloca los cubiertos juntos, señalando más o menos a las
4:25, en un reloj imaginario de agujas.
- Antes de beber límpiate la boca con la servilleta. Y después de beber también.
- Coloca la servilleta siempre encima de los muslos de tus piernas.
- Cuando vayas a comer pan, nunca lo muerdas directamente con la boca.
Despedaza un pequeño trozo con las manos y acércalo a tu boca con tu mano,
pero sólo el trozo pequeño.
Los cuatro últimos puntos son menos importantes, pero si los tienes en cuenta, mejor.
Repito que puede ser mucho más importante de lo que piensas.
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Regalos
Una muy buena forma de protección simbólica son los regalos. No hace falta que sean
regalos caros, como digo es más importante el simbolismo que implica, que el precio
en sí.
Si queremos transmitir protección y cuidar a una chica no hace falta ser su novio para
poder regalarle algo. Hay regalos baratísimos que, por un par de euros, le demuestran
a la chica que nos acordamos de ella, que es especial para nosotros y que, si algún día
le pasa algo… estaremos ahí para ayudarla en lo que podamos.
Si estamos ante una chica que nos gusta para algo serio o que es nuestra novia,
entonces podremos invertir más tiempo y dinero en el regalo. Los regalos se pueden
hacer siempre, la única diferencia es cuánto tiempo y dinero nos lleva hacerlo en
función de la confianza que tengamos con la chica.
Los regalos tienen que cumplir las siguientes reglas:
1- Que sean regalos que sólo tenga sentido hacérselos a ELLA. Unos bombones se
le pueden regalar a cualquier chica, pero unos bombones con sabor a
melocotón, de la marca preferida de la chica sólo se le pueden hacer a ESA
chica. Al menos con cierto impacto. Unos pendientes se le pueden regalar a
cualquier chica, pero unos pendientes con forma de delfín sólo se le pueden
regalar a esa chica que estudia veterinaria, cuyo sueño es trabajar con delfines,
etc.
2- Cuanto más tiempo requiera (o parezca que requiere) conseguir el regalo, más
impacto generará. Esto no significa que sea necesariamente bueno hacer
siempre regalos que parezca que tienen mucha dedicación detrás. Todo
depende de cómo de íntima sea la relación con la chica. Si es una chica que aún
no conocemos mucho… invertir demasiado NO está justificado y sería
vendernos muy barato. Con una novia que acaba de perder a su padre, por el
contrario, la inversión será NECESARIA. O sea que todo depende del contexto.
Invertir tiempo en conseguir un regalo es una forma simbólica de demostrar
que estamos dispuestos a trabajar para cuidarla y que si algo malo ocurriera, no
escatimaremos en medios para protegerla.
3- El regalo tiene que ser proporcional a la intimidad que tengamos con la chica
en ese momento. No será lo mismo regalarle algo a una chica que conocemos
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de una semana, que hacerlo con una chica que llevamos saliendo un año.
Calibrar el nivel de intimidad es básico para que el regalo tenga un impacto
positivo, y NO negativo.
Como digo, los regalos son acciones simbólicas de protección. Su impacto es

poderosísimo y, si bien es verdad que no es imprescindible… es una herramienta muy
efectiva que puede ser clave en algunos momentos.
Además, es algo que forma parte de ser líder. El líder siempre regala cosas a la gente
que le importa: amigos, padres, familia, trabajadores, chicas, etc. Si tú eres el líder, tú
obligación es pensar en la gente que te importa y preocuparte de reglarles cosas de
vez en cuando. Nunca porque ellos te lo pidan, sino como parte de tu función. El buen
empresario es el que tiene detalles con sus trabajadores. A veces monetarios, y a veces
simbólicos, para dejar claro que les aprecia y que les tiene en cuenta. Es una forma de
hacer más sólido el vínculo emocional con los trabajadores y este tipo de acciones
hace que los empleados se sientan seguros y a salvo de que no son simples “números”,
sino personas con vínculos emocionales sólidos. Se sienten parte de la “tribu”, y
perciben que pertenecen a la empresa y que ésta va a cuidar de ellos si algo va mal.
Prestar atención a los detalles y cuidar de la gente que nos rodea es MUY importante si
queremos que la gente luego responda por nosotros cuando sea necesario.
Veamos ahora algunos ejemplos de regalos que se pueden hacer a chicas que nos
gusten teniendo en cuenta las reglas que he mencionado al principio de la sección. Por
norma general no recomiendo hacer regalos antes de haber besado a la chica, a no ser
que ella haya mostrado una predisposición y unos Indicadores de Interés exagerados a
la hora de interactuar con nosotros:
- Conocemos a una chica en una discoteca. En la primera cita, nos besamos con
ella. En la segunda cita, porque sabemos que a ella le interesa el arte, le
traemos PRESTADO un libro que creemos que le puede interesar sobre arte
antiguo (el que más le interesa a ella). Un regalo también puede ser un
“préstamo”. Ella lo va a percibir así. Lo que importa es que sepa que hemos
pensado en ella y que la conocemos bien. Recuerda que lo importante es el
TIEMPO, no el precio. Dedicarle tiempo cuando no la tenemos delante, es una
buenísima forma de demostrar que vamos a cuidarla. Y el impacto en ella es
brutal.
- A una chica con la que ya nos hemos acostado y que nos gusta para algo serio…
porque sabemos que su color preferido es el azul… le mandamos a casa un
ramo de flores, todas de color azul, con variantes exóticas y desconocidas.
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Acuérdate de que tienen que ser regalos que sólo tenga sentido hacérselas a
ella y no a otras chicas. Y también recuerda que en este caso, ya has tenido
sexo con la chica y nos gusta para ALGO SERIO. Lo natural en estos casos es que
las emociones entre ambos sean muy profundas y sólidas. En este contexto, sí
está justificado hacer una locura con flores. En otros contextos, sería algo
excesivo. Recuerda que calibrar el nivel de intimidad es importantísimo.
- Hemos besado a una chica en una discoteca una noche y quedamos otro día
para tomar con ella un helado. Como tiene gustos musicales similares a los
nuestros, le grabamos un CD con nuestros temas preferidos de nuestro grupo
favorito que mencionamos el día que la conocimos, y que ella NO conocía. Un
CD cuesta 50 céntimos de euro. Y grabar un CD de nuestro grupo preferido
lleva 10 minutos. Es una inversión mínima. Y es mínima porque aún no
conocemos a la chica. Ella lo sabe. A poca intimidad, poca inversión en el
regalo. Pero con una mínima inversión estamos demostrando que la chica nos
parece interesante y que nos hemos acordado de ella 10 minutos. 10 minutos
no es nada, pero a ella le deja claro que si se porta bien con nosotros y es
“buena niña”, nosotros somos el tipo de hombre que la cuidamos y la tenemos
en cuenta.
- Hemos tenido varias veces sexo con una chica y la tenemos como una amiga
especial con “derecho a roce”. Como le encanta Mafalda, un día,
improvisadamente le regalamos un libro de Mafalda edición especial que
sabemos que NO tiene. Yo siempre recomiendo centrarnos en pocas
interacciones que realmente nos gusten y a las que consideremos buenas
personas. En este contexto y si esa chica realmente satisface sexualmente
todas nuestras necesidades y trabaja día a día por gustarnos y satisfacernos…
estará más que justificado que tengamos detalles con ella.
- Nuestra novia cumple veinte años y le regalamos veinte peluches pequeños
todos con forma de perro, porque sabemos que es su animal preferido y que le
encantan. Este regalo sólo se le puede hacer a ella, por los perros y porque
justo son veinte, como su edad. Además, lleva tiempo encontrarlos así que es
un regalo perfecto.
Por supuesto, estamos hablando de ejemplos “hipotéticos”. Habrá mujeres a las que
no les gusten las flores, los bombones o los libros. Se trata de que sean cosas que para
ELLA sí tengan sentido. Y no te queda más remedio que trabajar la creatividad y hacer
cosas a medida para cada chica. SI no, estarás cayendo en regalos muy cutres, que
pueden ser contraproducentes, especialmente si estás ante una chica inteligente.
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Tenlo en cuenta: cada mujer es distinta. Aplica las reglas a cada caso, y toma los
ejemplos como referencias “teóricas”, orientativas e hipotéticas, no como modelos a
imitar.
Además, es importante entender que esto es sólo una herramienta más dentro del
contexto del Los Tres Pilares. Es decir, que los regalos hay que hacerlos siempre que la
interacción y la chica esté pasando por todas las fases de forma calibrada y estable. Si
algo falla, entonces NO estará justificado invertir con un regalo y habrá que volver a
Jugar a la Contra o Escalar. Los regalos deben hacerse sólo cuando tengamos claro que
es el momento de proteger, cuidar y recompensar a la chica por haber tenido muy
buen comportamiento.
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Invitaciones
Aunque las invitaciones son una forma de “regalo” las pongo en una sección aparte
porque siempre van a ser de cosas que nosotros estemos disfrutando también con
ella… con lo cual tiene matizaciones extra.
En condiciones normales, si una mujer nos respeta totalmente y accede a satisfacernos

de la forma que a nosotros nos gusta… a cambio, nosotros deberíamos invitarla a ella
con frecuencia. Es decir, que nosotros, por ser los líderes de la interacción y ser los que
vamos a cuidar de ella… debemos pagar más veces que ella, pero NO debemos pagar
siempre y las veces que lo hagamos debe ser porque ella haya demostrado mucho
respeto y buen comportamiento a la hora de estar con nosotros.
La regla sería la siguiente:
- Invitamos un 50% de las veces

- Pagamos a medias un 25% de las veces.
- Dejamos que ella invite un 25% de las veces.
De esta forma por cada 100 euros que consumamos con la chica, nosotros estaremos
pagando unos 63 euros, y ella unos 37. Es decir, que nosotros pagaremos al final un
poco más de la mitad de las veces.
Ahora bien, hay que hacer varias matizaciones. Según la chica, esto puede variar en
función de las siguientes circunstancias:
1- Si nosotros tenemos muchísimo más dinero que ella, y para ella pagar
supusiese un gasto mucho mayor que para nosotros, me parece razonable que
nosotros paguemos con más frecuencia y que tengamos cuidado de hacer
planes que para ella no sean demasiado caros. Porque tampoco es bueno que
ella siente que no puede pagar nada y que depende al 100% de nosotros.
2- Si ella tiene muchísimo más dinero que nosotros… podemos permitir que ella
pague más , pero normalmente no es recomendable permitir que ella pague
muchas más veces que nosotros. SI ella tiene más dinero que nosotros, pagar a
partes iguales suele ser una buena opción.
3- Si ella, por ideología, se toma como un insulto el que nosotros paguemos
siempre. En este caso, también recomiendo que, si realmente se ha criado en
un entorno muy igualitario en lo que a hombres y mujeres respecta, se pague a
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medias, o que la invitemos la misma cantidad de veces que ella nos invita a
nosotros.
Es decir, que las invitaciones tienen que ser premios a su buen comportamiento.
Por eso no deben hacerse siempre. Deben hacerse sólo cuando ella esté siendo muy
buena niña y una princesita adorable en todo.
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Premios verbales
Otra forma muy buena de premiar y cuidar a una mujer es ofrecer “aprobación” a sus
acciones o su forma de ser. Es decir, piropear y decir cosas buenas de ella y de lo que
hace para que ella sepa que la consideramos especial, única y valiosa.
Si hemos conseguido entrar en una dinámica en la que ella nos respeta como líderes y
asume que vamos a estar ahí si ella necesita algo, va a valorar muy positivamente que
nosotros, “sus protectores” le demos validación y le digamos cosas bonitas acerca de
lo que hace y lo que es.
Hay que ser generosos en halagos. Si ella se está portando bien y está siendo buena
con nosotros, nuestra obligación es ser decirle las cosas buenas que pensamos de ella,
así como agradecer su comportamiento.
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Ayudarla a resolver un problema que la tiene

atascada
La forma quizá más importante de cuidar a una chica es ayudándola a resolver

problemas que la tienen atascada y que ella no es capaz de resolver por sí misma. La
mujer, culturalmenet hablando (aunque hay excepciones) no suele estar entrenada
para la lucha, ni para el combate, ni para arreglar conflictos. Y tampoco tiene un
cerebro que genéticamente venga con herramientas de serie para conseguirlo. El
hombre sí.
En un mundo ideal, la mujer también desarrollaría habilidades de liderazgo y

resolución de problemas, pero en el mundo en el que vivimos, las mujeres se frustran a
menudo por situaciones del trabajo, la familia, etc. y nosotros podemos ser muy útiles
y posicionarnos como unos buenos cuidadores si la ayudamos a resolver esos
problemas que la tienen frustrada.
El secreto es conseguir que sea ELLA la que resuelva el problema con nuestra ayuda o
consejo. Pero NUNCA resolver el problema nosotros por ella. Si la ayudamos, que sea
como “consejeros” o “supervisores”, nunca como ejecutores.
A la hora de que ella resuelva un problema tenemos que tener mucho cuidado. La
mujer tiene un cerebro totalmente distinto al cerebro masculino. Ellas tienen más del
doble de centros de comunicación que nosotros. Esto quiere decir que su cerebro
necesita expresar el DOBLE de cosas (como mínimo) que nosotros. Y no es broma, te lo
estoy diciendo muy en serio, y en base a estudios muy científicos.
Esto hace que la mujer, a menudo, cuente un problema simplemente para

“desahogarse” y no para buscar una solución. Sí, ya sé que esto en la mente de un
hombre no tiene ningún sentido, sobre todo si estamos hablando de cambiar una
rueda o de un problema en el trabajo. Pero en el mundo femenino es de lo MÁS
común.
Por eso es MUY importante tener cuidado y, antes de ofrecer nuestra ayuda, preguntar
si quiere que la ayudemos. Ten mucho cuidado de no caer en la frase “lo que tienes
que hacer es…”, porque es muy probable que ella no te esté pidiendo ayuda, sino que
simplemente quiera desahogarse.
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Así que… en principio ten cuidado y básate en las siguientes reglas para determinar si
debes ayudar a una chica o no:
1- En principio, si quiere ayuda, debería pedirla ella, especialmente si hay

confianza. Es decir, que, ante la duda, no ayudes si no te lo está pidiendo, o si
no te pregunta directamente.
2- Si decidimos que ella necesita nuestra ayuda, antes de opinar y ponernos a
ayudarla debemos preguntar “¿quieres que te ayude?”, “¿quieres que te dé mi
opinión?”, “¿te puedo ayudar en algo?”, etc.
3- Si ella está extremadamente afectada, bloqueada y frustrada por el problema y
de verdad vemos que le está viniendo grande… debemos hacer lo siguiente:
primero dejamos que nos lo cuente todo y después, la ayudamos a resolverlo.
En este caso, en el que vemos que ella está muy afectada, entonces,
excepcionalmente, sí que podemos ayudarla sin que nos lo pida expresamente.
Pero será porque realmente vemos que lo necesita, no como algo gratuito.
En principio nuestro papel debe ser el de protector, no el de “listillo que se cree que lo
sabe todo e intenta que ella haga todo como nosotros queremos”. Enfatizo esto
porque es un error que los hombres cometemos con MUCHA frecuencia. Si la
ayudamos, que sea porque realmente lo necesita, lo pida, o porque nosotros
ofrecemos la ayuda, pero sin imponerla.
- Una chica que estamos conociendo y con la que nos hemos besado nos cuenta
un problema con un compañero de trabajo. Nos dice que no sabe cómo
reaccionar y nos pregunta si se nos ocurre algo. Nosotros le damos varias
estrategias para que maneje la situación sin despertar enemistades dentro de
la oficina.
- Vemos a una chica con la que hemos tenido sexo muy agobiada por un examen.
Es de matemáticas y nosotros somos fuertes en eso. Le ofrecemos ayuda para
el examen.
- Nuestra novia necesita llevar el coche al mecánico y no sabe muy bien cómo
gestionarlo. La ayudamos a hacerlo y le explicamos todo para que ella sea la
que lo gestione. Nosotros sólo la supervisamos y estamos ahí por si pasa algo.
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Contacto físico no-sexual

En muchas ocasiones las mujeres necesitan cariño físico, sin que sea algo con
connotación sexual. Ellas son muchísimo más cariñosas que nosotros. Y cuando le
tienen cariño a alguien no ven el contacto físico como una invasión de su espacio
personal, todo lo contrario, lo ven como una forma de cuidarse, estrechar lazos, etc.
Los hombres, por nuestro pasado de cazadores y porque culturalmente nos educan
para lo contrario, tenemos muchísimas más dificultades para estar cómodos con el
contacto físico. Y normalmente no se nos ocurre iniciar contacto físico si no es para
acabar teniendo una relación sexual (o al menos intentarlo).
Esto es algo que tenemos que mejorar y superar, porque para que una mujer se sienta
confiada y cómoda a nuestro lado, tiene que sentir dos cosas:
1- Que la cuidamos.
2- Que la queremos para algo más que para el sexo.
Es por ello que ofrecerle contacto físico de protección y cariño sin que tenga una
connotación sexual es importantísimo para que ella se sienta relajada a nuestro lado.
Como siempre digo, el contacto físico no-sexual tendrá que aplicarse siempre en
función del nivel de intimidad que tengamos con la chica en ese momento. No será lo
mismo dar un abrazo a una desconocida que a una novia. Y no será lo mismo hacer
caricias en la mano a una chica que acabamos de besar, que hacerlo con otra con la
que llevamos viéndonos un año.
En general, y como todas las herramientas de la fase de protección, el contacto físico

no-sexual debe aplicarse en función del nivel de intimidad que tengamos.
Veamos algunos ejemplos de cómo realizar esto:
- A una chica con la que hemos tenido un par de citas, mientras paseamos por la
calle le tomamos el pelo gastándole una broma que ella se cree… nosotros nos
reímos cariñosamente, la abrazamos y le damos un besito en la frente,
mientras seguimos riendo.
- Ella nos cuenta un problema que le preocupa, nosotros la escuchamos y le
damos un abrazo fuerte y largo, con un besito en la mejilla. Le decimos que
todo va a ir bien y que si necesita algo, nos lo diga.
- Nos sentamos en un banco con una chica que previamente hemos besado, y
mientras hablamos con ella cogemos su mano y la acariciamos.
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- Ella nos invita a su casa para cenar y ver una película. Tenemos sexo con ella y
al ver la película la abrazamos y vemos la película con ella en esa postura
durante un rato.
Como ves, el contacto físico no-sexual, por excelencia es el abrazo. No hay mayor
símbolo de protección, no hay mayor sensación de seguridad, ni mayor satisfacción a
la hora de cuidar a una mujer con nuestro contacto físico que abrazarla.
Es lo que hacen los padres para cuidar a los hijos… y es un acto que genera niveles
altísimos de felicidad y conexión con la otra persona.
Una vez más, abrazar a la gente que es importante para nosotros, no sólo es
importante para gustar y hacer sentir cómoda a una mujer, sino que es algo que
debemos hacer con las personas que sean importantes para nosotros y que estén a
nuestro cargo.
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La Escalada
La Escalada es el proceso por el cual nosotros avanzamos física y sexualmente con la
chica que tenemos delante. Cualquier acción que incremente el nivel de intimidad o
que nos acerque a la relación sexual será parte de la Escalada.
Se trata de ir conquistando la intimidad con la chica paso a paso. Y digo conquistar

porque realmente es muy parecido a una conquista. El hacer esto poco a poco e ir
asentando cada mini-conquista para que la escalada sea paulatina, sólida y no nos
llevemos sustos después por haber intentado correr demasiado.
Para esto tendremos en cuenta un nuevo concepto con el que quiero que te
familiarices: las herramientas de intimidad.
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Las herramientas de intimidad
Imagina que estamos en un videojuego en el que hay varias pantallas. Cada pantalla es
un nivel de intimidad. Y esas pantallas o niveles de intimidad, hay que “pasárselas” con
armas o herramientas nuevas cada vez. Las herramientas que utilizamos para la
primera pantalla no son suficientes para actuar correctamente en la segunda pantalla y
así sucesivamente.
Con la interacción con cualquier ser humano ocurre lo mismo. Cuanta más confianza
tenemos con una persona, más herramientas y acciones nuevas tenemos para que esa
relación con esa persona sea sólida.
La interacción con una mujer es algo muy natural, de lo más sano y tremendamente
espontáneo, si se tiene interiorizado. Pero como interiorizarlo NO ES FACIL, sobre todo
habiendo recibido todas las creencias erróneas que hemos recibido en nuestra
educación… merece la pena desglosar el proceso por fases y con conceptos claros,
para que puedas entender bien cómo funciona el mecanismo.
Entonces, como decía, imaginando que estamos en un videojuego, en cada pantalla

nueva, necesitamos introducir herramientas nuevas. Con la interacción con una mujer
ocurre lo mismo.
Nosotros empezamos la “partida” sin conocer a la chica para nada. El juego empieza
metiendo en juego la herramienta de la “conversación superficial”. Con gracia
hacemos algún comentario que nos permite iniciar una conversación relativamente
fluida pero sin profundidad. Pues bien, aquí acabamos de meter una “herramienta de
intimidad”: la conversación superficial. Cuando veamos que ella está cómoda hablando
superficialmente y que sale de ella naturalmente utilizar esa herramienta sin que
nosotros lo promovamos (es decir, que por ejemplo, no sólo responde a nuestras
preguntas, sino que además ella también pregunta, o que no sólo ríe nuestras bromas
sino que está cómoda haciendo bromas ella también) en ese momento, ya estaremos
en disposición de iniciar una herramienta nueva.
Ejemplos de Herramientas de Intimidad podrían ser:
- Conversación superficial
- Bromas
- Conversación profunda
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- Contacto físico no-sexual

- Besos cariñosos fuera de la boca (mejilla, frente o mano, sobre todo)
- Besos en la boca
- Besos en la boca con contacto físico de carácter sexual
- Masturbación
- Sexo oral
- Coito
- Etc.
Pues bien, estas herramientas de intimidad, son las acciones que nos van a hacer ir
teniendo cada vez más intimidad con la chica.
Y la regla de oro es: nunca uses una herramienta de intimidad nueva sin tener
asentada la anterior hasta el punto de que ella, espontáneamente, no se sienta
cómoda utilizándola por sí misma.
- Si estamos charlando con ella, en conversación superficial, no pasar a

conversación profunda y seria, hasta que no veamos que ella ACTIVAMENTE y
sin que nosotros lo incitemos, está cómoda preguntando, haciendo bromas y
comentando cosas del modo que nosotros hemos empezado a hacer con ella.
Es decir, que hasta que no veamos que ella hace por sí sola lo que nosotros
hemos introducido en la interacción… no debemos pasar a lo siguiente.
- Una vez vemos que ella nos hace bromas, comentarios y preguntas
espontáneamente, estaremos preparados para introducir una conversación
más seria en la que preguntamos cosas más profundas e importantes sobre
ella, sus aspiraciones, sus gustos, la vida, etc. Pues bien, una vez más, hasta que
no veamos que ella participa ACTIVAMENTE en la conversación sin necesidad
de que nosotros lo incentivemos directamente, no debemos pasar al siguiente
nivel de intimidad. ¿Que tarda mucho? Paciencia. No te preocupes que irá
cogiendo confianza.
- Si, por ejemplo, la hemos besado en los labios… no deberíamos pasar a el
contacto físico de carácter sexual hasta que el hecho de besaros esté tan
normalizado como para que sin ser tú el que inicia el beso, con sólo mirarla, ella
se siente cómoda para acercarse a ti y besarte por sí misma. Hasta que eso no
ocurra, no debes escalar.
Y así sucesivamente. El concepto subyacente a todo esto es: hasta que no veas que ella
está cómoda utilizando la nueva herramienta de intimidad por sí sola, de forma activa
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y sin que tú tomes la iniciativa directamente, no es buen momento para introducir una
herramienta nueva. Es suficiente con que tú la incites indirectamente, por ejemplo
mirándola para que ella te bese. O por ejemplo, generando un silencio en la
conversación para que ella te pregunte. Y esto nos lleva al siguiente concepto: la
iniciativa indirecta.
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Iniciativas indirectas
Las iniciativas indirectas son todas aquellas acciones que hacemos para promover que
la chica haga algo por sí misma en la dirección que nosotros esperamos, sin pedirlo
directa y explícitamente.
Ejemplos de iniciativas indirectas pueden ser:
- Dejar un silencio después de preguntar para que ella se explaye. Y si no invierte

mucho, mirarla de nuevo, en silencio, esperando que continúe.
- Después de haberla besado un par de veces, mirarla estando cerca de sus
labios para que sea ella la que nos bese a nosotros.
Las iniciativas indirectas son una forma imprescindible de confirmar si la chica está
cómoda con el nivel de intimidad que tenemos con ella, o no. Si ella no es capaz de
besarnos al ponérselo fácil, si no es capaz de invertir en una conversación o si no está
cómoda aceptando cierta intimidad sexual, estaremos en momentos en los que NO
debemos avanzar.
Si ella no se atreve a besarte cuando tú la miras y te acercas un poquito, entonces NO

será buen momento para escalar. Todo lo contrario. Tendrás que dedicar tiempo a
asentar el nivel de intimidad actual.
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Estructura de la escalada
La estructura que deberemos seguir a la hora de escalar físicamente con una chica es
la siguiente:
1- Avanzamos en un nivel dado, introduciendo una nueva “herramienta de

intimidad”, con una escalada que genere más nivel de confianza e intimida de
la que teníamos antes. Por ejemplo, besándola por primera vez, tocándola por
primera vez, teniendo sexo con ella por primera vez, etc.
2- Asentamos ese nivel de intimidad hasta que notemos que ella está cómoda y ve
como algo normal la nueva escalada, comprobándolo a través de las iniciativas
indirectas que hemos mencionado anteriormente. Por ejemplo, si acabamos de
besar a la chica, no debemos pasar al siguiente nivel de intimidad hasta que no
veamos que ella está cómoda con el hecho de besarnos, y que eso está
normalizado para ella.
Habrá chicas que necesiten más tiempo que otras para asentar cada fase. En unos
casos, podremos conocer a una mujer y tener sexo con ella al cabo de un par de
horas… y en otro caso, interactuar con una chica y tener sexo con ella pasadas cuatro
citas. Pero el principio de la escalada debe ser el mismo:
“Nunca pasar al siguiente nivel sin tener totalmente dominado, asumido y

naturalizado el anterior”.
Es decir, que nunca debemos subir de nivel en la escalada, ni meter una herramienta
de intimidad nueva hasta que la chica no vea como algo normal, natural, espontáneo y
agradable el nivel que acabamos de “conquistar”. Imagina que estás conquistando un
pequeño y bonito país.
Cada ciudad que vas conquistando es una ciudad que hay que proteger, cuidar y
asentar, antes de seguir avanzando, porque si avanzamos a lo loco, estamos pidiendo a
gritos que las tropas se nos rebelen y perdamos al final todo el territorio.
En este caso, el territorio es su confianza. El truco es avanzar cuando ella esté

comodísima y confiada de que todo va bien…
Recuerda que la Escalada es sólo uno de los Tres Pilares y sólo debe llevarse a cabo
cuando estén compensados los otros dos.
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El punto de despiste
El momento clave para saber cuándo debemos escalar, es lo que yo llamo el “punto de
despiste”. El punto de despiste es cualquier momento en el que la chica esté cómoda,
confiada, tranquila y “despistada” pensando que la interacción no va a subir de nivel y
que las cosas van a “asentarse” tal cual están… Ese es el momento CLAVE para escalar.
Cuando ella está pensando que la interacción se va a estancar ahí, y que ella está ya
pensando en otras cosas, hablando y actuando sin sentir “peligro” o “tensión” alguna…
ese es el momento perfecto para escalar.
Tendremos que entender, buscar e identificar con máxima precisión los puntos de
despiste, porque es ahí cuando deberemos escalar, y no antes.
El punto de despiste aparece cuando se dan TODOS los siguientes indicadores (como
digo tienen que darse todos ellos, y no simplemente alguno):
1- Llevamos bastante rato Jugando a la Contra, sin escalar.

2- Ella está cómoda y entretenida.
3- Estamos seguros de que no se lo espera conscientemente. No es algo muy
previsible.
4- Acepta las iniciativas indirectas, confirmando así, que está cómoda en ese nivel
de intimidad.
Veamos cada uno de ellos en detalle.
1- Llevamos bastante rato Jugando a la Contra, sin

escalar
A medida que estamos con una chica en un nivel de intimidad dado… poco a poco las
acciones se repiten, las conversaciones se centran en los mismos temas, y el avance de
la interacción se estanca un poco. Puede ser porque, por ejemplo, hayamos estado
bastante tiempo hablando de los mismos temas, porque llevemos un buen rato
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haciendo la misma actividad, o porque nosotros, internamente, sintamos que la

interacción está siendo un poco aburrida.
Cualquiera de estos indicadores nos confirma que el punto número uno, está teniendo
lugar: el Juego a la Contra se está estancando. Esto es totalmente normal y ocurrirá en
algún momento, en todas las interacciones.
Estamos viendo una película juntos y pasamos dos horas, sin hablar, simplemente
centrados en la película. Ese es un buen momento de estancamiento, que requiere un
cambio.
Quedamos a ver un monólogo de humor y estamos dos horas cada uno riendo en su
asiento y disfrutando del evento.
Quedamos a tomar un helado y hablamos tranquilamente durante una hora. Luego

damos un paseo juntos. Es un muy buen ejemplo de estancamiento.
La invitamos a comer a nuestra casa, y cuando ella llega estamos terminando de

preparar la cena sin hacerle caso especialmente. Luego, disfrutamos de la cena juntos y
charlamos con ella. Otro muy buen momento para escalar.
En una discoteca conocemos a una chica y nos ponemos a charlar con ella… hablamos
de un tema interesante durante media hora que nos tiene absortos en la conversación.
La conversación ha estado bien, pero es un muy buen momento para escalar.
Recuerda que llevar un buen rato Jugando a la Contra, es UNO de los cuatro indicativos
que confirman que podemos escalar, pero por sí solo NO es suficiente, es necesario
que se den los otros tres siguientes.
El punto de despiste (lo que realmente nos da luz verde para avanzar) se consigue
cuando tenemos los cuatro puntos citados anteriormente. Analicemos los tres
siguientes.
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2- Ella está cómoda y entretenida.
Además de llevar un buen rato Jugando a la Contra, es importante que notemos que
ella está cómoda y entretenida con la actividad que estamos haciendo. Si estamos
viendo una película que nos gusta, pero ella no está disfrutando, entonces NO
podremos avanzar.
La idea es que no sólo perciba que hemos Jugado a la Contra antes, sino que también
seamos capaces de generar que ella esté a gusto con esa actividad y que esté
concentrada totalmente en la actividad. Es decir, hay que chequear que ella está en un
estado FAVORABLE.
Para que el “punto de despiste” tenga lugar, es importantísimo que ella esté absorta
en la actividad que estemos haciendo, centrada en el “ahora” sin tiempo de pensar en
otras cosas. Esto es clave para que la pillemos por sorpresa.
La sorpresa es muy importante porque le hace ver que NO necesitamos que las cosas
se pongan fáciles, o que la situación esté a nuestro favor. Somos personas capaces de
generar nuestra propia realidad y de hacer que la situación lleve la dirección que
nosotros queremos
Algunos ejemplos de momentos en los que ella esté entretenida haciendo algo:
- Estamos jugando al billar con ella… la partida se pone divertida y ambos

estamos disfrutando, justo en un cambio de turno, nos cruzamos con ella y será
un momento perfecto para escalar.
- Ella está cómodamente hablando con nosotros de una historia que le pasó en
vacaciones, en el momento en el que más enfrascada está en la conversación,
totalmente cómoda y relajada y disfrutando de lo que está diciendo… será una
ocasión idónea para avanzar.
- En un monólogo, al terminar, en el descanso, o incluso a mitad de show, se
producirán situaciones perfectas para la escalada.
- Dando un paseo, por la calle, sin que venga a cuento.
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3- Estamos seguros de que no se lo espera

conscientemente
Otro factor imprescindible a tener en cuenta a la hora de escalar y avanzar en la

interacción es que ella no se lo espere. Cuando algo es demasiado previsible, pierde
mucho encanto. La escalada debe ser un equilibrio entre que, por un lado, no se lo
espere, pero por otro que no sea algo excesivamente brusco y forzado.
Y encontrar este equilibrio es una habilidad que se basa en estar a gusto, darle
creatividad y magia a las interacciones, a la vez que estamos sin miedo ni necesidad.
Como siempre, todo comienza con unas correctas emociones internas.
Si vas a escalar, asegúrate de que llevéis un rato haciendo alguna actividad que haga
que ella NO se espere la escalada y que la sorprenda un poco. Como digo, tampoco es
cuestión de darle un susto de muerte, sino de sorprenderla, al tiempo que estamos
haciendo una escalada natural y congruente, sin excesiva brusquedad.
Hay que tener mucho cuidado de no confundir la sorpresa con la rapidez. Así como
tampoco hay que confundir la decisión a la hora de escalar, con ser ansioso.
Por ejemplo, para cerrar con beso… se puede perfectamente sorprenderla, y hacerlo
con mucha decisión, a la vez que lo estamos haciendo despacio, sin prisa y con
tranquilidad. La sorpresa se consigue eligiendo un buen momento, no haciéndolo
rápido. Y la suavidad se consigue con decisión, no con brusquedad.
4- Acepta las iniciativas indirectas
El cuarto y último punto que tenemos que chequear antes de escalar, es asegurarnos
que ella está cómoda con el nivel de intimidad que tenemos en ese momento. Ese
nivel de intimidad variará en función del tiempo que llevemos en la interacción, y de la
personalidad de la chica.
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Habrá chicas que acepten que avancemos más rápido y otras que nos harán dedicar
más tiempo.
No tengas prisa y deja que ella se familiarice, acostumbre y disfrute con cada nueva
herramienta de intimidad que metas en vuestra relación.
El proceso sería el siguiente:
1- Estamos en un nivel de intimidad dado.

2- Nosotros escalamos metiendo en juego una Herramienta de Intimidad como
por ejemplo pueden ser los piropos, los besos, el sexo oral, el coito, etc.
3- Antes de meter una Herramienta de Intimidad nos aseguramos de que ella está
cómoda y totalmente relajada aplicando y disfrutando de esa nueva
Herramienta de Intimidad. Y para ello realizamos iniciativas indirectas.
Resumen del punto de despiste
A modo de resumen diremos que NO podemos escalar hasta que no chequeemos

estos cuatro factores:
1- Que llevamos bastante rato Jugando a la Contra, sin escalar.

2- Que ella está cómoda y entretenida.
3- Que no se lo espera conscientemente.
4- Que acepta las iniciativas indirectas.
Espera a chequear estos cuatro puntos y no avances hasta que no los hayas
confirmado. No tengas prisa.
Y, a su vez, la escalada debe aplicarse sólo como uno de los TRES pilares. Recuerda que
todo debe ser un equilibrio entre esas tres áreas. Jugando a la Contra demostramos
que no necesitamos su aprobación, que tenemos una realidad fuerte y que no
cedemos ante las peticiones ajenas. En la Protección transmitimos que tenemos
capacidad y voluntad de cuidarla y protegerla. Que nos importa y que nos
preocupamos por ella. Y en la Escalada mostramos nuestra decisión, nuestra habilidad
para avanzar en la vida y con respecto a ella y nuestro equilibrio interno en cuanto a
miedo y necesidad se refiere.
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No se puede descuidar ninguno de los puntos de este triángulo. Los tres pilares deben
estar presentes siempre y no debemos dedicar mucho tiempo a ninguno de estas tres
áreas, sin haber hecho una inversión similar en las otras dos.
Debe ser todo un equilibrio. Encontrar un equilibrio en el que constantemente le

estemos dando a la mujer estas tres áreas tan importantes para ella, y tan básicas en
nosotros como seres humanos y hombres que somos.
Aunque aquí se han desglosado todos los puntos en mucho detalle, la meta no es
hacer un proceso mecánico sino que ese desglose sea una simple herramienta para
interiorizar los conceptos y hacer que el “natural” que llevas dentro aflore.
Recuerda que estos tres pilares, son tres principios que cada uno de nosotros tenemos
que aplicar de forma totalmente distinta. Cada persona sexualiza, cuida, escucha y se
divierte con cosas distintas, con estilos distintos y con sensaciones distintas.
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Matizaciones finales
All in, pero sin brusquedad
Ahora es cuando hay que retomar el concepto de “All-in” mencionado anteriormente.

Como recordarás, All-in significa que cuando consideremos que es un buen momento
para hacer algo, lo hacemos con decisión y apostando fuerte.
El All-in debe hacerse siempre proporcionalmente al nivel de intimidad que tenemos

con esa chica, y también teniendo en cuenta cómo es la chica en cuestión. Un beso en
la boca puede ser algo muy importante y nada cotidiano para una mujer muy religiosa,
pero en cambio puede ser algo de lo más natural y sin importancia para una chica más
abierta sexualmente. En ese caso, tendremos que entender que un All-in con la chica
religiosa puede ser un simple beso en la mejilla, o piropearla creando un poco de
tensión sexual, mientras que en el caso de la otra chica, el All-in podrá consistir en
besarla en los labios agarrándola con cierta decisión y dándole un poco de contacto
físico de carácter sexual.
El All-in perfecto consigue crear un poco de “nervios” o tensión en la chica, pero sólo
un poco. Como siempre digo, se trata de encontrar un equilibrio. Si hacemos un All-in
demasiado fuerte, generaremos una situación muy incómoda. Y si lo jugamos flojo,
seremos percibidos como personas cobardes. Se trata de conseguir un término medio
donde avanzamos con decisión, apostando fuerte y sin miedo, pero justo hasta el
punto en el que ella se pone un poco nerviosa, parando en ese momento.
Esto es parecido a acelerar un coche. Imagina que estás en una autopista y quieres
probar cuánto puede correr un coche. Lo más lógico es empezar a acelerar cuando
haya una recta y parar cuando vemos que el coche empieza a perder un poco la
estabilidad, vibrando más de la cuenta. En cuanto veamos que el coche está forzando
un poco su motor, lo ideal será aminorar.
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En la interacción con una mujer ocurre exactamente lo mismo. Se trata de hacerla

vibrar un poco, de generar un poco de tensión con un acto decidido, pero no de tensar
tanto la interacción que le provoquemos un cortocircuito cerebral.
Ten en cuenta que las implicaciones de este concepto van mucho más allá que una
simple escalada. Por nuestra forma de avanzar le estamos demostrando a la chica una
actitud ante la vida. El buen líder, el hombre poderoso avanza pisando fuerte, pero
siempre calibradamente y sin forzar las situaciones. Se cree merecedor de lo mejor,
pero a la vez, tampoco tiene prisa. Es el equilibrio entre el miedo y la necesidad, lo
que, en TODAS las áreas de la vida, le demostrarán a la chica nuestro verdadero poder
interior. Y es también lo que determinará el éxito en cualquier faceta de nuestra
existencia.
Se trata de encontrar constantemente ese equilibrio e interiorizarlo a la perfección

para que acabe saliendo de forma natural.
Avanza con decisión, pero frena en cuanto veas que estás generando un poco de
tensión o nervios en ella. En ese momento habrás conquistado un nuevo nivel de
intimidad entre vosotros.
Como última matización es importante mencionar que cuando hablo de jugar un All-in,
no estoy hablando de hacerlo rápido, ni bruscamente. O al menos no siempre. Al
contrario. La mayoría de las veces habrá que hacerlo con suavidad. Al igual que al
probar la velocidad de un coche, no hace falta dar acelerones, se puede probar esa
velocidad perfectamente acelerando con suavidad.
No hay prisa. No tengas prisa porque entonces estarás mostrando necesidad y eso es
contraproducente.
Veamos ejemplos de cómo aplicar el concepto de All-in sin brusquedad,
- Estamos con una chica paseando por la calle. Ella no se lo espera. Nosotros la
paramos… la agarramos por la cintura, la miramos a los ojos.. y la besamos en
los labios lentamente. Estamos jugando All in, porque pisamos fuerte y con
decisión. Estamos en un punto de despiste que hace que ella no se lo espere.
Pero, a la vez, lo hacemos suavemente. La besamos un par de veces, hasta que
vemos que se genera cierta magia y comodidad en el beso y seguimos
paseando.
- En una cafetería vemos a una chica que nos gusta y nos ponemos a hablar con
ella. A mitad de conversación, cuando ella está entretenida contándonos algo,
la interrumpimos para decirle que está preciosa y tremendamente sexy. Ella se
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pone roja, mantenemos la mirada fijamente a los ojos durante un par de

segundos y cuando vemos que ella empieza a notar cierta tensión, entonces
paramos y seguimos a lo nuestro. Hemos identificado un punto de despiste y
hemos jugado fuerte y con decisión (All-in), pero siempre siendo capaces de
hacerlo sin brusquedad y frenando justo antes de que sea incómodo.
- Iniciamos una interacción con un grupo de chicas. Somos divertidos, bromistas y
encantadores con todo el grupo durante un rato, hasta que ellas están cómodas
con nosotros. En ese momento nos dirigimos a todo el grupo y les decimos que
su amiga María (la que nos gusta) es una preciosidad, que tiene una sonrisa
espectacular y que nos tiene impresionados. María se pondrá roja como un
tomate…. Y en ese momento nosotros cambiamos de tema y seguimos con la
conversación. La idea es que hay que tener fe en que este tipo de All-in, aunque
luego cambiemos de tema, tiene un efecto poderosísimo en la mente de una
mujer. Y aunque disimule o haga como que no le afecta ni impresiona, la
realidad es todo lo contrario.
- Estamos viendo ropa con una chica que nos gusta pero que aún no hemos
besado. En un momento dado, cuando ella está claramente despistada, la
miramos y le decimos mirándola fijamente a los ojos, que está preciosa, que es
extremadamente sexy y que, tiene suerte de que estéis en un sitio público
porque si no, podría darse ya por besada. Otra opción (pero esto, una vez más
depende de la chica y de su nivel de tolerancia a la escalada) es besarla
directamente.
- Conocemos a una chica en una discoteca y empezamos charlando normal… al
cabo de un rato cuando ella nos está contando algo, en una pausa la miramos
directamente a los ojos, de forma sexual, sonreímos, y le hacemos un repaso
con la mirada por todo el cuerpo manteniendo la sonrisa. Le decimos que está
espectacular. Y seguimos hablando de la conversación que manteníamos con
total naturalidad.
- Tomando un helado con una chica a la que ya hemos besado previamente,
durante la conversación, en una pequeña pausa que haya la miramos fijamente
y le decimos que está tremendamente sexy y que estamos muy excitados
pensando en la idea de olerla, lamerla y desnudarla.
Y así sucesivamente.
La idea es que identifiquemos correctamente los puntos de despiste y escalemos en

esos momentos, haciendo All-in, hasta que veamos que ella se pone un poco nerviosa
(en el buen sentido) por nuestras acciones. En ese momento, deberemos parar y
relajar. Y pasar a cualquiera de los otros dos pilares: Jugar a la Contra o Protección.
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Las transiciones entre los pilares
Una vez que hemos visto en detalle cómo aplicar cada uno de los Tres Pilares, vamos a
analizar cómo debemos pasar de un pilar a otro, cuánto tiempo debemos estar en cada
pilar y cuándo es el momento idóneo para aplicar cada uno de ellos.
Lo primero que debemos entender es que el momento para utilizar cada uno de los
pilares, no lo decidimos nosotros. Depende de la chica y del curso de la interacción. La
intimidad con una mujer es un juego de dos. Estamos interactuando con otra persona
y es por ello que NO podemos pretender tener una estructura rígida. No depende de
nosotros.
Nuestro obligación es adaptarnos a cada situación y a cada respuesta de la chica e ir

fluyendo a través de los tres pilares, según convenga uno u otro.
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Cómo aplicar cada pilar
Como digo, no hay reglas ni secuencias fijas, sino principios que nos dan indicios de
qué es lo que la mujer necesita en cada momento. Recuerda que los pilares atienden a
necesidades muy fundamentales que la mujer tiene. Ella NECESITA esos tres pilares de
nosotros. Es nuestro papel como hombre y es lo que ella espera de nosotros para estar
a gusto y sentirse protegida, valorada y cómoda a nuestro lado.
Imagina que estás llenando vasos con agua. Cuando llenes un vaso, será el momento
de parar y hacerlo con el siguiente. La idea es que ni derrames agua, ni dejes el vaso
medio vacío.
Lo ideal es que seamos capaces de ir llenándolas de agua poco a poco, hasta que el
vaso esté lleno, y, como digo, consiguiendo no derramar ni una gota, porque si
dedicamos más tiempo de la cuenta a llenar cada vaso, entonces estaremos
mostrando miedo y necesidad. Miedo por no ser capaces de gestionar los otros pilares,
y necesidad por estar obsesionados todo el rato con lo mismo.
Una vez más, se trata de encontrar un equilibrio.
Según el nivel de intimidad que tengamos, los vasos serán más grandes o más
pequeños. Es decir, que al empezar la interacción los vasos serán pequeñitos, y para
llenarlos habrá que poner poco agua. Por ejemplo, cuando hagamos el Juego a la
Contra al iniciar una interacción bastará que charlemos despreocupadamente sin
prisas y con un lenguaje corporal desinteresado, haciendo alguna broma para tomarla
el pelo y autodescualificándonos un poco. Pero al jugar a la Contra teniendo más
intimidad con ella, el “vaso” será más grande y habrá que pisar con más decisión y
arriesgar más a la hora de demostrarle que no necesitamos su aprobación. Por
ejemplo, proponiendo una cita extraña como ir a patinar sobre hielo… cancelar una
cita por motivos familiares, o tener paciencia y no llamarla ni contactarla si ella ha
quedado en llamarnos a nosotros.
Del mismo modo, no será igual la Protección al comenzar la interacción, que cuando la
chica sea nuestra novia, por ejemplo. El vaso, al principio requerirá poco agua, y luego
hará falta mucha más. En los primeros momentos de la interacción, la Protección
podrá hacerse simplemente escuchándola y dándole un besito en la frente, o
cogiéndole la mano, y más adelante, lo haremos ayudándola en un problema serio, o
apoyándola ante la pérdida de un familiar.
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Y lo mismo ocurre con la Escalada. Al principio escalamos suavemente, y luego ya

vamos escalando con más fuerza. Es todo proporcional al nivel de intimidad que
tengamos con la chica.
Un último factor a tener en cuenta es que, aunque en principio la mujer debería tener
estas tres necesidades equilibradas, según la chica, la importancia de estas áreas
puede cambiar. Hay mujeres más sexuales que otras, que aceptan y demandan más
escalada por nuestra parte. Otras que son más inseguras o tímidas y que aprecian y
buscan que dediquemos más proporción de tiempo a la protección. Y mujeres que son
muy seguras de sí mismas, muy independientes y que valoran muy positivamente los
hombres que son capaces de Jugar muy bien a la Contra, dedicando más tiempo a esta
parte que al resto.
Por eso digo, que el “cómo”, el “cuándo” y el “cuánto” hacemos cada pilar no depende
de nosotros, sino de la chica y de las situaciones que vivamos con ella.
A modo de resumen podemos decir lo siguiente:
- No hay que pasar al siguiente nivel de intimidad sin haber llenado los tres
“vasos”: el de Jugar a la Contra; el de la Protección y el de la Escalada.
- Estos vasos o pilares en una situación ideal tendrían la misma importancia
entre sí, pero como cada persona es un mundo, hay mujeres que dan más
importancia a unos pilares u otros. Es por ello, que podemos tener
interacciones en las que la inversión de tiempo y energía para cada pilar no sea
igual, sino que esté descompensada. Por ejemplo teniendo que hacer más
énfasis siempre en la Protección, en la Escalada o en el Juego a la Contra. Una
vez más, esto no lo decidimos nosotros, sino que depende de cada interacción.
- Y, por último, cuanta más intimidad tengamos con la chica, más fuerte habrá
que jugar cada pilar.
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Cuándo y cuánto tenemos que hacer cada pilar
Vamos a empezar analizando cuándo y cuánto tiempo debemos estar en cada pilar.
Como dije antes, la medida ideal es aquella que llena el vaso sin derramar una gota. En
ese momento habrá que cambiar de pilar. Pues bien, analicemos uno a uno, cómo
podemos identificar cuándo hemos hecho suficiente cada pilar.
Jugar a la Contra
El Juego a la Contra es el pilar que por defecto, debemos adoptar ante la duda, y si no
hay síntomas claros de que tenemos que hacer alguno de los otros dos. Si no hay
indicios que justifiquen iniciar alguno de los otros dos pilares, comenzaremos Jugando
a la Contra, de forma moderada, como la forma más natural y congruente de iniciar
una interacción.
Pero una vez la interacción avance, habrá que ir Jugando a la Contra cada vez con más
intensidad… y esto lo haremos siempre que la chica NO esté en el modo “princesita
adorable”. Cuanto menos esté ella mostrándonos respeto y su mejor cara, más a la
contra tendremos que jugar nosotros.
Jugar a la Contra no deja de ser una forma de demostrarle nuestra realidad y nuestro
valía como hombres. Siempre que ella no muestre respeto y agradecimiento ante
nuestra presencia, deberemos Jugar SIEMPRE a la Contra. Ella va a poner a prueba
nuestra seguridad en nosotros mismos y la solidez de nuestra realidad a base de hacer
como que tiene “desinterés” y poniéndonos las cosas difíciles. Por eso es tan
importante ser pacientes y aguantar esta fase hasta que veamos que ella empieza a
respetarnos.
Jugar a la Contra es muy parecido a golpear lentamente un cristal con un pequeño

martillo. Es como si fuéramos rompiendo y agrietando un duro cristal poco a poco. Al
principio parece muy duro, pero tenemos que tener fe en que, a base de pequeños
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golpes, sus defensas irán bajando hasta que llegue un momento en que con un último
golpe de martillo se rompa ese duro cristal y todos los añicos caigan de golpe al suelo.
Esos añicos que caen al suelo son los Indicadores de Interés. Es decir, que deberemos
Jugar a la Contra hasta que empecemos a recibir Indicadores de Interés claros. En ese
momento podremos escalar o proteger, porque habremos roto el cristal que nos
impedía pasar al siguiente nivel de intimidad. Podríamos decir que Jugar a la Contra es
como romper una mampara que nos impide acceder a una sala. Escalar sería como
avanzar hasta el cristal que da lugar a la siguiente habitación. Y la Protección es como
limpiar y cuidar las habitaciones que vas “conquistando”. Es una simple metáfora, pero
puede ser muy útil visualizar lo de los cristales para que entiendas que hasta que el
cristal no se rompe, no puedes pasar.
Si intentas avanzar sin haber recibido Indicadores de Interés, es como intentar andar
hacia un cristal de 3 cm de grosor… te vas a estrellar.
Nosotros jugaremos a la contra y si somos suficientemente pacientes… ella empezará a

darnos IDIs. En cuanto nos dé tres o cuatro IDIs, deberemos cambiar de pilar.
- Iniciamos una interacción con una chica y Jugamos a la Contra. Le tomamos el

pelo, conversamos tranquilamente, nos autodescualificamos, tenemos un
lenguaje corporal desinteresado y nos centramos en disfrutar y estar a nuestro
rollo. Ella empieza a invertir en la conversación, nos pregunta cosas, nos sigue
el juego e incluso nos expresa verbalmente que valora nuestra compañía y que
somos muy divertidos. Es el momento de cambiar de pilar. Y lo normal será
escalar.
- Estamos en el cine con una chica en un monólogo de humor, y estamos
disfrutando del evento sin prestarle especial atención a ella. Al terminar el
monólogo ella nos dice que le ha encantado, nos sonríe mucho, nos da las
gracias por haberla invitado y sugiere que le encantaría repetir. Es el momento
de cambiar de pilar. Y lo normal será escalar.
- Cenando con una chica ella empieza a hablar de sí misma, a “venderse” ante
nosotros invirtiendo en la conversación y contándonos sus cosas mientras nos
sonríe tímidamente. Otro momento perfecto para cambiar de pilar.
- Conocemos a una chica, y como primera cita le proponemos encontrarnos
informalmente en un local en el que están sus amigas y nuestros amigos.
Somos encantadores con sus amigas, integramos a nuestros amigos y nos
preocupamos de que todo el mundo esté a gusto. Somos sociables y no le
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prestamos especial atención a ella. De pronto ella se nos acerca y nos dice que
lo están pasando todos genial. El hecho de que se acerque a nosotros y nos
haga notar que está todo el mundo a gusto, son IDIs claros. Es el momento de
cambiar de pilar, y lo normal, será escalar.
- La invitamos a nuestra casa a cenar. Somos buenos anfitriones, nos centramos
en disfrutar, en ser divertidos, en tomarle el pelo y en divertirnos con ella. Nos
propone ver una película y accedemos. El hecho de que ella quiera quedarse
más rato, que lo diga activamente y que sea en un entorno de más intimidad y
cercanía que la cena, son IDIs clarísimos. En ese momento tendremos que
cambiar de pilar. Y normalmente escalaremos.
Siempre que ella muestre respeto, interés por nosotros y por gustarnos y que muestre
activamente que quiere que la interacción continúe, será el momento de dejar de
Jugar a la Contra y cambiar de pilar. Y, ante la duda, el siguiente pilar más lógico es la
Escalada.
La protección
La protección debe hacerse siempre que la chica muestre vulnerabilidad, siempre que
se exponga ante nosotros con algo que saque su timidez, o en cualquier momento que
veamos que ella puede necesitar ayuda, por estar en alguna situación incómoda o de
indefensión. Es decir, que siempre que ella esté en el modo “princesita adorable” será
buen momento para hacer Protección. Y si vemos que ella tiene un problema o que de
verdad necesita ayuda, será OBLIGATORIO hacerlo, siempre y cuando ella haya sido
“buena niña” anteriormente y nos haya mostrado respeto y buenas formas desde el
principio.
NUNCA deberemos hacer protección con una chica que no esté en el modo princesita
adorable. Jamás obedezcas órdenes. Si no lo pide con respeto y valorando
infinitamente nuestra ayuda, no hagas protección. Nuestra protección hay que
ganársela y valorarla más que cualquier cosa en este mundo. Si no, no se la merece. Y
no debemos enfadarnos, ni molestarnos, simplemente habremos de evitar dársela,
con la mayor diplomacia y cariño posibles.
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La protección que ofrezcamos tiene que estar siempre compensada con el nivel de
Escalada que ella se ha dejado hacer.
Recuerda que básicamente, el hombre ofrece protección a cambio de la intimidad

sexual. Con lo cual, es importante medir la protección que debemos ofrecer en función
de la intimidad sexual que ella nos ha ofrecido previamente, así como el nivel de
“princesita adorable” que está mostrando. Es decir, que cuanto más se entregue ella a
nosotros y cuanto más se deje escalar, más justificado estará cuidarla y protegerla.
Pero si ella no muestra ni respeto, ni predisposición a satisfacernos, entonces la
protección NO está justificada.
- Acabamos de conocer a una chica y al comienzo de la conversación, sin que

venga a cuento y con toda su “cara dura” empieza a contarnos un problema
que tiene con su amiga. Nosotros, no lo aceptamos. Le gastamos una pequeña
broma diciéndole que es sábado por la noche y que no es momento para hablar
de problemas y cambiamos el tema de conversación. Con un chico desconocido
que acabamos de conocer jamás escucharíamos sus problemas de buenas a
primeras. Con una chica tampoco.
- En el ejemplo anterior, la situación se plantea de otra forma: conocemos a una
chica y empezamos a charlar. Ella intenta ser simpática pero nos dice que
siente si no está muy habladora pero que está en un día de “bajón”. Nosotros
nos interesamos y le preguntamos. Ella nos dice que no nos quiere molestar.
Nosotros insistimos y finalmente nos cuenta el problema con su amiga.
Nosotros la escuchamos e intentamos animarla un poco. No mucho, no hace
falta ir de héroes. La escuchamos normal y la animamos un poco, sin mojarnos
mucho. En este caso, SI está justificado hacer el pilar de protección porque ella
ha mostrado vulnerabilidad en el modo princesita adorable.
- Estamos charlando por teléfono con una chica y nos dice, en broma que la
invitemos a cenar, nosotros, le decimos de broma que tiene que ser al revés y
que es ella la que nos tiene que invitar a nosotros. No aceptamos en ningún
caso su orden. Al contrario.
- En otro caso similar, charlando con una chica por teléfono planteamos la
posibilidad de cenar un día juntos, y ella nos dice que prefiere hacer otro plan,
porque está a final de mes y prefiere no gastar mucho. Nosotros le ofrecemos
la posibilidad de que cene en nuestra casa, o de hacer un picnic juntos para que
ella no gaste dinero. E, incluso, si es una chica con la que tenemos confianza y
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hemos tenido sexo con ella previamente, podremos incluso decirle que no se
preocupe que la invitamos nosotros.
- Una chica con la que tenemos una relación pero sin ser nuestra pareja nos dice
un día que no puede vernos, porque le ha surgido un problema. Nos dice que si
nos importa dejarlo para la semana siguiente. Nosotros le preguntamos si está
bien… y ella nos dice que no muy bien, porque ha fallecido su tío. Nosotros nos
interesamos, y le ofrecemos ayudarla en todo lo que necesite. Cambiamos
nuestros planes porque vemos que ella lo necesita y la acercamos al tanatorio y
pasamos la velada con ella, intentando animarla un poco y sin esperar nada a
cambio salvo el hecho de cuidarla. Como hemos tenido sexo con ella
anteriormente, SI está justificado cuidarla al máximo y más en un tema tan
importante. Es algo que haríamos con cualquier buen amigo. ¿Cómo no vamos
a hacerlo con una mujer con la que tenemos una relación especial?
La Protección hay que hacerla hasta que nos aseguremos de que ella está bien y de
que, en ese nivel de intimidad, hemos hecho todo lo razonable por cuidarla. El truco
está en NO ser serviciales. No la cuidamos para ganar su aprobación, ni para gustarla.
Una vez que veamos que ella ya está bien y que está en un buen estado de ánimo, será
el momento de cambiar de pilar.
Resumen:
- Siempre que ella muestre el modo princesita adorable y nos muestre

vulnerabilidad habrá que hacer protección.
- Esa protección tendrá que hacerse proporcionadamente a lo que ella nos haya
permitido intimar a nivel físico o en lo que veamos que está invirtiendo en
gustarnos, y habrá que cambiar de pilar cuando veamos que ella está bien de
nuevo y en buen estado de ánimo.
Si, por ejemplo, ella no está aún cómoda teniendo sexo con nosotros, pero
ACTIVAMENTE invierte mucho en intentar gustarnos, por ejemplo arreglándose
mucho, acercándose ella a donde estamos nosotros, aceptando totalmente nuestros
planes, llamándonos ella siempre y siendo muy formal, etc. Entonces, también estará
justificado cuidarla bien.
Hay que entender que hay chicas más tímidas que necesitan ir más despacio en la
escalada física. Ahora bien, si no se deja escalar físicamente, tiene que mostrar
ACTIVAMENTE que está dispuesta a invertir para gustarnos. Tenemos que ver que nos
da algo a cambio y que se interesa realmente por mantener nuestro interés. Esto no
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deja de ser un intercambio, si la protegemos tiene que ser porque ella esté dándonos
algo de calidad, a cambio.
El tema del sexo es algo delicado, porque hay personas con muchos complejos. Pero
como recomendación general, considero que dejarse besar es el primer paso de
escalada clave para que esté justificado hacer la protección realmente en serio.
Habrá algún caso excepcional, pero una chica que no nos permite ni siquiera besarla…
lo más probable es que no se merece ni se ha ganado que la cuidemos más allá de una
simple cordialidad amable, como haríamos con un conocido.
El beso es muy importante porque es el primer momento en el que ella OFICIALMENTE

acepta que sois más que simples amigos; que es probable que pase algo más entre
vosotros; y que tiene interés en que eso ocurra. Cuando ella se deja besar e
indirectamente acepta que la interacción tiene una dirección sexual… es cuando está
justificado que nosotros también nos “mojemos” e invirtamos más de lo normal en
cuidarla y protegerla.
En los momentos previos al beso, también hay que hacer protección, pero ésta debe
ser mucho más moderada, porque no hay una verdadera intimidad.
Ten en cuenta que esto es una cosa de dos: si ella no te trata como algo más que un
simple conocido en lo que a la intimidad física se refiere, tú TAMPOCO debes tratarla a
ella más allá de una simple conocida en lo que a protección se refiere.
Si tú le dieras a ella más protección de la que ella se merece, estarías vendiéndote

MUY barato y su cerebro reptiliano te vería como un hombre débil y de segunda
categoría. Por eso invitar a una copa a una chica que no conoces de nada es muy mala
idea. Y por eso también, los “pagafantas” o los “amigos mimosín” nunca consigue
gustar y atraer realmente a las chicas. Porque protegen para buscar la aprobación de
las chicas y no porque esté verdaderamente justificado.
Cuando ella pida algo pero sin estar en el modo princesita adorable o sin haberte
ofrecido una clara intimidad física que lo justifique, será el momento de Jugar a la
Contra y demostrar que NO NECESITAS BUSCAR SU APROBACIÓN.
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La escalada
Como hemos dicho antes, la escalda debe hacerse siempre que la chica esté en el
“punto de despiste”. Es decir, en cualquier momento en el que se den estos CUATRO
factores (no vale con tener uno o dos, hay que ver los cuatro):
1- Que llevamos un buen rato Jugando a la Contra, sin escalar.

2- Que ella está cómoda y distraída.
3- Que no se lo espera.
4- Que acepta las iniciativas indirectas (es decir, que está cómoda con el nivel de
intimidad anterior y que activamente actúa en él).
Siempre que se den estos cuatro factores juntos, será el momento de escalar.
La duración de la escalada tiene que durar lo justo para crear un poco de tensión y
nervios en ella, y en ese momento habrá que parar y cambiar de pilar. Si vemos que la
hemos puesto demasiado nerviosa, o que se muestra tímida o insegura, será momento
de hacer Protección (especialmente si se ha dejado escalar más allá del beso). Y si ha
sido una escalada moderada, lo normal será Jugar a la Contra.
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Corolario
Aunque todo lo dicho anteriormente se haya hecho desde una perspectiva de análisis
metódico, la intención de estas páginas no es darte un método sino unos principios.
Como dije al comienzo del libro, para aprender algo nuevo, cuando no hemos tenido la
suerte de desarrollarlo desde pequeños, es necesario aprenderlo paso a paso,
desmenuzándolo todo y trabajando los conceptos uno a uno de forma sistemática.
Pero la meta de todo ello no es hacer un “sistema” de aplicación, sino ayudarte a
interiorizar como algo natural tres principios evolutivos, profundos y existenciales que
todo hombre debería tener a lo largo de su visita a este pequeño planeta.
Es imposible ser feliz si no se tiene una relación sana, fructífera y útil con las personas
que nos rodean. Especialmente cuando se trata de las personas del sexo opuesto. Para
tener una pareja, para tener una vida sexual satisfactoria, para poder cuidar y proteger
a las personas que son importantes para nosotros y para trabajar nuestra capacidad de
liderazgo, los Tres Pilares son imprescindibles.
Esto no es un método para ligar con chicas. Aquí has leído los principios fundamentales
que te hacen a ti, atractivo, poderoso y útil, como hombre, como ser humano y como
compañero para una mujer.
Al margen de que a nivel teórico se haya desglosado en muchos conceptos y matices…

en resumen tan sólo pretendo contribuir a que incorpores tres cosas en tu vida:
1- La capacidad de ser una persona autónoma, segura de sí misma, con una

realidad rica y poderosa y que NO necesite la aprobación de ninguna mujer
para estar a gusto consigo mismo.
2- La habilidad para saber proteger y cuidar a las personas que son importantes
para ti y que realmente se lo merecen.
3- Estar en armonía con tu sexualidad y con las cosas que te hacen feliz como
hombre, atreviéndote a esperar lo que te mereces y disfrutar de ello con total
naturalidad y plenitud.
Los Tres Pilares son las herramientas para ayudarte a conseguir estas tres cosas. Son
tres conceptos y habilidades muy profundos que cambiarán radicalmente tu visión de
la vida, tu capacidad de atraer a una mujer y tu habilidad para gestionar esa atracción
de una forma sana y duradera.
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Sea cual sea tu personalidad, fuera cual fuera tu estilo o sean cuales sean tus gustos,
aplicando estos tres principios, podrás edificar tu propia personalidad única sin
necesidad de copiar a nadie ni imitar el estilo de nadie.
No hace falta que copies a nadie, ni que sigas un método rígido preestablecido.
Simplemente debes entender qué es lo que ellas necesitan, como mujeres… y trabajar
en tu personalidad para que esas cosas te salgan de forma natural.
Te deseo el mayor de los éxitos.
Álvaro Tineo
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Los Tres Pilares

Por Álvaro Tineo

© 2012. Obra inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual

- El Juego a la Contra. Que es todo lo que demuestre que no estamos buscando

Aunque he intentado hacer este manual lo más organizado, didáctico y práctico

Bajo mi punto de vista, en el mundo de la seducción falta sencillez. Son muchos

Los cerebros del hombre

Antes de nada es importante que sepas, esquemáticamente, cómo funciona la mente y

La mezcla de estos tres mini-cerebros es lo que da como resultado nuestro cerebro

Nuestro cerebro reptiliano está dedicado a conseguir cuatro metas principales:

La atracción entre un hombre y una mujer empieza en el momento en el que los

La atracción sexual la decide, potencia y controla el cerebro reptiliano. Por eso se

El límbico y el neocórtex pueden opinar un

Nuestro cerebro reptiliano marca tendencias instintivas… pero nuestra mente

La tendencia es lo que nuestro cerebro reptiliano marca… el deseo es lo que nuestra

Tendencia es una cosa, y deseo es otra. Ahora bien, la atracción surge de la

La atracción la deciden los genes, la gestión la deciden las emociones y la razón. Si

En este manual te enseñaré cómo convertirte, de forma natural, congruente y sólida

“Si en la prehistoria, cuando la madre estaba amamantando al niño apareciera un león

Pero no hace falta irse a la prehistoria… hoy día, en un país subdesarrollado, o en un

complicado el hacer sobrevivir a su descendencia sin personas que le ayuden a su

Yo sé que muchos manuales de seducción te han advertido de que no te conviertas en

Un hombre con capacidad de proteger a largo plazo NO es un proveedor. La

Los Tres Pilares

Los Tres Pilares son los siguientes:

1- Jugar a la Contra, que consiste en demostrar que NO necesitamos la

Es decir, es cualquier cosa que subcomunique que NO estamos compitiendo por

Demostrar que no buscamos su aprobación es MUY importante porque si hiciéramos

Porque en ese momento sus genes piensan:

La protección, en esencia, consiste en CUIDAR a la chica. Y es muy parecido a lo que

Cuidar y proteger debe ser algo intrínseco a tu personalidad y a tu forma de ser. Es

Ejemplos de protección pueden ser: escucharla y animarla un día que ha tenido un

La Escalada es MUY importante porque es lo que nosotros queremos y esperamos de

En un mundo perfecto, el hombre siempre cuidaría a la mujer y la protegería de

En ese equilibrio de sexo-protección está la clave.

Si nosotros ofrecemos protección, pero no esperamos recibir nada a cambio de esa

Si no escalamos y no avanzamos hacia una interacción sexual, la mujer pensará que

Si nosotros demostramos a la mujer que tenemos una realidad imperturbable, sólida y

El miedo es lo que nos impide estar haciendo lo que deberíamos.

Si no Jugamos bien a la Contra, será por miedo de no gustarla o de perder su

Si no estamos cómodos haciendo el pilar de Protección, será seguramente por miedo

De igual manera, no escalará sexualmente igual un economista que un artista

Los Pilares tienen que estar siempre

En el primer caso, como el nivel de intimidad es menor, la Escalada va proporcional y

Y jugando a la contra, ocurre lo mismo. Si a la chica no la conocemos de nada,

La idea es que si arriesgas poco, estás demostrando poca fortaleza. Si arriesgas

La mitad amorfa, básicamente lo que demuestra es debilidad de carácter, necesidad de

El ser humano tiene, naturalmente, todos los automatismos, mecanismos y programas

- Un hombre con una realidad poderosa que no busca la aprobación de los

¿Cuál es el problema? Que aunque estas tres cualidades están potencialmente

Rehabilitar o rescatar un automatismo natural que ha sido olvidado durante años

Las relaciones humanas, y la Inteligencia Social (la capacidad de llevarse realmente

son áreas imposibles, ni misteriosas, ni distintas a cualquier otra de la vida. No es

Es imposible ser feliz si no rescatas estos automatismos naturales, siendo capaz de

Es socialmente entendible pero muy perjudicial que se difunda la idea de que

El atractivo se aprende y se DESARROLLA. La capacidad de hacer feliz a una mujer

El método de estudio o el análisis es sólo un proceso para INTERIORIZAR los conceptos.

La persona de negocios debe ser capaz de arriesgar y generar seguridad. El éxito lo

Por qué cuidarla “ahora” a veces significa cuidarla mal en

Si un empresario se gastara todo el dinero de la empresa en complacer a los

1- Los trabajadores se lo hayan merecido realmente.

1- La chica realmente se lo ha ganado.

Digamos que el equilibrio natural de un hombre con una mujer es el siguiente: