Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
3° B
(Salen ambos. Catalina baja de la carreta, llevando un bulto. Mira a su alrededor, para
cerciorarse de que ambos se han ido. En seguida dispone junto a la rueda del carro un viejo
pantalón del Cocinero y unas faldas de su madre, uno al lado de las otras de manera que se
noten en seguida. Cuando ha terminado de hacerlo y se dispone a irse con su lío, vuelve Madre
Coraje de la casa).
Madre Coraje. (Con un plato de sopa). ¡Catalina! ¡Catalina! ¿A dónde vas con ese bulto?
(Revisa el bulto). ¡Has envuelto tus cosas! ¿Estuviste escuchando? Le he dicho que no habrá
caso ni con Utrecht ni con su roñosa hostería. ¿Qué vamos a hacer allí? Tú y yo no nos
adaptamos a una hostería. Todavía la guerra ha de darnos bastante a las dos. (Advierte el
pantalón y las faldas). ¡Qué tonta eres! ¿Qué te parece si yo hubiese visto eso y tú no hubieras
estado? (Detiene a Catalina, que quiere irse). No vayas a creer que por ti lo planté en la calle.
Lo hice por la carreta, sólo por ella. No me separo de la carreta; estoy acostumbrada a ella; no
es por ti, es por la carreta. Nos vamos en dirección contraria, y las cosas del cocinero las
dejamos afuera, para que las encuentre ese tonto. (Sube a la carreta, y desde allí arroja
algunas cosas junto al pantalón). Muy bien: ése ya salió de nuestro negocio, y otro más no
entra. Y ahora nosotras dos seguimos adelante. También ha de pasar este invierno, así como
pasaron los otros. Vamos, únete pronto, puede que haya nevada.
(Ambas se uncen al carro, le dan vuelta y se van, arrastrándolo. Cuando llega el Cocinero
descubre, sorprendido, sus cosas)