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I. Presentación
Considerar al síndico como funcionario público, no nace del simple hecho que la
ley expresamente así lo designe, sino que nace de la función propia de dicho sujeto, la
cual dimana de la ley especial en la materia, la cual le sirve como estatuto a dicho
funcionario.
Tal actuación debe hacerla cumpliendo las obligaciones impuestas por la ley y
dentro de la órbita de la competencia que ella le fija (arts. 254 y 275 LCQ).
La función es indelegable (art. 252 LCQ) e irrenunciable (art. 255 primera parte
LCQ), determinando la misma ley en que casos y en que forma podrá otorgársele
licencia (art. 255 tercera parte LCQ). Indefectiblemente el síndico debe actuar
personalmente (art. 258 LCQ) pudiendo actuar con asesoramiento profesional letrado en
los casos determinados por la ley (art. 257 LCQ). Debe tenerse en cuenta, además, que
se aplican para la sindicatura las reglas de excusación y recusación determinadas para
los jueces y secretarios por la ley de procedimientos local (arts. 14 y ss y 39 CPCCN y
CPCC Buenos Aires).
No existen dudas ni discusión respecto a que las funciones de la sindicatura son de las
más variadas, lo cual dificulta su caracterización.
Insisto en que el estatuto del síndico concursal es la ley de la materia y ella determina
las funciones que ejercerá el funcionario público (art. 254 primera parte LCQ).
V. Síntesis conclusiva