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³Signos Depresivos en Adolescentes y sus Estrategias de Afrontamiento de San

Miguel de Tucumán´
Autores:
Lic. Telias, Aida
Díaz, María Natalia
Galarza, Luis
Giovanniello, María Florencia
Peñaranda, María Isabel
E-Mail: flopigiova@hotmail.com
UNIVERSIDAD DEL NORTE SANTO TOMÁS DE AQUINO

A partir de los datos estadísticos, de la observación clínica y de los proporcionados por


la Organización Mundial de la Salud (O.M.S) y el Sistema Provincial de Salud
(Si.Pro.Sa), nos formulamos interrogantes acerca de la problemática de la depresión
en los adolescentes de nuestra provincia.
El presente trabajo se elaboró a partir de los datos extraídos del proyecto de
investigación de la Universidad del Norte Santo Tomas de Aquino (UNSTA): ³'HWHFFLyQ
de signos depresivos y técnicas de afrontamiento en adolescentes de San Miguel de
7XFXPiQ´ (2012), donde se aplicó una encuesta socio-demográica y las escalas de
Depresión María Martina Casullo y de Afrontamiento para Adolescentes de Érica
Frydenberg y Ramón Lewis (1997).
Estas pruebas fueron aplicadas a una muestra de 208 adolescentes que concurren a
diferentes instituciones educativas públicas y privadas, con distintos perfiles y estilos
académicos, con orientación laica, religiosa y distintas líneas de bachillerato
Cabe destacar que la muestra usada corresponde al grupo de la adolescencia media,
donde los caracteres sexuales ya se desplegaron (Aberastury, 1988). Este momento
evolutivo corresponde a un período de grandes crisis, cambios y duelos. Los
adolescentes están predispuestos a experimentar fuertes sentimientos de estrés,
confusión, dudas sobre sí mismos, presión para enfrentar elecciones vitales y otros
miedos mientras van creciendo (Aberastury, 1988).
El adolescente en general atraviesa una búsqueda de sí mismo y de su identidad; va de
tendencias individuales a tendencias grupales, un comportamiento en el que busca
uniformidad y una contención a tantos cambios; tiene necesidad de intelectualizar y
fantasear, sufre crisis de actitudes sociales reivindicatorias y religiosas; presenta una
clara denunciación temporal en la que lo importante aparece siempre más cercano en el
tiempo que lo que no tiene interés; atraviesa por una evolución sexual que va desde el
autoerotismo hasta la sexualidad adulta, vive una separación progresiva de los padres;
tiene muchas contradicciones en todas las manifestaciones de la conducta y del
pensamiento y sufre de constantes fluctuaciones del estado de ánimo y del humor. Está
en un proceso de adaptación a cambios físicos, intelectuales, sociales y emocionales,
intentando desarrollar un concepto positivo de sí mismo, así como experimentar y
crecer hasta conseguir su independencia. También está concentrado en desarrollar un
concepto de identidad y de valores personales y sociales, así como en experimentar la
aceptación social, la identificación y el afecto entre sus pares. El desarrollar enfoques
positivos respecto de la sexualidad, que incluyan valores, consideración, placer,
emoción y deseo dentro del contexto de unas relaciones cariñosas y responsables es
otra de sus tareas en esta etapa de la vida, para finalmente llegar a ser plenamente
conscientes del mundo social y político que les rodea, así como de su habilidad para
afrontarlo y de su capacidad para responder de forma constructiva al mismo y poder
establecer relaciones con adultos, en las que puedan tener lugar dichos procesos de
crecimiento. A todo esto se le conoce como el síndrome normal de la adolescencia.
Todo estos factores, situacionales y estructurales, hacen que el adolescente sea, en
muchas circunstancias, un sujeto de riesgo, y entre esos riesgos, está el padecer
depresión.
La depresión es un trastorno que se caracteriza por tristeza permanente, baja
autoestima, desánimo y falta de interés en actividades usuales. Clínicamente la persona
se muestra más callada, distante, seria y aislada, duerme mucho o sufre de insomnio,
falta o aumento excesivo del apetito, presenta una fatiga permanente, tiene serias
dificultades para concentrarse y para tomar decisiones, muestra imposibilidad para
expresar sentimientos y se siente poca cosa, todas estas características suelen
presentarse con ideas suicidas y un gran temor a la muerte.
Este trabajo busca exponer algunos resultados de este proyecto de investigación
iniciado en la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), a través del
entrecruzamiento de los tres instrumentos utilizados, así como también plantea posibles
posturas preventivas para los adolescentes.
La escala socio-demográfica nos aportó datos sobre la organización familiar, el nivel de
estudios, estilo de vida en general de los adolescentes.
La Escala de Depresión de M. M. Casullo nos informó acerca del estado general de
vida de los adolescentes durante la última semana, con respuestas positivas y
negativas, indagando signos de depresión.
La Escala de Afrontamiento (Frydenberg & Lewis, 1997) permite observar tres estilos de
afrontamiento, cada uno de los cuales comprende entre cuatro y ocho estrategias.
Antes de explicar cada uno de estos estilos es necesario aclarar el concepto de
afrontamiento. Según Lazarus y Folkman (1986) este se define como aquellos
esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes que se desarrollan
para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como
excedentes o desbordantes de los recursos del individuo. En la adolescencia, las
técnicas de afrontamiento representan un intento por reducir la turbulencia para el
individuo. Esto puede hacerse resolviendo el problema, es decir, cambiando el
estímulo, o acomodándose a la preocupación sin necesariamente dar una solución.
El primero de estos estilos, llamado Resolver el problema (Solve the problem), está
caracterizado por los esfuerzos que se dirigen a resolver el problema manteniendo una
actitud optimista y socialmente conectada.
Este primer estilo comprende las estrategias: Concentrarse en resolver el problema,
esforzarse y tener éxito, invertir en amigos íntimos, buscar pertenencia, reservarlo para
sí, fijarse en lo positivo, buscar diversiones relajantes, y distracción física.
El segundo estilo se denomina Referencia a otros (Reference to others) e implica un
intento para enfrentar el problema acudiendo al apoyo y a los recursos de las demás
personas, como pares, profesionales o deidades.
Las estrategias de este segundo estilo son: Buscar apoyo social, acción social, buscar
apoyo espiritual y buscar ayuda profesional.
El último estilo, el Afrontamiento no productivo (Non-productive coping), está asociado a
una incapacidad para afrontar los problemas e incluye estrategias de evitación. Tal
estilo no lleva a la solución del problema, pero al menos lo alivia. Comprende las
siguientes estrategias: Preocuparse, buscar pertenencia, hacerse ilusiones, falta de
afrontamiento o No afrontamiento, ignorar el problema, reducción de la tensión,
reservarlo para sí, y autoinculparse.
Para elaborar este trabajo recortamos la muestra, trabajamos con 100 casos en total,
con adolescentes de ambos sexos y de las distintas instituciones.
Además hemos tomado los indicadores saludables y positivos analizados
cualitativamente, pensando que podrían ayudarnos a abordar la prevención de la
depresión y a revalorizar el lugar del adolescente, socialmente subestimado, y a no
confundir ni velar la depresión con las características que son propias de esta etapa
evolutiva.
A partir de lo citado, encontramos en las conclusiones parciales recurrencias en las
respuestas brindadas por la mencionada población, que llevaron a entrecruzar algunas
variables socio-demográficas (actividades extracurriculares) con conductas y modos de
comportarse (recurrir amigos, pensar distintas formas de afrontar el problema, otras) de
los adolescentes que nos indicarían posibilidades saludables o no de resolver los
diferentes obstáculos.
A partir del análisis y el estudio cualitativo de los casos aparecen las siguientes
actividades, fuera del ámbito escolar: Trabajo, Deportes, Teatro, Idiomas, Danza y otras
actividades no especificadas. Siendo estas las mas mencionadas decidimos tomarlas
como variables, especificando que las actividades extraescolares son aquellas que se
practican fuera del horario escolar, que son elegidas libremente, y donde interviene la
voluntad del adolescente.
A dicha variable la cruzamos con los siguientes ítems de la Escala de Depresión:
 &³0HVHQWtWDQGHVDQLPDGRTXHQLPLVDPLJRVQLPLIDPLOLDPHSRGtDQDOLYLDU´
 *³6HQWtTXHWRGRORTXHKDFtDPHFRVWDEDHVIXHU]R´;
 +³9LHOIXWXURFRQHVSHUDQ]D´
 3³'LVIUXWpGHODYLGD´
Y con las siguientes variables de la Escala de Afrontamiento (Frydenberg & Lewis,
1997):
 Ítem 17. Encontrar una forma de relajarme, por ejemplo oír música, leer un libro,
tocar un instrumento musical y ver la televisión;
 Ítem 18. Hacer deporte;
 Ítem 20. Dedicarme a resolver el problema poniendo en juego todas mis
capacidades; Ítem 32. Pedir ayuda y consejo para que todo se resuelva;
 Ítem 33. Fijarme en el aspecto positivo de las cosas y pensar en las cosas
buenas;
 Ítem 36. Mantenerme en forma y con buena salud;
 Ítem 55. Hablar con otros sobre mi problema para que me ayuden a salir de él;
 Ítem 71. Conseguir apoyo de otros, como mis padres o amigos.
De esta convergencia, podemos observar que en los adolescentes que realizan
actividades extracurriculares como el deporte y la danza, aparecen en el período de la
última semana pasada de su vida, respuestas en la escala de depresión de M. M.
&DVXOORTXHQRVLQGLFDUtDQXQDDFWLWXGRSWLPLVWDIUHQWHDODUHDOLGDGFRPR³'LVIUXWpGH
ODYLGD´R³0HVHQWtIHOL]´, en un alto porcentaje.
Y en relación a la escala de afrontamiento, observamos respuestas que nos permiten
inferir que estos adolescentes encuentran una mejor forma de resolver sus conflictos,
tienden a contar con su entorno y tener confianza en él, tienen capacidad para pedir
ayuda, cuidar de su cuerpo y expresar sus emociones; en mayor medida que aquellos
adolescentes que no realizan las mencionadas actividades.
Esta población entraría dentro del primer estilo de afrontamiento: Resolver el problema.
La capacidad de resolver problemas nos indica jóvenes con características saludables
como: buen nivel de autoestima, confianza en sus recursos internos y en los que les
brinda el entorno, adecuado desarrollo cognitivo con un pensamiento hipotético
deductivo, actitud activa, responsable y autónoma y estabilidad afectiva.
Esto nos permite inferir que estos jóvenes tienen mejor predisposición para establecer
vínculos estables y duraderos, mayores posibilidades de recurrir a otros significativos,
más capacidad de tolerar la frustración y para elaborar las crisis. Observamos que la
población que realiza actividades en las que el cuerpo tiene un papel preponderante
cuenta con herramientas internas y externas que les permiten resolver las dificultades
propias de esta etapa e ir construyendo su identidad adulta.
En aquellos adolescentes que realizan actividades más pasivas, sin tanto compromiso
corporal, como tocar un instrumento o estudiar un idioma, no aparecen en un alto
porcentaje respuestas que nos indiquen la misma plasticidad y creatividad como de los
que realizan deportes. Los Idiomas podrían ser expuestos como ocupaciones que al
pertenecer a la categoría del estudio, se podrían referir a actividades sublimatorias por
medio de las cuales los adolescentes estarían aplacando impulsos que no se condicen
con la adaptación que la vida impone.
En lo que se refiere a la variable trabajo, este es el medio que el hombre utiliza para
proveerse económicamente de lo que necesita para sustentar su vida, pero aplicado a
un adolescente, podría tratarse de una herramienta para poder obtener ayuda externa
para satisfacer opciones que quizá están fuera del alcance de su núcleo familiar, como
pueden ser, comprarse ropa o practicar alguna actividad.
En la misma vía del deporte se hallaría la danza y el teatro, que se presentarían como
actividades expresivas, donde se involucra tanto el cuerpo, como el psiquismo, siendo
plausible de expresar emociones del más diverso tipo, así se las podría concebir como
actividades catárticas, liberadora de las tensiones propias de este periodo, en la danza
por la mediación del cuerpo, y en el teatro por la mediación también del cuerpo y
agregándose la mediación de la palabra, que aunque disfrazada con otro discurso e
inserta en otra novela, algo mas quiere expresar que el libreto que media la obra.
Estos nos lleva a señalar la importancia del cuerpo en este momento evolutivo, como
punto de anclaje fundamental y necesario para elaborar los duelos, afrontar las crisis,
ensayar comportamientos adultos e ir reemplazando el mundo infantil.
El deporte ayuda al adolescente a conocer y manejar mejor su cuerpo, a pasar del
impulso a la reflexión y a una mejor expresión de sus emociones. Le enseña a
organizar el tiempo y los espacios, a trabajar en compañía y solo, a ganar y a perder.
También lo motiva a plantearse objetivos, a planificar e implementar distintas
estrategias para lograrlos. Además el deporte genera capacidad de autoobservación y
de crítica hacia los demás, a reconocer sus fortalezas y sus debilidades.
Todas estas características al ser capitalizadas por estos adolescentes, los coloca en
una situación de menor riesgo y vulnerabilidad frente a las amenazas provenientes del
mundo externo y los predispone a asumir una postura activa frente a su proyecto vital.
Por último en oposición al primer grupo, encontramos aquellos adolescentes que
responden que no les interesa nada más además de asistir a la escuela, se repiten
respuestas relacionadas con signos que nos podrían alertar, o llevarnos a investigar
una posible depresión. Por ejemplo, señalan en la Escala de Depresión de M. Casullo
que duermen mal entre tres y siete días; un alto grado de retraimiento; aburrimiento
persistente; etc.
Este grupo se caracterizaría por adolescentes donde prevalece el tipo de Afrontamiento
No Productivo.
Esto nos permite pensar en jóvenes con baja autoestima, vulnerables, con un pobre
desarrollo cognitivo, con grandes dificultades para encontrar modos de afrontar los
problemas y desarrollarse plenamente. Sería el grupo considerado en situación de
riesgo, ya que estos adolescentes tienen grandes dificultades para establecer vínculos
y pedir ayuda y cuentan con pocos recursos internos que les permita enfrentar las
dificultades propias de la vida.

Conclusión
Sabemos que la conducta del adolescente está dominada por la acción: forma de
expresión más típica y que ésta se caracteriza por el pasaje del impulso a la conducta
sin mediación del pensamiento y de la palabra. En este sentido el deporte sería un
vehículo que los ayudaría a desarrollar la reflexión, a esperar, a entender y manejar su
cuerpo, y también un ensayo para incorporarse al mundo de los adultos.
Consideramos como profesionales de la salud, que los adolescentes pertenecientes a
la muestra recortada se encuentran en mejores condiciones para poder afrontar los
duelos y poder resolver la crisis de identidad (sexual, vocacional e ideológica). También
se encontrarían más preparados para elaborar un proyecto de vida y llevarlo a cabo.
Al hallar en estos adolescentes un bajo índice de signos y síntomas de depresión,
podemos pensar que estimular las actividades extracurriculares sería un buen modelo
de prevención para trabajar a futuro, acompañándolos en este periodo de inestabilidad
permanente.
Al existir una línea muy delgada entre los signos de la depresión y las características
del adolescente, debemos introducirnos en su cultura para realizar un diagnóstico
precoz y una intervención más eficaz.
A partir de esto, elaboramos un futuro plan de trabajo para implementar con las
instituciones educativas en las que se tomaron las muestras. El mismo consistirá en
talleres destinados a docentes, tutores y padres para que cuenten con elementos para
entender y acompañar mejor a los jóvenes en el transcurso de esta etapa. Otro
propósito del taller es concientizar a los padres de la importancia para sus hijos
adolescentes de estas actividades extracurriculares, y aun mas cuando son elegidas
por voluntad propia, ya que estimulan la capacidad de libre elección del adolescente y
al mismo tiempo los hacen sentir apoyo en el período que transitan.
De este modo se buscaría, desde las mismas escuelas, fomentar la integración de la
familia a la institución.
También instruir y concientizar para que no se confundan las características de la
adolescencia normal con las de la depresión.
Otra de las ideas es captar los adultos con mayor afinidad con los chicos para que ellos
los incorporen y atraigan para practicar deportes.
Utilizar al deporte como una actividad puente entre el juego infantil y el ingreso a la vida
adulta, sin que sea una actividad incluida dentro de la currícula para que los
adolescentes encuentren un espacio para ir creando las reglas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Casullo, Maria Martina (2008). Adolescentes en riesgo. Buenos Aires: Paidos.
Frydenberg, E. y Lewis, R. (1996). Manual: ACS. Escalas de Afrontamiento para
adolescentes. Madrid: TEA, adaptación Española.
Aberastury, A. (1976). Adolescencia. Buenos Aires: Kargieman.
Aberastury, A. & Knobel, M. (1971). La adolescencia normal. Buenos Aires: Paidos.
Frydenberg, E. & Lewis R. (1997). Manual: Escalas de Afrontamiento para adolescentes
(ACS). Madrid. TEA Ediciones.
Stone, L. & Church, J. (1977). Niñez y adolescencia. Buenos Aires: Paidos.
Proyecto UNSTA (2012). Detección de signos depresivos y técnicas de afrontamiento
en adolescentes de San Miguel de Tucumán. Universidad del Norte Santo Tomás de
Aquino. Tucumán. Argentina.

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