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EL ACOSO SEXUAL CALLEJERO EN MUJERES DE LA DELEGACIÓN DE

IZTAPALAPA, CDMX

Anahi Navarrete Nava

Introducción

Como objetivo principal de dicha investigación se pretende identificar el acoso


sexual callejero en mujeres en la delegación Iztapalapa, CDMX. Explorando los tipos de
acoso callejero experimentados por las mujeres, como una manifestación de la violencia en
contra de esta población para responder a las siguientes preguntas ¿De qué manera se
presenta el acoso sexual callejero en mujeres de la delegación Iztapalapa? y ¿En qué forma
se manifiesta el acoso sexual en las mujeres mientras transitan por las calles de la
delegación Iztapalapa?

Por lo tanto, la presente investigación está dedicada al acoso sexual callejero, que se define
como aquellas prácticas de connotación sexual ejercidas por una persona desconocida,
en espacios públicos como la calle, el transporte o espacios semi públicos (universidad,
plazas, centros comerciales) que suelen generar malestar en la víctima, estas acciones no
son consentidas por la víctima y quien acosa no tiene interés en entablar una comunicación
real con la persona agredida. Las prácticas de acoso sexual callejero son sufridas de manera
sistemática ya que este tipo de situaciones van aumentando, considerando que es difícil que
se realice una denuncia por parte de las mujeres que sufren o sufrieron de dicho acoso,
principalmente porque la identidad del acosador es desconocida. Además, hay que tener en
cuenta que el acosador no considera la edad, la condición social, la actividad que se realice
o el lugar. Puede ser con un halago, piropo de tipo verbal o directamente con una agresión
sexual física y que además, no existe mujer en México, que no haya sido violentada por un
desconocido, sola o acompañada, en una calle, en el transporte público, a la salida del
trabajo o de la escuela, en una plaza o en cualquier lugar en el que nos encontramos.

Mencionando que, el acoso callejero, como una forma de violencia contra las
mujeres evidenciando que el acoso callejero es un problema social grave que afecta a más
de la población mexicana, en nuestro país comenzó el tema a nivel público y ha ido
cobrando importancia social en los últimos años del siglo XXI. Sin embargo, la situación
parece no cambiar porque la naturalización de la violencia contra las mujeres está tan
arraigada que hasta los medios puede permitírsele usar las agresiones contra las mujeres
como estrategia de ventas sin importar el daño psicológico que puede causar sobre la
sociedad y sobre el impacto ejercido en las mujeres y a la cultura, pero parece ser algo que
resulta normal en nuestra sociedad, en la que las mujeres que son agredidas en espacio
público nos vulnerables y violentadas.

Por un lado, se encuentra la agresión, ya sea en aspectos verbales o en la violencia


ejercida de tipo física, que deja estragos irremediables, no porque la vida de la persona no
continúe de forma normal, sino porque la preocupación y el miedo a que se repita
permanece a flor de piel. Las personas que realizan la acción de acoso no toman en cuenta
las características de las mujeres y las acosan de igual manera. Sea en el día o en la noche
todas las mujeres están propensas al acoso. En definitiva, pensar la idea implica pensar,
necesariamente, el fenómeno de la dominación en las relaciones sociales, especialmente su
eficacia, su modo de funcionamiento, el fundamento que la hace posible. El análisis de la
aceptación tóxica del mundo, que resulta del acuerdo inmediato de las estructuras objetivas
con las estructuras cognoscitivas, es el verdadero fundamento de una teoría realista de la
dominación y de la política. De todas las formas de persuasión clandestina, la más
implacable es la ejercida simplemente por el orden de las cosas.

Gaytán (2009), en su libro llamado del piropo al desencanto: un estudio sociológico


remite un texto que ilumina una temática invisible a los ojos de los participantes en este
tipo de interacciones y muy poco abordada desde perspectivas sociológicas. Desentrañar los
marcos y significados del acoso sexual en espacios como la calle o el transporte público
ofrece un doble desafío; primero, el que se deriva de la naturaleza misma de este tipo de
interacciones invisibles por estructuras simbólicas que legitiman las asimetrías entre
hombres y mujeres, y segundo, el que proviene de las dificultades de encuadrar
interacciones carentes de un marco laboral, familiar o escolar donde resultan más claras las
relaciones de poder.

Esto, como ya se ha ido mencionando hace uso de las diferencias patriarcales entre
hombres y mujeres. Como menciona Gaytán (2009), en primer lugar, se ubica a la mujer
sumisa y el hombre machista que lleva el control, sobre todo. Y en el segundo aspecto se
puede ejercer sobre todo en la educación recibida en el hogar que hará influencia sobre lo
familiar y laboral, así como en el impacto social.

Además, Calderón (citado de Bourdie, 1970) nos refiere que las nociones de
dominación, poder, violencia y lucha han estado casi desde siempre presentes en el
vocabulario de la sociología y, en general, en el de las ciencias sociales. Esta pertenencia
habla de una problemática que es constitutiva de lo social, en tanto la conflictividad es
inherente al entramado social, espacio de relaciones de dominación, de poder, de
enfrentamientos y que los agentes sociales se encuentran en una relación de percepción y
reconocimiento.

Bill (2015) refiere que el acoso sexual callejero es toda practica o connotación
sexual implícita que proviene de un desconocido, que posee un carácter unidireccional, que
ocurre en espacios públicos y tiene potencial de provocar malestar en el/la acosador(a), es
decir, tiene origen sexual que hace referencia de forma implícita, como: Las partes o
comportamientos sexuales y son recibidas desde una persona desconocida, una persona con
la que no exista una relación previa, el que ccurran en espacios públicos o semipúblicos en
donde no existe una clara propiedad y responsabilidad de alguien de definir reglas y en
mantener la seguridad, que ocurran de forma unidireccional, sin considerar si la victima
desea recibir el acto o si lo aprecia o no, además, produce un malestar a nivel individual o
social, y forma emociones negativas como son la rabia, miedo, asco, impotencia o estrés,
creencias negativas o modificación de la conducta, como el rechazo social, conflicto,
etcétera y mencionar que el acoso sexual callejero influye en situaciones de incomodidad
en la cual las mujeres, en cualquier momento, día y hora. Y son causantes de incomodidad a
las personas.

Bill (2015) también menciona que existe una diferencia significativa entre lo masculino
y lo femenino ya que con el tiempo se ha hecho una estructura social que ha llegado a
naturalizarse, inculcado en cada persona la idea que es biológicamente fundada siendo que
es justificada por la construcción social. Por lo que, la culturalización tiene efectos sobre la
educación y trato que se le proporciona al hombre y a la mujer, haciendo uso indebido de
los derechos humanos entre ambos, además es claro que socialmente ya se hizo un
dividendo para que la mujer se perciba como un objeto sexual, como en los múltiples
medios de comunicación por décadas lo ha hecho ver. Y como sociedad lo hemos
aprendido.

En la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Naciones Unidas se estableció


que los derechos humanos de la mujer son parte inalienable, integrante e indivisible de los
derechos humanos universales (ONU, 1993). Sin embargo, el derecho a vivir sin violencia
no es una realidad en la vida de la mayoría de las mujeres. Existen distintas formas de
violencia que afectan a las mujeres, tanto en ámbitos privados como en lugares públicos,
los cuales son escenarios comunes de estas agresiones. En los espacios públicos se genera
un vínculo hostil hacia las mujeres, lo que implica que deban enfrentar agresiones
vinculadas con su cuerpo y su sexualidad por el hecho de estar en estos lugares. Sin en
cambio, en la delegación de Iztapalapa, CDMX, tanto en los lugares públicos como en
lugares privados el acoso sexual callejero se hace presente e influye en las agresiones
hostiles que ponen en incomodidad del rumbo hacia el cual se dirigen.

Para Espinoza (2014) menciona que El orden social no les deja lugar a las mujeres,
asignándole tareas inferiores y enseñándoles cómo comportarse como una dama. Tanto para
Espinoza como para Bill, el acoso sexual callejero se ve influido por la división entre lo que
es masculino y lo que es femenino y que es toda práctica insensibiliza a la población
iztapalapense ya que se asume el rol social de ambas personas, sin embargo, en dicho
municipio es una población en la que sus costumbres y tradiciones están en hincapié y
deben seguirse como lo han hecho sus antepasados por siglos.

Además, Baró (2014), menciona que el acoso sexual callejero es un tipo de violencia
física, psicológica y sexual que comprende todas las prácticas habituadas o aceptadas como
naturales por la población.

El acoso sexual en los lugares públicos constituye una situación cotidiana en las
distintas partes del mundo (Gaytán, 2007). Tal como ya lo hemos mencionado, el acoso se
ve influenciado por la sensibilización a dichos actos como algo normal y cotidiano, y en
algunos casos hasta resulta gracioso. Tomando en cuenta que las mujeres por diversas
cuestiones, tales como el tiempo, no pueden poner un alto a los acosadores que día tras día
están en las calles de la CDMX, debido a que las autoridades lo consideran como algo no
alarmante.

El enfoque utilizado fue de tipo cualitativo, y que se apoya en describir en forma


minuciosa los sucesos presentados basada en la investigación y el experimento que
consiste en especificación de la realización de la investigación a través de la observación.
Para la realización se utilizó el diseño pre-experimental, ya que este se caracteriza por un
bajo nivel de control y por, tanto, baja validez y que puede tener poca probabilidad de no
obtener resultados con certeza, es decir, resultados muy subjetivos.

Basado en la información recopilada se describió a cabo para llevar a cabo la


investigación en la que dicha muestra seleccionada conformada por hombres que transiten
por la red del sistema de trasporte colectivo la delegación Iztapalapa, CDMX, con una
población de edades indistintas para llevar a cabo dicha investigación y que fue auto-
aplicable y en un segundo tiempo fui la observadora; así mismo, su realización consistió en
4 horas el día 13 de julio del 2018, mediante el cual fue utilizado la observación para la
realización del experimento consistiendo en transitar como un día cualquiera por las calles,
avenidas y lugares donde se transitaba diariamente con el fin de percatar el acoso sexual
callejero en mujeres.

Así mismo, se describirá el procedimiento llevado a cabo para la elaboración de la


investigación el acoso sexual callejero en la delegación Iztapalapa, CDMX en lo que se
procedió a llegar a la línea 8 del metro Constitución de 1917 correspondiente a la
delegación de Iztapalapa, CDMX, en donde se prosiguió a caminar por las líneas
correspondientes hasta la línea del metro Iztacalco y en las que se percataban miradas de
hombres y mujeres que observaban mientras detenía el paso, resultando difícil tomar o
grabar ya que el desplazamiento de los ciudadanos era rápido. En dicha aplicación de
observación use el ser auto-observado y además él observador, en dos tiempos diferentes en
donde retome principalmente la auto-observación. Durante el regreso de la línea 8 del
metro con dirección a Constitución de 1917 3 personas de sexo masculino de edad adulta
quienes se encontraban de espaldas y se voltearon con la finalidad de observar
disimuladamente. Llegando a metro constitución de 1917 se procedió a tomar el
transporte público, dirigido hacia Santa Martha y un adolescente joven, me observó con una
conducta acosadora. Con destino a Santa Martha, se procedió a concluir el experimento,
pero nuevamente surgieron las miradas y los chiflidos que ocasionaron mayor
incomodidad, debido a que quienes mantuvieron el contacto con un grupo de mujeres que
transitaban por ahí fueron unos individuos de transporte de carga.

El resultado obtenido de dicha consistió en establecer una definición de lo que se


considera acoso sexual, partiendo del hecho de que en la vida cotidiana y en el lenguaje
coloquial, ni siquiera se emplea dicho término para referirse al problema. En segundo lugar,
establecer que su existencia, aunque efímera y casi inasible, permanece presente en la
conciencia de los y las transeúntes y éstos se asignan significados y valoraciones diversas,
en medio de las cuales es posible discernir experiencias negativas y humillantes,
intimidatorias y agresivas de meras aproximaciones de cortejo y coquetería. De tal manera,
estableciendo desde el punto de vista de los actores sociales lo que es grato bien recibido y
lo que es ofensivo y molesto.

Y que se realizaba con el fin de identificar la presencia de acoso sexual callejero, el


cual es representación de cualquier acto con una connotación sexual, en la cual durante la
realización del experimento se comprobó que existe en hombres y mujeres, ya que durante
el experimento se observó que un par de mujeres comenzaron a mirar de una forma
agresiva y observando de pies a cabezas la forma en que en ese momento me encontraba
vestida, además de que su mirada fue tan insistente que me hizo girar hacia donde estas
mujeres se encontraban, ocurriendo lo mismo con un grupo de personas de edad adulta
quienes se encontraban de espaldas en la calle y que se giraron hacia donde me encontraba
con la finalidad de observarme, y que durante varios minutos permanecieron con esa
mirada, hasta que comencé a caminar por otro sitio, siendo esto una situación incómoda y
que consideremos que es lo que se vive día a día.

Como he mencionado, el acoso sexual callejero se presenta en mujeres en forma no


verbal, ya que durante la elaboración del tema se presentaba con mayor frecuencia los actos
de connotación sexual en miradas que podían ser en forma descarada hacia las mujeres, sin
importar si te encuentras sola o acompañada. Y que podemos considerar que no solo en la
delegación Iztapalapa se puede presentar estas conductas sino, en todo el mundo, sin
embargo, la población seleccionada mostró dichas conductas y que desde una perspectiva
social, influiría el hecho de que es visto como algo natural dentro de la población y que las
mujeres que presentan acoso no presentan una denuncia formal y que evidentemente
quedan impunes estas situaciones.

Y si bien es cierto, son actos que, si son identificables en cualquier lugar, y que son
agentes que generan enojo, impotencia, miedo y ansiedad desde el hecho que personas que
bien sean conocidas o no, realicen de forma verbal o no verbal estas acciones.

Al realizar el experimento se pretendía averiguar cómo se manifestaba el acoso sexual


callejero en mujeres, así como identificar que era el acoso. En donde se pudo identificar
que el acoso es visto de una forma natural, ya que las mujeres pueden sentirse incomodas o
insultadas por los chiflidos, por la forma de caminar e incluso inseguras por transitar por las
calles. Durante estas acciones se percato además que no existe el cuidado de las mujeres, ya
que inclusive entre mujeres se percataba el acoso sexual, e inclusive los insultos se vieron
reflejados durante los actos de experimentación.

Existiendo así una contingencia, es decir, algo no previsto durante la realización del
experimento era la imparcialidad del clima, hacia demasiado frío por lo que hubo un
cambio de vestimenta casi al finalizar el experimento. Teniendo como consecuencia una
situación desfavorable en que la población presente llevaba un paso rápido era poco
probable que voltearan a verme. También debido a que algunas personas llegaron a notar la
compañía de cómplices, obstaculizo la experimentación. Otra situación que impidió que se
realice con éxito el experimento fue que en esos momentos eran vacaciones, por tanto,
conforme pasaban las horas la población disminuida. Y las personas que caminaban por las
calles de las diferentes estaciones de la red del sistema de trasporte colectivo.

Por tanto, concluimos que hombres y mujeres pueden tener conductas de acoso sexual
que se manifiestan en formas verbal y no verbal y si bien es cierto son causantes de
sentimientos negativos como bien el miedo que se generan a través de las acciones
generadas mientras una persona es acosada. Creyendo además que el sexo masculino sería
la población de quien se tendría más acoso, y que si fue manifestado en forma no verbal
(visual), a diferencia de la población femenina que era manifestada a través de dos aspectos
verbales (gritos) y no verbales (miradas).
Referencias
Baró, T. (2014) El comportamiento no verbal de acoso sexual en espacios públicos.
Recuperado de:http://www.teresabaro.com/tag/acoso-sexual-callejero/

Calderona, M. La Trama de la Comunicación Vol. 9, Anuario del Departamento de


Ciencias de la Comunicación. Facultad de Ciencia Política y Relaciones
Internacionales, Universidad Nacional de Rosario. Rosario. Argentina. UNR
Editora, 2004.

Espinoza, M. (2014). ¿Galantería o acoso sexual callejero? (Tesis de maestría).


Universidad Andina Simón Bolívar, Quito, Ecuador. Recuperado de
http://repositorio.uasb.edu.ec/handle/10644/3784

Gaytán, P. (2007). El acoso sexual en lugares públicos un estudio desde la Grounded


Theory. El cotidiano, vol. 22 núm. Universidad Autónoma Metropolitana
Azcapotzalco.

Gaytán, P. (2009). Del piropo al desencanto: Un estudio sociológico. Azcapotzalco,


México. Recuperado de:
http://148.206.79.158/bitstream/handle/11191/1855/Del_piropo_al_desencanto_B
JO_ Azcapotzalco.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Hidalgo, J. & Aguirre, A. (2017). Según un proyecto de investigación social sobre


acoso callejero las mujeres reconocen este fenómeno como un tipo de violencia.
Recuperado de: http://notienesmipermiso.org/2017/06/08/solas-la-calle/

Observatorio con el acoso callejero Chile (2014). Primera Encuesta de Acoso


Callejero en Chile, Informe de Resultados. Disponible en
http://www.ocacchile.org/wp-content/uploads/2014

Organización de las Naciones Unidas. (1993). Declaración sobre la eliminación de


la violencia contra la mujer. Nueva York: Organización de las Naciones Unidas

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