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Fugier Pascal

Pierre Bourdieu et Jacques Maître, « Avant-propos dialogué »

Fugier Pascal, « Pierre Bourdieu et Jacques Maître, « Avant-propos dialogué » », dans revue
¿Interrogations?,
N°5. L’individualité, objet problématique des sciences humaines et sociales, décembre 2007 [en ligne],
http://www.revue-interrogations.org/Pierre-Bourdieu-et-Jacques-Maitre

Continuamos nuestro panorama general de las diferentes contribuciones de Bourdieu. Vamos a evocar
aquí uno de sus escritos indiscutiblemente marginales y poco conocidos, en este caso un prólogo
dialogado con Maître, iniciador de un programa de psicoanálisis socio-histórico. No es muy ortodoxo
hacer una reseña de lectura de un simple prólogo pero pensamos que contiene posturas bastante
desconocidas de Bourdieu que conciernen a la articulación entre la sociología y el psicoanálisis, y
correlativamente a la cuestión de la finalidad terapéutica de la sociología.

Todo el interés de este prólogo dialogado se condensa en sus dos primeras páginas, donde Bourdieu
resalta los méritos de las búsquedas llevadas adelante por Maître e introduce “la cuestión de los
vínculos entre la sociología y el psicoanálisis y, más precisamente, la cuestión de la inversión
(inmersión) en las instituciones: cómo las disposiciones (en tanto potencialidades) se revelan en
relación con ciertas instituciones o campos (en tanto espacios de posibles); cómo los agentes explotan
las instituciones para satisfacer sus pulsiones [..] y cómo las instituciones, a la inversa, ponen las
pulsiones de los agentes al servicio de sus fines. [..] el campo ofrece un espacio de posibilidades
preestablecidas; él regula las disposiciones, es decir que las restringe y las censura al mismo tiempo
que les abre vías”. (pp. V-VI).

En primer lugar, esta parte quizás preocupe a los caricaturistas de la sociología de Bourdieu,
considerado por ellos imperialista (al negar todo interés y valor a las disciplinas próximas a la
sociología) y fatalista, por un lado erigiendo a las disposiciones como el orden único de
determinaciones en detrimento de la "lógica de la situación", y por el otro reduciendo a los agentes
sociales al estatuto de simples epifenómenos de la estructura, privados de todas capacidad
estratégicas.

Así, comprobamos aquí la presencia de un diálogo con el psicoanálisis, interlocutor presente en los
escritos de Bourdieu aunque de manera implícita (una parte del vocabulario que emplea directamente
se inspira en el psicoanálisis y en sus conceptos, y en mecanismos tales como la represión, la
negación, la identificación, la sublimación o incluso la pulsión y el inconsciente). Hay que reconocer no
obstante que Bourdieu, como buen durkheimniano, siempre prefirió la historia al psicoanálisis para
nutrir un discurso interdisciplinario.

Por otra parte, se comprueba que él articula estos dos órdenes de determinaciones que son las
disposiciones y las situaciones sociales, estas últimas desempeñando el papel de activación o -al
contrario- de inhibición de las disposiciones interiorizadas. Con lo cual el habitus no puede ser definido
como un concepto mecanicista ni las disposiciones equiparadas a un destino. Estas últimas deben ser
entendidas más bien como potencialidades al inicio de un "espacio de posibilidades" que el sociólogo
debe intentar actualizar. En fin, el agente social es presentado a la vez como el producto y el productor
de los campos sociales, lo que le permite a Bourdieu no impugnar la dimensión estratégica de las
inversiones sociales de los agentes sin caer por eso en un ingenuo discurso voluntarista.
Por otro lado, pensamos que él nos propone aquí una problemática interdisciplinaria interesante,
articulando la sociología y el psicoanálisis a través de una dialéctica de los registros pulsionales y
sociales. Así, cabe constatar la sublimación operada por los campos sociales, incitando al individuo a
comprometerse por una institución, lo que llamamos una figura de lo Otro, a ser atrapados en sus
juegos y sus apuestas, por ejemplo la reproducción de las fuerzas productivas refiere a la figura
aparente de lo Otro, que es el mercado.
Tal es también la operación que se efectúa durante el rito de institución presentado por Bourdieu en
sus Meditaciones Pascalianas cuando evoca el célebre caso del presidente Schreber. Este rito
consiste en una apropiación del solicitante mediante la función simbólica (la de presidente de un
Tribunal Supremo). El heredero es apropiado por la herencia, es llamado al orden (simbólico), puesto
en su lugar, el de sujeto y de "ser social".
A la inversa y simultáneamente, podemos también hablar de una apropiación imaginaria de la función
simbólica por el solicitante, que puede consistir entonces (para repetir el caso del presidente de la
Corte) en jugar a ser Dios, en poner el campo social en el cual adquirió una posición dominante al
servicio de sus pulsiones narcisistas. En esta configuración, el sujeto imaginario, self-made-man,
autoproclamado, domina al sujeto simbólico. El presidente del Tribunal niega la herencia. Si llegó a ser
presidente, es porque lo merece. Su trabajo personal, sus estrategias personales, su talento, justifican
su disfrute personal.
Bourdieu se refiere así a una “negociación entre las pulsiones y las instituciones” (p. IX), proceso largo
y difuso: “en los universos ordinarios, en el proceso por el cual uno se convierte en profesor por
ejemplo, la operación es extremadamente larga, comienza desde el sexto grado: el que está en la
primera fila, el que siempre levanta la mano, elige a la institución y es elegido por ella al haberla
elegido. Ya no sabemos quién elige, si es la institución la que escoge al individuo o a la inversa. Esto
hace que el trabajo de negociación opere a escala infinitesimal, en una duración muy larga” (p. IX).

Este prólogo, pues, tiene el mérito de abrir un conjunto de cuestiones y de pistas de investigación. Así,
globalmente, una articulación entre la sociología de Bourdieu y el psicoanálisis de Lacan parece
posible y prometedora. Sin embargo pocos son los investigadores que se aventuraron allí. Según
nuestro conocimiento, sólo la sociología clínica llevada adelante por Gaulejac y la unidad de
investigación "Psicoanálisis y prácticas sociales" dirigida por Zafiropoulos trabajan en un diálogo
semejante. Por nuestra parte, trabajamos en eso, no sin dificultad.

En lo que aquí nos concierne, dado que Bourdieu sostiene que el habitus se incorpora, lo que
presupone por consiguiente la estructuración plena del esquema corporal que pone fin a la división del
cuerpo, nos preguntamos si es posible proponer una sociología de la psicosis (y particularmente de la
esquizofrenia) como ésta aparece especialmente cuando la imagen del cuerpo del individuo
permanece fragmentada? 1

Igualmente, su posicionamiento con respecto al psicoanálisis es más que nunca ambiguo. Como se
lamenta Eribon, Bourdieu escogió demasiado a menudo "evitar la confrontación directa con el
psicoanálisis" 2. Así, en La dominación masculina, se contenta con sociologizar las problemáticas
psicoanalíticas denunciando el arbitrario histórico de las categorías sexuales masculino/femenino.
Considerablemente por otro lado, se contenta con aprehender con una mirada sociológica los objetos
que son a menudo reservados y acaparados por las ciencias vecinas: la imagen del cuerpo por el
psicoanálisis, la arquitectura por la geografía, el lenguaje por la lingüística, etc.
1
Cf. Jean-Michel Le Bot, « ’ Structure structurante’ et ’structure structurée’, ’histoire incorporée faite nature’ : l’habitus entre sujet et personne »,
Tétralogiques, n° 13, décembre 2000, pp. 57-78.
2
«La reproduction du macho» in Pierre Bourdieu. Sociologue énervant, [enligne]
http://www.homme-moderne.org/societe/socio/bourdieu/presse/obs0998.html. Page consultée le mercredi 21 novembre
2007.
En medios más marginales, deja entrever sin embargo la perspectiva de un diálogo crítico. Es el caso
por ejemplo cuando, en una entrevista realizada con periodistas alemanes 3, expresa su deseo de
"fundar una suerte de Sociedad mundial para el socioanálisis, así como ya existe para el psicoanálisis"
y no vacila en cuestionar la idea recibida según la cual el sufrimiento psíquico sólo puede ser
responsabilidad del psicoanalista. La sociología también puede asegurar una función terapéutica o
clínica, sin que con ello se sustituya al psicoanálisis; Bourdieu simplemente sugiere la idea de que
puede "iluminar numerosos aspectos" de los dramas personales que el psicoanálisis tiende a
descuidar.

Así, correlacionado, para recuperar su propia ilustración, las mutilaciones que un joven chico se inflige
con el hecho de que su padre es un politécnico "brillante" que no deja de estigmatizar a su niño de
"inútil", desea introducir la “dimensión social” de los sufrimientos psíquicos. Se trata aquí de poner en
evidencia la presencia y el impacto de la violencia simbólica ejercida por el padre cuyo valor social y
simbólico (es politécnico y no barrendero o desocupado) es reconocido por su hijo y desconocido en
su arbitrariedad, esta violencia simbólica participa en su complejo de inferioridad y en su actitud
masoquista.

Finalmente, nos preguntamos sobre todo si el habitus se limita a la dimensión simbólica de los hechos
sociales y tiene funciones similares al concepto lacaniano del Nombre del Padre como la castración
simbólica; Bourdieu habla así de la renuncia, del "sacrificio, a veces exorbitante, de la persona
privada" 4 que implica un rito de investidura y no deja de poner el acento en esos actos de
nombramiento que son los ritos de institución y la adquisición de títulos escolares. ¿Pero, qué lugar se
reserva para la dimensión imaginaria de los hechos sociales, la del narcisismo, de la paranoia, de la
agresividad? ¿Esta dimensión se sitúa por fuera del habitus? Este último lo integra, gracias a que el
habitus es un sistema de disposiciones dialéctico, caracterizado ante todo por la contradicción;
Bourdieu apenas lo deja entrever, limitando la cuestión del clivaje (fragmentación, división) del habitus
a la dualidad de la dimensión simbólica (como respuesta a una fuerte movilidad social) y no a la
dialéctica de las dimensiones simbólicas e imaginarias. La cuestión permanece abierta…

3
Stefan Keller & Verena Mühlberger, «Créer des réseaux!» in Pierre Bourdieu. Sociologue énervant, [en ligne]
http://www.homme-moderne.org/societe/socio/bourdieu/entrevue/vernetzF.html. Page consultée le mercredi 21
novembre 2007.
4
Méditations pascaliennes, Paris, Editions du Seuil, 1997, p. 289.

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