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Como ya hemos señalado, el concepto de diversidad nos remite al hecho de que todos los
alumnos/as tienen unas necesidades educativas comunes que son compartidas por la mayoría,
unas necesidades propias individuales y entre éstas, algunas pueden ser especiales.
El término NEE fue acuñado en el informe Warnock (1978), para hacer referencia a aquellos
alumnos/as que precisan una o varias de las siguientes prestaciones educativas especiales a lo
largo de su escolaridad2:
1
Documento Extraído Material de Capacitación Docente. Fundación HINENI. 2003.
2
Special Educational Needs Report of te Cmmitte of Enquiry into the Education of Handicapped Children
and Young people. London: HMSO, 1978
La comisión Warnock consideró que no sólo los niños con discapacidad requerían las ayudas
señaladas, sino que había muchos otros que experimentaban dificultades de aprendizaje, por
diversas causas, que también precisaban de estas ayudas. Por ello, se señala en el informe
que uno de cada cinco alumnos puede presentar necesidades educativas especiales, durante
periodos de tiempo variables, a lo largo de su escolaridad.
Por otra parte, el carácter interactivo de las NEE, determina que éstas sean relativas,
dependiendo del contexto educativo donde se expresen y de los criterios con que éstas
sean interpretadas y definidas. Dicho de otro modo, las NEE que pueden presentar
determinados alumnos, por las causas que fueren, no serán exactamente las mismas
en una escuela u otra, sino que tendrán una dimensión y matices distintos en función
de la respuesta y características de cada escuela, de cada docente.
Las necesidades educativas especiales además son dinámicas, es decir, que pueden
variar en función de los avances del propio alumno y de los cambios de la enseñanza y
entorno educativo. Es mejor entonces hablar de “situación” como algo opuesto a
“estado”.
Por todo lo señalado anteriormente, uno de los avances importantes del concepto de
necesidades educativas especiales, es que deja de poner el acento en el déficit de los
alumnos/as para centrar la atención en las necesidades educativas para avanzar hacia el logro
de los fines de la educación. En consecuencia, la respuesta educativa se orienta a la creación
de las condiciones que faciliten su proceso de desarrollo y de aprendizaje en los diferentes
contextos en los que se desenvuelve el alumno/a, especialmente en el entorno escolar.