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RELACIÓN ENTRE DERECHO Y LA MORAL

MORAL Y DERECHO

Las relaciones entre la Moral y el Derecho constituyen una de las cuestiones más
importantes y complejas de la Filosofía del Derecho, sobre todo si se tiene en
cuenta que afectan al concepto del Derecho, a su aplicación, a las relaciones
entre legalidad y justicia o al espinoso tema de la obediencia al Derecho. La
Moral y el Derecho hacen referencia a una parte importante del comportamiento
humano y se expresan, en gran medida, con los mismos términos (deber,
obligación, culpa, responsabilidad). Se puede decir que el contenido del Derecho
tiene una clara dependencia de la moral social vigente, de la misma forma que
toda moral social pretende contar con el refuerzo coactivo del Derecho para así
lograr eficacia social.

Las teorías en relación con la Moral y el Derecho se pueden sintetizar de la


siguiente manera:

 Confusión entre ambos conceptos.


 Tesis de la subordinación del Derecho a la Moral.
 Tesis de la separación absoluta.
 Tesis que establece distinciones y conexiones (DUTRA, 2013).

MORAL Y DERECHO: UNA COMPLEJA E INEVITABLE


RELACIÓN

Tras hacer varias precisiones sobre los conceptos de Moral y Derecho y


valorar la realidad como límite normativo se entra en los problemas
originados por una moral únicamente “construida” por el hombre y tras
ejemplificarlo con un caso práctico y polémico llega a algunas
conclusiones.

Tratándose de dos órdenes normativos, las relaciones resultan más que


evidentes. De ahí que al referirse al mismo destinatario, el hombre, parezca útil
adentrarse, a continuación, en algunas de sus características propias, como
manera de intentar encontrar una guía para dicha normatividad,
fundamentalmente por tratarse de un ser limitado o finito. Esto es, que por
mucha autonomía que exista en el sujeto, resulta evidente que las
consecuencias de su actuar, motivado en parte por dicha normativa, tendrán
algún efecto sobre él mismo, y por tanto, en el grupo al cual pertenece. Es este
límite a la normatividad el que nos puede ayudar a encontrar alguna pauta
fundamental en cuanto a dicho contenido, un punto de apoyo no dogmático, sino
práctico o vivencial a este respecto, fundamentalmente ligado a la noción de
derechos humanos. Por último, se intentará analizar un caso práctico –y
polémico–, en que se demuestra no sólo la íntima relación entre Derecho y
moral, sino además, los límites que impone la propia realidad, manifestada
precisamente en los efectos que dicha normativa produce en estos mismos
derechos fundamentales (SILVA, 2005).

RELACIÓN DERECHO – MORAL

Mucho se ha dicho y discutido acerca de la relación que guardan los dos campos
normativos por excelencia, la moral y el derecho, aún más en estos tiempos
donde las intersecciones de los temas éticos y el derecho aparecen
cotidianamente y por doquier: eutanasia, aborto, objeción de conciencia, pena
de muerte, derechos de las generaciones futuras, nanotecnología, calentamiento
global, genoma humano, etc. Partimos de la suposición de que esos dos órdenes
son dos realidades sociales y normativas diferentes cuya interrelación se
presenta en el ámbito del deber ser, del orden prescriptivo, y cuya diferencia, las
más de las veces se presenta desde diversos campos de observación. Por
consecuencia, se nos presenta una oportunidad para proponer una nueva re
exposición de su relación desde la perspectiva jurídica analítica que contemple
1) las relaciones de indiferencia, 2) las relaciones de complemento y 3) las
relaciones de antagonismo (SÁNCHEZ, 2015)
SUS COINCIDENCIAS.
Las diferencias entre Normas Jurídicas y Normas Morales es todavía tema
clásico (...). En realidad nadie confundiría una regla moral con una regla
jurídica (...).
La relación entre Derecho y Moral es evidente: el derecho recoge casi
todos los mandatos morales. Por ejemplo, no mates, no robes, paga lo
que debes, son normas morales que el Derecho también ordena, o
establece sanciones para quienes los violan: el castigo del homicidio, de
la violación, del hurto y la rapiña (en el Código Penal) o las reglas para
que los deudores paguen a sus acreedores (en el Código Civil) son más
o menos los mismos objetivos que los de las reglas morales pero
convertidos en normas jurídicas. En el mundo moderno, el respeto a los
Derechos Humanos, cierto nivel de ayuda al prójimo, etc., son “principios
morales” que tienen diferentes formas de manifestarse. Y también el
Derecho por abundantes normas asegura o procura asegurar los
Derechos Humanos. En síntesis, queremos afirmar que en alta medida,
las “reglas morales” buscan objetivos más o menos similares a los del
Derecho.

SUS DIFERENCIAS.
A. Mientras el Derecho regula conductas, es decir, actos exteriorizados,
la Moral se ocupa de los pensamientos, de la “conciencia” de los
seres humanos. Pero ocurre que, en el Derecho a veces también debe
analizar lo que ocurre en la mente de los seres humanos.

B. Otra diferencia que se señala entre el Derecho y la Moral es la


“coercibilidad” que tiene el Derecho y no tiene la Moral. Coercibilidad
significa posibilidad de coacción, es decir, la posibilidad del Derecho
de que sus reglas se apliquen obligando a ser cumplidas o a aplicar
sanciones a quienes se nieguen a cumplirlas, incluso con el uso de la
fuerza, que no necesariamente implica la fuerza física, ya que, si
alguien no paga la factura de UTE, el Estado, procederá a cortarle el
servicio debido a que es él quien suministra el servicio, y eso es actuar
aplicando la fuerza para que el individuo cumpla (PECES, 2015).
CONCLUCIÓN

En conclusión sostenemos que el derecho no puede estar reñido con la


moral sino adecuarse a ella, y que una norma inmoral debe ser
cuestionada y lucharse por su derogación, pero mientras tanto,
cumplirse, siempre y cuando no agravie principios éticos
fundamentales, como el derecho a la vida, a la dignidad o a la libertad.
En esos casos, se impone el deber moral, sobre el deber jurídico. Por
ejemplo, si nos obligan a concurrir a nuestro trabajo con saco y corbata,
aún en días de sofocante calor, podemos solicitar e incluso exigir, el
cambio del reglamento correspondiente, y mientras tanto, obedecerlo.
Otra cosa sucede cuando hay valores en juego trascendentes. En las
dictaduras militares se dictaron normas que obligaban a los militares
subalternos a cumplir con órdenes totalmente inmorales, como matar,
secuestrar niños, torturar. Esas normas no poseen justificación alguna
de obediencia (HILDA, 2009).

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