Está en la página 1de 7
2 PARA SEH LETRADOS Internet o los diarios y las cartas personales, no se rigen por normas institucionales ni se aprenden formalmente yson.una «creacién personals, Se dist ticas dominantes e impuestas de la insti tura obligatoria, examenes, monografias escritas) y sin duda deberfan ser valoradas y consideradas por el docen- ‘te como un punto de partida, a diferencia de lo que sole- mos creer y decir a menudo, cuando criticamos estas pprécticas por pensar que son la causa de las deficiencias de chicos y chicas. Erttoao Sin duda, estas tres miradas sobre la lectura no son ‘excluyentes. Corresponden a disciplinas cientificas dis- tintas, que tienen objetos y métodos de estudio diferen- tes, La lectura se basa en un cédigo lingdistico que re- quiere procesos cogaitives y que se usa socialmente en comunidades culturales. Nada de ello es prescindible. Las propuestas didécticas que se desprenden de cada mirada tampoco son excluyentes. Quiz lo mejor secfa com- Dinar las tres en una priictica educativa integradora: tomar Jos textos del entono del aprendiz, centrarse en la descodi- ficaci6n individual de las palabras fomentando la clabora- cién de inferencias en pareja y en grupo, y promover el didlogo y el intercambio en clase, sin olvidarse que hay ‘que discutir los valores ideol6gicos de cada texto y fo- mentar las ideas personales. Esperemos que as{ sea. Cartruto 2 LA LITERACIDAD O LO QUE LA GENTE HACE ‘CON LA LECTURA Y LA ESCRITURA’ Vinansta Zavata Presentamos la perspectiva de la lectura y la escritura (es decir, de la literacidad) como préctica social. Discuti- ‘mos la nocién de préctica lerada a partir de ejemplos que permiten entender que, mas all4 de los procesos mentales, involucrados, existe otra dimensi6n importante de la lec- tura y Ia escritura que se vincula con lo que la gente hace con los textos en actividades sociales concretas. Lene v EScRInIR COMO PRACTICAS SOCIALES La literacidad siempre implica una manera de usar la lectura y la escritura en el marco de un propésito social especifico, Si nos fijamos en los usos de la Lectura y la es- critura, mas alld de la escuela, podemos darnos cuenta de que leer y escribir no son fines en sf mismos: uno no 1 Publicado en Textos de Diddetica de la Lengua y la Literatura, 1247 enerode 2008, pags. 71-79. Fy PARA SER LETRADOS lee o escribe para leer y escribir. Al contrario, son formas de lograr objetivos sociales y précticas culturales mas amplios: uno lee una receta de cocina para cocinar, escri- bbe una carta para mantener una amistad, entrega tna so- licitud para ejercer un derecho ciudadano, lee el periédi- co para informarse, escribe una lista para organizar su vida, ete. ‘Cocinar, mantener amistades, ejercer derechos ciuda- danos, informarse y organizar nuestra vida son practicas sociales que, como tales, estén influidas por ideas 0 creencias que construyen la realidad de diversas formas. Si situamos la lectura y la escritura en contextos y moti- vaciones de uso ms amplios, podemos afirmar que los textos que leemos y escribimos se insertan en las prcti- cas de nuestra vida y no al revés. ‘Cuando pensamos en el uso de la literacidad en un ‘contexto especifico y para un propésito particular, ya no podemos reducirla # un conjunto de habilidades cogniti- vas que tienen que ser aprendidas mecénicamente. No podemtos, por tanto, quedarnos solamente con una pers- pectiva cognitiva del estudio de Ia literacidad. Por otro lado, no podemos decir que la lectura y la escritura s6lo ‘yacen sobre el papel, en el sentido de que son capturadas ‘en forma de textos para ser analizadas, Entonces, tampo- ‘co podemos estudiar la literacidad desde una perspectiva meramente linguistica de codificacién y descodificacién de simbolos gréficos. ‘Como el uso de Ia literacidad es esencialmente social, no se localiza tnicamente en la mente de las personas 0 ‘enlos textos leidos o escritos sino, también, en Ia interac- cci6n interpersonal y ert lo que la gente hace con estos tex- tos, Al abarcar lo que las personas hacen con los textos y LA LITERACIDAD © 10 QUELA GENTE MACE[..] 25 lo que estas formas significan para ellos, esta mirada so- cial dela literacidad agrega la perspectiva de las prdcticas alos estudios de los textos, « partir de un marco en el que Ja lectura y Ia escritura son concebidas como actividades situadas en el espacio entre el pensamiento y el texto, Conocida como «Los Nuevos Estudios de Literaci- dad», esta perspectiva se ha venido desarrollando desde ladécada de 1980 principalmente en Inglaterra (Barton y Hamilton, 1998; Street, 1984) yen Estados Unidos (Gee, 2004), En Latinoamérica también se han realizado estu- dios de este tipo en los tiltimos afios (Kalman, 2003; Za- vala, 2002; Zavala, Nifio-Murcia y Ames, 2004). En Espa- ‘ha, Cassany (2006) ha introducido esta corriente como la perspectiva sociocultural de Ia lectura y la escritura. ALGUNOS ENEMFLOS ‘Si pensamos en la naturaleza localizada de la litera dad, no es dificil darnos cuenta de que ésta cumple un rul ‘en muchas actividades sociales. Propongo algunos ejetn- plos: acostar a un nifio, comunicarse con un familiar que esta distante, jugar a los naipes como un pasatiempo, buscar informacién sobre un lugar turistico, armar un juguete electrénico, reflexionar sobre los buenos y malos, ‘actos al finalizar el dfa, etc. Todas esas act tituyen eventos letrados potenciales, pues en cud letra podria estar cumpliendo un rol importante, ya seu fen forma de cuento, carta, registro de lox punton dos, péginas en Intemet, manual de instrucelanen «I Biblia, respectivamente. Sin embargo, no podetiion ie darnos solamente con la actividad social en donde oni %6 PARA SER LETRADOS presente la literacidad —es decir, con el evento letrado— y con los textos como productos utilizadas en estas acti- vidades. - Un concepto clave para esta perspectiva —el que crea el puente entre las actividades y los textos— es el de prdc- ‘ica letrada, Algunos Io han definido como las formas cul- turales generalizadas de uso de la lengua escrita 0, en tér- ‘minos més sencillos, como maneras de leer y escribir. 2A {qué nos referimos con esto? Retomemos algunos de los ejemplos anteriores. Acos- tar a un nifio puede implicar la lectura de tun cuento y esta lectura del cuento puede hacerse de una manera en particular. Imaginemos que, mientras que va leyendo el ‘cuento, la madre interrumpe constantemente su lectura con el fin de hacerle preguntas de respuesta cerrada al ni- fo (Qué hizo Valentin con ef dinosaurio?). Cuando el niflo no contesta eorrectamente, la madre lo corrige y le da la respuesta esperada. La madre enfatiza las pregun- tas de informacién de respuesta Gnica (que ademas ya son conocidas de anterano por ella) ¥ no aquellas en las ‘que el nifio puede comentar libremente el contenido de! ‘cuento sobre la base de su experiencia, Por otro lado, imaginemos que una persona que quie- re buscar informacién en Internet sobre un lugar turist 0 lo hace colocando una palabra clave en el buscador,

También podría gustarte