Francois Ascher
LOS NUEVOS PRINCIPIOS
DEL URBANISMO
EL FIN DE LAS CIUDADES
NO ESTA A LA ORDEN DEL DiA
Versi6n espaiiola de Maria Hernandez Diaz
Alianza EditorialCAPITULO 3
LA TERCERA REVOLUCION
URBANA MODERNA
La primera modernidad y su revolucién urbana suscitaron nuevas
ideas —que denominaremos paleourbanismo— y las primeras
utopfas; la segunda modernidad y su revolucién urbana produje-
ron modelos y dieron nombre al urbanismo. La tercera moder
dad y su revolucién urbana estin dando lugar a nuevas actitudes
frente al futuro, nuevos proyectos, formas de pensar y de actuar
diferentes: es lo que llamaremos de ahora en adelante neourbanis-
mo 0 «nuevo urbanismo» (aunque esta expresién haya cobrado
un significado especial en estos tiltimos afios, especialmente en
Estados Unidos').
Esta tercera revolucién urbana comenzé hace tiempo: en
treinta afos la evolucién en las coscumbres de los ciudadanos, en
las formas de las ciudades, en los medios, motivos, lugares y hora-
rios de los desplazamientos, de las comunicaciones y de los inter-
‘cambios, en los equipamientos y servicios piiblicos, en la tipolo-
gfa de las zonas urbanas, en las actitudes hacia la natualeza y el
patrimonio, etc., ha sido considerable. Han surgido nuevos in-
vventos, como el video, el teléfono mévil, los ordenadores portati-56 LOS NUEVOS PRINCIPIOS DEL URBANISMO.
leso Internet, de gran importancia en la vida urbana, La generali-
zacién del segundo automévil y del AVE ha concribuido a modi-
ficar profundamente el rerritorio, Pero estos cambios no han he-
cho mas que empezar. Breev, paced modernise mn
"determina las tendencias a largo plazo. Se trata de identificar estas
rendencias con la mayor precisién posible, no para predecir el fi-
turo o decidir sobre ¢l, lo que serfa una ingenuidad, sino para
evaluat el impacto que puedan tener sobre las ciudades y as for-
mas de vida urbana y elaborar, en consecuencia, instrumentos
susceptibles de ayudar a gestionar del mejor modo posible dichos
cambios estructurales,
En nuestra opinién, cinco grandes cambios caracterizan esta
tercera revolucién urbana moderna: la mecapolizacién, la trans-
formacién de los sistemas urbanos de movilidad, la formacién de
espacios-tiempos individuales, la redefinicidn de la corresponden-
cia entre intereses individuales, colectivos y generales, y las nuevas
relaciones de riesgo.
La metapolizacién: las ciudades cambian
de excala y de forma
jpolizacién’ es un doble proceso de metropolizacién y.de
formacién de nuevos tipos de territorios urbanos: las ‘metépolis.
Podemos definir la metropolizacién como el intento de con-
centracién de las riquezas humanas y materiales en las aglomera-
cciones mds importantes. Es un proceso que se produce en todos
los pafses desarrollados, incluso si adopta formas diversas propias
de las especificidades regionales y nacionales. Es, principalmente,
el resultado de Ia globalizacién y de la profundizacién de la divi-
sién del trabajo a escala mundial, que hacen cada vez més necesa-
rias y competitivas las aglomeraciones urbanas capaces de oftecer
tun mercado de trabajo amplio y diversificado, la presencia de ser-
vicios de muy alto nivel, un gran nimero de equipamientos ¢ in-
fraestructuras y buenas comunicaciones internacionales. Los em-
LA TERCERA REVOLUCION URBANA MODERNA 57
pleos, los comercios, los equipamientos sanitarios, educativos,
cculturales y de ocio de las grandes aglomeraciones atraen asimis-
mo a las poblaciones més cualificadas.
‘La metropolizacidn, como ocurrié con el crecimienco de las ciu-
dades, se apoya en el desurrollo de los medios de transporte y de al-
macenamiento de bienes, informacién y personas (el sistema bip)'y
cen las cecnologfas que mejoran su rendimiento. Por ejemplo, la ve~
locidad de desplazamiento de las personas en las ciudades europeas
hha aumentado casi un ticinta por ciento en quince afos, al tiempo
aque se desarrollaban el telefono mévil y el uso de Internet, los cis-
cos compactos y hs transmisiones via satire y se generalizaba el
uso de congeladores y hornos microondas. Estos medios de trans-
porte y de almacenamiento, rentables y cada vez mis individualiza-
dos, confieren nuevas formas a las aglomeraciones urbanas. Se
constituyen de este modo las «metdpolis», es decir, grandes conur-
baciones, extensas y discontinuas, heterogéneas y multipolarizadas.
El proceso de urbanizacién y de crecimiento de las ciudades
que acompaaé a las dos primeras fases de la modernizacién y les
sirvié de punto de apoyo contintia bajo nuevas formas. El creci-
miento interno de las aglomeraciones, por extensién a su periferia
inmediata y por densificacién, da paso a un crecimiento externo,
es decir, por absorcién de ciudades y pueblos cada vex mis aleja~
e su zona de funcionamiento cotidiano. Los limites y las
diferencias fisicas y sociales entre campo y ciudad se vuelven cada
vex més imprecisos. La dilaracién de los territorios urbanos fre-
‘cuentados habitualmente por los ciudadanos resta importancia a
Ja proximidad en la vids cotidiana: el barrio ha dejado de ser lugar
de integracién de las relaciones de amistad, Fumniliares, profe
les y civicas; los vecinos son cada vez menos los amigos, parientes
yy colegas, si exceptuamos algunos guetos de ricos y pobres. Lo lo~
imbia de naturaleza y sentido: cada vex se clige mds, y tan
lo abarca realidades sociales fragmentadas. De hecho, incluso
Jos habitantes de las ciudades privadas norteamericanas (las gated
communities) viven a escala metapolitana: se desplazan mucho, a
diario y cada vez mis lejos.38 108 NUEVOS PRINCIPIOS DEL URBANISMO.
Las formas metapolitanas, muy ligadas a los medios de trans-
porte y de comusicacién, van dejando su huella en todo el terti-
torio, tanto en las grandes ciudades como en las de tamafio me-
dio. Las estructuras de las redes de transporte ripido (en bubs y
spokes, es decir, en nodos y arcos) influyen cada vez mas en los sis-
temas y rede urbanos. Las ciudades pequeiias y medianas procu-
ran tener buenas conexiones con las grandes aglomeraciones
obtener el téximo beneficio de su urbanidad (de su porencta).
La metapolizacién, como la globalizacién, induce un doble
proceso de homogeneizacién y diferenciacién: homogeneizacién,
Porque los mismos actores econémicos o el mismo tipo de acto-
Fes econémicos se encuentran presentes con las mismas ldgicas en
todos los paises y en todas las ciudades; diferenciacién, porque la
competencia interurbana es mayor y mas profunda, acentuando
Ja importancia de las diferencias. Las posibilidades de eleccién
son cada vez mis numerosas, y el contacto de los tertitorios «loca-
les» con lo «global» pone de manifiesto las diferencias ¢ in
aprovecharlas. Esta doble dindmica de homogencizacidn y dife-
renciacién constituye el marco de las polfticas de desarrollo local
y abre un espacio para el debate, la transaccién y la asociacién en-
icos méviles y locales. Lo global estimula lo lo-
cal, por las comparaciones que se establecen y porque le debe su
cexistencia. Y es, en tiltima instancia, la diversidad de los territo-
= “ i aaa
Poe que las personas, bienes, capitales e informacién
La transformacién del sistema de movilidad urbana
La globalizacién yla metapolizacién se nucren de las tecnologias
de transporte y de comunicacién y estimulan su desatrollo. Pero,
contrariamente a Io que temfamos o esperibamos, estas tecnolo.
‘glas no ponen en cla de juicio la concentracién metropolitana ni
sustituyen las ciudades reales por otras vircuale
‘HO terranenoapaeenplerewbecinmainran ae dl
LA-TERCERA REVOLUCION URBANA MODERNA 59
cara a cara y el contacto directo siguen siendo los medios de co-
municacién preferidos; la accesibilidad fisica y Ia posibilidad de
encuentro son mas que nunca los principales valores de las zonas
urbanas. Un ejemplo claro es la revalorizacién de los inmuebles
cercanos a las infraestructusas de transporte, asi como la concen-
aci¢ ial de act ireccionales, comercios y activida-
des de ocio. En cierto modo asistimos incluso a una paradoja: cl
desarrollo de las telecomunicaciones banaliza y termina por des-
valorizar todo lo que sea audiovisual —que se mediaciza y alma
cena ficilmente— y realza el valor econémico y simbélico de lo
que no se telecomunica (:todavia?), lo director, las sensaciones
cctiles, olfitivas, gustativas, los acontecimientos, las fiestas... El
boom de las actividades deportivas y de la gastronomia, el éxito
de los multicines, el aumento de los desplazamientos relacionados
con reuniones familiares o de amigos, Ia importancia que roman
los grandes acontecimientos deportivos y los festivales indican,
asimismo, la renovada importancia del cara a cara’y de la expe-
riencia directa en. /urbs ~ eee
Sin embargo, las telecomunicaciones contribuyen a transfor-
rar el sisterna de movilidad urbana de bienes, informacién y per~
sonas y dan lugar a : Por ejemplo,
con el comercio electrénico una parte de los desplazamientos de
Jos consumidores ha sido sustituida por el intercambio de infor-
macién en Internet y el trabajo de un repartidor. Esto puede su-
poner cambios importantes en la ubicacién de los comercios, ya
aque los bienes de consumo no tendrin que estar disponibles en
ccentros comerciales con alquileres caros, sino en alfzacenes cerca~
nos a las plataformas log{sticas. La importancia de los flujos de
entrega modificard igualmente los problemas y las formas de ges-
tién de la circulacién urbana y el estacionamiento, favoreciendo
cl desarrollo de sistemas de localizacién y seguimiento por satélite.
Pero el.comercio electrénico no sustituye al comercio «tradicio-
nal», sino que lo renueva ‘consi
embargo, el atractivo de las tiendas
se plantea en nuevos términos: los consuumidores deben encontrar60 LOS NUEVOS PRINCIPIOS DEL URBANISMO.
informacién y productos en ellas y experimentar sensaciones que
to procura el comercio electrénico. Es lo que explica el desarrol
Fi oe rela.
de las «compras como ocio», de los acontecimientos comerciales, de
los show-rooms, de los objetos que se pueden tocar, de las grandes
superficies donde pueden probarse materiales y productos e in-
cluso aprender a utilizarlos.
El uso de medios de ransporte r
los sistemas antiguos de centro dit
los y de las TIC cuestiona
al y de
sobre todo para los ciudadanos con
ndo, especialmente en el co-
mero, una multiplicaion delas polrdades,
La tercera revolucién urbana no da lugar entonces @ una ciu-
dad virtual, inmévil ¢ introvertida, sino a una ciudad que se mue-
vey se comunica, que parte de nuevos compromisos entre los
desplazamientos de freee bienes ¢ informacién, animada por
acontecimientos en los que hay que estar presente, y en la que la
calidad de los lugares despierta todos los sentidos, racto, gusto y
olfato incluidos.
La recomposicién rovial de las ciudades
La individualizacin del espacio-tiempo
La mayor individualizacién de los ciudadanos supone cambios en
Jas formas en que éstos organizan el tertitorio y emplean el tiem-
pe. Tnecncan controlar individualmente su «espacio-tiempo» y
para ello urilizan en mayor medida aquellos medios técnicos que.
_Aumentan su auronomia, que brindan la posibilidad de desplazar-
sey comunicarse de la forma més libre. Los medios erangore
individual (automévil, motos, bicicleras, patines, etc.) expresan,
cada uno ast modo, es cia re
Los objetos portatiles, y por encima d
movil hablan de eta bisque del wdonde qui eae,
LA TERCERA REVOLUCION URBANA MODERNA 6.
| 10, como quiero». Este deseo de autonomia se convierte en una
obligacién, en la medida en que la sociedad se organiza sobre la
base de esta individualizacién. La historia reciente del teléfono
‘movil asi lo indica: poco a poco se hace indispensable para patti-
cipar en la vida urbana, y los que deciden no tenerlo acaban final-
mente por comprarlo. La mayor flexibilidad y la personalizacién,
de los horarios de trabajo ilustean igualmente la forma de organi
zacidn de la sociedad actual sobre la base de una creciente indivi-
dualizacién, incluso para maximizar los resultados econémicos.
le las telecomuni-
vinculos direc-
empo: las distancias fisieas ya no se tra
ducen por duraciones fijas del desplazamiento, sino que cambian
segiin el medio de transporte y de comunicacién y segiin las ho-
ra; los ciudadanos cligen en mayor medida los lugares y momen-
tos de su actividad; también pueden elegir entre un cambio de lu-
‘gar (desplazamiento) y un cambio de tiempo (desincronizacién).
De hecho, las herramientas, técnicas y modalidades que permiten
modificar el tiempo y el lugar de las actividades individuales y co-
lectivas constituyen uno de los principales rasgos de la nueva re-
volucién urbana moderna. El uso del mensaje electrénico es el
jemplo perfecto de este cambio, puesto que permite la rans
sidn acelerada de la informacién y su gestidn desde cualqui
‘gar donde haya °
“Todas estas récnicas son a la ver téenicas de desincronizacién.y
de tesineronizacién, de desplazamiento y de «teposicidn». El éxito
del diio microondas-congelador seftalado anteriormente ast lo in-
dica: favorece la auronomia a la hora de comer de los individuos
y al mismo tiempo hace posible comidas colectivas compuestas
de platos individuales diferentes. Es el instrumento por excelencia
de la familia contemporénea en la qui i Si
libres en compafifav. El teléfono mévil es, al mismo tiempo, un
instrumento de deslocalizacién y de relocalizacién: permite, por
ejemplo, la organizacién ripida y en el iltimo minuto de las fies-
(as rave...62 _ LOS NUEVOS PRINCIPIOS DEL URBANISMO
La preocupicién por poder elegir el momento y el lugar de las
idades es una respuesta a la incertidumbre de una vida co
ia, compuesta cada ver. ms por microaconte-
cimientos, y, al mismo tiempo, una forma de romper con la ruti-
na y de aumentar Ia incertidumbre. La flexibilidad se convierte
en una nocién clave dentro y fuera del trabajo, puesto que permi
te adaprarse a un contexto més variado y a circunstancias menos
previsibles. =
Las formas de regulacién antiguas estan en crisis. La sirena de
1 fabica, la ampana de la iglesia y el timbre del colegio ya no
marcan el ritmo de la vida urbana, y al servicio de Telerruta le re-
sulta cada vez mds dificil prever los dfas y las horas de los atascos.
Los horarios comerciales se amplfan para que se pueda acceder a
cllos en todo momento, mientras que en algunos paises el muni-
cipio y diversos actores sociales intentan establecer nuevos siste-
mas que garanticen el acceso a la ciudad y sus servicios: proyectos
sobre desplazamientos y horarios en las ciudades o centtos comer
ciales y servicios «de guardia» las 24 horas. La sociedad promueve
ismo todo tipo de acontecimientos que ticnen, entre otros
méritos, el de permitir la «relocalizaciénm y la «resincronizacién»
-colectivas, de la escala del barrio a la del planeta, de la comida
anual entre vecinos a los campeonatos mundiales pasando por
festivales, ferias, coloquios. gresos,etc.
act
Nuevos tipos de servicios piiblicos
La individualizaci6n de la vida urbana también ha provocado tuna
crisis en el concepto y el funcionamienco de los equipamientas y
servicios puiblios. Asi como las empresas se enfrentan a una seg-
menracidin de los mercados més sutil y fluctuante que les obliga a
desarrollar un marketing personalizado, del mismo modo los se
licos —establecidos sobre la base de una misma presta-
ccidn para todos— deben hacer frente a la inadaptacién de sus
equipos y prestaciones ante la diversificacién de las necesidades
LA TERCERA REVOLUCION URBANA MODERNA 63
sociales. El caso de ilustra claramente esta
y la necesidad de desarrollar nuevas ideas. En las metipolis
los ciudadanos se desplazan cada ver més en todos los sentidos, a
todas horas del dia y de la noche, de formas diferentes y cambian-
tes segin los dias y las estaciones. Los desplazamientos pendulares
| igual que los desplazamizn-
0s radioconcéntricos. Sin embargo, los transportes piiblicos, tr:
nes, tranvias y autobuses, estin pensados segtin el mod.
“nowes decis, sobre un principio tepetitivo, de produccién masiva
y economia de escala: el mismo transporte, en el mismo itinera~
io, para todos y al mismo tiempo. Este tipo de transporte sigue
iendo valioso, incluso desde un punto de vista ecoldgico, en las
zonas densas y en los grandes ejes. Pero esto sélo representa una
parte minoritaria y decreciente de los transportes. Los habitantes
de las metépolis que no disponen de un medio de transporte par-
ticular, y sobre todo de un automovil, tienen cada vez més dificul-
tades, puesto que la ciudad —que se hace cada vez mis indispen-
sable— les resulta menos accesible con los transportes colectivos
al uso. Es poco probable que esta necesidad de desplazarse vaya a
disminuir porque se produzca un retorno al casco antiguo de la
mayor parte de la poblacién, asi que es necesario desarrollar
transportes piblicos més personalizados, que presten servicio al
conjunto de territorios metapolitanos, combinando varios medios
de transporte y recen | de
forma que se patezca a un a», que serfa al
transporte lo que el one so one al marketing.
La creciente autonomia de los individuos va acompafiada de
tuna mayor dependencia de unos sistemas técnicos cada ver. més
elaborados y socializados, El més insignificante acto cotidiano de~
pende de dispositives complejos y generalmente de mercado. Dis
puesto que las nuevas desventajas las mul:
tiplican, Las dificultades econémicas y culturales de algunos gru-
pos sociales o de edad para utilizar estas herramientas son factores
de desigualdad que hacen ain mds importante el desarrollo de64 103 NUEVOS PRINCIPIOS DEL URDANISMO
nuevos tipos de servicios piiblicos adaptados a las ciudadss de la
rercera revolucién urbana. La complejidad de las necesidades y
pricticas sociales y la petsonalizacién indispensable de las presta-
ciones hacen necesario recurrir a principios de equidad y no de
igualdad a la hora de crear estos servicios y su correspondiente fi-
La redefinicién de las relaciones entre intereses individuales,
colectivos y generales
La diversiicacin de los interesesindividuales y colectivos
La tercera fase de la modernizacién se caracteriza por unos vincu-
los sociales més adébiles», menos estables, pero mucho més nu-
‘merosos y vatiados, imbricados en las redes multiples de lt socie-
dad hipertexto. En este contexto los grupos sociales, entendidos
como grupos de pertenencia cuyos miembros comparten de for-
ma duradera un gran niimero de caracteristicas (ingresos, cultura,
nivel de formacién, etc.) tienden a perder su importancia objet
a aquellas organizaciones que pretenden integrar posiciones sobre
las cuestiones mas diversas en un mismo conjunto ideolégico 0
‘en un mismo programa, Este cambio tiene numerosas consecuen-
ccias que forman parte de la tercera revolucién urbana moderna.
En primer lugar, hace necesaria una refundacién de la
y una renovacién de los mados de
funcionamiento de la democracia en general y de la democracia
local en particula i
1 distrito a Europa pasando por el muni
cipio, la aglomeracién, el pais, el cantén, la jurisdiccién, la regién.
LA TERCERA REVOLUCION URBANA MODERNA 65
y la nacién 4 medio plazo en la forma actual. En una
sociedad de 1 dimensiones, y en territorios que cambian de tama-
fio y de naturaleza dependiendo de coscumbres y desplazamientos
individuales, es necesario elaborar dispositivos de naturaleza esta-_
ral con basades en el principio de _
Ja subsidiariedad y que permitan consultar aI:
ma mds continuada y diversa. La democracia electrénica presenta
realmente algunos peligros, ya que puede no dejar suficiente tiem-
po para la reflexién y el debate, pero también oftece alternativas
para enfrentarnos a sus nuevos envites.
En segundo lugar, la dinémica de la sociedad hipertexto obliga
a revisar con detenimiento la definicién de interés colective y de.
toma de decisiones piblicas, ya se trate del interés general a la
francesa o del interés comtin anglosajén. El xefecto nimby» (not.
in.my backyard, «jen mi patio nob») y el aumento de los conten-_
ciosos en cl reflejan la crisis de
la legitimidad publica, la diversificacién y la inestabilidad de los
incereses colectivos.
Por tiltimo, surgen problemas relacionados con el desarrollo
de nuevas formas de | Estas son producto de
discintos factores. Primero, hay una tendencia a la formacién de
guetos en los que se reagrupan, por diferences mecanismos econé-
micos, sociales y politicos, poblaciones excluidas del desarrollo
econémico, es decir, rechazadas por los cambios sociotécnicos. El
desarrollo de los medios de transporte ofrece nuevas posibilidades
de cleccién del lugar de residencia, con lo que Ia poblacién se rea-_
grupa de acuerdo con unas
jemos visto en algunos pases la cons-
truccién di . A esta tendencia a le
fragmentacién social y al cierre espacial se afiade la tentacién de
ruptura del de los vinculos de solidaridad locales y
nacionales, Este movimiento se acompafia en todas partes, y espe-
cialmente en Estados Unidos, de un rechazo cada ver mds explici-
to al pago de los impuestos locales con el pretexto de que estos
barrios podrian volverse progresivamente autosuficientes. Final-66 LOS NUEVOS PRINCIPIOS DEL URBANISMO
mente un tetcer proceso contribuye en certo modo ala segrega-
ln social: cats SDIURRERED WP DRRICEIRRDES Sparse?
#6. La misma duerza segregadoras diferencia socialmente el espa
desde un edificio en una ciudad en la que nos desplazamos a
pie a seis kilémetros pot hora hasta los barrios donde nos move-
mos en autobiis o tranvia a 20 kilémetros por hora o los pueblos
del extrarradio donde los automéviles van a 50 kilémetros por
hora. De hecho, el aumento. de la velocidad. de. desplazamiento
obliga a planteaise en.niuevas té+minos las cucstiones de hibrider
xy de diversidad social en las ciudades actuales.
Una democracia mds procedimental y deiberatva,
tuna solidaridad mas reflexiva
lades modernas avanzadas tienen ante s{ el desafio de la
. de la polici-
scayy de la toma de decisiones puiblicas, sobre todo en el ambito de
las polfticas urbanas, No es éste el lugar para hacer propuestas
bolic uns,
cconcretas, pero estd claro <1 ARaeamaiane ces
‘cuanto mas en consonancia esté con las estructuras, los modos de
funcionamiento y los tipos de representacidn caracteristicos de la
jo. Esto supone una democracia més procedi-
mental, mas reflexiva y mds «comprehensivay, es decir, que tenga
‘en cuenta fa idea que sobre sus situaciones, comportamientos y
acciones tienen les personas. Sin embargo, el lugar que debe tener
cl debate, no sélo en la vida politica sino en el funcionamiento de
los aparatos piblicos y estatales, no cuestiona la democracia repre
sentativa, las reglas mayoritarias ni la responsabilidad de los el
dos. Pero esta de moderna avanzada» debe ser mucho
mas deliberativa, puesto que en una sociedad hipertexto compleja
‘¢ improgramable no sélo la mayorfa de los problemas son impre-
visibles y no constituyen el mandato de los electores, sino que las
smayorlas estables sobre varios asuntos son cada ver mas raras,
mientras que las minorfas variables se combinan de formas diver-
LA TERCERA REVOLUGION URBANA MODERNA 67
sas segtin las circunstancias. El politico debe tener en cuenta que
SO ieRlocaLsass a5 +
-dindmica de los proyectos que por el cumplimiento de un progra-
ima; mis por soluciones ad hoc, que por la aplicacién de normas,
més por ol gpa = por grandes acuerdos globales.
‘Asimismo, las reglas mayoritarias y la responsabilidad de los elegi-
dos no deben zanjarse cuando haya diferencias sobre puntos im-
portantes, sino in fine, cuando todos los dems medios para alcan-
zat el consenso se hayan agotado. La legitimidad de una decisién,
publica y su eficacia son mayores si se han elaborado mediante un
‘proceso que haya reunido a sus protagonistas alrededor de un
_yecto comin, Es auplerento-deeptiaidad OES
particularmente necesario en una sociedad con refe-
mea iversos que se van multiplicando. Es la ventaja
de Somme MA Tpcce loa mcvodas wdionales d
gobierno.
“Las reivindicaciones de clase, ast como
stitucionaliza actualmente, no deben con:
sociales que necesitan
_redefinit las nociones de solidaridad y responsabilidad. Ast pues,
cen lugar de hablar del declive de la moral, hay que vislambrar con
cesta modernidad avanzada una que deter
la emancipacién de los individuos frente a las obligaciones im-
" puestas por reglas «superiores» y las definiciones normativas del
valor de las conductas, y que base el respeto a las normas, cédigos
yy valores colectivos en la reflexién sobre su necesidad para la so-
‘ciedad. Sin embargo, esté claro que todos los problemas no pox)
i ¥y que en algunos casos los
inevitables ¢ incluso necesarios...
La ciudad de ls riexgos
Si como afirmaba el dicho medieval vel aire de Ia ciudad hace li-
bre», a cambio la ciudad es también el lugar de los peligros fisicosG8 LOS NUEVOS PRINCIPIOS DEL URBANISMO-
y morales. De hecho, las ciudades siempre han sido ambivalences
desde el punto de vista de la seguridad, garantizando a un tiempo
proteccién y suscitando todo tipo de peligros. Esta doble natura-
leva de la ciudad se constata hoy por la dindmica de moderniza-
cién que sigue modificando las relaciones de la sociedad y de los
individuos frente al azar y los peligros que lo transforman en ries-
go. Es tipico de la sociedad moderna querer controlar el futuro, y
para ello intenta conocer y medir las probabilidades de que se
produzca tal o cual acontecimiento para tomar después decisiones
al respecto. El riesgo, que es una nocién tipica de la modernidad,
domina en la actualidad todas las costumbres sociales y da lu
la «sociedad del riesgo»: tanto los individuos como los actores
eco: 3s y sociales hacen del riesgo una cuestién clave y per-
_ manente de su vida y de sus acciones.
Fait aaaie ee Taner urollo de los co-
| nocimientos y pal cco say gene-
Mie ae nen lanfonnet ce a
cl avance de las
ciencias provoca también nuevos ie aoe con la con-
taminacién, con las emisiones de gas carbénico y con el uso de
sistemas de refrigeracién, etc. Los avances de la informacién han
supuesto la difusién inmediata de los sucesos, lo que contribuye a
dar la impresién de un mundo urbano Hleno de peligros. Pero el
aumento del riesgo no se reduce sélo a la sensacién de que la so-
ciedad es més peligrosa. Por un lado, la exigencia de seguridad
aumenta y, por otto, la inseguridad se incrementa realmente. El
avance de la técnica es un arma de doble filo: ofrece nuevas posi-
bilidades pero también acentiia los dafios que puede provocar.
‘Ademés, la sociedad hipercexto emergente no consigue encontrar
nuevas formas de regulacién, y asistimos en muchos palses al au-
mento de la wiclencia urbana» y de todo tipo de delits.
“Estas nuevas relaciones con el riesgo, la incertidumbre y el fu-
le porque, al mismo tiempo, el proceso
de modernizacién sigue transformando la relacién de la sociedad
con la natutalezs, Hoy la «nacuraleza» esd integrada en lo social
LA TERCERA REVOLUCION URBANA MODERNA 69
lo que supone tomar decisiones para controlarla y protegerla. La
nocién de «patrimonio nacural» expresa una actitud profunda-
mente moderna de apropiacién de la naturaleza por las socieda-
des humanas,
La transformacién hacia a sociedad del riesgo, es decir, el lu-
gar creciente que ocupan las preocupaciones en materia de seguti-
dad fisica, econdmica, social y familiar, es resultado a ln vez del
mayor ntimero de incertdumbres de todo tipo y de la ambicién
a le realizar proyectos, de poner en marcha estrategias, de
controlar el futuro. Por ello, canto los individuos como los actores
sociales y econémicos buscan lo que puede proteger, tranq)
dar confianza. En este contexto hay que situar el «principio dé
precaucisnm, que tiene tanto éxito en la actualidad que resulta es-
pecialmente dificil llevatlo a la préctica. El principio de precaucién
surge, pues, cuando hay dudas sobre las posibles consecuencias de
tuna decisién, bien porque no llegamos a conocerlas 0 a calcular-
las, bien porque los expertos no se ponen de acuerdo. A medida
que el impacto se conoce —o se puede conocer—, el principio de
precaucién ya no es nécesario porque nos encontramos dentro
de un ejercicio normal de eleccién y de responsabilidad. Y no hay
que confundir el hecho de ser precavido con la aplicacién del
«principio de precaucién». Este se refiere especificamente a los,
procedimientos necesarios cuando algo se desconoce; por tanto,
traslada al politico to todo el peso de la decisién, de la medida sus-
ppensiva o dilatoria, o de asumir el riesgo.
"Riesgo y principio de precaucién son, pues, facrores determi-
nantes en el contexto en el que actian hay los poderes publicos,
urbanistas, planificadores y todas las personas y asoci
plicadas en la creacién y gestién de las ciudades,