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¡I DICCIONARIO EXEGETICO

Ú DEL NUEVO TESTAMENTO (a-x)

Horst Balz - Gerhard Schneider


Biblioteca
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de Estudios
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i'8tog, 3 idios peculiar
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X
xaioóg, oü, ó kairos momento
xecpaXr|, ñ,g, f\ kephale cabeza
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BIBLIOTECA DE ESTUDIOS BÍBLICOS
HORST BALZ
90
GERHARD SCHNEIDER
Colección dirigida por (Eds.)
Santiago Guijarro Oporto

DICCIONARIO EXEGÉTICO
DEL NUEVO TESTAMENTO

Traducido por
CONSTANTINO RUIZ-GARRIDO

TERCERA EDICIÓN

EDICIONES SÍGUEME
SALAMANCA
2005
PRÓLOGO

El Diccionario Exegético del Nuevo Testamento (DENT), cuyo primer volumen tiene ante sus
ojos, se sitúa en la tradición del Theologisches Worterbuch zum Neuen Testament que justamen-
te ahora, 46 años después de la aparición del primer volumen, ha finalizado su publicación. El
Diccionario exegético del Nuevo Testamento se siente deudor del Theologisches Worterbuch zum
Neuen Testament y no puede discutirle que para más de una generación de investigadores ha
constituido una documentación excepcional —y durante largo tiempo la única— para el trabajo
exegético. Este nuevo Diccionario exegético es la respuesta pertinente a la gran cantidad de cam-
bios y nuevos enfoques en la discusión científica especializada así como en el ámbito docente y
práctico sobre el Nuevo Testamento. Ha de quedar listo en poco tiempo para estar a disposición
del usuario como una ayuda cerrada en sí misma y homogéneamente concebida para la interpre-
tación del texto.
El Diccionario exegético del Nuevo Testamento tuvo, desde el principio, un planteamiento
interconfesional. Sus numerosos colaboradores son exegetas católicos y protestantes del área de
la lengua alemana, de otros países europeos y también del otro lado del océano. Estamos, por
consiguiente, ante un diccionario que constituye una muestra de colaboración universal a la com-
prensión del Nuevo Testamento.
El Diccionario exegético del Nuevo Testamento colma las exigencias de un diccionario sobre
los escritos neotestamentarios, porque presenta todos los vocablos del texto griego, incluidos los
nombres propios, alfabéticamente ordenados. En cada vocablo se ofrecen los datos precisos para
su traducción y exégesis. El mayor interés se centra en la comprensión de cada palabra en su con-
texto. Las palabras cuya raíz y significado coinciden se tratan casi siempre juntas. La especifici-
Cubierta diseñada por Christian Hugo Martín dad y el objetivo del Diccionario exegético del Nuevo Testamento está precisamente en su limita-
ción al vocabulario del Nuevo Testamento, pero también en su completo tratamiento y en el
Título del original alemán: Exegetisches Worterbuch zum Neuen Testament I-II subrayado de los contextos exegéticos y teológicos, así como de los fundamentos históricos pre-
cisos. Se presta igualmente atención a las nuevas orientaciones lingüísticas, pero no subyace nin-
© W. Kohlhammer GmbH, Stuttgart 21992 gún sistema concreto de teoría lingüística.
© Ediciones Sigúeme S.A.U., 1996 En cuanto es posible, los artículos parten siempre de los estratos más antiguos de la tradición,
C/ García Tejado, 23-27 - E-37007 Salamanca / España de donde se toma el vocablo correspondiente como portador de sentido. También se abordan los
Tlf.: (34) 923 218 203 - Fax: (34) 923 270 563 sentidos posteriores sin que la idea de una evolución o de una configuración gradual quiera dise-
e-mail: ediciones@sigueme.es ñar esquemáticamente la exposición. La confrontación con el abundante material extraneotesta-
www.sigueme.es mentario se va haciendo en el lugar oportuno (y no en un apartado «de historia de las religio-
nes»). Los editores responden de los pequeños artículos que no están firmados nominalmente.
ISBN: 84-301-1283-9 (obra completa) El Diccionario exegético del Nuevo Testamento debe prestar un servicio a los hombres de
ISBN: 84-301-1284-7 (volumen I) ciencia, a los párrocos y a los estudiantes. Se parte siempre de la lengua griega. Pero este traba-
Depósito legal: S.596-2005 jo debe ser también accesible a quienes no dominan ni el hebreo ni el griego. Por ello todas las
Impreso en España / Unión Europea palabras hebreas se transliteran y los términos griegos se ponen a la vez en su forma original y
Imprime: Gráficas Varona S.A. en su transliteración. Un índice de palabras en castellano ayudará a que las encuentren quienes
Polígono El Montalvo, Salamanca 2005 no están habituados a partir de palabras griegas.
VIII Prólogo PLAN DEL DENT
Como editores tenemos que dar las gracias, primero a todos los colegas que han intervenido
en esta obra común y que han colaborado en ella. No pocas veces la elaboración del artículo del
Diccionario les obligó a posponer otros trabajos. Tenemos que dar también las gracias a una lar-
ga lista de anónimos colaboradores en muchos trabajos relacionados con el diccionario. Final-
mente estamos también muy agradecidos a los trabajadores de la imprenta, que hicieron un tra-
bajo concienzudo, así como a la editorial.
Nuestros mejores deseos acompañan al Diccionario exegético en su camino hacia aquellos
que «sobre el terreno» participan en la interpretación y anuncio del mensaje bíblico.

1. La base del texto del DENT es la tercera edición The Greek New Testament (New York-
London-Stuttgart 1975) o la vigesimosexta edición de Nestle-Aland, Novum Testamentum Grae-
ce (editada por K. Aland-M. Black y otros, Stuttgart 1979). Con el texto de ambas coincide la
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN Vollstandige Konkordanz zum griechischen Neuen Testament, editada por K. Aland y otros (2
vols., Berlin 1975ss). Pero a los autores del DENT se les dio la libertad de apartarse de la base de
este «texto normal». El DENT es, conscientemente, un «diccionario de términos», es decir, estu-
La primera edición del Diccionario exegético del Nuevo Testamento apareció en entregas dia los términos y vocablos que aparecen en el Nuevo Testamento, y no pretende ser una «enci-
parciales entre agosto de 1978 y octubre de 1983. Los tres volúmenes se completaron en los años clopedia de temas».
1980, 1981 y 1983. Con el tiempo el diccionario se ha acreditado en la praxis de la Iglesia y en
la exégesis científica. Para muchos investigadores constituye un instrumento de trabajo impres- 2. Además de los términos del NT referidos arriba, este Diccionario también recoge las
cindible. Entretanto, se están preparando traducciones al inglés (en Estados Unidos), japonés, variantes textuales más importantes. De este modo el diccionario puede ser utilizado con cualquier
italiano y castellano.
otra edición del Nuevo Testamento griego.
Nos alegramos de poder ofrecer ahora la segunda edición del Diccionario exegético'del Nue-
vo Testamento. Hay que agradecer a la editorial W. Kohlhammer que haya hecho posible la 3. Todas las entradas del diccionario se pondrán en negrita. Los sustantivos irán acompaña-
segunda edición mejorada y renovada del Diccionario exegético del Nuevo Testamento con el
dos de la desinencia de genitivo y del artículo; los adjetivos y pronombres aparecerán con las desi-
esmero a que nos tiene acostumbrados.
nencias de género. A la palabra griega y a su transcripción (en cursiva) sigue la traducción caste-
llana; en algunos casos aparecerá una selección de los significados documentados. Si la palabra
HORST BALZ clave se trata en otro vocablo, se indica con el signo ->.
GERHARD SCHNEIDER
4. Los nombres propios bíblicos siguen la grafía de las modernas ediciones de la Biblia, aun-
que en ellos no hay completa uniformidad (La Biblia, de la «Casa de la Biblia», Madrid 31995;
Biblia del Peregrino, Estella 1996) y del Diccionario enciclopédico de la Biblia, Barcelona 1993,
así como del Atlas bíblico Oxford, Estella 1988.

5. En la selección bibliográfica al comienzo de cada artículo reside el centro de gravedad


para nuevos trabajos. Los autores están ordenados alfabéticamente. Dentro del artículo, las refe-
rencias bibliográficas se hacen de forma abreviada. También al final de los artículos cortos, sin fir-
mar, hay indicaciones bibliográficas abreviadas. El índice detallado de las abreviaturas está en las
páginas XV-XXIV.

6. De los artículosfirmadosnominalmente son responsables sus autores. Lo mismo vale para


las selecciones bibliográficas. Los editores se han limitado a una pura elaboración formal de estos
artículos y a corregir errores evidentes. Los mismos autores han corregido sus correspondientes
galeradas.

7. De los artículos (breves) que no llevanfirmaresponden los editores. Puesto que el DENT
no se reduce a una enciclopedia de temas (con la problemática de un principio selectivo correcto),
se incluyen los vocablos que raramente aparecen o que son hapaxlegomenon.
X Plan del DENT
AUTORES DEL PRIMER VOLUMEN

8. La estructuración del artículo se efectúa conforme a un triple sistema: 1. b) 3). En los


artículos extensos se ofrece al principio un sumario. A veces, los párrafos se destacan poniendo en
cursiva algunas palabras clave.

9. La transliteración de los signos griegos y hebreos se hace de acuerdo con la tabla de la


p. XXXV.

10. Se utilizan los siguientes signos: en el encabezamiento, tras la última palabra de la tra- Annen, Dr. Franz, profesor, Chur (Suiza)
ducción hay un asterisco (*) cuando el artículo (o el párrafo) trata o al menos indica todas las apa-
riciones en el Nuevo Testamento (teniendo en cuenta las ediciones a que nos hemos referido en el Balz, Dr. Horst, profesor, Bochum
Barth, Dr. Gerhard, profesor, Wuppertal
n. 1). Con el signo ->• se indica el lugar del DENT en que se trata el respectivo vocablo o donde Bartsch, Dr. Hans-Werner, profesor, Frankfurt a. M.; falleció en 1893
hay información sobre el tema mencionado. Bauer, Dr. Johannes B., profesor, Graz (Austria)
Baumbach, Dr. Günther, docente, Berlín; ahora profesor
11. Al final de la obra se ofrece un índice de palabras en castellano así como un índice de Baumgarten, Dr. Jórg, Colonia
los nombres propios que aparecen en el Nuevo Testamento. Beilner, Dr. Wolfgang, profesor, Chicago (USA)
Betz, Dr. Hans Dieter, profesor, Chicago (USA)
Betz, Dr. Otto, profesor, Tubinga
Beutler, Dr. Johannes, profesor, Frankfurt a. M.
Bieder, Dr. Werner, profesor, Basilea (Suiza)
Blaser, Dr. Peter, profesor, Padernborn
Bócher, Dr. Otto, profesor, Maguncia *
Borse, Dr. Udo, profesor, Bonn
Bouwman, Dr. Gijs, profesor, Tilburg (Holanda)
Broer, Dr. Ingo, profesor, Siegen
Bühner, Dr. Jan-Adolf, Móssingen
Busse, Dr. Ulrich, Bamberg; ahora profesor en Duisburg

Dabelstein, Dr. Rolf, Uetersen


Dautzenberg, Dr. Gerhard, profesor, GieBen
Dormeyer, Dr. Detlev, profesor, Münster i. Br.

Eckert, Dr. Jost, profesor, Tréveris


Elliger, Dr. Winfried, Tübingen
Ernst, Dr. Josef, profesor, Padernborn

Fendrich, Herbert, Essen; ahora Dr.


Fiedler, Dr. Peter, docente; ahora profesor
Fitzmyer, Joseph A., profesor, Washington, D. C. (USA)
Frankemólle, Dr. Hubert, profesor, Paderborn
Friedrich, Dr. Gerhard, profesor, Kiel; falleció en 1986
Friedrich, Dr. Johannes H., Nurenberg; ahora en Jerusalén
Fuchs, Dr. Albert, profesor, Linz a.d.D. (Austria)

Giesen, Dr. Heinz, profesor, Hennef


Glaswell, Dr. Mark R., docente en Nsukka (Nigeria); ahora en Saffron Walden (Ingl
Goldstein, Dr. Horst, Worpswede; ahora en Lilienthal
Grimm, Dr. Werner, Bretzfeld-Bitzfeld
Haacker, Dr. Klaus, profesor, Wuppertal
Hackenberg, Wolgang, Ennepetal; ahora en Witten
Hainz, Dr. Josef, profesor, Frankfurt a. M.
Hartaran, Dr. Lars, profesor, Uppsala (Suecia)
Hasler, Dr. Víctor, profesor, Berna (Suiza)
Haufe, Dr. Günther, profesor, Greifswald
XII Autores del primer volumen Autores del primer volumen XIII

Hegermann, Dr. Harald, profesor (Munich) Plümacher, Dr. Eckhard, Berlín


Heiligenthal, Román, Sexau; ahora profesor Dr., Freiburg i. Br. Póhlmann, Dr. Wolfgang, docente, Celle; ahora profesor, Lüneburg
Hel3, Adolf Johann, Kiel Popkes, Dr. Wiard, docente, Hamburgo
Hofius, Dr. Otfried, profesor, Padernborn; ahora en Tübingen Porsch, Dr. Félix, Stuttgart; ahora profesor en St. Augustin
Hollander, Dr. Harm W., Leiderdorp (Holanda); ahora en Haarlem (Holanda) Pridick, Dr. Karl-Heinz, docente, Wuppertal
Holtz, Dr. Traugott, profesor, Halle
Horstmann, Axel, Hamburg Radl, Dr. Walter, Bochum; ahora profesor en Augsburg
Hiibner, Dr. Hans, profesor, Dusseldorf; ahora en Gotinga Reicke, Dr. Bo, profesor, Basilea (Suiza); falleció en 1987
Kellermann, Dr. Ulrich, docente, Mühlheim Rissi, Dr. Mathias, profesor, Richmond, Va. (USA); ahora en Stonington, Me. (USA)
Kertelge, Dr. Karl, profesor, Münster i. W. Ritz, Hans-Joachim, Bochum; ahora en Schwelm
Kirchschláger, Dr. Walter, Viena (Austria); ahora profesor, Lucerna (Suiza) Rohde, Dr. Joachim, Berlín
Knoch, Dr. Otto, profesor, Passau Roloff, Dr. Jürgen, profesor, Erlangen
Kóhler, Wilhelm, docente, Wuppertal Ruckstuhl, Dr. Eugen, profesor, Lucerna (Suiza)
Kramer, Dr. Helmut, profesor, Bethel; falleció en 1990
Kraft, Dr. Dr. Heinrich, profesor, Kiel Sanger, Dr. Dieter, Bretten; ahora docente en Flensburg
Kratz, Dr. Reinhard, profesor, Viena (Austria) Sand, Dr. Alexander, profesor, Bochum
Kremer, Dr. Jacob, profesor, Viena (Austria) Schaller, Dr. Berndt, Góttingen
Kretzer, Dr. Armin, Würzburg Schenk, Dr. Wolgang, Berlín; ahora profesor en Eppstein
Kuhli, Horst, maestro en teología, Kónigstein Schille, Dr. Gottfried, Borsdorf junto a Leipzig
Kuhn, Dr. Heinz-Wolgang, profesor, Heidelberg; ahora en Munich Schmithals, Dr. Walter, profesor, Berlín
Schneider, Dr. Gerhard, profesor Bochum
Lambrecht, Dr. Jan, profesor, Lovaina (Bélgica) Schnider, Dr. Franz, Freising; ahora profesor en Ratisbona
Lampe, Peter, Góttingen; ahora profesor doctor en Richmond, Va. (USA) Schoenborn, Dr. Ulrich, docente, Sao Leopoldo (Brasil); ahora en Wetter-Mellnau
Larsson, Dr. Edvin, profesor, Oslo (Noruega) Schottroff, Dr. Luise, profesor, Maguncia; ahora en Kassel
Lattke, Dr. habilitado Michael, Augsburg; ahora Lector, Brisbane (Australia) Schramm, Dr. Tim, profesor, Hamburgo
Légasse, Dr. Simón, profesor, Toulouse (Francia) Schróger, Dr. Friedrich, profesor, Passau
Leivestad, Dr. Ragner, profesor, Aas (Noruega) Schunack, Dr. Gerd, profesor, Marburgo
Leroy, Dr. Herbert, profesor, Augsburg Schwank, Dr. Benedikt, profesor Beuron/Jerusalén
Limbeck, Dr. Meinrad, Stuttgart Staudinger, Dr. Ferdinand, profesor, St. Pólten (Austria)
Lüdemann, Dr. Gerd, docente, Gotinga; ahora profesor Stenger, Dr. Werner, profesor, Colonia; falleció en 1990
Luz, Dr. Ulrich, profesor, Gotinga; ahora en Berna (Suiza) Strecker, Dr. Georg, profesor, Gotinga
Strobel, Dr. August, profesor, Neuendettelsau; ahora en Jerusalén
Mahoney, Dr. Robert, Saarbrücken
Mayer, Dr. Bernhard, profesor, Eichstátt Thyen, Dr. Hartwig, profesor, Heidelberg
Merk, Dr. Otto, profesor, Erlangen Trilling, Dr. Wolgang, docente, Leipzig
Merkel, Dr. Helmut, docente, Erlangen; ahora profesor en Osnabriick Trummer, Dr. Peter, docente, Graz (Austria)
Merklein, Dr. Helmut, profesor, Wuppertal; ahora en Bonn
Michel, Dr. Otto, profesor, Tubinga UntergaUmair, Dr. Franz Georg, docente, Padernborn; ahora profesor en Osnabriick
van der Minde, Dr. Hans-Jürgen, Padernborn; ahora en Calden
Miiller, Dr. Christoph, Berna (Suiza) Vólkel, Martin, Dortmund
Müller, Dr. Paul-Gerd, profesor, Stuttgart; ahora en Tréveris
Walter, Dr. Nikolaus, docente, Naumburg; ahora profesor en Jena
Niederwimmer, Dr. Kurt, profesor, Viena (Austria) Wanke, Dr. Joachim, docente, Erfurt; ahora profesor, obispo
Nützel, Dr. Johannes M., Freiburg i. Br.; ahora profesor en Münster i. W. Weder, Dr. Hans, docente, Zurich (Suiza); ahora profesor
Weiser, Dr. Alfons, profesor, Vallendar
Oberlinner, Dr. Lorenz, Freiburg i. Br.; ahora profesor WeiB, Dr. Hans-Friedrich, profesor, Rostock
von der Osten-Sacken, Dr. Peter, profesor, Berlín WeiB, Dr. Konrad, profesor, Rostock; falleció en 1979
Wolter, Dr. Michael, Berlín; ahora profesor Bayreuth
Patsch, Dr. Hermann, Munich Wrege, Dr. Hans-Theo, Schleswig
Paulsen, Dr. Henning, profesor, Maguncia; ahora en Hamburgo
Pedersen, Sigfred, lector, R0nde (Dinamarca) Zeller, Dr. Dieter, docente, Freiburg i. Br.; ahora profesor en Maguncia
Peisker, Dr. Carl-Heinz, Mühlheim; falleció en 1980 Zmijewski, Dr. Josef, docente, Bonn; ahora profesor en Fulda
Peppermüller, Dr. Dr. Rolf, Bochum; ahora en Bonn
Pesch, Dr. Rudolf, profesor, Frankfurt a. M.; ahora en Munich Los breves artículos no firmados de los siguientes bloques fueron redactados por los editores:
Pesch, Dr. Wilhelm, profesor, Maguncia columnas: 1-213, 357-535, 773-1024, 1303-1484, 1715-2081, 2300-2454 (G. Schneider)
Petzke, Dr. Gerd, Kelkheim columnas: 214-356, 536-771, 1031-1301, 1488-1710, 2083-2300 (H. Balz)
ABREVIATURAS

1. Libros bíblicos y escritos extracanónicos


a) Antiguo Testamento
Abd Abadías Jon Jonás
Ag Ageo Jos Josué
Am Amos Jue Jueces
Cant Cantar de los cantares Lam Lamentaciones
1 Crón 1 Crónicas Lev Levítico
2 Crón 2 Crónicas Mal Malaquías
Dan Daniel Miq Miqueas
Dt Deuteronomio Nah Nahún
Ecl Eclesiastés Neh Nehemías
Esd Esdras Núm Números
Est Ester Os Oseas
Ex Éxodo Prov Proverbios
Ez Ezequiel IRe 1 Libro de los reyes
Gen Génesis 2 Re 2 Libro de los reyes
Hab Habacuc Rut Rut
Is Isaías 1 Sam 1 Libro de Samuel
(Dtls; Tris) Deuteroisaías, Tritoisaías 2Sam 2 Libro de Samuel
Jer Jeremías Sal Salmos
Jl Joel Sof Sofonías
Job Job Zac Zacarías

Los libros deuterocanónicos (según las ediciones católicas de la Biblia) o apócrifos (según las ediciones
protestantes), que aparecen únicamente en la versión de los Setenta, se citan con las siguientes siglas:
Dan Adiciones [gr.] a Daniel Jdt Judit
Est Adiciones [gr.] a Ester 1 Mac 1 Libro de los macabeos
Baruc 2 Mac 2 Libro de los macabeos
0 Eclesiástico Sab Sabiduría
íer Epístola de Jeremías Tob Tobías
Cuando se toma la cita de la Setenta, aparecerá después de la cita la indicación LXX.

b) Nuevo Testamento
Ap Apocalipsis 3 Jn 3 Carta de Juan
Col Carta a los colosenses Le Evangelio según san Lucas
1 Cor 1 Carta a los corintios Me Evangelio según san Marcos
2 Cor 2 Carta a los corintios Mt Evangelio según san Mateo
Ef Carta a los efesios 1 Pe 1 Carta de Pedro
Plm Carta a Filemón 2 Pe 2 Carta de Pedro
Flp Carta a los filipenses Rom Carta a los romanos
Gal Carta a los gálatas Sant Carta de Santiago
Heb Carta a los hebreos 1 Tes 1 Carta a los tesalonicenses
Hech Hechos de los Apóstoles 2 Tes 2 Carta a los tesalonicenses
Jds Carta de Judas 1 Tim 1 Carta a Timoteo
Jn Evangelio según san Juan 2 Tim 2 Carta a Timoteo
1 Jn 1 Carta de Juan Tit Carta a Tito
2 Jn 2 Carta de Juan
Para los testigos de la tradición textual del Nuevo Testamento se utilizan las abreviaturas de Nestle-
Aland (NTG) o de The Greek New Testament (GNT), a excepción de «Koiné» y «Sin».
XVI Abreviaturas Abreviaturas XVII

c) Escritos extracanónicos y Padres apostólicos pMiq Comentario de Miqueas 4QpIsb Comentario a Is 5


pSof (1Q15) Comentario de Sofonías 4QpIsc Comentario a Is 30, 15-18
AntBibl Antigüedades bíblicas del Pseudo- HechPab Hechos de Pablo IQS Regla de la secta 4QpIsd Comentario a Is 54, 11-12
Filón HechPe Hechos de Pedro lQS a (lQ28 a ) Regla complementaria 4QpNah Comentario de Nahún
b
ApAbr Apocalipsis de Abrahán HechTom Hechos de Tomás 1QS" (1 Q28 ) Libro de las bendiciones 4QpPs 37 Comentario al salmo 37
ApBar (gr) Apocalipsis de Baruc (griego) Hen (et) Apocalipsis de Henoc (etiópico) 4QDt 32 Manuscrito Dt 32 4QPrNab Oración de Nabonid
ApBar (sir) Apocalipsis de Baruc (siríaco) Hen (gr) Apocalipsis de Henoc (griego) 4QEx* Manuscrito del Éxodo 4QSam3 1 Manuscrito de Samuel I y II
ApEl Apocalipsis de Elias Hen (heb) Apocalipsis de Henoc (hebreo) 4QFlor Florilegio 4QSamb 2 Manuscrito de Samuel I y II
ApEsd (gr) Apocalipsis de Esdras (griego) Hen (esl) Apocalipsis de Henoc (eslavo) 4QPatr Bendición de los Patriarcas 4QTest Testimonia
ApEz Apocalipsis de Ezequiel Herm (m, s, v) (Pastor de) Hermas (mándala, simi- 4QpOs" Comentario a Os 4, 15 4QTestLevi Testamentan Levi
ApMos Apocalipsis de Moisés litudines, visiones) 4QpOs" Comentario a Os 2, 8.10.11-13 6QD Escrito de Damasco (Fragmentos)
ApPe Apocalipsis de Pedro Ign Ignacio de Antioquía (Ef[esios], 4QpIs" Comentario ais 10,28-11,14 HQtgJob Targum de Job
ApSid Apocalipsis de Sidrac Magn[esios], Fil[adelfos].
ApSof Apocalipsis de Sofonías Pol[icarpo], Rom[anos],
Arist Carta de Aristeas Esm[irniotas], Tralfianos]) e) Literatura rabínica
Aristób Aristóbulo InfTom Relato de la infancia, de Tomás
Ascls Ascensión de Isaías Libro de los Jubileos Se utilizarán las abreviaturas normales.
Jub
AsMos Asunción de Moisés JyA José y Asenet
Ejemplos:
Bern Carta de Bernabé KgPe Kerygma Petri
CD Escrito de Damasco (de El Cairo) Laod Carta a los laodicenses
1 Clem 1 Carta de Clemente 3 Mac 3 Libro de los Macabeos San 1, 4 Misná, Tratado Sanedrín, capítulo
2 Clem 2 Carta de Clemente 4 Mac 4 Libro de los Macabeos 1, §4 jSan 2, 21b Talmud jerosolimitano (palesti-
Did Didaché Martls Martirio de Isaías TosSan 1, 4 Tosefta, Tratado Sanedrín, capítulo nense), Tratado Sanedrín, capítulo
Diogn Carta a Diogneto MartPol Martirio de Policarpo 1, § 4 2, hoja 21, columna 2.
EpJer Epístola de Jeremías OdSl Odas de Salomón bSan 31a Talmud babilónico, Tratado Sane- Midrasim GénR, Mek, SifraLev, Sifre,
EpSant Epístola de Santiago OrMan Oración de Manases drín, hoja 31, columna 1. MidrEcl (por ejemplo)
3 Esd 3 Libro de Esdras ParJer Paralipomena Jeremiae
4 Esd 4 Libro de Esdras Polic Carta de Policarpo
5 Esd 5 Libro de Esdras ProtEv Protoevangelio (de Santiago)
6 Esd 6 Libro de Esdras SalSl Salmos de Salomón 0 Textos de Nag Hammadi
EvEb Evangelio de los ebionitas Sib Sibilinos (oráculos)
EvEg Evangelio de los egipcios TestAbr Testamento de Abrahán Fuera de las siglas indicadas en el apartado c), las citas y uso de abreviaturas serán tomadas de Gno-
EvFel Evangelio de Felipe Tesüob Testamento de Job sis undNeues Testament, editado por K.-W. Troger, Gütersloh 1973, 20s.
EvHeb Evangelio de los hebreos TestXII Testamento de los doce patriarcas
EvNaz Evangelio de los nazarenos (As[er], Ben[jamín], Dan, Gad,
EvPe Evangelio de Pedro Is[acar], Jos[é] Jud[á], Lev[í],
EvTom Evangelio de Tomás Nef[talí], Rub[én], Sim[eón],
EvVer Evangelium veriatatis Zab[ulón])
HechAndr Hechos de Andrés VidAd Vida de Adán y Eva
HechJn Hechos de Juan VitProph Vitae prophetarum

d) Textos de Quamrán

lQDta 1 Manuscrito del Deuteronomio lQIsa 1 Manuscrito de Isaías


lQDtb 2 Manuscrito del Deuteronomio lQIsb 2 Manuscrito de Isaías
1 QDM (1Q22) Discursos de Moisés 1QM Rollo de la guerra
1 QapGén Apócrifo del Génesis lQMyst(lQ27) Libro de los secretos
1QH Rollo de los himnos (hodayot) lQpHab Comentario de Habacuc
Abreviaturas Abreviaturas XIX
XVIII

Prot = Protrepticus; QuisDivSalv = Quis Dives Elegiaca; Eum = Eumenides [Las Euménides];
2. Autores y escritos griegos, latinos, judíos y cristianos Salvetur; Strom = Stromata Pers = Persae [Los Persas]; Prom = Prome-
(Las cifras romanas indican siglos) Constitutiones Apostolorum III/IV p.C. (ed. F. X. theus Vinctus [Prometeo encadenado]; Supp =
Funk, 1905) Supplices [Las Suplicantes]; SeptTheb = Sep-
Aecio Amideno VI p.C. (ed. A. Olivieri, CMG Ach = Acharnenses; Av = Aves; Eccl = Eccle- Cornelio Nepote I a.C. (ed. A. M. Guillemin, 1961) tem contra Thebes [Los Siete contra Tebas]
VIII/1-2 1935,1950) siazusae; Eq = Equites; Lys = Lysistrata; Nu = Att = T. Pomponius Atticus; Vit = Vitae Esquines IV a.C. (ed. V Marin-G. de Budé, 21952)
Agustín IV/V p.C. (PL 32-47 1845ss; CSEL 12, Nubes; Pl = Plutus; Ra = Ranae;.Thes = Thes- Cornuto I p.C. (ed. C. Lang, 1881) Ep = Epistulae
25, 28, 33, 34, 36, 40, 41, 43, 44, 47, 51, 52, mophoriazusae; Vesp = Vespae
TheolGraec = Theologia Graeca Estobeo, Juan V p.C. (ed. C. Wachsmuth-O. Hen-
57, 58, 60, 63, 74, 77, 80, 84 1887ss) Aristóteles IV a.C. (ed. I. Bekker y otros, 1831ss;
2 Cor[pus] Herm[eticum] hasta el siglo I p.C. (ed. A. se, I-V 1884-1923)
CivD = De Civitate Dei [La Ciudad de Dios]; 1960ss)
D. Nock-A. J. Festugiére, I-IV 1945-1954; I-II Ecl = Eclogae
Cresc = Contra Cresconium; Ep = Epistulae An = De Anima [Acerca del alma]; AnPost = 2
Analytica Posteriora [Analíticos Segundos]; 1960) Estrabón I a.C. (ed. H. L. Jones, I-VIII1917-1932;
[Cartas]; Faust = Contra Faustum Manichaeum; Crisóstomo IV/V p.C. (PG 47-64 1862ss) reimpresiones)
JohEvTract = In Iohannis Evangelium Tracta- AnPri = Analytica Priora [Analíticos Prime-
ros]; Cael = De Cáelo; Cat = Categoriae [Cate- Eurípides V a.C. (ed. L. Méridier y otros, I-VII
tus; SctVirg = De Sancta Virginitate; Serm = Demócrito V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Frag- 1925-1961; I U961; II31960; V 21961)
Sermones gorías]; EthEud = Ethica Eudemia; EthM =
Ethica Magna; EthNic = Ethica Nicomachea; mente der Vorsokratiker II "1964) Ale = Alcestis; Andr = Andromache [Andró-
Alcifronte II p.C. (ed. A. R. Benner-F. H. Fobes, Demóstenes IV a.C. (ed. S. H. Butcher-W. Rennie, maca]; Archel = Archelaus [Arquelao]; Ba =
GenAn = De Generatione Animalium [Investi-
1949, reimpresión 1962) gación sobre los animales]; GenCorr = De I-III1903-1931; reimpresiones) Bacchae [Bacantes]; El = Electra; Epigr = Epi-
Alejandro de Afrodisia II/III p.C. (ed. I. Bruns, Generatione et Corruptione [Acerca de la gene- Or = Orationes; Ep = Epistulae grammata; Hec = Hecuba [Hécuba]; Hel =
Supplementum Aristotelicum II/1-2 1887, ración y la corrupción]; HistAn = Historia Ani- Didascalia Siríaca III p.C. (ed. F. X. Funk, 1905) Helena; Heracl = Heraclidae [Heráclidas];
1892) malium; Metaph = Metaphysica [Metafísica]; Diodoro Sículo I a./p.C. (ed. C. H. Oldfather y HercFur = Hercules Furens [Hércules enfure-
An = De Anima; Fat = De Fato Meteor = Meteorológica; MotAn = De Motu otros, I-XII 1933-1967; reimpresiones) cido]; Hipp = Hippolytus [Hipólito]; IphAul =
Ambrosio IV p.C. (CSEL 32, 62, 64, 73 1897ss) Animalium; Oec = Oeconomica; PartAn = De Diógenes Laercio III p.C. (ed. H. S. Long, 1964) Iphigenia Aulidensis [Ifigenia en Aulide]; Iph
Amiano Marcelino IV p.C. (ed. C. U. Clark-L. Partibus Animalium; Phys = Physica [Física]; Dión Casio Coceyano II/III p.C. (ed. U. P. Boisse- Taur = Iphigenia Táurica [Ifigenia entre los
Traube-W. Heraeus, H-II21963) Poet = Poética; Pol = Política; Probl = Proble- vain, I-V 1895-1931; I-IV reimpresión 1955; Tauros]; Med = Medea; Or = Orestes; Phoen =
Anacreonte VI a.C. (ed. D. L. Page, 1962) mata; Rhet = Rhetorica; Spir = De Spiritu V reimpresión 1969) Phoenissae [Fenicias]; Suppl = Supplices [Su-
Anaxágoras V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Arrio Dídimo I a/p.C. (ed. H. Diels, Doxographi Dión Crisóstomo I/II p.C. (ed. J. W. Cohoon-H. L. plicantes]; Tro = Troiades [Troyanas]
Fragmente der Vorsokratiker II "1964) Graeci, 31958) Crosby, I-V 1932-1951; reimpresiones) Eusebio III/IV p.C. (GCS 7.9, 1-3.11, 1-2.14.20.
Anaximandro VI a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Artemídoro II p.C. (ed. R. A. Pack, 1963) Or = Orationes 23.43, 1-2.247 1902ss)
Fragmente der Vorsokratiker I "1964) Onirocr = Onirocriticus Dionisio de Halicarnaso I a.C. (ed. C. Jacoby, I-V DemEv = Demonstratío Evangélica; HistEccl
Anaxímenes VI a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Asclepio hasta el I p.C. (ed. A. D. Nock-A. J. Fes- 1885-1925; E. Cary, I-VII, 1937-1950; reim- = Historia Ecclesiastica; Marc = Contra Marce-
Fragmente der Vorsokratiker I "1964) tugiére, Corpus Hermeticum II21960) presiones) llum; PraepEv = Praeparatio Evangélica; Teoph
Andócides V a.C. (ed. G. Dalmeyda, 21960) Ateneo II p.C. (Ch. B. Gulick, I-VII 1927-1941; AntRom = Antiquitates Romanae; Compos = Teophania; VitConst = Vita Constantini
Anécdota Graeca (ed. J. F. Boissonade, I-V 1829- reimpresiones) Verb = De Compositione Verborum
1833) Atenágoras II p.C. (ed. E. Goodspeed, Die altesten Filodemo el Filósofo I a.C. (ed. C. Jensen, jterjl
Antifonte V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Frag- Apologeten, 1914; P. Ubaldi-M. Pellegrino, Eliano II/III p.C. (ed. R. Hercher, I-II 1864-1866; xaxicov, 1911; A. Olivieri, KEQÍ jtaQgr|atag,
mente der Vorsokratiker II "1964) 1947) NatAn A. F. Scholfield, I-UI1858-1859) 1914; C. Wilke, De Ira, 1914)
Apiano II p.C. (ed. P. Viereck-A. G. Roos, I-II Suppl = Supplicatio Ep = Epistulae; NatAn = De Natura Anima- Filón de Alejandría I a./p.C (ed. L. Cohn-P. Wend-
1939, 1905; I reimpresión 1962) lium; VarHist = Varia Historia land-S. Reiter, I-VI 1896-1915; VIL 1-2: índi-
Baquílides V a.C. (ed. B. Snell-H. Maehler, 101970) Elio Arístides II p.C. (ed. B. Keil 21958; W. Din- ces, ed. J. Leisengang, 1926; reimpresión 1962-
BellCiv = Bella Civilia Romana; RomHist =
Romanae Historiae dorf, I-III 1829; reimpresión 1964) 1963)
Calimaco III a.C. (ed. R. Pfeiffer, I-II 1949, 1953;
Apolonio Díscolo II p.C. (ed. R. Schneider-G. I21965) Or = Orationes Abr = De Abrahamo; Aet = De Aeternitate
Uhling, Grammatici Graeci II/1-3 1878-1910) Hymn = Hymni; Epigr = Epigrammata Eneas Táctico IV a.C. (ed. A. Dain-A. M. Bon, Mundi; Agr = De Agricultura; All = Legum
Synt = De Syntaxi Cicerón I a.C. (ed. A. Klotz y otros, 1914ss) 1967) Allegoriae; Cher = De Cherubim; Conf = De
Apolonio de Rodas III a.C. (ed. H. Frankel, 1961) Att = Epistulae ad Atticum; DeOrat = De Ora- Empédocles V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Confusione Linguarum; Congr = De Congres-
Apuleyo II p.C. (ed. R. Helm-P. Thomas, I-II 1908, tore; Divin = De Divinatione; Fam = Epistulae Fragmente der Vorsokratiker I "1964) su Eruditionis Gratia; Decaí = De Decálogo;
1913;I 3 1955;II 2 1959) ad Familiares; Fin = De Finibus Bonorum et Epicteto I/II p.C. (ed. H. Schenkl, 21916) Det = Quod Deterius Potiori insidiari soleat;
Met = Metamorphoses Malorum; Lael = Laelius; Mil = Pro Milone; Diss = Dissertationes; Ench = Enchiridion; Ebr = De Ebrietate; Exsecr = De Exsecrationi-
Aquiles Tacio II p.C. (ed. E. Vilborg, 1955) NatDeor = De Natura Deorum; Off = De Offi- GnomStob = Gnomologium Epicteteum Sto- bus; Flacc = In Flaccum; Fug = De Fuga et
Areteo Médico II p.C. (?) (ed. C. Hude, CMG II ciis; Or = Orationes, Orator = Orator ad M. baei Inventione; Gig = De Gigantibus; Her = Quis
!
1958) Brutum; Rep = De Re Publica; SomScip = Epicuro IV/III a.C. (ed. G. Arrighetti, 1960) Rerum Divinarum Heres sit; Imm = Quod
Arg = Argumentan Somnium Scipionis; Tuse = Tusculanae Dispu- Epifanio IV/V p.C. (ed. K. Holl, GCS 25, 31, 37 Deus sit Immutabilis; Jos = De Josepho; Leg
Arístides II p.C. (ed. E. Goodspeed, Die altesten tationes; Verr = In Verrem 1915ss) Gai = Legatio ad Gaium; Migr = De Migratio-
Apologeten, 1914) Clemente de Alejandría II/III p.C. (GCS 312, 217, Haer = Hareses ne Abrahami; Mut = De Mutatione Nominum;
Apol = Apología [39], 352 1905ss) Esquilo V a.C. (ed. D. Page, 1972) Op = De Opifício Mundi; Plant = De Planta-
Aristófanes V/IV a.C. (ed. V. Coulon-H. van Dae- EclProph = Eclogae Propheticae; ExcTheod = Ag = Agamemnon [Agamenón]; Choeph = tione; Post = De Posteritate Caini; Praem = De
le, I-V 1923-1930; reimpresiones) Excerpta ex Theodoto; Paed = Paedagogus; Choephori [Las Coéforas]; Eleg = Fragmenta Praemiis et Poenis; Prov = De Providentia;
Abreviaturas XXI
XX Abreviaturas

Ireneo II/III p.C. (ed. W. Harvey, 1875; reimpre- Marco Aurelio Antonino II p.C. (ed. W Theiler, Plinio el Viejo I p.C. (ed. K. Mayhoff-L. Ian, I-V
Sacr = De Sacrificiis Abelis et Caini; Sobr = 1951) 1892-1909)
De Sobrietate; Som = De Somniis; SpecLeg = sión 1949)
Haer = Adversus Haereses Máximo Tirio II p.C. (ed. H. Hobein, 1910) NatHist = Naturalis Historia
De Specialibus Legibus; Virt = De Virtutibus; Menandro IV/III a.C. (ed. A. Kórte, MI 1947, Plotino n p.C. (ed. P. Henry-H. R. Schwyzer, I-III
VitCont = De Vita Contemplativa; VitMos = Isócrates V/IV a.C. (ed. G. Mathieu-E. Brémond,
I-IV 1928-1962) 1953; nueva edición, ed. A. Thierfelder, 21957, 1951-1973)
De Vita Mosis 2
1959) Enn = Enneaden [Eneadas]
QuaestGen(Ex) = Quaestiones in Genesin (Exo- Areop = Areopagiticus
Musonio Rufo I p.C. (ed. O. Hense, 1905) Plutarco I/II p.C. (ed. W R. Patón y otros, 1925ss)
dum) (ed. R. Marcus, Philo Supplement, I-II Jámblico IIWV p.C. (ed. G. Parthey, 1875; H. Pis- Alex = De Alexandro; AlexFort = De Alexan-
1953; reimpresión 1961) Orígenes II/III p.C. (PG 11-17 1857ss; GCS 2.3.6. dri Fortuna aut Virtute; Amat = Amatorius;
Filóstrato M i l p.C. (ed. C. L. Kayser, I-II 1870, telli, 1888; reimpresión 1967; L. Deubner,
1937;21975) 10.22.29.30.33.38.40.41,1.241,2.249 1899ss) AmafNarr = Amatoriae Narrationes; Antón =
1971; reimpresión 1964) De Antonio; Apophth = Apophthegmata Regum
CommMathScient = De Communi Mathemati- Cels = Contra Celsum; Orat = De Oratione;
Heroic = Heroicus; VitAp = Vita Apollonii; Vit et Imperatorum; Athen = De Gloria Athenien-
ca Scientia; Myst = De Mysteriis; Protr = Pro- Princ = De Principiis
Soph = Vita Sophistarum sium; Aud = De Audiendo; CatoMaior = De
Fírmico Materno IV p.C. (ed. K. Ziegler, 1953) trepticus; TheolArithm = Theologia Arithmeti- Orphei Hymni (ed. W. Quant, 21955)
ca; VitPyth = De Vita Pythagorica Orphica (ed. E. Abel, 1885) Catone Maiore; CatoMinor = De Catone Mi-
ErrProfRel = De Errore Profanarum Religio- nore; CommNot = De Communibus Notitiis
Jenofonte V/IV a.C. (ed. E. C. Marchant, I-V Orphicorum Fragmenta (ed. O. Kern, 1922)
num 1900-1920) adversus Stoicos; Cons = Consolatio ad Apo-
Focio IX p.C. (ed. R. Henry, 1959ss) Ovidio Nasón I a./p.C. (ed. R. Ehwald-F. W. Lenz-
Ag = Agesilaus; An = Anabasis [Anábasis]; Ap F. W. Levy, I-III 1906-1932) llonium; Def = De Defectu Oraculorum;
Lex = Lexikon Demetr = De Demetrio; Fort = De Fortuna;
= Apologia Socratis [Apología de Sócrates]; Fast = Fasti; Metam = Metamorphoses [Meta-
Cyrop = Cyropaedia [Ciropedia]; Hist = Histo- morfosis] GenSocr = De Genio Socratis; Is = De Iside et
Galeno II p.C. (ed. H. Diels y otros, CMG V/l-2 Osiride; LatViv = De Latenter Vivendo; Lib
ria Graeca (Hellenica) [Historia de Grecia];
1914ss) Mem = Memorabilia Socratis Educ = De Liberis Educandis; Plac = De Pla-
Gelasio V p.C. (ed. G. Loeschcke-M. Heinemann, Parménides VI/V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die
Jerónimo IV/V p.C. (PL 22-30 1865ss; I. Hilberg, Fragmente der Vorsokratiker I "1964) citis Philosophorum; Pomp = De Pompeio;
GCS 18, 1918) CSEL 54-56 1910ss) PraecConiug = Praecepta Coniugalia; Praec
HistEccl = Historia Ecclesiastica Passio Perpetuae et Felicitatis [Martirio de las San-
Josefo Flavio I p.C. (ed. B. Niese, 1887-1890; GerReip = Praecepta Gerendae Reipublicae;
Gorgias V/VI a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die tas Perpetua y Felicidad] (ed. C. van Beek,
reimpresión 1955; O. Michel-O. Bauernfeind, Pyth = De Pythiae Oraculis; QuaestConv =
Fragmente der Vorsokratiker II "1964) 1936)
De Bello Iudaico, I-III 1959-1969) Quaestiones Convivales; QuestPlat = Quaes-
Hel = Helena; Pal = Palamedes Pausanias H p.C. (ed. F. Spiro, 1903) tiones Platonicae; SeptSap = Septem Sapien-
Ant = Antiquitates Iudaicae [Antigüedades de Píndaro VI/V a.C. (ed. B. Snell,41964)
los Judíos]; Ap = Contra Apionem [Contra tium Convivium; Stoic = De Stoicorum Repug-
Heráclito VI/V a.C. (ed. H. Diels-W. Kranz, Die Isthm = Isthmia [ístmicas]; Nem = Nemea nantiis; SuavVivEpic = Non posse suaviter
Apión]; Bell = De Bello Iudaico [Las Guerras [Nemeas]; Olymp = Olympia [Olímpicas];
Fragmente der Vorsokratiker I "1964) de los Judíos]; Vita = Vita Iosephi [Autobio- vivi secundum Epicurum; Superst = De Supers-
Herodiano II/HI p.C. (ed. K. Stavenhagen, 1922) Pyth = Pythia [Píticas] titione; Tranq = De Tranquilízate Animi
grafía]
Hist = Historiae Pistis Sophia III p.C. (ed. C. Schmidt-W. Till, Kop-
Justino Mártir II p.C. (ed. E. Goodspeed, Die altes- tisch-gnostische Schriften I, GCS 345 1959;
Herodoto V a.C. (ed. Ph. E. Legrand, I-IX 1932- Polibio III/II a.C. (ed. Th. Büttner-Wobst, I-V
ten Apologeten, 1914) reimpresión 1962) 2
1963-1964)
1955) Apol = Apologia [Apología]; Dial = Dialogus
Hesíodo VIII/VII a.C. (ed. P. Mazon, 1951) Platón V/VI a.C. (ed. J. Burnet, I-V 1900-1907; Porfirio III p.C. (ed. A. Nauck, 21886)
cum Tryphone Iudaeo [Diálogo con Trifón]; reimpresiones)
Hesiquio V p.C. (ed. K. Latte, 1953ss) Abst = De Abstinentia; Antr = De Antro
Epit = Epitome
Hierocles V p.C. (ed. F. W. A. Mullach, Fragmen- Ap = Apologia [Apología]; Charm = Charmides Nympharum; Christ = Adversus Christianos;
Juvenal I/U p.C. (ed. W. V. Clausen, 1962)
ta Philosophorum Graecorum I 1860) [Cármides]; Clit = Clitopho; Crat = Cratylus Marc = Ad Marcellam; VitPlo = Vita Plotini;
Sat = Satirae [Sátiras]
CarmAur = In Aureum Pythagorae Carmen [Crátilo]; Critias; Crito [Critón]; Ep = Epistu- VitPyth = Vita Pythagorae
Commentarius Lactancio III/TV p.C. (ed. S. Brandt-G. Laubmann, lae [Cartas]; Euthyd = Euthydemus [Euti- Posidonio II/I a.C. (ed, F. Jacoby, Die Fragmente
Hipócrates V a.C. (ed. E. Littré, I-IX 1839-1861) CSEL 19.27 1890ss: H. Kraft-A. Wlosok, De demo]; Euthyphr = Euthyphron [Eutifrón]; der griechischen Historiker JJ A, reimpresión
Acut = De Ratione Victus in Morbis Acutis; Ira Dei, 1957) Gorg = Gorgias; Hi = Hippias [Hipias], I 1961)
Epid = Epidemiae; Morb = De Morbis Mulie- Inst = Divinae Institutiones; Ira = De Ira Dei Maior [Mayor], II Minor [Menor]; Ion; La = Proclo V p.C. (ed. G. Friedlein, In Primum Eucli-
rum; Progn = Prognosticum; VetMed = De Vete- Lisias V/IV a.C. (ed. L. Gernet-M. Bizos, H955) Laches [Laques]; Leg = Leges; Lys = Lysis dis Librum Commentarius, 1873; W Kroll, In
re Medicina; Vict = De Ratione Victus Salubris Livio I a./p.C (ed. R. S. Conway-C. F. Walters-S. [Lisis]; Men = Meno [Menon]; Menex = Platonis Rempublicam Commentarii,I-U 1899,
Hipólito II/m p.C. (GCS 1.26.246 1897ss) K. Johnson-A. H. McDonald, I-IV 1914-1935; Menexenus [Menéxeno]; Parm = Parménides 1901; E. Diehl, In Platonis Timaeum Commen-
Phil = Philosophumena; Ref = Refutatio Om- reimpresiones 1960-1964; V 1965) [Parménides]; Phaed = Phaedo [Fedón]; tarii, I-III 1903-1906; E. R. Dodds, Institutio
nium Haeresium Luciano II p.C. (ed. C. Jacobitz, I-IV 1836-1841; Phaedr = Phaedrus [Fedro]; Phileb = Philebus Theologica, 1933)
Homerici Hymni [Himnos Homéricos] desde VII K. Mras, 1954) [Filebo]; Pol = Politicus [Político]; Prot = Pro- Eucl = In Euclidem Commentarius; Inst = Ins-
a.C. (ed. Th. W. Allenn, 1946) Alex = Alexander sive Pseudomantis; Asin = tagoras [Protágoras]; Resp = Respublica [El titutio Theologica; RemPubl = In Platonis Rem
Homero VHI/VII a.C. (ed. D. B. Monro-Th. W. Alien, De Asino; Hermot = Hermotimus; Indoct = Estado]; Soph = Sophista [Sofista]; Symp = Publicam Commentarius; Tim = In Platonis
I-V 1902-1912; I-II '1920; m 21917; IV 21919) Adversus Indoctum; JupConf = Juppiter Con- Symposion [Banquete]; Theaet = Theaetetus
futatus; JupTrag = Juppiter Tragoedus; Peregr Timaeum Commentarius
II = Ilias [Ilíada]; Od = Odyssee [Odisea] [Teeteto]; Tim = Timaeus [Timeo] Pseudo-Clementinas, Homilías hasta IV p.C. (ed.
Horacio Flaco I a.C. (ed. Klingner, H959) Mort = De Peregrini Morte; Pseudolog = Pseu-
dologista; Salt = De Saltatione; VitAuct = Plinio el Joven I/II p.C. (ed. M. Schuster-R. Hans- B. Rehm-J. Irmscher-F. Paschke, GCS 242
Carm = Carmina [Odas]; Sat = Satirae [Sáti- lik, 31958) 1969; W. Frankenberg, TU 48,3 1937)
ras] Serm = Sermones [Charlas] Vitarum Auctio
XXII Abreviaturas Abreviaturas XXIII

Pseudo-Clementinas, Recogniciones hasta IV p.C. Suidas X p.C. (ed. A. Adler, I-V 1928-1938; reim- 3. Inscripciones, documentos, fragmentos, papiros y antologías griegos y latinos
(ed. B. Rehm-F. Paschke, GCS 51 1965; W. presión 1967-1971)
Frankenberg, TU 48,3 1937) Taciano II p.C. (ed. E. Goodspeed, Die atiesten ÁgU Ágyptische Urkunden aus den Staatlichen Friedlánder P. Friedlánder-H. B. Hoffleit, Epi-
Apologeten, 1914 Museen zu Berlín. Griechische Urkunden I-IX, grammata: Greek Inscriptions in Verse, from the
Pseudo-Platón (ed. J. Burnet, I-V 1900-1907;
OrGraec = Oratio ad Graecos Berlín 1895-1970 Beginnings of the Persian Wars, Berkeley 1948
reimpresiones)
Tácito Cornelio I/II p.C. (ed. E. Koestermann, I vArnim J. von Arnim, Stoicorum Veterum Frag- GLP Greek Literary Papiry, ed. D. L. Page, Lon-
Ale = Alcibiades, I Maior, II Minor; Amat = 2
Amatores; Ax = Axiochus; Def = Definitiones; 1965; II/l 21969; II/2 31970) menta I-IV, Leipzig 1903-1924; reimpresión, don/Cambridge Mass. 1942
Ann = Annales [Anales]; Hist = Historiae [His- Stuttgart 1964 GVI Griechische Vers-Inschriften, ed. W. Peek,
Demod = Demodocus; Ep = Epistulae; Epin = Berlin 1955
Epinomis; Eryx = Eryxias; Hipp = Hipparchus; torias] Audollent A. Audollent, Defixionum Tabellae
Teócrito III a.C. (ed. A. S. F. Gow, I I I 1950) quotquot innotuerunt, París 1904 IG Inscriptiones Graecae, Berlin 1873-1939
Just = De Iusto; Min = Minos; Sis = Sisyphus; IG2 Inscriptiones Graecae, editio minor, Berlin
Theag = Theages; Virt = De Virtute Idyll = Idyllia Beckby H. Beckby, Anthologia Graeca I-IV,
Teófilo II p.C. (ed. G. Bardy-M. Sender, SC 20 1913ss
München 1957-1958 IGLS Inscriptions grecques et latines de la Syrie,
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Quintiliano I p.C. (ed. L. Radermacher, 151965; II BMI Ancient Greek Inscriptions in the Bristish ed. L. Jalabert-R. Mouterde, I-V, París 1929-
3 Autol = Ad Autolycum
1965) Museum, Oxford 1874-1916 1959
Teofrasto IV/III a.C. (ed. F. Wimmer, 1854-1862;
InstOrat = Institutio Oratoria P. Steinmetz, 1960) Bonner C. Bonner, Studies in Magical Amulets, ILCV Inscriptiones Latinae Christianae veteres,
Char = Characteres [Caracteres]; Hist = Histo- University of Michigan Studies, Humanistic ed. E. Diehl, I-III, Berlin 21961
Salustio IV p.C. (ed. Kurfess, reimpresión 1972) ria Plantarum [Historia de las plantas] Series 49, Ann Arbor 1950 IMagn Die Inschriften von Magnesia am Maan-
Séneca I p.C. (ed. A. Bourgery-R. Waltz, 1923ss Tertuliano (Quintus Septimius Tertullianus Flo- CBBP Chester Beatty Biblical Papiry I-XV, Lon- der, ed. O. Kern, Berlin 1900
[Dialogi]; F. Préchac-H. Noblot, 1945ss [Ep]; rens) n/III p.C. (CSEL 20.47.69.70.76 1890ss; don 1933-1937 IPriene Die Inschriften von Priene, ed. F. Hiller
F. Préchac, 1961 [Ben; Clem]; P. Oltramare, CChr 1-2 1954) CGCI Corpus der griechisch-christlichen Inschrif- von Gartringen, Berlin 1906
H961 [Nat]) Apol = Apologeticum [Apología]; Bapt = De ten von Helias, ed. por N. A. Bees, Athen OGIS Orientis Graeci Inscriptiones Selectae I-II,
Ben = De Beneficiis; Clem = De Clementia; Baptismo [Acerca del bautismo]; Marc = Ad- 1941. ed. W. Dittenberger, Leipzig 1903.1905; reim-
Ep = Epistulae Morales; Ira = De Ira; Marc = versus Marcionem [Contra Marción]; Mart=Ad CGF Comicorum Graecorum Fragmenta, ed. G. presión, 1960
Ad Marciam De Consolatione; Nat = Naturales Martyres [Acerca de los mártires]; PraescrHaer Kaibel, Berlín 1899; reimpresión, Berlín 1958 PapBod Papiro Bodmer I-XXIII, Genf 1954-
Quaestiones; Vita = De Vita Beata = De Praescriptione Haereticorum [Acerca de 1965
CÍA Corpus Inscriptionum Atticarum I-III. Ap-
Sexto Empírico M i l p.C. (ed. H. Mutschmann-J. la prescripción de los herejes]; Pud = De Pudi- pendix, Inscriptiones Graecae I-III, Berlín PapEleph Die Elephantine-Papyri, ed. O. Ruben-
Mau, I-III 1914ss; IV; índices, ed. K. Janácek, citia [Acerca del pudor]; Val = Adversus sohn, Ágyptische Urkunden aus den Kónigli-
2
1962) 1837-1897; editio minor, Berlín 1913ss
Valentinianos [Contra los valentinianos] chen Museen zu Berlin, Griechische Urkun-
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HUCA Hebrew Union College Annual NIC The New International Commentary on the RThPh Revue de Theologie et de Philosophie ThSt Theological Studies
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TRANSLITERACIÓN

Griego

a a * th 0 0 X ch
P b L i jt p V ps
Y g (gg. gk) X k QIQ r/rh (0 0
e
ó d l 1 ole, s h
e e M- m x t
% z V n v y (u)
11 e l X cp ph

Hebreo

X ) D K¡ m X a W ü
3 b P n X a X u
a
3 g 0 s nx a nx er.h (rífh)
d ü ' é X
n h 2 é X a
n P ^
X S e
i w ^a f
T z r* s X e X o

n h P q 'N i
a t T r X i
i
y (B s IX 6
n=>
S
k
i
tí s
t
X 0
X 0
n

El «dagesh» lene sólo se tiene en cuenta en:


a =p
a =f
El «dagesh» fuerte duplica la consonante.

(Transliteración según: Holladay, A Concise Hebrew and Aramaic Lexicón of the OT, Leiden
1971).
1 2

A a

' A a g c ó v Aaron Aarón* utilizada también por los niños mayores, y se


empleaba incluso como manera de dirigirse a
Hermano mayor de Moisés (cf. Ex 4, 14;
personas ancianas. áp|3á llegó a sustituir en
7, 7; 28, 1): Le 1, 5; Hech 7, 40; Heb 5, 4; 7, textos hebreos a la expresión «padre mío», y po-
11; 9, 4. ThWNT I, 3s; LThK I, 3s; TRE 1,1-7. día significar también «su padre» y «nuestro pa-
dre»; además, reemplazó la forma determinada
del sustantivo «padre».
'APa68(í)V Abaddón Abadón*
Nombre del ángel del abismo. Significa 2. En la literatura cristiana primitiva (se-
«destrucción» (?): Ap 9, 11. ThWNT I, 4. gún la lista ofrecida por Bauer, Worterbuch
->• apNjaoog 2; áyyz'koc, 2. VII) á p p á aparece tan sólo dos veces en Pa-
blo (Gal 4, 6; Rom 8, 15) y una vez en Me
(14, 36), y siempre como invocación dirigi-
ápaQT|g abares dícese de quien no repre- da a Dios. En los tres casos se halla asociada
senta una carga* con ella la misma traducción: ó JTOCTTIQ (en
2 Cor l l , 9 ; c f . 12, 16; 1 Tes 2, 9. vez del vocativo que sería de esperar: BlaB-
Debrunner § 147, 2). En los evangelios, la
invocación directa de Dios como Padre (sin
á p p á abba padre (invocación)*
1. En arameo - 2. En la literatura cristiana primi- que preceda á|3|3á) aparece únicamente en
tiva - 3. á(3|3á en Pablo - 4. <x[3|3á en las palabras de palabras de Jesús (19 ó 20 veces): en la ver-
Jesús. sión secundaria del relato de Getsemaní (Mt
Bibl: H. Conzelmann, Theologie, 122s; G. Dal- 26, 39.42 par. Le 22, 42), en el Padrenuestro
man, Grammatik des jüd.-palastinischen Aramáisch, (Le 11,2 par. Mt 6, 9), dos veces en la excla-
Leipzig 21905, § 14, 7df; 36, ly; 40, 4; Id., Worte, mación de júbilo (Le 10, 21 par. Mt 11, 25s),
150-159, 296-304; J. A. Fitzmyer, Abba and Jesús' en la ampliación de la exposición de la muerte
Relation to God, en FS Dupont, 15-38; E. Haen-
chen, Der Weg Jesu, Berlín 21968, 59, 492-494; O. de Jesús (Le 23, 46), como complementacion
Hofius, en DTNT III, 242-248; J. Jeremias, Abba, en manuscrita quizás más tardía (Le 23, 34) y en
Id., Abba. El mensaje central del Nuevo Testamento, Jn 11, 41; 12, 27s; 17, 1.5.11.21.24s; cf. 1 Pe
Salamanca "1993, 17-73; Id., Teología, 80-87; 1, 17.
G. Kittel, áp|3a, en ThWNT I, 4-6; W. Marchel, Ab-
ba, Pére! La priére du Christ et des chrétiens, Roma En el judaismo antiguo no encontramos
1963; Id., Abba, Vater! Die Vaterbotschaft des NT 'abb 'á como invocación directa de Dios, aun-
(redacción abreviada), Dusseldorf 1963; S. V. Mc- que la invocación colectiva «Padre nuestro»
Casland, «Abba, Father»: JBL 72 (1953) 79-91; G.
Schelbert, Sprachtgeschichtliches zu «abba», en FS está atestiguada en dos oraciones judías (KIT
Barthélemy, 395-447; G. Schrenk, JicmÍQ (C. D), en 58, p. 6 y p. 28s) que son aproximadamente
ThWNT V, 974-1016, sobre todo 984s, 1007s; T. M. del tiempo del NT (por influencia del mundo
Taylor, «Abba, Father» andBaptism: SJThll (1958) pagano, JtcVtEQ se encuentra alguna vez que
62-71.
otra como invocación de Dios en la oración,
en el judaismo de la diáspora, por ejemplo
1. 'abb'á, en arameo, fue originalmente un Sab 14, 3) y en el judaismo palestinense, ade-
término del lenguaje infantil de los niños peque-
ños (no fue la forma determinada del sustantivo más de ser una invocación directa de Dios en
«padre») con el significado de «papá», pero en la oración, vemos que incluso podía hablarse
tiempos del NT no se limitaba ya al lenguaje de alguna vez que otra de Dios como de «mi Pa-
los niños pequeños, sino que era una expresión dre» (ya Eclo 51, 10). No puede demostrarse
3 áppá - APgaá|x 4 5 AfiQaáu. 6

que haya una diferencia fundamental con res- ' A P l ^ V T ! Abilene Abilene* los relatos de Gen 11, 26-25, 9 como una perso- sideró el hecho de que Dios se revelara a sí
pecto a la manera judía de hablar (distinta es na que recibe un llamamiento divino, y a quien mismo como Dios de Abrahán, de Isaac y de
la opinión principalmente de Jeremias, por Región que rodeaba a la capital Abilá (al se hace la promesa de que ha de tener numero- Jacob (Ex 3, 6) como una referencia de la Tora
ejemplo, Teología, 80ss). Noroeste de Damasco): Le 3, 1. Schürer I, sos descendientes (12, 3; 13, 16; 15, 5; 17, 4s;
a la resurrección de los muertos (Me 12, 26;
22, 17s) y de que se le dará en posesión la tierra
716-720; R. Savignac: RB 21 (1912) 533-540. Mt 22, 32; Le 20, 37): Abrahán tiene que estar
3. En Gal 4, 6 y Rom 8, 15 los creyentes en que andaba como extranjero (12, 7; 13, 14s;
-> Avoavíaq. 17, 8; 24, 7); es considerado digno de un pacto vivo, si el Dios vivo (cf. Ex 3, 14) se refiere
«claman» (xoá^eiv en el sentido del clamor a él. Como persona que vive aparece Abra-
con Dios (15, 18; 17, 7-14), y su elección es
extático en la asamblea de la comunidad) a confirmada por la obediencia de fe de la que él hán en la parábola de Le 16, 19-31, en la que
'Aftiovb Abioud Abiúd*
Dios, porque son «hijos de Dios» o han reci- da muestra (12, 4; 15, 6; 22, 3-19). Se le llama él constituye un lugar de felicidad para el al-
bido «espíritu de hijos adoptivos». Nombre de persona (1 Crón 8, 3): Mt 1, el «amigo de Dios» (Is 41, 8; 2 Crón 20, 7), y a ma de Lázaro (v. 22), puede escuchar tam-
13a.b. Israel se le considera como la «simiente de
4. En labios de Jesús, á p p á aparece sólo Abrahán» (Is 41, 8; Sal 105, 6). bién las palabras que le dirige el alma del ri-
literalmente en la versión más antigua de la En el judaismo primitivo se puso de relieve la co y sigue siendo para él el «padre Abrahán»
oración de Getsemaní (Me 14, 36), en este ca- A P p a á ^ l Abraam Abrahán* fe de Abrahán (1 Mac 2, 52; Filón, Abr 268-276; (vv. 23s.27.30). Pero el efecto de bendición
so como expresión de confianza filial en Dios 1. Abrahán en el AT y en el judaismo primitivo - Her 90-95) y su fidelidad fue adornada agádi- terminó para él con los bienes de la vida te-
2. En el NT - a) Evangelios y Hechos - b) Cartas. camente. En Eclo 44, 19-21 se concreta esa fi- rrena (vv. 25); el efecto permanente de esa
y de la obligación que siente de obedecerle
delidad como fidelidad a la ley; en el libro de bendición lo garantiza la obediencia a la ley
(ambos aspectos son característicos de la de- Bibl: W. Baird, Abraham in the NT: Interpreta- los Jubileos se considera a Abrahán como ene-
nominación de Dios como «Padre» en el ju- y los profetas, de los que Abrahán aparece
tion 42 (1988) 367-379; G. Baumbach, Abraham un- migo decidido del culto idolátrico y como res-
daismo antiguo: por ejemplo, 3 Mac 6, 3.8; ser Vater. Der Prozefi der Vereinnahmung Abrahams taurador de la lengua y la tradición hebreas (Jub evidentemente como defensor (vv. 29.31). Se-
1QH 9, 35s ó Sab 11, 10; SifraLev sobre 20, durch das frühe Christentum, en Theol. Versuche 11-12; 20-22). Abrahán aguantó diez tentacio- gún Mt 8, 11; Le 13, 28s la bendición dada a
26). En lo que respecta al Padrenuestro y po- 16, Berlín 1986, 37-56; M. A. Beek y otros, en BHH nes (19, 8) y sanó de la lepra al faraón median- Abrahán (Gen 12, 3) tiene validez universal:
I, 15-17; K. Berger, Abraham in der paulinischen te la oración y la imposición de las manos juntamente con Isaac y Jacob, Abrahán cons-
siblemente a la exclamación de júbilo (-> 2), Hauptbriefen: MThZ 17 (1966) 47-89; Id., Abraham (lQGenApoc 20, 16-29); fue salvado del horno tituye la meta de la peregrinación escatológi-
habrá que suponer sobre todo un modelo ara- (II), en TRE I, 372-382; Billerbeck III, 186-201; IV, de fuego (GenR 44, 13; AntBibl 6, 15-18). De ca de las naciones, de tal manera que en el
meo y, en consecuencia, 'abb'd. Ahora bien, 1213 (índice s. v. 'AfÍQaáu.); R. E. Clements, en Abrahán dimanan extensos efectos de bendi-
la oración de Getsemaní y la exclamación sa- ThWAT I, 53-62; N. A. Dahl, The Story of Abraham in banquete de la basileia habrá también genti-
ción: la salvación de Israel en el Mar Rojo se
piencial de júbilo no son más que formulacio- Luke-Acts, en Keck-Martyn (eds.), Studies in Lu- atribuye a la fe de Abrahán o a su disposición pa- les que se sienten con él a la mesa. Según Le,
nes cristianas primitivas, de tal manera que el ke/Acts, London 1968, 139-158; Encyclopedia Miq- ra sacrificar a Isaac (Mek sobre 14, 15), el ser el hecho de que Israel fuera descendiente de
ra'íth I, Jerusalem 1965, 61-67; G. W. Hansen, descendiente de Abrahán garantiza la participa- Abrahán significaba para el Salvador Jesús
Padrenuestro, una oración de los discípulos, Abraham in Galatians. Epistolar? and Rhetoric
es seguramente el único (!) texto auténtico ción en el reino eterno (Justino, Dial 140); por una obligación especial: una «hija de Abra-
Contexts (Journal for the Study of the NT, Suppl. haber atado a Isaac, Abrahán actúa como inter-
que queda (si el Jtccxeo de Le es original -co- Series 29), Sheffield 1989; J. Jeremias, 'APootán, en hán» no debe ser esclavizada por el demonio
cesor en favor de Israel (pTaan 2, 65s). Por otra (13, 16; cf. Jn 8, 33-40), y hasta un publica-
mo parece serlo- o el JTCCTEQ rpoiv de Mt se ThWNT I, 7-9; H. W. Johnson, The Paradigm of parte, en 1QS 2, 9 se niega que puedan hacerse
deriva de un simple 'abb'd). Abraham in Gal 3, 6-9: Trinity Journal 8 (1987) 179- no sigue siendo hijo de Abrahán y candidato
valer los méritos de «los patriarcas» en favor de
199; E. Kasemann, Der Glaube Abrahams in Rom 4, a la salvación (Le 19, 9).
H.-W. Kuhn los israelitas maldecidos.
en Paulinische Perspektiven, Tübingen 21972, 140-
177; Th. Klauser, en RAC I, 18-27; H. E. Lona, El Apocalipsis de Abrahán, del judaismo hele- Mt comienza con Abrahán la genealogía
Abraham in Joh 8, Bern-Frankfurt a. M. 1976; R. nístico (siglo I p.C.[?]), describe a Abrahán como de Jesús (1, 2) y la hace llegar desde él has-
'APtX Habel Abel* Martin-Achard-K. Berger y otros, en TRE I, 364- monoteísta y como persona que recibió revela- ta David a través de 14 generaciones (1, 17):
Hermano de Caín, más joven que él (Gen 387; G. Mayer, Aspekte des Abrahambildes in der ciones para el futuro. El Testamento de Abra-
como el Mesías de Israel, Jesús, no sólo es el
hellenistisch-jüdischen Literatur: EvTh 32 (1972) hán, que seguramente es contemporáneo, refiere
4, 1-16): Mt 23, 35; Le 11, 5 1 ; Heb 11, 4; hijo de David, sino también el hijo de Abra-
118-227; L. Pirot, en DBS I, 8-28; O. Schilling, en el anuncio de su muerte y su subida al cielo.
12, 24. DB I, 28-30; ThWNT I, 6s; C. Wes- hán ( 1 , 1; cf. 1, 21). Le menciona sólo a
DTB, 1-5; O. Schmitz, Abraham im Spatjudentum
termann, Gen I (BK), 381-435 (bibl.). und in Urchristentum, en Aus Schrift und Geschich- Abrahán como un eslabón en la genealogía
2. En el NT se reconoce la importancia
te. FSfürA. Schlatter, Stuttgart 1922, 99-123; F. E. salvífica de Abrahán para Israel, pero se de Jesús que se remonta hasta Adán (Le 3, 34),
'APiá Abia Abías* Wieser, Die Abrahamsvorstellungen im NT (EHS. T cuestiona que el hecho de ser hijos de Abra- pero también como el más eminente repre-
317), Bern 1987. sentante de los tres patriarcas que Dios men-
Nombre de persona (cf. 2 Crón 13, 1-14, hán tenga efectos automáticos.
1): M t l , 7 b . c ; L c l , 5 . ciona para darse a conocer (Hech 3, 13; 7,
1. El nombre 'abram es seguramente una for- a) Juan Bautista criticó ya la confianza en
mación norsemítica y tiene seguramente el sig- 32). Israel es el linaje de Abrahán (13, 26);
nificado «(mi) padre (¿Dios?) es excelso»; a que el ser descendientes de Abrahán según la el pacto y las bendiciones de Abrahán tienen
' A P i a d á Q Abiathar Abiatar* carne garantizara la salvación, e indicó con
partir de Gen 17, 5 aparece la forma extensa su plenitud con la aparición del Cristo (3,
Sacerdote en tiempo de David y Salomón 'abraham, que es interpretada como «padre de ello la posibilidad de ser hijos de Abrahán se- 25). En el discurso de Esteban, se recuerda a
(2 Sam 20, 25; 1 Re 2, 26s): Me 2, 26. muchos pueblos». A Abrahán se le presenta en gún el espíritu (Mt 3, 9; Le 3, 8). Jesús con- Abrahán en el punto culminante de la historia
7 'APgaán 8 9 Xpociáu. - apuoaog 10

(7, 2-8, 16s) y también el anuncio que a él se otros, judíos y gentiles, son simiente suya En Heb Abrahán encarna el ideal de la fe De las nueve veces que áfivoooc, se halla
le hizo de la servidumbre que sufriría Israel (vv. 16s). En consonancia con esto, Pablo no definida y orientada escatológicamente en atestiguado en el NT, siete lo están en el Ap;
(v. 6s según Gen 15, 13s); si al principio es- considera la circuncisión de Abrahán como 11,1: Abrahán salió de su patria, vivió como una vez encontramos este concepto en Le (8,
tá la circuncisión de Abrahán (v. 8), al final el «signo del pacto» (así Gen 17, lOs), sino extranjero en el país de Canaán, aguardó allí 31) y otra vez en Pablo (Rom 10, 7 citando
se halla el corazón incircunciso de Israel (7, como el «sello de la justificación» en virtud la invisible ciudad de Dios (11, 8-10) y ofre- Sal 107, 26). Lo mismo que en la LXX,
51). En Jn 8 se acentúa la diferencia entre de la fe, esa fe que Abrahán había tenido ció como sacrificio a Isaac (11, 17-19); per- áfivoooq es también en Rom 10, 7 traduc-
los que son descendientes de Abrahán según cuando aún era incircunciso (vv. lis). Se re- severó con firmeza en aceptar la promesa de ción del hebreo f hóm (inundación, profundi-
la carne («simiente de Abrahán», vv. 33.37; define también la paternidad: el antepasado Dios corroborada conjuramento (6, 13-15). dades del mar, abismo).
cf. 39) y los que creen en Cristo. Estos últi- físico de los judíos (v. 1) es «padre de la cir- Herederos de la promesa de Abrahán son
mos, obrando de manera semejante a como cuncisión» entendida como circuncisión del principalmente los creyentes (6, 17), a quie- 2. El judaismo apocalíptico considera el
obró el patriarca, demuestran ser genuinos corazón, la cual consiste en su acto de fe; nes se designa como «simiente de Abrahán» abismo como la prisión donde sufren castigo
hijos suyos; su privilegio de gozar de liber- también la promesa de ser heredero del mun- (2, 16). Abrahán, al dar el diezmo a Melqui- los demonios (por ejemplo, Hen [et] 10, 4-6;
tad se interpreta como el hecho de estar li- do (v. 13) debe entenderse en sentido espiri- sedec y reconocer así a su Dios y su digni- 18, 11-16; Jub 5, 6-10); el NT comparte esta
bres del poder del pecado y de la muerte (vv. tual. La fe de Abrahán adquiere carácter fun- dad sacerdotal (Gen 14, 17-20), se convirtió concepción (->• óaifióviov). Según Le 8, 31,
33.39s). Abrahán se considera como un tes- damental y significación escatológica: en en el testigo del sumo sacerdocio eterno del los demonios de Gerasa, al ser expulsados
tigo que en visión contempló ya esa libertad contra de toda esperanza humana, él había que se habla en el Sal 110, 4, y que en el mi- por Jesús, le piden que no los mande deste-
del Mesías, el cual era antes que él y estaba aceptado la promesa de poseer numerosos nisterio de Cristo encontró su realización es- rrados a la áftvooog. Los espíritus malignos,
por encima de él (vv. 52-58). descendientes y de esta manera había honra- catológica (7, 1-10). que permanecen allí encerrados (Ap 9, 1; 20,
do la palabra creadora de Aquel que da vida Frente a un paulinismo mal entendido, 1) y que son gobernados por el príncipe de
b) Con las palabras «simiente de Abra- a los muertos y llama a lo que no es para que Sant 2, 20-24 fundamenta la justificación de los demonios Abadón o Apolión (Ap 9, 11),
hán», Pablo expresa la primacía histórica de exista (vv. 17-21); de la misma manera, la fe Abrahán por su actuación en respuesta a son libertados temporalmente por la caída de
Israel y de su propio origen (2 Cor 11, 22; en Cristo honra a Dios, que hizo que el Cru- Dios. El autor es, sí, plenamente consciente una estrella (Ap 9, 2); juntamente con el hu-
Rom 9, 7; 11, 1). Pero niega que se pueda cificado fuera el Señor resucitado (vv. 24s) y del significado de Gen 15, 6 (v. 23), pero mo del infierno (-> YÉEVVCC) suben a la tierra
equiparar lo de la «simiente de Abrahán» quien, haciendo así posible el perdón, quiere piensa que la fe de Abrahán se perfeccionó (Ap 9, 2s). También la «bestia» que es el an-
con la genuina condición escatológica de hi- justificar al impío (v. 5). ofreciendo a Isaac y de esta manera fue jus- ticristo (cf. Ap 12, 18-13, 10) sube del abis-
jos de Dios. Esta última, como se ve clara- En Gal 3, Pablo establece una antítesis en- tificado -como quien dice a posteriori- por mo (Ap 11,7; 17, 8), el cual en Ap 17, 8 es
mente por el ejemplo de Isaac en contraste tre los efectos de bendición que proceden de el juicio divino justificante (w. 22s). En la tabla equiparado con el mar de Ap 12, 18; 13, 1
con el de Ismael, se aplica únicamente a los Abrahán (vv. 6-9) y la maldición fruto de la de deberes domésticos de 1 Pe 3, el hecho de (cf., a propósito, Sal 42, 8; Dan 7, 3). Du-
que son hijos de la promesa (Rom 9, 7-9), es fracasada obediencia de la Ley (vv. 10-13). que Sara se dirigiera a Abrahán llamándole rante un reino milenario (->• %ikio\,), se man-
decir, a los que creen. Lo que más destaca en La bendición de Abrahán para todos los pue- «señor» (Gen 18, 12) se valora como testi- tiene preso a Satanás en la á(3t)O0og (Ap 20,
Pablo es la fe de Abrahán en la palabra crea- blos se entiende como un protoevangelio de monio dado por una esposa ejemplar (v. 6). 1-3). Únicamente Pablo entiende la á(3voaog
dora de la promesa. En Rom 4 se demuestra la justificación de los gentiles (vv. 8s); tan no tanto como el lugar de los demonios sino
con Gen 15, 6 que no sólo los judíos sino sólo los que creen en Cristo son simiente de O. Betz más bien como la región de los muertos, adon-
también los gentiles pueden llegar sola fide Abrahán y herederos de la promesa (v. 29). de ninguna persona puede descender (Rom
(«por la sola fe») a la salvación por medio Puesto que la bendición de Abrahán tiene 10, 7; -> qSris).
de la justificación. A diferencia de la tradi- fuerza escatológica como la salvación que a p v o o o g , ov, i\ abyssos abismo, mundo
ción judía, Pablo establece una distancia en- obró para nosotros Aquel que estuvo colgado de las profundidades* Por sus enunciados acerca de la áfivoooq
tre Abrahán y la ley, relativiza el valor de la de la cruz (vv. 13s), Pablo puede referir también Bibl: H. Bietenhard, Infierno, en DTNT II, 347- como prisión de los poderes enemigos de
circuncisión efectuada en él, y pone de relie- especialmente a Cristo las palabras «simiente 353; J. Jeremías, a t o ó o s , en ThWNT I, 9; Id., Dios, el NT muestra su conexión genética
ve la preeminencia temporal y objetiva de la de Abrahán» (v. 16), tanto más que la validez qÓTig, en ibid., 146-150; Id., yéEvva, en ibid., 655s; con la antigüedad judía. Pero, lo mismo que
promesa y de la fe: aunque todavía era incir- B. Reicke, Hollé III. Im NT, en RGG III, 404-406; S.el AT y que el judaismo, el NT mantiene
eterna del pacto que se menciona en Gen 17, Schulz, Unterwelt en BHH III, 2057s.
cunciso y anterior al tiempo de la ley (cf. 5, 7 queda garantizada únicamente con el Me- firmemente el señorío de Dios sobre los de-
13s), Abrahán fue justificado en virtud de la sías que reina eternamente (2 Sam 7, 12-14: 1. El NT toma del judaismo la imagen cos- monios: Dios dispone cuándo se abre y cuán-
fe por la promesa dada por gracia (vv. 13- cf. Rom 1, 3s). En Gal 4, 22 se menciona a mológica de los tres niveles del mundo; el mun- do se cierra el abismo (Ap 9, 1; 20, 1.3).
15), y antes de la circuncisión recibió él la do consta del cielo, la tierra y las profundidades Con toda la comunidad pospascual (1 Cor
Abrahán como esposo de Agar y de Sara, las (Flp 2, 10; Ap 5, 13; -* oxigavóg). En el mundo 15, 24-28; Flp 2, 9s; Col 2, 10.15; 1 Jn 3, 8
promesa del pacto divino y el nuevo nombre cuales simbolizan el Sinaí y la Jerusalén de de las profundidades no sólo se encuentra la re-
«Abrahán», que le honra como «padre de arriba. Rom 8, 32 recuerda a Gen 22, 16: la gión de los muertos (Hades, -> aór|c;), sino tam- ypassim) el Ap (1, 16; 2, 12.16; 17, 14; 19,
muchos pueblos», es decir, como padre de entrega del Hijo de Dios se parangona con el bién la Gehenna o lugar de castigo («infierno», 15.21) ensalza al Cristo resucitado y exalta-
todos los creyentes (vv. 10-12.17); unos y ofrecimiento de Isaac. ->• yéevva). do como vencedor sobre Satanás y sobre sus
11 áfivoooc, - aYaftojioiéü) 12 13 áya'&onoda - áyadóg 14

secuaces, que son entregados al lugar de sábado, salvar una vida humana o matar?». áya'O'OJioua, a g , t) agathopoiia acción 5, 39; 6, 35; Ef 4, 32; cf. Rom 2, 4; 1 Cor 15,
castigo eterno donde son atormentados con Para Le (6, 5), este milagro es una demostra- de hacer lo bueno 33; 1 Pe 2, 3). Como concepto antitético encon-
fuego (->• yéevva) (19, 20; 20, 10.14s). ción de que el Hijo del hombre es Señor del tramos frecuentemente xaxóg (1 Tes 5, 15; 2
-> áYaftojToiéco.
sábado. Para Jesús se trata de la vida o la Cor 5, 10 v. 1.; Rom 2, 9s; 3, 8; 7, 19.21; 12, 21;
O. Bocher 13, 3; 16, 19; Me 3, 4 par. Le 6, 9; 16, 25; 1 Pe
muerte de la persona sanada. Consecuencia
á v a f l o J l o i ó g , 2 agathopoios dícese del 3, 10s.13.17; 3 Jn 11), más raras veces Jtovnrjóg
directa, en Me, es la decisión de los fariseos
(Rom 12, 9; Mt 5, 45; 7, 11 par. Le 11, 13; Mt
' A y a P o s , ov Hagabos Agabo* y de los partidarios de Herodes de dar muer- que obra bien, del que es recto
12, 34s par. Le 6, 45; Mt 20, 15; 22, 10),
Profeta de Jerusalén en tiempo de Pablo; te a Jesús (Me 3, 6). -> aYoyO-cmoiéo). epoü^og (2 Cor 5, 10; Rom 9, 11; Jn 5, 29),
actuó en Antioquía y en Cesárea: Hech 11, 28; En el marco de la ética de recompensas de ocuroóg (Mt 7, 17s; Ef 4, 29) y axoXióg (1 Pe
21, 10. H. Patsch: ThZ 28 (1972) 228-232. Q se halla el universal áYce&ojtoteív, junto á y a d ó g , 3 agathos bueno 2, 18).
con el amor a los enemigos y lo relativo al
1. Uso del vocablo en el NT - 2. Campo léxico -
préstamo, como la síntesis de la ética de Je- 3. El adjetivo bueno designa ante todo la
áyaftoeQyÉG) agathoergeó hacer bien, 3. Campo referencial - 4. Corpus paulinum - 5. Deu-
sús (Le 6, 33.35) con la mirada puesta en la teropaulinas - 6. La «vocación del rico» en Me 10, bondad singularísima de Dios (Me 10, 17
actuar bien*
condición de hijos del Altísimo. 17-22 par. - 7. Pastorales - 8. Hebreos - 9. áya- par. Le 18, 18s; Mt 19, 16s; con más fre-
Ap 14, 17; 1 Tim 6, 18. ThWNT I, 17. da>o"úvr|.
1 Pe 2, 13ss recoge esencialmente lo que cuencia se emplea xpTi0XÓTng/xQriaxóg) 0
se dice en Rom 12, 2: la voluntad de Dios de su voluntad (Rom 7, 12; cf. Heb 13, 21), o
Bibl.: E Beyreuther, en DTNT I, 188-191; W.
áYttdojtoié©) agathopoieo hacer el bien* exige que se haga el bien. Esto significa que Grundmann, áyaítóg xx\., en ThWNT I, 10-18; E. de su mandamiento (Rom 7, 12), el «consue-
áya'&OJtoiía, ag, r| agathopoiia acción de las autoridades estatales (Rom 13, lss) tie- Haenchen, Der Weg Jesu, Berlín 21968, sobre Me 10, lo eterno» y la «buena esperanza» que Dios
hacer lo bueno* nen la misión de castigar a los malhechores y 17s; W. Harnisch, Die Berufung des Reichen, en FS ha dado a la comunidad y por los que se ha-
alabar a los que obran bien (1 Pe 3, 14); y Fuchs, 161-166; E. Kasemann, An die Romer (HNT), lla caracterizado su consuelo (2 Tes 2, 16), y
aYCtf>ojtoióg, 2 agathopoios dícese del Tübingen U974; E. Kamlah, Die Form der katalo-
que obra bien, del que es recto* significa para los cristianos que ellos, «por gischen Paranese im NT (WUNT 7), Tübingen 1964; toda dádiva buena y todo don perfecto que
amor del Kyrios», deben significarse por una E. Lohmeyer, Das Evangelium des Mk (KEK), Gót- vienen de lo alto, del «Padre de las luces»
Bibl.: W. Grundmann, aya^tonoú(S> tixk., en tingen "1967, sobre Me 10, 17s; E. Lohse, Die Briefe
buena conducta de fidelidad al Estado y de- (Sant 1, 17).
ThWNT I, 17. Para más bibliografía, cf. ay aftóc,. an die Kol und an Phlm (KEK), Góttingen 21977,
mostrar así con sus buenas acciones que ha- En sentido atenuado, aYaíróg se halla en
sobre Flm 6.14; U. Luck, Die Frage nach dem Gu-
1. El verbo se halla atestiguado en el NT en cen uso de su libertad como «siervos de íen. Zu Mt 19, 16-30 und Par., en FS Greeven, 282- la interpelación «Maestro bueno (= venera-
Le 6, 9.33 (dos veces).35; 1 Pe 2, 15.20; 3, 6.17 Dios» que son (2, 15s). Para el esclavo es 297; W. Schrage, Die konkreten Einzelgebote in der do)» (Me 10, 17s par.) o «siervo bueno» (Mt
y 3 Jn 11; el sustantivo, en 1 Pe 4, 19, y el adje- una gracia de Dios el padecer por obrar el paulinischen Paranese, Gütersloh 1961; L. K. Sta- 25, 21 par.), pero puede decirse también ex-
tivo, en 1 Pe 2, 14. bien (lo contrario de: á\xaQxávovxeg) (2,20); chowiak, Bondad, en DTB, 145-154; S. Wibbing,
Die Tugend- und Lasterkataloge im NT (BZNW 25), presando una cualidad del hombre (Mt 12,
Ayaflojtoiéa) se emplea como sinónimo de de esta manera se responde a la vocación de 35 par. Le 6, 45; Hech 11, 24). Para explicar
ayaftbv jtoiéco (Me 3, 4; Mt 19, 16; Ef 6, 8), Berlin 1959.
seguir a Cristo en sus padecimientos (2, 21- lo que significa que el hombre «produzca
xaXcbg Jtoiéa) (Mt 12, 12; Le 6, 27 compárese
25; cf., acerca de los cristianos en general, 3, fruto» se exponen las parábolas del árbol
con 6, 33.35) y ép/yá£oum xó hyaftóv (Gal 6, 1. aYcefróg aparece atestiguado 107 veces
10; Rom 2, 10; Ef 4, 28) y designa algo así como 17). Al igual que las mujeres, como hijas de bueno (Mt 7, 17s; 12, 33) y del terreno bue-
en el NT y se utiliza frecuentemente como
una suma ética de la manera de obrar acorde con Sara, están llamadas a hacer el bien y a no no y fértil (Le 8, 8; cf. 8, 15, aquí con un
sinónimo de xcdóg y de xpr|axóg. El térmi-
la fe. El concepto antitético es casi siempre amedrentarse con el temor (3, 6), así también sentido más íntimo y referido al «corazón»
xaxojtoiéco (Me 3, 4 par. Le 6, 9; 1 Pe 3, 17; 3 no aparece corrientemente en casi todos los
los cristianos se acreditan como tales haciendo bueno). En sentido traslaticio, la metáfora de
Jn 11) o xaxojtoióg (1 Pe 2, 12.14; 4, 15). escritos del NT; en los escritos joánicos se
el bien en medio del sufrimiento (4, 19). En los frutos sirve para caracterizar a la sabidu-
utiliza poquísimas veces (Jn 1, 46 [¿un pro-
el grupo de palabras en torno a áYaírojToiiü) ría divina (Sant 3, 17s).
verbio?]; 5, 29; 7, 12; 3 Jn 11), y falta por
2. áYa-u-cmoiéo), en el NT, tiene única- se compendia la ética de 1 Pe. Un acento especial tiene el enunciado que
completo en el Apocalipsis.
mente en Le 6, 9 (cf. par. Me 3, 4 v. 1.) rele- La cuestión clave que decide acerca de «la habla de la «buena obra» de Dios (Flp 1, 6)
vancia cristológica y relevancia ética con- ortodoxia y la herejía» (E. Kasemann: ZThK o de las «buenas obras» de los hombres (Ef
2. áyaftóc, se halla atestiguado frecuente-
creta: en el contexto del distanciamiento 48 [1951] 292ss) en 3 Jn se encuentra en la mente como sinónimo y concepto alternativo de 2, 10; Hech 9, 36; 1 Tim 2, 10; cf. Rom 2, 7;
crítico de Jesús con respecto a los fariseos, alternativa entre hacer xó x a x ó v o hacer xó xaXóg (Rom 7, 16-21; 12, 17.21; Gal 6, 9s; Mt 13, 3a) y la expresión «toda obra buena» (2
el milagro de curación («la mano seca») le áya'&óv. Solamente andará en la verdad (v. 7, 17-19 [cf. 12, 33]; Me 3, 4 par. Mt 12, 12; Le Cor 9, 8; 2 Tes 2, 17: de toda buena obra y
sirve a Jesús de respuesta a modo de ejemplo 4) aquel que obre el bien. Según la síntesis 8, 8 par. Me 4, 8; Mt 13, 8; Le 8, 15; 1 Tim 5,
palabra; Col 1, 10; 1 Tim 5, 10; 2 Tim 2, 2 1 ;
para la pregunta: «¿Es lícito hacer el bien o que se hace en 3 Jn 11, esta alternativa en el 10) y pertenece al campo léxico de ayiog (Rom
7, 12), Síxaiog (Rom 7, 12; Le 23, 50), TÓ Tit 1, 16; 3, 1). Como término técnico de la
hacer el mal en día de sábado?». Aquí, para obrar indica cuáles son las relaciones que se época tardía del NT, se considera la «buena
eíiáoeaxov (Rom 12, 2; cf. Heb 13, 21), xó
Jesús, se trata en doble sentido de una cues- mantienen con Dios. xéXeiov (Rom 12, 2), juaxóg (Mt 25, 21), conciencia»: Hech 23, 1; 1 Pe 3, 16.21; 1
tión de vida o muerte: «¿Es lícito, en día de J. Baumgarten 8jueixf|g (1 Pe 2, 18) y XQTiaxóg (Mt 11, 30; Le Tim 1, 5.19 (cf. Heb 13, 18).
15 áya&óg 16 17 áyadóg 18

Por lo demás, cVya§óg puede utilizarse tud de esta experiencia queda desacreditado conducta orientada hacia la salvación. La cimiento (Col 1, 10) es un elemento nuevo,
también muchas veces con sentido menos el camino del piadoso hacia la salvación. voluntad de Dios se designa como buena, que reaparece en las parábolas de los Sinóp-
específico: las «cosas buenas» que se dan a «Lo que el hombre quiere es la salvación. Lo agradable y perfecta en cuanto «corresponde ticos inspiradas en el ámbito de la natura-
los hijos (Mt 7, 11 par. Le 11, 13), la mejor que hace es la perdición» (Kasemann, 195). perfectamente a los ideales humanos [bueno, leza.
parte que fue elegida por María (Le 10, 42), En Pablo (2 Cor 5, 10; Gal 6, 7ss; cf. Ef 6, 8) agradable, perfecto son adjetivos propios de
se hallan íntimamente relacionadas entre sí una filosofía popular] en algunos casos, pero
el buen recuerdo que Pablo y sus colabora- 6. Con la «vocación del rico» (Me 10, 17-
la doctrina de la justificación y la idea del
dores dejaron en los tesalonicenses, y del no se diluye en ellos ni coincide sin más con 22; Mt 19, 16-22; Le 18, 18-23) se sitúa el
juicio en el sentido de la concepción judía
que Timoteo informó a Pablo (1 Tes 3, 6). Se ellos» (Kasemann, 318). Responde a la vo- sentido de ayaftóc, en un marco de particular
«del talión escatológico con arreglo a las
exhorta a los efesios a que, en vez de decir luntad de Dios una conducta que se ajuste a relevancia teológica: el rico (Mt hace de él
obras» (Kasemann, 53). El justificado se ha-
palabras malas, digan palabras buenas para la salvación. El amor está pronto para una -secundariamente- un «joven»; Le, un «hom-
lla en situación de constante responsabili-
la edificación de la comunidad y para que se actitud comprometida, y que excluya la neu- bre importante» [Haenchen, 351]) se postra
dad. «La obediencia y la desobediencia ha-
imparta %ágig a los que escuchan (Ef 4, 29). tralidad, orientada a realizar lo bueno y abo- ante Jesús en señal de respeto y le dice: «Maes-
cen alternativamente que se consiga o que se
Se exhorta a los esclavos a que muestren «.bue- yerre el objetivo. La obediencia, según eso, rrecer lo malo (Rom 12, 9.21). No se trata en tro bueno (= venerado)». Esta manera de diri-
na (= respetuosa) fidelidad» a sus amos (Tit es la única obra buena, lo bueno por exce- todo ello del idealismo moral, sino de la girse a una persona no era nada habitual entre
2, 10). La pregunta del Sal 33, 13-17 LXX lencia [Rom 2, 10], el criterio para el talión conducta escatológica. los judíos, pero es posible desde luego en el
se ha convertido en 1 Pe 3, 10-12 en paréne- en el juicio universal, y el estado en la ben- En el horizonte de los poderes políticos ámbito del lenguaje helenístico (cf., además
sis, y enuncia las condiciones para un futuro dición anticipada. En cambio, la desobe- (Rom 13, 3s), xó á y a í t ó v designa para Pa- de Mt 25, 21.23; Le 19, 17, las citas que apa-
lleno de esperanza. El presente de la comu- diencia brota de la voluntad centrada sí mis- blo «no cualidades morales, sino una buena recen en Lohmeyer, 208 nota 2; la manera de
nidad está expuesto, sí, a oprobios, pero el ma, y designa también ilimitadamente lo conducta política» (Kasemann, 341), «recti- dirigirse a una persona llamándola «maestro
autor de 1 Pe consuela a la comunidad ha- malo» (Kasemann, 56). Expresión de que se tud ciudadana» o «honradez pública» (Kase- bueno», se encuentra atestiguada también en
ciéndoles ver la buena conducta de ellos en entiende mal la doctrina acerca de la iustifi- mann, 345). Flm 14 entiende por xó áyocfróv bTaan 24b). Jesús rechaza la manera de hablar
Cristo (->• ávaotoocpri). catio impiorum es la objeción, que Pablo oov la benigna acogida de Onésimo por par- del rico: «Nadie es bueno, sino solo Dios».
siente como una blasfemia, de que la justifi- te de Filemón, y el recibimiento del mismo
4. En Rom (especialmente en los capítu- cación conduciría al libertinaje (Rom 3, 8). no ya como esclavo sino como «hermano Jesús recoge así la tradición del AT: es elemen-
los 2 y 7) encontramos las tres cuartas partes to básico del pensamiento veterotestamentario el
amado» (v. 16). Esta conducta corresponde a
de todas las veces que aparece este término Varias veces se interpreta (tó) áya'&óv en afirmar que Yahvé es bueno (tób), y la historia de
en las cartas que son indudablemente de pro- Rom (y Flp 1, 6; cf. Flm 6) en el sentido de la exhortación del apóstol, pero más todavía
Israel documenta bien la bondad de Dios. La con-
cedencia paulina. En Rom 7 (según Káse- la salvación escatológica: en Rom 8, 28 Pa- a la voluntad de Dios, «que ordena lo que es fesión fundamental, de acentos marcadamente
mann, a quien el autor sigue en lo esencial) blo, con estilo didáctico, recurre a un anti- absolutamente bueno» (Lohse, 272) y que ha personales -frente a la filosofía griega popular y a
no se trata de una «apología de la ley» (W. guo tópico (cf. Rabí Akiba, bBer 60b, en Bi- manifestado por la fe el conocimiento de lo las ideas helenísticas (más detalles en Grund-
Kümmel, Rom 7 und die Bekehrung des Pau- llerbeck III, 256). En Rom 10, 15 Pablo re- que es bueno (Flm 6). En consonancia con el mann, 10-13 y Beyreuther, 62 ls)-, dice así: «Ala-
mite a Is 52, 7. Con la proclamación del camino de salvación revelado por Dios se bad a Yahvé, porque es bueno» (1 Crón 16, 34; 2
lus, Leipzig 1929, 9ss), y en los vv. 15-20 no
halla la exhortación sumaria a obrar el bien Crón 5, 13; Esd 3, lis; Sal 118, lss; cf. la forma
se trata del «ser humano en su contradic- «buen mensaje» se hace referencia a la misión
judía personal en Filón, All I, 47; Som I, 149).
ción» ni del «ser humano escindido» que su- apostólica (cf. 2 Cor 5, 18-20), cuya rea- (1 Tes 5, 15; Gal 6, 6.10; Rom 12, 21).
La experiencia salvífica del éxodo, de la ocupa-
cumbe ante el constante conflicto ético-mo- lización hace que se cumpla la promesa es- ción del país y de los cuidados de que fue objeto
ral entre el «bien» y el «mal», sino que se tra- catológica. Lo bueno conferido a la comu- 5. Considerados en conjunto, los textos el pueblo de Israel en el curso de la historia de-
ta de «una interpretación cristiana de la exis- nidad se refiere (Rom 14, 16) al estado de deuteropaulinos corresponden esencialmen- muestran la «bondad» de Yahvé (cf. Ex 18, 9;
tencia precristiana» (Kasemann, 202). El salvación (Kasemann, 364). En Rom 15, 2, te a lo que se ha visto en los textos paulinos. Núm 10, 29ss; Os 8, 3; 14, 3). En Jeremías la
mandamiento concreto (v. 12) - d e acuerdo la obligación de los fuertes con respecto a El obrar lo que es éticamente bueno (Ef 4, «bondad» de Dios adquiere un particular acento
los débiles conducirá a lo bueno, a lo salu- 28; 6, 8) y las «buenas obras» (Ef 2, 10; Col escatológico (Jer 8, 15; 14, 11.19; 17, 6 y passim,
con la tradición judía- es santo, justo y bue-
dable, lo cual se interpreta como la olno- especialmente 32, 42. Más detalles en Grund-
no en cuanto a sus efectos sobre el hombre. 1, 10) no son, aquí tampoco, ni actos merito- mann, 13s).
Sin embargo, desde la premisa de que Pablo bo\¡á\ (= la edificación; cf. la finalidad de los rios ni condición previa para la redención
habla de un «'yo' supraindividual» (Kase- carismas en Rom 12, 6ss; 1 Cor 12-14; Ef 4, ni algo que pueda desligarse del Creador. Si- Mt, frente a Me (y Le), trasformó la cho-
mann, 188), del hombre que está bajo la ley 29). En las recomendaciones (Rom 16, 19), no que son la expresión necesaria de una cante manera de dirigirse a Jesús en una pre-
y que vive en la contradicción entre el que- el Apóstol da la consigna de que sean sabios
consonancia existente entre el Creador y la gunta acerca de las cosas buenas que hay que
para lo bueno, es decir, con respecto a la sal-
rer y el obrar, entre la virtud probada y el fa- criatura, entre la fe y las obras, «que Dios hacer para conseguir la vida eterna (19, 16).
vación. Con esto se recoge la idea de Rom
llo, entre el bien y el mal (vv. 18ss), se nie- nos señaló de antemano como norma de con- La respuesta de Jesús es la invitación al se-
12, 2: sea la bondad de la voluntad de Dios
ga la posibilidad de que el hombre responda ducta» (Ef 2, 8-10). Claro que la idea de pro- guimiento (más detalles en Haenchen, 358s;
el presupuesto y lo que haga posible una
positivamente a la voluntad de Dios. En vir- ducir fruto «en toda obra buena» y la del cre- Harnisch, 171ss).
19 áya'&óg 20 21 áyaüóc, - áya^iáo) 22

7. Las Pastorales (en ellas es más frecuen- sumo sacerdote de los bienes futuros (cf. 10, catálogo de virtudes de Ef 5, 9, pero en este 1. El verbo aparece once veces en el NT; el
te el uso de xctXóg) se caracterizan por dos 1). Entre ellos se encuentra el de la entrada caso se encuentra vinculada con el esquema sustantivo, cinco veces. Siete veces del total
puntos de vista: a) Las «buenas obras» se in- escatológica de Cristo en el lugar santísimo 'antes' y 'ahora'. Los hijos de la desobedien- de dieciséis que se emplea el término en el
dependizan y se convierten en la característi- celestial y el de la adoración ante el trono de cia, por sus «obras de las tinieblas» (5, 11), su- NT, lo encontramos en la doble obra de Lucas;
ca del buen ser del cristiano, como acto de Dios. cumbirán ante la ira de Dios (5, 6), y no conse- tres, en 1 Pe; dos, en Jn. Aparece respectiva-
confesión de fe cuando se adora a Dios (1 Tim guirán la herencia del reino de Cristo y de Dios mente una vez en Mt, Heb, Jds y Ap. - El ver-
2, 10), especialmente en el marco de la ética 9. aYadtoovví] bondad, ser bueno, ser (5, 5). Frente a esto, los hijos de la luz se ca- bo en voz activa se emplea únicamente en Le
de las mujeres (cf. la mención de las «buenas recto* aparece cuatro veces en el NT: Rom racterizan por los diversos aspectos del «fruto 1, 47; Ap 19, 7. En todas las demás veces, se
obras» junto con el hecho de dar limosna co- 15, 14; Gal 5, 22; Ef 5, 9; 2 Tes 1, 11. El tér- de la luz»: bondad, justicia y verdad (5, 9). emplea como verbo deponente. La indicación
mo las notas características de Tabita en Hech mino aparece en la LXX con una amplia ga- del motivo de la extrema alegría se efectúa de
ma de significados (Ecl 4, 8; 5, 10; 6, 3: bie- En la petición escatológica (2 Tes 1, 11), se
9, 36), interpretándose estas buenas obras en diversas maneras. - El verbo y el sustantivo se
el sentido de dar educación a los hijos, ofrecer nes terrenos; 7, 14: felicidad; 5, 17; 6, 6; 9, ruega a Dios que haga que sea cumplida en los
tesalonicenses la buena disposición para la emplean en unión con xaífjeiv o con %ar>á en
hospitalidad, lavar los pies y prestar ayuda a 18: lo bueno que a uno le sucede. La bondad Mt 5, 12; Le 1, 14; 1 Pe 1, 8; 4, 13; Ap 19, 7;
los afligidos (1 Tim 5, 10). Las «buenas obras» de Dios se muestra en los bienes que él con- bondad y al mismo tiempo la «obra de la fe».
en unión con 8o|áí;eiv o 6ó^a en 1 Pe 1, 8; 4,
pueden marcar también la divergencia entre el cede en la tierra [2 Esd 19, 25.35] o que pro- 13; Jds 24; Ap 19, 7; en unión con eÍKprjcúveiv
J. Baumgarten
supuesto conocimiento de Dios y el hecho de mete en el cielo [23, 31]. Se piensa en el bien en Hech 2, 26, y en unión con neyakvveiv en
que la fe esté en consonancia con las obras moral en Jue 8, 35; 9, 16; 2 Crón 24, 16; Sal Le 1,47.
(Tit 1, 16) o -como radicalización de Rom 13, 51, 5), de los cuales en el NT se recogió úni-
áyaüovQyétí) agathourgeó hacer el bien*
3s- caracterizan la buena conducta dispuesta camente la dimensión ética. 2. Estos vocablos, que se usan únicamente
Forma contracta de -+ áYa-froeQYéci): Hech
a someterse a las autoridades, b) El término En el marco de una especie de informe final en el lenguaje bíblico o en el lenguaje ecle-
14, 17.
técnico de «buena conciencia» (1 Tim 1,5.19; con tendencia apologética (Rom 15, 14-21), siástico, expresan el gozo que se apodera de
cf. Hech 23, 1; 1 Pe 3, 16.21; Heb 13, 18) per- Pablo reconoce la independencia espiritual de toda la persona y que se manifiesta incluso al
tenece a la época tardía del NT. Con tenden- la comunidad romana. Encuentra para ello á y a d w a v v t i , T|g, X\ agathosyne rectitud exterior. Como en la LXX, tienen también en
cia antignóstica, las Pastorales exigen una ac- multitud de expresiones elogiosas: «Estáis -v áyaftóg 9. el NT sentido religioso (con excepción de Jn
titud de vida que corresponda a la fe en la llenos de buenos sentimientos (la rectitud 5, 35): designan el gozo y la alegría extrema
creación y al mandamiento del amor (1 Tim 1, 'que, por contraste con la maldad, se mani- á y a M i a a i s , EG>S, tj agalliasis gozo ex- por la salvación que Dios concede graciosa-
14). «De aquí procede la parénesis tradicional fiesta en la apertura mutua' [Kasemann, 377]), tremo, júbilo mente por medio de Jesús (en Jn 8, 56 se ha-
con sus cuadros domésticos (Haustafeln), con llenos de todo conocimiento y capaces de ins- -> áya^Aiáco. bla del gozo anticipado de Abrahán). - No es
sus catálogos de vicios y virtudes que acentú- truiros unos a otros» (Rom 15, 14). seguro que este grupo de vocablos se emplee
an el valor del matrimonio y la familia, y la Tanto en Gal 5, 22 como en Ef 5, 9 la ya en Q. El único testimonio que pudiera te-
necesidad ineludible de las virtudes cívicas aYa'&coa'úvri forma parte de un catálogo de a y a M i á w agalliad estar radiante de gozo
o alegría* nerse en cuenta sería el de Mt 5, 12, a dife-
normales para la convivencia. De aquí tam- virtudes. En el marco de una comprensión rencia de Le. - En Le 1-2 se habla de la ale-
bién la exigencia de las 'buenas obras' (1 Tim dualístico-escatológica de la salvación, que áyaXkiáaiq, erog, f| agalliasis gozo extre-
gría extrema que el nacimiento de Juan
2, 10; Tit 2,14) y la conciencia recta y pura (1 muestra claras tendencias orientadas hacia la mo, júbilo*
desencadena ya como don salvífico que es de
Tim 1, 5; 3, 9)» (Ph. Vielhauer, Historia de la salvación, Pablo contrapone en Gal 5, 19-21 a Bibl: R. E. Backherms, Religious Joy in General in Dios (1, 14), del gozo escatológico que siente
literatura cristiana primitiva, Salamanca un catálogo de vicios un catálogo de virtudes the NT and Its Sources in Particular (tesis Fribourg, María (1, 47) y el todavía no nacido Juan (1,
1991, 249). (vv. 22s). Con las «obras de la carne», que ha- Suiza), 1963; H. U. von Balthasar, Die Freude unddas 44) porque con Jesús comienza el tiempo de
cen que uno sea excluido del reino de Dios, Kreuz: Concilium 4 (1968) 683-688; P. J. Bernadicou,
The Lucan Theology of Joy: ScEc 25 (1973) 75-98;
la salvación. La introducción al «clamor de
8. La Carta a los hebreos, en su doxología contrasta el caminar en el Espíritu o el fruto E. Beyreuther-G. Finkenrath, Alegría, en DTNT I, 74- júbilo» de Jesús en Le 10, 21 pertenece a la
final (13, 20s), expresa la petición (en buen del Espíritu. La realización concreta de la 83; R. Bultmann, óVyaMaáo^ai xxX.., en ThWNT I, redacción lucana. En Hech 2, 26 se pone en
sentido paulino; cf. Rom 12, 2) de que el Dios «posibilidad de una vida radicalmente nueva» 18-20; E. G. Gulin, Die Freude im NT: Ann. Acad. Se. labios de Pedro el texto del Sal 15, 9 LXX co-
de paz «haga aptos» a los destinatarios «en (Grundmann, 16) es efecto del Espíritu: amor, Finn., Helsinki, 26, 2 (1932) y 37, 3 (1936); W. G. mo prueba de que la resurrección de Jesús se
toda obra buena», es decir, los capacite para gozo, paz, magnanimidad o paciencia, amabi- Momee, Joy in the NT, Exeter 1984; B. Reicke, Diako-
nie, Festfreude und Zelos in Verbindung mit der alt- ajusta a lo que se había anunciado en las Es-
vivir conforme a la voluntad divina. Por otro lidad (bondad), el ser bueno (H. Schlier, La crituras. Además, los Hech atestiguan que
christlichen Agapenfeier, Uppsala-Wiesbaden 1951;
lado, la Carta a los hebreos califica decidida- Carta a los gálatas, Salamanca 1975, sub loco: C. W. Reines, Laughter in Biblical and Rabbinic Lite- algunas comunidades cristianas primitivas te-
mente como áycx'&á a los bienes del mundo Rectitud),fidelidad,mansedumbre y dominio de rature: Judaism 21 (1972) 176-183; A. B. du Toit, Der nían experiencias que desencadenaban extre-
venidero. En 9, 11 al concepto se le da un co- sí mismo (Gal 5, 22s). En paralelismo con ello, Aspekt der Freude im urchristlichen Abendmahl, Win-
ma alegría: la comida para saciarse, vinculada
lorido cristológico-escatológico: Cristo es el áya'&üio'úv'n se halla atestiguada también en el terthur 1965.
con la celebración de la eucaristía, pero des-
23 áyot^iáo) - áyocrcn 24 25 áyájtr| 26

lindada de ella terminológicamente, se toma peí, en Saved by Hope. FS f. R. C. Oudersluys, Grand ZNW 74 (1983) 222-236; Id., Das Adj. &yanr]xóc, in
áyáJIti, ng, t) ágape amor Rapids 1978, 27-43; F. Neugebauer, Die dargebotene den pin Briefen: NTS 32 (1986) 476-480; Id., Das Ge-
«con alegría extrema y pureza de corazón» (2, áyajtáco agapad amar Wange und Jesu Gebot der Feindesliebe. Erwagungen bot der Nachstenliebe bei Pls: BZ 30 (1986) 161-187;
46). El bautismo y la aceptación de la fe con- aycmxyzác,, 3 ágape tos amado, muy querido zu Lk 6, 27-36: Mt 5, 38-48: ThLZ'110 (1985) 865- Id., Liebe (IV), en TRE XXI, 138-146.
ducen a extrema alegría (16, 34); también 876; K. Niederwimmer, Erkennen und Lieben. Gedan- Sobre el Antiguo Testamento: Bergman-Haldar-Wa-
aquí es digna de tenerse en cuenta la referen- 1. Uso del grupo de vocablos en el NT - 2. Conte- ken zum Verhaltnis von Gnosis und Ágape im Ersten llis, en DTAT I, 110-127 (bibl.); F. Buck, Die Liebe
nidos semánticos y campo referencial - 3. áyaitáü) y Korintherbrief: KuD 11 (1965) 75-102; A. Nissen, Gottes beim Propheten Osee, Roma 1953; E. Jenni, en
cia, simplemente indicada, a la cena. - Clarí- Gott und der Nachste im antiken Judentum, Tübingen DTMAT I, 115-132; N. Lohfink, Das Hauptgebot (An
simamente marcadas por el júbilo a causa de áyájir| en los (grupos de) escritos del NT - a) Sinópti-
1974; cf. también sobre este tema P. Schafer: ThLZ Bibl 20), Roma 1963 (sobre Dt 5-11); G. Quell, Die
cos (el mandamiento de amar dado por Jesús) - b) Las
la futura consumación escatológica se hallan Cartas paulinas - c) Col/Ef/2 Tes/Pastorales - d) Jn/1-
102 (1977) 432-437; A. Nygren, Eros und Ágape Liebe im AT, en ThWNT I, 20-34; O. Schilling, Die
las palabras que leemos en 1 Pe 4, 13; Jds 24; (1930-1937), Gütersloh 2sin fecha (1956); H. Obayas- atl. Auffassungen von Gerechtigkeit und Liebe, en FS
3 Jn - El resto del NT - 4. áyáiiri en Jds 12 - 5.
hi, Ágape and the Dynamics of History: StTh 35 Meinertz, 9-27; J. Ziegler, Die Liebe Gottes bei den
Ap 19, 7. - Del gozo que se siente en el pre- áycornTÓg. (1981) 9-31; Th. Ohm, Die Liebe zu Gott in den Propheten, Münster i. W. 1930; W. Zimmerli, Liebe II.
sente habla 1 Pe 1, 8. No es seguro que el jú- nichtchristlichen Religionen, Krailling 1950; S. Peder- Im AT, en RGG IV, 363s.
Bibl: M. Adinolfi, Vamore nel terzo Vangelo: An- sen, Ágape - der eschatologische Hauptbegriff bei Pls,
bilo de los cristianos en 1 Pe 1, 6 deba enten- tonianum 54 (1979) 561-581; K. Berger, Die Gesetz-
Más bibliografía: H. Riesenfeld, Etude bibliogra-
en Id. (ed.), Die Pin Lit. und Theologie, Gottingen- phique sur la notion biblique ¿ ' A r A I I H (CNeot),
derse también en sentido presente, pero es auslegung Jesu I. Markus und Parallelen, Neukir- Aarhus 1980, 159-186; A. Penna, Amore nella Bibbia Uppsala 1941; Warnach, Liebe, 962-965; P.-E. Lange-
probable que así sea a causa de la cercanía chen-Vluyn 1972; G. Bornkamm, El doble manda- (Teología bibl. 1), Brescia 1972; H. Preisker, Die vin, Bibliographie biblique (1930-1970), Québec
con 1, 8. - Heb 1, 9 cita al Sal 44, 8 LXX pa- miento del amor, en Estudios sobre el Nuevo Testa- urchristliche Botschaft von der Liebe Gottes im Lichte 1972, 560-566.
mento, Salamanca 1983, 170-180; R. Bultmann, Teolo- der vergleichenden Religionsgeschichte, Giessen 1930;
ra designar la unción mesiánica del Hijo de gía del Nuevo Testamento, Salamanca 21987, 405-407, K. Romaniuk, L'amour du Pére et du Fils dans la so- 1. Los tres vocablos del grupo aparecen en
Dios con el «óleo de alegría», es decir, con el 499-511; Ch. Burchard, Das doppelte Liebesgebot in tériologie de saint Paul (AnBibl 15), Roma (1961)
óleo que se utilizaba para ungir en las alegres derfrühen christlichen Überlieferung, en FS Jeremías, 2
1974; J. Sauer, Traditionsgeschichtliche Erwagungen casi todos los escritos del NT, con un total de
festividades y especialmente con motivo de la 1970, 39-62; R. F. Butler, The Meaning o/Agapaó and zu den synopt. und pin Aussagen über Feindesliebe 320 veces, áyanáw aparece 143 veces (los
unción del monarca. Phileo in the Greek NT, Lawrence KS 1977; S. Cipria- und Widervergeltungsverzicht: ZNW 76 (1985) 1-28; escritos más destacados en cuanto al uso de
ni, Dio é amore. La dottrina della carita in S. Giovan- A. Scattolon, L'áyajrexóg sinottico nella luce della este término son Jn [37 veces], 1-3 Jn [31 ve-
A. Weiser ni: Scuola Cattolica 94 (1966) 214-231; J. Coppens, traditione giudaica: RivBib 26 (1978) 3-32; K. H.
La doctrine biblique sur l'amour de Dieu et du pro- Schelkle, Teología III, 167-200; H. Schlier, Glauben, ces]. áyám\ aparece 116 veces (especialmen-
chain: EThL40 (1964) 252-299; Id., Ágape et Agapán Erkennen, Lieben nach den Johannesevangelium, en te en 1-3 Jn [21 veces], 1 Cor [14 veces], Ef
á y a ^ i o ? , 2 agamos soltero, dícese de la dans les lettres Johanniques: EThL 45 (1969) 125- Schlier II, 279-293; Id., Die Bruderliebe nach dem Ev. [10 veces], áYajT/ntóg aparece en total 61 ve-
127; N. A. Dahl, Liebe III. Im NT, en RGG IV, 364- und den Briefen des Joh (1970), en Schlier III, 124- ces (especialmente en 1-3 Jn [10 veces], Rom
persona que no se ha casado 367; J. Ernst, Die Einheit von Gottes- und Nach- 135; R. Schnackenburg, Liebe Gottes (I), en LThK VI,
-v ya\ié.m. 1043-1045; Id., Die Forderung der Liebe in der Ver- [7 veces], 2 Pe [6 veces]. Si tenemos en cuen-
stenliebe in der Verkündigung Jesu: ThGl 60 (1970)
3-14; G. Friedrich, Was heifit das: Liebe?, Stuttgart kündigung und im Verhalten Jesu, en E. Biser-A. Ga- ta este grupo de vocablos en su totalidad, en-
1972; R. H. Fuller, Das Doppelgebot der Liebe. Ein noezy y otros, Prinzip Liebe, Freiburg i. Br. 1975, 76- tonces veremos que en Jn juntamente con 1-3
Testfall für die Echtheitskriterien der Worte Jesu, en 103; Id., Cartas de san Juan, Barcelona 1980, 151-156 Jn se emplean 106 veces (44 + 62, es decir,
áyoivaxf éo) aganakteo indignarse, eno- FS Conzelmann, 317-329; V. P. Furnisch, The Love (el amor fraterno), 256-263 (el Tamor como esencia de
Dios); G. Scííneider, Die Neuheit der christl. Ndchs- una tercera parte), en Pablo juntamente con
jarse* Command in the NT, Nahsville/NY 1972; B. Gerhards-
son, Ágape and Imitation of Christ, en Jesús, the Gos- tenliebe: TThZ 82 (1973) 257-275; L. Schottroff, Ge- los escritos pospaulinos (incluidas las Pasto-
Mt 21, 15; 26, 8; Me 10, 14. El objeto de waltverzicht und Feindesliebe in der urchristl. Jesus- rales) 136 veces (84 + 52), los Sinópticos jun-
la indignación se indica mediante la preposi- pels and the Church. FS f. W. R. Farmer, Macón GA
1987, 163-176; H. Greeven-J. Fichtner, nkr\aíov, en tradition, en FS Conzelmann, 197-221; F. F. Segovia, tamente con los Hechos con un total de sólo
ción Jterjí seguida de genitivo: Me 10, 41 ThWNT VI, 309-316; R. Joly, Le vocabulaire chrétien
Love Relationships in the Johannine Tradition.
37 veces, y el resto del NT con 41 veces. Nue-
par. Mt 20, 24. En Me 14, 4 se habla de áya- áyájtT|, áyaKáv in I Joh and the Fourth Gospel, Chi-
de l'amour est-il original?, Bruxelles 1968; K. Kertel- vamente, si tenemos en cuenta los tres voca-
co CA 1982; Th. Soding, Gottesliebe bei Pls: ThGl 79
vaxTÉü) Jtgóg ea'UTO'úg, de estar indignados ge, Das Doppelgebot der Liebe im Markusevangelium,
(1989) 219-242; C. Spicq, Le verbe áyajiáü) et ser de- blos, dominan (con los correspondientes nú-
entre sí. En Le 13, 14 la razón de la indigna- en FS Dupont, 303-322; R. Kieffer, Le primat de l'a- rives dans le grec classique: RB 60 (1953) 372-397;
mour (LeDiv 85), Paris 1975, sobre 1 Cor 13; O. Kuss, meros de aparición) 1 Jn (52 veces), Jn (44
ción se introduce por medio de la conjunción Id., Ágape dans le Nouveau Testament (3 vols.), Paris
Die Liebe im NT, en O. Kuss Auslegung und Verkündi- 1957-1959; Id., Die Nachstenliebe in der Bibel, Einsie- veces), Rom (24 veces), Ef (22 veces), 1 Cor
OTl. gung II, Regensburg 1967, 196-234; M. Lattke, Ein- (20 veces), Le (16 veces), 2 Cor (15 veces),
deln 1961; Id., Notes I, 15-30; E. Stauffer, áyajtáco
heit im Wort. Die spezifische Bedeutung vom áyáir/n, XTL (B-F), en ThWNT I, 34-55; G. Strecker, Gottes- Mt (12 veces) y Col (11 veces). Es sorpren-
áyaitav und qjiXelv im Joh.-Ev. (StANT 41), Mün- und Menschenliebe im NT, en FS Ellis, 53-67; W. C.
chen 1975; S. Légasse, «Et qui est mon prochain?», dente que falten áyajtáco y áyám] en Hech,
ayaváxTi\Gi$, £(05, i\ aganaktésis enojo, van Unnik, Die Motivierung des Feindesliebe in Lukas
Paris 1989; Id., L'étendue de l'amour interhumain VI, 32-35: NovT 8 (1966) 284-300; V. Warnach, Ága- y áyanr]xóc„ en Jn, 2 Jn y Ap.
indignación* d'aprés le NT: RTL 8 (1977) 137-159, 293-304; J. B. pe. Die Liebe ais Grundmotiv der ntl. Theologie, Dus-
En 2 Cor 7, 11 aparece este vocablo en una Lotz, Die Stufen der Liebe. Eros, Philia, Ágape, Frank- seldorf 1951; Id., Amor, en DTB, 42-74 (bibl.); O. 2. El contenido semántico de los tres voca-
enumeración, entre ájtoXoYÍa y (jpópoc;. furt a. M. 1971; D. Lührmann, Liebet eure Feinde (Lk Wischmeyer, Vorkommen und Bedeutung von Ágape in blos, en lo que al NT se refiere, se puede tra-
6, 27-36; Mt 5, 39-48): ZThK 69 (1972) 412-438; W. der aufierchristl. Antike: ZNW 69 (1978) 212-238; Id., ducir casi uniformemente por amor, amar y
Lütgert, Die Liebe im NT, Leipzig 1905; E. Malatesta, Derhóchste Weg. Das 13. Kapiteldes 1 Kor (StNT 13),
Tt|v áyájir|v r\v s^ei ° freóg sv iiulv. A Note on 1 Gütersloh 1981; Id., Traditionsgeschichtliche Untersu-
amado.
áyttJKXíO agapad amar John 4:16a, en The NT Age. FSf. B. Reicke II, Macón chung der pin Aussagen über die Liebe (áyájn)): áyanátí) corresponde por lo general en la LXX
-y áyájtT]. GA 1984, 301-311; L. Morris, Love in the Fourth Gos- al hebreo 'aheb, y por áyáir/n o por (el término
27 áyám) 28 29 áyájiri 30

más antiguo) aYÓutnoic; se traduce principalmen- Flp 1, 9; 2, 2; 1 Jn 4, 16; para otros ejemplos, cípulo tenía que romper e ir más allá de la re- cálogo, seguramente para caracterizarlo como
te (16 ó 6 veces respectivamente) el correspon- principalmente en cuanto a los giros con pre- ciprocidad en el amor (Le 6, 32 / Mt 5, 46 «si la recapitulación de la misma (cf. 22, 40 a di-
diente sustantivo 'ah"bá. Los vocablos griegos posición y a los empleos como atributos, cf. amáis a los que os aman»), en conexión con ferencia de Me: «De estos dos mandamientos
más usados en el griego clásico y helenístico Bauer, Worterbuch, s.v. I, la) se emplean en la promesa de que de esta manera se es hijo dependen toda la ley y los profetas»). En 24,
epáca/eQü)? y cpiAiü>/cpiÁ.ía quedan muy por de- de Dios, o en conexión con la referencia a la 12 (material peculiar) se predice que «el en-
trás en comparación de aquéllos. Probablemente sentido absoluto. áyájtr| se halla juntamente
los traductores prefirieron los vocablos, menos con ->• Jtíoug (1 Tes 3, 6; 5, 8; 1 Tim 1, 14; 2 bondad de Dios (una bondad que debe imitar- friamiento del amor en muchos» será conse-
cargados de afectividad, del grupo áyanáto, por- Tim 1, 13; Flm 5) y -> éXjtíc; incluso como se) aun hacia los malos (Le 6, 35 / Mt 5, 45), cuencia del aumento de la «iniquidad».
que éstos «designan, por lo demás, un amor sere- una tríada (1 Cor 13, 13; 1 Tes 1, 3; 5, 8; Col y en conexión también, seguramente, con la El empleo absoluto de áyámt] en Mt 24, 12
no en el sentido del aprecio o de la aceptación l,4s;Bern l,4.6)->3.b Regla de Oro (Le 6, 31 / Mt 7, 12). Como exi- corresponde a una forma de expresión más
amistosa» (Warnach, Liebe, 927; sin embargo, cf. Significados que se apartan del uso general gencia que es de Jesús y eñ la situación en tardía. Y lo mismo se diga de la doble men-
también Joly). Hasta ahora se discute si hyá7V(\ que se halla la comunidad que está detrás de ción de áyanáw en Le 7, 47 (material pecu-
se halla también atestiguado literariamente antes son f|YájtT|aev (aoristo primero): «Jesús le
miró con cariño», Me 10, 21 y áyáTíi], comi- la fuente Q, el amor a los enemigos significa liar) («porque amó mucho [mostró mucho
de la aparición de la LXX; cf., a propósito, E. Pe-
terson: BZ 20 (1932) 378-382; Bauer, Wórter- da de amor fraternal (ágape) -> 4 (Jds 12; Ign un rechazo del odio que abrigaban los zelotas, amor]..., ése ama también poco»; cf. la pre-
buch, s.v. I (cf. Moulton-Milligan, s.v.); Warnach, Esm 8, 2). y la superación del amor dirigido únicamente gunta en el v. 42). En la sección acerca del
Ágape; cf., además, la controversia entre St. West Junto al amor (áYajtáco) al «prójimo» (-> al «prójimo» (cf. Mt 5, 43 «Odiarás a tu ene- amor a los enemigos, en Le 6, 32b, se usa áyo>
y R. E. Witt en: JThS 18 (1967) 142s; 19 (1968) migo»; cf., a propósito, 1QS 1, 3s.l0). La for- Jiáco siguiendo al texto de la fuente Q («Pues
209-211; 20 (1969) 228-230. El NT excluye por nXr\oíov; principalmente en los Sinópticos y
mulación en segunda persona del plural indi- hasta los pecadores aman a quienes les mues-
completo épáco/eQOíK; (cf., en cambio, IgnRom 2, en Pablo) se habla (como verbo o como sus-
ca que se trata de la comunidad y de los tran amor»). En el ¡ay! lanzado sobre los fa-
1; 7, 2; IgnPol 4, 3) y hace un desarrollo teológi- tantivo) del amor «mutuo» (-> áKkr\k(úv; Jn,
enemigos de ésta. - La sentencia acerca del riseos, en 11, 42, Lucas con la introducción
co más completo del grupo de vocablos en torno 1 y 2 Jn, Pablo), y se habla como verbo de
a áyajtáco, mientras que -> cpiléoo (cf. M. Paes- servir a dos señores establece un paralelo en- de TT)V áyájtTiv TOÍJ freoC modificó el texto
amar al «hermano» (-> ábekyóc, 5; 1 Jn) y de
lack: ThViat 5 [1953-1954] 51-142) es por lo tre amar y servir; invita indirectamente a de Q y estableció una conexión con el v. 43.
amar a «los enemigos» (Q); se habla, ade-
general menos relevante desde el punto de vista (servir a Dios de manera indivisa y) amarle. Los fariseos «pasan por alto el amor a Dios»
teológico. más, del amor de los maridos a sus «muje-
En Me 12, 28-34, Jesús responde mediante (v. 42), pero aman los primeros asientos en
res» (Ef). «Dios» es en Me 12, 30.33 par. (y
un apotegma a la pregunta que le había hecho las sinagogas...» (v. 43; Mt 23, 6: (piAoüorv).
también especialmente en Pablo, Sant y 1 Jn)
Los vocablos del grupo lingüístico á y a - un fariseo acerca de cuál era «el primero de Le (y Hech) muestran en ejemplos concretos
objeto de la acción de amar (del amor), y Je- cómo actúa el amor al prójimo, especialmente
jtáco se refieren casi exclusivamente, en el todos los mandamientos» (Berger, 143 y 256:
sús (Cristo) lo es principalmente en Jn (fuera en el relato del samaritano compasivo, que es
NT, al amor de persona(s) a persona(s). Sin «Cuestión inicial de la catequesis de la diás-
de ahí, únicamente en Ef 6, 4; 1 Pe 1, 8; 1 Jn una demostración de cómo Jesús interpreta el
embargo, algunas cosas se mencionan tam- pora»; compárese la pregunta que formula un
5, 1). Del amor de Dios (en forma de verbo y mandamiento del amor (cf. el marco en 10,
bién como objetos a los que se ama (cf. gentil dispuesto a convertirse y la respuesta
de sustantivo), además de Jn y 1 Jn, habla que le da Hillel en bSab 31a) con Dt 6, 4s 29.36s). Interpreta el amor al prójimo como
Bauer, Worterbuch, s.v. áyaJtáco 2; s.v. áyá- principalmente Pablo; el amor de Dios a Je- (amor indiviso a Dios), y añade la exigencia una misericordia activa que tiene su modelo
m\ I, 1 ba): Le 11, 43 (los primeros puestos y sús se expresa sobre todo en Jn (además en del amor al prójimo (Lev 19, 18) como man- en la misericordia de Dios (6, 36; 10, 33.37a);
los saludos); Jn 3, 19 («las tinieblas más que Ef 1, 6; Col 1, 13); cf. también áyajiriTÓg ->• damiento supremo (para averiguar cuál era el cf. G. Schneider, Lukasevangelium I (ÓTK),
la luz»); 12, 43 («la 5ó^a de los hombres más 5. Del amor de Jesús (de Cristo) (con el ver- mandamiento del amor en el judaismo, sobre 245-251. El hecho de que en Le 10, 27 no es
que la 6ó^a de Dios»); 2 Tim 4, 8 («su mani- bo o con el sustantivo) hablan principalmen- todo en los TestXII, consúltese Burchard, Jesús sino el «doctor de la ley» el que cita (co-
festación»); 4, 10 (el «eón presente»); Heb 1, te Jn y Pablo; el amor de Jesús a Dios se Schneider, Nissen). Los dos mandamientos de mo un solo mandamiento) el doble manda-
9 (Sal 44, 8 LXX: la justicia); 1 Pe 3, 10 (la menciona en Jn 14, 31. la Tora se citan también en los lugares para- miento (a diferencia de Mc/Mt), está relacio-
vida); 2 Pe 2, 15 (el salario injusto); 1 Jn 2, 15
lelos Mt 22, 37.39; Le 10, 27b.c, pero sin nado con la inserción de la historia del
(el mundo, el -> xóo[xog); Ap 12, 11 (la pro-
3. a) Con excepción de Me 10, 21 y de Le la repetición confirmadora que vemos en Me samaritano, la cual por medio del ejemplo de
pia vida): 20, 9 («la ciudad» de Jerusalén). Un cómo actúa el amor, responde a la pregunta
7, 5, el verbo aYOUtáü) y el sustantivo corres- 12, 32s.
giro especial es áyáirriv aYajtácu en Jn 17, pondiente (Mt 24, 12; Le 11, 42) aparece en sobre quién es el prójimo (v. 29).
Mí 5, 43 a diferencia de Le, y 19, 19b a di-
26; Ef 2, 4 (cf. 2 Sam 13, 15). Una cosa que los Sinópticos únicamente en labios de Jesús. ferencia de Me mencionan el mandamiento
es objeto de áyáitr] en 2 Tes 2, 10 es la «ver- Tienen una categoría especial el mandamien- del amor al prójimo (Lev 19, 8) en sentencias b) Pablo, cuando habla del amor, toma co-
dad» (cf. 1 Clem 55, 5: «el amor a la patria»). to del amor a los enemigos y el doble manda- mo punto de partida el amor de Dios (Rom 5,
redaccionales. En el primer pasaje, este man-
Tanto el verbo (Le 7, 47a.b; 1 Jn 3, 14.18; 4, miento del amor a Dios y al prójimo. damiento se contrapone a la nueva exigencia 8; 8, 37; 9, 13; 2 Cor 9, 7; 13, 11.13; 1 Tes 1,
7.8.19) como también, y especialmente, el En Q la exigencia «¡Amad a vuestros ene- de Jesús (amor a los enemigos, v. 44); en el 4), ese amor que Dios demostró en Cristo
sustantivo (por ejemplo, Mt 24, 12; Rom 12, migos!» (Le 6, 27.35 par. Mt 5, 44) aparecía segundo pasaje se expone después de los di- (Romaniuk). El amor de Dios se ha derrama-
9; 13, 10; 1 Cor 8, 1; 13, 1.2.3.4.8.13; 14, 1; ya en conexión con la referencia a que el dis- versos preceptos de la segunda tabla del De- do en nuestros corazones por medio del Es-
31 áYájín 32 33 aYajiri 34

píritu Santo (Rom 5, 5). Dios «demuestra su a Dios (se emplea en todos los casos el verbo quien nos ha concedido gracia «en el Amado del amor de Jesús (Cristo) y del amor a él, y
amor para con nosotros, en que siendo aún aYajráco) se dice que «para los que aman a (Cristo)» (1,6; «en amor», en el v. 4, lo mis- sin embargo las Cartas hablan más frecuente-
pecadores, Cristo murió por nosotros» (v. 8). Dios» (sobre esta expresión, cf. J. B. Bauer: mo que en los demás pasajes, no debe referir- mente del amor de Dios y del amor a Dios.
El fragmento hímnico de 8, 31-39 (cf., a pro- ZNW 50 [1959] 106-112) «todas las cosas co- se al amor de Dios; en contra de lo que piensa Pero esto difícilmente significará una diferen-
pósito, G. Schille: ZNW 59 [1968] 230-244; operan para bien» (Rom 8, 28); y se dice tam- H. Schlier, La Carta a los efesios, Salamanca cia objetiva de carácter decisivo. En ambas
P. Fiedler: ZNW 68 [1977] 23-34), que co- bién que Dios les «ha preparado» cosas insos- 1991, 67s). partes se habla del amor de «unos a otros»,
mienza con la pregunta «Si Dios está por nos- pechadas (1 Cor 2, 9), y que el que ama a Dentro de la tradición paulina se halla 2, 4s: pero sólo en las Cartas se habla del «amor fra-
otros, ¿quién estará contra nosotros?», termi- Dios «es conocido por él» (8, 3). La tríada fe, Dios, «por causa del gran amor con que nos terno». (Además de los artículos de Cipriani,
na con la firme confianza de que nada «nos amor y esperanza, en Pablo, aparece por vez amó... volvió a la vida» a los pecadores «jun- Lattke, Schlier, cf. F. MuBner, ZQH, MUnchen
podrá separar del amor de Dios manifestado primera en 1 Tes 1, 3 (cf. además 5, 8; 1 Cor tamente con Cristo». El amor de Cristo sobre- 1952, 158-164; R. Bultmann, Teología § 50. 4;
en Cristo Jesús nuestro Señor». El áyanr\oac, 13, 13; cf., a propósito, Lietzmann-Kümmel, puja todo conocimiento (3, 19); se mostró co- E. Kasemann, Jesu letzter Wille nach Joh 17,
(v. 37) es Cristo que demostró en la cruz (2 Korintherbrief4 [HNT], 66-68; H. Conzelmann, mo amor a la Iglesia (5, 25), en la entrega que Tübingen 1966, 105-116.)
Cor 5, 14s) cuál era su amor (Rom 8, 35), y Der erste Korintherbrief [KEK], 270-273; W. él hizo «como ofrenda y sacrificio a Dios» (5, Es de importancia fundamental Jn 3, 16:
que hace como Señor exaltado que reine su Marxsen, en FS Cullmann 1972, 223-229). 2). Con la exhortación al amor, que hace que «De tal manera amó Dios al mundo, que dio
amor. El «me amó y se entregó a sí mismo por «unos se soporten a otros» y que «edifica» el a su Hijo unigénito» a fin de comunicar «vi-
mí» (Gal 2, 20). c) Col 1, 4s menciona de nuevo la tríada fe, cuerpo de Cristo (4, 2.16), comienza la paré- da eterna» por medio de la fe. El pasaje de
Aunque Pablo habla frecuentemente en amor y esperanza (-> b) y habla del «amor a nesis, y la carta termina deseando a los desti- 14, 21 tiende al enunciado: El que ama a Je-
sentido absoluto acerca del amor de los cris- todos los santos», un amor que se da por su- natarios «amor y fe», que han de proceder de sús, será amado también por el Padre y de
tianos, y de esta manera ayó.ix,x\ (Rom 12, 9; puesto en los destinatarios (cf. Ef 1, 15; 2 Tes Dios y de Cristo (6, 23), y considerándolos este modo llegará a la misma meta que Jesús
14, 15; 1 Cor 8, 1; 14, 1; 16, 14), especial- 1, 3). En el mismo contexto se dice que Epa- (consideración que es más un llamamiento (14, 3.6). Quien ama a Jesús y guarda su pala-
mente en la enumeración de las virtudes (2 fras es «nuestro amado consiervo» (1, 7), el que la afirmación de un hecho) como perso- bra (cf. 15, 9s) recibe el amor del Padre, qui-
Cor 6, 6; Gal 5, 22; Flp 2, ls), podría enten- cual informó también al autor acerca de TTJV nas que «aman» a Cristo «con amor impere- en -como Jesús- «vendrá a él» para «hacer
derse fácilmente como una de tantas actitudes •úuwv ayán^v év 3tvEÍ)[xaTi (v. 8). El amor cedero» (v. 24). morada en él» (14, 23). Los discípulos están
morales, sin embargo él acentúa decidida- de la comunidad destinataria de la carta se en- En las Cartas pastorales predomina el sus- allí donde está Jesús (14, 3), en el ámbito del
mente la primacía de la áyájiri (Gal 5, 6; Flp tiende evidentemente como un amor obrado tantivo (10 veces), mientras que el verbo apa- amor de Dios (R. Schnackenburg, El Evan-
1, 9; especialmente en el «himno que canta por el Espíritu (E. Lohse, Die Briefe an die rece sólo en 2 Tim 4, 8.10. Este último pasaje gelio según san Juan III, 93). El mundo ha
las excelencias del amor» en 1 Cor 13; con- Kolosser und an Philemon [KEK], 54s). Así muestra la ambigüedad de la acción de amar. de conocer que Jesús ha sido enviado por
súltese a propósito, además de Kieffer: Schlier como Dios «nos trasladó al reino del Hijo de Esta acción puede orientarse hacia la «epifa- Dios; que Dios ha amado a los discípulos, lo
1,186-193; G. Bornkamm, El camino más exce- su amor» (1, 13), así también los cristianos nía» de Cristo, es decir, a la parusía, o tam- mismo que amó a Jesús antes de la funda-
lente, en Estudios sobre el Nuevo Testamento, son al mismo tiempo los elegidos y los «ama- bién al «eón actual». La «finalidad de la ins- ción del mundo (17, 23s.26; cf. también 3,
Salamanca 1983, 37-57; J. T. Sanders: Inter- dos» de Dios (3, 12; cf. 2 Tes 2, 13.16), y co- trucción» es «el amor nacido de un corazón 35; 10, 17; 15, 15s acerca del amor de Dios
pretation 20 [1966] 159-187; B. Gerhardsson: mo a tales se les exhorta al amor, que es el puro y de una buena conciencia y de una fe a Jesús; 14, 31 acerca del amor de Jesús a
SvEA 39 [1974] 121-144; E. Minguens: CBQ «vínculo de la perfección» (v. 14). El impera- sincera» (1 Tim 1, 5; el «amor» se halla tam- Dios). El amor de Jesús (11, 5; 13, 1.34; 14,
37 [1975] 76-97). El amor no es epYOV, sino tivo áyajtaxe va dirigido especialmente a los bién junto a la «fe» en: 1 Tim 1, 14; 2, 15; 4, 21; 15, 9.10.12) a los suyos fue amor «hasta
el primer «fruto del Espíritu» (Gal 5, 22) .JPa- hombres en relación con sus mujeres (v. 19; 12; 6, 11; 2 Tim 1, 13; 2, 22; 3, 10; Tit 2, 3). el fin», corresponde al amor del Padre y exi-
blo, claro que sin referirse a una enseñanza de especialmente también Ef 5, 25-33). - En De este amor hay algunos que se han alejado ge del discípulo que guarde los mandamien-
Jesús, menciona el mandamiento principal del 2 Tes 3, 5 se pide en oración el «amor a Dios», mucho (1 Tim 1, 3s.6s). El amor se opone al tos de Jesús a fin de permanecer en su amor
amor al prójimo: «El que ama a su prójimo, y junto a esta petición se suplica también la resultado de las maquinaciones heréticas, y (15, 9s). De esta manera, el discípulo reali-
ha cumplido la ley» (Rom 13, 8). Los manda- «paciente perseverancia en Cristo»; por otra puede servir, por tanto, de criterio para la rec- zará el amor a Jesús (14, 15.21.23s.28). La
mientos de la segunda tabla del Decálogo se parte, llegar a ser creyentes o serlo ya signi- ta predicación. Timoteo debe aferrarse al mo- exigencia del amor «recíproco» se fundamen-
hallan «compendiados» (-• ávaxecpaXaióco) fica «recibir el amor a la verdad» (2, 10; cf. delo de la sana doctrina que recibió de Pablo ta en el amor de Jesús hacia los suyos y tie-
en el mandamiento del amor al prójimo, de tal Ef 4, 15 «aferrándose a la verdad en amor»). «en la fe y en el amor» (2 Tim 1, 13). ne su modelo en ese amor (15, 12s.l7). Por
manera que el amor es el «cumplimiento de la En Ef el sustantivo aparece diez veces (y eso es un «mandamiento nuevo» (13, 34s). -
ley» (-> jrX/r|QCDU.cO (13, 9s; cf. Gal 5, 14). cinco de ellas en la forma év áYajt'n); el ver- d) Jn y 1-3 Jn muestran puntos en común y El discípulo amado («el discípulo a quien Je-
1 Tes 4,9 llama al amor mutuo «amor fraterno» bo aparece diez veces, cinco de las cuales se diferencias en lo que respecta al uso de sús amaba», 13, 23; 19, 26; 21, 7.20) segura-
(-> qpiX.a8eX.cpia; sin embargo, cf. también 3, refieren al amor conyugal del marido. El cur- aYájrn (28 veces) y de áyajtáto (68 veces). mente no es sólo una figura simbólica o una
12: xai ele; jrávtag); cf., además, 1 Cor 9, so del pensamiento relacionado con el amor Una diferencia importante consiste en que el ficción literaria; por lo menos, en la concep-
20s; 10, 24; 13, 5; Gal 6, 2. En cuanto al amor toma como punto de partida el amor de Dios, Cuarto Evangelio habla marcadamente acerca ción del redactor de 21, 7.20-23 aparece como
35 áyájiri 36 37 áyair/n-cós - a^yzkXtí) 38

una persona histórica (R. Schnackenburg, El F. Mufíner, Der Jakobusbrief [HThK], 124: áyajltjTÓ?, 3 agapetos amado, muy querido en cambio hay (unas) catorce veces que apare-
Evangelio según san Juan III, 463-480 [bibl.]; no en el sentido de «mandamiento principal»). -> áyoOTri. ce ávayyéXkü) y 45 veces ájcaYYÉ^o), sien-
Th. Lorenzen, Der Lieblingsjünger im Joh, 1 Pe 1,22 exige «amor fraterno sincero», «amar- do frecuente que en la tradición manuscrita se
Stuttgart 1971; P. S. Minear: NovT 19 [1977] se unos a otros entrañablemente, de corazón» intercambien los dos verbos. La inmensa ma-
105-123). (cf. 2, 17; 4, 8). Se habla del amor a Jesucris- !A.yá() Hagar Agar* yoría de las veces aparecen estos verbos en
1-3 Jn se diferencian de Jn en cuanto se to, «a quien amáis sin haberle visto», en rela- Concubina de Abrahán, madre de Ismael los escritos lucanos.
pone principalmente en relación mutua el ción con su ánoxákvtyic, (1, 7s; cf. 2 Tim 4, (Gen 16, 1-16; 21, 9-21): Gal 4, 24.25. ThWNT
amor de Dios (1 Jn 3, 1; 4, 7-21; 2 Jn 3) y el 8). Ap 1, 5 llama a Jesucristo «Aquel que nos I, 55s; F. MuBner, Galaterbrief (HThK), 319- 2. En el empleo de los tres verbos hay que
amor a Dios {\ Jn 2, 5.15; 3, 17; 4, 10.12.20s; ama y nos redimió de nuestros pecados con su 325. ->• SÓQfjci. distinguir entre el uso pleno de su sentido y
5, 1-3) y a Jesús (5, 1) así como también el sangre» (cf. Jn 13, 1; Gal 2, 20; Ef 5, 2); de un uso más desvaído del mismo. Pero entre
amor de unos a otros (3, 11.23; 4, 7.lis; 2 Jn manera parecida, Cristo espera que los adver- un extremo y otro hay muchos grados inter-
5) o el amor al hermano (1 Jn 2, 10; 3, 10; 4, sarios judíos lleguen a entender «que yo te he áyyageiNit) aggareuo obligar a alguien a medios: los compuestos tendrían un uso des-
20s; en plural: 3, 14; cf. 5, ls). (Además de amado [a la comunidad de Filadelfia]». prestar un servicio personal, forzar a al- vaído en Mt 2, 8; 14, 12; 28, 11; Le 8, 20; 13,
los trabajos de Coppens y de Schnackenburg, guien a un acto de servidumbre*
1; 14, 21; 18, 37; Jn 5, 15 y passim: comuni-
cf. R. Bultmann, Die Briefe des Johannes 4. áyájiri significa en Jds 12 el convite de Mt 5, 41; 27, 32 par. Me 15, 21. áyYaeeiJco
car, informar (cf. también Hech 28, 21 óurr|Y-
[KEK], 69-81; P. W. van der Horst: ZNW 63 amor como institución del amor fraternal. En es seguramente un préstamo léxico del persa
yeike f| etaxX/naev). Aquí se podrían incluir
[1972] 280-282; H. Thyen, en FS Kasemann, este sentido, el sustantivo aparece atestiguado (R. Schmitt: Glotta 49 [1971] 97-101), que
también algunos ejemplos del uso de estos
527-542.) Las dilucidaciones sobre el amor también en otras partes: (por ejemplo) Ign aparece también en la literatura rabínica; P.
verbos en las historias de milagros (Me 5, 14;
divino -acerca del triple enfoque del tema Esm 8, 2; Acta Pauli et Theclae 25 (Lipsius- Fiebig: ZNW 18 (1918) 64-72. Cf. en latín
angariare. Mt 8, 33; Le 8, 34, cf. especialmente los vv.
«mandamiento del amor» (1 Jn 2, 3-11; 3, 11- Bonnet I, 252, 11); Passio Perpetuae et Felici- 36.47, donde significativamente es Jesús el
24: 4, 7-21), cf. W. Thüsing, Die Johannes- tatis 17; Clemente Alejandrino, Paed II, 1, 4; objeto de la acción de ánayyé'kkeiv, claro
briefe (GS), Dusseldorf 1970- culminan en la Stromata III, 2, 10 (más detalles en PGL Í.V.
á y yeíov, ov, t ó aggeion frasco, recipiente1 que «en presencia de todo el pueblo»; Jn 5, 41
afirmación: «Dios es (el) amor» (4, 8.16). La E.4). Bibl. en Bauer, Wórterbuch, s.v. II; W.- v.L; Hech 4, 23; 11,'l3; 12, 14.17; quizás
Mt 25, 4; cf. 13, 48 Koiné D W.
verdad de esta afirmación se ve claramente D. Hauschild, en TRE I, 748-753. también 1 Tes 1,9).
por la manera en que Dios actúa. Dios envió
Más que una pálida comunicación podría
su Hijo al cosmos de muerte, para dar gracio- 5. El adjetivo áyajtTiTÓs, en el NT, se apli- áyyeXía, ag, 11 aggelia mensaje, encargo
samente la vida a los hombres (4, 9). El amor ca únicamente a las relaciones de Dios con su ser el sentido del verbo (án-)áyyéXk(o en las
->• áYYÉMm 3. historias de resurrección que aparecen en los
de Dios se dirige primeramente al cosmos, al Hijo (el «Hijo amado», Me 1,11 par. Mt/Lc;
mundo de los hombres necesitado de reden- 9, 7 par. Mt; 12, 6 par. Le; Mt 12, 18; 2 Pe 1, evangelios (Mt 28, 8.10s; Me 16, 10.13; Le
ción (4, 9s.l4; cf. Jn 3, 16). El amor fraterno áyyéM,w aggelló anunciar, referir 24, 9; Jn 20, 18). El grupo de verbos realza en
17; cf., a propósito, F. Lentzen-Deis, Die Tau-
(-> abzktyóc, 5) no debe limitarse seguramen- fe Jesu nach den Synoptikern, Frankfurt a.M. ávayyÉXkü) anaggelló referir, proclamar estos casos el significado particular del acon-
te a los miembros de la comunidad, como nos 1970, 188-191), pero se emplea también en a.nayy&k'ktí) apaggello contar, informar, tecimiento para la fe cristiana; en Mt 28, 11 el
indican 1 Jn 3, 16s; 3 Jn 5). La acentuación nombres propios, asociado con ábeXfpóg (Ef proclamar término podría haberse empleado en sentido
del amor fraterno persigue evidentemente un 6, 21; Col 4, 7.9; 2 Pe 3, 15; cf. también Col 1, marcadamente irónico. Un sentido más pleno
1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Contenido se- se escucha también en Mt 11, 4. Apenas pue-
doble objetivo: rechazar a los herejes median- 7; 4, 14; 2 Tim 1, 2) y como forma de dirigir- mántico - 3. ÓYYEXía.
te un criterio seguro (1 Jn 2, 9-11; 4, 20s) y se a una persona («amado mío», 3 Jn 2.5.11; de diferenciarse de eíiccYYeM^ou.ai en 1 Jn 1,
consolidar la comunión fraternal entre los más frecuentemente en plural, Rom 12, 19; 2 Bibl.: Becker-Müller-Coenen, Mensaje, en DTNT 2.3 (cf. también Hech 26, 20; 17, 30): aquí se
Cor 7, 1; 12, 19 y passim). A los cristianos, en III, 54-68; P. Joüon, Le verbe avayyéXkw dans Saint- menciona con el verbo ánayyéKktí) el objeto
cristianos. Jean: RSR 28 (1938) 234s; J. Schniewind, o r ^ X í a
Rom 1, 7, se los llama «amados de Dios» (en m\., en ThWNT I, 56-71 (bibliografía).
del evangelio, que es la proclamación de la
e) Sant 1, 12 pone de relieve lo dichoso que 11, 28 se dice lo mismo de los judíos). En 1 vida eterna, «que estaba con el Padre y nos
es el cristiano que ha pasado la prueba, y a Tes 2, 8 dice Pablo a los destinatarios: «Tene- 1. Los compuestos de áyyékkfo son inter- fue manifestada», y cuya finalidad consiste en
quien se promete la «corona de la vida»; Dios mos un gran amor por vosotros» (aYajtTitoí, cambiables, tanto en el griego profano como la comunión con el Padre y con el Hijo Jesu-
se la prometió «a aquellos que le aman». La referido a «amos» cristianos, aparece también en la LXX y en el NT. Conforme a la prefe- cristo y en la comunión de unos con otros, es
misma expresión T0I5 áyajtcóoiv aüxóv la al final de las normas dadas a los esclavos en rencia de la Koiné por los verbos compuestos, decir, en el acontecimiento de la salvación.
encontramos en 2, 5 asociada con la promesa 1 Tim 6, ls: «amados [por Dios]»; cf. Rom 11, vemos que también el NT ofrece sólo dos Por consiguiente, los compuestos de áyYé^-
de «heredar el reino». El mandamiento del 28; IgnFil 9, 2); cf., a propósito, E. A. van Le- ejemplos del uso del verbo simple -Jn 4, 51 X,co significan más que una mera notificación
amor al prójimo (Lev 19,18) se designa con el euwen: ThSt21 (1903) 139-151. (difícil desde el punto de vista de la crítica amplia de la voluntad salvífica de Dios. Com-
nombre de «ley regia» (2, 8; cf., a propósito, G. Schneider textual, cf. Schniewind, 60, 28ss) y 20, 18- , prenden al mismo tiempo la palabra de esa
39 áyyéXkm-- áyyekog 40 41 áyyekoc, 42

notificación en el sentido de un poder eficaz. El término, muy difundido tanto en la LXX Rad-Kittel, á ^ e X o ; XTX.., en ThWNT I, 72-87; A. En los evangelios y en Hech los ángeles
«La proclama... produce y refuerza de conti- como en el griego profano, se equipara fre- Mantel, Die Dienste der Engel nach der Apk des Jo-
hannes: BiLe 2 (1961) 59-65; J. Michl, Die Engel-
ejercen las funciones más diversas: el ángel
nuo la fe y el estado de salvación de los cris- cuentemente en 1 Jn 1, 5 con et)aYYÉ?ao'v> y del Señor se manifiesta y trae a los hombres
vorstellungen in der Apk I, München 1937; Id., en
tianos» (R. Schnackenburg, Cartas de san en 3, 11 con jr.aoaYYeX.ia (cf. ThWNT I, 59; RAC V, 53-258; Id., en DTB 76-88 (bibl.); J. W. Mo- mensajes y encargos de parte de Dios (Mt 1,
Juan, 105). Bauer, Wórterbuch, s.v.). Ahora bien, de im- ran, St. Paul's Doctrine on Angels: The American 20ss; 2, 13.19s; 28, 5; Le 1, llss; 2, 9ss; Hech
Así como Jesús mismo es el proclamador portancia decisiva para la comprensión de Eccl. Review 132 (1955) 378-384; F. Nótscher, Geist
8, 26; 10, 3.22; cf. Jue 13, 3ss; 2 Re 1, 3.15;
áyyekía es la cuestión de saber en qué coin- und Geister in den Texten von Qumran (1955), en Id.,
anunciado por el AT (Mt 12, 18; Heb 2, 12), Vom Alten zum NT (BBB 17), Bonn 1962, 175-187; P. Le 1, 26ss: Gabriel; Le 24, 23), libera y con-
así también el Paráclito, continuando el men- ciden las dos expresiones, que a pesar de todo Schafer, Rivalitat zwischen Engeln und Menschen. forta después de pascua a los apóstoles (Hech
saje proclamado por Jesús, preparará con sus son muy diferentes. - La tesis de que «Dios es Untersuchungen zur rabbinischen Engelvorstellung, 5, 19s; 12, 7ss; 27, 23s) y castiga a Herodes
anuncios a la comunidad para que afronte el luz» (-> cpcóg) podría ser común para el autor Berlin 1975; Schimmel-Ringgren, en RGG II, 1298-
(Hech 12, 23). La vida de Jesús se desarrolla
de 1 Jn y para sus adversarios. Pero se dife- 1303; H. Schlier, Die Engel nach dem NT, en Schlier
futuro (Jn 16, 7-11). - En 1 Cor 14, 25 es don- II, 160-175; Id., Machte und Gewalten im NT, Frei- acompañada por ángeles, que están siempre
de podría haberse empleado el verbo ájtay- rencian considerablemente las consecuencias
burg i. Br. '1963; G. Tavard, Die Engel, Freiburg i. Br. dispuestos a servirle (Mt 26, 53; Me 1, 13
yzXkw en un sentido más denso, ya que en es- que de esa proposición se deducen (cf. K. 1968; B. Tsakonas, The Angelology according to the par.; Le 22, 43; cf. también Jn 1,51). Los án-
te pasaje, lo mismo que en Sal 141, 3 LXX y Wengst, Haresie und Orthodoxie im Spiegel LaterJewish Literature: G E O A O r i A 34 (1963) 136- geles acompañarán también al Hijo del hom-
88, 2 LXX, el verbo tiene «una nota intensa- des ersten Johannesbriefes, Gütersloh 1976, 151; C. Westermann, Gottes Engel brauchen keine
Flügel, Berlin !1962; A. Winklhofer, Die Welt der En- bre en el juicio final y asumirán funciones en
mente cultual» (G. Dautzenberg, Urchristli- 38s). Para el autor de 1 Jn, que tiene muy pre-
sente la esfera de las obras, la «proposición gel, Ettal (s.f.). él (Mt 13, 39ss; 25, 31; Me 8, 38 par.; 13, 27
che Prophetie [BWANT 104], Stuttgart 1975, par.; Le 12, 8; cf. también 2 Tes 1, 7 [sobre la
'Dios es luz' no es verdadera sino cuando va
252), y debe traducirse seguramente por con- 1. Las 175 veces que aparece áyyekoc, es- vinculación aquí existente y sobre la oposi-
acompañada por una conducta iluminada y
fesar con fe. tán distribuidas de manera muy diferente en el ción al judaismo, cf. ThWNT I, 83, 34ss]),
determinada por esa luz» {ibid., 74 nota 174),
NT. La mayoría de ellas se encuentran en los llevan a Lázaro, después de su muerte, al se-
conducta a la que él denomina amor al herma-
3. áyytkía mensaje, encargo* aparece sólo no. Por consiguiente, el autor puede designar sinópticos (51; se acumulan en las denomina- no de Abrahán (Le 16, 22; sobre esta idea, to-
en dos pasajes del NT (1 Jn 1, 5; 3, 11), que como áyyekía tanto la proposición de que das historias de la infancia y en los relatos so- mada del judaismo, cf. Billerbeck II, 223ss).
además no están exentos de dificultades de crí- «Dios es luz» como la exigencia del amor al bre el sepulcro y sobre las apariciones que tu- A pesar de todo, los ángeles no son omnis-
tica textual. Mientras que áyyekía en 1 Jn 1, 5 hermano, ya que esta última es una implica- vieron lugar después de la resurrección), en cientes (Me 13, 32 par.). - En Mt 18, 10 (cf.
se refiere a la predicación de Jesús, este térmi- ción que se deriva necesariamente de la pro- Ap (67) y en Hech (21). En la inmensa mayo- también Hech 12, 15) se encuentra también la
no significa en 3, 11 la predicación efectuada posición de que «Dios es luz» (cf. K. Wengst, ría de los lugares, áyyekoc, s e emplea para idea del ángel custodio, frecuente ya en el AT
por la Iglesia. El sorprendente hecho de que en Haresie und Orthodoxie im Spiegel des ersten designar al mensajero (celestial) de Dios, pe- y en los rabinos, pero más rara -en cambio-
los escritos joánicos, con excepción de Ap 10, Johannesbriefes, 71; W. Thüsing, Die Johan- ro puede designar también al mensajero hu- en los apócrifos.
7 y 14,6, no se utilice el radical evayyek-, co- nesbriefe [GS], 114s). Para el autor de 1 Jn, mano (tan sólo tres veces en el NT: Le 7, 24; Si predominan claramente en los evangelis-
sa que Schniewind (ThWNT I, 59) considera estar en la luz de Dios significa estar en el 9, 52; Sant 2, 25; pero cf. también las citas del tas los enunciados acerca de los ángeles de
intencionada, se explica de diversas maneras: amor al hermano. Por este motivo precisa- AT en Mt 11, 10 par.; Me 1, 2). Ambos signi- Dios (la única excepción es Mt 25, 41), ve-
mientras que Schniewind, por ejemplo, asocia mente, ambas proposiciones son de importan- ficados se encuentran también en el griego mos que en el «Corpus paulinum» predominan
primariamente EÍ>aYYé^|'0'v c o n I a expectación cia central para la predicación del evangelio. profano. casi con la misma claridad los enunciados
del mensajero de noticias de gozo que ha de acerca de los ángeles malos (caídos) y de los
llegar, y supone que el autor, por su lucha «con- I. Broer 2. El uso de este vocablo en el NT se basa poderes y potestades demoníacos (a propósito
tra una gnosis que aguardaba al 'mensajero' en el empleo que se hace de él en el AT y en de los últimos -> áoxr|, e^ovoía, Súva^ig,
que habría de llegar..., evitaba el uso de térmi- aYye^os, ov, ó aggelos mensajero, ángel los escritos intertestamentarios: los ángeles xvQióxr\g, ftoóvoc;, OTOixelov y acaso Rom
nos con el radical evayyeX-» (ibid.), vemos son mensajeros enviados por Dios y repre- 8, 38; 1 Cor 6, 3; 11, 10; Col 2, 18). Sin em-
que G. Friedrich remite de manera más general 1. Uso del término en el NT y contenido semánti- sentan al mundo celestial; su aparición es una
co - 2. Los pasajes en particular - 3. A propósito de la
bargo, la interpretación de la mayoría de los
a la escatología (realizada) del Evangelio de hermenéutica - 4. a.Q%áyytkoc,. revelación del mundo del más allá que llega pasajes es discutida y difícil; a propósito de
Juan (ThWNT II, 714s). Sin embargo, el em- al mundo terreno. Sin embargo, la acción y la Rom 8, 38, cf. 8, 35 y E. Kasemann, Der
pleo de áyyekía en 1 Jn 1, 5 podría tener su Bibl: H. Bietenhard, Ángel, mensajero, en DTNT I, esencia de los ángeles no son nunca el verda-
129-134; O. Bocher, Christus exorcista, Stuttgart Briefan die Rómer (HNT), 239 (bibl.). En 1
fundamento en la reminiscencia de Is 28, 9. Pe- 1972; Id., Engel (IV), en TRE IX, 596-599; G. B. dero tema de la exposición, sino que se pre- Cor 6, 3 se podría también pensar más en los
ro parece problemático que el autor de 1 Jn ha- Caird, Principalities and Powers. A Study in Pauline supone sencillamente que existen los ángeles ángeles caídos que en los ángeles de las na-
ya escogido áyyekía por su «vaga reminiscen- Theology, London 1956; H. Cazelles, Fondements bi- y que se conoce su existencia (cf., a propósi- ciones (en contra dé Dibelius, 9ss), ya que los
cia» (cf. ThWNT I, 59), ya que ambos pasajes bliques de la théologie des anges: Rev. Thomiste 90
(1990) 181-193; G. Davidson, A Dictionary ofAngels,
to, no sólo las angelofanías de los evangelios, vv. 2s no recogen la correspondencia entre «la
están claramente enfatizados en su manera de New York 1967; M. Dibelius, Die Geisterwelt im sino también, por ejemplo, Heb 13, 2 y 1 Tim visión del cielo y la visión del mundo» (ibid.
expresarse. Glauben des Paulus, Góttingen 1909; Grundmann-von 5,21). 10), es decir, no hacen pensar en los ángeles
43 áyyekog 44 45 áyyBkog 46

como ángeles de las naciones, sino que en el profetiza? (cf. Dibelius, 13ss; ThWNT II, cargos de Dios. Y, así, trasmiten la revelación son más una presentación de verdades de fe y
v. 3 se sobrepasa la idea del v. 2 (la referencia 570s [bibl.]; H. Braun, Qumran und NT l, Tü- y ejecutan los juicios de Dios. Junto a los án- de experiencias de la fe que relatos de sucesos
a Jds 6; 2 Pe 2, 4 en H. Conzelmann, Der ers- bingen 1966, I 193ss [bibl.]). Lo más proba- geles de la comunidad (2, 1-3, 22), los cuales históricos, entonces en nuestro caso se está
te Korintherbrief[KEK], 127, nota 22 difícil- ble sigue siendo la interpretación de que se deben entenderse seguramente como verdade- hablando de acciones de Dios que han de atri-
mente sería concluyente). No está completa- hace referencia a ángeles malos (a pesar de ros ángeles (porque áyyekoc, en el Ap se re- buirse a Dios mediatamente «por medio de
mente claro si Pablo incluye aquí o no a los ThWNT II, 570s y III, 678s), contra quienes fiere siempre a verdaderos ángeles, y porque, ángeles», o de manera inmediata. Por este
ángeles en el cosmos, a diferencia de lo que la mujer debe protegerse con ayuda del velo. además, la idea subyacente se entiende bien si motivo, los textos del AT en los que alternan
sucede en 1 Cor 4,9 (sobre el trasfondo de es- Sin embargo, aquí se presenta a los ángeles de tenemos en cuenta como trasfondo la concep- como sujetos actuantes Yahvé y sus ángeles,
ta formulación cf. H. Braun, Gesammelte Stu- una manera relativamente poco acentuada, ya ción judía acerca de los ángeles de las nacio- de tal manera que no aparece claro si en un
dien zum NT und seiner Umwelt, Tübingen que, por el Siá TOÜTO que establece la cone- nes y del ángel de Israel), el autor menciona momento dado actúa Yahvé o su ángel (cf.
1962, 186-191). En 1 Cor 13, 1 Pablo habla xión con lo anterior, la totalidad del acento re- ángeles a cargo de los vientos (7, 1) y a cargo Gen 16, 7ss; 21, 17ss; 22, llss; 31, llss; Ex
del lenguaje de los ángeles como del «don de cae sobre el hecho de que no haya relación di- de tropeles de jinetes dañinos (9, 14), un án- 3, 2ss; Jue 2, lss), expresan una realidad im-
lenguas por excelencia» (G. Dautzenberg, Ur- recta entre la mujer y Dios, hecho que, no gel que tiene poder sobre el fuego (14, 18); portante. De ahí que los enunciados del NT
christliche Prophetie, Stuttgart 1975, 150), obstante, parece invalidarse de nuevo en los otro, sobre el agua (16, 5); un ángel que tiene acerca de los ángeles sean apropiados para re-
hablando de la necesidad de tener amor, aun- vv. lis, por cuanto se dice entonces que el poder sobre el mundo de las profundidades, cordar al hombre tanto la grandeza de Dios
que se posean los dones espirituales supre- hombre y la mujer proceden (¿de igual mane- cuyo nombre Abaddón se interpreta como como la de su creación, porque el mundo que
mos. En Gal 1, 8 la referencia a los ángeles ra?) de Dios. Tampoco está acentuado el tér- Apollyon (= destructor) (9, 11), y un ángel está a la mano de los hombres no es precisa-
sirve para acentuar lo inmutable del evange- mino ayyzkoc, en 2 Cor 12, 7 (ayyzkoc, que es señor de las langostas de la quinta pla- mente el mundo entero, sino un mundo que
lio. La expresión que hallamos en Heb 2, 2 y Saxava), donde Pablo ve, sí, en sus padeci- ga, y los siete tradicionales príncipes angéli- está sometido al señorío de Dios y a su volun-
en Gal 3, 19 y que habla de que la ley fue mientos una acción de Satanás, pero lo en- cos (8, 1-9, 21). Pero hay ángeles también tad. Por tanto, el enunciado fundamental de
trasmitida por medio de ángeles, tiene, sí, pa- tiende todo ello, al mismo tiempo, como una que rodean a Dios y llenan con sus cánticos los textos del NT acerca de los ángeles podría
ralelos en el judaismo (cf. A. van Dülmen, acción de Dios (cf. v. 10). Pablo, en 2 Cor 11, de alabanza el mundo celestial (5, 11; 7, 11). quedar reflejado también en el enunciado fun-
Die Theologie des Gesetzes bei Paulus, Stutt- 14, se refiere a la idea, corriente ya en el ju- damental acerca del acontecimiento de Cristo:
gart 1968, 44, nota 91 [bibl.]), pero se utiliza daismo (cf. VidAd 9), de que Satanás es capaz 3. La cuestión central en la exégesis de los Dios es alguien que está ahí en favor nuestro,
aquí en contra de lo que se dice en esos para- de trasformarse en ángel (de luz), y la utiliza mencionados pasajes del NT es la de saber si alguien que se vuelve y se ha vuelto hacia nos-
lelos, a fin de demostrar la inferioridad de la como ejemplo para probar que no significa los enunciados neotestamentarios acerca de otros con amor.
ley. Por el contrario, Hech 7, 53 se halla com- nada el que sus adversarios se presenten como los ángeles pertenecen a la cosmovisión -re-
pletamente en consonancia con los enuncia- apóstoles. nunciable- vinculada con su tiempo, o de si 4. aQX^YV6^0? arcángel* es un término
dos judíos. Claro que la naturalidad corriente con que -¡por lo menos!- contienen un núcleo que im- extraño para el AT y su traducción griega, pe-
las personas del NT aceptan la existencia de plique la existencia de seres semejantes a án- ro no para los escritos del judaismo primitivo.
La clara superioridad de Jesús sobre los án-
los ángeles trae también consigo problemas geles. Ambas opiniones se sostienen en las En el NT aparece sólo dos veces: en Jds 9 y
geles se refleja en Heb (cf. 1, 4ss), con unas
para la fe. Esto aparece -además de en Heb- obras especializadas (cf. tan sólo R. Bult- en 1 Tes 4, 16. El primer texto menciona al ar-
reflexiones que culminan en 1, 14: «¿No son
mann, NT und Mythologie, en Kerygma und cángel Miguel (cf. también 4 Esd 4, 36) y di-
todos ellos espíritus servidores, enviados para en Col 2, 18, donde no se trata quizás, como
Mythos I, Hamburg 1948, 17ss, por un lado, y ce de él que, enfrentándose a Satanás, no se
servir por causa de los que heredarán la salva- en la liturgia angélica de Qumrán, de la parti-
M. Seemann, en Mysterium Salutis ÍI/2, Ma- atrevió siquiera a hacer lo que los maledicen-
ción?». Este pasaje, igual que Heb 2, 16 y 1 cipación en la adoración celestial de Dios (cf.
drid 1970, 1076ss, 195s [bibl.], por el otro la- tes se permiten frente a las glorias (= seres
Pe 1, 12, nos permite comprender que en cier- Schafer, 36ss [bibl.]), sino seguramente de
do). Habrá que tener bien presente que la pre- gloriosos). Cuando aquí, en vez de hablarse
to modo los creyentes están incluso por enci- una adoración de los ángeles, difundida ya comprensión del exegeta es de máxima
entre los judíos (cf. ibid., 67ss), efectuada por de un ángel, se habla del arcángel Miguel, la
ma de los ángeles (cf. K. H. Schelkle, Die Pe- "* importancia en este asunto. tendencia del enunciado es a destacar princi-
trusbriefe2 [HThK], 43). Esta superioridad del cristianos «hinchados» (cf. además E. Schwei-
Pues bien, muchos de los prejuicios, basa- palmente una realidad: ni siquiera el arcángel
Exaltado se expresaría también en 1 Tim 3, 16 zer, La Carta a los colosenses, Salamanca
dos en la precomprensión, contra la existencia Miguel, y mucho menos un ángel normal, se
(cf. también 1 Pe 3, 22), pero refiriéndose en 1987, sub loco, y Ap 19, 10; 22, 8s). Final-
de los ángeles afectan también en último tér- atrevió a... (cf. K. H. Schelkle, Der Judas-
este caso, de manera global, «al desfile triunfal mente, en Jds 6 y en 2 Pe 2, 4 se aduce el jui-
mino a la cuestión acerca de la existencia de brief [HThK], 158s). En 1 Tes 4, 16 el acento
de aquel que asciende al cielo» (E. Schweizer, cio sobre los ángeles como ejemplo que debe
Dios, lo cual debe tenerse en cuenta para la recaería sobre el sonido de la voz (escatológi-
Erniedrigung und Erhóhung bei Jesús und sei- servir de advertencia (sobre las interpretacio- ca); su nota característica que es la de ser co-
nen Nachfolgern, Zürich 21962, 106). - Es nes judías subyacentes de Gen 6, cf. K. H. exégesis de los pasajes relativos a la existen-
cia de los ángeles. Por ejemplo, si las histo- mo la voz de un arcángel subraya la particular
problemática la interpretación de 1 Cor 11, Schelkle, Die Petrusbriefe2 [HThK], 150s). importancia de esa voz y de ese instante. «En
El autor del Ap presenta con especial fre- rias acerca de la tumba que se encontró vacía,
10. ¿Se habla aquí de ángeles de Dios o de tales descripciones encontramos los rasgos
cuencia a ángeles que realizan diferentes en- y acerca de las apariciones del Resucitado,
ataques angélicos contra la mujer que ora y
47 ayyékos - óV/iog 48 49 ayiog 50

tradicionales de las imágenes y de la literatu- áyiá^O) hagiazo santificar, consagrar Rom 1, 4, -> 4. En segundo lugar viene el uso
avvr\c, (Romans 1, 4): Bib 48 (1967) 359-387; H. Se-
ra apocalípticas, que se encaminan más a des- ebaB, Santo, en DTNT IV, 149-161; J. A. Soggin-E.absoluto del adjetivo sustantivado (ol) áyioi
->• ayiog. Esking, en BHH II, 681-683, 694s; G. Stahlin, Heili-
cribir en general 'el estado de ánimo' que áyiaojióg, ov, ó hagiasmos santificación (el artículo figura casi siempre) referido a los
gung (II. Im NT), en RGG III, 178-180; G. Walther,
existirá cuando comience el fin que a enume- ->• ayiog. Übergreifende Heiligkeit und Kindertaufe im NT: cristianos en general (Rom 8, 27; Ef 6, 18 y
rar detalladamente los sucesos que han de EvTh 25 (1965) 668-674; E. Williger, Hagios. Unter-
passim), utilizado por Pablo para referirse es-
producirse» (ThWNT III, 658, 12ss). suchungen zur Terminologie des Heiligen in den he-
pecialmente a la comunidad primitiva de Jeru-
ayiog, 3 hagios santo, puro llenisch-hellenistischen Religionen (RVV. 19, 1), Gies-
Estos dos textos citados se hallan clara- salén, por ejemplo, en Rom 15, 25.26.31; 1
sen 1922, 72-108; R. Wolff, La Sanctifícation d'aprés
mente en la línea iniciada en el AT e intensifi- áyiáí¡co hagiazo santificar, consagrar* Cor 16, 1 y passim con un total de 61 veces.
le NT: PosLuth 3 (1955) 138-143; W. Zimmerli, «Hei-
cada en el judaismo y que trata de dar mayor áyiaofióg, ov, ó hagiasmos santificación* ligkeit» nach dem sog. Heiligkeitsgesetz: VT 30 Aparte de esto, ayiog, por un lado, se pone
importancia a algunos ángeles. Pero en ambos áyióxT]g, rytog, f| hagiotés santidad* (1980)493-512.
frecuentemente en relación (tradicional) con
lugares no se trata del arcángel como tal, sino áyi(üOvvr\, r|g, r\ hagiósyne santidad* las cosas, lugares y personas del culto (judío)
que la mención del arcángel sirve para acen- 1. El grupo de palabras aparece con relati- y de la tradición judía y del AT; con cosas:
1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Combinacio- va frecuencia en el NT: ótyiog 230 veces (ade-
tuar la particular importancia de la voz que se nes de palabras y campos referenciales - 3. Uso lin- yoc«pod ayicci, Rom 1, 2; vójxog áyiog, Rom
oye o el contraste que existe en la conducta. güístico griego y judío (LXX); consecuencias teológi-
más, entre otros, en Mt 25, 31 Koiné y otros;
Quedan muy lejos de la mente del NT las es- cas - 4. De Dios, de Cristo y de los dones salvíficos de Jn 7, 39 p * L Koiné W y otros; Hech 6, 3 A 7, 12; evxoXi] ctyía xai 5ixaía xai áyauT|,
66

peculaciones sobre los ángeles, como las que Dios; nveOjia ayiov - 5. Santidad y santificación de C* H y otros; 8, 18 p4574 A C Koiné D y otros; Rom 7, 12; cf. 2 Pe 2, 21; con lugares: jtóXig
aparecen en el judaismo primitivo con sus da-
los creyentes. Rom 15, 19 A C D G y otros; 1 Cor 2, 13 Koi- áyía, Mt 4, 5; 27, 53; Ap 11, 2 y passim;
né y otros; 1 Tes 5, 27 88ms; Ap 4, 11 Koiné y tójtog ayiog, Mt 24, 15; Hech 6, 13; 21, 28,
tos, por ejemplo, acerca del número de los án- BibL: R. Asting, Die Heiligkeit im Urchristentum
(FRLANT 46), Gottingen 1930; J. Barr, Bibekxegese otros; 15, 3 296 2049; 22, 21 Sin Koiné y referido siempre al templo; 2 Pe 1, 18 referi-
geles más excelsos (cf. Hen [et] 20; 9, 1 etc.).
und moderne Semantik (Oxford 1961), München otros), distribuido por casi todos los escritos do al monte santo de la trasfiguración, y con
I. Broer 1965, 280-283; P. Benoit, 'Ayioi en Col. 1, 12: Hom- del NT (con excepción de Gal, Sant, 2/3 Jn), referencia a personas: ¡rtooíjp'rjxai ayioi, Le 1,
mes ou Anges?, en Paul and Paulinism. FSf. C. K. Ba- correspondiendo particular importancia a la 70; Hech 3, 21; 2 Pe 3, 2 (siempre en geniti-
rrea, London 1982, 83-101; H. Cazelles y otros, Sacre obra lucana (Le 20 veces, Hech 53 veces), a vo; luego en el tiempo pospaulino se dice
(et Sainteté), en DBS X, 1342-1483; P. Chantraine-O.
ayyog, ovg, t ó aggos recipiente* Masson, Sur quelques termes du vocabulaire des
Rom (20 veces) y a Heb (18 veces), áyiá^ro también, de manera correspondiente, oí ótyioi
Mt 13, 48: dícese del recipiente o canasta Grecs: la valeur du mot áyoc, et de ses derives, en aparece 28 veces, áyiaa\ióq 10 veces (no en ájtóoxo^oi, Ef 3, 5); y, por otro lado, xó
para pescado. Sprachgeschichte und Wortbedeutung (FS f. A. De- los evangelios ni en Hech), áyióxr|g única- ayiov (casi siempre sustantivado) puede de-
brunner), Bern 1954, 85-107; A. Dihle, Heilig, en mente en Heb 12, 10 y en 2 Cor 1, 12 p46 Sin* signar en general lo que pertenece a Dios, Mt
RAC XIV, 1-63; S. Djukanovic, Heiligkeit und Heili- A B y otros, paralelamente, ouTAÓTnc; Sinc D G 7, 6; Le 2, 23; Heb 8, 2, ó el santuario terre-
gung bei Paulus, tesis Bern 1939; J. Efros, Holiness
Koiné y otros (= variante textual preferida por
a y e age ¡ea!* and Glory in the Bible: JQR 41 (1950-1951) 263-277; no (xoauxxóv) del primer pacto Heb 9, 1;
J. A. Eliott, The Elect and the Holy (NovTS 12), Lei- GNT) y jtQaótT]5 88 635, áyicoo"úvn final-
La interjección es un presente que se ha
den 1966; D. Flusser, Sanktus und Gloria, en FS Mi- mente sólo en Rom 1,4; 2 Cor 7, 1; 1 Tes 3,13. la oxr|vf]... fítig ^éyExai 'Ayia, 9, 2; x\
quedado fijo e invariable, de ayo). En el NT chel, 129-152; E. Gaugler, Die Heiligung im Zeugnis \eyo\iévr] "Ayia 'Ayícov, el Lugar santísimo
aparece únicamente aye vvv: Sant 4, 13; 5, 1. der Heiligen Schrift, Bern 1948; Haag, Diccionario,
Con esto ayiog xxL se destacan claramen- 9, 3; se dice en general del santuario del tem-
1798-1804; B. Haring, Das Heilige und das Gute. Re- te de los demás términos del NT que expresan plo, 9, 12.25 (mss. 69 1912 completan aña-
ligión und Sittlichkeit in ihrem gegenseitigen Bezug, el concepto de «santo»: -> íeQÓg aparece úni- diendo TCÓV áyícov); 10,19; 13,11; 9, 24 apli-
München 1950; O. R. Jones, The Concept of Holiness, camente 3 veces (y 1 vez en el final breve de
áyé^t], t\%, ií| ágele piara* London 1962; P. Jovino, La chiesa communita di San- cado en sentido figurado al verdadero santua-
Me); sus derivados (con excepción de áQ^ie-
Me 5, 11.13 par. Mt 8, 30.31.32 par. Le 8, ti negli Atti degli Apostoli e nelle lettere di San Paolo,
Palermo 1975; L. E. Keck, The Poor among the Saints
fjeúg y legeíig) no aparecen más que 13 ve- rio celestial, del cual el santuario terreno no
32.33. R. Renehan: Glotta 50 (1972) 157.
in Jewish Christianity and Qumran: ZNW 57 (1966) ces, encontrándose únicamente ÍEQÓV con es más que una reproducción (ávxíxujta).
54-78; K. G. Kuhn, 0710; mk. (D.), en ThWNT I, 97- más frecuencia (referido casi siempre en el En relación con Dios, ayiog aparece co-
101; G. Lanczkowski-F. Horst-H.-D. Wendland-G. NT, como término técnico, al templo judío) mo invocación de Dios en la oración sacerdo-
áyeveaXóytiTOg, 2 agenealogetos sin ge- Gloege, Heilig, en RGG III, 146-155; M. Lattke, Hei- (70 veces y 1 vez como v.l.); 00105 tan sólo 8 tal de Jesús en Jn 17, 11: náteo ayie, y tam-
ligkeit III, en TRE XIV, 703-708; H. P. Müller, qds, en veces (no en los evangelios ni en Pablo), bién en Le 1, 49 (Sal 110, 9 LXX) ayiov TÓ
nealogía* DTMAT II, 741-768; F. Notscher, Heiligkeit in den
Heb 7, 3. Dícese de Melquisedec. ThWNT I, Qumranschriften: RQum 2 (1959-1960) 163-181, 315- ocíeos únicamente en 1 Tes 2, 10, y óoióxrig óvou.a, 1 Pe 1, 15.16 (Lev 19, 2); 1 Jn 2, 20;
663. 344; E. Pax, en DTB 971-976; O. Procksch, ayiog únicamente en Le 1, 75 ; Ef 4, 24. Ap 4, 8: ayiog ayiog ayiog xúrjiog ó -fteóg
XTX. (A. B. E.), en ThWNT I, 87-90, 101-116; S. P. J.
J. van Rensburg, Hagios in die Nieu-Testamentiese voor-
2. ótyiog, en 90 de los 230 casos en que apa- (Is 6, 3) ó jtavToxgáxcoQ, 6, 10: ó SeanóxTig
stelling, tesis Pretoria 1958; Id., Sanctifícation accor- rece, se emplea en la combinación fija jtvei)(ia ó ayiog xai áÁ,r|ftivóg. De manera parecida
áyeVT|S, 2 agenes innoble* ding to the NT: Neotestamentica 1 (1967) 73-87; D. W. ótyiov, que nuevamente tiene su centro de gra- se habla del mundo de Dios, de los ángeles,
1 Cor 1, 28. Tiene también el sentido de in- B. Robinson, Who where «the Saints»?: RTR 22 vedad en Lucas (Le 13 veces, Hech 41 veces); en Me 8, 38 par. Le 9, 26; Hech 10, 22 (en
significante; cf. Bauer, Worterbuch, s.v. (1963) 45-53; B. Schneider, Kaxá nveCita 'AyuD- jtveOjia ctyicoaiJVTig, en singular, aparece en singular); Jds 14: év áyíaig UUQIÓOIV, Ap 14,
51 ñyioc, 52 53 ayiog 54

10, y frecuentemente también en el ámbito tificados o son santos (voz pasiva) el nombre en sentido general 1 Tes 4, 3; Heb 12, 14. En mino que aparece relativamente pocas veces;
cristológico: ó áyiog xov deoij referido a de Dios Mt 6, 9 par. Le 11, 2, los creyentes Jn 1 Cor 1, 30 se emplea paralelamente Srxai- no lo encontramos nunca como expresión de
Cristo, en Me 1, 24 par. Le 4, 34; Jn 6, 69; cf. 17, 19b; Hech 20, 32; 26, 18; 1 Cor 1, 2; 6, oauvri y ájToX/ÚTQOOOig para referirse a la sal- una cualidad ética o personal del hombre y no
Ap 3, 7, en sentido absoluto TÓV áytov xai 11; 7, 14 bis; 2 Tim 2, 21, todos los cuales son vación definitiva obrada por Cristo. significa tampoco la santidad (de lo divino)
Síxaiov f|fjvr|oaa'S'e Hech 3, 14 (cf. Me 6, santificados por el Hijo unigénito Heb 2, 11b; áYtÓTTig es en Heb 12, 10 la santidad de en sí misma, sino dicha santidad juntamente
20, a propósito de Juan Bautista); en el anun- cf. 10, 10.14; está santificado todo lo que Dios de la que llegan a participar los suyos. con la reacción que exige de respeto, venera-
cio del nacimiento TÓ Yevvcotievov ayiov Dios ha creado 1 Tim 4, 5, y finalmente Cris- Pero una serie de mss. en 2 Cor 1,12 emple- ción y temor.
x^ri^TiOETca ulóg deoí} Le 1, 35, cf. ó aytog to mismo, que está santificado por la sangre an este término para referirse a la conducta Por contraste con la literatura helenística
Jtatg Hech 4, 27.30. De especial importancia del pacto Heb 10, 29 (cit. Ex 24, 8). Como su- cristiana -• 1. extrabíblica, ayiog aparece con muchísima
teológica son los enunciados acerca de los jeto de la acción de santificar, y por hallarse La expresión paulina aYicoaiJVTi se refiere a la frecuencia en la LXX (más de 700 veces,
«santos» dones salvíficos de Dios: xXfjaig el verbo en voz pasiva, habrá que pensar con santidad perfecta (éjtiteXoíivTEg áyuoovvx\v) principalmente para traducir los términos he-
áyíct 2 Tim 1,9; 5iar>r|xr) áyía Le 1, 72, cf. muchísima frecuencia en Dios mismo (pasivo de los creyentes al quedar purificados de toda breos qadós o qódes), y se añade entre otros a
la combinación con ájtaQ^t) y QÍ^a Rom 11, divino). Tan sólo en Ap 22, 11 la frase en voz mancha de la carne y del espíritu (2 Cor 7, 1), los neologismos formados a base de ayvaífü,
16; en sentido figurado •fruoia £a>aa áyía pasiva ó ayiog áYiao"frr|T(D ¿u ^ e r , e traducir- o a su santidad que se hace patente en el he- por ejemplo, Gen 2, 3; áyiaau.óg, por ejem-
Rom 12, 1; rj áyicoxáTn maug Jds 20. Aquí se en sentido de voz media: «El que es santo, cho de ser irreprochables (áu,é[XJttoi)g év plo, Jer 6, 16; áyiÓTng únicamente en 2 Mac
el carácter salvífico de los dones de Dios se siga santificándose». Se dan también pareci- áyimavvr]) ante el juicio de Dios (1 Tes 3, 15, 2, y áymavvr], por ejemplo, Sal 29, 4
halla asociado con la idea de que esos dones das combinaciones en la voz activa: Dios san- 13). Ahora bien vemos que en Rom 1, 4 (->• 4) (únicamente 5 testimonios). En cambio, Í£QÓg
proceden del Dios santo. Finalmente, a los tifica a Cristo Jn 10, 36 o a los creyentes 17, la expresión JTVEü^a áy\,<aovvr\<; sustituye a y óoiog quedan muy por detrás en cuanto a
mismos creyentes se los llama santos (cf. su- 17; 1 Tes 5, 23, lo mismo que Cristo se santi- la expresión corriente jtveíju.a ayiov. importancia, áyiog parecía ser el equivalente
pra), es decir, segregados de su mundo cir- fica también a sí mismo Jn 17, 19a o santifica adecuado, porque, lo mismo que qds, enun-
cundante y llamados a la relación directa con a los creyentes Heb 2, lia, a la Iglesia Ef 5,
3. Lo mismo que -> cr/vóg, vemos que ciaba la santidad de Dios como un título y
Dios, de tal manera que ahora son un pueblo 26; cf. Heb 13, 12. Hay un empleo cultual del
áyioc,, como adjetivo verbal, está relacionado exigencia fundados en el poder y la perfec-
(E'frvog) santo 1 Pe 2, 9, y sus cuerpos son término en Mt 23, 17.19 y Heb 9, 13. Se ha
con ccí^oum «temer sintiendo respeto y vene- ción de Dios y que por tanto se le imponía al
templo santo de Dios ó yág vaóg §eoi3 formulado en sentido tradicional: XTJQIOV be
ración», y se refiere originalmente a lo divino hombre desde una realidad exterior y superior
oyióg soxiv 1 Cor 3, 17; cf. Ef 2, 21, sus hi- tóv XQLOTÓV áyLÓaaTe 1 Pe 3, 15 (cf. Is 8,
que se manifiesta con poder y que merece te- al mundo, y que podía así convertirse en el
jos son santos por cuanto «pertenecen a Dios» 13): «Los creyentes deben mantener santo a
mor y miedo. Está atestiguado oyiog desde epíteto de Dios (Lev 19, 2; 1 Sam 2, 2; Is 31,
(en contraste con áxófraota) 1 Cor 7, 14; de Cristo como Señor en sus corazones», es de-
Herodoto, donde lo encontramos frecuente- 1; Os 11, 9), de su nombre (Is 60, 9), de su
manera parecida se dice esto de las mujeres 7, cir, deben hacer que él solo los domine.
mente, en sentido poco específico, con refe- Espíritu (Sal 50, 13), de sus lugares (Ex 3, 5;
34; 1 Pe 3, 5. Esta santidad se muestra en una rencia a lugares sagrados (por ejemplo, V, Lev 7, 6; Sal 2, 6), más aún, de todo lo cul-
conducta pura y sin mancilla Ef 1, 4; 5, 27; é.yiaa[ióc, tiene su función decisiva en la
parénesis neotestamentaria, empleado a me- 119). De manera parecida emplean este térmi- tual, es decir, de lo que pertenece inmediata-
Col 1, 22 (paralelamente á|«D|J,og), cf. 1 Pe 1, no Aristófanes (por ejemplo, Lisístrata, 256) mente a Dios en el mundo y está vuelto hacia
15: ayioi év Jtáar] ávacrtQoqpfj YEV'M'fril'EE. nudo con preposición (eíg, év) para designar
el objetivo total de la nueva conducta de los y Platón (por ejemplo, Cridas 116c: ÍEQÓV él. Lo nuevo es que a las personas piadosas
de manera parecida en 2 Pe 3, 11. La santidad ayiov, que es una expresión que se encuentra que hacen justicia a ese título y exigencia de
de la vida cristiana se sigue de la santidad de creyentes: eíg áYtaou.óv Rom 6, 19 (por opo-
sición a eíg TT]V ávouíav).22 (por oposición a frecuentemente, sobre todo más tarde, por Dios, se las llama igualmente «santas»: Ex
Dios 1 Pe 1, 16 (cit. Lev 19, 2), cf. también ejemplo en Pausanias X, 32, 13) y otros, poco
Ap 22, 11: ó aytog áyiaa^xw exi. Como la muerte como fruto de la vida bajo el poder 19, 6 É'-frvog ayiov, Dt 7, 6 X,aóg ayiog, lo
del pecado); év ¿7100110» 1 Tes 4, 7 (por opo- más o menos en el sentido de «lo que es dig- cual se relaciona primariamente con la elec-
santos que son, los cristianos demuestran su no de respeto y exige temor». En la época he- ción del pueblo por parte de Dios y expresa,
nueva solidaridad recíproca mediante el beso sición a érci áxaftaooia); 1 Tim 2, 15; év
áyiaa\xw jt.VEiJU.aTog 2 Tes 2, 13; 1 Pe 1,2: lenística encontramos ayiog como epíteto de por consiguiente, el derecho de propiedad que
santo (<píX.r]u.a ayiov) Rom 16, 16; 1 Cor 16, dioses (orientales), por ejemplo, en PapOxy Dios tiene sobre el pueblo (Lev 11, 44s; Sal
20; 2 Cor 13, 12; 1 Tes 5, 26. El paralelismo «en la santificación obrada por el Espíritu»,
cf. también Rom 15, 16 riYiaaiiévn év JIVETJ- XI, 1380, 34.36, y puede referirse incluso a la 33, 9; Os 11, 12). De ahí nace la exigencia de
entre aytog y óíxaiog Me 6, 20; Hech 3, 14; veneración de Epicuro por parte de los epicú- pertenecer por completo a Dios, Ex 19, 22
Rom 7, 12; cf. 1 Cor 6, 1 (en oposición a áót- \iaxi ¿yira del mundo de los gentiles ofrecido
como sacrificio a Dios, pero también espe- reos, que lo consideran ayiov xal áyicota- (dícese de los sacerdotes); Jue 13, 7; 16, 17
xoi) hace ver claramente que el término, ade- TOV xai íXecov (Filodemo el Filósofo, De Pie- (del nazir); Dt 26, 19 (del pueblo que cumple
más de su significado específico, puede em- cialmente de la relación de los maridos con
sus respectivas mujeres t ó écrutoí) oxeCog tate, ed. T. Gomperz, Leipzig 1866, p. 96), y
plearse también ocasionalmente en sentido la voluntad divina); 28, 9. Las trasgresiones
xtáO'&ai év áyiao\*,G) xal Tiu.fj 1 Tes 4, 4: -burlonamente- puede designar la adoración
amplio o en sentido figurado. contra la pureza cultual son manchas contra la
«de manera santa, es decir, que corresponda a de animales por parte de los egipcios: obg
santidad de Dios y tienen, por tanto, como
la voluntad de Dios y con respeto» (por opo- áyiooTáxoig ÍEQoIg (Plutarco, Quaest Conv
El verbo áyió^co se emplea 17 veces en consecuencia la pérdida de la pertenencia a
sición a u/r| év jtoefreí ém'9'uu.íag); cf. también IV, 5, 2 [670a]). En general, ayiog es un tér-
voz pasiva y 11 veces en voz activa. Son san- Dios (Lev 19, 2ss). Es innegable el peligro de
55 ayiog 56 57 ayiog 58

borrar las diferencias entre la vida y el culto y 4. El grupo de palabras ayiog tixk. se refie- Jn 2, 20), aunque él no pueda sustraerse al extraña a él (para toda la problemática con-
de caer en el legalismo. Is 6, 3-7 muestra có- ren únicamente 10 veces a Dios y apenas con ataque del 8iá(3oX.o5. El anuncio lucano del súltese a E. Kasemann, An die Rómer3 [HNT],
mo el individuo se retrae con estremecimien- más frecuencia se refieren a Cristo (-> 2). Pe- nacimiento da como fundamento de la santi- sub loco), pero no nos detendremos a diluci-
to al sentir la desproporción que existe entre ro en más de una tercera parte de las veces dad de Cristo la acción del jtvEüu.a ayiov dar aquí si la tomó del judeocristianismo he-
la propia persona y la santidad de Dios, pero que se usa este grupo de palabras en el NT, (Le 1, 35). lenístico (por ejemplo, W. Kramer, Christos,
cómo después, al escuchar las palabras divi- éstas se aplican al Espíritu Santo como el don De importancia decisiva es el empleo de Kyrios, Gottessohn, Zürich 1963, 118s), o si
nas de consuelo y el llamamiento de Dios, salvífico escatológico de Dios, y aproximada- ayiog como atributo de los dones salvíficos fue para él un recuerdo ('nostálgico') del
acepta el encargo divino. mente en una cuarta parte de todos los testi- de Dios, principalmente del don del Espíritu kerygma de Pedro, conocido también en Ro-
Por tanto, óviá^co designa el proceso de monios, dichas palabras se aplican a los cre- divino (-» JWEÜu.a). Santo caracteriza aquí al ma por los peregrinos carismáticos (Schnei-
dedicación y entrega de cosas y personas a yentes como santos que son o como personas Espíritu como autocomunicación y alienación der, 380; cf. también O. Kuss, Carta a los
Dios, por el cual éstas quedan sustraídas al que están destinadas a la santificación. Esto de Dios, de tal manera que el Espíritu consti- romanos, Barcelona 1956, sub loco). Pablo in-
uso cotidiano (Ex 13, 2), lo mismo que Dios apunta hacia un desplazamiento de los acen- tuye finalmente la presencia de Dios o de terpretó cristológicamente la tradición (ha-
puede segregar para sí mismo determinadas tos dentro del lenguaje bíblico, lo cual hace Cristo experimentable para los creyentes. Es- ciendo que fuera precedida por xov uloü
cosas (el sábado Gen 2, 3; el profeta Jer 1, 5) suponer que existen enfoques nuevos frente al to lo separa de todas las formas de entusiasmo aíiToü) y refiriendo seguramente xoreá nvzv-
y hace posible finalmente que el pueblo santi- o éxtasis humano, pero le hace aparecer al u.a áyuoaiJVTig a la proclamación y recono-
AT y al judaismo. Se trata decisivamente de
fique su nombre (Is 29, 23) o castiga a quie- mismo tiempo como la esfera escatológica de cimiento del Exaltado, cosa que se realiza
los efectos del Dios santo y de la nueva rela-
nes se niegan a hacerlo (Dt 32, 51). la vida de los creyentes. Una visión de con-
ción de los creyentes con Dios. La santidad de dentro del ámbito de acción del Espíritu de
En textos tardíos encontramos (oí) ctyioi pa- Dios, en sí misma, se enuncia predominante- junto nos permite ver que tan sólo en una ter- Dios.
ra designar a los que pertenecen a Dios (Dan mente de manera tradicional; sin embargo, en cera parte aproximadamente de los pertinen- En la época pospaulina, jtveüfxa ayiov se
7, 21; Tob 8, 15; 12, 15; 1 Mac 1, 46). Sobre Pablo faltan en absoluto dichas formulacio- tes enunciados del NT acerca del Jtveí3u,a se emplea cada vez más como fórmula y en sen-
todo la comunidad de Qumrán se designaba a nes. La primera petición del Padrenuestro emplea el atributo aytog. Son, por ejemplo: tido más desvaído, principalmente por parte
sí misma como la «comunidad de los santos» (Me 6, 9 par. Le 11, 2), que verbalmente se Mt 13/5; Me 6/4; Le 17/14; Jn 21/2; Hech de Lucas -sobre todo en los Hech- lo cual se
(lQSb 1, 5) o como los «santos de su pueblo» halla cerca de la primera petición de la plega- 57/41; Rom 31/5; 1 Cor 28/2; 2 Cor 14/2; Gal explica, por un lado, porque se iba consoli-
(es decir, del pueblo de Dios; 1QM 6, 6, cf., ria judía denominada Qaddis, se orienta hacia 17/0; Ef 13/2; Heb 7/5; Ap 16/0. Las formula- dando la manera de hablar de la comunidad y,
además, 1QS 5, 18.20; 11, 8 y passim; (cf. la manifestación escatológica universal del ciones paulinas en las que se emplea jrveí5u.a por otro lado, quizás por el círculo de destina-
también C. Brekelmans: OTS 14 [1965] 305- poder y de la acción salvífica de Dios, los ctyiov se limitan en buena parte a hablar del tarios de los escritos lucanos, círculo para el
329; L. Dequeker: OTS 18 [1973] 108-187). Espíritu concedido graciosamente a los cre- que había que deslindar claramente el Espíri-
cuales quedan comprendidos en su «Nom-
Comprobamos en general: el uso que hace bre»: ¡Quiera el Santo proporcionar definiti- yentes o que mora en ellos (con frecuencia se tu divino del espíritu del éxtasis humano, co-
el NT del grupo de palabras ayiog mk. pre- vamente a su Nombre la santidad que le co- dice év JTveíiu.ci'U áyío); no así, por ejemplo, sa que era tanto más importante, cuanto que
supone la manera de hablar y la teología del rresponde (cf. Is 29, 23; Jn 12, 28) en presencia en Ef 1, 13; 4, 30), mientras que el jtve'üu.a precisamente Lucas en Hech demuestra la
judaismo helenístico. Por eso, ayiog XTL es de todo el mundo (6.yiao§T\xu>, en aoristo pa- absoluto caracteriza más bien al Espíritu de presencia del Espíritu en fenómenos pneumá-
una expresión marcada muchas veces por el sivo), a lo cual seguirán la alabanza y la glo- Dios como signum del tiempo del fin. ticos: 1, 8; 2, 2-4.15s (cf. también Procksch,
uso tradicional. Como en el judaismo, en el rificación por parte de los hombres. De ahí brota también luz que ilumina una 105s; E. Schweizer, en ThWNT VI, 401-410).
NT se orienta también por la esencia y las singular combinación que hallamos en el NT También en Jn la expresión Jtveüu.a ayiov
exigencias divinas la forma de considerar qué Así como al ámbito celestial de Dios le co-
xatót jrveí3u.a áyicüO"úvr|g en Rom 1, 4 (com- (tan sólo en 1, 33; 14, 26 en lugar de Jtarjá-
personas, manifestaciones y cosas se hallan rresponde santidad (en sentido tradicional) párese Is 63, 10; Sal 51, 13 rú"h haqodes, aun- x^rprog [pero en 14, 17; 15, 26; 16, 13 se di-
en una determinada relación con Dios. Por (-> 2), así ahora la santidad le corresponde que en ambos casos la LXX traduce esta ex- ce TÓ Jtve'Ou.a xf\q áX.Tf&eíag]; 20, 22) denota
otra parte, se llega también a nuevos conteni- especialmente al Enviado por Dios a la tierra, presión por TÓ jTveíjfxa TÓ aytov; otra cosa que se trata de una manera de hablar de la co-
dos y usos del grupo de palabras (-> 4 y 5), a quien el poseído por demonios reconoce co- munidad, que de esta forma se refería al bau-
ocurre en TestLev 18, 11: Jt.veáJu.a áyicDOX)-
así como también, de manera general, se vi- mo el ayioc; xov •freoíS, Me 1, 24 par. (en la tismo y a la presencia pospascual del Exalta-
VT|5 refiriéndose al don del Espíritu concedido
vencia a Dios de manera nueva, experimen- LXX dícese únicamente en Jue 13, 7; 16, 17
a los santos de los últimos tiempos). Indepen- do en el Espíritu, mientras que el absoluto
tándolo como un Dios clemente y salvador, del nazireo Sansón; cf. también Müller, en
dientemente de la cuestión de delimitar cuáles jtvEÍiu.a se refiere, por lo demás, a la fuerza,
cuya santidad no crea temor y distancia, sino DTMAT II, 763), porque él, en su persona y
fueron las fórmulas ya acuñadas que habían que dimanaba de Jesús y del Padre para cono-
que por el don del Espíritu se halla inmediata- en su acción salvífica (consistente en destruir
sido recogidas por Pablo, hay que reconocer cer a Jesús como el Redentor.
mente presente en los creyentes, de tal mane- el poderío de los demonios), representa a la
ra que ellos no viven ante todo por las exi- santidad de Dios. La confesión de Pedro en Jn que el acento del texto recae en el Espíritu es-
gencias que les impone la santidad sino por el 6, 69 pone al Revelador de la vida eterna en catológico de Dios como poder que obró la 5. Por la vocación divina y por la obra de
don gratuito de esa santidad. entronización de Cristo. Pablo pudo haber re- redención llevada a cabo por Cristo, los cre-
la cercanía inmediata de Dios (cf. Jn 10, 36; 1 yentes son santos, xX,íiTOi ayioi Rom 1, 7; 1
cogido la fórmula (y la idea) que le resultaba
59 ayiog 60
61 ayiog - aYvoea) 62

Cor 1, 2; cf. Col 3, 12; ayioi 2 Cor 1, 1; Flp cultuales y la santidad, por lo menos en los
estratos más antiguos del NT, quedan muy 15s (aYioi, por oposición a: u.r| ovoxr\\xa- ayvoeco agnoed ignorar, no saber*
1, 1 y passim. -> 2; x\yiaa\izvoi ev XQUJXCÜ
distanciados entre sí. Así aparece también en xit,ó\i£voi xaic, JtQÓxerjov... envQv\iíaig, v. «yvórifia, axog, xó trasgresión*
'ITIOOO 1 Cor 1, 2; cf. 6, 11, los (cristiano-)
1 Cor 7, 14, donde vemos que un cónyuge no 14). Por consiguiente, la santidad o la santifi- dyvoia, a?, f) agnoia ignorancia, obceca-
gentiles son una ofrenda í|Yiaau.évT] év cación es la aceptación total de la santidad de
jTV£Í>|xau ayí(o Rom 15, 16; cf. 2 Tes 2, 13; cristiano es santificado por el cónyuge cristia- ción*
Dios por parte de los creyentes, de tal manera áyvítioía, aq, r\ desconocimiento, incom-
1 Pe 1, 2, injertados en la raíz santa del anti- no, porque aun los hijos de los miembros de que ellos puedan entrar en comunión con él.
guo pueblo de Dios (seguramente los patriar- la comunidad se consideran ayia (por con- prensión*
Pero no es un paulatino progreso hacia una
cas) y con esto santos ellos mismos Rom 11, traste con áxáfraoxa). La santidad concedida áyvo)OX05, 2 agndstos desconocido*
perfección religiosa y moral.
16s. La comunidad es el pueblo santo 1 Pe 1, graciosamente por Dios se realiza en la totali- 1. Uso de los vocablos y empleo epistolar - 2. Em-
H. Balz
16; 2, 9. Cristo se entregó por la Iglesia iva dad del nuevo pueblo de Dios como el templo pleo específicamente religioso - 3. Otros usos.
aí)tT)v áyiáar\... iva f\ áyía xal á[im\iog Ef santo que es (1 Cor 3, 17), en la mutua óta- Bibl: W. Wrede, Das Messiasgeheimnis in den Evan-
5, 26s. «Santo» no significa aquí un estado o xovía (Rom 15, 25.31), xoivoavía (12, 13) y áyióttig, tjtog, r\ hagiotes santidad gelien, Gottingen (1901) '1963; R. Bultmann, áyvoéü)
condición de los creyentes, sino su segrega- áyám] (Ef 1, 15). No el contacto con este ->• ctYiog. mk., en ThWNT I, 116-122; Id., Der Stil der paulini-
ción -obrada por Cristo- para Dios, segrega- mundo y la impureza que con ello se pueda schen Predigt und die kynisch-stoische Diatribe, Got-
ción que los sustrae al mundo (cf. Col 1, 12). tingen 1910; E. Haenchen, Die Apostelgeschichte
contraer en el sentido clásico, sino la recaída (KEK) '1977; W. Schmithals, Die Korintherbriefe ais
Cristo, por obra de Dios, llegó a ser para los que sitúe por detrás de la redención y libera- áyia)Ot)Vtl, tjg, lij hagiosyné santidad Briefsammlung: ZNW 64 (1973) 263-288.
creyentes bixaioovvr], áYiaoLióg y áitoXv- ción obradas por Cristo es lo que haría que los -> cr/iog.
TQCÜOIC; 1 Cor 1, 30; ellos mismos no fueron creyentes fracasaran en su santidad que los 1. aYVoéü) aparece 21 veces en el NT; los
los que obraron su propia salvación. pone cara a cara con Dios (cf. 1 Cor 6, 1.2); demás conceptos sinónimos, en su totalidad,
Principalmente Heb desarrolla la idea de la por ello, el cónyuge cristiano no se hace im- aynákr\, t]5, r\ agkalé (el) brazo* (flexio- aparecen 8 veces.
acción redentora de Cristo bajo el aspecto del puro (= •pYÍcoxat) aunque tenga un cónyuge nado para abrazar) Pablo utiliza 6 veces el verbo ¿Yvoéco en la
sacrificio expiatorio para la santificación de pagano 1 Cor 7, 14 (bis). Ante Dios, la santi- Le 2, 28 tomar en los brazos. fórmula epistolar «no quiero que ignoréis,
los creyentes. Cristo, el Santo y al mismo dad de la comunidad se sobrepone a la impu- hermanos...» con una frase que sigue directa-
tiempo el hermano de los santos (2, 11), supe- reza de los individuos (cf. también Walther). mente o va introducida por oxi para enunciar
ró el culto provisional que se desarrollaba en También otras veces entra en juego el compo- ayxwXQOV, ov, to agkistron anzuelo* encarecidamente una comunicación; y emplea
el «Lugar santo» y en el «Lugar santísimo» nente «puro» en sentido figurado, cf. 7, 34; Mt 17, 27 «¡echa el anzuelol» a menudo esta fórmula al principio de las car-
(9, 1.2.3.8), y lo hizo penetrando de una vez Ef 1, 4; 5, 27, con la perspectiva de la parusía tas (Rom 1, 13; 11, 25; 1 Cor 10, 1; 12, 1; 2
para siempre (eqpájta^), mediante su muerte y del juicio en 1 Tes 3, 13; 5, 23; Col 1, 22. Cor 1, 8; ITes 4, 13); suprimiendo la litotes se
cruenta, en el verdadero santuario celestial de Un fruto y una consecuencia obvia de la ayxuga, ag, r\ agkyra ancla* traduce: «.Quiero comunicaros», «Debéis sa-
Dios, en el que no habría podido entrar sin ese santidad de los creyentes es la santificación Hech 27, 29.30.40 dícese del ancla de una ber» (cf. 1 Cor 11, 3; Bultmann, Stil, 65).
sacrificio de sí mismo, y obró de esta manera (áyiao\ióg) de su vida Rom 6, 19.22, ocasio- nave; Heb 6, 19 en sentido figurado apoyo fir-
En el estilo epistolar se usa también la pre-
la redención eterna (9, 11.12.24-26; 10, 10. nalmente en contraste con Jtooveía 1 Tes 4, 3 me, sostén.
gunta retórica f| aYVoetxe seguida por oxt
14). En 10, 19ss el autor expone las conse- y áxadarjaía 4, 7. Rom 12,1 formula la san- (Rom 6, 3; 7, 1): «Sabéis bien», «No habéis
cuencias que se derivan para los creyentes: tificación o entrega de toda la vida a la volun- olvidado» (cf. Bultmann, Stil).
una recaída en el pecado equivale a la aniqui- tad de Dios valiéndose de la imagen cultual ayvacpog, 2 agnaphos no lavado, nuevo*
lación de la obra salvífica de Cristo y acarre- de la ofrenda de los cuerpos en sacrificio vivo Me 2, 21 par. Mt 9,16 dícese del paño nuevo.
2. Sobre el trasfondo del pensamiento grie-
ará el castigo divino (10, 29-31). Por eso se (por contraste con los sacrificios de animales) go, especialmente del pensamiento estoico, en
impone: Sicoxexe... xóv áyiao\ióv (12, 14). y santo a Dios. «Santo» significa aquí la rela- el que la ignorancia y la trasgresión se hallan
ayveía, a ? , i\ hagneia pureza, castidad
Sin embargo, sería equivocado querer en- ción total con Dios, lo cual incluye en sí el relacionadas mutuamente, vemos que áy-
-> áyvóg.
tender la santidad de los creyentes en el NT que Dios reclame por completo una cosa (cf. voéa» xxL adquiere un sentido específica-
como una santidad cultualmente definida y 1 Tes 5, 23). De esta manera, la santificación mente teológico en el lenguaje cristiano pri-
comunicada (Procksch) o asociarla exclusiva- puede abarcar también conjuntamente el ám- mitivo, y por cierto en continuidad con el
ctyvi^G) hagnizo purificar, santificar*
mente con la acción del Espíritu Santo (See- bito cultual y sacro, pero no ocurre lo inverso: judaismo helenístico, para el cual la áyvoia
-> aYvóg.
baB), a pesar de lo que se dice en 1 Pe 1, 2. lo cultual y sacro no puede constituir por sí culpable (el rechazo) de Dios es la caracte-
Las imágenes tomadas del culto judío sirven solo el ámbito genuino de la santificación. En rística del paganismo (Dan 6, 5.23; 9, 15;
más bien para enunciar de manera realista y consonancia con esto, vemos más tarde que ayvia¡wóg, ov, ó hagnismos purificación, TestLev 3, 5; TestZab 1, 5).
vinculante la nueva situación de los creyentes formulaciones de la ley de la santidad se apli- santificación Según Ef 4,18, los paganos «están enajena-
ante Dios. En cuanto a su contenido, los actos can a toda la conducta de los creyentes 1 Pe 1, -• hyvóc,. dos de la vida de Dios 5iá XTJV aYVoiav XT)V
63 dyvoéto 64 65 66
ayvoeco - ayvog

oiioav év aíctoig» (porque la ignorancia los mente un desconocido» para ellos (Gal 1, 22). vinieron, según el modelo de Lucas, las mani- áyvóg etc. se hallan muy por detrás, en cuan-
domina): el rechazo de Dios conduce al yerro Con una apología personal (Schmithals, 277s), festaciones de burla e interés por parte de los to a difusión en el NT, del grupo de vocablos
de la propia vida, a que la propia vida sea una Pablo defiende en 2 Cor 6, 9a el ministerio oyentes (17, 32). en torno a -> xaftaoóg (que aparecen 65 ve-
trasgresión. A los cristianos se los exhorta co- apostólico: cbg áyvooíJuevoi xal Ejuyivco- W. Schmithals ces). Esto corresponde al uso de estos térmi-
mo a «hijos obedientes»: «No viváis en los axóu.evoi: el apóstol es (entre los hombres) nos en la LXX, donde áyvóg aparece 11 ve-
deseos que os determinaban antes, en el tiem- un desconocido (= no reconocido socialmente; ces y áyvÓTng falta por completo, pero las
po de vuestra áyvoia {desobediencia, incre- ay\óx\\m, aTO£, TÓ agnoema delito, tras-
homo ignotus), pero en cambio es reconocido palabras más estrechamente asociadas con el
dulidad)» (1 Pe 1, 14). Lejos de eso, obrando gresión
como fiel servidor (¿por Dios?; cf. 1 Cor 13, culto son más frecuentes: áyví^co aparece
el bien, «harán enmudecer» tf)v... áyvcooíav, a -> áyvoéü) 2.
12; ¿entre los hombres?; cf. 2 Cor 1, 13s; más de 30 veces, áyviou.óg 6 veces, y áyveía
saber, «las intenciones malignas de los insen- 5,11). 5 veces, en comparación con xaftapóg y tér-
satos» (1 Pe 2,15; variante textual áyvoiav p72).
En los evangelios sólo encontramos áy- á y v o i a , a?, r\ agnoia ignorancia minos afines, que aparecen aproximadamente
Lo herejes son como los paganos, porque voéo) en la segunda predicción de la pasión, ->• áyvoéo) 2. 170 veces. La aparición, relativamente rara,
no reconocen determinados poderes sobrena- Me 9, 32 par., y por cierto para expresar el del grupo de palabras de áyvóg se explica se-
turales (2 Pe 2, 12) o, como negadores de la motivo marquino de la incomprensión por áy v Ó£, 3 hagnos puro, limpio, casto* guramente por el desplazamiento semántico
resurrección, demuestran su áyvcoaía de parte de los discípulos: «pero ellos no enten- áyveía, ag, r] hagneia pureza* que tuvo lugar también en el helenismo, y que
Dios (1 Cor 15, 34), es decir, la negación pe- dían» lo que Jesús quería decirles, cuando les áyví^o) hagnizo purificar, santificar* hizo que del sentido cultual se pasara al senti-
cadora del poder de Dios (cf. Me 12, 24). hablaba de la entrega, la muerte y la resurrec- áyviofióg, ov, ó hagnismos purificación, do metafórico, lo cual fue motivo de que estos
Frente a ellos, observa mordazmente Pablo ción del Hijo del hombre (cf. Me 9, 10). Le santificación* términos fueran cada vez más intercambiables
con respecto a las disposiciones dadas por él: (9, 45) explica la incomprensión de los discí- áyvÓTTig, T]Tog, r\ hagnotés pureza, limpie- con otros términos.
«Si alguno no quiere entenderlo, siga siendo pulos como algo que respondía a las intencio-
un insensato» 1 Cor 14, 38 (áyvoeíxco p46 B nes de Dios. za*
áyvcog hagnos (adv.) puramente, limpia- 2. áyvóg (como áyiog de áí^o^ai «sentir
Koiné sy); pero, si con Sin* A* G (lat) Or lee-
En Hech 3, 17 y 13, 27 las referencias pro- mente* temor con respeto y veneración») se refiere
mos áyvoeiTai, entonces el pensamiento es:
«...no es reconocido por Dios», cosa que se cedentes de Lucas a la áyvoia sirven como originalmente al temor suscitado por la san-
1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Contenidos se- tidad de los dioses y por el ámbito que los
ajusta mal a la ironía expresada en 14, 37. La descargo de los judíos que dieron muerte a Je- mánticos - 3. áy'v'ÍW' áyvtonós.
elección de áyvoéco etc. podría haberse hecho sús sin conocer que él era el Mesías prometi- rodea.
Bibl.: H. Baltensweiler, en DTNT II, 447-453; O.
para servirse de un juego de palabras frente a do, y en 1 Tim 1, 13 ese mismo desconoci- Bocher, Christus Exorcista. Damonismus und Taufe im En sentido amplio designa (desde Homero), en
los herejes gnósticos. miento sirve de descargo a Pablo, que «por lo que respecta a personas y cosas, la falta de to-
NT (BWANT 96), Stuttgart 1972, sobre todo 58, 84,
También los judíos caen en la ignorancia ignorancia» había perseguido a los cristianos 112, 155; W. Brandt, Jüdische Reinheitslehre und ihre da mancha que pueda herir a la santidad, como
culpable de Dios. No (re)conocen que la bon- (enlace con el lenguaje jurídico: per ignoran- Beschreibung in den Evangelien (BZAW 19), GieBen podría ser el homicidio o el trato carnal (= «cas-
dadosa paciencia de Dios quiere llevarlos a tiam, sin propósito deliberado; cf. ThWNT I, 1910; O. Gaupp, Zur Geschichte des Wortes «rein», to»), es decir, significa especialmente la pureza
tesis mecanografiada Tübingen 1920; Haag, Dicciona- ritual. En la época helenística encontramos fre-
penitencia (Rom 2, 4). Pero sobre todo no co- 118). Tal ignorancia abre para el arrepentido cuentemente este vocablo en sentido ético y apli-
rio, 1608-1612; F. Hauck, áyvóg mi., en ThWNT I,
nocen la justicia de Dios, es decir, como Pa- la posibilidad del perdón. Tiene también fun- 123s (bibl.); W. Paschen, Rein und unrein. Untersu- cado a la conducta cotidiana, para designar un
blo precisa explícitamente, no se someten a la ción de descargo la referencia que Le hace en chungen zur biblischen Wortgeschichte (STANT 24), comportamiento «irreprochable» etc. (usado casi
gracia de Dios (Rom 10, 3). Los áyvorma- el discurso del Areópago a los «tiempos Tfjg München 1970; Th. Wáchter, Reinheitsvorschriften im siempre como sinónimo de oíxaiog). áyveía y
xa {hapax legómenon en el NT) por los cuales áyvoíag», en los cuales los paganos no co- griechischen Kult (RVV 9, 1), GieBen 1910; E. Willi- áyvÓTng (este último término es paulino; el otro,
el sumo sacerdote, en el gran día de la re- nocían a Dios. Con Hech 17, 30 Lucas quie- ger, Hagios (RVV 19, 1), GieBen 1922, 37-69. únicamente pospaulino) designan (lo mismo que
conciliación, ofrece el sacrificio en favor de re interpretar lo expresado en 17, 23b, pero áyvóg) la pureza ritual y, en sentido figurado, la
los «ignorantes (= trasgresores) y extraviados» en este último lugar no aparece la idea del 1. ayvog aparece ocho veces en el NT, pureza de la propia manera de sentir. Por el con-
principalmente en las Pastorales (1 Tim 5, 22; trario, áyví^co y áyviou,óg se orientan más inten-
(Heb 5, 2), son absolutamente los pecados del samente, en el espacio extrabíblico, al ámbito
descargo de los paganos. La referencia al altar Tit 2, 5) y en las Cartas católicas (Sant 3, 17;
pueblo (judío) (Heb 9, 7; cf. Eclo 23, 2; 1 cultual y se refieren a acciones que le hacen a uno
Mac 13, 39), no «los delitos cometidos por ig- que existía en Atenas y que estaba supuesta- 1 Pe 3, 2; 1 Jn 3, 3). Falta en los evangelios y cultualmente puro: purificación por medio del
norancia» (Bauer, Wórterbuch, 22). mente (Haenchen, 500s) consagrado «al Dios en los Hech. áyveía aparece únicamente en 1 agua y el fuego, santificación.
desconocido» (áyvcootog, hapax legómenon Tim 4, 12; 5, 2, áyvÓTng únicamente en 2 Cor
3. La litotes de 2 Cor 2, 11 (las intenciones en el NT) le sirve más bien a Pablo, en su dis- 6, 6; 11, 3 v.l. y áyvcog únicamente en Flp 1, En el NT áyvóg significa puro, limpio en la
de Satanás «no nos son desconocidas») signifi- curso de defensa, para enlazar con el saber 17. Los vocablos, pertenecientes a este grupo, manera de obrar de los á5eX.cpoí (en Flp 4, 8
ca: las conocemos muy bien. Las comunidades ignorante de los paganos: «Lo que vosotros áyvíí^co y áyviou,óg, aparecen respectiva- figura en un catálogo de virtudes junto a
de Judea habían oído hablar, sí, de la conver- adoráis, sin conocerlo, eso os anuncio yo a vos- mente 7 y 1 veces (-> 3). Vemos que, entre los áXr|'flf¡, oe^ivá, 5íxaia, jtQoacpiX.fi y eíjepr)-
sión de Pablo, pero él resultaba «personal- otros» Hech 17, 23. A continuación inmediata vocablos que sirven para designar la pureza, \ia, cf. Sant 3, 17; Flp 1, 17 oí»/ áyvcog para-
69 aYOgalog AYfHJWtag 70
67 Ó7vóg - áYooá£,tt> 68

á y o Q a í o g , 2 agoraios perteneciente al (1918) 146-150; A. Schalit, en EJJ II, 417-418; Schü-


lelamente con é§ ÉQi'&eíag: impuro, no since- para los cuatro varones (¿y para sí mismo?, rer I, 585-600; Schürer, Historia I, 568-582; D. R.
mercado* Schwartz, Agrippa I. The Last King ofjudaea, Tübin-
ro), referido especialmente a las mujeres (jó- cf. 18, 18). Un nuevo nazireato al que Pablo
Hech 17, 5 dícese de la gente baja que an- gen 1990.
venes) (Tit 2, 5, igualmente en un catálogo de se hubiera comprometido, habría durado por
da por el mercado; 19, 38 hyoQdxoy, ctYOVToa
virtudes, donde figura junto a oáxpQOvag, lo menos 30 días (Naz 1, 3s). Una de dos: o 1. Hay dos monarcas judíos que llevan el nom-
Lucas aplica al nazireato (cf. también E. Ha- «hay días en que se reúnen los tribunales» bre de Agripa: Marco Julio Agripa I (aproximada-
oíxouQyo'úg, áya^-ác; y otros; 1 Pe 3, 2 TT)V (cf. Josefo, Ant XIV, 245).
év qpópcp áyvT]v áva0TQO<pr|V en una tabla enchen, Apostelgeschichte1 [KEK], sub loco; mente 9 a.C-44 p.C), denominado «Herodes» en
Billerbeck II, 755-761) la terminología y par- el NT (Hech 12), y su hijo Marco Julio Agripa II
de deberes domésticos: las mujeres, por me- (aproximadamente 27-93 [ó 100] p.C). Como en
dio de su «conducta pura en temor», deben cialmente también la duración de los precep-
a y p a , a g , r\ agrá pesca, botín* el NT únicamente se menciona con este nombre a
«ganar incluso sin palabras» a algunos de sus tos levíticos sobre la purificación (cf. Núm Agripa II, en lo sucesivo hablaremos únicamente
Le 5, 4 para la pesca. 5, 9 xr\ áygq.... róv
respectivos maridos), pero dícese también del 19, 12 LXX: áY vlcruV 'n cr8 ' cca ) ° tenemos que de él. Las fuentes más importantes son: Josefo,
ovvé'kafiov en la captura de peces que ha-
«discípulo de los apóstoles» en la «ordena- contar con que en tiempo de Pablo existían Ant XVIII-XX; Bell II-V; Vita; además, Dión Ca-
formas de nazireato muy diferentes (cf. tam- bían pescado (p75 B D); Sin C Koiné A leen f) sio LXVI 15.18; Juvenal Sat VI 156-160; Sueto-
ción» de ministros, el cual no debe implicarse O'uvé^afiov ( 0 rjv) y entienden otYea como
bién Bocher, 112). nio, Tit 7; Tácito, Ann XIII 7; Hist II, 2. - Agripa
en pecados ajenos, sino que debe conservarse captura, botín. nació y se crió en Roma. Tuvo tres hermanas: Be-
Por lo demás, ayvít^fo en el NT se emplea
puro para poder juzgar así a otros (1 Tim 5, renice, Mariamne y Drusila. Después de la muer-
sólo en sentido figurado: áyvíoaxe xaQÓíag, te de su padre, en el año 44 p.C, el emperador
22). Los hijos de Dios santifican ya desde á y ^ á j i n a t o g , 2 agrammatos dícese de
óía|ru%oi e n paralelo con xaftaQÍoaTE %el- Claudio quiso coronarlo rey inmediatamente, pe-
ahora su vida, porque tienen puesta la espe- quien no sabe escribir*
Qac,, á.\ia.QT(o'koí (!) en Sant 4, 8 en el sentido ro se lo desaconsejaron, dada la juventud de Agri-
ranza en el objetivo salvífíco de ser semejan- Hech 4, 13 en sentido más general: inculto.
de purificar, limpiar, de manera parecida en 1 pa. Tan sólo cuando en el año 48 p.C. hubo muer-
tes al Cristo puro, cuando él se manifieste (1 to Herodes de Calcis, Claudio nombró rey de
Pe 1, 22: xáq tyv%áq... r\yviKÓxeg. Sobre 1 Jn
Jn 3, 3). Pablo quiere presentar a la comuni- Calcis, en el Líbano (seguramente hacia el año 50
3, 3 -• 2. áygavXÉO) agrauleo vivir o estar al aire
dad de Corinto ante Cristo como virgen pura p.C), al sobrino de aquél. Recibió también de
H. Balz libre* Claudio el encargo de supervisar el templo de Je-
y casta (2 Cor 11, 2). áyvóq significa aquí
metafóricamente como áYVÓTnc; (11, 3: p46 Le 2, 8 dícese de los pastores (cf. Homero, rusalén y en los años sucesivos designó a los su-
áyvÓTt)g, tjTog, i\ hagnotes pureza II 18, 162). mos sacerdotes. A cambio de su pequeño reino se
Sin* B 33 y otros, en paralelo con ánXóxr\g,
-> áyvóg. le prometieron en el año 53 p.C. las tetrarquías de
cf. 6, 6 en un catálogo de virtudes) la pureza, Filipo (Batanea, Traconítide, Gaulanítide) y de
es decir, la perfecta vinculación de la comuni- áy@evo> agreuo atrapar* Lisanias (Abilene) así como también el distrito de
dad con Cristo. En 2 Cor 7, 11 áyvbg... %G> á y v é á g hagnós (adv.) puramente Me 12, 13 en sentido figurado: atraparle Varo. El emperador Nerón amplió su territorio
jtrjáY[xaTi designa con minuciosidad jurídica -y áyvóq. concediéndole grandes partes de Galilea y Perea.
con una palabra (en que se descuidara). - Su vida privada suscitó escándalo porque convi-
la pureza de los corintios en el litigio que se
á y v w a í a , a g , r| agnosia ignorancia vía con su hermana Berenice, que había enviuda-
ha visto: han demostrado ser inocentes. do. - En política fue sumiso a los romanos. Du-
->• ¿YVOÉCO 3. á y g i é X a i o g , ov, r\ agrielaios olivo sil-
La expresión év aYveía, en 1 Tim 4, 12, si- rante la Guerra de los judíos, estuvo enteramente
vestre*
tuada en un catálogo de virtudes junto a év de parte de los romanos. Es verdad que apreciaba
a y v w a t o g , 2 desconocido Rom 11, 17.24. M. M. Bourke, A Study of los contactos con el judaismo, pero los limitaba a
XÓYCÜ, EV ávaaxocKpfí, EV áyánr) y év m a t s i , the Metaphor of the Olive Tree in Romans XI, cosas externas. Cuando Agripa murió en el año
-* aYvoéco 3.
se refiere (a diferencia del lenguaje cultual de tesis Washington 1947; D. Zeller, Juden und 93 (ó 100) p.C, su reino fue incorporado a la pro-
la LXX) a \npura y ejemplar manera de sentir Heiden in der Mission des Paulus, Stuttgart vincia romana de Siria.
á y o g á , a g , i\ agora plaza del mercado*
de Timoteo; de manera parecida en 5, 2. 1973,215-218.
Mt 11, 16 par. Le 7, 32; Mt 20, 3; 23, 7 par.
Le 11, 43; Me 6, 56; 12, 38 par. Le 20, 46. Dí- 2. En el NT se menciona 11 veces el nom-
3. á.yvít,(x> (en voz activa) se utiliza en Jn
11, 55 para referirse a las purificaciones leví- cese del lugar donde se celebraban los juicios á y g i o g , 3 agrios silvestre, salvaje* bre de Agripa, concretamente en Hech (25,
ticas de los judíos antes de la pascua (cf. Ex Hech 16, 19 o donde se desarrollaba la vida Me 1, 6 par. Mt 3, 4 miel silvestre; Jds 13 13.22.23.24.26; 26, 1.2.19.27.28.32; cf. 27, 7
19, lOs). Son difíciles Hech 21, 24.26 (donde pública 17, 17. En Me 7, 4 ájt' aYOQág (des- olas tempestuosas (cf. Sab 14, 1; Sib III, 778). v. 1.): con ocasión de la visita que Agripa y
también su usa aYviaiióg); 24, 18. Lucas re- pués del regreso) de la plaza pública (cf. D). Berenice hacen al nuevo procurador Porcio
fiere el verbo (en voz media) y el sustantivo R. Martin, Recherches sur V agora grecque, Pa- Festo en Cesárea, éste despierta el interés de
rís 1951; Id., L'agora, París 1959; LAW 68-70. 'AyQÍJMtag, a Agrippas Agripa*
al voto nazireo de cuatro varones cristianos la pareja por Pablo, que se halla detenido ba-
en Jerusalén, voto que Pablo -demostrativa- Bibl: J. Blinzler, en LThK V, 263-266; Haag, Dic- jo custodia. Como quieren oírle hablar a él
mente- hace también suyo (áyvía'Q-qxi crüv á y o g á ^ O ) agorazó comprar cionario, 26-28; A. H. M. Jones, The Herods ofjudaea, mismo, y Festo tiene interés en conocer el pa-
Oxford 21967; S. Perowne, Herodier, Rómer und Ju-
aíitolg, 21, 24), a fin de notificar al cabo de Mt 13, 44.46 y passim; en sentido figurado: den, Stuttgart 1958, 132-140; Reicke, Zeitgeschichte, recer del monarca, se ordena a Pablo que ha-
cuatro días (21, 27), mediante los sacrificios adquirir como propiedad 1 Cor 6, 20; 7, 23; 2 índice analítico s.v.; Rosenberg, en Pauly-Wissowa X/l ble ante el rey y los de su séquito. Pablo co-
prescritos (21, 26), la terminación del voto Pe 2, l ; A p 5 , 9; 14,3.4.
71 AyQÍnnac, - aya) 72 73 ayco áyoVv 74

mienza felicitando a Agripa por ser «buen co- nach Paulus, Regensburg 1973, 123-131; O. Michel, (con F. S. Gutjahr, Die Thessalonicherbriefe,
2. En singular áyoóc; significa un campo Der Briefan die Hebraer, Gottingen 61966, 142-149;
nocedor de todas las costumbres y controver- en particular (por ejemplo, Mt 13, 24.27.31) Graz 21912, sub loco, en contra de Hoffmann
P.-G. Miiller, X P I S T O S A P X H T O Z , Bern-Frank-
sias que hay entre los judíos» (26, 3) y se con- o, por contraposición a ciudad o aldea, el furt a. M. 1973; J. Plevnik, The Parousia as Implica- 216). Jesús (otros: Dios; por ejemplo Müller,
sidera afortunado de tener ocasión de defender- campo (abierto) (por ejemplo, Me 13, 16 par.; tion of Christ's Resurrection, en Word in Spirit (FS f. 284-292) ha «llevado muchos hijos a la glo-
D. M. Stanley), Willowdale 1975, 199-277; H. Schlier, ria» Heb 2, 10). - En la conducta de su vida
se ante él. A continuación Pablo expone su vi- 15, 21 par.); en plural significa las parcelas Der Apostel und seine Gemeinde, Freiburg i. Br. 1972,
da anterior, su vocación y su ministerio de ser de terreno, los tierras, los campos (por ejem- los hermanos en la fe deben dejarse impulsar
75-84; G. Schneider, Verleugnung, Verspottung und
testigo del Resucitado ante judíos y gentiles. plo, Me 10, 29s par.; Le 15, 15) o en los alre- Verhór Jesu nach Lukas 22, 54-71, München 1969, por el Espíritu (de Dios) Gal 5, 18; Rom 8,
Agripa responde que Pablo pronto le conven- dedores de la ciudad las tierras colindantes 63s; J. J. Scott, Paul and Late Jewish Eschatology: 14. Siendo paganos, eran llevados (-+ óut-
JETS 15 (1972) 133-143. áyro 2) a los ídolos mudos 1 Cor 12, 2. Cier-
cerá para que él mismo se haga cristiano (26, (por ejemplo, Me 5, 14 par.) y en los alrede-
28), y declara a Festo que podría ponerse en tas «mujerzuelas» están agitadas por toda
dores de la aldea los caseríos (por ejemplo, 1. La mayoría de los 67 lugares en que
libertad a Pablo, si éste no hubiera apelado al clase de pasiones 2 Tim 3, 6.
Me 6, 36 par.; cf. Me 6, 56). aparece este vocablo se encuentran en los es-
César (26, 32). - Esta última grandiosa escena critos lucanos (Le 13, Hech 26). El verbo está U. Borse
en el proceso de Pablo la plasmó Lucas para 3. Además de reflejarse las circunstancias bien atestiguado en Jn (13), mientras que su
hacer ver claramente que no hay objeciones topográficas (contraste entre la ciudad y el uso es escaso en Mt (4) y en Me (3). Otros áy<oyr|, f¡5, i^ agogé modo de vida, con-
justificadas contra el mensaje cristiano: ni por campo: por ejemplo, en Me 16, 12; o entre un testimonios los encontramos en las Cartas ducta*
parte del Estado romano (25, 25) ni tampoco asentamiento poblado y el campo abierto: por paulinas (5), en 2 Tim (2) y en Heb (2, 10). En 2 Tim 3, 10 (cf. 1 Clem 47, 6; 48, 1); y cf.
por parte de la religión judía, representada por ejemplo, en Mt 24, 40; los conjuntos de ciu- comparación con los compuestos y con el em- ThWNTI, 128s.
el rey Agripa. Lucas demuestra que al cristia- dades, aldeas, tierras, caseríos: por ejemplo, pleo de sustantivos del mismo tema, que apa-
nismo no se le puede atacar ni bajo el aspecto en Me 5, 14; 6, 36.56; un terreno determina- recen cinco veces más que el verbo simple, el
político ni bajo el aspecto religioso. do: «el Campo del Alfarero» o «Campo de áytóv, WV05, ó agón lucha, certamen*
vocablo se halla escasamente atestiguado.
sangre»: Mt 27, 7.8.10); el cultivo agrícola áycoví^ojxai agónizomai luchar*
A. Weiser
(sobre todo en las parábolas, donde áygóg es 2. La significación fundamental de áyeo es 1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Significado
sólo una clave alegórica para designar al conducir (Bauer, Worterbuch, s.v.); en senti- léxico - 3. Campo semántico - 4. El áywv de Pablo
xóoitog: Mt 13, 38), y las obligaciones de la do intransitivo aparece como una exhorta-
y de sus comunidades - 5. El áyá>v de los cristianos
áypóg, OV, Ó agros campo, terreno, finca - 6. áycúvía.
propiedad agrícola (Le 14, 18) y las circuns- ción: ¡vayamos! (se emplea 7 veces; BlalS-
1. Uso del vocablo en el NT - 2. Contenidos se- tancias de la comunidad de bienes (Hech 4, Debrunner § 308). Los animales necesitan ser Bibl.: J. D. Ellsworth, Agión. Studies in the Use ofa
mánticos - 3. Campos referenciales 37), vemos que en la tradición marquina se Word, tesis Universidad de California, Berkeley 1971;
conducidos Mt 21, 2 par. Le 19, 30; Mt 21, 7 V. C. Pfitzner, Paul and the Agón Motif, Leiden 1967;
Bibl: H. Haag, Diccionario, 39-40; R. Pesch, Das
observa también el carácter rural del movi- par. Le 19, 35; Hech 8, 32 (cita de Is 53, 7);
miento en torno a Jesús y de la primitiva mi- E. Stauffer, áyróv xxX., en ThWNT I, 134-140.
Markusevangelium I-II (HThK), Freiburg i. Br. 1976- en sentido figurado Jn 10, 16, los enfermos y
1977; Schulz, Q, 149-157, 391-403 (sobre Le 12, 28; sión en Palestina. los heridos Le 4, 40; 10, 34; Hech 20, 12, es- 1. El grupo de palabras integrado por el
14, 18 par. Mt); G. TheiBen, Sociología del movimien- sustantivo áycóv y los verbos (ávx-, en-, xax-,
to de Jesús, Santander 1979. R. Pesch pecialmente los ciegos Le 18, 40; cf. Jn 9, 13.
Dícese con frecuencia de la acción de condu- ovv-) áycovíí;ou.ai aparece raras veces en el
1. Las 36 veces que este vocablo aparece áygVTlvéo) agrypneo estar despierto, velar cir por la fuerza (24 lugares, por ejemplo Me NT, lo encontramos principalmente en el cor-
en el NT (incluido Me 16, 12) se limitan a los 13, 11; Le 22, 54; Jn 7, 45; Hech 5, 26), tam- pus paulinum» (fuera de allí, en: Le 13, 24; Jn
->• xmvoc,. 18, 36; Jds 3): áycóv 6 veces; áycoví^oiiai 8
evangelios sinópticos (Mt 17, Me 9, Le 9) y a bién por influencia del lenguaje judicial: lle-
los Hech (1 testimonio: 4, 37). Todos los tes- varse, arrastrar a alguien; con era con acu- veces; los compuestos, 1 vez cada uno.
timonios que hay en Me proceden de la tradi- áyQVJlvía, ag, t\ agrypnia insomnio, velar sativo llevar (a los tribunales), por ejemplo
2. El sustantivo, en sentido propio, signifi-
ción premarquina, de los cuales en Le se han -*• 'UJTVOC;. Hech 18, 12 ém xó (3ííu.a. - /estés es condu- ca en general certamen, lucha, y en el NT se
recogido únicamente 4 (2 están tomados de cido por poderes espirituales (Le 4, 1.9). Des- emplea sólo en sentido figurado y metafórico
Q, y 3 figuran en el material peculiar), y en ayo) agó conducir de la crucifixión lleva él ya el tercer día (es -> 3. El verbo, consecuentemente, significa:
Mt se han recogido sólo 2 (2 están tomados de decir, es el tercer día desde que le crucifica- luchar en un certamen o simplemente luchar,
Bibl: J. Baumgarten, Paulus und die Apokalyptik,
Q, 10 figuran en el material peculiar, 2 son re- Neukirchen-Vluyn ron; BlaB-Debrunner § 129 nota 3) Le 24, 21. y se emplea también únicamente en sentido
1975, 91-98; E. v. Dobschütz, Die Dios le trae como Salvador al pueblo de Isra-
daccionales: 13, 31 por asimilación al contex- Thessalonicherbriefe, Gottingen «1974, 189-192 figurado o metafórico (excepción: en Jn 18,
to, a diferencia de Me 4, 31 y a diferencia de (bibl.); J. A. Fitzmyer, The Use o/Agein and Pherein el Hech 13, 23. Dios, a los que durmieron en 36 dícese de la lucha con armas; cf. 2 Mac 8,
Le 13, 19 = Q xfjjtog; 24, 40, seguramente in the Synoptic Gospels, en FS Gingrich, 147-160; P. Jesús, los traerá con él 1 Tes 4, 14: por medio 16). Lo mismo hay que decir de los verbos
Die Toten in Christus, Münster i. W. 21969, de la resurrección (cf. v. 16), pero en el mo-
por influencia de 24, 18 a diferencia de Le 17, Hoffmann,
207-238; K. Kliesch, Das heilsgeschichtliche Credo in
compuestos (excepción: Heb 11, 33 xaxa-
34). ájQÓc, es tan sólo en Mt un vocablo re- den Reden der Apg, Koln-Bonn 1975, 72-74; F. Laub, mento en que se produzca la parusía de Jesús. ycovü¡ou.cu someter, cf. Josefo, Ant IV, 153;
daccional, pero sin especial relevancia. Eschatologische Verkündigung und Lebensgestaltung Por eso Pablo no escribe éyerjeT sino a%ei VII, 53).
77 áycóv 78
75 áycóv 76

tes de su planeado viaje a Roma, a causa de la terminología aparece ya con una orientación
3. El empleo figurado y metafórico del ilustrar intuitivamente la renuncia, fundamen-
hostilidad de los judíos y de las temidas reser- propia que hace referencia a la tradición. Los
grupo de palabras áycóv en los escritos del tada en 9, 3-18, al derecho apostólico a exigir
vas que la comunidad de aquella ciudad tiene «esfuerzos y luchas» (1 Tim 4, 10: áycovi-
NT enlaza con la comparación, muy difundi- el sustento, y la entrega desinteresada, ex-
todavía hacia su persona y con motivo de la ¡¡óciefta) del Apóstol, fundados en la esperan-
da en la diatriba, entre el ejercicio de la virtud puesta en 9, 19-23, en favor de la causa del
colecta que él les lleva. Por tanto, no existe la za en el Dios vivo, ilustrarán la necesidad de
o el combate moral como lucha contra las pa- evangelio, jtág Se ó áycovit¡óu.evoc; 9, 25 ha-
menor idea de que la oración sea en sí misma ejercitarse con esfuerzo (yuiivaaícx) en la pie-
siones y el certamen deportivo y los esfuerzos ce referencia a la imagen empleada en 9, 24 y
un áycóv, una lucha con Dios (en contra de O. dad (->• sí)aé(3eia), que es la conducta cristia-
y privaciones que éste lleva consigo (Platón, da paso a la primera aplicación: El que parti-
Michel, Der Briefan die Romer [KEK], 373; na ideal. Mientras que el Pablo de las Pastora-
Gorg 526d.e; Phaedr 247b; Epicteto, Diss I, cipa en un certamen deportivo «se abstiene de
E. von Severas, Gebet I, en RAC VIII, 1281). les «ha terminado la carrera, ha peleado la
24, ls; II, 18, 27; III, 22, 51.57; 25, 2s; Ench todo» (eynQaxevo\iai) con el fin de conse-
En Col áycoví£ou.cu asociado con xomáco buena batalla y ha guardado la fe» (2 Tim 4,
29.51; Marco Antonio 3, 4; 4, 18; Séneca, Ep guir la corona (-> oxécpavog). Lo mismo que
(1, 29; cf. Flp 2, 16) caracterizará el esfuerzo, 7) y espera con confianza la corona victoriosa
17, 1; 34, 2; 109, 6; Pfitzner, 23-35). La me- sucede en el áycóv moral de la diatriba (-> 3),
la dedicación y los padecimientos (cf. 1, 24) (-> atécpavog) de la justicia de manos del
táfora de áycóv fue recogida por el judaismo en la aplicación de la imagen falta el elemen-
del Apóstol, aceptados por él a causa de la Juez (4, 8), vemos ahora que toda la responsa-
helenístico y aplicada a la vida que se vive to de competición y rivalidad (cf. la incon-
predicación de Cristo y con el fin de ganar a bilidad por la «sana doctrina» se halla en ma-
con arreglo a la ley (Filón, Agr 113.119; gruencia entre 9, 24 y 25). Ahora bien, el
todos los hombres para Cristo (1, 28). Su nos de su discípulo y sucesor, que ha de cum-
Praem 4-6.27; Som II 9; Sab 4, 2; 10, 12), al elemento igualmente tradicional de la -> ey-
áycóv (cf. también su cautiverio 4, 10) es tam- plir su oficio con sobriedad y con entrega
sufrimiento por amor a la ley (4 Mac 9, 23s; xoáxeia no adquiere en Pablo carácter inde-
bién en favor de los cristianos de Laodicea (2, dispuesta al sufrimiento (4, 6). En consecuen-
17, 11-16), a la confrontación (que determina pendiente, sino que se halla siempre al servi-
1), no conocidos personalmente por él, con cia, a él va dirigida, en la «parénesis de la or-
la vida entera) con Satanás (TestAs 6, 2; cf. cio del objetivo que él se ha propuesto, que es
quienes Pablo se siente unido y presente en el denación» (E. Kásemann, La fórmula neotes-
TestJob 4.27) o con los malos impulsos (4 «conseguir la corona imperecedera», es decir,
Espíritu (2, 5). El conocimiento de este áycóv tamentaria de una parénesis de ordenación,
Esd 7, 88.127; cf. ApBar [sir] 15, 7s; Pfitzner, salvar a todos (9, 22b) y ser también él partí-
del Apóstol «en favor de ellos» consolará a en Ensayos exege'ticos, Salamanca 1977, 123-
38-48 y 54-69). Al campo semántico del gru- cipe de la bendición del evangelio (9, 23b; cf.
las comunidades (2, 2) y las fortalecerá (2, 131), en 1 Tim 6, 11-16, la exhortación: «Pe-
po de palabras pertenecen muchos otros tér- v. 27b). La imagen del áycóv del Apóstol, re-
5b). De igual manera y con los mismos fines lea la buena batalla de la fe» (6, 12). Posible-
minos relacionados con los certámenes depor- ferida a los corintios, tiene la función de mo-
(compárese 4, 12b con 1, 28; 2, 2.5b) Epafras, mente, esta exhortación y lo que viene a
tivos y que se emplean también en sentido tivarlos para que ellos también observen una
que fue el fundador de la comunidad y que continuación de ella procede originalmente de
figurado (en el NT por ejemplo: ccfRécú, -> conducta análoga (9, 24b), para que efectúen
ahora está con Pablo (1,7), se esfuerza inten- la parénesis bautismal. En efecto, por el tenor
PgaPelov, KV%XZV<X>, ~* atécpavog, ->• XQÍ- renuncias por amor a la salvación de los her-
samente en sus oraciones, desde lejos, en fa- de las palabras se habla de una tarea cristiana
%w). Por otro lado, con el empleo filosófico manos débiles (8, 11-13) y para que en el uso
vor de las comunidades de Laodicea (4, 12; general: la fe se vive en confrontación. La for-
popular del grupo de palabras en la diatriba y de su libertad sean imitadores de Pablo (9, 1;
áycovi,l¡ó[i8vo5; cf. v. 13 Jtóvog). Si partimos mulación con el artículo determinado antes de
también en el judaismo helenístico se asocian 10,29-11, 1).
de la hipótesis, bien fundada, de que tanto Pa- áycóv hace referencia a una imagen tradicio-
también algunos conceptos filosóficos que no En los demás lugares en que aparece áycóv, blo como Epafras habían muerto ya en tiempo nal, que se había formado en el ámbito del
se recogen en los escritos del NT como: áge- el relieve de la imagen es considerablemente
de la composición de Col, entonces adquiere cristianismo helenístico. Del mismo ámbito de
xr|, Jtáf)"n ájtáfteía, a t a c a r í a , Xoyia[ióg más débil. En 1 Tes 2, 2 Pablo con áycóv re-
especial importancia el recuerdo del áycóv del tradición procede el denominar xodóg al
(Pfitzner, 6). La referencia del grupo de pala- cuerda los esfuerzos, fatigas (cf. 2, 9) y con-
Apóstol y del que fue el fundador de la comu- áycóv (Filón, All II, 108; III, 48), lo cual no
bras a lo que sucede en el estadio o en la are- frontaciones (2, 16) por los que él tuvo que
nidad. A diferencia de lo que sucede en 1 Cor procede tanto de las luchas y certámenes del
na tiene diferente densidad tanto fuera del NT pasar para anunciar el evangelio en Tesalóni-
9, 24ss; Flp 1, 30, ese recuerdo no establece estadio, sino que caracteriza a esa lucha como
como en los escritos del NT, y con frecuencia ca. En Flp 1, 30, Pablo comprueba que la co-
una vinculación entre los esfuerzos del Após- la que se exige al cristiano, y que es una lucha
es algo que queda relegado enteramente. munidad de Filipos, por los actos de hostili- tol y las experiencias de la comunidad, sino justa, recta y acorde con el evangelio (W.
dad que experimenta de sus adversarios (1, que mantiene viva en la conciencia la vincula- Grundmann: ThWNT III, 552; cf. también 1
4. En 1 Cor 9, 24-27, la aplicación de la 28) a causa del evangelio (1, 27; 4, 3), se ha- ción de las comunidades postapostólicas con Tim 1, 18: xakr\ axQaxeía): una lucha que es-
terminología del áycóv a la conducta del lla en la misma situación de padecimiento y sus fundadores apostólicos (4, 12 denomina a tá exigida por la «fe» (xfjg mcrtEcog es geniti-
Apóstol se conforma enteramente a la tradi- lucha (áycóv) en que se hallaba Pablo con
Epafras ooü>.og XOIOTOÜ) y fortalece así a vo de cualidad; a propósito de la expresión, cf.
ción de emplear en sentido figurado las imá- ocasión de su predicación en Filipos y con
las comunidades en su carácter de cristianas. CorpHerm I, 122 [= X, 19]: xóv Tfjg eíioe-
genes y el lenguaje propios de los juegos atlé- motivo de su cautiverio actual (1, 12ss). En
En las Pastorales encontramos la terminolo- Psíag áycova f|ycoviau¿vri).
ticos (sobre 9, 24 cf. Luciano, Anacharsis, 13); Rom 15, 30, pide a la comunidad de Roma
habrá que decir lo mismo con respecto a la que se esfuerce constantemente en ayudarle gía de áycóv con arreglo a la manera de hablar
antítesis que se establece en 9, 25b (Filón, All por medio de la oración (cnjvayoovLoacrfraí de las Cartas paulinas (compárese 1 Tim 4, 10 5. Como 1 Tim 6, 12; 2 Tim 4, 7, la Carta
II108; Séneca, Ep 78, 16; Sab 4, 2; 1 Pe 4, 5). u.oi, év tatg jtQoae'uxaíS) para la lucha que él con Col 1, 29; 2 Tim 4, 7 con 1 Cor 9, 24s) y a los hebreos 12, 1-3 se caracteriza por una
Las imágenes y comparaciones se proponen tendrá que soportar todavía en Jerusalén, an- recogiendo las intenciones de Pablo, pero esta aplicación propia, y creemos que indepen-
79 áywv - uyama 80 81 áy(ovít,op,at - 'A6á|i 82

dientemente de Pablo, de la imagen del áyóv logion en Mt 7, 13s «¡Entrad por...!» se halla v. 14 bis) Pablo compara a Adán con Cristo, y
á y c o v í ^ o n a i agdnizomai luchar (en un
a la vida de los cristianos en general. A esta más cerca seguramente de la versión original contrapone entre sí a ambos -cual tipo y anti-
certamen)
imagen pudo recurrir el autor de Heb para de Q. La formulación lucana surgió probable- tipo- como a las dos entidades que determi-
-> áycóv.
efectuar con ella la introducción a su gran pa- mente por influencia de la tradición cristiana nan la esencia y la historia de la vieja o de la
rénesis final (12, 1-29). La tarea que los primitiva que puede reconocerse detrás de nueva humanidad. La coordinación tipológica
cristianos han de desempeñar en su vida apa- Heb 12, 1-3; 1 Tim 6, l i s , y que habla del ' A S á j l Adam Adán* se efectúa en cada caso de manera distinta,
rece como un certamen deportivo inminente y áycóv del cristiano, una lucha orientada hacia por el enfoque, por la índole y por la inten-
1. Aspectos lingüísticos - 2. Adán en el NT - 3.
al que ellos tienen que someterse (jtQoaxeí- la perfección y la vida eterna. La penetración Motivos relacionados con Adán en el NT. ción. En 1 Cor 15, 21s, Pablo señala el efecto
[xevog áycóv; sobre la expresión cf. Herodoto de la terminología del áycóv en las tradiciones fatal de Adán como «autor» de que todos los
palestinenses originales (-> 3: 4 Mac, 4 Esd, Bibl: O. Betz, en TRE I, 414-424; M. Black, The hombres se vean arrojados a la muerte, y real-
IX, 60; Filón, Agr 112; Josefo, Ant XIX, 92), Pauline Doctrine ofthe Second Adam: SJTh 7 (1954)
una competición en la que ellos han de correr TestJob) sigue un proceso similar. 170-179; E. Brandenburger, Adam und Christus
za en contraste con ello la importancia que
(-> TQÉ%(Ü) con perseverencia (->• vno\iovt\; Jds 3: «Para exhortaros a luchar (sjrayco- (WMANT 7), Neukirchen-Vluyn 1962; Id., Alter und tiene Cristo, como primicias de los que duer-
cf. 4 Mac 17, 12.17), rodeados por la gran ví^ecrftai) por la fe trasmitida de una vez pa- Neuer Mensch, erster und letzter Adam-Anthropos, en men (v. 20), para la resurrección de todos. En
multitud de testigos de la fe del antiguo pacto, ra siempre a los santos», recuerda el pasaje de
W. Strolz (ed.), Vom alten zum neuen Adam. Ur- 1 Cor 15,45-49, Pablo, respondiendo a la pre-
zeitmythos und Heilsgeschichte, Freiburg i. Br. 1986, gunta acerca del cuerpo en la resurrección (vv.
que ahora -como espectadores- son testigos Flp 1, 27.30 (-• 4), pero se distingue caracte- 182-223; J. Jeremías, W5á|i, en ThWNT I, 141-143;
en el estadio de la enconada lucha que los rísticamente de él por algo que surgió como 35ss), y refiriéndose a Gen 2, 7 (^u/T) t,woa,
K. Kertelge, Adam und Christus. Die Sünde Adams im
cristianos mantienen por la victoria. Así como Lichte der Erlósungstat Christi nach Rom 5, 12-21, en éx yf)5, xoixós), describe la esencia creada de
consecuencia de las condiciones del cristia-
el justo vive su vida con la mirada puesta en Id., Grundthemen paulinischer Theologie, Freiburg i. Adán como el prototipo (v. 49 aludiendo a
nismo postapostólico y que es la restricción
Dios (ácporjáoo Josefo, Ant VIII, 290; Ap II, Br. 1991, 161-171; P. Lengsfeld, Adam und Christus Gen 1, 26s; 5,1-3) de la existencia humana en
del concepto de la fe a la fides quae creditur (Koin. 9), Essen 1965; J. R. Levison, Portraits of
166), así el mártir soporta sus sufrimientos di- este mundo, y describe a continuación inme-
(-* jtícruc;), y la acentuación del carácter de Adam in Early Judaism. From Sirach to 2 Baruch,
rigiendo su mirada hacia Dios (2 Mac 17, 10; diata la esencia celestial de Cristo (jtveíJLta
tradición de la fe. La lucha no es tanto por la Sheffield 1988; B. Murmelstein, Ein Beitrag zur Mes-
siaslehre: WZKM 35 (1928) 242-275; 36 (1929) 51- ^CDOJT.OIO'ÜV, eB, cnicjavcru, énougáviog), del
cf. 17, 11: áycóv). Y de la misma manera que difusión del evangelio, cuanto por la conser-
86; N. Oswald, «Urmensch» und «erster Mensch», te- «último Adán» y «segundo hombre», como el
una multitud de gente tiene la mirada puesta vación de la doctrina de la fe contra los peli-
sis mecanografiada, Berlin 1970; P. Schafer, en TRE I, prototipo de la humanidad escatológica. En
en su líder (Josefo, Ant XII, 431; Bell II, 410), gros a que se ve expuesta por la acción de los 424-427; H. M. Schenke, Der Gott «Mensch» in der Rom 5, 12-21, Pablo recoge el motivo (ex-
así también los cristianos, en su áycóv, tienen herejes gnósticos (?) (Jds 4). Gnosis, Berlin-Gottingen 1962; R. Scroggs, The Last puesto en 1 Cor 15, 21s) del poder funesto de
que tener sus ojos puestos en Jesús, el líder y Adam, Oxford-Philadelphia 1966; U. Wilckens, Chris-
tus, der «letzte Adam», und der Menschensohn, en FS
la muerte que por Adán penetró en el mundo,
consumador del camino de la fe, quien efec- 6. áywvía angustia*. La perícopa lucana
Votgle, 387-403. y lo desarrolla más, completándolo por medio
tuó su áycóv soportando (tmo^évco; cf. 4 Mac de Getsemaní refiere de Jesús: xcd ysvó- de referencias a las relaciones entre el pecado,
17, 10) la cruz y ahora está sentado a la dies- Hevog év áycovíg éxtevéaterjov JTQOOT]IJ- la ley y la muerte, e integrándolo temática-
1. En las fuentes del judaismo primitivo y del
tra del trono de Dios (12, 2). En la introduc- Xexo (22, 44; falta, lo mismo que 22, 43, en cristianismo primitivo, el nombre propio Adán lo mente en el marco de la doctrina de la justifi-
ción de la sección que viene a continuación p75, B, Sincorr). áycovía tenía originalmente el encontramos referido exclusivamente al «primer cación. La comparación y la contraposición
(12, 4-11), sigue dejándose sentir la imagen mismo significado que áycóv, pero designaba hombre», al antepasado de la humanidad, consi- entre Adán y Cristo sirven aquí para iluminar
del gran áycóv que se impone, pero ahora los entonces la tensión psíquica asociada frecuen- derado como una figura histórica. El uso del vo- la superioridad de la gracia divina y para
acentos son diferentes: a los destinatarios se temente con angustia cuando el individuo se cablo se ajusta a la historia bíblica de los oríge- mostrar que por medio de Cristo ha comenza-
les ha ahorrado hasta ahora la lucha decisiva encuentra ante una confrontación decisiva nes, en la cual el hebreo 'adam tuvo primero do la plenitud de la salvación.
(cf. 2 Mac 13, 14) que exige empeñar a fondo (Bauer, Worterbuch, 29; Stauffer, 140; Pfitz- corrientemente el significado genérico y colecti-
toda la vida en la gran hora escatológica de la ner,131-133; 2 Mac 14, 16s; 15, 9; Josefo, vo de «hombre», «humanidad» (cf. Gen 1, 26s; 2,
tentación (A. Strobel, Der Brief an die 5.7 y passim), y sólo de manera adicional llegó a Hasta ahora no se han esclarecido suficiente-
Bell IV, 90; Ant XI, 326; el paralelo más cer-
adquirir el carácter de nombre propio (TM Gen 4, mente la procedencia y el origen de estas relacio-
Hebraer [NTD], 232: «En la lucha contra el cano a la formulación de Le 22, 44: PapTebt 25; 5, 1-5; LXX Gen 2, 16.19-5, 5). nes tipológicas entre Adán y Cristo, y en conse-
pecado, todavía no habéis resistido ( á v u x a - II, 423, 13s; Moulton-Milligan, 8). Por este cuencia se discute también el valor de estas
téoxTiTE... ávTaycovit;cóu.evoi) hasta el punto motivo, áycovía en Le 22, 44, en vez de tra- 2. En el NT, a diferencia de lo que sucede relaciones dentro de la teología paulina y el uso
de derramar sangre» (12, 4). A fin de estar ducirlo por «angustia de muerte» o por «ago- en los escritos judíos contemporáneos (una sistemático que se hace de las mismas. Se halla
equipados para esta lucha, deben someterse al nía», sería preferible traducirlo por excitación información de conjunto en Schafer), raras muy difundida la hipótesis de que el trasfondo lo
entrenamiento y disciplina de Dios (12, 7). angustiosa. veces se menciona a Adán (únicamente en Le constituye una mitología corriente en el judaismo
(cf. Oswald) y en la gnosis (cf. Schenke), que Pa-
G. Dautzenberg 3, 38; Rom 5, 14 bis; 1 Cor 15, 22.45 bis; 1
blo encontró ya en forma cristianizada en Corin-
En los Sinópticos, la terminología de áycóv Tim 2, 13.14; Jds 14). to, la recogió polémicamente y la trasformó por
aparece únicamente en Le 13, 24: «¡Luchad Los testimonios más importantes se en- medio de su vinculación con el esquema apoca-
(áycoví^ecr&E) por entrar por la puerta estre- á y w v í a , a g , rj agonía angustia cuentran en el «corpus paulinum». En 1 Cor líptico de los dos eones (de importancia funda-
cha!». La introducción del correspondiente -y áycóv 6. 15, (21.)22.45(bis)-49 y Rom 5, 12-21 (en el mental: Brandenburger, 68-157; cf. además L.
83 'A6áu. - á8e?apóg 84
85 á&EÁ.(póg 86

Schottroff, Der Glaubende und die feindliche 9; 3, 21). Sin embargo, en la mayoría de los
L. Perlitt, «Ein einzige Volk von Brüdern». Zur deute- encargo que en la aparición pascual se da a las
Welt [WMANT 37], reimpresión en 1970, 115- casos se trata únicamente de algunas ideas o ronomischen Herkunft del bibl. Bez. «Bruder», en FS
136). Sin embargo, esta hipótesis sigue siendo mujeres o a Magdalena para que lo trasmitan
imágenes aisladas, tomadas de Gen 1-3, y no Bornkamm, 27-52; R. Pesch, Das Markusevangelium I
muy insegura en cuestiones decisivas de la histo- (HThK), Freiburg i. Br. 1976, 322-324; J. Ratzinger, a los (once) discípulos (Mt 28, 10; Jn 20, 17)
ria de las religiones. Menos fundada aún está la de alusiones específicas a Adán mismo. En o en la mención destacada que se hace de al-
Die christliche Brüderlichkeit, München 1960; H. H.
afirmación de que la base la constituye una tipo- otros casos, los puntos de contacto no sobre- Schelkle, Bruder, en RAC II (1954) 631-640; H. gunos hermanos (o hermanas) en la literatura
logía rabínica Adán-Mesías (Murmelstein) o tra- pasan las semejanzas en cuanto a motivos Schürmann, Gemeinde ais Bruderschaft, en Id., Urs- epistolar -> 5 (y 6).
diciones apocalípticas acerca del Hijo del hom- (cf. H.-G. Leder: ZNW 54 [1963] 188-216 prung und Gestalt, Dusseldorf 1970, 61-73; H. von
bre. Lo que más se aproxima a la contraposición sobre la interpretación del relato marquino de Soden, á&gXcpóc, wtl., en ThWNT I, 144-146; E.
paulina entre Adán y Cristo es la comparación de Stauffer, Petrus und Jakobus in Jerusalem, en Begeg- 3. Acerca de los hermanos carnales en el
la tentación de Jesús como antítesis del rela- nung der Christen (FS f. J. Karrer), Stuttgart-Frank- NT, consúltense los correspondientes nom-
Adán, atestiguada en fuentes judías, samaritanas
y cristianas, con otras figuras de la historia de la to sobre la caída de Adán). Tan sólo en el ca- furt a. M. 1959, 361-372; A. Stoger, Der brüderliche bres propios. En los hermanos de Judá (Mt 1,
salvación, particularmente con Noé (cf., a propó- so de Hech 17, 26 vemos claramente lo que Ordnung unter Christen. Biblische Grundlegung, en
Zahn, Kanon VI (1900), 225-364. 2) y José (Hech 7, 13.23.25) se trata en parte
sito, E. Schweizer, Neotestamentica, Zürich los autores piensan de Adán: Dios, que da la de medio-hermanos; en los hermanos de He-
1963, 280ss; J. C. Lebram: VT 15 [1965] 199ss; vida y el aliento (jtvor|, cf. Gen 2, 7), «hizo 1. El término aparece 343 veces en el NT redes Antipas (Me 6, 17 -erróneamente- «Fi-
J. P. Lewis, A Study ofthe Interpretation ofNoah de uno solo (es decir, de un solo hombre) a (cf. Morgenthaler, Statistik). De ellas, 97 ve-
and the Flood in Jewish and Christian Literature, lipo» par. Mt 14, 3; Le 3, 19; 3, 1) se trata en
todo el linaje de los hombres». ces aparece en los evangelios, 57 veces en los ambos casos de medio-hermanos. (Sobre ábek-
Leiden 1968, 46 y 158ss), quien a este respecto
puede designarse como «segundo Adán/Hombre» B. Schaller Hech, y 113 veces en las siete Cartas paulinas cpóc; = medio-hermano consúltese ahora tam-
(cf. Memar Marqah IV, 4, ed. a cargo de J. Mac- reconocidas como auténticas. Mientras que en bién DJD II, 115, 14 y 116a, 8.)
donald [BZAW 84], Berlin 1963, 91: 'addm hás- los evangelios se habla principalmente de los
seni). á ó á j i a v o g , 2 adapanos gratuito* hermanos carnales (unas 68 veces, con transi- 4. En el NT se mencionan hermanos carna-
En 1 Cor 9, 18 dícese de la predicación gra- ciones al sentido metafórico), vemos que en les de Jesús Me 3, 31s par. Mt 12, 46s y Le 8,
En el resto del NT, Adán aparece sólo espo- tuita del evangelio. los demás escritos predomina casi exclusiva- 19s; Me 6, 3 par. Mt 13, 55 a diferencia de Le
rádicamente. Le 3, 38 lo menciona en la genea- mente el sentido metafórico. 4, 22; Jn 2, 12; 7, 3.5.10; Hech 1, 14. Sobre
logía de Jesús. Pero apenas se indica una rela- 'A5&ÍA«MAdi* Me 3, 31s, cf. además Me 3, 21 oí n a o '
ción especial entre Adán y Cristo que se Nombre de persona: Le 3, 28. 2. ótoEX,qpóg puede traducirse a nuestra len- aíiToí sus parientes. A «Santiago, el herma-
parezca a la tipología paulina (cf., entre otros, gua, en todos los casos, por hermano. El her- no del Señor», lo menciona Pablo en Gal 1,
Jeremías, 141); la línea genealógica conduce mano en sentido estricto, en sentido propio, 19; a «los hermanos del Señor», los menciona
a través de Adán hasta Dios. En 1 Tim 2, á8£X<ptj, t]S, x\ adelphe hermana es el hermano carnal, entre los que pueden el Apóstol en 1 Cor 9, 5. Pues bien, ¿quiénes
13.14 la subordinación de la mujer bajo el -> áSeXcpóg 6. incluirse también los medio-hermanos ->• 3. fueron los hermanos camales de Jesús? Es in-
hombre, considerada como un precepto del La transición al sentido amplio y figurado la dudable la identidad del Santiago nombrado
orden cristiano de la comunidad, se funda- á§eX(pÓ£, ov, ó adelphos hermano permite, a partir del AT (cf. H. Ringgren, 'áh, en Gal 1,19 con el mencionado en Me 6, 3, y
menta en la primacía de Adán sobre Eva tanto en DTAT I, 202-206), la idea del parentesco seguramente es ficticia la autodenominación
1. Frecuencia - 2. Significado léxico - 3. Hermanos de origen que existe entre todos los israelitas.
en la historia de la creación como en la de los carnales - 4. Los «hermanos de Jesús» - 5. «Hermano» de Judas como hermano de Santiago en Jds 1.
orígenes: Adán fue creado antes que Eva (cf. en sentido amplio y en sentido metafórico - 6. Térmi- Así, ábeXtpóq en el NT puede significar tanto Se discute, además, si el Santiago y el Joset
1 Cor 11, 8; además, sobre la forma de la nos afines. compañero de tribu y compañero étnico (cf. que se mencionan en Me 15, 40.47; 16, 1 (en
prueba, cf. Billerbeck III, 256 y 645s); no fue Heb 8, 11 jioXÁTryv en paralelo con áoetapóg Mt 27, 56 y en Mt 13, 55 se le denomina Jo-
Bibl: W. B. Birch, Ventas and the Virgin. Jesús the
Adán sino Eva quien pecó primero (cf. Eclo Son ofGod and the Children ofJoseph and Mary, Ber-
de Jer 38, 34 LXX) como prójimo (cf. Sant 4, sé) son idénticos con los que se nombran en
25, 24; ApMo 11 y 14; VidAd 33; Hen [esl] ne (Indiana) 1960; J. Blinzler, Die Brüder und Schwes- 12 7ikr\oíov en paralelo con ábeKqtóc, en el v. Me 6, 3 par. Mt. Blinzler los tiene por idénti-
31, 6). Finalmente, en Jds 14 aparece el nom- tern Jesu (SBS 21), Stuttgart 1967; M. Bouttíer, La 11). Al significado de compañero en la fe, cos y los considera primos de Jesús, lo mismo
notion de jreres chez saint Jean: RHphR 44 (1964) atestiguado también en el AT, le corresponde que a Simón y a Judas. Es distinta la opinión
bre de Adán cuando se dice que Henoc fue el 179-190; J. Friedrich, Gott im Bruder? Eine metho-
«séptimo (en la serie de los patriarcas) a par- denkritische Untersuchung von Redaktion, Überliefe-
en el NT el significado especial de hermano de los investigadores protestantes desde
tir de Adán» (cf. Hen [et] 60, 8). rung und Traditionen in Mt 25, 31-46, Stuttgart 1977, en Cristo. Empleos análogos se encuentran Zahn, y recientemente también ha cambiado
especialmente 220-229; D. J. Georgacas: Glotta 36 también, tanto en sentido profano como reli- la opinión de algunos católicos desde Pesch.
(1957) 106-108; P. Marcel, Fréres et soeurs de Jésus: gioso, en el ámbito exterior al cristianismo También según Oberlinner, la tradición pre-
3. En el NT hay muchos motivos que re- Revue réformée 15, 4 (1964) 18-30; 16, 1 (1965) 12-
(cf. Moulton-Milligan; Preisigke, Worterbuch, marquina en Me 6, 3 presuponía hermanos
cuerdan la figura de Adán (cf. Betz, 416 y 26; A. Meyer-W. Bauer, Jesu Verwandtschaft, en Hen-
necke-Schneemelcher I, 312-321; W. Nauck, Brüder Liddell-Scott, s.v., y principalmente Schel- carnales de Jesús que no deben identificarse
419ss; Lengsfeld, 30ss sobre Me 1, 12s; Le 4, kle). Ocasionalmente el término puede tener
Jesu, en BHH I, 275; L. Oberlinner, Historische Über- con el Santiago y el Joset mencionados en Me
1-13; Rom 1, 23; 3, 23; 6, 1-14; 7, 7-12; 8, lieferung und christologische Aussage. Zur Frage der también el significado de amigo, colaborador 15, 40.47; 16, 1. Stauffer considera a Santia-
29; 1 Cor 11, 7-9; 2 Cor 3, 18; 4, 4; Flm 2, 6- «Brüder Jesu» in der Synopse (FzB 19), Stuttgart 1975;
y conmilitón. Así sucede, por ejemplo, en el go como medio-hermano de Jesús, de un pri-
87 á&ekyóc, 88 89 áSeXqpóg - áSnu-ovéro 90

mer matrimonio de José, y recoge así una idea La misma transición del «prójimo» al «miem- hermano en Cristo, sentido que se halla funda- diferencia de Le 18, 29; además en Le 14, 26
expresada por los padres griegos de la Iglesia bro de la comunidad», la vemos -en cuanto al mentado en Rom 8, 29: los redimidos están a diferencia de Mt 10, 37 para completar la
desde Epifanio. La idea es posible desde el equivalente hebreo 'ah - en los textos esenios o hechos conforme a la imagen de Cristo, que es tradición de la fuente Q. Se mencionan her-
punto de vista lingüístico, pero no es conclu- de Qumrán: con frecuencia se entiende el término «el primogénito entre muchos hermanos». Cf. manas carnales de Jesús en Me 6, 3 par. Mt
de hermano en el sentido de rea' «prójimo» o
yente, a tenor de lo que se dice en el Evange- «compatriota» o en un sentido paralelo a él (por la manera corriente de dirigirse a los destina- 13, 56 Jtaaat; Me 3, 32 a diferencia de Mt
lio de Marcos. ejemplo, 1QS 6, 10; CD 6, 20; 7, lss; 8, 6; 19, 18; tarios: «hermanos» o «hermanos amados (por 12, 47; Le 8, 19; -> 4 y 5. Marta y María (Le
20, 18); en el Rollo de la Guerra puede designar Dios)» (1 Cor 15, 58; Flp 4, 1; Flm 16; cf. Ef 10, 39s) reaparecen en Jn (11, 1.3.5.28.39)
5. Todavía en un sentido más bien confor- también al «colega» en el sacerdocio (1QM 13, 1; 6, 21; Col 4, 7.9; Sant 1, 9.16; 2, 5; 1 Tes 1, 4; como hermanas de Lázaro. En Pablo se pre-
me con el AT y con el judaismo, la fuente Q 15, 4); en ocasiones, la expresión designa senci- 2 Tes 2, 13 «hermanos amados por el Señor»), supone el sentido figurado de cristiana 1 Cor
-en el sermón de la montaña- (Mt 7, 3-5 par. llamente a «otra persona distinta» (CD 14, 5). Sin A la hora de traducir, hay que tener en cuenta 7, 15; 9, 5: «¿No tendría yo el derecho de te-
embargo, el término se convierte luego en la ma- que ábeXcpol (en plural) puede significar no
Le 6, 41s) habla de la «paja en el ojo de tu ner junto a mí como mujer a una hermana?»
nera específica de llamar a los miembros de la co-
hermano» = prójimo. Cf. Sant 4, 11 -y 2. De munidad (cf. la «inscripción entre los hermanos» sólo «hermanos» sino también «hermanos y (lo entiende de otra manera J. B. Bauer, Uxo-
manera parecida, en las palabras de Q Mt 18, 1QS 6, 22; además 1QS" 1, 18; 2, 13? Lohse, Tex- hermanas» (cf., por ejemplo, G. Friedrich, An res circumducere: BZ 3 [1959] 94-102). Febe
15 par. Le 17, 3 se exige que se perdone al te). Los rabinos hacen distinción entre rea', que die Thessalonicher [NTD 8]). Finalmente, (Rom 16, 1) y Apia (Flm 2) son seguramente
hermano = prójimo (con la transición al her- es el «miembro del pueblo», y 'üh, que es el Pablo conoce y menciona por su nombre a al- colaboradoras de Pablo. En Sant 2, 15
mano en Mt). En el material peculiar de Mt «compañero en la fe»; entre los «hermanos» se gunos colaboradores (-> auveoyóg) y conmi- áoetapóg es el prójimo, en este caso una mu-
(5, 22.23s) lo mismo que en un marco de pa- contaba también al prosélito (Billerbeck I, 276). litones (auaTQaucÓTng: Flp 2, 25), principal- jer. En 2 Jn 13 lo de «la hermana escogida»,
rábolas creado por él mismo (18, 21.35), Mt mente en los praescripta (1 y 2 Cor, Flm, cf. en singular, se refiere a la comunidad que re-
puede hablar en el mismo sentido acerca del También en Le la condición de hermano car- Col) y en los finales de las cartas. (Sobre mite la carta.
hermano. Igual hace Sant 1, 9; 2, 15; 4, 11. nal se aplica en sentido trascendente al reino á8eXcpóg como manera en que los soldados de á8e^(pótti5* en 1 Pe 2, 17; 5, 9 significa
- La transición al uso cristiano tiene su funda- de Dios (cf. 12, 13s; 14, 12.26). Después de su Bar Kochba se llamaban y se dirigían unos a colectivamente todos los cristianos, la her-
mento en la tradición de Me: según Me 3, 31- conversión -después de pascua- Pedro debe otros, cf. ahora una carta publicada por B. mandad. Sobre la «hermandad» -> tyikabzk-
35 Jesús declara que sus hermanos (y herma- «fortalecer» (22, 32) a sus hermanos (segura- Lifshitz: Aegyptus 42 [1962] 248-254). qpíct.
nas) son los que están sentados alrededor mente se piensa más que nada en sus compa- Heb, en un lugar difícil (2, 11), deduce la J. Beutler
suyo y escuchan su palabra de predicación, y ñeros en el apostolado). En Hech vemos que fraternidad cristiana del hecho de que todos
también todos los que hacen la voluntad de los cristianos se dirigen a los judíos llamándo- procedan del «Santificante» (Cristo) y de que
Dios (predicada por él). Mt y Le, en los luga- los (ávóoeg) ábekyoí 2, 29; cf. v. 37; 3, 17; todos sean «santificados a partir de Uno» áfteXcpÓTtig, iJTOg, i\ adelphotes herman-
res paralelos (Mt 12, 46-50; Le 8, 19-21), re- 7, 2; 13, 26.38; 22, 1 (y vemos que en 7, 2 se (¿Dios? ¿el principio? ¿Adán? ¿Abrahán?). - dad
cogen principalmente el último pensamiento; añade xod JtaTéoeg); 23, 1.5.6; 28, 17; cf. v. A propósito de Jn 20, 17 -> 2. En Jn 21, 23, se -»• áSeXcpóg 6.
según Mt, los discípulos son los únicos alle- 21. Esta misma manera de dirigirse a una per- habla -seguramente en sentido ya postjoáni-
gados de Jesús (cf. Oberlinner, 243-247). sona se emplea también en sentido cristiano 1, c o - de «hermanos», entendiéndose por tales a a6l]Xo£, 2 adelos irreconocible, confuso*
Quien por amor de Jesús y del evangelio 16; 15, 7.13; además (sin av5oeg) 6, 3. La ex- los miembros de la comunidad. 1 Jn acentúa En Le 11, 44 dícese de los sepulcros; en 1
abandona (ácpiévou) casa, hermanos, etc., los presión ávSgeg áoetapoí, es aquí seguramen- el mandamiento del «amor fraterno» (2, 9-11;
Cor 14, 8 dícese del sonido de la trompeta.
recibe (X.ctj<i|3áv£iv) de nuevo en este tiempo te la forma helenizada de la expresión judía 3, 12-17; 4, 20s; en Jn se subraya únicamente
del mundo: Me 10, 29s par. Mt 19, 29; Le 18, 'ahénü cf. Billerbeck II, 766; Schelkle, 636). el amor que los discípulos deben tenerse «los
29s. - Según Mt 25, 40, el Cristo que juzga se En Pablo (y en las cartas postpaulinas) unos a los otros»: 13, 34s; 15,12.17); en 3 Jn ábv\kótr\g, t]TOg, í[ adelotes incertidum-
identifica con «cualquiera (Évi)» de sus «her- áSeXcpóg en sentido figurado se emplea de (3.5.10) se acentúa el mandamiento de «aco- bre*
manos más insignificantes». Según Friedrich, cuatro maneras distintas: el significado de pró- ger» a los hermanos, es decir, seguramente de En 1 Tim 6, 17 dícese de las inciertas ri-
248s, la tradición (¿jesuánica?) pre-mateica jimo se escucha todavía en lugares como 1 Tes acoger a los misioneros. En el Ap los «herma- quezas. BlaB-Debrunner § 165, 2.
hablaba aquí seguramente del «más insignifi- 4, 6, y de algún modo también en Rom 14, nos» son confesores o «profetas» y «testigos»
cante» entendiendo por tal el pequeño y el 10.13.15.21 y 1 Cor 6, 5-8; 8, 11-13, pero aquí consagrados a la muerte (1, 9; 6, 11; 12, 10;
desvalido. Mt, al añadir lo del ábeXcpóq, ha- á5tjX(t)g adelos (adv.) incierto*
se encuentra ya cristianizado: escandalizar al 19, 10; 22, 9).
bría trasformado las palabras de Jesús en una 1 Cor 9, 26 obg oiix áSr|>.a)g, no como a la
hermano significa pecar contra Cristo (1 Cor
instrucción sobre la conducta que hay que se- ventura.
8, 12). En el sentido de miembros de la misma 6. ádeA,<prj hermana aparece sólo 26 veces
guir con los miembros de la comunidad. tribu o del mismo pueblo, Pablo en Rom 9, 3 en el NT. El campo semántico y el de aplica-
oc&eXopóg entonces se convierte aquí en el se refiere a los israelitas como a hermanos su- ciones recuerda los de abzkq>óc,. De abando- á6t]fiovéo> adémoneo estar afligido o pre-
hermano en la fe, con el mismo sentido que yos, pero hermanos únicamente «según la car- nar y ganar hermanas carnales por amor de ocupado*
en Mt 5,47; 23, 8. ne». El sentido predominante en Pablo es el de Jesús se habla en Me 10, 29s par. Mt 19, 29 a Me 14, 33 par. Mt 26, 37; Flp 2, 26.
93 áSixéco 94
91 górig - óióiacpdoQÍa 92

á S i x é w adikeo cometer injusticia 3. Los sujetos de la acción de á8ixeív son


en Ap 1, 18, les corresponden las puertas del
a ó l j g , ov, 6 hades Hades, la región de los áSíxrjuxc, atoe;, xó adikema injusticia (co- personas (por ejemplo, Hech 7, 26; 25, 10; 1
Hades de las que se habla en Mt 16, 18; por
muertos* metida), delito* Cor 6, 8) o ángeles (Ap 7, 2s) y poderes de-
tanto, la región de los muertos, de manera moníacos (Le 10, 19; Ap 6, 6; 9, 4.10.19) o
Bibl: G. Beer, Der biblische Hades, en Theologi- á S t x í a , ag, f| adikia injusticia, mala acción
análoga a la ciudad celestial (Ap 21; -• bien «la segunda muerte» (Ap 2, 11). El obje-
sche Abhandlungen. FS f. H. J. Holzmann, Tübingen áóixog, 2 adikos injusto
'IeQoaó}aJu.a, 'IeQovoaX.r||j,), es una fotaleza to de la acción verbal, que se halla en acusati-
1902, 3-29. amurallada. En la parábola de Jesús sobre el 1. Uso de los vocablos en el NT. - 2. Contenidos
Para más bibliografía, cf. ->• apuoooc;. vo, pueden ser hombres o la tierra o partes de
hombre rico y el pobre Lázaro, el Hades es al semánticos - 3. Campo referencial - 4. áSiMÉcü %xk. en
relación con la tradición judeo-helenística - 5. áSutéffl ella. Empleado en sentido intransitivo, ábi-
1. Según la cosmovisión judía y del Oriente mismo tiempo el lugar de tormento (Le 16,
%%k. en los escritos paulinos - 6. áSixéco xtX. en los XÉCÜ (lo mismo que áóixíct, á5ixog, á5íxT)-
antiguo, que se trasparenta también en el NT, la 23), por tanto se identifica últimamente con el escritos lucanos. ^ a ) marca una determinada actitud falsa con
región de los muertos forma parte del mundo de «infierno» (->• yéEvva). respecto al derecho divino o al derecho huma-
las profundidades (->• aPuooog). En el NT se Bibl: C. K. Barrett, 'O á6txr|aag (2 Cor 7, 12), en
menciona 10 veces al g8r|5, de las cuales 4 men- FS Stahlin, 149-167; F. Boíl, Aus der Offenbarung Jo- no. El medio con que se causa el perjuicio es
2. Con excepción del lugar mencionado hannis, Leipzig 1914; G. M. Camp-B. M. Ubach, Un introducido por la preposición év (Ap 9, 19);
ciones aparecen en el Ap, 2 en Mt, 2 en Le, y
otras 2 en Hech. Mt 11, 23 par. Le 10, 15 citan a últimamente, el Hades se considera como la sentido bíblico de áSixog, abmía y la interpretación el lugar de donde procede el perjuicio se
mansión de los muertos, pero sólo por plazo de Le 16, 1-13: EstB 25 (1966) 75-82; G. Herold, construye con ex (Ap 2, 11; cf. Gen 16, 5
Is 14, 11.13.15; Hech 2, 27.31 cita al Sal 16, 10; Zorn und Gerechtigkeit Gottes bei Paulas, Bern
aquí gong, lo mismo que en general en la LXX, limitado (además de Hech 2, 27.31; cf. prin- 1973, 323-329; P. Hoffmann, ITÓVVTEC; kQyájai áSi- LXX). á 5 t x í a o á5ixog pueden predicarse de
es traducción del hebreo se'61 (la región de los cipalmente Ap 20, 13s). La victoria concedi- MÍag. Redaktion und Tradition in Le 13, 22-30: ZNW personas o de cosas, pero no de Dios (Rom 9,
muertos). Los límites que deslindan este concep- da por Dios a Cristo en su resurrección (Rom 58 (1967) 188-214; E. Kásemann, An die Romer 14; Heb 6, 10), cuya justicia (-> 8ixaiocnjvr|)
to del concepto más general áp\)0005 (con Mt 6, 9; 1 Cor 15, 21.26; 2 Tim 1, 10 y passim; (HNT), Tübingen U974; K. Koch, Gibt es ein Vergel- es todo lo contrario de la áótxía de las cria-
11, 23 par. Le 10, 15; cf. Rom 10, 6s) son tan im- tungsdogma im Alten Testament?: ZThk 52 (1955) 1- turas (Rom 3, 5).
-y frávaTOg) es también la victoria sobre el
precisos como los que lo deslindan de yéEvva o 42; H. Schlier, Der Rómerbriej(HThK), Freiburg i. B.
Hades (Hech 2, 27.31; Ap 20, 13s); en esta 1977; G. Schrenk, áoixog vx\., en ThWNT I, 150-163.
lugar de castigo y tormento (con Le 16, 23s; cf. victoria participan los seguidores de Jesús, y 4. De áSixéü) XTX se habla, sí, en casi to-
Mt 18, 9 par. Me 9, 47s). dos los escritos del Nuevo Testamento (->• 1),
participan precisamente por medio del bau- 1. En el NT á8ixéü) aparece 28 veces;
tismo (Rom 6, 3-11; Col 2, 12-15; 3, 1-4). áótxía, 26; aSiKog, 12 veces; áSíxcog, 1 vez, pero -con excepción de Rom y de los escritos
Si aÓTig en Mt 11, 23 par. Le 10, 15, por ser lucanos- no se acumulan nunca los términos
Las puertas del Hades no pueden asustar (Mt y áoíxr|u.a, 3 veces. Los testimonios se en-
correlativo de oúoavóg, es sencillamente una de manera llamativa. Evidentemente, la in-
16, 18) a quien ya desde ahora es ciudadano cuentran en casi todos los escritos del NT
imagen para designar las enormes profundi- de la ciudad celestial (con Ap 21, 25-27; 22, -son excepción: Me, Ef, Flp, 1 Tes, 1 Tim, justicia no era aún para la mayoría de los es-
dades, vemos que en Hech 2, 27.31 -donde el 14s compárese Gal 4, 26; Heb 12, 22-24). Tit, 2 Jn, 3 Jn-, pero el centro de gravedad se critores del NT una realidad tan apremiante,
Sal 16, 10 se interpreta como referido a la re- halla, no obstante, en los escritos paulinos y que se sintieran desafiados por ella y experi-
surrección de Cristo- gong designa sencilla- O. Bócher lucanos -v 5 y 6. mentaran la necesidad de darle una extensa
mente a la muerte. Todos los demás testimonios respuesta específicamente cristiana. En con-
llevan la impronta de la mitología heredada del secuencia, la mayoría de los pasajes del NT
2. áSixéco significa en sentido propio co-
judaismo antiguo. Pero donde más marcada ábiáy,Qitog, 2 adiakritos imparcial ; meter injusticia. Como el hecho de hacer a al-
en que aparecen estos términos, se hallan
está esa mitología es indudablemente en los 4 Sant3, 17. ThWNT III, 95ls. dentro de la tradición judeo-helenística, tanto
guien una injusticia significa (por lo general)
lugares del Ap, en los que gong se asocia por la manera de expresarse como por el pen-
causar un perjuicio a esa persona, vemos que
siempre con M v a t o g . El Cristo exaltado po- samiento que se encierra en esos términos.
áStxéto -principalmente en la esfera del dere-
see las llaves de la muerte y del Hades (Ap 1, á S l á X e i J l t o g , 2 adialeiptos incesante* El uso tradicional del lenguaje se encuentra
cho y de los negocios- puede adquirir tam-
18; compárese, en relación con la ápuaoog, Rom 9, 2; 2 Tim 1, 3. en todos los pasajes en que áoixéco se emplea
bién el sentido de perjudicar a alguien, áoi-
Ap 9, 1; 20, 1); la muerte (Mvaxog), como para designar cualesquiera perjuicios (mate-
x í a significa la injusticia causada por la riales, financieros, espirituales): Mt 20, 13;
jinete que cabalga sobre un caballo amarillen- acción injusta, mientras que á8íxr|u.a signifi-
to, va acompañada por el Hades, que quizás Le 10, 19; Gal 4, 12; Flm 18; Ap 2, 11; 6, 6;
áSiedcÍJlTíog adialeiptos (adv.) incesan- ca el acto injusto en particular, el delito: Hech 7, 2; 9, 4.10.19; 11, 5 (cf. Gen 21, 23 LXX;
se representa cabalgando en la grupa detrás de temente* 18, 14; 24, 20; Ap 18, 5. á6ixog significa in- Lev 19, 13 LXX; 1 Sam 12, 4; Tob 6, 15;
ella (Ap 6, 8). La muerte y el Hades, concebi- Rom 1, 9; 1 Tes 1, 2; 2, 13; 5, 17. justo, y el adverbio ót5í.xcog, significa por tan- TestSim 5, 4), en todo lo cual hay que tener
dos ambos como figuras personales y demo- to (obrar) de manera injusta. En vez del adje- en cuenta, desde luego, que (a pesar de Boíl,
níacas (cf. 1 Cor 15, 26.54-56), tendrán que tivo aSixog podemos encontrar también el 87) fuera del Ap no se habla ya con tanta den-
entregar sus muertos cuando llegue el juicio áftlOHjpftoQÍa, a g , í | adiaphthoria dícese genitivo hebraizante de definición: Le 16, sidad de daños ordenados por Dios.
universal (Ap 20, 13), antes de que sean arro- del hecho de no estar falseado 8.9; 18, 6; Sant 3, 6; 2 Pe 2, 13.15 (Bla6-De- Corresponde al pensamiento tradicional del
jados ellos mismos al lago de fuego (Ap 20, Tit 2, 7 Koiné al (en vez de ácpdogía) de la brunner § 165). AT y al pensamiento tradicional judío el que
14). A las llaves del Hades que se mencionan doctrina que no está falseada.
95 áSixéo) 96 97 á8ixéco - aóixoc; 98

toda áóixía se designe como -> áu.aoxía mentiras (Sal 51, 3-6 LXX) y calumnias es hacen que el pensamiento humano se haga va- l_
dente frecuencia en los escritos lucanos (á8i-
(«pecado») (1 Jn 5, 17). ábixía y á\iaQXÍa capaz de incendiarlo todo. En cambio, Man- no y sin firmeza y que el corazón del hombree xéco 6 veces, á8ixía 6 veces, á8ixog 5 veces,
son conceptos intercambiables (Heb 8, 12; 1 món es [xajj-covcíc; xfjg áSixíag, Manmón de se llene de tinieblas (Rom 1, 21s.28), de talil á8íxr)U.a 2 veces). La razón de ello nos la da
Jn 1, 9). Por eso, corresponde al pensamiento la injusticia (Billerbeck II, 220: mamón di- manera que el hombre hace «lo que no debee a conocer Le 13, 27b (a diferencia de Mt 7,
tradicional del AT y al pensamiento tradicional seqar o mamón sel seqer), porque difícilmente hacerse», obras de impureza, de degradación,i, 23b): A todos los hacedores de injusticia no se
judío el que a los hombres no sólo se los clasi- se puede adquirir sin cometer injusticias de crueldad (1, 24-31). Por tanto, la á8txíao. les dejará sentarse a la mesa para que partici-
fique en Síxcuoi («justos») y ctiiaQxro^oí (Eclo 26, 29-27, 2). del hombre consiste en «no reconocer a Dios>s pen como comensales con el Kyrios. Porque
(«pecadores») (Mt 9, 13 par.), sino también en en su realidad que se nos revela, sino en opri-'.- todavía está por llegar el juicio decisivo, des-
8íxaioi y a8ixoi: Mt 5, 45; Hech 24, 15 (cf. 5. Pablo da un paso esencial para sobrepasar mir esa realidad con oposición rebelde al de-;- pues de la resurrección de los justos y de los
Prov 10, 30-32 LXX; Filón, SpecLeg IV, 77; la comprensión judeo-helenística de la ócóixía. recho fundamentado por ella» (Kasemann,i, injustos (Hech 24, 15.25; cf. 17, 30s). Por
Tesüud 21, 6; Josefo, Bell II, 139). Pero el cri- Es verdad que también el judaismo (helenísti- 35). Por eso, la ->• áyájrn (el «amor») no see eso, lo que interesa en la vida de cada indivi-
terio para esa diferenciación, en la época tar- co) vio una conexión entre la á8ixía y la ->• goza de la áóixía sino de la áW|deia (1 Cor>r dúo es que no se le pueda reprochar por parte
día del NT, no es ya la Tora, sino la tradición áoéfieía («impiedad») o entre la áóixía y la 13, 6). Y también por ello no hay ningunaa de nadie una injusticia (Hech 24, 20; 25, lOs),
apostólica como «camino de la verdad» (2 Pe -> cdrifleía («verdad») (cf., por un lado, Job áóixía en que Dios se apiade de unos y endu- y esto significa para Le: ningún delito contra
2, 2) y «camino de la justicia» (2 Pe 2, 21). El 36, 18 LXX; Sal 72, 6 LXX; Os 10, 13 LXX; rezca a otros (Rom 9, 14). un derecho existente (á8íxr|f¿ci), ¡pero no una
que, por falta de «amor a la verdad» (2 Tes 2, Filón, SpecLeg I, 215; Praem 105, y, por otro Ahora bien, la á8ixía no es para Pablo unaa controversia acerca de la «recta doctrina»:
10), se desvía de ese camino, pertenece a los lado, Tob 4, 5s; Sal 118, 29s LXX). Pero para l Hech 18, 12-16: 24, 20s; 25, 8.11!
simple cualidad del individuo, sino que es alt
«injustos» a quienes el Señor «sabe reservar el judaismo helenista la áótxía era sólo una e El hecho de que en todo esto no se trata pa-
mismo tiempo una realidad traspersonal que
para castigarlos en el día del juicio» (2 Pe 2, 9;posibilidad humana, de la que brotaba luego la -no de manera distinta a la verdad- supone laa ra Le de un legalismo superficial, no sólo lo
cf. 2 Tes 2, 12). Por eso, todo el que pronuncie áoéfteía (Filón, Conf 152: «... sembrando in- actuación del hombre (Rom 2, 8), y que porr vemos por Le 18, 2 y Hech 7, 23-27 -obra
el nombre del Señor, debe evitar la injusticia justicia y cosechando impiedad»), la cual se bien el que teme a Dios y ayuda al prójimo en
tanto es comparable con el pecado (6, 13).K
(2 Tim 2, 19; cf. 2, 16ss). producía cuando el hombre oponía resistencia I su necesidad- , sino también principalmente
Claro que de esa realidad queda sustraído el
a la verdad revelada en la Tora (cf. Tob 4, 5s; por la manera en que él interpreta en 16, 9-11
Se recoge también el pensamiento del AT y Filón, Congr 160: «En consecuencia, así como hombre por medio del bautismo, que le hace la expresión tradicional u.a[xcovag xfjg á8i-
el pensamiento judío allá donde se concibe el progresivo desenfreno trae al mundo la de- «esclavo de la justicia» (6, 1-18). Por eso, es xíag Manmón de la injusticia (-> 4): Manmón
que el castigo por la injusticia es proporcional pravación [áoépeíav], el mayor de todos los absurdo que haya bautizados que traten de ob- es á8ixog (¡y esto quiere decir que es lo con-
a la acción injusta (cf. Koch), de tal manera males, así también la disciplina de la ley [T| tener sus derechos acudiendo a tribunales for- trario de áX/níhvóv! [16, 11]), porque no es
que, cuando en la «tabla de deberes domésti- [xexá vó|i,<w xáxcooig] engendra la corrección mados por no bautizados, es decir, por a8i- capaz de dar consistencia a la vida humana.
cos» de Col 3, 25 se dice: «El que comete in- más laudable, el bien perfecto»). xoi, por címaxoi («incrédulos») (1 Cor 6, Pero sí es capaz de hacerlo, cuando se emplea
justicia sufrirá las consecuencias del mal que A diferencia de esto que acabamos de ver, 1-6). No es que Pablo condene de esta mane- para dar y ayudar: porque para eso fue confia-
ha originado», o cuando según 2 Pe 2,13a los la á8ixía es para Pablo la actitud fundamen- ra todo recurso a los tribunales. Porque noJ do al hombre. Esto quiere decir: el que em-
herejes se perderán «dañados en pago de la tal del hombre (Rom 1, 18), una actitud idén- siempre es preferible sufrir injusticias quee plea sensatamente lo que se le ha confiado, es
injusticia» (así con todos los comentaristas tica a la de la áoÉfieía, por la cual el hombre pleitear el uno con el otro (así 1 Cor 6, 7).'• fiel; pero será injusto, si lo hace insensata-
recientes. La variante textual xou,ioí)u,evoi en se niega a tributar a Dios, Hacedor suyo, la Puede darse también el caso en que haya que' mente (-> (pQÓvijxos; Le 12, 42; 16, 8), en
s
la Koiné es una manera evidente de esclarecer alabanza y la acción de gracias que debe tri- acabar con la injusticia «no por causa del que contra de todo sentido.
la extraña construcción á6ixoiJu.evcH uxcr&óv butarle (1, 21.25), y de esta manera -como ofendió ni por causa del ofendido» (2 Cor 7,' M. Limbeck
áóixíac;, cf. Schrenk, 161, 24s). mentiroso que es (3, 7)- aprisiona la áXr\- 12), sino por causa de los demás, a quienes laa
Es tradicional también el argumento que •freta, es decir, la realidad de Dios revelada injusticia cometida y que entonces se estáá
hallamos en Jn 7, 18: Todo enviado que busca en la creación (1, 18ss), la cual -según 3, 3- viendo pueda y deba impresionarlos y causarr á d í x t m a , a t o ? , TÓ adikema injusticia,
la gloria de quien le envió es akr\&r\g («digno 7- no es otra cosa que la justicia de Dios (-»• en ellos pena (kvm\) y, de esta manera, «arre- delito
de confianza») «obra bien». Por eso no hay en 8ixotioo"úvr|), su imperturbable fidelidad al pentimiento para salvación» (2 Cor 7, 9-13).i. ->• á 8 i x é ü ) .
él áSixía. Finalmente, también Sant 3, 6 y Le hombre, la cual concede al ser humano la vi- Ahora bien, el espacio apropiado para ello ess
16, 9 señalan hacia la tradición (del AT y) del da (3, 25s), y de esta manera demuestra que la comunidad. Todo intento de hacer valer loss
áólXÍa, a?, v\ adikia injusticia, mala ac-
judaismo, por cuanto á8ixía puede servir Dios es el que quiere la salvación. Esta nega- propios derechos acudiendo a «los de fuera»
cion
también para traducir el término hebreo seqer tiva fundamental a tributar la debida gloria a (1 Cor 5, 13), oscurece la existencia escatoló-
-> á8ixéo>.
(«mentira, engaño») (Sal 51, 3 LXX; Sal 118, Dios -y a «honrar el derecho concedido a la gica de los bautizados (1 Cor 6, 1-5).
29.69.104.163 LXX; Sal 143, 8.11 LXX). La creación y que en ella impera» (Schlier, 50)-
lengua es ó xóou.oc; xfjg áSixíag, el mundo es lo que constituye siempre la áaé|3eia y la 6. Además de en los escritos paulinos en- aftixoe;, 2 adikos injusto
de la mentira y del engaño, porque con sus ábixia del hombre, las cuales, por su parte, contramos también áSixéco xxX. con sorpren- -»• á8ixéü).
99 áSíxcog - ábvvaxoq, 100
101 Soco - ár[Q 102

áSíxioc; adikos (adv.) injustamente* en Pablo, 4 veces en Heb. Siete veces es usa-
do como adjetivo, y tres veces en sentido sus- a5o) ado cantar* Señor que retorna, bien para salir a su encuen-
1 Pe 2, 19 sufriendo injustamente. tro cuando regresa a la tierra (E. Peterson:
tantivado Le 18, 27; Rom 8, 3; 15, 1. En voz ' Ef 5, 19; Col 3, 16; Ap 5, 9; 14, 3; 15, 3.
activa significa lo que es incapaz', en voz pa- ThWNT I, 163-165. ZSTh 7 [1930] 682-702; Foerster; B. Rigaux,
ASjlív Admin Admín* Epitres aux Thessaloniciens [EtB], 548s) o
siva, lo que resulta imposible.
Nombre de persona: Le 3, 33. para unirse con él en el cielo (E. von Dobs-
El paralítico Hech 14, 8 no tiene fuerza en <X£Í aei siempre, constantemente*
los pies. A la pregunta: «¿Quién puede ser sal- chütz, Thessalonicherbriefe [KEK] 197-199).
Hech 7, 51; 2 Cor 4, 11; 6, 10; Tit 1, 12; En Ef 2, 2 (sobre la cosmovisión, cf. J.
áóóxifiog. 2 adokimos reprobado, inútil* vo?», responde Jesús: Los hombres, aun esfor- Heb 3, 10; 1 Pe 3, 15; 2 Pe 1, 12; cf. Me 15, 8 Gnilka, Epheserbrief [KThK], 63-66: F. MuB-
Rom 1, 28; 1 Cor 9, 27; 2 Cor 13, 5.6.7; 2 zándose lo más posible, no pueden lograrlo. C Koiné D lat.
Tim 3, 8; Tit 1, 16; Heb 6, 8. ThWNT II, 258- La gracia creadora de Dios hace que lo impo- ner, Christus, das All und die Kirche, Trier
2
264; DTNT III, 434-436. sible resulte posible: Me 10, 27; Mt 19, 26; cf. 1968, 9-39) el aire (que pertenece al cielo:
Le 18, 27 (Gen 18, 14; Zac 8, 6; Job 42, 2; áetóg, ov, ó aetos águila* MuBner, 16s) es el ámbito de poderío de un
T,
Job-LXX 10, 13). abvvaxoc, en Rom 8, 3 se Mt 24, 28 par. Le 17, 37; Ap 4, 7; 8, 13; 12, dominador (ágxcüv nS z^ovoíac, xov áéooc,),
ádoXog, 2 adolos puro, inalterado* un ser espiritual y personal (= oiápo^og,
explica mediante ácr&eveív. La ley no tiene 14. RAC I, 87-94.
1 Pe 2, 2: leche pwra. jtovnrjóc; 6, 11.16); se presenta como eón de
poder para romper con el pecado. En cambio,
según la concepción judía, las palabras de la este mundo o su atmósfera (aire) hace que el
'ASgaflVTTtlvóg Adramytténos de Adra- á£>v\iog, 2 azymos ázimo, sin fermentar mundo aparezca como el eón dios de la eter-
Tora son «curación para vosotros; son vida pa- -> y>ftr|.
mitio* ra vosotros» MekEx 15, 26. En vivo contraste nidad, cuyas falsas pretensiones conducen al
Adjetivo derivado del topónimo Adramitio con la debilidad de la ley se halla el poder sal- hombre a la muerte (H. Schlier, La Carta a
(ciudad situada en la costa nordoccidental de vador de Dios. Lo que Rom 8, 3 dice de la ley, 'A^tóg Azor Azor* los efesios, Salamanca 1991, 134ss). Desde el
Asia Menor): Hech 27, 2. Pauly, Lexikon I, se especifica en Heb 10, 4 refiriéndose al cul- Nombre de persona: Mt 1, 13.14. punto de vista de la historia de las religiones,
73s {s.v. Adramyttion). to de los sacrificios: Ese culto «es incapaz de se trata seguramente de una combinación de
borrar pecados». La constante repetición del la cosmovisión de Empédocles y Pitágoras,
'A^wtog, ot), r| Azotos Azoto (en el AT
A S p í a g , OV, Ó Adrias Adriático* culto es prueba de su impotencia (10, 11). Sin según la cual el aire está lleno de almas que
Asdod)*
El Mar Adriático: Hech 27, 27. Pauly, Lexi- la fe el hombre, según el orden divino de la no pueden ascender todavía al mundo etéreo
Antigua ciudad en Filistea (Jos 13, 3), des-
kon I, 76; OCD lOs. salvación, no es capaz de agradar a Dios (Heb (E. Schweizer, La Carta a los colosenses, Sa-
de el año 30 a.C. bajo el dominio de Herodes lamanca 1987, 113-118), con ideas judías, se-
11, 6). En el caso de apostasía, es imposible el Grande: Hech 8, 40. Schürer III (búsquese gún las cuales el aire, entre otras cosas, es
áoQÓTt)g, t]Tog, i\ hadrotes elevada suma una repetición de la penitencia, una vez que en el índice por Azotus); DB I, 1307-1311; morada de los demonios (Billerbeck IV, 516).
de dinero* uno había sido hecho partícipe de la salvación BRL 13-15.
ofrecida Heb 6, 4(-6). En vivo contraste con la Lo nuevo es «la idea de un reino organizado
2 Cor 8, 20 dícese de la generosa ofrenda. bajo un solo soberano» (Foerster), en todo lo
incapacidad de los hombres, se pone a menu-
do de relieve el poder de Dios. Una cosa es ár\Q, éqog, ó aér aire* cual la influencia dualística es decisiva
á5uvatéo) adynateo resultar imposible (¿Qumrán? cf. 1QS 3, 20s; Braun, Qumran I,
En el NT se usa únicamente en sentido im- Dios incapaz de hacer: mentir Heb 6, 18 (Núm Bibl.: W. Foerster, áf)Q, en ThWNT I, 165; Bauer,
23, 19; cf. Tit 1, 2). abvvaxoc, es en Rom una Worterbuch, s.v. 216s). Los textos de TestBen 3, 4 v.l.; Hen
personal. ->• abvvaxoc, 1. (esl) 29, 4s recensión A; Asís 10, 29s; 11, 23;
designación que se hace de algunos cristianos Según la antigua concepción del mundo, el cf. 4, 2, podrían ser secundarios desde el pun-
Rom 15, 1; cf. «débil» en la fe 14, ls. Con aire constituye el ámbito intermedio entre la to de vista de la historia del texto o de la his-
á S v v a t o g , 2 adynatos incapaz, imposi- sentido ascético evitan como impuros la carne
ble* tierra y el cielo (aether): toria de las tradiciones.
y el vino 14, 2.14.21 y guardan determinados
ábvvaxém adynateo resultar imposible* En Ap 9, 2 el aire lleno de humo oscurece
días 14, 5. No deben condenar a los otros 14,
el sol. La copa que el ángel derrama sobre el Figuras de dicción: áÉQa ÓÉQEIV dar golpes
1. El verbo aparece dos veces en los evan- 3s.l0; los fuertes no deben menospreciarlos;
aire (Ap 16, 17) produce en la tierra un terre- al aire en 1 Cor 9, 26 se refiere al boxeador
gelios (áóuvaxfjoei en sentido impersonal): no deben imponerles por la fuerza sus propias
moto que consuma la destrucción (E. Lohme- que no tiene acierto al asestar sus golpes (difí-
para los creyentes «nada será imposible» Mt convicciones; no deben crearles una crisis in-
yer, Ojfenbarung2 [HNT], 137): originalmen- cilmente significará: llevar una lucha aparen-
17, 20; «porque para Dios no hay nada impo- terna y encaminarlos así a su perdición 14,
te fue un acontecimiento de teofanía (Is 66, 6; te). elg dépa Xakeiv hablar al aire en 1 Cor
sible» Le 1, 37 (Gen 18, 14). 3s.13.15.21, sino que deben sustentarlos 15, 1. 14, 9 se dice de la glosolalia que no redunda
Ex 9, 22s), pero fue interpretado luego por el
Hay que tener un mismo sentir 15, 5, porque
autor como una plaga (granizo: Ex 22, 9ss) en beneficio de la comunidad. Testimonios:
2. abvvaxoc,, que aparece 10 veces en el ambos tienen el mismo Señor 14, 8ss.
(H. Kraft, Ojfenbarung [HNT], 210s). En 1 Bauer; Foerster; Robertson-Plummer, I Co-
NT, se encuentra 1 vez en cada uno de los Tes 4, 17 el aire es el lugar del encuentro de rinthians, 196 y 310; A. Otto, Die Sprichwór-
evangelios sinópticos, 1 vez en Hech, 2 veces G. Friedrich los creyentes arrebatados sobre nubes con el ter... der Rómer, Leipzig 1890, 6 y 364.
103 ár\Q - ádeTÉcü 104 105 ádetéct) - ádcpog 106

Arrojar polvo al aire en Hech 22, 23 co- 2. ádEtéco significa propiamente convertir del sacrificio único de Jesús al fin de los tiem-
LXX hace de Is 24, 16 TM: eknig %&
mo expresión de furiosa excitación. Difícil- algo en ádetov / hacerlo ilegal, es decir, al- pos. En Heb 7, 18 se escucha claramente el
exioepel... oval xoíg óv&exo'üoiv, oi óv&e-
mente se pensará en una preparación o en una go que era detóg («asentado legalmente») tecnicismo jurídico, atestiguado muchas veces
ToüvxEg xóv vó^iov («Esperanza para el pia-
acción sustitutoria de la lapidación; habrá que -una ley, un pacto, un juramento, una prome- en las inscripciones, de la «anulación» (cf. A.
doso... ¡Ay de de los que hacen inválida, de
pensar más bien en un gesto (¿apotropaico?) sa-, hacerlo inválido, declararlo inválido, Strobel, Hebraerbrief [NTD], sub loco).
los que invalidan la ley!»). De manera pareci-
de horror (Job 2,12). Cf. E. Haenchen, Apostel- suprimirlo (= destruirlo) o negarle el asenti- da se expresa Jer 15, 15s LXX (a diferencia
geschichte1 (KEK), 605; Beginnings V, 269- miento (Pape, Wórterbuch, s.v.; Maurer, 158s). del TM): yy&^i cbg é'Xapov jrerji ooí3 óvei- M. Limbeck
277. Por eso, la LXX suele emplear afretéo) como 5iau.óv íijró TCOV á#eToiJVTa>v Txrug Xóyoug
H. Merklein traducción, siempre que se trata de decir que aau («¡Piensa que por causa tuya sufro opro-
se han vulnerado o quebrantado acuerdos que bio de los que no prestan asentimiento a tus áflÉTijaig, £0)5, v\ athetesis invalidación
se habían concertado (Dt 21, 14; Jue 9, 23; 2 palabras!»). -> áf>ET8C0.
ttdá atha (arameo) él viene, ha venido Re 18, 7.20; Is 24, 16 y passim), figurando el
En la variante de 1 Cor 16, 22 D2 L al lat. objeto de persona o cosa en acusativo (Dt 21,
A partir de aquí hay que entender Le 7, 30; 'Adfjvaí, wv, ai Athenai Atenas*
-> (locoava •fra. 10, 16; Jn 12, 48; Gal 2, 21; 1 Tes 4, 8; Jds 8: Ciudad de Grecia, capital del Ática. Perte-
14; Sal 32, 10 LXX; 131, 11 LXX; Is 1, 2; Jer
«Los fariseos y los escribas destruyeron la vo- necía a la provincia romana de Acaya. Toda-
12, 6) o siendo introducido por év (2 Re 1, 1;
luntad salvífica de Dios vigente para ellos», al vía en el siglo I p.C. gozaba de gran prestigio
á d a v a a í a , a ? , i^ athanasia inmortalidad 3, 5; 1 Crón 5, 25; Lam 1, 2) o por elg (1 Crón
no querer que Juan los bautizara (Le 7, 30). cultural y era la capital de la cultura clásica:
-> ftávcaog. 2, 7; Jer 3, 20; 5, 11; Ez 39, 23). En este sen-
En cambio, Pablo no hace inválida / no des- Hech 17, 15.16; 18, 1; 1 Tes 3, 1. Pauly, Lexi-
tido encontramos ótOetéü) en Me 7, 9: los es-
truye la gracia de Dios, porque él busca la jus- kon I, 686-701; LAW 372-381; OCD 140-142:
cribas y fariseos, con su tradición, hacen que
ádéfHTO?, 2 athemitos ilegal, ilícito* ticia por medio de la fe en Cristo Jesús (Gal 2, H. Conzelmann, Apostelgeschichte2 (HNT),
sea inválido el mandamiento divino; Gal 3,
Hech 10, 28; 1 Pe 4, 3. ThWNT I, 166. 21). En 1 Tes 4, 8 se escucha también el doble 104s; H. Volkmann, Athenai. Geschichte, en
15: «Un testamento redactado válidamente,
significado de hacer inválido, destruir / rehu- Pauly, Lexikon V, 1578-1582.
nadie lo hace inválido»; 1 Tim 5, 12: La viu-
sar su asentimiento: Aquel de los bautizados
da que ha sido puesta al servicio de la comu-
áíteos, 2 atheos sin Dios* que se niega a vivir santamente (1 Tes 4, 3-6),
nidad, y que quiere volver a casarse, está ex-
Ef 2, 12. ThWNT III, 120-122; VII, 186, 5- no sólo causa daño a un hombre, sino también 'Adíivaíog, 3 Athenaios ateniense*
puesta al reproche de «haber quebrantado la
18; 187, 35-37. H. Schmidt, «Gottlose» und niega su asentimiento a la vocación divina (4, Adjetivo correspondiente al topónimo ->
primera fidelidad», es decir, la palabra dada a
Gottlosigkeit im AT: Judaica 33 (1977) 75-85, 7) y destruye al mismo tiempo al Dios que a 'Adfjvai. Hech 17, 21.22.
Cristo; Heb 10, 28: El que declara inválida la
127-135. ese hombre le da su Espíritu Santo (4, 8). Lo
Ley de Moisés, muere sin compasión. En este
mismo que en Jer 15, 15s LXX, vemos en Le
sentido hay que entender también el pasaje de ádXéíi) athleo luchar, competir*
10, 16; Jn 12, 48 que la negación del asenti-
ai'ÍEOfiog, 2 athesmos perverso* Me 6, 26: «A causa del juramento y de los in- 2 Tim 2, 5a.b. ThWNT I, 166s.
miento humano va en último término contra
En el NT se emplea sólo sustantivadamente vitados, (Herodes) no quiso quebrantar la pa- Dios, mientras que vemos en Jds 8 que los he-
malvado (lo mismo que en Filón, Praem, 126; labra que le había dado (a Herodías)». rejes a quienes se hace referencia no dan su a.i)ki]aiq, £0)5, i\ athlesis competición*
Sib V, 177): 2 Pe 2, 7; 3, 17. ThWNT I, 166. asentimiento al señorío del Kyrios. En el NT se emplea únicamente en sentido
En conexión más estrecha todavía con el
pensamiento del AT y con el pensamiento ju- figurado: en Heb 10, 32 dícese de la lucha que
Según 1 Cor 1, 19 (= Is 29, 14 LXX), Dios suponen los padecimientos. ThWNT I, 167.
ádctÉO) atheteó hacer inválido, declarar dío, marcado principalmente por las exigen- finalmente por medio de la muerte de Jesús en
inválido* cias de la Tora, se expresan Le 7, 30; 10, 16; la cruz no sólo hace desaparecer la inteligen-
1. Uso del vocablo en el NT - 2. Contenidos se-
Jn 12, 48; Gal 2, 21; 1 Tes 4, 8; Jds 8. En cia de los inteligentes (así Is 29, 14: XQÍIIJKD), á^QOÍ^O) athroizo reunir*
mánticos - 3. ocOéxTiaig. efecto, para Israel la Tora no sólo era el docu- sino que además la destruye (a&£Tr|a(i)). En Le 24, 33: Encontraron reunidos a los Once.
mento que daba testimonio del pacto (-> la palabra de la cruz, Dios da una nueva base
Bibl.: Ch. Maurer, áí>ETétt>, á-&étr)ais, en ThWNT
VIII, 159-160.
&iadr|XT]), sino que era también al mismo al pensamiento.
tiempo la representación expresa de la volun- áíh)|wéü) athymeo desalentarse*
1. oefrexécD no se emplea frecuentemente tad salvífica de Dios (->• vójxog). Por tanto, el Col 3, 21: Para que los hijos no se desalien-
3. áüéxx\oic, supresión, invalidación*. Es-
en el NT. Aparece 2 veces en Me (6, 26; 7, 9), que hacía nula la Tora o negaba su asenti- ten.
te término aparece únicamente en Heb 7, 18
5 veces en Le (7, 30; 10, 16 cuatro veces), 5 miento a la predicación profética que la ac- en el sentido de invalidación o declaración de
veces en Pablo (1 Cor 1, 19; Gal 2, 21; 3, 15; tualizaba, destruía la voluntad salvífica de nulidad del mandamiento promulgado ante- á d w o g , 2 athdos inocente*
1 Tes 4, 8 bis), además en Jn 12, 48; 1 Tim 5, Dios y, con su oposición, estaba rechazando a riormente, por ser débil e inútil, y en 9, 26 en Mt 27, 4: «traicionar sangre inocente»; 27,
12; Heb 10, 28; Jds 8. el sentido de supresión del pecado por medio 24: «Soy inocente de la sangre de este justo».
107 cayeíos - áíóiog 109 ocl&wc; - aíu.a 110

ministrado por un prefecto de la clase de los ca-


a í y E í o S , 3 aigeios de cabra* balleros. - Judíos y prosélitos de Egipto y Cirene aíÓtóg, ove;, x\ aidos modestia, recato* enunciados acerca del bautismo se hallan ele-
En Heb 11, 37 dícese que los profetas que formaban parte del entorno de la comunidad cris- 1 Tim 2, 9; Heb 12, 28 M P. ThWNT 1,168- mentos de antiguos ritos cruentos judíos y del
iban vestidos con pieles de cabra. tiana de Jerusalén (Hech 2, 10; cf. 6, 9). De esos 171. C. E. von Erffa, AIAQX, Leipzig 1937. simbolismo de la sangre en el mundo antiguo.
países procedían también cristianos (Hech 11, 20; -> cdaxiJvo(xca 5.
13, 1), especialmente Apolo (Hech 18, 24). 2. Todas las declaraciones del NT acerca de la
a i y i a X ó ? , ov, ó aigialos playa, costa* sangre de los animales y de los hombres, incluida
Mt 13, 2.48; Jn 21, 4; Hech 21, 5; 27, 39. 3. La historia de la infancia según Mt nos Ai{Kot|), OJIO?, ó Aithiops etíope* la sangre expiatoria de Jesús, se hallan dentro del
40. cuenta que José con María y con Cristo niño contexto de la concepción veterotestamentaria-
En Hech 8, 27 (bis) dícese del alto funciona- judía y, en último término, también de la concep-
marcharon a Egipto huyendo de Herodes, y rio de Candace, que había viajado a Jerusalén ción común en el mundo antiguo acerca del poder
que regresaron a Tierra santa después de la para «adorar» (->• JtQoaxuvécü); P. O. Scholz, de la sangre, un poder que puede dejarse sentir no
Ai/yiOTTiog, 3 Aigyptios egipcio
muerte del monarca (Mt 2, 13-23). Sobre la Frühchristliche Spuren im Lande des bwv\Q sólo como un peligro, sino también apotropaica-
Adjetivo derivado de ->• AtyuJtTog. masacre que tuvo lugar en Belén y sobre la
Ai&íoaJ). Historich-archáologische Betrach- mente, como poder protector y expiatorio. La
huida a Egipto nos faltan ulteriores testimo- sangre se considera como portadora de la vida; en
tungen zurApg 8, 26-40, tesis Bonn 1988. ella habita el alma (en hebreo nefes, en griego
AÍYVJltos, ov, i\ Aigyptos Egipto nios, pero el Evangelio de Mt no se interesa
por leyendas (como la de Moisés en Josefo, i|nJXT|; cf. entre otros Gen 9, 4; Lev 17, 11.14; Dt
AiyvKXioc,, 3 Aigyptios egipcio 12.23; Jub 6, 7; Josefo, Ant I, 102). La sangre hu-
Ant II, 201-231), sino que quiere ofrecernos a í f i a , atoe;, t ó haima sangre*
1. Uso de los vocablos - 2. Perspectiva histórica - mana derramada clama pidiendo venganza (Gen
explicaciones basadas en la Escritura. Se nos
3. Significado - 4. El «egipcio» en Hech 21, 38. 1. Uso del vocablo en el NT - 2. Presupuestos ve- 4, 10; cf. Heb 12, 24; Ap 6, 10) y produce al mis-
explica por qué la estancia en Egipto fue de mo tiempo, por sí misma, la muerte del asesino
terotestaraentarios y judíos - 3. Miedo a la sangre -
Bibl: Bergman-Williams-WeiR-Müller, en TRE I, corta duración (Os 11, 1 citado en Mt 2, 15), 4. Ritos de sangre - 5. cd|io: en el lenguaje figurado - (Jos 2, 19; 2 Sam 3, 28s; San 4, 5; cf., además, Mt
465-533 (bibl.); A. Bóhlig, en RAC I, 128-138; C. I. y por qué Belén y sus alrededores no quisie- 6. Reinterpretación de ritos cruentos, principalmente: 23, 30.35; 27, 25; Hech 5, 28). Por la sangre de
Davies, Tradition and Redaction in Matth. 1:18-2:13:ron consolarse después de aquel ataque, es la sangre de Jesucristo. quien ha sido asesinado «se hacen impuros» el
JBL 91 (1971) 404-421; H. Brunner-H. Jacobsohn-S. decir, por qué no recibieron el evangelio (Jer autor del homicidio (Is 59, 3) y el país (Gen 4,
Morenz, en RGG I, 105-124, 404-421; E. Peretto, Ri- 31, 15 citado en Mt 2, 18). Esteban recalcó Bibl: J. Behm, cójia xxl., en ThWNT I, 171-176; J. lis; Ez 7, 23). Pero también la sangre del parto y
cerche su Mt. 1-2: Marianum 31 (1969) 140-247; Bergman-B. Kedar-Kopfstein, en ThWAT II, 248-266; la sangre de la menstruación hacen impura a una
que José y Moisés habían experimentado la F. Laubach-G. Beasley-Murray-H. Bietenhard,
Reicke, Zeitgeschichte, Index, s.v.; Schürer, Index, s.v.; persona (Lev 12; 15, 19-33: Hen [et] 15, 4; Jose-
E. Schweizer, Das Evangelium nach Matthaus (NTD), revelación y la asistencia divina en Egipto Sangre, en DTNT IV, 143-149; E. Lohse, Mdrtyrer fo, Ant III, 261). Comer sangre es algo que está
2
19-22; J. Vergote, Egypte, Egyptenaren, Egyptisch, en (Hech 7, 9-40). Por tanto, Dios no estaba vin- und Gottesknecht, Gottingen 1963; W. Nauck, Blut severamente prohibido (Gen 9, 4; Lev 3, 17; 7,
Woordenboek der Oudheit I, Bussum 1976, 933-977 culado exclusivamente con Sión, como pre- Christi I. Im NT, en RGG I, 1329s; H. L. Strack, Das 26; Jub 6, 12-14 y passim). Una clase especial de
(bibliografía). tendían los acusadores (6, 11.13). Por lo de- Blut im Glauben und Aberglauben der Menschheit, matanza de animales, el degüello de una res según
München s1900; F. Vattioni (ed.), Sangue e antropolo- un rito especial, garantiza que ha salido toda la
más, la liberación de Israel del cautiverio de gía nella letteratura cristiana I-HI, Roma 1983; H. J.
1. Egipto y egipcio(s) (en el NT el adjetivo
aparece únicamente sustantivado) se encuen-
Egipto significa un motivo de amonestación Venetz, «Durch Wasser und Blut gekommen». Exege-sangre del animal sacrificado (Dt 12, 16.23s; Jo-
(Hech 13, 17; Heb 3, 16; 8, 9; 11, 26s.29; Jds tische Überlegungen zu 1 Joh 5, 6, en Die Mine des sefo, Ant VI, 120s y passim); la sal quita la sangre
tran en el NT sólo 25 veces y 5 veces respec- 5; cf. 1 Cor 10, 1). De vez en cuando Egipto NT. FSf. E. Schweizer, Gottingen 1983, 345-361; J. H. a la carne sacrificada (Lev 2, 13; Jub 21, 11; cf.
tivamente. De estos testimonios, los cuatro Waszink, en RAC II, 459-473; Me 9, 49 v.L).
sirve de imagen de lo que es el mundo peca-
que aparecen en la historia de la infancia se- dor (Ap 11, 8), lo mismo que Sodoma (ibid.) Por otra parte, en el culto sacrificial y en la ma-
gún Mateo se hallan relacionados temática- 1. El sustantivo aíu,a aparece en el NT en gia, se utiliza la sangre como medio de purifica-
y Babilonia (18, 4; -• Bap\jX,róv 2).
mente entre sí; los términos aparecen respec- 97 lugares. La mayoría de los testimonios se ción y de defensa contra los demonios. La ven-
tivamente 13 + 3 en el discurso de Esteban, y encuentran en Heb (21) y en los evangelios si- ganza de sangre y la ejecución purifican al país y
4 + 1 en Heb; los restantes 4 + 1 testimonios 4. El «egipcio» de Hech 21, 38 fue un pro- nópticos (21), que van seguidos por el Ap a la sociedad de las manchas causadas por haber-
feta que hacia el año 55 p . C , seguido por mi- (19) y por el «Corpus paulinum» (12). Predo- se derramado sangre inocente (Gen 9, 6; Dt 19,
que aparecen en Hech, Jds y Ap son indepen-
les de sicarios, quiso conquistar Jerusalén minan con mucho los enunciados acerca de la 13; Jub 6, 7s; 7, 33 y passim). Los sacrificios is-
dientes entre sí. raelíticos (cf. Lev 1-7) se basan extensamente en
partiendo del Monte de los Olivos (Josefo Ant sangre de Jesucristo, frecuentemente en el
el poder expiatorio de la sangre (Ex 29, 20s; Lev
2. El nombre del país Á'íyvnxoi;, que aparece XX, 169-172; Bell II, 261-263). Fue rechaza- contexto de la Cena del Señor. También las 3, 2.8.13 y passim). En contra de los demonios de
ya en Homero, se deriva de una denominación do por Félix, pero en el año 58 se creía aún en especulaciones de Heb acerca del efecto de la la noche de bodas, que constituyen una amenaza
egipcia de Menfis: Hikuptah «Casa del espíritu de su reaparición. sangre de los sacrificios de animales funda- para la vida (cf. Tob 3, 7s), se orienta el rito
Ptah» (Vergote, 933). Desde la época de los B. Reicke mentan enunciados cristológicos. Sin embar- cruento de la circuncisión (Ex 4, 24-26). También
Ptolomeos habitaban en Egipto numerosos emi- la práctica cruenta de la pascua actúa apotropaica-
go, no faltan lugares en que se habla de aíu.a
grantes judíos, y Alejandría contaba en su parte mente (Ex 12, 7.13.22s). Moisés establece un
oriental con una importante población judeo-he- que están determinados más bien antropológi-
áí<H05, 2 aidios eterno* pacto de sangre entre Yahvé e Israel, rociando el
lenística. César se hizo cargo de Egipto en tiempo camente o que tratan de la sangre en sentido altar y rociando al pueblo con la sangre del pacto
de Cleopatra, y el país más rico del Imperio ro- Rom 1, 20; Jds 6. ThWNT I, 167s; IX, 577, metafórico. Detrás de la doctrina del NT acer- (Ex 24, 3-8). La sangre de los mártires tiene poder
mano siguió en poder de la casa julio-claudia, ad- 19. ca de la Cena del Señor y detrás de algunos expiatorio (4 Mac 6, 29; 17, 22; jSan 11, 30c, 28).
111 a!u.a 112 113 cujia 114

Claro que ya en el AT se llega a una reinterpre- prohibición de la sangre que figura en el De- 3-5) conduce a que el rito cruento de la circun- do hace ya mucho tiempo en un formulismo
tación y relativización de los ritos sacrificiales y creto Apostólico en el sentido de prohibición cisión vaya siendo desplazado paulatinamente que es una simple manera de expresarse. Con
de los ritos cruentos. La parénesis profética des- de derramamiento de sangre; suprimió la ad- por el rito del bautismo por medio del agua.
plaza el acento de la correcta realización de esos el clamor de los judíos Mt 27, 25 se correspon-
vertencia contra lo «estrangulado» (Hech 15, den exactamente las palabras pronunciadas
ritos a los sentimientos que los inspiran (Os 6, 6;
Miq 6, 6-8; luego en 1QS 3, 4-12; 8, 3s; 9, 4s; 20.29; 21, 25 v.l.): el precepto del degüello ri- 5. La literatura judía, con el par de concep- por Pilato Mt 27, 24.
CD 11, 20s; 4QFlor 1, 6s y passim). La circunci- tual de los animales no desempeña ya ningún tos «carne y sangre», acentúa ya lo perecede- Como símbolo de la muerte encontramos la
sión se convierte en imagen de la purificación in- papel. ro que es el hombre terreno y lo abocado que sangre en las imágenes visionarias tanto de la
terior (Jer 4, 4; 6, 10; 9, 25; Ez 44, 7.9; Jub 1, 23; está a la muerte (Eclo 14, 18; 17, 31; Hen [et]
1QS 5, 5; 1QH 18, 20; lQpHab 11, 13s y pas- apocalíptica judía (AsMo 10, 5; 4 Esd 5, 5)
4. En consonancia con la tradición vetero- 15, 4; bSan 91a y passim); en consonancia como de la apocalíptica cristiana (Hech 2, 19s
sim). En sentido inverso, el Dtls emplea la ima-
testamentaria y judía, vemos que también pa- con ello, una característica que aparece tam- y Ap 6, 12 según Jl 3, 3s; Ap 8, 7; 14, 20). La
gen de la oveja inmolada, para referirse al sufri-
miento vicario del Siervo de Dios (Is 53, 4-7; cf. ra los autores del NT el asesinato no puede bién en el NT es la debilidad del hombre, su vestidura del Jinete victorioso está manchada
Hech 8, 32). expiarse sino por la sangre del asesino. La limitación por la muerte, el pecado y el error con la sangre de los enemigos muertos (Ap
sangre, derramada inocentemente, del piado- (Mt 16, 17; 1 Cor 15, 50; Gal 1, 16; Ef 6, 12; 19, 13; cf. Is 63, ls); el agua se trasforma en
so (cf. Mt 27, 4) exige la pena de muerte (Mt Heb 2, 14; cf. Jn 1, 13). Cristo, al asumir sangre (Ap 8, 8; 11, 6; 16, 3s; cf. Ex 4, 9; 7,
3. El cristianismo comparte con el judais-
23, 35 par. Le 11, 50s; Ap 6, 10; 16, 4-7; 19, aífia x a i a á p l , los elementos del aboca- 17-25 y cf. también lo que se dice del sudor
mo, que es la religión de la que procede, el
2). A los herejes impenitentes, que se han miento humano a la muerte, se convierte por de Jesús, Le 22, 44).
miedo y la aversión hacia el hecho de comer
mancillado con la fornicación y comiendo medio de su propia muerte en el Vencedor del
sangre o derramar sangre. De los cuatro pre-
carne sacrificada a los ídolos, el autor del diablo y en el Redentor de los hombres (Heb 6. Los Sinópticos refieren que Jesús no re-
ceptos impuestos por el denominado Decreto
Apocalipsis los amenaza con la muerte (Ap 2, 2, 14-17). Como carne y sangre de Cristo se chazó ni censuró a «la mujer que padecía he-
Apostólico (Hech 15, 20.29; 21, 25), tres se re-
14-16.20-23). Clamando venganza cae sobre come pan y se bebe vino en la Cena del Señor morragias» (al[iooQooíiaa Mt 9, 20), sino
fieren a la renuncia a la sangre. Piden que los
los responsables la sangre de una persona eje- (Jn 6, 53-56; cf. Me 14, 22-24 par.; 1 Cor 11, que reconoció su fe y la curó (Me 5, 25-34
cristianos se abstengan de la carne sacrificada
cutada injustamente (Mt 23, 30; 27, 25; Hech 23-27). par.); aquí se ha superado ya parte del horror
a los ídolos, de lo «estrangulado», es decir, de
los animales no degollados ritualmente (cosa 5, 28; cf. Hech 18, 6; 1 Cor 11, 27). La experiencia de la muerte por desangra- judío hacia la sangre. También los ritos de
que falta en la v.l. del denominado Texto Occi- La sangre del animal sacrificado es impres- miento (cf. Le 13, 1) conduce a la equipara- sangre expiatorios y apotropaicos del judais-
dental), y de (comer) sangre. Estos preceptos cindible «según la ley» para la purificación; ción entre la sangre y la muerte, entre el de- mo pierden en el cristianismo (que en esto si-
son exigencias mínimas judeocristianas para sin derramamiento de sangre (aí|xat8xxu- rramiento de sangre y el homicidio (Mt 23, 35 gue la tradición de los profetas) buena parte
permitir una comunión con los cristianos gen- oúa) no hay perdón de los pecados (Heb 9, par. Le 11, 50; Me 14, 24 par.; Hech 22, 20; de su relevancia. En lugar de la venganza de
tiles. En el caso de la carne sacrificada a los 22). El efecto lustrante de la sangre del sacri- Rom 3, 15 según Is 59, 7; Ap 16, 6; cf. precio sangre aparece el perdón (compárese Mt 18,
ídolos (cf. 1 Cor 8, 1-13: 10, 14-31; Ap 2, ficio (Heb 9, 7.13; cf. 13, 11) y el poder apo- de sangre Mt 27, 6 y campo de sangre Mt 27, 21s par. Le 17, 4 con Gen 4, 15.24). La culpa
14.20), al horror hacia la impureza que se con- 8; Hech 1, 19). Pilato pretende ser inocente de de sangre es para Pablo, según Hech 20, 26, la
tropaico de la sangre de pascua (11, 28) cons-
la sangre de Jesús, es decir, de su muerte (Mt culpa por la muerte eterna (cf. Hech 18, 6; 1
trae comiendo sangre se añade el temor a los tituyen la condición previa para confesar que
27, 24). Contra el pecado hay que luchar has- Cor 11, 27); el bautismo es considerado ahora
dioses paganos a los que se concibe como de- la sangre de Jesús purifica del pecado a los
ta derramar la sangre, es decir, hasta la muer- como la ejecución de la pena de muerte del
monios (-v 8oau.óviov) (cf. Ps-Clemente, suyos (9, 14; 13, 12 y passim; -> 6). Como en
«hombre viejo» (Rom 6, 4.6.8; Col 2, 20; 3
Hom 7, 3.8; 9, 10; Ps-Clemente, Rec 2, 71). el judaismo, para los miembros perseguidos te (Heb 12, 4). La sangre inocente (cf. Mt 27,
3; cf. Gal 2, 19).
Un testimonio como Ap 16, 4-7 muestra clara- de la comunidad cristiana la sangre de los 4) requiere venganza, es decir, exige la muer-
mente lo profunda que fue la aversión de los mártires es también medio de lustración (Ap te como castigo expiatorio (Ap 6, 10; 19, 2). El bautismo no sólo sustituye a la circuncisión
judeocristianos hacia el hecho de comer san- 6, 11; 22, 14); la muerte de Jesús puede inter- La meretriz Babilonia está ebria de la sangre en la práctica misionera (-• 4), sino también en la
gre; a los asesinos de los santos y de los pro- pretarse como bautismo de sangre (Me 10, de los santos y testigos de Jesús: Roma se em- reflexión teológica; el bautismo es la «circunci-
fetas se los obliga a beber sangre impura (Ap 38s; Le 12, 50). briaga con la muerte de los mártires cristianos sión de Cristo», no hecha por mano de hombres,
16, 6). El temor a la carne sacrificada a los (Ap 17, 6). De la concepción judía antigua de para la eliminación del pecado en general (Col 2,
La práctica cruenta de la circuncisión, im- lis). Según 1 Cor 7, 19 la observancia de los
ídolos se superó gracias a las enseñanzas pau- puesta por Dios (Hech 7, 8 según Gen 17, 10; que la sangre derramada inocentemente obra
mandamientos de Dios es superior al rito de la
linas acerca de la libertad cristiana, que tan só- cf. Jn 7, 22s), es conservada al principio por por sí misma la muerte del culpable se deriva circuncisión (cf. Gal 5, 6; 6, 15); por el Espíritu,
lo se ve limitada por la conciencia moral del el judeocristianismo de impronta palestinen- la aceptación jurídica de la responsabilidad no por la letra de la ley, se efectúa la circuncisión
hermano «débil» (1 Cor 8, 4-13; 10, 25-29). se, incluso como rito de admisión de los adep- (Mt 27, 25; cf. Hech 20, 26), y asimismo la del corazón (Rom 2, 29).
tos de Cristo procedentes del paganismo responsabilidad que se carga sobre otra perso-
La prohibición del homicidio conserva, co- El NT interpreta la muerte de Jesús como
(Hech 15, 5; Gal 6, 12s; cf. Hech 16, 1-3). na (Mt 23, 35; Hech 5, 28; 18, 6); claro que el
mo es lógico, su validez (Mt 5, 21s; Me 10, sacrificio cruento. Jesús, que es al mismo
Tan sólo la lucha de Pablo contra la circunci- espectro de los testimonios muestra que la
19 par.; Rom 13, 9; Sant 2, 11). El Texto Oc- tiempo cordero pascual (Jn 1, 29.36; 19, 36;
sión (Gal 5, 1-12; 6, 12s; Flp 3, 2s; cf. Gal 2, maldición mágica de la sangre se ha converti-
cidental de Hech entiende, evidentemente, la Hech 8, 32; 1 Pe 1 19), carnero (Ap 5, 6.12;
117 Atvéag - aíviyua 118
115 ctiu« - aíuoQQoéco 116

Alvéag, OV Aineas Eneas* 18, 43), los discípulos (19, 37), la comunidad
13, 8 y passim) y «chivo expiatorio» (Jn 1, del Señor (cf. Jn 6, 53-56) como el bautismo
El paralítico Eneas es curado por Pedro en primitiva (Hech 2, 47), el paralítico curado
29; cf. Lev 16, 20-22), se ofreció a sí mismo (cf. Jn 3, 5; 13, 2-11) hacen partícipes de la (3, 8.9), las naciones (Rom 15, 11), la comu-
vicariamente como sacrificio (Ef 5, 2); él es, a eficacia de esa muerte para borrar pecados y Lida (en hebreo: Lod): Hech 9, 33.34.
nidad (Heb 13, 15) y los redimidos que están
un mismo tiempo, sumo sacerdote y víctima difundir vida (cf. Jn 1, 29). La muerte de Je- en cielo (Ap 19, 5).
del sacrificio (Heb 9, 11-10, 18). En los enun- sús es beber el vino y ser bautizado en la san- aiVEffi?, EO)?, 1^ ainesis alabanza
ciados del NT acerca de la sangre de Jesús gre (Me 10, 38s; cf. Mt 20, 22s; Le 12, 50). -> odvéü). 2. El grupo léxico designa la alabanza de
culminan todas las esperanzas de la piedad La teología del martirio puede interpretar Dios expresada por boca de individuos que
antigua, que estaban puestas en el efecto de la como bautismo el testimonio dado con la san- aivéfi) aineó alabar, ensalzar* han sido salvados o por la comunidad y tam-
sangre del sacrificio para purificar y borrar gre (Me 10, 38s; Le 12, 50); inversamente, el bién por las naciones y los ángeles. La razón
aíveoig, ecoc;, r\ ainesis alabanza* de la alabanza es el gozo (%aÍQOvxeq Le 19,
pecados. La sangre de Cristo purifica de obras bautismo es, según Col 2, lis, la verdadera aívog, ov, ó ainos alabanza* 37), el ver a Cristo recién nacido (2, 20), la
muertas a las conciencias y sobrepuja así a la circuncisión. Por este motivo, la referencia a
sangre de machos cabríos y de becerros (Heb Bibl: R. Deichgraber, Gotteshymnus und Chris- experiencia de la salvación (Mt 21, 16; Hech
la sangre expiatoria y redentora de Cristo tie-
9, 11-14, 25; 10, 4); justifica purificando del tushymnus in derfrühen Christenheit (StUNT 5), Got- 2, 47; Rom 15, 11; Heb 13, 15), la acción de
ne ya desde muy pronto un lugar fijo en la pa- tingen 1967, 197-214; R. J. Ledogar, Verbs of Praise sanar (Le 18, 43) y la curación misma (Hech
pecado (Rom 3, 25; 5, 9; Ef 1, 7; Heb 9, rénesis bautismal (Heb 10, 19.22.29; 1 Pe 1, in the LXX Translation ofthe Hebrew Canon: Bib 48
13.14; 10, 19.29; 13, 11.12; 1 Jn 1, 7-9; Ap 1, (1967) 29-56; Liddell-Scott, s.v.; J. H. Quincey, Greek 3, 8.9). Por tanto, la alabanza es respuesta a la
18s;cf. Rom 6, 3; Heb 9, 14). acción de Dios en Cristo, recoge la alabanza
5; 7, 14; 12, 11). Lo mismo que el pacto de Expressions of Thanks: JHS 86 (1966) 133-158; H.
Ahora bien, sobre todo en la Cena del Se- Ringgren, hll, en ThWAT II, 433-441; H. Schlier, celestial de Dios (Le 2, 13; Ap 19, 5) y hace
Moisés en el AT (Ex 24, 6-8), a cuya «sangre
ñor, la comunidad que la celebra recibe par- aívéío, alvos, en ThWNT I, 176s; H. Schultz: DTNT que los que alaban se unan al loor y glorifica-
del pacto» (Ex 24, 8) remite Mt 26, 28 par. I, 54-55.
ticipación en el sacrificio cruento de su Se- ción que se tributan universalmente a Dios
Me 14, 24 (cf. Le 22, 20; 1 Cor 11, 25; Heb
ñor. El pacto de vino de la eucaristía (1 Cor
10, 29), el pacto en la sangre de Jesús (1 Cor 1. aivéco aparece 8 veces en el NT; de ellas por la acción salvífica realizada en Cristo (cf.
10, 16), referido expresamente por las pala-
10, 16; Heb 9, 15-22: 13, 20) se produce tam- 6 veces en Lucas (3 testimonios en Le y 3 en Rom 15, 7: ó Xrjiatóg nQooeXáfiexo v\iac,
bién «rociando» con esa sangre (Qorrao"¡ióc; bras interpretativas de Jesús a la sangre de- Hech); 1 en Rom 15, 11 (cita del Sal 117, 1), síg 5ó^av xoij §800). La alabanza de Dios se
Heb 12, 24; 1 Pe 1, 2; QavTÍ£ecr&cu Heb 10, rramada en su muerte (Me 14, 24 par.; 1 Cor y_l en Ap 19, 5 (cf. Sal 135, 1 y passim); expresa en fórmulas acuñadas, y que nos han
22; Q&vxia\ia Bern 5, 1); por medio de su 11, 25; cf. Jn 6, 55s), es el nuevo pacto de ahioc, aparece 2 veces (Mt 21, 16, cita del Sal sido trasmitidas en parte, de doxología y de
sangre, Cristo rescató a los suyos (Hech 20, sangre (cf. Heb 9, 15-22; 10, 29; 13, 20) se- 8, 3 LXX; Le 18, 43); aíveaig aparece única- oración (xod XéyovTeg Le 2, 13s; 19, 37s; cf.
28; 1 Pe 1, 18s; Ap 5, 9; cf. Ef 2, 13) y esta- gún la analogía del antiguo pacto de sangre mente en Heb 13, 15 (cf. Sal 49, 14.23 LXX). Ap 19, 5-8) como en la debida alabanza que
bleció en la cruz la reconciliación cósmica de Ex 24, 6-8 (Mt 26, 28 par. Me 14, 24; Heb La alabanza se dirige siempre a Dios (6 ve- Dios «prepara» o que «se tributa» a Dios (Mt
9, 18-22). Sin necesitar ya los ritos de sangre ces: tóv •freóv, 1 vez: TÓV KÚQIOV, 1 vez: xro 21, 16; Le 18, 43). Como «fruto de.los la-
(Col 1, 20).
Ya en el mundo de ideas del AT y del judais- expiatorios, la comunidad primitiva experi- §ea> [Ap 19, 5; cf. BlaG-Debrunner § 187, 3"] bios», la confesión del nombre de Dios junta-
mo la sangre y el agua por un lado (cf. Ex 4, menta en el acto sacramental de beber el vi- en el verbo, de manera parecida ávetepé- mente con la constante alabanza de Dios son
9; 7, 17-25; 29, 4.20; Lev 14, 5-7.50-52; bKer no la fuerza purificadora de una sangre que QWLiev íhjaíav alvéaewg... xw freco Heb 13, el verdadero sacrificio de alabanza (-*• fruoícc
actúa de manera incomparablemente más in- 15; jtag ó Xaóg... é'óroxev aivov x(b "&ecí> Le cdvéaecog) de los que han sido salvados por el
81a y passim) y la sangre y el vino por otra
tensa que la sangre de todos los sacrificios 18, 43; cf. también Mt 21, 16). El NT se atie- sacrificio de Cristo, un sacrificio que sustitu-
parte se consideran afines (cf. Gen 49, 11; Dt
de animales (Heb 9, 13s). ne así a la manera preponderante de hablar de ye definitivamente a los antiguos sacrificios e
32, 14; Is 63, 1-6; Jer 13, 12s; 25, 15-28; Eclo la LXX, mientras que en el AT hebreo hillel incluso a los antiguos sacrificios de alabanza
39, 26; 50, 15; 1 Mac 6, 34; bSab 110a y pas- O. Bocher
puede referirse a menudo a personas. Con es- (Sal 49, 14.23 LXX), porque es la alabanza de
sim). Así que no es de extrañar que el pensa- to, el grupo léxico se diferencia también cla- aquellos que, desde Cristo, han salido de este
miento simbolista del NT experimente y cele- ramente, a pesar de que las significaciones mundo y se hallan en camino hacia la Tútura
bre no sólo en el baño de agua del bautismo c d j i a T e x x u a í a , ag, r\ haimatekchysia
básicas son las mismas, de las formaciones ciudad celestial (Heb 13, [12-] 15; cf. A. Stro-
sino también en el vino que se bebe en la Ce- derramamiento de sangre* derivadas -• EJTCUVOC; y éjtaivéco, que pueden bel, Hebraerbrief [NTD], sub loco; O. Mi-
na del Señor una representación eficaz del sa- Heb 9, 22. ThWNT I, 175s. H. Christ, Blut- utilizarse para expresar tanto la alabanza de chel, Hebraerbrief1 [KEK], sub loco).
crificio cruento de Jesús. El bautismo y la vergiefien im AT (ThDiss 12), Basel 1977; Dios como la de los hombres, ouvéw se halla
Cena del Señor están vinculados de manera ThWAT II, 256-258. -> aí|xa 4. en paralelo con -> 5oí;á£ü) (Le 2, 20; cf. 18, H. Balz
sumamente íntima (1 Cor 10, 1-6; 12, 13; 1 43; MartPol 14, 3). éjtcuvéü) (Rom 15, 11) y
Jn 5, 6-8); se explican, según Jn 19, 34, como et)X.oY8C0 (Le 24, 53 Koiné lat; como sustitu-
«sangre y agua» que brotaron del costado de ttíjlOQyoé(t) haimorroed padecer hemo- tivo de evXoyéw ibid. D it; cf. HecJn 77). Los a í v i y u a , a t o g , TÓ ainigma enigma*
rragias* que alaban son ángeles (Le 2, 13), pastores En 1 Cor 13, 12 dícese de la imagen borro-
Jesús ya muerto, es decir, se fundamentan en
Mt 19, 20: una mujer que desde hacía ya do- (2, 20) y niños (Mt 21, 16), la multitud (Le sa o enigmática (cf. Núm 12, 8). ThWNT I,
la muerte sacrificial de Jesús. Y tanto la Cena 177-179.
ce años padecía de hemorragias -> ox\ia 6.
119 aívog - aiQETÍ^a) 120 121 atpeTixóg - aíadnaig 122

alvo?, ov, ó ainos alabanza 7.11; 5, 1.6.8.10 y passim) dentro del pueblo cdoeTixóg, 3 hairetikos herético 4. El significado de llevar aparece, por
-> alvéco. de Dios, o «equipos especiales creados con el -> aípeaig. ejemplo, en Jn 5, 10, con un sentido que en
fin de lograr determinados objetivos o reali- este caso es muy afín al de tomar ->• 2.
zar determinadas tareas, dentro del pueblo de
AivóíV, rj Ainon Enón* a'ÍQO) airo levantar, tomar, quitar 5. El significado de alejar lo encontramos
Dios» (Thoma, 97). Los judeocristianos, que
Nombre de lugar. Uno de los sitios donde se sentían obligados a la observancia de la To- BibL: Bauer, Wórterbuch, s.v.; J. Jeremías, cá'gco en el sentido de cambiar de lugar Jn 2, 16; 11,
Juan bautizaba: Jn 3, 23. Kopp, Statten, 166- ra y que participaban en el culto de la sinago- KÚ.., en ThWNT I, 184-186. 39.41 y 20, 1; 19, 31.38 y 20, 2.13. En Me 2,
172; R. Schnackenburg, El Evangelio según ga, pero que además celebraban sus propias 21 lo encontramos en el sentido transitivo de
san Juan I, Barcelona 1980, 488. El vocablo aparece unas 100 veces en el coger y llevarse (Bauer, s.v. 4). Según Jn 17,
reuniones acompañadas de comidas comuni- NT. De ellas únicamente 7 veces fuera de los
tarias (cf. Hech 2, 42.46s; Le 4, 16ss), figura- 15, los discípulos no son sacados del mundo.
evangelios y los Hech. Como el latín tollo, Se aleja de la comunidad el mal, según Ef 4,
aioéo^iai haireomai escoger, preferir* ban todavía antes del 70 p.C. como la «con- tiene varios significados: 1. levantar, 2. to- 31; cf. 1 Cor 5, 2; Jn 15, 2. Según Jn, Jesús
Flp 1, 22; 2 Tes 2, 13; Heb 11, 25. ThWNT gregación de los nazoreos» (cf. la denomina- mar, 3. tomar sobre sí, 4. llevar, 5. alejar.
ción que se hace de Jesús como -> Na^coQaíog -como el Cordero que es (cf. 19, 36)- no car-
I, 179; DTNTII, 62-64.
en Mt 2, 23) dentro del pueblo judío, el pue- ga sobre sí el pecado (o los pecados), sino que
1. De levantar en alto en sentido propio se lo(s) quita o elimina (1, 29; 1 Jn 3, 5); cf. Bi-
blo de Dios, que se caracterizaba por el plu- habla, por ejemplo, en Me 11, 23. En relación llerbeck II, 363-370; Jeremías, 185.
aiQE(H£, eo>5, r| hairesis opinión de es- ralismo de tendencias. Sin embargo, para el
cuela, partido, facción* con este significado se halla también el de re-
autor de Hech el cristianismo no es ya una Se habla también de eliminación en el sen-
cdpeuxóg, 3 hairetikos herético* coger los trozos que quedaron de pan, en Me
agrupación de tantas en el seno del judaismo. tido de aniquilación, de quitar de en medio
6, 43 y passim; el de levantar a un muerto, en
BibL: M. Meinertz, 2,%ío\ia und cuQEaig im NT: BZ Por eso, pone esta expresión únicamente en (cf. la etimología de «eliminar»: arrojar fuera
Hech 20, 9, y el de levar anclas en 27, 13. En
1 (1957) 114-118; H. Paulsen, Schisma und Haresie. labios de judíos. sentido figurado, OCÍQCD significa también la del umbral). Un juicio se declara nulo, «se
Untersuchungen zu 1 Kor 11, 18.19: ZThK 79 (1982)
180-211; H. Schlier, capeáis, en ThWNT I, 180-184; acción de alzar la mano para jurar, en Ap 10, suspende» (Hech 8, 33 = Is 53, 8 LXX) y se
C. Thoma, Das jüdische Volk-Gottes-Verstandnis zur 2. Tampoco para Pablo es la Iglesia una 5; de alzar los ojos, en Jn 11, 41, y de alzar la destruye el documento de la deuda (así tradu-
aÍQEOic, judía, sino que él utiliza este término
Zeit Jesu, en Theol. Berichte III, Zürich 1974, 93-117; voz, en Le 17, 13; Hech 4, 24; así como el de ce Bauer, s.v. 4 la frase OUQOO EX XOV uiaou
W. Wiefel, Erwágungen zur soziologischen Herme- dos veces con sentido peyorativo: 1 Cor 11, mantener en tensión, en Jn 10, 24. de Col 2, 14). Así como el diluvio se llevó a los
neutik urchristlicher Gottesdienstformen: Kairos 14 hombres (Mt 24, 39; cf. Le 17, 27 ájt.ü>X.eaev),
(1972)36-51.
18s en paralelo con oyxayiaxa para designar
facciones, escisiones, y Gal 5, 20 dentro de un 2. En el sentido no acentuado de tomar, co- así el grito de «¡Quita de en medio a ese hom-
1. De las 9 veces que se emplea el sustanti- catálogo de vicios, como una de las «obras de ger, aígü) designa el objeto con el que se ha- bre!», lanzado por la multitud, exige la muer-
vo en el NT, 6 aparecen en Hech, donde el la carne», en paralelo con «intrigas y escisio- ce algo, como vemos, por ejemplo, en Me 2, te de Jesús (Le 23, 18; Jn 19, 15) y la de Pa-
sustantivo se refiere a los saduceos (5, 17), nes»: aÍQéoeig son aquí facciones que se for- lis par.; Jn 5, 8s.lls («tu camilla»). El acto blo (Hech 21, 36; 22, 22).
los fariseos (15, 5; 26, 5) y los «nazoreos» man por falsas doctrinas que ponen en peligro de tomar o coger se acentúa más, cuando se Finalmente, cupco significa además alejar
(24, 5.14; 28, 22). Conforme al uso lingüísti- la unidad de la Iglesia. trata de llevar consigo (Me 6, 8 par.), llevar en el sentido de quitar, arrebatar, refiriéndo-
co que se hace de este término en Josefo (Bell El uso lingüístico posterior que se hizo en sobre sí (Le 22, 36) o incluso de recoger (por se, por ejemplo, a los bienes (Me 4, 25), a la
II, 118.122.137.142.162; Ant VII, 347; XIII, la Iglesia, entendiendo el término en el senti- ejemplo, Me 13, 15s par.; 6, 29 par.; Jn 20, palabra (Me 4, 15 par.; cf. Mt 13, 19 ágná-
171.288.293; XV, 6; XX, 199; Vita 10.12.191. do de grupo herético, secta (cf. IgnEf 6, 2; 15) alguna cosa. £,EI) o al reino de Dios (Mt 21, 43).
197) y en otros autores de la antigüedad (Dio- IgnTral 6, 1; MartPol Epil 2, Justino, Apol I 6. No se pueden clasificar con seguridad los
doro Sículo II 29, 6; Diógenes Laercio I, 26.33 entre otros) aparece ya en 2 Pe 2, 1, 3. El discípulo de Jesús debe tomar sobre significados de sacar (del banco: Le 19, 21 s)
18.19; Epicteto, Diss II, 19, 20) se deduce que donde vemos que los profetas de mentiras, sí (y cargar con) el yugo (Mt 11, 29) o la cruz y de obtener (mediante sorteo: Me 15, 24), de
su significado es opinión de escuela, escuela, con sus falsas doctrinas, conducen a la perdi- (Me 8, 34 par. Mt/Lc; cf. Mt 10, 38 con todos modos, cf. -y 2.
partido (religioso) sin acento negativo. Las ción. Por eso, el odQSTixóg áv&QCOjtog en Tit Xa[x(3ávo) a diferencia de Le 14, 27 con
aÍQeaeic; judías mencionadas en Hech 5, 17; 3, 10 es el hereje que se ha desviado de la W. Radl
Paotú^co). Sobre el origen y sentido primiti-
15, 5; 26, 5 eran agrupaciones voluntarias -el «recta doctrina». vo de las palabras de cargar con la cruz, cf. J.
verbo aÍQÉa), correspondiente a aÍQecag, sig- G. Baumbach Schneider, en ThWNT VII, 578s. En Me estas a i a d á v o ^ i a i aisthanomai comprender,
nifica escoger-, asociaciones de derecho pri- palabras caracterizan (la disposición para) el captar el sentido*
vado, entendidas en sentido griego, que tenían seguimiento hasta llegar al martirio, y final- Le 9, 45 (en oposición a áy\oé(o). ThWNT
la finalidad de ocuparse intensamente del es- aiQETÍ^G) hairetizd escoger, elegir* mente en Le la conducta orientada constante- I, 186-188.
tudio de la Tora (cf. la caracterización de los Mt 12, 18: «He aquí mi Siervo, a quien ele- mente (9, 23 xafl' r)\iÉQav a diferencia de
jasideos [o jasidim] que se hace en 1 Mac 2, gí», al principio de una cita de cumplimento Me) por el ejemplo del Sefior, que siempre va aíaíhjaig, ewg, r\ aisthesis experiencia*
42, y de los esenios de Qumrán en 1QS 1, (cf. Ag 2, 23 LXX). ThWNT I, 183s. delante. Flp 1, 9. ThWNT I, 186-188; DTNT I, 297.
123 aiaíhTr.T|Qiov -- cdoxúvoum 124 125 ctlax'úvou.at 126

ai<ríh]Tr|{HOV, ov, XÓ aistheterion sentido* 1. El verbo (denominativo de aioxog, xó, 10, 8, así como también su esperanza se cifra avergonzado ante Dios y ante los hombres y,
En Heb 5, 14 dícese de la capacidad de dis- cf. Frisk, Worterbuch, s.v.; desde Homero, Od) en que no ha de quedar avergonzado por nada por tanto, no tener que avergonzarse de nin-
cernimiento moral. ThWNT I, 186-188. lo encontramos en el NT en los cinco lugares en cuanto al éxito de su labor en favor de guna figura y de ninguna consecuencia de ese
siguientes: Le 16, 3; 2 Cor 10, 8; Flp 1, 20 (en Cristo Flp l,20;cf. 1 Jn 2, 28. evangelio, por escandalosas que resulten.
cada uno de los mencionados casos, en indi-
aw%Q<yH,£Qbr\g, 2 aischrokerdés dícese del 4. El compuesto ájtaia/úvofiai* (desde 5. El sustantivo aiaxúvt]* (neologismo del
cativo); 1 Pe 4, 16 (en imperativo); 1 Jn 2, 28
vegonzoso afán de bienes materiales* Esquilo; en la LXX sólo 3 testimonios) apa- verbo; corresponde, poco más o menos, a xó
1 Tim 3, 8; Tit 1, 7; cf. 1 Tim 3, 3 Koiné. (en subjuntivo).
rece 11 veces en el NT (8 de ellas en indica- alaxúveo'flm, Tucídides V, 9, 9; atestiguado
2. Significa (lo mismo que el hebreo bós) tivo, y 3 en subjuntivo). De ellas, 4 veces en por vez primera en Teognis 1272) aparece en
al0XJ>OXe{)5É¡}g aischroderdds (adv.) con una de dos: o sentir vergüenza subjetivamen- los evangelios (Me 8, 38 par. Le 9, 26). Sig- el NT en los 6 lugares siguientes: Ap 3, 18
vergonzoso afán de bienes materiales* te (en voz media), o quedar avergonzado ob- nifica siempre avergonzarse subjetivamente (nominativo singular); 2 Cor 4, 2; Heb 12, 2
1 Pe 5, 2: «no por sórdido afán de ganan- jetivamente (en voz pasiva; Bultmann, 189s; (en voz media; Bultmann, 189; Bauer, Wor- (en ambos casos, en genitivo singular); Le 14,
cia, sino con dedicación». Bauer, Worterbuch, s.v.). terbuch, s.v.). Aquí siempre el sujeto es una 9 (tiexá con genitivo singular; cf. Eurípides,
persona (por ejemplo, Cristo Heb 2, 11; Dios Frgm. 953, 44); Flp 3, 19 (év con dativo sin-
(úaiQokoyía, ag, t^ aischrologia lengua- 3. El sujeto de aíoxíivoum es siempre una Heb 11, 16; el Hijo del hombre Me 8, 38 par. gular); Jds 13 (acusativo plural). Significa
je obsceno* persona (por ejemplo, en Pablo en 2 Cor 10, Le; Pablo Rom 1, 16) o un grupo de perso- siempre vergüenza en sentido objetivo (Bult-
Col 3, 8 lenguaje soez (Polibio VIII, 11, 8; 8; Flp 1, 20) o un grupo de personas, pero no nas; objeto directo de la acción verbal (cf. Je- mann, 190; Bauer, Worterbuch, s.v. 2). Puede
XXXI 6,4; ÁgU 909, 11). el objeto directo de la acción verbal (cf., por nofonte, Hist IV, 1, 34) tan sólo en Me 8, 38 tenerse también a la vista la reacción subjeti-
ejemplo, Eurípides, Ion 934). Junto al uso ab- par. Le. Una cosa es objeto directo (cf. Pla- va de sentirse avergonzado (Le 14, 9). El pa-
soluto (cf., por ejemplo, Homero, Od 18, 12) tón, Soph 247c) Rom 1, 16 (eiiaYYÉ^iov); 2 saje de 2 Cor 4, 2 permite varias traducciones
aiOXQÓg, 3 aischros vergonzoso, deshon-
1 Pe 4, 16 (en voz media) y 2 Cor 10, 8; Flp Tim 1,16 (cf. IgnEsm 10, 2), una persona y (R. Bultmann, Derzweite Korintherbrief[KEK¡,
roso, bajo*
1, 20 (en cada uno de estos casos, en voz pa- una cosa asociadas (en la lengua clásica úni- sub loco), entre ellas también: (el sentimiento
1 Cor 11, 6; 14, 35; Ef 5, 12; Tit 1, 11.
siva) se encuentran los regímenes en infiniti- camente con el verbo simple, por ejemplo en -subjetivo- de) vergüenza (cf. Bauer, Worter-
ThWNT I, 188-190.
vo (cf., por ejemplo, Esquilo, Choeph 917) Tucídides III, 14, 1) Me 8, 38 par. Le; 2 Tim buch, s.v. 1; ambos significados están atesti-
Le 16, 3 (en voz media) y también ówtó con 1, 8. Como en el verbo simple, junto al uso guados en von Erffa, 112 y 121; sobre la dife-
aia%QÓtr\q, t]Tog, r| aischrotes conducta genitivo (cf. Sophocles, Lexicón, s.v.) 1 Jn 2, absoluto (cf. Platón, Resp 573b) 2 Tim 1,12, rencia con respecto a -> cdocóg cf. Schmidt,
obscena, soez* 28 (en voz pasiva; «ante/por él»). El régimen se encuentra el régimen de infinitivo (cf. Es- Synonymik III, 536-543; Trench, Synonyma
Ef 5, 4 en la enumeración de una serie de con participio (por vez primera en [Pseudo-] quilo, Ag 1373) Heb 2, 11 y (adicionalmente 42-45; Bultmann, en ThWNT I, 169s). Proba-
vicios (vv. 3-5). ThWNT I, 188-190. Esquilo, SeptTheb 1029s; sobre la diferencia con acusativo de persona) 11, 16, pero no con blemente se piensa en la renuncia a vergonzo-
con respecto al infinitivo, cf. Kühner, Gram- participio (cf., por ejemplo, Sófocles, Ai sas intenciones ocultas. De manera parecida,
aia%v\l\, r\g, í\ aischyne vergüenza, pudor matik II, 2, 73) no aparece en el NT ni en los 1307). Con EJtí con dativo de cosa (Is 1, 29; los enemigos de la cruz de Cristo buscan su
-y aloxt)V0Liai5. papiros (cf. Mayser, Grammatik II, 1, 317), en la lengua clásica únicamente con el verbo gloria en lo que los hace ignominiosos (ante
sino que vuelve a aparecer únicamente en simple, por ejemplo, Aristóteles, Rhet 1367a7) Dios): Flp 3, 19. Por el contrario, Cristo me-
Justino, Dial 123, 4. Con excepción de Le 16, se halla el verbo en Rom 6, 21 («de lo que»). nospreció la vergüenza pública de la cruz:
aiOX^VO^1011 aischynomai avergonzarse, 3 el verbo va unido siempre con una nega-
quedar avergonzado* Tan sólo en 6 lugares se halla asociado con Heb 12, 2. En Ap 3, 18, sirviéndose de la ima-
ción; se hallan entonces en oposición con él una negación. gen de la vergüenza de la desnudez, se hace
1. Uso del vocablo en el NT - 2. Contenidos se- 8o^á^ro (1 Pe 4, 16); xoeuxáoLKH (2 Cor 10, El verbo compuesto éjtoaax'úvou.ca des- referencia a la pobreza de la comunidad de
mánticos - 3. Campo referencial - 4. ájtaiaxiJVO|¿cu - 8; cf. 7, 14; Sal 96, 7 LXX); \izyakvv<ü (Flp Laodicea en bienes espirituales; sería posible
5. aíoxívi]. empeña un papel especial en el lenguaje de
1, 20; cf. J. Gnilka, Der Philipperbrief [HThK], también la traducción: tu desnuda vergüenza
las confesiones cristianas primitivas. Puede
Bibl: C. K. Barrett, / am Not Ashamed ofthe Gos- sub loco); jTaoonaíav exco (1 Jn 2, 28; cf. (cf. Alcídamas en Aristóteles, Rhet 1406a 29;
designar el hecho de que el hombre reniegue
pel, en Foi et Salut selon S. Paul (AnBibl 42), Roma Prov 13, 5; Flp 1, 20). Sophocles, Lexicón, s.v. 2). El plural (cf. Eu-
1970, 19-41, especialmente 19-22; R. Bultmann,
de Jesucristo, o de que el Hijo del hombre re-
ai&wg, en ThWNT I, 168-171; Id., aíaxiivoo xxX., en Con más intensidad que en el ámbito hele- niegue del hombre, Me 8, 38 par. Como ex- rípides, HercFur 1423 y U. von Wilamowitz-
ibid. 188-190; C. E. Frhr. v. Erffa, AIAQS und ver- nístico el frecuente significado de avergon- presión peculiar, el verbo éjtouox'úvou.ai, se- Moellendorff [eds.], sub loco) en Jds 13 pue-
wandte Begriffe in ihrer Entwicklung von Homer bis zarse (Le 16, 3; 1 Pe 4, 6) se sobrepone al as- guido de una negación, sustituye en Rom 1, de traducirse por actos vergonzosos o desvergüen-
Demokrit (Philologus Suppl. 30, 2), Leipzig 1937; H.- pecto objetivo de quedar avergonzado. Si zas (Bauer, s.v. 3 ó s.v. éjtacpQÍ^co). alax'úvr|
G. Link-E. Tiedtke, Vergüenza, oprobio, en DTNT IV, 16, con una «negación patética» (E. Kase-
345-347; W. Trillhaas, Ethik, Berlin '1970, 231-236; Pablo ha de gloriarse frente a los adversarios mann, An die Rómer* [HNT], sub loco), al ver- está siempre referido a una persona o grupo
W. S. Vorster, aia%vvo[iai en statnverwante woorde in corintios, no por eso queda avergonzado has- bo -> b\io\oyztí) («confesar»); cf. 2 Tim 1, 8. de personas. En oposición se hallan 6 ó | a (Le
die Nuwe Testament, Pretoria 1979. ta el punto de tener que avergonzarse 2 Cor Confesar el evangelio significa no quedar 14, 9; Flp 3, 19; cf. Tucídides I, 5, 1) o
127 aloxí)vo|iai - a l ú a 128 129 aítía - aixuáXcotog 130

JTOtQQ'no'ía (2 Cor 3, 12; cf. R. Bultmann, Der 10, 35.38 par. Mt, demandar, por ejemplo, f\v aítíav o aítía(v) 8i' ryv, y otras 9 veces gún también Pablo (y, de manera general, se-
zweite Korintherbrief [KEK], sobre 4, 2). Me 15, 8, suplicar Me 15, 43 par. Mt/Lc; encontramos esta palabra como término técni- gún los cristianos; cf. 19, 40) no existe ningu-
Hech 9, 2, exigir Le 12, 20.48; Hech 25, 15, co empleado en relación con los procesos en- na aítía para entablar un proceso judicial
A. Horstmann insistir en Le 23, 23; Hech 13, 28, rogar a al- (25, 18.27; 28, 18). Los complacientes roma-
tablados contra Jesús y contra Pablo. Halla-
guien una cosa Le 1, 63; Hech 16, 29, pedir mos también 4 veces el neutro de aí'tiog, nos lo entienden así, pero no hacen nada con-
aiTÉO) aiteo pedir limosna Hech 3, 2, solicitar algo 12, 20, que- y una sola vez empleado en masculino (Heb tra «los judíos», como no hicieron nada en el
rer tener 13, 21, exigir, querer ver (señales) 1 5,9). caso de Jesús (compárese 28, 18s con 3, 13;
1. Uso del vocablo. - 2. Construcción - 3. Varian- Cor 1, 22, demandar (razón) 1 Pe 3, 15, orar 13, 28).
tes semánticas - 4. Diferente empleo - 5. aixr||xa.
1 Jn 5, 16. 2. a) aítía significa primeramente causa, W. Radl
Bibl: H. SchonweiB, Oración, en DTNT III, 212-
225; G. Stahlin, ahéü) xxl., en ThWNT I, 191-195. 4. Pablo evita aítéco con una excepción razón, motivo. 1) En Mt 19, 3 se trata del mo-
significativa (1 Cor 1, 22; -> 3). Según los tivo -a veces ridículo- para el divorcio (cf.
1. La palabra aparece unas 70 veces en el Billerbeck I, 312-320). 2) En general, altía aítiog, 3 aitios culpable
evangelios, Jesús no emplea nunca este verbo
NT. La emplean con frecuencia los cuatro significa la razón de algo, cuando va unido -> aítía.
para referirse a su propio acto de orar; aítéco,
evangelistas, pero Pablo la emplea únicamen- para referirse a la oración, es un término que con Siá en la expresión antes mencionada,
te en 1 Cor 1, 22, y aparece también, por lo en general aparece únicamente en los materia- bien sea en conexión con un relativo (Hech altitona, atoe;, tó aitióma inculpación,
demás, en Ef y Col, Sant y 1 Pe. les procedentes de Q (y en el material pecu- 10,21;2Timl,6.12;Titl, 13; Heb 2, 11: por acusación*
liar de Mt: 6, 8; 18, 19) y asimismo en Jn 11, la cual), o bien con una interrogativa indirec- Hech 25, 7: Los judíos presentaron ante
2. Casi en la mitad de los casos, aítéco se 22; 14-16. El don implorado es según Le 11, ta (Le 8, 47; Hech 22, 24: por qué); cf. -con Festo «muchas y graves acusaciones contra
emplea en voz media. Aparte del uso absoluto 13, a diferencia de Mt, no sencillamente el t a ú m v - 28, 20: por este motivo. - aítioc; en Pablo».
(1 Jn 5, 16), el verbo puede llevar doble acu- bien, sino el Espíritu Santo. En Mt 20, 20, a Heb 5, 9 designa que una persona es la razón
sativo (Me 6, 22s), pero no cuando está en diferencia de Me, el deseo nada modesto de de algo, es decir, el autor de una cosa. 3) En
voz media; la persona a quien se pide algo Mt 19, 10 aítía es la cosa tal y como se pre- aitpví&lO?, 2 aiphnidios repentino*
los hijos de Zebedeo se pone en labios de su Le 21, 34; 1 Tes 5, 3, dícese en ambos casos
puede ir también introducida por la preposi- senta, la relación (existente entre el hombre y
madre. Una corrección de concepto del texto del repentino e inesperado comienzo de los
ción naga (Jn 4, 9) o por la preposición cuto la mujer).
de Me nos la ofrece Mt 21, 22. acontecimientos del fin de los tiempos.
(Mt 20, 20), y la cosa pedida puede ir en (acu- b) aítía es también un tecnicismo del len-
sativo con) infinitivo (Le 23, 23) o en una 5. Según Mt 21, 22 es posible precisar guaje jurídico y entonces significa 1) culpa o
oración completiva introducida por iva (BlaB- también el significado del sustantivo aítti- delito (Me 15, 26 par. Mt; Jn 18, 38; 19, 4.6; aixjitt^waía, ag, r\ aichmalósia cautivi-
Debrunner § 155, 2; 392 nota 4). Si la cosa Ha* (Le 23, 24; Flp 4, 6; 1 Jn 5, 15): designa Hech 13, 28; 23, 28; 28, 18) y 2) inculpación dad de guerra*
pedida se expresa por medio de una oración la petición particular y el contenido de la o acusación (25, 18.27). - En 1) hay que in- Ap 13, lOa.b. En Ef 5, 8 los cautivos de
de relativo, entonces el verbo attéü) se halla misma, lo que se pide, a diferencia de la ac- cluir también el aitiov que aparece en Le 23, guerra; cf. Heb 7, 1 v.l. ThWNT I, 195-197.
en subjuntivo precedido con frecuencia por ción de pedir. 4.14.22; Hech 19,40.
áv (éáv) (Me 10, 35; cf., a propósito, Bauer, W. Radl
Wórterbuch, s.v. áv 2). aiytfiak(OXEV(o aichmaloteuo llevar al cau-
3. El hecho de que aítía y aítiog aparez-
tiverio*
aÍTtifia, a t o ? , TÓ aitema petición, ruego. can casi siempre en relatos sobre procesos,
3. «No existe diferencia digna de mención nos muestra ya cuál es la función de estos tér- Ef 4, 8 (Sal 67, 19 LXX); cf. 2 Tim 3, 6
-> aítéco 5. Koiné. ThWNT I, 195-197.
entre el uso de este verbo en voz activa y en minos en el NT. Le y Jn los utilizan para
voz media» (Stahlin, 191). Sobre la distinción acentuar la inocencia de Jesús, y por cierto
-que no es aplicable a los ejemplos del uso de ai/cía, a ? , r\ aitia causa* con la repetición de aquella frase estereotipa- ai%jia^om^O) aichmalótizó apresar, to-
este verbo en el NT (Sant 4, 2s)- entre pedir aíttoc,, 3 aitios culpable* da: «No encuentro (encontré) culpa en este mar cautivo o prisionero*
algo en sentido de una transacción comercial 1. Uso del vocablo - 2. Significados - 3. Campo se- hombre (en él)». Así sucede en Le 23, 4.14.22 Le 21, 24. En sentido metafórico: hacer
(voz media) y pedir algo sin ofrecer nada a mántico. con aítiov y en Jn 18, 38; 19, 4.6 con aítía; prisionero Rom 7, 23; 2 Cor 10, 5. En el sen-
cambio (voz activa), cf. Mayser, Grammatik Bibl: Bauer, Wórterbuch, s.v. axila y aíxtog; H. cf. Hech 13, 28. Por otro lado, Le 23, 28 a di- tido de seducir, cautivar 2 Tim 3, 6. ThWNT
II/l, 109s; Stahlin, 192; BlaK-Debrunner § Conzelmann, El centro del tiempo, Madrid 1974, 199- ferencia de Mc/Mt no habló, con toda inten- I, 195-197.
316 nota 3. 213; W. Radl, Paulas und Jesús im lukanischen Dop- ción, de aítía, al referirse a la inscripción que
pelwerk, Bern-Frankfurt a. M. 1975, 252-265, 325- se había fijado en la cabecera de la cruz. Aquí
La significación fundamental de pedir tiene 345; F. Thiele, Culpa, en DTNT I, 383-391. alxmxXcDTog, (ótov, ó aichmalotos (el)
muchos matices diversos en el NT: rogar, por se trata, evidentemente, de una apologética cautivo, prisionero*
ejemplo, Mt 7, 7.8.9.10.11 par. Le, querer al- 1. aítía aparece 20 veces en el NT, de las política del cristianismo, como aparece con Le 4, 18 (Is 61, 1). ThWNT I, 195-197;
go, por ejemplo, Me 6, 22.23.24.25 par. Mt; cuales aparece ya 8 veces en la expresión 8i' especial claridad en Hech. Según Hech, y se- DTNT II, lOls.
131 aícóv 132 133 aícóv 134

no no es inherente al término como tal, sino que para expresar jamás (se oyó que se curase un los pasajes de Heb 6 y 7, que dependen de
a i í ó v , rovog, ó aion (período de) tiempo,
se deriva tan sólo de la relación en que queda su ciego de nacimiento). De manera parecida aquélla.
era, eternidad, mundo sentido propio por efecto de ser un nomen rectum ájt' aícovog en Le 1, 70; Hech 3, 21; 15, 18;
1. Uso del vocablo - 2. Empleo lingüístico pre- o por efecto de una preposición (así Dt 15, 17 pa- en estos lugares se habla de la manifestación b) También eíg TÓV aícova xov aícovog, en
cristiano - 3. cdcóv como concepto de tiempo en el ra siempre, durante toda la vida, Is 40, 28 eterno, Heb 1, 8, es parte integrante de una cita del
de la salvación escatológica, que Dios ha co-
NT - 4. La idea de los dos eones - 5. cdróv = mun- imperecedero). Desde el Dtls 'ólám «se convierte AT, pero por su forma plerófora lleva ya en sí
do - 6. Eón como ser personal. en distintivo del mundo de Dios y de su actua- municado desde siempre, desde que hay ma-
ción, que permanece al final determinándolo to- nifestación por medio de los profetas (así el significado de eternidad. Esto precisamen-
Bibl: J. Barr, Biblical Words for Time, London do» (Jenni, 311). En los salmos se refiere también también en Hech 15, 18; el versículo no es ya te habrá que decir también de la forma plural
z
1969; O. Cullmann, Christus und die Zeit, Zürich a la acción y la conducta religiosas del piadoso y
'1962; G. Delling, Zeit und Endzeit, Neukirchen- una cita, sino la terminación de una cita en de la misma expresión, tal como aparece en
Vluyn 1970; W. Harnisch, Verhangnis und Verheifiung tiene su lugar indicado -también con variadas lenguaje del AT). En una línea paulina, con la las doxologías de Pablo, del Déutero-Pablo,
der Geschichte, Gottingen 1969, 90-106; E. Jenni, acentuaciones- en contextos litúrgicos. - En los que parecen estar en relación esos pasajes, al de Heb, de 1 Pe y de Ap (Ef 3, 21 es una va-
'olam Eternidad, en DTMAT II, 296-315; E. C. E. escritos de Qumrán, el uso del término queda en- hablarse del pasado se piensa en el tiempo riación amplificadora). Tan sólo en Le 1, 33
Owen, aícóv and odwvioc,: JThS 37 (1936) 265-283 teramente dentro del marco del AT, y se hace más
(390-394); H. Sasse, oeicóv, en ThWNT I, 197-208; Id., estricto todavía. Sorprende de manera especial el anterior al mundo, 1 Cor 2, 7; Col 1, 26; Ef 3, (del señorío mesiánico de Jesús) y en Ap está
Aion, en RAC I, 193-204; S. VoUenweider, Zeit und frecuente empleo del término en construcciones 9.11; se habla del decreto salvífico de Dios, ampliado el uso de esta expresión y designa a
Gesetz. Erwagungen zur Bedeutung apokalyptischerde genitivo para designar la relevancia religiosa, un decreto anterior al mundo y eterno. Para Dios (4, 9 y passim) y a Cristo (1, 18) como
Denkformen bei Paulus: ThZ 44 (1988) 97-116. en todo lo cual se piensa frecuentemente en un expresar el tiempo ilimitado del futuro en Me eternamente vivientes, y designa su reinado
futuro (escatológico-)eterno. 1QH 13, 10; CD 2, 11, 14 par. Mt 21, 19 encontramos eíg TÓV
1. El vocablo, atestiguado más de 100 ve- eterno (11, 15) y el de los redimidos (22, 5),
7 denomina qdm wlm al tiempo primigenio del
aícova en una oración negativa con que se pero también el tormento eterno (14, 11; 20,
ces en el NT, aparece en todos sus grupos de decreto de Dios; pero con mucha más frecuencia
se trata de la eternidad futura; para expresarla en maldice a la higuera: Nunca (ya) vuelva na- 10). El plural no pretende acumular varios pe-
escritos y en casi todos los escritos en parti-
su infinitud, se desarrollan diversas formas inten- die a comer tu fruto. De manera parecida, en ríodos de tiempo; la construcción de genitivo
cular. Sin embargo, en algunos de ellos el tér-
sificadoras. Evidentemente, no corresponde nin- 1 Cor 8, 13, Pablo nunca volverá a comer no pretende potenciarlos. La estructura lin-
mino se emplea de manera sumamente deter- gún significado objetivo al uso en cada caso del carne, si tal cosa hace tropezar a su hermano. güística en su conjunto intensifica la infinitud
minada; en Jn y en 1 Jn lo encontramos úni- singular o del plural. Por lo demás, en el AT he- En Jn 13, 8 Jesús nunca deberá lavar los pies del futuro de Dios haciéndolo llegar a la cate-
camente unido con la preposición eíg o con la breo el plural es raro, lo mismo que en la LXX a Pedro. En Jn 8, 35, al hablarse en imagen goría de eternidad. El mismo efecto tiene el
preposición ex; en Ap lo hallamos únicamen- con excepción de Tob; «la diferencia es estilísti-
ca» (Barros 70). Aunque la LXX es capaz de ex- del esclavo que no permanece para siempre simple plural en sentencias de cuño litúrgico
te en la construcción ele, xove, aícovag TCÓV
presar mediante un sencillo aícóv (singular o plu- en casa, podría escucharse ya una referencia como Rom 1, 25; 11, 36; Heb 13, 8 o Jds 25
alcóvcov; en Hech aparece tan sólo án' aicü- escatológica. Más claramente aún aparece es-
ral) la infinitud temporal (por ejemplo, Sal 89, 2 (JTQÓ Jtavtóg TOÜ aícovog x a í vüv x a í eíg
vog; también las Cartas primera y segunda de LXX cuto TOÜ aícovog ecog TOÜ aícovog aú ei; to por el contexto de Jn 10, 28: Mis ovejas
Pedro emplean únicamente el término cons- jtávTag TOtig aícovag para designar el reina-
por lo demás, en el v. 8 aícóv como tiempo de la nunca se perderán. En Jn 14, 16, la promesa
truido con preposición. vida), sin embargo se siente a veces tan intensa- do eterno de Dios). Es peculiar la doxología
de que el Paráclito permanecerá eíg TÓV referida a Cristo en 2 Pe 3, 18, y que corres-
mente el aferramiento de la palabra al tiempo,
aícova en la comunidad podría referirse al
2. En el griego precristiano del paganismo, que en Miq 4, 5 el hebreo l''ólám wa'ed puede ponde a la de Jds 25. Dice así x a í vOv x a í eíg
aícóv tiene sentido temporal: vida, tiempo de la traducirse por eíg TÓV aídjva xaí éitéxeiva. En futuro de esa comunidad (de manera seme-
rpérjav aícovog (aícóv, evidentemente, tiene
vida, generación; pero ya en Hesíodo, Theog 609 el margen de la LXX aparece el significado de jante en 2 Jn 2). La objeción de la multitud
el sentido adjetival de eterno, en un sentido
encontramos áit' aícovog en el sentido de desde mundo (Sab 13, 9 el curso del mundo; Tob 3, 2 S; contra el camino de Jesús, en Jn 12, 34, pien-
[13, 15 S]; 13, 18 B A). El TestXII y la AsJos co- semejante al que con frecuencia se emplea
muy antiguo, desde siempre; en Licurgo 106 ha- sa en el tiempo ilimitado del futuro de Dios:
llamos la construcción eíg aJtavra TÓV aíwva en nocen principalmente aícóv en el sentido temporal 'ólám en Qumrán; rj¡iéoa designa la salva-
el Cristo permanecerá para siempre. Se pien-
el sentido de para siempre. El sustantivo puede de futuro, frecuentemente con significado escato- ción, cf. 2 Pe 1, 19; la expresión, por lo de-
sa, finalmente, en el futuro escatológico, que
significar también «un largo e ilimitado período lógico. Josefo utiliza el término para designar perí- más, aparece también en Eclo 18, 10, pero se-
odos de tiempo (así también en Ant XVIII, 287 no está ligado ya al mundo y a sus condicio-
de tiempo», tanto en el pasado como en el futuro. guramente en el sentido del Sal 90, 4). Tiene
Es interesante que Platón en Tim 37s contrapon- TÓV \\£Xkovxa aícova en el futuro); en las palabras nes, en las promesas hechas a los creyentes
también sentido adjetival la expresión xcov
ga aícóv eternidad a X6 0V0 S tiempo (cf. Filón, acerca del reinado de la Casa de David, Siá roí) en Jn 4, 14 ypassim y en 1 Jn 2, 17. En todo
jtavTÓg aícovog por todo el tiempo Ant VII, 385 ello es siempre el contexto el que determina aícóvcov en 1 Tim 1, 17: «Rey eterno».
Fug 57; LegGai 85); pero en Platón, Gorg 448c;
Leg 701c, aícóv significa también el tiempo de la puede escucharse también un sonido escatológico. tal significado. Esto se aplica también a Me
vida (cf., a propósito, Sasse, RAC). Tan sólo en Bell se emplea el término en plural; 3, 29 (a diferencia de Mt 12, 32; ->• 4.b); Jds c) Del empleo de la expresión aícóv para
En la LXX aícóv es de manera enteramente más tarde se emplea exclusivamente en singular.
13; 2 Cor 9, 9, donde el hecho mismo de que designar la eternidad se ha deducido también
predominante la traducción de 'olam. El empleo se cite expresamente el AT confiere a la frase la temporalidad del futuro escatológico (Cull-
judeogriego de aícóv, esencialmente marcado por 3. a) Por lo demás, lo mismo que en grie- mann). Esta opinión ha sido combatida por
una referencia escatológica. Así ocurre tam-
'olam, tiene el significado fundamental de tiempo
go, vemos que en el NT, para designar el bién en 1 Pe 1, 25 y en la promesa sacerdotal razones ligüísticas (Barr). En realidad, el he-
muy remoto, tanto referido al pasado como al fu-
turo, pero no aparece en el AT como sujeto o co- tiempo sin fin, encontramos en forma negati- de Heb 5, 6 (según el Sal 109, 4 LXX), y en cho de que la expresión para designar la eter-
mo objeto independiente. El significado de eter- va las palabras ex xoti aícovog en Jn 9, 32 nidad se forme a base del término aícóv mués-
135 ceíróv 136 137 aícbv - alonaos 138

tra lo difícil que es concebir la «eternidad» si éveatcbg; pero el otro eón correspondiente se 9, 26 (acerca del plural cf. TestLev 10, 1; aiíóvio?, 2 aionios eterno, perdurable*
no es en términos relacionados con el tiempo. encuentra implícito (cf. Rom 8, 38; 1 Cor 3, TestBen 11, 3). En el ámbito de esta manera
Así lo confirman precisamente los intentos de pensar no se han recogido tampoco ideas 1. Uso del vocablo en el NT y combinaciones de
22). En Gal 1, 4 la historia presente está ca- palabras - 2. Contenidos semánticos y campos referen-
por sustraerse a ello, como Miq 4, 5 o Jds 25. racterizada expresamente como «mala», ¡un realmente dualistas; Dios sigue siendo el Se- ciales - 3. «Vida eterna» - 4. Flm 15.
Lo teológicamente decisivo podría ser que la juicio analítico! «El dios de este mundo» cie- ñor tanto de un eón como del otro (lugar clá-
sico: 4 Esd 7, 50). El eón presente no tiene Bibl: Bauer, Wórterbuch s.v.; L. Cerfaux, L'Evan-
«eternidad» y el «tiempo» como posibilidades ga el entendimiento de los incrédulos para gile éternel (Ap 14, 6): EThL 39 (1963) 672-681; G.
que se suceden para el mundo, no se conciben que no comprendan el evangelio 2 Cor 4, 4; validez más que en su tiempo, y ahí reside la Delling, Das Zeitverstdndnis des NT, GUtersloh 1940,
-por decirlo así- como simultáneas. La histo- los «soberanos (demoníacos) de este tiempo» significación temporal que aícbv tiene tam- 109s, 142-149; J. Guhrt, Tiempo, en DTNT IV, 262-
ria del mundo viene de la eternidad de Dios y están en contra del «plan salvífico de Dios» 1 bién aquí. Pero, a la vez, se piensa también en 284; Haag, Diccionario (Vida III B: en el NT]) 2034-
marcha en dirección temporalmente irreversi- Cor 2, 6.8, lo mismo que los «pensadores de el ámbito que está abarcado por el correspon- 2035; G. E. Jennings, A Survey of alcbv and aicbvioc;
diente tiempo de los eones, de tal manera que and Their Meaning in the NT (tesis Southern Baptist
ble hacia la infinitud de Dios. Ahora bien, por este mundo» tienen que abdicar ante la acción Theological Seminary), Louisville 1948; E. Lohse-D.
otra parte, no se concibe ingenuamente la salvífica de Dios 1 Cor 1, 20; 3, 18. Las Pas- podría intentarse traducir aícbv por historia. Georgi-H. Conzelmann, Ewiges Leben (II. Im Juden-
«eternidad» como la continuación eterna del torales siguen a Pablo en cuanto a hablar úni- lum; III. Im Griechentum und im NT), en RGG II, 801-
tiempo; las variadas intensificaciones que se camente del eón presente (ó vfiv aícbv). En 1 805; E MuGner, ZQH. Die Anschauung vom «Leben»
5. A través de la comprensión del tiempo im vierten Ev. (MThS.H), München 1952; E. C. E.
dan a la expresión pretenden enunciar la total Tim 6, 17; Tit 2, 12 se habla así sencillamen- del mundo como un tiempo lleno con la histo- Owen, akov and aícbviog: JThS 37 (1963) 265-283,
alteridad de la eternidad (cf. también Ap 21, te para referirse al lugar del presente, y en 2 ria de este mundo, pudo haberse llegado al 390-404, especialmente 390s; H. Sasse, aícbviog, en
23.25; 22, 5). Tim 4, 10 se pone ese lugar en contraste ca- significado del mundo (aplicable también a ThWNT I, 208s; P. Stuhlmacher, Das paulinische
racterístico con la situación en que se encuen- 'ólam, cf. Sasse: ThWNT I, 204; E. Jenni: Evangelium. Vorgeschichte (FRLANT 95), Góttingen
4. a) El hablarse' de dos eones nos parece tra Pablo. Por el contrario, ó cdojv u.éXX,(ov se 1968,210-218; J. G. van der Watt, The Use o/alcóviog
ZAW 65 [1953] 29-35). En Me 4, 19 (Mt 13, in the Concept í^cot] aicbviog in John's Cospel: NovT
una novedad del NT. Según Abot 2, 7, Hillel halla atestiguado en Ef. 1, 21: Cristo está ins- 22) ai ixérji^vaí tofi aícbvog son las preocu- 31 (1989)217-228.
hablaba ya de la «vida del mundo futuro» tituido para reinar «no sólo en este mundo, si- paciones que proporciona la vida en el mun-
(compárese también Hen [et] 48, 7 con 71, no también en el venidero»; también en 2, 7 do. Según Heb, Dios creó los aícbveg (1, 2 1. El adjetivo aícbviog aparece 70 veces
15); con seguridad está atestiguada esta ma- év tolg airóaiv toig éoxonévoig debe enten- por medio del Hijo, 11,3 por medio de su pa- en 19 escritos del NT. De ellas, 13 veces en
nera de hablar en Yohanan ben Zakkay, y se derse del venidero mundo de Dios (el sorpren- los Sinópticos, 17 en Jn y 6 en 1 Jn, 11 en los
labra). El plural, determinado formalmente
halla difundida también al final del siglo I dente plural forma parte de la peculiaridad es- escritos paulinos y 6 en Heb. 1 Cor, Ef, Flp,
por el genio semítico, designará por su conte- Col, 1 Tes, Sant y 2/3 Jn no emplean el voca-
p.C. (cf. Dalman, Worte, 120-123). tilística de Ef). Finalmente, Heb 6, 5 habla de
nido las consecuencias del mundo, particular- blo. En 43 de los 70 testimonios encontramos
las «demostraciones de poder» del mundo fu-
b) En la tradición de Jesús, el pensamiento mente quizás la consecuencia de este «mun- la expresión C^COT) aíróviog. Esta expresión
turo, que ha experimentado ya el que una vez
acerca de los dos eones es antiguo, y tal vez do» y la del venidero, y por tanto conservará aparece en todos los pasajes en que se emplea
llegó a la fe. Este pasaje es especialmente ca-
es original. Mt 12, 32 se encuentra en la de- racterístico. En Le 16, 8 y asimismo en Pablo también aquí un elemento histórico (no son el término en Jn y 1 Jn, mientras que falta,
nominada tradición de Q de las palabras del el mundo actual no es ya el verdadero mundo niveles de la estructura del mundo). por ejemplo, en 2 Cor, Heb y Ap. Por lo de-
blasfemador; Le 16, 8; 20, 34 en el material de los creyentes (cf. Flp 3, 20 y sobre todo más, encontramos las combinaciones XQÓvoi
peculiar de Le; Me 10, 30 par. Le 18, 30 en el Gal 4, 25s). En este sentido ha quedado ya su- 6. Se discute si aícbv aparece también en el aíróvioi tres veces (únicamente en escritos
material de Me (seguramente el pasaje más primida la diferenciación, originalmente tan NT para designar eones como seres persona- déutero-paulinos o post-paulinos: 2 Tim 1,9;
reciente; Le 16, 8 podría ser original). En Le rigurosa, entre los dos eones. Porque el «eón les. Tan sólo en Ef 2, 2 podría entenderse Tit 1, 2b; Rom 16, 25), HVQ airóviov tres ve-
20, 34s se habla de lo diferente que es la vida futuro» es ya presente para los creyentes en la aícbv en este sentido, y entender «este mundo ces (Mt y Jds) y 6ó§a aícbviog o aícbviov
en aquel mundo; Me 10, 30 menciona la vida medida en que éstos no se encuentran ya pre- en cuanto dios de la eternidad, en cuanto dios Págog Sóíjng (2 Cor 4, 17) tres veces. Ade-
sos del «eón actual». Esta es seguramente la único con quien se tiene un encuentro perso- más de los usos mencionados, aparece tam-
eterna como el don del mundo venidero; Le
razón objetiva de que en Pablo no veamos que bién aícbviog en el llamado final breve de Me
16, 8 establece un claro contraste entre la ma- nal» (H. Schlier, La Carta a los efesios, Sala-
se hable del «eón venidero». El «eón futuro», y en 1 Tim 6, 19 v.l.
nera de ser de los hijos de este mundo y «la manca 1991, 134). Pero es más probable un
manera de ser de los hijos de la luz», apare- como tiempo y ámbito del señorío de Dios, significado que aparece en todo el resto del Algunas veces aíróviog, tanto en el NT co-
ciendo la expresión «este mundo» como una también ha existido ya siempre para todo ju- ámbito lingüístico del NT (incluida Ef): el mo en griego clásico, aparece como adjetivo
calificación nítidamente peyorativa. También dío, pero no es la realidad de este mundo. ámbito histórico de este mundo; tan sólo la de tres terminaciones: 2 Tes 2, 16; Heb 9, 12
0i)VTeX,Eia (toó)) aíc&vog Mt 13, 39 y passim; Ahora bien, para los cristianos ha llegado ya a segunda determinación presenta luego el po- (cf. BlaB-Debrunner § 59, 2).
28, 20 fin del tiempo del mundo presupone el ser realidad en la actuación de Jesucristo, der personal, que una tercera determinación,
esquema de los dos eones. aunque ellos sigan viviendo aún temporal- en forma de aposición, reconoce como poder 2. aíróviog, en el NT, puede traducirse en
mente en «este mundo», eso sí, al final de es- que actúa presentemente en los incrédulos. todos los casos por eterno. En la LXX sustitu-
c) En Pablo se halla atestiguada únicamen- te eón: 1 Cor 10, 11 (cf. TestLev 14, 1); Heb ye muchas veces al término hebreo 'ólam y
te la expresión ó alróv oíxog, ó aíróv ó T. Holz aporta así el factor de lo «eterno» a enuncia-
139 alróviog 140 141 alróviog 142

dos que originalmente se refieren a un tiempo en estos contextos, va adquiriendo cada vez mia contra el Espíritu Santo constituye un pe- La teología joánica conoce a Jesús como la
remoto (-> aícóv 2). En el ámbito griego, más en el cristianismo primitivo el carácter de cado imperdonable para todo el tiempo. vida misma (Jn 11, 25; 14, 6; 1 Jn 5, 20), de tal
alróviog puede ser predicado de Dios o de los fórmula. Por el contrario, 2 Cor 4, 17-5, 1, en manera que, para referirse al bien salvífico
dioses (cf. Platón, Leg 904: «eterno», a dife- sus reflexiones, contrapone la futura salva- obrado por Jesús, pueden usarse con la misma
ción eterna en la plenitud de Dios a lo actual, 3. Como ocurre ya con el sustantivo t,<s>r\ significación E^orñ, y t,wi] alróviog (Jn 3, 36; 5,
rencia de lo que es simplemente imperecede- (-> t,á(ü), la combinación ^COT) alróviog, en el 24; 1 Jn 1, 2; 5, lis). Todo creyente posee la
ro pero que tiene un comienzo) y, finalmente, a lo que está a la vista y es perecedero. Así
como Pablo no se deja prender por lo que sal- NT, tiene también su centro de gravedad en vida eterna y se halla así en la salvación (Jn 3,
en la época tardía del imperio, se convirtió en los escritos joánicos (-> 1), mientras que esa
el atributo de honor del poder imperial (OGIS ta a la vista, así también sabe él perfectamen- 15.16.36; 5, 24; 6, 40.47; 1 Jn 5, 13, siempre
te que la esperanza en la salvación de Dios, combinación aparece 8 veces en los Sinópti- con EXEIV, cf. Jn 4, 36; 1 Jn 2, 25; 3, 15). Al
II, 580, 3); en los demás casos, se usa casi cos y únicamente 4 veces en Pablo (todos los mismo tiempo, el creyente tiene que recurrir al
siempre para designar un período de larga du- esa salvación permanente y que es lo único
importante, y que por tanto es salvación eter- testimonios de alróviog se encuentran en Dador de la vida (Jn 4, 14; 6, 54; 10, 28; 17,
ración. Rom -exceptuada la doxología final, que es 2), quien por medio de su sangre (6, 54), su
En el NT alróviog se refiere a a) la eterni- na, es lo que sustenta a los creyentes.
secundaria- y en Gal). «alimento» (6, 27) y su palabra (6, 68; 12, 50)
dad de Dios y de su ámbito, b) los bienes de
la salvación escatológica, c) estados perdura- b) Tienen afinidad muy íntima con las De la esperanza judía de una vida eterna concede vida eterna a los suyos, de tal manera
bles sin comienzo o sin fin. combinaciones enunciadas en a) los enuncia- (después de la resurrección de los muertos) en que ellos no deben temer ya ninguna destruc-
dos formados con alróviog acerca de los do- el eón futuro (Dan 12, 2 LXX, recogida en Mt ción en la eternidad (10, 28). Para el creyente,
nes salvíficos escatológicos de Dios; en la 25, 46b; SalSl 3, 12; 13, 11; Sab 5, 15 y pas- esto significa la renuncia a su vida terrena
a) En el NT no se observan reflexiones fi-
losóficas sobre la esencia de lo eterno por mayoría de los casos, tales enunciados apenas sim), en la cual esperanza la vida «eterna» (tyv/Á) en favor de la Í^COT] alróviog; tan sólo
contraste con el tiempo mudable (hay sólo al- se pueden separar de los enunciados acerca de constituye un concepto que contrasta con la de esta manera conservará el creyente su vida
gunas indicaciones en 2 Cor 4, 18). Y, así, ve- Dios y de su ámbito. Aquí hay que mencionar vida desgraciada y perecedera de este mundo, (12, 15). En contraste con esto, es vida eterna
mos incluso que el plural %QÓVOI (->. l), en la expresión ^COT) alróviog (->• 3) y las formu- se halla muy cerca la pregunta sinóptica diri- ya desde ahora el «conocer» al único Dios ver-
conexión con la «fórmula de revelación», laciones que aparecen frecuentemente en los gida por el rico a Jesús acerca de cómo here- dadero y a su Enviado Jesucristo (17, 3).
puede combinarse con alróviog como perífra- escritos tardíos del NT como jtaQáxX'no'ig dar la vida eterna (Me 10, 17 par. Mt 19, 16; La combinación £COT] alróviog falta en el
sis para decir aíróveg, algo que para el plató- aírovía consuelo eterno (= que viene de Dios) Le 18, 18; cf. Me 10, 30 par. Mt 19, 29; Le Ap, mientras que ^CÜT| sola (siempre en geni-
nico sería una dura contradicción en sí mis- 2 Tes 2, 16, 6ó^a alamos 2 Tim 2, 10, 18, 30; insertado secundariamente Le 10, 25; tivo) aparece aquí 17 veces.
ma. alróviog, como predicado de Dios en XAJTQCDOIC; aloma de la redención válida es- cf. también Jn 5, 39; Hech 13, 46.48). t,<x>r\
Rom 16, 26 (¡únicamente aquí en todo el catológica obrada por Cristo Heb 9, 12, alróviog es aquí un concepto sumario e inter- 4. Flm 15 es un lugar del NT donde alróviog
NT!), acentúa más bien -como sucede a me- alróviog xXriQovoula del bien salvífico per- cambiable (Conzelmann, 804) con respecto al aparece en singular y referido a una persona.
nudo en el judaismo helenístico- la validez y manente y escatológico por contraste con lo de ser en la salvación de Dios, ser en el que Pablo expone a Filemón la manera en que él
autoridad del encargo divino, una validez que provisional del antiguo pacto Heb 9, 15, cf. los piadosos participan ya desde ahora, pero comprende la huida de Onésimo. Una de dos:
permanece a lo largo de todos los tiempos. El oia#r|XTi alróviog 13, 20 (cf. Gen 13, 19 cuya plenitud definitiva la esperan de una o bien Onésimo debe ser libertado por su amo
permanecer fiel a sí mismo, sin principio ni LXX; Ex 31, 16 LXX) y alróviog (3aoiXeía 2 nueva creación por parte de Dios (cf. también para que preste servicio al Apóstol, o bien
fin, y a través del cambio de los tiempos, es lo Pe 1, 11, así como finalmente eúaYYÉ^i-ov 1 Tim 1, 16; 6, 12; Tit 1, 2a; 3, 7;Jds 21). -después de una breve «separación»- debe
que constituye la eternidad de Dios (cf. Gen aíróviov Ap 14, 6, de la proclamación escato- Pablo acentúa particularmente la funda- volver a Filemón para que él precisamente
21, 33 LXX). Asimismo es permanente y está lógica, antes del juicio, del mensaje divino de mentación cristológica del cambio de la por medio de la separación lo conserve ahora
sustraído a la circunstancialidad de este mun- salvación universalmente válido para los muerte a la t,(x>i] alróviog (Rom 5, 21; 6, como aíróviov, por todo el tiempo, lo cual se
do todo aquello que pertenece a la esencia y hombres (cf. Stuhlmacher 210ss).
[21.]22). Si el pecado conduce a la muerte, refiere en primer lugar al futuro servicio de
al ámbito de Dios: por ejemplo, oó¡;a 1 Pe 5, vemos que la vida eterna es un don de la gra- Onésimo (cf. olxéxr|g elg xóv alróva «escla-
10, nvsv\ia Heb 9, 14, XQcVtoc; 1 Tim 6, 16 c) En la fórmula XQÓvoi alróvioi (-> 1; 2.a; cia divina év Xoio"Tq> 'li\oov (v. 23), que, lo vo para siempre», Dt 15, 17; cf. Ex 21, 6; Lev
(doxología), ocüTnQÍa Heb 5, 9; Me 16 (final 2 Tim 1, 9 y Tit 1, 2b combinada con JTQÓ) mismo que la liberación de los creyentes de la 25, 46; P. Stuhlmacher, Philemon [EKK], sub
breve de Me), la olxía celestial y permanente alróviog significa el tiempo que dura ya des- servidumbre de la muerte, se deja sentir ya en loco), a causa de la sorprendente utilización
que sucede al cuerpo terrenal y perecedero 2 de siempre (en forma de períodos infinitos), la vida de los creyentes, ^COT) alróviog es el de alróviog y en vista de lo que se dice en los
Cor 5, 1 (cf. también Le 16, 9: alcovícug antes del cual Dios se volvió a los creyentes, fruto del Espíritu (Gal 6, 8) y constituye así lo vv. 13 y 16, donde por encima de todo se alu-
axr]vág), pero también el fuego y el castigo es decir, el presente absoluto de la acción di- peculiar de la vida de los creyentes. Forma de a la nueva hermandad que ante Dios «tiene
eternos (cf. Mt 18, 8; 25, 41.46a; 2 Tes 1,9; vina de revelación (-> alróv 3.b). De manera parte de ello el conocimiento de que el seño- vigencia permanente», porque de lo contrario
Heb 6, 2; Jds 7). En esta acentuación negativa parecida, en Me 3, 29s con la combinación río de la gracia juntamente con el objetivo de la «sugerente idea» de Pablo (v. 15a) quedaría
se escucha más intensamente todavía que en aíróviov áu.áoTr|u.a se enlaza objetivamente la misma, que es la vida eterna, demostrará al colgada del aire. Esclavo de por vida lo había
la acentuación positiva el significado de ince- con la usual fórmula de eternidad elg xóv final que es superior al señorío de la muerte, sido ya Onésimo antes de su fuga.
sante, perdurable, así como también alróviog, alróva (por ejemplo, en el v. 29a): la blasfe- propio del pecado (Rom 5, 21; cf. 2.7). H. Balz
143 áxadagaía - áxjiá^a) 144 145 áx(j,T|v - áxoA.oudéco 146

a x a ^ a g a í a , a ? , i^ akatharsia impureza áxataxá^UJlTOg, 2 akatakalyptos descu- rich 21962, 7-21; Th. Sóding, Die Nachfolgeforderung
ax^ilí|V akmen (acusativo adverbial) toda- Jesu im Markusevangelium: TThZ 94 (1985) 292-310;
-> xadapóg. bierto, sin velo* vía* G. Theissen, «Nosotros lo hemos dejado todo» (Me
En 1 Cor 11, 5.13 dícese de la mujer que Mt 15, 16; cf. Heb 5, 13 D. BlaB-Debrunner 10, 28). Seguimiento y desarraigo social en la socie-
áxadáQTt]?, f|TO£, lij akathartes inmun- ora «con la cabeza descubierta» o «sin velo». § 160, 2. dad judeo-palestina del s. I d.C, en Id., Estudios de
sociología del cristianismo primitivo, Salamanca
dicia, suciedad 1985, 41-78; H. Zimmermann, Christus nachfolgen.
Ap 17, 4 Textus Receptus: una copa de oro, á x a t á x Q i T O g , 2 akatakritos dícese de Eine Studie zu den Nachfolge Worten der synopt. Ev.:
«llena de abominaciones y de la inmundicia á x o t j , fjg, t\ akoe acción de escuchar, oí- ThGl 53 (1963) 241-255.
quien no ha sido condenado*
de su fornicación». do, noticia, predicación
Hech 16, 37; 22, 25 sin un debido proceso
->• áxoíicú. 1. De las 90 veces que se emplea el voca-
judicial.
blo en el NT, únicamente 11 aparecen fuera
a x a f t a g t o ; , 2 akathartos impuro, sucio
á x a t á X v t O S , 2 akatalytos indestructible* áxoXoudéfi) akoloutheo seguir, ir en se- de los evangelios (en Hech 4 veces, en Ap 6
-> xa-fragóg.
Heb 7, 16. ThWNT IV, 339-341. guimiento veces; además en 1 Cor 10, 4). En los evange-
lios, áxoX.ou'déa) figura principalmente como
axaiQÉopiai akaireomai no tener tiempo 1. Uso del vocablo en el NT - 2. Contenidos se- término para expresar el seguimiento de Jesús
á x a t á j t a v o t o g , 2 akatapaustos incesante* mánticos - 3. Campo referencial - 4. cwoXoufréü) co-
(oportunidad)* mo término para expresar el seguimiento de Jesús - -> 4. Fuera de los evangelios, únicamente Ap
Flp 4, 10. ThWNT III, 463s. 2 Pe 2, 14: Ojos que incesantemente están 5. Compuestos. 14, 4; 19, 14 hablan de seguir a Cristo (como
dirigidos hacia el pecado (áu.aQTÍag). el «Cordero» que es o el victorioso «Rey de
BibL: Th. Aerts, Suivre Jésus. Evolution d'un théme
áxaÍQO)? akairós (adv.) inoportunamente, biblique dans les Evangiles synoptiques: EThL 42 reyes»). En total, 73 de las 90 veces que apa-
a destiempo* á x a t a a t a a í a , ag, r\ akatastasia desor- (1966) 476-512; E. Bammel, Jesu Nachfolger, Heidel- rece el verbo, éste se refiere al seguimiento de
2 Tim 4, 2. ThWNT III, 463s. den, confusión* berg 1988; E. Best, Following Jesús. Discipleship in Jesús (o de Cristo).
the Gospel ofMark (JStNT, Supplement Ser. 4), Shef-
Le 21, 9 (insurrecciones); 1 Cor 14, 33; 2 field 1981; H. D. Betz, Nachfolge und Nachahmung
a x a x o g , 2 akakos ingenuo, inocente* Cor 6, 5; 12, 20; Sant 3, 16. ThWNT III, 449. Jesu Christi im NT, Tübingen 1967; W. Bracht, Jün- 2. El verbo, en sentido propio, significa se-
gerschaft und Nachfolge. Zur Gemeindesituation im guir / ir detrás de alguien; y, en sentido figu-
Rom 16, 18 los ingenuos; en Heb 7, 26 dí- Markusevangelium, en J. Hainz (ed.), Kirche im Wer-
cese del sumo Sacerdote Cristo: «santo, ino- axatáatato^, 2 akatastatos inestable, den, München 1943, 143-165; H. Crouzel, Vimitation
rado, significa ser discípulo, ir en seguimiento
cente, inmaculado». incontrolable* et la «suite» de Dieu et du Christ dans les premieres de alguien (Kittel, 210s; Bauer, Worterbuch,
Sant 1, 8; 3, 8. ThWNT III, 449. siécles chrétiens, ainsi que leurs sources gréco-romai- s.v.). En el NT, ambos significados se aplican
nes et hébrdiques: JAC 21 (1978) 7-41; H. Frankemo- a Jesús, por ejemplo, cuando se dice que la
a x a v d a , tjg, x\ akantha espino, zarza* lle, Jahwebund und Kirche Christi, Münster i. W.
1974, especialmente 84-158 (sobre Mateo); M. H.
multitud de gente seguía a Jesús y que -por
Dícese de los matorrales espinosos (que áxatáa/ETOg, 2 akataschetos irrefrenable otra parte- los discípulos iban en seguimiento
Franzman, Follow me. Discipleship according to Saint
crecen en el campo): Mt 7, 16; 13, 7(bis).22; Sant 3, 8 C Koiné 33 pl sy. MartPol 12, 2. Matthew, St. Louis 1961; A. Fuchs, Sprachliche Un- de Jesús. Raras veces encontramos otros obje-
Me 4, 7(bis).18; Le 6, 44; 8, 7(bis).14; Heb 6, tersuchungen zu Mt und Lk, Roma 1971, 73-83; F. tos de seguimiento -> 3. De la acción de se-
8. Dícese de la corona de espinas de Jesús: Mt 'AxeXSajláx Hakeldamach Hacéldama* Hahn, Die Nachfolge Jesu im vorosterlicher Zeit, en
Hahn-Strobel-Schweizer, Die Anfange der Kirche im
guir, en sentido propio y profano, hablan, por
27, 29; Jn 19, 2. Lugar de Jerusalén: Hech 1, 19. Es la tras- NT, Gottingen 1967, 7-36; Id., Die Jüngerberufung ejemplo, Me 11, 9 par. Mt; 14, 13 par. Le; Mt
cripción del arameo haqel demá' (campo de Joh 1, 35-51, en FS Schnackenburg, 172-190; M. Hen- 9, 19; Jn 11, 31; 20, 6.
axavfl'ivog, 3 akanthinos espinoso* sangre); cf. Mt 27, 8. gel, Nachfolge und Charisma, Berlín 1968; J. D.
Kingsbury, The Verb Akoluthein («to Follow») as an
Dícese de la corona de espinas de Jesús Index of Matthew 's View of his Community: JBL 97 3. Los sujetos de áxoX.ou'&elv son normal-
(áxávíkvog oxécpavog): Me 15, 17; Jn 19, 5 áxé(>aiO£, 2 akeraios incorrupto, puro* (1978) 56-73; G. Kittel, áxoXotifl-éco m\., en ThWNT mente personas; tan sólo Ap 14, 13 constituya
(cf. EvPe 3, 8). Mt 10, 16; Rom 16, 19; Flp 1, 15. ThWNT I, 210-216; U. Luz, Die Jünger im Mattháusevange- una excepción (las «obras» de los que mueren
lium: ZNW 62 (1971) 141-171; H.-W., Kuhn, Nachfol- en el Señor les siguen; cf. Diodoro Sículo
I, 209s. ge nach Ostern, en FS Bornkamm, 105-132; H. Mer-
klein, Der Jüngerkreis Jesu, en K. Müller (ed.), Die XIII, 105, 4: el «reproche» que a uno le sigue).
axaQJIOg, 2 akarpos infructuoso Aktion Jesu und die Re-Aktion der Kirche; Würzburg El objeto de áxoX.ou'&eív es siempre una per-
-> xaQJtóg. áxXiVtjg, 2 aklinés sin titubeos ni vacila- 1922, 65-100; E. Neuhausler, Anspruch und Antwort sona o grupo de personas. Esto se aplica tam-
ciones* Gottes, Dusseldorf 1962, 186-214; K.-G. Reploh, bién al uso absoluto del verbo, principalmente
Heb 10, 23 mantener sin titubeos la confe- Markus, Lehrer der Gemeinde, Stuttgart 1969; J.
en participio (Me 8, 10; Me 3, 7; 10, 32; 11, 9
sión de fe. Schmid, Das Ev. nach Lk, Regensburg 41960, 178-182;
á x a T á y v w a i o s , 2 akatagnóstos irrepro- R. Schnackenburg, Nachfolge Christi, en Schna- par. Mt 21, 9; Le 9, 49; 22, 54; Jn 1, 38; 21,
chable* ckenburg I, 87-108; A. Schultz, Nachfolgen und Na- 20; Hech 12, 9; 21, 36; 1 Cor 10, 4; Ap 14, 8).
Tit 2, 8: la doctrina (kóyoq) sana e irrepro- áxfiá^O) akmazó estar maduro* chahmen, München 1962; E. Schweizer, Erniedrigung Aquel a quien se sigue, está en dativo (cf. Je-
chable. Ap 14, 18 dícese de la madurez de las uvas. uns Erhohung bei Jesús und seinen Nachfolgern, Zü- nofonte Hist V 2, 26; IgnFil 11,1; Herm [v] 3,
147 áxoXovdéco 148 149 ccxoAmidéco 150

8, 4.7). Sin embargo, en sentido hebraizante, pueblo en su peregrinación por el desierto (1 Cor ánoXovQéu) para referirse al seguimiento de miento «terminológico» áno'kovftsi \ioi. El
puede decirse también áxo^oDÜéto OJTÍOCD 10, 4); «Hades», el soberano del reino de los Jesús, vemos que en la sentencia sobre el lle- que había sido llamado se levantó «y le si-
con genitivo (Me 8, 34; Mt 10, 38 a diferencia muertos, sigue a la Muerte, en la visión que con-
var la cruz (Le 14, 27) se encuentra la expre- guió». Cuando se habla a continuación inme-
templa el visionario (Ap 6, 8); los que son vírge-
de Le); la expresión griega eo/oiioa ornato sión: «el que viene en pos de mí». Pero el diata (v. 15) de que «muchos» seguían a Je-
nes siguen al «Cordero» por dondequiera que va
constituye quizás el fondo de todo (compárese (14, 4; cf. 1, 36s; 12, 26); los tres ángeles que pro- lugar paralelo Mt 10, 38 escribe áxoÁ.ou'frel sús, difícilmente habrá que pensar en un
la expresión hebrea halak 'aharé 1 Re 19, 20 nuncian las advertencias se suceden unos a otros, ójtíacü [iov y puede ofrecernos así la versión seguimiento puramente «externo». Desde 2,
[pero, en cambio, en 3 Re 19, 20 áxoX.O'U'fMv es decir, van apareciendo en escena sucesivamen- de Q. La sentencia acerca del llevar la cruz se 15, pasando por 3, 7, hasta llegar a 5, 24, el
ÓJtíoco]; Is 45, 14; Ez 29, 16) (cf. Mt 16, 24; te (14, 8.9); a los que mueren en el Señor les si- encuentra también en la tradición de Me (Me evangelista va describiendo cómo un buen
Le 9, 23; 14, 27). La construcción áxoÁ.ou'&éü) guen «sus obras», es decir, seguramente: como 8, 34 par. Mt 16, 24; Le 9, 23). Pero aquí es- grupo de «seguidores» va engrosándose hasta
fruto de sus penalidades, de las que pueden des-
con \iexá con genitivo (Tucídides VII, 57, 9; cansar ahora (14, 3); los ejércitos celestiales si- criben Mt y Le: «Si alguien quiere venir en constituir la «gran multitud». Sin embargo, de
Platón lectura variante 187e: BlaB-Debrunner guen a Cristo, el Jinete que cabalga sobre el corcel pos de mí»; por el contrario, en Me 8, 34 se ese gentío que se apiña en torno a Jesús (3,7;
§ 193, 1) no aparece en el NT sino en Ap 6, 8; blanco (19, 14). La idea del seguimiento de Cristo lee: «Si alguien quiere seguirme en pos de 5, 24), el evangelista distingue a los «discípu-
14, 3 (pero no en Le 9, 49). (no del Jesús «terreno») se enuncia tan sólo explí- mí» (cf. p45 C* Koiné D W ©). La palabra cla- los», que van con él a Nazaret (6, 1). A los
En los enunciados acerca del seguimiento citamente en Ap 11, 4. Sin embargo, esta idea se ve áxoXou'frétt) se recoge de nuevo al final de discípulos (y no sólo al pueblo) hay que decir
encuentra en el fondo de la imagen joánica del la oración principal: xod á'Ko'kov'&elxu) uoi. las palabras acerca de la necesaria abnegación
de Jesús hay que diferenciar dos grupos. Tan
Buen Pastor (Jn 10, 4.5.27). Ahora bien, seguir a
sólo en el caso de los discípulos puede ha- En Q la palabra sobre el llevar la cruz va pre- de sí mismo y de la prontitud para el martirio
Cristo significa escuchar su voz (10, 27).
blarse propiamente de seguimiento (cf. Dió- cedida por la que habla de la ruptura con la (8, 34). El seguimiento de Jesús se considera
genes Laercio IX, 21); la muchedumbre sigue familia (Le 14, 26 par. Mt 10, 37). El hecho aquí (en conexión con el anuncio de la Pasión
4. En la fuente Q hay un grupo de senten- de que todo el que esté deseoso de ir en se- en 8, 31) como la disposición y prontitud pa-
(por algún tiempo) a Jesús en su camino, pero
cias que enuncian las condiciones para el se- guimiento tenga que aborrecer a los familia- ra entregar la propia vida, en comunión de
(generalmente) no va en seguimiento de Jesús
guimiento de Jesús (Le 9, 57-62 par. Mt 8, 19- res y deba estar dispuesto a llevar la cruz, es destino con la muerte de Jesús en la cruz. Sin
(Me 2, 15; 3, 7 par. Mt; 5, 24; 11, 9 par. Mt;
22). Las palabras de Jesús se entienden en una exigencia de la misma situación escatoló- embargo, únicamente Pedro intentó llevar a
Mt 8, 1.10 par. Le; 12, 15; 14, 13 par. Le; 19,
cada caso como respuesta a los que están de- gica. Precisamente la prontitud para el marti- cabo tal seguimiento (14, 54: le seguía, al me-
2; 20, 29; Le 23, 27; Jn 6, 2). En ambos casos
seosos de seguirle. rio como condición para el discipulado es lo nos, «desde lejos»), pero terminó (no «negán-
se piensa en un seguimiento físico, en un ir en
pos de Jesús, aunque el seguimiento de los El primer hombre asegura que está dispuesto a que distingue, evidentemente, a los discípulos dose a sí mismo» sino) negando a Jesús (14,
discípulos tiene una cualidad especial -> 4. seguir a Jesús a dondequiera que vaya. La res- de Jesús de otros «discípulos/alumnos». 66-72). Junto al fracaso de los discípulos (cf.
puesta de Jesús acentúa, como advertencia, que el la huida de los discípulos en 14, 50), se ex-
Dentro de los evangelios, áxoXou'frÉQ) está En Me (seguramente, de manera conscien-
Hijo del hombre no tiene patria no cobijo. El se- presa también la incomprensión de los mis-
siempre referido a Jesús como objeto del se- gundo hombre está dispuesto a seguir el llama- te) no se habla del «seguimiento» de la gran mos, cuando afirman que el exorcista extraño
guimiento (con excepción de Me 9, 38; 14, 13 miento de Jesús, pero quiere ir primero a enterrar multitud de gente sino en los primeros tiem- no les sigue a ellos (9, 38). Al rico, Jesús le
par. Le 22, 10; Mt 9, 19; Jn 11, 31; 20, 6). Es a su padre. Jesús le disuade de hacerlo: «¡Deja pos de la labor de Jesús en Galilea (3, 7; 5,
que los muertos entierren a sus muertos!». El ter- pone como condición para el seguimiento el
sorprendente que la idea del seguimiento, en 24). En el relato paradigmático de la vocación
cero (tan sólo en Le 9, 61s), antes de comenzar el que venda sus bienes y dé a los pobres el di-
el NT, no se aplique a Dios (cf., en cambio, el de los primeros discípulos, la iniciativa proce-
seguimiento de Jesús, quiere despedirse de su fa- nero obtenido con la venta (10, 21). Lo que
AT; a propósito, Kittel, 211-213). No aparece milia. Jesús critica ese propósito con las siguien- de enteramente de la palabra de autoridad de éste se niega a hacer, lo han hecho los discí-
en el NT el significado general de adherirse a tes palabras: «El que pone la mano en el arado y Jesús que llama al seguimiento, y de una pro- pulos. Ellos «lo han dejado todo» y preguntan
/ obedecer / dejarse dirigir por (cf. Liddell- mira hacia atrás, no es apto para el reino de mesa suya que dice así: «Seguidme, y yo haré indirectamente cuál será la recompensa del
Scott, s.v. II; Bauer, Wórterbuch, s.v. 4). Este Dios». El seguimiento al que Jesús llama, exige que seáis pescadores de hombres» (1, 17). Por
que se rompa con las costumbres y la piedad, con seguimiento (10, 28). A pesar de la recompen-
significado más general no está atestiguado tanto, el seguimiento de Jesús se halla supre- sa prometida, los seguidores de Jesús «tienen
sino en los padres apostólicos (objetos: las la ley y la familia. Detrás de la exigencia de Jesús mamente al servicio de una tarea misionera de
se halla la singularísima potestad de quien pro- miedo» al ver que se acercan a Jerusalén y a
costumbres Diogn 5, 4, los preceptos del Se- clama la cercanía del reino de Dios (Hengel, 16). predicación. Tan sólo en la noticia que se da la Pasión (10, 32). El ciego Bartimeo sigue a
ñor 1 Clem 40, 4, el camino de la verdad 1 El trasfondo de imágenes no es la figura del ma- sobre el hecho de que aquellos hombres si- Jesús «por el camino», después de haber reco-
Clem 35, 5; cf. TestAs 6, 1). estro rabínico rodeado de discípulos (en contra de guieron el llamamiento de Jesús (1, 18), en- brado la vista (10, 52). Es seguramente el úni-
Schulz), sino la figura del profeta escatológico y contramos el verbo áxoX.oit'Omv: «Y ellos al co no galileo que seguía a Jesús (cf. 15, 41).
Los siguientes sujetos y objetos del seguimien- carismático (Hengel, 46-79). Detrás de Le 9, 57- instante dejaron las redes y le siguieron». (El
to se mencionan en el NT fuera de los evangelios: 62 par. Mt (y Me 1, 16-18) se halla la vocación de Como él es al mismo tiempo el único «cura-
hecho de que, en el episodio de Elíseo, éste do» que había seguido a Jesús, simboliza a to-
Pedro sigue al ángel al salir de la prisión (Hech Elíseo para que vaya en seguimiento de Elias, tal
fuera inmediatamente en seguimiento de Elias das aquellas personas que (después de pas-
12, 8.9); judíos abiertos siguen a (van con) Pablo como se nos describe en 1 Re 19, 19-21.
y Bernabé (13, 43); la multitud del pueblo sigue [EÍiftéroc;], lo acentúa Josefo, Ant VIII 354ss a cua) llegan a la fe y siguen a Jesús, aunque no
(se apiña) cuando se produce la detención de Pa- Mientras que el mencionado grupo de sen- diferencia de 1 Re 19, 20s). La vocación de habían visto anteriormente al Jesús terreno.
blo (21, 36); la «roca espiritual» Cristo seguía al tencias, de Q, emplea ya el término técnico Leví (2, 14) se efectúa mediante el llama-
151 áxoXov&éü) 152 153 áxoÁ.oii'O'éco 154

Mt recogió 12 de las 18 veces que el térmi- cede del evangelista, es una cuestión que queda En Jn el término a.Y.oXov&ítí) aparece 19 Pedro el llamamiento para que le siga (21,
no áxoX.ou'&éco aparece en Me. Faltan las ve- supremamente por resolver. Ahora bien, el «se- veces. Diecisiete de ellas se refieren al segui- 19). Y está bien claro que la fiel obediencia a
ces que aparece en Me 2, 15; 6, 1; 8, 34ba; 9, guimiento» de la multitud de gente y de las mu- miento de Jesús. En 6, 2 se habla del segui- este llamamiento conducirá a la muerte. El
jeres no es el verdadero seguimiento de Jesús. miento de la multitud de pueblo; otros 16 pa- discípulo a quien Jesús amaba (cf. ya 18, 15:
38; 10, 32; 14, 13. De las otras 13 veces que
el término se halla atestiguado en Mt, única- En ocho lugares Lucas omitió o sustituyó sajes se refieren a los discípulos (1, 37.38. el «otro» discípulo), había emprendido ya el
mente las tres cuartas partes se derivan de la un áxo^ou'&éa) marquino: En 4, 16, a dife- 40.43; 8, 12; 10, 4.5.27; 12, 26; 13, 36a.b.37; seguimiento postpascual de Jesús (21, 20).
fuente Q (Mt 8, 10.19.22; eventualmente tam- rencia de Me 6, 1, no se hace mención todavía 18, 15; 21, 19.20.22). El uso del término en Pedro quiere saber qué va a ser de él (v. 21).
bién 10, 38); así que sospechamos que nueve de que hubiera discípulos que siguieran a Je- palabras de Jesús se ha elevado a 10 en com- Seguramente quiere decirse: Pedro no puede
décimas partes son «redaccionales». Es nota- sús. En 5, 29ss, a diferencia de Me 2, 15, se paración con los Sinópticos (en Me 5 veces, imaginarse que el seguimiento, en que se ha-
ble que en Mt falten dos lugares del modelo omite (como en Mt 9, 10) el detalle de que en Mt 5, en Le 5). Al comienzo, el Bautista da lla también el discípulo amado, tenga que ser
(Vorlage) de Me en los que el verbo no se re- «muchos» le seguían. En 6, 17, a diferencia testimonio ante dos de sus discípulos de que necesariamente seguimiento hasta la muerte
fería al seguimiento de Jesús (Me 9, 38; 14, de Me 3, 7, se suprime también el dato acerca Jesús es el «Cordero de Dios», y a continua- del martirio (cf. R. Bultmann, Das Evange-
13). En el uso que Mt hace del verbo hay dos del «seguimiento» de la multitud (lo mismo ción los dos discípulos de Juan van en segui- lium des Johannes [KEK], 553). Pero Jesús se
puntos de vista que llaman la atención. El sucede en 8, 42, a diferencia de Me 5, 24). En miento de Jesús (1, 36s.38.40). Jesús mismo limita a renovar la orden dada a Pedro: «¡Tú
evangelista habla de una gran multitud que 9, 23, a diferencia de Me 8, 34bcc, se ha susti- se dirige a Felipe para llamarle al seguimien- (en todo caso), sigúeme!» (21, 22).
seguía a Jesús, incluso después del comienzo tuido en la proposición subordinada aKokov- to, sin que a continuación inmediata -como
en Galilea, hasta llegar a las puertas de Jeru- ftelv por eQxecrfrai. En 18, 31, a diferencia de correspondería al estilo de los relatos de vo- 5. Los cinco compuestos de áxoX.ouftéco
salén (8, 1.10; 12,15; 14, 13; 19, 2; 20, 29). Y Me 10, 32, se omite el dato de que los que se- cación- se dé noticia sobre la obediencia no tienen, en general, el mismo perfil teoló-
combina redaccionalmente áxoXovQém con guían a Jesús (los discípulos) tuvieran miedo prestada al llamamiento (1, 43). Al hablarse gico que el verbo simple. E|axoXovdéo)*,
historias de milagros (4, 22; 8, 1.10.23; 9, 27; (cf. también Mt 20, 17). En 19, 37, a diferen- de la gran multitud de pueblo «que seguía» a empleado frecuentemente en los papiros para
12, 15; 14, 13; 19, 2; 20, 29), de tal manera cia de Me 11, 9, no se habla de los que iban Jesús, se menciona expresamente en 6, 2 el
referirse a un castigo «merecido» (cf. Moul-
delante y de los que seguían, cuando Jesús hi- motivo que la impulsaba («porque veían las
que la experiencia del milagro viene única- ton-Milligan, s.v.), aparece en tres lugares de
zo su entrada triunfal en Jerusalén. En 23, 49, señales que hacía en los enfermos»). El lo-
mente después (de la mención) del segui- 2 Pe (1, 16; 2, 2.15). El sentido figurado de
a diferencia de Me 15, 41, se dice de las mu- gion del seguimiento, en 8, 12, no menciona
miento (Luz 155 nota 64). De ahí se puede obedecer, seguir una directriz, queda ase-
jeres galileas: a i cruvaxoÁ.ou'O'oítaai caita» como las correspondientes palabras sinópticas
deducir la idea de que tan sólo el seguimiento gurado por el hecho de que los objetos a los
(Me: f)xoX,oí)'&o'uv cdhcp) (-> 5). Es muy sig- la condición del seguimiento, sino que da a
de Jesús permite experimentar su poder tau- que se obedece sean cosas (fábulas ingenio-
nificativo cómo Le, a pesar de conservar el quien le sigue una promesa. Por seguir a Je-
matúrgico. Mt 4, 22 traduce el texto marquino samente inventadas; desenfrenos; el camino
áxoX.ou'frécjo marquino, modifica el sentido sús, que es la «luz del mundo», esa persona
de «se marcharon, en pos de él» por r|xo- de Balaán).
de enunciados: en 5, 11 acentúa que los discí- no andará en tinieblas, sino que «tendrá la luz
X.oí)§T)aav avx&, para aclarar más la idea del
pulos, antes de emprender el seguimiento, «lo de la vida». En la parábola del Buen Pastor, la
seguimiento (así también 10, 38 frente a Le imagen de las ovejas que siguen únicamente EJtaxoXordéo) ir detrás* aparece 4 veces
abandonaron todo» (Me 2, 27s; 18, 22.28). En
14, 27). al Buen Pastor y no al extraño (10, 4.5), se en pasajes tardíos del NT. En Me 16, 20 se ha-
la sentencia acerca de que hay que cargar con
A diferencia de Mt, las veces que aparece aplica a Jesús y a los suyos. Ellos escuchan la bla de las «señales que siguen» (Kittel, 215).
la cruz, en 9, 23, se inserta lo de «cada día», a
áxotarudéü) en Le están tomadas casi exclu- voz de Jesús, y Jesús los «conoce», y ellos «le 1 Tim 5,10 exige que la viuda «siga [= se de-
fin de aplicar la idea del seguimiento a la
sivamente de las fuentes. De un total de 17 existencia de los discípulos después de pas- siguen» (10, 27). Se tiene en cuenta clara- dique a] toda obra buena»; en 5, 24 se dice
veces que aparece el vocablo, 3 proceden cua. En 9, 49 Lucas sustituye un marquino mente la situación postpascual de los discípu- que los pecatios siguen a algunos al juicio (cf.
con seguridad de Q (Le 7, 9; 9, 57.59) y 9 de T)(jJv por ux'f}' f|u.<x>v, para no hacer que la co- los. Lo decisivo es el escuchar a Jesús, no el Ap 14, 13), porque no son manifiestos desde
Me. Pero los 5 lugares restantes tuvieron munidad aparezca como objeto del segui- verle (cf. 1, 36-42). Escuchar a Jesús significa un principio. 1 Pe 2, 21 trasfiere la idea del
también ampliamente su origen en fuentes o miento, sino para caracterizarla como la co- «creer» (10, 26s). Un segundo logion acerca seguimiento de Jesús a la situación postpas-
tradiciones. munión de los seguidores de Jesús. Del del seguimiento expresa por medio del con- cual, vinculándola con la idea del modelo. Se-
terminológico áxo^.ou'&etv, en el contexto texto el seguimiento en lo referente a la cruz guir las huellas de Jesús significa principal-
El pasaje de 5, 11 se basa en Me 1, 18. El de 9, (12, 24-26: cf. Me 8, 34 par.; Le 14, 27 par. mente: imitar el modelo que nos dio Cristo en
11 refleja a Me 6, 33 (cf. Mt 14, 13). El pasaje de del seguimiento de Jesús, se diferencia muy
bien, en 22, 10, el profano «seguir» (a un Mt 10, 38). Estos enunciados adquieren en sus padecimientos (cf. vv. 18-20.23).
9, 61 es, seguramente, parte integrante de un
fragmento de Q trasmitido a través de Mt. El pa- hombre que lleva un cántaro de agua), valién- 13, 36-38 un sentido más profundo y se desa-
saje de 22, 39 es redaccional y acentúa, frente a dose para ello del complemento circunstan- rrollan más. Cómo es al principio el «segui- xaTaxoX,ovdé(i) seguir* es un verbo que,
Me 14, 32, el seguimiento de los discípulos al cial 8Í5 i^v olxíotv. Tal vez la omisión, en 22, miento» de Pedro, nos lo descubre 18, 15-17: en el NT, se halla atestiguado únicamente en
principio de la Pasión. Si el pasaje de 23, 27 per- 54, del aíiTCp referido a Jesús (Mc/Mt) se en- Pedro niega ser discípulo de Jesús. El tema lo los escritos lucanos. Designa el segimiento.
teneció a la tradición del material peculiar acerca recoge de nuevo el Jesús resucitado. Dirige a Le 23, 55 habla de las mujeres galileas que
camine a este mismo fin.
de las plañideras o (lo que es más probable) pro- «habían seguido» (xataxoX.ou'&riaaaai se
155 áxo\ovñé(o - áxoíiü) 156 157 áxoijco 158

encuentra usado en sentido absoluto). Se trata BiLe 2 (1961) 71-81; J. Horst, oiiq, mi., en ThWNT 35); elg-axoíico (5 veces); ájt-axoiJCD (2 Cor 6, 7; cf. Me 4, 15s.18.20.33), es decir, la «pala-
del seguimiento de Jesús por parte de las dis- V, 543-558; J. Kaufmann, Der Begriff des Horens im 2); jtag-axoiiü) (3 veces); jtQo-axoija) (Col 1, bra de Dios» (Hech 13, 7; 13, 44 v.L; cf. Le 8,
cípulas (cf. 55b); sin embargo, es curioso que Johannes-Ev., tesis Gregoriana Roma 1969-1970; G. 5); v>Jt-axoiJa> (21 veces), en relación con él ->•
Kittel, ánovm %xl., en ThWNT I, 216-255; K. Lam-
21; 11, 28; Sant 1, 22s) o la «palabra del Se-
Le no recogiera el r\xo'kov-&ovv avxm de Me í)itaxof| (15 veces) y íiJtr|XOOg (3 veces). - Per- ñor» (Hech 13, 44; 19, 10) o la «palabra de la
mers, Hóren, Sehen und Glauben im NT, Stuttgart
15, 41. El mismo verbo compuesto aparece en tenecen, además, al mundo de conceptos del oír:
1966; H. R. Moehring, The Verb cmotieiv in Acts IX 7
áxQOóVtr|g oyente (4 veces), é:taxQoáoum escu- verdad» (Ef 1, 13). Mucho más raramente es
Hech 16, 17, construido con dativo, y desde and XXII 9: NovT 3 (1959) 80-99; M. Mundle, Oír, en Jesús el que oye (Me 2, 17 par. Mt, a diferen-
DTNT III, 203-209; S. Pancaro, The Metamorphosis char (Hech 16, 25) y évo)TÍ£ü)u.ai escuchar aten-
luego empleado clarísimamente en sentido no tamente (Hech 2, 14). cia de Le; 5, 36 v.L; Le 7, 9 par. Mt; 8, 50).
of a Legal Principie in the Fourth Gospel. A Closer
específico. La muchacha con el espíritu de Look at Jn 7, 51: Bib 53 (1972) 340-371, especial- De la acción divina de oír/escuchar se habla
adivinación «nos seguía a Pablo y a noso- mente 347-353; H. Schult, sm'. Escuchar, oír, en 4. El verbo aparece tanto en sentido abso- en Jn 9, 31; Hech 7, 34; 1 Jn 5, 14s (en Jn 11,
tros». En Filipos esta muchacha corrió duran- DTMATII, 1221-1231. luto (Mt 11, 5; 13, 16; Me 7, 27; cf. la expre- 41a dícese que Jesús fue oído).
te muchos días detrás de los misioneros (v. sión áxofj áxoí)Cü [Is 6, 9] Mt 13, 14; Hech
1. áxoijco aparece casi 430 veces en el NT, 28, 26, además el participio oí áxoTJOVTeq los
18a). El NT no conoce el sentido figurado de b) En Q el verbo se halla principalmente en
siendo frecuentísimo en los evangelios (Mt 63 oyentes Le 6, 27 y los imperativos Me 4, 3;
xaTccxoX.o'udéü) (cf., en cambio, Dan 9, 10 palabras de Jesús. Designa allí más que nada
veces, Me 44, Le 65, Jn 58), en Hech (89) y 12, 29; Hech 7, 2; 13, 16) como seguido por
LXX; papiros [Moulton-Milligan, j.v. 2); Jo- la acción de oír su mensaje, tanto en sentido
en Ap (46). En las Cartas que sin duda alguna un objeto. Cuando el objeto son cosas, éstas
sesfo, Ant VI, 147; Ap II, 281; Polic 3, 2). «acústico» (Le 6, 47.49 par. Mt 7, 24.26: oír y
son auténticamente Paulinas, el verbo aparece van casi siempre (Blafi-Debrunner § 173) en
jtajjaxoXoufléea* aparece con los signifi- 19 veces, 16 veces en 1-3 Jn, y 8 veces en hacer o no hacer; Le 7, 22 par. «los sordos
acusativo (por ejemplo, Mt 10, 14; 11, 4; 12, oyen», cf. Me 7, 37) como en el sentido de oír
cados de caminar junto a algo / acompañar Heb; los restantes testimonios se distribuyen 19; Le 7, 22; Jn 3, 8; 5, 24; 8, 47; Hech 2, 22;
(Me 16, 17) y seguir una cosa (investigándo- entre Ef (5 veces), Col (4), 2 Tes 1), Pastora- atentamente o «con obediencia»: «El que a
22, 9; 2 Cor 12, 4; 1 Jn 1, 1.3.5; Ap 9, 16), vosotros oye, a mí me oye». En 11, 31b díce-
la) (Le 1, 3; Josefo, Ap I, 53) (cf., a propósi- les (5), Sant (3) y Pe (1). - áxofj se encuentra más raramente en genitivo (Me 14, 64; Le 6, se de la Reina del Sur: «Ella vino para oír la
to, Moulton-Milligan, s.v. 2). En 1 Tim 4, 6 y en total 24 veces, principalmente en las Car- 47; 15, 25; Jn 5, 25.28; 12, 47; Hech 9, 7; 11, sabiduría de Salomón», a fin de acentuar
2 Tim 3, 10 se emplea este verbo para referir- tas Paulinas (8 veces), en Mt (4 veces) y en 7; 22, 7). La persona a quien se oye hablar, va cuánto más es Jesús y su predicación. «Ver y
se a la conservación de la doctrina trasmitida, Me (3 veces). En los demás escritos, el sus- en genitivo (Me 7, 14; Le 2, 46 y passim; oír se hallan yuxtapuestos en Le 7, 22 par.,, y
en la que uno debe concentrarse a fin de se- tantivo aparece sólo 2 veces en cada escrito Hech 24, 4; 26, 3), frecuentemente con un lo mismo sucede en 10, 24 par.: «Muchos pro-
guirla fielmente (cf. Kittel, 216). (Hech, 2 Tim, Heb) o 1 sola vez (Le, Jn, 2 participio adicional (Me 14, 58; Hech 2, 6.11; fetas y reyes desearon ver las cosas que vos-
Pe). Ambos vocablos faltan en tres escritos Ap 5, 13; 16, 5.7). Siguen también la regla del
ffuvaxoXovdéro acompañar* es un verbo otros veis, y no las vieron, y oír las cosas que
(Tit, 1 Pe, Jds). objeto de cosa en acusativo las construcciones
que en el NT se refiere únicamente a los que vosotros oís, y no las oyeron». Lo que los dis-
acompañaban a Jesús, pero atenuando el ex- áxoúco t í xtvog oír algo a alguien Hech 1, 4; cípulos «han dicho en la oscuridad, se oirá en
presivo enunciado sobre el seguimiento de Je- 2. áxoí)a> significa oír, pero significa tam- áxoijco t i ex Tivog 2 Cor 12, 6; áxoiíco TÍ la luz» 12, 3. - La exhortación de Jesús a oír
sús (Le 23, 49 a diferencia de Me) o refirién- bién, en sentido más amplio, enterarse. Raras Jtagá TIVOC, Jn 8, 26.40; Hech 10, 22; áxoúco (Me 4, 3; 7, 14; Mt 13, 14; 15, 10; 21, 33; Le
dose tan sólo a una acción de acompañar veces se emplea el verbo como tecnicismo del TÍ airó Tivog 1 Jn 1, 5. El genitivo de perso- 18, 6) se hace a menudo mediante aquella ex-
puramente externa (Me 5, 37; 14, 51). lenguaje jurídico (Jn 7, 51; Hech 25, 22 tomar na, objeto de la acción del verbo, aparece clamación: «El que tenga oídos para oír, ¡que
declaración, interrogar). El sentido de escu- también en la expresión áxoíico Tivóg JTEQÍ oiga\» (Me 4, 9.23; 7, 16 v.L; Mt 11, 15; 13,
G. Schneider char a alguien, obedecer a alguien se encuen- Tivog Hech 17, 23; 24, 24. Cf., además, las 9.43; Le 8, 8; 14, 35b). La voz del cielo, en la
tra, por ejemplo, en Me 9, 7 par. Mt/Lc; Hech construcciones con OTI (por ejemplo, Mt 2, Trasfiguración* exhorta a los discípulos a oír
3, 22 (en todos los casos, según Dt 18, 15). 22) y con acusativo con infinitivo (por ejem- a Jesús (Me 9, 7 par.); cf. también Me 12, 29
CtXOtJW akouó oír, enterarse - El sustantivo áxor¡ significa el sentido del plo, 1 Cor 11, 18); cf. Bauer, Wórterbuch, s.v. (Dt 6, 4) «¡Oye, Israel!». Dentro del Evange-
áxor|, f)5, r| akoe acción de escuchar, oído, oído (1 Cor 12, 17 bis), el acto de oír (2 Pe 2, 3.e.f. lio de Me, encontramos áxoiico no sólo en pa-
noticia, predicación* 8; también en la expresión áxofj áxoiJoatE labras de Jesús (por ejemplo, 4, 3.12.15.16.
Mt 13, 14; Hech 28, 26), el órgano del oído, 18.20.23.24; 7, 14; 8, 18; 13, 7), sino tam-
1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Contenidos se- 5. a) En el NT, los sujetos de áxoÚEiv son,
mánticos - 3. Compuestos y vocablos afines. - 4. Estu- el oído (Me 7, 35; Le 7, 1; Hech 17, 20; 2 Tim bién, y con más frecuencia que en Q, en la na-
de manera enteramente predominante, perso-
dio sintáctico - 5. áxotico en conexiones característi- 4, 3.4; Heb 5, 11). Encontramos también los rración, aunque en estos casos referido casi
cas - 6. ccxor|.
nas, sobre todo porque el oír es «la forma
significados de noticia, voz, rumor (Me 1, 28; siempre a oyentes «neutros» de Jesús (2, 1; 3,
esencial de asimiliación en la religión bíbli-
Bibl: R. Deichgraber, Gehorsam und Gehorchen in 13, 7; Mt 4, 24; 14, 1; 24, 6) y de mensaje, 8.21; 5, 27; 6, 14.16.55 y passim) o a oyentes
ca» (Kittel, 217). En los evangelios encontra-
der Verkündigung Jesu: ZNW 52 (1961) 119-122; E. v. predicación (Jn 12, 38; Rom 10, 16.17 bis; interesados, abiertos u «obedientes» a Jesús
mos principalmente personas que oyen la pre-
Dobschütz, Die fiinf Sinne im NT: JBL 48 (1929) 378- Gal 3, 2.5; 1 Tes 2, 13; Heb 4, 2). (4, 33; 6, 2; 12, 37).
411; A.-M. Enroth, The Hearing Formula in the Book dicación de Jesús o gente que recibe noticias
of Revelation: NTS 36 (1990) 598-608; J. Gnilka, Zur 3. En el NT se hallan atestiguados los siguien- sobre él. Los Hech y las Cartas hablan del oír Es característica de Mt la fórmula introduc-
Theologie des Horens nach den Aussagen des NT: tes compuestos de áxoíiü): Si-axoíioo (Hech 23, la «palabra» (Hech 4, 4; 10, 44; 15, 7; 1 Jn 2, toria de las «antítesis» f|xoí)oaTe OTI EQQEftri
159 CCXOÚü) 160 161 owcotio) - áxQoatr|5 162

(5, 21.27.33.38.43). Mt 18, 15s (material pe- orden de sucesión «oír y ver» son Mt 11, 4; velación. En cada una de las misivas que se á.XQatr\g, 2 akrates falto de dominio pro-
culiar) reglamenta el caso de un «hermano 13, 16). Según 1 Jn 4, 1-5 los falsos profetas envían a las siete comunidades encontramos pio*
que ha pecado (contra ti)», expresando la es- no son «de Dios», sino «del mundo»; por eso, la exhortación: «¡El que tiene oído, que oiga 2 Tim 3, 3. ThWNT II, 338-340.
peranza de que, después de la reprensión por hablan como siendo «del mundo», y «el mun- lo que el Espíritu dice a las comunidades!» (2,
parte del discípulo (afectado), ese hermano le do los oye» (v. 5). 7.11.17.29; 3,6.13.22).
escuche. - Le acentúa (frecuentemente de ma- á x p a t o g , 2 akratos puro, no mezclado*
nera redaccional) el oír la palabra de Jesús y d) En Pablo, el verbo áxoúco designa pri- 6. El sustantivo áxor) (-> 1.2) adquiere su En Ap 14, 10 dícese de la ira de Dios en to-
los asombrosos efectos que ello produce (2, meramente el proceso de una información re- particular cualidad teológica, cuando en su da su fuerza.
47; 4, 28; 10, 39; 19, 48; 21, 38), pero nos da cibida por él acerca de sus comunidades (1 significación pasiva designa no sólo la noti-
a conocer que también hay que escuchar las Cor 5, 1; 11, 18; Flp 1, 27; cf. Flm 5; así tam- cia, el rumor, sino la predicación cristiana.
á x Q Í p e u x , a g , x\ akribeia rigor, exacti-
palabras de Moisés y de los profetas (16, bién Col 1, 4.9; Ef 1, 15; 2 Tes 3, 11) o reci- Claro que en esos pasajes la traducción del
tud*
29.31; cf. 2,46). bida por los demás acerca de él (Gal 1, 13.23; término por predicación «no expresa lo deci-
Hech 22, 3 «educado conforme al rigor de
Flp 1, 30; cf. 2, 26; así también en Ef 3, 2). sivo, a saber, la trasmisión de lo que se ha
la ley de los padres».
c) Jn 3, 8 y 5, 7 habla del áxoúü) TT)V Cuando Pablo exhorta, a la acción, describe oído para que se oiga» (H. Schlier, Der Ro-
cpüovrjv, del oír en un sentido puramente ex- con detalle: «lo que habéis aprendido, recibi- merbrief [HThK], 317s). Ante el problema
terno, mientras que otros enunciados (por do, oído y visto en mí» (Flp 4, 9; cf. 2 Cor 12, de la incredulidad, Jn 12, 38 y Ro 10, 16 pre- áxQlPv|$, 2 akribes exacto, riguroso*
ejemplo, 18, 37: «Todo el que es de la verdad 6). Para Pablo tienen especial peso los enun- guntan con Is 53, 1 LXX: «Señor, ¿quién ha Hech 26, 5: (Siendo fariseo) viví «según la
escucha mi voz) deben interpretarse en el sen- ciados acerca del oír como condición previa creído nuestra predicación!». Heb 4, 2b hace tendencia (aÍQeoig) más rigurosa de la prácti-
tido de escuchar con obediencia a Jesús. Cla- para la -> Jtíoxig. En Rom 10, 14b.c pregunta, constar que «la palabra de la predicación» ca de nuestra religión».
ro que no en todos los pasajes se hace esta refiriéndose al evangelio al que hay que pres- no les aprovechó a algunos, «porque en los
distinción entre el oír y el aceptar con fe lo tar obediencia (v. 16): «¿Como creerán en oyentes no iba acompañada por la fe». Pa-
¿XQlpÓM akriboo averiguar algo con exac-
que se oye, sino que algunas veces llega in- Aquel de quien no han oído! Y, ¿cómo oirán blo, basándose en el pasaje de Is, argumenta
de la siguiente manera: «Así que la fe viene titud*
cluso a hablarse ambiguamente (por ejemplo, sin alguien que les predique?» Porque la fe
de la predicación, y la predicación, por la Mt 2, 7.16 dícese de las averiguaciones lle-
5, 25.28). Los que creen en Jesús, los cuales viene «por la predicación (áxor| ->• 6), y la
palabra de Cristo» (Rom 10, 17). Los cristia- vadas a cabo por Herodes.
según 10, 3.16.27 «escuchan la voz del Pas- predicación por la palabra de Cristo» (10, 17).
tor», contrastan positivamente con aquellos nos no recibieron el Espíritu «por las obras
1 Cor 14, 2 prueba la importancia secundaria
judíos que, según 8, 40-47, rechazan la ver- de la ley», sino é l áxofjg moteco? (Gal 3, á x Q l p í b g akribos (adv.) con exactitud,
que tiene el hablar en lenguas, diciendo que
dad predicada por Jesús (R. Schnackenburg, 2.5). La construcción de genitivo no signifi- cuidadosamente*
nadie «oye» (= entiende) a quien habla así. En
El Evangelio según san Juan III, 309; cf. 575 ca sencillamente una predicación que tenga Mt 2, 8; Le 1, 3; Hech 18,25; Ef 5,15; 1 Tes
2 Cor 12, 4 Pablo habla de su arrobamiento de
índice de palabras griegas, s.v. áxotiot)). La como consecuencia o como contenido la fe, 5, 2. En grado comparativo áxQipéoteQOV
antaño al tercer cielo, y afirma «que fue arre-
«palabra» que los discípulos oyen de Jesús, sino que vincula esencialmente con áxoúco Hech 18, 26; 23, 15.20; 24, 22.
batado al paraíso, y escuchó palabras inefa-
según 14, 24 «no es mía, sino del Padre que el acto de oír (F. MuKner, Der Galaterbrief
bles que al hombre no le es dado expresar»;
me envió». Jesús manifestó a los suyos (15, [HThK], 207 con la nota 15). La predicación
cf. la mención que se hace del oír la voz de (XXQÍg, í 6 o g , í\ akris langosta, saltamon-
15) todo cuanto oyó del Padre (cf. 8, 26. es Xóyog áxofjg JTOCQ' T)(XO)V XOV OecO (1
Jesús en Hech 9, 4; 22, 7.15; 26, 14. tes*
28.40). El que escucha (obedientemente) la Tes 2, 13), es decir, «palabra del mensaje de
palabra de Jesús y cree en ella, «tiene vida Dios que sale de nuestros labios». Como pa- Mt 3, 4; Me 1, 6; Ap 9, 3.7°. F. I. Andersen:
e) Los escritos tardíos del NT, con la inten-
eterna» (5, 24). 12, 47 y 14, 24 acentúan lo de labra de Dios la recibieron los tesalonicenses Abr-Nahrain 3 (1961-1962) 60-74; M. Weber,
ción de garantizar la predicación de lo recibi-
guardar o poner en práctica las palabras de Je- y la aceptaron con fe. «Pero no todos hicie- Heuschrecke, en RAC XIV, 1231-1250.
do por la tradición, remiten a lo que los cris-
sús. - 1 Jn 1, 1-3 subraya que la predicación ron caso (ímr|XO'uaav) al evangelio» (Rom
tianos han oído (Col 1, 23; Ef 4, 21; 2 Tim 1,
del autor se identifica con «lo que era desde el 10, 16a). La fe es «obediencia» (->• {utaxoií),
13; 2, 2; 2 Jn 6). Heb cita tres veces el Sal 94, áxQOaTTKHOV, OV, TÓ akroatérion sala
principio, lo que hemos oído, lo que hemos y por este motivo Pablo puede hablar de
7 LXX «hoy, cuando oigáis su voz, ¡no endu- de audiencia*
visto con nuestros ojos..., acerca de la Palabra imocxoTí maxeoac; (1, 5; 16, 26).
rezcáis vuestros corazones...! (3, 7s.l5; 4, 7). Hech 25, 23 (eventualmente, como en Jose-
de la vida» (v. 1). La preeminencia del aspec-
Y lo hace así con el fin de advertir contra la G. Schneider
to de la proclamación («la Palabra de la vi- fo, Congr 64, auditorio).
incredulidad y la apostasía. Sant 1, 19 exhor-
da») invierte el orden habitual de sucesión
ta a observar una máxima sapiencial: «ser
(que se da, por ejemplo, en el v. 3) entre «ver
pronto para oír, lento para hablar y lento para á x g a o í a , a $ , i\ akrasia intemperancia, áxjjoaTT|S, OV, ó akroatés oyente*
y oír» (cf. también Le 2, 20: lo que los pasto-
la ira». En Ap r\xovoa (junto a eí5ov) desig- falta de dominio propio* Rom 2, 13 de la ley; Sant 1, 22.23.25 de la
res «habían oído y visto»; otros ejemplos del
na con frecuencia el hecho de recibir una re- Mt 23, 25; 1 Cor 7, 5. ThWNT II, 338-340. palabra.
163 áxQopuoTÍa 164 165 áxQOYwviaíog - 'Axi)A.a£ 166

á x Q o P u a t í a , a ? , X\ akrobystia prepucio, cumplidores de la ley, pueden demostrar que á x g o y w v i a í o g , 3 akrogoniaios piedra 2. Aquila era natural del Ponto (Hech 18,
incircuncisión, los gentiles* los judíos, que poseen la Escritura y la cir- angular, piedra clave 2). Su oficio era hacer tiendas y vivió con su
cuncisión, son trasgresores (v. 27). Coram -> ywv'va 1.3. mujer en Roma hasta que, a causa del edicto
Bibi: K. L. Schmidt,OTiQOp\)CFTÍa,en ThWNT I,
Deo lo único que cuenta es la circuncisión in- promulgado en el año 49 p.C. por Claudio (y
226s; R. Meyer, jr.eoiTOUT|, en ThWNT VI, 72-83; A.
Tosato, Sulle origini del termine akrobystia: BeO 24 visible del corazón, que es concedida gracio- que se menciona en Suetonio Claud 25), tuvo
(1982) 43-49. samente por el Espíritu y que, por tanto, es á x g o d í v i o v , ov, TÓ akrothinion primi- que abandonar Roma por profesar la fe judía
obrada por Dios mismo (vv. 28s); Pablo pien- cias, botín* (Hech 18, 2s). Cuando Pablo se reunió en Co-
1. En el NT h%QO$voxía aparece 20 ve-
sa seguramente en Ez 36, 26-28. Heb 7, 4: Abrahán dio el diezmo (de lo me- rinto con el matrimonio Aquila y Prisca y se
ces, concretamente en el Corpus Paulinun,
Asimismo, la justificación se concede sin jor) del botín. alojó en casa de ellos y trabajó con ellos, am-
principalmente en Rom 2-4 (11 veces); fuera
distinción a judíos y a incircuncisos (Rom 3, bos eran ya cristianos. Esto se deduce del he-
de él aparece únicamente en Hech 11,3, don-
30; 4, 9). Pablo hace referencia a Abrahán, cho de que su conversión no se menciona en
de el término se pone en labios de judeocris- áxQOV, OV, TÓ akron punta*
que hallándose todavía en estado de incir- ninguna parte, sino que parece darse por sa-
tianos y sirve para designar a los gentiles im- Le 16, 24 (la punta del dedo); Heb 11, 21
cuncisión, fue justificado por su fe; r| év bida, y porque la nota característica de 'Iou-
puros (ávbQEC, á.KQofivoTÍav 8XOVT85). En (el extremo del bordón). Dícese del límite ex-
áxQopuoxía jríaxig se convierte, por decirlo óaíog (Hech 18, 2) puede tener el significado
todos los demás pasajes, áxrjofh)GTÍa signifi- tremo o del final Mt 24, 31 (bis); Me 13, 27
así, en una nueva fórmula teológica de lucha de «judeocristiano» (cf. Gal 2, 13; Hech 21,
ca la condición de no ser judío (Rom 2, (bis).
(Rom 4, 11.12), y también aquella que habla 20). Después de aproximadamente año y me-
25.26b; 4, 10(bis).ll(bis).12; 1 Cor 7, 18.19;
de TÓ zvayyzkvov tfjg áxoopucrtíac;, confia- dio de estancia en Corinto, Pablo -en compa-
Gal 5, 6; 6, 15; Col 2, 13; 3, 11) o designa
do por Dios a Pablo (Gal 2, 7; cf. 2, 9). La ñía de Aquila y Prisca- embarcó hacia Efeso
concretamente a los gentiles (incircuncisos) 'AxúXag, acusativo -av Akylas Aquila*
oposición entre la cincuncisión y la incircun- (Hech 18, 18s). Pablo continuó viaje a Cesa-
(Rom 2, 26a.27; 3, 30; 4, 9; Gal 2, 7; Ef 2, IlQÍoxa, riQÍaxiÁ,Xa, r\c, Priska. Priskilla
cisión, entre ser judío y ser gentil, queda su- rea, y el matrimonio se quedó en Efeso (Hech
11). Prisca, Priscila*
primida en la Iglesia en virtud del Espíritu (1 18, 19-22). Cuando el elocuente Apolo se
áxQop\>OTÍa (en latín, praeputium) prepucio Cor 7, 19); es una oposición que, «en Cris- Bibi: H. W. Bartsch, en RGG I, 524; Haag, Diccio- presentó en Efeso, y enseñaba, sí, con exacti-
no debe derivarse del adjetivo áxgog (lo que for- nario, 130; F. X. Polzl, Die Mitarbeiter des Weltapos- tud las cosas referentes a Jesús, pero no cono-
to», ha perdido todo su sentido (Col 3, 11) y tels Paulus, Regensburg 1911; R. Schumacher, Aquila
ma el extremo, la punta) y el verbo (Mro (llenar ha quedado superada por la fe que actúa en el cía el bautismo de Jesús, Aquila y Prisca le
und Priscilla: ThGl 12 (1920) 86-99; A. Wikenhauser,
plenamente), sino que es una forma analógica de instruyeron (Hech 18, 26). Pablo volvió a en-
amor (Gal 5, 6). Por eso, la incircuncisión y en LThK I, 779-780.
cwQOJioo'fría prepucio (Aristóteles, HistAn 493 contrar a Aquila y Prisca durante los dos años
a 29), que tal vez se formó por tener un sonido la circuncisión no quedan modificadas en su
1. 'Av.ii'kac, y r i o í a x a (con el diminutivo y medio de su estancia en Efeso. En torno al
parecido al del término hebreo boset (vergüenza). realidad natural y exterior, sino que deben
nrjíaxiX,X.a) son las formas helenizadas de matrimonio se había congregado una comuni-
El concepto, que sólo se encuentra en el griego entenderse como vocación (1 Cor 7, 18); tam-
bíblico y eclesiástico, aparece en 13 lugares de la los nombres latinos Aquila y Prisca, Prisci- dad cristiana que se reunía en su casa. Pablo
bién el orgullo que se siente por la circun-
LXX para traducir al hebreo 'orla (prepucio), y lla. Los nombres, al margen del NT, aparecen trasmitió expresamente los salados de esta
cisión es anacrónico, porque el creyente es
casi siempre para expresar el precepto de que hay atestiguados con frecuencia en inscripciones pareja y de esa comunidad a la comunidad de
que cortar el prepucio. En Qumrán se hablaba en nueva criatura (Gal 6, 15). y escritos. Pero sobre la pareja mencionada Corinto (1 Cor 16, 19). El pasaje de Rom 16,
sentido espiritualizante del «prepucio del instin- Aparentemente con un sentido no paulino en el NT no existe ninguna fuente extrabíbli- 3-5 presupone que Aquila y Prisca habían re-
to» (1QS 5, 5), «del corazón» (1QS 5, 26; lQp- se menciona en Col 2, 13 la ánQO^vaxía de ca independiente. En los 6 lugares del NT gresado nuevamente a Roma, en el tiempo
Hab 11, 13), «de los labios» (1QH 2, 18s), «del la carne juntamente con las trasgresiones donde aparece uno de los dos nombres, apa-
oído» (1QH 18, 20). que medió entre la redacción de 1 Cor y la re-
como nota característica de los gentiles que rece también el otro. Mientras que en los 3 lu- dacción de Rom, y allí habían vuelto a con-
se hallaban espiritualmente muertos, y en Ef gares de los escritos paulinos se emplea como gregar en su casa una comunidad cristiana. Es
2. Pablo, en Rom 2, 25-29, critica el juicio 2, l i s se valora la incircuncisión como forma del nombre IlQÍaxa, vemos que en los comprensible, si tenemos en cuenta que el
judío sobre el estado de perdición en que se prueba de la lejanía de Dios y de la falta de otros tres lugares, que corresponden a Hech, edicto de Claudio contra los judíos se aplicó
hallaban los incircuncisos, y lo hace vinculan- esperanza. Pero en esos casos lo que se pre- se usa siempre el diminutivo UQÍaKiXka. ya con menos rigor a la muerte de éste en el
do la utilidad de la circuncisión con el cum- tende es esclarecer e contrario el efecto del Sorprende que tan sólo en Hech 18, 2; 1 Cor año 54. Los vv. formulan también dos obser-
plimiento de la ley. De esta manera, y con bautismo, que, como circuncisión no hecha 16, 19 se mencione en primer lugar a Aquila, vaciones dignas de tenerse en cuenta: 1) Pa-
miras al juicio final, se produce una inversión con manos sino realizada por el Espíritu y que en Hech 18, 18.26; Rom 16, 3; 2 Tim 4, blo afirma que los dos esposos son sus cola-
de valores de la realidad física: la circun- de Dios, es un «despojarse del cuerpo de la 19 el nombre de la mujer ocupe el primer lu- boradores. Deben contarse quizás «entre los
cisión se imputa como áxQo(3'uoTÍ.a si va gar. Tal vez se exprese con ello la mayor sig- misioneros más importantes del cristianismo
carne mediante la circuncisión de Cristo»
acompañada de desobediencia, e inversamen- nificación de esta mujer en la vida de la co-
(Col 2, 11). primitivo que trabajaron en la Diáspora y que
te (2, 25s); los gentiles, que por naturaleza munidad (así piensa H. Schlier, Der Ro-
habían comenzado su labor independiente-
son incircuncisos, en cuanto son posibles O. Betz merbrief [HThK], 443).
mente de Pablo, pero que la continuaron en
167 'AuvXac, - aX,ag 168 169 akac, - 'AXéiavópos 170

colaboración con él» (E. Kásemann, An die á X a ^ o v e í a , a ? , r\ alazoneia orgullo, palabra viene a continuación inmediata de la tequética: «¡Tened sal en vosotros y estad en
Romer3 [HNT], 397). Seguramente por ello, arrogancia* advertencia contra el escándalo (9,42-48); Mt paz los unos con los otros!» (v. 50c); es decir,
Pablo habla expresamente de lo agradecidos presenta la sentencia al comienzo del sermón la comunidad que se halla bajo el juicio puri-
Sant 4, 16; 1 Jn 2, 16. ThWNT I, 227s;
que están los gentiles hacia ellos. 2) Pablo de la montaña, a continuación de los macaris- ficador está obligada a hallarse dispuesta para
DTNT IV, 224s.
mismo les da las gracias porque, por salvar la mos (5, 3-12); Le la inserta en una serie de la paz.
vida de él, habían arriesgado ellos su propia sentencias sobre las condiciones previas para La lectura variante que se encuentra en Me
vida. Habría que pensar también en los peli- áXa^wv, óvog, ó alazán orgulloso, jac- el seguimiento (14, 26-33). En el mismo con- 9, 49 «(Porque todos serán salados con fuego)
gros a que se alude en 2 Cor 6 y 11, o en las tancioso* texto aparece dos veces el verbo cdí£ü) salar y todo sacrificio será salado con sal» es secun-
confrontaciones asociadas directamente con Rom 1, 30; 2 Tim 3, 2. ThWNT I, 227s; (Me 9, 49; Mt 5, 13) y una vez el adjetivo daria y representa el intento de recurrir a los
Efeso y a las que se hace referencia en 1 Cor DTNT IV, 224s. avaros sin sal, insípido (Me 9, 50). preceptos rituales (cf. Lev 2, 13) para interpre-
15, 32 y Hech 19. - La proximidad histórica tar desde el culto sacrificial las palabras acer-
con respecto a Pablo y la importancia de es- 2. Mientras que en Col 4, 6 se habla de la ca de la sal (cf. Billerbeck II, 21-23).
tos dos esposos para la misión cristiana pri- áXaXá^O) alalazó lamentarse a gritos* sal en el sentido elemental de condimento (cf.
mitiva han hecho que la pareja tuviera tam- Me 5, 38; 1 Cor 13, 1 (dícese del címbalo aQTÚü) condimentar), expresando así que la A. Sand
bién un lugar fijo en las tradiciones tardías que retiñe). ThWNT I, 228. conversación cristiana debe ser vigorosa, es
acerca de Pablo. El autor seudónimo de 2 Tim decir, convincente, vemos que en los Sinópti-
presenta a Prisca y Aquila como los primeros aXeí(jpco aleiphó ungir, embalsamar*
ak(lk\\XOC„ 2 alalétos que no puede decir- cos la imagen de la sal se halla al servicio de
de la lista de personas a quienes se envían sa- Mt 16, 17 (en voz media); Le 7, 38.46 (bis);
se con palabras, inexpresable* la instrucción de los discípulos. Seguramente
ludos, al final de la carta (4, 19). Sin embar- Jn 11, 2; 12, 3. La unción de enfermos Me 6,
Rom 8, 26 «con gemidos que no pueden ex- Le nos ofrece el texto original, cuando hace
go, de esta breve nota no podemos deducir 13; Sant 5, 14; el embalsamamiento de un di-
presarse». constar que la sal es buena. Pero si se torna
datos biográficos. funto Me 16, 1. ThWNT I, 230-232; DTNT
insípida, entonces no vale ni para la tierra ni
IV, 303s.
A. Weiser para el muladar. Sencillamente hay que tirar-
á ^ c d o g , 2 oíalos mudo* la. En Le falta una aplicación concreta. Tan
Me 7, 37; 3TV8Í3[xa ededov en 9, 17.25 (dí- sólo en virtud del toque de atención que se áA,£>CTOQoq)(!)VÍa, a ? , rj alektorophónia
á,HVQÓ(0 akyroó anular, invalidar* cese del espíritu que al ser humano le arreba- añade a continuación (v. 35c) y de la exhorta- canto del gallo*
Me 7, 13 par. Mt 15, 6. Como tecnicismo ta el habla). ción precedente dirigida a las multitudes, se Me 13, 55 como medio de marcar la hora:
jurídico en Gal 3, 17; cf. O. Eger: ZNW 18 ve claro que las palabras acerca de la sal pre- al canto del gallo.
(1917-1918) 88-93. ThWNT III, 1099. tenden estimular a los discípulos a que se es-
a^ag, ato?, t ó halas sal* fuercen de manera especial y a que estén bien
áXít,(o halizo salar* áXéxtíOg, OQO£, ó alectór gallo*
despiertos. Por el contrario, Mt, por medio de
áxw^t)Twg akólytos (adv.) sin impedimento* Mt 26, 34.74.75; Me 14, 30.68.72 (bis); Le
la interpelación directa, aplicó inmediatamen-
Hech 28, 31. G. Delling: NovT 15 (1973) Bibl: F. Hauck, akaq, KÚ.., en ThWNT I, 229; J. E. 22, 34.60.61; Jn 13, 38; 18, 27.
Latham, The Religious Symbolism of Salt (Théologie te a los discípulos la sentencia tomada de Q
193-204; D. L. Mealand, The Cióse of Acts Historique 64), Paris 1982; M. Lattke, Salz der (cf. vv. lis), y lo hizo para acentuar la tarea
and Its Hellenistic Greek Vocabulary: NTS 36 Freundschaft in Mk 9, 50c: ZNW 75 (1984) 44-59; K.- de los mismos ante el mundo entero. Encare- 'AXe|av8Qeí>S, éwg, ó Alexandreus ale-
(1990) 583-597, especialmente 589-595. G. Reploh, Markus, Lehrer der Gemeinde, Stuttgart ce la exigencia, añadiendo el verbo al sustan- jandrino*
1969, 154-156; R. Schnackenburg, Markus 9, 33-50,
en FS Wikenhauser, 184-186; Id., «lhr seid das Salz tivo sal, hablando de una completa inutilidad Gentilicio derivado de la ciudad egipcia de
der Erde, das Licht der Welt». ZH Matthaus 5, 13-16, y, mediante una palabra de amenaza (será pi- Alejandría (cf., a propósito, RAC I, 271-283).
á x w v , á x o u a a , á x o v akón, akousa,
en Mélanges E. Tisserant I, Rome 1964, 365-387; soteada por los hombres; cf. 7, 6), haciendo Hech 6, 9; 18, 24.
akon involuntario* Schutz, Q, 470-472; J. B. Soucek, Salz der Erde und referencia a un juicio futuro. Me, que coinci-
1 Cor 9, 17. ThWNT II, 647. Licht der Welt: ThZ 19 (1963) 169-179; H.-Th. Wrege,
de con la versión de Le, enlaza el logion con
Die Uberlieferungsgeschichte der Bergpredigt, Tübin- 'AXe|av8QÍvog, 3 Alexandrinos de Ale-
gen 1968, 27-31; H. Zimmermann, «Mit Feuer gesal- lo que precede, dándole la forma de una sen-
jandría*
á.'káfiaoTQOg, ov, 6 y tj alabastros ala- zen werden»: ThQ 139 (1959) 28-39. tencia clave: «Porque todos serán salados con
Hech 27, 6; 28, 11, dícese en ambos casos
fuego» (v. 49). De esta manera, la imagen se
bastro, frasco de perfume* 1. En el NT, el sustantivo, exceptuado el de una nave matriculada en Alejandría.
convierte en enigma con acritud paradójica.
(También aká\\aoXQo\, ov, %ó alabastrorí) pasaje de Col 4, 6, se encuentra únicamente La palabra que habla del fuego (como medio
Mt 26, 7; Me 14, 3 (bis); Le 7, 37. En vez en la tradición sinóptica. Las 7 veces que apa- de purificación, cf. Mal 3, 2s y passim) da un 'AXé^avÓQO?, ov Alexandros Alejandro*
del femenino, Me 14, 3 Sin A D pm tienen el rece se hallan en la «sentencia acerca de la nuevo sentido a la palabra de la sal. Y este Nombre de persona. Lo llevaron diversas
masculino, y G W 0 X, <p el neutro. sal» Me 9, 50 (ter); Mt 5, 13 (bis). En Me la nuevo sentido se expresa en la aplicación ca- personas: Me 15, 21; Hech 4, 6; 19, 33a.b; 1
'AXé^avbQOC, - áX/fídeicx 172 173 UA.I|l/i-'U( 174
171

Tim 1, 20; 2 Tim 4, 14. Tan sólo los dos pasa- 1. Los escritos paulinos, déutero-paulinos sino también la concepción veterotestamenta- 11, 10) y «del evangelio» (Gal 2, 5.14; cf. Col
jes de las Pastorales se refieren eventualmen- y joánicos ofrecen 92 casos de las 109 veces ria aceptada así de que la verdad es un acto (cf. 1, 5), mientras que Jn entiende á>ir|'r>Eia en
te a la misma persona. que aparece áX.r|'&eia en el NT. Una distribu- también 1QS 1, 5 y passim). akiftzia. por su sentido absoluto. áWifteía como genitivo de-
ción parecida encontramos con respecto a akr\- contenido puede aproximarse a SiKctioo"úv"n, terminativo se halla dependiendo, entre otros,
•Qr\q: 21 de las 26 veces. En lo que respecta a justicia; el término veterotestamentario sedeq de nvtvyLa, espíritu, (Jn 14, 17; 16, 13; 1 Jn
áXeVQOV, oí), t ó aleuron harina de trigo* áXri'fHvóg hallamos la siguiente distribución: puede traducirse por áX,r|'f}£ia. Por tanto, 4, 6) y Xóyoc,, palabra, (2 Cor 6, 7; Ef 1, 13;
Mt 13, 33 par. Le 13, 21 en la parábola de la 13 veces en Jn y en 1 Jn, 10 veces en Ap y 1 áXi^eía se convierte en rectitud..En el len- Col 1, 5; 2 Tim 2, 15). En las Pastorales es ca-
levadura. vez en Pablo, apareciendo otros 4 testimonios guaje helenístico óX^deía significa también racterística la expresión eíc; éjtíyvcoaiv akx\-
más. De las 18 veces que aparece oAri'frcbg, 8 la realidad divina, formulada más precisamen- •&EÍa5, para el conocimiento de la verdad, don-
las encontramos en Jn y en 1 Jn, 9 en los si- te en la literatura gnóstica hasta convertirse en de el sentido de áX/rpíreía se acerca ya al de
á J o ^ e í a , ag, i\ aletheia verdad nópticos/Hech y 1 en Pablo, cdrifte-úco apare- la realidad divina que se revela y que es con- la «recta doctrina» (Bultmann, en ThWNT I,
á^Ti-íteúco aletheuó decir la verdad, ser veraz* ce 2 veces (Gal y Ef). cebida como sustancia, en contraste con el 244s). Entre los giros con preposición hay
áX,Trf>r|S, 2 alethes verdadero, veraz, genuino mundo malvado de la materia, que es el mun- que destacar: ser de la verdad (Jn 18, 37; 1 Jn
áXryíkvóg, 3 aléthinos veraz, verdadero, fiable do que se encuentra ante nosotros. 2, 21; 3, 19; que se identifica con «ser de
2. Según el uso lingüístico del griego anti-
áXTy&cog alé~th5s (adv.) verdaderamente, en También en el NT áXrí'&Eía significa en Dios»; Schottroff, 228, -> 4) y en (év) la ver-
guo, la formación cdrífteía, derivada de
realidad buena parte, en cuanto es un término teológi- dad (passim, por ejemplo caminar en la ver-
XavMvco/Xridü) (ocultar o encubrir algo a al-
guien) y a privativa, significa la cosa, en camente relevante (sobre todo en Pablo y en dad: 2 Jn 4; 3 Jn 3s). En construcción coordi-
1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Contenidos se-
mánticos - 3. Campo referencial - 4. La verdad en Pa- cuanto es una cosa dicha. Decir la cdr|freia Jn, -> 4), la verdad desvelada por Dios, y por nada, áX/r|19'Si,a se halla principalmente junto
blo y en Jn. significa: decir «tal y como es» (Boeder 99; de cierto tanto en sentido noético como en senti- a jr,V£Üu.a, espíritu, (Jn 4, 23s), XÚQic;, gracia,
manera parecida Frisk, Wórterbuch I, 71). En do óntico. (Jn 1, 14, 17; cf. la expresión veterotestamen-
Bibl: i. Becker, Das Heil Gottes (STUNT 3), Got-
cuanto a la época clásica, sigue sin refutar la Los adjetivos á)a]'üsr|g y áX.rj'&ivóg, que por taria hesed w'emet), Sixaioo"úvr|, justicia, (Ef
tingen 1964, 214-237; J. Blank, Der ¡oh Wahrheits-
begriff: BZ 7 (1963) 163-173; H. Boeder, Der früh- prueba aducida principalmente por Heidegger su contenido coincidían ya en buena parte en 5, 9), níoxiq, fe, (1 Tim 2, 7) y áyám], amor,
griech. Wortgebrauch vori Logos und Aletheia: Archiv y Bultmannn (Exegetica, 144ss), según la cual el griego clásico, reúnen en sí en el NT todos (2 Jn 3).
für Begriffsgeschichte 4 (1959) 82-112; R. Bultmann, a b í t e l a significa verdad en el sentido de no los matices del espectro de significados de En Jn se nos dice que Dios es áXTjíhíc; y
Untersuchungen zum Joh-Ev., en Exegetica, Tübingen áXri'&ivóg, porque Dios en el Hijo se revela
1967, 124-197; P. Friedlander, Platón I, Berlin 21954, ocultamiento (es decir, ¡en sentido etimológi- áWi'freía: verdadero en el sentido de fiable,
233-248; L. Goppelt, Wahrheit ais Befreiung. Das ntl. co!, Heitsch en contra de Friedlander) y de firme, real, veraz, fiel, akrftíhc,, y de manera como la Verdad (3, 33; 7, 28; 8, 26; 17, 3;
Zeugnis vori der Wahrheit nach den Joh-Ev., en H. R. apertura de la cosa real que se muestra y, por semejante EJI' á^redeíag (7 de las 10 veces sobre 1 Jn 5, 20 cf. R. Bultmann, Die Johan-
Müller-Schwefe (ed.), Was ist Wahrheit? Hamburger tanto, es percibida, y que, por consiguiente, que aparece áX.f|deia en Sinópticos/Hech) nesbriefe [KEK], 92s). Por eso, es también
Theol. Ringvorlesung, Góttingen 1965, 80-93; M. Hei- significativo de la teología joánica el que
2
degger, El ser y el tiempo, México 1980, § 44; Id., en total continuidad con el uso lingüístico significa: efectivo, casi con la significación
Vom Wesen der Wahrheit, Frankfurt a. M. '1976; Id., antiguo, es realidad y autenticidad o rectitud de: no se permiten dudas. - áX/n'fre'úcü signifi- áX,T]'&rjg se halle también junto a u.aQTUQÍa,
La pregunta por la cosa, Barcelona 1985; E. Heitsch, del enunciado del discurso que hace ver ca en Gal 4, 16: decir la verdad, en Ef 4, 15: testimonio, (5, 31s; 8, 13s; 21, 24; 3 Jn 12;
Die nichtphilos. Aletheia: Hermes 90 (1962) 24-33; Y. (Aristóteles, De Interpretatione, 4,17a: Xóyog ser veraz, sincero (en el amor). áXri'&ivóg aparece únicamente en 19, 35 =
Ibuki, Die Wahrheit int Joh-Ev. (BBB 39), Bonn 1972; «redacción eclesial»; cf. Tit 1, 13). Dentro
A. Jepsen, en DTAT I, 310-343; E. Kasemann, Jesu cmocpavTixóg; Heidegger, Logik, 127ss). En
letzter Wille nach Joh 17, Tübingen H971; K. Koch, cuanto la áX.ri'&eía desvela la conducta del ha- 3. A veces áX/ri-S-sia es sujeto (Jn 1, 17; 8, de esta dirección del pensamiento, Cristo
Derhebr. Wahrheitsbegriff im griech. Sprachraum, en blante, significa veracidad. Para el significado 32.44; 1 Jn 1, 8; 2, 4; 2 Cor 11, 10; Gal 2, 5; (en Jn 7, 18; 1 Jn 5, 20e; Me 12, 14 par. Mt
R. Müller-Schwefe (ed.), Was ist Wahrheit? Hambur- de áW|freia en el NT, es decisivo el hecho de Ef 4, 21) o predicado nominal (Jn 14, 6; 17, 22, 16 á^ridivóg significa que Jesús es ve-
ger Theol. Ringvorlesung, Góttingen 1965, 47-65; J. 17; 18, 38; 1 Jn 5, 6; 2 Cor 7, 14), y con mu- raz) y el pan del cielo que significa a Cristo
Lozano, El concepto de verdad en san Juan, Salaman- que el término hebreo del AT 'emet (fiabilidad,
firmeza) se traduce casi siempre, en la LXX, chísima frecuencia es objeto en acusativo de- (Jn 6, 32), la carne y la sangre sacramenta-
ca 1963; J. Murphy-O'Connor, La «vérité» chez saint
Paul et a (¿unirán: RB 72 (1965) 29-76; I. de la Potte- por áXtcOeta, con lo cual se pierde en buena pendiendo de verbos de decir, conocer y saber les (Jn 6, 55), y otras cosas por el estilo son
rie, La vérité dans Saint Jean, Rome 1977 (bibl.); G. parte la dimensión histórica de 'emet y la de- (principalmente en Jn); pero es también im- también verdaderos. Para Pablo (en Rom 3,
Quell-G. Kittel-R. Bultmann, áXTÍteía m"k., en Th
notación ontológica de la á n d e l a griega se portante la expresión hacer la verdad, que 4) Dios es á^T)'&TÍ5 en el sentido de que es
WNT I, 233-251 (bibliografía hasta 1931); R. Schnac- aparece dos veces (Jn 3, 21; 1 Jn 1, 6). Es sig- veraz; en cambio, en 1 Tes 1, 9, lo de «al
kenburg, El Evangelio según San Juan II, Barcelona modifica, porque no se trata de la apertura del
nificativa la construcción con dativo: no obe- Dios vivo y verdadero (á?a]íHv(¡))» podría
1980, 264-280 (excursus: El concepto joánico de ver- ente en su ser. á)o|'&eia se convierte precisa-
dad); R. Schnackenburg-P. Engelhardt, en LThK X, decer a la verdad (Rom 2, 8; Gal 5, 7; cf. 2 ser una fórmula de misión tomada del judais-
mente en la revelación trascendente (Koch,
912-920; L. Schottroff, Der Glaubende und die feind- Tes 2, 12; 1 Pe 1, 22). Principalmente son ca- mo. En Ap áXri'thvóc; es atributo de Dios (6,
60). Es ajena a la mente griega no sólo la tra-
liche Welt (WMANT 37), Neukirchen-Vluyn 1970, racterísticos de Pablo, refiriéndose a áW|- 10), de Cristo (3, 7.14; 19, 11), de los cami-
228-296; Spicq, Notes, Suppl. 16-37; E. Tugendhat, ducción literal que en la LXX se hace de 'asá
fteta, los genitivos atributivos: «de Dios» nos de Dios (15, 3) y de sus juicios (16,
Der Wahrheitsbegriff bei Husserl und Heidegger, Ber- 'emet por jtoieív á)o|"r}ei,av, «hacer la verdad», (Rom 1, 25; 3, 7; 15, 8), «de Cristo» (2 Cor
lin 1970; H. Wildberger, en DTMAT I, 276-319. 7; 19, 2) y palabras (19, 9; junto a Jiioxóg,
175 áXrideía 176 177 á^rjdeía 178

fiel: 21, 5; 22, 6). En lo que respecta a los de recomendarse a sí mismo en 2 Cor, Pablo presente en la óixaioo"úvr| •freoíi. Con ello el joánico «misterio del Mesías»). Esos enun-
demás escritos del NT, «verdadero» no es un habla en 4, 2 sobre la revelación, qpavéQOoaic;, áX.ri'&Eía adquiere casi el sentido de 5ixcuo- ciados son la descripción «teológica» de que
término característico. de la verdad. Tan sólo en el acto de la revela- oúvr) -9-80Í). En el sentido del 'emet del AT, la capacidad de creer se da como un don. Así
ción de la verdad desaparece la duda sobre la óAfj'freía significa en Rom 3, 7; 15, 8 la fide- como el «devenir» de la verdad de Dios en la
4. El concepto de verdad no fue tema de la integridad y la legitimidad de aquel que la lidad de Dios al pacto. El pasaje de 9, 1, lo encarnación es iniciativa de Dios, así lo es
predicación de los Sinópticos, y no lo fue proclama. Por tanto, es propio de la verdad mismo que 2 Cor 11, 10, es fórmula de jura- también el revelarse de esa verdad, cuando
tampoco, seguramente, del Jesús «histórico». proclamada el tener la fuerza para imponerse mento. A pesar de 1, 18 y 3, 7, vemos que uno la capta con fe. El que es de la verdad,
Sin embargo, si áX,r|deia es importante para a sí misma. áXri'Qma, según eso, no es el sim- áXri'uma, por ser usado atemáticamente, no es oye a Jesús, es decir, oye la voz de Dios, 18,
la teología paulina y constitutivo de la teolo- ple objeto de un enunciado, aunque Pablo en Rom un concepto dominante. Ahora bien, 37; el que no es de Dios, no puede oír su voz;
gía joánica, entonces en esa reflexión teológi- puede decir en 2 Cor 12, 6: «Digo la verdad» precisamente en 1, 18 encontramos la trayec- en efecto, esa persona es «del diablo, que es
ca se expresará también conceptualmente lo Como verdad proclamada, se convierte en toria que parte de Gal y pasa por 2 Cor, y en (su) padre», el cual, por su parte, cuando dice
que constituía la fuerza motivadora de la pre- verdad que acontece y, como tal, en poder de- la cual se expresa la siguiente idea: la verdad la mentira, «habla de lo que es propio de él»,
dicación de Jesús. El amén (-> á\ir\v) típico terminante para el oyente abierto, quien en el es la presencia de Dios que, de acuerdo con la 8, 40ss. El increyente sólo puede preguntar
de Jesús es un acto lingüístico por el que Je- oír «se convierte él mismo en £iX,ixQtvr|g y, perdidamente: «¿Qué es la verdad?», 18, 38.
voluntad divina, se ha revelado por medio de
sús reclama la autoridad de la verdad divina por tanto, es capaz de ver que también el pro- Resumiendo: La verdad sé abre y se revela a
la proclamación y que, por esa misma razón,
(cf. Jeremias, Teología, 50s). Y, desde luego, clamador de tal áX.ri'freía está determinado, él quien no se cierra ante ella. El carácter de
tiene el carácter de poder y majestad.
«amén» tiene el mismo tema que 'emet. mismo, por eíXixoíveía» (R. Bultmann, Der apertura y revelación de la verdad se concibe
La hipótesis de que Pablo, en Rom 2, 20,
a) El uso de á)v,T)-&eia en Pablo apare- zweite Korintherbrief [KEK], 104). 2 Cor 6, 7 activamente: Dios se «exegesiza» [= se da a
habla de «la encarnación del conocimiento y
ce clarísimamente en la visión cronológica establece una coordinación entre «en la pala- conocer] (1, 18) como la Verdad en Aquel a
de la verdad en la ley», tf)v fxÓQcpcúoav xfjg
de sus cartas. De las tres veces que aparece bra (X,óycp) de la verdad» y «en el poder (bv- quien él envía como la Verdad, Dios se mues-
Yvcóaerog xcd tfjg áX/nfreíag év vóucp, como
en Gal (3, 1 es secundario según C Koiné y váftei) de Dios». Y, así, en 13, 8 áX.r|d8ia es tra activamente como la Verdad.
la verdad superpoderosa que hace que se co- una cita tomada de un escrito judío de misión
otros), vemos que áX.r|deia se halla concreta- (H. Lietzmann, Rómerbrief [HNT], 43), sigue
da 2 veces por el genitivo determinativo xov nozca a Dios (ibid. 250). Es sorprendente en 2 Cuando R. Bultmann, Das Evangelium des Jo-
Cor el uso absoluto de áW|deia (tan sólo en siendo una hipótesis digna de mención. hannes (KEK), 332s, deduce el concepto de
eíiciYYeX.ío'u (2, 5.14); en 5, 7 (TTJ áToi-freíg,
b) También Jn entiende la verdad como áX,r|#eta en Jn de la concepción griega de la
con p46 C D Koiné y otros) aparece un uso ab- la fórmula de juramento de 11, 10 encontra-
apertura de todo ente en general, porque la cues-
soluto de ódrideía con el mismo sentido. Así mos el genitivo XQIOTOÍJ). En 7, 14 áX.r|deia acontecimiento. En todo ello no le interesa
tión acerca de la áWi'freía en Jn se orientaría por
que el concepto aparece clarísimamente en el significa la veracidad de Pablo. En Flp 1, 18 expresar conceptos bien perfilados. Por un la- la cuestión que interroga acerca de la vida y bus-
contexto de la revelación proclamada. Ahora áMi^Eía vuelve a ser la veracidad del procla- do, por medio del Logos que se hizo carne, ca el sentido auténtico del hombre que está pre-
bien, Pablo no comprende todavía el evange- mados tanto más que se opone al pretexto, «llegó a ser» (la gracia y) la verdad, 1, 14.17; ocupado por su propio ser, no debemos olvidar
lio, cual lo hará más tarde en Rom, como la nQÓtpaoiq. por otro lado, Jesús, por ser el Revelador, que esa interpretación pretende hacerse en el te-
Sorprende en Rom una curiosa reserva en «es» el camino, la verdad y la vida, 14, 6. Tan rreno del análisis existenciario de Heidegger, el
poderosa cuasi-presencia del Dios que se re-
cual se basa -a su vez- en la comprensión griega
vela en la «justicia de Dios» (->• 8ixccioo"úvr| cuanto al uso de áWiíreía. En la parte decisi- sólo porque él «es» la verdad, «dice» y da tes- de la á^ri^eía como apertura y revelación. De es-
deoü) -¡este concepto no lo conoce todavía el va de la Carta, que es 3, 20-8, 29, no aparece timonio de ella (8, 40.45s; 16, 7; 18, 37). Co- ta manera, la comprensión joánica de la e d í t e l a
Pablo de Gal!-. Por eso, á n d e l a podría im- el término áXr|'freia. Es verdad que en 1, mo «la misma realidad de Dios que se revela, puede entenderse como la modificación específi-
plicar aún en Gal, en cierto sentido, el signifi- 18-3, 20 el pecador, tanto judío como gentil, que acontece en él» (Bultmann, Teología, camente teológica de la comprensión griega de la
cado de «verdadero contenido del mensaje di- se ve marcado negativamente por la verdad de 434), Jesús significa para el creyente que co- verdad. Claro que podemos preguntarnos si la
vino». Claro que en el fondo de 5, 7 («no noce y ve (14, 9) la realización de la vida comprensión bultmanniana de la cdrideía no es-
Dios, a la que él ha aprisionado (1, 18.25) o
tará ya más cerca de la obra de Heidegger titula-
obedecer a la verdad», cf. Rom 2, 8) se en- sobre la que incluso ha tenido pretensiones (2, eterna concebida como presente (5, 24s). da «Vom Wesen der Wahrheit» [trad. esp. «De la
cuentra ya la tendencia a comprender la ver- 8.20). Ahora bien, precisamente en el enun- Ahora bien, conocer la verdad significa estar esencia de la verdad»] (sobre este escrito como
dad del evangelio como representación del ciado de 1, 18, que es antitético del lugar car- libre de «hacer el pecado», 8, 31ss. El hecho documento de la Kehre [= «conversión»], cf. Tu-
Dios que se revela en Cristo. dinal de la Carta, 1, 16s, áX.ri'&Eía aparece co- de que, por otro lado, se hable de «hacer la gendhat, 377s) que de la interpretación existen-
mo la verdad revelada de Dios (R. Bultmann, verdad» (3, 21), por medio de lo cual se abre ciaria de la verdad que se da en la obra «El Ser y
En 1 Cor se encuentra áX.Tffreía en antítesis el Tiempo» (trad. esp. de José Gaos) § 44. De la
con injusticia, áóixíct, 13, 6, y se refiere por en ThWNT I, 244, 8s; E. Kasemann, An die el acceso a la luz (la nueva comprensión de sí
crítica de Tugendhat sobre la concepción Beideg-
tanto a la conducta del hombre; en 5, 8 me- Romer1 [HNT], 35; otra es la opinión de O. mismo, captada en la fe), muestra que Jn no geriana de la verdad se derivan preguntas críticas
diante la coordinación de áX.t|deta y los sen- Michel, Der Briefan die Romer3 [KEK], 62: pretende ofrecernos una teoría armónica acer- acerca de la exégesis de la áWi&eict joánica, que
timientos puros, eDaxQÍveía, se indica una «el recto comportamiento»). Esto encaja en el ca de una psicología del llegar a la fe. Por de no podemos detenernos aquí a estudiar.
idea que se desarrolla en 2 Cor 3s (cf. infra). enunciado fundamental de 1, 16s: Dios, como pronto, lo prohiben los enunciados «predesti- La réplica más importante que se diera a la
En el curso de la exposición acerca del hecho el que se revela, se halla majestuosamente nacionistas» (por ejemplo, 8, 34ss; 12, 37ss: concepción de Bultmann fue la réplica de De la
179 áXií'&eía - áXr\-&w<; 180 181 ctXieúg - áXXá 182

Potterie. Más importante que su rechazo del ori- Dios (sobre la diferencia entre Qumrán y Jn, cf. áXllÚC, é«»5, ó halieus pescador* nifica propiamente de manera distinta y de-
gen histérico-religioso de la temática de la Braun, Qumrán II, 121ss). De la Potterie se es- En plural también áXeelg; Blafi-Debrunner signa cosas distintas y opuestas, separaciones
áXr|d8ia joánica en el dualismo (griego y) gnós- fuerza por derivarlo todo del AT y del judaismo. § 29, 5. Mt 4, 18.19; Me 1, 16.17; Le 5, 2. W. y nuevos comienzos, a) En la mayoría de
tico (cf. infra), es su intento de impugnar que la Sólo consigue demostrarlo en parte, porque hay los casos, áXXá significa pero (Jn 16, 20;
áA,r|$eia joánica sea la verdad de Dios revelada. que tener en cuenta los tempranos entrelaza- H. Wuellner, The Meaning of «Fisher of
«La verdad... no es identificada con Dios, sino mientos que se produjeron entre el pensamiento Men», Philadelphia 1967; R. Pesch: EThL 46 cf. Le 24, 21 con áXXá ye pero incluso) o
con Cristo y con el Espíritu» (1009). Pero habrá judío, el pensamiento helenístico y el pensa- (1970) 413-432; J. D. M. Derretí, r H a a v yaQ b) -después de negaciones (eventualmente
que pedir aclaraciones sobre si esto no sería con- miento gnóstico. á k e í g (Mk I, 16): NovT 22 (1980) 266-277. implícitas)- sino, más bien, no (Mt 5, 17; 11,
cebir demasiado estrechamente la idea joánica de -»• áv&Q(onoq 2.b. 8.9 par. Le; Le 14, 10.13; Jn 7, 39; Hech 19,
la encarnación: ¡Dios se revela en el hombre Je- En las Cartas joánicas, por contraste con 2; Rom 8, 37; 1 Cor 10, 20; después de oiiyí:
sús! ¿Se tendrá en cuenta esto suficientemente
el Evangelio de Jn, se observa cierto despla- Le 1, 60; 12, 51; 13, 3.5; 16, 30; Jn 9, 9; Rom
cuando De la Potterie llega a la conclusión: «Só-
lo el Verbo encarnado estaba lleno de verdad, él zamiento de los acentos en cuanto al signifi- áXiEVW halieuó pescar* 3, 27). c) Después de negaciones en las que
solo fue la revelación (1, 18)...» (1011)? ¡Por tan- cado de la ceAr|§eia, un desplazamiento que aparece aXAog (extQog) o hay que suponerlo
Jn 21, 3 «Voy a pescar».
to, no había tampoco ninguna «Verdad preexis- va de la «realidad de Dios» (pero cf. todavía, implícitamente, vemos que aXXá (o akl' v¡)
tente» ! por ejemplo, 2 Jn Ib) a la «actitud del creyen- tiene el sentido de sí (ir| si no, a no ser (Me
te» (por ejemplo, 1 Jn 1, 6.8; cf. R. Schna- 4, 22; 2 Cor 1, 13). El aXX' r\ de Le 12, 51
ttXÍ^(i) halizó salar
ckenburg, Cartas de san Juan, 120: «El ele- (BlaB-Debrunner, nota 9; «nada más que») co-
Ahora bien, si la verdad es acontecer de -»• aXag.
mento moral es aquí decisivo»), en todo lo rresponde más bien al apartado b (cf. Bauer,
Dios, más aún, si es precisamente Dios como cual no podemos pasar por alto, desde luego,
acontecer, entonces se integra orgánicamente la), d) Después de oraciones concesivas
que el ethos cristiano concreto tiene sus raíces
en esta idea la vinculación entre Espíritu (-> á X í o y t m a , a t o § , TÓ alisgema contami- con EL x a í (EÍJCEQ) O s á v vemos que aXXá
en la realidad divina (= ¡revelación!). Es sig-
jtveÜLta) y Verdad: a Dios hay que adorarlo nación* significa sin embargo (Me 14, 29; 1 Cor 4,
nificativo el pasaje de 1 Jn 2, 4, donde se en-
en el Espíritu y en la Verdad, Jn 4, 23s. El Es- Hech 15, 20: Contaminación por los ídolos 15; 8, 6; 9, 2 [con aXXá ye sin embargo al
trecruzan ambas ideas. Todo el conjunto se
píritu de la Verdad introduce en toda la Ver- (TC&V EÍC-ÜACÜV). menos]; 2 Cor 4, 16; 5, 16; 11, 6; Col 2, 5; cf.
enuncia en el marco de la polémica contra los
dad, 16, 13 (seguramente, con Sin D y otros: Rom 6, 5 con akXá x a í ciertamente también,
herejes.
év Tfj áX.Tjíreíg náar\), es decir, interpretará después de un el condicional), e) En énfasis
H. Hübner akXá alia sino, pero retóricos áXXá significa aun (hasta) (Le 12,
como «verdadera» la persecución de que son
objeto los discípulos (15, 18ss), es decir, la 1. Uso del vocablo - 2. Significación - 3. Empleo 7; 16, 21; Jn 16, 2; Flp 1, 18 y -con la yuxta-
interpretará como cosa conforme a la glorifi- en Jn y en Pablo. posición de conceptos que se van intensifi-
áXt|deí)a> aletheuo ser veraz, decir la verdad cando- 1 Cor 6, 11 [2 veces]; 2 Cor 2, 17; 7,
cación, acaecida en la cruz, de la verdad en- Bibl.: Bauer, Worterbuch s.v.; BlaG-Debrunner, §
-v áX.ij'Oeía. 448; Kühner, Grammatik § 534; Liddell-Scott s.v. 11 (6 veces].12 v.l. y también Flp 3, 8 con
carnada en Jesús. Y, así, Jesús envía a los dis-
cípulos como santificados en la Verdad, 17, Mayser, Grammatik II/3, 116-119. áXXá U.EVOÜVYS aún más [BlaB-Debrunner §
17ss. 441,6]). f) En las exhortaciones, áXXá pre-
áXl]thjg, 2 alethés verdadero, sincero, au- 1. áXXá aparece en el NT principalmente tende dar más énfasis en el sentido de ¡ea,
téntico en Pablo y en Jn. Y, así, Rom, 1 Cor y 2 Cor ahora...! (Me 16, 7; Hech 4, 17; 9, 6; 10, 20;
Es discutida la derivación histórico-religiosa ofrecen, cada uno de estos documentos, tantos
que se hace de la akr\&eia joánica. La hipótesis -*• akry&eía. 20, 16).
de Bultmann de que el dualismo joánico entre la testimonios del uso de este término como Mt
verdad y la mentira hay que entenderlo como el y Le juntos, a saber, unos 70 testimonios; en
dualismo entre las dos posibilidades del existir á X l ^ l / v ó s , 3 alethinos veraz, verdadero cambio Col y 2 Tes ofrecen tan sólo 3 6 5 res- 3. En Jn la expresión ovn... aXká (aXk'
humano (Dasein) en contraposición al dualismo ->• oiX.TJ'deía. pectivamente, y Jn con 102 testimonios ofre- iva), iva... |xf)... áXXá acentúa la intención
gnóstico que piensa en categorías de sustancia, ce más del doble que Me con 45. La combina-
podría seguir siendo la solución más convincen- salvífica de Dios y de su Enviado (3, 15.
ción aXXá x a í aparece con sorprendente 16.17; 5, 24; 6, 39; 12, 47). Con oíix... áXXá
te, aunque habría que aportar considerables mo-
dificaciones a la gnosis mitológica reconstruida áXr|dw aletho moler (grano)* frecuencia en Rom (12 veces; cf. 2 Cor y Jn Jesús remite y apela a Aquel que le envió (ca-
por Bultmann. Las concepciones de Kasemann y Mt 24, 41 par. Le 17, 35: dos (mujeres) que con 6 testimonios en cada documento), áXX' si siempre se dice ó né\ityag) 5, 30; 6, 38; 7,
de Schottroff acerca del carácter gnóstico de Jn están moliendo (con la piedra de molino). oí) (oí)5é) en 1 Cor (12 veces) y aKX' i v a en 16.28; 8, 16.42; 12, 44.49; 14, 24. Pablo em-
desconocen de diferente manera la importancia Jn (10 veces; en los demás casos, sólo aislada- plea áXXá especialmente para expresar énfa-
de Jn 1, 14s. El mérito de Becker de haber pues- mente).
to de relieve claramente una vez más los estre- sis y antítesis. En la enfática contraposición
chos paralelos entre Qumrán y Jn se relativizan tt>vt)i}(og aléthos (adv.) verdaderamente, en de frases enteras, efectuada mediante la ex-
porque este autor no tiene debidamente en cuen- realidad 2. La partícula adversativa aXká se deriva presión (que se encuentra únicamente en él):
ta la cdr|íreici joánica como autorrevelación de -> áA.íi'9'Eia. etimológicamente de áXXoq y, por tanto, sig- ov ixóvov 5é, áXXá x a í y no sólo esto, sino
183 áXXá - ÓCM,T|YOQ8Ü) 184 185 áXXT)YOQ8CD - áXX.r|A.ov'iá 186

que también, el tema es siempre (con excep- 3. En la acusación contra los gentiles, que gung, Paderborn 1972; Haag, Diccionario, 658-661; J. 4. El único testimonio literal del término
ción de 2 Cor 8, 19) la promesa (Rom 5, 3.11; han errado en cuanto al conocimiento de C. Joosen-J. H. Wasznik, en RAC I, 283-293; L. Gop- (como participio de presente en voz pasiva) es
8, 23; 9, 10). En antítesis se mueve con espe- pelt, en RGG I, 239s; H.-J. Klauck, Allegorie und
Dios, Pablo escribe que esos gentiles «cam- Allegorese in den synopí. Gleichnistexten, Münster i.
Gal 4, 24 y dice así: óVuvá écruv akhí\yo-
cial frecuencia su discurso, cuando se trata de biaron la gloria del Dios incorruptible por una W. 1978; H. Lausberg, Handbuch der literarischen QOÍi^sva todo esto está dicho alegóricamen-
la justificación (Rom 3, 27; 4, 4.13; 6, 14.15; imagen en forma de hombre corruptible y de Rhetorik, München 1960, § 895-901; F. MuBner, Der te. Con arreglo al contexto del NT (Gal 4,
8, 4.9.15; 9, 12) o del servicio y ministerio del Galaterbrief, Freiburg i. Br. 1974, 319s; H. Schlier, 22s) y mirando retrospectivamente al AT
aves...» (Rom 1, 23). La formulación enlaza Der Briefan die Galater, Gottingen 41965, 218s; J.
Apóstol (1 Cor 1, 27; 2, 4.5.7.13; 4, 19.20; 2 con el Sal 105, 20 LXX y Jer 2, 11. Como (Gen 16, 15; 21, 2), lo que se propone Pablo
Tate, en OCD, 45s.
Cor 1, 12; 3, 5; 4, 5; 10, 4.18; Gal 1, 1.12.17). adecuada retribución por ese cambio por el es establecer una antítesis entre Agar y Sara, y
Densamente comprimido se halla otix... aXká más todavía entre los respectivos hijos de las
cual los gentiles trocaron al Creador por su 1. áXAriYOQECD, de álXo aYOQEÚro digo al-
en la descripción dialéctica del hombre en mismas: Ismael e Isaac. La manera de hablar
criatura, Dios ha abandonado a los gentiles a go de manera distinta (de lo que pienso) o
Rom 7, 15.17.19.20, así como también el im- alegórica (o más acertadamente: la alegoría ti-
vicios degradantes: «Porque las mujeres cam- pienso algo de manera distinta de como lo di-
perativístico ftr| álXá en la parénesis de 12, pológica) dice con todo ello: las dos mujeres
biaron las relaciones sexuales normales por go, es decir, explico (designo) algo en imáge-
2.3.16.19.21. Sobre el cristológico OVK... con sus respectivos hijos simbolizan los dos
las que son contra la naturaleza» (Rom 1, 26). nes y plásticamente. El término básico ¿YO-
á U á en Flp 2, 6s cf. P. Grelot: Bib 54 (1973) testamentos, el antiguo pacto de la esclavitud
Aquí, lo mismo que en Rom 1, 25, se emplea QEÍICÚ pregono en voz alta, digo públicamente
25-42. Con áKk' ovbé Pablo describe la para- a la ley (promulgado en el Sinaí) y el nuevo
el verbo compuesto [izxaXKáoatí) con el mis- hace referencia al logos, al discurso, y perte-
doja que se da en la conducta cristiana (1 Cor pacto de la libertad de Cristo (dado para la Je-
mo significado. nece por tanto a la terminología de los con-
10, 23; cf. 6, 12) y en la existencia apostólica rusalén de arriba, la espiritual). A esta última
ceptos retóricos y hermenéuticos (Lausberg).
(1 Cor 4, 3.4; 9, 12; 2 Cor 4, 8a.9a.b; cf. 2 pertenecen los gálatas como hijos libres que
Tim 1, 12). 4. Según Hech 6, 14 los judíos acusan a 2. Los primeros testimonios del vocablo pro-
Esteban de que él ha enseñado que Jesús ha ceden de la época helenística tardía (Ateneo, Plu- son. Los dos ámbitos muestran realidades en
W. Radl de destruir el templo y «cambiar las ordenan- tarco), y luego se encuentran principalmente en distintos planos y en sentido diferente. Lo co-
zas que Moisés nos dio». Según Le, esto es un Filón y en Josefo; En el NT el término se halla mún lo expone Pablo en una (audaz) conclu-
atestiguado en Gal 4, 24 como hapax legomenon. sión de analogía, que señala hacia el futuro e
akkáoov) allassó cambiar, alterar* «falso testimonio», pero podría reflejar la ac-
(No aparece en la LXX.) Pero la realidad signifi- indica la misteriosa acción de Dios (tanto en
titud crítica adoptada por los «helenistas» con cada es más antigua; de ello da testimonio ímó-
1. El verbo significa «cambiar» en el senti- respecto a la ley. el antiguo como en el nuevo pacto). Cf. re-
voia (Jenofonte, Platón, Aristóteles) con un sig-
do más amplio. Al final de una exhortación de Heb 1, lOss expone lo elevado que está el nificado sinónimo. También la tipología em- cientemente F. Pastor Ramos: EstB 34 (1975)
estilo personalísimo dirigida a los gálatas, Pa- Hijo por encima de toda la creación, valién- pleada a menudo por Pablo como referencia dada 113-119; C. K. Barrett, en FS Kasemann, 1-16.
blo les escribe diciendo que le gustaría estar dose para ello de una cita del Sal 102, 26s: el por Dios para el futuro (cf. Rom 5, 14; 1 Cor 10,
6.11) pertenece bajo ciertas condiciones a este A. Kretzer
ahora con ellos y «cambiar su voz» (Gal 4, cielo y la tierra «serán cambiados incluso co-
29). Frente a la hipótesis de que se trata de campo; hay que mencionar también las interpre-
mo una vestidura». taciones alegóricas de las parábolas en Me 4, 13-
cambiar una vez el tono de la voz (¿para en- H. Merkel akfai\koviá. hallelouia ¡aleluya! («¡alabad
20 par.; Mt 13, 37-41.
durecerlo o para suavizarlo?, ¿para convertir- a Yahvé!»)*
lo de lenguaje humano en «lenguaje celes- 3. Como fenómeno universal en la historia de Bibl: Billerbeck III, 822; F. Cabrol, Alleluia II/l,
tial»?), será más adecuado reconocer aquí el las religiones, la interpretación alegórica relativi- en DACL I, 1229-1231; H. Kraft, Die Offenbarung
á M , a x ó d e v allachothen por otro lugar* za la significación puramente literal de un texto y
deseo de Pablo de acomodar su voz a la co- des Johannes (HNT 16a), Tübingen 1974, 240-245;
Jn 10, 1 subir por otro lugar. trata de llegar a un sentido (casi siempre ético)
rrespondiente situación del diálogo (J. Bec- E. Lohse, en RGG III, 38; H. Schlier, ál\T)\oviá, en
más profundo. Se propone defender pasajes es- ThWNT I, 264.
ker, Galaterbrief [NTD 814] 54); cf. G. Wil- candalosos o actualizar enunciados que han que-
helmi: ZNW 65 (1974) 151-154. íÚXwfpv allachou a otra parte, en otra di- dado anticuados (como sucede, por ejemplo, en la La fórmula litúrgica del Salterio, trascrita
rección* interpretación estoica de los mitos de Hesíodo y del hebreo, y que en él (con excepción del Sal
2. En 1 Cor 15, 51s Pablo escribe que los Me 1, 38 «¡Vayamos a otro lugarl». Homero acerca de los dioses). De esta manera el
método halla entrada en la literatura (SalSl; 4 135, 3) se limita a títulos y y finales de los sal-
cristianos que todavía vivan cuando se pro- Esd) y la exégesis (Agadá) judeo-rabíniea, parti- mos {haMuyá o de un tenor parecido; en la
duzca la parusía, tendrán que ser cambiados, ó,XXí\yOQé(0 allégoreo exponer plástica- cularmente del AT (cf. la interpretación de Cant), LXX unas 50 veces, siempre como título; 4^-
es decir, trasformados, ya que la «carne y la mente (explicar)* y satisface no menos la predilección de los orien- Xt|Xo'Uiá también en Tob 13, 18; 3 Mac 7, 13),
sangre» no pueden heredar el reino de Dios; tales por las imágenes y los símbolos misteriosos, aparece en la literatura cristiana primitiva (se-
1. Etimología y significado - 2. Testimonios y cam- por sugestivas comparaciones y por alusiones
lo perecedero tiene que convertirse en impe- po léxico - 3. Trasfondo histórico - 4. Gal 4, 24. gún los testimonios mencionados por Bauer,
enigmáticas (en el AT, por ejemplo, Ez 15; 16; Os
recedero (cf. J. Becker, Auferstehung der To- 1, 2-9). Además, se manifiesta aquí el factor di- Worterbuch VII) 4 veces en Ap 19 con motivo
Bibl: M. v. Albrecht-C. Andresen, en LAW, 121- de la descripción de un culto celestial de ac-
ten im Urchristentum, Stuttgart 1976, 96- 125; Bauer, Worterbuch s.v. F. Büchsel, &Xkr\yoQÉw, námico, orientado hacia el futuro, de la compren-
105). en ThWNT I, 260-264; J. Ernst (ed.), Schriftausle- sión bíblica de la promesa-cumplimiento. ción de gracias: en los vv. 1.3.6 se encuentra
187 áXXnÁ.o'uiá - áXXoc, 188 190
189 aXAog _ aXkdjc,

áXXr\Xov'iá al comienzo de breves himnos de rirse a varias personas que de algún modo tie- mensaje evangélico, de los contenidos del
'AAAOI von Joh. 4, 38? (1953), en Id., Vortrage und
alabanza entonados por un coro celestial; en el nen el mismo rango y que se hallan dentro de Aufsatze, Tübingen-Zürich 1966, 232-240. mismo y de las personas que lo representan.
v. 4 (evidentemente por inversión del orden li- grupos homogéneos, a fin de expresar la co- Se niega la existencia o incluso la posibilidad
túrgico usual) el cántico de alabanza de la municación entre esas personas o también la 1. El NT, al igual que la lengua griega anterior de que se pueda pensar en otro de la misma
multitud es contestado en forma responsorial conducta negativa de unas con otras (nunca se al NT, emplea alternativamente áXkoc, y -»• índole, en algo semejante o parecido o en al-
por los miembros superiores de la jerarquía emplea para expresar la relación de Jesús con ETEQO? sin diferencias de significado (cf. Büch- go equivalente. En ello están de acuerdo to-
sus discípulos o la de Cristo con los suyos; en sel; H. W. Beyer, en ThWNT II, 699). Así lo
con la exclamación de OÍ|XT]V áXXr\Xov'iá (tie- muestran sorprendentemente Gal 1, 1 y enumera- dos los testimonios del NT en general. El do-
cambio, Rom 1, 12 emplea significativamente
ne también carácter responsorial en el Sal 106, ciones como Mt 16, 14; 1 Cor 12, 8-10, entre ble mandamiento del amor es insuperable.
este término para referirse a Pablo y a la co-
48). (El v. 5 traduce seguramente áMai^ou'iá otras. Por de pronto, una estadística no depurada Ningún otro es semejante a él ni lo supera, de
munidad). Es importante teológicamente el
por «¡alabad a nuestro Dios!»). de palabras, hecha sobre los escritos del NT que la misma manera que junto al único Dios no
empleo de ákkr\k(üv para designar principal- por su extensión son más importantes para este
H.-W. Kuhn mente la conducta de los cristianos en la co- existe ningún otro dios, Me 12, 29-32. Según
tema, demuestra no sólo el hecho del empleo al- Jn 15, 24, ningún otro, nadie más, ha realiza-
munidad (la conducta que se les exige que ternativo -sin diferencias de significado- de am-
observen) en sus relaciones mutuas, acen- bos términos, sino también la predilección de tal do las obras que Jesús ha llevado a cabo. Se-
ák'ki\ko)V (-Olg -ove) allelon uno a otro, tuándose la reciprocidad, y culminando todo o cual autor por uno o por otro de los términos. gún Hech 4, 12, en ningún otro hay salvación.
los unos a los otros ello en el mandamiento del amor: áyanáv Emplean áXXo^'éxeQcx; Mt 29/9 veces respecti- Lo mismo reclama Pablo para el evangelio
BibL: BlaB-Debrunner § 287; 247, 4; M. H. Bolkes- a.XXr\Xovc, passim o -> ayám\ elg hXXv[Xovc, vamente, Me 22/1, Le 11/33, Hech 7/17, Jn 43/1, predicado por él. Jesucristo es el fundamento
tein, Het woord «elkaar» in het NT: Ministerium 3 1 Tes 3, 12; 2 Tes 1, 3 (év ákXx\Xoi<; Jn 13, Ap 18/0, Pablo 32/30, Heb 2/5, Sant 1/1. La LXX de la comunidad -el fundamento echado en la
(1969) 37-40; Schwyzer, Grammatik I, 446; J. P. Vers- 35). La adición xcd elg návxaq en 1 Tes 3, contiene unas 50 veces áXkoc,, y unas 150 veces predicación de Pablo- ; nadie puede poner
teeg, Oog voor elkaar. Het gebruik van het woord «el- ETEQ05 (Morgenthaler, Statistik, 71 y 101). otro fundamento, 1 Cor 3, 11. No hay otro
kaar» in et Nieuwe Testamenta Kampen 1979. 12 (cf. 5, 15) muestra que Pablo con áXXr\-
Xav pone en el lugar más destacado el amor evangelio más que el de Jesucristo, Gal 1, 6.
1. El pronombre (recíproco) áXW|A,cov (atesti- que los miembros de la comunidad deben te- 2. En sentido neutro, áXX.05 otro u otros,
guado ya desde el comienzo de la literatura grie- además o aparte del que habla o de los que K. WeiB
nerse unos a otros (cf. también Gal 6, 10); sin
ga) está formado por la duplicación del tema hablan o del que se menciona o de los que se
aXko- (-> áXXo$) y significa originalmente el embargo, ni aquí ni en los pasajes joánicos
(especialmente Jn 13, 34s; 15, 12.17; 1 Jn 3, mencionan o puede(n) colegirse por el con-
uno al otro (o los unos a los otros) (cf. Ap 1, 12 áM,oT{HeJtÍ0XOJloS, ov, ó allotriepisko-
texto, por ejemplo, Mt 24, 21; 27, 42 par.; Me
áXXoc, JtQÓc; áXXov); corresponde, por tanto, a 23; 4, 7.lis) el áXXií]Xovg restringe lo más pos denunciante*
nuestro recíprocamente, mutuamente. En el NT mínimo el extenso mandamiento de amar al 15, 4 1 ; 1 Cor 9, 27; 10, 29; ; Jn 14, 16, sobre
es neutro en Gal 5, 17; 1 Cor 12, 25 (en contra de todo en enumeraciones como oí \iev... áX.X,bi En 1 Pe 4, 15 es quizás el que se inmiscuye
prójimo. - La expresión £0U,EV áXXr\k(ov
BlaB-Debrunner § 287 nota 1); en los demás lu- u.éX,T] (Rom 12, 5; Ef 4, 25) significa: «noso- Se Mt 16, 14; noXXoí... áM.01 Jn 10, 2 1 ; en asuntos ajenos; cf. ThWNT II, 617-619;
gares es masculino. - La lengua hebrea (aramea) tros somos miembros en nuestras relaciones arres... ¡j,r)TE... uV|T£ áXXov Sant 5, 12; con- Bauer, Worterbuch, s.v. La interpretación en el
no posee una sola palabra con significado corres- mutuas» «o unos de otros». súltense también las series de signos, ángeles, sentido de una persona que es infiel o defrau-
pondiente, sino que dice poco más p menos: un animales, etc. en el Ap. Es especial ó áXXoq da, en J. B. Bauer: BZ 22 (1978) 109-115.
hombre - su prójimo (hermano), éste - a éste, uno
H. Kramer -en el sentido de ó ETEQOC;- el otro de dos,
- a uno (cf. 1 Tes 5, 11 elg TÓV eva) o se emple-
an formas verbales reflexivas en hitpael o nifal como en Mt 5, 39 par.; Jn 19, 32; Ap 17, 10 y
a'kkóXQlOZ, 3 allotrios ajeno
(referencia de H.-P. Stahli, Bethel). passim. En todo ello se trata a menudo de un
dXXoy£VT|5, 2 allogenes extranjero* También como adjetivo sustantivado xó
«paralelismo antitético» como ákkoc, - áX-
Le 17, 18 (dícese del samaritano desde el áXXóxQiov la propiedad ajena Le 16, 12; o
2. En el NT no ofrece problema alguno la Xoq, en Jn 4, 37; éyeó - áXXog, en Jn 5,
punto de vista del judío). ThWNT I, 266s. áXXÓTQioc, el otro, el extranjero, el extraño
comprensión de áXXr\X(üv; se sale siempre 31a.43; Flp 3, 4, o de la diferenciación exclu-
del paso traduciendo recíprocamente o mu- yente con respecto al otro. El término, enton- Mt 17, 25.26; Jn 10, 5a.b. ThWNT I, 265s;
tuamente. Pocas veces se piensa en dos perso- ces, significa otro distinto, como en Mt 2, 12; DTNT II, 158; G. J. M. Bartelink, Allotrios
¡xkkoyutl hallomai saltar* and alienus: Glotta 58 (1980) 266-277.
nas individuales (Le 23, 12; 24, 14.17.32; Hech 3, 8; 14, 10. En Jn 4, 14 dícese del Me 14, 57s; Jn 10, 16; 1 Cor 15, 39-41 y pas-
Hech 15, 39; 1 Cor 7, 5); Mt 25, 32 habla de agua que brota del manantial. sim. Por el contrario, si se niega la existencia
que en el futuro se apartará unas de otras a to- de áXXoq, entonces es que hay que excluir a áXXóqwXog, 2 allophylos de tribu extra-
das las naciones, formando con ellas dos gru- otro, a un segundo, a otro semejante o pareci- ña, extranjero (por no ser judío)* «
pos. Una idea personal se escucha en Rom 2, á'k'koc,, 3 allos otro do, como en Me 12, 29-31: Hech 4, 12; 1 Cor Hech 10,28; cf. 13,19 D syi>. ThWNT 1,267.
15 («los pensamientos se acusan o también se 1. Uso del vocablo en el NT - 2. Contenidos se- 3, 11; Gal 1, 6.
defienden unos a otros» \\£.xa£,v áXXr\X<üv) y mánticos - 3. Campo referencial
también en Gal 5, 17 (la carne y el espíritu: ákkiOC, allos (adv.) de otra manera*
BibL: BlaB-Debrunner § 306; F. Büchsel, áUo?, 3. Los testimonios de este último significa-
«éstos se oponen el uno al otro»). Por lo de- en ThWNT I, 264s; O. Cullmann, Samarien und 1 Tim 5, 25 TCC ákkmq e%ovia las (obras)
do muestran que se trata de la diferencia cate-
más, áXXr\k(ov se emplea también para refe- die Anfange der christlichen Mission. Wer sind die gorial del mensaje bíblico, especialmente del que son diferentes.
191 áXoáco - 'AX,qpa 192 193 'Atapa - á u a r m a 194

áXoáo) aloaó trillar* se revela «el Señor Dios» (= yhwh 'elohim) de Dios y atestiguan su existencia en lo que res- á f i a p t á v o ) hamartano pecar
1 Cor 9, 9.10; 1 Tim 5, 18. Ambos pasajes como el Alfa y la O(mega), como «el que es, pecta al año 79 p.C).
-»• áu«QTÍCl.
tienen como fondo Dt 25, 4. y que era, y que ha de venir, el Todopodero-
so»; en 21, 6 se revela como el Alfa y la Esta designación de Dios debió de llegar al
O(mega), «el Primero y el Ultimo, el Princi- Apocalipsis a través del judaismo. Menciona a h\iáqxx\\ut, ato?, TÓ hamartema yerro,
á X o y o g , 2 alogos mudo, irracional* pio y el Fin». Las expresiones paralelas se in- Dios y, por medio de él, también a Cristo como pecado
Hech 25, 27; 2 Pe 2, 12; Jds 10. ThWNT terpretan recíprocamente, aunque cada una de los que abarcan toda la realidad y poseen, por
->• áu.aQTÍct.
IV, 145. ellas tenga su propio acento. Enuncian de ma- tanto, poder sobre toda la realidad.
nera determinada en cada caso el poder y el T. Holtz
señorío (por lo que respecta a «el Primero y el á^iaQXÍa, a$, V[ hamartia pecado
ákóx\, t | 5 , tj aloe áloe* Ultimo», cf. van Unnik; por lo que respecta al 'A^cpaíog, ov Halphaios Alfeo* áfxaQTávco hamartano pecar
Jn 19, 39: Nicodemo trajo «una mezcla de enunciado trimembre relacionado con el tiem- Nombre de persona: 1. Nombre del padre áu,áfJTTi(xa, aTO?, TÓ hamartema yerro, pe-
mirra y áloe». Haag, Diccionario, 61. po y a JtavTOXQCiTCDQ, cf. G. Delling, Studien de Leví, recaudador de impuestos, Me 2, 14 cado*
zum Neuen Testament und zum hellenistischen (cf. Le 5, 27 D); 2. Nombre del padre de San- á|j,aQT(ü^óg, 2 hamartolos pecaminoso, pe-
Judentum, Berlin 1970, 439-448). tiago, un discípulo, Mt 10, 3; Me 3, 18; Le 6, cador
á'kvxóg, 3 halykos salado*
15; Hech 1, 13. LThK I, 366. 1. Uso del grupo de palabras en el NT - 2. Signifi-
En Sant 3, 12 dícese del manantial salado
(?): cf. Bauer, Worterbuch, s.v.. La expresión «el Alfa y la O(mega)», en cuan- cados - 3. Campos referenciales de los vocablos -
to predicado de Dios, no está atestiguada en otra áX(OV, (OVO?, í\ halón (la) era* 4. a) Pablo - b) Jn - c) 1 Jn - d) Heb
parte, ni en fuentes griegas ni en fuentes judías. Mt 3, 12 par. Le 3, 17: El barrerá su era. Bibl.: G. Baumbach, Das Verstandnis des Bósen in
áÍJVTíOC,, 2 alypos libre de preocupaciones* Un nombre de Dios formado por todas las voca- den synoptischen Evangelien, Berlin 1963; J. Becker,
Flp 2, 28. ThWNT IV, 324. les lo encontramos ocasionalmente en contextos Das Heil Gottes, Gottingen 1964; G. Bornkamm, Pa-
sincretistas (cf. Preisendanz, Papyri 5, 468.472; áXÚ7tt]|, exog, i^ alopéx zorra* blo de Tarso, Salamanca "1991, 171-265; E. Branden-
Eusebio, PraepEv XI, 6, 37); pero en ello lo im- Mt 8, 20 par. Le 9, 58; Le 13, 32 (refirién- burger, Adam und Christus (WMANT 7), Neukirchen-
akvaig, ecos, rj halysis cadena* portante es mencionar todas las vocales; el orden dose a Herodes Antipas; cf., a propósito, Vluyn 1962; Id., Fleisch und Geist (WMANT 29),
Me 5, 3.4 (bis); Le 8, 29; Hech 12, 6.7; 21, de sucesión de las mismas, desde a hasta o, no Bauer, Worterbuch, s.v. 2). E. Dietz-J. B. Neukirchen-Vluyn 1968; F.-M. Braun, Le peché du
tiene ninguna importancia. Los juegos de letras, monde selon St. Jean: Rev. Thomiste 65 (1965) 181-
33; 28, 20 (¿esposas?); Ef 6, 20; 2 Tim 1, 16; Bauer, Fuchs: JAC 16 (1973) 168-178. 201; Bultmann, Teología, sobre todo 281-325; C. Col-
del gnóstico Marcos (Ireneo, Haer I, 15-22), no
Ap 20, 1. ofrecen tampoco ninguna explicación satisfacto- pe, Der Spruch von der Lasterung des Geistes, en FS
ria que esclarezca el origen de la predicación. (ÍXíúoig, £0)5, r\ haldsis captura* Jeremías, 1970, 63-79; P. Delhaye-A. Descamps y
Una designación rabínica de Dios -aunque atesti- otros, Théologie du peché, Toulouse 1960; J. R. Do-
áXvoiTEXr|£, 2 alysiteles dícese de lo que 2 Pe 2, 12: Animales que han nacido para nahue, Tax Collectors and Sinners: CBQ 33 (1971)
guada en el siglo III- a quien se llama la «Ver- ser capturados. 39-61; P. Fiedler, Jesús und die Sünder, Frankfurt a.
no reporta ninguna ventaja* dad» (='emet) nos hace avanzar más en este pun- M. 1976; E. GraBer, Rechtfertigung im Hebr, en FS
Heb 13, 17: Eso no os beneficiaría en nada. to. Res Laqis (hacia el 250) la ha explicado en el Kasemann, 79-93; M. Hasitschka, Befreiung von Sün-
sentido de que la a [del shewá coloreado, trascri- a f t a hama al mismo tiempo (que) de nach dem Johannesevangelium. Eine bibeltheolo-
to por e] es la primera letra, la m la del medio, y Mt 20, 1 au.a JTQOOÍ muy de mañana. Sirve gische Untersuchung, Innsbruck-Wien 1989; O. Ho-
"AX,<pa, TÓ Alpha Alfa* la t la última; además relaciona expresamente es- fius, Jesu Tischgemeinschaft mit den Sündern, Stuttgart
también para designar una solidaridad muy
~Q[(A6Ya], t ó d(mega) Omega* to con Is 44, 6 (jSan 1, 18a, 22; GenR 81 (52a); importante, Rom 3, 12. 1967; J. Jeremías, Zollner und Sünder: ZNW 30
(1931) 293-300; K. Kertelge, Die Vollmacht des Mens-
Bibl: W. J. P. Boyd, «1 am Alpha and Omega» (Rev.cf. Billerbeck II, 362; III, 789). Ahora bien, en el chensohnes zur Sündenvergebung, en FS Schmid
1, 8; 21, 6; 22, 13): StEv II (1964) 526-531; F. Dorn- alfabeto hebreo -a diferencia del griego- la m no 1973, 205-213; W. G. Kümmel, Romer 7 und das Bild
seiff, Das Alphabet in Mystik und Magie, Leipzig-Ber- está en el medio. Así que podemos sospechar que á f t a d i ] ? , 2 amathes ignorante*
lin 21925 (=1975); H. Hommel, Schopfer und Erhalter, detrás de a m t se halla una denominación griega 2 Pe 3, 16 «los ignorantes e inconstantes». des Menschen im NT, MUnchen 1974; K. G. Kuhn,
Berlin 1956, 32-137; G. Kittel, AQ, en ThWNT I, 1- de Dios a m o. Es explicable el hecho de que en Peirasmos - hamartia - sarx im NT und damit zusam-
3; H. Kosmala, Anfang, Mitte und Ende: ASTI 2 menhangende Vorstellungen: ZThK 49 (1952) 200-
el Ap falte la m. También la fórmula «el Primero 222; N. Lazure, Les valeurs morales de la théologie
(1963) 108-111; E. Lohmeyer, A und O, en RAC I, y el Ultimo» la encontramos en forma trimembre a j i a g á v T l v o g , 3 amarantinos dícese de
1-4; W. O. Moeller, The Mithraic Origin and Meaning con la adición o la inserción del «medio» (ambas lo que no se marchita* johannique, Paris 1965, 285-328; H. Leroy, Zur Verge-
of the Rotas-Sator Square, Leiden 1973; W. C. van se hallan yuxtapuestas en Josefo, Ant VIII, 280 y bung der Sünden (SBS 73), Stuttgart 1974; L. Ligier,
1 Pe 5, 4: «Recibiréis la corona de gloria Peché d'Adam et peché du monde II, Paris 1961; E.
Unnik, Het godspredikaat «Het begin en het einde» bij que no se marchita».
Flavius Josephus en in de openbaring van Johannes,Ap II, 190). También Res Laqis relacionó a m t Lovestam, Spiritus blasphemia, Lund 1968; S. Lyon-
Amsterdam-Oxford 1976. con Is 44, 6 «Yo soy el Primero y el Ultimo». Si- net, L'histoire du salut selon le ch. 7 de l'épitre aux
gue siendo difícil el testimonio tardío y sólo indi- Romains: Bib 43 (1962) 117-151; Lyonnet-Sabourin,
a ^ á g a v t o ^ , 2 amarantos dícese de lo Sin, Redemption and Sacrifice (AnBibl 48), Rome
El nombre de la letra 'AXqpa, en el NT, apa- recto (pero posiblemente las letras ANO bajo el
que no se marchita* 1970; I. Maisch, Die Heilung des Gelahmten (SBS
rece sólo en la fórmula h¡á> (elux) TÓ "Kktya Cuadrado-Rotas-Opera en Pompeya [CIL] IV 1 Pe 1, 4 dícese de una herencia incorrupti- 52), Stuttgart 1971; B. J. Malina, Some Observations
8623] representan el sospechado nombre griego
xcd xó TQu.eya Ap 1, 8; 21, 6; 22, 13. En 1, 8 ble. on the Origin ofSin in Judaism and St. Paul: CBQ 31
195 alarma 196 197 «[¿oto-cía 198

(1969) 18-34; O. Merk, Handeln aus Glauben, Mar- paulina que aparece en Rom 3, 25s nágeoig 46 (a propósito, 9, 13-34); 2 Cor 5, 21; Heb 4,
ella lo decisivo es el factor religioso: el «pe-
burg 1968, 4-41; J. Michl, Sündenvergebung in Chris- (= ácpeoig) TCÚV áfiaQTnu.áTcov. Se habla en 15 (expresado de manera distinta en 9, 28); 7,
tus nach dem Glauben der frühen Kirche: MThZ 24
cado» como culpabilidad que se contrae o que
sentido verbal de perdonar (los pecados): Me 26; 1 Pe 2, 22; 1 Jn 3, 5.
(1973) 25-35; Id., Sündenbekenntnis und Sündenver- se ha contraído ante Dios y ante los demás
gebung in der Kirche des NT, en ibid., 189-207; R. hombres. La extensión del uso de áfxarjtía, y 2, 5b-10 par., además Le 7, 47-49; 11, 4 en la
versión del Padrenuestro trasmitida por Le (la b) El verbo se halla en las normas dadas
Pesch, Das Zollnergastmahl, en FS Rigaux, 63-87; G. no sólo para designar hatta't y 'üwón, atesti-
Quell-G. Bertram-G. Stahlin-W. Grundmann, á|i<XQ- realidad que sirve de base para la imagen, en para la comunidad (Mt 18, 15.21 y Le 17, 3s;
TCXVO) XTX., en ThWNT I, 267-320; K. H. Rengstorf, gua la creciente importancia y simplificación a propósito, 1 Tim 5, 20; Tit 3, 11), en las in-
de las ideas. á[xaQTÍa como «sacrificio expia- Mt 6, 12); Jn 20, 23; 1 Jn 1, 9; 2, 12. Me 3,
á\ia.QTtí>\óc„ ávanáQtT)T05, en ibid., 320-339; G. formaciones de 1 Cor (6,18; 7, 28.36; 8, 12),
Rohser, Metaphorik und Personifikation der Sünde torio» aparece 8 veces en citas que Heb hace 28s (par. Mt 12, 31) niega el perdón de los pe-
cados únicamente en el caso de que se recha- en confesiones (Mt 27, 4; Le 15, 18.21; cf.
(WUNT 11/25), Tübingen 1987; Schelkle, Teología II, de la LXX, pero en sí la Carta a los hebreos no
§ 8; III, § 3; R. Schnackenburg, Chríst und Sünde nach ce al Espíritu de Dios que actúa en la misión Hech 25, 8), en advertencias y amonestacio-
Johannes, en Schnackenburg II, 97-102; A. Strobel, emplea este término (¿aparece en Rom 8, 3?). nes (Jn 5, 14; 8, 11; 1 Cor 15, 34; Ef 4, 26 [=
cristiana primitiva. - Otras ideas diversas las
Erkenntnis und Bekenntnis der Sünde in ntl. Zeit,
encontramos en Mt 1, 21; Jn 1, 29 y 1 Jn 3, 5; Sal 4, 5]) así como en diversas constatacio-
Stuttgart 1968; H. Thyen, Studien zur Sündenverge- b) á[xaQxáv(ü obrar mal, errar, que desde nes, por ejemplo, Heb 3, 17 (cf. Núm 14,
bung (FRLANT 96), Góttingen 1970; U. Wilckens, los tiempos de Homero significa cometer un Hech 3, 19; 7, 60; 22, 16; Heb 9, 26.28 (par. 1
Vergebung für die Sünderin, en FS Schmid, 1973, 394- Pe 2, 24: según Is 53, 12); 10, 4.11 (cf. la cita 29); 2 Pe 2, 4 (cf. Gen 6, 1-4 y la interpreta-
424. yerro, adquiere luego nuevamente carácter re- ción del judaismo primitivo, por ejemplo,
ligioso en la LXX y también en el NT (inclui- de la LXX en Rom 11, 27); Ap 1, 5; con ca-
rácter cultual Heb 1, 3; 2, 17; 2 Pe 1, 9; 1 Jn Hen [et] 6s).
1. El término más usado, con mucho, en el dos los pasajes de Hech 25, 8 y 1 Cor 6, 18,
1, 7; 2, 2; 4, 10. Las citas de Rom 4, 7s (sobre
NT (y en la LXX) para designar al pecado es pero no 1 Pe 2, 20). c) áu.ccQTajXóg aparece también, entre
«cubrir» cf. además Sant 5, 20; 1 Pe 4, 8) y
el de áfUXQtía. Se emplea en 173 lugares (sin Heb 8, 12; 10, 17 confirman la concordancia otros lugares, en la descripción resumida de
contar 2 Tes 2, 3), de los que 48 se hallan en c) El adjetivo au.aQTooX.oc; (Me 8, 38; Jn 9, la actividad de Jesús en Me 2, 17 par. (a pro-
de hecho con los enunciados acerca del per-
Rom (42 en los capítulos 5-8), 25 en Heb, 17 16; especialmente Le), que en la LXX se em- pósito, la «palabra» de confesión en 1 Tim 1,
dón. En Rom 6 (-> 4) domina la idea de estar
en 1 Jn, 24 en los Sinópticos, de ellos 11 en plea (predominantemente como sustantivo) 15) y en contextos parenéticos: Le 18, 13;
muerto al pecado, de hallarse liberado de él
Le (+ 8 en Hech); áu«QTr|[xa aparece sólo 4 para traducir rasa, designa al adversario de Sant 4, 8; 5, 20 (cf. 1 Jn 5, 16; también Mt
(cf. Ef 2, 1; 1 Pe 2, 24: en ambos casos en
veces: Me 3, 28.29; Rom 3, 25; 1 Cor 6, 18. los judíos, tanto al autóctono como también, a 18, 15).
plural; 4, 1). En el marco de la eliminación de
Pablo (59 veces) y -de manera menos marca- impulsos de la orientación hacia la Tora, al En el reproche que se hace a Jesús echán-
los pecados se inserta también la confesión de
da- Jn (17 veces) sorprenden por el empleo gentil, calificándolo de (impío) culpable, mal- los pecados (Me 1, 5 par. Mt; Sant 5, 16; 1 Jn dole en cara que tiene amistad o que se sienta
de á[xaQTÍa en singular. á\io.Qxávw (en 43 vado (por ejemplo, 1 Mac 1, 34). Pablo, jun- a la mesa con «publícanos y pecadores», y
lugares, incluido Jn 8, 11) aparece con fre- tamente con Pedro, se distancia del mundo 1, 9). La entrega vicaria de la propia vida «a que está atestiguado en Q (Mt 11, 19 par. Le
cuencia en 1 Jn (10 veces), Rom y 1 Cor (7 pecador de los paganos (Gal 2, 15). Me 14,41 causa de» los pecados (-+ xmég; -> Jtepí) se 7, 34) y en Me 2, 15s, la observación postpas-
veces en cada uno de estos escritos), á^iao- par. Mt 26, 45 así como también Le 24, 7 (cf. halla expresada en 1 Cor 15, 3; Gal 1, 4 (cf. cual (Pesch, 73s) con «pecadores» refleja las
xcoXóg (47 veces) aparece principalmente en además Heb 12, 3) pensaron quizás en la en- Rom 5, 8; 8, 3; 2 Cor 5, 21); 1 Pe 3,18. A pro- confrontaciones que hubo en torno a la prácti-
los Sinópticos (29), destacando otra vez Le trega de Jesús en manos de los gentiles (= ro- pósito de Heb ->• 4. Llevan predominantemen- ca de recibir en la comunidad a personas que
(18 veces, pero no en los Hech). manos); basándonos en Me 9, 31 es preferible te una impronta cristiana algunos enunciados se hallaban generalmente menospreciadas co-
hablar aquí de «pecadores»; en consonancia tradicionales, como cuando se habla de hacer mo pecadoras, y entre las cuales se contaban
2. a) áu.aQTÍa, en primer lugar, significa con ello Le 6, 32-34 (a pesar de Mt 5, 46s). el pecado (o los pecados): Jn 8, 34; 2 Cor 11, los publícanos (o recaudadores de impuestos)
en sentido más amplio el yerro cometido por 7; Sant 2, 9; 5, 15; 1 Jn 3, 4.8s; además 1 Pe (cf. la lista en bSan 25b Bar.); en Judea y, des-
error y/o por culpa (que hace que no se alcan- 3. a) Para el campo referencial de pecado 2, 22 (según Is 53, 9). En consonancia con pués del año 44, también en Galilea, el co-
ce un objetivo), y no sólo considerado como en el NT, es de importancia central la idea de ello, cuando se formulan advertencias contra rrespondiente reproche adquirió carácter ex-
un hecho sino también en cuanto a la condi- la eliminación (de la culpa) del pecado. Se li- el pecado (o los pecados): 8, 21-24: 1 Tim 5, plosivo (los publícanos eran considerados
ción de este hecho. Sin embargo, se ha desve- mita casi exclusivamente a los Sinópticos el 22 junto a Ap 18, 4; Heb 12, 1.4, y en la cons- como colaboracionistas con las fuerzas paga-
necido en buena parte la diferencia entre este uso de «perdón de los pecados» (-> aopeoig): tatación del pecado (o de los pecados) que nas de ocupación). Le entiende 7, 36-50 (no
término y áu,áQi;r|u.a, que designa el acto en Me 1, 4 par. Le 3, 3 así como también 1, 77 pueden estar asociados con las advertencias: nos dice por qué la mujer es pecadora) como
particular y el resultado del mismo (falta en el (refiriéndose a Juan el Bautista); en labios de Jn 9, 34; 1 Cor 15, 17; Rom 14, 23; 1 Tim 5, ilustración de 7, 34. El reproche de 7, 34, lo
sentido de un descuido cometido o también de 24; Heb 3, 13; 11, 25; Sant 1, 15; 4, 17; en recoge el evangelista en 15, ls (cf. además
Jesús únicamente en Mt 26, 28, del Resucita-
un error culpable). En el griego profano se sentido polémico 1 Tes 2, 15; 2 Tim 3, 6M 2 19, 7) como introducción al conjunto de pará-
do en Le 24, 47; con ello enlazan los Hech: 2,
emplea de manera predominante el término Pe 2, 14; Ap 18, 5. Sobre 1 Jn ^ 4. - En di- bolas en las que quiere mostrar el «gozo de
38; 5, 31; 10, 43; 13, 38; 26, 18; además Col
ccu.áQTr)u.a, pero el uso de este término queda versos contextos encontramos enunciados so- Dios» a causa del pecador que ha sido llevado
1, 14 (referido al bautismo); incluido también
bre la ausencia de todo pecado en Jesús: Jn 8, por Jesús al arrepentimiento (y no a causa de
muy por detrás de á|j,aQTÍa en la LXX. En Heb 10, 18; 9, 22; cf. además la fórmula pre-
201 ánaoTÍa 202
199 CC|IClQTÍa 200

los que por sus propios méritos se creen a sí Ley y del poder del pecado, Pablo asigna a la pecado del mundo, para el que no hay ningu-
muerte del pecado están sometidos también
mismos «justos») (15, 7.10, cf. 5, 32 junto a Ley, que indiscutiblemente es santa, la fun- na disculpa (cf. los vv. 18-25 y también 9,
los que no vulneraron, como hizo Adán, un
Me 2, 17). ción de hacer que por medio del mandamien- 41). El Paráclito (por medio de la comunidad)
mandamiento expreso, porque precisamente
to el pecado reviva en el hombre para que demostrará al mundo (además de que existe la
desde Adán a Moisés reinó también el pecado
4. a) De gran importancia teológica son an- obre la muerte (vv. 7-12), porque el conoci- justicia y el juicio) lo que es el pecado de la
(5, 13s; cf. 2, 12). De esta manera se prepara
te todo los enunciados de Pablo acerca del pe- miento del pecado es lo que trajo el deseo (o incredulidad (16, 8s dentro de los vv. 8-11; cf.
ya el v. 20: la Ley se habría añadido (única-
cado (aunque el Apóstol no desarrolla, desde los deseos) (cf. 3, 20; con una explicación la contraposición que se hace en 8, 46; sobre
mente) «para que sobreabundara la trasgre-
luego, una «doctrina» sobre el pecado; el em- más psicológica Sant 1, 15). Una contradic- la idea, cf. Jds 15 según Hen [et] 1, 9). La pa-
sión». Esto se contempla también desde el
pleo del término en singular se encuentra ya ción con lo que se había dicho en 5, 12ss, la labra sobre hacer el pecado, con lo que uno
punto de vista del acontecimiento de Cristo:
en la LXX, por ejemplo, en Eclo 21, 20; 27, evita la interpretación que se da en 7, 9-11 demuestra que está sometido a él (8, 34; cf.
la sobreabundancia del pecado, fomentada
10; en Qumrán, por ejemplo, en 1QH 4, 29s acerca del pecado de Adán, quien es conside- Rom 6), tiene igualmente a la vista la incre-
por la Ley, tiene como consecuencia una so-
[cf. 1, 27 «el servicio del pecado»]; sobre los rado aquí como el prototipo del hombre que dulidad, en su antítesis con la liberación por
breabundancia aún mayor de la gracia; ésta
enunciados gnósticos cf. Brandenburger, está bajo la Ley (Lyonnet, especialmente medio de la verdad del Hijo; esta incredulidad
pone fin al señorío del pecado, un señorío que
Adam, 64-67); de los diversos pecados Pablo 130-142). El resumen que se ofrece en 7, 13 adquiere forma en la acción de pecar (cf. 19,
se hace patente en la muerte (v. 21).
habla únicamente en Rom 7, 15; 1 Cor 15, 17 corrobora lo que se había dicho en 5, 20a. A 11 el «mayor pecado» de quienes entregan a
Contra el posible malentendido de los vv.
(dependiente del v. 3), con arreglo al sentido partir del v. 14 la mirada se desplaza para fi- Jesús; cf. también 8, 21 junto al v. 24).
20s, como si el pecado fuera el motor de la
también en singular en Rom 14, 23; 2 Cor 11, jarse en el hombre «carnal» = esclavizado ba-
gracia (6, 1; 3, 5-8), se defiende Pablo enla- c) 1 Jn habla del pecado (o de los pecados)
7. En contraste con la proclamación de Cristo, jo el pecado (v. 14) (v. 14), dominado por él
zando con la catequesis del bautismo: queda y del pecar con una orientación dirigida más
aparece en un lugar central la perspectiva del (vv. 17.20) y que se halla bajo su ley (v. 23):
excluido lo de seguir viviendo en el pecado intensamente a la situación en que se encuen-
pecado como poder (demoníaco) en Rom 5-8. ese hombre que aguarda la redención (Küm-
(v. 2; cf. v. 6: la destrucción de la existencia tra la comunidad. En primer lugar se habla del
Continuando lo que se dice en los vv. lOs, Pa- mel). El cristiano, a quien en la fe se le des-
yecta en el pecado), y queda excluido por el pecar de los cristianos (1, 7b-2, 2), no sólo
blo expone en 5, 12-21 la superabundancia de cubre ese pasado, sabe muy bien que ha sido
hecho de estar muertos con Cristo «en detri- para advertir contra esos pecados (2, la), sino
la gracia vivificadora que nos llega «por me- arrebatado a él (v. 25a; el v. 25b, con su antí-
mento del pecado» (un morir que libera de la también para poner en guardia contra el enga-
dio de» Cristo, en vivo contraste (cf. en el v. tesis entre la carne y el espíritu, es una glo-
Ley: v. 7; cf. 7, ls). (En el v. 10 se acentúa la ño propio que trata de poner en ridículo al
14 tijjtog) con el pecado que trae la muerte y sa). En el cambio que de esta manera se efec-
expresión «el pecado» en número singular.) Dios perdonador (1, 8.10); lejos de eso, se
que nos llegó «por medio de» Adán (Gen 3; túa para hablar de la vida en el Espíritu, el
Estar muerto al pecado significa vivir para anima a confesar con confianza los pecados
-> 'A5áu.). A causa de lo incomparable que es pasaje de 8, 2-4 resume lo que se había dicho
Dios (v. 11; sobre la idea de «cambio de seño- (1, 9; 2, Ib). Conforme a la fundamentación
la obra de Cristo (cf. vv. 15ss), se interrumpe en los capítulos 5-7: la liberación que tuvo
río», que aquí se expresa, cf. la idea de «cam- expresada en 1, 9 (cf. 2, 12), los enunciados
la comparación con la acción de Adán, inicia- lugar de la Ley, y con ello de la esclavitud
bio de lugar» en 2 Cor 5, 21; se ve también lo acerca de la salvación, que tienen un sonido
da en el v. 12, una vez que se ha explicado del pecado y de la muerte, porque Dios por
absurda que es la pregunta planteada en Gal tradicional, constituyen el marco (cf. además
que la muerte, que desde el pecado de Adán medio de su Hijo (¿como sacrificio expiato-
2, 17). Después de la parénesis que sirve de 4, 10). Mientras que 1, 7b habla de la purifi-
se extiende a toda la humanidad (cf. 4 Esd 3, rio?), quien asumió la existencia humana su-
transición (vv. 12-14) y de la pregunta plan- cación por la sangre de Cristo, y 2, 2 habla de
7; ApBar [sir] 23, 4) no es simplemente una jeta a la tentación, ejecutó en la carne el jui-
teada en el v. 15 (que es una variante de la expiación universal, vemos que eri 3, 5 la
fatalidad, sino que es igualmente un castigo cio (de muerte) determinado en la Ley para el
planteada en el v. 1), los vv. 16-23 efectúan el mencionada eliminación («quitar») de los pe-
merecido, «porque todos pecaron» (cf. ApBar pecado, y de esta manera proporcionó la vida
siguiente desarrollo: la liberación de la escla- cados por la acción de Jesús que no tenía pe-
[sir] 54, 15.19, que se refiere, desde luego, a a los que están en el Espíritu, y cuya existen-
vitud del pecado (cf. ya el v. 6) que trae con- cado (cf. Jn 1, 29, aquí en singular) se entien-
una muerte prematura); no existe, por tanto, cia yecta en el pecado (a causa precisamente
sigo la muerte (v. 23, la muerte como paga del de como la destrucción de las «obras» del
una noción de «pecado hereditario», cosa que del pecado) ha quedado eliminada (8, 10; cf.
pecado) es una liberación que implica la tras- diablo que peca desde el principio (Gen 3)
también debe tenerse en cuenta en lo que res- 6, 6) (cf. 2 Cor 5, 21).
ferencia «a (el poder de) la justicia para santi- (cf. 8, 44), del diablo que es de quien descien-
pecta a 5, 19. Esta universalidad del pecado, ficación» con la meta de la vida eterna (cf. 5, de el pecador (= el incrédulo o el sectario [el
b) En Jn 1, 29 se habla del pecado del
expresada ya a partir de 1, 18 como conclu- 12.21). hereje]) (c. 8). Es verdad que aquí (3, 5: en
mundo (de los hombres): ese pecado que el
sión de la argumentación y repetida en 3, 23, La explicación de la liberación de la Ley plural) se vuelve a hacer más énfasis en la
Cordero de Dios (-*• áfxvóg 2) quita. En 8, 24
le consta firmemente a Pablo en virtud de su (7, 1-6: cf. 6, 14), dada por el Pablo cristiano, la incredulidad hacia Jesús, el divino Revela- facticidad del pecado de la increculidad (en 3,
fe; por eso, él presenta también a Dios ha- significa para la existencia «en la carne»: las dor, hace que uno muera en los pecados. En 4 se equipara al pecado con la infracción de la
ciéndola constar en la Escritura (Gal 3, 22). pasiones de los pecados actuaban «por medio 15, 22.24 se declara que esa incredulidad, que ley; en 5, 17 se equipara también al pecado
Es verdad que, en el tiempo que precedió a la de la Ley», es decir -con 1 Cor 15, 56-, «por se manifiesta en odio contra Jesús y su Padre, con [el hacer] la injusticia). La supuesta dis-
Ley, el pecado no se imputó como trasgresión el poder de la Ley», para la muerte (v. 5). y también en odio contra la comunidad, es el crepancia entre los vv. 3.6.9 (a propósito, 5,
(cf. Rom 4, 15), pero a las consecuencias de Contra la amenazadora equiparación de la
205 á|xeXéco - á|xr|v 206
203 áu-arrúa - á[ié'íhj0TO5 204

áfit'Xéto ameleo desatender, descuidar* ájtijv amen ciertamente, en verdad, amén


18) y 1, 7b-2, 2 se resuelve de la mejor mane- los pecados (v. 4). Lejos de eso, lo único que
se consigue es mantener viva la conciencia de Mt 22, 5; 1 Tim 4, 14; Heb 2, 3; 8, 9; cf. 2 1. En hebreo y en arameo - 2. Aspectos formales -
ra, en lo que respecta a la forma definitiva de
los pecados, en lugar de borrarlos, cosa que se Pe 1, 12Koinéplsy. 3. Como palabra litúrgica al final - 4. Como palabra
1 Jn, suponiendo que esos enunciados se re- inicial en sentencias de Jesús - 5. Como predicado de
fieren igualmente al pecado fundamental del logra en los que han sido purificados definiti- Jesús. .
no querer ver a Dios: esto permite incluso la vamente por Cristo (vv. 2s). Por tanto, puesto ajlEjlJítog, 2 amemptos irreprensible, in-
afirmación de que el que es nacido de Dios no que en éstos se ha cumplido Jer 31, 33s, es su- Bibl: K. Berger, Die Amen-Worte Jesu, Berlín
tachable* 1970; Id., Zur Geschichte der Einleitungsformel «Amen,
es capaz de pecar (3, 9), y que esta base que perfluo ofrecer un sacrificio por los pecados
(v. 18). Le 1, 6; Flp 2, 15; 3, 6; 1 Tes 3, 13; Heb 8, ich sage euch»: ZNW 63 (1972) 45-75; H. Bietenhard,
por gracia tiene su ser de cristiano se demues- 7. ThWNT IV, 576-578. Amén, en DTNT I, 108-109; Billerbeck I, 242-244; III,
tra, desde luego, en el amor hacia el hermano Ahora bien, para el que voluntariamente 456-461; V. Hasler, Amen, Zürich-Stuttgart 1969; Je-
(v. 10). Finalmente, en 5, 16-18, la increduli- (cf. Núm 15, 30) se desliga de Cristo, para ése remías, Teología, 50s; Id., Zu nichtresponsorischen
no hay ya sacrificio expiatorio (ni siquiera el Amen: ZNW 64 (1973) 122s; Id., en TRE II, 386-391;
dad o la herejía («el pecado que lleva a la áflénJtttog, amemptos (adv.) irreprensi- J. M. Ross, Amen: ET 102 (1990-1991) 166-171; H.
muerte») se contrapone al pecar del cristiano de Cristo): 10, 26 (cf. 6, 4-6); por tanto, aquí blemente, intachablemente* Schlier, á[ir|V, en ThWNT I, 339-342; L. H. Silber-
que no conduce a la perdición, de ese cristia- no se trata de la «segunda conversión» del man, Farewell to O AMHN. A Note on Rev 3, 14:
cristiano. Lejos de eso, se hace hincapié con 1 Tes 2, 10; 5, 23. ThWNT IV, 576-578.
no para quien el hermano debe pedir a Dios la JBL 82 (1963) 213-215; G. Stahlin, Zum Gebrauch
seriedad e insistencia en el peligro de que la von Beteuerungsformeln im NT: NovT 5 (1962) 115-
vida; no se busca la armonización con Jn 20, fe del pueblo de Dios se adormezca por la se- 143; J. Strugnell, «Amen, I say unto you» in the Sa-
23 (está lejana la problemática de los «peca- áfiÉQi|ivo5, 2 amerimnos libre de preocu- yings of Jesús and in Early Christian Literature:
ducción del pecado (12, 1; cf. como «ejemplo
dos de muerte»). pación o de ansiedad* HThR 67 (1974) 177-182; S. Talmon, Amen as an In-
de lo contrario» el caso de Moisés en 11, 25). troductory Oath Formula: Textus 7 (1969) 124-129.
En vez de eso, los creyentes pueden y deben Mt 28, 14; 1 Cor 7, 32. ThWNT IV, 597s.
d) Heb compendia temáticamente la labor dejarse animar por Jesús, el autor y consuma-
terrena de Cristo como una labor consistente dor de su fe, para oponerse con resolución su- 1. La palabra 'amén, atestiguada en hebreo
en la purificación de los pecados (1, 3). Esto prema al pecado (12, 1-4). En su segunda ve- ájieTádeTOg, 2 ametathetos inmutable* (y también en textos árameos), es traducida
mismo, designado ahora como expiación de nida, que en 9, 28 se diferencia de la primera Heb 6, 17.18: lo inmutable del decreto de generalmente en la LXX por YEVOITO así sea
los pecados del pueblo (de Dios), es la tarea venida, que sirvió para eliminar el pecado, Je- Dios; «mediante dos realidades inmutables» y sobre todo en algunas ocasiones es transcri-
del sumo sacerdote (2, 17). Este enfoque cul- sús se encontrará con ellos para consumar la debemos poseer un intenso consuelo. ta simplemente por áu.rrv.
tual de la cristología y la soteriología se desa- salvación.
rrolla detalladamente: Cristo es el perfecto 2. La mayoría de las veces que aparece
sumo sacerdote (->• aQ%iSQevq), constituido P. Fiedler ccu,rjv en el NT, se encuentra en el contexto de
á^ETaxívijTog, 2 ametakinetos inconmo-
como hombre en favor de los hombres para vible* una fórmula o de una expresión a modo de
ofrecer el sacrificio expiatorio (5, 1), someti- áfláQTVQO£, 2 amartyros sin testimonio* 1 Cor 15, 58: «¡Por tanto, ... estad firmes, fórmula: aproximadamente la mitad de las ve-
do, pues, a la «flaqueza», a la posibilidad de Hech 14, 27: Dios no los dejó sin testimo- ces que encontramos este término fuera de los
inconmovibles!».
ser tentado (5, 2), pero sin pecado (4, 15) y, nio. evangelios, lo hallamos en la expresión: por
por tanto, no como cualquier otro sacerdote (toda) la eternidad. Amén (eíg xovq oclcbvag
que (en cada uno de los días de la expiación) a.\lZXK¡.\lÍXx\XOg, 2 ametamelétos dícese [tebv akávrov]. á\n\v aparece 12 ó 13 veces,
tiene que librarse de sus propios pecados (5, (l\iaQT<ükÓ$, 2 hamartdlos pecaminoso, de aquello de lo que no hay que arrepen- y en forma semejante aparece también 2 ó 3
3; cf. 7, 27: seguramente con una exageración pecador veces [4 Mac 18, 24; cf. 1 Crón 16, 36 LXX]).
tirse*
intencionada de Lev 16, 29-34; en 10, 11 con- -> áu,aQTÍa. En los evangelios, a\kX[v precede exclusiva-
Rom 11, 29; 2 Cor 7, 10. ThWNT IV, 630-
templa el conjunto de los sacrificios de Israel mente a una expresión como «yo os digo» o
y lo considera insuficiente). La sección sote- 633; DTNT I, 333s
«yo te digo» (kéym üu,tv/aot) (exceptuado
riológica principal (con la premisa decisiva: ix\iayo^, 2 amachos pacífico, sosegado* únicamente el denominado final breve de
sin derramamiento de sangre no hay perdón, 1 Tim 3, 3; Tit 3, 2. ThWNT IV, 533s.
á^ietavótlTOS, 2 ametanoetos impenitente* Me), con un simple á\ir\v únicamente en los
9, 22) queda enmarcada por la cita de Jer 31
En Rom 2, 5 dícese del corazón impeniten- Sinópticos (49 ó 50 veces), con doble áu.r|v
(8, 8-10, 18). Cristo es el perfecto sacrificio áyiá(D amad segar* únicamente en Jn (25 veces). En lugar del
expiatorio: manifestado por Dios (de) una vez En Sant 5, 4 dícese de la siega de los te. ThWNT IV, 1004.
campos áu.r|v, en la fórmula podemos encontrar tam-
(para siempre) al fin de los tiempos (9, 26.28)
bién ocasionalmente en los Sinópticos, entre
y yendo luego hacia Dios, consumado en el apietQog, 2 ametros desmesurado, desme- otras expresiones, vaí, jtX.r|v o áX/n§cbg.
santuario celestial (10, 12). Por el contrario, ájiédvaTog, ov, i^ amethystos amatista*
dido*
los sacrificios de Israel no pueden «nunca» Ap 21, 20: La duodécima piedra de cimien-
quitar los pecados (v. 11); es «imposible» que to es una amatista (cf. Ex 28, 19; Ez 28, 13 2 Cor 10, 13.15: gloriarse desmedidamente. 3. áu.t|v (con arreglo a la tradición del AT y
la sangre de los animales sacrificados borre LXX). ThWNT IV, 635-638. a la tradición judía) se encuentra al final, co-
207 á[xf|v -- áu.vóg 208 209 áuvóg 210

mo exclamación litúrgica. La exclamación en el AT y en el judaismo antiguo (los testi- 345; T. HoJtz, Die Christologie derApk des Johannes,
que pertenece a la terminología de los sacrifi-
«¡amén!», pronunciada en forma responso- monios en: J. Jeremias: ThLZ 83 [1958] 504), Berlín 1962, 27-48. cios del AT (Ex 29, 38; Lev 12, 6 del holo-
rial, aparece atestiguada claramente como pero aquí no aparece nunca al principio. 1. áuvóg lo encontramos en el NT un total causto); áonikoc,, teniendo en cuenta su em-
costumbre de la comunidad en 1 Cor 14, 16 Hasta ahora no se puede probar con seguri-
de 4 veces, en referencias cristológicas: a Je- pleo en griego (Moulton-Milligan), podría
(aparece por vez primera en Neh 8, 6; por dad el uso del «amén» antepuesto, y no de ca-
sús se le compara con un cordero (Hech 8, 32 desempeñar una función parecida. Ambos
ejemplo, también en Ber 8, 8); a ello alude rácter responsorial, en el judaismo antiguo ni
tampoco ya en el AT (según Talmon) o en un en paralelo con JTQÓ(3aTOv; 1 Pe 1, 19) o se le atributos, juntos, hacen referencia a la ausen-
igualmente 2 Cor 1, 20; además, correspon-
óstracon hebreo del siglo VII a.C. (según Bie- llama Cordero (Jn 1, 29.36). De las 30 veces cia de todo defecto en el sacrificio, es decir, a
den también a esta tradición, en el Ap: 5, 14;
19, 4; el <xur|v que en el v. 12 responde a 7, tenhard, Talmon, Strugnell) ni en la literatura que aparece áovíov, 29 veces encontramos la falta de todo pecado en Cristo. La compa-
10, y el áur|V que en el v. 20b responde a 22, rabínica (según Hasler) o en textos griegos este término en el Ap, y de ellas 28 sirven pa- ración con el cordero no se deriva de Is 53 y
20a. El áur|v, como palabra de corrobora- (según Berger); cf. Jeremias: ZNW (1973), ra designar al Cristo exaltado (excepción: 13, no contiene tampoco ninguna alusión al cor-
ción, concluye a menudo secciones o se halla 122s; en contra de Berger cf. también E. Jans- 11); en Jn 21, 15, el plural de áfjvíov designa dero pascual (1 Cor 5, 7; Jn 19, 36), sino que
también al final de cartas enteras (en los me- sen: JSHRZ III, 222 nota 140). Pero tampo- a la comunidad (en paralelo con Jtfjópatov). se orienta en general a los sacrificios del AT y
jores manuscritos, como última palabra, úni- co se ha probado que Jesús mismo empleara áfJT|v lo encontramos únicamente en Le 10, 3, forma parte de las variadas interpretaciones
camente en Gal, Jds, 2 Pe v.L; cf. Rom 15 y 'amen al principio del enunciado de senten- en plural, para designar a los discípulos de Je- jurídicas y cultuales de la muerte de Jesús
cias. sús (par. Mt 10, 6: jrpó|3aTa). dentro de la tradición del cristianismo primiti-
16); además, sirve al mismo tiempo para con-
vo. En 1 Pe 1, 18s, esa comparación, junta-
cluir unidades litúrgicas menores (ambas co-
sas son aplicables a 4 Mac): al final de sec- 5. Jesús, en Ap 3, 14, recibe el predicado 2. áu/vóg designa al cordero de un año mente con la imagen del rescate o redención
ciones doxológicas, por ejemplo, Rom 11, de el «Amén» (cf. Is 65, 16: 2 veces be'lohé aproximadamente; en la LXX se añade fre- (->• XVXQOV) y la idea de la liberación del pe-
33-36; Ef 3, 20s; al final de una promesa (en 'amén), lo cual se explica inmediatamente cuentemente éviovúoiog (Ex 29, 38; Lev 9, 3 y cado (cf. 1, 2), forma una compleja trama de
futuro), por ejemplo, Flp 4, 19s; al final de traduciéndolo por «el testigo fiel y veraz» (cf. passim). En Hech 8, 32 encontramos áuvóg imágenes (G. Delling, Der Kreuzestod Jesu in
una oración que expresa un deseo (en optati- Sal 88, 38 LXX); cf. 2 Cor 1, 20. en una cita de Is 53, 7s LXX: «Como oveja der urchristlichen Verkündigung, Gottingen
vo), por ejemplo, Heb 13, 20s; después de un H.-W. Kuhn (jtQÓ(3axov) fue llevado al matadero, y como 1972, 48s).
deseo de gracia o de paz Gal 6, 18; Rom 15, un cordero (áuvóg) es mudo delante del que El cuarto Evangelio introduce el testimo-
33; también después de una fórmula doxoló- lo trasquila, así no abre él su boca». Como nio del Bautista sobre Jesús (1, 29-34) con las
áfAif|T(OQ, 1 amétor sin madre* Lucas, seguramente, utiliza sólo el texto para palabras: «¡Ved el Cordero de Dios que car-
gica, por ejemplo, Gal 1, 5; 1 Pe 4, 11. En Heb 7, 3 dícese de Melquisedec. hacer referencia al acontecimiento de la Pa- ga con el pecado del mundo!» (1, 29 cf. 1,
4. El á[it|v antepuesto de los evangelios sión y de la exaltación de Cristo, profetizados 36); cf., a propósito, C. K. Barrett: NTS 1
aparece únicamente en palabras de Jesús en á^íavtog, 2 amiantos inmaculado* en la Escritura (cf. Le 24, 26.46; H. Conzel- (1954-1955) 210-218; F. Gryglewicz: NTS 13
una especie de fórmula de encarecimiento y, Heb 7, 26; 13, 4; Sant 1, 27; 1 Pe 1, 4. mann, Apostelgeschichte2 [HNT], 63), perma- (1966-1967) 133-146. Por consiguiente, el
eventualmente también, como fórmula de au- ThWNT IV, 650. necen imprecisos los aspectos cristológicos Bautista da testimonio no sólo de la preexis-
toridad: áu.T|v (áur|v) Xéyo> v\xlv/ooi. En Q del enunciado del áu-vóg. Hay que tener en tencia de Jesús (1, 30) sino también de su
aparece por lo menos 2 veces (Mt 23, 36 par. 'Ajuvaóáp Aminadab Aminadab* cuenta, por un lado, la diferencia de la LXX muerte expiatoria. Se trata de un enunciado
ved y 24, 47 par. cxX/n'&c&g; cf. vaí Mt 11, 9 Nombre de persona (Rut 4, 19); Mt 1, 4a.b; con respecto al TM {rahél = oveja madre) y el en imágenes y que sirve para identificar a al-
par. Le 7, 26). En Me 13 veces (seguramente, Le 3, 33. paralelismo con -> jtQÓPatov, que en el NT guien: una cosa análoga a las palabras eyú>
en sentido -en buena parte- tradicional). En nunca se emplea en sentido cristológico, y,
eíui en Jn. El genitivo «de Dios» tiene en Jn
Le aparece únicamente 3 veces procedente de por otro lado, los enunciados cristológicos
ttji|ti05, ov, r\ ammos arena* 1, 29 una función análoga a la que el adjetivo
Me (además 2 veces áXirOcog en vez del mar- que se asocian con áuvóg en 1 Pe y Jn y la re-
Mt 7, 26; Rom 9, 27; Heb 11, 12; Ap 12, «verdadero» (áXir&ivóg) desempeña en 1, 9;
quino áur|v) y aparte de eso otras 3 veces. En flexión cristológica que, en el modelo (Vorla-
18; 20, 8. 6, 32; 15, 1, es decir, designa a Jesús como el
Mt 9 veces procedente de Me y además otras ge) de Le o en general en los círculos judeo-
que cumple en sí la realidad designada por la
21 ó 22 veces (de ellas, tan sólo 2 veces aña- cristianos, enlaza con el enunciado del áuvóg.
imagen, imagen que son aquí los corderos
dido al texto de Me; 10 veces dentro de los áfivóg, oí), ó amnos cordero* 1 Pe 1, 19 introduce la comparación con un destinados a los sacrificios en el AT (cf. 1 Pe
textos de Q, y 9 ó 10 veces en el material pe- aQiyv, áfjvóg, ó aren cordero* cordero para explicar el poder expiatorio de la 1, 19). La derivación del enunciado a partir de
culiar). La frecuente fórmula de encareci- áfjvíov, ov, xó arnion carnero, cordero muerte sacrificial de Jesús: «... fuisteis redi- los corderos de pascua no puede explicar ni
miento en Jn tiene dos veces un paralelo en la 1. Uso de los vocablos en el NT - 2. á|ivóg - midos... no con cosas perecederas..., sino con siquiera en principio el factor de la elimina-
historia sinóptica de la pasión (13, 21.38). 3. ágvtov - 4. aQÍ\v. la sangre preciosa de Cristo, como de un cor- ción de la culpa del xóduog. El ingenioso pe-
Como sucede siempre en Jn, vemos que Bibl.: O. Bócher, Die Johannesapokalypse, Darm- dero (áuvóg) sin defecto (au.oou.og) Y s m ro problemático intento de entender la combi-
«amén» aparece ya duplicado frecuentemente stadt 1975; J. Jeremias, ó.\ivóz, xti.., en ThWNT I, 342- mancha (a0mX.og)». áuoouog es un vocablo nación de sustantivo y genitivo «Cordero de
211 ájivóg 212
213 auvóc; - áujteXog 214

Dios» basándose en el doble significado del vence (17, 14; cf. Hen [et] 89, 49; Tesüos 19,
término arameo talya' (que quiere decir cor- 8); sus siete cuernos no son sólo en general guar qué palabra aparecía en la fuente (Vorla- 2. Además del empleo en sentido propio (Mt
dero y también muchacho/siervo) y deducir símbolo de fuerza, sino que simbolizan al Me- ge) Q. Sobre la contraposición corderos - lo- 20, 1-16: 21, 28; Le 13, 6; Me 14, 25 par.
de ahí la idea de que se habría pensado origi- sías como rey y guerrero poderoso (Hen [et] bos, cf. Is 65, 25; Eclo 13, 17; Homero, II 22, [vid], encontramos viña en sentido figurado
nalmente en el «Siervo de Dios» según Is 53 90, 37s; 90, 9.12; Ap 13, 11 del anticristo). Así 263; EpigrGraec 1038, 38: cbg áovetc; xaté- en Me 12, 1-13 par. La parábola intensamente
(Jeremías 343), es un intento superfluo, con- que áovíov debe considerarse más que nada %ovoiv Xúxoi (Bauer, Worterbuch, s.v.); sobre alegorizante (sobre todo en Mt), que alude a
forme a la explicación dada anteriormente. como símbolo mesiánico (Bócher, 47: «el Car- la contraposición ovejas - lobos, cf. Hen [et] Is 5, 1-7, se refiere claramente al rechazo de
nero-Mesías») y no como símbolo de impo- 89, 55; Tanh twldwt (32b) (Billerbeck I, 574; los mensajeros («siervos» = profetas) de Dios
3. ájjvíov es originalmente un diminutivo tencia. El autor del Ap trasformó y plasmó de G. Bornkamm, en ThWNT IV, 312). Los inde- (el amo de la viña) por los dirigentes de Isra-
de áor|V (->• 4), pero no se entiende ya como nuevo este símbolo, integrando en él tradicio- fensos discípulos de Jesús (cf. Le 10, 4) son, el (los viñadores), amenaza a estos últimos
diminutivo, según la tendencia de la lengua nes cristológicas (la muerte sacrificial, la re- en su misión, lo mismo que corderos (cf. SalSl con un castigo y promete que la salvación pa-
griega popular, en tiempos del NT, de emplear dención de la comunidad), de tal manera que 8, 28; 4 Esd 5, 18): están expuestos a los ma- sará de Israel (viña) a los gentiles («otros»).
formas terminadas en -tov. áovíov sirve para creó un enunciado en imágenes que es ya yores peligros, y por cierto a causa de sus mis- La parábola, que en labios de Jesús es un últi-
designar al carnero, a la oveja, y al cordero. complejo y no fácil de intuir: el áovíov es mos compatriotas; el tiempo de la misión es mo llamamiento a la conversión, fue trasfor-
En el Ap, áovíov es la denominación más fre- compañero de Dios en el trono 5, 6; 7, 17; 22, tiempo de tribulaciones antes de que llegue el mada por los Sinópticos en en una exhortación
cuente de Cristo. La encontramos en la visión fin(cf. Le 12, 51-53 Q). dirigida a los oyentes cristianos para que pro-
1.1, como Redentor que es y Señor de la co-
de la entronización del áovíov en el capítulo duzcan «frutos» (Mt 21, 43).
munidad 5.9s; 7, 17; 14, 4; 19, 7.9. La idea del G. Dautzenberg
5, en las visiones de los sellos que vienen a
áovíov como inmolado está fundamentada, sí,
continuación en los capítulos 6s; luego la en-
cristológicamente, pero no aporta ninguna ten- 3. au.jt.eX.oc; vid adquiere profundo signifi-
contramos principalmente en los capítulos 14, á|tioi(ÍT|, f¡5, i^ amoibe retribución, agra-
sión insuprimible a la imagen, porque el he- cado cristológico en el «discurso en lenguaje
19, 21 y 22. Se discute si el autor con el tér- decimiento*
breo kabas (= áovíov Jer 11, 19 LXX) desig- figurado» de Jn 15, 1-8, donde Jesús se desig-
mino áovíov quiso presentarnos más bien la 1 Tim 5, 4: mostrar agradecimiento a los
na al carnero joven, y en la mayoría de los na a sí mismo como la «verdadera vid». No
imagen de un cordero o la de un carnero. En progenitores.
favor de la interpretación de áovíov como casos como animal para el sacrificio (KBL3 son convincentes los intentos de derivar del
438). mandeísmo esta autopredicación de Jesús
cordero hablan principalmente las siguientes
En Jn 21, 15 encontramos áovíov en plural (Bultmann). Todo habla en favor de que se ha
consideraciones: la designación del áovíov a^lTte^og, OV, r\ ampelos vid
como designación de la comunidad, en pala- recogido y ampliado un motivo que existía ya
«como inmolado» (5, 6.9, 12; 13, 8) y la refe- á|j,JteXo\)QYÓS> 0,ü> ó ampelourgos viña-
bras del Resucitado dirigidas a Pedro. En las en el AT. Es verdad que en él la vid no se apli-
rencia al efecto salvífico de su sangre señalan dor*
dos repeticiones de la interpelación se descri- ca nunca a individuos, pero hay principios ya
la conexión con los enunciados del NT acerca á^uteXcóv, (üvog, ó ampelón viña
be a la comunidad con el término de JtQÓ- de ello (Ez 15; 17; 19; Sal 80, 9-17; Eclo 24,
de Jesús como cordero sacrificial (áovíov ->
(3ata. No se observa una diferencia de con- 1. Uso de los vocablos en el NT - 2. Sinópticos — 17); el ApBar (sir) refiere ya al Mesías la
2); en la imagen del áovíov la debilidad y la 3. ánJtEAog en Jn 15 y en el Ap.
tenido; se trata de variantes estilísticas (cf. imagen de la «vid» (sobre el conjunto cf. Bo-
impotencia de un cordero aluden a la humilla-
el cambio de los imperativos (3óaxe [cuida] Bibl: J. Behm, á\me\oc„ en ThWNT I, 345s; R. rig, 79-194). No la Iglesia sino Jesús es la
ción del Crucificado, pero, en cambio, el he-
21, 15.17 y jroí[iave [guarda] 21, 16; R. Borig, Der wahre Weinstock, München 1967; R. Bult- vid, y esto se fundamenta en que él mismo re-
cho de que tenga siete cuernos y siete ojos se- mann, Das Ev. des Johannes (KEK), Góttingen
Schnackenburg, El Evangelio según san Juan presenta al nuevo pueblo de Dios. El áX/n-
ñala la plenitud del poder y de la sabiduría del l0
1941, 406-415; H. J. Klauck, Das Gleichnis vom
III, 446 y 448ss. La traducción de «pastorea Mord im Weinberg: BiLe 11 (1970) 118-145; E. {Hvr| enfático no pretende deslindar polémi-
Cristo celestial (5, 6). Ahora bien, determina-
mis corderos» estaría justificada únicamente, Schweizer, Ego eimi, Góttingen 21965; R. Schnacken- camente a Jesús de otros que habían aportado
dos rasgos del áovíov corresponden más bien
si también variasen los imperativos en el tex-
burg, El Evangelio según san Juan III, Barcelona salvación; sino que expresa positivamente
a la imagen de un carnero y hacen sospechar, 1980, 130-144; Id., Aufbau und Sinn von Joh 15, en
to griego. En caso contrario, hay que preferir que en él -a diferencia de la vid de Israel-
por tanto, que el Ap plasmó la imagen del Homenaje a Juan Prado, Madrid 1975, 405-420.
se han cumplido de una vez todas las espe-
áovíov como imagen mesiánica, con arreglo a la traducción: «mis ovejas».
1. Vid, aparte de Sant 3, 12; Ap 14, 18.19, ranzas. á^uteXog en Jn no debe entenderse
la tradición apocalíptica: la cólera del áovíov
aparece únicamente 6 veces en los evange- primariamente como «árbol de la vida». El
(6, 16) indica su función como Juez (cf. 14, 4. ájJijv designa lo mismo que áu,vóc; (-•
lios; viña, tan sólo en las parábolas sinópticas enunciado central se orienta hacia lo de pro-
10; Hen [et] 69, 27); el áovíov es el caudillo 1) al cordero. El término lo encontramos úni-
(22 veces) y en 1 Cor 9, 7, y viñador, sola- ducir frutos y, por tanto, al verdadero discipu-
de los suyos (7, 17; 14, 1.4; cf. las funciones camente en el NT en aquellas palabras pro-
mente en Le 13, 7. El uso figurado de estos lado (15, 8). Por eso, «permanecer» en la vid
de un animal de guía y la representación de nunciadas en sentido figurado que leemos en
términos en el NT se inspira en las imágenes es condición absolutamente indispensable. El
determinadas figuras de caudillos a los que se Le 10, 3: «Mirad que os envío como corderos
que aparecen ya en el AT, donde la vid y la «fruto» es «guardar los mandamientos», so-
hace ver como carneros en Hen [et] 89, 45- en medio de lobos». El lugar paralelo de Mt bre todo el del amor fraterno (v. 12), y tan só-
49); hace la guerra contra los enemigos y los 10, 6 tiene Jtoópoaa (ovejas). Es difícil averi- viña son imágenes que se refieren principal-
lo de manera mediata lo es el «fruto de la mi-
mente a Israel (Os 10, 1; Jer 2, 21; Is 27, 2).
215 áuJiEXog - ájiqjÓTEQOl 216 217 ámpÓTegoi - á v 218

sión». - En Ap 14, 18s la vid es una imagen braya la antigua separación de quienes ahora ' A j u ó g Amos Amos*
ájiitpié^w amphiezó vestir*
de la humanidad (pagana). están unidos (en Cristo): los dos juntos, cf. v.
Le 12, 28 (con p74 p 75 D y otros); dícese en Primer rey de Judá (así aparece en 2 Re 21,
F. Porsch 15 ol 5i3o «cada uno de ambos». También con 18; 1 Crón 3, 14 v.l.) en la genealogía de Je-
sentido figurado de las flores silvestres que
artículo en Le 5, 7; Hech 23, 8, aquí ambas sús en Mt 1, 10 (bis); v.l. -> 'Afxcóv. - 2. Padre
crecen en los campos, y a las que Dios viste
con mayor magnificencia de la que se vistió cosas en el sentido de todo eso; de manera pa- de Matatías e hijo de Nahún en la genealogía
áfiJteXovgYÓg, oC, ó ampelourgos viñador
Salomón en todo su esplendor. Encontramos recida en Hech 19, 16: todos ellos (con arre- de Jesús en Le 3, 25.
-> á\inskoq.
este verbo junto a -*• áu.cpiá£co (= dorismo de glo al uso que más tarde se hace en los papi-
la Koiné), y puede sustituir, lo mismo que és- ros, por ejemplo, PapLondon II 336, 13 [siglo
áflJieXwv, WVO?, Ó ampelon viña
te, a -> ctu.cpiévv'Ufu. Bauer, Wórterbuch, s.v. II p.C.]). E. Haenchen, Apostelgeschichte1 a v an (partícula)
-> á\mzkoc,. (KEK), sub loco; BlaB-Debrunner § 64 nota
á\i(piát,w; BlaB-Debrunner § 29, 2; 73 nota 1. Bibl.: Bauer, Wórterbuch s.v.; BlaB-Debrunner §
10; 274, 3 con la nota 4. 360, 367, 369, 380, 383, 385s; Kühner, Grammatik
A n J l X i a T o g , o v Ampliatos Ampliato* II/I, 202-259; Mayser, Grammatik II/I, 226-296.
á j M p i é w v j u amphiennymi vestir*
Nombre de un cristiano que en Rom 16, 8 En sentido figurado en Mt 6, 30 (par. Le 12, 1. éáv sigue a menudo a los relativos, en vez
áfi(í)^t]TOg, 2 amómétos irreprochable*
recibe un saludo y a quien Pablo designa co- 28 Sin Koiné A y otros, -» áfxcpié^o)). Dícese de áv. Además, los manuscritos del NT vacilan
2 Pe 3, 14; cf. Flp 2, 15 Koiné D G pl (en entre ambas formas (BlaB-Debrunner § 107, 1;
mo ó áyaJtr|TÓg \xov év xurjícp (cf. también en voz pasiva de Juan el Bautista Mt 11, 8 par. vez de áu.ü)u.og). ThWNT IV, 836. 380, Ib), áv es una partícula peculiar del griego,
16, 5) (Koiné D y otros 'A[XJtliág). Nombre Le 7, 25, que no se halla vestido con ropas
frecuente entre los esclavos, del latín Amplia- imposible de traducir por sí sola. Designa como
blandas (= elegantes). BlaB-Debrunner § 159 condicional el contenido de la oración en que se
tus. BlaB-Debrunner § 125 nota 6; Bauer, Wór- nota 1. a^KOfiov, o v , tó amómon amomo* halla, según sea el modo y el tiempo del verbo.
terbuch, s.v.\ LThK I, 450; O. Michel, Der Nombre de una planta aromática que, junto En nuestro idioma áv sólo puede expresarse me-
Briefan die Rómer5 (KEK), sub loco. a muchas otras cosas preciosas y artículos de diante el modo del verbo. El NT emplea esencial-
'A^tpÍJloXig, EÍ05 Amphipolis Anfípolis* mente las partículas -aunque con ligera varie-
lujo, existe en «Babilonia»: Ap 18, 13.
Ciudad de Macedonia, rodeada por el río dad- de la misma manera que se emplean en la
á j i v v o f t a i amynomai rechazar de sí, acu- Estrimón (de ahí su nombre). Fue fundada en lengua clásica (Bauer). Unos cuantos escritos del
dir en ayuda* el año 436 a.C. como centro comercial. Capi- ajWM^iog, 2 amonios irreprochable, inta- NT no emplean áv en absoluto: 1 y 2 Tes, Flm,
En Hech 7, 24 se emplea en sentido absolu- tal de la provincia romana de Macedonia pri- chable* Col, Ef, Pastorales, Sant, 1 y 2 Pe y Jds.
to para referirse a Moisés, quien acudió en ma (Sudeste de Macedonia). Acantonamiento En Heb 9, 14 dícese de Cristo, que se ofre-
ayuda de alguien que estaba siendo tratado in- militar en la Via Egnatiana. Hech 17, 1: Pablo ció a sí mismo como sacrificio «intachable», 2. a) á v con indicativo aoristo o imperfec-
justamente en Egipto. En el NT se emplea en pasa por Anfípolis durante el denominado se- porque no tiene mancha alguna; de manera to 1) denota una acción repetida en ciertas
voz media con acusativo, y con el mismo sig- gundo viaje misionero, cuando va camino de parecida en 1 Pe 1, 19; cf. MartPol 17, 2. Es condiciones, especialmente después de relati-
nificado, cf. Is 59, 16 LXX; Blal3-Debrunner Tesalónica, procedente de Filipos. Pauly-Wis- también muy frecuente en la LXX, por ejem- vos (BlaB-Debrunner § 367): Me 6, 56c: el
§316 nota 2. sowa 1/2, 1949-1952; BHH I, 87; H. Conzel- plo en Ex 29, 1. En sentido figurado se aplica que le tocaba (en aoristo); 6, 56a: dondequie-
mann, Apostelgeschichte2 (HNT) 94; R. Ries- a la Iglesia, que por medio de Cristo fue libe- ra que él entraba (imperfecto); Hech 2, 45 y
á|ll(pltt^W amphiazo vestir ner, Amphipolis. Eine übersehene Paulus-Sta- rada de toda culpa, para que compareciese 4, 35: xadÓTi áv Tig XQeíav u%zv, según la
Le 12, 28 B; variante textual en el NTG. íion: BiKi 44 (1989) 79-81. necesidad de cada uno. 2) áv aparece en la
inmaculada ante Dios (Ef 1, 4 con áytog; Col
-> á|Acpiéí¡o). apódosis después de una oración condicional
1, 22, con áVyiog y ávéyxX.TiTog). En Ef 5,
27 se refiere a la éxxX/naía, a la que Cristo introducida por el (BlaB-Debrunner § 360),
áfiq)i(}áM(!) amphiballó lanzar la red* áfi(po8ov, o v , TÓ amphodon calle, camino* Le 7, 39: si éste fuera profeta, sabría; 17, 6;
hizo comparecer amte sí en figura gloriosa
En Me 1, 16 como término técnico para de- Me 11, 4; Hech 19, 28 D (en Jer 17, 27 Jn 5, 46; 8, 19; 1 Cor 11, 31; Gal 1, 10; Heb
y sin mancha ni arruga (cf. Col 1, 22), para
signar la acción de lanzar la red (redonda) de LXX; 30, 33 LXX en el sentido de barrio de 8, 4 (con imperfecto); Mt 11, 21: si los mila-
que fuera irreprochable (nuevamente con
pescar; empleado en sentido absoluto (D © y la ciudad). Liddell-Scott, s.v.. ayiog); cf. Jds 24; Ap 14, 5 (en paralelo con gros que se hicieron..., hace mucho tiempo
otros. Objeto de la acción verbal: t á óíxTua,
áxéQaiog). ThWNT IV, 836. que se habrían arrepentido; 12, 7; Jn 14, 28;
Koiné fiáXkovxaq á[i(pí^XTt]OXQOV, cf. par.
áji(pÓTEQOi, 3 amphoteroi ambos (juntos) H. Balz 1 Cor 2, 8 (con aoristo).
M t 4 , 18). BHH I, 482s.
Adjetivo pronominal para expresar la idea
á\i<(í$'kr\OTQOV, o v , TÓ amphiblestron del uno y el otro. Aparece 14 veces (única- A f i t b v Amón Amón b) áv con subjuntivo: 1) Cuando esta com-
red de pescar* mente en Mt, Le, Hech y Ef). Casi siempre en Rey de Judá, hijo de Manases y padre de binación sigue a un relativo (BlaB-Debrunner
Mt 4, 18 (cf. Me 1, 16 Koiné). La red re- lugar de áu.cpoo. En el NT lo encontramos úni- Josías (4 Re 21, 18; 1 Crón 3, 14; en cada uno § 380), entonces la oración de relativo sustitu-
donda la arrojaban los pescadores metiéndose camente en géneros masculino y neutro. En de estos casos la v.l. ->• 'Afxcóg): Mt 1, 10 (bis) ye a la prótasis (Mt 5, 19; 10, 11; Jn 5, 19; 1
ellos en el agua. BHH I, 482s. Ef 2, 14.16.8 á[xqpóteQOi (con artículo) su- Koiné L W lat sy. Cor 11, 27). 2) áv se usa en oraciones tempo-
221 ávaBaívco 222
219 áv - ccvapaívtó 220

S. Schulz, Untersuchungen zur Menschensohn-Chris- adverbios de lugar para indicar la dirección


rales con subjuntivo, cuando se describe un La preposición á v á era ya rara en la prosa tologle im Johannesevangelium, Gottingen 1957. (Jn 6, 62; Ef 4, 10; Ap 4, 1; 11, 12; -> 4).
suceso que va a ocurrir, pero que no se sabe ática. La construcción de á v á con dativo desa- riQÓg con acusativo indica la persona hacia
cuándo (-> otav). Encontramos las siguientes 1. El término aparece en el NT un total de
pareció en el NT como había desaparecido ya quien uno sube o en cuya barca entra. Sobre
combinaciones: f|víxa áv, siempre que (2 82 veces: 9 veces en cada uno de los sinópti-
en Polibio. Como preposición independiente el dativo sin preposición en Hech 21, 31 -> 2.
Cor 3, 15); (he, áv, tan pronto como (Rom 15, cos, 19 en Hech (en contra de Morgenthaler,
con acusativo á v á aparece sólo 13 veces en el El lugar «de donde» uno asciende se indica
24; 1 Cor 11, 34; Fil 2, 23); dtp' o í áv, des- NT. Ahora bien, como prefijo de verbos (Mor- Statistik: 18), 13 en Jn, 4 en Pablo, 3 en Ef, y
13 en Ap. El mayor número de veces que apa- como ájtó, de, y éx, desde. La finalidad de
pués que (Le 13, 25); ecoc; áv, hasta que (Mt genthaler, Statistik, 160 muestra 74 compues- una acción, por ejemplo, de la oración o de la
10, 11; Le 9, 27); á)(Qi o í áv, hasta que (Ap tos diferentes), incluidos verbos con doble pre- rece este término en los Evangelios y en Hech
adoración de Dios, se indica con infinitivo
2, 25); noiv (í|) áv antes de (Le 2, 26) (BlaB- fijo (ibid. 161s), á v á aparece frecuentemente; se explica por el uso frecuente de «subir a Je-
(Mt 14, 23; Le 9, 28; 18, 10: jtooaeíSjao'&ai),
Debrunner § 383, 3). lo mismo cabe decir de los sustantivos com- rusalén», «a la fiesta» o «al Templo», o bien
el participio futuro de finalidad (Hech 24, 11:
puestos. En el NT la preposición á v á , por sí «ascender a la montaña» (como lugar de ora-
jtQoaxDVT)Ocov) o una oración introducida
c) En oraciones finales OJTCOC; á v se usa sola, se emplea únicamente en expresiones he- ción), refiriéndose principalmente a Jesús o a
por iva (Jn 12, 20: Jtooaxi)vr|0ü)0iv).
menos que en ático y en la LXX (BlaB-De- chas o con sentido distributivo, a) á v á [iéaov los apóstoles. Cf. Gal 2, 1.
brunner § 369, 5); con excepción de Rom 3, 4 (con genitivo), en medio de, entre (Raderma-
2. Las traducciones deben tener siempre en 4. En Rom 10, 6 Pablo recoge el pensa-
(que cita al Sal 50, 6 LXX), aparece única- cher, 138): Mt 13, 25; Me 7, 31; I C o r ó , 5;Ap
cuenta tanto el sujeto como el contexto de miento de Dt 30, 12. Lo que allí se aplicaba a
mente en Le 2, 35; Hech 3, 20; 15, 17 (citan- 7, 17; b) á v á iiérjoc;, por turno: 1 Cor 14, 27.
ávaPaívco (-y 3) y también el lugar en que se la palabra de Dios, se aplica ahora a la justicia
do a Am 9, 12, que en la LXX no tiene áv). c) á v á en sentido distributivo, cada uno: Mt
halla el hablante. Si hay un movimiento que que es por la fe: uno no necesita ascender al
20, 9.10, cada uno un denario (Radermacher
d) El optativo con á v en la oración princi- se aleja del hablante, entonces se habla de su- cielo para hacerla descender a la tierra, por-
20; no es un hebraísmo); Le 9, 3.14; 10, 1; Jn
pal ha desaparecido casi por completo en el 2, 6; Ap 4, 8; cf. Me 6, 40 p84. - á v á se conge- bir (a una colina, a las montañas), ascender que eso significaría hacer descender de nuevo
NT. Tan sólo los escritos de Lucas (como ló también como adverbio: Ap 21, 21 á v á eig (al cielo); si hay un movimiento hacia el ha- a Cristo (sobre esta expresión cf. Prov 24, 27
prueba de su estilo literario) contienen ejem- exaotoc; tcov JtuXcóvcov, cada una de las blante, entonces se habla de salir, emerger, 30, 34 LXX; Bar 3, 29; sobre «descender» al
plos (Le 1, 62; 6, 11; 9, 46; 15, 26; Hech 5, puertas (BlaB-Debrunner § 204. 305, 2). subir (del agua, del mundo de las profundida- «abismo» cf. Sal 106 [107], 26; 138[139], 8;
24; 8, 31; 10, 17; cf. Jn 13, 2 4 p 6 6 A D . Es es- des), de subir a donde alguien (a la barca); Am 9, 2.4; Is 14, 13.5). - En Hech 2, 34 Lu-
pecialmente significativo Hech 17, 18 (una empleado en sentido absoluto, elevarse (el cas interpreta la «exaltación» de Jesús (v. 33)
G. Schneider
pregunta retórica directa en labios de los ate- humo, los pensamientos) o de ir hacia arriba, como «ascensión al cielo», trasponiendo así a
nientes); 26, 29: eííjaíixriv áv, yo desearía crecer (las plantas). En Hech 21, 31 ávé(3r| un esquema espacial la investidura del Rey
(Pablo en presencia de Agripa; cf. BlaB-De- ávaPaftjlÓg, OV, Ó anabathmos peldaño cpáoig quiere decir que se informó (a la Torre mesiánico en sus funciones (Sal 110, 1). (Se-
brunner § 385, 1). (en plural, escalinata)* Antonia). gún Lohfink, 229, Lucas concretiza aquí el
En Hech 21, 35.40 dícese de la escalinata kerygma de exaltación, de la Iglesia primiti-
e) áv con infinitivo, una construcción que que unía el atrio exterior del Templo con la va, relacionándolo de manera historizante con
Torre Antonia. 3. Eventualmente ávapaívcü se puede em-
es muy común en griego clásico, falta por la ascensión, a la que ahora se distingue de la
plear en construcción absoluta (es decir, sin
completo en el NT (BlaB-Debrunner § 396, resurrección.) Puede apreciarse todavía la
indicar dirección ni movimiento), principal-
4). En 2 Cor 10, 9 <hc, áv puede entenderse manera de hablar del AT y del judaismo,
á v a p a í v o ) anabaino subir, ascender mente para referirse a plantas (Me 4, 7s.32;
como un solo término (quasi, como quien di- Mt 13, 7: crecen), animales (Mt 17, 27: sale cuando, según Hech 10, 4, las «oraciones y li-
ce): no quiero dar la impresión de que deseo 1. Aparición del vocablo en el NT. - 2. Significa- mosnas» de Cornelio ascenden a Dios, de tal
dos léxicos - 3. Empleo del término - 4. «Ascender» al un pez), o cosas inanimadas como el humo
asustaros (BlaB-Debrunner § 453, 3; Bauer, {asciende, Ap 14, 11; 19, 3). La indicación de manera que Dios «las recuerda» (cf. Job 20, 6
cielo y a Dios.
s.v. 6). el Lir|xi á v éx o"uu.cpcbvou en 1 Cor 7, la dirección del movimiento es más frecuente LXX; 3 Mac 5, 9). - En Ef A, 8 el autor em-
5 puede traducirse por: a no ser de común BibL: I. Fritsch, «...videbitis... úngelos Dei ascen- plea en sentido cristológico (y libremente) el
cuando se hace referencia a seres humanos;
acuerdo (BlaB-Debrunner § 376, Ib). dentes et descendentes super Filium Hominis» (lo. 1, texto del Sal 67 (68), 19: una interpelación a
51): VD 37 (1959) 3-11; G. Lohfink, Die Himmelfahrt entonces se expresa con eíc; (en la mayoría de
Jesu (StANT 26), München 1971; W. Michaelis, Joh los casos) o con é m (a la azotea: Le 5, 19; Dios se ha convertido en un enunciado acerca
G. Schneider
1, 51, Gen 28, 12 und das Menschensohn-P'roblem: Hech 10, 9; a la superficie de la tierra: Ap 20, de Cristo que «ascendió a lo alto» y «conce-
ThLZ 85 (1960) 561-578; E. Ruckstuhl, Die joh. 9). Sobre ETCL en Jn 1,51 -> 4. áva(3aív(o em dió dones a los hombres». El zkafitc, (Só-
Menschensohnforschung 1957-1969: ThBer 1 (1972) xaQ§íav (cf. en hebreo 'ala 'al-léb) quiere u.axa) de la LXX se entiende aquí, al igual
171-284; H. Schlier, La Carta a los efesios, Salaman-
á v á ana con acusativo (hacia arriba)* decir que algo ha entrado en la mente de una que en Ex 25, 5 LXX; 1 Re 17, 10, como «re-
ca 1991; R. Schnackenburg, Der Menschensohn im Jo-
BibL: BlaB-Debrunner § 203s; Kühner, Grammatik hannesevangelium: NTS 11 (1964-1965) 123-137; Id., persona (Hech 7, 23) o ha penetrado en su co- cibir para dar» (cf. Schlier, 25 ls y su referen-
II/I, 473s; Mayser, Grammatik II/2, 401-404; Rader- El Evangelio según san Juan II, Barcelona 1980, 490- razón (1 Cor 2, 9). Pueden emplearse también cia a la interpretación rabínica del Sal 68, 19,
macher, Grammatik, 20, 138, 143. 505; J. Schneider, paívw mi., en ThWNT I, 516-521;
223 ávapaívco - ávafi\éntí> TLA 225 ávafSXéjtü) - ávayevváü) 226

que entiende el salmo como referido a Moisés avaPipá^w anabibazd sacar o arrastrar Este sentido aparece en Me 8, 24 (la curación avaPoXtj, fjg, i^ anabole demora, aplaza-
y a su recepción de la Ley en la altura). Claro (las redes a tierra)* de un ciego en Betsaida); 10, 51 («¡Raboni, miento*
que esta «ascensión» de Jesús «por encima de Mt 13, 48: los pescadores arrastran hasta haz que recobre la vista!»); v. 52; Mt 20, 34; Hech 25, 17: ávct|3oM|v [XTISEUÍCCV JTOIT)-
todos los cielos», y con ello por encima de to- la orilla la red barredera, llena de los peces Le 18, 41.42.43 (el acto creyente de ver es
aáu.evog, sin demora alguna; -> áva(3áA.X.a).
dos los seres intermedios, presupone su ante- capturados. consecuencia del encuentro con la oferta es-
rior descenso a las «partes bajas de la tierra», catológica de salvación que Dios hace en Je-
algo que se pone bien en claro en el parénte- sús; cf. K. Kertelge, Die Wunder Je su im á v á y a i o v , ot), t ó habitación del piso de
sis de los vv. 9s (cf. ibid.). - Un enunciado ya ávaP^éjlCí) anablepó levantar la mirada Markusevangelium, München 1970, 179ss). arriba*
tradicional en Jn 3, 13 niega que jamás nadie 1. Aparición en el NT - 2. Variantes de significado - En Jn 9,1.15.18 (la curación del ciego de na- Me 14, 15 par. Le 22, 12. BlaB-Debrunner §
haya subido al cielo a excepción del «Hijo del 3. ává(5XEi|n5 cimiento en la piscina de Siloé) la recupera- 35 nota e; 44 nota 1. RGG I, 1930; BHH II,
hombre» que bajó del cielo (cf. nuevamente ción de la vista conduce a la fe en el Hijo del 1326.
Bibi: Bauer, Wórterbuch s.v.; E. v. Dobschütz, Die
Prov 30, 4 LXX; Bar 3, 29 refiriéndose a la fUnfSinne im NT. JBL 48 (1929) 378-411; K. Lam- hombre (cf. F. MuBner, Die johanneische Seh-
sabiduría); por eso, tan sólo Jesús, el Hijo te- mers, Hóren, Sehen und Glauben im NT (SBS 11), weise, Freiburg i. B. 1965, 18ss). Cuando Je- ávayYéMo) anaggelló informar, anunciar
rreno del hombre, puede traer conocimiento Stuttgart 1966, 84-106; W. Michaelis, óoáü) xík., en sús, el Mesías que trae la salvación, restaura
ThWNT V, 315-381; F. Notscher, «Das Angesicht Cot- ->• áyyé'k'ku).
celestial. Su «ascensión adonde él estaba an- íes schauen» nach bibl. und babylonischer Auffas-
la vista de un ciego, entonces se cumple la
tes» se convierte en un escándalo todavía ma- sung, Bonn 1924, 62ss; R. Schnackenburg, Visión de promesa escatológica del AT que habla de cu-
yor que su «venida del cielo» como el pan de Dios, en, DTB 1068-1073 (bibl). rar a los ciegos (Is 61, 5-7; 35, 5s; 29, 15ss; avayevvád) anagennaó dar nueva vida,
la vida (Jn 6, 62). Si, con arreglo a 1, 51, son también Mt 11, 5; Le 7, 22) y se cumple en el regenerar*
vistos ángeles «subiendo y bajando sobre él», 1. El verbo aparece 25 veces en el NT (Ma- «hoy» del encuentro con Jesús; (cf. H. Schür- Bibl.: F. Büchsel, ávaYY£Vváa>, en ThWNT I, 671-
entonces queda bien probado que él es el lu- teo 3 veces, Marcos 6, Lucas 7, Juan 4, He- mann, Das Lukasevangelium I (HThK), 406- 674; K. H. Schelkle, Die Petrusbriefe. Der Judasbrief
gar de la presencia de Dios (Gen 28, 12, cf. v. chos 5). Las palabras relacionadas con el he- 414. d) En el relato de la experiencia de Sau- (HThK), Frankfurt 21964, 26-54; J. Ysebaert, Greek
cho de ver tienen frecuentemente significado Baptismal Terminology, Nijmegen 1962, 90-107.
17: «la casa de Dios y la puerta del cielo» [cf. lo en Damasco, su ceguera y su curación son
Fritsch]). Según Jn 20, 17, su «ascensión al teológico y hermenéutico en el NT, donde se símbolos de su conversión de la soteriología 1. Aunque la idea de ser engendrado apare-
Padre» prepara el camino para la concesión refieren a la profunda percepción de fe del de la Tora judía a la justificación cristológica ce frecuentemente en el NT (especialmente en
de sus dones (paz, gozo, el Espíritu, el per- acontecimiento de Cristo. por la fe (Hech 9, 12.17.18; 22, 13). e) Las Jn), ávaYEVvácü se usa únicamente en 1 Pe 1,
dón, 20, 19-23); cf. anteriormente, acerca de mujeres levantan sus ojos, cuando están junto 3.23; no es, por tanto, un tecnicismo del NT
Ef 4, 8ss). - La invitación «¡Sube acá!» capa- 2. En el NT encontramos los siguientes a la tumba de Jesús: el hecho de que la pesa- que denote este proceso. Por eso, para enten-
cita al vidente del Ap (4, 1) para recibir las vi- significados: a) levantar la mirada como una da piedra haya sido removida, les da acceso al derlo, tenemos que acudir a otros conceptos
siones celestiales. Si los «dos testigos» de 11, percepción óptica neutra de objetos y perso- sepulcro y con ello a lo que había acontecido afines en esta esfera (-> Y£vváa>, sivou EX,
3 son Moisés y Elias (cf. E. Lohse, Offenba- nas. En Le 19, 5 Jesús pasa por Jericó y le- en su interior (Me 16, 4). ájtox'uéü), ->• jtaXiYYEVEota). El uso limitado
rung, sub loco), entonces el hecho de que sean vanta los ojos para mirar a Zaqueo, uno de los de ávayevváíü no debe explicarse como un
llevados al cielo, en el v. 12, se remonta, en el principales recaudadores de impuestos, que consciente rechazo del lenguaje de los miste-
3. ávápXetlHg recuperación de la vista*
caso de Elias, al AT (2 Re 2, 11; Eclo 48, 9) y, estaba sentado en lo alto de una higuera sil- rios paganos, porque tampoco en ellos se pue-
aparece en el NT únicamente en Le 4, 18, don-
en el caso de Moisés, a la tradición judía (cf. vestre a la que se había subido; Jesús sabe de probar que ávaYSvvácú sea un tecnicismo
de la expresión se refiere a la recuperación de
el escrito la «Asunción de Moisés» [AsMo]). cuándo alguien le está buscando; le llama pa- (tal vez lo sean (xETaYevvótv, nakiyyzvzaía;
la vista en los ciegos. En Jesús en la sinagoga
ra que baje y le anuncia la presencia de la sal- cf. Büchsel, 672).
de Nazaret se cumple la promesa de Is 61, ls;
J. Beutler vación «hoy». En Le 21, 1 Jesús levanta la
58, 6 LXX; cf. Bern 14, 9.
mirada y ve a los ricos que echan sus donati- 2. El acontecimiento designado en 1 Pe por
P.-G. Müller
ávaPá^O) anaballd posponer, aplazar* vos en el cofre de las ofrendas, b) Elevar los ávaYEvváco, engendrar de nuevo, no es un
Hech 24, 22: en voz media con objeto per- ojos al cielo como un acto de esperanza en proceso natural ni mágico. Según el v. 23,
sonal orntoíig; se refiere al aplazamiento por Dios. En el relato de la multiplicación de los áváp^Elpig, etog, r\ anablepsis recupera- el principio generador es la «palabra viva y
parte de Félix del juicio contra Pablo. Es co- panes, Jesús eleva sus ojos al cielo (Mt 14, ción de la vista permanente de Dios», que, como «simiente
rriente como tecnicismo jurídico (cf. Bauer, 19; Me 6, 41; Le 9, 16); aquí es ya una expre- -+ áva(3^éjtco 3. (OJTOQCI) imperecedera», comunica la vida y
Wórterbuch, s.v.: «comunicar a alguien la de- sión de la didajé del culto eucarístico. Este que, según el v. 25, se identifica con la pala-
cisión del aplazamiento [de su juicio]»), pero sentido aparece también a propósito de la cu- dvaPoáw anaboaó gritar* bra del evangelio. Así que el autor se refiere a
por el contexto el sentido es más bien el de ración del sordomudo (Me 7, 34). c) Recupe- Mt 27, 46 (el sujeto es Jesús; B al E(3ór|- la idea bíblica del poder creador de la palabra
«demora»: «retrasó la decisión acerca de su rar la vista es señal de que está amaneciendo oev); Me 15, 8 C Koiné © pl sy; Le 9, 38 de Dios. En realidad, parece que todos los
causa». la era escatológico-mesiánica de la salvación. Textus Receptus. enunciados del NT acerca de la procreación
227 ávayEvváco - ávayxaaTCDS 228 229 áváYXT) 230

espiritual se basan en un punto de vista co- en voz alta (cf. infra). Se usa para expresar el loco). El término se usa preferentemente den-
leer (en voz alta) al profeta Isaías, en Hech 8, áváyxt], m> í\ anagke compulsión*
mún, a saber, el de que una persona es tras- tro del ámbito lingüístico griego (LXX, 2-3-4
28.30a.b (aquí hay un juego de palabras con ávayKát,o) anagkazd forzar*
formada internamente por la aceptación cre- Mac, Aristóteles, Filón, Josefo). Aparece tam-
Yivcboxco, cf. 2 Cor 1, 13).32, o la lectura (o ávaYxatog, 3 anagkaios necesario*
yente de la palabra de Dios. (La aceptación bién como extranjerismo arameo (cf. Jastrow,
lectura en voz alta) de una carta en Hech 15, ávccYxacTóóc; anagkastós (adv.) forzada-
misma es hecha posible por el Espíritu y se- Dictionary, s.v.).
31; 23, 24. Lo mismo que en Me 13, 14 par. y mente*
llada en el bautismo; cf. 1 Jn 2, 27ss; 3, 9; Jn Una imagen parecida nos ofrece el uso del
1, 12; 3, 5; 1 Cor 4, 15; Sant 1, 18). Además, Ap 1, 3, hay tres casos (2 Cor 1, 13; Ef 3, 4; 1. Aparición de estos términos en el NT - 2. Signi- adjetivo ávaYxatog en el NT. Aparece en él 8
el contexto de 1 Pe 1, 3 nos muestra que la Col 4, 16) en que el verbo se refiere directa- ficados - 3. Campo referencial - 4. Sobre el adjetivo y
el adverbio. veces (Hech 2 veces, Pablo 4, Tito 1, Hebreos
regeneración tiene lugar por medio de la fe mente a la lectura (o lectura en voz alta) del 1). El adverbio ávaYxaatcbg es hapax lego-
fundada en la resurrección de Jesús (vv. 5. correspondiente contexto. En Jn 19, 20 se re- Bibl.: J. Drummond, Philo Judaeus of the Jewish- menon en el NT (1 Pe 5, 2).
7.8.21). fiere a la lectura del TÍTX,OS clavado en la ca- Alexandrian Philosophy in its Development and Com-
pletion, Amsterdam 1969, sobre todo 93ss; J. Eckert, La gran mayoría de los ejemplos del uso de
Además de la novedad (es decir, del nacer becera de la cruz. Die urchristliche Verkündigung im Streit zwischen estas palabras se refiere concretamente a la vi-
de nuevo), ávayzvváü) expresa la iniciativa Por 1 Tes 5, 27 (ávcrfv(üo-'í}f¡voa -uyv éiua- Paulus und seinen Gegnern nach dem Gal (BU 6), Re- da de la comunidad cristiana primitiva, cuyos
de Dios y el carácter inmerecido de la salva- TOXT]V Jtaoav xotg áósXcpotg), está claro que gensburg 1971; J. Friedrich-W. Pohlmann-P. Stuhlma- miembros se hallaban expuestos a «tribulacio-
desde un principio las cartas de Pablo se leían cher, Zur historischen Situation und Intention von
ción (1 Pe 1, 21). El nuevo ser no es un esta- Rom 13, 1-7: ZThK 73 (1976) 131-166 (sobre todo nes» físicas y psíquicas. El sentido figurado de
do estático sino que tiene como su finalidad el en voz alta o se leían en público en las co- 160ss); W. Grundmann, ávayxá^co XTX., en ThWNT «coacción lógica» predomina en textos que se
mantenimiento dinámico de la esperanza, del munidades. Habrá que pensar en ello a propó- I, 347-350; J. J. Gunther, St. Paul's Opponents and caracterizan por una reflexión teológica más
amor y de la fe con miras a la salvación defi- sito de Ef 3, 4; Col 4, 16, y quizás también Their Background (NovTS 35), Leiden 1973 (bibl.); intensa (especialmente, Pablo, Heb). La idea
nitiva, que se halla todavía por venir. de Me 13, 14 par. En Ap 1, 3 el singular ó M. Hengel, Christus und die Macht, Stuttgart 1974
(bibl.); S. Kreuzer, Der Zwang des Boten - Beobach- de avó.ywr\ como poder del destino, caracte-
La idea paulina de la nueva creación ávaYivcüOxcov, el que lee en voz alta, se halla tungen zu Lk 14, 23 un 1 Kor 9, 16: ZNW 76 (1985) rística del ambiente helenístico, tiene única-
(xaivif) -> xxímc,) debe distinguirse de la de en paralelo con 01 dxoiJovTec;, «los oyentes», 123-128; G. F. Moore, Schicksal und freier Wille in mente un eco intenso en 1 Cor 9, 16.
idea de la regeneración. a propósito de la lectura en público del libro. derjüd. Philosophie bei Josephus, en A. Schalit (ed.),
Cf., además, 2 Clem 19, 1 (bis); Herm (v) 2, Zur Josephusforschung (WdF 84), Darmstadt 1973,
F. Porsch 167-189; R. Morgenthaler, Necesidad, en DTNT III, 2. El verbo dvciYxá^co (se discute su eti-
3,3; 1,4, 1. 146-148; D. Nestle, Eleutheria. Studien zum Wesen mología, cf. Schrenkenberg 165ss) se emplea
Jesús «se levantó para leer la Escritura» der Freiheit bei den Griechen und im NT, Tübingen en el sentido de, forzar a alguien a hacer algo.
avayi\ó)amo anaginóskó leer, leer en (Le 4, 16; ávcr/vcovaí sin objeto de la acción 1969, 15, 75; K. Niederwimmer, Der Begriff der Pueden desempeñar un papel diversos facto-
voz alta, leer públicamente Freiheit im NT (TBT 11), Berlín 1966, 31ss; E. Peter-
verbal); algo parecido se dice de la lectura de son, Die Befreiung Adams aus der áváyxr|, en Friih- res, internos y externos, de la voluntad huma-
Bibl: Bauer, Worterbuch s.v.; G. Bornkamm, Das los profetas en el culto (Hech 13, 27) y de kirche, Judentum und Gnosis, Roma 1959, 107-128; na y de la voluntad divina. Por ejemplo, Hech
Anathema in der urchristl. Abendmahlsliturgie, en «Moisés», cada sábado, en las sinagogas (15, W. Schrage, Zur Frontstellung der pin Ehebewertung 26, 11 trata de las duras represiones llevadas a
Bornkamm, Aufsatze I, 123-132, sobre todo en 123 21; cf. 2 Cor 3, 2). in 1 Kor 7: ZNW 67 (1976) 214-234 (bibl.): H. Schre- cabo por el perseguidor, mientras que 28, 19
(bibl.); R. Bultmann, ayay\X(boy.K> XTL, en ThWNT ckenberg, Ananke. Untersuchungen zur Geschichte
I, 347; B. Reicke, en BHH II, 1074; P. Vielhauer, His- En 2 Cor 3, 2 ávaYivcóoxo) se refiere en des Wortgebrauchs (Zetemata 36), München 1964; F. se refiere a la comprensión de lo que exigen
toria de la literatura cristiana primitiva, Salamanca sentido figurado a la comunidad de Corinto, Schróger, Die Verfassung der Gemeinde des IPetr, en las circunstancias. Gal 2, 3.14 y 6, 12 señalan
1991, 77, 80s. que es como «una carta de recomendación de J. Hainz (ed.), Kirche im Werden, München 1976, 239- hacia el ámbito de los constreñimientos de la
Pablo» leída por todos. 252; S. Schulz, Gottes Vorsehung bei Lk: ZNW 54 ley religiosa.
crvaYivróoxto aparece 32 veces en el NT (1963) 104-116; A. Strobel, Das Aposteldekret in Ga-
Lo mismo cabe decir del sustantivo áváY-
(además de Ap 5, 4 lect. altern.). En los Si- H. Balz latien. Zur Situation von Gal I und II: NTS 20 (1973-
1974) 177-190. XT), que en el mundo grecoparlante tenía el
nópticos se refiere a la lectura de las Escritu- sentido especial de necesidad fatal impuesta
ras (Me 2, 25 par. Mt 12, 3 y Le 6, 3; Me 22, 1. El verbo ávaYxá^co con acusativo de por el destino y ordenada por la divinidad, pe-
10 par. Mt 21, 42; Me 12, 26 par. Mt 23, 31; ávaynát,(0 anagkazd obligar, forzar
- • áváYXT). cosa o de persona (casi siempre acompañado ro que en el NT se combinaba con la convic-
Mt 19, 4; 21, 16) o de la ley (Mt 12, 5; Le 16, de infinitivo, cf. Liddel-Scott, s.v. 1) aparece ción de que existía la providencia y de que to-
26). En todos los casos, con excepción de 9 veces en el NT (Marcos 1 vez, Mateo 1, Lu- do se hallaba encaminado por Dios hacia la
uno solo en Mt, en Me y en Le 6, 3, el verbo ávay>tttíos, 3 anagkaios necesario cas-Hechos 3, Pablo 4). Se trata, sin excep- salvación. La fe bíblica en Dios, opuesta co-
se usa en una pregunta (acusadora) dirigida ->• áváyxri. ción, de textos narrativos (cf. K. H. Rengs- mo era a toda forma de fatalismo, no dejaba
por Jesús a sus oyentes judíos: oíix/o'uSéjto- torf, A Complete Concordance to Flavius espacio alguno para la idea filosófico-religio-
xe/otiSé... ávéYvcoxe; el participio aparece Josephus I, Leiden 1973, 85). sa de una áváYXT) «deificada», y tampoco
sin objeto directo en Me 13, 14 par. Mt 24, 15 ávaY>«tWT(í»5 anagkastd (adv.) forzada- El sustantivo áváYXT) aparece 17 veces (Ma- lo dejaba para los numerosos equivalentes
(ó ávaYtvcboxcov voeítco, «el que lee entien- mente teo 1 vez, Lucas 2, Pablo 9, Hebreos 4, y (U.0LQC1, elu.aQ[xévr|, %QE(ÜV, TV%T], etc.). En
da») y en Ap 1,3 refiriéndose a aquel que lee ->• áváYXT). Jds 1). No es original Le 23, 17 (cf. NTG sub esta materia el pensamiento bíblico tenía su
231 áváyxT] 232
233 áváyxr) 234

propio vocabulario (jtQoooáv, KQooQÍ^ei/v, 3. Tan sólo una vez se dice en los evange-
y calamidad del momento, se siente consola- los diversos conflictos que Pablo experimentó
PODX,T), oíxovofxía, etc.), que era preferido lios (Me 6, 45 par. Mt 14, 22) que Jesús obli-
do porque Timoteo le ha traído buenas noti- durante su tercer viaje. La firme confianza
por el judaismo helenístico y por el cristianis- gó por la fuerza a sus discípulos, concreta-
cias. La hendíadis se refiere a las dificultades que hace posible soportar todos los dolorosos
mo (cf. Moore). Más aún, áváyxT] se convir- mente, a entrar en la barca y a dejar a las
del segundo viaje en relación con la labor constreñimientos se basa en la experiencia de
tió en un concepto técnico especial allá donde multitudes. Esto podría ser una acertada refle-
misionera en Corinto. El contexto confirma el que precisamente en la debilidad es cuando se
se hubo apoderado de él la escatología del xión de la tradición en el sentido de que, du-
tono general de experiencia escatológica. manifiesta que uno es fuerte. Según Pablo,
cristianismo primitivo. rante el ministerio de Jesús en Galilea, se pro-
1 Cor 7, 26 da marcada expresión a las cre- esta libertad interior la poseen únicamente
áváyx'n (como en Le 21, 23) podría llegar dujo una situación crítica en la que Jesús no
encias acerca del actual tiempo (escatológico) aquellos que saben que están libres de la Ley
a ser el equivalente de ^X,ii|)ig, un término co- podía ser infiel a su propia misión, que no era
de tribulación. Determina el consejo de que (Niederwimmer, 168ss). Esta libertad se pre-
mún en zonas dominadas por el uso lingüísti- de carácter político. Le no recogió esta esce-
se permanezca sin contraer matrimonio, si senta concretamente como liberación de la
co judío (y equivalente al hebreo sar, sará; cf. na. Es digno de tenerse en cuenta el pasaje de uno es capaz de ello (cf. también el v. 37) y de necesidad de circuncidarse. En medio de aca-
Jn 6, 66ss. que uno se consagre por completo a los asun-
K. G. Kuhn, Konkordanz zu den Qumrantex- loradas controversias, Pablo defiende en Gal
ten, Góttingen 1960, 188 s.v.. Tanto en el NT Mí 18, 7 (material peculiar) se halla formu- tos del Señor. La idea de la presión del tiem- el evangelio que está libre de la Ley, y lo ha-
lado -en forma típica del evangelista- como po (cf. 7, 29) ayudó probablemente a Pablo a
(4 ejemplos) como fuera de él (cf. PapOxy ce no sólo contra adversarios (judaizantes)
palabra de Jesús. Las vejaciones del fin de los escoger sus términos. Cuando él acentúa (9,
1064, 4), la frase áváyxr|v exeiv es una cir- que insisten en la circuncisión (6, 12), sino
tiempos tienen que suceder, porque forman 16) que el ministerio apostólico le ha sido im-
cunlocusión para decir tener que; se pueden también contra la actitud poco clara e inclina-
parte del plan de Dios. puesto como una áváyxT), ello es testimonio
mencionar las razones de tal necesidad (cf. da a la avenencia de algunos como Pedro, a
Tan sólo en Le, en el contexto de la parábo- de la certeza de que el encargo incondicional
Jds 3; también Le 23, 17 v.l.). Con dos excep- quien él acusó en Antioquía (2, 14) de que - a
la del gran banquete (Q), se encuentra la idea recibido de Dios es ahora lo que llena plena-
ciones (2 Cor 6, 4; 12, 10, listas de experien- pesar de estar persuadido de lo contrario- for-
de que hay que forzar a la gente entrar en la mente sus propios pensamientos y su acción
cias calamitosas), áváyxr] se usa siempre en zaba a los cristianos gentiles a hacerse judíos.
comunión con el «Señor» (Le 14, 23). La or- (cf. 9, l ; G á l 1, 1.12ss).
el NT en número singular. Se halla predomi- Esta disputa de importantísimas consecuen-
den «¡obligadlos!» es una respuesta a lo de
nantemente como una designación abstracta En la literatura clásica, áváyxr) designa la si- cias, que probablemente ensombreció el ter-
«tenemos que», en las excusas de los invita-
de la necesidad (Le 14, 8; 2 Cor 9, 7), inclui- tuación de constreñimiento en que los seres hu- cer viaje, ofrece a Pablo la ocasión de apelar
dos (v. 18). Y en el esbozo presentado por Lu-
do su empleo (4 veces) en la expresión imper- manos existen, y que hace imposible la libre deci- durante el debate al reconocimiento con que
cas, el foco se centra vivamente en la tarea sión (por ejemplo, Eurípides, Or 1330: «No hay
sonal es necesario (ócváyxr] ecmv con infini- los apóstoles originales habían aceptado, in-
misionera de los discípulos. No podemos de- ya nada que hacer; estamos bajo el yugo de la
tivo). La combinación preposicional eE, áváy- cluso en este punto, su evangelio libre de la
ducir (como hace san Agustín) instrucciones áváyxr)»; cf., por ejemplo, 2 Cor 12, 11). Ade-
xr|g (2 veces) signifea forzadamente (2 Cor 9, Ley. En una asamblea celebrada en Jerusalén,
para la conversión de los herejes. más, el hecho de que podía significar también
7) o, cuando se usa en un argumento, signifi- tortura se halla atestiguado desde Herodoto (por ellos -por ejemplo- no habían forzado (¡ex-
La descripción de la gran ctváyxr| en Le 21, presión muy dura!) a Tito a circuncidarse. Lo
ca necesariamente (Heb 7, 12). La expresión ejemplo, I 116), y de que el sentido podía mover-
23 se ha formado con arreglo a Me 13, 19. De se hacia el de tribulación y sufrimiento en gene- mucho que Pablo apreciaba también la «libre
xatct aváyxr|v quiere decir involuntaria- esta manera, la «tribulación final» se expresa- ral. áváyxr| es, además, la vinculación funda- decisión» de los cristianos en asuntos perso-
mente (Flm 14). El adjetivo ccvayxatog de- ba así de manera impresionante para los cris- mental con la naturaleza y la necesidad básica de
nota lo que es esencial e indispensable, bien nales, lo vemos patentemente en Flm 14.
tianos helenistas (cf. ya Sof 1, 15 LXX). En la vida (Jenofonte, Mem IV, 5, 9). Finalmente, a
sea en el ámbito general del pensamiento y la esfera de influencia de la áváyxT) cpiioeoog En Rom 13, 5 áváyxr| (aquí sin eotiv) se
Mt 24, 21 se la realza como «grande», por su
de la planificación (2 Cor 9, 5), bien en el de pertenece incluso la muerte (Jenofonte, An III, 1, halla en el contexto de una prueba teológica.
carácter singularísimo.
la voluntad y la comprensión humanas (Flp 43), es decir, la imposibilidad de hallar ninguna Puesto que la autoridad estatal, por disposi-
Muy instructivo del entorno judío es, por salida. El mito de Platón acerca de la áváyxr]
1, 24). ción divina, garantiza el orden en una socie-
ejemplo, el texto de 1QM 15, 1. Para la secta (Resp 616) enseña que la áváyxn se halla entro-
En total, el espectro de significados de este dad humana, entonces la sumisión es indis-
de Qumrán la expresión «tiempo de tribula- nizada en el centro del mundo y que es el eje del
mundo que gira como un huso cósmico. El con- pensable. Se-añade una razón adicional: tal
grupo de vocablos es muy amplio. En el mar- ción para Israel» es un término técnico.
cepto de la áváyxr| fue importante también, entre cosa hay que hacerla no sólo por temor al po-
co de la historia del lenguaje y de las ideas, es En Hech ávayxát,m representa la forma de
otros, para los estoicos y los órficos y también pa- der del Estado para castigar, sino también por
posible construir un trasfondo distintivo en la coerción violenta (26, 11) así como tam- ra todo el campo de la teurgia y la hechicería en razones de conciencia, es decir, por un senti-
relación con el tema que se esté investigando, bién -empleado en voz pasiva- la idea de que la antigüedad. Definiciones diferenciadas se nos do crítico de la propia responsabilidad. Detrás
por ejemplo, la creencia de los antiguos en el a Pablo se le obliga a comprender que ha de ofrecen en el Corpus Hermeticum (III 12, ls; 14,
de este texto se halla una idea extensamente
destino, el concepto bíblico de la providencia, apelar al César. 1). Al ámbito del misticismo judío pertenece una
«oración de Adán», que pide la liberación en la compartida en el mundo judío y helenístico.
la adopción de decisiones ético-morales, las En las Cartas de Pablo encontramos un uso
&Qa áváyxTjc; (Preisendanz, Papyri I, 212s, 221). En Heb la argumentación muestra frecuen-
experiencias calamitosas concretas y las an- muy variado del término áváyxr\. La expec-
temente intensos contactos con Filón (cf. G.
gustias fundamentales acerca del fin de los tación escatológica confiere su carácter a 1 Las aflicciones mencionadas en 2 Cor 6, 4 Mayer, Index Philoneus, Berlín 1974, 21).
tiempos. Tes 3, 7. Pablo acentúa que, en su tribulación y 12, 10 deben entenderse en el contexto de Por eso, es innegable una tendencia a usar
235 avayícn, - a v a y w 236 237 áváyw - áva£,tí>vvv\iai 238

áváyxn] en la reflexión teológica. Del cambio cieran (causativo); cf. Gen 45, 1 LXX; va- Los restantes pasajes utilizan el verbo en mandamiento, que propiamente «había sido
que se ha producido en el sacerdocio se sigue riante textual del NTG EYvcoQÍaflT] con B A voz pasiva como término técnico del lenguaje dado para vida» (7, 10b), hizo que el pecado
necesariamente, por ejemplo, la abolición de ptvg. de la navegación para expresar la idea de le- cobrara vida en la concupiscencia egoísta del
la Ley (7, 12). Cristo, que sufrió de una vez var anclas, hacerse a la mar, zarpar (Le 8, hombre (vv. 7s) y de esta manera produjo la
para siempre la muerte sacrificial, no es como ávÓYVírtaig, ewg, i\ anagnosis lectura, 22; Hech 13, 13; 16, 11; 18, 21; 20, 3.13; 21, muerte del hombre (v. 10b). En 14, 9 tt,r\aev
los sacerdotes que necesitan ofrecer sacrifi- lectura en voz alta, lectura en público* 1.2; 27, 2.4.12.21; 28, 10, 11). (con Cristo como sujeto) debe preferirse a la
cios diariamente por sí mismos y por el pue- En Hech 13, 15 dícese de la lectura de la H. Balz lectura alternativa ávé£r|0"£V (Schlier, 410).
blo (7, 27). El pensamiento cristocéntrico, Escritura (la Ley y los profetas) en la sinago- En Le 15, 24 el verbo se usa metafórica-
alegórico-tipológico, de la carta está apoyado ga; en 2 Cor 3, 14 dícese de la lectura (en voz á v a S e í x v v m anadeiknymi encargar, de- mente. El padre, en la parábola del hijo pródi-
en todas partes por el conocimiento de una alta) del AT en general; en 1 Tim 4, 13 dícese signar, mostrar* go, describe la marcha de casa de su hijo más
necesidad que se ha cumplido (9, 16.23). de la lectura bíblica del AT (¿y de las Cartas Le 10, 1; Hech 1, 24: ¡muestra claramente! joven como la pérdida y la muerte de aquel
En Jds 3 el remitente declara que él consi- paulinas?) en el culto cristiano; cf. W. Bauer, ThWNT II, 30s. hijo, y el regreso del mismo como la recupe-
dera necesario (aoristo del estilo epistolar) Der Wortgottesdienst der altesten Christen, ración de ese hijo y como si éste «hubiera
exhortar a los destinatarios a combatir en de- Tübingen 1930, 39-54; RGG II, 1761s; J. Je- vuelto de nuevo a la vida» (ávétftosv; cf. v.
fensa de la fe. Ante la existencia de herejes, él remías, 1-2 Timotens und Titus (NTD), sub lo- á v á 5 £ l | i g , eo)5, \\ anadeixis designa- 32 v.l.). Por tanto, el regreso del hijo perdido
siente la preocupación de salvaguardar lo que co -y ávaywwoy.w. ción, acción de encargar una misión* produce mucha alegría.
ya se ha conseguido. Le 1, 80: designación de Juan el Bautista En Ap 20, 5 el vidente contempla en una vi-
para desempeñar su ministerio público -su sión cómo aquellos que habían sido decapita-
4. ávaYxalog aparece como adjetivo atri- á v á y w anagó hacer subir, presentar, ha- «misión»- en Israel. ThWNT II, 31; Bauer, dos por causa del testimonio de Jesús y aque-
butivo en Hech 10, 24 para referirse a los cerse a la mar* Worterbuch, s.v.. llos muertos que durante la persecución
amigos más íntimos (en latín necessarius), en Aparece 23 veces en el NT (además de Me permanecieron fieles a Cristo, fueron vivifica-
1 Cor 12, 22 para designar a los miembros in- 11, 2 A D Koiné y otros; Le 22, 66 A Koiné y
á v a d é x o f i a i anadechomai acoger (como dos de nuevo y reinaron con Cristo mil años.
dispensables del cuerpo, y en Tit 3, 14 para otros; 1 Cor 12, 2 B3), principalmente en Únicamente ellos volvieron entonces ya a la
referirse a las urgentes necesidades de la vida. huésped), recibir, aceptar*
Hech (17 veces). vida, y no el resto de los muertos. El hecho de
Aparece también en la expresión impersonal Hech 28, 7; Heb 11, 17: dícese de Abrahán,
Según Mt 4, 1 Jesús es llevado por el Es que participaran en la primera resurrección
ser necesario y en la frase considerar algo que recibió las promesas de Dios.
píritu (desde el valle del Jordán) al Desierto revela que ellos no se ven afectados por la
como necesario (2 Cor 9, 5; Flp 2, 25; en gra- de Judea (que estaba situado a un nivel más
do comparativo, en Flp 1, 24). Una idea espe- «segunda muerte», que significa la condena-
alto); según Le 4, 5 el 8tá(3oX,og le condujo á v a ó í ó « | u i anadidómi entregar*
cíficamente lucana aparece en Hech 13, 46: ción a la perdición eterna (cf. 2, 11; 20, 14;
hacia lo alto (Koiné & añaden elg ooog vtyf]- Hech 23, 33: dícese de la acción de entregar
conforme al testimonio de los apóstoles, era 21, 8).
\óv; cf. Mt 4, 8 [Q ?]; 17, 1 D); cf. G. una carta.
necesario que la palabra fuera predicada pri- F. Schnider
Schneider, Das Evangelium nach Lukas
meramente a los judíos, pero esta prioridad ha (ÓTK), sub loco. En ambos textos podría pen-
desaparecido por culpa de ellos. La conclu- a v a d a d ) anazao volver (de nuevo) a la vi-
sarse que se trata de un «arrobamiento» (así da, revivir*
sión en Heb 8, 3 es típica de esta carta (uso W. Grundmann, Das Matthausevangelium á v a ^ t | t é o ) anazéteó buscar, inquirir para
impersonal con sotiv sobreentendido): aun [ThHK], sub loco; Bauer, Worterbuch, s.v.) o Bibl: E. Kasemann, An die Rómer (HNT), Tübin- hallar*
Cristo necesitó tener algo que ofrecer en sa- gen 31974, 189; O. Kuss, Der Romerbrief, Regensburg Le 2, 44.45; Hech 11, 25; el objeto de la ac-
de la acción de llevar a lo alto (cf. Schneider). 2
1963, 462-485; H. Schlier, Der Romerbrief (HThK),
crificio. Freiburg i. Br. 1977, 224s; F. Schnider, Die verlorenen ción verbal es siempre una persona (Jesús,
Cf. además Le 2, 22 (a Jerusalén); Hech 9, 39
El adverbio avayKaoxwc, en 1 Pe 5, 2 sig- (al piso superior); 16, 34 (fuera de la prisión Sóhne, Strukturanalytische und historisch-kritische Pablo). Ch. Burchard, Fufinoten zum ntl. Grie-
Untersuchungen zu Lk 15 (OBO 17), Fribourg (Suiza) chisch II: ZNW 69 (1978) 143-157, sobre todo
nifica por constreñimiento. El contexto indica [¿situada en el sótano?] para llevar a casa). 1977, 43-47.
que se trata de un ministerio basado en la «li- De manera parecida en Rom 10, 7; Heb 13,20 153-155.
bre decisión» y aceptado por «libre voluntad». con referencia a que se hizo subir a Cristo ex En Rom 7, 9 el verbo tiene sentido incoati-
A. Strobel VEXQÜJV. vo: el pecado revive, se despierta. En el con- áva^CÓWVJiai anazonnymai ceñir*
áváycü se encuentra también con el signifi- texto de la doctrina de Pablo sobre la justifi- En sentido figurado en 1 Pe 1, 13: 5ió óeva-
cado especial de presentar ante (Hech 12, 4), cación, 7, 1-25 acentúa que la persona jus- £coaáfiEvoi xáq óocpúag Tfjg Siavoíag v{xa)v,
ávayvwQÍ^O) anagnorizó reconocer* y se usa también en sentido figurado para re- tificada no sólo ha «muerto» al pecado (6, 1- vriqpovTeg... ekníaaxs. El hecho de ceñirse el
En Hech 7, 13 (aoristo pasivo) se refiere ferirse a la presentación de una ofrenda (Hech 11), sino también a aquel poder por el cual el vestido es señal de que uno está dispuesto pa-
que José hizo que sus hermanos le recono- 7,41). pecado hace su aparición, a saber, la Ley. El ra partir; cf. Prov 31, 17 LXX; Polic 2, 1 (cita
239 áva^cóvvvLiai - avadeLicn;íí;ü) 241 ávadetiaTÍ^co - ávaxouví£a> 242

de 1 Pe 1, 13). L. Goppelt, Der erste Petrus- ñor» («... ¡sea maldito!»; cf. Dt 7, 26a; Jos 6, ción de sí mismo, con la intención de corro- ctvá arriba, hacia arriba (Schwyzer, Gramma-
brief(KEK),subloco. 17); además, cf. sobre todo 1 Cor 11, 27 y las borar decisivamente la afirmación que acaba- tík II, 440) y del verbo clásico simple aloéco
fórmulas de excomunión de los misterios ba de hacer de que no conocía a Jesús, aunque (que en el NT aparece sólo en voz media:
eleusinos en Luciano, Alex 38. En Gal 1, 8s eso significara una negación rotunda (v. 72). aíoéoLiai: escoger, preferir); así lo vemos en
avaC,ianvQÉ(ü anazópyreo avivar el fue- Pablo hace que recaiga sobre el hereje el jui- En Hech 23, 12.14 (ávafréticcTi áv&freLiatí- Hech 7, 21 y Heb 10, 9. En otros lugares, el
go* cio de Dios («... ¡sea maldito!»). actLiev) y en el v. 21 con tavxovq, como obje- tema (verbo) y el determinante (preposición)
En sentido figurado en 2 Tim 1, 6: áva- Es difícil entender la maldición de Jesús en to de la acción verbal, refiriéndose a más de constituyen un nuevo concepto que es ya un
^cojfUQeTv tó xáQiOLia, «avivar constante- 1 Cor 12, 3 («Jesús sea maldito»; cf. Gal 3, cuarenta judíos que habían pronunciado sobre tecnicismo clásico: matar, eliminar, asesinar,
mente el fuego del don de Dios». 13; Did 16, 5) como una simple formulación sí mismos la maldición de Dios, en el caso de ejecutar (como sinónimo de davatóü) y
ad hoc que sirva de contraste para la aclama- que tomaran alimento antes de haber dado ajtoxTEivco). Este es el sentido usual en el
muerte a Pablo. ThWNT I, 357; DTNT III, NT, a propósito de la muerte de los apóstoles
ávaftáM,») anathallo volver a florecer ción siguiente («¡Jesús es Señor!»). Más bien, (Hech 5, 33; 9, 23s.29) y de la muerte de Je-
Pablo combate una maldición que, aunque ca- 16s; ->• ctvádeLioc 3.
(hacer que vuelva a florecer)* sús (Le 22, 2; Hech 2, 23). Cuando se hace re-
si con certeza nadie la articuló per se -ni si-
En Flp 4, 10 son posibles tanto la traduc- ferencia a la destrucción del Anticristo, el su-
quiera los adversarios judíos- , era no obstan- ávade(0QÉ(0 anatheóreó considerar ince-
ción transitiva (causativa) como la intransiti- te una maldición real (y que se hallaba real- jeto es «Jesús el Señor» (2 Tes 2, 8 con
va. BlaB-Debrunner § 160, nota 2. santemente, observar atentamente* alusión a Is 11, 4). En Hech 16, 27 el verbo se
mente presente en la mente de Pablo) y que Hech 17, 23; en sentido figurado en Heb
correspondía a la tendencia gnostizante de los usa en sentido reflexivo: eavxbv ócvaioelv,
13, 7, para referirse al resultado de la vida de cometer suicidio.
áváftejia, a t o ? , TÓ anathema cosa o per- adversarios a que se hace referencia en 1 Cor. los que antes habían sido dirigentes de la co-
sona maldita, maldición* Se discute si podemos relacionar la subyacen- munidad. No sólo la agadá sobre el plan de Faraón pa-
te repulsa del Jesús meramente terreno (cf. 1 ra asesinar a Moisés sino también la cita de re-
1. Origen y aparición del vocablo en la literatura
cristiana primitiva. - 2. En Pablo - 3. En Hech. Jn 2, 22) con los requisitos impuestos por los flexión (Jer 31, 15, mencionada en Mt 2, 18)
órficos para el ingreso en su culto, y a los que á v á d i m a , arog, tó anathema ofrenda influyeron en el tenor de la orden dada por
Bibl: J. Behm, áváfteLia XTX., en ThWNT I, 356s; hace referencia Orígenes (Catena, fragmento votiva* Herodes de que «se diera muerte a todos los
G. Bornkamm, Para la comprensión del servicio re- En Le 21, 5 dícese del templo de Jerusalén,
ligioso en Pablo, en Id., Estudios sobre el NT, Sala- 47 sobre 1 Cor 12,3: EL U,T) áva§£u.aTÍ0T] tóv niños varones que había en Belén y sus alre-
manca 1983, 59-79, especialmente 69-79: «El anate- TnooíJv; Cels 6, 28) (a favor: especialmente ornado con ofrendas votivas, por ejemplo, la dedores de la edad de dos años o menos» (Mt
ma en la liturgia de la cena en el cristianismo Schmithals y Brox; en contra: especialmente vid dorada que había sobre el velo que cubría 2, 16); cf. A. Vogtle, Messias und Gottessohn,
primitivo»; N. Brox, A N A 0 E M A IHZOYZ (lKor Pearson). el acceso al santuario (Josefo, Bell V, 210). Dusseldorf 1971, 32-41, 68-70, y W. Grund-
12, 3): BZ NF 12 (1968) 103-111; L. Brun, Segen Sobre la combinación con xocriiéo) cf. 2 Mac mann, Das Ev. nach Mt (ThHK), 84 («no hay
und Fluch im Urchristentum, Oslo 1932; K. Hof-
En Rom 9, 3 Pablo expresa el deseo irreali-
mann, en RAC I, 427-430; B. A. Pearson, Did the zable de que, por amor de la salvación de su 9, 16; Herodoto I, 183. -> ccvófreLia es una prueba de la historicidad del incidente», tanto
Gnostics Curse Jesús?: JBL 86 (1967) 301-305; W. pueblo, cayera personalmente sobre él un re- forma (helenística) tardía, usada con signifi- más que no se encuentra en Josefo ningún ves-
Schmithals, Die Gnosís ín Korinth, Góttingen '1969, chazo vicario: «... desearía ser yo mismo mal- cado especial en la LXX y en el NT. ThWNT tigio de él). Como en el caso de Moisés, el in-
117-122, 330-332; W. C. van Unnik, Jesús: Anathe- dito y separado de Cristo», es decir, él estaría I, 356s; RGG V, 1651s; DTNT III, 16s. terés de la narración se centra enteramente en
ma or Kyrios (1 Cor. 12:3), en FS Moule, 113-116.
dispuesto a verse desterrado de la comunión la salvación del niño obrada por Dios.
1. En toda la literatura cristiana primitiva con Cristo (un paralelo remoto es la frase ra- á v a í 8 e i a , ag, x\ anaideia impertinencia* H. Frankenmólle
(con arreglo a la categorización de Bauer, bínica mencionada en Billerbeck III, 261). Le 11, 8: impertinencia, insistencia inopor-
Worterbuch VII), ávófreLiot aparece sólo 5 tuna. D. R. Catchpole, Q and «The Friend at
veces en las cartas auténticas de Pablo y 1 vez 3. Según Hech 23, 14 (cf. vv. 12 y 21), un Midnight» (Luke XVI, 5-8/9): JThS 34 (1983) áváiTiog anaitios inocente, sin culpa* v
en Hech, y siempre se refiere a personas (pe- grupo de judíos se comprometieron con jura- 407-424, especialmente 407-411; Spicq, No- Mt 12, 5.7 (material peculiar); cf. bSab
ro nunca tiene a un ser humano como agente mento bajo maldición de sí mismos {obligar- tes I, 51s. 132b: «el ministerio del templo está por enci-
de la maldición). Aparece también en la tabla se incondicionalmente a sí mismo bajo una ma del sábado»: Lev 24, 8s; Jn 7, 22s. Hech
pagana de maldiciones de Megara (KIT 20 maldición entendida como «un juramento»; 16, 37 D.
ávaÍQEOig, ewg, 1^ anairesis destrucción,
202), seguramente por influencia judía. El em- cf. Hen [gr] 6, 4s) a no tomar alimento hasta
asesinato*
pleo de este vocablo en el NT corresponde al que se hubiera dado muerte a Pablo. Hech 8, 1: el asesinato de Esteban; cf. 22, ávaxadí^O) anakathizó sentarse, incorpo-
empleo que se hace del mismo en la LXX. H.-W. Kuhn 20 Koiné; 13, 28 D*. rarse*
Le 7,15: ávexádtaev ó vexgóg; Hech 9,40.
2. Haciendo uso de fórmulas litúrgicas que
marcan la transición a la Cena del Señor (cf. ávadcfiaTÍ^W anathematizó maldecir* <xvai(>éo) anaireo suprimir, eliminar, matar
Usado en sentido absoluto por Pedro en Me El significado del verbo compuesto corres- ávaxaiví^ft) anakainizó renovar
Did 10, 6), Pablo concluye 1 Cor 16, 22 con ->• xcuvóg.
14, 71 para hacer un juramente bajo maldi- ponde al significado básico de la preposición
una maldición contra «el que no ame al Se-
245 ávaxecpodaióco - ávaxMvco 246
ávaxaivóü) - ávaxecpcdaióa) 244
243
aquí. La concepción de la ley que se concentra en Consideraciones de tipo sintáctico condujeron
ávaxeqxxXaióíD anakephalaioo resumir, las obligaciones sociales quedó ejemplificada en con razón a Lindemann, 69s a criticar la interpre-
á v a x a i v ó o ) anakainoo renovar el TestXII, en Sab y en Eclo (cf. Berger, 38-55) y tación del texto como si éste se refiriese a la res-
-> xaivóg. compendiar* fue incorporada también a otras partes del NT: Mt tauración de la unidad del universo o del antiguo
1. Significación fundamental - 2. Rom 13, 9 - 3. Ef 21, 7-12 (cf. 22, 40); Sant 2, 8; cf. Me 10, 17ss. orden (Mufiner, 66; Gnilka, Der Epheserbrief,
1, 10. Como los «resúmenes» rabínicos de la Tora (Bi- 80; Steinmetz, 79s). Más aún, la etimología
á v a x a í v c o a i s , e w ? , ^ anakaindsis reno- llerbeck I, 357ss, 460; III, 306) no son «compen- (xeqpáAmov, no ->• xecpcdr|: Staerk, 412) prohibe
Bibl: H. Schlier, ávaxecpaXaióo|iai, en ThWNT dios» en sentido estricto (Nissen, 389-415, espe- una directa interpretación del mismo como la ins-
vación III, 681s; W. Staerk, en RAC I, 411-414. Para el punto cialmente 398s), su relación es bastante lejana. tauración de Cristo como Cabeza del universo (H.
-• xaivóg. 2: K. Berger, Die Gesetzauslegung Jesu, Neukirchen-
Schlier, La Carta a los efesios, Salamanca 1991,
Vluyn 1972; A. Feuillet, Loi ancienne et morale chré-
tienne: NRTh 92 (1970) 785-805; A. Nissen, Gott und En el contexto cristiano el uso de Lev 19, 84), especialmente porque esta idea se halla
der Nachste, Tübingen 1974. Para el punto 3: S. Han- fusionada con el mito gnóstico del Anthropos
á v a x a M j t T W anakalypto descubrir, des- 18 como compendio de la ley es, en última (Schlier, Christus, 60ss).
son, The Unity of the Church, Uppsala 1946; A. Lin-
instancia, el resultado de la aceptación de Je-
velar, quitar* demann, Die Aufhebung der Zeit, Gütersloh 1975; F.
MuBner, Christus, das All und die Kirche, Trier 21968; sús, cuyas exigencias culminan en el amor de
Sentido figurado en 2 Cor 3, 14: «porque Tales connotaciones surgen únicamente del
H. Schlier, Christus und die Kirche, Tübingen 1930; F. los enemigos (Mt 5, 44s.48 par.), de tal mane-
hasta el día de hoy... el mismo velo permanece J. Steinmetz, Protologische Heilszuversicht, Frankfurt contexto amplio de Ef o de consideraciones
ra que el contenido específicamente cristiano
sin quitar» (u.rj ávaxocX/UJTTÓuxvov es parti- a. M. 1969. pragmáticas del texto. Si se presupone un sen-
radica en la abolición de las limitaciones rela-
cipio en aposición); 3,18: ávaxexa)o>|¿u.évcp tivas a la identidad del «prójimo» (cf. Le 10, timiento del mundo parecido al que vemos en
1. Significación fundamental: 1. llevar al-
jiQOoróJtco, «con el rostro descubierto». 29-37; en cuanto a Pablo, cf. Rom 12, 14-21). Col (E. Schweizer, La Carta a los colosenses,
go a un xecpá^ouov (es decir, al punto princi-
ThWNT III, 562s; DTNT II, 112ss.; R. Bult- Ahora bien, para Pablo la base esencial del Salamanca 1987, 113-118), entonces Ef 1, 10
pal [de una estructura]), recapitular, compen-
mann, Der zweite Korintherbrief [KEK], sub amor es la cristología. Y, así, la misericordia podría inducir al lector a pensar en la reconci-
diar sumariamente. - 2. desglosar las signi-
loco. de Dios, en la que Jesús basaba el manda- liación del universo. Pero, a diferencia de Co-
ficaciones principales de algo. - Por las cons-
miento del amor (Le 6, 36 par.), queda susti- losenses, vemos que Efesios explica esta idea,
trucciones con -*• jt)o|Qoou.a y jtX/npóco, ve-
mos que el verbo ctvaxecpaX.cuó(o no se usa tuida por el sacrificio de Cristo en la cruz: no en relación con el universo, sino en rela-
ávaxájtrtTO) anakamptd regresar, dar la
en el NT sino con el primer significado. Gal 5, 13-24; 2, 20s; Flp 2, 1-11; cf. Ef 4, ción con la Iglesia (2, 16) e interpreta así 1,
vuelta* 10 dentro de una perspectiva histórica. Preci-
32-5, 2.
Mt 2, 12; Hech 18, 21; Heb 11, 15; en sen-
samente por esta razón, Ef no deduce de 1, 10
tido figurado en Le 10, 6. En 2 Pe 2, 21 Sin A 2. En Rom 13, 9 los mandamientos de la
3. Ef 1, 10 especifica que el contenido del la afirmación sin más de que «Cristo = Cabe-
en el sentido de apartarse de nuevo. segunda tabla del Decálogo (Dt 5, 17ss LXX;
«misterio» es: ávaxe<paX.ai(üO"acr9m xa Jtá- za del universo», sino que dice que Cristo fue
cf. Le 18, 20 [a diferencia de Me 10, 19]) se
compendian en el mandamiento del amor al v t a év tro XQIOTO). Cristo es el «punto cardi- dado a la Iglesia como cabeza sobre todas las
á v á x e i | * a i anakeimai estar echado, estar prójimo (Lev 19, 18), es decir, se expresan en nal» en el que convergen todas las líneas del cosas (1, 22; cf. 4, 15s). En consecuencia, la
reclinado a la mesa* el solo enunciado principal y fundamental, universo (recapitulatio omnium). Pero la idea anakephalaiosis pone en marcha un proceso
El verbo aparece 14 veces en el NT (ade- del cual pueden deducirse o al cual pueden re- de la representación del universo (Hanson, que permite a la soberanía de Cristo afirmarse
más Me 5, 40; Le 7, 37 v.l.). La significación ducirse. 123-126) es insuficiente. El aoristo debe in- a sí misma a través de la Iglesia en presencia
general de estar echado la tiene únicamente terpretarse como indicador de un aconteci- de las naciones y los poderes (3, 8ss), y con-
en Me 5, 40 C Koiné pm. En todos los demás Sobre el género de «lista de ética social», que miento singularísimo de Dios, situado histó- fiere así dimensión histórica al cumplimiento
casos tiene siempre el sentido de estar a la contiene aquí mandamientos del Decálogo y, por ricamente en el acontecimiento de Cristo. y plenitud del universo.
mesa, celebrar una comida (el participio sus- cierto, en forma típicamente cristiana (Mt 19, 18s ávaxecpa^aióco converge con los vv. 9b. 10a, H. Merklein
a diferencia del paralelo de Me; Sant 2, 8.11), cf. según los cuales la historia alcanza su meta en
tantivado ó ávaxeÍLievog significa también el Berger, 362-395.
invitado a la mesa, el huésped, el comensal): Cristo (J. Gnilka, Der Epheserbrief [HThK],
Mt 9, 10; 22, 10.11; 26, 7; Me 6, 26; 14, 18 79). Por eso, el «universo» no significa un á v a x X í v w anaklind hacer reclinarse (en
Sin embargo, con arreglo a Rom 13, 8-10
par. Mt 26, 20; Me 16, 14; Le 22, 27a (en con- cosmos contenido en sí mismo sino la crea- voz activa), reclinarse (a la mesa) (en voz
(sobre la estructura cf. L. Bencze: NTS 20
traste con ó otctxovñv, «el que sirve a la me- ción divina orientada hacia una meta (cf. v. pasiva)*
[1973-1974] 90-92), Lev 19, 18 no es sólo un
s a » ) ^ ; Jn 6, 11; 12, 2; 13, 28; 13, 23 (rrv 4). Entonces, Ef 1, 10b.c describe el acto de En voz activa en Le 2, 7; con sentido cau-
compendio de los mandamientos del Decálo-
ávaxeíu,evog etg... év xcp xótotcp xov Tnaoí), Dios que establece en Cristo la meta escatoló- sativo en 12, 37: el amo, al regresar a casa, se
go, sino también de la Ley (-> vóuog) en ge-
«uno estaba reclinado a la mesa... cerca del gica, por amor del cual toda la creación fue convierte él mismo en servidor de los siervos
neral (Feuillet, 797); cf. Gal 5, 14. llamada a la existencia, de tal manera que en
pecho de Jesús, es decir, ocupaba el lugar de a quienes ha hallado velando y los hace recli-
honor); cf. también Le 16,23 (ávcma'uóu.evov Desde la perspectiva de la historia de las tradi- él se compendia el universo entero en sus di- narse (a la mesa), es decir, los invita a la me-
D © it). Bauer, Worterbuch, s.v.\ BHH III, ciones, nos hallamos ante una concepción judía mensiones espaciales y temporales. sa; cf. Me 6, 39 (en voz pasiva: Sin B* 0 y
1991-1993. helenística de la ley, que ha quedado recogida
248 249 ávcdanpóvü) - áva^óco 250
247 ávaxXívco - ávaX.a(J.páva)

nis ofverhoging: Bijdragen 36 (1975) 119-144: M. C. mente por la frase: «y se sentó a la diestra de pulos acerca del fuego que debía descender
otros; cf. par. Mt 14, 19); Le 9, 15 C Koiné A
Parson, The Departure of Jesús in Luke-Acts (JStNT, Dios»; Delling, 8); pero más probablemente del cielo para consumir o destruir a los habi-
W y otros. En voz pasiva, reclinarse para el Supplement Ser. 21), Sheffield 1987; F. Schnider, se trata de un sentido semejante a y depen- tantes de una aldea samaritana, cf. 4 Re 1, 10-
convite: Mt 8, 11; 14, 19; Le 13, 29; 7, 36 Himmelfahrt Jesu - Ende oder Anfang?, en FS MuJS- diente del que aparece en Hech 1,11. Con la 14; ¿ s xai 'HXíag éjtoí.r|0ev, en Le 9, 54, es
Koiné A W 0 pm. ner, 158-172; A. Weiser, Himmelfahrt Christi (I), en
frase: «que ha sido tomado de vosotros al cie- una adición que aparece en C Koiné D © pm
TRE XV, 330-334.
lo» (Hech 1, 11c) se designa innegablemente it; cf. 2 Tes 2, 8; Sin* Orígenes. ávaXcoíKíTe
ávaxÓJtTO) anakoptó rechazar, impedir 1. El verbo compuesto ávaXau.páva> tiene un acontecimiento visible para los discípulos se usa en sentido figurado en Gal 5, 15 para
(en la carrera) las significaciones básicas de elevar y llevar («¿por qué estáis mirando?», v. lid; cf. v. 9). referirse a las consecuencias de una mala in-
Gal 5, 7 Textus Receptus ávéxotyev; va- consigo a personas para viajar en compañía La ascensión, que únicamente aquí y en Le terpretación de libertad: «... no sea que os con-
riante textual preferida évéxoi|>ev. de ellas. Aparece en el NT con el sentido ge- 24, 51 (-»• ávacpérjco) se describe como una sumáis unos a otros».
neral de elevar {-*• 2) y como término para de- especie de arrobamiento, depende lingüística-
signar la exaltación y la ascensión (-> 3). En mente de las tradiciones veterotestamentarias
de Elias o de Henoc (2 Re 2, 9-11; Eclo 48, 9; á v a ^ o y í a , ag, ^ analogía relación debi-
ávax(>á£í0 anakrazo gritar, dar voces* la Biblia el sustantivo áváX,r|u.t|Hg aparece da, acuerdo*
Me 1, 23 par. Le 4, 33; Me 6, 49; Le 8, 28; únicamente en Le 9, 51 (-> 4). 49, 14; 2 Mac 2, 58); temáticamente se halla
incardinada en el mundo de ideas de las histo- En Rom 12, 6: eíte Jtoo(pr|Teíav, x a t á TT)V
23, 18. ThWNT III, 900-902. ávákoyíav xf\q matecog, «... de acuerdo con
2. En Hech 20, 13.14; 23, 31 y 2 Tim 4, 11 rias extrabíblicas de arrobamientos. En Hech
1, 2.22, lo del día «en que fue llevado arriba» la fe». La exhortación se refiere al carisma de
ávcdanpávco significa recibir o llevar consi- la profecía, que se halla en peligro a causa del
ávaxjHVW anakrino preguntar, interrogar, go a personas como compañeros de viaje. se refiere a una ascensión al cielo concebida
investigar, examinar literalmente, y designa ese día como la con- entusiasmo individual y libertino. La norma
En Hech 7, 43 (cita de Am 5, 26 LXX) áva- debe ser la raoxig, que ha sido trasmitida, ex-
->• X Q Í V Ü ) . X,au.pávco significa coger y llevar consigo clusión de la actividad terrena de Jesús.
presada en fórmulas fijas, y creída por la co-
objetos del culto pagano como signos de ido- munidad. ThWNT I, 350s; RGG I, 351; E.
ávájcjuaig, ew?, r\ anakñsis investiga- latría. En Ef 6, 13.16, como en documentos de 4. áváÁ/nu^ic; (significado fundamental: Kásemann, An die Romer (HTK), sub loco; H.
fuera del NT (por ejemplo, 2 Mac 10, 17; Jdt acción de llevar a lo alto, de restaurar) tiene Schlier, Rómerbrief (HThK), sub loco.
ción, interrogatorio
6, 12; 7, 5; 14, 3), ávaka^ávm se usa en fuera de la Biblia diversas clases de conteni-
->• XQÍVO).
sentido figurado para expresar el hecho depo- dos, incluso el de la muerte (por ejemplo,
nerse una armadura. En Hech 10, 16 el verbo SalSl 4, 18). En Le 9, 51 ávcdr|iu|H5, como ávaXoyí^Ofiai analogizomai considerar,
áyaxv'kífü anakylió remover, quitar algo significa elevar hacia lo alto, recoger hacia acción de llevar a lo alto, no sólo designa la ponderar*
haciéndolo rodar lo alto (cf. v. 3) aquello que se había contem- muerte de Jesús (Friedrich) sino también su Heb 12, 3: ávakoyíoao'ñe con objeto di-
En Me 16, 4 dícese de la piedra que cerraba plado en la visión: el recipiente que había resurrección, ascensión y exaltación; porque, recto de persona: ¡Considerad a aquel...!
el sepulcro de Jesús (B [Sin] L). descendido del cielo (10, 11). en la obra de Lucas en dos volúmenes, estos
acontecimientos marcan el final de la activi-
3. En 1 Tim 3, 16 ávataxu.|3ávo) aparece dad terrena de Jesús (cf. Le 24, 51; Hech 1, avaXog, 2 analos, sin sal, insípido*
ávaKÚJtTW anakyptó enderezarse* en un texto hímnico que refleja evidentemen- Se emplea en Mt 9, 50 para referirse a la sal
Le 13, 11; Jn 8, 7.10; en sentido figurado 2.22): tan sólo con referencia a ellos es apro-
te una tradición antigua: «recibido en gloria». piado el uso del plural «días» (Lohfink, 212- que ha perdido su efecto de salar, y que es una
Le 21, 28: ávaxiJ^aTe xai ejiápate xáq Como conclusión del material tradicional y en imagen de la pérdida del verdadero espíritu
x8(paX,ág i)u.a>v. 214).
contraste con el inicio del mismo, la frase del discipulado. La sal natural podía hacerse
proclama la exaltación de Cristo. Como se in- J. Kremer
insípida por la humedad o por efecto del sol.
á v a X a ^ p á v o ) analambano levantar, ele- dica en los paralelos de Flp 2, 9; Hech 2, 33; En la imagen de la sal, que es salada y sirve
var* 5, 31; Jn 3, 14; 12, 34 y por la adición de «en para salar, lo que se acentúa verdaderamente
gloria», este hecho se refiere a un aconteci- áváXt]fit|)ig, Etrtg, T| analempsis acción es la índole del discipulado, a saber, que el
ávakr\\ityic„ 8(1)5, 'H analempsis ascensión, de llevar a lo alto
miento invisible que pertenece al ámbito ce- discípulo actúe de acuerdo con lo que es. Cf.
elevación* lestial. (Sobre la cuestión de si estos y otros ->• ávcAocu.pávco. Mt 5, 13 y la burla rabínica sobre ese logion
1. Significación fundamental - 2. Significación ge- enunciados de la exaltación constituyen la en b.Bek 8b. Billerbeck I, 232-236; BHH III,
neral - 3. Término para designar la exaltación y la as- forma más antigua de la proclamación de pas-
censión - 4. avakr\\xty\,c,.
1653s; E. Schweizer, Markusevangelium
cua o son más bien una forma tardía y secun- áva^íaxo), ávaXóco analiskó, analoó (NTD), sub loco. -> akac,.
Bibl: G. Delling, ávaXa(i|3áv(ü, en ThWNT IV, 8- daria de la misma, cf. Lohfink, 95s; Lam- consumir, devorar*
9; G. Friedrich, Lk 9, 51 und die Entrückungschristo- brecht.) En Me 16, 19 (un final más tardío de Las dos formas son sinónimas, cf. también
logie des Lukas, en FS Schmidt 1973, 48-77; G. Loh- Marcos) ávaXau.|3áv(0 podría interpretarse Blafi-Debrunner § 101 nota 7. ávakmoai apa- ávaX,óírt analoó consumir, devorar
fink, Die Himmelfahrt Jesu (StANT 26), München rece en Le 9, 54 en una pregunta de los discí- -> ávaXXoxü).
1971; L. Lambrecht, De oudste Christologie: verrijze- exactamente de la misma manera (especial-
251 áváXuoic; -- ává[xvnai5 252 _„3 ávánvnoig - ávaveóco 254

á v á X v a i g , ECO?, i\ analysis disolución, 1959; P. A. H. de Boer, Gedenken und Gedachtnis in hallan tan extensamente difundidas en suelo pa-
der Welt des AT, Stuttgart 1962, 64-70; N. A. Dahl,
ma tanto de palabra como de obra, y de esta
partida* Anamnesis: StTh 1 (1948) 69-95; G. Delling, Abend- lestinense, desde el AT hasta la época de los rabi- manera se hace eficaz. Por consiguiente, este
En 2 Tim 4, 6 hablase en sentido figurado mahl II. Urchristlich.es Mahl-Verstdndnis, en TRE I, nos, que resulta innecesario explicar el origen de mandato de recordar no sólo obliga a una re-
47-58 (bibl.); H. Feld, Das Verstdndnis des Abend- esta conmemoración acudiendo a la comunidad
de partir de esta vida; cf. también 1 Clem 44, helenística. En particular, la celebración de la petición de la cena como un acontecimiento
mahls, Darmstadt 1976; Goppelt, Theologie (II),
5; ThWNT IV, 338. 476-479; J. Jeremías, La última Cena. Palabras de pascua, que es sumamente comparable con la ce- ritual, sino que obliga también a la proclama-
Jesús, Madrid 1980, 261-281; O. Knoch, «Tut das zu lebración de la Cena del Señor (y que fue cierta- ción del significado salvífico de la muerte de
meinem Gedachtnis» (Lk 22, 20; 1 Kor 11, 24s). Die mente el marco histórico de la Ultima Cena de Je- Jesús, lo cual excluye -por razones teológi-
ó.\akvtú analyó disolver, partir* Feier der Eucharistie in den urchristlichen Gemein- sús), fue desde el comienzo una celebración de
den, en Freude am Gotíesdienst. FS f. J. G. Ploger,
cas- una práctica eucarística como la seguida
Le 12, 36: partir de la fiesta de bodas, es «conmemoración» (Ex 12, 14; 13, 3.8; Dt 16, 3; por los corintios.
Stuttgart 1983, 31-42; H. Kosmala, Das tut zu mei-
decir, regresar de esa fiesta; en sentido figu- nem Gedachtnis: NovT 4 (1960) 81-94; P. Neuenzeit, Jub 49, 7ss; cf. Pes 10, 5). Puesto que en la ma-
rado en Flp 1, 23: partir (de esta vida) como Das Herrenmahl, MUnchen 1960; H. Patsch, Abend- yoría de los ejemplos Dios es el sujeto de la con-
3. En Heb 10, 3 el autor acentúa que los sa-
mahl und historischer Jesús, Stuttgart 1972, 79 memoración, Jeremías concluye que el manda-
eufemismo para expresar la idea de «morir». (bibl.); J. Roloff, Heil ais Gemeinschaft, en Cornehl- miento del Señor debe traducirse así: «Haced esto crificios anuales en el gran Día de la Reconci-
ThWNT IV, 338; C. J. de Vogel: NovT 19 Bahr (eds.), Gotíesdienst und Óffenlichkeit, Hamburg para que Dios se acuerde de mí (como de su Me- liación (10, 1; Lev 16, lss) no producen una
(1977) 262-274. -> áváXvaig. 1970, 88-117; W. Theiler, en RAC VI, 43-54; K. H. sías)» (Jeremías, La última cena, 273). El memo- purificación permanente de los pecados, sino
Schelkle, Das Herrenmahl, en FS Kasemann, 385- rial de la pascua nos hace ver que esta propuesta
402.
que son una recordación constante de los mis-
de traducción no es necesariamente convincente mos (cf. Jub 34, 19), bien por medio del sa-
avajiaQTi]TOS, 2 anamartétos sin peca- ni es tampoco la más obvia, dado el tenor literal
de las palabras. crificio mismo, bien por la confesión de los
do* 1. áváu.vncac; aparece raras veces en los
pecados asociada con el acto sacrificial. Pre-
Jn 8, 7: ó ávaLiáQTnToc; t)|xcov, «el que de escritos del NT y se encuentra únicamente en
cisamente mediante esta recordación se man-
vosotros esté sin pecado». ThWNT I, 337- contextos cultuales y litúrgicos (Le 22, 19; 1 Pablo cita la fórmula eucarística como una tiene viva la «conciencia del pecado». Tan só-
339; H. Clavier: RHPhR 47 (1967) 150-164. Cor 11, 24.25; Heb 10, 3). En lo que respec- autoridad vinculante frente a los abusos que
lo la santificación que viene por medio del
ta a su significado, hemos de ser sensibles al se cometían en la forma en que los corintios
sacrificio del cuerpo de Jesucristo que tuvo
contenido veterotestamentario y judío del celebraban la eucaristía. En opinión del após-
á v a f l é v o ) anamenó esperar, aguardar* lugar «de una vez para siempre» (10, 10.14),
campo léxico representado por la raíz zkr en tol, no se celebraba en Corinto la verdadera
1 Tes 1, 10: al Hijo de Dios; cf. IgnFil 5, 2. y que significa el perdón de los pecados (10,
el sentido de representación, de hacer pre- «Cena del Señor», porque cada una de las
P.-E. Langevin, Jésus Seigneur et l'eschatolo- 18), hace que se anule esa función de conme-
sente el pasado, el cual no puede seguir sien- personas bien acomodadas celebraba su pro-
gie, Bruges-Paris 1967, 67-73; BM-Debrun- moración.
do jamás mero pasado sino que se hace efi- pia comida para saciar el hambre, antes de la
ner § 148 nota 2. caz en el presente (cf. el memorial de la celebración eucarística propiamente tal, sin
aguardar a los hermanos más pobres, que lle- 4. El verbo [tit-]ávafiifi\í\axtíí recordar
pascua en Ex 12, 14; 13, 3.8 y passim).
gaban luego (1 Cor 11, 20-22.33). Pablo fun- [de nuevo] a alguien alguna cosa)* no aparece
á v a ^ l é a o v anameson (preposición impro- en los evangelios sino en el Evangelio de Mar-
2. El mandato de la repetición («Haced es- damenta su juicio en la eclesiología (v. 22b) y
pia) entre* cos: Pedro recordó (en voz pasiva) la maldi-
to en memoria de mí») aparece únicamente en en la soteriología (vv. 27ss). La transición de-
En 1 Cor 6, 5: ávaLiéaov xov áoekfpov. cisiva, en este argumento, la desarrolla él en ción de Jesús sobre la higuera estéril (11,21),
una línea de la tradición eucarística (1 Cor 11,
El sentido exige que se añada xcd xov ábeX- el v. 26 en relación con el mandamiento de re- y recordó la «palabra» en la que Jesús le ha-
24s; Le 22, 19). Le conecta el mandato con la
epoü (como en los manuscritos f g syp): «entre palabra pronunciada sobre el pan (cf. Justino cordar: «Porque todas las veces que comiereis bía predicho que él le negaría (14, 72). El uso
los hermanos» o «entre el hermano y su ad- Apol I 66, 3). Pablo lo conecta tanto con la este pan y bebiereis la copa, la muerte del Se- parenético de la acción de recordar (11, 22ss)
versario». BlaB-Debrunner § 204, 1; 215, 3. palabra pronunciada sobre el pan como con la ñor proclamáis hasta que él venga». Lo de predomina también en Pablo: el recuerdo «de
-> á v á , -> LIÉOOV. palabra pronunciada sobre la copa, y amplía «todas las veces que» enlaza claramente con mis caminos en Cristo» (1 Cor 4, 17) y de «la
esta última añadiendo «cuantas veces la be- lo de «todas las veces que» del segundo man- obediencia de todos vosotros» (2 Cor 7, 15).
biereis». Como vemos por la comparación dato de conmemorar (v. 25); "ahora bien, la Esa recordación es vinculante por su conteni-
á v a f u f i v f | a x ( 0 anamimneskd recordar
con Me y con Mt, el mandato de la conmemo- «muerte del Señor», con arreglo a las palabras do mismo (Rom 15, 15 [el verbo compuesto];
->• áváfivt|OLS 4.
ración es literariamente secundario y, por tan- eucarísticas, fue «para vosotros» (= en favor cf. Heb 10, 32). Y, así, en el período postpau-
to, será difícil que sea auténtico. vuestro; v. 24), es decir, sucedió como un sa- lino el verbo pudo adquirir el significado de
avápivt\Oig, ecog, f\ anamnesis recuerdo, crificio vicario en favor de todos los «herma- exhortar (2 Tim 1, 6).
memoria* Las investigaciones anteriores apuntaban hacia nos» (cf. 15, 3: «por nuestros pecados»). Has- H. Patsch
las comidas en conmemoración de los difuntos, ta el regreso del Señor (cf. ->• itaQava fta, 16,
1. Aparición del vocablo y significado - 2. La tra- muy difundidas en el mundo antiguo, que se cele-
dición eucarística - 3. Heb - 4. (EK-)&va\imvf\ow(a.
braban «en memoria» de los fundadores. Y las 22), en la Cena del Señor es donde se procla-
Bibl: K.-H. Bartels, Dies tut zu meinem Gedacht- consideraban como el trasfondo de estos textos ma la memoria de la muerte vicaria y reconci- á v a v e ó c o ananeoo renovar
nis. Zur Auslegung von IKor 11, 24.25, tesis Mainz del NT. Pero las «fómulas de conmemoración» se liadora del Señor «por vosotros». Y se procla- -> véo$.
255 ávavf|cpco - ávavcíooTi-cog 256 257 avavTLQQriTOJc; - áváiteiQog 258

ávavií|<pa> ananepho volver a ser sobrio* noce generalmente que el personaje llamado ávavtlQQT|TO)5 anantirretos (adv.) sin trata más bien de la relajación natural. En el
En sentido figurado en 2 Tim 2, 26: xcd Ananías perteneció ya a la forma más antigua objeción, sin contradicción*. Ap, el sustantivo se refiere no sólo a la perpe-
ávavr|'i|>(Daiv ex xfjg xov 5ia(3óX,ou nayí- de la tradición. Pero se discute si la doble vi- Hech 10, 29, refiriéndose al hecho de que tua alabanza de Dios (4, 8) sino también al tor-
605, «y vuelvan quizás al buen sentido [y se sión referida en 9, 10-16 es una tradición pre- Pedro fuera a visitar a Comelio. mento, igualmente perpetuo, de los idólatras
libren] del lazo del diablo». Filón, AU II, 60: lucana o es una redacción lucana. Se discute (14, 11). El verbo refuerza la confianza de los
ávavf|(pco = netavoéü). asimismo qué función desempeñaba Ananías. testigos de la fe acerca del tiempo (6, 11; cf.
ává^iO?, 2 anaxios indigno, inapropiado* Dan 12, 13) y la manera de la consumación
3. Nombre de un sumo sacerdote judío (por 1 Cor 6, 2: ává^ioi... XQitr|QÍcov eX.axt.o- (14, 13; cf., por ejemplo, 4 Esd 7, 95s).
"Avavíag, ov Hananias Ananías* los años 47-59 p.C). TOOV, «indigno (en el sentido de incompetente, En la invitación de Mt 11, 28-30, la frase
Bibl.: D. Cox, Paul befare the Sanedrín: Acts 22,
de alguien que no está en condiciones) para «hallaréis descanso para vosotros» [cf. Ev
1. Nombre de un cristiano de la comunidad juzgar en los casos más triviales». ThWNT I, Tom 60] (v. 29) evoca el pasaje de Jer 6, 16.
30-23, 11: SBFLA 21 (1971) 54-75; J. Jeremías, Jeru-
primitiva de Jerusalén. salén en tiempos de Jesús, Madrid 1977, 167-238; W. 378s; DTNT III, 345. Los motivos de la fatiga, del yugo y del des-
Bibl: J. D. M. Derretí, Ananías, Sapphira and the Radl, Paulus und Jesús im lukanischen Doppelwerk,
Bern-Frankfurt a. M. 1975, 169-221; Schürer II, 272;
canso se hallan prefigurados en Eclo 6, 18ss;
Right of Property: The Downside Review 296 (1971)
225-232; W. Dietrich, Das Petrusbild der Ik Schriften, Stolle, Der Zeuge ais Angeklagter, Stuttgart 1973, 32- a v a | í ( o ; anaxios (adv.) indignamente, 51, 13ss, y se ponen en labios de Jesús como
Stuttgart 1972, 232-237; Ph.-H. Menoud, La morí d'A- 64, 91-140, 213-284.
inapropiadamente* Sabiduría personificada que es. En el AT y en
nanias et de Saphira (Actes 5, 1-11), en FS Goguel,
1 Cor 11, 27 (y v. 29 Koiné D G pl lat sy). el judaismo la promesa de descanso como
146-154; B. Prete, Anania e Saffira: RivBib 36 (1988) Ananías, hijo de Nedebeo, era muy rico y, uno de los beneficios de la salvación sigue
463-486; G. TheiBen, Urchristliche Wundergeschich- ThWNT I, 378s.
por tanto, siguió siendo muy influyente, aun orientándose hacia la instrucción divina (bSab
ten, Gütersloh 1974, 117-120.
después de haber sido depuesto de su cargo. 152b; ApBar [sir] 73, 1 [el reino mesiánico];
Según Hech 5, 1-11, Ananías (vv. 1.3.5) y Pero le odiaban por su codicia, y por su amis- á\ánavoi$, £tog, r\ anapausis acción de Filón Fug 174 [el «descanso» del bendito sa-
su mujer Safira (Lántf)iQa*/Sapphira, v. 1) tad con los romanos fue asesinado por zelotas cesar, descanso* bio «en Dios»]). En la gnosis (cf., a propósi-
fueron castigados con la muerte por decreto al comienzo de la Guerra de los Judíos. Fuen- ávajtaúü) anapauó dar descanso, refres- to, J.-E. Ménard: RevSR 51 [1077] 71-88) se
divino, por haber cometido fraude. El texto tes: Josefo, Ant XX; Bell II. car* orienta hacia la revelación celestial (por
tiene la forma de una historia ejemplar: el ve- Según Hech 23, Pablo comparece ante el Bibl: H. D. Betz, The Logion of the Easy Yoke and ejemplo, OdSl 30, 1-3-7). Desde luego, en Mt
redicto de culpabilidad se confirma por medio Sanedrín. El sumo sacerdote Ananías ordena ofRest: JBL 86 (1967) 10-24; F. Christ, Jesús Sophia (para el énfasis «antifarisaico» de la cristolo-
de un milagro que garantiza las normas de la que le golpeen en la boca en presencia del tri- (AThANT 57), Zürich 1970, 100-119; O. Hofius, Ka- gía de la Sabiduría, cf. 21, 5; 23, 4), el des-
bunal (v. 2), a lo cual Pablo responde llamán- tapausis (WUNT 11), Tübingen 1970, 29-90, 248-257;
comunidad (TheiKen, 117). Tan sólo la prime- J. Heldermann, Die Anapausis in Ev. Veritatis, Leiden
canso tiene que ver con la salvación que el
ra parte del relato debió de pertenecer a su dole «pared blanqueada». Según Hech 24, 1984; U. Luck, Weisheit und Christologie in Mt 11, discípulo encuentra ya desde ahora en Jesús
forma más antigua. 1-23, Tértulo, abogado del Sanedrín, en pre- 25-30: WuD 13(1975)35-51. como (el que nos trae) la revelación (acerca
sencia de Ananías y de unos cuantos ancianos de la voluntad) de Dios.
2. Nombre de un judeocristiano de Damas- (v. 1), presenta ante el gobernador Félix (52- El sustantivo aparece 5 veces; el verbo, 12. P. Fiedler
co. 59) una acusación contra Pablo. Este se de- ávájtcujcas s e emplea en Ap 4, 8; 14, 11 en
fiende. Y Félix deja para más adelante el dic- sentido de cesar, en Mt 12, 43 par. Le 11, 24,
Bibl.: Ch. Burchard, Der dreizehnte Zeuge, Góttin- tar sentencia y ordena que se suavice el en el sentido de lugar de descanso; y en Mt ávajtavo) anapauó dar descanso, refrescar
gen 1970, 51-136; D. Gilí, The Structure ofActs 9: Bib
55 (1974) 546-548; G. Klein, Die Zwolf Apostel, Got- arresto de Pablo: tal como lo entiende Lucas, 11, 29, en el sentido de descanso. Lo mismo ->• ócvájtomoic;.
tingen 1961, 144-162; K. Loning, Die Saulustradition una declaración de inocencia. Aunque los dis- que en el griego profano, ávanavw se em-
in der Apg, Münster i. W. 1973; G. Lohfink, Paulus cursos sean creaciones literarias, sin embargo plea como verbo transitivo y como intransiti-
vor Damaskus, Stuttgart 1966, 64-67; S. Lundgren, las acusaciones contra Pablo formuladas por vo. Es transitivo en Mt 11, 28, en Pablo (1 ávajteídw anapeithó persuadir, seducir*
Ananias and the Calling of Paul in Acts: StTh 25
Cor 16, 18; Flm 20 [en voz activa]; 2 Cor 7, Hech 18,13: Ttocoá TÓV vó[iov ávajiEifrei...
(1971) 117-122; V. Stolle, Der Zeuge ais Angeklagter, los judíos ante el gobernador romano Félix y
Stuttgart 1973, 155-212. la participación de Ananías en el proceso tie- 13; Flm 7 [en voz pasiva]), y en Ap 14, 13 aé(3EO'&ai tóv 'freóv (una acusación judía con-
nen credibilidad histórica. (futuro segundo pasivo). El intransitivo, en tra Pablo).
Hech 9, 10-19 refiere que a Ananías se le A. Weiser voz media, descansar, aparece en los Sinópti-
encargó en una visión que fuera a visitar a cos (Me 6, 31; 14, 41 par. Mt 26, 45; Le 12, ávájteigog, 2 anapeiros tullido*
Saulo (vv. 10.12.13). Después de alguna re- 9); en 1 Pe 4, 14, reposar (cf. Is 11, 2 LXX), En el NT se usa únicamente como sustanti-
sistencia inicial, va a verle, le cura y le bauti- ávaVTÍQ{)t|T05, 2 anantirretos innegable, y en Ap 6, 11 en el sentido de aguardar. vo en Le 14, 13.21: tullido. A B D leen
za (v. 17). En 22, 12-16 la función de Ananías irrefutable* En Pablo se trata del descanso interior (me- ávájteifjog; Sin tiene la forma ávámpog; en
queda notablemente restringida, y en el capí- Hech 19, 36: dícese de algo verdadero y diante el gozo, el consuelo, etc.); en los Sinóp- los demás casos encontramos la forma (clási-
tulo 26 se halla totalmente ausente. Se reco- que queda fuera de toda duda. ticos, excepto en Mt 11, 28 y 12, 43 par., se ca) ctvájtriQog. BlaB-Debrunner § 24 nota 2.
259 ccvajiéixjiü) áváoxaoic, 260 261 áváoTaaig 262

te Auslegung von Ostern, en FS Conzelmann, 105- EstEcl 55 (1980) 27-58; H. M. Schenke, Auferste-
ayanélMíü anapempó enviar, enviar de ávájlTW anqpto incendiar, encender* 126; Id., Auferstehung der Toten im Urchristentum hungsglaube und Gnosis: ZNW 58 (1968) 123-126;
vuelta* Sant 3, 5: Un pequeño fuego incendia un (SBS 82), Stuttgart 1976; K. Berger, Die Auferstehung H. Schlier, Über die Auferstehung Jesu Christi, Ein-
En el sentido figurado de enviar una perso- gran bosque; Hech 28, 2 Koiné: encender un des Propheten und die Erhóhung des Menschensohnes siedeln 1968; A. Schmitt, Ps 16, 8-11 ais Zeugnis der
(StUNT 13), Gottingen 1976; G. Bertram, Aufer- Auferstehung in der Apg: BZ 17 (1973) 229-248; Id.,
na a un superior: Le 23, 7; Hech 25, 21; en- fuego; Le 12, 49 (en pasiva): JTÜQ... fj6r| stehung I, en RAC I, 919-930; H. Braun, Zur Termino- Die Totenerweckung in IKón 17, 17-24: VT 27 (1977)
viar de vuelta en Le 23, 11.15; Flm 12. ávriqpd'n, «un fuego... ha sido ya encendido», logie der Acta von der Auferstehung Jesu, en Id., Ge- 454-474; K. Schubert, Die Entwicklung der Aufer-
es decir, está ya ardiendo. sammelte Studien zum NT und seiner Umwelt, stehungslehre von der nachexilischen bis zur rabb.
Tübingen U967, 173-177; R. Bultmann, Neues Testa- Zeit: BZ 6 (1962) 177-214; O. Schwankl, Die Sad-
ment und Mythologie, en H. W. Bartsch (ed.), Keryg- duzaerfrage (Mk 12, 18-27 par.). Eine exegetisch-
ávcwit)8áw anapedao saltar, ponerse en ma und Mythos I, Hamburg 41960, 15-48; L. Coenen, theol. Studie zur Auferstehungserwartung (BBB 66),
á v a g í d ^ t j t o ? , 2 anarithmetos innume-
pie de un salto* Resurrección, en DTNT IV, 88-96; G. Delling, Zur Frankfurt a. M. 1987; G. Schwartz, ávíoxr|ni und
rable* Beurteilung des Wunders durch die Antike, en Id., Stu- áváotaaig in den Evv.: Bibl. Notizen 10 (1979) 35-
En Me 10, 50 dícese del ciego Bartimeo.
En Heb 11, 12 dícese de la arena que está a dien zum NT und zum hellenistischen Judentum, Got- 39; G. Sellin, Der Streit um die Auferstehung der To-
la orilla del mar, como imagen de lo innume- tingen 1970, 53-71; E. Dhanis (ed.), Resurrexit. Actes ten. Eine religionsgeschichtliche und exegetische Un-
du Symposion International sur la Résurrection de Je- tersuchung von 1 Kor 15 (FRLANT 138), Gottingen
rable que sería la descendencia de Abrahán; sús (Rome 1970), Roma 1974; J. Dupont, Les discours 1986; P. Siber, Mit Christus leben. Eine Studie zur pin
á\ám\QO$, 2 anaperos tullido
cf. Gen 32, 13 LXX. missionnaires des Actes des Apotres d'aprés un ouvra- Auferstehungshoffnung (AThANT 61), Zürich 1971;
-> áváneiQoq. ge récent, en Id., Etudes sur les Actes des Apotres (Le- B. Sporlein, Die Leugnung der Auferstehung (BU 7),
Div 45), Paris 1967, 133-155; E. Fascher, Anastasis - Regensburg 1971; G. Stemberger, Der Leib der Au-
ávaoeíío anaseid alborotar, incitar* Resurrectio - Auferstehung: ZNW 40 (1941) 166-229; ferstehung (AnBibl 56), Roma 1972; Id., Zur Aufer-
ávctJtÍJlTlD anapiptd echarse a la mesa, E. Fiorenza-[Schiissler], Die tausendjührige Herrschaft stehungslehre in der rabb. Lit.: Kairos 15 (1973) 238-
Me 15, 11: TÓV b%Kov; Le 23, 5: TÓV Xaóv. der Auferstandenen (Apk 20, 4-6): BiLe 13 (1972) 107- 266; Id., Das Problem der Auferstehung imAT: Kairos
echarse, recostarse* ThWNT VII, 197. 124; J. A. Fitzmyer, To Know Him and the Power of 14 (1972) 273-290; P. de Surgy y otros, La résurrec-
En Me 6, 40 dícese de los que se sentaron His Résurrection (Phil 3, 10), en FS Rigaux, 411-425; tion du Chrisl et l'exégése moderne (LeDiv 50), Paris
por grupos, cuando se dio de comer a los G. Friedrich, Die Auferweckung Jesu, eine Tat Gottes 1969; A. V6gtle-R. Pesch, Wie kam es zum Osterglau-
5000 (cf. Jn 6, 10 bis) ó a los 4000 en Me 8, 6 ávaanevá^m anaskeuazó perturbar, con- oder eine Interpretation der Jünger?: KuD 17 (1971) ben?, Dusseldorf 1975; U. Wilckens, La resurrección
fundir, trastornar* 153-187; R. H. Füller, The Formation ofthe Résurrec- de Jesús. Estudio histórico-crítico del testimonio bíbli-
(ém Tfjg Yfj5) par. Mt 15, 35 (ém TTVV yf\v). tion Narratives, London 1972; H. GraB, Ostergesche- co, Salamanca 1981; Id., Die Missionsreden der Apg
Reclinarse a la mesa en Le 11, 37; 14, 10; 17, En sentido figurado, con tetg ijiuxág como hen und Osterberichte, Gottingen 31964; H. P. Hasen- (WMANT 5), Neukirchen-Vluyn '1974. Para más bi-
objeto de la acción verbal: Hech 15, 24. fratz, Die Rede von der Auferstehung Jesu Christi, bliografía, Cf. 8YEÍQ0).
7; 22, 14; Jn 13, 12. Jn 13, 25: ávéitEoev éjti Bonn 1975; M. Hengel, Ist der Osterglaube noch zu
xó OTfjdog xov 'Ir\oov, «se recostó en el pe- retten?: ThQ 153 (1973) 252-269; P. Hoffmann, Au-
cho de Jesús» (que estaba echado junto a él a áva<TJlá(D anaspaó sacar, levantar* ferstehung (1/3; Auferstehung der Toten; 11/1: Aufer- 1. El verbo compuesto ávíarnui (-• ío-
stehung Jesu Christi), en TRE IV, 450-467, 478-513; TT|u.i), con su significado general de levantar,
la mesa); cf. 21,20. Le 14, 5: del pozo; Hech 11, 10: ele; TÓV Id., Die Toten in Christus (NTA NF 2), Münster i. W.
oügavóv. 2
1969; Id., Mk 8, 31. Zur Herkunft um mk Rezeption alzar (transitivo) o levantarse (intransitivo),
einer alten Überlieferung, en FS Schmid 1973, 170- aparece frecuentemente en la literatura profa-
avanhl[QÓíti anapléroo completar, colmar 204; Jeremías, Teología, 347-351; G. Kegel, Aufer- na (Fascher, 174-187) y en la LXX (general-
la medida, llenar á v á a t a a i g , £0)g, i[ anastasis resurrec- stehung Jesu -Auferstehung der Toten, Gütersloh 1970: mente para traducir qüm). El verbo aparece en
ción* R. Kilian, Die Totenerweckungen Elias und Elisas - ei-
->• jrlriQÓa). ne Motivwanderung?: BZ 10 (1966) 44-56; J. Kremer, el NT 108 veces, de las cuales 72 correspon-
ávíaxT]UM anistemi levantar, alzarse, resuci- Das alteste Zeugnis von der Auferstehung Christi den a las obras de Lucas-Hechos, y se emplea
tar* (SBS 17), Stuttgart '1970; Id., Entstehung und Inhalt a menudo como sinónimo de -> éyeípo) o
ávaJloXóyi]f 05, 2 anapologetos inexcu- é^aváaxaoac;, E005, f) exanastasis resurrec- des Osterglaubens: ThRv 72 (1976) 1-14; Id., Die Os- 8Y£ÍQOum. En 73 de las veces que aparece
ción* terevangelien - Geschichten um Geschichte, Stuttgart
sable* 1977; K. Lehmann, Auferweckt am dritten Tage nach ¿VvÍ0Tr|ux en el NT, tiene el significado gene-
En Rom 1, 20 acusativo con infinitivo (con é%avío"Tr|ux exanistemi levantarse, ponerse der Schrift (QD 38), Frankfurt a. M. 1968; X. Léon- ral de suscitar, designar o (en sentido intransi-
eíc) que debe interpretarse en sentido conse- en pie* Dufour, Resurrección de Jesús y mensaje pascual, Sa- tivo.) levantarse, alzarse o presentarse (->• 2).
lamanca 51992; W. Marxsen, La resurrección de Je- En 35 ejemplos tiene el sentido técnico de le-
cutivo: «de manera que no tienen excusa», es 1. Aparición de estos vocablos en el NT - 2. Signi- sús, Salamanca 1979; J. Molitor, Grundbegriffe der
decir, no puede aducirse nada en defensa de ficado general (no técnico) - 3. Empleo como término Jesusüberlieferung im Lichte ihrer orientalischen vantar de entre los muertos (transitivo) o de
técnico para designar la resurrección de individuos - Sprachgeschichte, Dusseldorf 1965; F. MuBner, Die resucitar uno mismo de entre los muertos (in-
ellos (sobre esta construcción cf. ThWNT II, 4. Para designar la resurrección escatológica - 5. Para
428); Rom 2, 1. DTNT I, 383s. Auferstehung Jesu (BiH 7), München 1969; A. Oepke, transitivo), con referencia a un individuo (->
designar la resurrección de Jesús. ávíattiixi, en ThWNT I, 368-372; Id., Auferstehung II,
en RAC I, 930-938; Id., eyeÍQm, en ThWNT II, 332-
3), a todos los muertos (-> 4), o a Jesús (->• 5).
Bibl: Cf. bibliografía detallada de G. Ghiberti en E.
Dhanis (ed.), Resurrexit. Actes du Symposion Interna- 337; R. Pesch, Zur Entstehung der Glaubens an die Con arreglo al significado del verbo, el sus-
avanxvooto anaptyssó abrir, desenrollar* Auferstehung Jesu: ThQ 153 (1973) 201-228; A. Ro-
Dícese de la acción de desenrollar el libro tional sur la résurrection, Roma 1974, 645-674; Id.,
dríguez Carmona, Origen de las fórmulas neotesta-
tantivo áváotaoig se halla atestiguado en la
RivBib 23 (1975) 424-440. Además de los comenta- literatura profana tanto en sentido activo co-
del profeta Isaías: Le 4, 17 Sin Koiné D © pl; rios, cf. sobre todo: S. Amsler, qum, en DTMAT II, mentarias de resurrección con anistánai y egeírein:
ávoí^ag en A B L W y otros. 800-808; J. Becker, Das Gottesbild Jesu und die altes-
mo en sentido pasivo. En la LXX aparece úni-
263 áváaxaaig 264 265 áváoraoig 266

camente 6 veces (en sentido pasivo); no exis- (Le 11, 7.8; 22, 46; Hech 12, 7); de alzarse de presa sobre todo la acción de levantarse o al- incluso a personas resucitadas de la muerte
te en hebreo ninguna forma correspondiente. la oración o de la actitud de estar postrado de zarse de quien yace enfermo, y el cambio que por Jesús [Quadratus] y por los taumaturgos
Aparece 41 veces en el NT, y siempre, con rodillas (Le 17, 19; 22, 45; Hech 9, 6.18; 10, se ha producido en la suerte de esa persona. de la Iglesia [Ireneo] que todavía vivían en el
excepción de Le 2, 34 (->• 2), con arreglo al 26; 22, 10.16; 26, 16); la acción de de quien Por esta razón, ávíaxr)U.i es muy apropiado tiempo en que se redactaron esos escritos; cf.
sentido técnico del verbo, que es la acción de estaba sentado y se levanta (Me 2, 14 [par. Mt para expresar el cambio, al parecer imposible, Luciano, Philopseudes, 26.) Si tenemos en
resucitar a alguien o la resurrección de entre 9, 9; Le 5, 28]; Le 6, 8; 24, 33; Jn 11, 31; que se produce en la suerte de los muertos. cuenta que, en Israel, se contaba ya entre los
los muertos (-> 3.5). Hech 26, 30; 1 Cor 10, 7). En la variante tex- Esto era obvio especialmente en una época muertos a toda persona gravemente enferma
El doble compuesto é|avíaTT)¡ii (Me 12,19 tual de Le 17, 12 ávíoxi)\u (en lugar de que consideraba la enfermedad y la muerte (por ejemplo, Sal 30, 2-4; 86, 13; también Me
par. Le 20, 28; Hech 15, 5) aparece sólo en el ecrrr|0av) significa permanecer de pie. como realidades íntimamente relacionadas. 9, 27; Hech 20, 9s; cf. Stemberger, Problem,
NT como sinónimo de ávíorr|U.i en el sentido Ecos de la idea de alzarse se escuchan tam- 285 y 289); que, además, a los pecadores se
general (-> 2). El sustantivo e^aváoxaoig bién, cuando ávíaxT|u.i significa ponerse de 3. Lo mismo que EyEÍooum, vemos que los consideraba ya como a personas muertas
aparece una sola vez (Flp 3, 11), para designar pie, levantarse o presentarse para hablar en ávíoTn,u,i (usado en sentido intransitivo) se re- (Le 15, 24.32), y que a Jesús, por su resurrec-
la resurrección de entre los muertos (-> 4). una asamblea o declarar en un juicio (Me 14, fiere frecuentemente a la resurrección de un ción, le contemplaban como al Señor que ha-
57.60 [par. Mt 26, 62]; Le 4, 16; Hech 1, 15; muerto (ejemplos extrabíblicos pueden verse bía triunfado sobre la muerte (-> 5), entonces
5, 34; 13, 16; 15, 7; e^avéaxr]oav en Hech en Oepke, ávíaxr|U.i. 369s; Fascher 182-191). habrá que contar con que, en las historias del
2. Tan sólo ocasionalmente el verbo ctvío- 15, 5). Está relacionado con esto el uso de Me 5, 42 par. Le 8, 55 (ávég^n en Mt 9, 25) NT acerca de resurrecciones de muertos, se
xrifn (usado en sentido transitivo) tiene un ávíotT|u,i en el sentido de presentarse, hacer «y al instante la niña se levantó» describe el produjo un desarrollo en materia de historia
significado general. Y suele hacerlo así en tex- su aparición (Me 3, 26; Le 10, 25; 11, 32 par. efecto de la voz dada por Jesús xaX,i$á xoüu. de las tradiciones semejante al que se había
tos que muestran clara dependencia de formu- Mt 12, 41; Le 23, 1; Hech 5, 6.17.36.37; 6, 9; (Me 5, 41). Una voz semejante, «¡Tabita, le- producido en los relatos del AT y en los rela-
laciones del AT. En Mt 22, 24 tiene el signifi- 7, 18; 20, 30; 23, 9; Rom 15, 12). La idea de vántate^ (Hech 9,40), ordena a la muerta que tos extrabíblicos.
cado de levantar o suscitar descendientes (cf. levantarse queda relegada por completo, cuan- vuelva de nuevo a la vida. (El uso transitivo en La afirmación que oímos en Le 9, 8 y 9,19,
Dt 25, 5 y Gen 19, 32.34; 38, 8; k%avum\\ii do ávíaxr|U.i aparece como participio o en Hech 9, 41, la levantó, se refiere en primer lu- «uno de los antiguos profetas ha resucitado»,
en los paralelos [Me 12, 19; Le 20, 28]). En conjunción con un verbo de movimiento para gar a la acción de levantar a quien estaba sen- refleja la opinión popular acerca de Jesús (cf.
la cita de Dt 18, 15 en Hech 3, 22; 7, 37 indicar el comienzo de una nueva acción (un tado, pero en un estilo narrativo que impregna Me 6, 14 par. con referencia al Bautista). Se-
ávLOtr|(xi significa designar un profeta (sobre hebraísmo); en tales casos puede traducirse de significado más tardío a un hecho anterior, gún el contexto, se hace referencia a figuras
la reinterpretación neotestamentaria en Hech por ponerse a (Me 1, 35; 7, 24; 10, 1; Le 1, puede referirse también a la acción de resuci- de profetas cuya muerte (en contraste con Eli-
3, 26 ->• 5); de manera análoga, en Heb 7, 39; 4, 29.38; 15,18.20; 24, 12; Hech 8, 26.27; tar a un muerto.) En Jn 11, 23, «Tu hermano as) se daba por supuesta. Hasta qué punto te-
11.15 significa instituir como sumo sacerdote 9, 11.39; 10, 20.23). En Hech 10, 13; 11, 7 el resucitará», Jesús anuncia la resurrección de
nemos aquí la idea de la resurrección de entre
(aquí, no obstante, ovíoxriiii [en sentido in- participio ávaotág sirve para acentuar el im- Lázaro, que se describe más tarde; sin embar-
los muertos de un profeta martirizado (una
transitivo] puede significar también manifes- perativo que viene a continuación: «¡Levánta- go, Marta entiende ÓVÍ0TT](J,I en el sentido de
idea atestiguada por vez primera en Ap 11, 3-
tarse, hacer su aparición como sumo sacer- te... mata y come!» la resurrección escatológica (v. 24; -> 4).
12; ApEl 35, 7-21), es una cuestión debatida
dote). Exceptuado Hech 9, 41 (pero cf. -> 3), En Le 2, 34 el sustantivo áváaxccoig es una Para las personas de aquellos tiempos, la (cf. Berger; Pesch, Entstehung; opuesto a ello:
ávíaxr|u,i (en sentido transitivo) no tiene nun- expresión metafórica (cf. Is 8,14s; 28,16) pa- resurrección de un individuo que hubiera Hengel). En todo caso, la resurrección de esas
ca en el NT el significado general de levantar, ra enunciar la acción de levantarse o ponerse muerto resultaba un acontecimiento totalmen- personas como una vuelta a la vida en este
suscitar, refiriéndose a personas o cosas: un en pie: un movimiento asociado con la salva- te extraordinario, y por eso era increíble para mundo, es muy diferente de la resurrección de
significado que se halla atestiguado con fre- ción, en contraste con la idea de precipitarse o muchos (cf. Fascher, 184s; Delling, 68); pero Cristo (-> 5).
cuencia en la literatura profana y en la LXX de caer (-> Jixcooig). Si Lucas tuvo aquí pre- quedaba enteramente dentro del ámbito de lo Le 16, 31 habla de manera parecida acerca
(cf. Liddell-Scott, s.v.). sente o no el sentido específico de la resurrec- concebible y de lo que resultaba posible para del regreso de un muerto a la casa de quien
Empleado intransitivamente y en un sentido ción (cf. Hech 26, 23) es cosa que permanece Dios (cf. Hech 26, 8; Heb 11, 19; sobre casos había sido en vida un hombre rico. Además, la
general, ávíaxr|u.i designa la acción de levan- incierta. extrabíblicos de resurrecciones de muertos y expresión formularia «si alguien se levantara
tarse de una persona que había estado postra- Si tenemos bien presentes los diversos usos sobre los correspondientes mitos cf. Bertram; de entre los muertos», muestra que esta frase
da por la enfermedad (Le 4, 39; 5, 25; Hech 9, generales de avíaxv\\i\,, anclados en parte en Oepke, Auferstehung). Heb 11, 31 emplea el se acuñó desde la perspectiva de los que veí-
34; 14, 10; [Me 10, 50 v.l.]); de una persona el uso hebreo del término (Amsler, 800), en- sustantivo áváoxaoig para referirse a las re- an retrospectivamente su rechazo del mensaje
que había sido apedreada (Hech 14, 20; aquí, tonces no escucharemos automáticamente el surrecciones de muertos atribuidas a los hom- de Aquel que había sido crucificado y había
como en Me 9, 27, no se piensa en una resu- significado técnico de <XVÍOTT||XI, «resucitar de bres de Dios Elias (1 Re 17, 17-24) y Elíseo resucitado.
rrección de entre los muertos, aunque los pre- entre los muertos», en los textos mencionados (2 Re 4, 18-37). (El fragmento Quadratus, del
sentes crean que el que yace en tierra esté anteriormente. Ahora bien, ccvíaxr|u.i indica tiempo de Adriano [Eusebio, HistEccl IV, 3, 4. Como terminología para designar la re-
muerto); la acción de levantarse de dormir siempre una nueva acción o movimiento; ex- 2), y también Ireneo, Haer II, 32, 4 señalan surrección escatológica de entre los muertos,
269 áváoxaoiq 270
267 áváaxaoig 268

Cristo, «primicia de los que durmieron» (15, La contraposición entre «resurrección para
que aparece representada por primera vez en jos de Dios, porque son hijos de la resurrec- 20), y el nuevo Adán, se obra «por medio de la vida» y «resurrección para el juicio», en Jn
los estratos más recientes del AT (cf. Schu- ción» (Le 20, 36). Esto quiere decir que, por un hombre... la resurrección de los muertos» 5, 29, sirve para expresar la resurrección es-
bert; Stemberger, Problem), vemos que el ver- medio de la resurrección, ellos reciben la ca- (15, 21). En tercer lugar, Pablo muestra que catológica de todos los que se encuentren en
bo ávíaXT|u.i y el sustantivo áváoxaoic, se en- pacidad de participar, cual los ángeles, como Cristo, como -• nvevpLa £Ü>OIIOIOÍ3V, es el los sepulcros, en contraste con el juicio esca-
cuentran atestiguados ya en la LXX (Is 26, «hijos de Dios», en un modo de existencia creador del nuevo modo de existencia corporal tológico efectuado por el Hijo del hombre.
19; Dan 12, 2 G; 2 Mac 7, 9.14; 12, 43s; [Os afín al de Dios. Según esto, la resurrección (-> oc&Lta) (15, 45; cf. Rom 8, 11; Flp 3, 21), Como esto se halla en cierta tensión con la es-
6, 2, por lo menos según la interpretación más escatológica no es sencillamente una reanuda- el cual, según 1 Cor 15, 50-55, se concederá catología realizada que se menciona en 5, 24s,
tardía]; cf. SalSl 3, 10.12). En Hech 23, 8; Me ción de la vida terrena, sino un nuevo género también a los que no se cuenten todavía entre se juzga a menudo que se trata de una adición
12, 18 par., resurrección -sin ninguna especi- de existencia hecho posible por la ->• Swauxg los muertos, cuando se produzca la parusía. (introducida por el autor o por un redactor).
ficación más- designa la «esperanza en la re- de Dios (cf. Me 12, 24), y del que no hay ana- Según la plástica descripción que se hace Ahora bien, la escatología futura se encuentra
surrección de los muertos» (Hech 23, 6, en logía en la vida terrena. Con ello áváoxaaiq en 1 Tes 4, 16, «los muertos en Cristo» serán también en las palabras acerca del pan en Jn 6
griego una hendíadís), que es negada por los adquiere un significado completamente nuevo los primeros que resuciten, cuando llegue la (¿igualmente adiciones?), donde ávíoxr|[xi
saduceos y defendida por los fariseos y por y figurado. Esta resurrección, según Me 12, parusía. Lo estrechamente vinculada con (usado en sentido transitivo) caracteriza cla-
Pablo. La adición «de los muertos» (Hech 23, 26, se encuentra ya indicada en la presenta- Cristo que está la resurrección escatológica ramente a Jesús como al autor de la resurrec-
6; 24, 21) o «de entre los muertos» (Le 20, ción que Yahvé hace de sí mismo como el aparece realzada aquí con claridad por el he- ción escatológica: «Yo le resucito en el último
35; cf. Hech 4, 2) garantiza para ávíoTr|Ui el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob (Ex 3, cho de que a «los muertos en Cristo» se les día» (6, 39.40.44.54). En 11, 24 Marta entien-
significado de «resurrección [para salir] del 6; Mt 22, 31: «en cuanto a la resurrección de conceda participar en ella, (sv XQIOTCÜ difí- de en sentido escatológico la promesa de Je-
reino de los muertos» (sobre la frase EX los muertos»); es decir, se halla estrictamente cilmente se podrá conectar directamente con sús sobre la resurrección de Lázaro: «él resu-
vexQC&v, que suponemos que procede de la conectada con la fe en Yahvé. Como la dispu- ávíoxryíi.) citará en la resurrección [figura etimológica]
proclamación pascual, cf. Hoffmann, Die To- ta tiene en cuenta plenamente las opiniones de En Flp 3, 11 Pablo expresa su deseo de al- en el último día». Jesús corrige esta esperanza
ten, 180-185). Hech 24, 15 menciona la espe- los saduceos y no hace referencia a la resu- canzar «la resurrección de los muertos». El refiriéndose a sí mismo como «la resurrec-
ranza, compartida por Pablo y por los farise- rrección de Jesús, no podremos negar que tie- doble compuesto nada usual empleado aquí, ción y la vida»; es decir, según el lenguaje joá-
os, de «una resurrección tanto de los justos ne su base perfectamente en la vida misma de e^aváoxaaiq, en conexión con EX VEXQOTV nico, él es en su propia persona la causa y la
como de los impíos». Ahora bien, según Jose- Jesús (consúltense los comentarios). difícilmente indicará una resurrección espe- personificación de lo que se espera como re-
fo, Bell II, 163; Ant XVIII, 14, los fariseos es- Según Heb 6, 2 «la resurrección de los cial (como privilegio de los mártires [cf. Ap surrección y -> £cor|. Todo el que cree en él,
peraban únicamente una «resurrección de los muertos» es uno de los elementos fundamen- 20, 5]; E. Lohmeyer, Philipperbrief [KEK], participa ya desde ahora en la resurrección y
justos» (cf. 2 Mac 7, 14; Le 14, 14). tales de la proclamación cristiana (cf. también sub loco). Sino que destaca especialmente la la vida, y participa para siempre.
En la disputa entre Jesús y los saduceos Hech 23, 6; 24, 15.21). La futura resurrec- realidad de que la resurrección es el rescate La terminología empleada para referirse a
(Me 12, 18-27 par.), la pregunta: «En la resu- ción, esperada por los mártires del antiguo que hace salir del ámbito de la muerte (más la resurrección escatológica, aparece en Ef 5,
rrección, cuando se levanten a la vida (figura pacto y presentada ante los lectores de Heb probablemente como una defensa contra los 14 en un clamor de avivamiento, procedente
etimológica), ¿de cuál de ellos será esposa?» como una meta digna de aspiración, difiere de entusiastas [Siber, 118-120] que en contra de de la liturgia bautismal de la Iglesia primitiva:
(Me 12, 23; cf. par. Mt, Le), esta pregunta las incidencias de resurrecciones de muertos las herejías del gnosticismo incipiente [J. «¡levántate de entre los muertos!» El verbo
-digo- presupone una vida de los resucitados que se refieren en los relatos acerca de los Gnilka, Philipperbrief (HThK), sub loco]). aparece aquí en sentido figurado: el pecador
concebida enteramente según las circunstan- profetas (11, 35a), porque es una «resurrec- Lo intensamente que la predicación de la se cuenta entre los que duermen y entre los
cias terrenas (cf. Hoffmann, 156-174; Stem- ción mejor» (11, 35b). Por qué es «mejor» y Iglesia primitiva dependía aún de ideas apo- muertos, mientras que el bautizado experi-
berger, Auferstehungslehre, 263-266, hace de qué manera la esperanza cristiana de la re- calípticas judías, lo vemos claramente por la menta ya en sí mismo la realidad de la resu-
una distinción más diferenciada). Jesús corri- surrección se diferencia de las concepciones expresión «la primera resurrección» que apa- rrección (cf. Rom 6, 13; Clemente de Alejan-
ge esta concepción: «cuando ellos resuciten judías populares, aparece con especial clari- rece en Ap 20, 5s. Esta no se halla en contras- dría, Prot IX, 84, 2: ó xfjg áyaoxáoemq
de entre los muertos, ni se casarán ni serán dad por lo refutación que se hace de los que te con una segunda resurrección (no mencio- f|X,iog; cf., a propósito, H. Schlier, der Romer-
dados en matrimonio» (Me 12, 25; Mt 20, afirmaban en Corinto que «no hay resurrec- nada), sino que sirve para designar a los que brief [HThK], sub loco). La escatología reali-
30). Según Le 20, 35, aquí (como en 14, 14) ción de los muertos» (1 Cor 15, 12.13; sobre participan ya en la vida y en el reinado de zada, implicada claramente en esta compren-
se piensa únicamente en una resurrección de esta herejía cf. Spórlein; Becker, Aufer- Cristo aun antes de que termine la historia, y sión del bautismo, condujo por influencia de
los justos: «los que son tenidos por dignos de stehung, 69-76). que no tienen por qué temer a la segunda ideas gnósticas a la afirmación, caracterizada
alcanzar aquel eón y la resurrección de entre En su refutación Pablo recuerda primera- muerte (a la que en otros lugares se hace refe- como herejía en 2 Tim 2, 18, de que «la resu-
los muertos». Para éstos ya no habrá matri- mente la convicción, compartida por todos los rencia como «resurrección para el juicio»; cf. rrección ha acontecido ya». En esta afirma-
monio, porque son inmortales como los ánge- cristianos, de que por lo menos Cristo (-> 5) 1 Cor 15, 23s; Oepke, ávíaxr\yLi; Fiorenza ción se espiritualiza la doctrina central de la
les (así que será superflua toda preocupación resucitó de entre los muertos (1 Cor 15, 1-11). [-Schüssler], 115 y 123). Iglesia primitiva y, como ocurre en el caso de
por asegurarse una descendencia), «y son hi- En segundo lugar, enseña que por medio de
271 áváaxaaic, 272 273 áváotaoig 274

los gnósticos, se la identifica con la recepción En la mayoría de las versiones de las pre- contemplada aquí como dolores de parto (cf. fue lleno de poder (cf. 1 Cor 1, 24; 2 Cor 13,
de la gnosis, es decir, con el redescubrimiento dicciones sinópticas de la Pasión (Me 8, 31; v. 32). El anuncio en 13, 33 de que Dios cum- 4; Flp 3, 10; sobre este punto cf. Fitzmyer,
de lo divino que hay en uno mismo (cf. 9, 31; 10, 34 [par. Le 18, 33]; Le 24, 7), plió la Escritura «resucitando a Jesús», se 418; acerca de la historia de la tradición con-
Schenke; N. Brox, Cartas pastorales, Barce- ávíoxTifii se usa en sentido intransitivo y con perfila de manera más clara todavía cuando se súltese Becker, Auferstehung, 18-31).
lona 1974, sub loco). referencia al Hijo del hombre que había sido dice en los vv. 34ss: «Dios le resucitó de en- En Flp 3, 10 Pablo expresa su anhelo de
crucificado, y se define más precisamente tre los muertos, para que nunca más volviera «conocerle a él [a Jesús] y el poder de su re-
5. El verbo áxíoxmni (usado en sentido mediante la frase «después de tres días» o «al
a corrupción» (cf., a propósito, Rom 6, 9; so- surrección». Así que, para el Apóstol, la resu-
intransitivo) designa la resurrección de Je- tercer día» (-> riiiéga, ->• Toeíg): «y después
bre la argumentación basada en el Sal 16, 10 rrección de Cristo es un acontecimiento que
sús en la fórmula prepaulina de fe que lee- de tres días resucitará». Aunque esta adición
LXX cf. Schmitt). hace de Cristo una fuente de poder para todos
mos en 1 Tes 4, 14: «Jesús murió y resuci- puede referirse a la gran transición de la
tó». Por su relación con «morir», ávíaxx\\ii muerte a la vida (cf. Lehmann), señala -al Según Hech 17, 31, Pablo aduce la resu- los que creen en él y que completan esta fe
significa aquí claramente la victoria sobre la rrección de Jesús como prueba de que a Jesús compartiendo la vida y los sufrimientos de Je-
menos en los evangelios en cuestión- la cone- le ha sido dada autoridad para juzgar al mun- sús. Este poder es finalmente el poder de Dios
muerte. Más aún, el contexto paulino presu-
xión del acontecimiento de pascua con la his- do. En 3, 26 («Para vosotros en primer lugar que resucitó a Jesús de entre los muertos (1
pone una existencia personal del resucitado
toria y con un punto en el tiempo que es ante- ha resucitado Dios a su Siervo»), ávíoTrjLH Cor 6, 14) y que es idéntico con el -> jtvetJLia
más allá de la tierra (-> úopóco, ->• áva-
rior al fin del mundo. En unos cuantos textos significa primeramente designar como profe- (1 Cor 15, 45; Rom 8, 11) y es idéntico tam-
X.au.pávcú). Tan sólo como tal, el Crucifica-
do puede ser esperado e invocado ya desde relacionados con las predicciones de la Pasión ta (como en Dt 18, 15, citado en Hech 3, 22), bién con la -> bi&p. (2 Cor 4, 6 y 3,16-18; cf.
ahora por la comunidad de fe (cf. 1 Tes 1, aparece también ávíaTnux (usado nuevamen- pero -teniendo en cuenta el contexto de todo Fitzmyer 420-425).
10; 1 Cor 16, 23 -*• u.aQava da). De esta ma- te en sentido intransitivo): Me 9, 9: «hasta el discurso- significa también resucitar de 1 Pe 1, 3 emplea áváaxamq es una expre-
nera, la resurrección de Jesús se distingue de que el Hijo del hombre haya resucitado de en- entre los muertos. Este doble sentido en el sión a manera de fórmula para designar el
un retorno a la vida de este mundo, y ávícr- tre los muertos» (par. Mt 17, 9 v.l.); Me 9, 10: empleo de un término muestra que, cuando acontecimiento por medio del cual Dios co-
TT|H,L debe considerarse aquí como una ex- «¿Qué significa: resucitar de entre los muer- Lucas usa el verbo ávío"n]ju, no sólo tiene en munica la salvación a los bautizados: El nos
presión metafórica de una realidad que en úl- tos?» (refiriéndose a la resurrección de Cristo, su mente el terminus a quo de la resurrección hace nacer a nueva vida «por medio de la re-
timo término es imposible de imaginar y que a pesar de ser una formulación generalizada); (la muerte), sino también el terminus ad quem surrección de Jesucristo de entre los muer-
carece de analogía. además, Le 24, 26; Hech 17, 3; Jn 20, 9. La (la instauración de Jesús como Kyrios-Chris- tos». Esta manera de hablar, enraizada evi-
tos; cf. 2, 36). Puesto que únicamente en
Los enunciados prepaulinos (como afirma adición a manera de fórmula «de entre los dentemente en la liturgia bautismal, aparece
Hech el verbo á\íaxr\\ii, usado en sentido
Becker, Gottesbild) acerca de la resurrección muertos» (-> éyeÍQO) 5) define aquí expresa- también en 1 Pe 3, 21, donde se dice del bau-
transitivo, designa la resurrección de Cristo,
y otros enunciados por el estilo son interpre- mente la resurrección de Jesús como un que- tismo que éste «salva... mediante la resurrec-
parece razonable sospechar que el autor susti-
tados de manera diferente -como discurso mi- dar liberado de la región de los muertos; esto ción de Jesucristo». En el contexto de su refe-
tuyó el término éyeÍQü), que era más usual y
tológico o como un medio de interpretar el aparece claramente por las tradiciones asocia- rencia al bautismo (Rom 6, 5; -• PCCJTTÍ^Ü))
le resultaba a él más familiar, por una expre-
significado de la muerte o de la proclamación das con el sepulcro (cf. Kremer, Osterevange- Pablo establece en forma breve un contraste
sión que era conocida en el ambiente griego y
de Jesús- por Bultmann y Marxsen, y en for- lien, 98-112). Prescindiendo de Hech 10, 41 entre la futura participación en la resurrec-
helenístico, y lo prefirió como término técni-
ma análoga por Becker («Gottesbild») y Ha- (donde ávíaxmu puede entenderse también ción de Cristo y la unión con la semejanza de
co para designar la resurrección de entre los
senfratz. Sobre esta interpretación cf. Kremer, como transitivo), vemos que ávío"CT|[xi (en la muerte de Jesús.
muertos (cf. Dupont 141-143, en contra de
Zeugnis, 95-128 y 147-149; Lehmann, 340- sentido intransitivo) aparece sólo en textos En Hech áváaxaaiq aparece igualmente
secundarios como una manera de designar a Wilckens, Missionsreden, 137-150; Jn emplea
342; Friedrich. como una expresión acuñada. Según Hech 1,
ávíoTT)(ii en sentido transitivo para referirse
ávéoTT] (1 Tes 4, 14) (como el hebreo qüm) la resurrección de Jesús (Me 16, 9; Rom 14, 9 únicamente a la resurrección escatológica de 22 los apóstoles son «testigos de su resurrec-
describe la resurrección no como el acto de v.l.). El uso habitual del intransitivo áví,OTnu.i todos los muertos [->• 4]). ción» [de la resurrección de Jesús] (cf. 2, 32
quien resucita (según ocurre en documentos en las predicciones marquinas de la Pasión [->• Liáotug]), no como testigos oculares del
más tardíos: Jn 2, 19.21; 10, 7s; IgnEsm 2, 1; podría ser más original que éyeÍQü) en Mt y áváaxaoig aparece en la formulación pre- proceso, sino como quienes han experimenta-
Jeremías 322 nota 2), sino como la acción de en Le (cf. Hoffmann, Herkunft; Wilckens, paulina de Rom 1, 4: «por la resurrección de do al Señor (cf. Le 24, 28; Hech 1, 3.8; 10,
resucitar que fue hecha posible por el acto de Missionsreden, 139). entre los muertos», en paralelo con «de la si- 41; 13, 31; sobre la peculiaridad de los relatos
Dios (cf. la yuxtaposición: «Jesús... le desper- En los discursos de Hech, el verbo (transiti- miente de David». La resurrección se concibe lucanos de apariciones cf. Kremer, Ostere-
tó y él se levantó», Me 9, 27). Como quien ha vo) ávíornu.1, juntamente con ->• éyeÍQü), de- aquí como una especie de nacimiento y nueva vangelien, 153-155) y han sido llamados por
sido liberado de la muerte, Jesús puede levan- signa la resurrección de Jesús. En Hech 2, 24 creación por medio de los cuales Cristo se él. Ellos dan «testimonio de la resurrección
tarse y «vivir» (la combinación de avíoxr\\ii («a quien Dios resucitó»), la construcción de convirtió en el poderoso Hijo de Dios «con del Señor Jesús» (4, 33) y, según 4, 2, procla-
y e^noev [-x ^ácu] en Rom 14, 9 Koiné es participio «poniendo fin a los dolores de la arreglo al Espíritu de santidad (gloria)»; no se man «en Jesús la resurrección de entre los
textualmente secundaria pero objetivamente muerte» muestra claramente que ávío"TT]u.i le declaró sencillamente como tal (no fue en- muertos», es decir, la resurrección que suce-
acertada). expresa la salvación que libera de la muerte, tronizado sencillamente como tal), sino que dió en Cristo o que se halla basada en él como
275 á v á o t a o i g - áva0TQO(pr| 276 277 ávaatQocpri - óavccTaoaou.cn 278

el primer participante (cf. 26, 23). Según 17, cuencia también en Plutarco), no podremos El verbo aparece tan sólo 9 veces en el NT vocación que se ha recibido del Dios santo (1,
18, Pablo predicaba en Atenas «a Jesús y la entender aquí este término sino en el sentido (aparte de Mt 17, 22 v.l.; Jn 2, 15 v.l.); el sus- 15s), en la identidad de Dios como Padre y
resurrección», es decir, la resurrección de Je- de crucificar (áva- = hacia arriba; tal es la in- tantivo, 13 veces. El término hebreo que se Juez (1, 17) y en la muerte sacrificial de Cris-
sús (no «a Jesús y a la [diosa] Anástasis», co- terpretación que se da generalmente en los co- halla más frecuentemente detrás del verbo to, entendida como «rescate que os sacó de
mo esta hendíadis viene siendo interpretada a mentarios recientes; otra cosa piensa O. Mi- compuesto es süb, y más raras veces halak. El vuestra antigua manera de vivir» (1, 18). La
menudo desde los tiempos del Crisóstomo). chel, Hebraer [KEK], sub loco). Afirmamos sustantivo, en la LXX, lo encontramos única- «buena conducta» se concreta en el hecho de
Lo incomprensible que parecía a los oyentes esto, a pesar de la unánime interpretación de mente en Tob 4, 14; 2 Mac 6, 23. que uno se aparte de las pasiones carnales y se
griegos «una resurrección de entre los muer- ávaaxaxjQÓco en la exégesis de la Iglesia an- En Hech 5, 22 ávaotoécpro significa re- entregue a las buenas obras (1, 14; 2, lis), te-
tos», referida aquí concretamente a la resu- tigua, que entiende este verbo en el sentido de gresar. En la cita de Am 9, 11 en Hech 15, niendo bien presente cuál ha de ser el juicio de
rrección de Jesús (v. 31), lo vemos por lo que una crucifixión repetida (los testimonios más 16 Dios promete «reedificar la tienda de Dios (3, 16s: f| áyaTlifi ávaaxQoqpr|, «la bue-
se nos dice en el v. 32 (cf. H. Conzelmann, antiguos son Tertuliano, Pud 9, 11 y Orígenes, David, que está caída» (ávaoxQÉtyw xcd áv- na conducta», -> áyocfrajtoiéro). La conducta
Apostelgeschichte [HNT], sub loco). Frente a In Joh a propósito de 8, 40), y a pesar de que oixo5o[ir|oro traducen conjuntamente la idea «pura» puede incluso ocupar el lugar de la pa-
las más variadas objeciones, los proclamado- esa misma interpretación aparece en las tra- expresada por 'aqtm). labra como testimonio entre personas casadas,
res recurrían no sólo al testimonio de los ducciones antiguas (Tertuliano, Pud 20; it, es a fin de ganar para la fe a los maridos (3, 1.2).
El verbo y el sustantivo se emplean en las 2) Por otro lado, la conducta puede consi-
apóstoles y al testimonio del -> nvev\ia (5, decir, d r3; Vg y otras). Razones de tipo lin- cartas paulinas y en los escritos postpaulinos
31), sino también al testimonio de la Escritu- güístico y contextual hacen improbable que derarse inapropiada de cristianos y puede ex-
en el sentido neutro de conducirse, vivir de presarse en «obras inicuas» (2 Pe 2, 7s). En
ra (-> YQC'P'N.; cf- Kremer, Zeugnis, 52-54); eíg u.eTctvoiav deba relacionarse con áva- determinada manera; pero este sentido se consecuencia, los falsos maestros son «los que
según 2, 31, David habló ya proféticamente aTauQOÍJVTag (en contra de Proulx-Alonso cualifica ordinariamente por el contexto, tan- viven en el error» (2 Pe 2, 18). La certeza de la
«de la resurrección de Cristo (cf. 13, 33s). Schokel y Sabourin). Lo más probable es que to en el aspecto negativo como en el positivo. nueva venida de Cristo exige que se persevere
J. Kremer el versículo deba entenderse de la siguiente Pablo, en 2 Cor 1, 12, apela al testimonio «en santa conducta [únicamente aquí en plu-
manera: «es imposible... renovar(los) otra vez de la conciencia para afirmar «que en el mun- ral] y obras piadosas» (2 Pe 3, 11), en vista de
para arrepentimiento, porque para ellos mis- do nos hemos conducido (aquí el verbo se usa lo inminente que es el juicio.
á v a o t a t ó o ) anastatoó incitar, perturbar, mos (es decir, para su propio detrimento: da- como sinónimo de TtSQiJtatéro, que es más
desviar del camino* tivus incommodi) crucifican al Hijo de Dios y J. Baumgarten
común en Pablo) en santidad y piadosa since-
Hech 17, 6 con objeto de la acción verbal lo exponen a ignominia». Cf. la afirmación ridad, no en sabiduría humana sino en la gra-
xr|v oíxoi)[J.Évr|v: «ha alborotado al mundo parecida que se hace en Heb 10, 29. Acerca cia de Dios». á v a t á o a o j i a i anatassomai redactar, re-
entero»; en Gal 5, 12 dícese de los adversa- del empleo de ávccoTauoócD en sentido figu- copilar*
En 1 Tim la conducta es un elemento que
rios de Pablo que incitan a la comunidad (en rado, -> OTOmQÓCD. El único lugar del NT en que aparece este
figura junto a «la palabra, el amor, la fe y la
contra del mensaje de Pablo); sin objeto de la H.-W. Kuhn verbo (en voz media) es Le 1, 1: éjT£iór)JteQ
pureza» en un catálogo de las virtudes que de-
acción verbal, en Hech 21, 38, dícese de un ben tener los que ejercen un ministerio (4, 12; noKkol 8JT£5(6ÍQr]0av ávaxá|aa'6'ai Sir|Yr|-
egipcio que incitaba a una revuelta. en sentido más general en 3, 15). En Heb se oiv, «en vista de que muchos han tratado de
ávaoiEvá^G) anastenazó suspirar profun- recopilar una historia [clara y ordenada] de
presenta a los dirigentes como modelos, con
damente* las cosas que han sucedido entre nosotros...»
avaatavQÓtí) anastauroo crucificar* una fe que debe imitarse y con un «fruto de
Me 8, 12: ávaox8vá|ag tro jtveijfxati conducta» que es un ejemplo que debe seguir- El verbo empleado en el original significa
Bibl.: Además de los comentarios a Heb 6,6, con- aíitoi), «suspiró profundamente en su espíri- «disponer de manera ordenada» o «recons-
súltese principalmente, Bauer, Worterbuch, s.v.; P. se (13, 7). La manera de vivir (13, 5: ó TQÓ-
Proulx-L. Alonso Schokel, Heb 6, 4-6: Etg néxavoiav
tu» (es decir, internamente); cf. 2, 8. Jtog; 13, 9: jtEQutateív) se convierte, junto truir un relato» (Eusebio, HistEccl V, 8, 15).
éVvaaToajfjoiJVTag: Bib 56 (1975) 193-209; L. Sabou- con la «fe», en la expresión observable del ser El autor de Le 1, 1 echa una mirada retros-
rin, «Crucifying Afresh for One's Repentance» (Heb pectiva a la labor de sus predecesores que ha-
6:4-6): BTB 6 (1976) 264-271: J. Schneider, áva- avaaXQÉ(fiO anastrepho conducirse, vivir de los cristianos (10, 33), pero es en sí misma1
ambivalente: bían dispuesto la tradición oral en un relato
GTCttipów, en ThWNT VII, 548. (de cierta manera) ordenado, al consignarla por escrito. Lucas no
-> ávaoTQoepf). 1) Por un lado, la conducta de la propia vi- los rechaza, pero quiere reemplazarlos por su
En Heb 6, 6 se discute no sólo el sentido del da debe ser «buena» (cf. «buenas obras»; Heb1
prefijo áva- en ávaoxavQOVVxac, sino tam- propia exposición (vv. 3s) basada en un nue-
13, 18; Sant 3, 13; 1 Pe 2, 12; 3, 16s). La pa- vo examen crítico y fidedigno de la tradi-
bién las relaciones sintáticas del verbo en par- ávaotQO<pT|, t]g, rj anastrophe conducta,
rénesis de 1 Pe interpreta el presente como elL ción. Por lo que respecta a los «predecesores»
ticipio. Puesto que en la literatura pagana o manera de vivir*
tiempo de la prueba, durante el cual los cris- cf. Diodoro Sículo I, 1, 1-3: 3, 1. Bauer, Wor-
judía ávaotauQÓa) no aparece nunca en el ávaoToéqpco anastrepho conducirse, vivir
tianos viven como «extranjeros y forasteros! terbuch, s.v.; ThWNT VIII, 32s (bibl.); G.
sentido de «crucificar de nuevo» (en los pri- (de cierta manera)* (que residen en el país por breve tiempo)» (2,>
meros tiempos del cristianismo, el término Schneider, Das Evangelium nach Lukas
Bibl: G. Bertram, ávaoToécpco, en ThWNT VII, [ll.]12; 1, 17). La exhortación a comportarse' (ÓTK), sub loco.
aparece principalmente en Josefo y con fre- 715-717; G.-Ebel, en DTNT I, 208s. con «santidad» y «temor» se fundamenta en lai H. Balz
279 ávaxéXktí) - ávcKpéQco 280 281 ávacpéQü) - ávaxcoQÉco 282

luz del Redentor que amanece en el cielo. La Hebraer (KEK), Góttingen l21966; J. M. Nützel, Die la expresión ávacpéQü)u.ev •Ouoíav alvéaecog,
ávatéXXa) anatello salir Verklarungserzahlung im Markusevangelium (FzB 6),
-> ávatoX,r|. influencia de la profecía de Balaán es también Würzburg 1973; K. H. Schelkle, Die Petrusbriefe. Der «ofrezcamos un sacrificio de alabanza» (usán-
evidente en el énfasis con que se afirma que el Judasbrief (HThK), Frankfurt a. M. -1976; K. WeiB, dose el verbo en sentido figurado). Como el
Señor descendía de la tribu de Judá (Heb 7, ávacpéQü), en ThWNT IX, 62-63, 68-70. autor mismo interpreta estas palabras, el sacri-
ávaTÍdefiai anatithemai exponer, presen- 14). La imagen se emplea también psicológi- ficio consiste en el «fruto de los labios» que
tar (para su consideración)* camente, cuando se expresa la esperanza de 1. El verbo compuesto ávacpéQü) con su confiesan y alaban el nombre de Jesús. áva-
En el NT el verbo aparece únicamente en que la luz del lucero mesiánico amanezca en significación fundamental de llevar a lo alto cpéQü) tiene el mismo sentido en 1 Pe 2, 5:
voz media: Hech 25, 14; Gal 2, 2; en ambos los corazones (2 Pe 1, 19). (en el griego profano, también de: devolver) «ofrecer sacrificios espirituales aceptables a
pasajes existe la idea de fondo de presentar al- B. Reicke designa 3 veces en el NT un movimiento hacia
Dios por medio de Jesucristo» (cf. el v. 9 y la
go para que se proceda a su examen o se adop- arriba (-> 2) y es varias veces un término téc-
terminología sacrificial, afín pero diversa [no
te alguna decisión al respecto. ThWNT I, 355. nico para designar una acto sacrificial (-> 3).
emplea el verbo ávacpéQü)]), de Rom 12, 1;
ávatgéjlO) anatrepó volcar, derribar* Flp 2,17; Rom 15, 16; cf. Schelkle, 58s).
Empleado en sentido propio en Jn 2, 15, 2. En Me 9, 2 par. Mt 17, 1 ávatpéoei sig- A la luz de la tradición acerca de la Pasión,
ávatoA,T|, f¡$, i\ anatolé salida* cuando se dice que Jesús volcó las mesas de nifica (los) lleva a lo alto (a un monte). Este
ávaté^Aco anatello salir* ávacpéQü) en la cita de Is 53, 12 que aparece
los cambistas de dinero (ávaoTQÉqpü) p75 Koi- es el único ejemplo del NT en que aparece en 1 Pe 2, 24 tiene un nuevo significado: «El
13
Bibl: A. Charbel, Mt 2, 1.7: RCB 8, 1/2 (1971) 96- né pm; xaTaatoécpü) Sin f pe). En sentido ávacpéQü) en presente histórico, cosa que es mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo
103; F. J. Dólger, Sol salutis, Münster i. W. 4925, figurado en 2 Tim 2, 18: trastornar la fe de común en otros documentos. El presente his-
149ss; H. Schlier, ávaréUio, ávaxoXrí, en ThWNT I, algunos (TT|V TIVCOV Jtíativ); Tit 1, 11: oítivec; sobre la cruz». La muerte de Jesús en la cruz
tórico significa que el evangelista asigna es- se entiende aquí como una especie de acto sa-
354s.
oXavc, dinove, ávoaoéjto'uaiv, dícese de los pecial significación a ávacpéQü) y lo eleva
1. ávatéXAü), salir (que aparece 9 veces), y falsos maestros de Creta «que trastornan fa- crificial (cf. Heb 9, 14; 10, 10) que produce la
por encima de una simple indicación de cam-
ávaToX,r|, salida (que aparece 10 veces), se milias enteras». «eliminación» de los pecados. Esta afirma-
bio de lugar.
usan para referirse a la salida del sol y de las ción relativa a la muerte de Jesús, que es más
En Le 24, 51: ávecpÉQeto, él era llevado un enunciado plástico que una definición cla-
estrellas y a la aparición de nubes en el cielo hacia arriba (un texto discutido en crítica
(Me 16, 2; Le 12, 54; Sant 1, 11). El este es el ávaiQÉcpw anatrephd criar, educar* ra, se deriva de los varios significados de los
Tan sólo en Lucas-Hechos dícese de la crian- textual pero que seguramente es original; es sinónimos hebreos ns' y sbl (llevar, sacrificar,
lugar donde «sale el sol» (Ap 7, 2; 16, 12) o la única vez que aparece en Le). Se logra una
simplemente el oriente (plural en Mt 2, 1; 8, za de un niño: Le 4, 16 v.l. (B Koiné pm TE- definición más precisa de la acción expresada
eliminar). Este significado se expresa más
11; 24, 27; Le 13, 29; singular en Ap 21, 13). •&Qau.u.évos ); Hech 7, 20; 22, 3; dícese de la por 5iéoTn, al describirse (en imperfecto) el
claramente aún en Heb 9, 28, donde áva-
La salida diaria del sol es expresión de la bon- educación en Hech 7,21 (áve'&Qé^axo aíitóv proceso de la ascensión de Jesús como la ex-
cpéQü) en la cita reinterpretada de Is 53, 12 de-
dad divina (Mt 5, 45); por otro lado, el fuerte éauTfj eíg uíóv, ella «lo educó como si fuera periencia de que él era arrobado a lo alto (cf.
signa como finalidad del sacrificio de Cristo,
calor ejemplifica lo que es un efecto destruc- su propio hijo). W. C. van Unnik, en Id., Spar- Hech 1.9-11: 8jrr|Q'&r|, áva^T|[xcp'&EÍg). áva-
ofrecido de una vez para siempre, la de «elimi-
tor (Mt 13, 6 par. Me 4, 6; Sant 1, 11). sa collecta I, Leiden 1973, 259-320 y 321-327. nar los pecados de muchos» (cf. el contexto).
cpéQü) no se halla atestiguado en este sentido
en la LXX (-> áva'ka[ifiávw), pero se en- J. Kremer
2. Los sabios que vinieron del oriente (Mt ávacpaívü) anaphainó hacer que aparezca, cuentra en relatos profanos sobre arrobamien-
2, 1) habían observado la salida de una «estre- (en pasiva) aparecer* tos (Lohfink, 171). áva<pG)vé(0 anaphóneó gritar, exclamar*
lla» que les anunciaba el nacimiento del Rey Voz pasiva en Le 19, 11: «el reino de Dios Le 1, 42: ávecpcóvTioev xQauyf) \üzyakr\,
de Israel (2, 2.9). Como sucede de ordinario iba a aparecer inmediatamente»; voz activa
en Mt, se trata del cumplimiento de una profe- 3. Como término técnico para expresar la «exclamó en voz muy alta».
en Hech 21, 3: ávacpávavTEg oé tr|v Kí>-
cía, concretamente del oráculo de Balaán acer- jtQOV (ávacpavévteg en A C Koiné E pm, cf. acción de ofrecer un sacrificio, ávacpéQü)
ca de la estrella que habría de salir de Jacob BlaB-Debrunner § 159 nota 2), «cuando hici- (muy frecuente en la LXX) designa en Sant 2, á v á / v a i g , ea>5, x\ anachysis desborda-
(Núm 24, 17: ávaxeX,eí OÍCTTQOV, «.saldrá una mos que apareciera Chipre» (= cuando nos 21 el sacrificio de Isaac como el acto que lleva miento, extensa corriente*
estrella»). En tiempo de Jesús se ocupaban es- acercamos lo suficiente para avistar Chipre); a su perfección la fe de Abrahán (cf. Heb 11, En el NT se usa únicamente en sentido fi-
pecialmente de esta profecía los esenios de cf. BlaB-Debrunner § 309 nota 2. 7). En Heb 7, 27a designa el sacrificio que de- gurado: 1 Pe 4, 4: áocoTÍag áváxvmg, «des-
Qumrán, al este de Jerusalén (1QM 11, 6s; CD be ofrecerse diariamente en el templo, y en 7,
bordamiento de vida desenfrenada».
7, 18-21; 4QTest 9-13), donde se estudiaban 27b el sacrificio de Cristo que, por contraste,
también fenómenos celestes (cf., a propósito, ávatpÉQCD anapheró traer, ofrecer* se ofreció de una vez para siempre. En estrecha
Hen [et] 72, 1-8; 82, 1-20; cf. Hen [gr] 11, 1. Significación fundamental - 2. Me 9, 2 par.; Le dependencia de expresiones que aparecen en el á v a / w ^ é w anachóreo retirarse, alejarse,
1-16, 8). El padre del Bautista (Le 1, 78) y el 24, 51 - 3. Terminología de los sacrificios AT (por ejemplo, Os 14, 3) y que son comunes regresar*
evangelista Mateo (cf. la cita de Is 9, 1 en Mt en los escritos de Qumrán (1QS 9, 3-5: 10, El verbo aparece 14 veces en el NT. De
Bibl: G. Lohfink, Die Himmelfahrt Jesu (StANT
4,16) se hallaban interesados igualmente en la 269, München 1941; O. Michel, Der Brief an die 8.14, cf. Michel, 558s), aparece en Heb 13, 15 ellas, 10 veces en Mt (4 veces en Mt 2, 12-22).
283 ávaxwQÉw - áv8gajto5LOTr|5 284 285 áv8QaJto8iaTT|c; - 'AvSfjóvixog 286

Regresar eíg XTJV xcóoav caixó&v, «a su propio siánicos» [O. Bauernfeind, Apostelgeschichte cosas y el secuestro de personas, y que fre- ción en el contexto del discurso escatológico
país» (Mt 2, 12; cf. v. 13), eiq TT)V Takikaíav, (ThHK), sub loco] no puede justificarse ni cuentemente relacionaba Ex 20, 15 con el se- (Me 13, 3). Por ser palestinense grecoparlan-
«a Galilea» (4, 12); alejarse, escapar eiq por el uso normal de esta expresión [-> 1] ni cuestro de personas; cf. MekEx 77b sobre Ex te, Andrés aparece (dos veces) en Jn 12, 22,
AíyujtTov, «a Egipto» (2, 14), elg t á ¡jipn por el contexto.) Estos tiempos son los mis- 20, 15; cf. también Filón SpecLeg IV 13. Bi- juntamente con Felipe, como mediador en las
xfj5 raX.iAai.ag, «a la región de Galilea» (v. mos que «los tiempos de restauración» (v. 21 llerbeck I 810-813; J. Jeremias, 1-2 Timotheus relaciones con prosélitos griegos (seguramen-
22); retirarse éxeí&ev, «de allí» (12, 15; 14, -> ájtoxaxáoxaaig, es decir, que los tiempos und Titus (NTD), sub loco. te por sus conocimientos de la lengua griega).
13; cf. 15, 21); empleado juntamente con de la salvación definitiva.
áneX'&wv, «se fue corriendo» (Mt 27, 5); Me Aunque la designación del tiempo de la sal- 3. Mientras que Me recoge cuatro tradicio-
3, 7 (par. Mt 12, 15); Jn 6, 15 (v.l. cpevyei vación como xaiQoi ávai|)'úS;£a>g no tiene 'Avogéag, OV Andreas Andrés* nes relacionadas con Andrés, vemos que Mt
Sin* lat syc); ávaxcoQííaag xax' Í6íav, «reti- precedente directo en la LXX o en la literatu- 1. Aparición del vocablo - 2. Información biográfi-
recoge sólo dos (10, 2 que se armoniza con 4,
rándose aparte (con él)» (Hech 23, 19); en ra apocalíptica (cf. Lohfink, 232), sin embar- ca - 3. Andrés en la redacción de los Sinópticos y en 18), sin pretender por ello aminorar la función
sentido absoluto (26, 31); alejarse, salir (Mt go hay muchos paralelos de la idea expresada Juan de Andrés. Lucas recoge tan sólo una (armo-
9, 24; en sentido absoluto). D. Good, The en esta frase (por ejemplo, 4 Esd 7, 91.95; 11, nizando alternativamente en el Evangelio y en
Bibl.: P. M. Peterson, Andrew, Brother of Simón Pe- Hechos las listas de los Doce tomadas de la
Verb áva%03QÉw in Matthew's Gospei. NovT 46; ApBar [gr] 73-74; Hen [et] 96, 3). En el ter. His History and his Legend (NovTS 1), Leiden
32 (1990) 1-12. doble tradición): en su única referencia a An-
NT se hallan en consonancia con ello avEOig 1958; R. Pesch, Das Markusevangelium I-II (HThK),
Freiburg i. Br. 1976-1977. drés en el Evangelio, Lucas le presenta como
en 2 Tes 1, 7 (en estrecha relación con «de la
el hermano de Simón (Le 6, 14), le elimina de
ávól|)l)|ig, CÍO?, tj anapsyxis refrigerio* presencia del Señor»), xatájtauaig en Heb
1. En el NT se menciona a una sola perso- la tradición acerca de la vocación al discipu-
3, 11; 4, 11, y aaP|3axi0u.óg en Heb 4, 9 (cf. lado (5, 10), y le omite (lo mismo que hace
Bibl: O. Bauerfeind, Tradition und Komposition in Krankl, 194). La expectación del tiempo de la na que lleva el nombre -genuinamente grie-
der Apokatastasisspruch Apg 3, 20f, en FS Michel, go- de 'Avóoéag. Se le menciona en Marcos Mateo), primeramente, concentrando en Jesús
13-23; E. Krankl, Jesús der Knecht Gottes, Mün- salvación como refrigerio que seguiría a las el milagro de curación de Me 1, 29-31 y, en
tribulaciones es un tema corriente en los es- 4 veces, en Mateo 2, en Lucas 1, en Hechos 1
chen 1972, 193-198; G. Lohfink, Christologie und Ge- segundo lugar, generalizando la introducción
schichtsbild in Apg 3, 19-21: BZ 13 (1969) 223-241, critos de Lucas (por ejemplo, Hech 9, 16; 14, y en Juan 5 veces, en tradiciones que hablan
principalmente 230-233; E. Schweizer, áváijiiilic;, en de la vocación al discipulado (Me 1, 16 par.; al discurso escatológico de Me 13, 3 par. Ma-
ThWNT IX, 665s.
22; Le 21, 7-19.28.36). Por tanto, el empleo yor significación se atribuye a Andrés en la
de á v á i ^ i g en Hech 3, 20 puede proceder Jn 1, 40.44), en listas de los Doce (Me 3, 18
par.; Hech 1, 13), en una tradición local aso- tradición joánica, donde él es el primero en
1. El sustantivo, que en el NT aparece una de Lucas (posiblemente como su propia ma- ser llamado al discipulado (1, 40), donde se
ciada con Cafarnaún (Me 1, 29), en el discur-
sola vez, en Hech 3, 20 (cf. áva\pv%(ü, refres- nera de reflejar una tradición anterior). menciona su función de mediador (12, 22), y
so escatológico pre-marquino (Me 13, 3), en
car, refrigerar), significa también la acción de donde se le menciona también en lo que es
J. Kremer la versión joánica del milagro de la multipli-
secar (sanar) una herida, refrescar, aliviar o re- quizás material redaccional (6, 8).
cación de los panes (Jn 6, 8) y en el material
cuperarse (Filón Abr 152). En Ex 8, 11 (el R. Pesch
peculiar de Jn (12, 22).
único ejemplo en la LXX) áváob'u^ig signifi-
ca la liberación de la plaga de las ranas. avat^v/w anapsycho refrescar, refrigerar*
2. Andrés, hermano de Simón Pedro (Me á\'ÓQÍ^O|Liai andrizomai portarse varonil-
2 Tim 1, 16 (transitivo); en sustitución de
2. En Hech 3, 20 ávái|)u^ig se halla en un cruvavajtaijoum en Rom 15, 32 D G lat (in- 1, 16 par. Mt 4, 18; Jn 1, 40), era de Betsaida mente*
contexto (3, 19-20) que sorprende como ex- transitivo). (Jn 1, 44) y quizás en compañía de Simón se 1 Cor 16, 13 (cf. Sal 26, 14 LXX; 30, 25
traño y que se ha interpretado a menudo (por había trasladado a Cafarnaún (Me 1, 29), don- LXX) juntamente con yeiIYOQ8^8' oxfixete
ejemplo, por Bauernfeind; cf., a propósito, de los hermanos ejercían el oficio de pescado- y xoaxaioüofre. Cf. también 1 Mac 2, 64;
Lohfink) como vestigio de una antiquísima ávój}ajtodl<JTr|g, ov, ó andrapodistés res (1, 16 par.). Andrés se contaba entre los Herm (v) 4, 3).
cristología (¿originalmente una tradición acer- secuestrador, traficante de esclavos* primeros discípulos de Jesús (1, 16 par.; Jn 1,
ca de Elias?). En cuanto genitivo dependiente En un catálogo de vicios que enumera a los 40) y pertenecía al grupo de los Doce (Me 3, 'AvSoóVixog, oí) Andronikos Andrónico*
de XCUQOÍ, el sustantivo áváijcu^ig caracteri- que quebrantan los mandamientos del Decá- 18 par.; Hech 1, 13). En la misión de la Igle- Un misionero judeocristiano que, junta-
za a xaiQOÍ, como «tiempos de refrigerio», logo (1 Tim 1, 9s), después de los ávóoocpó- sia primitiva, pudo haber formado equipo con mente con Junia(s), es receptor de los saludos
que, en contraste con los tiempos anteriores, voig (quinto mandamiento), Jtórjvoig y áoos- Pedro para constituir una pareja de misione- de Pablo (Rom 16, 7). A ambos se los designa
hacen que se viva de nuevo. La adición «de la voxoíxaig (sexto mandamiento) y antes de ros. Su rango en la Iglesia primitiva queda re- como ODYYevetg \iov xod ovvav%]iaká)Xovg
presencia del Señor» caracteriza a esos «tiem- los tyeíioxaig y EJTiÓQXoig (octavo manda- flejado en su posición en la lista de los Doce U.OU y asimismo como 87tío"nu.oi EV xoig outoo-
pos», juntamente con los beneficios que ellos miento) se hallan los ávógaJtoSioxaí. Esto en la que se le menciona en cuarto lugar (Me xóX.oig. Por tanto, Andrónico posee el rango
aportan, como dones procedentes de Dios. se ajusta a la antigua manera rabínica de ex- 3, 18; Hech 1, 13; en Mt 10, 2 y Le 6, 14 [re- de apóstol (E. Kásemann, An die Rómef
(La interpretación en el sentido de «respiros poner el séptimo mandamiento del Decálogo daccional] se le menciona en segundo lugar), [HNT], sub loco). Pablo acentúa que ambos
en medio de la calamidad de los dolores me- (Ex 20, 15), que distinguía entre el robo de y en su función como receptor de la revela- habían llegado a la fe antes que él. BHH I, 93;
287 'AV8QÓVIXO5 - áveuoc; 288 289 aveu.oc; - ávéQX0!10"- 290

J. Roloff, Apostolat - Verkündigung - Kirche, ávexTÓTEQOv gatea, será más tolerable, se X.ai|) u.eYáX,r| ávéu.ou, una violenta tempestad tigar, tratar de descubrir». Las acciones de
Gütersloh 1965, 60s. usa para referirse a que el día del juicio final de viento (Me 4, 37; cf. Le 8, 35). Una tradi- Dios en relación con Israel se basan en los
será más tolerable para Sodoma (Gen 19, ción semejante aparece en el relato que cuen- «inescrutables juicios» divinos, ante los cua-
ta cómo Jesús caminó sobre las aguas del lago les la reflexión teológica paulina -y toda re-
ávd{)0<póvos, ov, ó androphonos asesino* 24ss) que para los lugares en que Jesús desa-
(Me 6, 48.51 par. Mt 14, 24.32; cf. Jn 6, 18 flexión teológica- desemboca en la alabanza
1 Tim 1, 9 en un catálogo de vicios, con re- rrolló su actividad (Mt 10, 15; 11, 24 par. Le de Dios. Las razones para las acciones de
ferencia al quinto mandamiento del Decálo- 10, 12). En Mt 11, 22 par. Le 10, 14 se dice [¡no aparece en Le!]) y cómo Pedro se hundía
esto mismo, refiriéndose esta vez a Tiro y Si- entre las olas (Mt 14, 30). Dios permanecen inaccesibles a la reflexión
go; -> ávorjajto5io"TTÍ5. teológica. ThWNT I, 359; DTNT II, 128.
dón (Is 23; Ez 26-28). Parece que esta frase se Los ejemplos del uso de este vocablo que
tomó de Mt 10, 15 para insertarla secundaria- aparecen en Hech se concentran en el relato
ávÉYxXtltog, 2 anegkletos irreprochable, mente en Me 6, 11 Koiné pm. ThWNT I, del viaje de Pablo a Roma (Hech 27, 4.7. a v e | í x a x o ^ , 2 anexikakos dícese de quien
intachable* 360s. 14.15). Siempre hay vientos contrarios, espe- soporta la injusticia y es paciente*
En 1 Cor 1, 8 dícese de la comunidad que cialmente el viento huracanado o «tifón» (áve- 2 Tim 2, 24, refiriéndose al cristiano (8oú-
será irreprochable en el futuro juicio divino; u.og TiKprovixóg ó xaXoí)u.evog evgaxvXwv, Xoc, XDQÍOU) que debe ser «paciente», además
de manera parecida se habla en Col 1, 22 aveXermwv, 2 aneleemón despiadado* v. 14) de ser fíraog y 8i8axtixóg. El adjetivo se ha
(añadiéndose también los calificativos de Aparece en una lista de vicios en Rom 1,31 formado a base del verbo -> ávéxou.ai.
La expresión ex xwv xeooáowv ócvéiicov en
aYÍoiJg xal áu.obn-O'ug). En 1 Tim 3, 10 díce- juntamente con áow&ÉTOug y aoxÓQyovq;
Me 13, 37 par. Mt 24, 31 significa los cuatro
se esto mismo de ot óiáxovoi; en Tit 1, 6.7, Tit 1, 9 v.l. ThWNT II, 483; DTNT III, 99s. áve^ixvíaoto?, 2 anexichniastos que no
puntos cardinales de los que soplan los vien-
de Tito y de los emaxojtoi, todos los cuales se puede saber o averiguar, inescrutable*
tos, es decir, todas las regiones de la tierra has-
deben ser personas intachables. ThWNT I, Rom 11, 33; Ef 3, 8. Como el verbo é|ix-
ta los confines entre la tierra y el cielo; cf. el
358s; DTNT IV, 370s. CtveXeog, 2 aneleos sin compasión, sin mi- viá^co en el que está basado, el adjetivo tiene
desarrollo de esta imagen en Me 13, 27b (Dt
sericordia* su origen en el griego de la LXX (cf. Job 5, 9;
13, 8; 30, 4 LXX; cf., a propósito, E. Schwei-
ávex8liÍY*ltOS, 2 anekdiegetos inexpre- Sant 2, 13: El juicio final será sin miseri- zer, Das Evangelium nach Markus4 [NTD], sub 9, 10; 13, 24). En Rom 11, 33 intensifica aún
sable, indescriptible* cordia para el que no haya mostrado miseri- loco) y la redacción mateica en Mt 24, 31b; cf. más el precedente áve^8Qaí)VT)tog (cf. Sui-
En 2 Cor 9, 15 dícese de los ócooeá de Dios, cordia: xpíoig ávéXeog T<p ¡j.f] jtoir|oavTi también Ap 7, 1 (bis). das, s.v.: áv8^£iJQT|Tov ov u.r]8é íxvog éotiv
cuya abundancia no puede expresarse en pa- sX,£og. ThWNT II, 483; DTNT III, 99s; BlaB- eüoelv. Así que, según Pablo, la historia per-
Por lo demás, áv8[xog aparece frecuente- ceptible no conduce siquiera a descubrir las
labras, pero que se manifiesta en el hecho de Debrunner § 120 nota 3. mente en imágenes y comparaciones. Mt 11, 7
que las comunidades de Acaya hayan sido ca- huellas de los verdaderos caminos de Dios.
par. Le 7, 24 meciona la caña agitada por el Sobre las relaciones con la gnosis cf. ThWNT
paces de reunir una generosa colecta. Y, así, el ave^í^ojiai anemizomai ser agitado por viento; de ella se diferencia muy bien Juan el I, 359s.
v. 15 es eco de la idea expresada por medio de el viento* Bautista. En Ef 4, 14 encontramos la imagen
las palabras 8iá TT]V imeopáXAcnjaav xáoiv En el NT este verbo aparece únicamente en de «todo viento de doctrina», navtl ávéu.a>
en el v. 14. voz pasiva: en Sant 1, 6, donde se expresa la xfjg 8i5a0xaXXag, por el cual son agitados de áveJtaíoxvvTOg, 2 anepaischyntos dícese
imagen de que el que duda es semejante a la acá para allá los que no tienen «madurez» en de quien no tiene de qué avergonzarse*
(tV£'X,'ká'kr\to$, 2 aneklaletos inexpresa- ola del mar agitada por el viento y zarandea- la fe. Otros usos de este término en sentido fi- En 2 Tim 2, 15 dícese de Timoteo, discípu-
ble* da de una parte para otra (Quu£ou.évcp). gurado pueden verse en Sant 3, 4; Jds 12 y Ap lo del Apóstol, que debe ser un s.Qyáxr\q
1 Pe 1, 8: %otQa ctv8xXcdr|ra) (en paralelo 6, 13. ávEJtcúaxuvTog, «un obrero que no tiene por
con 8e8o|aau¿vn,); cf. Polic 1,3. qué avergonzarse de su trabajo».
H. Balz
aVEfiog, ov, 6 anemos viento*
Este término aparece 31 veces en el NT. De áv£JTÍXl]¡UJlTog, 2 anepilemptos irrepren-
ávéxXeiJtTO?, 2 anekleiptos inagotable, ellas, 25 veces en los evangelios y Hech, y 3 ávévSexTO?, 2 anendektos imposible*
imperecedero* sible, sin tacha*
en el Ap. Le 17, 1: ávév8exxóv eotiv xov xa axáv- En el NT este vocablo aparece únicamente
En Le 12, 33 dícese del inagotable tesoro El viento se menciona como un poder des- 8aXa u,T] E^fteív, es imposible que no lleguen en 1 Tim, y dícese del émaxojrog en 3, 2, de
en el cielo, que se consigue cuando uno vende tructor en Mt 7, 25.27 (en plural). A Jesús se tentaciones = «han de llegar con seguridad las viudas en 5, 7, y de Timoteo (juntamente
los bienes terrenos. le presenta como el Señor que domina los po- tentaciones para pecar». con áojtilog) en 6, 14. Cf. MartPol 17,1.
deres del viento o de los vientos, en el relato
ávextóg (ávEXTÓTEQOg), 2 anektos (an- sinóptico acerca de la tempestad calmada (Me áveí|eQai>vl1TOS, 2 anexeraunétos ines- <*vé{JX°fltu anerchomai subir*
ektoteros) tolerable* 4, 37.39 [bis].41 par. Mt 8, 26.27 y Le 8, crutable* Jn 6, 3: elg tó ooog (ájtfj^'&ev Sin* D pe);
En el NT aparece únicamente el neutro de 23.24.25; en la narración se acentúa el poder Rom 11, 33. El significado preciso de la pa- Gal 1, 17.18: etg 'legoaóXv^a (v. 17 ánf\k-
este adjetivo en grado comparativo. La frase devastador del viento con las palabras Xal- labra se deriva del verbo éSjeQE-uváü), «inves- flov p51 B D G al).
291 áveaig - ávéxoixoa 292 293 ávei|nóc; - ávr|Q 294

áveaic;, £<Dg, 1^ anesis alivio, descanso, ali- ávé/Oftai anechomai soportar, aceptar, hombre en contraposición a la mujer - 5. A propósito
áv£t|nÓg, OV, 6 anepsios primo* de 1 Cor 1 1 , 7 - 6 . Seres sobrenaturales.
geramiento* condescender* Col 4, 10: «[Juan] Marcos, el primo de Ber-
En Hech 24, 23 Pablo va a recibir algún ali- El verbo aparece 15 veces en el NT con es- nabé. Bibl: J. Kühlewein, 'is (hombre); gbr (ser supe-
vio en las condiciones de su encarcelamiento: pecial concentración en la discusión (irónica) rior), en DTMAT I, 210-222; 568-574; A. Oepke,
ávfjo, en ThWNT I, 362-364; F.-W. Eltester, Eikon im
EXEiv TE ávEouv. 2 Cor 2, 13 y 7, 5 hablan res- de 2 Cor 11 (donde aparece 5 veces: vv. 1 [bis], ávtldov, OV, TÓ anethon eneldo* NT (BZNW 23), Berlín 1958, 125-127, 153-156; J.
pectivamente de la falta de descanso en la 4, 19 y 20). El verbo se halla siempre en voz Mt 23, 23 menciona el eneldo (Anethum Jervell, ¡mago Dei (FRLANT 76), Gottingen 1960,
mente y en el cuerpo de Pablo. ávEOic; se ha- media y rige genitivo (cf. BlaB-Debrunner § graveolens) con otras plantas que se utilizan 292-312; P. Trummer, Einehe nach den Past: Bib 51
lla en contraposición a Otojug en 2 Cor 8, 13: (1970)471-484.
176, 1 con la nota 1). para sazonar (r|8iJO0u.ov, xíifuvov), las cua-
cf. 2 Tes 1, 7, donde Dios recompensará Con personas como objeto de la acción ver- les, según la opinión de los rabinos, estaban 1. ávr|Q aparece en el NT 216 veces, en-
(ávTOCJtoSoíivoa en el v. 6) con refrigerio a bal: Me 9, 19 par. Mt 17, 17 y Le 9, 41 en la sujetas al pago del diezmo con arreglo a lo contrándose más de la mitad de las veces en
los •&X,L(3Ó|XEVOI por su actual aflicción. pregunta exasperada de Jesús: «¿Hasta cuán- preceptuado en Núm 18, 12; Dt 14, 22s. Bi- los escritos lucanos (27 en el Evangelio y 100
ThWNT I, 367s. do tendré que soportaros!»; con álXr(ko)v llerbeck I, 932s; BHH I, 344s. en Hechos). El resto de los ejemplos del uso
como objeto, para referirse al deber de sopor- de este término se distribuye entre otros 16
tarse mutuamente (en el amor): Ef 4, 2; cf. documentos del NT, principalmente en Mateo
ávetá^w anetazo tomar declaración* Col 3, 13; en el sentido de permitir (que se ce- ávif|XW anékó ser conveniente, ser apro-
Tecnicismo jurídico empleado a propósito lebre un juicio): Hech 18, 14. 8 veces, Romanos 9 veces (siete de ellas en 7,
piado* 2s) y 1 Corintios 32 veces (de las cuales 16 se
del interrogatorio de Pablo ante los soldados En el NT este verbo se usa siempre como
Con cosas como objeto de la acción verbal: hallan en el capítulo 7, y 14 veces en 11, 3-
romanos en la Torre Antonia (Hech 22, 24. impersonal (Ef 5, 4; Col 3, 18; Flm 8). La ex-
2 Tes 1, 4: EV... talg ,f»á'i|je0iv aíg ótv£XEO"fr£ 14). Filipenses, 2 Timoteo, Filemón, Hebreos,
29). La expresión [xáoTt^iv ávExá^eodaí se presión EmxáaoEtv aoi TÓ ávfjxov, «man-
(sobre la atracción del pronombre relativo, cf. 2 Pedro, 1-3 Juan y Judas no emplean en ab-
refiere al interrogatorio llevado a cabo bajo la darte que cumplas con tu deber (cristiano)»
BlaB-Debrunner § 294 nota 2); Heb 13, 22: soluto este vocablo.
aplicación de tortura (en forma de flagela- (Flm 8) tiene ya sus antecedentes, fuera del
ávé)(so"f}e xov ^óyov xfjg jtaeaxX.r|aErog,
ción), una práctica que no estaba permitida «¡soportad de buena gana mi palabra de ex- NT, en la ética del estoicismo (cf. el título del
2. ávriQ puede designar al ser humano en
cuando se trataba de ciudadanos romanos (cf. hortación!»; un enunciado semejante, esta vez escrito de Zenón IleQi xov xor&rixovTOg) y
general, áv5o£g son la gente (Mt 14, 35; Le
Hech 16, 37; 22, 25). en sentido negativo, en 2 Tim 4, 3. penetró en la parénesis del cristianismo pri- 5, 18; 11, 31; al referirse a números de perso-
mitivo a través del judaismo helenístico (cf. 1 nas: Me 6, 44; Le 9, 14; Jn 6, 10 [a diferencia
En 2 Cor 11 Pablo juega con el sentido del
Mac 10, 42; Aristeas 245). ThWNT I, 361; E. de Mt 14, 21, donde el término se refiere úni-
avev aneu (con genitivo) sin* verbo. En primer lugar pide a los corintios
Schweizer, La Carta a los colosenses, Sala- camente a varones]; Hech 4, 4 [en contraste
Preposición que rige genitivo y que tiene en que soporten de él un poco de insensatez (una manca 1987, acerca de Col 3, 18.
gran parte el mismo significado y el mismo cosa como objeto de la acción verbal, v. la), con 8, 3.12; 17, 12, donde se usan diferentes
uso que %(OQÍC,. Mt 10, 29: ÓVVEU XOV naxoóq lo mismo que le soportan ya a él (indicativo, palabras para referirse a los hombres y a las
í)u.c5v, «sin el consentimiento y el conoci- cf. R. Bultmann, Der zweite Korintherbrief avfjXflov anélthon (aoristo segundo) subir mujeres]). ávf|fj puede acompañar a términos
miento de vuestro Padre»; 1 Pe 3, 1: áv£i) [KEK], sub loco). Luego, en el v. 4, hace notar ->• ávéQxo^at. que sirven para designar características, fun-
Xóyov, dícese de las mujeres que, sin necesi- sarcásticamente que los corintios «sufren... de ciones y orígenes de los individuos: ávr\Q
jtQOcpriT'ng (Me 6, 20; Le 24, 19), ávriQ
dad de decir una sola palabra, pueden ganar buena gana» (xoAcüg ávé%eo'de en sentido aVT|HEQ05,2 anemeros salvaje, indómito* ctu.aQT(rAóc; (Le 5, 8), ávfiQ (povEÚg (Hech 3,
con su conducta a sus respectivos maridos absoluto o bien con la frase anterior como ob- En 2 Tim 3, 3 juntamente con 5iápoX.oi,
jeto de la acción verbal) cuando alguien llega 14), ávriQ X.ÓYiog (Hech 18, 24), ávórjEg
que están cerrados al evangelio; 4, 9. áxrjaTEtg, áqpdáYoefroi y con otras expresio- NiVEiñTai (Mt 14, 21 par. Le 11, 32). Lo mis-
con un mensaje diferente (sobre la construc-
ción y el problema textual cf. Bultmann, sub nes que se refieren a la conducta de los hom- mo sucede en los papiros: ávr\Q píouog (Prei-
áveúfteTOg, 2 aneuthetos inadecuado, loco). Pablo sigue usando el verbo de manera bres en los «últimos días». sigke, Sammelbuch, 4284, 9 [siglo III p.C.]),
desfavorablemente situado* semejante en los vv. 19 (ávéxso'&E x&v ácpoó- ávT)Q oocpóg (PapHibeh 27, 19 [siglo III
Hech 27, 12: dícese del puerto KccX.oi \v- vcov) y 20 (donde el objeto de la acción ver- a.C.]).
OVT|V£YXa anenegka (aoristo segundo)
[iéveg, que era inadecuado para invernar en bal es la oración subordinada eí xig v\iac, traer, ofrecer
él. xataSoiAot). -> áva<péQü). 3. ávr|Q es la persona respetada, por con-
traste con el pobre (Sant 2, 2; Eclo 10, 23), el
El verbo se emplea también en sentido ab- hombre maduro por contraste con el niño a
ávEVQÍaxo) aneuriskó encontrar, hallar soluto (o con un objeto que debe suponerse ávtJQ, áv&QÓS, ó aner hombre quien es fácil engañar (1 Cor 13, 11), y se da
(buscando)* por el contexto) en 1 Cor 4, 12. ThWNT I, por supuesto que el cristiano, en principio, ha
_ 1. Aparición del vocablo en el NT - 2. ÓVIÍQ como
Le 2, 16; Hech 21,4, en ambos casos se re- 360s, DTNT III, 234s. termino genérico para designar a los seres humanos - superado ya el período de la infancia (Gal 4,
fiere a personas. H. Balz 3. avr|Q en combinación con ciertos adjetivos - 4. El 3). Según Ef 4, 13, cada uno de los cristianos
295 ávr|Q - á v d o g 296
297 ávflog - avflQWJtog 298

debe llegar a ser xéXeiog ávr\Q en sentido me- protegido contra los demonios en virtud de su
para describir lo perecedero que es quien con- Bauer, Worterbuch, s.v. (bibliografía); S. Mo-
tafórico, alcanzando «la unidad de la fe», «el propia semejanza con Dios. La comunidad,
fía en la riqueza (Sant 1, 10.11); y emplea la renz: ThLZ 78 (1953) 187-192; W. Klassen:
conocimiento del Hijo de Dios», la «madurez evidentemente, había sacado extensas conse-
cita de Isaías (incluido el v. 8) para establecer NTS 9 (1962-1963) 337-350; L. Ramaroson:
viril» de Cristo. Más tarde, basándose en es- cuencias de la abolición de la distinción entre
un contraste con lo imperecedera que es la ac- Bib 51 (1970) 230-234.
tas ideas, se pensó que únicamente como va- los sexos (Gal 3, 28), una disposición que se
ción salvífica de Dios (1 Pe 1, 24; cf. vv. 18 H. Balz
rón puede uno entrar en el reino de los cielos aplicaba sólo al ámbito sacramental («en el
(cf. EvTom 114, en contraste con lo que se di- Señor», 1 Cor 11, 11). y 23).
ce en 1 Pe 3, 7; Tertuliano, Cult. fem. I, 2, 5; 6. De conformidad con Gen 18, 2.16.22; ávd'{)(flJlá()£axo5, 2 anthrópareskos el
Agustín, CivD 22, 17). En Sant 3, 2 el té- 19, 3.8.10.12.16, ávr\Q puede designar un ser ávfl'Qaxtá, a g , t\ anthrakia montón de que trata de agradar a hombres*
Xeioc, ávr|Q es la persona moralmente perfec- sobrenatural o ángel (Gen 19, 1.15.16 LXX; carbón, carbones encendidos, fuego de En el NT se usa únicamente como sustanti-
ta que no peca ni siquiera al hablar. Heb 13, 2), como en Le 24, 4: ávórjeg ovo (a carbón* vo: Ef 6, 6; Col 3, 22. En ambos textos la ex-
diferencia de Jn 20, 12: bvo áyyskovc,); Jn 18, 18; ávflrjaxiáv JxejtoinxÓTec;, «des- presión se explica ulteriormente mediante el
4. ávr|fj significa también marido (Me 10, Hech 1, 10; 10, 30; EvPe 36.39; Herm (v) 1, empleo de ocpftaXu.o8oDX.ia y por el contras-
pués de haber encendido un brasero»; 21, 9:
2.12 par.; Mt 1, 16.19; Le 2, 36; 16, 18; Jn 4, 4, 3; 3, 2, 5 y passim. te con la devoción al xíigiog. ThWNT I, 456;
(JXéjrouaiv ávflfjaxiáv xeiu.évnv, «ven pre-
16-18; Hech 5, 9s; Rom 7, 2s; 1 Cor 7, 2- J. B. Bauer DTNTI, 283.
4.10s.l3s; 14, 35, y passim). En las tablas de paradas unas brasas». BHH II, 974.
deberes domésticos (Ef 5, 22ss; Col 3, 18s; 1
avdíaTt]^ll anthistémi oponerse, hacer
Pe 3, lss; cf. Tit 2, 5) se ordena a la mujer su- á v d g a í ; , a x o $ , ó anthrax carbón* ávdgíbjlivos, 3 anthropinos humano
frente, resistir*
bordinación y se ordena al marido que sea ca- En el NT este término se usa únicamente en -> ávftrjcojtog 6.
El verbo aparece 14 veces en el NT, siem-
riñoso y considerado con la mujer, que es la sentido figurado: en Rom 12, 20 se recoge un
pre en voz media, con objeto de la acción ver-
parte más débil. El clérigo debe ser |uag proverbio muy difundido (cita de Prov 25,22)
bal en dativo o usado en sentido absoluto ávdgWJlOXTÓVOc;, o v , ó anthmktonos
yvvaw.be, ávr\Q,fiel a su única mujer (1 Tim y se dice: órvftrjaxag jrugóg acopeiiaeig éiti
(Rom 13, 2b [el objeto debe suplirse por lo asesino*
3, 2.12; Tit 1, 6; pero no es ilegítimo volver a tf)v xecpaX/ryv autoO, «amontonarás carbo-
que se dice en el v. 2a]; Ef 6, 13). El verbo se En el NT, este término aparece únicamente
casarse). Al hombre con compromiso de ma- nes encendidos sobre su cabeza». Puesto que
refiere frecuentemente a la resistencia huma- en los escritos joánicos. Jn 8, 44 se refiere al
trimonio se le llama también ávr|rj (Mt 1,19; el acto indicado se encamina fundamental-
na a Dios, a los mensajeros de Dios, a la vo- 8iáf5oXog diciendo que es el «padre» de los
Ap 21, 2 [cf. Dt 22, 23]). 2 Cor 11, 2 habla de mente a la destrucción de la vida (cf. Sal 140,
luntad de Dios, etc. (Hech 13, 8; Rom 9, 19; adversarios judíos de Jesús, y le llama: ccv-
Cristo como del esposo místico. En los casos 11), y estaría en contradicción con el manda-
13, 12 bis [en contraste con vnoTaoosoftu) ftocojTOXTÓvog... ÓIJT.' áoxfíS' el diablo es el
en que no se hace referencia al matrimonio, el miento del amor a los enemigos, se supone a
en el v. 1]; 2 Tim 3, 8 bis; 4, 15; cf. Le 21, 15; oponente de Dios desde el principio y ha en-
ávr|rj es el compañero varón, prescindiéndo- menudo que hay una conexión entre esta ima-
Hech 6, 10), pero se usa también para referir-
se de si existe o no vida marital (Le 1, 34 [la gen y un rito penitencial egipcio en el que el gendrado entre sus propios descendientes las
se al mal al que uno no debe resistir (en el
expresión bíblica «conocer varón» significa malhechor tenía que expiar su delito llevando ideas asesinas contra Jesús (cf. 8, 37.40; en-
sentido de una defensa o de una acción con-
«tener relaciones sexuales», como en Gen 19, sobre su cabeza un recipiente con carbones contramos una formulación paralela en el v.
traria; por ejemplo, Mt 5, 39); al mismo tiem-
8; Jue 11, 39]; Jn 1, 13 [cf. Tob 3, 14; Jdt 16, encendidos como símbolo de arrepentimiento 44: xai év tfj áXrvfleía oí>x eotnxev. En 1 Jn
po, hay que resistir al mal por excelencia
22; Eclo 23, 23]). y castigo de sí mismo. Con el proverbio Pablo 3, 15 ávArjomoxTÓvog (bis) se refiere a todo
(Sant 4,7 [lo contrario de i)JtoTáYT)xe ovv tro
fleco]; 1 Pe 5, 9; cf. también Ef 6, 13). Pablo podría referirse bien a la retribución divina el que aborrece (es decir, no ama) a su herma-
5. En 1 Cor 11,7 Pablo interpreta el relato (así piensa, por ejemplo, O. Michel, Der Brief no; la vida eterna no permanece en esa perso-
de la creación con arreglo al modelo rabínico, utiliza el verbo para describir la actitud adop-
tada por él ante Pedro en Antioquía (Gal 2, an die Romer [KEK], sub loco), o bien al do- na y, por tanto, se encuentra a sí misma dentro
que atribuye únicamente al hombre lo de ser loroso arrepentimiento del adversario, produ- del ámbito del adversario de Dios (cf. Mt 5,
creado a imagen de Dios. Sin embargo, su 11: x a t á JtQÓacojtov caitco ávréoT/nv, «me
enfrenté con él cara a cara»). cido por la humillación de que es objeto 21s). Billerbeck I, 139-149; R. Bultmann,
prueba de Escritura no se encuadra en un es- (Bauer, Worterbuch, s.v.; E. Kásemann, An Das Evangelium des Johannes10 (KEK), sub
tudio sistemático acerca de la imagen de die Romer" [HNT], sub loco). El v. 19a sugie-
Dios, sino que es únicamente parte de su res- loco.
ávdo^.oXoYÉojiai anthomologeomai en- re, sí, la primera interpretación, pero encuen-
puesta a la cuestión acerca de la obligación de salzar, alabar* tra ya una respuesta suficiente en el v. 19b. Y,
la mujer de llevar velo. Puesto que la mujer Le 2, 28 con dativo reofleco;cf. Sal 78, 13 así, áXKá en el v. 20 se centra ya en la actitud a\&Q(anog, OV, 6 antropos hombre, ser
carece de la condición de ser imagen de Dios, LXX; Dan 4, 37 LXX (con cdveo). cristiana exigida, que consiste en tratar al ad- humano, persona
tiene que llevar en su cabeza el símbolo de su versario como a un hermano; precisamente de 1. Contenidos semánticos y campo referencial -
subordinación al marido, símbolo que al mis- á v d o ? , ODg, TÓ anthos flor* esta manera será posible que el increyente re- 2. El ser humano según los sinópticos: a) Q; b) Mar-
mo tiempo ejerce la función de protegerla El NT utiliza la imagen de Is 40, 6s, que ha- conozca lo errada que está su propia conducta cos; c) Mateo; d) Lucas - 3. El ser humano en Pablo -
contra los demonios (v. 10). El hombre está bla de la flor silvestre que nace en los campos hostil (hacia Dios y hacia los creyentes). 4. Los enunciados joánicos - 5. El ser humano en los
restantes escritos - 6. ávfrrjcójuvog.
299 cívdQcojtog 300 301 CXV&QCCOTOC, 302

Bibl.: P. Althaus, Paulus uncí Luther iiber den El ser humano se diferencia de los animales auxilio de Dios. En la sentencia sobre el amor mandamientos de Dios por tradiciones huma-
Menschen. Ein Vergleich, Gütersloh 1951, 31-67 (del pero también de los seres superiores (los án- a los enemigos (la «regla de oro»: Le 6, 31 nas (Me 7, 8); el corazón de ellos está muy
hombre sin Cristo); C. J. Bjerkelund, «Nach menschli-
cher Weise rede ich». Funktion uncí Sinn des pin Aus- geles, Dios); le caracteriza el ser perecedero y par. Mt 7, 12) se aplica la norma del deseo alejado de Dios, porque «enseñan como doc-
dmcks: StTh 26 (1972) 63-100; G. Bornkamm, Siinde, el ser mortal. En el primer plano de los enun- personal al ordenamiento de las relaciones so- trinas lo que son preceptos de los hombres»
Gesetz und Tocl. Exegetische Stuclie zu Riim 7. en ciados bíblicos se halla la relación del hombre ciales; según Mateo, en ello se compendian (7, 7). Según Marcos, la discusión en torno a
Bornkamm, Aufsdtze I, 51-69; E. Brandenburger. con Dios: el hombre es pecador (Sinópticos) o «la Ley y los Profetas». En la exhortación a la Ley se orienta esencialmente al hombre
Anthropologie (II), en EKL' I, 159-163; H. Braun, Rd- (cf. vv. 17-23 par.: el interior del hombre es lo
mer 7, 7-25 und das Selbsverstdnclnis cler Qumran- se halla esclavizado bajo el poder del pecado confesar sin temor (Le 12, 8s par. Mt 10, 32s),
Frommen: ZThK 56 (1959) 1-18; R. Bultmann. Riimer (Pablo y Juan). Está íntimamente relacionada los hombres constituyen el foro ante el que que determina lo que es puro y lo que es im-
7 und die Anthropologie des Paulus. en Exegetica, Tü- con esto la manera de conocer y de compor- hay que hacer la confesión de fe en Jesús (Lu- puro), y alcanza su punto culminante en aque-
bingen 1967. 198-209; Bultmann, Teología, 430-447, tarse del hombre: «a la manera humana» (xa- cas: onóc, xov ávA-Qümou; Mateo: éycü); con- llas palabras de Jesús: «El sábado se hizo pa-
488-511; W. Eichrodt, Das Menschenverstandnis des ra el hombre, y no el hombre para el sábado»
AT, Zürich 1947; W. Gutbrod, Die pin Anthropologie, xa áv&QCüJtov). En combinación con un geni- fesar y negar ante «mi Padre» (así se expresa
Mateo en contraste con las palabras, más ori- (2, 27).
Stuttgart 1934; J. Jervell, ¡mago Dei. Gen I, 26f... in tivo, áv&QCüJtog experimenta una determinada
den pin Briefen. Gottingen 1960; J. Jeremías, valoración y coordinación. En una manera de ginales, de Lucas: «ante los ángeles de Dios»)
ávÜQumoc, xxl., en ThWNT I, 365-367; E. Kase- hablar más antropológica (únicamente en Pa- corresponden al testimonio público dado ante Según Me 1, 17 par. Mt 4, 19; cf. Le 5, 10, a
mann, Zur pin Anthropologie, en Id., Paulinische
los hombres. los discípulos que son llamados a seguir a Jesús
Perspektiven. Tübingcn 1969, 9-60; K. Kertelge. Exe- blo y en la tradición post-paulina) se distin-
se les promete que serán «pescadores de hom-
geti.sche (jberlegungen zuin Verstündnis cler pin An- gue entre un hombre exterior y un hombre in- bres». áXieíjc, (que aparece 4 veces en la LXX)
thropologie nach Riimer 7: ZNW 62 (1971) 105-114; terior, un hombre viejo y un hombre nuevo, b) Me habla también del hombre en sentido no aparece sino en este lugar del NT como desig-
G. Klein, Der Mensch ais Thema neutestamentlicher un hombre psíquico y un hombre pneumático; general (8, 27; 9, 31; 10, 7 [citando a Gen 2, nación de un oficio (Me 1, 16 par.). El llama-
Theologie: ZThK 75 (1978) 336-349; W. G. Kümmel, miento de Jesús («¡sigúeme!») muestra (xaí con
Riimer 7 und das Bild des Menschen ¡m NT. München
con ello se plantea el problema de un dualis- 24], y passim); pero av-Orjconog en su rela-
mo antropológico o metafísico. Finalmente, ción con Dios se describe más precisamente futuro acentúa la intención) que a los discípulos
1974; J. W. MacGorman, Romeáis 7 Once More: va a encargárseles un nuevo oficio. La versión lu-
Southwestern Journal of Theol. 19 (1976) 31-41; H. ávfjQcojroc; (usado absolutamente) puede por el contexto (cf. 10, 27). Así, la pregunta cana (Le 5, 1-11; tan sólo se dirige la palabra a
Mehl-Koehnlein, L'homme selon Apotre Paul, Neu- ser una designación mesiánica de Jesús y se acerca de la legitimidad del bautismo de Juan
chátel 1951; R. Pesch, Antroplología II. Antropología
Simón) habla de los discípulos como de quienes
halla entonces en relación con -* itíóg TOO se reviste de la siguiente alternativa: ¿Era un van a «hacer -desde ahora- capturas de hom-
bíblica, en SM I, 277-285; R. Pesch-R. Kratz, So liest
man synoptisch (3 vols.), Frankfurt 1975-1976; A. áv&QÚmov. bautismo «del cielo o de los hombres!» (11, bres» (Í^CDYQéü) se usa únicamente aquí y en 2
Sand, Mensch II. Zum Menschenbild der Schrift. en 30). El hombre es enemigo de Dios, cuando Tim 2, 26). Según Marcos, la promesa de que
SM III. 401-407; O. Schilling. Das blblische Men- piensa «lo que los hombres piensan» (8, 33; desde entonces van a ser pescadores de hombres
2. a) En Q se habla generalmente del hom- equivale al encargo de una misión. Mateo encare-
schenbild. Kóln 1961; H. Schlier, Vom Menschenbild cf. Mt 16, 23b). Judas es identificado por
des NT, en H. Schlier IV, 251-264; W. Schmithals, Die bre como de alguien que se halla bajo el poder ció redaccionalmente el encargo de misionar
theol. Anthropologie des Paulus, Stuttgart 1980; U. de otro (Le 7, 8 par. Mt 8, 9) y que saca cosas «¡ay!» (14, 21 par.) como «aquel hombre por (ellos «inmediatamente» abandonan la barca y
Schnelle, Der ersle Thesalonicherbrief und die En- buenas o cosas malas del arca donde atesora lo quien el Hijo del hombre va a ser entregado». dejan a su padre). El ano TOÜ V¡3V en Le 5, 10
stehung der pin Anthropologie: NTS 32 (1986) 207- suyo (Le 6, 45 par. Mt 12, 35). También el Hi- El preocuparse obsesivamente por «la posi- acentúa igualmente el carácter inaplazable del en-
224; Id., Ntl. Anthropologie: Jesús - Paulus - Johannes
jo del hombre, en opinión de la gente (Le: ción que se tiene ante los hombres» (literal- cargo recibido. El uso del verbo «capturar» en
(Bibl.-Theol. Studien 18), Neukirchen-Vluyn 1991; E. mente: mirar la faz de los hombres)» y el tra- Lucas no tiene connotaciones negativas (como
Schweizer, Die Lieblichkeit des Menschen. Eeben - XéyExe; Mt: XÉyovoiv), es únicamente un ser las tenía entre los rabinos; cf. Billerbeck I 188).
Tocl - Auferstehung: EvTh 29 (1969) 40-55; H. W. humano, cuando se dice de él que es comedor tar de asegurar la propia existencia encierra
Lo mismo habrá que decir también de áXierig, un
Wolff, Antropología del AT, Salamanca 1975. y bebedor, amigo de recaudadores de impues- en sí el peligro de ganar el mundo, pero de término escogido quizás por Jesús como varia-
tos y de pecadores (Le 7, 34 par. Mt 11, 19). perder -no obstante- la propia vida (que es la ción de lo que se había dicho en Jer 16, 16.
1. En su significación básica, ávrJrjcojiog Aunque esta acusación se rechaza como falsa, única cosa que realmente interesa; 8, 36s).
designa al ser humano en cuanto criatura vi- sin embargo todos los hombres son novriQoi, Como pecador que es, el hombre necesita el
perdón (2, 17 par.; 11, 25s y passim); este per- c) Juntamente con el significado general de
va. Entraña un significado algo deslustrado, (Le 11, 35 par. Mt 7, 11) y constituyen ante
dón se promete firmemente, pero con una so- ávftQCDJtoc; en Mt (9, 8; 19, 10.12 y passim),
cuando se refiere a algún ser humano (con Dios una generación adúltera y pecadora (Le
la excepción: cuando se dicen blasfemias con- destaca mucho la invitación a la vigilancia y a
frecuencia sin artículo o con un xíc, preceden- 11, 29 par. Mt 12, 39; cf. Me 8, 12; Mt 16, 4).
tra el Espíritu Santo (3, 28s; los «hijos de los la prontitud para adoptar decisiones. «¡Cuidaos
te); en plural, áv&fjcojtog puede referirse a la En la perícopa de la tentación, Jesús responde
hombres» son los seres humanos considera- de los hombres\» (Mt 10, 17) significa: ¡guar-
gente en general. El vocativo singular es con a la primera demanda de un milagro citando
dos en general, como vemos por el lugar pa- daos bien de los enemigos (de dentro y de
frecuencia una forma no acentuada pero a me- unas palabras de Dt 8, 3b: «No sólo de pan vi-
ralelo, Mt 12, 31s; Mateo añadió también la fuera)! Por eso, debe ser tarea de los discípu-
nudo íntima, o acompañada de cierto repro- virá el hombre, sino de toda palabra que sale
excepción de cuando se habla «contra el Hijo los el ser una señal para los hombres, una
che, para dirigirse a alguien. Muchas veces de la boca de Dios» (Le 4, 4 par. Mt 4, 4; Ma-
del hombre»), cosa que nunca se perdonará. «luz» (5, 16) que con un comportamiento
sólo por el contexto se puede saber si el tér- teo añadió redaccionalmente la segunda parte
Con una cita de Isaías (Is 29, 13) Jesús acusa ejemplar los ilumine. El discípulo debe guar-
mino designa a un varón, a un marido, a un de la cita; cf. Schulz, Q, 179); Jesús vive en
a los escribas y fariseos de reemplazar los darse muy bien de prostituir su propia justicia
hijo o a un esclavo. obediencia, a fin de garantizar al hombre el
delante de los hombres (6, 1) o de hacer os-
303 av&Qamog 304 305 ávdocojtog 306

tentación de sus propias obras. En la adver- 3. Pablo no ofrece tampoco una antropolo- Para Pablo es indiscutible que la humani- hombre, cuando sus adversarios le juzgan (19,
tencia de que no se busque la admiración de gía plenamente desarrollada. Junto a enuncia- dad entera se halla perdida sin el acto de sal- 5 con connotaciones de desprecio; cf. 11, 50:
los hombres (vv. 5, 16 y 18) se establece un dos sin énfasis alguno acerca del hombre (2 vación en Jesucristo (Rom 1, 19-3, 20). Por eíg áv&Qcanog por contraste con todo el e&-
claro contraste con la conducta de los escribas Cor 4, 2; Rom 2, 9; 1 Cor 7, 23: bovXoi áv- medio de la fe (y en el bautismo) el hombre se vog).
y fariseos (23, 5.7.28). Vemos que en Marcos, •froamcov), hay también otros enunciados que halla «en Cristo» y con ello es un nuevo hom- Se escuchan ecos de la tradición sinóptica
lo mismo que en Mateo, se suscita la cuestión afirman que el hombre forma parte del xóa- bre (xaivóg ávfrfJoajTos), totalmente separa- cuando, en Jn 10, 33, se acusa a Jesús de blas-
-pero de manera más radical todavía- acerca \iog (1 Cor 1, 20-22; Rom 3, 19, y passim); do del hombre viejo y adamítico {nakavoc, femia contra Dios, porque se piensa que él,
de la debida interpretación de la Ley. La aten- que es un ser creado (Rom 9, 20s; cf., a pro- avdgcojtog; Rom 6, 6; cf. Col 3, 9; Ef 4, después de todo, no es más que un hombre
ción prestada por Jesús a las ovejas perdidas pósito, Is 29, 16), y que se halla frente a Dios 22.24). Pablo encarece este contraste por me- (cf. Me 14, 64 par. Mt 26, 65 y Le 22, 71). Se
del redil de Israel hace ver claramente que el (2 Cor 5, 11; Rom 1,18, y passim). La debili- dio de conceptos helenísticos, cuando habla observa también una semejanza con el mensa-
hombre, en caso de necesidad, debe dejar sin dad y el tener que morir son características del aj>u%ixóc; av§Qü)Jtos y del Jtve^fiatixóg je de Jesús, tal como aparece en los Sinópti-
vigor la Ley (12, 12b); porque el hombre es esenciales de la existencia humana (1 Cor 15, (ávdocüJtoc;) en 1 Cor 2, 14s (donde se esta- cos, cuando se trata de la cuestión del sábado,
más valioso que una oveja (12, 12a; cf. Le 13, blece un contraste entre los incrédulos y los cuestión a la que Jesús responde diciendo que
53s [citando a Is 25, 8 y a Os 13, 14]; Rom 6,
15s), más valioso que los pájaros (6, 26), más creyentes). Esta distinción se centra en la his- curar a un ser humano es más importante que
12). El evangelio predicado por el Apóstol no
valioso que la hierba del campo (6, 30). toria de la salvación y se basa en el conoci- guardar el sábado (Jn 7, 22s; cf. Me 3, 4 par.).
necesita ninguna legitimación humana (Gal 1,
miento de que Cristo, como «segundo hom- La afirmación joánica de que Jesús conoce al
lis). Puesto que todos se hallan bajo el poder
bre» (en contraposición al «primer hombre», hombre y sabe lo que hay en el hombre (Jn 2,
d) Incluso cuando el término áv&gmnoq del pecado (o pueden recaer de nuevo en él),
que es Adán) ha producido una nueva crea- 24s; la misma idea se refleja en 1, 47s; 4, 17-
tiene un sentido menos acentuado en Lucas Pablo advierte contra una conducta «a la ma-
ción (1 Cor 15, 45.47; cf. Rom 5, 15).
(1, 25; 2, 14; 2, 52; 18, 2.4; Hech 17, 26.29 y nera humana» (1 Cor 3, 3; nótese la corres- 19) tiene una analogía en Mt 22,18; Le 16,15.
passim), se expresa con frecuencia el pensa- pondencia con -> aaoxixóg). El hablar y el Ahora bien, según Juan, una verdad funda-
miento de que los hombres son aceptados por comportarse x a t á áv&Q<anov no sólo es in- En Rom 7, 7-25 surge la cuestión -debida a la mental es que los hombres viven en tinieblas
densa descripción del conflicto- acerca de la
Dios (2, 14: áv&Qcojroi euSoxíag; cf. 5, 20) suficiente (Gal 3, 15: en su discurso Pablo se identidad del «yo» que está hablando (eyá apare- (oxotía 14 veces; axótoc; 2 veces); son cie-
o se hallan en contradicción con él (12, 14; sirve de la analogía humana; 1 Cor 15, 32: su ce 8 veces en los vv. 7-25): ¿está hablando Pablo gos, a pesar de que no saben que lo son (Jn 9,
Hech 5, 4). A un macarismo procedente de Q lucha con animales a la manera humana fue de sí mismo, o el «yo» tiene un significado más 39-41; cf. 12, 40; 1 Jn 2, 11). Como pecador
(6, 22), Lucas le añadió: «...cuando los hom- inútil), sino que además se halla en contradic- general y fundamental? Ni la sección en que se (Jn 3, 19; 9, 16b, y passim), el áv&Qwnoc, es
bres os aborrezcan y os aparten de sí». La co- ción con la voluntad de Dios (1 Cor 9, 8, en habla en pretérito (7, 7-13) ni el intenso discurso adversario de Dios (3, 27; 5, 34.41; 12, 43).
munidad está expuesta, a causa del Hijo del en tiempo presente (vv. 14-25; el v. 25a es una
forma de pregunta; Rom 3, 5). Sobre todo, el El hombre que vive en tinieblas se equipara
glosa o bien debe entenderse como un enunciado
hombre (Mt 5, 11: «por causa mía»), al odio evangelio de Pablo no es xoctá avdocDjrov, relacionado con el capítulo 8 y que debe colocar- con el «mundo» (xóafiog: 1, lOs; 3, 19, y pas-
de los hombres y a que la expulsen de la co- sino que le fue dado por revelación (Gal 1,11; se al principio de dicho capítulo) permiten una in- sim; cf. H. Sasse, en ThWNT III, 887-896).
munión de la sinagoga. En la polémica contra cf. 1 Tes 2, 13); cuando se defiende a sí mis- terpretación autobiográfica, bien se entienda co- Es verdad que «el mundo», en sentido muy
los fariseos (Le 16, 14s y passim) se escucha mo, Pablo señala el origen no humano de su mo referida a un período precristiano (así piensa, general, puede designar a toda la creación (1,
un tema importante para Lucas: la advertencia evangelio (cf. Bjerkelund, 100). por ejemplo, C. H. Dodd, Romans [Moffatt NTC], 9; 17, 5; 1 Jn 4, 1), pero en la mayoría de los
104, 107, 108 y 116), o bien como referida a un
contra la riqueza y contra la codicia de pose- período cristiano (así piensa, por ejemplo, A. Ny- casos se refiere a la totalidad de los hombres
er. El servicio de Dios y el servicio de Man- En 2 Cor 4, 16 Pablo distingue entre el EOCO y gren, Romans, London 1958, 287 y 293). Pablo (Jn 1, 29; 3, 16; 1 Jn 2, 2). El «mundo», por
món (16, 13) son incompatibles. La contra- el e|(ü ávdQWJtog del bautizado. En Rom 7, 22 está hablando, más bien, del hombre bajo el peca- ser el mundo de los hombres, es malvado; sin
partida de la advertencia contra la riqueza es él se refiere únicamente al é'aa> avocamos, alu- do. Lo hace desde la perspectiva del creyente, pe- la venida del Hijo, el mundo permanecería en
la exigencia de aceptar la causa de los pobres, diendo al no bautizado. Aunque hay aquí una di- ro es improbable que quiera referirse también a la su maldad.
de los marginados y de los oprimidos (15, 11- cotomía en la manera de expresarse, no existe lucha interior del cristiano Pablo (en contra de La separación de los hombres en dos gru-
dualismo antropológico. El uso de los demás tér- MacGorman, 40). En los vv. 7-15 no se ofrece ni
23: 16, 19-31). Dios no se pone de parte de minos antropológicos y de los respectivos con- una comprensión psicológica ni una comprensión pos -una separación que parece casi insalva-
los piadosos (cuando esas personas hablan de textos muestran que Pablo, como el AT, conside- transpsicológica (transsubjetiva) de la existencia ble- da la impresión de que hay en el pensa-
los «demás hombres» o cuando se refieren a ra al hombre como una unidad; sin embargo, humana, sino una comprensión histórico-teológi- miento de Juan una irreconciliable oposición,
«ese recaudador de impuestos»: 18, 9-14), si- mediante el uso de categorías filosóficas, se acen- ca (cf. Kertelge, 114). casi un dualismo metafísico de carácter gnós-
no que toma partido por los humildes (18, 11; túan algunos puntos teológicos. Tampoco 1 Tes 5, tico. Porque hay hombres que son de Dios
cf. 1, 52). Por eso, al discípulo no se le per- 23 (jtve'üua - t|wxtí - oc&ua) está en contradic- 4. avdQomog es un término teológico par- (Jn 7, 17; 8, 42) y hay hombres que son del
mite tampoco que rehuya o menosprecie a ción con ello; el deseo de bendición para los her- ticularmente significativo en los escritos joá- diablo (8, 44); los que son de la verdad (18,
manos acentúa la esperanza de que ellos se vean
cualquier ser humano (Hech 10, 28; 15, 9), preservados completa y enteramente para la paru- nicos. Este término aparece sin ningún énfasis 37) se contraponen a los que son de este
porque el discípulo -al fin de cuentas- no es sía (cf. E von Dobschütz, Die Thessalonicher- especial en Jn 1, 4.9; 2, 25; 7, 22s; 8, 17; 11, mundo (8, 23; cf. 3, 31: ex xfjg Yfjs); los que
más que un hombre (Hech 10, 26; 14, 15). briefe [KEK], 228-232). 50; 16, 21, y passim; también Jesús es un son «de lo alto» (3, 3.7) se hallan separados
308 309 ávO-Qümog - ávíhmcn;ei3a> 310
307 av&QWJtog

radicalmente de los que son «de abajo» (8, interior, capaz de obediencia, determina lo expresión áv&Q<anoc, xov deoü tiene un sen- nera de hablar es insuficiente; pero esta insu-
23). Sin embargo, una interpretación gnósti- que cuenta a los ojos de Dios, no las cosas ex- tido más extenso: cada cristiano (cf. 2, 21), ficiencia no se debe a la incapacidad de los
co-dualista queda excluida por las afirmacio- ternas como las joyas, el lujo y otras cosas por por medio de su fe ortodoxa (2 Tim 2, 2), es destinatarios para comprender, sino a la inca-
nes de que todo el que oye y aprende tiene la el estilo. útil al Señor y está equipado para toda obra pacidad de ellos para abandonar sus posicio-
oportunidad de ser «traído» por el Padre (6, Una visión más negativa se abre camino, buena (cf. también 2 Pe 1, 21 Sin [A] vg: los nes que quedan al margen del evangelio anun-
44b: e^xu), «tirar, arrastrar»; cf. también 12, cuando al hombre se le caracteriza como hue- profetas del AT eran a y u n [xov] freoü áv- ciado por él.
32; el verbo se usa de manera diferente en 18, ro o vacío (Sant 2, 20: w ávdocüTte xevé), co- •&Q(DJtOl).
La lectura alternativa ávftQcojuvog ó "kóyoc, en
10; 21, 6.11). El llamamiento a la decisión en mo de doble ánimo y escindido (Sant 1, 8 [-* 1 Tim 3, 1 (D* it, en lugar de motos ó ^0709),
12,46-48 (ó ccfreTcov... xod u.T| laLi(3ávcüv, v. S í i ^ x o s ] ; óvrJQ, en el v. 8, se halla en lugar 6. El adjetivo ávdgrójuvo? humano* apa- que fue recogida también en 1, 15 por unos cuan-
48) y la invitación imperiosa en 7, 37s (cf. de áv&Qcojrog, en el v. 7; cf. también 4, 8). F. rece 7 veces en el NT, y 4 de ellas en las Car- tos manuscritos (que la tomaron seguramente de
Prov 9, 5; Eclo 24, 19; 51, 23s) se dirigen a Mufiner, Der Galaterbrief (HThK), 71, llama tas paulinas. En 1 Cor 2, 13, en la discusión 3, 1), es una lectura secundaria. La razón princi-
todos y cada uno, porque todos y cada uno se la atención, a este propósito, sobre la semejan- acerca de la genuina erudición, el contraste pal para esta decisión en materia de crítica textual
hallan bajo el juicio, es decir, necesitan el za con Qumrán, pero señala también analogías entre la «sabiduría humana» y «el Espíritu es que motóc, ó Xóyog es una expresión caracte-
(de Dios)» acentúa el hecho de que las pala- rística de las Cartas Pastorales: teniendo en cuen-
agua viva. Por tanto, una persona puede rehu- con el AT (Sal 11, 3; 77, 37 LXX; Os 10, 2).
ta lo que se dice en 1 Tim 4, 9; 2 Tim 2, 11; Tit 3,
sar la fe (3, 19) o aceptarla (v. 21). De ahí que Se halla relacionada con esto una acentuación bras del Apóstol no son doctas por haberse
8, es congruente preferir también esta lectura en 1
sea más correcto hablar de «terminología anti- más intensa del juicio, bajo el cual se sitúa al aprendido por sabiduría humana, sino porque Tim 1, 15 y 3, 1.
tética» (antithetische Begrifflichkeit: Con- hombre (Sant 5, 9; 2 Pe 2, 9 [f|[xépa están llenas del Espíritu. Para Pablo la sabi-
zelmann, Theologie, 385) que de dualismo en XQÍoecog], también en 3, 7); Heb 9, 27; 10, 27 duría humana es «sabiduría según la carne» En el «discurso del Areópago» en Hech 17,
el sentido de una determinación natural (no es- [remitiéndose a ls 26, 11], y passim). La nor- (cf. 2 Cor 1, 12). 22-31, Pablo acentúa el contraste entre Dios y
tá clara la postura de G. Stemberger, La sym- ma para el juicio -como sucede ya en la tradi- Según 1 Cor 4, 1-5, el único criterio para el orden terreno y creado: Dios no habita en
bolique du bien et du mal selon saint Jean, Pa- ción sinóptica- son los erjya xov áv&oómov juzgar (1 vez tayü^oum; 1 vez xoúvoum; 3 templos hechos por manos de hombres (v.
rís 1970, 25-147). (Heb 13, 4; 1 Pe 1, 17; Ap 20, 12). Es tradi- veces á v a x Q Í v o n a i ) a una persona es la fi- 24b) ni es servido por manos humanas (v.
cional (cf. Me 13, 9; Le 23, 31) acentuar que delidad (jtiOTÓg). Puesto que los que le criti- 25a); el adjetivo acentúa la distancia entre las
5. En su comprensión de la existencia hu- el juicio comienza por la comunidad, por la fa- can en Corinto son jueces humanos, Pablo re- criaturas y el Creador.
mana, los demás escritos del NT (los denomi- milia de Dios (1 Pe 4, 17: olxog deoíj; cf. 1 chaza el juicio de esas personas acerca de la El adjetivo entraña más significado antro-
nados escritos tardíos) coinciden en gran par- Tim 3, 15). fidelidad de él; desde luego, es consciente de pológico en Sant 3, 7. Por no haber sido do-
te con las tradiciones esbozadas hasta ahora. Los escritos tardíos tienden a hacer mayor que también él no es más que un hombre, pe- mada, la lengua se ha convertido en un instru-
Conservan (juntamente con enunciados gene- uso de la terminología y de las ideas helenís- ro, en su calidad de apóstol, está sometido mento peligroso, cuando se pone de manera
rales como Jtag áv&Qcojtog) la idea del hom- ticas. Llegan a hacerse más numerosos (cf. ya únicamente al juicio del Señor (vv. 4s) y no a incontrolada al servicio de la instrucción. El
bre viejo y del hombre nuevo (Col 3, 9s; en el 1 Tes 5, 24) los enunciados dicotómicos y tri- un «tribunal humano» (v. 3). v. 7 lo explica: la (pvaic, humana es capaz, sí,
v. 10 véoc; [sin ccvfl'Qcojt.og] en vez de xaivóg; cotómicos acerca del hombre (1 Pe 2, 11; Heb de domar animales, pero es incapaz de domar
En 1 Cor 10, 1-13 Pablo recuerda como ad-
Ef 4, 22.24: el hombre x a t á fteóv se contra- 4, 12, y passim), y la tyv%r\ adquiere cierta in- la lengua humana (v. 8). El v. 8 interpreta el v.
vertencia aleccionadora lo que le sucedió a la
pone al JtaXouóg ávr>QC0Jtog), pero dentro de dependencia (1 Pe 1, 9: Oü)TT)QÍ,a tyijxc&v). A 7 en el sentido de que la yvoic, humana equi-
generación del desierto. La advertencia final
una relación más estricta con la práctica de lo pesar de todo, la unidad de la persona humana vale sencillamente al hombre en general.
dada por el Apóstol contra la falsa seguridad
que vemos en Pablo (cf. J. Gnilka, Der Ephe- permanece intacta, porque tyv%r\ y K\ev\ia 1 Pe 2, 13 habla de instituciones humanas:
en sí mismo (v. 11-13) resume el ejemplo de
serbrief, 30 ls); la afirmación cristológica de pueden usarse de manera intercambiable (1 se exhorta al cristiano a someterse a las auto-
esa generación: «No os ha sobrevenido ningu-
Ef 2, 15 de que de dos hombres opuestos (ju- Pe 3, 20) y tyv%r) puede designar a toda la ridades de gobierno (2, 13-17). Por amor del
na tentación que no sea común a los hom-
díos y gentiles) se ha llegado a formar un so- persona humana (1 Pe 3, 20b: óxtcb tyv%aí es Señor, el cristiano debe someterse a toda cre-
bres» (v. 13). El K£inao[xóg no es humano en
lo hombre nuevo (eíg eva xaivóv ávfrfjoojtov) antítesis de xod v\iaq en el v. 21). ación humana (jtáoT) áv&Qcomvr] xxíaei; Bi-
su origen, pero es humanamente soportable,
se trasforma así en un enunciado antropológi- Por principio, a la persona humana se la como lo confirma el v. 13s: la tentación no blia de Jerusalén: «a toda institución huma-
co. De manera parecida, el enunciado acerca puede designar como áv&Qcojtog xov •freoti. exige más de lo que puede soportarse huma- na»), porque representa el orden querido por
del «hombre interior» (3, 16: eow ávfrorojtog En 1 Tim 6,11 esta forma de dirigirse a una namente (cf. Bauer, Wórterbuch, s.v.). Dios en el ámbito humano.
sin el concepto complementario de 'é%m persona se refiere, sí, únicamente a Timoteo
Cuando Pablo diserta en Rom 6, 15-23 A. Sand
áv&Qcojtog) está tomado de la tradición pau- (la expresión aparece ya en el AT: 1 Re 2, 27;
lina, pero no apunta tampoco hacia un dualis- acerca de la vida nueva en Cristo, está ha-
Dt 33, 1) pero es, por un lado, un enunciado
mo cuerpo-alma, como muestra una compara- blando humanamente (cf. x a t á ávO'QCüJtov a v d u J i a t e ' U O ) anthypateuo ser procónsul
acerca de la pertenencia del hombre a Dios, y,
ción con 1 Pe 3, 4 (ó XQimtóg xfjc; xagóíac; ->• 3) «por causa de la debilidad de vuestra Hech 18, 12 Textus Receptus en vez de
por otro lado, un título asociado con el oficio
áv^-Qcojtog); en este último texto, el hombre carne» (v. 19). Pablo sabe que su propia ma- ávfhjjtáTcn) ovtog; MartPol 21.
del hombre. Por el contrario, en 2 Tim 3, 17 la
311 ávíhJJtciTog - 'Avvag 312 313 'Avvag - ÓVVOÍYCÜ 314

fue interrogado por él y conducido luego a palabras xccTecpdaQU.év xóv vofiv, áóóxuxoi
á v d Ú J i a t o ? , ov, ó anthypatos procón- 'Avvag, a Hannas Anas*
Caifas, que era a la sazón el sumo sacerdote JTEQL TT)V Jtíotiv (v. 8; cf. 2 Clem 13, 1); en
sul* Bibl.: Billerbeck II, 568-571; J. Blinzler, Der Pro- en funciones (v. 24). El evangelista refundió sentido figurado, refiriéndose a emociones, en
En Hech 13, 7.8.12 de Sergio Paulo; en 18, zefi Jesu, Regensburg "1969, 129-136; P. Gaechter, notablemente el material de la tradición para Le 6, 11: los escribas y los fariseos se infla-
12 de Galión; y en 19, 38, sin especificar. Los Der Hafi des Hauses Annas, en Id., Petras und seine
ajustado a su propia concepción. Probable-
Zeit, Innsbruck-Wien 1958, 67-104; J. Jeremias, Jeru- man de cólera insensata al ver que Jesús cura
procóncules eran los magistrados romanos mente, la fuente que le sirvió de base hablaba
salén en tiempos de Jesús, Madrid 1985; Id., en RGG en día de sábado, y al escuchar la interpreta-
que gobernaban las provincias senatoriales III, 66; Schürer II, 267-277; E. M. Smallwood, High sólo de un interrogatorio ante Anas, de tal ma- ción que él da del sábado. Y de esta manera
que se hallaban bajo administración civil, co- Priest and Politics in Román Palestine: JThSt 13 nera que la inclusión de Caifas es probable- manifiestan su insensatez y falta de entendi-
mo Chipre, Acaya y Asia. En latín pro consu- (1962) 14-34; M. Stern, en EJJ XIII, 1086-1088; A.
mente redaccional (así piensan F. Hahn, Der
Wikenhauser, en LThK I, 574. miento. ThWNT IV, 960s; DTNT IV, lis.
le equivale al griego ávíhmatog. Pauly-Wis- Prozefi Jesu nach dem Joh [EKK V 2, 1970],
sowa XXIII, 1232-1234, 1240-1279; LAW 1. El nombre es la forma abreviada de 23-96; R. Schnackenburg, El Evangelio se-
2442; BHH III, 1856-1858; Reicke, Zeitge- 'Avovog (en hebreo Hananiyá), que aparece gún san Juan III, [1980] 286s; en contra, A. ávoíyG) anoigd abrir
schichte, 171-174. también en griego con la grafía 'Avavog (uti- Dauer, Die Passionsgeschichte im Joh [StANT 1. Contenido semántico - 2. Usos particulares -
lizada por Josefo) y 'Avvag, y en hebreo con 30], München 1972, 68-71). 3. ávoi^ig, SiavoÍYü).
las grafías Hannin y 'Elhanñn. - Fuentes: Jo- Hech 4, 5-22 narra el interrogatorio de los
ávíi]fU aniemi soltar, abandonar, cesar* 1. El verbo significa en sentido transitivo
sefo, Ant XVIII-XX; Beil II; IV; V; Tos, Men apóstoles Pedro y Juan ante el Sanedrín. El
El verbo significa aflojar, soltar en Hech abrir, y en sentido intransitivo, estar abierto.
13, 21 = bPes 57a; SDt 14, 22. hecho de que Anas, antiguo sumo sacerdote,
16, 26 (aoristo primero pasivo; sujeto pasivo: Se usa también en voz pasiva. El verbo apare-
Anas era hijo de Seti y fue nombrado sumo fuera miembro del Sanedrín (v. 6) correspon-
xa. óscnm), y en 27, 40 (tág ^EiwtriQÍag, ce 77 veces en el NT (11 veces en Mateo, 1 en
sacerdote por el legado romano de Siria, Qui- de, sí, a las circunstancias del contexto histó-
«las amarras»); abandonar, dejar en Heb 13, Marcos, 6 en Lucas, 11 en Juan, 16 en He-
rinio. Como no pertenecía a una familia sado- rico, lo mismo que la manera de proceder de
5 (cita de Dt 31, 6); en sentido figurado en Ef chos, 5 en Pablo, y 27 en Apocalipsis). En la
cita, se cuenta entre los sumos sacerdotes ile- ese tribuna] supremo contra los cristianos. Pe-
6, 9, refiriéndose a las relaciones de los amos LXX es el equivalente del hebreo patah (106
gítimos. Pero, aun después de haber sido ro la forma concreta en que se presenta la es-
con los esclavos; áviévtec; TT]V cut.eiX.f|v, veces), paqah (10 veces) y de otros términos.
despuesto por el procurador romano Valerio cena será muy difícil entenderla como una fiel
«¡dejad las amenazas!» ThWNT I, 367s. Según el AT, Dios abre el seno humano (Gen
Grato, siguió conservando el título de sumo reproducción de los sucesos históricos con-
29, 31); la boca (Ex 4, 12.15 y passim; el ojo
sacerdote (Schürer II, 274s; Jeremias, Jerusa- cretos. En cambio, se ajusta muy bien a la téc-
(Gen 21, 19 y passim); el oído (Is 50, 5 y pas-
áv&EWS añíleos (adv.) sin misericordia lén, 177) y, lo más importante de todo, su nica de Lucas para componer literaria y teoló-
sim); la mano (Sal 145, 16). El empleo del
Sant 2, 13 Textus Receptus en lugar de áv- gran influencia. Sus cinco hijos ejercieron gicamente sus relatos.
término en el NT se parece al que se hace en
aeoc, ThWNT II, 483. también la función de sumo sacerdote: Elea- A. Weiser
la LXX; cf. DTMAT II, 519 sobre la expre-
zar (16-17 p.C), Jonatán (36-37), Teófilo
sión «abrir la boca» (= comenzar a hablar).
(37), Matías (42-43/44), Anas el joven (62) y
áviJlTO?, 2 aniptos no lavado* ávói]T05, 2 anoetos irrazonable, ignoran- Además de este uso neutro (en el lenguaje sa-
además su yerno José Caifas (18-36). La fami-
Dícese de la acción de comer sin lavarse las te, necio* cro), el verbo aparece muchas veces en el NT
lia de Anas, como sucedía en general con las
manos, es decir, con manos ritualmente impu- De personas: Le 24, 25 (en paralelo con con significación teológica.
familias de los sumos sacerdotes, no era muy
ras: Mt 15, 20; Me 7, 2; cf. 7, 5 Textus Re- pQa5etg Tfj xarjSía); Rom 1, 14: incultos (en
apreciada por el pueblo judío. La acusaban de
contraste con oocpolg, continuando el con- 2. En los escritos de Pablo ávoiYco es un
ceptus en vez de xoivaig. Billerbeck I, 695- soborno, corrupción, represión e intrigas.
traste entre "E\\i)OÍv re xcd pappáooig en término técnico del lenguaje misionero (1 Cor
704; ThWNT IV, 946s.
el mismo versículo); Gal 3, 1.3, de los gála- 16, 9: «porque se me ha abierto una puerta
2. En todos los lugares del NT en que apa- tas, que no comprenden la justicia basada en
rece el nombre de Anas, se hace referencia al grande y eficaz»; de manera parecida se ex-
áví<TTt]ju anistemi levantar, levantarse, la fe; de manera análoga en Tit 3, 3, del esta- presan 2 Cor 2, 12; Col 4, 3). En Pablo, Dios
resucitar antiguo sumo sacerdote Anas (6-15 p.C). La do que precedió a la fe (en paralelo con
afirmación que se hace en Le 3, 2 de que el es siempre el sujeto de la acción de abrir, nun-
-r> áváotaoig. áítei'&Eig y otros términos). De las necias
Bautista hizo su aparición en público en tiem- ca Jesucristo (cf., a propósito, J. Jeremias, en
concupiscencias en 1 Tim 6, 9 (en paralelo
po del sumo sacerdote Anas, está al servicio ThWNT III, 174; Billerbeck III, 631). De ma-
con pkxPeQág). DTNTIV, lis.
' A w a , a ? Hanna Ana* de la intención del autor de expresar «la sig- nera semejante, según Hech 14, 27, Dios
Profetisa que se hallaba en el templo, hija nificación universal del acontecimiento de abrió a los gentiles una puerta para la fe; en
de Fanuel, de la tribu de Aser (Le 2, 36). BHH Cristo» (H. Schürmann, Das Evangelium a v o i a , ag, i\ anoia insensatez, falta de en- Ap 3, 7 «Aquel que es santo, ... que tiene la
II, 646; Blaí3-Debrunner § 40, 1; 53, 4; G. nach Lukas I [HThK], 151). tendimiento* llave de David, abre». Pero el tema es dife-
Schneider, Das Evangelium nach Lukas (ÓTK), Jn 18, 12-24 refiere que Jesús fue llevado De los maestros de herejías en 2 Tim 3, 9, rente en la cita de los Sal 5, 10; 13, 3 en Rom
sub loco. ante el antiguo sumo sacerdote Anas (v. 13), explicándose esta expresión por medio de las 3, 13, que anuncia el juicio tanto sobre los ju-
315 ávoíyco - á v o u í a 316 317 á v o u í a - ávóu,cog 318

dios como sobre los gentiles: «Sepulcro abier- rollo que había sido sellado con siete sellos y Mateo); W. Gutbrod, ávo|úa, ávouog, en ThWNT IV, (22, 34-40). Por este motivo, los escribas y fa-
to es su garganta». Tenemos, finalmente, la ci- que contiene los acontecimientos escatológi- 1077-1080; A. Sand, Die Polemik gegen «Gesetzlosig- riseos, que pagan el diezmo de la menta, del
keit» im Ev. nach Mt und bei Paulus: BZ 14 (1970)
ta de 2 Cor 6, 11: «He hablado abiertamente». cos del fin de los tiempos (5, 2ss; 6, 1-12: 8, 112-125; W. Trilling, Untersuchungen zum 2. Thess,
eneldo y del comino, pero que descuidan la
Para los Sinópticos, Dios es el poder que 1; 10, 8; 10, 12). El término es también signi- London 1972, 75-93. justicia, la misericordia y la fidelidad, están
abre, el poder que se manifiesta en la acción ficativo en 3, 20: «Si alguno oye mi voz y abre «llenos internamente de hipocresía e iniqui-
salvífica de redención del Jesús terreno y del la puerta, yo entraré en su casa y cenaré con él 1. ávouía aparece 15 veces en el NT, dad» (23, 28; cf. 23, 23). Por esta misma ra-
Cristo escatológico de la parusía, pero que se y él conmigo». ávouog 9 veces (Me 15, 28 es una adición se- zón, los que causan escándalo (-> oxáv5a-
halla representado también en la actividad cundaria tardía, procedente de Le 22, 37; cf. X.ov xxX,.) por menospreciar la voluntad divina
salvífica de los discípulos y de los apóstoles. 3. ávoi^ig la acción de abrir* aparece úni- GNTCom 119), y ávóucog 2 veces. Si excep- (oí JToio,üvTeg/8QYa£óu.Evoi xr|V ávouíav)
En el bautismo de Jesús, el cielo se abre y Je- camente en Ef 6, 19: para que sea abierta mi tuamos Mateo (-> 4) y 2 Tesalonicenses (-> no tienen lugar alguno en el reino definitivo
sús ve descender al Espíritu de Dios (Mt 3, boca a fin de proclamar. - 8iavoíyw abrir* 5), parece que los autores del NT no muestran de Dios (13, 41; 7, 23).
16; Le 3, 21; cf., a propósito, Lentzen-Deis, aparece 8 veces en el NT: Le 2, 23 (Ex 13, 2), especial interés por ávouía %xk.
Die Taufe Jesu nach den Synoptikern, Frank- de la consagración de todo primogénito va- 5. En 2 Tes 2, 3, al adversario escatológico
furt a.M. 1970, 248ss). En el Sermón de la rón; Me 7, 34: abrir los oídos (es decir, abrir 2. ávouía, en primer lugar, designa senci- de Cristo se le llama ávfl-Qccmog xfjg ávouíag
Montaña (Mt 7, 7; Le 11,9) Jesús dice: «Lla- la inteligencia); Le 24, 31: abrir los ojos; llamente la falta de ley. El ávouog, entonces, («el hombre de iniquidad»). El versículo si-
mad y se os abrirá». En Mt 9, 30; 20, 33 Je- Hech 16, 14 (como en 2 Mac 1, 4): abrir el es aquel para quien no existe una ley o la ley; guiente no nos deja duda alguna de que el au-
sús cura a ciegos y abre sus ojos, porque en la corazón (es decir, hacer posible el entendi- tal era, a los ojos de los judíos, el gentil (Hech tor de 2 Tes recurre aquí a los tópicos tradi-
actividad redentora de Jesús se cumple en el miento); Le 24, 32.45; Hech 17, 3: interpretar 2, 23; 1 Cor 9, 21). Por esta razón, el gentil cionales de la apocalíptica judía (así piensa
presente la promesa anunciada en Is 61, lss. la Escritura (cf. G. Delling, «...ais er uns die peca ávóucüg (Rom 2, 12), es decir, indepen- Ernst 33-46; esta hipótesis se corroboraría
En la parábola de las diez vírgenes, Cristo, Schrift aufschlofi». Zur lukanischen Termino- dientemente de la ley (mosaica). Claro que aún más, si el ApEl, donde se dice igualmen-
que es el esposo escatológico, abre la puerta logie der Auslegung des AT, en FS Friedrich, ávouía puede designar igualmente el quebran- te que el «anticristo» es el «hijo de iniqui-
que da acceso a la basileia de Dios (Mt 25,11). 75-84); Hech 7, 56: los cielos abiertos. tamiento de la ley, y, por tanto, puede adquirir dad», pudiera atribuirse a círculos judíos; cf.
Sucesos cósmicos y apocalípticos muestran también el sentido de iniquidad y pecado (Mt J.-M. Rosenstiehl, L'Apocalypse d'Elie, Paris
P.-G. Müller
bien a las claras la significación escatológica 7, 23; Rom 4, 7; Heb 1, 9; 1 Jn 3, 4 y passim). 1972). Ahora bien, la expresión uiJ0xr|Qi,ov
de lo que sucede en el Gólgota, cuando a la Entonces el ávouog es el que comete trasgre- xfjg ávouíag («misterio de iniquidad», v. 7),
muerte de Jesús se abren los sepulcros y se le- ávoixo8o|wéa) anoikodomeo (re-)edificar sión contra una ley o contra la ley (Le 22, 37; con la que el autor de 2 Tes actualiza las ex-
vantan los muertos (Mt 27, 52). Dios (Le 1, 64; -y oíxooour|. 2 Tes 2, 8; 1 Tim 1, 9), y por tanto etr/a presiones av&Qümog xfjg ávouíag (2, 3) y
3, 21) y Jesús (13, 25) son los sujetos de la ac- ávoua son los actos contrarios a la ley (2 ávouog (Trilling, 81s), señala también hacia
ción verbal de abrir; un ángel del Kyrios abre Pe 2, 8). el ámbito de la apocalíptica judía (Braun,
las puertas de la prisión (Hech 5, 19; 16, 27) a á v o i | i 5 , Ecog, i\ anoixis abrir, acción de Qumran I, 235s). Para decirlo con otras pala-
fin de que la misión cristiana pueda seguir ade- abrir (la boca)
->• ctvoÍYü) 3. 3. Los escritores del NT emplean ávouía y bras, la ávouía, que ha de ser completada por
lante: Dios le abre a la Iglesia su futuro. ávouog en dos contextos: a) cuando se habla el ávfrocojTog Tfjg ávouíag (2, 3) o ávouog
En el Evangelio de Juan, el Jesús terreno, al de la redención obrada por Jesucristo (Rom 4, (2, 8), y que actúa ya en el momento presente
abrir los ojos de los hombres, actúa como ávojHa, ag, i\ anomia falta de ley, que- 7; Tit 2, 14; Heb 10, 17), y b) cuando se quie- mediante el uuaTriQiov Tfjg ávouíag, no es
quien nos trae la salvación escatológica de brantamiento de la ley* re realzar la incompatibilidad de una determi- simplemente la disolución general de costum-
parte de Dios (Jn 9, 10-32: cf. Is 35, 5; 42, 7; ávouog, 2 anomos sin ley, contrario a la nada conducta humana con la voluntad de bres que precederá al fin (Ernst, 61), sino que
Tob 10, 21). En el discurso acerca del buen ley* Dios y, por tanto, con el «mundo de Dios» es la destrucción del orden de cosas que lo
pastor, el que guarda la puerta del rebaño abre ávóucog anomos (adv.) no estando en pose- (Mt 7, 23; 23, 28; 24, 12; Rom 6, 19; 2 Cor 6, abarca todo y que se revela en el -> vóuog.
al pastor (Jn 10, 3). Se pregunta retóricamen- sión de la ley* 14; 2 Tes 2, 3.7.8; Heb 1, 9; 1 Jn 3, 4.
te si un demonio es capaz de abrir los ojos de 1. Aparición en el NT - 2. Contenidos semánticos - M. Limbeck
los ciegos (Jn 10, 21). 3. Campo referencial - 4. ávojxía en Mt - 5. ávo^úa, 4. Entre los evangelistas, Mateo es el único
El término desempeña un papel importante avo^og en 2 Tes. que habla de la ávouía del hombre. La expli- ávojio?, 2 anomos sin ley, contrario a la
en el lenguaje del Apocalipsis. Dios abre el Bibl.: M. Brunec, De «Homine peccati» in 2 Thess. cación de ello se nos ofrece en Mt 24, 12:
ley
cielo (Ap 19, 11), el templo (11, 19), el taber- 2, 1-12: VD 35 (1957) 3-33; J. E. Davison, ANOMIA donde la ávouía de los hombres aumenta, allí
-> ávouía.
náculo del cielo (15, 5) y la entrada al mundo and the Quesíion of an Antinomian Polemic in Matt- disminuye el amor de unos hacia otros (según
hew: JBL 104 (1985) 617-635; J. Ernst, Die eschatolo- Mateo); porque «la ley (->• vóuog) y los pro-
de las profundidades (9, 2). El acceso al plan gischen Gegenspieler in der Schriften des NT, Regens-
escatológico de Dios para la salvación, lo ha- burg 1967, 33-63; H. Frankemólle, Jahwebund und fetas» no son más que el desarrollo del man- ávójuog anomos (adv.) sin ley
ce patente el Cristo de la parusía al abrir el Kirche Christi, Münster i. W. 1974, 284-286 (sobre damiento de amar a Dios y de amar al prójimo -> ávouía.
319 ávogftóo) - ávTouto5í&a>[u 320 321 ávTcuto6í5ü)ux - ávxí 322

ávoQftów anorthod reconstruir, levantar ávtáXXaYM'a, a t o ? , TÓ antallagma algo verbo es siempre Dios. En el himno de ala- con un posible castigo (3, 25). Se realza de
de nuevo* ofrecido en trueque, contravalor* banza de Rom 11, 33-36 (cf., a propósito, Is manera especial la recompensa y el castigo en
Se emplea en sentido propio en Hech 15, 16 Me 8, 37 par. Mt 16, 26: ávxáMcxYu.cx xfjg 40, 13 y Job 41, 3) se habla siempre en senti- una «tabla de deberes domésticos para los es-
(cf. Am 9, lis LXX) para referirse a la re- ^ux'Hg, «¿Qué podrá dar un hombre a cambio do positivo acerca de la retribución divina (de clavos» (vv. 22-25), con la mirada puesta en
construcción de «la morada de David que ha de (la pérdida de) su vida?», es decir, ¿qué la acción divina de recompensar): Dios no el juicio futuro (v. 22b) y en la responsabili-
caído», es decir, para ganar a los gentiles; Le podrá dar para recuperarla de nuevo? La res- permite que le sobrepasen en cuanto a hacer dad que se tiene para con el Señor (vv. 22.23.
13, 13: jtarjaxQfju.a ávcoQ'frcóíhi (aoristo pri- puesta es: ¡Nada! ThWNT I, 252; Bauer, Wor- el bien. Sin embargo, lo ordinario es que la 24a y b).
mero pasivo), «ella pudo enderezarse al ins- terbuch, s.v.. idea de la retribución se halle asociada con el A. Sand
tante»; Heb 12, 12 (cf. Is 35, 3): Ató xág anuncio del juicio. 2 Tes 1, 6 promete una te-
jtaQeuiévag x£L°aS x a i T(* JtaQaX.eX'uu.éva rrible retribución a quienes «afligen» a la co- ávTcwió5o|wa, a t o ? , TÓ antapodoma re-
YÓvaxa ávoQ'&róaaxe, «¡Por tanto, enderezad ávtavaTíkl\QÓ(0 antanapleroó completar munidad. La aflicción (->•ftMAjHg,OX.ípcu, 4
vicariamente tribución, regalo hecho para corresponder
[= fortaleced de nuevo] las manos débiles y veces en 2 Tes 1-13) se halla en íntima rela- a otro regalo
las rodillas que flaquean!». ->• JtX.T]QÓCÚ 3 . C. ción con el futuro juicio de cólera (v. 5), que -> ávxa:jto8í5(Du.i 3. a.
está reservado para solo Dios (Rom 12, 9 y
ávóaiOS, 2 anosios no santo, sin piedad, ávTaJlo8í8o)ju antapodidomi retribuir* Heb 10, 30 en cita de Dt 32, 35; cf. también
CD 9, 2). ávtajióSoaig, ewg, r\ antapodosis retri-
impío* ávxoutóSona, axog, xó antapodoma retri- bución, recompensa
1 Tim 1, 9, em paralelo con f5E|i5r|X.oig: los bución* Lucas emplea el verbo 2 veces (14, 14) en -> ávxcmo6íSü)u.i 3. b.
impíos, para quienes se dio la ley; 2 Tim 3, 2, ávxajró8oatg, eoog, v\ antapodosis retribu- las instrucciones de Jesús a los anfitriones en
junto a áxáoiatoi., áoxoQyoi, etc. en el sen- ción* 14, 7-14 (material peculiar). La «regla relati-
va a la mesa», en el v. 13, que dice que uno ávTaJlo>t{HVOH.ai antapokrinomai repli-
tido de personas desprovistas de piedad; cf. 1. Aparición de estos términos en el NT - 2. Con-
ThWNT V, 491s; -> 00105. tenidos semánticos del verbo - 3. Sustantivos deri- debería invitar únicamente a los pobres (cf. car, discutir (con alguien)*
vados. Billerbeck II, 206s), porque ellos no son ca- Le 14, 6: ávxajtoxQtdfívaí TIQÓC, xaüxa,
Bibl.: G. Bornkamm, La revelación de la ira de paces de devolver el favor (v. 14a), adquiere «no pudieron responderle a eso»; Rom 9, 20:
b.vo*fj\, fjS* H anoche condescendencia, Dios (Rom 1-3), en Id. Estudios sobre el Nuevo Testa- ávxajToxrjivó[XEVog xq> freep, «querer pedir
en el v. 14b el carácter de un principio gene-
aplazamiento (del castigo)* mento, Salamanca 1983, 9-36; F. Büchsel, 5ÍS(Diu cuentas a Dios». ThWNT III,' 947.
En el NT este sustantivo se refiere siempre ral mediante la referencia escatológica:
yak., en ThWNT II, 171; H. J. Degenhardt, Lukas -
a una acción o actitud de Dios. En Rom 2, 4 Evangelist der Armen, Stuttgart 1965, lOOs, 104s; E. «porque serás retribuido en la resurrección
aparece entre xQiloxóxTig y u.axQO'fr'uu.ía, y Fascher, Vergeltung II. Im NT, en RGG VI, 1347- de los justos». (XVieijtov anteipon contradecir, replicar
se refiere a la condescendencia y la toleran- 1349; W. Pesch, Vergeltung I. ln der Schrift, en LThK (aoristo segundo)
X, 697-701. -> ávxiXÉYCü.
cia de Dios ante los delitos humanos, por me- 3. a) ávxajtóoou.a retribución* acentúa
dio de la cual Dios quiere conducir a los hom- 1. El verbo compuesto ->• ájT,o5í5tt)u,i, deri- la idea principal de la perícopa de Le 14, 7-14
bres al arrepentimiento y, al mismo tiempo, vado del verbo simple 6í6ü)u.i, adquiere me- (-> 2) en relación con un doble imperativo; el ávtéxoftai antechomai aferrarse a, esfor-
quiere poner de manifiesto en el juicio la diante el prefijo ávxí el carácter de lo que es término se encuentra en posición acentuada al zarse por*
arrogancia de los hombres. Rom 3, 26 es tra- definitivo e irrevocable. El verbo con el doble final del v. 12: invitación en reciprocidad. El En el NT y en la LXX este verbo aparece
dición pre-paulina y se refiere al aplazamien- prefijo aparece (cf. Morgenthaler, Statistik, caso es diferente en Rom 11, 9; la cita del Sal únicamente en voz media y rige siempre geni-
to del castigo divino, que se concreta en el 161s) 2 veces en Lucas (14, 14), 4 veces en las 68, 23 LXX (allí se usa ávxajró5ootg) apare- tivo. Mt 6, 24 par. Le 16, 13: el confiado ape-
perdón de los pecados anteriores (= cometi- Cartas paulinas (1 Tes 3, 9; 2 Tes 1, 6; Rom ce en el contexto de la idea de reprobación go del criado a su amo (lo contrario de xaxa-
dos antes de la venida de Cristo) por la muer- 11, 35; 12, 19) y 1 vez en Hebreos (10, 30). (Rom 11, 1-10). Lo que David hubo deseado cpQovr|aei); 1 Tes 5, 14: ávTÉ%E<y&E xrov
te de Cristo, y que - lo mismo que este per- ávxcmóbo\ia se encuentra en Le 14, 12 (en el una vez para sus enemigos, eso mismo ha su- ácrfrevcrjv, ayudar a los débiles; Tit 1, 9: afe-
dón- es signo de la oixcaooúvr] de Dios (cf. mismo contexto que 14, 14) y en Rom 11, 9, y cedido -según Pablo- a gran parte de Israel; rrarse a la «palabra fiel», quizás también en
E. Kasemann, An die Rómer3 [HNT], sub loco. ávxajróóooig aparece en Col 3, 24. En Rom el énfasis recae sobre el «escándalo» que ello el sentido de prestar atención a. ThWNT II,
ThWNT I, 360s; DTNTIII, 234s. 12, 19 y en Heb 10, 30 el verbo se encuentra supone (cf. la trasposición que Pablo hace en 827; Bauer, Worterbuch s.v.
en una cita de Dt 33, 25. relación con el texto de la LXX): la mesa
ávtaYWVÍ^íOfiai antagónizomai resistir, (preparada) para Israel será para ellos ocasión á v t í anti (con genitivo), en vez de, en lu-
luchar* 2. En las cartas paulinas, el sujeto del ver- de retribución. gar de, por*
Heb 12, 4: JtQÓg xr\v áu.aQxíav ávxctYü)- bo es tan sólo una vez el Apóstol mismo (1
Tes 3, 9): él se siente obligado a dar gracias a b) En Col 3, 24 ávxcutóSoaig significa re- 1. Aparición en el NT - 2. Significados - a) En
vi^óu-evoi, «en la lucha contra el pecado» (en compuestos - b) Como preposición - c) Como indica-
conexión con néxQic; ccí|xaxog ávxixaxéo- Dios por el gozo que le proporciona la comu- tribución en el sentido de recompensa, la cual ción de estructura sintáctica - d) Como término sote-
xryxe). ->• áycóv 5. nidad. En todos los demás casos, el sujeto del debe contemplarse, no obstante, en asociación riológico.
323 áv-üí 324 325 á v t í - ÓVTlXa-f)Í0TT|Ul 326

Bibl: (bibliografía específica sobre las preposicio- b) El contexto decide acerca del matiz de semántica de la preposición que establece un
nes en general: Bauer, Wórterbuch, 98; BlaG-Debrun- oposición expresado por la preposición usada a v i i S i a t l d E f i c u antidiatithemai oponer-
ner § 203-240); G. Dautzenberg, Sein Leben bewah- contraste entre personas. De esta manera, la se, resistir*
ren. 1/uxií in den Herrenworten der Evangelien, en sentido propio. También aquí domina el muerte de Jesús se interpreta como sacrificio
significado básico de «frente a». Esto explica Término del lenguaje coloquial culto; en el
München 1966, 98-107; J. Gnilka, Wie urteilte Jesús vicario de la vida, como ofrenda sustitutoria
über seinen Tod?, en K. Kertelge (ed.), Der Tod Jesu. los significados de en vez de, en lugar de, NT este verbo aparece únicamente en voz me-
Deutungen im NT, Freiburg i. B. 1976, 13-50; J. Jere- en favor de la vida de muchos, vida que había dia. En 2 Tim 2, 25, refiriéndose a la manera
por, en favor de, por causa de (en sentido neu-
mías, Rescate por muchos (Me 10, 45), en Id., Abba. quedado perdida por la culpa de ellos. Como suave de corregir a los que se oponen a los di-
El mensaje central del Nuevo Testamento, Salamanca
tro, positivo o negativo): ócp'fraÁ.fxóv ÓVVTL ócp-
X/ÚTQOV (el rescate que hay que pagar por la rigentes de la comunidad.
"1993, 138-151; K. Kertelge, Der dienende Menschen- UTAHOÜ: ojo por ojo (Mt 5, 38a); x a x ó v á v t i
manumisión de esclavos) significa ya el pago
sohn (Mk 10, 45), en FS Vogtle, 225-229; E. Lohse, x a x o ü : mal por mal (Rom 12, 17; cf. Mt 5,
Martyrer und Gottesknecht, Gottingen 1955, 117-122; de una compensación, entonces vemos que
38b; 1 Tes 5, 15; 1 Pe 3, 9); ávtáUccYna: di- á v t í 5 i X 0 5 , o v , ó antidikos (el) contrario
R. Pesen, Das Markusevangelium II, Freiburg i. Br. á v t í corresponde a la designación de una
1977, 162-164; J. Roloff, Anfange des soteriologis-
nero ofrecido a cambio (Mt 8, 37; cf. 1 Re (en un juicio), adversario*
conducta vicaria o sustitutoria. Más aún, la
chen Deutung des Todes Jesu (Mk. X. 45 und Lk. XXII. 20, 2; Josefo, Ant XIV 484); á v t i vtftvoc, En el griego bíblico, este término aparece
idea de expiación (cf. las preposiciones inter-
27): NTS (1972-1973) 38-64; A. Vogtle, Todesankün- ocpiv: una serpiente en vez de un pez (Le 11, casi siempre en un contexto judicial, siendo el
digungen und Todesverstandnis Jesu, en Kertelge, Der cambiables JTEQÍ [Mt 26, 28], VKÉQ [Me 14,
11; cf. Heb 12, 16: derecho de primogenitura juicio una imagen de las relaciones que exis-
Tod Jesu, 51-113; K. Wengst, Christologische For-
a cambio de comida); á v t i s\iov x a l OOÍJ: un 24, que es paralelo de Mt 26, 28], y ávxí [Me
meln und Lieder des Urchristentums, Gütersloh 1972, ten entre los hombres o entre el hombre y
estáter por ti y por mí, que (en sentido figura- 10, 45 par. Mt 20, 28]) puede estar presente
55-104. Dios (por ejemplo, Jer 27, 34 LXX); ¿VvúSi-
do) corresponde a nuestra obligación de pa- también (cf. la combinación en 1 Tim 2, 6: ó
xoc; aparece como extranjerismo en textos ra-
gar impuestos; á v t i xov naxoóc,, en lugar de bovq eavxbv ávúX.'UTrjov tutee Jtávtcov,
1. El uso de la preposición á v t í con geniti- bínicos. En Mt 5, 25 (bis), el camino que una
padre (Mt 2, 22); avft-vnaxoc,, pro-cónsul «quien se dio a sí mismo en rescate por to-
vo se halla muy reducido en la literatura de la persona recorre hacia el tribunal, en compañía
(Hech 13, 7). La idea de un intercambio o dos»). Desde la perspectiva de la historia de
Koiné en comparación con el griego clásico. de quien es la parte contraria en un proceso,
sustitución podría hallarse también presente las tradiciones, diríamos que el concepto no
En el NT aparece 22 veces rigiendo a sustan- es imagen del camino que el creyente recorre
en Jn 1, 16 (xáoiv á v t i %áQixoq: gracia so- se originó entre los judíos palestinenses (co-
tivos y pronombres (y 22 veces como prefijo con su hermano hacia el juicio escatológico
bre gracia, como un intercambio constante; mo creyeron Jeremías 138; Lohse, 118-120; (cf. Le 12, 58). En Le 18, 3 el término signifi-
de verbos); aparece generalmente en frases Roloff, 51s; Gnilka, 44s, y otros), sino entre
cf. BlaB-Debrunner § 208); 1 Cor 11, 15 (f) ca adversario en general.
hechas, y tiene un limitado ámbito de signifi- los judíos helenistas, entre los cuales se halla
nó\n\ ávcl JtEfJiPo^aíou: la cabellera en lu- En 1 Pe 5, 8, al oiá|3oX.oc; (singular en el
cados. atestiguada por vez primera la idea de pagar
gar de velo), y Heb 12, 2 (ávti... xaoác;... NT, cf. por lo demás VitAd 33) se le llama
oxavQÓv, en vez del gozo la cruz; el estudio como rescate una vida por una vida (2 Mac 7, ávTÍSixog. La imagen de un juicio difícil-
2. El significado de á v t í se determina por 37s; 4 Mac 6, 27-29; 17, 21s [ÓIVTLI|)IJXOV];
de J. Schneider en ThWNT VII, 577 ofrece mente desempeñará aquí papel alguno (dife-
el contexto y también por el campo semántico
una perspectiva no crítica, según la cual sobre los comienzos de la teología judía del rente opinión se manifiesta en ThWNT I,
principalmente de preposiciones afines que
ávtí, no el contexto, es lo que determina el martirio cf. Wengst, 62-75; cf. también Kertel- 374s); se trata, en general, del peligro que co-
definen también los aspectos soteriológicos
significado). ge, 231; Pesch, 162-164; más reservados son rren los creyentes a causa de los sufrimientos
de la muerte de Jesús (Siá, rceQÍ,, VKÉQ). Tan
Vogtle, 94-97, 101, 105, 107 y Dautzenberg, y tentaciones originados por el «maligno» du-
sólo en este campo semántico de preposicio-
nes cualificadas teológicamente y en relación c) El uso de ÓVVTL como indicador clásico 106). En Marcos y en Mateo es indiscutible rante este tiempo que precede al fin; cf. L.
con sustantivos es donde á v t í adquiere su de estructura sintática sigue ajustándose al que existe la idea de la expiación universal y Goppelt, Der erste Petrusbrief(KEK), sub lo-
perfil semántico. buen estilo helenístico (cf. LXX, papiros): vicaria efectuada por Jesús. Adquiere forma co. ThWNT I, 373-375; DTNT II, 75.
á v t i TotiTOU, por eso (Ef 5, 31), o ávfr' cov, en su influencia sobre la tradición eucarística H. Balz
a) El significado locativo original («frente a») en vez de, a causa de que (= porque) (Le 1, (Me 14, 24 par. Mt 26, 28) y en la recepción
no aparece atestiguado ya en el NT, pero determi- de Is 53, 10-12 (que tiene en el v. 12 ávr}' cov)
20; 12, 3; 19, 44; Hech 12, 23; 2 Tes 2, 10;
na fundamentalmente el uso de esta preposición avTÍOeai?, ecog, i\ antithesis oposición,
en sentido figurado, como en los compuestos Sant 4, 15). Aquí se contraponen entre sí ac- dentro de una perspectiva cristológica.
ciones o pensamientos. contradicción*
ávTi-jtaQ-fi>t'f}ev (Le 10, 31s): el sacerdote y el
levita pasaron de largo «frente a él»; ayxv-\h¡zi 1 Tim 6, 20 en el sentido de controversia,
H. Frankenmolle
x&> Kctíoaoi (Jn 19, 12): contradice al César; d) Es sobre todo de importancia teológica polémica (rfjg ijie'uSürv'úu.o'u yvcóaeoog).
ávxi-nínxexe t w nvzv\iaxi (Hech 7, 51): resistís la «fórmula de entrega de sí mismo» (Wengst
al Espíritu Santo; ávcL-xeiatóg (1 Jn 2, 18): 55ss) en Me 10, 45 par. Mt 20, 28: Soüvcu
aquel que se opone a Cristo; ávTÍ-5ixog (Mt 5, ftVTlPaX^O) antiballo arrojar contra, obje- á v t i x a d í f f T t i f i i antikathistemi resistir,
TT|V ij)'u%T)v aíiToxí XVXQOV ávxi noKk&v, en- tar, disputar*
25): adversario; OVXL-XVTCOC, (Heb 9, 24): antiti- ofrecer resistencia*
po. La oposición puede ser también neutra o tregar la propia vida como rescate, pago susti- Le 24, 17: A.óyoi... ove, ávxifiáXXsxe JIQÓC; Heb 12, 4: u¿xQlS od|ion;oc; ávTixoniéa-
amistosa (Me 14, 13; Le 8, 26; 10, 40; 20, 26; 24, tutivo por muchos, en lugar de los que son aX,X,r|X,o'ug, «cosas... que estáis discutiendo tT)Te, «resistir (al pecado) hasta derramar san-
17; Mt 6, 24; Rom 8, 26; Hech 20, 15.35. muchos. El contexto determina la estructura (tan apasionadamente) el uno con el otro». gre».
327 ávTixaXéa) - áviiu-iadia 329 cVrau.icr8xa - ávtiaxQaTe'úou.cii 330

ávTixa^éw antikaleó invitar a su vez* P8QV1ÍOEL5 ; ambos términos faltan en la lista BlaB-Debrunner § 154 nota 3, s.v. avxó: el ávTiJiaQéQX°H a i antiparerchomai pa-
Le 14, 12: se rechaza la idea de invitar a que sigue en los vv. 29s. En cuanto al uso del término corresponde aproximadamente a tóv sarse al otro lado del camino*
gente con la intención de que a uno le «invi- plural, cf. 2 Mac 8, 19; 3 Mac 5, 50. ThWNT aÜTÓv jtX,aTU0u.óv dbg ávtifxiadíav...). Cf. Le 10, 31 s, refiriéndose al sacerdote y al le-
ten a su vez» (xcd aútoi ávcixaX.éacooiv GE). I, 376. ThWNT IV 706s; R. Bultmann, Der zweite vita, los cuales ambos, al ver al hombre que
Korintherbrief (KEK), sub loco. había sido asaltado en el camino de Jerusalén
ávxikoyía, ag, i\ antilogia contradicción, a Jericó, pasaron de largo (junto a él) y cru-
á v T Í x e i n a i antikeimai ser opuesto, ser resistencia, rebelión* 'AvTióxewt) <*S Antiocheia Antioquía* zaron al otro lado (¿del camino? O posible-
contrario, estar en conflicto con* En sentido más técnico en Heb 6, 16 En el NT se mencionan dos ciudades que mente, cada uno de ellos dio un rodeo y pasó
Se usa como participio sustantivado en Le (jtáorig... ávtiAoYÍag Jtéoag... ó ooxog, «el
llevan este nombre: Antioquía de Siria y An- de largo). Cf. también -> ávxí 2. a. Ch. Bur-
13,17; 21, 15; 1 Cor 16, 9; Flp 1, 28; 2 Tes 2, juramento pone fin a toda disputa») y en 7, 7
tioquía de Pisidia. chard: ZNW 69 (1978) 149-151.
4 (con referencia al Anticristo), y en 1 Tim 5, (XCOQig 5é Jtácrng ávtiloYÍcxg, sin discusión
14 en el sentido de adversario, enemigo. En alguna). En 12, 3 en el sentido de resistencia; 1. Antioquía de Siria, situada junto al
Gal 5, 17 se dice que Jtveü|xa y O&Q% «son de manera semejante en Jds 11: «por la rebe- Orontes, fue la residencia de los Seléucidas y,
opuestos el uno al otro» (áXky\koic, ávxí- lión de Coré perecieron». ávTiJia()f¡X,dov antiparelthon pasarse al
a partir del año 64 a.C, del legado romano de
xeiTcu). 1 Tim 1,10, en una lista de vicios, ha- otro lado del camino
la provincia de Siria. Llegó a ser la tercera
ce referencia a cosas que «son contrarias a la Aoristo segundo de -> ¿VvTun;aQ£Qxou.ai.
ávTi^OlSoQÉG) antiloidoreó responder ciudad más importante del Imperio Romano
sana doctrina». (después de Roma y de Alejandría). Se men-
con maldición*
ciona en Hech 11, 19s (a propósito de la mi- A v w i á g , á Antipas Antipas*
Dícese de Cristo en 1 Pe 2, 23: Xoióoocú- sión entre los gentiles), en el v. 22 (presencia
ayXlKQVC, antikrys (adv.) frente a* ¡xevog OÍJX ávt£X,oi,8ÓQei.. Nombre de un mártir cristiano de Pérgamo
de Bernabé en Antioquía como delegado de (Ap 2, 13). El nombre es probablemente una
Se usa como preposición impropia con ge- Jerusalén), en el v. 26 (dos veces: presencia
nitivo en Hech 20, 15: «frente a Quíos». ávtíXuTQOV, OV, TÓ antilytron rescate forma abreviada de 'AvtíJtatQog.
de Pablo en Antioquía; origen del término
BlaB-Debrunner § 21 nota 4; 214, 3. -> I.VXQOV. XoiOTiavoí), en el v. 27 y en 13, 1; 14, 26;
15, 22.23.30.35; 18, 22; Gal 2, 11. 'AvtiJiaf píg, í5og Antipatris Antípatris*
ávTlXauPávojiai antilambanomai venir ávtijlETQéo) antimetreo medir a su vez* Guarnición militar en la calzada de Jerusa-
en ayuda de, preocuparse de* En Le 6, 38 (par. Mt 7, 2 Textus Receptus) 2. Antioquía de Pisidia (Estrabón XII, 8, lén a Cesárea, en la frontera de Judea. Según
como razón para no juzgar los unos a los 14 ad Pisidas) se hallaba situada en la región Hech 23, 31, Pablo y su escolta romana (¡in-
En el NT el verbo se usa únicamente en voz
otros. Por el contrario, formulaciones pareci- dé Frigia en la provincia romana de Asia; en tegrada por 470 soldados!, v. 23) pasaron la
media: con referencia a personas (Le 1, 54;
das en la literatura rabínica (por ejemplo, So- tiempo de Agusto fue colonia romana. Se
Hech 20, 35) o a cosas (eveQyeaíaq) en 1 noche en Antípatris. BHH I, 102.
ta 1,7) tienden a establecer una norma para menciona en Hech 13, 14 (a propósito de la
Tim 6, 2: dedicarse con empeño a. ThWNT I, fundación de la comunidad de aquel lugar por
375s. juzgar; cf. ThWNT IV, 636s.
Pablo y Bernabé); 14, 19 (judíos de Antio- ávTiJiéjja antipera (adv.) frente a*
quía, cf. 13, 50), v. 21; 2 Tim 3, 11. En el NT una preposición impropia que rige
ávTlXéyft) antilegó contradecir, oponerse* á v T i m a d í a , ag, t| antimisthia remunera-
ción, recompensa* RAC I, 461-469; LThK I, 648-650; RGG I, genitivo: Le 8, 26 refiriéndose a la región de
El verbo aparece 11 veces en el NT; de ellas los gerasenos, que se hallaba situada al lado
7 en los escritos de Lucas (Le 2, 34; 20, 27; Esta forma se halla atestiguada únicamente 545; G. Downey, A History ofAntioch in Syria
en los escritos paulinos y post-paulinos. Se from Seleucus to the Arab Conquest, Princeton opuesto de Galilea, es decir, en la orilla del
21, 15; Jn 19, 12; Hech 4, 14; 13, 45; 28,
emplea in sensu malo en Rom 1, 27: TT|V ¿VV- 1961; BHH I, 98s; LAW 180s; J. Lassus, en lago que quedaba frente a Galilea.
19.22; Rom 10, 21; Tit 1, 9; 2, 9). Le 2, 34: ANRWII/8, Berlin 1977, 54-102; TREIII, 99-
Tiu.icr(Kav f\v soei... áftoX.a[i|3ávovT£g, «re-
or|U.eíov ¿VVUX.EYOU.EVOV', «una señal que ex- 103; R. E. Brown-J. P. Meier, Antioch andRo-
cibiendo la recompensa correspondiente», pa-
perimentará contradicción»; 20, 27, con infi-
ra referirse a las relaciones homosexuales me, London 1983, 11-86; D. S. Wallace-Ha- ávTiJÚJlTG) antipiptd resistir, oponerse*
nitivo: «estar en desacuerdo diciendo que...» drill, Christian Antioch, Cambridge-London En Hech 7, 51 dícese de los judíos que
entre hombres como un castigo decretado por
1982. siempre resisten al Espíritu Santo.
Dios porque no le habían tributado la gloria
ávuXtln.t|H£, £fi>5, r\ antilempsis ayuda, que le debían. En 2 Cor 6, 13 Pablo pide a la H. Balz
asistencia* comunidad que le abran sus corazones como ávTiaiQaTEVOHai antistrateuomai hacer
El plural en 1 Cor 12, 28 se refiere a la la- él se lo había abierto a ellos: TT)V SE auTryv 'AvTio/eíig, ewg, ó Antiocheus antioque- la guerra contra*
bor de organización, más bien técnica, dentro ÓCVTIUIO'ÍKCÍV. .. n\axvv&i]XE xcd v\xzlg. El no* En sentido figurado en Rom 7, 23: «la ley
de la comunidad. Pablo la entiende (polémi- acusativo debe entenderse probablemente co- Hech 6, 5, refiriéndose al prosélito Nicolás, del pecado, que está en guerra con la ley de
camente) como carisma, juntamente con xv- mo un objeto interno de nl.a.xvvftr\XE (cf. que era natural de Antioquía de Siria. mi razón».
331 ávtLTáaooum - á v á / o i o t o s 332 333 ávTLXQiarog - ávco 334

á v T i t á o o o f i a i antitassomai oponerse, historia de la teología, a) Los pares de con- muy difundida, de una oposición contra Yahvé).
La literatura de Qumrán ofrece paralelos más le- á v i ^ O S , 2 anydros falto de agua, desierto*
resistirse, ofrecer resistencia* ceptos en contraste son comunes generalmen-
janos en el «hombre de la mentira» (lQpHab 2, 1; Dícese del desierto, donde buscan morada
Rom 13, 2: ó cxvutaaaóiievog TTJ é | o u - te, sobre todo en el lenguaje antiguo (empera-
CD 8, 13; 20, 15), en el «sacerdote impío» (lQp- los demonios (Mt 12, 43 par. Le 11, 24); 2 Pe
oíg, «aquel que resiste a la autoridad del Es- dor - antiemperador; caudillo - anticaudillo;
Hab 8, 8) y en el «hombre de violencia» (CD 1, 2,17: jiriYal avuSrjoi, «manantiales sin agua»,
tado»; con personas como objeto de la acción papa - antipapa); el par de conceptos Cristo - 14). Sin embargo, no se observa una influencia imagen de lo que son los maestros de herejías;
verbal, en el sentido de oponerse a: Sant 4, 6; Anticristo se ajusta a este esquema, b) El directa. una imagen parecida es vecpéXcu ávuófjoi
cf. 1 Pe 5, 5; Sant 5, 6. Usado en sentido ab- trasfondo teológico específico hay que bus-
•ÚJTÓ ávéu.ü)v JiaQa(peQÓu.evoa, «nubes sin
soluto en Hech 18, 6: cuando ellos adoptaron carlo en la idea de un poder enemigo de Dios, c) Las reservas manifestadas de vez en cuando
contra la derivación mítica son insuficientes para lluvia llevadas por los vientos», en Jds 12.
una actitud hostil. que existía ya en el mito.
cuestionar los resultados de la investigación en
materia de historia de las religiones, resultados
3. Podemos remontarnos más o menos cla- que, en su núcleo fundamental, son indiscutibles.
ávTÍTVJIOg, 2 antitypos lo que correspon- avujtÓJtjHTOg, 2 anypokritos sin hipocresía
de a; (como sustativo) copia, reproduc- ramente a la prehistoria de la idea del Anti- El motivo de una lucha protológica y escatológi-
cristo, basándonos en el desarrollo que tuvo ca de la divinidad contra los poderes de destruc- ->• újtoxQixf|g.
ción ción no sólo es un rasgo universal de las interpre-
-> T/ímog. a) en el NT, b) en la apocalíptica judía y c) en
taciones míticas del mundo, sino también un
la mitología.
elemento que sustenta a la apocalíptica veterotes- á v i m ó t a X T O S , 2 anypotaktos no someti-
tamentaria y judía y a la apocalíptica cristiana.
ávTÍXQlotO?, 01), ó antichristos Anti- a) El antagonista en 2 Tes 2, 1-11 es una do, insubordinado, rebelde*
cristo* personalidad individual que posee las notas Hay tres ejemplos del plural de este término
4. El concepto del antagonista no es uni- en las Cartas pastorales: juntamente con cívo-
1. Empleo del término en el NT - 2. Origen del características del adversario de Dios, del fal- forme en el NT. A pesar de la personifica-
concepto - 3. Su prehistoria - 4. La imagen global en so profeta y del Anticristo. El Apocalipsis u,og, al principio de una lista de vicios propio
el NT. ción originada por la ley del contraste con la
distribuyó este complejo de ideas entre varias de personas insubordinadas, a causa de las
figura de Cristo, la imagen global - a pesar
Bibl.: A. Arrighini, V Anticristo, Torino 1945; W. figuras míticas (Ap 13, 1-9.11-19; 11, 7; 12; cuales se dio la ley (1 Tim 1,9); refiriéndose a
Bousset, Der Antichrist in der Überlieferung des Ju-
de todo- sigue siendo dispar. Tan sólo en el
20, 2) sin intentar llegar a una uniformidad. los hijos rebeldes, que no convienen a un
dentums, des NT und der alten Kirche, Gottingen período que siguió al NT vemos que los mo-
1895; D. Buzy, Antéchrist, en DBS I, 297-305; M. Aquí, extrañamente, la idea del Anticristo tivos tradicionales y los nuevamente descu- obispo (Tit 1, 6); refiriéndose a los maestros
Brunec, De «homine peccati» in 2 Thess 2, 1-12: VD permanece poco nítida. Las referencias con- biertos se condensan en la imagen uniforme de herejías (Tit 1,10). En Heb 2, 8 se dice que
35 (1957) 3-33; J. Ernst, Die eschatologischen Ge- temporáneas al emperador romano nos hacen «él [Dios] no dejó nada que no estuviera suje-
genspieler in den Schriften des NT, Regensburg 1967; del Anticristo.
ver claramente que las implicaciones en los to a él (al hombre)». ThWNT VIII, 48.
Haag, Diccionario, s.v. Anticristo, 107s; E. Lohmeyer, J. Ernst
Antichrist, en RAC I, 450-457; V. Maag, Der Antich- asuntos de este mundo forman parte de la es-
rist ais Symbol des Bósen, en Das Bóse, Zürich 1961, tructura fundamental de la figura del adversa-
63-89; B. Rigaux, VAntéchrist et l'opposition au Ro- rio. El conocimiento del adversario personal ávtkév) antleo sacar (agua)*
yaume Messianique dans VAnden el le Nouveau Tes-
avo) ano (adv. de lugar) arriba, hacia arriba*
tament, Gembloux-Paris 1932; J. Schmid, Der Anti-
parece hallarse indicado en la «abominación Con TÓ vbiOQ como objeto de la acción ver-
christ und die hemmende Machí: ThQ 129 (1949) de la desolación» de Mc 13, 14, pero en su bal en Jn 2, 9; 4, 7; usado en sentido absoluto Bibl: Bauer, Wórterbuch, s.v.; BlaB-Debrunner §
323-343; R. Schnackenburg, Cartas de san Juan, Bar- totalidad la figura es esquemática y sin colo- 103, 205, 2; F. Büchsel, ávco, ávonepov, en ThWNT
en 2, 8; 4, 15. I, 376s; J. Gnilka, Carta a los filipenses, Barcelona
celona 1980, 174-181; H. Schlier, Vom Antichrist, en rido. Entre las fuentes literarias de Marcos
Schlier I, 16-29; W. Stáhlin, Die Gestalt des Antichris- 1987 (sobre Flp 3, 14); Liddell-Scott, s.v.; D. Mollar,
ten und das Katechon, en FS f. J. Lortz II, Baden-Ba- parecen haberse contado principalmente al- en StEv I, 321-328 (sobre Jn 8, 23); Moulton-Milli-
den 1958, 1-12; G. Strecker, Der Antichrist. Zum reli- gunos acontecimientos de la historia contem- avtX/ijjia, a t o g , t ó antléma cubo (para gan, s.v.; Schwyzer, Grammatik I, 550; II, 415s; cf.
gionsgeschichtlichen Hintergrund von Uoh 2, 18.22; poránea (Antíoco IV Epífanes, la destrucción sacar agua)* 536s.
4, 3 und 2Joh 7, en FS Klijn, 247-254; Id., Die Johan- Jn 4, 11; «Señor, no tienes cubo para sacar
del templo en la Guerra de los Judíos). En las
nesbriefe (KEK), Gottingen 1989, 123s, 337-343.
agua». 1. ávco es un adverbio de lugar, formado
Cartas de Juan, la figura escatológica se con-
con una -cu final, lo mismo que xáxeo, eíaco,
virtió en una «cifra» polémica en las contro-
1. En el NT el término ó ávxíxQioxoc, apa- ÓJiíaco (y cf. cb-Se; Schwyzer 1550). Tiene no
versias cristológicas: el Anticristo es aquel
rece únicamente en las Cartas de Juan (1 Jn 2, ávtoqj'daXíiétO antophthalmeo mirar di- sólo el sentido de arriba sino también de ha-
que niega a Cristo.
18 bis.22; 4, 3; 2 Jn 7). Pero la idea básica ex- rectamente a la cara* cia arriba. El uso atributivo con artículo apa-
presada por este término, se halla mucho más En el NT, este verbo aparece únicamente en rece a partir del siglo V a.C. (Schwyzer II,
difundida. b) La apocalíptica judía y sus antecedentes en sentido figurado: en Hech 27, 15, una nave es 415). El NT consigna los siguientes ejemplos
el AT se reconocen de manera más o menos clara
en las figuras del antagonista que aparecen en el azotada por una tormenta y «no puede ya po- del uso del adverbio: 3 en Juan, 1 en Hechos,
2. El origen del término se explica por ra- NT (Dan 11, 36; Ez 28, 2; cf. 2 Tes 2, 4; ApBar ner proa al viento» (u,T| 8'uvaLiévo'u ávx- 2 en las Cartas paulinas, 2 en Colosenses, y 1
zones de a) la historia del lenguaje y de b) la [sir] 36-40; 4 Esd 5, 6; AsMo 8,1, y en la idea, ya o<pv}cdu.etv tcp ávéfxro). en Hebreos.
335 ávco - otva>T£Qix<x; 336 337 avcoTeoixóg - cííjiog 338

2. a) En el sentido de arriba, ávco aparece 1. ávco'dev, que es un adverbio que apare- de Asia, cruzadas por Pablo según 18, 23. 1. Este adjetivo está relacionado etimoló-
en la combinación ecog ávco, hasta el borde ce 5 veces en Juan, 1 vez en cada uno de los Luego, el Apóstol desciende (!) (xaxsX.deiv) gicamente con palabras que significan «pe-
(Jn 2, 7). En Hech 2, 19 (en una amplificación Sinópticos, 1 vez en Hechos, 1 vez en las Car- a Efeso. Sobre el debate acerca de si el térmi- sar», «balanza», y denota lo que eleva el otro
de una cita de Jl 3, 3 LXX) es sinónimo de év tas de Pablo, y 3 veces en Santiago, se deriva no significa «tierra adentro» o «región monta- platillo de la balanza (Foerster, 378). En sen-
oíiQavcp, arriba en el cielo. Pablo conoce el de la preposición áv(á), del sufijo advervial -co ñosa», cf. E. Haenchen, Apostelgeschichte1 tido estricto significa equivalente, digno, apro-
uso con el artículo: f) be. ávco TeQotiaaXriu. (-> ávco 1) y de la terminación -í>e(v: siempre (KEK), sub loco. piado; en sentido amplio, indica la correspon-
es la Jerusalén celestial, que contrasta con la en el NT) como genitivo-ablativo (Schwyzer, dencia entre dos magnitudes.
Jerusalén actual (v. 25). En Col 3, 1.2 se ex- Grammatik I, 618; II, 439s y 536s) y significa
horta a la comunidad: xa ávco ¡¡-nxelxe/ de arriba, arriba, de nuevo (Schwyzer II, ávtóTEOOV, anóteron (adv.) más arriba, 2. á^tog es muy raro en la LXX, a pesar de
cpQovette: ¡buscad, poned vuestra mente en 536) o desde el principio, desde hace mucho más alto* que la temática expresada por esta palabra es
las cosas de arriba! Parece que ya en Jeno- tiempo (-> 2. b). Este comparativo de ->• ávco (la forma más muy interesante. Ahora bien, el término es
fonte (An IV, 3, 25; cf. De Equitandi Ratione corriente en ático es ávcoxéQco) se emplea en frecuente en los papiros, y, juntamente con el
1, 2) xa ávco es un término geográfico que 2. a) En la significación espacial (de) arri- Le 14, 10 para referirse al lugar de honor si- adverbio á|ícog, aparece 47 veces en el NT
contrasta con xó jteSíov. En Juan xa ávco de- ba, ávcodev, reforzado por á:r(ó) o e?; (cf. tuado más arriba en la mesa, y por tanto más (Morgenthaler, Statistik, 75).
signa el mundo de Dios, del que viene Jesús BlaB-Debrunner), aparece en Me 15, 38 par. cerca del cabeza de familia; en Heb 10, 8 dí- Además del impersonal á^tóv éoxiv, con-
trayendo el mensaje divino: Yo procedo de Mt 27, 51 (ájt' ávcoÜEV ecog xáxeo, de arriba cese de un pasaje citado que se halla más viene (por ejemplo, 2 Tes 1, 3) y del uso ab-
arriba (Jn 8, 23; cf., a propósito, Mollat). abajo) y en Jn 19, 23 (éx xcov ávcofrev, que arriba, es decir, anteriormente; en contraste soluto (Mt 10, 11.13), áí;iog aparece general-
en este caso es sustantivo, desde arriba). En con xóxe en el v. 9: «Habiendo dicho más mente en el NT con un genitivo como término
b) ávco aparece con el significado de hacia el sentido de del cielo, de Dios ávcoftev apa- arriba..., añadió luego...». de comparación (por ejemplo, «no es digno
arriba, hacia lo alto, en Heb 12, 15, que se rece en Jn 3, 3: a menos que uno nazca de de mí», Mt 10, 37s) o con un infinitivo (por
refiere a la raíz que (sale y) brota a lo alto. arriba (cf. v. 7; 1, 13); es, desde luego, una ejemplo, «ya no soy digno de ser llamado tu
<XVO)(P£XT|S, 2 anofeles sin provecho, in- hijo», Le 15, 19.21).
Según Jn 11, 41, Jesús alzó los ojos a lo alto manera de hablar enigmática y Nicodemo la
útil, inservible*
(para orar; cf. Me 6, 41 par.), con un segundo entiende equivocadamente en el sentido de de El empleo que en el NT se hace de este tér-
uso de f|Q8v en el versículo. eH ávco xXfjoag Tit 3, 9, con u.áxcuoi, para referirse a las
nuevo (3, 4; cf. Leroy). Según el v. 31, Jesús mino abarca un amplio espectro. Rom 8, 18
en Flp 3, 14 es la vocación hacia arriba, la controversias que de nada sirven; úsase como
es Aquel que viene de arriba. La autoridad de utiliza á^iog para comparar dos magnitudes y
vocación celestial, por referencia no a su ori- sustantivo en Heb 7, 18: 8iá xó avxf\c, áa-
Pilato le ha sido dada de arriba (19, 11). To- establece un contraste entre el sufrimiento del
gen, sino a la meta y al premio del llama- devég xod ávco<peX.ég, «el mandamiento ante-
do don bueno... viene de arriba, es decir, del tiempo presente y la gloria futura; el uso im-
miento (cf. Gnilka, sub loco; el paralelo lin- rior se anula por la debilidad e inutilidad (de
Padre (Sant 1, 17; cf. 3, 15.17: la sabiduría personal de á^iog en 1 Cor 16, 4 presupone
güístico, citado por él, de ApBar [gr] 4, 15 no la Ley)».
que procede de arriba). también un juicio emitido después de cuida-
hace al caso, porque, según la edición de Pi- dosa ponderación. En el logion de Mt 10, 10
card [1967], la lectura correcta es r| ává- á | í v t | , US, r\ axine hacha* par. Le 10, 7 y en 1 Tim 5, 18, el término des-
b) Un significado temporal en el sentido de
>íXr]aiq). cribe positivamente el salario que debe recibir
desde hace mucho tiempo aparece en Hech Mt 3, 10 par. Le 3, 9, en la predicación de
J. Beutler 26, 5 (cf. PapOxy II, 237, 8, 31; cf. también Juan el Bautista en la que anunciaba el juicio: el trabajador. En Le 23, 15 y en la mayoría de
Rinaldi). «El hacha está ya puesta a la raíz de los árbo- los ejemplos en que este término aparece en
les». La imagen subraya la inminencia e ine- Hechos, se emplea la palabra en sentido nega-
ávíóysov, ov, TÓ anogeon habitación del
c) La significación de nuevo se expresa en vitabilidad del juicio. tivo para expresar que un delito merece la
piso de arriba muerte. 1 Tim 6, 1 emplea el término á|iog pa-
Textus Receptus in Me 14, 15 par. Le 22, Gal 4, 9 mediante jtaX.iv, que se halla en pa-
ralelo con ávcoftev, y en Jn 3, 3 mediante ra referirse al respeto y aprecio que los escla-
12 en lugar de -> cxvctYCXiov. "fe -i
vos deben mostrar hacia sus amos. La forma
SeúxEQOV que es la forma en que Nicodemo a^iog, 3 axios digno, apropiado
lo interpreta en el v. 4 (-> a; sobre el v. 3 cf. 1. Etimología y significado - 2. Aparición, cons- negativa ává^iog, indigno, en 1 Cor 11, 27,
ávwfrev anothen (adv. de lugar) de arriba* Josefo, Ant I, 263). trucciones y uso de este término en el NT - 3. agioto. se refiere a la celebración indigna de la Cena
Bibl.: Bauer, Worterbuch s.v.; BlaB-Debrunner § J. Beutler Bibl.: Bauer, Worterbuch, 154-156; W. Foerster,
del Señor.
104, 2; F. Büchsel, ávwftEV, en ThWNT I, 378; H. Le- í%05 x-d., en ThWNT I, 378-380; Moulton-Milligan, El Apocalipsis emplea el adjetivo para ex-
roy, Rátsel und Mifiverstándnis. Ein Beitrag zur Form- 50s; V. Pisani, Etimologie greche e latine, en Studia presar la asignación escatológica de recom-
geschichte des Johannesevangeliums (BBB 30), Bonn ávwTEQixóg, 3 anoterikos más alto, tierra classica et orientalia Antonio Pagliaro oblata III, Ro-
1968, 124-136 (sobre Jn 3, 3.7); Liddell-Scott, s.v.;
pensa y de castigo (3, 4; 16, 6). En tensión
adentro* ma 1969, 157-167, 161s; G. Rinaldi, Ebraico sóweh e
Mayser, Grammatikll, 240; Moulton-Milligan, s.v.; G. greco alto?: BeO 6 (1963s) 127; E. Tiedtke, á§iog, en con esto se halla el sentimiento de la propia
Rinaldi: Bibbia e Oriente 6 (1965) 354-358 (sobre Le Hech 19, 1 se refiere a las regiones altas, es ThWNT II, 1047s; K. Stendahl, Ǥ105 im Lichte der indignidad que se experimenta al encontrarse
1, 3); Schwyzer, Grammatik I, 618; II, 439s, 536s. decir, a las regiones montañosas del interior Qumran-Holle: NSNU 7 (1952) 53-55. uno con Dios (cf. Le 15, 19.21) y con la per-
339 á | i o g - ctJT.cúSe'UT.oc; 340 341 ájraÍQop,ai - ájtavTáco 342

sona de Jesús, sentimiento que, desde luego, á j l á y a ) apago conducir, llevar* á a i a í p o f i a i apairomai quitar, arrebatar* comunidad del pueblo de Israel» (ám]Kko-
se expresa por medio del término ->• Ixavóg En el NT se usa únicamente en voz pasiva: TQi(0u.évoi Tfjg noXixeíac, roí) Tofjar|X). Ef
Bibl.: H. Conzelmann, Der erste Brief an die Ko-
(Mt 8, 8 par.). Como resultado de esta con- rinther, Gottingen "1969, 240-243; E. Klostermann, Me 2, 20 par. Mt 9, 15 y Le 5, 35 en el logion 4, 18 describe a los gentiles como ájtr|X-
ciencia y en consonancia con la teología pau- Das Matthausevangelium, Tübingen 4 1971, 68s; G. sobre el esposo que un día será arrebatado a ^OTQUDUÍVOI tfjg £cofjg Toü #8otí, «exclui-
lina, Pablo utiliza el adverbio á|ícug única- Schneider, Die Passion Jesu nach den drei alteren los invitados a la boda. dos de la vida de Dios». Col 1, 21 los descri-
mente en la parénesis (Rom 16, 2; Flp 1, 27; 1 Evangelien, München 1973, 43-117. be como alejados (de Dios) y, al mismo
Tes 2, 12), para designar la finalidad y el mo- cutáyo) aparece 15 veces en el NT. Aparte tiempo, como zypQovg. ThWNT I, 265s.
tivo de toda acción cristiana (Foerster, 380). d j i a i t é o ) apaiteó exigir la devolución, re-
de 1 Cor 12, 3, el término aparece únicamen- clamar*
te en los Sinópticos y en Hechos (3 veces en Le 6, 30: los bienes que nos han sido roba- (XJtaXog, 3 hapalos tierno, fresco*
3. á|ióo> considerar digno (o apropiado), Marcos, 5 en Mateo, 4 en Lucas y 2 en He- dos o que nos han sido sustraídos, no hay que En Me 13, 28 par. Mt 24, 32 dícese de los
pedir, se emplea también frecuentemente en chos). En el significado de llevar (Bauer, exigir que se nos devuelvan; 12, 20: la vida brotes de la higuera, que en verano están lle-
textos profanos para expresar el deseo de algo Worterbuch, s.v.), este verbo suele acercarse del rico agricultor, Dios se la reclamará o le nos de jugo y echan hojas.
(Moulton-Milligan 5 1 ; cf. Hech 28, 22). El mucho al significado del verbo simple (->• exigirá su devolución (como si de una deuda
empleo que el NT hace del verbo con un acu- áyeo). Se usa en sentido intransitivo para re- se tratase); cf. Le 12, 48 D. ThWNT I, 193s.
sativo para expresar el objeto de la acción ferirse a la llegada a una meta: conducir a, a j i a v t a o ) apantad encontrar*
verbal se halla enteramente en consonancia terminar en (Mt 7, 13s). Se emplea a menudo ájtávTTjoig, eoog, f| apantésis encuentro*
con el uso de a | i o g y con las construcciones como término técnico del lenguaje jurídico á j t a ^ y é d ) apalgeo estar endurecido, ser
1. Consideraciones de crítica textual - 2. ártavxáco
gramaticales en que este último aparece. Ade- (unas 10 veces): llevar o llevarse preso. Pue- insensible* en el NT - 3. El problema de la expresión ele, ánáv-
más de las 7 veces que aparece á^ióco, en- de tener una significación parecida, pero sin Ef 4, 19, refiriéndose a los gentiles; está xr|aiv.
denotar coacción: llevar (Le 13, 15) o condu- bien claro, por el contexto, que ello debe en-
contramos 3 veces el compuesto xaxa|ióo), Bibl.: W. Bruners, Die Reinigung der zehn Aussat-
cir (Hech 23, 17). tenderse a la luz de lo que se dice en el v. 18d
siempre en voz pasiva, de tal manera que el zigen, Stuttgart 1977; D. Dormeyer, Die Passion Jesu
(5iá TT]V JtcÓQCooiv xfjg xao5íag erntcóv).
juicio sobre la dignidad se atribuye siempre a ais Verhaltensmodell, Münster i. W. 1974; W. Har-
Dios (Le 20, 35; Hech 5, 41; 2 Tes 1, 5). El ser llevados violentamente es la perspec- nisch, Eschatologische Existenz, Gottingen 1973; E.
tiva que aguarda a los discípulos (Le 21, 12) y Linnemann, Gleichnisse Jesu, Gottingen '1975, 130-
aJiaXoMXOb) apalasso dar libertad, soltar*
P. Trummer 134; W. Mundle-W. Schneider, Venida, en DTNT IV,
a los guardas que custodiaban a Pedro (Hech Usado en voz activa, en Heb 2, 15 y en un 318-325; E. Peterson, Die Einholung des Kyrios:
12, 19), y sobre todo es la suerte que Jesús contexto cristológico, dícese de la liberación ZSTh 7 (1930) 682-702; Id., dnáv^aic,, en ThWNT
á|iÓO) axiod considerar digno (o apropia- tendrá que sufrir: Judas da la señal (Me 14, por Cristo de aquellos que viven en el temor I, 380; S. West, A Note on P. Oxy. 1242: ZPE 7 (1971)
do), pedir 44; cf. Hech 16, 23); Jesús es conducido ante de la muerte (cf. Le 9, 40 D); usado en voz 164; H. A. Wilcke, Das Problem eines messianischen
el sumo sacerdote (Me 14, 53 par. Mt 26, 57), media, dícese de las enfermedades que aban- Zwischenreichs bei Paulus, Zürich 1967, 109-147.
->• á^ioc; 3.
ante el Sanedrín (Le 22, 66), ante Pilato (Mt donan (áttakXáooEoftai cut' outcbv) a los
enfermos (Hech 19, 12); usado en voz pasiva 1. La cuestión acerca de las variantes textua-
27, 2), al pretorio (Me 15, 16), y le llevan a
á | í ( o g axios (adv.) de manera apropiada, en Le 12, 58: «pon empeño en avenirte (por les relativas a óutavTáco, auvavtáü) y imav-
crucificar (Mt 27, 31 par. Le 23, 26).
digna, conveniente* las buenas) con él mientras vas de camino» xáco y con respecto a ájTciVTr|0ig, auvávTT)-
En la conducta de su vida, los cristianos de-
Rom 16, 2; Ef 4, 1; Flp 1, 27; Col 1, 10; 1 (a.m\k"káyfia.\, á i t ' COITOO, literalmente: en aig y í>jtávTr]0"ig es una cuestión confusa, por
ben escoger entre dos caminos: entre el cami-
Tes 2, 12; 3 Jn 6. -»• ó^tog. que te deje libre). ThWNT I, 253; DTNT IV, la influencia que los Sinópticos han ejercido
no que conduce a la perdición y el camino que
41s. entre sí, y porque ánavzáw, ovvavzáo) y
conduce a la vida (Mt 7, 13s). Cuando eran
vnavxám, por un lado, y ájtávTnoig, avváv-
á ó g a t o ? , 2 aoratos invisible gentiles, los conducían ante los ídolos mudos
Tnaig y •ÚJtávT'noig, por el otro lado, son tér-
y allí, en estado de éxtasis (Conzelmann,
-> ógáco. a j i a ^ X o t Q i ó b ) apallotrioó enajenar, ex- minos casi sinónimos (cf. Peterson, passim).
242s), privados de su voluntad, eran arreba-
cluir por alienación*
tados hacia ellos (1 Cor 12, 2).
En el NT se usa únicamente el participio 2. En el NT ánavxám se refiere siempre a
anayyé'k'kia apaggello anunciar, procla- U. Borse
de perfecto en voz pasiva, con referencia la acción cotidiana de encontrarse, una ac-
mar
siempre a la existencia (pagana) antes de la ción sin carácter hostil. Faltan otros matices,
-> áyyek'kiX).
á j t a í 8 e v t 0 5 , 2 apaideutos inculto, estú- salvación. En Ef 2, 12 este término aparece en como falta también las construcciones prepo-
pido* paralelo con §évot TÓ&V óiaflrixc&v xfjg éíray- sicionales, que son frecuentes en otros docu-
owiáYXOM**1 apagehomai ahorcarse* 2 Tim 2, 23, refiriéndose a las discusiones YeXXag y como una amplificación de X^Q1? mentos (cf. Pape, Worterbuch, 278; Passow,
En Mt 27, 5 dícese de Judas: ájreA/r}(bv necias y estúpidas (xág Sé u.o>Qag xcd cutai- XQIOTOO; la vida de los gentiles se describe Worterbuch, 297). Según la «predicción de
SeíiTO'ug ^T|tr|OEi5). como una vida «alienada y al margen de la una señal» (Dormeyer, 94) en Me 14, 13, un
áTcriY^axo.
343 ájiavtáco - a j i a | 344 345 ajraí; - ceJtaQxn 346

hombre llevando un cántaro de agua se en- beltheol. Studie zur Theologie der Einmaligkeit, tesis Día de la Reconciliación (9, 25), Cristo se ha significación activa, sugerida algunas veces,
contrará con los discípulos. En Le 17, 12, Roma 1960; D. J. C. van Wyk, Die betekenis van ha- manifestado una sola vez, al final de los tiem- en el sentido de que se trata de un sacerdocio
pax en efhapax in die Hebreerbrief: HTS 28 (1972) pos, para quitar el pecado (9, 26). Así como la «que no pasará (a otra persona)» (cf. ThWNT
donde faltaba originalmente el objeto avx& 153-164.
(cf. Bruners, 53 y 171), ánavxá(o significa muerte es única en el destino humano (9, 27), V, 738s) es posible por el contexto, pero no
salir al encuentro (Bauer, Worterbuch, 159). 1. ano.% aparece 14 veces en el NT (y tam- y luego tiene lugar el juicio de Dios, así tam- aparece atestiguada en ninguna otra parte.
En el contexto de ambos pasajes hay una acu- bién en 1 Pe 3, 20 según el Textus Receptus): bién la revelación de Cristo es única y de va- Ahora bien, sobre todo el v. 25 habla en favor
mulación de verbos de movimiento (cf., a es- 3 veces en las Cartas de Pablo, 1 vez en 1 Pe- lidez definitiva, es decir, no existe ya posibi- de la traducción de «imperecedero».
te respecto, Mundle-Schneider). dro, 2 veces en Jds y 8 veces en Hebreos. lidad adicional del perdón de los pecados (cf.
Puede realzar el carácter único -en sentido 6, 4); sino que la segunda venida de Cristo,
3. El uso que el NT hace de ccjtávTnoig se numérico- de un acontecimiento (en contras- después de la supresión del pecado, será para ájiaQaaxeiJCWTOS, 2 aparaskeuastos no
limita a la expresión a modo de fórmula eig te con lo que sucede dos veces, tres veces, aquellos que aguardan a Cristo como su sal- preparado, no equipado*
ájrávTTi0tv (Mt 25, 6; Hech 28, 15; I Tes 4, etc.), y puede acentuar, además, que un acon- vación (9, 28). Según 12, 26 (cita de Ag 2, Propiamente se trata de un término técnico
17), que en la LXX es a menudo la traducción tecimiento es irrepetible {singularísimo) o 6).27, las cosas creadas serán conmovidas del lenguaje militar. En 2 Cor 9, 4 se emplea
del infinitivo liqra 't y significa venir (o ir) al que tiene validez para todos los tiempos (una una vez más, es decir, una última vez, al final, este término para referirse a la comunidad de
encuentro. Se discute si ájtávTr|0ig / vnáv- vez para siempre). para que permanezca lo que es inconmovible. Corinto a propósito de la colecta organizada
Tnoig es un término técnico de la costumbre Según Heb 6, 4.6 (y en consonancia con 9, por Pablo.
cívica de dar la bienvenida públicamente a los 25-28), «es imposible renovar otra vez para
2. En sentido numérico, encontramos cwtaí; arrepentimiento a los que han sido iluminados
soberanos con ocasión de su llegada («paru- en las enumeraciones, por ejemplo, CÍJTCCÍ; ájtagvÉOfiai aparneomai negar
sía») a una ciudad, y si Pablo «da por conoci- una vez» (ábv\axo\ yáo ánaE. cpcoxia-
EXxftáaíhiv (2 Cor 11, 25) y la expresión dévtag... xod JtaoajtéaovTag, jtáXxv áva- -> áovéoftcu.
do el significado técnico de esta expresión» a j t a | xod 8íg (cf. Dt 9, 13 LXX), una vez y
(Peterson, 683). Los testimonios (Peterson, xcavít^eiv eig u.exávoi.av). De manera pareci-
de nuevo, varias veces (Flp 4, 16; 1 Tes 2, da, 1 Pe 3,18 acentúa la eficacia decisiva de la
683-692) no prueban tanto la existencia de un <XJlá{)Tl aparti desde ahora
18). Heb 9, 7 entra también en esta categoría; muerte expiatoria de Jesús; ->• sepemet^. (En
término técnico (a diferencia de jtou.jtr|: Pau- -> áoti.
en el texto citado se establece un contraste en- consonancia con esto se hallaba la imposibili-
ly, Lexikon IV, 1017-1019) cuanto la existen- tre el ministerio sacerdotal en el tabernáculo dad, en el judaismo, de que uno mismo supie-
cia y la forma de una costumbre antigua. Así exterior, que se realiza durante todo el año (v. ra que estaba limpio de una vez para siempre ájiaQUOJlÓg, ov, ó apartismos termina-
que haremos bien en traducir la pulida expre- 6), y la excelencia del ministerio sacrificial del pecado, porque los sacrificios había que ción*
sión eig ájtávxr|0iv (también en Mt 27, 32 D del sumo sacerdote, que se realiza tan sólo repetirlos constantemente [Heb 10, 2].) Jds 3- Le 14, 28 sobre la terminación de una
it) primariamente por hacia, y en dejar para la «una vez al año» (obrod; xofj eviautoí)), a sa- 5 estrecha y aguza el foco de esta idea para torre
exégesis de los respectivos contextos más am- ber, en el gran Día de la Reconciliación (cf. concentrarse en la recepción de la salvación
plias deducciones sobre la parusía del xúcaog Lev 16, 11: dos veces en el mismo día; Yom por los creyentes, cuando los exhorta a «con-
en el apocalipsis en miniatura de 1 Tes 4, 16s 5, lss; 7, 4: cuatro veces en el mismo día) en- tender ardientemente por la fe que fue entre- á¡Jtagx*Í> *Í5» 'h aparché primicias, primer
(«arrebatados en las nubes para ir al encuentro trando en el Lugar santísimo. Esta yuxtaposi- gada una vez para siempre a los santos (v. 3), fruto*
del Señor»; ->• ctQjtá^ü) 3), o sobre la demora ción en la cual el Lugar santo parece cerrar el ahora que ellos ya conocen de una vez para 1. Significación del término y su aparición en el
en la llegada del vuu.(píog en Mt 25, 1-13. paso al Lugar santísimo, es para el autor un siempre todo (lo necesario para la salvación) NT - 2. El uso del término en Pablo - 3. Significado en
(eiSóxag ajra§ jtávta, v. 5; sobre la crítica Santiago y en el Apocalipsis.
M. Lattke signo del carácter provisional -querido por
Dios y atestiguado por el Espíritu- del viejo textual cf. GNTCom, sub loco). Bibl.: M. Albertz, Die «Erstlinge» in der Botschaft
culto que necesitaba encontrar su cumpli- des Neuen Testaments: EvTh 12 (1952-1953) 151-155;
ártávTijaig, ecog, r\ apantesis encuentro H. Balz G. Delling, aQXií xtX., en ThWNT I, 476-488 (espe-
miento y sublimación mediante el único sacri- cialmente 483s); F. MuBner, Der Jakobusbrief, Frei-
-*• ájtavtácü. ficio verdadero. burg i. Br. 1964, 94-97; C. Spicq, AIIAPXH. Note de
á j i a p á p a T O S , 2 aparabatos inmutable, lexicographie Néo-Testamentaire, en The NT Age. FS
a f t a ! hapax (adv.) una vez, una sola vez, 3. La proclamación efectuada en la Carta a imperecedero* f. B. Reicke II, Macón GA 1984, 493-502; B. Spórlein,
Esta voz tardía, que no aparece en la LXX, Die Leugnung der Auferstehung. Eine historisch-kri-
una vez para siempre* los Hebreos acentúa la idea de la singularidad tische Untersuchung zu 1 Kor 15, Regensburg 1971,
única de la obra salvífica de Cristo, la cual no se usa en Heb 7, 24 para referirse al oficio sa-
1. Aparición de este adverbio en el NT y significa- 70s, 75.
puede completarse ni corroborarse subsi- cerdotal de Jesús (ájtaoáPaTov exei tr|v
dos - 2. En enumeraciones - 3. Como expresión del
carácter irrepetible y definitivo. guientemente por nada, porque pertenece leQcooTjvnv), el cual, a diferencia del oficio de 1. En el griego profano, outaQXií, además
-ella misma- a la definitividad del acontecer los levitas, no se extingue con la muerte del de indicar un tiempo expecífico (el comienzo)
Bibl.: K.-H. Bartels, Uno, único, en DTNT I, 307- sacerdote, sino que es imperecedero, porque y de ser el término formal para un certificado
313; W. Stiihlin, final, en ThWNT I, 380-382; A.
escatológico. Por contraste con el sacrificio
Winter, ajta§, écpájial im Hebr. Eine exegetisch-bi- anual presentado por el sumo sacerdote en el Jesús mismo «permanece para siempre». La de nacimiento, se usa principalmente para re-
347 ájtcxQXT| - anac, 348 349 ájtaajtá^oum - CUIÓTCDO 350

ferirse a las primicias y a las ofrendas de las El enunciado de 2 Tes 2, 13 se discute des- áttcurjlá^opai apaspazomai despedirse* 3. Las 10 veces que aparecen estos térmi-
primicias (cf. Liddell-Scott, s.v.). La LXX co- de el punto de vista de la crítica textual. Jun- Hech 21, 6: ájrnajtaaáLie'u'a áXXr\'kovq, nos en el NT, los hallamos principalmente en
noce también anaQxi] como concepto del tamente con Sin D K L W y muchos minús- nos despedimos (cordialmente) unos de otros. contextos ético-parenéticos, en parte con una
lenguaje sacrificial (Ex 23, 19; 25, 2-3; 36, 6; culos y con la mayoría de los Padres de la visión retrospectiva de la historia de la salva-
Lev 22, 12; Dt 12, 6.11.17; 18, 4; 26, 2.10; Ez Iglesia, muchos exegetas modernos leen ocjr' ción (AT) y una ampliación escatológica. Se-
44, 30). En este contexto se trata de las ofren- ÚQ)(fÍ5, «desde el principio» (en el sentido de a J t a t á o ) apataó engañar, estafar, inducir a gún esto, la riqueza puede convertirse en se-
das -sin defecto alguno- de los primeros pro- «desde la eternidad»). Con el NTG y el GNT error ducción (Me 4, 19 par. Mt 13, 22), y la con-
ductos de la naturaleza, de los primeros frutos debemos preferir seguramente la variante -> cutan). cupiscencia es capaz de cegar a personas y
de los seres humanos, de los animales y de las textual más difícil, a saber, la de ána.Q%r\v: apartarlas de Cristo (Ef 4, 22). Ef 5, 6 amplía
plantas (en Ezequiel, cma.Qyr\ significa varias la joven comunidad de Tesalónica recibe el la idea de la seducción basada en palabras fri-
veces una porción de terreno que, al adquirir- honroso título de ser «los primeros converti- a j t á t i ] , i\$,x\ apaté engaño, ardid, seduc- volas y vanas, y concide en cuanto al sentido
se en propiedad la tierra, hay que ceder a dos», es decir, los que fueron santificados por ción* con Col 2, 8, donde se pone en guardia contra
Dios), todo lo cual debe entregarse a Yahvé (o el Espíritu y bendecidos con la fe en la ver- ájtatáco apataó engañar, estafar, inducir a una filosofía que propaga engaños frivolos y
al santuario). En el NT se conserva también la dad. error* aparta de Cristo para llevar hacia los espíritus
conexión con el lenguaje sacrificial del AT, 1. Significación de las palabras - 2. Combinaciones elementales del universo. Sant 1, 26 llama la
tanto por lo que respecta a la secuencia numé- 3. En la instrucción parenética de Sant 1, de palabras y campo de referencia - 3. Enunciados en atención sobre el engaño en lo que respecta a
rica como a la definición cualitativa. Con dos 16-18 se habla de las primicias («primer fru- el NT - 4. í%anaxá.(¡¡. la piedad: un engaño que se manifiesta en pa-
excepciones (Santiago y Apocalipsis, ->• 3), el to», como traduce Mufiner) de la creación de labras indisciplinadas y sin amor.
término pertenece al ámbito del lenguaje pau- Dios (cf. xtíoig, «lo creado», «las criaturas», Bibl: Bauer, Worterbuch, 162s; A. Oepke, ánaxáto El significado de las palabras se orienta ha-
lino. KÚ.., en ThWNT I, 383s.
«la creación»: 1 Tim 4, 4; Ap 5, 13; 8, 9; xcu- cia la historia de la salvación en 1 Tim 2, 14,
vr| xxíotg, «la nueva criatura», «la nueva crea- 1. El sustantivo y el verbo se hallan atesti- donde se dice que Adán/we seducido por Eva
2. La relación con el AT es especialmente ción»: 2 Cor 5, 17; Gal 6, 15). Mediante la pa- guados en el griego profano (papiros, Home- (cf. Gen 3, 13 y 2 Cor 11, 3). El sentido de los
clara en Rom 11, 16: Pablo utiliza Núm 15, labra de la verdad, los cristianos se han
17-21 para expresar en una metáfora que toda ro) para referirse a una conducta engañosa y términos adquiere colorido y relieve escatoló-
convertido en una nueva humanidad; el acen- embustera de algunas personas con la cual se gico en 2 Tes 2, 10; aquí se entiende la seduc-
la masa ((pucará = masa, pasta, masa de ar-
to, en todo ello, recae sobre la nueva creación, induce a error a otras personas y que es san- ción como signo del fin de los tiempos, con
cilla; cf. Bauer, Worterbuch, s.v.) será santa,
con tal que sea santo el componente esencial que debe interpretarse soteriológicamente. En cionada con un castigo (lenguaje jurídico), es todas sus consecuencias destructivas; de ma-
de la misma (cf. la imagen de la raíz en el v. Ap 14, 4, a los 144.000 redimidos (cf. 7, 4-8 y decir, se trata principalmente de un concepto nera parecida, en Heb 3, 13 el engaño del pe-
16b), es decir, estará santificada como ofren- 7, 9-17) se los llama «primicias para Dios y predominantemente ético (Plutarco). El sus- cado conduce al endurecimiento y a la apos-
da sacrificial a Dios. Según 1 Cor 16, 15, los para el Cordero» (aquí encontramos también, tantivo y el verbo se refieren también al enga- tasía. 2 Pe 2, 13 describe a los seductores
que vivían en casa de Estéfanas fueron los aunque débilmente atestiguada, la v.l. oui' ño, al ardid y a la seducción, considerados escatológicos como personas que con sus em-
primeros cristianos de Acaya; según Rom 16, áQxfjg: p47 Sin pe). En el contexto de 14, 4-5, bustes se deleitan en engaños mientras viven
personificadamente (Hesíodo). En lo esencial,
5, Epeneto fue el primer miembro de la co- los dos dativos (TO>flecó,x& áovícp) originan disolutamente (2 Pe 2, 13s) y hablan con arro-
este mismo contenido semántico se encuentra
munidad cristiana de Asia, destinado como algunas dificultades. Es posible que cada uno gancia (2 Pe 2, 10.18).
también en la LXX (por ejemplo, Ex 8, 25;
estaba para Cristo (en este sentido también de ellos denote al «comprador» (cf. H. Kraft,
Jdt 9, 10.13) y queda recogido en el NT.
Hech 16, 14s y 1 Clem 42, 4). Según Rom 8, Offenbarung [HNT], 190; cf. Blafí-Debrunner 4. El verbo compuesto é|aJtaTá(i) enga-
23, el Espíritu de Dios fue dado como prime- § 191). Ahora bien, como el contexto nos hace ñar*, frecuente en la prosa ática (Platón, Aris-
ros frutos a Pablo y a los suyos (cf. 2 Cor 5, 5 ver claramente que en este caso se trata de una 2. Para la significación básica negativa de
curáir), ájtatáco en el NT (vocablos que apa- tóteles), se usa sin excepción en el NT como
y -> aQQapcov con el mismo significado en 2 determinación de cualidad, el sentido será pro-
recen 7 y 3 veces respectivamente), es muy sinónimo del verbo simple (Rom 7, 11; 16, 18;
Cor 1, 22). Cristo mismo es el primer fruto (1 bablemente: Por su vida y su conducta, los
Cor 15, 20.23): él fue resucitado como el pri- instructivo el campo referencial de los mis- 1 Cor 3, 18; 2 Cor 11, 3; 2 Tes 2, 3; 1 Tim 2,
144.000 son encontrados dignos, como elegi- 14); cf. Bauer, Worterbuch, s.v.
mero de los que dormían (cf. 1 Clem 24, 1). dos que son de Dios y del Cordero, de verse mos, por ejemplo, la conexión de estos térmi-
Aquí destaca ante todo en primer plano la sig- nos con la riqueza (Me 4, 19), el pecado (Heb A. Kretzer
preservados de los horrores del fin de los tiem-
nificación temporal; pero la resurrección de pos y de ser salvados finalmente. 3, 13), la concupiscencia (Ef 4, 22), las pala-
Jesús es determinante para todos los que duer- bras frivolas y vanas (Ef 5, 6; cf. Col 2, 8) y ájlátWQ, 1 apatór sin padre*
men en Cristo (cf. Col 1, 18; Ap 1, 5), aunque A. Sand
la injusticia (2 Tes 2, 10), y con los corres- Heb 7, 3 refiriéndose a Melquisedec. El si-
no en el sentido de una causalidad estricta, pondientes conceptos contrarios: la verdad lencio de Gen 14, 18ss acerca del origen y de-
pero sí en el sentido consecutivo de una firme cbiag, hapas todo, cada uno, todos (Ef 4, 21.24; 2 T es 2, 10.12) y la justicia (Ef más circunstancias de la vida de Melquisedec
promesa. -y naq. 4, 24). se considera como referencia al carácter im-
351 cutótcüQ - cwteidéco 352 353 ájieidéco 354

perecedero de su sacerdocio. ThWNT V, 1021- presión de su ser». Ambos predicados carac- pues, uno de los conceptos fundamentales del obedecen, son los que no aceptan la fe cristia-
1023; DTNT III, 246. terizan al Hijo como la perfecta imagen de NT. Así como en el AT el pecado se entendía na. Y Cuando Pablo, en Rom 15, 31, exhorta
Dios y corresponden, por tanto, a lo que se di- como desobediencia a la voluntad de Dios y, a los destinatarios de la carta a orar por él
ce de Cristo en Col 1, 15 y 2 Cor 4, 4: ->• por tanto, se pensaba principalmente en las «para que sea salvado de los desobedientes en
OOTaiiyaon-a, a t o ? , TÓ apaugasma reflejo*
eíxcbv xov ®eov. exigencias éticas, así también la idea de ser Judea», entonces se refiere a los incrédulos,
Bibl: G. Bornkamm, Das Bekenntnis im Hebraer- desobediente puede tener también en el NT es decir, a los judíos que no se hicieron cris-
brief (.1942), en Bornkamm, Aufsatze II, 188-203, so- En el trasfondo del enunciado se halla la idea
bre todo 197-200; R. Deichgraber, Gotteshymnus und esta misma cualidad ética. En Rom 2, 8 son tianos.
judía helenística del stxdrv. Según Sab 7, 26 la
Christushymnus in der frühen Christenheit, Góttingen Sabiduría preexistente es «un reflejo (ánavyao- los judíos y los gentiles «los que no obedecen
1967, 137-140, 182; F.-W. Eltester, Eikon im NT, Ber- |xa) de la luz eterna, un espejo sin mancha de la (ctJrsi'&oiJVTeg) a la verdad, sino que obede- En unos cuantos manuscritos griegos (especial-
lín 1958, especialmente 149-152; E. GraBer, Hebraer mente en el p46) y en las versiones latinas, la iden-
1, 1-4, en Text und Situation, Gütersloh 1973, 182-
actividad de Dios y una imagen (efotcov) de su cen (jtet&óixevoi.) a la injusticia». En Heb 11,
228, sobre todo 218s; O. Hofius, Der Christushymnus bondad». En Filón el Logos aparece como la 31 se caracteriza como desobedientes a los tidad entre «no obedecer» y «no creer» se con-
Philipper 2, 6-11, Tübingen 1976, 80-83; J. Jervell, «imagen» y el «reflejo» de Dios (Op 25; Plant 18; sidera como cosa tan obvia, que la primera expre-
Conf 146s; Som I, 239 y passim). El elxcóv repre- habitantes de Jericó, y en 1 Pe 3, 20 se dice lo
Imago Dei, Góttingen 1960, especialmente 214-226; sión es sustituida por la segunda (Heb 3, 18; 11,
E. Kásemann, Das wandernde Gottesvolk, Góttingen senta y revela al Dios invisible y, de esta manera, mismo de los contemporáneos de Noé. Por el 31; cf. 1 Pe 2, 7).
1938 = "1961, 61-71; G. Kittel, ánavyaa\ia, en comunica el salvífico conocimiento de Dios. contexto se ve claramente que se trata de ye-
ThWNT I, 505; K. Wengst, Christologische Formeln rros morales.
und Lieder des Urchristentums, Gütersloh 21973, 166- La equiparación terminológica entre la de-
En Heb 1, 3 - a diferencia de 1 Clem 36, 2 - La palabra profética citada en Rom 10, 21
180; U. Wilckens, xapcoraÍQ, en ThWNT IX, 407-
el acento no recae en la idea de la mediación sobediencia y la incredulidad en el lenguaje
412, especialmente 410s; R. Williamson, Philo and («Todo el día he extendido mis manos a un del NT tiene gran significación teológica.
the Epistle to the Hebrews, Leiden 1970, 36-41, 409- de la revelación, sino en el misterio de la per- pueblo desobediente y obstinado», Is 65, 2)
434; H. Zimmermann, Das Bekenntnis der Hoffnung, sona del Revelador mismo. Ambos predicados Acentuando las cosas, podríamos decir: la de-
poseía originalmente este mismo matiz ético,
Koln 1977, 53-60. cristológicos realzan el origen divino, la natu- sobediencia a la voluntad de Dios no se mani-
pero en el contexto de Romanos adquiere un
Comentarios a Heb 1, 3: F. Bleek, Berlín 1836; O. raleza divina y la omnipotencia divina del Pre- fiesta primordialmente en el quebrantamiento
Michel (KEK), Góttingen H975; E. Riggenbach significado completamente nuevo. Aquí se
existente y concuerdan así con la confesión de de diversos mandamientos de Dios, sino en la
(KNT), Leipzig "1922; C. Spicq (EtB), Paris 31953; encuentra bajo el epígrafe de 10, 16: «No to-
H. Windisch (HNT), Tübingen 21931. fe de Flp 2, 6. La acentuación de la igualdad resistencia a la revelación de la salvación de
dos fueron obedientes al evangelio», y sirve
de Cristo con Dios, subrayada más todavía por Dios en el evangelio.
precisamente como prueba bíblica de la incre-
1. En el NT, ótJtai)YCt0u.a aparece única- Heb 1, 3b, tiene como su punto de referencia Rom 11, 30-32 constituye -como quien di-
el enunciado del v. 3c acerca de la muerte ex- dulidad de Israel. «No obedecer al evangelio»
mente en Heb 1, 3. Los vv. 1, 3s se basan en c e - la sutura en la que hallamos dentro de
piatoria: tan sólo el Hijo, en la unidad de su y «ser desobediente» (cutei'&etv) son expre-
un himno a Cristo que procede de la comuni- una misma frase el uso del verbo outEifréa)
dad judía helenística y que describe el camino ser y obrar con Dios, podía llevar a cabo por siones idénticas. También cuteifréco puede
concretarse más mediante un objeto en dati- según el AT y el uso de este mismo verbo se-
de Cristo mediante el esquema: «preexisten- medio de su muerte la purificación de los pe-
vo: no obedecer «a la palabra» (1 Pe 2, 8; 3, gún el NT. Cuando se dice que los cristianos
cia - muerte - exaltación» (cf. Flp 2, 6-11). La cados. Así que la obra de la redención es inse-
1), «al evangelio» (1 Pe 4, 17). Pero siempre gentiles fueron en un tiempo desobedientes a
primera línea del himno (v. 3a) describe la re- parable de la persona del Redentor.
se piensa en lo mismo: en el rechazo de la fe Dios, esto no significa únicamente que ellos,
lación del Hijo eterno de Dios con Dios: og O. Hofius
a>v ájtaiiyao^ia rrjg 5ó^r|g x a l xotQaxrriQ cristiana. «El evangelio, por el hecho de ser en otro tiempo, no conocían a Dios, sino que
xfjg viioaxáaewq autoO. Vemos que también proclamado, exige que lo aceptemos en obe- en sus obras no reconocían a Dios. Y cuando
CtJielSov apeidon fijar los ojos en (con con-
1 Clem 36, 2, inspirándose en Heb 1, 3, llama diencia» (K. H. Schelkle, Die Petrusbriefe se dice a continuación que los judíos «han si-
fianza)
a Cristo ánavyaa\ia xfjs \ieyák(üovvr]c, (xov [HThK], 60). La incredulidad es desobedien- do ahora desobedientes», no se pretende de-
Aoristo segundo de ->• ácpoQáco.
•f>£OÍJ). cia a Dios. cir sino que los judíos no han aceptado la fe
Este paralelismo entre la incredulidad y la cristiana.
2. Se discute el significado de curaÚYao- á j t e í d e í a , ag, i\ apeitheia desobediencia
->• otjtei'&éa) 2. desobediencia y la referencia específicamente
u.a en Heb 1, 3. En sentido activo, la palabra 2. ¿Jieídcia desobediencia, lo mismo que
«cristiana» de esta actitud aparece clarísima-
puede significar la radiación, el efluvio (Fi-
mente en Jn 3, 36: «El que cree en el Hijo tie- el verbo ctJiEidéo), tiene un doble significado:
lón, SpecLeg IV, 123) o, en sentido pasivo, el á t t e i d é o ) apeitheo desobedecer, ser des-
ne vida eterna; pero el que no obedece (áitei- a) la desobediencia como pecado en el con-
reflejo o la luz que es reflejada (Sab 7, 26; Fi- obediente
frcóv) al Hijo no verá la vida», outei/frelv se texto moral-religioso; b) la desobediencia co-
lón, Op 146; Plant 50). La estructura de la fra- 1. Significados y campo referencial en el NT - 2.
se en Heb 1, 3 favorece la interpretación de convierte en el término técnico para significar mo pecado en el sentido de incredulidad ante
áraífreía - 3. ájiei-ftric;.
ánavyao\ia y ->• xotQaxxriQ como términos «la no aceptación de la fe cristiana». En Hech el kérygma de Dios. Lo cercanos que se ha-
Bibl: R. Bultmann, en ThWNT VI, 10-12. 14, 1 el creer (jtiotEijeiv) y el ser desobedien- llan entre sí ambos significados, lo vemos por
sinónimos y de que, por tanto, se entienda
ánavyao\ia en sentido pasivo: Cristo «refle- 1. En el NT el verbo ájtEi'frsü) tiene siem- te (ájteidEtv) se emplean en sentido absoluto la comparación entre Rom 11, 32 («Dios ha
ja la luz de la gloria de Dios y es la fiel ex- pre por objeto a Dios y a su voluntad. Es, y se contraponen entre sí. Los judíos que no encerrado a todos en desobediencia para mos-
355 ánev&éu)- -amigamos
á ^56 357 ÓOTELoaoTog - anÍQ%o\ia\, 358

trar misericordia a todos») y Gal 3, 22 («La1 ájiei^ÉG) apeileo amenazar, prohibir con yáfj ñeóc, áneígaatóg eoxiv xaxc&v. Es po- ájIEXaílVO) apelauno echar, expulsar*
Escritura lo encerró todo bajo pecado, paraa amenazas* sible dar una traducción activa y una traduc- Hech 18, 16: Galión echó del tribunal a los
que la promesa que es por fe en Jesucristo3 Este verbo aparece sin objeto de la acción ción pasiva: Dios no tienta al mal o Dios no judíos.
fuera dada a todos los que creen»). En Heb 3, verbal y con Cristo como sujeto de la misma puede ser tentado al mal. El contexto exige
19 se menciona la incredulidad, y en 4, 6 se; en 1 Pe 2, 23: náo%wv ovn rjiteítai, «cuando la traducción pasiva (así piensan también
hace lo mismo con la desobediencia, dicién- padecía, no amenazaba»; con un complemen- ThWNT VI, 29; Bauer, Worterbuch, s.v.; ájl£>i,EYflÓ5, ov, Ó apelegmos refutación*
dose que ésa fue la razón de que la generación1 to en infinitivo precedido de ur| lo encontra- BlaB-Debrunner § 117 nota 1; 182 nota 4; otra Hech 19, 27: «caer en descrédito», posible-
del desierto no pudiera entrar en el «descan- mos en Hech 4, 17: «Advirtámosles [bajo cosa piensa P. H. Davids: NTS 24 [1977- mente un latinismo: in redargutionem venire.
so»; claro que, en todo ello, hay que tener eni amenaza de castigo] que ya no hablen a nadie 1978] 386-392): el contexto proporciona la
cuenta también que 4, 6 se refiere en primerr en este nombre» (Koiné E pm añaden CCJTEI- base para la afirmación de que nadie puede á.Tie'kevfteQog , ov, ó apeleutheros el li-
lugar al evangelio («aquellos a quienes antess ^fl)- hacer responsable a Dios de sus propias tenta- berto
se les predicó el evangelio»). ciones: Dios mismo no puede ser tentado al -> ÉX.81J§EfJOg.
La dimensión moral-religiosa de ájtédstai mal, y en consecuencia no puede tentar tam-
se expresa principalmente en aquellas pala- ájT£i^T|, f¡5, i\ apeilé amenaza* poco a nadie para que haga lo que es malo.
Por tanto, el v. 14 afirma que la tentación que 'AJTEM/»Í5, OÍ3 Apelles Apeles*
bras a manera de fórmula: hijos de la desobe- El plural se usa en Hech 4, 29 para referirse Nombre de persona en Rom 16, 10; cf. la
diencia (Ef 2, 2; 5, 6; Col 3, 6). La fórmulai al ataque escatológico de los adversarios de experimenta el individuo se debe a su propia
Ém'fhjuia. Pero la concupiscencia, el pecado variante textual del códice Sin en Hech 18, 24
«hijos de», que se usa en sentido figurado pa- Jesús contra los creyentes. En 9, 1 el singular y 19, 1 (en lugar de 'AnoXXcbg).
ra expresar la solidaridad y que aun hoy díai se usa refiriéndose a Pablo: EUjrvÉoov óutei- y la muerte no tienen nada que ver con Dios,
en quien no hay mudanza (v. 17). Por consi-
sigue estando muy difundida en todo el mun- ^fjg xod qpóvou, «respirando amenazas de
guiente, «tentar» significa aquí: seducir para ájTtXjtí^O) apelpizó desesperar, esperar
do en que se hablan lenguas semíticas, no tie- muerte». Según Ef 6, 9 los «amos» deben de-
que se cometa el pecado; y no se refiere al he- -»• kkníc,.
ne en esta construcción particular («hijos dee jar de amenazar a sus esclavos. En cuanto a
cho de poner a prueba la fe (sentido que apa-
la injusticia») ni un solo paralelo en todos loss Hech 4, 17 v.l. -> ouieiXéü).
rece, por ejemplo, en Sant 1, 2s).
ejemplos que conocemos del uso de la lenguai á j l é v a v t l apenanti enfrente de, frente a*
hebrea (cf. Billerbeck I 476-478). H. Balz
Preposición impropia (que rige genitivo) en
a J t í i j u (I) apeimi estar ausente* Mt 27, 24.61 (cf. 21, 2 v.l.); Hech 17, 7; Rom
En el NT encontramos este término única- aftEíoo;, 2 apeiros inexperto, incompe- 3, 18. ájtévavtL Jtfjáaaa), oponerse, en Hech
3. ájt£i'íhf|g desobediente*
mente en documentos paulinos o deuteropau- tente, sin práctica* 3, 16.
Rom 1, 30 y 2 Tim 3, 2 son los únicos luga-
linos: 1 Cor 5, 3 (ájtcbv ta> acouim, JTCIQCJV En Heb 5, 13 dícese de los principiantes en
res del NT en los que se habla de desobedien-
5é xm nvzv\iaxv)\ 2 Cor 10, 1 (en contraste la instrucción cristiana, que todavía necesitan
cia, aquí en su forma adjetival de ónceidris5
con naxá Jtoóaomov), 11 (en contraste con «leche». Una persona así es ájteiQOC. X.ÓYOD ájléoavTOg, 2 aperamos interminable*
desobediente, refiriéndose concretamente a la
JtaQÓvTEg); cf. 13, 2.10; Flp 1, 27 (en con- 8ixaiooiJVTi5, «.inexperto en la palabra de la 1 Tim 1,4: genealogías que son intermina-
desobediencia a personas, en este caso, a los
traste con sXdróv); Col 2, 5 (ríj aagxl ánei- justicia». bles.
padres. En Tit 1, 16 lo de desobedientes se ex-
ux,... xa» Jtveiju.au avv iJuIv eiui).
plica por medio de las palabras «inútiles paraü
toda obra buena». En 3, 3 los términos «ne- ajiexSéxojiai apekdechomai esperar, ájXEQlOJláotOíg aperispastós (adv.) sin
cios y desobedientes» forman una sola unidad ájT£i|U (II) apeimi irse, ir* aguardar distracción, sin interrupción*
de pensamiento y se refieren a la vida moral. Hech 17, 10: eíg xi]v ovvaya)yr]v %(bv °Iou- -> éxSéxoum (4). 1 Cor 7, 35: «Permanecer junto al Señor sin
Le 1, 17 apunta en esta misma dirección;' óoácov óutfieaav, «fueron a la sinagoga de los distracción».
árcEirMc; y (pQÓvnaig Sixauov (la actitud dee judíos».
los justos) son conceptos opuestos. La transi- aJTexSuojiai apekdyomai despojarse de
ción al significado de «incredulidad» la tene- algo, desarmar ¿JlEOÍtfllfTOg, 2 aperitmétos incircunciso*
mos en Hech 26, 19: «No me mostré desobe- ájlElJloV apeipon renunciar -> exótico 1.4. Hech 7, 51: «incircuncisos de corazón y de
diente a la visión celestial». Aoristo segundo de -> ajtoX.EYOu.ai. oídos» (Lev 26, 41; Jer 6, 10; 9, 25; Ez 44, 7.
ájléxSvoig, Etog, X\ apekdysis la acción 9). ThWNT VI, 73sy 81s.
P. Blaser:r ' ' „ • i> de despojarse (sustantivo)*
CUIEIQCMTIO?, 2 apeirastos dicese de quien no En Col 2, 11 dícese de la acción de despo- ájléy/Ofiai aperchomai irse
áuieiVhís, 2 apeithés desobediente es tentado o no puede ser tentado* jarse del cuerpo de carne. ThWNT II, 321. El verbo se usa en sentido figurado, por
-> cuteíO-éco 3.
Este adjetivo no se halla atestiguado antes -> exótico 4.
ejemplo, para referirse a enfermedades (Me 1,
de Sant 1, 13, donde se predica de Dios: ó
359 ájt8Qxou«i - ájtéxco 360 361 oméxü) - ámoTéco 362

42 par. Le 5, 13), y en sentido literal con la cia (aparece por vez primera en Homero, II 6, la posesión (-> exco) de la recompensa celes- ájliaTÉW apisteo ser infiel, ser incrédulo*
preposición eíg (por ejemplo, Me 1, 35; 6, 96) no se encuentra en el NT. tial (en el v. 1; cf. Plutarco, De Solone, 22, 4; a m a r í a , ag, f| apistia infidelidad, incredu-
32.36.46; 7, 24.30; 8, 13; 9, 43 [también en En Me 14, 41 ájtéxei. (omitido en Mt 26, de manera semejante Gen 43, 23 y Calimaco, lidad*
Mt, Le y Jn]; Rom 15, 28; Gal 1, 17) y Jtoóg 45) permite varias traducciones (cf. recentísi- Epigr 55). La exclamación del ¡ay! sobre los ámatog, 2 apistos increíble, incrédulo*
(Me 3, 13; 14, 10; Jn 4, 47; 6, 68; 11, 46; 20, mamente R. Pesch, Markusevangelium II ricos que han recibido ya su consuelo (Le 6,
10; Ap 10, 9) para indicar el objetivo: dirigir- 1. Uso de los términos en el NT - 2. ámaxéoo -
[HThK], sub loco), en primer lugar: a) en sen- 24) emplea de la misma manera el verbo. En
se a. ájTÉQxofiai arnaco se emplea en el sen- Flp 4, 18 Pablo hace una especie de acuse de 3. ájtioxía - 4. araoTog.
tido impersonal, es suficiente (Vg: sufficit; =
tido positivo de seguir como discípulo (Me 1, el verbo clásico áoxeí; cf. BlaK-Debrunner § recibo de los donativos que le ha enviado la Bibl: R. Bultmann, raaxexiü) xxL, en ThWNT VI,
20; cf. Jn 12, 19), pero se emplea también en 129 nota 3; tan sólo Anacreontea 16, 33 es comunidad de Filipos. Filemón debe retener 174-230; G. Dautzenberg, Der Glaube im Hebr. BZ 17
(1973) 161-177; G. Ebeling, Jesús und Glaube: ZThK
sentido negativo en Jds 7. ájt'ñX.'&ov eíg t á óm- comparable; cf. la traducción inglesa de J. M. siempre en calidad de hermano a Onésimo, 55 (1958) 64-110 (Id., Wort und Glaube I, Tübingen
OÜ) en Jn 6, 66: «muchos discípulos se distan- Edmonds, en Elegy and Jambus with the Ana- que ha regresado a él (Flm 15). '1967, 203-254); E. GráBer, Der Glaube im Hebr,
ciaron» de Jesús (¿le abandonaron?); 18, 6, creontea II, London 1931), con referencia al Se dice que Jesús no está lejos ([xaxoáv; Marburg 1965; D. Lührmann, Pistis im Judentum:
refiriéndose a que retrocedieron los esbirros ZNW 64 (1973) 19-38; Id., Glaube imfrühen Christen-
sueño de los discípulos o a la irónica repren- cf. Diodoro Sículo XII, 33, 4) de la casa del tum, Gütersloh 1976; A. Schlatter, Der Glaube im NT,
que habían venido a prender a Jesús. ThWNT sión de Jesús, o b), como en a) y en el párra- centurión de Cafarnaún (Le 7, 6); mientras Darmstadt 51963. Para más bibliografía, cf. Jtíoxig.
II, 673; R. Morchen, «Weggehen». Beobach- fo anterior, en sentido personal (con Judas co- que el hijo pródigo, en su camino de regreso,
tungen zu Joh 12, 36b: BZ 28 (1984) 240- mo sujeto de la acción verbal y hallándose se hallaba todavía lejos de su padre (Le 15, 1. Las veces que en el NT se encuentran
242. implícito el objeto de dicha acción; cf. May- 20). En sentido figurado, el corazón del pue- los términos ámatéco (8), á m a t í a (11) y
ser, Grammatik II/l, 82), o c) en sentido im- blo se halla lejos de Dios (Mt 15, 8 par. Me 7, ámatog (23) son pocas en comparación con
personal: la cuenta está saldada (Bauer, Wor- 6, una cita de Is 29, 13). Una indicación de las que aparecen niaxevo) (241) y matig (243).
(XJtéxto apechó recibir plenamente, estar terbuch, s.v. 1). El xó téXog que se añade en
alejado* distancia en estadios (desde Herodoto VI, El significado de los términos negativos
algunos manuscritos occidentales, puede ex- 119, 2) se da en Mt 14, 24 (la distancia que amaté© %xX. depende en gran parte del sig-
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos plicarse como una glosa (inspirada probable- separa de la orilla del lago de Genesaret a la nificado de los términos positivos -> motig y
semánticos - 3. Campo referencial. mente en Le 23, 37; cf. GNTCom, sub loco). embarcación en la que los discípulos navegan matei) (ü. Puesto que no hay en hebreo equi-
Bibl.: W. Barclay, Palabras griegas del Nuevo Tes- precediendo a Jesús) y en Le 24, 13 (la dis- valentes de las formas privativas ámatéoo,
tamento, El Paso '1985, 40-42; H. Hanse, exm %xk., en tancia que hay entre la aldea de Emaús y Je-
ThWNT II, 816-822, especialmente 828. 3. Cuando outé%co significa recibir plena- ámatía y ámatog, tan sólo podremos dispo-
mente o haber recibido, entonces el sujeto es rusalén). ner de textos griegos procedentes de la esfera
1. El verbo (que es compuesto de ->• é'xco, y siempre una persona o grupo de personas y el En sus palabras pronunciadas en el concilio del judaismo para establecer una comparación
que se encuentra ya en la Ilíada de Homero) objeto (en acusativo) puede ser una cosa (por apostólico de Jerusalén (Hech 15, 20) Santia- en cuanto al uso de estos términos.
aparece 19 veces en el NT (13 en voz activa; primera vez en Esquines 2, 50) o una persona go propone ciertas normas de abstinencia que
de ellas, 9 en indicativo, 1 en subjuntivo, 3 en (Onésimo en Flm 15). Cuando significa estar deben observar los gentiles. Después, los 2. ámatéo) significa a) ser infiel; b) ser
participio; 6 veces en voz media; de ellas 1 en alejado, el sujeto puede ser una persona o apóstoles envían a Pablo como portador de tal incrédulo, no creer.
imperativo, 5 en infinitivo). una cosa, y el verbo se usa con amó con ge- decreto a Antioquía y a otros lugares (v. 29). 1 a) Así como á m a t í a y ámatog tienen
nitivo de cosa (desde Herodoto) o de persona Tes 4, 3 (el mandamiento de abstenerse de la respectivamente el doble significado de incre-
2. En la voz activa óutéxcü significa a) reci- (sin curó en Demóstenes Or 21, 59); el uso inmoralidad [sexual]) aparece en un contexto dulidad e infidelidad, incrédulo e infiel, así
bir plenamente / haber recibido (6 de las ve- absoluto (cf., por ejemplo, Tucídides III, 20, parenético, lo mismo que 5, 22 (la exhorta- también el verbo ámatéü), además del signi-
ces que aparece en el NT; en realidad es un 3) se encuentra en Le 15, 20. Cuando signifi- ción a abstenerse de toda forma de mal, basa- ficado de ser incrédulo, tiene el de ser infiel.
término técnico del lenguaje comercial; apare- ca abstenerse, el sujeto es siempre un grupo da en Job 1, 1.8; cf. también 1 Clem 17, 3) y Los testimonios del primero de estos signifi-
ce a menudo en recibos escritos en papiros y de personas, y se usa el genitivo de cosa (con 1 Pe 2, 11 (una exhortación a abstenerse de cados son numerosos en cuanto al sustantivo,
en óstraca, cf. Bauer, Worterbuch, s.v. 1; Prei- [cf. Jenofonte, Cyrop I, 6, 32] o sin [desde las pasiones carnales; cf. Did 1, 4; de manera pero escasos en cuanto al verbo; sin embargo,
sigke, Worterbuch, s.v. 4) y b) estar alejado (6 Homero, II] ctJtó, como en la LXX; cf. Hel- parecida, Platón, Phaed 82c). Finalmente, 1 no faltan por completo (Jenofonte, An II, 6,
veces, todas ellas en los evangelios; este signi- bing, Kasussyntax, 179; en Hech 15, 20 el Tim 4, lss anuncia la aparición de ciertos he- 19, refiriéndose a la infidelidad de un soldado
ficado aparece ya desde Herodoto; Bauer, textimonio de la tradición textual varía); el rejes (ascéticos) que prohiben comer ciertos hacia su comandante). En el NT, este último
Worterbuch, s.v. 2). En voz media el verbo sig- infinitivo depende siempre de una expresión alimentos que Dios ha creado (v. 3; cf. ájté- significado de ámotéco lo exige el contexto
nifica c) abstenerse (no aparece en los evange- de intención. Xeo-8m OITÍCDV en Plutarco, SeptSap 157d en Rom 3, 3: «si algunos fueron infieles (f|jtío-
lios; este significado se encuentra desde el Los hipócritas, que dan limosnas, oran y [sobre Epiménides de Creta, en Diels, Frag- rnaav), ¿acaso su infidelidad anulará la fi-
tiempo de Herodoto; Bauer, Worterbuch, s.v. ayunan en público, han recibido ya su recom- mente I, 30, 35]). delidad de Dios?» La contraposición entre
3). El significado activo de mantener a distan- pensa (humana) (Mt 6, 2.5.16); lo contrario es A. Horstmann ámatía y jtíatig taO deaO así como lo que
365 ámercéco 366
363 ájuatéw 364

habían creído a los que le habían visto des- contra el malentendido de que lo que importa
sigue en v. 4 demuestran que se está hablando convencer por sus palabras, pero se dice tam-
pués de haber resucitado». Aquí á m a x í a es más que nada es una gran fe, como si la fe
de la fidelidad de Dios al pacto, una fidelidad bién que «los demás no creían» (r)ttíaxovv),
ante todo la incapacidad y la indisposición fuera una obra realizada por la persona. La fe
que no puede quedar anulada por la infideli- es decir, seguían sin creer. De manera seme-
para creer en vista de lo improbable de una no existe nunca sino en la lucha con la falta
dad de Israel. Sin embargo, en r\níoxr\aav se jante, en Me 16, 16: «ó Sé ámaxrjaac; xaxa-
noticia, pero al mismo tiempo entraña una va- de fe y con la duda (cf. G. Barth: ZThK 72
escuchan también ecos, al menos, del segundo xoi/f}r|aexai, «el que no crea [= el que siga
loración negativa al ser equiparada con -> [1975] 269-292).
significado (ser incrédulo, negarse a creer); sin creer] será condenado», vemos que la in-
axA.TjfJoxaQÓía.
porque la limitación del enunciado por xivéc; credulidad se define (por el precedente man-
demuestra que, en el caso de r\maxr\aav, no 6) á m a x í a tiene un matiz diferente en la
dato de misionar) como la incredulidad en re- 3) La comprensión de ámaxía en Rom 4,
hay que pensar en la caída universal en el pe- Carta a los hebreos. En 3, 12 el autor advier-
lación con el evangelio. 20 está determinada enteramente por el contex-
cado (Rom 3, 9), sino en que parte del pueblo te a los lectores que no ha de haber en ningu-
En 1 Pe 2, 7 el participio ámaxovvxec, de- to en el que Pablo trata de exponer mediante el
judío se negó a creer al evangelio (cf. Rom 9, no de ellos una x a o S í a Jtovr|Qá ámaxíac;,
signa a los increyentes entendiendo por tales ejemplo de Abrahán la idea de la fe justifican-
6; 11,1-5-17). «un corazón malo e incrédulo»; eso sería
los que no son cristianos. Se ve aquí clara- te. La fe gracias a la cual Abrahán fue declara-
apartarse del Dios vivo. Después de mencio-
La misma contraposición se encuentra en 2 mente el desarrollo de la manera de expresar- do justo, se mostró en el hecho de que «no du-
Tim 2, 13 en una estrofa hímnica citada por el nar el pecado y la rebelión de la generación
se que se produjo en el terreno cristiano, de- dó incrédulamente (oí) SiEXQÍíh] xf\ á m a t i a )
autor: «Si somos infieles, él (a pesar de todo) del desierto, el v. 19 afirma que los israelitas,
sarrollo que se hace todavía más patente de la promesa de Dios», no debilitándose en la
permanece fiel». La continuación «porque él a causa de su incredulidad, no pudieron entrar
cuando ajtiotog (-> 4.b.2) se convierte en fe al ver que su cuerpo estaba como muerto (4,
no puede negarse a sí mismo» determina aquí en el descanso prometido. La fe significa rete-
manera fija de designar a los no cristianos. 19), sino creyendo en Dios que resucita a los
claramente que el significado de maxóq es ner firmemente hasta el fin el principio de la
muertos (4, 17). Creyó, pues, en la palabra de
«fiel», y determina también al mismo tiempo -> imóaxaaig (3, 14): es la actitud de la pa-
3. En el caso de e n t u m a encontramos Dios y aceptó fielmente su promesa, á m a x í a
el significado de la expresión opuesta eí ciencia y de la perseverancia en el camino ha-
igualmente los dos significados: a) infideli- significa, por tanto, el hecho de dudar, de po-
ánioxovyiEV. Pero también en este caso se es- cia el descanso prometido. Cansarse y que-
dad y b) incredulidad (o «falta de fe»). ner en tela de juicio y de no tomar en serio la
cucharían ecos del significado de ser incrédu- darse rezagado en esta peregrinación (4, 1) es
promesa de Dios, en vista de experiencias que
lo, porque de lo contrario difícilmente sería a) á m a x í a , indudablemente, significa infi- á m a x í a . Puesto que -> níoxic, es aquí una ac-
parecen indicar lo contrario.
posible una distinción entre ser infiel (v. 13) y delidad en Rom 3, 3, como se ve a las claras titud y una virtud, a la ámaxía se la puede
el hecho de negar a Cristo, del que se habla en por la contraposición entre maxig xov fteov y 4) En Me 6, 6 se dice que Jesús «se mara- designar expresamente como Jtovnoá (3, 12).
la línea anterior (v. 12b), y las dos líneas no lo que sigue en el v. 4: la infidelidad de ellos villó de la incredulidad de ellos», á m a x í a es
harían más que contradecirse la una a la otra. no puede anular la fidelidad de Dios (->• 2.a). aquí el rechazo que Jesús experimenta, cuan- 4. También en el caso de á m a x o g se en-
Numerosos ejemplos de fuera del NT confir- do las gentes de Nazaret se niegan a recono- cuentran dos significados: a) increíble y b) in-
b) El significado de no dar fe, ser incrédu- man este uso de á m a x í a (Josefo, Bell I, 268; cerle, porque conocían muy bien sus orígenes crédulo.
lo, en relación con un enunciado o mensaje, III, 349; Filón, Fug 152; Decaí 172; Jenofon- (eaxav6aA.ít,ovxo év aúxco, v. 3). En su ver-
se halla atestiguado en Herodoto I, 158; Sófo- te, An II, 5, 21 y passim). a) El primero aparece en Hech 26, 8: xí
sión, Mateo (13, 58) hizo una modificación
cles, Phil 1350; Josefo, Ant II, 270; Bell II, á m a t o v xoívexai n a o ' t)ulv, «¿por qué se
característica: mientras que Me 6, 5 refiere
54; Filón, VitMos I, 236; Virt 188 y passim. b) Incredulidad. 1) a m a r í a designa en considera increíble entre vosotros que Dios
que Jesús no podía realizar allí actos de po-
Cuando al verse confrontados con el mensaje primer lugar, en sentido técnico, el rechazo, la resucite a los muertos?»; ámaxoq aparece
der, Mateo elimina esta aparente limitación
de la resurrección, los discípulos «no creye- no aceptación del mensaje de la salvación. también con este sentido en Filón, Ebr 205, y
del poder de Jesús y acentúa la conexión entre
ron» a las mujeres (Le 24, 11), entonces no Los judíos, que eran ramas del olivo, fueron en Josefo, Ant XIV, 31; XVIII, 76.
la fe y el milagro: a causa de la incredulidad
les dieron fe. En Le 24, 41 la frase «ellos to- desgajadas de él Tfj á m a x í a , «por (su) incre-
de ellos, Jesús no hizo allí sino unos pocos b) Mucho más frecuente y característico es
davía no lo creían» significa que ellos no dulidad», porque rechazaron el evangelio
milagros. Así como la fe recibe el milagro co- el uso de dmaxog en el sentido de incrédulo.
eran todavía capaces de creer. De manera pa- (Rom 11, 20; sobre el dativo de causa cf.
recida en Me 16, 11: «Y cuando ellos supieron mo respuesta a la oración, así -por otro lado-
BlaB-Debrunner § 196, 1); pueden ser injerta- 1) En Jn 20, 27 se dice en relación con el
que él estaba vivo, y que ella le había visto, se rehusa hacer el milagro cuando se encuen-
dos de nuevo en él, si no persisten en su in- mensaje de pascua: «¡no seas incrédulo (u,T]
no lo creyeron», es decir, no fueron capaces tra falta de fe.
credulidad, en su rechazo del evangelio (11, yívov ámaxog), sino creyente!». Según Me 9,
de creerlo. Así, pues, como ámaxéco se usa 23). Según 1 Tim 1, 13 Pablo persiguió a la 5) La conexión entre la fe y el milagro apa- 19 Jesús se queja de la yeveá ámoxog, de la
en relación con el mensaje de la resurrección, Iglesia év á m a x í a , «mientras era todavía in- rece también en el clamor del padre en Me 9, «generación incrédula»; su incredulidad con-
así también este mismo verbo suele usarse ge- crédulo». 24: «¡Creo, pero ayuda a mi incredulidadl» siste en su desconfianza o en su confianza in-
neralmente para referirse a la incredulidad en Esta afirmación paradójica acerca de la fe in- suficiente en la misión y la autoridad de Je-
relación con el mensaje de la salvación. Esto 2) á m a x í a tiene un significado algo dife- creyente muestra la incipiente reflexión acer- sús. Es significativo que en Mt 17, 17 y Le 9,
sucede en Hech 28, 24, donde se dice de la rente en Me 16, 14: «les reprendió por su in- ca de la fe y la duda: trata de proteger a la fe 41 esta queja se amplíe con ecos tomados de
predicación de Pablo que algunos se dejaron credulidad y dureza de corazón, porque no
367 ájtioTéco - áxioxia 368 369 amaros - ctnkóxr\q, 370

Dt 32, 5 (cf. Flp 2, 15), y se hable de «gene- Tral 10, 1; IgnEsm 2, 1; 5, 3; cf. IgnMagn 5, artiOTOg, 2 apistos increíble, incrédulo 1; a diferencia de lo que se dice en 3, 8 (la sim-
ración incrédula y perversa» (SieOTQau,- 2. En el NT, los «incrédulos» de Tit 1, 15 son -+ ámatéco. plicidad en dar y la generosidad) y en 3, 3 (la rec-
(xévr|): semejante incredulidad es una falta también, evidentemente, los maestros de he- titud).
moral. rejías. Asimismo, es posible que 2 Cor 4, 4 se
refiera también polémicamente a los adversa- ájtXÓTii?, i|Tog, í| haplotes sencillez, pu- 2. a) El sustantivo aparece únicamente en
2) Frecuentísimamente se habla de oí reza, sinceridad* el Corpus Paulinum; 6 de las 8 veces que apa-
rios que había en Corinto.
á m o x o i como denominación fija de los no ártXovq, 3 haplous sencillo, puro* rece, se encuentra en un contexto claramente
cristianos, de los de fuera que no pertenecen a marcado por intereses parenéticos, y todas las
4) Otro paso ulterior conduce a que á m o - Bibl.: Amstutz, J., APLOTES (Theophaneia 19),
la comunidad. Y así se le llama en 1 Cor 7, Bonn 1968; H. Bacht, Einfalt, en RAC IV, 821-840; O. veces que el sustantivo aparece se halla en
tog adquiera el significado secundario de vi-
12.13.14 al cónyuge no cristiano; en 10, 27 se Bauernfeind, áiíkovc,, ánkóir\<;, en ThWNT I, 385s; contextos tópicos (Amstutz, 96ss). En 2 Cor
cioso y malvado. Y, así, en 2 Cor 6, 14s, en-
habla de la invitación recibida de alguien que G. Baumbach, Das Verstandnis des Bósen in den sy-
1, 12 Pablo caracteriza su conducta hacia la
contramos á m o t o i junto a términos como nopt. Evv., Berlín 1963, 77-79; M. Dibelius-H. Gree-
no es cristiano; en 6, 6, se menciona el hecho Iglesia: él se comporta con ella «no en sabi-
á v o ^ í a , OKÓxog y elbwXov. En 1 Tim 5, 8 y ven, Der Brief des Jakobus (KEK), Gottingen "1964,
de acudir a los tribunales de los «incrédulos», duría carnal», es decir, no por motivos nada
Tit 1, 15, a los incrédulos se los caracteriza 106s; C. Edlund, Das Auge der Einfalt, Kopenhagen
es decir, a los tribunales paganos; en 14, 22.
como moralmente degenerados. Es significa- 1952; J. Jeremías, Las parábolas de Jesús, Estella honrados, sino con sinceridad (así el NTG26)
23.24 se habla del no cristiano que entra en '1987, 199s); Schultz, Q, 468-470; C. Spicq, La vertu
tivo que se los mencione en 2 Cor 6, 14s y Ap y pureza, ajustándose a la norma de Dios. En
un acto de culto cristiano (por eso aparece de la simplicité dans l 'Anden et le Nouveau Testa-
21, 8 en un catálogo de vicios (cf. también ment: RSPhTh 22 (1933) 1-26. 11,3 Pablo expresa el temor de que los corin-
aquí este término junto al de -> L6ICDTT|5). De
ániaxía en Herm [s] 9, 15, 3). Desde luego, tios se dejen seducir -como antaño fue sedu-
manera parecida se habla en 2 Cor 6, 14s; 1
áraoxog y á m a t í a aparecen también en Fi- 1. En el griego de la Koiné ánXó%T]c, y los cida Eva por la serpiente- «y de esta manera
Tim 5, 8; Ap 21, 8; MartPol 16, 1. En 2 Cor 4,
lón Conf 48 y Sab 14, 25 en el marco de un correspondientes términos ánkove, y ánXwc, se aparten de una sincera y pura devoción a
4 los ájtioxoi se equiparan con los ájtoX,-
catálogo de vicios, pero en él tienen el senti- Cristo».
Xí)(X8voi; la mejor manera de traducir esta fra- tienen un espectro de significados relativa-
do de «infiel» e «infidelidad», ájtiotog con En las tablas de deberes domésticos (Col 3,
se, un poco difícil, es la siguiente: el evange- mente amplio. La significación fundamental
el sentido de de incrédulo no aparece por vez 22; Ef 6, 5) se pide a los esclavos cristianos
lio está velado para los que se pierden, «para es sencillez o integridad; puede traducirse
primera sino en textos cristianos.
los incrédulos, a quienes el dios de este mun- adecuadamente a nuestra lengua por pureza que obedezcan a sus amos, «no para que os
do ha cegado el entendimiento». 5) Finalmente, los incrédulos serán conde- (puro = no mezclado con nada). En un uso vean, como los que sólo agradan a los hom-
Este uso de ámoxoi como manera fija de nados en el juicio. Así se dice en 2 Clem 12, más especializado, ájtAótris tiene una conno- bres, sino con sencillez de corazón», es decir,
llamar a los no cristianos es aún más sorpren- 46 y probablemente también en Le 12, 46 y tación negativa de ingenua simplicidad (por de todo corazón y sin reservas.
dente, si observamos que no sólo apareció en Ap 41, 8. En Le 12, 46 se dice: «y le asignará ejemplo, Filón, VitMos I, 172; Josefo, Bell I, Pablo, al recomendar la colecta en favor de
época muy temprana y se difundió extensa- un lugar con los incrédulos». El paralelo de 111; V, 529) o una valoración positiva de rec- la comunidad primitiva, emplea 3 veces cutXó-
mente, sino que además no tiene paralelos Mt 24, 51 tiene la forma (posiblemente más titud, sinceridad y asimismo de «bondad sen- Tn.5. En 2 Cor 9, 13, este término describe la
fuera de los escritos cristianos. Desde luego, antigua) \azxh trov ÍIJTOXQITÜW, y con ello ha- cilla que se entrega sin reservas» (de esta ma- disposición de los corintios, que los movió
el concepto de jiíatig desempeña un papel ce ver claramente que aquí se trata en general nera piensan, entre otros, Bauer, Wórterbuch, eficazmente a prestar ayuda a otros. Y esta
central en la interpretación que hace Filón de de los que son condenados en el juicio, y que s.v.; Bauerfeind; Dibelius-Greeven; piensa de disposición es la sinceridad y la solidaridad
las relaciones con Dios en el AT, pero en nin- lo de a m o r o t (en contraste con 12, 42: m o - manera distinta, entre otros, Amstutz, 111 y en las relaciones de unos con otros. En 8, 2 y
guna parte se llama oí á m o t o i a los gentiles, a TÓg, «fiel») no se refiere a los que han sido passim). 9, 11, este término se refiere a la grandeza del
los que no pertenecen a la comunidad religiosa infieles, sino que debe entenderse en el senti- don y significa, por tanto, bondad sencilla. Lo
judía. Por el contrario, el hecho de que en el do de incrédulos, no cristianos. La manera Sobre el uso (cada vez más frecuente) de este mismo vemos en Rom 12, 8: aquel a quien se
NT, en época relativamente temprana, se llame general de hablar del NT, según la cual los grupo de palabras en los escritos del judaismo ha concedido el carisma de dar donativos en
constantemente oí á m a t o i a los no cristianos á j u a t o i son los incrédulos, los no cristianos, primitivo y del cristianismo primitivo, nos ofre- ayuda de los demás, debe ejercitarlo con sen-
así como también la especial referencia que se cen información Edlund 51ss; Baumbach, 77ss;
es prueba no sólo de la poderosa influencia que Amstutz, 13ss y 116ss. En los Testamentos de los cilla objetividad, sin buscar el provecho propio
el cristianismo primitivo ejerció sobre la for- hace al juicio final, aboga porque también en Doce Patriarcas (TestXII), ÓOTXÓTTIC, se convierte o que le hagan objeto de preferencias. Dios da
mación del lenguaje, sino también del grado en Ap 21, 8 áitiOTOi se traduzca por incrédulos en un concepto central de la instrucción ética: lo también ->• curíeos (Sant 1, 5; el adverbio apa-
que se veía que la esencia de la propia religión (no por: los que no han sido fieles). mismo que Dios y que su ley, lo bueno es absolu- rece únicamente en este pasaje), es decir, o
estaba determinada por la jtíoTig. tamente sencillo e indivisible. Además del Testa- bien generosamente (Vg: affluenter), o bien
G. Barth mento de Aser (TestAs) y del Testamento de Ben- (más probablemente) -teniendo en cuenta el
jamín (TestBen), cf. especialmente el Testamento
3) De ahí no hay más que un paso para lla- de Isacar (Testls), donde el hablante se designa a contexto y diversos paralelos (cf. especial-
mar amcrtog a los falsos maestros. Y, así, ve- ttjtiotía, a ? , x\ apistia infidelidad, incre- sí mismo como representante de la á7ikó%r\c, y mente Herm [m] 2, 4 ) - con pensamientos pu-
mos que se llama claramente por este nombre dulidad «realiza» así en su persona diversos matices posi- ros, sin segundas intenciones (Codex Cor-
a los maestros de herejías gnósticas en Ign- ->• á j t i o t é c o . tivos del significado de este término: cf. Testls 4, beiensis: simpliciter).
371 ánkóxr\c, - cuto 372 373 ájtó 374

b) El adjetivo aparece en la enigmática por tanto, en el séptimo lugar en cuanto a la c) ájtó haciendo las veces del genitivo de 12, 1, oi ánó tfjg exxXrioíac, designa a los
sentencia sapiencial acerca del ojo (Mt 6, 22s. frecuencia del uso de vocablos (Morgentha- separación (así aparece ya en Herodoto VI, que son miembros de la comunidad; de mane-
par. Le 11, 34). La sentencia se basa en la ler, Statistik, 160). Ahora bien, en su empleo 27; Tucídides VII, 87, 6; PapPetrie III, 11.20; ra parecida en 15, 5. Para indicar el material
imagen, basada en las concepciones hebraicas como prefijo, ánó aparece combinada con cf. además Moulton-Milligan, s.v.): ¿cuál de del que está hecho algo: Mt 3, 4, de pelo de
y arameas, acerca del «ojo bueno» y del «ojo unos 97 verbos distintos (Morgenthaler, 160) los dos? (Mt 27, 21); un hombre de (Me: éx) camello (cf. Herodoto VII, 65).
malo» (es decir, envidioso). El griego no tra- y ocupa el quinto lugar en cuanto a la fre- la multitud (Le 9, 38; cf. Le 19, 39); \a\x-
duce literalmente esta imagen, pero la inter- cuencia del uso de preposiciones (después de |3áveiv ornó xcov xaojtcov, recibir su parte de 3. Sentido temporal: a partir de, desde:
preta acertadamente mediante los términos ovv, ÉJtí, xctxá y éx/éí;). Además, amó apare- los frutos (Me 12, 2); ájtó xov Jtve'úu.aTÓc;
ánkove, y jtovTjQÓg; cf. Testls 3, 3: ájckovg \iov, de mi espíritu (Hech 2, 17.18; cf. Jl 3, a) Para referirse a un momento del pasado
ce como prefijo en combinación con otros
significa aquí puro, bondadoso (Amstutz, 1.2 LXX); t á ájtó xov nkoíov, las partes de en que comenzó una actividad o un estado:
prefijos preposicionales (Morgenthaler, 161)
lOls: «no envidioso»). Por ser un imperativo la nave, los restos de la nave (Hech 27, 44). Mt 9, 22, desde aquella hora; 22, 46, desde
y en combinación con numerosos sustantivos.
ético, acentuado especialmente por Mateo, la Refiriéndose también a los alimentos de los ese día; Le 2, 36, siete años desde su virgini-
imagen describe una tajante alternativa: o una que uno come (Me 7, 28 par. Mt 15, 27; Le dad (es decir, siete años después de haber
ánó con genitivo expresa originalmente la idea
cosa u otra, es decir, Dios exige ájt^ÓTng, re- de separación con respecto a una persona, un ob- 16, 21). En términos parecidos en Le 22, 18: contraído matrimonio); 8, 43, desde hacía do-
clama la voluntad del hombre en su totalidad. jeto o un lugar. De este significado original se de- beber del fruto de la vid (Me 14, 25: ex). ce años; Hech 23, 23, desde la hora tercera
sarrollaron otros significados. En el NT cuto sus- de la noche; Rom 1, 20, desde la creación del
T. Schramm tituye también a las preposiciones áticas éx, d) Para referirse al punto de partida: de, mundo; 2 Cor 8,10, desde el año pasado; cf.
jraoá y ímó. Por ejemplo, el tercer evangelista desde. Me 8, 11: una señal del cielo (a dife- además las expresiones curó xov ->• VÍJV, cuto
tomó de Marcos en 17 casos la preposición éx/éí;, rencia de Mt 16, 1; Le 11, 16); Me 15, 38 par. -> t o t e , ájt' -> áo-ci.
ánXovg, 3 haplous simple, sincero pero la sustituyó 8 veces por ornó. Aparte de esto, Mt 27, 51: de arriba abajo; Mt 23, 34: de una
->• cutXÓTng. curó desempeña en el NT la función del antiguo ciudad a otra; Mt 24, 21: otJt' áxpcov otipa- b) En las expresiones abreviadas ácp' fjg y
genitivo partitivo (cf. Mayser 348). cup' ov, desde, habiendo que suplir siempre
veñv, de un extremo (al otro) del cielo (cf. Me
13, 27); Le 24, 47: comenzando por Jerusa- &Qaq/r\[ié.Qaq (Le 7, 45; Hech 24, 11; 2 Pe 3,
ttJtXü)? haplós (adv.) sencillamente, since- 2. Sentido local: a) con verbos que 1) de- 4 [cf. Col 1, 6.9]), y ácp' ov, desde que (Le
lén, comenzando en Jerusalén; 1 Tes 1, 8: sa-
ramente* notan movimiento y frecuentemente con los 13, 7.25; 24, 21; Hech 16, 18).
liendo de vosotros (ha resonado la palabra del
Sant 1, 5 refiriéndose a que hay que dar sin que tienen ájtó como prefijo verbal; con ver- Señor); Ap 21,13: ájtó [k>Qoá... airó vóxov, c) Para indicar un límite en el tiempo, a
segundas intenciones. M. Dibelius y H. Gree- bos que expresan separación de un lugar; con al Norte, ... al Sur (cf. Jos 18, 5; 19, 34; 1 Re partir del cual se cuenta hacia atrás o hacia
ven, Der Brief des Jakobus (KEK), 76s: «sin verbos que hablan de separación en un senti- 14, 5). adelante: desde (- hasta): Mt 11, 12; 27, 45;
poner dificultades» (así piensa también O. do amplio (entre ellos, Mt 4,12: resucitado de
Bauerfeind: ThWNT I, 385); H. Riesenfeld, e) Para designar la distancia, por ejemplo Hech 10, 30; Rom 5, 14; Flp 1, 5).
entre los muertos [Marcos tiene la preposi-
en CNeot 11 (1944) 33-41: «sin reservas». -> -> u.axoáv ano, lejos de (Mt 8, 30; Le 7, 6)
ción ex]). 2) También con verbos que signifi-
cuilórnc; 2.a. y ánó -> u.axQÓf}ev, a gran distancia (Me 4. Sentidos figurados: a) origen, proceden-
can avergonzarse, guardarse de u ocultar al-
14, 54; 15, 40; Le 16, 23). En Jn 11, 18: cog cia: (1) en verbos que significan pedir y de-
go, mantener algo en secreto. En este caso, la
ájtó ataoícüv 5exajtévte, como a unos 15 sear, para designar con ano a la persona de la
á j t ó apo con genitivo de, desde (con indi- persona o cosa de la que uno se guarda, a la estadios (de distancia); de manera parecida que se quiere algo (Mt 5, 42; Le 11, 51; 12,
cación de origen) que se oculta algo, etc., va introducida por en Jn 21, 8: a unos 200 codos (de distancia); 20; 1 Tes 2, 6); (2) con verbos de percepción,
CCJTÓ. Ap 14, 20: a unos 1600 estadios (de distan- para indicar en quién o en qué se efectúa esa
1. Empleo en el NT - 2. Sentido local - 3. Sentido
temporal - 4. Sentidos figurados - 5. En frases hechas. b) ájtó se encuentra en frases expresivas, cia). Es un hebraísmo curó jtooocojto'u (ex- percepción (Me 13, 28 par. Mt 24, 32, apren-
Bibl.: Bauer, Wórterbuch, s.v.\ Blal3-Debrunner § que no se hallan atestiguadas directamente en presión correspondiente al hebreo mipné), der de la higuera; Mt 7, 16, por sus frutos;
209-211; K. Dieterich: Indogerman Forschgn. 24 la lengua clásica (BlaG-Debrunner § 211, 2): desde alguien, desde la presencia de alguien (3) 2 Cor 3, 18 se refiere al origen (y a la me-
(1909) 93-158; Kühner, Grammatik II/I, 456-459; G. [xetavoeív curó xfjg xaxíag, arrepentirse de (cf. Gen 16, 6; Jdt 2, 14; 1 Mac 5, 34; Jer 4, ta): de gloria en gloria.
Kuhring, De preaepositionum Graecarum in charíis 26; Eclo 21, 2): Hech 3, 20; 5, 41; 7, 45; 2 Tes
la maldad (Hech 8, 22; cf. Jer 8, 6 LXX); ává- b) Causa: (1) Por medio de ornó se indica
Aegyptiis usu, Bonn 1906; Liddell-Scott, s.v.; B. Mo-
reux, Sens non marqué et sens marqué: ano et ex en •f}eu,a elvoa curó xov Xoiatotí, ser separado 1, 9 (Is 2, 10.19.21); Ap 12, 14 (BlaB-Debrun-
la razón por la que se efectúa algo: Mt 18, 7,
prose attique: Bulletin de la Societé Linguistique 74 de Cristo por una maldición (Rom 9, 3); epíteí,- ner § 217, 1).
a causa de los escándalos (BlaK-Debrunner
(1979) 267-269; Radermacher, Grammatik, 235 (ín- Qeafrcu ájtó xfjg cutX,óxr|TOg, ser separados
dice).
f) Origen, procedencia: de, desde (BlaB- § 176, 1); Le 19, 3, a causa de la multitud;
de la sinceridad (actualmente existente) para Debrunner § 209, 3s): Mt 3, 13, de Galilea; Jn Hech 22, 11, a causa del resplandor de la luz;
1. ájtó (que rige siempre genitivo) aparece caer en la perdición (2 Cor 11,3); ájtoírvfia- 3, 2, (venido) de Dios; Jn 1, 44, de Betsaida. Heb 5, 7, a causa de su piedad (BlaK-Debrun-
unas 645 veces, distribuidas de manera casi xeiv ájtó, por la muerte llegar a ser libres de También en Mt 4, 25; 21,11; Jn 12, 21; Hech ner § 210, 1). (2) El medio por el cual se con-
uniforme entre los escritos del NT. Se halla, (Col 2, 20). 2, 5; 6, 9; 10, 23; 17, 13; Heb 13, 24. En Hech sigue un efecto, con ayuda de, con: Ap 18, 15
375 curó - ánoyQCKpy) 376 ÓOTOYQOKpií - ccjroóeíxvuur 378
377

(cf. Le 15, 16 A Koiné, con las algarrobas). ájlopXÉJtü) apoblepo mirar a* mann, Das Lukasevangelium I (HThK), Freiburg i. Br. 4. Por contraste, el significado más general
(3) El motivo, por. Mt 13, 44, por la alegría; Heb 11, 26: Moisés «tenía la mirada pues- 1969, 98-101; E. Stauffer, Die Dauer des Census Au- del término aparece en Heb 12, 23, así como
Le 22, 45, por la angustia; Hech 2, 14, por el gusti, en FS E. Klostermann, Berlín 1961, 9-34; T. P.
ta en la recompensa (celestial)»; cf. Josefo, Wiseman, «There went out a Decree from Caesar Au- también en Hen (gr) 98, 7s; Ap Pauli 39s (Ti-
temor. (4) El que es causa de aquello de lo Bell II 311; Ant XX, 61. schendorf). En estos lugares ájtOYQá(po|j,cu
gustus...»: NTS 33 (1987) 479s.
que habla el verbo: Mt 12, 38, una señal que significa-ser inscrito en una lista que se guar-
venga de ti; Le 22, 71, curó xov atÓLiatog, 1. dutOYQCi(pr| aparece 2 veces en el NT da en el cielo o en «el libro de la vida» (cf.
de su (propia) boca (15 veces en la LXX; (btÓ|}Xí]T05, 2 apobletos rechazado* (Le 2, 2; Hech 5, 27); el verbo, 4 veces (Le
también Le 10, 20; Flp 4, 3; Ap 3, 5 y pas-
BlaB-Debrunner § 217, 3); Hech 32, 31; 1 Cor En 1 Tim 4, 4 dícese de las cosas creadas: 2, 1.3.5; Heb 12, 23). En Le 2, lss el térmi-
sim). El trasfondo lo constituye una idea muy
11, 23; refiriéndose a una causa más remota: son buenas (xaX.óg, Gen 1, 31), no ánófiXi)- no designa una medida fiscal adoptada por
difundida en el Antiguo Testamento y en la li-
Gal 1, 1, de (parte de) hombres; 2 Cor 3, 18, xog (no rechazadas por Dios). la administración romana (un censo) para la
teratura judía posterior (Cf. G. Schrenk, en
cuto XUQÍOI) nvev[xaxoc„ por el Señor del Es- recaudación de impuestos.
ThWNTI, 618s).
píritu; en fórmulas de saludo: la paz que pro- ánofioXi], f¡5, í\ apobole pérdida, recha- E. Plümacher
cede de Dios (Rom 1, 7; 1 Cor 1, 3 y passim, zo* 2. ájtOYeacpr| se halla atestiguado desde
y, correspondientemente, en la forma singula- Lisias y Platón, y aparece también en las ins-
Hech 27,22: ánofio'ki] tyv%r\c„ refiriéndose
rísima de Ap 1, 4). (5) etep' éccuTOÜ (-(áv),por cripciones y en la LXX; es un término técnico ájlOYQft<pw apographd inscribir en una
a la pérdida de la vida; Rom 11, 15, refirién-
iniciativa propia (Le 12, 57; 2 Cor 3, 5; fre- del lenguaje jurídico y administrativo de la lista
dose al rechazo de los judíos por Dios.
cuente en Jn [5, 19.30 etc.]). (6) Complemen- lengua ática y luego de la lengua helenística ->• ájtoYeacpfj.
to agente: en la voz pasiva y en verbos con (como se ve en los papiros). El verbo lo en-
sentido pasivo, el habitual vnó que introduce á j t o y í v o n a i apoginomai morir* contramos (desde Herodoto) con los significa-
al complemento agente es sustituido a veces 1 Pe 2, 24: t a l g áu.apTÍcug ájtoYevóiie- dos correspondientes y con la misma difusión; ájtoSeíXVUJH apodeiknymi acreditar, dar
por OJIÓ (sobre el uso clásico cf. Kühner 11/1, voi, muertos a los pecados (cf. Rom 6, 11). es especialmente frecuente en voz media: (ha- a conocer, probar*
475s): Le 8, 43b, ser curada por; Hech 2, 22, ThWNT I, 685. cerse) inscribir en una lista, informar presen- ájtóóei^ig, ecog, r| apodeixis prueba*
acreditado por Dios; 4, 36; 15, 4; 20, 9. tando una 0tJtOYQ0tq)T|.
1. Aparición en el NT y contenidos semánticos -
c) Para indicar el punto inicial de una se- ánofQaq>r\, r\$, r\ apographé lista, regis- 2. ájioSeíxvufw - 3. cuióS£ií;ig.
rie: Mt 2, 16; Le 24, 27; Jds 14. A veces se 3. El censo (o empadronamiento) mencionado
tro, censo* en Le 2 no tuvo lugar, desde luego, en el año del 1. El verbo aparece 4 veces en el NT. Está
indica también el punto final de la serie (in- ájTOYQácpcü apographd inscribir en una lis- nacimiento de Jesús (por aquel entonces P. Sulpi- compuesto por el verbo -> 6eíxvuu.i mostrar,
troducido por erog): Mt 1, 17; 23, 35; Hech cio Quirinio no era gobernador de Siria), sino que
ta, registrar (en un censo)* señalar y el prefijo cuto-, que aquí designa la
8, 10. se realizó únicamente en el año 6/7 p.C, una vez
1. Aparición de estos términos en el NT - 2. Uso depuesto Arquelao e incorporada Judea a la pro- terminación o la consecución de un objetivo
5. Frases o expresiones fijas como ano helenístico - 3. El censo en Le 2 - 4. Heb 12, 23. vincia de Siria (Josefo, Ant XVII, 355; XVIII, 1- (Schwyzer, Grammatik II, 445, 4). De esta
\i£QOvc„ parcial (Rom 11, 25; 15, 15.24; 2 Cor Bibi: P. W. Barnett, áitOYQacpr| and ájtOYpácpEa- 5). Para Judea fue la primera medida de esta ín- manera se llega a los matices de significado
1, 14; 2, 5); óuió fuóig, a una, unánimemente ftca in Luke 2, 1-5: ET 85 (1973-1974) 377-380; dole, por lo cual dejó un recuerdo imborrable en como atestiguar (Hech 2, 22; 2 Tes 2, 4), de-
(Le 14, 18; ¿un arameísmo?, cf. Bauer, s.v. Bauer, Worterbuch s.v.; H. Braunert, Der rómische la memoria. Censos parecidos, realizados a base
provinzialzensus und der Schatzungsbericht des Lk- de declaraciones de bienes hechas por escrito o signar (1 Cor 4, 9), probar (Hech 25, 7). En el
áitó VI); curó x&v xaQÓicbv, de corazón (Mt Ev.: Hist. 6 (1957) 192-214 (cf. además, E. Haenchen, verbalmente, entre los habitantes de las provincias NT el sustantivo aparece únicamente en 1 Cor
18, 35); árc' ávooftev, de lo alto (Me 15, 38). Apostelgeschichte [KEK], Gottingen '1977, 247); J. (no entre los ciudadanos romanos) y repetidos con 2, 4, donde significa prueba.
Ernst, Das Ev. nach Lk (RNT), Regensburg 1976, 101- mayor o menor regularidad, pero limitados siem-
G. Schneider 104; W. Grundmann, Das Ev. nach Lk (ThHK), Berlín pre a determinadas regiones, los conocemos tam- 2. En el discurso de Pedro en Hech 2, 22 se
1961, 76-79; H. U. Instinsky, Das Jahr der Geburt bién con referencia a otras provincias (Brauner,
Christi, München 1957; U. Kellermann, Gottes neuer habla de Jesús como de «un varón acredita-
á j i o j i a í v o ) apobainó irse, desembarcar, 196ss), por ejemplo, Galia, Lusitania y Egipto,
Mensch. Exegetische Meditation der Weihnachtsge- do/confirmado por Dios entre vosotros con
schichte, Neukirchen-Vluyn 1978, 27-32; E. Kloster- habiendo podido influir sus procedimientos cen-
conducir a* sales en el relato de Le 2, 1-5 (cf. el edicto de actos de poder, milagros y señales, que Dios
En Le 5, 2 y Jn 21, 9: desembarcar; en Le mann, Das Lk-Ev. (HNT), Tübingen 21929, 32-34; G.
M. Lee, The Census in Luke: CQR 167 (1966) 431- censo en PapLondon III, 904 [104 p.C.]). La co- hizo en medio vuestro a través de él». Sobre el
21, 13 y Flp 1, 19 (Job 13, 16) se usa en sen- 436; Liddell-Scott s.v.; H. R. Moehring, The Census in nexión de aquel censo de Siria con el nacimiento empleo del verbo ájroóeíxvuu.1 cf. Est 3, 13c.
tido figurado. Luke as an Apologetic Device, en FS Wikgren, 144- de Jesús y la ampliación de este censo provincial
La frase suena a arcaica (M. Dibelius, Aufsatze
160; G. Ogg, The Quirinius Question To-day: ET 79 a la categoría de un empadronamiento realizado
(1967-1968) 231-236; Preisigke, Worterbuch I, 170- en todo el imperio (Le 2,1) se deben a Lucas. Tan zur Apostelgeschichte, Gottingen 1951, 142).
hlto^ifXktíi apoballd arrojar, despojarse* 173; Suppl. I, 30; A. Schalit, Kbnig Herodes, Berlín sólo en su concepción de la historia se hallan tan La cristología que en ella aparece, enlaza con
Me 10, 50: arrojar el manto; Heb 10, 35 1969, 265-278; W, Schmithals, Die Weihnachtsge- estrechamente vinculadas la historia de Jesús y la la idea del profeta escatológico que es acredi-
como exhortación: «¡No desechéis vuestra schichte Lk 2, 1-10, en FS Fuchs, 281-297; Schürer I, del cristianismo con la historia del mundo (cf. Le
508-543 (Schürer, Historia I, 515-550); H. Schür- tado por Dios (Hahn, Hoheitstitel, 388). Los
jtarjQr|OLa!». 3, 1; Hech 11, 28; 26, 26s). milagros de Jesús se consideran como los ac-
381 ájio6ebtvuu,L - CXJIOSLSCÜU.1 382
379 0OTo6eíxvv|iL 380

el poder del Espíritu de Dios (genitivo subje- reconocimiento elogioso de la administración


tos de un Carismático que ha sido dotado por 3. Pablo utiliza el sustantivo áiróSei^ig en tivo: WeiB, 49; Conzelmann, 55; hendíadis: de Félix por parte de Tértulo: 24, 3. ThWNT
Dios con poderes (Hahn, 392), más aún, como el sentido de prueba, demostración: «Y ni mis WeiB, 50; Alio, 25; cf. 1 Tes 1, 5) que actúa en II, 54.
los actos mismos de Dios (sobre esta perspec- palabras ni mi predicación (-> xr|0'UYM'a) fue- su predicación.
tiva «subordinacionista» de la cristología de ron con palabras persuasivas (jretftóg) de sa-
Lucas cf. Hech 2, 36; H. Conzelmann, El cen- biduría (-> aocpía), sino con demostración Una contraposición parecida entre el arte de la á j t o 8 i m é w apodémeó salir de viaje, au-
tro del tiempo, Madrid 1974, 247). del Espíritu y de poder (-> oúvau.15)» (1 Cor elocuencia retórica (óeivÓTng ^óycov, «elocuen- sentarse*
Muy cerca del significado de atestiguar se 2, 4). Se discute si Pablo, en esta mirada re- cia», o 8Jtí&Eií;ic;, «discurso dispuesto según las Me 12, 1 par. Mt 21, 33/Lc 20, 9; Mt 25,
encuentra el de proclamar (PapOxy VII, 1021, trospectiva a su primera predicación, a la que normas de la retórica») y la predicación, que se 14.15; Le 15, 13. 2 Cor 5, 6 D(G): ájroor)-
él, teniendo en cuenta que ha alcanzado su propone comunicar el sentido de las Escrituras, Lioütiev ájtó xov xvoíoi), estamos lejos del
5ss, en Moulton-Milligan, 60). Este significa- la encontramos en Filón, VitCont 31.75 (cf. Pla-
do se halla detrás del uso de ájr.ooeíxvuu.1 en objetivo, que es la fe de los corintios (2, 5; cf. Señor.
tón, Phaedr 260a: oposición entre Jieí/freiv y
2 Tes 2, 4c: el anticristo se asienta en el tem- 1, 4-7), considera como plenamente convin- óAri'&eía; Apol 17a-c: oposición entre m'&avrog
plo de Dios y «.proclama (atestigua) que él es cente, al utilizar ahora el término ájtó6si|i5, y ákiq&Eía., entre palabras bien pulidas y pala- auóbl\\ioz„ 2 apodemos dícese de quien
Dios» (sobre el tema cf. Ez 28, 2; Sib V, 33; lo hace únicamente en el sentido general de bras sencillas). está de viaje o ausente*
Martls 4, 6; sobre el anticristo como «Hijo de prueba o demostración (H. Conzelmann, Der G. Dautzenberg Me 13, 34: áv§Qa)Jtog ájtóoT)u.oc;, un hom-
Dios» cf. Did 16, 4; ApEsd [gr] 4, 27). erste Korintherbrief [KEK], 72; C. K. Barrett, bre que está de viaje.
Con frecuencia se usa ájto5eíxvuui en el 1/2 Korintherbrief [BNTC], 65; cf. 3 Mac 4,
sentido de atestiguar, nombrar, designar. 20; Filón, VitMos I, 95 para la contraposición ttJtÓ6ci|i5, C(«5,1^ apodeixis prueba, de-
de las dos formas de anóbeii,iq: las declara- mostración ttJlO&í&tOfu apodidómi dar, devolver, re-
Mientras que esto se refiere generalmente a tribuir*
un «nombramiento» honorífico, por ejemplo, ciones de oráculos y la curóoEi^ic;, mucho -> outo6eíxvuu.i 1 y 3.
a un nombramiento como rey (el sujeto de la más clara, por medio de señales y prodigios) 1. Empleo y significado del término - 2. Campos
o bien -lo que es mucho más probable- con referenciales - 3. En contextos éticos - 4. En contextos
acción es Dios: Josefo, Ant VII, 338; XI, 3; cf. ájtodexai£l)(D apodekateud dar el diez- teológicos.
también VI, 35) o como supervisor (Dan 2, 48 consciente alusión al uso técnico de la expre-
mo
sión en la retórica antigua (J. WeiB, / Korin- Bibl: F. Büchsel, ájtoóíócüux, en ThWNT II, 170s;
LXX; Josefo, Ant VIII, 162), vemos que Pa- Le 18, 12 en la lectura variante de p75 B
blo en 1 Cor 4, 9 observa en sí y en sus cola- therbrief [KEK], 50; E. B. Alio, Premiére H. Braun, Gerichtsgedanke und Rechtfertigungslehre
Epitre aux Corinthiens [EtB], 25; L. Hart- Sin*, con Jtávta (de todo) como objeto de la bei Paulus (UNT 19), Leipzig 1930, 2-11, 14-31; J. D.
boradores Silvano y Timoteo (cf. 1 Tes 1,1) acción verbal. M. Derrett, Law in the New Testament, London 1970,
una clase totalmente diferente de acción divi- man, Some Remarles on 1 Cor. 2:1-5: SvEA 32-47 (The Unmerciful Servant), 313-337 («Render to
39 [1974] 109-120, esp. 116ss). Caesar...»); Ch. Dietzfelbinger, Das Gleichnis von der
na: «Pienso que Dios nos ha asignado a nos-
aJloÓEXatów apodekatoó dar el diezmo erlassenen Schuld. Eine theol. Untersuchung von Mt
otros los apóstoles el último lugar (-»• eoxot- En la retórica antigua, ájtóóet^ig, Jtío- 18, 23-35: EvTh 32 (1972) 437-451; L. Goppelt, Die
T05), como a sentenciados a muerte (-> énifra- trooic, y xaTaaxeur) designan la argumenta- Mt 23, 23 par. Le 11, 42; Le 18, 12. En el Freiheit zur Kaisersteuer, en Ecclesia und Res Publi-
vátioc;)». Los apóstoles experimentan ya en ción ordenada, lógica o dialéctica en la parte sentido de exigir, recibir el diezmo, en Heb 7, ca (FSf. K. D. Schmidt), Góttingen 1961, 40-50; J. K.
sí mismos la inversión escatológica de la pri- principal del discurso (H. Hommel-L. Ziegler, 5(cf. 1 Sam8, 15.16.17). Kuntz, The Retribution Motif in Psalmic Wisdom:
ZAW 89 (1977) 223-233; W. Pesch, Der Lohngedanke
macía jerárquica (Me 10, 31; Le 13, 30); par- Rhetorik, en Pauly, Lexikon IV, 1396-1414, in der Lehre Jesu (MThS I, 7), München 1955; Id.,
ticipan en el destino de sufrimiento y muerte esp. 1414; cf. Platón, Tim 40e; Aristóteles, aJloéexTO?, 2 apodektos aceptable, agra- Matthaus der Seelsorger (SBS 1), Stuttgart 1966 [so-
de Jesús, y precisamente así testifican con su EthNic I, 3, 4; Rhet I, 1355a 6ss; Quintiliano, dable* bre Mt 18]; J. N. Sevenster, «Geeft den keizer wat des
keizers is, en God wat Gods is»: NedThT 17 (1962)
actividad el poder de la vida (£<i)T|) de Jesús InstOrat V, 10, 7 [ájtóóei^ig est evidens pro- 1 Tim 2, 3; 5, 4, en ambos casos en la ex- 21-31; A. Weiser, Die Knechtsgleichnisse der synopt.
para vencer a la muerte (1 Cor 4, 10-13; 2 Cor batio]; Epicteto, Diss I, 24, 8; 4 Mac 3, 19). presión: «Esto es... ájtóSsxTov delante de Evv. (StANT 24), München 1971, 75-104 [sobre Mt
4, 7-12; 6, 4-10). Pablo admite que hubo deficiencias en la ac- (évcúmov Tot)) Dios». ThWNT II, 57-59. 18, 23-25]. Para más bibliografía, cf. ThWNT X,
tuación retórica y en el arte de persuasión de 1047.
En el lenguaje jurídico, ájr,oóeíxvi)u.i se
usa con el sentido técnico de probar (PapLon- su predicación inicial, cosa que los críticos
corintios habían censurado (cf. 1 Cor 2, 1). ajto5éxo^iai apodechomai acoger (amis- 1. Las 48 veces que aparece el verbo se
don 904, 84 en Moulton-Milligan, 60; cf. 4 tosamente)* distribuyen entre casi todos los escritos del
Mac 1, 8); así sucede también en Hech 25, 7 El, conscientemente, no hizo uso de esos re-
cursos como ayuda para la predicación del En el NT aparece únicamente en Lucas-He- NT. Falta por completo en Juan. Pablo (5 ve-
en una escena de juicio que se halla simple- chos. En Le 8, 40; 9, 11; Hech 18, 27; 21, 17; ces) y la tradición post-paulina (3 veces en las
mente esbozada: «Y cuando él (= Pablo) lle- Crucificado (v. 2). Ahora pretende que su pre-
dicación tiene una forma especial, no retórica, 28, 30; IgnEf 1,1; IgnTral 1, 2: acoger con Pastorales) lo emplean raras veces. Por el con-
gó, los judíos que habían descendido de Jeru- agrado. Dícese de la aceptación de la «pala- trario, es un término favorito de Mateo (18
salén se pusieron a su alrededor, presentando de ájtóoei^ig que conduce a la persuasión.
Esta forma, por contraste con la retórica, no bra»: Hech 2, 41; del recibimiento respetuoso veces), aunque dos de esas veces proceden
contra él muchas y graves acusaciones (aí- de Pablo y Bernabé en Jerusalén 15, 4 v.l.; del de Q (Le 12, 59 par. Mt 5, 26) y de Marcos
xv<S3\k,a) que no podían probar». se basa en sabiduría humana (cf. 2, 5), sino en
383 ájtooíScuux 384 385 ájtoSLócúux - ájiódeaig 386

(12, 17). Mientras que ájtoSíScum aparece 10 Dios es el sujeto, cuando recompensa a las ver mal por bien (Gen 44, 4; Jer 18, 20 y pas- Mateo trata de aclarar más esta idea por me-
veces en el material peculiar de Lucas y en personas (Mt 6, 4.18: en todos los casos xcd ó sim), pero la discusión sobre cómo ha de dio de una parábola. Claro que la parábola tie-
Hechos (6 veces en el Evangelio y 4 en He- JtatrÍQ aov... ánobwoei ooi), y juzga a la comportarse uno cuando se enfrenta con el ne un acento un poco distinto; se trata en ella
chos), Mateo emplea el término 16 veces, gente con arreglo a sus obras (Rom 2, 6; 2 mal, no comienza a abrirse camino sino en el de la retribución (áno6i5ü)(xi en los vv. 25, 26,
además de las dos que recibió a través de Q y Tim 4, 14). En tres pasajes es Jesús el sujeto: judaismo rabínico (cf. Billerbeck I, 368, 370; 28, 29, 30 y 34); del perdón (ácpiévou) no se
de Marcos. Y 7 de ellas, en la parábola del rey él retribuirá a cada uno según sus actos (Mt III, 299); la comunidad de Qumrán se hallaba habla sino en la síntesis redaccional del v. 35.
que ajusta cuentas con sus deudores (Mt 18, 16, 27), recompensará a cada cual (Ap 22, también muy lejos de dar una respuesta posi- Sobre el trasfondo de la práctica de las finan-
23-35). 12), y en su epifanía entregará (a Pablo) la co- tiva (según 1QS 1, 4 era «tarea de los miem- zas en el ámbito helenista (cf. Derrett, 38), la
El compuesto de SÍSCÜU.I formado con ówtó rona de la justicia (2 Tim 4, 8). bros de la comunidad amar a todo el que ha parábola expresa la idea de que la vida de la
significa entregar, dar, producir, y también sido elegido por Dios, y aborrecer a todo Iglesia debe estar determinada por la genero-
devolver, restituir, y finalmente retribuir. Hay 3. El verbo adquiere el sentido de una obli- aquel a quien Dios ha rechazado»; cf. también sidad y la misericordia, y no por una conduc-
frases hechas como ájtoSíoü)u.i (xóv) kóyov, gación moral, cuando se trata de la conducta 9, 21 y Hen [esl] 50.4). La regla cristiana pri- ta despiadada basada en reclamación de los
recta y justa o de la devolución de una dedu- mitiva recuerda el mandamiento de Jesús de derechos legales. Porque en el día del juicio
dar cuenta (Mt 12, 36; Le 16, 2; Hech 19, 40;
da, como en Me 12, 17 par. amar a los enemigos (Mt 5, 44.46.47; Le 6, divino, toda persona será llamada a rendir
Heb 13, 7; 1 Pe 4, 5; Rom 14, 12 v.L), áno-
27s.32s) y pudo haber tenido su origen en las cuentas y será retribuida con arreglo a sus
8L§tt>u,i TOiig OQxotJg, cumplir los juramentos
En Me 12, 17 (Mt 22, 21; Le 20, 25), la res- comunidades helenistas influidas decidida- obras (Mt 12, 36; Rom 2, 6; 2 Tim 4, 14 [se-
(Mt 5, 33), ájtoSíocoux t ó u.aQTÍ)Qiov, dar puesta de Jesús a la pregunta de si es lícito mente por Pablo. gún Mt 16, 27; 2 Tim 4, 8; Ap 22, 23, Cristo
testimonio (Hech 4, 33). En la voz media, el (s^eotiv;) pagar el tributo al César, adquiere la es el que ha de realizar el juicio]).
verbo tiene el significado de vender (Hech 5, forma de un imperativo: «¡Dad al César lo que es Según Ap 18, 6 el segundo ángel exige so-
8; 7, 9; Heb 12, 16; cf. Bauer, Wórterbuch, s.v. del César, y a Dios, lo que es de Dios!». Como la lemnemente: «¡Pagadle tal como ella ha pa- A. Sand
4; Liddell-Scott, s.v. III). introducción es redaccional (Derret, 314: «una gado, y devolved el doble según sus obras!».
unidad constructa»), como el apotegma debe en- En el juicio, Babilonia recibirá lo que hizo a
tenderse como instrucción dada a los discípulos otros. Se discute quién es el sujeto que efec- aJTOÓiopiCo) apodiorizo separar*
2. OUTOSLSCOHI se usa en sentido metafórico y no como un enunciado acerca de Jesús, y, fi- En Jds 19 el participio de presente designa
en Heb 12, 11 (cf. Lev 26, 4 LXX): La disci- túa la retribución. Pero seguramente no hay
nalmente, como falta el verbo en el relato que a aquellos que causan divisiones. ThWNT V,
plina es desagradable, pero finalmente produ- sirve de preparación para el logion, el sentido de que pensar en el anticristo ni en los siete pe-
queños reyes del capítulo 17 (porque están 456s.
ce «el fruto apacible de la justicia». Según Ap ájtoóíócDU.1 (que en Mateo y en Lucas está refor-
22, 2, el árbol de la vida (£idov ^cofjg, cf. zado con un adverbio y se halla situado enfática- de parte de Babilonia), sino en el pueblo de
Gen 2, 9) produce frutos, es decir, la plenitud mente al comienzo de la frase) debe entenderse Dios, que por encargo divino ejecutará el á j l o S o x i ^ i á ^ ü ) apodokimazd rechazar*
únicamente a base de la respuesta dada por Je- juicio. Dícese de la «piedra» que es rechazada
de la vida (cf. Ez 47, 12).
sús. La instrucción de Jesús no tiene nada que
A excepción de estos dos casos, el sujeto de (Me 12, 10 par. Mt 21, 42 / Le 20, 17; 1 Pe 2,
ver con la moneda como tal, ni se refiere a un
ájTo6í5ü)[XL es siempre una persona, quien, emperador ni a un tributo determinado, sino que 4. Los textos mencionados antes (-> 3) han 4.7). Con personas como objeto de la acción
por ejemplo, devuelve un libro (Le 4, 20; con expresa el mandamiento global: ¡Acatad las dis- sobrepasado ya en parte el significado pura- verbal: el Hijo del hombre (Me 8, 31 par. Le
posiciones dadas por las autoridades, y acatad mente ético. La relevancia teológica aparece 9, 22; 17, 25); Esaú (Heb 12, 17; cf. Gen 27,
Jesús como sujeto), entrega los frutos de la
(especialmente) lo que Dios pide de vosotros! A con especial claridad allá donde ájto5í5a)u,i 30-38). ThWNT II, 259-264.
cosecha (Mt 21, 41), paga luego los gastos
quien tenga autoridad legítima para reclamar al- se vincula con la idea del perdón de los peca-
adicionales (Le 10, 35), restituye lo defrauda- go, hay que darle lo que pide legítimamente. La dos y del juicio sobre sobre la humanidad. En
do (Le 19, 8), paga el salario (Mt 20, 8) o respuesta de Jesús va más allá del caso particular a ¡ J l o 5 o / T | , f¡5, 1^ apodoche aceptación,
Mt 6, 4.6.18 se presenta a Dios como el Padre
cumple con una determinada obligación (Me en el que había que dar una interpretación, y ex- asentimiento*
que ha de recompensar a los discípulos con
12, 17 par.). La relación entre el sujeto y el presa una obligación general. 1 Tim 1, 15; 4, 9, en la fórmula: «Palabra
arreglo a sus obras. Esta idea, tan importante
objeto de la acción es más personal, cuando el fiel y digna de ser aceptada totalmente».
para Mateo, se desarrolla plenamente en la
hijo es devuelto a su padre (Le 9, 42), el ma- En tres pasajes del NT se expresa con ThWNT II, 54s; N. Brox, Cartas pastorales,
parábola del rey que ajusta cuentas con sus
rido cumple su deber para con la esposa (1 ájto5í,8ü)m una regla principal de la conduc- siervos, Mt 18, 23-35 (material peculiar); el Barcelona 1974, 527-529.
Cor 7, 3), cada uno da al otro lo que le co- ta cristiana: No hay que devolver mal por mal motivo de la u.axQoíhj|i.ía (tiaxoo'íhju.éü),
rresponde (Rom 13, 7: cpógog, xéA-og, cpó|3og, sino hacer el bien a todos (1 Tes 5, 15; Rom vv. 26.29) une dos relatos para formar con
Ti^ifi), cuando se exige a alguien el pago de á j l ó d e a i g , « 0 5 , i\ apothesis la acción de
12, 17; 1 Pe 3, 9 [intensificado el sentido me- ellos una unidad interna. La pregunta acerca quitar*
una deuda (Mt 5, 26 par. Le 12, 59; Mt 18, diante la adición de \o\boQÍav ávxi X.0160- de cuántas veces hay que perdonar, aparece
23-35; Le 7, 42), o cuando uno debe devolver 1 Pe 3, 21: la acción de quitar lo sucio (en
QÍag]). No hay ninguna regla correspondiente ya en Q (Le 17, 4 par. Mt 18, 21s). Mientras el bautismo); en 2 Pe 1, 14 dícese eufemísti-
a sus padres lo que ha recibido de ellos (1 Tim en el AT (Prov 20, 22 es tan sólo una remota que Lucas se contenta con acentuar que hay camente de la muerte: «el abandono de mi
5,4). analogía). Es verdad que el AT prohibe devol- que perdonar un ilimitado número de veces, cuerpo».
387 cuT0-frf]xr| - ánoxaMoxrwii 388 389 ánoxa&iaxrwii - ánoy.akvnxo) 390

á í r o O r | X t i , t\g, r\ apotheke granero, alma- básico de restaurar, volver a poner en el esta- rael en el marco de los acontecimientos del fin muehl, Revelation and Mystery in Ancient Judaism
do primitivo. Ya en la LXX el verbo se usa pa- de los tiempos. Pero Jesús corrige la esperanza and Pauline Christianity (WUNT 11/36), Tübingen
cén* 1990; R. Bultmann, Der Begrijf der Offenbarung im
ra referirse a la restauración escatológica de de la restauración que se centra en Israel, y lla-
Mt 3, 12 par. Le 3, 17; 6, 26; 13, 30; Le 12, NT, en Bultmann, Glauben III, 1-34; G. Dautzenberg,
Israel, que volverá a congregarse saliendo de ma la atención de sus discípulos sobre la mi- Urchristliche Prophetie, Stuttgart 1975; H. J. Ekstein,
18.24.
la dispersión en que se encuentra (cf. el anun- sión universal desde una perspectiva que abarca «Denn Gottes Zorn wird vom Himmel her offenbar
cio escatológico de la salvación en la profecía a todo el mundo. El Resucitado es «el caudillo werden». Exegetische Erwdgungen zu Rom 1, 18:
á j t o # t | a a i ) Q Í ^ í O apothésaurizó almacenar de tiempos del destierro: Jer 16, 15; 23, 8; 24, que conduce a la vida» (Hech 3, 15). Y lo es ZNW 78 (1987) 74-89; M. D. Goulder, The Apokalyp-
->• ftr|0"cu)fjÓ5. para todas las naciones. Libera la esperanza de se as an Annual Cycle of Prophecies: NTS 27 (1980-
6; Os 2, 3; 6, 11; 11, 11; Sal 14, 7; 85, 2; cf., a 1981) 342-367; H. Haag-J. Guille:, Revelation, en
propósito, D. Preuss, Jahweglaube und Zu- salvación nacional del judaismo de los estre- DBS X, 586-618; P. Hoffmann, Die Offenbarung des
á j t o d ^ í p w apothlibd apretar* chos límites en que se hallaba encerrada, y la Sohnes: Kairos 12 (1970) 270-288; K. Kertelge, Apo-
kunftserwartung, Stuttgart 1968, 61 (bibl).
En Le 8, 45 dícese de la muchedumbre extiende a todos los pueblos del mundo. kalypsis Jesou Christou (Gal 1, 12), en FS Schnacken-
2. En el relato sinóptico de la curación, burg, 266-281; D. Lúhrmann, Das Offenbarungs-
(bykoi) que apretuja a Jesús. verstdndnis bei Paulus und in pin Gemeinden,
obrada por Jesús en día de sábado, de un 4. á j t o x a t á a t a o i g restauración*. En el
NT este término aparece únicamente en Hech Neukirchen-Vluyn 1965; Id., Die Red. der Logienaue-
hombre que tenía la mano seca (paralizada o lle, Neukirchen-Vluyn 1960, 60-68, 97-100; A. Oep-
á j t o d v t j o ' í w apothnesko morir lisiada) (Me 3, 1-6 par.), ájtoxa,f>íoTr|(XL de- 3, 21: «A fin de que tiempos de refrigerio ven- ke, ánoxaXvKTíí), ÓOT05iáXw|>i5, en ThWNT III, 565-
-> •dávaxog. signa la curación de la mano como resultado gan de la presencia del Señor, y envíe a Jesús, 597; A. Polag, Die Christologie der Logienquelle,
del mandato dado por Jesús con majestad es- el Mesías designado para vosotros, a quien el Neukirchen-Vluyn 1977, 160-162; H. Schulte, Der
cielo debe recibir hasta los tiempos de la res- Begriff der Offenbarung im NT, München 1949;
ánonaftíatmii, ájtoxadiotávo apo- catológica: «¡Extiende tu mano!». Oponiéndo- Spicq, Notes, Suppl 366-368; P. Stuhlmacher, Das pin
kathistémi, apokathistanó restaurar* se a la postura farisaica en el conflicto sobre tauración de todas las cosas, acerca de la cual
Evangelium I, Gottingen 1968, 76-83; R. E. Sturm, An
el sábado, Jesús hace que la Tora vuelva a su Dios habló por boca de sus santos profetas Exegetical Study of Paul's Use of the Words «apo-
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Los rela- desde tiempos antiguos» (Hech 3, 19-21). Con
sentido salvífico original, a saber, aportar al kalypto /apokalypsis», New York 1983; A. Vógtle,
tos sinópticos de milagros - 3. La restauración escato- arreglo al principio judío según el cual: el fin Zum Problem der Herkunft von «Mt 16, 17-19», en FS
lógica de Israel (Hech 1, 6) - 4. ájtOMaxáoxaotg en hombre la salvación de Dios. La restauración
de los tiempos = los tiempos originales, se es- Schmid 1973, 372-393; U. Wilckens, Das Offenba-
Hech3, 21. de la mano lisiada demuestra y hace patente el
pera que el Mesías realice el retorno escatoló- rttngsverstdndnis in der Geschichte des Urchristen-
Bibl: H. U. von Balthasar, Apokatastasis: TThZ 97 nuevo y superior orden salvífico que se ha he- tums, en W. Pannenberg (ed.), Offenbarung ais Ges-
gico de las cosas a su estado original, la reno-
(1988) 169-182; O. Bauemfeind, Tradition und Kom- cho presente con la venida de Jesús, la aurora chichte (KuD Beiheft 1), Gottingen 1961, 42-90; C.
position in dem Apokatastasisspruch Apg i, 20s, en FS
vación universal del mundo que restablezca la Westermann-R. Albertz, glh, en DTMAT I, 596-606;
del tiempo escatológico de la salvación, que
Michel, 13-23; R. Beauvery, La guérison d'un aveugle integridad original de la creación. El Cristo de H.-Zobel, galah, etc., en DTAT I, 1040-1054.
devuelve su profundo sentido al mandamiento
á Bethsaida: NRTh 90 (1968) 1082-1091; Billerbeck la parusía efectuará la restauración prometida
IV/2, 764-798; Bousset-Gressmann, 232ss, 249; U. del sábado: restaurar al hombre en su integri- del universo cósmico. Las especulaciones de 1. Tanto el sustantivo como el verbo apare-
Busse, Die Wunder des Propheten Jesús, Stuttgart dad como parte que es de la creación de Dios; Orígenes sobre la «apokatastasis» se ocupan
1977, 135-141; E. L. Dietrich, schüb sch'büt. Die end- cen en el NT, y siempre con significado reli-
lo mismo puede verse en 8, 25 (la curación no sólo del retorno del universo a la armonía
zeitliche Wiederherstellung bei den Propheten, Giefien del ciego de Betsaida). gioso. El pasaje que más se acerca al empleo
1925, 38-51; G. Molin, Der Prophet Elijahu und sein de un orden global del ser, sino también de la pagano (raro), que es completamente profano
Weiterleben in der Hoffnungen des Judentums und der Las palabras de Jesús, en el contexto del re- idea de una reconciliación cósmica del univer-
Christenheit: Judaica 4 (1952) 65-94; F. MuBner-J.
(«descubrir algo que está oculto»), es el pasa-
lato de la transfiguración, «Elias, sí, viene so como destino antropológico de la humani- je de Le 2, 35, un pasaje que corresponde
Loosen, Apokatastasis, en LThK I, 708-712; F. MuB-
primero y restaura todas las cosas» (Me 9, 12 dad (así piensa Fr. Schleiermacher). Pero estas
ner, Die Idee der Apokatastasis in der Apg., en Id., también parcialmente al empleo de los térmi-
Praesentia Salutis, Dusseldorf 1967, 223-234; J. M. par. Mt 17, 11) recoge la idea del Antiguo especulaciones encuentran sólo apoyo indirec-
nos en la LXX y -muy significativamente-
Nützel, Die Verklarungserzahlung im Markusevange- Testamento y del judaismo acerca de la fun- to en Hech 3, 21.
lium, Würzburg 1973; A. Oepke, cur,oxcdKaT,r||.u K%X., corresponde también por completo al uso que
ción escatológica de Elias (cf. Mal 3, 23s; P.-G. Müller hace Josefo. Pero aun en este pasaje de Lu-
en ThWNT I, 386-392; R. Pesch, Das Markusevange-
iium II, Freiburg i. Br. 1977, 69-84; M. E. Thrall, Eli- Eclo 48, 10; 2 Re 2, 11). Elias redivivas, co- cas, es el Mesías, puesto como señal, a quien
ja and Moses in Mark's Account of the Transfigura- nectado con Juan Bautista por Mateo, lleva a se han de descubrir los pensamientos (mal-
tion: NTS 16 (1969-1970) 305-317; T. L. Wilkinson, cabo la restauración del pueblo de Dios, pro- á j i o x o d i m t a ) apokalypto revelar*
The Role qf Elijan in the NT: Vox Ref. 10 (1968) 1-10; vados) de los hombres (cf. 1 Cor 13, 13; Test
metida en Is 11, 1-12; Jer 12, 14-17; Am 9, ájToxáÁ.'uilHc;, ecos, f| apokalypsis revela-
W. Wink, John the Baptist in the Cospel Tradition, Rub 3, 15; TestJos 6, 6; JyA 12, 4). Todo el
Cambridge 1968, 13-18; A. S. van der Woude, Die 11. A esta idea de la restauración se refiere ción*
grupo de palabras no es especialmente fre-
messianischen Vorstellungen der Gemeinde von Qum- también la pregunta formulada por los discí- 1. Ideas generales sobre la aparición y uso de los
ran, Assen 1957, 172-176. cuente en el NT (aparece un total de 44 ve-
pulos en Hech 1, 6. términos - 2. El grupo de palabras en la tradición si- ces, de las que 26 corresponden al verbo, y
nóptica - 3. Pablo y el ámbito deuteropaulino - 4. La
1. El verbo aparece 8 veces en el NT (Mt 3. En el contexto del relato de la ascensión Carta primera de Pedro - 5. ájtoxáXmJitg en el Ap - 18 al sustantivo). El grupo de palabras falta
12, 13; 17, 11; Me 3, 5; 8, 25; 9, 12; Le 6, 10; (Hech 1, 4-12), Jesús promete el derramamien- 6. La comprensión de la revelación en el NT. en Me, Hech, Pastorales, Heb, Sant, 2 Pe,
Hech 1, 6; Heb 13, 19). En el NT, lo mismo to del Espíritu, y como consecuencia del mis- 1-3 Jn, Jds; en el Evangelio de Juan apare-
Bibl.: O. Betz, Offenbarung und Schriftforschung in
que en el griego profano, tiene el significado mo los discípulos esperan la restauración de Is- der Qumransekte, Tübingen 1960; M. N. A. Bock- ce únicamente el verbo en una cita de Is 53,
391 curoxaX.'ÚJrTco 392 393 ájtoxaXújrtca 394

1 LXX; en el Ap el sustantivo aparece sólo de los días, sino ahora ya Dios revela eficaz- señala hacia el mismo acontecimiento, aun- 12-14] [NovTS 45], Leiden 1977, 131-161
en 1, 1. mente al Cristo como lo que es, y funda así la que, eso sí, con detalles más claramente apo- [aunque Dautzenberg es un poco unilateral]);
comunidad escatológica (cf. JyA 16, 7 !). calípticos. El pensamiento apocalíptico es no és seguro que en 1 Cor 2, 10 y Flp 3, 15 se
2. En la denominada tradición de Q, el ver- también la fuente que nos dice que, antes de escuche un tono de fondo irónico y polémico,
bo aparece en contextos que evidentemente 3. En Gal 1, 12.16 Pablo utiliza también el la «parusía» (2 Tes 2, 1), se manifestará la en- porque se desconocen ejemplos de semejante
están relacionados los unos con los otros (Mt sustantivo y el verbo para designar la «reve- carnación de la iniquidad (2 Tes 2, 3.6.8); la uso de los términos, que pudieran servir de
10, 26 par. y Mt 11, 25-27 par.). Mt 10, 26 lación» del Hijo de Dios que le fue concedi- voz pasiva indica que esta «parusía» (vv. 8s) base de comparación.
par. utiliza una sentencia apocalíptica (cf. ya da a él, es decir, para expresar la experiencia se halla también incluida en el plan de Dios. En el ámbito déutero-paulino, el verbo y el
Dt 29, 28; luego Hen [et] 51, 3; ApBar [gr] de su vocación. Precisamente por este acon- La manifestación de Jesús (1 Cor 1, 7; 2 Tes sustantivo se usan para designar la revelación
54, lss; cf. G. Bornkamm, U.UO"TT|QIOV, en tecimiento, según 1 Cor 15, 8, Pablo tiene 1, 7) desvela salvación y juicio. Rom 8, 18s del evangelio, especialmente la revelación del
ThWNT IV, 822) como la base para asentar la conciencia de haber sido incluido entre los aguarda ansiosamente la aparición final de la mismo recibida por Pablo. El «esquema de la
confianza que deben tener los que predican; apóstoles. En este pasaje, él describe el acon- gloria, la gloria de los hijos de Dios, y Rom 2, revelación» (lo que antes era desconocido se
en Mt 12, 25-27 par. esa sentencia constituye tecimiento con el término oxpíh]; y en 1 Cor 5 aguarda también con ansia la manifestación ha revelado ahora) se emplea en todo ello
el fundamento para los poderes concedidos a 9, 1 lo describe con la expresión éÓQaxa. En del justo juicio de Dios (cf. Hen [et] 91, 7.14). (desde luego, ánoxaX.'újtTco no es un elemen-
los discípulos para predicar. Este último pasa- Gal 1 emplea el grupo de palabras que esta- En la desvelación escatológica de la realidad to terminológicamente fijo del esquema; cf.
je está compuesto de dos «logia». El primero mos estudiando, para acentuar más vigorosa- presente, no sólo se manifestará lo que ya Ef 3, 10: Yvcooiodfj; Lührmann, Ojfenbarungs-
de ellos habla de ocultar la acción escatológi- mente el significado teológico del aconteci- existe pero se halla oculto de alguna manera, verstandnis 125 nota 2). En Ef 1, 17 se habla
ca de Dios a los sabios y desvelarla a los sen- miento, a saber, que con la revelación del sino que hará también su aparición la nueva y evidentemente del espíritu carismático-profé-
cillos (cf. ApBar [gr] 54, 4s). El segundo ha- cumplida realidad. tico.
Crucificado como Hijo de Dios se le reveló a
bla de que tal revelación debe efectuarse él el evangelio. Pablo conoce además otros usos del grupo
necesariamente por mediación del Hijo (cf. En consonancia con esto, Rom 1, 17 dice de palabras, el cual evidentemente poseía aún 4. Mientras que en el ámbito déutero-pauli-
Hen [et] 48, 7; 62, 7). También aquí aparece que el evangelio (cuya nota esencial -según cierta flexibilidad terminológica. En 2 Cor no el grupo de palabras se refiere enteramen-
claro el trasfondo apocalíptico (cf. especial- 1, 1-4- consiste en la filiación divina de Je- 12, 1.7 el sustantivo designa la revelación de te a la revelación del evangelio y al espíritu
mente Hoffmann). Ahora bien, cxjtoxaX/ÚJTTco sús) revela la justicia de Dios por la fe y para cosas celestiales, experimentadas por Pablo carismático de la comunidad, vemos que en la
no se refiere ya tanto a desvelar algo que an- en un estado de éxtasis (cf. ApBar [sir] 76, 1 Carta primera de Pedro se refiere a la revela-
la fe. El que esta revelación, lo mismo que la
teriormente se había ocultado, sino más bien a [cf. Stuhlmacher, 76s nota 3]; ApBar [gr] 11, ción venidera de la parusía o a una revelación
«revelación» del Hijo, deba entenderse como
revelar una realidad que por su misma natura- 7). Por el contrario, el carisma denominado hecha a los profetas (del antiguo testamento)
acontecimiento escatológico, aparece clara-
leza estaba velada. Según Le 2, 32 (que perte- que anunciaron la salvación que llega con
mente en Rom 1,18: juntamente con el evan- anoxakv^ic, en 1 Cor 14, es distinguido en
nece seguramente a la tradición judeocristiana Cristo (1, 12). Evidentemente, esta última re-
gelio, la acción divina por la cual Dios recha- el v. 6 de la glosolalia y es agrupado junto con
de Palestina), el Mesías es la «luz que revela velación se entiende en el sentido de que a los
za a personas se revela como el juicio «el conocimiento, la profecía y la enseñan-
[la realidad de Dios] a los gentiles», un enun- profetas se les reveló no sólo el anuncio de la
escatológico de Dios. Gal 3, 23 habla de la fu- za»; se entiende, por tanto, como algo presen-
ciado hímnico formado a base de Is 42, 6s; salvación sino también el hecho de que ésta
tura fe (vista desde la perspectiva del perío tado en forma inteligible. En el v. 26 la profe-
49, 9. La idea de que lo que antes se hallaba no se produciría sino en algún momento futu-
do de la ley) que ha de ser revelada; el v. 24 cía no acompaña a la ájioxáX'uijJig en la lista ro. La idea expresada en lQpHab 7, ls («Y
oculto ha sido desvelado en sentido estricta- muestra que se piensa nuevamente en la ac- de las formas de expresión que se dan en el dijo Dios a Habacuc que escribiese lo que ha-
mente apocalíptico, está presente en Le 17, ción de Dios en Cristo, contemplada desde culto divino; en el v. 30 la recepción de una bía de suceder a la generación postrera, pero
30: el Hijo del hombre, todavía oculto, será la perspectiva del receptor humano (cf. Rom profecía es designada como anonakún- el fin de la época [gmr hqs] no se lo hizo co-
revelado por Dios, es decir, será presentado 3,21). xecrum. Parece, pues, que ánonakvtyic, es un nocer») se hace extensiva a todos los profetas
en público. Sin embargo, junto con la experiencia de la término conectado con la profecía (así piensa que anuncian al Mesías, y se entiende que es
Esta idea que, por vía de la tradición de Q, presente revelación de la salvación y del jui- también Dautzenberg). Esto hace que poda- parte integrante de sus conocimientos proféti-
se remonta a la más antigua tradición, experi- cio, que corresponde a la estructura funda- mos comprender Gal 2, 2 -por un lado- (don- cos, de los que fueron hechos conscientes
mentó una alteración característica en Mt 16, mental del pensamiento teológico de Pablo, de debe entenderse, seguramente, que Pablo (por Dios). En 1 Pe 1, 7.13; 4, 13 el sustantivo
17. Es posible que esta sentencia haya sido sigue estando presente en el pensamiento pau- es el receptor de la revelación), y Flp 3, 15 y denota la parusía, y en 1, 5; 5, 1 el verbo de-
elaborada por Mateo bajo la influencia de 11, lino la expectación de la futura revelación de 1 Cor 2, 10 -por el otro lado-, donde se habla signa la revelación de la salvación escatológi-
25-27, pero debió de llegar sustancialmente Cristo y la realidad fundamentada en él. Se- de revelar un conocimiento de fe más profun- ca y de su gloria con ocasión de la parusía.
hasta 61 junto con 16, 18s, porque -como es gún 1 Cor 1, 7 la comunidad espera con anhe- do (cf. 1 Cor 13, 2; Dautzenberg, 150ss; Id.,
probable- refleja la primera aparición del lo «la manifestación de nuestro Señor Jesu- Botschaft und Bedeutung der urchristl. Pro- 5. Finalmente, el sustantivo aparece en Ap
Cristo resucitado a Pedro. No tan sólo al fin cristo» (cf. 4 Esd 7, 28; Le 17, 30); 2 Tes 1, 7 phetie nach dem ersten Korintherbrief [2:6-16; 1, 1 y se utiliza casi como el título de un libro
397 cuioxagaSoxía - outóxoi|xa 398
395 áno%akúnx(a - ájtoxapaSoxía 396

xía se explica frecuentemente como una imagen vivo anhelo de liberación, y ekníc, habla de la
(convirtiéndose pronto en título y también en ánonaQaboxía, a g , tj apokaradokia ex- con el significado fundamental de «aguardar con esperanza de libertad futura que Dios garanti-
término para designar a un género): «Revela- pectación (ávida, intensa)* la cabeza extendida hacia adelante» o «mirar por za a la creación esclavizada. Esta esperanza,
ción de Jesucristo». Esta expresión pretende algo» (cf. Delling; Hoffmann), pero esta explica-
Bibl.: W. Aly, Herodots Sprache: Glotta 15 (1927) insertada en la creación por Dios, es la razón
sintetizar el contenido de todo el libro que si-^ 84-117, especialmente 104s; H. Balz, Heilsverírauen ción no concuerda de manera plenamente satisfac-
toria ni con la formación ni con el uso que se ha- de la curoxarjaSoxía de la creación. Por este
gue a continuación: la revelación de la histo- uncí Welterfahrung. Strukturen der pin Eschatologie
ce del término (cf. Frisk; Balz). El intento que se motivo, «la creación aguarda con vivo anhelo
ria hasta que alcance su meta en la santa Jeru- nach Rom 8, 18-39 (BEvTh 59), Miinchen 1971, 36s;
G. Bertram, ájr.oxaoa5oxía: ZNW 49 (1958) 264- ha hecho algunas veces de descubrir, mediante la la revelación de los hijos de Dios».
salén que desciende del cielo, una revelación
270; G. Delling, ájtaxaoaSoxLa, en ThWNT I, 392; comparación lingüística con otros compuestos H. Balz
efectuada por Jesucristo, quien de esta mane- D. R. Dentón, ájtoxaoaóoxía: ZNW 73 (1982) 138- (como ájieXirí^co, cuiOYivróaxü), «desesperar»),
ra expone la actividad redentora de Dios y la 140; Frisk, Wórterbuch I, s.v. xaQaóoxéw; E. Hoff- un sentido atenuado o incluso un sentido contrario
obra del juicio divino. (En 22, 18 el contenido mann, en DTNT II, 134s; E. Kásemann, Der Rómer- de la forma compuesta en relación con la forma ÓJloxaxakkáaati} apokatallassó reconciliar
del libro se describe como JTQoqmxeía; sobre brief (HNT), Tübingen '1974, sobre 8, 19 (bibl.); G. simple (por ejemplo, Bertram 266-268; cf. supra)
Schlager, Das angstliche Horren der Kreatur. ZurAus- -> xaxakkáaa<x>.
la combinación de los conceptos cf. Am 3, 7). legung von Rom 8, 19ff. NTT 19 (1930) 353-360; H. -cf. la traducción de «aguardar con angustia» (Lu-
Schlier, Der Rómerbrief(UThK), Freiburg i. Br. 1977, tero: «ángstliches Harren») en Rom 8, 19- fracasa
sobre 8, 19; A. Viard, Exspectatio Creaturae (Rom. 8, por completo, si tenemos en cuenta el pasaje de ájioxatáotaoig, Eíog, i^ apokatastasis
6. La comprensión neotestamentaria de la 19-22): RB 59 (1952) 337-354, especialmente 340. Flp 1, 20, donde cuioxaQaóoxía aparece con el restauración
«revelación» en el sentido en que la teología mismo vigor que el término ekníc,, que figura a su ->• ájToxa'íHaTávcú 4.
dogmática entiende el término, no puede ex- 1. El sustantivo óutoxaQa5oxía aparece sólo lado. Aquila no hizo tampoco distinción alguna
plicarse plenamente por medio de una investi- dos veces en el NT (Rom 8, 19; Flp 1, 20). No se entre la forma compuesta y la forma simple (cf.
gación del grupo de palabras y del uso que se halla atestiguado en fuentes no cristianas. Ahora supra). Así que lo más probable sigue siendo que ¿TCÓXElfMU apokeimai estar dispuesto*
bien, el verbo cutoxagaSoxéco, «aguardar», sí con COTOxapa6oxía Pablo trate de expresar una
hace de las mismas en el NT. Esto no sería está atestiguado (por ejemplo, Polibio XVI, 2, 8; Le 19, 20; Col 1, 5; 2 Tim 4, 8; Heb 9, 27
espera tensa y anhelante. La preposición cucó re-
posible tampoco, aunque se incluyeran los si- Sal 36, 7 [Aquila] en lugar de IXETEÚCO [LXX] fuerza más todavía el carácter ya intenso de la ex- en sentido impersonal: aguarda, está reserva-
nónimos (cf. cpaverjóco en Rom 3, 21; de ma- para traducir el hebreo hithólel, «esperar»). Más presión. do. F. Pfister: ZNW 15 (1914) 94-96; ThWNT
nera parecida Me 4, 22 par. Le 8, 17). En el difundida está la forma simple xagaSoxéco, por III, 655.
NT, el grupo de palabras se halla sólo en ca- ejemplo, en el sentido de aguardar el resultado de
una guerra (Herodoto VII, 163, 168; también Sal 2. Para la interpretación de los dos pasajes
mino de alcanzar un contenido religioso fijo. en que este término aparece en Pablo, es deci-
129, 5 [Aquila] en lugar de {IJTOUÍVGO para tradu- <XJl0XE<pa^í^(fl apokephalizó decapitar*
La preparación esencial para ello se halla en cir el hebreo hóhtl, «esperar»). xaoct6oxía apa- sivo el contexto. En Flp 1, 20 Pablo habla de
la literatura apocalíptica judía. En el NT dícese únicamente de la decapita-
rece igualmente en la versión de Aquila del Sal su vehemente expectación (cutoxagaSoxía)
38, 8 en lugar de xmóotaoic. (LXX), y de Prov ción de Juan Bautista: Me 6, 16 par. Le 9, 9;
Según la comprensión del NT, Dios se revela y «esperanza» de que él no sea avergonzado
10, 28 en lugar de h¡iQ0vít,e.i (LXX) (en ambos Me 6, 27 par. Mt 14, 10.
a sí mismo como el que actúa en la historia. Por por nada (ante Dios), ni siquiera por una pro-
casos para traducir el verbo hebreo tohelet) como
esto, no nos sorprenderá que en los usos más expresión de la actitud de los fieles de «esperar clamación rival de Cristo, ocasionada por su
significativos que el NT hace del grupo de pa- firmemente» en Dios; aparece también en Flp 1, encarcelamiento y dirigida contra él (vv. 12- á j l o x X e í w apokleio cerrar*
labras, la idea de desvelar cosas que habían 20 G pe como v.l. en lugar de cutoxaQaSóxía. 17). Mientras que -• ekníc, en este contexto, lo Le 13, 25: el dueño de la casa cierra la puerta.
existido ya antes pero que simplemente habían Es probable que Pablo mismo acuñara el sus- mismo que siempre en Pablo, expresa el ele-
permanecido ocultas, sea una idea que vaya re- tantivo cutoxaQaSoxía, formado por la preposi- mento de la confianza en Dios, el término
trocediendo, a pesar de que ése haya sido de he- ción airó, el sustantivo x á p a , «cabeza», y el cutoxaQaóoxía (que figura a su lado) acen- ájloxÓJtTO) apokopto cortar*
cho el sentido original del grupo de palabras. Y verbo 8éxo(xai (= ático 8éxoum), «recibir» (de- túa más bien la vehemente e inconmovible ex- Me 9, 43.45 en la exhortación a cortarse la
rivados: 50X81)0), «observar atentamente», JTQOO- pectación que constituye la faceta emocional mano o el pie, en caso de que sean motivo de
puesto que, según el NT, la acción decisiva de 5oxáco, «aguardar»). En la interpretación que la de la esperanza (en contra de lo que piensa J. escándalo. En Jn 18, 10.26 es (¡OTaoiov o
Dios acontece en la historia de Jesucristo, el Iglesia antigua hacía de los escritos paulinos era
Gnilka, Philipperbrief [HThK], sub loco). ámov el objeto de la acción de cortar; Hech
grupo de palabras se refiere claramente (en la ya imposible llegar a una interpretación uniforme
de COTOxaQaSoxía. Así, por ejemplo, Teodoro de 27, 32 habla de cortar las amarras. En Gal 5,
medida en que se usa en general con referencia Rom 8, 19 ve que la «creación» (xtíoig)
Mopsuestia, al comentar el pasaje de Rom 8, 19, 12 se usa la voz media en un deseo (sarcásti-
al propio acontecer de la revelación) al desvela- se halla en una tensión entre el absurdo y la
explica xaQaóoxéü) por medio de EXJÚ^Ü), pero co) de que los adversarios de Pablo se castren
miento de la realidad de Dios, tal como ese des- caducidad, por un lado, y la libertad que con-
explica áitoxagaSoxéco en sentido negativo por a sí mismos. ThWNT III, 851-855.
velarse se ha dado con esa historia. medio de cureXm^o), traduciéndolo por «perder la siste en la glorificación de los hijos de Dios,
T. Holtz esperanza» (cf. Staab, Pauluskommentare, 137, por el otro lado. Aquí también ájtoxaoaSo-
9s), mientras que la mayoría de los Padres entien- xía y ekníc, (écp' é^moi, v. 20) pueden desig- á j t ó x Q i f i a , a t o g , t ó decisión, sentencia
den anoKa.Qa.boma como una forma intensiva de nar dos aspectos del enunciado teológico: judicial*
á j t o x á X v t | H g , ewg, r\ apokalypsis revela- xagaSoxía y, por tanto, como expresión espe- ájioxaQaSoxía habla del carácter irredento 2 Cor 1, 9: ájróxQiutt xov •fravátou, con-
ción, manifestación cialmente vigorosa de la actitud de esperar (Ber- de la creación como el estado inherente de un
tram, 268s). Etimológicamente, (cuto)xaQa5o- dena a muerte. ThWNT III, 947.
->• cmoKakvnxu).
399 ÓlJTOXQÍVOUm 400 401 áitoxQÍvo(xai - áitoxTeívoo 402

án:o>C{HVO¡wai apokrinomai contestar, frecuentes son Jesús y otros hombres, pero 4. Por los varios ejemplos y los diversos djloXTEÍVO) apokteino matar
responder, comenzar a hablar, seguir ha- también ángeles (Le 1, 19.35; Mt 28, 5) y de- usos podemos determinar los siguientes pun-
monios (Me 5, 9; Hech 19, 15). En cada caso, tos principales en el empleo del verbo áuto- 1. Empleo del término - 2. Significado - 3. Pasajes
blando joánicos
la índole y la forma de la respuesta sugieren XQÍvoum: en primer lugar, el término pertene-
1. Etimología y uso gramatical - 2. Testimonios en cuál es su contenido y su finalidad. ce al lenguaje coloquial de Jesús. Pero puede Bibl.: J. Blinzler, Der Prozefi Jesu, Regensburg
el NT - 3. Campo referencial y posibles significados - "1969, 229-244; G. Dautzenberg, Sein Leben bewah-
4. Énfasis principales de la expresión.
Así, por ejemplo, según Marcos, Jesús res- ser también expresión de la conciencia que él ren, München 1966, 154-160; R. Schnackenburg, El
ponde para restringir (3, 33), para dar órde- tenía de sí mismo y de su propia misión (en Evangelio según san Juan III, Barcelona 1980, 158s,
Bibl.: Ch. Barth, Die Antwort hraels, en Probleme nes (6, 37), para formular preguntas (10, 3), los litigios, en la Pasión, menos frecuentemen- 303.
biblischer Theologie (FS G. v. Rad), München 1971,
44-56; BlaB-Debrunner § 78, 420, 1.2; F. Büchsel,
para encarecer algo (10, 24) y para desarro- te en las perícopas de milagros). Sin embargo,
llar más el tema en la respuesta (12, 29). En es un término que se limita al Jesús pre-pas- 1. Como formas de la Koiné, los verbos
ájcoxQÍva), ájtoxQÍvoiuu, en ThWNT I, 946s; P.
Joüon, «Respondit et dixit»: Bib 13 (1932) 309-314. los litigios (a menudo con una estructura típi- cual y que, por tanto, pertenece a la esfera «te- ájtoxxévvü) y -vvúco se hallan atestiguados
ca), Jesús responde sobre todo provocando ológica» del ámbito humano. Por lo que res- en el NT con el mismo significado (por ejem-
1. El término básico XQÍVCÜ, en el sentido (11, 29s), confirmando (12, 34), desenmasca- pecta a otras personas, ánoxQÍvo\iai puede plo, Me 12, 5; Mt 10, 28; consúltense las con-
de «clasificar, valorar, seleccionar», es alec- rando (12, 17 v.l.) o decidiendo (12, 29-31). caracterizar los diversos matices de los diálo- cordancias). Incluidas esas formas variantes,
cionador para entender la respuesta como re- En el relato de la Pasión, el Jesús marquino gos humanos, puede describir particularmente ájtoxxeívo) aparece 74 veces em el NT, sobre
acción meditada a una palabra. La preposi- responde en tono majestuoso (14,18; 15, 2) o las reacciones ante Jesús, o puede usarse sen- todo en los evangelios y en el Apocalipsis. La
ción cuto, en el sentido de «conforme a, en con el silencio (14, 60s; 15, 5). Especialmen- cillamente como un término narrativo (en las preposición curó refuerza el significado nega-
virtud de» (una evaluación), acentúa el ele- te según Lucas, Jesús en sus respuestas se parábolas). La palabra adquiere siempre un tivo del verbo (Schwyzer, Grammatik II, 445:
mento de circunspecta seleción y ponderado muestra decepcionado (17, 17), amonesta significado marcadamente más profundo, «hiper-caracterizando, dando más realce»).
juicio. Por esta motivo, XQÍVOO/CUTOXQÍVCO proféticamente (19, 40), o impide que se ha- cuando se trata de puntos «críticos» que re-
pueden emplearse también en sentido forense ga algo (22, 51). Lo sorprendente es que quieren una respuesta consciente y ponderada, 2. Como sinónimo de ávouQÉco y •Qava-
para expresar la acción de rechazar, enjuiciar ájtoxQÍvoum se pone únicamente en labios una decisión justificada, sea por parte de Jesús téco, el verbo designa la terminación violenta
(papiros, Platón). La forma de voz media del Jesús pre-pascual. Incluso Juan se atiene (en los litigios), sea por parte de otras perso- de la vida a mano de los hombres (Mt 14, 5;
ájtoxQÍvou.ai añade a esto el carácter dialo- a esta limitación, y presenta sobre todo a su nas (como en la confesión de fe en el Mesías). 16, 21; 21, 35.38s y passim) o por otras cau-
gal de la conversación y del debate: tener Cristo reaccionando de esta manera en pala- sas (Le 13, 4: una torre; Ap 9, 18: plagas).
unas palabras, intercambiar entre sí pala- bras de revelación (3, 5; 4, 13; 5, 17.19) y en A. Kretzer Con arreglo a la tradición del AT {nejes -
bras. Gramaticalmente son dignas de tenerse litigios (6, 26.29). persona, ser humano, alguien), tyvyr] (Me 3,
en cuenta las diversas formas de aoristo (el ájtóxjnaig, ea>5, ^ apokrisis respuesta, 4 par. Le 6, 9 v.l. [tan sólo aquí sin indicación
Cuando son otras personas las que respon-
aoristo pasivo cut£XQÍr}r|V se halla atestigua- contestación* del poseedor y sin artículo]) puede ser tam-
den, entonces se trata de los discípulos (Me 8, Refiriéndose al asombro que suscita(n)
do frecuentemente en el griego bíblico), y lo bién el objeto de la acción de los verbos
4), de Pedro (8, 29) o de alguien del pueblo la(s) respuesta(s) de Jesús: Le 2, 47; 20, 26.
es también la expresión hebraizante ájto- owoai y curoxteivaí (Dautzenberg, 154s,
(9, 17). La respuesta puede revestir diversas ájtóxrjiaiv 8i8óvcu, dar una respuesta: Jn 1,
xou&elg eutev (cf. BlaB-Debrunner § 420, 2; 158ss). En la antropología helenístico-rabíni-
formas: puede ser una súplica (Me 7, 28), una 22; 19, 9. ThWNT III, 948.
Bauer, Worterbuch, s.v. 2) como señal del co- ca anterior al Nuevo Testamento, se encuen-
confesión de fe (8, 29), un malentendido (9,
mienzo o de la continuación de un discurso, y tra ya la distinción entre el cuerpo y el alma
5s), una expresión de perplejidad (11, 33), ajtoxQÍiJITO) apokrypto ocultar, mantener
que es característica del estilo narrativo. (E. Sjóber, en ThWNT VI, 375-379 [bibl.];
una respuesta inteligente (12, 34), una pre- en secreto* G. Friedrich, en ThWNT X, 48s), de tal ma-
gunta (15, 9), el silencio (14, 40); según Lu- Le 10, 21 (par. Mt 11, 25 v.l.); 1 Cor 2, 7 nera que en el NT ocou« ytyv%f\,en su opo-
2. ájtoxQÍvoum se encuentra principal- cas además: un reproche (Le 23, 40) o una (dícese de la sabiduría de Dios); Col 1, 26 par. sición mutua, pueden ser ambos objeto de la
mente en los evangelios y en Hechos (en total, respuesta llena de asombro (24, 18). El aspec- Ef 3, 9 (dícese del misterio oculto desde la acción de CUTOXTEÍ/VEIV (Mt 10, 28). Este es
aparece unas 230 veces). Juan (con 78 veces) to dialogal se expresa en Le 7, 40.43; 10, eternidad). Cf. Mt 25, 18 Koiné 0 pl {escon- el presupuesto para el uso figurado que se ha-
muestra un ligero predominio; va seguido por 27.28; y el carácter narrativo, que sirve para der enterrando). ThWNT III, 960s, 973-979. ce del término en Pablo (2 Cor 3, 6: la letra
Lucas (con Hechos) y por Mateo. En cuanto a iniciar o continuar una conversación, aparece
mata, pero el pneuma vivifica; de manera se-
los demás escritos, el verbo aparece sólo en en Me 9, 38 v.l.; Mt 15, 23s.26; con un senti- ájtÓKgiNpog, 2 apokryphos oculto, escon- mejante en Rom 7, 11) y en Ef 2, 16 (él mató
Col 4, 6 (en un contexto parenético) y en Ap do parecido, lo vemos en las parábolas de dido* la enemistad).
7, 13. Mateo, por ejemplo, Mt 13, 11.37; 22, 1; 25, Me 4, 22 par. Le 8, 17 (proverbio acerca de
9.12.26.37.40.44s (aquí específicamente en lo oculto que ha de salir a la luz); 2 Col 2, 3 3. El delirio atribuido a los judíos en Jn 16,
3. El campo referencial es muy variado y un ambiente escatológico). La respuesta pue- (en Cristo «se hallan escondidos todos los te- 2 de que, matando a los cristianos (ó ¿OTo-
sugiere ya por el contexto diversas posibilida- de ir precedida (Me 8, 29) o no (9, 5s) por una soros de la sabiduría y del conocimiento»). xreívcov v\iáq), ofrecen a Dios un sacrificio
des de significado. Los interlocutores más pregunta. ThWNT III, 962, 973-979. cultual (XaxQeía) tiene su fundamento en la
405 ájtoXéyoixcu - ájtóM.-uui 406
403 ájtoxxEÍvü) - ánóXavoic, 404

á j l o X é y o n o u apolegomai renunciar* menta en esa conducta culpable (por ejemplo, Dt


«guerra santa» y en el «celo sagrado», princi- guaje comercial: recibir lo que otra persona 28, 20; 30, 18). En segundo lugar, es sorprenden-
2 Cor 4, 2: ájTEiJtáu.e'íkx (en vez de -ófie-
palmente desde el tiempo de los Macabeos, y está obligada a dar, por ejemplo, el salario te la dimensión escatológica de enunciados poste-
•fra, aoristo segundo) t á KQvnxá, «hemos re-
se halla atestiguado frecuentemente (Schna- (Herodoto, Jenofonte); después, volver a con- riores, que expresan de manera característica un
nunciado a las cosas ocultas». estado definitivo de perdición (Prov 15, 11; 27,
ckenburg III, 158s). Se discute si Jn 18, 31b seguir, por ejemplo, la supremacía (Isócra-
(a nosotros, los judíos, no nos está permitido tes); asimismo, llevar aparte (Herodoto); se- 20; Eclo 44, 9 [aquí se usa el sustantivo]) y que,
en asociación con el Hades y la Muerte (Job 26,
matar a nadie) refleja acertadamente la com- parar (Platón). áJlo^EÍJlO) apoleipó dejar atrás* 6; 28, 22), llegan incluso a «personificar» el mal.
petencia jurídica del Sanedrín en tiempos de 2 Tim 4, 13.20; Tit 1, 5. Jds 6: «abandona- Del período intertestamentario habrá que men-
Jesús (cf. Blinzler, 229-234), pero general- 2. En la LXX ájToX.au.|3ávü) se halla ates- ron su propia morada». En voz pasiva en Heb cionar la concepción de la comunidad de Qum-
mente se acepta con razón que así sucedía tiguado únicamente 7 veces (para traducir el 4, 6.9; 10, 26: quedar. rán, según la cual se estigmatiza a los impíos, a
(Blinzler; E. Lohse, en ThWNT VII, 862-864; término hebreo Iqh), en el sentido de obtener los que no pertenecen a la comunidad, como
Schnackenburg III, 303); la competencia jurí- (Núm 34, 14), irse (Dt 26, 5), abandonar (ls «hombres e hijos de la perdición» (1QS 9, 16.22;
dica para sentenciar a muerte estaba reservada 5, 17), llevar aparte (2 Mac 4, 46; 6, 21), ocu- ájto^cíx*» apoleichd lamer, limpiar la- CD 6, 15 [el término hebreo fundamental es aquí
miendo sahat]).
a los romanos; la lapidación de Esteban (Hech par (8, 6) y recibir en el sentido escatológico
7) y la ejecución de Santiago al filo de la es- (4 Mac 18,23). Le 16, 21 Koiné, refiriéndose a que los pe-
pada (Hech 12, ls) fueron actos con los que rros lamían las llagas. 2. En el NT el verbo aparece unas 90 ve-
los judíos o Heredes Agripa I rebasaron sus 3. En el NT el sentido local de llevar apar- ces; el sustantivo, 18 veces. Predomina lige-
propias competencias. te aparece atestiguado únicamente en Me 7, ramente el uso del verbo en Lucas. En el sen-
ájtóM,Uju apollymi destruir, perder, aca-
33. Y el sentido general de volver a recibir tido transitivo (activo) son importantes
H. Frankemolle barse, perecer, perderse
aparece tan sólo en Le 15, 27. El sentido de aquellos usos del verbo que se refieren a un
CUTCÍAEICC, ag, f| apóleia destrucción, des-
recibir como retribución se aplica a «este valor o a un bien irrecuperable como, por
pilfarro, perdición ejemplo, la vida, la existencia humana en sen-
á j i o x v é o ) apokyeó dar a luz* eón» (Le 6, 34 [recuperar lo que se ha pres-
1. Alcance de los significados - 2. Ejemplos en el tido global. La contraposición entre «ganar la
Se emplea en sentido figurado en Sant 1, tado]; 16, 25 [recibir todas las cosas buenas]; NT - 3. Focos centrales de la expresión
15.18, para referirse al pecado personificado 23, 41 [recibir el justo castigo]) y también al vida o perderla» la encontramos en Q (Mt 10,
que da a luz la muerte, o para referirse a Dios mundo venidero (18, 30 [aquí ambas ideas]; Bibl.: G. Dautzenberg, Sein Leben bewahren, Mün- 39; Le 17, 33) y también en Me 8, 35 par. (cf.
chen 1966, 180 .s.v. en el índice analítico; J. D. M. De- Jn 12, 25). ájtó>JaJu.i se usa aquí con el doble
que «nos hizo nacer por la palabra de la ver- 2 Jn 8). En Pablo vemos la idea de recibir en rretí, Fresh Ligth on the Lost Sheep and Lost Coin: NTSsignificado de: irse de las manos y, por tanto,
dad». C.-M. Edsman: ZNW 38 (1939) 11-44: su faceta negativa (Rom 1, 27) y en su faceta 26 (1979-1980) 36-60; H. Ch. Hahn, Perder, perderse,
M. Dibelius-H. Greeven, Der Brief des Jako- positiva (Gal 4, 5: recibir la adopción de hi- en DTNT III, 333-336; E. Jenni, 'bd, en DTMAT I, 57- de pérdida definitiva en sentido negativo (Me
61; A. Oepke, CIJCÓMDIU m\., en ThWNT I, 393-396; 8, 35a: perder la vida), y en un sentido positi-
bus2 (KEK), Erg.-Heft (1956), 13. jos en virtud del acto redentor de Jesucristo).
B. Otzen, 'bd y otros, en DTATI 19-24. vo como actitud de renuncia a toda seguridad
El sentido de «recibir como herencia» se ha-
lla presente en Col 3, 24, mientras que 3 Jn 8 1. Tanto el verbo como el sustantivo se hallan humana (8, 35b: entregar la vida). Las conse-
á j l o x v X í w apokylió hacer rodar, remover* v.l. entiende recibir en el sentido de acoger atestiguados abundantemente en el griego profa- cuencias de tal actitud de renuncia van más
Dícese de la acción de hacer rodar la gran con hospitalidad. Queda por mencionar el no. Durante la época clásica, la forma simple del allá del modo de existencia terrena del indivi-
verbo óAAi)u.i aparece únicamente en la poesía duo, van más allá de lo que uno se puede ima-
piedra (redonda) que cerraba la entrada del importante sentido de ájioX,au.|3ávü) cuando
épica, en la que se usa, tanto en sentido transitivo ginar superficialmente, y se comprenden tan
sepulcro de Jesús: Me 16, 3.4 par. Mt 28, 2/Lc significa recibir como retribución, con su como intransitivo, tanto en voz activa como en
24, 2; EvPe 12, 53. orientación parenética (Le), y la importante sólo en el contexto del seguimiento radical de
voz media, con el mismo significado que el verbo
afirmación de que se recibe la adopción de compuesto. El sentido negativo fundamental de Cristo (v. 34).
hijos como don gratuito (Gal), de todo lo cual todo el grupo de palabras, frecuentemente con
una connotación de violencia, tiende a expresar la La dimensión de la actividad de Dios se ex-
ájio^ajupávo) apolamband recibir, obte- nace para el cristiano la obligación y el estí-
pérdida, la destrucción y la aniquilación (por presa en el esbozo de la historia de la salva-
ner, recobrar, volver a obtener, acoger* mulo (Gal 4, 6s). ejemplo, de la riqueza) en un sentido muy gene- ción que encontramos en las parábolas del
1. En el griego profano. - 2 En el AT (LXX) - 3. En A. Kretzer ral, que puede llegar hasta la destrucción definiti- amo de la viña (Me 12, 9) y del banquete de
el NT. va del hombre en la muerte (Homero, Herodoto, bodas (Mt 22, 7), y la dimensión de la activi-
Platón, Jenofonte).
Bibl: Bauer, Wórterbuch s.v.; G. Delling, Xa|x|3á- dad de Cristo se expresa en su manera de tra-
vco %xk., en ThWNT IV, 5-16; H. H. Schmid, Iqh, en á j l ó X a u o i g , etog, r| apolausis disfrute* La LXX ofrece el verbo aJtóX.Xv(j,i como la tar al espíritu inmundo (Me 1, 24). La tenden-
DTMATI, 1196-1200. 1 Tim 6, 17, refiriéndose a Dios, «el cual traducción más frecuente del hebreo 'abad. Con
cia destructiva y asesina por parte del hombre
nos da abundantemente todas las cosas para miras al NT, hay que destacar primeramente que
la existencia del individuo y la de todo el pueblo se expresa en sus relaciones con Jesús (Me 3,
1. á;rcoX.au.pávcü, compuesto de X.an|3á- que las disfrutemos»; Heb 11, 25, refirién- 6; 11, 18; Mt 27, 20). Esa tendencia, que tie-
puede estar en peligro por la conducta culpable
vco, se halla atestiguado frecuentemente en el dose a los goces pasajeros del pecado. Cf. del hombre, y que la pérdida de la vida se funda- ne su origen en el espíritu maligno y que in-
griego profano; como término técnico del len- Did 10, 3; 1 Clem 20, 10; 2 Clem 10, 3.4.
407 OOTÓXÁ.UHI 408 409 AjtoMoxtív - 'AnoXkmc, 410

fluye en los seres humanos, aparece en escena 11 nos presenta una formación especial con 'AJIOMVÍDV, OVO?, Ó Apollyon Apolión, Para explicar el curioso hecho de que se
en el Evangelio de Marcos (9, 22). Escatoló- este verbo: el -> 'AJTOXX.ÍKÜV (del hebreo '"bad- Destructor* describa a Apolo como cristiano, a pesar de
gicamente, tiene un sonido más amenazador y don) es el ángel del abismo, que trae destruc- Ap 9,11 (como traducción griega de -»• 'A(3a- que él conociera sólo el bautismo de Juan,
más destructor en el Evangelio de Lucas (17, ción. 56(í)v) destructor, exterminador, -> ayyEkoc, Aland supone que Apolo (como los discípulos
27.29.33). El sustantivo anéikzia. (intransitivo) mues- 2. ThWNT I, 4 y 396. que se mencionan en Hech 19, lss) era un se-
En lo que respecta al significado intransiti- tra un sentido marcadamente más profundo guidor de Jesús de los tiempos de antes de
vo (en voz media), habrá que mencionar prin- acerca de la perdición definitiva del hombre, pascua, cuando el bautismo de penitencia de
cipalmente aquellos textos que hablan de lo merecida por él mismo (Mt 7, 13; el concepto 'AjtoMxovía, aq Apollonia Apolonia* Juan se practicaba todavía entre los discípulos
que está «perdido» en sentido figurado, como contrapuesto, aquí, es el de «vida»: 7, 14), so- Nombre de una ciudad situada en la Vía de Jesús. Sin embargo, en la medida en que Jn
los que hablan de la oveja perdida de la casa bre todo en Pablo (Rom 9, 22; Flp 1, 28; el Egnatia, en Macedonia. Por ella pasó Pablo, 3, 22s tenga en absoluto valor histórico, esto
concepto contrapuesto, aquí, es el de «salva- cuando iba camino de Tesalónica (Hech 17, se aplicaría únicamente al período más tem-
de Israel (Mt 10, 6 y 15, 24), y especialmente
ción»: Flp 3, 18). Las personas que han caído 1). Pauly, Lexikon I, 449 (s.v. 4); E. Haen- prano del ministerio de Jesús, y no es conce-
Le 15 (el término aparece 18 veces en sentido
chen, Apostelgeschichte1 (KEK), 487 con la bible que, veinte años después de pascua y de
metafórico y figurado). Le 19, 10 ofrece, a es- en ese estado, son denominadas «hijos de la
nota 2.
te propósito, una perspectiva salvífica: el Hi- perdición» (2 Tes 2, 3; cf. Jn 17, 12; 18, 9 y Pentecostés, Apolo no se hubiera encontrado
jo del hombre busca y salva lo que se hallaba los escritos de Qumrán -> 1). Toda la tensión con un «cristiano pleno» (E. Haenchen, Apos-
perdido. En el sentido de pérdida material ha- y todo el escenario escatológico se caracteriza 'AJIOXXWS, w Apollos Apolo* telgeschichte1 [KEK], 531). Kasemann resuel-
brá que mencionar aquí Me 2, 22 par. (cf. Jn en 2 Pe con esta palabra de «perdición» (que 1. Uso del término - 2. Apolo en Hechos - 3. Apo- ve el problema suponiendo que la fuente de
6, 12.27); por otro lado, cuando se trata de se- aparece 6 veces): el seductor y los seducidos lo en 1 Cor. Lucas hablaba de Apolo como de un misione-
res humanos, habrá que señalar textos como van por el camino de la perdición, entre otras ro cristiano independiente, a quien Lucas ha-
Bibl: K. Aland, Taufe und Kindertaufe, Gütersloh
Me 4, 38 (la tempestad en el lago), Mt 26, 52 cosas por haber falseado la interpretación de 1971, 15-21; F. F. Bruce, Apollos in the NT (Acts 18, bría degradado a la categoría de «cristiano a
(con ocasión del prendimiento de Jesús) y Le la Escritura (2 Pe 3, 16). 24-19, 1): Ekklesiastikos Pharos, Addis Abeba 57 medias», a fin de subordinarlo indirectamente
13, 33 (la suerte que corren los profetas, enten- (1975) 354-366; E. Kasemann, Die Johannesjünger in a la autoridad paulina. Es difícil de imaginar
Ephesus, en Kasemann, Versuche I, 158-168; E.
dida como perecer, morir, cf. también los vv. 3 3. Los acentos de estas palabras se pueden Schweizer, Die Bekehrung des Apollos, en Id., Beitra-
tal intervención redaccional por parte de Lu-
y 5). El peligro de una perdición definitiva se especificar de la siguiente manera: como ac- ge zur Theologie des NT, Zürich 1970, 71-79; M. Wol- cas. Por eso, habrá que suponer con Schwei-
acentúa intensamente en la tradición joánica, ción que trae la destrucción, ájtóXXuin puede ter, Apollos und die ephesinischen Johannesjünger zer que la fuente de Lucas hablaba de Apolo
según la cual es responsabilidad del hombre al- tener por objeto personas (Jesús: Me 3, 6; 12, (Act 18, 24-19, 7): ZNW 78 (1987) 49-73. como de un judío increyente que impartía en
canzar la vida eterna (Jn 10, 28) por medio de 9) y cosas (la recompensa: Me 9, 41; la sabi- 1. Durante el período helenístico y espe- la sinagoga inspiradoras enseñanzas sobre éti-
la fe (3, 15s) y del discipulado (10, 28). duría: 1 Cor 1, 19). Son importantes aquellos cialmente en Egipto, 'AnoKK&c, era una forma ca y que fue convertido por Priscila y Aquila.
Pablo emplea el verbo en un sentido seme- pasajes que tienen que ver con la existencia abreviada, bastante corriente, del nombre de Lucas, por error, relacionó los conocimientos
jante, transitivamente para designar la inter- como tal, bien sea el universo (Heb 1, 11; 2 Apolonio o Apolónides. El NT menciona a un de Apolo sobre el «camino del Señor» con el
vención de Dios para castigar (1 Cor 1, 19) y Pe 3, 6), bien la existencia puramente terrena cristiano llamado 'ATCOH&C, en Hech 18, 24; Señor Jesucristo, y de esta manera hizo de
para designar también una acción impruden- (Me 4, 38; Mt 26, 52), o bien la vida en senti- 19, 1 y en 1 Cor 1, 12; 3, 4.5.6.22; 4, 6; 16, 12. Apolo un «casi cristiano».
te realizada por el hombre (Rom 14, 15; cf. 1 do global (Me 8, 35). En este último sentido Es muy probable que Tit 3, 13 se refiera al mis-
Cor 8, 11, aquí intransitivamente con el mis- ájtóX,X,i)u,i va más allá del eón presente y pue- mo 'AnoXk&c,, pero no nos proporciona ningu- 3. Después de la marcha de Pablo, Apolo
mo significado), e intransitivamente para de- de significar un «fracaso definitivo» o «un na información adicional sobre su persona, que trabajó con éxito en Corinto; un grupo le reco-
signar la situación de estar perdido ante Dios desesperanzado destino de muerte» (Oepke, no nos conste ya por Hech 18s y por 1 Cor. nocía como su autoridad espiritual (1 Cor 1,
(Rom 2, 12; 1 Cor 1, 18; 2 Cor 2, 15; 4, 3), la 395), sobre todo en Pablo y en Juan. De esta 12; 3, 4ss). No podemos saber con seguridad si
tribulación personal (2 Cor 4, 9) o para desig- manera, el término se convierte en un concep- 2. Según Hech 18, 24s, Apolo era un judío él causaba tal impresión por su interpretación
nar un estado escatológico (1 Cor 15, 18). El to central de la parénesis y de la ética del NT: natural de Alejandría, docto en retórica y en alegórica de la Escritura, tal como se practica-
pensamiento culpable se expresa principal- se interpela y se exige al hombre como perso- exégesis, que había sido «instruido en el ca- ba en Alejandría, o si la controversia de Pablo
mente en 2 Tes 2, 10: se pierde aquel que se na que es libre y responsable, pero que tiene mino del Señor» y que siendo «ferviente de con la «sabiduría» en 1 Cor 1, 18ss iba dirigi-
deja seducir para cometer la injusticia y que también la posibilidad de fallar y que de he- espíritu» enseñaba con exactitud las cosas re- da especialmente contra Apolo (como piensan
se cierra al amor hacia la verdad (cf. también cho yerra no realizando el sentido de su vida. ferentes a Jesús, aunque sólo conocía el bau- J. WeiB, Der erste Korintherbrief [KEK], 7
XX-
1 Cor 10, 9s: Israel, por culpa suya, sufrió la La «seguridad» se concede sólo como un don tismo de Juan. Se dice que Priscila y Aquila XIII; Haenchen, Apostelgeschichte , 533). En
suerte que le tocó sufrir en el desierto). gratuito. Y la concede únicamente Aquel que habían remediado esta deficiencia en los co- ningún caso podemos observar una diferencia
La transitoriedad del mundo y del hombre es es capaz de salvar lo que había estado per- nocimientos de Apolo, y que éste marchó a fundamental entre Pablo y Apolo. Porque a
se expresa con anok"kv\iax en los escritos tar- dido, es decir, Jesús (Le 19, 10). Corinto, llevando una carta de recomendación Apolo se le reconoce como «colaborador de
díos (Heb 1, 11; Sant 1, 11; 2 Pe 3, 6). Ap 9, A. Kretzer de la comunidad de Efeso. Dios», que realiza la misma «labor» que Pablo,
411 'AnoXk&z - ctttok)Yéoum 412
413 ájtoXoyéoum - curoX/ÚTQcoaig 414

aunque en situación distinta. Así que detrás de En Hech 22, 1; 24, 10; 25, 8.16; 26, 1.2.24,
la actividad de ambos está Dios mismo. las palabras se hallan en una especie de apo- ciencia de los gentiles que no tienen la To- pleo del término en las cartas deuteropulinas
logía (capítulos 22-26), que muestran la intre- ra, representan algo análogo al juicio divino de Efesios (1, 7.14; 4, 30) y Colosenses (1,
H. Merkel basado en la Tora. 14). En los tres pasajes de Romanos (3, 24; 8,
pidez de Pablo en la confesión de su fe, y se
encaminan a persuadir a los funcionarios ro- U. Kellermann 23) y 1 Corintios (1, 30) aparece cierta cone-
manos para que ejerzan la tolerancia, demos- xión en cuanto a la tradición -> 3. Otros luga-
ájtoXoyéo^ai apologeomai defenderse*
trando para ello la legitimidad de la fe cristia- ájtoXoyía, ag, rj apología defensa res donde aparece el término son Heb 9, 15 y
ccTGoXoYÍa, ag, f\ apología defensa verbal*
na como un movimiento surgido dentro del ->• ájTo^oyéonai. 11, 35 y un solo pasaje de los evangelios: Le
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Tecni-
judaismo y probando la buena voluntad políti- 21, 28 (cf., no obstante, Xíitocoaig en Le 1,
cismo jurídico - 3. Sentido figurado. 68; 2, 38, X/UTQOÍJadaí en Le 24, 21 y
ca de sus adeptos. En brillantes discursos re- aJtO^ODO|liai apolouomai hacerse lavar*
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; G. Bornkamm, Ge- XÚTOOV en Me 10, 45 par. Mt 20, 28). Esta vi-
tóricos de defensa (con la captatio benevolen- Hech 22, 16: «hazte lavar tus pecados»
setz und Natur, en Bornkamm, Aufsatze II, 93-118; J. sión de conjunto nos ofrece una limitada base
tiae dirigida hacia el juez, la exposición de la (por medio del bautismo). En 1 Cor 6, 11
Dupont, Aequitas Romana, en Id., Etudes sur les Actes textual para la comprensión de otJtoXiJTQCooig
vita con la acentuación especial del pasado ájieXovaao'&e (juntamente con r]yiáa§r]xe)
des Apotres, Paris 1967, 527-552, especialmente 536- en el NT. Sin embargo, en el período siguien-
538; L. Goppelt, Der I. Petrusbrief (KEK), Gottingen judío y de la vocación divina para misionar no debe entenderse, a pesar de la forma, como te a la composición de los textos, esta base
1978, 236s; Liddell-Scotts s.v. entre los gentiles) Pablo es capaz de demos- voz media sino como voz pasiva: habéis sido textual se va ampliando hasta abarcar la ma-
trar la falsedad de las acusaciones lanzadas lavados (H. Conzelmann, 1 Korintherbrief yor parte de la tradición cristiana primitiva.
1. El verbo aparece 10 veces, y el sustanti- por los judíos (delitos cometidos contra el [KEK], 129). Aquí se piensa también en los Ahora bien, el empleo del término merece
vo, 8 veces. El verbo y el sustantivo aparecen templo, las leyes, el orden público y el empe- efectos del bautismo (cf. Tit 3, 5). ThWNT IV, atención, al menos en lo que respecta al NT,
un total de 10 veces en Lucas y Hechos. rador). Tan sólo la violación del derecho, el 306;DTNTL 166-168. ya que se trata de un vocablo poco difundido
secuestro y los errores cometidos en el proce- en el griego profano y que no se halla atesti-
2. Tanto el sustantivo como el verbo los so judicial impiden la absolución, que ha que- guado sino a partir del siglo II a.C. (Bauer,
encontramos como tecnicismos del lenguaje dado demostrado que es necesaria. ánoXvtQWOHZ, eco?, r\ apolytrósis reden-
ción* Worterbuch, s.v.; Büchsel, 354).
procesal. El contexto presupone que existía En Hech 19, 33 Alejandro intenta hacer una
hostilidad y penas de encarcelamiento contra defensa de sí mismo en favor de sus hermanos 1. Aparición del término en el NT. - 2. Significa- 2. La significación fundamental de ótJto-
los que profesaban la fe cristiana. En la vista los judíos. Es decir, trata de distanciarse de ción fundamental - 3. Significados concretos en textos
XÚTQCOOtg, a base del verbo en voz activa
de las causas y en los procesos judiciales, la del NT - 4. Ámbito semántico en el NT.
los cristianos. ájtoÁAnoócD, significa la acción de liberar
defensa se convierte en posibilidad inespera- Bibl.: C. Andresen, Erlosung, en RAC VI, 54-219, mediante el pago de un rescate, y, a base del
da de proclamación misionera: Flp 1, 7.16; 2 3. Estos términos se emplean en sentido sobre todo 98-111; F. Bourassa, Rédemption: Science
et Esprit 21 (Montréal 1969) 19-33, 189-207; F.
verbo en voz media óuto)ajTQÓoum, la re-
Tim 4, 16 (sobre la vista de la causa de Pa- figurado, sobre todo en la controversia en- Büchsel, ájioXxiTQroatg, en ThWNT IV, 354-359; D. dención, a saber, de un prisionero o de un es-
blo); 1 Pe 3, 15 (la declaración misionera de tre Pablo y los corintios acerca de la condi- Hill, Greek Words and Hebrew Meanings, Cambridge clavo. En el primer sentido se halla el término
la esperanza -el núcleo mismo de la fe cris- ción de Pablo como apóstol. 1 Cor 3, 9 ha- 1967, sobre todo 49-81; S. Lyonnet, De peccato et re- en Heb 11, 35 (cf. 2 Mac 6, 23.30; 7, 24; 4
tiana- expuesta ante el tribunal de justicia o ce la enumeración de los derechos de los demptione II. De vocabulario redemptionis, Regens- Mac 8, 4-14): los mártires se niegan a que los
burg 21972; Id., Redemptio cósmica secundum Rom 8,
en conversaciones privadas). apóstoles y describe la renuncia personal de 19-23: VD 44 (1966) 225-242; S. Lyonnet-L. Sabou- liberen a cambio de renegar de su fe. En los
Lucas añade a un dicho de Jesús, doble- Pablo a esos derechos (vv. 4ss). Pablo lo ha- rin, Sin, Rédemption and Sacrifice, Roma 1970; I. H. demás pasajes del NT, el significado del tér-
mente atestiguado en la tradición, su propia ce como defensa personal de sí mismo y co- Marshall, The Development of the Concept of Ré- mino se basa en la segunda derivación, y tie-
mo prueba teológica contra los que le criti- demption in the NT, en Reconciliation and Hope (FS ne un sentido figurado y teológico. En este
descripción de los comienzos del cristianismo L. L. Morris), Gran Rapids 1974, 153-169; L. L. Mo-
(cf. Hechos), precisando más concretamente can. Según 2 Cor 12, 19 Dios es el único rris, The Apostolic Preaching of the Cross, London
sentido debe traducirse sencillamente por re-
que las «palabras» eran un acto de ájtoXo- que juzga y el único ante quien Pablo debe '1965, especialmente 11-64; P. von der Osten-Sacken, dención. El suceso que con ello se significa,
Yeíadou (Le 12, 11 [Q, a diferencia de Mt 10, defenderse a sí mismo. En 2 Cor 7, 11 Pablo Romer 8 ais Beispiel paulinischer Soteriologie, Got- está basado fundamentalmente en el acto sal-
confirma que los corintios expusieron a Ti- tingen 1975, sobre todo 263-287; P. Stuhlmacher, Zur vífico de Dios en favor de los que estaban ne-
19]; 21, 14 [a diferencia de Me 13, 11]). Jun- neueren Exegese von Rom 3, 24-26, en FS Kümmel,
tamente con los procesos en las sinagogas (2 moteo las razones que los disculpaban, ra- cesitados de redención. Más aún que el acon-
315-333; P. Vielhauer, Erlosung III. Im NT, en RGG
zones que eliminaron la causa que había II, 588-590; K. Wennemer, 'AjioXikgcoaig Romer 3, tecimiento redentor, el término designa en el
Cor 11, 24) y ante las autoridades romanas del
motivado la carta de las lágrimas (2, 3-9). 24-25a, en Studiorum Paulinorum Congressus Inter- NT el efecto de ese acontecimiento, la (espe-
gobierno central y del gobierno local, Lucas
Rom 2, 15 aplica ájTOÁ,oYeoum a los pen- nationalis Catholicus 1961 I, Roma 1963, 283-288. rada) condición del hombre de estar redimi-
menciona también los encarcelamientos (Le do. Habrá que preguntarse si el elemento del
21, 12), insinúa la posibilidad de prepararse samientos, en cuanto éstos realizan las fun-
ciones de testigos de la defensa (y de testi- 1. La mayoría de los pasajes del NT en los pago de un rescate, sugerido por el significa-
para la defensa, y al situar tal apología antes do fundamental del término, se conserva, y
de las catástrofes apocalípticas, la describe gos de cargo) en relación con los exámenes que aparece el término ájtoVÚTQOoaig se en-
de conciencia; tales testimonios, en la con- cuentran en los escritos paulinos. A este res- hasta qué punto se conserva, en el uso que se
como la situación normal de la Iglesia. hace de este término en el NT (-> 3 y 4).
pecto llama especialmente la atención el em-
415 ájtoX/ÚTQcoaig 416 417 ánoXvxQmaic, 418

3. ciJioX/ÚTQooaic; adquiere un sentido espe- de la compra de un esclavo por alguna divinidad, que el orante del AT aguarda como restauración 84). Sino que el pleno desarrollo de la «adop-
cífico en la aplicación que hace Pablo de este el esclavo pasaba a ser propiedad de la divinidad de la antigua relación de pacto que Israel tiene
con su Dios. ción de hijos» alcanzada en el bautismo (Rom
y quedaba, por tanto, en libertad, así también los
término al contenido central del evangelio. hombres son rescatados por Cristo del dominio 8, 15; Gal 4, 5) está aún pendiente de que aca-
Denota la «redención» que Dios ofrece en la del pecado, de la muerte y de la ley. Prescindien- be la condición de la existencia terrena y cor-
muerte de su Hijo; esa redención tiene, por El creyente alcanza ahora la «redención»
do del elemento ficticio de esta transacción jurí- poral de los creyentes.
tanto, su lugar «en Cristo Jesús» (Rom 3, 24). dica (el esclavo mismo es, en este caso, quien pa- -el acto escatológico decisivo de la salvación
La forma consumada de la redención se
El sentido de «redención» se desarrolla en es- ga el rescate), la idea del pago de un precio de de Dios (cf. Hen [et] 51, 2; Le 21, 28)- por
producirá cuando este cuerpo mortal se «re-
te texto mediante lo que se dice en el siguien- compra o del dinero de un rescate no tiene tal medio de Cristo y en Cristo. Ef 1, 7 y Col 1,
sentido en los textos del NT. Ahora bien, la vin- vista» de la nueva realidad corporal que Dios
te versículo (v. 25). Se acentúa la iniciativa de 14 recogen la comprensión paulina o pre-pau-
culación establecida por el «rescate» entre el re- ha preparado para los suyos (2 Cor 5, 1-5: cf.
Dios, que es la base de la expiación y que re- lina-judeocristiana de la redención y hablan
dimido y el redentor merece que le prestemos 1 Cor 15, 37s). Por eso, la forma escatológi-
cibe su representación y mediación histórica de la redención que se hace eficaz en el bau-
atención (cf. Tit 2, 14; Marshall, 158s). Sin em- camente definitiva de la redención viene dada
en el sacrificio que Jesús hace de sí mismo bargo, esta idea no se deriva sin más del concep- tismo como «perdón de los pecados». De con-
con la resurrección de los muertos, que a los
(«en su sangre»). Así que la redención, según to helenístico que acabamos de describir, sino de formidad con Rom 3, 24s, la «redención»
creyentes les ha sido prometida en Cristo, «el
Pablo, tiene al mismo tiempo un fundamento los antecedentes del concepto neotestamentario aquí sigue estando determinada por la idea de
de la redención en el AT y en el judaismo. primogénito entre muchos hermanos» (Rom
teo-lógico y un fundamento cráío-lógico. La la expiación y, con ello, por el acontecimien-
8, 29). En su parusía el Kyrios Jesucristo, co-
redención es el acto clemente de Dios que se Estos antecedentes del concepto neotestamen- to fundamental de la muerte de Jesús, una
tario de la redención en el AT y en el judaismo no mo el «Salvador» que es (aroxfJQ, entendido
vuelve hacia el hombre necesitado de reden- idea que se conserva también en la descrip-
pueden describirse únicamente a base del uso de aquí como sinónimo de «Redentor» en el sen-
ción, y esta gracia es experimentada como ción de la obra salvífica de Cristo en Heb 9,
CUTOXÚTQWOIC, en el AT griego (el único lugar en tido escatológico) «trasformará el cuerpo de
«remisión de los pecados» en la fe en Jesu- 15: para aquellos que son «llamados» -más allá
que aparece este término es Dan 4, 34 y no tiene nuestra bajeza a semejanza de su cuerpo glo-
cristo. A este Jesús «Dios lo hizo... nuestra importancia reconocible para el uso que hace de del perdón de los pecados y en continuación
rioso» (Flp 3, 20s). La redención definitiva
justificación y santificación y redención» (1 él el NT) y en los escritos judíos (por ejemplo, positiva con esta experiencia de salvación-, la
obrada por el ocotrie afectará en su totalidad
Cor 1, 30); aquí ájtoX/ÚTQGooig se halla en TestLev 2, 10: XutQÓO(i,ai; Josefo, Ant XII, 27; certeza del futuro prometido, la «promesa de
Filón, Congr 109 y Quod omnis Probus, 114). Si- a la existencia de los creyentes como criatu-
una fórmula ordenada y ascendente y designa la herencia eterna», se halla fundamentada en
no que han de describirse, más que nada, a base ras. La esperanza de esta redención no deja
a Jesucristo como el Redentor mismo (abs- la muerte redentora de Cristo.
de la experiencia fundamental, tan frecuentemen- solos a los creyentes en las maneras prelimi-
tractum pro concreto) en orden a la salvación te atestiguada e interpretada en el AT: la libera- Junto con la perspectiva de la escatología nares de experiencia de la salvación que se
de los creyentes fundamentada por él mismo. ción de Israel de la esclavitud que sufría en Egip- de presente aparece en NT el aspecto de la dan en «este tiempo presente» (Rom 8, 18),
Ya en los dos pasajes de Rom 3, 24 y 1 Cor to. En el éxodo Yahvé demostró ser el poderoso escatología de futuro que es inherente a la
Redentor de su pueblo (cf., por ejemplo, Dt 7, 8; especialmente en lo que respecta al «sufrir con
1, 30 aparece claramente el límite teológico idea de la redención. Por el Espíritu Santo los Cristo», la forma paradójica de «estar glorifi-
de una explicación del término que desee re- 9, 26; 13, 6; 15, 5; Sal 74, 2; 77, 16 [la LXX:
XutQÓoum]). Así como Dios libertó a su pueblo cristianos han sido «sellados para el día de la cados con Cristo» (von der Osten-Sacken,
tener para el NT el significado básico de «re- de «la casa de servidumbre», de Egipto, así tam- redención» (Ef 4, 30). La redención ya alcan- 270), sino que ese «estar glorificados con
dención» mediante el pago de un rescate, re- bién lo «redimirá» del cautiverio babilónico (Is zada (4, 7) se manifestará en forma consuma- Cristo» abarca «el presente y el futuro» (ibid.)
curriendo vg. a las palabras del «lytron» en 41, 14; 43, 1.14; 44, 22-24: 52, 3; 54, 5). Por la da en aquel día: se manifestará como «nues- y se fundamenta supremamente en las posibi-
Me 10, 45 par. Mt 20, 28 ó 1 Pe 1, 18s («res- contraposición entre la «primera» y la «segunda» tra herencia», hacia la cual señala ya desde
redención, nace la perspectiva escatológica, de la lidades de la «nueva creación» de Dios.
catados... con la preciosa sangre de Cristo»). ahora, lleno de promesas, el don del Espíritu
Pero aun en estos textos se ve claramente lo cual se deriva la descripción que vemos en el NT
de la acción divina de redención. Santo.
inadecuado de la idea de un rescate, entendi- 4. «ájtoXiJTQCoaig no es uno de los princi-
En muchos casos, la idea subyacente del resca- La tensión entre la redención ya alcanzada pales conceptos de la predicación y de la en-
da en el sentido literal de la palabra, si tene-
te (en hebreo: gá'al, páda) se reconoce aún en la y la que todavía se espera remite a ideas ger- señanza del cristianismo primitivo» (Büch-
mos en cuenta la alusión a Is 52, 3: «De balde manera de hablar del AT (cf. Ex 21, 8; Lev 25, minales más originales del pensamiento pau- sel, 358). Sin embargo, habrá que tener en
fuisteis vendidos y sin plata seréis rescatados 48). Sin embargo, el pago de un rescate no de- lino, tal como aparecen claramente sobre todo cuenta ya, en lo que respecta al NT, que el
(X\)tQü)'&T|oea'f>e)». La entrega que Jesús ha- sempeña en él un papel esencial. Sino que la re- en Rom 8, 23. Como los que hemos recibido concepto de la redención alcanzará importan-
ce de su propia vida muestra la intervención dención es la acción soberana de Dios, la cual
asegura el aspecto predominantemente teo-lógico ya «los primeros frutos del Espíritu», «aguar- cia central en la soteriología cristiana poste-
redentora de Dios y la comunicación eficaz de
del acontecimiento de la redención. La «reden- damos con suspiros la (plena) adopción de hi- rior. Esto se debe principalmente a que el
la misma.
ción» establece la relación de alianza o pacto que jos, la redención de nuestro cuerpo». La re- concepto de la redención puede completarse
existe entre Israel y su Dios, y la (ulterior) reden- dención, ciertamente, no debe entenderse aquí fácilmente con otros conceptos de la procla-
A. Deifimann {Licht vom Osten, Tübingen "1923, ción de las numerosas calamidades que caerían como la redención [que nos libre] de nuestro mación cristiana primitiva de la salvación e
271-281) trató de mostrar que la antigua costum- sobre el pueblo y los individuos se halla funda- cuerpo, es decir, entendiendo xov oú)\iaxoc,
bre jurídica de la «manumisión sacra de escla- mentada también en esta relación de alianza o interpretarse ulteriormente por medio de
vos» había constituido el modelo para la doctrina como genitivo de separación (tal como lo en- ellos. Uno de esos conceptos es el de la ex-
pacto. La «redención», según el Sal 130, 7s, con-
paulina de la redención. Así como, por la ficción tiene explícitamente el perdón del pecado, perdón tiende H. Lietzmann, An die Rdmer4 [HNT], piación en Rom 3, 24s, que añade al concep-
419 ánoXvxQtíyaic, - cutoX/úoo 420 cutoX-úco - cwtOQcpavü;co 422

to de la redención las palabras para la «re- áttokvo) apolyo soltar, dejar irse, despa- despedido, separarse (Hech 4, 23; 15, 30.33 CMloJWtTtí> apopiptd caer*
dención de los pecados» (cf. también Ef 1, 7; char [según Bauer, s.v. 2b también Heb 13, 23]) o Hech 9, 18: Cuando Ananías puso sus ma-
Col 1, 14 y Heb 9, 15). Otros conceptos de la como un eufemismo para expresar la idea de
Bibl. (especialmente sobre 2): H. Baltensweiler, Die nos sobre Pablo y oró para que éste recobrara
soteriología del cristianismo primitivo expo- dejar morir (Le 2, 29). c) La voz media sig-
Ehe im NT (AThANT 52), Zürich 1967; Bauer, Wor- la vista, entonces «cayeron de sus ojos (de
nen la idea de la redención de diversas mane- terbuch, s.v.; M. N. A. Bockmuehl, Matthew 5, 32; 19, nifica en Hech 28, 25 marcharse.
ras concretas, determinadas en cada caso por Pablo) algo así como escamas».
9 in the Light of pre-rabbinic Halakhah: NTS 35
el contexto, pero sin que el uso de esas ma- (1989) 291-295; J. Bonsirven, Le divorce dans le NT, 2. En los Sinópticos, cuto^/úco (que apare-
neras establezca en cada caso una demarca- Tournai-Paris 1948; G. Bornkamm, El divorcio y el ce en 13 pasajes) es un término (común) para (XJloJi&avao) apoplanaó extraviar, inducir
nuevo matrimonio en el Nuevo Testamento, en Id., Es- designar el despido de la mujer a la que se ex-
ción lingüística y objetiva precisa. Y, así, Gal ludios sobre el Nuevo Testamento, Salamanca 1983,
a error
1, 4 describe el acontecimiento redentor de la 193-197; G. Delling, Ehescheidung, en RAC IV, 707-
cluye de la vida matrimonial (divorcio) entre- ->• JtA.ccváco.
muerte de Jesús como un «arrebatar» (é^ai- 719; R. Geiger, Die Stellung der geschiedenen Frau in gándole una acta de divorcio (-> ótJtoaxá-
peto"8m) a los hombres del poder del «pre- der Umwelt des NT, en G. Dautzenberg y otros (eds.), aiov), como se ve principalmente por las (XJIOJI^EO) apopleó zarpar*
sente eón malvado» en el que reinan el pecado Die Frau im Urchristentum, Freiburg i. Br. 1983, 134- palabras «despedir a la propia mujer» (1[3]
157; E. Lovestam, AIIOAYEIN: SvEA 27 (1962) Término técnico del lenguaje náutico en
y la muerte. De una «liberación» salvadora Esd 9, 36; cf. Dt 24, 1-4). Estas palabras las
132-135; Id., Die funktionale Bedeutung der synopt. Hech 13, 4; 14, 26; 20, 15; 27, 1, indicándose
(de las aflicciones) se habla también en el Jesusworte über Ehescheidung und Wiederheirat, en encontramos en la prohibición del divorcio
de ordinario el rumbo o destino (elg); en 20, 15
NT, pero sólo en varios pasajes de Hechos (7, A. Fuchs (ed.), Theologie aus dem Norden, Linz 1977, hecha por Jesús (Me 10, 2.11 par. Mt 19,
con indicación del punto de partida (éxeífrev).
10.34; 12, 11; 23, 27; 26, 17). 19-28; U. Nembach, Ehescheidung nach atl. und jüd. 3.8.9; Mt 5, 31.32a par. Le 16, 18a [QJ; cf.
Recht: ThZ 26 (1970) 161-171; K. Niederwimmer, As- además Mt 5, 23b; 19, 7; Me 10, 4; Le 16,
El verbo QiJOu.ai (que aparece 16 veces en kese und Mysterium. Über Ehe, Ehescheidung und ctJlOJlioJva) apoplynó lavar
18b) y, con referencia a la intención de José
el NT) desarrolla más el uso que se hace de Eheverzicht in den Anfdngen des christl. Glaubens Le 5, 2 Koiné A © «lavaban sus redes».
con respecto a María, en Mt 1, 19 (cf., a pro-
este término en la LXX y caracteriza la reden- (FRLANT 113), Gottingen 1975, sobre todo 13-24,
44-52; R. Pesch, Freie Treue. Die Christen und die pósito, M. M. Bourke: CBQ 40 [1978] 121s).
ción que se espera de Dios como «salvación»
Ehescheidung, Freiburg i. Br. 1971; B. Reicke, Ehe - Sobre las denominadas «cláusulas de adulte- aJtOJtvíyw apopnigó ahogar, ahogarse*
o «preservación» frente al poder del maligno Eherecht - Ehescheidung (IV), en TRE IX, 318-325; rio», que aparecen únicamente en Mt 5, 32; Le 8, 7 (par. Mt 13, 7 v.l.); 8, 33 (a diferen-
(Mt 6, 13; Rom 7, 24; Col 1, 13 en significa- G. Schneider, Jesu Wort über die Ehescheidung in der 19, 9, -> Jtofjveía. Me 10, 12 habla del despi- cia de Me) en voz pasiva: el rebaño se ahogó.
tiva convergencia con ánohüXQwaig en el v. Überlieferung des NT: TThZ 80 (1971) 65-87; C. R.
Taber, Divorce, en IDB Suppl. Vol. (1976) 244s; B. do del marido por parte de la mujer; se trata ThWNT VI, 453 s; E. Schwentner: RhMus
14) y frente a la «ira venidera» (1 Tes 1, 10).
Vawter, Divorce and the NT: CBQ 39 (1977) 528-542; de la ampliación lógica de la prohibición de 105 (1962) 191.
El paralelismo entre ánoXvxQmoig y «libera-
B. Witherington, Matthew 5, 32 and 19, 9 - Exception Jesús del divorcio, aplicándola a la práctica
ción» (eX.eu'&eQO'Oo'&ai) está bien claro en
or exceptional Situation?: NTS 31 (1985) 571-576. jurídica seguida en el mundo grecorromano, aJIOQéü) aporeó estar en incertidumbre,
Rom 8, 21-23. El empleo directamente sote-
que reconocía a la mujer el derecho a tomar la
riológico de este concepto conduce a la idea 1. Este compuesto de Xvm, con excepción estar perplejo*
iniciativa en materia de divorcio (cf. 1 Cor 7,
de ser liberados del poder del pecado (Rom 6, de Heb 13, 23, aparece únicamente en los En voz activa en Me 6, 20; en los demás ca-
lOs; cf. R. Pesch, Markusevangelium (HThK)
18.22; 8, 2). Se acentúa la iniciativa liberado- evangelios y en Hechos: 19 veces en Mateo, sos en voz media: Le 24, 4; Jn 13, 22; Hech
II, sub loco; cf. H. Conzelmann, 1 Korinther-
ra de Cristo (Gal 5, 1; cf. Jn 8, 36). Gal 3, 13 12 veces en Marcos, 14 veces en Lucas, 15 25, 20; 2 Cor 4, 8; Gal 4, 20.
brief'KEK), 145.
y 4, 5 recogen la terminología de la idea del veces en Hechos, y 5 veces en Juan, a) En el
rescate (s^ayoQát,tí)) para hablar de la obra sentido de soltar, dejar libre se usa siempre G. Schneider a c o g í a , a g , i\ aporia perplejidad, an-
redentora de Cristo, pero sin entenderla en el para referirse a la liberación de cautivos (Me gustia*
sentido del rescate sacro de esclavos (-> 3), 15, 6-15 par. Mt/Lc; Jn 18, 39; 19, 10.12; ajto^iaooo^iai apomassomai limpiarse o En Le 21, 25 (a diferencia de Me) dícese de
aunque, eso sí, refiriéndose a la ley como a un Hech 3, 13; 5, 40; 16, 35.36; 26, 32; 28, 18; sacudirse algo* la perplejidad a causa del bramido del mar.
amo de esclavos. Heb 13, 23 [sobre este último pasaje -> b]; so- Le 10, 11: nos sacudimos el polvo (íiulv
Todos estos conceptos (incluido el de aá>- bre Le 26, 28 v.l. cf. J. Duplacy en: FS Sch- «contra vosotros»). ájlog(g)ín;T(0 apor(r)ñptó echarse (al
í^stv) necesitan completarse con los conceptos mid 1963, 42-52). En sentido más general, mar)*
centrales (especialmente para Pablo) de la ájtoXíico significa poner en libertad, dejar li- ájtové^co aponemó asignar, conceder* Hech 27, 43 en sentido intransitivo: arro-
«reconciliación» (xaTaXXoryri) y de la «justi- bre, liberar (Mt 15, 23; 18, 27; Le 6, 37; 13, 1 Pe 3, 7: «tributando honor»; cf. 1 Clem 1, jarse por la borda.
ficación» (-> 8uxouoo"'úvr| / óixaióum) a fin 12). b) El sentido de dejar irse, despachar 3; IgnMagn 3, 1; MartPol 10, 2.
de iluminar el contenido positivo del concep- (empleado también como término para desig-
to neotestamentario de la redención: la conse- nar el divorcio -> 2) se da cuando se despacha <XJlO{)cpaví£(fl aporphanizó dejar huérfano
cución de la relación con Dios como nuevo ajioviJITOl aponiptó lavar* (a alguien)*
a personas (Mt 14, 15.22.23; 15, 32.39; Me 6,
ámbito para vivir en la fe en Jesucristo. Mt 27, 24 (en voz media): lavarse las manos, En 1 Tes 2, 17, dícese en sentido figurado
36.45; 8, 3.9; Le 8, 38; 14, 4; Hech 19, 40). Y acción realizada por Pilato como señal de su de Pablo que, al estar separado de su comuni-
K. Kertelge se emplea en voz pasiva para significar ser propia inocencia (cf. Bauer, Wórterbuch, s.v.). dad, se siente huérfano.
423 áitoanevá^u) -- ájtooteYÓ^a) 424 425 ánoaxekXa) 426

á j t o o x e v á ^ O ) aposkeuazó quitar, arrancar judaismo. En los papiros aitoaxaoíov avy-


ájtooTÉXXo) apostello enviar del hombre (el objeto de la acción verbal son
Hech 21, 15 D hacer el equipaje, levantar YQacpv] es el acta de trasmisión de dominio los ángeles en Mt 13, 41; Me 13, 27 par.) y al
las tiendas de campaña para partir. después de una venta (Preisigke, Worterbuch 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos Jesús terreno (el objeto de la acción verbal
I, 194). semánticos y campo referencial - 3. Jesús envía a sus
discípulos - 4. Jesús como Mensajero de Dios en Juan. son los discípulos; -> 3). En consonancia con
ájtooxíaopa, atoe;, t ó aposkiasma el ello, los objetos de la acción expresada por
Un certificado arameo de divorcio, procedente Bibl: C. Mercer, ánooxéXkew and jtéiAJteiv in
de Wadi Murabba'at (71 p.C. ?) dice así: En el ánooxéKKtí) son personas, de quienes el que
oscurecer John: NTS 36 (1990) 619-624; J. Seynaeve, Les ver-
día 1.° de Marhesvan del año sexto, en Masada, bes anoaxéXk(0 et JIÉLUIOJ dans le vocabulaire théolo- envía puede esperar obediencia y prontitud
En Sant 1, 17 dícese del oscurecimiento
hoy te despido y repudio por mi propia voluntad, gique de saint Jean, en M. de Jonge (ed.), L'Evangile para el servicio encargado (trabajadores en
producido por el cambio en la posición de los
yo que me llamo José, hijo de Naqsan, a ti Ma- de Jean (BEThL 44), Louvain 1977, 385-389. Para Mt 20, 2; criados en Me 12, 2-6; ayudantes en
cuerpos celestes. ThWNT VII, 401; DTNT riam, hija de Jonatán de Hanablata, residente en más bibliografía, cf. anóaxokoz,, en los autores Ba- Hech 19,22; discípulos en Mt 22,16; Me 11,1;
IV, 234-236. Masada, que habías sido antes mi esposa, de tal rrete, Borgen, Bühner, Burgers, Cohn, von Eicken-
14, 13; Le 7, 18.20; el hijo en Me 12, 6; ->• 4).
manera que, por tu parte, quedas libre para irte y Lindner, Giblet, Miranda, Rengstorf, Schmahl.
El significado de ánooxélXm en el NT está
á j t o o j t á o ) apospaó retirar, sacar* casarte con cualquier varón judío al que elijas.
determinado por sus relaciones, a través de la
Aquí, pues, recibes de mí este documento de se- 1. De las 136 veces que aparece este térmi-
En Mt 26, 51 dícese de la acción de desen- LXX, con el hebreo salah y con la idea que
paración (séfer tirükin) y el certificado de repudio no en el NT, sólo 12 se encuentran fuera de los
vainar la espada; en los demás pasajes se em- (get sibüqtri) y te doy la dote de boda, y (te com- este término encierra de que «enviar» es lo
plea en sentido figurado: Le 22, 4 1 ; Hech evangelios (en los que aparece 97 veces) y de mismo que «hacerse representar»; -> ájtó-
penso por) todo lo perdido o estropeado... y cada
21, 1 (en voz pasiva) separarse, alejarse de; vez que me lo pidas, te renovaré el documento Hechos (27 veces). Juan (28 veces) ocupa un 0x0X0$.
en Hech 20, 30 (en voz activa): arrastrar tras mientras yo viva. José, hijo de Naqsan, por sí lugar especial: aquí ánooxéXktí) se relaciona
de sí. mismo; Eliazar (hijo) de Malea, como testigo; Jo- primordialmente (19 veces) con la cristología.
3. De este sentido jurídico-popular están
sé, hijo de Malka, como testigo; Eleazar, hijo de
Hanana, como testigo» (Pap. Murabba'at 19: llenos los relatos sinópticos, según los cuales
2. El verbo significa mandar, enviar, cuan- el Jesús terreno envió en misión doce (ó 72
á j t o a t a o í a , a £ , r| apostasia apostasía* DJD II, Oxford 1961, 104-109; cf. Koffmahn, do no se usa para describir la terminación con según Le 10, 1 material peculiar) discípulos
En Hech 21, 21 como acusación contra Pa- 148-155).
éxito del viaje de un mensajero (con el fin de (Me 3, 13-19; 6, 6s; Mt 10, lss; Le 6, 12-16;
blo: tú enseñas que apostaten de Moisés; 2
entregar un objeto o una información), sino
Tes 2, 3: el Anticristo inducirá a la apostasía 2. Acreditar por escrito el divorcio era un 9, lss; 10, lss). El encargo dado a los discí-
que se concentra netamente en la razón y el
en los tiempos antes del fin. ThWNT I, 51 Os; trámite necesario para proteger a la mujer con- pulos está en consonancia con la actividad re-
objetivo del suceso en cuestión, es decir, en la
DTNT I, 202ss. tra la acusación de adulterio. Las razones no alizada por Jesús mismo y comprende la pro-
misión como tal y en la ejecución del encar-
se aducen en el texto. En Dt 24, 1 el motivo clamación de la fiaoiksía (Me 3, 13; Mt 10, 7
go, el verbo adquiere el sentido de comisio-
para el divorcio es encontrar en la mujer «algo par. Le 9, 2; Le 10, 9) y la expulsión de de-
( f o i o a t á a i o v , o v , t ó apostasion certifi- nar, encargar (Mt 2, 16; 10, 40 par.; 22, 3s:
desagradable»; pero en Mt 5, 32 y 19, 9 el mo- monios (Me 3, 15; 6, 7; Mt 10, 1 par. Le 9, 1;
cado de divorcio* Me 6, 17; 9, 37 par.; Le 1, 19; 4, 18.43; 9, 2;
tivo es únicamente la ftOQveía (¿seguirá el re- 10, 9). Que los discípulos son enviados en mi-
Bibl: E. Bammel, Mk 10, 11 und das jüd. Eherecht: Jn 1, 6.24; 3, 34; 4, 38; 5, 36.38; 6, 29.57; 7,
dactor mateico la idea expresada en Jer 3, 1- sión en representación del Maestro que los
ZNW 61 (1970) 95-101; Billerbeck I, 303-312; M. J. 29; 8, 42; 11, 42; 17, 3.8.21.23.25; 20, 2 1 ;
envía y que sustituyen a éste en su propia mi-
Geller, The Elephantine Papyri and Hosea 2, 3: JSJ 8 8?). El marido no tenía derecho a divorciarse, Hech 9, 17; Rom 10, 15; 1 Cor 1, 17; Heb 1,
(1977) 139-148; E. Koffmahn, Die Doppelurkunden sión, se expresa clarísimamente en las máxi-
cuando había violado a una doncella (Dt 22, 14; Ap 22, 6). Este sentido queda realzado ha-
aus der Wüste luda (Studies on the Texts ofthe Desert mas jurídicas que prometen que el recibir a
ofJudah, ed. J. van der Ploeg, 5), Leiden 1968; W. 29) o cuando había acusado injustamente a bitualmente en el contexto de la apologética
los discípulos enviados es como recibir y aco-
Kornfeld-W. Baier, en BL, 1535; J. Scharbert, Ehe und una esposa casta (Dt 22, 19). La mujer, según misionera (->• 3) y de los enunciados dirigidos
EheschlieJSung in der Rechtssprache des Pentateuch ger la presencia del Señor que los envía, y,
el Talmud, podía pedir el divorcio por razones hacia la legitimación cristológica (-> 4).
und beim Chronisten, en FS W. Kornfeld, Wien 1977, por tanto, es finalmente acoger la presencia
213-225; F. Schmidtke, Apostasion, en RAC I, 551- físicas o morales (Billerbeck II, 23s). El hecho Los hombres y también Dios pueden ser los de la Hiña (Mt 10, 40; Le 10, 16; Me 9, 37
553; B. N. Wambacq, De libello repudii: VD 33 de que una mujer extienda un acta de divorcio sujetos de la acción de áTCOOTÉXkziv. Con par.; 9, 41 par.; Jn 5, 23; 12, 44s; 13, 20). Los
(1955) 331-335. es inconcebible en un ambiente genuinamente respecto al que envía, el verbo indica que él discípulos enviados en misión participan de la
judío (Yeb 14, 1), pero es posible en el ámbito dispone de mensajeros y que desea o bien lle- autoridad del Señor (Me 3, 15 par.; 6, 7), son
1. La entrega de un certificado de divorcio de influencia helenístico-romana (Josefo, Ant var una información o un objeto, o bien exigir protegidos por Dios que es el Padre que final-
por parte del marido se presupone en Dt 24, XV, 259; cf. Bammel). algo a un tercero (el dueño de una casa es el mente los envía (Mt 10, 20), y son capaces,
1.3; Is 50, 1; Jer 3, 8; el término técnico en J. B. Bauer sujeto en Mt 20, 1; 21, 33; un rey lo es en Mt yendo de dos en dos (Me 6, 7 par.; Le 10, 1),
hebreo es: sefer keritüt, y en griego: |3i|3Xíov 22, 2; Me 9, 49; un sumo sacerdote, en Hech de dar testimonio fidedigno del encargo reci-
ájroataoíot), que aparece en Me 10, 4 y Mt 5, 21; unos jefes de la sinagoga, en Hech 13,
á j l o a i E Y á ^ G ) apostegazd quitar el techo* bido y de quien les hace el encargo.
19, 7. En Mt 5, 31 aparece sólo el término 15). Los títulos y el poder caracterizan tam-
ájtootáoiov. Este sentido especial del térmi- Me 2, 4 con -> otéy^ (el techo) como obje- bién a Dios como el que envía (Me 1, 2; Le 1, 4. Vemos que ya en la tradición pre-joánica
no aparece únicamente en textos griegos del to de la acción verbal. 19.26; -» 4). Y caracterizan también al Hijo los dichos de rjX/frov (Me 1, 38 par.; 2, 17
427 ánooxéXktí) - ánóaxoXog 428 429 CUtÓOToXog 430

en TRE III, 430-445; Id., Apostolat - Verkündigung - para el ministerio santo de su apostolado. La
par.; 10, 45 par.; Mt 5, 17; 10, 4 par.; Le 9, 46; término en los demás escritos del NT - 5. Presupuestos
Kirche, Gütersloh 1965; H. Rottmann, Der Apostolat
12, 49s; 19, 10) juntamente con los de y origen del título de apóstol - 6. Uso cristológico - 7.
Pauli nach Apg 15 und Gal 1 und 2: Igrejia Luterana
vocación tuvo lugar en una visión de Cristo (1
ájioaToW|. Cor 9, 1; 15, 9; Gal 1, 12.16), durante la cual
cuteo-TáXTyv (Mt 15, 24; Le 4, 18.43) hablan 24 (1963) 225-242; A. Satake, Apostolat und Gnade
de Jesús como de quien desarrolla su activi- BibL: F. Agnew, On the Origin ofthe Terrn Apostó- bei Paulus: NTS 15 (1968-1969) 96-107; G. Schille, quedó establecido al mismo tiempo el conte-
los: CBQ 38 (1976) 49-53; Id., The Origin ofthe NT Die urchristliche Kollegialmission (AThANT 48), Zü- nido del evangelio (Gal 1, 12ss; Roloff 44s).
dad salvífica por encargo de Dios. Es también Apostle-Concept: A Rewiew of Research: JBL 105 rich 1967; G. Schmahl, Die Berufung der Zwolf im
pre-joánica la tradición de las confesiones de En 1 Cor 1, 1 y 2 Cor 1, 1 señala hacia el
(1986) 75-96; C. K. Barrett, The Signs ofanApostle, Markusevangelium: TThZ 81 (1972) 203-213; Id., Die
fe, que culmina en la afirmación de que Dios London 1970; Id., Shaliah and Apostle, en FS Daube, Zwolf im Markusevangelium (TThSt 30), Trier 1974; 'fréX'nu.a, la comunicación de la voluntad divi-
envía a su Jtatg (Hech 3, 26), a su Xoiatóg 88-102; P. Blaser, Zum Problem des urchristlichen W. Schmithals, Das kirchliche Apostelamt (FRLANT na que llega a él desde fuera y que determina
(Hech 3, 20) o a su vióg (Gal 4, 4; Rom 8, 3). Apostolats, en Unió Christianorum (FS L. Jaeger), Pa- 79), Gottingen 1961; R. Schnackenburg, Apostles be- el curso de su acción: él no es apóstol por su
derborn 1962, 92-107; P. Borgen, God's Agent in the fare and during Paul's Time, en FS Bruce, 287-303; propia voluntad, ni depende en absoluto de
Bajo la influencia de las enseñanzas judías Fourth Gospel, en J. Neusner (ed.), Religions in Anti- Id., Apostolizitat. Stand der Forschung, en Katholi-
acerca de la misión, Juan desarrolla esta tradi- zitat und Apostolizitat (KuD Beiheft 2), Gottingen
ninguna voluntad humana (Gal 1, 1; 2 Cor 3,
quity. Essays in Memory of E. R. Goodenough, Leiden
ción (1 Jn 4, 9.10.14; Jn 3, 16s) y la convierte 1968, 137-148; U. Brockhaus, Charisma und Amt, 1971, 51-73; W. Schneemelcher, en Hennecke-Schnee- 5); sobre él pesa la necesidad de proclamar el
Wuppertal 1972, 112-123; S. Brown, Apostleship in melcher II, 3-8; G. Schneider, Die zwolf Apostel ais evangelio (1 Cor 9, 16). Quien lo envía es Se-
en la base de la legitimación cristológica (5,
the NT as an Historical and Theological Problem: «Zeugen». Wesen, Ursprung und Funktion einer Ik ñor; el apóstol no es más que bovXoq («sier-
36.38; 6, 29.57; 7, 29; 10, 36; 11, 42; 17, NTS 30 (1984) 474-480; J. A. Bühner, Der Gesandte Konzeption, en von Scheele-Schneider (eds.), Chris- vo»: Rom 1, 1; Flp 1, 1; 2 Cor 4, 5) obligado
3.8.18): ánoaxéXkw designa el encargo reci- und sein Weg im vierten Ev. (WUNT II/2), Tübingen tuszeugnis der Kirche, Essen 1970, 39-65; Spicq,
Notes, Suppl 54-63; O. H. Steck, Israel und das ge-
a obedecer (Gal 1, 10; 1 Tes 2, 4.6; cf. Bühner,
bido de Dios y la autoridad divina para actuar. 1977; W. Burgers, De instelling van de twaalf in het
evangelie van Marcus: EThL 36 (1960) 625-654; J. waltsame Geschick der Propheten (WMANT 23), 123-127 y 207-209). A los que reciben el
La misión revela la singularísima vinculación evangelio, Pablo les asegura que él habla úni-
Cambier, Le critére paulinien de l'apostolat en 2Cor. Neukirchen-Vluyn 1967; P. Stuhlmacher, Evange-
del Hijo con el Padre; por eso, la aceptación 12, 6s.: Bib 43 (1962) 481-518; M. Cohn, Die Stell- lium - Apostolat - Gemeinde: KuD 17 (1971) 28-45. camente de conformidad con el encargo reci-
con fe de las palabras: «Que tú me enviaste», vertretung in jüd. Recht: ZVRW 36 (1920) 124-213, bido, y no por motivos dictados por la false-
constituye el objetivo y el contenido de la 354-460; E. von Eicken-Lindner, Apóstol, en DTNT I, 1. De las 80 veces que aparece el término
139-140; P. Gaechter, Petrus und seine Zeit, Innsbruck, dad humana (1 Tes 2, 3s): él no busca recibir
confesión de fe (11, 42; 17, 3.8.21.23.25). en el NT, 29 se encuentran en el Corpus pau-
1958, 338-450; B. Gerhardsson, Die Boten Gottes honores de los hombres (1 Tes 2, 6), aunque
Juntamente con ájtoorÉXAco aparece también linum (incluidas la Carta a los efesios y la
und die Apostel Christi: SvEA 27 (1962) 89-131; J. -como apóstol- participe de la dignidad de
la fórmula ó Jtéu.i|)ac; u.e jratriQ (-> jtéujtcü). Giblet, Die Zwolf: Geschichte und Theologie, en Id., Carta a los colosenses), 34 en los escritos rú-
Quien le envía (1 Tes 2, 7). La referencia a
Vom Christus zur Kirche, Wien 1966, 61-78; F. Hahn, canos, 1 en Mateo, 2 en Marcos, 1 en Juan, 5 Quien le envía (1 Tes 2, 4-6; Rom 11, 13; 1
J.-A. Bühner Der Apostolat im Urchristentum. Seine Eigenart und en las Pastorales, y 8 en los demás escritos del Cor 9, 16s; 2 Cor 3, 6ss; cf. Jn 17, 4s) y la in-
seine Voraussetzungen: KuD 20 (1974) 54-77; M. NT. La concentración del uso del término en
Hengel, Die Ursprünge der christi. Mission: NTS 18 dicación de su propia subordinación al evan-
(1971-1972) 15-38; R. W. Herrón, The Origin ofthe Pablo y en Lucas indica las dos expresiones gelio y a quienes lo reciben (1 Tes 2, 7-12; 1
áttOOTeQÉti) apostereó hurtar, robar* NT Apostélate: Westminster Theol. Journal 45 (1983) fundamentales de este concepto en el NT. Cor 9, 19ss) se unen en su renuncia a una apa-
Me 10, 19 menciona «¡No hurtarás!» en la 101-131; T. Holtz, Zum Selbstverstandnis des Apostéis
riencia majestuosa (1 Tes 2, 7) y en su renun-
lista de mandamientos de la segunda tabla del Paulus: ThLZ 91 (1966) 324-330; M. Karrer, Apostel, 2. Pablo emplea el concepto de ánóoxokoc,
Apostolat, en EKL' I, 221-223; K. Kertelge, DasApos- cia a los derechos de apóstol (1 Cor 9, 18; 2
Decálogo; 1 Cor 6, 8 acusa a los destinatarios telamt des Paulus, sein Ursprung und seine Bedeutung:
con el fin de presentarse a sí mismo de mane- Cor 11,7). En el servicio apostólico a la glo-
de defraudar a los hermanos, y 7, 5 ordena a BZ 14 (1970) 161-181; J. A. Kirk, Apostleship since ra digna y autoritativa al principio de sus car- ria del Señor (Rom 11, 13; 2 Cor 3-5), el
los cónyuges que no se rehusen el uno al otro Rengstorf: Towards a Synthesis: NTS 21 (1974-1975) tas (con excepción de Flp y 1/2 Tes). Con este apóstol pospone su propia persona (1 Cor 9,
(cf. Ex 21, 10). En voz pasiva, en 1 Cor 6, 7, 249-264; G. Klein, Die zwolf Apostel. Ursprung und término, Pablo describe su tarea de proclamar
Gehalt einer Idee, Gottingen 1961; Id., Die Verfolgung 12.18), a fin de identificarse con el mensaje y
significa dejarse defraudar; 1 Tim 6, 5 se re- el evangelio: él tiene autoridad, como mensa- con Aquel que le envía (1 Cor 9, 23; 2 Cor 4,
der Apostel (Luk 11, 49), en FS Cullmann 1972, 113-
fiere a los falsos maestros que están «priva- 124; E. M. Kredel, Der Apostelbegriff in der neueren jero y representante del Señor crucificado y 4-6). Con su gracia, Dios le capacitó para re-
dos de la verdad», y Sant 5, 4, al salario rete- Exegese. Historisch-kritische Darstellung: ZKTh 78 resucitado, para llevar el evangelio a las co- alizar este servicio (1 Cor 3, 10; 2 Cor 3, 6; 4,
nido fraudulentamente. (1956) 169-193, 257-305; H. Lbwe, Bekenntnis, Apos- munidades cristianas de los gentiles (Rom 1, 1; Rom 12, 3.6; 15, 15; Gal 1, 15; 2, 9; Ef 3,
telamt und Kirche in Kolosserbrief en FS Bornkamm, 1; Gal 1, 15; 2, 8; 2 Cor 5, 19; 1 Tes 2, 4-9).
299-314; O. Michel, Zeuge und Zeugnis. Zur ntl. Tra- 2.7s) y se halla presente en su ministerio (1
ditionsgeschichte, en FS Cullmann 1972, 15-31; J. P.
Pablo llama también óutóaToX.01 a otras per- Cor 15, 9s; Rom 15, 18; Gal 2, 8). Frente a las
ájtooT()Xr|, f¡5, x\ apostóle autoridad sonas (-> 5); él se adhiere a la comprensión
Miranda, Der Vater, der mir gesandt hat, Bern H976; exigencias y la obstinación de sus adversa-
apostólica, oficio apostólico Id., Die Sendung Jesu im vierten Ev. (SBS 87), Stutt- que esas mismas personas tienen del apostola- rios, el apóstol se siente libre (1 Cor 9, 1):
-> ájtóatoX.05 7. gart 1977; A. Moreno, Apóstoles y profetas (1 Cor 12, do y acentúa sobre esta base la peculiaridad únicamente Dios es capaz de juzgar acerca de
28), en La vie de la Parole. FSf. P. Grelot, París 1987, que a él le corresponde (Schnackenburg,
381-395; D. Müller, Apóstol, en DTNT I, 140-146; P. su obediencia como apóstol (1 Cor 4, 3s). Co-
von den Osten-Sacken, Die Apologie des pin Aposto- Apostles; Hahn, 56-61). mo apóstol de Jesucristo, Pablo está enviado
attóoToXo$, ov, ó apostólos enviado,
apóstol lats in IKor 15, 1-11: ZNW 64 (1973) 245-262; K. H. Pablo acentúa que él es xÁ/nxóc; («llama- al mismo tiempo por Dios (Rom 15, 15s; 2
Rengstorf, anóaxolog, en ThWNT I (1933) 406-446; do», Rom 1, 1; 1 Cor 1, 1; Gal 1, 15), y áqxo- Cor 5, 18-20). Pablo combina la terminología
1. Aparición del término en el NT - 2. Uso del tér- B. Rigaux, Paulus und seine Briefe. Stand der For-
mino en Pablo - 3. Uso del término en Le - 4. Uso del schung, München 1964, 82-96; J. Roloff, Apostel...(\), Qiofxévog («escogido», Rom 1, 1; Gal 1, 15)
431 ájtóaToX.og 432 433 ánóoxoXoc, 434

de la gloria celestial, que une a Dios y a Cris- ñor que le envía se manifiesta en la realidad 26ss). Su tarea principal consiste en la trasmi- marle de la misión y devolverle la Mthüt («la
to (2 Cor 5, 19) y que ha sido dada también al terrena como debilidad de la cruz, así también sión y la conservación de la doctrina no false- autoridad de que disponían como enviados»,
apóstol (2 Cor 4, 4-6), con el modelo jurídico el poder del mensaje reside en la locura de la ada (2, 42); ellos autorizan la misión entre los -> 7; Bühner, 123, 127 y 257s). A este estado
de la sustitución (Cohn, 393ss; Gerhardsson, palabra acerca de la cruz (1 Cor 4, 9-13; 1, gentiles, que está en sus comienzos (8, 14.18; marquíno de la tradición corresponde también
118; Roloff, 122s; Bühner, 250s). 21); en su misión el apóstol del Señor crucifi- 15, 22s; 16, 4). En Hech 1, 15-26 se mencio- la designación de los doce apóstoles en Mt
El significado de ánóaxoXog está vincula- cado se halla bajo la realidad de la cruz; la re- nan los criterios esenciales para ser un após- 10, 2, un texto independiente de Lucas. Asi-
do con el carácter peculiar que el término al- nuncia de Pablo a sus propios derechos y ho- tol: haber acompañado al Jesús terreno desde mismo, el concepto lucano de testigo (Hech 1,
canzó a consecuencia del uso jurídico popular nores (1 Cor 9, 12; 2 Cor 11, 2.23) es más que los primeros días, haber sido elegido por él 8.22; Le 2, 32; 3, 15; 5, 32; 10, 39; 13, 31; cf.
inspirado en su equivalente hebreo sültah (cf., la obediencia ejemplar del enviado; sino que, (1, 17; cf. Le 6, 13; 9, 1), haber permanecido Le 24, 48; cf. Schneider), estrechamente rela-
a propósito, la obra fundamental de Rengs- más bien, el apóstol se gloría en su debilidad a su lado durante todo el tiempo hasta el día cionado con el de apóstol, se remonta a una
torf; cf. Cohn). De conformidad ya con la (2 Cor 11, 23-33; 12, 9), porque el poder del de la ascensión, y haber sido, por tanto, testi- antigua tradición palestinense que considera
práctica jurídica anterior al NT, y que las Señor, que concede protección al mensajero, go de la resurrección (1, 21; cf. 1, 2s; Le 24, al apóstol como un comisionado, que tiene un
fuentes rabínicas no hacen más que fijar por se revela en la debilidad (2 Cor 12, 9s; cf. 36ss). Así, pues, una línea va conectando el compromiso con el poder del Resucitado, y
escrito, el sültah es el representante directo de Cambier). La gloria en la que participa el envío de los discípulos en misión y la conce- que sale en defensa de ese poder contra el re-
quien le envía y puede actuar en representa- apóstol por su misión, es la gloria que se re- sión del título de apóstol por el Jesús terreno calcitrante Israel (Michel, 25 y 27; cf. Tos
ción suya de manera autoritativa y jurídica- fleja en el rostro del Señor crucificado (2 Cor (Le 6, 13), luego el anuncio de la misión por Qid 4, 1, donde se trata de la tarea del sültah
mente vinculante (Cohn, 133ss). Está obliga- 4, 4ss). Semejante gloria hace que el servicio el Cristo resucitado (Le 24, 46-48; Hech 1, 8) de ser testigo de la voluntad y de los derechos
do a estricta obediencia (Cohn, 144ss, 204- del evangelio sea una empresa llena de aflic- juntamente con la promesa del Espíritu (Le de quien le envía). Se discute, en relación con
213) y debe actuar en todos los asuntos de la ciones terrenas (2 Cor 4, 7) y determina al 24, 49; Hech i, 5.8) y finalmente la recepción esto, la mención que se hace de apóstoles en
manera que redunde en mayor beneficio de apóstol como quien tiene que soportar sufri- del Espíritu y con ella la proclamación del Le 11, 49; pero aunque Lucas, en contra de la
quien le envía (Cohn, 139s, 145). La vincula- mientos (2 Cor 4, 10; 1 Cor 4, 9). En el cami- evangelio, iniciada de nuevo desde el cielo fuente Q, haya insertado en este punto su con-
ción del término de «apóstol» con títulos jurí- no del Señor la majestad se oculta en humilla- (Hechos 2ss). cepto de apóstol (así piensa Klein, Verfol-
dicos que designan el vínculo personal del en- ción (Flp 2, 5-11); la sabiduría, en locura (1 Aunque la equiparación entre «los doce» y gung; en contra, Michel, 22), sigue siendo
viado con Aquel que le envía y que significan Cor 1, 21); la riqueza, en pobreza (2 Cor 8, 9), «los apóstoles» hace que se trasparente la cla- notable la referencia a la tradición deuteronó-
la tarea que se le ha confiado con respecto a la de tal manera que el ministerio apostólico lle- ra redacción de Lucas, sin embargo no debe- mica de los profetas que predicaban el arre-
comunidad (-> oi.xovou.oc;, ->• ótáxovog, ->• va también como impronta la singularidad de mos creer que esa concepción sea puramente pentimiento: aquí no es sólo la referencia a la
ócO^og, ->• í)Jt8Qétr|g) está en consonancia ese Señor (2 Cor 4, 5; cf. Roloff, 119; Barrett, lucana (en contra de lo que piensa Klein, misión y al testimonio (= amonestación) lo
con la costumbre de los amos que designaban 70). De esta manera, por conducto del após- ZwólfApostel), sino que hay ya señales de ella que desempeña un papel en la tradición pre-
a personas autorizadas para que actuaran co- tol, el Señor trasmite el poder vivificador y en la tradición sinóptica pre-lucana (cf., ade- cristiana, sino dentro de esa referencia la de-
mo representantes suyos en el desempeño de justificante de la cruz a las comunidades cris- más de la tradición lucana, Ap 21, 14; cf. Ro- signación de los profetas como apóstoles
las tareas domésticas (Cohn, 175ss; Bühner, tianas de la gentilidad (2 Cor 4, 10-12: 5, 18- loff, 112; Schille, 113 nota 13; Schmithals, (Steck, 214s, 229 nota 5; cf., a propósito, Mi-
124-127). Debemos añadir, finalmente, las in- 21; Gal 3, 1). 267s; E. Haenchen, Apostelgeschichte1 [KEK], chel, 19ss; Bühner, 108ss, 194 nota 9, 282).
numerables observaciones que atestiguan que 132s), que no conoce el título de apóstol sin
no sólo la vocación de Pablo sino también su 3. Lucas restringe el título de ájtóotoXog referencia a los doce: con excepción del pasa- 4. Los praescripta (o saludos iniciales) en
comprensión de la totalidad de su misión debe a los doce discípulos y, en consecuencia, ja- je, incierto desde el punto de vista de la críti- la Carta a los Efesios y en las Pastorales de-
entenderse desde la perspectiva de los profetas más llama apóstol a Pablo (excepto en Hech ca textual, de Me 3, 14 (debido probablemen- muestran que se ha adoptado sin cambio algu-
del AT (Holtz: Deuteroisaías; Gerhardsson: 14, 4.14, y se sospecha que aquí está hablan- te a la influencia del paralelo lucano), los no la terminología paulina. Efesios habla de
Moisés; Rengstorf, 440s: Jeremías; Roloff, do una fuente pre-lucana; cf. H. Conzelmann, doce son llamados ánóoxo'koi en Me 6, 30: los apóstoles en un sentido titular (juntamente
43s: correspondencia tipológica; Hahn, 69-73: Apostelgeschichte2 [HNT], 87 y 89). Lucas hay aquí claramente una condensación de la con los profetas en 2, 40; 4, 11) como el fun-
Isaías 61, 2; Rigaux 83ss: Deuteroisaías, Eze- utiliza las expresiones «los doce apóstoles», terminología que aparece en Me 6, 7 y en la damento de la Iglesia, a quienes se reveló el
quiel, Jeremías); en el judaismo posbíblico, al «los doce» y (frecuentísimamente) «los após- que encontramos los conceptos de -> e^ovoía misterio de Cristo (3, 5) y que fueron desig-
profeta se le llamaba también un sültah de toles», sin hacer diferencia alguna. y ->• ájtoaxéXX.8i.v; los doce discípulos que nados por el Señor Exaltado (4, 11). A los
Dios (Bühner, 271-315). Según la exposición de Hechos, los doce son enviados en misión, participan del poder apóstoles se los llama «santos» (3, 5), y son
La índole peculiar del concepto paulino de apóstoles son los dirigentes de la comunidad del Señor que los envía y son -con sus pala- elevados a la condición de mediadores de la
apóstol aparecerá con claridad, una vez cono- de Jerusalén (4, 35.37; 5, 2; cf. 6, 6). Son por- bras y con sus acciones- los representantes salvación para la Iglesia (J. Gnilka, Epheser-
cidos estos antecedentes, si indagamos la pe- tavoces de la comunidad, que proclaman el autorizados del Señor, y, de conformidad con brief [HThK], 157, 211). Las Pastorales ha-
culiaridad de quien lo envía, del mensaje y de evangelio a los de fuera (2, 37) y la defienden la costumbre jurídica ordinaria, regresan cen de Pablo el prototípico desempeñador de
quienes lo reciben: así como el poder del Se- contra los ataques de la comunidad judía (5, adonde el Señor que los envió a fin de infor- un ministerio, y el que garantiza la conserva-
435 ánóoxoXog 436 437 ájlÓCFTO^Og
438
ción de la doctrina del evangelio (1 Tim 2, 7; profetas con el nombre de Mühím de Dios mitado de personas que se llaman a sí mismos
6, 20; 2 Tim 1, 11-14: cf. Roloff, 241, 249). (Bühner, 281-306), de tal manera que hay mo sacerdote del santuario celestial y porque
apóstoles de Jesucristo y que derivan su mi- Dios le confió su tarea. En la morada celes-
Las Cartas primera y segunda de Pedro, en que renunciar a la usual y extendida distin-
nisterio apostólico de un encuentro con el Se- tial, él es el Hijo que tiene que rendir cuentas
sus respectivos praescripta, aplican a Pedro ción entre una misión profética y una misión
ñor resucitado (cf. 1 Cor 9, 1; 15, 3s). Entre al Padre. El ministerio cultual en el cielo, que
la terminología paulina relativa a la condición jurídica (Schmithals, 95s; también Rengstorf,
ellos se cuentan los miembros del grupo de le ha sido confiado al ájtÓ0xoX.O5/sumo sa-
de apóstol; a los apóstoles se los distingue de 420, en este punto, entorpece sus fundamen-
tales estudios introduciendo una diferencia- los doce (cf. Hahn, 57; Brockhaus, 114; Hen- cerdote/Hijo, se corresponde con la homolo-
los profetas de la antigua alianza (2 Pe 3, 2),
y se los considera como los únicos y perma- ción inapropiada). Puesto que hay también gel, 32; Barrett, 31s; de otra manera piensa gía (o atribución de autoridad por aclamación
nentes mediadores de la palabra de Cristo (Jds papiros más tardíos (cf. Agnew) que conocen Schneemelcher, 28: solamente Pedro). Estos carismática) por parte de la comunidad terre-
17). En conjunto, el uso del término en las el término griego ájtóoToX,og en el sentido apóstoles palestinenses del Cristo resucitado na, y es un ministerio que hace posible que
Pastorales está más en consonancia con el uso personal (y, por tanto, no en el sentido predo- trabajaban seguramente como tales, desde un esa comunidad tenga la jrccQor|oía, la seguri-
lucano que con el paulino. minantemente elevado de «expedición na- principio, en la misión entre los judíos (cf. dad de acceso libre al santuario celestial. El
val», corriente hasta aquel tiempo) con el Hengel, 32). Al principio, Pablo trabaja junta- título de ánóaxoXoc, nace aquí de referencias
En el Apocalipsis, la carta dirigida a los
significado de «encargado de una misión, per- mente con Bernabé como apóstol de la comu- cultuales y corresponde el concepto de saliah,
efesios elogia a la comunidad por su pacien-
sona autorizada para llevar a cabo una mi- nidad antioquena (Hech 13, 1-3: Gal 2, 1). que en el judaismo se aplicaba al sacerdote
cia gracias a la cual ha desenmascarado a los
sión», y enlazan así probablemente con la Evidentemente la separación de Antioquía, el (sobre el conjunto del tema cf. O. Michel
falsos apóstoles que habían llegado a ella (Ap
terminología jurídica oriental y con el con- concepto de misión (que ahora -por vez pri- Hebraer1 [KEK], 171ss).
2, 2). ¿Se tratará de representantes de un pri-
cepto semítico de seliha', es más probable mera- llega a tener amplitud universal) y la ^ El Evangelio de Juan no llama nunca
mitivo apostolado de «misioneros carismáti-
todavía que durante el período del NT este naturaleza peculiar del concepto paulino de ájTÓo-coA.05 a Cristo. La doctrina acerca del
cos itinerantes» (así se supone a menudo des-
término jurídico-popular de saliah, que se apóstol se hallan íntimamente relacionados mensajero, relacionada con los verbos ->
de Harnack) o se tratará de una polémica
empleaba también en el ámbito religioso, pe- entre sí (cf. Hengel, 18). Pablo llegó a for- anoaxkXXw y -> jtéujrco, no enlaza con la
contra conocidos apóstoles o contra sus suce-
netrara en el vocabulario de la misión cristia- marse un concepto de misión análogo al que mitología gnóstica sino con la doctrina judía
sores (cf. W. Bousset, Offenbarung" [KEK],
na. El intento más radical de Schmithals por poseían los dirigentes de Jerusalén (Pedro), es sobre el profeta y el saliah (Borgen, Bühner):
204; H. Kraft, Offenbarung [HNT], 56)? Ap
derivar del concepto de «enviado», tal como decir, una misión dirigida a Israel y a los gen- el Padre que envía legitima al Hijo que es en-
18, 20 conoce a apóstoles que, juntamente
existía en la mitología gnóstica y en la profe- tiles (cf. Gal 2, 7-10) y llegó a considerarse a viado y le dirige en el descenso y el ascenso
con santos y profetas, son los grandes márti-
cía, el título cristiano primitivo de apóstol, sí mismo como un apóstol del Señor resucita- por las veredas prescritas para la ruta de un
res del NT (Kraft, Offenbarung, 237); final-
destruye sólidos puentes -basados en la histo- do (Gal 1, 15s). Sin embargo, en ninguna mensajero.
mente, en 21, 14 la idea de los doce apóstoles
está asociada con la tradición acerca de la ria de la cultura y en la historia de las tradicio- fuente vemos que el título de «apóstol» se de-
Iglesia como nueva edificación. nes- para entrar en las ideas del ámbito pales- rive del hecho de haber sido enviado en mi- 7. ájioffToXTJ* autorización, misión re-
tinense (cf. también 1 Cor 15, 7; Gal 1, 17). sión por el Cristo resucitado; de manera se- mite -filológicamente y por su significado-
5. Las influencias de la comprensión jurí- Por de pronto Pablo no recurre a un con- mejante, una primera misión apostólica de los a s'lihüt en una relación análoga a la que
dico-popular palestinense de los mensajeros cepto definido históricamente y uniforme de discípulos por el Jesús terreno con el empleo existe entre anóoxoXoc, y saliah (cf. ya el
y representantes, que se observan en Pablo y apóstol (Georgi, 42s). Para él los apóstoles del título de apóstoles (que aparece por vez Tg Jonatán: Ag 1, 13; Jue 2, 1; Tg Ester II,
en la tradición sinóptica acerca del envío de son misioneros cualificados del cristianismo primera en Le 6, 13) y su contenido esencial 5, 8). En 1 Cor 9, 2 Pablo dice que la comu-
discípulos en misión, no debemos entender- primitivo (Schnackenburg, Apostolizitat, 54; de ser «testigos del Resucitado» no pueden nidad de Corinto es el sello (es decir, «la
las históricamente en un sentido erróneo. La cf. Id., Apostles, 301; Brockhaus, 115s), de confirmación») de su cmooxoXr\ (autoridad
observarse en la tradición acerca de Jesús. Es
denominada institución de la saliah no des- los cuales deben distinguirse los predicadores de apóstol), porque ahí se hace patente que
más probable que los orígenes del uso del tér- la comunidad ha surgido como el EQJOV, la
cribe una institución histórica determinada misionantes (1 Cor 9, 5; 12, 28; 2 Cor 11, 13; mino se hallen en la misión judeocristiana de
(reina generalmente falta de claridad sobre Rom 16, 7) y los representantes de la comuni- «obra apostólica» (cf. Bühner, 203) de Pa-
Palestina (¿o fueron los «helenistas» de Jeru- blo en el Señor (y por encargo del Señor).
este punto; cf. Roloff, 39; Brockhaus, 119; dad asignados a una tarea especial (2 Cor 8, salén los primeros en llamar ajióoxokoi a sus
Schmithals, 95-99), de tal manera que el con- 23; Flp 2, 25), pero no deben separarse de Según Rom 1, 5, Pablo recibió en su voca-
misioneros? Cf. Schneemelcher, 6): el testi- ción la gracia y la autoridad apostólica.
cepto neotestamentario de apóstol no puede ellos fundamentalmente (cf. Brockhaus, 115s; monio sobre el Resucitado lo daban profetas
deducirse históricamente de la misión de de- de otra manera piensa Hahn, 56, 60s; sin em- Dios confió a Pedro el ministerio apostólico
que hacían un llamamiento a la penitencia (cf. para con la circuncisión (= los judíos), y Pa-
terminados selühim de la comunidad judía bargo, sobre el tema de la cualificación caris- Hech 2, 32ss) y que, en un lenguaje análogo
(Miah sibbür = encargado de una misión por blo el ministerio apostólico extendido a los
mática incluso de los apóstoles de la comuni- al de la tradición profética (Is 61, 1) y levíti-
la comunidad; embajadas del patriarcado de gentiles (Gal 2, 8).
dad cf. Hech 13, 1-3 y Georgi, 54s). Estos ca, eran llamados Mühim.
Jerusalén; no se ha demostrado que hubiera apóstoles de la comunidad (parcialmente ca- Hech 1, 25 emplea el término en el sentido
Mühim como misioneros. Sin embargo, en la rismáticos) se diferencian según 1 Cor 15, 7 técnico lucano para referirse al ministerio
tradición posbíblica se conocía a veces a los (cf. Gal 1, 17.19; 1 Cor 9, 5) de un círculo li- 6. Tan sólo en Heb 3, 1 se llama á^óaxo- apostólico.
Xoc, a Cristo: él es cutóatoXog por ser el su- J.-A. Bühner
439 cuioaTouaTÍ^co - ánoxoX[iáa> 440 441 omotocia - 'Aítmoi) cpógov 442

ájlOOTOjiaTÍ^tt) apostomatizó interrogar * rtíh]Hi; E. G. Selwyn, The First Epistle of St. Peter, es un término técnico del lenguaje naviero
London M947, 393-400. ájtOTOjiía, a ? , 1^ apotomia severidad*
Le 11, 53: probablemente interrogar (xivá En Rom 11, 22 (dos veces) se habla de la (cf. ThGLII, 1785).
TIEQÍ xivoc,); cf. Platón, Euthyd 276c, 277a El verbo, que en el NT no se usa en voz ac- severidad de Dios en contraste con su bondad
(refiriéndose en estos casos al maestro: repe- tiva, puede traducirse por despojarse en casi (XenaxótTig). ThWNT VIII, 107, 109. ám)%Qr\(Jig, £0)?, i\ apochresis uso, con-
tir de memoria, recitar). Liddell-Scott, s.v. todos los casos en que aparece (con excepción sumo*
acentúa que el verbo, en Le 11, 53, se refiere de Mt 14, 3). En sentido propio se usa para
ájtotójitog apotomos (adv.) severamente* Col 2, 22: los alimentos o las cosas creadas
también a la acción del maestro de preguntar expresar la acción de despojarse de las vesti-
En 2 Cor 13, 10 leemos óuroTÓfxttig XQT|- en general están destinadas «a perecer (slg
a un alumno. duras, en Hech 7, 58 (antes de la lapidación ao|xai por omotocia XQií°"OM,ai, usar de seve- qrfrorjáv) con el uso» (dativo).
de Esteban); se usa, además, en la frase ridad; Tit 1, 13: Tito debe reprender con severi-
«arrojar a alguien a prisión» en Mt 14, 3 (cf., dad a los embaucadores (v. 10). ThWNT VIII,
áftOOTQécpü) apostrepho apartar(se)* a propósito, Polibio XXIV, 8, 8; PapEleph 12; ájtoXWQÉO) apochóreo marcharse, reti-
En sentido transitivo: apartar, devolver a 106-108.
Moulton-Milligan; Lev 24, 12; Núm 15, 34; 2 rarse*
alguien o algo (Mt 26, 52 [cf. 27, 3 v.l.]; Le Crón 18, 26 LXX). Mt 7, 23: ¡Apartaos de mí!; en Le 9, 39 dí-
23, 14; Rom 11, 26; 2 Tim 4, 4; probablemen- En el NT predomina el sentido figurado de ájtOTQ£JTOjiai apotrepomai detestar* cese del espíritu maligno que a duras penas se
te también Hech 3, 26). En voz media: apar- cmoTÍfteu.ai: Rom 13, 12 habla de despojarse 2 Tim 3, 5b: «¡Evita a esa gente!» va del «muchacho epiléptico» (cf. Herm [m]
tarse (Mt 5, 42; 2 Tim 1, 15); rechazar a al- de «las obras de las tinieblas»; Col 3, 8, de 5, 2, 6; 12, 5, 4); Hech 13, 13: Juan se separó
guien o algo (Heb 12, 25; Tit 1, 14). ThWNT desechar los vicios; Ef 4, 22, en el mismo ttJtouoía, ag, r\ apousia ausencia* de Pablo y de sus compañeros.
VII, 719-722. sentido, de despojarse del «hombre viejo» (cf. Flp 2, 12: durante mi ausencia (en contras-
Col 3, 9, ám%bvaá[ievoí). cutoTÍ'&oiiai se te con Jtafjoijaía).
usa también en sentido metafórico (en el len- ájloXWjH^ojiai apochórizomai sepa-
anootvyéw apostygeó aborrecer* rarse*
guaje catequético de la parénesis [bautismal])
Rom 12, 9: aborrecer lo que es malo. ájtotpégo) apopheró llevarse* Hech 15, 39: Pablo y Bernabé (con Marcos)
para referirse a que hay que «despojarse» de
En el NT se emplea siempre en voz activa: se separaron a causa de desacuerdos; Ap 6,
los vicios (como quien se despoja de una ves- Le 16, 22; llevarse por la fuerza, Me 15, 1 (Jn 14: «el cielo se desvaneció como un libro que
ájloawáyWYOS, 2 aposynagógos exclui- tidura): Ef 4, 25 (de «la falsedad»); Sant 1, 21 21, 18 v.l.); dícese de un arrobamiento por el se enrolla» (Bauer, Worterbuch, s.v.: se escin-
do de la sinagoga* (de «toda inmundicia y de todos los restos de Espíritu, Ap 17, 3; 21, 10. Dícese de la acción
Jn 9, 22; 12, 42 con ysvéoftai: ser excomul- maldad»); 1 Pe 2, 1 (de «toda maldad y enga- dió; cf. R. H. Charles, Revelation [ICC], sub
de llevar un objeto, Hech 19, 12; 1 Cor 16, 3.
gado de la sinagoga; 16, 2 con Jtoietv: expul- ño»); Heb 12, 1 (de «todo peso que estorbe loco).
sar de la sinagoga. Sobre la excomunión de la y... del pecado»). El participio cutofré^EVCH
sinagoga cf. Billerbeck IV, 293-333; K. L. Ca- debe entenderse en Ef 4, 5; Sant 1, 21; 1 Pe 2, ájloqJEVYW apopheugo escapar*
Escapar, evadirse de una persona o de una (ttto\\)vyi<ú apopsychó morir*
rroll: BJRL 40 (1957-1958) 19-32; ThWNT 1; Heb 12, 1 como una viva exhortación (cf.
cosa, con acusativo en 2 Pe 2, 18.20, con ge- Le 21, 26 (a diferencia de Marcos): los hom-
VII, 845-850. Rom 13, 12) o como un imperativo (así en
nitivo en 1, 14. bres expiarán por el temor y la expectación de
Col 3, 8); cf. L. Goppelt, Der erste Petrus-
las cosas que están sucediendo (no «se desma-
brief(KEK), 133 nota 32.
ájlOTádaofiou apotassomai despedirse, ájlocpdéyYO^ai apophtheggomai decla- yarán», como en Homero, Od 24, 348, sino que
G. Schneider morirán como en 4 Mac 15, 18; Filón, Aet 128;
apartarse de* rar en voz alta*
Me 6, 46; Le 9, 61; 14, 33; Hech 18, 18.21; Dícese de las palabras pronunciadas por el Josefo, Ant XIX, 114).
2 Cor 2, 13. ThWNT VIII, 33s. á j t o t i v á o a o ) apotinassó sacudir* sabio (Diógenes Laercio I, 63, 73), y también
Le 9, 5: ¡sacudid el polvo de vuestros pies!; por el adivino o por el profeta (Ez 13, 9.19. 'AJWÚOU <jpó()OV Appiou phoron Foro de
en Hech 28, 5 Pablo sacudió la mano para 19; Miq 5, 11; Zac 10, 2; Filón, VitMos II, 33)
ájlOT£X,éü) apoteled terminar, llevar a cabo* Apio (Forum Appii)*
arrojar de sí la víbora que le estaba mordien- o por el inspirado en general. En el NT se usa
Le 13, 32: «yo llevo a cabo curaciones»; do la mano. únicamente en Hech 2, 4.14 para referirse a Bibl: H. Nissen, Italische Landeskunde II, Berlín
Sant 1, 15 en voz pasiva: dícese del pecado los efectos del Espíritu Santo; en Hech 26, 25 1902, 638s; A. Weiss, en Pauly-Wissowa VII, 64.
que ha conseguido su objetivo. dícese de las palabras pronunciadas por Pablo
owlOTÍVü) apotinó pagar, reembolsar* Mercado situado junto a la Vía Apia y que
ante Festo. ThWNT I, 448. había sido fundado en el año 312 a.C. por
Flm 19: yo te compensaré por los daños.
ájTOTÍdejuai apotithemai quitarse, despo- Apio Claudio Ciego con motivo de la cons-
jarse, desembarazarse* ájlOtpopTÍ^Ofiai apophortizomai des- trucción de la calzada que, desde el tiempo
ájtotoXjiáo) apotolmao atreverse* cargar* de Nerva o de Trajano, se había pavimentado
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v. ánoTÍftr\\ii; E. Kam-
lah, Die Form der katalogischen Paranese im NT, Tü- Rom 10, 20: Isaías se atreve y dice (se atre- En Hech 21, 3 dícese de la acción de des- desde el mercado hacia el Norte; el mercado
bingen 1964, 173-189; Moulton-Milligan, s.v. cuio- ve a decir). ThWNT VIII, 183, 186. cargar la mercancía trasportada por un buque; estaba situado a una distancia de Roma de 43
443 'AJOTÍOIJ cpóoov - ctoa 444 445 ctoa - aoa 446

millas romanas (= 64 km) (CIL X 6824). Jun- xuales, como en 1 Cor 7, 1). Dícese de la ac- rece 49 veces en el NT, de las cuales 15 se en- do fundamental de ága implica un vivo inte-
to a la calzada trascurría también hacia el Sur ción de tocar para bendecir (curar: Me 1, 41 cuentran en los evangelios sinópticos, pero no rés (a menudo muy difícil de traducir). Este
un canal que iba desde el 'Ajtmov (póoov, par. Mt/Lc; 7, 33; 8, 22; 10, 13 par. Le; Mt 8, aparece en Juan. significado se siente aún en -> 1.a. 1, por
pasando por los pantanos Pontinos, hasta Te- 15; 9, 29; 17, 7; 20, 34; Le 22, 51) o para ha- áoa (según la ley de Wackernagel) aparece ejemplo, Le 22, 23 (la pregunta acerca de
rracina, localidad situada a 19 millas, de tal cer daño (1 Jn 5, 18). Dícese también de los como segunda palabra en la oración: a) en las quién era el que iba a traicionar a Jesús) o
manera que para recorrer este trecho podía que tocaban a Jesús buscando la curación (Me preguntas, lo mismo que en la lengua clásica Hech 12, 18 (la pregunta acerca de qué habría
escogerse entre el viaje por la calzada y la 3, 10 par. Le; Me 5, 27.28.30.31 par. Mt/Lc; (Denniston 39f), 1) siguiendo a xí($), única- sido de Pedro), y la mejor manera de traducir-
travesía, más cómoda, por la vía fluvial. Se- Me 6, 56 par. Mt). DTNT IV, 294s. mente en los evangelios sinópticos y en He- la a nuestra lengua es por pues; de manera se-
gún Horacio (Sat I, 3s), ésta era la razón de chos (en interrogativas directas: Mt 18, 1; 19, mejante -> l.b, en la asombrada pregunta del
que el 'Ajtmou (póoov estuviera lleno de 25.27; 24, 45 par. Le 12, 42; Me 4, 41 = Le 8, tribuno en Hech 21, 38 y en forma atenuada
'Ajlcpía, ag Apphia Apia*
marineros y tabernuchos. Como la zona pan- 25; Le 1, 66; cf. Job 23, 3; en interrogativas en -> l.a.2, donde apa puede significar tam-
Nombre de una cristiana (¿esposa de File-
tanosa iba extendiéndose cada vez más por la indirectas: Le 22, 23; Hech 12, 18); 2) des- bién quizás (como en la pregunta que hace
món de Colosas?): Flm 2. Moulton-Milligan,
región, el asentamiento dejó de existir a más pués de el (sólo en interrogativas indirectas: Pablo en 2 Cor 1, 17, que supone que se va a
tardar en el siglo VI. Según Hech 28, 15, los s.v..
Me 11, 13; Hech 8, 22; 17, 27; cf. Núm 22, dar una respuesta negativa).
cristianos salieron a recibir aquí a Pablo, que 11), b) en interrogativas directas sin partícu-
iba camino de Roma (como hicieron también ájtW'fl'éo^ai apótheomai desechar, recha- la interrogativa (Hech 21, 38; 2 Cor 1, 17); La pregunta puede indicar también una
en Tres Tabernas). zar* c) después de un verbo (Rom 7, 21; Gal 3, 7; consecuencia (entonces, por tanto) como, por
E. Plümacher Hech 7, 27.39; 13, 46; 1 Tim 1, 19. Con cf., por ejemplo, Homero, II 18, 610; cf. tam- ejemplo, en la reacción de los discípulos ante
Dios como sujeto de la acción verbal en Rom bién Rom 8, 1; de manera semejante Teognis la mala opinión que Jesús tiene de las perso-
11, 1.2: Dios no ha rechazado al pueblo de Is- 788); d) después de las partículas 1) eurceo (1 nas ricas en Mt 19, 25 (xaí en los lugares pa-
<XJtQÓ<HTO£, 2 aprositos inaccesible* rael (cf. Sal 93, 14 LXX). ThWNT I, 448. Cor 15, 15; cf., por ejemplo, Aristóteles Cael ralelos Me 10, 26/Lc 18, 26). La consecuen-
1 Tim 6, 16: Dios habita en luz inaccesible. 268s, 22) y 2) Ijteí (1 Cor 5, 10; 7, 14; cf., cia se acentúa más intensamente en -> Le. El
por ejemplo, éjtei áo en Homero, II 17, 658). significado de conclusión «por consiguiente»
ttJUÓXeia, ag, r| apoleia perdición, des- (cf. Dionisio de Tracia 95, 2s, quien conside-
<XJtQÓ0X0Tl0$, 2 aproskopos lo que no es- trucción Sin embargo, la partícula aparece como la
primera palabra en 27 ejemplos del NT (para ra áoa como una de las conjunciones silogís-
candaliza, lo que es irreprochable* -> óurcóX.X.'uju. ticas), que aparece con mayor frecuencia a
Hech 24, 16; 1 Cor 10, 32; Flp 1, 10; cf. 1 los ejemplos de fuera del NT cf. Blomqvist,
128), a saber: e) 7 veces en las apódosis de partir de Platón, se aplica a -> l.c y l.f. Tam-
Clem 20, 10; 16, 1; Herm [m] 6, 1, 4. ThWNT bién en -> l.g áoa designa la consecuencia, y
u p a , ag, x\ ara imprecación, maldición* oraciones condicionales (Mt 12, 28 = Le 11,
VI, 747s, 753-758. ovv acentúa esta idea (por ejemplo, en los su-
Rom 3, 14 (Sal 9, 28; 13, 3 LXX): «Su bo- 20; 1 Cor 15, 18; Gal 2, 21; 3, 29; 5, 11; Heb
ca está llena de maldición y de amargura». 12, 8; cf., por ejemplo, Homero, II 7, 360); marios de Rom 5, 18 y 7, 25) ó indica una
á.3tQOO(onokr\\MT(0% aprosopolemptós ThWNT X, 989s (bibl.). Sal 57, 12 LXX; en segundo lugar en 1 Cor transición (por ejemplo, 8, 12). áoa se usa en
(adv.) sin acepción de personas, impar- 15,14) f) 8 veces al comienzo de una oración -> l.d.l (1 Cor 15, 15) para indicar una reca-
cialmente* (Mt 7, 20; 17, 26; Le 11, 48; Hech 11, 18; pitulación: (si) en verdad, (si) como dicen. Fi-
á ( ) a ara (partícula) por tanto, por consi- nalmente, ->• l.d.2, la mejor manera de tradu-
En 1 Pe 1, 17 dícese del juicio imparcial de Rom 10, 17; 2 Cor 5, 14; 7, 12; Heb 4, 9); y
guiente* cir la combinación éjiei áoa es «pues de lo
Dios; cf. Bern 4, 12; 1 Clem 1, 3. ThWNT VI, g) 12 veces, todas ellas en el Corpus Paulino,
780s;DTNTIV, 119-121. Bibl: J. Blomqvist, Greek Partióles in Hellenistic en la forma reforzada áoa ouv (Rom 5, 18; contrario» (Bauer, Wórterbuch, s.v. 1).
Prose, tesis Lund 1969, especialmente 128; K. W. En oposición a todo esto, Clark considera el
Clark, The Meaning of Sfja, en FS Gingrich, 70-84; 7, 3.25; 8, 12; 9, 16.18; 14, 12 [la variante
Denniston, Partióles, 32-43; J. Grimm-H. W. Nordhei- textual es incierta]; Ef 2, 19; en exhortaciones significado general de la palabra en el NT y
ajttaiffTOc;, 2 aptaistos libre de tropiezo* en su ambiente como una expresión de incer-
der-H. Brandt, aQa, en Lexikon des frühgriech. Epos, en Rom 14, 19; Gal 6, 10; 1 Tes 5, 6; 2 Tes 2,
Jds 24: (puXáíjai íifxag ájtxaíaxoug para fundado por B. Snell y continuado por H. Erbse, sép- tidumbre con respecto a posibles alternativas,
guardaros sin tropiezo. 15; esta combinación implica siempre un hia-
tima entrega, Gottingen 1973, 1126-1164; Kühner, que exige que cada contexto específico sea
Grammatik II/2, 317-326; Thrall, Partióles, sobre to- to; en la lengua clásica se encuentra única-
do lOs, 36. mente oúv apa, cf. Denniston 43; cf. tam- examinado en sí mismo y reciba una traduc-
ítJtTO) haptó encender, (en voz media) tocar bién 1 Clem 35, 3). De las combinaciones ción apropiada.
En voz activa en Le 8, 16; 11, 33; 15, 8; 22, 1. Esta partícula se ha derivado general- clásicas de partículas, en el NT encontramos A. Horstmann
55 v.l.; Hech 28, 2. En todos los demás casos mente de aQaQÍCTHeo (cf., por ejemplo, Frisk, únicamente áoa ye (cf. Denniston, 43), en
en voz media, por ejemplo, Jn 20, 17: «¡Deja Wórterbuch, s.v.) y recientemente también de Mt 7, 20; 17, 26; Hech 17, 27 (cf. Gen 26, 9). á g a ara (partícula interrogativa)
de tocarmel» (cf. Bauer, Wórterbuch, s.v. 2a); aQ- en áoioxog (cf. C. J. Ruijgh, Autour de Esta partícula interrogativa (cf. Kühner,
Col 2, 21: «¡No toquesl» (¿o no comas?, o «xe ¿pique», Amsterdam 1971, 433; se halla 2. Las investigaciones más recientes (Den- Grammatik 1112, 527s; Denniston, Particles,
quizás se hace referencia a las relaciones se- atestiguada desde la Ilíada de Homero). Apa- niston; Ruijgh, 435) suponen que el significa- 46-51) induce a esperar una respuesta negati-
447 á o a - 'AQÚ\I 448 449 áoaqpog - aQYuooüg 450

va. Introduce únicamente interrogativas di- que es el que habría sido de esperar: si se tra- aQOKpog, 2 araphos sin costura, inconsú- siempre a la plata en primer lugar. Esta mane-
rectas (BlaB-Debrunner § 440, 2 con la nota tara de un apóstol con un mensaje que se de- til* ra de hablar la encontramos en el NT en 1 Pe
3). En el NT aparece sólo 3 veces: Gal 2, 17 biera a la instrucción humana, entonces lo ló- En Jn 19, 23 dícese de la túnica (XITCÓV) de 1, 18; Hech 3, 6; 20, 33. El poder adquisitivo
(«¿Estará Cristo, entonces, al servicio del pe- gico habría sido que Pablo, después de su de las monedas de plata, en el NT, era muy al-
Jesús (cf. Josefo, Ant III, 161, refiriéndose a
cado?»); Le 18, 8 («Cuando el Hijo del hom- vocación, hubiera acudido inmediatamente a to (cf. Mt 20, 2-13: un denario del tamaño de
la túnica del sumo sacerdote). J. Repond: Bib
bre venga, ¿acaso encontrará fe en la tie- Jerusalén para ver allí a los apóstoles del pri- una moneda de 50 pesetas era el jornal diario
2 (1922) 3-14.
rra?»); Hech 8, 30 («¿Acaso entiendes lo que mer momento y hacer que le instruyeran. Sin de un trabajador). En Mt 26, 15; 27, 3.5.6.9 se
lees?» [ a o á ye]). Cf., además, Herm [m] 4, 1, embargo, Pablo no sólo se quedó en Damas- habla de las monedas de plata pagadas a Judas
4; Diogn 7, 3. co, lejos de Jerusalén, sino que emprendió in- 'A{>a\|>, (Jo?, Ó Araps árabe* (30 árjyúrjia); en Mt 28, 12.15 se habla de la
cluso un viaje a AoccfUa, es decir, a una re- Hech 2, 11: «Cretenses y árabes». «plata» destinada a sobornar a los guardias
gión muy distinta. ->• 'AoafUa 3. que custodiaban el sepulcro.
' A g a f U a , a ? , i\ Arabia Arabia* En Gal 4, 25 se habla de 'Aoa|3ía en un
1. Geografía - 2. 'ApafSía en Gálatas - 3. Habitan- sentido general. Se trata de nuevo de un con- á g y é o ) argeó estar ocioso o inactivo* Se acuñaban las siguientes monedas de plata
tes de 'AoafSía traste con Jerusalén: juntamente con la Jeru- 2 Pe 2, 3: el juicio no está inactivo, es decir, con efigies de dioses y emperadores: el denario
Bibl: Abel, Géographie I, 288-294; II, 164-168; J.
salén actualmente esclavizada, el Monte Sinaí viene preparándose. ThWNT I, 452. (la moneda romana que corresponde a la dracma
Assfalg, en LThK I, 786s; D. Baly, Geographisches se halla en contraste con la Jerusalén libre, la griega), la doble dracma, la tetradracma (= esta-
Handbuch zur Bibel, Neukirchen-Vluyn 1966; C. K. «de arriba». Al situar el Sinaí «en Arabia», ter, que correspondía a un siclo [seqel] hebreo).
Barrett, The Allegory of Abraham, Sarah, and Hagar Pablo asienta la imposibilidad de una unión á.Qyó%, 3 argos ocioso, perezoso, inútil* Ningún gobierno judío antes de la Guerra Judía
in the Argument of Galatians, en FS Kdsemann, 1-16; Mt 12, 36 (toda palabra inútil); 20, 3.6, re- de los años 66-70 p.C, ni los Asmoneios (en con-
G. Cornfeld-G. J. Botterweck (eds.), Die Bibel und ih-
geográfica de los dos lugares, pero no ve nin-
firiéndose a los hombres que están ociosos en tra de lo que se pensaba anteriormente) ni Here-
re Welt I, Bergisch Gladbach 1969, 84-92; G. W. Bo- guna objeción en la correspondencia «alegóri- des I, los tetrarcas o los procuradores acuñaron
wersock, Román Arabia, Cambridge-London 1983; E. ca» entre ambos. La comprensión de este tex- la plaza; en 1 Tim 5, 13 (dos veces) dícese de
monedas de plata (en Palestina se acuñaban úni-
Güting, Der geographische Horizont der sog. Volker- to se hace más difícil todavía por lo incierta las viudas ociosas; Tit 1,12: los cretenses son
camente monedas de cobre). Y todas las monedas
liste des Lukas (Acta 2, 9-11): ZNW 66 (1975) 149- vientres perezosos (¿es decir, glotones?); Sant
169; M. Hofner, en RAC I, 575-585; A. Jeffery, en
que es la tradición textual relativa a ->• A y á o que tenían curso en Palestina, en tiempos del NT,
(v. 25; cf. MuKner, sub loco). 2, 20 (la fe sin obras es estéril); en 2 Pe 1, 8 llevaban inscripciones en griego.
Hastings I, 47s; E. Lohse, 2iva, en ThWNT VII, 284s;
F. MuBner, Der Galaterbrief, Freiburg i. Br. 21974; A. dícese de las virtudes que van aumentando y
Negev, The Nabateans and the Provincia Arabia, en 3. En el AT '"rabí (en plural, 'arebim) se que no dejan a los cristianos estar ociosos, o 3. Los tributos destinados al templo, había
ANRW II/8, Berlin 1977, 520-686; M. Noth, Aufsatze que «no son estériles para el conocimiento de que pagarlos con el pesado siclo o medio siclo
zur bibl. Landes- und Altertumskunde I, Neukirchen- usa varias veces como una manera general de
designar a los nómadas del desierto. No exis- Cristo». ThWNT I, 452. tirio, de plata. La tradición sobre la traición de
Vluyn 1971, 55-74; H. P. Rüger, en BHH I, 118s; A.
Schimmel-Tari, en RGG I, 525s. tía un nombre colectivo para denominar a los Judas al entregar a Jesús, se refiere a tales mo-
habitantes de toda la región de Arabia; se los á{JYl){)iov, ov, TÓ argyrion plata, moneda nedas cuando habla de las «treinta monedas de
1. Como término geográfico, «Arabia» de- llamaba según la tribu a la que pertenecían y de plata plata» (Lutero traduce: «Silberlinge»). Tan só-
signa el Desierto de Siria situado al Oeste de los lugares en que se asentaban. 'AQafJeg (en lo Mateo conoce esta cuantía, y con ella hace
singular 'Aoaaj), árabes), en Hech 2, 11, debe 1. Significación del término - 2. Monedas de plata
Mesopotamia y al Este de los valles del Oran- referencia a las «30 piezas de plata» de que se
en el NT - 3. Las «treinta monedas de plata» que se
tes y del Jordán y que se extiende al Sur por la entenderse como una referencia a los judíos dieron a Judas. habla en Zac 11, 12.
península bañada por el Golfo Pérsico, el Océ- que habitaban en el Reino de los Nabateos. B. Schwank
Posiblemente el autor (según E. Haenchen, Bibl: A. Kindler, Coins ofthe Land of Israel, Jeru-
ano Indico y el Mar Rojo. No es seguro que salem 1974.
Apostelgeschichte1 [KEK]), un escriba que in-
incluya también la Península del Sinaí (Baly,
sertó posteriormente lo de «cretenses y ára- OQyvQOXÓJtog, OV, 6 argyrokopos platero*
104; MuBner, 323). Según la terminología ro- 1. ágyvQiov significa propiamente plata.
bes» en la lista de pueblos) sabía que entre Hech 19, 24, refiriéndose al platero Deme-
mana, 'ArjaPía designaba el territorio situado Pero sólo en un lugar del NT se emplea el tér-
ellos había cristianos. trio, de Efeso.
al Sur y al Sudeste de Palestina, y estaba habi- mino en este sentido: 1 Cor 3, 12 v.l.; la ima-
tada principalmente por los Nabateos. U. Borse gen es típica para designar las mezclas de me-
tal y mineral que eran corrientes en el mundo ajJY^Í?0?» ox>-> ° argyros plata*
2. Los dos únicos lugares del NT en que antiguo. Por lo demás, el término se usa siem- Como moneda en Mt 10, 9; como metal
a g a y e arage entonces, por consiguiente
aparece 'Apapice son Gal 1, 17 (sin artículo) pre para referirse a las monedas de plata (20 (mencionado junto al oro) en Hech 17, 29; 1
-> á o a .
y 4, 25 (con artículo; BlaB-Debrunner § 261, ejemplos en el NT, de los que ocho, siempre en Cor 3, 12; Sant 5, 3; Ap 18, 12.
7). El viaje de Pablo del que se habla en 1, plural, se encuentran "en Mateo).
17, le llevó por los territorios septentrionales ' A g á j i Aram Aram [o Aran]* áj)Y'U{í*Ñ'S> 3argyrous de plata*
del Reino Nabateo. Pablo menciona este via- Nombre de persona en Mt 1, 3.4; Le 3, 33 2. En el siglo II a.C. la plata era más valio- Hech 19, 24: «templecillos de plata de Ar-
je para contrastarlo con el viaje a Jerusalén, v.l. (cf. 1 Crón 2, 9s; Rut 4, 19 v.l.). sa que el oro; por eso, en el AT se menciona temisa»; 2 Tim 2, 20: «En una casa grande no
451 - áoéoxo)
ágyvQoví;- 452 453 áoéaxco - áoiduico 454

sólo hay vasos de oro y de plata...»; Ap 9,20: [iéacp xov 'Aoeío-u náyov) y dijo». Sobre to- Tesalonicenses) y, por lo demás, únicamente oi év o a o x i ovxeg (Rom 8, 8) semejante con-
ídolos de oro y de plata». do, este segundo texto hace que nos incline- en Me 6, 22 par. Mt 14, 6; Hech 6, 5; 2 Tim 2, ducta no es posible.
mos a pensar que lo del Areópago se refiere al 4. Designa originalmente el establecimiento Por tanto, áoéaxeiv en Pablo es «un con-
' A g e i o g Jláyog, ó Areios pagos Areópago* tribunal más bien que a la Colina de Ares (así de una relación positiva entre dos personas u cepto que caracteriza al hombre en cuanto a su
'AQeojtaYÍxrig, cvu, ó Areopagites Areopa- piensan Dibelius, Morrice; cf. el v. 33: «Pablo otras entidades («resarcir, satisfacer»), y su actitud equivocada o correcta ante la vida»
gita* salió de entre ellos»; 1, 15; 27, 21). Y la frase significado se ha trasferido de la esfera jurídi- (Bietenhard, 283). 1 Tes 2, 15 pronuncia sobre
con ém, en el v. 19, puede referirse también al ca a la esfera estética: complacer, agradar (cf. los judíos «que mataron a Jesús el Señor y a
Bibl: H. J. Cadbury, The Book of Acts in History,
London 1955, 51s.57; T. J. Cadoux, en OCD, 102s; H. consejo ante el cual llevaron a Pablo (cf. 9, Foerster, 455). Del tema de presente se deri- los profetas» el juicio de que «ellos no agra-
Conzelmann, Die Apostelgeschichte2 (HNT), Tübin- 21; 16, 19; 18, 12). Que el autor de Hechos van á o e a x e í a , «deseo de agradar, compla- dan a Dios». El apóstol mismo (liberado, des-
gen 1972, 105s; E. Curtius, Paulus in Athen: SAB piensa (sobre todo) en el correspondiente tri- cencia» y ávftQoojtáoeoxog, «el que trata de pués de su vocación, de todo empeño por
(Berlin 1893) 925-938; M. Dibelius, Paulus auf dem agradar a los hombres». De la raíz áQeaxóg,
Areopag, en Aufsatze zurApg, Gottingen 21953, 29-70, bunal de justicia, lo sugiere también la men- agradar a hombres), desea vivir de manera que
especialmente 62-64; cf. ibid. 73 (.'); B. Gártner, The ción del Areopagita en el v. 34. A Dionisio se «agradable», se deriva: eíiáoeaxog, «lo que agrade a Dios y a Cristo (1 Tes 2, 4); él, en su
Areopagus Speech and Natural Revelation (ASNU le menciona expresamente como uno de los agrada», y eíiaoeaxéü), «ser agradable». ministerio, trata de agradar a judíos y a grie-
21), Uppsala 1955, 52-65; E. Haenchen, Die Apostel- pocos que llegaron a creer. La persona a la que agrada o complace el
geschichte7 (KEK), Gottingen 1977, 495-510, 709s; I. gos a fin de salvarlos a todos (1 Cor 10, 33).
Th. HUÍ, The Ancient City of Athens (London 1953), Desde luego, el autor de Hechos no decide sujeto de áoéaxeiv (faltan en el NT las for-
la alternativa de si por Areópago hay que en- G. Schneider
Chicago 1969 {s.v. en el índice analítico); B. Keil, mas en voz media y en voz pasiva) o aquella
Beitrage zur Geschichte des Aeropags, Leipzig 1920; tender el tribunal de justicia o la Colina de persona a quien el sujeto desea agradar, se
W. G. Morrice, Where Did Paul Speak in Athens...?: Ares, porque para él el Areópago es importan- á g e a t ó ? , 3 arestos agradable, placentero*
ET 83 (1971-1972) 377s; Wachsmuth-Thalheim, halla en dativo y suele aparecer en singular
Jn 8, 29; Hech 6, 2; 1 Jn 3, 22 (agradable a
'AQEIOC; JIÓYOC;, en Pauly-Wissowa II (1895), 627-633. te como tópico literario: Pablo, según Hechos, (por ejemplo, •&£(&: Rom 8, 8; 1 Tes 2, 4.15; 4,
Dios); Hech 12, 3 (agradable a los judíos).
expuso su mensaje ante el famoso «tribunal» 1), con menos frecuencia aparece en plural
ateniense que, al parecer, tenía competencia ThWNT I, 456.
1. Hech 17, 19.22a menciona el Areópago (como en Rom 15, 1: éavxoíg; 10, 33: Jtaaiv;
('Aoeíog Jtáyog) y Hech 17, 34 menciona a en asuntos de religión y enseñanza, sin que se Gal 1, 10 [dos veces]; 1 Tes 2, 4: ávr>rj(ó-
Dionisio el Areopagita en el contexto de un procediera lo más mínimo contra él. Proba- Jtoig). Una excepción es Hech 6, 5 (évrómov ' A g é t a g , a Haretas Aretas*
discurso de Pablo a los atenienses (el «discur- blemente, el Areopagita, mencionado en la con genitivo corresponde a la LXX: 3 Re 12, Nombre de persona de algunos reyes naba-
so del Areópago» en 17, 22b-31; bibliografía tradición, dio motivo para que el discurso se 24s; Jdt 7, 16; cf. Sal 55, 14 LXX). teos. 2 Cor 11, 32 se refiere a Aretas IV (ca. 9
en Haenchen, 495s, 709s). presentara en un marco correspondiente (Di- a.C-40 p . C ) . Schüref 1, 736-739; H. Win-
belius, 68). 2. El significado de agradar, que corres-
disch, Der zweite Korintherbrief (KEK), 364-
"Aoeíog JtóVyog significa Colina de Ares y de- G. Schneider ponde al uso que la LXX hace del verbo, apa-
366; Lietzmann-Kümmel, An die Korinther*
signa tanto a la colina rocosa que se alza al Noro- rece principalmente en el uso no paulino del
(HNT), 152; J. Starcky, en DBS VII, 913-916;
este de la Acrópolis de Atenas así como al conse- término: Me 6, 22 par. Mt 14, 6 (la hija de He-
' A g e o J i a y í t i l S , oí), ó Areopagites Areo- Schürer, Historia I, 737-740.
jo judicial que celebraba allí sus reuniones rodías «agradó a Herodes»); Hech 6, 5 (las
(Herodoto VIII, 52; Pausanias I, 28 5; Diógenes pagita
palabras «agradaron a toda la multitud»); 2
Laercio II, 101, 116; Cicerón Att I, 14, 5; Nat -> 'Aoeíog vcáyoc,.
Tim 2, 4 (cada cual trata de «agradar a quien áj)£TT|, f¡5, r\ arete buena conducta, vir-
Deor II, 74; SIG Index s.v. [IV, 234]). Era un tri- le enroló [como soldado]»); y también quizás
bunal de justicia que entendía de los delitos más tud*
á(>£OX£Ía, a £ , i\ areskeia deseo de agra- 1 Cor 7, 32.34 («al Señor», «a la esposa», «al Flp 4, 8; con jtíaxig en 2 Pe 1, 5 (dos ve-
graves, pero que tenía también otras competen-
cias (cf. Thalheim, 629-633; Keil). Desde los dar, complacencia* marido»). ces). Se discute el significado de este término
tiempos de Pericles, el Areópago celebraba sus Se emplea en Col 1, 10 en sentido positivo: Cuando -en los escritos paulinos- el verbo en 1 Pe 2, 9: alabanza, loor (cf. Is 42, 12; 43,
reuniones en la «sala real» junto a la plaza. No se eíg Jtaaav ágeaxeíav, agradando en todo (a tiene significación teológica (cf. las frases 21) o milagro, poder divino (como en 2 Pe 1,
sabe a ciencia cierta cuáles eran las competencias Dios) por medio de una conducta digna. que aparecen frecuentemente: «agradar a 3). ThWNT I, 457-461; X 990s; Bauer, Wór-
del Areópago durante la época romana (¿entre ThWNT I, 456; DTNT I, 281-285. Dios», «agradar a hombres» -> 1), entonces el
otras, la enseñanza y la educación pública?; Plu- terbuch, s.v.; C. Spicq, Note de lexicograp-
tarco, Cic 24; Thalheim, 632). A.Q60JtaYÍTT|5 de- verbo áoéaxo) significa primordialmente de- hie: áQexfj: RB 89 (1982) 161-176.
signa a un miembro del Areópago. á{)éax(0 areskd complacer, agradar* sear agradar, vivir para agradar, éainoig
áoéaxeiv (Rom 15, 1) se opone a la exigen-
Bibl: Bauer, Wórterbuch, s.v.; H. Bietenhard, Com- aQT|V, á g v ó g , ó aren cordero
2. Hech 17, 19 refiere que «tomaron a Pa- cia: tep jtX.r|aíov ágeaxéxco (v. 2); la razón de
placencia, en DTNT I, 281-285; W. Foerster, áoéoxin -• áu.vóc, 4.
blo y le llevaron al (ante el) Areópago (ém YXk., en ThWNT I, 455-457; Nageli, Wortschatz, 40. este mandato se da en el v. 3: «porque tampo-
xóv 'Aoeíov jtóVyov)» para enterarse de más co Cristo vivió para agradarse a sí mismo». 1
detalles sobre su «nueva doctrina». Hech 17, 1. El verbo ágéaxco aparece 17 veces en el Tes 4, 1 acentúa la necesidad de comportarse á(Ht}fiéli) arithmeo contar*
22 introduce el discurso de Pablo: «Y Pablo NT, principalmente en Pablo (4 veces en Ro- de una manera que sea agradable a Dios (oei Mt 10, 30 par. Le 12, 7; Ap 7, 9; cf. 1 Clem
se puso de pie en medio del Areópago (év manos, 4 en 1 Corintios, 2 en Gálatas, 3 en 1 tiu-ág TterjiJtaTelv x a l áoéaxeiv ÜEq)); para 10, 6 (Gen 15, 5). ThWNT I, 461-464.
457 'Aou.aYeScbv - ágvéoum 458
455 ági^nóg - 'AojiaYESróv 456

nario en que ha de darse la batalla en el con- 4. Meguido (actualmente: Tell el-Mutesselim)


áoirfyióg, o v , ó arithmos número* de una comida sin especificar: Mt 22, 4; Le está situada en la margen meridional de la Llanu-
flicto del fin de los tiempos (cf. Ez 38, lss;
Le 22, 3; Jn 6, 10; Hech 4, 4; 5, 36; Rom 9, 11,38. 1QM 1, lss y passim). Allí «se reunirán» los ra de Yezrael. La Via Maris, que trascurre desde
27; Ap 5,11; 7, 4; 9, 16 (dos veces); 13, 17.18 reyes de la tierra, seducidos por espíritus de- la costa mediterránea hasta Damasco (Is 9, 1, TM
(tres veces); 15, 2; 20, 8. Dícese de una multi- 8, 23) cruza la cadena montañosa del Carmelo
á j j x e t ó g , 3 arketos suficiente* moníacos que tienen como autores al dragón, por el Wadi 'Ara y entra en la llanura en las cer-
tud en Hech 6, 7; 11, 2 1 ; 16, 5. ThWNT I, Mt 6, 34; 10, 25; 1 Pe 4, 3. ThWNT I, 464- a la bestia y al falso profeta. El anuncio de es- canías de Meguido. El lugar, habitado continua-
461-464; DTNT III, 183-187. 466. te suceso, muy concreto si consideramos el li- mente desde el neolítico hasta el período persa y
bro en su conjunto, aparece en el contexto de de gran importancia estratégica, fue estudiado y
A o i f i a f t a í a , a $ Harimathaia Arimatea* la sexta visión de las copas, a la que sigue la excavado por el arqueólogo alemán G. Schuma-
á o x é w arkeó bastar, ser suficiente, (en voz cher en 1903-1905, y más tarde por los arqueólo-
Nombre de una localidad de Judea (Rama- pasiva) estar satisfecho* descripción muy detallada de la destrucción
gos americanos C. S. Fisher, P. L. Guy y G. Loud,
taim), patria de «José de Arimatea» (-> En voz activa: Mt 25, 9; Jn 6, 7; 14, 8; 2 de «Babilonia», es decir, de la gran antagonis- y finalmente en el año 1960 y sucesivos por Y!
'IoooT|(p 6; Me 15, 43 par. Mt 27, 57 / Le 23, Cor 12, 9. En voz pasiva: Le 3, 14; 1 Tim 6, ta de la comunidad de Dios (16, 17-18, 24). Yadin (de la Universidad Hebrea). En la historia
51 / Jn 19, 38). Abel, Géographie II, 428s; 8; Heb 13, 5; 3 Jn 10. ThWNT I, 464-466: La expresión Monte Meguido es peculiar del de Israel, Meguido fue el emblema del campo de
Haag, Diccionario, 1643s s.v. Rama (4). Apocalipsis. Esto hace que sea difícil deter- batalla empapado de sangre y de duros destinos
DTNT I, 156-158. (cf. Jue 5, 19; 2 Re 23, 29; 2 Crón 35, 22; Zac 12,
minar con algún grado de certeza los elemen-
11). Si en el período del NT el Monte Meguido se
ApíaTaQXOS, o v Aristarchos Aristarco* tos que intervienen en su composición. refería aún a la impresionante colina de ruinas o,
Nombre de un varón de Tesalónica que
aoxog, ov, ó (T|) arkos oso*
quizás, al Monte Carmelo, es una cuestión que
Ap 13, 2 (cf. Dan 7, 5): «sus pies eran como 3. El nombre del lugar debía de sonar a quedará por resolver. El testimonio del Apocalip-
acompañó a Pablo (Hech 19,29; 20,4; 27,2).
los de un oso». misterio para los lectores griegos, y es proba- sis trata indudablemente de realzar simbólica-
Flm 24 llama a 'AoíaTaQ%og «colaborador»,
y Col 4, 10 lo llama «compañero de prisio- blemente una combinación específica de tex- mente aquel lugar geográfico.
nes» de Pablo. lÍQ^ia, a t o ; , TÓ harma carro* tos del AT, reunidos según las reglas de la A. Strobel
Del carro como vehículo de viaje en Hech exégesis rabínica judía. El Canto de Débora,
8, 28.29.38; del carro de guerra en Ap 9, 9; 1 que tal vez tiene sentido escatológico-tipoló-
á()l<TTáü) aristaó desayunar*
Clem51,5.
gico, menciona (Jue 5, 19) «las aguas de Me- áo^ió^o) harmozó unir, desposar*
Dícese de la primera comida de la mañana: guido». Ahora bien, según una tradición rabí- En el sentido intransitivo de unir con algo
Jn 21, 12.15; o de una comida no especifica- nica, conocida por Ap 17, 15, las «aguas» (en dativo) es un término frecuente en Hermas,
da: Le 11, 37. 'AQjiayeSróv Harmagedón Harmague- pueden significar «los pueblos del mundo». pero que no aparece en el NT. En el sentido
dón* Is 14, 13 (también según la LXX) habla del transitivo de unir (en matrimonio), desposar,
áoi(?TE0Ó£, 3 austeros izquierdo* 1. Aparición del término - 2. Significado - 3. Ante-
«monte de la reunión» (har mó'ed). El testi- se emplea como término técnico (Nágeli,
Me 10, 37; Le 23, 33: «Concédenos que... cedentes - 4. Sobre el emplazamiento de Meguido. monio del Apocalipsis se orienta también ha- Wortschatz, 25) en 2 Cor 11,2: Os he desposa-
nos sentemos, uno a tu derecha, y el otro a la cia la futura destrucción de Babilonia. Si el do con un marido (se usa la voz media, en lu-
Bibl: Ch. Brütsch, La ciarte de l'Apocalypse, 'ayin en mó'ed se trascribe por «gamma», co-
izquierda (sE, áoiateocov)»; Mt 6, 3: la (ma- Genéve 51966, esp. las pp. 262ss; G. Cornfeld-G. J. gar de la voz activa: BlaB-Debrunner § 316, 1).
no) izquierda no debe saber lo que hace la de- Botterweck, Die Bibel und ihre Welt II, Bergisch Glad- sa que sería natural porque se pronunciaba co-
recha; en 2 Cor 6, 7 dícese de las armas que se bach 1969, 1018-1024; J. Jeremías, "Ap MaYeSróv, en mo «gamma» en el período helenístico, en-
pueden manejar tanto con la mano derecha ThWNT I, 467s; Kempinski, Megiddo, en BRL 213- tonces no sería difícil deducir de este nombre ttpfióg, o v , ó harmos coyuntura (del cuer-
como con la mano izquierda (es decir, las ar- 218; H. Kraft, Die Offb des Joh (HNT), Tübingen las radicales esenciales de Har Maged(d)o po)*
1974, 209s; Id., Zur Offb des Joh: ThR 38 (1973) 81- (así piensan Jeremías, 468; Kraft, 209s). Más En Heb 4, 12 dícese de la Palabra de Dios,
mas ofensivas y defensivas). 98; A. Strobel, Der Berg der Offenbarung, en FS Stah-
aún, Zac 12, 11 TM habla de la lamentación que es una espada que penetra «hasta las co-
lin, 133-146.
«en aquel día» en la «llanura de Meguido», yunturas y tuétanos»; cf., a propósito, O. Mi-
A o i o t ó p o v ^ o g , OV Aristoboulos Aristó- chel, Hebraer6 (KEK), 197-203.
1. El topónimo hebreo aparece únicamente un enunciado con el que es temáticamente
bulo* en Ap 16, 16, y por cierto como un extranje- congruente el pasaje de Ap 18, 9-19. Final-
Nombre de persona en Rom 16, 10: «Salu- rismo indeclinable, como lo es también Ma- mente, pudiera ser que la idea del «monte del
dad a la familia de Aristóbulo», o «a los de la á g v é o f i a i arneomai rechazar*
guedón, la forma griega con que el nombre de mundo», el escenario de la batalla que habrán
casa de Aristóbulo» (es decir, también a sus ájtaQvéopiou aparneomai rechazar*
Meguido aparece en la LXX (Jue 5, 19 [A] y de librar los poderes hostiles a Dios, enraiza-
esclavos y a los que viven en su hogar). H. Jos 17, 11): MayeoSco; 2 Crón 35, 22: M a - da en una rica tradición apocalíptica y mítica, 1. Aparición de áfJVÉo|iai y del compuesto en el
Schlier, Romerbrief (HThK), 445. desempeñara un papel -consciente o incons- NT - 2. Contenido semántico de ápvéoum y del com-
yeocov). Wescott y Hort apoyan la grafía ' A Q
puesto - 3. La sentencia acerca del Hijo del hombre -
MOT/ESCÓY. cientemente-, quizás como el antitipo del 4. La infidelidad de Pedro.
a.Qiato\, OV, TÓ aristón desayuno* «monte de Dios» (también «monte de la reve-
2. El nombre significa literalmente Monte lación»; Jeremías). Bibl: J. Blinzler, en BL, 1831; G. Bornkamm, Las
Le 14, 12 (cf. Josefo, Ant VIII, 356). Dí- palabras de Jesús sobre el confesar a Dios, en Id., Es-
cese también de la comida del mediodía y Meguido. El lugar se considera como el esce-
461 áfjvéo(j,ai 462
459 aQveou.cu 460

habitual, se traduce este término por «negar» (en contra de lo que dice Schlier 470, no sim-
tudios sobre el Nuevo Testamento, Salamanca 1983, verbo compuesto. El mayor empleo de estos en el sentido de pretender que uno no conoce plemente como indicación de un motivo), y ha
157-169; A. Dauer, Die Passionsgeschichte im Joh, términos en la Iglesia Griega, tal como se re-
München 1972, 72-79, 88-90, 314-316; D. Dormeyer,
a alguien o no quiere estar asociado con él, trasferido árjvéo|j,ca al comienzo de su recopi-
Die Passion Jesu ais Verhaltensmodell, Münster i. W.
fleja ya en las Pastorales, aparece también en de renunciar a tener una relación con esa per- lación de sentencias, en Me 8, 34. Mediante la
1974, 110-117, 149-155; R. A. Edwards, The Eschato- las 19 veces que el verbo simple se encuentra sona (cf. la relación que existe entre el com- introducción del término en ese lugar, otra
logical Correlative as a Gattung in the NT: ZNW 60 en Hermas, en las 5 veces que hallamos en es- puesto alemán verleugnen y la forma simple imagen de la sentencia de Q, la de «tomar la
(1969) 9-20; A. Fridrichsen, «Sich selbst verleugnen»: te escrito el verbo compuesto, y en las dos ve-
CNeot 2 (1936) 1-8; Id., C(QVÉO|iai im NT, insonder-
leugnen en H. Górner y G. Kempcke ([eds.], cruz», se interpreta redaccionalmente como
heit in den Past: CNeot 6 (1942) 94-96; P. Hoffmann,
ces que se usa el sustantivo correspondiente Synonymwórterbuch [1973], s.v., y las prue- entrega de sí mismo (Fridrichsen; Reploh,
Studien zur Theologie der Logienquelle, Münster i. W. (que falta por completo en la LXX y en el bas semánticas de los sintagmas corrientes en 126; en contra de la espiritualización existen-
1972, 155s; G. Klein, Die Verleugnung des Petrus NT). (En Ignacio aparece 3 veces el verbo E. Agrícola, Worter und Wendungen, Leipzig
(1961), en Id., Rekonstruktion und Interpretation. Ge- 8 cial propuesta por Schlier [471]: «renuncia ra-
simple, y una vez el compuesto; en 2 Clem 1977, 677).
sammelte Aufsatze zum NT, Münster i. W. 1969, 49- dical a sí mismo»).
98; E. Linnemann, Die Verleugnung des Petrus
aparece 2 veces el verbo simple.) Son sinónimos parciales ájtoSoxifxá^ü), Una aplicación lucana de la sentencia de Q
(1966), en Id., Studien zur Passionsgeschichte, Gottin- e^oij'&evécü, éjrouox'úvonai y axavSaXí^a).
gen 1970, 70-108; D. Lührmann, Die Red. der Logien-
acerca del Hijo del hombre la tenemos en la
2. El verbo expresa la actitud de rechazo de El firme antónimo griego, dentro de un par de afirmación que hace Pedro en su discurso de
quelle, Neukirchen-Vluyn 1969, 51s; K.-G. Reploh,
Markus, Lehrer der Gemeinde, Stuttgart 1969, 123- un sujeto 1) frente a una exigencia o demanda opuestos, es el verbo ->• óiioX-oyéco en el sen- Hech 3, 13s: Lucas puede aplicar a la muerte
140; H. Riesenfeld, The Meaning of the Verb áf> (cf. Schlier, 469) y, por tanto, significa rehu- tido de «aceptar» («afirmar», «conceder»), un de Jesús la acusación de que Israel se ha des-
véoLiai: CNeot 11 (1947) 207-219; W. Schenk, Na- sar (declinar, rechazar. Sab 17, 10; 12, 27; 16, verbo que encontramos ya en Aristóteles, Rhet
herwartung und Parusieverzógerung, en Theologische ligado de sus relaciones con Dios (en contra
Versuche IV (1972), 47-69, sobre todo 56-61; Id., Der
16; Heb 11, 24) o, de manera análoga, 2) fren- 37, 1444b, lOss (cf. Josefo, Ant VI, 151; pero de lo que piensa Schlier, 469), porque, según
Passionsbericht nach Mk, Berlín 1974, 215-299; L. te a una afirmación o una pregunta que plantee que no aparece en la LXX). la filosofía lucana de la historia, Dios no ini-
Schenke, Sudien zur Passionsgeschichte des Mk, una alternativa, y significa, por tanto, cuestio- El compuesto es equivalente a la forma ció en Jesús una nueva historia, sino que con-
Würzburg 1971, 348-360; Id., Der gekreuzigte Chris- nar (negar. Gen 18, 15; Le [redaccional] 8, simple en cuanto al significado (Schlier, 471)
tus, Stuttgart 1974, 15-22; H. Schlier, árjvéo|*cu MTL, tinuó consecuentemente y llevó a su cumpli-
en ThWNT I, 468-471; G. Schneider, Verleugnung, 45; Hech 4, 16). En sentido más estricto, que y no implica ni el componente semántico de miento la historia de Israel. De la misma
Verspottung und Verhor Jesu nach Lk 22, 54-71, Mün- supone una relación o compromiso ya existen- lo engañoso (cf. Is 31, 7) ni de la intensifica- manera, en el discurso de Esteban, Hech 7, 35
chen 1969, 42-45, 73-96, 170s; Id., Die Passion Jesu te con una persona, ciQvéoncu con un objeto ción (cf. la posibilidad de intercambiar am- designa tipológicamente como un desligarse
nach den drei alteren Evv., München 1973, 73-82; de persona (como ocurre frecuentemente en el bos términos en contextos bastante cercanos,
Schulz, Q, 66-76; Ph. Vielhauer, Jesús und der Men- una actitud análoga de la totalidad de Israel
schensohn (1963), en Id., Aufsatze zum NT, München NT, pero que ya aparece también en Apolonio en contra de lo que afirma Schneider, Pas- hacia Moisés.
1965, 92-140, especialmente 101-107; M. Wilcox, The de Rodas I, 867, 932) o con un objeto de cosa, sion, 76s).
Denial Sequence in Mark 14, 26-31.66-72: NTS 17
También Juan 1, 20 hace uso del par de an-
expresa la ruptura de ese vínculo por medios tónimos de la sentencia de Q acerca del Hijo
(1970-1971) 426-436. 3. El uso más antiguo y decisivo aparece
directos o indirectos y significa, por tanto, del hombre, para referirse a la vinculación
desligarse (en una situación de persecución, en la doble sentencia antitética de Le 12, 8s
1. De las 32 veces que aparece el verbo en par. (Q) dentro de una estructura de paralelis- con Cristo (W. Schenk, Joh 1, 19-28: EPM 1
aparece ya en 4 Mac 8, 7; 10, 15). [1972-1973] 25-30). En 12, 42 hace ver clara-
su forma simple, más de la mitad se distribu- mo condicional. Este uso podría deberse a la
yen entre los evangelistas (Marcos 2 veces, Como designación de tal cambio habido en mente el peligro del «desligarse», y como el
una relación, un cambio que entrañe infideli- elaboración posterior de Q (en contra de lo
Mateo 4, Lucas 4 + Hechos 4, y Juan 4 en pa- que afirma Schulz), porque es el único que evangelista considera consecuentemente al Bau-
sajes que dependen de los Sinópticos). Ade- dad, el término puede usarse tanto para signi- tista como «testigo» (1, 7s.l9), existe aquí
trasfiere el título de «Hijo del hombre», que
más, es un término favorito de las Pastorales ficar el arrepentimiento (Is 31, 7; Tit 2, 12) una «previa relación de obediencia y fideli-
había estado anclado en sentencias escatoló-
(1 Timoteo, 7 veces; 2 Timoteo, 4 veces; Tito, como la apostasía; es, por tanto, un término gicas correlativas (Le [Q] 17, 24-30), a una dad» (en contra de lo que afirma Schlier 470;
2 veces), mientras que no aparece nunca en neutro en cuanto a la valoración. El elemento sentencia en forma paralela que, en realidad, cf. 1, 15 !); así que aquello de lo que se trata
las cartas de Pablo. El resto de los ejemplos se semántico decisivo no es el de la actitud fal- hace que se espere la mención de Dios en la realmente es de un desligarse que conduce al
distribuye de la siguiente manera: 1 Juan, 3 sa (la afirmación de algo que no es correcto; oración final (Edwards). Al emplearse el par peligro de apostasía.
veces; Apocalipsis, 2 veces, y aparece tam- lo cual sería -> theúSonm), sino la oposición de antónimos, propios del griego profano, Que Apocalipsis 2, 13 (antónimo -> xga-
bién en Heb 11, 24; Jds 4 par. 2 Pe 2, 1. Los (la impugnación de algo que ya existía); por- dentro de un marco forense (así piensa Viel- téa), «retener el nombre») y 3, 8 (antónimo ->
11 ejemplos en que aparece el verbo com- que sólo a causa de esto puede el término hauer basándose en é'ujtooo'&ev), la sentencia TT)Q8CD, «guardar la palabra) pertenece a la
puesto, se limitan a los Sinópticos (Marcos, 4 usarse recíprocamente (Le 12, 9 par.) e inclu- se refiere a la aceptación o no aceptación de misma historia posterior de nuestra sentencia
veces; Mateo, 4 veces; Lucas, 3 veces). En so reflexivamente (Me [redaccional] 8, 34 la tradición de Jesús (tal como se halla pre- de Q, lo prueba 3, 5, donde la segunda parte
contraste con estas 43 veces, la LXX ofrece par.; 2 Tim 2, 13); y, por tanto, la adición de sentada en Q) por los testigos cristianos y por del versículo con su enunciado positivo se ha
tan sólo 6 ejemplos del uso del verbo simple -> ijte'úcrm.g en 1 Jn 2, 22 es necesaria para sus oyentes (Hoffmann). tomado de Mt 10, 32, y se ha conservado la
(de ellas, 5 en escritos redactados original- denotar otra dimensión semántica (Cremer- Marcos 8, 38 ha generalizado áQvéo^ai en construcción condicional, con una modifica-
mente en griego: Sabiduría, 3 veces; 4 Maca- Kogel, s.v.). De ahí que se coloquen mal los el sentido de Ejtaiaxúvoum, «avergonzarse» ción sintática. Como en Jn 1, 20, que aquí
beos, 2 veces) y un solo ejemplo del uso del acentos, cuando en los diccionarios, como es
463 áQvéoum 464 465 aQvéouai 466

también significa perseverancia, el no aposta- manera sinónima lo que se ha dicho en el v. yer); quizás no ofrecía ningún ejemplo del de Pedro (Mt 26, 33), vemos que la referencia
tar, se ensalza una situación en la que se pa- 13a: Jesús no puede llegar a ser infiel a sí verbo árjvéofxcu; y su punto esencial era mos- al objeto cristológico de la acción de árjvéo-
dece tribulación (exactamente igual que, más mismo. trar que se había cumplido la predicción. um (vv. 34s) Mateo se la aplica al verbo sinó-
tarde, en Diogn 7, 7; 10, 7). A comienzos del siglo II aparece un nuevo La redacción marquina añadió con 14, 31 nimo axav8aX,í4oum (un término favorito
El aspecto de advertencia de la sentencia de campo de aplicación del par de antónimos de una nueva parte de diálogo, y trasladó así el de Mateo). De esta manera unifica y refuerza
Q se recoge en 2 Tim 2,12 en una exhortación nuestra sentencia de Q en 1 Jn 2, 22s (y de acento de la predicción de la negación de Pe- la orientación cristológica en el sentido nega-
dirigida a aquellos que tienen a su cargo la manera paralela y contemporánea en IgnEsm dro a las palabras con que Pedro contradice tivo de una caída en la apostasía; esto, a su vez,
enseñanza de la palabra; es un fragmento de 5, ls; IgnMagn 9, 1): en lugar de una separa- esa predicción. Pero estas palabras de protes- influye en la comprensión de cmciQvéou.oa. Es
tradición ya existente (la fórmula de citación ción externa de la comunidad, ahora una cris- ta se presentan como condenadas desde un también de importancia semántica la intro-
se encuentra en el v. lia), y se ha recogido tología docética dentro de la comunidad mis- principio al fracaso en virtud de la predicción ducción redaccional de la respuesta final de
aquí como tercera sentencia de paralelismo ma es lo que se considera como un desligarse divina que aparece en el v. 27b (redaccional). Pedro en 26, 35 con su presente histórico
condicional, combinada con citas paulinas. de Cristo. También Jds 4 muestra esta misma Al mismo tiempo, el fallo de Pedro se atenúa asindético (W. Schenk, Das Praesens histori-
De lo que aquí también se trata es del hecho aplicación a los falsos maestros y la vincula, y se presenta como un fallo pasajero, que no cum: NTS 22 [1975-1976] 464-475, esp. p.
de desligarse, un hecho que se traduce en el además, con acusaciones éticas: ideas, ambas, representa una apostasía definitiva, porque en
que son recogidas de allí por 2 Pe 2, 1. Final- 473): la respuesta de Pedro debe entenderse
peligro de apostasía ante la opresión, como el v. 28 se ofrece ya (redaccionalmente) la
vemos claramente por el uso que en el con- mente, las Pastorales completan el proceso ante todo como una reacción positiva a las pa-
perspectiva anticipada de la restauración de labras de Jesús, como una declaración de le-
texto se hace de los sinónimos (en el v. 13a la aduciendo contra los falsos maestros la acusa- Pedro en los días de pascua. En consonancia
idea se reanuda mediante -> ámatéu), «ha- ción de que, con sus acciones (Tit 1, 6: altad que intensifica la tensión narrativa en la
con la limitación de la negación de Pedro a un continuación de la historia. La redacción ma-
cerse infiel», y se halla preparada en un con- 8QY01S)> están rechazando prácticamente a simple episodio, se halla también la nueva y
texto más amplio por éjtocio'X'úvou.ai, «aver- Dios, que es el contenido de su religión (2 teica ha reforzado el relato en una dirección
más estrecha referencia a lo que ahora son
gonzarse», en 1, 8.12) y de los antónimos (v. Tim 3, 5: evosfieíac, 8ijva|iiv en conexión opuesta a la de Marcos, como se ve también
tres escenas en Me 14, 66-72. El contenido de
11 ovvano,&vf\cix.(o, «morir juntamente»; y con el catálogo de vicios en los vv. 2-4 !), o es- claramente por el v. 70: al utilizar 'É\mQoa-
la frase, en el v. 68, está formulado ahora de
en el v. 12 -> vno\iév(i>, «mantenerse firme»). tán rechazando la fe (1 Tim 5, 8: al no prove- dev, Mateo acomoda la sentencia al «logion»
tal manera, que el verbo del enunciado intro-
Ahora bien, el autor parece criticar la idea de er para los miembros de sus propias familias), de Q que aparece en Mt 10, 33, y de esta ma-
ductorio se entiende ahora como simple im-
la retribución contenida en la sentencia de Q, y, por tanto, son «peores que un incrédulo». nera interpreta realmente aQvéoftai en el sen-
pugnación de lo que se dice, no como un des-
porque cuando él recoge el pensamiento en el Este desarrollo ético es presentado en un es- ligarse de Jesús. Esto significa, entonces, que tido de una acción de rechazar desligándose
v. 13, rompe por completo y contradice el es- crito contemporáneo, 2 Clem 3, 1; 17, 7, me- el verbo, con su indicación de la persona que de alguien. En consonancia con ello se halla
quema correspondiente, utilizando en la se- diante una cita explícita del «logion» de Q se- es objeto de la acción verbal en los vv. 30s (y la trasformación del contenido de las palabras
gunda mitad de la frase, no un sinónimo para gún aparece en Mt 10, 32. 72), debe entenderse -según el redactor mar- en una fórmula de juramento: «¡No tengo na-
expresar la acción de que Jesús «se desligue», quino- como mera impugnación de lo que se da que ver con ello!». El mismo hecho de que-
sino un antónimo para referirse a la inaltera- 4. En el material relativo a la infidelidad de dice («me negarás tres veces»). La redacción brantar directamente unas palabras de Jesús
ble fidelidad de Jesús. Con ello el autor ga- Pedro, sólo Me 14, 30 puede considerarse co- marquina entiende esencialmente la historia (5, 33-37), lo vemos también en 26, 27, donde
rantiza también que el hecho de «vivir con» mo pre-marquino. En la última de las cuatro como ejemplo de conducta negativa. Este ca- mediante la adición de una palabras Mateo re-
del v. 11 y el de «reinar con» del v. 12 no se predicciones que sirven de introducción a la rácter parenético se halla acentuado por el en- alza expresamente el sentido de áQvéou.cu co-
merecen mediante el sufrimiento y la muerte, pasión (14, 27a.29.30; cf. Dormeyer; Schenk, trelazamiento redaccional del episodio con la mo juramento (cf. 14, 7). Que la negativa sea
sino que se basan únicamente en la fidelidad Passionsbericht), ccjtaQvéo[Aai es sinónimo escena del proceso de Jesús: en el mismo mo- tajante, se acentúa también cuando en 26, 75,
de Jesús. En todo caso, la manera contradicto- de «caer» (oxav8a)á^ou.ai, vv. 27 y 29), y mento en que Jesús afirma y acepta su camino lo mismo que en el v. 35, u.e se sitúa en posi-
ria en que se recoge el pensamiento en el v. 13 significa una caída que hace apartarse de Je- de sufrimientos, en ese mismo momento Pe- ción final. Esto quiere decir: Mateo es el pri-
nos hace ver claramente que el autor, en la ci- sús, es decir, se refiere a la conducta de todos dro le niega (cf. en Me 8, 27-38 una composi- mero y el único que ha entendido la historia
ta del v. 13, no entiende el hecho de desligar- los discípulos de Jesús ante la inminente Pa- ción redaccional parecida). Quizás deba con- como un rechazo tajante.
se de Jesús como la definitiva reprobación en sión. Pero la predicción (redaccional) de la siderarse dentro de esta perspectiva, en 8, 38, Por el contrario, la atenuación efectuada
un juicio final, sino como un acto episódico, triple caída de Pedro (v. 30) se refiere eviden- la generalización del hecho de «avergonzar- por la redacción lucana se ve ya claramente
provisional y repetible. El carácter contradic- temente a su conducta en Getsemaní, cuando
se», por contraste con lo que se enuncia en la por el hecho de que se hayan recogido única-
torio del comentario que figura en la conti- el prendimiento de Jesús, y a su negación ba-
sentencia de Q. mente tres casos en los que aparece el verbo.
nuación del pensamiento, se asienta además jo juramento. El relato pre-marquino de la ne-
gación de Pedro se narraba seguramente co- Mateo recoge los cinco ejemplos del verbo Me 14, 27s.31 fue omitido, y con ello la refe-
mediante el argumento adicional del v. 13b, en este complejo de origen marquino y se rencia al sinónimo oxavoaXí^oum. La tras-
donde la palabra clave ciQvéoum se toma de mo un solo acto (15, 54a.c.66b.71a. 68b.72a;
Schenk, Passionsbericht; cf. también Dorme- atiene también a la composición efectuada formación del anuncio hecho en Le 22, 34
la cita misma y se emplea para reafirmar de por Marcos. En la predicción de la negación («que me conoces») nos hace ver claramente
467 ctgvéo(iai -- á£>jtaYu.óc; 468 469 áoJiaYM^s - áojiá^ü) 470

que Lucas entiende ájtaQvéoum como una áQJtayií, íjS' *í harapagé robo, rapiña especie de eslogan: tratar de aprovecharse, de 2. El verbo significa: 1) arrebatar, robar,
simple impugnación de lo que se dice. 22, 57 -> áojtá^co 5. aventajarse de algo (Forster, en ThWNT I, 2) arrastrar algo (bruscamente, con codicia,
se modifica también en el mismo sentido; «El 472s; Gnilka, 116s). ¿En qué sentido se podrá por la fuerza). Se utiliza: 1) frecuentemente
lo impugnó diciendo: 'Mujer, no le conoz- aQJiayilÓg, OV, Ó harpagmos robo (?)* aplicar esto a lo de «ser igual a Dios»? ¿Co- para expresar la acción del pillaje, del robo y
co'». El v. 61 debe traducirse, entonces, de Bibl: L. Abramowski, Phil 2, 6 ov% áQKay\ióv
mo algo que se ofrece tentadoramente como del saqueo (Pape, Worterbuch, s.v.; Moulton-
manera correspondiente. Es congruente con r|7r|aaTO ib eivm loa ©ECO und Oráculo chaldaica 3 botín (res rapienda), o como una cosa que el Milligan, s.v.; los ejemplos que aparecen en
todo esto el que Lucas rompa el entrelaza- (des Places) ó xaxí]Q r\QKaaoEV íavxóv, en Id., Drei Preexistente ya posee (res rapta)! Las razo- Josefo pueden verse en Hoffmann, 77 nota
miento marquino: la historia de Pedro no es- christologische Untersuchungen (BZNW 45), Berlín nes más convincentes hablan en favor de la
1981, 1-17; L. Boyer, 'APIIArMOS: RSR 39 (1951) 94), y 2) la acción de secuestrar, prender y
tá ya contrastada con el proceso de Jesús, si- 281-288; J. Carmignac, L'imporíance de la place d'
segunda interpretación, sobre todo si tene- especialmente arrebatar/ser arrebatado en vi-
no con una escena de burla y escarnio (vv. une négation: oíix áQ7iay\ibv r|7r|aaxo (Phil. 11.6): mos en cuenta la antítesis que encontramos siones y otros fenómenos extáticos (Bauer,
63-65). «Puesto que la fe de Pedro no ha ce- NTS 18 (1971-1972) 131-166; A. Feuillet, L'hymne en el v. 7. Esto nos daría el siguiente sentido Worterbuch, s.v.; Foerster, 471).
sado nunca de existir, es posible su inmedia- christologique de l'épttre aux Philippiens (II, 6-11): como el más probable: el Cristo celestial no
RB 72 (1965) 352-380, 481-507; D. Georgi, Der vor-
to 'regreso' o conversión (cf. 22, 32: emoxQÉ- creyó que debía considerar su posición de 3. El significado de robar (1) con acusati-
pln Hymnus Phil 2, 6-11, en FS Bultmann, 1964, 263-
ihag) a consecuencia de una mirada de Jesús 293; J. GewieB, Die Philipperbriefstelle 2, 6b, en FS dignidad, es decir, su «ser igual a Dios», co- vo para expresar el objeto de la acción verbal
(v. 61). ¡Para ello no hizo falta, evidentemente, Schmid, 1963, 69-85; G. Gnilka, Der Philipperbrief mo algo de lo que debiera aprovecharse, co- se refiere a los bienes (xa amvr\) en aquella
(HThK), Freiburg i. B. 1968; L. L. Hammerich, An An- mo algo que debiera retener, como algo que
ninguna aparición del Resucitado!» (Schnei- sentencia de tipo de parábola que leemos en
cient Misunderstanding (Phil 2, 6 «robbery»), Kopen-
der, Passion, 81s). Por todo esto se ve claro debiera considerar como una presa (Gnilka, Mt 12, 29 (a diferencia de Me 3, 27, que tiene
hagen 1966; O. Hofius, Der Christushymnus Phil 2, 6-
que Israel (y no, por ejemplo, Pedro) es el que 11 (WUNT 17), Tübingen 1976; R. Hoover, The 117; Hofius, 56s y otros; de manera distinta SiciQjtá^co); al hecho de que el diablo arreba-
rechazó a Jesús. Harpagmos Enigma. A Philological Solution: HThR piensa Carmignac, 165s, quien refiere la ne- te la «semilla» de la palabra en Mt 13, 19 (a
64 (1971) 95-119; R. P. Martin, Carmen Christi. Phi- gación a ÓQjtaYUÓg y traduce oíjx áfjjta-
Juan recogió también el episodio (emplean- lippians II, 5-11 in recent Interpretation, Cambridge
diferencia de lo que expresan Marcos/Lucas),
y\ióv por «pas une usurpation»). y a las ovejas que caen víctimas del lobo de-
do el verbo en tres ocasiones solamente), y 1967; J. C. O'Neill, Hoover on Harpagmos Reviewed,
volvió a presentar con nitidez la interpreta- with a Modest Proposal Concerning Phil. 2, 6: HThR predador (->• 6) en Jn 10, 12.
81 (1988)445-449. W. Trilling
ción del mismo en el sentido de lo que se di- El verbo se aplica al reino de Dios en la
ce en 1, 20. La expresión joánica en 13, 38: sentencia -difícil y discutida- acerca de «los
«dar tu vida por mí», es la frase antónima. En 1. áQnay\ióq aparece en Flp 2, 6 y en nin- a g j t á ^ t o harpazó robar, arrepabar* violentos» en Mt 11, 12 par. Le 16, 16.
consonancia con ello, 18, 25 añade con enca- gún otro lugar del NT. Es un «hapax legome-
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
recimiento «sus discípulos» (cf. v. 19), y el v. non». Es un término muy raro en el griego semánticos - 3. Campo referencial - 4. Compuestos - Es bastante seguro que se trata de una senten-
26 añade al v. 27 la circunstancia de «con él», profano, y no aparece en la LXX ni en los Pa- 5. áojiaYri - 6. aojiaí;. cia independiente; que pertenece a Q; que ha sido
dres Apostólicos. El significado que predomi- objeto de elaboración redaccional por parte de
y en 21, 15ss tiene lugar una rehabilitación Bibl.: G. Braumann, «Dem Himmelreich wird Ge- ambos evangelistas, y que Mt 11, 12b con áojíá-
na en el griego profano es el de robo, y es un
explícita por parte del Resucitado. walt angetan» (Mt 11, I2par): ZNW 52 (1961) 104- E.o'uaiv (a diferencia de Le 16, 16c) es la forma
significado que seguramente no viene al caso 109; W. Foerster, á.QJiát,(a, en ThWNT I, 471-474; P.
W. Schenk más antigua. El uso de este verbo apoya la inter-
en Flp 2, 6. Por esta razón, se ha propuesto Hoffmann, Studien zur Theologie der Logienquelle
pretación de la sentencia en una de las numerosas
como una solución lingüística posible la equi- (NTA 8), Münster i. W. 1972, sobre todo 50-79; G.
' A Q V Í Arni Arní* Lohfink, Die Himmelfahrt Jesu (StANT 26), München
direcciones posibles, cuando se supone que el v.
paración de este término con aQJtayua, y se 12b es una explicación o complemento (paralelis-
Nombre de persona en Le 3, 33. 1971; A. H. McNeile, The Cospel according to St.
lo ha traducido de manera correspondiente Matthew, London (1915) '1955; E. Percy, Die Bot- mo sintético: Hoffmann, 68 nota 61) que desarro-
(Abel, Grammaire, 110; Bauer, Worterbuch, schaft Jesu, Lund 1953, 191-202; G. Schrenk, lla el pensamiento de 12a (así piensa especial-
á o v í o v , ov, TÓ arnion carnero, cordero s.v.; W. Foerster, en ThWNT I, 472s), aunque Piár,o|iai, en ThWNT I, 608-613; W. Trilling, Das mente Schrenk, 609s) en el sentido siguiente: «El
-> á[ivóq 3. no haya pruebas de esta traducción en fuentes wahre Israel (StANT 10), München 31964. reino de Dios sufre violencia, y los violentos lo
no cristianas, t ó aQJtaYJia significa: 1) lo ro- arrebatan». Así, pues, piá^etai (como pasiva
transitiva in malam partem) es interpretado con
bado, el robo; 2) lo encontrado, lo que recae 1. Las 14 veces que aparece árjjtá^co están
aooTQiáb) arotriaó arar* respecto a la resistencia hostil y violenta al reino
por suerte, el regalo. diseminadas por todo el NT. No se observan de Dios, y áQjtá^ouoiv se entiende como pre-
En Le 17, 7 dícese del siervo que estaba
puntos de especial relieve en la terminología. sente de conato: quieren o intentan arrebatarlo (o
arando; en 1 Cor 9, 10 (dos veces): «el que 2. En el himno a Cristo, en Flp 2, 6-11, dí- Mateo ofrece 3 ejemplos en tres textos distin- alguna otra traducción parecida; cf. Kühner,
ara, en esperanza debe arar». cese del Preexistente («Aquel que érase en la Grammatikl, 140; Mayser, GrammatikII/l, 134).
tos (las únicas veces que el verbo aparece en
forma de existencia [fiog<pr|] de Dios») que él los Sinópticos); Juan 4 ejemplos, tres de ellos Se halla también en favor de esta interpretación
aQOTQOV, OV, TÓ arotron arado* no á.Qziay\xbv r)YT|0"on;o «el ser igual a Dios». en el capítulo 10. A esto se añaden dos ejem- el hecho de que, en la literatura profana, á o i t á -
Le 9, 62: «poner la mano en el arado» para La controvertida frase debe entenderse como £eiv en conexión con p i á ^ e a d a í se refiere siem-
plos en Hechos; 2 en 2 Corintios, 1 en 1 Tesa-
comenzar la labor. una expresión no solemne e incluso como una pre al «robo y saqueo hostil» (Plutarco, Apophth
lonicenses, 1 en Jds, y 1 en Apocalipsis. II, 203c; Luciano, Hermot 22); cf. también E.
471 ÓQJtá^CO 472 473 áQjiát,oo - aQoevoxoÍTng 474

Moore: NTS 21 (1974-1975) 519-543 (a propósi- lipe, que es arrebatado por el Espíritu del Se- habrá que preferir igualmente en Lucas el sig- 3; cf. KBL2 s.v.). árjoapóv es el anticipo con
to de Josefo). Según Dalman, Worte, 115 (segui- ñor después de bautizar al eunuco. Pablo ha- nificado de afán de robo más bien que el de el que una persona se obliga a cumplir una
do por Black, Approach, 84 nota 2), el uso de am- bla de un arrobamiento en éxtasis que le llevó «lo robado, el botín» (así piensa Bauer, Wór- promesa.
bos verbos en Mt 11, 12 se basa en el mismo terbuch, s.v.). Hay que tener en cuenta aquí la
verbo arameo 'ns, que significa «ejercer violen- «hasta el tercer cielo», «hasta el Paraíso» (2
cia» y «robar» (así piensa ya McNeile, 155). Cor 12, 2.4), ateniéndose a las fórmulas tradi- conexión con Mt 23, 23s.26 y los contrastes 2. aQQapróv aparece 3 veces en el NT y
cionales de los textos de arrobamiento y as- entre «más grave» y «más ligero» y entre «ex- siempre en relación con el Espíritu de Dios.
censión al cielo que aparecen en la literatura terior» e «interior» (Trilling, 200s; Schulz, Según 2 Cor 1, 22, los corintios han recibido
Algunos ven detrás de las dos versiones
antigua y en la literatura judía (cf. especial- 94-104). En Heb 10, 34 a.Qnayi\ designa el «el anticipo del Espíritu», una «suma a cuen-
existentes de la sentencia una palabra auténti-
mente Hen [esl] 8; otros ejemplos en Win- despojo de los bienes por parte de quienes los ta» (Prümm 49), recibida como garantía de la
ca de Jesús (E. Kásemann, Análisis crítico de
disch, Der zweite Korintherbrief [KEK], 369- confiscan. Los cristianos soportan esto con consumación de la salvación que todavía está
Flp 2, 5-11, en Ensayos exegéticos, Salaman-
380; Lohfink, 32-73). Según 1 Tes 4, 17, los paciencia, porque han recibido a cambio bie- por llegar. Asimismo, el anhelo de las mora-
ca 1977, 74ss; Hahn, Hoheitstitel, 165), mien-
que permanezcan todavía vivos serán «arreba- nes mejores y más duraderos. das celestiales (2 Cor 5, 1-5) nace de la certe-
tras que otros suponen que se trata de una
tados», juntamente con los difuntos, «en las za de que a los cristianos se les ha concedido
composición efectuada después de pascua un anticipo del Espíritu (v. 5; cf. ->• á%a,Q%i]
(Braumann, 109; Schulz, 263). Si el «logion» nubes para ir al encuentro del Señor en el ai- 6. a@Jta|* es un adjetivo que significa ra-
re», con el fin de permanecer para siempre paz y se emplea como una expresión estereoti- xoíj Jtveí>u.aTog, Rom 8, 23). Ef 1, 14 habla
se remonta a Jesús, como parece probable, en- del Espíritu «que es la garantía de nuestra he-
tonces afirma que la presencia del reino de unidos «con (oúv) el Señor» (v. 17b; cf. Ev- pada cuando se habla del lobo (Liddell-Scott,
Nicod 25 [Hennecke-Schneemelcher I, 352]; s.v.; pero en la LXX aparece únicamente en rencia» (cf. Polic 8, 1: Cristo es la prenda de
Dios está confirmada por la resistencia que se nuestra justicia); los creyentes han sido sella-
E. von Dobschütz, Thessalonicherbriefe [KEK], Gen 49, 27. Mt 7, 15 advierte contra los falsos
alza contra él. No se puede decir con seguri- dos con el Espíritu (v. 13; cf. 4, 30; 2 Cor 1,
197-202). Ap 12, 5 describe con imágenes mí- profetas / lobos rapaces que vienen disfraza-
dad quién o qué es lo que ejerce violencia. 22a), quien garantiza la herencia futura, en-
tico-bíblicas el nacimiento del niño (mesiáni- dos con piel de oveja. Como sustantivo, (el)
rapaz, (el) ladrón, arjjraí; aparece atestiguado tendida como la toma definitiva de posesión
En el NT, la significación de arrastrar por co) de los últimos tiempos y su arrobamiento
cuatro veces en el NT, siempre en catálogos de de esa herencia. Con la mayoría de los ma-
la fuerza (2) aparece únicamente en relación «hasta Dios y su trono».
vicios (1 Cor 5,10.11; 6,10; Le 18,11; cf. Did nuscritos y de acuerdo con 2 Cor 1, 22 y 5, 5,
con personas. A Jesús quieren arrebatarle (por
2, 6). Hay que mencionar también en estos pa- la variante textual o es preferible a 6g; 05 «es
la fuerza) para proclamarlo rey (Jn 6, 15). A 4. Los compuestos de árjjtá^ü) aparecen
sajes el matiz de embaucador, a diferencia del masculino únicamente para concordar en gé-
Pablo le llevan por la fuerza a un lugar segu- en el NT con ligeras diferencias de significa-
XT)Otr|5 del que se habla en 2 Cor 11, 26 (así nero con áorjapcúv» (M. Dibelius, An die Ko-
ro (Hech 23, 10). En Jds 23 (el texto es in- do con respecto al verbo simple: ó i a g n á ^ o
piensa Bauer, Worterbuch, s.v., siguiendo a losser, Epheser und Philemon3 [HNT], 62, ci-
cierto) se exhorta a los destinatarios a salvar a saquear* aparece (dos veces) en la sentencia tando a BlaB-Debrunner § 132, 1 y 2).
los miembros que se hallan en peligro «arre- DeiGmann, Licht, 269 nota 4).
en forma de parábola que leemos en Me 3, 27
batándolos del fuego» (del inminente juicio). par. Mt 12, 29 (cf. EvTom 35); e^aqná^ía W. Trilling A. Sand
Según Jn 10, 28.29, los suyos son -en sentido llevarse por la fuerza en Hech 23, 24 v.l.; cruv-
figurado- las ovejas que nadie arrebatará de agJiá^O) apoderarse por la fuerza, agarrar* a p j t a | , 1 harpax rapaz, (el) ladrón (ÍQQr\rog, 2 arrétos inexpresable*
la mano de Jesús o del Padre (a propósito de en Le 8, 29 (refiriéndose a personas poseí- -> aQJtá^o) 6. 2 Cor 12, 4: En su arrobamiento, Pablo es-
esta expresión, cf. 2 Sam 23, 21; Herm [v] 2, das por el demonio); Hech 6, 12; 19, 29 (dí- cuchó «palabras inexpresables que al hombre
1, 4): a nadie arrastrarán a la apostasía, sacán- cese de personas); Hech 27, 15 (dícese de no le es dado decir». H. Saake: NovT 15
(XQQaPárv (OVOS, 6 arrabón anticipo,
dolo de la unidad que la comunidad joánica una nave). (1973) 153-160.
prenda*
tiene con su Señor y con el Padre. Aquí se
siente también la influencia de la imagen del 5. aQJtaYT| robo, rapiña* aparece 3 veces Bibl: J. Behm, áppapróv, en ThWNT I, 474; Bi-
pastor asalariado y del lobo (Jn 10, 12). llerbeck III, 495s; K. Prümm, Diakonia Pneumatos. &QQ(OOTO$, 2 arrostos débil, enfermo*
en el NT. En la sentencia de los «¡ayes!» [de Auslegung des zweiten Korintherbriefes I, Freiburg i. En relatos de curaciones de enfermos: Me
Un campo particular de aplicación del ver- Q] en Mt 23, 25 par. Le 11, 39 se expone po- Br. 1967, 44-49; A. J. Kerr, ágeapróv: JThS 39 (1988)
92-97; H. Windisch, Der zweite Korintherbrief (KEK),
6, 5.13; 16, 18; Mt 14, 4. «Muchos enfermos
bo son los arrobamientos (en este sentido apa- lémicamente el conflicto entre la minuciosi-
Gottingen 1924, 70-74. Para más bibliografía, cf. y débiles» en la comunidad: 1 Cor 11, 30.
rece 5 veces en el NT). árjirá^ü) con sus com- dad en observar la pureza ceremonial (purifi-
ThWNT X, 993.
puestos (en correspondencia con el verbo cación «del vaso y del plato») y el empeño en
latino rapio, rapior) es el término griego más la pureza ética. En la versión lucana secunda- 1. El préstamo semítico áoQaficúv procede áQae\onoíxr\g, OV, 6 arsenokoités pede-
antiguo que se usa para designar las experien- ria, se interpela expresamente a los fariseos, de la esfera del derecho mercantil y económi- rasta*
cias de arrobamiento, y que se aplica incluso que «en su interior están llenos de afán de ro- co (Bauer, Worterbuch, s.v.) y significa prenda Dícese del hombre que comete fornicación
a experiencias de esta clase dentro del ámbito bo y de maldad». Puesto que el significado fi- (Gen 38, 17; cf. Gesenius-Buhl, s.v. 'erabón) con otros hombres o con muchachos: 1 Cor 6,
terreno (Lohfink, 42 proporciona ejemplos). gurado de pureza en el sentido ético desempe- o anticipo a cuenta de una deuda global (ga- 9; 1 Tim 1, 10; Polic 5, 3. W. L. Petersen, Can
Así lo vemos en Hech 8, 39 en el caso de Fe- ña también un papel en Mt 23, 25, quizás rantía, según una variante textual de Job 17, aQOevoxoTxai be traslated by «Homosexuals»?:
475 áfjaevoxoíxnc; ~~ 'AgT,eu.ic; 476 477 áQT£[xa)v - apto? 478

VigChr 40 (1986) 187-191: D. F. Wright, Trans- 618-625; R. Fleischer, Artemis von Ephesos und ver- ágtéfWDV, (OVog, Ó artemon vela de proa* tocado a su fin. Cuando la expresión se refie-
lating A P 2 E N O K O I T A I : Vig Chr 41 (1987) wandte Kultstauen aus Anatolien und Syrien, Leiden Hech 27, 40: éjtcúoeiv xóv áoT6U.CDva, izar re a una situación que continúa, é'005 árjxi sig-
1973; E. Lichtenecker, Das Kultbild der Artemis von nifica todavía, (inclusive) hasta este momento
396-398. Ephesus, tesis Tübingen 1952; R. Oster, The Ephe-
al viento la vela de proa.
sian Artemis as Opponent ofEarly Christianity: JAC
(Mt 11, 12; Jn 5, 17; 1 Cor 4, 13; 8, 7; 15, 6;
19 (1976) 24-44; L. Ross Taylor, Artemis of Ephe- 2 Tes 2, 7; 1 Jn 2, 9); este mismo sentido apa-
a@at]V, 2 arsen masculino, varón, animal sus, en Beginnings V, 251-256. CÍQTI arti (adv.) ahora, ahora mismo* rece en 1 Cor 4, 11 en la expresión á%Qi tfjg
macho* áfjti cÓQag (áfJTi desempeña aquí la función
1. Aparición del término en el NT - 2. Como ad-
Bibl: J. Anastassiou, Lexikon des frühgriechischen 1. En el NT se menciona a Artemisa tínica- verbio, independiente, de tiempo - 3. En frases prepo- de un adjetivo): hasta el instante presente. De
Epos, fundado por B. Snell y continuado por H. Erbse, mente en Hech 19, 24.27.28.34.35 diciéndose sicionales. lo contrario, ecog aQTi significa hasta ahora
entrega 8 (1976) 1353s; Bauer, Worterbuch, s.v.; R. E. de ella que es considerada como la diosa de la (pero no más: Jn 2, 10; 16, 24).
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; BlaCS-Debrunner §
Clements, zkr, en ThWAT II, 593-599; G. Dautzen-
ciudad de Efeso, «adorada por el mundo ente- 474, 4; H. Chr. Hahn, en DTNT IV, 267, 269; Kühner, Por el contrario, ctJt' á g t i habla del presen-
berg, «Da ist nich mdnnlich und weiblich». Zur Inter-
ro» (olxo'uu.évri, v. 27). El platero Demetrio Grammatik I, 134s, 136; II, 82, 119; G. H. O. Madsen, te en contraste con el futuro: a partir de aho-
pretarían von Gal. 3, 28: Kairos 24 (1982) 181-206; A.
fabricaba «templecillos de plata de Artemisa» The Theological Significance of «NUN/ARTI» in the ra. Se emplea, por tanto, en sentencias que se
Vogtle, Mythos und Botschaft in Apk 12, en FS Kuhn,
Fourth Cospel, tesis Princeton Theol. Seminary 1972;
395-415. (v. 24). El epíteto «la grande», que acompaña- refieren al futuro escatológico (Mt 23, 39; 26,
Mayser, Grammatik II/2, 176; Schwyzer, Grammatik
ba a su nombre (aclamación en los vv. 28.34), I, 270s, 622; II, 158, 269, 281, 558. 29.64) o que están orientadas hacia el futuro
áfjOTiv está quizás relacionado etimológi- está atestiguado en inscripciones; cf. H. Con- (Jn 13, 19). El macarismo de Ap 14, 13 pro-
camente con el término índico antiguo ársati zelmann, Apostelgeschichté1 (HNT), 123; Ros- 1. El adverbio de tiempo OCQU aparece 36 clama bienaventurados a los que desde ahora
(«fluye»; cf. en latín ros); es frecuente desde cher, Lexikon Suppl. (= VII), s.v. 'AotEfxic; veces en el NT: Mateo 7 veces, Juan 12, Pablo mueren «en el Señor» (se trata probablemente
Homero, la LXX y los papiros y significa lite- (48). 11,2 Tesalonicenses 1 vez, 1 Juan 1 vez, 1 Pe- de los mártires). Aquí ám' á o t í sugiere el
ralmente lo que derrama semen, y por tanto el dro 2 veces, Apocalipsis 2 veces. «traslado de la lucha a la tierra» (H. Kraft, Of-
vastago varón, el muchacho varón: Le 2, 23 2. La mitología griega adoraba a Artemisa (en fenbarung [HNT], 195); a los muertos se les
(Ex 13, 2.12.15; el animal para el sacrificio ha latín, Diana) como la doncella diosa de la caza. 2. a.QXi aparece frecuentemente con su sen- ahorra el tener que participar en esa lucha.
Era hija de Zeus y hermana gemela de Apolo. Pe-
de ser macho: Ex 12, 5; Lev 1, 3); Hech 7, 19 tido clásico y fundamental de ahora (Mt 3, ótJt' áp/ti se usa de manera característica en Jn
ro su naturaleza y su nombre son pre-helénicos. 14, 7 para describir, no algún aspecto del fu-
(v.l. según Ex 1, 17s), Ap 12, 5.13 (el Mesías Entre sus numerosos epítetos es especialmente 15; Jn 9, 19.25; 13, 7.33.37; 16, 12.31; Gal 1,
9.10; 4, 20; 1 Tes 3, 6; 1 Pe 1, 6.8; Ap 12, 10). turo, sino lo que está sucediendo en el presen-
niño; cf. Is 66, 7); áQor\v es un término que significativo el de «señora de los animales», un
sirve para diferenciar los sexos dentro de la título que señala hacia Asia Menor como su lugar En 1 Cor 13,12 ctQti - xóts refleja la relación te: el conocimiento de Dios se revela ya ple-
de origen. En las excavaciones realizadas en pla- entre el presente y el futuro, propugnada por namente en la persona de Jesús.
especie «hombre» o «ser humano» (Gen 1,
tal Hüyük y Hacilar (en las cercanías de Iconio), Pablo en contra de los grupos gnósticos que H.-J. Ritz
27; 5, 2; Me 10, 6; Mt 19, 4 con el término
se descubrieron en 1965 varias estatuillas de arci- había en la comunidad. Según esto, la inme-
opuesto -> {KjX/i)), una oposición de sexos que lla que datan de los siglos VII-VI a.C, y que re- diata autorrevelación de Dios es la que ha de
ha llegado a ser irrelevante en el plano de la presentan a divinidades maternas bien rollizas originar la visión sin velos y el perfecto cono- áQTiYÉVVi^to?, 2 artigennetos recién na-
salvación: Gal 3, 28. afjar|v es el compañero con grandes pechos y sentadas en tronos sosteni- cimiento de Dios. Con fuerte intensificación, cido*
sexual masculino (Núm 31, 17s; Jue 21, l i s ; dos por gatos salvajes. 1 Pe 2, 2: niños recién nacidos. ThWNT I,
áqxi puede significar inmediatamente (Mt 26,
Eclo 36, 26), incluso en la homofilia: Rom 1, 53). Pero puede señalar también hacia un 671. ->• poécpoc; 2.
27abc (Lev 18, 22; 20, 13). 3. La Artemisa de Efeso lleva en la cabe- acontecimiento en el pasado inmediato: la hi-
J. B. Bauer za una corona mural (de la ciudad de Efeso). ja del presidente de la sinagoga acaba de mo-
En su ajustada vestidura se hallan represen- rir (Mt 9, 18). En 1 Cor 16, 7 OCQTI expresa (ÍQTiog, 3 artios adecuado*
tados diversos animales salvajes y abejas una idea de transitoriedad: Pablo no quiere vi- 2 Tim 3, 17, en el sentido de capaz de satis-
'AQTEfi&g, a Artemas Artemas* (los animales emblemáticos de Efeso). Ador- sitar a los corintios ahora mismo, yendo de facer todas las demandas. ThWNT I, 474s.
Nombre de un varón a quien «Pablo» desea nan su cuello alhajas con representaciones pasada (év Jtaoóócp), sino que quiere quedar-
enviar donde Tito (Tit 3, 12). de animales. En el torso emergen del vestido se algún tiempo con ellos.
ágTOg, ov, 6 artos pan
numerosas protuberancias, unas más grandes
"AjjT£¿HS, 1605 Artemis Artemisa* y otras más pequeñas, en forma de huevo. Es 3. No raras veces aQXi aparece en frases 1. Aparición del término en el NT - 2. El pan en
verdad que, en la Antigüedad, se llamaba a la Palestina - 3. El pan en la comida, en el banquete de
preposicionales: EOOC; UQXI, á%Qi á g t i , átt' salvación y en la Cena del Señor - 4. Los «panes de la
1. Artemisa en el NT - 2. El origen de Artemisa -
3. Artemisa de Efeso.
diosa Artemisa «la de los numerosos senos», ágxi. Con é'roc, ágxi obtenemos un resumen Presencia» - 5. aptos, en sentido figurado, para signi-
pero faltan los pezones, y los relieves no tie- retrospectivo del pasado desde el punto de ficar alimento, comida o sustento.
Bibl.: St. M. Baugh, Phraseology and the Reliabi- nen color de piel, como lo tienen el rostro y vista del presente. Pero hay una diferencia de
lity ofActs: NTS 36 (1990) 290-304 (sobre Hech 19, Bibl.: J. Behm, #0x05, en ThWNT I, 475s; O. Bó-
27.37); W. Eckschmitt, Die Sieben Weltwunder,
los brazos. significado, dependiendo de que lo que ha cher, AJ) Johannes der Táufer kein Brot (Lk 7, 33)?:
Mainz 1984, 70-121; W. Fauth, en Pauly, Lexikon I, B. Schwank ocurrido hasta ahora, siga ocurriendo o haya NTS 18 (1971-1972) 90-92; P. Borgen, Bread from
479 áQTOg 480 481 ágxog - 'AQveXaoc, 482

Heaven (NovTS 10), Leiden 1965; Id., Brodfra him- 3. El pan, en el sentido propio de la pala- de la Cena del Señor (del cristianismo primi- con su trabajo (2 Tes 3, 12), de igual manera
mel ogfrajord: NTT 61 (1960) 218-240; F. J. Dolger, bra, lo encontramos como alimento importan- tivo), que son -ambas- convites festivos. Co- que el apóstol mismo no permitió que le die-
Unser tagliches Brot: JAC 5 (1936) 201-210; Id., Ein mo el padre de familia y el Kyrios celestial, ran «gratuitamente» el sustento (v. 8).
Brot ais Tagesbedarf: JAC 5 (1936) 284-286; C. Fe- te, juntamente con el pescado, que nunca se
rriére, Je suis le pain: Bible et vie chrétienne 26 niega al hijo que lo pide (Mt 7, 9 par. Le 11, Jesús ofrece a los suyos el banquete de comu- H. Balz
(1959) 71-77; F. Hauck, aQTog émoiíaiog: ZNW 33 1); cf. Le 11, 5. Pero el Bautista, en su vida nión, con el cual y en el cual él se entrega a sí
(1959); J. Hau61eiter-A. Stuiber, en RAC II, 611-620; ascética, renunció a él (Le 7, 33) y también al mismo para ser la salvación de ellos (Me 14,
Haag, Diccionario 1425-1426; A. Heiding, Die Bot- 22 par. Mt 26, 26; Le 22, 19 par. 1 Cor 11, 23; áj>Tt>0) artyó sazonar, devolver el sabor (a
schaft der Brotvermehrung (SBS 15), Stuttgart 1966; vino (aunque Bócher piensa de manera dife- la sal)*
K. Koch, Schaubrot, en BHH III, 1688; F. Merkel, en rente). Con pan y pescado, Jesús da de comer cf. 1 Cor 11, 26.27.28; Le 24, 30.35; Jn 21,
9.12). «Partir el pan» se convirtió en el térmi- Me 9, 50 par. Le 14, 34, refiriéndose a la sal
DTNT III, 282ss; J. Rogge, en BHH I, 274; R. Schna- a una gran multitud (5000 personas: Me 6,
ckenburg, Das Brot des Lebens, en FS Kuhn, 328-342; no técnico para designar la Cena del Señor que se ha hecho insípida: «¿con qué le devol-
36.37.38.41 [dos veces].44.52; Mt 14, 17.19
G. Vermes, He is the Bread, en FS Black, 256-263. Pa- (Hech 2, 42.46; 20, 7.11; 1 Cor 10, 16). Según veréis el sabor?» o «¿con qué será sazona-
ra más bibliografía, cf. ThWNT X, 993. [dos veces]; 16, 9; Le 9, 13.16; Jn 6, 5.7.9.
1 Cor 10, 16.17 (dos veces), la participación da!» Col 4, 6: la conversación que está sazo-
11.13.23.26; 4000 personas: Me 8, 4.5.6.14
en el pan del convite hace partícipes del nada con sal. -> akac,.
1. aQTog aparece 97 veces en el NT, con- [dos veces].16.17.19; Mt 15, 34.36; 16, 10),
ow\ia XQIOXOV.
centrándose el término de manera especial en haciéndolas participar en el banquete escato-
los evangelios (Mateo 21 veces, Marcos 21, lógico de la salvación. Jesús, como un padre ' A g ( j p a | á 8 Arphaxad Arfaxad*
4. En Me 2, 26 par. Mt 12, 4/Lc 6, 4 (cf. 1 Nombre persa que aparece en Le 3, 36 (se-
Lucas 15, Juan 24). El término aparece, ade- de familia, toma en sus manos el pan, lo par-
Re 21, 7), encontramos en plural el tecnicis-
más, 5 veces en Hechos, 7 en 1 Corintios, 2 te, recita sobre él la acción de gracias y se lo gún Gen 10, 22.24 Arfaxad era hijo de Sem).
mo ot CÍQTOI rfj5 jtfjodéaerog para designar
en 2 Tesalonicenses, 1 en 2 Corintios (9, 10) y da a los suyos. Encontramos las habituales
los «panes (ázimos) de la Presencia» (en he-
1 en Hebreos (9, 2). En la mayoría de los ca- combinaciones de palabras con verbos como á.QXáyye'kog, o v , ó archaggelos arcángel
breo, en singular, lehem happüntm). Según
sos, el término se refiere al pan que se ofrece áyoQá^cü (Me 6, 36s; Jn 6, 5), Xa\xfiávu) (Me -> áyye'koc, 4.
Lev 24, 5-9, treinta tortas de pan recién coci-
cuando se da de comer milagrosamente (32 6, 41; 8, 6.14; Mt 14, 19; Le 9, 16; Jn 6, 11, do se depositaban cada sábado en una mesa
veces, de ellas únicamente 2 en Lucas), y al eíi^oyéa) x a i (xata-)x>iáü) (Me 6, 41; cf. 8, situada delante de la presencia de Dios en el
6; Mt 14, 19), éoflícu (Me 6, 44; Jn 6, 23.26), ágXttíog, 3 archaios primitivo, antiguo*
pan como alimento en general (4 veces). Se santuario, es decir, ante el santo de los santos, Ap 12, 9; 20, 2: la serpiente antigua. Hech
habla 18 veces del pan de la Cena del Señor o óí8ü)Ui (Me 8, 6; Mt 14, 19), %OQTát,m (con como prenda de la duración eterna del culto
genitivo, Me 8, 6) o xoQTÓ£oum (en sentido 21, 16: árjx a í°5 |Ad'{h]Trjc;, una persona que
de comidas relacionadas con apariciones de sacrificial; son, pues, literalmente, los «panes es cristiana desde antiguo. Mt 5, 21: «Habéis
absoluto, Jn 6, 26). de la Presencia (de Dios)». En Me 2, 23ss
Cristo resucitado (4 ó 5 veces en Hechos, y oído que se dijo a los antiguos [a las personas
Juan interpreta el alimento del pan como par. se menciona el quebrantamiento de las le-
todos los pasajes en que se menciona el pan de generaciones anteriores]...»; de manera pa-
áotog... éx TOÓJ ouoavo'O (6, 31.32 [dos ve- yes cultuales cometido por David en el san-
en 1 Corintios). Las sentencias sobre el «pan recida en Mt 5, 27 v.l.; 5, 33. Le 9, 8.19: uno
ces].33.34.41.50.51 [dos veces].58 [dos ve- tuario de Nob (1 Sam 21, 2-7), fundamentan-
del cielo» (11 veces) y el «pan de la vida» (3 de los antiguos profetas. Hech 15, 7.21: desde
ces]), lo cual recuerda el maná de los tiempos do así la nueva actitud de Jesús con respecto
veces) se encuentran únicamente en Juan. los días (tiempos) antiguos. 2 Cor 5, 17: «lo
de la peregrinación por el desierto (Ex 16, 4), al sábado. En Heb 9, 2 el «tabernáculo exte-
Cuatro textos hablan del «pan de la Presen- antiguo ha pasado» (desde el punto de vista de
y, con terminología específicamente joánica, rior» con la mesa de los panes de la Presencia
cia». En un total de 22 veces, 0ÍQT05 significa la nueva creación). Én 2 Pe 2, 5 dícese del
lo interpreta como a o t o g xfjg ^cofís (6, 35.48) es signo del carácter provisional del antiguo
sencillamente «alimento», sin que podamos cosmos antiguo, primitivo, que existía antes
o aQTog ó £cov (6, 51). Jesús es el pan de la culto de los sacrificios.
deslindar nítidamente cuándo se hace referen- del diluvio. ThWNT I, 485; DTNT III, 229.
vida. Él ha sido enviado por el Padre y ha ve-
cia específica al pan. nido del cielo para que los suyos no mueran 5. a p t o s significa el alimento y el sustento
ya (como los antepasados en el desierto, 6, en general en la cuarta petición del Padrenues- 'AQXÉkaog, ov Archelaos Arquelao*
2. En Israel y entre los judíos el pan se elabo- 49.58), sino que vivan («con él», v. 57) eter-
raba casi siempre con harina de cebada o (lo que tro (Mt 6, 11 par. Le 11, 3, -> emolíalos) y en 1. Fuentes - 2. Información biográfica - 3. Arque-
era más caro) con harina de trigo, añadiendo de namente (6, 51.58). Así que el pan que Jesús Me 3, 20; 6, 8 par. Le 9, 3 (los que son envia- lao en el Nuevo Testamento
ordinario levadura y cociendo la masa en forma da es él mismo o su «carne» y su «sangre» (6, dos deben renunciar a llevar consigo provisio-
de tortas de hasta 1 cm aproximadamente de es- 51.53-56). Aquí el «pan» se convierte en la nes para el viaje); Me 7, 2.5 par. Mt 15, 2; Le Bibl: Abel, Histoire I, 407-423; J. Blinzler, en
pesor y hasta 50 cm de diámetro. Se cocía y se LThK I, 822s; W. Foerster, Herodes und seine Nach-
imagen de todo lo que una persona necesita 14, 1; 14, 15 (participación en el convite del folger, en RGG III, 266-269; A. H. M. Jones, The He-
comía pan ázimo o pan sin levadura en situacio- para vivir; la historia del milagro de la multi- reino de Dios); Mt 4, 3 par. Le 4, 4 (donde se rods ofJudaea, Oxford ! 1967, 156-168; B. Niese, Fla-
nes en que había prisa (Gen 19, 3), por ejemplo, plicación de los panes se interpreta cristológi- cita a Dt 8, 3: el hombre no vive sólo del ali- vii Josephi opera VII. Index, Berlín H955 s.v. A. 2; W.
cuando había que marchar precipitadamente (Ex
12, 8.11) y cuando se estaba de viaje (Ex 12, camente y - a l recogerse la tradición sobre la mento); Le 15, 7; Me 7, 27 par. Mt 15, 26; 2 Otto, en Pauly-Wissowa, Supplement II (1913), 191-
34.39); es, además, el pan prescrito para el culto Cena del Señor- se interpreta también sacra- Cor 9, 10 (donde se cita a Is 55, 10). Los cris- 200; St. Perowne, Herodier, Rómer und Juden, Stutt-
gart 1958, 17-38; Reicke, Zeitgeschichte, 95-100; A.
(Lev 2, 4; -> í¡i)irn). El pan es el alimento princi- méntalmente. tianos de Tesalónica, a pesar de la expectación Schalit, en EJJ III (1971) 333-335; Schürer I, 449-454;
pal. Antes de comer, el pan se parte en trozos, pe- Juntamente con el vino, el pan es compo- escatológica en que viven, deben someterse a Schürer, Historia I, 458-462; F. D. Weinert, The Para-
ro no se corta. nente principal de la Ultima Cena de Jesús y las reglas de la vida cotidiana y ganarse el pan ble ofthe Throne Claimant (Luke 19, 12.14-15a.27)
483 'AgxéA.ceog - aQxn 484 485 a-QXn 486

Reconsidered: CBQ 39 (1977) 505-514; M. Zerwick, parece ser el fiel reflejo del asesino de niños en
Die Parabel von Thronanwaríer. Bib 40 (1959) 654- Belén (2, 12-18), aunque él mismo no persi- veces); por lo demás, aparece con cierta fre- comienzo de la historia de la Iglesia (Hech 11,
674. cuencia en los escritos lucanos (7 veces) y en 15: ev ágxfí); el comienzo de la labor misio-
guió al niño Jesús (v. 20). Herodes (Antipas) el Hebreos (6 veces). nera (Flp 4, 15; cf. E. Lohmeyer, An die Phi-
1. Arquelao, como nombre propio, se hallaba «tetrarca», hermano de Arquelao, que había lipper, Kolosser und an Philemon1 [KEK],
muy difundido en la época clásica y en la hele- mandado decapitar al Bautista, se menciona 2. «óiQxr| significa siempre 'primacía'» 184s) o de la instrucción misionera (Heb 5,
nística. En Mt 2, 22 el nombre se refiere al hijo como «rey» en Mt 14, 9 (par. Me 6, 14.26).
de Herodes el Grande y de la samaritana Maltha- (Delling, 477), sea a) de tiempo: comienzo 12: xa 0TOtX£tcc xfjc, áoxfjc,; cf. 6, 1), y, final-
Le 19, 11-27 contiene elementos que apare- (origen), sea b) de lugar: punto de origen o de mente, el comienzo de los dolores de parto
ke. Flavio Josefo nos habla de él en varias oca-
siones (Niese, Index s.v.; especialmente Ant cen con bastante frecuencia en los relatos sobre partida, sea c) de rango: poder, dominio, rei- apocalípticos (Mt 24, 8 par. Me 13, 8). En Me
XVII, 194-249, 317-321. 339-355; Bell II, 1-38, pretendientes herodianos al trono (Ant XVII, no, oficio. 1, 1 la ctQxr| del evangelio se encuentra en el
80-92, 111-117); también Dión Casio 55, 27. En 224, 299s; XVIII, 241-256). Sin embargo, úni- anuncio profético efectuado por el Bautista.
Le 19, 11-27 se alude probablemente a las preten- camente la protesta presentada en Roma por a) Cuando se usa en el sentido temporal de Según Heb 7, 3 el sacerdote Melquisedec, que
siones de Arquelao al título de rey (así piensa los jtoXlToa aíitoxí contra la concesión de la un punto en el que algo comienza, entonces se prefigura a Cristo, no tiene áQXT]v rpeQC&v
Zerwick). Arquelao, como su hermano Antipas, concibe ese punto como incluido en un proce-
dignidad real (Le 19, 14) es lo que tiene un pa- (ni tampoco ^cofjg xekog).
llevaba el nombre de Herodes (Dión Casio 55,
ralelo bastante exacto en la historia de Arque- so temporal, o como anterior y exterior a él y Esto nos conduce a una serie de textos prin-
27; hay monedas con la inscripción: HPQAOY
E0NÁPXOY); sin embargo, en Josefo nunca se lao (Ant XVII, 342). Así que es improbable no afectado por el mismo, es decir, como el cipalmente joánicos, en los que OIQXT| se usa
aplica a Arquelao el sobrenombre de Herodes. La que Lucas haya combinado un incidente espe- origen o principium. En el primer caso, áoxr| en relación con la esencia y la existencia de
designación de paoileúc, (Mt 2, 22; Josefo, Ant cífico, narrado como la «parábola del preten- tiene su término correspondiente en xéXoc, Jesús en el sentido de Quien es antes de todo
XVII, 342; Bell II, 10-13, 111) está poco clara. diente al trono», con la parábola de las minas. (Heb 3, 14; 7, 3); en el segundo caso, aQxn el tiempo y antes de la creación, en primer lu-
Será más probable suponer que él, por sus pro- entraña el sentido de pre-temporalidad y eter- gar Jn 1, 1.2 (év áoxfí); 1 Jn 1, 1 (sobre la
2. Después de la muerte de Herodes el Grande nidad. (Sobre la alternada de ambos signifi-
(el año 4 a.C), Judea con Samaría e Idumea fue- pia razones, haya añadido tales elementos a la formulación neutra cf. Delling, 480; R. Bult-
parábola de las minas. Esos elementos sirven cados en la terminología filosófica griega cf. mann, Die Johannesbriefe1 [KEK], 13s); 2,
ron asignadas a Arquelao, que era el hijo mayor
de Herodes. Había nacido hacia el año 23 a.C. y principalmente para dar respuesta al problema Delling 479-481.) 13s. El contexto formado por el himno cristo-
se había criado en Roma (cf. Ant XVII, 20 y pas- de la demora de laparusía (cf. v. 11). lógico de Col 1, 15-20 muestra claramente
b) En el sentido espacial, las o.Qfpí (en la
sim). Pero, en contra de la intención de su padre, que 65 éativ (f|) aQXií (v. 18) no pretende in-
Arquelao no recibió el título de rey (Bell I, 668; G. Schneider escena de Hech 10, 11; 11, 5) son las puntas
del lienzo. tegrar a Cristo en el cosmos y la creación, si-
II, 1-3), sino únicamente el de etnarca (Ant XVII,
317, 339; sobre este título cf. Schürer I, 423). No no designarle como el principio que está fue-
obstante, Augusto había prometido el título de c) El sentido relacionado con el rango -au- ra de todo el tiempo, como el origen del
Ó.Qjr\, fjs, rj arche comienzo, poder*
rey a Arquelao y a su hermano menor Antipas. toridad, soberanía, ejercicio del poder, en cosmos y de la creación. Lo mismo hay que
Arquelao tenía fama de ser cruel y tiránico (Ant 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos sentido neutro o en sentido personal- se con- decir de la autodesignación de Cristo como f|
XVII, 342; Bell II, 10-13. 111). En el año décimo semánticos - 3. Campo referencial. creta mediante el contexto específico en el ÓLQ%r\ xcd xó xéXog en Ap 22, 13 con los
de su gobierno, una delegación judeo-samaritana Bibl.: H. Conzelmann, «Was von Anfang war» (an' que se halla la palabra. Una primacía tanto en enunciados paralelos TÓ 'Atapa xod xó T Q, ó
adujo la crueldad de Arquelao como razón para apiris), en Id., Theologie ais Schriftauslegung el tiempo como en el rango, la expresa la fra- jtQó&xog xod ó toyaxoc, (cf. 2, 8). Estos epí-
acusarle formalmente en Roma. Augusto le hizo (BEvTh 65), München 1974, 207-214; G. Delling,
venir a Roma, le depuso después de someterle a se adverbial TT|V áQXT|v en Jn 8, 25: desde el tetos se aplican igualmente a Dios (1, 8 v.l.
ÚQXií, en ThWNT I, 477-483 (bibl.); W. Foerster,
un proceso, confiscó sus bienes y le desterró (año 8aí|uüv, en ThWNT II, 1 nota bibliográfica; Id., comienzo, en absoluto, por principio. 17; 21, 6), y significan, por tanto, no una in-
6 p.C.) a Vienne en la Galia (Ant XVIII, ls; Bell é^owía (C 6), en ThWNT II, 568-570; J. Y. Lee, ln- tratemporalidad e intramundanidad, sino a
II, 117). Arquelao murió en el año 16 p.C. terpreting the Demonio Powers in Pauline Thought: 3. a) En su sentido temporal, el término «Aquel que es antes de todo el tiempo y por
NovT 12 (1970) 54-69; S. Levin, °AQX<I) and ÚQxñ, te- aparece ordinariamente en la frase preposicio- toda la eternidad». (Sobre esta fórmula [f|
sis Chicago 1950; G. Miller, AQXÓVTCOV TOÜ aicóvog nal ájt' áQX'HS ° &, aQxfíS en los más diver-
3. Cuando José trajo al niño Jesús y a su xoiixoi) (/ Kor 2, 6-8): JBL 91 (1972) 522-528; I. de aQXTl xod xó xéX.og], que tiene una prehistoria
la Potterie, La notion de «commencement» dans les sos contextos. Puede designar el momento de en el Deuteroisaías, en los griegos, en Filón y
madre, de regreso de Egipto, «a la tierra de Is-
écrits johanniques, en FS Schürmann, 379-403; H. la creación (Mt 19, 4.8; Heb 1, 10 [Sal 101, en los rabinos, cf. W. Bousset, Offenbarung6
rael» (Mt 2, 21), se enteró «de que Arquelao Ringgren, Geister, Damonen, Engel (II 4.5), en RGG 25 LXX: x a t ' áo^ág]), especificado algunas [KEK; reimpresión 1966], 190; Delling, 478,
reinaba (|3aaiX.eijei) sobre Judea en lugar de su II, 1302s; E. Samain, La notion de APXH dans l'oeu- veces con la adición de xxíoeooc, (Me 10, 6;
(difunto) padre Herodes», y tuvo miedo de di- vre lucanienne, en F. Neirynck (ed.), L'Evangile de 511s.) Asimismo, la designación de la sabidu-
Luc, Gembloux 1973, 299-328; H. Schlier, Machte 13, 19; 2 Pe 3, 4) o xóou.oi) (Mt 24, 21; el co- ría como r| aQxiíi xfjg xxíaecoc, TOÜ deoáj, to-
rigirse allí (v. 22a). Después de recibir instruc- mienzo de la propia vida (Hech 26, 4); la pri-
und Gewalten im NT, Freiburg i. Br. 1958; E. Sjoberg, mada de Prov 8, 22 y aplicada a Cristo en Ap
ciones en sueños, marchó «a la región de Gali- JtveíJna, nvev\iaxinóc, (III, 2), en ThWNT VI, 373s. mera aparición de Jesús en público (Le 1, 2;
lea» (v. 22b), llegó a Nazaret y se quedó a vivir 3, 14, no debe entenderse como en Prover-
Jn [2, 11]; 15, 27; 16, 4; Heb 2, 3 [aQ%r\v bios, a saber, como referente a la primera de
allí (v. 23a). Como Arquelao es el único hijo de 1. é.Q%r\ aparece 55 veces en el NT, de las XapoOaa]); el comienzo de la propia expe-
Herodes mencionado por Mateo en este con- las cosas creadas, sino como referente a
cuales 18 se encuentran en los escritos joáni- riencia como cristiano (1 Jn 2, 7.24; 3, 11; 2
texto, él precisamente, el sucesor de su padre, Aquel que es el Origen pre-temporal de todas
cos (Juan 8 veces, 1 Juan 8 veces, 2 Juan 2 Jn 5 y 6 [probablemente también Jn 6, 64]); el
las cosas creadas.
487 «exñ 488
489 o-Qxn ~ «OX^lYÓS 490

A pesar de su realización ev ¿ Y 1 0 1 0 ^ ceptos. Así, por ejemplo, EJTÍ xác, ovvaymyác,


manera en que esos poderes y fuerzas se eva- rán al mundo?... ¿No sabéis que juzgaremos a
jtVE'úu.aToc; x a i m a t e i áXr|deíag, la expre- x a i t á g a.Q%ág x a i t a s z^ovoíaq en Le 12,
dieron y abandonaron su propia condición y los ángeles?».
sión cut' otQX'nS e n 2 Tes 2, 13 (v.l.) señala el 11 se refiere al hecho de ser obligado a com-
parecer «ante las autoridades judías y paga- tarea de criaturas. K. WeiB
proceso supratemporal de la elección y signi-
fica, por tanto, en la eternidad, antes de todo nas»; xf\ áQxf\ x a i Tfj egovaía xov fiye^á-
vog, en Le 20, 20, se refiere a «la autoridad y Una excepción pudiera ser la declaración que
el tiempo (cf. E. von Dobschütz, Thessaloni- O.Qyrí\yóg, O Í , ó archegos caudillo, líder*
se hace de Cristo en Flp 2, 5 de que ov%
cherbriefe'ÍKEK; reimpresión 1974], 298; M. jurisdicción del gobiernador»; y Tit 3, 1 se re- áQ7iay\ióv rjYiíoaTO xb elvaí íaa de a>, si la en- 1. Aparición del término en el NT e historia del
Dibelius, Thessalonicherbriefe [HNT], 5 1 , fiere a las autoridades de gobierno en general. tendemos pensando en la rebelión de los motivo. - 2. Relevancia cristológica del título.
también a propósito de la variante textual Otro ámbito distinto, que sobrepasa todas aQXOvxet; xov alcovog TOÚTOU (1 Cor 2, 6.8) y
ájtaQX 1 í v )- Cómo hay que entender án' Bife/.: J. R. Barlett, The Use ofthe Word rósch as a
las fronteras internas del mundo, es el de los de su jefe supremo, el deóg xov aiwvog TOÚTOU Tale in the OT: VT 19 (1969) 1-10; G. Friedrich, Die
(XQXfjc; en Jn 8, 44 y 1 Jn 3, 8, donde esta ex- poderes que ejercen su influencia en todo el (2 Cor 4, 4) contra Dios, a fin de arrebatar para sí Verkündigung des Todes Jesu im AT(Bibl. Theol. Stu-
presión se aplica a la actividad del Siá(3oX.og cosmos. A este ámbito se refiere la doble ex- como una rapiña lo de ser iguales a Dios. Cf. E. dien 6), Neukirchen-Vluyn H985, 156-175; E. GraBer,
como asesino y pecador, es cosa que depende presión que encontramos en los escritos pau- Lohmeyer, An die Philipper, Kolosser und an Der Briefan die Hebraer I (EKK), Neukirchen-Vluyn
de la idea acerca de Satanás que aquí se pre- linos y en los deuteropaulinos, tal como ve- Philemorí [KEK], 92; en contra de esta idea, W. 1990, 130-133; F. J. Helfmeyer, Die Nachfolge Gottes
Foerster, áQnay\ióc„ en ThWNT I, 473s; E. Ká- im AT, Bonn 1968; O. Hofius, Der Vorhang vor dem
supone, y de la que forma parte siempre el mos por la relación y la conexión con otros Thron Gottes, Tübingen 1972; G. Johnston, Christ ais
semann, Análisis crítico de Flp 2, 5-11, en Id.,
elemento de su existencia anterior al mundo y poderes cósmismos como áyYE^oi, 8uváu.ei5 Archegos: NTS 27 (1980-1981) 381-385; K. Kliesch,
Ensayos exegéticos, Salamanca 1977, 92s.
superior a él (cf. G. von Rad y W. Foerster, (Rom 8, 38), •froávoi, xuDiórnteg (Col 1, Por lo demás, en lo que respecta al pensamien- Das heilsgeschichtliche Credo in den Reden der Apg,
6iáp<Aog: ThWNT II, 70-80). Así, pues, la 16), ó v ó ^ a t a (Ef 1, 21), xoau.oxQáTOQe<; Koln-Bonn 1975, 89s, 149s, 154; P. G. Müller, XPI2-
to de Pablo, podemos presuponer todo el conjun- TOZ APXHrOS. Der religionsgeschichtliche und
CIQXT| en que aquí se piensa significa que (Ef 6, 12), etc., o por la adición de év totg to de ideas judías, desarrolladas a base de Gen 6, theol. Hintergrund einer ntl. Christuspradikation,
aquello a lo que este término se refiere es an- ejtouQavíoig (Ef 3, 10; 6, 12) (cf. Schlier lss, sobre la caída de los ángeles y sus conse- Frankfurt a. M. 1973; J. Schreiner, Führung. Thema
terior y está por encima del tiempo del mun- lis). Los historiadores de la cultura y de las cuencias (cf. Hen [et] 6, 15s; 69; A. Schweitzer, der Heilgeschichte imAT: BZ 5 (1961) 2-18; U. Wilc-
do. El sentido de fíSeí e'E, áQ%f\c, 6 'lr\oovq en religiones han sido incapaces de definir deta- Die Mystik des Apostéis Paulus, Tübingen 1930, kens, Die Missionsreden der Apg, Neukirchen-Vluyn
Jn 6, 64 sigue siendo una cuestión discutida. lladamente esos poderes, de dar una descrip- 57) y sobre otras cuestiones parecidas (Ringgren, '1974, 174-176; H. Zimmermann, Das Bekenntnis der
Sjóberg). En el NT cf. Le 10, 18; 2 Pe 2, 4; Jds 6, Hoffnung. Tradition und Redaktion im Hebr, Koln-
Puede referirse al instante en que fue elegido ción precisa de su naturaleza y sus funciones, Bonn 1977, 161s.
cada uno de los discípulos (W. Bauer, Johan- donde se dice que los ángeles abandonaron su
o de determinar su exacta procedencia, aun-
ctQXT|, su propio ámbito de poder (R. Knopf, Die
nesevangelium3 [HNT], 103; R. Bultmann, que se reconocen en ellos seguramente ele- 1. aQ%r\yóc, aparece 4 veces en el NT, ex-
Briefe Petri und Juda1 [KEK], 222), y Ap 12, 7ss.
Johannesevangelium'0 [KEK], 343 nota 3) mentos babilónicos (astrológicos), iranios y Por otra parte, Pablo tuvo que oponerse en sus clusivamente como título cristológico del Je-
o el comienzo del ministerio de Jesús (H. otros elementos por el estilo, trasmitidos a comunidades a una veneración de los espíritus sús exaltado. Los resultados de los estudios
Strathmann, Das Evangelium nach Johan- través de los sistemas gnósticos, y trasforma- elementales del mundo, los cuales, en compara- semasiológicos y lexicográficos del griego
nesw [NTD], 123), pero puede referirse tam- dos por la apocalíptica judía. ción con Cristo, eran débiles y bien poca cosa profano indican que el término tiene un es-
bién a un conocimiento primigenio por parte (Gal 4, 3; Col 2, 8.21s). pectro extraordinariamente polivalente de
de Jesús. Ahora bien, en las cartas paulinas no en-
contramos una agrupación inconexa e indis- significados, cuya base es: aquel que es el
Así, pues, frente a todo esto, Pablo procla- primero, el que está a la cabeza, el que acau-
criminada de ideas y conceptos, sino un inten-
b) -• 2.b. ma que el Resucitado ha asumido la posición dilla. La expresión aparece 35 veces en la
to de abarcar la totalidad de los poderes y
que le corresponde como el Preexistente que LXX, a las que corresponden 9 equivalentes
c) Cuando a.Q%r) designa una primacía de fuerzas éjTouoavícov x a i emyzíwv x a i x a - es, es decir, como quien se halla por encima hebreos con los significados de: persona de
rango, entonces es también el contexto lo úni- taxfrovícDV (Flp 2, 10) que existen en la crea-
de todos los poderes cósmicos. Según 1 Cor confianza, médico, representante tribal, cabe-
co que aclara si se hace referencia a ámbitos ción, a fin de integrarlos en el mensaje que
anuncia la creación, subordinación y reden- 15, 24ss, él destruirá como enemigos a Jtñ- za, cima, copa (del árbol), supervisor, prínci-
de poder terrenos o supraterrenos. En ambos pe, vértice, vasallo y caudillo. La insistencia
ción de los mismos (Lee 66) por Cristo, y en o~av a.Qyy\v x a i e^ovoíav x a i 6vva\iiv. Se-
casos, el término aparece de ordinario en co- en la continuidad entre el tema veterotesta-
la proclamación de la liberación del mundo y gún Col 2, 15, él les arrebatará todo poder.
nexión con -> é^ouaía, de tal manera que la mentario y judío del caudillaje de Yahvé en la
Pero, según Col 1, 20, él los incorporará a su
expresión á.Q%r] (-al) x a i e^ovaía (-ai) cons- de la humanidad del dominio al que estaba so- historia de la salvación y el uso cristiano del
metido por parte de esos poderes y fuerzas. Se labor cósmica de redención y pacificación
tituye una especie de hendíadis (atestiguada ya título puede servir de correctivo para la exé-
presupone en todo ello que esos poderes y (Lee, 66). Ahora bien, a los suyos, que han
en Platón, Alcibiades I, 135a) para expresar gesis pretérita que creía demasiado unilateral-
fuerzas se evadieron de su condición de cria- resucitado igual que él, y ya desde ahora a la
poderes, poderosos, ámbito(s) de poder, for- mente que el término se derivaba del culto
mas de poder y, concretamente, autoridades turas que tenían en el universo bajo el domi- comunidad, que es su cuerpo, él los hace par-
nio de Cristo (Col 2, 10), por quien existe el tícipes de su poderosa victoria (Rom 8, 35- greco-helenístico del héroe o del soberano (G.
de gobierno, organismos rectores. La expre- Delling, en ThWNT 1,485s), o que lo deducía
sión no define con precisión de qué clase de universo y, por tanto, también las a Q / a í (cf. 1 39; 1 Cor 15, 23; Gal 5, 1; Ef 1, 22s; 6, 12-
Cor 8, 6; Col 1, 16). No encontramos en Pa- 16. Esta certeza halla su fundamental ex- exclusivamente de la idea gnóstica del con-
poder se trata. Eventualmente la precisión se ductor de las almas (E. Kasemann, Das wan-
logra mediante la asociación con otros con- blo ninguna explicación sobre la ocasión o la presión en las provocativas preguntas de 1
Cor 6, 2s: «¿No sabéis que los santos juzga- dernde Gottesvolk, Gottingen "1961, 89 nota
491 aQXTlY0S-- aQxieQeíic; 492 493 doxiegeíig 494

4). El tema de la confesión de fe: «Los hizo un ejemplo prototípico de fe en Dios» o que (KEK), Gottingen 1991, 228-237; A. Wendel, en RGG En Hech 19, 14 Esceva es miembro de la
salir de Egipto» (cf. la tabla en Kleisch, 54-58) «con su muerte en la cruz 'consumara' esta fe III, 427s. aristocracia sacerdotal en la Diáspora (cf. Jo-
Sobre Hebreos: G. Bornkamm, Das Bekenntnis im
se ha traspuesto aquí al uso del título cristoló- en el amor incondicional de Dios» (Delling: Hebr, en Bornkamm, Aufsatze II, 188-203; O. Cull- sefo,ApI, 187; Ant XII 108).
gico y designa al Jesús exaltado como el cau- ThWNT I, 486), sino que aquí al Jesús terre- mann, Cristología del Nuevo Testamento, Buenos Ai-
dillo escatológico del nuevo pueblo de Dios en no, como el Señor exaltado que es de su Igle- res 1965, 102-129; M. Dibelius, Der himmlische Kul- 3. Desde los tiempos de Heredes (37 a.C.)
su éxodo hacia la doxa de la resurrección. sia, se le presenta a los ojos de todos como el tus nach dem Hebr, en Dibelius, Botschaft II, 160-176;
hasta la caída de Jerusalén (70 p.C), el oficio
E. GraBer, Der Hebraerbrief 1938-1963: ThR 30
Caudillo de la fe, a fin de animar a los cre- (1964), especialmente 214-223 (bibliografía hasta de sumo sacerdote, conferido originalmente
2. En Hech 3, 15, el Pedro lucano acusa a yentes a que perseveren en su vida cristológi- 1963); E. Kasemann, Das wandernde Gottesvolk, Got-de por vida, hereditario y reservado para los
los judíos de haber dado muerte al mesiánico ca de fe. Puesto que la expresión 01x105 (en la tingen 41961; Sh. Nomoto, Die Hohepriester-Typolo-sadocitas, fue quedando sometido a la táctica
«Caudillo que conducía por el camino hacia gie im Hebr, tesis mecanografiada Hamburg 1966; Id.,
política de Heredes y a la venalidad de los
fórmula «originador de eterna salvación», en Herkunft und Struktur der Hohenpriester-Vorstellung
la vida» de la resurrección. Obraron así por Heb 5, 1) no es sinónima de a.Q%"(\yóc„ será im Hebr. NovT 10 (1968) 10-25; G. Schrenk, procuradores romanos. Durante este tiempo, el
dureza de corazón y por ignorancia. Pero Je- difícil ofrecer en Heb 12, 2 la traducción de cargo estuvo desempeñado por 28 ocupantes
ctoxtEOEtic. (E), en ThWNT III, 274-283; G. Theifien,
sús no permaneció muerto, sino que fue resu- «originador y consumador de la fe», porque Untersuchungen zum Hebr, Gütersloh 1969, 13-52; H.ilegítimos. Jn 11, 49.51; 18, 33 apenas suscita
citado por Dios, y de esta manera se convirtió Zimmermann, Die Hohepriester-Christologie des
la impresión del cambio anual en el desempe-
Jesús no es la fuente originante ni de la Hebr, Paderborn 1964; Id., Das Bekenntnis der Hoff-
en aquel que acaudilla y guía hacia la vida de 'emüná de los testigos del AT ni de la pistis nung (BBB 47), Koln 1977. ño del cargo. Los romanos parece que acepta-
la resurrección. Según Heb 6, 20, Jesús es el cristológica, sino que es Dios quien obra la fe ron el nepotismo entre los candidatos, los
precursor que ha penetrado en el interior del en Jesús y hace creer en él como el caudillo. 1. Si exceptuamos la referencia que se ha- cuales, por razones financieras, se limitaban
santuario, traspasando el lugar santísimo de ce a Abiatar en Me 2, 26 (1 Sam 21, 7), a cuatro familias (Boethos con 8 representan-
Dios. En contraste con Heb 5, 9, donde se ha- P.-G. Müller aQ%i£QEVC, aparece siempre en los evangeliostes, Ananos con 8, Phiabi con 3 y Kamithos
bla del «originador» (aítiog; otros traducen: y en Hechos en relación con el proceso de Je- con 3).
'fuente') de la eterna salvación, en el pasaje ápxiegaTlXÓg, 2 archieratikos del sumo sús y con la persecución de la comunidad
En el NT aparecen únicamente tres miem-
de Hech 3, 15 no habrá que traducir por el sacerdote* cristiana primitiva (38 veces en singular; 62,
bros de la casa de Ananos (6-41 p.C: Anas
«originador de la vida» sino por el «caudillo En Hech 4, 6 dícese de personas que eran en plural). En Hebreos, este término tiene
sentido cristológico. (Ananos, hijo de Set), fue sumo sacerdote en
que conduce a la vida». - En otro discurso de del linaje de sumos sacerdotes. Sobre el signi- los años 6-15 de nuestra era, fue emprendedor
Pedro, en Hech 5, 31, se dice del Jesús cruci- ficado de las familias de sumos sacerdotes, cf.
ficado y resucitado: «Dios lo exaltó a su dere- 2. El plural designa de ordinario a los su- e influyente después de su deposición y murió
Schürer II, 267-277; C. Thoma: Bibel und Li- mos sucerdotes de Jerusalén, a sus predeceso- en el año 35 p.C. (Le 3, 2; Jn 18, 13ss; Hech
cha como al [escatológico] Caudillo y Salva- turgie 45 (1972) 4-22. res y a los miembros más distinguidos de la 4, 6; Josefo, Ant XVIII, 26; XX, 197s; Tos
dor». La predicación «Caudillo y Salvador»
aristocracia sacerdotal (Hech 4, 6), que eran Men 13, 21; bPes 57a; Billerbeck II, 568ss; su
se halla muy cerca de Heb 2, 10, donde se di- -todos ellos- el grupo más influyente del Sa- yerno José por sobrenombre Caifas, aprox.
ce que Jesús fue «el caudillo de la salvación á@XiE{)£l)C, ÉO)5, ó archiereus sumo sa-
cerdote nedrín (del que también formaban parte los 18-37 p.C. (Josefo, Ant XVIII, 35 y 95; Tos,
de ellos». Las semejanzas de lenguaje entre escribas, los ancianos y los áQ%ovzec,; por Jeb 1, 10; Para 3, 5; Le 3, 2; Hech 4, 6), fue
Lucas y Hebreos nos permiten sacar la con- 1. Aparición del término en el NT - 2. Significado - ejemplo, Mt 26, 59; Me 14, 53.55; Hech 20, una persona sin escrúpulos (Jn 11, 49-53) y a
clusión de que ambos reflejan una común tra- 3. Historia - 4. Uso del término en Hebreos. 30), y que desempeñaban las funciones de ór- él se le considera responsable del proceso de
dición litúrgica; esto, a su vez, nos lleva a Bibl. (en general): G. Allon, On the History of the gano judicial religioso, órgano policial y con- Jesús (Mt 26, 3.57s.62s.65; Me 14, 53s.60s.
sospechar que también ambos escritores refle- High-Priesthood at the Cióse of the Second Temple: sistorio administrativo del templo (por ejem- 66; Le 22, 54; Jn 18, 13.24). Ananías, hijo de
jan aquí una fórmula estereotipada que había Tarbiz 13 (1941) 1-24; E. Bammel, Die Bruderfol- plo, Mt 21, 15.23.45; Le 22, 4.52; Hech 4, 1; Nebedeo, desempeñó el cargo aprox. durante
tenido su origen en una cristología arcaica de ge im Hochpriestertum der herodianisch-róm. Zeit: 5, 24.27). El representante de este grupo es el los años 48-66 p.C. (Josefo, Ant XX, 103;
ZDPV 70 (1954) 147-153; Id., 'APXIEPEYZ IIPO-
la comunidad helenística. sumo sacerdote en funciones en Jerusalén.
OHTEYQN: ThLZ 79 (1954) 351-356; N. B. Ba- Bell II, 429, 441s; Hech 23, 2; 24, 1).
Heb 2, 10 dice: «Convenía que aquel... lle- rrow, The High Priest, London 1947; J. Blinzler, Der Con frecuencia el plural designa a todo el Sa-
vara a la perfección por medio del sufrimien- Prozefi Jesu, Regensburg 1960, 87ss; H. Braun, nedrín (Mt 24, 14; 27, 6; 28, 11; Me 14, 10; El NT no nos proporciona informaciones
to al Caudillo de la salvación de ellos». La Hebraer (HNT), Tübingen 1984, 71-74.130-148; E. 15, 3.10s; Jn 12, 10; 19, 6.15.21; Hech 9, claras sobre las funciones políticamente autó-
GraBer, Hebraer I (EKK), Neukirchen-Vluyn 1990, 14.21; 26, 10.12), el cual, junto con los escri- nomas del sumo sacerdote durante el período
función de Jesús como Caudillo dimana de la 267-317; M. Hengel, Die Zeloten, Leiden 1961, 215-
cruz sufrida por él y de su resurrección de en- 219; J. Jeremías, Jerusalén en tiempos de Jesús, Ma-
bas (Mt 2, 4; 21, 15; Me 11, 18; Le 19,47; 20, de los procuradores; entre otras cosas, los su-
tre los muertos (13, 20). Jesús da cumpli- drid 1977, 167-208; K. Koch, en BHH II, 737-740; W. 19; 23, 10) o los fariseos (Mt 21, 45; 27, 62; mos sacerdotes presiden el Sanedrín (así, los
miento a las promesas divinas de salvación, R. G. Loader, Sohn und Hohepriester. Eine traditions- Jn 7, 32; 11, 47) aparecen como autoridades relatos de la Pasión) y representan al pueblo
acaudillando a muchos hijos en el camino ha- geschichtliche Untersuchung zur Christologie des máximas para juzgar en materia de doctrina y judío ante los romanos (Jn 18, 35; 19, 6.21;
Hebraerbriefes (WMANT 53), Neukirchen-Vluyn de leyes. Los evangelios no deslindan ya níti- Hech 22, 30; 23, 2; 25, 2). Según Jn 11, 51, el
cia la doxa de Dios. En Heb 12, 2 la fórmula 1981, 142-250; Reicke, Zeitgeschichte, 106-111; Id.,
«Caudillo y consumador de la fe» no quiere en BHH II, 737; E. Schrenk, áoxi£Q£ÚS, en ThWNT
damente las competencias de los diversos «pontífice de Dios» (Hech 23, 4) posee el don
decir que Jesús, «como primer hombre diera III, 265-284; H. F. WeiB, Der Brief an die Hebraer grupos. de ia profecía (así piensa Jeremías, 169). Tan
495 doxieoeij? - áoxi/ceXcüvris 496 497 aQxitQÍxXivog - áQ%m 498

sólo en Hebreos se habla de las funciones cul- Santo -el Día de la Expiación- en el celestial áQ/iTQÍxXiVO?, ov, Ó architriklinos ma- por el infinitivo de presente (BlaB-Debrunner
tuales del sumo sacerdote: presidir el culto sa- santo de los santos (6, 20; 8, 1-3; 10, 19s); co- estresala* § 414, 10), expresándose el comienzo mismo
crificial, la oblación cotidiana en favor del su- mo expiación, este ofrecimiento logra el per- Jn 2, 8.9 (dos veces): el encargado de orga- de la acción o el inicio de la misma en con-
mo sacerdote (7, 27; cf. Lev 6, 13; Filón, dón, la redención eterna y la purificación de la nizar la fiesta. Lutero traduce: Speisemeister traste con su continuación, terminación o in-
SpecLeg III, 131), la virtud expiatoria de su conciencia de pecado (9, 11-15: 10, 22). El he- terrupción (Bauer, Wórterbuch, s.v. 2.a.a
(encargado del menú de un banquete).
propia muerte (Núm 35, 25ss) y la realización cho de que Jesús llegue a ser el sumo sacerdo- [ejemplos]). El realce del nuevo comienzo de
del ritual en el Gran Día de la Expiación (9, te se contempla aquí enteramente sobre el tras- una acción conduce frecuentemente al uso
7.25; 13, 11; cf. Ex 30, 10; Lev 16; Josefo, fondo del culto del AT, y se considera como á(JX w archó dominar, comenzar puramente pleonástico del término en los Si-
Ant III, 242ss; Filón, SpecLeg I, 72; LegGai tipológicamente superior a ese culto. 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
nópticos y en Hechos (BlaB-Debrunner § 392
semánticos y uso gramatical del término - 3. Signifi- nota 9; 419, 3 [bibliografía en ambos luga-
307; Joma 5, 1-4). c) Jesús, en su Ascensión, abre para sus se- cado en la voz activa - 4. Significado en la voz media - res]; -> 4) y denota sólo limitadamente la
guidores el camino hacia Dios (4, 14-16: 5, 9; a) Comparación entre los Sinópticos - b) Uso pleo- presencia de un semitismo (Delling, 477).
4. Hebreos recoge la confesión bautismal
7, 19; 10, 19-21: 12, 2; ¿un motivo de «pró- nástico y expresivo en los Sinópticos y en Hechos -
(3, 1; 4, 14; 10, 19ss) o, quizás en sentido más c) Significado específico en la obra lucana - 5. Los
dromos», parecido al que se encuentra en las 3. En voz activa: dominar, en Me 10, 42 (a
amplio, la tradición del culto cristiano primi- demás ejemplos en el NT.
ideas gnósticas? Así piensa Kásemann). diferencia de Mt 20, 25 / Le 22, 25): En una
tivo consistente en confesar que el Hijo de Bibl: Baüer, Wórterbuch, s.v.; H. Bietenhard, Ori-
Dios es el sumo sacerdote; basándose en el d) En la situación presente de la Iglesia sentencia que viene a continuación de la perí-
gen, principio, en DTNT III, 226-230, especialmente
Sal 110 y en las ideas judías acerca de Mel- copa de los hijos de Zebedeo (10, 35-40), se
perseguida, el Exaltado aparece como el Su- 229; Dalman, Worte, 21s; G. Delling, ágxw " T L , en
quisedec y sobre el sumo sacerdote mesiánico ThWNT I, 476-488, sobre todo 476s; D. C. Hesseling, da una definición concreta del discipulado en
mo Sacerdote celestial (7, 26; 8, 1; 10, 21)
y celestial, el camino de Jesús es descrito co- Zur Syntax von aQ%o\iai und Verw.: ByZ 20 (1911) la comunidad post-pascual, a la vista del com-
que se presenta ante Dios como garante (7,
mo el ministerio del sumo sacerdote. En con-
147-164; J. W. Hunkin, «Pleonastic» apxofxai in the portamiento de Jesús (Me 10, 32-34), a saber,
22), intercesor (7, 25; 9, 24) y mediador (8, 6; NT: JThS 25 (1924) 390-402; J. A. Kleist, The Gospel que no hay que querer dominar unos a otros.
traste con la tradición judía y con la tradición sobre el sumo Sacerdote celestial, cf. también ofStMarc, Milwaukee 1936, 154-161, 171 nota 1; F.
Rehkopf, Die Ik Sonderquelle. lhr Umfang und Y esto caracteriza la manera distintiva en que
cristiana primitiva, esta categoría hermenéuti- 1 Clem 36, 1; IgnFil 9, 1; Polic 12, 2).
Sprachgebrauch (WUNT 5), Tübingen 1959, 22s; J. la Iglesia existe en medio del mundo (V. P.
ca se aplica ya al Jesús terreno y crucificado. U. Kellermann Reiling-J. L. Swellengrebel, A Translator's Handbook Howard, Das Ego Jesu in den synoptischen
El autor elude la cuestión de la descendencia on the Gospel ofLuke, Leiden 1971, 203, 521, 721 y Evangelien [MThSt 14], Marburg 1975, 97-
levítica (7, 13-17), utilizando la expresión «se- passim; H. Schürmann, Jesu Abschiedsrede Lk 22, 21-
107, esp. la p. 97 nota 4; R. Pesch, Markus-
gún el orden de Melquisedec» (5, 10; 6, 20; 7, a^f\,7tOÍ\lV{V, £VO£, ° archipoimen pastor 38. III. Teil einer quellenkritischen Untersuchung des
supremo lk Abendmahlberichtes Lk 22, 7-38 (NTA 20, 5), evangelium II [HThK], 153-167 [bibl.]).
11.15.17) para dilucidar tipológicamente co- Münster i. W. 1957, 8-10; G. Strecker, Der Weg der
mo eterna e imperecedera la legimitidad del -> Jtouir|v. En Rom 15, 2 «el acento recae sobre el infi-
Gerechtigkeit.Untersuchung zur Theologie des Mt
verdadero sumo sacerdote del fin de los tiem- (FRLANT 82), Gottingen 3 1971, 20; J. Wanke, Die
nitivo» (aQXEiv; E. Kásemann, An die Romer3
pos. Jesús sobrepasa el sumo sacerdocio im- Emmauserzahlung. Eine redaktionskritische Untersu- [HNT], sub loco). Con una cita libre de ls 11,
'AQ/IJIJIOS, OV Archippos Arquipo*
perfecto del AT y lo sustituye con su sacrifi- chung zu Lk 24, 13-35 (EThS 31), Leipzig 1973, 87; 10 LXX se acentúa el señorío universal del
Nombre de un cristiano de Colosas (Col 4, U. Wilckens, Die Missionsreden der Apg. Form und
cio ofrecido de una vez para siempre (capí- «Resucitado y Exaltado», que ha comenzado
17; Flm 2). traditionsgeschichtliche Untersuchungen (WMANT ya y que es consecuencia del hecho de la jus-
tulos 7-10). 5), Neukirchen-Vluyn '1974, 63-70, 106-109.
El camino del sumo sacerdote hacia la re- tificación; este señorío de Cristo permite que
áQ%iawáy(üyog, OV, Ó archinynagógos 1. De las 85 veces (+ Me 12, 14 v.L; Jn 8, también los gentiles participen en la alabanza
dención se describe en cuatro etapas;
presidente de la sinagoga* 9) que el término se emplea en el NT, ¿ÍQ%Ü) de la misericordia divina (Kásemann, An die
a) Bajo las condiciones de la existencia hu- Me 5, 22.35.36.38 par. Le 8, 49; Le 13, 14; en voz activa aparece en Me 10, 42; Rom 15, Romer, sub loco [bibl.]; Schlier, Rómerbrief
mana, por un lado (2, 17s; 4, 15), y bajo per- Hech 13, 15; 18, 8.17. Schürer II, 509-512: 12, y aQxo[xai en voz media aparece 16 ve- [HThK], 425).
fecta obediencia y carencia absoluta de peca- ThWNT VII, 842-845; BHH II, 1326. ces en Marcos (+ Me 12, 14 v.L), 13 en Ma-
do (4, 15; 5, 5-10; 7, 26-28), en solidaridad teo, 31 en Lucas, una vez en Juan (además de 4. En voz media el verbo significa comen-
con el sufrimiento humano (2, 17; 4, 15; 5, ágxiTCXTWV, OVO?, Ó architekton arqui- 8, 9), 10 veces en Hechos, y aparece también zar, empezar:
ls) y fidelidad a Dios (2, 17s; 3, ls), por el tecto* en 2 Cor 3, 1; 1 Pe 4, 17.
otro lado, el Jesús terreno hace de mediador a) Comparación entre los Sinópticos: en
1 Cor 3, 10: como «sabio arquitecto», Pa- Marcos el verbo aparece 27 veces; Mateo em-
entre los seres humanos y Dios. De esta ma- blo echó los cimientos de la Iglesia.
nera llega a ser el sumo sacerdote (2, 17; 5, 5; 2. La significación original del verbo es la plea el verbo 13 veces, de las cuales 6 apare-
6, 20; 7, 16.21s). de ser el primero. En voz activa significa do- cen en textos paralelos con textos de Marcos
ttQ%lT£há>vr\%, ov, ó architelones jefe de minar (o comenzar, pero esta última acepción (Me 2, 23 par. Mt 12, 1; Me 8, 31 par. Mt 16,
b) Es decisivo el ofrecimiento de su propia recaudadores de impuestos* es rara en el período helenístico; cf. Delling 21; Me 8, 32 par. Mt 16, 22; Me 14, 19 par.
vida (7, 27; 10, 10: ¿teología del mártir?) o de En Le 19, 2 dícese de Zaqueo. En ninguna 476s; BlaK-Debrunner § 177); en voz media Mt 22, 22; Me 14, 33 par. Mt 26, 37; Me 14,
su propia sangre (9, lis; 10, 19) el Viernes otra parte se halla atestiguada esta palabra. significa comenzar, empezar, seguido siempre 71 par. Mt 26, 74); Lucas emplea el verbo 31
501 &Q%ttí - agxcov 502
499 áexw 500

tiene su meta en la comunión y servicio mu- Pneumatiker und Psychiker in Korinth. Zum religions-
veces, de las cuales 2 aparecen en textos para- tiene su centro histórico-salvífico en Jerusa- geschichtlichen Hintergrund von 1. Kor 2, 6-3, 4
lelos con textos de Marcos (Me 11, 15 par. Le lén (Le 24, 47; cf. 24, 27) y, como un aconte- tuo de amor que los discípulos deben prestar- (MThSt 9), Marburg 1975, 58ss, 199, 219 y passim.
19, 45; Me 12, 1 par. Le 20, 9; Le 9, 1 podría cimiento de proclamación, toma allí su punto se unos a otros (cf. R. Bultmann, Das Evan-
depender de Me 6, 34s, y Le 11, 29 podría de- de partida en forma de «discurso misionero» gelium des Johannes1" [KEK], 355-365; los 1. Las 37 veces que el término aparece en
pender de Me 11, 8s). En la fuente Q el verbo (Hech 10, 34-43) que compendia el Evangelio posibles vestigios de una manera semítica o el NT (incluido Mt 9, 34 [cf. GNTCom, 25s])
aparece 2 veces (Le 7, 24 par. Mt 11, 7; Le 22, (de Lucas) y señala así la permanente presen- sinóptica de hablar [Bultmann, Das Ev. des y excluido Tit 1, 9 [v.l.; cf. GNTCom, 653])
45 par. Mt 24, 49). Los demás ejemplos del cia de Jesús en la proclamación (sobre diver- Johannes, 352] no deben exagerarse y difícil- se distribuyen en tres ámbitos: a) uno hace re-
uso del verbo que hay en Lucas y en Mateo se sos aspectos de los textos citados, cf. las sec- mente bastarán por sí mismos para aislar la ferencia a Cristo (Ap 1, 5); b) otro hace refe-
derivan de sus respectivas tradiciones pecu- ciones correspondientes en E. Haenchen, fuente joánica; R. Schnackenburg, El Evan- rencia a funcionarios romanos o judíos (auto-
liares o de su correspondiente actividad re- Apostelgeschichte; H. Conzelmann, Apostel- gelio según san Juan III, 30-39 [incluye bi- ridades) o a particulares que gozan de pres-
daccional. geschichte2 [HNT]; Id., El centro del tiempo, bliografía]). tigio (así casi siempre en los Sinópticos y en
Madrid 1974, 215ss; G. Schneider, Lukas, O. Merk Hechos, por ejemplo, Hech 14, 5; también Jn
b) El uso predominantemente pleonástico 3, 1; 7, 26.48; Rom 13, 3); c) un tercero hace
que se hace del verbo en los evangelios y en 503s; Wilckens, 63-70, 106-109; K. Kliesch,
Das heilsgeschichtliche Credo in den Reden referencia a poderes supramundanos, los cua-
Hechos (por ejemplo, Me 10, 28; Hech 1, 1; ÜQXiúV, OVTO?, Ó archon jefe, gobernante* les -de ordinario- ejercen un dominio hostil
11, 4; Hunkin; Delling,477; E. Haenchen, der Apostelgeschichte [BBB 44], Bonn 1975,
93s, 160ss; O. Merk, Das Reich Gottes in 1. Aparición del término en el NT - 2. Ámbitos de a Dios (Me 3, 22; Mt 9, 34; 12, 24; Le 11,
Apostelgeschichte7 [KEK], a propósito de significado - a) Referencias a Cristo - b) Referencias a 15; Jn 12, 31; 14, 30; 16, 11; 1 Cor 2, 6.8; Ef
Hech 1, 1) es significativamente un término den lukanischen Schriften, en FS Kümmel, gobernantes seculares - c) Poderes espirituales.
201ss [en todas las obras citadas se da biblio- 2,2).
redaccional marquino en los ámbitos de la Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; H. Bietenhard, Ori-
predicación y de la enseñanza (Me 1, 45; 4, 1; grafía]). gen, principio, en DTNTIII, 229s, especialmente 229, 2. a) Ap 1, 5 es el único lugar del NT en
5, 20; 6, 2.34; 8, 31; cf. también E. Schwei- J. Blank, Krisis. Untersuchungen zurjoh Christologie
que áo/üw se refiere a Cristo. El Cristo exal-
5. a) 2 Cor 3, 1: áQXBoftai es aquí signifi- und Eschatologie, Freiburg i. Br. 1964, 194, 281ss,
zer, Anmerkungen zur Theologie des Markus, tado, como «el soberano de los reyes de la
en, Id., Neotestamentica, Zürich 1963, 93-104 cativo, a propósito de una pregunta retórica, 339; O. Bocher, Das NT und die damonischen Machte
porque «Pablo está acostumbrado a oír» la re- (SBS 58), Stuttgart 1972; W. Carr, The Rulers of this tierra», debe contemplarse en el marco de la
passim). Lo mismo se refleja, pero sin parale- Age -1 Cor 11. 6-8: NTS 23 (1976-1977) 20-35; G. doxología inicial y, al mismo tiempo, en el
los sinópticos, en los demás evangelios: en petida «crítica» de que él se recomienda a sí
Dautzenberg, Botschaft und Bedeutung der urchristli- marco de la doxología del Apocalipsis; la in-
Mateo lo vemos por la referencia al carácter mismo (R. Bultmann, Der zweite Briefan die chen Propheten nach dem 1 Kor (2:6-16; 12-14), en J.
Korinther [KEK], 74; Delling, 477). Panagopoulos (ed.), Prophetic Vocation in NT and To- terpretación histórica -tanto en sentido tem-
fundamental del comienzo de la predicación poral como en sentido escatológico- se hallan
day (NovTS 45), Leiden 1977, 131-161; G. Delling,
de Jesús (4, 17); en Lucas esto mismo se re- b) En 1 Pe 4, 17a la intervención presente áQXM xxX., en ThWNT I, 476-488, sobre todo 486- entretejidas para caracterizar al «reinado uni-
fleja en la acentuación del comienzo que la y futura de Dios en la Iglesia se halla delinea- 488 (bibl.); M. Dibelius, Die Geisterwelt im Glauben versal de Cristo» (cf. W. Bousset, Offenba-
actividad de Jesús significa (3, 23; 4, 21; 23, da como un «juicio»; en 4, 17b estará justifi- des Paulus, Güttingen 1909, 88-97 y passim; A. Feui-
rung [KEK], 187ss, 239; T. Holtz, Die Chris-
5 [la idea se expresa sin el verbo: Jesús es el llet, Les «chefs de ce siécle» et la sagesse divine
cado completar la idea añadiendo áQ%exai xb d'aprés ICor 2, 6-8, en Studiorum Paulinorum Con- tologie der Apokalypse [ 85], Berlin 1962,
misionero original, 8, 4-8]; cf. Hech 10, 37) y XQÍUXX después de el Se JTQWTOV ácp' f|u.a>v gressus lnternationalis Catholicus 1961 (AnBibl 17- 58ss [bibl.]).
en la difusión de la palabra en virtud del co- (L. Goppelt, Der erste Petrusbrief [KEK], 18) I, Romae'l963, 383-393; J. Jeremías, Jerusalén en
mienzo originado en Jerusalén por el aconte- 311-314 [bibliografía], esp. lap. 314 nota 57). tiempos de Jesús, Madrid 1977, 179, 199-215; E. Loh- b) 1) En Mt 20, 25 aQX0VteS s e aplica a
cimiento de Jesús (24, 47; -x 4.c; cf. H. se, Swé&QLOv, en ThWNT VII, 858-869; F. MuBner, quienes tienen un señorío secular en general
Schürmann, Lukas I [HThK]; G. Schneider, c) áp^áu-evoi es muy significativo en la Christus, das All und die Kirche. Studien zur Theolo- (la realidad, aunque no la palabra, aparece en
gie des Eph (TThSt 1), Trier 1955, 18ss y passim; A.
Lukas [ÓTK], y Reiling y Schwellengrebel perícopa no joánica de la mujer sorprendida van Roon, The Authenticity ofEphesians (NovTS 39), los lugares paralelos Me 10, 42; Le 22, 25),
sobre los pasajes citados). en adulterio (Jn 8, 9), una perícopa que tuvo Leiden 1974, 223-237 y passim; A. Schlatter, Der mientras que en Rom 13, 3 el término se re-
quizás su origen en la Iglesia primitiva (cf. Evangelist Mt, Stuttgart 1929, 315s; Id., Der Evange- fiere a las autoridades de gobierno según el
Kümmel, Einleitung, 173 con las notas 44 y list Joh, Stuttgart 1930, 270-272; H. Schlier, Machte lenguaje helenístico-romano (cf. A. Strobel:
c) En la expresión formularia, peculiar de und Gewalten im NT (QD 3), Freiburg i. Br. 1958; J.
Lucas, aQÍ;áu.avos curó (cf. BlaB-Debrunner 45; H. Freiherr von Campenhausen: ZNW 68 Schniewind, Die Archonten dieses Áons (I. Kor 2, 6-
ZNW 47 [1956] 67-93, esp. 79ss), y en Hech
§ 137, 3; 419, 3; Wilckens, 106-109; Wanke, [1977] 164-175). 8), en Id., Nachgelassene Reden und Aufsatze, mit ei- 16, 19 -único lugar en el NT- se hace refe-
87) se observa un interés específico de la teo- En Jn 13, 5, Jesús comienza a lavar los pies nem Vorwort von G. Heinzelmann, editado por E. Kah- rencia a las autoridades de la ciudad (cf. J.
logía lucana: esta teología se ocupa de toda la durante la cena. Y precisamente en el hecho ler (TBT 1), Berlín 1952, 104-109; L. Schottroff, Der WeiB, Macedonien: RE XII [1903] 39; Strath-
Glaubende und die feindliche Welt (WMANT 37), mann 529). En Hech 4, 26, en una oración to-
historia de Jesús, comenzando por su bautis- de que Jesús comience a realizar esta acción Neukirchen-Vluyn 1970, 217-225, 231, nota 3, 275;
mo (cf. Le 3, 23), y puede determinarse geo- se halla lo significativo de lo que quiere ex- Schürer II, 107, 218, 251s, 511s; III, 76, 78, 85s; H. mada del Sal 2, ls, «los reyes de la tierra» se
gráficamente desde Galilea (Le 23, 5; Hech presarse con ella, a saber, el sentido del hu- Strathmann, JtóXt; %x\., en ThWNT VI, 516-535, es- interpretan exegéticamente en sentido pre-lu-
10, 37); la participación en esta historia es millante servicio que Jesús presta a sus se- pecialmente 529; J. Wanke, Die Emmauserzahlung. cano para referirse a Heredes Antipas, y lo de
Eine redaktionsgeschichtliche Untersuchung zu Lk 24, oi aQXOVxeg se refiere a «Pilato» (cf. Hech 4,
criterio decisivo para el apostolado, según la guidores, un servicio que comienza «en la 13-35 (EThS 31), Leipzig 1973, 58s, 66; M. Winter,
concepción lucana (Hech 1, 22); esta historia comunión de los discípulos con Jesús» y que 27-30 y, para explicar la escena creada por
503 504 505 CXQXCOV - áoe|3r|s 506
agxcov

Lucas, cf. Le 23, 6-12; M. Dibelius, Herodes algunos miembros del Sanedrín que, en con- nios, por ejemplo, en Dibelius, 88s; W. G. áaáA,Et)TOg, 2 asaleutos firme, inmóvil*
und Pilatus, en Id., Botschaft I, 278-292, esp. traste con «los judíos» y «los fariseos», per- Kümmel en H. Lietzmann-W. G. Kümmel, En Hech 27, 41 dícese de la proa de la na-
289ss; H. Conzelmann, Apostelgeschichte2 manecen abiertos hacia el mensaje de Jesús An die Korinther I/II [HNT], 170; H. Conzel- ve, que se clavó y quedó inmóvil. En Heb 12,
[HNT] sub loco). (cf. R. Bultmann, Das Evangelium des Jo- mann, Der erste Brief an die Korinther [KEK], 28 dícese, en sentido figurado, de la inconmo-
hannes'0 [KEK], 94 nota 3; H. F. WeiB, en 77s [bibl.]; R. Baumann, Mitte und Norm des vible PaoiAeía.
2) En los evangelios sinópticos y en He- ThWNT IX, 47). Christlichen [NTA NF 5], Münster i. W. 1968,
chos, a las personas que ocupan posiciones 209-255 [bibl.]; L. Schottroff 221 nota 1 y
destacadas se las suele designar como ótQ- c) Excepto en 1 Cor 2, 6.8, vemos que en ' A a á q j Asaph Asá*
passim).
Xcov; por ejemplo, el juez en Le 12, 58, un el NT OÍQXCDV se usa siempre en singular Nombre de persona en Mt 1, 7.8 (cf. 1 Re
Ef2, 2: en este pasaje el CXQXCOV es la per-
miembro del Sanedrín en Le 12, 13, el sumo cuando designa a poderes supramundanos. 15, 8).
sonificación de la esfera de poder que se
sacerdote en Hech 23, 5. Como CXQXCOV del (Sobre la historia de la interpretación de los
textos que a continuación se estudian, cf. los opone a Dios (cf. H. Schlier, La Carta a los
pueblo (Hech 7, 27.35), Moisés adquiere sig- Efesios, Salamanca 1991, 134-138 [con nu- á a P e a t o g , 2 asbestos inextinguible*
nificado tipológico en la teología lucana a comentarios mencionados y los ejemplos
merosos ejemplos]) y se identifica segura- Dícese en Me 9, 43 del fuego del infierno
propósito del acontecimiento de Cristo (cf. Le ofrecidos en H. Conzelmann, Der erste Brief
an die Korinther [KEK], 79 nota 45; Bauer, mente con Satanás. El paralelismo que se es- (v. 45 v.l.). Mt 3, 12 par. Le 3, 17: «pero él
2, 38; 24, 21; Hech 3, 15; 5, 31; cf. E. Haen- quemará la paja en fuego inextinguible».
Worterbuch, s.v.). tablece entre odcóv y OÍQXCDV muestra que
chen, Apostelgeschichte1 [KEK], sub loco; H.
éstos, al menos, «se corresponden por su na-
Conzelmann, Apostelgeschichte2 [HNT], sub Me 3, 22: La acusación que aparece en es-
loco; G. Stahling, Apostelgeschichte3 [NTD], te pasaje, que es seguramente una composi- turaleza» (A. Lindemann, Die Aufhebung der ¿ o é P e í a , a ? , 1^ asebeia impiedad
108 [testimonios]). ción unitaria en su forma original de la fuen- Zeit [StNT 12], Gütersloh 1975, 110; cf. ibid. -> áoefir)g.
te Q (Mt 12, 24 [¿tendrá 9, 34 una base textual 49ss, 58s, 108ss), aunque su identificación,
Una comparación entre los Sinópticos nos
marquina?] par. Le 11, 15; sobre el problema demostrable por lo demás en la historia de las
permite ver que el uso de aQXiovváywyoc, a a e p é o ) asebeo actuar impíamente
(presidente de la sinagoga) alterna con el de sinóptico en este punto, cf. Bultmann, Ge- religiones, no se halle presente aquí también
-> áae(3T)g.
CXQXCOV (cf., por ejemplo, Me 5, 22 par. Mt schichte 10-12, 54, 356, Erganzungsheft, 17; (Dibelius, 156s; M. Dibelius-H. Greeven, An
7,
9, 18; Le 8, 41; Me 5, 38 par. Mt 9, 23). Es- Schulz, Q, 203ss [bibl.]), se halla escindida en die Kolosser, Epheser, und Philemon [HNT],
Marcos, aunque sigue siendo sustancialmente sub loco). áoe|ÍT|5, 2 asebés impío, malvado*
to podría deberse a que, en el judaismo de la
Diáspora, ambas funciones, aunque se distin- la misma: la malévola identificación de Jesús Los cristianos se hallan rescatados ahora de áaéfteía acción malvada, impiedad*
guieran claramente, podían ser ejercidas por con Beelzebul o Beelzebub (= señor de las este CXQXCOV (Ef 2, 1-3), y Juan dilucida esta áoepéco asebeo actuar impíamente*
la misma persona (cf. también Schürer II, moradas [demoníacas]), príncipe de los de- realidad en Jn 12, 31; 14, 30; 16, 11 mediante 1. Aparición del grupo de palabras en el NT -
511). Pero es más probable que existiera un monios y, por tanto, el mismísimo Satanás una expresiva formulación cristológico-esca- 2. Campo semántico - 3. Afirmaciones sobre los falsos
conocimiento impreciso de la función concre- (cf. Me 3, 23.26), pretende demostrar la pose- tológica: en la exaltación de Jesús en la cruz, maestros - 4. La Carta a los romanos y las Pastorales.
ta del CXQXCOV, como vemos también por el he- sión demoníaca de Jesús a los ojos de sus ad- el CXQXCOV TO0 xóofiou TOTJTOU, Satanás, «que- Bibl.; W. Foerster, áoE|3r|5 xxL,. en ThWNT VII,
cho de que Lucas designe como aQ%ovxec, versarios (Me 3, 30), y quiere hacer ver que dó desposeído de su poder» (cf. R. Bultmann, 184-190; F. Hahn, Génesis 15, 6 im NT, en Probleme
(en plural) o «jefes» de los judíos a los que los exorcismos de Jesús, que tienen un poder Das Evangelium des Johannes10 [KEK], 330
biblischer Theologie (FS G. von Rad), München 1971,
que ni sus adversarios pueden negar, son ac- 90-107, sobre todo lOOss; E. Kásemann, Pin Perspek-
era simplemente, entre otras cosas, miembros nota 2, 488, 436; R. Schnackenburg, El Evan- tiven, Tübingen 21972, 140-177, especialmente 148-
del Sanedrín (cf. Schürer II, 251s; Lohse, 862 tos de poder demoníaco (para los detalles cf. 150. Para más bibliografía, cf. áriaoTÍa.
gelio según san Juan II, 490ss; III, 120s, 170s;
nota 29; Wanke, 58s). Aunque, cuando se R. Pesch, Markusevangelium I [HThK], 209-
Blank, 194, 281aa, 339).
menciona a un CXQXCOV individual, el peso re- 221 [bibl.]; G. Schneider, Evangelium nach 1. El adjetivo aparece 8 ó 9 veces. Con ex-
Lukas II [OTK], 264ss). O. Merk cepción de 1 Pe 3, 7 y quizás Jds 4 y 15 (al fi-
cae indudablemente sobre el encuentro de esa
nal de la frase), el adjetivo se usa siempre en
persona con Jesús (cf. Le 18, 18, donde, a di- 1 Cor 2, 6.8: en este pasaje cxQXOVxec; n o se
ferencia de Me 10, 17 / Mt 19, 16, se designa sentido sustantivado. El sustantivo aparece 6
refiere a los soberanos terrenos (como pien- aQ(i)|lltt, tttog, TO aroma especia, un-
como CXQXCOV al «joven rico»), sin embargo el veces, mientras que el verbo aparece única-
san, por ejemplo, Schniewind; Dautzenberg), güento*
plural aQXOvxec, se usa también en los escri- mente en la figura etimológica de Jds 15 (cita
sino a los poderes demoníacos. Se dice de En el NT aparece únicamente en plural en
tos lucanos para referirse a la responsabilidad de Hen [et] o Hen [gr] 1, 19), a menos que en
ellos que, como exponentes de la sabiduría Me 16, 1 par. Le 23, 56 y 24, 1: los aceites
que incumbe a la totalidad de los dirigentes 2 Pe 2, 6 demos la preferencia a la forma ver-
cósmica en su oposión a la sabiduría divina, aromáticos, los ungüentos que iban a usarse bal sobre la forma adjetival. Estos 16 ejem-
judíos por la muerte de Jesús (cf. Le 14, 1; 23, perecen porque no han reconocido la acción para ungir a Jesús en el sepulcro (según Mar- plos se distribuyen, sin contar las dos citas del
13.35; 24, 20; Hech 3, 17; 4, 5.8; 13, 27; cf. escatológica de Dios en la cruz y, con ella, la
cos); según Jn 19, 40, el cadáver fue ungido AT (Rom 11, 26; 1 Pe 4, 18), entre los tres lu-
Wanke, 59, 66; Haenchen, Apostelgeschichte1 intervención divina que se hace eficaz en el
con sustancias aromáticas y envuelto en lien- gares en que los términos aparecen en Roma-
[KEK] a propósito de Hech 3, 17). X.ó/yoc; xov OTCX'UQOÍ) (1 Cor 1, 17s), una in-
zos de lino, antes de ser depositado en el se- nos, los tres de las Pastorales y los tres de 2
En Jn 3, 1; 7, 26.48; 12, 42 se designa co- tervención que priva de su poder a las fuerzas Pedro, y las 5 veces que aparecen en Judas.
pulcro.
mo cxQxcov/aQXOVTec; a algún miembro o a contrarias a Dios (1 Cor 2, 7s; cf. los testimo-
507 áaepr|g 508 509 áoepr|5 - áadevi^g 510

2. En la LXX áoe(3f|c; se usa casi siempre juicio que se anticipa en el v. 4. Finalmente, el te alejamiento, la gracia puede ayudar a los son como una cascada de críticas, que -aun-
para traducir el hebreo rasa' (lo mismo que juicio ejecutado contra «el mundo de los im- cristianos a llevar una vida verdaderamente que no están exentos de estereotipia (A. Vog-
áu.aQTü)Xóg, aunque con frecuencia dos ve- píos» en tiempo de Noé, y contra Sodoma y humana que agrade a Dios. En consonancia tle, en LThK VI, 807)- se convierten en una
ces mayor), pero en el NT este término queda Gomorra en tiempo de Lot (los cuales, ambos, con ello, 1 Tim 1, 9 sugiere un distanciamien- única acusación contra el paganismo. Es ver-
notablemente relegado a segundo plano (por- eran «justos»), queda asentado como «ejem- to de Pablo, al considerar que la ley está des- dad que la función primaria de los catálogos
que se prefiere generalmente el tema CCU.CIQT-). plo» para los futuros impíos, es decir, como tinada sólo para «los impíos y los pecadores», de vicios es positiva. Rom 13, 13 debe enten-
El judaismo helenístico rompe con la limita- ejemplo de juicio contra los malvados del mientras que «el justo» edifica su vida en «la derse como típica parénesis bautismal. Gal 5,
ción habitual del uso del término a la relación tiempo del autor de 2 Pedro, que viven de ma- sana doctrina» (v. 10, al final). 19 quiere contribuir a asegurar «el margen de
(que, como es lógico, falta) con los dioses nera contraria a la voluntad de Dios y se bur- P. Fiedler libertad del bautizado» (MuBner, 389). El au-
(compárese, por ejemplo, Platón, Symp 188c lan de la parusía (2 Pe 2, 5s). Ellos también tor de 1 Pedro se dirige a los cristianos perse-
con Dión Crisóstomo, Or 31, 13; pero cf. tam- serán destruidos (3, 7).' guidos, a quienes alienta y consuela con el re-
bién Josefo, Bell VII 260): siempre que uno áfféXyeía, a£, á aselgeia desenfreno, li-
cuerdo del acontecimiento de Cristo y del
se comporta impíamente, comete una ofensa bertinaje*
4. Pablo, en Rom 1, 18, vincula áoéfieía bautismo (3, 21).
contra (la voluntad de) de Dios, quien se pre- con ¿tSixía (en consonancia, por ejemplo, Bibl.: O. Bauernfeind, acrécela, en ThWNT I, H. Goldstein
ocupa esencialmente de la vida (y de la con- con Miq 7, 18; Hen [gr] 13, 2). Teniendo en 488; F. MuBner, Der Galaterbrief, Freiburg i. Br.
vivencia) humana. Así que áae(3r|5 y áu.ao- 1974, sobre todo 379-383; A. Vogtle, Die Tugend- und
cuenta los antecedentes veterotestamentarios Lasterkataloge im NT, Münster i. W. 1936, s.v. en el
tcrAóg pueden figurar el uno junto al otro y judíos, es improbable que estos términos se aoi\fio$, 2 asemos insignificante*
índice analítico; S. Wibbing, Die Tugend- und Laster-
como equivalentes en 1 Tim 1, 9 (hendíadis), refieran a una división entre trasgresiones kataloge im NT, Berlín 1959. Hech 21, 39: De Tarso, «una ciudad nada
lo mismo que en la cita que se hace en 1 Pe 4, contra la primera tabla y trasgresiones contra insignificante de Cilicia». ThWNT VII, 266s.
18. El pleonasmo áu.aQT(rAoi áae(3etg que la segunda tabla del Decálogo. Lá idea tiene 1. En el NT áaéX/yeía tiene de ordinario
encontramos en la cita que se hace en Jds 15 mucho más que ver con los que son objeto de un significado sensual y designa sobre todo
es un caso único. El sustantivo entendido co- la cólera divina: tanto gentiles como judíos: el desenfreno en materia sexual: Rom 13, 13: 'A(fT|Q Aser Aser*
mo acción aparece tanto en la cita combinada así como Pablo niega a estos últimos la justi- xoíxaic; (relaciones sexuales) xcd áae^Yeícuc;; Aser se menciona en Le 2, 36 como antepa-
de Rom 11, 26 (en plural, lo mismo que en cia basada en la ley, a causa de las trasgresio- 2 Cor 12, 21: áxovfraQaíg (impureza) xcd sado de la profetisa Ana; en Ap 7, 6 se le men-
Jds 18) como en Rom 1, 18 (jtáaa, juntamen- nes cometidas por ellos (Rom 2), así también Jtofjvsioc (fornicación) xcd áoe'kyúq; Gal 5, ciona también en la enumeración de las tribus
te con á&ixíá). 2 Tim 2, 16 y Tit 2, 12 se re- niega a los gentiles la -> Evoéfieía, aunque no 19: obras de la carne, entre las que se inclu- de Israel (Gen 30, 13; 49, 20).
fieren más bien a una actitud. En Jds 15 y 18 emplea este concepto, que está demasiado yen jtOQveía (fornicación), áxadaocáa (im-
el genitivo semitizante sustituye al adjetivo. orientado hacia la vida religiosa (cf., no obs- pureza) y áaéX/yeux; cf. 2 Pe 2, 2.7.18; Herm áddéveía, ag, 1^ astheneia debilidad, en-
tante, EO£(3áodTioav en 1, 25). Porque unos y (m) 12, 4, 6; (s) 9, 15, 3; (v) 2, 2, 2; 3, 7, 2. fermedad
otros se cierran a la verdad de Dios, es decir, Además, el término expresa la conducta en -> áo"í)evr)5.
3. Fuera de Romanos y de Tito 2, 12, los al orden de la creación. Este «pecado funda- la que el desenfreno sexual es tan sólo un ele-
enunciados en que aparece el tema áo"E¡3- se mental» se realiza por medio de acciones cul- mento entre muchos. áaéXyeía es, por tanto,
hallan en el contexto de la lucha contra los pables (1, 18), en las que al mismo tiempo se una expresión global de la mala conducta y áadsvéo) astheneo estar débil, enfermo
falsos maestros. Como en la LXX (especial- deja sentir ya el castigo (vv. 21s, especialmen- de la perversión. Es uno de los vicios que co- -> ácr&evfjc;.
mente Proverbios [cf. 1 Pe 4, 18] y otros es- te 1, 24ss). Rom 4, 5 habla de la justificación rrompen desde dentro al individuo (Me 7,
critos sapienciales), partiendo de la perspecti- del impío (caracterizado en 1, 18ss) por obra 22). En ella consiste la perversidad de Sodo-
del mismo Dios -tan sólo mediante la fe-. De á a d é v i m a , ato?, TÓ asthenema debilidad
va de la apostasía de (los mandamientos de) ma y Gomorra (2 Pe 2, 7). Es típica del paga-
manera enteramente ajena al judaismo, Abra- -• rjto"írevr|S.
Dios (por ejemplo, Prov 28, 4; Jer 3, 13; Dan nismo impío (Ef 4, 19; 1 Pe 4, 3; Jds 4).
9, 5), era fácil definir a los herejes como los hán es ejemplo del áoePr|c; creyente. Rom 5,
que se contraponen fundamentalmente al 6 se centra en la fe que conduce a la acepta- 2. Una característica del uso de este voca- á,G$£xr\q, 2 asthenes débil, enfermo
Síxcuoc;. En efecto, se tienen constantemente ción de la salvación ofrecida en la muerte vi- blo en el NT es su inclusión en los catálogos áoftéveicx, ag, f| astheneia debilidad, enfer-
a la vista las consecuencias prácticas de las caria de Cristo, y se centra también en la ma- de vicios (Rom 13, 13; Gal 5, 19; 1 Pe 4, 3), medad
falsas doctrinas: en 1 Tim 1, 9(s) áoepf|g apa- nifestación del incomparable amor de Dios y catálogos que tienen sus modelos tanto en el áo'&Evéco astheneo estar débil, enfermo
rece en relación con un catálogo de vicios, de su Hijo hacia nosotros, que «en aquel tiem- judaismo (Qumrán: 1QS 4, 9-11; cf. Wibbing ácrdévima, atog, t ó asthenema debilidad*
mientras que la escalación de la impiedad en po éramos todavía impíos».
92-94) como en la ética de la antigüedad pa- 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Signifi-
2 Tim 2, 16 se ilustra en 3, 1-5; en Jds 4 y En Tit 2, 12 (cf. los vv. 11-14), por contras- gana. Estas formas literarias concuerdan no cado y uso del grupo de palabras - 3. En los evangelios
18(s) se hace referencia primariamente a la te, el foco se centra en el alejamiento del pa- sólo en la exhortación inicial a no llevar un - 4. En Pablo.
praxis, lo mismo que en la cita paralela del v. ganismo, al que se considera contrario a Dios, estilo malo de vida, sino también en el orden
5 se tiene a la vista el anuncio profético del Bibl: J. Ernst, Das Ev. nach Lk, Regensburg 1977,
mediante la conversión (el bautismo). Por es- en que se enumeran los vicios. Los catálogos 181s, 334; F. Fenner, Die Krankheit im N7*(UNT 18),
511 áadevT|g 512 513 áadevris 514

Leipzig 1930, especialmente 27-30; E. Güttgemanns, corporal de su existencia, se puede aplicar Hech 5, 16) o íaa'frai (como en Le 9, 2; Sant g) Finalmente, en Hech 20, 35 el participio
Der leidende Apostel und sein Herr (FRLANT 90), también a determinadas personas o grupos de
Gottingen 1966; P. Hoffmann, Studien zur Theologie 5, 16). El proceso de curación se efectúa de áo'&evoijvTeg designa a los que son económi-
der Logienquelle (NTA NF 8), Münster i. W. 1972, personas. Así, por ejemplo, en 1 Pe 3, 7, se diferentes maneras: por imposición de las ma- camente débiles, a los pobres.
299; E. Kamlah, Wie beurteilt Paulus seine Leiden?: dice que las mujeres son el «sexo más débil», nos, por la acción de tocar, etc., e incluso me-
ZNW 54 (1963) 217-232; O. Michel, Der Briefan die y que por este motivo los maridos deben ser diante la aplicación de pañuelos (Hech 19, 3. En los evangelios las curaciones de en-
Romer, Gottingen "1966, 333-361; H. Schlier, Der más considerados con ellas. En Heb 7, 28 se 12) o por la sombra de los apóstoles que se fermos se cuentan entre las «señales» (Jn 6, 2
Romerbrief, Freiburg i. Br. 1977, 402-422; J. Schmid, dice que los sumos sacerdotes son hombres utiliza expresamente árpela) que anuncian el
El evangelio según san Marcos, Barcelona 1967, 67- proyecta sobre los enfermos (Hech 5, 15).
débiles (cf. 5, 2; también 4, 15), y en Heb 11, comienzo del reino de Dios. Esto aparece con
70; G. Stahlin, áaflevfis XTL, en ThWNT I, 488-492;
E. Walter, Die Kraft wird in der Schwachheit vollen- 34 se dice de los creyentes del Antiguo Pacto d) Otra forma más de ctodéveía lo repre- especial claridad cuando Jesús envía a los su-
det: GuL 28 (1955) 248-255; U. Wilckens, Weisheit que, «siendo débiles, fueron hechos fuertes». senta la debilidad en la capacidad para enten- yos en misión (un pasaje procedente de la
und Torheit (BHTh 26), Tübingen 1959, sobre todo Pablo habla de su «apariencia débil» (por der. A ella se refiere seguramente Rom 6, 19: fuente Q), y donde la instrucción dada a los
11-53.
ejemplo, 1 Cor 2, 3: «Y estuve entre vosotros «Hablo a la manera humana, por causa de la discípulos de curar a los enfermos se halla in-
1. Las palabras áo"f>evr|s, áadéveía y con debilidad, y con temor y mucho tem- debilidad de vuestra carne». Esta misma idea mediatamente vinculada con el encargo de
áafrevéo) aparecen en total más de 80 veces blor»; 2 Cor 10, 10: «Su presencia física [es] podría, al menos, escucharse también en Heb proclamar la inminencia del reino de Dios (Le
débil y su manera de hablar menospreciable»; 5, 2 (en este pasaje se emplean los verbos 10, 9; Mt 10, 7s). «Las curaciones en Q, como
en el NT, y más de 40 de ellas en Pablo. El vemos también por los demás pasajes, deben
sustantivo áodévrma lo encontramos única- 2 Cor 11, 21: «Nosotros hemos sido débiles»; áyvoEtv y jtX,avao"9m).
Gal 4, 13 y passim), y escribe también que entenderse escatológicamente como parte del
mente en Rom 15, 1. e) Junto a estas formas naturales de áofté- acontecimiento del fin de los tiempos» (Hoff-
Cristo «fue crucificado por debilidad» (2 Cor
13, 4). veía existe también, según Pablo, una debili- mann 299).
2. El grupo de palabras significa debilidad dad de índole ético-religiosa. Cuando Pablo, Marcos no sólo refiere curaciones aisladas
o falta de fuerzas. Pero esta debilidad es de c) La debilidad característica y fundamen- en Rom 5, 6, acentúa que Cristo, «mientras de enfermos, sino que en sus sumarios nos
índole muy diversa. tal del hombre tiene diversos efectos. Una de nosotros éramos aún débiles», murió a su ofrece la imagen de una extensa actividad sa-
sus manifestaciones es la enfermedad. En es- tiempo por los impíos (cf. 5, 8), entonces ca- nadora de Jesús (1, 32ss; 3, 7-12; 6, 53-56),
a) A menudo se hace referencia en sentido racteriza a la debilidad como el estado (supe- que está inseparablemente unida con su acti-
te sentido el grupo de palabras aparece casi
global a la debilidad que se deriva directa- rado por la muerte de Cristo) de alejamiento vidad de enseñar (cf., por ejemplo, 1, 39).
40 veces en el NT (Mt 8, 17; 10, 8; 25,
mente de la condición terrena y corporal de 36.39.43s; Me 6, 56; Le 4, 40; 5, 15; 8, 2; 9, de Dios en que vivían las personas irredentas. Marcos entiende que ambas cosas prueban la
la existencia humana, y que se deja sentir en 2; 10, 9; 13, lia; Jn 4, 46; 5, 3.5.7; 6, 2; 11, También a los cristianos les puede afectar esta dignidad de Jesús como Mesías y su condi-
diversos ámbitos. Esta manera de comprender 1.4.6; Hech 4, 9; 5, 15s; 9, 37; 19, 12; 28, 9; 1 clase de ácr&éveía. Y, así, Pablo en Rom 8, 26 ción de ser el Hijo de Dios.
la debilidad se halla presente especialmente Cor 11, 30; Flp 2, 26s; 1 Tim 5, 23; 2 Tim 4, habla de que el Pneuma (divino), en la ora- Para la comprensión de Mateo es caracte-
en los textos en que los términos oáfj^ («car- 20; Sant 5, 14), y de ordinario en construc- ción, viene en ayuda de la debilidad humana rístico, por ejemplo, el pasaje de 8, 16s. A un
ne») o acúu.a («cuerpo») aparecen en cone- ción absoluta (incluso en lugares en que se (es decir, de la incapacidad para orar en la for- sumario tomado de Marcos (1, 32ss), Mateo
xión con óccrfrev-. Citemos como ejemplo Me trata de una enfermedad determinada). En Mt añade una de sus típicas «citas de cumpli-
ma que agrada a Dios). Y señala también que
14, 38 par. Mt 26, 41, donde Jesús exhorta a 8, 17 encontramos junto a áofréveicx el térmi- miento». Se trata, en concreto, de Is 53, 4, es
en Roma y en Corinto hay grupos de cristianos decir, de unas palabras tomadas del cuarto
los discípulos, que están dormidos, a velar y no sinónimo vóoog. En 1 Cor 11, 30 se usa que son «débiles en su fe» (Rom 14, 1: áofte- cántico del Siervo de Dios: «El tomó sobre sí
orar, para que puedan superar el peligro de igualmente el sinónimo aQQCoaxog. Mt 10, 8 voüvta TT) nioxei; cf., en cambio, Rom 4, 19, nuestras enfermedades y cargó con nuestras
tentación que va asociado con la oáoí; menciona las curaciones de los áo'&EVoOvTeg donde se dice de Abrahán: \ir\ áodevT|aag xfj dolencias». Mateo ve que esta promesa profé-
áodevr|5 (entendida aquí en oposición al (aquí y en otras partes el participio sustituye JÚatei) o que tienen conciencia angustiada tica se ha cumplido en la actividad de Jesús.
Jtveíina jtQÓ'9"U[xov). Otro ejemplo es 1 Cor al adjetivo) juntamente con las resurrecciones (ovveí&eoic, áofrevr|g; 1 Cor 8, 7.12), así co- Para Lucas la curación de las enfermedades
15, 43, donde Pablo establece un contraste en- de muertos, las purificaciones de la lepra y las mo también, hablando en general, en el cuerpo está unida esencialmente a la difusión del
tre el cuerpo terreno (orou-cxtyvyjMÓv,v. 44), expulsiones de demonios; Jn 5, 3 menciona de la Iglesia puede haber miembros que pare- X.óyog (por ejemplo, 5, 15: «La fama de El se
cuyas características son la «corruptibilidad», diversos grupos de enfermos: ciegos, cojos y cen más débiles (1 Cor 12, 22). extendía cada vez más y se congregaban gran-
el «deshonor» y la «debilidad», y el futuro paralíticos. Hay distintas causas de las enfer- des muchedumbres para oírle y para que los
cuerpo de la resurrección (aó&(xa Jtveu|iati- medades. Según Le 13, 11, por ejemplo, están f) Tan sólo en raras ocasiones se aplica el curase de sus enfermedades»). Por tanto, la
xóv), que está lleno del Espíritu, y al que Pa- causadas por espíritus (nveviiaxa; cf. Le 8, grupo de palabras a personas o cosas no hu- curación de enfermedades tiene significado
blo caracteriza como cuerpo en «incorruptibi- 2; Hech 5, 16). Según 1 Cor 11, 3, aparecen manas, con el fin de describir su impotencia o teológico para la teología de la misión. Y, así,
lidad», «gloria» y «poder». como resultado de una recepción indigna de su ineficacia: en Gal 4, 9 se habla de los «dé- no nos extrañará que en Hechos la predica-
la eucaristía. La curación se expresa ordina- biles y pobres espíritus elementales». Rom 8, ción de los apóstoles vaya también acompa-
b) Lo que se dice en general acerca de la riamente con los verbos degaireíieiv (por 3 habla de la incapacidad de la ley para pro- ñada de curaciones de enfermos (Hech 3-5;
debilidad del hombre basada en lo terreno y ejemplo, Le 5, 15; 8, 2; 9, 1; 10, 9; Mt 10, 8; ducir la salvación (cf. también Heb 7, 18). 19, 12.20 y passim).
515 áodevris - 'Aaía 516 517 'Aaía -'AOICXQXTK 518

4. Pablo desarrolla su original «teología» que, por ejemplo, come de todo), porque a él Trebilco, Jewish Communities in Asia Minor, Cam- Mientras tanto Apolo predicaba aquí una es-
de la debilidad. Para él la á a d é v e í a significa también le ha aceptado Dios (14, 3). Por con- bridge 1991; E. M. Yamauchi, NT Cities in Western pecie de combinación del bautismo de Juan y
el lugar donde se revela la dynamis (divina). siguiente, no hay que poner obstáculo o pie- Asia Minor, Grand Rapids 1987.
del kerygma de Jesús (18, 24-27). En el año
Esto se expresa principalmente en aquella dra de tropiezo en el camino del otro hermano 55 Pablo completó este bautismo de agua
(14, 13). Esto se aplica principalmente a los 1. 'Aaía se menciona 20 veces en el NT. Se
frase paradójica: «Porque mi poder se perfec- con el don del Espíritu Santo (19, 1-7) y si-
«fuertes». Ellos deben sobrellevar «las fla- piensa unas veces en toda la provincia roma-
ciona en la debilidad» (2 Cor 12, 9). Pablo guió trabajando con éxito en Asia durante
quezas de los débiles» y «no complacerse a sí na de Asia (Hech 6, 9; 19, 10.22.26s; 27, 2; 1
formula aquí una ley general. Su validez se dos años más (19, 8-20). Esto suscitó contra
mismos», porque «tampoco Cristo vivió para Pe 1, 1) y otras en sus regiones centrales de
deriva del acontecimiento de Cristo. Y, así, él las iras del gremio de los plateros, que se
complacerse a sí mismo» (15, 3). Por tanto, Jonia y Lidia (Hech 2, 9; 16, 6; 20, 16.18; 21,
puede él decir de Cristo: «El fue crucificado enriquecían gracias al culto de Artemisa
Pablo da un fundamento cristológico a su pa- 27; 24, 19; 2 Cor 1, 8; 2 Tim 1, 15; Apo 1, 4;
por debilidad, pero vive por el poder de (Hech 19, 23-40; 1 Cor 15, 32; 2 Cor 1, 8).
rénesis. 1, 11 v.l.).
Dios» (2 Cor 13, 4). Para Pablo, la cruz y la En su viaje de regreso de Macedonia, en el
resurrección están inseparablemente unidas. Los débiles de Corinto eran seguramente 2. La hitita Assuwa, que designaba el Noroes- año 58, Pablo evitó un nuevo conflicto en
Cristo, precisamente como el Crucificado, es cristianos procedentes de la gentilidad, que te de Asia Menor, fue la que dio su nombre a Asia y cambió impresiones en Mileto con los
«el poder de Dios y la sabiduría de Dios» (1 tenían dificultades de conciencia para comer 'Aaía (Nuchelmans 333). Desde el siglo V a.C. ancianos de Efeso (Hech 20, 17-38). El juda-
Cor 1, 24). La cruz muestra que Dios escoge la carne sacrificada a los ídolos, que se vendía los escritores griegos conocían con el nombre de
ismo, el gnosticismo y el fanatismo eran pro-
precisamente lo que es débil a los ojos del en el mercado (1 Cor 10, 25). No se habían Aoía al Imperio Persa o al Oriente en general.
Los libros de los Macabeos denominaban así al blemas que iban en aumento en Asia (1 Tim
mundo para avergonzar a lo que es «fuerte» desvinculado aún plenamente de su pasado
reino de los Seléucidas (1 Mac 8, 6; 4 Mac 3, 20 1, 7; 6, 20; 2 Tim 1, 15; 2, 18). A pesar de to-
(1 Cor 1, 27). Pues bien, si esta ley funda- pagano; les faltaba la yvcóoig de los cristianos
passim). El último rey de Pérgamo legó en el año do, las comunidades creadas por la labor de
mental tiene validez para Cristo, la tendrá maduros (8, 7). En su actittud (que es proba- 133 a.C. al Imperio Romano sus dominios, que Pablo (Rom 16, 5; 1 Cor 16, 19) iban cre-
también para el apóstol. Por eso, Pablo -prin- blemente la respuesta a una consulta efectua- comprendían el Occidente de Asia Menor. Desde ciendo intensamente (Ef 3, 18) y eran apoya-
cipalmente en los «catálogos de sufrimien- da por los corintios) Pablo exhorta a no dar entonces 'Aaía designó, como en el NT, la pro-
vincia romana de Asia. Esta provincia estaba for- das también por otras autoridades (1 Pe 1, 1;
tos» (1 Cor 4, 10-13: 2 Cor 4, 8ss; 6, 4-10; motivo de escándalo a los de «conciencia dé-
mada por Misia, Jonia, Lidia, Frigia y Caria y, Ap 1, 4). En las siete ciudades donde se ce-
bil», porque de lo contrario se estaría pecando
11, 21-29; 12, 10)- acentúa sin cesar su pro- por encargo del Senado, se hallaba administrada lebraban las reuniones anuales de Asia (-> 1)
contra Cristo mismo (8, 12). Por tanto, aquí
pia debilidad con todas sus manifestaciones por un procónsul que residía en Efeso. En ella surgieron las siete iglesias de Asia (Hech 1,
también Pablo dirige su mirada hacia Cristo, florecía el cultivo de los árboles frutales, el co-
(sufrimientos, tentaciones, peligros, etc.). 11), sólo que Cícico de Misia fue sustituida
para fundamentar su parénesis. mercio y la industria. Los habitantes sentían es-
Más aún, él se gloría incluso de ella, porque por Tiatira de Lidia. A pesar de la persecu-
-según su propia convicción- eso es lo que J. Zmijewski pecial orgullo del templo de Artemisa en Efeso
(Hech 19, 23-40) y de los templos en honor de ción romana (Ap 2, 13; 6, 9; 13, 17), se con-
constituye precisamente al apóstol (cf. 2 Cor Roma y del Emperador en Pérgamo, Esmirna y virtieron numerosos judíos y gentiles (7, 4.9).
12, 10: «Porque cuando soy débil, entonces Efeso. Asia y la vecina Bitinia, a principios del si-
' A a í a , a ? Asia Asia*
soy fuerte»). glo II, estaban marcadas intensamente por el
1. Aparición del término en el NT - 2. Anteceden- Los áaiÓQxai (asiarcas, Hech 19, 31) se en-
Pablo habla de áoftévEía etc. en contextos cargaban de mantener el culto imperial y de las cristianismo (IgnEf inscriptio; Plinio el Jo-
tes históricos - 3. Historia misionera.
parenéticos en Rom 14-15 y en 1 Cor 8-10. fiestas populares que se celebraban en la asam- ven, Epist X, 96, 9s; cf. Reicke, 226s).
En Roma había, según parece, dos grupos de Bibl: Anatolica (1967ss); T. R. S. Broughton, Ro- blea provincial de 'Aaía, que se reunía todos los
creyentes, los «fuertes» (oí S w a t o í , Rom mán Asia Minor, en T. Frank, An Economic Survey of afios, haciéndolo sucesivamente en cada una de
Ancient Rome IV, Baltimore 1938 (reimpresión en Pat- las siete principales ciudades (cf. Ap 1, 4). El B. Reicke
15, 1) y los débiles. Mientras que los «fuer- terson [New Jersey] 1959, 499-916); V. Chapot, La asiarca que administraba un templo local era de-
tes» eran cristianos con una marcada concien- province romaine proconsulaire d'Asie, Paris 1904 nominado sumo sacerdote (de 'Aaía), como suce-
cia de autoridad y libertad, los «débiles» eran (reimpresión en Roma 1967); F. Dólger, en LThK VI, dió con el judío Esceva en Efeso (Hech 19, 14).
327-329; P. R. Franke, Kleinasien zur Rómerzeit, ' A a i a v ó g , oí), ó Asíanos natural de Asia*
creyentes (judeocristianos) que sentían angus- München 1968; W. Hoben, Untersuchungen zur Ste- Algunas veces los judíos de 'Aaía eran ciudada- Hech 20, 4: Tíquico y Trófimo eran de (la
tias de conciencia, que no comían carne por llung kleinasiatischer Dynastien, tesis mecanografiada nos de pleno derecho de las ciudades (Reicke,
212). provincia romana de) Asia.
piadoso temor (a contraer impureza, a que- Mainz 1969; S. E. Johnson, Early Christianity in Asia
brantar la ley; Rom 14, 2) y que se sentían Minor. JBL 77 (1958) 1-17; A. H. M. Jones, The Cities
ofthe Eastern Román Provinces, Oxford 1937 (reim-
obligados a observar determinados días san- presión en Oxford 1971); J. Keil, en RAC I, 740-749; 3. Según Hechos, Pablo predicó en Frigia 'Aaiáqymg, OV, ó Asiarches asiarca*
tos (14, 5). Pablo exhorta a los «fuertes» (en- D. Magie, Román Rule in Asia Minor I/II, Princeton y en Misia hacia el año 50 de nuestra era, pe- En Hech 19, 31 el sustantivo se halla en
tre quienes se cuenta él mismo: 15, 1) a que 1950 (reimpresión en Princeton 1966); M. P. Nilsson- ro el Espíritu no le permitió por aquel enton- plural, probablemente porque designa a los
acepten en la comunidad al que es débil en la C. Andresen, en RGG II, 1650-1652; F. W. Norris, ces que trabajara en el centro de la provincia
Asia Minor before Ignatius: Walter Bauer Reconside- «delegados a la asamblea de Asia» (xoi/vóv
fe (14, 1) y a que no lo desprecien, exacta- red: StEv VII (1982) 365-377; J. Nuchelmans, Wor- de Asia (Hech 16, 6s). Al regresar de su via- 'Aoíag). Beginnings V, 256-262; Bauer, Wor-
mente igual que exhorta a los débiles a que no denboek der Oudheit I, Bussum 1976, 330-334; Rei- je por Grecia, en el año 54, Pablo visitó Efe- terbuch, s.v.; E. Haenchen, Apostelgeschichte1
juzguen al que piensa de manera distinta (al cke, Zeitgeschichte, s.v. en el índice analítico; P. R. so, pero lo hizo sólo de pasada (18, 21s). (KEK), 550. -• 'Aoía 2.
519 áoitía - áaná^onai 520 521 áoitá^oum - áatr|Q 522

a t u t í a , ag, r\ asitia falta de apetito* 1. La etimología es incierta. Quizás exista los demás cristianos. Y se encarga a los des- Asos; E. Haenchen, Apostelgeschichte1 (KEK),
Hech 27, 21: Durante una tempestad en el alguna relación con oitáco, «atraer hacia sí» tinatarios que saluden a determinadas perso- 562s.
mar, los que estaban a bordo de la nave per- (Frisk I, 166) como expresión de afecto o de nas o a cada cristiano. Según Rom 16, 16; 1
dieron en buena parte el apetito. acogida amistosa. El verbo aparece 59 veces Cor 16, 20; 2 Cor 13, 12; 1 Tes 5, 26 (cf. 1
en el NT, principalmente en las cartas; el sus- áotaxétú astateó no tener morada fija, no
Pe 5, 14), deben incluso saludarse unos a
tantivo aparece 10 veces, sobre todo en Lucas otros con un «beso santo», que es una forma tener hogar*
á a i t o g , 2 asitos sin tomar alimento, con el (5 veces). particularmente intensa de saludo, y no una En 1 Cor 4, 11 dícese del hecho de no tener
estómago vacío* forma primaria o exclusivamente litúrgica donde vivir. ThWNT I, 500s.
Hech 27, 33: áoitog SiateXico permanecer 2. El saludo, en el sentido más amplio de la (cf. Thraede, 142s).
sin tomar alimento. palabra, es la apertura de la comunicación en- P. Trummer. á o t e í o s , 3 asteios, fino, agradable*
tre personas. Sin el saludo, el encuentro entre
Hech 7, 20: Moisés era «agradable a la vis-
dos personas no pasa de ser indiferente y, en
á o x é w askeo ejercitarse en algo, cultivar* aonaafióg, ov, ó aspasmos saludo, salu- ta de Dios». En Heb 11, 23 (Ex 2, 2) dícese de
ocasiones, puede ser peligroso. Pero el saludo
Hech 24, 16: év TOVTÜ) áoxco (seguido de tación* Moisés que, de niño, era de apariencia hermo-
despeja la ambigüedad de la situación. Une a
infinitivo) me esfuerzo por (cf. Jenofonte, Me 12, 38 par. Mt 23, 7 / Le 20, 46; Le 1, sa y fina.
dos personas que se encuentran, y determina
Mem II, 1, 6). ThWNT I, 492-494; X, 995. muchas veces su comportamiento ulterior. El 29.41.44; 11, 43; 1 Cor 16, 21; Col 4, 18; 2
deseo de salóm, que aparece en el AT, se re- Tes 3, 17. ThWNT I, 494-500. -> áonát,o\iai. áotr\Q, ÉQO?, ó áster estrella*
á a x ó g , OV, 6 askos odre* fiere a la totalidad de la vida y desea «salud, áoxQOV, ov, TÓ astron estrella*
Me 2, 22 par. Mt 9,17 / Le 5, 37s: echar vi- felicidad, bendición y paz», entre otras cosas. (tOJlikog, 2 aspilos sin mancha, inmaculado* 1. Aparición de los términos en el NT - 2. La «es-
El saludo no sólo desea esos bienes, sino que Dícese en sentido propio del cordero sin
no nuevo en odres viejos o nuevos; el plural trella del nacimiento» - 3. aaxr]Q en contextos apoca-
hace que se conviertan en realidad. El NT en- mancha y sin tacha (->• áu/vóg), 1 Pe 1, 19; en lípticos - 4. 1 Cor 15, 41 y Jds 13 - 5. aaxpov.
de áaxóg aparece aquí 4 veces en cada uno
laza plenamente con este aspecto del saludo. sentido ético encontramos esta expresión en 1
de los Sinópticos. Bibl.: F. Boíl, Der Stern der Weisen: ZNW 18
Para Jesús, el saludo se convierte en una pri- Tim 6, 14; Sant 1, 27; 2 Pe 3, 14; Herm (v) 4, (1917-1918) 40-48; W. Foerster, áaxr\Q, aatpov, en
mera realización de la conducta cristiana. Los 3, 5; (s) 5, 6.7; 2 Clem 8, 6. ThWNT I, 500. ThWNT I, 501s; O. Gerhard, Der Stern des Messias,
áaftéva>5 ásmenos (adv.) de buena gana, suyos no deben esperar a que se les dé el sa- Leipzig 1922; M. Hengel-H. Merkel, Die Magier aus
con alegría* ludo (cf. Me 12, 38 par.), sino que deben anti- dem Osten und die Flucht nach Ágypten (Mt 2)
áojlíg, ídog, i\ aspis víbora, serpiente* im Rahmen der antiken Religionsgeschichte und der
Hech 21, 17: recibir con alegría; cf. 2,41 v.l. ciparse ellos a darlo (Windisch, 496); el salu- Theologie des Mt, en FS Schmid 1973, 139-169; E.
do es también la primera serial de la práctica Rom 3, 13: 105 áaníboq, veneno de ser- Lohmeyer, Der Stern der Weisen: ThBl 17 (1938) 289-
viva del amor a los enemigos (Mt 5, 47). Sin piente (Sal 13, 3; 139, 4 LXX). 299; P. S. Minear, The Cosmology of the Apocalypse,
áoo<p05, 2 asophos necio* embargo, el ejercicio del saludo no debe es- en FSfür O. A. Piper, New York 1962, 23-37, 261s; E.
En Ef 5, 15 refiriéndose a la conducta de torbar la prisa en la proclamación del mensa- áaJlov5o5, 2 aspondos irreconciliable*
Zinner, Sternglaube und Sternforschung, Freiburg i.
los cristianos: «no como necios sino como sa- Br. 1953.
je (Le 10, 4) 2 Tim 3, 3, en plural, en un catálogo de vi-
bios»; cf. 1QS 4, 24: «Caminan en sabiduría o El saludo adquiere particular importancia cios; también Rom 1, 31 C Koiné lat. 1. aoxr\Q aparece 24 veces en el NT, y 14
en necedad». como parte integrante de las cartas paulinas. de ellas en el Apocalipsis. La palabra sinóni-
Pablo no sólo da a la carta como tal una nue- ma áaxQOV aparece sólo 4 veces: en Lucas
á a a á o i o v , ov, TÓ assañon as* (21, 25), Hechos (7, 43; 27, 20) y Hebreos
ttOJttt^O^ai aspazomai saludar, dar la va función (cf. Stirewalt), sino que asigna Préstamo léxico latino (assarius) para de- (11, 12). Ninguna de estos términos se usa
bienvenida, despedirse también especialmente a las fórmulas del sa- signar a una moneda de escaso valor («cénti- con extraordinaria frecuencia en ningún es-
otojtao[ióg, ov, ó aspasmos saludo, saluta- ludo una nueva función en el marco de su ac- mo»). En Mt 10, 29 par. Le 12, 6 dícese de los crito del Nuevo Testamento.
ción tividad apostólica. Además de los saludos gorriones, que se venden por unos cuantos
iniciales (-> XÓtQig, «gracia»), interesan aquí céntimos. 2. El NT comparte la idea antigua (Foerster
Bibl: Frisk, Worterbuch I, 166; III, 42; O. Roller, principalmente los saludos finales, cuya fre- 501) de que las estrellas no son cosas mate-
Das Formular der pin Briefe (BWANT 4/6), Stuttgart cuencia y extensión vuelven a sorprender en
1933, 67s, 472ss; M. L. Stirewalt jr., Paul's Evalua- riales sino seres vivos. Sin embargo, áoTT|Q
Pablo, si los comparamos con los saludos co- a a o o v asson (adv.) más cerca, cerca* (lo mismo que áotQOv) se concibe siempre,
íion of Letter-Writing, en Search the Scriptures (FS R.
T. Stamm), Leiden 1969, 179-196; K. Thraede, Ur- rrientes en la cultura helenística. Con excep- Hech 27, 13: navegaron cerca (de la costa) en el NT, como parte de la creación. Las es-
sprünge und Formen des «heiügen Kusses» in frühen ción de Gálatas, donde las relaciones con la de Creta; BlaB-Debrunner § 244, 2. trellas no poseen carácter numinoso como si
Christentum: JAC 11/12 (1968-1969) 124-180; W. C. comunidad son muy tensas, los saludos fina-
van Unnik, Dominas vobiscum. The Background of a
fueran poderes astrales. Pero sí pueden estar
Liíurgical Formula, en NT Essays (FS Th. W. Man- les de Pablo son muy variados. Además de 'Aeróos, ov Assos Asos* en estrecha relación con acontecimientos
son), Oxford 1959, 270-305; H. Windisch, áajtá- los saludos personales de Pablo, encontra- Nombre de una ciudad costera de Misia. terrenos. En Mt 2, 2 una estrella de extraordi-
£o|iai xtX., en ThWNT I, 494-500. mos los saludos de sus colaboradores o de Según Hech 20, 13.14, Pablo embarca en nario brillo anuncia el nacimiento de Cristo
523 áoTT|Q - aatoQyog 525 áoToxéco - áaxQani] 526

(pudiera ser una conjunción de Júpiter y Sa- objeto de la promesa (Ap 2, 28). A aquel que áoto%éta astoched desviarse, apartarse* caída de Satanás desde el cielo (como un ra-
turno, que tuvo lugar el año 7 a.C; sobre el venza se le concederá la participación en la En el NT el término aparece únicamente 3 yo); en Le 17, 24 par. Mt 24, 27 es imagen de
debate acerca de este tema cf. Lohmeyer-W. gloria de Cristo. Vuelve a ser figura simbóli- veces en las Pastorales, y siempre en oracio- la parusía; en Mt 28, 3 describe el aspecto del
Schmauch, Matthdus" [KEK], 22 nota 1). Lo ca la corona de la madre de Cristo, una coro- nes de relativo con tiveg (oíxiveg). 1 Tim 1, ángel de pascua (cf. Le 24, 4). En el Apoca-
extraordinario del acontecimiento anuncia la na de «doce estrellas» que simboliza al pue- 6: hay algunas personas que se han desviado lipsis el relámpago se menciona junto a otras
dignidad real del niño. Un tema bien conoci- blo de las doce tribus (Ap 12, 1). Por el del amor (v. 5); 6, 21: hay algunas personas manifestaciones, y aparece siempre claramen-
do de la historiografía antigua es la creencia contrario, las «siete estrellas» del kosmokra- que se han extraviado en lo que respecta a la te una intensificación en los diversos enuncia-
en que las estrellas presiden la vida de un so- tor Cristo (Ap 1, 16; 2, 1; 3, 1) hacen refe- fe (jterjL Tñ,v JTÍOTIV); 2 Tim 2, 18: hay algu- dos (áoTQo:jTT| aparece en 4, 5 en una serie de
berano importante (cf. Lohmeyer-Schmauch, rencia a los «ángeles de las siete comunida- nas personas que se han extraviado en lo que tres manifestaciones; en 8, 5, en una de cua-
20). Además, existe afinidad con textos vete- des» (Ap 1, 20, dos veces), los cuales son respecta a la verdad (jteoL TT]V áX.t|frei,av). En tro, y en 16, 18.21, en una de cinco).
rotestamentarios y judíos (Núm 24, 17; Test como los representantes celestiales de dichas un contexto parecido aparece el término en 2
Lev 18, 3; TestJud 24, 1; 6QD 7, 18s), en los comunidades. Clem 17, 7. 3. El logion sobre el relámpago en Mt 24,
que se alude metafóricamente al Mesías como 27 par. Le 17, 24 procede de Q, donde podría
a una estrella. Hay que señalar, a este propó- 4. Pablo emplea el término áotr|Q única- haber ido acompañado siempre por la imagen
sito, que el nombre del mesías Bar Kochba es mente en 1 Cor 15, 41 (tres veces). Para ilus- aoTQ(mi\, t¡5, T| astrape relámpago* de la carroña y de las águilas. El logion, cuyo
«hijo de la estrella», un nombre que sólo se trar las diferencias existentes entre las formas áoTfjájttü) astrapto relampaguear, resplan- texto original se ha trasmitido (hasta el final)
halla atestiguado en fuentes cristianas (cf. Eu- terrenales de existencia y las formas celestia- decer* en Mateo, se propone fundamentar la adver-
sebio, HistEccl IV, 6, 2). Como indicio de que les, Pablo se refiere, entre otras cosas, al «bri- tencia expresada inmediatamente antes acerca
ha nacido un competidor político, la aparición llo» de las estrellas. Que él considera la exis- 1. Aparición y significado de los términos en el NT
de las tentaciones de querer vislumbrar al me-
tencia de las estrellas como una existencia - 2. Campo referencial - 3. El grupo de palabras en
de la estrella del nacimiento despierta angus- contextos apocalípticos y escatológicos. sías acá o allá (Mt 24, 25s; Le 17, 23). Cuan-
tiosa preocupación en Herodes (Mt 2, 7). Se- corpórea, lo prueba el pasaje de 1 Cor 15, 40.
Jds 13 habla de áaxr|Q en sentido metafórico. Bibl: R. Bauckham, The Eschatological Earthqua-
do se dice en Q que la parusía (o el día) del
gún Mt 2, 9 la estrella va delante de los Ma- ke in the Apocalypse of John: NovT 19 (1977) 224- Hijo del hombre será «como el relámpago»
gos para indicarles el camino. El autor de la carta considera a los herejes li-
bertinos como «estrellas errantes». 233; J. Ernst, Das Ev. nach Lk, Regensburg 1977, 337, que «sale del Este y destella hasta el Oeste»,
652; W. Foerster, áo"toajtr|, en ThWNT I, 502s; H. entonces estas palabras pretenden realzar el
Kraft, Die Offb des Johannes (HNT), Tübingen 1974,
3. áoxriQ tiene otra función en Mt 24, 29. 5. áaxQOV aparece parcialmente en con- 97, 134s, 162, 211; F. Spitta, Der Satán ais Blitz: carácter repentino y la visibilidad universal
Se habla de la caída de las estrellas en el con- textos distintos de los de áaxr\Q. Tan sólo ZNW 9 (1908) 160-163; J. Zmijewski, Die Eschatolo- de la parusía. Mientras que Mateo entiende
texto de las ideas apocalípticas acerca del fin giereden des Lk-Ev. (BBB 40), Bonn 1972 (sobre Le también de esta manera el logion, vemos que
en Le 21, 25 áaxgov se halla asociado con 17par).
de los tiempos (cf. Me 13, 25; Ap 6, 13; 8, 10; la idea del fin de los tiempos. Por el contra- en Lucas hay una modificación del sentido: la
9, 1; 12, 4). En este fenómeno se manifiesta la rio, en Hech 7, 43 Esteban recuerda polémi- 1. El sustantivo aparece 2 veces en Mateo imagen se refiere ahora al Hijo del hombre;
suerte escatológica que ha de correr el mundo camente la adoración que Israel tributó a la (24, 27; 28, 3), 3 veces en Lucas (10, 18; 11, describe su manifestación gloriosa (cf. Le 9,
Tales concepciones tienen especial relieve divinidad estelar «Refán» (-> Taupáv). A 36; 17, 24) y 4 veces en el Apocalipsis (4, 5; 29, donde aparece el verbo compuesto é^ao-
en el Apocalipsis, que, desde luego, emplea su vez, en Hech 27, 20 el oscurecimiento de 8, 5; 11, 19; 16, 18). Con excepción de Le 11, TQCutTCúv). Vemos en este caso que la glorifi-
la palabra áo"Tf|Q con variadas interpretacio- las estrellas se describe como señal del 36, donde tiene el significado de rayo (de cación de Jesús va precedida por su humilla-
nes. El áoTT|Q en Ap 9, 1 tiene carácter per- tiempo atmosférico. En Heb 11, 12 las es- luz), el término designa siempre el relámpa- ción (17, 25). También la nueva venida del
sonal. A la estrella que cae al sonar la trom- trellas son sencillamente símbolo de un go. El verbo significa relampaguear, resplan- Señor está integrada en la dialéctica del sufri-
peta del ángel, se le da la llave del mundo de gran número (cf. Gen 15, 5; Is 40, 26; Jer decer (Foerster, 502; Bauer, Wórterbuch, s.v.) miento y la gloria.
las profundidades (aproóos). Durante la ca- 33, 22; Sal 147, 4). y aparece tan sólo 2 veces, siempre en partici- El logion de Le 10, 18 (material peculiar
tástrofe cósmica, el dragón furioso hace que H.-J. Ritz pio de presente. En Le 17, 24 refuerza al sus- de Lucas) se halla en un contexto que descri-
caiga una tercera parte del firmamento (Ap
12, 4; cf. Dan 8, 10). Una variación de esta tantivo (f) áoTQout'ri áoxqánxovaa); tiene be los exorcismos practicados por los discípu-
escena la tenemos en Ap 8, 12, donde el gol- sentido metafórico en 24, 4 (ev ecr&fjTi áo- los de Jesús como testimonios de que Satanás
áoTriQiXTO^, 2 astériktos inestable, débil* xrjajtToijaT)). ha sido derribado. Por tanto, la caída de Sata-
pe del tañido de la trompeta produce igual- 2 Pe 2, 14: «almas (tyv%aí) débiles»; 3, 16,
mente un oscurecimiento de las estrellas (cf. nás del cielo «como un rayo» es una imagen
en sentido sustantivado: los débiles. ThWNT 2. En los evangelios áaTQajtr| se emplea de su repentino e inexorable derrocamiento,
Is 13, 10; Ez 32, 7; AsMos 10, 5). La retirada
VII, 654, 657. siempre en imágenes: el término va precedido debido a la llegada del reino de Dios median-
de la fuente de luz va acompañada por la pla-
ga del envenenamiento de las aguas, causado de SO-JTEQ (Mt 24, 27; Le 17, 24) o de obg (Mt te las obras de Jesús y de sus discípulos.
por la caída de la estrella 'Aolnvfrog (Ap 8, aatOQyog, 2 astorgos falto de amor* 28, 3; Le 10, 18; 11, 36). Se refiere a diversas Cuando en el relato de pascua de Mt 28, 3
lOs). Por el contrario, la «estrella de la maña- Sé emplea en catálogos de vicios en Rom 1, personas o acontecimientos: en Le 10, 18, la (que sobrepasa lo referido en el texto marqui-
na», que se identifica con Jesús (22, 16), es 31; 2Tim3, 3. imagen sirve para describir intuitivamente la no) se dice que la apariencia del ángel era
527 áoTgcutri - áaqjaX,r|g 528 529 á0(paX.r|5 -- ¿acóteos 530

«como un relámpago» (Le 24, 4 habla de á o c p á X e i a , a $ , t\ asphaleia seguridad, fia- cf. Schürmann, 14 nota 89); en el segundo caso, a Cor 12, 23. Rom 1, 27 se refiere al acto (se-
«vestiduras resplandecientes»), esto no es só- bilidad una certeza (subjetiva). xual) vergonzoso; Ap 16, 15 se refiere a la
lo reflejo de las imágenes de las angelofanías, -> áoqpcdrig. desnudez (como, por ejemplo, Ex 20, 26), lo
sino que además aproxima el acontecimiento 3. 1 Tes 5, 3 menciona la consigna («¡paz y cual corresponde a xa á o x r p o v a rpcov (u.é-
de pascua a la parusía. á a ( p a X r | ? , 2 asphalés seguro, inconmo- seguridadl) de quienes abrigan una (falsa) se- hr\), nuestras partes vergonzosas, en 1 Cor
El uso de áaTQCUtri en el Apocalipsis enla- guridad, en vez de aguardar debidamente la 12, 23. Como en 1 Cor 13, 5, el verbo en 7, 36
vible*
za con las teofanías del AT (especialmente parusía (cf. Jer 6, 14; Le 17, 26 par.). Flp 3, 1 -aunque aquí se orienta hacia lo sexual- tiene
áofpákeía, ag, r| asphaleia seguridad, fia-
con Ex 19, 16). Si en Ap 4, 5 se proyecta la acentúa que Pablo escribe a los destinatarios el significado, muy difundido en el griego
bilidad*
imagen de la majestad y la gloria del Dios que para confirmarlos una vez más en su seguri- profano, de obrar contra la(s) costumbre(s)
áaq>a\ít,0[iai asphalizomai conservar se-
se revela (cf. Sal 18, 14; 50, 3 y passim), ve- dad. Lucas-Hechos acentúan la fiabilidad (no: sufrir una cosa indecorosa, tener que su-
guro, vigilar*
mos que en otros pasajes (en conexión con la (áaqpá^.eia) de las «palabras» (apostólicas) frir una vergüenza, como en la LXX). La fra-
áacfákcbc, asphalós (adv.) bien asegurado,
serie de las siete plagas) se describe el horror en las que los destinatarios fueron instruidos se: «Si alguno cree que está obrando indeco-
firmemente*
del juicio divino. (Le 1,4). Ellos deben reconocer la verdad de rosamente con su (hija) doncella» (1 Cor 7,
J. Zmijewski 1. Aparición del grupo de palabras en el NT - esa palabra, especialmente en cuanto a las 36) -al darla en matrimonio en vez de ejerci-
2. Significados - 3. El sentido figurado en Pablo y en promesas que en ella se contienen. En Hech
Lucas-Hechos. tarla en la vida ascética a causa de la proximi-
á o t o á j l t ü ) astraptó relampaguear, res- 2, 36 Pedro exhorta a los judíos que le escu- dad de la parusía, cosa que Pablo prefiere pe-
plandecer Bibl: K. L. Schmidt, áocpáXsia xxL, en ThWNT I, chan a que sepan con certeza (áofpaktbq; cf. ro no exige-, es una frase que va dirigida a los
->• áoTQajtr). 503; H. Schürmann, Das Lukasevangelium I, Freiburg Sab 18, 6) que, a Jesús, Dios «le hizo Señor
i. Br. 1969, 14-16. que quieren casarse (el contexto determina el
y Cristo». Este conocimiento, por las prue- significado de jtaQdévog, que es aquí un tér-
á a t o o v , OV, XÓ astron constelación, es- 1. El grupo de palabras (que aparece un to- bas de Escritura que preceden, puede adqui- mino poco usual), y difícilmente se referirá a
trella tal de 15 veces en el NT) se encuentra predo- rirse con certeza (cf. G. Schneider: ZNW 68 un «matrimonio espiritual» al estilo del de las
->• áaxr\Q. minantemente en la doble obra lucana (8 ve- [1977] 128-131). virgines subintroductae de la Iglesia antigua,
ces). áoq>ahí]g se halla además en Flp 3, 1; G. Schneider y mucho menos a una especie de matrimonio
' A a v y x o i T o g , ov Asygkritos Asíncrito* Heb 6, 19; áacpcdeía en 1 Tes 5, 3; áaqpa- por levirato (matrimonio con una cufiada que
Nombre de persona (significa «el incompa- \ít,o\im en Mt 27, 64.65.66; áocpak&c, en Me á o t p a X Í ^ O j i a i asphalizomai conservar haya quedado viuda). La interpretación, muy
rable»): Rom 16, 14, una de las personas a 14, 44. seguro, vigilar difundida en la Iglesia antigua, de una rela-
quienes se envían saludos. -> áo(paX.T|g. ción padre-hija (cúratela) encierra demasiadas
2 áocpcdiís en sentido propio significa se- dificultades desde el punto de vista lingüístico
guro, inconmovible (de 0(pálX(ü, «arrojar, ha- á a c p a X ü g asphalós (adv.) bien asegurado, y de la realidad de las cosas (¡el contexto!).
áavuqiíovog, 2 asymphónos discordante,
cer caer»; cf. EWG 345). El grupo de palabras firmemente En el macarismo de Ap 16, 15, junto a la
discorde*
significa en sentido propio la seguridad/fir- ->- áocpaX,r|5. exhortación a cumplir los mandamientos (cf.
En Hech 28, 25 dícese, en sentido figurado,
de los judíos de Roma: «estaban en desacuer- meza de una cosa (Heb 6, 19: un ancla segu- 19, 8), se advierte gráficamente de las conse-
do unos con otros» (v. 24). ra) o de la vigilancia o custodia (en Me 14, áox*movÉo> aschemoneo obrar torpemen- cuencias de la desobediencia (cf. 3, 18): el de-
44, de tener a buen recaudo a Jesús; en Mt 27, te, comportarse indecorosamente sobediente quedará expuesto al juicio y esto
64-66 del sepulcro de Jesús; en Hech 5, 23, de ->• áaxr|u.ocrúvr|. le acarreará deshonra (cf. las amenazas colec-
a c t í v e l o ? , 2 asynetos dícese de quien no
la cárcel cerrada con seguridad; en 16, 23 [cf. tivas en Jer 13, 26; Nah 3, 5).
entiende*
16, 20 D], de la custodia y vigilancia segura: & a x i m o a v v t | , r\g, í\ aschémosyne ver- P. Fiedler
El término aparece en la pregunta que Jesús
dirige a los discípulos en Me 7,18 par. Mt 15, en 16, 24, de asegurar los pies en un cepo). El güenza, hecho vergonzoso*
16: «¿Tampoco vosotros habéis entendido to- sentido figurado aparece en los dos textos áoxr|[iové(o aschemoneo comportarse in- aay[i\[iítiV, 2 aschemon torpe
davía?» Aparece también en Rom 1,21 (don- paulinos y en la mayoría de los textos (5) de decorosamente* ->• áaxT)u.oaiJvr|.
de se dice del corazón); en Rom 1,31, junta- Lucas-Hechos, -> 3. o.ayr\\us)y, 2 aschemon indecoroso, torpe*
mente con ->• áoiivOetog, en un catálogo de á o í r t t í a , a g , i[ asotia libertinaje*
vicios; en 10, 19 (Dt 32, 21) dícese del pueblo El sentido figurado de áatpáXeiot se halla ates- Bibl.: W. G. Kümmel, Verlobung und Heirat bei
tiguado en documentos extrabíblicos en relación Paulus (IKor 7, 36-38), en Heilgeschehen und Ge- Ef 5, 18; Tit 1, 6; 1 Pe 4, 4. ThWNT I, 504s.
que no entiende. ThWNT VII 887s, 891-894.
con la «palabra» (áaq)á^eia Xóyoi), Jenofonte, schichte (MThSt 3), Marburg 1965, 310-327; K. Nie-
Mem IV 6, 15) y como término jurídico (Epicteto, derwimmer, Askese und Mysterium (FRLANT 113), ¿OCÓTCO; asotos (adv.) libertinamente*
aovvftetog, 2 asynthetos desleal, infiel* Diss II 13, 7; Moulton-Milligan, s.v.). En el pri- Góttingen 1975, 106ss, especialmente 116-120.
En Le 15, 13 dícese del «hijo pródigo» que
En Rom 1, 31 en un catálogo de vicios, des- mer caso, el término se refiere a una verdad (obje- había derrochado su fortuna viviendo liberti-
El sustantivo y el verbo aparecen dos veces
pués de ->• áovvexog. tiva; cf. áocpcdií en Hech 21, 34; 22, 30; 25, 26;
cada uno; el adjetivo aparece únicamente en 2 namente (t&v áocóxoog). ThWNT I, 504s.
531 áxaxxéco - áxiuXa 532 533 ccxi|úa - aí>'fM6r|c; 534

áTaxtéo) atakteó estar ocioso* ttti|iía, ag, r\ atimia deshonor, desprecio, plendor majestuoso del Creador» (Schlier, 58; átOJlo?, 2 atopos anormal, desacostum-
2 Tes 3, 7: «Nosotros (Pablo) no hemos es- afrenta* cf. Rom 3, 23). Por esta razón, Dios los en- brado*
tado ociosos cuando nos hallábamos entre vo- tregó a la impureza, permitiendo que en la Hech 28, 6: A Pablo no le sucedió nada
crasos, 2 atimos despreciado, sin reconoci-
sotros» (cf. los vv. 8s). ThWNT VIII, 48s. perversidad sexual «deshonraran en sí mis- anormal, después de ser mordido por una ser-
miento*
mos sus propios cuerpos», y los abandonó a piente. En relación con un juicio moral, el tér-
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Conteni-
«pasiones vergonzosas» (1, 24.26). Así que el mino significa malo, malvado (Le 24, 31;
a t a x t o s , 2 ataktos desordenado* dos semánticos y campo referencial - 3. A propósito de
Romanos 1 y Juan 8. deshonor de Dios, el no tributar a Dios la Hech 25, 5; 2 Tes 3, 2).
1 Tes 5, 14: «Os rogamos que amonestéis
gloria debida, tiene consecuencias: ¡el desho-
a los desordenados»; Bauer, Worterbuch, s.v.: Bibl: E. Kásemann, An die Rómer (HNT), Tübin-
gen s1974, 29ss (sobre Rom 1, 18ss; ahí hay más bi-
nor del hombre hasta en su mismo cuerpo! 'AttáXeia, a? Attaleia Atalía*
insubordinado o perezoso, negligente. ThWNT
bliografía); H. Schlier, Der Romerbrief (HThK), Frei- Puesto que Dios es esencialmente el Dios de Nombre de una ciudad portuaria de Panfilia
III, 48s.
burg i. Br. 1977, 47ss (sobre Rom 1, 18ss). Para más gloria, negarle la glorificación (que es lo que (LAW s.v. 3), que hoy se denomina Antalya.
bibliografía, cf. xinr|, 6ó§ct. más primordialmente corresponde a su natu- Según Hech 14, 25, Pablo y Bernabé se diri-
á t á x t o ) ^ ataktos (adv.) desordenadamente* raleza) es defraudarse a uno mismo, negarse
1. En el NT caioía aparece casi únicamen- gieron de Perga a Atalía, y allí embarcaron
En 2 Tes 3, 6.11 dícese del hermano que se a sí mismo la participación en la gloria de
te en Pablo (6 de los 7 ejemplos; aparece una con rumbo a Antioquía.
comporta desordenadamente (y/o no procede Dios. Todo aquel que no reconoce la verdad
vez en las Pastorales). En cuanto a órauot; (4
de manera tradicional), o bien de los que vi- veces) y áxi\iát,(o (7 veces) no hay una pauta (-> áX.fi'&eía 4.a) de Dios, llega a ser él mis-
ven de manera irresponsable y no trabajan en a v y á ^ w augazó ver, resplandecer*
específica en cuanto a su utilización. mo víctima de la mentira (v. 25). Una afirma-
nada. ThWNT VIII, 48s. R. Russell, The Ule 2 Cor 4, 4: ver la luz del evangelio; puesto
ción parecida la encontramos en Jn 8, 49. Los que aíiTOÍg falta en el texto original, quizás
in 2 Thess 3, 6-12: An Eschatological or a So- 2. ¿Vuuíoc, que es un término formado por á judíos, que niegan a Jesús (y, por tanto, a no deba entenderse en el sentido intransitivo
cial problem?: NTS 34 (1988) 105-119. privativa y por el sustantivo ->• Ti[xr), significa Dios) la honra debida (v\ielc, áxifiá^exé |ie), de «resplandecer». ThWNT I, 505; Bauer,
en el NT deshonor, desprecio, afrenta; en la son engañados por el demonio y no creen que Worterbuch, s.v.; -> ájtaÚYCco^ia.
átEXVOg, 2 ateknos sin hijos* construcción de genitivo JTCV8T] áxiuíag (regi- Jesús es la Verdad, sino que -lejos de ello- le
Le 20, 28.29.(30 v.l.), no tener hijos o mo- da por eíg) en Rom 1, 26, la expresión equiva- acusan precisamente de estar poseído por el
rir sin hijos; cf. Tesüud 19, 2. le a áxi\ioq: pasiones vergonzosas. En 2 Cor avyí\, f¡5, r\ auge alba, el amanecer*
demonio (vv. 44ss). Así como en Rom 1 los
11, 21 Pablo emplea xctxá áxi|¿íciv Kéyw, re- Hech 20, 11: á%Qi aíiYfjg, (Pablo habló en
gentiles cambian al Creador por la criatura, así
firiéndose a sí mismo: «\Para vergüenza mía Tróade) hasta el amanecer.
átEVÍ^O) atenizo mirar fijamente* también los judíos en Jn 8 confunden a Dios
Con dativo en Le 4, 20: los ojos de todos digo que fuimos demasiado débiles para eso!» con Satanás. En ambos casos la culpa cometi-
estaban fijos en Jesús (f|oav áxeví^ovxec; ¿muía se usa casi siempre en antítesis con -»• da contra el honor de Dios es un engaño co- AvyoiJaTO?, ov Augoustos Augusto*
crina)); también en 22, 56; Hech 3, 12; 10, 4; TIJIIÍ («honor»: Rom 9, 21; 2 Tim 2, 20) y -> metido contra uno mismo. Desde el año 27 a.C, título («el excelso»)
14, 9; 23, 1. Con eíg: Hech 1, 10; 3, 4; 6, 15; bó%a («honor»: 1 Cor 11, 14; 15, 43; 2 Cor 6, H. Hübner del primer emperador romano Octavio (falle-
7,55; 11,6; 13, 9; 2 Cor 3, 7.13. 8; «gloria»: Rom 1, 26, -x 3). ccTuxog significa cido en el año 14 p.C). Le 2, 1 refiere que el
menospreciado, sin reconocimiento, en Me 6, emperador Augusto ordenó que todo el orbe
attQ ater (con genitivo) sin* 4 par. Mt 13, 57. En Pablo significa desprecia- atifiog, 2 atimos despreciado, sin recono- de la tierra (oixou¡xévr|) se empadronara (->
Preposición usada con genitivo en Le 22, 6: do en 1 Cor 4, 10; en sentido figurado, la for- cimiento cutOYQacpr)) para los fines de la recaudación
ateo ó%\ov, dícese de la intención de traicio- ma del comparativo significa menos honroso, ->• axi\iía. de impuestos, una noticia que no es histórica-
nar a Jesús sin que la multitud lo advirtiera; en 1 Cor 12, 23. De manera análoga, -v óVu- mente exacta en el sentido de que se mandara
22, 35: «cuando os envié sin bolsa». BlaB-De- \iát,m en Me 12, 4 significa ultrajar (el cadá- (XTljióo) atimoó infamar, denigrar hacer un «censo del Imperio». Sobre Augusto
brunner § 216, 2 y nota 5. ver), pero en el lugar paralelo de Le 20,11 sig- Me 12, 4 C Koiné 0 ; cf. Diogn 5, 14. cf. Pauly-Wissowa V, 275-381; RAC I, 993-
nifica tratar afrentosamente. En los demás 1004; F. Vittinghoff, Kaiser Augustus, Góttin-
lugares significa despreciar, rehusar el reco- (txyúg, íbog, r\ atmis vapor, humo* gen-Berlin 1959; LAW 406-409; R. L. B. Mo-
átljiá^O) atimazó tratar con desprecio,
nocimiento, deshonrar. Hech 2, 19: vapor de humo (Jl 3, 3); en Sant rris, Why Avyovaxog? A Note to Luke 2, 1:
deshonrar*
En Me 12, 4 par. Le 20, 11 dícese de los 4, 14 dícese del hombre perecedero: «sois co- NTS 38 (1992) 142-144.
malos tratos inferidos a un criado. En Jn 8, 49 3. En Rom 1, 21ss, áxi\iía y áxi\iaC,(ü tie- mo humo» (que al poco tiempo se disipa).
(Jesús a los judíos): «Vosotros me deshon- nen relevancia teológica. Los gentiles no av&ábi\g, 2 authades obstinado, arrogante*
ráis». En voz activa lo encontramos además honraron (éoó^ocoav) a Dios como Dios, y aTojio?, 2 átomos indivisible* Tit 1, 7: el epískopos no debe ser atiítáoTic;.
en Rom 2, 23; Sant 2, 6; IgnFil 11, 1. En voz en su necio corazón cambiaron la gloria (->• Dícese en 1 Cor 15, 52 refiriéndose al tiem- En 2 Pe 2, 10 dícese de la gente arrogante que
pasiva en Hech 5, 41; Rom 1, 24; 1 Clem 16, o ó | a ) de Dios por la simple imagen de la po: év áxó(X(ü, en un instante (en un momen- denigra a la autoridad (estatal). ThWNT I,
3; Diogn 11, 3. -> ¿muía. criatura y empañaron de esta manera «el es- to brevísimo). 505s.
535 ceüdaíoETog - ccuSávoo 536 537 aii|ávo) - aíiTÓnatos 538

1. Detrás del uso que en el NT se hace de ponde al crecimiento de la Iglesia en Jesucris- avoTt)QÓg, 3 austeros áspero, severo, duro*
avftaÍQZtog, 2 authairetos voluntario* to, según Ef 4, 15s. Así, la imagen del creci-
En 2 Cor 8, 3.17 dícese del donativo volun- estos términos se halla claramente la imagen Se emplea en Le 19, 21 en relación con el
del crecimiento, tal como éste se produce en miento de la Iglesia se funde finalmente con la «hombre noble» (v. 12) en la parábola de las
tario en favor de las comunidades de Mace- del crecimiento de un edificio en expansión,
donia, y dícese también del viaje que Tito ha- la creación. Sobre todo, los acontecimientos cantidades importantes de dinero confiadas a
de la siembra y de la cosecha se aplican a la enEf2, 21. unos sirvientes.
ce voluntariamente. En Jn 3, 30, las palabras que hablan de cre-
realidad del reino de Dios. Así ocurre con
frecuencia en las parábolas de Jesús (Me 4, 8; cimiento se entienden en un sentido muy di-
avdevTÉO) authenteó dominar* fundido en la manera griega de hablar. Se tra- a v t á o x e i a , ag, x\ autarkeia abundancia,
1 Tim 2, 12: La mujer no debe dominar so- Mt 13, 22; Le 13, 19), y también cuando se ta de un aumento en cuanto a la influencia y a suficiencia*
bre el marido (en genitivo). G. W. Knight, hace referencia directa al reino de Dios (Mt la altura de la posición que uno ocupa. No Se emplea en 2 Cor 9, 8 en relación con la
av$zvxea> in Reference to Women in 1 Tim. 6, 28). El logos que crece y se difunde, se in- existe un sentido astral, a pesar de los textos súplica de que se lleve a cabo la colecta: év
2, 12: NTS 30 (1984) 143-157. terpreta en Hech 6, 7 mediante la adición de Jtavti jrávtote Jtáoav auTáoxeiav é'xov-
estas palabras: «aumentaba el número de los en que se usa aíi^ávco para significar un au-
mento de luz. teg, «para que siempre tengáis suficiente de
discípulos». En Hech 12, 24 el verbo se usa todo»; y en 1 Tim 6, 6 se emplea en el sentido
av%t(a auleó tocar la flauta* en paralelismo con -> JT^/nu-úvcí). En Hech
Mt 11, 17 par. Le 7, 32: «os tocamos la 2. El sustantivo aí)|?](ng, crecimiento* (de la virtud estoica) del saber moderarse en
19, 20, en paralelismo con -> io%V(ü. De esta los propios deseos, algo que está necesaria-
flauta». 1 Cor 14, 7: tó auX.ou.evov, lo que se manera se recoge posiblemente la manera de aparece junto con el verbo, en Col 2, 19, co-
toca con la flauta. mente asociado con la eí)oé|3eia. ThWNT I,
hablar de la LXX, que emplea tales combina- mo acusativo de objeto interno. Aquí, como
466; LAW 414; RAC I, 1039-1050; DTNT I,
ciones de palabras para expresar el poder de en Ef 4, 16, el sustantivo pertenece al campo
156-158.
av%,\\, r\g, Í\ aulé patio* Dios, que es quien da el crecimiento (los tex- de imágenes del crecimiento del cuerpo.
Dícese de un recinto cercado en Me 14, tos se hallan en Delling 519). En este mismo
54.66 par. Mt 26, 58.69 / Le 22, 33 / Jn 18, sentido, Pablo acentúa en 1 Cor 3, 6s la ac- 3. El verbo compuesto VKEQav^ávw, cre- CCUTáoxijg, 2 autarkes contento, dícese de
15; de un cortijo en Le 11, 21; del atrio exte- ción decisiva de Dios, que es el único que cer abundamentemente* aparece tan sólo en quien está contento o satisfecho con lo
rior del templo en Ap 11, 2. Dícese también concede gratuitamente el crecimiento en la 2 Tes 1,3: Pablo da gracias a Dios por el gran que tiene*
de la «mansión» de un príncipe o de su pala- fe. Y de esta manera el apóstol sale al paso y aumento que ha habido en la fe de la comuni- En Flp 4, 11 dícese de Pablo que es capaz de
cio en Me 15, 16; Mt 26, 3. corrige una manera equivocada en que los dad. arreglárselas en cualquier situación (eu,cc-
corintios apreciaban la predicación de Pablo H. Leroy §ov... coiTáQXTig eívaí). ThWNT 1,466; DTNT
ai)Xi]TT|g, o í , ó auletes flautista* y de Apolo. En 2 Cor 10, 15 se deja sentir es- I, 156-159.
Mt 9, 23; Ap 18, 22, en ambos casos en plu- ta misma idea, aunque no se la formule ex- ai3|i]ai5, ecog, x\ auxésis crecimiento
ral. presamente. La fe creciente se hace visible en -> aú^ávoo 2. atiTOXatáxQltog, 2 autokatakritos con-
la eficacia del evangelio. Esta idea y la ima- denado por sí mismo*
aüXí^Ofiai aulizomai pasar la noche, per- gen fundamental del crecimiento se recogen Este término aparece esporádicamente en
manecer* ai3|w auxó aumentar, hacer que algo au-
en los escritos deuteropaulinos. En Col 1, 16 textos judíos y, por lo demás, se encuentra só-
Mt 21, 17 y Le 21, 37: Jesús pasa la noche se usa aíi^ávü) juntamente con -v xocQJtoqpo- mente, hacer crecer
->• aü^áveo. lo en textos cristianos. En Tit 3, 11 se aplica
fuera de Jerusalén (en Betania o en el Monte oéco: el evangelio va creciendo como crece la al aioetixóc;, quien con su conducta se ha
de los Olivos). planta a partir de la semilla; el conocimiento condenado a sí mismo. F. Büchsel sostiene a
de Dios va creciendo en la vida de los cre- aiÍQioV aurion (adv.) mañana* duras penas (ThWNT III, 954) que aquí se
ai)Xóg, o í , ó aulos flauta* yentes. Al día que sigue inmediatamente se hace trata de «quien peca conscientemente» (des-
Mencionada en 1 Cor 14, 7 junto a la xi- En algunos textos la imagen se basa en el referencia en Le 1, 2 (r) orfjQiov, dos veces); pués de haber sido amonestado dos veces); de
ftáooc (como en Is 30, 32). crecimiento natural del ser humano. La termi- Hech 4, 3.5; 23, 20; 25, 22. Y se habla en sen- manera parecida piensa también J. Jeremías,
nología, en sentido literal en Le 1, 80; 2, 30, tido más general de or|u.eQOV r\ auoiov, en Timotheus und Titus" (NTD 9), sub loco.
a v | á v o > , au!§(0 auxanó, auxó aumentar, está tomada de la LXX. Se usa en sentido fi- Sant 4, 13; cf. v. 14. aÍQiov puede significar
hacer que algo aumente, hacer crecer; en gurado en 1 Pe 2, 2, donde se nos dice que así también «mañana» en el sentido de en segui-
voz pasiva, crecer, acrecentarse como el lactante crece físicamente por la le- da, pronto: Mt 6, 30 par. Le 12, 28 (or|u.e- orótópiatog, 3 automatos (lo que sucede)
Qov... xcd aUQiov); 1 Cor 15, 22; en la enu- por sí mismo, sin ayuda ajena*
1. Aparición de estos términos en el NT y conteni- che, así también el creyente crece espiritual- meración arpeoov xcd aijQiov xcd xfj TQÍTn, Me 4, 28: «la tierra produce fruto por sí
dos semánticos - 2. aií§T|ois - 3. -úítepau^áva). mente por medio de la palabra. También el
Le 13, 32 (cf. v. 33), se usa en sentido global misma»; en Hech 12, 10 dícese de la puerta de
Bibl.: G. Delling, íiitEQau^áva), av£,ávu>, en cuerpo de Cristo se halla en constante creci- para designar el plazo determinado por Dios la prisión que se abre por sí misma. Bauer,
ThWNT VIII, 519-521; W. Günther, Crecimiento, en miento determinado por Dios y que tiene lugar para la actividad de Jesús. Worterbuch, s.v. (bibliografía); E. Schweizer,
DTNT I, 353-355. por medio de Cristo. Este crecimiento corres-
539 crikóuaTog - ccuTÓg 540 541 aíiTofi - ácpei6ía 542

Das Evangelium nach Markus" (NTD), sub El pronombre ovínóg, por su función, ocupa
loco; R. Pesch, Markus (HThK), 256s. a v t o C autou (adv.) aquí, allí* á(jpavif|5, 2 aphanes invisible, oculto*
una posición intermedia entre el pronombre En Me 26, 36: aquí; en Hech 18, 19; 21, Heb 4, 13: «Y no hay cosa creada que se
personal y el pronombre demonstrativo. 24: allí (cf. 15, 34 Textus Receptas); en Le 9, oculte a su vista».
avTÓJlTtlg, ov, Ó autopies testigo ocular*
En Le 1, 2 en relación con án' a.Q%f\c, y con 2. ó cdjTÓg significa el mismo, en latín 27 (a diferencia de Me 9,1, que tiene cí>5e) sig-
ímr|Q8Toa... TOÍ) XÓYOV. LOS que fueron «tes- idem. Aparece acompañado o no por un sus- nifica también probablemente: allí. ácpaví^O) aphanizó hacer invisible (insig-
tigos oculares desde el principio» y «minis- tantivo (2 Cor 4, 13: «el mismo Espíritu»; nificante, irreconocible); en voz pasiva:
tros de la palabra» (cf. Hech 1, 21s); los pri- Rom 2, 1: «hacer lo mismo»), xó avxó apare- aÚTOÜ, fjg, ofi hautou de sí mismo, a sí, desaparecer, ser destruido*
meros «relatos» (-> 5ir|YT10"ig), de los que ce en función adverbial. Expresa por sí mis- su, recíprocamente En Mt 6, 16 y Sant 4, 14 este verbo aparece
habla Le 1, 1, corresponden a la tradición tras- mo la manera (Mt 27, 44: «de la misma ma- -> EOCUTOÜ. en un juego de palabras á<pavít,co-(jpcúvou.ou
mitida por ellos. ThWNT V, 373s. G. Sche- nera»); eni xb avxó significa en el mismo (la antítesis entre lo visible y lo invisible): en
pens, L'«autopsie» dans la méthode des his- lugar (Mt 22, 34); xcetá TÓ avxó significa Sant 4, 14 dícese de una nube de humo que
toriens grecs du VI siécle avant J.-C, juntamente, uno(s) con otw(s) (Hech 14, 1); avTÓq)ü)Q05, 2 autophóros sorprendido
desaparece (al poco tiempo); en Mt 6, 16 dí-
Bruxelles 1980; Spiqc, Notes, Suppl 81-87. TOÜTO avxó (2 Cor 2, 3) o avxó TOÜTO (2 Pe en el acto mismo* cese (en sentido figurado) de los hipócritas
1, 5) significa por esta misma razón. En Pa- Con la expresión (muy difundida) éjt' que ayunan «con rostro sombrío», es decir,
blo encontramos avxó TOÜTO, precisamente aí>TO(p(DQCp dícese en Jn 8, 4 de la mujer sor- desfiguran su rostro (por ejemplo, no lavan ni
avtóg, 3 autos él, él mismo, el mismo para esto (Rom 9, 17 y passim), y ev xcd TÓ prendida en adulterio. ungen su cara, v. 17), para hacer ver a los de-
1. El significado «él mismo» - 2. El significado «el OCUTÓ, (se hace) lo mismo, (se identifica) (1 más que están ayunando. En Mt 6, 19, el ver-
mismo» - 3. La función de pronombre personal. Cor 11,5). En Lucas encontramos con bastan- a v i ó / E l o , 1 autocheir con la(s) propia(s) bo se refiere a tesoros que son destruidos. En
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; BlaB-Debrunner §
te frecuencia el simple avxóq con el signifi- mano(s)* Hech 13, 41- (en cita de Hab 1, 5) el verbo sig-
277s, 282, 284, 286, 288, 290, 297; J. C. Hawkins, cado de ceíiTÓg owog (éxetvog), éste mismo Hech 27, 19: «con sus propias manos arro- nifica ser destruido (en voz pasiva, junto a
Horae Synopticae, Oxford 21909 (reimpresión en (o aquél mismo) (Le 10, 21, év aíiTÍj Tfj a>Qa; jaron...». ftavuáoaxz).
1968); Kühner, Grammatik II/l, 558-565, 568-571, a diferencia de Mt 11, 25, év EXEÍVÍD X(Ú
651-656; Mayser, Grammatik, II/2, 64-66, 75-78; W.
Michaelis, Das unbetonte xcd aiitóg bei Lukas: StTh XCUfXp).
4 (1950) 86-93; E. Schwizer, Eine hebraisierende Son-
av%é(ü aucheó jactarse, gloriarse* átpavio^ióg, o í , ó aphanismos desapari-
derquelle des Lukas?: ThZ 6 (1950) 161-185; Zer- 3. avxóc, tiene frecuentísimamente la En Sant 3, 5, con acusativo \ieyáXa, dícese ción, destrucción*
wick, Graecitas, nn. 195-206. función de pronombre personal de tercera de la lengua, que es tan sólo un «miembro pe- En Heb 8, 13 dícese del primer pacto, que es-
persona en los casos oblicuos, y entonces el queño», pero «se jacta de grandes cosas». tá próximo a desaparecer (eyyug aq>avio\iov).
1. Con sentido excluyente significa él mis- empleo de avxóq en genitivo sustituye a
mo, en latín ipse. Además de su aplicación li- menudo la falta de pronombre posesivo. Pe-
teral (Rom 8, 26: avxó xó nvev\ia, «el Espí- at)XM*lQÓg, 3 auchméros oscuro, tenebroso* aqxxvtog, 2 aphantos invisible*
ro se emplea también sustantivadamente y En 2 Pe 1, 19 dícese de la palabra profética,
ritu mismo»), hay también otros matices en su Le 24, 31: ácpavxog évéveTO ájt' OUTCÜV,
entonces reemplaza con énfasis a un sujeto que resplandece «en lugar oscuro».
aplicación (cf., a propósito, Bauer, 244), por mencionado ya antes (Mt 1, 21). Lucas em- Jesús «desapareció de la vista de ellos» (en
ejemplo, para realzar un sujeto mencionado plea xcd aiiTÓg sin énfasis alguno (segura- Emaús).
ya antes (Mt 8, 24: crikóg 5é, «pero él»); pa- mente no porque utilice una fuente pecu- CMpaioéd) aphaireó quitar, cortar*
ra distinguir entre personas y grupos (Me 2, liar). Abunda más, conforme a las reglas, el Me 14, 47 par. Mt 26, 51 / Le 22, 50: «cor- átpsSoürv, (OVO?, ó aphedrdn retrete, le-
25: «él y sus compañeros»; Le 11, 52); cuan- empleo de aí)TÓg en casos como Mt 5, 40: tar una oreja»; Le 1, 25: «quitar algo»; Le 10, trina*
do se designa a alguien personalmente (Le 24, TÓ)fréX.ovTi...ácpeg avxm. En una oración 42 (en voz pasiva) con genitivo de persona: En Me 7, 19 par. Mt 15, 17, a propósito de
39: «soy yo mismo»; cf. v. 36), cuando se in- de relativo, puede que se use pleonástica- «no le será quitada»; Le 16, 3 (en voz media): los alimentos que se eliminan y no hacen im-
dica que alguien actúa espontáneamente (Jn mente (Ap 7, 2: oíg eSó'íh] ceuToíg) o que án' éu.oi3, «quitarme»; dícese del borrar los puro al hombre.
16, 27) o que una persona depende de lo que determine el significado mismo del relativo pecados (en voz media, en una cita de Is 27,
es en sí misma (Rom 7, 25). Cuando crinóg es (1 Cor 8, 6). La constructio ad sensum con- 9) en Rom 11, 27; Heb 10, 4; aparece al final oupeióía, ag, i\ apheidia severidad, dure-
enfático y se halla unido con xoú, entonces duce frecuentemente a incongruencias for- del Apocalipsis (22, 19 dos veces), en una za*
puede tener función de refuerzo en el sentido males, es decir, a cambios del número gra- «fórmula de certificación» que recuerda a Dt En Col 2, 24 se habla de á<¡pei5ía oró-
de incluso, igualmente (Heb 11, 11: «incluso matical después de indicaciones de lugar o 4, 2: «Si alguien quita algo de las palabras del ^ictTog, «severidad con el cuerpo» (junto a
Sara»). El significado de precisamente, eso de conceptos colectivos (2 Cor 5, 19) o des- libro..., Dios le quitará la parte que le corres- e'freX.O'&Qriaxía y TCCJteivoqpQooTJvri) como
mismo (Jn 5, 36: «las obras precisamente») se pués de un diminutivo que designe a una ponde en el árbol de la vida...»; cf. Hen (et) algo que imponen los falsos maestros de Co-
acerca ya al segundo significado fundamental persona (Me 6, 28). 104, 11; Arist 310s; H. Kraft, Offenbarung losas. Tiene la apariencia de sabiduría (oo-
de aíitóg. W. Radl (HNT), sub loco. epía), pero en realidad está ligada a los OTOI-
545 áqpír|ui 546
543 á(pei6ía -- á<pí.Ti|w 544

jar fuera, desechar hasta dejar libre, dejar a En la LXX el sustantivo ácpEGig no se em-
XEto xov xóau-oi) (v. 20). E. Lohse, Die Brie- á(pdaQTO£, 2 aphthartos imperecedero merced de alguien, permitir. Y eso, tanto en
fe an die Kolosser und an Philemon2 (KEK), plea con el sentido de. perdón sino en Lev 16,
->• (pdeÍQCo. sentido propio como en sentido figurado. Se
sub loco. 26. En todos los demás pasajes es traducción
halla atestiguado también frecuentemente el deyóbél, «jubileo» (Lev 25, 10-12.15.30s; 27,
ÓMjpdoQÍa, ag, r\ aphthoria incorruptibili- uso jurídico del término: áqpír|U.i xivá, librar a 18) y de semittá, «remisión» (Dt 15, ls; 31,
á<pEXÓti)g, t)Tog, r\ aphelotes sencillez, dad, pureza* alguien de una relación jurídica, trátese del 10; también samat, Ex 23, 11). En Lev 25, 10
sinceridad* Tit 2, 7: Se aconseja a Tito que se muestre desempeño de un cargo, del vínculo conyugal, se usa para la emancipación (en hebreo,
Hech 2, 46: EV ácpeX.ÓTnTi xarjSíag, «con ante los jóvenes como modelo de «pureza en de un arresto, de una deuda o de un castigo. derór). En el Tritoisaías significa «liberación»
sencillez de corazón». Se refiere a la manera la doctrina»; v.l. áoiacpfrooía (Koiné al). Pero el término no aparece nunca en sentido en sentido escatológico (cf. Is 58, 6; 61, 1).
en que se efectuaba la fracción diaria del pan religioso (Bultmann 506). En el NT ácpEOig aparece 17 veces, inclui-
en la Iglesia primitiva en Jerusalén. á(píi||tii aphiemi hacer ir, dejar ir, permitir, En consonancia con ello, el término tiene das las 5 que aparece en Lucas y las otras 5 en
soltar, perdonar gran variedad de significados en el NT: a) Hechos. El sustantivo se refiere casi siempre
atp£(Ti5, eco?, i\ aphesis remisión, libera- ácpEOig, £(og, r\ aphesis remisión, libera- dejar libre, despachar, emitir, abandonar, por al perdón divino, definido más concretamente
ción, perdón ción, perdón* ejemplo, Me 1, 20 par. (xóv JiaxÉQa); 10, en la mayoría de los casos por el genitivo
->• áqpÍT](xi. 28s (jtávxa etc.); Jn 4, 3 (XT]V To-uSaíav); áu.arjxicüv (Me 1, 14 par. Le 3, 3; Mt 26, 28;
1. Aparición y contenidos semánticos de los térmi- 16, 28 (xóv xóau.ov); Me 1, 31 (ácpfjxEV
nos en el griego bíblico y en el NT - 2. áq>ír|Ui y Le 1, 77; 24,47; Hech 2, 38; 5, 31; 10, 43; 13,
á(pr|, f¡5, r\ haphé coyuntura, ligamento* aqpgaig como términos para designar el perdón de los cu>X'r|V ó JTi>rj£xóg); 15, 37 (áqpEig qpcovfiv 28; 26, 18; Col 1, 14; cf. Heb 10, 18) y xcov
Juntamente con auvóeoi-ioí en Col 2, 19, pecados - a) La fuente de logia - b) Marcos - c) Mateo \izyak\\v); Mt 27, 50 (cKpfjxEv xó JWE'üu.a); ftaoajixcofiáxoov (Ef 1, 7); se usa en sentido
áqpaí debe traducirse bien sea fisiológica- - d) Lucas y Hechos - e) Juan - f) Las cartas. Rom 1, 27 (xr|v cpvoiKÍ\v %QX\OI\); Ap 2, 4 absoluto en Me 3, 29 y Heb 9, 22. Siguiendo
mente como tecnicismo médico para designar Bibl: R. Bultmann, ccqpínLU, en ThWNT I, 506-509;
(XT)V áYájtr|v oov xr|V JtQroxnv); b) dejar a Is 61, 1; 58, 6 (LXX), Lucas (en 14, 8) uti-
los ligamentos o los músculos, o bien como P. Fiedler, Jesús und die Sünder, Bern 1976; J. Gnilka, atrás, abandonar, por ejemplo, Me 1,18 par. liza dos veces el término en el sentido de li-
término general para expresar las junturas o Das Elend vor dem Menschensohn (Mk 2, 1-12), en (xa Síxx'ua; Mt 5, 24 (xó 8COQOV OOV); 18, beración; pero ésta se entiende también como
conexiones. El contexto (cf. v. 8) y la relación FS Vógtle, 196-209; EvTh 36 (1976) Cuaderno 1 12 (xa £V£vr|xovxa évvéa [jcQÓ^axa]); Jn perdón.
(«Schuld und Vergebung») con colaboraciones indivi-
inmediata con la expresión masculina eE, o/u, duales de A. H. J. Gunneweg, Schuld ohne Vergebung,
14, 18 (úu-ag órjcpavoíig); c) dejar en paz,
en el v. 19a, presuponen clarísimamente a 2-14; K. Wengst, Versóhnung und Befreiung. Ein As- dejar hacer, por ejemplo, Me 11,6 (ácpfjxsv
2. a) La Fuente de Logia (Q) conoce la an-
Cristo como «Cabeza» del cuerpo. Ahora pekt des Themas «Schuld und Vergebung» im Lichte aiixcúg); Mt 19, 14 (átpexe xa Jtai6ía);
des Kol, 14-16; G. Sauter, Versóhnung und Vergebung. tigua sentencia acerca del pecado contra el
bien, la imagen del dominio de la cabeza so- d) permitir, conceder, por ejemplo, Me 1, 34
Die Frage der Schuld im Horizont der Christologie, Pneuma que no puede perdonarse, una sen-
bre el cuerpo es una imagen completa en sí (cf. 5, 19.37) (OÍJX rjcpiE tadsTv xa 8aiu.ó-
34-52; G. Krause, Vergebung ohne Schuld? Vorüberle- tencia que seguramente se ha trasmitido en su
misma. Por tanto, habrá que preferir la prime- gungen zur christl. Rede von Schuld und Vergebung, via); e) el verbo aparece también en la fór-
forma más antigua en Le 12, 10. En Mt 12,
ra de las dos traducciones posibles del térmi- 53-72; J. Guillet, «Tes peches sont pardonnés», en De mula helenística de un ruego, por ejemplo,
la Tórah au Messie. FS H. Cazelles, Paris 1981, 425- 31s la sentencia ha sido elaborada a partir de
no, entendiéndolo entonces como un tecnicis- Me 7, 27 (otepeg JTQÓÓXOV xoQxaafrfjvaí xa
mo médico. En Ef 4, 16 la imagen se refiere a 429; K. Kertelge, Die Vollmacht des Menschensohnes la versión trasmitida en Me 3, 28-30, cuya
xéxva) (cf. BlaB-Debrunner § 364).
la cooperación de todos los miembros del
zur SUndenvergebung (Mk 2, 10), en FS Schmid 1973, tradición es seguramente más antigua que la
205-213; H. Leroy, Vergebung und Gemeinde nach Lk versión de Q. En ambos casos se dice que el
cuerpo de la Iglesia bajo Cristo, que es la Ca- 7, 36-50, en FS Schelkle, 85-94; Id., Zur Vergebung
beza. Ahora bien, debemos tener también en der Siinden. Die Botschaft der Evv., Stuttgart 1974; I. La LXX emplea el verbo en expresiones de destino escatológico de una persona es irre-
cuenta que 5iá jtáor|g áqjfjg xfjg EJtixoQr)- Maisch, Die Heilung des Gelahmten. Eine exegetisch- perdón: para traducir el hebreo nasa' (por ejem- vocablemente el resultado de la propia deci-
yíag tiene aquí primariamente un sentido fi- traditionsgeschichtliche Untersuchung zu Mk 2, 1-12, plo, Gen 4, 13; Ex 32, 32; Sal 24, 18 [LXX]; pa- sión acerca de la palabra pneumática de la
Stuttgart 1971; J. Michl, SUndenvergebung in Christus ra traducir sülah (por ejemplo, Lev 4, 20; 5, Iglesia post-pascual. Mateo y Lucas designan
siológico: «...mediante toda la cohesión que nach dem Glauben der frühen Kirche: MThZ 24
los ligamentos o los músculos proporcionan». 10.13) y el pual kippur (Is 22, 14). En todo ello, la blasfemia contra el Jesús terreno como al-
(1973) 25-35; Id., Sündenbekenntnis und SUndenver-
gebung in der Kirche des NT: MThZ 24 (1973) 189-
el perdón recae sobre el pecado del hombre go que se puede perdonar, y la contrastan con
Sobre los significados fisiológicos cf. ThWNT (ctuaoxía, ávouia, áoépeía, aixía [Gen 4, 13]),
y el sujeto que perdona es Dios. Esta manera de la blasfemia imperdonable contra el Señor
VII, 855; M. Dibelius y H. Greeven, An die 207; Spicq, Notes, Suppl 81-87; H. Thyen, Studien zur
SUndenvergebung im NT und seinen atl. und jüd. Vo-
Kolosser, Epheser, an Philemort (HNT) sobre raussetzungen, Góttingen 1970; F. Zeilinger, SUnden- hablar y el concepto que en ella se expresa los en- exaltado que actúa en la palabra pneumática
Col 2, 19; E. Lohse, Die Briefe an die Kolosser vergebung nach dem NT: ThPQ 120 (1972) 289-299. contramos únicamente en el griego bíblico y en el de la Iglesia.
und an Philemon2 (KEK), sub loco. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 996s. griego influido por la Biblia (cf. Josefo, Ant VI, b) La tradición subyacente a Me 2, 1-12
92). Los verbos hebreos que este término traduce
H. Balz designan actos jurídicos y de derecho sacro, y en consideró ya la autoridad de Jesús para curar
1. El verbo aparece frecuentemente en el
NT, sobre todo en los evangelios. este último sentido remiten al ámbito del culto. como motivo para demostrar su autoridad pa-
áffftaQOÍa, ac;, i\ aphtharsia carácter im- Por tanto, el campo jurídico al que se refiere el ra perdonar percados. Por medio del milagro
Esta frecuencia está condicionada por el significado del verbo griego recibe aquí una im- de curación, Jesús demuestra que él es el Hijo
perecedero empleo griego no bíblico del término, en el portante modificación. del hombre, a quien Dios ha dado autoridad, y
-> Cp§£ÍQO). que éste tiene numerosos matices, desde arro-
547 ácpírini 548 549 áqÚTi[w - áqjvco 550

que perdona los pecados en la tierra (2, 10). do al Sal 130, 8) como referido a la redención acontecimiento se describe en Le 5, 26 como átpii,á(JY v í? 0 S5 ^ aphilargyros dícese de
Según la fe del AT, Dios concede graciosa- (-> aró^co) que salva de los pecados. un jtarjá6o|ov: Jesús aparece como el Salva- quien no tiene amor al dinero, de quien es
mente el perdón como curación (cf. Sal 103, dor que concede el perdón, y los hombres ex- desinteresado*
d) Según Le 24, 46-48, en la era de la Igle- perimentan esto como una milagrosa demos-
3; 41, 5; 25, 18; 79, 9). Esta visión terapéuti- sia, el perdón de los pecados está ligado a la 1 Tim 3, 3 en un catálogo de las virtudes del
ca del perdón hace posible la argumentación tración de la presencia divina, lo cual hace episkopos; Heb 13, 5 (ácpiAÓQYUQog ó TQÓ-
predicación del arrepentimiento en el nombre que se estremezcan. Lo que se realizó inme-
que se nos ofrece en la tradición. Al mismo de Jesús. La aceptación del kerygma de los Jtog), en una serie de exhortaciones dirigidas
tiempo queda desvirtuada la acusación de diatamente en tiempo de Jesús, se experimen-
testigos hace posible que el creyente se en- a la comunidad, la cual vive de su confianza
blasfemia (Me 2, 7s) lanzada contra Jesús. La ta ahora en el tiempo de la Iglesia en el plano
cuentre con el Señor que actúa en el evange- en Dios, y no de la posesión de bienes mate-
conexión con Me 3, 28-30 está bien clara: Je- del kerygma.
lio. Según Hech 2, 38 el encuentro con Jesús riales (vv. 5b.6 en una cita del Sal 117, 6
sús, según Marcos, es el Hijo del hombre do- en el bautismo sucede cuando el ->• ovou.a e) Jn 20, 21-23 interpreta el perdón como LXX).
tado de dones pneumáticos (Me 1, 10.12); 'Iriaoü XQLOTOÍ) se invoca sobre el que está el don de pascua del Resucitado. A la comuni-
blasfemar contra él es blasfemar contra el siendo bautizado. Esto se halla formulado en dad se le confiere la autoridad para perdonar,
Pneuma. El perdón lo imparte el Cristo pneu- consciente dependencia de la tradición del como participación en la misión de Jesús, una á(pi|i£, £0>5, r\ marcha, partida*
mático a su Iglesia. Y este perdón se niega a Bautista en Le 3, 3.10, tradición que está to- participación que se manifiesta en el hecho de Hech 20, 29, en las palabras de despedida
quien se aparta blasfemamente de ella, des- mada de Marcos y que se reconoce aún detrás ser hecha partícipe del Pneuma. que pronuncia Pablo en Mileto: «Sé que, des-
preciando la palabra profética de la Iglesia. de Le 24, 46-48. Es notable la concepción lu- pués de mi partida, entrarán en medio de vo-
f) El verbo y el sustantivo no forman parte sotros lobos crueles». Fuera del NT, este sus-
c) Mt 9, 1-8 marcó más las líneas esencia- cana de la -• (j-exávoia jesuánica: visión de
del lenguaje teológico de Pablo. Este se limi- tantivo habrá que traducirlo de ordinario por
les del modelo de Marcos e hizo recaer el la propia situación del á[xaQTCO^.óg y conver-
sión hacia Aquel que acepta al pecador y que ta a utilizar el verbo en Rom 4, 7 en una cita
acento sobre la autoridad del Hijo del hombre «llegada», con arreglo al significado de ->
con ello, sin insistir en obras de penitencia del Sal 31, 1 (LXX). En lugar del sustantivo,
para perdonar pecados en la tierra (9.8). La ácpixvéojwu. G. Menestrina, acpi^ig: BeO 20
(cf. Le 15), concede el perdón. Lo mismo que y con el mismo sentido, Pablo utiliza ->
Iglesia representa y actualiza la autoridad del (1978) 50.
en Le 24, 46-48, vemos que en Hech 3, 19; 17, jtágeoig, que aparece únicamente en Rom 3,
Hijo del hombre, que le ha sido otorgada a 25. El término no se encuentra en la LXX.
ella. El don del perdón divino está vinculado 30; 20, 21; 26, 20 el arrepentimiento es un
volverse en la fe hacia el Kyrios, un volverse Tiene el mismo sentido jurídico que el verbo CKpíatijfH aphistemi hacer que la gente se
al perdón que unas personas se concedan a Jtaoiévcu.
al que el Sefior responde con la áqpeoug. Le rebele, alejarse, apostatar*
otras: Mt 6, 12.14s; 18, 35; cf. Me 11, 25s En Col 1, 14 y Ef 1, 7 el sustantivo aqpEOig
(v.L). El perdón queda asegurado para los 17, 1-4 muestra claramente que la Iglesia es el El verbo aparece 14 veces en el NT; se en-
lugar donde se concede al hombre el perdón aparece juntamente con -> ájtoMiTQOOcag. 1 cuentra sobre todo en Lucas (4 veces) y en
hombres gracias a la muerte salvífica de Jesús Jn 1, 9 utiliza el verbo juntamente con xada-
en la cruz, que se representa en la celebración en razón de la (xexávoia (cf. Hech 5, 30s so- Hechos (6 veces). Es transitivo únicamente en
bre el trasfondo de Le 1, 77). QÍ£CÜ; Heb 9, 22 emplea el sustantivo en esta Hech 5, 37, donde se dice que Judas el Gali-
de la Santa Cena. Mt 26, 28 habla expresa- misma conexión. Sant 5, 15 utiliza el verbo,
mente del derramamiento de la sangre del pac- leo hizo que la gente se rebelase y la arrastró
Le 7, 36-50 (material peculiar de Lucas) es- cuando habla de la oración para obtener la cu- ómoco odJToü, «en pos de sí». Se usa en sen-
to para el perdón de los pecados. La expresión tablece un contraste entre el encuentro de Je- ración y el perdón de los pecados. La relación tido intransitivo (con genitivo, algunas veces
-a modo de fórmula- eíg ácpeow áLiafJticóv sús con el pecador, un encuentro que concede íntima, tan acentuada en la tradición acerca de con cuto) y entonces significa: (no) apartarse
procede de la tradición del Bautista (cf. Me 1, graciosamente el perdón, y el sentimiento de
4). Sin embargo, según Mt 3, 1-6, al bautismo Jesús, entre la curación del cuerpo y el perdón (Le 2, 37; 13, 27, en cita del Sal 6, 9 LXX);
justicia propia de los que no están dispuestos de los pecados aparece también en la actividad
de Juan se le niega el efecto de perdonar los alejarse de alguien (4, 13; Hech 5, 38; 22, 9;
a arrepentirse. Lucas en Le 5, 17-26 recoge la de la Iglesia.
pecados. Vinculando la tradición de la Cena 2 Cor 12, 8; arcó áóixíag, 2 Tim 2, 19); se-
tradición de Marcos (Me 2, 1-12) y la confi- H. Leroy
del Sefior, procedente de Me 14, 24, con la gura. La sentencia final en Le 7, 50, que en pararse (Hech 15, 38; 19, 9); en el sentido de
fórmula derivada de la tradición del Bautista, otras partes sirve de final a historias de cura- desertar, apostatar (Le 8, 13 [en sentido ab-
surgió una expresión que recuerda el ritual de ción, describe el perdón como curación de la soluto]; 1 Tim 4, 1 [rñg jiíorecog]; Heb 3, 12
atpixvéofiai aphikneomai llegar, alcanzar
la ofrenda por el pecado (Lev 4 y 5). Así como culpa. Jesús aparece como el portador de ese [ajeó deoij ^cóvTog]). En la LXX es frecuen-
(hasta)*
el sacerdote hace expiación mediante la reali- don de salvación, como se ve claramente por temente un término técnico para designar la
Rom 16, 19: «(La noticia de) vuestra obe-
zación del sacrificio, de tal manera que Yahvé el final de voces a coro (7, 49), que recuerda apostasía (de Dios), por ejemplo, Dt 32, 15;
diencia a la fe ha ha llegado a todos».
concede el perdón a quien ofrece el sacrificio, evidentemente la pregunta formulada al final Jer 3, 14; cf. también 1QS 7, 18.23 (en hebreo
así también Jesús realiza la expiación median- de la historia en que Jesús calma la tempestad bgd). ThWNT I, 509s; DTNT I, 202ss.
te su muerte cruenta en la cruz, una expiación (cf. Le 8, 25b). El poder de Jesús se hace efi- «npiXáycidog, 2 aphilagathos sin amor al
que obra el perdón. Mateo reconoce en la caz en el ámbito de la fe y libera al hombre bien, enemigo del bien*
óiqpeaig á|iarma>v el acto salvífico de Jesús para la salvación de Dios. 2 Tim 3, 3 en un catálogo de vicios que se á<pv(rt aphnd (adv.) de repente, de pronto*
por excelencia. La palabra del ángel en Mt 1, refiere a las personas que vivan en los últimos Aparece tan sólo en Hechos: 2, 2; 16, 26;
En consonancia con ello, Lucas configuró
2 interpreta ya el nombre de «Jesús» (aludien- días. ThWNT I, 18. 28, 6: de repente, al instante.
en Le 5, 17-26 la tradición de Me 2, 1-12. El
551 ácpó(3cog -ci(poQÍ¡;a> 553 ^ a.
ótcpoQÍ^oo^ ácpQoaúvn 554

áq}Ó(Í0)? aphobos (adv.) sin temor, sin mie- 1. En Rom 1, 1 (apartado para el evangelio Hijo del hombre, y dada la confontación exis- tro en el mandamiento un punto donde ata-
do, sin timidez = elegido para el ministerio de proclamar el tente entre el cristianismo y la sinagoga, debe! car...», ThWNT V, 472-475; DTNT III, 33.
-> qpo|3éou.ou. evangelio) Pablo, aludiendo al modelo y al contar con que van a maldecir su nombre du-
lenguaje de las vocaciones proféticas del AT rante el culto de la sinagoga y van a borrarlo'
(Is 49, 1; Jer 1, 5) y en una perspectiva apo- ácp{)í£a) aphrizó echar espuma*
de la lista de miembros (cf. Jn 9, 22; 12, 42;' En Me 9, 18.20 dícese del muchacho epi-
CHpoflOlów aphomoioó hacer semejante, calíptica, acentúa que su propia vocación de 16, 2). Hechos (19, 9) menciona la separación'
reproducir la imagen, (en voz pasiva) apóstol de los gentiles es una elección santa léptico llevado por su padre a Jesús.
que efectúa Pablo, por la cual los judeocristia-
asemejarse* hecha por Dios (cf. Lev 20, 26), que le separó nos se separan de la comunión de la sinagoga
Este verbo se emplea en Heb 7, 3 en un a él para este ministerio antes de que existie- local y fundan su propia comunidad. á(f)QÓg, ov, ó aphros espuma*
contexto hímnico que alude al Sal 109, 4 ran todas las cosas y antes de que comenzara Le 9, 39 (par. Me 9, 18, -> ácprjí^o): (xetá
LXX. Habla de Melquisedec, que se asemeja la historia (cf. AsMo 1, 14). El participio 3. Según Mt 13, 49, en una parábola perte- áqpQO'O, «con espuma» (en la boca).
al Hijo de Dios (para el significado, cf. Sab ácpcofJiauivog (en hebreo parüs, en arameo neciente al material peculiar de Mateo, los án-
13,14; EpJer [cf. Bar 6] 4.62.70) y que, por lo perisá') difícilmente será una alusión al pasa- geles -cuando llegue el fin del mundo- sepa- áqjjjoaúvi], 1}$, H aphrosyne insensatez,
singularísimo de su origen y por su figura de do farisaico de Pablo, porque tal cosa no se rarán a los justos. Mt 25, 32 alude a la vidai locura*
sacerdote primordial para siempre, es seme- entendería en Roma. cotidiana de los pastores palestinos, en la cuall oíqpQcov, 2 aphrón insensato, necio (loco)*
jante al Hijo de Dios de antes de los tiempos Para probar tal predestinación, Pablo en al caer la tarde se separa a las ovejas y a las
y del fin de los tiempos, y de esta manera se- Gal 1, 15 cita a Is 49, 1 y Jer 1, 5, recurriendo cabras, aunque durante el día hayan pastadoi 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Concep-
ñala históricamente hacia él. Sobre el pareci- al tema veterotestamentario de que Dios for- juntas, porque durante la noche las cabras ne- tos paralelos y contrarios - 3. Contextos típicos.
do de este enunciado con la especulación de ma a cada individuo en el seno materno. En cesitan más calor que las ovejas, ya que estas¡ Bibl: G. Bertram, q>or|V vx"L, en ThWNT IX, 216-
Filón acerca del logos (Filón, Fug 108ss y Hech 13, 2 la vocación le llega a Pablo a tra- últimas son menos sensibles al frío. La cos- 231; H. D. Betz, Der Apostel Paulus und die sokrati-
passim) cf. A. Strobel, Hebráerbrief (NTD), vés de profetas y maestros de la comunidad tumbre de los pastores sirve de metáfora para sche Tradition, Tübingen 1972 (sobre 2 Cor 11-13); T.
sub loco; Billerbeck III, 694s; ThWNT V, cristiana primitiva, por instrucciones que és- Donald, The Semantic Field of «folly» in Proverbs,
expresar la separación que el Hijo del hombre' Job, Psalms and Ecclesiastes: VT 13 (1963) 285-292;
198; O. Michel, An die Hebraer5 (KEK), sub tos han recibido del Espíritu; cf. también ha de efectuar en el juicio final. S. A. Mandry, There is no God! A Sudy ofthe Fool in
loco; DTNT IV, 190s. ÓQÍt,(ü en enunciados cristológicos (Hech 10, the OT, Roma 1972; E. W. Seng, Der reiche Tor:
42; 17, 31; Rom 1, 4). U. Kellermann1 NovT 20 (1978) 136-155 (sobre Le 12, 16-21); A.
Vógtle, Die Tugend- und Lasterkataloge im NT,
ácpOQáw aphorad fijar los ojos en, ver cla- 2. Debido al énfasis que la piedad judía po- Münster i. W. 1936, 199, 231s; J. Zmijewski, Der Stil
ramente* acpoQfJtj, f¡5, í\ aphorme punto de partida, der pin «Narrenrede» (BBB 52), Kóln-Bonn 1978 (so-
ne en la pureza que dimana de la conciencia ocasión, oportunidad* bre 2 Cor 11-12).
Flp 2, 23: dbg otv ácpíSco t á Jteoi éu.é é|- de la elección (cf. Jdt 12; Tob 1, lOs), ácpo-
ai>Tf¡5, «tan pronto vea claramente cómo van Este término, además de aparecer en 1 Tim1 1. En el NT, el sustantivo aparece 4 veces,
QÍt,w se convirtió en el término técnico para 5 (y Le 11, 54 D it syrc), se encuentra única-
las cosas conmigo»; Heb 12, 2: en la imagen designar la disolución de la comunidad de y el adjetivo, 11 veces. El tema de estas pala-
de una carrera de competición, dícese de la mente en Pablo. En 2 Cor 5, 12 se emplea en
culto (Gal 2, 12; cf. Is 56, 3; Jub 22, 16; Test bras aparece 8 veces en 2 Cor lis, empleado
confianza con que se ponen los ojos en Jesús sentido positivo: «ocasión para gloriarse». En
Job 10, 6; ParJer 6, 13s). Pedro se separó a sí con un sentido específico (-> 3.d).
(elg tóv xfjs níoxBwc, áQ%x]ybv... Triaoüv); 2 Cor 11, 12 (dos veces) se usa en el sentido
mismo de la comunión de mesa que había negativo de la oportunidad que tienen contra1
cf. 4 Mac 17, 10 (elg -freóv). existido entre paganocristianos y judeocristia- 2. A estos términos se oponen directamente
Pablo sus adversarios. Algo parecido se dice* q)QÓvr|Oig y (ppóvinog (2 Cor 11,9). Existe una
nos y comenzó a celebrar separadamente la en 1 Tim 5, 14. Desempeñan el papel de ene- oposición correspondiente entre [xcopía, u.ooQÓg,
Cena del Señor para los judeocristianos de migos la áu.aQTÍa en Rom 7, 8.11 y la aáq¡%, : áaocpog, por un lado, y ao<pía, aoqpóg, por el
áffiOQÍQít) aphorizó separar, poner aparte, Antioquía, cuando hubieron llegado los «visi-
destinar* en Gal 5, 13. Mientras que, según Gal 5, 13, otro lado (compárese Ef 5, 17 con 5, 15); la an-
tadores» que venían de parte de Santiago. En una libertad cristiana mal entendida puede serr' títesis de áoíivexog (compárese Le 11, 40 con
1. Término de la vocación - 2. Término cultual - 2 Cor 6, 17 (un documento no paulino y que una oportunidad excelente para la oáoS;, ve- Mt 23, 17.19; y Me 7, 22 con Rom 1, 31) es
3. ácpoQÍtco en el juicio final. se halla cerca de las ideas de Qumrán), con oúveoig, aúvEtog. Son casi sinónimos áyvoia,
mos en Rom 7, 8.11 que el pecado ha aprove- «yvcoaía, ávoia, ávór|Tog, etc. (compárese 1
Bibl: Delling, Jüd. Lehre und Frómmigkeit in den una alusión a Is 52, 11, se exhorta a los fieles chado la oportunidad, por medio del manda-
ParJer (BZAW 100), Berlín 1967, 42-53; J. Gnilka, a mantenerse separados del ambiente impío Pe 2, 15 con 1, 14; y Tit 3, 3; 1 Cor 15, 36 con
2Kor 6, 14-7, 1 im Lichte der Qumranschriften, en FS
miento (8iá xfjg évTO>i,f|g, cf. v. 7), para llevarr 15,34).
(cf., por ejemplo, 1QS 5, 1.10.15ss). En Le 6, el «yo» a la perdición. Las palabras ácpoQuijVv
Schmid 1963, 86-99; C. H. Hunzinger, Die jüd. Bann-
praxis im ntl. Zeitalter, tesis mecanografiada Gottin-
22 (de la fuente Q) se recoge el verbo como X,a|3oá3oa son una expresión muy corriente =
gen 1954, 73s; K. L. Schmidt, ácpoQÍE,(fl, en ThWNT término técnico para designar la práctica (la encontramos, por ejemplo, en Filón Flaccs 3. ácpQOO"'uvr| y acpQwv significan siempre
V, 454-456; G. Strecker, Die Makarismen der Berg- adoptada por la sinagoga (consistente en ex- 47; cf. Bauer, Worterbuch, s.v.). Posiblemente ; desvarío que se aparta de lo que es razonable.
predigt: NTS 17 (1970-1971) 255-275, especialmente comulgar). Aquel que confiese que Jesús es el
268s. sea más acertado traducir: «El pecado encon-e a) En las discusiones sapienciales, se criti-
ca a menudo al contrario echándole en cara su
555 ácpQocrúvri 556 557 ácpQooíivri - 'A/ata 558

irracionalidad y diciéndole: ¡Eres necio! Lue- tradición veterotestamentaria y judía (cf. nada inferior a ninguno de los «superapósto- 20; 2 Crón 27, 9 - 28, 27; Is 14, 28): Mt 1, 9
go vienen los argumentos. En el relato ejem- Vogtle, 232; 1QS 4, 10; Herm [s] 9, 15, 3), les». Disculpándose por actuar como «quien (dos veces). LThK I, 107; BHH I, 49s; Haag,
plar de Le 12, 16-21 (material peculiar de Lu- significa la actitud viciosa fundamental que ha perdido el juicio» (téngase en la cuenta la Diccionario, 32.
cas), Dios expone lo absurdo de los planes del tiene sus raíces en el corazón del hombre. Es intensificación que supone el verbo Jtapa-
rico para el futuro, y lo hace mediante un tó- algo que, según Rom 1, 29-31 (v. 31, áoijve- cpoovéco en 2 Cor 11, 23), no tiene más reme-
pico (v. 20), bien conocido, de la tradición sa- xog), caracteriza principalmente a los gentiles. 'Ay^aía, a ? , i\ Acha'ia Acaya, Grecia*
dio que decir la verdad (cf. la negación de
piencial (cf. Job 27, 16s; Sal 39, 7; 49, 11-21; CKpQooiJVTi en 11, 16a; 12, 6; en Betz, 79-82 1. Aparición del término - 2. Datos históricos -
Ecl 2, 18-23-26; 4, 8; 6, 2; Eclo 11, 18s; 14, c) Los gentiles no entienden las cosas, por- 3. Pablo en Acaya.
se mencionan posibles modelos literarios) y
4.15; 41, l;cf. Seng). que no conocen la ley. Por eso los judíos -paradójicamente- cambia por completo el Bibl: J. Finegan, en IDB I, 25; E. Groag, Die rom.
-principalmente en la Diáspora- se conside- sentido de su propia acción de gloriarse (->• Reichsbeamten von Achata, Wien 1939; E. Kirsten-B.
El modelo del «necio» (Le 12, 20) se encuentra ran a sí mismos como «educadores de los ne- E. Thomasson, en Pauly, Lexikon I, 32-38; J. Nuche-
xauxáoum). mans, en Woordenboek der Oudheid I, Bussum 1976,
ya plasmado en los escritos del AT. Una gran va- cios» (Rom 2, 20, además de «maestros de los
riedad de términos sirve para designarlo (espe- D. Zeller 17s; H. H. Scullard, en OCD 3 (bibl.); J. Toepffer-C.
inexpertos»). G. Brandis, en Pauly-Wissowa I, 156-198.
cialmente, en hebreo, nabal, kestl, 'ewtl, ba'ar [en
Proverbios] y sákál [en Eclesiastés], traducidos atpgíDV, 2 aphrón insensato, necio
Puesto que Dt 4, 6 y principalmente el Ecle- 1. Acaya aparece 3 veces en Hechos y 7
todos ellos, normalmente, por ácpQCOV en la LXX. ->• áqpooo'úvri.
Consúltense los artículos correspondientes en siástico identifican la sabiduría con la observan- veces en Pablo. El término designa a la pro-
DTAT I, ThWAT y en DTMAT), calificándolo de cia de la ley, vemos que a los trasgresores de la vincia romana de Grecia (-> 2), a la cual en
una persona que se niega a ajustarse al orden de ley en Israel y a los de fuera se los llamaba «ne- CKpuJlVÓw aphypnoó dormirse* una ocasión se la llama también Hélade (Hech
las cosas enseñado por los sabios, es decir, que cios» (sobre la «necedad» del culto idolátrico cf. En Le 8, 23 dícese de Jesús que, durante la 20, 2).
rechaza la dependencia en que se halla de Dios. Sab 12, 23s; 15, 14 y passim; Sib III, 722). De travesía del lago, se quedó dormido. Fuera del
Esto conduce a pronunciar palabras necias y arro- ellos se distanciaban, por ejemplo, los miembros
NT este verbo aparece también con el signifi- 2. La región montañosa de Acaya, situada
gantes y a obrar en consecuencia. Con ello el ne- de la comunidad de Qumrán, que habían jurado
observar la ley (1QS 4, 24; 1QH 1, 37; 13, 4; cado de «despertarse del sueño»; cf. ThWNT en la costa septentrional del Peloponeso, fue
cio perjudica a la sociedad y se arruina a sí mis- durante los años 280-146 a.C. centro de la po-
mo. 1Q27 1, 7). VIII, 552s.
lítica griega por haberse fundado allí la Liga
Los cristianos gentiles tienen una opinión átpvaTCQÉO) aphystereó retener Aquea. Cuando los romanos conquistaron
Como también Mt 23, 26 comienza con una
semejante de su insensato paganismo de otros En Sant 5, 4 B* Sin en lugar de ->• curoa- Grecia y la anexionaron a la provincia de Ma-
invectiva (que, desde luego, es redaccional),
tiempos (cf. Ef 4, 18; 1 Pe 1, 14). La paréne- TEQÉCQ.
cedonia, la llamaron Acaya (Pausanias VII,
creemos que lo de «¡Vosotros, necios!» en Le
sis postapostólica los exhorta a hacer enmu- 16, 10). Por la importancia de la nueva Corin-
11, 40 podría pertenecer a la fuente Q. Esta
decer con sus buenas obras a la insensatez de to, Augusto convirtió a Acaya en provincia
expresión insultante podría formar parte de á c p w v o s , 2 aphdnos mudo, silencioso, sin
quienes los calumnian por áyvcúaía (1 Pe 2, senatorial independiente (en el año 27 a.C.)
las discusiones de los rabinos con otros gru- lenguaje*
15; cf. 2, 12; 3, 16), y a demostrar de esta ma- con un procónsul residente en Corinto. Esta
pos (cf. bMen 65a en Billerbeck I, 280, en he- Este término, con el significado de mudo,
nera que no son ellos los insensatos, sino que provincia comprendía la Grecia propiamente
breo sótim). De manera parecida, Pablo re- aparece en Hech 8, 32, donde se habla del
en realidad comprenden la voluntad revelada tal, incluida Tesalia y la parte meridional de
prende a su ficticio adversario, en 1 Cor 15, cordero que permanece en silencio delante
(Ef 1, 9) de Dios (5, 17; cf. Col 1, 9; 1 Pe 4, Epiro (Estrabón XVII, 3, 25). De los años 15
36, llamándole ácpQCúv y ajustándose así al de quien lo trasquila (cita de Is 53, 7). Apa-
2ss; cf. Rom 2, 18, refiriéndose a los judíos). a 44 de nuestra era, y juntamente con Mace-
estilo de la diatriba cínico-estoica (cf. R. rece también con este mismo significado en
d) En 2 Cor 11-12 Pablo se siente obliga- donia, fue administrada como provincia impe-
Bultmann, Der Stil der paulinischen Predigt 1 Cor 12, 2, donde se aplica a las imágenes
do, en contra de sus propios principios, a re- rial, con el fin de aliviar la presión de los tri-
und die kynisch-stoische Diatribe, Gottingen mudas de los ídolos. En 1 Cor 14, 10 dícese
comendarse a sí mismo y a gloriarse frente a del gran número de lenguas (cpcovcú) que butos, pero luego volvió a ser provincia
1910, 14 y 66).
los insensatos adversarios (cf. 11, 19; 10, 12 hay en el mundo, ninguna de las cuales ca- senatorial independiente. La libertad que Ne-
b) El catálogo judeocristiano-helenístico ov avviáoiv). Aunque él considera que eso rece de sonidos claros (oíióév áqpcovov). En rón le había concedido en el año 67, la con-
de maldades fundamentales en Me 7, 21s es una necedad (11, 1.16b.17.21; 12, 11; lo 2 Pe 2, 16 dícese de la burra de Balaán, una servó únicamente hasta el aflo 73, en tiempo
menciona la cxqpQoat)vr| al final de la serie en mismo que piensa la filosofía popular; cf. H. bestia de carga que no tenía la facultad de de Vespasiano.
singular de siete maldades (en corresponden- Windisch, Der zweite Korintherbrief [KEK], hablar (íijioí^úyiov áqpcovov) y que, no obs-
3. Pablo entró en Acaya en el año 52 de
cia con las Jtovr|QÍoa, de índole más general, 345; Betz, 74-46; y también en el AT se ridi- tante, habló al profeta con lenguaje humano.
nuestra era (->• TaXAícov) durante su segundo
al final de la serie en plural). Desde luego, la culiza a los que se jactan de sí mismos, cf.
viaje misionero, cuando llegó por barco desde
insensatez es también uno de los cuatro vicios Prov 27, 2; el «hombre de la lengua», el jac-
' A x á £ Achaz Ajaz [Acaz]* Macedonia a Atenas (Hech 17, 14s). Después
cardinales que se enumeran en la doctrina es- tancioso, les; cf., además, 1 Clem 13, 1; 21, 5;
Rey de Judá (742)735-727 a.C, hijo de Jo- de pasar 18 meses trabajando con éxito en
toica, pero en nuestro caso, de acuerdo con la Herm [s] 9, 22, 2s), Pablo no se considera en
tán y padre de Ezequías (cf. 2 Re 1 5 , 3 8 - 1 6 , Corinto (18, 11), los judíos le acusaron ante el
561 áxQi - áijjvxog 562
559 'Axaía - á%Qi

procónsul Galión, pero Pablo salió absuelto áxkvg, vog, rj achlys oscuridad, tinie- á%Qic, aparece sólo 3 veces: Gal 3, 19; Heb 3, 4. Por el contrario, es relativamente raro
(vv. 12-17). Manifestó su alegría por la difu- 13 y Ap 2, 25 (cf. BlaB-Debrunner § 21). que áxQi exprese una distancia espacial: áxQi
blas* u.eoiano'Oty'ux'nsxod mveij^aTog, (la palabra
sión que el evangelio estaba teniendo en Ma- Se emplea en Hech 13, 11, juntamente con
cedonia y en Acaya (1 Tes 1, 7s). Después, oxótog, para referirse a la ceguera temporal 2. En el NT, la preposición á%Qi se usa casi de Dios) penetra hasta las coyunturas y los
Apolo comenzó también su actividad en Aca- de Elimas el mago por las palabras de castigo siempre para referirse al tiempo. A menudo se tuétanos (Heb 4, 12); áxQi TÓÚV xoAivc&v tcov
ya (Hech 18, 27). En el año 56, Estéfanas de halla asociada con términos que designan LJtJtcov, hasta los frenos de los caballos (Ap
que pronunció sobre él Saulo/Pablo: «La os-
Corinto, a quien se llama uno de los primeros tiempo: á%Qi r¡g (xfjg) r\\iÉQag, hasta el día 14, 20); áxQi oíoavoü, hasta el cielo (Ap
curidad y las sombras cayeron sobre él». Si 18, 5). Por lo demás, a%Qi, hasta, se refiere a
frutos de Acaya (1 Cor 1, 16; 16, 15), visitó a (Mt 24, 38; Le 1, 20; 17, 27; Hech 1, 2.[22
tenemos en cuenta que en el contexto se usa
Pablo en Éfeso durante el tercer viaje misio- v.l.]; 2, 29; 23, 1; 26, 22; 2 Cor 3, 14) o á%Qi indicaciones geográficas (Hech 13, 6; 20, 4
un lenguaje propio de la LXX, difícilmente se
nero (1 Cor 16, 17). Por aquel entonces Pablo f\\iÉQac, 'rnaoíj XoiaTcO, hasta el día (de la v.l.; 28, 15) o en relación con personas (Hech
podrá considerar la expresión como un tecni- nueva venida) de Jesucristo (Flp 1, 6); en 11, 5; 2 Cor 10, 13.14).
proyectaba una nueva visita a Acaya (Hech cismo médico; cf. E. Haenchen, Apostelge-
19, 21; 1 Cor 16, 5), la cual, para decepción cambio: otXQt rinéfjrov Jtévte, después de cin-
schichte1 (KEK), sub loco. co días (Hech 20, 6); á%Qi xaiQOtí hasta el
H.-J. Ritz
de los corintios, se retrasó a causa de la acti-
vidad de Pablo en Macedonia (2 Cor 1, 15; 2, momento oportuno (Le 4, 13; Hech 13, 11);
axQi XQÓvrov, hasta los tiempos (Hech 3, 21); áyrvQOV, ov, TÓ achyron paja*
13). A pesar de todo, Pablo era optimista en á / o e í o ? , 2 achreios inútil, inservible* áxQt Jtoofreauíag, hasta la fecha determina- En Mt 3, 12 par. Le 3, 17 (Q) dícese de la
cuanto a la solidaridad de los creyentes en Se emplea juntamente con SoüX.og en Mt da (Gal 4, 2); áxQi xov vvv, hasta ahora paja que, al aventar el trigo, es arrastrada por
Acaya, y en lo que respecta a su colaboración 25, 30; Le 17, 10 (en plural; el hecho de que (Rom 8, 22; Flp 1, 5); á%Qi xov 6eí)QO, hasta el viento, y se procede luego a quemarla.
para la colecta (2 Cor 1, 1; 9, 2; 11, 10), opti- este término falte en el códice sys no quiere este momento (Rom 1, 13); á%Qi avyi\q, hasta
mismo que se vio confirmado (Rom 15, 26). decir que no sea original; cf. Bauer, Worter- Haag, Diccionario, 1406.
el amanecer (Hech 20, 11); áxQt Tñg áoxi
Según el texto de la Koiné, otro de los prime- buch, s.v.) (OQag, hasta el momento presente (1 Cor 4,
ros frutos de Acaya saludó desde Corinto a 11); áxQi xzkovc,, hasta el fin (Heb 6, 11; Ap áxp£v5r|£, 2 apseudés dícese de quien no
los cristianos de Roma (Rom 16, 5). 2, 26). áxQi •fravátou, hasta la muerte (Ap 2,
La cultura griega no fue mencionada por Pa- áx(?£lÓ(0 achreioó hacer inútil, (en voz engaña, no miente, es fiable*
10; 12, 11) se entiende como la fijación de un En Tit 1, 2 dícese de Dios, que es sin men-
blo, pero las provincias de Macedonia y Acaya pasiva) hacerse inútil* límite en el tiempo; pero aparece en sentido fi-
fueron para él países clásicos de misión. Rom 3, 12 (en cita de los Sal 13, 3 LXX; tira; cf. MartPol 14, 2. La predicación corres-
gurado en Hech 22, 4, donde estas palabras
52, 4 LXX): Todos -tanto judíos como grie- ponde al pensamiento griego y al estilo hele-
significan la intención que preside una acción:
B. Reicke gos- se hicieron inútiles (por el pecado). Pablo perseguía hasta la muerte el «camino» nístico-judío; cf. Bauer, Worterbuch, s.v. y
(de la fe). No está totalmente claro lo que sig- ThWNT IX, 597 con la nota 73; cf. también
nifica la expresión á%Qi... VÓU.OIJ, hasta el es- Sab 7, 17; Filón, Ebr 139.
'Ax«ÜXÓ5, o í Achaikos Acaico* a%QV\atog, 2 achréstos inútil, sin valor* tablecimiento de la ley (Rom 5, 13). Las pala-
Nombre de un cristiano de Corinto, que En Flm 11 dícese de Onésimo, que «en otro bras empleadas aquí por Pablo se refieren al
junto con Estéfanas y Fortunato visitó a Pablo tiempo era inútil» para su amo, pero que ahora át|Hvftos, OV, Ó (T|) apsinthos ajenjo*
tema de la ley, pero su pensamiento se orienta
en Efeso: 1 Cor 16, 17. «es de gran utilidad» (eüxDTl0"TOS) P a r a él y hacia la fecha de la revelación de la ley por Ap 8, 11 (dos veces): masculino como nom-
para Pablo; sobre el juego de palabras cf. Herm medio de Moisés. La expresión á%Qi xov bre de una estrella, y femenino como nombre
(v) 3, 6, 7; en sentido parecido, (s) 9, 26, 4. X,ÓYOU, hasta esta declaración (Hech 22, 22) de un líquido amargo en el que se trasforma
á x á g i o t o g , 2 acharistos desagradecido* una tercera parte de todas las aguas, cuando re-
Se emplea en Le 6, 35 juntamente con Jto- es la referencia a un momento determinado.
suena el tercer toque de la trompeta. Por su sa-
VTIQOÍ, y en 2 Tim 3, 2 en un catálogo de vi- á%Ql, á / o i g achri, achris (partícula) hasta* bor amargo, f| ailnvftog, artemisa (ajenjo), es
cios; cf. Sab 16, 29; 4 Mac 9, 10. 3. Como conjunción, á%Qi se asocia a veces imagen de la condenación y del juicio; cf. se-
1. Aparición de la partícula - 2. Como preposición -
3. Como conjunción - 4. En sentido espacial. con el relativo oí: hasta que (algo suceda) (Le gún Aquila Prov 5, 4; Jer 9, 15; 23, 15; la LXX
21, 24; Hech 7, 18; 27, 33; Rom 11, 25; 1 Cor usa frecuentemente chjuv'9'og en expresiones
áyitlQOnoírytog, 2 acheiropoietos no he- Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; BlaB-Debrunner § 11, 26; 15, 25; Gal 3, 19 [o¿XQig oí]; Heb 3,13 con V&WQ mxoóv, etc., o con %o\r\. BHH III,
cho por mano de hombre 21; 216, 3; 383, 1.2; 455, 3; Mayser, Grammatik II/l,
268 nota 1; II/2, 526: II/3, 77; Schwyzer, Grammatik I, [axQig oí, mientras]; Ap 2, 25 [áxQig oí]). 2167; Haag, Diccionario, 33.
-> xet0OJToiTiTog. 405, 450, 620, 840; II, 313, 487, 533, 549s, 637, 640, axQi, hasta, aparece sin relativo en Ap 7, 3,15,
653, 657s. 8; 17, 17; 20, 3.5. á%Qi (oí) aparece de ordi-
nario con aoristo de subjuntivo; lo encontra- át|)VX°S» 2 apsychos sin vida, inanimado*
'A/íji Achim Ajín [Aquim]* 1. áxQi con genitivo aparece en el NT un
mos con indicativo en Hech 7, 18; 27, 33; Ap En 1 Cor 14, 7 dícese de instrumentos mu-
Hijo de Sadoc y padre de Eliud en la gene- total de 45 veces y es especialmente frecuente
17, 17 (cf. BlaB-Debrunner § 383, 1 y 2). sicales.
alogía de Mt 1, 14 (dos veces). en los escritos lucanos (19 veces). En cambio
563 564 565 BaPuXwv - pá&og 566

8; 17, 5), es decir, de adorar a la bestia. El tenerse en cuenta también Ap 2, 24 como va-
B|3 lenguaje y el repertorio de imágenes están to-
mados en gran parte de la manera de hablar
riante textual del Textus Receptus.

judía y del AT (sobre el «¡ay, ay!» de Ap 18, 2. Los ejemplos que aparecen en los evan-
10, cf. Is 21, 9). gelios se encuentran en marcos narrativos.
BáaX Baal Baal* para referirse en clave a la potencia mundial páfroc; significa entonces la profundidad es-
En Rom 11, 4, en cita de 1 Sam 19, 18, apare- contraria a Dios, que aparece en los últimos 3. El testimonio del Apocalipsis acerca de pacial bien del terreno (Me 4, 5 par. Mt 13, 5)
ce como el nombre (indeclinable) de la divi- tiempos, y cuyo derrocamiento es objeto de la Babilonia = Roma se halla dentro de una mar- 0 bien del agua (Le 5, 4). Los textos paulinos
nidad cananea ante la cual 7.000 hombres «no esperanza (así piensan 1 Pedro y Apocalip- cada tradición apocalíptica judía (cf. ApBar emplean pódog en sentido figurado como la
han doblado su rodilla». En 2 Re 21, 3 y pas- sis). A causa de la experiencia histórica de Is- [gr] 67, 7; Sib V, 143, 158ss; MidrCant 1, 6; dimensión que lo abarca y lo sobrepasa todo:
sim va con el artículo femenino f|, porque en rael, el concepto tenía siempre connotaciones Billerbeck III, 816). Esta tradición adquirió unas veces, referido al mundo y a la vida (cf.
la lectura pública del texto el nombre de Baal negativas (Josefo, Ant X, 131ss; CD 1, 6). Se importancia en el pensamiento del cristianis- Rom 8, 39; cf. también 2 Cor 8, 2); otras ve-
se sustituía por aio%vvr\; cf. BlaB-Debrunner aplicaba a un enemigo político y a una ame- mo primitivo, después que el culto al empera- ces, referido a Dios o Cristo (cf. Rom 11, 33;
§ 53, nota 14; RGG I, 805s; LThK I, 1162s; naza religiosa (Jer 50s; Ez 24). dor hubo exigido las primeras víctimas (cf. 1 Cor 2, 10; Ef 3, 18). Por ello, páftog está
BHH I, 173-175; Haag, Diccionario, 189s; 18, 24). especialmente indicado para enunciados do-
LAW425;RAC 1063-1113. 2. Mateo (1, 1-17) calcula que han trascurri- A. Strobel xológicos, donde se emplea en antítesis con
do tres veces 14 generaciones desde Abrahán
i5i|)og (Ef 3, 18) o con í)i|KDU.a (Rom 8, 39),
hasta Cristo. La «deportación a Babilonia», de
BaPvXtbv, éüvog, Babylón Babilonia* la que se habla técnicamente, designa el mo- (iaftjióc;, ov, ó bathmos nivel, rango, re- entre otros términos, en series enumerativas.
putación* Se acentúa la totalidad de la dimensión men-
mento crucial en que se pasa al último tercio.
1. Aparición del término en el NT - 2. Campo refe-
Dios, a pesar de la catástrofe de Israel, dio En 1 Tim 3, 13 Pce&u.óc; •nákóc, quiere decir cionada. El plural |3á'&r), que se usa única-
rencial - 3. En el marco de la historia de las tradicio- que los diáconos que prestan buen servicio mente en 1 Cor 2, 10, acentúa una realidad
nes. Babilonia = Roma. cumplimiento a su promesa. La cita de Am 5,
25-27 LXX en Hech 7, 43 es modificada al adquieren «buena reputación» en la comuni- pluridimensional (que puede ser negativa, es
Bibl: R. Borger, en BHH I, 177s; Ch. Brütsch, La
final para que diga: «más allá de Babilonia» dad. El contexto excluye una interpretación decir, satánica, vg. en la variante textual de
ciarte de l'Apocalypse, Genéve 51966 (sub loco); Ch. mística o filosófica (como la que da, por Ap 2, 24).
H. Giblin, Structural and Thematlc Correlatlons in the (en vez de: «más allá de Damasco»). El tema
Theology ofRevelatlon 16-22: Bib 55 (1974) 487-504; ejemplo, el CorpHerm XIII, 9: un nivel al-
del destierro es un argumento importante en
K.-P. Jorns, Das hymnische Evangelium. Untersu-
las palabras de juicio que pronuncia Esteban.
canzado en el viaje celestial del alma; Cle- 3. La expresión (3á§og xfjg yffe u n a cons-
chungen zu Aufbau, Funktion und Herkunft der hym- mente de Alejandría, Strom II, 54, 5: un nivel trucción de genitivo formada a la manera del
nischen Stücke in der Job. OJfenbarung (StNT 5), Gü- El anuncio profético de Amos fue sobrepasa-
de gnosis). estado constructo hebreo, significa «terreno
tersloh 1971; H. Kraft, Die Offenbarung des Job do incluso por la realidad.
(HNT), Tübingen 1974, 225-240; K. G. Kuhn, Ba- profundo». Mateo (13, 5) la tomó de Marcos,
pvXróv, en ThWNT I, 512-514; W. Rollig, en BRL, En 1 Pe 5, 13 Babilonia es una clave apoca- pero no hizo lo mismo Lucas (8, 6), quien dio
26-29; E. Schüssler-Fiorenza, Religión und Politik in líptica para designar el lugar en que se escri- Páttog, ovg, TÓ bathos profundidad*
mayor concisión a la parábola y la hizo más
der Offenbarung des Job, en Bibl. Randbemerkungen, bió la carta, a saber, Roma. En medio de 1. Aparición del término - 2. Significado - 3. Cam-
FSf. R. Schnackenburg, Würzburg 1974, 261-272; S. pulida en su lenguaje.
aquella urbe mundial, enemiga de Dios, exis- po referencial.
Uhlig, Die Typologische Bedeutung des Begriffes Le 5, 4 (material peculiar de Lucas) habla
Babylon: Andrews University Seminary Studies 12 te la comunidad «elegida juntamente con vo- Bibl: H. R. Balz, Heilsvertrauen und Welterfah- de la profundidad del lago. La instrucción de
(1974) 112-125. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, sotros». rung (BEvTh 59), München 1971, 116-123; N. A.
997s.
Jesús dice así: «¡Boga hacia alta mar!»
También el Apocalipsis habla de Babilonia Dahl, Cosmic Dimensions and Religious Knowledge
(Eph 3, 18), en FS Kümmel, 57-75; P. Fiedler, Rom 8, En Rom 8, 39 Pablo habla de la «altura» y
1. El nombre de la ciudad de Babilonia (en = Roma (Ap 17, 1-19) como el centro y la en- 31-39 ais Brennpunkt pin Frohbotschaft: ZNW 68 de la profundidad, juntamente con otros tér-
hebreo, babel) aparece 12 veces en el NT: carnación de la potencia mundial que es con- (1977) 23-34; H. Schlier, páftog, en ThWNT I, 515s; minos que expresan polaridad. Se piensa aquí
traria al cristianismo. En Roma tomó forma lo L. Schottroff, Der Glaubende und die feindliche Welt
cuatro de ellas, muy significativamente, en la (WMANT 37), Neukirchen-Vluyn 1970; H.-F. WeilS,
en el ámbito de los poderes terrenos y supra-
genealogía de Jesús (Mt 1, 11.12.17 bis), una que se había prefigurado ya en la Babilonia Untersuchungen zur Kosmologie des hellenistischen terrenos.
vez en Hechos (7, 43) y otra vez en 1 Pedro histórica (cf. el v. 5, «misterio»). La manera und palastinischen Judentums (TU 97), Berlín 1966; Como tecnicismo astronómico, pcVfrog de-
(5, 13), así como también seis veces en el Apo- estereotipada de hablar de la «gran» Babilo- V. van Zutphen, Studies on the Hymn in Rom 11, 33- signa a veces el espacio que queda debajo del
nia refleja el atributo helenístico de la gloria y 36, tesis Würzburg 1973. Para más bibliografía, cf.
calipsis (14, 8; 16, 19; 17, 5; 18, 2.10.21). El ThWNT X, 998. horizonte (Preisendanz, Papyri, 4, 575). En la
nombre es, pues, importante: a) en el marco majestad (pantokrator; cf. Dan 4, 27). En los Gnosis, Dios mismo puede ser el Páíroc;
de las ideas acerca del cautiverio babilónico tiempos del NT se recuerda todavía la antigua 1. Las 8 veces que ¡3óf}og aparece en el (Hech, Tom 143; Hipólito, Ref VI, 30, 7).
como él punto más bajo y el momento crucial grandeza de Babilonia (Estrabón XVI, 1, 5; NT se distribuyen entre los evangelios (3 ve- Pablo afirma que el amor de Cristo penetra
en la historia salvífica de Israel (así piensan Josefo, Ap I, 128ss). Sobre Babilonia = Roma ces: Me 4, 5 par. Mt 13, 5; Le 5, 4) y las car- por completo en ese espacio, de tal manera
Mateo y Hechos), b) como cifra apocalíptica cae la grave acusación de «fornicación» (14, tas paulinas (incluida Efesios: 5 veces). Debe que éste pierde su carácter amenazador. En la
567 Pádog - Bodccá|¿ 568 569 Bcdaáu - fiá\X(x> 570

doxología final, en Rom 11, 33, «la profundi- Textus Receptus xa páf}r|) en Ap 2, 24, para 2. Los testimonios del NT recogen la ima- PÚXXd) bailo arrojar
dad de las riquezas de la sabiduría y del cono- referirse a una herejía difundida en Tiatira (la gen rabínica acerca de este personaje. Ap 2,
cimiento de Dios» encierra sobre todo la idea herejía nicolaíta: H. Kraft, Ojfenbarung [HNT], 14 muestra a Balaán como el seductor con 1. Aparición del término en el NT - 2. Amplitud de
sub loco; cf. 2, 6), que pretende poseer el co- significados - 3. Sentido teológico - a) Mt 10, 34; Le
de la inagotable e inescrutable «plenitud» de quien pueden compararse los nicolaítas, posi- 12, 49 - b) |BáM.u) en sentencias de juicio - c) (3áM.ü)
esa sabiduría y de ese conocimiento. En 1 Cor nocimiento de las profundidades de la Divini- blemente por razones etimológicas (baala' en el Apocalipsis.
2, 10 se llega más hondo todavía, porque «las dad. Mediante la inversión sarcástica que ha- 'am = devorador del pueblo; así piensa Kraft
ce el vidente, el conocimiento de esos herejes Bibl.: F. Hauck, páUto, en ThWNT I, 524s; F.
profundidades de Dios», escudriñadas única- según bSan 105a, en contra de Kuhn, 522, no- Stolz, slk hi., en DTMAT II, 1149-1153 (sobre los
mente por el Espíritu, se refieren aquí supre- se estigmatiza como el conocimiento de las ta 10). Porque, lo mismo que él (SiSa/T) B a - equivalentes del término en el AT).
mamente a los «profundidades insondables», profundidades de Satanás (->• páftog 3); en el l a á n . - 5ióa%r] [xrav] NixoXaitcov, vv. 15s),
las cuales son -como se ve claramente por el sentido de «muy de mañana» (OQ'&QOV Pa- enseñan la fornicación, que aquí debe enten- 1. El verbo páM.ü) aparece 122 veces en el
contexto- el acontecimiento de la cruz. décog) encontramos este término en Le 24, 1. derse en sentido figurado, porque lo de (po> NT (contando el adjetivo verbal pXntéov en
yetv £i5ü)X.óíh)Ta x a i jtoQveüoai ha de en- Le 5, 38; pero sin contar páXXu) en Jn 8, 7).
Según Hipólito, Ref V, 6, 4, hay gnósticos que tenderse como hendíadis. Es decir, ellos no Corresponden 34 veces a Mateo, 18 a Marcos,
afirman que ellos son los únicos que conocen el P a í o v , OVf TÓ, baíon rama de palmera* trazan una clara línea divisoria entre la ado- 19 a Lucas, 16 a Juan, 5 a Hechos, 1 a Santia-
pádog. Sobre pádog entre los valentinianos, cf. go, 1 a 1 Jn, y 28 al Apocalipsis.
Jn 12, 13: Pata tebv qpoivíxcüv. Se trata de ración de Dios y la adoración de los ído-
Excerpta ex Theodoto, 29, y también EvVer 22,
25; 35, 15; 37, 8; 40, 26: «el Padre que llegó de lo un préstamo léxico del copto, que en realidad los (Kraft). Jds 11 y 2 Pe 2, 15 comparan con
hace superflua la adición del genitivo tórv Balaán a los falsos maestros; porque «se en- 2. Como ocurre en el griego en general,
profundo».
qpoivíxcov; cf. Bla/3-Debrunner § 6, con la no- tregan a su afán de ganancias» (cf. Jds 16; pócXAü) tiene también en el NT una amplísima
El peculiar testimonio de Efesios habla de ta 1. J. S. Hill, t á Pata t(bv cpoivíxwv (John Schelkle, 160). gama de significados:
pófroc, en 3, 18. Esta palabra se halla dentro 12; 13): Pleonasm or Prolepsis?: JBL 101 W. Radl a) El significado fundamental es arrojar
de una serie que, con estilo formulario y ple- (1982) 133-135. (Mt 3, 10 par.; 6, 30 par.; Jn 8, 59). Cuando
rofórico, menciona -por decirlo a s í - como aparece este significado, no es raro que la pa-
B c d á x Ealak Balac*
magnitudes absolutas «la anchura, la longura, labra describa un suceso violento, sobre todo
En Ap 2, 14 dícese de Balac, rey de los mo-
la altura y la profundidad». El pasaje pretende Bdkaán Balaam Balaán [Balaatn]* cuando el objeto de la acción verbal son per-
abitas, quien según Núm 22, 5ss quería que
expresar mediante un concepto cúbico y abs- sonas (cf., a propósito, Me 9, 22.42 así como
Bibl: W. F. Albright-Y. M. Grintz, en EJJ IV, 120- Balaán maldijera a Israel (-> Bataxáu). BHH
tracto de la totalidad del cosmos (cf. Ap 21, también la expresión ek; cpuXaxr|v páXAeiv
124; Billerbeck III, 771s, 793; H. Donner, Balaam I, 192; Haag, Diccionario, 201.
16) la «plenitud de Dios» (cf. Ef 3, 19) sobre pseudopropheta, en Beitrage zur Alttestamentlichen [Mt 5, 25 par.; 18, 30 y passim]; cf., además,
la base del «amor de Cristo que sobrepasa to- Theologie, FS f. W. Zimmerli, Gottingen 1977, 112- -> 3.b).
do conocimiento». En la comunidad cristiana 123; H. Kraft, Die Offenbarung (HNT), Tübingen P a M á v i i o v , OV, TÓ ballantion bolsa (del
1974, 65; H. Karpp, en RAC II, 362-366; K. G. Kuhn, Al significado fundamental pueden añadir-
esa «plenitud» es perceptible y asimilable co- dinero)*
BaXaán, en ThWNT I, 252s; R. Rendtorff, en RGG I, Este sustantivo aparece únicamente en Lu- se matices especiales. Así, por ejemplo, en-
mo organismo de vida, pófrog, que se halla
1290s; L. Rost, Fragen um Bileam, en Beitrage zur contramos páXX.oo en expresiones como: tirar
significativamente al fin, se refiere conscien- Alttestamentlichen Theologie, FS.f. W. Zimmerli, Got- cas. Se emplea en Le 10, 4, cuando Jesús en-
temente a lo «insondable» que hay en la glo- vía en misión a los 70 discípulos, ordenándo- algo o arrojarlo a los animales (Me 7, 27 par.;
tingen 1977, 377-387; K. H. Schelkle, Die Petrusbriefe.
rificación (cf. 3, 13) que se describe. Der Judasbrief, Freiburg i. Br. '1970, 160, 214s; L. les que no lleven consigo bolsa del dinero (u,f) Mt 7, 6), arrojar una red o un anzuelo (Mt 4,
Schmidt, Die alttestamentliche Bileamüberlieferung: Páctamete paXlávtiov, a diferencia de Mt 18; 13, 47; 17, 27; Jn 21, 6), dejar caer el fru-
A. Strobel BZ 23 (1979) 234-261. Para más bibliografía, cf. 10, 9; Me 6, 8). En un doble logion, en Le 22, to (Ap 6, 13). Se emplea en voz activa para
ThWNT X 998. expresar la idea de «arrojar a alguien al lecho
35-36, que es probablemente pre-lucano, a
pafrúvw bathynó hacer profundo, llegar a 1. La acción del adivino Balaán (en hebreo, aquellos que tienen (ó excov) bolsa, se les del dolor» (= de la enfermedad; Ap 2, 22); es-
lo profundo* bil'ám), quien primero maldijo a Israel, pero lue- permite «ahora» (ákXá vOv) que la lleven te sentido está relacionado con el empleo del
En Le 6, 48 se habla en sentido absoluto de go tuvo que bendecirlo (Jos 24, 9s; Miq 9, 5), se consigo (agora)), habida cuenta de lo inmi- verbo en perfecto de la voz pasiva para expre-
una persona que edifica una casa y antes cava encuentra ya condicionada en Núm 22-24 por la nente que es el tiempo de persecución; el v. sar que hay personas que yacen enfermas (Mt
hondo y echa los cimientos (eoxaijiev x a i historia de las tradiciones, y no debe considerarse 38 debe entenderse como el rechazo de un 8, 6.14; 9, 2; Le 16, 20; cf. Me 7, 30). Otras
épáíhjvev). como una tradición uniforme (cf. 22, 20-22). En malentendido de los discípulos. En 12, 33 (Q) variaciones del significado fundamental son,
la tradición sacerdotal, Balaán aparece de manera Jesús exige a los discípulos que renuncien a por ejemplo: echar semilla sobre la tierra (Me
enteramente negativa (Núm 25, 1; 31, 8.16; Jos los bienes terrenos, y para ello se sirve de la
| i a ^ í ) 5 , 3 bathys profundo* 13, 22). La tradición rabínica recrudece aún más 4, 26), echar polvo al aire (Hech 22, 23),
En sentido propio dícese de un pozo pro- imagen de las «bolsas que no se deterioran» arrojar agua de la boca (Ap 12, 15s). Del sig-
este juicio: El seductor Balaán (bSan 106a) tiene
fundo (Jn 4, 11). En sentido figurado se habla «ojo envidioso, mente arrogante y alma codicio- (fidKkávxia \ii] jtaX.aioiJu.eva) . ThWNT I, nificado de tirar, echar de sí se trata en el
del profundo sueño (Hech 20, 9); de las pro- sa» (NúmR 20 [188-; cf. 189"], en Billerbeck, 793 523s; G. Schneider, Lukas (ÓTK), a propósito mandamiento páXe áitó aov (Mt 5, 29s; 18,
fundidades de Satanás (en plural, xa Padecí, ó 771). de 22, 35s. 8s) y también en la combinación de palabras
571 PáM,co 572 573 Pcurú^a) 574

páMeiv e£ü) (Mt 5, 13; 13, 48; Le 14, 35; Jn en Mt 10, 34, el anuncio de la aflicción escato- PaJlTÍ^O) baptizo bautizar* gionsgeschichtliche Problem von Rom 6, 1-11 (AT-
15, 6 [-> éxpáXX,a»]). Esta última expresión lógica (cf. Jeremías, Parábolas, 200s). Lucas, hANT 39), Zürich 1962; A. J. M. Wedderburn, Bap-
p á l m a l a , atoe;, TÓ baptisma bautismo* tism and Resurrection. Studies in Pauline Theology
significa en 1 Jn 4, 18 echar fuera/expulsar. por su parte, piensa probablemente en el fuego Pa3ttia[xóg, ov, ó baptismos lavamiento* against Its Graeco-Roman Background (WUNT 44),
del juicio que Jesús «traerá sobre la tierra» en páirto) bapto sumergir* Tübingen 1987, 37-89, 269-392. Para más bibliogra-
b) Con frecuencia fiak'kw tiene sencillamen- la parusía (cf. 3, 17; 17, 24.29s). El doble lo- fía, cf. ThWNT X, 998-1008.
te el significado de traer (Mt 10, 34 [-> 3.a]; gion de Le 12, 49s, en analogía con 17, 24s, se 1. Aparición de los términos en el NT - 2. El bau-
Jn 5, 7) o de poner (Me 7, 33; Jn 20, 25.27; refiere entonces a la relación interna entre la tismo de Juan - 3. El bautismo de Jesús y la actividad 1. Mientras que Paim^co aparece 7 veces
Sant 3, 3; Ap 2, 24; 4, 10). de bautizar de los discípulos - 4. El bautismo de Jesús en Mateo (11 en el Textus Receptus de Ma-
futura función de Jesús en el juicio (v. 49) y su en su muerte - 5. El mandamiento de bautizar dado por
Aquí también encontramos gran variedad pasión, que ha de preceder necesariamente al teo), 12 en Marcos, 10 en Lucas y 13 en Juan,
el Resucitado (Mt 28, 19) - 6. El bautismo en Hechos
de matices: depositar dinero en un cofre, etc. el mencionado verbo aparece 21 veces em
juicio (v. 50). Menos probable es que Lucas en - 7. El bautismo en el Corpus paulinum - 8. 1 Pe 3, 21
(Me 12, 41ss par.; Mt 27, 6; Jn 12, 6) o po- - 9. pairea) y pajcTiajióc;. Hechos, 2 en Romanos, 10 en 1 Corintios, 1
el v. 49 tenga a la vista la división de los espí-
ner dinero en el banco (Mt 25, 27), echar vi- en Gálatas. pájttco aparece tan sólo 4 veces
ritus ocasionada por la proclamación de Cristo Bibl.: K. Aland, Die Sáuglingstaufe im NT und in der
no en los odres (Me 2, 22 par.), llenar de en el NT (Le 16, 24; Jn 13, 26a.b; Ap 19, 13).
(vv. 51ss) o el derramamiento del Espíritu en alten Kirche (TEH NF 86), München H963; M. Barth,
agua una palangana (Jn 13, 5), derramar un- Die Taufe ein Sakrament?, Zollikon 1951; G. Barth, pájTTiou.a aparece 1 vez en Romanos (6, 4), 1
Hech 2, lss en cumplimiento de lo que se dice en Efesios (4, 5), 1 en Colosenses (2, 12), y 1
güento sobre el cuerpo (Mt 26, 12), envainar El bautismo en el tiempo del cristianismo primitivo,
en Le 3, 16. Salamanca 1986; G. Beasley-Murray, Die christliche. en 1 Pedro (3,21), mientras que este sustanti-
la espada (Jn 18, 11), sembrar en el huerto Taufe. Eine Untersuchung über ihr Verstandnis in Ge-
una semilla de mostaza (Le 13, 19), sugerir schichte und Gegenwart, Kassel 1968; W. Bieder, Die
vo lo encontramos 10 veces en Lucas (Le 3,
b) Como expresión del acto de arrojar vio- Verheifiung der Taufe im NT, Zürich 1966; O. Cull- 3; 7, 29; 12, 50; 20, 4; Hech 1, 22; 10, 37; 13,
una idea (Jn 13, 2), dar ocasión para el peca- lentamente, fiáXXw aparece con frecuencia en mann, Le Baptéme des enfants et la doctrine biblique 24; 18, 25; 19, 3.4), 4 veces en Mateo (Mt 3,
do (Ap 2, 14), etc. sentencias de juicio. Como en Jn 15, 6, eic, UVQ du baptéme, Neuchátel 1948; G. Delling, Die Zueig- 7; 20, 22.23; 21, 25) y 4 veces en Marcos (Me
PáM.eiv en las palabras del Bautista en Mt 3, nung des Heils in der Taufe, Berlín 1960; W. F. Fle- 1, 4; 10, 38.39; 11, 30). Pajtxi0[iÓ5 se en-
c) páM.co se usa en sentido intransitivo en mington, The NT Doctrine of Baptism, London 1948;
Hech 27, 14: ej3aX,ev aveu.og = «sopló con 10 par. Le 3, 9 es originalmente una simple J. Jeremias, Hat die Urkirche die Kindertaufe geübt?, cuentra 5 veces en el NT (Me 7, 4.8; Col 2,
fuerza un viento huracanado». imagen de la destrucción que ha de tener lugar Góttingen 21949; Id., Nochmals: Die Anfange der Kin- 12; Heb 6, 2; 9, 10).
en el juicio (cf. Jer 22, 7). Por el contrario, en dertaufe (TEH NF 101), München 1962; E. Klaar, Die
Mateo ->• UVQ en 3, 10 = 7, 19 designa real- Taufe nach pin Verstandnis (TEH NF 93), München 2. Si examinamos los relatos evangélicos
3. a) Entre los ejemplos del uso de fiáXkw 1961; G. W. H. Lampe, The Seal ofthe Spirit. A Study que hablan sobre el bautismo de Juan (Me 1,
mente el fuego escatológico del infierno. Se
en los Sinópticos son de especial interés las in the Doctrine of Baptism ans Confirmation in the NT
2-6 par.), acerca de cuyo origen y significado
piensa también en el infierno, cuando se dice and the Fathers, London 1951; F. J. Leenhardt, Le
dos sentencias de fiX/ftov en Mt 10 34 y Le se debatió (Mt 21, 25; Me 11, 30; Le 20, 4),
que, en el último día, los que hayan caído bajo Baptéme Chrétien, son origine, sa signification (Ca-
12, 49. hiers théologiques de l'Actualité Protestante, 4), nos sorprenderá: a) la actividad de Juan que
la condenación divina serán arrojados a l a - »
Según Mt 10, 34 (cf. Le 12, 51), Jesús «no yéevva (Me 9, 45.47; Mt 5, 29; 18, 9; cf. Le Neuchátel 1946; P. Lundberg, La Typologie baptisma- bautizaba con agua y asociaba su actividad de
vino a traer paz a la tierra, sino la espada» (so- le dans l'ancienne Eglise (ASNU 10), Lund 1942; F. bautizar con la predicación del arrepentimien-
12, 5), al «fuego eterno» (Mt 18, 8), al «horno Martin, Le baptéme dans l'Espñt: NRTh 106 (1984)
bre (3aXetv eíer|vr|V cf. la expresión rabínica de fuego» (Mt 13, 42.50) o al «lago de fuego» 23-58; W. Michaelis, Die Sakramente im Johannes- to (Me 1, 4; Le 3, 3); b) las acciones del pue-
hettl salóm [MekEx sobre 20, 25; SifreNúm 42 (Ap 20, 15). Según Mateo (cf. 25, 41) y el evangelium, Bern 1946; P. Nepper-Christensen, Die blo y de los recaudadores de impuestos, que
sobre 6, 26]). El sentido original podría ser que Apocalipsis (19, 20; 20, 10.14), el mismo cas- Taufe im Matthausevangelium: NTS 31 (1985) 189- acudían a Juan (Mt 3, 7) «para ser bautizados
con la venida de Jesús no ha comenzado toda- 207; B. Reicke, The Disobedient Spirits and Christian por él» (Le 3, 7.12; Mt 3, 5s; Me 1, 5); c) la
tigo se infligirá a Satanás y a todos los poderes Baptism (ASNU 13), Kopenhagen 1946; M. Rissi, Die
vía la paz mesiánica, sino que tiene que prece- enemigos de Dios. La idea esbozada y la ter- Taufe für die Toten (AThANT 42), Zürich 1962; G. esperanza del Bautista de que Dios responde-
der antes el tiempo de aflicción escatológica minología proceden de la apocalíptica judía Schille, Zur urchristlichen Tauflehre: ZNW 49 (1958) ría al arrepentimiento con el don del perdón y
(cf. Jeremías, Teología, 154ss, 280ss). Mateo (cf. Hen [et] 10, 6; 54, 5s; 90, 24ss; 91, 9; 98, 31-52; R. Schnackenburg, Das Heilsgeschehen bei der de la purificación. Consecuentemente, cuando
Taufe nach dem Apostel Paulus. Eine Studie zur pin el pueblo y los recaudadores de impuestos
aplica estas palabras a la división que se origi- 3; TestJud 25, 3). Theologie, München 1950; U. Schnelle, Gerechtigkeit
na entre la gente por la actitud que cada uno und Christusgegenwart. Vorpaulinische und pin Tauf
eran bautizados, reconocían así la crítica que
adopta ante Jesús (vv. 35s; de igual manera en theologie, Góttingen 1983; H. Schwarzmann, Zur Tauf- se había hecho contra su manera de vivir (Le
c) El Apocalipsis suele emplear también theologie des heiligen Paulus in Rom 6, Heidelberg 3, 10-14) y «daban la razón a Dios» (Le 7,
Le 12,51ss).
Pétreo, arrojar, para describir fenómenos 1950; D. Smith, Jewish Proselyte Baptism and the 29). En el lado opuesto se hallaban «los fari-
Se discute mucho sobre el sentido del lo- apocalípticos; cf., a propósito, 12, 4; 14, 19b; Baptism of John: Restoration Quarterly 25 (1982) seos y los doctores de la ley». Puesto que no
gion de Le 12, 49 y acerca de su relación con 13-32; E. Stommel, Christliche Taufriten und antike
18, 21; 20, 3 y principalmente la descripción Badesitten: JAC 2 (1959) 5-14; B. E. Thiering, Inner querían que Juan los bautizase, «rechazaban
el v. 50 (consúltense los comentarios sub loco de la aparición de las plagas escatológicas (8, and Outer Cleansing at Qumran as a Background to el designio que Dios tenía para ellos» y se
así como también G. Delling, Studien zum 5.7s), de la caída de Satanás (12, 9s.l3) y del NT Baptism: NTS 26 (1979-1980) 266-277; Id., Qum- sustraían así al juicio salvífico de Dios, que
hellenistischen Judentum, Góttingen 1970, comienzo de la recolección del juicio (14, ran Initiation and NT Baptism: NTS 27 (1980-1981) iba dirigido hacia ellos (Le 7, 30).
245ss). En labios de Jesús, las palabras UVQ 615-631; J. Thomas, Le Mouvement Baptiste en Pales-
16.19a). tine et Syrie, Gembloux 1935; G. Wagner, Das reli- Mientras que Marcos establece un contraste
fjX/dov PaX,£lv eríi xr\v YT¡V podrían ser, como O. Hofius entre el bautismo de Juan (un bautismo con
575 (3cutTÍí;co 576 577 Pajttí^co 578

agua) y el bautismo mesiánico (un bautismo 3. «Jesús se hizo bautizar por Juan en el son equiparados a las prácticas paganas. En ellos no son capaces ahora, a pesar su atrevi-
con el Espíritu Santo), sin mencionar el arre- Jordán» (Me 1, 9). El Espíritu entonces llegó cambio, «yo y mis discípulos fuimos inmer- da expectativa («¡podemos!», v. 39a), serán
pentimiento (Me 1, 8), vemos que Mateo pre- sobre Jesús, no sobre el agua. La voz celestial sos en agua viva» (|3s|3á|j,u.efta év uóaai capaces de hacerlo en la nueva era, cuando se
senta, por un lado, al Bautista invitando al habló de Jesús como del Hijo predilecto, t,woi). En solidaridad con sus discípulos, Je- derrame el Espíritu. Sufrirán juntamente con
arrepentimiento (Mt 3, ls) y habla, por otro quien como rey oculto (alusión a Is 42 y al sús da testimonio de que se está experimen- su Mesías, y experimentarán en todo ello algo
lado, de que el Bautista bautizaba en orden al Sal 2) estaba preparado para comenzar su mi- tando la salvación que ya se acerca: en tiempo de lo que es «el alma sumergida en tristeza»
arrepentimiento (v. 11). De esta manera ex- nisterio. En Lucas (3, 21.22) se acentúa la perfecto, de carácter profético, se proclama (iJ)ajX'nv Mjfn Pe|3ajTTi,au.évTrv, Libanio,
presa dos temas: 1) los que están dispuestos al solidaridad de Jesús con todo el pueblo metafóricamente la realidad del Espíritu, que Orationes, 64, 115) y llegarán a ser de esta
arrepentimiento, se acercan al bautismo; 2) («... cuando todo el pueblo y también Jesús se Jesús no reclama únicamente para sí. manera discípulos de Jesús. Los contextos en
los que se hacen bautizar, se atreven a dar un hizo bautizar») y se realza la oración de Jesús. Mateo y en Lucas indican que se entendieron
paso adelante hacia la expectación del arre- De esta manera, el bautismo se convierte para 4. En Le 12, 50 Jesús utiliza la imagen del las intenciones del logion de Jesús: ambos
pentimiento como el don que es de Dios (cf. Jesús en «la preparación para la adoración» bautismo al que él tiene que someterse evangelistas dirigen su mirada hacia el minis-
Hech 11,18; 5, 31). De esta manera escaparán (A. Schlatter, Das Evangelium des Lukas, (PcutTiouxx 8é e%tí> Pajtxiadfjvaí). Siente te- terio de testimonio que aguarda a los discípu-
del juicio de fuego que ha de efectuar el Me- Stuttgart 21960, 42). Para Lucas, el descenso mor cuando piensa en que se acerca el tiempo los, que de momento no entienden nada (Le
sías (Mt 3, 11; Le 3, 16). del Espíritu Santo en el bautismo es más im- de la Pasión, al que se compara con una inun- 12, 42.51-53: Me 10, 43s).
Es posible que Juan tomara del AT dos ide- portante que el bautismo mismo. En el mate- dación de tribulaciones por las que hay que
as: la idea de la purificación moral expresada rial peculiar de Mateo (Mt 3, 13-17), Juan de- pasar. Si Jesús «quedó sumergido en ella con 5. Es improbable que la forma más breve
en la imagen de la purificación con agua (Is 1, sea recibir de Jesús el bautismo del Espíritu. su alma» (TT)V tyv%i]v éfiajtTÍ^eTo, Charito del texto (Tcogev&évxzg [xadnTEijaaTe jtá-
16ss) y la expectación de que Dios mismo Este deseo no le fue concedido al Bautista. Eroticus [ed. R. Hercher] II, 48), es algo a lo vta t á É'dvn év up óvó^atí [ÍOU, «id y haced
ejecutaría la gran purificación al fin de los Con la orden: «¡Déjalo así ahora!» se requie- que no se puede responder claramente ni con
tiempos (Ez 36, 25; Zac 13, 1). Juan conecta discípulos de todas las naciones en mi nom-
re a Juan para que administre a Jesús el signo un «sí» ni con un «no». Si se responde afirma-
estas dos ideas y las convierte en el urgente bre», citada varias veces por Eusebio, por
de la solidaridad con los pecadores. De esta tivamente, entonces el bautismo de la muerte
llamamiento para apartarse del pecado y con- manera Jesús inició su camino, que le condu- se interpreta como una total inmersión huma- ejemplo, en HistEccl III, 5, 2) sea la forma
vertirse a Dios, adoptando así una actitud mo- ciría hasta la cruz. Ahora bien, el bautismo de na en el más absoluto olvido de Dios (Mar- original en Mateo, porque Eusebio conocía
ral positiva hacia la obra de juicio y de purifi-
Jesús no debe entenderse ni como símbolo de cos). Si se responde negativamente, entonces también seguramente la forma más extensa
cación que habría de realizar el Mesías.
su muerte y resurrección ni como prototipo se siente la fuerza de aquellas palabras de la del texto con la orden de bautizar. No pode-
En el evangelista Juan, el bautismo de Juan del bautismo cristiano. Porque es un aconteci- cruz trasmitidas por Lucas: «¡Padre, en tus mos desligar de todo el contexto los versícu-
el Bautista, que es trasladado a Betania (1, 26;
miento singularísimo el hecho de que Jesús, manos encomiendo mi espíritu!» (Le 23, 46; los finales de Mateo. Aunque ningún otro
cf. 10, 40), y que se ve cuestionado (1, 26),
obediente y voluntariamente, emprenda la fa- cf., a propósito, J. Wirsching, Lernziel Glau- evangelista presenta en sus partes auténticas
sirve de preparación para la aparición del Re-
se inicial de su actividad mesiánica, consa- ben, Gütersloh 1976, 90-103). En contraste una orden de bautizar dada por Jesús, este si-
velador (1, 31), el cual, como portador que con las palabras del PapOxy 840, 30ss (cita- lencio no habla contra la autenticidad de la
grándose por entero a la voluntad del Padre
es del Espíritu, bautizará con Espíritu Santo das anteriormente), la imagen del bautismo se orden de bautizar que encontramos en Mateo.
(1, 33). El bautismo de Juan no trae la salva- que se le revela.
refiere exclusivamente a Jesús: él recorre solo El que, según las cartas paulinas y según
ción, pero se contempla ya a la luz de la sal- Desde esta perspectiva no es imposible su- su camino, en la expectación del juicio (TÍVQ) Hechos, el bautismo se efectuara «en el nom-
vación que llega (3, 23: eyyüs i°v 2¡oAeí[x; poner que Jesús, en conexión con el bautismo que trae salvación, ese juicio que él trae y al bre de Jesús» es cosa que no contradice a la
Bieder, 52). de Juan, autorizara inicialmente a sus discípu- que se somete él mismo. No hay alusión al fórmula triádica del bautismo, tal como se re-
El bautismo de Juan se parecía al bautismo los para llevar a cabo un exitoso (Jn 3, 26) mi- bautismo cristiano.
nisterio de bautizar (Jn 3, 22; 4, 2), que, con fleja en la práctica posterior de la Iglesia. La
de los prosélitos en que no se repetía. Pero, a
diferencia del bautismo de los prosélitos, no este acto simbólico, señalaba retrospectiva- Ahora bien, el bautismo de la muerte de Je- diferencia entre ambas fórmulas obliga al in-
tenía nada que ver con ninguna acción sacrifi- mente hacia el Maestro que había emprendido sús tiene también significación para el sufri- vestigador a preguntarse cuál fue el tenor ori-
cial. Mientras que la secta de Qumrán, que antes ese camino. Pero cuando Jesús fue a las miento que el discipulado entraña. En Me 10, ginal de la orden de bautizar que, como su
Juan pudo haber conocido, se preocupaba de ciudades y las aldeas para predicar (Me 1, 38 (cf. Mt 20, 22.23 C Koiné pm) Jesús pre- germen, hay que suponer que se halla detrás
unos cuantos privilegiados y exigía repetidos 37ss) y fue experimentando cada vez más la gunta a los hijos de Zebedeo si podrán some- de la fórmula triádica.
lavamientos, Juan se dirigía a la totalidad del resistencia de las multitudes, se hizo cons- terse al bautismo con que él ha de ser bautiza- La suposición de que el Resucitado no dio
pueblo, a fin de anunciarles -en un acto sim- ciente de la distancia que le separaba de los do. Casi siempre se relaciona este logion de ninguna orden de bautizar es un prejuicio nada
bólico- que una acción de Dios había puesto ritos del agua. Jesús con el martirio de los discípulos. Pero la crítico, íntimamente relacionado con la parti-
en marcha el final mesiánico, en el que podí- Encontramos testimonio de esto en el Pap predicción de Jesús en el v. 29 puede enten- cular interpretación que alguien dé de la resu-
an integrarse los que estuvieran dispuestos a Oxy V, 840, 30-34. Jesús entabla polémica derse también en relación con los sufrimien- rrección de Jesús. El Resucitado no surgió en
recibir el bautismo. con los ritos cultuales judíos del agua, que tos que entraña el discipulado: eso de lo que el interior de los discípulos como la imagen
579 ficUttítfi) 580 581 Powra^ü) 582

evocada de un recuerdo, sino que «él llegó a arrepentimiento, se les exhorta a que cada uno pues del derramamiento del Espíritu Santo mo en 6, 3s contiene tres elementos: 1) el
ellos» (nQooekftwv, v. 18). Así como el Resu- de ellos se haga bautizar, con la mirada pues- (10, 44.48). Si Dios hace que su Espíritu cai- bautismo une con la muerte de Cristo a los
citado, al llegarse a los discípulos, efectuó un ta en Jesús que había dado ese encargo, para ga sobre los que escuchan y creen, y hace que que son bautizados, hasta tal punto que la
movimiento hacia ellos, así también esperaba que reciban así el perdón de los pecados y el de esta manera tenga lugar el bautismo del muerte de Cristo es contemplada como la
de sus discípulos el movimiento de ponerse en don del Espíritu Santo, y sean incorporados a Espíritu (11, 16), entonces sería desobedien- muerte del que es bautizado; 2) el bautismo
camino: «¡Id!» (jtorjeu^évTEg, v. 19). Se les la comunidad cristiana. El bautismo se con- cia rehusar el bautismo y tratar así de poner hace que el que es bautizado sea partícipe de
llama para que emprendan un viaje, a fin de vierte de esta manera en el signo del movi- impedimentos a Dios (10, 47), obstaculizando la sepultura de Cristo («sabemos que por el
que, juntamente con la llamada al seguimien- miento de conversión que se pone en marcha, el camino para que personas que han experi- bautismo hemos sido sepultados con Él en la
to, cumplan la orden de bautizar. El Resucita- ese movimiento por el cual el Señor hace que mentado al Espíritu den la respuesta histórica muerte»); 3) el bautismo hace que el que es
do se considera a sí mismo como el Rey con los individuos se incomporen a la comunidad, concreta de la fe aceptando el bautismo. bautizado consume el cambio decisivo a la
plenos poderes. Cree necesario hacer que se Cuando en Filipos no sólo Lidia y el carce- nueva vida que él había iniciado con la fe, pa-
y hace que progrese la historia de la fe que ya
emplee el elemento del agua, que es un ele- lero, sino también «los de su casa» (16, 15), ra que desde ahora pueda caminar «en nove-
había comenzado (Hech 2, 38s.41).
«todos los de su familia» (del carcelero, 16, dad de vida» (6, 4) y pueda presentarse como
mento ambiguo en sí mismo, como signo de la «Hombres y mujeres» se hicieron bautizar
33), se hicieron bautizar, entonces habrá que «nueva criatura» (2 Cor 5, 17).
aceptación de una obligación por parte de los como una respuesta, llena de fe y confianza, a
que llegan a ser discípulos en el servicio obe- la proclamación del reino de Dios y a la pre- suponer que «aquellos que habían escuchado Según Gal 3, 27, aquellos que fueron «bau-
diente de la fe. dicación de Cristo, efectuada por el evange- la palabra de Dios» (16, 32) y ningún otro tizados en Cristo, se han revestido de Cristo».
La fórmula triádica del bautismo, «en el lista Felipe en Samaría (Hech 8, 12). Cuando fueron los que se sometieron al bautismo. La De esta manera Cristo se presenta a sí mismo
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu también Simón el Mago se hace bautizar, «al conexión entre el oír, el creer y el bautismo se en el bautismo, con ocasión de la proclama-
Santo», interpreta una orden seguramente ori- ver las señales y los grandes actos de poder» acentúa también en el acontecimiento bautis- ción del perdón de los pecados, como la ves-
(8, 13), entonces queda claro que el acto del mal que tiene lugar en Corinto (18, 8). Con tidura protectora que los candidatos al bautis-
ginal: «¡Bautizad en mi nombre!». La expre-
estos antecedentes se comprende también el mo reciben cuando se han dado cuenta de su
sión ele; xó ovojxa corresponde al hebreo le bautismo como tal no es capaz de proteger
contra el error religioso. Por otra parte, no se pasaje post-lucano del final de Marcos, en el vergüenza.
sém, que requiere ser comprendida en sentido
causal y en sentido final (cf. W. Bietenhard, puede decir que los candidatos samaritanos al cual se habla de la conexión entre la fe y el Col 2, 12 enlaza con Rom 6, 4, pero enun-
en ThWNT V, 274s). En la interpretación bautismo, que habían comenzado con fe y bautismo, pero se da prioridad a la fe antes cia más claramente todavía que los bautizados
triádica de la fórmula cristológica del bautis- confesaban su fe, estuvieran desprovistos de del bautismo (Me 16, 16; cf. Bieder, 207- son resucitados con Cristo en el bautismo (év
mo, los intérpretes ven al Resucitado en co- todo don del Espíritu Santo (8, 6 ó|ioíhj[Aa- 210). cb en el v. 12 se refiere a ^anrío\iaxi, la va-
munión con el Padre, que reconoció a su Hijo oóv, cf. 2,46; 8, 8). Pero habían recibido «úni- Apolo, el antiguo discípulo de Juan que riante textual Pajraouü) carece de importan-
en el bautismo y que cuidará de los discípulos camente» el bautismo «en el nombre del Se- «conocía únicamente el bautismo de Juan», cia, cuando se la considera a la luz de la ex-
de él, les dará y los perdonará, los verá y los ñor Jesús» (8, 16) y no había descendido aún hablaba tan «fervientemente en el Espíritu plicación), y ciertamente «por medio de la fe
sobré ninguno de ellos el Espíritu Santo, en el (Santo)» (18, 25), que necesitó, sí, recibir más en la acción de Dios», por la cual ellos llega-
oirá; y le ven también en comunión con el
sentido de que, aparte del comienzo entusiás- instrucción de Priscila y Aquila, pero no el ron al bautismo.
Espíritu Santo, con el que Jesús quiere que
sus discípulos estén equipados, y que hablará tico de su fe, seguían estando ciegos para co- bautismo cristiano de agua. Ahora bien, los 1 Cor 12, 13 testifica que el bautismo tuvo
como testigo por boca de los discípulos (Mt nocer la unidad del Espíritu que congregaba a doce discípulos de Juan en Efeso, que «habí- lugar en la esfera del Espíritu Santo (év évi
10, 20). samaritanos y judíos. an sido bautizados en el bautismo de Juan» nvev\iaxi), que crea armonía. Los que han si-
A diferencia de la escena de Samaría, en la (19, 3s), necesitaron recibir el bautismo cris- do bautizados reciben con ello al Espíritu San-
6. Según Hech 1, 5 el lector espera el cese historia del bautismo que se desarrolla entre tiano (19, 5), porque no sabían nada preciso to como un don que fue prometido a todos («a
del bautismo de Juan, al que Lucas consideró Felipe y el eunuco africano, no se habla de la acerca del Espíritu Santo ni acerca de Jesús, todos se nos dio a beber de un Espíritu»), pa-
como la terminación de la época veterotesta- formación de una comunidad cristiana. El sino tan sólo que él era el que había de venir. ra que así puedan unirse al cuerpo de Cristo,
mentaria de la historia de la salvación y como texto original (excluido Hech 8, 37) no hace Pablo se hizo bautizar en Damasco (9, 18). en el que fueron incorporados.
el comienzo del ministerio de Jesús (Hech 1, referencia a la fe y no contiene ninguna con- Este bautismo se entendió como la aceptación En 1 Cor 10, 1-13 Pablo advierte contra un
22; 10, 37; 13, 24), y espera también su rele- fesión explícita de fe. Sin embargo, la pregun- de la purificación de los pecados bajo la invo- abuso sacramentalista del bautismo, que con-
vo por el bautismo del Espíritu, es decir, por ta del eunuco («¡Mira, aquí hay agua! ¿Qué cación del nombre de Jesús (22, 16). duce a una falsa seguridad e impide la vida
el don escatológico de los últimos tiempos. Y, impide que yo sea bautizado?», v. 36) muestra obediente en la comunidad neotestamentaria
por eso, se siente uno tanto más sorprendido, la fe del candidato al bautismo. A continua- 7. Las preguntas que Pablo dirige a la co- del éxodo (cf. 10, 13). De esta manera Pablo
cuando escucha la exhortación de Pedro, diri- ción, Felipe realiza en él el acto del bautismo munidad de Roma en Rom 6, ls, hace que los indica o bien que los israelitas en el Mar Rojo
gida a los que se sentían compungidos por el (v. 38). miembros de la Iglesia recuerden que ellos obedecieron a Moisés y pasaron a través del
dolor del arrepentimiento (Hech 2, 37), y ve En la historia de Cornelio, y a diferencia de (cf. Rom 5, 12-21) experimentaron un cambio agua («se hicieron bautizar en Moisés», v. 2),
que a los que habían dado ya el paso hacia el la escena de Samaría, el bautismo viene des- de dominio. La afirmación referente al bautis- o bien que, a su paso por el Mar Rojo, la sal-
585 Poura^co - Peumo-cris 586
583 PCOTTÍ^CO 584

medio de sus tormentos, pide a Abrahán que a otros. Vivía vida ascética, ayunaba, «no co-
vación les fue concedida por Dios, cuando ten a encaminar de tal manera la voluntad ha-
envíe a Lázaro «para que moje la punta de su mía alimento (corriente) ni bebía vino» (Le 7,
fueron bautizados por orden de Moisés («fue- cia Dios y hacia la comunidad, que, en ora-
dedo en agua y refresque mi lengua». 33). Vestía un manto y una prenda interior te-
ron bautizados», 10, 2). En contraste con esto, ción a Dios y en confesión de fe ante los hom-
W. Bieder jida de pelos de camello, sujeta a la cintura
Pablo afirma que el bautismo muestra poder bres, comiencen a vivir como la militia
con un ceñidor de cuero (J. Jeremías: ThWNT
salvador únicamente en cuanto es renuncia a Christi (4, 1) y como testigos frente a un am-
II, 938s), pareciéndose así al profeta Elias. El
la desobediencia, cuando el que es bautizado biente hostil. De esta manera demuestran que pájlTHTfia, a t o ? , TÓ baptisma bautismo probablemente no se consideraba a sí mismo
deja que le llamen al «sí» concreto de la obe- ellos, como los ocho que fueron redimidos en -• fianxiQto. el Elias que había de venir, sino que, como
diencia. la generación de Noé (ávnÍTUjrov no significa
«profeta del Altísimo» (Le 1, 46), no preten-
Cuando Pablo comenta que él bautizó úni- aquí «imagen contraria» sino «imagen corres-
día ser otra cosa que la anónima «voz que cla-
camente en situaciones excepcionales en Co- pondiente»), tienen que proclamar «ahora» la PaJtTiOfióg, ov, ó baptismos lavamiento
ma en el desierto» y que preparaba el camino
rinto (1 Cor 1, 14.16.17), no está menospre- redención con su palabra y con su vida (2, 9- -> Pcurtí^co 1.9.
para Jesús, que había de venir a bautizar en
ciando así el bautismo, sino que lo coordina 12) antes del fin inminente.
fuego,
con la manera en que se efectúa la proclama- (JaJTTl(TTr|5, o í , ó baptistes Bautista*
ción del evangelio. La administración del 9. Pcumofióc;, lavamiento, inmersión (Mc
7, 4.8; en Mc 7, 4 (3ajitíaa)vxai aparece en 2. Juan sobrepasaba a todos «los nacidos
bautismo fue delegada en otros para que no Bibl.: M. Bachmann, Johannes der Taufer bei Lu-
lugar de Qavtíacovtai en Koiné D 0 pl, dan- kas: Nachzügler oder Vorlaufer, en FS Rengstorff, de mujer» (Mt 11, 11 par. Le 7, 28 v.l.), por-
surgiera una falsa vinculación entre el bauti- 1980, 123-155; J. Becker, Johannes der Taufer und que con él terminaba el período de la ley y los
do a |3ajtTÍ.^co el significado de (3ájtT(ü; lo
zado y el bautizador (1, 13.15), y para que así Jesús von Nazareth (BStN 63), Neukirchen-Vluyn profetas (Le 16, 16). Por ser el mensajero que
mismo sucede en Le 11, 38) se emplea en Heb 1972; O. Bocher, Johannes der Taufer in der ntl.
el discipulado, que tiene sus raíces en la cruz preparaba el camino del Mesías (Mt 11, 10),
9, 10 para referirse a los lavamientos o ablu- Überlieferung, en Rechtfertigung, Realismus, Univer-
de Cristo, conservara su única orientación le- experimentó -juntamente con aquel a quien él
ciones rituales que se efectuaban en el judais- salismus in biblischer Sicht. FS f. A. Kóberle, Darms-
gítima. mo, mientras que la expresión ^anxvo\\,(hy tadt 1978, 45-68; Id., Johannes der Taufer (I/II), en anunciaba- la hostilidad de los enemigos del
Por eso, un solo bautismo (Ef 4, 5), junta- oi8a%rJ5 (Heb 6, 2) se refiere a la instrucción TRE XVII, 172-181; W. H. Brownlee, John the Bap- reino de Dios (Mt 11, 12; cf. G. Schrenk:
mente con un solo Espíritu, un solo Señor, tist in the New Light of Ancient Scrolls, en K. Sten- ThWNT I, 608ss). A pesar de todo, el menor
en la que a los candidatos al bautismo se les dahl, The Scrolls and the NT, New York 1957, 33-53;
una sola fe y un solo cuerpo, son testimonio enseñaba la diferencia entre el bautismo cris- R. B. Gardnee, Jesús' Appraisal of John the Baptist, en el reino de los cielos es mayor que él (Mt
de que hay un solo Dios. De esta manera, el tiano y las abluciones rituales que se practica- Würzburg 1973; P. H. Menoud, en BHH, 871s; A. 11, 11), porque el Bautista se halla todavía
bautismo estimula al creyente a vivir en la ban en el judaismo y en el paganismo. En su Oepke, pcutTicmíg, en ThWNT I, 544; J. A. T. Robin- fuera de la realización escatológica.
unidad, que es dada (4, 3) y que es objeto de son, The Baptism of John and the Qumran-Commu-
«fe en Dios» (6, 1), ellos han recibido el bau- nity: HThR 50 (1957) 175-191; A. Schlatter, Johannes Juan entró en conflicto con Herodes Anti-
la esperanza (4, 13). tismo con miras a los ministerios que se espe- der Taufer, Barcelona 1956; W. Wink, John the Bap- pas, cuya mujer Herodías logró que el tetrarca
El bautismo vicario «por los muertos», en 1 ran y se exigen individualmente de ellos me- tist in the Cospel Tradition, Cambridge 1968. Para decapitara al Bautista (Mc 6, 24 vl.25 par. Mt
Cor 15, 29, no requiere examen detallado, más bibliografía, cf. ThWNT X, 998-1008. 14, 8). Juan tenía discípulos (Mt 11,2 par. Le
diante la distribución del Espíritu Santo en la
porque en este pasaje Pablo se refiere a una «imposición de las manos» (cf. 2, 4). Como 7, 18), a quienes envió desde la prisión para
costumbre existente en Corinto y que él no 1. (3ajtTiatTig es un término formado espe- que preguntaran a Jesús, invocando la autori-
resultado de ello, los cristianos cuya fe está
aprueba. Emplea un argumento que le permi- cialmente y aplicado de manera exclusiva a dad del maestro que los había enviado, acerca
amenazada por la apostasía, pueden aprender
te combatir a los que niegan la resurrección Juan (-• 'IcoávvTig), el precursor de Jesús. El de «aquel que había de venir» (Le 7, 20). Más
de nuevo a tomar en serio su bautismo con el
término sugiere la extraordinaria sensación tarde, esos discípulos darían sepultura a su
haciéndoles incurrir en contradicción entre la claro conocimiento del sentido de su «lava-
que debió de causar la aparición en público de maestro, que había sido decapitado (Mc 6, 29
teoría y la práctica. miento» cristiano (6, 1-6).
este hombre. Con esta designación judeo- par. Mt 14, 12). Cuando algunos dijeron que
En Jn 13, 26, a diferencia de Mc 14, 20 y
griega se indica cuál fue la actividad particu- Jesús (Mc 8, 28; Le 9, 19) o el Hijo del hom-
8. En el marco de la confesión universal de Mt 26, 33, Jesús designa al traidor con las pa-
lar de Juan: como Bautista, él no es simple bre (Mt 16, 14) era Juan el Bautista (Mc 8, 28
fe en Cristo (1 Pe 3, 19.22) y frente a adver- labras: «Es aquel a quien daré el bocado que
testigo del bautismo, que está al lado y obser- v.l. paJttí^ovta), parece en ese caso que las
sarios amenazadores (3, 14), se recuerda a los voy a mojar». «El manto empapado en san-
va cómo otros se sumergen en el agua; ni es expectaciones escatológicas habían sido tras-
cristianos cuáles son los fundamentos de una gre» (Ap 19, 13, sobre las diversas variantes
tampoco un «predicador de virtudes» (como feridas al Bautista. Cuando Herodes (según
alocución, instrucción o liturgia bautismal (cf. textuales cf. J. Massyngberde Ford, Revelation
piensa Josefo; cf. Menoud). Sino que es el Mt 14, 2) creyó reconocer en la actividad de
los comentarios) que contiene la única defini- [AB], 320s) se comprende sobre el trasfondo
proclamador, lleno de autoridad, del juicio y Jesús al Bautista que había resucitado de en-
ción del bautismo que hallamos en el NT: el de Is 63, 1-6. El autor trató de interpretar la
del arrepentimiento (Mt 3, 1), que sumerge a tre los muertos, esta noticia nos permite ver la
bautismo no es un medio automáticamente «guerra de exterminio contra las naciones» con
otros en el bautismo y les da instrucciones so- impresión que causaba el Bautista, incluso
eficaz de purificación, sino que es la acción ayuda de imágenes más claras y aplicando la
bre cómo deben comportarse (Le 3,10-14). El después de su muerte. Siguió siendo respeta-
divina de salvación que se pone en marcha idea del sumo sacerdocio a la sangre de Cris-
Bautista no se bautizó a sí mismo, sino que do y apreciado como el Bautista hasta por los
«mediante la resurrección de Jesucristo» (v. to y de los mártires (H. Kraft, Ojfenbarung
-en contra de toda la tradición judía- bautizó discípulos de Jesús (Mt 17, 13). Mientras que
21), y por la cual las personas se comprome- [HNT], 249). En Le 16, 24 el hombre rico, en
589 Baoaxías -- páopaooc. 590
587 paTtTioTris - Bagáx 588

B a p a / í a ? , Ol) Barachias Baraquías* (bibliografía); J. Jüthner, en RAC I, 1173-1176; Id.,


el pueblo creía que Jesús era Elias que había pre-marquina acerca de la Pasión (Dormeyer, Hellenen und Barbaren (Erbe der Alten Welt 9), Leip-
Mt 23, 35 (par. Le 11, 51 D syc, etc.), en una zig 1923; O. Michel, »n>§r|S, en ThWNT VII, 448-
vuelto (Mt 16, 14), Jesús reconoció en el Bau- Pesch) o si Marcos sincronizó con la Pasión
adición redaccional a los ayes que Jesús pro- 451; E. Pax, en LThK I, 1235; W. Speyer-I. Opelt:
tista a Elias que había regresado (Mt 17, 12). un relato de contraste, originalmente indepen-
nuncia contra los escribas y fariseos por la JAC 10 (1967) 251-290; H. Windisch, páQPagog, en
Con la aceptación de esta tradición acerca de diente y que no tenía nada que ver con los ThWNT I, 544-551. Para más bibliografía, cf. ThWNT
Jesús, la comunidad primitiva confesaba su fe acontecimientos que condujeron a la muerte persecución y muerte que habían dado a los
X, 1008.
en la mesianidad de Jesús. de Jesús, sino que se refería a un incidente justos y los profetas, menciona a Baraquías
que habría tenido lugar más tarde (tal vez en como padre de un tal Zacarías, que fue muer- 1. (3ÓQpaQ05 aparece 6 veces en el NT; de
W. Bieder
los vv. 6-8.11.15a; así piensan Schenk, Schnei- to en el templo, y a quien se menciona como ellas, 2 veces en Hech (28, 2.4 como sustanti-
der, Schenke). el último en la lista de homicidios que co- vo), 3 veces en Pablo (Rom 1, 14 como sus-
PájtTft) baptó sumergir
menzó con el asesinato de Abel. Mateo se re- tantivo; 1 Cor 14, 11 [bis] como adjetivo o
-> PajtTÍ^co 1.9. firió quizás al profeta Zacarías, quien según
2. Mateo fue el que más reelaboró el texto como sustantivo) y 1 vez en Col 3, 11.
de Marcos, haciendo de él un verdadero epi- Zac 1, 1.7 era hijo de Baraquías. Un mártir
B a g a P P á ? , a Barabbas Barrabás sodio en la historia que condujo a la condena llamado Zacarías, hijo del sumo sacerdote Yo- 2. La onomatopeya de la palabra (duplicación
de la sílaba inicial) conduce al sentido básico de
Bibl.: A. Bajsic, Pilatus, Jesús und Barabbas: Bib de Jesús. En él el pueblo judío es responsable yadá, fue muerto en el templo según 2 Crón
que bárbaro es «quien habla tartamudeando y pro-
48 (1967) 7-28; Billerbeck I, 1031; J. Blinzler, Der de la decisión fundamental. Esta versión es 24, 20.21, de forma parecida a como se refie- nuncia sonidos ininteligibles». De ahí el término
Prozefi Jesu, Regensburg "1969, 301-320; S. L. Da- un texto clave para la formación de un antiju- re en Mt 23, 35; lo menciona el EvNaz 17.
vies, Wo is called Bar Abbas?: NTS 27 (1980-1981) daísmo cristiano. También Lucas, que abrevia pasó a designar a todo el que no habla griego y es
260-262; D. Dormeyer, Die Passion Jesu ais Verhal- Probablemente Mateo, lo mismo que la tradi- considerado, por tanto, entre los griegos como un
tensmodell, Münster i. W. 1974, 179-186; R. Dunker- notablemente la escena y sugiere la idea de un ción judía (Billerbeck I, 940-943), identificó extranjero (cf. especialmente Estrabón XIV, 2,
ley, Was Barabbas also Called Jesús?: ET 74 (1962- intercambio de prisioneros, hace que los judíos al Zacarías de 2 Crón (mencionado en su Bi- 28; Herodoto II, 158, refiriéndose a los egipcios;
1963) 126s; Haag, Diccionario, 205s; R. C. Nevius, actúen en general de tal manera, que ellos blia como el último testigo de sangre [Biller- también el Sal 113, 1, LXX refiriéndose a los
A Reply: ET (1962-1963) 255; H. Frankemolle, Jah- aparecen finalmente como los autores respon- egipcios, que, desde el punto de vista de Israel,
webund und Kirche Christi, Münster i W. 1974, 202- beck IV, 422] junto a Abel, ¿el primero?) con
hablaban una lengua extraña). La expresión pau-
204; M. Hengel, Die Zeloten, Leiden 1961, 347s; H. sables de la crucifixión (cf. Hech 3, 13-15), el profeta Zacarías y por este motivo indicó lina "EXAr|V£5 xcd páppapoi (Rom 1, 14) es
Z. Maccoby, Jesús and Barabbas: NTS 16 (1969- sin que Pilato pudiera adoptar ninguna deci- que el nombre de su padre era Baraquías. Es muy corriente (cf., por ejemplo, Platón Theaet,
1970) 55-60; M. Herranz Marco, Un problema de sión. Un tenor parecido tiene el breve relato posible que aquí se haga referencia a Zacarías,
crítica histórica en el relato de la pasión: la libera- de Jn 18, 39s. Barrabás no llega a ser asesino 175a) y significa, desde una perspectiva griega, el
ción de Barrabás: EstB 30 (1971) 137-160; R. Pesch, hijo de Barisceo/Baruc, que fue asesinado en conjunto de todos los pueblos. Eventualmente se
Das Markusevangelium II, Freiburg i. Br. 1977, 459- y delincuente sino en Lucas y en Juan: un el templo por los zelotas (Steck). Bauer, Wor- acentúa entre los griegos la igualdad natural de
468; W. Schenk, Der Passionsbericht nach Markus, punto de vista que no puede atribuirse a Mar- terbuch, s.v.; S. A. Blank: HUCA 12 (1937- todos los hombres (especialmente Antifón, Fragm.
Berlín 1974, 246-249; L. Schenke, Der gekreuzigte cos. Se discute si el adjetivo ém0r)u.og, «fa- 44, 2, lOss).
Christus, Stuttgart 1974, 42-51; G. Schneider, Die 1938) 327-346; BHH I, 217; III, 1636s; O. H.
moso», añadido al nombre de Barrabás en Mt Después de las guerras médicas, pápPagog se
Passion Jesu nach den drei alteren Evangelien, Mün- Steck, Israel und das gewaltsame Geschick
27, 16, tiene o no sentido peyorativo (se deci- fue refiriendo no tanto a la nacionalidad sino más
chen 1973, 94-104; W. Trilling, Das wahre Israel, der Propheten (WMANT 23), Neukirchen-
München '1964, 66-75; R. Walker, Die Heilsge- de por la afirmativa Walker, y por la negativa, bien a la formación y la cultura. El cosmopolitis-
Vluyn 1967, 33-40; en el índice analítico, s.v. mo fue imponiéndose sólo con grandes dificulta-
schichte im ersten Evangelien, Góttingen 1967, 46- Trilling). En el mismo versículo, Mateo (según
48; S. Wibbing, en BHH I, 196s. Sacharja ben Bariscaeus / ben Jojada. des. Los romanos lograron ocupar un puesto entre
los testimonios del texto de Cesárea) añade los "EMorvec;, pero sólo a costa de una creciente
al patronímico Barrabás el nombre de «Jesús» H. Balz
1. Barrabás (en arameo, bar 'abba' = hijo helenización. En 2 Mac 2, 21, los judíos conside-
(-> '\X\QOVC, 3.b), que desde luego resultaba ran pápPoiQOi a los «extranjeros» sirios. Según
del padre/maestro) era un patronímico bastan-
harto familiar para los lectores. La mayoría de PáQfktjJOg, 2 barbaros dícese de quien Arist, 122, desde el punto de vista del judaismo
te común (Billerbeck). Según Me 15, 7.11.15,
los copistas consideran esta variante textual habla una lengua que no se entiende (que helenístico, se habla de TÓ... pápPapov para re-
un tal Barrabás (de quien no sabemos nada ferirse a todo lo que es extranjero e inculto (cf.
como escandalosa y la suprimen (Orígenes, In no es la lengua griega) y de quien es ex-
por fuentes ajenas al NT) fue encarcelado por más detalles en Windisch, 547-549).
los romanos, tal vez a pesar de ser inocente, Matth., sub loco: «¡Un pecador no puede lla- tranjero e inculto; sustantivo: no griego,
juntamente «con sediciosos que habían come- marse Jesús!»; cf. GNTCom, 67s). bárbaro* 3. Hech 28, 2.4 emplea el término párj-
tido un asesinato en la insurrección» (el artí- W. Schenk 1. Aparición del término en el NT - 2. Significado Papoi, entendido en sentido nacional y políti-
culo presupone que el suceso era conocido) y entre los griegos y los judíos - 3. Significado en el NT.
co, para referirse a los habitantes de Malta (la
era candidato del pueblo para beneficiarse de B a g á x Barak Barac* Bibl: Bauer, Wórterbuch, s.v. (bibl.); N. A. Dahl, en mayoría de lengua púnica) que demostraron
la amnistía (así parece indicarlo el ó tayó- Nombre indeclinable de un héroe de Israel BHH I, 197s; H. Dórrie, Die Wertung der Barbaren im «extraordinaria amabilidad» hacia los que
[levog que precede). Pilato, en una última ju- después de los tiempos de la conquista (Jue 4, Urteil der Griechen. Knechtsnaturen? Oder Bewahrer iban en la nave que había encallado junto a
gada, que resultó inútil, quiso aprovecharse 6ss), quien, como Gedeón, Sansón, Jefté, Da- und KUnder heilbringenden Weisheit?, en F. S. H. E.sus costas. Seguramente, la alusión está formu-
de aquella ocasión para quitarse de encima el vid, Samuel y los profetas, actuó movido «por Stier, Münster i. W. 1972, 146-175; Th. Hermann,
asunto de Jesús. Se discute si el episodio es Barbar und Skythe. Ein Erklarungsversuch zu Kol 3,lada por el autor desde el punto de vista del
la fe»: Heb 11, 32. LThK 1,1235; BHH 1,197; 11: ThB] 9 (1930) 106s; L. Huber, en LAW, 433-435 cosmopolitismo de los primeros cristianos, y
originalmente parte integrante de la tradición Haag, Diccionario, 204.
591 páopaoog - paoéco 592 593 Pagéeo - BaovapSc; 594

pretende decir: los bárbaros no se diferencian habitantes de la costa africana de Somalia y das?) que son capaces de atenderlas. ThWNT B a g i w v á Baridna Barjonás*
de los griegos sino por el lenguaje. de parte de Etiopía, y por Sxíiíhjc; a un pue- I, 556; DTNT I, 224s; BlaB-Debrunner § 101, Nombre de un mago judío (en arameo, bar
blo del norte (Hermann, 106s; cf. Jüthner, He- nota 12. yóná; cf. Jon 1, 1): Mt 16, 17. Ahora bien, se-
3. Según Rom 1, 14, la misión apostólica llenen, 54ss, 143s: cf. también Michel, 450, gún Jn 1, 42; EvHeb 9, Simón es hijo de Juan;
H. Balz
de Pablo está dirigida a todos los pueblos, con la nota 11). cf., no obstante, TRE III, 603s. Bauer, Wor-
"EXXnoív te xcd Paopáooig, idea que se re- páQPaQog aparece con su sentido original terbuch, s.v. (bibliografía); B. Alger: Scriptu-
coge a continuación inmediata hablándose de en 1 Cor 14, 11 (dos veces) para designar a (JapélO? bareos (adv.) pesadamente, con re 12 (1960) 82-92.
ooqpoíg xcd ávorrtoig. Por tanto, páppagoi quien habla una lengua extraña e incompren- dificultad*
significa aquí -en buen griego- los que no sible, y también -desde el punto de vista del Mt 13, 15; Hech 28, 27 (ambos lugares son
son de origen griego ni poseen la cultura grie- Baj>vaP<X5, a Barnabas Bernabé*
hablante- a quien no la comprende. citas de Is 6, 10 LXX): toig (boiv Pctoéoog
ga. A los romanos, destinatarios de la carta, se fíxoijaav, «apenas oían con sus oídos», es Bibl.: P. Benoit, La deuxiéme visite de S. Paul á Je-
los incluye seguramente entre los "EX.X,T|veg. H. Balz rusalem: Bib 40 (1959) 778-792; H. Conzelmann,
decir, «no querían oír». Geschichte des Urchristentums, Gottingen 21971, 52,
En concreto, lo de páppaooi se referirá en- 140s; H. Evans, Barnabas the Bridge-Builder. ET 89
tonces a los españoles, a quienes Pablo se (1977-1978) 248-250; B. Gartner, Paulus und Barna-
propone visitar en su proyectado viaje misio- paQ£ü) bareo abrumar, oprimir, cargar* bas in Lystra. Zu Apg 14, 8-15: SvEA 27 (1962) 83-
Bagdo^Oftaíog, OV Bartholomaios Bar-
nero. En conexión con su misión universal de En el NT el verbo se emplea sólo en senti- 93; E. Haenchen, Die Apostelgeschichte (KEK), Got-
tolomé* tingen 71977 (cf. índice, en el vocablo Barnabas); W.
evangelizar a los gentiles (los e'&vn), Pablo do figurado y en voz pasiva: Mt 26, 43 (par.
Me 14, 40 C Koiné ©, etc.) en el relato de Del aramaeo bar talmay (cf. 2 Sm 3, 3). Es Radl, Das «Apostelkonzü» und seine Nachgeschichte,
acentúa -con sorprendente prudencia- su de- el nombre de un discípulo/apóstol del círculo dargestellt am Weg des Barnabas: ThQ 162 (1982) 45-
recho a predicar también el evangelio en Ro- Getsemaní, donde se dice que los párpados 61; C. H. Talbert, Again: Paul's Visits to Jerusalem:
estaban cargados; en Le 9, 32, en el relato de de los doce. Bartolomé aparece únicamente NovT 9 (1967) 26-40.
ma (v. 15). Ahora bien, en 1, 16, con la fór- en las listas sinópticas de los doce (Me 3, 18
mula 'Iouoctícp... xcd "EM,T)vi, Pablo nos la trasfiguración, el verbo se usa juntamente
con íÍJtvc) para decir que los discípulos esta- par. Mt 10, 3 / Le 6, 14) y en la lista de los 1. En el NT, el nombre de Bernabé aparece
hace ver que para él, que es un buen judío, no apóstoles en Hechos (1, 13). En los Sinópticos en 1 Cor 9, 6; Gal 2, 1.9.13 y Col 4, 10, y lo
tiene importancia ninguna la distinción tradi- ban «profundamente dormidos»; en Le 21,
se le menciona en sexto lugar, después de To- encontramos también también 23 veces en He-
cional entre griegos y no griegos. Así que lo 34, el verbo se emplea en la amonestación a
más y Mateo; en Hechos, en séptimo lugar, chos. Bernabé es el sobrenombre del levita ju-
de "EMr|V se refiere aquí en sentido amplio a no dejar que los corazones se emboten por la dío José, de Chipre (Hech 4, 36). Su interpre-
disipación, la embriaguez, etc.; Lucas aquí se después de Tomás y antes de Mateo. Por su
todo el que no es judío. posición junto a Felipe, se le ha identificado a tación como «hijo de la consolación» (Hech 4,
hace eco, seguramente, de aquella manera de 36) es problemática (cf. Haenchen, 228). Ni
En relación con el bautismo, Col 3, 11 enu- menudo -desde el siglo IX- con Natanael (Jn
hablar tan conocida: «cargado de vino», y la las cartas ni Hechos indican el verdadero sig-
mera en una serie formularia cuatro pares de 1, 45). Según Eusebio, HistEccl, Bartolomé
aplica al peligro de embotarse y cargarse con nificado de este nombre.
términos, a saber, "EXAnv xcd 'Icuocdog, lue- llevó a la India el evangelio hebreo de Mateo.
los placeres y las preocupaciones de este Como judío de la diáspora que se había
go jreQiTOftT) xcd áxrjoP'uoTÍa, en tercer lugar U. Holzmeister, Nathanael fuitne idem ac S.
mundo (pero Pcioéü) se entiende de otra ma- asentado en Jerusalén, Bernabé aparece como
se mencionan (yuxtapuestos) pápPapog, Bartholomaeus Apostolus?: Bib 21 (1940) 28-
nera, por ejemplo, en Ex 7, 14 LXX). El ver- un cristiano que, aunque no pertenece al cír-
Sxúdrig y, finalmente, So'OX.og, k.XzvfteQog. 39: RGG I, 898s; BHH I, 201; Haag, Diccio-
bo papero lo utiliza Pablo no para valorar si- culo de los dirigentes helenistas de esta ciu-
Las antiguas diferencias y tensiones han que-
no para enunciar unos hechos: en 2 Cor 1, 8 nario, 206. dad, sin embargo establece el contacto con la
dado suprimidas entre aquellos que han llega-
habla de la aflicción que experimentó en Asia, nueva comunidad de Antioquía, después de la
do a ser nuevas criaturas, a imagen de su Cre-
donde se sintió abrumado sobremanera y más persecución de los helenistas. Desde ese pun-
ador (vv. 8-10). Los dos primeros grupos se Bagir|OOÍ3 Bariésou Barjesús*
allá de sus fuerzas (iijtéfj ouvciu.iv), de forma to se convierte, juntamente con Pablo, en uno
refieren a la oposición entre judeocristianos y Nombre de un mago judío (en arameo, bar
que su vida corrió peligro; en 2 Cor 5, 4 habla de los más importantes misioneros que evan-
paganocristianos. En los grupos siguientes yesü"') a quien Bernabé y Saulo (según Hech
de los gemidos de quienes se sienten abruma- gelizan a los gentiles (cf. Hech 11, 22-26; 13,
(en contra de la opinión de Windisch, 550) se 13, 6) encontraron en Pafos (Chipre), en el en-
dos (POCQOÍ>LI£VOI en sentido absoluto), por- 1-14, 28; 1 Cor 9, 6). Como «enlace entre los
mencionan barreras nacionales y, finalmente, torno del procónsul Sergio Paulo (v. 7), y que, dos grandes centros» (Conzelmann, 52), Ber-
que quieren librarse de su cuerpo terreno, pe-
sociales. Estas barreras han perdido todo su según el v. 8, se llamaba también -> 'EXúuag. nabé trae a Jerusalén el fruto de una colecta
ro al mismo tiempo quieren revestirse del
sentido para la Iglesia. páopaQog se refiere BaQiT]Oo{3 es la lectura de p74 Sin 181 242 Vg (11, 30), tal vez sin Pablo (cf. Benoit; Haen-
cuerpo celestial (vv. 2s), es decir, se refiere a
entonces, como de ordinario, a las personas y otros; la forma helenizada -oüg aparece en B chen, 77, 364; piensa de otra manera Talbert).
quienes, bajo el peso de la existencia actual,
que no son de origen griego, mientras que C E 33 y otros; el acusativo -ovv, en A D2 H L En el concilio apostólico, las «columnas» lle-
aguardan la parusía. El término se usa en sen-
Exúdrig alude a un pueblo especialmente ex- y otros; -oajav, en D*; -uam, en d; -ouu.ee, en gan a un acuerdo con Pablo y Bernabé (Gal 2,
tido general en 1 Tim 5, 16: a la comunidad no
traño (cf. Josefo, Ap II, 269). Otros pretenden syrp; para más detalles, cf. GNTCom sub loco. 1.9) como «representantes de la comunidad
hay que imponerle la carga de cuidar de las
entender también antitéticamente el tercer par BHH I, 196; Haag, Diccionario, 208. -• antioquena» (Haenchen, 449). En la disputa
viudas que tienen parientas creyentes (¿viu-
de la serie, entendiendo por pácipagoi a los 'lT)ooóJg 3.e. sobre la comunión de mesa con los pagano-
595 BaovaPag - Bagoappag 596 597 Baoaappás - Paoaví^w 598

cristianos (Gal 2, 11-21), Bernabé (juntamente griega) en sentido figurado. En Mt 20, 12 se Bernabé y Silas acompañó a Pablo, cuando se cho o es muy precioso, diciendo que «cuesta
con Pedro) se opone probablemente a Pablo, habla de tó páoog tfjg rj^égag para referirse encargaron de llevar el decreto del concilio un montón».
como permite sospechar el ulterior silencio de al peso del trabajo que ha durado todo el día; apostólico de Jerusalén a Antioquía (Hech 15,
Gálatas. en Hech 15, 28 se habla de la carga de los 22: cf. v. 27; según el v. 22, Barsabás ocupaba Paoaví^Ct) basanizó torturar, atormentar*
preceptos legales (cf. 15, 10 ém^sivaí t,v- un puesto dirigente en Jerusalén; según el v. 32 Paaavian-05, oi>, ó basanismos el acto de
2. Según Hechos, Bernabé sirve de media- era jtQoqpr|Tr)g, lo mismo que Silas). BHH I,
yóv, cf. también 1 Mac 8, 31 y, por ejemplo, torturar, de ser torturado*
dor entre los apóstoles y Pablo. Contraria-
Abot 3, 5 y passim, refiriéndose al «yugo de 200; II, 903; Haag, Diccionario, 206. paoavi0tr|5, oí), ó basanistes verdugo, tor-
mente a lo que se dice en Gal 1, 18s, Pablo es
la ley»), unos preceptos que se limitan al mí- turador*
presentado a los apóstoles por Bernabé, poco
nimo necesario; cf. Ap 2, 24. Bagtipiato;, ov Bartimaios Bartimeo* páoavog, ou, f| básanos tormento, tortura*
después de la conversión de aquél (9, 27).
Bernabé llega a Antioquía (11, 22) «como ins- En Gal 6, 2 Pablo exhorta a que los unos Probablemente del arameo bar timay. Es el Bibl: W. Mundle, (3á0ccvog, en DTNT IV, 299s;
pector oficial» en nombre de los cristianos de lleven las cargas de los otros (cf. Diogn 10, patronímico de un mendigo ciego que estaba Schneider, páoavog m\., en ThWNT I, 559-561.
Jerusalén (Conzelmann, 66). Trasmite tam- 6). Según el v. 1 se trata principalmente de la a la orilla del camino, y a quien Jesús curó
bién a Pablo la preocupación por mantener los ayuda que hay que prestar a los hermanos que cuando se marchaba de Jericó (Me 10, 46). 1. De las 12 veces que el verbo paoaví^co
lazos con la comunidad madre. En el envío de han caído, acción por la cual los nvzv\iaxv%oí Marcos presenta primeramente al ciego Barti- aparece en el NT, 5 corresponden al Apoca-
la colecta a Jerusalén (11, 30; 12, 25), en la demostrarán sus verdaderos dones espiritua- meo traduciendo al griego su patronímico por lipsis (9, 5; 11, 10; 12, 2; 14, 10; 20, 10), 3 a
misión en Chipre y en Asia Menor (13, 1.2. les. Dentro de una perspectiva más amplia, la ó uíóg Tiumoi). Desde Wellhausen (Das Mateo (8, 6.29; 14, 24), 2 a Marcos (5, 7; 6,
7.43.46.50; 14, 12.14.20) y en relación con el expresión xct f5áfjr| se refiere globalmente a Evangelium Marci, Berlin 21909, 85) se sos- 48), 1 a Lucas (8, 28) y 1 a la segunda Carta
concilio apostólico (15, 2 bis. 12.22.25 y fi- las amenazas que pesan sobre la existencia pecha que el arameo timay o -tiumog es una de Pedro (2, 8). Paaaviau.óg aparece única-
nalmente en el v. 35), se menciona siempre cristiana, una circunstancia en la que el «pneu- abreviación de «Timoteo»; cf. Bauer, Worter- mente 6 veces (Ap 9, 5 bis; 14, 11; 18, 7. 10.
juntos a Bernabé y a Pablo, un total de 17 ve- mático» debe llevar su propia carga (v. 5). buch, s.v. (bibliografía); BHH I, 201; sobre 15). Pao"aviatr|g es hapax legomenon en el
ces, unidos casi siempre los nombres con la Contrasta con esto el sentido «profano» de (3á- paralelos judíos cf. Billerbeck II, 25. NT (Mt 18, 34); páoavog aparece en Mt 4,
conjunción xaí. Claro que después de 13, 7 Qog en 1 Tes 2, 7 (év págei eívaí), donde se 24 y en Le 16, 23.28.
-en 13, 9 «Saulo» se convierte en «Pablo»- entiende como peso, prestigio: el peso de una
PaQVVO) baryno cargar un peso 2. paoaví^co y páoavog pueden referirse
Pablo es mencionado siempre en primer lugar autoridad que Pablo, como apóstol de Cristo,
Le 21, 34; Hech 3, 14; 28, 27; 2 Cor 5, 4, al dolor físico o al hecho de infligir dolor físi-
(exceptuando 15, 12.25). Pablo aparece ahora habría podido reclamar para sí.
siempre como v.l. co. Este dolor acompaña a la enfermedad (Mt
como el principal responsable y portavoz. En 2 Cor 4, 17 Pablo establece un contraste 4, 24). Por él es atormentado atrozmente el
Bernabé queda relegado a segundo plano y a entre sus sufrimientos actuales, que son cosa
PaQvg, 3 barys pesado, importante, difícil, criado del centurión (Mt 8, 6). El hecho de
veces se convierte casi en «figura decorativa» ligera en comparación con el curáviov págog
cruel* que este término pueda referirse a dolores fí-
(H. Conzelmann, Apostelgeschichte [HNT] a 6ó^T|5 que es fruto de los sufrimientos, pá- sicos especialmente intensos, lo vemos por la
propósito de 14, 12). Lucas convirtió el con- El término se encuentra 6 veces en el NT,
fjog es aquí la imagen del peso de una cosa; mujer del Apocalipsis, que es atormentada
flicto acerca de cuestiones de principio (Gal apareciendo en sentido propio en Mt 23, 4 pa-
odróviog contrasta con jtaQauTÍxcc. Los sufri- por dolores de parto (Ap 12, 2). Pero el térmi-
2, 13), que puso fin a la colaboración entre ra referirse a cargas pesadas; en sentido figu-
mientos actuales, que tienen un peso ligero, no puede referirse también a los dolores espi-
Pablo y Bernabé (que se había desarrollado rado dícese de las partes de mayor peso, más
producen un gran peso de gloria eterna o una rituales: la conducta malvada de los sodomi-
con éxito), en un conflicto personal (Hech 15, importantes, de la ley (Mt 23, 23); de «graves tas hace que el justo Lot se sienta deprimido
plenitud de gloria eterna (cf. Rom 8, 18). acusaciones» (Hech 25, 7); de las cartas de
36.37.39), a saber, en un conflicto ocasionado (2 Pe 2, 7) y se vea atormentado en su alma
ThWNT I, 551-554; BHH II, 1050; J. G. Stre- Pablo, que son de peso, importantes (junto a
por Juan Marcos, quien -según Col 4, 10- era (2, 8). El verbo tiene un sentido más general,
lan: JBL 94 (1975) 266-276; DTNT I, 224s. ia%'UQaí), por contraste con la apariencia per-
primo de Bernabé. Después del concilio apos- cuando la barca de los discípulos es azotada
tólico, Bernabé desaparece por completo de la H. Balz sonal de Pablo (2 Cor 10, 10); de los manda- por las olas levantadas por el viento contrario
escena. Ya ha desempeñado en lo esencial su mientos de Dios, que no son difíciles de cum- (Mt 14, 24) o los discípulos mismos, en su
oficio de mediador. A este respecto, Hechos plir (1 Jn 5,3); en la imagen de los lobos malos, empeño por remar, son atormentados por el
no es sólo un libro acerca de Pedro y Pablo, BayaaPPá?, a Barsabbas Barsabás* crueles, que destruyen a la comunidad (Hech viento que les es contrario (Me 6, 48). Si el
sino también acerca de Bernabé. Del arameo bar sa 'ba' («hijo del anciano») 20, 29). ThWNT I, 554-556; DTNT I, 224s. texto de Me 6, 48 no lo entendemos en voz
W. Radl o bar seba' («hijo del sábado»). Es el patro- pasiva sino en voz media, entonces el pasaje
nínimo de: 1) José, por sobrenombre el Jus- PaQtm^og, 2 barytimos muy caro, muy nos indica que los discípulos se atormentaban
P<XQO£, OV£, TÓ baros carga, peso, (pleni- to, que entró en el sorteo, pero no fue elegido precioso* a sí mismos en su afán desesperado por remar.
tud)* sucesor de Judas (Hech 1, 23; Eusebio, Hist En Mt 26, 7 dícese del óleo para ungir (v.l. Precisamente porque paoaví^co y sus deri-
En el NT este término se emplea 6 veces y Eccl I, 12, 3 lo considera como uno de los se- JTO?ajTiu.og; cf- Jn 12, 3); de manera parecida, vados expresan una intensidad especial de tor-
siempre (como es frecuente en la literatura tenta discípulos (Le 10, 1); 2) Judas, que con se habla coloquialmente de lo que cuesta mu- mento, se emplean cuando el tema de que se
599 f3aaaví£co - ( 3 a a d e í a 600 601 PaaiXeía 602

trata es el castigo eterno escatológico o en el tes» ais biblischer Zentralbegriff. EvTh 30 (1970) Reich Gottes: ZNW 27 (1928) 163-193; P. Wolf, Ge-
(SaaaviaTlí|S, OV, 6 basanistés verdugo, 642-670; A. Kretzer, Die Herrschaft der Himmel und richt und Reich Gottes bei Johannes und Jesús, en
más allá, que ha de tener lugar después del jui- torturador die Sóhne des Reiches, Stuttgart-Würzburg 1971 (so- Gottesherrschaft und kommendes Reich (FS A. Vóg-
cio. Así, por ejemplo, el hombre rico se en- ->• |3aaaví£cü. bre Mt); W. G. Kümmel, Verheifiung und Erfüllung, tle), Stuttgart 1975, 43-49. Para más bibliografía, cf.
cuentra en tormentos, es decir, en el Hades Zürich '1956; Id., Die Naherwartung in der Verkündi- ThWNT X, 1008-1014.
que es el «lugar del tormento» (Le 16, 23.28). gung Jesu, en FS Bultmann, 1964, 31-46; G. E. Ladd,
P á a a v o s , ov, r\ básanos tormento, tortura Jesús and the Kingdom, London 1966; E. Lohse, Die 1. La gran mayoría de las 162 veces que
Eternamente serán atormentados los adorado- Gottesherrschaff in den Gleichnissen Jesu: EvTh 18
-> (3aaavíí;a>. Pocai^eía aparece en el NT, la palabra se ha-
res de la bestia (Ap 14, 10), lo mismo que el (1958) 145-157; T. Lorenzmeier, Zum Logion Mt 12,
lla en la frase Paodeía xov "&EOÜ (o paoi-
diablo, la bestia y el falso profeta (Ap 20, 10). 28; Lk 11, 20, en FS Braun, 289-304; G. Lundstróm,
(iaai^eítt, ag, i^ basileia reino, reinado The Kingdom of God in the Teaching of Jesús, Edin- Xeía tebv otioavóuv o (3aaiX,eía xov Jtatoóg)
Y también el tormento que ha de caer sobre la
burgh-London 1963; F. W. Maier, Jesús - Lehrer der y la encontramos en los evangelios sinópti-
ramera Babilonia es la retribución por su cul- 1. Visión de conjunto - 2. En el lenguaje profano - Gottesherrschaft, Würzburg 1965; I. Maisch, Die cos. «Reino de Dios» es una expresión típica
pa (18, 7.10.15). El tormento es espiritual, 3. «El reino de Dios» - a) según Jesús - b) en Marcos Botschaft Jesu von der Gottesherrschaft, en Gottes-
- c) en Mateo - d) en Lucas/Hechos - e) en Juan - f) en del «lenguaje de Cristo», es decir, de la mane-
porque va asociado con el temor y la aflicción, herrschaft und kommendes Reich (FS A. Vógtle),
los demás escritos - 4. «El reino de Cristo». Stuttgart 1975, 27-48; J. Marcus, Entering into the ra de hablar de Jesús y de las comunidades
y también físico («será quemada en el fuego»,
Kingly Power of God: JBL 107 (1988) 663-675; O. que se formaron siguiéndole a él. El poder
18, 8). En general el tormento del más allá o Bibl.: S. Aaalen, «Reign» and «House» in the Merk, Das Reich Gottes in der lukanischen Schriften,
Kingdom of God in the Gospels: NTS 8 (1961-1962) impresionante de este «lenguaje de Cristo» lo
tormento eterno se describe plásticamente en en FS Kümmel, 201-220; H. Merklein, Die Gottes-
215-240; A. Ambrozic, The Hidden Kingdom, Wa- sugiere el hecho de que, en textos más tardí-
los lugares citados mediante fenómenos de ar- herrschaft ais Handlungsprinzip, Würzburg 1978: Id.,
shington 1972 (sobre Me); E. Bammel, Erwagungen Jesu Botschaft von der Gottesherrschaft. Eine Skizze os, se halla simplemente el término (3aoiX,eía
dor abrasador o de fuego. Mt 8, 29, por lo me- zur Eschatologie Jesu: StEv 3 (1964) 3-32; W. Bar- (SBS 111), Stuttgart 1983; R. Otto, Reich Gottes und para designar obviamente al «reino de Dios»
nos, entiende el tormento con que los demo- clay, Der Konig und sein Reich, Kassel 1970; G. R. Menschensohn, München '1954; M. Pamment, The
Beasley-Murray, Jesús and the Kingdom of God, Exe- (algo de veras inconcebible en la literatura ju-
nios se sienten atormentados por la presencia Kingdom of Heaven According to the Frist Cospel:
ter 1986; J. Becker, Das Heil Gottes, Gottingen 1964, día). Y así lo vemos especialmente en Mateo,
de Jesús o por la orden que él les da de salir NTS 27 (1980-1981) 211-232; N. Perrin, The King-
197-217; F. Beisser, Das Reich Gottes, Gottingen dom of God in the Teaching of Jesús, London 1963; pero también en Lucas, Hebreos y Santiago.
(Me 5, 7s; Le 8, 28s) como una anticipación 1976; H. Bietenhard, Das tausenjahrige Reich, Zürich
! Id., Was lehrte Jesús wirklich?, Gottingen 1972, 52- Principalmente en textos tardíos se habla de
prematura (desde el punto de vista de los de- 1955; O. Camponovo, Kónigtum, Konigsherrschaft 119; Id., Jesús and the Language of the Kingdom,
und Reich Gottes in der frühjüdischen Schriften, Fri- diversas maneras de la (3aatX,8Ía de Cristo (->
monios) de su castigo eterno. También los ver- London 1976; A. Polag, Die Christologie der Logien-
bourg-Gottingen 1984; B. D. Chilton, God in Strength. 4). En contraste con esto, son relativamente
dugos a quienes el amo de la parábola hace en- quelle, Neukirchen-Vluyn 1977, 48-59; K. H. Schel-
Jesús' Announcement of the Kingdom (StNTU Ser. kle, Konigsherrschaft Gottes: BiLe 15 (1974) 120- raros los textos del NT en los que la fiaoikeía
trega del siervo despiadado, simbolizan en B/l), Freistadt 1979; H. Conzelmann, en RGG V, 912- 135; J. Schlosser, Les dits du «Régne de Dieu» dans no se refiere a Dios o a Cristo (-> 2).
realidad el castigo escatológico (Mt 18, 34). 918 (bibliografía); Id., El centro del tiempo, Madrid les logia de Luc et de Matthieu, tesis StraBburg 1973-
Por el contrario, cuando Paoaví^co des- 1974, 165-180 (sobre Le); J. Copens-J. Carmignac y 1974; K. L. Schmidt, |3aaiX,éi>S mk. (E), en ThWNT
otros, Régne de Dieu, en DBS X, 1-199; O. Cullmann, 2. En el griego profano, oscila el significa-
cribe la actividad de los dos profetas escatoló- I, 576-593 (bibliografía); W. Schmithals, Jesús und die do del término entre un sentido funcional
Konigsherrschaft Christi und Kirche im NT, Zollikon Weltlichkeit des Reiches Gottes, en Jesús Christus in
gicos con respecto a los habitantes de la tierra 3
1950; Dalman, Worte, 75-119; G. Dautzenberg-H. der Verkündigung der Kirche, Neukirchen-Vluyn -soberanía real, monarquía, dignidad real,
(Ap 11, 10), no se piensa en el castigo después Merklein, (eds.), Zur Geschichte des Urchristentums, 1972, 91-117; R. Schnackenburg, Reino y reinado de oficio de rey- y el sentido geográfico de rei-
del juicio. Con la renovación de las plagas de Freiburg i. Br. 1979, 11-32; Ch. D. Dodd, Las parábo-
las del Reino, Madrid 1974; H. Flender, Die Botschaft
Dios, Madrid 1967; H. Schürmann, Das Zeugnis der no. También el hebreo malküt puede signifi-
Egipto (11, 6), se atormentará a la gente para Redenquelle für die Basileia-Verkündigung Jesu, en J. car no sólo «soberanía real» sino también
Jesu von der Herrschaft Gottes, München 1968; H. Delobel (ed.), Logia, Lowen 1982, 121-200; Id., Got-
inducirla al arrepentimiento. De manera se- Frankemólle, Jahwebund und Kirche Christi, Münster tes-Reich - Jesu Geschick. Jesu ureigener Tod im Licht «reino» (KBL2 s.v.). Los dos matices se ha-
mejante, las nubes de langostas precederán al 1974, 264-173 (sobre Mt); E. GráBer, Die Naherwar- seiner Basileia-Verkündigung, Freiburg i. Br. 1983, es- llan representados también en el NT: algunas
día del juicio, para que atormenten con sus pi- tung Jesu, Stuttgart 1973; Id., Zum Verstandnis des pecialmente 21-152; Spicq, Notes, Suppl 88-92.98- veces se habla de un reino (por ejemplo, Mt
Gottesherrschaff. ZNW 65 (1974) 3-26; Id., Ta peri 103; P. Stockmeier, Herrschaft, en RAC XIV, 877-
caduras (9, 5) durante cinco meses, es decir, tés basileias (Apg 1, 6; 19, 8), en FS Dupont, 709-725; 4, 8; Me 6, 23; 13, 8; Ap 16, 10), y otras ve-
936; A. V. Stróm u. a., Herrschaft Gottes - Reich ces, de soberanía real (por ejemplo, Le 19,
por tiempo limitado, a quienes no lleven en su J. Gray, The Biblical Doctrine of the Reign of God, Gottes, en TRE XV, 172-244; W. Trilling, Das wahre
frente el sello de Dios. Según el contexto am- Edinburgh 1979; E. Haag, Gottes Herrschaft und Israel, München 4964, 143-154; Ph. Vielhauer, Got- 12.15; Ap 1, 6; 17, 12). En algunos casos no
plio (cf. 9, 20s), lo que se pretende es inducir Reich im AT: IKZC 15 (1986) 97-109; J. Haring, Le tesreich und Menschensohn in der Verkündigung Jesu, se puede decidir qué alternativa es preferible
Royaume de Dieu et sa venue, Neuchátel-Paris 21959;
a la gente al arrepentimiento. La comparación G. Haufe, Reich Gottes bei Paulus und in der Jesús
en FS G. Dehn, Neukirchen-Vluyn 1957, 51-79; M. (por ejemplo, en Mt 12, 25s). Esto origina
Vólkel, Zur Deutung des «Reiches Gottes» bei Lukas: problemas de traducción, porque reino (en
de este tormento con el que causan los escor- Tradition: NTS 31 (1985) 467-472; M. Hengel, Die ZNW 65 (1974) 57-70; J. WeiB, Die Predigt Jesu vom
piones (9, 5) indica de nuevo su intensidad (la Zeloten, Leiden 21976, 93-114, 308-315; M. Hengel- Reiche Gottes, Gottingen 31964; A. Weiser, «Reich alemán, Reich) no incluye el sentido funcio-
picadura de los escorpiones es muy dolorosa). A. M. Schwemer (eds.), Konigsherrschaft Gottes und Gottes» in der Apostelgeschichte, en FS Schneider, nal, y reinado (en alemán, Herrschaft) no de-
himmlischer Kult (WUNT 55), Tübingen 1991; R. 127-135; H. Wenz, Theologie des Reiches Gottes. Hat nota el sentido geográfico de «dominios de la
W. Stenger Hiers, The Historical Jesús and the Kingdom of God, Jesús sich geirrt?, Hamburg 1975; T. Wieser, King-
Gainesville 1974; E. Jüngel, Paulus und Jesús, Tübin- corona».
dom and Church in Luke-Acts, tesis Union Theol.
gen "1972; W. Kelber, The Kingdom in Mark, Phila- Sem. New York 1962; S. G. Wilson, The Gentiles and
(iaaavHTjióg, OÍJ, ó basanismos el acto delphia 1974; J. D. Kingsbury, Matthew: Structure, the Gentile Mission in Luke-Acts, Cambridge 1973, 3. El reino de Dios (= RD): a) según Jesús.
de torturar, de ser torturado Christology, Kingdom, London 1976; B. Klappert, en 59-89; H. Windisch, Die Sprüche vom Eingehen in das
DTNT IV, 70-82 (bibliografía); G. Klein, «Reich Got- Para la mayoría de los investigadores, el origen
-> Paoaví^ü). y el contenido central de la proclamación de Je-
603 paoiXeía 604 605 PaaiXeía 606

sus, en su totalidad, están determinados por el ciona más informaciones sobre los períodos y zantes de Jesús acerca del RD. En Jesús, es- del reino de Dios como hablan los rabinos
RD, incluso en textos donde no aparece el térmi- las etapas. pecialmente en sus milagros, el futuro y cós- acerca del futuro eón (convite escatológico,
no paoiXeía (de otra manera piensa, por ejemplo, Juntamente con los enunciados sobre el fu- mico RD existe ya como un acontecimiento ser grande en el RD, llegar al RD, heredarlo,
Bammel). Es importante que Jesús no impartiera
turo encontramos los enunciados sobre el pre- concreto y presente en un punto determinado. estar preparado para él; cf. Dalman, 91s, 93,
enseñanzas ideológicas o teológicas sobre el tema
teológico del RD, sino que, partiendo de que co- sente. Estos, desde luego, son más difíciles de De tal manera no objetivizante, las dos pará- 95, 102, 105). Esta manera de hablar sugiere
menzaba el RD como un amor radical e ilimitado interpretar, porque no poseemos ya el texto bolas del grano de mostaza y de la levadura también el carácter cósmico, universal y esca-
por parte de Dios, hiciera un llamamiento a cada arameo original de las palabras. Le 11, 20 es (Le 13, 18-21) señalan hacia el comienzo tológico que tiene el RD en las enseñanzas de
persona para que viviese aquí y ahora en el amor. importante: (pdáveo (¡usado aquí en aoristo!) oculto del RD de amplitud universal (Le 13, Jesús.
Precisamente porque Jesús se preocupa primor- no puede entenderse sencillamente como si- 19b; Me 4, 23b!). En contraste con la historia, predomina el
dialmente de una vida vivida aquí y ahora a im- nónimo de éyYÍ£ü); lo que se entiende es que elemento de la discontinuidad. Es significati-
pulsos de la idea de que comienza el RD, hay mu-
el RD ha alboreado ya en el acontecimiento La coexistencia de enunciados acerca del pre- vo que Jesús apenas hable en general de Dios
chos textos que están determinados por ese sente y acerca del futuro se observa también en el
comienzo, sin que se mencione explícitamente el concreto de que Jesús expulse demonios. La como rey (-> fiaoikevc,). Se halla en relación
comprensión de este pasaje en sentido presen- judaismo. Los rabinos piensan primariamente en íntima con ello el hecho de que, en la procla-
RD. Esto sucede especialmente con gran parte de la continuidad del reinado de Dios en la historia
las parábolas. Tan sólo en unas cuantas de ellas se te se corrobora por Le 10, 18 y por las pala- hasta el e'sjaton, y contemplan el reinado de Dios mación de Jesús acerca del RD, falte todo ele-
menciona el RD en lo que se supone que es la bras enigmáticas de 11, 21s: Jesús vio segura- como una realidad históricamente eficaz en la re- mento nacional o teopolítico. Lo contrario del
versión original (la semilla de mostaza, Me 4, 30 mente en sus propios exorcismos señales del citación de la confesión de fe y en la observancia RD no es, como en muchos textos judíos, el
/ Le 13, 18; la levadura, Le 13, 20; la semilla que de la ley. Pero este reinado se hará manifiesto en
triunfo definitivo sobre el reino de Satanás: dominio de lo romanos. Jesús no habla de la
crece por sí misma, Me 4, 26; el tesoro en el cam- el ésjaton con la liberación de Israel (cf. la undé-
po, Mt 13, 44; la perla, Mt 13, 45; posiblemente un triunfo logrado por los actos de Jesús. La futura soberanía política de Israel. Más aún,
cima y la duodécima petición en la Oración de las
la cizaña entre el trigo, Mt 13, 24, y la red de pes- palabra de Jesús en 17, 21 podría entenderse dieciocho peticiones y cf. también otras oracio- él puede emplear la idea del RD -con una ac-
car, Mt 13, 47), aunque son muchas las parábolas en sentido presente, a pesar de la falta de có- nes en Dalman, 82s). En los textos apocalípticos titud crítica y polémica- en una palabra de
que tienen que ver con el RD, porque conducen a pula: el RD está en medio de vostrós (even- se siente intensamente la lejanía en que Dios se juicio dirigida contra Israel (Mt 8, l i s ) .
una vida basada en su realidad o quieren dar for- tualmente también: a disposición de voso- halla del presente, y llega a ser más importante el Por contraposición al judaismo, el elemento
ma concreta al amor a Dios. Por tanto, la procla- tros). La sentencia rechaza las especulaciones reinado escatológico y futuro de Dios, sin que decisivamente nuevo en la proclamación que
mación que Jesús hacía del RD hay que verla en falten por completo enunciados acerca del pre-
acerca de los tiempos y rechaza también la Jesús hace del RD, aparte de la vinculación
los pasajes que hablan directamente del RD, que sente (cf., por ejemplo, Dan 2, 37; 4, 34; 1QM 12,
son los únicos que vamos a estudiar aquí. Pero la idea de que el RD pueda localizarse en un si- 7). Jesús emplea primordialmente la terminología del Reino con su propia misión, es la inter-
información que se deduzca de estos textos no se- tio determinado. Si la sentencia no está co- de los apocalípticos (¿Juan el Bautista?) y habla pretación de la Paoutaía como un amor ili-
rá exhaustiva. nectada con la presencia perceptible del RD, de la presencia del nuevo reinado escatológico de mitado e infinito de Dios principalmente ha-
entonces el texto se hace ininteligible en su Dios, que se está haciendo realidad y que se halla cia los menospreciados y marginados de Israel,
Jesús proclama el RD como un aconteci- contexto. Finalmente, hay que entender tam- en contradicción con el mundo. El piensa en tér- hacia los pobres, las mujeres, los pecadores,
minos formales de manera parecida a como pien-
miento. Así lo vemos claramente por las nu- bién en sentido presente el texto de Mt 11, los samaritanos, etc. Este amor de Dios se
san los zelotas, los cuales prevén también el
merosas referencias temporales que se hacen 12s, la «sentencia de los que toman por la pronto comienzo del reinado cósmico de Dios y cualifica escatológicamente por su vincula-
en relación con la PaoiX,eía TOÜ 'freo'O. En- fuerza» (-> fká^oum). Su interpretación, hacen que sus propios actos estén determinados ción con el reino de Dios: es un amor insupe-
contramos enunciados en los cuales la llegada desde luego, no está clara. Si suponemos que ya por esta expectación (cf. Hengel). Sin embar- rable, definitivo, y no derivado simplemente
del RD se espera para el futuro (Mt 6, 10; Me la redacción de Mateo del v. 12 es la más an- go, lo que los zelotas entienden por el RD es algo de las anteriores actuaciones salvíficas de
14, 25; Le 6, 20b [juntamente con el v. 21]); tigua, si entendemos p i á ^ e t a t como voz pasi- enteramente diferente.
Dios, que fueron la creación y la ley. Jesús
en otras partes hallamos la fórmula sintetiza- va y, lo mismo que el enigmático ->• áoitá^co, promete incondicionalmente a los (material-
dora: «el RD se ha acercado» (Le 10, 11, en sentido negativo, entonces podríamos pen- El carácter particular de la terminología mente) pobres el (futuro) RD (Le 6, 20; cf. v.
etc.). Suponemos que Jesús vivió en la expec- sar que se hace referencia a la lucha de los po- empleada por Jesús demuestra claramente que 21). Así es como hay que entender la parábo-
tación de la cercanía (GraKer). Él habría com- deres políticos contra el RD desde el asesina- él se preocupa por el alborear presente del RD la del gran convite (Le 14, 16-24), que en la
partido entonces la expectación de la cerca- to de Juan el Bautista (entendiéndose como el escatológico y cósmico, que llega del más allá elección de las imágenes enlaza con los pen-
nía, sentida vivamente por su maestro Juan el comienzo de la violencia el período que sigue y que es creado por Dios mismo. La Pa0tA.ei.ci samientos acerca del banquete escatológico
Bautista (Le 3, 9a). Y la expectación de la a la muerte de Juan), o podríamos pensar en la TOÜ -9-80ÍJ no sólo es el reinado de Dios en que se ha de celebrar en el RD, una idea que
cercanía por parte de las primeras comunida- violencia de los zelotas (lo que hace que sentido funcional, sino también un espacio era tan querida para Jesús (Mt 8, l i a ; Me 14,
des, corroborada de nuevo por la resurrección áoJtá^ü) se entienda más fácilmente). particular en el que uno puede estar (Mt 8, 25). Jesús puede hablar de la paaiA,eía como
de Jesús, estaría en continuidad con la expec- Está claro que las referencias al tiempo no l i s ; 11, 11; Me 14, 25) o en el que uno puede de un bien salvífico, por ejemplo, refiriéndose
tación sentida por Jesús. Pero la expectación pueden armonizarse. Las contradicciones en entrar (Me 9,47; 10, 25, cf. Mt 21, 31; Me 12, a los niños, que todavía no han llegado a la
de la cercanía no era aquello a lo que Jesús las referencias al tiempo podrían tener preci- 34). En comparación con textos judíos, es sor- mayoría de edad en sentido jurídico y en sen-
daba más importancia: Jesús no nos propor- prendente que Jesús en muchos casos hable
samente su origen en las palabras no objetivi- tido ético (Me 10, 14.15). A la luz del RD que
608 609 Pcxodeía 610
607 Pdoileía

llega como amor de Dios, hay que entender En 4, l i s un antiguo logion, que podría pro- Por tanto, si |3aoi^£Ía TC&V otioavaiv es les, en la medida en que ella cumpla la volun-
también los exorcismos y las curaciones obra- ceder de la comunidad de lengua aramea, re- una expresión clave en Mateo, no nos sor- tad de Dios (cf., con un tenor parecido, 8,
dos por Jesús. sume la proclamación cristiana, que en el prenderá que algunas de sus importantes ten- lis). La paouXeía es aquí el bien de la salva-
Las parábolas del Reino que hablan del te- dencias teológicas puedan verse en su manera ción prometido a Israel y a la Iglesia. Estos
contexto actual es la proclamación en pará-
soro y de la perla (Mt 13, 44s) señalan final- de hablar del «reino de los cielos». Esto tiene pasajes indican también que Mateo acentúa
bolas, con la expresión: «misterio del RD».
mente hacia la dimensión de la decisión y de varios aspectos, entre ellos: 1) El concepto las exigencias del RD, mientras que en las en-
La indicación de que los discípulos, a dife-
la entrega humana que se hallan conectadas tiene resonancias éticas. Al tradicional: «¡Bus- señanzas de Jesús lo que se halla en primer
rencia de los de fuera, entienden el misterio,
con el RD. Esta entrega e implicación huma- cad primero el RD!», Mateo añade -creemos plano es la oportunidad de vivir una vida a
se relativiza en 4, 33s al hablarse de la (in)
na no tiene nada que ver con la realización del que epexegéticamente-: «y su justicia», en- impulsos de la llegada del RD. El indicativo
comprensión de los discípulos. El limitado
RD, la cual -según Me 4, 27s- es únicamente tendiéndose en Mateo por 8ixaiooí)vr| una de la salvación llega a su realización en Ma-
número de referencias al RD en Marcos es
asunto de Dios. Porque vemos que también en cualidad que se exige al hombre en su activi- teo de una manera distinta: mediante los mila-
inadecuado para que podamos suponer una
esas parábolas el bien salvífico (el tesoro, la dad (6, 33). El «entrar en la |3aai)i.eía», una gros, la resurrección y la autoridad del Hijo
particular comprensión marquina del RD, sea
perla) precede a la acción humana, aunque no expresión (redaccional) especialmente predi- de Dios (cf. Mt 28, 18).
en el sentido de una dialéctica cristológica
se puede recibir sino mediante una entrega lecta de Mateo, se promete como recompensa
del ocultamiento presente y de la gloria futu- d) La distribución de la expresión en Lu-
humana. Me 9, 47 menciona la batalla absolu- graciosa a todos los que practican una justicia
ra (Ambrozic), o bien como un RD en proce- cas (46 veces) y en Hechos (tan sólo 8 veces)
tamente sin compromisos, la batalla que hay mejor (5, 20), a aquel que hace la voluntad
so de desarrollo en Galilea (en contraste con demuestra que fiaoikeía xov fteov es una pa-
que estar dispuesto a librar a toda costa contra del Padre (7, 21), a aquel que se convierte y
el que hace eclosión súbitamente en Jerusa- labra clave importante en las enseñanzas de
el pecado, en vista de la llegada del RD. Có- llega a ser humilde como un niño (18, 3s). Es-
lén [Kelber]). Jesús. Ahora bien, Lucas ha elaborado ulte-
mo hay que actuar, eso lo explican otras pará- tos pasajes indican también que el Reino pue-
de entrar en relación con la idea del juicio, riormente, de manera propia, la serie de sen-
bolas, que no tratan directamente del RD, y lo c) En Mateo $aoikzva aparece de ordina-
idea que se encuentra acentuada especialmen- tencias de la predicación de Jesús referidas al
explica también el mandamiento del amor. rio con la circunlocución rabínica x&v OIIQOC- te en algunas de las parábolas de Mateo que presente, y la serie de las referidas al futuro.
Una forma especial de entrega al RD es el vórv para designar a Dios, y es redaccional hablan de la |3aaiAeía (cf., por ejemplo, 13, 1) En los enunciados referidos al presente,
discipulado, que exige la renuncia al ejercicio
unas 15 veces (de un total de unas 55). Se tra- 41-43.49s; 18, 34s; 20, 16; 22, 11-14: 25, 1- sorprende que Lucas interprete cristológica-
de la propia profesión, a los lazos familiares y
ta, pues, de un concepto teológico central. Es 13.28-30). La segunda petición del Padre- mente el RD aplicándolo a la misión de Jesús.
a los bienes, a fin de ponerse al servicio de Lo mismo que en Mateo, la (3aoiAeía xov
característico, además, de Mateo el uso abso- nuestro, «¡Venga tu Reino!», es interpretada
una misión particular de proclamación del RD •&EOÜ se convierte en la clave central para de-
luto de tfjg P a o d e í a g (en el sentido de «rei- por Mateo mediante la adición de la tercera
(Le 9, 60c [autenticidad discutida]; cf. v. 62). signar el contenido de la proclamación cristia-
no de los cielos») en expresiones atributivas petición: «¡Hágase tu voluntad!» Con estas
Esta misión no es para todos, y mucho menos na (Le 4 , 4 3 ; 8 , 1 ; 16,16; Hech 8,12 [evayye-
con evayyzkiov (4, 23; 9, 35; 24, 14), vlóg resonancias éticas, la concepción de Mateo se
aún lo es la posibilidad del celibato por amor kít,o\iai\; Le 18, 29 [en vez del EÍ>aYYÉ^lov
(8, 12; 13, 38) y Xóyoc, (13, 13). |3aaiXela es halla cercana en cierto modo al judaismo ra-
del RD (Mt 19, 12), celibato que no es practi- de Marcos]; Le 8, 1; 9, 2; Hech 20, 25; 28, 31
la palabra clave en la proclamación de Jesús. bínico.
cado tampoco por todos los discípulos (ejem- [XTIQÚOOOO]; Le 9, 11 [X.aX,écü]; Le 9, 60
Cuando Mateo designa estereotipadamente
plo de ello: Pedro, Me 1, 30; 1 Cor 9, 5). [biayyé'k'ku)]; Hech 1, 3 [Xéyco]; Hech 19, 8
el mensaje de Jesús como evayyé'kiov Tf¡£ 2) Ahora bien, la fiaoikúa en Mateo pue-
[jTEÍfrco]; Hech 28, 23 [5iaiiaQTijQO(j.ai]). Es
Paodeíctg (4, 23; 9, 35; 24, 14; cf. 13, 19), lo de significar asimismo el bien de la salvación
La tradición post-pascual de la comunidad sorprendente el uso de la expresión RD en el
hace así porque la proclamación de la Iglesia concedido gratuitamente a los hombres (25,
acrecentó las palabras de Jesús acerca del reino, marco de Hechos (1, 3.6; 28, 23.31). En cuan-
no consiste, para él, en nada más que en ense- 34), y que los justos «heredan»: una asocia-
añadiendo logia que llevaban la impronta de la to a su contenido, el RD como tema de la pro-
propia situación de la comunidad, y siguió culti- ñar lo que Jesús enseñó (cf. 28, 20). La cerca- ción atestiguada también frecuentemente en
clamación se completa inmediatamente con la
vando así la terminología característica que era nía del Reino es el contenido del mensaje de las cartas. Como indica el uso de eíoéo- referencia a Jesús o se interpreta mediante es-
propia de Jesús. Suponemos que los siguientes Juan el Bautista (3, 2), de Jesús (4, 17) y del X£O"0m, la idea de un «territorio» se halla pre- ta referencia (Hech 8, 12; 28, 23.31). El su-
pasajes, entre otros, deben considerarse creacio- mensaje que se proclama en la comunidad sente en el término (3aoiX.eía, y no la idea
nes de la comunidad: Mt 5, 19 (niveles de salva- mario marquino de la proclamación que Jesús
(10, 7). Está en consonancia con esto el hecho funcional de un reinado (cf. 5, 5). (3aaiX.£Ía hace de la paoiXeía (Me 1, 15) se halla elabo-
ción en el RD!), Me 9, 1 (expectación post-pas-
de que, especialmente en Mateo, muchas pa- representa igualmente el bien salvífico en el rado por Lucas mediante la predicación ini-
cual de la cercanía con un término fijo), Mt 16,
19 (el poder de las llaves). rábolas se caractericen explícitamente como difícil pasaje (redaccional) de 21, 43: la cial de Jesús (Le 4, 14-30). El contenido prin-
parábolas del reino de los cielos (10 veces en PaoiX.8Ía será quitada al pueblo de Israel que cipal de la predicación es el cumplimiento de
b) Marcos no emplea nunca redaccional- Mateo; tan sólo 2 en Marcos y 2 en Lucas), rechaza a Jesús (suponemos que Mateo pien- la Escritura en Jesús. Tan sólo después de es-
mente la expresión RD. Su sumario de la pro- dándose seguramente la circunstancia de que sa en la destrucción de Jerusalén en el año 70 te suceso, puede Lucas hablar de la proclama-
clamación de Jesús (1, 15), que precede al en la mayoría de los casos esta denominación de nuestra era, cf. 22, 7), y será entregada a ción de la (3ctoileía por Jesús (4, 43). Desde
evangelio, podría remontarse a la tradición. le venía dada ya de antes al evangelista. otro pueblo, a saber, a la Iglesia de los genti-
611 Paodeía 612 613 PaoiXeía - Paadeúg 614

Juan el Bautista, es decir, comenzando con en el RD es posible únicamente a través de medio (4 Esd 7, 26ss; ApBar [gr] 29, 3-30, 1 una cristología subordinacionista (Pablo, Ma-
Juan el Bautista (en contra de Conzelmann, muchas tribulaciones (Hech 14, 22). Por tan- [rabínicos, de fines del siglo I p.C.]), la pre- teo, Lucas, Apocalipsis). Jamás se identifica
Centro, 37ss), se proclama el RD. Si tenemos to, el RD que tuvo su epifanía en Jesús, y ha- sencia de la paoiXeía en Jesús (Le 11, 20 y directa y exclusivamente con la Iglesia terre-
asimismo en cuenta los logia tradicionales cia cuyo futuro vive orientada la Iglesia, no es passim), el título de rey aplicado a Jesús (cf. nal. Es imposible una sistematización de los
(comentados hasta el exceso) acerca de la pre- precisamente epifánico en el presente, por Me 15, 12, ->• PaoiAevs) y principalmente el enunciados del NT, tal como intentó hacerla,
sencia del reino de Dios (principalmente 11, ejemplo, en el éxito de su misión. Sino que la kerygma de la exaltación de Jesús sobre los por ejemplo, Cullmann.
20; 17, 21), entonces podemos afirmar que misión se halla más bien bajo el signo de la poderes (Flp 2, 9-11) contribuyeron a la apa- U.Luz
-para Lucas- el RD se halla históricamente persecución y del sufrimiento (cf. Le 8, 13-15 rición de diversos enunciados. El hecho de
presente en Jesús (no sólo el mensaje acerca después de 8, 10; Le 9, 23-26 antes de 9, 27; hablar del reinado de Cristo es consecuencia
del kerygma. P a a í A e i o ? , 2 basileios real*
del reino, como piensa Conzelmann, Centro, Le 17, 25 en 17, 21-37; Le 21, 12-17; la pa-
176), y su carácter, en cuanto al contenido se sión de Jesús y de Pablo). Bibl: E. Best, / Peter II, 4-10, A Reconsideration:
refiere, está determinado por Jesús. Para la El texto más antiguo que habla de la Paodeía NovT 11 (1969) 270-293; Id., I Peter, London 1971,
de Cristo es 1 Cor 15, 24s. Pablo argumenta ha- 107s; J. H. Elliott, The Elect and the Holy, Leiden
Iglesia, la PaoiAeía está presente en Jesús por e) En Juan falta casi por completo el térmi- ciendo uso de conceptos que, por lo demás, nos 1966; L. Goppelt, Der Erste Petrusbrief (KEK), Gót-
medio del Espíritu (Hech 1, 6-8). El elemento no PaoiAeía. Jn 3, 3.5 son quizás variantes son desconocidos: el reinado de Cristo, a diferen- tingen 1978, 151-153.
ético de la (3aaiX.£Ía, tan importante en Ma- lejanas de Me 10, 15: el bautismo se halla en cia de lo que se dice en Flp 2, 9-11 ó Ef 1, 20-22,
teo, no se halla presente de la misma manera el trasfondo, pero no es el bautismo en sí mis- es tiempo de continuada lucha contra los poderes; En Le 7, 25 paoíXeia (neutro plural del ad-
en Lucas. Las parábolas de Jesús no son pará- mo lo que aquí es importante, sino su inter- terminará con la victoria, cuando Dios llegue a jetivo sustantivado) designa el palacio (de un
bolas de la PaoiAeía, precisamente porque pretación joánica (nuevo nacimiento: cf. Tit ser todo en todo. En contraste con ese pasaje, Col
1, 13 entiende el reinado de Cristo como un reino rey).
Lucas les da carácter ético casi sin excepción. 3, 5; Espíritu: Jn 3, 6-8). El equivalente obje- presente de salvación y redención, que se opone Son posibles diversas traducciones en el pa-
2) En las sentencias referidas al futuro hay tivo del RD en la teología joánica es sobre to- al dominio de las tinieblas. A su vez, encontramos saje de 1 Pe 2, 9 (Ex 19, 6 LXX). En Pa-
diversas tendencias: algunas veces Lucas pue- do la £Ü)T| más intensamente individualizante. un cuadro distinto en 2 Tim 4, 1 (cf. v. 18), don- aíX.eiov -*• íeoáT£tJU.a, el término paóíXeiog
de acentuar la cercanía del RD (Le 10, 9; 22, de el reinado de Cristo no se hará manifiesto sino puede entenderse como adjetivo: «el sacerdo-
18 Textus Receptus; 10, 11; 21, 31s [redaccio- f) En las cartas del NT llega a verse con en su epifanía como juez del universo. Por el con- cio que sirve (a Dios como) a Rey», o «el sa-
trario, 2 Pe 1, 11 habla del reino eterno y ultrate-
nal]). Pero es más importante el hecho de que completa claridad que PaoiAeía xov freoO si- rrenal de Cristo, en el que han de entrar los cre- cerdocio dotado de dignidad real» (Goppelt).
queden en segundo plano las afirmaciones re- guió siendo una manera de expresar la procla- yentes. El Apocalipsis contempla conjuntamente, Pero puede pensarse también en una sustanti-
lativas al tiempo: en Le 9, 27 se suprime la re- mación de Jesús y, por tanto, aparece raras ve- en anticipación celestial, el reinado eterno de vación de PaoíXetog, siendo su sentido en-
ferencia a la llegada del Reino (cf. 9, 2.11. ces. Pablo interpreta la base cristológica y el Dios y de su Mesías (11, 15; 12, 10). Pero en otro tonces: la mansión de un rey (cf. v. 5; Elliott,
60). En Le 19, 11 se rechaza expresamente foco soteriológico del RD escatológico me- pasaje, el Apocalipsis, en analogía con las con- 149-154), Reino (con Dios como Rey; cf. 2
una expectación de la cercanía a propósito de cepciones judías, conoce la idea de un reino me-
diante la expresión bvxaioovvr\ deoíj. El Clem 6, 9; Ex 19, 6 TM; Ap 1, 6) o grupo de
siánico de carácter intermedio y milenario, antes
Jerusalén (cf. 17, 20s). También en Hech 1, 6 concepto de PaoiAeía xov OeoO es en Pablo de que se produzca el triunfo definitivo sobre Sa- reyes (Best; cf. Tg; la terminación -eiov ex-
Lucas corrige una expectación de la cercanía un concepto meramente marginal. El lo em- tanás (20, 1-4). En el evangelio de Juan, dice Je- presaría una colectividad. Pero faltan los tes-
con matices nacionalistas judíos; cf. Le 24, plea ocasionalmente en las formas acuñadas sús que su Reino no tiene origen en este mundo timonios que prueben tal acepción de paoí-
21. Rechaza, por tanto, una expectación de la por la tradición (en sentido futuro: 1 Cor 6, 9s (18, 36; dualismo joánico), aunque -eso sí- la co- X,eiog).
cercanía con término fijo en el tiempo, sin su- [cf. Ef 5, 5b; Sant 2, 5]; 15, 50; Gal 5, 21 [con munidad joánica vive en el mundo. En los Sinóp-
ticos, principalmente Mateo conoce la idea de un P. Lampe
poner con ello expresamente una expectación xXr|QOVOu.éü)]; con connotaciones éticas: reinado escatológico del Hijo del hombre (16, 28;
referida a un tiempo lejano. La tardanza de la Rom 4, 17; 1 Cor 4, 20 [en conexión con cf. 20, 21). Es incierto si, en la interpretación de
parusía es para él de lo más natural, como lo 8i3vau.ig; cf. Me 9, 1 par.!]). No se observa la parábola de la cizaña, la Paodeía del Hijo del (iaoiAet)?, étos, ó basileus soberano, rey
era ya en la fuente Q y en Marcos, sin que se una terminología nacida de una reflexión in- hombre en 13, 41 es el mundo entero (así parece 1. Aparición del término - 2. Los soberanos secula-
convierta para él en un problema determinan- dependiente. Es sorprendente Col 4, 11, por- probable; cf. 13, 38) o bien es su reino escatoló- res - 3. Referencias a Dios y a Cristo en Mateo - 4. Re-
te. Junto a los enunciados sobre la futura que aquí, y sólo aquí en todo el NT, se habla gico que ha de llegar todavía (pero, según el v. ferencias a Jesús - a) En los Sinópticos - b) en Juan -
43, ese Reino será la PaoiXeía TOÍJ JtaTOÓg). En 5. paatleiiü) - 6. PaatAixóg - 7. fíaaíXiaaa.
fiaoikeía, se hallan también aisladamente al- de personas que son «colaboradoras» en el todo caso, no se piensa en la Iglesia. También Lu-
gunos enunciados que presuponen su presen- RD. Bibl: E. Bammel, The Triol of Jesús, London 1970,
cas conoce un reino de Cristo, que en 22, 29s es 95; K. Berger, Die koniglichen Messiastraditionen des
cia actual en el cielo (Le 23, 42s; cf. 16, 19- futuro, pero que en 23, 42s se concibe como pre- NT: NTS 20 (1973-1974) 1-44; F. F. Bruce, This is
31). Los conceptos no están armonizados en 4. Principalmente en los escritos tardíos sente con presencia celestial. That: The NT Development of some OT Themes, De-
Lucas. del NT hay cierto número de referencias al von 1968, lOOss (sobre Jn); T. A. Burkill, The Con-
3) Un enunciado importante para Lucas, «reino de Cristo». Estas referencias no pre- demnation of Jesús: NovT 12 (1970) 321-342; Conzel-
Por tanto, los enunciados del NT distan mu- mann, Theologie, 91-94; J. Coppens, Le Messianisme
que debemos estudiar separadamente, es la sentan una concepción clara y uniforme. Las cho de ser uniformes. Con frecuencia el reg- Royal, París 1968, 129ss; N. A. Dahl, Der gekreuzigte
afirmación de que la entrada de la comunidad ideas judías sobre un reino mesiánico inter- num Christi se asocia de alguna manera con Messias, en Ristow-Matthiae, 149-169, especialmente
615 fiaoikevc, 616
617 PaoiXeíic; 618

159s; A. Descamps, Le Messianisme Royal dans le texto hímnico]; 6, 15; Ap 15, 3; d) en refe-
NT, en L'attente du Messie (RechBib I), Louvain b) En todos los estratos de la tradición (juicio sobre la Iglesia de los gentiles). El
1954, 57-84; F. Dexinger, Die Entwicklung des jüdis-
rencias a Cristo (Ap 1, 6; 5, 10 [en ambos ca-
sos v.l.]). e) en referencias al Príncipe del -> evangélica estudiados en -> a, los reyes terre- fiaoikzvg vela para que en su basileia more
chen-christlichen Messianismus: BiLi 47 (1954) 5-31,
239-266, sobre todo 22-27; E. Dinkler, Signum Crucis, áfivooog (Ap 9, 11). nos se mencionan para establecer un contras- únicamente aquel que, por sus acciones, sea
Tübingen 1967, 305s; D. Dormeyer, Die Passion Jesu te entre ellos y: el Bautista (Q; Me 6), el «rey idóneo para vivir en ella. Este uso de |3aai-
ais Verhaltensmodell, Münster i. W. 1974, 186ss, 254,
2. a) En Me 6, 22.25.26.27 par. Mt 14, 9 de los judíos» (Mt 2), los discípulos (Me 13; Xevg se ajusta a las connotaciones éticas del
266 y passlm; J. Friedrich, Gott im Bruder, Stuttgart Le 22, 25; el predicador en Q). Pero cuando reino en Mateo (-> fiaaikeía 3.c).
1977, 174-178; Hahn, Hoheitstitel, 176-179, 186s, (con ó fiaoikevc, usado en sentido absoluto)
193ss, 264-268, 277s, 284ss, 369s; M. Hengel, Die encontramos una leyenda pre-marquina (que se usa el término en sentido metafórico (Mt
b) Mt 5, 35 (tradición) presenta de nuevo a
christologischen Hoheitstitel im Urchristentum, en H. no es de origen cristiano). Marcos recoge 17; Le 14; cf. también -> 3.a), entonces en
v. Stietencron (ed.), Der Ñame Gottes, Dusseldorf
Dios como pccaiAeüg en un contexto ético.
también el término fiaoikevc; en su introduc- vez de contraste hay correspondencia.
1975, 90-111, sobre todo 108s; Id., Nachfolge und
Charisma (BZNW 34), Berlín 1968, 42s; R. Hummel, ción redaccional (v. 14). El título de Herodes c) Cristo, en su función escatológica como
c) La relación con el mundo se refleja en la Juez, es un fiaoikevc, que exige amor fraterno
Die Auseinandersetzung zwischen Kirche und Judentum Antipas era el de tetrarca; sólo en labios del valoración que se hace de los reyes terrenos.
in Mt, München 1963, 14; Sh. E. Johnson, The Davi-
pueblo se le llamaba ^aaikevg. Me 13, 9 par. (Mt 25, 34.40). Aquí el paadeúg de la tradi-
dic-Royal Motif in the Gospels: JBL 87 (1968) 136- En Le 22, 25 a los reyes terrenos se les valora
Mt 10, 18 / Le 21, 12 es una adición pre-mar- ción pre-mateica se refería quizás a Dios (cf.
150; M. de Jonge, Jesús as Prophet and King: EThL siempre en sentido crítico; sin embargo, el re-
49 (1973) 160-177; J. D. Kingsbury, Matthew: Struc- quina a un apocalipsis, un vaticinio del tiem- la tensión con el «Hijo del hombre» en el v.
dactor lucano atenúa la nota peyorativa que
ture, Christology, Kingdom, London 1976, 97-99; B. po de misión y persecución (cf. Hech 9, 15; 31; Ph. Vielhauer, Gottesreich und Menschen-
Klappert, Reino/fiaoileía, en DTNT IV, 70-82; J. encontramos en Me 10, 42 (XUQI&'ÚÜ); x,aT0i-
capítulos 25s, Pablo ante Agripa II). sohn, en Aufsatze zum NT, München 1965,
Kremer, Verurteilt ais «Kónig der Juden» - verkündigt e£,ovoiaC,(ü). En Hechos, Herodes Agripa I es
ais «Herr und Christus»: BiLi 45 (1972) 23-32; W. G. Mt 1, 6 (material peculiar de Mateo); 17, 25 el perseguidor de los cristianos (12, 1.20.23; 55ss). - El título de rey aplicado a Cristo que
Kümmel, Theologie des NT, Gottingen 1969, 64; H.- (imagen: el tributo para el templo) son pre- cf. 4, 26-29), pero en cambio Agripa II apare- retorna en su segunda venida, y empleado
W. Kuhn, Jesús ais Gekreuzigter. ZThK 72 (1975) 1- metafóricamente para designar a Dios, signi-
46, sobre todo 5s; E. Lohse, Die Geschichte des Lei-
mateicos. En el relato pre-mateico de los Ma- ce a una luz positiva (26, 26-32). 1 Tim 2, 2
dens und Sterbens Jesu Christi, Gütersloh 1964, 89; L. gos, se aplica a Herodes el Grande el título de (plural genérico) y 1 Pe 2, 13.17 consideran al fica en Mateo al Señor que exige obras y que
Marín, Jesús vor Pilatus, en C. Chabrol (ed.), Erzah- $ao\Xtvc, (2, 3.9), en oposición al v. 2 donde emperador romano como un fiaoikevc, a quien viene a celebrar el juicio.
lende Semiotik nach Berichten der Bibel, München se habla del «rey de los judíos». Le 14, 31 (ma-
1973, 87-122; W. A. Meeks, The Prophet King, Leiden el cristiano está obligado a honrar.
1967; P. Merendino, Gesü «Re dei Giudei» nella ri- terial peculiar de Lucas) es una imagen pre- 4. fiaoikBVC, xo»v 'IouSaícov es un título
El Apocalipsis tiene una perspectiva dife-
flessione cristiana primitiva: RivLi 59 (1972) 479- lucana de la necesidad de examinarse bien a sí aplicado a Jesús y que se escucha únicamente
rente: no habrá reyes «positivos» sino en la
489; E. I. Otaduy, Die evangelische Geschichte Chris- mismo, antes de acometer una empresa. Es de labios de los romanos paganos y de los
ti des Kónigs. Untersuchung eines Mifiverstandnisses, nueva Jerusalén, cuando se haya suprimido ya
característico el pasaje de Mt 11, 8 (Q): los Magos (también en Me 15, 12; una excepción
en G. Rosenkranz (ed.), Beitrage zur biblischer Theo- la oposición con el mundo (21, 24). El Apoca-
logie, München 1967, 164-192; K. H. Rengstorff, Oíd reyes llevan ropas finas y viven en palacios; es Jn 19, 21). Los judíos hablan del paaileüg
lipsis habla críticamente de los fiaoikelc, xfjg
and New Testament Traces ofa Formula ofthe Judae- el Espíritu profético se alejará de ellos. De es- 'IaeoníX. (Me 15, 32 par.; Jn 1, 49; 12, 13).
an Royal Ritual: NovT 5 (1962) 229-244, sobre todo yr\q (8 veces; fuera de ahí, únicamente en Mt
ta manera contrastan no sólo con el Bautista, PaotX.e'úg se usa en sentido absoluto en Le
236 (sobre Me 6); K. L. Schmidt, [SceaiXeiic, m\. (E), 17, 25; Hech 4, 26), que viven lujosamente y
sino también con los predicadores itinerantes 23, 2; 19, 38; Hech 17, 7; Mt 25, 34.40 y con
en ThWNT I, 576-593; G. Schneider, Die Passion Je- fornican con su dueña y señora, que es la ra-
su nach den drei alteren Evangelien, München 1973, (que se hallan detrás de la fuente Q). Cf., en más frecuencia en Juan (para ver el funda-
mera Babilonia (= Roma; 17, 2.18; 18, 3.9; cf.
especialmente 104ss, 117ss; G. Schwartz, «xalíp/ T15 un sentido parecido, el pasaje de Le 10, 24 mento de este uso, -> 4.b).
Paoaixóg...» (Joh 4, 46): ZNW 75 (1984) 138; U. 17, 9, donde se emplea el término PaoiXetg
(Q): estaba oculto a los reyes lo que los discí- para referirse a los emperadores romanos).
Wegner, Der Hauptmann von Kafarnaum (WUNT a) El título de ó paadeüg xc&v 'Iouóaíoov
11/14), Tübingen 1985, sobre todo 57-60; P. Winter, On pulos ven ahora. Los marcos redaccionales de Los «reyes» hacen la guerra contra Cristo; so- (Me 15, 26) es histórico como expresión ro-
the Trial of Jesús, Berlin 1961 (21974), 107ss. Para Mt 2, 1 y Le 1, 5 hacen referencia al ftaoiksvg bre ellos recae el juicio (6, 15; 16, 12.14; 17,
más bibliografía, cf. ThWNT X, 1008-1014.
mana de la causa poenae. Identifica a Jesús
secular (Herodes el Grande) a fin de caracte- 12.14: 19, 18s). como revolucionario político que quiere ser el
rizar el acontecimiento de la salvación como
soberano supremo de los judíos. La tradición
1. Paodeúg aparece 115 veces en el NT: un hecho «histórico» (indicaciones de tiempo
3. a) PaoiX.EÍ)g aparece (¿será quizás pre- cristiana adopta una postura reservada ante
a) Como en la LXX, predominan las referen- y lugar). Con el uso del título de Potodeúc;,
mateico?) en las parábolas del reino de Dios este título, y lo repite casi exclusivamente en
cias a soberanos seculares (72 veces: 25 en Mateo acentúa la oposición que se hace al
en Mt 18 y 22. Esto se halla en en consonan- la tradición acerca de la pasión, con el fin de
los sinópticos, 19 en Hechos, 17 en Apocalip- «rey de los judíos» mencionado ya antes (v.
cia con la identificación que se hace de estas darle una nueva interpretación.
sis, 7 en Hebreos; en 2 Cor 11, 32; 1 Tim 2, 2). Lucas (en 22, 25) introduce redaccional-
2; 1 Pe 2, 13.17); b) 38 veces se refiere a Je- parábolas con la ->• paouXeía, una identifica- Marcos 15, 2.9s.l2.18.31s (ampliaciones
mente PaoiAeíig en el texto de Marcos para
sús (19 en los sinópticos, 16 en Juan, [de ción que es más frecuente en Mateo que en secundarias del estrato más antiguo de la tra-
poner más de relieve el contraste entre los re- Marcos y en Lucas. El Pa0iX,8ijg es el sobera-
ellas, 26 veces en la historia de la pasión]; yes seculares (v. 25) y los discípulos en cuan- dición acerca de la pasión) presuponen un
Hech 17, 7; Ap 17, 14; 19, 16). c) En refe- no que juzga y que exige cuentas: 18, 23 (vv. nuevo y positivo contenido (v. 2) del título:
to reyes escatológicos (v. 29s): los unos se en- 23ss, es una parábola de carácter ético; juicio,
rencias a Dios (Mt 5, 35; 1 Tim 1, 7 [en un señorean, los otros son como el que sirve. 1) Los vv. 31s (¿redaccionales?) acentúan co-
vv. 32ss); 22, 7 (juicio sobre Israel); 22, 11.13 mo característica del título la ayuda milagrosa
619 paadeiig 620 621 Paodeúg - paaíAiaaa 622

dada por Jesús durante su ministerio terreno daccional); como Hijo de David que es, cura su origen en él: él es el testigo de la verdad, b) a Cristo (1 Cor 15, 25 [-»• P a o d e í a 4]; Ap
(acoceo; el factor de la envidia de los sacerdo- enfermedades (Mt 20, 29ss par.; 21, 14s) y re- cuyo reinado consiste en que su voz sea escu- 11, 15 [juntamente con Dios; el sujeto grama-
tes, en el v. 10, está relacionado probablemen- cibe en su compañía al pecador (Le 19, lss); chada por los suyos (cf. JtoiLif|V en el capítu- tical es T) PaoiAeúx]; Le 1, 33 [Textos Recep-
te con ello). El aspecto de la ayuda taumatúr- cf. acpí¡a>/acoTT|rjía en Le 18, 42 y 19, 9s (cf. lo 10). tas]); c) al señorío de la muerte, del pecado
gica es propio también del título -> uíóg Zac 9, 9, paoileüg oró^cov); más adelante, en Juan se aparta de la idea de que Jesús sea y de la gracia (Rom 5, 14.17.21 bis; 6, 12; cf.,
Aauí8. 2) Se pone de relieve el contraste en- el contexto: templo (Le 19,45s par.; redaccio- rey por su actividad taumatúrgica. Por tres ve- a propósito, Kásemann, An die Romer [HNT];
tre Jesús y el revolucionario político (v. 7) y nal en 19, 47) y bibáoxo) (Le 19, 47; 20, 1, ces Juan menciona y critica esa idea. 1)6, 15: d) a los cristianos como corregentes (Ap 5,
se acentúa la inocencia de Jesús (v. 14). 3) El redaccional; Mt 21, 23, redaccional; cf. Le Quien crea que el reinado de Jesús consiste 10; 20, 4.6; 22, 5; Rom 5, 17; 1 Cor 4, 8 [dí-
título se asocia con -> Xototóg (V. 32; cf. Me 19, 39). El redactor lucano pone también 8i- únicamente en ayudar taumatúrgicamente en cese irónicamente de los corintios, que niegan
14, 61 par.; es redaccional en Le 23, 2.39). 800X0) junto a paouX.E'úg en 23, 2-5. situaciones difíciles (6, 2.11.26; Jesús multi- la reserva escatológica]); e) a los soberanos
Mateo y Lucas recogen el título (Mt 27, plica los panes; es Señor de los elementos), seculares (Mt 2, 22; Le 19, 14.27; cf., a pro-
11.29.37.42; Le 23, 3.38). Mateo lo sustituye En el relato pre-mateico de los Magos, los re- no ha comprendido que Jesús mismo es el pan pósito, M. Zerwick: Bib 40 [1959] 654-674;
por Tnaoüg ó Xeyófxsvog Xoioxóg (27, presentantes de la Mageia se someten al |3a- (6, 35). Su Reino consiste en que los suyos cf. 1 Tim 6, 15 en un predicado divino).
17.22). Lucas lo suprime (23, 20.35), pero lo aikevc, xmv 'Ioi>8aío>v (Mt 2, 2). De ahí que pue- crean en él (compárese 6,35 con 18,37). 2) 12,
da presuponerse de nuevo como tenor del título: 13.15s: Los discípulos no comprenderán el 6. pawiXxxóg real* se emplea sustantiva-
inserta redaccionalmente en otros pasajes: Me «Señor lleno de autoridad sobre los elementos y
15, 31s es elaborado redaccionalmente en Le verdadero sentido de la entrada triunfal de Je- damente en Jn 4, 46.49: un funcionario real
los demonios / Señor de la sabiduría» (Berger,
23, 37 (nuevamente hallamos PaaiX.£ijg y 22s). - El título de PaoiXeiig TWV 'Ioi)8aícov mo- sús en Jerusalén y de su título de paoi^eúg si- (de Antipas); con menor probabilidad: de as-
acorro; cf. también Le 23, 39); Le 23, 2 hace vió a los sucesivos narradores a completar la his- no cuando él sea glorificado: Jesús no es rey cendencia real (herodiana); los testimonios
constar el contenido originalmente político, toria de los Magos con los vv. 3-5a.7-9a.12 (el re- en virtud de milagros como el de la resurrec- pueden verse en Bauer, Worterbuch, s.v. - En
para poder rechazarlo como falso. Lucas, más lato de Herodes): en este contexto, lo mismo que ción de Lázaro (vv. 17s.9.11; eso es lo que Hech 12, 20s el término se usa como adjetivo
en la historia de la pasión, desempeñan un papel piensa «el pueblo»), sino a causa del testimo- para referirse a los dominios reales y a las
claramente que su fuente, hace resaltar la ino- decisivo no sólo el malentendido político acerca nio que él da de la verdad, un testimonio que es vestiduras regias de Herodes Agripa I. Sant 2,
cencia política de Jesús (vv. 4, 14s.22) y el del título sino también la intención de matar a un creído por los suyos y que no es de este mundo 8 habla del «nomos» real del amor al prójimo,
contraste con el revolucionario (v. 25). competidor que tenía pretensiones a la cprona de (compárese 12, 16 con 8, 28.31s). 3) Tam- y quiere decir probablemente que es una «ley
PaoiAeíig (vuelve a ser sinónimo XrjiOTÓg, v. 4.
Como el título de «Rey de los judíos» tiene a la La condición de Hijo de David vuelve a expresar- bién en 1, 50.51 se acentúa, con referencia a dada por Dios en su calidad de Rey» (cf.
vista únicamente la misión terrena de Jesús para se en el tema de Belén; otra es la manera de pen- la glorificación, que la manera en que Natana- PocoaXeía, v. 5); una traducción más probable:
con el pueblo de Israel (cf. «Hijo de David») y sar de Ch. Burger, Jesús ais Davidssohn, Góttin- el entiende que Jesús es «rey de Israel» por «el mandamiento más excelente» en el senti-
esa misión termina en la cruz con el rechazo por gen 1970, 104s). los milagros que obra (1, 47-50) es sólo un do de Gal 5, 14.
parte de los judíos, vemos que el título de En el tercer estrato, la unidad pre-mateica del conocimiento provisional.
PaoiAeíig es sobrepasado por la confesión de fe capítulo 2, se describe a Jesús como el nuevo
de un gentil: ->• uíóg deotí en Me 15, 39 par. Ma- Moisés. Así como en la tradición acerca de Moi- Jesús es un rey que encaja mal en los es- 7. fiaoíkioaa reina* aparece 4 veces en el
teo (cf. Me 16, 41; redaccional Mt 27, 40.43 y 26, sés se acentúa a menudo el poder taumatúrgico de quemas de las expectaciones tradicionales so- NT: en Mt 12, 42 par. Le 11, 31 (Q) para refe-
63). Mientras que Mateo se interesa por este nue- este personaje, y así como este motivo puede aso- bre la realeza («Rey de Israel», 12, 13; 1, 49; rirse a la «reina del Sur» (cf. 1 Re 10); en
vo título de «Hijo de Dios», vemos que Lucas lo ciarse también con el título de Paoileiig aplicado Hech 8, 27 dícese de la «Reina de los etío-
elimina (Le 23, 47). - Sobre los antecedentes ju- «nuevo Moisés profético y de majestad real»,
a Moisés (Filón, VitMos I, 158; cf., además, Ber- 6, 14s; cf. Meeks a propósito de la tipología pes», y en Ap 18, 7, donde Babilonia (= Ro-
díos del motivo del taumaturgo davídico real, que ger, notas 96 y 89), pudiera ser que los narradores
es Señor sobre los elementos, los demonios y las de Moisés que se halla aquí presente). Y en- ma) dice con arrogancia: «Yo estoy sentada
pre-mateicos del capítulo 2 hubieran entendido
enfermedades, cf. Berger, 3-9; cf. Descamps, 58ss en consonancia con ello el título de fiaoikEvg en caja mal, porque Jesús sobrepasa todas las ex- en el trono como reina».
sobre el rey-taumaturgo en la antigüedad. 2, 2. Un enunciado más seguro no se podrá for- pectativas (18, 37 y passim, por lo cual se P. Lampe
mular sino con respecto al redactor final de Ma- omite la adición: «[Rey] de los judíos / de Is-
El término ftaoikevg aparece en la «histo- teo. Para él destacan en primer plano otros aspec- rael»). Los Sinópticos limitan la realeza de Je- fiaai'kevGi basileuó ser rey, reinar
ria de la entrada triunfal» en una cita de refle- tos: el PaaiXeiig tcov 'Ioi)8aíu)v, que había sido sús a su misión terrena para con los judíos;
profetizado en el AT (vv. 5s), y que había sido en- -y paoi^exig 5.
xión de Mt 21, 5 (idéntica en cuanto a su con- Juan la asocia con la relación del Exaltado
viado a los judíos, es adorado primeramente por con los creyentes.
tenido con el redaccional vlóg Aavíb de 21, gentiles, mientras que los judíos ponen asechan- P a a i l i x ó g 3 basilikos real, perteneciente
9; sobre 21, 5 -> Jtoafig) y lo encontramos re- zas a su vida.
5. Paoileíiw ser rey, reinar* es un término al rey
daccionalmente en Le 19, 38. El fiaoikevq
que aparece sobre todo en Pablo y en el Apo- ->• fiaoikzvc, 6.
que hace su entrada, es caracterizado por los b) Juan (18, 36) da una nueva interpreta-
respectivos contextos, en ambos casos, como ción al título que existía ya previamente en la calipsis. Se usa con referencia: a) a Dios (Ap
el taumatúrgico auxiliador de los oprimidos: tradición acerca de la pasión: el rey cuyo rei- 11, 17; 19, 6 [aoristo ingresivo como en 1 Cor P a o í X i o o a , r\g, T| basilissa reina
en Le 19, 37, por sus «obras milagrosas» (re- no se encuentra en este mundo, pero no tiene 4, 8 bis; Le 19, 14.27: comenzar a reinar); ->• paoiAeiig 7.
625 Paotá^cü - pácoaxos 626
623 Páaig - paatá^w 624

En otras partes, el verbo no está determinado Pato?, ov> Ó (II) batos bato, barril, cubo
páoig, ewg, r\ basis pie* que dicen los Sinópticos). La bestia del Apo-
calipsis, como una cabalgadura, lleva (Ap 17, por su objeto, sino que toda la frase se halla de- (medida de líquidos)*
Hech 3, 7: Los/»/eí y los tobillos del paralí- finida metafóricamente por el contexto: para el
tico de nacimiento adquirieron fuerza. Origi- 7) a la mujer sentada sobre ella (v. 3). La ma- Bibl: A. Barrois, La métrologie dans la Bible: RB
dre, durante el embarazo, llevó el fruto de su discípulo, lo de «llevar su propia cruz» signifi- 40 (1931) 185-213; Haag, Diccionario, 2098s. J: T.
nalmente páoig significa «paso»; no es un ca que, en el discipulado, él no debe tener mira- Milik, Deux jarres inscrites provenant d'une grotte de
término técnico de la medicina; la narración vientre (Le 11,27).
La dirección en que se lleva algo da un ma- mientos consigo mismo (Le 14,27). El yugo in- Qumrün: Bib 40 (1959) 985-991 (=DJD III, 37-41); F.
afín, en 14, 8ss, emplea la palabra novq (vv. 8 Rienecker (ed.), Lexikon zur Bibel, Wuppertal 71967,
tiz al significado del verbo, como cuando los soportable (Hech 15,10) es la circuncisión y la 894s; A Segré, A Documentar/ Analysis ofAncient Pa-
y io). ley de Moisés (15, 5). La raíz que sustenta a los lestinian Units of Measure: BBL 64 (1945) 357-375;
judíos cogen piedras para apedrear a Jesús (Jn
10, 31; cf. 8, 59), o cuando Judas se lleva lo paganocristianos como ramas injertadas es Isra- A. Strobel, Mafie und Gewichte, IV. Hohlmafie, en
Paaxaívo) baskainó fascinar, hechizar* que hay en la caja del dinero (Jn 12, 6) y el su- el (Rom 11,18). Los cristianos deben llevar los BHH II, 1162-1166, 1168s (bibliografía); J. Trinquet,
Métrologie biblique, en DBS V, 1212-1250; B. N.
Gal 3, 1: Los gálatas se hallan fascinados o puesto jardinero que, según piensa María Mag- unos las cargas de los otros; y esas cargas son Wambacq, De mensuris in Sacra Scriptura: VD 32
hechizados por los adversarios de Pablo, es dalena, se ha llevado el cadáver de Jesús (Jn los pecados; de tal manera que aun los pecado- (1954) 266-274, 325-334.
decir, por una proclamación extraña del evan- 20,15; cf. vv. 2 y 13). El peso del objeto no de- res que haya en la comunidad deben quedar in-
gelio, hasta tal punto que han llegado a ser sempeña ya ningún papel, cuando se exhorta a cluidos en el mandamiento del amor (Gal 6, 2). pato? e s u n préstamo léxico del hebreo
ávÓT]TOi para el evangelio paulino, sin darse los discípulos a que no lleven consigo para el Algo parecido sucede con la propia carga, que (bat). Hesiquio traduce el término hebreo por
cuenta en absoluto de que han caído en manos viaje bolsa del dinero ni alforjas ni sandalias cada uno debe soportar (Gal 6, 5), y que es «la pá5og, quizás porque la aspiración usual de
de un poder que los lleva a la perdición. (Le 10, 4). De manera parecida, Pablo lleva en carga de los propios pecados, que hay que lle- la 5 se ajustaba mejor a la pronunciación de la
ThWNT I, 595s; X, 1014. su cuerpo los estigmas de Jesús (Gal 6, 17). var ante el juicio de Dios» (F. MuBner, Galater- palabra hebrea (cf. los manuscritos a propósi-
Diversos objetos dan al verbo carácter me- fcne/[HThK],401s). to de Le 16, 6 y 2 Esd 7, 22). En cambio Hen
Paatá^O) bastazo levantar, llevar, sopor- tafórico, destacando especialmente el aspecto W. Stenger (gr) 10, 19 dice pótog. Una unidad de gran
tar* de soportar: el Siervo de Dios, Jesús, carga capacidad para la medición de líquidos era la
sobre sí nuestras enfermedades (Mt 8, 17). aQxá$r\ egipcia, en ático u.etQr|Tr|g (= cánta-
Bibl: F. Büchsel, $aoxát,w, en ThWNT I, 596s.
Los obreros de la viña soportan el peso y el
Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1014. P a t o ; , ov, ó, i\ (I) batos zarzal, zarza* ro de medición).
calor del día (Mt 20, 12). El que alborote a la
Bibl.: Bauer, Wórterbuch, 273; Haag, Diccionario, En el NT el término aparece únicamente en
comunidad, tendrá que aguantar el juicio
1. De las 27 veces que el verbo aparece en 2082s; A. Herrmann, en RAC IV, 189-197. Le 16, 6: éxatóv fiáxove, éXmoi). La medida
(Gal 5, 10). Los «fuertes» deben sobrellevar
el NT, 3 corresponden a Mateo (3, 11; 8, 17; hebrea de capacidad para líquidos correspon-
las flaquezas de los «débiles» (Rom 15, 1).
20, 12), 1 a Marcos (14, 13), 5 a Lucas (7, 14; El sustantivo es femenino en Le 20, 37 y de a la efa para áridos (grano y harina). 1 ba-
En la hora de la despedida de Jesús, los discí-
10, 4; 11, 27; 14, 27; 22, 10), 4 a Hechos (3, Hech 7, 35, y masculino en Me 12, 26, la to = 1 décimo de kor = 6 hin = 72 log. Según
pulos no pueden soportar todavía la plena ver-
2; 9, 15; 15, 10; 21, 35), 5 a Juan (10, 31; 12, dad (Jn 16, 12). La iglesia de Efeso no puede LXX y Filón, VitMos I, 67. Quizás la forma Josefo, Ant VIII, 57 y otras bases de compa-
6; 16, 12; 19, 17; 20, 15), 6 a Pablo (Rom 11, soportar a los malos (Ap 2, 2). Las palabras masculina sea la ática, y la femenina, la hele- ración, el bato suele corresponder a 39, 384
18; 15, 1; Gal 5, 10; 6, 2.5.17) y 3 a Apoca- de Ap 2, 3 no expresan el objeto de la acción nística. pátoc; en el sentido de zarza se halla litros; según Segré (que se basa en un papiro
lipsis (2, 2.3; 17, 7). verbal, pero deben entenderse también meta- atestiguado desde Homero, Od 24, 230; Epigr egipcio del año 289 a.C.) y una «medida real»
fóricamente: los efesios se distinguen por ha- Graec 546, 6 y 548, 2. hallada en Laquis, el bato tenía una capacidad
2. En su sentido propio, el verbo se emplea ber tenido paciencia y haber soportado por Moisés vio la revelación de Dios en una de 22, 991 litros.
para expresar la idea de llevar diversos obje- amor del nombre de Jesucristo, es decir, por zarza (Ex 3, 2-4; Dt 33, 16; Josefo, Ant II, A. Fuchs
tos. Pueden ser cosas ligeras (un cántaro de haber mantenido una firmeza inquebrantable 266): Me 12, 26 par. Le 20, 37; Hech 7,
agua, Me 14, 13 par. Le 22, 10; sandalias, Mt y por haber resistido sin ceder a las tentacio- 30.35. pótog en el AT es la traducción griega
3, 11 [el quitar y llevar detrás de alguien las nes de los falsos apóstoles. del hebreo seneh, que según la etimología po- P á t o a / o s , OD, ó batrachos rana*
sandalias es oficio de esclavos, y no puede No existe ese aspecto de «soportar», cuan- Según Ap 16,13, de la boca del dragón y de
pular hace referencia al Sinaí. Por eso, según
exigirse que un discípulo lo haga con su ma- do Pablo -como «vaso escogido» (o como ins- Dt 33, 16 se dice que Yahvé es «el que mora la boca de la bestia y de la boca del falso pro-
estro; Billerbeck I, 121]), y también cosas pe- trumento escogido)- tiene que llevar (= con- feta salen tres espíritus inmundos «semejantes
en la zarza/en el Sinaí».
sadas: se lleva el féretro con el cadáver del jo- fesar) el nombre de Jesús ante las naciones y
ven de Naín (Le 7, 14), y se lleva también al En Le 6, 44 (no se recogen higos de los es- a ranas». Pudo influir en la comparación el
los reyes y ante los hijos de Israel (Hech 9, pinos), lo que se trata es de distinguir entre la carácter impuro de las ranas según el Levítico
paralítico hasta la puerta del templo llamada 15; cf. G. Lohfink: BZ 10 [1966] 108-115,
la Hermosa (Hech 3, 2). Pablo es llevado por piedad auténtica y la hipócrita. Cf. Job 31, 40 (11, 10), pero también la función destructora
quien hace referencia a Sib VIII, 331). Se (en lugar de trigo crecen abrojos, ba ''sa). de esos pequeños animales durante la segunda
los soldados, que lo libran así de la violencia piensa en el ministerio de misionar. Este mi- plaga de Egipto (cf. Ex 7, 26ss; Sal 78, 45;
de la multitud (Hech 21, 35). Según Jn 19, 17, nisterio, desde luego, va acompañado de su- A. Fuchs 105, 30).
Jesús mismo lleva su cruz (a diferencia de lo frimientos «a causa de mi nombre» (9, 16).
627 PartaX.oYéco - P6éXvYu« ^28 629 P6éX/UYHa - pépaiog 630

horrores del paganismo (representado por Ba- Además, para el autor mismo de Marcos la tingen 1969 (sobre 1, 6.8); H. Lietzmann-W.G. Küm-
fiatta'koyéia battalogeo parlotear, hablar frase se refiere al templo (cf. la explicación év mel, An die Korinther I I I (HNT), Tübingen 51969; H.
sin mesura* bilonia = Roma): culto idolátrico e inmorali- Schlier, |3é(3aL05 mk., en ThWNT I, 600-603; Id., Der
dad (cf. también la yuxtaposición de «abomi- tójrcp «YÍtp en Mt 24, 15). Pero no se piensa Romerbrief (HThK), Freiburg i. Br. 1977 (sobre 4, 16;
Se emplea en Mt 6, 7 en la crítica que se ha- ya en la profanación del templo, sino (como
nación y mentira» en Ap 21, 27). En Le 16, 15, 8).
ce de las largas «oraciones» de los paganos, sugiere el contexto de Marcos, especialmente
15 Jesús fustiga la «piedad» de los fariseos,
que tratan de hacerse oír mediante una gran diciendo que lo que entre los hombres es de el v. 2) en la destrucción del mismo en el año 1. El grupo de palabras aparece ya en Tucí-
verborrea (jtoX.'uX.OYÍa); cf. Le 11,2 D. Es un alta estima, abominable es delante de Dios 70 de nuestra era. La adición del participio en dides y también en inscripciones y papiros,
término que aparece raras veces en fuentes no (P5éX/UYU.a évcómov xov §EOÍ)), es decir, masculino E0TT]XÓTa nxk. se refiere aquí se- pero más raras veces en la LXX, en Filón y en
cristianas. Sobre la dificultad para explicar la constituye precisamente una idolatría. guramente a la persona o al poder (el general Josefo. El NT ofrece relativamente numero-
etimología de la palabra, cf. Bauer, Wórter- romano y su ejército) que se halla detrás de sos ejemplos: pépaiog aparece 8 veces; PE-
buch, s.v.; ThWNT I, 597s: BM-Debrunner § 3. En TÓ ^bé"kvy\ia xfjg Eer|u.GÍ)0e(Dg (Mc esa destrucción. El autor, pues, actualiza la PCIIÓCD, 8; PePaícüoig, 2. En relación con los
40, nota 3. Lo más probable es (en contra de 3, 14 par. Mt 24, 15) se trata de una expresión clave adoptada, con miras a sus lectores (cf. tres términos juntos, Hebreos ocupa el primer
los autores mencionados) que la palabra se apocalíptica en clave, que procede de Daniel las palabras, seguramente redaccionales: ó lugar con un total de 7 ejemplos. La siguen
derive del término onomatopéyico (3ót(a)- (9, 27; 11, 31; 12, 11). Allí se alude al hecho ávaYtvcóoxcov voeítco en el v. 14), en el in- Romanos, primera Corintios, segunda Corin-
aX,og/pátt05, «tartamudo» (Esquines, Oratio de que Antíoco IV, en los años 168/167 a.C, tento de establecer una interpretación apoca- tios, primera de Pedro, con 2 ejemplos cada
in Timarchum, 51; Hesiquio), del que también mandara erigir en el templo de Jerusalén un líptica de la destrucción del templo y deslin- una; otros ejemplos son Mc 16, 20; Flp 1, 7;
se deriva (3atTaQÍ^(ü (cf. Passow, s.v.). En el altar en honor de Zeus (cf., a propósito, Bi- darla (como un acontecimiento pasado, pero Col 2, 7.
ámbito cristiano primitivo pudo influir tam- llerbeckl, 851). que conserva perfectamente su referencia
Los tres términos aparecen en conexión con
bién en la formación de esta palabra el térmi- Marcos recoge esta expresión (Mc 13, 14- apocalíptica) del fin de los tiempos propia-
las éjtaYYe^í'ai del antiguo pacto, con la pro-
no arameo btl, «nada»; cf. también Liddell- 22) de una fuente apocalíptica (judía o judeo- mente tal.
clamación y la confesión de la fe y con su
Scott, s.v. p á r t a l o s ; Frisk, Wórterbuch I, cristiana). Como no puede determinarse cla- J. Zmijewski confirmación mediante una vida cristiana. La
225, 227. ThWNT X, 1014. ramente de qué período es la fuente, queda
perseverancia en la fe o el hecho de mante-
H. Balz oscuro a qué hecho contemporáneo se refiere.
p5eXvxTÓg, 3 bdelyktos detestable, abo- nerse firmes en ella se expresan repetidas ve-
Unos piensan que se alude a lo sucedido en
torno al año 40 p.C, cuando P. Petronio reci- minable* ces mediante este campo léxico. Se acentúan
P8éA,uyM'a> a t o ? , TÓ bdelygma abomina- bió del emperador Calígula la orden (que no Dícese en Tit 1, 16 (juntamente con cutei- también la conservación de la x^fjaig o de la
ción* llegó a ejecutarse) de erigir en el templo de ©T|s) para referirse a adversarios judíos o judeo- enXoyi], iniciadas ya en el bautismo o que son
1. Aparición y significado del término en el NT - 2. Jerusalén una estatua del emperador (en cuyo cristianos. el ancla de la éXjcíg cristiana para el futuro.
Conexiones semánticas en el Apocalipsis y en Lucas - caso se ajustarían muy bien al sentido las pa- Los diversos textos tienen también ocasional-
3. La expresión «abominación de la desolación» en labras que siguen, con el participio en mascu- P5eXúooo^ai bdelyssomai detestar, abo- mente un significado jurídico en el sentido de
Me 13, 14 par. Mt 24, 15. corroborar o de hacer que algo sea firme o de
lino: EaTnxÓTOc ónov OV bel). Otros creen rrecer*
Bibl.: W. Foerster, fi&¿kvooo\un mk., en ThWNT que se trata de determinados sucesos que se En Rom 2, 22, con t á £Íoa>X,a como objeto que algo entre en vigor.
I, 598-600; Haag, Diccionario 105; X. Léon-Dufour, produjeron al principio de la Guerra de los Ju- de la acción verbal; en Ap 21, 8, el participio
en DNT, 81; R. Pesch, Naherwartungen, Dusseldorf 2. Pepcctóü). Según Rom 15, 8 Cristo se hi-
1968, 140-143; Id., Das Markusevangelium II, Frei-
díos (así piensa Pesch, Markusevangelium II, de perfecto de la voz pasiva ép6e>aJYU¿voi,
burg i. Br. 1977, 291s; B. Rigaux, B8éXuy|xa Tfjg 29 ls). En todo caso, la fuente entendería por junto con 8eiloí, ájtioxoi, etc., se refiere pro- zo siervo de la circuncisión para cumplir las
Eorincóaewg Me 13, 14; Mt24, 15: Bib 40 (1959) 675- «abominación de la desolación» la profana- bablemente a los que se han mancillado con promesas dadas a los padres y confirmar así
683; J. Zmijewski, Die Eschatologiereden des Lukas- ción del templo por un poder hostil a Dios abominaciones (paganas), es decir, a los que es- la áX,r|'v>Eia de Dios, su veracidad o su fideli-
evangelium (BBB 40), Bonn 1972, 195-198. Para más (éaTr]XÓTa XTL). Hay, pues, buenas razones dad al pacto (Schlier, Romerbrief, 424); una
bibliografía, cf. ThWNT X, 1014.
tán sucios de inmundicia. ThWNT I, 598-600.
para rechazar la interpretación tradicional, idea parecida se halla en Rom 4, 16. En la
que refiere estas palabras al «Anticristo», por- misma línea se encuentra pápaiog en 2 Pe 1,
1. El sustantivo aparece 6 veces en el NT: Pé|iaiog, 3 bebaios firme, fiable* 19 (¡rcQoqjrruxóc; >U3YOC;).
Me 13, 14 par. Mt 24, 15; Le 16, 15; Ap 17, que tal interpretación se basa en un recurso
Pe|3aiócD bebaioo asentar, corroborar, de-
4.5; 21, 27. Designa en general el objeto de precipitado a 2 Tes 2, 3s. Además, habla en Entre los cristianos de Corinto se hallaba
mostrar que algo es fiable, confirmar*
horror y aversión y tiene (como ocurre ya en contra de ella el contexto de la fuente: una in- confirmado y firmemente arraigado el testi-
vitación a huir (cf. v. 14b) parecería inútil an- PePaícooig, ecog, f| bebaiósis consolida- monio acerca de Cristo, es decir, la proclama-
la LXX) una connotación religiosa y moral. ción, confirmación*
Significa, pues, esencialmente lo que es una te la manifestación del Anticristo. Asimismo, ción de la fe o la predicación de la salvación,
abominación ante Dios. hay que considerar discutible hasta qué punto 1. Aparición de estos términos - 2. pePcaóco - 3. y por tanto el contenido de la fe; Cristo los
se manifiestan seudo-profetas o seudo-cristos Pépaioc,. mantendrá firmes en esta fe y en su confesión
2. En Ap 17, 4 se habla de los p5eM)YU.a- juntamente con esa figura del Anticristo o Bibl.: Bauer, Wórterbuch, 274-275; H. Conzel- hasta el día del Señor (1 Cor 1, 6.8). Por tan-
t a de la «ramera Babilonia», es decir, de los después de ella (cf. v. 22). mann, Der erste Brief an die Korinther (KEK), Gót- to, la consolidación del testimonio acerca de
631 Pépaiog - Pepito? 632 633 Pépr^og - BeXiÓQ 634

Cristo designa la fundación y desarrollo de la ranza inquebrantable de Pablo en que los co- a Jtórjvoc;); en otras partes, el término se re- el demonio (cf. Me 3, 22b; Jn 7, 20; 8, 48.52;
comunidad (Conzelmann, sub locó), no la pre- rintios han de permanecer firmes incluso en el fiere únicamente al lenguaje humano: en 1 10, 20) es una acusación que afecta mucho
sentación firme y válida del evangelio (Cf. sufrimiento y en las pruebas que habrán de Tim 4, 7, pépr|Xoi xcd ypacóóeig u.íí'&oi,, «ha- más a sus discípulos (cf. Hech 2, 13). A ello
Schlier, ThWNT I, 603). La proclamación de soportar a casa de su fe en Cristo, es una es- bladurías funestas y propias de viejas coma- alude evidentemente la perícopa de Mt 12,
los apóstoles, que tiene su origen en Cristo y peranza que se orienta hacia el presente (2 dres»; en 6, 20; 2 Tim 2, 16, en la expresión 22-30 par. Me 3, 22-27 par. Le 11, 14s. 17-23,
testifica sobre él, ha echado firmes raíces entre Cor 1, 7). En Hebreos, el término se emplea pépr|X,oi XEvocpcovíai, «palabrerías funestas y en la que Jesús tiene que hacer frente a la acu-
los corintios (Kümmel, 167). De manera pare- en el sentido de validez jurídica o entrada en alejadas de Dios». ThWNT I, 604; X, 1014 sación de los fariseos (Mt 12, 24) o de los es-
cida se expresa 2 Cor 1, 21: la consolidación vigor en relación con la ley del AT (kóyoq, (bibliografía). cribas (Me 3, 22a.c) o de algunos judíos de
en Cristo es consolidación en la fe; Dios une Heb 2, 2) o con un testamento (Heb 9, 17) o que él expulsa demonios con ayuda de Beel-
entre sí a los cristianos y los une con Cristo y con un juramento (ele; (3e(3aítt)aiv ó OQXOS; zebul, príncipe de los demonios (cf. Mt 9,
los convierte de esta manera en fieles discípu- 6, 16). Pefh|>,ÓQ) bebeloo profanar* 34). Jesús recoge esta acusación y pregunta a
los (Bauer, 275). Cf. también Col 2, 7: Los La frecuente aparición del grupo de pala- En Mt 12, 5 dícese de la acción de profanar sus adversarios judíos en qué autoridad se
cristianos, que han aceptado a Cristo como el bras en los escritos mencionados nos permite o quebrantar el sábado, cosa que está permiti- apoyan los exorcistas de ellos para expulsar
Señor, deben «vivir en él» (v. 6), porque están sacar conclusiones acerca de la situación: los da a los sacerdotes (cf. Núm 28, 9s); Hech 24, demonios, si es que él realiza sus propios mi-
arraigados y edificados en él por medio de la términos se usan en relación con el mensaje 6, en la acusación de que Pablo ha profanado lagros con ayuda de Beelzebul (Mt 12, 27 par.
fe en que fueron instruidos. cristiano primitivo, en el que interesa mucho el templo. ThWNT I, 605; BHH I, 415. Le 11,9).
Así como aquí se dice que la instrucción en asegurar la permanencia y estabilidad de la fe.
la fe conduce a la estabilidad, así también en La vida de los cristianos debe acreditarse y 3. Ni en la acusación de los adversarios de
Flp 1, 7 se afirma que el encarcelamiento de mantenerse firme, incluso en medio de la ten- BseX^ePoviX Beelzeboul Beelzebul* Jesús ni en la respuesta que da Jesús se iden-
Pablo, del que nada más se conoce, es capaz tación y la persecución, y resistir con decisión
de contribuir a la defensa (ájtoX.o'yía) y con- a todas las seducciones que quieran llevarla a Bibl: W. Foerster, PeeX^PoiiX., en ThWNT I, 605s; tifica a Beelzebul con el diablo mismo; Beel-
E. Jenni, Baal-Sebub, en BHH I, 175s; E. C. B. Ma- zebul es el nombre de un personaje principal
firmación (PePaiooaic;) del evangelio. Como la incredulidad. La familia de palabras se ha- claurin, Beelzeboul: NovT 20 (1978) 156-160; M. J. entre los demonios. También Me 3, 26 par.
sucede eventualmente en el uso profano, am- lla al servicio de la fundamentación y del cre- Mulder, en DTAT I, 730-739 (733). Para más biblio- entiende evidentemente a Beelzebul como un
bos términos poseen un trasfondo jurídico. cimiento de la comunidad cristiana o de la vi- grafía, cf. ócufróviov; y, además, ThWNT X, 1014s.
príncipe en la Pcco-dsícc de Satanás (Mt 12, 26
Heb 2, 3 habla de la oamiQÍa, que tuvo su co- da cristiana del individuo. 1. Según 2 Re 1, 2-6, el nombre del dios filis- par. Le 11, 18). Los textos del NT que hablan
mienzo en la proclamación de Jesús y que fue A. Fuchs teo de Ecrón era el de Señor de las moscas (en de Beelzebul pertenecen al contexto de la po-
trasmitida por los testigos que la habían oído, hebreo, ba 'al zebüb), de quien el rey de Israel lémica judía contra los falsos maestros, que
a los contemporáneos del autor de Hebreos, Ocozías solicitó un oráculo. Sin embargo, la atribuye la herejía a influencia demoníaca. En
teniendo también su recepción consecuencias Pe(iaióo) bebaioó asentar, corroborar, con- comparación con textos ugaríticos y con la forma
firmar del nombre en el NT BeeX£epoi)X./Bee£epoM el NT, tal error acerca de la autoridad de Jesús
(jurídicas). Por otra parte, el «fortalecimiento es considerado como «pecado contra el Espí-
-• pépcuog 1.2. (Mt 10, 25 y Me 3, 22-27 par.) nos muestra que el
del corazón por medio de la gracia», del que AT ofrece aquí una distorsión polémica del nom- ritu Santo» (Me 3, 28-30 par.: no es el poder
se habla en Heb 13, 9, no pretende tener sen- bre del dios ba 'al zebül (Señor de la excelsitud; diabólico de Beelzebul, espíritu inmundo (Me
tido jurídico, porque se refiere a la confirma- (ie($aÍ0)(Ti$, EWg, X\ bebaiosis asentamien- así piensa Jenni). El adorador de Yahvé cree que 3, 30), sino el poder divino del Espíritu Santo
ción en la fe. En el final inauténtico de Mar- to firme, consolidación, confirmación las divinidades paganas son demonios, y sus es el que capacita a Jesús para la lucha esca-
cos (16, 20), (3ePaióa> se usa en relación nombres invitan a la desfiguración (cf. Ap 9, 11:
->• péPouog. tológica contra Satanás y sus demonios (Mt
íntima con el fortalecimiento y consolidación Apollon = 'AitoMojcov).
12, 28; cf. Le 11, 20); Jesús tiene conciencia
del mensaje de la fe (ó Xóyog es un término de ser el más fuerte, que vence al diablo y lo
técnico del lenguaje de la misión cristiana pri- (ié(il]>v05, 2 bebelos no santo, impío, fu- 2. En el NT BeeX^EpoijX. (con las formas
despoja de sus bienes (Me 3, 27 par.).
mitiva), un mensaje que va acompañado de nesto, vil* secundarias Bee^ePcúX, y B e e ^ e P c ú p ) apa-
signos milagrosos. El término aparece 4 veces en el NT: en las rece en 7 pasajes: Mt 10, 25; 12, 24.27; Me 3, O. Bocher
Cartas primera y segunda a Timoteo y en Heb 22; Le 11, 15.18s. Sin embargo, los ejemplos
3. pépouoc;. El mantenerse firmes en la 12, 16, y por cierto no en el sentido clásico de se reducen a dos perícopas sinópticas (Mt 10,
B e X l á g Beliar Beliar*
confianza que determinó al principio la vida «accesible a cualquiera, profano», sino referi- 17-25; Me 3, 22-27 par.). La afirmación de
cristiana, protege contra la incredulidad y la do siempre a la distancia en que las personas que un discípulo no está por encima de su ma- Bibl: W. Foerster, BEXiág, en ThWNT I, 606; K. Ga-
apostasía (Heb 3, 14; de manera parecida, 2 o sus actos se hallaban de la salvación: en 1 estro (Mt 10, 24.25s par. Le 6, 40) se explica lling, Belial, en RGG I, 1025s; H. W. Huppenbauer, Be-
Pe 1, 10). Por otro lado, la esperanza es «un Tim 1, 9, impío, persona alejada de Dios, en en una frase adicional trasmitida únicamente lial, en BHH I, 214; P. von der Osten-Sacken, Gott und
ancla segura y firme para el alma» (Heb 6, 19) un catálogo de vicios (junto a ávóouoi); en en Mt 10, 25b, en el sentido de que la acusa- Belial (StUNT 6), GSttingen 1969; B. Otzen, fruya'al,
en DTAT I, 663-668. Para más bibliografía, cf. 8ux-
y se extiende más allá de esta vida. La espe- Heb 12, 16, funesto, vil, dícese de Esaú (junto ción lanzada contra Jesús de estar poseído por PoXog; cf. también ThWNT X, 1015.
635 BeXiág - BeQvíxn 636 637 BeQvíxT) - Bridavía 638

1. En el NT BeXLdg, el nombre judío del de- cuyo representante es el diablo (cf. Heb 10, Niese]; Tácito, Hist II, 81; Suetonio, Caes Tit 7; B e g o i a i o g , 3 Beroiaios oriundo de Be-
monio, aparece únicamente en 2 Cor 6, 15. El he- 22; Sant 4, 7s). Dión Casio LXVI, 15 y 18) era hija de Agripa I y rea*
breo belíya 'al, de etimología incierta y tal vez de O. Bocher nació el año 28 p.C. Después de «numerosas rela-
ciones maritales» (Bauer, Worterbuch, s.v.), con- En Hech 20, 4 se menciona a Sópater de
origen mitológico, designa en el AT el ámbito de Berea como uno de los que acompañaron a Pa-
los poderes del caos: perdición, perversidad, mal- vivía con su hermano Agripa II. Cuando se de-
dad (Dt 13, 14; Nah 1, 11; 2, 1; Sal 18, 5; 41, 9; sencadenó la guerra de los judíos, en el año 66 de blo en su viaje.
101, 3; Prov 6, 12 y passim). En los textos de PeXóvt), r\g,i\ belone aguja* nuestra era, Berenice estaba con su hermano en
Qumrán, beliya'al, entendido personalmente, se -> gacpíg. Jerusalén y se puso del lado de los judíos que
querían la paz. Pero muy pronto cambió por com- Beri)(> Beor Beor
convierte en el nombre del supremo ángel de las
tinieblas, y es sinónimo de diablo (-»• 5iápoXog)
pleto y se puso del lado de los romanos, convir- Se menciona en 2 Pe 2, 15 B 453 Vgmss syrph
tiéndose en la amante de Tito, quien después la y otros como nombre del padre de Balaán; ->
y de Satanás (-»• oaxavac,). Belial actúa como PéXoe;, o v g , t ó be los flecha, dardo* despidió, primero a instancias de los romanos y BOOÓQ.
tentador y seductor (1QS 3, 20s), tiene poder so- luego por propia decisión, «invitus invitam»
bre los demonios (1QS 3, 23s; CD 12, 2; 1QM Ef 6, 16: xa (3éX,Ti t o ü jtovnQoíS xa nenv-
QCDfxéva, «los ardientes dardos del maligno», (Suetonio).
13, 2.4.11; 14, 10) y sobre las personas seducidas
posiblemente también las flechas incendia- Bl]t)a(ittQtt Béthabara Betábara
(1QS 2, 4s; 5, ls; 1 QM 4, 2 y passim), y es el
enemigo de los príncipes de la luz (CD 5, 18). Al rias. ThWNT I, 607; Haag, Diccionario, 716. 2. Según Hech 25, 13, Agripa y Berenice vi- Jn 1, 28 Textus Receptus en vez de -*•
diablo se le llama constantemente Be^íag en los sitaron al prefecto romano en Cesárea. Rodea- Br|f)avía 2.
TestXII, y es considerado también en ellos como dos de personas importantes (25, 23), escucha-
tentador y seductor (TestFos 7, 4) y como jefe su-
premo de los demonios (TestFud 25, 3; Testls 7, (Í£^TÍ(DV, 2 beltión mejor (adj.), mejor ron el último discurso de Pablo en territorio B t ] f l a v í a , a g Béthania Betania*
7). Beliar es por excelencia el enemigo de Dios (adv.)* judío. ¿Cómo es que Lucas escogió precisa-
Bibl: Abel, Géographie II, 243, 264-267; A. Ba-
(TestLev 18, 12s; 19, 1; Testls 6, 1; TestZab 9, 8 El neutro singular se usa como adverbio en mente a «esa candorosa pareja que vivía en rrois, en DBS I, 968-970; S. Docks, Béthanie, au-delá
y passim). También Jub 1, 20; 15, 33 y VitProph la frase (3éX,Tiov oi) ywmaneiq, «tú sabes me- incesto» (cita de Wellhausen en Haenchen, du Jourdain. Jn I, 28, en Id., Chronologies néoíesta-
21, 5 identifican a Beliar con el diablo. Por el jor», 2 Tim 1, 18; cf. Blafi-Debrunner § 244 645) como destinatarios principales del dis- mentaires et Vie de l'Eglise primitive, Paris 1976, 12-
contrario, en VitProph 21, 5 y Sib II 167; III 63, 20; L. Heidet, en DB I, 1654-1662; C. Kopp, en LThK
nota 3; de manera parecida en Hech 10, 28 D. curso paulino, y por qué incluyó expresamen- I, 305-307; Kopp, Statten, 153-166, 319-338.
73 Beliar es identificado con el Anticristo.
te entre los oyentes a Berenice (25, 23; 26,
30), «una mujer tan santurrona como disolu- El NT designa con el nombre de Betania
2. Pablo emplea el nombre del diablo BEViajlív Beniamin Benjamín* ta» (Schürer, 591)? Prescindiendo de la inten- dos lugares diferentes, ambos en los evange-
Be^iárj en una sección parenética (2 Cor 6, Nombre indeclinable de la tribu de Benja- ción de Lucas de ofrecernos una respuesta de lios. 1) Una Betania cerca de Jerusalén (Me
14-7, 1), un nombre que él podría haber to- mín, del hebreo binyamin (cf. Gen 35, 16.18; autoridades judías a la cuestión acerca de la II, 1; Jn 11, 18), situada a 15 estadios de la
mado, lo mismo que el término hebreo, de 45, 12 y passim): se menciona en Hech 13, culpabilidad de Pablo (25, 26; 26, 31s), el au- capital (= 2, 8 km), en la ladera del Monte de
una tradición judía dualística. Su exhortación 21, al hablarse del origen del rey Saúl (cf. 1 tor de Hechos quiere hacer una exposición los Olivos; 2) otra Betania (mencionada úni-
dirigida a los corintios para que se separen de Sam 8, 5; 10, 21.24); en Rom 11, 1; Flp 3, 5, apropiada de lo que era el cristianismo, ate- camente en Jn 1, 28) «al otro lado del Jordán,
los «impuros» no cristianos, se dilucida con- al hablarse de la tribu a la que pertenecía Pa- niéndose a las reglas de la historiografía anti- donde Juan estaba bautizando».
ceptualmente mediante las antítesis de la po- blo; en Ap 7, 8, al mencionarse los doce mil gua (cf. 26, 26). «Lo que era importante para
1. La Betania cerca de Jerusalén está si-
lémica judía contra los gentiles: frente a los que fueron sellados de cada una de las tribus la historia universal exigía como marco la al- tuada en la ladera del monte de los Olivos. Al
creyentes están los incrédulos; frente a la jus- de Israel. LThK II, 204s; RGG I, 216; BHH I, ta sociedad, el mundo de los encumbrados y llegar Jesús a las cercanías de «Betfagé y Be-
ticia, la iniquidad; frente a la luz, las tinie- 216; Haag, Diccionario, 225-227. poderosos» (Haenchen, 649). tania», envía a dos discípulos para que le trai-
blas; frente al Mesías, Beliar; frente al tem- W. Radl gan la cabalgadura con la que va a hacer su
plo de Yahvé, los ídolos; frente a la pureza, la entrada triunfal en Jerusalén (Me 11,1 par. Le
inmundicia. Claro que Pablo desplaza el acen- BEQVÍXTI, t]5, Bernike Berenice* 19, 29). Al atardecer de aquel día Jesús regre-
to de la pureza cultual a la pureza ética. Así Bibl: J. Blinzler, en LThK II, 217; E. Haenchen, Béjjoux, a g Bernia Berea* sa con los Doce a Betania para pasar allí la
como Pablo no pretende formular un enun- Die Apostelgeschichte, Gottingen '1977, 642s, 645, Ciudad situada a orillas del río Astreo en noche (Me 11, 11 par. Mt 21, 17) y se va de
ciado cristológico, así no concede tampoco 648-650; E. Mireaux, La reine Bérénice, Paris 1951; Macedonia, en la que Pablo y Silas evangeli- aquella localidad al día siguiente (Me 11, 12).
interés particular al papel del diablo. No obs- B. Niese, Flavü Iosephi opera VII. Index, Berlín
2
1955, en el vocablo B. 2; Schürer I, 589-597, 723; U. zaron con éxito durante su «segundo viaje mi- En Betania («en casa de Simón el leproso»)
tante, la polaridad entre Cristo y Beliar en 2 Wilckens, en Pauly-Wissowa III, 287-289. sionero», en relación con su estancia en Tesa- tiene lugar la unción de Jesús, antes de la pa-
Cor 6, 15 aproxima este pasaje a los textos lónica: Hech 17, 10.13. Según el v. 10, había sión (Me 14, 3 par. Mt 26, 6).
acerca del Anticristo en Sib II, 167; III, 63, 1. BEQVÍXT| es la forma vulgar de BeQevíxr|, en Berea una sinagoga. Pauly-Wissowa III/l,
la forma macedónica de í>8Qevíxr| (cf. Verónica) Jn 12, 1 sitúa también en Betania una unción
73; VitProph 17, 10. Quien elude las exigen- 304-308; LThK II, 261; BHH I, 222; Haag, de Jesús (realizada por María), pero en casa
= «la que trae la victoria». La Berenice que se
cias del XQIOTÓC;, permanece en la impureza, menciona en el NT (cf. Josefo, Ant y Bell [cf. Diccionario, 227; LAW, 456. de Lázaro, María y Marta (12, 1-8). En 11, 1
639 Bt)davía Br^aM 640 641 Breada Br|ftXien 642

se dice que Betania es «la aldea de María y mejor corresponde al hebreo byt 'sdtyn (3Q15 te. La temprana glosa falta en los mejores ma- de la diosa Lahama»). En el AT, esta localidad
de su hermana Marta» (cf. también 11, 18). 11, 12s). Se trata de una forma dual que hace nuscritos (p6675 Sin B C* D y otros). El texto es importante sobre todo por ser el lugar de
Le 24, 50 refiere que Jesús (en el día de referencia seguramente a dos estanques de no forma parte del contenido original del origen de la familia de David (1 Sam 16, 18;
pascua), «en las cercanías de Betania», bendi- agua (excavados). El elemento fundamental evangelio de Juan. 20, 6; 2 Sam 2, 32; 21, 19; 23, 14.24; Rut 1,
jo a sus discípulos y a continuación «fue ele- del nombre no está aclarado etimológicamen- H. Leroy 22; 2, 4; 4, 11). Por lo demás, Belén no de-
vado al cielo» (v. 51). Esta noticia se halla en te. El otro nombre B r ^ r x M (L ite) o la forma sempeña más que un papel secundario (cf. Jue
cierta tensión con lo que se dice en Hech 1, 4- B r i ^ a f t á (Sin 33 Eusebius; también NTG y Btf'O'Xés^ Béthleem Belén* 17, 7; 19, 1; 1 Crón 2, 50ss; 4, 4.22; 2 Crón
12, donde el monte de los Olivos es el lugar GNT) son transcripciones griegas de una for- l l , 6 ; E s d 2 , 2 1 ; N e h 7 , 26).
1. Aparición del término - 2. Historia - 3. Empla-
de la Ascensión. ma aramea correspondiente (cf. GNTCom, sub zamiento - 4. Campo referencial en el NT - 5. Sobre la La profecía de Miq 5, 2, que asocia a Belén
loco). denominada cueva de la Natividad. con Efrata (es decir, con el territorio de la tri-
2. No se puede determinar la situación Bibl: J. Duncan-J. Derrett, The Manger at Betle- bu de los Efrateos, el más pequeño de los cla-
exacta de la «Betania al otro lado del Jordán» Betesda era una gigantesca instalación, excava- hem: StEv VI (1973) 86-94; Kopp, Statten, 10-85; G. nes de Judá), llegó a ser importante por la
(Jn 1, 28). En el siglo III no se sabía ya dónde da en la roca hasta una profundidad de 7 a 8 m. Kroll, Aufden Spuren Jesu, Leipzig !1974, 41-66; S. profecía de que el Mesías habría de nacer «de
Tenía cinco soportales; cuatro de ellos rodeaban Mittmann, Bethlehem, en TRE V, 759-763; W. Schmit- la casa de David» (Miq 5, 1). Según 1 Sam
había que situarla (Orígenes). Es difícil expli- por todas partes el estanque, que era doble: uno hals, Die Weihnachtsgeschichte Lk 2, 1-20, en FS
car el origen secundario de la variante textual Fuchs, 281-297; H. Schürmann, Das Lukasevangelium 17, 12, David «era hijo de un efrateo de Belén
más pequeño situado al norte (de unos 40 x 50
«Betania», derivada de BTyfrapaoá (C2 K JJ m), y otro mayor, al sur (de unos 50 x 60 m). El I (HThK), Freiburg i. Br. 1969, 97-115; W. A. Schult- de Judá, llamado Jesé» (cf. también el Test-
Wc sysc sa Or Eus Epiph) o Bir&aQapá (Sin" quinto soportal se alzaba sobre un muro de sepa- ze, Zur Geschichte der Auslegung von Mt 2, 1-12: ThZ Rub 3, 13). Una antigua tradición, que se en-
ración, de 6, 5 m de espesor, entre los dos estan- 31 (1975) 150-160. cuentra ya en el AT, situó erróneamente el se-
892mg sy1""8 Or). El mejor y más antiguo testi-
monio textual dice Bridavía y ofrece por tan- ques. Los soportales fueron erigidos probable- pulcro de Raquel (Gen 35, 19s; 48, 7) en «el
mente por Herodes el Grande. En todo caso, la 1. Bri'&X.éeu. es un topónimo indeclinable camino hacia Efrata, es decir, Belén» (así di-
to la lectura original (R. Schnackenburg, El existencia de la instalación queda asegurada por (según la LXX trascribe el hebreo bét lehem, ce, en todo caso, una glosa antigua; pero es
evangelio según san Juan I, 321s; GNTCom, el Rollo de Cobre de Qumrán antes citado (3Q15, trascrito también Baid^,éE|i, cf. Hatch-Red- distinto lo que dicen Jer 31, 15 y 1 Sam 10,
sub loco. aprox. 35-65 p.C), para el decenio que precedió a
path, Suppl., 33a, 39c; las trascripciones he- 2). Habrá que suponer que, en tiempos del
G. Schneider la destrucción de Jerusalén. La instalación se ali-
mentaba con el agua de lluvia de un valle lateral chas por Josefo son diferentes: Bri'írXéu.a, NT, la expectación de un mesías «de la Casa
que fluía hacia el Valle del Cedrón. Además, se -cav, Bri'fJléeu.a, -cov y BTiftX.eÉ(j/n, -r|g, cf. de David» se hallaba asociada estrechamente
B i ] d £ a f l á ( B i n a d a ) Bethzatha, Betza- alimentaba también probablemente de un manan- A. Schalit, Namenwórterbuch zu Flavius Jo- con el lugar. Fuentes judías de tiempos poste-
tá; otra forma del nombre es: tial subterráneo. En 1961 comenzaron a descu- sephus, Leiden 1968, 27 col. b). En el NT se riores lo entienden también así (Bülerbeck I,
brirse los baños que habían sido excavados en la menciona únicamente a Belén como lugar del
B r i ^ e a ó á Bethesda Betesda* 83). Josefo (por ejemplo, Ant VII, 312) llama
roca, al este de los dos grandes estanques, y a los nacimiento de Cristo en las historias de la in-
que llegaba el agua por medio de una red de pe- siempre a Belén una «ciudad». Juan (7, 42) la
Bibl: Betesda/Betzatá, en Haag, Diccionario, 235- fancia según Mateo (2, 1.5s.8.16) y según
236; M. Górg, Betesda: Beckenhausen: Bibl. Notizen queños canales. A estos baños se dirigían proba- denomina una «aldea».
49 (1989) 7-10; J. Jeremías, Die Wiederentdeckung von blemente los enfermos, y no a los estanques, que Lucas (2, 4.15) y también en Jn 7, 42. En Ma-
Bethesda, Gottingen 1949; Id., The Rediscovery of Be- tenían una profundidad de 13 m. «Es probable teo se la llama «Belén de Judea» (cf. también 3. Belén se halla situada sobre dos colinas
thesda, Louisville, Ky., 1966 (obra ampliada y mejora- que en tiempo de Jesús el complejo tuviera ya ca- Josefo, Ant V, 318) para distinguirla de una unidas por un anticlinal, al este de la calzada
da); R. Schnackenburg, El evangelio según san Juan II, rácter sacro, y no sirviera únicamente para tomar localidad de Galilea que tenía el mismo nom-
Barcelona 1980, 130s; D. J. Wieand, John V, 2 and the las aguas» A. van der Born-W. Baier, en H. Haag, que va de Jerusalén a Hebrón, a una altitud de
Pool of Bethesda: NTS 12 (1965-1966) 392-404. bre y que estaba situada en el territorio de la 760 a 800 m sobre el nivel del mar. La ladera
Bibel-Lexikon, Zürich 1982, 203.
tribu de Zabulón (Jos 19, 15). Mt 2, 6 (en ci- sur tiene una pendiente más pronunciada que
1. En el NT, Betesda se menciona única- ta de Miq 5, 1 LXX) habla de «Belén, en tie- la ladera norte. Hacia el este se extiende el
mente en Jn 5, 2 como el nombre hebreo de 2. En el NT, el lugar se menciona única- rra de Judá». Lucas enuncia más detallada- desierto de Judá. El asentamiento de la edad
un lugar «situado cerca de la puerta llamada mente en Jn 5, 2. Hay buenas razones para du- mente: «a Judea, a la ciudad de David que se del hierro se encontraba ya en la colina orien-
de las Ovejas» y que tiene «cinco soportales». dar de la autenticidad de los versículos 5, 3b-4. llama Belén» (Le 2, 4). Juan (7, 42) hace re- tal, y allí estaba también el lugar durante la
El lugar donde, según Jn 5, l-9b, se realizó la Los primeros copistas intensificaron pro- ferencia en general al testimonio de la «Es- época grecorromana. Aquí el emperador
curación del enfermo que llevaba 38 años in- bablemente lo que se creía que era un suceso critura» (cf. 2 Sam 7, 12; Sal 89, 4s; y espe- Constantino o su madre Elena edificó la Igle-
válido, ha sido visitado por los peregrinos milagroso, haciendo notar que la primera per- cialmente Miq 5, 1). sia de la Natividad (Éusebio, VitConst III,
cristianos a lo largo de los siglos. Su empla- sona que descendía a las aguas, después que. 41ss) sobre una cueva que con el correr del
zamiento ha quedado confirmado por la ar- éstas fueran agitadas, era curada de sus dolen- 2. Belén se halla situada a unos 8 km al Sur tiempo se amplió hasta constituir un sistema
queología (cf. Jeremías). cias. El ángel que descendía a las aguas para de Jerusalén (Josefo, Ant VII, 312 dice con de cuevas.
El nombre se ha trasmitido con diversas va- agitarlas representa probablemente una expli- imprecisión «a 20 estadios»). Se la menciona
riantes, pero la de Br|írea5á (C Koiné 0 y cación popular del hecho de que las aguas por primera vez en las Cartas de El-Amarna 4. Aunque los textos antiguos del NT ha-
otros) merece la preferencia, porque es el que brotaran del manantial de manera intermiten- (siglo XIV a.C.) como bit ilu lahama («Casa blan -en forma de confesión de fe- de Jesús
643 644 645 Bnd0aí6ct(v) - pfj|xa 646
BnOXéen - Bndaa'ioá(v)

como el Mesías, «descendiente de David se- 5. La tradición vinculada con la denomina- En la tradición de Q (Mt 11, 21 par. Le 10, 2. Betfagé no aparece en la LXX, y en el
gún la carne» (Rom 1, 3; también 9, 5), sin da cueva de la Natividad (->- 3) es prueba, in- 13), Jesús maldice a Betsaida a causa de la in- NT la encontramos únicamente en Me 11, 1
embargo el problema acerca del lugar del na- dudablemente, del interés que los cristianos credulidad de sus habitantes. Según Mt 11, par. Mt 21, 1; Le 19, 29. Una variante textual,
cimiento de Cristo sigue siendo una cuestión sintieron desde muy pronto por el lugar, pero 20, esta ciudad, lo mismo Corazín y Cafarna- atestiguada ya por Orígenes, no menciona el
debatida. no garantiza suficientemente la historicidad ún, se cuentan entre las poblaciones en las nombre de Betfagé en el evangelio de Marcos.
de los testimonios de Mateo y de Lucas. que Jesús obró muchísimos milagros. Durante Pero su débil testimonio en la tradición y la
Los evangelios de Mateo y de Lucas mencio- la travesía nocturna en dirección a (JtQÓg) concordancia que existe entre los Sinópticos
nan unánimemente a Belén, pero difieren consi- La tradición escrita la encontramos por prime- Betsaida, Jesús se revela a los discípulos (Me hablan en favor de que la lectura original es:
derablemente en sus respectivas descripciones de ra vez en Justino (Dial 78, 5). Se refiere segura- 6, 45). En las cercanías de la aldea (Me 8, «Betfagé cerca de Betania». Mateo es el que
las circunstancias históricas del nacimiento. Al mente a aquella cueva en la que el emperador 22.26), Jesús cura a un ciego (8, 22-26). Lu- se expresa más claramente con lógica y senti-
hacerlo así, no están libres de intereses apologéti- Adriano instaló un santuario en honor de Tam- cas (9, 10) menciona esos alrededores como
cos y cristológicos. La afirmación que se hace en do topográfico; Marcos habla desde la pers-
muz, y sobre la cual el emperador Constantino el escenario donde se produjo la primera mul-
Jn 7, 42 muestra la gran presión a que se vieron erigió más tarde la iglesia de la Natividad (según pectiva de Jerusalén. El paralelo de Me 11,2,
sometidos los evangelistas para probar la cone- tiplicación de los panes (a diferencia de Mar- que se refiere a la «aldea que está enfrente de
Jerónimo, Epistula ad Paulinum, 58, 3). Según
xión de Jesús con Belén. Orígenes, Cels I, 51, la cueva fue «mostrada» a cos y Mateo, que hablan de una región solita- vosotros», piensa sin duda alguna en Betfagé,
unos visitantes en el siglo III de nuestra era. El ria). Esta localización, probablemente, está por la cercanía en que se hallaba la ladera del
ProtEv (17, 2; 18, 1) sugiere un lugar diferente. íntimamente relacionada con la concepción monte de los Olivos. Además, el área urbana
Mateo menciona por primera vez Belén co-
de Lucas de que el cristianismo se asienta en de Jerusalén comenzaba aquí. Acentúa el sig-
mo lugar del nacimiento de Jesús en el marco A. Strobel
las ciudades o tiene en ellas su punto de irra- nificado de la entrada triunfal de Jesús en la
de la historia de los Magos (2, lss). El consi-
diación (cultura urbana de tipo helenístico). ciudad santa el hecho de que aquí precisamen-
dera a Belén como el lugar de residencia de B t l d a a i ó á ( v ) Béthsaida(n) Betsaida* Por tanto, habrá que contar también, desde el
los padres de Jesús. El relato tiene su punto te, en el límite de la ciudad, se ponga a su dis-
BibL: Abel, Géographie II, 279s; Bauer, Worterbuch, punto de vista de la historia de la redacción,
culminante en la profecía de Miq 5, 1. Los posición una cabalgadura (cf. Finegan, 91).
277-278; G. Dalman, Orte und Wege Jesu (BFChTh con una preparación literaria para 10, 13. La
breves relatos que siguen a continuación so- 2/1), Darmstadt 1967 (=Gütersloh 1924), 173-180; M. influencia de Me 6, 45 y 8, 22 es muy discuti- W. Radl
bre la huida a Egipto y la matanza de los ni- S. Enslin, en BHH I, 234; Haag, Diccionario, 232;
Kopp, Statten, 230-243; C. Kopp, en LThK II, 314s; B. ble. Betsaida es la patria chica de Pedro, An-
ños en Belén (Mt 2, 13-15 y vv. 16-18) dela- drés y Felipe (Jn 1, 44; 12, 21).
Pixner, Searching for the NT Site of Bethsaida: Bibl.
tan el mismo interés por declarar que se había Arch. 48 (1985) 207-216. Pfjjia, a t o ; , TÓ béma paso, grada, sitial,
cumplido la profecía del AT (cf. Os 11, 1; Jer A. Fuchs tribuna*
38, 15). Betsaida, en hebreo bét sayedá («lugar de 1. Aparición del término en el NT - 2. Significados
En contraste con Mateo, vemos que Lucas pesca»), está situada al extremo septentrional - 3. Expresiones estereotipadas.
B t l d t p a y i í Bethphage Betfagé*
asocia cronológicamente el nacimiento de Je- del lago de Genesaret, al este de la desembo-
Bibl: Abel, Géographie II, 279; Billerbeck I, 839s; J. Bibl: E. Reisch: Pauly-Wissowa III, 264s; A. M.
sús con la publicación del edicto que ordena- cadura del Jordán (Josefo, Bell II, 167s; III, Schneider, en RAC II, 129s.
506-515). Herodes Filipo la elevó a la catego- Finegan, The Archeology ofthe New Testament, Prince-
ba un «primer» censo del Imperio, y convier- ton 1969, 88-91; Kopp, Statten, 323-332; E. Lohmeyer,
te también el censo en el marco que envuelve ría de ciudad en honor de César Augusto, y la Das Evangelium des Markus (KEK), Góttingen "1967, 1. El sustantivo pfju.ct, derivado del verbo
las circunstancias del nacimiento. Por tanto, llamó Betsaida Julias por la hija del empera- 228s; R. Pesch, Das Markusevangelium II (HThK), paíveo («dar pasos»), aparece 12 veces en el
los padres de Jesús se ven obligados a mar- dor (Josefo, Ant XVIII, 28). Fue asignada por Freiburg i. Br. 1977, 176-178; K. L. Schmidt, Der Rah-
Nerón al rey Agripa (Josefo, Ant XX, 158s; men der Geschichte Jesu, Berlin 1919 (Darmstadt 1969), NT: se encuentra con frecuencia en Hechos (8
char de Nazaret a Belén para empadronarse 295-297. veces) y aisladamente en Pablo (2 veces), en
como descendientes de David ante los funcio- Bell II, 252). Se supone que Betsaida estaba
Mateo (1 vez) y en Juan (1 vez).
situada donde se halla actualmente la ciudad o 1. El nombre de BridcpaYTi, que puede tradu-
narios del censo. Lucas, que habla dos veces
aldea junto a et-Tell o Khirbet el- 'Araj. A cau- cirse por «casa de los higos», designa en el NT a
con énfasis acerca de la «ciudad de David» 2. El significado original «paso» aparece
sa de Me 6, 45, en comparación con 6, 53, se una localidad cercana a Jerusalén, situada entre la
(2, 4.11), quiere acentuar el cumplimiento de antigua calzada romana y Betania, junto al monte únicamente en Hech 7, 5 en una indicación
ha supuesto la existencia de una segunda Bet-
la promesa bíblica. de los Olivos, probablemente en su ladera orien- de longitud, pfju.ee Jlo5óg, «la longitud de un
saida. Ahora bien, TXQÓC, indica tan sólo la di-
La otra tradición del NT parte de que Jesús tal (Finegan, 90; otra cosa piensa Lohmeyer, paso», es decir, «lo que se recorre al dar un
rección (a diferencia de elg en Me 8, 22); ade-
se crió en Nazaret, su «patria chica» (->• N a - 228). Se la identifica casi siempre con la locali- paso», en una cita tomada de Dt 2, 5 LXX.
más, lo de «ir en travesía hacia» no significa dad actual denominada Kefr et-Tür. Según la tra-
^arjét; Me 6, lss; Mt 2, 23; Le 4, 16ss; Jn 1, En todos los demás casos encontramos el
necesariamente navegar hasta la orilla opues- dición rabínica, Betfagé está dentro del radio de
44ss). El origen galileo de Jesús fue ocasión la ciudad de Jerusalén. Los textos que hablan de sentido corriente que este término tiene en el
ta; según Josefo (Vita 59), se hace una trave-
para que los adversarios de Jesús pusieran en los lugares adecuados, por ejemplo, para comer el lenguaje helenístico de la administración y
sía para ir de Tiberíades a Tariquea, aunque
duda su legitimidad mesiánica. En Juan (7, cordero pascual, mencionan a Betfagé como el del derecho, en el que se usa como tecnicis-
ambas localidades estén situadas en la ribera
distrito urbano más alejado (Billerbeck). mo para designar una sede o tribuna pública.
42s) hallamos un ejemplo de este debate. occidental.
647 pfjna - piá^onai 648 649 Piáí^ouai 650

En Hech 12, 21, pf¡|ia significa una tribuna Pítt, a ? , i\ bia poder, violencia* í¡ouaiv, que es también difícil de entender, y toman por la fuerza». De esta manera, las dos
de orador, desde la cual Herodes Agripa di- En el NT, este término se emplea única- lo sustituye por el nuevo sujeto Kac, y el ver- frases constituyen un paralelismo sinonímico
rige la palabra a la multitud. En Mt 27, 19 y mente en Hechos. Según 5, 26 los apóstoles bo Piá^etai, tomado de la primera frase, fa- que no disuena.
Jn 19, 13 así como también en Hech 18, son llevados «sin uso de la fuerza» (ov \iexá cilitando la comprensión del mismo mediante Si nos damos cuenta de que la sentencia, en
12.16s; 25, 6.10.17, $f\\ia significa el sitial fMag) ante el Sanedrín; en 21, 35 se habla de la adición de la preposición eíg, que indica la todo caso, se refiere al reino actual de Dios,
oficial (sella curulis) gestatorio en el cual la violencia de la multitud que se arremolina meta de un movimiento. Conforme a la con- entonces veremos que Mateo no incluye a
solían sentarse los altos funcionarios roma- contra Pablo (cf. 24, 7 v.l.); en 27, 41 se ha- cepción que Lucas tiene de la historia de la Juan el Bautista en ese reino de Dios, y que
nos para desempeñar su función de jueces bla de la violencia (de las olas); p47 C Koiné y salvación, el tiempo de la ley y los profetas entiende finalmente el ecog áoxi desde la si-
(cf. Josefo, Bell II, 301): el sillón de juez en otros añaden xcov xv\iáxmv. llega hasta Juan. A partir de entonces comien- tuación de Jesús, que es el hablante. En ese
el que se sentó Pilato en Jerusalén para juz- za la proclamación del reino de Dios. El com- caso, basándose en el contexto, puede ofre-
gar a Jesús, el sillón de Galión en Corinto plemento preposicional eíg aiixr|v muestra cerse la siguiente traducción: «esta genera-
(en las excavaciones realizadas en el costado P i á ^ o j i t t i biazomai hacer uso de la fuer- que p i á ^ e t a t debe entenderse en el sentido ción» se enfrenta con Juan el Bautista y con
meridional del agora se han encontrado los za; hacer uso del poder; comportarse vio- intransitivo que es propio de la voz media: «y Jesús, el heraldo del Reino, y lo hace con di-
fundamentos para esos tipos de |3f)(ia; cf. lentamente* todos se esfuerzan impetuosamente por entrar famación y resistencia (vv. 16-19); así que «el
E. Kirsten-W. Kraiker, Griechenlandkunde, |3iaaTr|g, ov, 6 biastés persona violenta, en él (en el reino de Dios)». Al mismo tiem- reino de los cielos sufre opresión hasta el día
Heidelberg 4 1962, 321) y el sillón de Festo impetuosa* po, el Jiág incluye también a los «avariciosos de hoy». Aquello de que «los violentos lo arre-
en Cesárea durante el interrogatorio de fariseos» (v. 14) del contexto, para quienes batan por la fuerza» es una realidad que se ha
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Conteni- significa que la proclamación del reino de
Pablo. dos semánticos en el contexto de Mateo y Lucas - producido ya para Juan, que está encerrado en
En 2 Cor 5, 10 y Rom 14, 10 Pablo utiliza 3. El punto de vista de la historia de las tradiciones. Dios no deja sin valor la ley (v. 17), de tal ma- prisión (v. 2). En el caso de Jesús, esa realidad
el término en la descripción del juicio final nera que los que «no oyen a Moisés y a los es inminente.
Bibl: P. W. Barnett, Who Where the «Biastai» (Mt profetas», no harán la «penitencia» exigida
divino: «Todos hemos de comparecer ante el 11, 12-13): RTR 36 (1977) 65-70; G. Braumann, «Dem
tribunal (PfJH-a) de Cristo» (o «de Dios»). Himmelreich wird Gewalt angelan» (Mt 11, Upar): para entrar en el reino de Dios, «ni siquiera en 3. A diferencia de lo que sucede con las for-
PíJHa (cf. Sib II, 218; VIII, 222, 242; también ZNW 52 (1961) 104-109; F. W. Danker, Luke 16, 16 - el caso de que uno de los muertos resucite» mas que el logion tiene en Mateo y en Lucas, no
An Opposition Logion: JBL 77 (1958) 231-243; Gop- (16, 30s). sabemos qué contexto puede determinar el senti-
Polic 6, 2) sustituye aquí a dQÓvog, que es el pelt, Theologie I, 114s; Jeremías, Teología I, 63s, do de dicho logion en la fuente Q (cf. Schulz,
término que se emplea generalmente para de- 136s; Ph.-H. Menoud, Le sens du verbe |3iá^exat dans Si el Piáí¡etcu de Mateo, que no expresa 262: ó vóu.os x a í OÍ JtQoqjfjxai ECOC, Twávvou,
signar el sitial del juez escatológico (cf. Dan Le 16, 16, en FS Rigaux, 207-212; E. Moore, BIAZQ, objeto de la acción verbal, se interpreta tam- ájtó l o t e r| paaiAeía xov deofi Piá^etai x a í
APTIAZQ and Cognates in Josephus: NTS 21 (1974- Piaatai áQjtá^ouoiv ai¡xr\v). Ahora bien, ba-
7, 9; Hen [et] 45, 3; 47, 3; Mt 19, 28; 25, 31s; bién en el sentido intransitivo que es propio
1975) 519-543; N. Perrin, The Kingdom ofGod in the
Ap 20, 4, 11). Teaching of Jesús, London-Philadelphia 1963, 171- de la voz media, entonces habrá que traducir: sándonos en el tenor de las palabras, habrá que
174; G. Schrenk, {hátoum, Piaoxiíg, en ThWNT I, «Desde los días de Juan el Bautista hasta aho- suponer que a Juan se le considera en Q como
608-613; Schultz, Q, 261-267. Para más bibliografía, «la cesura decisiva que se produce en el conti-
3. Dos expresiones estereotipadas son im- ra, el reino de los cielos se abre camino impe-
cf. ThWNT X, 1015. nuado trascurso de la historia de la salvación»
portantes para conocer el empleo que se hace tuosamente, con violencia». Pero esta inter- (Schulz, 264). Después del período antiguo de la
de pfí|xa en el NT: a) «sentarse en el (3fju.a» pretación se viene abajo por la segunda frase, historia de la salvación, que terminó con Juan,
1. El verbo Piá^o^icu aparece en Mt 11, 12 que está unida por el xcú. El término Piao- comienza con Jesús el «ésjaton» del reino de
como expresión de que se ejerce una función
par. Le 16, 16 (Q). En el mismo versículo de xaí, que aquí aparece, y que se encuentra ra- Dios. En el destino de persecución que le corres-
oficial, principalmente la función judicial pondió a Jesús y a los mensajeros que le siguie-
Mateo se halla el sustantivo Puxoxr|g, que ha ras veces en griego, se deriva de pía y es par-
(Mt 27, 19; Jn 19, 13; Hech 12, 21; 25, 6.17); ron, aparece (según Q) el destino que aguarda al
hecho que este pasaje se conozca como el lo- te de una familia de palabras que tiene como
b) «(estar) ante el pfju.a» como expresión de reino de Dios en el tiempo que precede a la paru-
gion del «asalto de los violentos». Se trata elemento semántico común la idea de «vio- sía: un destino de aflicción e impotencia.
que se está siendo juzgado (Hech 18, 17; 25,
desde siempre de una verdadera crux inter- lento». Así que este término, en la segunda
10; Rom 14, 10; 2 Cor 5, 10).
pretum. frase, no se puede traducir sino como sujeto
B. Schaller Si consideramos el logion como ipsissi-
de ÓQjtá^oxjoiv: «y los violentos k> toman mum verbum lesu, entonces es posible que
2. Por de pronto las modificaciones intro- por la fuerza». En ese caso habría una intole- Jesús también haya hablado del destino de
f5r|QvMoC, ov, Ó (t[) béryllos berilo* ducidas por Lucas nos revelan lo siguiente: rable contradicción entre la primera frase y la aflicción que correspondía al reino de Dios
Según Ap 21, 20, la octava piedra de los ci- Lucas sustituye el predicado verbal Pux^exai, segunda: una contradicción que sólo se podrá que era ya una realidad presente en sus pala-
mientos en que se asienta la Jerusalén celes- que es difícil de entender en relación con el evitar, si interpretamos y traducimos Piá- bras y en sus actos (cf., por ejemplo, Me 4, 3-
tial es el berilo, una variedad de esmeralda de sujeto f| paoiAeícc xov •ñzov (cf. lo que dice £exai en sentido pasivo: «Desde los días de 8). Claro que también es posible entender el
color verdemar (cf. Ex 28, 20; Ez 28, 13: $r\- Mateo), por ei)aYY£^íCe'<;ai'- En la segunda Juan el Bautista hasta ahora, el reino de Dios logion - e n labios de Jesús- como una metá-
QVKKIOV); quizás una aguamarina. BHH I, 363; frase, unida paralácticamente con la anterior, es asaltado con violencia (o es acosado con fora: por los violentos que ilegítimamente
Haag, Diccionario, 1529s. Lucas suprime igualmente el piaoxod árjjtá- violencia o sufre violencia), y los violentos lo arrebatan el reino de Dios y lo asedian con
653 PiPÁlov 654
651 Pió^oum - pipWov 652

rollado y vuelto a enrollar por Jesús. Aquí, es- siete sellos (v. 7; cf. 6, 1-8, 1) y de poner así
violencia, podrían entenderse los recaudado- 1. (3ipXíov aparece 34 veces en el NT, de pecialmente al designarse el rollo de la Tora en marcha la historia del fin, historia que el
res de impuestos y los pecadores, que -en las que 24 corresponden al Apocalipsis; por lo como t ó PtpXíov xov vóu-ou (Gal 3, 10; cf. vidente contempla y experimenta ya al mismo
opinión de los adversarios de Jesús- no tie- demás, el término aparece 1 vez en cada uno Dt 27, 26) o sencillamente como t ó PtpMov tiempo. Por el contrario, Ap 10, 8 habla de
nen ningún derecho a ese Reino, pero a quie- de los escritos siguientes: Mateo, Marcos, Gá- (Heb 9, 19; cf. Ex 24, 7), se recoge la manera otro libro que ya está abierto (muchos manus-
nes, no obstante, Jesús se lo ha prometido (cf. latas y Carta segunda a Timoteo; aparece 2 ve- de hablar de la LXX (cf. Dt 28, 58.61; Nah 1, critos, en consonancia con el contexto, ofre-
Mt21, 31). ces en Juan y 2 en Hebreos; y 3 veces en Lu- 1; también Josefo, Ant XI, 5; Ap I, 38). Con cen en los vv. 2, 9 y 10 una forma en diminu-
W. Stenger cas. Aunque es propiamente un diminutivo las palabras év xecpcdíói pipX.íou (Heb 10, 7, tivo): un libro que el vidente -como el profeta
de -*• pípXoc;, tiene el mismo significado que en cita del Sal 39, 8 LXX; cf. Ez 2, 9 LXX) se en Ez 2, 8-3, 3 - ha de tomar y devorar, lo cual
él en la LXX y en el NT, pero aparece con alude no a la ley sino al rollo en general de le conducirá a ulteriores profecías (posible-
PÍ(HO£, 3 biaios violento, impetuoso* muchísima más frecuencia. Pi(3X,íov y píp^og los escritos que prometen la venida de Cristo; mente 11, 1-13).
En Hech 2, 2 se compara la venida del Es- proceden de las antiguas formas púp^oc; y cf. además xa PipMa para designar a los «es- Ap 13, 8; 17, 8; 20, 12c; 21, 27 mencionan
píritu con el bramido de un viento impetuoso. Pu(3X.íov y se refieren al material que servía critos sagrados» (juntamente con oí ájtóa- el pipXIov Tfjg ^cofjg (cf. 3, 5; 20, 15; 22, 19
de soporte a la escritura y que estaba formado totan) en 2 Clem 14, 2 (-• pípk>g). Textus Receptus: ->• píp^og xfjg £cof¡g), que
por hojas de la planta de papiro, que aproxi- está en manos del «Cordero» y en el que, des-
piaatr|S, o©, ó biastes persona violenta o madamente a partir del siglo VI a.C. llegaba 3. En el Apocalipsis Pi,pX,íov se refiere 8 de la creación del mundo, se hallan consigna-
impetuosa al mundo griego generalmente desde Biblos veces al libro de revelación que uno tiene de- dos los nombres de los que han de ser salva-
-> fkáí^oum. en Fenicia. De ahí su nombre. Pero muy pron- lante de sí (-> 1), y 7 de esas veces se encuen- dos en el juicio final (20, 15) y han de entrar
to los documentos de toda índole, sin tener en tran en el capítulo 22: los Xóyoi tfjg JTQO- en la Jerusalén celestial (21, 27; cf. también
cuenta el material que sirviera de soporte a la qprrreíag xov PipXíoi) TOÚTOI) (22, 7.10, 18; Le 10, 20; Flp 3, 4; Heb 12, 23). De esta ma-
PlP^agídlov, oí), TÓ biblaridion libro escritura, comenzaron a llamarse pípXog o cf. v. 19) incluyen toda la revelación divina nera se recoge la idea veterotestamentaria de
pequeño* PipXíov, especialmente en la LXX, donde con sobre los últimos días. A quienes se atengan una lista de ciudadanos celestiales (cf. Ex 32,
En el NT, este término aparece únicamente estos términos se traducía el vocablo hebreo firmemente a esas palabras se les promete el 32s; Is 4, 3; Sal 68, 29 LXX; Dan 12, 1; tam-
en el Apocalipsis: 10, 2.9,10 (v. 8 v.l.). Díce- sefer. macarismo del v. 7. En contraste con la apo- bién Hen [et] 47, 3; 104, 1; 1 Clem 53, 4;
se de un libro que el vidente recibe de la ma- En el NT, PiP^íov designa un libro, un ro- calíptica judía (Dan 8, 26; 12, 4.9), la revela- Herm [s] 2, 9; Schrenk, 619), una idea que
no del ángel y que debe devorar (cf. Ez 2, 8s; llo o un documento, por ejemplo, en Jn 20, ción de este libro no se sella para tiempos fu- probablemente no tiene nada que ver con la
3, 1-3). Los testimonios de la tradición ma- 30, donde se hace referencia al evangelio mis- turos, porque el fin está cerca (v. 10). La concepción oriental generalizada sobre libros
nuscrita de los versículos citados son muy di- fórmula de protección de la profecía en los celestiales en los que está escrito el destino
mo; cf. 21, 25; Ap 1, 11; 22, 7.9.10.18 (bis).
versos, pero todos ellos concuerdan en que se vv. 18 y 19 (cf. Dt 4, 2; Hen [et] 104, 10-12; (cf. infra; cf. Koep, 31-39). El libro del Cor-
19 (bis); en 2 Tim 4, 13 se hace referencia
trata de un pequeño libro que no se identifica Arist 31 Os) confirma lo acabado e inalterable dero, por ser el libro de la Vida, confirma el
probablemente a rollos (de papiro, ¿para los
con el libro mencionado en 5, 1; cf. también de la revelación que se halla en el libro redac- destino de los creyentes para la salvación; pe-
escritos cristianos primitivos?) en contraste
GNTCom a propósito de 10, 10. tado por el vidente, un nuevo momento -en ro, según 3, 5, los bautizados corren peligro
con los «rollos de pergamino» u «hojas de
comparación con Jn 20, 30; 21, 25- de la co- de ser borrados del libro (cf. Ex 32, 32s; Sal
pergamino» (Li£u.prjávcii, ¿para los escritos
dificación de la revelación en el cristianismo 68, 29 LXX), si en la batalla escatológica no
del AT?), que eran más costosos y duraderos
PlpXÍOV, ov, TÓ biblion libro, escrito, do- primitivo, que se halla íntimamente relaciona- conservan la fidelidad y no siguen siendo
que el papiro; cf. la imagen de enrollar un li- do con la tradición apocalíptica. vencedores. En los demás pasajes no se hallan
cumento* bro en Ap 6, 14. PipXíov se usa 6 veces para
Para el vidente, en Ap 5, 1.2.3.4.5.7 (Textus tampoco ideas predestinacionistas. Los cre-
1. Aparición del término y significados en el NT - referirse a los escritos sagrados (del AT) (-+
2. Como término para designar los escritos del AT - 3. Receptus).8.9, el plan de Dios para la historia yentes demuestran en su propia vida que se
2). Además, la expresión PipXíov ájtooxa-
En el Apocalipsis de los últimos días se encuentra, a tenor de lo hallan inscritos en el Libro de la Vida.
oíov (Me 10, 4 par. Mt 19, 7), tomada de Dt que se dice en Ez 2, 9s, en un documento se- En Ap 20, 12b.d se distingue nítidamente
Bibl: U. Becker, en DTNT II, 440ss; C. C. M. Mc- 24, 1.3 {sefer tritüt), se refiere a la carta de
Cown, Codex and Roll in the NT: HThR 34 (1941) llado con siete sellos (cf. también Is 29, 11; entre el Libro de la Vida y los libros (en plu-
219-250; H. Hunger, en LAW, 510-513; L. Koep, Das
divorcio que el marido judío debía extender a Dan 8, 26; 12, 4.9; Hen [et] 89, 71), en forma ral) del juicio (cf. Dan 7, 10; Is 65, 6; Hen [et]
himmlische Buch in Antike und Christentum (Theo- su mujer, al repudiarla. de un rollo, en un documento escrito por el 81, 4; 89, 62.70s.76; 104, 7; 4 Esd 6, 20), en
phaneia 8), Bonn 1952; L. Koep-S. Morenz-L. Lei- anverso y por el reverso (v. 1; cf. Ez 2, 10), lo los cuales -según la tradición- se consignan
poldt, en RAC II, 664-731; J. Müller-Bardoff, en BHH 2. En Le 4, 17 (bis).20, PipXíov {xov JTQO-
I, 276-279; se Haag, Diccionario, HOOss; O. Roller, cual realza la abundancia de sucesos que las obras (malas) de los hombres para que sir-
qpt|tOD 'Hoaíov, v. 17) designa el rollo del
Das Buch mit den sieben Siegeln: ZNW 36 (1937) 98- constan en dicho libro (cf. Koep, 21-25). Tan van de base para el juicio final. Según 20,
113; G. Schrenk, pí(3Xog, PifiMov, en ThWNT I, 613-
profeta Isaías que se leía en público en el cul-
sólo el Cristo exaltado, como el Consumador 12.15, los libros de las obras constituyen en
620, sobre todo 615ss. Para más bibliografía, cf. infra to divino de la sinagoga, y que según los vv.
17 (GNT con Sin Dc K y otros) y 20 es desen- de la voluntad de Dios, es capaz de abrir los general la base para que Dios dicte su juicio.
Pipóos.
655 PipXíov - píog 656 657 pío? - pX.aPeoóc; 658

Y aquel que con sus obras no se ajusta a Dios, ces en el AT, concretamente en la expresión DTNT IV, 354-364; L. Vischer, Die Auslegungsge- del «Padre». En Le 8, 14 píog designa senci-
no es inscrito tampoco en el Libro de la Vida, hebrea sefer tóhdót (Gen 5, 1; cf. ibid. LXX; schichte von lKoró, 1-11 (BGE 1), Tübingen 1955.
llamente a la vida humana, cuyos cuidados y
y por tanto caerá en la muerte definitiva. 2, 4 LXX: «historia de los orígenes» o géne-
1. pí.05 aparece 9 veces en el NT. Este tér- satisfacciones distraen al hombre del destino
H. Balz sis), y se refiere a Mt 1, 2-16, donde se mues-
mino lo encontramos en Marcos y Lucas, en que Dios le ha señalado. Por tanto, píog, en la
tra que Cristo desciende del pueblo de Abra- parénesis cristiana primitiva, se considera co-
han y del linaje de David. las Pastorales (Cartas primera y segunda a Ti-
pí|Uog, ov, r\ biblos libro, escrito* moteo) y en la Carta primera de Juan. En mo un ámbito que está en competencia con
El «Libro de la Vida» (-> Pi.pX,íov 3) se lla- las exigencias que Dios impone al hombre.
cambio, piamxóg lo hallamos tan sólo en Le
Bibl: F. G. Kenyon, Books and Readers in Ancient ma pípX,og S.co'ñS e n F1P 4> 3 ; A P 3> 5; 20, 15;
21, 34 y 1 Coró, 3.4.
Greece and Rome, Oxford 21951; T. Kleberg, Buch- 13, 8 Textus Receptas; 22, 19 Textus Receptas 3. En el NT, Picoxixóg aparece exclusiva-
handel und Verlagswesen in der Antike, Darmstadt (bis). mente en plural y designa de manera peyora-
1969; G. Kuhn, Die Geschlechtsregister Jesu bei Lu-
2. En contraste con -*• £cor|, vemos que
kas und Matthaus nach ihrer Herkunft untersucht: En Hech 19, 19 el plural ai pípX.01 se refie- píog/pioaxixóg no describen en el NT ningún tiva las cosas que pertenecen a la vida coti-
ZNW 22 (1923) 206-228; M. Lambertz, Die Toledoth re a los libros mágicos efesinos (cf. Dión Sí- bien salvífico. Se refieren más bien al ámbito diana. Se usa como adjetivo en Le 21, 34. Las
in Mt 1, 1-17 un Lk 3, 23bff, en FS F. Dornseiff, Leip- culo I, 44, 4; Preisendanz, Papyri 13, 739), de lo humano y secular y comprenden los in- palabras parenéticas de Jesús de que no hay
zig 1953, 210-225; R. Smend, en BHH I, 240-247. Pa- que fueron quemados en público a consecuen- que sucumbir ni a los placeres ni a las preo-
ra más bibliografía, cf. supra PipMov; cf. además tereses y preocupaciones de la existencia ma-
ThWNTX, 1015s. cia de la labor evangelizadora de Pablo (cf. H. terial. A veces píog aparece con el significado cupaciones de la vida cotidiana coincide en el
Conzelmann, Apostelgeschichte2 [HNT], sub de bienes (riqueza) o herencia. En Le 15, 12, fondo con lo que se dice en Le 8, 14. Pablo
loco). el hijo menor pide al padre que le dé la parte utiliza en 1 Cor 6, 3.4 el adjetivo sustantivado
1. |3ípX,og aparece 10 veces en el NT (tam- PwDXixá. El contexto nos hace ver claramente
bién como v.l. principalmente en Ap 13,8; 20, H. Balz de la herencia (otiaía) que le corresponde. El
padre accede al deseo de su hijo y reparte la que en la comunidad había disputas sobre de-
19a [en Textus Receptas por PipÜov] y 22, rechos de propiedad, y que esas diferencias se
19b [en Textus Receptas pípX,og xfjg ^cofjg en herencia (Píog). oíioía y píog son aquí sinó-
PlPQOMTXtO bibróskó consumir, comer* habían llevado ante los tribunales romanos (=
vez de 'EfiXov xfjg ^cofjg]), y por tanto es un nimos. Le 15, 30 utiliza también píog en este
En Jn 6, 13: xolg PEPQCÚXÓOIV, a los que paganos). Así que Picotixá XQixf|Qia (v. 4) se
término que se encuentra con mucha menos mismo sentido. En 1 Jn 3, 17 se contrapone la
habían comido, en la comida. refiere concretamente a pleitos sobre la pro-
frecuencia que su sinónimo -> PipX-íov. riqueza o el bienestar del uno a las escaseces
piedad de bienes. Pablo hace referencia al jui-
del otro. Con la construcción de genitivo píog cio escatológico en que los hombres han de
Lo mismo que ~> PipXiov (2), el término
Bitfuvía, a? Bithynia Bitinia* xov xóo(XOD, el autor expresa la idea de que juzgar sobre los ángeles, y al mismo tiempo
pípXog se usa para designar los escritos sa-
Región situada en el noroeste de Asia Me- la riqueza material pertenece esencialmente a reprocha a los corintios por no ser capaces de
grados (del AT): en Me 12, 26 píptag MoMí-
nor, y provincia senatorial (juntamente con el la esfera del mundo. Le 8, 43 v.l. habla de una dirimir sus propias diferencias.
oécog (en relación concretamente con Ex 3,
Ponto) desde el año 64 a. C. Según Hech 16, mujer que padecía de hemorragias y que ha- H.-J. Ritz
2.6) se refiere al Pentateuco; en Le 3, 4 se ha-
7, Pablo y Timoteo tratan inútilmente de ir bía gastado en médicos okov xóv píov, toda
bla de pípX.05 A-óycov 'Hoaíou; en Le 20, 42;
desde Misia a Bitinia; 1 Pe 1, 1 presupone la su fortuna. La misma expresión la encontra-
Hech 1, 20, del pípXog abaXuxbv; en Hech 7, (ilota bioó vivir*
existencia de una comunidad cristiana en Bi- mos en Me 12, 44 (par. Le 21, 4: utávta xóv
42, del pípX,og xó&v jrrjoqpr|Tc5v. En conso- 1 Pe 4, 2, refiriéndose al tiempo de la vida
tinia. Cf. también la correspondencia episto- Píov). Con ello se alude claramente a la po-
nancia con ello, encontramos también el tér- terrena que queda todavía después del bautis-
lar de Plinio el Joven (procurador de Bitinia) breza en que vivía la viuda. La paráfrasis
mino pípX.05 en textos judíos, por ejemplo, en mo y antes de la parusía.
con el emperador Trajano (Ep. X, 96). RAC II, Jtávta oaa eí^ev en el v. 44 nos permite ver
Josefo, Ant XI, 337; Filón, Migr 14; pero en
416-422: LThK II, 512s; BHH I, 255; Haag, que aquí se habla de los medios con que esta
la LXX aparece más raramente que pipMov, PílOOl?, EOíg, x\ bidsis la manera de vivir,
Diccionario, 242; LAW, 478. mujer contaba para su sustento.
por ejemplo en 3 Esd 5, 48; 7, 6.9 (Pentateu- la conducta moral*
co); Tob 1, 1. La designación del rollo de la Otro significado de píog lo encontramos en Hech 26, 4: Pablo se refiere a «mi manera
Tora como f| pípXog (o xó pipXíov) podría 1 Tim 2, 2, donde vemos que la vida civil se de vivir».
ser la raíz de que los cristianos hablaran luego píog, ov, Ó bios vida (en cuanto a sus for- encomienda a la protección de las autorida-
de la «Biblia»; cf. Josefo, Ant IV, 303 (sólo mas y relaciones externas)* des. Por el contrario, en 2 Tim 2, 4 se advier-
que aquí en Josefo el término aparece en sin- Puoxixóg, 3 biótíkos lo concerniente a la te que uno no debe perderse en los asuntos or- Piomxóg, 3 biotikos lo concerniente a la
vida* vida*
gular); 2 Mac 8, 23: f| iegá pípXog; Dan 9, 2: dinarios de la vida cotidiana (... TOÜ píou
al pípX,oi (de manera parecida se emplea xa 1. Aparición de los términos - 2. Contenidos se- JiQaYumeíaig...), habida cuenta del destino -• píog (3).
PiP^ía, por ejemplo, en 1 Mac 12, 9). La ex- mánticos - 3. fharuxá. del cristiano como luchador de Cristo. Bajo
presión pípXog YEVéo8(jog en Mt 1, 1, libro de Bibl.: Bauer, Wórterbuch, s.v.; G. Bertram, £,áco signo clarísimamente negativo volvemos a P^aPegóg, 3 blaberos nocivo, perjudi-
la genealogía, es decir, lista genealógica (no XTL (C), en ThWNT II, 853-856; R. Bultmann, (jaco encontrar píog en 1 Jn 2, 16. La conducta arro- cial*
«árbol genealógico»), tiene también sus raí- XTX. (A), en ThWNT II, 833-844, sobre todo 836-838;
gante y pretenciosa (áXa^oveía xov píou), En 1 Tim 6, 9 dícese de los deseos (junto a
A. Hultkrantz, en RGG IV, 248s; G. Link, Vida, en ávór|TOg).
basada en el prestigio mundano, no procede
659 PXOOTTCD - pXaacprpía 660 661 pXaoq)T)[xía 662

pXajtTO) blapto hacer daño, perjudicar* House Bulletin, Nr. 16 (1965) 10-18; C. Colpe, Der el verbo en el sentido de censurar, reprender Rom 3, 8 Pablo caracteriza la imputación de los
Spruch von der Lasterung des Geistes, en FS Jere- (cf. Filón, Migr 115). adversarios de que el mensaje paulino de la justi-
En Me 16, 18 con d a v á o m ó v TI como su-mías, 1970, 63-79; Dalman, Worte, 256-259, 394s, ficación conduce necesariamente al libertinismo
jeto de la acción verbal; en Le 4, 35 con t ó 399; G. Jeremías, Der Lehrer der Gerechtigkeit, Got- como una afrenta que va contra el evangelio mis-
oouu.ovi.ov como sujeto; en ambos casos, en tingen 1963; E. Lowestam, Spiritus Blasphemia, Lund b) En el NT predomina con mucho el em-
mo de Dios. Según 1 Pe 4, 4 se ultraja a Dios,
sentido negativo. 1968; H. Merkel, Gotteslasterung, en RAC XI, 1185- pleo religioso del grupo de palabras. El verbo cuando los cristianos, que viven ahora con arre-
1201; R. Pesch, Das Markusevangelium (HThK), Frei- tiene entonces el significado de blasfemar, y
burg i. Br. (1976-1977), I 209-221; II, 427-446; H.
glo a la voluntad de Dios (v. 2), son difamados
E. Todt, Der Menschensohn in der synoptischen Über- el sustantivo, el de blasfemia. por los paganos de su entorno. El sentido profano
P^aatávo), (i^aatáto blastanó, bastad lieferung, Gütersloh 21963, 282-288; H. Wahrisch, y el sentido religioso se hallan también entrevera-
producir, hacer brotar, germinar, brotar* Blasfemia, calumnia, en DTNT I, 184-186; G. Wallis, En un sentido más general, el verbo puede dos en Me 15, 29 par. Mt 27, 39 y Le 22, 65; 23,
gadap (insultar), en DTAT I, 975-977; H. Th. Wrege, usarse para expresar la creencia de que los genti- 39. Lo mismo que los términos éujtaü;» (Me 15,
Sentido intransitivo: en Mt 13, 26 (material Die Überlieferungsgeschichte der Bergpredigt, Tübin- les ultrajan y afrentan el nombre de Dios (Rom 31; Mt 27, 41; Le 22, 63; 23, 36), -+ óveiSÍ£co
peculiar), brotar (ó %ÓQXoq); en Me 4, 27 gen 1968, 156-180 (sobre Mt 12, 32par). Para más bi- (Me 15, 32; Mt 27, 44) y éxu.i)XTr)QÍ£,co (Le 23,
2, 24 [= Is 52, 51]); los no cristianos, el nombre
(material peculiar), germinar, brotar (ó ojtó- bliografía, cf. ThWNT X, 1016; sobre Me 3, 28s, cf. de Cristo (Sant 2, 7), y los falsos maestros, a la 35), que algunas veces aparecen juntos en el co-
QOC¡); en Heb 9, 4 dícese de la vara de Aarón Pesch I, 220s; sobre Me 14, 61-64, cf. también Pesch Iglesia y a su fe (1 Tim 1, 20; 2 Pe 2, 2) así como rrespondiente contexto, pXao(pr|UÍa) es más que
II, 444s.
que reverdeció (cf. Núm 17, 5.8.10). también a los poderes angélicos (Jds 8ss; 2 Pe 2, nada una expresión de la mofa que se hace de Je-
Sentido transitivo: en Sant 5,18: f| yf\ efíkáo- lOss). De manera parecida se emplea el verbo en sús y de la burla con que se responde a sus pre-
Tnoev TÓV xaoitóv aiiTfjg, «la tierra produjo 1. El grupo de palabras pX.aacpr]u.toc xtX. las exhortaciones parenéticas: Se advierte a los tensiones mesiánicas. Pero, al mismo tiempo, el
aparece 56 veces en el NT: de las que 34 co- cristianos que no adopten una conducta que dé verbo pretende resaltar que, con esos actos, se
su fruto» (cf. 1 Re 18, 41ss). blasfema contra el Crucificado y, de esta manera,
rresponden al verbo, 18 al sustantivo, y 4 al ocasión para que su estado de salvación (Rom 14,
16), «el nombre de Dios y la doctrina (cristiana)» contra Dios mismo.
adjetivo (en Hech 6, 11; 2 Tim 3, 2; 2 Pe 2,
(1 Tim 6, 1) o «la palabra de Dios» (Tit 2, 5) se-
B^ÓOTog, ov Blastos Blasto* 11, y, como adjetivo sustantivado, 1 Tim 1, an ultrajados, es decir, queden desacreditados 3. a) 1) En el judaismo antiguo se consideran
Nombre del mayordomo de Herodes Agripa 13). entre los no cristianos y se conviertan así en ob- blasfemia contra Dios aquellas palabras y accio-
I; por lo demás, desconocido: Hech 12, 20. jeto de burla y desprecio (cf. IgnTral 8, 2; 1 Clem nes que atenían contra el honor de Dios y ofenden
En el NT, el objeto de la acción verbal de 47, 7; 2 Clem 13). su santidad (cf. SifreDt 221 a propósito de 21, 22:
pXaoqpr|[xéü) suele ir en simple acusativo (cf. 4 blasfema de Dios el que «extiende su mano con-
P^ttíHprméíO blasphémeó ultrajar, calum- Re 19, 4.22; Filón Fug 84; Josefo, Ant IV, 202; tra Dios» [posét yadó bü-'iqqar]). Y, así, se blas-
BlaB-Debrunner § 152, 1). Por el contrario, en La mayoría de las referencias hablan de la
niar, blasfemar fema de Dios, cuando una persona le afrenta,
Me 3, 29 par. Le 12, 10 el objeto va en acusativo blasfemia en el sentido literal de la palabra. maldice su Nombre, se atribuye a sí mismo pode-
->• P^aoqpriuía.
introducido por síc;, una construcción corriente en El objeto de la blasfemia puede ser Dios mis- res divinos o se arroga una posición o una digni-
el griego clásico y también en el griego helenísti- mo o Jesús o el Espíritu Santo (-> 3). En Hech dad que le hace igual a Dios. Toda blasfemia con-
pXaatpt)^iía, a g , r\ blasphemia ultraje, ca- co (cf. Bauer, Wórterbuch, s.v.; cf. XaXeTv 19, 37 es, además, la diosa pagana Artemisa tra Dios es un delito que merece la muerte (cf.
QrpaTa pXáa(pT|u.a et? en Hech 6, 11 y también (cf. Josefo, Ant IV, 207; Filón, SpecLeg I, 53). Lev 24, lOss; Núm 15, 30s): un delito que, según
lumnia, blasfemia* en JyA 57, 26 [Batiffol, = 13, 9 Philonenko]). El Lev 24, 16, debe castigarse con pena de lapida-
PA.aaqpi'iu.éoo blasphémeó ultrajar, calum- sustantivo pXaatpr||xta está asociado con un ge- ción (San 7, 4; SifraLev a propósito de 24, lis) y,
niar, blasfemar* Se puede hacer referencia expressis verbis a la
nitivo objetivo en Mt 12, 31b (lo mismo que en según Dt 21, 22s, debe castigarse además colgan-
blasfemia contra Dios (Hech 6, 11; Ap 13, 6; 16,
pA.áoqpT)[i05, 2 blasphémos blasfemo, ca- Filón, VitMos II, 205); en Ap 13, 6 el objeto de la do el cadáver de la cruz (San 6, 4; SifreDt sub lo-
9.11.21). Pero también el verbo P^aatpr|(j,é(»,
lumnioso* acción verbal va en acusativo introducido por usado en sentido absoluto, significa blasfemar co). El derecho penal de la Misná prevé única-
Jtgóg (como en Jámblico, VitPyth XXXII, 216). contra Dios (Me 2, 7 par.; Mt 26, 65a; Jn 10, 36; mente la ejecución de la pena capital en el caso
1. Aparición de los términos y construcción grama- de que el blasfemo haya maldecido de Dios pro-
tical - 2. Significados - 3. a) Blasfemia contra Dios - cf. 4 Re 19, 6; 2 Mac 10, 34; 12, 14), y el sustan-
b) Ultraje al Crucificado - c) Blasfemia contra el Espí- 2. a) Si se nombran o se presuponen perso- tivo pX.aaqrnuía, usado también en sentido abso- nunciando claramente el nombre de Yahvé (San
ritu Santo. nas como objeto de la acción verbal, (3X.ao- luto, puede significar análogamente blasfemia 7, 5). Esta restricción no se hallaba aún en vigor
contra Dios (Me 3, 28 par. Mt 12, 31a; Me 14, 64 en tiempo de Jesús.
Bibl: K. Berger, Die Amen-Worte Jesu, Berlin q>r\\ié(ü puede tener sencillamente el signifi-
par. Mt 26, 65b; Le 5, 21; Jn 10, 33; Ap 13, 1.5;
1970, 36-41; H. W. Beyer, fi\ao<Qr\\iéti> m\., en cado de afrentar, calumniar, ultrajar (1 Cor 4, 17, 3). El uso absoluto se encuentra igualmente
ThWNT I, 620-624; Billerbeck I, 1007-1024; S. H. 13 v.l.; Tit 3, 2; cf. Filón, SpecLeg IV, 197), y en los equivalentes hebreos y árameos: giddef a) 2) Sobre el trasfondo esbozado hay que
Blank, The Curse, the Blasphemy, the Spell, and the contemplar la acusación de blasfemia lanzada
correspondientemente (3^aaqpr|uia puede sig- (SifraLev sobre 24, 10) y gaddéf (jSan 7, 25b) =
Oath: HUCA 23 (1950-1951) 73-95; J. Blinzler, Der
nificar afrenta, calumnia, maledicencia (así «blasfemar contra Dios»; giddúf (bGit 56b) y por los judíos contra Jesús, y de la que nos ha-
Prozefi Jesu, Regensburg 41969, 152-162, 186-197;
Id., Gotteslasterung, en LThK IV, 1117-1119; M. E. en Ap 2, 9 y especialmente en los catálogos giddüfñ (bBQ 38a) = «blasfemia contra Dios»; blan los evangelios. En Me 2,7 vemos que es-
Boring, The Unforgivable Sin Logion: NovT 18 (1976) de vicios: Me 7, 22 par.; Col 3, 8; Ef 4, 31; 1 twgaddéf (San 7, 47 / jSan 7, 25b) = «blasfemo ta acusación se basa en que Jesús ha reclama-
258-279; H. Brichto y otros, en EJJ IV, 1073s, 1084- contra Dios». do para sí el derecho de perdonar pecados,
1087; T. A. Burkill, Blasphemy: St. MarKs Cospel as Tim 6, 4; Herm [m] 8, 3; de igual manera,
pX,áocprpoc; puede significar calumnioso en 2 c) Algunas veces se entremezclan el sentido que corresponde única y exclusivamente a
Damnation History, en FS Smith I, 51-74; D. Catchpo-
le, «You Have Heard His Blasphemy»: The Tyndale Tim 3, 2). En 1 Cor 10, 30 hay que entender profano y el sentido religioso de pXaoqprpéa): en Dios. Según el relato marquino, recogido por
663 PXaacpTNXÍa 664 665 pA.aacpT|u.íci - pXéjtü) 666

Mateo, acerca del interrogatorio de Jesús ante en Hech 7, 56, los oyentes escuchan la blasfe- ginal podría ser la de Marcos; en lo esencial, Cullmann, EÍSEV xcd ÉJtíaxE'uaEV. La vie de Jésus,
el Consejo supremo, el sumo sacerdote carac- mia que es castigada con la lapidación de Es- podría remontarse al mismo Jesús. objet de la «vue» et de la «foi» d'aprés le quatriéme
évangile, en FS Goguel, 52-61; K. Dahn, Ver, apare-
terizó de blasfemia manifiesta contra Dios la teban (vv. 57ss). En labios de Jesús, el logion acentúa en pri- cerse, en DTNT IV, 325-331; E. v. Dobschütz, Die
confesión de Jesús de la que se nos habla en mer lugar la extensión ilimitada del perdón funfSinne im NT: JBL 28 (1929) 378-411; P. Fiedler,
Me 14, 61s, y el sanedrín asintió a ello dic- a) 4) Para el autor del Apocalipsis, la blas-
divino, que no excluye ni siquiera la blasfe- Die Formel «und siehe» im NT, München 1969; H. F.
tando la pena de muerte (Me 14, 63s par. Mt femia contra Dios es una de las notas esencia- Fuchs, «Sehen» und «Schauen». Die Wurzel hzh im
mia contra Dios. Tan sólo es imperdonable el
26, 65s [¡a diferencia de Le 22, 71!]). La his- les de la «bestia», que representa el poderío Alten Orient und im AT. Ein Beitrag zum prophetis-
rechazo del perdón prometido por Jesús, por- chen Offenbarungsempfang, Würzburg 1978; F. Hahn,
toricidad de esta escena se cuestiona muchas mundial romano (13, lss; 17, 3). El autor se
refiere sobre todo al culto divino tributado al que entonces se desprecia al escatológico Es- Sehen und Glauben in Johannesevangelium, en FS
veces. Si la presuponemos, entonces surge la píritu de Dios, que purifica del pecado (Ez 36, Cullmann, 1972, 125-141; A. Jepsen, hzh, en ThWAT
cuestión: ¿Qué es lo que el consejo supremo emperador. La blasfemia es que el emperador II, 822-835; H. Junker, Prophet und Seher in Israel,
exija que se le rindan honores divinos. Y los 25-27; Sal 51, 11-13) y que actúa en las obras
consideró como delito de blasfemia? (sobre Trier 1927; K. Lammers, Hóren, Sehen und Glau-
predicados divinos que se le tributan como tí- de Jesús. ben im NT, Stuttgart 1966; W. Michaelis, ópáco, en
esto cf. Catchpole; Blinzler, Prozefi; Pesch II, Según Marcos (cf. Me 3, 22.30), y proba- ThWNT V, 315-381; Ch. Mugler, Dictionnaire histori-
439s). La pretensión mesiánica de Jesús, co- tulos de majestad (por ejemplo, divus, «el di-
blemente también según Mateo (cf. Mt 12, que de la terminologie optique des Grecs, París 1964,
mo tal, difícilmente ofrecía motivo para con- vino»; dominus et deus, «señor y dios»; aco- 77-79; F. MuBner, Die johanneische Sehweise und die
rrió, «salvador») son óvó^iaxa (3X,aacpr|U.íag, 24.28), el pecado que no puede perdonarse Frage nach dem historischen Jesús, Freiburg i. Br.
denarle por blasfemar contra Dios (de otra consiste en difamar como diabólicos los actos
manera piensa, por ejemplo, Blinzler). Por el «nombres blasfemos» (13, 1; 17, 3). 1965, 18-24.66ss; F. Nótscher, «Das Angesicht Gottes
milagrosos realizados por Jesús. El logion se schauen» nach biblischer und babylonischer Auffas-
contrario, podía establecerse fácilmente el de- b) Se habla de blasfemias y ultrajes contra entiende de otra manera en Lucas (cf. Le 12, sung, Bonn (1924) 21969; en el apéndice 195-261, de
lito de blasfemia, si Jesús, en su autoconfe- el Jesús Crucificado, cuando el perseguidor lis); El que ha rechazado al Jesús terreno,
la reimpresión de W. v. Baudissin, «Gott schauen» in
sión mesiánica, anunció su «venida» como el der atltestamentlichen Religión (1915); R. Schnacken-
Pablo es descrito como blasfemo (fi\áo(pr\- puede obtener perdón. Pero no lo obtendrá burg, Sehen, en LThK IX, 598-600; D. Vetter, hzh mi-
Hijo del hombre y Juez del universo, es decir, |iog) en 1 Tim 1, 13, y cuando se dice en Hech aquel que -en el tiempo siguiente a Pentecos- rar, en DTMAT I, 744-750; H. Wenz, Sehen und Glau-
si reclamó para sí la autoridad para efectuar el 26, 11 que él también había obligado a los tés- se oponga al Espíritu Santo, el cual se ben bei Johannes: ThZ 17 (1961) 17-25 (sólo sobre Jn
juicio escatológico, una autoridad que a sólo cristianos perseguidos a que pronunciaran 20, 24-29).
manifiesta en la predicación de Cristo efec-
Dios corresponde. blasfemias. Asimismo, el pX.ao"(pr|u.Eiv en tuada por los testigos (cf. Le 24,45 ss; Hech 1,
Según el evangelio de Juan, se acusó a Je- Hech 13, 45; 18, 6 debe interpretarse como el 8; 4, 31; 5, 32; 7, 51). 1. El verbo aparece 132 veces en el NT
sús de |3X,aa(jpr|u.ía y se le amenazó con la la- gesto por el cual los judíos confirmaban su re- O. Hofius (Mateo 20 veces, Marcos 15, Lucas 15, Juan
pidación, porque él, siendo hombre, se ha- chazo de la proclamación de Cristo. Para el 17, Hechos 14, Pablo 28, Hebreos 8, Apoca-
bía hecho a sí mismo «Dios» o «semejante a judaismo del período pre-cristiano, la muerte lipsis 13). Es sinónimo de ópáco, {rECtoum,
Dios» (10, 33.36 [con el contexto]; cf. 5, 18; en la cruz (con arreglo a lo que se dice en Dt PXáocptmoc;, 2 blasphemos blasfemo, ca-
decúcjéco, y también de xatavoéco y xaxa-
8, 48-59). Esta formulación refleja la discu- 21, 22s) era ya una señal de la maldición divi- lumnioso
u.aví}ávco. pleiteo tiene el significado funda-
sión post-pascual entre la Iglesia y la Sinago- na (4QpNah 1, 8; HQRollo del Templo, 64, -y pX.ao(pr|U.ía.
mental de ver, mirar, contemplar, percibir óp-
ga acerca de la confesión cristiana de la me- 6ss; cf. Gal 3, 13; Justino, Dial 32, 1; 89, 2;
ticamente, aprehender visualmente, lo mismo
sianidad de Jesús y de su condición de Hijo 90, 1). En consecuencia, los adversarios judí-
(J^éjlfia, a t o ? , t ó blemma mirada, lo que que en el griego profano. En el lenguaje ante-
de Dios. Jn 19, 7 recuerda el pasaje de Me 14, os y, con ellos, el fariseo Pablo ven en el Je-
se ve* rior al NT, el sentido original que designaba
63s: los acusadores judíos, que exigen de Pi- sús crucificado a un quebrantador de la ley
En 2 Pe 2, 8, juntamente con owtOTJ, dícese la función receptiva y física del ojo se trasla-
lato la crucifixión de Jesús, invocan la ley de que había sido maldecido palpablemente por
de Lot, que diariamente tenía que experimen- dó ya al plano intuitivo, cognitivo y crítico
Lev 24, 16, que prescribe la pena de muerte Dios. La blasfemia pronunciada contra Jesús
consistía quizás en la exclamación -> txvá- tar con sus ojos y con sus oídos las perversas del «ver profundamente, contemplar de lleno,
para quien blasfema contra Dios.
•freu-a Ttiaoüg, «Jesús es un maldecido (por acciones de los habitantes de Sodoma y Go- penetrar en la esencia». Ya en la antigüedad
a) 3) Es también un blasfemo contra Dios, Dios)» (1 Cor 12, 3). morra (cf. Gen 19, lss). se emplea el verbo en el sentido de la visión
según la concepción judía, aquel que habla filosófica y religiosa, principalmente de la vi-
palabras desvergonzadas contra la Tora (Si- c) La sentencia sobre la blasfemia contra el sión de Dios, o de la intuición del orden cós-
P^ÉJtW blepo ver mico y de la razón universal del mundo. Ade-
freNúm 112 a propósito de Núm 15, 30; cf. Espíritu Santo es objeto de vivo debate. Esta
CD 5, lis). En consonancia con esto se halla sentencia se ha trasmitido, por un lado, en Me 1. Aparición del término y significados fundamen- más de su empleo profano y neutro, el verbo
tales en el NT - 2. Empleo del término en los Sinópti- muestra en el NT un significado teológico en-
la acusación, lanzada contra Esteban (Hech 6, 3, 28s y, por otro lado, en Le 12, 10, que es cos - 3. El acto del ver cristológico en Juan - 4. fSXéjico
11), de que él ha hablado «palabras blasfemas una versión independiente de Marcos y rela- en los demás escritos del NT. teramente específico, cuando describe el pro-
(QT|[xaTa pX.áo<pr|[xa) contra Moisés [es de- cionada con la tradición de logia (Q). (Mateo ceso gnoseológico de la recepción de una re-
Bibl: M. Barth, Der Augenzeuge, Zürich 1946; N.
cir, contra la Tora] y por tanto contra Dios» combinó la versión de Marcos y la versión de Brox, Zeuge und Martyrer. Untersuchungen zur velación, la visión profética y apocalíptica de
(cf. v. 13). Luego, en las palabras que figuran la fuente Q: Mt 12, 31s). La versión más ori- frühchristl. Zeugnis-Terminologie, München 1961; O. lo oculto y de lo futuro ó una intuición testi-
667 Pleiteo - p^nTÉog 668 669 BoavnQYÉg - Por|freia 670

moniante de la significación salvífica de Jesu- fe cristológica, se entiende como revelación BoaviKjyég Boanerges Boanerges* 1, 23; cf. Is 40, 3), poáco se usa especialmen-
cristo. Aunque la función de testimonio del de la realidad del Hijo en el creyente. La fe Según Me 3, 17, cuando Jesús escogió a los te (como ocurre con frecuencia en la LXX) pa-
«ver», en el NT, se refiere a la presencia mila- que conoce al ver las «señales», es la respues- dos hijos de Zebedeo para formar parte del ra referirse al clamor de los que se sienten des-
grosa del Dios invisible (Mt 6, 4.6.18) o a la ta a la revelación de Dios en la doxa de Jesu- círculo de los Doce, les impuso el nombre validos e impotentes: en Le 9, 38, dícese de
relevancia soteriológica del Jesús terreno y cristo, que es el Logos encarnado. La fe hace arameo de BoavnQyÉS. que a continuación los gritos que daba el padre del muchacho epi-
del encarnado Hijo de Dios o a la expectación que se vea (Jn 6, 40), hace que en el Hijo se inmediata es interpretado como uíoL PQOV- léptico; en Le 18, 7, del clamor de las oracio-
del retorno de Cristo en la parusía, sin embar- vea al Padre (12, 45; 14, 9). «Ver» para Juan TfÍ5, «hijos del trueno» o «tronidos» (cf. Blafi- nes que los elegidos dirigen a Dios; en Le 18,
go la manera de hablar del NT muestra in- es una nueva experiencia sensible que nace Debrunner § 162, nota 8). Puede sospecharse 38, de los gritos de un ciego; en Me 15, 34, del
fluencias directas de la idea que el antiguo del encuentro total y existencial con la reali- que detrás de BoavnQyég está la expresión clamor del Crucificado dirigiéndose al Padre.
testamento tiene del «ver» como acto de reci- dad de Jesús, un nuevo comprenderse a sí aramea b'né reges o bené rigsa u otra por el Y en Hech 8, 7 dícese también del griterío que
bir revelación divina. Compárese el término mismo en el amor de Dios y en la revelación estilo, «hijos de la inquietud, hijos de la exci-
del Logos, en todo lo cual la perspectiva esca- arman los espíritus inmundos, cuando salen de
hebreo hzh y sus derivados con la función de tación», lo cual se asocia algunas veces con lo una persona (en los dos últimos ejemplos, el
los wbt'ím en el AT. Y, así, en varios pasajes tológica de la esperanza del reino de Dios si-
que se dice en Le 9, 54. Pero podría pensarse verbo va asociado con qprovf) \ieyákr\). El ver-
del NT el verbo Pleiteo tiene también la fun- gue siendo fundamental (Jn 3, 3).
también en la expresión aramea bené reges, bo se emplea en sentido absoluto en Gal 4, 27
ción hermenéutica de concretar semántica- «coléricos» o (lo que es mucho más probable) (en una cita de Is 54, 1): Qfj^ov xcd pór|0"ov,
mente en el lenguaje simbólico del «ver» los 4. En Pablo el verbo Planeo manifiesta un bené reges, «hijos del ruido inquieto» (el equi- «¡alégrate y prorrumpe en gritos de júbilo!».
procesos de intelección que se hallan implíci- sorprendente empleo parenético en el sentido valente árabe de esta última expresión puede ThWNT I, 624-627; X, 1016.
tos en el acto teocéntrico y cristocéntrico de de prestar atención, preocuparse de (1 Cor 1, traducirse también por «trueno»).
creer. 26; Rom 8, 24s; 2 Cor 4, 18). El llamamiento Boav- podría haberse formado a base de
que se hace en 1 Cor 10, 18, «¡Considerad al bmé mediante la progresiva asimilación del
2. El acto de «ver» los milagros y señales pueblo de Israel!», forma parte del programa sewa' móvil a la b labial. Sobre la discusión, Bóeg (Bóog) Boes (Boos) Booz*
de Jesús es, en los Sinópticos, un factor deci- eclesiológico de Pablo. cf. también Bauer, Worterbuch (bibliografía). Nombre indeclinable (en hebreo, bo'az) del
sivo en la percepción del mensaje de salva- En el Apocalipsis, resalta vivamente la fun- Puesto que el nombre que Jesús da a los tres hijo de Salmón (en Lucas, XaXá) y padre de
ción y de lo que Jesús proclama ser. Aunque ción apocalíptica y visionaria de la revelación primeros de la lista de los Doce no hace alu- Obed (cf. Rut 4, 21; 1 Crón 2, lis) en la ge-
el «ver», en los Sinópticos, desempeña un pa- por el uso que se hace del verbo pXéjtco en 5, sión al carácter de esas personas sino a su mi- nealogía de Jesús: Mt 1, 5: Bóeg (bis; Boóí;
pel más reducido que el «oír», sin embargo al 3s; 6, 1-7; 1, 12: «ver la voz». sión, habrá que pensar más bien en la voca- Koiné pl); Le 3, 32 Bóog (Boót, Koiné G pl).
ver la realidad de Jesús puede llegarse a co- En Hebreos hay un uso característico de ción de los hijos de Zebedeo para la misión de
nocer la misión y la esencia del que ha sido Pleito) en la expresión «ver a Jesús» (2, 9); proclamar mensajes proféticos y apocalípti-
enviado por Yahvé (Mt 15, 31). Por el contra- junto al empleo parenético que se hace de es- cos (cf. también Jn 12, 29; Ap 6, 1; 10, 3s; 14, (Jot|, fjg, í| boe clamor, grito*
rio, la incredulidad ve, sí, pero no ve, porque ta expresión en 3, 12.19, la adopción de la 2; 19, 6). C. C. Torrey: ZAW 65 (1953) 228- En Sant 5, 4, en plural, dícese del clamor de
permanece obstinada y endurecida frente al fórmula «ver que se acerca el día» (10, 25) es 247; O. Betz: RQ 3 (1961-1962) 41-70; BFF los jornaleros que trabajan en faenas agrícolas
misterio de Jesús; cf. el motivo de la obstina- típica de la escatología de Hebreos, tal como I, 249s; Haag, Diccionario, 243; TRE III, en condiciones de opresión.
ción y el endurecimiento, recogido de Is 6, 9; se muestra en la antítesis entre lo visible y lo 604; J. T. Rook, «Boanerges, Sons of Thun-
29, 10, en Me 4, 12; 8, 18; Mt 13, 13; Le 8, que es esperado pero no es visible, en 11, 1; der» (Mark 3:17): JBL 100 (1981) 94s.
10, y también en Hech 28, 26; Rom 11, 8.10. cf. 11, 3.7. Poif|fleia, ag, r\ boetheia ayuda, socorro*
Se proclama dichosos a los ojos que ven la P.-G. Müller H. Balz En Hech 27, 17 dícese de las medidas de
salvación en Jesús (Me 13, 17; Le 10, 23). La precaución, propias de la técnica naval, que
recuperación de la facultad física de ver es se adoptaron para proteger una nave amena-
síntoma del encuentro de fe con Jesús, que es PXt)TÉO£, 3 Méteos lo que se ha de echar o |$oá(0 boaó clamar, dar voces, gritar* zada por la tempestad: Pcndeíag E%Q&VTO,
quien trae la salvación escatológica (Mt 15, verter* El verbo aparece 12 veces en el NT, de las «adoptaron medidas de protección», consis-
31; Me 8, 24; Le 7, 21). El seguimiento de Je- Le 5, 38: oivov veóv ele; áoxoüc; xaivoíic; que 4 corresponden a Lucas y 3 a Hechos. tentes probablemente en amarrar fuertemente
sús exige que se mire consecuentemente hacia p\r|Téov, «el vino nuevo hay que echarlo en Además del empleo general para referirse al el casco de la nave, todo alrededor, para evi-
adelante (Le 9, 62). odres nuevos». En el NT, el único adjetivo griterío de una multitud excitada (Hech 17, 6; tar que la nave se partiera. Cf. especialmente
verbal en -téoc;; como en la lengua clásica, no 25, 24) y de la referencia, inspirada en pala- E. Haenchen, Apostelgeschichte1 (KEK), sub
3. En Juan el acto testimoniante de «ver» lleva EOTÍV. Cf. BlaB-Debrunner § 65, nota 5; bras de la LXX, al clamor escatológico de loco; Heb 4, 16: elg eftxcuQOV porideíav,
se concibe de manera más fundamental aún, 127, 3; cf. también Me 2, 22 C Koiné © pl; Juan el Bautista llamando a la gente al arre- «[gracia de Dios como] ayuda en tiempo de
porque el acto espiritual de ver, propio de la Le 5, 38 Sin* D fiáKkovoiv. pentimiento (Me 1, 3 par. Mt 3, 3 / Le 3, 4 / Jn necesidad». ThWNT I, 627.
671 Pcndéco - pótQug 672 573 póTQvg - PovXr| 674

ñá de la tierra» (to'üg pótQ'uag xfjg áujté- a pesar de la mala intención de esas personas
|ÍOl]#élO boetheó venir en ayuda, ayudar* PÓQPooog, Ol), Ó borboros lodo, cieno*
El verbo aparece 8 veces en el NT, 4 de ellas En 2 Pe 2, 22 dícese del cerdo, que -apenas \,ov Tfjg yf\c,), u n a v e z 1 u e s e n a efectuado yay de sus pésimas acciones (en Le 23, 51
[a cosecha del grano (vv. 14-16). pouX/r| está asociado con jtQÓí^ig), el decreto
en imperativo como clamor pidiendo ayuda. lavado- se revuelca de nuevo en el lodo (ele;
divino alcanza el fin propuesto. Por otro lado,
La mujer cananea pide ayuda a Jesús para su y.v\io\ibv POQPÓQOD [émoTQétyaaa]; ima-
en Le 7, 30 se presupone que la poi)X,T| de
hija: (3of|§ei |ÍOI, en Mt 15, 25 (a diferencia de gen, tomada de un proverbio, para referirse a PovXevofiai bouleuomai considerar aten-
Dios puede llegar a ser ineficaz. El rechazo de
Marcos); de manera semejante, el padre del los apóstatas. tamente, concebir un propósito, decidir*
los escribas y fariseos, que se negaron a ser
muchacho epiléptico dice: Pori^riGov r|ulv, -> po\>X.f| 4.
bautizados por Juan, muestra su desprecio ha-
en Me 9,22 (cf. también Hech 16,9) o Por^ei
Poooag, á, ó borras el Norte* cia el designio de Dios, quien se vuelve a los
\iov xfj ámoTÍq, ¡ayuda a mi incredulidad (a PovXet)TT|5, OV, ó bouleutes miembro del pecadores. Por el contrario, David aparece co-
mi fe)!» en el v. 24, como clamor pidiendo En la expresión cuto POQQOÍ, del norte, en
Le 13, 29; al norte, en Ap 21, 13; refiriéndose consejo* mo un modelo, porque en su tiempo se dejó
ayuda lanzado por aquel que, confiando en la
también en ambos ejemplos a los demás pun- -> pcuWi 3. guiar por el propósito divino (Hech 13, 36).
palabra de Jesús, se atreve a creer y sabe, no
tos cardinales. BlaB-Debrunner § 253, nota 7. En Heb 6, 17 se acentúa la inmutabilidad y
obstante, que por sí mismo no será capaz de
BHH II, 1320; Haag, Diccionario, 1346s. POVXT|, fjg, i\ boulé decreto, decisión,
permanencia del propósito divino, que Dios
vencer su propia -• ámatía 3 b) 5). Dios ayu-
propósito, intención* confirma por medio de juramento en favor de
da (= salva) en el día de la salvación, 2 Cor 6,
los «herederos de la promesa» (sobre el tópi-
2 (cita de Is 49, 8 LXX). Cristo es el auxilia- póoxio bosko apacentar, cuidar; en voz pa- 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos co de la constancia e inmutabilidad, cf. 1QS
dor de los que son tentados (Heb 2, 18). La siva, pastar* semánticos y campo referencial - 3. $OV\EVXX\Z, -
4. (5o\)X.ei)0(xai - 5. PovKruxa. 3, 15s). La idea de una predestinación para la
tierra ayudó a la mujer perseguida por el dra- En voz activa, guardar un rebaño, por salvación la encontramos en Ef 1, lis. La elec-
gón (Ap 12, 16). Hech 21, 28: Por)fleTTe, ¡so- ejemplo, de cerdos (Le 15, 15), de corderos Bibl: Bauer, Worterbuch, s.v.; H. GroB, Wille, en H. ción de los creyentes precede a la creación.
corro!, en ThWNT I, 627. (Jn 21, 15), de ovejas (Jn 21, 17). El partici- Haag, Bibel-Lexikon 1891; E. Hohne, en BHH III,
2174s; D. Müller, Voluntad, en DTNT IV, 374-381; Pero, al mismo tiempo, esa salvación, que se
pio sustantivado ol póoxovTeg significa los B. Reicke, en BHH III, 1551s, 1553; G. Schrenk, funda en la decisión de Dios y que se mani-
(Joil^Óg, 2 boethos ayudador* pastores (Me 5, 14 par. Mt 8, 33 / Le 8, 34). PoiiXo[tai XTL, en ThWNT I, 628-636; F. Wetter, en fiesta en Cristo, conserva el elemento de es-
Heb 13, 6 (cita de Sal 117, 6 LXX): «El Se- En voz pasiva significa la acción de pacer o LThKX, 1161-1163. peranza, de tal manera que el «heredero» (es
ñor es mi auxiliador] pastar de un rebaño (Me 5, 11 par. Mt 8, 30 / decir, el creyente) sigue estando bajo el cui-
Le 8, 32). 1. pouX.r) aparece principalmente en los es-
dado y la solicitud de Dios.
critos lucanos: 2 veces en Lucas, 7 en Hechos.
En Hech 20, 27 la PouM] xov fleoí) expre-
PÓflvvos, Ol), ó bothynos hoyo, zanja* Los otros tres ejemplos se hallan en primera
BodÓQ Bosor Bosor* sa la quintaesencia de la predicación paulina.
Mt 12, 11: con arreglo a los paralelos rabí- Corintios, en Efesios y en Hebreos.
Nombre indeclinable del padre de Balaán La recomendación de Gamaliel de dejar el de-
nicos, lo más probable es que se haga referen-
cia a una acequia o a un aljibe, cf. bSab, 128b; en 2 Pe 2, 15 (con la mayoría de los manus- 2. El sujeto de PouX/r| puede ser Dios o sarrollo de la comunidad cristiana a merced
Mt 15, 14 par. Le 6, 39. BHH I, 612. critos griegos; B 453 Vgmss sypl1 copsa arm leen pueden ser hombres. Pero la mayoría de los de sí misma, argumenta basándose en el con-
con la LXX [Núm 22, 5; 31, 8; Dt 23, 5] pasajes se refieren a la Poi)X.r| de Dios y sig- traste que existe entre la poi)X/r| de Dios, que
Bed¡)Q; Sin* combina las dos formas y dice nifican, por tanto, el decreto de salvación se impone a pesar de todo, y la Poi)Xr| de los
PoXtj, fjs, r\ bole un tiro (de piedra)* Beojoooóo). adoptado por la voluntad divina. En cuanto hombres, que está destinada al fracaso (Hech
Le 22,41: cboei Xíftov PoX,T)v, se alejó «co- motivo interpretativo del destino de muerte de 5, 38s). Esta tensión entre el designio de Dios
mo a un tiro de piedra». Jesús, este decreto fundamenta la compren- y la intención de los hombres es un tema do-
PotávT|, t]5, í| botone hierba para pastar, sión de su muerte como un acontecimiento minante en Hechos. Contra todos los peligros
vegetación* querido por Dios (en Hech 2, 23 POD^T) es un y toda la oposición que nacen de los designios
(io^í^CO bolizo echar la sonda (para medir
Heb 6, 7: la tierra produce «vegetación pro- término paralelo de HQÓyywoiq; en Hech 4, de los hombres (Hech 27, 12.42), el evangelio
la profundidad de las aguas)* vechosa» (PoTcVvnv eíftetov); dícese de la
Como tecnicismo de la navegación en Hech 28 PcuX.rí está asociado con %£ÍQ), en todo lo (por medio de Pablo) se abre camino hacia
mala hierba en Herm (m) 10, 1, 5; y, en senti- cual los que participaron en la muerte de Je- Roma.
27, 28 (bis). do figurado, de la gente mala, en IgnEf 10, 3, sús (avSgeg 'IaQccriXTTai, Hech 2, 22; eHoá)- En 1 Cor 4, 5 Pablo habla de las PouX,od
o de los falsos maestros, en IgnTral 6, 1. or|g te xai Ilóvuog ü d a t o g aiiv é'dveaiv TCÓV XOIQSICOV. La expresión está parafraseada
(ÍO^Í?, Í 5 O 5 , x\ bolis proyectil, flecha* xai kxolg 'loQai]k, Hech 4, 27) ejecutan en por xót xgvnxá xov axótoug. «Las cosas ocul-
Como v.l. en Heb 12, 20 (Textus Receptus). realidad el decreto de Dios. tas en las tinieblas», el Kyrios las sacará a la
PÓTQUg, l)0£, ó botrys uvas, racimo de
uvas* Sin embargo, la idea de la determinación luz (en su segunda venida). La idea del juicio,
Bóoí;, Bóog, Booz, Boos Boz Ap 14, 18: Al ángel que tiene la hoz afilada, divina de la muerte de Jesús no elimina la res- que está asociada con la idea de la parusía,
-> Bóeg, Bóog. se le encarga que «vendimie los racimos de la ponsabilidad de los que participan en ella. Y, conduce a la advertencia de que no se juzgue
675 PovX,r| - PoiJXoum 676 677 fioúXouai - P0C5 678

a otros «antes de tiempo» (JIQÓ XCUQOÜ). Al rece en sentido ordinario en Hech 27, 39. Los gelios: Mateo (2 veces), Marcos (1 vez), Lu- PoúXoum no debe entenderse aquí única-
recogerse el simbolismo de la luz y de las ti- marineros se proponían llevar la nave a la ori- cas (2 veces) y Juan (1 vez). Los restantes mente en sentido intencional, sino que impli-
nieblas, «se modifica aquí escatológicamente lla. En 2 Cor 1, 17 (bis), Pablo responde a la ejemplos se encuentran en Hebreos, Segunda ca también un acontecimiento asociado con
la antigua enseñanza de que Dios conoce el crítica de que él no es persona de fiar con la de Pedro, Segunda y Tercera de Juan, y Judas. esa voluntad. Además, POTJA.OU.CII expresa
interior del hombre» (H. Conzelmann, Der pregunta ficticia de si lo que él ha planeado aquí la validez absoluta de esa voluntad, que
puede describirse como «humano» (xccxá 2. Como expresión del acto de querer,
erste Briefan die Korinther [KEK], sub locó).
aáoxa), es decir (aquí), como vacilante. Poí>X.ou.cu queda en general muy por detrás sobrepasa a toda voluntad humana y que, por
Tan sólo en el juicio se darán a conocer los de -> (é)'f>éX.a). Hechos vuelve a ser una ex- tanto, no es cuestionable.
motivos del corazón (que es lugar donde se cepción, porque en esta obra predomina deci- En Mt 11, 27 par. Le 10, 22 el Hijo dispone
esconden las intenciones humanas). 5. (taísima intención, voluntad, designio* a quién quiere él hacer la revelación de Dios.
aparece tan sólo 1 vez en Hechos, Romanos y didamente el uso de poíiXoum: una peculiari-
dad relacionada seguramente «con la cercanía Esto no significa arbitrariedad alguna en la
3. Pov^EVTtjs miembro del consejo* apa- Primera Pedro respectivamente. En Hech 27, estilística en que Hechos se encuentra de la elección de la comunidad que ha de salvarse,
rece en Me 15, 43 par. Le 23, 50 como desig- 43 po-úX,r|U.a se encuentra como concepto pa- prosa narrativa de escritores como Polibio, sino que quiere decir que Dios se da a cono-
nación del cargo oficial que desempeñaba Jo- ralelo de Poi)X.f) (v. 42) y significa allí la mal- Diodoro Sículo, Josefo, los cuales siguen pre- cer únicamente en el Hijo y que en el encuen-
sé de Arimatea (por el contrario, en Mt 27, 57 vada intención de los marineros de arrojar por firiendo poúXoum incluso en una época de tro con el Hijo queda determinada la relación
y Jn 19, 38 se le presenta como u.cr&r|xr|g). la borda a los presos. Pablo habla del transición hacia el predominio de £®é\tí>» con Dios. Refiriéndose a los diferentes dones
Esto se interpreta generalmente en el sentido |3o'úX.r||Aa de Dios en una objeción retórica, (Schrenk 630). Además, en Hechos, Poíi- del Espíritu que hay en la comunidad, Pablo
en Rom 9, 19, donde la (coaccionante) volun- Xoum se refiere sin excepción a actos de la dice que el Espíritu se los distribuye a cada
de que esta persona era miembro del sanedrín
tad de Dios se emplea como argumento en voluntad humana (5, 28.33; 12, 4; 15, 37; 17, uno según quiere (1 Cor 12, 11). En Le 22,
(cf. Josefo, Bell II, 405 oí. áoxovteg mi,
contra de la responsabilidad del hombre. En 1 20; 18, 15.27; 19, 30; 22, 30; 23, 28; 25, 42, en el Huerto de Getsemaní, Jesús apela al
PouXeuTaí). Por el contrario, K. H. Rengstorf
Pe 4, 3 el Poí)^r|U.a (xó&v é'&vcóv) aparece en 20.22; 27, 43; 28, 18) cuyo grado de intensi- poder de la voluntad de Dios para que no le
(Lukas15 [NTD], sub loco) supone que (3oTjXeu-
sentido ordinario. El catálogo de vicios, que dad se acrecienta o se atenúa. En Hech 15, 37 haga beber el «cáliz». En Heb 6, 17; Sant 1,
xr\c, significa aquí «miembro del consejo de la figura a continuación, describe lo que está en
ciudad de Jerusalén», lo cual en aquel tiempo consonancia con las aspiraciones paganas. Bernabé insistía en llevar consigo a Juan 18 se acentúa la voluntad de Dios en su carác-
convertía automáticamente a esa persona en Marcos para el viaje misionero. Contra la in- ter salvífico: Dios hizo un juramento a los
miembro del sanedrín. El hecho de que H.-J. Ritz tención de los marineros de arrojar por la bor- «herederos de la promesa», porque quería
Lucas añada aquí a la designación de PODXEII- da a los presos, el centurión estaba decidido a mostrarles lo inmutable que era su decisión
tr|5 el paréntesis 011x05 ovn f)v CTuyvaTaTE- PovXijfia, a t o ? , TÓ boulema intención, salvarle a Pablo la vida (Hech 27, 43). Pero (Heb 6, 17). En cambio, en Sant 1, 18, poú-
en Hech 25, 22 Po'úX.ou.ai se acentúa más Xoum está asociado con el hecho de engen-
freiLiévog xfj (3ouX.fi... (v. 51), nos hace sospe- voluntad, designio bien como un deseo: a Agripa le gustaría oír drar en la fe «por medio de la palabra de la
char que hay aquí un juego de palabras. Al -> POOJW| 5. a Pablo en persona (cf. Hech 17, 20; 1 Tim 6, verdad». Por otro lado, en 2 Pe 3.9, la inten-
parecer, Lucas quiere expresar que los demás 9; Flm 13). ción salvífica del Kyrios sirve para explicar la
fiovkevraí se habían desacreditado a sí mis-
mos por su decisión (PouM|) acerca de Jesús. PovXofiai boulomai querer, insistir en, Poti^oum se usa también para referirse a la demora de la parusía: el Kyrios no ha vuelto
mandar* voluntad humana en Mt 1, 19; Me 15, 15; Jn aún de nuevo, porque él no quiere que nadie
4. Potdtíiojiai considerar atentamente, 18, 39; 2 Cor 1, 15.17; Flp 1, 12; 1 Tim 2, 8; se pierda.
1. Aparición del término en el NT - 2. poúXo|xai H.-J. Ritz
concebir un propósito, decidir* aparece un como acto de la voluntad humana - 3. poi^o^ai como 5, 14; Tit 3, 8; Sant 3, 4; 4, 4; 2 Jn 12; 3 Jn 10;
total de 6 veces: en Lucas y en Hechos, 1 vez acto de la voluntad de Dios, del Hijo, del Kyrios y del Jds 5. PouX.ou.ou tiene resonancias de impera-
respectivamente, 2 veces en Juan y 2 veces en Espíritu. tivo en 1 Tim 2, 8; 5, 14 y Tit 3, 8, donde Pa- P0VVÓ5, OV, 6 bounos colina, cerro*
Segunda Corintios. En Le 14, 31 pregunta Je- blo, haciendo uso de su autoridad apostólica, Le 3, 5: en la predicación de Juan el Bautis-
Bibl.: Bauer, Wóríerbuch, s.v.; H. GroB, Wille, en
sús, en una imagen del material peculiar de Haag, Bibel-Lexikon, 1891; E. Hohne, en BHH III, manda a diversos grupos de la comunidad o ta, este término aparece junto a 6005 (en una
Lucas, qué rey habrá que, con un ejército in- 2174s; D. Müller, Voluntad, en DTNT IV, 374-381; individualmente a Tito que observen una de- cita de Is 40, 4 LXX); en Le 23, 30, en las pa-
ferior, vaya a enfrentarse con un enemigo dos B. Reicke, en BHH III, 1551s, 1553; G. Schrenk, terminada conducta. labras dirigidas por Jesús a las mujeres de Je-
poú^onai m\., en ThWNT I, 628-636; F. Wetter, en
veces superior y no piense primero atenta- LThK X, 1161-1163. Para más bibliografía, cf. 3. Como referencia a la voluntad de Dios, rusalén que lloraban y se lamentaban: tote
mente si ha de comenzar siguiera la batalla. ThWNT X, 1016. del Hijo, del Kyrios o del Espíritu, Poligonal ctQ^ovTai Xiyeiv... xolg pouvotg" xaX,í)i|)ax£
En Jn 11, 53; 12, 10, PoiAEÍioum se usa a aparece sólo 7 veces. En esos casos el verbo rjuag (en cita de Os 10, 8 LXX).
propósito de la intención del sumo sacerdote 1. PoMoum aparece 37 veces en el NT. se emplea siempre en su significado funda-
de dar muerte a Lázaro y del plan de los su- En Hechos es donde más aparece el término mental de querer como acto de la voluntad, (Í0Í5, (Í0Ó5, ó, í\ bous res vacuna (en
mos sacerdotes y de los fariseos de dar muer- (14 veces). Siguen Pablo (5 veces), las Pasto- un acto que queda determinado, no obstante, masculino buey, en femenino vaca)*
te a Jesús: concibieron el propósito de dar rales (4 veces) y Santiago (3 veces). El verbo por el sujeto de la acción de querer (Dios/el En Le 13, 15; 14, 5, en las enseñanzas de
muerte a Jesús o a Lázaro. pO'uXe'úou.ca apa- se halla escasamente atestiguado en los evan- Hijo/el Kyriosléi Espíritu). Por este motivo, Jesús acerca del sábado: Todo el mundo dará
679 Poüg - podoíig 680 681 Pe<x6í>s Poécpog 682

de beber a su buey en sábado o lo sacará de un la meta de la carrera de la vida cristiana no se «lento para hablar» (en contraste con xa%vq P()é<jpog, ovg, TÓ brephos niño pequeño,
pozo. En sentido general en Le 14, 19: ^EX^r) ha alcanzado todavía. Por el contrario, en la eíg TÓ áxovom, «pronto para oír»), junta- lactante*
POCÜV... Jtevte, «cinco yuntas de bueyes». En Carta primera a los corintios, lo que se pre- mente con PpaSiic; elg ÓQyr\v, «lento para la
Jn 2, 14 Jesús expulsa del templo a los que tende es estimular a todos a un empeño deno- ira»; en sentido figurado en Le 24, 25: (3QO> fordBibl:
2
F. W. Beare, The First Epistle of Peter, Ox-
1958, 88-90; L. Goppelt, Der Erste Petrusbrief
vendían ganado y a sus bueyes (a diferencia dado y consciente por vivir una vida cristiana. ÓEtg Tfj xagoíq xov mateijeiv, «tardos de (KEK), Gottingen 1977, 133-138; S. Légasse, Jésus et
de Me 11,15 par., que se refiere únicamente a Pero lo que no se pretende afirmar es que sea corazón para creer». l'enfant, Paris 1969, 352 (s.v. en el índice analítico);
vendedores de palomas; cf. Billerbeck I, 850- una sola persona la que alcance el premio. A. Oepke, nalc, %xX., en ThWNT VI, 636-653; K. H.
852). poüg aparece en 1 Cor 9, 9 (bis) y 1 Este elemento no entra en la metáfora, en el Schelkle, Die Petrusbriefe. Der Judasbrief (HThK),
Freiburg i. Br. 21964, 54-57; E. G. Selwyn, The First
Tim 5, 18 en la referencia que se hace de la sentido en que ésta se halla concebida. $Qabvtt\S, 1JTOS, tj bradytés tardanza, Epistle ofSt. Peter, London 21947, 154-156.
norma de proteger a los animales (en Dt 25, El verbo (3Qa(3eí)ü), usado en sentido abso- demora*
4), aplicándola a la obligación que tienen las luto, tiene en Col 3, 15 el sentido más general En 2 Pe 3, 9, recogiendo la idea de -> PQCC- 1. PQeqpog aparece 8 veces en el NT, 6 de
comunidades de proveer al sustento de sus de dominar, reinar, regir, determinar. Los Súvco; la traducción, que por lo demás es co- ellas en Lucas-Hechos. Designa no sólo al ni-
apóstoles (y presbíteros). BHH II, 1018, cristianos están llamados a la paz de Cristo en rriente y que habla de «pereza, negligencia», ño todavía no nacido, al feto (Le 1, 41.44; cf.
1328; Haag, Diccionario, 1683s. un solo cuerpo, que es la Iglesia. Los destina- introduce en el contexto una (equivocada) con- Eclo 19, 11), sino también -en la mayoría de
tarios deben responder internamente a esta notación moral. los casos- al lactante, al niño pequeño (Le 2,
realidad eclesiológica, haciendo que sus sen- 12.16; 18, 15; Hech 7, 19; 2 Tim 3, 15; 1 Pe 2,
P{)a(Í£Íov, ov, TÓ brabeion premio, re- timientos, pensamientos y deseos estén deter- 2). Una expresión idiomática es: ájtó PQÉ-
compensa* minados por la paz de Cristo, una paz que Pgaxíwv, ovo?, ó brachión brazo* epoug, desde la infancia (2 Tim 3, 15: cf. Fi-
(3Qa(3et)Cü brabeuo actuar como juez o arbi- consiste en que queden anuladas las diferen- En el NT se usa únicamente en la imagen lón, SpecLeg II, 33). En la mayoría de los pa-
tro, dirigir* cias hasta ahora existentes entre judíos y gen- que habla del brazo de Dios, siguiendo siem- sajes, Pgécpog tiene significado directamente
Bibl: A. Ehrhard, An Unknown Orphic Writing in tiles, etc. (v. 11). pre a la LXX: Le 1, 5 (cf. Sal 89, 11 LXX), teológico.
the Demosthenes Scholia and St. Paul: ZNW 48 W. Stenger refiriéndose al poder de Dios frente a sus ad-
(1957) 101-110; V. C. Pfitzner, Paul and the Agón Mo- versarios; Jn 12, 38 (cita de Is 53, 1 LXX), ó 2. La aparición del término en Le 18, 15 y
tif, Leiden 1967, 82-98, 153-156; E. Stauffer, PQO> 1 Pe 2, 2 tiene interés teológico. En el primer
peiico, Peajkíov, en ThWNT I, 636s. Ppa/ícov KVQÍOV, refiriéndose a los or|u.eía
PQa(iet)ti) brabeuo actuar como juez o ar- de Jesús; Hech 13, 17, Liexá PQOIXÍOVOC; texto, Lucas sustituye Jtai8ía (en Marcos y
El sustantivo PQCC|3EIOV aparece únicamen- bitro, dirigir Mateo) por t á pfjé(pr|. Aun prescindiendo de
íiilrntarü (cita de Ex 6, 1.6), «con brazo alza-
te en Pablo (1 Cor 9, 24; Flp 3, 14). Está to- ->• pQa(3£iov. la predilección del evangelista por pQÉqpog,
do». ThWNT I, 638; X, 1016 (bibliografía);
mado del lenguaje deportivo helenístico. En la elección del término trata de acentuar el
Haag, Diccionario, 411. simbolismo existente en la fuente. Después
ambos casos significa el premio que, en forma
de corona de victoria, se concede al vencedor P(>a8'ÚV0) bradynó tardar, demorar, ser de la narración ejemplar de 18, 9-14, que Lu-
en una carrera de competición (1 Cor 9, 25). lento* cas entiende como una enseñanza sobre la
P(>a%vg, 3 brachys breve, poco*
El sentido objetivo de la imagen es compara- 1 Tim 3, 15: eáv Sé ppaSiivoo, «en caso de «humildad» (cf. vv. 9 y 14b; ->• TOutEivód)), los
En el NT siempre tiene género neutro. PQÉ<PT], con su extraordinaria «pequenez»,
ble en ambos casos. La corona, que es «impe- que mi llegada se demore»; 2 Pe 3, 9: ov pQa-
8Í)VEI xÚQiog xr\g enayysXíag (genitivo de
En 4 de las 7 veces que aparece, se hace re- ilustran mejor que nada el mensaje que los
recedera» porque es Dios quien la concede (1 ferencia a un «breve tiempo»: Le 22, 58:
Cor 9, 24s), significa -formulándolo en senti- separación), «el Señor no demora (el cumpli- evangelistas quieren trasmitir por medio de
miento de) la promesa; cf. BlaíS-Debrunner § \itxa PQCIXÚ, «un poco más tarde»; Hech 5, este episodio (Le 18, 16-17 par.): tan sólo los
do negativo- que Pablo o los destinatarios de 34: $Qa%v, «durante unos momentos»; Heb
la carta no son descalificados en la prueba (v. 180, nota 6. humildes (cf. Le 1, 51s) entrarán en el reino
2, 7.9: PQÜCXIJ Tl> «/""" breve tiempo», refi- de Dios; cf. G. Schneider, Lukas II (ÓTK),
27), y -formulándolo en sentido positivo-
riéndose a que el Hijo del hombre fue humi- 366s.
que serán hechos partícipes de lo que el evan-
pQadvJlXoéü) bradyploeó navegar lenta- llado durante algún tiempo por debajo de los La imagen de los niños recién nacidos
gelio promete (v. 23). Así, pues, el premio de
mente* ángeles (cita del Sal 8, 6 LXX, donde el sen- (áQTi/yévvT]Ta ppé(pr|) tiene una correspon-
la victoria, según Flp 3, 14, consiste en que
Hech 27, 7: la nave de Pablo y de sus com- tido original es que la posición del hombre diente función parenética en 1 Pe 2, 2). La
Pablo ha de alcanzar el mundo celestial, hacia
el que Dios le lleva por medio de su vocación pañeros zarpó de Alejandría y navegó lenta- es «un poco» inferior a la de los ángeles). comparación se explica de la manera más sa-
en Cristo Jesús, o en que ha de llegar a la «re- mente. En otros casos se hace referencia a una pe- tisfactoria, refiriéndola no a los cristianos en
surrección de los muertos» (v. 11). Ahora queña cantidad: Jn 6, 7: Ppa^ú ti, un poco; general sino a los recién bautizados. El punto
bien, la imagen de la carrera de competición Heb 13, 22: oía ^Qa^écov, «en pocas pala- principal de la comparación es el vivo deseo
pQaóvg, 3 bradys lento* bras»; en sentido espacial en Hech 27, 28, con que los recién nacidos ansian el pecho
tiene distinto significado en ambos casos. En
El adjetivo está usado parenéticamente en PQÜ/ÍJ 8é 8iaoxr|aavTE5, «un poco más ade- materno (-> yáXa), símbolo del «apetito» con
Filipenses, la imagen muestra sobre todo que
Sant 1, 19 (bis): pQa5í)g ele; xb \a\f\oai, lante». que los neófitos deben anhelar los bienes es-
683 Peéípog - PguYuóg 684 685 PQ1T/U.ÓC; - PQCOfia 686

pirituales. En todo ello no hay que excluir ó brochos lazo* una referencia a alguna clase de purificación
PQÓ%0£, OV, um (en hebreo, naham), el sonoro rugido del
tampoco el motivo de la inocencia infantil (cf. JEn el NT el término se usa únicamente en llevada a cabo mediante la defecación, inter-
león que va a lanzarse sobre la presa (Prov 19,
v. 1 y 1 Cor 14, 20; Herm [s] 9, 29, 1-3). Se sentido figurado. En 1 Cor 7, 35 en la expre- pretación que sería imposible gramaticalmen-
12; Eclo 51, 3), con el castañeteo de dientes
ilustran así las obligaciones que dimanan del sión PQÓXOV émpócXAcü, «echar un lazo», es te.) En Rom 14, 15.20 Pablo considera que el
del enfermo que tiene mucha fiebre o con
nuevo nacimiento en el bautismo. decir, «imponer una restricción». alimento, es decir, lo que uno come (v. 2:
imágenes del remordimiento y de los repro-
S. Légasse ches dirigidos contra uno mismo. «uno come de todo, otro come sólo vegeta-
les»), no tiene importancia ninguna para la fe
V. Hasler
Píjé/w brechó llover, hacer llover, mojar* P(JUYJ*ÓS, O©, Ó brygmos rechinamiento (v. 6; cf. 1 Cor 8, 8), pero lo que sí es impor-
En Mt 5, 45: PQÉXEI, el sujeto es Dios, que de dientes* tante es el ejercicio del amor fraterno. De ma-
«hace llover sobre justos e injustos»; en Sant PQÍIXCO brychó rechinar los dientes* PQÍ)X*D brychó rechinar de dientes nera parecida argumenta también 1 Cor 8,
5, 17 (bis) el verbo se entiende en sentido im- ->• figvyyióq. 8.13. PQCOUXX comprende también la carne sa-
Bibl: A. Kretzer, Die Herrschaft der Himmel und die crificada a los ídolos, carne que los «débiles»,
personal: «llueve»; cf. Ap 11, 6: iva ur) vexbg Sóhne des Reiches, Würzburg 1971, l l l s ; K. H. Rengs-
PQÉXÍI T a S TpÉQCic;, «a fin de que no llueva torf, (3gTJx<ü, PgUYUÓs, e n ThWNT I, 639s; xkaíw,
por viejos hábitos, consideran todavía como
|ÍQÚ(0 bryó hacer brotar, hacer manar* cosa que tiene que ver con los ídolos; por eso,
durante los días...»; en Le 17, 29, ef>Q£%ev xA.au§|iós, en ThWNT III, 721-725; B. Schwank, Sant 3,11: una fuente no hace manar por el
(según Gen 19, 24 LXX) no se entiende segu- «Dort wird Heulen und Zdhneknirschen sein»: BZ 16 sienten problemas de conciencia si la prue-
(1972) 121s; O. H. Steck, Israel und das gewaltsame mismo caño agua dulce y agua salobre, como ban. Pero los «fuertes» creen que pueden co-
ramente en sentido impersonal, sino que se Geschick der Propheten, Neukirchen-Vluyn 1967, imagen de que de una misma boca no debe merla, por el sentimiento de libertad que han
refiere a la acción de Dios que hizo llover; se- 263ss; D. Zeller, Das Logion Mt 8, Us-Lk 13, 28s und brotar la maldición y la alabanza. adquirido mediante la fe. La contraposición
gún Le 7, 38.44 la pecadora empapa con sus das Motiv der «Volkerwallfahrt»: BZ 15 (1971) 222-
237; 16 (1972) 84-93. efectuada por el Apóstol se halla preparada en
lágrimas los pies de Jesús. 1 Cor 6, 13, mediante la indicación que él ha-
(}QO)|ua, a t o ? , t ó broma alimento* ce de la finalidad de la toma de alimentos.
El sustantivo aparece 7 veces en el NT (de
PQOVTIÍ t¡S, lij bronte trueno* ellas, 6 veces en Mt), siempre en la construc- 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
Además de Me 3, 17 y Jn 12, 29, este tér- semánticos - 3. Campo referencial. 1 Tim 4, 3 se halla dentro de un contexto en
ción de genitivo PQUYM-0? TCOV ÓOÓVTCOV, en el que se hace una advertencia contra los fal-
mino se encuentra sólo en el Apocalipsis (4, aquellas palabras apocalípticas de amenaza: Bibl: J. Behm, porosa XTL, en ThWNT I, 640-
5; 6, 1; 8, 5; 10, 3.4 [bis]; 11, 19; 14, 2; 16, sos maestros que exigen que uno se abstenga
«allí habrá llanto y rechinar de dientes». El 643; H. Leroy, Ratsel und Mifiverstandnis (BBB 30),
18; 19, 6). Dícese de la voz de Dios en Jn 12, Bonn 1968, 147-155. de probar el vino (5, 23), del matrimonio y
verbo aparece únicamente en Hech 7, 54. también de determinados manjares. El ali-
29; cf., con sentido semejante, qpü)vr| PQOVifjg,
el «sonido del trueno» en Ap 6, 1; 14, 2; 19, Mt 8, 12 procede de la fuente Q (par. Le 13, 1. (3fJü)na aparece 17 veces en el NT, fre- mento es también objeto de controversia en
28), de la sentencia sobre la exclusión de sen- Heb 13,9, pero donde no se ve claro si se tra-
6; también en 10, 3. Ap 4, 5: áoTocutai xai cuentemente en controversias sobre cuestio-
tarse a la mesa con los patriarcas. En la perí- ta de excesos cometidos en las comidas cul-
(poovod xcd Prjovtaí, «relámpagos, estruen- nes éticas (por ejemplo, Me 7, 19; Rom 14,
copa del centurión de Cafarnaún, Mateo con- tuales (v. 10) o de exigencias ascéticas. En
dos y truenos» salen del trono de Dios como 15.20). Las personas que son objeto de las Heb 9, 10 las comidas y las bebidas (que por
fenómenos que acompañan a la teofanía (cf. firma así la reprobación de Israel. Mt 13, confrontaciones son judíos o judeocristianos el contexto se ve que tiene su lugar propio en
Ex 19, 16; Ez 1, 13); cf. Ap 8, 5; 11, 19; 16, 42.50; 22, 13; 24, 51; 25, 30 forman parte de (Me 7, 19), algunos miembros de las comuni- el culto divino) se consideran como asuntos
18. En Ap 10, 3s, en correspondencia con los las conclusiones redaccionales de las parábo- dades (Rom 14, 15.20; 1 Cor 8, 8.13; Heb 13, del viejo orden de cosas, que tiene sólo vali-
siete sellos, los siete tañidos de la trompeta y las sobre el juicio. Mateo exhorta a los miem- 9) y determinados falsos maestros (1 Tim 4, dez provisional.
las siete copas retumban siete truenos que re- bros de su iglesia a obrar con la justicia que 3). Otros textos reflejan temas específicos de
cogen la voz del ángel (WOXEQ Xicov u.uxcx- Jesús exige, y los amenaza con la condena- El plural se usa para referirse a los alimen-
confrontación. El término se usa también en tos necesarios para el sustento, en el pasaje de
Toa, v. 3a; cf. Os 11, 10; Am 1, 2; 3, 8; Jl 4, ción al fuego eterno y a las tinieblas del Ha- los relatos de la multiplicación de los panes y la multiplicación de los panes (Mt 14, 15, a
16) y se la trasmiten al vidente (cf. también des o a heredar el infierno. en las palabras de Juan el Bautista (Le 3, 11). diferencia de Le 9, 12 [EJtioiTiO(ióg], pero en
Sal 29, 3ss). A propósito de Me 3, 17 -> Boct- La correspondiente expresión verbal rechi- la interpolación lucana del v. 13c encontra-
vr\Qyéq. ThWNT I, 638s; BHH I, 349; Haag, nar de dientes (PQIJXCO; en hebreo, haraq sin- 2. PQWIXCC puede traducirse por alimento, mos también el plural Pfjcó|j,aTa para reforzar
Diccionario, 1972. nayim 'al) designa el encolerizado regañar de comida, víveres, y contrasta el sentido literal la idea de la escasez de alimentos disponibles
dientes del enemigo mortal (Hech 7, 54; Job con el empleo metafórico, figurado y tipoló- frente a la gran necesidad que existía de
Pyo/ti, f¡5, rj broche lluvia* 16, 9; Sal 34, 16; 36, 12; Lam 2, 16) o el de- gico del término. ellos). En las palabras del Bautista en Le 3, 11
En Mt 7, 25.27 dícese del aguacero (de in- sesperado castañetear de dientes de los conde- se señala la obligación que tiene el que posee
vierno), que hace bajar tanta agua que puede nados en el infierno (Sal 111, 10 LXX; Hen 3. Me 7, 19c contiene, frente a los precep- PQCÍ)u.cn;a, de compartirlos con los pobres.
hacer que se derrumbe una casa mal cimenta- [et] 108, 3-7; MidrEcl 1, 15 [lia]; cf. Biller- tos judíos relativos a la pureza, una declara- (3Q(ü|xa se usa como imagen en 1 Cor 3, 2;
da. BHH III, 1568-1571; Haag, Diccionario, beck IV, 1029-1118, especialmente 1040 ss). ción expresa de Jesús de que todos los ali- designa, en contraste con la «leche», las exi-
1130. Hay que rechazar toda relación con (3QU)(áo- mentos son puros. (No debe entenderse como gencias superiores que tiene la predicación
687 poñua -- PQWoig 688 689 Pgcbaig - púaaog 690

misionera, y puede traducirse por alimentos san Juan I, 515). Una diferencia parecida de esa sangre conceden gratuitamente la vida
2. En contraste con -> PQÚOIUX, vemos que
sólidos. niveles de comprensión se encuentra también eterna (v. 54) y la comunión con el Dador de
PQóbaig se refiere no sólo a la acción de co-
En Jn 4, 34 la idea de ppcoiía está vincula- en Jn 6, 27: las palabras de Jesús acerca del las mismas (v. 56).
mer como actividad humana, sino también al
da con la petición anterior de los discípulos pan. El v. 26 desenmascara los motivos de H.-J. van der Minde
hecho de ser consumido por insectos, y tam-
(v. 31) y con la pregunta que ellos se hacen en aquella multitud, que sólo quiere pan para
bién a la comida misma, principalmente en el
el v. 33, pero recoge también la idea de -> saciarse, es decir, que busca un alimento pe- (Judí^G) bythizó hundir; en pasiva, hundirse*
evangelio de Juan (entonces el término se ha-
Poróoig, que se ha empleado ya en otro nivel. recedero (v. 27b). El segundo empleo del tér- Le 5, 7: IÓOXE Pudí^eofrai ama [xa
lla muy cerca de Pocótia). Especialmente en
Mientras que los discípulos siguen entendien- mino (v. 27b) lo eleva al plano de la com- jt^.oTa], «de tal manera que comenzaban a
Juan se abandona el plano del sentido literal,
do literalmente las ideas de (3rjú)Lia y PQó&oig, prensión metafórica: «sino por el alimento hundirse»; el verbo se emplea en sentido fi-
y pQüíoig se usa en sentido figurado.
las palabras se refieren aquí a una realidad es- que permanece para la vida eterna». Los ele- gurado en 1 Tim 6, 9 para referirse a las se-
piritual más elevada. mentos interpretativos «vida eterna» (v. 27) y ducciones que «hunden a los hombres en la
3. En la sentencia aforística de Mt 6, 19s, «hacer las obras de Dios» (v. 28; cf. 4, 34 en
Jtvex)[xaxixóv porótia en 1 Cor 10, 3 (posi- ruina y la perdición».
PQcóoig, asociado con or|g, significa tan sólo el mismo contexto), es decir, el hecho de creer
blemente una expresión con la que los cristia-
nos estaban muy familiarizados; cf. Did 10, el hecho de ser comido por insectos (cf. Mal en el Enviado, así como también las secciones
3, 11), los cuales tienen una actividad destruc- f i u d ó g , oi5, ó bythos lo profundo, alta
3), en esta sección que se refiere al éxodo de paralelas 4, 13s y 4, 32s excluyen ya la com-
tora e impiden, por tanto, guardar y atesorar mar*
Israel de la tierra de Egipto, es, como el bau- prensión «eucarística» de este pasaje. Por tan-
cosas terrenales. En 2 Cor 11, 25 Pablo refiere: «He pasado
tismo en Moisés (v. 2) o la bebida espiritual to, lo del «alimento que permanece» implica
Pablo, en 1 Cor 8, 4, emplea el término en una noche y un día sobre lo profundo del mar
(v. 4), un tipo, es decir, «una expresión antici- el enunciado en indicativo que habla de reci-
el sentido del acto humano de comer, dentro (es decir, como náufrago)» (vu%,f)r|u.eQOV ev
pada, en la historia de la salvación, de lo que bir la vida, y el enunciado en imperativo que
del contexto en que trata del problema sobre x& P^§q> jtsJtoÍTpux).
ha de venir» (L. Goppelt, Typos, Gütersloh exhorta a hacer las obras de Dios creyendo en
1939, 176), a saber, un tipo del alimento eu- si es lícito comer la carne sacrificada a los el Enviado. A diferencia de 4, 32 y 6, 27, ve-
carístico. Partiendo de esta referencia, Pablo ídolos. Lo emplea también en este sentido en mos que 6, 55 no puede entenderse en sentido $VQOtv$, 80)g, ó byrseus curtidor*
puede hablar del «alimento espiritual», por- una sentencia sobre el reino de Dios, en Rom metafórico. Lo excluye el áX.Tidr|g, que se re- Sobrenombre y profesión de un cristiano
que en ese alimento comienza ya a actuar el 14, 17, una sentencia que resulta sorprenden- pite dos veces («verdadera comida - verdade- llamado Simón, de Jope: Hech 9, 43; 10, 6.32.
mismo Espíritu. te, si tenemos en cuenta el contexto. El versí- ra bebida»). Lo de ser curtidor era considerado por los ra-
H.-J. van der Minde culo se refiere a la confrontación que se había binos como uno de los oficios manuales más
producido también en Roma entre «fuertes» y despreciables. Los talleres de curtido (por el
áX.T)^r|g es la lectura que debe preferirse en Jn
«débiles» (cf. 1 Cor 8) acerca de los alimen- 6, 55 por estar mejor atestiguada (p66 p" B C K al) fuerte olor que despedían) solían estar situa-
(ÍQbMJipiOg, 2 bwsimos comestible* tos que estaba permitido comer en la comuni- y por ser la variante textual más difícil (en com- dos fuera de las ciudades (cf. Is 7, 3). Pedro,
Le 24, 41: t i pQ(úouu.ov, «algo de comer». dad cristiana (v. 2). Pablo eleva los dos enun- paración con áX/rrorog). Ahora bien, para com- según Hechos, hace caso omiso de esos pre-
ciados negativos (v. 15a.b), la vulneración del prender exactamente el versículo, hay que aclarar juicios y limitaciones. Billerbeck II, 695;
primero la función gramatical y lingüística de BHH I, 548.
amor fraterno y la destrucción de la obra sal-
P{HO(Tig, E(Og, T| brosis la acción de comer, áXr|'&r|g. Es adjetivo y se refiere a PQÓ&oig y a
vífica de Cristo, al plano de lo que positiva- jtóoig. En general, en griego este término signifi-
el alimento*
mente es un principio y una verdad universal, ca verdadero, veraz, real, genuino. Pero en el len- p ú a o r i v o ; , 3 byssinos hecho de lino fino*
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos por el cual el señorío futuro de Cristo se en- guaje joánico significa: verdadero, veraz, digno En el NT el término aparece únicamente en
semánticos - 3. Campo referencial. cuentra ya activo en el presente. PQCóaig lo de confianza (R. Schnackenburg, El evangelio se- Ap 18, 12.16; 19, 8 (bis).14, siempre como
Bibl: J. Behm, porosa m^-> en ThWNT I, 640-643. hallamos también en el sentido de comer en 2 gún san Juan II, 106). adjetivo sustantivado, para referirse a los lu-
Cor 9, 10 y Col 2, 16. Heb 12, 16 alude al tra- jos de la gran Babilonia (18, 12.16) y a la ves-
1. De las 11 veces que el término aparece to que hicieron Esaú y Jacob acerca del dere- Si nos basamos en el lenguaje joánico, ve- tidura limpia y esplendorosa de la comunidad
en el NT, 4 corresponden a Juan (4, 32; 6, 27 cho de primogenitura (Gen 25, 29-34). PQUV mos que se presupone, sí, la realidad de la como esposa que es de Cristo (19, 8) o bien
[2 veces]; 6, 55), 4 a las cartas paulinas (Rom oig significa aquí comida o plato. carne y de la sangre, pero el acento especial para referirse a los ejércitos celestiales que
14, 17; 1 Cor 8, 4; 2 Cor 9, 10; Col 2, 16), 2 a recae sobre la cualidad de esa comida (verda- van en pos de Cristo (19, 14). En 19, 8b lo de
Mateo (6, 19.20) y 1 a Hebreos (12, 16). Por Jn 4, 32 (Prjcooig en labios de Jesús), en el estar vestidos de lino fino se interpreta como
dera comida) y de esa bebida (verdadera bebi-
tres veces el término aparece juntamente con diálogo con los discípulos, se halla sólo co- xa óixaicÚLuxTa XCÜV óvyícüv.
da; sobre la ausencia del artículo en los predi-
jióoig (Jn 6, 55; Rom 14, 17; Col 2, 16). nectado externamente con la precedente ex-
cados nominales cf. BlaB-Debrunner § 273),
pocdoig se emplea en aforismos en Mt 6, 19s hortación que le dirigen los discípulos: «Rabí,
y 2 Cor 9, 10 (este último formulado quizás come» (v. 31). «La entera expresión de 'tener
una cualidad que resalta por lo que se ha di- Pvaaos, ov, r\ byssos lino fino*
por el mismo Pablo). Heb 12, 16 es una alu- cho en los versículos anteriores y por lo que En Le 16, 19 púaaog describe, juntamente
un alimento para comer' resulta una metáfo-
sión al AT. se dice en el versículo siguiente: esa carne y con jtoQqpÚQa, la vestidura del hombre rico;
ra» (R. Schnackenburg, El evangelio según
691 píioaoc, - pa>u.óg 692 693 694

Hech 18, 12 Textus Receptus (en vez de ->


Píiaaivog). Pauly-Wissowa 111/1, 1108-1114:
BHH II, 1072; Haag, Diccionario, 1109.
Mac 1, 59. Lucas pensaba probablemente en
altares dedicados a «dioses desconocidos»
(cf. Pausanias I, 1, 4; V 14, 8; VI 3, 5; Dióge-
rY
nes Laercio I, 110, que habla de «altares sin
(Í0)|HÓ5, OÍ3, ó bomos altar* nombre» [ávtí)vv[íOvg |3cDu.oijg]), aunque has- María el nacimiento de Jesús ( 1 , 26). Ga-
T a f e a d a Gabbatha Gábata (Gabata)
En Hech 17, 23 dícese del altar con la ins- ta ahora no se ha probado claramente por me- briel se presenta a sí mismo ante Zacarías
-> ^iftÓOTQCÚTOg.
cripción áyv(oax& •freo», que Pablo -según dio de inscripciones la existencia de altares como ángel del Señor (1, 11), que está en la
Lucas- encontró en Atenas. |3(ou.ós (en con- como el que se menciona en Hechos. ThWNT presencia de Dios (1, 19; cf. Tob 12, 14s),
traste con •fl"U0ici0Tr|rjiov) designa única y ex- III, 182; Pauly-Wissowa III/l, 681s; BHH I, r a P e m ^ Gabriel Gabriel* mientras que Le 1, 26 le menciona por su
clusivamente, como ocurre en la LXX, a los 63-65,2047; Haag, Diccionario, 61ss; E. Haen- 1. Gabriel en el AT y en los escritos apocalípticos - nombre. La presentación que Gabriel hace
altares dedicados a dioses extraños; cf. espe- chen, Apostelgeschichté1 [KEK], sub loco; -> 2. Gabriel en el NT. de sí mismo en 1, 19 se halla claramente re-
cialmente la contraposición que se hace en 1 áyvoéco 3. Bibl: Billerbeck II, 89-99; Bousset-GreBmann, lacionada con el oficio profético del mensa-
320-331; S. A. Horodezky, Michael und Gabriel: jero en el AT, donde el encargado de Dios se
MGWJ 72 (1928) 499-506; C. H. Hunzinger, en RGG legitima a sí mismo nombrando al sujeto de
II, 1185; R. Laurentin, Traces d'allusions étymologi-
ques en Luc 1-2: Bib 37 (1956) 435-456; J. Michl, en la misión. La objeción de Zacarías y su peti-
RAC V, 239-243; P. Schafer, Rivalitat zwischen En- ción de una señal (1, 18) y el anuncio de esa
geln und Menschen, Berlin 1975. señal por Gabriel ( 1 , 20; cf. 1, 63-80) se
1. El nombre de Gabriel («hombre de Dios» o ajustan a los relatos de vocación que halla-
«Dios es mi fuerza», quizás también «Dios se ha mos en el AT (Ex 3, 1-4.17; Jue 6, 11-22) y
mostrado fuertemente», como piensa M. Noth, nos hacen ver la influencia de los mismos.
Die israelitischen Personennamen, Stuttgart 1928) Tan sólo aquí, en todo el NT, se presenta a
se menciona tan sólo dos veces en el AT. Según Gabriel como mensajero de Dios. En cone-
Dan 8, 16, él interpreta a Daniel la visión habida xión con la tradición del AT, Lucas describe
en sueños (cf. 8, 17-26). Y en Dan 9, 21 Gabriel
desempeña también la función de intérprete angé- a Juan y a Jesús a la luz del antiguo pacto,
lico (9, 22-27). Sigue siendo incierto si Dan 10, acentuando aún más esa tradición al presen-
4-6 y 12, 6s se refieren a Gabriel, pero es posible tar a Juan como Elias redivivus (1, 17). En
que así sea, si tenemos en cuenta lo que se dice otros pasajes del NT, especialmente en el
en 8, 15. Apocalipsis, donde se habla globalmente de
En los escritos intertestamentarios, los apoca- los ángeles, es posible que a veces se piense
lípticos se interesan mucho por los ángeles en ge- también en Gabriel, pero sin mencionarlo
neral y también por Gabriel. Como es uno de los
príncipes angélicos (Hen [et] 9, 1; 10, 9; 40, 9; expresamente.
54, 6; 71, 8s.l3; ApMo 40; ApEsd [gr] 6, 2; cf. D. Sanger
también 1QM 9, 15s), Gabriel es considerado ar-
cángel (Hen [esl] 21, 3). Él intercede ante Dios
por los hombres pecadores (Hen [et] 40, 6; cf. 99,
3; ApBar [gr] 11, 4; Job 33, 22-25) y reina sobre YáYYCJttiva, *1S> ^ gaggraina ulceración,
el paraíso (Hen [et] 20, 7). Gabriel, juntamente tumor canceroso*
con otros ángeles, ha sido designado para que En 2 Tim 2, 17 dícese en sentido figura-
presida el fin de la vida (ApEsd [gr] 6, ls); ade- do de los falsos maestros gnósticos que se ex-
más, Dios le ha nombrado ángel castigador por tienden como úlceras malignas. BHH 11,1001.
los hijos nacidos de los matrimonios con ángeles
(Hen [et] 10, 9s; cf. Gen 6, 1-4 y C. Westermann,
Génesis I [BK], 493s), y coopera con otros ánge-
les en el juicio sobre los ángeles que apostataron r á 5 Gad Gad*
de Dios (Hen [et] 54, 5f). Acerca de Gabriel en la En Ap 7, 5, nombre de la tercera de las do-
literatura rabínica, cf. Billerbeck. ce tribus de Israel, de cada una de las cuales
fueron sellados 12.000 siervos de Dios (cf.
2. Gabriel es quien, en Lucas, anuncia a también Gen 30, 11; 49, 19 y passim). BHH I,
Zacarías el nacimiento de su hijo (1, 19) y a 507s; Haag, Diccionario, 728s.
695 ra5aoT)vóg - Iaíog 696 697 yáXa - FaXana 698

ra8aQt]VÓ5, 3 Gadarenos gadareno Sin embargo, yaí¡ocpi)Xáxiov no indica ne- yáXa, axtog, t ó gala leche* rcdáTt|S, ov ó Galates gálata
-> l£fjao"r|vóc;. cesariamente una de las trece cámaras para Con excepción de 1 Cor 9, 7, donde yáka ->• raXmía.
el almacenamiento de ofrendas, ya que la ex- designa en sentido propio el líquido obtenido
presión páXAeiv %ak%bv ele, xb yat,o(pv'ká- al ordeñar a la hembra de ganado vacuno o de TaXatía, a?, Galatia Galacia*
Tá^a, r\c, Gaza Gaza*
xiov (Me 12, 41; cf. v. 42 y 43) no sólo pue- ganado menor, vemos que en el NT el térmi- Takáxx\c„ ov, ó Galates gálata (celta)*
Antigua ciudad de los filisteos al suroeste
de designar el hecho de «depositar» dinero en no se usa siempre en sentido figurado para TaXauxóg, 3 Galatikos de Galacia (céltico)*
de Palestina y cerca de la costa, unida con Je-
la caja de las ofrendas, sino según Seq 5, 6 referirse especialmente (por el contraste en-
rusalén por una calzada importante que conti- Bibl: P. Althaus, en BHH I, 508-510 (con mapas
núa en dirección a Egipto. Por esta calzada puede significar en general la acción de depo- tre la leche como alimento de niños pequeños plegables III); Bauer, Wórterbuch, en el vocablo co-
regresa de Jerusalén el alto funcionario etíope: sitar (zrq = páXXeiv) dones en la cámara del y el alimento sólido) al estadio inicial de la rrespondiente; L. Bürchner-G. Brandis, en Pauly-Wis-

Hech 8, 26. BHH I, 516; LAW,1028; Haag, tesoro, concretamente en la 13a caja destinada predicación del evangelio, un estadio que Pa- sowa VII, 519-559; E. Haenchen, Die Apostelge-
schichte (KEK), Gottingen '1977, 465s, nota 2; F.
Diccionario, 737s; RAC VII, 1123-1134. a los donativos generales. Como en todas las blo no puede aún sobrepasar en su labor con MuBner, Der Galaterbrief (HThK), Freiburg i. Br.
cajas de las ofrendas los sacerdotes debían los corintios, según 1 Cor 3, 2 (fijémonos en 1974, 1-3; H. Schlier, Der Briefan die Galater (KEK),
examinar necesariamente las ofrendas que se el contraste entre n\ev\iaiixoí - aáoxivoi/ Gottingen 4 1965, 15-24; Id., en LThK IV, 488s; J.
y á ^ a , t\g, r\ gaza tesoro* WeiB, en RE X, 554-559.
hacían (Según LevR 3 [107a], una mujer, por VT|3Tioi y el correspondiente contraste entre
En Hech 8, 27 dícese del tesoro de Candace, ejemplo, debía soportar la burla pública que ppcB^a - yáXa). De manera semejante en Heb
del que era custodio el eunuco que allí mismo hiciera de ella el sacerdote por la pequenez de 5, 12s (oxeQeá TQoqjT), «alimento sólido», v. Galacia (Diocles,125; Dión Casio, 53, 56;
se menciona (65 r|v éjtl Jtáor|g xfjg yá^nc; su donativo). Todos los presentes participaban 12; xektíwv Sé éotiv T) oxerjeá TQO(pf|, v. 14); inscripciones) es el nombre de la región habi-
odjTfíg); eunucos como yaí¡o(p'úXax£<; se men- el v. 13 explica: ó ¡j-etéxcov yáXaxtoc; ánei- tada antiguamente por tribus frigias y, desde
en la ofrenda del donativo, y esto era una oca-
cionan en Plutarco, Demetr XXV, 900; cf. H. Qog Xóyov 5ixaiooiJvr|5, vrímog yáo éotiv, el año 278 a.C, por tribus celtas (galas; cf. la
sión magnífica para que los contribuyentes
Conzelmann, Apostelgeschichte2 (HNT), sub «el que aún se alimenta de leche, es inexper- v.l. rakXíav en 2 Tim 4, 10), y que estaba si-
acaudalados hicieran ostentación de sí mis- tuada en la parte central de Asia Menor. Pues-
loco. mos (cf. Mt 6, 2). Lo que realmente quiere de- to en la palabra de la justicia, porque es toda-
vía un niño pequeño». En ambos pasajes la to que la expresión «gálatas» sirve con bas-
cirnos Me 12, 41-44 par. aparece con clari- tante frecuencia para diferenciar a los celtas
dad, si tenemos en cuenta lo que se ha dicho imagen censura la recaída en la inmadurez en
Ya^o(pi)Xá>tiov, ov, xó gazophylakion de otros grupos étnicos (OGIS II, 540), pode-
acerca de la ubicación de la cámara del tesoro las cosas de la fe. Diferenciaciones parecidas
cámara de los tesoros* mos referir lo que se dice en Gal 3, 1 a la re-
en el atrio de las mujeres. Billerbeck II, 37- entre la instrucción elemental y las enseñan-
En la LXX, este término designa frecuente- gión ancestral de esas tribus.
45; BHH I, 597; III, 1687; Haag, Diccionario, zas para personas adelantadas, expresadas
mente las cámaras donde se guardaban las El uso oficial romano de los términos difie-
provisiones y los tesoros del templo (cf. 2 Esd 1924s. mediante la imagen de la leche y del alimen-
to sólido, se encuentran también en Filón, por re a menudo de los términos empleados por
20, 38; 22, 44; 1 Mac 14, 49 y passim), y des- H. Balz los escritores populares y por las monedas. La
de luego debe entenderse así en Jn 8, 20, a sa- ejemplo, Migr 29, y Epicteto, Diss II, 16, 39
y passim. región ancestral, después de una historia llena
ber, como la cámara del tesoro, edificada con de vicisitudes (tras el reinado del último mo-
magnificencia por Herodes y que se hallaba rá'iog, ov Gaios Gayo* El sentido es diferente en 1 Pe 2, 2, donde narca gálata, llamado Amintas, que murió en
situada en la parte septentrional del atrio de Nombre propio de algunos cristianos (es- xó Xoyixóv áboXov yá^oi, «la leche espiri- el año 25 a.C), constituyó bajo el dominio de
las mujeres (cf. Josefo, Bell V, 200; Ant XIX, pecialmente frecuente en latín). Encontra- tual pura» es imagen del mensaje puro de sal- Roma el núcleo de la provincia romana de
294). áeq 6, 5s menciona también 13 cámaras mos las siguientes personas con este nombre: vación, a base del cual los bautizados viven Galatia con la anexión de territorios occiden-
para el dinero o para el almacenamiento de 1. Gayo de Macedonia (Hech 19, 29), quien como niños recién nacidos. Este empleo de la tales (Frigia, Pisidia), meridionales (partes de
ofrendas, que eran denominadas «trompetas» juntamente con Aristarco fue compañero de imagen se acerca mucho a las interpretaciones Licaonia y de Panfilia), orientales (la «bárba-
por su forma que se estrechaba por la parte de viaje y compañero de fatigas de Pablo en Efe- mistéricas o gnósticas de la leche como ali- ra» Cilicia) y septentrionales (Paflagonia),
arriba (con el fin de evitar robos). Siete de so. 2. Gayo de Derbe en Licaonia (Hech 20, mento pneumático (cf. ThWNT I, 644s), pero aunque las fronteras de esa unidad política si-
ellas servían para recoger los tributos fijados; 4), uno de los que acompañaron a Pablo en podría ser determinante la idea de la nueva guieron siendo durante largo tiempo bastante
cinco para almacenar determinadas cosas, y su viaje de Grecia a Jerusalén (Hech 20, 4). 3. existencia de los creyentes, los cuales, como fluidas. Es verdad que no existía una nomen-
una para los donativos generales y de carácter Gayo de Corinto, quien juntamente con Cris- clatura oficial que incluyera, por ejemplo, a
niños recién nacidos, necesitan la leche como
voluntario. Su emplazamiento habrá que si- po fue bautizado por Pablo (1 Cor 1, 14) y Pisidia y Licaonia en Galacia, pero a pesar de
su alimento especial (-> Ppécpog 2); cf. tam-
tuarlo con bastante seguridad en el pabellón brindó su hospitalidad a Pablo y a toda la co- todo algunos autores utilizan el nombre de
bién L. Goppelt, Der erste Petrusbrief(KEK),
mencionado por Josefo y que se encontraba munidad (Rom 16, 23). 4. Gayo (tep áyot- Galatia para referirse a todos los territorios
sub loco. LThk VII, 412s; BHH II, 1215s; Ha-
en el atrio de las mujeres. Allí es donde tienen jtr|TCp), destinatario de la Carta tercera de comprendidos en la provincia romana (Tolo-
lugar los sucesos que se narran en Me 12, 41 ag, Diccionario, 1083s; cf. bibliografía en
Juan'(3 Jn 1). LThK IV, 486; BHH I, 508; ThWNT X, 1017. meo, Geographia V, 14; Tácito, Hist II, 9;
(bis).43 par. Le 21, 1. Haag, Diccionario, Til. Ann XIII, 35).
H. Balz
699 I a X c a í a - TaXiXaía 700 701 raXiXma 702

Lucas sigue este mismo procedimiento, TaXauxóg, 3 Galatikos de Galacia to de este monarca, a su muerte, Galilea con co (4, 18; 15, 29!). Además, la cita de cumpli-
cuando en Hech 16, 6 y 18, 23 enmarca el de- Perea pasarían a poder de Heredes Antipas, y miento en Mt 4, 15 (Is 8, 23) se considera co-
-• Takaxía.
nominado segundo viaje misionero de Pablo y Judea y Samaría, al de Arquelao, lo cual, se- mo la razón de que Jesús desarrolle su activi-
señala la ruta seguida por el apóstol «a través gún Mateo, fue la razón para que los padres dad mesiánica en Galilea. La promesa de una
de la región de Galacia» desde Licaonia (Der- ya/,t|Vtl, t]5, tj galéne calma, bonanza de Jesús inmigraran a Galilea (Mt 2, 22). aparición de Jesús en Galilea, que no vemos
be, Listra) hacia Frigia, al sur de la región an- (refiriéndose al mar)* La región denominada antaño «Galilea de los cumplida en el evangelio de Marcos (a pesar
cestral. En 1 Pe 1, 1 se esboza lo que actual- Según Me 4, 39 par. Mt 8, 26 / Le 8, 24, gentiles» (Is 8, 23; Mt 4, 15; cf. 1 Mac 5, 15) del secundario final de Marcos) crea el esce-
mente es «Asia Menor»: puesto que no se cuando Jesús increpa al viento, se produce es en tiempos de Jesús un país floreciente; nario (26, 32; 28, 7.16) para el encargo dado
usan nombres de regiones, Galana se refiere «(gran) bonanza-» {ya\\\vr\ (leyá^ri en Mar- después de siglos de dominación extranjera, por Jesús de misionar (28, 18-20).
a todo lo que abarcaba la provincia romana. cos y Mateo; en cambio Lucas dice sólo ya- el territorio no sólo se había recuperado para La cosa es distinta en Lucas. Para él Galilea
Las «comunidades de Galacia», menciona- W|vr|). el judaismo, sino que además se había con- no es ya el centro de la actividad de Jesús, si-
das en Gal 1, 2 y 1 Cor 16, 1, habrá que si- vertido en el terreno abonado del movimiento no exclusivamente el lugar donde ésta co-
tuarlas -según el uso antiguo de este término- nacionalista judío de los zelotas (que podían mienza (Le 23, 5; Hech 10, 37). A causa de la
rc&iXaía, ag Galilaia Galilea
en la región ancestral (hipótesis de la Galacia llamarse precisamente galileos) y, después predicación del reino de Dios, descrita pro-
ra^iAaíoc;, 3 Galüaios galileo gramáticamente como la tarea de Jesús (Le 4,
septentrional), pero pueden referirse también, de la caída de Jerusalén (en el año 70 p.C),
según la terminología más moderna, a las co- 1. Aparición de estos términos en el NT - 2. Sobre llegó a ser centro de importancia vital para el 43), el Jesús lucano no puede limitar su acti-
la historia contemporánea - 3. Galilea en los evange- vidad a Galilea, ni en cuanto al espacio ni en
munidades cuya fundación se describe en lios y en Hechos. judaismo.
Hech 13s (hipótesis de la Galacia meridio- cuanto al tiempo. Según esto, la fase galilea
nal). Los que abogan por la terminología más Bibl: A. Alt, Galilaische Probleme, en Kleine Schrif 3. Según Marcos, Galilea no es sólo la pa- de la actividad de Jesús comprende tan sólo
antigua, se basan en el largo período de tiem- ten zur Geschichte des Volkes Israel II, München Le 3, 1-4, 44; mientras que su ulterior activi-
'1964, 363-435; W. Bosen, Galilaa ais Lebensraum tria de Jesús (1,9), sino también el centro de
po en que siguieron usándose las descripcio- und Wirkungsfeld Jesu. Eine zeitgeschichtUche und su actividad (1, 14.16.28.39; 3, 7; 9, 30; sobre dad se extiende a todo el territorio judío (Le
nes usuales para referirse a la provincia roma- theologische Untersuchung, Freiburg i. Br. 1985; H. todo el lago de Genesaret, denominado tam- 4, 44). Las apariciones del Resucitado tienen
na (CIL III, 291, 312, 318, enumeración de Conzelmann, El centro del tiempo. La teología de Lu- bién mar de Galilea: Me 1, 16; 7, 31 par. Mt; lugar en Jerusalén; Galilea se convierte en el
regiones; CIG III, 3991; Mitteilungen des cas, Madrid 1974; S. Freyne, Galilee from Alexander
Jn 6, 1), que Jesús abandona sólo esporádica- lugar en que esas apariciones se predicen (Le
the Great to Hadrian, Wilmington DE 1980; Id., The 24, 6). También el origen galileo de los discí-
deutschen Archaologischen Institutes, Athe- Galileans in the Light of Josephus' Vita: NTS 33 mente (7, 24; 7, 31; 8, 27), antes de dirigirse a
nische Abteilung 12 [1887] 182: «superinten- (1987) 600-609; Id., Galilee-Jerusalem Relations Ac- Jerusalén (10, lss). La escena se completa pulos está en consonancia con esto: su fun-
dente de la eparquía de Galacia y de todos los cording to Josephus' Life: NTS 33 (1987) 600-609; M. aún más con la promesa de Jesús de regresar a ción de testigos se basa en que se hallan pre-
pueblos muy cercanos [oTJvevyug]»). Los que Karnetzki, Die galilaische Redaktion im Markusevan- Galilea, después de su resurrección (14, 28; sentes en el movimiento en que Jesús se
creen que la terminología más reciente es la gelium: ZNW 52 (1961) 238-272; E. Lohmeyer, Ga- desplaza de Galilea a Jerusalén, no en su acto
lilaa und Jerusalem in den Evangelien (FRLANT 52), 16, 7), lo cual debe referirse a las apariciones
correcta, ponen en relación con Hech 13s la del Resucitado, no a la parusía de Jesús. Si, a de presencia en Galilea durante la vida de Je-
Gottingen 1936; W. Marxsen, El evangelista Marcos.
Carta de Pablo a los Gálatas y las instruccio- Estudio sobre la historia de la redacción del evange- pesar del origen redaccional de casi todas las sús (Le 23, 49.55; Hech 1, lis; 13, 31).
nes de Pablo sobre la colecta, ya que no sabe- lio, Salamanca 1981; W. A. Meeks, Galilee and Judea menciones de Galilea (excepciones: 14, 28; Según el esquema trazado por Juan, Jesús
mos que Pablo haya fundado comunidades in the Fourth Gospel: JBL 85 (1966) 159-169; E. M. 16, 7; 6, 21), este dato geográfico es históri-
Meyers, The Cultural Setting of Galilee, en ANRW II se dirige tres veces de Galilea a Jerusalén (2,
cristianas más al norte. Las dos hipótesis (bi- camente correcto, entonces Galilea adquiere 13; 5, 1; 7, 10). A partir de 7, 10, se presenta
19, 1 (1979) 686-702; P. Ternant, La Galilee dans le
bliografía en Bauer) no cuentan suficiente- message des Evangiles et Vorigine de VEglise en Ga- también un perfil teológico en su marcado a Judea/Jerusalén como el lugar de estancia
mente con la posibilidad de que, en aquellos lilee: Proche Orient Chrétien-30 (1980) 75-131; M. contraste con Jerusalén, que fue el centro de de Jesús. Pero, temáticamente, en el cuarto
tiempos, fueran posibles ambas terminologías Volkel, Der Anfang Jesu in G. Bemerkungen zum Ge- la resistencia judía contra Jesús (3, 22; 7, 1; evangelio se habla de Galilea como de la pa-
y se usaran promiscuamente. Tampoco deben brauch und zur Funktion Galilaa in den lukanischen
Schriften: ZNW 64 (1963) 222-232.
10, 33; 11, 18) y por los viajes en que Jesús, tria de Jesús, a pesar de que 4, 43.44 podría
entenderse los Hechos como una fuente ex- partiendo de Galilea, entró en territorio no ju- sugerir, la conclusión de que Jesús no era
haustiva de información. Lucas escribía sir- dío, y que fueron preludio de la misión entre oriundo de Galilea (contra lo que se afirma
viéndose de un material limitado e incomple- 1. rodilaía (Galilea) aparece 61 veces en
los gentiles. La concentración de la actividad indudablemente en 1, 46; 2, 1; 7, 3; 7, 41.52)
to. Debemos contar con la posibilidad de que el NT, todas ellas en los evangelios y en He-
de Jesús en Galilea crea el marco para las di- sino de Judea. El pasaje podrá explicarse úni-
Pablo haya misionado también en regiones chos: 16 veces en Mateo, 12 en Marcos, 13 en
versas historias que se nos han trasmitido por camente, si el «recibimiento» y aceptación de
(cf. Rom 15, 19 sobre Iliria, región sobre la Lucas, 17 en Juan, y 3 en Hechos. IaXiAatoc;
la tradición, y hace posible presentar el evan- Jesús en Galilea (4, 45a) se debe únicamente
cual Hechos guarda silencio) sobre las que aparece 11 veces en estos mismos escritos.
gelio como historia que pueda fijarse en un al milagro del templo (2, 23; 4, 45b.48), pero
Lucas no nos ha informado por carecer del lugar y tiempo determinados. no significa ya verdadera «fe». Jesús enton-
material pertinente. 2. En tiempos del nacimiento de Cristo,
Galilea era territorio bajo la soberanía de He- Mateo toma como regla general de su fuen- ces, con las palabras acerca de que el profeta
G. Schille redes I (37-4 a.C). Seaún el último testamen- te la mención de Galilea como dato topográfi- no es bien visto en su patria, no indicaría la
703 TaXiXaía - Iau.cdi.rjX 704 705 Iau«?tir|Á, - Yaitéco 706

Der Schlüssel der Theologie des Apostéis Paulus, Según Haenchen (597), la familiaridad con que
razón para trasladarse a Galilea, sino que va- otoño del año 51 p.C. fue nombrado por Clau-
Stuttgart 1971, 9-17; H.-J. Schoeps, Paulus, Tübingen Pablo manejaba la LXX hace pensar que se crió
ticinaría que esas palabras iban a tener (tam- dio procónsul de Acaya y desempeñó sus fun- 1959 (Darmstadt 1972), 27; W. C. van Unnik, Tarsus en la diáspora; por el contrario, Jeremias (12)
bién) aquí su cumplimiento. De importancia ciones en Corinto durante el año 52, como se or Jerusalem, London 1962 (primero en holandés, cree que esos conocimientos de la LXX se los
teológica es el hecho de que Jesús sea oriun- ve por una inscripción hallada en Delfos y Amsterdam 1952).
trasmitió su hogar paterno y la sinagoga helenís-
do de Galilea, por hallarse en contradicción mandada hacer por él (SIG II 801 D; DeiB- 1. Se llamaban Gamaliel (en hebreo, gamlVél, tica de Jerusalen (cf. Hech 6, 9). Haenchen (597,
aparente con su dignidad como Cristo (7, mann, placa I; Groag, 32-35). Hacia el año 55 «recompensa de Dios») dos famosos eruditos ju- nota 1) y Bornkamm (168) señalan, además, que
41) o como profeta (7, 52). En la discusión p.C. fue cónsul en Roma y partidario de Ne- díos de tiempos del NT. El Gamaliel del que se en Pablo son visibles intensas influencias helenís-
que surge a este propósito en el sanedrín, rón. En el año 65 p . C , lo mismo que le había nos habla en el NT desempeñó su actividad en ticas. Pero Jeremias (lOs), por su parte, considera
torno a los años 25-50 p.C, y lo llamaban «el vie- que esas influencias son muy superficiales. ¿Es-
la mayoría argumenta contra la ley citada por sucedido antes a Séneca, fue obligado a suici- tuvo Pablo residiendo quizás durante algún tiem-
darse a consecuencia de la conspiración de los jo» para distinguirlo de su nieto (hacia el año 90).
Nicodemo (7, 51) amparándose en la ley (7, po en Jerusalen? Según Haenchen (597), Gal 1,
Era hijo o nieto de Hillel y fue el primero en lle-
52), y muestra de esta manera -como lo hace Pisones. var el título honorífico de «Rabban» («nuestro 22 no permite suponer que Pablo, antes de su
ya maldiciendo al pueblo «ignorante de la maestro»). En su escuela dominaba «la benigna conversión, permaneciera en Jerusalen durante
ley» (7, 4 9 ) - el mal uso que se hace de la ley 3. Por la inscripción antes mencionada, el tolerancia y la amistad hacia los prosélitos, que bastante tiempo. Bornkamm (168) cree, al menos,
en contra de los títulos que el Revelador os- episodio que se narra en Hech 18, 12-17 pue- eran características de Hillel» (Schoeps). Haen- probable que la formación de Pablo como fariseo
de datarse en el año 52 p . C , un importante chen (246, nota e) duda que Gamaliel fuera de (Flp 3, 5) le hiciera residir en el centro del movi-
tenta.
punto de partida para la cronología paulina. hecho fariseo. En todo caso, era un miembro muy miento farisaico. Pero, a pesar de que en Pablo
M. Vólkel hay resonancias que recuerdan a Hillel (Jeremias,
Los judíos de Corinto llevaron a Pablo ante prestigioso del sanedrín, aunque no llegó a ser
Galión y le acusaron de hacer propaganda ile- nunca presidente del mismo (Billerbeck, 636s). 92-94), a Pablo le falta también -según este au-
Lo cerca que se halla del ideal farisaico de la pie- tor- «la casuística, que tan esencial era para la
raXli,aiO£, 3 Galilaios galileo gal. Desde su sitial de juez ((3fj(xa, podium, erudición rabínica en la Escritura».
que fue descubierto en las excavaciones), Ga- dad lo vemos por Sota 9, 15: «Con la muerte del
->• raXAcdct.
Rabán Gamaliel el Viejo, desapareció el respeto a
lión se desentendió del proceso por conside- la ley y murieron la pureza y la templanza» (ibid.,
rarlo un asunto interno de los judíos. Los Lo importante para Hechos es relacionar
Ta'k'kía, ag Gallia Galia 639).
magistrados romanos no veían por aquel en- estrechamente a Pablo, y de esta manera a los
En 2 Tim 4, 10 como v.l. (Sin C 81 104 y tonces ninguna diferencia entre el judaismo y cristianos, con los fariseos como aliados que
otros) en vez de -> raX.cn;ía. el cristianismo. Galión, por un lado, no quería 2. En Hech 5, 34-39, Gamaliel se opone a piensan ya casi en sentido cristiano; y, lo que
favorecer demasiado a los judíos, pero, por la decisión de eliminar a los apóstoles (5, 33), es más importante todavía, relacionar de ma-
otro lado, no quería violar tampoco la autono- decisión que según 5, 17 había sido propues- nera sumamente personal al cristianismo con
TiúXíaay, w v o g Gallio Galión mía de la sinagoga, porque hacía poco que ta por los saduceos. Es discutible si esto res- Gamaliel.
1. Aparición del término en el NT - 2. Material bio- Claudio había resuelto en favor de los judíos ponde a la realidad histórica (cf. Haenchen, W. Radl
gráfico - 3. Galión y Pablo. algunos de los numerosos procesos entre judí- 25 ls). Pero Lucas hace ver claramente al lec-
Bibl.: A. van den Born, Woordenboek der Oudheid os y griegos (Josefo, Bell II, 254; Acta Ale- tor: sin que nadie se le opusiera, «el más pres-
xandrinorum IVA, Z. 16ss [ed. H. Musurillo, tigioso de los maestros de la ley... [Gamaliel] y a ^ é o ) gameó casarse (con)*
I, Bussum 1976, 1172s (bibliografía); A. DeiBmann,
Paulus, Tübingen 21925, 203-225; E. Groag, Die ro- Leipzig 1961, l i s ] ; Reicke, 153 y 174). Pa- áyccfiog, 2 agamos no casado, (la persona)
desaconsejó una persecución contra los cris-
mischen Reichsbeamten von Achala, Wien 1939, 32- blo, bajo la impresión de este ataque judío, no casada*
35; L. Hennequin, en DBS II, 355-373; Prosopogra-
tianos» (ibid., 211).
escribía desde Corinto a Tesalónica refirién- ya\iít,(ü gamizó dar en matrimonio, casarse*
phia Imperii Romani II, Berlin 1897, nr. 494; Reicke, Cuando, según Hech 23, 6-10, las acciones
dose a las persecuciones desencadenadas por yafxíoxco gamisko dar en matrimonio, casar*
Zeitgeschichte, 153, 169, 174; O. Rossbach, en Pauly- judiciales del sanedrín contra Pablo conduje-
Wissowa I, 2236s; H. M. Schenke-K. M. Fischer, Ein- los judíos (1 Tes 2, 16). yá^iog, ou, ó gamos fiesta de bodas, matri-
ron a una tumultuosa disputa entre saduceos y
leitung in die Schriften des NT1, Gütersloh 1978,48-54. monio*
B. Reicke fariseos, porque estos últimos creen en la re-
surrección de los muertos predicada por él 1. Aparición de estos términos en el NT - 2. Conte-
1. A Galión se le menciona en Hech 18, nidos semánticos y campo referencial - 3. La tradición
(cf. 26, 4-8), y aquéllos no, vemos que Pablo de Jesús - 4. Pablo - 5. El tiempo después de Pablo -
12-16 como procónsul de Acaya (-> 'A/ctía).
rajiaXiT|X Gamaliel Gamaliel* en 22, 3 llega a decir incluso que Gamaliel es 6. Observación final.
2. Galión era el hijo mayor de un caballero 1. Las noticias judías - 2. Los enunciados de He- su maestro. El esquema biográfico tripartito
Bibl: D. L. Balch, Backgrounds of 1 Cor. Vil: Sa-
romano y retórico de Córdoba y se llamaba chos. que aquí se aplica (yEYevvr|u.évoc;, ócvate- yings of the Lord in Q; Moses as an Ascetic ©EIOZ
propiamente Lucio Anneo Novato, pero a Bibl: Billerbeck II, 636-639; G. Bornkamm, en frfjatiiiévos, JtejraiSeu^évos; cf. 7, 20-22) ANHP in II Cor. III: NTS 18 (1971-1972) 351-364;
RGG V, 167s; Ch. Burchard, Die dreizehnte Zeuge, presupone que Pablo había estado ya de niño H. Baltensweiler, Die Ehebruchsklauseln bei Mt. Zu
consecuencia de una adopción cambió su Mt 5, 32; 19, 9: ThZ 15 (1959) 340-356; Id., Die Ehe
nombre por el de Lucio Junio Galión. A su fa- Gottingen 1970, 31-36; E. Haenchen, Die Apostelge- en Jerusalen y que se había formado escu-
schichte (KEK), Gottingen '1977, s.v. en el índice im NT. Exegetische Untersuchungen über Ehe, Ehelo-
milia pertenecían celebridades literarias como analítico; C.-H. Hunzinger, en RGG II, 1197; J. Jere- chando a Gamaliel (van Unnik). Se discute si sigkeit und Ehescheidung, Zürich 1967; H. R. Balz,
su hermano Séneca y su sobrino Lucano. En mías, Paulus ais Hillelit, en FS Black, 88-94; Id., esto es exacto o no. Sexualitat und christliche Existenz- Zum ethischen Pro-
707 Vanea) 708 709 Ya|X8(o 710

blem der vorehelichen Geschlechtsbeziehung: KuD 141927; B. Reicke, Ehe - Eherecht - Ehescheidung (IV), ó ayafioc; es el hombre no casado, y f| Fuera de los escritos cristianos, el único ejem-
(1968) 263-306; E. Bammel, Markus 10, llf und das en TRE IX, 318-325; J. B. Schaller, Die Sprüche über plo del empleo del verbo yau.í£etv en el sentido
aya^iog, la mujer no casada. Todos los ejem-
jüdische Eherecht: ZNW 61 (1970) 95-101; R. A. Ba- Ehescheidung und Wiederheirat in der synoptischen mencionado lo encontramos en Apolonio Díscolo,
tey, NT Nuptial Imagery, Leiden 1971; K. Berger, Die Überlieferung, en FS Jeremías, 1970, 226-246; E. plos se encuentran en 1 Cor 7. Dícese del Synt III, 153: xryv aíiXTyv £%ei Siacpogáv xal xó
Gesetzauslegung Jesu. Ihr historischer Hintergrund Stauffer, yapto m\., en ThWNT I, 646-655; W. Tri- hombre en 7, 32, y de la mujer, en 7, 34 (sobre yau.a> Jtgóg xó yaui^co' é'axi yáp xó u.év JIQÓ-
im Judentum und in AT, I: Markus und Parallelen lling, Zur Überlieferungsgeschichte des Gleichnisses la crítica textual: Niederwimmer, Askese, 114, XEQOV yá|xov u.exaXa(xpáva>, xó oé yau.í£a> yá-
(WMANT 40), Neukirchen-Vluyn 1972; G. Born- von Hochzeitsmahl Mt.22, 1-14: BZ NF 4 (1960) 251- nota 166); en 7, 11 se habla de la mujer divor- u.ov xi/vi UCTOIÓÍÓOOUI. Por tanto, el gramático ale-
kamm, El divorcio y el nuevo matrimonio en el Nuevo 265; D. O. Via, Die Gleichnisse Jesu. lhre literarische jandrino desea definir el significado del verbo
Testamento, en Id., Estudios sobre el Nuevo Testamen-und existentiale Dimensión. Mit einem Nachwort von ciada y que ahora ya no está casada, oí áya-
E. Güttgemanns, München 1970, 119ss, 124ss, 164ss; [1.01 en 7, 8 son seguramente las personas no yauí^ü) como «dar a alguien en matrimonio» (en
to, Salamanca 1983, 193-197; G. Delling, Paulus Ste- la voz pasiva, «ser dado en matrimonio»). En este
llung zu Frau und Ehe, Stuttgart 1931; Id., Eheschei- R. B. Ward, Musonius and Paul on Marriage: NTS 36 casadas de uno y otro sexo.
sentido se emplea el término en Mt 24, 38 par. Le
dung, en RAC IV, 707-719; K. P. Donfried, The (1990) 281-289. Para más blibliografía, cf. ThWNT X, El verbo ya[xéü), usado en voz activa, se re-
Allegory of the Ten Virgins (Matth. 25, 1-13) as a 1017-1022. 17, 27 y Me 12, 25 par. Se discute el significado
fiere sobre todo al hombre que contrae matri- del término en 1 Cor 7, 38 (ó yauí^cov xf)v érxu-
Summary of Matthean Theology: JBL 93 (1974) 415-
428; D. J. Doughty, Heiligkeit und Freiheit. Eine monio (la mujer con la que contrae matrimonio xoC jtagOévov). Si la expresión ó yauí^cov se
1. De las 16 veces que aparece el término va en acusativo: Mt 5, 32; 19, 9; Me 6, 17; 10, entiende en el sentido que acabamos de exponer,
exegetische Untersuchung der Anwendung des pin
Freiheitsgedankens in l.Kor.7, tesis mecanografiada yá(J.og en el NT, 13 se encuentran en los evan- 11; Le 16, 18 bis); cf. Le 14, 20, yuvatxcc entonces se refiere a un padre que da en matrimo-
Góttingen 1965; J. Dupont, Mariage et divorce dans gelios (pero no en Marcos), 1 en Hebreos, y 2 é'yT]u«; el verbo ya¡j,éü) equivale a yuvatxa nio a su hija, o bien a un tutor que da en matrimo-
VEvangile. Matthieu 19, 3-12 et paralléles, Bruges en Apocalipsis, ya^iéo) aparece 28 veces: 16 nio a su tutelada. Claro que el contexto sugiere
X,a[x(3ávco; compárese Mt 22, 25 con Me 12, que aquí yajií^co debe entenderse en el mismo
1959; J. K. Elliott, Paul's Teaching on Marriage in en los sinópticos, 9 en Pablo, y 3 en la Carta
I.Corinthians: Some Problems Considered: NTS 19 20 par. Le 20, 29. El verbo, usado en sentido sentido que yau.éü). Naturalmente, la citada regla
(1972-1973) 219-225; G. Gloege, Vom Ethos der Ehe- primera a Timoteo; ya^ít,<ü aparece 7 veces: absoluto, significa contraer matrimonio, ca- escolar del gramático no excluye esta interpreta-
scheidung, en F. HUbner y otros (eds.), Gedenkschrift 5 en los Sinópticos, 2 en Pablo; áya|xog apa- sarse (Mt 19, 10; 22, 25, etc. La forma pasiva ción, porque la lengua hablada no siempre se atie-
fUr W. Elert, Berlín 1955, 335-358; ahora en Id., Ver- rece 4 veces en Pablo; yocfúaxo) aparece úni- yau.ri'fl'íjvaí,, teniendo como sujeto pasivo a ne a tales reglas. Sucede muchas veces que las
kündigung und Verantwortung: Theol. Traktate II, camente en Le 20, 34 (y aparece asimismo en formas en -í£co alternan con otras formas del mis-
Góttingen 1967, 152-183; H. Greeven, Zu den Aussa- una mujer (1 Cor 7, 39), significa ser dada por
mo tema, conservando el mismo significado (cf., a
gen des NT über die Ehe: ZEE 1 (1957) 109-125; Id., Me 12, 25 par.; Mt 24, 38, siempre como v.l.). esposa, ser dada en matrimonio (ya|ir|'dfívoá
propósito, H. Lietzmann-W. G. Kümmel, An die
Ehe nach dem NT: NTS 15 (1968-1969) 365-388; P. Los manuscritos ofrecen también eventual- xivi, con dativo de interés [dativus commodi], Korinther I/IF [HNT], 35s; Kümmel, Verlobung,
Hoffmann, Las palabras de Jesús sobre el divorcio y mente exyanü;a) (Mt 22, 30; 24, 38, etc) y BlaB-Debrunner § 188, 1). - ya\iém refiriéndo- 320ss). Entonces ó yapií^rov xr|v eauxoü jtaQdé-
su interpretación en la tradición del Nuevo Testamen-£xyau.Í0xco (Le 20, 34s), una lectura que en se una mujer que es dada en matrimonio a un vov es el novio que se casa con su novia (tal vez
to: Concilium 55 (1970) 210-225; H. Hübner, Zolibat se piensa -a pesar de lo que dice Kümmel, Verlo-
in Qumran?: NTS 17 (1970-1971) 153-167; A. Isaks- ninguno de los casos es la original. hombre (con el objeto en acusativo) aparece
son, Marriage and Ministry in the New Temple. A únicamente en Me 10, 12 (¡Koiné pm lo han bung, 322ss- en la trasformación de un «desposo-
Sludy with Special Reference to Mt. 19, 3-12 and corregido de manera muy característica!); el rio espiritual» en un matrimonio normal; Nieder-
2. ó yáfiog significa la boda (o la fiesta de wimmer, Askese, 116ss).
l.Cor. 11, 3-16, Lund 1965; J. leremias, Parábolas, verbo se emplea en sentido absoluto en 1 Cor
bodas), pero en este mismo sentido se en-
64ss, 78ss, 83ss, 209ss, 229ss y passim; G. D. Kilpa- 7, 28b.34; 1 Tim 5, 11.14. Finalmente, el verbo
trick, The Aorist ofya\ieiv-in the NT: JThS 18 (1967) cuentra también el plural oí yáuoi (más fre-
139s; W. Kirschlager, Ehe und Ehescheidung im NT. cuente en el griego profano desde la época de puede emplearse refiriéndose a uno y otro sexo 3. La tradición acerca de Jesús no desarro-
Überlegungen und Anfragen zur Praxis der Kirche, los poetas clásicos); sobre el cambio compá- (1 Cor 7, 9s; 1 Tim 4, 3). lla una detallada «doctrina» sobre el matrimo-
Wien 1987; W. G. Kümmel, Verlobung und Heirat bei rese Mt 22, 8 con los vv. 2ss y consúltese nio ni sobre la renuncia al matrimonio; lo
Paulus (1. Cor 7, 36-38), en FS Bultmann, 1954, 275- Desde luego, se trasparentan involuntaria-
trasmitido por la tradición tiene únicamente
295; ahora en Id., Heilgeschehen und Geschichte. Ge- Bauer, Wórterbuch, s.v.; BlaK-Debrunner § mente tradiciones paternalistas (pero sin estar
sammelte Aufsatze 1933-1964 (editados por GraBer- 147.1). El significado de fiesta de bodas sue- carácter ejemplar.
tematizadas ni ser legitimadas) en la combi-
Merk-Fritz), Marburg 1965, 310-327; E. Linnemann, le convertirse en banquete de bodas (Mt 22, nación característica de yau.éa)/yafAÍ£ü) (Mt No tiene sentido específico el uso del grupo
Gleichnisse Jesu. Einführung und Auslegung, Góttin- 2ss; 25, 10; cf. Ap 19, 9: xó 5etjrvov xov de palabras en Mt 24, 38 par.; Le 12, 36; 14,
24, 38 Q): ya^éco se dice del hombre que se
gen «1975, 94ss, 131ss, 162ss, 188ss; P.-H., Menoud, 8; ni tampoco en Jn 2, ls. - Por el contrario, el
Marriage et célibat selon Saint Paul: RThPh, 3. ser.l yá¡iou), y puede significar finalmente un casa con una mujer, y ya[xí^co, del hombre
enunciado de Me 6, 17 es importante para el
(1951) 21-34; U. Nembach, Ehescheidung nach attes- convite festivo, sin que haya que pensar espe- que da en matrimonio a una muchacha; el lu-
tamentlichem undjüd. Recht: ThZ 26 (1970) 161-171; cialmente en la celebración de una fiesta de rigorismo del Bautista.
gar paralelo en Le 17, 27 ofrece en cambio la
K. Niederwimmer, Zur Analyse des asketischen Moti- bodas (Le 12, 36; 14, 8). Es cosa singular el contraposición entre ya^iéo) para referirse al
vation in l.Kor. 7: ThLZ 99 (1974) 241-148; Id., Aske- a) Es específico el rigorismo motivado es-
se und Mysterium. Über Ehe, Ehescheidung und Ehe- significado de salón de bodas (Mt 22, 10; en hombre que se casa con una mujer, y yafú- catológicamenté que conduce a que Jesús
verzicht in den Anfangen des chrisüichem Glaubens, vez de ello leemos en Sin B* L al sa Cyr ó 5¡ou.cu para referirse a la mujer que es dada prohiba el divorcio (sobre la complicada his-
Góttingen 1975; A. Oepke, Ehe I (lnstitution), en RAC vu|A<pü)v). El segundo significado fundamen- por esposa (ya[úí¡ou.ai, ser dada por esposa, toria de las tradiciones en lo que respecta a
IV, 650-666; R. Pesch, Freie Treue. Die Christen und tal del término es matrimonio (en el NT este BlaB-Debrunner § 314, 2). Esta misma com- esta prohibición, cf. Niederwimmer, Askese,
die Ehescheidung, Freiburg i. Br. 1971; H. Preisker, binación de términos la encontramos en Me 13ss). La forma más antigua es seguramente
Christentum und Ehe in den ersten drei Jahrhunderten.significado aparece únicamente en Heb 13, 4;
Eine Studie zur Kulturgeschichte der Alten Welt, Berlínmás tarde en IgnPol 5, 2, etc.). 12, 25 par. Mt 5, 32 Q (sin la introducción ni la «cláusu-
711 ya^éco 712 713 yau-eco 714

la» condicionadora). Lucas, seguramente, am- veícx (19, 9; es decir: al hombre le está prohi- moral. De los que son llamados (por gracia) cibido el carisma especial de la continencia
plió el texto de la fuente Q añadiendo xai bido repudiar a su mujer, a no ser en el caso se espera también que lleven el «vestido» de (v. 7). Para todos los demás, el matrimonio es
yanrov étéociv (16, 18). La prohibición de la nueva justicia; el que no lo haga, será un el estado de vida adecuado (vv. 9a y 36b). El
de «fornicación» de la mujer, -> Jtooveía).
Jesús no se halla en el contexto de la discu- intruso que volverá a ser excluido de la salva- contraer matrimonio (como se formula expre-
Aquí tenemos una aplicación interpretativa de
sión contemporánea entre los escribas acerca ción. Toda la escena debe contemplarse en el samente contra una ideología herética) no es
la palabra del Señor, en la que se refleja el
de las condiciones en que -según el derecho marco de la teología específica de Mateo. ningún pecado (vv. 28a y 36b). Para el caso
ambiente específicamente judeocristiano de la
judío- es lícito al hombre repudiar a su mujer. Mt 25, 10 se adentra más todavía en la in- que se presupone en los vv. 36-38, ->• 2. Tam-
tradición mateica; el logion se acomoda (al
No, sino que (negando radicalmente ese dere- terpretación alegórica del término yet^og, y la bién a la viuda le está permitido volver a ca-
menos, en parte) a la situaciones jurídicas y a frase elofjX.'ftov \iex' OCÍITOÍ) elg xovq yáu-oug
sarse \ióvov sv XUQÍCO (v. 39; cf. lo que se dice
cho) sigue a determinadas tendencias contem- las escalas de valores que existían en el mun-
poráneas que encarecen el rigor de la moral, no sólo significa «entraron con él en el ban- ya en el v. 9a). Ahora bien, los comparativos
do circundante. quete de bodas» (como metáfora de la salva- XQeTaaov (v. 38) y fxaxarjia)T8Qa (v. 40) en-
tendencias que, desde luego, en Jesús se hallan
Finalmente, el razonamiento de los discípu- ción al fin de los tiempos), sino que al mismo señan de nuevo que en tales casos debe prefe-
radicalizadas escatológicamente. Por tanto, di-
los en Mt 19, 10 procede seguramente de la tiempo podría tener también el sentido: están rirse la renuncia al matrimonio (pero sólo
remos nuevamente que la prohibición dada
redacción mateica. El versículo pretende vin- llamadas a celebrar boda con él; es decir, en cuando está basada en el carisma).
por Jesús no es, en sí misma, un principio jurí-
cular el litigio precedente con el logion subsi- el fondo de todo esto se halla probablemente Por tanto, Pablo distingue: 1) lo que es de-
dico, sino que es una apelación a la manera
ética de comprender las cosas. La prohibición guiente acerca de la renuncia al matrimonio la idea del yáu.og entre Cristo y la Iglesia (cf.
seable y lo que es propiamente adecuado, es
sirve para proteger a la mujer contra las arbi- por motivos escatológicos (vv. lis; material 2 Cor ll,2;Ef 5, 25ss, etc.). decir, la renuncia al matrimonio, que como
trariedades del marido. peculiar de Mt). renuncia voluntaria pueden hacerla única-
Una variante del logion es Me 10, 11. La b) Me 12, 25 par. se halla en la tradición 4. En Pablo, todos los ejemplos del uso del mente los que no están casados y han recibido
tradición de la fuente Q prohibe el repudio de apocalíptica: el mundo nuevo en el que viven grupo de palabras se hallan en 1 Cor 7. Tam- por gracia el carisma especial de la continen-
la mujer y el matrimonio con una mujer repu- los resucitados no conoce ya ni ya[XEiv ni poco este capítulo es un tratado sistemático cia; 2) lo que por lo general es necesario y
diada; la tradición (pre-)marquina habla del Y0t[ií^8O'&ai. En Le 14, 20 (la parábola del sino que responde a consultas de la comuni- posible sin objeción alguna, es decir, el matri-
divorcio y del nuevo casamiento como de un gran banquete), una de las disculpas es: dad de Corinto sobre qué actitud debe adoptar monio; 3) lo que debe evitarse en todo caso,
delito. No podemos decir ya con seguridad yojvatxa eyrifxa, xcd 5tá TOÜTO ot> 8i3va[xcu un cristiano en las cuestiones relativas al ma- a saber, la fornicación.
cuándo Me 10, 12 entró en la historia de las éXGeTv. La sentencia es quizás una adición trimonio, a la renuncia al matrimonio y al di- Pablo conoce también la prohibición del di-
tradiciones. Aquí se prohibe a la mujer (!) re- vorcio. El apóstol, en su respuesta, se esfuer- vorcio hecha por Jesús (la mujer no debe se-
parenética (Linnemann, 95, 98s, 167).
pudiar al marido (lo cual presupone, no nece- za por proteger al matrimonio contra un falso pararse del marido, v. 10b; el marido no debe
sariamente pero sí probablemente situaciones c) Un grupo de enunciados emplea yá^oc; entusiasmo. repudiar a la mujer, v. 11b). Se acentúa el
jurídicas que existían fuera de Palestina). como metáfora en la alegoría (tradición ente- Los matrimonios ya existentes deben conti- gran peso de autoridad que tiene este manda-
ramente post-pascual). En Mt 22, lss (una va- nuar; frente a tendencias hiperascéticas se de- miento (porque procede del Kyrios, v. 10). La
La prohibición de Jesús se expresa de otra riante independiente de la parábola del gran clara que el matrimonio es remedium inconti- mujer ya divorciada (evidentemente antes del
forma en el litigio (¿postpascual?) que apare- banquete en Le 14, 15ss; otra variante en el nentiae (7, 2ss). bautismo) no debe contraer nuevo matrimo-
ce en Me 10, 2-9. Jesús, con su prohibición, EvTom, 64), la tradición se ha trasformado en Más difícil se muestra la pregunta de si un nio, sino permanecer aya|iog o reconciliarse
restaura el antiguo orden previsto por Dios en alegoría. El banquete escatológico (Is 25, 6; cristiano que no está casado (es decir, que to- de nuevo con su marido (v. lia). Los vv. 12ss
la creación («lo que Dios ha unido, no lo se- Mt 8, Upar.; Me 14, 25 par.; 4 Esd 2, 38, etc.) davía no está casado o ya no está casado) de- tratan de la cuestión de si el cristiano debe o
pare el hombre», v. 9). Marcos conectó proba- aparece especialmente como un banquete de be o no casarse. Por un lado, Pablo prefiere puede separarse de su cónyuge no cristiano
blemente los vv. 2-9 con los vv. 11-12. bodas (Mt 22, 2.3.4.9: yáu.oug en Mt 22, 2- que los que no están casados renuncien al («matrimonio mixto»). En este punto no hay
Mateo 5, 32 procede seguramente de la 4.9; yáfioc; en el v. 8); cf. más tarde Ap 19, 9). matrimonio (7, 7s.26.27b.28b.32-34.37.38b. mandamiento del Kyrios, pero el apóstol deci-
fuente Q; Mt 19, 3-9 procede de Marcos. Am- Es discutible si yáfiog en su significación sin- 40a). Esto se fundamenta en diversas razones de: el cristiano no debe separarse de su cón-
bas tradiciones han sido modificadas notable- gular de salón de bodas (Mt 22, 10) se usa o (por las tribulaciones que se esperan al fin de yuge no cristiano, a no ser que la parte no
mente por Mateo. La tradición de Q, en 5, 32, no para designar al reino de Dios. los tiempos: vv. 26 y 28b); por el deseo de en- cristiana inicie la separación. En tal caso, la
ha quedado insertada en el contexto de las En lo que sigue (Mt 22, 11-14) é'v5uu.a tregarse por completo al Kyrios: vv. 32-35). parte cristiana no está ya ligada.
«antítesis»; sobre las modificaciones efectua- yá^icu (el traje de boda, vv. lis) podría ser Por otro lado, en este caso, lo que en sí es
das en el texto del litigio (pre-)marquino cf. una metáfora de la nueva justicia que se exige conveniente, no resulta aconsejable para to- 5. En los textos más tardíos se encuentran
Niederwimmer, Askese, 16. Pero, sobre todo, a los que son llamados. La función de esta dos y cada uno. La renuncia voluntaria al ma- sólo eventualmente algunos ejemplos del gru-
Mateo introdujo en la prohibición la excep- breve escena consiste en proteger el mensaje trimonio puediera ser peligrosa para los que po de palabras. Heb 13, 4 encarece (en forma
ción (la «cláusula» condicionadora): Jtaoex- de la gracia inmerecida (vv. 9s) contra un ma- no están llamados a ella. Por eso, Pablo acon- tradicional) que hay que mantener el honor de
TÓg X.óyo'u jTOQVEÍag (5, 32) o \ii] éiti JTOQ- lentendido que conduciría a la indiferencia seja únicamente tal renuncia a los que han re- la institución del matrimonio. 1 Tim 4, 3 se
715 716 717 yáQ - yaoTriQ 718
ya^iéo) - yáo

vuelve contra una herejía hiperascética que primero. En nuestra lengua lo equivalente en- cuncisión ciertamente es de valor, si...». Hech
München 1969; B. Gahrken, Die Partikel yáQ, tesis
pretende prohibir el matrimonio; 5,11 prohi- Münster i. W. 1950; Morgenthaler. Statistik, 165ss, tonces es un «pues» causal o explicativo que 16, 37 (oí) yáQ, \no ciertamente] (= ¡no de
be la admisión de una persona joven en el or- 181ss; A. Pelletier, VAnnonce á Joseph (Mt 1, 20s): precede al segundo enunciado. Una oración esa manera!). Cf. Jn 9, 30; 1 Tes 2, 20; 1 Cor
RSR 54 (1966) 67s; G. b; Winer, Grammatik des ntl. de yág puede insertarse también a modo de 9, 1 0 ; S a n t l , 7 ; 1 Pe 4, 15.
den de las viudas (->• X^Q01); lejos de eso, las Sprachidioms, séptima edición preparada por G. Liine-
jóvenes deben casarse (5, 14). Aquí destaca mann, Leipzig 1867, 415-417. paréntesis, como observación previa al enun-
ciado que se quiere explicar, o como observa- 4. En algunos casos, a pesar de repetidos
en todas partes una mentalidad católica tem-
ción intercalada en él (por ejemplo, Rom 7, intentos, no se logra dar una interpretación
prana en contra de una doctrina (que proba- 1. yáfj ocupa el cuarto lugar entre las con- convincente de la partícula yáQ ni en sentido
blemente muestra ya inclinaciones gnósticas junciones que aparecen con más frecuencia en 1); y una secuencia de varias oraciones de
yáQ puede servir también para señalar diver- causal ni en sentido intensificador. Si no que-
o que es directamente gnóstica). el NT (después de xoú, Sé, oti). Desde Ho- remos darnos por contentos (como hace
Por el contrario, los dos ejemplos que en- mero, yág es la partícula causal más frecuen- sas circunstancias relativas a una sola oración
Bauer, Worterbuch, J.V. 4 y otros) entendiendo
contramos en el Apocalipsis (19, 7.9) corres- te (cf. Pape, Worterbuch, s.v.), y en el NT precedente (por ejemplo, Le 8, 28s; Jn 3,
yáQ en tales casos (en razón de lo dividida
ponden al contexto del empleo alegórico del ocupa el segundo lugar en frecuencia. Apare- 19s). Con bastante frecuencia, yáQ presupone
que está la trasmisión textual, que algunas ve-
término yáu-og (->• 3.c!). En 19, 7, las bodas ce 1042 veces en el NT. En el vocabulario del una reacción de perplejidad, no expresada, del
ces ofrece la lectura 5é) como una partícula de
del «Cordero» con su esposa, la Iglesia; en NT en general y de Mateo particular ocupa el oyente ante algún suceso (Gahrken, 103ss), e
enlace sin significado especial, a pesar de que
19, 9, el banquete de bodas. Sobre la historia 19.° lugar en frecuencia (detrás de oxi, que indica en la frase las razones para esa reac- en el contexto se la utiliza a veces de una ma-
de estas imágenes cf. Niederwimmer, Askese, ocupa el 15.° lugar); en los escritos paulinos ción (cf. los ejemplos en Bauer, Worterbuch, nera mucho más significativa, entonces es ob-
127ss, 186ss. se halla en 11.° lugar; en la Carta segunda de s.v. Le: Mt 2, 2; 9, 13 y passim). via la interpretación ya propuesta para algunos
Pedro, en 9." lugar, y en Hebreos se encuentra También, en las preguntas, yáQ expresa ge- pasajes en el sentido de que la partícula yáp
6. En general, sorprende que los enuncia- incluso en 4.° lugar (en todos estos últimos ca- neralmente una razón: ¿pues quién...? o no se refiere en tales casos a lo que sigue sino
dos más importantes del NT sobre el tema del sos, bastante por delante de OTI; cf. Morgen- ¿quién entonces...! a lo que precede, y lo considera como una ra-
matrimonio, la renuncia al matrimonio, etc., thaler, 165-169). Existe una conexión signifi- xaxyáQ significa pues también o pues: ov- zón de la que se deduce una conclusión (como
no se trasmitan a través del grupo de palabras cativa entre la creciente frecuencia de yárj y bé yáQ, pues tampoco, pues ni siquiera (cf., a en las preguntas ->• 3). Y entonces significa:
yáyiog, etc. (cf. los términos ávr|Q, yi)vr|, K£- la decreciente frecuencia de OTI que se da al propósito, BlaB-Debrunner § 452, 3 y nota 4). por tanto, así que, en consecuencia; cf., a pro-
mismo tiempo en esos escritos. Es un detalle También en LOOIJ yáQ, á\ii]v yáQ, Kéym yáQ pósito de Rom 15, 27 y 1 Cor 9, 19, Bauer,
(pctX/rj, xoM,áou.ai, uxuxeíico, vúu.<pr|, jtog-
estilístico que podría ser muy útil para resol- v\íiv, vemos que yáfj expresa generalmente Worterbuch, s.v. 3; a propósito de Rom 12, 3
veía, acou-a).
ver cuestiones de autenticidad. Según el cál- las razones (así piensan también Berger, 30 y cf. O. Michel, Rómerbrief* (KEK), sub loco;
K. Niederwimmer
culo de Morgenthaler (181ss), yág es una passim, Fiedler, 30 y passim; pero Gahrken H. W. Schmidt, Rómerbrief1 (ThHK), sub lo-
partícula favorita en Mateo, Pablo y Hebreos. [103s y 111) piensa de otra manera, porque co; consúltese, además: 1 Cor 9, 19; 10, 1; 2
ya^Ú^íD gamitó dar en matrimonio, casarse cree que yáQ en esos casos expresa sólo una Cor 11, 5; Gal 1, 11; 5, 13; Heb 12, 3.
En aproximadamente el 95% de las veces
-»• yau.éa>. intensificación o una variación de á\ir\v).
que yáQ aparece en el NT, ocupa el segundo K.-H. Pridik
lugar en la frase; en aproximadamente el 85%
3. En algunas preguntas yáo no expresa ra-
yajÚCTXG) gamiskó dar en matrimonio, casar de esas veces se encuentra detrás de vocablos yaotí\Q, XQÓg, i\ gaster vientre, estóma-
zones sino que sirve para reforzar o intensifi-
-> ya^éco. cortos. Cuando yág se encuentra en tercer lu- go, seno materno*
car una pregunta y puede traducirse en tales
gar, entonces la partícula suele ir precedida Se usa en sentido figurado en Tit 1, 12 en la
casos por pues, entonces. Como tal, de con-
(en un 80% aproximadamente) por una cons- expresión yacrcéQeg aQyoá, «vientres ociosos»
y á p o g , OV, ó gamos fiesta de bodas, ma- trucción preposicional o por u,év. yág se halla formidad con sus partes constituyentes, yáQ
= glotones ociosos, y se refiere a los cretenses,
trimonio en cuarto lugar únicamente en Le 6, 23.26 y 2 expresa con la intensificación (ye) una con-
particularmente a los falsos maestros judeocris-
-> yau.éü). Cor 7, 11. La combinación ibov yáQ aparece clusión (ctQa) que se saca de la situación pre-
tianos que desarrollaban su actividad en Creta.
únicamente en Lucas (5 veces) y en Hech 9, cedente (según Winer, 416 y nota 1), por La expresión aparece en un proverbio en forma
Y&Q gar porque, a saber, por tanto 11 y 2 Cor 7, 11; á\ir\v y á p se encuentra tan ejemplo, Mt 27, 23: «¿Pues qué mal ha hecho de hexámetro, que se atribuye a un cretense
sólo en Mateo (4 veces) y en Me 11, 23 v.l. (a saber, para que queráis crucificarle)?»; Jn (quien, según la interpretación de la Iglesia an-
1. Aparición en el NT - 2. yáQ que introduce las ra-
zones - 3. yáQ que refuerza - 4. yáQ que introduce una Finalmente, sobre la terminación del evange- 7, 41: «¿Pero no es cierto que el Cristo no tigua [Clemente de Alejandría, Strom I, 59, 2;
conclusión. lio de Marcos con la partícula yáQ (Me 16, 8) viene de Galilea?». También en las oracio- Jerónimo, Comm. in Tit. sub loco] es Epiméni-
Bibl: Bauer, Worterbuch, s.v.; K. Berger, Die Amen cf. P. W. der Horst: JThS 23 (1972) 121-124. nes enunciativas, la partícula yáQ no hace a des [siglo IV a.C.]; cf. especialmente M. Dibe-
Worte Jesu, Berlín 1970, s.v. en el índice analítico; C. veces más que intensificar el sentido, en parte lius y H. Conzelmann, Die Pastoralbriefe*
H. Bird, Some yáQ Clauses in St. Mark's Gospel:
2. y&Q indica generalmente una relación cuando precede una pregunta o se la da por [HNT], sub loco). Por lo demás, yaoTr|Q apare-
JThS 4 (1953) 171-187; BlaB-Debrunner § 443, 3, supuesta. Por ejemplo, Rom 2, 25: (¿Será en- ce en las expresiones comunes: év yaoxQi
452; Denniston, Partióles, s. v. en el índice analítico; P. causal entre dos enunciados, haciendo que el
Fiedler, Die Formel «und siehe» im NT (StANT 20), segundo enunciado fundamente o explique al tonces inútil la circuncisión? -¡No!). «La cir- exeiv, estar embarazada (Mt 1, 18.23; Me 13,
719 yaoxijQ - yéevva 720 721 yéevva - Tedarmaví 722

17 par. Mt 24,19, / L e 21, 23; 1 Tes 5, 3; Ap 12, en ThWNT I, 655s; Ch. Milikowsky, Which Gehenna? Según las palabras de Jesús en el sermón de
Retribution and Eschatology in the Synoptic Gospels r e d o t i f t a v í Gethsemani Getsemani*
2) y ovKkanfiávew év yaoTQÍ, concebir, que- la montaña, la yéevva amenaza a quien insul-
and in Early Jewish Texis: NTS 34 (1988) 238-249. Bibl.: R. S. Barbour, Getsemani in the Tradition of
darse embarazada (Le 1,31). Para más bibliografía, cf. a(3uoaos; ThWNT X, 959, ta a su hermano (Mt 5, 22) y al adúltero (Mt
the Passion: NTS 16 (1969-1970) 231-251; V. Corbo,
1022. 5, 29s). La polémica antifarisea hace ver que Ricerche archeologiche al Monte degli Ulivi, Jerusa-
y é ge al menos, incluso* el juicio de la yéevva amenaza a los fariseos lem 1965; Dibelius, Botschaft I, 258-271; D. Dorme-
1. El NT llama yéewa al lugar del tormento de
Es una partícula enclítica que añade énfasis fuego. Fue originalmente un topónimo. «Valle del (Mt 23, 33) y a sus prosélitos (Mt 23, 15). Se yer, Die Passion Jesu ais Verhaltensmodell, Münster i.
a la palabra con la que se asocia. Aparece sola exhorta a confesar sin temor alguno la propia W. 1974, 124-137; F. W. Eltester, en BHH I, 562; A.
Hinnón» (en hebreo, gé-hinnóm, Jos 15, 8b; 18, Feuillet, Le récit lucanien de l'agonie de Gethsemani:
28 veces en el NT, y aparece además en las 16b; en arameo, géhinnnam, bErub 19a), propia- fe ante los hombres, haciendo ver que hay al- NTS 22 (1975-1976) 397-417; Id., L'agonie de Geth-
combinaciones -> uV|ye (7 veces), -»• xaÍTOiye mente «Valle del hijo de Hinnón» (Jos 15, 8a; 18, guien que puede condenar a la yéevva (donde semani, Paris 1977; M. Galizzi, Gesü nel Getsemani,
(3 veces), -> u.evo'OvYe (3 veces) y -> etiye (1 16a) o «Valle de los hijos de Hinnón» (2 Re 23, el alma y el cuerpo perecen: Mt 10, 28); con Zürich 1972; GNT-Com, 177; Haag, Diccionario, 754;
vez). 1. En la mayoría de los casos, yé se ha- 10), se llamaba un barranco situado al sur de Jeru- ello se hace referencia al mismo Dios, no al J. W. Holleran, The Synoptic Gethsemane, Roma
lla conectado con otras partículas y conjuncio- salén, que actualmente se denomina Wadi er-Rabá- 1973; W. H. Kelber, Mark 14, 32-42: G: ZNW 63
diablo (Mt 10, 28b par. Le 12, 5). El que se- (1972) 166-187; Kopp, Statten, 387-399; K. G. Kuhn,
nes y frecuentemente no tiene significación bi. Allí se ofrecían sacrificios de niños, en tiempos
duce a otros para a la apostasía o se deja se- Jesus in Getsemani bei Lukas und in Hebraer: ZNW
por sí mismo. Aparece 8 veces en la expresión de Ajaz y Manases (2 Re 16, 3; 21, 6), motivo por
el cual Josías declaró el Valle del Hinnón lugar in- ducir él mismo a la apostasía, debe contar con 58 (1967) 215-239; E. Linnemann, Studien zur Pas-
el be [XT| ye, «en caso contrario», una frase he- sionsgeschichte, Gottingen 1970, 11-40; W. Mohn, G.
mundo (2 Re 23, 10). Las amenazas proféticas de que será arrojado al fuego eterno (Mt 18, 9
cha en la que se sobreentiende el verbo, (cf. (Mk 14, 32-42): ZNW 64 (1973) 194-208; W. Ott, Ge-
juicio identificaban al valle del Himnón como «va- par. Me 9, 43.45.47). De manera parecida bet und Heil, München 1965, 82-90; R. Pesch, Das
BlaB-Debrunner § 439, 1; 376, 2; 480, 6; Mt 6,
lle de la carnicería» (Jer 7, 32; 19, 6). piensa Santiago, cuando afirma que la lengua Markusevangelium II (HThK), Freiburg i. Br. 1977,
1; 9, 17; Le 5, 36.37; 10, 6; 13, 9; 14, 32; 2
Cor 11, 16); 6 veces en eí ye, «si por lo de- La apocalíptica judía desarrolla la idea de que trasmite el fuego de la yéevva, porque lo tras- 385-396; W. Schenk, Der Passionsbericht nach Mar-
Dios purificará algún día al mundo mancillado, mite a aquellos que se dejan seducir por las kus, Berlín 1974, 193-206; W. Schenk, Studien zur
más», «si ciertamente» (Rom 5, 6; 2 Cor 5, 3; Passionsgeschichte des Markus, Würzburg 1971, 461-
Gal 3, 4; Ef 3, 2; 4, 21; Col 1, 23); 3 veces en arrojando a los malvados al fuego purificador (cf. palabras (Sant 3, 6).
Hen [et] 10, 13; 18, 11-16 y passim; Jub 9, 15; 560; V. Taylor, The Passion Narrative of St. Luke,
ága ye, «entonces», «así que» (Mt 7, 20; 17, Cambridge 1972, 69-72.
1QH 3, 29-36; ApBar [sir] 37, 1; cf., además, las 3. En todos los demás pasajes del NT en que
26; Hech 11, 18); en eí á o a ye, «si... tal vez» palabras de Juan el Bautista: Me 3, 10.12 par. Le
(Hech 17, 27a), o agá ye interrogativo (Mt 8, 3, 9.17). Basándose en Is 31, 9; 66, 24 (cf. Me 9,
se piensa en el castigo del fuego eterno, se trata Getsemani (en arameo, gat semáni = «lagar
30); 2 (ó 3) veces en x a í ye, «al menos» (Le 48), se localiza en el Valle del Hinnón el espera- igualmente de la idea veterotestamentaria y ju- de aceite») aparece únicamente en Me 14, 32
19, 42 v.l.); «e incluso» (Hech 2, 18), «y real- do infierno de fuego (Hen [et] 26, 4; 27, 1-3: 54, día de la yéevva, aunque esta palabra no apa- (par. Mt 26, 36), donde está en número singu-
mente» (Hech 17, 27b); 2 veces en áKká ye, 1-6: 56, 3s; 90, 26s). Finalmente, los escritos ju- rezca expresamente. Así ocurre especialmente lar y se halla en una oración de relativo. Es el
«pero incluso» (Le 24, 31), «al menos» (1 Cor díos denominan al infierno mismo de fuego gé- con xántvog (Mt 13, 42.50; cf. Ap 9, 2) o nombre propio de la parcela de terreno donde
9, 2; cf. Blal3-Debrunner § 439, nota 3); 1 vez hinnom/géhinnam, o yéevva en su forma griega, Xíuvn TOÜ nvQÓq (Ap 19,20; 20,10.14s; 21, 8; Jesús pasó la última noche orando, mientras
en [iTjti ye, «por no decir», «pero finalmente» sin referencia alguna a la topografía de Jerusalén cf. Ap 14, 10); en él perecerán algún día por el sus discípulos dormían, y donde fue prendido.
(1 Cor 6, 3; cf. Blai3-Debrunner § 427, 3); y 1 (4 Esd 7, 36M ApBar [sir] 59, 10; 85, 13; Sib I, fuego eterno no sólo los impíos (cf. también Le La referencia es válida como elemento de la
vez en 6q>eXóv TI, «si al menos» (1 Cor 4, 8). 103; II, 292; testimonios rabínicos pueden verse 16, 24), sino también Satanás con sus demonios más antigua tradición, a pesar de los diver-
2. Además, yé aparece dos veces en la frase en Billerbeck 1023-1025 y 1029ss). (Mt 25, 41; Ap 19, 20; 20, 10.14; cf. TestTud gentes análisis que se hacen del relato que co-
Siá ye, «al menos por...» (Le 11, 8; 18, 5), y 1 25, 3; ->• a(3u0oog 2). Que estos enunciados mienza con este episodio (relato no reducido:
vez en la expresión 6g ye, «quien incluso» 2. En este mismo sentido, el NT -en 12 pa- presuponen el poder purificador del fuego, nos Pesch; breve relato de lo fundamental: Linne-
(Rom 8, 32). sajes- designa también como yéevva al lugar lo enseñan por ejemplo 1 Cor 3, 10-15: 2 Pe 3, mann, Schenke, Kelber, Mohn, Dormeyer;
H. Balz del castigo eterno del fuego (-> KVQ); 11 de 5-13 (cf. Me 9, 49; Le 17, 29s). El cristianismo dos fuentes: Kuhn, Leskow, Ott, Barbour, Ho-
esos ejemplos se encuentran en los evangelios primitivo participa con estos enunciados en la lleran, Schenk). Si Getsemani estaba situado
TcSedíV, Gedeón Gedeón* sinópticos (Mt 5, 22.29s; 10, 28; 18, 9; 23, escatología del judaismo contemporáneo. Claro o no en el monte de los Olivos, lo decidirá el
Nombre propio (indeclinable) de uno de los 15.33; Me 9, 43.45.47; Le 12, 5), y 1 ejemplo está que el NT renuncia a una descripción deta- juicio que uno se forme (en la perspectiva de
«grandes jueces» (Jue 6, 11-8, 35), que se se halla en Santiago (3, 6). La yéevva, junta- llada de los tormentos del infierno; la referencia la historia de las tradiciones) de la observa-
menciona en Heb 11, 32 entre los testigos de mente con el ->• Qtor|g, se localiza también en al infierno y a su fuego sirve para recalcar la ción formulada en Me 14, 26.
la fe. BHH I, 569s; Haag, Diccionario, 738s. el -> ápuooog. Pero el a5r|g se considera co- parénesis ética, no para satisfacer una curiosi-
En los paralelos lucanos (Le 22, 39-46) y
mo la morada de los muertos sólo durante dad religiosa (cf. en cambio Hen [et] 27, 3s).
joánicos, que abrevian el relato y que podrían
y é t v v a , t|5, rj geenna Gehenna, infierno* tiempo limitado, el tiempo que trascurre entre Encontramos un poco de escatología de presen-
ser, ambos, independientes de Marcos, se ha
la muerte y la resurrección, mientras que la te (cf. Jn 3,18s; 12, 31; 1 Jn 2, 8s) allá donde la
1. En el AT y en el judaismo - 2. En el NT - 3. Ex- perdido el nombre de Getsemani. La localiza-
presiones afines. yéevva se concibe como el lugar del tormen- yéevva amenaza ya actualmente o domina al
ción joánica, que lo sitúa por encima del valle
to eterno para los impíos, después del juicio hombre (Mt 5, 22; 23, 15; Sant 3, 6).
Bibl: Billerbeck IV 2, 1016-1165; H. W. Huppen- del Cedrón (Jn 18, 1) -por tanto, en la ladera
bauer, Gehenna, en BHH I, 1153; J. Jeremías, yéevva, final. O. Bocher del monte de los Olivos-, es primariamente
723 Teílaniiaví - yé\uo 724 725 yi\ua - yeveá 726

una alusión tipológica a David en 2 Sam 15, cia, que no es apropiada en la presencia de sentido secundario de «ser impuro» es resul- 50, yeveá (en plural) significa las sucesivas
23. Es incierto si en esta alusión y en el nom- Dios (v. 8; cf. Is 32, lis; Jer 4, 8). ThWNT I, tado de la asociación con xof&arjí^ELv/xa- generaciones, y en Le 16, 8, los contemporá-
bre de «huerto» hay un buen conocimiento 656-660. •íkxQÓg. neos.
del lugar; en todo caso, esos detalles podrían
haberse desarrollado posteriormente y se tras- 3. yeytoCfa llenar; en voz pasiva, ser lleno 2. La forma sinóptica «esta generación»
ye^í^O) gemizo llenar
mitirían en forma literaria. de*, aparece 9 veces en el NT, encontrándose procede del estrato helenístico tardío de la
-> yé\im 3.
El relato marquino se halla estilizado como junto a yé\i<a únicamente en Lucas y en Apo- fuente Q, que dirige su polémica contra Israel
imagen de contraste con la de la transfigura- calipsis. Especialmente en la voz pasiva, la como la última generación antes del fin, y le
ción: hay tres discípulos escogidos, comien- yé|*a) gemó estar lleno* idea expresada por el verbo se acerca mucho a anuncia el juicio que se acerca. La apocalípti-
zan a cumplirse las predicciones de la pasión, 1. Aparición del término y combinaciones de pala- la de estar lleno: Me 4, 37, «de tal manera ca judía emplea motivos y formas de lenguaje
sumisión a la voluntad de Dios en contraste bras - 2. Contenidos semánticos - 3. ye\iít,m. que la barca corría peligro de anegarse (por correspondientes. Así, por ejemplo, Hen [et]
con la tibieza de los discípulos. Mateo, sobre completo)»; así sucede también en Le 14, 23; 93, 9 anuncia una generación apóstata; lQp-
esta base, reforzó los rasgos típicos de la ex- 1. Del total de 11 veces que el término apa- Ap 15, 8. En la voz activa, Jn 2, 7 añade ex- Hab 2, 6s, una última generación, y Jub 23,
hortación a la oración. Lucas generalizó la ex- rece en el NT, 7 corresponden al Apocalipsis presamente: «las llenaron (= las tinajas) hasta 16ss, una generación malvada. Con Mt 11, 16
hortación a la oración y -en caso de que los (4, 6.8; 5, 8; 15, 7; 17, 3.4; 21, 9) y las res- el borde». - En la voz activa, el verbo aparece par. Le 7, 31 comienza la parábola de Q sobre
vv. 43 s sean originales (Feuillet contra GNT- tantes veces corresponden a Mt 23, 25.27 par. los juegos infantiles, cuya interpretación re-
con complementos en acusativo y en genitivo
Com)- centró por completo el relato en la lu- Le 11, 39 y Rom 3, 14 (cita del Sal 9, 28 coge motivos deuteronomísticos y sapiencia-
(introducido a veces por EX): Me 15, 36: «...
cha de Jesús con la muerte, que para él co- LXX). El verbo, por regla general, no se usa les (Sal 77, 8 LXX; 94, 10 LXX) y acentúa
mienza ya aquí. empapar una esponja de vinagre»; Le 15, 16:
más que en presente y en imperfecto (cf. Lid- «... llenar su estómago con (EX) las algarro- que la Sabiduría divina no ha dado ya la razón
W. Schenk dell-Scott, s.v.); en el NT, únicamente en indi- a Israel sino a Juan y a Jesús. En Mt 23, 36
bas»; Jn 2, 7; 6, 13; Ap 8, 5. El genitivo falta
cativo y en participio de presente. par. Le 11, 50s hay una sentencia sapiencial
únicamente en Jn 2, 7b, después de haber apa-
El objeto de la acción verbal suele ir en ge- que recoge el lamento sobre la sabiduría me-
ysítwv, ovog, ó? ^ geiton vecino, vecina* recido en el v. 7a, y falta a veces en la voz pa-
nitivo, sustentado en Mt 23, 25 por EX (en nospreciada (Prov 1, 24ss; Bar 3, 12s; HQSala
Este término aparece junto a (píAoi en Le siva: Mt 4, 37; Le 14, 23.
nuestra lengua, uno está lleno de algo). El 18, 8.15; Hen [et] 93, 8; 94, 5; 4 Esd 5, 9s) y,
14, 12; 15, 6, y junto a qpíXai, en 15, 9; apare- K.-H. Pridik
acusativo óvóu.oaa en Ap 17, 3 es un vulga- como voz profética del cristianismo primiti-
ce solo en Jn 9, 8.
rismo. xa áxádafjta en Ap 17, 4, como ob- vo, acusa a la última generación de Israel de
jeto de yéu,ov (el contenido de la copa, según haber colmado la medida de pecados de sus
yeXáw gelao reír* yeveá, ág, r\ genea generación, linaje* antepasados con el asesinato de profetas hasta
se supone generalmente), significa una «gra-
En el Discurso del Llano, en el evangelio ve incongruencia» (Bla(3-Debrunner § 136), 1. Aparición y significado del término en el NT - el de Zacarías hijo de Baraquías (Josefo, Bell
de Lucas, la antítesis xXaÍEiv - yekav (cf. Ecl pero como objeto de exonera no entraña nin-
2. En los Sinópticos - 3. En los demás escritos IV, 335).
3, 4) se encuentra primeramente en un maca- guna dificultad: una mujer «con los signos Bibl.: K. Berger, Die Amen-Worte Jesu, Berlin Esta misma condenación abunda en el com-
rismo aplicado a los que ahora lloran pero impuros de su fornicación». 1970, 58-74; F. Christ, Jesús Sophia, Zürich 1970,
plejo del signo de Jonás: Mt 12, 39 par. Le 11,
luego reirán (6, 21), y luego en un «¡ay!» 63ss, 120ss; V. Hasler, Amen, Zürich 1969, 30-70; D.
Lührmann, Die Redaktion der Logienquelle, Neukir- 29 llaman malvada a esta generación, y Ma-
contra los que ahora ríen pero luego estarán
2. El verbo yé^co se refiere en general a chen-Vluyn 1969, 24-48; R. McKerras, en Notes of teo la llama incluso (como Mt 16, 4) genera-
tristes y llorarán (6, 25). Lo de reír es aquí
contenidos de algo, pero en Ap 4, 6.8 se refie- Traslation 2 (1988) 57s; M. Meinertz, «Dieses Gesch- ción adúltera. En la doble sentencia amenaza-
imagen de la vida despreocupada e irrespon- lecht» im NT: BZ 1 (1957) 283-289; Schulz, Q, 336-
re a lo que cubre la superficie: «seres vivien- dora acerca de la reina del sur y de los
sable de los que se dedican a disfrutar de las 386; G. Steinhauser, Noah in his Generation: An Allu-
tes cubiertos/repletos de ojos». No se sabe ninivitas se repite la forma de la fuente Q en
cosas (ot ye\(bvxec, vOv en el v. 25b se halla sion in Luke 16, 8b «ele, TT|V yEveáv %r\v éautcov»:
exactamente qué idea se expresa en Ap 17, 3: ZNW 79 (1988) 152-157. Para más bibliografía, cf. Mt 12, 42 par. Le 11, 31 y en Mt 12, 41 par.
cerca de oí Jttarúoioi en el v. 24 y de oí Éu.-
«una bestia llena... de nombres». ThWNT X, 1022. Le 11, 32. Mateo intensifica incluso la afir-
jTejrX,r|au.évoi en el v. 25a), una risa que co-
En el NT el objeto es concreto o abstracto, mación conectándola con la advertencia con-
rresponde a los creyentes únicamente como
y el sujeto, concreto, exceptuando Le 11, 39, 1. De los 43 lugares del NT en que aparece tra la recaída, y en Mt 12, 45 llama a Israel
promesa escatológica, pero no como una ma-
donde «vuestro interior», como vemos por la este término, 33 corresponden a los Sinópti- una generación malvada. Le 11, 30 encarece
nera de vivir en este mundo. ThWNT I, 656-
comparación anterior con el vaso y el plato, cos, en los que Yeveá se refiere 25 veces al la afirmación refiriéndose al Hijo del hombre
660; X, 1022; -> xXmco.
se refiere a lo que está dentro de un recipien- pueblo judío de tiempos de Jesús, 17 veces que viene como juez.
te. La mayoría de los objetos de la acción ver- aparece en la expresión esta generación, y 8 Marcos radicaliza el enunciado, trasfor-
yéXwg, (otos, ó gelós risa* bal tienen una connotación negativa. La con- veces tiene diversos matices. En la observa- mando la exigencia de milagros que figuraba
Sant 4, 9: «¡Que vuestra risa se torne en notación positiva se da únicamente en Ap 4, ción redaccional sobre la genealogía de Jesús en Q, en el rechazo de una señal del cielo. Pa-
llanto!». Se entiende aquí por risa una risa ne- 6.8; 5, 8. Además, en Mateo y en Lucas, el en Mt 1, 17 y en el Magníficat en Le 1, 48. ra Marcos (8, 12), al Israel condenado de
727 yeveá - YeveaX,OYÍa 728 729 ytvEakoyía - yéveaic, 730

tiempos de Jesús le aguarda sólo el juicio fi- cluido de la salvación. Esto debe servir de ad- un Adán-Mesías, sino que interpreta el bautismo 2. En el griego profano, sobre todo en Platón,
nal. Por eso, en Me 8, 38 Jesús lo llama gene- vertencia a la impenitente Iglesia. También a de Jesús como la revelación del Hijo del Altísi- YÉvEOLg se halla atestiguado en el sentido de ori-
ración adúltera y pecadora. Consecuentemen- mo, a quien Dios había destinado desde el co- gen y comienzo, por contraste con cpdopá (des-
ella le amenaza la reprobación. Tal vez la re-
mienzo de la humanidad para que fuera el Salva- trucción), de devenir, por contraste con otioía
te, en una sentencia apocalíptica de amenaza, ferencia al Sal 94, 10 LXX muestra cuál es la dor del mundo (Le 1, 32s; 2, 30ss; 4, 18ss). (ser), y de lo que ha llegado a ser, de la creación
Jesús afirma en Me 13, 30, juntamente con Mt fuente de la expresión «esta generación» en el (xóou.og). Se emplea también en contextos tem-
24, 34 y Le 21, 32, que esta generación expe- estrato tardío de Q. 1 Tim 1, 4 y Tit 3, 9 difícilmente se refieren porales para designar la ascendencia y la descen-
rimentará los horrores del fin de los tiempos. V. Hasler a las series gnósticas de arcontes y eones. Ta- dencia. En este último sentido se emplea genea-
Le 17, 25 conecta esto con el plan fijado por les series no están documentadas sino más lógicamente, es decir, todo dios y todo héroe mira
Dios y que se promete en la Escritura. En Me tarde. Más cerca de estos textos se hallarían orgullosamente a su descendencia; cf. especial-
9, 19 Jesús suspira exasperado por esta gene- yEVeaXoyéft) genealogeó descender de mente Hesíodo (Teogonia, «catálogo de muje-
las listas genealógicas del AT y de los escritos
ración malvada (e incluso perversa, según Mt (refiriéndose a una genealogía)* res»). - La LXX ofrece en la mayoría de los casos
esenios o rabínicos. Pero no se echa de ver el sentido de genealogía (cf. Gen 2, 4; 5, 1), con
17, 17 y Le 9, 41). En Heb 7, 6 dícese de Melquisedec, que no
una polémica antijudía. Puesto que ya Platón excepción de Sabiduría (por ejemplo, 6, 22; 7,
descendía de los hijos de Leví. ThWNT I,
(Tim 22a) y Polibio (IX 2, 1) habían entabla- 5.12) y prepara de esta manera el uso que encon-
3. Como Mt 17, 17 y Le 9, 41, vemos que 663; -> Yeveodoyía.
do polémica contra los mitos y las listas gene- tramos en el NT.
Flp 2, 15 y Hech 2, 40b recogen las ideas de alógicas, las Pastorales combaten a los falsos
Dt 32, 5 LXX expresadas en la predicación de YEvecdoYÍa, a ? , í\ genealogía genealo- maestros siguiendo pautas establecidas.
la sinagoga. Pablo exhorta a la ekklesía a la 3. Mt 1, 1, recogiendo la manera de hablar
gía, árbol genealógico* Para Heb 7, 3.6, Jesús -según Gen 14, 17ss
santificación, a pesar de vivir en medio de la de Gen 5, 1, habla del «libro de la genealo-
Bibl: N. Brox, Cartas pastorales, Barcelona 1974, y Sal 110, 4 - se halla muy por encima del sa- gía» (o historia del origen) de Jesucristo, par-
corrupción pagana. En el sermón de Pentecos- 337, 338; M. D. Johnson, The Purpose ofthe Biblical cerdocio del AT. Por eso, es superfluo ofrecer
tés Pedro se dirige a los que eran entonces los tiendo de David y de Abrahán. El evangelista
Genealogies, London 1969; D. E. Nineham, The Ge- una prueba genealógica.
moradores de Jerusalén. Hech 8, 33 entiende nealogy in St Matthew's Gospel and it's Significance no sólo pretende exponer así la genealogía
for the Study ofthe Gospels: BJRL 58 (1976) 420-444; V. Hasler -expresada teológicamente- del Mesías que
en sentido genealógico la oscura expresión de
S. Sandmel, Myths, Genealogies, and Jewish Myths, llega (Mt 1, 2-17), sino también presentar to-
Is 53, 8: «¡Quién podrá describir su genera- andthe Writing of Gospels: HUCA27 (1956) 201-211;
ción [= los descendientes del siervo de y e v é a i a , ÍWV, t á genesia celebración de da su obra teológica bajo estos auspicios. Pa-
H. Schollig, Die Zahlung der Generationen im mt
Dios]!» Con arreglo al plan salvífico de Dios, Stammbaum: ZNW 59 (1968) 261-268; W. Speyer, en cumpleaños* ra decirlo con otras palabras: el nuevo sobera-
la labor de David -según Hech 13, 3 6 - estaba RAC IX, 1145-1268; H. Stegemann, «Die des Uria». Dícese de la celebración de cumpleaños no determina el destino tanto de Israel como
Die Bedeutung der Frauennamen in der Genealogie (tole; Yeveoíoic;, dativo de tiempo) de Here- del mundo; «según Mt 1, 1 con 'Jesucristo' co-
limitada a su generación. Con la predicación von Mt 1, 1-17, en FS Kuhn, 246-276; K. Stendhal,
misionera helenística, Hech 14, 16 sitúa al des Antipas en Me 6, 21 par. Mt 14, 6 (sobre mienza una nueva época de la historia univer-
Quis et unde?. An Analysis ofMt 1-2, en FS Jeremías,
mundo gentil bajo la generosidad de Dios (cf. 1960, 94-105; A. Vogtle, Die Genealogie Mt 1, 2-16 la formulación de Mateo cf. BlaB-Debrunner sal» (Frankemolle, 365). Mt 1, 18 acentúa una
3, 17; 13, 27; 17, 30). Según Hech 15, 21, und die mt Kindheitsgeschichte: BZ 8 (1964) 45-58, § 200, nota 10). BHH I, 529; Haag, Dicciona- vez más esta idea haciendo referencia al naci-
Santiago apela a la Tora, que se lee desde 239-262; 9 (1965) 32-49. rio, 428; RAC IX, 217-243. miento especial de este Jesucristo. (En este
siempre y en todas partes, para demostrar la sentido cf. también Le 1, 14 como predicción
En el NT, el término aparece únicamente en
validez universal de las prohibiciones que fi- del nacimiento del Bautista).
l T i m l , 4 y T i t 3 , 9. Y^veaig, E W ? , i! génesis origen, descen-
guran en el decreto apostólico y que se deri- dencia, procedencia, procreación, naci- Sant 1, 23 habla de la persona que se limita
Mt 1, 2-16 y Le 3, 23-38 presuponen el conoci-
van del capítulo 17 del Levítico. miento, vida* a oír la palabra de Dios, pero que no actúa se-
miento de la genealogía de Jesús, descendiente de
Col 1, 26 acentúa -con arreglo a la econo- David, y de las listas de sus antepasados. No tra- gún ella. Se parece a alguien que contempla
1. Aparición del término en el NT - 2. En el griego
mía de la salvación- la elección de los cre- tan de ofrecernos una prueba genealógica sino profano y en la LXX - 3. Usos del término en el NT. en el espejo su rostro natural y externo (JIOÓ-
yentes que proceden de la gentilidad, mien- que tan sólo persiguen un fin cristológico. Por es- ocojtov xfjg yevéaewg) y se olvida de cuál era
te motivo, las diferencias y las inexactitudes no Bibl: Bauer, Wórterbuch, 306s; F. Büchsel, YÉVE-
tras que Ef 3, 5 entiende el evangelio como la tienen importancia alguna. Mt 1, 1 y 1, 17 consti- 015, en ThWNT I, 681-683; H. Frankemolle, Jahwe- su aspecto. Aquí la intención del autor es re-
elección de los gentiles, el misterio revelado a tuyen el marco redaccional, y los vv. 18-25 son bund und Kirche Christi. Studien zur Form- und Tra- conocer el origen -el punto de partida, la ra-
los apóstoles y profetas de la Iglesia. Ef 3, 21 una nota explicativa de carácter midrásico (Sten- ditionsgeschichte des «Evangeliums» nach Matthaus,íz- y hacer que el hombre retorne a él (a su
dahl, 102). Lo importante es la lista de los porta- Münster i . W. 1974, sobre todo 360-365; F. MuGner, «arquetipo»). Todo lo demás es engañarse a sí
forma parte de un himno litúrgico que pone Der Jakobusbrief (HThK), Freiburg i. Br. U975 (sobre
final a la parte didáctica de la carta apostóli- dores de la promesa, no la secuencia de las gene- 1, 23; 3, 6). mismo, más aún, perderse a sí mismo. Un
raciones. Jesús, el Mesías llegado, ha cumplido la enunciado con mayor carga ética todavía, se
ca. Por contraste, Heb 3, 10 es una afirmación
promesa hecha a Abrahán. Las cuatro mujeres encuentra en Sant 3, 6, donde a la lengua ma-
del Espíritu Santo que emplea la dura cita del que figuran entre los antepasados, demuestran el 1. En el NT YÉveoig aparece 5 veces en el
Sal 94, 10 LXX en una referencia al pueblo carácter universal del evangelio. Lucas enumera sentido de nacimiento (Mt 1,18; Le 1, 14), ge- ligna e incontrolada se la compara con un fue-
judío de la generación del desierto. Según el la genealogía en sentido ascendente hasta llegar a nealogía (Mt 1, 1) y origen, raíz (Sant 1, 23; go que inflama la rueda de la vida / el curso
v. 11, el pueblo en su totalidad permanece ex- Adán y a Dios. Pero el evangelista no piensa en 3,6). de la existencia (xóv TQO%OV tfjg yevéoewc).
731 Yéveaig - yevváco 732 733 yevváco - revvnoaoéT 734

No está claro el origen de esta imagen. La celona 1980, 203-211; A. Vógtle, Messias und Gottes- 7 - como el comienzo de un nuevo eón. «La contexto de la nueva creación del hombre por
mencionan no sólo textos órficos (sobre la sohn. Herkunft und Sinn der mt Geburts- und Kind- el poder del Espíritu de Dios (Juan).
heitsgeschichte, Dusseldorf 1971. Para más bibliogra- comunidad veía aquí la realidad de un ser en-
trasmigración de las almas) sino también tex- fía, cf. ThWNT X, 1023. gendrado por Dios en sentido realísimo»
tos rabínicos (la rueda del destino). «Creemos A. Kretzer
(Büchsel, 669).
que Santiago piensa sencillamente en el ámbi- 1. yz\vá(ü aparece 97 veces en el NT Pablo depende quizás de concepciones ra-
to de la vida. No hay nadie ni nada ante lo que bínicas, cuando en 1 Cor 4, 15 y en Flm 10
(Morgenthaler, Statistik, 84), de las que 40 se y é v v t m . a , a t o g , TÓ gennéma engendro,
se detenga la lengua calumniadora; ella es ca- habla de una «procreación espiritual» como
hallan en Mt 1, 2-16; el verbo aparece otras 5 vastago*
paz de incendiarlo todo. Contra su poder des- expresión de su entrega a la labor pastoral y
veces en Mateo, 18 veces en la Carta primera En el NT, este término se usa tan sólo en la
tructor, uno es impotente. Su fuego es compa- de la profunda vinculación que de ella nace
de Juan, 7 en Hechos, 4 en Lucas, 6 en las dura imagen, difícilmente empleada antes en
rable a lo abrasador del fuego eterno e entre el apóstol y la comunidad (o entre el
cartas paulinas auténticas, 4 en Hebreos; el el ámbito del judaismo, que habla de
inextinguible del infierno mismo» (MuBner, apóstol y Onésimo). No menos peso tienen
verbo se encuentra, además, en Me 14, 21; 2 YevvrJLiaTa éxtovcov, ¡raza de víboras!, y
165). los pasajes de Rom 9, 11 y Gal 4, 23.24.29.
Tim 2, 23 y 2 Pe 2, 12. que aparece en las palabras en que Juan el
A. Kretzer Todos estos pasajes se hallan dentro de un Bautista anuncia el juicio divino (Mt 3, 7 par.
2. En el griego profano Yevváco se usa para re- contexto de teología de la salvación que habla Le 3, 7 (Q), y en las palabras en que también
ferirse a la función del padre en la procreación del concierto entre ambos testamentos. Jesús anuncia ese juicio divino (Mt 12, 34;
yeveTtj, f¡S, 1^ genete nacimiento*
(Sófocles, Eurípides); se usa más raras veces pa- A la genealogía de Mateo (Mt 1, 2-16) le 23, 33; en paralelo con ocpeig, «serpientes»).
Jn 9, 1: éx Y£V£TfJ5, «de nacimiento». ra referirse a la función de la madre, en lugar de corresponde también «carácter de cumpli- Con estas palabras se califica siempre a los
TÍXTCO (Plutarco). Se emplea luego en el sentido oyentes judíos de «serpientes venenosas», es
miento». Está formada según los modelos del
general de engendrar, producir (Platón, Polibio).
y é v i m a , a t o ? , t ó genéma planta, fruto, AT (cf. Gen 5, 3-32: 1 Crón 2, 10-22.36-49) y decir, como personas insinceras y que han si-
En la LXX Yevváco traduce frecuentemente al he-
cosecha* breo yld (dar a luz, engendrar), y aparece raras demuestra la inserción (pretendida por Dios) do reprobadas. La combinación de estas pala-
Neologismo helenístico de yí^OH-m (q U e veces para expresar la relación de padre a hijo en- de Jesús, engendrado milagrosamente por el bras no aparece en la LXX ni en Josefo ni en
debe distinguirse del término clásico -> tre Yahvé y su pueblo (Dt 32, 18; Is 1, 2; en sen- Espíritu Santo, en la línea sucesoria de Abra- los escritos rabínicos. Una expresión pareci-
Yévvrpa): Me 14, 25 par. Mt 26, 29 / Le 22, tido metafórico en Ez 16, 20; 23, 37), y en un pa- hán y David (Vogtle). da, dentro del ámbito cristiano, se encuentra
18 en las palabras escatológicas de Jesús en la saje importante para la adopción del Mesías-Rey e n D i d l 3 , 3. ThWNT I, 671.
En los escritos joánicos, la idea de la gene-
última Cena, yzv\\\na xfjg á[inéXov, «produc- por Yahvé en el acto de entronización: Sal 2, 7 y
109, 3. En Prov 8, 25 se dice que la sabiduría es ración experimenta un ulterior desarrollo y
to o fruto de la vid» (cf. Dt 22, 9 LXX; Is 32, una nueva profundidad, porque la generación
el primer fruto de la actividad creadora de Dios. r£Wt]aa{>éT Gennésaret Genesaret*
12 LXX; pert hagefen Ber 6, 1, «en la bendi- A propósito de la conversión de un gentil al juda- es un nacimiento que procede de Dios (1 Jn 2,
ción sobre la copa de vino»; oivou Yévrpa, Nombre indeclinable del Lago de Genesa-
ismo, los rabinos hablan de procreación, querien- 29; 3, 9; 4, 7) y del Espíritu (Jn 3, 5.6.8) o, en
ÁgU 774, 3); 2 Cor 9, 10: xa Y£vr||j,on;a T % ret (propiamente revveaáo, cf. 1 Mac 11, 67;
do decir que surge un nuevo ser: un prosélito con- términos generales, «de lo alto» (3, 3.7). Esta
8ixaioo"úvr|g Ú^COY, «los frutos de vuestra Me 6, 53 D it sy; Mt 14, 34 D* 100 lat sy,
verso es como un niño recién nacido (Rengstorf, relación, que es misteriosa y que -no obstan-
665s). Según Filón, toda la obra creadora de Dios nombre que, seguramente, fue asimilado con
justicia» (cf. Os 10, 12 LXX) -expresándolo te- determina la realidad, proporciona al hom-
es un acto de procreación: Dios engendra el lo- posterioridad a las formas de Nazaret o de
concretamente- «...vuestra generosidad»; Le bre origen (el bautismo) y meta para su vida
gos, los animales y las plantas; se exceptúan los Kinnéret; en Le 5, 1 se le llama Xí\ivr] Tev-
12, 18 Sin* D it. ThWNT I, 684s; J. Jeremias, en comunión con Dios, más aún, para su con-
hijos de Dios. La comunidad de Qumrán (si- vr\oaQÉx; cf. Josefo, Bell III, 506). Por lo de-
La última Cena. Palabras de Jesús, Madrid dición de hijo de Dios (1 Jn 3,1). «La filiación
guiendo a 2 Sam 7, 14) conoce la idea de la gene- más, en Me 1, 16; Mt 4, 8 se le denomina
1980, 199s. ración del Mesías, que nace del linaje de David divina ha pasado a ser una característica com- OáX.aaoa tris TaliXaíac, o, según Jn 21, 1,
(4QFlor 1, 10-13: cf. lQSa 2, 11-12). pendiadora del hombre cristiano en la unidad ftákaooa Tfjg TiPerjiáSoc;. Según Me 6, 53
indestructible de su ser natural-sobrenatural, par. Mt 14, 34, el nombre de la fértil región
YEwáftl gennao engendrar, dar a luz, pro- 3. Hay que fijarse, ante todo, en el uso que se ha trocado en una expresión única de la ele- situada en la ribera occidental del lago. Según
ducir se hace en el NT -en sentido mesiánico- del vación gratuita y de la consumación moral que TosToh 6, 7; bMeg 6a, etc., es de suponer que
1. Aparición del término en el NT - 2. YEvváro en Sal 2, 7, enlazando con el AT y con el judais- proporcionan en conjunto el modelo perfecto existía también un lugar denominado Ginne-
el griego profano y en el judaismo - 3. Enunciados del mo. Y, así, vemos que en Hech 13, 33 el acen- del hombre cristiano» (Schnackenburg, 206). sar, situado en las cercanías del Kinnéret del
NT. tuado «hoy» de la generación se refiere a la AT, que se encontraba ya abandonado en épo-
Resumiendo podemos decir: por ysvváco se
Bibl: Bauer, Worterbuch, 307-309; F. Büchsel-K. vida imperecedera en la resurrección (cf. Heb entiende no sólo el acto de la procreación (por ca griega y romana (cf. Núm 34, 11; Jos 11,
H. Rengstorff, YEVVÓCO XTL, en ThWNT I, 663-674; 1, 5; 5, 5, pero aquí el momento queda sin el padre) sino también el del alumbramiento 2; 12, 3) y que, lo mismo que éste, pudo haber
W. C. Grese, «Unless one is Born Again»: The Use of precisar). En Le 1, 35 la generación del Hijo dado su nombre a la región y al lago. BHH
a Heavenly Journey in John 3: JBL 107 (1988) 677- (por la madre). Es un término que adquiere
693; J. Kühlewein, yld dar a luz, en DTMAT I, 1008- de Dios, obrada por el Espíritu, se considera especial importancia teológica por la encarna- I, 546s; II 951s; Haag, Diccionario, 746s y
1013; R. Schnackenburg, Las cartas de san Juan, Bar- -sobre la base de esa interpretación del Sal 2, ción de Jesús (Lucas), y también dentro del 1069s.
735 yévvnaig - yévog 736 737 reoaaryvóg - yeQovaía 738

YÉvvt|0ig, ewg, i\ gennesis nacimiento la, que era natural del Ponto, y de Apolo, que TtQ(tOí\VÓg, 3 Gerasénos natural de Gé- tre tampoco genuino interés por la topogra-
Mt 1, 18 Textus Receptus; Le 1, 14 Textus era natural de Alejandría. Según las palabras rasa* fía. Reduce la «Decápolis» marquina al te-
Receptus (siempre en lugar de -> yévEOig). de Esteban (en Hech 7, 13), el Faraón recono- ra5aQT]vóg, 3 Gadarénos natural de Gá- rritorio que se halla «alrededor del lago»,
ce el origen judío de José. El v. 19 refleja el dara* porque no conoce todavía una labor misio-
estilo del discurso: en el v. 17 Esteban se diri- rEQY£OT]VÓg, 3 Gergesénos natural de Gér- nera que -antes de pascua- rebase los lími-
Y£VVT]TÓ5,3 gennétos engendrado, nacido* ge a sus compatriotas en un pasaje donde el gesa (v.l.) tes de Israel. La variante textual «de Gérge-
Como circunlocución para decir «hombres» concepto de pueblo no resuena ya con sus con- sa» (por ejemplo, Sin2), que no forma parte
Bibl: F. Amen, Heüfiir die Heiden, Frankfurt a. M.
en la expresión év Yevvnrolg YUVOIIXCÜV, «en- notaciones religiosas. En el discurso de Pablo 1976, 201; Bauer, Wbrterbuch, en el vocablo correspon- del texto original, se la debemos a un inten-
tre los nacidos de mujer» (Mt 11,11 par. Le 7, en Antioquía (Hech 13, 26), el apóstol dirige diente; I. Benzinger, en Pauly-Wissowa VII, 1242-1245; to de identificar la localidad en que se desa-
28; cf. Job 14, 1; 15, 14; cf. también yevó[ie- la palabra a los judíos hablándoles como a G. Dalman, Orte und Wege Jesu, Gütersloh '1924, 192s; rrolló la historia del poseso. Orígenes (In
vos ex yuvcuxóg, Gal 4, 4). La circunlocu- Haag, Diccionario, 753s; E. Haenchen, Der Weg Jesu, Joh. 6, 41) conoce un lugar al este del lago,
descendientes de Abrahán; en este caso, por
Berlin 1966, 190s; H. Hegermann, en BHH I, 508, 548;
ción, usual también en el judaismo (Biller- contraste con lo que Pablo dice en sus cartas Kopp, Statten, 282-287; C. H. Kraeling-Th. Klauser, Ge-
cerca de Kurse, en la desembocadura del
beck I, 597s), acentúa el origen terreno del (Rom 9, 6-13; 2 Cor 11, 22; Gal 3, 8), no se re- rasa, en RAC X, 223-233; K. Matthiae, Chronologische Wadi es-Samak. A unos 2 km al Sur, un
hombre. ThWNT I, 671. flexiona sobre la promesa hecha a Abrahán. Übersichten und Karten zur spatjüdischer und urehrist- acantilado de unos 44 m de altura se adentra
En la cita de las «Apariciones Celestiales» de licher Zeit, (Berlin 1977) Stuttgart 1978 (suplemento de unos 40 m en el lago. Orígenes relaciona la
mapas).
Arato de Cilicia (siglo III a.C), que se hace en orilla oriental con los guirgasitas (Gen 10,16).
yévo£, OUg, TÓ genos linaje, especie, clase* Hech 17, 28.29, y según el estilo de la predi- La influencia de las versiones paralelas sobre
cación misionera helenística, Pablo hace refe- En los manuscritos de Me 5, 1, TegaaTi- los manuscritos ha conducido a una situación
1. Aparición del término en el NT - 2. En los evan- vóg (cf. Inscriptiones Graece ad res Romanas
gelios - 3. En Hechos - 4. En Pablo y en los demás es- rencia a ideas estoicas (nosotros somos yévog clásica de confusión textual (GNTCom, 23s,
critos. de Dios) y acentúa el carácter universal del pertinentes [ed. R. Cagnat y otros] IV, París 84, 145).
evangelio. En Hech 4, 6 se alude a los miem- 1927, 374, 11) compite con las otras dos for- G. Schille
Bibl: K. Maly, Mündige Gemeinde, Stuttgart 1967,
176-239. bros de la nobleza sacerdotal saducea (ex mas (Mt 8, 28; Le 8, 26.37). Es improbable
Yévo\)5 áQX^QWTixo'O), y se afirma que, a pe- que reQyearivóg se originase sólo por una
1. yévog aparece 2 veces en Marcos y 2 en sar de la resistencia ofrecida por éstos, la pre- conjetura debida a Orígenes (como piensa reQY £01 l v ós? 3 Gergesénos natural de
Mateo (incluido 15, 21 v.l.), 9 veces en He- dicación apostólica es capaz de imponerse, Haenchen). Pero el texto marquino -«gerase- Gérgesa
chos, 6 en Pablo, 1 en Pedro y 1 en Apocalip- con arreglo al plan salvífico de Dios. no», «de Gérasa»-, por ser la lectio difficilior, -*• reoaoTvvóg.
sis. Designa casi siempre el origen (por naci- es la forma más antigua. Gérasa (en árabe, Je-
miento). 4. Con Y£VT] yX(ooomv, Pablo se refiere en rash) era la ciudad más importante de la De-
cápolis (-+ Aexájio^.15), pero quedaba dema- y e g o v a í a , ac;, r\ gerousia Consejo de
1 Cor 12, 10.28 a la diversidad de la glosola- Ancianos, Consejo Supremo*
2. La mujer helena de Me 7, 26 (SIJQO- lia carismática y la compara con la gran va- siado lejos del mar de Tiberíades (a unos 60
Hech 5, 21 menciona la ysQOvala junta-
cpoivíxiaoaTOyéveí) procede de la provincia riedad de lenguas existentes (14, 10). Gal 1, km en dirección sursudeste) para que hubiera
mente con el ouvéoQiov en una expresión
costera siria de Fenicia. Se ha enterado y de- 14; 2 Cor 11, 26 y Flp 3, 5 emplean en senti- podido desarrollarse en ella la historia del po-
inspirada en Ex 12, 21 (jtotoav ysQOvaíav
muestra que el Hijo de Dios libera también do profano el término que se usa, por ejemplo seso. uícSv 'IoQaf|X.). Según 1 Mac 12, 6.35; 2 Mac
del poder del demonio a los gentiles. En la en Jer 38, 37 LXX, para traducir el hebreo Marcos utilizó el relato como historia de I, 10; Josefo, Ant XIII, 166 etc., la yeQOVoía
instrucción impartida a los discípulos en Me zera' y que designa el origen judío por naci- misión (5, 18-20), sin interesarse por la to- del pueblo judío asumió el papel de la asam-
9, 29; Mt 17, 21 v.l., la oración y, en algunos miento y el hecho de ser miembro, por el pro- pografía (cf. los nombres de lugar que se blea de ancianos (Esd 5, 9; 6, 7) o de la «gran
casos también, el ayuno aparecen como reme- pio linaje, del pueblo judío. enumeran en 7, 31, sin que tengan relación asamblea» (Abot 1,1) durante la época poste-
dio exorcístico en los casos de posesión dia- En cita de Is 43, 20, la Carta primera de Pe- entre sí). Mt 8, 28 sustituye la ciudad origi- rior al destierro, en el siglo II a.C. Desde los
bólica (TOOTO TÓ yévog). En la parábola de la dro (1 Pe 2, 9) atribuye a la Iglesia el honroso nal por Gádara (en árabe, Khirbet Um Qeis, tiempos de Herodes el Grande se denominó
red barredera, Mt 13, 47 habla de toda clase título de ser el pueblo escogido, porque la a unos 15 km al sudeste del lago). Cerca de sanedrín, y en él se hallaban representados los
de peces (ex Jtavxóg Y^vo^g) y enseña que la Iglesia es ahora el nuevo pueblo y el nuevo li- la población se alzaba un litoral escarpado, ancianos del pueblo judío. Lucas (por un co-
selección de los justos no se efectuará sino en naje adquirido por Dios. En Ap 22, 16 lo del de 6 a 12 m de altura. Aunque se ha atesti- nocimiento impreciso de la situación históri-
el juicio final. retoño de la raíz de Jesé, de Is 11, 10, se apli- guado la existencia de monedas con el em- ca) hace que ambos gremios aparezcan juntos,
ca al Jesús exaltado, que es el descendiente de blema de una embarcación, no es seguro que cuando describe que la totalidad de Israel era
3. En Hech 4, 36; 18, 2.24, Lucas menciona David y el que da cumplimiento a las espe- el territorio de la ciudad llegara realmente opuesta a la actividad de los apóstoles. BHH
el origen de la familia del levita José Bernabé, ranzas mesiánicas. hasta el lago (otra cosa piensa Josefo, Vita II, 740s; Haag, Diccionario, 1791s; E. Haen-
que era oriundo de Chipre; el origen de Aqui- V. Hasler IX, 42). Pero es posible que Mateo no mues- chen, Apostelgeschichte1 (KEK), sub loco.
739 Y6QC0V - YEC0QYÓ5 740 741 Yea>QY°S - Yfl 742

y¿Q(OV, OVTog, ó geron anciano* tar el reino de Dios; en Jn 8, 52, en una acu- 1. De las 19 veces que el término aparece ThWNT I, 676-680. Para más bibliografía, cf. ThWNT
Jn 3, 4 en una referencia a Nicodemo. sación que los judíos hacen contra Jesús (refi- en el NT, sólo 2 se encuentran fuera de los X, 1023.
riéndose al v. 51, donde dóvaxog está asocia- evangelios (2 Tim 2, 6; Sant 5, 7). En los 1. En el empleo que el AT hace del término
y e v o ^ a i geuomai gustar, comer* do con decogéeo), con lo cual demuestran que evangelios yswQyóc, aparece únicamente en 'eres (tierra, país), no sólo es notable el número
han entendido mal lo que se dice de la «muer- la parábola de los viñadores malvados (Me de veces que este término aparece sino también el
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos te»; en Heb 2, 9, donde se habla de la muerte 12, 1-12 par. Mt 21, 33-46 / Le 20, 1-19) y contenido de significados que se encierran en el
semánticos - 3. Campo referencial. mismo. El término puede aplicarse a la Tierra,
de Jesús, la cual por la gracia de Dios (como también en Jn 15, 1. - El término yewgyóq
Bibi: J. Behm, yzvo\iai, en ThWNT I, 674-676. dice la mayoría de los testimonios textuales; significa en sentido propio agricultor, labra- considerada cosmológicamente, más bien que co-
mo el espacio en que habita el hombre (Gen 6,
no: sin Dios) és la razón de la salvación de ca- dor, viñador (Bauer, Worterbuch, s.v.) y, en 11); puede entenderse por él el terreno en que se
1. En el NT yeijoticu aparece 15 veces, fre- da uno. En estos versículos, YeiJorioa lleva sentido figurado, campesino que cultiva tie- mueven los hombres y los animales (Gen 1, 26;
cuentemente en la frase «gustar la muerte», implícito el aspecto del sufrimiento. Los ao- rras en arriendo. Sal 147, 6; Ez 26, 16), o diversos países o regio-
«gustar la comida», con aoristo de subjunti- ristos de subjuntivo tienen sentido futuro y se nes (Gen 31, 3; Núm 15, 2; Jer 30, 10), a menudo
vo, que tiene sentido futuro (BlaB-Debrunner hallan así en consonancia con el contexto es- 2. La situación que se da por supuesta en la con marcados matices políticos (1 Sam 13, 19) o
§318, 363); aparece una vez con futuro de in- catológico. parábola de los viñadores malvados refleja se- con características religiosas o sociales (Is 8, 22;
dicativo (Le 14, 24). En los demás casos, el guramente las circunstancias económicas y cf. Mt 4, 15s). Puede significar la Tierra como
Y£iJO[xai, en sentido absoluto, con el signi- jurídicas de aquel entonces (alquiler de parce- creación de Dios (Gen 1,1), como propiedad su-
verbo va en aoristo de indicativo, con el obje- ficado de comer, lo emplea Pedro en Hech 10, ya (Sal 24, 1), sobre la que él mira desde lo alto
to de la acción verbal en genitivo o en acusa- las por latifundistas extranjeros a campesinos
10, y Pablo en Hech 20, 11. Se usa en Hech que cultivaban tierras en arriendo; cf. Biller- (Gen 6, 12) o que él recorre a grandes pasos (Hab
tivo; 4 veces aparece Yeíioum sin objeto; una 23, 14 para referirse a los hombres que habían 3, 12) y a la que también juzga (Sal 82, 8). De
vez aparece acompañado por una oración beck I, 869-875). En la forma en que aparece manera especial, Dios se la presenta en perspecti-
hecho voto de abstenerse de tomar alimento la parábola en los evangelios, los viñadores
completiva introducida por oxi (1 Pe 2, 3). va a Israel como la tierra de la promesa (Gen 15,
hasta que hubieran matado a Pablo. En Col 2, (los arrendatarios) son los miembros del pue- 18). En el Deuteronomio, la tierra se asocia estre-
21 se emplea para referirse al mandato que blo judío. El problema es saber si se hace re- chamente con la proclamación de los manda-
2. El verbo significa gustar, saborear, co- imponían los falsos maestros de practicar el ferencia con ello a los dirigentes del pueblo mientos (Dt 12, 1; 17, 14; 19, 8s). Los profetas
mer. Además de emplearse en sentido literal, ascetismo. idealizan esta imagen contemplando su consuma-
(cf. Me 12, 12; Le 20, 19) o a todo Israel (cf.
se usa también en sentido figurado. ción escatológica (Jer 30, 3; Ez 36, 28; cf. Is 65,
H.-J. van der Minde Mt 21, 43). Esta última interpretación enla-
zaría mejor con lo que se dice en Is 5, 1-7 (cf. 17). No debe olvidarse tampoco la visión sapien-
3. Y e úoncu se emplea para decir que el ma- cial y profética de la tierra (Prov 2, 21s), que
ytiOQyétíi geórgeo cultivar, labrar (la tie- la intencionada alusión a Is 5, l s LXX en constituye el trasfondo de importantes enuncia-
estresala probó el agua convertida en vino (Jn
rra)* Me 12, 1 par.), con lo cual los viñadores (los dos que se formulan en el NT (cf. Mt 5, 5).
2, 9). Le 11, 24 asocia este verbo con la pa-
arrendatarios), no la viña en sí misma, serían
labra comida en la expresión: probar una co- En Heb 6, 7, en voz pasiva, dícese de la tie-
la imagen que representara a Israel.
mida. rra 61' ove, xcd YEíüQYElTai, «para el bien de 2. En Marcos el significado primordial es
En sentido figurado, Heb 6, 4.5 habla de sa- aquellos por quienes es cultivada». el de terreno o suelo que recibe la semilla,
3. En Jn 15, 1, en las palabras que hablan de
borear los dones celestiales, la palabra de que la hace germinar y que produce el fruto
la vid se dice que Dios es el viñador. La exis-
Dios y los poderes del mundo futuro, y se re- tencia de Jesús, como la vid verdadera que es, (4, 5.8.26.28).
y e í í l g y i o v , ov, TÓ geórgion tierra de la-
fiere así a la experiencia de los dones de los procede únicamente de Dios. Y tan sólo Jesús, Mateo adopta más bien una visión geográ-
branza, campo*
que se hace partícipes a los fieles en el culto como el Revelador que es, hace que los suyos fica de la tierra, con marcado carácter polí-
En 1 Cor 3, 9 se emplea fteoí) YECÓQYIOV,
divino, como son el perdón y el evangelio. En tengan acceso a Dios. - En 2 Tim 2, 6 la ima- tico y social (2, 6; 2, 20s; 4, 15). La perspec-
una cita del AT (Sal 34, 8), en 1 Pe 2, 3, el im- «campo de labranza de Dios», juntamente
con freoí) olxo5o[XT|, para referirse a la co- gen del campesino aparece junto a las del sol- tiva escatológica (5, 5; cf. Gen 12, 1) y
perativo se trasforma en indicativo: «(si es dado y del atleta (cf. 1 Cor 9, 7.25) en un con- universalista aparece principalmente en la
que) habéis saboreado (ya)»; con estas pala- munidad de Corinto. Quizás se piensa tam-
bién en una viña. El acento recae sobre la ac- texto parenético. Sant 5, 7, con la imagen del agrupación que se hace de los términos «el
bras se hace referencia, lo mismo que en Heb labrador que aguarda que la tierra dé su fruto, cielo y la tierra», que en Mateo, por inspira-
6, 4s, a la experiencia personal que se ha teni- ción de Dios, como indica la triple referencia
a íreoíí en el v. 9. anima a los creyentes a perseverar y aguardar ción de imágenes del AT (Gen 1, 1; 2, 1),
do desde la regeneración o nuevo nacimiento con paciencia, en vista de la demora de la pa- pueden aparecer como elementos ordenados
(cf. 1 Pe 1, 3.23; 2, 2). rusía. el uno al otro, y que a menudo se hallan en
En varios pasajes el verbo Yeúojim aparece YEWQyóg, oí3, ó geórgos agricultor* W. Hackenberg tensión, pero que por la mano creadora y pa-
asociado estrechamente con el genitivo •fra- ternal de Dios forman, a pesar de todo, una
1. Aparición del término en el NT y contenido se-
váxov: en la sentencia escatológica de Me 9, mántico - 2. Me 12, 1-12 par. - 3. En el resto del NT. Y*í> Yf|Sí H 8? tierra, terreno, país, el mun- unidad y constituyen el cosmos creado (Mt 6,
1 (par. Mt 16, 28 / Le 9, 27), en la que a algu- do habitado 10), lo cual no deja de tener consecuencias
Bibl: E. Haenchen, Der Weg Jesu, Berlín 21968,
nos oyentes (quizás en la redacción original: a 396-404; Jeremías, Parábolas, 86-95; W. Trilling, Das Bibl.: Bauer, Worterbuch, 312s; H. H. Schmid, 'eres para la Iglesia y para sus decisiones (Mt 16,
todos) se les promete que han de experimen- wahre Israel (StANT 10), München 'l964, 55-65. tierra, país, en DTMAT I, 343-353; H. Sasse, yñ, en 19; 18, 18; 28, 18).
743 yfj - y í v o u m 744 746
745 yívoum -

Lucas considera la tierra como el lugar de «el cual se declara anticuado y va desapare- Pablo utiliza así el estilo peculiar de la filoso- marco de su teología, que se ha producido un
la proclamación y de la confrontación (12, ciendo cada vez más» (cf. BlaB-Debrunner § fía popular cínico-estoica (cf. BlaB-Debrun- cambio del estado de perdición (tinieblas, es-
49.51; 18, 8), y también como el sitio donde 331, nota 1). ner § 3, nota 5 y § 384). clavitud) al estado de salvación (cf. Jn 4, 14;
se han de producir las pruebas al fin de los 5, 6.9; 8, 33; 9, 27.39; 12, 36; 16, 20). El em-
tiempos. b) Los evangelios sinópticos y Hechos em- pleo de yívoum en el prólogo de Juan (Jn 1,
yivofiai ginomai llegar a ser, originarse plean frecuentemente yí/voum en la expresión
Juan establece un vivo contraste entre el 1-18) tiene sentido teológico, describiéndose
hombre espiritual, que viene de arriba, y el 1. Aparición del término en el NT y contenido se- xcd éyéveTO (y sucedió que) para indicar que en los vv. 3 y 10 la mediación del Logos en el
mántico - 2. a) En los escritos paulinos - b) En los continúa el relato. Con ello se recoge una ex-
hombre que procede de la tierra y es terrenal evangelios sinópticos y en el Apocalipsis - c) En los acto de la creación. Finalmente, yívoum ad-
(3, 31). En consonancia con esto se halla tam- escritos joánicos - d) En el resto del NT.
presión de la LXX, que traduce el hebreo wa- quiere un sentido especial en Jn 8, 58, donde
bién, como componente cristológico, la si- yehí con su waw consecutivo. La forma típica se contraponen intencionadamente los verbos
Bibl.: Beyer, Synlax, 29-62; F. Büchsel, yívo[iai con xaí al principio y, a continuación, con
guiente idea: para el Hijo del hombre, la tierra xxA.., en ThWNT I, 680-688; E. Delebecque, Etudes yívoum y eívaí: JTQÍ/V 'Af$Qaáu. ysvéadaí
es el punto de partida de su exaltación y glo- una oración introducida por xaí se encuentra,
grecques sur VEvangile de Luc, Paris 1976, 123-165 éycb eíuí. El ser del Revelador es preexistente
rificación (12, 32; 17, 4). (sobre xal éyéveTO). por ejemplo, en Le 5, 17: xod éyéveTO év uia
y no puede definirse por medio de categorías
Pablo conoce también la contraposición en- xcbv í|u.£Q(bv xcd avxóq rjv Sioáaxojv (cf.
temporales. Por el contrario, Abrahán es uno
tre «el que es nacido de la tierra y el que es 1. El verbo yívoum se emplea por igual en Mt 9, 10; Me 2, 15; Le 5, 1.12; 8, 1.22 y pas-
sim). Puede omitirse a veces el xaí al princi- de los seres que fueron creados o llegaron a la
nacido del Espíritu» (1 Cor 15, 47). Además, todos los escritos del NT (exceptuada la Car- existencia.
él confiesa el señorío del único Señor sobre ta de Judas) y con las 667 veces que aparece pio; también el xaí de la oración subsiguiente
toda la creación (1 Cor 10, 26; cf. 8, 5s), una es uno de los términos más frecuentes. yívo- se omite a menudo o es sustituido por otra
construcción (por ejemplo, la de infinitivo d) En los demás escritos del NT, observa-
idea en la que profundizan todavía más las |xcu, en el NT, se usa únicamente en su forma mos que yívoum donde se usa con más fre-
deuteropaulinas (Ef 1, 10; 3, 15), ampliándo- jónico-helenística (yívoum en vez de yíyvo- con sujeto en acusativo) que nos permite re-
conocer un mejor uso de la lengua griega cuencia es en Hebreos (30 veces) y en el
la a la consumación del hombre (Col 3, 2.5). um; cf. BlaB-Debrunner § 34, 4). Apocalipsis (38 veces); es un término relati-
(principalmente en Lucas y en Hechos) (cf.
El Apocalipsis muestra especial interés en yívoum significa en sentido propio llegar a vamente raro en las cartas deuteropaulinas.
Büchsel, 681).
la nueva creación del «cielo y la tierra» (21, ser / originarse / llegar a la existencia. En el En Heb 5, 5 yívoum se refiere al oficio de
Con frecuencia encontramos yí/voum con
1), pero a la que han de preceder grandes NT encontramos en lo esencial los siguientes Cristo de sumo sacerdote; en 9, 15 se refiere a
el significado de surgir (aparecer), por ejem-
pruebas, trastornos y desórdenes (3, 10; 6, significados: a) suceder, acontecer; b) llegar plo, cuando se producen sucesos o fenómenos la muerte de Cristo (fravá-cou yevouivou).
4.13.15; 11, 18; 13, 14), hasta que la tierra es- a ser, originarse; c) llegar (a algo); d) ser naturales (por ejemplo, Mt 8, 24.28; 27, 45; En el Apocalipsis yívoum se usa frecuente-
té madura para la gran cosecha (14, 16) y pa- hecho, ser creado. Además, yívoum puede Me 4, 37; 15, 33 y passim). yí/voum puede mente en el sentido de surgir o producirse (y
ra la transición a la gloria de la Jerusalén ce- sustituir a las formas del verbo elvoti. Por lo sustituir a las correspondientes formas de dícese de los fenómenos naturales y de otras
lestial (21, 24). general, yívoum (con poquísimas excepcio- EÍvaí (Me 4, 10; 16, 10; Le 2, 42; Hech 19, cosas por el estilo; cf. 6, 12; 8, 1.5; 11, 13.19;
A. Kretzer nes) se emplea sin interés teológico. 21). - En general, no se observa especial inte- 12, 7; 16, 18 y passim).
rés teológico en el empleo de yívoum en los W. Hackenberg
2. a) En las cartas paulinas auténticas, evangelios sinópticos y en Hechos.
yfjeas, a>g (oug), l ó giras vejez, edad yívoum aparece un total de 118 veces. Predo-
avanzada* minan los significados de acontecer (Rom 11, c) En los escritos joánicos yi.vou.ai aparece YlVGHTXG) gindskó saber, conocer*
En Le 1, 36 dícese de Isabel que concibió 25; 1 Cor 9, 15; 1 Tes 1, 5a.7 y passim) y lle- un total de 54 veces (hay tan sólo 3 ejemplos yvcooi?, Eoog, r| gnósis saber, conocimiento*
un hijo év yr|fj£i aíiTfjg, «en su vejez». gar a ser (Rom 2, 34; 4, 18; 1 Cor 3, 18; 9, en las cartas joánicas: 1 Jn 2, 18; 2 Jn 12; 3 Jn Yveootóg, 3 gnóstos conocido, conocible*
20; 2 Cor 1, 8; 5, 21 y passim). Es relativa- 8). En general, yívoum se emplea en Juan 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Uso pro-
YH(?«0X(0 geraskó envejecer, debilitarse mente raro el significado de ser creado / na- con el mismo sentido que en los Sinópticos; fano - a) Se experimenta - b) Se observa - c) Se averi-
por la edad, ir muriendo* cer (Rom 1,3; Gal 4, 4). Con frecuencia, Pa- por ejemplo, para indicar que se producen fe- gua - d) Se sabe - e) De personas: conocer, ser cono-
Jn 21, 18 en las palabras del Resucitado a blo utiliza también yívoum con el mismo nómenos naturales y para expresar las horasi cido, llegar a ser conocido - f) Otros usos - 3. Uso
sentido que elvaí (Rom 7, 13; 1 Cor 4, 13; 7, del día (Jn 6, 16.17; 7, 43; 10, 19.22; 12, 29; religioso - a) En el AT - b) En los escritos apocalípti-
Simón Pedro: otav 5é yr|rjáaT|g, «cuando cos - c) En la sinagoga - d) ítóog ávr|Q - e) En la mís-
seas viejo», en contraste con ote r|g VECÚte- 23; 9, 20s; Gal 4, 12 y passim). Es caracterís- 13, 2 y passim) o en sustitución de las corres- tica - f) En la gnosis - g) El secreto mesiánico - h) El
QOg (según R. Bultmann, Das Evangelium tico de Pablo el uso de la expresión \xx\ yé- pondientes formas de elvaí (Jn 1, 6.15; 2, 1;i conocimiento del pecado - i) en Juan.
des Johannes'0 [KEK], sub loco, se trata se- votto {¡de ningún modo!, ¡nunca tal suceda!) 3, 25; 7, 43; 10, 22 y passim). La expresión1
xal éyéveTO no aparece en Juan. Bibl: L. Bieler, Oetoc, ávr|0 I/II, (Wien 1935.1936)
guramente de una expresión a modo de re- como respuesta a preguntas retóricas, que Darmstadt 21967; M. E. Boismard, La connaissance
frán, que comenzaba también originalmente aparece únicamente en Romanos, primera dans l'alliance nouvelle d'aprés la premiére lettre de
Corintios y Gálatas (por lo demás, en el NT En algunos pasajes el autor de Juan emplea Saint Jean: RB 56 (1949) 365-391; R. Bultmann, yi-
por ÓTOIV). En Heb 8, 13, dícese del antiguo yívoum con el sentido de llegar a ser / con-
pacto: tó Sé Jta^aio'úu.evov xai yriQaaxov, esta expresión aparece tan sólo en Le 20, 16). •vróaxcQ %xk., en ThWNT I, 688-719; M. Dibelius, éití-
seguir, para describir de esta manera, en ell yvcoaig áVr|síag, en Neutestamentliche Sudien, Georg
747 Yivcooxco 748 749 Yivcóoxü) 750

Heinrici zu seinem 70. Geburstag, Leipzig 1914, 176- uso profano y el uso religioso de este grupo Cor 4, 19; 2 Cor 2, 9 (Pablo escribe «para semítica?) por el helenismo pagano (es fre-
189; D. W. Burdick, OL&a and rivróaxoo in the Pauli- de palabras son fluidos. Y, por tanto, en los
ne Epistles, en Longenecker-Tenney (eds.), New Di-
averiguar si...»); Flp 2, 19; 1 Tes 3, 5 (Pablo cuente en Plutarco). En 1 Pe 3, 7 xaxá YVCO-
mensions in the NT Study, Grand Rapids 1974, casos concretos es difícil decidir convincen- envía a Timoteo para enterarse). Se llega a aiv significa con comprensión, delicadamente.
344-366; J. Dupont, La connaissance religieuse dans temente de qué uso se trata. conocer, a saber, por medio de la observa- Otro significado de yi\á>ox(ü, corriente en
les épitres de Saint Paul, Louvain 1949; H. J. Ebeling, ción: Mt 7, 16.20 par. Le 6, 44; Mt 12, 33; los escritos profanos, es el de ser entendido
Das Messiasgeheimnis und die Botschaft des Marcus- 2. a) Se experimenta o se tiene noticia de
Evangelisten, Berlin 1939; H. M. Féret, Connaissance
examinándose a sí mismo: 2 Cor 13, 5s. Sant en algo, estar capacitado para algo. Pero se
biblique de Dieu, Paris 1955; E. Güttgemanns, Der
algo por una información que se recibe; se sa- 2, 20 («¿quieres llegar a saberl»; quizás = encuentra raras veces en el NT. Mt 16, 3 (Lu-
leidende Apostel und sein Herr (FRLANT 90), Gottin- be: Mt 6, 3; 12, 15; 26, 10; Me 6, 33; 15, 10 «¿tengo primero que demostrarte?», sigue cas tiene oi8axe): Saben interpretar el aspec-
gen 1966; R. A. Horsley, Gnosis in Corinth: I Cor 8. («él sabía» = «él se había dado cuenta»; o: luego una prueba de Escritura); de manera pa- to del cielo. Hech 21, 37: Pablo es buen cono-
1-6: NTS 27 (1980-1981) 32-51; F. MuGner, Der Ga- «él había observado» -> 2.b); Le 1,4; 7, 37;
laterbrief (HThK), Freiburg i. Br. 1974; E. Norden,
recida en Le 1, 18: «¿en qué conocerél» (lo cedor de la lengua griega.
Agnostos Theos, (Leipzig 1913) Darmstadt "1956; R.
24, 18; Hech 1, 19; 4, 16 («signo manifies- mismo que en Gen 15, 8) como (inadecuada)
Reitzenstein, Die hellenistischen Mysterienreligionen, to»); 9, 24.30.42; 15, 18 (cf. Am 9, 12); 17, exigencia de una señal. 3. a) Dios «conoce (penetra con su mirada
(Stuttgart J1927) Darmstadt 1966; O. Roller, Das For- 13; 19, 17; 22, 29; 28, 1.22; Jn 4, 1; (11, 57; en) los corazones de los hombres» (Le 16, 15)
mular der pin Briefe, Stuttgart 1933; H. Schlier, Glau- -»• 2.c); 12, 9; 19, 4 (para que veáis), Flp 4, 5 d) Se sabe, uno está enterado, a saber, por y «sabe (intuye) cuáles son sus intenciones»
ben, Erkennen, Lieben nach dem Johannesevan-
gelium, en Schlier II, 279-293; Id., Die Erkenntnis
(«a todos debe ser manifiesto»; cf. Mt 10, 26 la experiencia: Mt 25, 24; Me 13, 28 par. Mt (1 Cor 3, 20; cita del Sal 94, 11 LXX). El cre-
Gottes nach den Briefen des Apostéis Paulas, en par. Le 12, 2; -> 3.b); Rom 6, 6 («esto debéis 24, 32 par. Le 21, 30 (Mt 24, 43 par. Le 12, 39 yente debe consolarse pensando que Dios «lo
Schlier II, 319-339; W. Schmithals, Die Gnosis in saber» = tener en cuenta); Ef 5, 5. La noticia ->• 2.a); Jn 7, 27; 15, 18 {pensad que); Hech sabe todo» (1 Jn 3, 20; cf. Jn 21, 17).
Korinth (FRLANT 66), Góttingen '1969; Id., Der Rom viene por carta: 2 Cor 2, 4 (para que lleguéis 19, 35 (¿quién ignora?); 20, 34; cf. 25, 10; 27,
ais historisches Problem (StNT 9), GUtersloh 1975; R. Dios «conoce a los suyos» (se preocupa de
Schnackenburg, El evangelio según san Juan I, Barce-
a saber); Flp 1, 12 («quiero que os enteréis» 39; Flp 2, 22 {«estáis enterados de lo digno
= «deseo comunicaros»; cf. Roller, 67s y -> ellos; no los olvida): 2 Tim 2, 19 (cita de Núm
lona 1980; G Strecker, 1-3 Joh (KEK), Góttingen 1989, que es de confianza»); 2 Tim 1, 18 («... sabes
319-325; H. Windisch, Paulus und Christus (UNT áyvoéo) 1); 2 Tim 3, 1; Heb 13, 23 (imperati- perfectamente»); Sant 1, 3; Heb 10, 34 {saber 16, 5); cf. Jn 10, 14.27. Los suyos conocen a
24), Leipzig 1934; W. Wrede, Das Messiasgeheimnis vo: «sabed»; posiblemente también indicati- por la experiencia de la fe). Dios (= le reconocen; tienen temor de Dios) o
in den Evangelien, Góttingen (1901) '1963. Para más
vo: «como sabéis»); Sant 5, 20; 2 Pe 1, 20; 3, conocen a Cristo y su salvación (Le 1, 77; 1
bibliografía, cf. ThWNT X, 1024s. e) De personas: conocer a alguien; alguien Cor 1, 5; 2 Cor 6, 6; 8, 7, 9; 10, 5; Flp 3, 8;
3. Pablo envía un mensajero: Col 4, 8; Ef 6,
22 («para que os enteréis»). La noticia llega (no) es conocido: Sobre Mt 7, 23 (cf. Le 13, Col 2, 3; Heb 8, 11 [cita de Jer 38, 34 LXX];
1. yivwoxw (con un total de 222 ejem- por una interpelación («debéis enteraros»; to- 27) ->• 3.b; Le 2, 44 (familiares y conocidos); 2 Pe 3, 18) y saben cuál es su voluntad (Le
plos) es el término que más veces aparece en- mad nota; permitid que se os diga): Mt 24, 43 23, 49; Jn 18, 15s; Hech 19, 15; 2 Cor 3, 2; 5, 12, 47s; Hech 22, 14: «llegar a conocer su
par. Le 12, 39; Hech 2, 14.36; 4, 10; 13, 38; 16 (no: conocer carnalmente, sino: conocer o voluntad»; Rom 2, 18; 15, 14; 1 Cor 14, 37).
tre todos los del grupo: 57 veces en Juan, 25
28, 28; Le 10, 11, -• 3.b. no conocer ya al Cristo 'de carne' (el versícu- También Jerusalén debiera saber o conocer lo
en la Carta primera de Juan, 28 en Lucas, 16
lo es probablemente una glosa no paulina, cf. que contribuye a su paz (Le 19, 42.44).
en Hechos, 20 en Mateo, 12 en Marcos y un
Schmithals, Gnosis, 286ss; Güttgemanns, 282s; Por el contrario, los impíos no conocen a
total de 43 veces en el Corpus paulinum (in- b) Se observa, se echa de ver, una inten- -> 3.f). Se conoce o se reconoce a alguien (ca- Dios (= no lo buscan; no lo reconocen): Rom
cluidas las 16 veces que aparece en la Carta ción oculta: Me 12, 12 par. Mt 21, 45 par. Le si siempre -> emYívcooxoo): Me 6, 54 par. Mt 3, 17 (cita de Is 59, 8 LXX); Heb 3, 10 (cita
primera a los Corintios), yvwoic; aparece 29 20, 19; Mt 22, 18; Jn 16, 19; (cf. Me 15, 10, 14, 35; Mt 17, 12; Le 24, 16.31.35; Jn 13, 35; del Sal 94, 10 LXX).
veces, de las cuales 27 veces se encuentran ->• 2.a). Uno se da cuenta por medio de la ob- Hech 3, 10; 4, 13; 12, 14.
en las cartas, especialmente en la Carta pri- servación: Le 1, 22; 2, 43; 9, 11 («la multitud Se halla también en consonancia con la ma-
mera a los Corintios (10 veces) y en la Carta lo observó); Hech 19, 34; 21, 24; 23, 6. Se f) Entre otros usos diversos se cuentan los nera de pensar del AT la idea de que Dios da
segunda a los Corintios (6 veces). Los com- saca una conclusión y de esta manera llega a siguientes: Me 5, 29 («ella sintió en su cuerpo a conocer algo, hace saber algo (por medio
puestos ->• éjuYi/vcóaxco y -> eníyvwaiq se conocerse algo: Jn 4, 53; 8, 27 («no com- que había sido curada»); Me 5, 30 par. Le 8, de sus mensajeros; Mt 10, 26; Hech 2, 36;
emplean prácticamente en el mismo sentido prendieron»). 52; Gal 2, 9 (junto a íóóvxeg 46 (Jesús siente que ha salido poder de él). Le Rom 6, 6; Ef 5, 5; Ap 2, 23; 3, 9) o difunde el
que las correspondientes formas simples; cf. en 2, 7; referido a 2, 2 [cf. 1 Cor 15, 10]: «co- 16, 4 (Ya sé = Se me ocurre). conocimiento de El (= el temor de Dios, la fe;
la v.l. sobre Me 6, 33; Mt 11, 27; 2 Pe 2, 21; nocieron»; difícilmente: reconocieron, cf. 1 Cor 14, 7.9 (No es posible comprender un 2 Cor 2, 14; 4, 6); también la idea de que los
los paralelos sinópticos Mt 7, 16 / Le 6, 44; MuBner, 118); 3, 7 {«veis, es decir, veis por la sonido inarticulado); Rom 10, 19 (Israel oyó colaboradores de Dios son conocidos (respe-
Mt 11, 27 / Le 10, 22; la alternancia en 1 Cor Escritura»). y entendió el contenido del mensaje). tados) como tales (1 Cor 16, 18; 2 Cor 6, 9) o
13, 12; 2 Cor 13, 5s. Por este motivo, citare- En Mt 1, 25; Le 1, 34, la expresión se re- de que se reconoce su integridad (2 Cor 1,
mos en adelante los compuestos juntamente c) Se trata de averiguar, de llegar a saber, fiere a las relaciones sexuales y se emplea 13s).
con las formas simples, sin hacer distinción investigando, preguntando, indagando: Me 6, tanto para referirse al hombre como a la mu-
explícita. yvcooTÓg es un término favorito de 38; 15, 45; Le 19, 15; 23, 7; Hech 17, 19a; 21, jer. Esta manera de hablar es corriente en el b) Hay varias expresiones que son caracte-
Lucas (apaiece 2 veces en el evangelio de 34; 22, 30 (-> émYívcboxoj;; Jn 7, 51 {hacer AT (por ejemplo, Gen 4, 1.17.25; 19, 8), pe- rísticas de la apocalíptica o de su manera de
Lucas y 10 en Hechos). Los límites entre el averiguaciones); 11, 57 (sobre 5, 6 -> 3.d); 1 ro tampoco es desconocida (¿por influencia hablar.
751 Yivcooxo) 752 753 yivwantí) 754

En Mt 10, 26 par. Le 12, 2 se encuentra un criatura no conoce los pensamientos de Dios d) En los evangelios se presenta a menudo más alto don del Espíritu, por encima de la
logion procedente de Q, que recoge una máxi- (Rom 11, 34 [cita de Is 40, 13]; cf. 1 Cor 2, a Jesús en forma que guarda analogía con el Yvcboig de los adversarios gnósticos de Corin-
ma de sabiduría profana y que probablemen- 8). Claro que lo que puede saberse acerca de •fretog ávr|Q helenístico, quien se da cuenta to, cuya práctica de comer carne sacrificada a
te decía, en la primitiva tradición de senten- Dios (Rom 1, 19; cf. Eclo 21, 7), a saber, la de lo que los hombres hablan (Me 8, 17 par. los ídolos él aprueba fundamentalmente (el
cias, que las verdades apocalípticas ocultas divinidad de Dios y su voluntad, es conocido Mt 16, 8), piensan (Me 2, 8 par. Le 5, 22), de conocimiento de que los ídolos son nada es un
se revelarían en' el momento predeterminado ya para el mundo (Rom 1, 21.32); porque las intenciones que tienen (Jn 6, 15; quizás Mt conocimiento correcto; cf. Schmithals, Gno-
(cf. 1 Cor 2, 6ss; 4 Esd 46s). Mateo refiere la Dios no ha querido quedar sin testimonio 12, 15) y de lo que ellos son (Le 7, 39; Jn 5, sis, 212ss). Esta misma idea se expresa al pa-
sentencia a la predicación del evangelio, que (Rom 1, 19s). Pero el mundo no conoce a 6), que conoce y penetra en el interior de los recer en Ef 3, 19, en el marco de un modelo
debe darse a conocer públicamente (-> 3.a); Dios (1 Cor 1, 21; cf. 1 Tes 4, 5; 2 Tes 1, 8; 1 hombres (Jn 1, 48; 2, 24s; 5, 42; cf. Me 11, gnóstico (H. Schlier, La Carta a los efesios,
Lucas (en 12, 2) la aplica a la hipocresía (de Cor 15, 34; Ef 2, 12), es decir, no le tributa el 2s; 14, 13ss); cf. Windisch y Bieler. Salamanca 1991, sub loco). En 1 Cor 14, 37
los fariseos) que quedará desconocida (cf. debido reconocimiento (Rom 1, 28); aun a los Pablo se enfrenta con los espirituales («pneu-
infra). En Le 8, 17 (según el duplicado que judíos les falta la recta comprensión (Rom 10, e) La peculiar manera recíproca de hablar: máticos») de Corinto y con su pretensión de
hay en Me 4, 22), la sentencia se refiere a la 2; el argumento que la sinagoga empleaba «conocer a Dios - ser conocido por Dios» (1 que ellos son los que conocen la voluntad de
interpretación de lo que se dice en parábolas contra los gentiles, Pablo lo retuerce contra Cor 8, 3; 13, 12; Gal 4, 9) se remonta muy Dios. En 2 Cor 11, 6 Pablo reclama la pose-
( - 3.g). ella misma). El conocimiento de Dios por la probablemente al lenguaje místico y mistérico sión de la verdadera gnosis, también frente a
Los arcontes del presente eón no entendie- creación (Rom 1, 19ss) no se basa en una con- (Dibelius, 183s; de manera distinta piensa esos adversarios. En 1 Cor 2, 11.14.16, Pablo
ron el misterio del plan salvífico de Dios, que clusión lógica (por la relación entre causa y Bultmann, 710, nota 78; 693s), pero -como es mismo sigue muy de cerca el esquema de
estaba oculto (1 Cor 2, 8; cf. Rom 11, 33s), y efecto), sino que es reconocimiento obediente lógico- queda muy lejos de Pablo la idea de la pensamiento gnóstico. Tan sólo el espiritual
mediante la crucifixión de Jesús llevaron a del Creador o (de hecho) una desobediencia deificación. «Ser conocido por Dios» significa («pneumático») conoce lo divino.
cabo su propio derrocamiento. (Schlier, 319ss). en Pablo: ser elegido por Dios, ser amado, No es fácil determinar con precisión lo que
El momento exacto del cambio de eones no El que llega a conocer a Dios (Gal 4, 9; = aceptado por él (cf. Rom 8, 29; 11, 2; Flp 3, para Pablo o para la comunidad es una «pala-
es conocido (Mt 24, 50 par. Le 12, 46; Hech le sirve, cf. 1 Tes 1, 9), se aparta de los ído- 12; 2 Tim 2, 19; Am 3, 2); «conocerle» signi- bra de conocimiento» junto a una «palabra de
1, 7; Ap 3, 3). Pero habrá que estar al tanto los y llega al conocimiento de la gloria de fica: servirle. También lo de «conocerle, a sa- sabiduría» (1 Cor 12, 8; 14, 6). Tal vez se usa
para saber cuándo se acerca (Le 10, 11: Sabed Dios en el rostro de Cristo (2 Cor 4, 6) o al ber...» (Flp 3, 10; el v. 10 conecta con el v. 9a, aquí una expresión gnóstica juntamente con
esto) o para discernir las señales que lo anun- conocimiento de la verdad (sobre todo a la por encima del paréntesis del v. 9b), dada la un término tomado de la sinagoga. Si en 2
cian (Mt 13, 28s par. Mt 24, 32s / Le 21, 30s; -> emyviüoic, según la terminología fija de continuación que tiene en el v. 10, pertenece al Cor 5, 16 hay una glosa de manos de los ad-
Mt 24, 39; Le 21, 20; cf. Mt 24, 43 par. Le 12, la conversión), un proceso que no termina lenguaje de los misterios (cf. Rom 6, lss; Di- versarios gnósticos de Pablo (-> 2.e), enton-
39; Mt 16, 3). Por la aparición del Anticristo nunca (Ef 1, 17: llega a conocerle a él, la belius, 185s) y designa la fe cristiana como re- ces lo de conocer se emplearía aquí en el sen-
se conocerá que ha llegado la última hora. misma idea que se expresa también proba- alización existencial permanente. tido técnico que tiene en la gnosis.
En el Juicio final, en el cual lo que está blemente en 2 Pe 1, 5s); -* zníyvwaic, ad- Al mismo campo lingüístico, de importan- El hecho de que las Pastorales y el Corpus
oculto se ha de hacer manifiesto (Le 12, 2), quiere así el sentido de «creer» (Tit 1, 1). cia considerable en la historia de las religio- Joánico eviten consecuentemente el concepto
Dios no conocerá a los malvados = los repro- Esta manera de hablar se halla también pre- nes, pertenece también (según parece) el he- de yv&oic,, señala la tendencia antignóstica
bará (Mt 7, 23). sente, según parece, en Le 11, 52 (cf. Mt 23, cho de que, en el marco de la idea joánica de de estos escritos.
13), donde Lucas modifica el tenor literal de la revelación, la unidad entre el Padre y el Hi-
c) La sinagoga (helenística) se adapta al la fuente Q y habla de la «llave que da acce- jo (Jn 10, 30.38; 17, 21) o entre Dios y el Lo- g) El motivo del «secreto mesiánico», des-
concepto griego del saber (conocer teórica- so al conocimiento». gos (Jn 1, ls) se describa como un conocerse crito por vez primera por Wrede, fue formula-
mente; comprobar mediante observaciones; Tal conocimiento presupone, como en la si- mutuo: Jn 10, 15; 17, 25. También Mt 11, 27 do esencialmente por Marcos y recibido de
cf. Bultmann, 688ss), sin abandonar por eso nagoga, la comprensión de la sagrada Escritura par. Le 10, 22 pertenece a este contexto; el lo- manera original por Juan. Según esta idea, las
el elemento veterotestamentario del reconoci- (Mt 12, 7; Hech 8, 30; cf. 2 Tim 3, 15). La pie- gion debe atribuirse a la redacción post-mar- parábolas son discursos enigmáticos, inter-
miento. Sobre todo en Pablo y en su escuela, dad sinagogal de la Tora aparece cuando los ju- quina efectuada sobre la fuente Q. pretados a los discípulos para que ellos en-
se trasparentan en algunos pasajes el pensa- díos piadosos se glorían de conocer la voluntad tiendan (Me 4, 13; Mt 13, 11 par. Le 8, 10; Le
miento y la manera de hablar de la sinagoga, de Dios (Rom 2, 18s) y de poseer gracias a la f) En 1 Tim 6, 20 se hace una advertencia 8, 17; cf. Jn 10, 6; 13, 7.12). Nadie debe ente-
y por cierto en forma más o menos cristologi- Tora la suma del conocimiento (Rom 2, 20; expresa contra la herejía gnóstica, contra la rarse de las obras de Jesús (Me 5, 43; Mt 9,
zada (Dibelius, 180ss). «falsamente llamada gnosis». A falsos maes- 30) y de su presencia (Me 7, 24; 9, 30). Inclu-
Rom 7,1 refiriéndose a los antiguos temerosos
El AT y los escritos apocalípticos están de tros gnósticos alude también Ap 2, 24 (ellos so los discípulos no entienden a menudo a Je-
de Dios, cf. Schmithals, Romerbrief, 87s), pero
acuerdo en que el conocimiento de Dios (= de conocen) y quizás 3, 9 (sabrán). sús (Me 9, 32 par. Le 9, 45; Le 18, 34; cf. Me
cuando esos mismos judíos piadosos niegan al
la sabiduría divina, de la voluntad divina) es Pablo (cf. Reitzenstein, 299s), en 1 Cor 8, 4, 13; Jn 12, 16; 13, 7.28; cf. Wrede, 179ss
mismo tiempo que «el pueblo» tenga conoci-
inasequible para el hombre (Rom 11, 33). La l-3.7-10s; 13, 2s.8s.12, pone al amor, como el sobre el motivo de la falta de comprensión).
miento de la ley (Jn 7, 49).
yXvxvc, - Y^coaaa 758
755 yiv(oax(o -yXvnvg 756 757

h) Son difíciles los enunciados paulinos existente en la comunidad es un medio que de la fuente de agua salada, que no puede su- ne que y\<x>aoa se usa en el sentido de lengua
acerca del conocimiento del pecado. Rom 3, conduce al mismo fin (17, 23). Y, así, \&prác- ministrar agua dulce; en Ap 10, 9.10, en la o idioma, y en el NT aparece únicamente en 1
20 está formulado en el sentido judío: la ley tica de la fe lleva a que se conozca la verdad expresión ykvKV me, [iéki I <hg \ié\i yXvm, Cor 14, 21 en una cita de Is 28, 11 (-* 5, -> 6).
enseña a entender el pecado como trasgresión de la enseñanza cristiana (7, 17). dícese del libro pequeño que, en boca del Vi- El empleo neotestamentario del término en ->
= deja convicto al pecador. Es probable que Los suyos le han conocido (Jn 6, 69; 14, 7b; dente, era «dulce como la miel» (cf. Ez 3, 3). 3 y -> 5 se halla estrechamente relacionado
Pablo quiera decir aquí lo que dice en Rom 7, 1 Jn 4, 16) y le (re)conocen o saben que... (Jn con el empleo de este mismo término en el
7 (H. Schlier, Romerbrief [HThK], 101; E. 10, 14; 14, 17; 17, 7s.25; 1 Jn 2, 13s; 5, 20; 2 yX&aaa, r\$, i\ glóssa lengua (órgano), AT; y en -> 4 y -> 6 el uso del término se de-
Kásemann, An die Rómer3 [KNT], 83): sin la Jn 1; cf. también Jn 7, 26) o debieran haberle lengua (idioma)* sarrolla a partir de ideas del AT y del judais-
ley, yo yo no llegaría a conocer en absoluto conocido (Jn 14, 9) tal y como él los conoce mo helenístico.
ÉxeQÓY^wooog, 2 heteroglóssos el que ha-
lo que es el pecado; por tanto, la ley, en senti- (Jn 10, 14). Ellos le conocerán mejor o le co- bla una lengua extranjera o extraña*
do objetivo, provoca el pecado (de creerse nocerán incesantemente (8, 28.32; 10, 38; 13, 2. Muy raras veces se considera únicamen-
1. Aparición y uso de los términos en el NT. Con- te a la lengua como órgano corporal sensible,
justos por sí mismos). Ahora bien, el pecador 7.12; 14, 20), si permanecen con él. tenidos semánticos - 2. yXwaaa como parte del cuer-
pierde el control sobre sí mismo; en su afán Las dos primeras Cartas de Juan se atienen po - 3. yXwaaa como órgano del lenguaje - 4. y\{¡>-
sin relacionarla con el lenguaje humano. Ap
de vivir como pecador, ya no sabe lo que ha- a la misma terminología del evangelio de aaa como instrumento o sede del pecado - 5. El 16, 10 («y se mordían la lengua de dolor») es
ce; no se entiende ya a sí mismo (Rom 7, 15). Juan, en una forma de hablar que está clara- significado «lengua, nación» - 6. El empleo de y\6>- consecuencia de haberse derramado la quinta
aaa en relación con la glosolalia del cristianismo pri- copa (tinieblas en el reino de la bestia), pero
El hecho de que Jesús «no conozca pecado» mente plasmada por la Iglesia. Los cristianos mitivo en 1 Cor 12-14 - 7. y\(booa en los textos de
(2 Cor 5, 21) no quiere decir propiamente que se hallan ante el problema de sus propios pe- Hechos y de Me 16, 17 que aluden a la glosolalia del refleja seguramente la reacción de la gente an-
él en su persona permaneció sin pecado, sino cados y deben cerciorarse de su propia fe. Sa- cristianismo primitivo. te todas las plagas que se han producido hasta
que Jesús no estuvo bajo el ámbito del poder brán que le conocen, si guardan sus manda- entonces (H. Kraft, Offenbarung [HNT], 207)
Bibl: A. Aalen, Zungenreden, en BHH III, 2249s
del pecado (cf. Flp 2, 6s). mientos (1 Jn 2, 3-5), es decir, lo sabrán si (bibliografía); J. Behm, yMüooa, en ThWNT I, 719- y difícilmente será una experiencia que des-
practican el amor fraterno (obrado por el Es- 726 (bibliografía); Id., ÉXEQÓ7W0005, en ThWNT I, criba «la genuina vivencia de lo divino» (C.
i) En Juan encontramos 56 veces el verbo píritu) (3, 19.24; 4, 13; 2, 29; obsérvese el si- 726; O. Betz, Zungenreden und süfier Wein, en FS Schneider: ThWNT IV, 521: la sensación de
Bardtke, 20-36; G. Dautzenberg, en RAC, en el voca- dolor del visionario se desvanecería con la
Yivróaxco, pero ni una sola vez el sustantivo logismo práctico), y sabrán también que son blo Glossolalie (bibliografía); N. I. Engelson, Glosso-
yvcóoig. Esto puede deberse al hecho de que amados por El (5, 2). El amor fraterno es, por lalia and other Forms oflnspired Speech according to contemplación de la visión. En ApPe 9.11 el
Juan quiera arrancar de las manos a los gnós- tanto, la característica de quien conoce a Dios 1 Cor 12-14: Dissertation Abstracts 112 (1971) 526A; morderse y destrozarse la lengua con los dien-
J. Gewiess, Glossolalie, en LThK IV, 972s (bibliogra- tes es parte de la descripción de los tormentos
ticos el concepto de «gnosis». Por eso, Juan o el amor de Dios (3, 16; 4, 7s; cf. 4, 20s), y fía); R. A. Harrisville, Speaking in Tongu.es: CBQ 38
emplea el verbo Yivráaxü) en un sentido teo- el pecado es la característica de quien (ya) no (1976) 35-48; B. C. Johanson, Tongues, a Signfor Un-
del infierno y es un castigo especial que su-
lógico paralelo al de «creer» o «amar a Dios» le conoce (3, 6). Quien conoce a Dios, sigue a believers?: NTS 25 (1978-1979) 180-203; W. Kei- fren los blasfemos (el pecado de la lengua),
o «ver a Dios», dando así al término emplea- los maestros de recta doctrina y conoce (sabe bach, Zungenreden, en RGG VI, 1951s (bibliografía); los escépticos y los esclavos desobedientes.
5. Kremer, Pfingsbericht und Pfingsgeschehen, Stutt- Entre los castigos de los impíos en el aSr|S se
do por los gnósticos un sentido veterotesta- discernir) al Espíritu de la verdad (4, 2.6) y al gart 1973, 118-126, 261-264; E. Mosiman, Das Zun-
mentario y cristiano, yivójonm designa el lle- de la falsedad. El mundo, que no le conoce «a genreden geschichtlich und psychologisch untersucht, cuenta la sed (4 Esd 8, 29; Sib II 307; Hen
gar a la fe en el Revelador, y significa El», no (re)conoce tampoco a la comunidad Tübingen 1911; H. Weinel, Die Wirkungen des Geistes [esl] 10, 2[A]; jHag 2, 77s en Billerbeck II,
también -principalmente- la certeza de la fe o und der Geister in nachapostolischen Zeitalter bis auf 23ls), que hace que se seque la lengua (cf.
(3, 1). Irendus, Freiburg i. Br. 1899, 72-101. Para más biblio-
el hecho de perseverar («permanecer») en la W. Schmithals grafía, cf. ThWNT X, 1025s.
Sal 22, 16; Is 41, 17; Lam 4, 4). Observemos
fe, y finalmente la comprensión que es propia también lo que se dice en Le 16, 24: «Envía a
de la fe (cf. Bultmann, 712s; Id., Das Evan- 1. yXwaoa se emplea un total de 50 veces Lázaro para que moje la punta de su dedo en
gelium des Johannes1" [KEK], 333, nota 6; y^eüxos, ovq, xó gleukos vino dulce,
en los escritos del NT y significa: a) en sen- agua y refresque mi lengua, pues estoy en
Schlier, Glauben, 284ss). El mundo incrédulo mosto* agonía en esta llama».
tido propio, la lengua como órgano del cuer-
(en Juan a menudo «los judíos») no conoce a Hech 2, 13: yXzvxovc, ^8[i80ta)[xévoi, «lle- po y principalmente como órgano del lengua-
Dios o a Cristo, es decir, se cierra ante él, no nos de vino dulce», que se bebe como mosto je (-> 2-4); b) una determinada lengua y, en 3. En 1 Cor 14, 9 y\(bcicia no se usa en
le reconoce (Jn 1, 10; 3, 10; 8, 27.43.55; 14, no completamente fermentado; algunas veces sentido figurado, un pueblo que habla su pro- sentido técnico (-> 6), sino que -en analogía
17; 16, 3; 17, 25; 1 Jn 3, 1). Pero encontrará la significa también «vino nuevo». O. Betz en: pia lengua o idioma (-• 5); c) derivado de con las comparaciones con la flauta, la cítara
vida, si conoce y reconoce a Dios o a su En- FS Bardtke, 20-36. ahí, en un empleo técnico que es propio del y la trompeta (14, 7)- se entiende como el
viado (8, 28, pero el texto es difícil de enten- cristianismo primitivo, el don de la glosolalia instrumento u órgano del lenguaje, por medio
der, cf. Schnackenburg, El evangelio según o las lenguas celestiales y terrenales que en del cual el hombre puede articular palabras
ykvxvq, 3 glykys dulce*
san Juan I, 275s); cf. también 10, 38: para ella se escuchan y la declaración carismática claras (J. WeiK, Der erste Briefan die Korin-
En Sant 3, 11 dícese del agua de manantial,
que conozcáis y conozcáis siempre de nuevo; de un glosólalo (-> 6, ->• 7). éxeQÓYX.<oooo5, ther [KEK], 336). La comparación pretende
que no puede ser al mismo tiempo dulce y
14, 7a.31; 17, 3. En todo caso, la armonía el que habla una lengua extranjera, presupo- corroborar el argumento de Pablo en favor de
amarga; de manera parecida dícese en 3, 12
759 yXaxjoa 760 761 yX(bocia 762

una profecía inteligible, y no se aplica a la rra» (-> erayeíog) no se entiende únicamente («Si alguno no tropieza en lo que dice, es un ca que se hace de los peligros de la lengua, re-
glosolalia (en contra de H. Lietzmann, Der a los hombres. En la «liturgia de lamenta- hombre perfecto, capaz también de refrenar sistan a ellos con tanta mayor eficacia.
Erste Briefan die Korinther* [HNT], 71). ción» (O. Michel, Rómerbrief [KEK], 98) de todo el cuerpo», 3, 2) indica el tema: el pe-
En el relato de la curación del sordomundo Rom 3, 10-18, la lengua (3, 13) en paralelo ligro central del hombre procede de las pala- 5. yXmooa en el sentido de lengua o idio-
en Me 7, 32-35, parece que la incapacidad de con la garganta (-• 'káQvy'E,, Sal 5, 9), los la- bras (cf. Prov 10, 19; 18, 2 1 ; 25, 8b; Eclo ma (Dt 28, 49; Is 28, 11; Jer 5, 15; Zac 8, 23;
hablar se atribuye a una atadura o encadena- bios (->• xeíX,T|, Sal 140, 3) y la boca (Sal 10, 19, 16). para el uso de este término en el mundo helé-
miento diabólico (-> 5eo[xÓ5) de la lengua (R. 7) sirve para expresar intuitivamente el des- nico, cf. por ejemplo Homero, II 2, 804) apa-
Pesch, Markus I [HThK], 397; ejemplos: La lengua, a pesar de su pequeño tamaño, tiene rece en el NT tan sólo en el contexto de la
precio de los hombres hacia Dios, un despre- poder extraordinario (3, 3-5a); su efecto desola-
DeiBmann, Licht, 258ss; Moulton-Milligan cio que se manifiesta principalmente por me- glosolalia del cristianismo primitivo: 1 Cor
dor no sólo puede compararse con el del fuego,
128): después de la acción efectuada en la dio de la palabra. 13, 1 (->• 6); Hech 2, 11; Me 16, 17 (-»• 7). De
sino que es fuego pernicioso (3, 5b.6a; cf. Eclo
lengua para curarla (7, 33) y de pronunciada 28, 22s; SalSl 12, 2s; la comparación entre la pa- manera parecida, kxeQÓyl.03aooc, significa el
la palabra de curación (7, 34), «se desató la sión y el fuego es común en el mundo antiguo; en que habla una lengua extranjera o diversas
4. «El sorprendente relieve que se da a los
atadura de su lengua y comenzó a hablar con el judaismo helenístico, cf. Filón, Decaí 32), y su lenguas (Filón, Conf, 8): 1 Cor 14, 21 (Is 28,
pecados de la lengua es una característica de
toda claridad» (v. 35). Por el contrario, en Le energía demoníaca procede del infierno (-• ll,->6).
1, 64 («Y al instante fue abierta su boca y su la sabiduría práctica de la vida, según la men- yéevva) (3, 6d; cf. Eclo 28, 23) e incendia todo el
te judía» (Behm, 720). 1 Pe 3, 10 recurre a la curso de la vida terrena (-> TQÓxog, -> yévsau;) y La ampliación del sentido de este término y
lengua, y comenzó a hablar en alabanza de
advertencia que hace el AT contra los pecados lo destruye perdidamente (3, 6c; cf. Eclo 28, 14- su empleo para designar a diferentes pueblos,
Dios»), al omitirse el predicado acerca de la
de la lengua (Sal 34, 14) para ilustrar y funda- 18.23; SalSl 12, 3; Filón, Det 174). La lengua se a los que se considera como «diferentes len-
lengua, no se menciona ni la atadura de la len-
mentar la exhortación a practicar la paz, re- halla entre los miembros como un «mundo de in- guas» (generalmente en plural o también con
gua ni la acción de desatarla. Pero, dados los justicia» (3, 6b), una expresión difícil de entender
nunciar a la venganza y bendecir. En Sant 1, Jtag y lengua en singular, Dan 3, 29) los en-
efectos subsiguientes, que constituyen el tópi- en sí misma y muy singular, a pesar de los para-
26 («Si alguno cree que es piadoso, aunque contramos en partes literariamente tardías del
co de los relatos de milagros, se menciona la lelos que existen con el concepto de «mundo de
no refrena su lengua, sino que engaña a su AT juntamente con las denominaciones que
yXíbooa, aunque el principal interés del texto injusticia» (Hen [et] 48, 7), y que tal vez designe
propio corazón, entonces su piedad [su servi- «la magnitud universal y la perdición escatológi- designan propiamente alianzas sociales (en Is
se centra en la capacidad de Zacarías para ha-
ca de ese funesto azote» (W. Schrage, Jakobus 66, 18 junto a edvn; en Dan 3, 4.7.29; 5, 19;
blar y en sus palabras de alabanza. cio prestado a Dios] es vana»), el dominio de
[NTD], 39). Mientras siga su propia vida desen- 6, 25; 7, 14 0 junto a Á,ccoí, (puXaí [en la
En la parénesis orientada a superar la oposi- la lengua aparece como la tarea moral decisi-
frenada, la lengua conduce más y más al cuerpo, LXX junto a edvT], cpi)X,aí]; Dan 4, 21.37b
ción entre las palabras y la acción (Mt 7, 21; va, aunque en este pasaje no se explica la ra- es decir, al hombre entero (->• oa>u.a) hacia unos LXX junto a eftvv], XCOQCÚ; de manera pareci-
Sant 1, 22-25; 2, 15s), la lengua puede simbo- zón de ese peligro moral que dimana de la lazos con el mundo, valorados de manera negati- da en Jdt 3, 8). De esta manera se quiere acen-
lizar esta tensión existente dentro del compor- lengua. va, y mancilla a la persona (3, 6c; cf. 1, 27; Eclo
tuar la universalidad de los enunciados.
tamiento humano, como en 1 Jn 3, 18: «No 28, 19-21).
amemos de palabra (kóyoc,) ni de lengua, si- La exhortación se entiende únicamente sobre el Aunque los hombres son capaces de domar a El Apocalipsis se atiene a la manera de ha-
no de hecho (8QYov) y en verdad» (cf. Eclo trasfondo de la difundida tradición veterotesta- todo el mundo animal, nadie es capaz de domar la blar del libro de Daniel y crea grupos de cua-
29, 1-3). De conformidad con la tendencia mentaria, judía y helenística (el hombre, a causa lengua (3, 7.8a; cf. Eclo 28, 20), porque es «un tro términos (cf. Dan 3, 4 LXX; 4 Esd 3, 7)
de la lengua, se convierte en pecador: Rom 3,13; mal turbulento (Herm [m] 2, 3 dice: la calumnia con variaciones de inspiración literaria; jamás
sintetizadora de la antropología del AT (H. W.
1 Pe 3, 10; Sal 38, 1 LXX; Prov 6, 17; Herm [v] es un demonio turbulento), lleno de veneno mor-
Wolff, Antropología delAT, Salamanca 1975, encontramos a los distintos miembros agrupa-
2, 2.3; hay que guardarse muy bien de precipitar- tal» (3, 8b; cf. Rom 3, 13; Sal 140, 4; 1QH 5,
22), la lengua representa de ordinario al hom- se con la lengua: Prov 15, 4; Eclo 4, 29; Filón, Det dos en el mismo orden de sucesión (náq con
26s). Es absurdo y antinatural que los hombres
bre entero, considerado desde el punto de vis- 23: «la carrera desenfrenada y desvergonzada de singular: 5, 9; 13, 7; 14, 6; plural: 7, 9; 10, 11;
-con un mismo instrumento- alaben a Dios y
ta de su facultad de hablar. En Hech 2, 26, en la lengua»; la lengua del hombre es su perdición: maldigan a los hombres, que son imagen y seme- 11, 9; 17, 15). Siempre se halla en perspectiva
una cita del Sal 16, 8-11, la lengua (junto a -v Eclo 5, 13; 20, 18; 25, 8; Filón, Det 174; por eso janza de Dios (3, 9s; cf. 3, lis; Sal 62, 5; TestBen la humanidad total o el antiguo mundo medi-
x a g ó í a ) aparece como la que se llena de re- hay que esforzarse en educar [itmóeía] a la len- 6, 5; 1QS 10, 21-24: Hen [esl] 52, ls.6). terráneo, como representante de esos pueblos:
cogijo. En Rom 14, 11, en una cita de Is 45, gua: Prov 27, 20a LXX; Os 7, 16 LXX; Is 50, 4 de él proceden los redimidos (5, 9; 7, 9); ese
LXX; hay que vigilar la lengua: Prov 21, 23; Eclo
23b, la lengua representa a todo el hombre La observación final: «Esto no debe ser mundo se halla bajo el señorío de los poderes
22, 27; hay que ponerle freno: Filón, SpecLeg I
que ha de comparecer para ser juzgado por 53; Det 23, 44, 174; Mut 240). así» (3, 10b) muestra que el autor, a pesar de enemigos a Dios (11, 9; 13, 7; 17, 15); a él va
Dios. La misma cita se hace en el himno de la visión pesimista adoptada y encarecida aún dirigida la profecía que anuncia el juicio (10,
Flp 2, 10 para referirse al reconocimiento del más por él, no desespera de la tarea ética for- 11; 14, 6). Pero seguramente es significativo
señorío (-»• xÚQiog) de Jesucristo por los po- La lengua aparece como más amenazadora
mulada en 3, 2, sino que integra intencionada- que a esos pueblos no se los mencione en abs-
deres cósmicos, yk&aoa puede entenderse aún en el discurso de Sant 3, 2-12, que lleva
mente la tradición pesimista en un contexto tracto ni tampoco se los agrupe, como ocurre
aquí únicamente como un antropomorfismo la impronta de la sabiduría judía y de la dia-
parenético con la esperanza de que los lecto- en Pablo, en pares contradictorios de opuestos
condicionado por la cita, si por «los de la tie- triba griega (sobre la forma y la tradición, cf.
Eclo 28, 13-26). El versículo introductorio res de su escrito, al leer la descripción drásti- (Rom 1, 14: griegos/bárbaros; Rom 1, 16 y
763 yX&aoa 764 765 yX&oaa 766

Gal 3, 28: judíos/griegos), sino que -con un altamente extático (en él no participa el -> la glosolalia traducida y la profecía (14, 27- El objeto de los cánticos son las obras de la crea-
sentido muy «bíblico»- se los menciona se- V0ÍJ5, sino únicamente el -> nvev\ía, 14, 14- 33a.39), en consonancia con la tradición y la in- ción y la gloria de Dios, los grandes temas y mis-
gún sus agrupaciones colectivas y sus diferen- 19; una persona de fuera pensaría: «¡Os ha- tención del culto divino (14, 26.40), y se esfuerza terios de la mística judía (J. Maier, Geschichte
ciaciones. en relegar la glosolalia no traducida al ámbito de der jüdischen Religión, Berlín 1972, 196s, 200-
béis vuelto locos!», 14, 23). Este don tiene di- la devoción privada (14, 4.18.28). 205).
ferentes manifestaciones (YEVT) yX(ooa(bv, Se discute el lugar que le corresponde a la glo- Finalmente, tanto la glosolalia del cristianismo
6. Pablo, en 1 Cor 12-14, emplea el térmi- 12, 10.28) según sea diferente el contenido solalia del cristianismo primitivo en la historia de primitivo como el TestJob tienen estrechos con-
no yX&aaa en diversas expresiones y combi- (14, 2, el de hablar misterios celestiales, -> las religiones. En favor de una derivación a partir tactos con la especulación sobre los ángeles y con
naciones de palabras para designar un caris- u.wtf)Qiov; 14, 23, el caso particular del co- de la piedad sincretista del mundo mediterráneo sus temas, cultivados en el judaismo palestinense
ma (XodsTv y\(baaj\, 14, 2.4.13.27; EV nocimiento de los secretos del corazón) y se- helenístico (J. WeiB, Der erste Brief an die Ko- y en el judaismo helenístico: comunión del extá-
yXáoor), 14, 19; yXwoomc,, 12, 30; 13, 1; rinther [KEK], 339; W. Bauer, Der Wortgottes- tico y del orante con los ángeles (Dan 7-12; Hen
gún sea diferente la forma (14, 2 y passim -> dienst der atiesten Christen, Tübingen, 1030,
14, 5.6.18.23.39; nQoosv%eo$ai yXá>oor\, [et]; 4 Esd 10-13: 1QH frg 2, 6; 10, 6; 1QM 10,
Xcdéco; 14, 14 ->• JTQOOE'ÚXOU.OU; 14, 15 -> 33-35; H. Conzelmann, Der erste Brief an die 11), participación en el saber angélico (1QH 3,
14, 14; yX&oaav e%eiv, 14, 26; yX&oaai, a|)(xM.co; 14, 6 -> ziiXoytw, -> £Ú%aQiaTÍa). Korinther [KEK], 276) hablan los fenómenos ex- 22s; 11, 13s; 18, 23; Filón, VitCont 26), el len-
13, 8; 14, 22; yévTi yXíúoo&v, 12, 10.28; Por principio, el hablar glosolálico se consi- táticos de las religiones de la antigüedad (P. Pfis- guaje propio de los ángeles (1QH 6, 13; bBaba-
EQ[xr|veí,ci Y^COOOCOV, 12, 28; yX&ooai TC&V dera como un hablar traducible; esto significa ter, Ekstase: RAC IV, 944-987), la yuxtaposición Batra 134a en Billerbeck III, 449; ApSof 13, 2s;
áv-9-QÓJtcov xod tcbv áYYÉ^cüv, 13, 1; con la comparable de videntes extáticos e intérpretes Hen [esl] 17; 19).
igualmente que tiene un determinado conteni-
excepción de 14, 22, yXa>aaa aparece siem- «juiciosos» y proclamadores («profetas») en la Los testimonios del NT nos hacen suponer que
do edificante (14, 4s.26), instructivo (14, 19) adivinación antigua (Platón, Tim 71e-72b), la
pre sin artículo). Basándose en la expresión la glosolalia se hallaba difundida entre las comu-
o comunicativo (14, 16). La capacidad para idea de los lenguajes propios de dioses, que se nidades paulinas (cf. 1 Tes 5, 19) y no paulinas
Xcdetv yXmoar], a ese don espiritual se le ha
traducir tiene también base carismática (12, daban a conocer en sueños y en oráculos a perso- (en Roma; cf. Rom 8, 26s; E. Kásemann, An die
llamado «glosolalia».
10.30; 14, 13) y, por tanto, no puede explicar- nas poseídas (Clemente de Alejandría, Strom I, Romef1 [HNT], 221), y que tenía su origen en el
El carácter verbal de este carisma (XaXslv), 431, 1), la aparición de la glosolalia en la comu- judaismo palestinense o en la comunidad primiti-
se sencillamente por el conocimiento de téc-
la yuxtaposición de la yXwaaa y de la traduc- nidad de Corinto y la observación efectuada ficti- va de Jerusalén (Hech 2, 1-13. ->• 7). La glosola-
nicas de adivinación o de idiomas extranjeros;
ción (-+ EQHT]V8La) en los catálogos de 12, ciamente por Pablo como si la hubiera formulado lia aparece, pues, como una forma del fenómeno
el glosólalo podrá «traducirse» a sí mismo una persona de fuera: «¡Os habéis vuelto locos!»
10.30 y en las normas dadas para el buen or- del hablar extático que es propia del cristianismo
(14, 13) o lo hará por él otro miembro de la (1 Cor 14, 23), observación que parece valorar la primitivo, un fenómeno que -como vemos por la
den de la comunidad en 14, 26.27s (cf. tam-
comunidad (12, 10; 14, 27). El don de idio- glosolalia como fenómeno de delirio dionisíaco historia de las religiones- se hallaba muy difun-
bién 14, 5.13), la referencia a las yX&oom
mas [o don de lenguas] se experimenta y ejer- o, más bien, de delirio profetice Estas observa- dido y que tenía sus antedentes en el judaismo de
humanas y angélicas en 13, 1 y otras observa- ciones conservan su valor, si no se aducen para
cita en la asamblea de la comunidad (14, la época del NT, contaba con su propia termino-
ciones (cf. infrá) indican que el empleo técni- derivar la glosolalia de antecedentes histérico-re- logía y, como hemos de ver aún, poseía una situa-
co de yX&ooa enlaza aquí con el significado 6.16.23.26.27) y en el ámbito privado (14, ligiosos, sino para explicar el arraigo de la gloso- ción original propia, acorde con la experiencia
de lengua = idioma. Por tanto, la caracteriza- 18s.28). lalia en las comunidades paulinas, porque los ver- del Espíritu habida en el cristianismo primitivo y
ción del carisma como don de «hablar en len- daderos antecedentes hay que buscarlos en el con su conciencia escatológica, y poseía también
guas» [sobre todo en alemán, donde la expre- El don de idiomas [o don de lenguas] y la pro- judaismo (W. Bousset: GGA 163 [1906], 757s; S. una interpretación propia, derivada de esa situa-
sión Zungenrede hace referencia a la «lengua» fecía (-> itQocpr|Tr|5) tienen afinidades entre sí. Eitrem, Orakel und Mysterien am Ausgang der ción.
Ambos se valoran marcadamente como dones es- Antike, Zürich 1947, 42).
como órgano del cuerpo, y no a la «lengua» pirituales (14, 1; -> jr.vEuu.ciTixóc;). Ambos se
en su sentido de «idioma», que se dice Spra- orientan hacia los misterios divinos (compárese En el judaismo es donde hay que buscar y don- La interpretación más antigua que podemos
che], que se hacía de ordinario en traduccio- 14, 2 con 13, 2). Y así como la glosolalia está ín- de se demuestra también la existencia de los fe- hallar en el cristianismo primitivo entiende la
nes y estudios un tanto antiguos [en alemán], timamente relacionada con la «traducción», así nómenos extáticos y del hablar extático, desde
glosolalia como un hablar en las lenguas de
es una manera inapropiada de expresarse e in- también la profecía lo está con el proceso de «in- los comienzos de la profecía israelita hasta los
tiempos del NT (F. Baumgartel, en ThWNT VI, los hombres y principalmente de los ángeles
duce a error. Por eso, para la traducción, es terpretación» o discernimiento (5iáxQi0ig; 12,
10; 14, 29). Ambas tienen un efecto semejante: el 360; R. Rendtorff, en ibid., 797-799; R. Meyer, (1 Cor 13, 1; Betz, 26s), como una posibilidad
recomendable partir del término idioma: ha- en ibid., 825). En TestJob 48-52 los encontramos -concedida escatológicamente a los cristia-
de la edificación (14, 3-5.26; -> olxo5our|), y
blar en idiomas o hablar en un idioma, y -pa- son de carácter extático, aunque en grado diferen- también, aunque con otra terminología (en vez de nos- de alabar a Dios juntamente con los án-
ra designar el carisma- conviene emplear la te (cf. 14, 30.32). Pablo considera posible pasar, yX&ooa: biálemoq, en 48, 3; 49, 2; 50, 1; 52, 7; geles y de experimentar y repetir los misterios
expresión «don de idiomas» [aunque en espa- mediante el empeño correspondiente, del ejerci- en vez de éQ|xrrvEÍa: arijiEÍwaig en 51, 3s; el ob- divinos (1 Cor 14, 2).
ñol pueda decirse sin equívocos «hablar en cio del don de idiomas al ejercicio de la profecía jeto de que se habla, en vez de los (xuoTT|Qia son
(14, 1.12), y él mismo posee ambos dones (14, los neya^Eta en 51, 3), un hablar o cantar extáti- Una segunda interpretación, probablemen-
lenguas», «hablar en una lengua» y «don de
6.18s). En las asambleas de la comunidad de Co- co (48, 2; 49, 1; 50, 2: las hijas de Job reciben un te secundaria con respecto a la primera, pero
lenguas»].
rinto predomina la glosolalia sin traducción, que corazón trasformado: cf. 1 Sam 10, 6.9; AntBibl igualmente muy antigua, aparece en 1 Cor
El don de idiomas [o don de lenguas] tiene allí se considera evidentemente como el carisma 20, 2s) comparable a la glosolalia (üu.vog en 48, 14, 2 en la cita que se hace de Is 28, l i s .
en sus manifestaciones las siguientes notas más excelso. Pablo, por el contrario, se empeña 3; 49, 3; 51, 4; cf. 1 Cor 14, 15s; eüxrj en 50, 3; Esta cita se formó en la confrontación con el
características: es ininteligible (14, 2.16.23) y en establecer una relación más equilibrada entre cf. 1 Cor 14, 15) en diversos lenguajes angélicos. judaismo (E. E. Ellis, Paul's Use of the OT,
767 768 769 Y^cBoaa - Yvóopog 770
ykísxyaa

Edinburgh 1957, 98-113: B. Lindars, NT anticipación escatológica, cuando lo interpre- Pero, en contraste con 1 Cor 12-14, del rela- por el abandono de la referencia a Israel y por
Apologetic, London 1961, 164 y 175) y ad- ta como un don escatológico provisional (aco- to de Pentecostés se deduce que no se trata de la asociación con la posesión del Espíritu (cf.
quirió además una orientación hacia la gloso- modado a las condiciones de la vida antes de lenguas angélicas, sino de idiomas de pueblos las demás señales en 16, 18). Se convirtió en
lalia (1 Cor 14, 21: év éteQOYX.cboaoig en que llegue el final), como identificación del y naciones, de tal manera que la glosolalia se una señal milagrosa de la primera generación
primer lugar; TM y LXX: «con labios balbu- Espíritu con los cristianos que gimen bajo los considera aquí como un fenómeno inteligible cristiana, sin que la interpretación propia de la
cientes y en lengua extraña»; Betz, 26; Ha- dolores de este tiempo del mundo (!). y que no necesita traducción carismática. Aun- misma fuera consciente de algún modo ni ac-
rrisville, 42-45). La glosolalia se entiende co- que entre los demás presupuestos del relato de tuara sobre la conciencia.
mo el cumplimiento de la promesa, como la 7. La historia ulterior de la glosolalia del Pentecostés se cuenta la tradición sobre las G. Dautzenberg
milagrosa interpelación final de Dios (1 Cor cristianismo primitivo se pierde para nosotros manifestaciones glosolálicas en la comunidad
14, 21: «Hablaré»; TM: «El hablará») a su en la oscuridad (Dautzenberg, D I). Tal vez primitiva de Jerusalén -probablemente en co-
nexión con una primera experiencia del Espí- Y^WOOÓxojiov, ov, TÓ gldssokomon ca-
pueblo de Israel, que se cerrará también (14, Col 3, 16a y Ef 5, 18 aluden todavía a la ora- ja, caja del dinero, bolsa del dinero*
22) a esta señal (14, 21: «y ni aun así me oi- ción glosolálica. Menciones explícitas del ca- ritu, que se plasmó legendariamente en 2, 1-4
(sobre las lenguas como de fuego en 3, 2, cf. Propiamente un «estuche para la boquilla de
rán»). Ahora bien, Pablo no utiliza ya como risma las encontramos únicamente en Hechos una flauta» (BlaB-Debrunner § 119, nota 7),
crítica contra Israel esta cita, que ha llegado y en el final secundario de Marcos. Is 51, 24; es incierto si se trata de establecer
una relación consciente entre la yk&aoa en luego un estuche en general; en el NT aparece
hasta él, sino que la emplea únicamente como El libro de Hechos conoce únicamente la en Jn 12, 6; 13, 29, en la frase: y"kwaoóno\ioy
prueba de la inutilidad de la glosolalia (14, glosolalia como señal de que se ha recibido al Hech 2, 3 y en 2, 4)-, el relato como tal, por
lo distante que se halla de una comprensión exeiv, para referirse a que Judas «estaba a
22s). Pero para él y para la comunidad de Co- Espíritu (2, 4; 10, 45s; 19, 6), durante la pri- cargo de la bolsa común», es decir, «adminis-
rinto, la primera interpretación de la glosola- mera generación cristiana, y aun en ella no en de la glosolalia en sentido tradicional como la
que aparece ya en 1 Cor 12-14, y por su ca- traba el dinero».
lia es la decisiva. relación con la vida de la comunidad, sino tan
sólo como un milagro que se produce a los rácter legendario, tuvo que surgir a una co-
Sin embargo, valoran de manera diferente
comienzos. Probablemente, el autor de He- rrespondiente distancia temporal de los acon- yvcwpevg, ewg, ó gnapheus batanero*
el don. Los corintios preferían la glosolalia a
chos no tenía conocimiento personal de la tecimientos. Por tanto, la mejor manera de Me 9, 3 es probablemente una alusión al
la profecía, porque en ella se expresaba una
glosolalia (H. Conzelmann, Apostelgeschich- entenderlo es la de considerarlo como un mi- blanqueo de las telas, lo cual era oficio, entre
anticipación de la comunión escatológica con
Dios (cf. 1 Cor 4, 7-10), porque tenía un mar- te1 [HNT], 32). Trabaja con material tradicio- drás judeocristiano de las tradiciones indica- cosas, del batanero. BHH III, 2134s.
nal, en el que introduce variaciones con fines das (otras explicaciones en: Behm, 724s;
cado carácter pneumático (cf. 1 Cor 3, 1) y
literarios (sobre Hech 10, 46, u.eYaX.úveiv, cf. Betz, 33-35; E. Haenchen, Apostelgeschichte5
por su orientación hacia los misterios cosmo- yvfjaiog, 3 gnésios genuino, legítimo,
u.8YaX,EÍa en 2, 11; TestJob 51, 4; sobre la [KEK] 135-139 [Apostelgeschichte1, 174-
lógicos y teológicos (cf. el alto aprecio de la probado*
yuxtaposición de la glosolalia y la profecía en 178]; Kremer, 118-126 y 261-264).
-> oocpía en 1, 18-31: 2, 6, y de la -> Yvroaig Originalmente se decía del hijo carnal o le-
19, 6, cf. la identificación de ambas en 2, 17s
en 8, 1-3: 13, 8-10) y la valoran seguramente El final secundario de Marcos (Me 16, 9- gítimo; luego el término se empleó a menudo
y su yuxtaposición en 1 Cor 12-14).
como el verdadero don del Espíritu (14, 1). 20), que surgió en el siglo II (Kümmel, Ein- en sentido figurado: 2 Cor 8, 8: TÓ... yvr\oiov,
Frente a esto, Pablo acentúa que la glosolalia Las dos menciones tardías de la glosolalia leitung, 73), describe en su mandato de evan- «la autenticidad (de vuestro amor)»; Flp 4, 3:
es tan sólo uno de tantos dones (12, 4-11); que se hacen en el libro de Hechos son refe- gelizar (16, 15-18) los efectos milagrosos que Yvr|Oie av'Qvye, «fiel compañero»; en 1 Tim
que, para el culto divino, sólo es útil si reúne rencias al relato de Pentecostés, y se entienden acompañarán a la aceptación de la fe. La des- 1, 2: Tuiofréco y\r\aí(o xéxvcp év níaxei, «a
determinadas condiciones, porque el culto tie- como un milagro de lenguas: «Y comenzaron cripción se hace ateniéndose a las tradiciones Timoteo, (su) verdadero hijo en la fe», y en
ne que estar al servicio de la edificación de la a hablar en lenguas extranjeras (éxéocug)» (2, de Hechos (K. Aland, Der Schlufi des Markus, Tit 1, 4 se trasparenta todavía el sentido origi-
comunidad, y no a la del carismático en parti- 4). La expresión es muy semejante a la forma en M. Sabbe [ed.], L'évangile selon Marc, nal. ThWNT I, 727.
cular (14, 5). El carácter extático de la gloso- en que se cita a Is 28, lis en 1 Cor 14, 21 (->
Louvain 1974, 435-470, esp. 454), de las que
lalia podría hacer que las asambleas de la co- 6). La manera de entender la glosolalia coin-
procede en segundo lugar (16, 17) aquello de
munidad se parecieran lamentablemente a los cide también con la tradición allí citada en el yviJGÍwg gnesios (adv.) puramente, since-
«hablarán en nuevas lenguas». A pesar de la
conventículos paganos dominados por la u,o> hecho de que ambas la consideran como una ramente*
diferencia con respecto a Hech 2, 4 (Y^COCTOOII
vía/frenesí (14, 23). Finalmente, aunque el señal destinada a Israel: los oyentes, de diver- En Flp 2, 20 dícese de quien se preocupa
sas lenguas maternas, que escuchan la gloso- xaivoá en vez de exeQOU Y^a>ooai), el pasaje
don, por ser participación en el culto divino describe el hablar en lenguas extranjeras y, sinceramente de los asuntos de la comunidad.
celestial, sea anticipación de lo perfecto e im- lalia en el relato de Pentecostés son judíos.
Por tanto, el relato de Pentecostés presupone puesto que son lenguas hasta entonces desco-
perecedero, sin embargo -como todos los do- nocidas, en lenguas nuevas. La glosolalia se yvó<pog, ov, ó gnophos oscuridad, nube
la tradición de 1 Cor 14, 21 (cf. Betz, 25s) y
nes- seguirá siendo perecedero e imperfecto entiende, pues, como señal (¿misionera?) (-> de tormenta*
la describe en Hech 2, 5-13 de manera legen-
(1 Cor 13, 8-12). Más aún, parece que Rom 8, OT||xeIov; cf. 1 Cor 14, 22), pero su aprecia- Heb 12, 18, aludiendo a Dt 4, 11, donde se
daria, con ayuda de una lista de pueblos y na-
26s quiere despojarlo además del carácter de ción se ha desplazado más hacia lo milagroso habla de los fenómenos aterradores que acom-
ciones.
' '1 yvócpog yv(OQÍt,a 772 773 yvcoQÜ;© - YOYYÚ^CÜ 774

pafiaron a la concertación del antiguo pacto sentido de la fe cristiana en la resurrección. desde la eternidad». Rom 1, 19: xó YVCOOTÓV
YVG)()í£<rt gnórizo dar a conocer, revelar,
en el monte Sinaí. Rom 9, 22s habla directamente de la acción xov "frecO, lo que de Dios se puede conocer;
conocer, saber*
divina de revelación. cf. Filón, AU I, 60s; A. Fridrichsen: ZNW 17
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; R. Bultmann, En el enunciado de 1 Cor 12, 3 debe en- (1916) 159-168. ThWNT I, 718a; -• Yivróo-
yvcorjí^d), en ThWNT I, 718; F. Gaboriou, Enquéte sur
yvó)f4t], t\g, í[ gnome parecer, sentir, opi- la signification biblique de connaítre: Ang. 45 (1968)
tenderse en el sentido de una introducción a xco.
nión, juicio* 3-43; W. Radl, Der Sinn von yv(OQÍt,w in I Kor 15, 1: importantes verdades religiosas: «Os hago
BZ 28 (1984) 243-245; R. B. Zuck, Greek Words for saber, os declaro». Existe aquí una conexión
Bibl: Bauer, Wóríerbuch, s.v.; A. Biscardi, La Teach [entre otras, gnórizo]: Bibl. Sacra 122 (1965)
«gnome dikaiótaté» et Vinterprétation des lois dans la con 1 Cor 15, 1. - Los pasajes de 2 Cor 8, 1; yoYYÚ^ü) goggyzó murmurar*
158-168.
Gréce ancienne: Rev. Int. des Droits de l'Antiquité 17 Col 3, 9 y Ef 6, 21 emplean el verbo en sen- 1. Aparición del término en el NT - 2. Significados
(1970) 217-232; R. Bultmann, yvcóuti, en ThWNT I, tido neutro, con el significado de comunicar, - 3. Campo referencial - 4. Referencia a la LXX -
717s; Chantraine, Dictionnaire I, en el vocablo corres- 1. El verbo aparece 25 veces en el NT, de informar. - Hech 7, 13 B A Vg debe tradu- 5. SiayoYYii^ü), 7077110^65, Y077uat.r|c;.
pondiente; F. Gaboriau, Enquéte sur la significaction las cuales 2 veces corresponden a la historia
biblique de connaítre: Ang. 45 (1968) 3-43; J. S. Mo- cirse por revelarse, darse a conocer, mani- Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; Liddell-Scott, s.v.;
de la infancia en Lucas (2, 15.17), 3 al evan- festarse a sí mismo, de acuerdo por comple- K. H. Rengstorf, 7VC0OÍ£,CD m\., en ThWNT I, 727-
rrison, gnome: Phronesis 8 (1963) 37-41; S. N. Mou-
raviev, Gnome: Glotta 51 (1973) 69-78; W. C. van gelio de Juan (15, 15; 17, 26 bis); el verbo to con la fuente, que es el texto de Gen 45, 2 737. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1027.
Unnik, Mia gnome, Apoc. of John 17, 13.17, en FS aparece también en Hech 2, 28 y 7, 13 v.l. en en la LXX. En Flp 1, 22 ov yvcüQÍ^co signi-
Sevenster, 209-220; R. B. Zuck, Greek Words for textos recogidos por Lucas. Los demás ejem- fica: «no poder decir, no saber (o no haber 1. El verbo yoyyvt,(ü aparece 7 veces en el
Teach [entre otros: gnórizo]: Bibl. Sacra 122 (1965) plos corresponden, todos ellos, a escritos pau-
158-168. llegado a saber)». - En Flp 4, 6 el verbo se NT (de ellas, 6 veces en los evangelios).
linos y a escritos que quedan bajo la influencia usa para referirse a la oración cristiana, que
de Pablo. Principalmente Efesios y Colosen- «debe dar a conocer, expresar a Dios, con ac- 2. El verbo (el equivalente onomatopéyico
1. El término aparece tan sólo 9 veces en el ses, juntamente con Juan, emplean este verbo
NT: 1 vez en Hechos (20, 3), 5 en las cartas ción de gracias, las peticiones de los orantes». es rezongar) expresa en el lenguaje coloquial
para realzar el carácter de revelación que tie- De esta manera se señala al mismo tiempo una insatisfacción personal por algo (y que se
paulinas (1 Cor 1, 10; 7, 25.40; 2 Cor 8, 10; ne el mensaje cristiano (Rom 9, 22.23; 16, 26; el carácter distintivo de la oración que se ha- manifiesta de manera inapropiada). En este
Flm 14) y 3 en Apocalipsis (17, 13.17a.b). 1 Cor 12, 3; 15, 1; 2 Cor 8, 1; Gal 1, 11; Flp cía en las comunidades cristianas de aquel sentido profano aparece 2 veces en el NT: Mt
Faltan las formas compuestas.
1, 22; 4, 6; también Col 1, 27; 4, 7.9; Ef 1, 9; entonces. 20, 11 y Le 5, 30. En los demás lugares el ver-
3, 3.5.10; 6, 19.21 e igualmente 2 Pe 1, 16). bo se emplea en el sentido de hablar de Dios
2. En el NT encontramos los siguientes O. Knoch
(criticándole).
significados: resolución, decisión (Hech 20,
2. En el NT el término se emplea frecuen-
3, Pablo «adoptó la decisión de regresar por
tísimamente en el sentido fundamental de dar 3. Los sujetos del verbo yoyyvt,ziv son
Macedonia»); manera de sentir, opinión (1 yvwais, ewg, i\ gnosis conocimiento, saber
a conocer algo, manifestarlo pública o ex- personas: en Mt 20, 11, los obreros de la viña;
Cor 1, 10, en conexión con vovg significa ->• yivmoxm.
presamente, y, en parte también, de comuni- en Le 5, 30, fariseos y escribas; en Jn 6, 41 y
convicción, intención, voluntad, manera de
car solemnemente (Le 2, 15.17; Jn 15, 15; 17, 43, los judíos; en Jn 7, 32, las masas que son
entender las cosas; cf. la exhortación paulina:
26 bis; Rom 9, 22.23; 16, 26; 2 Pe 1, 16). En inconstantes y cambian según las circunstan-
«Sed del mismo sentir, unánimes, en armo- Yvwattjg, ov, ó gndstes conocedor*
todos estos pasajes se escucha al mismo cias; en Jn 6, 61, los discípulos que dudan, y
nía», Flp 2, 2; 4, 2; Rom 12, 16;) cf. también Hech 26, 3: «puesto que tú, (oh Agripa),
tiempo el sentido de: revelar de parte de Dios en 1 Cor 10, 10, el pueblo de Israel en su pe-
Ap 17, 13.17b; opinión, manera de pensar, eres un gran conocedor de todas las costum-
la salvación que fue obrada y es obrada por regrinación por el desierto. Las personas (y
juicio, consejo (por contraposición a manda- bres y controversias entre los judíos».
Jesucristo. Esta denotación y orientación reli- sus declaraciones) contra las que (xaxá,
miento, enseñanza obligatoria dada por Je-
giosa de YVOÚQÍ^Ü) en el sentido de: «procla- JTQÓ5, neoí) se dirige la murmuración, son: en
sús), en cuanto a vivir en matrimonio en 1
mar el plan de Dios para la salvación, el Mt 20, 11, el hacendado; en Le 5, 30, los dis-
Cor 7, 25.40; como consejo de realizar la co- yvwoTÓg, 3 gnóstos conocido*
acontecimiento de la salvación en Cristo», cípulos; en Jn 6, 41.(43) y en 7, 32, Jesús; en
lecta en favor de Jerusalén en 2 Cor 8, 10; Este adjetivo aparece 8 veces en Hechos (1,
determina el empleo del verbo, principalmen- Jn 6, 61, una declaración de Jesús; y en 1 Cor
acuerdo, asentimiento en Flm 14 (en el senti- 19; 2, 14; 4, 10; 9, 42; 13, 38; 19, 17; 28, 22.
te en Juan, Colosenses y Efesios (exceptuan- 10, 10, el Señor, contra quien murmuró el
do de O"VYYVCÓU.TI, «concesión», en 1 Cor 7, 28) en la expresión ser conocido / llegar a ser
do Col 4, 9 y Ef 6, 21). A este campo semán- pueblo de Israel.
6); resolución, decisión, intención, plan, pro- conocido. El plural oí yvuioxoí, los conoci-
tico pertenecen también los pasajes de Rom
pósito en Ap 17, 17a («Dios puso en los cora- dos, aparece en Le 2, 44; 23, 49. En Jn 18, 4. El verbo yoyy\}X,<sy se emplea conse-
16, 26 (empleo litúrgico), 1 Cor 15, 1 (comu-
zones de ellos la idea de ejecutar su propósito 15.16 dícese del discípulo que era conocido cuentemente en la LXX para traducir el verbo
nicación del evangelio en la forma de una
[de El]»). El término no tiene significación te- del sumo sacerdote. En Hech 4, 16 dícese de hebreo lün. En Ex 15-17 y Núm 14-17 se ex-
confesión de fe), Gal 1, 11 y 2 Pe 1, 16. Hech
ológica especial. la «señal conocida» sin lugar a dudas; en presa con este término la murmuración del
2, 28 habla de una revelación de Dios al Je-
O. Knoch sús muerto, y se cita el Sal 16, 11 LXX en el Hech 15, 18 se habla de «lo que es conocido pueblo de Israel durante su peregrinación por
yoyYtiíiü) - rbA.YoM 776 777 778
775 ToX.YO'&a - YÓVD

el desierto. Este sentido se ha recogido tam- Leipzig 1926; A. Parrot, Golgotha et Saint-Sépulcre, gico, a no ser el de acentuar la ignominia que
Neuchatel 1955. 2. a) Un participio de xííh][W + xa yóvaxa
bién en 1 Cor 10, 10, donde constituye la ba- rodeó a su ejecución, realizada en un lugar (atiTOtí) con un verbo en tiempo finito (en
se para su interpretación en los demás pasajes público y bien visible. El «lugar donde se al- Marcos, Lucas y Hechos) significa: «hincar la
1. Gólgota es el lugar de la crucifixión de
del NT. zó la cruz sugiere y apoya la interpretación ti- rodilla (en el suelo)», y por cierto en Me 15,
Jesús, conocido únicamente por los evange-
pológica de la muerte de Jesús como sacrifi- 19 ante Jesús (como gesto de burla); en Hech
5. Las formas derivadas ofrecen el mismo lios (Me 15, 22 par. Mt; Jn 19, 17; Lucas ofre-
cio expiatorio al estilo de los del AT» (GraBer, 7, 60, seguramente ante el Jesús exaltado; en
cuadro semántico: biayoyyvt,<a murmurar* ce tan sólo la traducción griega del nombre
87) y se convierte, además, en motivo para la Le 22,41; Hech 9,40; 20, 36; 21, 5, ante Dios.
aparece 2 veces (Le 15, 2; 19, 7) en sentido del lugar: xoavíov, en 23, 33). El nombre
parénesis de Heb 13, 13-16.
profano, pero referido a la respuesta que dan procede del arameo gulgólta', «calavera, ca- b) yóvv + una forma de xáujttco significa
M. Vólkel
los adversarios a las acciones de Jesús. beza». La mayoría de los exegetas supone que «doblar la rodilla». Unas veces se usa en sen-
yoyyvafió^ murmuración* aparece 4 ve- el nombre de Gólgota se debe a que el lugar tido transitivo (Rom 14, 4; Ef 3, 14), y otras
ces. En Jn 7, 12 significa las vacilaciones del era una colina en forma de calavera o simple- ró(*0()Qa, (OV, t á ( a g , lij) Gomorra Go- veces, en sentido intransitivo (Rom 14, 11;
pueblo acerca de (jteoí) Jesús. Flp 2, 14 («sin mente una colina (compárese el término árabe morra Flp 2, 10; sobre ambos pasajes cf. Is 45, 23).
murmuraciones ni discusiones») se entiende ras = cabeza, para designar una campiña). Pe- -> 2ÓÓOU.CC. Inclinar o no inclinar la rodilla ante Dios
como referencia al pueblo de Israel en su pe- ro es aconsejable seguir a los evangelios y re- (Rom 14, 11; Ef 3, 14), ante el Cristo exalta-
regrinación por el desierto). El término tiene nunciar a dar una una interpretación. do (Flp 2, 10), ante Baal (Rom 11, 4).
sentido profano en Hech 6, 1 y en 1 Pe 4, 9. y ó ( i 0 5 , ov, 6 gomos cargamento, merca- c) Los otros dos ejemplos del uso del tér-
YOYYVOtTl? murmurador* aparece única- 2. Según las noticias de los evangelios, el derías* mino no pueden agruparse en una sola catego-
mente en Jds 16 y se refiere, juntamente con Gólgota quedaba extramuros de la ciudad Hech 21, 3: el cargamento (de una nave). ría. Como en todos los pasajes mencionados
[xe(JAjú(xoiQOi, a las personas que están siem- (Mt 27, 32; Jn 19, 17.20; cf. Heb 13, 12), pe- Ap 18, 11.12: las mercaderías de los comer- hasta ahora, en Le 5, 8 (jtQOoéjreoev totg
pre descontentas de su destino y de Dios. ro no se hallaba lejos de ella. Debió de tratar- ciantes, consistentes principalmente en oro, YÓvaoiv 'IT]O"O0) se halla la idea de «postrar-
se de un lugar situado en las inmediaciones plata y otros objetos preciosos.
A. J. HeB se a los pies de alguien». Heb 12, 12 (cf. Is
de una vía de mucho tránsito (Me 15, 29; Jn
35, 3) tiene un significado diferente: las rodi-
19, 20). En las cercanías había huertos y lo
llas' que flaquean son expresión de desaliento
que habría de ser el sepulcro de Jesús (Jn 19, YOVEÍg, éíOV, OÍ goneis padres (con referen- y angustia. Los lectores deben entender su
yoyyva\iós, ov, 6 goggysmos murmura- 41s). Los datos facilitados por los evangelios
ción, palabras de descontento cia al padre y a la madre), progenitores* aflicción como un castigo temporal de Dios, y
señalan hacia el norte de Jerusalén. La más Dícese de los padres de Jesús en Le 2, 27. no tienen que desanimarse por ello, sino ad-
-> YOYYÚ^Í 0 5. antigua tradición sobre el lugar del Gólgota 41.43; de los padres de la hija de Jairo en Le quirir nuevo valor. No se tiene en cuenta el
se centra en la Iglesia del Santo Sepulcro, si- 8, 56; de los padres del ciego de nacimiento contexto escatológico de Is 35, 3.
tuada en lo que actualmente es la ciudad vie- en Jn 9, 2.3.18.20.22.23. Por lo demás, dícese
yoyyvoxí[$, °*> ° goggystes murmurador
ja de Jerusalén. La iglesia fue edificada por de los padres en general: Me 13, 12 par. Mt
-> YOYY^Í 05 5- 3. El hincarse de rodillas es una manera
Constantino I (326-335), después de derriba- 10, 21 / Le 21, 16; Le 18, 29 a diferencia de corriente de expresar sumisión o de pedir algo
do un templo de Adriano. Su recinto abarca Marcos; Rom 1, 30; 2 Cor 12, 14 bis; Ef 6, 1; ante hombres y dioses. Es frecuente como
y ó l l S , t l t o g , ó goes hechicero, embauca- no sólo el lugar de la ejecución de Jesús sino Col 3, 20; 2 Tim 3, 2. postura en la oración (así lo vemos expresa-
también el de su sepulcro. La historia de la
dor* mente en Le 2 2 , 4 1 ; Hech 9, 40; 20, 36; 21, 5,
tradición acerca del emplazamiento del Gól-
En el NT este término aparece únicamente y seguramente también en Hech 7, 60). - Rom
gota y el lugar que ocupa hoy día la Iglesia
en 2 Tim 3, 13 (en plural; cf. Diogn 8, 4), se- YÓvv, a t o g , t ó gony rodilla* 11,4 hace ver claramente la situación de Isra-
del Santo Sepulcro confirman los datos faci-
guramente en el sentido figurado de embau- 1. Aparición del término en el NT - 2. Combina- el después de rechazar a Jesús. Así como - e n
litados por los evangelios, de tal manera que
cador. ThWNT I, 737s; Bauer, Wórterbuch, ciones de palabras - 3. Referencia teológica - 4. Y<> tiempo de Elias- Yahvé preservó a un resto de
la tradición asentada por Constantino merece VU3I8TÉÜ). Israel de adorar a Baal, así también quiere
s.v.; W. Burkert: RhMus 105 (1962) 36-55; H.
confianza. No se puede obtener una certeza Dios preservar ahora a un resto de Israel de
D. Betz, DerApostel Paulus und die sokratis- Bibl: G. Fohrer, Knie, en BHH II, 973; H. Schlier,
suprema, porque no es posible determinar caer en la perdición. - Rom 14, 11 (cita de Is
che Tradition, Tübingen 1972, 19-39. yóvv, Yovujrexéa), en ThWNT I, 738-740.
con seguridad el trazado de la segunda mura- 45, 23) declara que todos los hombres deben
lla septentrional, fuera de la cual tuvo que es- adorar a Dios y tienen que someterse a su
1. El término aparece 12 veces en el NT, 6
r o X y o f t a , a v Golgotha Gólgota* tar situado el Gólgota. juicio. En todo ello no se acentúa, como en
de ellas en los escritos lucanos (2 en el evan-
XQOCVÍOV, ov, t ó kranion calavera, cabeza* gelio de Lucas y 4 en Hechos), 2 en Romanos Isaías, la universalidad de la salvación. -
Bibl.: E. GraBer, Der historische Jesús im Hebraer-
3. En los evangelios el lugar de la crucifi- y 1 vez en cada uno de los siguientes escritos: Tampoco Flp 2, 10 tiene a la vista ni la salva-
brief. ZNW 56 (1965) 63-91; J. Jeremías, Golgotha, xión de Jesús no tiene especial interés teoló- Marcos, Efesios, Filipenses y Hebreos. ción ni el juicio de todos los hombres. Las pa-
781 YQÓ.u|ia - YQCi|i|JiaTE'úg 782
779 yóvu - YQánna 780

de Rom 3, 27, que seguramente tiene afinidad 249-260; A. F. J. Klijn, Scribes, Pharisees, Highpriests
labras referidas por Isaías a Yahvé, se aplican ber (Hech 26, 24), carta (Hech 28, 21), letras (-> vóuoc;). De esta manera, YQáw|ia demues- and Elders in the NT: NovT 2 (1959) 259-267; E. Loh-
a Jesús y expresan la sumisión de todos los (2 Cor 3, 7 y Gal 6, 11), xa íeoá YQá[iu«Ta, se, Umwelt des NT (Grundrisse zum NT 1), Gottingen
tra ser un concepto estrictamente existencial, 1971, 82-86; R. Meyer, Oaoiacdog, en ThWNT IX,
poderes bajo el Cristo y Señor. - En Ef 3, 14 las Sagradas Escrituras (2 Tim 3, 15). En sin- que caracteriza el modo de existencia del judío 39s; K. H. Rengstorf, DieXTOAAl der Schriftgelehr-
la acción de doblar las rodillas es expresión gular aparece únicamente en Pablo: 2 Cor 3, todavía no justificado. Al mismo tiempo, la ten, en FS Michel, 383-404; H. F. WeiB, <I>aoiaalog,
de adoración (como respuesta a las hazañas 6; Rom 2, 27.29; 7, 6. Sobre la traducción co- oposición entre Y(?áu.u.a y jrve'üu.a inicia una en ThWNT IX, 39s; E. Zenger, Die spate Weisheit und
de Dios mencionadas anteriormente) y de la rriente por «letra» -y 2. das Gesetz, en Maier-Schreiner, 43-56. Para más bi-
nueva hermenéutica (cf. Ebeling, 1291). bliografía, cf. ThWNT X, 1027.
intercensión en favor de los destinatarios de La interpretación de 2 Cor 3 se confirma
la carta. A Dios se le considera aquí como el 2. En singular, Yeáujta se halla siempre en por medio de Rom 2, 27, donde Yeócu.u.a es la
«Padre», de quien todo «recibe su nombre» oposición directa o, al menos, indirecta a -> 1. De las 62 veces que aparece el término
mera posesión externa de la ley, al mismo en el NT, 57 se encuentran en los evangelios
(v. 15), es decir, se le considera como el Cre- JtveóJua, «Espíritu». Teológicamente impor- tiempo que se cometen trasgresiones contra la
ador del mundo. tante es aquí 2 Cor 3, 6s, donde el término sinópticos, 4 en Hechos y 1 en las epístolas.
ley (cf. Luz, 124). ¡Aquí YQau.ua (nuevamen-
aparece en el contexto de importantes concep- Con excepción de Mt 13, 52 (y posiblemente
te como concepto existencial) no es ni siquie-
4. yovvmtém, arrodillarse, pedir arrodi- tos teológicos como gloria (-> 8ó^a), justicia ra el intento de obtener la propia justificación 23, 24), donde se habla de escribas cristianos,
llado* se construye con euJTQOO"r>EV + geniti- (->• 8ixaioo"í)vr|), «pacto» o «testamento» (-> por medio de las obras de la ley! (H. Hübner, y de Hech 19, 35, donde Ypocu.uOTe'úg se usa
vo (Mt 27, 29) o con acusativo: como gesto 6ux'&T|xr|) y ministerio (->• Siaxovía), y mues- Das Gesetz bei Paulus, Gottingen 1978, 93s). en el sentido de secretario (= alto funcionario
de burla en Mt 27, 29; gesto con que se acom- tra ya de esta manera su relevancia teológica. En Rom 2, 28s la antítesis entre YQáu^a y [pagano]), y con excepción también de 1 Cor
paña una ardiente petición dirigida a Jesús Por eso, habrá que indagar principalmente su nvev\ia se pone en paralelo con la oposición 1, 20, donde se cita a Is 33, 18 LXX, todos
(Mt 17, 14; Me 1, 40; 10, 17). G. R. Stanton: sentido a base de este par de conceptos opues- que hay entre lo externo y lo interno (tanto ios demás textos se refieren a escribas judíos
Glotta 46 (1968) 1-6. tos. Según 2 Cor 3, 6, la «letra» (YQÓ|A|1(X) que del judío como de la circuncisión). Los pares (= maestros de la ley, en hebreo só~ferim /
J. M. Nützel mata (en vivo contraste con el Espíritu que vi- de conceptos opuestos (que en 2 Cor 3 tienen hakamim). Y, así, en lugar de YQ«M'M'a'i;e'u5'
vifica; por lo cual el «ministro del nuevo pac- afinidad por el contexto) YQá(xu« - nvev\ia y encontramos también 9 veces vouxxóg (7 de
YOVVJIETÉO) gonypeteo pedir arrodillado to» no es siervo del YQáu.u«, sino del Espíritu) «viejo» - «nuevo», se conectan lingüística- ellas en los evangelios sinópticos y 2, con un
-y yóvv 4. es clarísimamente «la ley de Moisés». ¿Desca- mente en Rom 7, 6: év xaivÓTnxi Jíveij^atog sentido más general, en Tit 3, 9.13), y 3 veces
lificará el concepto de YQáfAU« a la ley escrita - jta^aiÓTnti yQ&\i\xaxoq, que traducido li- voLio6i8á0xcdog (2 de ellas en los escritos
en tablas de piedra (sobre Ex 31, 18 y passim, bremente significa: «en el Espíritu como lo lucanos y 1, con sentido más general, en 1
ygáji^tt, a t o ? , TÓ gramma letra; en plu- cf. 2 Cor 3, 3.7) como algo que absolutamente
ral, carta, Sagrada(s) Escritura(s)* fundamentalmente nuevo - en el YQá[X(ia co- Tim 1, 7).
trae la muerte (G. Schrenk: ThWNT I, 767), o mo lo fundamentalmente viejo». Esta antíte-
1. Aparición del término y contenidos semánticos - la Y@áu,im lo hará así únicamente en determi- sis caracteriza «al estado del cristiano des-
2. Y£><wa en Pablo. nados aspectos? (Blaser, 750; Bultmann, 80; 2. Los evangelios sinópticos, en la historia
pués producido el cambio de eones» (E. de la pasión de Me 14s par., presentan a los
Bibl.: P. Blaser, en LThK II, 750s; R. Bultmann, Ebeling, 1291; Luz, 124). Kasemann, An die Romer1 [HNT], 182). Esto
Der zweite Brief an die Korinther (KEK), Gottingen
escribas asociados siempre con los sumos sa-
Según la interpretación tipológica de Ex 34, se acentúa por el hecho de que, en el v. 5, -> cerdotes y/o los ancianos, y entienden, por
1976, 65-101; G. Ebeling, en RGG II, 1290-1296 (bi-
bliografía); J. Kremer, «Denn der Buchstabe tótet, der 29ss que se hace en 2 Cor 3, 12ss, el velo de oáQE, se menciona como la vieja manera de tanto, que los escribas son miembros del sa-
Geist aber macht lebendig». Methodologische und Moisés cubre la lectura (equivocada) del anti- existencia; ahora bien, para Pablo la «carne» nedrín (así sucede también en Hech 4, 5; 6,
hermeneutische Erwagungen zu 2Kor 3, 6b, en FS guo «testamento» y, con ello, el corazón de los es lo verdaderamente opuesto al «Espíritu». 12), mientras que esta combinación no predo-
Zimmermann, 219-250; C. J. A. Hickling, The Sequen- Es difícil encontrar en nuestra lengua un
ce ofThought in 2Cor 3: NTS 21 (1974-1975) 380- judíos. Pero, como el Señor es Espíritu, ese Ve- mina fuera de la historia de la pasión (cf.
395; U. Luz, Das Geschichtsverstandnis des Paulus lo se le quita de encima a quien se convierte a término que corresponda directamente al tér- también Hech 23, 9). Es particularmente sor-
(BEvTh 49), München 1968, 123-134; Ph. Vielhauer, Cristo. Entonces en el fondo de 2 Cor 3 podría mino griego YQÓ[X|xa. Lo mejor será seguir prendente la manera en que los diversos
Paulus und das AT, en Studien zur Geschichte und estar la idea de que el YQáu.[xa no expresaría en hablando de letra (en el sentido de «letra y
Theologie der Reformation (FS E. Bizer), Neukirchen- evangelios difieren unos de otros en cuanto a
absoluto que la ley en sí misma traiga la muer- nada más que letra»).
Vluyn 1969, 45-48. Para más bibliografía, cf. infra identificar a los interlocutores y adversarios
Y£>aqpr|. te (¡leído aisladamente, el pasaje de 3, 4-11 po- H. Hübner
de Jesús: en Marcos predominan los sumos
dría interpretarse de otra manera!), sino que lo sacerdotes (22 veces); en cambio, en Lucas y
hace únicamente cuando está escrita sobre pie- YQan^atEVg, éíO?, Ó grammateus secre-
1. YQáu|ia, q u e e n e l grieg0 clásico y en la tario, escriba en Mateo, los fariseos (27 ó 29 veces); en
Koiné abarca un espectro de significados que dra o con letras, y por este motivo espera ser Marcos aparecen con muchísima más fre-
va desde «letra» y «documento» hasta «(Sa- escrita sobre «tablas que son corazones de car- 1. Aparición del término en el NT - 2. Los evange- cuencia los escribas (21 veces) que los farise-
ne» (es decir, como una «carta de Cristo»). Por lios sinópticos - 3. Los escribas en el judaismo - 4. Je-
grada) Escritura», aparece sólo 14 veces en el sús y los escribas - 5. Escribas mencionados en el NT. os (12 veces); en Mateo y en Lucas la rela-
NT. En plural significa: recibo (o reconoci- tanto, la ley está orientada al Espíritu. Pero es ción es precisamente la inversa (22 frente a
miento de una deuda; Le 16, 6s), las Escritu- Yoctufia, en cuanto el judío tiene con ella un Bibl.: J. Jeremías, YQannai£i>s, en ThWNT I, 740-
742; Id., Jerusalén en tiempos de Jesús, Madrid 1985, 29 veces en Mt; 14 frente a 27 veces en Le).
ras (= AT; Jn 5, 47; 7, 15), dedicación al sa- encuentro equivocado (Bultmann, 80), una idea
783 YQctuuaTeijg 784 785 YOdU-nateíig - YQa<pr| 786

Así que todas estas especificaciones deben quien en Esd 7, 6 se caracteriza como «escriba
esencialmente destaca la eE,ovoía de Jesús, gún Jn 3, 10 es un «maestro» reconocido en
contemplarse con mirada crítica. versado en la ley de Moisés, dada por Yahvé,
Dios de Israel». De él se derivó luego la serie de su «autoridad» independiente, con la que él Israel, según 3, 10 es un fariseo miembro del
La expresión Y(?owaxeíg tc&v 3>aQioaícov sanedrín (cf. 7, 50s), según 19, 39 es seguidor
escribas, que se hicieron cargo de la tarea de in- perdona pecados (cf. Me 2, 6 par.), acoge a
en Me 2, 16 (cf. también Hech 23, 9) parece secreto de Jesús (todo ello es históricamente
terpretar y aplicar la ley, una tarea que original- pecadores y recaudadores de impuestos (cf. 2,
relativamente fiable, porque en ella se conser- mente había sido desempeñada por los sacerdotes. cuestionable); b) Gamaliel I (hacia el año 30
16 par.) e interpreta la voluntad de Dios sin
va la diferencia -históricamente cierta- entre En la época del helenismo creció la importancia p . C ) , que según Hech 5, 34 era un fariseo
recurrir a la autoridad de los hombres ni a tra-
escribas y fariseos y se presupone la existen- de los escribas como maestros de la ley, frente a miembro del sanedrín y gozaba de muchísimo
un alto sacerdocio que se había helenizado en diciones humanas (cf. 1, 22 par.; 12, 28.32;
cia de escribas que no eran fariseos (sobre los prestigio entre el pueblo y a quien, según
buena parte, de tal manera que en tiempo de Sa- cf. también 9, 11; 12, 35). Contra esta autori-
escribas saduceos cf. Josefo, Ant XVIII, 16; fuentes judías, se le concedió más tarde el tí-
lomé Alejandra (76-67) escribas de orientación dad se alza constantemente la resistencia de
sobre los escribas esenios cf. 1QS 3, 13; 9, tulo honorífico de rabban por ser uno de los
farisaica entraron a formar parte de la Gerusía, el los escribas, que por este motivo acusan a Je-
12.21; CD 12, 21; acerca de los escribas zelo- antiguo órgano de representación nacional y for- más insignes representantes de la escuela de
sús de blasfemia (cf. 3, 28s par.) y de hallarse
tas cf. Josefo, Bell II, 433). Las variantes tex- ma primitiva del sanedrín. Los escribas fueron Hillel; c) Pablo que, según Hech 22, 3, se
al servicio del diablo (cf. 3, 22 par.). Es muy
tuales (Koiné y otros testimonios: «escribas y adquiriendo cada vez mayor importancia. «educó a los pies de Gamaliel», es decir, reci-
significativo que el escriba que dialoga con
fariseos») y los textos dependientes de Me 2, Los escribas eran: a) exegetas que interpreta- bió verdadera formación como escriba. Pero
Jesús acerca de cuál es el principal manda-
16 (Le 5, 30: «los fariseos y sus escribas»; Mt ban la Escritura y fijaban de manera vinculante esta noticia seguirá siendo históricamente dis-
miento (12, 34), reciba de Jesús una cualifica-
9, 11: «los fariseos») sugieren que tuvo lugar las enseñanzas de la misma para el momento pre-
ción positiva. Cuando el mismo escriba, en cutible, porque en las cartas paulinas no se
una evolución que comenzó con la simple sente; b) maestros que reunían en torno suyo el
mayor número posible de alumnos y les enseña- Mt 22, 35 / Le 10, 25, es descalificado como menciona para nada esa formación. Es tam-
mención de los escribas, que hay que suponer bién discutible que el redactor final del evan-
ban los métodos para la interpretación de la Es- «tentador» y queda incluido así expresamente
(cf. 2, 6) que fueron también los interlocuto- gelio de Mateo sea un «rabí judío convertido»
critura, y c) juristas que, en su función de jueces, entre los fariseos (Mt 22, 34s), entonces apa-
res propiamente tales de Jesús en los litigios se encargaban de aplicar la ley a los casos prácti- (E. von Dobschütz), y que detrás de ese evan-
rece bien a las claras la irreconciliable oposi-
que se narran en Me 2, 1-3, 6, y que debió de cos que surgían en los procesos (cf. Eclo 38, gelio se halle una escuela de escribas cristia-
ción ulterior entre la Iglesia y la Sinagoga.
terminar en la sustitución de «los escribas» 24ss). Su máxima influencia la adquirieron por su nos (K. Stendahl).
por «los fariseos». actividad docente en las sinagogas y en las escue- La crítica de Jesús contra los escribas en
las para muchachos, que existían desde el siglo I Me 12, 38-40 par. Le 20, 46 no la encontra- G. Baumbach
Los diversos maestros escribas que discu- p.C. mos precisamente en forma de «¡ayes!» (Otra
tieron con Jesús (cf. Me 2, 6.16; 3, 22; 9, 11; Con la creciente importancia de la sinagogas cosa sucede en Mt 23 / Le 11). Lo que Jesús
12, 28.32.35), fueron estampillados así como durante el siglo I p.C, fue aumentando también YJJOIJITÓS, 3 graptos escrito*
critica son las exigencias que ellos tienen de
los representantes del judaismo rabínico-fari- el poder y el prestigio de los escribas, que ahora En Rom 2, 15 dícese de los gentiles: «Lo
que, por su autoridad de maestros, se los ve-
saico que era hostil al cristianismo (compáre- recibían el tratamiento de rabbi (rabbuni, rab). que la ley exige (xó EQYOV XOV vófiou) está
nere altamente en público, se les reserven los
se Me 3, 22 con Mt 12, 24; Me 12, 28 con Mt Como los conocimientos sobre la Tora era lo que escrito en sus corazones». H. Schlier, Romer-
distinguía a los escribas, la cuna y el abolengo no puestos de honor en el culto divino de las si-
22, 34s; Me 12, 35 con Mt 22, 41), con lo cual brief (HThK), 78s.
constituían la condición previa para el ingreso en nagogas y en los banquetes, se los respete por
es muy congruente que en el evangelio más
esa clase tan respetada, sino el estudio intenso re- su manera de vestir (con vestiduras de sába-
reciente, en vez de hablarse de YQa[xu.aTeís, alizado a los pies de un famoso maestro, estudio do) y por la forma en que oran, y porque exi-
se hable ya de oi 4>aQioaíoi = oi 'IovSaíoi. que consistía esencialmente en repetir y grabarse Y(>aq)if|, fjg, r\ Escritura
gen el pago de honorarios por los servicios ju-
(compárese especialmente Jn 1, 19 con 1, 24; en la mente las enseñanzas del docto rabí. La ter- YQexqjü) graphd escribir
rídicos que prestan a las viudas. En cambio,
8, 13 con 8, 22; 9, 13-16 con 9, 18; la excep- minación con éxito de los estudios iba coronada 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Conteni-
los logia de Mt 23 / Le 11, 39.42ss, tomados
ción de 8, 3 se encuentra en la porción secun- por la ordenación del discípulo mediante la impo- dos semánticos - 3. Campo referencial y sinónimos -
sición de las manos. La mayoría de los escribas de la fuente Q, representan «¡ayes! original-
daria 7, 53-8, 11). En virtud de esta tendencia 4. La autoridad de la Escritura - a) En general - b) En
estaban casados, ateniéndose al mandamiento da- mente independientes, pronunciados por pro- Jesús - c) En Pablo - d) En los evangelios, Hechos y
evolutiva antifarisaica y antijudaica, clara-
do en los días de la creación (Gen 1, 28), y practi- fetas del cristianismo primitivo contra la sina- Santiago - 5. La comprensión neotestamentaria del AT
mente reconocible, sospechamos que los es- caban un oficio manual para ganarse con él el sus- y la autocomprensión del AT.
goga dirigida por fariseos» (Schulz, Q, 94).
cribas fueron insertados ya por Marcos en la tento, porque su actividad docente era gratuita. Estos juicios condenatorios, dictados con in- Bibl: S. Amsler, L'Ancien Testament dans l'Eglise,
historia de la pasión, a fin de presentar en ple-
flexible dureza, aparecen diferenciados toda- Neuchátel 1960; O. Betz, Offenbarung und Schrift-
no al sanedrín y realzar de esta manera la cul- forschung in der Qumransekte (WUNT 6), Tübingen
4. El tratamiento de «rabí» que se da a Je- vía en Lucas según los destinatarios a que va-
pa del judaismo en la muerte de Jesús. 1960; M. Black, The Christological Use of the OT in
sús en los evangelios (cf. Me 9, 5; 10, 51; 11, yan dirigidos (cf. Le 11, 39.42-44 y 45-52),
the NT: NTS 18 (1971-1972) 1-14; J. Blank, Erwa-
21; 14, 45) muestra que Jesús gozaba de la mientras que en Mateo se lanzan estereotipa- gungen zur Schriftverstandnis des Paulus, en FS Ka-
3. Para conocer la esencia y la importancia de
autoridad y prestigio de un escriba, pero que damente contra los escribas y los fariseos. semann, 37-56; H. Braun, Das AT im NT: ZThK 59
los escribas en tiempos de Jesús, tenemos que (1962) 16-31; R. Bultmann, Weissagung und Erfii-
acudir a fuentes judías. El prototipo del escriba se diferenciaba de los escribas de aquella épo- 5. En el NT se menciona por su nombre a llung, en Bultmann Glauben II, 162-186; Ch. H. Dodd,
(en hebreo, sofér) es Esdras (hacia el 450 a.C), a ca. Como nota característica que lo diferencia los siguientes escribas: a) Nicodemo, que se- According to the Scriptures, London 1952; E. E. Ellis,
787
YQaqní 788
789 YQaqjíi 790

Paul's Use ofthe OT, London 1957; Id., Prophecy and cuencia en el NT (ocupa el 20.° lugar). Mien-
Hermeneutic in Early Christianity (WUNT 18), Tü-
bingen 1978; Id., The OT in Early Christianity. Canon tras que las formas pasivas son características 3. Aunque yQátpw es verbo transitivo, no pondiente iglesia en Ap 2s (-> áyyeXoc, 2) o
and Interpretation in the Light of Modern Research, de los evangelios, de los Hechos y de las car- aparece muchas veces en calidad de tal en el al autor del libro, como lo es también la ex-
Tübingen 1991; J. A. Fitzmyer, The Use ofExplicit OT tas paulinas (estas formas, incluido ygamóc,, NT. Como objeto en acusativo encontramos, presión característica óvofxa Y£Y 0 °wévov
Quotations in Qumran Literature and in the NT: NTS aparecen 108 veces en el NT), las formas ac- entre otros: un certificado de divorcio (Me 10, (-• ovofia), «el nombre escrito», principal-
7 (1960-1961) 297-333; E. D. Freed, OT Quotations in
the Cospel of John (NovTS 11), Leiden 1965; H. Ge- tivas se encuentran con especial frecuencia en 4), un mandamiento (Me 10, 5), una carta mente el nombre escrito «en el libro de la vi-
se, Von Sinai zum Zion (BEvTh 64), MUnchen 1974; las cartas católicas (23 veces) y en el Apoca- (Hech 23, 25) y pronombres demonstrativos. da» (13, 8 y passim; cf. Le 10, 20) o en la
Id., Zur biblischer Theologie (BEvTh 78), Müncheñ lipsis (15 veces). Los 51 testimonios de yoa- El verbo se emplea en sentido transitivo algu- frente (Ap 14, 1; 17, 5 (el nombre de la rame-
1977; L. Goppelt, Typos, Darmstadt 1969 (=Gütersloh <pr| (20 de ellos en plural) se hallan distribui- nas veces que en nuestra lengua diríamos «es- ra de Babilonia) o en su muslo (19, 16; el
1939, con el apéndice: Apokaliptik und Typologie bei
Paulus); W. Grundmann, Das Evangelium nach Mat- dos por todo el NT (apareciendo 12 veces en cribir sobre...»: la justicia (Rom 10, 5 [según nombre del jinete que cabalga sobre el caballo
thaus (ThHK), Berlin 21971, 71-73; G. H. Gundry, The Pablo, 11 en los escritos lucanos y 12 en el p46 B Koiné]), pronombres personales (Jn 1, blanco).
Use ofthe OT in St. Mt's Cospel (NovTS 18), Leiden evangelio de Juan, pero sólo 4 veces en Mar- 45). A menudo YQácpco lleva como objeto de YQ(xcpf|/YQa(pcú o el participio de perfecto
21975
(bibliografía); F. Hahn, Das Problem «Schrift cos y otras tantas en Mateo). Ahora bien, el la acción verbal una oración completiva intro- de la voz pasiva de ygáym es a menudo el su-
und Tradition» im Urchristentum: EvTh 30 (1970)
449-468; A. T. Hanson, Studies in Paul's Technique término no aparece en las deuteropaulinas ducida por oxi. Precisamente una expresión jeto de la acción de «cumplirse» (-> JtAriQÓCú;
and Theology, London 1974; M. Hengel-H. Merkel, (exceptuadas 2 veces que se encuentra en las idiomática de la Carta primera de Juan es: expresión estereotipada en los sinópticos, He-
Die Magier aus den Osten und die Flucht nach Ágyp- Pastorales) ni aparece tampoco en Hebreos ni yoáqpcü íiulv oxi, «os escribo que». Sujeto de chos y Juan: «para que se cumpliera[n]», pero
ten Mt 2..., en FS Schmid, 1973, 139-169; F. Hesse, en las cartas joánicas ni en el Apocalipsis. las formas en voz activa suele ser el corres- que no aparece en Pablo) y de la acción de
Das AT ais Buch der Kirche, Gütersloh 1966; T. Holtz,
pondiente autor del escrito del NT (Pablo, «decir», -> Xéym. De las 7 veces que YQCtcpr|,
Zur Interpretation des AT im NT: ThLZ 99 (1974) 19-
32; H. Hübner, Das Gesetz in der synoptischen Tradi- 2. El significado original de YQáqpco, ara- Carta primera de Juan), pero también Moisés en singular, aparece en Pablo, este término es
tion, Witten 1973; Id., Das Gesetz bei Paulus (FR- ñar, rayar, grabar, que se halla atestiguado (por ejemplo, Me 10, 5; 12, 19; Jn 5, 46) o 5 veces el sujeto de ^.éyoo, y aparece 3 de ellas
LANT 119), Gottingen 1978; W. G. Kümmel, en RGG desde Homero, aparece sólo marginalmente Moisés y los profetas (Jn 1, 45). En las cartas en oraciones interrogativas: xí. (yág) rj YQacpri
V, 1517-1520; H. Lietzmann, An die Galater (HNT), en el NT (Jn 8, 6 [xaxÉYocii|)ev]. 8; Le 1, 63; de Pablo, tan sólo en Rom 10, 5 un autor del AÉYEI; «(Porque) ¿qué dice la Escritura?». Es-
Tübingen "1971, 34-36; B. Lindars, NT Apologetic,
London 1961; P. Lindars-P. Borgen, The Place ofthe
Ap 2, 17). El significado de escribir, corrien- AT (Moisés) es sujeto de yoccepü). La forma ta expresión conduce a fórmulas de introduc-
OT in the Formation ofthe NT Theology. Prolegóme- te en el griego clásico y en el griego helenís- pasiva yéyQanxai va introducida a menudo ción de citas como «Moisés dice», «David di-
no andResponse: NTS 23 (1976-1977) 59-75; U. Luz, tico, se aplica a la inmensa mayoría de los tes- por xaftróg (como sucede ya en la LXX, por ce» y otras por el estilo (Rom 10, 19; 11, 9).
Das Geschichtsverstandnis des Paulus (BEvTh 49), timonios que aparecen en el NT. Sin embargo, ejemplo: 2 Re 14, 6; 2 Crón 23, 18; para el ra-
München 1968; R. Mayer, Escritura, en DTNT II,' Ahora bien, las citas de la Escritura pueden
no habrá que pensar precisamente en el proce- bínico kakatüb [hebreo] o tdiktib [arameo],
119-128; O. Michel, Paulus und seine Bibel, Darm- introducirse también sencillamente por medio
stadt 1972 (=Gütersloh 1929); M. P. Miller, Targum, so manual de escribir; se puede escribir tam- cf. Michel, 69s; Schrenk ,748; en cuanto a ka- de oxi o yárj, «porque».
Midrash and the Use ofthe OT in the NT: JSJ 2 (1971) bién una carta dictándola. Y eso se llama tam- iser katüb, de Qumrán, cf. KQT 105s; Fitzm-
29-82 (informe bibliográfico); H. J. van der Minde, bién YQácpco (Pablo!; Schrenk, 743). Las La expresión ó vóftog xcd oí Jtooqpfíxai
yer, 300s) o por un yág pospuesto: «como es-
Schrift und Tradition bei Paulus, Paderborn 1976; F. formas de perfecto Y£Ye ajl[; xai (principal- tá escrito» o «porque está escrito»; es algo
(por ejemplo, en Mt 7, 12; Hech 24, 14 (->
MuBner, Der Galaterbrief (HThK), Freiburg i. Br. vóu,og) puede servir de sinónimo de yQacpr|.
mente en los Sinópticos, Hechos y Pablo) y el típico sobre todo de Pablo.
1974, 334-341; M. Resé, Alttestamentliche Motive in
der Christologie des Lukas (StNT 1), Gütersloh 1969; participio de perfecto yeyQa\i\x,é\ov éoxív En una ocasión aparece incluso la expresión
W. Rothfuchs, Die Erfüllungszitate des Matthausevan- (principalmente en Juan), está escrito, se em- Principalmente en los escritos lucanos y en tripartita «la ley, los profetas y los salmos»
gelium (BWANT 88), Stuttgart 1969; K. Stendhal, The plean para expresar que lo que está escrito tie- Juan se encuentran adiciones a las formas pa- (Le 24, 44; pero consúltese -> 4.d con respec-
School of St. Matthew (ASNU 20), Lund 21968; A. ne autoridad y vigencia actual (¡está en tiem- sivas: «en la ley (del Señor)» (Le 2, 23; 10, to a Mateo).
Suhl, Die Funktion der atl. Zitate und Anspielungen
im Markusevangelium, Gütersloh 1965 (además, y so-
po perfecto!). Es una apelación que se hace a 26), «en la ley de Moisés, en los profetas y en
bre Ulonska, M. Resé, en VF 12/2 [1967] 87-97); H. la YQacpfi, a la (Sagrada) Escritura (el «AT», los salmos» (Le 24, 44), «en vuestra ley» (Jn En parte se refleja aquí la cuestión, todavía por
Ulonska, Die Funktion der alttestamentlichen Zitate según la manera cristiana de expresarse). 8, 17; 10, 34), «en el libro de los profetas» resolver, acerca del canon judío. Tan sólo en
und Anspielungen in den pin Briefen, tesis Münster i. YQCKpTÍ designa, por tanto, un pasaje determi- Yamnia se impuso definitivamente la división de
(Hech 7, 42), «en los profetas» (24, 14), «en
W. 1963; Ph. Vielhauer, Paulus und das AT, en Studien la Escritura en tres partes, propugnada por los ra-
nado de la Escritura (aunque sea difícil preci- el libro de los salmos» (1, 20), «en el salmo
zur Geschichte und Theologie der Reformation (FS E. binos: «Tora, profetas y escritos». En realidad,
Bizer), Neukirchen-Vluyn 1969, 33-62. Para más bi- sar cuándo el término tiene este sentido). El segundo» (13, 33). Con excepción de 1 Cor 9, «el NT no encuentra un canon del AT fijado por
bliografía, cf. infra \éyu>, VÓLIO;, jilr|QÓü> und plural YQC«pcú es casi siempre sinónimo del 9; 14, 21 («en la ley [de Moisés]») y de Gal 3, completo» (Gese, Theologie, 12) si aplicamos, al
TOJtog; cf. además ThWNT X, 1027s. singular. Tan sólo las Pastorales (1 Tim 5, 18 10 («en el libro de la ley»; se trata de una ci- menos, la idea de un texto normativo, tal como se
cita a Le 10, 7 como YQatpií) y 2 Pe 3, 16 ta), Pablo no muestra adiciones de esta índole conoce en la historia de las religiones. Ahora
(refiriéndose a las cartas paulinas como a bien, cada autor del NT recurre a la Escritura,
1. yQá(f<o, con las 192 veces que aparece (pero cf. las combinaciones con AéYEt, por aunque ésta se halle completada de manera dife-
YQOKpcá) entienden también por YQacpr|/YQoi- ejemplo, en Rom 9, 25; 10, 19, cf. infra). En
(incluido yganxóc, en Rom 2, 15) es uno de rente para cada uno de ellos. ¡Ninguno de los au-
cpoií el NT. el libro del Apocalipsis, es típico el imperati- tores del NT tiene en su mente la existencia de un
los verbos que se encuentran con mayor fre-
vo YQát|)ov, dirigido al «ángel» de la corres- problema judío relativo al canon! Y lo que es más
791 YQa<rjT| 792 793 YQoxpri 794

importante: la ley sigue constituyendo, en la his- ción con la autoridad de la Escritura. También que nos hace ver la relación dialéctica que sagrado, lo que nosotros llamamos antiguo testa-
toria de la religión judía, la parte determinante de la autoridad de los testigos de pascua necesita existe entre el cumplimiento de la Escritura y mento. Por de pronto, el uso de este término nos
la Escritura. Aun después de Yamnia, se habla a ir acompañada de la autoridad de la Escritura. la abrogación de la Escritura. Debemos su- separa ya... de Pablo mismo» (Studies, 136).
menudo de la Tora para referirse a toda la Escri- poner que los «helenistas» de Hech 6, que co-
Detrás de esta tensión entre diversas autorida-
tura (W. Gutbrod: ThWNT IV, 1047). Y, así, c) Sobre todo para Pablo la reflexión teo-
Blank (41), en contra de la tesis de Gese, afirma des se halla el problema de las relaciones entre mo judíos de lengua materna griega, debie-
a propósito «de la única tradición bíblica»: «De lo verbal y lo escrito. Para decirlo más con- ron de «llevar adelante con más claridad que lógica sobre las relaciones entre la fe y la Es-
todos modos, la autoridad efectiva de la Escritu- cretamente: antes de pascua, lo autoritativo es los Doce la visión crítica que Jesús tenía de la critura se convierte en tarea ineludible. Aun
ra había quedado asentada ya desde antiguo». la predicación de Jesús y la Escritura; después Tora» (H. Conzelmann, Apostelgeschichte2 después de su conversión, vive por entero de
de pascua, lo es la predicación del evangelio y [HNT], 43), combinaron ya la crítica de la To- la Escritura (más exactamente, de la LXX) En
4. a) La autoridad de la Escritura se halla la Escritura (cf. también Hahn, 455ss). ra con la exégesis cristiana de la Escritura. sus cartas no se hallan muy precisos los lími-
inconmoviblemente establecida para los au- tes entre la cita formal, la alusión y el empleo
tores del NT, aun en los casos en que, con b) Aunque Jesús, con soberanía y plena Con la visión dialéctica de la Tora por parte de obvio de expresiones propias de la LXX (citas
respecto al contenido, se apartan de los enun- conciencia, deja sin vigor algunas prescrip- Jesús se había dado ya el impulso para la refle- claramente formales, en parte como prueba de
ciados del AT. Pero esta autoridad debe con- xión teológica. Ya Jesús debió de reflexionar Escritura, en parte como exégesis bíblica, las
ciones de la Escritura (Me 7, 15; Mt 5,
templarse únicamente en el marco de una es- acerca de la Escritura como tal, por la inmediatez encontramos únicamente en Gálatas y Corin-
31s.38s; ->• vóu.og), sin embargo apela a va- de la conciencia de su misión y por la relativa crí-
tructura en la que hay que contemplar rios de sus mandamientos, principalmente al tios I/II; cf. cuadros de esas citas en Michel,
tica de la Tora que de ella dimanaba, como nos
también la autoridad de Jesús y la del keryg- Decálogo (Mt 5, 21ss; Me 7, 9-13: ¡la sustan- permite ver seguramente la sentencia de «los que 74s; Ellis, Paul's Use, 150ss; en cuanto a las
ma cristológico, variando de un autor neotes- cia del relato es auténtica!: Hübner, Tradition, toman por la fuerza» en Mt 11, 12s / Le 16, 16, a alusiones, cf. ibid., 153s.). Pablo utiliza el
tamentario a otro la idea de las relaciones que 146ss; R. Pesch, Markus [HThK] I, 376). Je- pesar de la imposibilidad de reconstruir el sentido método rabínico de exégesis (Michel, Han-
existen entre estas tres autoridades. Se obser- sús radicaliza el mandamiento del amor en Mt exacto de esta sentencia (Kásemann, Versuche I, son, Blank, Ellis, Prophecy, 147-181; sobre
va con claridad un determinado círculo de 210). Es difícil decir hasta qué punto llegó la re- Rom 10, 5ss, cf. Black, 8s); emplea más, des-
5, 43ss. Pero Jesús no apela a la Escritura co-
pensamiento: El kerygma de la muerte y resu- flexión teológica de los helenistas, y también lo de luego, el Midrás agádico (o tipología, ->
mo Escritura, sino a aquellos mandamientos es saber hasta qué punto esa reflexión fue prelu-
rrección de Cristo por nosotros se proclama que son expresión de la voluntad de Dios. El dio de la labor teológica de Pablo (cf. también timos), no la exégesis orientada hacia la Ha-
como un acontecimiento testificado por la Es- Espíritu que hace que la Escritura sea «lo que Vielhauer, 38-40). En todo caso, el AT sigue sien- laká. Su propia comprensión de la Escritura la
critura (1 Cor 15, 3s: xcctá t á g Y6 ac pág, «se- está escrito» y que la convierte, por tanto, en do no sólo la Escritura del judeocristianismo sino explica él en 1 Cor 9, 9s; 10, 11; Rom 4, 23s;
gún las Escrituras»; cf. 2 Esd 6, 18: x a t á genuino tribunal de apelación, es un Espíritu también la del cristianismo gentílico. 15, 4: la Escritura se escribió «por nosotros».
TT)V YQaqpT)v pi^Xlcyu Momaí]), pero la Escri- ajeno a él, al Predicador. Ahora bien, Jesús no La evolución de la teología cristiana se efectuó La exégesis que Pablo hace de la LXX se de-
tura recibe su poder de confirmar el kerygma sólo radicaliza los preceptos éticos, siguiendo en buena medida en el contexto de la misión en- dica sobre todo a resolver el acuciante proble-
en virtud de la fe pascual, desde la cual hay en esto y superando a los profetas, sino que El tre los gentiles, y sus aplicaciones «teóricas» na- ma de cómo debe armonizarse la indiscutible
que leerla e interpretarla. Detrás de esta fe se cieron, por tanto, de intereses prácticos. Porque autoridad de la Escritura con la función escla-
considera también su propia actuación y su allá donde se discute la relación entre la tradición
halla la convicción, compartida por Qumrán, propia persona como una superación tipológi- vizados de la ley, ¿la parte esencial de la Es-
de Jesús, el kerygma de Cristo y la Escritura, se
de que en el presente (comprendido escatoló- ca de la actuación de los profetas (Le 11, 31s afecta a la sustancia de la comprensión que tenía critura? (Gal, Rom).
gicamente) se cumplen las profecías de la Es- par.; Goppelt,75). Ahora bien, cuando está en de sí misma la proclamación del NT. Aquí, con En Gálatas se hace una separación estricta
critura (Braun, Qumran II, 306; sobre la dife- juego la tipología, no se trata ya del texto es- diferentes enfoques, la fe, como fe sobre la que se entre la Escritura y la ley. Es propia de la Es-
rencia entre Qumrán y Pablo, cf. -entre otros- crito, sino del acontecer del que en ese texto ha reflexionado, como fe que se ha explicitado en critura la función de proclamación evangélica
Luz, 102ss). conceptos, «se eleva» al «nivel» de teología. Así
se informa (Luz, 53, nota 55). (Gal 3, 8 [= Gen 18, 18]: la Escritura (!) dice
que, ya en el estadio de la tradición del NT, se
Aunque lo del está escrito no es típico ni plantea -a través del tema de la «Escritura»- la a Abrahán lo que en el Génesis dice Dios so-
constitutivo de la predicación de Jesús acerca Pero si Jesús hubiera entendido su misión, cosa cuestión acerca de una «teología del NT», y esta bre él); ahora bien, la ley no es la ley de Dios,
del reino de Dios (-> PccoiXeía 3) ni de su que es discutible, a la luz de Is 53 (como recien- cuestión se desarrolla hasta cierto grado. Por este sino la ley de los ángeles (3, 19; «toda» la ley
«pretensión» mesiánica que «sobrepasa a la de temente propuso de nuevo Goppelt, Theologie motivo, a todo proyecto ulterior de una teología para el cristiano [en 5, 14] no es «la ley ente-
[I], 246), entonces habría visto en Isaías un pro- del NT se le pregunta si no ha de recoger también
cualquier rabí o profeta» (Kásemann, Versu- feta que sabía lo que Dios quería de él, pero no ra» de Moisés mencionada en 5, 3; Hübner,
che I, 206), sin embargo los Sinópticos y Juan en su reflexión teológica esa orientación de los Paulus, 37ss). Así que la ley forma parte pri-
habría comprendido su propio sufrimiento expia- problemas esbozada ya en el NT, es decir, se le
-cada uno a su manera- describen la vida y la torio como exigido por la Escritura. mariamente del acontecimiento de Cristo y
pregunta en qué sentido y en qué medida ese pro-
obra de Jesús como el cumplimiento de la Es- yecto es explicatio de la teología o teologías con- participa de la autoridad de Cristo. Pero es
critura (por ejemplo, Me 9,12s; Le 24, 26s; Jn Así que no nos sorprenderá que casi toda la tenidas en el NT. En todo ello hay que tener en propia también de la Escritura una función
15, 25). Así, pues, la autoridad absoluta recla- tradición del NT haga que el tema de la «Es- cuenta para casi todo el NT lo que Hanson dice condenatoria, porque con las palabras de la
mada por Jesús está relativizada por la rela- critura» aparezca en una genuina refracción acerca de Pablo: «El conoció únicamente un libro ley (!, YQacpr| en Gal 3, 22 se refiere a Dt 27,
795 YQctcpri 796 797 YOaqpri 798

26, citado en Gal 3, 10) pronuncia una maldi- principalmente bajo el tema del «cumplimien- Cristo, el esquema «profecía y cumplimiento» tes preceptos de la ley (Hech 10: leyes sobre
ción contra todos en sus trasgresiones. to de la(s) Escritura(s)» (el testimonio más resulta demasiado estrecho para una designa- los alimentos, idea sobre lo que es la pureza
antiguo se halla en Me 14, 49), una formula- ción teológica. En efecto, la palabra profética cultual; Hech 15: la circuncisión).
No se puede afirmar en absoluto que Pablo no ción desconocida aún por Pablo. «vaticinadora» entiende que el acontecer anti-
reflexionara sobre la dignidad divina de la Escri- Está en lo cierto Resé (Motive, 147) al pensar
tura y que a él no le interesaran las palabras de la En Marcos 1,1-3, «el comienzo del evange- guo está orientado hacia el acontecer nuevo.
Por principio, el uso que Mateo hace de la Es- que la Yea^pil en Le 4, 21 es parte de una entidad
Escritura más que como material de ejemplos (en lio» (aparición del Bautista) y, por tanto, todo
normativa a la cual uno puede apelar; pero el
contra de Ulonska, 214s). Pablo se interesa por la el evangelio se sitúa bajo la rúbrica demostra- critura no es alegórico ni atomístico. Aunque «hoy» del v. 21 le descamina hacia la interpreta-
prueba de Escritura (Hanson, Studies, passim). tiva del está escrito (de otra manera piensa se usa la expresión «la ley y los profetas» pa- ción exagerada de que «el cumplimiento cualifica
Qué él no se viera en la necesidad de echar mano Suhl [136] en contra de W. Marxsen). Cuatro ra referirse a la «Escritura», bien podría ser a la Escritura como promesa», ya que el autor ci-
de argumentos de Escritura sino para hacer frente
de las 6 veces que aparece la fórmula «(como) que en Mt 5, 17 (lo mismo que en 22, 40) el tado hace la exégesis de 4, 16ss sin referirse a 4,
a sus adversarios gálatas (como piensa Ulonska,
está escrito» (9, 12s; 14, 21.27) se refieren a la acento recayera sobre la «ley» (siendo los 25ss.
222), es improbable, y no se puede demostrar re-
curriendo a la Carta primera a los tesalonicenses. muerte del Bautista o a la pasión y muerte de «profetas» únicamente los intérpretes de la
Porque es inconcebible que Pablo, aun antes de Jesús (¡la teología de Marcos acerca de la ley). En 5, 17, lo de «cumplir la ley y los pro- En Juan, las 4 veces que aparece la expre-
Tesalonicenses I (¡sínodo sobre la misión entre cruz!). El Jesús marquino recurre incesante- fetas» significa «dar vigencia a la ley por me- sión «cumplir la Escritura», se halla en citas
los gentiles!), no hubiera mantenido ya debates mente al AT, incluso mencionando expresa- de reflexión con sentido final («para que...»:
sobre la Escritura y la ley. Más bien habrá que su- dio de la enseñanza» en el sentido de encarecer
poner que determinadas exégesis que se hacen en mente una YQaqjr) (= pasaje de la Escritura; radicalmente la Tora (H. Braun), y también en 13, 18; 17, 12; 19, 24.36; sobre todas las citas
Gálatas eran respuesta a adversarios que argu- 12, 10) o las yeaqpaí (12, 24). Puesto que 7, el de modificar la Tora (G. Strecker, Der Weg joánicas de reflexión, cf. Rothfuchs, 151ss).
mentaban a base de la Escritura (sobre 3, 6ss, cf. 15 deja clarísimamente sin vigencia a Lev 11, der Gerechtigkeit, Gottingen 21966, 147). Se halla en paralelo con esta idea lo que se di-
E. de Witt Burton, Galatians [ICC], 153ss; Hüb- pero Marcos entiende de ordinario, sin reser- ce en 15, 25: «Para que se cumpla la palabra
ner, Paulus, 16ss; sobre la tipología «alegórica» vas, a la Escritura ( ¡ y a Moisés!; 7, 10) como que está escrita en su ley (de ellos)». Y tam-
en 4, 21ss, cf. Barrett). Sorprende que en las citas de reflexión, por
autoridad demostrativa, vuelve a surgir la pro- contraste con la mayoría de las otras citas hechas bién lo que se dice de manera muy significa-
blemática que ya se suscitaba en Gálatas. Sólo por Mateo, no se reproduzca el texto de la LXX, tiva en 18, 32: «Para que se cumpliera la pa-
En contraste con Gálatas, el problema en
que no se reflexiona expresamente sobre ella. sino que exista una mayor aproximación al texto labra de Jesús». Comprender la Escritura es
Romanos se desplaza, porque la visión más hebreo (muy recientemente, Gundry, 9-150; sobre
positiva que se tiene ahora de la ley quita un La formulación programática de Mt 26, 56, posible únicamente en la fe; el que no es ca-
la tesis de Stendahl de que las citas de reflexión
poco de hierro a la cuestión que tan acucian- «para que se cumplieran las Escrituras de los paz de oír (= creer), se verá descaminado por
procedían de una escuela de escribas cristianos,
temente aparecía en Gálatas. Lo sorprendente profetas» iva JTXTIQCD'&ÍDO'IV a l YQacpai tcóv cf. la crítica de Gundry, 155ss; Kümmel, Einlei- la Escritura (7, 42). Eso lo ha atestiguado la
es que la apelación a la Escritura sea constitu- jTQoqpTixcbv, es en cierto sentido el epígrafe tung, 82s; Rothfuchs, 108s). Escritura, como lo prueba la cita de reflexión
tiva únicamente de la prueba de Escritura que que puede servir de título al evangelio de Ma- de 12, 38ss = Is 53, 1 (e Is 6, 9s). Ahora bien,
se desarrolla en Gal 1, 16s; 1, 18-3, 20; 3, teo. Las citas de reflexión o de cumplimiento En cuanto a los escritos tucanos, Le 24, el creyente entiende que la Escritura (incluida
21-4, 25; 9, 1-11, 36 y 12ss, pero no lo sea de (Rothfuchs) concretan esta idea fundamental. 25ss. 32.44ss es un texto decisivo: Jesús mis- la ley) atestigua que Jesús es el Revelador (5,
la sección decisiva y teológicamente cons- En ellas determinados enunciados -sólo de mo es hermeneuta de las Escrituras; él «abre» 39 en conexión con 5, 45s). Por tanto, para
tructiva de los capítulos 5-8. Pablo es capaz los profetas- se contemplan como cumplidos (-> ávoÍYco 3) las mentes de los discípulos Juan coinciden la autoridad de Jesús y la de la
de exponer ahora no sólo el tema de la liber- en el acontecimiento de Cristo. Por cuanto se para que comprendan las Escrituras: todo lo Escritura. YQcepT) en 7, 42 no significa un
tad de la muerte, del pecado y de la ley sino trata aquí de una relación tipológica (clara- que está escrito sobre él tiene que cumplirse evangelio del NT; en 17, 12 ese término no
también el de la vida del. cristiano «en el Es- mente Mt 2, 15 = Os 11, 1: Jesús como el Hi- (-> 5ei). Al comienzo de su ministerio, Jesús significa la palabra de Jesús en Jn 6, 70s (en
píritu» (-> Jtveí3u.a), sin remitirse para ello a jo de Dios es representante del nuevo Israel proclama que la YQacpr| de Is 61, ls; 58, 6 contra de Freed, 51 y 96ss).
la Escritura (excepto en 7, 7ss; 8, 36). ¡La te- [pero de Israel como el hijo de Dios]; cf. tam- (sobre el don del Espíritu) se ha cumplido en Fuera de los evangelios, únicamente San-
ología paulina se las arregla en una cuestión bién Hengel-Merkel,157; de otra manera él (Le 4, 21). tiago ofrece la fórmula «la Escritura (= el
central sin recurrir a la prueba de Escritura! piensa Rothfuchs, 62s), será una exageración
No obstante, toda la Carta a los romanos se Según Hech 1, 16, este Espíritu «predijo» pasaje de la Escritura) se cumplió» (2, 23).
afirmar que Mateo no se preocupa del cumpli-
halla bajo la autoridad de la Escritura entendi- por medio de David una YQaqpri que tenía que Dentro de la perspectiva de una interpreta-
miento de la Escritura en general, sino del
da proféticamente (1, 2: «por medio de los cumplirse. En la misión paulina dirigida por ción judía del Génesis y como polémica con-
cumplimiento de palabras aisladas en detalles
profetas [= todo el AT] en las santas Escritu- el Espíritu, la Escritura testifica que Jesús es tra un paulinismo mal entendido, vemos que
de la vida de Jesús (P. Vielhauer, Historia de
ras»; 3, 21). Sobre la Carta a los romanos -> la literatura cristiana, Salamanca 1991, 380).
el Mesías (Hech 17, 2s; Pablo es el sujeto de el acto de obediencia de Abrahán (-»• 5A|3Qaáu.
YQájiu-a 2. 8iavoÍY© como Jesús lo es en Le 24, 32.45, y 2.b) en Génesis 22 se contempla como cum-
Puesto que la Escritura en los pasajes cita- Apolo, en Hech 18, 28). De nuevo la autori- plimiento de Gen 15, 6. «Realización de la pa-
d) La relación entre la Escritura y el acon- dos según Mateo enuncia los acontecimientos dad indiscutida de la Escritura se halla en pe- labra de Dios por medio del acto de Abrahán»
tecimiento de Cristo se trata en los evangelios del AT en su referencia al acontecimiento de culiar tensión con la abrogación de importan- (W. Schrage, Jakobusbrief [NTD], 32; para
799 YQaipri - YQTyyoQéa) 800 801 YQT)YOQ8C0 - Y^U/V^reDCD 802

una opinión semejante, cf. F. MuBner, Jako- La práctica de los autores del NT de hacer se- Corintios I, Colosenses, y I Pedro. Predomi- Jesucristo «murió por nosotros, para que - y a
busbrief [HThK], 143, que sigue en este pun- lección dentro del AT (así piensa también Han- nan las formas de imperativo (YQT)Y°6eíTE> sea que vivamos (en este mundo) o hayamos
to a H. Windisch). ¡El AT se ha cumplido en son, Importance, 16) tiene su justificación inter- 10 veces) o de participios en conexión con fallecido- vivamos juntamente con él».
elAT! na en el AT, porque éste obliga a efectuar una imperativos (YÍVOU yQr\yoQí&v, jtQoaxctQTe-
selección, ya que las orientaciones de sus enun- oelte YQ'HY060í'VTE5)- P ° r tanto, el verbo 3. La exhortación a la vigilancia presupone
ciados no se prestan, en parte, a la armonización. que el hombre se halla en constante peligro de
Por lo que respecta a Hebreos, remitiremos a ->• YQTiYOQÉa) aparece principalmente (aunque
Pero, al mismo tiempo, es algo que tiene su nece-
Xéyw, porque en esta carta, a pesar de las nume- no de manera exclusiva) en exhortaciones. aflojar en su completa entrega a Dios por me-
sidad interna en el NT, porque para él la contin-
rosas citas y exégesis que se hacen de la Escritu- dio de Jesús, y de dejarse cautivar por cosas
gencia del acontecimiento de Jesús es constitutiva.
ra, no aparece la palabra YQCtcpr|, y YQÓqpco apare-
Los autores del NT, que con parte del judaismo 2. a) YQTlY°6eco significa en primer lugar de escaso valor. La mirada puede detenerse en
ce tan sólo una vez en una cita.
están de acuerdo en leer el AT como Escritura no dormir. Y, así, Jesús, en el monte de los los peligros que amenazan (2.b.2) o extender-
profética acerca del fin de los tiempos, se dife- Olivos, exhorta a tres de sus dicípulos a per- se para ver las consecuencias de la negligen-
5. En su apelación alAT, ¿conservan los auto-
rencian -no obstante- esencialmente de todo el manecer despiertos con él (Mt 26, 38.40.41; cia o del no estar preparados para la llegada
res del NT el sentido pretendido por el ATI Las
judaismo en que ellos no consideran primaria-
respuestas se mueven entre dos polos: la hipóte- Me 14, 34.37.38). También en Le 12, 37, den- del Hijo del hombre (2.b.l.3). Por tanto,
mente la Escritura como Tora. Se diferencian es-
sis de una total distorsión del sentido literal del tro de la parábola enunciada en 12, 36-38, YQT|YOQÉO) significa que hay que permanecer
pecialmente del judaismo rabínico en que no pro-
AT porque en el NT se haría un uso atomístico de YQT|YOQÉÜ) debe entenderse en el sentido de fieles y vigilantes en la fe (cf. 1 Cor 16, 13).
yectan su parénesis como halaká enraizada en la
la Escritura (por ejemplo, Braun), y la creencia
Tora. «Lo que es singularísimo en la interpreta- no dormir.
en una cuidadosa exégesis de esos textos que tie- J. M. Nützel
ción de la Escritura que se hace en el NT, es que
ne en cuenta conscientemente su contexto (por b) El sentido figurado de permanecer vigi-
esa interpretación no es sólo escatológica, sino
ejemplo, Hanson; este autor defiende a Pablo, lantes predomina muchísimo en el NT, aun-
cristológica» (Miller, 67).
que prácticamente no modificó nunca textos del YVflvá^O) gymnazo ejercitar, acostum-
H. Hübner que la transición del primer significado a este
AT [Studies, 147s]; esto sería congruente con la brarle)*
posible utilización de colecciones de testimonios último es bastante fluida. Y, así, en Mt 26, 41
1 Tim 4, 7: «Ejercítate en la piedad». En
[ibid., 191ss], aunque la existencia de esas colec- par. Me 14, 38, yQf\yoQé(a recibe un acentua-
Heb 5, 14; 12, 11 encontramos el participio
ciones de testimonios es una cuestión por resol- Y6«tpW graphd escribir ción que lo orienta hacia el sentido figurado.
pasivo de perfecto: «los sentidos ejercitados»
ver, de la que no podemos ocuparnos aquí). Pero -> YQaqpr|. Con excepción de 1 Tes 5, 10 (cf. c), yQV\-
hay un punto que comparten esas opiniones en- o «los ejercitados», es decir, los que han he-
YOQÉco en todos los pasajes hasta ahora no
frentadas, y es la creencia en que los autores del cho progresos en la piedad. De manera seme-
mencionados, debe entenderse claramente en
NT leyeron e interpretaron la Escritura a la luz Y(>ttró6n5, 2 graódés propio de viejas* jante, en 2 Pe 2, 14 se dice de los falsos ma-
el sentido de permanecer vigilantes. Hay que
de la fe pascual. En 1 Tim 4, 7 dícese de las fábulas (-> estros: «Tienen un corazón ejercitado en la
diferenciar: 1) Pasajes con referencia escato-
Los enunciados de la Escritura no predicen al [xüdog) propias de viejas (de YQaijg, «mujer codicia». ThWNT I, 775.
lógica directa: para estar preparados para la
Jesús de Nazaret, históricamente contingente, co-
anciana, vieja»), fábulas que Timoteo debe re- llegada de Jesucristo, del Hijo del hombre,
mo el Mesías de Dios. Pero habrá que preguntarse
si implicaciones decisivas de la cristología no son chazar. hay que permanecer vigilantes (Mt 24, 42; 25, YV^vaflfía, a ? , v\ gymnasia ejercicio, en-
también implicaciones de enunciados del AT. Y 13; Me 13, 35.37; 1 Tes 5, 6; Ap 3, 2.3; 16, trenamiento*
vemos en realidad que, por ejemplo, Pablo -con 15); 2) pasajes sin referencia escatológica di- 1 Tim 4, 8: la Oü)[xattxr| YUfiva0Íct, el ejer-
arreglo a esta correspondencia de implicaciones- Y(JilY 0 {?éw gregoreó estar despierto, estar recta: también el peligro de que las cosas no cicio físico, sirve para poco, a diferencia del
entendió de manera decisivamente correcta el pa- vigilante* vayan por buen camino en la comunidad, el ejercicio en la piedad (-> yv\ivát,w). ThWNT
saje (tan importante para él) de Gen 15, 6: lo de peligro de las asechanzas de Satanás y otras I, 775.
ser contado por justicia no es ya para el elohísta 1. Aparición del término - 2. Significado - 3. Sen-
tido teológico. cosas por el estilo exigen que se permanezca
una atribución cultual basada en la realización de
vigilante (Hech 20, 31; 1 Cor 16,13; Col 4, 2;
actos humanos. «Únicamente (!) la fe, el hecho de Bibl: M. Lautenschlager, EÍXE YQTIYOQWHEV EÍTE YVflvtitevw gymneteuo andar mal vestido
tomar en serio la promesa de Yahvé, pone al hom- xaO-Eii6a)[iEV. Zum Vershaltnis von Heiligung und 1 Pe 5, 8); 3) pasajes en los que el andar bien
despiertos en la vida profana sirve de metáfo- Forma alternativa (p46 Koiné) de ->• YI>|TVI-
bre en la debida relación; Yahvé 'se lo toma en Heil in 1 Thess 5, 10: ZNW 81 (1990) 39-59; E. Lo-
TEÍICÜ.
cuenta'» (G. von Rad, Gesammelte Studien zum westam, Spiritual Wakefulness in the NT, Lund 1967; ra para indicar que hay que estar preparados
AT, München 21961, 134; pero hay que considerar A. Oepke, YQTIYOQÉCD, en ThWNT II, 337; A. Weiser, para la llegada del Hijo del hombre (Mt 24,
también, por otra parte, lo que dice Vielhauer, Von der Predigt Jesu zur Erwartung der Parusie: BiLe
12(1971)25-31. 43; Me 13, 34; cf. también el sentido metafó- YV|tvlT£V(D gymniteud andar mal vestido*
Paulus, 36 nota 15). El Sal 142, 2 LXX, citado en rico de Le 12, 36-38). En 1 Cor 4, 11 (al principió de un catálogo
Rom 3, 20 con la adición paulina «por las obras
1. El término aparece 22 veces en el NT, de de pruebas y tribulaciones) Pablo dice: «Has-
de la ley», no está distorsionado, porque Pablo
piensa en cualesquiera obras que, en contra de la las que 6 se hallan en Mateo, 6 en Marcos, 3 c) En 1 Tes 5, 10, como se ve claramente ta el presente sufrimos hambre y sed, estamos
intención esencial de la misma ley, abusan de la en Apocalipsis, 2 en I Tesalonicenses, y 1 vez por el contexto amplio, lo de «estar despierto desnudos (YUU/viTEiJO[¿ev) y somos maltrata-
ley para la propia justificación (-> vó¡xog). en cada uno de los escritos: Lucas, Hechos, I o dormido» significa «vivir o estar muerto»: dos...».
803 YUfivog 804 806
805 yu|xvóg - yuvr|

YV^rvÓg, 3 gymnos desnudo, descubierto, la JIÓQVT) BafhAobv; cf. v. 5). Por el contrario, Los vv. 1-2 no deben entenderse unilateral - Uxores circumducere {l Kor 9, 5): BZ NF 3 (1959)
mal vestido* Jn 21, 7 se refiere a la ropa ordinaria de faena mente ni en relación con la esperanza de que 94-102; G. G. Blum, Das Amt der Frau im NT: NovT
7 (1964) 142-161; M. Boucher, Some Unexplored Pa-
yv\i\óxT]C„ TITOS, TÍ gymnotes desnudez, ca- de un pescador, que no lleva prenda exterior. sobrevenga la parusía antes de la muerte (cf., rallels to 1 Cor 11, 11-12 and Gal 3, 28: The NT on the
rencia de ropa* Como en el AT (->• 1), yujivóc; designa también a propósito, el v. 4), ni en relación con el mie- Role ofWomen: CBQ 31 (1969) 50-58; R. E. Brown,
1. Aparición y significados de los términos en el
el desamparo del pobre, que no puede cubrirse do a morir antes de la parusía. Por eso, las Roles of Women in the Fourth Gospel: ThSt 36 (1975)
o que se cubre sólo de andrajos (Mt 25, 688-699: H. Von Campenhausen, Zur Perikope von
NT - 2. Uso de los mismos en el NT - 3. 2 Cor 5, 3. consideraciones sobre el temor a una desnu- der Ehebrecherin: ZNW 68 (1977) 164-175; G. B. Ca-
36.38.43.44; Sant 2, 15; cf. vu^vótris en Rom dez en el tiempo intermedio entre la muerte y
Bibl: G. Fohrer, en BHH II, 962-965; H. Herter, en vid, Paul and Women's Liberty: BJRL 54 (1971-1972)
RAC IX, 1-52, especialmente 29-34, 45-48; A. Oepke, 8, 35 junto a Xiuóg; en 2 Cor 11, 27, junto a la parusía, y la hipótesis de una polémica con- 268-281; G. Dautzenberg, Urchrístliche Prophetie
YD|iVÓg nxX., en ThWNT I, 773-775; Haag, Dicciona- i\>v%oq). En sentido figurado, yi)u.vós significa tra el anhelo gnóstico de ser liberado del cuer- (BWANT 104), Stuttgart 1975, 258-273 (sobre 1 Cor
rio, 455s; F. Pfister, en Pauly-Wissowa XVI/2, 1541- descubierto, desnudo (Heb 4, 13: todas las co- 14, 34s y 1 Tim 2, 11); G. Dautzenberg-H. Merklein-
1549; H. Riesenfeld, Das Bildwort vom Weizenkorn po terreno, no reflejan lo que quiere decir el K. Miiller (eds.), Die Frau im Urchristentum, Freiburg
sas se hallan Y^Livá xcd TeToa%r)?ao"u.éva ante enunciado paulino. Lejos de eso, el v. 3 con-
bei Paulus (sobre 1 Cor 15), en Studien zum NT und i. Br. 1983; M. Fander, Die Stellung der Frau im Mar-
zurPatristik (FSf. E. Klostermann), Berlin 1961, 43- los ojos de Dios); en Ap 3, 17 se habla de la firma que el conocimiento que se manifiesta kusevangelium (Münsteraner Theol. Abhandlungen 8),
55; H. Ringgren, en BHH II, 1277; C. A. Schmitz, en pobreza espiritual de la comunidad de Laodi- en el «gemir» de los creyentes se refiere a los Altenberge 1989; A. Feuillet, L'homme «gloire de
RGG IV, 1294; J. N. Sevenster, Some Remarks on the cea, que -sin saberlo- se halla desnuda ante Dieu» et lafemme «gloire de l'homme» (IKor 11, 7b):
yurivóg in II Cor. V.3, en FS de Zwaan, 202-204; H. que están ya muriendo, pero que en realidad RB 81 (1974) 161-182; Id., La dignité et le role de la
Weigelt, en DTNT IV 347-349. Para más bibliografía, Dios; cf. 16, 15.
han nacido por la £(ÜT] XOV '\T\GOV (4, 10). Al femme d'aprés quelques textes pauliniens: NTS 21
cf, ThWNT X, 1028. yv\ivbc, xóxxoc, (1 Cor 15, 37) significa el fin se encontrarán (en futuro) vestidos ante (1974-1975) 157-191; G. Fitzer, Das Weib schweige in
«grano desnudo» que se siembra en la tierra, der Gemeinde. Über den un pin Charakter der mulier-
Dios, con gloria celestial (4, 17). No se los
por contraste con la planta futura (om\ia xó taceat-Verse in lKor 14 (TEH 110), München 1963;
1. Y^M-vóc, aparece 15 veces en el NT. El describe como a quienes su «morir» terreno H. Greeven, en RGG II, 1069s; A. Jaubert, Le voile
sustantivo YUU.VÓTTICJ, que en griego es un tér- YevT)OÓu,evov, v. 37a), que Dios hace brotar
los presenta como desnudos ante Dios, es de- desfemmes 1 Cor 11, 2-16: NTS 18 (1971-1972) 419-
mino raro fuera del NT y de la LXX, aparece en cada caso de una determinada simiente. El 430; J. Jeremías, viiricpr|, en ThWNT IV, 1029s; E.
cir, como entregados sin defensa a merced de
3 veces (Rom 8, 35; 2 Cor 11, 27; Ap 3, 18). filo de la imagen, corriente también entre los Kahler, Die Frau in den pin Briefen, Zürich 1960;
la muerte. J. Kühlewein, en DTMAT I, 369-375; M. Küchler,
Ambos términos pueden significar la desnu- rabinos (Billerbeck III, 475), consiste en que
H. Balz Schweigen, Schmuck und Schleier. Drei ntl. Vorschriften
dez total, pero también el hecho de estar mal la apariencia de la semilla se ve superada to-
zur Verdrangung der Frauen auf der Hintergrund ei-
vestido o vestido de andrajos, y también, en talmente por la planta futura que va a nacer ner frauenfeindlichen Exegese des AT in antiken Ju-
sentido figurado, el estado de desamparo, de de ella. El sentido de la imagen aparece tam- yujlvÓTtlS, t i t o ? , i\ gymnotes desnudez, dentum, Fribourg-Góttingen 1986; J. Leipoldt, Die
bién con claridad en la idea de depositar en la Frau in der antiken Welt und in Urchristentum, Berlin
privaciones y de total indigencia. carencia de ropa 1962; G. Mayer, Die jüdische Frau in der hellenis-
tierra/en la muerte el grano/el cuerpo desnu- ->• Y^M-vóg. tisch-romischen Antike, Stuttgart-Berlin 1987; A.
Gen 3, 7 explica como consecuencia del peca- do (YUU.VÓC;), con la mirada puesta en el futu- Oepke, ^¡vvx\, en ThWNT I, 776-790; H. Ringeling,
do la vergüenza que se siente por la desnudez (cf. ro oG)U.a, P a r a °<ue Dios haga brotar un oGáira Frau (IV), en TRE XI, 431-436; L. Schottroff, Frauen
2, 25; 3, 10; 9, 21; Jub 3, 30s). El hombre co- nuevo e incomparable (cf. Jn 12, 24; 1 Clem in der Nachfolge Jesu nach den Evangelien: Der
YWai»cá(HOV, Ol), TÓ gynaikarion mujer Evang. Erzieher 34 (1982) 490-495; R. Scroggs, Paul
mienza y termina desnudo su vida (Job 1, 21; Ecl 24).
5, 14). Los pobres están desnudos y dependen de fácil* and the Eschatological Woman: JAAR 40 (1972) 283-
los verdaderamente piadosos y justos para encon- Literalmente mujercilla (de yvvr\), en tono 303; C. Spicq, Lafemme chrétienne et ses vertus, en
3. Es difícil de interpretar 2 Cor 5, 3: eí ye Les Epttres Pastorales, Paris "1969, 385-425; K.
trar con qué cubrirse (Is 58, 7; Ez 18, 7.16; Tob 4, despectivo, en 2 Tim 3, 6: «que conquistan a
xcd éxói)oáu.evoi oí) YVLIVOÍ eúfje'driaóu.eda, Thraede, en RAC VIII, 197-269; J. R. Wegner, Chattel
16). Así que la desnudez es principalmente expre- mujerzuelas cargadas de pecados...». or Person ? The Status of Women in Mishnah, Oxford
sión de desamparo (cf. Job 26, 6, donde se habla «de tal manera que, aun despojados (de la mo-
rada terrena), no seamos hallados desnudos». 1988; B. Witherington, Rite and Rights for Women -
de la región de los muertos, que no puede ocul- Gal 3, 28: NTS 27 (1980-1981) 593-604. Para más bi-
tarse ante Dios). La desnudez cultual (Herter, 32; En los vv. 1-5 se ofrece un desarrollo «escato- bliografía, cf. ThWNT X, 1028-1034.
y u v a i x e í o g , 3 gynaikeios femenino*
Ringgren; Schmitz) y la idea de la desnudez del lógico» supremo, exponiendo que al hecho de
alma (cf. Platón, Crat, 403 b; CorpHerm I, 24-26: En 1 Pe 3,7 se exhorta a los maridos a hon-
ir muriendo cada vez más el cuerpo terreno, le
XIII 6) son ajenas al pensamiento bíblico. rar «al vaso (-> oxeüog) femenino por ser el
corresponde una renovación del hombre inte- yvvr\ designa a la mujer como pareja sexual
más débil». El pasaje está influido probable-
rior por el poder del Espíritu de Dios (4, 7-18; del hombre en Mt 5, 28; 1 Cor 7, 1; Ap 14, 4,
2. El joven de quien se habla en Me 14, mente por 1 Tes 4, 4.
5, 6-8: cf. R. Bultmann, Der zweite Brief an sin tener en cuenta su edad ni su condición. El
51.52 huye completamente desnudo, dejando die Korinther [KEK] sobre 5, 1, con la nota hombre es el nacido de mujer, Mt 11, 11; Le
en manos de los que querían prenderle la sába- 120). Los creyentes gimen, porque ya ahora, 7, 28; Gal 4, 4 (Jn 16, 21). Yuvñ, significa la
na, que era lo único con que se cubría. yv\ivóg en medio de la destrucción de su existencia te- Y«Vt|, a i x ó q , tj gyne mujer
esposa en Mt 5, 28.31; 14, 3 y passim; 1 Cor
se usa en Hech 19, 16 para expresar la acción rrena (éáv... xataX.U'flfi, 5, 1), ansian revestir- Bibl.: M. Adinolfi, La donna e il matrimonio nel 9, 5 (Bauer cree que la variante textual, en
violenta de desnudar a alguien. Y se usa en se de la morada celestial (5, 2) que se atesora Giudaismo ai tempi di Cristo: RivBib 20 (1972) 369-
plural, Y'uvcxTxas es la original), la madras-
sentido figurado en Ap 17, 16 (para referirse a 390; Id., // velo della donna e la rilettura paolina di 1
para ellos según el modelo de Cristo. tra, en 1 Cor 5, 1; y algunas veces también la
Cor. 11, 2-16: RivBib 23 (1975) 147-173; J. B. Bauer,
807 Ywr| - rúy 808 809 rróy - ycovía 810

novia, la cual hasta el día de la boda se halla lla tradizione bíblica, ebraica e christiana: RivBib 25 guíente es ocioso tratar de hallar referencias 1. Ycwí01 aparece 4 veces en el NT (Mt 6,
bajo la patria potestad, pero jurídicamente se (1977) 389-421; W. Zimmerli, Ez II (BK), Neukir- históricas concretas. 5; Hech 26, 26; Ap 7, 1; 20, 8); la expresión
chen-Vluyn 1969, 921-975. Para más bibliografía, cf. Los apócrifos y pseudoepígrafos judíos
considera ya desde el desposorio (o compro- ThWNT X, 1034.
xeqpaX/r| yoovíag aparece 5 veces (Mt 21, 42;
miso matrimonial) como una mujer casada guardan silencio acerca de Gog y Magog, con Me 12, 10; Le 20, 17; Hech 4, 11; 1 Pe 2, 7);
(Gen 29, 21; Dt 22, 24): Mt 1, 20.24; Le 2, 5 excepción de Sib III 319 y 512. Tan sólo los en cambio, el término áxQOYCOVioüog se en-
1. En el AT hay varias y diversas referen-
v.l. Puesto que la esposa infiel, según la inter- escritos rabínicos y los de la época cristiana cuentra únicamente en Ef 2, 20 y 1 Pe 2, 6.
cias a Gog y Magog. Mientras que Gog se
pretación rabínica de Lev 20, 10; Dt 22, 22, posterior al NT vuelven a mostrar más inten-
menciona en 1 Crón 5, 4 y Magog en Gen 10,
debía ser estrangulada, creemos que en Jn 8, so interés por ellos (Billerbeck; Bousset). 2. ymvía, vista desde fuera, es esquina, y,
2 y en 1 Crón 1, 5 como nombres de personas,
3.4.9s pudiera tratarse de una novia infiel, la vemos que Gog en Ez 38, 2.3.14.16.18; 39, desde dentro, ángulo, rincón. Puede implicar,
D. Sanger
cual (según Dt 22, 24) debía ser lapidada (Je- 1.11.15 es un gran príncipe del país de Magog por tanto, el elemento de la notoriedad o el de
remías). Ahora bien, si con von Campenhau- (Ez 38, 2; cf. 39, 6). Así que Magog es un lo que se halla retirado y oculto. En Mt 6, 5,
sen estamos en lo cierto al trasladar el origen nombre formado expresamente por Gog y por ywvía, ag, ^| gónia esquina, ángulo, rin- la frase «en las esquinas de las calles» (ev
de la perícopa de la adúltera al tiempo de las una preformante, y significa la región donde cón* xoctg ycovíaic, xa>v nXaxziwv) se refiere pro-
controversias en torno a la penitencia que se Gog era príncipe (Zimmerli, 940-942). Según áxeoycoviatog, 3 (a saber, Mfrog) akro- bablemente a las desembocaduras o a las en-
produjeron entre los cristianos del siglo II, en- Ez 38s, Gog -por mandato de Yahvé- se puso goniaios piedra angular* crucijadas de los caminos, donde a uno se le
tonces el argumento rabínico pierde su fuerza. en marcha contra Jerusalén, al frente de un puede ver públicamente desde varios ángulos
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Ywvkx - (es lo opuesto de TÓ XQIOTXÓV, «el lugar ocul-
En Ap 19, 7; 21, 9, la novia es la imagen de ejército formado por muchos pueblos (38, 3. xeq)aXr| ycovíag y áxQOYCoviato?: a) Significados
la Iglesia, lo mismo que en 12, 1 la mujer ves- 12), con el propósito de conquistar la ciudad, de estos términos - b) xetpaXf) ywvíai; - c) cotoo- to»). Hech 26, 26, con las palabras Év Y«>víg,
tida del sol simboliza al pueblo de Dios (Vic- pero luego fue derrotado y aniquilado por Ycoviatog. «en un rincón», utiliza una expresión del más
Yahvé mismo (39, 1-8). En estas ideas sobre puro estilo griego, que está documentada, por
torino, Comm. in Ap. 12 [PL Suppl. I, 149]: Bibl: H. Balz, TÉ00aoeg, en ThWNT VIII, 127-
Gog y Magog se mezclan la realidad histórica 134, sobre todo 13 ls, 134; K. Berger, Exegese des NT, ejemplo, en Platón, Gorg 485d y en Epicteto,
ecclesia antiqua patrum et prophetarum et
y ciclos de fantasías míticas. Heidelberg 1977, 61s; G. Bornkamm, \ix\iá(a, en Diss I, 29, 36; II, 12, 17; III, 22, 98 y passim.
sanctorum apostolorum). yúvcu como manera ThWNT IV, 283-285; J. Jeremías, Y^vía m\., en ycovía no sólo expresa un lugar retirado, lejos
de dirigirse a una mujer no significa tratarla ThWNT I, 792s (bibliografía); Id., Eckstein - Schufi-
tein: ZNW 36 (1937) 154-157; Id., Xíftog, en ThWNT de la notoriedad, sino también la escasa im-
con poco respeto, en Mt 15, 28; Le 22, 57; Jn 2. En el NT, Gog y Magog aparecen única-
IV, 275-281; Jeremías, Parábolas, 91s; S. Lyonnet, portancia de algo. Por consiguiente, en Hech
2, 4; 4, 21; 19, 26; 20, 13.15 (cf. Jdt 11, 1; Jo- mente en Ap 20, 8. Como en las anteriores vi- De Christo summo angulari lapide secundum Eph 2, 26, 26, el litotes «esto no sucedió en un rin-
sefo, Ant I, 252: madre de la novia; Dión Ca- siones escatológicas del vidente, la visión que 20: VD 27 (1949) 74-83; U. Maiburg, Christus der cón» afirma que el acontecimiento del Me-
sio, LI, 12, 5, Augusto se dirige a Cleopatra). encontramos en Ap 19, 11-22, 5 se parece en Ekstein. Ps 118, 22 und Js 28, 16 im NT und bei den
lateinischen Vátern, en Vivarium. FS f. T. Klauser, sías-Cristo tuvo lugar con toda notoriedad y,
Cuando el término va acompañado por la de- gran medida al esquema del anuncio profético Münster i. W. 1984, 247-256; R. J. McKelvey, Christ al mismo tiempo, fue un suceso importante.
signación de características, función u origen, de Ez 37-48 y depende obviamente de él. La the Cornerstone: NTS 8 (1961-1962) 352-359; H.
sirve para la formación de sustantivos: la ca- mención de Gog y Magog en 20, 8 se encua- Merklein, Das kirchliche Amt nach dem Eph (StANT El Apocalipsis (7, 1; 20, 8) habla de «los
nanea (Mt 15, 22), la samaritana (Jn 4, 9), la dra en las ideas de Ez 38s. Sin embargo, a di- 33), München 1973, 144-152; W. Mundle, Piedra, pie- cuatro extremos de la tierra» (xéaaccrjeg ym-
dra angular, en DTNTIII, 363-365; F. MuíSner, Chris- víai xfjg yf[q). Con ello difícilmente se supon-
judía (Hech 16, 1); la griega (17, 12); la casa- ferencia del TM de Ez 38s, vemos que Gog y tus, das All und die Kirche (TThSt 5), Trier 1955, 108-
da (Rom 7, 2); la viuda (Le 4, 26); la pecado- Magog en Ap 20, 8 son nombres propios de 111; E. Percy, Die Probleme der Kolosser und drá que la superficie de la tierra tenga forma
ra (7, 37). los pueblos (Gog y Magog son aposición a xa Epheserbrief (SHVL 39), Lund 1946, 328-335.485- cuadrangular, porque YÜÍVÍOU tiene aquí el
E'Qvri) a los que Satanás seduce, trascurridos 488; J. Pfammatter, Die Kirche ais Bau (AnGr 110), sentido de nxÉQvyeg («bordes, límites») co-
J. B. Bauer Rom 1960, 143-151 (bibliografía); M. Resé, Alttesta-
los mil aflos del reino mesiánico de paz (20, mentliche Motive in der Christologie des Lukas, Gü-
mo en Is 11, 12; Ez 7, 2, o de áxrja xífe yf\c,
1-6), para que conquisten Jerusalén, «la ciu- tersloh 1969, 113-115.171-173; K. Th. Schafer, Lapis («extremidades de la tierra»), como sucede
r ó y Gog Gog* dad amada» (20, 9), que es el centro del rei- summus angularis, en FS f. H. Lützeler, Dusseldorf con frecuencia en la LXX (cuatro áxga del
Maycóy Magog Magog* 1962, 9-23; Id., Zur Deutung v. áxpOYCOVialoc; Eph 2, cielo, Jer 25, 16 LXX). La conexión con los
nado del Mesías. Así que por el especial énfa- 20, en FS Schmid, 1963, 218-224 (bibliografía); K. H.
Bibl.: H. Bietenhard, Das tausendjahrige Reich, sis que se hace en Satanás en 20, 2s y 20, 7, es Schelkle, Akrogoniaios, en RAC I, 233s; E. Schwei- cuatro vientos en Ap 7, 1 sugiere más bien la
Zürich 21955; Billerbeck III, 831-840; W. Bousset, muy posible que por las «naciones de los cua- zer, Das Ev. nach Markus (NTD), Gottingen 21968, idea de los cuatro puntos cardinales (así suce-
Beitrage zur Geschichte der Eschatologie: ZKG 20 tro extremos de la tierra, Gog y Magog» (20, 136-138; G. Stahlin, jiDoaxcnuto, en ThWNT VI, de también cuando, en relación con los vien-
(1900) 103-131; C. A. Keller, en RGG II, 638s; K. G. 755-757; Id., axávócdov, en ThWNT VII, 352s; A.
8) se entiendan los poderes demoníacos o los Suhl, Die Funktion der alttestamentlichen Zitate und
tos, se habla de cuatro xójtoi [«regiones»]
Kuhn, rd)y xai Mayóy, en ThWNT I, 790-792; B.
Otzen, Gog, Magog, en DTAT I, 977-985; M. Rissi, muertos, es decir, las mesnadas del mundo de Anspielungen im Markusevangelium, Gütersloh 1965, xocl YCüvíai del horizonte, correspondientes a
Die Zukunft der Welt, Basel 1966; A. Schlatter, Das AT las profundidades (cf, 9, 1-11.13-19). Por 138-142; Ph. Vielhauer, Oikodome, Karlsruhe 1940, las cuatro estaciones del año de las que habla
in der johanneissen Apokalyse, Gütersloh 1912; M. C. 60-62.124-127.145-150. Para más bibliografía, cf. Tolomeo, Tetrabiblos I, 29); más aún, «cua-
consiguiente, Gog y Magog, en 20, 8, son ThWNT X, 1034.
Tenney, The Importance and Exegesis of Rev 20, 1-8:
BS 111 (1954) 137-148; A. Vivian, Gog e Magog ne- nombres de una entidad mítica, y por consi- tro» es un número simbólico que se emplea a
811 812 ycovía 814
ywvía 813

veces para expresar totalidad. - Según Ap 20, Los términos xeepedí] ycovíag y áxooya)- En Mt 21, 42, la cita del salmo se conecta que se comenzó el edificio y éste quedó fija-
8, Satanás incita «a las naciones que están en viaiog designan, ambos, la piedra fundamental más estrechamente con el relato de la parábo- do en su orientación. La oración de participio
los cuatro extremos de la tierra = en toda la situada en el ángulo más extremo (más anterior), la, mediante los vv. 41 y 43. Estos versículos ovTOg áxQOYCOviaíou aíitcnJ XQUJTOÜ ex-
tierra» a luchar contra la ciudad santa, que se con la que se comienza un edificio, se asienta só- amplían el acontecimiento decisivo, mediante presa también gramaticalmente el puesto es-
lidamente y queda orientado definitivamente. Co- la doble mención adicional de los «frutos» pecialísimo de Cristo en relación con los
concibe situada en el punto medio de la tierra. mo piedra (tallada) de sillería, la piedra escogida
que hay que esperar, apoyados por la mención apóstoles y los profetas del NT, que forman
es de especial calidad. Y, a diferencia de lo que
3. a) El término y,z<$akr\ ycovíac, es la traduc- ocurre en las edificaciones modernas, sigue es- expresa de oxav zkür) ó x-úot,°S (v. 40), parte del fundamento (-> "íreu.ékog). El con-
ción, formada mecánicamente, del hapax legome- tando visible, porque al ponerla no la entierran orientándolo hacia la parusía, e incluyen así a texto exige para aíiToü el significado exclu-
non hebreo ro's pinna que aparece en el Sal 118 profundamente. los discípulos en el juicio. yeme o contrastante de «él mismo», que se
(117), 22. La tesis, propugnada especialmente por refiere bien al sujeto XQIOTO'Ü 'lr\oov (en
J. Jeremías (desde 1925), de que por XEcpaM) b) En el Sal 118 (117) 22s, los participantes en Lucas, en 20, 17, acentúa el funesto reverso
yoovíag, lo mismo que por su sinónimo áxpo- que ha de tener para los incrédulos ese giro oposición a los apóstoles y profetas), o mejor
una fiesta alaban, llenos de asombro, los actos de
ycovialog, se entiende la piedra clave o corona- Yahvé en favor del justo, que fue salvado del des- maravilloso, omitiendo el segundo versículo todavía al predicado nominal áxQOYOOViocío'U,
miento del edificio, colocada probablemente so- precio y del peligro mortal y a quien ahora le es de la cita e introduciendo en cambio en el v. la piedra angular misma, es decir, la parte
bre el pórtico, es una tesis que, a pesar de la dado entrar por las puertas de la justicia. Y lo ala- 18 (sobre el trasfondo de Dan 2, 34s.44s) un esencial y decisiva del fundamento (cf. 1 Cor
buena acogida que tuvo por parte de muchos exe- ban con aquella imagen proverbial: «La piedra logion que es una especie de proverbio (Bi- 3, 11, donde aparece una oposición con el res-
getas, no es admisible, porque las pruebas aduci- que los constructores, al examinarla, desecharon, to del fundamento).
llerbeck I, 877; ThWNT IV, 285 nota 10) y de
das son posteriores a la época del NT y no son se ha convertido elg xeepaXr|v ycovíag, en la pie-
tampoco convincentes (cf. especialmente Percy, dra angular». El meollo de este enunciado no es origen desconocido, sobre los efectos del jui- Finalmente, 1 Pe 2, 6s asocia áxrjoYO)-
Pfammatter, Merklein), ya que con una piedra de el comienzo de una edificación, sino la maravi- cio dictado por la piedra angular. En él la se- viaíog (Is 28, 16) y xecpa)cf| yanácte, (Sal
ésas no puede uno tropezar ni caerse (Le 20, 18; llosa (davitaoTTi) trasformación que ha tenido gunda mitad del versículo (XiXLiáto) tiene la 118, 22) en la prueba de Escritura anticipada
1 Pe 2, 7s), y la traducción piedra clave en Le 20, lugar: aquel que fue descalificado por los hom- sola función de expresar totalmente lo inelu- ya en el v. 4, que expresa explícitamente el
18 obliga a una interpretación forzada, dado el bres, ha sido reconocido y distinguido por Dios. dible que es el juicio. doble efecto que surte la acción de Cristo,
contexto (-> jrfotrcú). Más aún, en Ef 2, 20, el edi- En los tiempos que preceden al NT, no puede
ficio al que esa piedra ya pertenece (según el sen- atestiguarse que la exégesis judía entendiera es- En Hech 4, 11 el uso primitivo que se hace quien es la «piedra viva» (v. 4). Cristo, que es
tido claro del texto), es un edificio que aún no es- tas palabras en sentido mesiánico (Billerbeck I, de las palabras acerca de la piedra angular se el áxQOYtovialog que determina la estructura
tá terminado. En el lenguaje del NT, la imagen 875s). El NT emplea 5 veces esta palabra del sal- orienta, como en Me 12, lOs, hacia la inter- de la Iglesia, constituye positivamente la sal-
del edificio debe distinguirse claramente de la del mo, en interpretación cristológica, para referirse pretación de la crucifixión y la resurrección vación para los creyentes, que -como «pie-
cuerpo (obsérvese el uso de xeopcdr|, «cabeza»), al justo. de Jesús (a las que se hace referencia expresa dras vivas» (v. 5 ) - son insertados en el edifi-
aunque un mismo autor se sirva de ambas imáge- en el v. 10). El texto no se atiene a la LXX, si- cio. Como XECpotXr) yíüvíac,, Cristo tiene un
nes o las combine (Ef 4, 12.16).
Marcos, después de citar en 11, 9 el Sal 118, no a otra tradición distinta (obsérvese éí;ot>- significado crítico y negativo para los incre-
Mientras que pinna y ya>vía denotan claramen- •devéco).
25, con motivo de la entrada triunfal de Jesús yentes, lo mismo que en Le 20, 17s. En el v.
te el ángulo, vemos que ro's -> X£opodr| se refie-
ren no sólo a la vertical («cabeza») sino también a en Jerusalén, añade en 12, lOs los vv. 22s de Sobre 1 Pe 2, 7, -> c, 8, con la cita adicional de Is 8, 14 (cf. Rom 9,
la horizontal: ro's expresa el lugar donde comien- ese salmo -como prueba de Escritura- a la c) Con áxQoycüviaTog se asocia la idea 33), la piedra angular se convierte en la pie-
za un camino, en Ez 16, 25.31 y passim (la LXX parábola de los viñadores malvados, dándoles de un edificio, del edificio espiritual de la dra de tropiezo. En 1 Pe 2 el acento recae so-
traduce en este caso por ctQXT|, y en Is 51, 20 por así un sentido que sobrepasa al que tienen en bre el aspecto de la salvación.
áxQOV, y xecpaXri designa la «zona marginal» Iglesia. Ef 2, 20, en una clara referencia a Is
el contexto del salmo. Como se ve claramente 28, 16 (áxQoyowiCHOs, fteLiéA.ia), presenta a
que rodea un campo, en PapPetrie II N° 38a, 21 por la referencia retrospectiva a Me 8,31 (la
(siglo III a.C); Pap Oxy II N° 273, 18 (del año 95 Cristo Jesús como la piedra angular, con la H. Kramer
p.C). Por tanto, xecpaM) ycovkxs se refiere al ex- palabra clave es ájtoóoxt(xá£,CD, que aparece
tremo más distante en la línea horizontal. únicamente aquí y en 11, 27, antes de que co-
Una interpretación parecida se asocia con -+ mience propiamente el relato de la pasión, y
áxQog: óxQüycoviaTog es un término compuesto que se aplica a los tres grupos del sanedrín
típico de la Koiné, que sirve para reforzar la idea enumerados explícitamente como adversarios
de ywvitúoc,, «angular» (esta forma simple es ya de Jesús), no sólo se habla del rechazo = cru-
clásica; obsérvese que en Job 38, 6 dícese 'eben cifixión de Jesús, sino que se hace referencia,
pinna I Xídog ycoviaToc, P a r a referirse a la «pie-
dra fundamental» sobre la que se asientan los pi- además, a su resurrección por la acción mara-
lares de la tierra); el hapax legomenon de la LXX villosa de Dios, considerándola como una
Xí&og áxeoycoviaiog en Is 28, 16 designa la pie- victoria sobre el rechazo de los hombres. Y
dra angular sobre la que se asientan los funda- con esto se añaden los nuevos acentos, que
mentos de un edificio (Símmaco emplea también son característicos del testimonio dado por la
el término áxQOYcoviaíoc; en el Sal 118, 22 en Iglesia.
vez de xeqpceXr] ycovíac,).
815 Sctiu.óviov 818
816 817

exactamente originada por los demonios como la par. Me 3, 22 par. Le 11, 14.15: curación de
A6 «posesión» que padece un enfermo mental (Pes
40a: Billerbeck IV/1, 524); la purificación (cf.
un poseso mudo; Mt 12, 25-30 par. Me 3, 23-
27 par. Le 11, 17-23: ¿en pacto con el diablo?;
Núm 19) se considera como exorcismo. Mt 8, 28-34 par. Me 5, 1-20 par. Le 8, 26-39:
La curación de los enfermos y de los posesos
curación de los posesos de Gádara o del pose-
consiste en la expulsión de los demonios de la en-
ftaifiovi^Ofiai daimonizomai estar poseí- el sustantivo baípLmv (Mt 8, 31). Son sinóni- fermedad (cf. Josefo, Bell VII, 185 y los testimo- so de Gérasa; Mt 15, 21-28 par. Me 7, 24-30:
do (por un demonio) mos, entre otros: nvev\ia (especialmente, nios en Billerbeck IV/1, 514-517, 524, 532-535); curación de la hija de la mujer sirofenicia; Mt
->• óai^óvtov 7. los ángeles son considerados como maestros del 17, 14-21 par. Me 9, 14-29 par. Le 9, 37-43a:
nvev\ia áxáftcxoTov, nvev\ia JTOVT|QÓV) y
arte de curar (Jub 10, 10-13), y a Dios mismo se curación de un muchacho poseso). La compa-
áYYeX,og (xov bia^ólov). Compárense tam- le considera como quien capacitó a Salomón para
S a i f l ó v i o v , o v , TÓ daimonion demonio* ración dentro de un texto (Me 7, 25.30; Le 10,
bién los términos ->• otQXTí> ->• owcifiíg y ->• el ejercicio del exorcismo (Josefo, Ant VIII, 42,
6aí(j,(ov, ovog, ó daimón demonio* 17.20 y passim) y entre los Sinópticos (Me 1,
e^ovaía. 45). Son también impuros los gentiles (cf. ya Dt 23.26 par. Le 4, 33.35; Mt 8, 28.31 par. Me 5,
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Antece- 14, 21; Ez 4, 13), y además sus dioses son demo-
2 par. Le 8, 27; Me 5, 8.9 par. Le 8, 29.30; Mt
dentes en el AT y en el judaismo - 3. Sai|xóviov en los 2. Aunque Israel atribuyó originalmente a nios (Bar 4, 7; Henoc [et] 19, 1; 99, 7; Jub 1, 11;
Sinópticos y Hechos - 4. óaijióviov en el Corpus Pau- 11, 4; TestJud 23, ls; TestNef 3, 3 y passim); la 10, 1 par. Me 6, 7 par. Le 9, 1; Me 9, 20 par.
Yahvé el bien y el mal (cf. Is 45, 7; Am 3, 6) y vio
linum - 5. Sauíóviov en los escritos joánicos - 6. impureza gentílico-demoníaca se borra mediante Le 9, 42) indica que Satfxóviov se emplea en
en los poderes de Dios para dañar mensajeros de
SCUUOTIOV en las Cartas católicas (exceptuadas las castigo y de tentación (cf. 1 Sam 16, 14-23; 2 el bautismo de prosélitos (cf. Billerbeck I, 102- lugar de jtv£0(xa y frecuentísimamente en lu-
tres Cartas de Juan) - 7. óaiuovítonai - 8. 8ai- 112). Puesto que a los espíritus inmundos se los gar de Jtveü[xa áxáftaoTOV (especialmente
Hoviróóng - 9. Resumen. Sam 24, 15s; 1 Re 22, 22; Job 2, 1-7), sin embar-
go el encuentro con el sincretismo iranio-caldeo localiza en los elementos, la expulsión y defensa por parte de Lucas).
Bibl: W. M. Alexander, Demonio Posession in the durante el destierro babilónico condujo a una ex- contra lo mismos se efectúa de manera mágica y
homeopática con el fuego y el humo, con líquidos Es indiscutible que el Jesús histórico actuó
NT. Its Historical, Medical and Theological Aspeéis, tensa recepción del dualismo común de los tiem-
Grand Rapids 1980; H. Bietenhard, Demonio, demoní- pos antiguos por parte del judaismo bíblico y pos- (agua, sangre, vino, aceite, saliva), con aire y di- como médico y exorcista itinerante. Lo mis-
aco: DTNT II, 14-19; Billerbeck IV, 501-535 (demo- bíblico. Los ángeles (-> áyyeXot;) aparecen como versas sustancias sólidas (tierra, piedras precio- mo que sus contemporáneos, él atribuía a de-
nología); O. Bócher, Damonen IV), en TRE VIII, 279- poderes espirituales que prestan auxilio, mientras sas, cenizas, sal y otras) y también mediante la monios las enfermedades del cuerpo y de la
286; Id., Damonenfurcht und Damonenabwerhr poderosa palabra del médico y del exorcista (tes- mente (cf. Mt 12, 43-45 par. Le 11, 24-26;
que los demonios son poderes diabólicos dañinos.
(BWANT 90), Stuttgart 1970; Id., Christus Exorcista timonios en Bócher, Damonenfurcht, 161-316).
(BWANT 96), Stuttgart 1972; M. Dibelius, Die Geis- Es verdad que Dios sigue siendo el Creador y el 6ai|ióvtov que era mudo: Le 11, 14; Jtveíj^a
terwelt im Glauben des Paulas, Gottingen 1909; O. Señor, incluso sobre Satanás y sus demonios (Job De Gen 6, 1-4 el judaismo postbíblico de los de la mudez: Me 9, 17.25; jrveüu.a áofteveí-
Everling, Die pin Angelologie und Dámonologie, Got- 1, 6; 2, 1; 1QM 13, lOs; cf. 1QS 3, 25), pero este primeros tiempos dedujo que los demonios habí- ac,: Le 13, 11; cf. Le 8, 2). La curación con-
tingen 1909; W. Foerster, 8aí|XOv xzl., en ThWNT II, hecho va perdiendo cada vez más importancia pa- an surgido por las relaciones sexuales de los án- siste, por tanto, en la expulsión (exftak'kzw)
1-21; J. Maier, Geister (Damonen) [Israel: Frühes ra la piedad popular; frente a la esfera pura de geles estelares con las hijas de los hombres o que
del ócxuAÓviov (Mt 9, 33; Me 7, 26; Le 11, 14)
und hellenistisches Judentum; Talmudisches Juden- Dios y de sus ángeles se halla, casi en pie de se identificaban con los mismos ángeles estelares
tum], en RAC IX, 579-585, 626-640, 668-688; B. No- igualdad, la esfera impura del diablo y de sus de- derribados por Dios a la tierra (Hen [et] 6-11; 15, o de los 5auxóvicc (Mt 7, 22; 9, 34; 10, 8; 12,
ack, Satanás und Sotena. Untersuchungen zur ntl. monios. 3-12: 18, 13-16: 19, ls; 86-88; Jub 5, 1-10; 10, 5- 24.27.28; Me 1, 34.39; 3, 15.22; 6, 13; 9, 38;
Dámonologie, Kopenhagen 1948; B. Reicke, The Dis- 11; TestRub 5, 5-7; TestNef 3, 5; Filón, Gig 6- 16, 9.17; Le 9, 49; 11, 15.18.19.20; 13, 32).
obedient Spirits and Christian Baptism (ASNU 13), Los demonios son por excelencia los que da-
18). El judaismo rabínico explicaba la existencia Con los métodos exorcísticos de la medici-
Uppsala-Copenhagen 1946; H. Ringgren, Geister, Da- ñan y llevan a la perdición (Hen [et] 15, lis; Jub de los demonios por las relaciones sexuales de
monen, Engel II. Im AT, Judentum und NT, en RGG II,10, 5). Se los llama «espíritus inmundos» (Jub na antigua (cf. Mt 12, 27 par. Le 11, 19) Jesús
Adán con espíritus femeninos y por las relaciones
1301-1303; H. Schlier, Machte und Gewalten im 10, 1; TestBen 5, 2; testimonios rabínicos en Bi- cura dolencias del cuerpo como la ceguera
Neuen Testament, Freiburg i. Br. 31963; R. Schnacken- llerbeck IV/1, 503s). Sobre todo en el ámbito se- sexuales de Eva con espíritus masculinos (GénR
20 [14a] con par.; Erub 18b: Billerbeck IV/1, (Le 7, 21; Mt 12, 22-24; Me 10, 46-52 par.),
burg, Damon II. In der Schrift, en LThK III, 141s; E. xual, los demonios ponen en peligro y hacen im- la mudez (Me 9, 14-29 par.; Mt 9, 32.33 par.
Schweizer, Geister (Damonen) [NT], en RAC IX, puros a los seres humanos, de tal manera que hay 505-507). La antigua escatología judía espera que
688-700. Para más bibliografía, cf. ThWNT X 1034- al fin de los tiempos se va a despojar de su poder Le 11, 14), la parálisis (Me 2, 1-12 par.; Le
que recurrir a la adopción de contramedidas apo-
1036. al diablo y a sus demonios (1QS 3, 24s; 4, 20-22: 13, 10-17), la lepra (1, 40-45 par.; Le 17, 11-
tropaicas y catárticas (cf. ya Lev 12, 15; luego,
1QH 3, 18; 1QM 1, lOs; 7, 6; 12, 7s). 19) y la fiebre (Me 1, 29-31 par.), y también
entre otros, Tob 3, 7s; 8, 1-3: TestRub 2, 8s; 3, 3;
1QM 7, 5s). Obra suya son las enfermedades del enfermedades mentales y del cerebro (Me 1,
1. En el NT 5aitióviov aparece un total de 3. Los numerosos testimonios de los evan- 23-28 par. Le 4, 33-37; Me 5, 1-20 par.; 7, 24-
cuerpo y de la mente (cf. ya Sal 91, 5s; luego, en-
63 veces. La gran mayoría de las referencias tre otros, VitProph 16, 38-42 y bRH 28a y los tes- gelios sinópticos sobre el 5ai¡xóviov se en- 30 par.; 9, 14-29 par.). Las expulsiones de de-
(53) se encuentran en los evangelios: Mateo timonios que pueden verse en Billerbeck II, 529 y cuentran en su inmensa mayoría en los relatos monios y las curaciones de enfermedades son
(11), Marcos (13), Lucas (23), Juan (6). Las IV/1, 504s, 524-526, 532s) y principalmente la acerca de las curaciones milagrosas obradas cosa idéntica para el hombre de la cultura an-
otras 10 referencias se distribuyen entre He- muerte (Jub 10, ls; 49, 2; cf. Sab 1, 14 y los tes- por Jesús (Me 1, 23-28 par. Le 4, 33-37: cura- tigua (Me 1, 32-34 par.; Me 3, 10-12 par. Le
chos (1), 1 Corintios (4), 1 Timoteo (1), San- timonios que pueden verse en Billerbeck I, 144- ción del poseso en la sinagoga; Mt 8, 16 par. 6, 18s). A pesar de una resistencia inicial (Me
149); el contacto con cadáveres y carroña hace
tiago (1) y Apocalipsis (3). En una ocasión, Me 1, 32-34 par. Le 4, 40.41: curaciones en la 1, 24 par. Le 4, 34; Me 5, 7 par.; 9, 20.26 par.
«impuros» (cf. Lev 21, 1-4: Núm 6, 6-12; 19, 11-
en vez de 8aiu.óviov (forma sustantivada 16; Par 8, 4; Billerbeck I, 491s). Además, la im- noche; Me 1, 39: actividad durante los viajes Le 9, 42), los demonios tienen que ceder ante
neutra del adjetivo 8cuu.óviog) encontramos pureza por el contacto con el muerto se halla tan por Galilea; Mt 9, 32-34 par. Mt 12, 22-24 quien es más fuerte que ellos.
819 5aiu,óviov 820 821 óaiitóviov 822

En su respuesta al Bautista (Mt 11, 4-6 par. Del poseso se dice que «tiene» un oatu.ó- 5iá(3oX.05 y a sus ángeles (Mt 25, 41; cf. Ap (Hech 5, 16; 8, 7; 19, 12). La muchacha esclava
Le 7, 22s), Jesús interpreta sus curaciones de viov (Le 4, 33; Mt 11, 18 par. Le 7, 33, del 19, 20; 20, 10.14; -• yéevva). Todos los po- de Filipos tiene un irvefiíia jtíidcov (Hech 16,
enfermedades como el cumplimiento de vati- Bautista; cf., de Jesús, en Jn 7, 20; 8, 48.49. deres del cielo y de la tierra están sometidos 16), que con gritos (cf. 8, 7) identifica a Pablo y a
cinios proféticos (cf. Is 29, 18s; 35, 5s; 61, 52; 10, 20) o varios 5ouu.óvia (Le 8, 27). Los al Resucitado (Mt 28, 18). Mientras que Ma- sus acompañantes (Hech 16, 17s; cf. Me 1, 24.34.
1). Las esperanzas de la escatología del ju- demonios entran en su víctima (elaéQxeo"írcu, par. Le 4, 34.41) y que es expulsado por Pablo
teo suprime la perícopa del exorcista extraño
«en el nombre de Jesucristo» (Hech 16, 18). En
daismo antiguo se realizan en la victoria de Le 8, 30; Me 5, 12.13 par. Le 8, 32.33) y (cf. Me 9, 38-41 par. Le 9, 49s), incluye entre otros pasajes vemos también que los discípulos
Jesús sobre los demonios (Me 3, 27 par.; cf. vuelven a salir de ella (e^éQxeo'Oai), obede- los condenados (Mt 7, 22s) a los exorcistas, si de Jesús hacen exorcismos y curan en el nombre
Le 13, 32). Si Jesús expulsa los demonios en ciendo a la palabra poderosa del exorcista es que no han cumplido la voluntad de Dios de Jesús (Hech 3, 6.16; 4, 7.10.30), mientras que
el Espíritu de Dios (Mt 12, 28a) o con el de- (Me 1, 26 par. Le 4, 35; Le 4, 41; 8, 2; Mt 8, (Mt 7, 21). tal éxito se niega a los siete hijos de Esceva
do de Dios (Le 11, 20a), entonces ha llegado 32 par. Me 5, 13 par. Le 8, 33; Le 8, 35.38; (Hech 19, 13-17). Un demonio al servicio de
la P a o d e í a de Dios (Mt 12, 28b par. Le 11, Me 7, 29.30; Mt 17, 18; Le 11, 14). Es bien visible la tendencia de Mateo a desligar Dios es el áyyzloc, KVQÍOV que castiga a Here-
a Jesús de la categoría de los exorcistas habitua- des haciendo que sea comido por gusanos y mue-
20b). Precisamente por eso Jesús se defiende A los demonios se los concibe enteramente ra (Hech 12, 23).
les. Mateo suprime perícopas demonísticas (Me
tan enérgicamente contra la acusación de que como seres personales: conocen secretos como I, 23-28 par.; 9, 38-41 par.) y enunciados demo-
él expulsa los demonios con ayuda de BeeX- la identidad de Jesús, saben cuál es su propio nísticos (Mt 8, 16.29; 9, 2; 17, 18). Elimina a los 4. Pablo mismo usa el término 6cuu.óviov
^e(3oi3X, príncipe de los demonios (Me 3, 22 destino, hacen preguntas y dan respuestas, y demonios de la totalidad de algunos relatos de cu- tan sólo en un pasaje, pero lo emplea en él 4
par.). Quien interprete tan torcidamente el pueden ser reducidos al silencio (Me 1, 24.34 ración (Mt 8, 28-34: 15, 29-31; 17, 14-21) y tras- veces: 1 Cor 10, 20.21. No sólo el gentil que
JT.V8UU.OC de Jesús, comete pecado contra el par. Le 4, 34.41; Me 3, 11; 5, 7 par.; cf. Sant 2, forma historias de exorcismos en relatos genera-
ofrece sacrificios a los oauióvia (1 Cor 10,
Espíritu Santo, un pecado que es imperdo- 19). El grito de los posesos se considera como les de curación (Mt 4, 23b; 8, 16; 12, 15.22; 15,
22.25.28.29-31). Jesús sigue apareciendo como el 20), es decir, a sus dioses (cf. Dt 32, 17), sino
nable. el grito de los demonios (cf. Me 1, 23 par. Le también el cristiano que participa en banque-
que destierra a los demonios. Pero, los exorcis-
Por otro lado, Jesús reconoce la legitimidad 4,33; Me 3,11; 5, 5; 5,7 par.; Me 9,26 par. Le mos, no los realiza él ya con el dedo de Dios (Le tes cultuales paganos, se entrega a la esfera
de los exorcistas judíos (Mt 12, 27 par. Le 11, 9, 39; Le 4, 41). Los movimientos, las convul- II, 20; cf. Ex 8, 15), sino en el Espíritu de Dios de los OCULIÓVICC, es decir, a los dioses de los
19); llega incluso a tolerar que un extraño ex- siones, los estremecimientos, etc., de los enfer- (Mt 12, 28); no con aceite o con saliva, sino gentiles (1 Cor 10, 21). Las comunidades pau-
pulse demonios «en el nombre de Jesús» (Me mos se atribuyen a la acción directa de los de- kóvcp, con la palabra (Mt 8, 16; cf. Me 1, 34b par. linas interpretaron las falsas doctrinas como
9, 38-40 par. Le 9, 49s; pero cf. Mt 7, 22). monios (Me 1, 26 par. Le 4, 35; Le 8, 29; Me Le 4, 41a). En la cristología postpascual, la bata- una manifestación escatológica de poder por
Con tanta mayor razón, el cristianismo primi- 9, 18.20 par. Le 9, 39.42). lla entre el Jesús histórico y los diversos demo-
parte de los espíritus de seducción y de los
nios de la enfermedad se consideró como la vic-
tivo puede atribuir sus exorcismos de cura- A los demonios les gusta juntarse en «gru- toria del Exaltado sobre los demonios en general. demonios (1 Tim 4, 1).
ción a la facultad concedida por Jesús a sus pos de siete» espíritus malignos (Le 8, 2; Mt De esta manera, el temor a los demonios y el in-
discípulos para expulsar demonios (Mt 10, 1 12, 45 par. Le 11, 26; Me 16, 9) e incluso en terés por el hechizo antidemoníaco pierden im- Los demonios de las creencias populares judías
par. Me 3, 15 par. Me 6, 7 par. Le 9, 1; Mt 10, mayor número (Me 5, 9, noXkoi; Le 8, 30, portancia. son los áyYE^oi contra cuya concupiscencia (cf.
8 par. Le 9, 2; Me 6, 13; Le 10, 17.20; cf. Me SCULIÓVICC nolXa), y se presentan incluso co- Gen 6, 2) hace Pablo que las mujeres cubran su ca-
16, 17). A diferencia de Jesús, los discípulos mo «legión», organizados como quien dice a Hechos emplea una sola vez el término beza con una tróvala (1 Cor 11, 10). Un aYYeXog
oaiiióviov: los atenienses que escuchan a de Satanás atormenta con una enfermedad a Pablo
tienen que contar también con el fracaso de la manera militar (Me 5, 9 par. Le 8, 30; Me
Pablo, creen ver en él a un xaxayyelevg de (2 Cor 12, 7). Satanás mismo destruirá a quien vi-
sus exorcismos (Mt 17, 16 par. Me 9, 18 par. 5, 15), y -> Beel^e^ovX es considerado co- ve en incesto (1 Cor 5, 5; cf. 1 Tim 1, 20). Aunque
Le 9, 40); el fallo en el ejercicio de su autori- mo príncipe y caudillo de los demonios (Mt extraños 5cau.óvt,c< (Hech 17, 18). Aquí óca- los demonios siguen ejerciendo su obra de seduc-
dad se explica por su poca fe (Mt 17, 20) y 12, 24 par. Me 3, 22 par. Le 11, 15; cf. Mt 9, tióviov, al parecer sin connotaciones negati- ción (Ef 2, 2) y deben seguir siendo combatidos
por su deficiente oración (Me 9, 29). 34), como poderoso en la |3aoiX,eía de Sata- vas (cf., no obstante, 1 Cor 10, 20s), se refie- por los cristianos (Ef 6, 12), el temor a los demo-
nás (Mt 12, 26 par. Le 11, 18). La demonogo- re a la deidad (pagana) (cf., a propósito de nios desaparece por la confianza en el amor de
Sócrates, Platón, Ap 24b; Jenofonte, Mem I, Dios en Cristo Jesús (Rom 8, 38s). El amor es un
No cabe duda: la demonología presupuesta por nía del judaismo antiguo, con la caída de los
1, 1); cuando Pablo llama a los atenienses camino que lleva más allá del exorcismo de cura-
Jesús y por los Sinópticos es la del judaismo an- ángeles y la caída de las estrellas (según Gen ción y del hablar en lenguas (1 Cor 12, 30-14, 1).
tiguo. El sumario demonológico de Mt 12, 43-45 6, 1-4: -> 2) se refleja en Le 10, 18); el tema oeíoiSaiiiovéoteQoi, está alabando su reli- Ya desde ahora Dios ha despojado radicalmente de
par. Le 11, 24-26 (Q) podría proceder de Jesús popular del demonio embaucado lo encontra- giosidad (Hech 17, 22; cf. Hech 25, 19, oei- su poder a los demonios por medio de la muerte, la
mismo: para curar al enfermo, el exorcista expul- mos en Mt 8, 30-32 par. Me 5, 11-13 par. Le caócuLiovíci = religión). resurrección y la exaltación de Jesucristo y los'ha
sa al «espíritu inmundo», quien busca una nueva 8, 32s. sometido al poder del Hijo (1 Cor 15, 24-28- Flp 2
morada en un lugar desierto (entre las ruinas o en Por el contrario, en los Hechos de Lucas (a di- 9s; Col 2, 10.15; cf. Ef 1, 20-22; 4, 8-10; Heb 2,
Es comúji a los evangelios sinópticos la
el yermo). En la primera ocasión que se le ofrece, ferencia del evangelio de Lucas), a los espíritus 8.14). El bautismo hace partícipes del señorío de
el demonio regresa con otros siete espíritus ma- confesión de fe en la victoria escatológica de Jesús sobre los demonios (Col 2, 10-15: cf. Rom 6,
dañinos se los llama Jtveú Liara o Jíveijiiaxa
lignos y toma de nuevo posesión de la persona Jesucristo sobre el mundo de los demonios. El 3-11); los cristianos se sentarán algún día a juzgar
axaOaQTa o nveijiiaTa jTovngá. Las curacio-
que no ha adoptado medidas apotropaicas de pro- que más claramente lo expresa es Mateo: el nes de enfermedades y las expulsiones de demo- a los «ángeles», es decir, a los demonios (1 Cor
tección (lustraciones, ascética). fuego eterno es el destino que aguarda al -> nios siguen estando íntimamente relacionadas 6, 3).
823 5ai|j.óviov 824 825 6cau,óviov - há-xxvkoc, 826

5. En el evangelio de Juan los judíos acu- logía judía. La caída de los ángeles y de las estre-
8. 8ainoviri)8fis demoníaco* aparece úni- ftaífitov, o v o ? , ó daimón demonio, espíri-
san constantemente a Jesús de tener un llas (cf. Gen 6, 1-4; Hen [et]; Jub; -> 2) traen los
demonios a la tierra (Ap 8, 10; 9, 1; 12, 4.9). El camente en Sant 3, 15. En él la «sabiduría» tu maligno
5ai[tóviov, es decir, de estar poseído (Jn 7, (ooepía) de los destinatarios, evidentemente
dragón, que según Ap 12, 9 se identifica con la ->• OCClfiÓVlOV.
20; 8, 48.52; 10, 20); Jn 10, 20 explica lo de una herejía de tipo gnóstico, es atribuida a
serpiente, el diablo y Satanás, es juntamente con
5ai[xóvi,ov EXEIV mediante el verbo \iaívs- sus ángeles el antagonista de Miguel y de sus án- origen demoníaco. La falsa doctrina es consi-
o"flm, «haber perdido el juicio». Jesús recha- geles (Ap 12, 7-9). El lugar de castigo de los de- derada como obra del diablo (cf. 1 Tim 4, 1; 1 oáxVG) daknó morder*
za esta acusación (Jn 8, 49). Parte de sus monios cautivos es el ápuoooc, (Ap 9, 1; 20, 1); Pe 5, 8; 1 Jn 4, 1-6 y passim). Gal 5, 15: «Pero si os mordéis y devoráis
oyentes no admiten tampoco que a Jesús se le el príncipe de los demonios es Abadón-Apolión ( x a t e a ^ í e t e ) unos a otros...».
considere como un 5aiux>vií¡ó|¿evos, porque (Ap 9, 11). Figuras demoníacas son, entre otras, 9. En lo que respecta a sus ideas sobre los de-
un 5aiuóviov no es capaz de abrir los ojos de los jinetes apocalípticos (Ap 6, 1-8), que proba- monios, todos los estratos del NT concuerdan en
blemente deben interpretarse como seres que tra- adoptar las estructuras de la demonología del ju- SáxQVOV, ov, t ó dakryon lágrima*
los ciegos (Jn 10, 21). Aunque la polémica ju-
en guerra, revolución, hambre y pestilencia, y las daismo antiguo. Frente a Dios y a sus ángeles se En Le 7, 38.44, dícese de las lágrimas de la
día -sobre todo en Jn 7, 2 0 - suena como una langostas pertrechadas para la guerra (Ap 9, 1- halla una gran multitud de demonios, acaudilla- mujer pecadora. \iexá 8axQÍ)cov, «con lágri-
invectiva ya gastada, sin embargo el evange- 11). Juntamente con el diablo, los demonios aca- dos por el diablo (-> 5iá(3oA.og) y organizados
lista quiere dejar en claro que los judíos re- barán también algún día en el fuego eterno (Ap mas» (Hech 20, 19.31; Heb 5, 7; 12, 17; Me
por él -como quien dice- a la manera de un ejér-
chazan a Jesús por considerarle un falso ma- 19, 20; 20, 10.14; -> YÉevva). cito. Ellos son los que originan las enfermedades 9, 24 v.L, cf. 6ict noXk&y ÓCCXQÚCJOV (2 Cor 2,
estro; sospechan que el Jtvsüu.a de Jesús es (Sinópticos, Hechos, Pablo). Y se los identifica 4); «recordando tus lágrimas» (2 Tim 1, 4).
de origen diabólico (cf. Me 3, 22-30 par.; 1 Jn 6. Lo mismo que el Apocalipsis, las Cartas con los dioses paganos (Pablo, Apocalipsis) y con Ap 7, 17 y 21, 4: «Dios enjugará toda lágrima
los fantasmas que habitan en las ruinas y lugares de los ojos de ellos (cf. Is 25, 8).
4, 1-3). católicas reflejan el antiguo tema mitológico desiertos (Apocalipsis). Los demonios se origina-
judío (según Gen 6, 1-4) de la caída y cauti- ron por la trasgresión cometida por seres celestia-
Según la Carta primera de Juan, los seguidores verio de los ángeles desobedientes (1 Pe 3, les y por su ulterior castigo según Gen 6, 1-4 (Lu-
de Jesús están amenazados por poderes demo- 5aXQlí)(fl dakryó llorar*
19; 2 Pe 2, 4; Jds 6). Los 5aiu.óvia siguen co- cas, Pablo, Apocalipsis, Cartas católicas). La
níacos, cuya labor consiste en enseñar una falsa falsa doctrina se considera como obra de poderes En Jn 11, 35 dícese de Jesús, quien después
doctrina, sobre todo en materia de cristología (1 nociendo a Dios y tiemblan ante él (Sant 2, de la muerte de Lázaro prorrumpió en lágri-
demoníacos y, por tanto, como señal del fin de los
Jn 4, 1-3). Frente al espíritu de seducción (1 Jn 4, 19); por la resurrección y ascensión de Jesu- tiempos (Carta primera a Timoteo, Carta primera mas (ibáxQVOtv).
6) y del Anticristo (1 Jn 4, 3) se halla el Espíritu cristo, los poderes espirituales buenos y ma- de Juan; cf. Sant 3, 15).
de la verdad (1 Jn 4, 6). Hay que examinar con los han quedado sometidos al Exaltado (1 Pe Pero Jesús, que ya durante su vida terrenal ven-
desconfianza los jtVEi>u.cu;a (1 Jn 4, 1). La falsa 3, 21s; cf. Ef 1, 20s). OOtXTÚXlO?, OV, Ó daktylios anillo, anillo
ció a los demonios -como exorcista con éxito- y
doctrina, procedente de los demonios, pone en
trasmitió a los suyos esta facultad, se convirtió de sello*
peligro la pureza de la comunidad (1 Jn 5, 21; cf. por su muerte, resurrección y exaltación en el Se-
1QS 4, 5). 7. 5ai|ioví^Ofiai estar poseído por un de- Le 15, 22: «¡Poned un anillo en su mano!»
ñor sobre el diablo y sobre todos los poderes de- (refiriéndose a la mano del hijo que había re-
monio* aparece 13 veces en el NT, pero sólo moníacos (Sinópticos, especialmente Mateo; Pa-
El Apocalipsis llama 5ccift,óvia a los dioses en los cuatro evangelios (7 veces en Mateo, 4 blo, Apocalipsis, Cartas católicas). Es verdad que gresado). El hapax legomenon del NT aparece
paganos (Ap 9, 20) e identifica a Zeus con Sa- en Marcos, 1 vez en Lucas y 1 vez en Juan) y actualmente al diablo, a la muerte y a los demás también (además de en la LXX) en 1 Clem
tanás (Ap 2, 13). De las bocas de la tríada dia- significa un estado de enfermedad atribuido a demonios se les permite hacer sentir su furor, pe- 43, 2.
bólica (Ap 12s; 16, 13; 20,10), a saber, de Sa- la inhabitación de un demonio («posesión»). ro todos ellos han sido desposeídos ya de su po-
der (Pablo) y han sido condenados a la muerte de
tanás, del Anticristo y de la propaganda del Por Jn 10, 21 (donde se habla de Jesús) vemos fuego (Mateo, Apocalipsis). El bautismo hace báxxv'koq, OV, ó daktylos dedo*
culto imperial en las provincias romanas, bro- que 5aiux)vü;eo"um significa lo mismo que partícipes a los cristianos de la victoria de Jesús
tan tres espíritus inmundos en forma de ranas Scuu.óvi,ov exeiv (Jn 10, 20). En Mt 15, 22, lo sobre los demonios (Pablo). El demonismo como 1. Aparición del término en el NT - 2. Estudio exe-
(Ap 16, 13). Son nyzv\iaxa óaifxovícov, que tal está superado allá donde las prescripciones so- gético sobre el empleo del término - 3. «El dedo de
de xaxc&g bav\ioyvt,txa\, debe traducirse: Dios» en Le 11, 20.
seducen a los reyes de la tierra para que vayan «ella es atormentada por un demonio». En to- bre la pureza han sido relativizadas (Me 7, 1-23
a la guerra escatológica (Ap 16, 14; cf. Hen par.; Ap 10, 15; Rom 14, 14.20; 1 Tim 4, 4; Tit 1, Bibl: K. GroB, Finger, en RAC VII, 909-946; I.
dos los demás pasajes encontramos única- 15; Heb 9, 13s) y las enfermedades no se atribu- Low, Die Finger in Literatur und Folklore der Juden,
[et] 56, 5s). Después de la derrota y la des- mente el participio de presente óai|iovií¡ó- yen ya a la acción de los demonios (Jn 9, 1-3; Gal en M. Brann-F. Rosenthal (eds.), Gedenkbuch zur
trucción de «Babilonia» = Roma, los Scu- Hevog (Mt 4, 24; 8, 16.28.33; 9, 32; 12, 22; 4, 13s). Pablo (1 Cor 12, 30-14, 1) y Mateo (Mt Erinnerung an D. Kaufmünn, Breslau 1900, 61-85. Pa-
fióvicc y los espíritus inmundos habitarán en 7, 22s) sitúan el amor y la obediencia por encima ra más bibliografía, cf. ThWNT X, 1036.
Me 1, 32; 5, 15.16; Jn 20, 21) o el participio
lugares en ruinas (Ap 18, 2). Creencias popu- del éxito del exorcista.
de aoristo Sai^oviodeíg (Me 5,18; Le 8, 36), 1. En el NT, el sustantivo se halla documenta-
lares judías se asocian con las esperanzas de do únicamente en los evangelios y aparece un to-
pero siempre con la misma significación: O. Bocher
una apocalíptica cristiana antirromana. tal de 8 veces: Mt 23, 4b par. Le 11, 46c; Me 7,
poseso. Sobre la atribución de las enfermeda-
33; Le 11, 20; 16, 24; Jn 8, 6 (Koiné D y otros);
Innumerables enunciados del Apocalipsis se des del cuerpo y de la mente a los demonios oai|ioviri)5»]g, 2 daimoniódes demoníaco 20, 25.27. De SCCXTUXOC; se deriva -*• Sowrú^iog,
entienden únicamente en el marco de la demono- ->3. ->• SaqAÓviov 8. «anillo» (Le 15, 22).
827 bámvXoc, - AaX.navovrM 828 829 AaXpiaTÍa - Saví^co 830

2. En Mt 23, 4, Jesús dice en sú «discurso» se indica en el v. 6b vuelve a indicarse en el v. A c d p a t í a , ag, x\ Dalmatia Dalmacia* relación con Pablo (la vocación de Pablo) en
(23, 1-36) contra los escribas y fariseos: 8 (después de la respuesta de Jesús en el v. Nombre de una provincia romana, la parte Gal 1, 17; 2 Cor 11, 32; Hech 9, 2.3.8.10.
«Atan cargas pesadas que ponen sobre las es- 7a), hay que dar a ese gesto una interpretación meridional de Iliria, que fue dividida después 19.22. 27; 22, 5.6.10.11; 26, 12.20. Para la
paldas de los demás, pero ellos no están dis- distinta y más importante. Entre las interpre- de la rebelión dalmático-panónica de los si- historia de la ciudad, consúltese RGG II, 22-
puestos a moverlas ni con su dedo (ico 8ax- taciones dadas hasta ahora (cf., a propósito, glos IX-VI a.C. Comprendía el territorio cos- 24; Haag, Diccionario, 432s; BRL 54s. Sobre
xv'kíü atitcóv)». El paralelo de Le 11, 46 hace R. Schnackenburg, El evangelio según san tero de la orilla este del mar Adriático. Según Hech 9 cf. W. Prentice: ZNW 46 (1955) 250-
la correspondiente acusación mediante un Juan II, 229s), la antigua explicación que se 2 Tim 4, 10, Tito viajó a Dalmacia. Pauly- 255: G. Lohfink, Paulus vor Damaskus (SBS
«¡ay!» pronunciado sobre los maestros de la relaciona con Jer 17, 13 LXX (Ambrosio, Wissowa Suppl. VIII, 21-59; LAW 686. 4), Stuttgart 1965; D. Gilí: Bib 55 (1974)
ley: «Cargáis a los hombres con cargas difíci- Agustín, Jerónimo), tiene la mayor probabili- 546-548; O. H. Steck: ZNW 67 (1976) 20-28.
les de llevar, pero vosotros ni siquiera tocáis dad: Jesús «remite a los demandantes... al jui- - S. Sabugal, Análisis exegético sobre la con-
las cargas con uno de vuestros dedos (evi tcov cio de Dios, ante quien todos los hombres son ftafta^w damazo dominar, domar* versión de san Pablo, Barcelona 1976, refiere
banxvkwv i)u.O)v)». El «¡ay!» lucano debe de pecadores. Dios podría escribirlos a todos en Me 5, 4: «Nadie era capaz de dominarle» a Qumrán lo de «Damasco» en la conversión
ser la forma original, pero no en cuanto a la el polvo» (ibid., 230). (al poseso). En Sant 3, 7 (bis) dícese de la do- de Pablo; cf. un comentario crítico en C. Ber-
expresión évi x(bv 5axTÚX.ü)v, sobrecargada ma o domesticación de los animales por los nas: CBQ 39 (1977) 157s; W. Wiefel: ThLZ
por Lucas (Schulz, Q, 106s). Para Mateo, la 3. Según Le 11, 20, Jesús dice en las pala- hombres; el v. 8 añade (empleando 6a[xá^co 103 (1978) 185-188.
sentencia era apropiada para ofrecer un ejem- bras con que se defiende (vv. 17-23): «Pero si en sentido figurado): «Pero nadie es capaz de G. Schneider
plo (tomado de otro contexto) de la afirma- yo con el dedo de Dios (év oaxTÚX,(ü fteoii) domar la lengua».
ción formulada en 23, 3. En consecuencia, 23, echo fuera los demonios, entonces el reino de
4 asienta hasta qué punto Jesús exige que se Dios ha llegado (-> qp'&áva)) a vosotros». El 8aveíí¡G) daneizó prestar dinero
observen las enseñanzas de los expertos en la logion procede de la fuente Q, como muestra Sáfiodig, ea>$, v\ damalis becerra* Forma alternativa de -> óaví^oo. BlaB-De-
ley, pero nadie debe regirse por lo que ellos el paralelo Mt 12, 28; claro que en este caso Heb 9, 13: «la ceniza de la becerra que sir- brunner § 23.
hacen. El «¡ay!» lucano acusa a los escribas encontramos EV Jtvei3[xaxi deoC. Esta última ve para la aspersión» (cf. Núm 19; Josefo, Ant
de querer imponer a otros «cargas» de la ley, expresión es secundaria y procede segura- IV, 80; además, Bern 8, 1).
mente de Mateo; cf. Hahn, Hoheitstitel, 298- 8áveiOV, OV, TÓ daneion préstamo
«apenas soportables» (cf. Hech 15, 10), que
300; cf., además, R. G. Hamerton-Kelly: NTS -> oaví^ü).
ellos no están dispuestos a mover ni con un AáfiaQi?, 1805 Damaris Dámaris*
solo dedo. 11 (1964-1965) 167-169 (quien cree que
iwzv\iax\, es la lectura original); Th. Lorenz- Nombre de una mujer que, según Hech 17,
34, se unió a Pablo, en Atenas, y que junta- Saveíatrjg, ov, ó daneistés prestamista,
Me 7, 33 refiere que Jesús «puso sus dedos meier en: FS Braun, 289-304; E. GraBer:
ZNW 65 (1974) 3-26: G. Schneider, Lukas II mente con Dionisio se hizo creyente. acreedor
en los oídos» del sordomudo. De esta manera
(ÓTK), sub loco. El logion, considerado en sí -> 6aví^oo.
se expresa mediante una acción simbólica lo
que realiza la orden dada por Jesús ->• mismo, dice que las expulsiones de demonios
realizadas por Jesús muestran que ha llegado Aa^aoxtivó?, 3 (ó) Damaskenos natu-
ecpcpccOoc (v. 34), cuando hace que el paciente óavi^O) danizo prestar, conceder un prés-
el reino de Dios (-> (3aaiX,8Ía 3). En el con- ral de Damasco, damasceno*
sea capaz de oír (v. 35, r|voÍYT]oav aíixoóJ aí tamo*
texto de estas palabras se afirma que el hecho En el NT, se emplea únicamente como sus-
áxoaí). - En Le 16, 24, el rico, que se halla óóvetov, ov, TÓ daneion préstamo, contra-
de que Jesús expulse demonios no tiene más tantivo en 2 Cor 11, 32: «la ciudad de los da-
en el Hades, invoca en medio de sus tormen- to de préstamo*
que una explicación. Y es la de que Jesús ac- mascenos».
tos a Abrahán y le pide que envíe a Lázaro 5aveirjtr|5, oí>, ó daneistés prestamista,
«para que moje la punta de su dedo (tó túa con el poder de Dios (cf. «dedo de Dios» acreedor*
otxQOV TOO óaxxvXov) en agua y refresque en Ex 8, 15 LXX; Sal 8, 4 LXX) y que por ese
Aafiaaxóg, ov Damaskos Damasco*
mi lengua». poder comienza a desmoronarse el poder del 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Mt 5, 42;
«anti-reino». Nombre de una antiquísima (siglo IV) e im- Le 6, 3 4 s - 3 . Mt 18, 27; Le 7, 41.
En Jn 20, 25, Tomás pone -entre otras- la portantísima ciudad situada en una fértil lla-
Bibl: L. Mitteis, Reichsrecht und Volksrecht in den
siguiente condición: «Si no... meto mi dedo G. Schneider nura al Sudeste del Antilíbano, junto a gran- ostlichen Provinzen des romischen Kaiserreichs, Leip-
en el agujero de los clavos, ... no creeré». Al des rutas de caravanas. Después de su zig 1891, 459ss; L. Schotroff, Gewaltverzicht und
cabo de ocho días, el Resucitado (no sin críti- AaXftavovdá Dalmanoutha Dalmanuta* conquista por los romanos (64 a.C.) y de su Feindesliebe in der urchristlichen Jesustradition, en
cas, v. 29) le concede esta posibilidad: «¡Me- incorporación a la liga de la Decápolis, Da- FS Conzelmann, 197-221; Th. Thalheim, en Pauly-
Nombre de una (supuesta) localidad situa- Wissowa IV/2 (1901), 2100-2101; W. C. van Unnik,
te aquí tu dedol» (v. 27). Jn 8, 6b refiere que da junto al lago de Genesaret (Me 8, 10). No masco quedó por algún tiempo en poder del Die fylotivierung des Feindesliebe in Lk VI 32-35:
Jesús «escribía con el dedo en la tierra», lo se conoce la derivación del nombre ni el em- rey nabateo Aretas IV (->• 'Arjétag). Damasco NovT 8 (1966) 284-300.
cual según el contexto inmediato (8, 3-5 [6a]. plazamiento del lugar. Dalman, Worte, 52s; tenía un gran porcentaje de población judía
7a) pudiera interpretarse como un gesto de M.-J. Lagrange, MarcA (EtB), 204s; R. Pesch, (Josefo, Bell II, 561; VII, 368). En el NT, a 1. Los tres términos de esta raíz son tecni-
perplejidad. Ahora bien, como el detalle que Markus I (HThK), 406s. Damasco se la menciona exclusivamente en cismos del sistema mercantil antiguo de prés-
831 8aví£o> - Aauío 832 833 AceuíS 834

tamo de dinero o de productos de la naturale- A a v i t j X Daniel Daniel* sinópticos y en Hechos, con 17 referencias en David y anuncian a un David redivivus (ls 11,
za (cf. Preisigke, Wó'rterbuch, s.v.). Aparecen Mateo, 7 en Marcos, 13 en Lucas y 11 en He- lss; Miq 5, lss; Os 3, 5; Jer 30, 9; Ez 34, 23s; 37,
Nombre de un «profeta» a quien se atribuye 24s; para el debate acerca de la autenticidad, cf.
únicamente en Mateo (5, 42; 18, 27) y en Lu- el Libro de Daniel. En Mt 24, 15 (par. Me 13, chos. Otras referencias: 2 en Juan, 3 en Ro-
los comentarios) o la reconstrucción del ruinoso
cas (6, 34.35 tres veces; 7, 41). 14 Koiné A A 0 ) , después de mencionarse la manos, 1 en 2 Timoteo, 2 en Hebreos y 3 en tabernáculo de David (Am 9, 1).
«abominación de la desolación», se inserta re- Apocalipsis. La apocalíptica calla acerca de David. Los ra-
2. La opinión muy difundida de que óaví^ü) daccionalmente: «de la que habló el profeta binos le describen como entendido en la Tora
en Mt 5, 42 es la forma original, que es modifi- Daniel» (cf. Dan 9, 27; 11.31; 12, 11 LXX). 2. David, el menor de los ocho hijos de Jesé, (Lohse, 482). Sus yerros se critican en parte, y se
cada por Lucas en Le 6, 30 (quien vuelve luego nació en Belén. Fue primeramente soldado regu- disculpan en parte. Como compositor de los sal-
Fuera del NT se menciona a Daniel en los es-
lar en el ejército de Saúl; luego, jefe de una tropa mos, estuvo inspirado por el Espíritu de Dios
a utilizarla en los vv. 34s, con dependencia de critos del cristianismo primitivo: 1 Clem 45, de guerrilleros y vasallo de los filisteos. Después (Billerbeck II, 132; IV/1, 445). Basándose en lo
Mt 5, 42) es una opinión discutible. La apari- 6; 2 Clem 6, 8; Bern 4, 5. de la muerte de Saúl, los judíos le ungieron rey, y que se dice en el Sal 16, 9s, se le cuenta algunas
ción de este término en el mismo contexto pero poco más tarde lo hicieron también las tribus del veces entre los varones de Dios que no vieron la
en distintos pasajes sugiere que 6avü¡ü) se ha- Norte, de tal manera que unió dos reinos en una corrupción (J. Jeremias, Heiligengraber in Jesu
S á v i o v , ov, TÓ danion préstamo unión personal. Hizo que sus mercenarios con- Umwelt, Góttingen 1958, 129); algunos hablan
llaba de alguna manera en la fuente Q. No se
Forma alternativa de -> Sóveiov. BlaG-De- quistaran Jerusalén, la ciudad de los jebuseos, y de su retorno (Billerbeck II, 335-339). Pero esta-
trata en este caso de la práctica, un tanto pro-
brunner § 23. la convirtió en el centro de todo Israel. Por medio ba más difundida la expectación de un «hijo de
blemática, de prestar a interés, sino que se hace de conquistas y de una inteligente política exte- David» (-> víós).
referencia a la acción de prestar como una con- rior, logró dominar un vasto territorio desde el
ducta que espera recibir a cambio lo mismo o 8 a v i a i l f | 5 , o ü , ó danistes prestamista, Eufrates hasta el «río de Egipto». Este amplio 4. En el NT David no desempeña un papel
mucho más (cf. Aristóteles, EthNic 1162b; so- acreedor reino era heterogéneo ética y religiosamente, de destacado. Se le considera como un varón de
bre el problema de la devolución del préstamo Forma alternativa de -> 5av8iotr|5. BlaB- tal manera que en vida ya de David se produjeron
insurrecciones. Después de la muerte de Salo- piedad ejemplar que halló gracia delante de
y de su remisión parcial, cf. Unnik, 393ss y Debrunner § 23.
món, el reino se desintegró. La legitimación teo- Dios (Le 1, 69; Hech 4, 25; 7, 46; 13, 22; Heb
Schottroff, 204ss). Como se dice en Eclo 29, lógica del reinado de David la proporcionó un 11, 32). A Belén, el lugar de su nacimiento, se
ls, hay que prestar. Pero esta exigencia se radi- S a J i a v á í D dapanaó gastar* oráculo del profeta Natán (2 Sam 7), según el la llama la «ciudad de David» (Le 2, 4.11; cf.
caliza ahora: en Mateo se piensa seguramente Con objeto de la acción verbal en acusativo cual se prometía «duración eterna» a la dinastía Jn 7, 42). David aparece en las genealogías
en tomar prestado, incluso con exigencias des- en Me 5, 26 (gastar toda su fortuna) y en Le de David (vv. 13 y 16). Sobre el reino meridional como antepasado de Jesucristo (Mt 1, 1.6; Le
vergonzadas; en Lucas se piensa expresamente 15, 14 (lo gastó todo). Sin indicarse el objeto reinaron los descendientes de David hasta el des-
3, 31). Mateo, con la mención de Betsabé, «la
tierro.
en dar prestado algo, sin esperanza de recupe- de la acción verbal en Hech 21, 24; 2 Cor 12, que fue de Urías», alude al adulterio de Da-
rarlo. Con esto la acción de prestar se convierte 15; Sant 4, 3. El sentido figurado de «consu- vid. Pero podría ser más importante para Ma-
3. Si la figura de David, con sus facetas de luz
en regalar. Este «prestar» graciosamente, como mir, agotar» (Herm [m] 12, 1.1; Bern 14, 5) teo el hecho de identificar a Betsabé como
y de sombra, se expone en los relatos que figuran
un regalo, será -junto al amor a los enemigos- no aparece en el NT. en los libros primero y segundo de Samuel, a ba- gentil, lo mismo que a las otras tres mujeres
la conducta que diferencie a los discípulos de se de tradiciones contemporáneas, todavía bien que figuran en la geneaología, de tal manera
los pecadores (Le 6, 34s). 8 a J t á v t ) , t | g , i^ dapane gastos, coste* reconocibles, vemos que la historiografía deute- que Jesús aparezca no sólo como el Mesías de
ronomística presenta a David como el rey ideal, los judíos sino también de los gentiles (cf. H.
Le 14, 28: «calcular los gastos»; cf. Herm por cuya devoción y obediencia a Yahvé deben
3. En Mt 18, 27 (6áveiov) y en Le 7, 41 [s] 5, 3, 7. Stegemann, «Die des Uria». Zur Bedeutung
medirse todos sus sucesores (1 Re 3, 3; 9, 4; 11,
(8aveioxrjg) se hace referencia directa a la 4.6.33.38 y passim). Esta caracterización se re- der Frauennamen in der Genealogie von Mt
antigua práctica comercial de prestar. La pa- fuerza aún más en la obra del Cronista, quien no 1, 1-17, en FS Kuhn, 246-276).
A a v í 5 Dauid David
rábola del siervo despiadado refleja la dureza sólo suprime todos los rasgos negativos de Da- A David se le menciona, además, como au-
de la antigua práctica del préstamo. (Desde 1. Mención en el NT - 2. Significación histórica de vid, sino también gran parte de sus actividades
David - 3. David en la teología del judaismo - 4. Da- políticas y militares. David aparecerá como el tor de salmos (Rom 4, 6; 11, 9; Heb 4, 7; 11,
los tiempos de Solón se había abolido oficial- vid en el NT. verdadero iniciador de la construcción del templo 32), acentuándose a menudo que fue inspira-
mente la condición de que la persona sirviera
Bibl: J. M. Bassler, A Man for All Seasons. David (1 Crón 22-29) y del gremio de cantores del tem- do por el Espíritu de Dios (Me 12, 36 / Mt 22,
de prenda de un préstamo, pero era algo que plo (1 Crón 16, lss). Según lo que nos dice ya 1
in Rabbinic and NT Literature: Interpretation 40 43; Hech 1,16; 4, 25). En Hechos, los salmos
seguía practicándose incluso más tarde.) Los (1986) 156-169; J. Daniélou, en RAC III, 594-603; S. Sam 1; 3; 22; 23, David compuso cánticos; más se interpretan como profecías orientadas ha-
intereses eran insoportablemente altos (cf. Herrmann, Historia de Israel en la época del antiguo tarde se le atribuyeron 73 salmos. En el salmo cia Jesucristo: Como David no ascendió, él
Mitteis, Thalheim). Sobre este trasfondo, la testamento, Salamanca 1979, 190-242; E. Lohse, uíóg apócrifo de HQSal a 27, 2 (DJD IV) se dice in-
Aouíó, en ThWNT VIH, 482-487. Para más bibliogra- mismo, al cielo, el Sal 110, 1 se refiere a Je-
remisión de la deuda era un medio especial- cluso que David compuso 4050 cánticos. En
fía, cf. infra níóg. HQSal a 151 se describe a David con los colores sús (Hech 2, 34). Como David murió y su
mente impresionante para describir la gracia y
del cantor griego Orfeo. Durante el tiempo de la tumba es conocida por los habitantes de Jeru-
el perdón divinos.
1. En el NT se menciona a David un total humillación de Israel, las esperanzas proféticas salén (cf. Jeremias, Heiligengraber in Jesu
G. Petzke de 59 veces, especialmente en los evangelios de salvación recuerdan la promesa divina hecha a Umwelt, 56ss), el Sal 16, 10 debe entenderse
835 AatúS - 8é 836 837 5É 838

como anuncio de la resurrección de Jesús papiros). Sé no figura nunca en primer lugar Es sorprendentemente frecuente la partícula trucciones por el estilo: por ejemplo, Rom 7,
(Hech 2, 27-31: cf. 13, 36s). - También Am 9, en la frase. - En relación con todo el léxico de Sé después de preposición en Hebreos (11, 5s; 1 Cor 15, 17-20; con variación, por ejem-
11 LXX es reinterpretado en sentido cristoló- los diversos escritos (cf. Morgenthaler, 166- 9%); después de participio y dentro de un ge- plo, en Gal 4, 8s: TOTE u.év... vvv Sé; otros
gico. No se aguarda ya el gran reino nacional 169), Sé aparece con máxima frecuencia en nitivo absoluto, en Hechos (20, 4 y 10, 2% pasajes pueden verse en Tachau, 12.
de David, sino que «el objetivo de la acción Gálatas (4, 3%), 2 Corintios (3, 6%), 1 Corin- respectivamente); Sé aparece en el tercer lu-
salvífica de Dios para con Israel es la nueva gar de la frase en Romanos (6%) y en 1 Co- Ideas y formulaciones paralelas en Col 2, 13 y
tios (3, 1%) y con mínima frecuencia en Apo- Ef 2, 5 indican que el autor en Col 1, 21s quería
humanidad como pueblo de Dios» (H. W. calipsis (0, 1%), 1-3 Juan y Colosenses (en rintios (4, 8%). Cuando se halla en cuarto o
añadir un matiz temporal al matiz concesivo con
Wolff, Dodekapropheton II [BK], 409). cada uno de estos escritos 0, 5%); entre los quinto lugar en la frase, Sé se encuentra casi
jtoxé... vuvi Sé. En vista de la desemejanza sin-
En el litigio de Me 2, 23ss par., se hace re- evangelios, donde aparece con menos fre- siempre en la combinación xaí... Sé: Mt 10, táctica de los enunciados con las frases contra-
ferencia al episodio de 1 Sam 21, 1-10 (el sa- cuencia es en el evangelio de Juan (1, 4%). 18; Jn 6, 51; 8, 16; Hech 5, 32 v.l.; 22, 29; puestas de JIOTE y de vuví Sé (la primera, una
cerdote Ajimélec de Nob da a David y a su Heb 9, 21; 2 Pe 1,5; 1 J n l , 3 ; J n 8 , 17; 11, 52 oración participial dependiente ovtac, ájtnXÁo-
Según los cálculos establecidos por Aland
gente los panes de la ofrenda, aunque sólo los v.l.; por lo demás, aparece únicamente en Le TQiü)(xévovg xai exfrooúg, y luego una oración
I, 199-224, el empleo adversativo de la partí-
sacerdotes podían comer de ellos), para de- 22, 69 v.l; Jn 17, 20; Hech 3, 1 v.l.; 27, 14; 1 principal en tiempo finito ájtoxaTr|M.a§£v [cf.
cula Sé, sin ir precedida por u.év, tiene una Tachau, 10s]), la proposición está desequilibrada
fender a los discípulos que habían arrancado Cor 4, 18; 1 Jn 2, 2. - No se demuestra que
frecuencia media que es más de dos veces su- estructuralmente. El contraste aparece claro en la
espigas en día de sábado. Mientras que la exé- haya correlaciones significativas con la fre-
perior (18, 5%) a la del empleo de dicha par- traducción, cuando se rompe la proposición y se la
gesis rabínica creyó necesario disculpar este cuencia relativa de otras partículas ( x a í , divide en dos oraciones principales: «También
tícula cuando va precedida por u.év (8, 1%).
incidente (Billerbeck I, 618s), la comunidad áXká, ovv). vosotros erais antaño... Pero ahora él os ha...».
La construcción u.év - Sé, en comparación
primitiva (difícilmente Jesús mismo) presu- con el número total de veces que aparece Sé
pone que la conducta de David estaba justifi- 2. Como partícula adversativa, Sé, pero c) Un tercer uso es la construcción u.év...
en los diversos escritos, es frecuentísima en
cada. En el trasfondo se halla el pensamiento (que originalmente fue un adverbio: por otro Sé (en la que el Sé está preparado por el fiév:
Judas (41, 7%), Hebreos (23, 9%) y 1 Pedro
tipológico: Si David, como tipo del Mesías, lado), designa un contraste -unas veces, más Mt 3,11; 10, 13, y passim), donde las dos par-
(20, 7%), y no aparece en absoluto en Colo-
fue capaz de dejar sin vigor la ley cultual, fuerte, y otras, más débil- con un enunciado o tículas pueden traducirse por: ciertamente...
senses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 Timoteo, File-
¡cuánto más podrá hacerlo el Hijo del hombre con un término precedente. De ordinario, el pero, o, en la combinación Ó/05 u.év... ó/og
món, Santiago, 2 Pedro, 1-3 Juan, y Apocalip-
del fin de los tiempos! (cf. L. Goppelt, Typos, contraste expresado es más débil que el que se Sé, el uno... el otro (por ejemplo, Hech 14, 4;
sis (los porcentajes se basan en los cálculos
Darmstadt 2 1969, lOOss). expresa con akXá. Mt 13, 8; otros textos pueden verse en BlaB-
efectuados por Aland II, 66s).
Debrunner § 250, nota w; 293, nota 11).
H. Merkel La partícula adversativa Sé, sin la partícula Ahora bien, por lo que respecta al contenido,
^év, es en absoluto muy frecuente en Mateo y no es posible diferenciar entre una oposición sig- d) Con una negación precedente (lo mismo
Lucas, relativamente muy frecuente en Colo- nificativa (akká) y un contraste (be), como su- que akXá): Le 10, 20; Hech 12, 9, y passim,
8É de pero, más bien; y, y por cierto
senses (4 de 5 pasajes), 2 Pedro (42, 9%), Ti- giere BlaB-Debrunner § 447, nota 1. Ni tampoco no... sino/más bien; reforzado en la construc-
1. Aparición en el NT - 2. Sé como partícula ad- puede establecerse una diferenciación como la ción Se \1aXK0y (Mt 10, 6.28; Heb 12, 13) o
to (37, 5%), 1-3 Juan (30, 8%). Ambas formas que existe entre una inversión total (áA.A.á) y un
versativa - 3. óé como partícula copulativa. liáXkov Sé (Ef 4, 28; 5, 11).
de utilización de esta partícula tienen un por- contraste (Sé), como sugiere Kühner U/2, 262.
Bibl.: K. Aland (ed.), Vollstandige Konkordanz zur centaje medio que es mayor en las cartas que Mayser II/3, 127 sugiere acertadamente que las e) La expresión [la'kXov Sé sin negación
griechischen NT (Arbeiten zur Textforschung 4), I, en Hechos y en los evangelios. El Sé adversa- partículas Sé y aXká son intercambiables en ex-
Lfg. 3/4, Berlín 1977, en el vocablo correspondiente; precedente, funciona como una rectificación:
tivo falta en 1 y 2 Tesalonicenses. presiones negativas, con la única diferencia de
II: Spezialübersichten, Berlín 1978; Bauer, Worter- que 8é es más débil. o más bien / más exactamente (por ejemplo,
buch, s.v.\ BlaB-Debrunner § 442.443, 1.447.459, ó Sé, r) Sé, oi Sé, a l Sé son construcciones Gal 4, 9).
4.462, 1; J. Bukhardt, Griechische Kulturgeschichte
que aparecen absolutamente con mucha fre-
(Berlín 1898-1902), reimpresión München 1977, IV, Algunas aplicaciones: a) Sé se usa para f) Con el artículo, formando la combina-
59-159, sobre todo 84ss; Kühner, Grammatik, s.v. en cuencia en Mateo y Lucas (76 y 75 veces) y
contrastar conceptos y personas: Mt 5, 22 y ción ó Sé, oí Sé, etc., el sentido es pero él, pe-
el índice analítico; Mayser, Grammatik II/3, 125-133; relativamente con mucha frecuencia, pero a passim, «Pero yo os digo» - a diferencia de lo
Morgenthaler, Statistik, 165ss, 181ss; P. Tachau, ro ellos, y el matiz de la partícula Sé es más
distancia, en Marcos (35%). Este empleo de que se dijo a los antiguos; Mt 6, 3.6, «Pero tú,
«Einst» und «Jetz» im NT (FRLANT 105), Gottingen copulativo que adversativo (BlaB-Debrunner
1972, lOs.87. la partícula Sé precedida por el artículo que cuando...»- a diferencia de lo que hacen los § 447, le). Es adversativo, por ejemplo, en
hace la función de pronombre aparece sólo de hipócritas. Mt 4, 4: «pero él respondió» - e n contra de lo
1. La partícula Sé es la cuarta en el orden manera significativa en Hechos y en los evan- que le pretendía el tentador; es copulativo,
de palabras que aparecen con más frecuencia gelios (6, 3-15, 5% de la aparición total de Sé b) Se emplea también para establecer un por ejemplo, en Mt 2, 5: «pero/y ellos le dije-
en el NT. Como conjunción coordinante, es la en los diversos escritos), aparece 1 vez en Ro- contraste entre enunciados: Mt 6, 14s, «Por- ron»- dando respuesta a la pregunta formula-
segunda en frecuencia en el NT, después de manos, 1 Corintios, Gálatas, 4 veces en Efe- que si perdonáis... Pero si no perdonáis...»; y da por Herodes.
x a í y antes de OTI y yág (de manera semejan- sios y en Hebreos, y no aparece en absoluto más frecuentemente, un contraste entre mane-
te Mayser II/3, 125, sobre el lenguaje de los en las cartas y en el Apocalipsis. ras de pensar: OTE/EL. vi)vi Sé y otras cons- g) SE x a í significa pero también / incluso.
839 5é - 8eT 840 841 6el 842

3. Como partícula copulativa, Sé, pero, y, y expresión que se desea acentuar y «que puede éoxív) y también (en forma sustantivada) en 1 teza; la formulación tiene probablemente sus raí-
ces en la primitiva comunidad judeocristiana-
ciertamente, contrapone una idea o concepto constar de hasta cuatro palabras» (así Mayser Tim 5, 13 ( t á ur] Séovxa).
helenística, que emplea 8ET como término corres-
anterior a otra idea o concepto que lo comple- II/3, 131 sobre la lengua de los papiros). pondiente a «según está escrito» (Patsch). Tam-
ta, explica y desarrolla. Esta manera de con- g) ett Sé xaí, e incluso. 2. Sel designa una necesidad absoluta; los poco se puede determinar claramente cuál es el
cebir un desarrollo ulterior como un contraste K.-H. Pridik enunciados que se forman con este verbo tie- marco conceptual que se halla detrás del 8eT. La
con lo que se ha dicho anteriormente, brota de nen por naturaleza carácter absoluto, muy di- tradición acerca del justo que sufre o del profeta
fícilmente cuestionable y, a menudo, anónimo que es perseguido señalaría una necesidad cir-
la estructura fundamental del pensamiento cunstancial. Pero Sel significa más que el produc-
bér\aig, EW?, i\ deesis petición, oración
griego, del genio «agonístico» de la mente y determinístico. La conexión con el concep- to de una experiencia; su rigor se funda en la ín-
-> Seou.cu.
griega (como lo llamó Burckhardt). «Ese 8é to bíblico de un Dios personal no se efectuó dole de los caminos de Dios (cf. R. Pesch,
que establece una secuencia, podemos tradu- sin problemas (Grundmann, Fascher). En el Markus [HThK], sub loco). Como enunciado
cirlo a nuestro idioma -en la mayoría de los fteí dei es necesario NT, los enunciados con Set se entienden más apocalíptico, Sel señalaría una especial necesidad
casos- por y, porque nosotros solemos consi- 1. Aparición en el NT - 2. Significado en el NT - o menos directamente como decretos divinos. escatológica (Lohmeyer; W. Grundmann, Mar-
3. Seí en la historia de las religiones - 4. Me 8, 31 y Y, así, la voluntad y la esencia de Dios dictan kus6 [ThHK], sub loco; M. Horstmann, Studien
derar como puramente copulativa la relación zur markinischen Christologie, Münster i.W.
otros pasajes - 5. Lucas - 6. Juan - 7. Apocalipsis. las normas para la ética y la piedad (por ejem-
que existe entre secuencias de sentencias 1969, 24, con referencia al «Hijo del hombre»).
(complétese: y de conceptos)» (Kühner II/2, Bibl.: W. J. Benneth, «The Son of Man Must...»: plo, Hech 5, 29; 1 Tes 4, 1; Rom 8, 26; 1 Cor
274). - Enumeraremos siete usos copulativos: NovT 17 (1975) 113-129; H. Conzelmann, El centro 8, 2; 1 Tim 3, 2.7.15; Le 13, 14.16). Junto a
del tiempo, Madrid 1974, 217ss; Ch. H. Cosgrove, The
una necesidad inmanente de las cosas (por Al menos desde Marcos, predomina la in-
a) Sé indica una enumeración: por ejem- Divine bel in Luke-Acts. Investigation into the Lukan terpretación del Sel como referencia a lo vati-
Undestanding of God's Providence: NovT 26 (1984) ejemplo, Hech 19, 36; Jn 4, 4), el decreto di-
plo, Jds 1, áSetapóg Sé, «y hermano» (cf. 168-190; J. Ernst, Herr der Geschichte, Stuttgart vino determina con más frecuencia aún la ló- cinado en la Escritura: Me 9, 11-13; 14, 31;
también Mt 1, 2-16; 2 Pe 1, 5-7: a nuestra len- 1978, 52-55; E. Fascher, Theologische Beobachtungen gica de los acontecimientos (por ejemplo, Mt 26, 54; Le 24, 25ss. De esta manera Set
gua se puede traducir por una simple yuxtapo- zu 8EÍ, en FS Bultmann, 1954, 228-254; Id., Theolo- adquiere un carácter más objetivo y puede le-
gische Beobachtungen zu óst im AT: ZNW 45 (1954) Rom 1, 27; Hech 16, 30; Heb 11, 6). La acti-
sición). vidad humana puede exigir determinada reac- erse en el marco de la promesa y el cumpli-
244-252; W. Grundmann, 5eí mk., en ThWNT II, 21-
25; Hahn, Hoheitstitel, 51; P. Hoffmann, Mk 8, 31. Zur ción (por ejemplo, 2 Cor 11, 30); pero la ac- miento. Heb 2, 10 (eKQe3TEv) constituye en-
b) La partícula Sé en una expresión que
Herkunft und markinischen Rezeption einer alten ción de Dios tiene mayor influencia aún sobre tonces una variación del motivo, porque
completa posteriormente la idea: por ejemplo, 1 Überlieferung, en FS Schmid, 1973, 170-204, espe-
las situaciones (por ejemplo, Le 12, 12; Hech expresa en este caso la necesidad lógica y la
Cor 3, 15, oikcüg Sé obg, «pero así como», «y, cialmente 179-204; E. Lohmeyer, Mk (KEK), Gottin-
gen "1967, 164s; L Oberlinner, Todeserwartung und 25, 10; 1 Pe 1, 6). Y, así, Seí en el NT es casi congruencia teológica (O. Michel, Hebraef
ciertamente, así como» (Ef 5, 32; Sant 1, 6).
TodesgewiJSheit Jesu. Zum Problem einer historischen siempre expresión de las normas dadas por [KEK], sub loco; Schelkle).
c) Hace también de cópula en en un parén- Begründung (SBB 10), Stuttgart 1980, 140-148; H.
Dios y, muy especialmente, del plan divino. A
tesis explicativo, en el que va en primera po- Patsch, Abendmahl und historischer Jesús, Stuttgart
ese plan se deben los más diversos aconteci- 5. Lucas amplía sistemáticamente el Set
1972, 187-197; J. Roloff, Anfange der soteriologis-
sición el predicado verbal: Jn 6, 10, f)V Sé, chen Deutung des Todes Jesu (Mk XAS und Lk XXII. mientos (por ejemplo, Hech 1, 21; 19, 21; 23, para que incluya toda la historia de la salva-
«pero /y por cierto había»; también fjoav Sé 27): NTS 19 (1972-1973) 39-42; K. H. Schelkle, Die 11; Ap 1, 1), y principalmente el camino, la ción. El plan divino, que culmina en la muer-
(Hech 12, 3), cevépr|v Sé (Gal 2, 2). Passion Jesu, Heidelberg 1948, 109-112; G. Schnei- te, la resurrección y la exaltación de Jesús
der, Verleugnung, Verspottung und Verhor Jesu nach actividad y la pasión de Jesús (por ejemplo,
d) Se emplea la partícula Sé para reanudar Lukas 22, 54-71, München 1969, 174-181; S. Schultz, Me 8, 31; Mt 16, 21; Le 2, 49; Hech 3, 21). (Ernst), ofrece certeza a la fe (Schneider). Seí
o continuar la idea principal, «el hilo del pen- Gottes Vorsehung bei Lukas: ZNW 54 (1963) 104-116, es la indicación más destacada de este marco
especialmente 107s; H. E. Todt, Der Menschensohn in 3. No es fácil captar el trasfondo histórico-re- de ideas (Conzelmann). El plan de Dios no
samiento»: por ejemplo, en Mt 1, 18; 2 Cor 2, der synoptischen Überlieferung, Gütersloh ! 1969,
12; es frecuente este uso en Hechos, por ligioso del Seí del plan divino. El término ad- sólo determina todo el destino de la vida
155.174-178.
ejemplo, cuando prosigue la descripción del quiere cierta importancia en los escritos apocalíp- (principalmente de Jesús; también, por ejem-
ticos (especialmente en Dan 2, 28s LXX), pero plo, el de Pablo en Hech 9, 6.16, etc., o el de
itinerario de un viaje; después de citas del AT: 1. Set es un vocablo griego sin equivalente que no debe sobrevalorarse. En ellos Sel interpre-
Mt 1, 24; 2, 19; 3, 4; también en 2 Pe 1, 5, semítico. En el NT aparece 101 veces, con di- Judas en Hech 1, 16), sino además todos los
ta lo de «está escrito», y sirve para consolar al
donde -después de ideas secundarias expues- ferente distribución: Lucas/Hechos 40 veces, justo que sufre (Bennett). El elemento helenísti- detalles particulares de la vida (por ejemplo,
tas en el v. 4 - se señala la vuelta al curso prin- escritos paulinos 25 (9 de ellas en las Pastora- co, que parece estar asociado con la interpreta- Le 12, 12; Hech 10, 6; 16, 30; por eso Lucas,
cipal del pensamiento iniciado en el v. 3. les), Juan 10, Mateo y Apocalipsis 8 veces en ción de los sueños y con las declaraciones de los en Hech 4, 12, escribe también -seguramen-
cada uno, etc. El verbo no aparece en Gálatas, oráculos (K. Berger: NóvT 17 [1975] 75), conser- t e - tengamos que ser salvos, y no «podamos»
e) Sobre ó Sé, etc., -> 2.f; los pasajes están va en todo ello su propio peso; esto se aplica tam- ser salvos, como Herm [v] 4, 2, 4).
Filipenses, Filemón, 1-3 Juan. Se expresan bién al NT (Hahn, Patsch).
indicados en Aland I, 199-224 en los aparta-
formulaciones afines con u.éM.co, jrrjéjtco,
dos c-f de la mencionada obra. ávoiYX- o con el futuro. Las formas (xó) Séov 6. Juan emplea Seí en paralelo con éáv ur|
4. La antigüedad de la sentencia de que «el Hi-
f) uaí... Sé, y también, pero también, tam- o xa Séovxa aparecen únicamente en Hech jo del hombre tiene que padecer mucho...» (Me 8, (por ejemplo, 3, 3.5.7). Seí designa el camino
bién, intercalando entre ambas partículas la 19, 36 y 1 Pe 1, 6 (en ambos casos, Séov 31 y passini) no es fácil ya determinarla con cer- deparado por Dios, un camino del que no
843 ÓEI - Seíxvuux 844 845 ÓEÍXVU[W - Seíitvov 846

existen alternativas. No hay más que un cami- 1. Ssíxvu^i (o la forma alternativa 5eix- bo 8i8áoxeiv). En Hech 10, 28 Dios ha ex- óeiXiád) deiliao acobardarse, tener miedo*
no por el que podamos entrar en relación con víico; cf., a propósito, BlaB-Debrunner § 92) plicado (sSei^ev con un infinitivo como com- Jn 14, 27: «¡No se turbe (taoaaaéa'&co)
Dios (por ejemplo, 4, 20.24) para cumplir su aparece 33 veces en el NT, especialmente en plemento) a Pedro que a ningún hombre debe vuestro corazón ni tenga miedo!» (5eiX.iáco
encargo (por ejemplo, 9, 4) y para dejar que él los evangelios (Mateo 3 veces, Marcos 2, Lu- él «llamar impuro o inmundo». En los tres lu- aparece también junto a TOCQáaao|iou en Is
determine nuestro propio destino (por ejem- cas 5, Juan 7), en Santiago (3 veces) y en gares en que se emplea este verbo, su signifi- 13, 7s). DTNT IV, 246s.
plo, 3, 30). Apocalipsis (8 veces). Los otros 5 ejemplos cado es el de demostrar, probar. En Sant 2,
se encuentran en Hech 7, 3 (cita); 10, 28; 1 18b: «¡Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te
7. En el Apocalipsis, el enunciado (más ge- Cor 12, 31; 1 Tim 6, 15 y Heb 8, 5. Además mostraré mi fe por mis obras!»; 3, 13b: «¡Que beiXóg, 3 deilos cobarde, miedoso*
neralizador) a 8EI yevéo'&ai (correspondiente del verbo simple 8EÍXVULW, el NT tiene los si- muestre por su buena conducta cuáles son sus Me 4, 40 par. Mt 8, 26 en la pregunta que
a Dan 2, 28s) aparece sólo en los pasajes que guientes compuestos: áva8eíxvuu.i (2 veces, obras!». Jesús dirige a los discípulos: «¿Por qué tenéis
constituyen un marco, como 1, 1; 4, 1; 22, 6 además 1 vez áváóei^ig), ájTo8eíxvu[xt (4 miedo?» (Mateo añade el vocativo: okiyó-
(1,19 con u-éXAei), y por cierto muy formulís- veces, además 1 vez ájtóÓEi^ig), em8eíx- 4. En el cuarto evangelio y en el Apocalip- motoi). En Ap 21, 8 se menciona a los co-
ticamente como expresión de la determina- vuux (7 veces) y i)Jto8eíxvuu.i (6 veces). Cf. sis 8EÍXVTJU.I adquiere el sentido de revelar, bardes y a otros juntamente con los incrédu-
ción divina. En los demás pasajes, el término ->• évSeíxvuum, evóei^ig. desvelar (cf. Schlier, 28). Como el Hijo que los (ájuotoi).
se refiere no sólo a la planificación divina, si- es, Cristo ha recibido del Padre la revelación
no también -en la mayoría de los casos- a ra- (Jn 5, 20, «el Padre le muestra todo... y obras
zones objetivas más inmediatas, como la ley 2. Predomina el significado de mostrar, ha-
mayores que éstas le mostrará»), y Cristo Selva, ó (}\, TÓ) deina alguno, alguien*
del talión (11, 5; 13, 10), el encargo profético cer ver: Mt 4, 8 par. Le 4, 5 (objeto: «todos
trasmite esa revelación (10, 32, «Os he hecho Mt 26, 18, en el encargo dado por Jesús:
recibido (10, 11), la peculiaridad de la situa- los reinos» del mundo); Me 1, 44 par. Mt 8, 4
ver muchas obras buenas»). «Los judíos» re- «Id a la ciudad, a cierta persona (TCQOC, TÓV
ción (17, 19) y eventualmente el derecho pro- / Le 5, 14 («¡muéstrate al sacerdote!»; cf. Lev
claman una señal que demuestre la autoridad béiva)». BlaB-Debrunner § 64, 5; A. C. Moor-
cesal (20, 3). 13, 49 LXX); Me 14, 15 par. Le 22, 12 («él os
de Jesús para la acción realizada en el templo house: Classical Quarterly 13 (1963) 19-25.
W. Popkes mostrará una sala grande en el piso supe-
rior»). 5eíxvuu.i aparece con el sentido de (2, 14-16; «¿Qué señal nos muestras!» [2,
mostrar delante, exhibir, en los siguientes pa- 18]). Los discípulos le piden: «¡Muéstranos al
ÓBÍy^ia, a t o ? , TÓ deigma ejemplo* Padre!» (14, 8.9c), a pesar de que Jesús -con 5eiv6>g deinos (adv.) terriblemente*
sajes: Le 10, 24 («¡muéstrame un denario!»); Mt 8, 6: El criado -aquejado de parálisis-
Jds 7: JTQÓXEIVTCU 8ELYH.CX, «sirven de ejem- Le 24, 40 (Jesús «les mostró las manos y los sus palabras y sus acciones- ya les ha dado a
plo (y advertencia)». En Diogn 4, 5; 7, 9, en conocer al Padre (v. 9b: «El que me ha visto a del centurión «sufre terriblemente I padece
pies»), y (con un análogo sentido) Jn 20, 20 grandes dolores». Le 11, 53: Los escribas y
el sentido de prueba. mí, ha visto al Padre»).
(«él les mostró las manos y el costado»). fariseos acosaban a Jesús terriblemente /peli-
La revelación que Cristo recibió de Dios, se
Dios es quien muestra en Hech 7, 3 («la tie- grosamente (8eivc&5 évéxeiv).
fteiy^aTÍ^OJ deigmatizó poner en eviden- rra que yo te mostraré», citando a Gen 12, 1 proponía -según leemos en Ap 1, 1- mostrar
cia* a sus siervos las cosas que deben suceder
LXX). En 1 Cor 12, 31b se dice: Ó8óv v\iiv
Según Mt 1, 19, José no quiso poner en evi- &eíxvv[i[,, «os muestro un camino»; Pablo pronto». Esta manifestación se efectuó me-
SeiJtvéo) deipneó comer, cenar
dencia a María; no quiso infamarla. En Col 2, muestra a los corintios «el camino, más exce- diante la enseñanza dada al escritor apocalíp-
->• Seíjtvov.
15 se dice que Dios desarmó a los principados lente todavía», del amor (cf., a propósito, H. tico, quien la «vio» y «dio testimonio» de ella
y potestades (->• a.Q%r\, -> eE,ovoía.) y los hu-Conzelmann, Der erste Briefan die Korinther (v. 2). 8eíxvu[ii designa una manifestación
milló públicamente, haciéndolos objeto de ig- [KEK], 254s). En 1 Tim 6, 15, oeíxvuux tiene divina que, como revelación del futuro (a 8ET deiJtvov, ov, TÓ deipnon comida princi-
nominia. ThWNT II, 31s; E. Lohse, Kolosser casi el sentido de causar, dar lugar a (Dios YEvéadaí, 1, 1; 4, 1; 22, 6), se efectúa princi- pal, cena*
(KEK), 166s. palmente por medio de ángeles que la inter- SeiJTvéco deipneó comer, cenar*
«mostrará XOCIQOIC; lóíoig la epifanía de nues-
pretan (17, 1; 21, 9; 22, 1.6.8). A este propó-
tro Señor»). Heb 8, 5 (cita de Ex 25, 40 LXX) 1. La comida (ordinaria) - 2. El banquete escatoló-
sito, se repiten expresiones estereotipadas
SefotVUjH, SeiXVIJü) deiknymi, deiknyó habla del prototipo que a Moisés le «fue mos- gico - 3. La «Cena del Señor».
como «yo te mostraré» (4, 1; 17, 1; 21, 9), y
mostrar* trado en el monte» (que Dios le hizo ver en el
«él me mostró» (21, 10; 22, 1). Bibl.: F. Bammel, Das heilige Mahl im Glauben der
1. Aparición en el NT - 2. El significado funda- monte).
G. Schneider Volker, Gütersloh 1950; J. Behm, beinvov, SeutvÉü),
mental de «mostrar, hacer ver» - 3. El significado de en ThWNT II, 33-35; Id., éaftíffi, en ThWNT II, 686-
«explicar, esclarecer» - 4. «Revelar, desvelar» (Juan/ 693; P, Billerbeck, Ein altjüdisches Gastmahl, en Bi-
Apocalipsis). 3. El significado -derivado- de explicar,
6eilía, ag, rj deilia cobardía* llerbeck IV, 611-639; G. Delling, Abendmahl II: Ur-
esclarecer, lo encontramos en los siguientes christliches Mahlverstandnis, en TRE I (1976) 47-58;
Bibl: J. Gonda, Aeíxvu|xi. Semantische Studie over 2 Tim 1,7: «Dios no nos ha dado un espíri-
den Indo-Germaanschen Wortel Deik-, Amsterdam
contextos: según Mt 16, 21, «Jesús comenzó a F. Hahn, Der urchristliche Gottesdienst (SBS 41),
1929, 15-58; H. Schlier, 5EÍXVUU.I XTX., en ThWNT II, explicar a sus discípulos que (Seixvúeiv oxi) tu de cobardía (8eiXIag), sino de fuerza Stuttgart 1970; H.-J. Klauck, Herrenmahl und helle-
(5i)vcxH.eü)5)...». DTNT IV, 246s. nistischer Kult. Eine religionsgeschichtliche Untersu-
26-33. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1036s. él tenía que padecer» (Marcos emplea el ver-
847 ÓEtftVOV 848 849 6eioi6ai|j,ovLa 850

chung zum ersten Korintherbrief(NTANF 15), Müns- banquete escatológico (cf. también Le 14, 24, (Aphmdisias); Josefo, Ant, X, 42; Bell II, 174:
ter i. W. 1982; B. Kollmann, Ursprung und Gestalten 6 e i a i ó a i ^ i o v í a , ag, i\ deisidaimonia te-
en una declaración de Jesús). La idea del ban- «profundamente atónito por el fervor de su pie-
der frühchristlichen Mahlfeier (GTA 43), Gottingen mor de Dios, superstición, religión* dad».
1990; P. Lampe, Das korinthische Herrenmahl im quete escatológico dado por Dios aparece ya
Schnittpunkt hellenistisch-romischer Mahlpraxis und en el AT (cf. Is 25, 6) y en el judaismo antiguo 1. Aparición, etimología y contenidos semánticos b) En sentido de crítica o de rechazo, SELOL-
pin Theologia Crucis (1 Kor 11, 17-34): ZNW 82 (1991) (cf. Hen [et] 62, 14). En Ap 19, 17, esta idea del término - 2. Campo referencial y enunciado - Scuuwía significa superstición: Teofrasto, Char,
183-213; A. Lumpe, Essen, en RAC VI (1966) 612- 3. 6eioióaí(iü)v.
se trasforma en una imagen terrible, por la re- 16; Polibio XII, 24, 5; Plutarco, Alex 75, 1; Dio-
635; K. Schneider, Mahlzeiíen, en Pauly-Wissowa doro Sículo I, 83; Marco Antonio VI 30; Agatar-
XIV (1928) 524-527; H. Schürmann, Herrenmahl, en ferencia que se hace a Ez 39, 17ss (cf. tam- Bibl: Bauer, Worterbuch, 344ss; H. Bietenhard,
bién Is 34, 6ss; Jer 46, 10; Sof 1, 7). La idea Demonio, demoníaco, en DTNT II, 14-17; H. Bol- quides en Josefo, Ant 5s; Ap I, 208; CorpHerm
LThK V, 271; A. V. Strom, Abendmahl I: Das sakra-
kenstein, Theophrast's Charakter der AEiOL6ou|iovía IX, 9; Filón, SpecLeg IV, 47; Josefo, Ant XV,
meníale Mahl in den Religionen der Welt, en TRE I del convite escatológico se recoge también en
(1976) 43-47. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, ais religionsgeschichtliche Urkunde, GieBen 1929; H. 277; Diogn 1, 4; Plutarco estudia detenidamente"
la tradición sinóptica, aunque no se empleen Conzelmann, Die Aposlelgeschichte (HNT), Tübingen este tema en su obra Ileoi Aeioioaipiovícic, (Su-
1037. 2
las palabras clave (cf. 8, 11; 26, 29; Le 22, 1972, sobre 17, 22; 25, 19; M. Detienne, La notion de perst.). 8ei0L8ai(j,ovía se emplea en la literatura
16.18.29s; también Le 14, 15). Da'imon dans le Pythagorisme anclen, Paris 1963; M. patrística para descalificar a diversas herejías, por
1. En la mayoría de los casos, beaivov de- Dibelius, Paulus aufdem Areopag, en Id., Aufsatze zur ejemplo, en Teodoreto, Hist III, 14, 2 (GCS 19).
signa en el NT la comida ordinaria, a la que Apg (FRLANT 60), Gottingen 1968, 29-70; Id., Pau-
3. En 1 Cor 11, 20 se designa con el nom- lus in Athen, en Id., Aufsatze zur Aposlelgeschichte, c) En un sentido más general y objetivo,
podía invitarse a otras personas (cf. Me 6, 21; 71-75; A. M. Dubarle, Le discours a l'Aréopage (Act 6eioi8ai(xovía significa religión: OGIS 455, 11;
bre de xvQiaxóv SeÍJtvov {Cena del Señor) a
12, 39 par. Mt 23, 6 / Le 20, 46; Le 14, la comida para saciarse, seguida por la euca- 17, 22-31) et son arriére-plan biblique: RSPhTh 57 Josefo, Ant XIV, 228; XIX, 290: cuenta que Clau-
16.17.24; Jn 12, 2, también [en forma verbal] (1973) 576-610; E. GraBer, Acta-Forschung seit 1960: dio prohibió a los judíos xáq TCOV áXXwv édvrov
ristía. El término, que Pablo presupone ya co- ThR 41 (1976) 141-194, 259-290; 42 (1977) 1-68; E.
Le 17, 8). En Jn 12, 2 se llama 5eiJtvov a la Ó6ioi8ai(J,ovíag é^cudeví^Eiv. En este sentido
nocido, parece indicar que en Corinto la co- Haenchen, Die Apostelgeschichte (KEK), Gottingen
cena de despedida de Jesús (la última cena). objetivo se emplea el vocablo en Hech 25, 19 (en
mida se consideraba como oportunidad para '1977, sobre 17, 22; 25, 19; H. Hommel, Neue For-
contra de Beginnings IV, 311 etc). Así lo traducen
La expresión ^exá xó Seutvfjoai («después tener -> xotvoavía (cf. 1 Cor 10, 16) o como schungen zur Areopagrede Acta 17: ZNW 46 (1955)
145-178; P. J. Koets, Asiaióaifiovía. A Contribution también los comentarios y las versiones recien-
de la cena», Le 22, 20; 1 Cor 11, 25) recuerda lugar de la presencia pneumática del XÚQIOC, tes. Los padres de los tres primeros siglos no ci-
to the Knowledge of the Religious Terminology in
-con estilo formalístico- que en la última ce- Jesús. La expresión pudo formarse por in- Greek, Purmerend 1929; H. A. Moellering, Plutarch tan 25, 19 como testimonio {Biblia Patrística I-II
na, entre el simbolismo de la copa y el vino, fluencia de la terminología cultual del hele- on Superstition. Its Place in the Changing Meaning of [Paris 1975 y 1977], sub loco).
tenía lugar la comida para saciarse. En Pales- nismo (testimonios en Behm, 34s). Pero no Aeíaióaijiovía and in the Context of his Theological
tina solían hacerse al día dos comidas, y los Writings, Boston 1963; W. Nauck, Die Tradition und 2. En Hechos 25, 13-22 Festo informa al
debe excluirse por completo la vinculación Komposition der Areopagrede. Eine motivgeschichtli-
días de sábado, tres. El belnvov judío (= con la idea apocalíptico-judía del convite del che Untersuchung: ZThK 53 (1956) 11-52; E. Norden,
rey Agripa sobre el proceso instruido contra
se'üda) era la comida principal, que durante la fin de los tiempos. Agnostos Theos. Vntersuchungen zur Formengesr Pablo. Lucas logra ofrecernos una conversa-
semana tenía lugar a últimas horas de la tarde, chichte religióser Rede, Darmstadt 41956; H. Nowak, ción que tiene muchos visos de autenticidad
Pablo critica la tendencia a la segregación, Zur Entwicklungsgeschichte des Begriffes óaíjitov.
después de terminado el trabajo (cf. Le 17, histórica. Pablo que, según Hech 25, 11 había
en la forma en que los corintios practicaban Eine Untersuchung epigraphischer Zeugnisse vom 5.
7ss), y el sábado se tenía después del culto di- Jh. v. Chr. bis zum 5. Jh. n. Chr., tesis Bonn 1960; A.
apelado al César, no cometió ningún delito
esa comida: se toma la «propia comida» (xó
vino. Del óetjtvov se diferencia el ágioxov Wikenhauser, Los Hechos de los apóstoles, Barcelona punible en opinión de los romanos. El tema
í5iov 5etjtvov) (¿anticipadamente?, 1 Cor
(«desayuno», cf. Le 14, 12, que también reci- 1966; U. Wilckens, Die Missionsreden der Apg del desacuerdo es la resurrección de los muer-
11, 21). El desorden en la comida impide que (WMANT 5), Neukirchen-Vluyn '1974.
be el nombre genérico de «comida», cf. Mt tos, especialmente la resurrección de Jesús.
la comunidad se represente como «un solo
22, 4; Le 11, 38). Festo, en la conversación con su invitado ju-
cuerpo» (cf. 10, 17). A Pablo lo que le preo-
1. En el NT, 5eiai,Scuu.ovía aparece úni- dío de gran categoría, no emplea despectiva-
El banquete festivo se celebraba por la no- cupa precisamente no es la discriminación
camente en Hech 25, 19 y es un término des- mente el término o£iaiocuu.ovía. En el v. 19,
che. En el convite se servía siempre vino, lo contra los pobres (¿que llegan más tarde?).
conocido en la LXX. Pertenece al griego tar- Lucas caracteriza la falta de comprensión de
cual no siempre se hacía corrientemente en la Lo que él recomienda es que se coma antes,
dío y está compuesto de Seí5co («temer») y los romanos hacia la fe en la resurrección, lo
comida diaria. Los rabinos hacían distinción cada uno en su casa (11, 22). Y exige que se
de 6aíu.oov: «temor a los dioses». Se deriva mismo que había hecho en 17, 32 refiriéndose
entre la comida obligatoria (con ocasión de tenga consideración, unos con otros, y que
del verbo SeiaiSaiu.ovéa>, «tener miedo su- esa vez a los griegos. En Hech 26, 24, Festo
una fiesta religiosa, por ejemplo, una boda, la así sea posible comenzar la comida juntos.
persticioso». El sustantivo significa entonces cree que Pablo está «chiflado» al profesar ta-
pascua) y la comida voluntaria, que se tenía Pablo, con su disposición, inicia la ulterior
temor a los dioses. De ahí se derivan los tres les convicciones. De esta manera queda bien
según las preferencias de cada uno. Sobre lo separación entre la comida para saciarse y la
contenidos semánticos que aparecen en los a las claras cuál es la intención de Lucas en la
habitual en la comida judía y la forma en que celebración eucarística. La comida para sa-
escritos: breve escena de 25, 13-22. La descripción del
trascurría, cf. Billerbeck. ciarse continuó aún por breve tiempo en la
proceso se simplifica. Festo aparece como
Iglesia antigua en forma de celebración de a) En sentido positivo, 8eiai8ai[i,ovía signifi- una persona digna y respetable que quiere ac-
2. Tan sólo en el Apocalipsis se asocian ágapes (->• aYáitri 4). ca temor de Dios: Polibio VI, 56, 7; Filodemo,
Herculanensia, 1251,10; Diodoro Sículo I, 70, 8; tuar según los principios de Roma como Esta-
SsÍJtvov (19.9.17) y Seutvéü) (3, 20) con el J. Wanke XI, 89, 8; Dión Crisóstomo, 44, 9; CIG 2737 b2 do de derecho. Y el apóstol aparece como en-
851 óeiai6aiu.ovía 852 853 5eioi5aifi,ovía - 8éxoc 854

carcelado proclamador del evangelio. El men- OEfieoxáxovc, xwv 'Ekkr]fiwv jtávTeg X.éyo'u- 8; 14, 15-17 y principalmente 17, 32-34, no se que se pueda celebrar válidamente el culto divino
saje cristiano acerca de la resurrección, que oiv); Elio Dionisio 24, 3 CAO-nvaíoic; ntQiaao- pretende ofrecer una delicada y comprensiva (Meg 4, 3); en Rut 4, 2, por ejemplo, los 10 an-
tiene plenamente sus raíces en la «religión ju- teoóv TI f| T0T5 akXoig kc, xa detá écru anov- descripción del fracaso de Pablo, sino de ex- cianos que se sientan a juzgar representan a la to-
día», es la intención esencial del escritor bí- talidad. En la apocalíptica, la división del tiempo
8fjg); Pausanias I, 17, 1. En este sentido poner lo que en realidad es un fracaso «histó- del mundo en 10 períodos expresa la plenitud de
blico. positivo Clemente de Alejandría cita dos ve- rico», la incomprensión mostrada por el mun- los tiempos; la décima semana se considera como
ces el discurso del Areópago: Strom I, 9, 1 do helénico (pero cf. en Hech 10-11 la el tiempo mesiánico (Hen [et] 93, lss; 91, 12-17,
3. El adjetivo 6fi(Ti5aí|u»v piadoso, reli- (Hech 17, 22-28) y Strom V, 12, 4 (Hech 17, historia de Cornelio). Un resultado parecido etc.).
gioso*, se usa en grado comparativo con sen- 22-23). nos lo ofrece 25, 13-22; 26, 1-23, en lo que En la filosofía griega, al número diez le co-
tido de superlativo (como Diógenes Laercio Lo curioso es (Wikenhauser, 292) que Lu- respecta al mundo romano. Esta fe proclama- rrespondía particular importancia, sobre todo en
III, 132). En el NT no aparece sino en Hech cas no emplea el término específico «temero- da por Pablo, «es consciente de que Dios -in- la escuela de Pitágoras. En ella se vio un valor
17, 22 y no se encuentra en la LXX. en toda analogía, y al mismo tiempo se vio ar-
sos de Dios» (s{)oe(3r|5; cf. Hech 10, 2.7; en dependientemente de que le comprendamos o
monía. A determinados números se les atribuye-
Como el sustantivo, 8ei0i8aíu,cov puede ambos casos es lo que se dice de Comelio; cf. n o - estuvo siempre cerca de nosotros» (Con- ron no sólo valores numéricos sino también va-
usarse en sentido negativo y significa enton- Hech 22, 12 v.l.; en el NT, aparte de Hechos, zelmann, 113). lores éticos: así ocurrió con el denominado
ces supersticioso: Teofrasto Char 16; Filode- este término aparece sólo en 2 Pe 2, 9), sino F. Staudinger tetraktys, el número cuaternario 1 + 2 + 3 + 4 .
mo, Piet 105; Diodoro Sículo I, 62; Filón, que utiliza 8ei0iSaíu.CDV (el grupo de palabras Como la suma de estas cuatro cifras era 10, se
Cher 42; Máximo Tirio 14, 16s; Luciano, Pro con el tema ei)oe|3- es desconocido en los pensó que en el número 10 se contenían los cua-
Imaginibus, 27 (en superlativo). Los autores Ó£taií>aí|l(OV, 2 deisidaimon piadoso, re- tro valores fundamentales. El diez se consideró
evangelios y en las cartas paulinas auténti- como el supremo número real. - Esta manera de
cristianos emplean 8eicn8aí|tcúv en la lucha cas). Según Hechos, lo de «temeroso de Dios» ligioso
vez las cosas fue recogida por la gnosis (así Ire-
contra los herejes, como hace Justino, Apol II, (sintagma eíioep-) se aplica únicamente a los -> 8etai8aiu.ovía 3. neo, Haer I, 10: 4 elementos, 10 virtudes; I 11,
3; Clemente de Alejandría, Prot 2; Orígenes, adoradores del único Dios verdadero, cf. 2: el número diez). Por otra parte, Filón conoce
Cels 3, 79; 4, 5; Epifanio, Haer 62, 7. Hech 17, 23 (el verbo aparece en Hech 17, 23 el diez como xzkzioc, aQid[róc, (VitMos I, 96,
S é x a deka diez* etc.).
Por textos contemporáneos, por el contexto [cf. 1 Tim 5, 4] y el sustantivo en Hech 3, 12).
En Hech 17, 23 Pablo basa su alabanza en el 1. Aparición en el NT - 2. Significado general del
de Hech 17, 22 (cf. 25, 19) y por los resulta- número diez - 3. óéxa en el NT - 4. Compuestos con
hecho de que ha encontrado un altar dedicado 3. En el NT el número diez sirve de marco
dos de las investigaciones (Bolkestein, Koets, Séxa - 5. Séxatog.
«al [o a un] Dios desconocido». Con este he- para enumeraciones: Rom 8, 38s (10 poderes
Moellering, Nowack; cf. también GraBer, so-
cho enlaza él su predicación acerca de Dios y Bibl.: Bauer, Wórterbuch, s.v.; H. Dórrie, Pythago- opuestos); 1 Cor 6, 9s (10 vicios); Mt 8-9 (10
bre todo 44s) se deduce que Pablo, en la ini- ras (1), en Pauly, Lexikon IV, 1267s; E. Frank, Plato
acerca del hombre y termina con el mensaje ejemplos de milagros). En Mt 1, lss la genea-
cial captatio bevevolentiae de su discurso del und die sogenannten Pythagoreer, Halle 1923, 251s,
de la nueva venida del Resucitado. logía de Jesús se asocia con el esquema de la
Areópago (Hech 17, 22-31), no entiende en 309ss; P. Friesenhahn, Hellenistische Wortzahlenmys-
tik, Leipzig 1935; H. Haag, Die biblischen Wurzeln consumación del mundo en 10 semanas.
absoluto 8ei0i8aíu.ü)v en sentido irónico ni Al presentar el discurso de Pablo en el Areó-
mucho menos peyorativo, sino en el sentido des Minjan, en FS Michel, 235-242; F. Hauck, 8Éxa, El vocablo 8éxcc, en sí mismo, aparece como
pago, Lucas pretende enseñarnos dos cosas: en ThWNT II, 35s; Liddell-Scott, en el vocablo co- resultado de una multiplicación por 2 (2 x 5 =
positivo de religioso, piadoso (en sentido lite- cómo era la predicación misionera de los rrespondiente; D. Najock, Zahlenmystik, en Pauly, Le-
ral: «temoroso de los demonios»). Este senti- 10) en Mt 25, 28, y como resto de una sus-
cristianos dirigida a los paganos, y «cómo en xikon V, 1447-1449.
do se halla atestiguado en: Jenofonte, Cyrop tracción (12 - 2 = 10) en Mt 20, 24; Me 10,
aquel entonces, en aquel encuentro incompa- 41, es decir, sin ningún significado adicional.
III, 3, 58; Ag, 11, 8; Aristóteles, Pol 1315a 1; rable, el singularísimo Pablo supo habérselas 1. En el NT, 8éxa aparece 24 veces; apare-
EpigrGraec 607, 3. Como número redondo menor lo encontramos
con los representantes de la cultura griega» ce otras 11 veces en palabras compuestas con en Le 19, 13 (bis).16.17.24.25 (siervos, mi-
En Hech 17, 21 Lucas caracteriza de dos (Conzelmann, 111). En esta composición se 8éxa (-• 4). nas, ciudades); 15, 8 (dracmas); 14, 31 (miles
maneras a los atenienses cultos, reflejando esboza un tipo bimembre de Credo primitivo: de soldados); 17, 12.17 (diez leprosos); Ap 2,
fielmente lo que de ellos pensaban los con- Dios, el Creador - Jesucristo, el Juez que ha 2. El principio decimal parece ser una institu-
ción semítica muy antigua, aunque en Israel y en 10 (un lapso de tiempo relativamente breve,
temporáneos. Señala que son ávidos de saber de venir (cf. 1 Tes 1, 9s; 1 Cor 8, 6). Lucas con dependencia aquí de Dan 1, 12.14). En
cosas nuevas (v. 21, así piensan también De- Mesopotamia no logró imponerse sino de manera
«emplea la estructura de la tradición de una Hech 25, 6 «no más de ocho o diez días» sig-
imperfecta en el sistema de pesos y medidas. En
móstenes, Or 4, 10; Tucídides III, 38, 4; Can- determinada escuela judía, que se caracteriza el AT el número diez es símbolo de la totalidad nifica un número redondo, como cuando no-
tón de Afrodisias 1, 11) y que son piadosos (v. principalmente por sus elementos sapiencia- perfecta y aparece, entre otros, en los siguientes sotros decimos «unos 15 días». - En cambio,
22). En el mundo antiguo se consideraba a los les; pero luego interpreta el contenido de esa contextos: 10 mandamientos (Ex 20; Dt 5), 10 lo de las 10 vírgenes en Mt 25, 1 podría po-
atenienses como especialmente religiosos por tradición con arreglo a su propia intención te- plagas (Ex 7-11), 10 patriarcas (Gen 5) y en ge- nerse en relación con el minyan, como núme-
el gran número de templos y de imágenes de ológica» (Grafier, 45). Lo que a él le interesa neral en el pago del diezmo (Gen 28, 22; ->
SEXÓTTI).
ro que (teniendo en cuenta la expectación del
dioses que había en su ciudad: Sófocles, Oed es que los paganos comprendan que hay un fin de los tiempos) tiene rasgos de la teología
Col 260 (xác, y' 'Adrivag (paca 'freooepea- solo Dios, que es el Creador, y que se con- En el judaismo encontramos, por ejemplo, el
número 10 en la regla de que únicamente la pre- de la pascua (cf. Dan 7,7). - En Ap 12, 3, los
xáxag EÍvca); Josefo, Ant II, 130 (toüg eíi- viertan creyendo en Jesucristo. Según Hech 1, sencia de 10 varones adultos (el minyári) permite 10 cuernos reflejan elementos de la tradición
855 5éxa - AexájtoXis 856 857 AexáitoXig - SEXTOS 858

(cf. Dan 7, 7), pero adquieren también su sig- diferente contexto): aquellos dieciocho a los (Plinio, Tolomeo). Hay que contar con que se En el NT, ambos términos aparecen única-
nificado por una alusión histórica concreta que mató la torre al derrumbarse sobre ellos, produjeron cambios. Así, Herodes el Grande mente en Heb 7, 2-9 (6exátr| 4 veces, óexa-
(cf. Dan 7, 24). La misma idea aparece en Ap o una mujer que llevaba ya dieciocho años en- sometió hasta su muerte las ciudades de An- TÓCÜ 2 veces).
13, 1 (bis); 17, 3.7.12 (bis).16. ferma. tioquía ad Hippum, Gádara y Cánata. La De-
cápolis se desintegró hacia el año 200 p.C. Sus 1. Fuera del NT, el término ÓEXÓCTn se em-
4. Los compuestos de 5éxa reflejan en la ciudades más importantes eran Gádara y Esci- plea para designar la décima parte que hay
mayoría de los casos circunstancias concre- bexanévte dekapente quince* tópolis (durante algún tiempo, capitales de la que pagar como un tributo, en los impuestos
tas: por ejemplo, SEXOCOXTCO en Le 13, 4 re- Jn 11, 18: quince estadios; Hech 27, 28: región), y también Pela, Gérasa, Hippos, Fila- sobre las cosechas, las casas y en las dedica-
presenta un acontecimiento histórico; en 13, quince brazas; Gal 1,18: quince días (perma- delfia e incluso Damasco. ciones a los dioses (porción de un botín, por-
11.16, una circunstancia de tiempo; Sexa- neció Pablo con Cefas en Jerusalén; se trata Me 5, 20 sitúa el exorcismo de Gérasa (-v ción de su sacrificio). Así que el diezmo co-
jtévtE en Jn 11, 18, una indicación de distan- de un período redondeado de tiempo; cf. rriQa0r|vóg) en la Decápolis, aunque la esce- rresponde como término técnico al hebreo
cia; en Hech 27, 28, la profundidad de las Bauer, Worterbuch, s.v. 8éxa). na se desarrolla junto al Lago de Genesaret, ma'aser (cf. Gesenius-Buhl, s.v.), y en Heb 7,
aguas; en Gal 1, 18, un lapso de tiempo, que porque Marcos quiere hablar del efecto de la 2 y (expresamente) en 7, 4 significa el diezmo
según la manera antigua de medir equivale a AexájloXig, £0>5, í| Dekapolis Decápo- primera misión cristiana en la Decápolis (Gé- como porción del botín; en la interpretación
dos semanas; bsxaxéaaaQEC, en 2 Cor 12, 2; lis* rasa se hallaba situada en el centro de la re- de los vv. 1-3 que se hace en los vv. 8-9, el
Gal 2, 1 significa cierto número de años. - En gión; de manera parecida en 7, 31). Mateo no término se refiere al diezmo que corresponde
Mt 1, 17 (ter) podría haber especulación acer- Bibl: A. Alt, Kleine Schriften II, MUnchen 21959, recoge este dato, pero en Mt 4, 25 (siguiendo a los levitas como participación en los sacrifi-
384-395, 452s; I. Benzinger, en Pauly-Wissowa IV,
ca de los tiempo (gematría): el valor numéri- 2415-2417; H. Bietenhard, Die syr. D. vori Pompeius a Me 3, 7s) emplea la Decápolis como palabra cios. Los pasajes evocan la historia de Mel-
co de las letras del nombre de «David» (= 4 + bis Traían, en ANRW U/8 (Berlín 1977), 220-261; H. clave para ofrecer un marco en el que se pro- quisedec en Gen 14, 17-20 y la fijación de los
6 + 4) corresponde a 14 generaciones como Guthe, Die griech.-rómischen Stadte des Ostjordan- dujeron diversos hechos, es decir, sigue en es- ingresos de los levitas en Núm 18, 20-32.
agrupación importante (Friesenhahn, 98s y W. landes, Leipzig 1918; A. H. M. Jones, The Cities ofthe te punto a la idea de Marcos. Lucas no men-
Eastern Román Provinces, Oxford 21971, 255-259; G.
Grundmann, Matthaus [ThHK], sub locó). Kroll, Auf den Spuren Jesu, Leipzig '1975, 326, 328 ciona la Decápolis, suponemos que por 2. oexciTÓCD (con acusativo) aparece única-
(mapas 80. 194); K. Matthiae, Chronologische Über- presentar en Hechos un comienzo y una histo- mente en la LXX y en Hebreos (en este últi-
5. 5éxato5 décimo* aparece (tanto en el sichten und Karten zur spatjüdischen und urchristli- ria de la misión cristiana primitiva que se mo escrito, 2 veces). Corresponde al término
NT como fuera de él) no sólo como número chen Zeit, (Berlín 1977) Stuttgart 1978; S. Th. Parker, aparta notablemente de la exposición efectua- técnico hebreo 'asar (por ejemplo, en Neh 10,
ordinal sino también en usos que correspon- The Decápolis Reviewed: JBL 94 (1975) 437-441;
Schürer II, 37-41, 148-193. da por Marcos. 38; cf. Gesenius-Buhl s.v.). En Heb 7, 6 se di-
den al significado especial de 8éxa. ce (en voz activa): cobrar el diezmo; en el v.
En el NT aparece 3 veces (sin contar el sus- G. Schille
Las ciudades-estados al Este del Jordán (tan 9 (en voz pasiva): pagar el diezmo.
tantivo -• 5exáxr|): en Ap 11, 13 expresa un A. J. HeB
sólo en torno a Escitópolis se extendía la De-
número fraccionario (redondo) (1/10); en Ap
cápolis más allá del Jordán, como una cuña bexaTÉooaQ£$ dekatessares catorce*
21, 20 es parte de una enumeración que llega
entre Samaría y Galilea), que desde los tiem- Este número aparece tres veces en Mt 1, 17
hasta 12. El significado especial de diez pare- ftéxatog, 3 dekatos el (la, lo) décimo
pos de Alejandro Magno se habían desarro- en la expresión «catorce generaciones»; cf. A.
ce que desempeña un papel en Jn 1, 39. La ho- -> 5éxa 5.
llado hasta constituir ciudades helenísticas, Vógtle: BZ 8 (1964) 240-248; 9 (1965) 32-
ra exacta (la hora décima = las 4 de la tarde)
fueron conquistadas y privadas de su indepen- 38; H. C. Waetjen: JBL 95 (1976) 205-230.
en la que se ofrecen las primeras palabras de
dencia por Alejandro Janeo (103-76 a.C), has- En 2 Cor 12, 2 Pablo habla de que hace ca- SexaTÓO) dekatoo pagar diezmos, recibir
Jesús en este evangelio parecen indicar la ho-
ta que Pompeyo las liberó hacia el año 63 a.C. torce años «fue arrebatado». En Gal 2, 1, la diezmos
ra del cumplimiento (R. Bultmann, Das Evan-
y las convirtió en liga de ciudades bajo la au- segunda visita de Pablo (con Bernabé y Tito) -> ÓExáTT).
gelium des Johannes [KEK], sub loco).
toridad del gobernador sirio, con administra- a Jerusalén tuvo lugar «al cabo de catorce
A. J. HeB ción autónoma y derecho a acuñar moneda. El años»; cf. H. Schlier, Der Brief an die Gala-
nombre de Decápolis («diez ciudades») se de- ter (KEK), sub loco. -> 5éxa 4. SexTÓc;, 3 dektos aceptable, bien recibido*
6exa8í)0 dekadyo doce riva del número original de las ciudades en Ser bien recibido por la gente, en Le 4, 24 (a
Hech 19, 7 Textus Receptus y 24, 11 Textus cuestión y se explica, al mismo tiempo, por lo diferencia de Me 6, 4, donde se habla del pro-
Receptus (en ambos casos, en lugar de redondeado del número diez. La Decápolis S e x á t t ] , t|5, r\ dekate la décima parte, feta en su patria), pero ser siempre aceptable a
SróÓExa). Cf. también Bern 8, 3; EvEb 2. comprende una región situada al Este del lago diezmo* los ojos de Dios: Le 4,19 (el año aceptable pa-
de Genesaret, que llega casi hasta el Mar Sexaxóco dekatoo pagar diezmos, recibir ra el Señor; Is 61, 2 LXX); Hech 10, 35 (el
ÓExaoxtíó dekaokto dieciocho* Muerto (al Este de Perea), con una superficie diezmos* que teme a Dios, de cualquier nación que sea);
Le 13, 4.11 (las dos veces se trata de, mate- de unos 30.000 km2. Las ciudades que integra- Bibl.: Haag, Diccionario, 475; H. Volkmann, en 2 Cor 6, 2 (con xaiQÓg; Is 49, 8 LXX); Flp 4,
rial peculiar de Lucas, pero en cada caso en ban la liga se enumeran de manera diferente Pauly, Lexikon I, 1438. 18 (con •6-uaía). ThWNT II, 57-59.
859 8eXeáí¡co - 6e|ióg 860 861 5e|iÓ5 862

En Jds 12 se describe a los falsos maestros gua); Hahn, Hoheitstitel, 126-132; B. Hartmann, se lo consideraba como pervertido (Prov 4,
óeXeá^it) deleazo atraer, seducir* Rechts und links, en BHH III, 1564s; Ph. Vielhauer,
Sant 1, 14: de la tentación, en la que el que hay en la comunidad como «árboles de 27) y necio (Ecl 10, 2). Y con lo «derecho» se
Ein Weg zur ntl. Christologie ? Prüfung der Thesen F.
hombre «es llevado y seducido por su propia fines de otoño, sin fruto, dos veces muertos, Hahns, en Aufsatze zum NT, München 1965, 141-198; asociaban ideas de felicidad, éxito y salvación
pasión (em'fhjuia)». 2 Pe 2, 14.18: los falsos desarraigados». Un árbol que, en tiempo de la Ch. Wolff, Die Hand des Menschen, München 1973. (sobre el pensamiento de los griegos en esta
recolección, en otoño, no produce fruto y ca- Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1037. materia, cf. Gornatowski, 45ss). El Resucita-
maestros «seducen a las almas inestables»;
atraen a los que acaban de escapar del error. rece incluso de follaje es como una nube que do ordena a los discípulos que echen las redes
1. Se^ióg aparece 54 veces en el NT. Es un
no trae agua; inútilmente se espera algo de él. al lado derecho (ele; xa óe^iá u.érjr|) de la
término muy frecuente en Mateo (12 veces),
Quizás se piensa también en árboles que no embarcación, que es el «lado de la suerte»
Marcos (7), Lucas (6), Hechos (7), Hebreos
SévÓQOV, OV, TÓ dendron árbol* sólo no dan fruto sino que carecen incluso de (Bauer, Worterbuch, s.v.) (Jn 21, 6). El Hijo
(5) y Apocalipsis (9). En cambio, en el Corpus
Bibl: T. Lohmann, Senfkorn, en BHH III, 1771; U. follaje. Como están desarraigados, son estéri- del hombre, con su dignidad real, colocará
paulinum no se encuentran más que 3 ejem-
Winter, Der stilisierte Baum. Zu einem auffdlligen As- les. Es difícil explicar lo de «dos veces muer- -en el juicio- a los bendecidos a su derecha, y
plos.
pekt der altorientalischen Baumsymbolik und seiner tos». Es un atributo que se sale ya de la ima- a los malditos, a su izquierda (Mt 25, 33s; Cf.
Rezeption im AT: BiKi 41 (1986) 171-177. Platón, Resp 614c). Me 16, 5 y Le 1, 11 tie-
gen y caracteriza directamente a los falsos 2. Los significados del adjetivo (derivado de
1. De las 25 veces que aparece el término maestros. ¿Están «dos veces muertos», por- 6ex[x]o|xai, «tomar») -sobre todo la gran estima nen probablemente una interpretación pareci-
en el NT, 12 corresponden a Mateo, 7 a Lucas, que, hallándose originalmente en pecado, fue- general de todo lo que se halla al lado derecho- da. Algunas veces se puede mencionar junta-
4 a Apocalipsis, 1 a Marcos y 1 a Judas. Ex- ron resucitados a la vida por la fe y el bautis- tienen su raíz últimamente en la función domi- mente «a la derecha y a la izquierda», sin
mo, pero ahora han vuelto a «morir» por nante de la mano derecha como la que suele estar formular -según parece- un juicio de valor
presiones que aparecen con frecuencia: óév-
haber caído en la herejía? ¿O lo que se piensa activa y la que, por tanto, es la más hábil («dies- (Me 10, 37 par.; 15, 27 par; 2 Cor 6, 7). Pero
5QOV xakóv (o á y a d ó v ) , SÉVOQOV aanQÓv tra») y también la más fuerte (cf. Gornatowski, 5).
(también actJioóv 5év6rjov), 6ÉV5QOV LIT) es que su muerte física significará al mismo aun en estos casos se menciona siempre en
jtoioüv xaQJióv naXóv. Corresponden, todas tiempo la «muerte eterna» por el juicio de primer lugar «a la derecha», y luego «a la iz-
3. La curación de la mano derecha es ur-
ellas, a la acepción del término estudiada en 2.c. Dios? (cf. Ap 2, 11; 20, 6.14; 2 1 , 8). Cf. quierda».
gente, porque es la que realiza el trabajo
Schelkle, Judas (HThK), sub loco. principal (Le 6, 6 a diferencia de Me 3, 1; Mt
J. M. Nützel 5. El hecho de que una persona se siente a
2. a) 8évÓQov, en primer lugar, se emplea 12, 10). La mano derecha es la que da las li-
la derecha significa que se concede a esa per-
en sentido literal: Mt 21, 8; Me 8, 24; Le 21, mosnas (Mt 6, 3) y realiza la imposición de la
sona una distinción especial. En la corte de un
2 9 ; A p 7 , 1.3; 8, 7; 9, 4. 6e|lO>vápog, OV, Ó dexiolabos soldado que mano (Ap 1, 17). Para hacer un juramento, se
rey terrenal, el sentarse a la derecha del mo-
está armado con armadura ligera (?)* levanta al cielo la mano derecha (Ap 10, 5), y
b) En Mt 13, 32; Le 13, 19 la forma final narca es ocupar el sitio de mayor honor (1 Re
6e|ioXá(3o5 aparece únicamente en Hech esta mano es la que recibe la marca salvado-
del árbol que ha crecido a partir de una pe- 2, 19; Sal 44, 10 LXX). En el reino celestial,
23, 23, donde se dice que 200 8 e | i o ^ á p o i ra (Ap 13, 16). Se coge a alguien de la mano
queña semilla, sirve de metáfora para expre- el sentarse en un trono junto a Dios es partici-
formaban la escolta militar que acompañó a derecha para prestarle ayuda (Hech 3, 7). Se
sar la capacidad de éxito y la expansión uni- par del honor y del poder divino (Sal 109, 1
Pablo durante su traslado de Jerusalén a Cesa- extiende la mano derecha para un apretón de
versal del reino de Dios (cf. Dan 4, 9.18s, LXX).
rea. No se conoce la significación exacta de manos, a fin de sellar así un acuerdo (Gal 2,
donde el reino de Nabucodonosor aparece en Sal 109, 1 LXX (XCV&OTJ EX Se^ic&v (ion...)
este tecnicismo militar. Testimonios de la 9; 2 Mac 12, l i a y passim). También los ac-
sueños como un árbol enorme; cf. también Ez constituye la base para numerosos pasajes del
época bizantina (siglos VII/X) mencionan a tos sexuales prohibidos son obra de la mano
17, 22-24). NT (pero no para todos, cf. Vielhauer, 171s)
los 6e^ioX,á(3oL juntamente con los arqueros y derecha (Mt 5, 30). Por su función dominan-
c) Frecuentísimamente se emplea en el NT te (en Mt 6, 23 y passim se la llama sencilla- en los que se enuncia la entronización de Je-
los honderos. Parece, pues, que se trata de
la palabra árbol como imagen del hombre, por mente r| Se^tá, la derecha). Y al miembro sús como soberano celestial y mesiánico o se
soldados de armadura ligera; cf. E. Haen-
cuanto sus acciones deciden acerca del valor que queda al lado derecho se le trata siempre fundamenta esa entronización en argumentos
chen, Apostelgeschichté1 (KEK), 619.
que tiene ante Dios y determinan así su futu- con especial deferencia: el ojo derecho es el de la Escritura (otros aspectos del empleo de
ro. «Si un árbol es bueno, dará fruto bueno; desencadenante del deseo sexual (Mt 5, 29), esta cita cf. en Hahn, 128). Juntamente con
pero si un árbol es malo, dará fruto malo» a la mejilla derecha se la ofende especial- las citas literales (Me 12, 36 par.; Hech 2, 34;
5 e | i ó g , 3 dexios derecho (el lado opuesto
(Mt 12, 33; en sentido parecido Mt 7,17 [bis]. mente (Billerbeck I, 342) con una bofetada Heb 1, 13), encontramos a menudo la versión
al izquierdo)
28 [bis]; Le 6, 43 [bis]). Por los frutos se co- (Mt 5, 39). más o menos libre de la cita como expresión
1. Aparición del término - 2. Gran estimación del de la certeza de que Jesús está sentado a la de-
noce el valor del árbol (Le 6, 44; Mt 12, 33c). «lado derecho» - 3. La mano derecha (miembros) -
¡Ay del árbol que no produzca frutos buenos! 4. Así como el hecho de ser zurdo expone a recha de Dios o de que se ha sentado a su
4. La derecha como «lado de la suerte» - 5. Sentado a
Será cortado -una imagen del juicio que apa- la derecha - 6. La (mano) derecha de Dios o de Jesús. sufrir discriminación incluso en los tiempos diestra. La conexión existente en el Sal 109, 1
rece ya en Is 6, 13; 10, 33s; 32, 19- y arroja- modernos, así también en la antigüedad la LXX entre xctdriu.cu y ex Se^icbv aparece só-
Bibl: A. Gornatowski, Rechts und links im antiken lo en el anuncio que se hace en Me 14, 62 par.
do al fuego (Mt 3, 10 [bis]; 7, 19; Le 3, 9 Aberglauben, tesis Breslau 1936; W. Grundmann, zurdería se veía ya como cosa antinatural
[bis]). Ó£§iós, en ThWNT II, 37-39 (bibliografía algo anti- (Wolff, 158). A lo «izquierdo» («siniestro») de que verán al Hijo del hombre «sentado a la
863 6e§ióg -- 8eou.cu 864 865 6éoum - 5eQ[iátivo5 866

derecha del poder» (= de Dios; cf., en sentido 1. El uso de 8éoum y Sér|0ig, con pocas manifiesta la esperanza contra toda esperanza ayuda. El motivo de que Dios no necesita na-
parecido, Heb 1, 3). Por lo demás, la entroni- excepciones, se concentra en los escritos pau- (2 Cor 1, 9; Rom 10, 1), el aspecto social de da refuerza la exhortación al arrepentimiento
zación de Jesús a la derecha de Dios, entendi- linos y lucanos (8éoum aparece un total de la fe y la dependencia en que los unos se ha- (cf. Hech 17, 30).
da ya desde muy pronto (con Vielhauer, 167ss 22 veces, y oéiioig, 18 veces). De la signifi- llan de los otros. Más allá del contexto de la Por lo demás, en ninguna otra parte del NT
en contra de Hahn, 126ss) como consecuencia cación básica de «carecer, necesitar» -que to- comunidad, en la oración en favor de la hu- aparece esta idea de la doctrina griega sobre
de la resurrección, se describe por medio de davía se conserva en 1x0006801,10:1.- se ha de- manidad no cristiana (1 Tim 2, 1) se cumple Dios. Por contraste, 2 Cor 5, 20 presenta a
->• xofli^to seguido de év 8e|ia (Ef 1, 20; sarrollado el sentido de suplicar, pedir, orar o «la vocación sacerdotal que la comunidad tie- Dios como Aquel que, cual el Crucificado y el
Heb 1, 3; 8, 1; 10, 12; 12, 2); y su existencia de petición, oración. ne con respecto al mundo» (Holtz, 56). A la que ruega, se da a conocer a través de la pre-
actual al lado de Dios se describe por medio
intercesión se la puede llamar sencillamente dicación apostólica.
de xódrium (Col 3, 1) o elvou (Rom 8, 34; 1 2. 5éo(xaí oov en un discurso directo (Hech U. Schoenborn
«la oración del justo» (Sant 5, 16; 1 Pe 3, 12).
Pe 3, 22) seguido por EV 5e|ioi. Por el contra- 8, 34; 21, 39; cf. 26, 3) corresponde a nuestra De la TtQOOEVXT] como oración «general»
rio, la idea de que Jesús está de pie ex 5e|ia>v fórmula de cortesía «por favor», y permite re- se diferencia la oéiiaig como oración «especí-
de Dios (Hech 7, 55s) podría estar influida
por enunciados como 3 Re 22, 19; Sal 44, 10
conocer a una persona que sabe hablar como fica». Pablo menciona su oración como prue- 5ÉOV deon necesario
es debido. Pablo se apoya en la fuerza retóri- ba de la seriedad de sus planes misioneros ->• 8et 1.
LXX. ca de 8éou.ou, cuando está en juego su misión (Rom 1, 10; cf. 1 Tes 3, 10). En Ef 6, 18 se di-
apostólica (2 Cor 5, 20; 8, 4; 10, 2; Gal 4, 12). ce que la oración es un «arma» (cf. 6, 13.17) 5éog, ou?, TÓ déos temor, reverencia*
6. En Hech 2, 33; 5, 31, el contexto sugie-
Se palpa el significado fundamental en los por medio de la cual actúa el Espíritu de Dios.
re (cf. 2, 34) que se interprete xfj óeíjig en Heb 12, 28: Servir a Dios con temor y reve-
enunciados en los que el que hace la súplica La oración «lucha» contra los poderes y apo- rencia (u.etá eí)Xa(3eíag xod 8éoug). ThWNT
sentido local como a la (mano) derecha (y no
manifiesta el estado de dependencia e incluso ya la causa del evangelio.
por la [mano] derecha). Así que la imagen de IX, 186-216.
de consternación en que se halla (Le 5, 12; 8, 5éou.ai y óéiioig se han desarrollado hasta
la (mano) derecha de Dios, que tanto relieve 28.38; 9, 38.40). También el no tener hijos
tiene en el AT como expresión del poder, se convertirse en conceptos de un determinado
(Le 1, 13) o la persecución (Hech 4, 31 con estilo de piedad que describe la actitud de los AEQP<XIO5, 3 Derbaios de Derbe*
halla documentada en el NT sólo por Ap 5, referencia a 4, 24-30) son ocasiones para ha-
1.7. En Ap 1, 16s; 2, 1, esta imagen se aplica cristianos (cf. Hech 10, 2: Cornelio oraba Gayo, acompañante de Pablo según Hech
cer oraciones de súplica. La plena humanidad constantemente a Dios; Le 2, 37: Ana presta- 20, 4, era de Derbe.
al Jesús resucitado (cf. también Ap 1, 17). de Jesús se realza en Heb 5, 7, cuando se ha-
Domina en esta imagen el motivo de la pro- ba servicio «con ayunos y oraciones noche y
bla de sus «oraciones y súplicas». El que pide día»; cf. Le 5, 33; Flp 4, 6; 1 Tim 5, 5). El em-
tección, como ocurre frecuentemente en el perdón (cf. Hech 8, 22), experimenta la con-
AT. Aquí el objeto de la protección son las co- pleo del término «oración» en sentido absolu- A É Q P I ) , t)g Derbe Derbe*
versión. La comunidad ora para que se envíen to supone que la oración va dirigida a Dios. Ciudad de Licaonia. Hech 14, 6.20; 16, 1
munidades, cuya protección se describe en obreros a la mies (Mt 9, 38 par. Le 10, 2), y
forma de las siete estrellas o ángeles que Je- Allá donde no se puede saber ya cuál es el mencionan visitas de Pablo a Derbe durante
responde en oración ante la inminente tribula-
sús tiene en su mano derecha. Este motivo de- contenido de la oración (cf. Hech 1, 14; 1 Tim su «primero» y su «segundo» viaje misionero.
ción apocalíptica (cf. Le 21, 36). La oración
termina también la frase elvaí ex óe^iñv 2, 1), su sentido habrá que deducirlo por el LThK III, 241; G. Ogg: NTS 9 (1962-1963)
como ardiente súplica, como lamentación y 367-370; B. Van Elderen, en FS Bruce, 156-
Tivog, estar al lado de alguien (Hech 2, 25, contexto.
como clamor pidiendo ayuda recurre a la dis- 161.
cita de Sal 15, 8 LXX). tancia salvadora que existe entre el necesitado
3. TiQOo5éo|nai tener necesidad (de algo)*
P. von der Osten-Sacken de ayuda y el poderoso.
aparece únicamente en Hech 17, 24s, en el
Cuando 8éoum tiene por objeto a terceros contexto del discurso del Areópago. El verda- SÉQUa, a t o ? , TÓ derma piel*
(cf. Le 22, 32; Hech 8, 24), entonces se habla dero sentido de la palabra se refuerza con En Heb 11, 37 dícese de profetas y de
óéo|uai deomai suplicar, pedir, orar* de intercesión. En las cartas de Pablo, el mo- (otros) mártires del pasado: «llevaron una vida
oíióé (v. 25): «Dios no hace que le sirvan ma-
óÉTioig, eoog, f| deésis petición, oración, in- tivo de la intercesión va más allá de la simple errante, cubiertos de pieles de ovejas y de ca-
nos de hombres como si necesitara algo» (cf.
tercesión* función estilística que tenía en las cartas anti- bras»; cf. O. Michel, DerBriefan die Hebraer6
Dibelius, 42). Aquí se refleja la antigua polé-
guas. La intercesión de la comunidad (Flp 1, (KEK), sub loco.
1. Aparición en el NT y significados - 2. Uso de es- mica del AT contra los conceptos antropomór-
tos términos en el NT - 3. Jipoa6éo|KU. 19) trata de conseguir la liberación del após- ficos de Dios (cf. Sal 50, 9; Is 42, 5). Con to-
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; M. Dibelius, Aufsat- tol. Por eso, Pablo reconoce en ella, agradeci- do, algunas tendencias de la Ilustración beQfiátivog, 3 dermatinos de cuero*
ze zur Apostelgeschichte, Gottingen 41961, 29-70; H. do, la acción del Espíritu (Flp 1, 4). En 2 Cor greco-helenística siguen siendo determinantes
Greeven, 6éo(iai KÚ.., en ThWNT II, 39-42; G. Holtz, En Me 1, 6 par. Mt 3, 4 se habla del cinto de
1, 11 se exhorta a la comunidad a practicar la (por ejemplo, la autosuficiencia de Dios). cuero de Juan el Bautista; cf. 2 Re 1, 8; Jose-
Die Pastoralbriefe (ThHK), Berlín 1965, 56s; E. Jün-
gel, Unterwegs zur Sache, München 1972, 179-188; intercesión como expresión de solidaridad Frente al Dios independiente se halla el hom- fo, Ant IX, 22; EvEb 2. Ph. Vielhauer, Aufsat-
H. SchónweiB, DTNT III, 216-222. (cf. 2 Cor 9, 14; 2 Tim 1, 3). La intercesión bre, totalmente dependiente y necesitado de ze zum NT, München 1965, 47-54.
867 &8QC0 - 6e0[I8CO 868 869 béa\ir\ - 5e0|xóg 870

Séyto dero azotar, golpear* injusta, y el arrendador no puede menos de 191-204; N. Walter, Die Philipper und das Leiden. Aus
censurarla. Por el contrario, Me 13, 9 hace re- 6éff|lil], T|5, rj desme manojo den Anfangen einer heidenschristlichen Gemeinde, en
1. Aparición en el NT - 2. Contenidos semánticos - ferencia al castigo de azotes que puede ser im- -> 5eau.óg 7. FS Schürmann, 417-434; F. Zeilinger, Der Erstgebore-
3. Uso teológico. ne der Schopfung. Untersuchungen zur Formalstruk-
puesto legalmente por las sinagogas judías, los tur und Theologie des Kol, Wien 1974, especialmente
Bibl: D. R. A. Haré, The Theme ofJewish Persecu- tribunales paganos, los gobernadores y los re- óéajiioc;, OV, ó desmios (el) prisionero, 71-73, 161-164.
tion of Christians in the Gospel according to St. Mat- yes. Hech 5, 40; 16, 37; 22, 19 mencionan ca-
thew, Cambridge 1967; M. Hengel, Das Gleichnis von (el) preso
den Weingartnern Me 12, 1-12 im Lichte der Zenon- sos concretos en los que se impuso a cristianos -y óeoLióg 3.4. 1. Alas 18 veces que aparece 5e0u.c>5 en el
papyri und der rabbinische Gleichnisse: ZNW 59 el castigo de azotes. Le 12, 47s hace referen- NT, hay que añadir Hech 22, 30 Textus Re-
(1968) 1-39; R. Pesch, Naherwartungen. Tradition cia a los antiguos castigos corporales que, so- ceptas y Heb 10, 34 Textus Receptus (donde
und Redaktion in Mk 13, Dusseldorf 1968, 126-129; bre todo según el Derecho romano, el pater fa- óeajióg, ov, ó desmos cadena, encarcela-
Id., Das Markusevangelium II, Freiburg i Br. 1977, so-
se lee 6eo[xóg en lugar de Séo^iiog). Con ex-
bre todo 216s; O. H. Steck, Israel und das gewaltsame
milias estaba facultado para aplicar a los de su miento* cepción de Me 7, 35 y Le 13,16, donde el tér-
Geschick der Propheten, Neukirchen-Vluyn 1967, so- casa. Le 22, 63; Jn 18, 23 y 2 Cor 11, 20 se re- 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos mino aparece en ambos casos con artículo, y
bre todo 269-273; H. Windish, Der zweite Korinther- fieren a las zonas nebulosas del derecho. El semánticos - 3. 8éo[Xtoc; - 4. Términos de la comunión en Lucas -además- con un pronombre de-
brief (1924), editada por G. Strecker, Gottingen 21970 óéoeiv a los condenados, mientras no se trate con Cristo y de la evangelización - 5. ovv&eoyioc, -
(sobretodo 11,20).
monstrativo, SeoLióg se halla siempre en plu-
de un castigo concomitante o adicional, no es 6. 8eou,Ei>co - 7. 6éo|iT|.
ral (en Flp 1, 13 en acusativo plural; cf. Eurí-
1. El verbo aparece 15 veces en el NT, 9 de admisible jurídicamente. Sin embargo, el con- Bibl.: E. Amen, Heilfür die Heiden. Zur Bedeutung pides, Ba 518), generalmente con artículo,
denado no podrá presentar una querella. De und Geschichte der Tr. vom besessenen Gerasener (Mk con excepción de Hech 20, 23; 23, 29; 26, 31;
ellas en los Sinópticos, donde el empleo del
manera parecida, en 2 Cor 11, 20 se acepta 5, 1-20 pan.), Frankfurt a. M. 1976; S. Arbandt-W.
2 Tim 2, 9; Heb 11, 36; Jds 6. Mateo no em-
término se concentra en la parábola de los vi- Macheiner-C. Colpe, Gefangenschaft, en RAC IX,
con serenidad el ser golpeado injustamente. plea 6eau.óg. Los términos Seouóc; y Séou.iog
ñadores en Me 12, 1-12 par. (5 veces: Me 12, 318-345; Bauer, Wórterbuch, 349s; P. Benoit-M.-E.
3.5; Mt 21, 35; Le 20, 10.11). Además, óépro Boismard, Synopse des quatre évangiles en francais son desconocidos en los escritos joánicos y
se encuentra en el discurso de Me 13, 9, en 3. En el contexto de la alegoría de los viña- II, Paris 1972, sobre todo § 142, 158, 217, 349; H. D. también en las principales cartas paulinas.
dores, la reacción de los arrendatarios hace re- Betz, Lukian von Samosata und das NT, Berlín 1961,
otra parábola de Le 12, 47.48 y en la historia especialmente 170s; Bultmann, Geschichte, sobre todo Los Sinópticos emplean 3 veces óeauóg en
de la pasión en Le 22, 63. También Juan in- ferencia al AT. Remite a la tradición deutero- 10, 65, 293s, 306s; DeiBman, Licht, 258-260; Dibe- relatos de milagros: Me 7, 35 (material pecu-
troduce el verbo en la historia de la pasión nomista acerca de la persecución y muerte de lius, Formgeschichte, especialmente 94s; E. Haenchen, liar); Le 8, 9 (redaccional) a diferencia de Me
(18, 23). Finalmente, óéoco aparece asimismo los profetas (Steck). Al mismo tiempo, esa tra- Der Weg Jesu, Berlín 1966, especialmente 257-277, 5, 8, el cual en 5, 1-20 hace una revisión in-
dición se enriquece en un detalle: el profeta 517-520; K. Kertelge, Die Wunder Jesu im Markus-
en Hechos (3 veces: 5, 40; 16, 37; 22, 19), en evangelium, München 1970, sobre todo 101-110, terpretativa de la tradición recibida (cf. An-
1 Cor 9, 26 y en 2 Cor 11,20. (Jesús) es, además, azotado. Me 13, 9 pone en 157-161; G. Kittel, bea\ióc, xü.., en ThWNT II, 42; nen, 24-26, 70-72, 206-207); Le 13, 16 (mate-
relación el destino de Jesús con el de los discí- H. J. Klauck, Das Amt der Kirche nach Eph 4, 1-6: rial peculiar). &za\ióc, aparece en relación con
2. Séfjot) significa literalmente desollar, pulos. Le 22, 63 y Jn 18, 23 remiten a otra tra- WiWei 36 (1973) 81-110; Kuss III, 72-75, 452-457; D. el encarcelamiento de Pablo: Hech 16, 26; 20,
despellejar. Con este sentido se emplea úni- dición del AT, aludiendo al Siervo de Dios se- R. de Lacey, Paul in Jerusalem: NTS 20 (1973-1974)
82-86; P. Lamarche, Le possédé de Gerasa (Mt 8, 28- 23; 23, 29; 26, 29.31; Flp 1, 7.13.14.17; Flm
camente en la LXX (Lev 1, 6; 2 Crón 29, 34; gún Is 50 y al Justo sufriente de los salmos. 34; Me 5, 1-20; Le 8, 26-39): NRTh 90 (1968) 581- 10.13; Col 4, 18; 2 Tim 2, 9. En la LXX, en-
35, 11), donde aparece como tecnicismo cul- También esta línea influye en la interpretación 597; Liddell-Scott, 380, 1701 (aúvÓEOiiog); H.-G. tre el grupo de palabras con el tema 6eou.-, se
tual para referirse a la acción de desollar a un de la suerte que han de correr los discípulos, Link, óéaiuog: DTNT II, 102-103; E. Pax, Stilistische emplea con frecuencia 5£0"|i,óc:; traduce a me-
animal víctima de un sacrificio. En cambio, según Me 13, 9. En los casos descritos por He- Beobachtungen an neutrale Redewendungen im NT:
SBFLA 17 (1967) 335-374; R. Pesch, Der Besessene nudo el hebreo 'asar, «atar, encadenar» o md-
en el NT 5éoco aparece únicamente en el sen- chos, los discípulos dan continuidad al destino von Gerasa, Stuttgart 1972, sobre todo 57ss; B. Ri- ser «cadena» (por ejemplo, en Is 49, 9; Sal 2,
tido figurado de golpear. En la voz activa lle- de sufrimiento de Jesús y renuevan su oferta gaux, Témoignage de l'évangile de Luc, Bruges 1970; 3; Jer 2, 20).
va acusativo. Se usa más raras veces en la voz de erigir el reinado del evangelio -un reinado G. Schneider, Das Evangelium nach Lukas (OTK),
pasiva (Me 13, 9; Le 12, 47s; cf. Bauer, Wor- libre de padecimientos- mediante la acepta- Gütersloh-Würzburg 1977, sobre todo 192-195, 298- 2. La raíz 5eou.- tiene el significado básico
terbuch, s.v.). Con excepción de 1 Cor 9, 26, 301; J. Schreiner, Die apokalyptische Bewegung, en
ción de los sufrimientos que se les va a impo- Maier-Schreiner, 214-253; H. Schürmann, Orientie- de «atar». Seofxóg significa en primer lugar
el verbo Séooo expresa siempre algo que suce- ner legal e ilegalmente. rungen am NT Exegetische Aufsatze III, Dusseldorf cadena; se emplea desde Homero, II, 6, 507;
de entre personas. En 1 Cor 9, 26 el sujeto es, D. Dormeyer 1978, sobre todo 89; E. Schweizer, La carta a los co- Od, 13, 100; cf. Herodoto III, 145; Platón, Leg
sí, una persona; pero el objeto en acusativo es losenses, Salamanca 1987; Ph. Seidensticker, Paulus, IX, 864e, siempre en el sentido propio y real
una cosa, concretamente el «aire» (-> ctt|fj). der verfolgte Apostel Jesu Christi, Stuttgart 1965; F.
Staudinger, Die Sabbatkonflikte bei Lukas, tesis meca- de la palabra. El poseso de Gerasa rompe in-
Sin embargo, en este caso se habla irónica- Seajiéno) desmeud encadenar, atar
nografiada Graz 1964; P. Stuhlmacher, Der Brief an cesantemente, como Sansón (Jue 15, 13s), las
mente del aire, en sustitución de una persona. -> SEOU.05 6. Philemon (EKK), Zürich-Neukirchen-Vluyn 1975; A. cadenas con que quieren sujetarle (Le 8, 29).
En la parábola de los viñadores, la acción de Suhl, Der Philemonbrief ais Beispiel paulinischer En su curación, se manifiesta el poder de Jesús
Paranese: Kairos 15 (1973) 267-279; G. TheilJen,
«golpear» al encargado de cobrar la renta es fteajiéw desmeo encadenar, atar Urchristliche Wundergeschichten, Gütersloh 1964; A. sobre los demonios y se manifiesta también su
una reacción realista de defensa por parte de Le 8, 29 C Koiné A D W O (en vez de -> Vanhoye, La structure littéraire de l'épitre aux Hé- misericordia universal (la única historia de cu-
los arrendatarios. Desde luego, es una acción 6eou£iJíD): «fue atado con cadenas». breux (SN 1), Paris-Bruges 1962, sobre todo 173-182, ración en territorio pagano). Juntamente con
871 Seamos 872 873 Seamos 874

Silas, se encuentra Pablo aherrojado en Filipos embargo, cuando se usan en sentido figurado, quitarse la vida, pensando que los presos se en la prisión y por otras personas, de tal ma-
(Hech 16, 26). En su discurso de despedida en y en ciertos contextos, el sintagma pierde de habían escapado (16, 27). nera que el apóstol soporta sus cadenas por
Mileto, dirigido a los ancianos de Efeso, el algún modo el elemento de violencia y expre- Según Hech 23, 18, Pablo -estando preso- amor de Cristo; por otro lado, los demás her-
apóstol habla de las «cadenas y aflicciones» sa un contenido eminentemente positivo. En notifica por medio de su sobrino al centurión manos, mientras él se encuentra preso, se
que le aguardan en Jerusalén (Hech 20, 23). conexión con una idea típica de la antigüe- que hay una conjura para matarle a él (a Pa- atreven tanto más audazmente a proclamar el
Al final de su defensa ante Festo y Agripa, dad, Me 7, 35 describe cómo Jesús cura la blo). El procurador Festo se hace cargo de un evangelio de Cristo» (Link, 1141); cf. 1 Clem
Pablo desea y pide a Dios la conversión de lengua que estaba atada por un demonio (DeiB- preso del tiempo en que Félix había ejercido 49, 2).
sus oyentes, «claro que sin estas cadenas» mann, 258ss), a fin de iniciar así la llegada el cargo (Hech 25, 14) y, en una conversación
(Hech 26, 29). del reino de Dios para el sordomudo y hacer con Agripa, cree que es absurdo enviar ese 5. <rí>v6eono5 vínculo, atadura, cadena*
En la palabra de exhortación (Heb 13, 22), posible la alabanza de Dios en la proclama- preso al César sin indicar «cargos racionales» (término conocido desde Eurípides y Tucídi-
Heb 11, 36 menciona a los héroes de la anti- ción. El conflicto lucano en torno al sábado en su contra (25, 27). Hech 28, 16 Textus Re- des; cf. LXX: 1 Re 6, 10; 14, 24; Is 58, 6.9;
gua alianza que, por las convicciones de su fe, (Le 13, 10-17), que según la historia de las ceptas contiene una ampliación: «El centu- Jer 11, 9; cf. Josefo, Ant III, 120; o xó
sufrieron «vituperios y azotes, sí, y también formas es un litigio y un diálogo didáctico, O'ú'v8£0U.ov, Bern 3, 3) significa literalmente
rión entregó [en Roma] los presos al prefecto
cadenas y prisiones». Las cadenas son como tiene su punto culminante en el v. 16 median- lo que une. Este término aparece 4 veces en el
militar»; cf., a propósito, GNTCom. En Hech
las joyas de los mártires que sufren, a pesar de te la acción salvadora de Jesús. Porque así NT. Ef 4, 3 habla del «vínculo de la paz». En
28, 17, Pablo -en un discurso dirigido a los
que son inocentes (por ejemplo, IgnEf 11, 2; como no se profana el sábado desatando del Col 2, 19 o"úv8sau.oc; designa a Cristo, que
judíos- informa que «él fue entregado preso
IgnMagn 1,2; IgnFil 8, 1; Polic 1,1); son ex- pesebre al ganado, menos aún se quebrantará mantiene unido a su cuerpo, que es la Iglesia;
desde Jerusalén en manos de los romanos». El
presión de su fidelidad a la fe y son meritorias por soltar de las cadenas de Satanás a una en 3, 14, el término se refiere al amor, que
término, desconocido en la Cartas católicas y -como vínculo divino- une entre sí a los cre-
(cf. IgnRom 2, 2; 4, 1). «hija de Abrahán». Con arreglo a la voluntad en el evangelio de Lucas, se refiere especial- yentes (cf. Os 11, 14) y los libera. Cf. IgnTral
En sentido derivado, 8eo[ióg puede signifi- salvífica de Dios, la mujer «tiene que» ser li- mente a Pablo cautivo; pertenece a su teología
car también el cautiverio, el encarcelamiento berada de sus cadenas. 3, 1; Orígenes, Hom. 9, 4 in Ier. (cf. numero-
(-> 4) y a los textos parenéticos de los escritos sos ejemplos en PGL, 1310s). En Hech 8, 23
(por ejemplo, Diodoro Sículo XIV, 103, 3; Jo- En las palabras de juicio contra los falsos tardíos (Heb 10, 34; 13, 3; cf. Luciano, Pe-
sefo, Ant XIII, 294, 302; Vita 241). Lucas no maestros que hay en la comunidad, Judas ha- Pedro ve a Simón de Samaría apresado en una
regrMort 12), «cadena de iniquidad» y codicia; cf. Bern 3,
sólo describe detalladamente en Hech 21, ce una advertencia en 5-16, con lenguaje apo-
18ss el prendimiento de Pablo, sino que ade- calíptico y profético, refiriéndose a los ánge- 3, 5 (cita de Is 58, 6.9 LXX); cf. Bauer, Wor-
4. 8EOHÓ5 y 5éo[xiog significan, en las car- terbuch, s.v.
más acentúa en Hech 23, 29; 26, 31 lo injusto les a quienes el Señor mantiene «en cadenas tas que Pablo escribe desde la prisión y en el
que fue su encarcelamiento. Realza la figura eternas (Seoiiolg 0Ü8Í015), en la oscuridad, contexto de las cartas deuteropaulinas, que el
del apóstol, que emula en sí mismo al Cristo 6. El verbo deofieíio) encadenar* aparece
hasta el juicio del gran día»; cf. Hen [gr] 10, apóstol es un Séouiog XQLOTOÜ TT)OOÍ3 (Flm
sufriente (Flp 3, 12ss), como modelo del már- 3 veces en el NT. Se halla atestiguado desde
4-6: Jub 5, lOs; Yom 6, 8 (cf. Billerbeck III, 1.9; en ambos casos sin artículo), el (¡con ar-
tir que sufre, a pesar de ser inocente. Personas Eurípides, Jenofonte, Epicteto, y aparece en
783-785; Schreiner, 234-252. tículo!) preso (Ef 3, 1) de Cristo Jesús en fa-
que no comprenden o que son contrarias a Pa- Jue 16, 11; 3 Mac 5, 5 y passim en la LXX. Se
vor de los gentiles «en el Señor». Tan sólo en encuentra también en Josefo, Ant XIV, 348.
blo, quieren hacer más pesadas sus cadenas 3. déofiio; (el) preso* aparece 16 veces en Ef 4, 1 óéauxoc; se halla construido con la ex- Al poseso de Gérasa «se le encadenaba cons-
(Flp 1, 17). En la salutación final, el autor de el NT. El término se encuentra varias veces en
Colosenses alienta así a la comunidad: «¡Re- presión típicamente paulina ev XUQUO. El cru- tantemente (en imperfecto) de pies y manos
la LXX como traducción del hebreo 'asar o ce del genitivo de autor, de cualidad y de po-
cordad que estoy en prisión]» (Col 4, 18; cf. 'asir (cf. Josefo, Ant XIII, 203; XVII, 145). como a un preso» (Le 8, 29, redaccional). Pa-
Ef 3, 1). Pablo, en la prisión, se ha convertido sesión expresa la íntima vinculación del blo, en su discurso de defensa en el atrio del
De las veces que este término se halla docu- apóstol con Cristo juntamente con su activi-
en padre del esclavo fugitivo Onésimo (Flm mentado en el NT, de las que 9 llevan artículo, templo de Jerusalén (Hech 22, 3-21), describe
10), que entretanto se ha hecho cristiano. El dad misionera. Esta vocación y esta misión cómo él, antes de su conversión, movido por
Me 15, 6 par. Mt 27, 16 (y redaccionalmente constituyen también la base, en la anamnesis
apóstol, con una carta de acompañamiento en Mt 27, 16) pertenecen al relato sinóptico de la el celo por Dios, había perseguido a los cris-
la que no falta el humor, le envía de regreso a paulina (2 Tim 1,8, con artículo), de la ex- tianos y los había metido en prisión «cargados
pasión. La multitud pide a gritos a Pilato que
casa de «su colaborador Filemón» (Flm 1). - hortación que se dirige a Timoteo para que de cadenas» (22, 4). En Mt 23, 4 (redaccio-
suelte a «un preso llamado Barrabás», y no a
El NT presupone en general el tipo de prisión practique un valiente discipulado en los pade- nal) Jesús condena a los escribas y fariseos (y
Jesús, en virtud de la amnistía que se concede
(romana), donde el preso permanecía aherro- cimientos. En Flp 1, 7.13.14.17 pone 6eo[xóg al mismo tiempo da una advertencia a la Igle-
por pascua (Me 15, 6-14). Hech 16, 25 refiere
jado hasta que era sentenciado (por ejemplo, que Pablo y Silas, en la prisión de Filipos, en relación con Cristo y con su evangelio. El sia para que no obre como ellos), porque
Me 6, 14-29; Hech 12, 3-6; 21, 33s). oraban y cantaban himnos durante la noche. Y sentido que el apóstol atribuye a su encarcela- «atan cargas pesadas» que ponen sobre las es-
señala: «Los presos les escuchaban». Cuando miento «consiste en que éste se halla al servi- paldas de los demás, pero que ellos no mue-
Todos los términos que pertenecen al sin- cio del progreso y la difusión del evangelio:
tagma oeou.- tienen, sí, en su sentido literal un terremoto los liberó de hecho a todos, el ven ni con un dedo; cf. Gen 37, 7; Am 2, 8;
carcelero (Seou.o(pt>Xcd;), asustado, quería por un lado, el evangelio llega a ser conocido Jdt 8, 3.
una connotación negativa y despectiva. Sin
875 Seojxóg - 6eojtÓTT)5 876 877 5eajtÓTr|5 - Seinepog 878

7. óéopt] manojo* (Tischendorf acentúa díos: 2 en los escritos lucanos, 4 en las Pasto- 2, 1). LIÓVOC, 8eojtÓTr|5 pertenece al lenguaje 17). También aparece en forma absoluta (Me
5eo[iT|), un término conocido desde Demóste- rales, 3 en las Cartas católicas, 1 en Apocalip- formal del monoteísmo judío, pero en Jds 4 1, 17 par. Mt 4, 19; Me 6, 31; Mt 11, 28; 22,
nes y Teofrasto (Hist IX, 17, 1), se halla ates- sis. La aparición relativamente tardía está podría ser una designación de Cristo. En am- 4; 25, 34).
tiguado en un solo lugar del NT: en Mt 13, 30 condicionada por la inclinación más intensa a bos casos la negación significa desobediencia
(material peculiar), en la parábola de la ciza- la terminología helenista durante la segunda a los mandamientos de Cristo, a quien de esta
ña que crece entre el trigo, y a la que luego y la tercera generación del cristianismo primi- manera se presenta como el que manda. En 2 OEUTEgaíog, 3 deuterarios en dos días, al
atarán (Sfjaai) «en manojos» para quemarla. tivo. Tim 2, 21 S£0JtÓTr|g designa en sentido meta- segundo día*
Entre los vocablos con la raíz 5e0[x- se fórico al señor de la casa, pero de hecho se re- Hech 28, 13: «En dos días (óeuteociíoi) lle-
2. Como tecnicismo sociológico, SeajtÓTT|5 gamos a Putéoli». BlaG-Debrunner § 243, 1.
cuentan también los sustantivos: -> 5eaiio- aparece en las normas relativas a la esclavi- fiere a Cristo, si tenemos en cuenta el contex-
(pi3X.aí;, carcelero; -> 8eau.(OTT|Qiov, cárcel, tud. En ellas el término, conforme a la tradi- to amplio de la advertencia contra los falsos
prisión, y - • beo\iwxr\g, preso, prisionero. ción griega y helenística, designa al amo, por maestros (v. 22). SevteoÓJlQWTOg, 2 deuteroprótos el si-
F. Staudinger contraposición al esclavo. También los escla- guiente después del primero (?)
vos cristianos deben someterse a sus amos 5. olxo8eajtÓTr|5 señor de la casa y olxo-
Le 6, 1 C Koiné A D O p m lat év oappátop
8eajtOT8ü) estar al frente de la casa son palabras
(Tit 2, 9; 1 Pe 2, 18) o considerarlos dignos de ÓEinerjoJTQCÚT cu. En este pasaje, el término
bta\ioffvka%, a x o ? , ó desmophylax car- de formación tardía que no aparecen en la LXX
todo honor (1 Tim 6, 1); si los amos son cris- ni en Josefo. En Me 14, 14 par. el sustantivo de- SeiJTeQÓJTQCOTOc; falta en los testimonios tex-
celero* tianos, hay que servirles con más empeño to- tuales p4 p^svid sin B L W X, al it syp sa bo, y
signa al dueño de la casa en la que Jesús va a ce-
En el NT aparece únicamente en Hech 16, davía (1 Tim 6, 2). El motivo de este consejo lebrar la pascua. Parábolas y metáforas describen debe preferirse la variante textual más breve
23.27.36, refiriéndose al «jefe de la prisión» es que hay que tener en cuenta el juicio que se un determinado comportamiento del señor de la «en sábado». Sobre los testimonios del texto
de Filipos. formen los amos paganos (1 Tim 6, 1; Tit 2, casa, y en realidad se refieren a Dios (Le 14, 21; cf., para más detalles, GNTCom sub loco.
10). A los que tienen amos con mal carácter, Mt 13, 27; 20, 1.11; 21, 33), a Cristo (Le 13, 25;
Mt 10, 25) o a un hombre (Mt 13, 52; 24, 43 par.). Probablemente glosas marginales a 6, 2 (co-
hay que recordarles que el sufrir injustamente mo comparaciones con los días de sábado
Sea^UOTriQiOV, ov, t ó desmotérion pri- ohío6eajiOT.8ü) aparece únicamente en las nor-
por causa de la fe es un acto que merece la mencionados en 4, 31 y 6, 6) han conducido a
sión* mas que se dan para las viudas en 1 Tim 5, 14, y
aprobación de Dios (1 Pe 2, 18); a los que tie- en ellas, juntamente con lo de casarse y tener hi- la variante textual 5euTeQÓJtQcoToc;; cf. G. W.
Mt 11, 2 (a diferencia de Lucas): Juan, es- nen amos que son cristianos, hay que recor-
tando en prisión, oyó hablar de las «obras de jos, es expresión de la típica vida de familia que Buchanan-Ch Wolfe: JBL 97 (1978) 259-262.
darles que son hermanos y que deben com- se espera de los cristianos. La conjetura év aa(3(3áTip (3íct («en un sábado
Cristo». Hech 5, 21.23 en el relato de la libe- portarse como tales (1 Tim 6, 2).
ración milagrosa de los apóstoles en Jerusa- G. Haufe se vio en la necesidad», en lugar de ev oa(3-
lén. Y Hech 16, 26: durante el encarcelamien- páTíp oeaneQOJtQCÓTü)) la propone E. Dele-
3. beanóxy\q tiene sentido estrictamente
to de Pablo y de Silas en Filipos, antes de la becque, Etudes grecques sur l'évangile de
teológico, cuando se emplea para dirigirse a
liberación milagrosa de ambos, «los cimien- 5eVQO deuro (adv.) (hacia) aquí, hasta ahora* Luc, Paris 1976, 71-83, quien sugiere que (3úa
Dios, como vemos en el cántico de alabanza
tos de la prisión fueron sacudidos por un fuer- Este adverbio se emplea en sentido de lu- (BIAI) debió de entenderse erróneamente co-
de Simeón (Le 2, 29), en la oración de la co-
te temblor». gar: (hacia) aquí. Aparece con un verbo en mo una indicación numérica B'A'.
munidad (Hech 4, 24) y en el clamor de los
imperativo en Me 10, 21 par. Mt 19, 21 / Le
mártires pidiendo venganza (Ap 6, 10). Si el
18, 22, y expresando un anuncio o promesa en
5eofld)tt|^, OV, ó desmotes (el) preso* orante se designa a sí mismo como esclavo OEVTgpog, deuteros (el) segundo
Hech 7, 34; Ap 17, 1; 2 1 , 9; SEÜOO se en-
En Hech 27, 1.42, en ambos casos en plu- (Le 2, 29), entonces el uso sociológico del 1. Aparición en el NT - 2. Como numeral - 3. Sen-
cuentra también en forma absoluta en Jn 11,
ral, dícese de los presos que, juntamente con término se trasfiere a las relaciones entre Dios tido retrospectivo y sentido conectivo - 4. Empleo co-
43; Hech 7, 3. En Rom 1, 13 tiene sentido
Pablo, emprenden viaje por mar a Italia y son y el hombre. Se piensa, además, en Dios co- mo cualificados
temporal: hasta ahora (o¿XQi xov SeÜQo).
salvados en Malta. mo el Creador (Hech 4, 24) o el Juez (Ap 6, Bibl.; H. Conzelmann, Der erste Brief an die Ko-
10). Esta manera helenística de dirigirse a rinther, Góttingen 1969, 332-344; O. Hofius, das «ers-
Dios es corriente en la LXX y en Josefo y ad- te» und das «zweite» Zelt. Ein Beiírag zur Auslegung
bean,ÓTl\g, ov, ó despotes señor, dueño* quiere diversos acentos teológicos, según el deíJT£ deute (adv.) ¡venid aquí!, ¡vamos! von Hebr 9, 1-10: ZNW 61 (1970) 271-277; E. Kase-
(imperativos)* mann, An die Romer, Tübingen '1974, 132-138; W. G.
1. Aparición en el NT - 2. Uso sociológico - 3. Uso contexto. Kiimmel, Theologie des NT, Góttingen H972, 130s,
teológico - 4. Uso cristológico - 5. Compuestos. Este adverbio aparece casi siempre como 138-140; H. Schlier, Das Romerbrief, Freiburg i. Br.
4. bsanóx\]c, aparece como título de Cristo, una partícula de invitación o aliento, dirigida 1977, 179-189; R. Pesch, Das Markusevangelium
Bibl.: K. H. Rengstorf, beanóxr\c, iixX., en ThWNT cuando se caracteriza a los falsos maestros. a varias personas, y va seguida por un impe- II, Freiburg i. Br. 1977, 236-249 (bibliografía); J. L.
II, 43-48. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1037s. Ellos niegan a xóv u.óvov 5eajt,ÓTr|V xod Sharpe, The Second Adam in the Apokalypse ofMoses:
rativo o un aoristo de subjuntivo (Me 12, 7
CBQ 35 (1973) 35-46; U. Wilckens, Christus, der
1. El NT contiene 10 ejemplos del uso de XVQÍOV r|iicov 'Ir\oovv XQIOTÓV (Jds 4), o par. Mt 21, 38 / Le 20, 14 v.l.; Mt 28, 6 a di- «letzte Adam» und der Menschensohn, en FS Vogtle,
este término, todos ellos en los escritos tar- niegan al &ea:rtÓTT)V «que los rescató» (2 Pe ferencia de Marcos; Jn 4, 29; 21, 12; Ap 19, 387-403.
879 bemegoc, - 8éxo(jm 880 881 óé/oum - Seco 882

1. El Apocalipsis, con 13 de las 43 veces (4, 14-10, 18), garantía de la salvación conce- 1. bt%o\iai aparece 56 veces en el NT. La a los discípulos incluye expresamente el escu-
que este término se halla atestiguado, es el dida graciosamente por Dios y de la reden- mayoría de los ejemplos se hallan en los char su mensaje (Me 6, 11 par.).
único escrito que muestra cierta predilección ción por medio de su sangre (9, 11-15: cf. la evangelios sinópticos y en Hechos (en Mateo Alguna vez que otra 5exo|xcu designa el re-
por SsTJteQog (aparece 12 veces en los evan- interpretación histórico-salvífica de la nQWXt] el verbo aparece 10 veces, en Marcos 6, en cibimiento en el más allá (Le 16, 9; Hech 3,
gelios, 5 en Hechos, 12 en las cartas, y tam- axrrvr| y de la Seutérja axr|vr| en 9, 1-10). Lucas 16, y en Hechos 8). Con excepción de 21; cf. también 7, 59, -> 4). En Gal 4, 14
bién en Mt 21, 30 v.l.). b) Este sentido de sobrepasar lo «primero», 2 Corintios (donde hay 5 ejemplos), el verbo Séxo^ai tiene el sentido de recibir o aceptar
2. oeútegog aparece principalmente como lo adquiere óeiixerjog principalmente en la aparece sólo alguna vez que otra en la epís- («como a un ángel de Dios»); en 2 Cor 11,16
numeral, por ejemplo, para designar a una aplicación que se hace de este término a Jesu- tolas. El empleo que se hace del término en el verbo significa tolerar, soportar.
«segunda persona» en una serie de ordinario cristo en 1 Cor 15, 47; como el «segundo el NT coincide plenamente con el que se hace
bien definida (Me 12, 21 par.; Mt 21, 30 v.l.; hombre», es decir, como el «último Adán» de él en el mundo antiguo (cf. Grundmann, 4. La aceptación de realidades. Según Mt
Le 19, 18; cf. Ap 4, 7; 8, 8; 14, 8; 16, 3), sin contrapuesto al «primer hombre Adán» (v. 49-51). En el NT el sujeto del verbo es siem- 11, 14, los oyentes deben admitir, es decir,
que se dé significado especial a esa segunda 45), Jesucristo se halla al final de la «histo- pre una persona o cosa personificada, por aceptar la realidad de que Juan el Bautista es
posición. Las expresiones adverbiales éx ria» como un ente cualificado escatológica- ejemplo, «Samaría» en vez de sus habitantes el Elias que había de venir. Según Hech 7, 38,
bevxéQOV (Mt 26, 42; Me 14, 72; Jn 9, 24; mente por medio de la resurrección y que es (Hech 8, 14); lo mismo sucede con «todo lu- Moisés recibe palabras de vida. Según 1 Cor
Hech 10, 15; 11, 9; Heb 9, 28), (TÓ) bev- decisivo para la salvación; precisamente en la gar» en representación de quienes habitan en 2, 14 el hombre no espiritual es incapaz de
TEQOV (Jn 3,4; 21,16; 1 Cor 12,28; 2 Cor 13, superación de la muerte (como destino que él (Me 6, 11). Los objetos gramaticales de la admitir, es decir, de aceptar comprendiéndo-
2; Jds 5) y év tco oearcéQcp (Hech 7, 13) se llegó al mundo por medio de Adán) gracias a acción verbal de 8éxo[xai podemos clasificar- las, las cosas del Espíritu de Dios, porque él
emplean generalmente para referirse a la se- la resurrección (vv. 20-22), Cristo es el polo los en objetos, personas y realidades. las considera necedad. Los demás pasajes ex-
gunda vez que ocurre un suceso (que de ordi- opuesto a Adán. Y como la figura escatológi- presan de maneras diversas la aceptación del
nario ocurre tres veces). camente decisiva, Cristo es el «segundo hom- 2. Tomar y recibir un objeto. Esta acepción mensaje, del evangelio: como la palabra (de
bre» = el «último Adán». es rara en el NT. Objeto de bi%o\iaí puede Dios; Le 8, 13; Hech 8, 14; 11, 1; 17, 11; 1
3. bevxzgoq adquiere sentido conectivo y c) También el hablar de la «segunda muer- ser: el recibo de una deuda (Le 16, 6s), una Tes 1, 6; 2, 13; Sant 1, 21); como %&Qig (2
retrospectivo, cuando llama la atención sobre te» (Ap 2, 11; 20, 6.14; 21, 8) tiene como fon- copa (Le 22, 17), cartas (Hech 22, 5; 28, 21), Cor 6, 1); como Jtapó^drioig (2 Cor 8, 17);
algo que está íntimamente relacionado con do la concepción de la muerte corporal como el yelmo y la espada (Ef 6, 17) y regalos (Flp como amor a la verdad (2 Tes 2, 10); como
otra cosa. Y, así, el autor de la Carta segunda el final ineludible de la vida humana. Por la 4, 18). reino de Dios (Me 10, 15 par.). En Hech 7, 59
de Pedro emplea el término en 3, 1 para indi- referencia a la acción de Dios en el juicio (20, Esteban ora a Jesús pidiéndole que reciba su
car que ésta es ya «la segunda carta»; habrá 11) y a la acción de su Cristo (19, 11-16), esa 3. Aceptar y recibir a una persona. Muy espíritu; espíritu se entiende aquí en el senti-
de relacionarse con la primera carta, que se «segunda muerte» se contrapone -como radi- próxima a la acepción de tomar un objeto es do de persona.
supone ya conocida. De esta manera se acen- calmente distinta- a la muerte natural, y es la que hallamos en Le 2, 28: Simeón toma en G. Petzke
túa la continuidad apostólica y la fiabilidad cualificada como acto decisivo para la espe- sus brazos al niño. Más frecuente es la idea
del mensaje. En forma semejante, Me 12, 31 ranza acerca del futuro. Esa segunda muerte del buen recibimiento y acogida (Le 16, 4; 2
par. Mt 22, 39 designa el mandamiento del -en correspondencia con la vida imperecede- Séft) deó atar, ligar*
Cor 7, 15; Col 4, 10; Heb 11, 31), la cual, con
amor al prójimo como óeutérja (évtoW|), ra con Cristo (cf. 20, 4), que tienen en pers- sentido teológico importante, puede designar 1. Aparición en el NT - 2. Contenidos semánticos -
como el segundo mandamiento, que viene pectiva los que han subsistido en el juicio- es 3. Sentido figurado - 4. «Atar y desatar» en Mt 16 19-
también la aceptación del mensaje evangéli- 18, 18. ' '
después del mandamiento del amor a Dios, la ratificación irrevocable de la decisión co. Esta transición se reconoce en Le 9, 53;
pero realzando al mismo tiempo la unión in- adoptada en contra de Dios, es decir, la con- 10, 8.10; Jn 4, 45 y se ve clarísimamente en Bibl.: G. Bornkamm, El poder de atar y desatar en
disoluble que existe entre ambos (especial- denación eterna. Tan sólo la «fidelidad hasta la Iglesia de Mateo, en Id., Estudios sobre el NT, Sala-
Mt 10, 40s: el que recibe a los discípulos, re- manca 1983, 279-293, sobre todo 291s; F. Büchsel,
mente en Mt 22, 39; el segundo es «semejan- la muerte» es la que promete preservar de la cibe a Jesús y con ello recibe a Aquel que le Séw XTL, en ThWNT II, 59s; R. Bultmann, Die Frage
te» al primero). «segunda muerte» (2, lOs). nach der Echtheit von Mt 16, 17-19, en Id., Exegetica,
envió. Esta cadena de delegaciones que se re-
Tübingen 1967, 255-277; H. Frankemólle, Jahwebun'd
4. Finalmente, con Seíiteooc; se puede L. Oberlinner monta hasta Dios, se inspira probablemente und Kirche Christi, Münster i. W. 1972, sobre todo
acentuar también lo nuevo que sobrepasa y en el derecho semítico acerca de la autoridad 220-247; Goppelt, Theologie (I), 254-260; Hahn, Ho-
supera a lo «primero». Sé/O^iai dechomai tomar, recibir de los delegados. Expresa la identificación heitstitel, especialmente 83s, 170-175, 250; P. Hoff-
del mensajero con aquel que le envía y, por mann, Der Petrus-Primat im Mt, en FS Schnacken-
a) El «segundo pacto» (Heb 8, 7), en com- burg, 94-114; R. Hummel, Die Ausenaindersetzung
1. Aparición en el NT - 2. Refiriéndose a objetos - tanto, la legitimidad de su actuación. En la
paración con el «primero», es el «nuevo» pac- 3. Refiriéndose a personas - 4. Refiriéndose a realida- zwischen Kirche und Judentum im Mt, München
2
to (8, 13; 8, 8b-12 = Jer 31, 31-34) y el «me- des. forma que tiene en Me 9, 37, que probable- 1966, especialmente 56-64, 74s, 154-157; J. Jere-
jor» (8, 6s), porque tiene a Cristo como mente es más original, esta «cadena» se refie- mías, XXELS, en ThWNT III, 743-753; K. Kertelge,
Jesús, sus milagros y Satán: Concilium 101 (1975)
«fiador» (7, 22) y «mediador» (9, 15), como en Bibl: W. Grundmann (G. Bertram), óéxo^ai mk.,
ThWNT II, 49-59. Para más bibliografía, cf.
re a los niños y tiene el sentido: quien recibe 359-369; J. Kremer, Jesús und die Kirche, en J. Rei-
«nuevo sumo sacerdote» instituido por Dios ThWNT X, 1038. a los niños, recibe a Jesús o a Dios. El recibir kerstorfer (ed.), Zeit des Geistes, Wien 1977, 41-58;
5é(o 884 885 5éa> 886
883

W. v. Meding-D. Müller, Atar, en DTNT I, 148-149; (Anas envía a Jesús, cargado de cadenas, a mágica asociada con el hecho de atar, sino antiguo. Es más probable (cf. Bornkamm, Tri-
O. Michel, Binden und Losen, en RAC II, 374-380; presencia del sumo sacerdote Caifas); Me 15, clarísimamente el hebreo 'asar (cf. también lling, Schelkle) que la autoridad prometida
Pape, Wórterbuch, 555-558; W. Pesch, Die sogenann- 1 par. Mt 27, 2 (Jesús es conducido, encade- 1QH 5, 36; 1 QM 5, 3; 1Q 22, 3, 11; cf. KQT primeramente a Pedro (16, 18s) fuera recla-
te Gemeindeordnung Mt 18: BZ 7 (1963) 220-235;
nado, a presencia de Pilato); 15, 7 (Barrabás s.v.) y hitir, o el arameo 'asar y será' de los mada por la comunidad.
Schelkle, Teología IV, 340-346; E. Schweizer, Mat-
rabinos (Billerbeck I, 738-742). La redacción conscientemente cristológica
thew's View of the Church in His 18th Chapter. ABR en la cárcel).
21 (1973) 7-14; W. Stenger, Die Auferweckung des y eclesiológica (cf. Frankemolle) del grupo de
Pablo perseguía a los cristianos, haciéndo-
Lazarus (Joh 1, 11-45): TThZ 83 (1974) 17-37; H. «Atar y desatar», en el judaismo, son términos sentencias de 16, 17-19 se propone asociar la
Thyen, Schlüsselgewalt, en RGG V, 1449s; W. Trilling,
los encadenar y encarcelar: Hech 9, 2.14.21; técnicos para designar no sólo la autoridad en función de roca de Pedro con la autoridad pa-
Das wahre Israel, München 3 1964, sobre todo 184- 22, 5. Pedro está aherrojado con dos cadenas, materia de disciplina (Billerbeck IV, 304-321; cf. ra enseñar. Otros rasgos (el interés por la Igle-
230; A. Vogtle, Zum Problem der Herkunft von Mt 16, 12, 6. APablo cautivo se refieren 21, 11 (bis); CD 13, 10) sino también la autoridad halákica pa-
17-19, en FS Schmid, 1973, 372-393; Id., Binden und sia, la estructura global de Mateo, el nombre
21, 13.33; 22, 29; 24, 27. La misión del após- ra enseñar. En sentido disciplinar se refieren fre-
Losen, en LThK II, 480-482. Para más bibliografía, cf. cuentemente a la imposición y levantamiento del de Cefas, la posición especial de Simón en el
tol consiste en la proclamación del misterio
ThWTN X, 1038. anatema dictado por la sinagoga (cf. también, Jo- círculo de los discípulos) presentan segura-
de Cristo, por la cual «me hallo en prisión»
sefo, Bell I, 111); en el magisterio, significan la mente la actividad de Jesús y el discipulado
(Séoeum), Col 4, 3). Aunque él está encade-
1. El verbo aparece 43 veces en el NT interpretación autoritativa de la ley por el rabí or- «como íntimamente relacionados desde el
nado como un delincuente, «la palabra de denado y competente en la materia, es decir, que principio» y acentúan «la vinculación de la
(Mateo 10, Marcos 8, Lucas 2, Juan 4, He-
Dios no está encadenada», 2 Tim 2, 9). Todos tiene autoridad para «prohibir y permitir». Iglesia [integrada por todos los pueblos] con
chos 12; aparece también en Rom 7, 2; 1 Cor
los ejemplos del NT mencionados hasta aho- el Jesús terreno» (Hoffmann, 109). Mt 16,
7, 27.39; Col 4, 3; 2 Tim 2, 9; Ap 9, 14; 20,
ra, significan en sí y por el contexto el hecho El hecho de que Jesús (obsérvese: «mi Igle- 19b concluye, formulado de manera abierta
2; además en Hech 10, 11 v.l.). En Hechos
de estar encadenado físicamente. sia») conceda autoridad válida ante Dios para (o éáv dos veces; empleo del tiempo futuro;
8é(ü es uno de los términos favoritos en rela-
atar y desatar en el futuro, y lo haga a Pedro cf. Frankemolle, 241s), con la promesa del
ción con el cautiverio de Pablo. 3. 8éco en sentido figurado significa la solo (singular en Mt 16, 19b) o a todos los «poder de las llaves» (v. 19a) hecha a Pedro
unión del hombre y la mujer en el matrimo- discípulos (plural en 18, 18), se halla en cons- (cf. Jeremías, 749-753). Para el «escriba» Ma-
2. El verbo se deriva de la raíz 5e- (Pape) y nio, una unión que tiene su fundamento en el ciente antítesis (redacción mateica) con los
en su significación básica quiere decir atar, teo (13, 52), la autoridad para enseñar, como
orden de la creación y en la ley (Rom 7, 2; 1 significados que esta expresión tenía en el ju- función de Pedro, garantiza «que su tradición
atar juntos; así aparece en Mt 13, 30 (material Cor 7, 27.39; cf. Aquiles Tacio I, 11; Jámbli- daismo rabínico. Una variación relacionada
peculiar), cuando se habla de hacer manojos se halla en continuidad con el Jesús terreno,
co, VitPyth XI, 56). La historia sobre el con- temáticamente con 18, 18, nos la ofrece la tra- tanto histórica como teológicamente» (dada
con la cizaña (cf. Ez 27, 24; 1 Clem 43, 2). flicto del sábado en Le 13, 16 (material pecu- dición pascual de Jn 20, 22 (cf. el encargo da- su fuerza escatológicamente vinculante y su
Tanto en el NT como en la LXX 8éco aparece liar) habla de una mujer a quien el demonio do únicamente a Pedro en Jn 21, 15-19), que validez ante Dios; cf. Hoffmann, 109s). La
en el sentido literal de atar, por ejemplo, en había mantenido atada, una idea corriente en combina, eso sí, la concesión del Espíritu con función de roca que tiene Simón es histórica-
Me 11, 2 (par. Mt 21, 2 / Le 19, 30), y en el v. aquellos tiempos (cf. Diodoro Sículo I, 27; la autoridad para perdonar y retener pecados. mente singularísima. En ella se concreta para
4, refiriéndose al borrico que los discípulos báab 81, b, y en otras partes). Pablo, en su La forma (paralelismo, cambio de imáge- Mateo la peculiaridad permanente de la Igle-
debían desatar y llevar a Jesús. oéw aparece discurso de despedida en Mileto (Hech 20, nes), el estilo (doble circunlocución para evi- sia por su vinculación con Jesucristo. Está en
en Jn 11, 44 (Lázaro atado de pies y manos) 18-35), sabe que está «atado por el Espíritu» tar el nombre de Dios, sustituyéndolo por la correspondencia con ella la promesa de la
en el sentido de envolver con vendas; en 19, (20, 22), es decir, por el Espíritu de Dios, en expresión «en el cielo» y por la voz pasiva) y presencia permanente del Kyrios Jesús (28,
40 (el cadáver de Jesús envuelto con vendas sus actividades y planes de viaje. En Ap 9, 14 los conceptos expresados en Mt 16, 17-19 in- 18-20).
de lino). se encarga a un ángel que «suelte a los cuatro dican clarísimamente un origen siro-palesti-
Muchas veces 5éü) significa encadenar o ángeles que están atados junto al gran río Eu- nense. Según Vogtle, Bornkamm, Frankemó- A pesar del contexto disciplinar de Mt 18,
sujetar con cadenas, por ejemplo, en Me 5, frates». En 20, 2 5éco aparece en relación con lle, Hoffmann y otros, Mt 16, 17-19 no es 15-18, la intención de Mateo en 18, 18 se re-
3.4 (el poseso de Gérasa); Mt 22, 13 (material ideas acerca del monstruo enemigo de Dios, originalmente una unidad de la tradición (ob- fiere primariamente a la autoridad para ense-
peculiar; la parábola del hombre que no lleva- que fue vencido por Dios y encadenado du- sérvese el cambio de imágenes); el v. 19a no ñar, como indica el paralelo con 16, 19. Esto
ba vestido de bodas). En estos casos, «enca- rante algún tiempo. pertenece necesariamente al v. 19b, como corresponde enteramente al mundo de las ide-
denar» significa a menudo lo mismo que co- «Atar» aparece varias veces en sentido lite- queda corroborado por el logion de «amén» as judías, que valoraba la enseñanza que esta-
ger preso o estar preso (cf. Platón, Leg IX, ral (Me 11, 2 par.; 11, 4; Jn 11, 44) y en senti- de 18, 18, que es afín por su forma y por su ba orientada ética y prácticamente. La inten-
864e; Diógenes Laercio II, 24; Josefo, Bell do figurado (Le 13, 16; Ap 9, 14; 20, 2) en co- contenido, pero que originalmente se trasmi- ción redaccional de Mateo en la coordinación
VII, 449): Me 3, 27 par. Mt 12, 29 (la metáfo- tió de manera independiente. Mt 16, 18s y 18, entre 16, 18-19 y 18, 15-18 habrá de enten-
nexión con Meo, «desatar».
ra de atar al hombre fuerte, con términos que 18 se desarrollaron seguramente, en la pers- derse objetivamente de la siguiente manera,
recuerdan el exorcismo); Me 6, 17 par. Mt 14, 4. Detrás del tan discutido «atar y desatar» pectiva de la historia de las tradiciones, a par- según Bornkamm y otros: la Iglesia, con arre-
3 (detención y encarcelamiento del Bautista); en Mt 16, 19b; 18, 18 no se halla una fórmula tir de una sola sentencia más original. Parte glo a 18, 15-18, sabe que actúa fundándose en
Jn 18, 12 (prendimiento de Jesús); 18, 24 derivada del culto mistérico o una fórmula de los exegetas considera 18, 18 como más la enseñanza de Jesús garantizada por medio
887 Seco - 6T|XÓCO 888 889 OT)XÓ0) - &T|[MOUQYÓS 890

de Pedro, y que por la presencia en ella del 2. El significado estricto de OTIXÓTO es: dar mentó en el acontecimiento de la revelación. A t ] n a g , a Demás Dimas (Demás)*
Kyrios está autorizada y obligada a ejercer en a conocer, informar, explicar, desvelar a otro Se emplea para la restricción sugerida en la Nombre de un colaborador (ouvEQyóg) de
su interior la disciplina. o al público lo que se conoce por revelación o revelación (del camino de los santos, para Pablo mencionado en Flm 24; Col 4, 14; 2
El ejercicio del poder de atar y desatar y la en el Espíritu Santo o como un hecho de ex- quienes Cristo es el camino; cf. 10, 20) en el Tim 4, 10.
estructura del ministerio, según Mt 16, 18s; periencia. En 1 Cor 3, 13 8T)X,ÓCD juntamente tiempo en que la salvación no había sido des-
18, 18; 23, 8-11, dentro de todo el contexto con ájToxaMnta) y epavegóv yevéoftm (epa- velada aún a la conciencia. Ahora bien, el Es-
del evangelio de Mateo, están subordinados a VEOÓÜ)) se emplean en sentido teológico pre- píritu Santo revela [ahora] ese «todavía no». dimt|YO()éo) demégoreó hablar al pueblo*
los criterios con que Jesucristo expone el sen- ciso para significar el acontecimiento de la re- Si el Espíritu es así el intérprete del antiguo En Hech 12, 2 dícese del discurso (o alocu-
tido de la ley y hace la crítica de la ley y de la velación, fundamentado en Cristo, y que tiene pacto, entonces señala hacia el decreto de ción solemne) de Herodes Agripa (I) al pue-
sociedad (!). Este Señor resucitado, después lugar en la proclamación, en el apóstol, etc. Dios en él, por el cual el antiguo pacto se con- blo.
de pascua, es quien da los poderes para la pro- (Lührmann): «La obra de cada uno se hará vierte en parábola de la era presente. En con-
clamación autoritativa y la comunicación de manifiesta» -Pablo habla de la labor de todos sonancia con esto, Heb 12, 27 desvela con é'ti AtiJiT)T{HOg, o u Demetrios Demetrio*
la salvación. los que edifican la Iglesia sobre el fundamen- cforaí;, un momento referido a la conmoción Nombre de dos personas: en Hech 19,
F. Staudinger to que se ha echado, y que es Cristo- «porque escatológica del cielo y la tierra, el sentido de 24.38 el platero de Efeso; en 3 Jn 12, un cris-
el día la descubrirá (la pondrá de manifiesto), una palabra de la Escritura, es decir, la dife- tiano del que todos dan buen testimonio.
pues con fuego será revelada». El día (del Se- rencia (todavía no desvelada en Ag 2, 6) entre
bi\ dé (partícula)*
ñor) saca a la luz lo que es cosa del Señor. Lo lo perecedero y lo escatológicamente real y
La partícula caracteriza a un enunciado co-
que la labor escatológica de Cristo saca a la que permanece. La trasformación significa d i m i o v Q y ó ; , OV, ó demiourgos construc-
mo algo definitivamente asentado (Mt 13, 23;
luz (de lo que estaba oculto; cf. 1 Cor 4, 5) se- tor, creador*
2 Cor 12, 1 Koiné); esta partícula aparece aquí que lo singularmente nuevo se revela en
rá el contenido de lo que se manifieste en
también en exhortaciones, a las que da enca- lo antiguo que había sido trasmitido. 1. ÓTIIMOUQYÓC; como hapax legomenon en el NT:
aquel día. Mientras que 8T^ÓCÚ en 1 Cor 3, 13 Heb 11, 10 - 2. El contexto estricto de Sr||UOUQyÓ5 -
recimiento (Le 2, 15; Hech 6, 3 v.l.; 13, 2; 15, Por tanto, la situación hermenéutica origi-
se refiere a la revelación escatológica, vemos 3. Historia del concepto - 4. La imagen de Heb 11, 10:
36; 1 Cor 6, 20). nal de la profecía, y no sólo su interpretación Dios como constructor.
que en 1, 11 y Col 1, 8 se refiere a las realida-
des que han de hacerse notorias (discordias en cristiana, está determinada por el Espíritu
Bibl.: W. Foerster, SriuiODoyóg, en ThWNT II, 61;
Sfi^avYWS delaugós (adv.) (muy) clara- la comunidad o el amor que existe en ella y desde un punto de vista tipológico (cf. tam- Id., 5ttít,co xxX., en ThWNT III, 999-1034; W. Theiler,
mente que actúa por el poder del Espíritu). En Mt 26, bién 1QS 8, 15s), como se indica también fi- Demiurgos, en RAC III, 694-711; W. Ullmann, De-
Me 8, 25 Sin B C (en vez de •nt)'kavy<á<;, 73 la manera de hablar de Pedro le «delata» nalmente en 1 Pe 1, 11. Aquí el sujeto de miurg, en HWP II, 49s; H. Volkmann, Demiurgoi, en
8T)X,Ó(JO es el Espíritu de Cristo, que actúa en Pauly, Lexikon I, 1472s. Para más bibliografía, cf.
«muy claramente»); cf. BlaB-Debrunner § (6fíX,óv oe JTOEÍ). ThWNT X, 1038.
119, nota 6. la totalidad de la profecía del AT; el contenido
3. En los demás pasajes en que aparece el de la acción de ese verbo es el tiempo de la 1. El verbo ór|u,iouQYéa> no aparece en el
verbo 8TIX,ÓCO, destaca la referencia a un testi- salvación, que antes había sido tema de inda- NT. El sustantivo 8T)|XIOUQYÓS es hapax lego-
dfjXog, 3 délos claro, manifiesto* monio (de la Escritura) cuyo sentido debe pri- gación apocalíptica. Si el ájteKaXijípdT] del v. menon y aparece únicamente en Heb 11, 10. El
Mt 26, 73: poner de manifiesto, descubrir a mero revelarse: Heb 9, 8; 12, 27; 1 Pe 1, 11; 2 12 significa que el testimonio profético se re- empleo -notablemente raro y nada teológico-
alguien («tu manera de hablar te descubre»). Pe 1, 14; Le 20, 37 v.l. kbr\k(oaev en vez de fiere propiamente al evangelio de Cristo, en- de todo el grupo de palabras (Liddell-Scott,
En los demás casos, únicamente bf\kov (se g(iT|vt)08v: Moisés hizo ver la resurrección de tonces 8t]>.óa) acentúa que los profetas (según 386) se observa ya en la LXX (Foerster,
sobreentiende: éotív) con o u , «está claro los muertos en (el pasaje sobre) la zarza (a sa- el modelo de la indagación apocalíptica y pro- ThWNT II, 6 1 ; acerca de las relaciones de
que»: 1 Cor 15, 27; Gal 3, 11; 1 Tim 6, 7 P ber, en Ex 3, 6); cf. el 8fjX.ov o t i interpretati- pia de escribas, de lo que se había dicho) ha- 8r|UioijrjYÓs con XTÍOTT)C, y sobre las razones
Koiné; también IgnEf 6, 1. vo en 1 Cor 15, 27; Gal 3, 11). bían recibido ya una aclaración, por el Espíri- de que aquel término haya quedado relegado
tu de Cristo, acerca lo que ellos indagaban: en el lenguaje bíblico», cf. ThWNT III, 1022s).
Este acento sobre lo racional o sobre lo exegé- acerca del tiempo de la salvación. En 2 Pe 1,
5t)Xó(0 délod manifestar* tico y explicativo en el significado de SnXóco
14 la elección misma de la palabra (é8T|- 2. En el discurso teológico y parenético
aparece también en la LXX (donde este verbo tra-
Bibl: R. Bultmann, Sr^óco, en ThWNT II, 60s; D. X.(üoev) delata ya el hecho de que el autor (Kümmel, Einleitung, 351) de Hebreos, el tér-
Lührmann, Das Ojfenbarungsverstandnis bel Paulas
duce el hebreo yada' [nifal y hifil]: dar a cono-
cer), frecuente en los escritos apocalípticos (Dan; pseudónimo, más bien que fingir que tiene mino Si'iu.io'UQYÓg se applica, sí, a Dios junta-
und in paulinischen Gemeinden (WMANT 16), Neu-
kirchen-Vluyn 1965. Herm: misterios, aplicación alegórica) y en Jose- presentimientos, lo que hace es interpretar es- mente con el término Texví/tT)c; («artesano»;
fo, Ignacio, etc. tilizando la tradición procedente del Señor Bauer, Worterbuch, s.v. xe%víxr\q). Pero hay
1. 8r|X,ó(í> aparece 7 veces en el NT: 2 ve- (por ejemplo, Jn 21, 18s). que tener en cuenta que ambos términos son
ces en 1 Corintios, 2 en Hebreos, 1 en Colo- En Heb 9, 8 8T)A,ÓÜ) designa una exégesis ti- «expresiones técnicas» (O. Michel, Hebraer6
senses y 1 en cada una de las Cartas de Pedro. pológica del «todavía no», que tiene su funda- G. Schunack [KEK], sub loco) que tienen su significado
893 finvápiov - 5iá 894
891 Snuiovoyó? - onvágiov 892

1. ónvágiov es en griego un préstamo lé- Srjjtov depou (adv.) seguramente*


propio en el cuadro total de la edificación de (K. Rudolph, Die Gnosis, Gottingen 1977, índice
s.v.). La exageración negativa, determinada por el xico del latín. El sentido original del término Heb 2, 16: «Porque seguramente [Jesús] no
una ciudad. El contexto, en el capítulo 11, que
dualismo, que este concepto tiene en la gnosis re- denarius nummus («moneda que vale diez») se ocupa de los ángeles, sino de la descenden-
está marcado por una larga anáfora (BlaB-De-
ligiosa, no supo captar siempre el tecnicismo me- no tiene ya razón de ser en tiempos del NT, cia de Abrahán».
brunner § 491, 1), debe limitarse a la primera tafísico y cosmológico que aparece a menudo porque el denario no vale ya 10 ases sino 16
parte del ejemplo de fe dado por Abrahán y desde Platón hasta Plotino (H. J. Kramer, Der (sobre el poder adquisitivo de un as cf. Mt 10,
Sara (11, 8-12), con el sumario intermedio (a Ursprung der Geistmetaphysik, Amsterdam 1963 S l á dia a través de, por medio de (con ge-
29). Del año 209 a.C. al año 215 p . C , el de-
manera de excursus) de 11, 13-16. La nube de [= 21967]; Theiler, 695-704). Hemos de dejar al nitivo); por, por causa de (con acusativo)
margen una serie de ulteriores significados del nario es la moneda estándar de plata. Pesaba
testigos de la fe (12, 1) no encuentra su final originalmente 4, 55 g, pero se redujo en tiem-
término. No obstante, es interesante saber que 1. Empleo - 2. 8tá con genitivo - 3. óiá con acusa-
definitivo sino en 11, 39s. po de Nerón a 3, 41 g y más tarde a 2, 3 g. El tivo. - 4. Hebraísmos.
«profesiones como adivinos, médicos, cantores,
Abrahán, que emigró obedientemente a un heraldos» y también «altos funcionarios» y «arte- diámetro disminuyó también de 22 a 18 mm.
lugar desconocido para él, donde habría de re- Bibl: Bauer, Worterbuch, s.v.; BlaB-Debrunner §
sanos» se designaron como SrpiouQYOÍ (Volk- Lo mismo que el aureus (= 25 denarios), el 222s; Kühner, Grammatik U/1, 480-485 (§ 434b); Lid-
cibir su heredad, y marchó así -en concepto mann, 1473). denario era acuñado exclusivamente por el dell-Scott, s.v.; Mayser, Grammatik U/2, 419-427 (§
del autor de Hebreos- hacia un futuro no cla- soberano. Cuando en el año 44 a.C. se estam- 120); A. Oepke, 6iá, en ThWNT II, 64-69. Para más
ro, se asentó en tierra extraña y habitó allí en 4. Para entender la imagen de Heb 11, 10. pó en el anverso de la moneda la cara de Cé- bibliografía, cf. ThWNT X, 1039.
tiendas juntamente con Isaac y Jacob, los co- hemos de recordar el aspecto determinante y sar, se creó el tipo de denario de la época im- 1. 8iá expresa originalmente el ámbito a
herederos de la promesa (11, 8s). La mención fundamental de actividad en favor del pueblo perial, tal como lo hallamos en el NT. Al través del cual se produce un suceso. En el
de cwnvri, alojamiento habitual de los nóma- (8fju.o5), del público general. Aunque aquí se denario latino le corresponde la dracma grie- NT, su campo de aplicación con régimen de
das, que es un hecho irrelevante en la historia piensa en la profesión creativa del constructor ga (-> 5Qaxu.TÍ). acusativo se limita al ámbito causal; pero, con
del asentamiento en el país (pero que, en re- (de ciudades), sin embargo para entender la régimen de genitivo, su campo se amplia para
trospectiva teológica, proporciona la imagen totalidad de la expresión xexvÍTT)g xod 8r)- 2. El denario equivale al jornal de un día
abarcar el del dativo instrumental. Además,
de una existencia provisional y temporal), re- U,IOUQY<Í>5 podríamos remitirnos a las obras (Mt 20, 2-13); una persona adeuda, por ejem-
esta preposición adopta construcciones hebreas
fuerza antitéticamente la expectación de la plo, 100 denarios (Mt 18, 28); otras dos per-
teológicas y filosóficas de Filón (cf. G. Ma- (otó con infinitivo o con acusativo e infiniti-
ciudad sólidamente fundamentada, cuyo hábil sonas adeudan 500 ó 50 denarios (Le 7, 41).
yer, Index Philoneus, Berlin y New York vo) y forma combinaciones de palabras.
artesano y creativo fundador es Dios (11, 10). El pago anticipado son dos denarios (Le 7,
1974). El lenguaje del alejandrino, que se em-
Esta expectación es la base de la esperanza. 41); se menciona pan por una suma de 200
plea también en otras partes de Hebreos, 2. Slá con genitivo:
denarios (Me 6, 37; Jn 6, 7) y perfume por va-
Así que la alusión no es a la ciudad terrena apunta hacia un origen conceptual común. a) En sentido espacial: significa por (me-
lor de 300 denarios (Me 14, 5; Jn 12, 5). En
del templo, sino que -como la «inserción» (O. dio de), a través de, con verbos que que indi-
M. Lattke tiempo de hambre, el precio de una ración
Kuss, Carta a los hebreos, Barcelona 1977, can o implican movimiento: 6ieacü,&T|aav 5i'
diaria de trigo sube a un denario.
sub loco) indica claramente- señala hacia el ííSatog, «fueron salvados a través del agua»
viejo tema apocalíptico de la «ciudad celes- 3. Todos los Sinópticos mencionan el «di- (1 Pe 3, 20).
Sfj^og, ov, 6 demos pueblo, gente*
tial» de Jerusalén (12, 22), que ya está prepa- Dícese de la gente en cuanto habitantes de nero del César» (Me 12, 13-17 par.). Jesús ha- b) En sentido temporal: significa la exten-
rada (cf. juntamente con el excursus de Mi- una ciudad: Hech 12, 22; 17, 5; 19, 30.33. ce que le muestren un denario y pregunta cuál sión durante un período de tiempo hasta el
chel sobre 11, 10: Bauer, Worterbuch, s.v. ThWNT II, 62; X ,1038 (bibliografía). es la efigie y la inscripción que se halla es- fin: a lo largo de, durante: 5iá Jtavxóg [%QÓ-
nóliq 2; E. Lohse, Hcov xx\.: ThWNT VII, tampada en él. En caso de que fuera un dena- vov], siempre, continuamente (Mt 18, 10);
318-338, especialmente 337; H. Strathmann, rio de Tiberio, en torno a la efigie del César 8iá WKióq, durante la noche (Hech 23, 31).
nólic, mi.: ThWNT VI516-535, especialmen- ói]jlÓai05, 3 démoslos (adj.) público* figuraba la siguiente inscripción: TIBERIUS Significa también un período de tiempo den-
Hech 5, 18: de la prisión pública (de la CAESAR DIVI AUGUSTI FILIUS AUGUS- tro del cual sucede algo: mientras, en: 8iá
te 531). La dilación del cumplimiento escato-
ciudad); además, or|u,ooíg como adverbio: TOS. Para entender bien las cosas, es impor- vvnxóq, de noche (Hech 5, 19). Aunque estas
lógico de la promesa para aquellas personas
públicamente, en público, 16, 37; 18, 28; tante saber que el acuñar una moneda de cur- formas de emplear la preposición no son clá-
«antiguas» que entretanto habían muerto (11,
20, 20). so legal se consideraba como prueba de la sicas (Mayser, 420), sin embargo su significa-
2), se explica mediante Jteol rpcbv y la oración
soberanía de un monarca. Por eso, el poder de do corresponde al uso clásico cuando designa
final: iva \ir\ %(ÜQÍC, r\\iG>v XEkeiw&woiv (11, un soberano se decía que era su «moneda». una duración de tiempo: después, después del
40).
5l]vá{HOV, ov, TÓ dénarion denario trascurso de...: 8i' etcov jT.X.eióvarv, después
B. Schwank
de varios años (Hech 24, 17).
3. La historia del concepto Snuro'UQYÓS mues- 1. Nombre y valor del denario - 2. El denario en el
tra un considerable desarrollo en cuanto a su sig- NT - 3. El «dinero del César». S^Jlote depote (adv.) alguna vez c) Cuando 8iá designa al mediador, enton-
nificado. Al final de este proceso, el «demiurgo» Bibl.: Billerbeck I, 884s; H. Chantraine, Denarius, Jn 5, 4 v.l.: una persona quedaba sana «de ces expresa 1) con genitivo de causa el ins-
-como Creador del mundo- entra en el sistema en Pauly, Lexikon I, 1488-1490; E. Stauffer, Christus cualquier enfermedad». trumento, es decir, hace las veces de dativo
mitológico de la redención según el gnosticismo und die Caesaren, Hamburg 41954, 121-149.
895 Siá - 5ia(3Xéjtü) 896 897 óiápoXog 898

instrumental): YQÓ"Jpeiv Siá %&QXOV xal ó i a P a í v o ) diabaino cruzar, atravesar, pa- f>iáp<>Xog, 2 diabolos calumniador* gua el préstamo léxico diablo procede del griego
u.éX.avog, «escribir con papel y tinta» (2 Jn sar* 8iá(3oXog (a través del latín diabolus).
Siápo^.05, ov, 6 diabolos (el calumniador),
12). También designa la manera (con verbos En Le 16, 26 dícese de la imposibilidad que el adversario, el diablo* 3. En la cosmovisión dualista que el NT
de decir): anayyéXXeiv 8 i á ^óyon, «infor- existe, en la región de los muertos (QÍSrjg, v.
mar verbalmente» (Hech 15, 27); la circuns- 1. El adjetivo - 2. El sustantivo: aparición del tér-comparte con el judaismo antiguo, frente a la
23), de «pasar de aquí [desde donde están mino, sinónimos - 3. Funciones del SiápoXog en el $a.oikeía celestial se encuentra la de los de-
tancia concomitante: 8 i á jtQoaxójtfiaTog Abrahán y Lázaro] a vosotros [a los que se NT. monios (-> 8ctiu,óviov). El príncipe supremo
eadíeiv, «comer con (= dando) escándalo, hallan en tormentos]». Dícese también en
creando escrúpulos» (Rom 14, 20); la causa Bibl: H. Bietenhard: DTNT IV, 162-165; W. Foers- de los demonios es el diablo; los demonios
Hech 16, 9 de la acción de cruzar una distan- ter, SiápoXog (D), en ThWNT II, 78-80. Para más bi- son sus ángeles (Mt 25, 41; Ap 12, 7.9). En
eficiente: Siá vóu.oi) éjríyvcooig áuxxQTÍag,
cia: A Pablo se le ordena en una visión que bliografía, cf. infra, arrtavág; cf. también ThWNT X consonancia con la demonología del judaismo
«por medio de la ley se produce el conoci-
pase (de Tróade) a Macedonia y preste ayuda 1039. antiguo, el NT explica también la existencia
miento del pecado» (Rom 3, 20); la ocasión:
Siá tfj5 %&Qixog, «en virtud de la gracia» (Sia|3ág... (3or|'&Tiaov). Heb 11, 29: «Por la fe del SlápoXog y de sus áyYE^oi, que son cria-
pasaron el mar Rojo». 1. En el NT, el adjetivo 8iá(3oX,og aparece turas de Dios, por la caída de los ángeles de
(Rom 12, 3); el encarecimiento con que se ha-
únicamente en las Pastorales. Las palabras ca- que se nos habla en Gen 6, 1-4 (Ap 19, 9.12).
ce una petición: Siá tc&v OÍXTIQ(J,<X>V decrü,
lumniosas son un vicio prohibido especial- Antes de esa caída, el 8iá(3o^og acusó a los
«por la misericordia de Dios» (Rom 12, 1; ¿se
trata de un latinismo calcado de per!). bmfyíÚXia diaballó acusar* mente a las mujeres de los Siáxovoi (1 Tim hombres ante Dios (Ap 12, 10; cf. Job 1, 9-11:
En Le 16, 1 dícese del «administrador in- 3, 11) y también a las ancianas (Tit 2, 3); se 2, 4s). El antagonista del 8iáf3oX,og es Mi-
2) Con genitivo de persona: Si' ávdQümou, enumeran en la misma serie que la dureza de
justo» que es acusado ante su amo (aura», en guel, que es el más encumbrado de los ánge-
«por mediación humana» (Gal 1,1).
dativo, como en Herodoto V, 35, 1; Platón, corazón y el ánimo implacable (1 Tim 3, 3). les buenos (Jds 9; Ap 12, 7-9).
3) Algunas veces Siá con genitivo tiene
también sentido causal: Siá rñg oaoxóg, «a Resp VIII, 566b y passim) de dilapidar sus El 8iá|3oX,og, por mandato de Dios, es señor
2. La LXX emplea el sustantivo 8iápoX,og de los demonios de la enfermedad (Hech 10, 38;
causa de la resistencia de la carne» (Rom 8, 3). bienes (obg SiaoxoQJtí^cov. cbg con participio
para traducir el término hebreo que designa al cf. 2 Cor 12, 7-9) y de la muerte (Heb 2, 14; cf.
se encuentra también en Jenofonte, Hist II, 3,
3. Siá con acusativo: adversario por excelencia {satán, Job 1, 6- Ap 20, 10.13s). Por medio de tentaciones (cf.
23; Platón, Ep VII, 334a). ThWNT II, 69s; X,
8.12; 2, 1-7: Zac 3, 1.2 y passim). En el NT, Job 1, 6-2, 7), el diablo quiere hacer caer a los
a) En sentido espacial: únicamente en Le 1039 (bibliografía). 8iáf5oX,og aparece 34 veces con este sentido,
17, 11 (Koiné y otros tienen el genitivo). hombres y seducirlos para que desobedezcan a
a saber, 18 veces en los escritos joánicos, 6 en Dios (Mt 4, 1.5.8.11 par. Le 4, 2.3.6.13; Ap 2,
b) Casi siempre indica la razón: a causa Mateo, 5 en Lucas, 5 en las cartas deutero- 10; 12, 9; 20, 10); siembra la cizaña (Mt 13, 39)
&ia[j£|}aiÓO|uai diabebaioomai dar firme
de: Siá TÓV qpópov Tivóg, «por temor a» (Jn paulinas, 2 en Hechos, y 1 en cada uno de los y roba la buena semilla de la palabra de Dios
7, 13); o bien indica la finalidad con que al- seguridad* escritos siguientes: Hebreos, Santiago, 1 Pe- (Le 8, 12). Pone trampas (1 Tim 3, 7; 2 Tim 2,
go se hace (un uso no clásico): a causa de: En el NT el verbo aparece siempre con dro y Judas.
jteoí y genitivo y significa dar seguridades 26) y «desde el principio» (Jn 8, 44; 1 Jn 3, 8b)
Siá t ó v áv&Qü)Jtov, a causa del hombre (Me induce a los hombres al pecado (1 Jn 3, 8a), por-
2, 27). sobre algo. Dícese de las afirmaciones de los Por el contrario, las cartas paulinas auténticas y
que es asesino, embustero y pecador. Y, así, él
falsos maestros (1 Tim 1, 7). Tit 3, 8 dice al Marcos emplean exclusivamente -»• oaTavag (7 y
c) Siá seguido de infinitivo o de acusativo 2 veces respectivamente), que en el evangelio de induce a Judas a que cometa su traición (Jn 13,
con infinitivo constituye (con más frecuencia destinatario de la carta: «Palabra fiel es ésta,
Juan se halla atestiguado una sola vez (13, 27) y 2) e impulsa a la arrogancia (1 Tim 3, 6) o al
que en griego clásico) una oración causal: y en cuanto a estas cosas (jteol TOÍITWV) quie-
que falta por completo en las Cartas 1-3 de Juan. odio entre hermanos (1 Jn 3, 10).
Siá TÓ eívaí aíitóv zE, 01x01) AcuúS, «por- ro que atestigües con firmeza...». En el Apocalipsis encontramos 5 veces Siápo^og El que sucumbe a la tentación, se cuenta
que él era de la casa de David» (Le 2, 4). y 8 veces oaTavag. No hay diferencia de signifi-
entre los hijos del 8iá(3oX,og (Jn 8, 44, de los
cado entre óiápoXog y oaTavag (Mt 4, 1 par. Le
d) En vez de Siá con genitivo encontramos judíos; Hech 13, 10, del mago Barjesús Eli-
d i a P ^ é n o ) diablepó ver nítidamente, ver 4, 2; compárese con Me 1, 13; con Jn 13, 2; cf. Jn
Siá con acusativo de cosa o de persona: t,& 13, 27; Le 22, 3). En lugar de ó SiápoXog (Le 8, mas; 1 Jn 3, 8.10), e incluso se convierte él
(con claridad)*
Siá xóv JtaTéoa, «yo vivo por el Padre» (Jn 12) los lugares paralelos tienen ó Jtovnoóg (Mt mismo en Siáfio^og (Jn 6, 70, de Judas; cf.
6, 57). Mt 7, 5 par. Le 6, 42b: «Primero saca la vi-
13, 19) y ó oaTavag (Me 4, 15). Entre los sinóni- Mt 16, 23 par. Me 8, 33). Por eso, el cristiano
ga (xr\v Soxóv) de tu propio ojo, y entonces mos de 8iá|3oX,og mencionados por el NT mismo, debe oponerse valientemente al 8iá(3oX,og (Ef
4. Las siguientes expresiones son hebraís- verás con claridad (8iapXéo|)Eig) para sacar se hallan zy^QÓq, (Mt 13, 39) y Jtovnoóg (Ef 6, 4, 27; 6, 11; Sant 4, 7; 1 Pe 5, 8s); entonces
mos: Siá t í (por lama), «¿por qué?» (Mt 9, 11); la pajita (TÓ xáocpog) del ojo de tu herma- 11.16; 1 Jn 3, 8.12), y también ÓQÓXCOV, ocpig y huirá el 8iá|3o}a>g (Sant 4, 7). La terrible obra
Siá XelQÓS (P o r beyad), «por manos de» (Hech no». En Me 8, 25 (material peculiar) dícese oaTavag (Ap 12, 9; 20, 2). Otros nombres que se
del 8iá|3oX.og dura sólo por tiempo limitado
2, 23); Siá OTÓuaTOg con genitivo (por bepi), del ciego que vio nítidamente, después que aplican al óiápoXog son aQXCOV (Tfjg 8§oi>aíag
TOÜ áéoog, Ef 2, 2; xov XÓOU.OIJ, Jn 14, 30; xov (Ap 12, 12). Antes de que comience el mile-
«por boca de» (Le 1, 70); Siá \ieaov (aíiTcbv) Jesús hubo puesto las manos sobre sus ojos; nio, el 8iá(3oX,og será encadenado por mil
xóau.01) TOIJTOI), Jn 12, 31; 16, 11) y BeXiáo (2
(por bnók), «por medio de» (Le 4, 30). «quedó así restaurado y lo veía todo con cla- Cor 6,15); -• BeeX&PoijX. (Me 3, 22 par.) apare- años (Ap 20, 2). Después de la batalla escato-
A. J. HeB ridad». ce como ótQxcov Tójv 8aiu.ovíot>v. En nuestra len- lógica decisiva (Ap 20, 10) o después del jui-
899 5iápotag-5iáST)|xa 900 901 óiáór|(xa - Sia'&rixT) 902

ció final (Mt 25, 41), el diablo será destruido dicho sobre ese niño. 8IOCYVCOQÍ.¡;Ü) se halla beza «muchas diademas». La diadema es el 538; U. Luz, Der alte und der neue Bund bei Paulus
en el fuego eterno (cf. 1 Tim 3, 6). distintivo de la dignidad real. H. W. Ritter, und im Hebrderbrief EvTh 27 (1967) 318-336; H
atestiguado también en Filón, Det 97. Passow Patsch, Abendmahl und historischer Jesús, Stuttgart
Se ha quebrantado ya su soberanía sobre el I, 632 (s.v.). Diadem und Konigswürde, München 1965; 1972, 81-87.155-170.180-182; R. Pesch, Wie Jesús
mundo (cf. Jn 12, 31; 14, 30; 16, 11), porque LAW 723. das Abendmahl hielt, Freiburg i. Br. 1977, 47-58; Id.,
Jesús se ha manifestado para destruir las Das Markusevangelium II (HThK), Freiburg i. Br.
obras del diablo (1 Jn 3, 8c). La «armadura SiáYVOMHg, £0)?, ti diagnosis decisión, 1977, 354-377 (bibliografía); E. Riggenbach, Der Be-
fallo* 6iadí&0)ju diadidómi distribuir* griff AI A 0 H K H im Hebrderbrief, en Theol. Studien,
espiritual» del cristiano en la lucha con el
Th. Zahn zum W.Oktober 1908 dargebracht, Leipzig
SiápcAog y sus ángeles consiste en la verdad Hech 25, 21: Pablo queda bajo custodia has- Objetos que se distribuyen son: el botín (Le 1908, 289-316; E. Schweizer, Das Herrenmahl im NT.
y la justicia, en la fe en la redención por me- ta que el César «dicte sentencia» (cognitio). 11, 22), «todo lo que tienes» (18, 22), los pa- Ein Forschungsbericht, en Id., Neotestamentica, Zü-
dio de Jesús y en la obediencia al Espíritu y a nes (Jn 6, 11), el poder y la autoridad (Ap 17, rich-Stuttgart 1963, 344-370; V. Wagner, Der Bedeu-
la palabra de Dios (Ef 6, 11-17). Los mártires 13 v.L; en vez de Síocoux). Hech 4, 35 tiene la tungswandel von berít hadáscháh ¡¡¿i ¿er Ausgestal-
biayoyyv'Qti) diagoggyzo murmurar tung der Abendmahlsworte: EvTh 35 (1975) 538-544;
han vencido al diablo (Ap 12, 9) «por medio voz pasiva: se distribuía (el precio de lo ven- M. Weinfeld, berit, en DTAT I, 794-822. Para más bi-
de la sangre del Cordero y por la palabra del -> yoyyvtfa 5.
dido) entre los necesitados. bliografía, cf. ThWNT X, 1041-1046.
testimonio de ellos» (Ap 12, 11).
O. Bócher SiaY^tlYOQ^ 6 * diagregoreó permanecer 1. El término se usa relativamente poco: 9
despierto, despertarse completamente* d i á d o / o e ; , ov, ó diadochos sucesor*
veces en Pablo, 4 en los Sinópticos, 2 en He-
En Le 9, 32 (a diferencia de Marcos) dícese Hech 24, 27: el sucesor de Félix fue Porcio
SiayYÉM,») diaggello dar a conocer, anun- chos, 1 en Apocalipsis, pero 17 veces en He-
de Pedro y de sus compañeros en la historia Festo
ciar* breos. La mayoría de los ejemplos del uso de
Pablo da a conocer el cumplimiento del de la trasfiguración: SiaYQr|YOQr|0avTEc;, este término se encuentran en referencias a
plazo de los días de la purificación (Hech 21, «cuando estuvieron bien despiertos». la tradición acerca de la Cena del Señor, o
S i a ^ r á w v j u diazónnymi ceñir*
26). En los demás pasajes, este verbo aparece Jn 13, 4.5: Jesús se ciñó (óié^ooaev éawóv) bien en pasajes influidos por ella. De ahí
en el sentido de la proclamación de un anun- con un paño de lino para lavar los pies. 21, 7: procede la considerable importancia del tér-
8iáYi«) diagó pasar (la propia vida)*
cio: Le 9, 60: «¡Tú ve a anunciar el reino de Simón Pedro se ciñó (en voz media: SIE- mino en el NT.
El objeto en acusativo (3íov se menciona ex-
Dios!»; Rom 9, 17 (cita de Ex 9, 16 LXX): ^coaato) la prenda exterior; cf. v. 18: otro te
presamente en 1 Tim 2, 2 («para que podamos
«Para que mi nombre sea proclamado en toda ceñirá (-> £cí)vvu|u). ThWNT V, 302-308. 2. Tan sólo en 2 pasajes (Gal 3, 15; Heb 9,
vivir una vida tranquila y sosegada»), o se pre-
la tierra». ThWNT I, 66s. 16s) 8ia , íh ! |xr| tiene el significado de última
supone tácitamente en Tit 3, 3 («nosotros vivía-
mos en malicia y envidia»; la construcción con voluntad, testamento, con que aparece casi
év se encuentra también en Le 7, 25 v.L; Ign- diadr|Xt|, 115, i\ diathélé pacto (alianza),
5 i a Y Í V O ^ a i diaginomai pasar, trascurrir exclusivamente en el griego profano. En to-
Tral 2, 2). BlaB-Debrunner § 480, 2. testamento
(hablando del tiempo)* dos los demás casos, oicefrriXT] significa pac-
En expresiones (de genitivo absoluto) como 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos to, según el sentido predominante de este tér-
semánticos y campo léxico - 3. 8ia-ftr|Mri: el pacto mino en la LXX.
«cuando pasó el sábado» (Me 16, 1); «al ca- 8 i a 6 é x o j i a i diadechomai tomar pose- irrevocable de Dios para la salvación de Israel - 4. El
bo de unos cuantos días» (Hech 25, 13); sión de* nuevo pacto para la salvación de Israel en el aconteci-
«trascurrido ya mucho tiempo» (27, 9). miento de Cristo - a) Las palabras interpretativas so- Enlazando con un significado antiguo y más
En Hech 7, 45 dícese de «nuestros antepa- bre el cáliz en la tradición acerca de la cena del amplio de óiadridn como estipulación, regla-
sados» que, mientras estaban en el desierto..., Señor - b) El nuevo pacto de salvación en Pablo - mentación en general, los traductores de la LXX
5iaYiVíóoX0> diaginosko determinar, de- tomaron posesión de la tienda del testimonio c) 8icrfhÍKr| en Hebreos. escogieron óia'frr|XT] para traducir habitualmente
cidir* (~y axT]vf) u.aQTUQÍO'u). Esta construcción Bibl: E. Bammel, Gottes AIAGHKH (Gal III. 15-
el hebreo b'rit y llenaron así este término de toda
Se trata de un tecnicismo del lenguaje jurí- corresponde al uso habitual del verbo, que 17) und das jüdische Rechtsdenken: NTS 6 (1959- la amplitud de referencias y significados que este
dico: decidir acerca de un caso (con acusati- significa tomar posesión de algo, recibiéndo- 1960) 313-319; J. Behm, Der Begriff A I A 0 H K H im concepto central tiene en el AT.
vo): Hech 23, 15: «decidir sobre su caso (xa lo de un propietario anterior (Bauer, Worter- NT, Leipzig 1912; Id., 8iaftr|xr| (B.C.D.), en ThWNT Se discute la traducción de bertt y Siodrj'íhi
Jteol ccütoti) después de minuciosa investiga- buch, s.v.); 1 Clem 44, 2 (rr)v XeaovQyíay) .
II, 127-137; H. Feld, Das Verstdndnis des Abendmahls por «pacto». Tan sólo raras veces significan estas
(Ertrage d. Forschung 50), Darmstadt 1976; F. Hahn, palabras un acuerdo bilateral pactado entre socios
ción»; 24, 22: «yo (Félix) decidiré sobre Die atltestamentlichen Motive in der urchristlichen de igual categoría (en griego 0W&r|xn). Lejos de
vuestro caso (xó x a d ' íi^ag)». HerrenmahlUberlieferung: EvTh 27 (1967) 337-374; eso, se trata casi exclusivamente de tina obliga-
biábí\lia, a t o ? , TÓ diadema cinta en tor- Id., Zum Stand der Erforschung der urchristlichen ción y garantía unilateral, vinculante por una espe-
no a la frente, diadema* Herrenmahls: EvTh 35 (1975) 553-563; G. D. Kilpa-
cie de juramento y, por tanto, asociada a menudo
ftiaYVWQÍ^G) diagnórizo informar públi- Ap 12, 3: el dragón tiene «siete diademas» trick, Aiaftií>cr| in Hebrews: ZNW 68 (1977) 263-265;
E. Kutsch, b'rit, en DTMAT I, 491-509; Id., Neues con una imprecación contra sí mismo deter-
camente, dar a conocer en sus siete cabezas. 13, 1: la bestia tiene Testament - neuer Bund? Eine Fehlübersetzung wird minada por la prestación de un juramento o por
Le 2, 17 Koiné A 0 í>: los pastores dieron «diez diademas» en sus diez cuernos. 19, 12: korrigiert, Neukirchen-Vluyn 1978; F. Lang, Abend- un rito de sangre. Hay que diferenciar en todo
a conocer públicamente lo que se les había el jinete del caballo blanco tiene sobre su ca- mahl und Bundesgedanke im NT: EvTh 35 (1975) 524- ello el acto libre por el que el poderoso se obliga
904 905 8iadr|xr| 906
903 oicc8"r|xr|

Juan el Bautista, determinó liberar a su pue- importancia fundamental las palabras inter-
a sí mismo, es decir -en sentido teológico- la Di- importante es que tiene validez incontestable
vinidad, por ejemplo, en la promesa de la tierra blo de todos sus enemigos y «recordar de esta pretativas pronunciadas sobre el cáliz, en la
(Gal 3, 15), la cual se hace «firme» por la
que se hace a Abrahán (Gen 15, 7-21), y la obli- manera su santo pacto, (a saber) el juramento tradición acerca de la Cena del Sefior. La for-
muerte del testador (Heb 9, 17). Dios se obli-
gación que se impone al dependiente («la obliga- que había jurado a nuestro padre Abrahán» ma de texto más antigua a la que podemos re-
gó firmemente con el pueblo mediante su san-
ción del extraño», Kutsch), por ejemplo, la obli- (cf. Sal 105 [104], 8-10.42). Aquí 5iaftfjxr| se montarnos, nos la ofrece seguramente Me 14,
to pacto de promesa hecho con Abrahán (Le
gación impuesta por Yahvé al pueblo (Ex 24, emplea como sinónimo de juramento y desig- 24 (cf. Mt 26, 28). Aquí se encuentran ya
3-8). Sin embargo, está implicada la idea de un 1, 72s). Todos los israelitas se hallan bajo un
na el pacto de promesa hecho a Abrahán, en- asociados dos enunciados fundamentales. Se-
pacto, por cuanto en ambos casos se trata de una destino de salvación, por ser «hijos del pacto»
tendido como un pacto que continúa y se rea- gún uno de ellos, Jesús interpreta su muerte
relación bilateral de obligación, aunque -eso sí- concertado por Dios en favor de los padres
liza en el nuevo acontecimiento de salvación. inminente como acto divino de expiación pa-
no en pie de igualdad entre las partes. Lejos de (Hech 3, 25). Como pacto de obligación im-
eso, la relación corresponde más bien a la idea de En Rom 9, 4 Pablo menciona con énfasis, en-
puesto a Israel, que exige que se cumpla el ra quitar los pecados de todos. Y cuando se
vasallaje, idea que se hallaba muy difundida en el tre los dones de salvación concedidos a Israel,
mandamiento, este pacto de salvación se lla- distribuye el cáliz, Jesús concede participa-
entorno de Israel. «los pactos concertados»; que ésos pactos si-
ma «pacto de la circuncisión» (Hech 7, 8). ción en este acontecimiento redentor: «Esto
Son importantes aquí las conexiones existentes guen teniendo validez se corrobora explícita-
Juntamente con la 5iaí)"n,xr| aparece como es mi sangre, que es derramada en favor de
en la historia del lenguaje. Numerosas analogías mente en Rom 11, 29. También en Rom 11,
verbales hacen probable que los enunciados de concepto sinónimo la «promesa» divina (Heb 27 el acontecimiento futuro de la redención los muchos» (TOÓJTÓ écruv TÓ aifxá \iov xb
bertt, del AT, se hayan modelado según esos tex- 8, 6), que se hizo adicionalmente irrevocable de Israel podría interpretarse como la realiza- éxxwvóu.evov VTÍEQ JTOXXÜJV). A esto se
tos de vasallaje y definan así la relación de Israel por el juramente divino (Heb 6, 13-17). Como ción divina de la continuada validez del pacto afiade, completando, el enunciado sobre la
con Dios como una relación de vasallaje de índo- la relación de Israel con Dios, en el AT, se ba- Sioefrrixri, según el cual ese derramamiento
de salvación hecho con los padres (-> 4).
le especial. Incluso la exigencia de «amar a Dios sa en varias promesas divinas de pacto, ve- de sangre es la entrada en vigor de un pacto
con todo el corazón, con toda el alma y con todas Esta acepción de ót,a,0'T]xr| está presente,
las energías... parece tener su origen en el jura- mos que 8iccr>r|xr| en este sentido aparece sin duda alguna, en Gal 3, 16-17, porque la divino de salvación: «Esto es mi sangre del
mento de fidelidad del vasallo para con su señor también en plural (Rom 9, 4). El pueblo falló salvación en Cristo es el acto de fidelidad di- pacto...». Con m\ia xf\c, 5ia'frr|xr]g se recoge
feudal» (Weinfeld, 797). Análogamente, las obli- a la hora de cumplir sus obligaciones del pac- vina que realiza el pacto de salvación otorga- el tenor literal de las «palabras interpretati-
gaciones parecen haberse modelado según los to, abandonando así el pacto salvífico de Yah- do a Abrahán. Mientras que en Rom 9, 4 el vas» de Ex 24, 8 LXX: «He aquí la sangre
mandamientos apodícticos que se formulan en las vé en favor de Israel (Heb 8, 3; cf. Rom 3, 12; don de los pactos se halla junto al de la con- del pacto que el Señor ha hecho con vosotros
instrucciones dadas a los siervos del Reino Hitita Mt 12, 39; Hech 7, 51-53). Ahora bien, el en virtud de todas estas palabras». Esta apli-
acerca de sus obligaciones para con los funciona- cesión de la ley (vo^icy&eoía), Pablo elabora
pacto de obligación impuesto a Israel en el en Gal 3-4 un contraste crítico entre el pacto cación de Ex 24, 8 estaba preparada, por
rios reales. El pacto divino de la promesa hecha a
Abrahán se basa en el don real efectuado gracio- Sinaí está precedido por el pacto de promesa de la promesa hecha a Abrahán y el pacto de cuanto el pasaje se entendía ya antes de los
samente a los vasallos fieles (Weinfeld, 799-804). hecho a los padres (Gal 3, 15-18; 4, 21-28). la obligación efectuado en el Sinaí. La firme tiempos de Jesús como descripción de un ac-
Así, pues, la teología veterotestamentaria de la En la antigua tradición acerca de la Cena del validez del pacto abrahámico la explica el to de expiación.
b'rít se basa en la idea de la soberanía del rey. La Seflor, se proclama que la promesa de un nue- apóstol mediante la suave transición al signi-
obligación impuesta al pueblo en virtud del pacto vo pacto de salvación en favor de Israel, de ficado de 6iadr|xr| como testamento (3, 15).
va precedida por la obligación que el «rey» se im- En virtud del interés paulino por hacer una Originalmente, la acción de rociar al pueblo
Jer 31, 31-34, se ha cumplido en el aconteci-
pone a sí mismo de conceder a su siervo bondad con sangre, en Ex 24, 8, juntamente con las pala-
y fidelidad, protección y atenciones. miento de Jesús. Al «antiguo» pacto o «pri- crítica de la Tora, el apóstol aplica el concep- bras interpretativas que la acompañaban, signifi-
mer» pacto se contrapone el «nuevo pacto» (1 to de óiadiíxTi a la promulgación de la ley, caba la obligación, contraída a modo de juramen-
En los enunciados teológicos del AT sobre Cor 11, 25; 2 Cor 3, 6.14; Heb 8, 6-13). Jesús, pero lo hace sólo en sentido teológicamente to por el pueblo, de poner en práctica las palabras
la bertt se establece un compromiso bilateral que establece la nueva promesa de salvación relativizado (-> 4.b). Otra cosa vemos en de Yahvé, tal como habían quedado consignadas
juntamente con las acciones obligatorias pri- en el ofrecimiento sacrificial que hace de sí Hech 7, 8: el pacto de obligación de la circun- en el «libro de la berit» (Ex 24, 3-4.7). Ahora
meramente unilaterales, modeladas según las mismo, es denominado «mediador» o «garan- cisión forma parte integrante de la realización bien, la acción simultánea de rociar con la sangre
relaciones de los vasallos con el sefior feudal. del pacto abrahámico. De igual manera, según el altar (v.6) recordó ya desde muy pronto el ri-
te» del nuevo pacto (Heb 9, 15; 7, 22). Como tual de la sangre en el Día de la Expiación. Por
Por tanto, habrá que conservar la traducción heraldo del evangelio, Pablo es «ministro del Hech 3, 25, tanto el pacto de la promesa como
eso, la acción de rociar con la sangre 'al-há'ám,
del término por «pacto», pero habrá que pre- nuevo pacto» (2 Cor 3, 6). «Sangre del pacto» el pacto de la obligación son válidos para los «sobre el pueblo», lo entendieron ya los dos tar-
cisarla, cuando sea conveniente, por medio de se convirtió en una combinación fija de pala- padres y se han realizado mediante el aconte- gumes sub loco como un rociamiento en favor del
expresiones más diferenciadoras como son, bras (Me 14, 24; Heb 9, 20; 10, 29; 13, 20). cimiento de Cristo. Según Ap 11, 19, los su- pueblo, una reinterpretación -llena de consecuen-
por ejemplo, «pacto de promesa» o «pacto de Otros términos derivados del AT son «arca del cesos que se esperan para el fin de los tiem- cias- de ese enunciado central de la berit; del
obligación». pos son realización del pacto divino de simple pacto de obligación («la obligación del
pacto» (Heb 9, 4; Ap 11, 19) y «tablas del
salvación en favor de Israel. extraño», impuesta por Yahvé al pueblo) se había
El acento, en todos los casos, recae sobre la pacto» (Heb 9, 4). hecho un pacto de salvación, basado en en la ex-
inquebrantable obligatoriedad. Este compro- piación por gracia, con el ritual de la sangre como
4. a) Para la nueva comprensión de la
miso irrevocable se aplica ya a 5iov&r|X'ni en el 3. Según Le 1,72-74, «el Señor Dios de Is- su centro.
rael» (v. 68), con el nacimiento y la misión de oia'frr|xr| en el cristianismo primitivo tienen
sentido de testamento y última voluntad. Lo
907 6iadr|xr| 908 909 Sicefrrixri - óiaíoeoig 910

La referencia a Ex 24, 8 en las palabras in- el perdón hará que se realice el pacto escato- las tradiciones acerca de la Cena del Señor. consiste en el acceso a Dios, en la auténtica
terpretativas pronunciadas sobre el cáliz de- lógico de salvación (pero cf. -• 3). Aunque faltan referencias directas a esas tra- comunión con Dios, en la participación en el
ben entenderse tan sólo en sentido tipológico: Esta conexión es bien patente en 2 Cor 3, 1- diciones, sin embargo se observa su influen- mundo celestial, en la participación en Cristo,
el acontecimiento expiatorio en la muerte de 14. Pablo ve que la promesa divina de Jer 31, cia, cuando el significado salvífico de la y en la filiación divina (2, lOs; 3, 6.14; 6, 4s;
Jesús se interpreta como un acto que corres- 33 se ha realizado en su propio ministerio muerte de Jesús se contempla en el estableci- 7, 19; 9, 8.11s.l4; 12, 10). Mediante el sacri-
ponde y sobrepasa al acto de expiación en el apostólico. El es «ministro del nuevo pacto». miento del «nuevo pacto de salvación» y, por ficio de sí mismo, Jesús hizo que entrara en
AT. Por consiguiente, no se piensa en una re- La grandeza y dignidad de esta función suya, tanto, se considera a Cristo como el «mediador vigor el nuevo pacto. El es el «mediador de
novación del pacto del Sinaí, sino que el pa- la desarrolla él valiéndose del contraste esta- de un nuevo pacto» (6iofrr|XT]g xcavfjg [ie- un nuevo pacto» (7, 22; 8, 6; 9, 15). Al inter-
saje habla de la nueva promesa que da Dios (y blecido en Jer 31 entre el nuevo pacto y el 0ÍTT)g, 9, 15). De esta manera, se aplica tipo- ceder por los suyos, como el sumo sacerdote
que sobrepasa a la antigua) de salvación en la pacto del Sinaí. lógicamente el pasaje de Ex 24, 8, adecuándo- exaltado que es, mantiene esta salvación dis-
«sangre», es decir, en la muerte de Jesús. La lo al texto de las palabras interpretativas ponible en todo momento para ellos (7, 25;
versión de las palabras del cáliz, tal como las Pablo -partiendo del Espíritu de Dios- inter- sobre el cáliz (TOÜTO TÓ aíu.a Tfjg 5ta'{h!|xrig, 10, 19s). El es el «garante» del nuevo pacto
preta el nuevo pacto de salvación y considera el
trasmite Pablo en 1 Cor 11, 25 (cf. Le 22, 20), ministerio del nuevo pacto como «ministerio del v. 20). de salvación (7, 22), a quien los creyentes de-
pueden entenderse fácilmente como explica- Espíritu», siguiendo probablemente una corres- La expresión «sangre del pacto» la encon- ben recurrir constantemente con confianza
ción de la versión de Marcos. Con las pala- pondiente interpretación de la Cena del Señor (1 tramos otras dos veces más. Según 13, 20, para salir del fracaso y del pecado (4,15s; 10,
bras «Esta copa es el nuevo pacto en mi san- Cor 10, 3-4). Se atiene también en todo esto a tes- Dios «mediante la sangre del pacto eterno» 19-23). Los participantes en el nuevo pacto se
gre» se alude indudablemente a Jer 31 (38), timonios del AT, en el contexto de la profecía de hizo regresar a Cristo de entre los muertos; encuentran ya santificados y perfeccionados
31-34, donde se dice que Yahvé va a «concer- Jer 31, siguiendo probablemente a Ez 36, 26s. En según 10, 29, la especial depravación del após- para el acceso sacerdotal a Dios y para recibir
cuanto a su contenido, el ministerio del nuevo
tar un nuevo pacto con la casa de Israel» tata consiste en «tener por inmunda la sangre el reino inconmovible de Dios (4, 16; 10, 10.
pacto comunica la justicia y, con ella, la vida (2
(LXX: Sicruriooftai ta> oíxcp 'Io"Qar|L.. Sia- Cor 3, 6.9). Aquí se escucha el eco de la promesa del pacto». 14; 12, 22-24.28).
df|xr]v xaivriv), un pacto completamente dis- de perdón (Jer 31, 34) y del anuncio de la expia- Puesto que para la entrada en vigor del tes-
tinto, en comparación con el pacto del Sinaí ción (palabras interpretativas pronunciadas sobre La salvación traída por Cristo se halla presente tamento es necesario que se produzca la
el cáliz). En la imagen opuesta, la 8iadr|XT| del en la «sangre rociada», que habla poderosamente
(v. 32): el pacto de obligación es sustituido muerte del testador, vemos que en Heb 9, 15-
Sinaí trae condenación y muerte (2 Cor 3, 6s.9a). de salvación (12, 24). Se halla presente en la
por un pacto de promesa. Yahvé promete el «sangre de Cristo», en la «propia sangre» de Je- 17 se aduce también -en corroboración de to-
Este último pacto es transitorio, pero aquel otro
perdón de los pecados, y sus enseñanzas se permanece (v. 11). sús, en la «sangre de Jesús» (9, 12.14; 10, 19). d o - el significado de testamento que tiene
escribirán en el corazón, para que su pueblo 8ia,fl"r|xr|. Y se hace en una suave transición
cumpla la voluntad de Dios. La salvación traída por el nuevo pacto se de ideas, que nos resulta a nosotros difícil de
Por eso Pablo habla, aquí quizás por vez pri- ilumina por contraste con el pacto del Sinaí, seguir: en la salvación ofrecida por Dios por
mera, de la antigua 8ia,&r|X'r|. Recoge elemen- el «primer» pacto de Dios con Israel (Heb 8,
Con la promesa de la nueva berit, Yahvé res- medio de Jesucristo, la última voluntad y tes-
tos de una teología de la 8iaflT|xr|, formada ya 7.13; 9, 1.15.18). El primer pacto se encuen-
ponde al abandono del pacto del Sinaí por parte tamento de Cristo entra en vigor mediante la
de su pueblo desobediente (v. 32). Es verdad que anteriormente y que era crítica con respecto a tra sin vigor, no porque el pueblo de Dios lo muerte de aquel que ha dictado su última vo-
la nueva berit incluye de nuevo la obligación que la Tora, y le da mayor precisión dentro de su quebrantó (8, 7-13), sino porque era débil en luntad (5iaí)éu£VOc;, 9, 16-17). Para la sensi-
el pueblo tiene de cumplir la voluntad de Dios. doctrina sobre la justificación. La alegoriza- sí mismo. Pertenecía al ámbito de lo terreno y bilidad lingüística de aquel entonces, esta
Pero, en este caso, Yahvé mismo se encarga de ción sobre la concertación de ambos pactos, de la figura, y no podía ser más que una débil transición -evidentemente- no tenía proble-
que se cumpla esa obligación: «Yo pondré mi te- en Gal 4, 21-28, debió de tomarla Pablo de la sombra, que desde sí misma señalaba antici-
mor en su corazón, para que no se aparten ya de mas (cf. Gal 3, 15-17; Filón, Mut 51s y pas-
misma tradición. En el pacto de promesa con padamente hacia la futura y nueva óiadf)XT] sim (Kutsch, Neues Testament - Neuer Bund?,
mí» (Jer 32 [39], 38-42 [esp. v. 40]). Se proclama
los padres se anticipó ya la nueva 8ia'&r|XT] (7, 16-19; 8, 5s; 9, 6-10; 10, 1). Y, así, la pri- 81-83). En el poder salvífico de la «sangre del
que esta promesa se ha cumplido en el aconteci-
miento de Jesús. El peso de esta antigua procla- del acontecimiento de Cristo. Al pacto del Si- mera 5iadr|xri s e valora desde la perspectiva
pacto eterno» se incluye la promesa, según
mación pre-paulina, que en Pablo mismo queda naí pertenecen la lejanía de Dios, el servicio de su culto (cf. evxoXi], 7, 16-18; vóftog, 7,
Jer 31, 33, de que Dios mismo «obra en noso-
un poco relegada a segundo plano, se hace plena- de esclavos, la existencia «según la carne»; al 19.28; 10, 1) y de su oferta de salvación. En
tros lo que es agradable delante de El»; de
mente visible en la Carta a los hebreos (->• 4.c). pacto de la promesa le corresponden la exis- esta valoración, hay un rechazo crítico de las
que Dios nos equipa «con todo lo bueno para
tencia celestial y espiritual y la libertad, fun- interpretaciones judías alejandrinas, según las
b) En Rom 11, 27 Pablo - a partir de Is 59, hacer su voluntad» (13, 21).
dadas en la promesa creadora de Dios. cuales semejantes actividades cultuales sim-
20-21- interpreta la profecía de un pacto de bólicas señalan hacia la salvación verdadera y H. Hegermann
salvación, tal vez siguiendo la tradición acer- c) Los 17 enunciados relativos a la Sia- «celestial».
ca de la Cena del Señor. Y lo hace añadiendo {híxT] en la Carta a los Hebreos se hallan rela- Según Hebreos, la salvación ha llegado a 5 i a Í Q £ 0 i £ , £0>5, \\ diairesis distribución*
una frase tomada de 27, 9. Pablo argumenta cionados íntimamente con una teología de la ser real en el nuevo y «más excelente» pacto Dícese de la distribución de dones en 1 Cor
con arreglo a la orientación de Jer 31 (38), 34: Siocdrixr] que se desarrolla en conexión con (7, 22; 8, 6), en el acontecimiento de Cristo, y 12, 4-6. Este sentido lo sugiere 8iaiQéü) en el
911 SiaÍQeoig - 5icwovéa) 912 913 Siaxovéco 914

v. 11. Sin embargo, no se excluye el significa- penfeier (UUA 5), Uppsala-Wien 1951; J. Roloff,
falta por completo, e incluso 5iaxovía y 5iáxo- las tareas del ministerio de los dirigentes en
do de diversidad(es); cf. ThWNT I, 184; Apostolat - Verkündigung - Kirche, Gütersloh 1965;
Id. Anfange der soteriologischen Deutung des Todes vog no desempeñan más que un papel insignifi- la comunidad en: Ef 4, 17; Col 4, 17; 1 Tim
Bauer, Wórterbuch, s.v. 1; H. Conzelmann, Jesu: NTS 19 (1972-1973) 38-64; J. Schütz, Der Dia- cante. En cambio los vocablos de la raíz oouX.- 4, 6; 2 Tim 4, 5, y especialmente del ministe-
Der erste Briefan die Korinther (KEK), 244s. konat im NT, tesis Mainz 1952; W. Thüsing, Dienst- aparecen con muchísima frecuencia. rio del diácono en Flp 1, 1; 1 Tim 3, 8.10.12.
funktion und Vollmacht kirchlicher Ámter nach dem Siaxovéco y su grupo de palabras son en deter- 13. Aparecen, además, aisladamente los si-
NT: BiLe 14 (1973) 77-88; A. Weiser, Die Knechts- minados estratos del NT la expresión central para
diaiQÉO) diaireó repartir, distribuir* gleichnisse der synoptischen Evangelien (StANT 29), designar la actitud cristiana fundamental, que se guientes significados: el poder estatal como
Le 15, 12: «él repartió sus bienes entre München 1971. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, orienta por las palabras y la conducta de Jesús, y servidor de Dios en Rom 13, 4; Cristo, servi-
ellos». 1 Cor 12, 11: el Espíritu distribuye a ca- 1039-1041. para designar funciones específicamente cristia- dor de su pueblo en Rom 15, 8, y no servidor
da uno según su voluntad; ->• Siaírjeotg. Th nas e internas de la comunidad, a saber, la labor del pecado en Gal 2, 17; el servicio de los
1. Siaxoveco aparece 36 veces en el NT: caritativa, la proclamación de la palabra y las ta-
WNT I, 184. ángeles para la salvación de los hombres en
21 en los Sinópticos, incluyendo también He- reas de liderazgo. Heb 1, 14.
chos, 3 en el evangelio de Juan, 8 en el Cor-
SiaxaftaÍQO) diakathairó limpiar (el tri- pus de las cartas paulinas, 1 en Hebreos y 3 en Con su significado fundamental de servir a 3. La raíz de los significados que en el NT
go)* I Pedro. De la relativa frecuencia con que es- la mesa, el grupo de palabras se emplea en el tienen los términos 5iaxovéco, 8iaxovíoc y
Le 3, 17: «El bieldo está en su mano para te término aparece en los Sinópticos, la in- NT en: Mt 22,13; Me 1, 31 par. Mt/Lc; Le 10, 5iáxovog se halla en las palabras y en la con-
limpiar/aventar su era...». mensa mayoría de los ejemplos se encuentran 40; 12, 37; 17, 8; 22, 26s; Jn 2, 5.9; 12, 2; ducta de Jesús mismo. De igual manera, la
en sentencias y parábolas de Jesús. - Las acti- Hech 6, 2. El sentido ampliado de ayudar a
vidades designadas por el verbo se expresan importancia central que este grupo de pala-
d i a x a f t a g í ^ O ) diakatharizó limpiar (el alguien cuidando de él se encuentra en: Mt bras adquirió en la vida de la comunidad cris-
abstractamente por medio del sustantivo
trigo)* 25, 44; Me 1, 13 par. Mt; Me 15, 41 par. Mt; tiana primitiva se deriva de Jesús mismo y de
5iaxovía, servicio, oficio, que aparece 33 en
En Mt 3, 12 (par. Le 3, 17 C Koiné A D y Le 18, 3; Flm 13. Toda la actividad de Jesús y la más temprana interpretación de toda su ac-
el NT: 1 sola vez en los evangelios (Le 10,
otros) dícese de la acción de limpiar/aventar su muerte se designan como un servicio: Me tividad y de su muerte como un «servicio».
40), 8 veces en Hechos, 22 en las cartas pau-
la era, -> biaxaftaÍQW. linas, 1 en Hebreos y 1 en Apocalipsis. Final- 10, 45 par. Mt; Le 22, 26s. Del servicio pres- La sentencia sobre la grandeza del servicio,
mente, Siáxovog, servidor, es el que ejecuta tado por los discípulos se habla en sentido en Me 10, 43s par. Mt; Me 9, 35; Mt 23, 11,
las actividades designadas por medio del ver- amplísimo en: Mt 23, 11; Me 9, 35; 10, 43 procede -en su forma fundamental- de Jesús
S i a x a T e X É Y / o j i a i diakatelegchomai re-
bo 5iaxovéü) y del sustantivo 8 i a x o v í a . par. Mt; Le 22, 26s; Jn 12, 26. El grupo de pa- mismo. La antigüedad y la amplitud de la tra-
futar por completo*
Aparece 29 veces en el NT: 8 en los evange- labras designa el servicio apostólico y misio- dición permiten reconocerlo así. La interpre-
En Hech 18, 28 con dativo: Apolo «refuta- nero de la proclamación: dícese de los Doce,
lios y 21 en las cartas paulinas. tación que entiende como un servicio toda la
ba vigorosamente a los judíos» de Acaya, Hech 1, 17.25; 6, 4; de Pablo, Hech 20, 24; actividad de Jesús y su entrega a la muerte,
«demostrando públicamente por las Escritu- 21, 19; Rom 11, 13; 1 Cor 3, 5; 2 Cor 3, 3.6.9;
2. El marco original de referencia para el tiene probablemente su «situación vital» (Sitz
ras que Jesús es el Cristo». -> zkzyyíü 2. 4, 1; 5, 18; 6, 3.4; 11, 8.(15.23: falsos apósto-
empleo de todo el grupo de palabras de la raíz im Leberí) en la celebración eucarística de las
8uxx- en el griego profano era el del servicio les); Ef 3, 7; Col 1, 23.25; 1 Tim 1, 12; de comunidades palestinenses. Así se deduce de
óiaxeXevíD diakeleuó mandar, ordenar prestado a la mesa. Por tanto, el significado otros proclamadores y colaboradores, Hech Me 10, 45 par. Mt y de la variante de Le 22,
En Jn 8, 5 con dativo seguido de infinitivo: fundamental del verbo es el de servir a la me- 19, 22; 1 Cor 3, 5; Ef 6, 21; Col 1, 7; 4, 7; 1 27. Aunque Me 10, 45 está formulado a tenor
«En la ley Moisés nos ordena apedrear a esta sa. De ahí se deriva el sentido más amplio de Tes 3, 2; 2 Tim 4, 11; 1 Pe 1, 12. de Is 53, lOs, sorprende que en vez de 5o"u-
clase de mujeres» (a las adúlteras); cf. Lev preocuparse del sustento y, finalmente, de Designa el servicio caritativo prestado en Keveiv se haya empleado el verbo Siaxoveív.
20, 10; Dt 22, 22-24. prestar servicio en general. la comunidad, Hech 6, 1; Rom 12, 7; 1 Pe 4, Este hecho sugiere que el servicio prestado a
11, y más allá de la propia comunidad, la co- la mesa es el contexto original de la sentencia,
El grupo de palabras se distingue de otros tér-
S i a x o v é o ) diakoneó servir minos de significado afín porque «tiene la espe- lecta organizada en favor de Jerusalén, Hech como la variante de Le 22, 27 nos hace ver
óuxxovía, ag, f| diakonia servicio, oficio cial cualidad de indicar muy personalmente el 11, 29; 12, 25; Rom 15, 25.31; 2 Cor 8, 4. claramente.
Siáxovoc;, ov, ó (f)) diakonos servidor(a) servicio prestado a otra persona» (Beyer, 81). Es 19s; 9, 1.12s. Se habla en síntesis de todos
notable particularmente la diferencia de significa- los servicios de la comunidad en 1 Cor 12, 5. La comprensión que Pablo tiene del apos-
1. Aparición de los términos de la raíz 8iax- en el do entre -»• 6oi>Xei)(ú y oiaxovéoo y entre los gru- - 1 Cor 16, 15; 2 Tim 1, 18; Heb 6, 10; 1 Pe tolado y la variedad de «servicios» de las co-
NT - 2. Contenidos semánticos del grupo de palabras - pos de palabras correspondientes a cada una de munidades paulinas recibieron su forma esen-
3. El sentido cristiano y la historia de su tradición. 4, 10; Ap 2, 19 hablan en general del servicio
esas raíces: los vocablos de la raíz 8OD)I.- expre- cial y su terminología de las palabras y de la
san principalmente la relación de dependencia y dentro de la comunidad. El servicio caritativo
Bibl: H. W. Beyer, 5icocovéw, en ThWNT II, 81- al que se hace referencia en Rom 16, 1 tiene conducta de Jesús y de la comprensión cris-
93; W. Brandt, Dienst und Dienen im NT, Gütersloh la subordinación del 8oüX.og al XÍIQIOC;; en cam-
bio, 6iaxovétt> y su grupo de palabras expresan carácter parecido a un ministerio, y lo mismo tiana primitiva, que entendió la actividad y la
1931; K. HeB-L. Coenen, Servicio, en DTNT IV, 212-
221; K. Rahner-H. Vorgrimler, Diaconia in Christo, mucho más vigorosamente la idea del servicio se diga del ministerio de los apóstoles, profe- muerte de Jesús como un «servicio». La ima-
Freiburg i. Br. 1962; B. Reicke, Diakonia. Festfreude prestado a una persona. Esta diferencia nos per- tas, evangelistas, pastores y maestros en Ef 4, gen que la autocomprensión de Pablo «refleja
und Zelos in Verbindung mit der altchristlichen Aga- mite comprender por qué en la LXX 5iaxovéco de manera más central es la del servidor de
12. El grupo de palabras sirve para designar
915 óiaxovéco 916 917 oictxovéco 918

Jesucristo» (Roloff, Apostolat, 121). Y, así, nera en que Marcos había procedido ya, con que no lleva vestido de boda (Mt 22, 1-13), cios de liderazgo que existen en la comuni-
Pablo se ve a sí mismo en una doble relación motivo de la segunda predicción de la pasión los Siáxovoi tengan alguna significación teo- dad, tiene carácter de servicio. Este carácter
de servicio con respecto a Cristo y a la Iglesia (9, 31.35). Tanto en este último pasaje como lógica. se deriva de las palabras de Jesús y de sus ac-
(2 Cor 3-6; lis). En el ejercicio de su servi- en el otro, se aborda el mismo problema exis- tividades de servicio. Lucas lo hace ver de
cio (o ministerio) apostólico, Pablo considera tente en la comunidad marquina y en sus diri- En la doble obra lucana, el grupo de pala-
manera clara al designar expresamente el
principalmente la proclamación del evangelio gentes: el afán de honores y el anhelo de poder. bras con sus denotaciones teológicas desem-
apostolado como un servicio (Hech 1, 17.25;
como la actividad fundamental y central (por Tanto en un pasaje como en otro el evangelista peñan un gran papel. Es verdad que Lucas, de
6, 4, etc.), al poner ante los ojos de los cristia-
ejemplo, Rom 11, 13; 2 Cor 3, 3; 4, 1; 5, 18; intenta resolver esta problema de la misma las 7 veces que aparecen los términos en Mar-
nos que ocupan puestos dirigentes el servicio
6, 3; 11, 8). manera: orientando hacia las palabras de Je- cos, no recogió más que una (Le 4, 39). Pero
realizado por Jesús (Le 22, 26s) y al trasfor-
sús y hacia sus obras de servicio, haciendo un lo decisivo es que las ideas enunciadas en los
En la vida de las comunidades paulinas, la mar algunas parábolas de Jesús en exhortacio-
llamamiento para seguir a Jesús en su cruz pasajes omitidos de Marcos, las expresa él en
Siaxovíct es sobre todo la atención caritativa nes dirigidas a los líderes (12, 35-38.42-46.
(cf. K. G. Reploh, Markus - Lehrer der Ge- otros contextos, donde en parte las trasforma,
a los necesitados, bien sea dentro de la comu- 47s; 17, 7-10). En esta trasformación, el mo-
meinde, Stuttgart 1969, 156-172). y en parte recurre a una tradición peculiar. La
nidad de cada uno (Rom 12, 7; 1 Cor 16, 15) tivo del servicio desempeña el papel deci-
sentencia acerca de la grandeza del servicio y
o bien sea en favor de la comunidad de Jeru- Mateo, en primer lugar, recoge de Marcos sivo. 2) El servicio (o ministerio) apostólico,
del servicio prestado por Jesús (Me 9, 35; 10,
salén, a la que se ayuda en forma de una co- todos los pasajes en que se habla de Sicxxo- para Lucas, consiste principalmente en la pro-
43), la ofrece él en 22, 26s como variante de
lecta (Rom 15, 25.31; 2 Cor 8, 4.19s; 9, vécü y de Siáxovog, con excepción de la es- clamación de la palabra (Hech 6, 4, etc.) y es
la tradición, refundida redaccionalmente. La
1.12s). Pero el término puede designar tam- cena en que los discípulos se disputan el pri- un testimonio (cf. Hech 1, 22; 20, 24, etc.). -
mención de las mujeres que servían a Jesús,
bién en síntesis todos los servicios o ministe- mer puesto (Me 9, 33-37). Pero recoge la 3) Entre las funciones básicas de la vida de la
en el relato de la pasión (Me 15, 41), la pre-
rios que hay en la comunidad (1 Cor 12, 5). pregunta que se suscita en esa escena, acerca comunidad cristiana se cuenta el servicio
senta Lucas -trasformada redaccionalmente-
Estas circunstancias existentes en la comu- de quién es verdaderamente grande, la refun- en el contexto de la actividad de Jesús en Ga- prestado a los pobres y a los necesitados
nidad, con su terminología y su tendencia a de, y hace que Jesús responda a ella con las lilea (Le 8, 3). Tal vez Le 22, 43 tiene en (Hech 6, ls; cf. 2, 42).
expresar típicamente los oficios de servicio, palabras sobre lo de «hacerse pequeño como cuenta el servicio de los ángeles a Jesús, omi-
condujo al origen del oficio (o ministerio) de un niño» (18, 1-4). - En tres pasajes Mateo va tido por Lucas en el relato procedente de Me En Hech 6, 1-6, Lucas nos hace ver cómo, por
diácono, que en el NT se menciona por vez más allá del material ofrecido por Marcos. En un conflicto en la atención que se prestaba a los
1, 13. Le 10, 40 pertenece a una tradición pe- pobres, surge en la comunidad un nuevo oficio (o
primera en Flp 1, 1. Sus tareas principales la descripción del juicio universal, que proce- culiar (cf. Jn 12, 2). La parábola de 17, 7-10 ministerio) de servicio. Cuando evita consciente-
fueron probablemente la proclamación del de de una tradición peculiar y que ha sido in- pertenece, sí, a una tradición peculiar, pero el mente el título oficial de Siáxovog, lo hace segu-
evangelio y el servicio de caridad (cf. 1 Tim tensamente redactada por Mateo, vemos que v. 8 con Siaxovéco está formado redaccional- ramente porque éste se encontraba ya asociado
3, 8-13). También el ministerio de servicio de la ayuda a los necesitados y cautivos se en- mente. La parábola de 12, 35-38 está tomada con funciones de proclamación de la palabra (Flp
la Siáxovog femenina, de la diaconisa, apare- tiende como servicio prestado a Jesús y se de la fuente Q, pero la promesa fue compues- 1; 1 Tim 3). Ahora bien, Lucas quería que se vie-
ce ya en estado inicial en las comunidades convierte en el criterio para la participación ra que un grupo de líderes ya existente en la mi-
ta redaccionalmente por Lucas (cf. Weiser,
paulinas (Rom 16, 1). sión cristiana primitiva estaba subordinado a los
en la salvación definitiva (25, 44). - En el dis- 109s; 168-171). apóstoles. Y lo consiguió haciendo que ese grupo
curso de Mt 23, que está compuesto a base de Las 10 veces que aparecen los términos fuera instituido por los apóstoles, limitando su mi-
En Marcos la idea de servicio ocupa un lu-
la fuente Q y de tradición peculiar, el evange- Siaxovéco, Suxxovía en Hechos se distribu- nisterio a la atención y cuidado de los pobres (pe-
gar destacado por la serie de sentencias, acen-
tuadas parenéticamente, que se encuentran en lista dirige sus enseñanzas, en los vv. 8-12, a yen en dos campos semánticos: el del servicio ro cf. Hech 6) y evitando el título de «diácono».
10, 42-45. Por contraste con las relaciones los líderes de la comunidad cristiana: no de- (o ministerio) apostólico, con acento en la
que se dan normalmente en el ejercicio del se- ben reclamar ambiciosamente los títulos de proclamación de la palabra (1, 17.25; 6, 4; 20, En Juan, el único pasaje teológicamente re-
ñorío en el mundo, la verdadera grandeza de preceptor, padre y maestro. En el v. 11 Mateo 24; 21, 19; 19, 22), y el del cuidado de los po- levante -además de 2, 5.9; 12, 2 - son las pa-
los discípulos de Jesús no se mostrará sino en fundamenta la prohibición basándose en las bres (6, 1.2), al que pertenece la forma espe- labras de Jesús en 12, 26. Según la historia de
el servicio. El fundamento de ello es el servi- palabras de Jesús acerca de la grandeza del cial de la colecta en favor de Jerusalén (11, las tradiciones, este pasaje se halla próximo a
cio del Hijo del hombre hasta la entrega mis- servir. Todo esto lo encontramos aquí en una 29; 12, 25). Lucas recoge así contenidos y Me 8, 34, pero tiene mayor amplitud por el
ma de su vida. Según el sentir del evangelista, forma que combina elementos de la tradición formas de expresión de las comunidades pau- uso de la expresión servir y por dos promesas
esta actitud fundamental es elemento esencial de Marcos sobre estas palabras (Me 10, 43) linas integradas por cristianos gentiles (cf., típicamente joánicas: el discípulo llegará a es-
del discipulado. Esto se ve ya por la disposi- con elementos de la variante de Lucas (Le 22, por ejemplo, Rom 15, 25; 2 Cor 3, 6). Lucas tar allá donde está Jesús mismo; el Padre le
ción redaccional de la serie de sentencias, que 26s). En toda la sección el evangelista acen- ha evitado siempre el empleo del término honrará. Se piensa en el discipulado y segui-
se conectan con la tercera predicción de la pa- túa las relaciones fraternales que deben existir Siáxovog. miento de Jesús hasta la muerte. Aunque
sión (10, 33s), y por la escena en que se re- dentro de la comunidad cristiana. Finalmente, En la elaboración que hace de su tradición, Sictxovéü), Siaxovíct, Siáxovog no aparecen
claman los puestos de honor (10, 35-40). Esta no habrá que suponer que, en la alegoría Lucas acentúa los siguientes aspectos: 1) El ya con este significado en ningún otro lugar
disposición corresponde exactamente a la ma- (compuesta redaccionalmente) del invitado oficio apostólico, lo mismo que todos los ofi- de Juan, sin embargo 12, 26 debe contemplar-
919 Siaxovéü) - Siaxnívoo 920 921 óiaxnívco 922

se en estrecha relación con el servicio realiza- XQÍvot) amplía considerablemente los conteni- quien «come y bebe sin discernir el cuerpo»,
ftiaxovía, ag, í\ diakonia servicio, oficio
do por Jesús en 13, 1-11 y con el servicio que dos semánticos de XQÍVO) con los significados debe entenderse probablemente en sentido
-> 8iaxovÉco.
han de realizar los discípulos en 13, 12-20; de diferenciar; decidir, juzgar, en la voz me- análogo. Se presupone que el pan de la Cena
15, 20 (cf. R. Schnackenburg, El evangelio dia, disputar uno con otro; estimar, exponer, del Señor debe distinguirse del pan ordinario.
según san Juan II, 476). 81ÓXOV05, OV, Ó (r\) diakonos servidor(a) interpretar. SiaxQÍvco aparece también en la Por esta distinción, al pan eucarístico se le
->• 8iaxovéco. voz media con el significado de dudar. La ri- concede un consideración especial. Las dis-
En Efesios y Colosenses, Siaxovía aparece queza de matices que se da en el uso del ver- tinciones suponen, pues, que se concede una
2 veces, y Siáxovog 6 veces. Los términos bo SICCXQÍVO) hace que sea difícil determinar especial consideración y -a tenor de ello- se
designan el servicio de proclamación de la pa- d i a x ó a i o i , 3 diakosioi doscientos* su sentido exacto en varios pasajes. muestra una conducta especial (cf. Büchsel,
labra realizado por «Pablo» (Ef 3, 7; Col 1, Me 6, 37 par. Jn 6, 7: pan por valor de dos- 948). Obsérvese que puede haber también pa-
23.25) y sus colaboradores (Ef 6, 21 = Col 4, cientos denarios; Jn 21, 8: a unos 200 codos 2. Según Hech 15, 9, Dios «no hizo ningu-
ronomasia en el empleo que se hace de
7; 1, 7), así como también el oficio ministerial de distancia; Hech 23, 23: «Tened preparados na distinción entre nosotros y ellos», es decir,
8iaxQÍveo con -> xoíu.a en 11, 29a (cf. tam-
de los apóstoles, profetas, evangelistas, pasto- 200 soldados... y 200 lanceros». En tres pasa- entre los judíos y los gentiles, porque también
bién -v 3).
res, maestros (Ef 4, 12) y el servicio ministe- jes aparecen números compuestos con Siaxó- a los gentiles les concedió el don del Espíritu
rial de liderazgo en la comunidad (Col 4, 17). oxoi. Hech 27, 37: «Los que estábamos en la Santo. Ya antes se dijo que Pedro, «sin hacer 3. La paronomasia con los numerosos tér-
Si en las cartas paulinas aparecía ya en primer nave éramos un total de doscientas setenta y distinción» entre judíos y gentiles (u/n8év minos que en 1 Cor 11, 29-34 significan la ac-
plano el significado de 8iáxovog como «ser- seis personas (ilru/ou— Siccxóoiai e|38ou.r|- SiaxQÍvavxa, cf. Herm [m] 2, 6), marchó a ción de juzgar y el juicio ha conducido tam-
vidor del evangelio», este significado se ha xovtcc z%); Ap 11, 3 y 12, 16: mil doscientos Cesárea (Hech 11, 12 Sin A B; H L P Textus bién al empleo de 8iaxQÍva) en 11, 31: «Pero
desarrollado plenamente en Efesios y Colo- sesenta días (ruiégag yvkíac, óiaxooíag Receptus: [ir|8év 8io.XQivou.evov, sin obje- si nos juzgáramos a nosotros mismos correcta-
senses, por cuanto la palabra aparece ya úni- éíjríxovTa (según Dan 12, 11 [allí se incluye cionesl ->• 4). mente, no seríamos juzgados». La frase exige
camente en conexión con la proclamación del un mes intercalar: 1290 días], el tiempo «apo- Sant 2, 4 ofrece un ejemplo de paronomasia que los cristianos hagan una severa crítica de
evangelio. El concepto ha alcanzado, pues, su calíptico» de 42 meses = tres años y medio). con 8iaxQÍvct) y XQiToá (por sus distinciones, la propia conducta con arreglo al criterio que
sentido más específico (cf. H. Merklein, Das ellos han llegado a ser jueces con malos pen- se aplica en el juicio divino, principalmente en
kirchliche Amt nach dem Epheserbrief Mün- samientos; basándonos en los versículos ante- lo que respecta al comportamiento en la Cena
chen 1973, 233 y 237). í)iaxoi)0) diakouó tomar declaración (en del Señor (-> 8oxi[xá^co en el v. 28).
riores (vv. 1-3), que son una advertencia con-
la vista de un proceso)* En 1 Cor 6, 5 8iaxQÍva» se emplea para re-
También las 9 veces que aparecen los térmi- tra el partidismo (-> :7tQoaa)JtoX,r|u.'i|Ha), la
En Hech 23, 35 Félix dice a Pablo: «Te to- ferirse a la actividad, reclamada por Pablo,
nos en las Pastorales pertenecen al uso espe- mejor traducción del v. 4 es probablemente:
maré declaración (tecnicismo jurídico), cuan- de un mediador o arbitro, por contraste con
cíficamente cristiano de estas palabras: 2 Tim «¿No habéis hecho distinciones (8IEXQ í$"r)Te)
do lleguen tus acusadores». la actividad, rechazada por Pablo, de los tri-
1, 18 se refiere en sentido muy general al ser- entre vosotros mismos? (cf. M. Dibelius, Der
vicio de Onesíforo en la comunidad de Efeso. Briefdes Jakobus [KEK], 126f; H. Windisch, bunales profanos (6, 1.6), y con referencia al
1 Tim 1, 12 habla del servicio apostólico de diaKQÍvo) diacrinó diferenciar, decidir, Der Briefdes Jakobus [HNT], 14; F. MuBner, juicio escatológico con que los santos han de
«Pablo». 1 Tim 4, 6; 2 Tim 4, 5 denominan dudar, interpretar* Jakobusbrief [HThK], 115; en contra, Büch- juzgar al mundo (6, 2). Como 8i.axQÍV(i) en
servicio a la actividad de Timoteo de procla- sel, 949; Bauer, Wórterbuch, s.v.), aunque el el significado de «juzgar» tiene siempre un
1. Aparición y uso del término en el NT. Conteni- sentido forense, entonces resulta difícil apli-
mar el evangelio. En 2 Tim 4, 11 se solicita el dos semánticos - 2. Diferenciar, hacer diferenciación - verbo 8iaxpíva) está usado aquí en aoristo de
servicio de Marcos (seguramente, un servicio 3. Decidir, estimar, juzgar; acudir a los tribunales, dis- la voz pasiva (->• 4). El hacer distinciones en- car este matiz de significado al texto de 1
misionero). Del oficio de diácono hablan 1 putar uno con otro - 4. Dudar - 5. Exponer, interpretar tre las personas conduce a una situación en la Cor 14, 29 (-> 4; Dautzenberg, Prophetie,
Tim 3, 8.10.12.13 (-> 2). En todos estos pasa- - 6. SiáxQiatg. 128s; en contra de Bauer, Wórterbuch, s.v.;
que se concede primacía a algunos (Apiano,
jes se refleja el uso paulino de los términos. Bibl: F. Büchsel, 5iaxQÍvco, 5iáxQiaig, en ThWNT BellCiv V, 54 § 228; en sentido negativo He- Büchsel, 948).
En los demás escritos tardíos del NT, el III, 948-951; G. Dautzenberg, Zum religiongeschicht- rodoto III, 39; cf. Filón, Op 137). En la voz media 8iaxfjíva) tiene el signifi-
lichen Hintergrund der Siáxpioig jrv£U(j.áT(Dv: BZ 15 cado de disputar uno con otro: Hech 11, 2 (a
grupo de palabras aparece sólo esporádica- (1971) 93-104; Id., Urchristliche Prophetie (BWANT La pregunta que se formula en 1 Cor 4, 7:
mente. Heb 6, 10 y Ap 2, 19 hablan en senti- 104), Stuttgart 1975, 123-125. índice analítico. propósito de la comunión de mesa de Pedro
«¿Quién te considera superior!» va dirigida
do muy general de los servicios prestados en con los incircuncisos; sobre la elección del
1. 8iaxQÍvoo se emplea en total 19 veces en contra la tendencia de los corintios a abusar
la comunidad. La Carta primera de Pedro término, cf. Ez 20, 35s LXX); Jds 9 sobre el
los escritos del NT; 9 veces en voz activa, y de la gracia recibida, convirtiéndola en moti-
menciona en 1, 12 el servicio de la proclama- enfrentamiento de Miguel con el diablo acer-
10 veces en voz media y en voz pasiva. El vo de distinción personal y en ocasión de jac-
ción; en 4, 11, el servicio caritativo, y en 4, 10 ca del cuerpo de Moisés).
prefijo verbal 810c- refuerza las ideas de dis- tancia, utilizándola así para introducir distin-
compendia ambos en la expresión SiaxoveTv. 4. 8ictxQÍva> en la voz media tiene, ade-
tinguir, tamizar y separar que se encuentran ciones en la comunidad (v. 4, 6). - La concisa
A. Weiser en el verbo simple ->• XQÍVCO. ASÍ, pues, óia- frase que aparece en 1 Cor 11, 29 acerca de más, el significado de presentar objeciones,
923 SlCCXQÍVÜ) 924 925 óiaxQÍvü) 926

dudar, un significado que no está atestiguado de esa seguridad, una falta que se expresa en el judaismo de tiempos del NT (Dan 9; 4 Esd ejercitado sus facultades para distinguir el
con anterioridad a los escritos del NT. Esto las dudas y en los escrúpulos, y se halla en pa- 12, l i s ; Josefo, Bell VI, 312s; lQpHab 2, 8; bien del mal» (cf. Sexto Empírico, PyrrhHyp
será difícilmente «un producto del cristianis- ronomasia consciente con XQÍVCO en 14, 22 y término técnico en Qumrán: psr) y es análoga III, 168).
mo de expresión griega» (como piensa Büch- con xataxQÍvonai en 14, 23: «Dichoso aquel también a la sucesión de visiones e interpreta-
sel, 950). No, sino que es un reflejo del desa- que no necesita juzgarse a sí mismo en lo que ción de las mismas por obra de un ángelus in- Generalmente, el carisma de las SiaxQÍoeig
rrollo semántico de la lengua popular griega considera bueno. Pero el que siente escrúpu- terpres en las apocalipsis literarias (Dan 7-12; JTveuuáTCOV que en 1 Cor 12, 10 se atribuye a la
en tiempos del NT. El desarrollo del significa- los cuando come, ese tal se halla condenado, profecía, se traduce por «discernimiento de espí-
Hen [et] 1, 2; 21, 5; 40.8: 43, 4; 4 Esd 10-13: ritus». Pero contra esta interpretación hablan,
do puede entenderse tanto desde -> 2 en el porque no actúa por fe». Ap 5.5: 7, 13s; 17, 7; TestAbr A 4, 2 [Stone además de la consonancia -exigida por el contex-
sentido de «hacer distinciones en uno mismo» En Jds 22 Sin B C 2 el uso cristiano de 10, 13s]: xod l o a a x S E ávaYYe^eí t ó to- con 1 Cor 14, 29 (-> 5) y de otras reflexiones
como desde -> 3 en el sentido de «hallarse en óiaXQÍvco parece que se ha consolidado tanto, oQafxa, av [= Miguel] óé StaxQivEig). (-> 4), la observación lingüística de que, cuando
disputa con uno mismo» (Bauer, Wórterbuch, que aquí a todo un grupo de cristianos en pe- La sentencia acerca de los «signos de los óiaxQÍvo) significa «discernimiento» («distin-
s.v.). Los diversos usos de 6iaxoúvcü con este ligro se los puede designar sin más como per- tiempos» se ha trasmitido en tres versiones ción»), se indica siempre entre qué entidades se
significado no sugieren un desarrollo semán- sonas que dudan, y de quienes los lectores de- hace discernimiento o distinción, cosa que aquí
(Mt 16, 2s C Koiné D W 0 ; Le 12, 54-56; Ev-
tico unificado o que incluso se halle acorde no sucede (Dautzenberg, Prophetie, 127s).
ben apiadarse. Tom 91). Mt 16, 3b se diferencia de Le 12, 56
con la historia de las tradiciones en el NT. Si- y del EvTom por el empleo de SiaxQÍvro (Lu- b) En lo que especta a Hech 4, 32 D, la tra-
no que son un empleo variado del repertorio 5. Juntamente con otras formas y derivados cas: 6oxi(iá^co; EvTom: jtEtQá^co) y por la ducción «y no había disputa (= «disensión»)
semántico de que se disponía. Hech 10, 20 (y de la raíz XQIV- (xQtvro, avyxQÍvw, újtoxQÍ- caracterización de aquello a lo que ha de apli- entre ellos» está asegurada por el contexto.
Hech 11, 12 Textus Receptus -> 2), «no dudes vo^ai) y con otros términos para expresar la carse la acción de OICCXQÍVÜ): xa GT|[X£ta TCÓV Por el contrario, es difícil determinar con exac-
en acompañarlos», alude al recelo que sentían interpretación, Siaxoívcü es un tecnicismo xcuorov (Lucas: t ó v x a i p ó v 5s TCÜTOV). titud el contenido semántico de Siaxoívw en
los judíos de relacionarse con los gentiles. Le griego de la interpretación de los oráculos y Desde luego, es posible entender SiaxQÍvro Rom 14, 1.
11, 38 D hace que el fariseo «sienta objecio- los sueños y de la adivinación (los testimo- como variante de traducción de Soxiu.á£ü),
nes en su interior», antes de criticar a Jesús nios se hallan en Dautzenberg, Hintergrund, «examinar» (cf. Job 12, 11; 23, 10; Dautzen- Pablo, después de exhortar a la comunidad a
por no haberse lavado antes de la cena. 94-96). En la Biblia griega (Gen 40, 8 o') y berg, Prophetie, 129). Sin embargo, la rela- acoger sin limitaciones (jtQOoXau.póva>) al que
ción de bo%mát,w con «signos» sugiere más es débil en la fe, desearía que se evitaran las
SiaXQÍvco con el significado de dudar tiene en su zona de influencia (Filón, Jos 90, 104,
óiaxoíoeis 5taXoYiO(xc6v. Contra la hipótesis de
sentido teológico en los pasajes en que apare- 143), SiaxQÍvro es una variante de traducción bien que la formulación de Mateo debemos que SiáxQiois significa aquí una decisión judi-
ce en oposición lingüística con la fe (-> del término hebreo para referirse a la interpre- entenderla en conexión con la interpretación cial sobre opiniones controvertidas (E. Káse-
itíoxig) entendida como firme confianza. Las tación ptr/psr. Puesto que la costumbre de dar -habitual en el judaismo de tiempos del N T - mann, An die Romer [HNT], sub locó) habla el
acentuaciones son también aquí muy varia- un dictamen judicial de las revelaciones he- de los signos escatológicos (Josefo, Bell VI, hecho de que Pablo teme únicamente tales 8ia-
chas por los profetas en las reuniones de la 291, 295, 315; Dautzenberg, Prophetie, lOls): XQÍaeic; una vez que se ha acogido a los débiles;
das. Me 11, 23 par. Mt 21, 21 y Sant 1, 6 ven
comunidad (cf. 1 Cor 14, 6.26.30) es muy po- «Sabéis interpretar el aspecto del cielo, pero entonces ya no hay lugar para una decisión judi-
en la duda un peligro para la fe y para obtener cial; un juicio forense es improbable en tal con-
la promesa de ser escuchados en la oración co probable (Dautzenberg, Prophetie, 128s), en cambio no sois capaces (de interpretar) los
texto. Contra la traducción metafórica «evalua-
(-• cutero, -> JTQOO'E'ÚXOHOU). Vemos que Me el significado de cUaxQÍvro debe relacionarse signos de los tiempos». ción» o «enjuiciamiento» (Büchsel, 951), habla el
11, 23 localiza la duda en el corazón (->• XCCQ- con la manera de comprender la revelación en hecho de que SiáxQioi? tiene siempre sentido fo-
5ía). Sant 1, 6b, empleando una imagen co- la literatura apocalíptica, un género que se ha- 6. ftiáxQiaig distinción, disputa, interpre- rente en esta acepción del término. Partiendo del
rriente en la diatriba, compara al que duda lla atestiguado en el Libro de Daniel. Por eso, tación* es un término que aparece en tres pa- contexto -en 14, 2 se describen las diferentes
es recomendable traducir en 1 Cor 14, 29: convicciones, mientras que Pablo en 14, 3ss, pro-
con la ola del mar, impulsada y echada de una sajes del NT (además de en Hech 4, 32 D), y hibe el recíproco menosprecio y juicio dirigido
parte a otra por el viento. En Rom 4, 20 óia- «Que hablen dos o tres profetas, y que los de- en cada uno de ellos con sentido diferente. contra la persona- la traducción que se sugiere
XQLVCO se integra en la descripción contrastan- más interpreten». espontáneamente en 14, 1 es la de: «disputas so-
a) A la persona madura se le atribuye el co-
te de la fe de Abrahán: «En lo que respecta a bre opiniones» (cf. O. Michel, Rómerbrief 4
Hay, pues, una conexión estrecha entre la re- nocimiento del bien y del mal (Dt 1, 39; lQS a
la promesa de Dios, (Abrahán) no dudó en in- [KEK], 334-336).
velación profética y la interpretación, diferente 1, 10; Filón, OmnProbLib 83). Hebreos 5, 14
credulidad, sino que se fortaleció en la fe».
de la conexión que existe entre la glosolalia (-> aplica esta manera de ver las cosas a la com- c) SiáxQiouc; en el sentido de «interpreta-
En Rom 14, 23 otaxQÍvro se halla igual- yX&aaá) y la traducción. La revelación oída o paración entre los inmaduros y los perfectos ción, explicación» es un término que se halla
mente en oposición con la «fe». Sin embargo, vista por los profetas y comunicada a la Iglesia (-> vr|3tio5, -*• téXeioc;, cf. 1 Cor 2, 6; 3, l s ; suficientemente atestiguado en griego (Pausa-
en este pasaje no se trata de la fe fiducial (de tiene el carácter de un misterio (-> |iuOTr|Qiov) 13, 11) y la plasma metafóricamente según la nias I, 34, 5; Diodoro Sículo XVII, 10, 5) y en
la fe como confianza), sino de la seguridad de y exige que sea desvelada más profundamen- manera de hablar de la filosofía popular hele- el ámbito de la Biblia griega (Gen 40, 8 a';
la decisión y de la acción cotidianas funda- te. Esta acción de desvelar es análoga a la de nística (testimonios en: H. Windisch, Hebraer Filón, Jos 93, 110, 125; Som II, 7); en con-
mentadas en la fe. SUXXQÍVÜ) designa la falta desvelar e interpretar las Escrituras del AT en [HNT], 48). Los maduros son «los que han sonancia, 1 Cor 12, 10 puede traducirse: «a
927 5ioutQÍvco SiáXex-tog 928 929 8ICC?IEXTOS - 6iaA.OYÍÍ¡0(iai 930

otro, las interpretaciones de las revelaciones promesa de la Escritura os habla a vosotros ta aquí de un milagro de glosolalia, cosa que camente cerca del verbo 5iaX.8Y£0'f}cu, acen-
del Espíritu». como a hijos); Jds 9 (Miguel en disputa con el podría sugerir el uso del término yX&aoa en túa más intensamente todavía el elemento de
diablo acerca del cuerpo de Moisés). En He- los vv. 3s y 11, y la reacción mencionada en el la reflexión calculadora. Tanto el verbo como
En favor de esta concepción habla, además de chos, Pablo es siempre el sujeto de 8iaX,é- vv. 13, o se trata de un milagro de lenguas? El el sustantivo son también corrientes como
las reflexiones ya mencionadas (-• 2), la falta de Yopm, que se usa en el sentido de hablar ar- uso de yX&aoa en la actual versión del texto tecnicismos para expresar la acción de echar
una doctrina sobre los espíritus o los demonios en en los vv. 4 y 11, en conexión con el uso de cuentas. Este elemento calculador de la refle-
1 Cor 12-14, la tendencia que, con respecto a la gumentando (17, 2.17; 18, 4.19; 19, 8.9; 20,
7.9; 24, 25). Pablo habla principalmente en SUXXEXTOS en los vv. 6 y 8, nos permite sacar la xión adquiere frecuentemente en la LXX el
profecía, no es ni mucho menos defensiva sino
precisamente recomendadora en 1 Cor 12-14, que las sinagogas y también en la plaza del mer- conclusión de que el autor quiere narrarnos un significado de «abrigar malos pensamientos,
no conoce un riesgo procedente de profecía dudo- cado o en un auditorio, pero no en Jerusalén milagro de idiomas. Los galileos hablan actual- pensar en venganza» (cf. Schrenk). También
sa o demoníaca (sobre 1 Cor 12, 1-3 cf. Dautzen- (24, 12). ThWNT II, 93-95; X, 1041 (biblio- mente en diversos idiomas y son entendidos en el NT estos términos se hallan asociados
berg, Prophetie, 143-146), la falta de testimonios grafía). por los circunstantes en sus propios dialectos. casi exclusivamente con una connotación ne-
en favor de un «discernimiento de espíritus» prac- Por tanto, no se trata sólo de un milagro del oír, gativa.
ticado en las comunidades paulinas (sobre los
enunciados, que comenzaron dos generaciones de un milagro asociado con la glosolalia. El verbo aparece únicamente en los Evange-
más tarde y que desde luego son diferentes, de 1 (Ha^EÍJtü) dialeipd cesar* lios sinópticos: en Mateo 3 veces, en Marcos
Jn 4, 1-6; Did 11, 7, cf. Dautzenberg, Prophetie, En Le 7, 45 seguido de un participio: «ella 3. En otros lugares de Hechos (1, 19; 21, 7, y en Lucas 6.
132-135), la existencia de una descripción paulina no ha cesado de besar mis pies». 40; 22, 2; 26, 14), el autor (que escribe en
del procedimiento de revelación e interpretación griego) utiliza el término 8iáX,extog para re- 2. En la mayoría de los casos en que apa-
en 1 Cor 2, 6-16 (cf. G. Dautzenberg, Botschaft rece el verbo, se trata de deliberaciones de
ferirse a la lengua que hablaba la comunidad
und Bedeutung der urchristlichen Prophetie nach S i á X e x t o g , ov, q dialectos lengua verná-
den 1 Kor, en J. Panagopoulos, Prophetie Voca- de Jerusalén (1, 19), o a la lengua en que ha- los adversarios de Jesús (cf. Me 2, 6.8 par. Le
cula (hablada), dialecto* bló Pablo en su discurso de defensa (21, 40; 5, 21s; Me 11, 31 par. Mt 21, 25) o de refle-
tion in NT and Today [NovTS 14], Leiden 1977,
131-161, 143s) y la analogía con la comprensión 1. Aparición del término en el NT - 2. En el relato 22, 2) y a la voz del cielo que habló a Pablo xiones que se hacen los discípulos para sus
judía -en dos niveles- que existía de la revelación de Pentecostés - 3. Otras referencias. en hebreo (26, 14). Los comentarios señalan adentros (cada uno en su corazón) o hablando
en tiempos del Nuevo Testamento (-> 5). que seguramente habrá que pensar en la len- unos con otros (cf. la conexión con jtoóg: por
Bibl.: J. Kremer, Pfingsbericht und Pfingsgesche-
hen. Eine exegetische Untersuchung zu Apg 2, 1-13, gua aramea. Es curioso también que, en 26, ejemplo, Me 8, 16; 11, 31) y que son conoci-
G. Dautzenberg Stuttgart 1973, sobre todo 323-244; G. Schrenk, 8ia- 14, la voz del cielo que habla en «hebreo» das por Jesús. Estas reflexiones se dirigen
\éyo\iai, en ThWNT II, 93-95. contra Jesús, o bien hacia algo que está muy
aluda a un conocido proverbio griego que
biÚKQioig, £(og, i\ diakrisis distinción, a las inmediatas. De manera parecida calcu-
1. 5táX.6xt05 se deriva de oiaX,éYO[tcii, que probablemente era familiar para el autor que
disputa, evaluación interpretación
en el griego profano no sólo designa el diálo- escribía en griego. lan el necio rico (Le 12, 17) o los viñadores
- • 8taxQÍvoo 6.
go filosófico (Platón), sino también el uso de G. Petzke (Le 20, 14) de la parábola. Le 3, 15 describe
un dialecto, el hecho de hablar un idioma (Po- la reacción de la gente y las reflexiones que
biatuofoüw diakolyó impedir enérgica- libio I, 80, 6). En Aristóteles, biákexxoq de- se hacen ante Juan el Bautista, mientras que
biakáooof^iai dialassomai reconciliarse* Le 1, 29 describe la reacción de María ante el
mente* signa la lengua habitual de la conversación
Mt 5, 24: «¡Ve primero y reconcilíate con saludo que el ángel le dirige. En estos dos pa-
Mt 3, 14: Juan el Bautista quiere (imperfec- (Poet 1449a; Thet 1404b). La variedad de dia-
tu hermano!». Se usa en sentido absoluto en
to) impedir a Jesús que reciba el bautismo. lectos (5iáXexxoi atoXX.aí), a diferencia de sajes se escucha quizás en el fondo un asomo
Did 14, 2. ThWNT I, 253s.
una sola voz (\iva (pcovrj), distinguen al hom- de duda.
bre del animal (Probl 895a), que con una sola
SiaXaXéw dialaleo discutir sobre algo* d i a ^ o y í ^ o ^ a i dialogizomai reflexionar 3. El uso del sustantivo está relacionado
voz puede entenderse con los de su misma
Le 6, 11: Los adversarios de Jesús discutían especie. &iakz%xoc, es, por tanto, el idioma (calculando), considerar* directamente con el del verbo en Le 5, 22; 6,
entre sí. La voz pasiva aparece en 1, 65: «To- hablado actualmente (en lingüística, parole 8iaX.OYiO[xóg, ov, 6 dialogismos pensa- 8; 9, 46s; 24, 38. También aquí se trata de los
das estas cosas se comentaban en toda la re- [= habla], a diferencia de langue [= lengua]), pensamientos de los adversarios de Jesús o de
miento, reflexión*
gión montañosa de Judea». el idioma de un pueblo, de una determinada los discípulos de Jesús, dirigidos bien contra
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Empleo
región. SiáXextoc;, con este significado, apa- del verbo - 3. Empleo del sustantivo. Jesús o bien hacia algo que es muy superficial
8 i a X é y o f i a i dialegomai conversar, dialo- rece 6 veces en Hechos: 1, 19; 2, 6.8; 21, 40; (por ejemplo, la disputa sobre los primeros
Bibl: G. D. Kilpatrick, biakéyeoftai and bialoyí- puestos en Le 9, 46s). Son más fundamentales
gar, hablar* 22, 2; 26, 14. teo"8m in the NT: JThS 11 (1960) 338-340; G. Schrenk,
SicdéYoncu mi-, en ThWNT II, 93-98. los enunciados que se hacen en Le 2, 35 y Me
En el NT el término aparece principalmente
7, 21 par. Mt 15, 19: de los corazones de los
en Hechos (10 veces), y se encuentra también 2. Las dos veces que aparece este término
1. En el lenguaje ajeno al NT, el verbo hombres brotan (sólo) malos pensamientos
en Me 9, 34 (los discípulos discuten sobre en el marco del relato de Pentecostés (Hech 2,
oiaX.OYÍ£eo'9m, a pesar de hallarse lingüísti- (cf. el catálogo de vicios que figura a conti-
«cuál de ellos es el mayor»); Heb 12, 5 (la 1-13) son importantes teológicamente. ¿Se tra-
931 Sia^oYÍ^oum - Siafreoí^ü) 932 933 óiau.EQÍ£ü) - Siávoia 934

nuación en Me 7, 21 par.). Esos pensamientos Siajiévo) diamenó quedarse, permanecer* rece que se remonta a Lucas, que es el único 1. El concepto antropológico y psicológico
se revelan con la llegada de Jesús (Le 2, 35). Le 1, 22: Zacarías se quedó mudo; 22, 28: autor del NT que emplea este término. de Siávoia, que es un término predilecto de
Por la actitud equivocada que adoptan, los «Vosotros sois los que habéis permanecido G. Petzke los escritos filosóficos, tanto griegos como
pensamientos de los hombres se hacen vanos conmigo en mis jt£iQaa[j,oí»; Gal 2, 5: «Para del judaismo helenista, aparece tan sólo 12
y su corazón, que no comprende nada, se lle- que la verdad del evangelio permanezca en veces en el NT y no forma parte de la antro-
na de tinieblas (Rom 1, 21). De igual manera, vosotros»; Heb 1, 11: «Pero tú permaneces» diafl£QiOfiÓ£, ov, ó diamerismos disen- pología paulina (cf. Bultmann, Teología § 17-
los pensamientos de los sabios son considera- (cita del Sal 101, 27 LXX); 2 Pe 3, 4: «Porque sión, división* 20). Falta por completo el verbo correspon-
dos necios por el Kyrios (1 Cor 3, 20; cf. Sal todo continúa tal como estaba desde el princi- Según Le 12, 51, Jesús no vino a traer la diente; 8iavÓT]u.a, que designa el resultado
94, 11). pio de la creación». paz, sino la división (par. Mt 10, 34: Liá^ai- del pensamiento, aparece únicamente en Le
Flp 2, 14 (óicdoYiOLióg junto a Y°Y_ oav, la «espada», que podría ser el tenor del 11, 17. También la amplitud de significados
yvayLÓc,) y 1 Tim 2, 8 (SiaX,OYiau.óg junto a texto original; cf. Schulz, Q, 258s). -> Siau^- de Siávoia (Bauer, Worterbuch, s.v.; Behm
ÓQY1!) muestran ya las agrupaciones de la ten- Sia^ieQÍ^O) diamerizó dividir, distribuir* QÍ£(D. ThWNT IV 961s; Liddell-Scott, s.v.) se halla
dencia negativa. Se trata de la reflexión an- Además de la cita del Sal 22, 19, que se en- restringida en el NT. Es importante que Siá-
gustiada y de la deliberación llena de dudas cuentra en los cuatro evangelistas (cf. Me 15, voia no se emplee como tecnicismo filosó-
(Schrenk): cosas que deben evitarse. De ma- 24 par.), 8iau.EQÍS;ü) aparece 7 veces en la 5iavéma dianemo divulgar*
Hech 4, 17: Para que la noticia de la activi- fico. Esta observación se aplica también a
nera análoga, el sustantivo se usa en Rom 14, obra lucana. Encontramos los siguientes sig- otros conceptos afines, entre ellos voéco y
1 para expresar la reflexión (del débil) que nificados: dad taumatúrgica de los apóstoles «no se di-
vulgue más entre el pueblo». voüg.
duda. La frase KQixal biakoyion&v novr]-
QC&v en Sant 2, 4 debe traducirse probablemen- a) Dividir, distribuir algo, con énfasis en el
hecho de compartir una cosa en común. En 2. En la LXX, Siávoia es casi siempre tra-
te por: «arbitros con malas razones», es decir, Siavevw dianeuó hacer señas* ducción de los términos hebreos leb o de lébab
arbitros que adoptan malas decisiones. Aun- Me 15, 24 par. los soldados se reparten entre (los cuales, con mucha más frecuencia, se tradu-
ellos las vestiduras de Jesús; los evangelistas Le 1, 22: «Y él les hacía señas y permane-
que se trata aquí de un uso especial de Sia- ció mudo». cen por xaooía). Dentro de la antropología he-
Xoyia[ióg, sin embargo se conserva la cone- creen que con ello se cumple una profecía re- brea original (cf. ThWNT IX, 614-629), se desig-
xión esencial con el significado general que el ferida a David (mencionada explícitamente en na también con el término «corazón» al «hombre
término SiaXoYiOLióg tiene en el NT como re- Jn 19, 24). En Le 22, 17 Jesús invita a sus dis- racional» (Wolff, 63-86); la traducción al griego
fuavóij^ia, a t o ? , 1Ó dianoema pensa- por Siávoia ha mantenido, por vía de interpreta-
flexión que abriga dudas y que es calculadora. cípulos a que compartan entre ellos la copa. miento*
En la imagen idealizada de la comunidad pri- ción, ese componente racional.
Le 11, 17: Jesús conocía «sus pensamien-
G. Petzke mitiva (Hech 2, 45), se cuenta que los miem- tos». Cf. 3, 16 D. ThWNT IV, 965s. En el Magníficat la frase Siavoía xaoSíag
bros de la comunidad compartían sus bienes
(Le 1, 51) se deriva también del lenguaje de la
con todos, según las necesidades de cada uno.
8iaX,OYKJf*Ó5, OÜ, Ó dialogismos refle- LXX (1 Crón 29, 18). Puesto que Siávoia es
b) Dividir, separar, con énfasis en la sepa- 8 i ó v o i a , a£, i\ dianoia pensamiento, en- aquí una función central de la existencia cons-
xión tendimiento; manera de sentir, disposi-
-> SiaX,OYÍ£oum. ración. Las lenguas de fuego del Espíritu se ciente, el orgullo es teológicamente significa-
separan y sitúan sobre los discípulos (Hech ción* tivo (y de hecho conduce a la descalificación
2,3). 1. Aparición y amplitud de significados del térmi- escatológica).
5ia^ú(0 dialyó disolver* no Siávoia en el NT - 2. Siávoia junto a xaoSía en Hebreos cita dos veces (8, 10; 10, 16) a Jer
c) En voz pasiva: estar dividido. Como en citas de la LXX - 3. Siávoia en el mandamiento del
Hech 5, 36 (en voz pasiva): Los seguidores -> b domina también aquí el elemento de la amor, según los Sinópticos - 4. Siávoia en la aliena- 31, 33 (38, 33 LXX). La imprecisión textual
de Teudas fueron dispersados, se disolvieron. separación. A propósito de la controversia so- ción de Dios - 5. Uso variable de Siávoia en las Epís- en 10, 16 puede estar relacionada con el he-
bre Beelzebul, se aplica a Satanás la imagen tolas católicas. cho de ser una cita libre (cf., además de O.
de un reino dividido que no podrá subsistir Bibl.: J. Behm-F-Baumgártel, xctpóía MTL, en Michel, Hebraer [KEK], y O. Kuss, Hebreos,
bMt\lCi.QTVQO\iCi.i diamartyromai conju-
(Le 11,17s). Según Le 12, 51-53, la venida de ThWNT III, 609-616; J. Behm-E. Würthwein, voéw en ambos casos sub loco, los excursus que ha-
rar, testificar "xX., en ThWNT IV, 947-1016, sobre todo 961-965;
Jesús no traerá paz sino discordia y división cen ambos autores sobre el uso de la Escritu-
-> LiaQTUQÉCO. G. Bertram-A. Dihle-E. Jacob-E. Lohse-E. Schweizer-
(12, 51: Siau.eoi0u.og) : los miembros de una K.W. Trager, tyv%r\ KTX., en ThWNT IX, 604-667; C. ra en Hebreos). En el parallelismus membro-
misma familia estarán divididos entre sí (Le v. Bormann-R. Kuhlen-L. Oeing-Hanhoff, Denken I, rum del texto profético, Siávoia (para qereb)
óia^iá/O^iai diamachomai discutir acalo- 12, 52s). Se trata aquí de una imagen bien co- en HWP II, 60-112, especialmente 63-70; H. J. Kra- y xafjSía (para leb) son prácticamente sinó-
nocida acerca del fin de los tiempos (cf. Bi- mer, Der Ursprung der Geistmethaphysik, Amsterdam
radamente* 1963 [21967]; E. A. Schmidt, Dianoetisch/ethisch, en nimos. En la traducción común por «entendi-
Hech 23, 9: Los escribas que eran del grupo llerbeck IV, 977ss). El empleo de 8iau.£QÍí;ü), HWP II, 229s; H. W. Wolf, Antropología del AT, Sala- miento», no hay que pensar en la razón en un
de los fariseos discutían acaloradamente. en este pasaje procedente de la fuente Q, pa- manca 1975, esp. 45ss. sentido estrechamente intelectualista.
935 oióvoict - Siavúoo 936
937 oioutavTÓg - 6iaaxoQjtít;cD 938

3. La base textual del mandamiento sinóp- se pone de relieve parenéticamente en rela-


tico del amor es también una cita de la LXX ción con las obras y la conducta. Puesto que SiaJiavTÓ£ diapantos siempre, constante- biaTIQUú diaprio aserrar en dos; en voz pa-
(Dt 6, 4s). Pero hay que tener en cuenta que Ef 4, 17 se dirige también a la mente, es difí- mente siva, irritarse profundamente, recomerse*
óióvoia aparece, sí, en Me 12, 30 par. Mt 22, cil ofrecer una traducción exacta (H. Conzel- -> Siá (jtavtóg) 2.b. Los miembros del Sanedrín están profunda-
37 / Le 10, 27, pero no se encuentra original- mann, Epheser [NTD], sub loco) y, por tanto, mente irritados, en Hech 5, 33, por las pala-
mente en la LXX. La exhortación al amor de esa traducción dependerá de la interpretación bras de los apóstoles; en 7, 54, por las pala-
bian,aQaXQi$r\, fjg, r\ diaparatribé (la) bras de Esteban (imperfecto de la voz pasiva:
Dios va dirigida a la totalidad de la persona. que se dé del pasaje (cf. principalmente H. constante riña*
Schlier, La Carta a los efesios, Salamanca SIEJTQÍOVTO).
Este hecho se desarrolla en su triple aspecto Forma intensiva de JtarjaTQiPr|, «roce, con-
de xctoSíci (leb, «corazón»), Tj)i)xr| {nejes, 1991, sub loco). flicto», en 1 Tim 6, 5.
«alma») y Súvajug {me'ód, «fuerza»). Los Si- óiaQTlá^O) diarpazó saquear por completo
nópticos (sobre la crítica textual y las cons- 5. Es evidente la poca uniformidad que -> áojtátü) 4.
trucciones preposicionales cf. los comentarios) hay en las Epístolas católicas en cuanto al SiaJlEQttl» diaperaó pasar al otro lado,
revelan los siguientes desarrollos: Marcos tie- uso de 5iávota. Con «un lenguaje metafóri- atravesar*
Se usa en sentido absoluto en Mt 9, 1; 14, 8ia((>)()TJY vl 'J u > 5iaQT|aO(i) dia(r)rég-
ne (en cuádruple expresión) XOCQÓÍCX, ipu/ri, y co un poco forzado» (K. H. Schelkle, Die Pe- nymi, diaressd romper, rasgar*
luego Siávoux y ia%vg; Mateo, con xao5ía, trusbriefe. Der Judasbrief (HThK], sub lo- 34 a diferencia de Me 6, 53. Con indicación
del destino, en Me 5, 21; 6, 33; Le 16, 26; Dícese del sumo sacerdote que rasgó sus
tyv%r\ y oúvciuxc; recurre en su forma a la ex- co), 1 Pe 1, 13 (cf. Le 12, 35; Ex 12, 11; Jer propias vestiduras (cf., a propósito, Biller-
presión trimembre; Lucas concuerda con 1,17) apela a la preparación escatológica. La Hech 21, 2.
beck I, 1007s; J. Blinzler, Der Prozefi Jesu,
Marcos en los cuatro miembros, pero sitúa esperanza es también cuestión del pensa- Regensburg «1969, 159-161) en Me 14, 63
ia%vc, antes de 6í>vau.i5. ¡Pero ni Mateo ni miento, del entendimiento. En la conclusión óiajt^éü) diapleó cruzar el mar* par. Mt 26, 65. Y dícese de Pablo y Bernabé
Lucas pretendían renunciar al aspecto de (¿redaccional?) de la carta, en 1 Jn 5, 14-21, Hech 27, 5: cruzar el mar. que rasgaron sus vestiduras en Hech 14, 14.
oiávoia como pensamiento, introducido por la anáfora (6 veces oí6a[j,ev) acentúa la cer- Dícese de las redes que se rompían en Le 5, 6,
Marcos! teza de la salvación y alcanza su punto cul- y de los posesos que rompían las cadenas que
minante en el v. 20. Quizás Óiávoia significa óiajiovéofiai diaponeomai estar muy mo- los sujetaban en Le 8, 29.
ya aquí «conocimiento», y no simplemente la lesto o resentido*
4. El uso singularísimo del plural de 8iá-
«capacidad» de «intuir» (pero cf. lo que di- Hech 4, 2: los sacerdotes etc. estaban muy
voict en Ef 2, 3. Partiendo del contexto, el 6iaoacpé(0 diasaphéo explicar, describir
cen R. Bultmann, Die Johannesbriefe [KEK] molestos, porque los apóstoles enseñaban al
sentido que se pretende es indudablemente el exactamente*
y R. Schnackenburg, Cartas de san Juan, en pueblo; en 16, 18 Pablo estaba muy disgusta-
de «(malos) impulsos» (cf. M. Dibelius, Ephe- Mt 13, 36: «\Explícanos la parábola del tri-
ambos casos sub loco). De la frase «manera do (a causa de la adivina de Filipos).
ser [HNT], sub loco; Bauer, Wórterbuch, go y la cizaña!»; 18, 31: los criados «informa-
s.v.). Col 1, 21 y, con dependencia de este pa- pura de sentir», que suena a expresión edifi-
cante, hay sorprendentes paralelos en los Pa- ron a su amo de todo lo que había sucedido»;
saje, Ef 4, 18 hablan de la situación pre-cris- óiajTOgeúofiai diaporeuomai pasar o ca- cf. Hech 10, 25 D.
tiana (sobre la expresión de una continuada dres apostólicos (cf. H. Kraft, Clavis Patrum minar por
condición por medio de un participio perifrás- Apostolorum, Darmstadt 1963, 104).
- • JtOQeí)OU«l.
biaoeílú diaseid sacudir, maltratar*
tico, cf. BlaB-Debrunner § 352s). La oscuri- M. Lattke En Le 3, 14 dícese de la exigencia dirigi-
dad y la hostilidad hacia Dios se ponen en re-
oiaJlOQÍ'd) diaporeó hallarse muy perplejo* da por el Bautista a los soldados: «\No mal-
lación con 8iávoia (sobre el dativo de Siavoíyto dianoigo abrir tratéis a nadie!» SiaaEÍoo es un tecnicismo
relación, cf. ibid. § 197). El comentario del El prefijo Sta- refuerza el significado del
-*• ávoíyü). verbo simple ócjrorjéü). Aparece en Le 9, 7 y del lenguaje jurídico (PapOxy II, 240, 5 [37
himno de Colosenses se dirige contra «lo que p.C.]; 284, 5 [50 p.C.]; PapTebt I, 43, 26 [118
Hech 5, 24; 10, 17. Se emplea también en sen-
es fundamentalmente una orientación equivo- a.C.]) y se refiere casi siempre al uso de la
8iavuxT£QeiL)0) dianyktereuo pasar la no- tido absoluto, en la voz media, en: Le 24, 4
cada de la totalidad de la propia vida» (E. violencia con el fin de obtener dinero por me-
che entera* v.l.; Hech 2, 12; Herm (s) 9, 2, 4.
Schweizer, La Carta a los colosenses, Sala- dio de la extorsión.
manca 1987, sub loco); sobre la alienación de Le 6, 12: Jesús «pasó la noche entera en
Dios, cf. E. Lohse, Kolosser [EKK], sub loco); oración». 8iajtgaYM.aT£t)0^ai diapragmateuomai
de manera semejante, en Ef 4, 18 óiávoia tie- hacer negocios, obtener beneficios* óiaoxoQJlí^tt) diaskorpizo dispersar, de-
ne más que un simple significado psicológico, Le 19, 15: «para saber lo que habían gana- rrochar*
8iavi)íi) dianyo terminar* do negociando» (TÍ 8i8JtQayu,aTE'Ú0avTo con
intelectual o ético. Es algo que interesa a la Hech 21, 7: í|u.elc; Sé TÓV n\ovv oiavú- 1. Aparición del término - 2. Contenidos semánti-
totalidad de la existencia -pero desde el as- Sin B D; sobre la variante textual -ocao [A K cos - 3. Campo referencial.
oavteg, «cuando hubimos terminado el viaje»; © Vg] cf. GNTCom, sub loco). ThWNT VI,
pecto del pensamiento-, porque es cosa que 1 Clem 20, 2 (la carrera). Bibl: Bauer, Wórterbuch, en el vocablo correspon-
642. diente; C. E. Calston, Reminiscence and Redaction in
939 6ia0xoQjúí;ü) - Siotajtogá 940 941 oíaajtooá 942

Luke 15, 11-32: JBL 94 (1975) 368-390, 374; D. Jo- los no huyen, sino que contemplan desde le- 2. La pregunta formulada por los judíos en aquí son interpelados, y se convierte en un
nes, The Background and Character of the Lukan jos la crucifixión. No los sitúa en el mismo Jn 7, 35: «¿Será acaso que que quiere irse a la enunciado acerca de la esencia -en general-
Psalms: JThS 19 (1968) 19-50, sobre todo p. 24, nota
3; JUlicher II, 176; J. L. Martyn, Glympses into the nivel que los seguidores de Judas el zelota dispersión entre los griegos, y enseñarles a de la comunidad cristiana en medio del mun-
History of the Johannine Community, en BEThL 44 («todos los que le seguían se dispersaron», los griegos?» se basa en que no habían com- do: oíaajtooá es la expresión de que la Tierra
(1977) 149-175, 173; O. Michel, axoom^ro nzl., en Hech 5, 37). prendido la palabra de Jesús de que le busca- no es la patria del cristiano, sino de que lo es
ThWNT VII, 419-424; R. Schnackenburg, Die Mes- U. Busse rían por breve tiempo y no llegarían adonde él el mundo celestial. De esta manera, 5 i a o -
siasfrage im Johannesevangelium, en FS Schmid
1963, 240-264, 258; L. J. Topel, On the ¡njustice ofthe habría de estar (7, 34). Aquí por oíaajtooá se izogá, con arreglo a la doble interpelación
Unjust Steward: Lk 16, 1-13: CBQ 37 (1975) 216-227, entiende (conforme al modo de hablar de la que se hace en 1, 1, significa la elección y, al
217. /HaOJlátO diaspad hacer pedazos, destro- LXX) a la minoría judía que vivía en medio mismo tiempo, el carácter de ser extranjero
zar* de personas de otras creencias y, en este caso, (Goppelt, sub loco). Esta idea no es, ni mucho
1. Este verbo compuesto aparece 8 veces en Me 5, 4: «El (el poseso) había destrozado menos, única ni deja de estar preparada en el
en un ambiente griego y pagano.
los Evangelios y 1 vez en Hechos. No se em- NT; cf. Gal 4, 26; Flp 3, 10-11.20, y también
las cadenas». Hech 23, 10: El comandante tu-
plea en la literatura epistolar del NT. Me 14, Heb 11, 13; 13.14.
vo temor «de que Pablo fuera despedazado La LXX expresa con oíaajtooá (si prescindi-
27 es recogido por Mt 26, 31. No existen más mos de Dan 12, 2 y de la infiltración secundaria
por ellos». El autor de Santiago, en el prescripto de la
paralelos entre los Sinópticos. 5iaoxoQjtí^cü de Siaojtooá en el título del Sal 138, 1 A) la si-
aparece principalmente en las parábolas (Mt tuación de destierro en que el pueblo de Dios vi- carta, saluda a «las doce tribus que están en la
25, 24.26 [Q]; Le 15, 13; 16, 1 [material pecu- vía entre los gentiles (Dt 28, 25; 30, 4; Sal 146, 2; dispersión». Estas palabras no pueden referir-
óiaOJmjMO diaspeiro dispersar se, naturalmente, a la federación real de las
liar] y en citas bíblicas (Me 14, 27 par. Mt 26, Is 49, 6; Jer 15, 7; 41, 17; 2 Mac 1, 27; Jdt 5, 19).
-> oíaajtooá. 6iaoJtOQá, en estos casos, puede referirse a la doce tribus de Israel, porque esa federación
31 [= Zac 13, 7]; Le 1, 51 [= 2 Sam 22, 28 /
Sal 89, 11]). dispersión como tal (cf. Dt 28, 25; 30, 4; Jer 41, había dejado de existir hacía ya mucho tiem-
17) o bien a la totalidad de los dispersos (cf. Is po. Como los destinatarios de la carta son cris-
diaoTtOQá, á ? , T| diaspora dispersión* 49, 6; Sal 146, 2; 2 Mac 1, 27, y también SalSl 8, tianos, habrá que entender en sentido figurado
2. En Mt 25, 24.26 y Le 15, 13 oíaoxoo- ótaojteÍQCü diaspeiro esparcir, dispersar* 28). No existe un equivalente hebreo fijo para la
nít,(ú se usa como término opuesto a ovvá- la referencia a las tribus. Los cristianos a los
oíaojtOQá. Los términos gola y gálüt («exilio,
yetf. Este último significa «recoger», y aquél, 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Signifi- destierro»), que se convirtieron en términos téc- que aquí se dirige la carta, y con ellos el mun-
cado y uso. nicos después de la destrucción del templo y de la do cristiano en general, son designados aquí
esparcir. En el marco de la doble antítesis,
que constituye un paralelismo sinonímico, Bibl.: O. Bocher, Jüdische und christliche Diaspora pérdida de la patria palestina en el año 70 p.C, y -con una nueva interpretación- como el Israel
con la que el siervo caracteriza a su amo, do- im ntl. Zeitalter: EvDia 38 (1967) 147-176; H. Braun, que corresponden a la realidad objetiva designada nuevo y verdadero. Ahora bien, el decidir si en
Die Diaspora und ihre Verheifiung im NT: EvDia 35 por 5iaajtooá, no son traducidos nunca por este caso, lo mismo que en la Carta primera de
mina el contraste agrario entre la acción de (1964) 97-105; H. Fischer, Diaspora. Erwagungen zu oíaajtooá en la LXX.
sembrar y la de cosechar. Por eso, es obvio el Pedro, hay que interpretar lo de oíaajtooá en
einer Begriffund einer Situation: EvDia 37 (1966) 35-
sentido de esparcir o dispersar. Lucas emplea 52; L. Goppelt, Der Erste Petrusbrief (KEK), Gottin- sentido figurado, y si hay que asignar a este
gen 1978, 77-82; F. S. Rothenberg, Dispersión, en El contexto de 1 Pe 1, 1 parece ser total- término un sentido teológico específico (el
el verbo en 15, 13; 16, 1 en la exposición de
DTNTII 159s; K. L. Schmidt, óiaajtooá, en ThWNT mente diferente del que encontramos en Jn 7, mundo sería la 5iaojtoQÓ en que viven los
dos parábolas. Cuando el objeto (en acusati- II, 98-104; R. Schnackenburg, Gottesvolk in der Zers- 35. La Carta primera de Pedro va dirigida «a cristianos; así piensa, por ejemplo, M. Dibe-
vo) de la acción verbal es un asunto mercantil treuung. Diaspora im Zeugnis der Bibel, en Id.,
(cf. PapTebt I, 24, 55), entonces el verbo ad-
los elegidos, a los extranjeros (o: a los extran- lius, Der Brief des Jakobus5 [KEK 94s), o si,
Schriften zum NT, München 1971, 321-337; A. v. Selms,
Diaspora I. Jüdische Diaspora (1-6), en RGG II, 174- jeros elegidos) que viven en la dispersión» en en vez de eso, hay que interpretar este término
quiere el significado de derrochar, malgastar
(una fortuna). El significado vuelve a trasfor- 176; M. Simón, Verus Israel. Etude sur les relations el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia como referencia a la situación concreta en que
entre Chrétiens et Juifs dans l'Empire Romain, Paris (1, 1). Los «extranjeros que viven en la dis- se hallaba una minoría, eso es una cuestión
inarse, cuando el objeto (en acusativo) de la 21964, 52-86; A. Stuiber, en RAC III, 972-982. Cf.
acción verbal es una persona (Le 1,51; Hech persión» son solamente «forasteros» (2, 11) que sigue estando oscura y que depende esen-
más bibliografía en ThWNT X, 1041.
5, 37; Me 14, 27 par. Mt 26, 31; Jn 11, 52). En que, «durante el tiempo de vuestra permanen- cialmente de quiénes se suponga que sean los
estos casos el verbo debe traducirse por dis- 1. El sustantivo verbal SiaanoQÚ aparece cia en el extranjero», debéis comportaros en destinatarios y de la datación que se admita
persar. tan sólo 3 veces en el NT (Jn 7, 35; 1 Pe 1, 1; el temor de Dios (1, 17) y vivir esperando la para la Carta de Santiago.
Sant 1, 1), y lo mismo sucede con el verbo reunión al fin de los tiempos (1, 8-9). Por me- Aunque el uso de oíaajtooá en 1 Pe 1, 1 y
3. Es curioso que Lucas no tome de Mar- SiaojteÍQCO (Hech 8, 1.4; 11, 19). Mientras dio de la integración de la 5iao"Jtooá en esta probablemente también en Sant 1, 1 se deriva
cos (como hace Mt 26, 31) la cita de Zac 13, que el sustantivo, fuera de la LXX, del NT y perspectiva escatológica, la existencia de los tan sólo parcialmente de la LXX, sin embargo
7. Y, así, el Jesús marquino predice la huida de los escritos cristianos y judíos, no está ates- cristianos a quienes se dirige la Carta primera el uso del verbo SiaajteÍQü) en Hech 8, 1.4;
de los discípulos, cuando llegue para él el tiguado más que una sola vez (Plutarco, Suav de Pedro rebasa el ámbito geográfico en el 11, 19, considerado desde el punto de vista de
fin: Si golpean al pastor, se dispersa el reba- VivEpic 27), vemos que el verbo aparece con que las personas de otras religiones constitu- la historia de las tradiciones, se halla plena-
ño (cf. Josefo, Ant VIII, 404). Lucas persigue frecuencia en la literatura antigua (cf. Liddell- yen la mayoría. Y, así, la oíaajtooá trascien- mente en línea con el rumbo marcado previa-
una intención distinta. Según él, los discípu- Scott, s.v.). de la situación histórica concreta de los que mente por la LXX. En todos los pasajes, este
943 5iaojtoQÓ - biaaxgéqxü 944 945 6iaoTQéq)0) - Siáxayua 946

verbo se refiere a la dispersión de los cristia- entre judío y griego», refiriéndose esta vez a Hech 13, 8.10 (1 Clem 46, 9; 47, 5). En Le Lucas- el centurión, por sentirse indigno, ha-
nos de origen judeo-helenístico (a pesar de lo la salvación obrada por Dios (v. 13). 1 Cor 14, 23, 2, el Jesús (lucano) es acusado mendaz- ble a Jesús únicamente a través de interme-
que se dice en 8, 1, no se piensa en la comu- 7: oicco"ToX,r|v SÍSCDUI, hacer distinción (entre mente (cf. 20, 20ss) ante Pilato de alborotar diarios (a diferencia de lo que se dice en Mt 8,
nidad cristiana en su totalidad; cf. tan sólo 9, los sonidos de los instrumentos musicales). al pueblo. Este versículo redaccional (cf. Di- 5ss) es un recurso redaccional para acentuar
26), es decir, se refiere a los judeocristianos ThWNT VII, 592s. belius, 118s) expone claramente, en forma de la humilde estima que el centurión gentil
de la diáspora que hablaban griego (cf. Hech paradigma, lo que amenaza a todos los cristia- siente de sí mismo, en contraste con el juicio
6, 1) y que habitaban en territorio de pobla- nos, cuando son llevados ante un tribunal ci- positivo que se han formado de él los ancia-
ción mayoritariamente no judía (11, 19) y diaaTQÉcpw diastrepho retorcer, confun- vil (cf. Hech 24, 5ss) por predicar el evange- nos judíos, que se sienten agradecidos por los
también en la región que rodeaba a Jerusalén dir* lio. Ofrece dificultades la traducción de Hech donativos que esa persona había hecho. Tam-
y que se hallaba en dirección hacia Samaría Bibl: G. Bertram, OToécpco xxl., en ThWNT VII,
13, 8. Es verdad que aquí aparece una perso- bién el uso frecuente de oá>t,<ti y de sus deri-
(8, 1). Según Lucas, los dispersos son un fac- 714-729, especialmente 717s; J. Den Boeft, Calcidius na como objeto de la acción verbal en acusa- vados en Hech 27, 10.20.31.34.43.44; 28, 1.4
tor esencial para la difusión del cristianismo on Fate, Leiden 1970, 58-61; M. Dibelius, Herodes tivo, pero la siguiente frase preposicional (cf. 23, 24, que de esta manera se convierte en
und Pilatus: ZNW 16 (1915) 113-126, sobre todo cuto moteros precisa hasta tal punto la ora-
primitivo (Hech 8, 4.5.40; 11, 19-20). 118s; H. J. Michel, Die Abschiedsrede des Paulus an la palabra clave de toda la unidad narrativa)
ción, que oscurece el sentido literal del verbo indica que el uso del verbo en 7, 3 es redac-
D. Sanger die Kirche Apg 20, 17-38, München 1973, 82; W. C.
vanUnnik, Die Apg und die Haresien: ZNW 58 (1967) compuesto: el falso profeta judío intentar des- cional. En 1 Pe 3, 20 (cf. Josefo, Ant XX, 25;
240-246, sobre todo 242; Id., Die Riicksicht aud die viar de la fe al procónsul. Ap 1,130) Siaocó^ci) se halla en el contexto de
Reaktion der Nicht-Christen ais Motiv in der altchrist- U. Busse
biaaté'k'konai diastellomai dar órdenes, lichen Paranese, en FS Jeremías 1960, 221-234, sobre la referencia argumentativa a la salvación de
mandar* todo 229. Noé en el arca (Gen 6-8) que es el tipo del
La frase SieoTEÍAato ocútoig, «él (Jesús) &iao<í/QíO diasozo salvar, escapar de* bautismo cristiano.
les ordenó», aparece en Me 5,43; 7, 36a; 9,9, 1. Este compuesto verbal aparece 7 veces
y con ligeras variantes también en 7, 36b; 8, en el NT (Flp 2, 15; Mt 17, 17 par. Le 9, 41; Bibl: U. Busse, Die Wunder des Propheten Jesús, 2. El uso del verbo con era en Hech 27, 44
Le 23, 2; Hech 13, 8.10; 20, 30). En tres oca- Stuttgart 1977, 148; M. Dibelius, Aufsatze zur Apg,
15. En tres casos, la frase va seguida por una Gottingen 4 1961, 15 nota 1. 173, 180; W. Foerster-G. (cf. Josefo, Ant VIII, 377; XIV 377; Bell V,
oración introducida por Iva y el mandato de siones lo encontramos en conexión con una Fohrer, O(p^(0 xxX., en ThWNT VII, 966-1024, espe- 65) y con ex en Hech 28, 4 (cf. Josefo, Bell I,
guardar silencio (5, 43; 7, 36a; 9, 9). En Mt cita de Dt 32, 5 LXX (Flp 2, 15; Mt 17, 17 cialmente 989s; L. Goppelt, Der Erste Petrusbrief, 47; III 27; Ant VI, 247, etc.) refleja un estilo
16,20 a diferencia de Me: Jesús «ordenó a los par.). En una ocasión (Hech 13, 10) Lucas Gottingen 1978, 255s; E. Haenchen, Die Apg, Gottin- típicamente helenístico. En el último caso
emplea este verbo para resumir la descripción gen 71977, 681; W. Radl, Paulus und Jesús im luka-
discípulos que no dijeran a nadie...». La carta nischen Doppelwerk, Bern-Frankfurt a.M. 1975, 238s.
mencionado, el verbo debe traducirse por «es-
dirigida a los gentiles en Hech 15, 24 mencio- de la resistencia de un falso profeta judío con- capar de». En 1 Pe 3, 20, la frase oieocó-
na las actividades de algunas personas, «a tra la fe cristiana: «él estaba torciendo los ca- 1. Este verbo compuesto (del verbo simple íh]0av 8i' íjóatog debe entenderse, no en
quienes no hemos dado instrucciones». Ade- minos rectos del Señor» (= Os 14, 10 LXX). 0(p£,co, «salvar») aparece 8 veces en el NT. sentido instrumental, sino en sentido local.
más del significado de voz media (en los pa- El uso de este verbo compuesto, en el NT, Con excepción de Mt 14, 36 y 1 Pe 3, 20, el Las ocho personas que se salvaron «a través
sajes mencionados anteriormente), aparece en muestra una gran influencia del lenguaje bí- término se encuentra únicamente en los escri- del agua», en el arca de Noé, no se subieron a
Heb 12, 20 la expresión en voz pasiva: tó 8ia- blico, sin excluir por ello la influencia griega. tos de Lucas (Le 7, 3; Hech 23, 24; 27, 43.44; bordo de la embarcación sino cuando el agua
axzkXó[ievov, el mandamiento. ThWNT VII, 28, 1.4). Mateo, en 14, 36, recoge de Me 6, 56 les llegaba ya a las rodillas. De esta manera
591s. 2. El testimonio más antiguo del verbo lo y abrevia un sumario, sacrificado por Lucas fueron bautizados (cf. 1 Cor 10, ls). Esta ti-
tenemos en la parénesis paulina de Flp 2, 15. pología acentúa el carácter soteriológico del
en la denominada «gran omisión», y refuerza
En el marco de las reminiscencias del texto de bautismo cristiano.
biáaxr\fia, a t o ? , TÓ diastema espacio, el enunciado empleando el verbo compuesto
Dt 32, 5 según la LXX y en Hech 20, 30, apa-
intervalo* en sustitución del verbo simple que había sido U. Busse
rece como participio de perfecto de la voz pa-
Hech 5, 7: cbg cbocbv TQUÜV 6iáornu.a, siva. Flp 2, 15 hace distinción, con Dt 32, 5, empleado por Marcos.
«después de un intervalo de unas tres horas». entre la humanidad torcida, es decir, impía y En Lucas el verbo se encuentra en la am- Siatayiri, fj$, i^ diatage disposición, or-
Cf. Bern 9, 8 (Gen 32, 17): 6iáaTnu.a jtoietv, contraria a Dios, y los hijos de Dios. Una dis- pliación secundaria de la perícopa del centu- den, mandato
«dejar un intervalo». tinción parecida la hacen los dos grandes rión de Cafarnaún (7, 1-10). En Lucas este -• biaxáaau) 1.5.
Evangelios sinópticos, cuando -independien- relato, procedente de la fuente Q, sigue inme-
ftiaoToXtj, fj§, r\ diastole diferencia, dis- temente el uno del otro- completan el lamen- diatamente al sermón del llano, y el evange-
tinción* to de Jesús en Me 9, 19, orientándose por Dt lista lo entiende como un ejemplo, digno de biáxay\ia, a t o g , t ó diatagma disposi-
Rom 3, 22: «Porque no hay distinción» 32, 5 mediante el empleo del SiaoTQeqpcc). imitación, de cómo se traduce el mensaje de ción, orden, mandato*
(«por cuanto todos pecaron», v. 23); 10, 12 Además del uso pasivo del verbo compues- Jesús a una conducta cristiana (compárese 7, Heb 11, 23: el mandato del rey; IgnTral 7,
dice explícitamente que «no hay distinción to, su forma pasiva se emplea en Le 23, 2; 1-10 con Hech 10). El hecho de que -según 1: las disposiciones de los apóstoles.
SiataQÚaoo) - oiaxáaaa) 948 949 biaxáaam - óiaxoocpr| 950
947

otros (una renuncia nada fácil según los siste- comprobar la «resurrección» (a diferencia de «se conservan en la memoria» (así Bauer,
S i a t a p á a a o ) diatarasso confundir, des-
mas antiguos de recaudación de impuestos). Me 5, 42s), se propone corroborar la realidad Worterbuch, s.v.), sino a «todos los sucesos»;
concertar*
b) La relación de dependencia del subordi- del milagro (compárese la acción del Resucita- cf. 2, 19; cf. H. Schürmann, Lukas (HThK) a
Le 1, 29: María «se sintió desconcertada
nado se presupone también en Le 17, 7-10. El do de comer en Le 24, 41-43; Hech 10, 40s). propósito de estos pasajes. Hech 15, 29: abs-
por la palabra (ém xcp Xóycp)», es decir, por
siervo que presta servicio a su amo (v. 9), des- b) En la nota redaccional de Mt 11, la, con tenerse de algo.
las palabras de saludo que el ángel le había
dirigido (v. 28; cf. v. 29b). pués de terminada la jornada de trabajo, como la que finaliza el discurso de Jesús con el que
es su obligación (xa biaxa%Mvxa), no hace envía en misión a sus discípulos (en Mt 10, 5- d i a t í diati ¿por qué?
nada extraordinario. La parábola, que proba- 42; cf. 7, 28a; 13, 53; 19, 1; 26, 1), vemos que ->• 5iá 4.
biaxáoCHü diatasso ordenar, mandar blemente iba dirigida al principio contra la el empleo del verbo 5iaxáoocov para caracte-
óiotcr/ri, fjs, r\ diatage disposición, orden, equivocada idea de recompensa que tenían los rizar y sintetizar las instrucciones dadas pone d i a t í d e ^ i a i diatithemai disponer, estable-
fariseos), emplea esta expresión en el v. 10 de relieve el hecho de que esta acción debe cer, otorgar*
mandato*
para exigir a los apóstoles -que, en la situa- distinguirse de la acción de oíoáoxEiv x a i En el NT este verbo se emplea únicamente
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Instruc- KX]QVOOEIV al pueblo (11, Ib; cf. 9, 35). Es, al
ción lucana, eran principalmente los respon- en voz media. La expresión, frecuente en la
ciones a un subordinado - 3. La autoridad apostólica
que para sí reclama Pablo - 4. Los «mandamientos» de sables de la comunidad- que tengan la con- mismo tiempo, la confirmación de las perma- LXX (cf. Ex 24, 8; Jer 38, 31.33), óiaxídeum
Jesús - 5. La autoridad de Dios. vicción de ser un «siervo» que cumple con la nentes instrucciones que obligan a la Iglesia, 8iaírr|xr|v (propiamente, «adoptar una dispo-
«obligación que le corresponde» (= xa Sia- como sucesora que es de los Doce.
Bibl: G. Dautzenberg, Der Verzicht aufdas aposto- sición») aparece en el NT refiriéndose siempre
lische Unterhaltsrecht: Bib 50 (1969) 212-232; G. De-. xax&évxa) para con su amo, es decir, que c) En su renuncia al derecho a recibir su a actos de Dios, con el significado de «esta-
lling, SiaTáaaco, 6ia"taYií, en ThWNT VIH, 34-37; J. cumpla «sus obligaciones con modestia, hu- sustento de la comunidad (1 Cor 9, 14; cf. Mt blecer un pacto» (-• oia,r}T|xr| 2): Hech 3, 25
Eckert, Die urchristliche Verkündigung im Streit zwis- mildad y sentido del deber» (G. Schneider, 10, 10b par. Le 10, 7b), un derecho basado
chen Paulus und seinen Gegnern nach dem Gal, Re-
(jtfjóc; xovq TtaxÉQaq •úu.cov, «con vuestros
Lukas [OTK], 349). expresamente en una palabra de Jesús (ó padres»); Heb 8, 10 (xcp oi'xcp Tarjar^, cita de
gensburg 1971, 81-86; J. Friedich-W. Póhlmann-P.
Stuhlmacher, Zur historischen Situation und Intention xvQiog Siéxa^Ev), Pablo pone de relieve el Jer 38, 33 LXX); 10, 16 (jtfjóg aíixoxig, citado
von Rom 13, 1-7: ZThK 73 (1976) 131-166, especial- 3. Como «instrucción» pronunciada por el «desinterés de su ministerio» en favor del también según Jer 38, 33 LXX). A partir del
mente 136-140; H. Hübner, Das Gesetz bei Paulus, apóstol, e inspirada por el sentido de respon- evangelio (Dautzenberg, 213). significado general de «disponer o hacer (un
Gottingen 1978, 27-30.71-73; E. Kasemann, An die sabilidad que él sentía hacia sus comunida-
Rbmer, Tübingen 31974, 339-345; P. S. Minear, A No- testamento)», hay que entender el participio
des, 8iaxáaoou.ai en 1 Cor 7, 17 caracteriza 5. Cuando Pablo describe a las autoridades
te on Luke 17: 7-10: JBL 93 (1974) 82-87; F. MuGner, sustantivado ó oiaftéfiEVOg en Heb 9, 16.17:
Der Galaterbrief, Freiburg i. Br. 31977, 245-250; A.
las palabras de Pablo que exhortan a una vida civiles como «Siaxayr| de Dios» (Rom 13, 2)
vivida en la libertad escatológica conseguida «el testador» (-• 6ia§t)XT) 4.c). Es diferente el
Weiser, Die Knechtsgleichnisse der synoptischen Evan- en su exhortación a los cristianos para que se sentido en Le 22, 29 (bis), donde Jesús otorga
gelien, München 1971, 105-120. por la acción salvífica de Dios en Jesucristo sometan a esta E^ouoía, la elección de este
(7, 17-24). Judío y gentil, esclavo y libre, to- a los Doce la participación en su reino, lo mis-
término indica que él no se preocupa por defi-
1. Además del uso preferido que Lucas ha- dos se hallan igualmente bajo el «destino del mo que Dios le ha otorgado a él el reino (no
nir en abstracto la esencia del Estado. Sino
ce del verbo (Evangelio de Lucas 4 veces, Señor» y bajo «el llamamiento de Dios». De como una disposición testamentaria, sino en el
que a él lo que le preocupa es la base real de
Hechos 5 veces) y del uso que se hace en la igual manera, la observación xa Sé X,otJtá (be; sentido de adjudicación o participación en el
la sumisión a la autoridad civil como manda-
primera Carta a los Corintios (4 veces), el áv zkftw 5iaxód;ou«i (11, 34b), que se hace Reino), lo cual, desde luego, se realizará úni-
miento dado por Dios a los cristianos. Por
verbo Siaxáoooo (o la voz media, que se usa al final de las instrucciones para la celebra- camente en el futuro. ThWNT II 105s; X
otro lado, en comparación con la promesa, el
con idéntico significado) aparece también en ción de la Cena del Señor (1 Cor 11, 17-34a), 1041-1046 (bibliografía).
apóstol expresa la importancia secundaria y la
Mt 11, 1; Gal 3, 19 y Tit 1, 5. El sustantivo indica la autoridad con que se siente revestido validez meramente relativa de la ley civil,
SiaxaYTÍ aparece únicamente en Hech 7, 53 y el apóstol para dar instrucciones en cosas que cuando la describe como SuxxaYelc; 8i' ftiatQÍPo) diatribo quedarse, permanecer*
en Rom 13, 2. atañen a la vida de la comunidad (también en áYY&CDv (Gal 3, 19; cf., en cambio, la eva- Además de encontrarse en Jn 3, 22 (y en 11,
1 Cor 16, 1). En este mismo sentido, el autor luación positiva que se hace en Hech 7, 53). 54 v.l., refiriéndose a la estancia de Jesús),
2. a) En Hech 18, 2; 23, 3 1 ; 24, 23 5ia- de la Carta a Tito legitima (en la situación de SiaxQÍPro aparece únicamente en los relatos
L. Oberlinner
táoocD se refiere a las «disposiciones» dadas una estructura comunitaria caracterizada ya de viajes de Hechos (12, 19; 14, 3.28; 15, 35;
por las autoridades civiles. La referencia a lo por los «ministerios») la designación de jtoeo- 16, 12; 20, 6; 25, 6; 25, 14).
oiaTEA,E(o diateleo permanecer*
6iax£XaYU.Évov (Le 3, 13) en el marco de la piixeooi como un mandamiento expreso (5ie-
Hech 27, 33: ctoixoi SiaxeXetxE, «perma-
xa%á\vt\v) del apóstol (1,5). necéis sin comer».
tripe respuesta dada por el Bautista (vv. 10-14) 5iaTQO(pr|, f¡5, 1^ diatrophe sustento, ali-
a la pregunta hecha por los recaudadores de mento*
impuestos, tiene sentido específico y restricti- 4. a) En Le 8, 55 el «mandamiento» por el Oíatljgéco diatereo conservar* En 1 Tim 6, 8 encontramos el plural de este
vo: lo que está mandado es la norma para una que Jesús ordena que se dé de comer a la mu- v Le 2, 51: «Su madre conservaba jrávxa xa sustantivo junto al plural ox£Jtáau.axa: He-
conducta recta; ello significa la renuncia a un chacha resucitada por él de la muerte, un Qilliaxa en su corazón». No se hace referen- mos de estar contentos con «el alimento y el
posible enriquecimiento personal a costa de mandamiento que se encamina directamente a cia probablemente a «todas las palabras» que vestido» (Siaxfjoqpág x a i axeitáofxaxa).
SidcpÉQO) 952 953 Sio«péQ(o - SiaqpdeÍQO) 954
951 SiauYÓ^cü

racteriza por la conversión de los gentiles (v. b) xa óiaqpéoovTa designa lo que diferen- 6ia(jpt)^í^O) diaphemizó dar a conocer, di-
8 i a v y á ^ ( 0 diaugazo amanecer, despuntar
48), sino también por el hecho de que «la pa- cia de manera decisiva, lo que interesa de ve- vulgar*
(el día)* ras. La expresión aparece una vez en la polé-
2 Pe 1, 19: «hasta que despunte el día y el labra del Señor», que seguía actuando en los En Me 1, 45 dícese que el leproso que había
convertidos y a través de ellos, «se difundiera mica de Pablo contra la pretensión de los sido curado f|Q^axo SiacpTKxí^eiv TÓV Xóyov,
lucero matutino se alce en vuestros corazo- judíos de ser capaces, por el conocimiento de
nes». por toda la región» (v. 49). «comenzó a divulgar la noticia»; Mt 28, 15
la ley, de juzgar qué cosas son t á 5ia<pé-
tiene la correspondiente forma en voz pasiva:
Qovxa (Rom 2, 18). Frente a esto, el apóstol
3. a) óidcpérjco tiene el sentido intransitivo 6ie(pr|uXo"&r| ó ^0705. Según Mt 9, 31, los
acentúa en Flp 1, 10a que la capacidad, basa-
8 i a v y i í s > 2 diauges trasparente* de «diferenciarse» en la sencilla comparación da en el evangelio (v. 5) y comunicada por el dos ciegos, después de su curación, y a pesar
En Ap 21,21b dícese de la nueva Jerusalén: en que se habla de que es distinto el brillo de amor de Cristo (v. 8), para conocer qué cosas de la prohibición, «dieron a conocer a Jesús
«Y la calle de la ciudad era de oro puro, como unas estrellas y otras (1 Cor 15, 41). En las son t á SiacpéoovTa y para decidirse en favor (ecutóv) «en toda la región».
cristal trasparente». palabras de Jesús, el verbo se usa para referir- de ellas, es la confirmación escatológica efi-
se a un valor más alto (Mt 6, 26 par. Le 12, caz «para el día de Cristo» (v. 10b).
24; Mt 10, 31 par. Le 12, 7). De la solicitud de óiatfdeíjJdJ diaphtheiró destruir, aniqui-
diaepavr|S diaphanés trasparente Dios por las aves, que tienen relativamente c) En el paréntesis de Gal 2, 6, Pablo, en lar*
En Ap 21, 21b la lectura ofrecida por el «escaso valor», se derivan consecuencias ba- confrontación con sus adversarios, expone en SiaqrfroQá, ag, f| diaphthora destrucción*
Textus Receptus en lugar de -> óiauyrig. Ch. sadas en la escala de importancia de las cria- qué se funda la independencia de su ministe-
rio apostólico. Aquí, refiriéndose a las «auto- Bibl: M. Dibelius, Aufsatze zur Apg, Gottingen
Mugler, Dictionnaire historique de la termino- turas y que hablan de la confianza que hay '1968, 120-162 (Die Reden der Apg...); J. W. Doeve,
logie optique des Grecs, Paris 1964, 97-100. ridades» (oí SoxoüvTEg) de Jerusalén, él
que tener en la bondad de Dios que, como Jewish Hermeneutics in the Synoptic Gospels and
quiere dar a conocer únicamente lo que ellos Acts, Assen 1953, 168-176; G. Harder, (p-freíoco mk.,
«Padre», «sabe» muy bien lo que es necesario
decidieron en el concilio apostólico de Jeru- en ThWNT IX, 103-106; T. Holtz, Untersuchungen
(Mt 6, 32b par. Le 12, 30b). Esta conclusión über die altestamentliche Zitate bei Lukas (TU 104),
Siacpégo) diaphew en sentido transitivo: salén en relación con el evangelio que está li-
que va de lo que es inferior a lo que es supe- Berlín 1968, 48-51; E. Krankl, Jesús der Knecht Cot-
llevar a través de; en sentido intransitivo: bre de la ley (vv. 3 y 7-9); toda ulterior discu-
rior se presupone también en Mt 10, 31 par. íes (BU 7), Regensburg 1972, 131-143.
diferenciarse* sión del tema que pretenda apelar tal vez a
La palabra dirigida a los discípulos (Mateo: a
esos SoxoíjVTeg, la corta Pablo con la obser- 1. a) Este verbo compuesto de cp'&eÍQü),
1. Aparición del término en el NT - 2. Uso transiti- los Doce que son enviados en misión) dicién-
vo - 3. Uso intransitivo - 4. Siáqjogoc;. vación: «Lo que ellos eran antes, no significa reforzado por el prefijo óiá, tiene en Le 12,
doles que ellos son «más valiosos que todos
nada para mí» (oúóév pioi cucKpéoei)».
Bibl.: E. Fuchs, Die Verkündigung Jesu. Der Spruch los gorriones juntos», sirve para animarlos a 33 su sentido literal: destruir, aniquilar (D lee
von den Raben, en Ristow-Matthiae, 385-388; J. Gnil- confesar intrépidamente su fe. Si Dios «no ol- 4. El adjetivo óiátpogog diferente* en el verbo en futuro; el verbo áepaví^at, que
ka, Der Philipperbrief, Freiburg i. Br. 21976, 51s (trad. Rom 12, 6a designa la variedad de los «di- aparece en Mt 6, 19, podría ser el término ori-
vida» ni siquiera a un gorrión que se compra
cast.: Carta a losfilipenses, Barcelona '1987); E. Ká-
semann, An die Romer, Tübingen '1974, 64s; G. Klein, por un precio ridículo, ¡cuánto más se preocu- versos carismas» y el igual valor de los mis- ginal; cf. Schulz, Q, 142). La imagen compara
Gal 2, 6-9 und die Geschichte der Jerusalemer Urge- pará de los discípulos de Jesús, incluso cuan- mos (vv. 6b-10). Por el contrario, en conexión el tesoro celestial, del que debe preocuparse
meinde, en Rekonstruktion und lnterpretation (BEvTh do se hallen en situación en que peligre su vi- con los pajmau.oi, en Heb 9, 10, el adjetivo el discípulo, con un bien que no es destruido
50), München 1969, 99-128; F. MuBner, Der Galater- tiene connotación negativa. El comparativo,
brief, Freiburg i. Br. '1977, 111-115; Schultz, Q, 149- da terrena! De manera parecida, Jesús afirma por la voraz polilla. Este sentido aparece tam-
que la integridad de la vida humana es de más empleado para describir el puesto especial de bién en Ap 8, 9; después de la visión de la se-
161; K. Weiss, 6icxcpéoQ) XTX, en ThWNT IX, 64-66.
valor que los bienes, de más valor que una so- Jesús en el plan de Dios para la salvación, gunda trompeta (8, 8s), por un acontecimien-
1. óicupéocü se emplea tan sólo 3 veces en la oveja, según Mt 12, 12 (a diferencia de Me aparece dos veces en Heb 1, 4 en la caracteri-
to cósmico, queda destruida una tercera parte
sentido transitivo (Me 11, 16; Hech 13, 49; zación del nombre (es decir, del «Hijo»), que
3, 1-6), lo cual, basándose en el orden de la de las naves que cursan el mar: la economía y
27, 27); se emplea en sentido intransitivo en es más excelente que el de los ángeles, y en
creación, hace que sea lícito curar a los enfer- el comercio quedan trastornados, de tal mane-
los otros 10 lugares en que el verbo aparece 8, 6 para describir el más excelente ministe-
mos en día de sábado. ra que los hombres se ven en gran tribulación.
en el NT (incluidos los 5 ejemplos que encon- rio de Cristo (Sidcpoorotérja X.eixoijQY''0') e n
su oficio de Sumo Sacerdote, en el cual rea- En 11, 18 el anuncio del juicio (en el que se
tramos en las cartas paulinas). Pablo describe la situación de los creyentes,
liza las funciones de Mediador del Nuevo incluye «el destruir a los que destruyen la tie-
que han sido aceptados como «hijos» y «here-
Pacto (8, 1-13). rra», v. 18c) contrasta con la anterior promesa
2. En el marco del proceder de Jesús en el deros» por medio de la «misión del Hijo»
L. Oberlinner de recompensa mediante el naí adversativo
atrio del templo, se dice en Me 11, 16 que Je- (Gal 4, 4-7), aun antes del cumplimiento de la
que figura en el v. 18b). Frente a los siervos de
sús trató de impedir «que se trasportaran ob- promesa. El apóstol utiliza la imagen del «he-
SiCMpcúyü) diapheugó escapar* Dios, caracterizados más concretamente como
jetos a través del templo». El éxito de la pre- redero que no ha llegado aún a la mayoría de
Hech 27, 42: Los soldados, al producirse el los profetas, los santos y los temerosos del
dicación de Pablo y Bernabé en Antioquía de edad» y «que no se diferencia en nada de un
naufragio, querían matar a los presos «para nombre de Dios, se hallan los destructores de
Asia Menor (Hech 13, 14ss), durante el deno- esclavo» (4,1). Esta imagen está tomada de la
que ninguno de ellos escapara a nado». la tierra, que a su vez serán destruidos. La sig-
minado primer viaje misionero, no sólo se ca- esfera del derecho.
955 Siaqy&EÍQü) - biaxkevát,tí> 957 óiaxa>QÍ£,(u - bibaanákía 958

nificación literal del doble Siacp'freÍQa) sigue nos antropológicos que se emplean en Sal 15, óia/OJQÍ^O) diachorizó separar* en 1 Tim 4, 13, como una de las funciones del
siendo determinante, aunque quizás se piense 8-11 LXX no deben entenderse como una di- Le 9, 33, en voz medio-pasiva, separarse: dirigente de la comunidad. En 1 Tim 5, 17,
también en la corrupción moral que los enemi- cotomía. Moisés y Elias se separaron de Jesús. bibaonaXía juntamente con kóyoq designa
gos de Dios causan en la Iglesia; cf. 19, 2. El enunciado del salmo se usa como base la actividad de predicar y enseñar que incum-
para la afirmación de que Dios no abandonó a be a los presbíteros. En consecuencia, la ex-
b) SiCKpfreÍQü) tiene sentido figurado en 2 Jesús al destino irrevocable de la muerte. La 6i6axTixó$, 3 didaktikos capacitado para presión év Tfj bibaanaXía (Tit 2, 7) puede
Cor 4, 16. Pablo describe el contraste entre el afirmación se halla reforzada incluso en Hech
hombre exterior y el hombre interior, y acen- enseñar* traducirse en el sentido de como maestro (-• 8i-
13, 34a: Dios no permite que Jesús retorne a la 1 Tim 3, 2; 2 Tim 2, 24 en requisitos que se 8áoxcü). En Rom 15, 4 y en 2 Tim 3, 16 8i-
túa que el hombre exterior es destruido (en destrucción. La expresión i)jtootQé(peiv ele;
voz pasiva). Esto, teniendo en cuenta el con- exigen al -> émcrxojtoc; o a un «siervo del Se- baoxakía se usa en sentido amplio para refe-
oiaqpftoQáv la traduce Bauer (Wórterbuch, ñor». ThWNT II, 168.
texto de los vv. 16-18, se interpreta en el senti- rirse, en ambos casos, a la enseñanza que la
s.v. éiacp'&oeá) por: regresar a la región de los
do de que los sufrimientos del momento son muertos. Aunque el texto del salmo no exclu- Iglesia recibe de la Escritura del AT. Usada en
una carga para la existencia terrena (v. 17) y ya por completo esta interpretación, y aun te- paralelo con eXeyyióq, vemos que 8t8aoxa-
de que esa existencia es perecedera (v. 18). El dldaXTÓg, 3 didaktos enseñado, instruido* Xía, en 2 Tim 3, 16, incluye un aspecto anti-
niendo en cuenta que D, en el texto de 2, 24, Jn 6, 45: «Y todos serán enseñados por herético (-> c).
verbo no se refiere a «la constante disminu- sustituye Mvaxoc. por q.br\q, sin embargo es
ción de la vitalidad física» (H. Windisch, Der Dios» (Is 54, 13 LXX). 1 Cor 2,13 (bis): «... no b) El plural -con excepción de 1 Tim 4, 1
más correcto entender el sustantivo, tanto en con palabras enseñadas por sabiduría huma- (->• d)- aparece únicamente en una cita de Is
zweite Korintherbrief [KEK], 153), sino que 2, 27-31 como en 13, 34-37, en su sentido am-
expresa el heho de que la forma de existencia na, sino con palabras enseñadas por el Espí-
plio: la resurrección de Jesús fue una libera- 29, 13 (LXX) en Me 7, 7 par. Mt 5, 19 para
y vida terrenal y humana es destruida, es de- ritu».
ción de la destrucción por obra de la muerte; caracterizar a las «tradiciones de los ancia-
cir, superada. esta liberación es definitiva; no hay ya retorno nos» calificándolas de «enseñanzas de hom-
Encontramos también el verbo entendido bajo el poder destructor de la muerte (cf. diftaaxodía, a£, tj didaskalia enseñan- bres» por contraste con el «mandamiento de
en sentido figurado en 1 Tim 6, 5. En un catá- (botvec; xov daváxou en 2, 24). za, doctrina* Dios» (Me 7, 8), y también en Col 2, 22 para
logo de vicios que consta de cinco miembros, A.Sand caracterizar las cargas legales que imponen
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
se mencionan en último lugar las discusiones semánticos - 3. Uso del término en el NT - 4. ÉTego- los adversarios (cf. Col 2, 8; Tit 1, 14). Este
entre los hombres, que han destruido, es de- óiSaaxcdéw. uso polémico de Is 29, 13 en el NT se con-
cir, corrompido la mente (->• voOc;) de esas fucwp'Q'OQá, ag, rj diaphthora destrucción
-> Siacp'&eífjo) 2. vierte probablemente en un elemento clave
personas (cf. 2 Tim 2, 8). Siaqp§eÍQü> designa Bibl: K. H. Rengstorff, bibaaxaUa, en ThWNT
II, 163-165. del debate que se desarrolla en la Iglesia acer-
la actitud equivocada de la mente y la postura ca de la validez de la ley.
moralmente incorrecta de los herejes mencio- bláff OQog, 2 diaphoros diferente 1. El sustantivo oi8ao"xodí.a aparece un c) En sentido pasivo, óióoccrxcdía en sin-
nados en 6, 3-10 (N. Brox, Cartas pastorales, ->• 8tacpérjcü 4 . total de 21 veces en el NT. Con dos excepcio- gular es el término técnico para designar en
Barcelona 1974, 582-587. nes, el término lo encontramos siempre en las absoluto la doctrina apostólica o la doctrina
cartas, y curiosamente 15 veces en las Pasto- cristiana (1 Tim 1, 10; 4, 6.16; 6, 1.3; 2 Tim
2. En Hechos (y solamente en este libro) 6iacp,uXá<TGW diaphylassd guardar, prote- rales.
ger* 3, 10; 4, 3; Tit 1, 9; 2, 1.10). Su caracteriza-
Siacp'fl'OQá destrucción aparece 6 veces: 2 ve-
En Le 4, 10 dícese de los ángeles a quienes ción como «sana doctrina» (1 Tim 1, 10; 2
ces en el «discurso de Pedro» el día de Pente- 2. En el sentido activo de la acción de en-
costés (2, 27.31) y 4 veces en el «discurso de Dios ha enconmendado «que te guarden» (Sal señar o instruir, bibaanaXía aparece en Tim 4, 3; Tit 1, 9; 2, 1), como «buena doctri-
Pablo» en Antioquía (13, 34.35.36.37), En 90, 11 LXX). Rom 12, 7 y 1 Tim 4, 13; 5, 17; Tit 2, 7 así na» (1 Tim 4, 6) o como «la doctrina que co-
ambos textos el término se usa en enunciados como también en Rom 15, 4 y 2 Tim 3, 16. rresponde a la (recta) piedad» (1 Tim 6, 3)
acerca de la resurrección de Jesús; en ambos biay(jElQÍ^O}lo.i diacheirizomai matar, ase- En los demás lugares, bidaoKakía significa muestra al mismo tiempo su contraste con la
casos la base la constituye el Sal 15, 10 LXX sinar* pasivamente la doctrina en el sentido de lo falsa doctrina.
(cf. A. Schmitt: BZ 17 [1973] 229-248). que ha sido enseñado. Aparece casi siempre d) En consonancia con esto, 8i8aoxaX.ía,
Con objeto de la acción verbal en acusati-
Mientras que en el TM se halla el término en singular; el plural tiene sólo connotación en plural, en 1 Tim 4, 1, designa la falsa doc-
vo: Hech 5, 30: Jesús, «a quien vosotros ma-
sahat (fosa, sepulcro), la traducción de la negativa. trina creada por los poderes demoníacos, la
tasteis»; 26, 21: los judíos intentaron matar a
LXX por SicKpdoQÓ expresa la destrucción cual es ya en sí misma una señal del fin de los
Pablo.
del hombre en la muerte. Traducir 8iacp'&OQá 3. a) En el sentido de la acción de enseñar tiempos. - La imagen de la tormenta o del
por «corrupción» (como hacen E. Haenchen, o instruir, bibaoxaXía aparece en Rom 12, 7 viento en Ef 4, 14 (cf. también Jds 12s; Heb
Apostelgeschichte1 [KEK], 179 y 130; Harder, bwxkevá^w diachleuazó burlarse, mo- y en las Pastorales para designar una determi- 13, 9) presenta intuitivamente la falta total de
104, y otros) difícilmente estará justificado farse* nada función que se ejerce en la comunidad: fiabilidad de las doctrinas humanas, por con-
por razones lingüísticas y técnicas; los térmi- Hech 2, 13: «Otros se burlaban y decían...». en Rom 12, 7 como actividad del 6i5áaxcov; traste con la verdad de la fe (v. 15).
959 bibaaxakia - Sióáaxü) 960 961 8i5áaxw 962

Q cf. Mt 8, 19ss par. Le; Mt 10, 24s par. Le) sus discípulos» (Mt 5, ls). En conexión con la
4. Con arreglo al uso de 8i8a0xaX.ía en instruir, en paralelo algunas veces con eíiccy-
como a su configuración redaccional por los nota sumaria que hay en Le 4, 15, Lucas desa-
las Pastorales como término técnico para refe- ye?á£ou.cu (Le 20, 1; Hech 5,42; 15, 35) o XTJ-
evangelistas. La conexión con la tradición ju- rrolla el carácter especial de la enseñanza de
rirse a la recta doctrina (-> 3.c), el verbo Qvaam (Mt 4, 23; 9, 35; 11, 1; Hech 28, 31).
día es, pues, innegable, sobre todo cuando se Jesús en los vv. 16-30 (cf. los vv. 18, 21 y 32).
compuesto éTEQo8i8aoxa>,É(i) (1 Tim 1, 3; 6, El sustantivo designa al maestro, y se emplea
habla de la enseñanza de Jesús en la sinagoga El carácter singularísimo de la relación ma-
3) significa difundir una doctrina diferente en vocativo como una manera respetuosa y
(Me 1, 21 par.; 6, 2 par. Mt; Mt 4, 23; 9, 35; estro-discípulo, en el caso de Jesús, señala ha-
(cf. IgnPol 3, 1). El prefijo é-neoo-, según 1 honorífica de dirigirse a alguien.
21, 23; Le 4, 15; 6, 6; 13, 10; Jn 6, 59; 18, 20) cia esta misma dirección: uno no se adhiere al
Tim 1, 10, hace que el término exprese lo
o en el templo (Me 11, 17; 12, 14 par.; 12, 35; maestro Jesús, sino que es llamado por él a su
opuesto a la «sana doctrina». En el fondo, es 3. El sujeto del verbo -incluso cuando se 14, 49 par. Mt; Mt 21, 23 par. Le; Le 19, 47; seguimiento (->- áxotarufréü) 4). Además, Je-
lo mismo que cuando Pablo nos habla de usa en voz pasiva (Mt 28, 15; Gal 1, 12; Ef 4, 21, 37; Jn 7, 14; [8, 2] 8, 20; 18, 20). Así que sús sigue siendo el maestro de sus discípulos
«otro evangelio» (Gal 1, 6s), es decir, de un 21; Col 2, 7; 2 Tes 2, 15)- es siempre una per- la manera en que se presentaba Jesús era la de (-> u.a§r|Tñ,5; Hengel, 55ss). Por eso se en-
evangelio diferente (Rengstorf, 165s). sona o círculo de personas. A los que reciben un maestro judío o doctor de la ley (escriba). tiende que el sustantivo empleado con artícu-
H.-F. WeiB la enseñanza -con excepción de Ap 2, 14 (en A tenor de lo que se nos dice en Le 4, 15: «Y
dativo)- se los menciona siempre en acusati- lo, en la redacción de la tradición efectuada
él enseñaba en las sinagogas de ellos», tene- por los evangelistas, por ejemplo en Mt 23, 8
vo de persona: así se hace, por ejemplo, con mos un buen ejemplo en la predicación de Je-
bibáoxahog, ov, ó didaskalos maestro el pueblo (Me 4, 2; 10, 1; Le 4, 31; Hech 4, 2 (cf. 23, 10), se aproxime a un título cristoló-
sús en la sinagoga de Nazaret. En consonan- gico de majestad (Hahn, 78s). Lo mismo se
-*• 8i6áoxo). y passim), con los discípulos de Jesús (Me 8, cia con esto se halla la manera en que la gente diga de la fórmula: «el Maestro dice...» en Me
31; 9, 31; Mt 5, 2), con los hermanos (Hech se dirigía a él llamándole bi&áoKake (en vo-
didáoxo) didaskó enseñar 15, 1), con los presbíteros (Hech 20, 20), con 14, 14 par. (cf. Jn 11, 28: «El Maestro está
cativo: Me 4, 38; 9, 17.38; 10, 17.35 y passim;
SiSáoxaXoc;, ov, ó didaskalos maestro los griegos (Jn 7, 35) y con los judíos (Hech aquí y te llama», junto a lo que se dice en el v.
Mt 19, 16; 22, 16; Le 7, 40; 11, 45 y passim),
21, 21). El contenido de la enseñanza se de- 27) y de la agrupación de bibáoiiakoc, y
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Conteni- una manera que correspondía al tratamiento
signa por medio de un acusativo de cosa (Me xiJQiog en Jn 13, 13 (Hahn, 80 y 94s). A este
dos semánticos. - 3. Campo referencial - 4. Uso de los que se daba corrientemente en el judaismo a
12, 14 par.; 7, 7 par. Mt; Jn 14, 26 y passim), propósito hay que mencionar también el pasa-
términos en el NT - 5. Compuestos. los escribas llamándolos rabbí (cf. Mt 23, 7s;
de un infinitivo que figura a continuación (Mt E. Lohse: ThWNT VI, 964s; Hahn, 75s). En je de Mt 10, 24s par. Le. Es verdad que aquí
Bibl: G. Dalman, Die Worte Jesu, Leipzig ! 1930, se trata, ante todo, de una comparación. Pero,
272-280; E. Fascher, Jesús der Lehrer: ThLZ 79 28, 20; Le 11, 1), de una oración introducida Jn 1, 38 el tratamiento de rabbíes traducido y
(1954) 325-342; F. V. Filson, The Christian Teacher in por OTt (Me 8, 31; Hech 15, 1; 1 Cor 11, 14) explicado por el vocativo 8i8áoxaX,£ (cf. Jn a pesar de todo, es innegable el acento cristo-
the First Century: JBL 60 (1941) 317-328; H. Flender, o mediante una expresión preposicional (Me 20, 16). Se halla también conforme con la tra- lógico del enunciado, que afirma la comunión
Lehren und Verkündigen in den Synoptischen Evange-
4, 2: év Jtarja(3oXaTg; Hech 21, 28: xaxá con dición judía el empleo de 8i8áoxaX,og con de destino entre el maestro y el discípulo, al
lien: EvTh 25 (1965) 701-714; Hahn, Hoheitstitel, menos si consideramos ese enunciado en el
74ss; M. Hengel, Nachfolge und Charisma, Berlín genitivo; 1 Jn 2, 27: Jteoí con genitivo). Con artículo en Mt 5, 35 par. Le, así como también
1968, 46ss; F. Normann, Christos Didaskalos, Müns- relativa frecuencia se usa el verbo en sentido la manera de referirse a Jesús como a «vues- contexto del discurso de misión según Mateo.
ter i. W. 1967; K. H. Rengstorff, 8i6áax(ü xxX., en absoluto (Me 1, 21; 4, 1; 6, 6; Mt 4, 23; 9, 35 tro maestro» en labios de los judíos en Mt 9,' La reflexión cristológica relacionada con la
ThWNT II, 138-168; K. Schelkle, Jesús - Lehrer und
y passim). En tales casos, el correspondiente 11; 17, 24 (cf. Nicodemo según Jn 3, 2: «Ra- tradición de Jesús como Maestro resalta con
Prophet, en FS Schmid 1973, 300-308; H. Schürmann, especial claridad en Marcos y en Mateo. Aun-
«... und Lehrer», en Dienst der Vermittlung, Leipzig contenido de la enseñanza se determina por bí, sabemos que has venido de Dios como
1977, 107-147. Cf. más bibliografía en ThWNT X, medio del contexto. maestro»). En todos estos pasajes hay una que el sustantivo no tiene en Marcos -pres-
1046. manera cristológica de hablar, pero sin refle- cindiendo de Me 14, 14- ningún peso especí-
Cuando se emplea el sustantivo en los
xión expresa. ficamente cristológico, resulta evidente el
1. El verbo aparece 97 veces en el NT (in- evangelios, hay que distinguir entre el vocati- •
interés de Marcos por el Jesús enseñante. La
cluido Jn 8, 2), mientras que el sustantivo apa- vo como manera de dirigirse a una persona, lo
Ahora bien, los evangelistas acentúan des- acción de enseñar es, según Marcos -a dife-
rece 59 veces (incluido Jn 8, 4). En los evan- cual corresponde al vocativo rabbí que era
de un principio, cada uno a su manera, la sin- rencia de XT|QiJ008iv-, la acción típica de Je-
gelios, los términos -refiriéndose a Jesús- usual en el judaismo, y el sustantivo precedi-
gularidad de la enseñanza de Jesús frente a la sús. Tan sólo una vez se predica de los discí-
aparecen unas 50 ó unas 40 veces respectiva- do de artículo, que designa a Jesús como el
de los maestros judíos. Según Me 1, 22, Jesús pulos el verbo 6i8áoxeiv (6, 30), en cambio
mente. Además, el verbo designa especial- Maestro por excelencia (Me 14, 14 par.; Mt enseña ya en su primera aparición en la sina- ese mismo verbo se predica 15 veces de Je-
mente la actividad de los discípulos de Jesús, 23, 8; Jn 13, 13s; cf. también Mt 10, 24.25 goga de Cafarnaún «como alguien que tiene sús. En todo ello, lo decisivo para Marcos es
de los apóstoles y de Pablo, y el sustantivo ex- par. Le 6, 40). autoridad, y (por tanto) no como los escri- el acto de enseñar, porque, con excepción de
presa un determinado ministerio en el seno de
4. a) Una manera fija de considerar a Jesús bas». La correspondiente diferenciación se Me 4, lss (Jesús «enseñaba en parábolas»),
la comunidad.
en los evangelios es la de verle como el Jesús encuentra también en Mt 7, 29 en el final del no se hace al principio ningún enunciado
2. El verbo se encuentra siempre en el sen- que enseña (Me 10, 1; Mt 4, 23; 9, 35; Le 4, Sermón de la Montaña, en cuyo principio se acerca del contenido de la enseñanza dada por
tido de enseñar o -cuando se menciona en 15). Esto se aplica tanto a la tradición pre-si- había presentado a Jesús enteramente a la ma- Jesús (cf. 2, 13; 6, 2.6.34; 10, 1). En la prime-
acusativo a los destinatarios- en el sentido de nóptica acerca de Jesús (en cuanto a la fuente nera de un maestro judío «a quien se acercan ra parte del Evangelio de Marcos, los actos de
963 5i5áaxa) 964 965 5i5áoxco - 5i6axr| 966

poder realizados por Jesús son los que de- enseñanza y al mandamiento dados por Jesús sentido de la instrucción que da Pablo a los El verbo y el sustantivo se emplean tam-
muestran principalmente que sus enseñanzas mismo (28, 20). presbíteros, y en 21, 21.28 en el sentido de la bién en sentido polémico con referencia a los
son un «enseñar con autoridad» (1, 22.27; 6, Por contraste con Marcos y Mateo, obser- enseñanza de Pablo «en contra de la ley». falsos maestros: Tit 1, 11; Ap 2, 14 (verbo); 2
2; cf. 11, 18). Tan sólo en la segunda parte (a vamos que Lucas y Juan emplean el verbo y En el Corpus paulinum el verbo aparece ge- Tim 4, 3 (acerca de «las enseñanzas que se
partir de 8, 27) se determina más concreta- el sustantivo de manera relativamente irrefle- neralmente para referirse a la acción de ense- acumulan para satisfacer los propios deseos»,
mente cuál es el contenido de la enseñanza de ja, aunque el primero sustituya a veces por el ñar en la Iglesia (Ef 4, 21; Col 2, 7; 3, 16; 2 por oposición a la «sana doctrina»; ->• óiSaa-
Jesús, precisándose que se trata de la instruc- tratamiento ¿ m a t á t a el vocativo bvbáanakz Tes 2, 15; 1 Tim 2, 12; cf. Heb 5, 12) y espe- -Kakía 3.c). Es singular en Mt 28, 15 el em-
ción de los discípulos acerca de la Pasión (8, que encontró en la fuente de Marcos para di- cíficamente a la acción de Pablo de enseñar pleo que se hace del verbo para referirse a los
31; 9, 31). Jesús, por tanto, no es sólo «el Ma- rigirse a Jesús (Le 8, 24 a diferencia de Me 4, (1 Cor 4, 17; Col 1, 28). En consonancia con guardias que vigilaban el sepulcro de Jesús y
estro» por excelencia, sino que además, según 38; 9, 49 a diferencia de Me 9, 38; cf. 9, 33 a esto, en 1 Tim 2, 7 y en 2 Tim 1, 11 se desig- que «hicieron como se les había instruido».
Marcos, hay al mismo tiempo una conexión na a Pablo como «maestro de los gentiles». El
diferencia de Me 9, 5; ->• emcrtáTnc;). Desde
sustantivo se emplea en sentido específico en 5. Compuestos del sustantivo aparecen sólo en
inmediata entre lo que Jesús enseña y su per- el comienzo mismo, Lucas caracteriza la ac-
sona o su suerte. Jesús, en este sentido, es al tividad de Jesús como una actividad de ense- 1 Cor 12, 28s para designar el puesto de ma- unos pocos lugares del NT, principalmente en los
mismo tiempo el sujeto y el objeto de sus en- ñar (4, 15.31; 5, 3.17 y passim; cf. Hech 1, estro en el cristianismo primitivo, juntamente escritos tardíos (Rengstorf, 162s: vou.o5i6áoxa-
con otros ministerios y funciones dentro de la X,og, maestro de la ley, aparece en Le 5, 17 junto
señanzas (Flender, 703s). 1), sin que se vea en todo ello una diferencia a OaQioatog como traducción esclarecedora de
También en Mateo Jesús ocupa desde el esencial con respecto a la actividad de XT]- Iglesia, considerándoselo como uno de los ca-
YQannaxeijg, escriba (cf. 5, 21), y en Hech 5, 34
QÍiooeiv (compárese Le 4, 31 con 4, 44 y con rismas (cf. Ef 4, 11 y Rom 12, 7: ó 5i5áo-
principio un lugar central como el Jesús que como caracterización honorífica del fariseo Ga-
XCÜV; 1 Cor 14, 6.26). Y se emplea también maliel. Enteramente distinta es la descripción que
enseña (4, 23; 9, 35; 11, 1). Parece que al Hech 28, 31).
con este mismo sentido en Hech 13, 1 y en se hace en 1 Tim 1, 7 de los falsos maestros como
principio habla en contra de ello el hecho de También en Juan el verbo designa extensa-
Sant 3, 1. Esto corresponde al empleo del ver- «maestros de la ley» que «no entienden ni lo que
que Mateo, a diferencia de Marcos, evite en mente la proclamación efectuada por Jesús (6,
bo en las Pastorales para designar la actividad dicen ni las cosas acerca de las cuales testifican».
general el presentarnos a los discípulos diri- 59; 7, 14.28.35; 8, 20; 9, 34; cf. 1, 38; 20, 16).
del dirigente de la comunidad o de los que Los compuestos xaX.o5i5áoxcdoc., maestro
giéndose a Jesús con el vocativo de Maestro. Fuera de los evangelios, la designación de de lo bueno, y i|>ei)óo6l6áaxodos, maestro de fal-
han sido encargados por él (1 Tim 4, 11; 6, 2;
El vocativo 5iSáaxaX.e, como el tratamiento Jesús como enseñante o como Maestro no de- sedades, aparecen ambos una sola vez: xaX,o5i-
2 Tim 2, 2).
de rabbí, se halla sólo en labios de los que no sempeña ningún papel, con excepción del pa- báanaXoc, se usa predicativamente en Tit 2, 3
son discípulos (8, 19; 12, 38; 19, 16; 22, 16. saje de Hech 1, 1. El uso de estos términos en c) Además, el verbo y el sustantivo apare- para referirse a las ancianas de la comunidad, y
24.36; cf. 26, 25.49: rabbí como tratamiento los Padres Apostólicos y en los apologetas i|)euóo5ioáaxaXog en 2 Pe 2, 1 para designar a
cen aisladamente en otros contextos: Le 11, 1
los falsos maestros que -como antaño hicieron en
con que Judas se dirige a Jesús), mientras que tiene otros acentos y no entronca ya con el menciona enseñanzas del Bautista; en conso- Israel los seudo-profetas- introducirán «destruc-
los discípulos se dirigen a Jesús llamándole uso original que se hace del verbo y del sus- nancia con ello encontramos en Le 3, 12 el toras divisiones» (aÍQéoeu;).
xúoie (8, 25 a diferencia de Me 4, 38; 17, 15 tantivo en los evangelios (Rengstorf, 159, vocativo bibáanaXz dirigido al Bautista (cf.
a diferencia de Me 9, 17; cf. 17, 4 a diferencia 36ss; 161, 38ss; Fascher, 337ss; Normann). Jn 3, 26: rabí). - Son notables las referencias H.-F. Weifi
de Me 9, 5; Hahn 75; E. Lohse: ThWNT VI, que Lucas (12, 12) y Juan (14, 26) hacen al
966). Claro que esa modificación de la fuente b) Mateo es el único de los evangelios que «Espíritu Santo» como sujeto de la acción de 6 l 5 a x t | , f¡5, tj didaché instrucción, ense-
de Marcos no se funda en desinterés por el Je- emplea el verbo y el sustantivo para designar enseñar. El contenido de esta enseñanza, se- ñanza*
sús Maestro, sino que tiene su fundamento en una determinada actividad o función dentro gún Jn 14, 26, es lo que Jesús dijo en otro
el hecho de que Jesús, según Mateo, no es un tiempo a sus discípulos. Al mismo contexto Bibl: K. H. Rengstorff, 8i6axr|, en ThWNT II,
de la comunidad (23, 8; 28, 20 así como tam- 166s.
maestro en el sentido judío, y por tanto se ba- bién 5, 19). Por el contrario, el verbo y el sus- pertenece la formulación singularísima de 1
sa supremamente en la oposición (constituti- tantivo tienen una distribución relativamente Jn 2, 27: «así como su xe^o^a (= la unción 1. De las 30 veces que el término aparece
va de todo el Evangelio de Mateo) entre las más amplia en Hechos y en las cartas del NT. recibida en el bautismo) os enseña acerca de en el NT, bibay^ se encuentra en plural úni-
enseñanzas de Jesús y las del judaismo. Ve- En Hechos, la proclamación misionera de los todas las cosas». En Jn 8, 28 Jesús basa sus camente en Heb 13, 9. Tiene el sentido activo
mos también que Mateo, a diferencia igual- apóstoles y de Pablo se designa frecuente- palabras o sus enseñanzas en el hecho de que de impartir instrucción o de hablar y exhortar
mente de Marcos, define el contenido de la mente con el término 5i5áaxetv (4, 2; 5, el Padre le haya enseñado a él. en forma de enseñanza (Me 4, 2; 12, 38; 1 Cor
enseñanza de Jesús en el sentido de una ense- 21.25: en el templo; 11, 26), enunciándose al- En Le 2, 46 y Jn 3, 10 (Nicodemo) se habla 14, 6.26; 2 Tim 4, 2) y el sentido pasivo de la
ñanza acerca de la ley o para dar a conocer la gunas veces explícitamente el contenido de la de maestros judíos, y se hace lo mismo, esta doctrina que se enseña mediante la instruc-
voluntad de Dios, como se indica ya progra- enseñanza como proclamación de Cristo (5, vez con sentido polémico, en Rom 2, 20s. A ción. La comparación en Me 1, 22 par. Mt 7,
máticamente en el Sermón de la Montaña (5, 42; 15, 35; 18, 11.25; 28, 31; cf. 4, 18; 5, 28: este respecto deben compararse también las 28 muestra, desde luego, que no siempre se
ls y 7, 29). Por eso, el encargo de enseñar que enseñar «en el nombre de Jesús»). Además, el referencias polémicas que se hacen a las ense- puede distinguir nítidamente entre el empleo
el Resucitado da a los discípulos, está deter- verbo aparece también en el sentido específi- ñanzas impartidas por los judíos (se usa el en sentido activo y el empleo en sentido pasi-
minado por una referencia retrospectiva a la co de enseñar, concretamente en 20, 20 en el verbo) en Me 1, 22 par. Mt y Me 7, 7 par. Mt. vo. En las cartas del NT encontramos ya prin-
967 5i5axr| - AíSvixos 968 969 AíSuiiog - 5íoa>tu 970

cipios del uso técnico de biba%r\ para referir- la fe, que uno ha de aprender. - De manera se- independiente (OGIS 519, 8; cf. también W. 2. 8í8o>[xi es el verbo más general para de-
se en absoluto a la doctrina cristiana. mejante, SISOCXTITOOXQIOTOV en 2 Jn 9s de- Pape-G.E. Benseler, Worterbuch der grie- signar el proceso por el cual un sujeto trasmi-
signa la (recta) «enseñanza acerca de Cristo» chischen Eigennamen I, Braunschweig 31911 te voluntariamente algo a alguien, o trasfiere
2. a) Sioaxn designa en los evangelios tan- por oposición a la herejía cristológica (v. 7). - [= Graz 1959], 298. En HechTom 11, 31, 91, de tal manera algo que ello quede a disposi-
to «las enseñanzas de los fariseos y los sadu- En Ap 2, 14s.24 8i8axr| puede designar tam- en una interpretación especulativa del sobre- ción del receptor. El término indoeuropeo tie-
ceos» (Mt 16, 12) como las enseñanzas de Je- bién, con referencia a las tradiciones del AT nombre joánico, se llama a Tomás ó 8í8uiioc; ne en buena parte el mismo significado que el
sús (Me 1, 22 par.; 1, 27; 4, 2; 11, 18; 12, 38; sobre Balaán y Jezabel, la herejía de los nico- («hermano gemelo») xov XQIOTOV; Cristo es equivalente semítico (cf. Labuschagne). Pue-
Mt 22, 33), calificándose a las enseñanzas de laítas. Y en Heb 13, 9 este término se refiere a muy parecido físicamente al apóstol (11), y den ser importantes las diferencias de origen
Jesús, a diferencia de las del judaismo, como las «doctrinas diversas y extrañas», por opo- confía a éste misterios especiales (39). Tomás en las figuras de dicción formadas a base del
una «nueva doctrina impartida con autori- sición a la propia enseñanza de la Iglesia (que lleva allí también el nombre de Judas (Toú- verbo dar (Bauer, Worterbuch; Liddell-Scott;
dad» (Me 1, 27; cf. 1, 22 y también las pala- es la recta doctrina; cf. Herm [s] 8, 6, 5). 8015 ©(ou.ag ó xai AíSufiog, HechTom 1; Passow, s.v.). Del hebreo proceden, por ejem-
bras acerca del «asombro» que causan en el Aí8uitog 'Ioú8at; ©cüiiág, prólogo del Ev- plo, las combinaciones de «dar» con «fruto,
c) En Hech 13, 12 y en Heb 6, 2 8i6axrí diezmos, documento de divorcio, signos y
pueblo las enseñanzas de Jesús, en Me 1, 22 Tom).
aparece con un sentido especial. En Hech 13, prodigios, lluvia, vida». Un gran número de
par. Mt 7, 28 / Le 4, 32; 11, 18; Mt 22, 33). -
12 encontramos el término aplicado al mila- H. Balz combinaciones es de origen griego. Así ocurre
En la respuesta de Jesús a la objeción de los
gro del castigo obrado por Pablo sobre Barje- con las combinaciones de «dar» y «espacio,
judíos (v. 5) en Jn 7, 16s, las palabras de re-
sús-Elimas, milagro al que se designa como respuesta, opinión, castigo, paz, impuestos,
velación que Jesús pronuncia se designan co- ÓÍÓIOJU didomi dar
8t8axTi toO xvoíou, es decir como «ense- ocasión, recompensa». Parece un latinismo la
mo enseñanza que es idéntica a la enseñanza
ñanza del Señor» (genitivo como sujeto). En 1. Aparición del término en el NT - 2. Significado - combinación de «dar» con «esfuerzo» (= pro-
dada por el mismo Dios (cf. Jn 8, 28 y 8, 26). 3. Pares de términos - 4. Dios como dador - 5. Cristo
Heb 6, 2, en el contexto de una enumeración curar; Le 12, 58).
En relación con el proceso de Jesús, el sumo como dador - 6. Dones divinos - 7. Uso del término en
de la tradición catequética, se menciona entre
sacerdote pregunta a Jesús acerca de su ense- Marcos/Mateo, Lucas/Hechos, Cartas, Apocalisis - Tales figuras de dicción surgieron también
otras la «doctrina sobre los bautismos [¡en 8. 8í6(ü|M en Juan.
ñanza (Jn 18, 19; es decir, acerca de la ense- ad hoc, en el NT, especialmente en Lucas. Pa-
plural!; cf. a propósito los comentarios] y so-
ñanza de Jesús en la sinagoga y en el templo Bibl: F. Büchsel, 5Í6WLIL mk., en ThWNT II, 168- ra la determinación del sentido es importante
bre la imposición de las manos».
[cf. v. 20]). 175, esp. 168; C. J. Labuschagne, ntn, en DTMAT II, distinguir si nos hallamos o no ante una forma
H.-F. WeiB 160-189; C.-J. Pinto de Oliveira, Le verb óiSóvca estereotipada. Así, por ejemplo, con la expre-
comme expression des rapports du Pére et du Fils
b) El uso de 8i8axr| fuera de los evange- dans le IV Evangile: RSPhTh 49 (1965) 81-104; W. sión bó%av 8í8coux hay que distinguir entre
lios no es uniforme: por un lado, en Hechos la 8í8(jaXM'OV, OV, 1Ó didrachmon didrac- Pokkes, Christus traditus, Zürich 1967; J. Riedl, Das «honrar» (Le 17, 18 y otros, una expresión to-
predicación de los apóstoles o de Pablo es de- Heilswerk Jesu nach Joh, Freiburg i. Br. 1973, 83-90; mada probablemente de la liturgia judía) y la
ma, moneda de dos dracmas A. Vanhoye, Opera Jesu donum Patris: VD 36 (1958)
signada como enseñanza por el sumo sacer- trasmisión de &ó%a (Jn 17, 22; son formas de
dote (5, 28) o por los oyentes de Pablo en Ate- -> 8oaxMT| 2.4. 83-92; H. Vorlander, 5ü>pov %xk., en DTNTII, 47-49.
- Cf. más bibliografía en ThWNT X, 1046s. transición Jn 17, 24; 1 Pe 1, 21). Con respec-
nas (17, 19), y en 17, 19 como una «nueva to a %áow 8í,8co(ii, hay que distinguir entre
enseñanza» («nueva» en el sentido de ^évog; Aíhvjiog, ov Didymos Dídimo* 1. Con las aproximadamente 416 veces que «mostrar un beneficio» (Ef 4, 29 quizás; H.
17, 18.20s); por otro lado, üibayi] designa en El nombre griego del discípulo -> Qoafxag está documentado, SíSooiu es el noveno en la Schlier, La Carta a los efesios, Salamanca
Hech 2, 42 («doctrina de los apóstoles») y en del círculo de los Doce (Me 3, 18 par.; Hech lista de verbos que aparecen con más frecuen- 1991, sub loco) y «conceder gracia». Con res-
las Pastorales la tradición doctrinal de la Igle- 1,13) tiene su origen en el nombre arameo te '6- cia en el NT. Se halla atestiguado en todos los pecto a Xóyov 8í8cou.i, hay que distinguir en-
sia, ya firmemente definida. Así lo vemos so- ma', «gemelo», y fue adoptado como traduc- escritos, con excepción de Flp, Flm y Jds. En tre «dar cuenta» (Rom 14, 12) y, por ejemplo,
bre todo en Tit 1,9 en el marco de la exhorta- ción griega del nombre arameo por su sonido lps Sinópticos y en Hechos aparece 190 ve- «el don de la palabra» (1 Cor 12, 8). En la
ción dirigida al obispo para que se cuide de la parecido (Blafi-Debrunner § 53, nota 9; 125, no- ces, en el Evangelio y en las Cartas de Juan mayoría de los casos, «dar una ley (o leyes) o
recta predicación «conforme a la doctrina» ta 6; H. Wuthnow, Die semitischen Menschen- 85 veces, en el Corpus paulinum 72 veces, en un mandamiento (o mandamientos) es una ex-
(cf. 2 Tim 4, 2: 8i8axt| en el sentido de ins- natnen in griechischen Inschriften und Papyri el Apocalipsis 58 veces, y en las restantes car- presión convencional. Sin embargo, la frase
trucción en la sana doctrina, por contraste des vorderen Orients, Leipzig 1930, 55; P. tas 13 veces. La distribución se basa, por un puede acentuar el carácter de don que tienen
con la herejía). Este uso del término se halla Rüger: TRE III, 606). En Jn 14, 5; 20, 26. lado, en la forma de lenguaje (especialmente las leyes o los mandamientos (H. Schlier, La
preparado ya por Pablo, cuando en Rom 6, 17 27.28 el nombre helenizado se emplea solo, la narrativa), el estilo de lenguaje (modismos) Carta a los gálatas, Salamanca 1975, sobre 3,
se exhorta a la obediencia a la «forma de doc- pero en 11, 16; 20, 24; 21, 2 (cf. 14, 5 D) se y el nivel de lenguaje; y, por otro lado, se ha- 21); lo mismo se aplica a la combinación, na-
trina» (TÚJtog 5i5axf)S) a la que los destina- añade la expresión ó \eyo\ievoc, AÍ8U1105, lla también íntimamente relacionada con la da usual; 8ia-&r|KT)v 8í8a>ui (Hech 7, 8; J.
tarios fueron antaño «entregados» (en el bau- «llamado Dídimo / el gemelo». ALovyLoq es la dicción teológica (Juan, Apocalipsis). Sobre Behm: ThWNT II, 127). Las siguientes com-
tismo). 8i8axií se usa aquí como en Rom 16, verdadera traducción griega del nombre ara- la forma secundaria 8i8c& (Ap 3, 9) cf. BlaB- binaciones no son formularias por naturaleza:
17 para designar determinadas tradiciones de meo, y aparece también como nombre griego Debrunner § 94, nota 3. XXIÍQOTJS 8í8ü)(ii, (Hech 1, 26), aoytriQLav
973 ÓÍSÜ)|J,I 974
972
971 SÍ5(DU.I

3) se menciona en casi todas las cartas (por lo vez imita el estilo de la LXX, y con toda se-
SLÓOJJXL (Hech 7, 25) y elsog bíbo)\ii (2 Tim cada vez en Marcos, 1 Corintios y Efesios, y demás, únicamente en Hech 7, 10; / a g i o t a guridad acentúa el carácter de don que tiene
1, 16; cf. v. 18); igualmente itetávoiav 5íSco|j,iapenas se encuentran en Juan, Hechos y en las en 1 Tim 4, 14). El círculo de los que reciben la acción de Dios (por ejemplo, Hech 4,
(Hech 11, 18; 2 Tim 2, 25), que es posiblemen- cartas tardías. Esta manera de hablar procede la k^ovaía es bastante amplio: Jesús (por 12.29; 5, 31; 7, 8), en todo lo cual muestra
del judaismo (pasivo divino); es especialmen- ejemplo, Me 11, 28 par.), los creyentes (Me 6, una tendencia a espiritualizar el contenido
te una forma abreviada de xójtov ttetavoíag
te preferida por la apocalíptica, donde designa 7 par.; Jn 1, 12; 2 Cor 10, 8. etc.), pero tam- (Le 11, 13 par. Mt 7, 11).
bíb(ü\ii.
casi siempre la concesión de autoridad (por bién Pilato (Jn 19, 11) y hasta los poderes de Un rasgo notable en la mayoría de las cartas
3. Al campo léxico de Síóco^i pertenecen ejemplo, Ap 6, 4.8) ó los símbolos que acom- la destrucción (Ap 6, 8, etc.). Además, el NT es el uso variado que se hace del sujeto del
principalmente aítécü, X.an(3ávco, &é%o\iai, pañan a la autoridad (por ejemplo, 6, 2.11). conoce gran abundancia de otros dones, entre verbo. A menudo se habla de que Dios es el
£%w y aÍQO). A veces surgen pares fijos de pa- Con frecuencia, Aquel que dirige los aconte- ellos el conocimiento (Me 4, 11 par., etc.), la dador, y a Cristo se le menciona raras veces a
labras con contenido específico. La que más cimientos permanece misteriosamente en el Paodeía (Mt 21, 43; Le 12, 32), los signos este respecto. Incluso la acción humana de
llama la atención es la de «tomar y dar» en fondo (por ejemplo, 13, 5ss). La formulación milagrosos (Me 8, 12 par.; Hech 14, 3), la dar no aparece a menudo, y cuando lo hace, es
las comidas que Jesús celebra (Me 6, 41 par.; puede pulirse de tal manera que se acerque, confianza (Hech 4, 29), la concordia (Rom casi siempre en expresiones hechas (como en
8, 6 par.; 14, 22 par. 23 par.; Jn 6, 11; 13, 26; por ejemplo, al «me ha sido dado» o simple- 15, 5), (las palabras de) sabiduría (1 Cor 12, Rom 4, 20; 14, 12). Santiago muestra especial
21, 13), sobre todo en las palabras pronuncia- mente al «yo poseo» (posiblemente incluso 8; Hech 7, 10; Ef 1, 17; Sant 1, 5; 2 Pe 3, 15), interés en la acción de dar. En Sant 1, 5.17,
das sobre el pan eucarístico (falta en Le 22, en Le 4, 6b; Popkes, 59ss, 137). En otros el celo (2 Cor 8, 16), el consuelo (2 Tes 2, con ayuda de sentencias sapienciales, se trata
20; 1 Cor 11, 22-25; cf. la referencia a los contextos el pasivo divino acentúa la garantía 16), la misericordia (2 Tim 1, 16.18). De ordi- del tema de la acción divina de dar (Dios da
«peces» en Me 8, 6 y la elección de las palabras divina del don (así ocurre en las palabras sa- nario son «dones buenos» (cf. Sant 1, 17) que de buena gana y da únicamente cosas bue-
en Le 6, 4; H. Schürmann, Lukasevangelium I pienciales y proféticas de Mt 7, 7 par.; Me 4, se conceden a las personas para que vivan en nas). Y en Sant 2, 16 se habla de que unas per-
[HThK], 303). Este par de palabras aparece 25 par.; Dalman, Worte, 184, 383); Pablo da a salvación y para el servicio consagrado; pero sonas den a otras.
también en otras partes, a veces con carácter todo esto un enfoque cristológico (1 Cor 1,4; a veces son también dones dolorosos (2 Cor
Las referencias que hay en el Apocalipsis
sentencioso (Mt 10, 8; Hech 20, 35), como en Gal 3, 22; de manera parecida en Ef 4, 7; 2 12, 7;Ap 16,6.19).
son muy estereotipadas, principalmente en lo
aquella frase paradójica: «Al que tiene, se le Tim 1, 9). que respecta a la acción de dar que tiene por
dará» (Me 4, 25 par. y passim), que está en 7. La manera de hablar en Marcos y en sujeto a Dios (pasivo apocalíptico) y a Cristo
contradicción con lo que sucede normalmente 5. Jesucristo es el dador en 68 casos: en Mateo difícilmente muestra aspectos insólitos (Ap 2, 7, etc.). De esta manera el Apocalipsis
(como en Hech 3, 6 ó Jn 5, 26; Rom 12, 6). Juan 26 veces, en Apocalipsis 12, de 7 a 8 ve- o tonos de fondo. Una excepción es, además acentúa: lo que viene a continuación se halla
Juntamente con aiTÉco, el verbo SíScoju tiene ces en cada uno de los Sinópticos, raras veces de «él tomó y dio» (-> 5), la palabra acerca de establecido irrevocablemente. Juntamente con
un lugar fijo en el lenguaje de la oración (Mt en las Cartas y ninguna vez en Hechos. El te- que Jesús hizo entrega de su propia vida (Me
7, 7.11 par.; Jn 11, 22; 15, 16; 16, 23; Sant 1, ma y la formulación se hallan en buena medi- esto, el Apocalipsis emplea frases hechas (11,
10, 45 par.). Muestra la influencia de la teolo- 13.18; 16, 6, etc.), entre ellas entregar (11, 2)
5; cf. Mt 5, 42 par.; en un contexto distinto el da estereotipados: en los Sinópticos se asocia gía de la Cena del Señor, la recepción de Isa-
par de términos aparece únicamente en Me 6, con el mandato dado a los discípulos (Me 6, 7 y «.otorgar (autoridad)» (11, 3; semitizante:
ías 53, las ideas acerca de la expiación y la
22 y suena como a una blasfemia); pero el nú- par.; Mt 16, 19; Me 10, 37.40 par.); «él tomó H. Kraft, Offenbarung [HNT], sub loco.)
tradición de los mártires, en todo lo cual los
mero de pasajes en los que se usa 5í8tt)[w en y dio», cuando Jesús celebra una comida (-• pormenores, la procedencia (¿Jesús?, ¿la co-
relación con las peticiones de la oración no es 3); en la entrega que Jesús hace de sí mismo munidad aramea o griega?) y el sentido de los 8. SíSco^n adquiere una marcada cualifica-
muy elevado (cf. además Mt 6, 11 par.; Hech (Me 10, 45 par.; cf. Gal 1, 4; 1 Tim 2, 6: Tit 2, enunciados (expiación, acción sustitutoria en ción teológica en Juan (evangelio y cartas).
4, 29). 14); en el Apocalipsis, se asocia con las sen- favor o en lugar de los muchos / de todos) son Encontramos un uso completamente profano
tencias del vencedor; acerca de Juan -> 8. cuestiones discutidas (cf. R. Pesch, Markuse- tan sólo en algunas expresiones convenciona-
4. A Dios se le menciona directamente co- vangelium [HThK], sub loco). Esta palabra si- les (como en Jn 1, 22; 18, 22). Con más fre-
mo dador en 104 pasajes, de los que 42 se ha- 6. El Pneuma por lo general es don (dador gue viviendo en 1 Tim 2, 6 y Tit 2, 14; for- cuencia, los enunciados son ambiguos y enig-
llan en el evangelio y las cartas de Juan, y 19 únicamente en Hech 2, 4; mediador en 1 Cor mulaciones afines aparecen en Le 22, 19; Jn máticos (por ejemplo, en 4, 7ss). Dar es un
corresponden a Hechos, apareciendo la expre- 12, 8). Juntamente con X«QL5 y E^ovoía se 6, 51s. La Cena del Señor debió de fomentar aspecto de la actividad divina. Es una acción
sión unas 29 veces en el Corpus paulinum (de cuenta entre los dones más importantes para y plasmar estos enunciados -como Sitz im Le- que procede de Dios (unas 42 veces como su-
ellas 11 en las Cartas 1/2 a los Corintios) y el cristianismo primitivo. El don del Espíritu ben (o «situación vital»)- de los mismos (-> jeto) por medio de Cristo (receptor en 28 de
tan sólo 7 veces en los Sinópticos (pero no en (hecho, en la mayoría de los casos, a la comu- JCCiQaSíScDiu); el acento varía entre «sacrifi- los 42 casos; dador 26 veces) y tiene como
Marcos). Sin embargo, la acción de Dios de nidad) lo mencionan los Hechos, las Cartas car» (la vida) y «dar» (Jesús se da a sí mismo, destino a los hombres. El Padre da «todo» al
dar se enuncia indirectamente en la mayoría paulinas y la Carta primera de Juan (por lo simbólicamente en el «elemento»). Hijo (3, 35, etc.); el Hijo acerca la realidad di-
de las 73 formulaciones absolutas (SoftiV demás, sólo aparece en Jn 3, 34 y en la blas- Lucas muestra por formulaciones con vina al mundo, especialmente en lo que res-
aexai, Séóoxai, ebófti), etc.) que se hallan femia de la que se habla en Ap 13, 15). El don SiScofu una preferencia mayor de la que se pecta a la «vida» (Jn 4 y 6) y a la 6ó^a (Jn
distribuidas de manera diferente: 22 ejemplos de la %áQic, (a menudo para el que ha recibido encuentra generalmente en los Sinópticos. Tal 17; el verbo aparece frecuentemente en estos
en el Apocalipsis, 11 en Mateo, 8 en Lucas, 5 un encargo especial, por ejemplo en Rom 12,
SíScoju - 5i8Qxonm 976 977 6tÉQxo^ai -- 8iT|Yéo(j.ai 978
975

capítulos), pero también a la XQÍOIC; (5,


kündigung nachActa: NTS 19 (1972-1973) 373, 389, griega (Tucídides VI,46, 5; Jenofonte, An I, 4, 6l£TT|g, 2 die tés dos años (de edad)*
378 nota 12; E. Haenchen, Die Apg, Gottingen H977, 7; Sófocles, Ai 978; Platón, Ep VII, 329c; Jo-
22.27). El don por excelencia es el Hijo (3, 291 nota 1; M. Krenkel, Josephus und Lukas, Leipzig Mt 2, 16: «(Herodes) mandó matar a todos
16). El hombre depende totalmente del don de 1894, 107'; H. Ljungvik, Studien zur Sprache der sefo, Vita 182; cf. An VIII, 171; XIX, 62), el los niños varones... de dos años para abajo
apokryphenApostelgeschichten, Uppsala 1926, 80-84; verbo en conexión con un Kóyoc, absoluto (ano oietoüg xcd xaTcoxÉQO))».
Dios (3, 27); el mundo no tiene nada real que
F. Luciani, Camminare davanti a Dio (II); Aevum 47 puede traducirse por «difundirse».
dar (4, 7.10; 14, 27). Tan sólo los adversarios (1973) 468-476, sobre todo 470s: A. Suhl, Paulus und
de Jesús exigen que se dé a Dios (9, 24); has- seine Briefe, Gütersloh 1975, 248, 373; J. Weiss, Der Óietía, a?, i\ dietia período de dos años*
ta lo que da Moisés se halla entre dos luces (1, erste Korintherbrief, Gottingen 1910, 250, 382s; H. 2. Es notable el uso frecuente del verbo en
Windisch, Der Hebraerbrief Tübingen 1931, 37. Hech 24, 27: «trascurridos dos años»; 28,
17; 6, 32; 7, 19.22). Sí5(0|ii es una expresión los escritos de Lucas (31 veces). Según Hech 30: «se quedó... por dos años enteros (8ie-
joánica de la sola gratia. 1. El verbo compuesto (del verbo simple 10, 38, el verbo es el término técnico para de- tíav 6X/nv)».
W. Popkes EQXO(iai, «ir») aparece 42 veces en el NT (Mt signar la actividad misionera de Jesús en el
12, 43 par. Le 11, 24 [Q]; Me 4, 35 par. Le 8, país de los judíos. Se usa también referido a la
e w 22; Me 10, 25; Le 2, 15.35; 4, 30; 5, 15; 9, 6; actividad de los apóstoles (Le 9, 6) y misione- 5ltiyÉOfiai diegeomai contar, relatar*
8ieY Í6 diegeiró despertar*
17,11; 19,1.4; Hech 8,4.40; 9,32.38; 10, 38; ros (Hech 20, 25). Lucas presenta la actividad 1. Aparición del término en el NT - 2. Significados
Dícese del despertar a alguien que duerme:
11, 19.22; 12, 10; 13, 6.14; 14, 24; 15, 3.41; de Jesús como una misión principalmente ur- y combinaciones de palabras - 3. 6i,r|Yr|aig.
Le 8, 24a par. Me 4, 38 Textus Receptas. En 16, 6; 17, 23; 18, 23.27; 19, 1.21; 20, 2.25; Jn bana (Le 4, 14.31.44; 5, 12), a lo cual se ajus- Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; Liddell-Scott, s.v.
la voz pasiva significa despertarse: Mt 1, 24 4, 4.15; Rom 5, 12; 1 Cor 10, 1; 16, 5 [bis]; 2
tan también los apóstoles y misioneros en la
v.L; Me 4, 39 par. Le 8, 24c; dícese de las Cor 1, 16; Heb 4, 14). Las variantes textuales 1. El verbo 8tr|YÉo[¿cu aparece 10 veces en
situación post-pascual. El verbo pertenece a
aguas del lago que fueron agitadas por el con Siéfjxoum en Mt 19, 24 (B Koiné 6 , el NT: 2 veces en Marcos (5, 16; 9, 9), 7 en
la terminología lucana del «camino», junta-
viento: Jn 6, 18. Además se usa en sentido fi- también GNT) y Jn 8, 59 (Koiné) se han asi- Lucas (8, 39; 9, 10; Hech 8, 33; 9, 27; 12, 17;
mente con óiajtorje'úofxcu, SioSeúco, 5ia(3aí-
gurado: «mantener despierto, avivar en el re- milado secundariamente a textos ya existentes 16, 10.40; Hech 16 aunque sólo en el Texto
vco y ÓICUTEQÚCO.
cuerdo (Év í)3to[XVT)0£i)» (2 Pe 1, 13; 3, 1). -> (Mt 19, 24 = Me 10, 25; Jn 8, 59 = Le 4, 30). Occidental D, que es secundario) y 1 vez en
En Heb 4, 14, se describe un viaje celestial Hebreos (11, 32). Puesto que 8ir|Yéo|A0U en
&V8ÍQÜ) 1.
Puesto que el prefijo 8ta- expresa no sólo como parte esencial del ministerio de Cristo Hech 8, 33 aparece en una cita de la LXX de
la idea de «a través de» sino también la de en cuanto Sumo Sacerdote (cf. TestLev 2-5; ls 53, 8, el genuino número de testimonios de
ÍHeV'fl'VH.éon.ai dienthymeomai meditar, «compleción», el contexto determinará la tra- ApBar [gr] lss; 2 Cor 12, 2), el cual no es só- este verbo en el NT se reduce a 7.
reflexionar* ducción exacta en cada caso. El verbo en lo un viaje al cielo, sino también un viaje a
De los 4 testimonios que hay en los Padres
Hech 10, 19: Pedro meditaba sobre lo que unión con la preposición eco? (Le 2, 15; Hech través del cielo. - En 1 Cor 10, ls Pablo hace
apostólicos (1 Clem 16, 8; 27, 7; 35, 7; Diogn
había visto. 8, 40; 9, 38; 11, 19) puede traducirse por «ir referencia a Ex 14, 21s e interpreta tipológi-
11, 2 [aquí «relatar», «exponer didácticamen-
hasta...»; con la preposición 5iá (Me 10, 25; camente el suceso de aquel entonces como un
te o como una revelación»], los tres primeros
Le 4, 30; 11, 24 par. Mt 12, 43; 17, 11; Hech acontecimiento bautismal. - Para la cronolo- se hallan igualmente en citas de la LXX, en la
diÉ|odo£, ov, rj diexodos salida, punto
9, 23; Jn 4, 4; 1 Cor 10, 1; 2 Cor 1, 16) signi- gía de los viajes misioneros de Pablo, es im- cual el verbo se encuentra más de 60 veces.
final* fica «ir (o pasar) a través de»; con eiq (Me 4, portante que en 1 Cor 16, 5 no se piensa en un
En Mt 22, 9 las 5ié^o5oi tcov ób&v no son 35 par. Le 8, 22; Hech 18, 27; Rom 5, 12), En la literatura clásica griega, 5ir]Yé0Mm se
viaje de inspección por Macedonia (en contra halla atestiguado desde Heráclito; los papiros
las «encrucijadas de los caminos», sino los «fi- «llegar a» (cf. Josefo, Ant XIV, 414; XVI129, de lo que piensa WeiK), sino de un viaje mi-
nales de las travesías urbanas» donde éstas etc.); con xcerá (Le 9, 6), «ir de un lugar a y los escritores como Polibio, Filón y Josefo
sionero del cual Pablo quiere regresar a Co- documentan el uso de este verbo en la Koiné
desembocan en los caminos rurales. ThWNT otro»; con cuto (Hech 13, 14), «continuar el rinto. El proyecta pasar el invierno en Corin- (Preisigke, Worterbuch I, 377; IV, 585; Sup-
V, 112s. camino desde alguna parte». Si el verbo lleva to, porque hay en esta ciudad muchos problemas plement I 75; A. Mauersberger, Polybios-Le-
en acusativo un nombre de lugar o de región relativos a la comunidad, que no pueden re- xikon I, Berlin 1966, 541s; G. Mayer, Index
8iegji.ilVEDtif|S, OV, 6 dierméneutés intér- (Le 19, 1; Hech 13, 6; 15, 3.41; 16, 6; 18, 23; solverse en poco tiempo. Philoneus, Berlin 1974, 78; K. H. Rengstorf,
prete, traductor 1 Cor 16, 5; Heb 4, 14), entonces puede tra- A Complete Concordance to Josephus I, Lei-
-> éQn.rrveúco. ducirse por «caminar (o pasar) a través de». U. Busse den 1973, 498).
En Le 2, 35 debe traducirse también en senti-
do local («traspasar»; cf. Josefo, Ant VI, 189). 2. En el NT oiT|Yéofuxi tiene casi siempre
SléQ/ojiai dierchomai atravesar, alcan- Si el compuesto se halla como participio en
«HEQWTácD diewtaó enterarse preguntan- el significado de informar a alguien (tiví.) de
zar* asociación con un acusativo y con el verbo do* un acontecimiento narrándoselo: dícese de
Bibl: U. Busse, Die Wunder des Propheten Jesús, simple ee5C°M-ca> entonces hay que traducir En Hech 10, 17 dícese de los emisarios de los milagros de Jesús (Me 5, 16; Le 8, 39), de
Stuttgart 1977, 113 nota 1, 199, 319, 353s nota 2; H. por «llegar a...» (Hech 12, 10; 14, 24; 19, Cornelio que preguntaron por la casa de Si- su Trasfiguración (Me 9, 9), de los hechos
Conzelmann, Der erste Korintherbrief, Gottingen món.
1969, 355; G. Delling, Die Jesusgeschichte in der Ver-
1.21; 20, 2). - Con arreglo al uso de la lengua (milagrosos [Le 9, 6!]) de los discípulos (Le
979 SiriyéoLiai - S i x a i o x o i a í a 980 981 óixaioxQioía - óíxaiog 982

9, 10), de los milagros de liberación (Hech cas hace de OITÍYTIOUS se escuche una referen- v.l., y también Sib III, 704 (Dios es Sixcuo- mente xoímg (Jn 5, 30; 7, 24; 2 Tes 1, 5; en
12, 17; 16, 40 D), de la conversión de Pablo cia a éxSi/nYTJTCXi de Hab 1, 5 (H. Schürmann, XQÍTT15). T h W N T II, 228s. plural en Ap 16, 7; 19, 2), y en casos aislados
(Hech 9, 27) y de la visión que éste tuvo en Evangelienschrift und kirchliche Unterwei- aÍLia (Mt 23, 35; 27, 4 v.l.), évxoX/rj (Rom 7,
sueños (Hech 16, 10 D). El tema del relato sung, en: Das Lukasevangelium, Darmstadt 12), 8QYa (1 Jn 3, 12), óooí (Ap 15, 3) y
§íxaiO£, 3 dikaios justo, (el) justo
aparece, al igual que en el resto de la literatu- 1974, por el empleo semántico que tiene iJwX'ñ ( 2 P e 2> 8 )-
óixaícog dikaios (adv.) justamente, con jus-
ra griega, como objeto en acusativo (Hech 16, 8ir|Yr|aig como término técnico de la historio- Cuando se refiere a hombres, óíxaiog sig-
grafía helenística. ticia*
10 D) o como una oración de relativo o una in- nifica justo, sobre todo en el sentido de
terrogativa indirecta introducidas por á, boa o E. Plümacher 1. Aparición de los términos en el NT - 2. Conteni-
saddiq, es decir, de una persona que, en cuan-
Jtcóg. No siempre se menciona la persona a dos semánticos y campo referencial - a) SLXCUOC, refe-
rido al hombre - b) referido a Dios - c) en relación con to al derecho y las costumbres, responde a las
quien se hace el relato (Le 8, 39; Hech 16, 40 8ní|YiiaiS, £Wg, r\ diégégesis narración, Jesús. exigencias de sus congéneres y a los manda-
D). Es sorprendente que aquí los sucesos que relato mientos divinos, y que actúa según estos cri-
se distinguen por su carácter milagroso sean Bibl: H. Dechent, Der «Gerechte» - eine Bezeich-
-> Siiryéoum 3. nungfür den Messias: ThStKr 100 (1927-1928) 439- terios (cf. Bauer, Worterbuch, s.v. 1). De Dios
los únicos temas de relato. En contraste con 443; D. Hill, AIKAIOI as a Quasi-Technical Term: se dice que es óíxcuog, refiriéndose sobre to-
esto, 5ir|YÉonai significa en Heb 11, 32: na- 6lV|Vexr|5, 2 dienekes ininterrumpido* NTS 11 (1964-1965) 296-302; Id., Greek Words and do a su actividad como juez. El neutro
rrar acerca de alguien (JTEQÍ Tivog), aquí Heb 7, 3; 10, 1.12.14, en la expresión: eig Hebrew Meanings, Cambridge 1967, 82-162; K.
Koch, sdq. Ser fiel a la comunidad / ser saludable:
Síxouov designa lo que es debido o debe rea-
acerca de los héroes y profetas del AT. La ac- TÓ Sinvexéc;, para siempre. DTMAT II, 639-668; R. Mach, Der Zaddik im Talmud lizarse según las exigencias del derecho. Se
ción de narrar tiene aquí como objeto -en for-
und Midrasch, Leiden 1957; F. V. Reiterer, Gerechtig- usa principalmente para referirse a lo que
ma de una serie paradigmática de figuras im- diüákaoaog, 2 dithalassos banco de are- keit ais Heil. sdq bei Deuterojesaja, Graz 1976; L.
portantes para la historia de la fe- el ámbito Dios exige, a lo que es óíxcuov jtaoá •dea) (2
na (?)* Ruppert, Der leidende Gerechte (FzB 5), Würzburg
histórico, un ámbito que se halla también aso- 1972, s.v. en el índice analítico; Id., Jesús ais der lei-
Tes 1, 6) ó évrómov xov deoC (Hech 4, 19);
En Hech 27, 41 TÓJtog biftáXaoooc, es se- dende Gerechte? (SBS 59), Stuttgart 1972; G. Sch- otros lugares donde aparece el neutro (TÓ)
ciado frecuentemente con el verbo Sir|Yéouxxi
guramente un banco de arena que se extendía renk, óíxcuog, en ThWNT II, 184-193; G. Strecker, Síxouov son: Mt 20, 4; 20, 7 v.l.; Le 12, 57;
fuera de los escritos del NT (por ejemplo, en
delante de la costa; A. Breusing, Die Nautik Der Weg der Gerechtigkeit. Untersuchungen zur Theo- Ef6, l;Flp 1,7; Col 4, l ; 2 P e 1, 13.
Polibio y Josefo). logie des Matthdus (FRLANT 82), Góttingen 21966,
der Alten, Bremen 1886, 202.
s.v. en el índice analítico;; J. A. Ziesler, The Meaning
a) oíxcuoc; se predica principalmente de
3. La historia como tema de la narración of Righteousness in Paul (SNTS Mon 20), Cambridge
hombres. Encontramos frecuentemente el plu-
Sitxvéo^ai diikneomai penetrar* 1972, sobre todo 22-36, 79-85, 136-141. Cf. más bi-
aparece, desde luego, en el horizonte del pro- En Heb 4, 12 dícese de los efectos de la pa- bliografía en ÓDcaioaii'vri, óixcuóoo. ral (oí) Síxouoi: Me 2, 17 (concepto contra-
emio de Lucas, cuando en él se emplea el sus- puesto a áfiaQTüAoí) par. Mt 9, 13 / Le 5, 32;
labra de Dios: «penetra hasta la división del
tantivo óiiÍYnaiS* (1,1; hapax legomenon en 1. El adjetivo óíxaioc; aparece 79 veces en Mt 5, 45 (concepto contrapuesto a áSixoi);
alma y del espíritu...»; O. Michel, Hebraer-
el NT, pero que aparece 12 veces en la LXX). el NT, de las que 17 corresponden a Mateo, 11 13, 17 (junto a jtQocpííTcu); 13, 43 (dícese de
Lucas anuncia en él que su intención es ofre- ¿>n'e/(KEK), sub loco.
a Lucas (+ 6 en Hechos) y 10 a las cartas pau- los que subsistirán en el juicio final); 13, 49
cer una exposición histórica «de los sucesos linas auténticas (7 veces en Romanos, 1 en (concepto contrapuesto a Jtovnooí); 23, 29
que han acaecido (o: se han cumplido) entre ólíaTilfli diistemi apartarse*
Le 24, 51: Jesús se apartó de los discípulos. Gálatas, 2 en Filipenses). Hay que señalar un (junto a JTQOcpíÍTai); 25, 37.46 (de los «jus-
nosotros» (jteol tcov JtejtlT]QocpoQTmévcDV uso bastante frecuente en 1 Juan (6 veces), tos» en el juicio universal); Le 1, 17 (concep-
év rjuív 7íQay\yáxtíiv), como las exposiciones En 22, 59 dícese del tiempo: «y pasada como
una hora». En Hech 27, 28 encontramos en Apocalipsis (5) y 2 Pedro (4). El adverbio to contrapuesto a ájtei'rMg); 14, 14 («en la re-
que habían ofrecido ya sus predecesores. aparece en total 5 veces: Le 23, 41; 1 Cor 15, surrección de los justos»); 15,7 (noventa y
Evidentemente, este anuncio que se hace en sentido transitivo la expresión (3Qa%,ü oia'
otr|oavx85, después de alejarse un poco más. 34; 1 Tes 2, 10; Tit 2, 12; 1 Pe 2, 23. nueve justos por contraste con un solo «peca-
Le 1, 1-4 está plasmado según el marco con- dor»); Hech 24, 15 («resurrección de los
ceptual de la historiografía helenística; Dioni-
biiaf\3QÍ%o\l(t.i diischyrizomai afirmar 2. El adjetivo oíxouoc; se usa ampliamente 5íxouoi y de los o¿5ixoi); Heb 12, 23 (los es-
sio de Halicarnaso, por ejemplo, emplea las
rotundamente* en la LXX para traducir el hebreo saddiq píritus «de los justos hechos perfectos»); 1 Pe
mismas palabras, cuando en el proemio de su
En Le 22, 59 (a diferencia de Marcos) díce- («justo»; cf., a propósito, Hill, Greek Words, 3, 12 (cita del Sal 33, 16 LXX: los ojos del
Historia de Roma promete aclarar por su par-
te «sobre qué acontecimientos va a componer se de la afirmación insistente acerca de Pedro. 104-110; Ziesler, 64-67), que con excepción Señor están atentos «a los justos»), oíxouoi
él un relato histórico» (I 7, 4 Jteoi TÍVCÜV En Hech 12, 15, la muchacha insiste en que de Dt 4, 8 (donde se habla de la ley de Dios: designa a los piadosos en el sentido del AT y
Jtoi.oi3u.ai jtrjaYuáTcov xr\v 5ir|YTiai/v; cf. Pedro está a la puerta. 8ixai(Du.aTa xai xoí,u.axa) siempre se refiere del judaismo, principalmente a los piadosos
también Polibio III 4, 1; Diodoro Sículo XI a personas, sean seres humanos o Dios. En el de los tiempos antiguos (Mt 13, 17; 23, 29,
20, 21; 2 Mac 2, 24, 32; Josefo, Bell VII, 42; ÍHxaiOXQlíTÍa, a$, rj dikaiokrisia juicio NT lo que se describe por medio del adjetivo junto a «profetas»). Nos permitimos poner en
Ant XX, 157; W. C. van Unnik, Once more St. calificativo son también principalmente los duda que Mateo use a veces el plural «con es-
justo*
Luke's Prologue: Neotestamentica 7 [1973] 7- seres humanos o Dios. Entre las cosas a las pecial referencia a aquellas personas de la co-
En Rom 2, 5 dícese del día «de la revela-
26). Es poco probable que en el uso que Lu- que se aplica este adjetivo se halla principal- munidad que testifican, instruyen y enseñan»
ción del juicio justo de Dios»; cf. 2 Tes 1, 5
983 SÍX0UO5 984 985 óixocio0tivr| 986

bien como la indicación de una finalidad, el 194-214 (bibliografía); G. Strecker, Der Weg der Ge-
(Hill, AIKAIOI, 302). Cuando Mateo aplica 6ixaioai)vií|, t|g, r| dikaiosyne justicia* rechtigkeit: Untersuchung zur Theologie des Matthaus
el adjetivo a cristianos (10, 4 1 ; 13, 49), lo ha- pasaje afirma que Dios se muestra como el (FRLANT 82), Gottingen '1971; P. Stuhlmacher, Zur
1. Aparición del término en el NT - 2. Significado
ce en relación íntima con su «concepto teoló- Justo por excelencia en el sacrificio expiato- fundamental - 3. En Pablo - 4. 8waioai3vr| fteofi en neueren Exegese von Rom. 3, 24-26, en FS Kümmel,
gico orientador» -> 8txaioo"úvr| (5). rio de la muerte de Jesús. 1 Jn 1, 9 llama a Pablo - 5. En Mateo - 6. En los demás escritos del NT. 315-333; Id., Gerechtigkeit Gottes bei Paulus
Dios«fiel y justo, de tal manera que nos per- (FRLANT 87), Gottingen 1965; U. Wückens, Carta a
El adjetivo se atribuye a las siguientes per- Bibl.: K. Berger, Neues Material zur «Gerechtigkeit los Romanos I, Salamanca 1989, 225-286; D. Zeller,
sonas concretas (a Jesús -> c): José (Mt, 1,19; dona los pecados». Gottes»: ZNW 68 (1977) 266-275; R. Bultmann, luden und Heiden in der Mission des Paulus. Studien
óíxcuog «)v tiene quizás sentido concesivo: ó i x a i o a w n fteoü: JBL 83 (1964) 12-16; A. Des- zum Rom (FzB 1), Stuttgart 1973, 163-188; J. A. Zies-
c) En el NT, a Jesús se le llama 5íxaiog, camps, Les Justes et la Justice dans les évangiles et le ler, The Meaning of Righteousness in Paul. A Linguistic
«aunque era justo», -> 'Io)OT|cp 4), Abel (23,
refiriéndose sobre todo a su Pasión. Esta ma- christianisme primitif hormis la doctrine proprement and Theological Enquiry (SNTS Mon 20), Cambridge
35 y Heb 11, 4), Juan el Bautista (Me 6, 20; paulinienne, Louvain 1950; A. Dihle, Gerechtigkeit, 1972; H. Zimmermann, Jesús Christus, hingestellt ais
nera de hablar no la emplean sólo enunciados
ávf|Q Síxociog x a l cryíog), Zacarías e Isabel en RAC X, 233-360; M. J. Fiedler, ówcaioaíivr] in der Sühne - zum Erweis der Gerechtigkeit Gottes (Rom 3,
(redaccionales) tardíos como Mt 27, 19 (27, diaspora-jüd. und intertestamentarischen Literatur: 24-26), en FSf. J. Kard. Hbffner, Koln 1971, 71-81.
(Le 1, 6), Simeón (2, 25), José de Arimatea
24 v.l.); Le 23, 47, que caracterizan más bien JSJ 1 (1970) 120-143; E. Gráfier, Rechtfertigung im
(23, 50; ótvf)Q áycifróg x a i Síxaiog, -> Hebr., en FS Küsemann, 79-93; W. Grundmann, Zur
a Jesús, en sentido moral, como el que ha si- 1. El sustantivo SuaioCTOvn aparece en el
'Icooriqp 6), Cornelio (Hech 10, 22; ávT|rj gegenwartigen Diskussion um das Verstündnis der
do condenado injustamente, sino que la en- «Gerechtigkeit Gottes» im ntl. Verstündnis: ThJb (L) NT 91 veces, y de ellas 57 veces en los escri-
8íxcuog x a l cpo|3oiJu.evos t ó v -ÍTEÓV), Lot (2
contramos también en fórmulas que aparecen 13 (1970) 99-117; Id., Der Lehrer der Gerechtigkeit tos paulinos, de las cuales 33 se encuentran en
Pe 2, 7). Como un requisito que el episkopos
en el libro de Hechos y que han sido determi- von Qumran ud die Frage nach der Glaubensgerech- la Carta a los romanos. 8txaiorrúvr) es una de
debe satisfacer, se halla el adjetivo díxaioq tigkeit in der Theologie des Apostéis Paulus: RQum 2
nadas por una terminología cristológica más las «palabras preferidas» en las cartas pauli-
junto a ooiog en Tit 1, 8. (1960) 237-259; E. Güttgemans, «Gottesgerechtig-
antigua: 3, 14: («el Santo y Justo»); 7, 52 («la keit» und strukturale Semantik. Linguistische Analyse nas, El término representa en ellas un concep-
La cita de Hab 2, 4 LXX ó (8é) Síxaiog ex
venida del Justo» había sido vaticinada); 22, zu 5ixaioaiivr| deofi, en Id., Studia lingüistica neo- to guía de primer rango, de tal manera que ha-
jtíoTsróg (u.01)) £T|0"£TCU aparece tres veces testamentica, München 1971, 59-98; G. Herold, Zorn
14 (Pablo debía «ver al Justo»). brá que examinar si el lenguaje paulino ha
en el NT: cf., a propósito, H. C. C. Cavallin: und Gerechtigkeit Gottes bei Paulus. Eine Untersu-
chung zu Rom 1, 16-18 (EHS 23, 14), Bern-Frankfurt influido también, y hasta qué punto lo ha he-
StTh 32 (1978) 33-43. Pablo la utiliza en
Había una tradición judía que designaba al Me- a. M. 1973; H. Hübner, Existentiale Interpretation der cho, en la aparición del término en los escritos
Rom 1, 17 y Gal 3, 11 en relación con la teo-
sías esperado como el «Justo», y que aparece tan- paulinischen «Gerechtigkeit Gottes». Zur Kontroverse posteriores del NT (-> esp. 6). Es digno de te-
logía de la justificación, ->• óixcaoaúvT] 3.4. R. Bultmann-E. Küsemann: NTS 21 (1974-1975) 462-
to en la apocalíptica (Hen [et] 38, 2; 53, 6) como nerse en cuenta el hecho de que el término,
El justo es aquí «el que ha sido justificado por en los escritos rabínicos (cf. Billerbeck II, 289s; 488; E. Kasemann, Gottesgerechtigkeit nach Paulus:
ZThK 58 (1961) 367-378; Id., Para comprender Rom además de aparecer en Pablo, e independiente-
la fe, a quien Pablo en otras partes llama Dechent; Mach); cf. SalSl 17, 32. Ahora bien, de- 3, 24-26, en Estudios exegéticos, Salamanca 1978, 15- mente de él, aparezca también en Mateo; 7 ve-
8txcmjcrírEÍg» (Schrenk, 193; cf. Rom 3, 26; 5, bemos comparar con ella también la extensa tra- 20; K. Kertelge, «Rechtfertigung» bei Paulus. Studien ces, además de las 17 que encontramos el ad-
1.19). En Heb 10, 38 la cita se halla en un dición con el motivo del «Justo sufriente», que zur Struktur und zum Bedeutungsgehalt des pin Recht-
aparece en una forma plasmada apocalípticamen- fertigungsbegriffs (NTA NF 3), Münster i. W. 21971
jetivo Síxaiog. Es también importante el uso
contexto que exhorta a permanecer en la fe
te en Sab 2, 12*-20 y 5, 1-7 (Ruppert, Der lei- (bibliografía); G. Klein, Gottes Gerechtigkeit ais The- del término en las Pastorales (5 veces), en San-
(10, 32-39) y que establece un contraste entre
dende Gerechte, 70-105; Jesús, 23s). Es probable ma der neuesten Paulus-Forschung: VF 12 (1967) tiago (3 veces junto a otras 3 veces Sixaioüv y
la fe y la «retirada cobarde» (imootoXT), vv. cuaderno 2, p. 1-11; K. Koch, Die drei Gerechtigkei-
que el cristianismo primitivo, enlazando con esta 2 óíxouog) y en la Carta primera de Juan (3
38s). tradición, plasmara ya el título cristológico de ó ten. Die Umformung einer hebraischen Idee in ara-
maischem Denken nach dem Jesajatargum, en FS Kü- veces junto a las 6 que aparece el adjetivo).
5ixaiog.
b) Que Dios es justo, no sólo lo afirman semann, 245-267; O. Kuss, Der Rómerbrief Erste
frecuentemente el AT y el judaismo, sino tam- Lieferung, Regensburg 1957, 115-121; B. Lindars, 2. El significado de 8ixaiocnjvr) corres-
Lucas recogió la designación (judía o) cris- 8ixaiootivTi in Jn 16, 8 and 10, en FS Rigaux, 275-
bién textos paganos (cf. Bauer, Worterbuch, 285; E. Lohse, Die Gerechtigkeit Gottes in der pin ponde al uso que se hace de este término en la
s.v. 2). En el NT encontramos relativamente tiano-primitiva de «el Justo» y designó con Theologie, en Id., Einheit des NT, Gottingen 1973, lengua griega. En el NT justicia adquiere su
pocas veces enunciados de esta clase; faltan, ella a Jesús como el Mesías (Ruppert, Jesús, 209-227; C. Miiller, Gottes Gerechtigkeit und Gottes sentido concreto dentro de diversos contex-
por ejemplo, en los Evangelios sinópticos. Ais). 1 Jn 2, 29 y 3, 7 enuncian la exigencia Volk. Eine Untersuchung zu Rómer 9-11 (FRLANT
tos. El sentido vétero-testamentario y judío de
de hacer la «justicia» y la deducen de la rela- 86), Gottingen 1964; M. Ossege, Einige Aspekte zur
Con respecto a su actividad de juzgar, Dios es Gliederung des ntl. Wortschatzes (am Beispiel von di- «don de la salvación» (Cremer-Kogel, 311)
justo; él, como juez, es 8íxoaog y oouog (Ap ción con Jesús el justo. En 1 Jn 2, 1 se descri- kaiosyne bei Mt): LingBib 34 (1975) 37-101; A. Pluta, compite con el sentido griego de «justicia, le-
16, 5; cf. Sal 144, 17; Dt 32, 4 LXX). Según be a Jesús el justo como JTarjáx}a]Tog. 1 Pe 3, Gottes Bundestreue. Ein Schlüsselbegriff in Rom 3, galidad, rectitud..., recta condición, especial-
8 utiliza la idea de la representación vicaria 25a (SBS 34), Stuttgart 1964; E. Plutta-Messer-
1 Pe 2, 23, Cristo deja la retribución en manos schmidt, Gerechtigkeit Gottes bei Paulus (HUTh 14), mente igualdad» (Passow I, 688), justicia en
de T(p XQLVOVTI oixoácog. También la invoca- para decirnos que Jesús murió como oíxouog el sentido de iustitia distributiva, Sixaiocnjvr|
Tübingen 1973; Schelkle, Teología III, 145-169; H.
ción que Jesús pronuncia en su oración, VTLZQ áóixcov. En la misma línea que los Schlier, Grundziige einer pin Theologie, Freiburg i. como una áQstr|, En varios pasajes, ambos
jtátEp oíxaie (Jn 17, 25), va dirigida al Dios enunciados acerca del Juez divino (-+ b) se Br. 1978, 48-54; H. H. Schmid, Gerechtigkeit ais Welt- ramales influyen en la historia del significado
halla 2 Tim 4, 8: el Kyrios (Jesús, cf. el v. 1) ordnung. Hintergrund und Geschichte des alttesta-
que retribuye con justicia. Sea que la frase eíg mentlichen Gerechtigkeitsbegriffes (BHTh 40), Tübin- de SixaiQcrúvri en el NT.
TÓ EÍVCU aíiTÓv ó í x a i o v , en Rom 3, 26, se es el «Juez justo». gen 1968; G. Schrenk, 5ixaiooi)VT), en ThWNT II, Ahora bien, en la mayoría de los pasajes del
entienda como una explicación de ev8ei¡;ig, o G. Schneider NT, el significado del término se halla deter-
987 8ixcuocrúvT| 988 989 6ixaioaíivr| 990

minado por la historia del concepto en el AT y to obrar de los hombres encuentra su «norma» terotestamentaria y judía, él ve en la justicia Pablo se esfuerza ahora por demostrar, es-
en el judaismo. Varias veces se hace referen- en la conducta justa de Dios. no sólo un atributo moral de Dios y/o del pecialmente ante los judíos, que la relación
cia explícita al uso del término en el AT grie- Así, pues, 8ixouocnjvr|, en la combinación hombre, sino que, con referencia al hombre, íntima que existe entre la fe y la justicia es
go, por ejemplo, a Gen 15, 6 en Rom 4, 3-22: 8ixcuocrúvr| •deov, se convierte especialmen- es un elemento esencial que hace que el hom- conforme a la Escritura, y trata de garantizar
Gal 3, 6, y Sant 2, 23; al Sal 111, 9 en 2 Cor te en Pablo (->• 4) en la expresión de la unidad bre sea enteramente lo que debe ser en rela- así el carácter de la 5ixcuoo"úvr| como gracia.
9, 9; al Sal 44, 8 LXX en Heb 1, 9. Además, existente entre la acción escatológica de Dios ción con Dios y con los hombres. Tal «recti- Según Gen 15, 6, la fe de Abrahán, «nuestro
el uso de 8ixaio0Í>vr| muestra conexiones de juzgar y de salvar. De otra manera se con- tud» es capaz Pablo de afirmarla ahora -en antepasado según la carne» (Rom 4, 1), «le
textuales con el AT en Hech 17, 31 (cf. Sal 9, cibe la conducta de la justicia divina en 2 Pe virtud del conocimiento que le ha sido conce- fue contada como justicia» (Gal 3, 6; Rom 4,
9; 95, 13; 97, 9 LXX); en 2 Cor 9, 9 (cf. Os 1, 1: La «justicia de nuestro Dios y Salvador dido (Gal 2, 16)- de aquel que que vive su vi- 3.5.6.9.22). De todo esto hay que deducir: por
10, 12); en Ef 6, 14 (cf. Is 59, 17; 11, 5) y en Jesucristo», que representa el fundamento pa- da «en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y la fe, no por las obras de la ley, consiguió
Ap 19, 11 (cf. Sal 95, 13 LXX). ra la «fe igualmente preciosa» de los judeo- se entregó por mí» (2, 20). La justicia, que de- Abrahán la justicia. De esta manera Abrahán
El trasfondo del lenguaje vétero-testamen- cristianos y de los cristianos gentiles, debe termina e impregna la vida del cristiano, no se se convierte en ejemplo destacado de la justi-
tario y judío se reconoce también o se vislum- entenderse aquí manifiestamente como un espera ni se produce por la ley y por el cum- cia por la fe, y la fe de Abrahán llega a ser el
bra en muchos otros pasajes, como ocurre es- atributo de Dios, por el cual él «distribuye a plimiento de sus preceptos, como se piensa en tipo del camino cristiano de la salvación.
pecialmente en Mt 5, 20 (cf. Sal 118, 19s; Is todos lo mismo» (K. H. Schelkle, Die Petrus- el judaismo descrito por Pablo, sino que es un Corresponde a la proclamación que Pablo
26, 2); Le 1, 75 y Ef 4, 24 (cf. Sab 9, 3; Dt 32, briefe [HThK], 185). Este significado, que don debido a la entrega de amor que Jesús hi- hace de la salvación el hecho de que con el
4; Sal 144, 17 LXX); Rom 1, 17 (cf. Sal 98, 2; corresponde a la idea griega de la virtud, debe zo en su muerte (Gal 2, 21). concepto de 8ixaiooúvT) se muestre también
Is 56, 1) y Flp 1, 11 (cf. Amó, 12). De todo distinguirse exactamente del significado fun- Con esto se ve ya claramente que el concep- la dimensión escatológica de la salvación.
ello se deduce que, para averiguar el signifi- damental que se deriva de la historia vétero- to de justicia en Pablo tiene que ver más con la Por de pronto, la fundamentación de la 8i-
cado fundamental de bixmoovvr] en el NT, testamentaria y judía del concepto. soteriología que con la ética. Como concepto xcuoo"úvr| concedida gratuitamente al hom-
hay que tener en cuenta más que nada el sig- El concepto neotestamentario de 8txcuo- soteriológico clave del don de la salvación bre, que se basa en la acción de Dios, y la co-
nificado fundamental que el término tiene co- ovvi) adquiere cierta dilucidación en varios ofrecida en Cristo, se halla en firme correla- municación de la misma por medio de la fe,
mo concepto de relación, y que se halla plas- pasajes por su yuxtaposición con conceptos ción con el concepto de la fe -por un lado- y nos permiten conocer la básica determinación
mado en el AT y en el judaismo, frente al opuestos y con conceptos paralelos. Los pri- con el concepto de la ley -por el otro lado-. A escatológica del concepto que Pablo tiene de
significado griego de justicia como noción meros son (áoéfieía y) á8ixía (Rom 1, 17s; la justicia exigida por la ley y fundada en el la justicia. Además, Pablo acentúa en Gal 5, 5
doctrinal sobre las virtudes. 3, 5; 6, 13, cf. 4, 5; 5, 6s; Ap 22, 11), áuao- cumplimiento de la ley, a la 8ixaiooi)VTi év el carácter escatológico permanente de la 8i-
Según la comprensión vétero-testamentaria tía (y Mvatoq) (Rom 6, 16.18.20), (áxa- vóuxp (Flp 3, 6) ó EX vóitoi) (3, 9; Rom 10, 5) xouocrúv'n: los creyentes esperan por medio
y judía, «justicia» (en hebreo, sedeq / sedaqa) •frapaía y) ávoLÚa (Rom 6, 19; 2 Cor 6, 14; ó a la Í8ía Sixaioo"úvr| (Rom 10, 3; cf. Flp 3, del Espíritu (santo) el don salvífico de la 8i-
designa la «recta» conducta de Dios y de los Heb 1, 9 = Sal 44, 8 LXX). Como conceptos 9), Pablo contrapone la justicia de la fe, la xcuoo"Tjvr|. En esta perspectiva de expecta-
hombres, no con respecto a una norma ideal de paralelos de 8ixaioo"úvr| encontramos (3aov 8ixaioo"úvr| exráaxeooc;(Rom 10, 6) ó, según ción creyente, la justicia es y sigue siendo, in-
rectitud, sino con respecto a las relaciones Xzia (xov •Qeov) (Mt 6, 33), óaiÓTnc; (Le 1,75; la expresión que encontramos en Flp 3, 9 y cluso la justicia comunicada ya en la fe, un
existenciales concretas que existen entre dos Ef 4, 24), kyKQáxeia (Hech 24, 25), 8ÍQT|VT] que tiene el mismo significado, la «justicia objeto de esperanza.
socios. En este sentido, la justicia es la caracte- y %agá (Rom 14, 7), aoepía y ayi.aau.og que procede de Dios», TT)V éx íteofi Sixaio- La justicia concedida gratuitamente al cre-
rística de Dios en su conducta hacia su pueblo (1 Cor 1, 30), áYaíl'ooo'úvT] y áX.ri'freía (Ef crúvnv. La «justicia por la fe» quiere decir: yente exige del mismo un total servicio a la
(cf. Rom 3, 5) de conformidad con su pacto. 5, 9), eíiaépeía, Jiíaiiq, áyájiri, •ÚJTOU.OVT|, Dios crea justicia, no por el viejo camino de la justicia: Rom 6, 12-23. El don de la 8ixaio-
Por otro lado, Dios exige la realización de la jioaimá&eía (1 Tim 6, 11, cf. 2 Tim 2, 22). ley, sino a partir de las nuevas posibilidades de ovvr\ (5, 17) determina en el creyente un
justicia que permita a los hombres subsistir an- En la visión de conjunto se confirma la hipó- la fe, la cual, en vista del acontecimiento que «cambio de servicio»; le traslada a una nueva
te él (Sant 1, 20). En este último sentido, el tesis de una doble dimensión del uso neotes- se ha cumplido en el presente, debe definirse relación de obediencia hacia Dios (6, 13.22) o
concepto está caracterizado en mayor grado tamentario del término Sixaio-aúvT): como como fe en Jesucristo. La ley no puede repre- hacia el don concedido gratuitamente por
que en el AT por el componente de rectitud concepto clave en teología y soteriología y sentar el poder vivificador de Dios (cf. Gal 3, Dios (6, 18). En una comparación llena de
moral que domina en el uso griego del término como expresión de la conducta moralmente 21). Antes al contrario: por el poder victorioso" plasticidad, Pablo caracteriza el servicio que
(Hech 10, 35; 13, 10; 24, 25; 1 Tim 6, 11; 2 recta del hombre. de la fe, de la fe determinada por Cristo, la ley los justificados prestan a la justicia como un
Tim 2, 22; 3, 16; 4, 8; 2 Pe 2, 5). Desde luego, ha llegado a su fin, de tal manera que precisa- compromiso y entrega total a la lucha. Por ser
para todo el uso que se hace del término en el 3. Para Pablo el concepto de 8ixaioo"úvr| mente el final de la ley, que se ha producido los que han muerto al pecado y viven ahora
NT, la idea fundamental es que la «justicia», en se halla en relación íntima con el aconteci- con la obra salvífica de Cristo, hace que la jus- para Dios, los justificados deben emplear a
el sentido original, le corresponde a Dios como miento central de la salvación, que tiene su ticia comunicada por medio de la fe aparezca fondo sus miembros como «armas de la justi-
Juez que es y Salvador de los suyos (ideas que lugar histórico en la muerte y la resurrección como realidad salvífica universal para judíos y cia» (6, 13; cf. 2 Cor 6, 7). El genitivo 8ixcuo-
se hallan en permanente tensión), y que el rec- de Jesús. En conformidad con la tradición ve- para gentiles: Rom 10, 4. cnjvng no es aquí seguramente un simple ge-
991 5ixaioa,úvT) 992 993 ÓIXOHOOIJVT) 994

nitivo de cualidad, sino que designa sobre to- 4. En Pablo, el concepto de Sixaiocrúvri en en el pacto, el espacio vital concedido graciosa- iniciativa de la acción de Dios. Pablo hace
do el fin y la orientación con que hay que em- la combinación 8ixaiocrúvr| f)eoíJ se convier- mente por Dios, su intervención salvadora. La au- que la cuestión acerca de Dios preceda a la
plear a fondo las armas en la lucha: hay que tocomunicación de Yahvé en su «justicia» exige cuestión acerca de la salvación del hombre; al
te en una expresión que sintetiza su predica- la justicia de Israel ante Yahvé, una conducta rec-
ponerlas al servicio y en pro del poder de la ción, en una especie de «fórmula kerigmática presupuesto y fundamento teológico-cristoló-
ta que sea agradable a Dios, una conducta que ex-
justicia, para que impere su dominio frente al abreviada». En el evangelio que él proclama cluya toda «impiedad» (Sal 1; 15; 24; 112). gico se le da precedencia sobre el aspecto an-
pecado. Hay que tener en cuenta que la justi- por la vocación recibida de Dios, se revela la El judaismo posterior al AT conserva la mane- tropológico-soteriológico del acontecimiento
cia concedida gratuitamente bajo las exigen- justicia de Dios (Rom 1, 17; 3, 21 s). Eviden- ra de hablar del AT, en parte concordando literal- de la justificación. El uso del concepto Si-
cias éticas dirigidas al creyente en Rom 6, no temente, este concepto era ya bien conocido mente con él, como ocurre por ejemplo en Qum- xaioo"úvr| -freoí) presupone, pues, la pregun-
se trasmite evidentemente junto con una justi- rán, donde la «justicia de Dios» (en singular y en ta: ¿Quién es Dios? El Dios a quien Pablo
en el judeocristianismo, antes de Pablo, como plural) designa el poder salvífico de Dios, que él
cia realizada por el hombre. El significado expresión del acontecimiento salvífico, según proclama, es el Dios que en constante fideli-
manifiesta en sus «demostraciones de salvación»
escatológico-soteriológico de la Sixaio- sugieren los análisis de crítica textual que se dad a sí mismo y a su pueblo, se ha revelado
en favor de sus «elegidos», borrando los pecados
crúvr] persiste aun allá donde la óixaio0iJVT| y estableciendo su «pacto» (1QS 1, 21; 10, 23.25; en Jesucristo. Su justicia se ha hecho mani-
han hecho de los textos de 2 Cor 5, 21 y Rom
se asocia con el imperativo ético. Inversa- 11, 3.5.12.14; 1QH 7, 19 y passim). En círculos fiesta «por medio de la fe en Jesucristo» (Rom
3, 25 s. Es fundamental para la comprensión
mente, persiste también la expectación de que orientados apocalípticamente, la justicia de Dios 3, 21s). Por tanto, 5txaiocrúvr| fleoü debe en-
del concepto el uso que de él se hace en el AT
los cristianos produzcan «fruto» que consiste se convierte en la expresión del juicio escatológi- tenderse como genitivo subjetivo y no como
y en el judaismo. Fue un concepto comunica- co de Dios con el doble efecto de la salvación y
en Injusticia (Flp 1, 11: x a o i t ó v 5ixcuo- genitivo objetivo o como genitivo de origen
do y fomentado por la predicación cristiana justificación de los que le son fieles y la conde-
crúvr|g; cf. Rom 14, 17; Ef 5, 9), un fruto que, (según piensan Bultmann y otros) refiriéndo-
más antigua, y que Pablo recoge, pero dando nación y retribución punitiva de los «injustos».
por cierto, ha llegado a ser posible «por me- se a Flp 3, 9. La «justicia de Dios» no signifi-
al mismo tiempo a la expresión &ixaioo,ú'vr| Pablo, por su parte, pudo enlazar con la interpre-
dio de Jesucristo». tación escatológico-soteriológica del judaismo. ca la justicia que el hombre recibe de Dios co-
deotj su propia impronta teológica y su peso
Entre las diversas combinaciones con ói- Pero no lo hizo sin convertir en objeto de sus ata- mo suya y que, por tanto, es válida ante Dios,
específico. ques las estrecheces de la comprensión judía de la sino que es el derecho de Dios sobre el hom-
xa\,oovvr\ que encontramos en Pablo, la ex-
justicia de Dios, a la que tilda de «justicia propia» bre, el derecho que Dios demuestra en su ac-
presión 5ixaio0iJVTi •freoO tiene un rango teo- En los escritos del AT la «justicia de Yahvé» es del hombre, y convirtiendo esos ataques en punto
lógico especial. Junto a ella podemos men- ción sobre el hombre, declarándole justo.
el comportamiento de Yahvé que se atiene al pac- de partida para su propia interpretación de la jus-
cionar la expresión oixcuooúvr] Tfjg motecüg to. En el «pacto», Israel experimenta la justicia ticia de Dios. (Sobre el desarrollo y los diferentes La sección de Rom 3, 21-26, que es espe-
(Rom 4, 11.13) -la «justicia determinada por de Yahvé como condición de su propia existencia, niveles que existían en la comprensión judía del cialmente representativa para el mensaje pau-
la fe», y que, por tanto, no es enteramente si- como la iniciativa de Yahvé consistente en entre- concepto, cf. Stuhlmacher, Rechtfertigung, 24-
garse a su pueblo, una entrega que Dios confirma lino de la justificación, indica claramente la
nónima de 6ixcuoo"úvri ex o 5iá jcíotscog (9, 45; Wilckens, Carta a los romanos I, 262-274).
constantemente mediante la «demostración de su estrecha relación que existe entre el enfoque
30; 10, 6 ) - así como también las combinacio- justicia» (en plural: sidqót de Yahvé, Jue 5, 11; 1 teológico y la intención soteriológica. Según
nes de palabras en que 5ixoaoaijvr| está en Sam 12, 7; Sal 103, 6; Miq 6, 5; Dan 9, 16; cf. Is La más antigua proclamación judeocristia- esto, 5ixcuoo"úvr| {reoC caracteriza a la ac-
genitivo. Hay que explicar como genitivo 45, 24 y passim). Los salmos ensalzan la justicia na de la justicia de Dios, con anterioridad a ción salvífica de Dios como su intervención
epexegético xarjjtóg Sixaiocrúvr|c; (Gal 5, 5; de Yahvé (Sal 22, 32; 50, 6;71, 24); esajusticia se Pablo, que aparece en 2 Cor 5, 21 y Rom 3, salvadora y re-creadora en el contexto de per-
cf. suprá) y 5ot)Qeá 5ixaioo"úvng (Rom 5, demuestra en la asistencia concreta en las necesi-
dades de la vida (Sal 40, 11; 51, 16; 112, 9), en la 25-26a, muestra una orientación hacia la idea dición en que se hallaba la historia humana
17). Es un genitivo objetivo el genitivo que del pacto, de conformidad con la tradición ve- bajo el poder del pecado. La justicia de Dios
vindicación de los que han sido desposeídos de
aparece en las siguientes expresiones: vóu.og terotestamentaria y judía: Dios comunica a adquiere carácter histórico-escatológico en la
sus derechos, de los oprimidos y de los pobres
5ixaiooiJvr|5 (Rom 9, 31: la ley que promete (Sal 35, 24: «¡Vindica mi derecho conforme a tu los hombres la justicia que perdona los peca- persona y en la historia misma de Jesús. Por
y exige justicia), éXjtig 8ixouocrúvr]g (Gal 5, justicia!»; 5, 9; 7, 9; 9, 5). Aquí se muestra tam- dos y que renueva el pacto. Este don de la sal- eso, está referida a la fe en Jesucristo, y por
5, cf. suprá), 5iaxovía 5ixaioo'úvr|g (2 Cor bién la unidad existente entre la actividad de Dios vación procedente de Dios y, con ello, la «de- cierto lo está de tal manera, que su revelación
3, 9; el servicio que es para justicia) y corres- como Juez y su actividad como Salvador. En el se percibe (únicamente) a través de la fe en
mostración de su justicia» se hizo posible
pondientemente Siáxovog 8ixouoo"í)vr|g (2 juicio, Dios vindica el derecho de los suyos, les
proporciona salvación; y esto incluye la justicia mediante la muerte expiatoria padecida vica- Cristo, y ella misma se capta y «se apropia» a
Cor 11, 15). Podría haber un genitivo como riamente por Jesús. Esta perspectiva de la jus- través precisamente de esa fe. La justicia de
punitiva de Dios. En el Deuteroisaías, la justicia
sujeto en 2 Cor 9, 10: Y£vr|[iaxa Tfjg 6ixcuo- de Yahvé se convierte en la expresión que englo- ticia de Dios, que es a un mismo tiempo una Dios no se realiza plenamente como poder
aí)vr|g. «Con característica limitación del sig- ba el cambio esperado: ese cambio que ha de tra- perspectiva teológico-cristológica y una pers- salvífico sino por la fe en Jesucristo; adquiere
nificado del término» (Bauer, Worterbuch, er la salvación (Is 45, 8; 46, 13; 51, 5.6.8. pectiva soteriológica, impulsó decisivamente así validez universal en la unidad de judíos y
s.v. 2a), Sixaiocrúvri (con arreglo al Sal 111, Una visión de conjunto de la relativa frecuen- a Pablo a dar su interpretación, que va más gentiles bajo la gracia de Dios, la cual destru-
9 LXX) debe entenderse en este versículo co- cia con que el término aparece en el AT, nos hace allá todavía. ye la injusticia. Esta justicia de Dios que efec-
mo «misericordia», «actividad benefactora». comprender que la expresión «justicia de Dios» túa la salvación por la fe, es rechazada por Is-
Por tanto, yz\i\\iaxa Tfjg 5ixcuoo"úvr|g son tiene cierta amplitud de significado. Significa la Con arreglo a la manera de hablar del AT,
rael, porque no reconoce la identidad de la
los «frutos» producidos por la actividad bene- fidelidad de Dios al pacto, sus actos vindicadores Pablo, ai utilizar el concepto de SIXOUOOTJVT]
justicia de Dios para judíos y gentiles como la
factora de los corintios. de la justicia, el orden de vida que tiene vigencia TCoí) en la Carta a los romanos, acentúa la
995 6ixaiocrúvr| 996 997 óixoaoativri 998

verdadera fidelidad de Dios a sí mismo y a su bres» (Mt 5, 3), «los que tienen hambre y sed la ley. Y lo proclama como un juicio justo de La justicia concedida como herencia a Noé,
pueblo: esa fidelidad que se ha revelado en de justicia» (5, 6), pueden estar seguros de Dios que declara justo al pecador. Para Ma- está determinada por la fe (tfjg xcaá JTÍOTIV
Jesucristo (Rom 10, 3). que sus derechos no van a quedar olvidados teo, la unidad de la voluntad de Dios -una vo- Sixaioawr|c; XXTIQOVÓIÍOC;). Pero Hebreos, a
La idea de la justicia de Dios no debe inter- bajo la injusticia sufrida. Dios, con la apari- luntad que exige y que salva- permanece den- pesar de tales puntos de contacto, no se halla
pretarse en Pablo aisladamente, sino tan sólo ción de Jesús en público, ha comenzado ya a tro de la ley, aunque la conducta de los directamente en la tradición de Pablo. Combi-
a partir del contexto de toda la predicación hacer valer los derechos de ellos, de tal mane- hombres en forma de la justicia propia de que na un significado ético procedente de la histo-
paulina. Así se ve claramente que el hombre ra que ellos captan ya ahora lo que Dios ha hacen gala los fariseos (vnÓKQioiq: Mt 23, ria griega y helenística del concepto, con una
no tiene más salvación que la que Dios comu- hecho posible y, por su parte, tratan de reali- 28; cf. 6, 2.5.16; 7, 5) yerra en cuanto al cum- «justicia» basada en el juicio de Dios sobre el
nica en su justo juicio. Precisamente esa ac- zarlo mediante el cumplimiento de la volun- plimiento de la ley. En la predicación y en la «justo» (11, 4) y que corresponde a Noé como
ción judicial de Dios la contempla Pablo co- tad de Dios. Por eso, la exigencia de Jesús en conducta de Jesús se hace patente el verdade- cosa prometida a causa de su fe. Esto aparece
mo indisolublemente unida a la cruz de Jesús. 6, 33: «Buscad primero el reino (de Dios) y su ro «camino de la justicia», por el cual «los con especial claridad, cuando en 11, 33 se en-
justicia» sitúa el imperativo dentro del con- justos» consiguen la «vida eterna» (25, 46). salzan los actos de justicia como característi-
5. Fuera de las Cartas paulinas, el concepto texto amplio de la proclamación que Jesús ha- ca de la fe extraordinaria de los jueces y pro-
de 5ixaioo"úvT] es un motivo teológico cen- ce de la salvación. La basileia escatológica de 6. Junto al uso teológico de 5ixaioo"úvr| fetas del AT. El «fruto de paz de la justicia»
tral en Mateo. La 5ixaiocrúvTi ha sido puesta Dios se acerca ahora a los hombres como un que tiene su particular impronta en las Cartas (12, 11; cf. Sant 3, 18), nacido de los esfuer-
redaccionalmente por Mateo en todos los pa- don, precisamente en la forma de la justicia. paulinas y en Mateo, hay también nada menos zos morales, hace resaltar igualmente el signi-
sajes (Strecker, 153). De esta manera, el evan- De ahí que la exigencia de una «justicia me- que una tercera parte de textos pertinentes ficado ético fundamental del concepto de 5i-
gelista interpreta el camino de Jesús como el jor» no sea una exigencia desmesurada que se que se encuentran en los demás escritos del XaiOOTJVTl.
«camino de la justicia» (21, 32), anunciado ya haga a los discípulos, sino que es la indica- NT. En ellos no es fácil reducir a común de- Las repercusiones que se sienten en la Car-
por Juan el Bautista que preparaba el camino ción de un camino, determinado por la expo- nominador el significado de 5ixcuoo"úvr|, de ta de Santiago del uso paulino de Sixaiocrúvr]
del Señor (3, 3; 11, 10), y que está representa- sición concreta de la voluntad de Dios en el tal manera que en cada caso concreto hay que se dilucidan principalmente en relación con el
do en el llamamiento que él hace a la peniten- material ilustrativo de las antítesis de 5, 21-48 decidir si lo determinante es más bien el uso empleo del verbo -> óixcuóü). La cita de Gen
cia. El «camino de la justicia» se convierte así y determinado también por la presencia «per- de este concepto en el AT y en el judaismo, 15, 6 en Sant 2, 23 no debe hacernos olvidar
en la expresión de la justicia que Dios exige a manente» de Jesús como maestro de su Igle- trasmitido quizás a través del uso paulino, o si que aquí se afirma (en contraste con la inter-
los hombres. sia (28, 18-20). Precisamente en el empleo del lo determinante es más bien el significado éti- pretación de Rom 4 y Gal 3) una justicia ante
Desde un principio, aun antes del bautismo concepto de 5IXOUOOTJVTI en el Sermón de la co que predomina en el ámbito lingüístico Dios -como ocurre también con el significado
de Jesús, la misión de Jesús se dirige hacia la Montaña aparece la identidad, llena de tensio- griego. de 6ixaiO0Í)vr| §EOC en 1, 20- que no se ba-
«justicia» que hay que «cumplir» (3, 15). La nes, entre el indicativo de la promesa divina Evidentemente, el contraste paulino entre la sa simplemente en la «fe», sino en la fe de-
«justicia» se convierte en el programa de Je- de salvación y el imperativo de las exigencias justicia basada en las obras y la justicia basa- mostrada por medio de una conducta moral.
sús. Es el contenido de la voluntad de Dios. éticas que se hacen a los discípulos de Jesús. da en la fe ha influido en Tit 3, 5, seguramen- El sentido ético de 6ixcao0'úvr|, a diferen-
Dios quiere justicia como la salvación de los Por tanto, según Mateo, lo que importa es te por una aceptación consciente de la heren- cia de la «justicia concedida gratuitamente»,
hombres; eso precisamente comienza Jesús a hacer la justicia (6, 1). Esto se concreta en cia teológica del apóstol. Pero este texto en que es la que Pablo proclama, se encuentra en
realizarlo de palabra y de obra. La justicia se una conducta recta de los discípulos de Jesús, particular no justifica que pasemos por alto el varios pasajes del NT asociado con frases co-
convierte así, por un lado, en la expresión de que se ven situados en una relación mutua de uso orientado éticamente que encontramos en mo «hacer la justicia» y otras por el estilo (éo-
la salvación de Dios, de la que los hombres fraternidad y que en la aceptación del «her- las Pastorales (cf. infra). En 1 Pe 2, 24 la con- yá'QEO'&ai, óicóxeiv, Jtoietv 8ixaioa,úv'r|v). El
«tienen hambre y sed» (5, 6). Por otro lado, mano» (por ejemplo, según 5, 22-24; 18, clusión parenética de que «muertos a los pe- «temer a Dios» y «hacer la justicia» puede
esajusticia sigue siendo -muy de acuerdo con 15.21-35) realizan el destino que Dios les ha cados vivamos para la justicia» recuerda ex- afirmarse también de gentiles en Hech 10, 35,
el pensamiento veterotestamentario y judío- fijado como criaturas. A causa de este obrar presiones parecidas que se hallan en Rom 6. porque tales virtudes «naturales» no se con-
una exigencia de Dios a los hombres, una con rectitud, tendrán que soportar persecucio- Claro que la antítesis estrictamente soterioló- vierten para los gentiles en la base de la sal-
condición de la salvación, que ellos mismos nes (5, 10). gica entre el «pecado» y la «justicia», que en- vación, pero sí señalan cierta «disposición»
deben también realizar (5, 20). Esta doble fa- Exegéticamente debemos tener en cuenta el contramos en Rom 6, se ha modificado aquí para acoger los actos de Dios. Por su conteni-
ceta caracteriza también el empleo del con- diferente enfoque en el empleo del concepto en sentido ético: «vivir para la justicia» signi- do, el concepto de justicia se define en Hech
cepto de 5ixaioo"úvr| en Mateo, en contraste de óixoaoo"úvTi en Mateo y en Pablo. Pablo, fica llevar «una conducta recta en la vida». La 13, 10 como «recta piedad», que consiste en
con Pablo. En el fondo de todo ello se en- como proclamador misionero del evangelio, misma comprensión se observa en la frase de la aceptación de la fe (cf. 13, 8). En Hech 24,
cuentra, lo mismo que en Pablo, la compren- parte de la actual necesidad de redención que 3, 14: «sufrir por causa de la justicia» (que 25 el concepto de Sixaiocrúvr| contiene más
sión veterotestamentaria, la expectación de tiene el hombre, y proclama el juicio de Dios tiene el mismo sentido que lo que se dice en bien el significado general de «conducta rec-
que Dios ha de hacer valer el derecho de los sobre toda injusticia y sobre la justicia propia Mt 5, 10). La influencia del uso paulino del ta» junto a la virtud mencionada expresamen-
oprimidos (cf. Sal 146, 7; Is 61, 11). Los «po- de los hombres fundada en la observancia de término se deja sentir también en Heb 11, 7. te de la «continencia».
999 SixaiooíivT) - Sixaióco 1000 1001 Sixaióco 1002

En 1 Tim 6, 11 se menciona el aspirar a la del NT (Ap 22, 11) en donde el hacer la justi- der pin Rechtfertigungslehre: ZNW 67 (1976) 74-82; En general, el uso de Sixaióco en el NT
justicia como la conducta apropiada para el cia se entiende como la demostración práctica Id., Die Rechtfertigung Abrahams nach Rom 4, en Id.,
Rechtfertigung ais Freiheit, Neukirchen-Vluyn 1974, muestra un carácter forense (determinado por
«hombre de Dios», Timoteo, juntamente con y consecuente de la elección predeterminante la situación jurídica): «justificación», «dar la
33-49; Id., Was heifit bei Paulus: «Aus Werken des Ge-
otras actitudes básicas como la «piedad», la de los «justos» frente a los «injustos». setzes wird niemand gerecht?», en EKK (V 1), 51-77; razón» y «hacer valer los propios derechos»
«fe», el «amor», la «paciencia», la «benigni- M. Wolter, Rechtfertigung und zukúnftiges Heil. Un- son cosas que se efectúan en los tribunales. Se
K. Kertelge tersuchungen zu Rom 5, 1-11 (BZNW 43), Berlin-New
dad», que se enumeran con arreglo al catálogo presupone expresamente la situación jurídica
York 1978.
de virtudes de la ética helenística (cf. también en Mt 12, 37: De toda palabra vana los hom-
2 Tim 2, 22). En 2 Tim 3, 16, la «corrección» 8 i x a i ó ( 0 dikaiod justificar, declarar justo* 1. El verbo Sixaióco aparece 39 veces en el bres «tendrán que dar cuenta en el día del jui-
y la «instrucción en la justicia» se esperan co- NT, de ellas 25 veces en Pablo (no incluidas cio» (v. 36). «Porque de acuerdo con tus pala-
1. Aparición del término en el NT - 2. Significado
mo resultado del recto uso de las Escrituras fundamental - 3. Sixaióm en Pablo - 4. La «doctrina las Pastorales), principalmente en voz pasiva. bras serás justificado, y de acuerdo con tus
inspiradas por Dios. La «corona de la justi- de la justificación» en Pablo - 5. óixoaóco en los de- Es digno de tenerse en cuenta, además, el em- palabras serás condenado (xaTaSixacrfrrjari).
cia» (2 Tim 4, 8) aguarda al apóstol como re- más escritos del NT. pleo de oixaióco en Lucas (Evangelio/He- Con igual claridad y de manera también ex-
compensa por sus esfuerzos. Bibl: -> &racaoai>vr|. Cf. también: O. Betz, Recht- chos: 7 veces) y en Santiago (junto a 8ixaio- presa se habla en Rom 3, 4 con referencia al
El «hacer la justicia» se considera en 1 Jn fertigung in Qumran, en FS Kasemann, 17-36; J. ovvr\, 3 veces) así como también en Mt 11, Sal 50, 6 LXX y en Rom 3, 4; Gal 2, 16 con
2, 29; 3, 7.10 como el criterio para saber Blank, Warum sagt Paulus: «Aus Werken des Geselzes 19 par. Le 7, 35 (Q). referencia al Sal 142, 2 LXX acerca del juicio
quién es verdadero cristiano, quién es el que wird niemand gerecht?, en EKK (V 1), 79-95; J. P.
Clifton, The Pauline Notion of Justification in the de Dios y de sus demostraciones de justicia.
«ha sido engendrado por Dios». En una sínte- Light of Recent Literature, tesis doctoral Roma 1971; 2. Sixaióco es un verbo denominativo de El lenguaje del AT griego determina funda-
sis, llena de tensiones, entre la fundamenta- H. Conzelmann, Die Rechfertigungslehre des Paulus: 8ÍXCU05 y significa considerar justo o razo- mentalmente el significado de Sixaióco en
ción cristológico-soteriológica y las exigen- Theologie oder Anthropologie?: EvTh 28 (1968) 389- nable y también juzgar, castigar (Passow I, Pablo y en los demás escritos del NT.
cias éticas, el hacer la justicia es algo que 404; K. P. Donfried, Justification and Last Judgment 688). Esta significación fundamental que el
in Paul: ZNW 67 (1976) 90-110; R. Gyllenberg,
sigue estando ligado al «modelo» y a la nor- Rechtfertigung und AT bei Paulus. Franz-Delitzsch- verbo tiene en la lengua griega en general, no Sixaióco en la LXX es la traducción del hebreo
ma del «Justo», Cristo, que se manifestó en Vorlesungen Münster 1966, Stuttgart 1973; F. Hahn, aparece en el NT sino en forma modificada, a hisdiq (hifil de sdq) y tiene el significado de «de-
forma humana y que vendrá en la parusía fi- Taufe und Rechtfertigung. Ein Beitrag zur pin Theolo- saber, con el sentido de justificar, presentar clarar justo» en Ex 23, 7; Dt 25, 1; 2 Sam 15, 4;
gie in ihrer Vor- und Nachgeschichte, en FS Kase- como justo, tratar como justo y especialmen- 1 Re 8, 32; Is 5, 23, o «hacer justicia (a alguien)»
nal. En oposición a los falsos maestros gnós-
mann, 95-124; E. Kasemann, Rechtfertigung und en Sal 81, 3; Is 50, 8; 53, 11. Con menos frecuen-
ticos, la confirmación de la fe en Cristo por te en Pablo, en la voz pasiva, con el significa-
Heilsgeschichte im Romerbrief, en Id., Paulinische cia traduce el piel sideq con el sentido de «probar
medio de hechos (de los hechos del amor) se Perspektiven, Tübingen 1969, 108-139; L. E. Keck, do de conseguir una absolución, y, en la voz que alguien es justo» (Jer 3, 11; Ez 16, 51s; Job
convierte en la característica distintiva de la Justification of the Ungodly and Ethics, en FS Kase- activa, con el de declarar justo, absolver (cf. 33, 32). En la LXX Sixaióco aparece casi siem-
justicia. Sobre el trasfondo de estos textos de mann, 199-209; K. Kertelge, Zur Deutung der Recht- Bauer, Worterbuch, 391s). El lenguaje de Pa- pre con una persona como objeto de la acción
fertigungsbegriffs im Gal: BZ 12 (1968) 211-222; E. blo es característico del NT. El utiliza el ver- verbal. Consigue ser declarado justo aquel que
la Carta primera de Juan, y considerado junta- Lohse, Taufe und Rechtfertigung bei Paulus, en Id.,
bo Sixaióco así como los sustantivos -• 81- efectivamente es «justo» (Dt 25, 1; 1 Re 8, 32).
mente con ellos, se comprende el uso singular Einheit des NT, Gottingen 1973, 228-244; D. Lühr- El verbo tiene sentido de confirmación; crea un
de «justicia» en Jn 16, 8.10. La justicia que el mann, Christologie und Rechtfertigung, en FS Kase- xcaocrúvr) y Sixaícoaic; en sentido soterio-
reconocimiento público.
Paráclito ha de mostrar al mundo -al conde- mann, 351-363; Id., Rechtfertigung und Versohnung. lógico y, por tanto, en oposición al sentido
Zur Geschichte des pin Tradition: ZThK 67 (1970) griego de los términos, que es el de «juzgar, La voz pasiva 6ixaioíía'9m suele traducir en
narlo- se refiere a Jesús como el Cristo. Con- 437-452; U. Luz, Rechtfertigung bei den Paulus-Schü- la LXX la forma qal de sdq con el significado de
siste en la «justificación» que se concede a castigar». Sixaióco se convierte para Pablo, «ser justo», «presentarse como justo», y se usa
lern, en FS Kasemann, 365-383; F. MuBner, DerJako-
Cristo en la exaltación y glorificación de que busbrief (HThK), Freiburg i. Br. 1964, 146-150; B. juntamente con los sustantivos correspon- refiriéndose como sujeto a Dios (Sal 18, 10; 50,
es objeto por obra de Dios, a fin de hacerle Reicke, Paul's Understanding of Righteousness, en FS dientes, en el concepto fundamental de su 6; Is 42, 21) y también al hombre (Gen 38, 26; Is
Robinson, Richmond (Va.) 1968, 37-49; J. Reumann, proclamación de la salvación o de su «doctri- 43, 9.26; 45, 25; Sal 142, 2). Además, la LXX
aparecer como norma de conducta frente al The Cospel of the Righteousness of God. Pauline Re- na de la justificación». emplea Sixaióco en voz activa y en voz pasiva
mundo. interpretation in Rom 3:21-31: Interpretation 20 como equivalente del hebreo rib, «asegurar que
El empleo del concepto de justicia en cone- (1966) 432-452; H. Graf Reventlow, Rechtfertigung El sentido general de. justificar, dar la razón se haga justicia a alguien ante el tribunal», en
xión con la exigencia que se hace en numero- im Horizont des AT (BEvTh 58), ZUrich 1971; H. H. a alguien o hacer valer su derecho se encuen- Miq 7, 9; Is 1, 17, de safat, «juzgar», en 1 Sam
Schmid, Rechtfertigung ais Schópfungsgeschehen. tra en los siguientes pasajes: Mt 11, 19 par. Le 12, 7; Sal 73, 13, y de buhan, «examinar», en Ez
sos pasajes en el sentido de que hay que de- Notizen zur alttestamentlichen Vorgeschichte eines al-
7, 35; Mt 12, 37; Le 7, 29; 10, 29; 16, 15; 18, 21, 18.
mpstrar la fe por medio de obras, nos permite testamentlichen Themas, en FS Kasemann, 403-414;
reconocer la existencia de una tradición cris- G. Schrenk, Sixcuów, en ThWNT II, 215-223; G. 14 (con connotación soteriológica); Rom 3, 4;
tiana primitiva relativamente extendida, en la Strecker, Befreiung und Rechtfertigung. Zur Stellung 1 Cor 4, 4; 1 Tim 3, 16. En Hech 13, 38.39 y Observando en conjunto los pasajes men-
der Rechtfertigunslehre in der Theologie des Paulus, Tit 3, 7 se siente la influencia del uso paulino cionados, comprobamos que el sentido foren-
cual la 6ixaio0ijvr|, de manera distinta que en FS Kasemann, 479-508; W. Thüsing, Rechtferti-
en el lenguaje teológico de Pablo, se convier- gungsgedanke und Christologie in den Korintherbrie- del término. En Sant 2, 21.24.25 aparecen re- se del término es el significado que sirve de
te en un concepto parenético central. Esto se fen, en FS Schnackenburg, 301-324; U. Wilckens, laciones con el uso paulino, que deben expli- base general al verbo. El hecho de que judi-
aplica también al último pasaje de los escritos Christologie und Anthropologie im Zusammenhang carse desde una perspectiva histórica. cialmente se «declare justa» a una persona re-
1003 Sixaióco 1004 1005 5ixaióco 1006

vela su «condición de justo». Evidentemente, estrictamente escatológica de otxcuóco en la fundamentales la comprensión paulina de aparezca como quien ha sido justificado en
la LXX ha intensificado aún más el carácter LXX encuentran un eco en el uso paulino del 6ixaióü). esa misma fe. Sino que además Pablo, por la
forense del término, frente al sentido que éste verbo. Se toma como punto de partida una «pre- justificación de Abrahán, logra ofrecer aque-
tiene en hebreo, como vemos en (LXX) Sal Ahora bien, es característico de Pablo el comprensión» judía de la justificación, que lla perspectiva universal, en la cual los judíos
50, 6; 142, 2; Is 42, 21; Job 33, 32. En todo significado soteriológico de óixaióü), que está ligada a la ley. Esta comprensión aparece y los gentiles se agrupan bajo una sola acción
ello, la mirada del traductor se dirige clara- desde luego no falta tampoco por completo en en primer lugar como una «verdad» indiscuti- justificadora realizada por Dios. Pablo argu-
mente al juicio final de Dios, como indica el 1 Cor 4, 4. Este significado resalta siempre ble, fundamentada en la tradición. Pablo, en menta así, basándose en la Escritura, en favor
uso del futuro en Is 45, 25; Sal 142, 2 LXX; que Sixcuóco se pone en relación con la «ley» Rom 2, 13, es capaz de adherirse a ella en la de una misión entre los gentiles, de una mi-
Eclo 10, 29; 23, 11; 34, 5. y, por otro lado, con la «fe». medida en que ésta parece adecuada para po- sión libre ya de la ley, y lo hace sirviéndose
Estos preliminares determinan también la Como en la proposición de una tesis, Pablo ner en claro debidamente la intención de de una combinación de Gen 15, 6 con la pro-
comprensión que el judaismo antiguo tenía de excluye en Gal 2, 16a la justificación del Dios: «Porque no los oidores de la ley son mesa de bendición que se lee en Gen 12, 3 y
la «justificación». El justo espera ser declara- hombre «por las obras de la ley», para defen- justos ante Dios, sino que los hacedores de la 18, 18. La Escritura «previo que Dios justifi-
do justo por Dios en el juicio final. Rom 2, 13 der la justificación «por la fe en Jesucristo». ley serán justificados». Pablo, con esta pro- caría a los gentiles por la fe» (Gal 3, 8). El
recoge esta expectación judía y la relaciona En esta antítesis entre dos «caminos» para lle- posición, se vuelve críticamente contra toda hecho de que a base de la ley «nadie es justi-
críticamente con la contradicción que existe gar a la justificación, la exclusión del primer justicia propia de los hombres, y piensa prin- ficado» (v. 11) es una realidad «evidente», si
entre el simple hecho de oír la ley y el de cum- camino aparece como una tesis «más gene- cipalmente en la ventaja de que goza el judío nos fijamos en la Escritura, citada aquí por
plirla. A menudo con esta expectación se une ral», de la que hay que partir para entender la por disponer de la ley. Pablo con arreglo al texto de Hab 2, 4 (cf.
la duda acerca de la propia justicia, de tal ma- justificación en el sentido en que la entiende Ciertamente, la justificación del hombre Rom 1, 17). Teniendo en cuenta el «nuevo»
nera que el esperar que Dios le declare a uno Pablo. En el v. 16b, con una expresión reitera- ante Dios no se logra por el camino de la ley. camino de la justificación por la fe, a la ley le
justo en el juicio final se concibe como algo da y que deja bien asentadas las cosas, y apli- Esta justificación se logra únicamente por el corresponde sólo la función subordinada de
relacionado íntimamente con la bondad y la cando la tesis anterior a Pablo y a los judeo- hecho de que el hombre se doblegue a los ca- ser un -* jtaiSaycoYÓ? (v. 24), según la com-
misericordia divina, según vemos en 1QH 13, cristianos, se pone de relieve el camino de la minos de Dios y reconozca lo que Pablo co- prensión de este oficio en el mundo antiguo.
17: «sólo por tu bondad llega el hombre a ser fe, y se hace de tal manera, que una oración noció en el encuentro con Jesucristo. Dios se
justo»; cf. 7, 28; 16, 11. final enuncia la justificación por la fe como la Lo que Pablo desarrolla en Gal 2 y 3 res-
anticipó a los hombres, cuando ofreció en su
intención positiva de la «proposición». Pablo ponde a la necesidad específica, dentro de un
Hijo el camino del amor perdonador: un ca-
3. Pablo emplea de manera característica ha llegado a la fe y espera, como creyente, la marco particular, de argumentar contra las ten-
mino por el cual los hombres son capaces de
Sixaióü) en Gálatas (8 veces) y en Romanos justificación por la fe en Cristo o, lo que es lo dencias judaizantes. A esto se dedica un ulte-
responder mediante la fe en Jesucristo, es de-
(15 veces). Aparte de eso, Sixouóo) aparece 2 mismo, la justificación «en Cristo» (v. 17). La rior desarrollo teológico en la Carta a los ro-
cir, mediante la fe en la acción de Dios lleva-
veces en la Carta primera a los corintios. La tesis del v. 16a se fundamenta luego y se re- manos, especialmente en los capítulos 3 y 4.
da a cabo en su Hijo. Así que en Cristo la ley
primera de ellas en 1 Cor 6, 11 en una inter- calca en el v. 16c mediante la «cita» del Sal llega a su «fin» (Rom 10, 4), y con ello se de- El carácter forense de ótxcuóü) aparece con
pretación del bautismo como «justificación», 142, 2 LXX: «Puesto que por las obras de la muestra que es inútil seguir buscando la justi- especial claridad en Rom 3, 4, donde este ca-
que aquí se entiende como purificación de los ley 'ninguna carne será justificada'». Aunque ficación «en la ley» (Gal 5, 4). rácter deberá tenerse en cuenta, a pesar de to-
pecados. Se trata de una interpretación deri- esta referencia al pasaje del AT no se pueda da la interpretación soteriológica del concep-
Por tanto, el hecho de que Dios «establez-
vada de la tradición prepaulina. Cf. también considerar propiamente como una cita, sin to. Con el Sal 116, 11 se presupone el marco
ca» un nuevo camino para la justificación del
Rom 6, 7: «El que ha muerto, está libre del embargo la intención del uso que Pablo hace de un litigio entre Dios y el hombre. Dios de-
hombre tiene su razón de ser en el cumpli-
pecado (ÓESIXCÚCOTOU cuto xfjg á^agtíag)», de la Escritura aparece clara. Con la interpre- muestra su justicia; y, a pesar de la infidelidad
miento realizado por Jesucristo, en el hecho
una frase que Pablo formuló seguramente ba- tación complementaria y «esclarecedora» de de su socio en el pacto, él sigue siendo fiel y
sándose en una sentencia de tenor parecido de que él «me amó y se entregó por mí» (Gal
la Escritura, él hace referencia al «principio» 2, 20). Pablo tiene conciencia de haber sido mantiene sus promesas. De esta manera, Dios
del judaismo, y que en el contexto él la rela- establecido por Dios, al que había aludido ya «gana el litigio» contra el hombre; el hombre
ciona con el «morir» en el bautismo. nombrado abogado de ese camino mediante
en el v. 16a. La frase, completada por Pablo su predicación. se ve obligado a reconocer que Dios tiene ra-
Por el contrario, en 1 Cor 4, 4 encontramos en este lugar mediante la adición de «por las La fundamentación dada en Gal 2, 16c y zón. Pero el derecho que asiste a Dios se con-
un sentido más general de oixaióü): Pablo, obras de la ley», hace que la afirmación de la basada en la Escritura, se amplía luego y se vierte ahora en su fidelidad, porque Dios jus-
como «servidor de Cristo», no es «consciente Escritura de que ningún hombre podrá subsis- profundiza en Gal 3 (a partir del v. 6) median- tifica al pecador.
de nada», pero «no por eso está justificado». tir ante Dios quede enfocada indirectamente te el testimonio de la Escritura acerca de La imagen del litigio de Dios con el hombre
El espera del Señor su «justificación», es de- sobre Jesucristo, en quien se manifiesta la Abrahán. La vocación de que Abrahán fue ob- (sobre la idea del litigio en el AT y en el juda-
cir, el enjuiciamiento de su labor y, con ello, acción «preveniente» y justificante de Dios. jeto en Gen 15, 6 (cf. Rom 4, 3) no sirve úni- ismo cf. Müller, Gottes Gerechtigkeit, 57-64),
su confirmación en el juicio (cf. 3, 12-15). Con esto se ha descrito ya en sus rasgos camente para confirmar el «nuevo» camino no debe hacernos perder de vista que Dios no
Tanto el carácter forense como la dimensión de salvación, de tal manera que ya Abrahán es sólo parte en el litigio, sino que es además
1007 Sixaióü) 1008 1009 Sixaióco 1010

el juez. Este aspecto aparece plenamente en la su objetivo en la salvación definitiva de los sentido teológico fundamental, como expre- prender a fondo principalmente la antítesis pauli-
descripción de la acción de Dios con el hom- reconciliados (5, 9). sión esencial del evangelio, que incluso en na «justificación, no por la ley sino por la fe» en
bre atrapado en su propia injusticia, óixcuóco En Rom 8, 30.33 Pablo llega finalmente al otras situaciones se acredita como rememora- su fundamento cristológico-teológico y liberar así
ción crítico-reflexiva del núcleo del mensaje de polémica innecesaria el filo teológico de esta
en este sentido debe traducirse por declarar tema soteriológico fundamental de la Carta a tesis.
justo. La «justificación» del hombre, como re- los romanos, cuando describe la actividad jus- de salvación proclamado por Jesús.
sultado de que Dios le declare justo, no con- tificadora de Dios en un cántico de alabanza
Una situación así existió particularmente en 5. Mt 11, 19 y Le 7, 35 han trasmitido de la
siste en que el hombre sea liberado de los la- al «Dios que justifica». De nuevo se manifies-
tiempos de la Reforma. Frente a un lamentable fuente Q la sentencia acerca de la justifica-
zos que le tienen atrapado en la injusticia. Esto ta aquí claramente el sentido forense de
olvido de la tradición de la fe cristiana, Lutero ción de la sabiduría: «y fue justificada
significa: de manera distinta que en el AT, Sixcuóoo. El hombre está sentado en el ban- puso nuevamente de relieve contenidos esencia- (eSixairó'&Ti) la sabiduría por sus obras» o
Dios no declara justo al que es «justo», sino al quillo de los acusados; él es y sigue siendo el les del mensaje cristiano de la salvación recu- «por todos sus hijos» (Lucas). La sentencia
«injusto», al «impío»: Rom 4, 5. Esta acción necesitado, a quien Dios ha perdonado por rriendo al concepto paulino de la justificación. sirve de final a la parábola de los niños que
de declarar justo se efectúa «como un regalo», gracia los pecados. Puesto que Dios intervie- Su doctrina de la justificación tuvo los efectos de
un reto sobre la tradición doctrinal católica. El juegan en la plaza y a su interpretación en Mt
«por su gracia» (3, 24; Gal 2, 21). Con su per- ne en favor suyo, al declararlo justo, las defi-
concilio de Trento lo tuvo en cuenta en su sesión 11, 16-19; Le 7, 31-35. El sabor semítico de
donador gesto de declarar justo al hombre, ciencias del hombre quedan suprimidas por la
sexta (1547) y, por su parte, en el decreto sobre la sentencia, especialmente en Lucas, habla
Dios se muestra como justo: 3, 26. gracia de Dios. De esta manera se retiran to-
la justificación puso de relieve la importancia en favor de una tradición judeocristiana. El
Como en Gálatas, Pablo acentúa la impor- das las acusaciones destructoras y la condena fundamental de la fe y el carácter gratuito de la predicado verbal éóixauü'íh] tiene aquí el
tancia fundamental de la fe para la justifica- que pesaba sobre él, mientras el hombre no justificación, aunque no sin criticar la posibili- sentido forense de demostró estar justificada
ción. La justificación la consigue el hombre quiera separarse del amor de Cristo y del dad de que el principio de la fe acentuado por los
y es, en el contexto actual, «lo contrario pre-
únicamente por la fe, sin las obras de la ley amor de Dios (Rom 8, 35.39). reformadores se entendiera erróneamente en el
sentido de una «fe fiducial vana y alejada de to- cisamente de los insultos que se leen en Le 7,
(Rom 3, 28). Esta tesis la desarrolla Pablo ul-
da piedad». Los esfuerzos recientes de exegetas 33s contra Juan el Bautista» (Jülicher II, 34).
teriormente en sus implicaciones universales: 4. El concepto de la justificación forma
católicos y protestantes por dilucidar teológica- En dos pasajes Lucas emplea el verbo
en la fe se llega a conocer que Dios es quien parte esencial de la proclamación paulina de
mente el concepto paulino de la justificación y Sixcuóü) en sentido reflexivo: 10, 29 y 16, 15.
justifica, y que no es sólo el Dios de los judí- la salvación. Pablo lo utiliza para explicar la numerosas iniciativas teológicas de carácter ecu-
os sino también el de los gentiles. Su identi- acción salvífica de Dios en el hombre en su En Le 10, 29 la frase «pero él quería justifi-
ménico han contribuido a que se tengan en cuen-
dad como el Dios único la demuestra él preci- esencial dimensión escatológico-soteriológi- ta más intensamente las intenciones universales carse a sí mismo» caracteriza la intención del
samente en el hecho de declarar justos «por ca, basada en el acontecimiento de Cristo. El de la proclamación paulina, incluso al definir la doctor de la ley en el diálogo con Jesús, en re-
medio de la fe» igualmente a circuncisos y a concepto de la justificación, sobre el que Pa- función ineludiblemente crítica de la doctrina de lación con su pregunta inicial sobre lo que se
incircuncisos (Rom 3, 30). En este punto, lo blo ha reflexionado a fondo, queda subsumi- la justificación, y de esta manera se ha llegado a debe «hacer» en el v. 25. Ahora bien, esta re-
do por él en la proclamación del evangelio un esperanzador entendimiento entre las iglesias ferencia retrospectiva a lo que se ha dicho an-
mismo que en Gal 3, Pablo hace referencia a
y entre sus respectivas tradiciones doctrinales. tes, sigue siendo harto imprecisa, de tal mane-
Abrahán. Abrahán consiguió su justificación, -determinada misioneramente- a judíos y a
gentiles, aunque abarca todos los enfoques La doctrina paulina de la justificación podría ra que parece posible ver en el intento de
no por las obras (Rom 4, 2), sino por la fe (4,
para ulteriores desarrollos dentro de una ex- impulsar con renovado vigor el diálogo entre ju- autojustificación, tal como se expresa en 16,
5). De manera distinta y con mayor insisten- díos y cristianos. Quizás un punto de partida lo
cia que en Gal 3, se declara así a Abrahán co- posición sistemática. Como Pablo se vio mo- 15, la expresión de la «actitud farisaica» (W.
ofrezca H.-J. Schoeps, Paulus, Tübingen 1959,
mo el padre y el «modelo» de los que creen, tivado a formular su tesis sobre la justifica- 224-230: «El malentendido paulino fundamen- Grundmann, Lukas3 [ThHK], 223). Claro que
tanto si son judíos como si son gentiles. ción por las tendencias «judaizantes» (Gal 2, tal», juntamente con F. Mufiner, Der Galaterbrief la «autojustificación» del doctor de la ley no
En una mirada retrospectiva a los enuncia- 14), es decir, por la confrontación con los ju- [HThK], 188-204: «¿Malentendió Pablo la ley?» debe interpretarse aquí a partir del concepto
dos fundamentales de los capítulos 3 y 4, Pa- deocristianos, que querían que la circuncisión (p. 204: «La audaz tesis, difícil de entender, claro paulino de la justificación. Sino que la nueva
y la observancia de la ley fueran obligatorias está, para un judío...: El apóstol Pablo llevó teo- pregunta de dicho doctor de la ley parece ser
blo interpreta la justificación en Rom 5, 1.9 lógicamente el judaismo a su cumplimiento».
en cierta medida incluso para los cristianos expresión de un conjunto de problemas toda-
como demostración del amor de Dios. Es el ¡Una tesis que, desde luego, exige e invita a una
gentiles, esta tesis tiene carácter polémico vía no resueltos; esa pregunta «se ajustaría al
amor de Dios que se ha derramado en los co- ulterior diferenciación!). Sobre las dificultades
(«no por las obras de la ley»). Pero es un error horizonte de problemas de la teología rabíni-
razones de los creyentes (Rom 5, 5): un amor exegéticas y hermenéuticas del «tratamiento pau-
explicar globalmente la «doctrina de la justi- lino de la temática de los judíos» cf. especial- ca, que se interesaba por saber hasta dónde
que, en último término, se identifica con el
ficación», de Pablo, como la «doctrina com- mente G. Klein, Práliminarien zum Thema «Pau- debía extenderse el concepto de prójimo» (G.
singularísmo acto de amor que Jesús mostró
bativa» del apóstol (W. Wrede), que sólo se lus und die luden», en FS Kasemann, 229-243. Si Eichholz, Gleichnisse der Evangelien, reedi-
en su muerte (5, 8). Produce reconciliación y
habría concebido en orden a esa confronta- se tienen en cuenta debidamente los presupuestos ción de 1971, 162). Literariamente, la pregun-
paz con Dios y, con ello, una esperanza impe- especiales en materia de historia de las religiones
ción con el judaismo y con el judeocristianis- ta formulada en el v. 29 sirve de conexión
recedera. La justificación conseguida en la fe mo. La «justificación por la fe» tiene indu- y de hermenéutica, sería posible al menos no só-
sigue actuando así en la vida de los creyentes lo defender a Pablo contra la acusación de apos- (para precisar y ahondar en el tema) entre el
dablemente un sentido transsituacional, un mandamiento del amor y la parábola que si-
como expresión del amor de Dios y encuentra tasía del judaismo ortodoxo, sino también com-
1011 oixaióa) 1012 1013 Sixaióo) - 5ixaía)|xa 1014

gue a continuación. En este sentido, lo de que tinas de la época post-paulina, en respuesta a ro, de manera distinta que Pablo, y en sor- Aparece, pues, claramente cierta concentración
el doctor de la ley quisiera «justificarse a sí las cuales se recurre acentuadamente a la tra- prendente concordancia con ideas judías, la del uso de este término en Romanos, donde se
mismo» debe entenderse también como algo dición judía acerca de la ley (cf. 2, 8-12), en relación entre la fe y las obras no se define de emplea principalmente en singular. En compara-
manera que se excluyan sino que se incluyan ción con el uso relativamente escaso de 6txaía)u.a
más que como un recurso literario para conec- cuyo caso se alude sólo «indirectamente» a la en el NT, encontramos una sorprendente frecuen-
tar lo que precede con lo que sigue. Pero, en doctrina paulina de la justificación (Schrenk, la una y las otras. Esta apreciación opuesta de cia del mismo en la LXX. La relación de pasajes
todo caso, no está indicada una interpretación 223). Los puntos de contacto con el tema pau- la fe y las obras se explica primeramente por en que aparece este término ocupa dos columnas
teológica que cargue peyorativamente la ex- lino de la justificación difícilmente serían ca- la diferentes situaciones que sirven de puntos en Hatch-Redpath, mientras que la de citas de
presión. suales, como tampoco lo es, desde luego, la de partida teológicos. Pablo entiende la «fe en óixaióco apenas ocupa una columna. Por tanto, la
apelación contraria al ejemplo de la fe de Jesucristo» como la nueva y escatológica po- frecuencia de estos términos en la LXX y en el
La «autojustificación» de los fariseos en Le NT es precisamente de sentido inverso.
16, 15 -una actitud que aquí se opone diame- Abrahán según Gen 15, 6. Sin embargo, no se sibilidad, concedida por Dios, para los judíos
tralmente a la de los «humildes» (1, 48; 14, puede recurrir a esto último para afirmar una y los gentiles, por la cual se rompen las barre-
11; 18, 14) elegidos por Dios- sirve en la pa- supuesta iniciativa antipaulina de Santiago. ras de la ley que fundamentaban un particula- 2. 8ixcúcüu.a designa en la lengua griega
rábola del fariseo y del publicano (18, 9-14) Lejos de eso, la interpretación de la fe de rismo judío de la salvación. Por el contrario, general el resultado de la acción de 8ixcaóco:
para establecer un vivo contraste que nos per- Abrahán como una fe acreditada en «obras» el autor de la Carta de Santiago, con intención «lo obrado rectamente», la «acción recta», el
mite conocer cuál es la verdadera «justifica- corresponde más bien a una tradición más ge- pastoral y parenética, trata de mantener la «castigo justo» y la «razón jurídica» (como
ción». Esta se entiende aquí como la conce- neral de la exégesis judía, que evidentemente vinculación de la fe con la práctica. Por eso, resultado de la legislación); cf. Passow I, 688.
siguió dejando sentir sus efectos en el cristia- su enunciado acerca de la justificación tiene La LXX emplea frecuentemente Sixaí(ou,a
sión divina de la clemencia solicitada por el
nismo primitivo juntamente con Pablo y des- una relevancia teológica distinta que el de Pa- como equivalente griego del hebreo hoq,
«pobre pecador». Claro que en Lucas (a dife-
pués de él (compárese también la compren- blo. No conduce de retorno a las pretensiones huqá («estatuto», «disposición legislativa de
rencia de Pablo) es significativo que la justifi-
sión de la justicia en Mateo). de la vieja ley en orden a la salvación, sino carácter permanente»; así entiende el término
cación esté vinculada con la sincera peniten-
cia realizada por el recaudador de impuestos. que sitúa a los creyentes en Cristo (2, 1) bajo E. Konig, Hebrdisch.es und aramaisches Wor-
Sant 2, 14-26 se dirige contra una fe impo-
tente e infecunda, que conserva sí una fórmu- la primacía del mandamiento del amor (2, 8), terbuch zum AT, Leipzig 1936, 122, refirién-
De una manera distinta, Hech 13, 38s pue-
la de confesión de fe (2, 19: «que hay un solo en cuyo cumplimiento las «obras» aparecen dose a Gen 26, 5); la LXX emplea también a
de entenderse como una reminiscencia de la
Dios»), pero que con esa confesión de fe no como «perfeccionamiento» de la fe y no co- menudo este término para traducir el hebreo
tesis paulina de la justificación por la fe, no
es capaz de asociar las obras correspondien- mo expresión de una autoafirmación del hom- mispat, por ejemplo, en Ex 21, 1; Núm 36,
por la ley. Claro que aquí la «justificación» se
tes. Semejante «fe sin obras es estéril» (2, bre frente a Dios. Si tenemos en cuenta este 13, con el significado de «norma jurídica».
relaciona directamente con la liberación de
20). Con intención crítica se hace referencia, hecho, entonces la intención de 2, 14-26 sigue En consonancia con el uso del término en la
los «pecados» (cuto jtávtcov...; -> 3 sobre 1
además, a «nuestro padre Abrahán» (cf. Rom siendo perfectamente reconciliable con el LXX, 8ixaía>[ia significa predominantemen-
Cor 6, 11), con lo cual parece recogerse el
4, 1), que en este sentido fue justificado por postulado paulino de la «fe que actúa en el te en el NT el precepto jurídico, la exigencia
mensaje pre-paulino de la justificación, más
las obras», ya que estuvo dispuesto a sacrifi- amor» (Gal 5, 6). jurídica, el mandamiento (Bauer, Worter-
bien que el mensaje paulino. El recurso a la
tradición paulina no se efectúa en Lucas sin car a su hijo (2, 21). Con la mirada puesta en buch, 392), como se ve en Le 1, 6; Rom 1, 32;
este ejemplo, la relación entre la fe y las obras K. Kertelge 2, 26; 8, 4; Heb 9, 1.10). Con excepción de
una generalización de la tesis del apóstol co-
se interpreta como una «acción conjunta»: La Rom 1, 32 (cf. Kasemann, 46s), en todos es-
mo expresión del evangelio cristiano sobre la
«fe» se perfecciona «por las obras» (2, 22); en tos casos se trata claramente del precepto o de
redención de los hombres. 8 i x a í o ) j i a , a t o ? , t ó dikaidma prescrip-
la práctica de la fe, ésta llega a ser plenamen- los preceptos jurídicos de la ley mosaica; en
te lo que es. Una fe «perfeccionada» de esta ción, mandamiento, acto justo*
En contraste con Hech 13, 39 (y Tit 3, 7; Heb 9, 1.10 8ixodcou.a se refiere claramente a
pero cf., a propósito, M. Dibelius, Pastoral- manera fue contada por justicia a Abrahán, 1. Aparición del término en el NT - 2. Significado la ley ritual. En Rom 5, 18; Ap 15, 4 y 19, 8
según Gen 15, 6 (Sant 2, 23). De ahí deduce fundamental - 3. Concreciones en textos del NT.
briefe1 [HNT], 95s), Sant 2, 14-26 nos permi- óixaícofia designa el acto justo; en Rom 5,
te observar cierta confrontación con el mensa- el autor de la Carta de Santiago, invirtiendo Bibl.: E. GraBer, Rechtfertigung im Hebráer, en FS 18, con una tendencia especial, se usa este
je paulino de la justificación. Desde luego, precisamente la tesis paulina de Rom 3, 28; Kasemann, 79-93; E. Kasemann, An die Romer, Tü- término para referirse a la «acción creadora
habrá que preguntarse aquí si esa confronta- Gal 2, 16, que «el hombre es justificado por bingen 1973; G. Schrenk, óiwcúü)|xa, en ThWNT II, de justicia» (Wilckens, 397), una acción que
las obras, y no sólo por la fe» (2, 24). Como 223-227; U. Wilckens, Carta a los romanos I, Sala-
ción se realiza conscientemente, es decir, si manca 1989. Pablo atribuye aquí a Cristo.
va dirigida contra la comprensión paulina de otro ejemplo más para confirmar este mismo Tan sólo en Rom 5, 16 8ixcúco^a se halla
la justificación por la fe o contra una utiliza- aserto, se aduce en 2, 25 la historia de la pros- 1. 6ixaícü(ia aparece 10 veces en el NT, de en «asimilación retórica» (Kasemann 145) a
ción unilateral de la tesis paulina (F. Mufiner, tituta Rajab (Jos 2). las cuales 5 se encuentran en Pablo (todas los términos en -\ia que se encuentran en el
Jakobusbrief [HThK], 130: «Pseudopaulinis- Sant 2 comparte con el judaismo y con Pa- ellas concentradas en Romanos), 1 en Lucas mismo versículo, y tiene aquí el significado
mo»). Habrá que preguntarse también si ese blo la expectación de la justificación como un (1, 6), 2 en Hebreos (9, 1.10) y 2 en el Apo- de óixcácocHg, justificación, bien en sentido
conflicto no se produce con tendencias liber- acontecimiento escatológico de salvación. Pe- calipsis (15, 4; 19, 8). activo (Schrenk, 226; Wilckens, sub loco), o
1015 5ixai(jo(xa 1016
1017 Sixaíoo|ia -Aiovúoiog
- 1018

bien en sentido pasivo (Kasemann, sub locó). nocimiento «natural» de los preceptos divi- [KEK], 297, nota 2): «¿Se escucha aún en
nos, son tan responsables como los judíos lo Koiné E pm. En Hech 28, 4 8íxn es Injusticia
En Pablo, el significado de 8ixaía>|xa, espe- óixaí(ou.a, tal como este término se expresa
son en virtud de la ley mosaica (cf. 2, 14s). punitiva personificada como una diosa (cf.,
cialmente en este pasaje, debe interpretarse en la Carta a los hebreos, la exigencia de un
La referencia a los preceptos de Dios o a los entre otros, Sófocles, Ant 538). ThWNT II,
por el contexto en que se encuentra de procla- precepto divino?». Tendremos que ser reserva-
de la ley merece particular atención en Pablo, 180-184; X, 1048-1053 (bibliografía).
mación de la justificación. Esto quiere decir dos, a la hora de emitir un dictamen sobre es-
también que binai(ü\ia participa aquí amplia- teniendo en cuenta especialmente su tesis de te punto. El empleo de este término indica, en
mente del uso forense del verbo -> 8ixcuóa>. que ninguna persona se justifica por las obras 8ÍXTVOV, ov, TÓ diktyon red*
contraste con la LXX (y con Pablo), un senti-
Y, así, conforme a Rom 1, 32 el incumpli- de la ley. La ley mosaica no puede ser el fun- En el NT dícese únicamente de la red de
do refinado y más generalizado. Heb 9, 1.10
miento de los mandamientos divinos lleva damento para la comunicación escatológica pescar, en plural en Me 1, 18.19 par. Mt 4,
tiene a la vista un sentido positivo para el
consigo la merecida condenación. que Dios hace de la salvación. A pesar de to- 20.21; Le 5, 2.4.5.6. El singular aparece en Jn
«tiempo del recto ordenamiento» y para la re-
do, la ley conserva su dignidad como la «ley 21, 6.8.11 (bis). Dalman, Arbeit VI, 346-363,
alidad del «nuevo pacto» (cf. GraBer, 86s).
3. Ajustándose al uso del término en la santa» (Rom 7, 12), como la «ley de Dios» (7, esp. 362s.
LXX, &ixaíoo[xa conserva en Le 1, 6 el senti- 22). La ley no es injusta, sino que injusto es el Apocalipsis 15, 4 habla de los actos justos
do de la obligación jurídica y moral caracte- hombre que no la cumple, el hombre que per- de Dios, expresión por la cual se entiende ftíXoyog, 2 dilogos de lenguaje doble, in-
rística del mandamiento de Dios o de la ley manece preso de sus concupiscencias contra- «tanto la decisión judicial como la acción jus- sincero*
divina. Como en Gen 26, 5; Núm 36, 13; Dt 4, rias a Dios. Ante los hombres, la ley es y sigue ta»; «porque el juicio de Dios es su acto» (E. 1 Tim 3, 8 exige, entre otras cosas, a los diá-
40, SixaícüLia en plural forma una expresión siendo expresión de las «exigencias jurídicas» Lohmeyer, Offenbarung2 [HNT], 131s). Por conos que sean personas de una sola palabra,
conjunta con évto^aí (mandamientos), ligán- de Dios: unas exigencias que los hombres, cla- otro lado, en 19, 8 «los actos justos de los sinceras. Y lo mismo se dice en Polic 5, 2.
dose estrechamente ambos términos por el ro está, cumplen ahora únicamente gracias a la santos» son tema de alabanza. Claro que el
empleo de un solo artículo. Los padres de intervención vicaria de Cristo (compárese versículo 8b («el lino fino son los actos justos
de los santos»), por el significado distinto que 5tO dio (conjunción) por eso, por esa razón
Juan son hallados «irreprochables en todos Rom 8, 3s con 2 Cor 5, 21 y Gal 3, 13). Tan
tienen las vestiduras blancas en 3, 5 y 6, 11, óió sirve para coordinar lo que sigue con lo
los preceptos y mandamientos del Sefior», y sólo como quienes pertenecen a Cristo (Rom que precede (BlaB-Debrunner § 451, 5) y apa-
por tanto les corresponde la denominación de 7, 4) y ahora «prestan servicio en la novedad es sospechoso de constituir una glosa poste-
rior (cf. Lohmeyer, Offenbarung, 155). rece principalmente en Hechos (8 veces), en
8íxouoi, con lo cual su «perfección negativa» del Espíritu» (7, 6; cf. 8, 4), los creyentes las Cartas paulinas auténticas (22 veces) y en
de ser irreprochables (E. Klostermann, Lukas- cumplen los preceptos jurídicos de Dios que K. Kertelge las demás cartas del NT (11 veces, de las cua-
evangelium2 [HNT], 6) se eleva positivamen- hallan su expresión en la ley. les 9 se encuentran en Hebreos). Por lo de-
te al ser reconocidos como tales por Dios. En Rom 5, 18 8ixoúa)u.a, entendido como más, aparece únicamente en Mt 27, 8; Le 1,
d i x a í c o g dikaiós (adv.) justamente, recta-
acto justo (en cuanto cumplimiento de los mente 35; 7, 7. Falta en Marcos, Juan, Colosenses, 2
De manera parecida, aunque con distinta in- preceptos jurídicos), se atribuye a Cristo y se ->• óíxaiog. Tesalonicenses, Pastorales, 1-3 Juan, Apoca-
tención teológica, Pablo habla en Rom 2, 26 constrasta con la trasgresión o «acto injusto» lipsis. La conjunción, en los pasajes, enume-
acerca de la observancia de las «prescripcio- (jtaocurTCou») de Adán. De hecho, el acto de rados, aparece 12 veces en combinación con
nes de la ley». A diferencia de Ef 2, 15, la re- S l K a í u a i g , eoig, íj dikaiósis justifica- x a í , por eso... también (BlaB-Debrunner §
Cristo, que consiste en su «obediencia» (5,
ferencia al gran número de preceptos (Si- ción* 442, nota 23; 451, 5) y en estos casos indica
19) «hasta la muerte en la cruz» (Flp 2, 8), se
naí(o\xa en plural) no implica aquí la idea de En el NT se emplea únicamente en Rom 4, que la conclusión es obvia.
traduce en la entrega de la propia vida para la
lo gravosas que son las obligaciones, sino que 25; 5, 18. ThWNT II, 227s; ->• Sixccióo 2.3.
justificación, que ahora llega a todos los hom-
Pablo argumenta basándose en la fidelidad bres, pero tan sólo en virtud y por medio del SloSetJGi diodeuó andar por, viajar por*
efectiva de los gentiles a la ley en contraste «acto justo» del «nuevo Adán». S l X a o t T | 5 , °*> Ó dikastes juez* En Le 8, 1 dícese de Jesús que iba por las
con la escasa orientación de los judíos hacia Hech 7, 27.35, en ambos casos en la pre- ciudades y las aldeas; en Hech 17, 1, en un re-
dicha ley. Tan sólo en Rom 2, 26 Pablo utiliza Hebreos 9, 1 designa con la expresión 8t- gunta que se dirige a Moisés: «Quién te hizo lato en primera persona de plural, dícese del
5ixoú(DU.a en número plural. xairóu.aTa tfjg XaxQeíac, las ordenanzas que jefe y juez sobre nosotros)?». En Le 12, 14 viaje por Anfípolis y Apolonia camino de Te-
En los demás casos, Pablo utiliza siempre tuvieron validez para el «primer pacto». Y en v.l. óutaorTJg se halla en lugar de XQitr|g. salónica.
oixoúcDna en singular, y lo hace en forma tan 9, 10, refiriéndose a los mandamientos del AT
«de principio», que evidentemente «sobrepa- acerca de las comidas y de la purificación, ha-
bla de «prescripciones para la carne». De esta " l X t | , t | 5 , r\ diké castigo, retribución* A i o v ú a i o g , o v Dionysios Dionisio*
sa el uso que la LXX hace de este término» 2 Tes 1, 9: 8íxnv tíveiv, sufrir castigo (así
manera se describe el precedente orden salví- Nombre de persona. Bastante frecuente. En
(Schrenk, 225). Así lo vemos ya en Rom 1, también Herm [m] 2, 5; [s] 9, 19, 3); cf. tam-
fico del «primer pacto» (8, 8.13) en su carác- Hech 17, 34, nombre del miembro del Areó-
32: Los hombres, aquí se piensa también es- bién Jds 7: 5íxnv vné%eiv. 8íxnv xax' aü-
ter provisional y de sombra. Podremos pre- pago, que juntamente con otros atenienses se
pecialmente en los gentiles, conocen el decre- TOÜ, dícese de la condenación o castigo que
guntarnos (con O. Michel, Hebraerbrief' adhirió a Pablo y abrazó la fe. Sobre la utili-
to de Dios y su fuerza vindicativa. Por su co- se exigía que sufriera Pablo, en Hech 25, 15 zación de su nombre como seudónimo del au-
1019 Aiovúaiog - oiau.i>Qiás 1020 1021 &ioxaC,u> - 5u|)áü) 1022

tor de escritos de mística (hacia el año 500 15, 9; Flp 2, 26; 1 Tes 2, 8), pero cuando la diotá^G) distazó dudar, desconfiar* 6itpá(0 dipsao tener sed*
p.C.) cf. RAC III, 1075-1121; LThK III, 420s. oración causal precede a la oración principal, En Mt 14, 31, Jesús dice a Pedro que empe-
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
significa puesto que (Hech 13, 35; 20, 26). zaba a hundirse en las aguas: «¡Hombre de po- semánticos - 3. Campo referencial.
ólOJl£{> dioper por eso precisamente, por Sióti puede sustituir también al OTI causal: ca fe!, ¿por qué dudaste!; Mt 28, 17: cuando
pues, porque (por ejemplo, en Le 1, 13; Hech los discípulos vieron al Resucitado, «se postra- Bibl: J. Behm, ón|)áco %%k., en ThWNT II, 230s; G.
lo cual* Bertram, óiApáro und Verwandte in LXX, en ThWNT II,
Esta conjunción (Si' OJTEQ) indica una con- 18, 10; 22, 18; Rom 1, 19.21; 3, 20). BlaB- ron ante él (-> JIQOOX'UVÉÜ)), pero algunos du- 231s. Para más bibliografía, cf. ThWNT X, 1053.
clusión, lo mismo que 5ió, en 1 Cor 8,13; 10 Debrunner § 456, 1. daban». Ch. H. Giblin: CBQ 37 (1975) 68-75.
14; 14, 13 v.l. 1. 5ii()áo) se encuentra casi siempre en los
6ÍOTO|ll05, 2 distomos de dos filos* mismos campos léxicos: a) en paralelo con
AioTQÉq)t|;, OVC, Diotrephes Diotrefes* En Heb 4, 12 dícese de la palabra de Dios JIEIVCCCO (tener hambre): Mt 5, 6; 25, 35.37.
5lOJietT|5, 2 diopetes caído del cielo*
Nombre de un cristiano a quien se critica en que es más cortante «que cualquier espada de 42.44; Jn 6, 35; Rom 12, 20; 1 Cor 4, 11; Ap
En Hech 19, 35, lo mismo que en la litera-
tura griega, dícese de imágenes de dioses: el 3 Jn 9, entre otras cosas porque no quiere dos filos». En Ap 1, 16 y 2, 12 dícese de al- 7, 16; b) en combinación con Jtoxí^co (dar de
secretario municipal de Efeso habla de la es- aceptar la autoridad del «anciano» (v. 10). R. guien «semejante a hijo de hombre» (1,13), de beber): Mt 25, 35.37.42; Rom 12, 20, ó con
tatua de Artemisia, y la llama bionexé<;. E. Schnackenburg: MThZ 4 (1953) 18-26; Id., cuya boca sale «una aguda espada de dos filos mvoo (beber): Jn 4, 14; 7, 37; c) en contraste
Haenchen, Apostelgeschichte1 (KEK), 552 Cartas de san Juan, Barcelona 1980, 346- (QO\i(f>aía 5íaTou.og ó^eta)»; cf. 19, 15 v.l. con el agua natural: Jn 4, 13.14.15; d) en la
con la nota 3. 349; A. J. Malherbe, en FS Dahl, 222-232. mención de una clase especial de agua: Ap 7,
diaxíXioi, 3 dischilioi dos mil* 16; 21, 6; 22, 17; cf. Jn 6, 35; 7, 37.
diógdcopia, a i o g , t ó diorthdma mejora, En Me 5, 13 dícese del tamaño de la piara En Mt 5, 6 los verbos JtEiváo) y 8ii|>á(D van
5lJlXoV£, 3 diplous doble, dos veces más* seguidos por «justicia» como objeto en acusa-
reforma* de cerdos que se ahogaron en el mar: (bg
1 Tim 5, 17: los presbíteros que ejercen de- tivo. Sin ningún complemento ulterior el ver-
En Hech 24, 2 Tértulo alaba a Feliz por bvoyikioi, eran unos dos mil.
bidamente su autoridad, deben «ser conside- bo aparece en el clamor de Jesús al morir en
las reformas llevadas a cabo en favor del pue- rados dignos de doble honor». En Ap 18, 6
blo. la cruz (Jn 19, 28).
(bis) la voz celestial dice: «¡Devolvedle el do- ólüXÍ^W diylizo colar, filtrar*
ble según sus obras; en la copa que ella ha En sentido propio dícese del vino (el vino 2. óiipáco significa estar sediento, tener
Óiógrihooig, £0)5, v\ diorthosis el recto or- preparado, preparad el doble para ella!» El filtrado, por ejemplo, en Am 6, 6 LXX). En
sed, y se emplea en sentido literal para signi-
den* comparativo se halla en Mt 23, 15: Hacéis de Mt 23, 24 dícese en aquel ay: «¡Que coláis el
ficar una necesidad del cuerpo, y en sentido
En Heb 9, 10 se habla de las rituales «orde- él «un hijo del infierno, dos veces peor (que mosquito (es decir, que coláis el vino a causa
de un mosquito) y os tragáis el camello!» figurado para designar algo de lo que se care-
nanzas carnales que se impusieron hasta el vosotros)». ce (por ejemplo, la justicia).
tiempo del recto orden». ThWNT V, 451s.
ftl^á^to dichazo desunir, desavenir* 3. En el catálogo de adversidades de 1 Cor
blOQVOOW dioryssó perforar la pared, ¿HjtXÓto diploo duplicar* En Mt 10, 35 (a diferencia de Le 12, 53): 4, 11-13, Pablo utiliza el verbo Siiháco (v. 11)
abrir o entrar por la fuerza* Ap 18, 6 con objeto en acusativo t á 5iJtA.á «Poner a un hombre contra (xaxó con geniti- en una serie de verbos o expresiones verbales
En el NT dícese únicamente del hecho de (el doble): devolver el doble. -> Surlofig. vo) su padre...»; cf. Schulz, Q, 259. como «tener hambre, estar desnudo, ser mal-
entrar por la fuerza (en una casa): Mt 6, tratado, no tener cobijo», en el sentido literal
19.20; 24, 43 par. Le 12, 39. 8i/ooTaoía, ag, r\ dichostasia disen- de estar sediento, tener sed, para describir las
bíg dis (adv.) dos veces* sión* privaciones físicas que la actividad misionera
Me 14, 30.72: «antes de que el gallo cante Rom 16, 17: advertencia contra los que cre- lleva consigo, y en el mismo sentido se em-
AlÓaxoVQOl, (OV Dioskouroi (los) Diós-
dos veces»; Le 18, 12: «Yo ayuno dos veces an «disensiones y ocasiones de tropiezo». Gal plea el verbo en Rom 12, 20 en la exhortación
curos*
por semana»; Jds 12, en sentido metafórico: 5, 20 en un catálogo de vicios: éQiftelcu, concreta dirigida a los cristianos para que
Hech 28, 11: la nave alejandrina tenía por
insignia a los Dióscuros. Se refiere a Castor y «árboles... sin fruto, dos veces muertos, y de- oi/oaxcioíai, aÍQÉoeig, «rencillas, disensio- ayuden dando de comer y beber incluso al
Pólux como figuras del espolón de la nave (y sarraigados». En la expresión xod ocjtaíí xod nes, divisiones». En 1 Cor 3, 3 vemos que p46 enemigo hambriento y sediento. En la escena
dioses protectores). F. J. Dolger, Dioskuroi: Sis, más de una vez, Flp 4, 16; 1 Tes 2, 18. Koiné D G y otros añaden xod Sixootaoíai a del juicio, en Mt 25, 31-46, este acto caritati-
AuC 6 (1940-1950) 276-285; LThK III, 410. £f)Xog xcd EQig. ThWNT I, 511. vo (su objeto: el más insignificante) se con-
vierte precisamente en el criterio para deter-
dia^VQiáe;, á d o g , r\ dismyrias doble mi- minar el comportamiento hacia Jesús (vv. 35.
d l ó t i dioti (conjunción) porque, puesto ríada, veinte mil* oi/otO(*É(rt dichotomeó cortar en dos*
En Mt 24, 51 par. Le 12, 46 dícese de la ac- 37.42.44).
que, pues Dos miríadas (= 20.000). Ap 9, 16: «el nú-
oióti, en las oraciones causales significa mero de los soldados de este ejército de caba- ción de castigar severísimamente (desmem- Jn 19, 28 interpreta el grito realista de sed
porque (por ejemplo, en Le 2, 7; 21, 18; 1 Cor llería era de veinte mil veces diez mil». brar) a una persona en el juicio. que lanza el moribundo en la eventual alusión
1023 8iil>áco - 8icóxo) 1024 1025 ól(í)}t(D 1026

al Sal 22, 16 como cumplimiento de la Escri- en todos sus caminos». En 4, 8 se dice: «¡San- 1. El verbo aparece 45 veces en el NT. No perseguidos por luchar en favor de la justicia
tura, es decir, como obediencia a la voluntad tificad vuestros corazones, vosotros los inde- se encuentra en Marcos, pero sí se halla en (social y judicial). A este grupo de enunciados
de Dios; según el salmo, el justo del AT tenía cisos!». El adjetivo, lo mismo que Si/i|wxéco y Mateo (6 veces), Lucas (3 veces en el Evan- acerca de Jesús, el Profeta y Mesías persegui-
ya que padecer persecución y privaciones Stopu/ía se encuentra frecuentemente en 1 gelio, 9 veces en Hechos), Juan (3 veces), Pa- do, y de Israel, que persigue a los profetas,
físicas de toda índole; en la experiencia de Clem, 2 Clem y Herm. O. J. F. Seitz: JBL pertenecen también los pasajes de Hech 7, 52;
blo (Romanos 5 veces, 1 Cor 3 veces, 2 Cor 1
hallarse sediento se reconocía la particular 63 (1944) 131-140; 66 (1947) 211-219;
vez, Gal 5 veces, Flp 3 veces, 1 Tes 1 vez), en Le 11, 49; Mt 23, 34, y además la afirmación
hondura de la aflicción y del agotamiento hu- ThWNT IX, 666.
las Pastorales (3 veces), en Hebreos, 1 Pedro que se hace en Jn 5, 16 de que Jesús, por las
mano. J. Beutler ve (NTS 25 [1978-1979], curaciones obradas en sábado, fue «persegui-
y Apocalipsis (1 vez en cada escrito). El sus-
54-56) en las palabras de Jesús «¡Tengo sed!» do por los judíos». Mt 23, 34 y Le 11, 49, tex-
6ia>y^iÓ5, ov, ó diógmos persecución tantivo Sicoyftóg se encuentra en Mateo (1
una cita del Sal 42 (41, 2s LXX).
-> 5IÜ)XCO.
vez), Marcos (2 veces), Hechos (2 veces), Pa- tos -ambos- que proceden de la fuente Q,
En sentido figurado se emplea 6ia|)áco en blo (3 veces: Rom, 2 Cor, 2 Tes) y en las Pas- equiparan expresamente a los discípulos de
Mt 5, 6 para expresar el anhelo insaciable, el torales (2 veces: 2 Tim). El término cristiano Jesús con los profetas. Los logia de Mt 10, 23
ansia profunda de justicia. En Jn 4, 13-15 se especial -> 5iü)XTng aparece únicamente en 1 y Le 21, 12, que representan desarrollos del
óitóxTíi?, ov, ó dioktés perseguidor*
produce intencionadamente una modificación Tim 1, 13. El plural, que predomina en estos material de la tradición antigua, pertenecen
En 1 Tim 1, 13, el autor de la carta dice de
del sentido del verbo. En primer lugar, se em- pasajes, expresa a manera de fórmula la per- también a este ciclo de ideas. Jn 15, 20 for-
plea 5w))áa) en sentido literal para expresar la sí mismo: «Yo que antes fui blasfemo, perse-
guidor y malvado»; cf. Gal 1, 13s.23; Flp 3, secución de que son objeto los seguidores de mula el pensamiento fundamental que debe
sed de Jesús, sentado junto al brocal del pozo, servir de norma a los discípulos: «El siervo
6; Hech 8, 3; 9, 4s. Jesús; así sucede principalmente en los evan-
y a continuación se expresa este mismo verbo no es mayor que su señor. Si a mí me han per-
gelios y en los escritos postpaulinos. Tenemos
en sentido figurado (o metafórico) para refe-
en todo ello una manera de hablar del cristia- seguido, también os perseguirán a vosotros».
rirse al agua prometida por Jesús. En unas
ÓKÚXO) dioico apresurarse, correr; correr en nismo primitivo. Aparte de eso, el verbo -aco- Ap 12, 13 expresa plásticamente esta idea
sentencias de estructura parecida, en Ap 21, 6
pos, andar detrás de algo, aspirar a algo, modándose al judaismo antiguo y al helenis- mediante la imagen del dragón que persigue
y 22, 17, óio^ácü se emplea igualmente en
pretender algo; perseguir* mo- se emplea en el sentido ético-religioso de al pueblo de Dios (a la mujer que ha dado a
sentido metafórico. El pasaje de Ap 7, 17 im-
pide también interpretar el v. 16 en sentido 5icoYM-Ó5, ov, ó diógmos persecución tender a fines y bienes espirituales. luz) y a su hijo (el Mesías).
simplemente realista. 1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos
Pertenece también al más antiguo material
semánticos - 3. Persecución en sentido religioso - 2. El sentido griego original del término de la tradición procedente de la fuente Q la
En lugar de la metáfora «agua» (Jn 4, 14; 4. Aspirar, tender a un bien espiritual - 5. Correr en toma como punto de partida el significado de exhortación que se hace en Mt 5, 44 (cf. Le 6,
Ap 21, 6; 22, 17; cf. Ap 7, 16s), aparece Jesús pos de alguien. impulsar, empujar, poner en movimiento, que 27s) a orar por los perseguidores. Pablo reco-
mismo (Jn 6, 35; 7, 37) como el que da, el que luego se desarrolla para convertirse en perse- gió este mandamiento: «¡Bendecid a los que
Bibl: Bauer, Wórterbuch, 398s; Beilner, en DTB,
sacia al hombre sediento en su anhelo de sal- 818-821; Ch. Burchard, Der dreizehnte Zeuge, Gottin- guir, expulsar, también en el sentido figurado os persiguenh (Rom 12, 14) y lo cumplió en
vación, en sus ansias de vida eterna. En estos gen 1970; R. Deville, Persecución, en VTB, 612-615; de ir tras una persona o cosa, tender hacia su propia persona (1 Cor 4, 12). La idea de
dos últimos pasajes hay alusiones a la tipolo- Ebel-Schippers-Coenen, Persecución, tribulación, en ella, andar celosamente detrás de algo, pre- que el discípulo de Jesús es perseguido como
gía del éxodo (el maná y la roca). Suponemos DTNT III, 351-356; D. R. A. Haré, The Theme ofthe tender con mucho celo alguna cosa. El NT lo fue su Señor (2 Cor 4, 9), la desarrolló Pa-
que únicamente en 7, 37 se alude a la costum- Jewish Persecution of Christians in the Gospel acc. to
St. Matthew, Cambridge 1967; R Hoffmann, Studien
emplea el verbo y el sustantivo, entroncando blo mediante la referencia a la muerte de Je-
bre de sacar agua en la fiesta de los Taberná- zur Theologie der Logienquelle, Münster i. W. 1972, con el judaismo helenístico, en el sentido de sús en la cruz (Gal 5, 11; 6, 12: «ser perse-
culos (R. Schnackenburg, El Evangelio según 178-179; G. Klein, Die Verfolgung der Apostel, Lk U, la persecución religiosa que se sufre a causa guido a causa de la cruz de Cristo»; cf. 1 Cor
san Juan II, 53ss, 213). 49, en FS Cullmann, 1972, 113-124; M. Künzi, Das de Jesús, y luego, por influencia de las ense-
Naherwartungslogion Mt 10, 23, Tübingen 1970; 1, 18-29). La segunda Carta a Timoteo, que
H.-J. van der Minde ñanzas morales de la filosofía griega, princi-
H.-W. Kuhn, Altere Sammlungen im Markusevange- aparece tardíamente, afirma con referencia a
palmente del estoicismo, los emplea también
para expresar la tendencia a las actitudes y Pablo: «Todos los que quieren vivir piadosa-
lium, Tübingen 1971, 99-146; G. Lohfink, Paulus vor
Damaskus (SBS 4), Stuttgart 1965; F. Mufiner, Verfol- mente en Cristo Jesús, serán perseguidos» (3,
6ít|J05, ov$, TÓ dipsos sed* gung I, en LTHK X, 694s; W. Nauck, Freude im Lei- objetivos morales y religiosos.
En 2 Cor 11, 27 dícese en un catálogo de den. Zur Problem einer urchristlichen Verfolgungstra- 12). Pablo ve que esta ley se encuentra ya pre-
adversidades: «hambre y sed». ThWNT II, dition: ZNW 46 (1955) 68-80; A. Oepke, óiímcco, en figurada en el AT, en lo que sucedió con Isaac
ThWNT II, 232s; E. Schweizer, Erniedrigung und
3. Persecución en sentido religioso. e Ismael (Gal 4, 29).
230-232.
Erhóhung bel Jesús und seinen Nachfolgern, Zürich a) El empleo más antiguo del verbo se en- Un grupo especial de sentencias sobre la
2
1962, 21-62; Ph. Seidensticker, Paulus, der verfolgte
Apostel Jesu Christi (SBS 8), Stuttgart 1965; O. H. cuentra en la fuente de sentencias Q en la bie- persecución emplea el verbo para referirse a
bítyVfjoc,, 2 dipsychos persona de dos naventuranza que ensalza como dichosos a Pablo, el perseguido que había sido antes per-
Steck, Israel und das gewaltsame Geschick der Pro-
mentes, persona indecisa* pheten, Neukirchen-Vluyn 1967; V. Stolle, Der Zeuge los que son perseguidos a causa de Jesús (Mt seguidor de la Iglesia. Estas sentencias apare-
En Sant 1, 8 ávr\Q óítyv%oc, es una perso- ais Angeklagter, Góttingen 1973. Cf. más bibliografía 5, 10.11.12). Aquí se compara a los discípulos cen tanto en las Cartas paulinas en las que el
na que vacila, «inconstante (ówccaácrtccTOc;) en ThWNT X, 1053. de Jesús con los profetas del AT que fueron apóstol contempla retrospectivamente su pa-
1027 6iá)xo> - 5ÓYH.CI 1028 1029 &óy\ia 1030

sado (1 Cor 15, 9; Gal 1, 13; Flp 3, 6), como 5. El sentido de seguir, correr en pos de al- Le 2, 1 refiere que Augusto publicó un edic- pone a los cristianos gentiles la observancia,
también en los correspondientes pasajes de guien aparece únicamente en Le 17, 23, en la to ordenando que se llevara a cabo en todo el no de toda la ley mosaica, sino de los deno-
Hechos (9, 4s; 22, 4.7s; 26, 11.14s). exhortación a no ir en pos de falsos mesías Imperio un censo para confeccionar las listas minados «mandamientos del pacto con Noé».
traicionando así el seguimiento de Cristo. de los tributos. Este decreto se aplicó también Por consiguiente, no se trata aquí de doctrinas
b) El sustantivo se ajusta plenamente al en Judea y Galilea, siendo gobernador de Si- «dogmáticas» en el sentido posterior del tér-
marco referencial del verbo. En la interpreta- O. Knoch
ria Quirinio (-• KVQX]VIOC,), y obligó a los pa- mino, sino de normas éticas de conducta.
ción de la parábola del sembrador en Me 4, 17 dres de Jesús a emprender el viaje de Nazaret
par. Mt 13, 21, se habla de un grupo de perso- a Belén.
bóyfiOL, a t o s , TÓ dogma opinión, decreto, 4. Col 2, 14 habla con una imagen muy pe-
nas que hay en la Iglesia que caen en seguida,
mandamiento* culiar acerca del perdón de los pecados (2,
en cuanto hay «tribulación o persecución por Nada más se sabe de semejante edicto de Au- 13): Dios borró el documento de deuda (->
causa de la palabra». En Me 10, 30 se promete 1. Uso helénico y judeohelenístico - 2. bóy\ía como gusto para la recaudación de impuestos. Los em-
decreto (imperial) - 3. óóyu,a como norma ético-reli- %£iQÓYQccqpov ), extendido por nosotros y di-
a la comunidad de los discípulos que ya desde padronamientos con fines de tributación eran ya
giosa - 4. El mandamiento que nos acusa. de lo más natural, desde hacía mucho tiempo, en rigido contra nosotros mismos, y lo clavó en
ahora recibirán gran recompensa, pero «junta-
las provincias romanas. Sobre la problemática la cruz anulándolo de esta manera. No está
mente con persecuciones». Hech 8, 1 señala Bibl: G. Kittel, 6Ó7(ia xxL, en ThWNT II, 233- histórica de la imposición de tributos en Judea claro a qué se refiere xotg ÓÓYIUXCRV. Pero di-
«la gran persecución» que se desencadenó 235; J. Ranft-E. Fascher, Dogma I-II, en RAC III,
1257-1260; IV, 1-24. Cf. más bibliografía en ThWNT (incluida Galilea) en tiempo de Herodes el Gran- fícilmente se entenderán estas palabras como
contra la Iglesia después de la lapidación de de, que reinaba en un país que no era provincia
X,1053. un dativo instrumental dependiente de é | a -
Esteban. De las persecuciones que Pablo tuvo romana sino un Estado cliente que gozaba de re-
X.ELt|mg (como si los SÓYuma, es decir, las
que sufrir, principalmente por parte de los judí- 1. El sustantivo 8ÓYU,CI se deriva del verbo lativa independencia, -> ájtOYQaqJi).
proposiciones de la doctrina cristiana acerca
os, nos hablan Hech 13, 50; Rom 8, 35 (con &oxéco: «lo que parece recto a alguien (o a algu-
na comunidad)», lo que se considera bueno. El de la salvación, fueran como quien dice la es-
OXtipLS y otevo/cüQÚa), 2 Cor 12, 10 (con Según Hech 17, 7, los judíos de Tesalónica
sustantivo tiene ya en Platón toda la gama de sig- ponja con la que se borró el documento de
áváyuy] y OTevo/CDoía) y 2 Tim 3,11 (bis); de acusan a Pablo y a sus colaboradores de ac-
nificados que va desde opinión, intención hasta deuda), sino que habrá que entenderlas proba-
la persecución de los cristianos de Tesalónica tuar en contra de los 5ÓY|xaxa del emperador,
norma, doctrina (filosófica), axioma didáctico blemente como dativo de relación referido a
se nos habla en 2 Tes 1, 4 (con fWotyic;). (los testimonios se hallan en: Liddell-Scott, in- proclamando que «hay otro rey, Jesús». Los
XeipÓYQaqpov: se trata del «documento de
cluido el Supplement, s.v.; Kittel, 233s). Cuando 8ÓYu,ata afirman, por tanto, la pretensión del
emperador de ser el único soberano. deuda (extendido) en relación con (determi-
se proclama la «opinión» de un gobierno, enton-
4. En Pablo y en los escritos influidos por nados) estatutos» (no, como se traduce a me-
ces 6ÓYU« se convierte en decreto, edicto, orde-
Pablo que pertenecen al cristianismo helenís- nanza (por ejemplo, el senatus consultum en Po- Es difícil decir a qué edictos imperiales se alu- nudo, en relación con «sus» estatutos, es de-
tico, el verbo se usa en el sentido figurado de libío). En el lenguaje religioso: %axá 8ÓY|J.a de de esta manera. La formulación de Lucas (ya cir, con los estatutos consignados en el
tender hacia actitudes y objetivos religiosos y •&EOV áfiETCVOetov, según el decreto inmutable antes en el v. 6) ¿proyecta sobre el pasado las cir- documento de deuda). La expresión general
éticos. Como objetivos de esa aspiración y de Dios (Papiro mágico de París = la denomi- cunstancias de unos tiempos en que comenzaban bóy\ioxa podría haberse escogido conscien-
tendencia se mencionan: t ó áya'&óv, el bien nada Liturgia de Mithra, Preisendanz, Papyri IV, ya las persecuciones contra los cristianos, desen- temente para asociar los mandamientos de la
527). cadenadas por la autoridad central (bajo el reina-
(1 Tes 5, 15), oixaiocrúvT], la justicia (Rom 9, ley mosaica con los preceptos de la «filoso-
En el judaismo helenístico encontramos el sig- do de Domiciano)? Es sorprendente cómo Lucas
30s), (piX.o^evía, la hospitalidad (Rom 12, nificado de decreto, edicto (de un rey, del empe- presenta a los judíos de Tesalónica afirmando en- fía» religiosa de los colosenses (E. Schweizer,
13), lo que fomenta la paz (eiQr|VT]) y la edifi- rador, del senado romano) en la LXX y en Josefo; carecidamente su fidelidad de subditos ante los La Carta a los colosenses, Salamanca 1987,
cación (oixo6ofir|) de la comunidad (Rom en Filón (más de 150 testimonios) predomina el magistrados. sub loco, refiriéndose al uso del verbo en el v.
14, 19), aYájtT|, el amor (1 Cor 14, 1), St- significado de doctrina, con los matices que van En Heb 11, 23 en el códice A y en unos cuantos 20). Los colosenses miran con angustia reli-
xmocrúvT| y eiiaéfJeia, la justicia y la piedad desde opinión, punto de vista a doctrina recta, manuscritos más, 5iáraYU,a se cambió en 8ÓY(xa giosa tales «estatutos» y se consideran perdi-
verdadera. - Es importante que pueda hablarse de (probablemente por influencia de Le 2, 1); se tra-
(1 Tim 6, 11), la justicia (2 Tim 2, 22, como lo dos antes Dios si no los guardan con todo ri-
la ley mosaica o de sus diversos mandamientos ta del edicto de Faraón que mandó matar a los hi-
opuesto a «las pasiones juveniles»), EiQT|vr| y como de los bóy\iaxa deofi o los cr/ia Sóy- jos varones de los hebreos (Ex 1, 16.22). gor. El autor de la carta les asegura que tal
é.yiao\ióq, la paz y la santificación (Heb 12, u,ata, que deben observarse o cumplirse: 3 Mac esclavización ha quedado suprimida en Cristo.
14), la paz (1 Pe 3, 11, cita del Sal 33, 15 1, 3; Josefo, Ap I 42; Ant XV, 136; Filón, All I, 3. El texto de Hech 16, 4 es muy ilustrati- Más claro es el pasaje de Ef 2, 15. El autor,
LXX). Como objetivos de su vida, Pablo men- 55; II, 55; III 194; Gig 52; etc. En todo ello se
vo, porque parece que en él se prepara ya el siguiendo probablemente a Col 2, 14, habla
ciona en Flp 3, 12.14 la resurrección con Cristo, asocia el punto de vista de que se trata de dispo-
siciones obligatorias de Dios, con la idea de que camino para la terminología eclesiástica pos- también de bóy\iaxa, pero se refiere clara-
el premio victorioso del llamamiento celes- terior, según la cual las doctrinas de obligato- mente a la ley de Moisés: Cristo «abolió en su
la ley de Moisés contiene la verdadera «doctrina»
tial. En este marco referencial se ven palpa- filosófica (Aristóbulo, Filón, etc.). ria aceptación, acordadas en los sínodos, se carne» (es decir, seguramente, mediante la
blemente elementos de la parénesis y de la denominan «dogmas». En 16, 4 se trata del entrega de su vida) «la ley de los mandamien-
conducta personal de las comunidades cristia- 2. En el NT SÓYU« designa en dos pasajes denominado «decreto apostólico» (15, 28s), tos, consistente en (múltiples) ordenanzas».
nas helenísticas. decretos imperiales (o reales). que -por la autoridad del Espíritu Santo- im- Con ello derribó el tabique de separación que
1031 8óyu.a-
- Soxéco 1032 1033 óoxéco 1034

había entre judíos y gentiles, y que se había (transitivo) de pensar, suponer, e (intransiti- sensibilidad estilística sino también su con- hay que traducirlo con el sentido forense ser
alzado mediante la ley mosaica. En la Iglesia vo) de parecer. Claro que, condicionada por ciencia de la historia y de la realidad. Y, así, hallado). Más expresivos son los pasajes de
de Jesucristo, compuesta de gentiles y judíos, el contexto, se deja sentir -especialmente en en Hech 12, 9 se realza (paradójicamente) que 2 Cor 10, 9, «para que no parezca que yo...»,
los cristianos están vinculados entre sí por el Mateo y en Pablo- una adaptación del uso he- la liberación ha tenido lugar efectivamente y y Heb 12, 10, donde x c a á TÓ óoxoüv, «co-
lazo de la unidad. Así que por los 8óy[iaxa lenístico que aparece en la LXX y en la argu- que no se trata de un sueño; en Hech 27, 13 el mo mejor les parecía», se halla contrastado
(ahora abolidos) se entienden principalmente mentación rabínica. verbo se elige por razones estilísticas; e ó o | a quiásticamente con «para nuestro bien» y se
aquellos ritos mediante los cuales los judíos éfxautcp en 26, 9, yo estaba convencido, se refiere a la disciplina humana y divina, y va
fieles a la ley, aunque vivieran en la Diáspora, 2. Mientras que la comprensión griega del len- usa en lugar del clásico óoxco ^toi (Bla(3-De- seguido en el v. 11 por una sentencia sapien-
se diferenciaban y se mantenían separados de guaje y de la realidad está muy vinculada, ya des- brunner § 283, 1, con nota 3). cial.
los demás seres humanos. de sus principios (Parménides 28 B 8, 50s; Pla- El verbo óoxéco se usa en sentido transitivo
tón) a la oposición ontológica entre la verdad y la en Juan para expresar el malentendido especí-
N. Walter apariencia y hace uso de la antítesis entre, por un Mientras que el participial x a óoxofjvta
ficamente joánico, la opinión equivocada (Jn (u.é)a]) en 1 Cor 12, 22 designa sencillamente
lado, «aparecer» (que se es) o «pretender» (ética-
mente que se es), y, por otro lado, el verdadero 5, 39.45; 11, 13.31; 13, 29; 16, 2 y también los miembros más o menos prestigiosos, co-
ser y conocer, vemos que una antítesis compara- 20, 15). mo muestra el v. 23, vemos que oí ÓOXOÍJV-
boyf.iaxít,t» dogmatizó dar prescripcio-
ble en el AT es la que existe entre la voluntad teg (eivcd Tt), las personas de prestigio, los
nes, imponer ordenanzas* (salvífica) de Yahvé y la desobediencia, entre la La expresión paulina «si alguien pretende»
En el NT, el verbo -en voz pasiva- aparece vida y la muerte. Y así, óoxéco expresa en la (creyendo que lo que él pretende va a ser personas destacadas, en Gal 2, 2.6.9, es una
únicamente en Col 2, 20 dentro de la polémi- LXX, sin equivalente literal en el TM, una ten- aceptado públicamente) tiene un puesto fijo frase hecha, que se halla atestiguada también
ca contra los falsos maestros que se desarrolla dencia helenizante. En unos cuantos lugares es en la crítica teológico-polémica que Pablo ha- en Eurípides, Hek 294; Platón, Gorg 472a;
en los vv. 16-23. En ella, la voz pasiva de es- una interpretación (por ejemplo, en Gen 19, 14; Epicteto, Ench XXXIII, 12; Josefo, Ant XIX,
ce de las tendencias pneumáticas entusiásticas
te verbo se usa en el sentido de hacer una con- Ex 25, 2; 35, 21s.26: «aquellos a quienes impul- 307, y también en bTaa 14b (Billerbeck III,
saba su corazón»; Jer 34 [27], 5: «recto a mis y, en sentido más general, cuando Pablo habla
cesión: t í cbg ^cjvxeg év xóo^cp &oy\ia- del sentimiento de jactarse y sentir ante Dios 537). Esta manera de designar a los de Jerusa-
ojos»). Pero en la mayoría de los casos es una
xí^ea^e; «¿Por qué permitís que os impongan adición interpretativa, por ejemplo, para asemejar una confianza engañosa (1 Cor 3, 18: «si al- lén parece tener un acento que es para Pablo,
ordenanzas, como si (todavía) vivierais bajo lo antitético de las sentencias sapienciales a la guien piensa que es sabio» [aquí óoxéco equi- que lucha por la unidad de la Iglesia en la li-
el dominio del mundo?» ThWNT II, 233-235; oposición existente entre la apariencia y la verdad vale casi a XQÍvco en 2, 2]; 8, 2: «que sabe al- bertad y la fe, si no mordaz, sí al menos rela-
BlaB-Debrunner § 314, nota 2. (= sabiduría) (por ejemplo, en Job, frecuentemen- go»; 11, 16: «quiere ser porfiado»; 14, 37: tivo en cuanto a la verdad del evangelio. (Re-
te en los Proverbios, en Sab 3, 2). El verbo apare- sentimiento contra los poderosos se escucha
«pretende ser profeta o espiritual»; Gal 6, 3:
ce también a menudo en los libros segundo y ter-
«pretende ser algo, pero [en realidad] no es en la adición de óoxofjvteg &Q%ZIV en Me
cero de Macabeos, con el sentido de «pensar,
ó o x é ü ) dokeó pensar, suponer, (en sentido suponer, parecerle a uno (bien)». nada» [cf. el tópico filosófico correspondien- 10, 42).
intransitivo) parecer* te en Platón, Gorg 527b; Epicteto, Diss II, 24,
1. Aparición y significado del término en el NT -
19] y Flp 3, 4. Este uso se encuentra también 5. El lenguaje y la manera de pensar del ju-
3. Con excepción de Mt 3, 9, «que no se os
2. En el AT - 3. Significados transitivos - 4. Significa- en un participio en el que se formula una ex- daismo helenístico se dejan sentir en la fór-
ocurra», el verbo Soxéco, usado transitiva-
dos intransitivos - 5. La fórmula TÍ COI ({IJÍIV) 80X8Í; presión de advertencia (1 Cor 10, 12; cf. tam- mula t í ooi (íi^Tv) óoxel; (cf. Josefo, Ant
mente, significa de ordinario en los Sinópti-
cos pensar, suponer: en exhortaciones (Mt 6, bién Sant 1, 26). En 1 Cor 4, 9; 7, 40 óoxco VII, 72; V, 120; IX, 190: TÍ ÓOXEÍ TCÚ fleco; VI,
Bibl.: Bauer, Worterbuch, s.v.; W. Foerster, Die
SOXOÜVTES in Gal 2: ZNW 36 (1938) 286-292; E. P. 7; 24, 44 par. Le 12, 40), con sentido provo- significa a mime parece; 2 Cor 11, 16; 12, 19 227; VII, 216), que además de aparecer en Jn
Hamp, 5éxonai, 5oxéco, óioáaxco: Class. Ph. 63 cativo (Mt 26, 53; Le 12, 51: ¿o es que pien- tienen matiz apologético: «no poder pensar I 11, 56 se encuentra únicamente en Mateo co-
(1968) 285-287; G. Kittel, Soxéco, en ThWNT II, 235-
sas...?, a diferencia de Mt 10, 34: \iy\ VOJH- no imaginarse», mientras que en Heb 10, 29 y mo introducción a las parábolas (18, 12 ¡a di-
236; D. Müller, Soxéco, en DTNT III, 329s. Cf. más Sant 4, 5 se invita retóricamente a formularse
ar\xz; Le 13, 2.4, refiriéndose a la doctrina ferencia de Le 15, 3!; 21, 28), y es utilizada
bibliografía en ThWNT X, 1053-1055.
farisaica sobre la retribución), y con sentido un juicio. también -como una novedad- en preguntas
1. óoxéco aparece en el NT un total de 62 explicativo (Me 6, 49: «ellos pensaron que que no sólo requieren la manifestación de una
veces, principalmente en los evangelios (Ma- era un fantasma», a diferencia de Mt 14, 26: 4. Con respecto al uso intransitivo de simple opinión sino la expresión de un juicio
teo 10 veces, Marcos 2, Lucas 10, Juan 8) y X.éyovxeg; de manera semejante en Le 24, 37; óoxéco, hay que hacer distinción entre pare- vinculante (17, 25; 22, 17; 22, 42; 26, 66; de
en Hechos (8 veces); en las cartas aparece Le 8, 18 [óoxeT, a diferencia de Marcos/Ma- cer y ser considerado como. Juntamente con manera diferente aparece en Hech 25, 37). El
principalmente en 1 Corintios (9 veces) y en teo, fue introducido por Lucas para recalcar la la pregunta formulada en Le 10, 36, que trata escritor Lucas se sirve del estilo de los decre-
Gálatas (5 veces). - Como verbo derivado del verdad de la apódosis]; 19, 11 [posiblemente de suscitar en el oyente un juicio y una acti- tos y decisiones de carácter oficioso en Hech
verbo primario óéxoficxi, «aceptar», óoxéco redaccional]). Es obvio que a Lucas le gusta tud, encontramos un óoxet retórico y dis- 15, 22.25.28 y también en el prólogo de su
conserva en el NT, a diferencia de lo que su- usar el verbo 6oxéco en sentido transitivo, pa- tanciado, parecer ser, en Le 22, 24; Hech 17, evangelio en Le 1, 3.
cede con óó^a, su significado griego general ra documentar así objetivándola no sólo su 18; de manera semejante en Heb 4, 1 (si no G. Schunack
1035 Soxi|¿áí¡a) 1036 1037 Soxiná^ct) 1038

ftoxi^á^O) dokimazo examinar, aprobar, las 28 veces en que aparece; son examinados Con arreglo a la formación del verbo con la LIÓC^EIV. 1 Tes 2, 4 y 1 Cor 3, 13 son única-
aceptar como acreditado* los hombres, el pueblo, algunas personas, el terminación -oc^co, podríamos afirmar que 8o- mente excepciones «a medias». En 1 Cor 3,
5óxi[i05, 2 dokimos acreditado, reconoci- corazón y los rifiones, por ejemplo, Sal 16 xi|iáí¡a) se refiere al pensamiento y a la ac- 13, con arreglo a las imágenes tradicionales
do, auténtico* (17), 3; 25 (26), 2; 138 (139), 1.23 (H. J. ción con los que uno demuestra que es del AT, se empleará el fuego para probar la
óoxi|XT), fjg, f| prueba, verificación, fiabili- Kraus, Los Salmos I, Salamanca 1993, sub lo- 8óxiu,og; la 8oxi(j,f| es el resultado de ese ac- obra de cada uno, porque el día la sacará a la
co, piensa en procesos cultuales y de derecho to. El acto corresponde a una existencia que luz (confluyen las imágenes de la casa ardien-
dad*
sacro como la incubación y el juicio de Dios); consiste en su referente fundamental, en co- do, del juicio final y de la prueba del fuego).
1. Aparición de los términos en el NT - 2. Empleo Jer 9, 7; 11, 20; 12, 3; 17, 10; 20, 12. Es im- nocimiento y comprensión. Se expresa como 1 Tes 2, 4 habla de Dios que examina los co-
en la LXX - 3. Significado - a) Lucas - b) Pablo - portante que la acción de examinar responde razones (en cita de Jer 11, 20); para Pablo (1
4. Lenguaje posterior a Pablo y al NT.
discernimiento crítico (en la acción de exami-
más bien a una visión y conocimiento de tipo nar) y en la acreditación práctica de la expe- Tes 2, 4a), esto significa que el evangelio le
Bibl.: L. Asciutto, Decisione e liberta in Cristo. 8o- «intuitivo», y no se realiza tanto por una acti- riencia de conocer o de ser conocido en rela- fue confiado, y que él tiene que responder an-
%i|xá^Eiv in alcuni passi di S. Paolo: RMT 3 (1971) vidad, ensayo o prueba. El ministerio de Jere- ción consigo mismo y con otros. (Esto puede te Dios en la predicación del evangelio, de esa
229-245; Bultmann, Teología, 269; W. Grundmann, mías consiste principalmente en examinar «aprobación» de que fue objeto por parte de
6óxi|X05 mi., en ThWNT II, 258-264; G. Klein, Die implicar la reflexión ética.) Lo peculiar de Pa-
(Jer 6, 27). En las secciones sapienciales de la blo es que ello implica la comprensión críti- Dios (cf. 2 Cor 2, 17; Gal 1, 10). Por tanto:
PrUfung der Zeit (Lk 12, 54-56): ZThK 61 (1964) 373-
LXX, el verbo se usa especialmente para sig- óoxi|xáí¡co, en Pablo, se refiere indirectamen-
390; G. Therrien, Le discernement dans les écrits pau- co-práctica y la respuesta de la fe en el Ky-
liniens (EtB), Paris 1973. Cf. para más bibliografía, nificar el valor del objeto que se examina (en te a Dios, por cuanto se refiere directamente a
rios, el conocimiento de Dios en Cristo, y que la realización práctica, a la responsabilidad
ThWNT X, 1055. cuanto a su conducta, por la paciencia de que este acto debe ser realizado de manera comu- concreta, determinada por la situación y basa-
da muestras, lo mismo que se purifica el oro nicativa y refleja por el creyente mismo y por
1. En el NT Soxi|xá£a> aparece principal- da en el conocimiento -concedido en Cristo
en el fuego; este uso es frecuente en Prover- la Iglesia.
mente en Pablo (15 de 22 testimonios). Se en- por el evangelio- de lo que Dios mismo quie-
bios, Sabiduría, Eclesiástico). Es interesante
cuentra también en Le 12, 56; 14, 19; Ef 5, re (¡en Cristo!), en relación con aquellos que
TestAs 5, 4: «Todo esto lo he diferenciado a) En Le 12, 56 se trata de la acción de
10; 1 Tim 3, 10; 1 Pe 1, 7; 1 Jn 4, 1. Con (ESOXÍLUXOOI) en mi vida» (a saber, he dife-
confían en la palabra de la cruz.
examinar objetivamente los signos del tiempo
SóxiLiog sucede algo parecido: además de renciado la verdad de la mentira, lo justo de lo y de adoptar ante ellos la correspondiente ac- El conocimiento de la voluntad de Dios es
aparecer en 2 Tim 2, 15; Sant 1, 12, el adjeti- injusto, etc.; cf. 5, 1). titud (sobre lo de probar las yuntas de bueyes decisivo. Así se hace patente en Rom 1, 28; 2,
vo se encuentra únicamente en Pablo (5 ve- 18; 12, 2: en la acusación que se formula en 1,
8óxi^og, usado en la literatura griega para que se han comprado, cf. 14, 19). Si uno se
ces). En el NT 8oxi|ir| aparece únicamente en
designar lo que ha sido «probado (en la bata- entiende a sí mismo como persona que presta 28 mediante las expresiones correspondientes
Pablo (5 veces); falta en la LXX y no hay tes-
lla), lo que se halla acreditado, lo que es reco- atención a (los signos de) la tierra y del cielo, (tomadas de la literatura sapiencial) «puesto
timonios de este sustantivo antes de Pablo.
nocido o auténtico» (refiriéndose tanto a per- ¿por qué no habrá de estar atento, y con mu- que ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios,
sonas como a cosas), aparece raras veces en la cha mayor razón, a este xouoóg? Su carácter Dios los entregó a una mente desamparada (a
2. 6oxi[iá£ü) es un verbo denominativo de LXX y sirve casi siempre para designar que (escatológico) como decisión, ¿es un carácter la pérdida de una relación significativa con el
80x14x05, que se deriva de 8oxéu>, oéxo|iai un metal es genuino. pretendido o una actitud dentro de la tensión existir)»; en la cita de la pretensión judía en
(«aceptar»). El verbo se halla muy difundido que plasma ahora la historia post Christum Rom 2, 18, donde el conocimiento de la vo-
desde Herodoto con el significado de exami-
3. Los textos paulinos indican que 8oxi- (entre la fe y la incredulidad)? (Así piensa luntad de Dios (por la ley) se identifica con la
nar, aprobar, aceptar como acreditado, y al-
Liá^co, lo mismo que 80x14*05 y 80x14114, se Klein, seguramente con razón, quien hace dis- capacidad para determinar lo que es impor-
gunas veces es el término técnico para desig- tante; en las exhortaciones a «servir a Dios en
emplean en sentido técnico con una amplia tinción entre la tradición acerca de Jesús de-
nar «examinado oficialmente» (los animales medio de la cotidianidad del mundo», en Rom
gama de significados, especialmente cuando terminada escatológicamente y pre-lucana 12, 2, con la razón renovada para dar una res-
para los sacrificios, el que desempeña un ofi- [cf. Mt 16, 3b] y la tradición lucana. 8oxiu.á- puesta crítica a lo que constituye la voluntad
se trata de probar la autoridad del apóstol en
cio, un médico). £,(£>, con su sentido intrahistórico y ético, ¿se- de Dios. En su contenido concreto pero inde-
medio de la debilidad (del amor). Es decir, el
En la LXX el verbo traduce (casi siempre) a rá redaccional?). Podría ser sinónimo de xoí- terminado, xa SiacpéoovTa (un término co-
significado teológico de los términos no es in-
bahan, «examinar, poner a prueba» (entendi- vete xó Síxouov, en el v. 57, en cuanto a la rriente del lenguaje coloquial helenístico) en
discutido sino que es objeto de controversia.
do casi siempre en sentido religioso; es tal observación crítica de los hechos históricos Flp 1, 10 indica, con respecto al contenido, lo
vez la metáfora de un término técnico «purifi- Esto desaconseja la armonización bíblica de
estos términos bajo conceptos centrales como (cf. ÍIJTOXQLTOÚ!), el llegar a una decisión y que está implicado en la prueba y examen crí-
car [metales]»), a saraf, «fundir, refinar» (fre- conservar la capacidad de juicio y la firmeza tico de la Iglesia: una superabundancia del
cuentemente término sinónimo o paralelo de «juicio (examen) de Dios/acreditación por
Dios». Por las implicaciones de la subjetivi- de la fe. amor que determine tanto el pensamiento co-
buhan), al nifal de buhar, «ser elegido», etc. - mo la acción. (En el macarismo de Rom 14,
Para la comprensión neotestamentaria (pauli- dad moderna en materia de teoría del conoci- b) A diferencia de lo que sucede en el AT,
miento y de ética, no debemos proceder irre- 22, se trata de manera más general de la capa-
na) del término, es muy interesante el hecho donde Dios es casi siempre el sujeto, vemos
flexivamente al manejar el concepto formal y cidad para juzgar sobre lo que se ha determi-
de que bahan, usado principalmente en textos que en Pablo los hombres son mencionados
neutro de «examinar/acreditar». nado con la certeza de la fe; en 1 Cor 11, 28
poéticos, tenga como sujeto a Yahvé en 22 de explícitamente como el sujeto de 8oxi-
1039 Soxiuá^w - Soxiurí 1040 1041 6oxíuiov - bokoc, 1042

se trata del uso correcto de los sacramentos, en su amor y confía en esa autenticidad (2 Cor leugner, Stuttgart 1969; L. Ruppert, Der leidende Ge-
después de un examen crítico que cada uno ha 8, 8; cf. 8, 22). Y, así, la comunidad, según 2 doxífUOV, OD, t ó dokimion medio para rechte und seine Feinde, Würzburg 1973; A. Schulz,
de hacer de sí mismo.) Cor 2, 9, da a conocer su propia 5oxiur|, cuan- probar, autenticidad* Nachfolgen und Nachahmen, München 1962, 289-
Puesto que el poder de Dios (jtVEÜu.a, la vi- do es obediente al apóstol. Según Flp 2, 22, Sant 1, 3: tó 5oxí|uov í)u.(5v xfjg Jtíotecug, 293; E. Schweizer, Gottesgerechtigkeit und Lasterka-
«lo que pone a prueba vuestra fe», refiriéndo- taloge bei Paulus, en FS Kásemann, A61-A11; A. Vóg-
da de Cristo) se manifiesta en la debilidad, esto mismo se aplica a Timoteo. tle, Die Tugend- und Lasterkataloge im NT, Münster
5oxi(ir| pertenece a la situación del sufri- Rom 14, 18 formula de manera aforística se a las tentaciones (cf. v. 2); 1 Pe 1, 7: tó 6o- i.W. 1936, índice alfabético s.v.; S. Wibbing, Die Tu-
miento, a la experiencia de discordia. En una la nueva norma para ser agradable a Dios y xíuxov v\i(bv tfjg maxecog como neutro sin- gend- und Lasterkataloge im NT, Berlín 1959, 78-89;
adaptación cristiana de un tópico parenético aprobado ante los hombres: la norma del ser- gular del adjetivo 5oxí|uog, «la autenticidad H. W. Wolff, Jes 53 im Urchristentum, Berlin '1952,
vir a Cristo (cf. Rom 16, 10). En las palabras de vuestra fe» (v.l. 5óxiu.ov), que supera in- 99-104.
judío (cf. TestJos 20, 1; Sant 1, 2-4: 1 Pe 1,
acerca de la colecta en 1 Cor 16, 3, se habla de cluso a la autenticidad del oro que es probado
6s), Rom 5, 4 saca la conclusión de que la tri- 1. De las 11 veces que el término se halla
«personas apropiadas, elegidas por vosotros». por el fuego. ThWNT II, 259, 261s; Bla6-De-
bulación produce paciencia, y la paciencia, documentado en el NT (además de las varian-
brunner § 263, nota 5; L. Goppelt, Der Erste
carácter probado, y el carácter probado, es- Petrusbrief (KEK), sub loco. tes textuales de Me 12, 14; Ap 14, 5), SóXog
peranza (que crea certeza). Según 2 Cor 8, 2, 4. En los escritos posteriores a Pablo (y aparece una vez en cada uno de los escritos
de la prueba en la tribulación nace la alegría. posteriores al NT), Soxiu-á^eiv experimenta siguientes: Mateo (par. Marcos), Juan, He-
En 1 Cor 11, 19 se dice que las divisiones ha- cierta fijación en el sentido de que el examen bóxifiog, 2 dokimos acreditado, reconoci- chos, Romanos, 2 Corintios, 1 Tesalonicen-
cen ver quién ha sido aprobado. 2 Cor 10, 18 y la acreditación pueden delegarse -como do, auténtico ses; aparece 2 veces en Marcos, y 3 veces en
acentúa que el predicado 5óxiu.og no corres- quien dice- ajustándose a criterios eclesiásti- ->• Soxi|iáí¡(D. 1 Pedro. Además de las citas literales del AT,
ponde a quien se recomienda a sí mismo, sino cos y éticos: se hallan en transición 1 Tes 5, se observa claramente la dependencia que
a aquel a quien el Señor recomienda, y a él se 21 («examinadlo todo, retened lo bueno»); Ef existe de la tradición del AT al caracterizarse
doxÓ£, o í , 1^ dokos tronco, viga*
le aplica el carácter público y escatológico así 5, 10 («lo que agrada al Señor»); 1 Tim 3, 10 corrientemente como «engañoso» y falso al
Mt 7, 3.4.5 par. Le 6, 41.42 (bis), en una hi-
como también discutido de ese predicado. (someter a prueba para ver si, según el espejo hombre que se ha apartado de Dios -en con-
pérbole en labios de Jesús: «la viga en el pro-
(Cada uno debe examinar [a conciencia] su del obispo en 6, 7, no existe ninguna objeción
pio ojo», por contraste con la «pajita» en el traste con la persona que teme a Dios, es de-
propia obra, y entonces -en comparación, no contra los diáconos); 1 Jn 4, 1 («probad [en la
ojo del hermano. La imagen está tomada, se- cir, con el «justo»-. Así lo vemos especial-
con otros, sino con su propia certeza de fe- fe] los espíritus para ver si son de Dios»); 2
guramente, de un proverbio (cf. Billerbeck I, mente en la tradición que lleva la impronta
podrá gloriarse, Gal 6, 4.) Tim 2, 15 (del obispo); Sant 1, 12 («Biena-
446s) y acentúa la prohibición de juzgar al sapiencial (por ejemplo, Sal 10, 7; 36, 4; 52,
Evidentemente, en Corinto se pedía a Pa- venturado el hombre que resiste a la tenta-
hermano. Schulz, Q, 148s. 4; 55, 12; Prov 12, 5.20; 16, 28; 26, 4; Sab 1,
blo que demostrara, lo mismo que otros pneu- ción, porque, habiendo sido aprobado, recibi-
rá la corona de la vida»). - En Did 11, 11; 12, 5; 4, 11; 14, 25; Eclo 1, 30; 19, 26; cf. Jer 5,
máticos bien probados, que Cristo hablaba en 27; 9, 5; Sof 1, 9).
él (2 Cor 13, 3-7). ¿Cómo podía dar Pablo esa 1; 15, 1 se fija el sentido que hace referencia bókiog, 3 dolios falso, engañador, fraudu-
prueba (del Espíritu y del poder de Cristo) si al examen al que hay que someter a los profe- lento*
no es exigiendo a la comunidad que, con un tas (itinerantes) y a los obispos; de manera En 2 Cor 11, 13 se llama EQyázai bókioi, 2. a) La intención de los adversarios de Je-
examen crítico de sí misma, diera buena cuen- parecida, 1 Clem 42, 4; 44, 2; 47, 4; Herm «obreros fraudulentos», y iheuSoa:ncóo"ToX,oi sús de apresarle y darle muerte experimenta
ta de su propia existencia en la fe? Pablo sabe (m) 11, 7, 16; según IgnEsm, 8, 2, es agrada- a los adversarios de Pablo; cf. también 1 una descalificación clarísima en la afirmación
muy bien que, de esta manera, él no va a satis- ble a Dios lo que el obispo aprueba. Clem 15, 5; Herm (s) 9, 26, 7. de que eso pretende hacerse ev 8óXcp (Me 14,
facer precisamente la errada exigencia de que 1; Mt 26, 4: bokw). Además de la razón dada
G. Schunack (el temor al pueblo), el relato muestra que la
él efectúe una demostración legitimante de po- doXlóo) dolioo engañar, defraudar*
der pneumático. Pero está persuadido de que Rom 3,13 (en cita del Sal 5, 10 LXX): xatg futura Pasión de Jesús es la de un justo con-
ó o x i f i a a í a , a ? , i\ dokimasia prueba, Y^cóooaig autebv éSoX.ioíio'av (imperfecto; denado, a pesar de ser inocente. Y el propósi-
su propio apostolado, que tiene esta apariencia
de no estar legitimado, se halla bien probado examen* cf. BlaB-Debrunner § 84, 3), «han engañado to de sus adversarios se entiende como la ac-
Heb 3, 9 (cf. Sal 94, 9 LXX) en la expre- (siempre) con sus lenguas». ción malvada de personas impías.
por el hecho de que los corintios entienden su
sión: zmÍQaoav... év óoxiu.aoia, «pusieron
propia existencia en la fe, es decir, demuestran b) Así como la conducta, hostil a la fe, de
a prueba», que se refiere al comportamiento
en sus vidas que Cristo se encuentra en ellos 00X05, 01), Ó dolos engaño, astucia; false- Elimas el mago (Hech 13, 8) es caracterizada
de los antiguos con Dios durante la peregrina-
en virtud del evangelio predicado por el após- ción por el desierto; Koiné lat syp syh leen con dad* como la de una persona JtX,r|Qr|g TtocvTÓg 5ó-
tol. Es dudoso que Pablo pudiera probar su la LXX é5oxíu.aoav (\ié). ThWNT II, 259. X.ou (v. 10), así también vemos en Juan -por
Soxiuri de otra manera, por ejemplo, median- 1. Aparición del término y campo referencial en el
AT - 2. Cualificación del ser y del obrar humano - contraste- que Jesús caracteriza a Natanael,
te un proceso judicial. Asimismo, cuando él 3. Catálogos de vicios y tablas de deberes domésticos - uno de los primeros que fueron llamados al
reclama que la comunidad le examine y re- óoxi|iT|, f¡5, t| dokime prueba, verifica- 4. Defensa del ministerio apostólico. discipulado, como «un auténtico israelita» sv
frende, esto se hace cuando él (con sus propias ción, fiabilidad cp bokoc, oíix eoxiv (1, 47), una caracteriza-
Bibl.: D. Georgi, Die Gegner des Paulus im 2. Kor,
palabras) exige a la comunidad autenticidad ->• 5oxiuúí¡(0 (3.b). Neukirchen-Vluyn 1964; O. Keel, Feinde und Gottes- ción que se entiende únicamente a partir de
1043 óóXog• 6óu.a 1044 óóu«-6óí;a 1046

pasajes del AT (cf. Sal 32, 2; Sof 3, 13) donde tentó, ov% OTI emt,r}x& xó boya, sino que lo breos, 20 en las Epístolas católicas (diez de
cristiano guarda bien sus labios del Xaki\aai
se describe de esta manera a quien es verda- que busca únicamente es el fruto, la cosecha las cuales se encuentran en 1 Pedro), 17 en el
5óX.ov (v. 10 = Sal 34, 14).
deramente «justo» (cf. Ap 14, 5 v.l.!). (-»• xarjjtóg). Apocalipsis. El término falta en Filemón y en
4. Ya en la Carta primera a los tesalonicen- 1-3 Juan.
3. a) En los catálogos neotestamentarios ses defiende Pablo su ministerio misionero:
de vicios (Vogtle, 1; Wibbing, 78), bókoc, 5 ó | a , ijg, r\ doxa reputación, honor; es- 2. Los significados bíblicos de este térmi-
su predicación no se realiza év 8óX.cp (2, 3). plendor de poder, gloria
(sobre el uso del término cf. Vogtle 13ss; Sobre todo en la Carta segunda a los corintios no son sorprendentes, en comparación con los
Wibbing, 87s) aparece únicamente en Me 7, Pablo tiene que defenderse: él no se cuenta 1. Aparición del término en el NT - 2. Campo se- significados con que aparece en el griego ex-
22; Rom 1, 29; 1 Pe 2, 1. Al caracterizar, en- entre quienes falsifican la palabra de Dios
mántico y significados - 3. 6 ó | a en el uso general del trabíblico. El significado de 8óí;a más fre-
tre otras cosas, con el término bóXoq a las cristianismo primitivo - a) Só§c¡ como reputación, ho- cuente en el griego extrabíblico, a saber, el de
(ootarüvTeg xóv X.óyov xov fteoft)» (2 Cor 4, nor, fama - b) boSp. como esplendor del poder divino
personas que viven en la «impiedad» y la «in- 2). Eso es privilegio de los «falsos apóstoles», y celestial - c) bo%a como gloria divina contemplada «opinión, punto de vista», falta en el NT. El
justicia» (Rom 1, 18ss), Pablo se ajusta a la que son eQyáxai 5óXioi (11, 13), que predi- espiritualmente - 4. 8 ó | a en la teología paulina de la otro significado fundamental de reputación,
manera de hablar del AT (cf. Vogtle, 229- cruz - 5. bo%a en la teología joánica de la revelación. valor, honor (Le 14, 10; 1 Tes 2, 6.20; 1 Cor
can «a otro Jesús distinto» y «otro evangelio
232). En Me 7, 22 bókog aparece al principio 11, 15; 2 Cor 6, 8, etc.) queda notablemente
distinto» (11, 4). Lo absurdo que juzga Pablo Bibl: M.-L. Appold, The Oneness Motif in the
de la segunda serie de seis delitos que, según Fourth Gospel (WUNT II 1), Tübingen 1976; G. Ber- relegado ante el uso religioso del término, que
que él tenga que proceder a su propia defensa
Jesús, constituyen la «maldad» que brota «del tram, íiijjóro, en ThWNT VIII, 604-611; J. Blank, Kri- es desconocido fuera del griego bíblico: es-
ante los corintios, lo vemos por su «confe-
corazón» del hombre, es decir, las culpas de sis - Untersuchungen zur johanneischen Christologie plendor del poder divino, gloria divina» (Le
las que se es personalmente responsable. sión» irónica de que él los ganó a ellos «con und Eschatologie, Freiburg i. Br. 1964, especialmente
engaño» (12, 16), aunque todo ha sido única- 264-296; A. Dauer, Die Passionsgeschichte im Joh 2, 9; Mt 16,27; Hech 7, 55 y passim), con una
Frente al uso inespecífico del término, en 1 Pe (StANT 30), München 1972, especialmente 231-294; transición hacia un sentido general de «es-
2, 1 encontramos la exhortación a deponer mente para el bien de ellos (vv. 14s).
M. Didier, La gloire de Dieu: réaliíé méconnue: La plendor visible de luz» (1 Cor 15, 20s; Hech
«toda maldad, toda falsedad», una exhorta- L. Oberlinner Foi et le Temps 4 (1974) 579-602; F. W. Eltester, Ei-
22, 11). Se discute si este sentido se había
ción que se halla al servicio de la parénesis kon im NT (BZNW 23), Berlin 1958, 130-166; G. Fi-
scher, Die himmlischen Wohnungen. Untersuchungen preparado ya en el uso común del lenguaje en
concreta de la comunidad; bóXoc, es una de zu Joh 14, 2s (EHS XXIII 38), Bern-Frankfurt a. M. el mundo de aquel entonces, probablemente
las formas de conducta que perturban las rela- 80XÓO) doloó falsificar, adulterar* 1975, 299-348; J. Terence Forestell, The Word of the en la manera de hablar de las cortes helenísti-
ciones entre las personas y que se oponen a la En 2 Cor 4, 2 dícese ut]Sé boXovvxeq xov Cross. Salvation as Revelation in the Fourth Gospel
(AnBibl 57), Roma 1974, sobre todo 65-74; Y. Ibuki, cas. Este lenguaje parece haber influido en los
convivencia (querida por Dios) dentro de la Xóyov xov fteoí), «... ni adulterando la pala-
Die Wahrheit im Johannesevangelium (BBB 39), pasajes del NT en los que boE,a significa el
comunidad, que es «sacerdocio santo» (v. 5), bra de Dios», en la defensa que Pablo hace de Bonn 1972, 188-201; E. Kásemann, Jesu letzter Wille esplendor de poder de los reyes y los reinos
«linaje escogido» (v. 9) y «pueblo de Dios» su apostolado; cf. también 2 Cor 12, 16; 1 Tes nach Johannes 17, Tübingen '1971, 16-64; G. Kittel- (Mt 4, 8; 6, 29; Ap 21, 24.26) o se usa en aso-
(v. 10). 2, 3 (->• SóX.og). Una expresión afín es aoo- G. von Rad, bonéw m\., en ThWNT II, 255-258; H.
Kittel, Die Herrlichkeit Gottes (BZNW 16), Giefien ciación con motivos del trono (Mt 19, 28; 25,
X.ov yaka en 1 Pe 2, 2; cf. «adulterar el vino»
b) Al siervo de Dios, que sufre a pesar de 1934; E. Larsson, Christus ais Vorbild (ASNU 23), 31.34; Me 10, 37; 1 Tes 2, 12) y en el sentido
en Luciano, Hermot 59. Uppsala 1962, sobre todo 275-293; C. Mohrmann, No-
ser inocente (según Dtls), se le describe en 1 de majestad como nombre para designar a los
te sur dóxa, en Sprachgeschichte und Wortbedeutung
Pe 2, 22 como «el que no cometió ninguna in- (FSA. Debrunner), Bern 1954, 321-328; J. Riedl, Das poderes angélicos (Jds 8; 2 Pe 2, 10).
justicia ni se halló engaño en su boca» (Is 53, Sofía, atoe;, TÓ doma dádiva, don* Heilswerk Jesu nach Johannes (Freib. Theol. Stud.
93), Freiburg i. Br. 1973, especialmente 69-188; H. Esta notable remodelación del sentido del tér-
9). La cita se halla en un himno tradicional a Mt 7, 11 par. Le 11, 13: o'fóaxe Sonata Schlier, Doxa bei Paulus ais heilgeschichtlicher Be-
Cristo (1 Pe 2, 21-25), que se cita en el con- áya-frá oióóvaí tote; téxvoig í)[xc&v, en una mino se remonta a la elección de 5ó|a como vo-
griff, en AnBibl 17/18, Rom 1963, 45-50; R. Schna-
texto parenético de una «tabla de deberes do- argumentación que procede por analogía a ckenburg, Entwicklung und Stand der johanneischencablo para traducir en la versión de los Setenta el
término hebreo kabód. Toda la gama de significa-
Forschung seit 1955, en M. de Jonge (ed.), L'Evangi-
mésticos»: los esclavos deben dar buena minori ad maius, y en la que se hace referen- dos de kabód en el AT se trasvasó al equivalente
le de Jean, Louvain 1977, 19-44; J. Schneider, Doxa,
cuenta de sí mismos, siguiendo a Cristo en cia a la solicitud de los padres, que, aunque griego 5ó|a. Y, así, kabód significa el peso del
Gütersloh 1932; Id., TIUT|, en ThWNT VIII, 170-182;
sus padecimientos «ejemplares» (2, 21). sean malos (jtovnooL ovTBg/íiJtáQxovTEg), G. Warmuth, hadar, en ThWAT II, 357-363; C. Wes- prestigio y del honor que una persona posee, so-
Con el Sal 34, 13-17, la Carta primera de «saben dar dádivas buenas a sus hijos». Y se termann, kbd en DTMAT I, 1089-1113. bre todo el rey (1 Re 3, 13), pero fundamental-
Pedro exhorta (3, 10-12), para terminar la contrasta esta solicitud con la solicitud, mu- mente también todo hombre por el puesto que
cho mayor, de Dios por aquellos que le invo- ocupa en la creación (Sal 8, 6) o dentro de la so-
sección (2, 11-3, 7), mediante una parénesis
dirigida «a todos» (3, 8) a una vida vivida se- can llamándole Padre celestial; en Ef 4, 8 (cf. 1. Sóíja aparece 167 veces en el NT, co- ciedad de los hombres, donde el kabód se mani-
gún «la experiencia de Cristo» (L. Goppelt, Sal 67, 19 LXX) dícese de los dones de Cris- rrespondiendo 57 de esos testimonios a las fiesta de manera escalonada como rango, digni-
dad y posición de poder. Pero es un término que,
Der Erste Petrusbrief [KEK], 226), a una vi- to resucitado a los hombres (es decir, de los cartas paulinas y deuteropaulinas (el término sobre todo, hace referencia a la Divinidad como
da que rompa el círculo vicioso de la vengan- «ministerios» dados por Jesús a la Iglesia, v. aparece 19 veces en 1 Cor 15, 40-44; 1 Cor 3, expresión de su manifestación en el dominio so-
za por las injusticias sufridas, respondiendo 11); en Flp 4, 17 Pablo no trata de recibir do- 4^-4, 6). Ulterior distribución: 28 veces en los berano que Dios tiene sobre la naturaleza y la his-
con «bendición» (v. 9); esto supone que el nativos de la comunidad para su propio sus- Sinópticos y en Hechos, 18 en Juan, 7 en He- toria: por un lado, en las luminosas manifestado-
1047 oó§a 1048 1049 6ó|a 1050

nes de la Divinidad en las teofanías, pero más to- 11, 7). Pero como el hombre fue infiel a su experiencia del don divino de la salvación (Le c) Según Rom 1, 23 (cf. v. 20), la gloria de
davía en la majestad, visible únicamente para el destino y perdió la participación en la 5ó§a 17, 18; Rom 11, 36; Ef 3, 21; 1 Tim 1, 17; 2 Dios, su poder eterno y su divinidad se perci-
ojo de la fe, de sus actos históricos de salvación y divina (Rom 3, 23), vemos que la boZ,a ad- Tim 4, 18; Heb 13, 21; 1 Pe 4, 11; Jds 24s; Ap
de juicio. El reconocimiento y la confesión de es- ben intelectualmente a través de las obras de
te kábdd de Yahvé es el honor que su pueblo y to- quiere significación central en los enunciados 4, 11 y passim). En sentido especial, el sí de Dios como creador. Y esto exige que las cria-
da la creación debe tributarle. soteriológicos. En ellos 8ó^a aparece junto a la fe tributa a Dios el honor que le correspon- turas le rindan homenaje con gratitud. En vis-
6ixaioo-úvr| (Rom 3, 23-25), %&Qig (5, 2; Ef de (2 Cor 1, 20; Rom 4, 20s). ta de los actos realizados por Dios en la histo-
La variedad de usos corresponde a las di- 1, 6), ocüTnoía (1 Pe 1, 7-10; Ap 19, 1), £ü)T) ria de los patriarcas y de Israel, al pueblo de
b) Las tradiciones del AT sobre las teofaní-
versas clasificaciones del significado del tér- aicóviog, tiur|, etQTrvn (Rom 2, 7.10), etc., y Dios le corresponde la gloria (Rom 9, 5; cf,
as tienen en el NT una continuidad no amplia,
mino. 5ó^a se usa como sinónimo juntamen- se convierte en el concepto por excelencia de Le 2, 32). A pesar de que la humanidad ada-
pero sí importante (Hech 7, 2.30-32.35,38;
te con Tiur| en el sentido de prestigio, honor la esperanza de la salvación (Rom 5, 2; 8, 21; mítica permanece alejada culpablemente de
Heb 9, 5; cf. Ex 25, 22; 1 Cor 10, 1-4: Kn 12,
(por ejemplo, en Rom 2, 7.10; 1 Tim 1, 17); Ef 1, 18; Col 1, 27), con la importante incor- Dios, él se mantiene firme en su voluntad sal-
41). Tales tradiciones se ofrecen siempre co-
también juntamente con enaivog (Flp 1,11; 1 poración del verbo ->• 5o^á^co, «glorificar». vífica y lleva a cabo por medio del aconteci-
mo un testimonio de la nueva revelación que
Pe 1, 7). El concepto opuesto es átifúa (2 Como semejante salvación es mediada por miento de Cristo el destino del hombre para la
sobrepasa a la antigua (cf. especialmente 1
Cristo (2 Cor 4, 6, etc.), tenemos aquí el se- participación en la bó%a de Dios. En la resu-
Cor 6, 8). bó%a en el sentido de esplendor del Cor 10, 6.11). En el acontecimiento del éxo-
gundo punto de partida para los enunciados rrección de Jesucristo de entre los muertos,
poder divino va acompañada a veces por otros do, Dios se encontraba ya presente en Cristo
cristológicos de 6ó^a. Dios ha hecho «nacer de nuevo» a los creyen-
conceptos que también expresan el poder: (1 Cor 10, 4), que ahora «plantó su tienda en-
tes y los «ha llamado a su eterna gloria» (1 Pe
Súvajug (Mt 24, 30; Le 21, 27), é^cruo-íci (Le tre nosotros», de tal manera que nosotros
3. a) El prestigio y honor como bien al que 1, 3-9; 5, 10).
4, 6; 2 Tes 1, 9) y xoátog (1 Pe 4, 11; Ap 1, «contemplamos su 6ó§a» (Jn 1, 14). La con-
aspira el hombre (Le 14, 10; 1 Cor 11, 15) se templación del esplendor visible del poder di- Y, así, la boE,a destinada al hombre se con-
6). Frecuentemente tales sentencias de bó\a
valora más bien de manera crítica: el que bus- vino queda notablemente relegada en el NT, vierte en puro don de gracia (Rom 3, 23s; 9,
aparecen en himnos de alabanza (Le 2,14; 19, 23), que Dios ofrece por medio de Cristo, A él
38; Ef 1, 3-14: Ap 4, 11, y passim), pero con ca el honor de los hombres, dejará de buscar con excepción de los textos que expresan la
el honor que viene de Dios (1 Tes 2, 6.19s; Jn esperanza en la consumación, todavía futura, «le recibió Dios en la gloria» (1 Tim 3,16; cf.
mayor frecuencia aún en la forma de la doxo- Sant 2, 1; l Pe 1, 21; 2 Pe 1, 17, y passim),
logía, derivada de la tradición judía (Rom 11, 5, 41-44: 7, 18; 8, 50s; 10, 43; 12, 43; Flp 3, de la revelación de Dios que ha comenzado ya
19; cf. Rom 2, 7.10). El apóstol acredita su li- (Me 8, 38; 13, 26; Mt 16, 27; 24, 30; Le 17, «coronado de 5ó^a y honor». Con gloria su-
36; 16, 27; Gal 1, 5; Ef 3, 21; Flp 4, 20; Heb perior a la de Moisés o a la de los ángeles, él
13,21; 1 Tim 1,17; 2 Tim 4, 18; 1 Pe 4, 11; 2 bertad «en honor y deshonor» (2 Cor 6, 8). El 24; 21, 27; Ap 21,11.23s). No obstante, &ó£a
proverbial esplendor y la magnificencia de lps designa también en Le 9, 31 (historia de la es el Hijo, el Mediador preexistente de la cre-
Pe 3, 8; Ap 1, 6). En la medida en que 8ó^a ación, el «resplandor de la gloria e imagen
enuncia la esencia de la Divinidad en su ma- reyes y de sus reinos pueden realizar una fun- transfiguración), en algunas tradiciones de
ción positiva (Mt 6.29; Le 12, 27); en el acon- Pascua (Me 16, 5; Mt 28, 3; Hech 9, 3) y en perfecta del ser de Dios», quien por medio de
nifestación, puede ir acompañada por concep- él «comenzó a llevar a los muchos hijos hacia
tos como deióxT]5 «Deidad», iijtóoxaoig «fir- tecimiento del final de los tiempos, toda la los relatos lucanos de la infancia (Le 2, 9), un
5ó^a de las naciones adornará a la ciudad de esplendor de luz, visible y no obstante celes- la dó£o» (Heb %, 7.9; 3, 5; 1, 2s; 2, 10). El
meza», \Kzyakoavv\\ «majestad» (Rom 1, 20. «Espíritu de la gloria de Dios» descansa aho-
23; Heb 1, 3a.d) y los enunciados de 8ó^a Dios (Ap 21, 24.26). Sin embargo, s.e pone de tial, en parte contemplado visionariamente
por medio de una gracia especial (Hech 9, 3; ra sobre los creyentes» (1 Pe 4, 14); ellos son
pueden pasar a expresar las maneras de la pre- relieve la caducidad de todo el esplendor de
cf. v. 7). y que en parte irrumpe desde lo alto preservados por el poder de Dios hasta la re-
sencia divina en el acontecimiento de la reve- este cosmos (1 Pe 1, 24; cf. 1 Jn 2, 15-17), y
y se hace visible en el espacio (Le 2, 9), Pablo velación de la gloria de Cristo y de los cre-
lación: pueden referirse a la esfera celestial y lo demoníacamente seductor de su magnifi-
piensa en la gloria luminosa del cuerpo nuevo yentes en el acontecimiento del fin de los
divina (Le 2, 9; 1 Tim 3, 16, y passim), prin- cencia (Mt 4, 8; Le 4, 6). Bien entendidos, los
en l Cor 15, 43; cf. Flp 3, 2Qs, En este con- tiempos (1 Pe 1, 5; 5, 1; 4, 13). Ahora bien,
cipalmente a los mensajeros celestiales envia- humillantes sufrimientos del apóstol son pre- así como Cristo -según la voluntad de Dios-
cisamente un honor para su comunidad (Ef 3, texto parece que él atribuye en sentido figura-
dos por Dios, sobre todo en el acontecimiento entró por el sufrimiento en la gloria, así se ha
13), de la misma manera que -inversamente- do a los cuerpos celestes un esplendqr de
del fin de los tiempos (Le 9, 26; Mt 16, 27; determinado que suceda con los creyentes (1
su fiel coniunidad será para él, en los aconte- 8p§a, escuchándose siempre en todo ello un
Ap 18, 1, y passim). Este es uno de los puntos Pe 1, 6-12: 2, 20s; 4, 13; 5, 1-4.10; cf, Rom 8,
cimientos del fin, honor, fama y gozo (1 Tes elernentp de rango y posición de poder: «Una
de partida de los enunciados cristolpgicos de estrella se diferencia de otra estrella en la 17), Cuando la Iglesia, en su respuesta, con-
6 q | a en el NT- Jesús viene en bó%a como el 2, 19s). Finalmente, a solo Dios se debe fado fiesa la gloria de Dios, esta gloria consiste
honor, como confiesan el himno y la doxolp- §p|o:».. La 5ó§a adquiere también en otras.
esperado Hijo del hombre (Me 8, 38, y pas- partes, el sentidp de «esplendor reflejado», profundístmamente en la fidelidad de Dios
sim); él es el xúpiog xfjg botftc, (1 Cor 2, 9; gía. Por eso, }a propia situación es siempre -mediante el acontecimiento de Cristo- a sus
importante. Hay que renunciar a la impiedad análogo al que tiene eíxdáv: el hombre es el
Sant 2, 1), etc. esplendor reflejado y la imagen de Dios» (1 criaturas perdidas (Le 2, 14; 19, 38; Ef 1, 3-
(Rom 1, 23-25), hay que someterse a la auto- 14; Heb 13, 20s y passim).
ridad judicial de Dios (Jn 9, 24; Ap 14, 7; 16, Cor 11,7). Detrás de la luz visible del cielo se
Reciben participación en la 5 ó | a divina las
halla la esfera invisible e inaccesible de la luz
obras del Creador (Rom 1, 21.24), principal- 9) y rechazar la blasfemia (Hech 12, 23), y, 4. Pablo comparte el uso general de Só|cc
divina (1 Tim 6, 16).
mente el hombre como criatura suya (1 Cor sobre todo, hay que mostrar gratitud por la en el cristianismo primitivo. El hace, además,
1051 5ó|a 1052 1053 6ó£a 1054

que el trasfondo del lenguaje de la Setenta re- 7). Quien ha reconocido así la ó ó g a de Dios justicia, todo eso redunda en la gloria de Dios Hijo, el cual érase desde siempre «con Dios»
salte en citas (Rom 1, 23, cf. Sal 105, 20 en la faz de Cristo, ese tal ha recibido la «sa- (Rom 15, 7; 2 Cor 4, 15; Flp 2, 11; 1, 9-11). (Jn 17, 5; cf. 1, 1). En la muerte, el Hijo re-
LXX; 1 Cor 11, 7, cf. Gen 1, 27). Así, la 6 ó | a biduría de Dios en el misterio», una sabiduría Los creyentes, con su cuerpo mortal, más aún gresa a la 8ó|oc con el Padre (17, 5), pero es-
expresa también para Pablo fundamentalmen- que Dios ha destinado a nosotros los creyen- en su misma muerte, son capaces de acrecen- tando en la tierra no se apartó nunca de la
te la esencia de Dios, tal como ésta se mani- tes para hacernos partícipes de su 5 ó ^ a (1 tar la gloria de Dios y de su Cristo (1 Cor 6, 8ó§a del Padre, porque el Padre está siempre
festa en su revelación, tal como es contempla- Cor 2,7). Esta sabiduría nos revela de tal ma- 20; Flp 1, 20). Ahora también el hombre pue- «con él» (16, 32; cf. 5, 17). Incluso durante su
da por la razón iluminada que ve el poder del nera «las profundidades de Dios», que somos de dedicar de veras su vida a buscar «la gloria revelación en el mundo, al Hijo le correspon-
Dios creador (Rom 1, 20.23), tal como es es- poseídos y dominados por el amor de Dios y y el honor y la inmortalidad» (Rom 2, 7), por- dió siempre como propia la gloria, por ser el
perada por el ojo de la fe que cree en el poder de Cristo (2 Cor 5, 14s; 1 Cor 8, 3). que él vive -con su voluntad y sus logros- del Unigénito del Padre (1, 14). A él el Padre, en
divino de juicio y de salvación en las mani- La salvación es para Pablo la partición en el resplandor de poder de la cercanía y del amor el amor, le hace partícipe de su 8 ó ^ a (1, 18;
festaciones históricas, y que con fe es aguar- ser glorioso de Dios, tal como se manifiesta de Dios (Rom 12, ls; Gal 2, 20; Flp 21, 3) y 3, 35; 5, 20; 17, 24).
dada en su irradiación definitiva en el aconte- en su amor salvador en el acontecimiento de está llamado a hacerlo todo para honra de
cimiento del fin de los tiempos. Dios. b) En los actos de poder de Jesús se mani-
Cristo. En consecuencia, la expectación cós-
Se observa una manera peculiar de hablar fiesta la naturaleza gloriosa del Padre (11,
mica sigue estando viva: nuestro cuerpo se
En las cartas deuteropaulinas se desarrolla 4.40). Y, así, Jesús en su actuación y en sus
de Pablo, cuando él reflexiona soteriológica- hará semejante al «cuerpo de 8ó^a» del Cris- más la remodelación teológica que Pablo hace obras ha glorificado al Padre en la tierra (17,
mente sobre las manifestaciones de la 6 ó ^ a to exaltado. Nuestra existencia se hará seme- del concepto, pero con una aproximación ma- 4), y al mismo tiempo revela también su pro-
de Dios. El estado de perdición, que se produ- jante a su «imagen»: Flp 3, 2 1 ; 1 Cor 15, yor a las tradiciones generales del cristianis- pia ó ó ^ a , la del Hijo (2, 11). Ahora bien,
jo con la pérdida culpable de la 8 ó ^ a (Rom 3, 43s.49. Pero la trasformación decisiva en mo primitivo. Y, así, la idea de poder se acen- mientras que la fuente de semeia quiere acen-
23), lo concibe Pablo de manera universal: a 5ó^a acontece ahora, por la visión de la glo- túa más en la 8ó^a, con la mira puesta en los tuar la presencia divina en la actuación de Je-
todo lo creado lo arrastró el hombre consigo ria del amor de Dios en Cristo (2 Cor 3, 18; 4, acontecimientos del fin (2 Tes 1, 9; cf. Ap 15, sús, intensificando lo milagroso, vemos que
en su caída (Rom 8, 19-21). Pablo ve también 5). Pablo vive y experimenta, él mismo, esa 3), y se acentúa más el poder de la nueva vida para el evangelista la mera experiencia de mi-
presente la bót^a de Dios en la Tora, pero co- trasformación (2 Cor 4, 7-10.17). Su evange- en los creyentes (Col 1, 11; Ef 3, 16), y tam-
mo &ó£,a que juzga y mata, y que palidece y lagros, por ejemplo, el hecho de ver saciada el
lio la trasmite y produce el «resplandor del bién la majestad celestial de Dios (1 Tim 1,
pasa (2 Cor 3, 7-10) al resplandecer la ó ó ^ a hambre por la multiplicación de los panes, si-
conocimiento de la gloria de Dios en la faz de 11.17; cf. 6, 14-16). Ahora bien, predomina la
vivificadora de Cristo. Porque la instrucción gue estando en el ámbito de la «carne» y «no
Jesucristo», un resplandor que es semejante al idea de la salvación: se ensalza a Dios como
divina está «debilitada por la carne» (Rom 8, aprovecha nada» (6, 25b-27.63). Tan sólo el
de la luz primordial en la creación del mundo el «Padre de la óó^a»; se proclama la «oó|cc
3) en la creación caída. Los enunciados cris- que con fe «ve los signos» (6, 25a) -el que en
(2 Cor 4, 3s.6). Y, así, el ministerio de Pablo de la gracia» (Ef 1, 6). Esta gracia fue conce-
tológicos de 5ó^a comienzan con la presen- el milagro del pan ve al Hijo, a quien el Padre
es «ministerio del Espíritu», que «se realiza dida a los creyentes, llena de todos los dones
cia activa de Dios en el acontecimiento de da como regalo al mundo para que sea el «pan
en 8ó^a», más aún, que «abunda en 8ó^a» (2 salvíficos (1, 3-10.17-23). Uno sabe que está
Cristo: Cristo ha resucitado «mediante la Só- de la vida» ; el que en el milagro de Lázaro ve
Cor 3, 8s). destinado a ensalzar esta 8 ó ^ a de Dios (1,
í;a del Padre» (Rom 6, 4; cf. Rom 1, 4 sobre al Hijo como «la resurrección y la vida»; el
12.14; 3, 21). Cuando la perspectiva se vuel-
este tema). Más aún, él fue crucificado ya co- La creación entera participará en la gloria que en la curación de los ciegos ve al Hijo co-
ve hacia la o ó | a como el objeto de la espe-
mo «Señor de la gloria» (1 Cor 2, 9). de los hijos de Dios, cuando se produzca el mo «la luz del mundo»* (6, 32-35; 11, 25-27:
ranza (1, 18; cf. 2, 7; Col 1, 27; 3, 4; 2 Tes 2,
Se discute sobre el significado de este im- acontecimiento final, es decir, participará en 9, 3-5)-: ese tal es el único que contempla la
14; cf. 1, 10; 2 Tim 2, 10; Tit 2, 13), ello im-
portante pasaje (1 Cor 2, 8). La hipótesis de el señorío universal del amor del Creador, que plica una revelación de la 8ó^a con un conte- revelación de la ó ó ^ a del Padre y del Hijo.
un mito gnóstico sobre el descendimiento, se- lo libera todo para que se haga conforme a la nido que está determinado por la gracia (Tit 2, En todo ello se ve una crítica del entusiasmo,
gún el cual los poderes no reconocieron al Se- verdad de su destino como criatura (Rom 8, 13; 2 Tes 2, 16). una crítica afín a la de Pablo, y que se efectúa
ñor de la gloria, no captaría el sentido del pa- 21). Puesto que la gloria escatológica de Dios desde la perspectiva de una teología de la
saje. Habrá que interpretarlo a partir de 2 Cor es, en lo más profundo, su poder de amor, la cruz.
5. En tres aspectos resalta en el Cuarto
4, 6: los poderes del trasfondo del mundo no fe puede ya desde ahora gloriarse de ella
Evangelio el uso teológico específico de este
reconocieron la presencia de Dios oculta y (Rom 8, 30, ebó^aaev; cf. vv. 37-39) y pre- Claro que la función de la Pasión en el Cuarto
término. En los tres aspectos ocupan un lugar
sentar ya a Dios la confesión de su gloria: el Evangelio es tema de discusión entre los especia-
manifiesta en el acontecimiento de Cristo; no destacado algunos temas de la teología joáni- listas. Contra la tesis de Kasemann, según la cual
reconocieron «la gloria de Dios en la faz de hecho de que Cristo nos aceptó cuando noso- ca sobre la revelación. el evangelista introduce, viéndose más bien for-
Cristo» (2 Cor 4, 6), cuando Dios se dispuso a tros éramos pecadores; el hecho de que él es- zado a ello, la tradición de la Pasión, habrá que
tá exaltado sobre todo; el hecho de que el a) Frente a Pablo destaca la versión de la conceder la máxima importancia al relato de la
revelar su amor redentor en la entrega de su
apóstol, en su ministerio, engrandece la gra- idea de la 8ó^a según la teología de la pree- Pasión en el Evangelio de Juan. La gloria de Je-
Hijo (Rom 5, 8; 8, 32; cf. 3, 25s; 2 Cor 5, 19),
cia de Cristo; el hecho de que los creyentes, xistencia, desarrollada consecuentemente. Así sús como luz del mundo es decididamente la cri-
un acontecimiento en el que la fidelidad de como la 8 ó | a de Dios es anterior a toda exis-
en una vida de amor, producen el fruto de la sis del cosmos, una crisis manifiesta que tiene su
Dios sobreabundó para gloria suya (Rom 3, tencia creada, así lo es también la gloria del punto de partida en la cruz. En esa gloria se halla
1055 8ó|a - Soleteen 1056 1057 Solaceo 1058

presente el amor creativo de Dios, que trasforma 5o|á^(0 doxazo honrar, alabar; glorificar 8; Me 2, 12). Juntamente con o en lugar de a) Ya en la muerte de Jesús, más aún, en el
a las personas perdidas en hijos de la luz (12, Óo|á£o) aparecen sinónimos tradicionales «ahora» de la entrega de sí mismo a la muer-
31s.36; cf. 1, 12s; 3, 3; 8, 34-36; 9, 39). El Hijo 1. Aparición del término en el NT - 2. Significado y como alvéco (frecuente en Lc/Hech), ev- te, Jesús es glorificado (Jn 13, 31) y, por tan-
es «pan del mundo» y el «buen Pastor», porque uso en la literatura cristiana primitiva - a) óoíjá^co en
hace entrega de su propia vida en favor del mun- el sentido de honrar, alabar - b) óoíjá^w en el sentido koyéw (Le 1, 64; 2, 28; Sant 3, 9 y passim), to, es «exaltado» (3, 14; 8, 28; 12, 32.34) en
do y de los suyos (6, 51; 10, 11.15). de glorificar - 3. So^á^to en la soteriología de Juan. ^eyákvvw (Le 1,46; Hech 10,46), o también la gran «hora» que todo lo consuma, y que el
«tributar honor» u otras expresiones por el es- Padre ha determinado para él: «Ha llegado la
Bibl: A. Dauer, Die Passionsgeschichte im Johan-
Puesto que Jesús tan sólo en la muerte es nesevangelium, Mfinchen 1972, 236-294; G. Lohfink, tilo (Rom 4, 20; Jn 9, 24 y passim). hora para que el Hijo del hombre sea glorifi-
«exaltado» a su poder salvífico que salva al Die Himmelfahrt Jesu, München 1971; M. McNama- Este acción de honrar a Dios a la manera de cado» (12, 23; cf. 13, 1 y passim). Aquí se de-
ra, The Ascensión and Exallation of Christ in the confesar su fe en él (una acción expresada ja sentir la tradición sinóptica, más antigua,
mundo perdido, vemos que en su muerte se Fourth Cospel: Scripture 19 (1967) 65-73; R. Schna-
hace realidad su «glorificación» y la del Pa- ckenburg, El evangelio según san Juan II, Barcelona
también con el verbo ti|iáa): Me 7, 6; Jn 5, que interpretaba la Pasión de Jesús como el
dre (13, 31s; 17, 4). 1980, 490-523 (excursus: Exaltación y glorificación 23; 8, 29) tiene una manifestación más pro- acontecimiento del «Hijo del hombre».
En este contexto habrá que explicar el de Jesús); W. Thüsíng, Die Erhóhung und Verherrli- funda en una vida y muerte consagradas a b) Puesto que en la actividad terrena de Je-
chung Jesu im Johannesevangelium, Münster i. W. Dios (1 Cor 6, 20; Jn 21, 19). La acción de
enunciado programático acerca de la óóÉja, 2
1972 (bibliografía). Cf. más bibliografía en óó^a. sús y en la entrega por amor que él hace de sí
que aparece en 1, 14b.c. El evangelista define honrar a Dios puede ir dirigida hacia su pala- mismo al mundo se hace acontecimiento el
la gloria del Logos encarnado como «gracia bra (Hech 13,48; 2 Tes 3,1; también Rom 11, poder y el amor salvador-creador del Padre
y verdad», una expresión que recoge el par 1. Las 60 veces que el verbo óo|á£co se 13), y sobre todo hacia Cristo (Flp 1, 20;
halla atestiguado en el NT se distribuyen de la mismo, Juan ve una glorificación mutua del
de conceptos veterotestamentarios hesed we'e Hech 19, 17; esp. Jn 5, 23). Padre por el Hijo (13, 31b; 17, lb.4) y del Hi-
met, remontándose a Ex 33, 18-35, 7, donde siguiente manera: 22 de ellas en sólo el Evan-
gelio de Juan, luego 12 en Pablo (incluida 2 b) 5oí;á£u) en el sentido de glorificar se jo por el Padre (7, 39; 12, 16.23; 13, 31a; 17,
la naturaleza de la gloria de Yahvé se com- la.5); en última instancia, el Padre se glorifi-
pendia con este par de conceptos (Ex 34, 6): Tesalonicenses), 9 en Lucas, 5 en Hechos, 4 usa raras veces, con excepción del Evangelio
en Mateo y 4 en 1 Pedro, 2 en Apocalipsis, 1 de Juan (-> 3). Aparece en Rom 8, 30 como ca a sí mismo, glorifica «su nombre» en el
la misericordia y la fidelidad predominan con
en Marcos y 1 en Hebreos. eslabón final de una cadena soteriológica; en acontecimiento de Jesús (12, 28), un suceso
mucho sobre el poder judicial de Dios. En
2 Cor 3, 10 como interpretación crítica de la que sigue irradiando después de Pascua (12,
consonancia con eso, la revelación de la glo-
2. 5o^á^co es un verbo que se deriva del doxa de Moisés según Ex 34, 29-35; y en 28; 13, 32). Y, así, la revelación de la gloria
ria de Jesús se consuma en su entrega de
amor, una entrega que llega hasta la muerte sustantivo -> 6ó^a y adquiere de él su signi- Hech 3, 13 (cf. el v. 15) como interpretación de Dios en el signo de Lázaro es ya también
(Jn 13, 1.24s.31s; 19, 25-30). Esta 5ó^a del ficado: a) «mostrar honor», en pasiva «reci- de la acción pascual de Dios en Jesús, una in- una glorificación del Hijo (11, 4, a pesar de 7,
amor es la que Jesús dio y sigue dando a los bir honor»; b) (por la repercusión especial del terpretación que se atiene a las palabras de Is 39; cf. 2, 11).
suyos (17, 20-23). uso de 6 ó | a en la Setenta) «glorificar, hacer 52, 13. En este punto, el uso y desarrollo de c) La glorificación de Jesús y del Padre se
partícipe de la gloria divina, o recibir partici- Solaceo se aproximan a los que vemos en el hace manifiesta, más aún, se acrecienta allá
c) oó^a en el sentido de prestigio, honor, pación en ella». Evangelio de Juan.
aparece en dos contextos: 1) Un contexto donde el poder divino y salvífico de Jesús, con
cristológico-apologético: El Hijo, aunque re- a) So^á^co como honrar en las relaciones la cooperación del Espíritu (16, 14), produce
clama para sí completa autoridad divina, no de unas personas con otras se usa en sentido 3. La conexión con la tradición de la recep- fruto en los suyos y lo produce ya en la tierra.
busca nunca su propio honor, sino el de aquel crítico y en sentido positivo (Mt 6, 2; Le 4, ción pascual de Jesús en la gloria divina (cf. 1 Precisamente por la muerte de Jesús se llega al
que le envió (7, 18; 8, 50.54). Sirviéndose de 15; 1 Cor 12, 26; cf. v. 24), recayendo princi- Tim 3, 16; Le 24, 26; Hech 3, 16) aparece cla- «mucho fruto» (12, 23s); en las «obras mayo-
la idea antigua del mensajero, una idea muy palmente la crítica sobre el hecho de honrarse ramente en Jn 7, 39; 12,16; cf. 2, 22: Jesús fue res» que con la fuerza de la oración se hacen
generalizada, se defiende la confesión de fe a sí mismo (Jn 8, 54; Heb 5, 5; Ap 18, 7). glorificado tan sólo en su resurrección. Esta «en el nombre de Jesús», y en la vida del amor
en la majestad divina del Revelador, en su El verbo So^ó^co se usa preponderante- tradición veía a Jesús «exaltado» a la gloria de Dios, el Padre es glorificado en el Hijo (14,
gloria. 2) Un contexto soteriológico: así co- mente en el NT para referirse al honor que se divina, «a la diestra de Dios» = a la partipa- 12s; 15,7-13).
mo en Pablo el hecho de buscar la propia jus- tributa a Dios, y casi siempre en la expresión ción en el poder glorioso de Dios (Hech 2, 33;
5, 31; cf. 3, 13). Esta gloria se manifiesta en la d) La entrada de Jesús en la gloria divina
ticia, así en Juan el hecho de buscar el propio fija So^á^Eiv tóv fteáv, que se deriva de la
doxología tradicional judía (tan sólo en el presencia del Exaltado en las epifanías del po- «junto al Padre» (17, 1.5) se distingue todavía
honor se considera como una de las barreras
Evangelio de Lucas y en Hechos 11 veces; la der del Espíritu; o, para decirlo con otras pala- de su glorificación como el revelador de la
decisivas contra la fe salvadora (5, 44; 12,
expresión aparece además en Mt 9, 8; Rom bras: en el poder salvífico de su nombre (Hech salvación; esa entrada es la restauración de la
43). Tan sólo el que permite que se revele la
ignominia de su pecado, tan sólo el que se de- 15, 6.9; 1 Pe 2, 12 y passim; en el Evangelio 2, 33; 3, 16). gloria de preexistencia por parte del amor ge-
ja purificar por quien muere prestando un ser- de Juan aparece únicamente en 21, 19). En to- El evangelista de esta tradición plasma de neroso del Padre; verla y participar en ella es
vicio, participará de Dios en Jesús (3, 19s; 4, do ello puede variar la manera de designar a cuatro maneras su reinterpretación del con- la consumación de la salvación, prometida al
16-19.29; 8, 31-37: 13, 8). Dios (Mt 9, 8; Me 2, 12), y con frecuencia se cepto de la 6ó^a (-> 8ó§a 5) con arreglo a su discípulo (17, 5.24; cf. 14, 2s).
H. Hegermann indica el motivo para glorificar a Dios (Mt 9, teología de la revelación: H. Hegermann
1059 1060 1061 SouXeúü) 1062
AoQxág - bovXevu)

esclavitud (10 veces); Sonreía, esclavitud (5 Una comprensión enteramente distinta se ex-
A o j j x á c , á 8 o g , líj Dorkas Dorcas (gace- 8OUXÓCÜ doulod esclavizar, someter a servi- presa en el AT y en el judaismo: Dios es el Señor
la)* dumbre* veces); 8oúX.T|, esclava (3 veces), y óty&ak-
absoluto. El hombre tiene conciencia de depen-
Hech 9, 36.39 como equivalente griego del Gvvbov'koc,, ov, ó syndoulos consiervo, u.oSo'üX.ía, servicio que se hace delante de der totalmente de él. Ser elegido por Dios, tener
arameo Tebita', nombre de una discípula de compañero de esclavitud* los demás para quedar bien; el adjetivo la posibilidad de servirle, no humilla a nadie. An-
Jafa, -> T a p i d a . Aooxág aparece también 8oí3X.os, como esclavo o siervo (2 veces). tes al contrario, es un verdadero honor. En con-
1. Amplitud del campo léxico, frecuencia de apari- secuencia, los términos con la raíz bovk- son
como nombre, por ejemplo, en Josefo, Bell ción de los términos en el NT - 2. Construcciones sin- los equivalentes que se encuentran con la mayor
IV, 145. 2. Si en el uso del verbo SOUXEÚÜJ se indi-
táticas - 3. Significados - 4. El grupo de palabras en la frecuencia en la LXX para traducir la raíz he-
predicación de Jesús, en la tradición sinóptica y en ca la persona o cosa a la que se presta servi- brea 'bd y sus denominativos (cf. W. Zimmerli:
Juan - 5. El grupo de palabras en las Cartas de Pablo y cio, esa persona o cosa va siempre en dativo ThWNT V, 672-673). El uso religioso se desarro-
ó ó a i g , 80)5, r\ dosis don, dádiva, acción en su tradición - 6. S0ÜX05 y aúvóou^oc; en el Apo- (21 veces). Tan sólo en Rom 7, 6; Gal 4, 25; 1 lló a partir de las expresiones ceremoniales y cor-
de dar* calipsis. Tim 6, 2 se emplea el verbo en sentido abso- tesanas del cercano Oriente, según las cuales los
En Sant 1, 17: j r a o a 60015 aYarhí- «toda luto, y en Flp 2, 22 el verbo lleva acusativo altos funcionarios se consideran como 80ÜX01
Bibl: W. Brandt, Dienst und Dienen im NT, Gottin- ante su rey. En este término se expresa la distan-
dádiva buena», junto a jtáv 8cóor|u.a t é - gen 1931; R. Gayer, Die Stellung der Sklaven in den con preposición. - En la mayoría de los casos
en que aparece 8ofiX,og, la relación se expre- cia y dependencia en que ellos se sienten con res-
\ziov, dícese de los dones de Dios; en Flp 4, pin Gemeinden und bei Paulus, Bern-Frankfurt a. M.
1976; H. Gülzow, Christentum und Sklaverei in den pecto al monarca. En el dualismo gnóstico, el
15 en la expresión eíg X.ÓYOV Sóoecog x a l sa: 27 veces con un pronombre personal en grupo de palabras sirve para expresar la esclavi-
ersten drei Jahrhunderten, Bonn 1969; J. Jeremías, Je- genitivo que indica posesión; 27 veces con un
Xtipiiiiecug, «según la cuenta del dar y reci- rusalén entiemposde Jesús, Madrid 1977; E. Kamlah, zación a la materia y a los poderes del mundo.
bir», que se deriva del lenguaje comercial y Die Parabel vom ungerechten Verwalter (Luk. 16, Iss) genitivo de persona o de cosa (con excepción
que, en la imagen del ajuste de cuentas o de la im Rahmen der Knechtsgleichnisse, en FS Michel, de Rom 6, 16). Empleado en sentido absoluto,
276-284; G. Kehnscherper, Die Stellung der Bibel und En el NT las palabras con la raíz OO\JX,- sir-
contabilidad mercantil, expresa las relaciones el término (con o sin artículo) aparece 39 ve-
der alten christlichen. Kirche zur Sklaverei, Halle ces. Además, se halla asociado 11 veces con ven para designar las relaciones de dependen-
mutuas entre Pablo y los filipenses; cf. tam- 1957; H.-G. Link-R. Tuente, Esclavo, en DTNT II cia y de servicio en los siguientes ámbitos:
bién Eclo 42, 7; E. Lohse, Philipperbrief1 un adjetivo; 14 veces con un pronombre de-
101-107; K. H. Rengstorff, SofiXog ja*.., en ThWNT
II, 264-268; G. Sass, Zur Bedeutung von SofiXog bei mostrativo, y algunas veces con una preposi- a) En el ámbito de la condición de esclavo
(KEK), sub loco.
Paulus: ZNW 40 (1941) 24-32; G. Schneider, Parusie- ción, un participio o con akkoc, o 18105. - Si como una realidad social: bov'koc, designa al
gleichnisse im Lukas-Evangelium, Stuttgart 1975; S. con los verbos So'uX.óoo, xaxa8ouX.óü), bov- esclavo doméstico: Mt 8, 9 par. Le; Mt 10,
Schulz, Hat Christus die Sklaven befreit?: Ev. Komm. X.aYü)Yéco se indica la persona o cosa que ha
SÓTiis, ov, ó dotes dador* 5 (1972) 13-17; E. Schweizer, Zum Sklavenproblem im 24.25; 13, 24-30; 24, 45-51 par. Le; 25, 14-30
2 Cor 9, 7: ikaobv yág bóxr\v á y a j r a ó NT: EvTh 32 (1972) 502-506; P. Stuhlmacher, Der sido esclavizada, esa persona o cosa va siem- a diferencia de Le; Me 12, 1-9 par. Mt/Lc; 13,
freos, «Dios ama al dador alegre» (cf. Prov Briefan Philemon (EKK), Zürich 1975; J. Vogt, Skla- pre en acusativo (5 veces). Si el verbo se ha- 34-37; 14, 47 par. Mt/Lc/Jn; Le 7, 1-10 a di-
22, 8). H. Windisch, Der zweite Korinther- verei und Humanitat. Studien zur antiken Sklaverei lla en voz pasiva, entonces va seguido por el ferencia de Mt; 12, 35-38.47; 14, 16-24 a di-
und ihrer Erforschung (Historia, Heft 8), Wiesbaden dativo de persona o cosa (5 veces). El uso en
brief (KEK), sub loco. 2
1972; A. Weiser, Die Knechtgleichnisse der synoptis- ferencia de Mt; 15, 22; 17, 7-10; Jn 4, 51; 13,
sentido absoluto se encuentra únicamente en 16; 15, 20; 18, 18.26; Ef 6, 5; Col 3, 22; 4, 1;
chen Evangelien (StANT 29), München 1971; H.-D.
Wendland, Sklaverei und Christentum, en RGG VI, 1 Cor 7, 15, y la construcción con preposición 1 Tim 6, 1; Tit 2, 9; Flm 16; acentuándose la
bov'ka^iüyttíi doulagdgeo someter a es- 101-104; W. L. Westermann, The Slave Systems of tan sólo en Gal 4, 3. distinción que existe entre esclavo e hijo: Jn
clavitud Greek and Román Antiquity, Philadelphia '1964.
8, 35; Gal 4, 1; entre esclavo y libre: 1 Cor 7,
-> bovXzina. 3. A diferencia de los sinónimos (por ejem- 20-24; 12, 13; Gal 3, 28; Ef 6, 8; Col 3, 11;
1. Las palabras con la raíz bovk- aparecen
plo, 5iaxovéco), el grupo de palabras con la Ap 6, 15; 13, 16; 19, 18; entre esclavo y ami-
un total de 182 veces en el NT. La mayoría de
raíz bovk- «apunta sobre todo al servicio co- go: Jn 15, 15; designa al alto funcionario de
5 o u X e í a , a £ , x\ douleia esclavitud esas veces corresponden a bovkzvü), hacer
oficio de esclavo, servir como esclavo (25 ve- mo esclavo, por tanto, a lo que se considera un monarca: Mt 18, 23-25 (también oúv-
5ovA,81JCL».
ces) y bovkoc,, esclavo, criado, siervo (124 como limitación o, al menos, como servicio y 8oi>X,oc;); 22, 1-10 a diferencia de Le; Le 19,
veces). Estas palabras están documentadas sumisión de una persona que está completa- 12-27 a diferencia de Mt.
8ovX£l)Ol douleuó hacer oficio de esclavo, con la mayor frecuencia en las Cartas pauli- mente supeditada a un superior» (Tuente, en bovksvw, como designación de relación,
servir como esclavo nas (47 veces) y en los Evangelios sinópticos DTNT II, 104). significa ser esclavo, estar sometido: Jn 8, 33;
80^X070076(0 doulagdgeo someter a escla- (juntamente con Hechos, 71 veces). Aparecen Hech 7, 7; Rom 9, 12; 1 Tim 6, 2. Como rela-
vitud* además (en orden de frecuencia) los verbos: En el mundo griego y en el mundo helenístico, ción de conducta significa hacer oficio de es-
el grupo de palabras, por el alto aprecio en que se clavo, servir como esclavo: Mt 6, 24 par. Le
ócuXeía, ac;, r\ douleia esclavitud* 8oi)X.óco, esclavizar, someter a servidumbre
tenía la libertad personal, tiene casi siempre un
8oí>X/r|, T|S, r) doule esclava, criada* (8 veces); xaxaSoiAóco, esclavizar, someter 16, 13; Le 15, 29; Ef 6, 7. - bovków tiene en
sentido humillante y de desprecio. Por esta razón,
bov'koc,, 3 doulos (adj.) como esclavo o a servidumbre, y bov\ay(üyz(ü, someter a es- y porque Dios no era considerado como un amo Hech 7, 6 el significado de esclavizar, y en 2
siervo* clavitud, esclavizar (1 Cor 9, 27); los sustan- absoluto, el grupo de palabras no desempeña nin- Pe 2, 19 el de estar esclavizado. - 6(f&ak\io-
S o t ó o s , ov, ó doulos esclavo, criado, siervo tivos: avvbovkoc,, consiervo, compañero de gún papel en el ámbito religioso. bovkía significa servir para ser visto, un ser-
1063 SOIÍXEIJCO 1064 1066
1065 bovíkzv<a

vicio que se hace delante de los hombres para personas y otras: el hijo hacia su padre: Le 15, sus emplea el verbo en una parábola: designa servir sin pretensiones en Le 17, 7-10, la me-
quedar bien: Ef 6, 6; Col 3, 22. 29; el servicio mutuo en el amor: Gal 4, 25. el servicio prestado por el hijo hacia su padre. táfora óotíXog expresa las relaciones del
SouXeía aparece únicamente en sentido fi- 5oüX,og aparece 5 veces en las palabras de hombre con Dios: suponemos que esas pará-
b) En sentido figurado: bovXog sirve para gurado y designa la esclavización por el peca-
expresar la relación de dependencia y de ser- Jesús: la imagen que vemos en Mt 10, 24s bolas las pronunció Jesús para aquellos que
do, la ley y la muerte, que perdura allá donde procede en lo fundamental de la fuente Q. Se habían experimentado la misericordia de
vicio en que los hombres se hallan con res-
la redención por Cristo no se ha hecho eficaz discute si Mateo la amplió o si Lucas la abre- Dios, pero que corrían peligro de ser inmise-
pecto a Dios, que es el Señor absoluto, y a
quien ellos pertenecen como propiedad suya: todavía o no se ha consumado aún: Rom 8, vió a causa del contexto. Esto último es lo ricordes con otras personas.
Le 2, 29; Hech 2, 18; 4, 29; 16, 17; Tit 1, 1; 1 15.21; Gal 4, 24; 5, l;Heb 2, 15. más probable. La doble sentencia diría en la Mateo relacionó las parábolas con las cir-
Pe 2, 16; Sant 1, 1; Ap 7, 3; 10, 7; 11, 18; 15, Los verbos 8ouA,óco, KaxabovXów, bov- fuente Q: Los discípulos y enviados de Jesús, cunstancias en que vivía su comunidad, de tal
3; 19, 2.5; 22, 3.6; con respecto a Jesucristo: ^aY^yéco expresan positivamente la sumi- en el seguimiento radical de su Señor, sufrirán manera que el óoü^og y sus aúvócu^oi
Rom 1,1; 1 Cor 7,22b; Gal 1,10; Ef 6,6; Flp sión del hombre redimido a la justicia de Dios la misma suerte que corrieron los profetas y (avvbovioi además de en Mt 18, 28.29.31.
1,1; Col 4, 12; 2 Tim 2, 24; Sant 1,1; 2 Pe 1, (Rom 6,18.22); la buena disposición de Pablo que él mismo tuvo que sufrir. La imagen que 33, también en 24, 49) se refieren ahora a los
1; Jds 1; Ap 1, 1; 2, 20; (la relación con Cris- para servir a todos, en su actividad apostólica habla del castigo aplicado al esclavo que no miembros de la comunidad cristiana. Lucas
to se designa en Jn 15,15a, no como una rela- (1 Cor 9, 19); el autodominio del cuerpo (1 actuó según lo que sabía (Le 12,47.48), la to- aplicó la parábola del servir sin pretensiones
ción de servidumbre sino de amistad, y en Gal Cor 9, 27). En sentido negativo, esos verbos mó Lucas de la tradición peculiar y la añadió (que originalmente había formado parte de la
4, 7, como una relación filial). - El término, designan el hecho de estar sometido a los po- redaccionalmente a la parábola precedente polémica de Jesús contra la concepción fari-
en sentido amplio, significa que las personas deres elementales del mundo (Gal 4, 3); la de- como una advertencia dirigida a los líderes de saica de la ley) a los miembros de su propia
deben relacionarse mutuamente con una acti- pendencia esclavizante del vino (Tit 2, 3); la la Iglesia. La importante palabra de Jesús comunidad, sobre todo a quienes tenían a su
tud fundamental de servicio: Me 10, 44 par. opresión en las relaciones entre unas personas acerca de la grandeza del servir (Me 10, 44 cargo algún servicio especial. - Las parábolas
Mt, o que como apóstoles deben estar al ser- y otras (Gal 2, 4; 2 Cor 11, 20, y, en contraste par. Mt) está remodelada en forma de parale- del guardián de la puerta en Me 13, 33-37, de
vicio de los cristianos: 2 Cor 4, 5. - A Jesu- con una relación personal de compañerismo lismo en la parénesis que se encuentra en los 6ot)X.oi que aguardan en Le 12, 35-38, del
cristo mismo se le llama 8oí3X,og en Flp 2, 7. en el matrimonio, la vinculación absoluta y estos dos evangelios. En todo ello, las expre- 8oüX,og fiel y del infiel en Mt 24, 45-51 par.
- ooüXog sirve finalmente para designar a los esclavizadora al cónyuge (1 Cor 7, 15). siones vn<bv Siáxovog - atávtcav óoüX.og Le y de las sumas de dinero confiadas en Mt
hombres que se encuentran bajo el señorío del El adjetivo 8o\>X,og se emplea 2 veces en implican una intensificación. 25, 14-30 par. Le se hallan íntimamente rela-
pecado (Jn 8, 34; Rom 6, 16s.20) y de la co- En las parábolas de Jesús 8oüA,og aparece cionadas con la predicación de Jesús acerca
Rom 6, 19 para expresar que las personas, an-
rrupción (2 Pe 2, 19) o de la justicia (Rom 47 veces, y aiivbovXog 5 veces, pero este úl- del reino de Dios: todos aquellos a quienes va
tes del bautismo, pusieron sus miembros y,
6, 17). timo vocablo se encuentra únicamente en Ma- dirigida la predicación de Jesús, deben aguar-
por tanto, sus actos al servicio de la impureza
avvbov'koc, designa al colaborador o al y la iniquidad, pero que ahora -es decir, des- teo. Jesús se sirvió así de una manera de ha- dar ese Reino vigilantes y dispuestos. Se tra-
compañero cristiano, teniendo en cuenta la pués del bautismo- deben ponerlos al servicio blar que era corriente en el judaismo. Jesús ta, pues, de «parábolas de crisis», porque la
relación común de servicio y lealtad que am- de la justicia. emplea el término SoüX.og en sentido propio forma de la inminente consumación del reino
bos tienen con Cristo: Col 1, 7; 4,7; Ap 6,11. en Mt 13, 24-30; Le 15, 11-32, donde los de Dios proclamado por Jesús tiene una fun-
Hasta el ángel de la revelación se llama a sí 5oüXoi aparecen únicamente como figuras ción crítica en virtud de las exigencias de Je-
mismo de esta manera en Ap 19, 10; 22, 9. - 4. De los vocablos con la raíz bov\-, ve-
mos que en los Sinópticos (juntamente con secundarias y objetivamente carecen de im- sús que instan a una decisión y por su carácter
8oúXr| expresa en todos los pasajes la idea de portancia. En la forma básica de la parábola ambivalente. Cuando estas parábolas, después
ser una esclava ante Dios, con la connotación Hechos) aparecen únicamente: So'uX.eúcü (7
veces), óoü^og (64 veces), 0ÚvoouX.og (5 ve- del banquete de bodas en Mt 22, 1-10 par. Le, de la resurrección de Cristo, se aplicaron a la
de humildad y bajeza que este término lleva- el 8oüX,og desempeña un papel más impor- parusía del Señor, en ellas el xÚQiog se refe-
ba consigo en el Oriente y en el AT: Le 1, ces), OOÚX.'M. (3 veces), 8ouKóo) (1 vez). La
mayoría de estos términos se encuentran en tante, pero sigue sin significar nada por sí ría a Cristo, los 5oíiX.oi a los cristianos, y el
38.48; Hech 2, 18. mismo. Tan sólo Mateo hizo de un solo 8oú- tiempo que se prolongaba se refería a la de-
los dichos y en las parábolas de Jesús:
OOUXEÚCD expresa la acción de servir que
5ouX,eúü) se halla documentado en ellos 5 ve- Xog una pluralidad de 80OX.01 y los entendió mora de la parusía. En los evangelios las pa-
los hombres practican con respecto a los si- como profetas, misioneros cristianos y predi- rábolas se hallan principalmente al servicio
ces: en la imagen (procedente de la fuente Q)
guientes poderes de dominio: a Dios como el cadores. Mientras que los 8oüX,oi de la pará- de la parénesis (cf. Schneider, 15-42). Desde
empleada por Jesús, y que leemos en Mt 6, 24
Señor absoluto: Mt 6, 24 par. Le; 1 Tes 1, 9; a bola de los viñadores, en Me 12, 1-9 par. el punto de vista de la crítica de las fuentes,
par. Le: «Nadie puede servir a dos señores...
Jesucristo como el Señor: Hech 20, 19; Rom Mt/Lc, son considerados por Marcos y Lucas podemos ver que Mt 24, 45-51 par. Le proce-
No podéis servir a Dios y a Manmón», se ex-
12, 11; 14, 18; 16, 18; Ef 6, 7; Col 3, 24; en la como los profetas en general, Mateo concreta de con seguridad de la fuente Q, y que Mt 22,
realidad del nuevo Espíritu: Rom 7, 6; a la ley presa -con una imagen tomada de las relacio-
más los cosas, al mencionar una lapidación y 1-10 par. Le; Le 12, 35-38; 17, 7-10 proceden
de Dios: Rom 7, 25; al evangelio: Flp 2, 22; a nes de aquel entonces entre los amos y los es-
clavos- la totalidad con que el hombre debe referirse de esta manera a la suerte corrida por probablemente de esa fuente, mientras que es
los ídolos: Gal 4, 8s; al pecado: Rom 6, 6; 7, Zacarías. - En la parábola del 80OX05 despia- problemático que Mt 25, 14-30 par. Le proce-
25; a las concupiscencias: Tit 3, 3; entre unas pertenecer a Dios y servirle. En Le 15, 22 Je-
dado en Mt 18, 23-35, y en la parábola del da de la fuente Q.
1069 bovXevtí) - 8oCX,og 1070
Soviético 1068
1067
cristianos (Flm 16). Pablo mismo recomienda hombre se entiende como esclavitud. Se mez-
En el material narrativo de los Evangelios había llamado a sus discípulos, no 5oí3X.oi, si- también a los esclavos cristianos que aprove- clan el motivo bíblico de la «humillación -
Sinópticos y de Hechos aparecen sólo aislada- no (p'ikoi (15, 15), pero esto no supone ningu- chen la posibilidad de obtener la libertad (así exaltación» con los motivos gentílicos de
mente vocablos de la raíz SouX,-: bovXoc, de- na contradicción: la relación Sovlog-xvQioc, probablemente en 1 Cor 7, 21; cf. Stuhlmacher, «majestad de Dios - esclavitud del hombre
signa al siervo del sumo sacerdote en el rela- se halla situada en el contexto de la parénesis 45), o recomienda a Filemón que deje en liber- bajo los poderes del mundo», que son respec-
to de la Pasión en Me 14, 47 par. Mt/Lc/(Jn), relativa al seguimiento y discipulado, mien- tad a su esclavo (Flm 13s). Ahora bien, Pablo tivamente elementos judeocristianos y gentili-
al muchacho del centurión de Cafarnaún en el tras que la terminología del yikoc, se halla en no apremia a que se haga así, porque a él le pa- cocristianos» (cf. J. Gnilka, Philipperbrief
relato de curación, refundido redaccional- el contexto de la libertad (cf. Jn 8) y la con- rece más importante que tanto las personas li- [HThK], 119s, 147).
mente, de Le 7, 1-10 (par. Mt únicamente 8, fianza que han llegado a ser posibles por me- bres como los esclavos sepan que todos ellos
9), a Simeón, que en su oración se llama a sí dio del Hijo. Los cuatro restantes pasajes en tienen que dar cuenta a un Señor común (1 Cor 6. En los demás escritos del NT, el grupo
mismo «siervo» al estilo de los orantes del AT que aparece SoüXoc; pertenecen al material 7, 22s). Esta convicción aparece también en la de palabras desempeña sólo un papel impor-
(Le 2,29). Tienen también una impronta vete- narrativo, al relato de la curación milagrosa parénesis post-paulina de las tablas de deberes tante en el Apocalipsis. Claro que en este es-
rotestamentaria los tres pasajes en que apare- de 4, 51 y al relato de la Pasión en 18, 10.18. domésticos: se exhorta a los esclavos cristianos crito aparecen únicamente los vocablos
ce bovkr] en el NT, los cuales se encuentran 26. En ellos se hace referencia a esclavos que a prestar un servicio fiel y correcto, y se exhor- bovKoc, (14 veces) y 0"ÚV8OIJX,OS (3 veces).
todos ellos en la doble obra de Lucas. En pri- están al servicio de un funcionario y del su- ta a los amos a cuidar de sus esclavos y a no Con excepción de 6, 15; 13, 16; 19, 18, donde
mer lugar está el pasaje en que María se llama mo sacerdote. maltratarlos (Ef 6,5-9; Col 3,22-4,1; 1 Tim 6, bovkoq aparece como concepto complemen-
a sí misma «sierva del Señor» (Le 1, 38), en ls;Tit2, 9 s ; l P e 2 , 18-25). tario de é^.eTJ'&efJog, los términos tienen siem-
su respuesta al llamamiento de Dios. En esta 5. En los escritos paulinos aparecen todos pre sentido figurado y religioso. Por la fuerte
designación «se da testimonio de una supre- los vocablos de la raíz bovX- mencionados en d) Pablo se llama a sí mismo y llama a sus
influencia de la manera de llamar a destaca-
ma disponibilidad pasiva juntamente con una el apartado 1. Se encuentran en los siguientes colaboradores Timoteo, Epafras y Tíquico
das figuras del AT (15, 3), principalmente a
suprema prontitud activa» (H. Schürmann, contextos semánticos: siervos o consiervos de Cristo o de Dios (Rom
los profetas (10, 7; 19, 2), y también en gene-
Lukasevangelium [HThK], 58). Luego están 1, 1; Gal 1, 10; Flp 1, 1; Col 1, 7; 4, 7.12; 2
a) Los cristianos, por el bautismo, han sido ral a los miembros del pueblo de Dios (19,
los pasajes de Le 1, 48 y Hech 2, 18. En su Tim 2, 24; Tit 1, 1). La autodenominación de
arrebatados a los poderes esclavizadores del 2.5; 22, 3), a quienes se designa como siervos
discurso, Estaban designa en Hech 7, 6 con el las personas piadosas del AT como 80ÍSA.01
pecado, la ley, la muerte y el cosmos y han si- de Dios, vemos que a los que reciben la reve-
verbo ÓOIJX.ÓÜ) el oficio de esclavo que de- deoO o de los cristianos como So'üX.oi XQIO-
do liberados para que tengan la condición de lación (1, 1; 22, 6) y a los miembros de las co-
sempeñaba Israel en Egipto. xov no basta como explicación. Tal vez influ-
hijos (Rom 6, 6-23: 7, 25; 8, 15; Gal 4, 1-5, 1; munidades cristianas a las que se dirige la pa-
yó el título de honor que en el AT se concedía
El Evangelio de Juan emplea únicamente Tit 3, 3). labra, se los llama siervos de Dios o de
a figuras especialmente escogidas y destaca-
ScnjXeÍKD (1 vez) y bovkoc, (11 veces). En el Cristo. La marcada terminología de bovkoc, y
b) Pero la condición de hijos de que gozan das como Moisés, David y otros. Así que esta
litigio del templo, los judíos declaran en Jn 8, su conexión con la manera de designar a los
los cristianos no significa una libertad autó- denominación no sólo expresa en Pablo una
33 que ellos viven en la libertad de los hijos de profetas del AT nos permiten reconocer que
noma ni mucho menos una libertad desenfre- relación de servicio, sino que es también el
Abrahán y que no han servido nunca como es- las comunidades del Apocalipsis se hallan
nada (Tit 2, 3; 3, 3), sino un servicio prestado título de un oficio y una descripción honorífi-
clavos a nadie. Jesús les constesta con unas impregnadas y plasmadas intensamente por
a Dios (Rom 6, 22; 7, 25; 1 Tes 1, 9), a Cristo ca. A tenor de esta manera de entenderse a sí
palabras que son una advertencia profética: elementos proféticos (2, 20; 11, 18), y que la
(Rom 12, 11; 14, 18; 16, 18; Col 3, 24), a la mismo, Pablo designa como servicio de sier-
«El que peca es esclavo del poder del pecado» situación de persecución en que esas comuni-
justicia (Rom 6, 17.18.19), al prójimo (Gal 5, vos la misión evangelizadora que tienen él y
(8, 34). Y continúa luego con la metáfora: el dades se encuentran, se entiende como el des-
13) «en la nueva realidad del Espíritu» (Rom sus colaboradores (1 Cor 9, 19; 2 Cor 4, 5;
esclavo doméstico no permanece en la casa 7, 6). En vista de este fundamental cambio de tino que ha correspondido siempre a los pro-
Flp 2, 22).
para siempre, pero el hijo sí que permanece señorío, todas las diferencias en cuanto a con- fetas (6, 11). - En 19, 10 y en 22, 9 el ángel de
para siempre (8, 35). Jesús, con estas palabras, dición social y puesto dentro del mundo care- e) En el himno pre-paulino de Flp 2, 6-11 la revelación se describe a sí mismo como
se refiere a los interlocutores que no quieren cen relativamente de importancia (1 Cor 12, se dice de Jesucristo que él abandonó la forma consiervo del vidente y hermano suyo.
dejar que los libere la fe en «el Hijo». - En la 13; Gal 3, 28; 4, 7; Col 3, 11). divina de existencia y asumió la de un escla- A. Weiser
interpretación parenética del lavatorio de los vo (2, 7). Esto no se refiere a la obediencia de
pies como acción ejemplar se encuentra aquel c) Acerca de los esclavos como clase social Jesús. De ella se habla más tarde. Tampoco el
logion sinóptico: «El esclavo no es mayor que se dice: su vida es tan valiosa a los ojos de Deuteroisaías constituye el trasfondo de todo dovXt], t|£, í\ doule esclava, criada
su señor» (13, 16). Sin el doble «amén» intro- Dios como la vida de las personas libres (1 esto, porque en él se denomina al siervo con -• bovXtviü.
ductorio y sin añadir la sentencia relativa al Cor 7, 21; Ef 6, 8; Col 3, 25). Esto significa el término Jtaig, y en cambio en Filipenses a
derecho judío sobre los emisarios, Juan enca- una considerable revalorización de su digni- Cristo se le llama 80'üX.oc; y, además, se inter- dofiXog, 3 doulos (adjetivo) como esclavo
rece una vez más el enunciado como un «re- dad humana. Los esclavos cristianos partici- preta este término como avfrQOtmoc; en rela- o siervo
cordatorio» que deja a su comunidad en el dis- pan en las actividades religiosas de las comu- ción con 'Qeóg. Por tanto, la condición de ser -> bovkzvu).
curso de despedida (15, 20). Jesús, poco antes, nidades, incluso con sus amos, si éstos son
1071 5oí)X.og - Soáxoov 1072 1073 Spcottúv- SQCXXHIÍ 1074

25ss) y ahora «juega» con ellos (Sal 104, 26; cf. mujer), contra los que guardan el mandamien- Le cours des Monnaies en Palestine au temps de Jé-
S o v X o g , ot), ó doulos esclavo, criado,
EiBfeldt; Kaiser). Partiendo de la alabanza de la to de Dios y confiesan a Jesús (12, 17). Para sus-Christ: RSR 15 (1925) 441-448; O. Roller, Mün-
siervo victoria «protológica» de Dios se desarrolla ya zen, Geld und Vermógensverhaltnisse in den Evange-
causarles daño, hace (12, 18) que salga del
-> 5ouX.eÍKÜ. en la apocalíptica judía (a partir de Is 27, 1) la lien, Karlsruhe 1929; A. Spijkermann, Coins Men-
mar algo así como una imagen suya reflejada tioned in the NT: SBFLA 6 (1955-1956) 279-298; W.
esperanza de la victoria escatológica sobre esos
en el espejo, la «bestia». (->• ftr|rjíov), que Wirgin-S. Mandel, The History of Coins and Symbols
poderes del mal, a los que se experimenta como
óovXób) douloó esclavizar, someter a ser- ahora, como representante terreno del dragón, in Ancient Israel, New York 1958.
opresores.
vidumbre Una variante «historizada» del mito del dra- persigue a los creyentes y origina una aposta-
-y bovKevw. 1. En el NT se mencionan conjuntamente
gón se encuentra en las «leyendas de la infancia» sía general de Dios (13, 1-10), juntamente con
sistemas monetarios judíos, griegos y roma-
extrabíblicas y bíblicas. Se anuncia el nacimien- la «segunda bestia», que seduce para que se
to de un futuro héroe y salvador; el soberano que nos. La dracma, una moneda griega de plata
bo%í\, f¡5, i\ doche comida, invitación* adore idolátricamente a la primera bestia (13,
ha reinado hasta entonces, se siente amenazado e (mencionada ya en la LXX en Gen 24, 22; Ex
El término aparece únicamente en Lucas, 11-18; cf. 16, 13s). Detrás de ambas figuras se 39, 2; Tob 5, 14 y passim), aparece únicamen-
intenta por todos los medios matar al niño; pero
en la frase óoxriv {\nzyá'hi\v) Jtoiéo^ai, «dar éste escapa milagrosamente y logrará realizar halla el dragón. De esta manera se representa te en Le 15, 8a.b.9; tenía el valor de la centé-
un (gran) banquete» (Le 5, 29; 14, 13). más tarde su trabajo (Ciro: Herodoto I, 108-128: en un cuadro impresionante un rasgo funda- sima parte de una uva (mina, Le 19, 13-25) y
Moisés: Ex 1-2 y principalmente Josefo, Ant II, mental de toda la historia humana, la «lucha de la seismilava parte de un táX,avTov (talen-
S g á x i o v , OVTOg, ó drakón dragón* 201-237; Jesús: Mt 2). Y, así, la escena mítica de entre la fe y la incredulidad», entre la adora- to, Mt 18, 24-28). La dracma griega corres-
Ap 12 con el niño-salvador «se refiere a» Jesús, ción de Dios y la idolatrización de poderes pondía aproximadamente a una moneda ro-
1. Aparición en el NT - 2. Trasfondo mitológico - pero sin que deban identificarse las demás figu- creados o de fuerzas sociales.
3. El dragón en Apocalipsis 12 (y 20). ras con otras personas concretas (la mujer: Ma- mana de plata (-> 6r)váfJiov). Esta era la
ría; el dragón: un determinado emperador). Finalmente, en Ap 20, 1-10 se expresa una típica moneda de plata para pagar los tributos
Bibl.: Bauer, Wórterbuch, 409, 1189s (bibliografía); (Mt 12, 19) y, lo mismo que el cuarto de siclo
O. EiBner, Gott und das Meer in der Bibel (1953), en vez más la certeza de que «el dragón, la ser-
Id., Kleine Schriften III, Tübingen 1966, 256-264; W. piente antigua, el diablo y Satanás» (20, 2) ha israelita, era el jornal corriente por un día de
3. En Ap 12 el dragón aparece en un esce-
Foerster, óococwv, en ThWNT II, 284-286; H. Gunkel, sido vencido por Cristo y no es capaz ya de trabajo (Mt 20, 2). Esta última información
nario mítico («en el cielo», 12, 1) con 7 cabe-
Schópfung und Chaos in Urzeit und Endzeit, Góttin- separar del amor de Dios a los suyos. - De es- nos facilitará la conversión del valor de esas
gen 1895; R. Halver, Der Mythos im letzten Buch der zas y 10 cuernos, 7 coronas y una poderosa
ta manera, con la imagen del dragón el Apo- monedas a nuestros sistemas monetarios mo-
Bibel (ThF 32), Hamburg 1964, especialmente 96-98; cola; es rojo, seguramente: «rojo encendido» dernos.
O. Kaiser, Die mythische Bedeutung des Meeres in (según Is 14, 29). Está al acecho esperando calipsis retrata al adversario de Dios, un ad-
Ágypten, Ugarit und Israel (BZAW 78), Berlín 21962; versario que, a pesar de todo su poder y de su
A. Vógtle, Mythos und Boschaft in Apk 12, en FS que nazca el niño-salvador para devorarlo;
pero este niño es llevado a lo alto por Dios y crueldad tiránica y seductora, es finalmente 2. Junto a la dracma circulaba también el
Kuhn, 395-415. Cf. más bibliografía en ThWNT X,
1059. puesto así a salvo (12, 5). - La segunda esce- un adversario impotente, cuya «última hora» SíSeajcjiov, la didracma* o moneda de dos
na (12, 7-12) muestra a Miguel, el ángel pro- ha sonado ya con la venida de Cristo (Le 10, dracmas, que en el NT se menciona única-
1. En el NT el término aparece únicamente 18; Ap 12, 12b). mente en Mt 17, 24 (dos veces en plural). En
en el Apocalipsis, principalmente en el capí- tector del pueblo de Dios, en lucha con el dra-
gón (aquí se identifica al dragón con el N. Walter la LXX esta moneda aparece con bastante fre-
tulo 12 (8 veces) y también -en conexión con cuencia (Gen 20, 14.16; 23, 15; Lev 27, 3-7;
é l - e n 13,2.4.11; 16,13; 20,2. Designa siem- diablo/Satanás, el acusador de Israel ante el
ogádíTOfiai drassomai atrapar, prender* Neh 5, 15, y passim), lo mismo que otros
pre una figura mítica, el dragón, que es iden- trono de Dios, y con la «serpiente primordial»
1 Cor 3,19: ó Soaaaó^evog xove, aocpoúg múltiplos de la dracma, por ejemplo, la tetra-
tificado por el vidente con la «serpiente anti- o «serpiente antigua», la seductora de la hu-
év xfj jravorjQYÍg CCUTCOV, «el que atrapa a dracma (Job 42, 11), que se identifica quizás
gua, el diablo y Satanás» (12, 9; 20, 2). manidad según Gen 3; la identificación de la
los sabios en su astucia» (cf. Job 5, 13: ó x a - con el estater (-> OTatrÍQ, Mt 17, 27). Este, a
serpiente del paraíso con el diablo se hace ya su vez, correspondía al siclo israelita (-• á o -
2. El mito de un terrible monstruo que se opo- en Sab 2, 24). El dragón es vencido y arroja- Tcdau.pávcuv...).
yÚQiov) y, por tanto, era poco más o menos el
ne a los poderes de la luz o deidades de la vida, y do (cf. Le 10, 18) - n o todavía definitivamen-
que únicamente puede ser vencido a costa de es- salario de cuatro días de trabajo (-• 1).
t e - al abismo (como lo será más tarde en 20, 8
e«Xf"í> *¡S> ^ drachme dracma*
fuerzo, se halla difundido por todo el mundo an-
tiguo (el dragón pítico, al que da muerte Apolo; 10), sino a la tierra (12, 9b.l2b). De esta ma- 3. La parábola de la dracma perdida (Le
1. Aparición del término y detalles numismáticos -
Tifón, al que Zeus hace incapaz de luchar y lo nera Satanás queda -en principio- desposeído 2. óiÓQaxnov - 3. Sobre la exégesis de Le 15, 8s - 4 15, 8-9) habla de una de las diez dracmas, en
arroja al Tártaro [Hesíodo, Theog 820-880]; otros de su poder; pero todavía puede ejercer en la Sobre Mt 17, 24 (óíóoaxnov). paralelismo con una de las cien ovejas (15, 4-
mitos orientales, cf. en Gunkel). tierra su poder seductor y esclavizador. Aun- 7). La solicitud del hombre, nacida del amor a
En el AT se escuchan tales concepciones, prin- 1Q?,ÍW" J ' Babelon > ¿ a numismatique antique, Paris
que el dragón no es capaz de destruir a la J944; H. Chantraine, Drachme, en Pauly, Lexikon II, ese solo animal, se compara con la solicitud
cipalmente en enunciados relativos a la teología «mujer», a la totalidad del pueblo de Dios (->• 155s; K. Christ, Antike Numismatik. Einführung und
de la creación: Yahvé venció a Leviatán, Tannín de la mujer por encontrar una sola dracma. En
Yt)vr|) ni de impedir que el «hijo» de la mujer, viblwgraphie, Darmstadt 1967; Haag, Diccionario,
(la LXX traduce generalmente este nombre por 1^92-1295 (bibliografía); E. H6hne-B. Kanael, Mün- el trasfondo, pero no indicada en el texto, se
ogÓHtcov) y a otros monstruos terrestres o mari- el Mesías, realice su labor, dirige su cólera zen und Gewichte, en BHH II, 1249-1256; F. Hultsch halla probablemente la idea de una joya de
nos (Sal 74, 13s; Job 7, 12; 26, 12s; 40, 15ss. contra el «resto de su descendencia» (de la Drachme, en Pauly-Wissowa V/2, 1613-1633; F. Prat monedas engarzadas como tocado para la ca-
1076 1077 AQOvmXka - óíivaum 1078
1075 Sga/M-1! - AQovoúXa

mienza la siega) y aparece también 7 veces en Drusila nació el año 38 p.C, siendo la hija más os 9, en Santiago 6, en Uuan 2, en Judas 1 y
beza, una joya que era el bien más preciado joven del rey Agripa I; su nombre lo recibió se-
Ap 14, 14.15.16.17.18 (bis). 19, cuatro de en el Apocalipsis 10. Desde el punto de vista
de la mujer y un recurso para el caso de penu- guramente de la hermana (¿que acababa de mo-
ellas en la expresión Soéxcavov ó|í) (vv. 14. puramente estadístico no hay gran diferencia
ria económica. Ese tocado, la mujer no se lo rir) de Gayo, y en todo caso es una expresión más
17.18 bis). En Ap 14, 14ss se trata de la «(afi- de la lealtad de los Herodes a la casa imperial. entre los diversos Sinópticos. Si comparamos
quitaba ni para dormir (Jeremías, Parábolas,
lada) hoz» del Hijo del hombre o de un ángel Drusila contaba seis años de edad a la muerte de los distintos pasajes en cuanto a sus fuentes,
166). Diez dracmas son una joya modesta; así
(v. 17), que efectúa la «recolección» (con una su padre, que (en el marco de sus planes dinásti- entonces obtendremos una imagen muy varia-
que la mujer es sumamente pobre. Barriendo
imagen del juicio inspirada en Jl 4, 13; cf. Me cos) la había prometido ya en matrimonio, siendo da. Los tres Sinópticos emplean en común 3
a fondo su oscura vivienda, oye el tintinear de niña, al rey Antíoco IV de Comagene, Antíoco
4, 29), primero como una recolección de gra- veces únicamente el verbo Súvaum. Marcos
la moneda sobre el duro suelo rocoso, y se Epífanes (Ant XIX, 354). Como éste, oponiéndo-
no (vv. 15s) y luego como una vendimia (vv. lo emplea, él solo, en 23 ocasiones; juntamen-
alegra tanto de encontrarla que invita a sus se a los acuerdos anteriores, se negara a conver-
18s). BHHIII, 1780s. tirse al judaismo cuando iba a celebrar su boda te con Mateo, en 6 ocasiones, y en 1 ocasión
amigas y vecinas a participar de su alegría. El
con Drusila, ésta fue dada en matrimonio por su juntamente con Lucas. Mateo elimina 24 ve-
sentido de la parábola se manifiesta (según
hermano Agripa II, en el año 53 p.C, al rey 'Aziz ces el verbo Súva^cu del texto de Marcos; lo
15, 7.10) en la relación de la propietaria con 5@op.og, OV, Ó aromos carrera, curso de la de la vecina Emesa, que estaba más dispuesto a utiliza él solo 4 veces, y 1 vez lo emplea jun-
aquel objeto perdido que (en términos absolu- vida* dejarse circuncidar. Pero pronto el procurador de tamente con Lucas en un texto de Marcos. El
tos) es de escaso valor, en el extraordinario En el NT este término se usa únicamente en Judea, Antonio Félix, consiguió apartarla del lado
de 'Aziz y casarse con ella, pero sin que conside- verbo aparece 6 veces en el material peculiar
gozo al volver a encontrarlo. el sentido figurado de curso de la vida en las
rara necesario en absoluto convertirse al judais- de Mateo. La fuente Q lo emplea 4 veces, y
expresiones Jt^QÓco xóv 8oó(xov, «consu- mo. Los dos hijos de Agripa, y probablemente además el verbo aparece 3 veces únicamente
4. En la legendaria tradición de Mt 17, 24- mar la carrera de la vida» (Hech 13, 25), y también Drusila, murieron en la erupción del Ve- en Mateo, y 6 veces únicamente en Lucas.
27 aparece la didracma como moneda para xe^éoo xóv 8oóiiov, «terminar la carrera de subio del año 79 de nuestra era (Josefo,: Ant XX, Lucas lo suprime 29 veces del texto de Mar-
pagar el tributo del templo (cf. Ex 30, 11-16: la vida» (20, 24). Como metáfora se habla de 139-144).
cos e, insertándolo en el texto de Marcos, lo
Neh 10, 33s); este tributo del templo se paga «(la competición en) la carrera de la fe» (1
para dos personas (Jesús y Pedro) con un es- añade 3 veces por sí mismo, y 1 vez junta-
Clem 6, 2). En Hech 24, 24 Lucas menciona a Drusila, mente con Mateo. Además, lo ofrece 8 veces
tater (-> 2) hallado dentro de un pez. El relato
es más antiguo que el Evangelio de Mateo, no por sí misma, sino para caracterizar a Fé- en su material peculiar. De todo esto se dedu-
porque refleja un tiempo anterior a la separa- AQOVOilla, i\$ Drousilla Drusila* lix: éste no sólo es corrupto (24, 26), sino que ce que Marcos es principalmente el que pre-
ción entre el cristianismo y la comunidad ju- además vive con una mujer conseguida escan- fiere el uso del verbo Súva^m. Así se ve con
Bibl: Bauer, Worterbuch, s.v.; E. Haenchen, Die
día del templo y a la introducción de las mo- Apostelgeschichte, Gottingen '1977, 631-635; S. Pe- dalosamente -como era bien notorio- por una especial claridad en Me 3, 20-26.
nedas y tributos romanos. La afirmación fun- rowne, Herodier, Romer und Juden, Stuttgart 1958, aventura amorosa. Se comprende, pues, que
damental de Jesús de que los hijos están exen- 81, 120s; Schürer I, 555, 557, 572s; A. Stein, Drusilla, Félix, al hablarle Pablo de la «justicia, la cas- 2. Como en el griego clásico (Eurípides,
enPauly-Wissowa V, 1741; R. D. Sullivan, The Dy- tidad y el juicio futuro» -temas típicos de la
tos del tributo (17, 26) va acompañada aquí nasty of Judaea in the First Century, en ANRW H/8, Or 889; Tucídides IV, 105, 1; Jenofonte, An
por la instrucción: «¡Dáselo [= págales con Berlín 1977, 296-354, sobre todo 329-331. predicación postapostólica (Haenchen, 632; IV, 5, 11) y en la LXX (Eclo 43, 30; 1 Mac 6,
esto el tributo] por ti y por mí!» (17, 27). La cf. HechJn 84; HechPe 2; HechPab 5)-, reac- 3; 4 Mac 14, 17b), vemos que en el NT
historia de la didracma, cualesquiera que sean Drusila (diminutivo femenino de «Drusus») cionara con atemorizado rechazo (v. 25), a pe- 8ijvau.ai puede emplearse también en sentido
sus fuentes, conserva dos principios básicos parece que fue un nombre de persona poco sar de sentir interés fundamental por estos te- absoluto (Me 9, 22; Le 12, 16; 1 Cor 3, 2; 2
que la comunidad de Mateo afirma que tienen mas. Cor 13, 2). En la mayoría de los casos, el in-
usual (cf. F. Preisigke, Namenbuch, Amster-
su origen en Jesús y que se trasmitieron a tra- dam 1922, 93; Supplement 100) que aparece E. Plümacher finitivo que falta se puede deducir fácilmente
vés de Pedro: el principio de la completa y ra- tres veces en miembros de la familia imperial por el contexto: Mt 16, 3, SiaxQÍveiv; Me 6,
dical libertad con respecto a la comunidad ju- julia-claudia: Livia, esposa de Augusto, Julia, 19, ájtoxxeíveiv ; Me 10, 39, mveiv; Le 9,
día del templo y la disposición fundamental hermana del emperador Gayo (Calígula) y la o n v a f i a i dynamai poder, ser capaz 40, éxPáXAeiv; Le 16, 26, 6ia(3aíveiv; Le 19,
que debe tenerse para llegar a una solución de hija de éste se llamaron, todas ellas, Julia con 1. Aparición del término en el NT - 2. Uso absoluto 3, IOETV; Hech 8, 31, Ytvdbaxeiv; Hech 27, 39,
avenencia en todos los problemas que no el cognomen Drusila (Pauly-Wissowa XIII, - 3. Querer y hacer - 4. Evangelio de Juan. e^coaai; Rom 8, 7, 'újtoxáoaeiv; 1 Cor 10,
afecten a lo esencial. Este relato recuerda los 900; X , 935ss). 13, vnofpÉQtiv.
Bibl: Cf. óúvccuig.
pasajes de Hech 15, 28s y de Rom 14.
W. Pesch Aparte de la breve referencia que se hace 1. El verbo aparece 210 veces en el NT (in- 3. La diferencia existente entre querer y
en Hech 24, 24, únicamente Josefo nos habla so- cluidos Mt 16, 3; Rom 16, 25). En Mateo el poder (o ser capaz de algo) se expresa de di-
bre Drusila (Ant XVIII, 132; XIX, 354s; XX 139- verbo se encuentra 27 veces, en Marcos 33, en versas maneras en el NT. Herodías quería dar
SgÉJiavoV, ov, 1Ó drepanon hoz, dalle* 144; Bell II, 220). Su mención en Tácito, Hist V, Lucas 26, en Juan 37, en Hechos 21, en Pablo muerte a Juan, pero no era capaz de hacerlo,
En el NT el término aparece únicamente en 9 podría deberse a que confundió el nombre con
otra esposa de Antonio Félix, «marido de tres 27 (de ellas 15 en 1 Corintios), en las Deu- porque Herodes tenía miedo de Juan (Me 6,
Me 4, 29: cOTOOXÉMei xó bgénavov (cf. 4,
reinas» (Suetonio, Caes V, 28). teropaulinas y en las Pastorales 11, en Hebre- 19). Aunque no se menciona el verbo «que-
13), «él mete la hoz» (como signo de que co-
1080 1081 5íivau.ig 1082
1079 Síivanai - oúvctuxg

que tomar la iniciativa (6, 44.65). El que se 13 veces en las Deuteropaulinas y en las Pas- nos sinónimos y antónimos no se excluyen,
rer», sin embargo éste se contiene en Me 2, 3s
llega a Jesús, está seguro. «Nadie es capaz de torales, 6 en Hebreos, 2 en 1 Pedro, 3 en 2 Pe- cuando se trata de la acción de Dios y de la
y Le 19, 3. Jesús, aun contra su voluntad, no
arrebatarlos de la mano de mi Padre» (10, 29). dro, 12 en el Apocalipsis. Llama la atención del hombre.
podía permanecer oculto (Me 7, 24). En la re-
Claro que hay que permanecer en constante el que los tres Sinópticos tengan Súvotuxc; en
gión de los muertos, nadie, aunque quiera,
comunión con Jesús: «separados de mí, no común 3 veces únicamente, en los textos apo- 3. Una característica de Dios es su bvva-
puede trasladarse de un lugar a otro (Le 10,
podéis hacer nada» (15, 5). calípticos de Me 13, 25s y 14, 62. En la fuen- u.ig: Eurípides, Ale 219; Platón, Crat 404e;
26). Entre el querer y el poder no existe siem-
G. Friedrich te Q el término se encuentra una sola vez. Es 406a; Jos 4, 24; Dt 3, 24; Sal 76 (77), 15; 144
pre un abismo insalvable. Los marineros, si
interesante el uso del término en Lucas. Lo (145), 12; Jer 16, 21; Jdt 9, 8; 13, 4. En el AT
fuera posible, querían hacer que la nave enca-
inserta 4 veces en el texto de Marcos y lo el poder de Dios y su nombre pueden utilizar-
llara (Hech 27, 39). Para poder algo, hay que óúvajug, EW?, v\ dynamis poder, fuerza ofrece, además, 4 veces en el material pecu- se como sinónimos: Sal 53 (54), 3; Jer 16, 21;
quererlo. Por eso, Jesús dice: «Podéis dar
1. Aparición del término en el NT - 2. Contenidos liar. Si añadimos los 10 pasajes de Hechos en compárese Hech 4, 7; Ex 9, 16 con Rom 9,
vuestros bienes a los pobres, siempre que
semánticos - 3. La 6úva¡xig de Dios - 4. Cristo y la que se halla documentado este término, en- 17. Entre los rabinos el «poder» es una cir-
queráis» (Me 14, 7). Puesto que el querer es Siivajiig - 5. La Swotixtg de los mensajeros - 6. El ac- tonces vemos clarísimamente que se trata de cunlocución para referirse al nombre de Dios.
la causa del poder, el enfermo de lepra se di- to milagroso - 7. Palabra y poder - 8. Espíritu y poder un término preferido por Lucas. En ellos se encuentra repetidas veces la ex-
rige a Jesús diciéndole: «Si tú quieres, puedes - 9. Poderes espirituales.
presión: «de la boca del poder» (Billerbeck I,
limpiarme» (Me 1, 40). Puesto que el querer y Bibl: O. Betz, en DTNT III, 390-393; P. Biard, La 2. 8'úvau.ig tiene una amplia gama de sig- 1007).
el poder se hallan a menudo íntimamente rela- Puissance de Dieu: Travaux de l'Institut Catholique de
nificados. Así lo demuestra la variedad de pa- En Me 14, 62; Mt 26, 64 5TJvau.is sustituye
cionados, el sentido de querer se aproxima París 7 (1960); F. M. du Buit, La Puissance du Sei-
gneur. Evangile 44, 1 (1963) 7-26; 46, 3 (1965) 5-59; labras con las que el término se halla asocia- también al nombre propio de Dios; cf. EvPe v.
muchas veces al de poder. Pedro pregunta si a
J. Cambier, L'Evangile de Dieu selon l'Epítre aux Ro- do o con las que se emplea en enunciados 19: «¡Mi poder, oh Poder, tú me has abando-
Cornelio y a su casa se les puede negar el mains I. V Evangile de la Justice et de la Gráce (Stu- paralelos. En primer lugar, están las expresio- nado!» (Me 15, 34; Sal 22, 2). En Le 22, 69,
bautismo, una vez que han recibido al Espíri- dia Neotestamentica 3), Brügge 1967, 28-37; E. Fa-
scher, Dynamis, en RAC IV, 415-458; W. Grundmann, nes sinónimas que significan poder: Ío%vg, por no haberse entendido Súvotuxc; como pre-
tu (Hech 10, 47). Cuando el vecino dice a su
Der Begriff der Kraft in der neutestamentlichen Ge- XQÓVCOC;, é^ouoía y ívÉQyzia; luego están los dicado para designar a Dios, se añadió xov
amigo: «No puedo levantarme para dártelo fel dankenwelt (BWANT IV, 8), Stuttgart 1932; Id., vocablos para designar los milagros: crnu,eíov fteoí], oscureciéndose así el sentido original.
pan]», ello significa: no quiero hacerlo (Le ówctuca xxX., en ThWNT II, 286-318; K. Kertelge, y TÉQac,; el término tiene, además, puntos de Desde la creación del mundo, el eterno poder
11, 7). Así aparece clarísimamente en la nega- Die Wunder Jesu im Markus. Eine redaktionsgeschicht-
liche Untersuchung (StANT 23), München 1970, 120- contacto con 5ó^a, áqy&aQaía, Jtvs'üu.a, oo- de Dios y su Divinidad pueden conocerse
tiva del invitado: «No puedo acudir» (Le 14,
126, 203-210; H. Kosmala, Hebraer - Essener - epía, X.ÓY05 y %ágiq. Finalmente, se lo men- cuando se contempla y reflexiona acerca de
20). Naturalmente existe también la posibili- Christen. Studien zur Vorgeschichte der christlichen ciona en conexión con d.Qxr\, é^ouoía, xu- las criaturas (Rom 1, 20; Sab 13, 5; Arist,
dad de que alguien sea capaz de hacer una co- Verkündigung (StPB 1), Leiden 1959, 220-224; Id.,
QióxT)g y áyyz'koq. Como en la literatura 132; Filón, All 97). El poder de Dios y su Di-
sa, pero que no lo haga (1 Tes 2, 7). gábár, en DTAT I, 919-937; J. L. McKencie, Signs
and Power. The NTpresentation of Miracles: Chicago griega, bvvamq puede tener las siguientes vinidad son expresiones sinónimas. La de-
Studies 3 (1964) 5-18; R. Penna, La óúvauxg OEOC. acepciones: significado (1 Cor 14, 11; Platón, mostración esencial del poder de Dios tiene
4. El verbo Síivctum tiene un significado Riflessioni in margine a 1 Cor 1, 18-25: RivBib 15 Crat 394b; Herm [v] 3, 4, 3; Justino, Dial 125, lugar en la resurrección de Jesús (2 Cor 13, 4)
especial en el Evangelio de Juan, en el que (1967) 281-294; B. Prete, La formula óúvaLug freoü
1) o también capacidad, habilidad, facultad: y en la de los cristianos (1 Cor 6, 14). Hasta
falta el sustantivo. El evangelista lo usa en re- in Rom 1, 16 e sue motivazioni: RivBib 23 (1975) 299-
328; K. Prümm, Das Dynamische ais Grund-Aspekt xaxá oíivotuiv (Mt 25, 15; 2 Cor 8, 3; Eclo qué punto la 8'úvau.ig de Dios es poder de re-
lación con los milagros de Jesús (Jn 3, 2). der Heilsordnung in der Sicht des Apostéis Paulas: Gr 29, 20; Josefo, Ant III, 102); iméfj 5i3vauiv surrección, lo muestra la respuesta dada por
Cuando se discute sobre la curación del ciego 42 (1961) 643-700; Id., Diakonia Pneumatos. Der
(2 Cor 1, 8; Eclo 8, 13); jtccoá Síwouuv (2 Jesús a la pregunta acerca de la resurrección:
de nacimiento, el tema principal es el siguien- 2.Kor ais Zugang zur apostolischen Botschaft. Ausle-
gung und Theologie II/2, Freiburg i. Br. 1962, 243- Cor 8, 3; Josefo, Ant XIV, 378). los saduceos no conocen ni la Escritura ni el
te: «¿Cómo un hombre pecador es capaz de
hacer tales señales?» (9, 16); «Si éste no fue-
327; V. K. Robbins, Dynameis and Semeia in Mark: Una peculiaridad de los enunciados del NT poder de Dios (Me 12, 24 par. Mt 22, 29). El
Biblical Research 18 (1973) 5-20; L. A. Rood, Le es que, en ellos, Súvaiug se puede usar casi poder creador y escatológico de Dios es ca-
ra de Dios, no podría hacer nada» (9, 33; cf. Christ comme óíivauíg fteov: RechBib 5 (1960) 94-
10, 21). El poder de Jesús nace de su comu- 107; H. Schlier, Machte und Gewalten im NT (Quaes- sinónimamente con los términos indicados, y paz, por medio del evangelio, de salvar al
nión con Dios (5, 19; 5, 30; 12, 49). Refirién- tiones Disputatae 3), Freiburg i. Br. '1963; O. Schmitz, al mismo tiempo puede emplearse en sentido hombre de su destrucción (Rom 1, 16; 1 Cor
Der Begriff Siivaiiig freoC bei Paulus. Ein Beitrag contrario a ellos, hasta tal punto que se crea 1, 18; 2, 4s). Sobre la íntima conexión que
dose a los hombres, Jesús señala la impoten- zum Wesen urchristl. Begriffsbildung, en FSf A. Deifi-
cia de ellos para acercarse por sí mismos a mann, Tübingen 1927, 139-167. Cf. más bibliografía una relación de tensión asombrosamente pa- hay entre óíivoiuig y acarnoía cf. Sal 20 (21),
Dios. La razón: No son capaces de creer (5, en ThWNT X, 1059-1061. radójica. La palabra y el poder, lo mismo que 2; 139 (140), 8. El don de gracia de ser servi-
44); «Vosotros no sois capaces de oír mi pala- la sabiduría y el poder, pueden ser opuestos y, dor del evangelio se concede por la eficacia
bra» (8, 43); «el mundo no es capaz de recibir 1. oíivotuis aparece 119 veces en el NT: 12 no obstante, pueden corresponderse entre sí. del poder de Dios, porque nadie es capaz de
el Espíritu de la verdad» (14, 17). Para que las veces en Mateo, 10 en Marcos, 15 en Lucas, La debilidad y el poder son incompatibles. realizar tal cosa por sí mismo (Ef 3, 7). El po-
cosas sean de otra manera, se precisa una re- 10 en Hechos, 36 en Pablo, de las cuales 15 Pero, en Pablo, la debilidad ofrece la mejor der de Dios protege a los cristianos en las ten-
generación total (3, 3.5); Dios mismo tiene corresponden a 1 Corintios y 10 a 2 Corintios, posibilidad de desarrollar el poder. Los térmi- taciones de la vida, a fin de que obtengan la
1083 Súvauxg 1084 1085 óúvaurg 1086

salvación (1 Pe 1, 5). En 1 Cor 1, 18 Pablo ha- cogido por Pablo dijera originalmente év 5 w á - después de la curación del paralítico, la gente milagros de Jesús no se los llama nunca or\-
bla de la 8íiva(j,is OeoC xolg aü)£ou¿voig, u.ei jtv£tiu.aTOS (E- Linnemann: EvTh 31 [1971] se queda mirando asombrada a los discípulos, (XEIOV (Me 8, l i a ; cf. Me 4, 35-5, 43 y 13,
pero no tote; ájtoXX/uu.£VOig. En Rom 9, 17 se 274). como si éstos hubieran realizado el milagro 22). De Esteban se dice que: nkr\Qr\g %áoiTog
piensa en el poder divino de castigar. Por el En la redacción actual del texto, habría que en- Í5ía 8'uváu.Ei, y el sanedrín pregunta EV Jtoíg
tender ev óvváu.si en sentido instrumental e in- x a l 8vváLi£cog EJTOÍEI t é g a t a x a l o"nu.£ía
paralelismo con 9, 22, se hace referencia no al 0-uváu.Ei r\ ev Jtoícü ÓVÓLUXTI habían obrado \ityóXa (Hech 6, 8); y algo parecido se dice
terpretar x a t á jtVE'üu.a áYiwoíwng como una
poder de Dios que obra la salvación de Israel, aclaración: Jesús es Hijo de Dios por el poder de el milagro, Pedro señala al Cristo resucitado de Felipe (8, 13) y de Pablo (2 Cor 12, 12).
sino a la omnipotencia de Dios que produce el Dios, a saber, de conformidad con la resurrección como la fuente del poder (Hech 4, 7-10; cf. 3, Cuando, en 1 Cor 12, 10, a las curaciones de
endurecimiento del Faraón, en lo cual Dios de los muertos, en el poder del Espíritu (U. Wil- 12-15). Tampoco Pablo se atreve a hacer nada enfermos se añaden también £V£QYT||iaTa
demuestra su cólera. ckens, La Carta a los romanos I, 87s). jrveáju.a, por sí mismo (Rom 15, 19). Todo se funda en 8'uváu.Ecov, entonces Súvaiug se refiere a las
como expresión de la praesentia dei, puede tener la acción de Dios, que se manifiesta podero- expulsiones de demonios, porque la posesión
4. El NT no sólo habla de la óíiva^ig el significado de poder. Pero en ninguna parte, ni samente en el apóstol (Col 1, 29). diabólica no se consideraba una enfermedad.
siquiera en Rom 8, 11, el Espíritu resucitó a Cris-
fteoO, sino también de la del Kyrios Jesucris- El poder de Cristo se desarrolla plenamente 8í>vau.ig puede significar también el poder
to, sino que fue Dios el que lo hizo. eE, ávaaTá-
to: 2 Pe 1, 16; 1 Cor 5, 4; cf. 2 Cor 12, 9; 2 aecog VEXQCOV sería entonces superfluo. Proba- -tal es la paradoja de la existencia cristiana- mágico (Hech 8, 10). Algunos relatos de mila-
Tes 1, 7; 2 Pe 1, 3. Ya en el AT el Esperado se blemente Pablo insertó las palabras EV óvvct[i£i en la debilidad de la forma terrena. La debili- gros del NT tienen notables puntos de contac-
halla equipado con el Poder (Is 11, 2; Miq 5, en la fórmula recibida por tradición (otro es el dad no es ni un impedimento ni una condición to con la magia: Me 5, 30 par. Le 8, 46; cf. Le
5; Sal 110(109), 2. parecer de Bultmann, Teología, 94; Hahn, Ho- previa para la acción de Dios. Allá donde hay 6, 19; Me 3, 10; 6, 56; Hech 19, 10-12: 5, 15s.
Lucas emplea el término para hacer resaltar heitstitel, 252) y de esta manera trasformó la cris- debilidad por parte del hombre, puede mos- El NT los refiere sin adoptar una postura crí-
la peculiaridad de Jesús. La concepción de Je- tología, de apariencia adopcianista, del judeocris- trarse plenamente el poder de Dios (2 Cor 12, tica. Por otro lado, el NT se distancia a su vez
tianismo. Como Hijo de Dios en poder, Cristo es de los puntos de vista mágicos. Los milagros
sús en el seno de María y el nacimiento de Je- 9). En la confrontación con adversarios que
el Kyrios.
sús se atribuyen así a la obra del Espíritu y al reclaman un cristianismo vigoroso, Pablo de Jesús son realizados por Dios mismo (Le
poder del Altísimo (Le 1, 35). Después de la Como Kyrios, Jesús está sentado a la dere- acentúa que Dios ha depositado el preciado 5, 17) para acreditarlo (Hech 2, 22). Puesto
tentación, Jesús -en el poder del Espíritu- re- cha de Dios, de tal manera que todos los po- tesoro del evangelio en el vaso del débil após- que Dios es siempre el que actúa, y no es un
gresa a Galilea (Le 4, 14). Anticipándose a los deres y autoridades le están sometidos (Ef 1, tol, para que el poder del evangelio proceda, poder inherente al cuerpo, y que fluye auto-
relatos que siguen, se expresa de esta manera 20s; 1 Pe 3, 22). En la parusía, Cristo hará su no de hombres, sino de Dios (2 Cor 4, 7). Por máticamente, el que desencadena el milagro,
que de Jesús, lleno del poder del Espíritu, di- aparición en gran poder y gloria (Me 13, 26 la comunión que tiene con el Cristo crucifica- por eso mismo no se alaba al taumaturgo Je-
manan efectos maravillosos en palabras y par.), acompañado por los ángeles de su poder do en debilidad, pero resucitado por el poder sús, sino a Dios (Le 19, 34). Los milagros de
prodigios. Con total asombro se exclama: (2 Tes 1, 7). Así como en Rom 9, 17 la oú- de Dios, Pablo anuncia a los corintios, a pesar Jesús, sobrepasando el suceso concreto, seña-
¡Con autoridad y poder, él da órdenes a los vauxg de Dios produce el endurecimiento del de su propia debilidad, pero por el poder de lan hacia el acontecimiento de salvación, de
espíritus inmundos! (Le 4, 36). Con bvvá- Faraón, así también en 1 Cor 5, 4 el poder del Dios, la vida que todavía es futura, pero que tal manera que lo que se proponen es inducir
u-eoí x a l Teoaai x a ! ar]Li£Íoig Dios lo acredi- Kyrios sirve para la protección de la comuni- se encuentra ya presente (2 Cor 13, 4). a la gente al arrepentimiento (Mt 11, 20-23
tó (Hech 2, 22). Jesús fue crucificado por de- dad, entregando a merced de Satanás a quien par. Le 10, 13). Son la lucha contra los pode-
practica el incesto, con lo cual su aági, queda res demoníacos (Me 3, 27), la irrupción del
bilidad, pero vive por el poder de Dios (2 Cor 6. ÓTJvaLtig pertenece a la terminología de
destruida, pero su jíveOna se salva para el día reino de Dios en este mundo (Le 11, 20; cf.
13, 4). Pablo llama al Crucificado fteov los milagros. Por ellos se entienden no sólo
del Señor. Heb 6, 5).
5í)vau.ig (1 Cor 1, 24). los poderes de obrar milagros (Me 5, 30 par.
Le 8, 46; Me 6, 14 par. Mt 14, 2; 1 Cor 12,
Se discute a qué hay que referir ev 5i)váu.et en 5. Así como Jesús fue equipado por Dios 10.28s) que dimanan de una persona, sino 7. Pablo asocia frecuentemente entre sí
Rom 1, 4. Es imposible conectarlo con fteov: Hi- con poder, así también él da a sus discípulos también los actos milagrosos que acontecen 5í)va[ug y X.ÓYog. Lo efectúa una vez de tal
jo del Dios poderoso (F. Prat, La Théologie de S. Sí)vau.iv x a l e^ovaíav sobre todos los de- (YÍveo"9m) (Me 6, 2; Mt 10, 20.23; Le 10, 13 manera, que confronta a ambos. No confron-
Paul I, Paris 1961, 512). Relacionarlo con
monios y para curar enfermedades (Le 9, 1; par.; Hech 8, 13) o que se realizan (JTOIEIV) tándolos, sino complementándolos mutua-
órno'fl'ÉvTog es gramaticalmente posible, pero
hay que rechazarlo por razones objetivas (cf. los cf. 4, 36). El les promete eE, vtyovc, 8i3vau.iv (Me 6, 5 par.; 9, 39; Mt 7, 22; Hech 4, 7; 19, mente, Pablo habla de la palabra y del poder
comentarios de J. T. Beck, A. Schlatter, K. Barth; para que puedan ser sus testigos (Le 24, 49). 11). Realizan milagros Jesús (Me 6, 2 par.; Mt en 1 Tes 1,5. Puesto que la palabra de la pro-
Prümm, Das Dynamische, 644 y 648; Hahn, Ho- Este tema se repite en Hech 1,8: para la pro- 11, 20-23 par. y passim), Esteban (Hech 6, 8), clamación del evangelio no son palabrerías
heitstitel, 255): Jesús fue instituido como Hijo clamación del evangelio hay que estar equipa- Felipe (Hech 8, 13), Pablo (Hech 19, 11; 2 humanas, sino la palabra de Dios, resulta que
por un acto poderoso, a saber, por medio de la re- do con el poder del Espíritu. 8"uváu.£i \ieyakr\ Cor 12, 12). Pero también otras personas ha- la palabra de la proclamación es una 8í>va-
surrección. Entonces e% ávaoxáoecüg VEXQCOV testifican los apóstoles al Resucitado (Hech 4, cen milagros en el nombre de Jesús (Mt 7, 22; uxg. Así como los muertos son resucitados, así
sería superfluo. Es también difícil la relación con
x a t á iiVEÍJLia áYta>oi>vng. Es verdad que óú- 33). Por SúvaLiig no se entiende aquí el poder Me 9, 33). Aun el Anticristo realiza milagros también los que se hallaban perdidos pueden
vauíg 7ivev\ionoc; áytov aparece en el NT, pero de obrar milagros. Claro que la 8í>vau.ig in- (2 Tes 2, 9). Marcos hace distinción entre ern- ser salvados (Rom 1, 16; 1 Cor 1, 18). Puesto
es muy improbable que el material tradicional re- cluye también los actos milagrosos. Cuando, (¿Etov y o-úvau.15. En los Sinópticos, a los que en 2 Cor 6, 7 la palabra y la cjíivaLug se
1087 &wa|j,ig-- OWCCTÉÜ) 108o 1089 bvvaxém - bvvaxóc, 1090

hallan en cierto paralelismo mutuo, Pablo precipitadas a la tierra (Dan 8, 10 LXX). A paz de algo (seguido de un infinitivo comple- poderoso (o lo que resulta posible a alguien)
quiere decirnos entonces que su mensaje es partir de ahí hay que entender el pasaje de Me tivo): Rom 14, 4; 2 Cor 9, 8. se expresa por medio de una construcción de
confirmado por medio de Súvafiíg. Se refiere 13, 25. Los poderes cósmicos son también po- infinitivo (Hech 2, 24; 11, 17; Rom 11, 32; 2
con ello no al poder que crea la salvación, si- deres angélicos. En el Sal 102 (103), 21 se in- Suvatóg, 3 dynatos fuerte, poderoso, ca- Tim 1, 12; Heb 11, 19; Tit 1, 9; Sant 3, 2, y
no al que realiza actos milagrosos. vita a naoai al óuváneig aíixoü a la alaban- paz, posible* passim), por medio de év con dativo (Le 24,
za de Dios. Esos ejércitos celestiales son en el 19; Hech 7, 22; 18, 24) o de jtoóg con acusa-
1. Aparición y significados del término - 2. Campo
8. Con más frecuencia aún que la palabra y Sal 148, 2 los ángeles (cf. VidAd 28; Biller- referencial - 3. bvvaxóc, como término teológico, cris- tivo (2 Cor 10, 4). El adjetivo sustantivado
el poder, se asocian entre sí el Espíritu y el beck III, 581ss). A causa de la resurrección y tológico y apostólico en el NT. xó bvvaxóv {el poder) se encuentra única-
poder (Is 11, 2; 1 Cor 2, 4; 1 Tes 1, 5). En los la exaltación de Jesús, las SuvótLteig perdie- mente en Rom 9, 22 (en un enunciado acerca
Bibl.: R. M. Grant, Miracles and Natural Law in
enunciados paralelos, ambos términos actúan ron su poder (1 Pe 3, 22; cf. Ef 1, 18ss). Los Graeco-Roman und Early Christian Thought, Amster- de Dios).
como sinónimos (cf. Le 1, 17.35; Hech 6, 5-8; poderes no son capaces de causar ningún da- dam 1952, 127-134; W. Grundmann, óiiva^ai, oli- Como términos opuestos a bvvaxóv halla-
10, 38). Allá donde está el Espíritu, se halla ño al cristiano, porque el amor de Dios en Je- varás *x\., en ThWNT II, 236-318; K. Prümm, Dia- mos dentro de un mismo contexto: áodevelv
actuando Dios, y por eso acontece algo. En sucristo es más fuerte que los poderes que termia Pneumatos II/2, Rom 1962, 243-340; W. C. van
Unnik, «Alies ist dir moglich» (Mk 14, 36), en FS (2 Cor 12, 10; 13, 9), oaoxixóg (2 Cor 10, 4;
Rom 15, 19 se hace distinción entre la bvva- trastornan la unión con Dios (Rom 8, 38s). En Stahlin, 27-36. cf. 1 Cor 1, 26), áóúvaxog (Me 10, 27 par.,
|ug JtveiJu.axog (cf. Josefo, Ant VIII, 408; la parusía esos poderes serán desposeídos pú- donde se pone de relieve la oposición entre el
Herm [m] 11, 2, 5) y la óúvaLug OTI^IEÍCOV xai blicamente de su fuerza (1 Cor 15, 24). 1. El adjetivo óuvaxóg aparece 32 veces hombre y Dios; Rom 15, 1, donde se estable-
xefjáxcov, y de manera parecida se hace dis- en el NT, 12 de ellas en los (Evangelios) Si- ce un contraste entre los fuertes en la fe y los
tinción entre Jtvet3u.a y 5í>vau.ig en Gal 3, 5. G. Friedrich nópticos y 10 en Pablo. Tiene los significados débiles en la fe).
Los actos de poder son efectos del Espíritu (1 de fuerte, poderoso, capaz. El neutro 8uva-
Cor 12, lOs). El NT no sólo habla de la Sí>- xóv (éoxiv) expresa que algo es posible (cf.,
3. En los Sinópticos, 8uvaxóg aparece casi
vauxg Jívzv[iaxoc, (Rom 5, 13.19; cf. Le 4, 8wajióü) dynamoo fortalecer* por ejemplo, la fórmula «restrictiva» el bvva-
En el NT este verbo se emplea únicamente siempre (una excepción: Le 14, 31) en enun-
14), sino también del jweüu.a xfjg 5uváu£CDg xóv en Me 13, 22; 14, 35; Mt 24, 24; 26, 39;
ciados teológicos o cristológicos.
(2 Tim 1, 7). Así como la 5i)vanig xoü áyíou en la voz pasiva en Col 1, 11: év náar\ bv- Hech 20, 16; Rom 12, 8; Gal 4, 15). En algu-
nvev\iaxoc, en Hech 1, 8 confiere poder para vá|i,et o'uvauxrúu.evoi, «fortalecidos con todo nos pasajes óuvaxóg tiene un sentido espe- En el Magníficat, de Lucas (Le 1, 49), se
vencer el miedo, así también vemos que en 2 poder»; Heb 11, 34: éSuvaftw-íhiaav (v.l. éve cial: en Hech 25, 5 el plural oí 5i)vaxoí («em- hace referencia a Dios con el predicado ó
Tim 1,7 el nvev\ia xfjg 5uváu.ea)g expulsa el 5iJvau.(D'8"r|0"av P Koiné pl) curó áa^Eveíag, pleado como término técnico de la política» bvvaxóc, {el Poderoso), un predicado conoci-
temor y hace a una persona preparada y dis- «allá donde eran débiles, fueron fortaleci- [E. Haenchen, Apostelgeschichte1 (KEK), do ya por la LXX (por ejemplo, Sal 44, 6;
puesta para aceptar sobre sí sufrimientos por dos»; cf. también Ef 6, 10 v.l. 636, nota 7]) designa a quienes tienen «auto- 119, 4; Sof 3, 17). Dios manifiesta concreta-
la causa del evangelio (1 Tim 1, 8). Por medio ridad» (cf. Josefo, Bell II, 242s), y en Rom mente su «poder» en las «grandes cosas» que
del Espíritu de Dios, los creyentes son fortale- 15, 1, a los que son «fuertes en la fe». En hizo en María («Grandes cosas ha hecho en
cidos con el poder de Dios en el hombre inte- bv\áa%\\$, ov, ó dynastes (personaje) so- Hech 18, 24, 5tjvaxóg se refiere concreta- mí el Poderoso»). De manera semejante, Mar-
rior (Ef 3, 16). berano, poderoso* mente a quien está versado o es experto (en cos 10, 27 (par. Mt 19, 26 / Le 18, 27) enlaza
Dícese de Dios en 1 Tim 6, 15: ó [xaxáoiog las Escrituras). con una convicción del AT (cf., por ejemplo,
xai [xóvog 8uváaTng, juntamente con ó |3a- Gen 18, 14; Job 10, 13; Zac 8, 6 LXX) al
9. Según Me 13, 25 par., las estrellas cae- odeiig xwv PaaiXeuóvToov xai xÚQtog xa>v
rán del cielo y ai Suváu.£ig xóbv ovQavwv 2. Los sujetos (lógicos) de Sijvaxóg son enunciar que todo (jtávxa) es posible para
xufjieuóvxcov; dícese de soberanos terrenos normalmente personas, por ejemplo, Dios Dios. Los discípulos se sienten impresionados
serán sacudidas. Rom 8, 38 hace mención de
en Le 1, 52: xafteüsv bvváaxac, ájtó Orjó- (Rom 11, 23; Heb 11, 19); Jesús (Le 24, 19; 2 por aquella imagen en la que Jesús afirma pa-
6uvá(i8ig, 1 Cor 15, 24 habla de é^cuoíav
vcov, «derribó de sus tronos a los poderosos» Tim 1, 12); Moisés (Hech 7, 22); Apolo radójicamente: «Le es más fácil a un camello
xai 8í>vauiv, Ef 1, 21 de áoxr|, s'E.ovoía,
(cf. Job 12, 19); dícese del poderoso funcio- (Hech 18, 24); el episkopos (Tit 1, 9); el pasar por el ojo de una aguja, que a un rico
8ijvau.ig y xugiÓTng. En la LXX «Yahvé Se-
baot» se convierte en xÚQiog xcov SiJváu.E(DV nario de la corte de Candace en Hechos 8, «hombre perfecto» (Sant 3, 2), etc. Una ex- entrar en el reino de Dios» (Me 10, 25). Y se
en 2 Re 6, 2.18; cf. Sal 102 (103), 21. Según 27. cepción se encuentra en 2 Cor 10, 4 (donde el preguntan unos otros: «Entonces, ¿quién po-
el Sal 32 (33), 6 el cielo y jtáoa rj olívame; adjetivo se refiere como sujeto a una cosa drá salvarse?» (v. 26). En su respuesta, Jesús
fueron creados por Dios. Israel se aparta de SwaTÉG) dynateó ser fuerte, ser podero- (xa bnXa). En la expresión bvvaxóv (éo- pone de relieve que eso «es imposible para los
Dios y se vuelve hacia el culto pagano de los so* xiv), la persona para la que algo es posible, se hombres», pero no para Dios, porque «para
astros en 2 Sam 17, 16; 21, 3.5; 23, 4s. En el El verbo aparece únicamente en Pablo, y indica con (naQÚ) y dativo (por ejemplo, Me Dios todo es posible» (v. 27). En Me 9, 23 se
juicio de Dios se marchitan Jiaom aí bv- está referido siempre a Dios o a Cristo: 2 Cor 10, 27 par.: jtávxa 8uvaxá mapa xa> dea»; afirma que el hombre, por su parte, puede ha-
vá[XEig xcuv otJQavcbv (Is 34, 4 v.l.). Las bv- 13, 3: bvvaxel év 'óuív, «(Cristo) es poderoso cf. Me 9, 23; 14, 36; Hech 20, 16). Aquello cerse partícipe -en la fe- de la omnipotencia
vájietg xoü oiíiQavo'ü y las estrellas serán en vosotros»; en el sentido de poder, ser ca- para lo que uno es capaz o en lo que uno es de Dios. Jesús dice al padre que pide la cura-
1092 1093 bvo 1094
1091 SwciTÓg - oiivco

bvo dyo dos no basta por sí sola. Tiene que haber, por lo
ción de su hijo: «Todo es posible para el que poder (Súvafug) se perfecciona en la (huma- menos, dos testigos (Dt 19, 15; Mt 18, 16; 26,
cree». Probablemente quiso decir Jesús: Dios na) debilidad (ctofléveicx) (2 Cor 12, 9); con- 1. Aparición en el NT - 2. Contenidos semánticos - 60; Jn 8, 17; 2 Cor 13, 1; 1 Tim 5, 19; Heb 10,
ayuda únicamente a quien deposita en Jesús súltese, a propósito, el término clave -> áa- 3. Uso teológico.
28). Y, así, Mateo concede gran importancia a
una confianza absoluta en su poder de obrar devTjg). Y, así, al comienzo de su carta BibL: J. Blinzler, Der Prozefi Jesu, Regensburg que se cure, por lo menos, a dos hombres, pa-
milagros, y manifiesta esa confianza en su destinada a defenderse contra los adversarios 4
1969, 145-148; J. Jeremias, Paarweise Sendung im ra que éstos puedan atestiguar el milagro (Mt
oración. Así como para Jesús (y para su fe) to- de Corinto (2 Cor 10-13), Pablo señala que NT, en Id., Abba, Gottingen 1966, 132-139; W. Pesch,
8, 28; 9, 27; 20, 30). Cuando Jesús u otras au-
do es posible, así lo es también para quien se las armas con las que él pelea no son de índo- Matthaus der Seelsorger (SBS 2), Stuttgart 1966 (so-
bre Mt 18); H. Weinrich, Sprache in Texten, Stuttgart toridades tienen que trasmitir encargos, enví-
dirige a él con fe, más aún, para quien com- le carnal, sino poderosas para Dios (10, 4). an a dos mensajeros por razones de credibili-
1976, 199-218.
parte con Jesús la fe en la omnipotencia de Por tanto, él puede terminar la parte esencial dad (Me 11,1 par. y passim). Los textos van
Dios. Esta fe la expresa Jesús mismo en su de esta carta, el llamado «discurso de insensa- 1. bvo aparece en el NT un total de 132 ve- más allá del significado de dar testimonio,
oración en Getsemaní. Según Me 14, 35, Je- tos» (11, 1-12, 10), en la que él consciente- ces, de ellas 40 en Mateo, 18 en Marcos, 28 cuando nos hacen ver que los dos testigos re-
sús ora pidiendo que, si es posible, pase de él mente quiere «gloriarse sólo de su debilidad» en Lucas, 13 en Juan, 13 en Hechos, 12 en las presentan una forma específica de comuni-
aquella hora. La oración, reproducida literal- (11, 30; 12, 5), con aquella confesión que sue- Cartas y 8 en el Apocalipsis. Aparece, por dad. Dos constituyen la célula básica de una
mente en 14, 36, comienza, pues, confesando na a paradoja: «porque, cuando soy débil, en- tanto, principalmente en los escritos narrati- comunidad, que no puede crearse por uno so-
la omnipotencia de Dios: «Abba, Padre, para tonces soy fuerte» (12, 10). En 13, 9 nos hace vos (Sinópticos, Hechos, Juan, Apocalipsis), lo, pero que la duplicación del uno es sufi-
ti todo es posible». Es decir, «Jesús alaba... la ver claramente que su «debilidad» (que en re- y entre ellos se encuentra sobre todo en los ciente para formar. Y, así, Jesús envía a sus
voluntad todopoderosa de Dios, la cual, según alidad es el «lugar de revelación» de la Sinópticos (86 veces). Esta distribución indi- discípulos de dos en dos, para que puedan dar
su fe, es la voluntad del 'Padre amoroso'» (R. Súvafug divina) representa también un servi- ca que bvo tiene mayor importancia para la testimonio fidedigno de su mensaje y para
Pesch, Markusevangelium II, [HThK] 391). cio a la comunidad: «En efecto, nos alegra- formación de relatos que para la comunica- que, al mismo tiempo, en la dualidad, repre-
mos, cuando somos débiles, pero vosotros ción epistolar. senten a la nueva comunidad que se forma en
En Lucas (24, 19) se aplica a Cristo el adje-
sois fuertes». Lo de «ser fuertes» significa comunión con él (Me 6, 7; Le 10, 1).
tivo Suvoctóg. Los discípulos de Emaús dan 2. bvo conserva, todas las veces que se ha-
aquí concretamente, como vemos por el con-
de él el siguiente testimonio: «Era un profeta lla documentado, su valor numérico. Ahora
texto, el ser fuertes en el bien (cf. xó xcdóv La vocación de parejas de hermanos para ser
poderoso en obra y en palabra delante de Dios bien, este vocablo es interesante para los rela-
y de todo el pueblo». La mesianidad de Jesús JtOlfjtE, V. 7).
tos, porque ocupa un lugar elemental en el có- discípulos de Jesús (Mt 4, 18-22) sigue primera-
En los demás escritos del NT aparece tam- mente el procedimiento de la duplicación numéri-
se ve aquí claramente en la «línea del poder digo numérico. Los opuestos de dos son ca (de una sola familia se escoge a más de uno);
profético» (Grundmann, 301) (una línea exis- bién el aspecto teológico, cristológico y apos- «uno» y «tres». «Uno» es singular, y todos los luego se convierte en una prueba de primera ma-
tente ya en la imagen del Mesías según el AT tólico de Suvatóg. Por ejemplo, en Heb 11, demás números son plurales. El dual, que en no (dos miembros de una familia representan la
y el judaismo, y que se refleja casi literalmen- 19 se confiesa el poder de Dios, que se mani- la Koiné aparece sólo de manera residual, ex- misión de Jesús en la sociedad), y finalmente lle-
te en la afirmación formulada sobre Moisés fiesta en la resurrección de los muertos. En 2 presa clarísimamente la función mediadora de ga a ser el acto fundacional de una nueva célula
en Hech 7, 22). Claro que, para Lucas mismo, Tim 1, 12 se dice que Cristo es poderoso para dos entre la unidad y la pluralidad. Así, pues, básica (las parejas de hermanos se convierten en
guardar hasta aquel día el depósito confiado se observa un movimiento recíproco del 1 al pescadores de nombres. La petición de los hijos
«el Cristo es más que un profeta dotado de
de Zebedeo invierte negativamente este orden de
poder. El Cristo es completamente singular y (la JtaQCi'íhíxri). En Tit 1, 9 (en un catálogo 2, y del 2 al 1, y en consonancia con ello del
la importancia de la pareja (Me 10, 35 v.l.; cf. Mt
único en su existencia. Su existencia está de- de obligaciones) se hace referencia al «poder» 2 al 3, y del 3 al 2. 20, 21). Otras células básicas se mencionan en Mt
terminada de manera especial por el poder de del episkopos (que sucede al apóstol); él tiene El movimiento del «uno» al dos tiene como 18, 19.20; 26, 37; Le 9, 30, y passim.
Dios» (ibid.). que ser capaz de «exhortar con la sana doctri- objetivo una duplicación. El «uno» singular
na y de reprender a los que la contradicen». El ha de conservarse, pero al mismo tiempo debe El movimiento de 2 a 1 se efectúa unas ve-
Pablo habla también del poder de Dios,
«poder» episcopal se entiende, pues, esencial- estar abierto a un incremento. Existe, pues, la ces como división, y otras como fusión. La
cuando este poder se demuestra, por ejemplo,
mente como un poder de magisterio y disci- duplicación puramente numérica, que parte de división reduce la duplicación a simplicidad:
en el cumplimiento de las promesas hechas a
plina. la unidad fundamental indivisa, pero que Me 6, 9 par. y passim. Allá donde la duplica-
Abrahán (Rom 4, 21) o en relación con el des-
muestra al mismo tiempo la posibilidad de en- ción conduce a una oposición dualista, se pro-
tino final del pueblo elegido (cf. Rom 11, 23: J. Zmijeswski
riquecimiento aditivo: multiplicar dos peces duce la separación entre la parte buena y la
«También ellos, si no continúan en su incre-
(6, 38.41 par.), dar dos leptas (Me 12, 42 par.) mala (Me 9, 43ss par. y passim). La fusión se
dulidad, serán injertados [en el olivo], porque
(y passim). La duplicación por medio de la efectúa en el matrimonio (Me 10, 8 par.; 1
poderoso es Dios para volverlos a injertar»). 5 v v o ) , 5ÍJO) dyno, dyo ponerse (el sol)*
escisión violenta se produce al desgarrarse el Cor 6, 16; Ef 5, 31), por el hecho de hacerse
En Pablo encontramos también el adjetivo Se usa en sentido intransitivo para referirse
velo del templo (Me 15, 38 par.). creyentes en Cristo (Ef 2, 15) y por el hecho
Sitvaxóg en enunciados acerca de su propio a la puesta del sol: Me 1, 32: ote zbv 6 r\kioc,
La duplicación adquiere importancia inter- de servir a Cristo (Flp 1, 23).
apostolado. En opinión suya, tanto a la vida (íbvozv B D 28 pe) par. Le 4, 40: Súvovxog
Sé xov f\kíov (oúvavtog U al, oúoavxog D): subjetiva en la prueba testimonial. La declara- El movimiento de 2 a 3 es primeramente de
de Jesús (cf. 2 Cor 13, 4) como a su propia vi-
cf. BlaB-Debrunner § 75, nota 2; 101, nota 19. ción de un varón, capacitado para testimoniar, puro valor numérico (Jn 2, 6) y se convierte
da se aplica aquel principio de que el (divino)
1095 Súo - ovaqjTinía 1096 1097 oúco - 6cáóexa 1098

luego negativamente en expresión de división orto hasta el ocaso del sol», es decir, «desde bvtú dyo ponerse (el sol) ante la ley (pero cf. también el denominado se-
(Le 12, 52) y positivamente en expresión de el oriente hasta el occidente». -> oíivco. gundo relato de Setme Chamo'is, en AAB
la apertura y del incremento de la fuerza testi- 1918/7, 68; Josefo, Ant V, 348; Pseud.-Ign-
monial (Mt 18, 16 cf. supra) y de la célula bá- Magn 3, 2, 4). En Me 5, 42 la indicación de la
sica (Mt 18, 20). bvtfnokoc,, 2 dyskolos difícil, dificultoso* 8(ó8exa dddeka doce edad de la hija de Jairo pretende decirnos, se-
Me 10, 24: n&q oúaxoX.óv éaxiv, «qué di- 1. StóSexa como indicación numérica - 2. El pue- guramente, que se trata todavía de una niña,
3. El resultado teológico no podemos más fícil es» (entrar en el reino de Dios). blo de las Doce Tribus - 3. El número 12 en la nueva pero que se encuentra ya en el umbral de la
que indicarlo. Jesús prefiere el número de dos Jerusalén - 4.a) «Los Doce» - b) El origen del círculo edad adulta; Lucas (8,42), que traslada de sitio
como el número de la vocación y de la mi- de los Doce - c) El encargo dado al círculo de los Do-
ce - d) El desarrollo en la Iglesia primitiva - 5. Testi-
la información, la entiende (erróneamente) co-
sión, a fin de de lograr, por un lado, que la vo- SvaxóXw? dyskolos (adv.), difícilmente, mo un número aproximado de arios.
monios dependientes.
cación y la misión se derive de cada indivi- dificultosamente* Scóóexa, en Me 5, 25 par., podría haberse
duo, y para evitar, por otro lado, la indivi- El adverbio, al igual que el adjetivo corres- Bibl: E. Best, Mark's Use of the Twelve: ZNW 69
usado de esta manera; una relación de estas
dualización de esos procesos. Según esto, el (1978) 11-35; Braun, Qumran I, 43 ss; II, 327s; O.
pondiente, aparece tan sólo en sentencias Cullmann, Der zwolfte Apostel, en Id., Vortrage und dos últimas referencias con una determinada
seguimiento y discipulado de Jesús tiene lu- acerca de la entrada en el reino de Dios, del Aufsatze 1925-1962, Tübingen-Zürich 1966, 214-222; fase de la tradición no es improbable. En
gar allá donde hay, por lo menos, dos que se que difícilmente participarán los que poseen S. Freyne, The Twelve: Disciples and Apostles, Lon- Hech 19, 7 el cboEÍ precedente (común en He-
reúnen en el nombre de Jesús (Mt 18, 20), bienes: Me 10, 23 (jtcbg 8uoxóX.cog... elos- don 1968; H. Gollinger, Das «grofie Zeichen» von chos) indica que bw&exa debe entenderse
formulan oraciones en común, escogen en co- Xevoovxai) par. Mt 19, 23 (Sucxótaog EÍOE-
Apokalypse 12 (SBM 2), Würzburg-Stuttgart 1971, so-
como una cifra aproximada; no puede deter-
mún tareas y las llevan a cabo. Por otro lado, bre todo 77-89; F. Hahn, Das Verstandnis der Mission
XEÍIOETCU) / Le 18, 24 (jtcog Suoxókog... EÍa- im Neuen Testament (WMANT 13), Neukirchen- minarse si detrás de todo ello hay una remi-
la dualidad, por ser el plural más reducido, niscencia histórica (es poco probable que ha-
jtoQeiJOVTai). Vluyn 1963; M. Hengel, Die Ursprünge der christli-
preserva a la vocación, la misión y la comu- chen Mission: NTS (1971-1972) 15-38; H. Kasting, ya alguna relación con el número de los doce
nión con Jesús de esquematizarse y estandari- Die Anfange der urchristlichen Mission (BEvTh 55), discípulos de Jesús).
zarse como un movimiento de masas. La co- München 1969; G. Klein, Die zwólf Apostel (FRLANT
munión con Jesús vive de las acciones 8t>ajir|, f¡5, i\ dysme ocaso (del sol), occi- 77), Gottingen 1961; R. P. Meye, Jesús and the Twel-
comunitarias entre dos, que están abiertas al dente* ve (tesis en Basilea), Grand Rapids 1968; K. H. 2. El número de doce adquiere su significa-
Mt 8, 11 par. Le 13, 29; Mt 24, 27; Ap 21, Rengstorf, 5ü)68xa, en ThWNT II, 321-328; B. Ri- ción decisiva por el uso bíblico de este núme-
aislamiento (uno) y al incremento (3). gaux, Die «Zwólf» in Geschichte und Kerigma, en Ris-
13 en la construcción cuto 6iJGfX(0v o scog tow-Matthiae, 468-486; M. Rissi, Die Zukunft der
ro, ya que la existencia del pueblo de Israel se
D. Dormeyer Suouxov (Mt 24, 27), a diferencia de cuto Welt, Basel s. f. (1967), sobre todo 74-95; J. Roloff, remonta genealógicamente a los doce hijos de
describir los extremos geográficos más opues- Apostolat - Verkündigung - Kirche, Gütersloh 1965, Jacob, y de ahí se deriva la correspondiente
SvapáotaxTog, 2 dysbastaktos difícil de tos. sobre todo 138-168; G. Schmahl, Die Zwólf im Mk división del pueblo en doce tribus (cf. Hech
(TThSt 30), Trier 1974; K. Stock, Boten aus dem Mit- 26, 7). El trasfondo de todo esto no hay por
llevar* Ihm-Sein (AnBibl 70), Rom 1975; W. Trilling, Zur
Mt 23, 4; Le 11, 46 en la construcción qpoo- Enstehung des Zwólferkreises, en FS Schürmann, 201-
qué estudiarlo aquí. En el NT esta realidad ha
tía... 5"uo"PáoTaxTa, «cargas difíciles de lle- bvavór\tog, 2 dysnoetos difícil de enten- 222; J. Wagenmann, Die Stellung des Apostéis Paulus sido alterada por la historia, por cuanto nueve
var» (omitido en Mt 23, 4 Sin pe it sy Ir). der* neben den Zwólf (BZNW 3), GieBen 1926. Cf. más bi- tribus han desaparecido con la caída del reino
2 Pe 3, 16 refiriéndose a las Cartas de Pa- bliografía en ThWNT X 1061s. septentrional y la tribu de Leví ha desapareci-
blo, EV aíg 5uavór|Tá uva, «en las que hay 8ró5£xa aparece 75 veces en el NT, con do parcialmente (TestJos 19, ls; 4 Esd 13, 40;
8uaevté{HOV, OV, TÓ dysenterion diarrea,
algunas cosas difíciles de entender». sorprendente frecuencia en los Evangelios (46 ApBar [gr] 78, 1). Según las esperanzas apo-
disentería*
veces) y en el Apocalipsis (23 veces); en He- calípticas judías, estas tribus retornarán cuan-
Hech 28, 8: jtuQETotg xod 5ijaevteQÍcp
chos el término se halla documentado 4 ve- do llegue el tiempo de la salvación (Biller-
at)V£%óu.£vov, «aquejado de fiebre y disente- dvocpiméb) dysphémeo calumniar, insultar* beck IV, 902-909; cf. Jer, 30s).
ría» (v.l. también en femenino singular o en ces, y se encuentra 1 vez en la Carta primera
1 Cor 4, 13: 8'uaqpnu.o'úu.evoi, Jtocoaxa- a los corintios y otra vez en Santiago. Los doce hijos de Jacob, mencionados en el
masculino o femenino plural). Xoüfiev, «\í somos insultados, respondemos esquema histórico de Hech 7, 8, son llamados
con bondad», juntamente con XOI6OQOIJU,EVOI 1. 8a)8excc, en la imagen empleada por Je- jtaxQiáQXal> «patriarcas». Quizás la corona
5voeQjllf|VevT05, 2 dyserméneutos difícil y 5iü)xónevou sús en Jn 11,9, quiere indicar que su obra, du- de doce estrellas que hay sobre la cabeza de la
de explicar rante su vida terrena, está limitada por el tiem- reina del cielo (Ap 12, 1), simboliza a las do-
-> éou.TyveiJCD. po. Los doce días de Hech 24, 11 se calculan ce tribus del pueblo de Dios (cf. TestNef 5,4;
6l)Otpi]|ilítt, ag, r\ dysphémia calumnia, bien sea a partir de 21, 27 y 24, 1, o bien sea Gen 37, 9). Si es correcta esta interpretación
óixrig, £(05, X[ dysis ocaso (del sol), occi- insulto* contando los días de la estancia de Pablo en incierta, entonces aquí estaría ya implicada la
dente 2 Cor 6, 8: 5icc Svocpriuiag xod EÜcpnuíag, Jerusalén. La indicación de la edad de Jesús trasferencia de la idea del pueblo de las doce
Únicamente en el final breve de Marcos: «en calumnia y en buena fama», juntamente en Le 2, 42 pretende, desde luego, ser precisa: tribus al pueblo salvífico de la comunidad
ano ávatoX.fjg xod oi/pa Súasoog, «desde el con 8iá Sóí^ng xoi ónaulag. Jesús no es todavía plenamente responsable cristiana (pero cf. A. Vogtle, en FS Kuhn,
1101 ócóóexa 1102
6ó6exa 1100
1099
ciona como una unidad propia. Por eso, de 1 la tradición sobre la vocación (Me 3, 13-19)
395-415). La idea está atestiguada directa- [HNT], sub loco), lo cierto es que el Apoca- Cor 15 no puede deducirse ningún argumento como a la tradición sobre la misión (Me 6, 7-
mente en el praescriptum de Sant 1,1, donde lipsis la ha recogido por el número de doce, decisivo en contra de la existencia pre-pas- 13). Creemos que también la fuente Q cono-
se menciona como destinatarios a «las doce que ya antes había determinado el acceso a la cual de ese grupo: la fórmula se refiere al gru- ció ScóSexa en relación con semejante tradi-
tribus que están en la dispersión», es decir, a ciudad de Dios y su cimentación. po, y no primordialmente al número de sus ción (cf. H. Schürmann, Lukasevangelium I
los cristianos dispersos por todo el mundo, al La tradición mítico-apocalíptica se recono- miembros. Precisamente la tradición que nos [HThK], 318s). A esta fuente podría pertene-
verdadero Israel (cf. Gal 6, 16; Herm [s] 9, ce más claramente detrás de Ap 22, 2. El fon- habla de que hubo que completar el círculo de cer también el fragmento de tradición de Mt
17, 1). Esta identificación está implicada tam- do de todo lo constituye Ez 47, 12, aclarado los Doce, en Hech 1, (15.)21-26, nos muestra 19, 28 par. Le 22, 28-30. Por consiguiente, en
bién en aquellos que son sellados en Ap 7, 4- por la idea del árbol de la vida (Gen 2, 9). Por la preeminencia de la institución sobre el nú- su núcleo, es una tradición que, lo mismo que
8, los 144.000, con 12.000 de cada una de las la indicación que se ofrece en Ezequiel (cf. mero, pero haciéndonos ver al mismo tiempo la de la vocación y la de la misión, se remon-
doce tribus de Israel. Claro que el número do- también los pasajes rabínicos en Billerbeck la necesidad de completar ese número. Esta ta a Jesús y -al igual que ellas- tiene la mira-
ce se menciona aquí explícitamente tan sólo III, 856) de que los árboles plantados junto al última tradición que acabamos de mencionar da puesta en «los Doce», aunque tal cosa no
en la referencia a los 12.000, pero se deriva río del templo darán fruto todos los meses, es fiable, pero no se se repite con posteriori- se deduzca directamente de la versión ofreci-
evidentemente del número de las doce tribus. una idea recogida en Ap 22, 2c, ScóSexa se dad (con ocasión de Hech 12, 2). da por Lucas (pero sí de su contexto).
El número incontable de los que están sella- calcula aquí como «doce veces». El significa-
dos, de los que son miembros de la Iglesia de do especial de 8(ó8exa y la falta de indica- b) Las cuatro listas de «los Doce» que apa- c) Como signo escatológico-profético, am-
Cristo (cf. 14, 1), es mil veces el número do- ción de un punto de referencia («anualmen- recen en el NT (Me 3, 16-19; Mt 10, 2-4: Le bas tradiciones (la de «los Doce» y la de la
ce multiplicado por sí mismo. te») sugieren que el «cálculo» procede del 6, 14-16: Hech 1, 13 [aquí, como es natural, misión-vocación) forman un conjunto. El nú-
autor mismo del Apocalipsis y tiene la finali- eran sólo once] permiten sacar conclusiones mero de Doce está determinado por el pueblo
3. Desde esta perspectiva, es evidente que dad de introducir expresamente en el texto el más bien en favor que en contra del origen de las Doce Tribus (así aparece también pro-
el número doce ha adquirido también una es- número de doce. pre-pascual del círculo de «los Doce». Cierta bablemente en 1QS 8, 1, cf. Braun), «los Do-
pecial significación para la nueva Jerusalén inseguridad ya en cuanto a los nombres que ce» representan prolépticamente al renovado
en Ap 21, hasta tal punto que el número ha 4. a) ócú5exa tiene su significado más im- integran el círculo (posición incierta de An-
pueblo de Dios, cuyos miembros se miden por
llegado en cierto modo a independizarse. En portante en el NT en relación con un grupo fi- drés, Tomás, Simón Cananeo [Juan/Santiago];
ese patrón. Ellos -enviados por Jesús- procla-
primer lugar, en alusión a Ez 48, 30-35, se jo de discípulos: un grupo que, según la tradi- el cambio entre Tadeo [Lebeo] y Judas el hijo
man de palabra y de obra la inminente llegada
mencionan las doce puertas (v. 12), en las ción evangélica, fue creado por Jesús mismo de Santiago; cf., a propósito, Cullmann), y
del tiempo de la salvación. Preparan el país
que están inscritos los nombres de las doce y que parece que en la tradición más antigua más todavía la total insignificancia de la ma-
yoría de los nombres y la casi completa insig- para el tiempo de la salvación por medio de
tribus de los hijos de Israel, y sobre las que fue denominado sencillamente con el nombre su conducta y exhortan al pueblo al arrepenti-
vigilan doce ángeles (cf. Is 62, 6). Según Ap de oi ócboexa. De todas maneras, en la tradi- nificancia de «los Doce» en general después
de la Pascua apuntan hacia el origen pre-pas- miento. Por tanto, son al mismo tiempo im-
21, 21, esas doce puertas son doce perlas (cf. ción citada por Pablo en 1 Cor 15, 5, en He-
cual de este círculo. Es verdad que 1 Cor 15, portantes testigos del carácter y del contenido
-en relación también con los vv. 19s- Is 54, chos (6, 2), en Marcos (lo mismo que en Lu-
5 asegura la importancia constitutiva de los de la actividad de Jesús.
lis; bBB 75a [Billerbeck III, 851]). El único cas) y en Juan se encuentra exclusivamente el
pueblo de Dios entra por las puertas en el lu- absoluto ol ocóoexa, y únicamente Mateo nos «Doce» para la formación post-pascual de la d) En la comunidad pospascual perdieron
gar de la salvación. La muralla que rodea a habla una vez de outóoTo^oi (10, 2; cf. Ap comunidad, pero tan sólo Hech 6, 2 nos per- pronto la significación que tenían como insti-
la ciudad se asienta sobre doce cimientos, 21, 14) y con cierta frecuencia añade Licidr|- mite verlos una vez más, algunos (?) años tución, y perdieron también seguramente a al-
que llevan los nombres de los doce apóstoles Tctí (10, 1; 11, 1; 20, 17 v.l.; 26, 20 v.l.) a ol más tarde, en su función. Ahora bien, parece gunos de sus miembros. Marcos no compren-
del Cordero (Ap 21, 14). La imagen corres- ScóSexa. 1 Cor 15, 5, como parte integrante que Pablo, en su historia cristiana, no los vio de ya cuál es su función específica, los iden-
ponde a Ef 2, 20 (cf. también Heb 11, 10; 4 de una formulación tradicional ya para Pablo, ya en el ejercicio de su función (cf. Gal 1, tifica con los apóstoles (Me 6, 30) y no cono-
Esd 10, 27); está imbuida de la idea de los nos muestra no sólo la antigüedad, sino tam- 18). Finalmente, el hecho de que el traidor ce ya ninguna diferencia esencial entre ellos y
doce apóstoles como testigos fundamentales bién la difusión «ecuménica» de esta denomi- perteneciera al círculo de «los Doce» habla en
nación, la cual, por tanto, tuvo que ser enten- los u.or}r|Tcú (Best, 32-35). Esta línea conti-
de Cristo (-* 4). También la comunidad esca- favor del origen pre-pascual de este círculo.
dida por amplios sectores. Ambas cosas se núa -de manera diferenciada- en los demás
tológica de la salvación sigue estando ci- Esta pertenencia se acentúa intensamente al
deducen de Hech 6, 2, porque en este pasaje evangelios; Mateo los identifica más con los
mentada en el testimonio de los apóstoles de caracterizársele como ele, (ex) TCÓV ScóSexa
ScóSexa podría derivarse de un fragmento es- LIOC&TITCÚ, Lucas lo hace completamente con
Cristo Jesús. (Me 14,10 par.; [14, 20]; 14, 43 par.; Jn 6, 71;
crito de la tradición (H. Conzelmann, Apostel- cf. 12, 4). (Esta expresión se aplica a Tomás los CCJTÓOTO^OI (cf. infrá). Juan los conserva
La longitud, la anchura y la altura de la Je- geschichté1 [HNT] 49; M. Hengel: ZThK 72 únicamente junto con su propia tradición. Es
rusalén santa miden por igual el número de en Jn 20, 24.) Lo mismo que esta expresión,
[1975] 155s). Así que, para la tradición anti- ScóSexa juntamente con su tradición existía muy significativo que la mención expresa de
doce multiplicado por mil (Ap 21, 16; cf. la gua, oí ScóSexa es evidentemente el nombre «los Doce», en los evangelios, vaya declinan-
medida de la muralla en el v. 17: 144 = 12 x ya con anterioridad a Marcos (así piensan ya
fijo de una institución, que está constituida, Rigaux, 472-475; Best). Esto se aplica tanto a do (aparece sólo en Mt 11, 1; Le 8, 1; 9, 12
12). Aunque haya detrás de todo ello una tra- sí, por determinados varones, pero que fun- ScóSexa sobrepasando a Marcos; Mt 11, 1
dición mítica (cf. E. Lohmeyer, Offenbarung1
1103 Scóóexa - ScoQeá 1104 1105 ÓCOQEÓ - 8c!)Qr|ua 1106

par. Le 8, 1 pertenece quizás a la tradición de Mt 24,17 / Le 17, 31; xurrúooto em xtov Sco- un equivalente hebreo, traduce el término he- (o) 8íScou,i: Mt 10, 8 (bis); Ap 21, 6; 22, 17.
la fuente Q sobre la misión, cf. Schürmann, [xórcov, «proclamar desde las azoteas» (a sa- breo hinnam (graciosamente, inútilmente, in- En 2 Cor 11,7: Scogeáv eíiocYYeMío^ai: «Os
Lukasevangelium I, 447s; sobre Le 9, 12 cf. ber, lo que se os ha susurrado al oído): Mt 10, fundadamente). 6ü)Qeá se encuentra en Dan prediqué gratuitamente el evangelio de Dios».
Me 6, 43 par. Le 9, 17). Una comprensión 27 par. Le 12, 3; áva|3aívco ÉJIÍ TO 5<B^a, 2, 48 para traducir el término arameo maPna' Rom 3, 24: 6ixaio,úu.£VOi Scogeáv, «justifi-
«historizante», orientada por el número, se in- «subir a la azotea»: Le 5, 19; Hech 10, 9. (regalo); en 11, 39 traduce el término hebreo cados sin méritos / graciosamente (por su gra-
dica en la referencia a «los Once» (-> evóe- BHH I, 311; Haag, Diccionario, 1905-1906. mehir (recompensa). Dan 2, 6 y 5, 17 (ambos cia)». 2 Tes 3, 8: «No comimos el pan de na-
xa). Pronto la tradición no supo ya qué hacer en Teodoción) emplean el sustantivo para tra- die sin una contraprestación, sino trabajando
con la institución de oí 5có8exa. ducir el término arameo wbizbá (don, regalo). día y noche con fatiga y dificultades, a fin de
Ahora bien, como la tradición conservó el ÓMQtá, ag, i\ dórea don, regalo* no ser una carga para ninguno de vosotros»;
conocimiento acerca de esa institución, la lle- Scooeáv dórean (acusativo usado como ad- 2. En el NT -lo mismo que en otros escri- todo esto se dice aquí para poner a Pablo co-
nó de nuevo contenido, a saber, con la idea verbio) gratuitamente, como regalo, in- tos del cristianismo primitivo (por ejemplo, mo modelo (cf. vv. 9-12).
del apostolado. Con ello se conserva también merecidamente, inútilmente* IgnEsm 7, 1; Bern 1, 2; 9, 9; MartPol 20, 22)- El significado de inmerecidamente aparece
completamente en el ámbito funcional una Scooeá se emplea para designar el regalo o el en Jn 15, 25: «Me aborrecieron sin causa» (cf.
1. Aparición y contenido semántico de los términos don de Dios, y se usa siempre en singular (por Sal 34, 19; 68, 5 LXX); en Jesús «tiene» que
continuidad (cf. también Roloff, 166-168). En
Lucas esta concepción, que es determinativa
en el NT - 2. Scopeá - 3. óropeáv. el contrario, el plural se encuentra siempre en cumplirse la palabra de la Escritura. - Scooeáv
del período posterior, aparece en forma más Bibl.: E. Benveniste, Le vocabulaire des institutions 1 Clem 19, 2; 23, 2; 32, 1; 35, 4). Se usa ex- ájtc&vfiaxco significa en Gal 2, 21b «morir
desarrollada; pero no se originó con él (cf. su- indo-européennes I, Paris 1969, 65-79; F. Büchsel, plícitamente como «don de Dios» (Scogeá en vano»: «Porque si la justicia viene por me-
SñQOV mk., en ThWNT II, 169s; Freedman-Lund- xov §eo'0) en Jn 4, 10; Hech 8, 20). En otros dio de la ley, entonces Cristo murió en vano».
pra; [Me 6, (7.)30; Mt 10, 2; Ap 21, 14]). bom-Fabry, hánan, en ThWAT III, 23-40; Moulton- pasajes resalta clarísimamente por el contexto
Milligan, en )a voz Sropáa (MTX.); H. J. Stoebe, hnn
que se trata de un don que procede de Dios: G. Schneider
5. Dependen quizás del número de «los ser compasivo, en DTMAT I, 815-829; A. Stuiber,
Geschenk, en RAC X, 685-703; H. Vorlander, Sñgov Hech 11, 17; Rom 5, 15.17 (juntamente con
Doce» los testimonios de 5cb8exa que se en-
mX., en DTNT II, 47-49. %ágig en cada uno de los ejemplos); 2 Cor 9,
cuentran en Me 6, 43 par. (con arreglo a Me 8, 5(Opeáv dórean (acusativo usado como ad-
15; Heb 6, 4. Es singularísima de Hechos la
19) y en Mt 26, 53. En ambos casos lo de do- 1. El sustantivo ócugeá aparece 11 veces verbio) gratuitamente, como regalo, in-
expresión Scogeá xov óyio^ Jt.veuu.ax05 (2,
ce carece de significación especial, aunque en el NT, mientras que la forma de acusativo merecidamente, inútilmente.
38; 10, 45); se trata aquí de un genitivo epexe-
sugiere una correspondencia con el número Scooeáv (empleada como adverbio) aparece 9 gético: el don de gracia que consiste en el Es- -> Stogeá (3).
de «los Doce». veces. Scogeá se halla documentado princi- píritu Santo. En Ef 3, 7 encontramos la expre-
T. Holtz palmente en Hechos (4 veces), mientras que sión: «(servidor del evangelio) según el don 6<i)()éo^ai dóreomai dar, otorgar
en Romanos aparece 2 veces, en Efesios 2 ve- de la gracia (= el don gracioso) de Dios (xcttá -> ócóQTjfxa (2).
dü)&ÉxatO£, 3 dódekatos duodécimo* ces, y en el evangelio de Juan, 2 Corintios y xr|v Scooeáv TOÍJ X^SITOC; Tcru Oeofi)». Se
Ap 21, 20: el duodécimo sillar en que se Hebreos 1 vez en cada uno de estos escritos. emplea una fórmula parecida en Ef 4, 7, don- 6(ó()i]fta, a t o ? , t ó dórema don, dádiva*
asienta la muralla de la Jerusalén celestial es Scooeáv aparece en Apocalipsis 2 veces, en de se dice que a cada cristiano se le ha conce-
Mateo 2 veces (ambas en Mt 10, 8), y en el ócoQÉOfxai. dóreomai dar, otorgar*
-> áu.éíhiaTog. dido la gracia «conforme a la medida del don
evangelio de Juan, Romanos, 2 Corintios, Gá- de Cristo (xatá tó u.éxgov tf¡s Scogeág XOV 1. Aparición de los términos - 2. Scopéoncu -
latas y 2 Tesalonicenses, 1 vez en cada uno de 3. Sd)QT](ia.
XQIOTO'Ü)»; aquí, por tanto, Cristo es el sujeto
ówSexácpv^ov, ov, TÓ dódekaphylon el estos escritos. de la acción de dar graciosamente. El campo Bibl.: Cf. 8ü)QEá.
pueblo de las doce tribus* ocogeá es el don, el regalo (concedido gra- referencial de Scogeá, en el NT, se concentra
Hech 26, 7: tó ocoSexácp'uX.ov f|[xcbv: Pa- ciosamente). En contraste con -y SCÜQOV, pa- en el don (o los dones) que ha(n) sido ya con- 1. En el NT el sustantivo Scogr|u.a, don,
blo, en presencia de Agripa II hace suya la es- rece que ócogeá «tiene más marcado carácter cedido^) por Dios, a saber, en Cristo (Jn 4, dádiva, aparece únicamente en Rom 5, 16 y
peranza de Israel de que se han de cumplir las jurídico» (Büchsel, 169), porque —fuera de la 10), el Espíritu (Hech 2, 38; 8, 20; 10, 45; 11, Sant 1, 17, y en ambas ocasiones en singular.
promesas hechas a los padres. Biblia— designa actos formales de donación 17), la «justicia» (Rom 5, 15.17). Heb 6, 4(s) También el verbo aparece raras veces: se en-
(regalos honoríficos, legados, usufructos, do- menciona junto al «don celestial», que los cuentra únicamente en Me 15, 45 y en 2 Pe 1,
óíojia, a t o ? , t ó doma azotea, tejado* tes; cf. Liddell-Scott, s.v.; Moulton-Milligan). cristianos recibieron, la participación en el Es- 3.4. 8cógr|u.a es originalmente «un término
El término aparece en el NT en expresiones El adverbio tiene dos sentidos: el de graciosa- píritu Santo, la palabra de Dios y el gustar del estilo elevado» (Büchsel, 169). En la LXX
que, por lo demás, son usuales y que presupo- mente, inmerecidamente, y también el de va- «los poderes del futuro eón». Por el don reci- apararece tan sólo en Eclo 34 (31), 18 para re-
nen que el tejado plano de las casas orientales namente, inútilmente. Los contenidos semán- bido hay que dar gracias a Dios (2 Cor 9, 15). ferirse a las «ofrendas (sacrificiales) de los in-
sirve de azotea para hacer la vida al aire libre: ticos de estos términos en el NT corresponden justos» (5coQT|u.aTa ávÓLicov), que no agradan
ó ém TOÜ Scóiiatog, «el que esté en la azo- extensamente a los del griego de la LXX, don- 3. Scogeáv significa en primer lugar gra- a Dios. En el NT el término se refiere siempre
tea», no debe bajar a la casa: Me 13, 15 par. de bwQtáv en 20 de las 24 veces en que tiene ciosamente o gratuitamente: con X.cqu3ávco y a los dones otorgados por Dios a los hombres.
1107 6cÓQr|(ia - 5Ü)QOV 1108 1109 StOQOV 1110

El verbo en voz media significa dar, otorgar. ScÓQT]u.a, literalmente: Y el don no es como veces). Los demás lugares donde aparece el no tienen como fondo las declaraciones acer-
Mientras que la voz activa se halla atestiguada aquello por medio del uno que pecó». término son: Me 7, 11; Le 21, 2.4; Ef 2, 8 y ca del sacrificio ofrecido de una vez para
todavía en Píndaro, vemos que en la época Ap 11, 10. Así que el vocablo falta en Juan y siempre por Cristo, el «sumo sacerdote de los
posclásica el verbo se usa únicamente en voz R. Bultmann (ZNW 50 [1959] 152) completa en las cartas paulinas. Con excepción de Me bienes futuros» (9, 11-10, 18). En Heb 11, 4
media. Así ocurre también en la LXX (donde así el sentido: «Y no ocurre lo mismo con el don 7, 11 par. Mt 15, 5, no existen paralelos de b&Qa se refiere al sacrificio de Abel.
el verbo aparece 8 veces), en Filón y en el NT. como lo que ocurre con el uno que pecó». E. 8COQOV en los Sinópticos. El plural ócooa
Brandenburger (Adam und Christus, reimpresión
El verbo en la Carta segunda de Pedro expre- aparece en Mt 2, 11; Le 21, 1.4; Ap 11, 10 y 3. SCOQOV es uno de los términos preferi-
1962, 224) parafrasea el texto de la siguiente ma-
sa la acción de Dios que concede dones a los nera: «Y no: como (el efecto vino) por medio del en todos los pasajes de Hebreos en que se ha- dos por Mateo. Tan sólo en 2, 11 se halla en
hombres (este mismo sentido lo encontramos uno que pecó, (así también vino) el don». E. Ká- lla documentado este término. plural y se refiere entonces a los regalos que
en Platón, Tim 46e); únicamente en Me 15, 45 semann (An die Rómer [HNT]) traduce: «Con lo los Magos presentaron al rey recién nacido,
el sujeto de la acción de dar no es Dios. dado graciosamente no sucedió como con lo 2. 8COQOV, derivado de 8í8cou,i, significa al rendirle homenaje (oro, incienso, mirra).
(obrado) por el uno que fue pecador». Por el v. don, dádiva. A diferencia de -> 8ü)Qeá y de -> Con excepción de 15, 5 (par. Marcos), las ve-
16b queda claro el sentido: El don no tuvo las re-
2. otüQÉoum aparece en Me 15, 45 en 8á)Qr|[xa, vemos que 8CÜQOV designa única- ces en que aparece 8COQOV no tienen parale-
percusiones que tuvo el pecado, sino que «sus
sentido profano: Pilato «concedió a José el efectos sobrepasaron grandemente a los del peca- mente en Ef 2, 8 el don de Dios; en todos los los en los demás Sinópticos. Mt 5, 23.24a.c y
cuerpo (de Jesús)». De esta manera se carac- do» (H. Schlier, Rómerbrief [HThK], 170). El v. demás casos significa los dones que unas per- 23, 18 (bis) pertenecen al material peculiar
teriza como favor inmerecido la concesión 16a, lo mismo que el v. 15, contrapone los dos su- sonas se hacen a otras (Mt 2, 11; Ap 11,10, en de Mateo.
generosa del cuerpo del Crucificado (cf., a cesos, la trasgresión de Adán y el don que es da- ambos casos en plural) o (con mayor frecuen- Mt 8, 4 (a diferencia de Me 1, 40) introdujo
propósito, el v. 43: xok^aaq... f\xr\aaxo); do en Jesucristo, y acentúa desde el comienzo el explicativo TÓ SCÜQOV para aclarar la orden
cia) la ofrenda que se hace a Dios (Mt 5,
mismo lo incomparable que es este último don
este rasgo falta en los demás evangelios. (ibid.). La secuencia de las correspondientes pa- 23.24 bis; 8, 4; 15, 5; 23, 18.19 bis; Me 7, 11; dada por Jesús: «¡...muéstrate al sacerdote y
El comienzo de la Carta segunda de Pedro labras clave (por «parte de Cristo») va desde TÓ Heb 5, 1; 8, 3.4; 9, 9; 11, 4). Tan sólo en Le presenta la ofrenda que ordenó Moisés...!». La
recuerda a los lectores los grandes dones que %áQio\ia (v. 15a), pasando por f| ócogeá év xá- 21, 1.4 (a diferencia de Me 12, 41.44) el tér- palabra de Jesús en 5, 23s (cf., a propósito, J.
han recibido al ser llamados por Dios, y las QITI XoiOTofi (v. 15c) hasta TÓ 8d)Qr|jj,a (v. 16a). mino (en plural) se refiere a las ofrendas de Jeremías en id., Abba, Gottingen 1966, 103-
promesas todavía mayores que esos dones lle- dinero que se hacen al templo. 175) emplea SCOQOV para referirse a un «sacri-
van consigo: Dios «nos ha concedido gracio- Sant 1, 17a ofrece (quizás como una cita) la En la LXX 8COQOV traduce casi siempre (65 ficio privado»; concretamente, con la expre-
samente todo lo concerniente a la vida y a la afirmación: «Toda buena dádiva (-> 8óotg) y veces) el término hebreo qórban, «ofrenda, sión JtQOOcpÉQeiv TÓ 8CÚQOV se piensa «ante
piedad» (1, 3). Al comienzo del versículo hay todo don perfecto viene de lo alto (-> ávw&ev donativo (efectuado al santuario), oblación». todo en un sacrificio de animal»; «lo mismo
un cbg causal construido con genitivo absoluto; 2.a)». Teniendo en cuenta el contexto, el v. De la misma manera se traduce ->• X0Q(3áv en ocurre en el único lugar en que este término
jtávrcc es el objeto de 8e8ioQr|n,évr|5. El si- 17a asienta que «la tentación, las concupis- Me 7, 11; por el contrario, Mt 15, 5 evita el aparece también en los evangelios, Mt 8, 4,
guiente versículo (v. 4) menciona a aquellos cencias y el pecado», que en último término uso del término hebreo. La única vez que en donde con TÓ ÓCOQOV se sintetiza el sacrificio
que, al ser llamados por Dios, con su vocación, producen la muerte, no proceden «de lo alto» que 8COQOV se refiere a un don procedente de por el pecado, el sacrificio por la culpa y el
han recibido graciosamente (8e8cÓQr|TOtO (F. MuGner, Jakobusbrief [HThK], 90). Para- Dios, en Ef 2, 8, se acentúa la idea paulina de holocausto que debe ser ofrecido por los le-
«preciosas y grandísimas promesas», por las lelos que vienen a expresar objetivamente lo la salvación por gracia «por medio de la fe, no prosos (Lev 4, lOss) (ibid., 102). En las pala-
cuales los cristianos «serán hechos partícipes mismo que se enuncia en el v. 17a, los encon- por las obras» (vv. 8s). Y se hace insertando la bras dirigidas contra los escribas y fariseos,
de la naturaleza divina». Para conocer el con- tramos, por ejemplo, en Filón (Sacr 63; Migr expresión parentética •Qeov TÓ 8COQOV. Ap 11, 8CÚQOV aparece tres veces en la sección 23,
tenido de las promesas (la parusía, la entrada 73); cf. también Billerbeck III, 752. 10 caracteriza la alegría de los «habitantes de 16-22 (ay pronunciado sobre los «guías cie-
en la «eterna basileia», la consumación del la tierra» por la muerte de los dos testigos, ce- gos»: en la expresión «el que jura por la ofren-
G. Schneider
mundo), hay que consultar 1, 11.16; 3, 7.13. lebrándola como un acontecimiento festivo en da (év TCO 8CÓQCO) (v. 18), y luego en la pre-
el que se envían regalos unos a otros. Con gunta de Jesús: «¿Qué es más importante, la
3. 6¿QT]u,a se halla en Rom 5, 16 en un 8é»QOV, ov, TÓ doron don, dádiva, ofren- ello, el autor del Apocalipsis (Stuiber, 690) ofrenda o el altar que santifica la ofrenda!» (v.
contexto en el que está atestiguado también el da* critica al mismo tiempo lá práctica de hacerse 19). Las diversas distinciones casuísticas, que
término ->• 8ü)Qeá (vv. 15 y 17). El uso de 1. Aparición del término en el NT - 2. Campo regalos, que existía en el entorno pagano (cf. Jesús echa en cara a sus adversarios ilustrando
8Ü)QTIHO: está relacionado íntimamente con el referencial y contenidos semánticos - 3. SCÜQOV en también Me 6, 22s: Herodes Antipas). En los en ejemplos las prácticas seguidas por ellos
uso de otros sustantivos terminados en -u,ct, Mateo. pasajes de Hebreos, 8COQCX es casi siempre el (vv. 16 y 18), no pueden documentarse exacta-
dentro de 5, 12-21 (jt.aQajtTCOU.cc, 6 veces; Bibl.: Cf. ócogeá. objeto de la acción verbal de ->• jtQoacpéQco y mente en las tradiciones rabínicas, pero sí par-
/ágtofia, xoaáxQi|j,a y 8ixaícou«, 2 veces se halla junto a {hjoítxi. El sumo sacerdote te de la pregunta formulada por Jesús (Zeb 9,
cada uno; ÓUOÍCOLICX y XQÍJUX, 1 vez cada uno). 1. El sustantivo 8COQOV aparece en 19 pa- tiene que «presentar ofrendas y sacrificios por 1: «El altar santifica lo que está destinado pa-
El v. 16a está formulado en forma muy conci- sajes del NT. Se encuentra con mayor fre- los pecados» (5, 1; cf. 8, 3.4; 9, 9). Estos ra él»); cf. Billerbeck I, 931s.
sa: xcxl ovx cbg 8i' evbq áu,aQTr|aavToc; TÓ cuencia en Mateo (9 veces) y en Hebreos (5 enunciados acerca del sumo sacerdote huma- G. Schneider

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