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I
TRATADO

PRACTICA.
LIBRERIA DE D. CARLOS BAILLY-BAILLIERE.
DE LAS ENFERMEDADES NERVIOSAS DE LOS ORGANOS DE LA LITTERARUMLATINARUMINSTITUTIONES.quas e celeberri-
GENERACION.. Nueva edición , ilustrada con cuarenta y cinco mis Fabricü, Funccii, Walchii , Chrístoph. Ilarlessii traclati-
estampas iluminadas , que contiene la loción preventiva nue bus exaravit, in unum Corpus dígessil, innumeris in loéis cor-
vamente descubierta. La Virilidad. Causas de su anticipada rexil, a quamplurimís raendís purgavit, animadversionibus no-
decadencia, con direcciones sencillas para su perfecto res tisque permullis auxil, e recentiorilius excerplis vesligationi-
tablecimiento. Revista médica de todas las formas, en usas bus ¡Ilustravil; indicemque auclorum ct rerum adjecit ; in
y curación de la'debilidad nerviosa , impotencia pérdida de usum scholarum recensuil Alfredas Adolphus Camus, phil.
las facultades mentales y Tísicas , ya sean resudado de los dr. ct in reg. unívers. htlerar. matrít. hisp. prim. P. P. O. Afa-
abusos en la juventud, las locuras de la edad madura, los triii 1853, 2 v ol. in 8.»
efectos del clima, ó el contagio, etc.,. dedicada al paciente VALBUENA REFORMADO. Diccionario latino-español aumen
en
con lalasjuventud , en la del
edudautor
madura , yelenmatrimonio,
la ancianidad;
observaciones sobre • sus tado con mas de 2tyXH) voces y otras tantas acepciones , saca
das de los mejores diccionarios modernos , entre ellos el de
deberes , y causas que para él inhabilitan ; modo de prctenirl f'reund, Q'úclieral y beveluy, lleva además un Vocabulario
y curar las enfermedades sifilíticas , finjo seminal , y otros ' espiñol-talino , edición. heclia bajóla dirección de b. P. Mar
afectos de la vias urinarias y de la generación; según el nue tínez López. 1S51. 1 lomo en. 4.* mayor de 1182 páginas de
vo modo de curación adoptado por Dcslandes , Lallemand , y nuiy buen papel é impresión esmerada. Precios; en rústi
Ricord, cirujanos del hospital de venéreos de París. ca 5G.rs.; en pasta 66; en holandesa 63 , y en lela. 62 rs.
Por el Doctor J. L. Curtís, cirujano, n. f.">, Albomarle Street, AGENDA DE GABINETE. Para 1853, diario universal ó libro de
Piccadílly Londres. Traducida al castellano de la 63° edición, Memoria, de cuentas, conteniendo al linal un gran número de
por I). Francisco So ntana, Doctoren medicina. Madrid 18.5j, noticias necesarias á todas las clases de la sociedad. Un cua
ún tomo en 8.° con 43 láminas iluminadas. 20 rs. derno un. folio. Precio 6 rs. rústica y 8 encuadernado.
AGENDA DE BOLSILLO. Para 1853. Para uso de lodos los nego
REVISTAS DE LA OBRA. ciantes, comerciantes, banqueros, médicos , abogados, ele, y
en una palabra á toda clase de personas. Las hay encuaderna
•La Virilidad, por J. L. Curtís.—Estamos de acuerdo con el das en diferentes estilos desde 6 rs. hasta 40 rs. según la ele
Autor en que lejos de que haya inconvenientes en poner gancia.
semejantes obras en manos de los jóvenes, ó que haya de En España han sido desconocidos estos pequeños libros, in
oponérseles dilicultades , se debería facilitar de todos modos separables de toda persona en otras naciones, necesitándose
su circulación; y para dar fuerza á nuestra opinión, solo recurrir á ellos diariamente para anotar lo que se tiene que
necesitamos referirnos á los tristes y aflictivos casos ocur hacer cada dia ; y en cualquier punto adonde se encuentre
ridos en nuestras Academias Militares y escolásticas de Sars- puede lomarse todas las noticias por fechas asi lo que se hace
halton , y Woolwich.»—Gacela Naval y ¡HlUar da Londres, como lo que se tiene que hacer; además tienen al linal una
1 deFebr. de 1851. multitud de noticias é instrucciones que es preciso llevar , por
«No vacilamos un punto en decir, que no hay miembro al decirlo asi, en el bolsillo.
guno de la Sociedad que no encuentre útil esle libro ; ya sea la LAS SIETE PARTIDAS DEL SABIO REY DON ALFONSO EL IX.
tal persona pariente , preceptor , ó eclesiástico.»—El Sun, pe con las variantes de mas interés , y con la glosa del Lic. Gre
riódico de la tarde. gorio López , vertida al castellano por D. lgjiacio Sanpunts y.
■Curtís sobre la Virilidad.—Gran dicha seria para unpais, el Barba, D. Ramón Marti de Eixala y D. José ferrar y Subirana,
que losjóvenes pusiesen en práctica las lilanti ¿picas y cieuti- < Barcelona, 1843, 4 toquis en 4." 200 rs.
ticas máximas sentadas en esta obra ; con eso se desterrarla TRATADO DE LAS ENFERMEDADES DE LA PIEL, por Caz<-
de nuestro suelo la sola causa de las miserias matrimoniales, y nave y Schedel, traducido por Méndez Alvaro y Nielo Serrano.
á la raxa de los afeminados sucedería una renovación de los Madrid 1851, un tomo en 8." con Atlas. ÓU rs.
robustos y vigorosos espíritus de los tiempos antiguos.»— ANALES HISTORICOS déla medicina en general y de la españo
enrómele. la en particular, por U. Anastasio Chinchilla. Valencia IS13,
Publicada por el Autor, quien tiene el honor de informará 8 t. en Se 4.°
vende
mayor
por separado; Historia de la medicina en4S6
geners.
los pacientes en las Indias Orientales y Occidentales , el Medi
terráneo , y Colonias británicas, de que sus curas podrán con ral y vade mecura. 3 lomos. S2 rs.
buen suceso verificarse por correspondencia . con tal que la Historia délas operaciones quirúrgicas. 1 t. en 4.° 30 rs.
usual propina venga inclusa ; y puede contarse' con el mas in- lilgto'ria de la medicina española. 41. en 4.° 128 rs.
v iolable secreto. CUADgO SINOPTICO del diagnóstico y terapéutica de los en-
TRATADO DEL ARTE DE FORMULAR 0 DE RECETAR, que Vciíenainieiilos, por el Doctor D. Pascual Pastor. Madrid 1851.
comprende además de las nociones de farmacia la clasilicaciun Precio 9 rs.
por familias naturales de los medicamentos simples y mas usa FIJAR LOS CASOS EN QUE SEA PRECISA LA TREPANACION
dos, sus dosis, su modo de administrarlos, etc., seguido de un por D. Enrique Suender, Madrid 1852, ún folleto en 12. 2 r«.
formulario magistral , etc., por el Dr. Trousseaii , catedrático NUEVO MANUAL de medicina homeopática; primera parte : Ma
de la facultad de medicina de Paris, etc., y 0. Rev eil, profesor teria médica. Segunda parle; Repertorio terapéutico y sinlo-
de química, etc. Traducido por D. Constantino Saez Moiiloya, malológico , por el Dr. G. H. G. Jahr. Madrid 18Í8, 4 lomos
segunda edición, Madrid 185", un tomo, en 4.°, de unas 500 en 4.» 80 rs.
Íaginas ofrra aprobada para Ivslo. 1 i rs. TRATADO PRACTICO DE TERAPEUTICA HOMEOPATICA de las
ATADO DE TERAPEUTICA y materia médica por el doctor enfermedades agudas y crónicas por el doctor Hartmann.
Trousseau y Pidoux, traducido por D. Matías Nielo. Madrid Traducido del francés al español por Pió Hernández y Espeso,
1817, 3 tomos en 8." GO rs. médico homeópata, ele; Madrid 1831 ; 2 lomos en S.° ¿0 rs.
TRATADO COMPLETO DE PATOLOGIA INTERNA por Monerel TRATADO COMPLETO DE MEDICINA VETERINARIA IIOMEO-
y Fleury, traducido por D. Matías Nieto y Méndez Alvaro. PAT1C V , ó tratamiento homeopático de las enfermedades del
Madrid 1815-1851 . 9 vol. en 4." 2S2 rs. caballo , muía y asno ; del buey , oveja . cerdo, cabra, perro,
TRATADO DEL ARTE DE OBSTETRICIA, por Gaznan*, tradu gato, aves de corral y enjauladas, seguido de una Farmaco
cido por Méndez Alvaro y Nieto Serrano. Madrid !Si3, en pea homeopática veterinaria, y de un iVi'inorandum tera
prensa. péutico por Guntoer y V.*" Traducidos al castellano con mu
NOVISIMO FORMULARIO MAGISTRAL, precedido de generali chas adiciones por I). Nicolás Casas, Director y Catedrático en
dades sobre el arte de recetar y seguido de un compendio de la Escuela superior de Veterinaria de Madrid , etc. Madrid
aguas minerales, naturales y artificiales, de un memorial tera 1850, un lomo en 4.° de unas 500 páginas. 28 rs.
péutico y de nociones acerca del uso de los conlra\ enenos y MEDICINA HOMEOPATICA DOMESTICA ó GUIA DE LAS familias
socorros que se Mande dar á los envenenados y asfixiados, para que puedan tratarse pa/ si mismas homeopáticamente,
por el Doctor Bouciiardat , Catedrático de la facultad de me por el Dr. Herjng (Filadeflia). Traducida al castellano por
dicina de París, etc., traducido de la quinta y ultima edición, b. ¡loman Fernandez del Hio, Doctor en Medicina, etc. Ma
aumentada con unas 200 recetas españolas . por D. Amonio drid 1851), un lomo en 4." - 21 rs.
Sánchez de Bustamante. Madrid, 1852, un tomo grueso en 8.° EL MEDICO homeópata de si mismo, por el Dr. B. Mure, traducido
español de bolsillo de 500 á G00 pags. y á dus columnas. 2-í rs. por I). Itmn. in t ernaudez deUHiO. Madrid 1852, en 12. 12 rs.
LA HOMEOPATIA ó farmacología auálogo-inlinilesimal ante el TRATADO HOMEOPATICO de las enfermedades de los niños
criterio y el sentido común. Lecciones de refutación de la por el Doctor A. Teste, traducido por b.José MaleuGnrin.
doctrina de llahnemann esplieadas en la facultad de medici Valencia 1850. 1 1. on 12 1S rs.
na de la universidad do Madrid, al concluir el curso de 1819 á MANUAL PRACTICO DEL MAGNETISMO ANIMAL porel Doctor
1850. Por ¡). Tomás de Corral y OSa, doctor en medicina y A. Teste, traducido por D. Mariano Cubi y Soler. Uarcelonn,
cirugía, catedrático de dicha facultad y de número del antiguo 1815, un tomo en 8." 16 rs.
(Colegio de San Carlos, etc., etc. Madrid 1850. 1 L en 4." 12 rs. INDAGACIONES FISIOLOGICAS sobre la vida y la muerte, por
ANO CLINICO DE OBSTETRICIA y enfermedades de mugeres J. BtcnAT , revistas y segunda vez anotadas por Magenaie;
y de niños, por D. Touuís de Cobral y OSA. Madrid 1816, traducidas y aumentadas por el Ductor Pons y Guimerá. Bar
un tomo en 4.' 12 rs. celona 1S.3. 2 parles en 8." con retrato del autor. 30 rs.
DE LA OBLITERACION del oficio uterino en el aclo del parlo y RESUMEN DE LA MEDICINA HIPOCRAT1CA, ó aforismos de
de la liislcrotomia vaginal, por D. Tomás de Corral y Oña. Hipócrates, ordenados sistemáticamente según la edición del
Madrid 1815. un folleto en S.° 2 rs. Doctor J. E. Dezcimeris, Bibliotecario en la facultad médica
DEOSA.LA SEME10LOGIA
Madrid IS5I. unHUMORAL,
follólo en 8.apor D. Tomás de Corral Barcelona 1S«. 1 t. en 18.
2 rs.y TRATADO 8 is.
PRACTICO de análisis cualitativa por Enrioue /lose,
TRATADO DE LAS ENFERMEDADES SIFILITICASó estudio com traducido al franeés por Jourdan, acompañado de ñolas y
parado de todos los métodos usados para curar las afecciones adiciones por Pefijof.y del francés al castellano bajo la di
por Giraudoau de Saint-Gen ais, segunda edición, traducida y rección del Dr. í). Pedro Mala. Madrid 1851, 1 l. en 4." 10 rs.
considerablemente aumentada con notas por D. José Oriol Na SILABARIO COMPLEJO y primer libro de lectura, dedicados á
varra. Ilarcelona, 1850, 2 lomos en 4." 40 rs. los niños por D. Gregorio Urbano Dargallo, Siisírado ron trein
DICCIONARIO DE MEDICINA , cirujla , larmacia , medicina legal ta u cinco hermosos grabados. Un tomo en 8." aprobado para
Tísica , química, botánica , mineralogía zoología y veterinaria Wsío en tas escuelas. 6 rs.
por P. II. Nvsten , novena edición nuevamente revisada por EL SILABARIO COMPLETO, ilustrado con veinte y siete lindos
Jourdan ; traducido al castellano y aumentado con mas de 400 grabados, aprobado para testo en las escuelas. 2 rs.
voces por D. .losé Caslells, doctor en medicina y címjia. Ilar EL PRIMER LITRO DE LECTURA , ilustrado con ocho magní
celona, 1SÍS . 2 tomos en i.° con láminas. 120 rs ficos gi abados ' probado para t'.sto en las escuelas. i rs.
TRATADO

midícim practica,
*

POR J. P. FRANK, . •

TRADUCIDO DEL LATIN

POR J. M. C. GOUDAREAU.

SEGUNDA EDICION

REVISADA, CORREGIDA Y AUMENTADA CON OBSERVACIONES PRACTICAS SACADAS*


DE LAS INTERPRETACIONES CLINICAS DE i. P. FRANK;

Y PBEGED1DA DE UNA INTRODUCCION


POR F. J. DOUBLE.

TRADUCIDA AL CASTELLANO

POR DON JOSÉ MARIA VELASCO,


LICENCIADO EN MEDICINA.

MADRID
é. BAiLLY-BALLLIERE.
LIBRERIA EXTRANGERA Y NACIONAL, CIENTIFICA Y LITERARIA,
. talle del Principe , nüm. I i .
F/RIS, J. B. BAILtIEM , rué HaUtefCUllle. X.OKDRES T NÜEVA-YOHX , H. BAItUESk
habana , Don Andrés Graupora , calle de O'Reilli.. n.9 100.

1853
Imprenta á cargo te D. 5. Compegni.
ai unsio síor

DON MASÜEL ORUZ DE MIGA,

Subsecretario que ha sido del Ministerio de Gracia y Justicia, caballero


comendador de número de la Real y distinguida orden de Carlos III,
Secretario de S. M . con ejercicio de decretos, vocal del Real Consejo de
Instrucción pública, y de la comisión de Códigos, individuo de varias
corporaciones científicas y literarias, diputado á Cortes, etc.

(yiüua óCnot uno :

Grande ha sido mi anhelo por encontrar una ocasión en que me fuera dado manifestar
á V. mi reconocimiento por las inequívocas pruebas de interés y de cariño, con que
mas de una vez me ha distinguida: hoy es llegado el dia en que podré cumplir éste,
para mí deber gratísimo, satisfaciendo al mismo tiempo mis fervientes deseos. Por lo
tanto, me atrevo á rogarle se digne aceptar la dedicatoria de esta traducción, que
espero se servirá V. admitir como la espresion mas sincera de la profunda gratitud y
del entrañable afecto con que es de V. atento y S. S.

Q. S. M. B.

José María Velasco.


BIBLIOTECA ECONÓMICA

ADVERTENCIA DEL EDITOR FRANCES.

El tratado de medicina práctica de J.P.Frank, resulta La primera edición, publicada desdo 1820 á 1824,
do de cincuenta años de observación y de enseñanza constaba de cinco tomos en 8.°: y en 1828 publicó
pública en las cátedras de clínica de las universida Mr. Goudareau otro tomo sobre las neuroses , como
des de Pavía, Viena y Wilna, ha sido compuesto, por complemento de la obra original. Esta edición fué
decirlo así, á la cabecera del enfermo. Desdo su apa agotada algún tiempo después, y hoy dia es muy di
rición se ha colocado á grande altura entre los libros fícil proporcionarse un ejemplar de ella; por eso, y
que deben componer la biblioteca del práctico ilus para satisfacer los frecuentes pedidos que do todas
trado, y se ha conquistado un puesto al lado de las parles nos hacen, publicamos la presente, la cual,
obras de Sydenhani, de Baülou, de Van-Swiclon, de por el osmero con que nos hemos dedicado á su par
Stoll, de De-Haen, de Cullen, de Borsieri, etc. le material, saldrá en dos lomos, que contendrán el
Cuando apareció por primera vez la traducción de misino testo que los seis de que se componía la pri
Mr. Goudareau, los mejores críticos reconocieron que mera edición, y ademas las mejoras y adiciones si
habia sido trasladada con fidelidad al francés la obra guientes:
de Frank, y que el estilo del traductor se Labia hIoii- 1. Q til lesto ha sido corregido , las anotacio
tiücado con el del original; pero el mismo autor ha nes que ha añadido e! traductor á la clase de las
aprobado este trabajo, en la carta siguiente que diri liebres , y que han sido intercaladas en el mismo,
gió á Mr. Guudareau. llevan esta señal *; las notas van marcadas con la le»
Ira G.
«Viena 28 de noviembre de 1820. 2.° La traducción de Intcrprctationet clinicce es
una mejora considerable, y cuya importancia recono-
»Muy señor mió y apreciable compañero: ceián los prácticos; pues esta obra fue escrita por
»He recibido con la mayor satisfacción vuestra esli Frank como complemento de su Epitome, y ó la cual
mada del mes de julio, y ya me hubiera apresurado se refería en rsleen mas de una ocasión. Las obser
á contostarla , y á manifestaros mi reconocimiento vaciones, de que se compone esta importante colec
por la traducción con que habéis querido honrar mi ción, están insertas al fin de los capítulos á que ha
Epitome de moibis ftom. curv, pero deseaba antes de cen referencia: esla es la vez primera que se han
todo tener vuestra obra, queme era enteramente traducido, para reunirías al tratado, al cual sirven
desconocida. Cuando el doctor Honoré, módico de l¡i de esclarecimiento. ■•
casa real de Bieetre, me espresó su deseo de ocupar 3. " La clase de neuroses no so compone sola-
se en !a traducción de mis obras, le contesté que le ■nenie en nuestra edición del trabajo de Mr. Gouda*
dejaba en plena libertad do hacerlo, pues su trabajo reau, como sucedía en la primera; hemos creído muy
no podría menos de halagarme. Cuando recibí vuestra conveniente añadir á lo que habia escrito Frank lo
favorecida quedé' agradablemente sorprendido, y di. que su hijo José Frank ha dadoá luz sobre sus leccio
á mi librero encargo de que me proporcionara vues nes orales, publicadas por J. Eyerel.
tra traducción; sin embargo de su mucha diligencia, 4. 8 El doctor Uouble se habia encargado do es
no ha podido llegar á Viena hasta fin de octubre, y cribir una introducción, y ya tenia adelantado su
antes de escribiros me be querido persuadir de la trabajo, cuando una muerte repentina vino á arreba
perfección con que la habéis hecho. En cada página tarlo á la ciencia el 12 do julio do 1842. El doctor
tengo que admirar vuestra penetración, pues habéis Bousquct, miembro de la Academia Real de medici
comentado con la mayor exactitud algunas ideas que na, discípulo de la misma escuela, é imbuido en sus
habia yo espresado en muy pocas palabras: y por lo mismas andrinas; se ha ocupado de poner en órden
tanto me felicito al ver la elegancia y precisión con y de coordinar los materiales que su amigo habia de
que habéis espucsto mis opiniones. Para mas proba jado á su muerto.
ros mi reconocimiento,, tengo el honor de participa 5. " Hemos colocado al principio una noticia his
ros que estoy continuando mi obra, que es la segun tórica sobre J. P. Frank, y otra de Mr. Azarct Dugat,
da parte de ñelcntionibus; advirtiéndoos que la ter sobre Mr. Goudareau.
cera sobre el mismo asunto saldrá á luz á fines del 6. ° En fin, hemos creído hacer mas útil este tra-
presente año , y no dejaré de enviárosla & la primera ■ado, y-mas fácil do consultar, colocando las fórmu
ocasión. A pesar de mi avanzada edad, he principia las al pie de la página en que son citadas, en lugar
do el capitulo sobre las neuroses , y si mi salud lo de reunirías al fin de cada tomo.
permite, espero dejar concluido ol primer libro para En esta, como en tedas las publicaciones de que
el verano próximo. nos encargamos, aspiramos solamente á merecer la
»Suy con la mayor consideración, etc. aprobación de los hombres instruidos. ¡Ojalá sean
premiados nuestros esfuerzos I ,
«Juan Pedro Frank.» París 5 de agosto de 1842.
DE MEDICINA Y CinUJÍA.— FRANK. o

. . INTRODUCCION

POR EL DOCTOR DOUBLE.

I ob muy aventajados que sean los jóvenes que se sobresalía en la crítica: al hacer !a historia de cada
dedican al estudio de la medicina, es sumamente enfermedad hace mención de las principales opinio
útil poner en sus manos un tratado elemental que nes emitidas antes de él, para discutirlas, y casi todos
les alíenle en sus trabajos y sirva al mismo tiempo los argumentos y pruebas de que se vale "son sacados
para fijarles las ideas que van adquiriendo, las cua d* los hechos clínicos. Estas discusiones son verda
les, si falta el testo escrito, son vagas y difíciles de deros modelos, pero entibian el ínteres que la obra
retener. Pocos serán los médicos que, habiendo con debe inspirar á los prácticos, á quienes, en verdad,
sagrado su vida al ejercicio del arto, no hayan sen les son nada útiles. Sin embargo, Tommasini, cuya
tido muchas veces, en el curso de su difícil y traba doctrina es tan diferente de la de Borsieri , habla
josa carrera, la necesidad de tener un tratado de siempre de él con elogio.
medicina práctica que les sirva de consejero y do Desgraciadamente, distraído esto último por les
guia: una obra escogida, dd confianza, que poder- cuidados que le ofrecía la enseñanza y por los debe
consultar en los casos dudosos y que les sirva de res que le imponía el nombramiento con que le honró
pasatiempo en los ratos desocupados p.ira penetrarse María Teresa, Mamándole á Milán para que fuese
del espíritu de su doctrina, y para afirmarse de ese médico de su hijo, el archiduque Fernando; no tuvo
modo en las buenas tradiciones, en las buenas prác tiempo do acabar su obra. Amaba demasiado la
ticas. ciencia para que dejase de csperimenlar por ello el
En el pequeño número de obras do esta clase mayor disgusto: fue la única pena que le acompañó
creemos poder incluir tres principulcs. al sepulcro. Publicó los dos primeros tomos de su
1. ° Los Mementosde medicina práctica, do Cu obra en Milán, por los años de 1781; el tercero es
llen, de la que posee Francia do? tYaduccioncs: una taba en prensa cuando lo sorprendió la muerte, y sus
de Bosqufllon y otra de Pinol. discípulos intentaron concluirle, aun arrostrándolos
2. ° Institutionwn mediew practica!, de Borsieri peligros de la comparación.
de Kanilfed, la cual no ha sido aun traducida, aun A pesar de susdefectos.lasproduccioncsdo Cullen
que lo merece quizás con mayor motivo que otra y]Borsicri merecen un lugar distinguido en la biblio
alguna. teca del médho: los que se dediquen á publicar sus
3. ® Epitome de curandis hnminum morbis, do ideas, tanto en la cátedra como en la prensa, encon
J:P. Frank, cuya traducción, hecha por Mr. Gou- trarán en el primero modelos de descripciones; en el
darcau, reproducimos hoy. Estas tres obras deben segundo una vasta erudición, unida a una crítica
ser colocadas ¡í una misma altura, pues se reco juiciosa.
miendan por iguales títulos A la consideración de P. Krank había nacido cu 1715, y era celebro á la
los prácticos.- . muerte de Borsieri, época en que tenia treinta y cua
La primera, por órden cronológico, la de Cullen, se tro años: su celebridad data desde la publicación de
distingue por la precisión y fidelidad de sus descrip su Tratado de policía médica. En la elección del
ciones. ¿Quién no conoce la pintura que ha hecho de objeto, y en la manera de tratarlo, se echaba de
la liebre, de la gota, de la viruela, etc.? Son cuadros ver su talento: pero es necesario convenir en que
perfectos, presentados como ejemplo á todos los hubiese sido difícil adivinar por este ensayo el des
nosúgrafos. Desgraciadamente, Cullcnno se satisface tino del autor. P. Frank creía sin duda que la juven
con copiar simplemente á la naturaleza ; quiere em tud no tiene el derecho de dar reglas al arle, y que
bellecerla; quiere esplicarla: á los datos mas puros esto es patrimonio de la esperieucia. Antes de ae-
de la observación, mezcla tantas hipótesis sobre la j dicarse á la práctica, quiso probar sus fuerzas por
atonía y el espasmo; sobre la acción del sistema ner medio de la enseñanza: le fue ofrecida una cátedra
vioso en el desarrollo de las enfermedades; sobro su en la universidad de Gaittinga , que aceptó; pero
causa próxima, de donde pretende deducir su trata cuyo desempeño le ocupó muy poco tiempo, pues
miento; que aquel libro llega á ser pesado y de pe un año después marchó á Pavía, donde le nombró
ligrosa lectura. el gobierno catedrático de clínica, la misma asigna
Borsieri era mas sabio y estaba mas provenido con tura que habían ilustrado Borsieri y Tissol.
tra |as hipótesis que Cullen. Había aprendido la ana A pesar de la justa celebridad que había adquirido
tomía con Morgagnien la célebre escuela de Pavía, la universidad de Pavía, no contaba en fu seno sino
donde, siguiendo el uso de las universidades alema^ un corte número de discípulos: el gobierno austríaco
ñas, desempeñó después casi todas las cátedras, ter lisbia querido multiplicarlos centros de enseñanza,
minando por obtener la do clínica, en la que tuvo y esta medida tuvo sin duda las ventajas rio esritar
oor sucesores áTissot, P. Frank y Moscati. Borsieri lo emulación; pero aunque los ¡flflmnoí •prflflrtjsen
i*
• BIBLIOTECA ECONÓMICA
aquella universidad por la fama de su bien merecido P. Frank habia adquirido , con el hábito de obser
lustre, estaban tan divididos, que no podía haber en var simplemente á la naturaleza , un odio invencible
ningún punto ún número considerable de ellos. á los sistemas. Durante su permanencia' en Pavía, el
Borsieri no llegó á tener mas que cuarenta, aunque de Brown, que tan poca aceptación mereció en su
esto no ha .sido obstáculo p&ra que su editor é his patria, hizo una verdadera irrupción en Italia: el
toriador, J. P. C. Hecker, nos haya dicho que os- atractivo de la sencillez , unido al de la novedad , le
plicaba entre los aplausos do un inmenso gentío, proporcionó instantáneamente numerosos partidarios
Incredibili auditorum frecuenlia. en este ardiente clima. El contagio no perdonó á los
Tissot agradó poco en sus primeras lecciones, pues discípulos de Frank; ¡pero qué mucho, si no se libró
esta es la suerte de los que reemplazan á hombres de de él ni aun su propio hijo, José Frank ! ¡ Qué dire-
talento superior; para ser apreciado según su mérito, remos del pesar de su padre 1 En vano se esforzó en
fué necesario que le demoslrára en una epidemia que hacerle ver los vicios de quo estaba plagada tan limi
devastó la Lombardía. Desdo entonces la admiración tada teoría ; en vano se cansaba an demostrarle lo in
universal no conoció límites , y los italianos , frenéti suficiente y aun peligrosa que era en sus aplicaciones
cos de entusiasmo , hicieron grabar sobre el pórtico prácticas : ¡ cuidados superfluos ! J. Frauk se declaró
de la escuela una inscripción, que principiaba por es abiertamente por el nuevo sistema: hizo mas; en
tas palabras: Inmortah preceptori cargado, durante la ausencia de su padre, de la cá
La reputación de Tissot hizo venir á su aula de tedra que este desempeñaba , publicó seis mese? de
cincuenta á setenta discípulos ; y lo que prueba que clínica browniana, bajo el título de Ratio medendi ijV
fueron atraídos por su fama, es que, cuando abando cinensis: todo lo que pudo obtener, el padre de la
nó Tissot á Pavía para volver & Lausana , cesó muy condescendencia de su hijo fue colocar á la cabeza
pronto esta afluencia, y volvió á ser la universidad de de la obra un largo prólogo en que P. Frank atacaba
Pavía lo que había sido en tiempo de Borsieri. el sistema de Brown. Al fin, vencido nor ias razones
En este estado la encontró Frauk; pero no du/ó de aquel, y por su propia esperiencia, José Frank ab
mucho tiempo, lil brillo que la prestó «í talento que juró de los principios del sistema browniano al pie do
desplegaba en la enseñanza , hizo que en muy pocos la estatua de Hipócrates.
años se viese rodeado de ciento cincuenta discípulos, El amor de P. Frank por la observación aumentó
que se apresuraban á llegar de todos los pueblos de la repugnancia que sentía por los sistemas; pero
Italia y Alemania. Jamás habia alcanzado tanto es esta observación la quería sincera, pura. «Toda doc
plendor la universidad de Pavía , y Frank debió citar trina , decia, que no tiene su origen en los hechos es
satisfecho, pues no conocemos un homenaje que mas vana:» y le parecía sospechoso ei médico que se ha
pueda lisonjear á un profesor, que la diligencia con llaba prevenido en favor de tal ó cual teoría. «Descon
que todos acudeii á oír sus esplicacíones ; A no ser fiad, solia repetir, de los que publican sus observa
que el auditorio sea llevado por el atractivo de una ciones con el único objeto de defender una opinión,
nueva teoría, ó simplemente por la curiosidad. y no olvidéis que no son verdaderas sino las que
¿Queréis saber cuántas camas habia en estas clí refieren simplemente los hechos, pero sin pasión y
nicas tan famosas? Diez destinadas para hombres, y sin interés de ninguna especie.»
nueve para mujeres: ¡y en estas circunstancias, apa Por eso en sus lecciones daba libre curso á. su an
rentemente tan desfavorables, echó Frank los cimieu tipatía por los sistemas, y por eso en sus escritos ni
tos de su inmensa reputación, que llegó á escitar la aun se digna nombrarlos : y cuando á ellos se refiere,
envidia de la metrópoli ! Frank fué llamado á Vieua lo hace de un modo rápido y pasajero. Casi tan so
para hacerse cargo de la dirección del hospital gene- ! brio era en la esplicaciou de los principios generales;
ral con la cátedra de clínica ; dos empleos que antes sus preceptos son ejemplos , y en el cuidado que pouia
de aquella época estaban separados y que fueron en en describir las enfermedades se deja ver Ja impor
tonces reunidos en una sola persona. En estos desti tancia que daba al diagnóstico , al que consideraba,
nos tuvo P. Frank la gloria de suceder á De-Haen y con razón, como la base de uu buen tratamiento. Para
á Sloll; pero esta gloria no dejaba de tener sus pe Frauk no consistía aquel solamente en el conocimien
ligros : era una herencia difícil de recoger. to de la naturaleza de las enfermedades, sino en sa
La clínica de Viena tenia aun menos camas que la ber distinguir las unas de las otras.
de Pavía, puesto que erau doce solamente; pero Fiel á la doctrina de Hipócrates, enseñaba que, así
P. Frank dobló este número y principió sus lecciones en el hombre enfermo, como en el sano, todo se su
ante un auditorio impaciente por oirle. A juzgar por cede oon órdeu y regularidad; que, tanto en los anima
Ja diligencia con que asistían ú escucharle, y por el les, como en los vegetales, existe una fuerza interior,
trasporte de sus nuevos alumnos , debió creer que no mía fuerza dinámica, quo vela por la conservación de
habia salido aun de Pavía. Todos los médicos que han la salud, y que trabaja por restablecerla, cuando ha
acompañado en Austria á nuestros ejércitos, han oido llegado á alterarse: y se apoyaba en esta doble verdad
hablar de este hombre eminente con un entusiasmo para seguir los movimientos de la naturaleza, y para
que no es propio de esta nación. Cuando el doctor escluir de su práctica esos métodos perturbadores, de
Rampont visito las universidades de ella ,' se hallaba los que no sanian preservarse sus compatriotas.
Frank en San Petersburgo ; pero el recuerdo de su Aunque P. Frank sintiese una marcada é irresisti
enseñanza habia quedado tan impreso en Viena, como ble simpatía por la observación , no se crea que des
si no la hubiese abandonado. Su nombre salia de to preciaba el raciocinio: al contrario , le invoca muchas
dos los labios ; su autoridad hacia ley, y todos se so- i veces; pero queria encerrarle en sus justos límites,
roetian á ella con respeto. que no son «tros que los límites de los hechos.
Pero ya nos alejábamos de nuestro intento, que no Tales son los principios en que descansan todas
es seguramente hacer un elogio; solo deseamos recor-' sus obras, y principalmente su Tratado de medicina
dar los principales hechos de una vida consagrada á la í práctica. La crítica ha censurado su clasificación, que
ciencia, cuyos detalles es útil conocer: siendo ademas' no defenderemos, porque sin duda es viciosa; pero
evidente que , en igualdad de circunstancias, el quej ¿cuál no lo es? Las enfermedades que tienen entre sí
ha pasado su existencia entera en los hospitales en- 1 una analogía real, se agrupan ellas mismas, por de
señando la clínica , tiene mas derecho á la estimación cirlo así: tales son las fiebres esenciales, las eruptivas,
pública, que el que no ha tenido esta ventaja. las flegmasías , las hidropesías , etc. Pero hay otras
DJS MEWCJNA Y CWJÍA.—FRANK. 7
que por el contrario , rehuyen obstinadamente toda raciones de filosofía médica, y algunos grandes prin
unión y forman la clase de incertoe sedit, que no ter cipios de medicina práctica; á nosotros, que no po>
nemos inconveniente en conceder álos que compren-, seemosni el talento ni la autoridad de Frank? A pesar
den tan bien los secretos de la ciencia. de nuestras desventajas, creemos que sí, porque abri
Si el tratado de P. Frank no tuviese ningún otro gamos la convicción de que esas consideraciones son
defecto, debía considerársele como perfecto; pero esta li tiles, y este sentimiento nos da valor y nos persua-
cualidad no la poseen las obras humanas. Así es que d e de que nos dispensarán nuestros lectores, si fuere
no ha podido evitar se escapen á su penetración algu menester.
nas aserciones hipotéticas y arriesgadas, alguuas pro Importa mucho que el médico se forme una idea
posiciones desmentidas por el tiempo. Pero en cam exacta de la enfermedad: en ello va su honor, pues
bio, estos defectos están ampliamente compeasadciS en esto consiste la salud del que padece.
por el desenvolvimiento de principios sólidos , por Por la forma y por la estructura de los órganos, de
descripciones exactas, por hechos raros y curiosos, que se compone el cuerpo del hombre, es una maqui
por escelentes y útiles preceptos, y por tratamientos na semejante á las inertes, aunque mas perfecta: por
perfectamente concebidos y combinados: todo esto di las fuerzas que animan estos órganos, es un ser vi
cho con ese tono de candor que es uno de los carac- viente, activo, ¡uteligeute, capaz del bien y del mal.
téres de la verdad. Mientras funciona el cuerpo humano, puede esperí-
Con todo eso, es necesario no olvidar, al leerle, que mentar, en las diversas partes de que se compone, di
hace cincuenta años se dió á luz el primer tomo de la visiones, rompimientos y deviaciones, etc. Estas son
obra; es decir, eu 1702. Desde entonces no ha cotudo la las lesiones físicas ó mecánicas, lesiones tan estrafias
ciencia estacionada: se ha perfeccionado la percusión; á la vida, que pueden ser imitadas en el cadáver.
el diagnóstico ha hecho notables progresos; el descu Pero aunque no iutereseu á la vida, tienen lugar
brimiento de la auscultación ha esclarecido el de eu un cuerpo vivo, y os de esencia á estos cuerpos
las enfermedades de pecho, hasta un grado que Frank rehacerse contra todo lo quu. les irrita ó les molesta.
no pudo sospechar siquiera; la terapéutica se ha en Por esto se forman las inflamaciones traumáticas y
riquecido con multitud de sustaucias nuevas; se han sus consecuencias : estas son las enfermedades de
mejorado algunos tratamientos; la anatomía patológi reacción. A pesar de ser distintas y muy variadas las
ca ha aclarado algunos puntos oscuros de la etiolo lesiones físicas, las enfermedades de reacciou deben
gía , etc. etc. '-i su origen á una causa mecánica: son el resultado de
Por lo que llevamos espuesto , se conocerá que una impresión nociva, esterior ó interior, que poco
nuestra admiración hacia Frank no nos ciega hasta importa; y se las puede producir á voluntad sobre el
tal estremo, que dejemos de notar sus defectos, y de vivo.
enumerar los vacíos que se encuentran eu sus obras; Estas enfermedades son esencialmente locales, al
pero sería injusto vituperarlos, porque esto equival menos en su príucipio, pues mas tarde pueden es-
dría á acusarle por haber nacido en su siglo, y por tender su inllueucia á toda la ecouomía, ya por sí
haber ignorado ío que no pudo ¡legar á saber. Por mismas, ya por sus consecuencias. Ademas son pro
otra parte, seria ridículo que considerásemos la cien porcionadas, eu general, á la causa á que deben su
cia solamente en el estado en que él la dejó , sin dar origen; esto es, mientras mayor y mas violenta sea la
un paso mas allá: esto sería desconocer uno de los impresión, la enfermedad será mas viva, y recíproca
mas nobles atributos del espíritu humano, el que dis mente.
tingue al hombre del bruto; la perfectibilidad. Pero, ¿es esto todo? Estos dos órdeiies de enferme
Tal es la diferencia qua existe entre los sistemas y dades, las de reacción y las lesiones físicas, ¿forman
la observación, que no se puede tocar á los primeros solas el dominio de la patología? Algunos médicos lo
sin que Lodo el edilicio se conmueva y se desplome; creen así; y esta es la tendencia general del siglo. Con
por el contrario, la observación permanece inmutable el loable fia de desvanecer las tinieblas, parece se ha
enmedio de los trastornos de las teorías. A nadie es tomado por punto de partida lo que hay demás claro eu
ilado oscurecer las verdades de observación consig patología quirúrgica, para llevar la luz á la patología
nadas en los escritos de Hipócrates , Baíllou , Fernel, medica: y ya se sabe á dónde conduce á sus sectarios
Sydenliam.Stoll, Frank, etc. Pera, en fin, estos gran este sistema, que es á ver por todas partes irritaciones,
des hombres no lo víerou todo; puede añadirse algo á llegmasiasó el resultado de estas flegmasías. Es cierto
sus trabajos; la razón lo persuade y el ínteres de los que la reacciou, por poco considerable que sea, produ
enfermos lo reclama. ce la inflamación; y por lo tanto, nosotros buscamos
Añadamos, pues, á Frank lo que cincuenta años de las pruebas del vicio de este sistema en sus resultados.
meditaciones y de trabajos han producido de bueno, Que hay cierto grado de reacción en la mayor parte
útil y positivo. Las ciencias se forman, en el trascurso de las enfermedades , es una verdad vulgar: ¿cómo
de los años, por adquisiciones sucesivas; cada siglo, se habían de dejar modiliear los cuerpos vivientes,
cada época, contribuye por su parteáesta grande obra: esencialmente sensibles y activos, sin dar señales de
la tradición lo reúno todo , y el genio es el encargado la violencia que sufren? Pero esta reaceion no es la
de elevar el edificio. parle principal de la enfenn dad: la absorbe, digá
Esto supuesto, ningún libro hay eu medicina do moslo así, pero no la constituye.
cuya lectora pueda sacarse mas partido que el de Hay, pues, una tercera clase de enfermedades mas
Frank: y aunque compuesto para discípulos, no es un numerosa, mas importante, que las otras dos, y que
tratado elemental. Para leerle con fruto; para penetrar constituye la esencia de le medicina, propiamente
el pensamiento del autor, es necesario tener sanas no dicha. A esta clase pertenecen las calenturas esen
ciones sobre las diversas partes de que se compone la ciales y eruptivas, el reumatismo, la liebre amarilla,
historia de las enfermedades. Hildenbrand se encargó el cólera, la peste, la gola, la erisipela, el croup, etc.
de esteuder estas nociones en su Initia instüiUionum Para diferenciar estas enfermedades de las demás,
clinicarum, especie de introducción qué precedía á sus les había dado Galeno un nombre propio: las llamaba
cursos de clínica. P. Frank las desenvolvía en sus afeceiones, y la escuela de Montpellier les ha con
explicaciones , y por lo tanto las supone en sus lec servado hasta ahora la denominación con que las
tores. . distinguía el médico de Pérgamo. La escuda italiana
¿Nos será permitido recordar aquí alguuas conside las nombra diátesis. Mr. Cayol ha adoptado esta ca
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lilicacion; pero el uso, que es el juez soberano del La razón concibe estas enfermedades, independien
lenguaje, ha reservado nías particularmente este temente de las síntomas que las anuncian, como se
nombre para algunas enfermedades crónicas, de que concibe la causa sin el efecto, ó el dolor sin las lágri
nos haremos cargo en este discurso. mas que le manifiestan: y en realidad algunas veces
Sea cualquiera la denominación que tengan, afec existen en este estado. ¿Quién osaría afirmar que lu
ciones ó diátesis, el origen de estas enfermedades no liebre intermitente desaparece en la apirexia , lo mis
se asemeja al de las de reacción. Estas, ya lo hemos mo que la epilepsia, la gota, la ciática, el histerismo,
dicho, provienen do una causa evidente, y su grado etc, en los intervalos de sus ataques?
de intensidad está en razón directa del de esta causa: Con todo, el médico las reconoce por medio de sus
las otras, al contrario, parece se producen por sí mis síntomas: y entre estos, los unos se manifiestan al es-
mas, sin la intervención de las impresiones esterio- terior, y constituyen en general las lesiones funcio-
res, lo cual lia hecho decir que oran espontáneas. No ) nales; los otros se escapan á la penetración de nues
es esto afirmar que no dejen de tener causa, pues to tros sentidos, y son las lesioiles anatómicas. Los de
do efecto la liene; pero estas no son aparentes, no más existen bajo las mismas condiciones, porque tie
son apreeiahles á nuestros sentidos, y solamente la nen el mismo fundamento.
razón puede darnos cuenta de ellas. H6 aquí por Desde que la anatomía patológica ha invadido la
qué los nosólogos, en la imposibilidad de señalará cada medicina, se ha acostumbrado á considerar las lesio
enfermedad las que la producen, suponen el mismo nes de tejido, que ella descubre, como tales enferme
origen en todas las enfermedades. A darles crédito, dades; y esto, en nuestro sentir, es una ilusión. Según
podríamos asegurar que provienen del desaseo, de nuestra manera de ver, son efectos, síntomas eventua
la respiración de un aire viciado , de una mala ali les. Así, en el ejemplo citado, las úlceras de los intes
mentación, de las repentinas variaciones atmosfé tinos no tienen otro origen, y por consiguiente otra
ricas , etc.: de suerte que si se apartara el hora» espresión semeióplica, que el delirio, los sobresaltos
bro de todos estos elcnieiUos, jamás caería enfermo. de tendones, las manchas lenticulares de la piel; la se
Aplicar las mismas cansas á efectos tan diversos quedad de la lengua, etc.: por lo tanto, la liebre tifoi
como son las enfermedades, ¿no es una escelente dea no tiene su asiento en las lesiones de los instinos,
prueba de que aquellas no tienen en su producción como la escarlatina no lo tiene en la rubicundez de la
sino una pequeña parte? piel, la viruela en las pústulas, la gota en las couere»
• La oscuridad que reina en la etiología de las en ciones tophaceas, etc.
fermedades afectivas no permite qne el arte pueda Tan cierto es que la fiebre tifoidea no depende de
Orearlas á voluntad. Decid á un medico, armado de las lesiones anatómicas; que estas pueden existir ó
todas las impresiones malignas que pueda reunir, faltar, sin que la enfermedad deje de ser la misma: y
que produzca una liebre esencial, sea la fiebre bilio para mas probarlo, diremos que la intensidad de las
sa, sea la tifoidea; no lo conseguirá. Quizás lograría últimas no está en proporción con la estension ni con
producir una indigestión; pero esta no es una calen la intensidad de la primera; y mejor diríamos aun, que
tura biliosa. Decidle que dé origen á un acceso de sucede todo lo contrario ordinariamente: pues se
gola; que forme la erisipela, la angina membranosa, comprende muy bien que, mientras mas rápida sea la
etc., y estad seguros de que tampoco saldrá airoso enfermedad, más pronta será la muerte, y por lo tanto
de su empeño. las lesiones anatómicas serán entonces mas ligeras,
Con todo eso, se dirá, estas enfermedades no se mas superficiales, mas circunscritas.
crean por sí mismas; no, de ningún modo: pero no Podemos citar un ejemplo reciente y digno de aten
son debidas á causas estertores. Engendradas en la ción, que se halla consignado en la Revista médica,
organización por la actividad de las fuerzas que la cuaderno de mayo de 1842. En 1840 y t841 reinó en
animan, parecen nacer de ellas mismas: y lié' aquí lo tre los militares, que guarnecían á Aviñon, una epi
que les dá esa apariencia de espontaneidad, de que demia de las mas mortíferas, «y el autor de esta rela
baldábamos arriba. ción, el doctor Mr. Chguffard, la designa con el nom
No hry duda de que la naturaleza saca los elemen bre de cerebro espmili$. Cuando sucumbía un enfermo
tos para producir las enfermedades de los objetos que rápidamente en dos, tres ó cuatro días, las parles
nos rodean; del aire, de los alimentos, etc.; pero superiores del cerebro estaban ingurgitadas de san
obra con tanto misterio, nos oculta tan bien sus pro gre, la aragnoides oscura, engrosada, y contenia al
cedimientos, que el hombre no sabe el daño que le gún pus ai nivel de las eminencias mamilares, etc.
umenaza, y el médico no puede preverle ni preve Los que no murieron tan pronto, no solamente tenían
nirle. En un momento, cuando todo está preparado, el pus en mayor abundancia, sino reblandecimiento: la
hombre cae repentinamente enfermo por la mas leve médula espinal estaba reducida á líquido. Por último,
causa, por el mas ligeromolivo, y como si su sangre aquellos que morían aun mas tarde, presentaban el
estuviese enardecida , se arrebata á la menor contra interior de los ventrículos, y la bóveda de tres pilares,
riedad y aun sin pretesto alguno. que los separa, en completa desorganización; la mis
Las enfermedades que deben su origen al acaso, ma médula no estaba ya reblandecida ni reducida á
pocas veces pueden tener un asiento especial, deter líquido, sino que no existia; había interrupciones de
minado: en efecto, están comoinfundidas en la sangre grande estension. Muchas veces se encontraba que
y en toda la economía. En nuestros tiempos la anato había desaparecido toda la cola de caballo.
mía ha hecho esfuerzos, dignos de elogio, para des Mucho nos complace siempre apoyarnos, para apro
cubrir los órganos que aquellas atacan; pero en muí bar nuestros asertos, en observaciónes recientes, sobre
tilud de ocasiones ha tomado el efecto por la causa, lo todo cuando son recogidas por un hombre tan distin
accesorio por lo principal. ¿A quién se podrá persuadir guido como Mr. Chauffard, y tan adicto, al mismo
de que la liebre tifoidea, por ejemplo, consiste sola tiempo, á la escuela anatómica.
mente eu las ulceraciones intestinales, ó en el infarto ¿Seria necesario aducir mas razones para, conven
do las gláudulus del u.esentorio? Esta aserción tenia cerse de que las lesiones que descubre la anatomía
tunta apariencia de verdad, que el sistema que la Íiatológica no constituyen la esencia de las fiebres, de
estebleció, y que estaba interesado en sostenerla, ha as enfermedades generales y espontáneas? Nonos can
gozado de algún crédito; peí -a no podía ser muy du saremos de repetirlo: no son sinoel efecto confíngente:
radero. y quererlesdar el carácter y la denominación de enfer
DE MDDICINA Y CIBIMÍA. —FftANK. 9
medad, es, cuando menos ensañarse de un modoestraíio rebro, etc., y aunque no sean mas que síutoinas,
acerca de su importancia. ¡Cuánto mejor ha compren efectos eventuales, es necesario atacarlos vigorosa
dido Mr. Cayol su papel ! Designa la enfermedad con mente con sangrías, ventosas , vejigatorios ; en una
el nombre del estaño general , ó de la diátesis; así, palabra, con revulsivos y tópicos de todas especies.
para él la epidemia de Ayifton no es una cerebro- Pero no olvidemos jamás que aquellas alteraciones no
espinitis , sino una delire nerviosa , con cerebritis, constituyen toda la enfermedad; que existe antes y
meningitis , espinitis , pulmonía, angina, erisipe con elias la afección, que las sostiene.
la, etc. : y preciso es confesar que este modo de ra No es raro encontrar médicos que convienen en
ciocinar es algo mas lógico y mas propio del médico, que existe en estas enfermedades algo mas que una
que el de echar íí un lado el estado genoral, sin te simple inflamación; pero al mismo tiempo añaden que
ner en cuenta nada mas que las lesiones anatómi esta es la sola parte que conocen , y se creen autori
cas locales. zados por esto para sangrar sin medida. Así , pues,
Pero no por esto se ha de creer que nosotros da aquí tiene aplicación la frase de Pascal: nunca se<
mos el mismo valor á torios los síntomas ; ¡i las lesio ocasiona mejor el mal que cuando se hace á salvo de
nes funcionales del esterior, y ¡í las lesiones anatómi la conciencia. Nos parece que se les puede objetar de
cas. Estamos muy lejos de tener esas ideas, y pro un modo muy sencillo : si confesáis que hay inflama
testamos de antemano contra los que nos las atribu ción, y ademas otra cosa, es muy fácil que, cuando
yan; porque es evidente que las lesiones del tejido creáis "atacar á la primera , favorezcáis la enfermedad
son mucho mas importantes que las funcionales , y principal, y que, por salvar un órgano, comprome
cuanto mas precioso es el tejido, mayores y mas gra táis la vida; pues no estáis bien seguros de que el
ves son las consecuencias. mismo tratamiento conviene á las dos indicaciones.
De esta manera de ver las enfermedades se despren Es cierto que el médico no debe dejarse dominar
den necesariamente diversas consideraciones terapéu por el temor : está eir la obligación de hacer cuanto
ticas. Fascinados Jos médicos por el peligro que ofre pueda por salvar un órgano esencial á la vida ; pero
cen las lesiones anatómicas, creen que toda la medi también tiene el deber de imponerse por norte do su
cina se encierra en el conocimiento de la anatomía conducta la mayor prudencia. Ks necesario que no
patológica, y le conceden toda su atención: contra olvide que la naturaleza tiene, para triunfar de las en
esas lesiones se dirigen sus esfuerzos , y aplican to fermedades, procedimientos que no conocemos ; pero
dos sus medios, porque están persuadidos de que la esta misma ignorancia nos obliga ú usar de reserva.
enfermedad está allí. ¿Piensan, sin embarg), que, En general, la naturaleza procede con dulzura y me
cauterizando las úlceras de los intestinos, consegui tódicamente, haciendo cada cosa á su debido tiempo:
rían la curación de la fiebre tifoidea? No, no se cura- las mismas enfermedades tienen períodos marcados,
ria: como no se cura la viruela por cauterizar sus épocas de crudeza y de cocción : locuciones que el
pústulas; como no se cura ía sífilis por cauterizar los gusto moderno ha variado , pero que espresaJja con
chancros, y por último, como no se destruye la vir mucha claridad, que las ejiferniedados, para terminar»
tud preservativo de Ja vacuna por cauterizar sus se , pasan sucesivamente por diversos estados , de la
granos , etc. misma manera que los Irutos, antes do llegar á su
Por el contrario, los que dicen que las enfermeda madurez. La habilidad del médico consiste en seguir
des espontáneas están estendidas por toda la econo y en respetar los movimientos de la naturaleza : de
mía,, y que ks alteraciones locales no constituyen por este modo se hace digno de ser su núuistro , y , obe
sí otra cosa, que el modo de manifestarse esas enfer deciéndola, aprende á mandarla. Por otra parte, es
medades , esterior ó inleriormento ; estos, tienen uu precepto eterno de terapéutica que, cuando el mé
siempre á la vista en la práctica la causa de las dico no sepa qué hacer , se abstenga de obrai , porque
alteraciones funcionales; es decir, la afección que las su primer deber es no producir daño alguno: sollem
produce. Así administran con valor el tártaro estibia non nocere.
do en la fiebre biliosa , complicada con la pulmonía, (i Confieso francamente, decia el sabio Sydenham,
sin que les sirva de obstáculo el estado del pulmón; que, encontrándome en el caso de tratar algunas lie
dan la quina en las fiebres intermitentes, sin que bres , las cuales no se presentaban con la claridad
tengan que ocuparse del oslado del bazo; prescriben el conveniente, he determinado mas de una vez , por lu
opio en la fiebre nerviosa con meningitis, sin arre seguridad del enfermo y por mi propia reputación , no
drarse por el estado de las meninges , del cerebro. La hacer nuda: y observando sin descanso la enfermedad,
colección que hemos citado mas arriba contiene no con el objeto de hallar una ocasión favorable para po
tables ejemplos de sucesos felices, debidos á esta ner en práctica alguna cosa útil, se hadisipudo insen
práctica, y Mr. Chauffard ha recibido una impresión siblemente la liebre, ó ha adoptado una marcha que
tanto mas" fuerte, cuanto que, profesando diversos me ha dudo á conocer las armas, de que habia de va-
principios, solo habia visto inflamación en la epide lenne, para combatirla. Pero es muy deplorable que la
mia; pero mientras se condujo así , perdió todos sus mayor parte de los enfermos , ignorando que un hábil
enfermos, y al fin, las desgracias de su práctica le médico debe abstenerse de obrar en ciertas ocasiones,
abrieron los ojos. así como emplear en otras los mas poderosos re
Verdaderamente es una fatalidad que estas enfer medios, atribuyen á negligencia óá ignorancia lo
medades no tengan tratamiento conocido; así sucede que es electo de probidad y buena fe ; puesto que
con la fiebre tifoidea, de que acabamos de hablar, el mas estravagaute empírico está también en estado
con el tifus, la fiebre amurilla , el cólera , la peste, de acumular remedio sobre remedio , y esto es en lo
las viruelas , la escarlatina, la gota, el crup, etc.: que se diferencia de un médico prudente y sabio.»
como el médico no puede hacerse dueño do ellas, so Pasemos á otras consideraciones.
abstiene de obrar, y deja este cuidado á la naturaleza. Las estaciones producen casi siempre las mismas
¿Poro es enteramente impotente el arle? ¿Ha de con enfermedades, do igual modo que hacen llegar ciertas
denarse á una completa inacción? Ciertamente, que aves pasajeras, según la encantadora comparación do
no. Acabamos do decir que la mayor parte do estas Sydcuhani. Estas enfermedades son lan constantes,
enfermedades producen alteraciones locales; estas al q?ie Hipócrates hizo la enumeración de ellas en la sec
teraciones pueden invadir órganos esenciales á la vida, ción tercera de sus aforismos.
como el pulmón, el estomago, lo.s intestinos, el ce U fidelidad de reproduc.rse en la misma época,
iO '■' ■ BIBLIOTECA ECONÓMICA
no deja la menor duda de que no se ligan A los carac petir la sangría tres ó cuatro veces al dia; mientras
teres de las estaciones. Se las lia creida producidas que, bajo la influencia de la constitución, á que me
por las cualidades sensibles de la atmósfera , por la refiero, dos sangrías practicadas durante todo el cur
sequedad, la humedad, el peso ó la ligereza del aire, so de la enfermedad, bastaban ordinariamente para
por la dirección de los vientos , etc. : se lia consultado conseguir su curación.»
al termómetro , al barómetro, al eudiómetro, al elec En nuestros tiempos, á principios de este siglo, el
trómetro , etc. , y ha sido imposible establecer una género inflamatorio ha predominado en Francia, lo
correspondencia exacta entre la constitución atmosfé cual no ha dejado de contribuir en mucho á favore
rica y las enfermedades reinantes. En general , la es cer la propagación de las ideas de Hroussais; pero
tremada temperatura, sea por esceso de frió ó de ca desde la invasión del cólera, en 1832, ha variado la
lor , favorece , exalta el carácter de las enfermedades constitución 'médica : desde esta época se observa
estacionales ; pero este efecto no es constante. Hil mayor número de enfermedades biliosas, y hay, por
denbrand ha visto inflamaciones , particularmente consiguiente, mas ocasiones de hacer uso de los eva
pulmonías, de mayor intensidad en los tiempos húme cuantes de las primeras vias. También creemos que
dos, que en los en que reinaba un aire frió y seco. el cólera ha dejado entre nosotros algunos síntomas
Ademas de las cualidades sensibles de las estacio que nos le recuerdan, y que se no presentaban antes,
nes, hay otras, que se escapan á la perspicacia de al menos en igual número.
nuestros sentidos ( y se resisteu á todos nuestros me Pasemos á las epidemias anuales. Y conocemos
dios de apreciación. Quizás dependan de la composi con este nombre á las enfermedades de las estacio
ción química del aire , de la cual hasta ahora nos ha nes, siendo inútil advertir que el año médico no es
descubierto muy ñoco el análisis; quizás dependan de igual ¡ü astronómico : el primero, v. g , cuenta el in
la situación de la tierra, de la distancia del sol, de vierno desde medindos de noviembre hasta igual épo
la electricidad... ¿ qué sabemos ? Sobre este punto no ca de febrero, y así de las demás.
hay mas que congeturas. Cada una de ellas, repetimos, producen casi unas
Bacon, desesperando hallar en las cualidades de la mismas enfermedades; y estas varian mucho de for
estación presente la razón délas enfermedades rei ma, según su asiento; pero se asemejan por su carác
nantes , quería que se buscase en las estaciones ante ter, por su naturaleza, por su genio, como decian
riores, lo cual no deja de ser plausible. En efecto, los antiguos.
como los enfermedades no se desarrollan de pronto, Sydenliam no atribuía á las estaciones sino la fa«
pareee muy natural investigar su origen en las cir cuitad de producir fiebres esenciales como enferme-1
cunstancias que las han precedido y preparado. De dados reinantes, y solo ponia cuidado en determinar
estos consejos da Bacon se muestra aficionado el doc su carácter, luego que se creia dueño de ellas, cuanto
tor Mr. Kuster , en su Tratado de las enfermedades puede serlo un médico : Hildenbrand profesaba ab
de la Francia , considerada» en su relación con las solutamente los mismos principios.
estaciones ; y aunque muchas veces es especioso, pre «En los meses de diciembre, enero y febrero, que
ciso es no olvidar que discurre conforme á (os resul forman el trimestre de invierno, seobserva, decia, to»
tados. dos los años con seguridad, un carácter inflamato
Nada prueba tanto la insuficiencia de nuestros co rio en las enfermedades, ó se notan fiebres que pue
nocimientos sobre la reproducción de las enfermeda den considerarse como inflamatorias por el estado de
des anuales, como las epidemias estacionales : enten plétora y de sobre oscitación que las acompaña, ó bien
diéndose por estas toda enfermedad dominante que rei se ven afecciones locales, que son llamadas por ledos
na en varias estaciones, y (i veces durante algtínos años, los médicos inflamaciones; y, por último, se observa
sin mudar de naturaleza. Todos los que han leidn á una diatésis inflamatoria aun en los hombres que
Sidenham ( ¿ y cuál es el médico que no le ha leido?) guardan un método de vida arreglado. Pero todavía
saben que, desde 1061 á 1072 , la constitución médi sucede mas, y es que este carácter inflamatorio es
ca de Londres fue sucesiramente cuatro años biliosa, tiende su influencia hasta las enfermedades que han
cuatro inflamatoria , y tres de un carácter misto; es principiado en otras estaciones.
decir, inflamatoria y biliosa. Stoll afirma, enn la mis «No es mi ánimo defender estas verdades solamen
ma convicción , que todas las enfermedades que ob te por las consideraciones de la constitución médica
servó en Viena en 1775, 177fi y 1777, tenían un ca del año, que acabo de describir; puedo confirmarlas
rácter bilioso , el cual se trasformó después en infla por mis propias observaciones, recogidas con aten
matorio. ción sobre las enfermedades del invierno en diferen
Se ha dicho de Stoll míe jamás hiabfá visto otras tes climas, durante una práctica de veinte y cinco
enfermedades que las biliosas; pero este cargo es in años; y por las noticias de todos los médicos sobre las
justo : en los últimos años de su vida observó muchas enfermedades de esta estación.
inflamaciones, sobre lodo en los de 1779 y 1780 ; y «Nada podré decir de nuevo; mi idea es únicamen
no fueron solamente agudas las enfermedades que se te llamar la atención de los prácticos sobre verdades
presentaron de índole inflamatoria, sino crónicas, ta establecidas desde muy antiguo, porque temo se las
les como la tisis, la hidropesía, el escorbuto, etc. olvide ó ?e las desprecie.
Desde este momento los eméticos dejaron de ser úti «Durante el solsticio del estío, en los meses de ju
les, como lo habían sido hasta entonces, y aun llega nio, julio y agosto, que forman el trimestre del vera
ron á ser perjudiciales: fue preciso, por lo tanto, no, se nota también un ^enio epidémico muy distin
reemplazarlos con las sangrías y los diluentes. to, y un género de enfermedades muy diverso.
Veinte y cinco años después de Stoll, su discípulo »La policolia, ó superabundancia do bilis, engen
y admirador, Hildenbrand, habla de una nueva cons dra también liebres epidémicas particulares, imprime
titución médica. En los años de 1807, 1808 y 1800, su carácter á las demás enfermedades, y se manifies
todas las enfermedades presentaban un carácter ner ta, aun en las personas que gozan de salud; lo cual
vioso y asténico, que obligaba á moderar el tratamien acontece seguramente cada año, poco mas ó menos.
to antillojístico en las enfermedades mas inflamato Esta es una verdad confirmada por mis propias ob
rias en la apariencia. «Yo recuerdo , dice, ciertas servaciones en el espacio de muchos años, y por las de
pulmonías graves que observé en la clínica de Stoll otros médicos.
en 1784 y Í78S, contra las cuales era menester rn- «Los tiempos intermedios, época de los equinoc*
DE MEDICINA Y ClRülÍA.>—FRANK. 11
cios, que forman los trimestres de la primavera y de I . distintas de las que acostumbran á presentar ordina
otoño, participan, lo mismo del genio epidémico pre riamente. Stoll cuenta que un año (creemos debe ser
cedente , como del que va á principiar. Las enferme» el de 1776) la fiebre biliosa apareció con todas las
dades tienen un caWcter misto: ya están bajo la in señales de la inflamatoria: de aquí resultó que, si se
fluencia de la epidemia que ha reinado en la esta practicaba la sangría, iban los enfermos de mal en
ción anterior, como bajo de la que va á seguir domi peor, hasta que se les hacia vomitar. Es muy impor
nando; pero presentan ademas sus caractéres epidé tante estar prevenidos contra estas anomalías, para no
micos particulares. ser sorprendidos por ellas.
«Las deinas fiebres que los médicos lian colocado Del mismo modo que en cada constitución no hay
entre las epidémicas, como las pituitosas, vernales mas que una enfermedad dominante, así tampoco hay
y autumnales, etc., no se reproducen de una manera masque una indicación principal, la cual dura hasta
tan constante y tan cierta en nuestros climas, para que la constitución cambia. Baillou, el restaurador de
que merezcan un lugar entre las enfermedades epi la medicina hipocrática en Francia, no se ocupaba de
démicas anuales Por otra parte, las mas de las veces otra cosa que de la afección dominhnte, y en esto era
deben su origen é causas esporádicas, y dependen tan sin duda demasiado esclusivo; pero ese esclusivismo
directamente de las cualidades manifiestas de un aire prueba, al menos, la importancia que daba al estudio
viciado, que casi me atrevería á afirmarse las podria ¡ de las constituciones médicas.
producir de un modo artificial, valiéndonos de cier Sydesham, que ha merecido el nombre de Hipócra
tos medios nocivos muy conocidos: así como algunas tes inglés, tenia la misma práctica. Durante la cons«
caquexias , con quienes tienen estas fiebres mucha titucion biliosa de 1661 á 1664, trató todas las enfar-
semejanza. medades, que se le presentaron, por medio de los vo
«Las fiebres inflamatorias de invierno, las biliosas mitivos y purgantes; y en los años siguientes de 1665
del eslío, las intermitentes de la primaveru y del oto y 1686, en que la constitución había cambiado, no
ño, constituyen, pues, el primer fundamento de las empleó en su práctica mas que sangrías y temperantes;
epidemias anuales: aparecen constantemente en su por último, en 1670, 1671 y 1672, habiendo vuelto á
tiempo, y jamás faltan; y aunque sean modificadas cambiar la constitución, combinó estos dos tratamien
algunas vece* de diversas maneras, se muestran, sin tos, principiando por las sangrías; pero trataba de la
embargo, todos los años con sus caractéres propios. misma manera todas las enfermedades , las viruelas
»Los médicos, añade Hildenbrand, que niegan es que el sarampión, la disenteria que los cólicos, etc.
tas verdades, fuudadas en la observación, y pretenden En Viena, por los años de 1776 y 1777, reinando la
dar razón de estas fiebres por la influencia de causas constitución biliosa, tan bien descrita por Stoll, todas
puramente domésticas, que son tan variables; ó son las enfermedades, viruela?, sarampión, fiebre puerpe
ciegos, ó no quieren abrir los ojos 4 la razón: cierta ral, catarros, pleuresías, apoplcgías, etc., llevaban tan
mente son dignos de que se les compadezca. Estos impreso el sello de la epidemia, que no cedían sino á
caractéres de las epidemias anuales son tan fijos y los emelo-catártieos. Dos años después la constitu
tan constantes, tfüa se puede predecir su vuelta todos ción biliosa fue reemplazada por la inflamatoria , y
los años, como la de fas estaciones» (1). desde entonces estos medicamentos, tan preciosos y
Las tres fiebres, inflamatoria , biliosa é intermi tan útiles antes, degeneraron en nocivos: por el con
tente, son, según Hildenbrand, las únicas que merecen trario, las sangrías y los refrigerantes obtuvieron los
llamarse cardinales; son las que imprimen et carácter mas felices resultados. '
á cada epidemia, así como todas las demás le reciben' En fin, lal era la fé de Stoll ert la esceleucia de eSla
de cillas. doctrina, que declara en veinte lugares de sus escri
Bajo la influencia de la epidemia reinante se pre tos que el médico que no la sigue en su práctica, no
sentan lesiones muy variadas, según la templanza é puede ser útil á sus semejantes.
intemperie do la estación, la edad y la disposición Mientras mas pronunciada es la constitución, tiene
particular del enfermó. Aquí es una oftalmía, una an mayor energía, y por fo tanto es mas imperiosa la ne
gina, una erisipela, reumatismo, pleuro-pneumonia, cesidad de practicar esta regla. En la epidemia biliosa
hepititis, cistitis, metritis, etc. ; allí el sarampión, la de Lausarfa, en 1775, liubo médico que, á pesar del
viruela, la disenteria, etc. Pero estas enfermedades, carácter conocido de la epidemia, creyó podia em
aunque muy diferentes las unas de las otras , tienen plear el tratamiento de las enfermedades inflamato
de común el ser producidas en una misma época, y rias; pero siempre que se practicó la sangría fue se
participar, en consecuencia, mas ó menos, de la natu guida de fatales consecuencias. Tissot ha1 recogido
raleza do la epidemia. algunos casos de esvos, y los ha publicado en un ca
Cuando ia enfermedad dominante se anuncia con pítulo de su disertación.
los síntomas que le son p+Arpios, el diagnóstico és fá Si sobreviniese una enfermedad local, como unu
cil; pero se reviste algunas veces de apariencias que perí-pne'umoiiía , el tratamiento de la epidemia no
no le pertenecen, y esto hacia decir á Sidenham que debe dejar por eso de ocupar él primer rango. El au
temblaba por los primeros enfermos que caían entre tor, que acabamos de citar, refiere que en 1763 tuvo
sus manos. Otras veces, aunque con los mismos sínto en Lausana muchos enfermos atacados de pulmonías
mas, la enfermedad es mas ó menos grave: ¿quién ig biliosas; todos los que se sangraron, perecieron : <<Yo
nora que, en ciertas épocas, la muerte se esconde en curé, añade, á varios deestos enfermos solamente con
tre los pliegues de la sábana, como se dice vulgar administrarles los evacuantes de las primeras vías,
mente; mientras que en otras se restablece el paciente y sin sacar una gota dé sangre.» En el año siguiente
con una facilidad estreñía? ¿Quién ignora que las ope se observó por la primavera una pulmonía bastarda:
raciones quirúrgicas son mas felices en unos años que los que repitieron la sangría vieron morir á sus en
en otros? Los síntomas no siempre nos dan razón de fermos ; y era tan evidente el mal efecto que produ
estas diferencias que se observan* en los resultados: cía, que 'mientras mas sangre se sacaba, mayor era
de suerte que nos es imposible preverlas, y sola la dificultad do respirar.
mente podemos conocerlas á posterior!. En fin , suele En la epidemia que reinó en Tecklemburgo (1),
acontecer que las epidemias anuales adoptan formas
(II Historia lio la epidemia biliosa que muu en ti condad* de
(t) Medicina práeiiea.—París: lomo I, pig. 2H. T-HkleuitiurjO, trad, por J. C. Lujol ; París, 18(5,
Lf BIBLIOTECA ECONOMICA.
Fink qo pudo equivocarse, porque ya tenia trazado verdad , creemos que Sydenham y los médicos ale
el camino que había de seguir : reconoció que la manes, que parece le tienen por modelo, han exage
constilucion era biliosa; la atacó por medio de los rado algn su influencia; por lo menos hay épocas en
evacuantes, y curó á sus enfermos. En esta epidemia, qjie seria muy dilícil decir claramente cuál es el
como en todas, se manifestaron lesiones locales muy modo, el génio dominante, y mas difícil, aun demos
variadas, como anginas, toses, dispncas, hemolisis, trar que todas las enfermedades que aparecen bajo su
hematurias , delirios, etc.: Fink so bahia dedicado á reinado, adquieren una naturaleza análoga, de tal ma
la lectura de las obras de Sydenham y de Stoll, y per nera, que exijan el mismo tratamiento
suadido, como estos, de la influencia de la epidemia Creemos, pues, que hay algunas objeciones que
reinante sobre las enfermedades que se presentaban, oponer á esta doctrina ; pero no es posible que desco
las trató del mismo modo, y su práctica fue dichosa. nozcamos posee un sran fondo de verdad. A los que
Pero estos ejemplos son sacados do una época re duden de ella poflremos decir que han sido sus
mota, y parece que pierden su autoridad á medida partidarios los mejores observadores , principiando
que son mas antiguos. Citaremos , pues , hechos mas por Hipócrates , su fundador, y continuando por Ga-
recientes : vengamos ahora á la epidemia de Aviñon, leuo , Fernel , Baillou, Sydenham , Rivero, Baglivio,
que nos proporcionará mas de una lección útil. Ya Pringle, Iluxham, Grant, Van Swioten, Stoll, Baig,
liemos indicado mas arriba que, mientras la anatomía Raimuudo de Marsella, Lcpecq de la Cloture, Frank.
patológica presidió al tratamiento de la cerebroespi- ilildetibrand , etc. Confesamos que esta conformidad
nitis , todos los enfermos sucumbieron , escepto uno: de principios entre unos hombres que son la gloria
hemos referido también que desde que se tomó de la medicina , en una ciencia tan célebre por sus
en consideración el estado general , se halló en el ópio variaciones , tiene algo de imponente y reclama res-
un remedio tan eficaz, como perjudiciales habían sido pelo y veneración. El error no se trasmite así do siglo
basta entonces las sangrías. Sin embargo, ahora aña en siglo, pues solamente está reservado á la verdad
diré que tal era el imperio del genio epidémico sobre el privilegio de cruzar las edades , obteniendo unáni
las lesiones locales , que no cedían estas sino al mis mes aplausos.
mo tratamiento. Pero dejemos hablará Mr. Chauffard. Hasta ahora hemos hablado únicamente de las
«Una vez probada la eficacia del opio, le aconseja afecciones agudas, con especialidad de las liebres
ba , á imitación de los epidemist-as, mis predeceso esenciales ó primitivas; pero estas enfermedades no
res, en todos los easos desde el primer dia; ya fuese la forman solas toda la patología, sino una parte de
forma epidémica de debilidad ó de escitacion, ya ce ella; el resto lo coustitujen las crónicas.
rebro-espinal ó gastio-encefáliea, y sin tener en cuenta Esta distinción, aunque está fundada solamente
apeuas el temperamento. Le asociaba rara vez á las en la duración de las enfermedades, no deja Je te
sangrías, tfiie procurábase practicasen bastante cortas; ner su utilidad en la práctica : pues esa diferencia
y le combinaba, va con los estimulantes difusivos , ya en su marcha, supone otras nías esenciales, y por
cotilos tónicos permanentes. Me be servido del opio en tanto mas dignas de consideración. Del mismo mo
algunas otras enfermedades que so desarrollaron bajo do que se irrita y sé rehace la economía contra todo
las mismas condiciones atmosféricas; tales fueron lo que la afecta bruscamente, se presta con facilidad
algunas liebres eruptivas, parótidas, erisipelas , pul á esas impresiones lentas y suaves que la modifican,
monías; pero usándole en mas pequeñas dosis, y ayu sin que llegue á apercibirse de ello. Cuando una en
dado por largos y numerosos vejigatorios. Cuando fermedad debe su origen á estas eausas , se desar
no obraba de este modo , se prolongaban estas en rolla con lentitud, no suscita mas que un débil grado
fermedades mas allá de su, término ordinario y ma de reacción, y no despierta esas revoluciones violen
nifestaban una tendencia muy marcada á U descom tas y repentinas que llevan con prontitud la salud ú
posición escorbútica, á las pétequías , al estupor y á la muerte, como se ve en lar, acudas.
la muerte.» Pero este no es el lugar de discurrir sobre los ca-
¿Será necesario advertir, que al bablarde la influen ractéres que distinguen el estado agudo del crónico.
cia de las epidemias sobre las enfermedades locales, Nuestra idea es demostrar que, entre las enfermeda
hacemos mención solamente de aquellas que se des des que llevan este último nombre, hay un gran nú
arrollan y aparecen en la misma época? Las demás, mero que corresponden A las afecciones agudas, cuyo
ya sean anteriores ó posteriores, es evidente que no origen hemos dicho es espontáneo, yqno hemos sepa
tienen nada que ver con la epidemia, y que no admi rado cuidadosamente por esta razón, y por otras, ya
ten otro tratamiento que el que h esperiencia lia san referidas,, de las enfermedades de reacción. Para fa
cionado. cilitar la inteligencia de lo que tenemos que esponer,
Las lesiones concomitantes no exigen imperiosa nombraremos las principales, y son : las escrófulas,
mente el tratamiento de la epidemia, sino en los pri la tisis, el cáncer, los herpes, 'a > ';l epilepsia,
meros momentos : después se aislan , adquieren una la enajenación mental, etc.
existencia independiente , y si ocupan un órgano im La mayor parte de estas enfermedades son genera
portante ó esencial á la vida , como el cerebro , el les, en la verdadera acepción de esta palabra. Sinduda
pulmón, el corazón, etc., es indispensable emplearlo alguna, las locales en su principio pueden también r .-
todo por salvarlo. tenderse de tal manera, ya sea por semejanza del teji
Sydenham dice que estas enfermedades conser do en donde se desarrollen, ya sea por reabsorción, ó
van, á veces por n'ucbo tiempo, el carácter de la epi por cualquier otro medio ; que lleguen á propagarse
demia, durante la cual sehan desarrollado; y cita, yá invadir sucesivamente toda la economía : no es,
como ejemplo , cólicos y diarreas que algunos años pues, de esta generalización de la que nosotros ha
después de la misma epidemia no cedían mas que á bíanlos ; lo que decimos es que hay enfermedad'.",
beneficio del tratamiento que se empleaba para com crónicas que son primitivamente generales
batirlas anteriormente. Pero, aun admitiendo estos Uno de los caracteres de estae enfermedades es el
liechos , so puede atacar su interpretación ; y en de ocultarnos su principio, su origen: y esta oscuri
todo caso, son tan poco numerosos, que no pueden dad es la que ha hecho creer se desarrollaban espon
constituir una prueba. táneamente, y solo por las fuerzas dínámiras. Ya he
Tal es la doctrina de los mejoros prácticos de lodos mos esplicadóel sentido de esta espontaneidad, y por
los tiompos sobre las constituciones médicas. A decir lo tanto es inútil insistir mas sobre ello. Ahora pre
DE MEDICINA Y CIRUIÍA.—FRANK. 15
guntamos: ¿il«í que sirve decir que una enfermedad lamente en todas las épocas de la vida: parece que
es efecto de lu irrilacion , si el arte no puede repro ■ cada uno ataca cou preferencia una edad, y esto nos
ducirla con estimulantes , ni curarla con los contra- prueba que necesitan ciertas condiciones para dos-
eslimulaules? Decid á los que usan ese lenguaje, que arrollarse; verdad es que si estas condiciones se lle
produzcan un tubérculo, un cáncer, una úlcera , los nan por la sola revolución de la edad, las enfermeda
cálculos, etc.. y oiréis su negativa. Que un hombre des hereditarias son casi inevitables. Las escrófulas
que aspire al honor de fundar una escuela se estravie se muestran principalmente en la infancia, aunque
hasta este punto, y divague de ese modo por el cam la tisis, que muchas veces no es mas que su efecto,
po de las hipótesis , se concibe en rigor, porque al se retarda hastia la juventud, y en algunas ocasiones
menos puede disculparse por el interés que le inspira hasta mas tarde. La gota, la enagenacion mental, la
sn sistema : pero que se encuentre quien sea tan sen epilepsia, el cáncer, afectan con preferencia la edad
cillo, tan crédulo, que adopte semejantes ideas, cosa madura; los cálculos vesicales atacan con particula
es, en verdad , que debería dudarse, si no la viéra ridad á los viejos, etc.
mos. Tal es la influencia de las predisposiciones, que sé
.No es dado al arte producir estas enfermedades: hace sentir hasta en las enfermedades contagiosas. Si
¿por qué? Va lo hemos nicho, y no nos cansaremos de hay males necesarios, inevitables, fatales, porque tan
repetirlo: porque las causas á que deben su origen poderoso es el influjo de su causa, ningunos lo son
están dentro de nosotros, en los mas ocultos pliegues tanto, como los producidos por un virus; y sin em
de nuestra organización, de que forman parte, y con bargo, véase cuántas diferencias présenla la viruela,
las que estamos identificados. Pero se nos pregunta por ejemplo, según los individuos que la padecen. Ala
rá: ¿cuál es la mano que ha colocado estas causas verdad, la iuoculaciou la hace casi siempre benigna;
dentro de nosotros? ¿Es la que ha formado nuestros pero hay escepciones funestas, en que puede hasta
órganos? ¿O nacen aquellas do la combinación de las acarrear la muerte. El coito con una misma mujer
influencias esteriores, sin que nos apercibamos de puede proporcionar á uno una blenorragia, á otro un
ello? chancro, y nada á un tercero: y con todo, en estos ejem
Nuestro talento es demasiado limitado para que plos la causa ha sido evidentemente la misma. ¿Ue dón
pudiésemos contestar á estas preguntas. Es muy po de procede, pues, tanta variedad en los efectos, sino de
sible que el hombre se deje modificar insensible la diferencia de los temperamentos y do las disposi
mente por el aire que respira, por el agua que bebe, ciones individuales? Estas consideraciones son muy
por los alimentos con que se nutre : es muy posible conocidas, ya lo sabemos; pero insistimos tanto so
que-la predisposición morbífica penetre de ese modo bre ellas, porque son las que nos esplican tantas di
en nuestra organización secreta y furtivamente; con ficultades insolubles como hay en los demás siste
fesaremos, si se quiere, que esto es probable. Pero mas, y también porque tienen aplicación á la práctica.
es aun mas cierto que la naturaleza se rodea de tan Las enfermedades crónicas generales, espontáneas,
to misterio, que ha sido imposible hasta ahora rom eran conocidas antiguamente con el nombro de diá
per el velo que la cubre : lo único que sabemos acer tesis; pero no sabemos por qué falsa delicadeza de
ca de sus procedimientos, es que el arte no puede lenguaje se ha despreciado esta denominación, que
imitarlos. espresa perfectamente la idea para que (ue inventa
Que hay circunstancias que favorecen, que preci da, y sin hipótesis, sin teoría de ninguna especie. De
pitan el desenvolvimiento de estas enfermedades, lo termina con sencillez ¡a aptitud, la facilidad que
admitirnos sin dificultad, así como admitimos que hay tienen los individuos , dotados de ciertos tempera
otras que pueden retardar su origen. Pero á pesar de mentos, para contraer esta ó aquella, enfermedad:
todo, es preciso no olvidar que estas circunstancias para decirlo de una vez, la diátesis es ua hecho que
hacen un papel muy secundario; y reducidas solo á no pueden destruir todos Jos sofismas del mundo: pa
su influencia, quedarían sin el mas pequeño efecto. ra esplicarle no se necesitan acudir nial germen, ni al
Por otra parte, hoy organizaciones tan desgracia fermento: es un estado particular del organismo, co
damente privilegiadas, que están predispuestas para mo todas las enfermedades posibles.
adquirir esta clase de males, sin necesidad de que á Este estado nos es desconocido en su esencia, y Jo
ello concurran las influencias csteriores. La mayor único que de él sabemos es que varía en cada enfer
Íiarte de estas predisposiciones nacen cou nosotros; medad, de donde se sigue, que las queson producidas
as traemos desde el seno maternal, pues del mismo por la diátesis, no se parecen entro sí, ni tienen punto
modo que trasmite el hombre su vida y su organiza alguno de analogía cou las demás: todas son especi
ción, de la misma manera puede trasmitir su sangre ficas; es decir, que no tienen semejante.
7 sus enfermedades. Estas tendencias se fortifican con La auatomía tampoco nos lia enseñado nada acerca
{a edad en lugar de entibiarse, y cuando es llegado de su naturaleza; solo nos demuestra que difieren
el momento, salen del letargo en que parecían sumidas. jas,unas de las otras, y nos confirma de este modo en
¿Quién podrá negar esta etiología? ¿Hay algo en me la idea de su especificidad. ¿Y cómo era posible que
dicina tan prohado como la funesta herencia de estas el escalpel descorriera el velo con que so oculta la
enfermedades? ¿Habrá quien ponga en duda que go naturaleza á nuestra escasa vista? Solo podemos apre
zan de este triste privilegio las escrófulas, la tisis, ciar los efectos; nuestros conocimientos no se estien-
los herpes, el cáncer, la gota, la epilepsia, la lo den á. irías. Seguramente el mal venéreo no existe ni en
cura, etc,? el bubón ni en la úlcera que le anuncia; así como
Las predisposiciones po existen siempre en un mis la diátesis escrofulosa no está en el tubérculo, la
mo grado: estos varían hasta lo infinito; pero, sean diátesis cancerosa no está en el lumor ni en la úlce
innatas ó adquiridas, tíeneu mas ó menos influencia ra, etc. ¿Dónde tienen, pues, su asiento? En la mo
sobre nuestra organización, seguu sea mayor ó me dificación orgánica ó vital que las produce y qlie las
nor la causa esterna que las dé impulso para conver hace permanecer en una misma localidad, ó que les
tirlas en enfermedades. Por esto se ve que de estas, da origen en otros puntos distintos cuando el hierro
unas son inevitables, al paso que otras, por el con ó el fuego las ha curado en el primero en que apare
trario, se las puede prever y combatir. cieron.
Es muy digno de notarse que los mates; cuyos gér- Hay médicos que no qm'eren reconocer aun, que
ri:mn«- traemos al nacer, no se desarrollan ¡ndistin- existen enfermedades especificas', y otros pretenden au
1"
14 "'Bfl&rórwi tCONÓHtCA'
mentar en número. Si se nos dice que tal enfermedad, En consecuencia, solamente conocemos las diátesi
considerada como específica, tiene analogía con tal por sus efectos, por las alteraciones locales que pro
otra, nos vemos arrastrados involuntariamente á cu mueven; estas son muy variadas: ocupan ya tín órgano,
rarlas con los mismos medios; y hé aquí el inconve ya otro; pero la causá, el fundamento de ellas, no
niente de este'método; al contrario, siguiendo las ideas está allí. La diátesis escrofulosa produce el infarto
de especificidad que profesamos, buscaremos, en el de las glándulas, los tumores blancos, la tisis pulmo-
ejemplo propuesto, el tratamiento que la csperiencia nal, etc.: la diátesis cancerosa desarrolla tumores de
nos baya demostrado ser mas eficaz, y le aplicaremos la misma naturaleza en los pechos , en el recto, en
con entera confianza. Esta mauera de* razonar no tie el mesenterio; úlceras en la nariz, en los labios, en
ne el mas ligérojnconveniente, pero si la gran ventaja el cuello del útero, etc. : la diátesis gotosa da origen
de que si alguna vez logra la ciencia descubrir lo que á la tumefacción de las articulaciones de las manos y
se ignora en la actualidad, estaremos tanto mejor pre de los pies, y produce en ellas una especie de Secre
parados para escuchar la verdad, cuanto mas libres ción de materias calcáreas, que concluyen por abrirse
estemos de lodo empeño. paso á través de ra piel.
Sin embargo, nosotros damos menos importancia La cirujfa, que no acostumbra & estudiar el trata
ñ estas consideraciones sobre las enfermedades pro miento de las enfermedades generales, no ve en ellas
ducidas por diátesis, que la quo les daba Hildenbrand, nada mas que las alteraciones locales, engendradas
aunque es cierto que el comprende bajo esta denomi por la diátesis. ¿Tiene tina mujer un tumor cancero
nación las agudas, de que liemos hablado en la pri so en un pecho? El cirujano le estrae con el bisturí:
mera parte do este discurso. Las diátesis que admitía ¿es una úlcera de la misma naturaleza en el cuello
el sucesor y ¿mulo do Franl;, son: la inflamatoria, la del útero? Le aplica un cáustico 6 el cauterio : ¿es
purulenta, la biliosa, la mucosa, la verminosa, la un tumor blanco en la rodilla? Pues corta el muslo:
nerviosa, la catarral, la reumathmah/ artrítica, la ¿en el codo? Pues corta el brafeo. Si por estos medios
erisipelatosa, la escorbútica, ta escrofulosa, la ra creen curar la diátesis, se engañan desgraciadamen
quítica, la calculosa, la herpéticá, la cancerosa etc., te: es verdad que se lia curado, se ha suprimido
Y estaba Hildenbrand tan convencido de la cscelen- uno de sus síntomas; pero esta supresión no siempre
cia de esta doctrina, que terminaba su fíatio medendi produce el beneficio de retardar los efectos de la diá
eon estas palabras: Tal es i.* usic.v, i.a verdadera me tesis; al contrario, la favorece, y aun la escita con
dicina; y después de invitar á todos los práticos ¡í ca frecuencia. Precipitada la enfcrme'dnd por la opera
minar por la misma senda, promete no abandonarla ción; parece que adquiere nupvo vigor, y se repro
en el resto de su vida. duce con mas fuerza : casi de la misma manera suce
Cada enfermedad producida por diátesis, ó toda de cuando- se corta la rama de un árbol, puesto-
enfermedad específica, senos presenta, como toda? las mando la savia distinta dirección, da origen en otro
demás, con síntomas que les son propios; pero sería sitio á multitud de renuevos; y por eso los médicos
aun mas esencial reconocerla antes de que existiese; pensadores repugnan esta práctica. Mr. Hoycr, al fln
es decir, en la tendencia del organismo a producirla: de su carrera, había concluido por renunciar á la
para conseguirlo , el primer medio quo tenemos es estirpaciort de los tumores cancerosos del pecho; y
remontarnos á lo pasado, informándonos de la salud Mr. Lugol jamás aconseja la amputación, como m«dio
de los ascendientes del enfermo: si entre ellos lia ha de corar los tumores blancos.
bido locos, epilépticos, tísicos, gotosos etc., es de Es, pues, indispensable, á fin de corregirlas diá
temer que los descendientes de estos lleven el ¿éWriái tesis, obrar al interior con los medios propios para
de esas enfermedades: la presunción aumenta sí el modificar el organismo, como en las enfermedades
padre y la madre han padecido el mismo vicio; y será agudas. Pero hay la inmensa diferencia de que en las
todavia mayor, si tienen con sus hijos una notable se diátesis, la naturaleza oprimida, y casi sin fuerzas, no
mejanza. tiene poder bastante para rehacerse contra el ene
Ademas de los signos que nos suministra este me migo q«e trata de destruirla : si el arte no viene en
dio de esplorar, hay otros que nos proporcionan las su socorro, sucumbe infaliblemente. Mas no siempre
formas esteriores del cuerpo. Hufeland (i) señala ú es tan eficaz que pueda salvarla; su triunfo es dudo
la fisonomía escrofulosa los siguientes caractóres. so, escoplo en los casos en qne se arma de los espe-.
Cuello corto y grueso; mandíbulas largas; Ja cabe cílicos, cou cutos medios Suele ojjtener frecuentes y
za voluminosa, sobre torio en la parte posterior; Ca felices resultados. Tenemos un específico en el iodo
bellos rubios; cara abotagada; piel fina, trasparente, parn atacar las escrófulas y el bocio; cu Ci hierro
blanca y sonrosada; el lanío superior algo abultado, contra la clórosis; en el azufre contra lós herpes y
y muchas veces la nariz hinchada, roja y lustrosa. algunas otras enfermedades de la pielj etc.
La tisis pulmonar se desarrolla particularmente en Del mismo triodo que la patología reconoce enfer
los jóvenes que tienen una estatura elevada; cuello medades especificas, admite la terapéutica medica
largo; el pecho poco desarrollado; los homoplalos en mentos específicos. Entiéndese por tales los medica
ala, y los dedos gruesos en sus estremidades, etc. mentos, simples ó compuestos, que tienen la propie
Culler. y Barthez hall hallado predisposición á pa dad de curar, si no siempre, al menos cou mucha mas
decer la gota en los sugetos que poseen un Cuerpo frecuencia que ninguna otra sustancia, ciertas enfer
robusto; la cabeza gruesa; la pie! áspera y basta; el medades; de modo que uo pueden ser reemplazados
sistema huesoso muy desenvuelto, etc. \ asi de al por otros. El efecto que producen es tan pronto, que
gunas otras diátesis. se nota inmediatamente después de su administra
Pero e5 necesario confesar que las apariencias sue ción : por lo tanto no deja lugar á dudas de ninguna
len encañarnos con frecuencia, pues no solamente hay especie. Otro de los caractéres de los específicos na
muchos individuos que no han padecido la enferme ce de la oscuridad en míe está envuelto su modo de
dad á que estaban predispuestos, sino que muchos obrar: el mas observador uo ha podido hallar rela
que no tienen tal predisposición se ven acometidos ción alguna entre sus propiedades y la enfermedad
de esos males. que curan. Así es que ta teoría jamás hubiera lle
II) Tratado de las escrófulas, traducido del alemán por Mr. í. B. gado á descubrirlos : todos los debemos á la casua
Bonsquet.-Pnris: iStl, pag. 87. lidad, y en este empirismo sé les conserva. A pesar
DE MBDICWA Y CIRÜJÍA.—FRANK.
de lo defectuoso de su origen, es el caudal mas pre los medicamentos. ¡Así existen tantas variaciones en
cioso que posee la terapéutica. la materia médica de tal y tal pais.de tal y tal siglo!
Desgraciadamente su numero es muy limitado: y ¡Cuántas sustancias que han gozado durante mucho
cuando con ellos no se consiguen los efectos apeteci tiempo de una reputación, que parecía no debia pe
dos, la medicina se contrae solamente á combatir los recer jamás, han sido, sin embargo, abandonadas y
accidentes locales por medio de tópicos, y abandona yacen hoy en el olvido! Para esto ha bastado solamen
la diátesis á los osfuerzos de la naturaleza. ¡Triste te la proclamación de un sistema, de una idea; cuno
recurso en unas enfermedades, cuyas tendencias son si la terapéutica no debiera estar al abrigo de las re
generalmente tan funestas, que en su mayor parto voluciones que promueven las teorías
se tienen por incurables! Para dar Fin á tanta vicisitud, médicos muy esclare
En los males agudos, la naturaleza, mas desemba cidos y muy respetables han propuesto un nuevo
razada en sus movimientos, es también mas poderosa; método, ó mejor dicho, una nueva aplicación del mé
no es raro que, abandonada ú símisma, triunfe de las todo antiguo; han querido introducir en medicina
enfermedades, ó al menos tome una parte muy consi los prcedimientos de la aritmética. Estos procedi
derable en la curación; y lia habido médicos tan con mientos son conocidos, porque la aritmética efectúa
fiados en Jos esfuerzos de ella , que no han deseado sus operaciones con cantidades simples, perfectamen
otra cosa que tomarla por modelo , de donde nació la te determinadas, invariables; y siendo todas estas
secta de los naturalistas. cantidades de una misma naturaleza, no puede du
Los secuaces de Stabl habían reconocido en los darse, ni aun desconfiar de los resultados de la ope
procedimientos de la naturaleza tanta sabiduría, tan ración.
ta previsión, que la consideraban capaz de curar por Veamos ahora la posición de! médico. El estudio
sí sola las enfermedades; y esta idea los habia hecho del hombre , sano ó enfermo , no ofrece á su con
raer en una especie do contemplación, que paralizaba sideración mas que fenómenos complexos, incons
todos sus movimientos. tantes, de una diversidad infinita ; y de está variación
Guardémonos de semejantes exageraciones. Es cier tan asombrosa sacan los naturalistas el principal ca
to que la naturaleza cura, pero no lo es menos que rácter, que distingue á los seres organizados, de los •
suele estraviarse, por lo que hay necesidad de diri que pueblan el reino inorgánico.
girla con frecuencia, y siempre de apoyarla ó vigilar Esta sola diferencia imposibilita la aplicación de las
la. La mayor parte de las veces Ifi naturaleza y el mé matemáticas á la solución de los problemas, que nos
dico concurren igualmente ¡í la curación do" las en presentan los cuerpos vivos. Sin embargo, aun hay
fermedades; sin embargo, la naturaleza no siempre mas: la exactitud de las matemáticas nace de la de
necesita de su ministro, mientras que este nada mostración; no admite ni duda, ni grado; es absdlu-
puede, si tío es ayudado por aquella. ta. En las ciencias de observación, y con particulari
Así como todos los médicos no son igualmente dad en la medicina,- la certidumbre es el producto de
hábiles, así la fuerza medicatriz no es igualmente po la inducción, es una certidumbre de espenoncia , ó
derosa en todos los individuos: y hé aquí por qué los jiai a hablar con mas precisión : no es una certidum
esfuerzos del médico no obtienen el mismo resultado bre1, es una probabilidad, mas ó menos grande , según
en una enfermedad dada. Hay algunos individuos tan di número de hechos de que se compone, y según
afortunados bajo este aspecto , que la naturaleza la rectitud del juicio del que recoge estos "mismos
triunfa de la enfermedad, y á pesar délos medica hechos'.
mentos administrados. Oigamos á Mr. Ribes contra Pero en osle momento no tratamos de buscar obje
los malos médicos: «Después del conocimiento que ciones contra la aplicación del cálculo á la medicina;
tenemos de nuestra organización, y de los desórdenes en otro lugar hemos propuesto ya las que hemos creí
á que se halla espuesta, vemos que* un médico puede do convenientes (i). Hoy, mas preocupados por la ne
dejar de salvar á un enfermo; poro afortunadamente, cesidad de perfeccionar la terapéutica, queremos, aj
cea cualquiera su impericia, no debe causar ¡a muerte, contrario, investigar de qué manera podrá usar ja
sinó muy rara vez. ¡Tantos son los recursos de la na medicina del método numérico (así se llama) en la
turaleza para superar y destruir los efectos' de una apreciación de sus procedimientos curativos.
mala medicación!» (L). l ijemos, en primer lugar, con la exactitud debida,
¿Quién podrá apreciar jamás la parte que toma la los límites en que debe encerrarse. Si se traía de
naturaleza y la que tiene el médico en la curación proscribir la inducción para dar cabida á la demostra
de las enfermedades? Bacón ha dicho: «En política y ción matemática, levantaremos muy alto nuestra voz
en medicina, es igualmente difícil presentar pruebas para protestar contra tan peligrosa, cuanto nociva
incontestables de capacidad: la dicha ó la desgracia de usurpación. Pero si aquella es mas modesta, mas re
cada uno está solamente en los resultados, y pocas servada,- si se presenta como auxiliar, como comple
personas podrán decidir si se debe al político el esta mento de la observación; prestará indudablemente un
do floreciente de una nación , así como muy nocas verdadero apoyo á la inducción, y la medicina puede
podrán asegurar si se debe al médico la muerte ne un I darle entrada. Pero no olvidemos jamás á qué precio
enfermo.» El que so vanagloria deliaberle salvado, no i la obtiene, y estemos sin cesar alerta contra sus pre
habrá hecho nada quizás, aunque se atribuya la cu tensiones de invasión.
ración; y el que es acusado de haber contribuido á Esto supuesto, ¿cuáles son las condiciones de la
la muorte de un enfermo, se habrá esforzado, como mejor estadística posible en medicina? La primera de
ninguno, para conseguir todo lo contrario de lo que todas seria evidentemente la de imitar á los matemá
desgraciadamente le acontece. Pero la fortuna no ha I ticos, reuniendo las unidades patológicas perfectamen
secundado sus miras, y se hace un arma contra él te semejantes; es decir, las identidades. En esto con
por el abandono en que le ha dejado la naturaleza. siste toda la dificultad; pero es tan grande , que para
Por esta causa, por la incortiduinbre que hay en la nosotros, si hemos de hablar con franqueza, as
intervención que aquella toma en las Curaciones; es insuperable, porque jamás médico alguno há encon ■
sumamente difícil apreciar con precisión el efecto de : Irado en su práctica dos casos enteramente iguales;

(1) Memoria y observaciones de anatomía, de Usiolagia, de pa- | (f_)^ Boletín de ¡la academia real de niedieim.—Tonio I, pagi
lólogia y de ciruJIí.-Paris: 1841, lomo 1, pag. 89. 1
16 BIBLIOTECA ECONÓMICA
de modo que si esa idealidad es indispensable para- A este unálisis de la pulmonía, agreguemos lu con
hacer ana justa aplicación del cálculo al estudio de fusión que reiua sobre la fiebre tifoidea. Hasta ahora
las enfermedades, seria preciso no pensar mas en ella. se la ha considerado como una ideulidad patológica,
Pero los partidarios de este método insisten en ha y, á la verdad, uunque los médicos se hallan divididos
cer ver la necesidad do obrar por medio do hechos sobre el tratamiento de esta fiebre, esta divergencia
semejantes, y unos diceu que esas diferencias son de no desnaturaliza ouestro argumento.
poco valor, y puedeu ser despreciadas por la estadísti En un hospital se confiesa que han perecido la ter
ca, siu qpe su omisión oscurezca la certidumbre cera parte de los enfermos; en otro se alaban porque
eu sus resultados. perecieron solameute uno de siete, uno de diez. ;(>h.
Se ve, pues, que al dar cabida, á la estadística en ciertamente, el método que salva dos, tres veces, mas
la medicina, es necesario que ceda algo de su severi enfermos que otro, es el mejor! Auu suponiendo
dad; es necesario que se imponga sacrificios, sin los que estas cifras sean exactas , se engaña de un modo
que no podría unirse á aquella ciencia. muy estraño sobre el poder del arle el que so alrihu-
Se din! quizás que este defecto no es propio única yetan grandes ventajas. ¿De dónde procede, pues, la
mente de este método; y, en verdad, la inducción diferencia en los resultados, si no procede de lu dife
tampoco puede ejercerse sino dadas unas mismas rencia de los métodos '/No titubeamos en decirlo: ó
condiciones; pero los sacrificios de que heñios habla los médicos de que hablamos noobservaron la misma
do están en el espíritu de la inducción misma : ella enfermedad, ó la constitución era diferente: y, en una
considera los hechos particulares solamente en lo que palabra, no íiabia paridad eu estos casos. V es tal nues
tienen de común, y enseña, reducidoá verdades gene tra convicción en este punto, que nos atrevemos á
rales, lo que saca de esos hechos. Al conlrario, la asegurar que si estes médicos hubiesen cambiado de
aritmética no tiene aquí lugar ; porque, aplicándose servicio, y aun conservado cada uno su método , la
con la misma facilidad á todas las cantidades, por ventaja hubiera sido siempre para el misino hospital.
pequeñas que senn, no tienen nada que despreciar, No habrá quien piense que un médico que se crea
nada que sacrificar, pues no reconoce sino operacio lloarado por perleuecer á tan noble profesión, renun
nes rigorosamente exactas. cie al poder de su arte; pero uo es este poder el que
¿Cuáles son los fenómenos de que no tiene que ocu se pone en duda en este momento: es lu autoridad de
parse la estadística médica? Decir que son los menos una estadística mal hecha.
importantes no es decir nada, porque siempre habría Si se quiore aplicar este método ú la liebre tiloi-
que apreciar su grado de importancia y esto no es tan dea, que so haga cou ella lo que Mr. Rayer ha hecho
fácil como parece. ¿Quién no conoce que la marcha con la pulmonía, porque no se obtienen las unidad'^
y el tipo de las enfermedades tiene mucha menos que patológicas sin la condición de dividir y subdividir;
los síntomas ?• Sin embargo , en lasque repiten en y cuanto mas se perfeccione el diagnóstico, mayor
períodos determinados sucede todo lo conlrario: en será el número de estas unidades. Asi es que si los
tas contagiosas, los ..síntomas y el tipo no merecen la antiguos nos hubiesen dejado estadísticas, en la va
preferencia que el virus que las produce: en las cons guedad que reinaba en sus diagnósticos, estamos
titucionales ocupa el primer migo la diátesis. Asi, persuadidos de. que hubieran teoido necesidad de
pues, la importancia de los fenómenos patológicos varía, reforma en la actualidad. Nuestros procedimientos
según las enfermedades en que se les estudie-. son mas seguros: hemos avanzado mucho en el cono
En nuestra opinión, nadie ha sentido como Mr. Ra- cimiento de las enfermedades, y por lo mismo creemos
yer las dificultades que ofrece la formación de una firmemente que la ciencia no "se estacionará, y sus
buena estadística médica. Limita la aplicación á las progresos ulteriores huráu que muchas de nuestras
unidades patológicas; y, en efecto, fuera de esto, todo estadísticas, que ahora nos parecen siu defecto algu-
es confusión, y la estadística, el peor de todos los mé uo, sean quizás reformadas algún dia.
todos. Distingue la unidad nosológica y la unidad Por lo tanto, descomponer, analizar las enfermeda
terapéutica, cuya distinción es ingeniosa. Toma por des, ú fin de separar las unidades de que se compo
ejemplo la pulmonía; es decir, una de las enferme nen, es la primera condiciou, la mas indispensable,
dades que se prestan mejor al cálculo, porque es fá de uuu buena estadística médica.
cil de caracterizar. Los nosólogos no admiten general ¿Se quiere saber cuál es el mejor tratamieulo, en
mente mas que^una especie, o, lo que es lo mismo, á general, de tal ó cual unidad patológica? Recurra
sus ojos esta enfermedad no representa mas que una mos á la estadística: el mejor sjrá necesariamente el
unidad patológica. Bajo el punto de vista estadístico, que ha logrado mas curaciones. Y lié aquí cómo una
Mr. Rayer distingue diez ó doce. «Primero la pul cuestión de calidad puede trasformarso en cuestión
monía simple, en el adulto biou constituido, deberá de cantidad, pues toda cuestión de números, no tiene
dividirse en seis grados , desde el estertor crepitante una solución satisfactoria y completa sino con la
del principio, hasta la hepatizucioit, hasta la supura ciencia de los números. Lo mismo deberá suceder si
ción ; y estos seráu diferentes grados, que solos nos hay duda sobre la eficacia de este tratamiento; el
proporcionarán elementos comparables entre sí. Las único medio de salir de ella seria empezar otra nueva
pulmonías de los recien-nacidos, las de los viejos, la serie de esperiencias y coutar exactamente los resul
pulmonía no biliosa, la biliosa, la pulmonía latente de tados.
algunas fiebres tifoideas, la pulmonía por reabsorción Pero ¿cuántos ensayos se necesitan para conse
purulenta, lu pulmonía producida por venenos suaves, guir este esclarecimiento? Hay tantas contingencias,
la traumática, deberán estar sujelas al cálculo del mé tuulas circunsluncias que pueden influir eu los efec
todo anilítico; pero con la conveniente separación: tos de los medicamentos, que aquellas esperiencias
por que, añade Mr. Rayer, si se reúnen confusamente deberán ser muy multiplicadas, y mientras mas un-
todas las pulmonías indistintamente y sus diferentes morosas sean, mayor confianza debeii merecer; pero
períodos, admitiéndolos como unidades, iremos á pa tampoco en esto hay exactitud. En tal año se pre
rar alguna vez al absurdo; y siempre obtendremos re» senta una enfermedad tan benigna, que lodos los
sultados inexactos» (I). meJícameutos conque es atacada producen los mas
felices resultados; y en tal otro adquiere un carác
(I) BoleU'ld/atS VcjJ-mu RmI de uijliáiu. tom. I, pág. 7S6: ter de gravedad, que con los mismos medios ape
nas se consigue un ligero alivió". Durante su l uga
fia. IV, pif. 417.
DE MEDICINA Y CIHTJ ía.-FRANK. 17
y brillante carrera, no liabia encontrado Sydenham ciones, es natural que pensemos se reproducirán
escarlatinas que no fuesen benignas, tanto, que al siempre los mismos efectos con corta diferencia. Sobre,
liablar de ellas dice : vix nomen morbi meretur. este juicio debe apoyarse la estadística, para deducir
Poco después de su muerte se declaró una epidemia del pasado al presento , y del presente al porvenir.
do escarlatina, que llevó la desolación y el luto a Este término medio señala con bastante exactitud
millares de familias. Si Sydenham hubiera vivido al el grado de confianza que se debe tener en tul ó
gunos dias mas, hubiese reformado la idea que tenia cual sustancia.
do esta enfermedad, y también hubiera reformado su ' Supongamos ahora que se nos presenta un nuevo
estadística. • caso: ¿se le aplicará el tratamiento de la mayoría'.' De
Solamente el paso tic una á otra estación basta al ninguna manera, porque este caso puede pertenecer
gunas veces para trasformar el carácter de una en á la minoría, y es preciso notar, que aun esta misma,
fermedad, hasta el punto de hacerla muy grave ó muy puede dividirse en varios grupos ó fracciones. Es ne
benigna. En lósanos de 1835 y Í836, Mr. Guéneau cesario que el médico examine cuidadosamente al pa
de Mussy, cuya ilustración y buena fe reconocemos, ciente, sin tener en cuenta para nada la estadística,
recibió á su cuidado en el Hotel-Dieu ciento sesenta porque, en efecto, para nada le serviría en este caso
enfermos atacados de liebre tifoidea (i). Al hacer la particular. ¡Gran ventaja proporcionaría al enfermo,
estadística de defunción por trimestres, hall» que la cuyo malestuviese comprendido en las escepciones,
mortandad eir unos ¡estaba en la proporción de uno 1 el que le sometiese al tratamiento de la mayoría!
a quince, mientras que en otros era de uno á dos, Proceder así, seria colocar á la medicina al nivel de
lo cual le inspiró esta sabia reflexión: «Si en la serie un juego de azar, y seguramente no es este el objeto
de unos pocos meses ha habido tales variaciones en del método numérico, que, por el contrario, tiene la
la mortandad, ¿quién podrá decirnos las que sobre ambición de querer arreglar la marcha de esta cien
vendrán en el período de algunos años?» cia y de imponerla leyes. Por lo tanto, debemos siem
No obstante esto, aquellos que están familiariza pre abandonarle en cada individuo aislado.
dos con el uso del método numérico, se persuaden de No debe ejercerse sino 'en las grandes masas, en
que la naturaleza se separa rara vez de los caminos colecciones, como su nombre lo indica, pues lo que
que se ha trazado, y esta persuasión les hace conce es único no puede contarse: su fin es deducir hechos
bir en los guarismos una confianza que nadie, sino generales, como el de la inducción, pero con mayor
ellos, llevan á tanto grado. La esperiencia , dice exactitud que esta, y bé aquí lo que seduce. A pe
Mr. Louis, prueba que no bastan tan gran número sar deque no llegue á engañarnos, es un instrumento
de hechos para pensar en descubrir la verdad y para delicado y difícil de manejar ; aplicado con rigor
poder fundar sobre ella una ley patológica. La mis falsearía la ciencia, dándola una apariencia de cer
ma verdad nos obliga á decir que, en efecto, hay tidumbre que no tiene; aplicado como lo exige la
ejemplos que parecen autorizar está manera de ver. movilidad de los hechos, pierde una gran parte de
Jenner publico las asombrosas propiedades de la va su valor.
cuna sin tener mas que veintitrés hechos que se las de No esperemos, pues, que la medicina alcance ese
mostrasen, y sabido es que el tiempo no las ha des grado de exactitud, de que se la quiere dolar; por*
mentido. Es probable también que los que pusieron que no es susceptible de ello. Es necesario no culpar
en práctica por primera vez la quina y el emético, por la lentitud de sus progresos, ni á los hombres
conocieran desde luego sus propiedades, pero estas que la han cultivado, ni á los métodos que se han es
son excepciones en terapéutica: los resultados que tablecido: porque no hay ninguna ciencia cuya his
ofrecen estos medios son tan prontos y tan constan toria se halle mas enriquecida con grandes talentos,
tes, que esa repetición y esa celeridad cu sus efectos con genios, como la medicina. Mas dichosa que to
llaman profundamente la atención del observador, y das las demás, ha contado eutre sus fundadores á
le dispensan de hacer una cuenta exacta. Hipócrates, que hace dos mil años trazó la senda que
Pero no son así todos los agentes de la terapéutica: habían de seguir sus sucesores, y por esto ha mere
la mayor parte rio ofrecen mas que efectos equívocos cido este grande hombre, con suma justicia, los glo
y variables. ¿Cómo hallar alguna certidumbre, en- riosos nombres de legislador y padre de esta cienc-a.
¡nedio de tantas eventualidades? En estos casos es en Entonces, ¿por qué esta la medicina tau distante de
los que la estadística puede prestarnos alguna ayuda, las demás ciencias físicas que se le proponen á cada
viniendo en «poyo de la observación: hace conocer instante por modelo? Va lo hemos dicho : porque no
el número y la proporción, y deduce un término me hay entre ellas semejanza : en aquella la observa
dio, y hasta este punto se deben limitar sus instruc ción siempre es la misma; en estas varia continuamen
ciones. En rigor este término medio no es aplicable te, y esta prodigiosa variación es la dificultad que
mas que á los hechos que le lormau; pero como la na ofrecen las ciencias fisiológicas. En vano so querrá
turaleza e% en general, muy constante en sus opera- fijarla por el rigor de los métodos, pues, al contrario,
estos deben amoldarse á la observación y acomoda! -
(i) Uolctiu de U Academia real de mcJictna.—T. 1, pág. "é'ó. se al espíritu de la ciencia que tratan de dirigir.-
BIBLIOTECA ECONÓMICA

BRRVfi RELACION

SOBRE J. P. FRAUK.

►chichi

Juan Pedro Frauk, uno de los mas célebres médicos en Pont-á-Moussou ; allí le fue concedido el título de
de Alemania, nació el 19 de marzo de 1745 en RotaN doctor por la segunda vez, luego que presentó la
beu, pequeña atdea situada entre Dos Puentes y Lau- tésís qué había sostenido en Heidelberg, con solo va»
dau. Era de origen francés: su abuelo, que era provee riarle el título.
dor del ejército de Francia, recibió la muerte duran "Frank no tuvo aceptación eu Bitch, en donde era
te la guerra de sucesión de España, y dejó abandona muy difícil desarraigar la faina de un ignorante barbe
do y sin recurso de ninguna especie á un hijo de tier ro, que habia sabido captarse la confianza de todosjos
na edad, el cual fue recogido por unos oficiales de un habitantes de aquella ciudad. Por espacio de dos años
regimiento francés, compadecidos de su orfandad. luchó contra los rigores de su contraria suerte; poro
El niño se agregó á este cuerpo, en el que estuvo al fin se vió obligado ti abandonar una población que
algunos años, después de los cuales abandonó el ser no le proporcionaba lo bastante para poder subsistir, é
vicio de las armas, y se colocó en casa de un comer intentó fijarse eu Badén. Allí tuvo mejor acogida que
ciante de Kaiscrslautcrn, con el cargo de enseñar eí en Bitch; á pesar de eso, uo pasó mucho tiempo sin que
francés á los hijos de este. Mas adelante , y 4 conse probase grandus disgustos, por la muerte de su espo
cuencia de una larga serie de acontecimientos , se sa, ocurrida á consecuencia de un parto. En 1769 fue
casó con una jóven de Rolalben; se estableció en esta nombrado médico de la corte del Margrave de Badén
aldea, y adquirió ti fuerza de trabajos una desahogada con el corlo estipendio de 200 florines; y al año si
posición, dejando ¡í su muerte catorce hijos. guiente contrajo nuevo matrimonio, al cual debió su
El jóveu Frank, uno de los miembros de tan nume primer hijo, José Frank, que debía sostener mas ade
rosa familia , era de constitución demasiado débil lante con brillantez su bien merecida reputación. A
para que su padre le destinara á las fatigas de la la muerte del Margrave, le concedió el obispo de Spi—
agricultura; tuvo la idea de hacerle abrazar el estado ra la plaza de médico de la ciudad y del cantón de
eclesiástico, y en consecuencia le envió íi las escue Bruchsal. Durante su permanencia en esta población
las latinas de los Barnahitas do Rastadt; de aquí pasó se estableció en la misma un hospital, que le fue con
á los Jesuítas de Bourquenon, y en seguida fue á fiado, y en el cual dió lecciones de anatomía, de fisio
Badén A cursar humauinades. En estos estudios pre logía y de botánica: y dirigió al mismo tiempo la en
liminares demostró tanta aptitud, que determinaron señanza de las parteras con tau feliz resultado, que
sus padres marchase á Francia para que los termi el número de muertes de mujeres embarazadas dis
nara. Efectivamente, así lo efectuó , y estudió en minuyó en una tercera parte.'
Metz la filosofía, y la física en Pont-á-Mousson; pero Eu 1779 publicó Frauk el primer tomo de su poli
Frank uo tenia afición á la carrera de la iglesia, y cía médica, cuya obra constituyó el fundamento de su
su familia no queria siguiese otra alguna, por creer reputación. Hacia tiempo, aun antes de concluir sus
que con ella podria socorrer mejor á sus hermanos. esludios, habia observado que los médicos suelen es
Después de mucho tiempo de vacilación , obtuvo tar rara vez en estado de destruir oiertas causas mor
permiso , por la intercesión de un hermano suyo, bosas, que obran en grande sobre las poblaciones, y
para dedicarse al arte de curar. La universidad de que solamente los cuidados de una buena adminis-
Heidelberg fue la que eligió para iniciarse en los co traccion son cnpaces de abatir |an perjudiciales y no
nocimientos que le eran necesarios al abrazar otra civas influencias; eu fin, halda concebido el plan do
nueva carrera: en 1765 hizo un viaje á Slrasburgo recoger metódicamente todas las reglas propias para
para seguir cursaudo sus estudios y para frecuentar mantener la salubridad pública, y su vocación por este
los hospitales, y tomó la borla de ductor en Heidel importantísimo ramo de los conocimientos médicos
berg en 28¡de agosto de 1766. Su tesis de recepción, llegó hasta tal punto, que no dejó de ocuparse de él
que trata sobre la educación física de los niños, fue desde entonces, aun en medio de los cuidados que
estractada por Galtenhof, de quien mas tarde la reco le ofrecía una práctica de las mas numerosas. El mis
bró, insertándola en su fíeleclus, lo que no impidió mo nos dice que el primer tomo de este tratado le
que los traductores la publicaran, bajo su nombre, en costó diez años do estudio y de investigaciones.
lengua alemana y ea lengua francesa (1). Después de Muy poco satisfecho de la conducta que con él obser
graduado, un hermano suyo le invito á que se esta vó el obispo de Spira, en pago de las consideraciones
bleciese en Bitch, donde habitaba; pero como esta á que se habia hecho acreedor, resolvió Frank dejar
ciudad pertenecía á Francia, tuvo necesidad, para á Bruschsal. Habia sido invitado para desempeñar una
ejercer en ella la medicina, de sufrir nuevo examen cátedra eu las universidades de Mayenza, Pavía y Gce-
tinga, la que le fue ofrecida á un tiempo por las tres,
y no 6abia cuál habia de aceptar, hasta que se deci
(1) Tratado sobre el modo de oriar :i niños saludables, dió por la de esta última , arrastrado por la celebridad
fundado en los principios de la medicina y de la práctica; traduci
do del alemán por Miguel Bobrer,—Slrasburgo, 1799. de que gozaba y por los recursos que podía sacar de
DE MEDICINA V ClftnÍA.—FRANK. 19
la rica biblioteca que posee. Se encargó en ella de la Pisa L. Merelli, en Florencia P. Mora, al francés
cátedra de medicina , y el rey de Inglaterra le conce por Gondareau , manifiestan el éxito que en todas
dió el título de consejero. Los trabajos del magiste partes obtuvo.
rio, el clima, y el género de vida, destruyeron muy El emperador llamó á Frank á Viena en 1795 para
pronto su salud ; por cuyo motivo , junto á'la imposi organizar el servicio de sanidad militar, y con el ob
bilidad que reconoció de fundar uiia clínica útil en jeto de lijarle en su capital le nombró consejero áu
Goetinga , tomó el partido de optar por la cátedra lico, director del hospital general y catedrático de la
de Pavía, vacante por dimisión de Tissot. Aban universidad, con el sueldo de cinco mil florines. Ocu
donó, pues, en 1785 la universidad de Goetinga, pó dignamente el puesto , en que habian sido coloca
en donde había estado un año; se trasladó á Viena, dos para su gloria Van Swieten, De Haen , Stoll y
en la que fue presentado á José II, y fue á tomar po Quarin ; hizo innumerables é importantísimas refor
sesión de su nuevo destino á Pavía, cuya escuela muy mas en la clínica de Viena; aumentó el número de
poco antes había sido ilustrada por las lecciones de camas , construyó anfiteatros espaciosos , y fundó un
Borsicri y de Tísso( ; pero que en aquella época había gabinete de anatomía patológica, que no tardó mucho
perdido mucho de su esplendor. El emperador , ce eú llegar á ser uno de los mas ricos y mejor monta
loso por su lustro, y queriendo darle mayor realce, dos de Europa. Durante los nueve anos que perma
mandó se emprendiesen en el hospital todas las re neció en esta ciudad atrajo hacia su escuela una res
formas necesarias para hacerlo mas saludable ; díó petable concurrencia , que se apresuraba por llegar á
mayor estension á la clínica , á la que se añadiólrha oír sus lecciones; y por lo tanto su reputación era
sala de mujeres, y llamó á ella los profesores mas cada dia mas considerable.
acreditados, tales comoScarpa, Scopoli, Canninati En 1804 el emperador de Rusia encargó á Frank
y Maravelli. Semejantes medidas no podían ser iireO- la fundación do la clínica de Wílna, y le trasladó des
caces, y Pavía nu tardó en adquirir mayor celebridad pués á San Petersburgo, honrándole con el título de
que la oue hasta entonces tuviera. su primer médico ; pero Frauk no pudo resistir lo
Frank se distinguió á su llegada á Pavía un la re rudo de aquel clima; su salud se resintió mucho , v
dacción de un nuevo plan de estudios, el cual, en mu se vió obligado á marcharse de aquella capital , no
chas de sus partes, fue celebrado mas de lo que me sin obtener antes una pensión de tres mil rublos. Su
recía serlo ; pero no por eso dejó de producir venta intención, al abandonar la corte de Rusia, era ir á
josos resultados. HAcia la misma época se le nombró Friburgo; pero los acontecimientos dé la guerra le
director de sanidad de la Lombardía, é inspector ge hicieron permanecer algun tiempo en Viena, donde
neral de medicina y farmacia en la misma provincia. Napoleón le consultó sobre la herida del mariscal
Su reputación era cada dia mayor; su practica in Lannes y sobre su propia salud: y deseando siempre
mensa, y su clínica atrajo un número considerable de verse rodeado do todos los hombres que reuniesen
discípulos. Sus enemigos no perdonaron, en sus de« ■ por cualquier concepto un mérito superior (que des
testantes y ocultos manejos, ni aun las mas calumnio graciadamente juzgaba muchas veces, ofuscado por
sas acusaciones para derribar su justa fama; pero no el brillo de la reputación que se liabianadquirido), le
consiguieron el objeto que se proponían con sos in ofreció el emperador de Francia, por medio de Cor-
trigas. Tenia la costumbre de pronunciar en la so visart , un lugar distinguido en su córte ; pero Frank
lemne apertura de cada curso una disertación, cuyo optó por seguir su proyecto de retiro , y marchó en
tema versaba ordinariamente sobre cualquier punto 1809 á Friburgo al lado de su hija querida, cuya
de medicina práctica : estos discursos, que casi todos muerte le hizo insoportable su permanencia en esta
merecen el nombre de interesantes monografías, han ciudad; y \i abandonó en 1811 para trasladarse á Vie
sido reunidos en los diversos volúmenes que compo na. tres años después María Luisa le coníió su sa
nen su Detectus. lud y la del hijo de Napoleón, y posteriormente le
En 1792, y durante su permanencia en Pavía, prin concedió la cruz de comendador de la orden de San
cipió á publicar su Epitome, el cual terminó en Vie Jorge Murió Frank el 24 de abril de 1821, de resul
na treinta años después: es decir, en 1821. Esta obra tas de un ataque apoplético, [cargado de honores y
tiene el sello eminentemente práctico, que por nece abatido por los años, y dejando tras sí el recuerdo de
sidad había de imprimirle la pluma de un medico, en un escelente práctico y la fama de un catedrático
tregado al ejercicio de su arte por espacio de cin ilustre, lleno de conocimientos sólidos.
cuenta y seis años en varias ciudades de Europa , y En los últimos días de su vida, viendo á su derredor
el cual, por lo mismo , había tenido ocasión de obser ocho médicos en consulta, les dijo sonriendo: «En
var las enfermedades en sus mas estraños y diversos éste momento recuerdo la muerto de un soldado fran
aspectos. Las numerosas ediciones que se Fian publi cés, que fue herido por ocho balazos en la batalla de
cado de su Epitome en Alemania, Pavía, Milán, Ve- Wagram. ¡ Voto á cribas, decía ya espirante, nada
necia y Turiu; las traducciones hechas al alemán por menos que ocho balas han sido necesarias para mu-
i. F. Sobernhíim , al italiano por R. Comandoli, en ¡ lar á un granadero francés !!.'»
BIBLIOTECA ÍCONÓMCA

subkl

J. U. C. GOUDAREAU;

POR MR. AZARFT DIGAT,

DOCTOR EN MEDICINA EN ORANGE.

liL doctor Goudareau es un ejemplo notable da los charsc de Montpeílier, su nuevo empleo le llamuba ú
felices resultados que pueden conseguir la constan Aviñon, y le impuso este sacrificio, que tuvo que
cia y el estudio, de una organización imperfecta, pues aceptar al fin, y que sij duda en esto le favoreció la
pocos hombres han sido peor dotados; pero al negar suerte mucho mas de lo que él podia pensar. La me
le la naturaliza esa penetración, cea aptitud singu dicina es una ciencia puramente práctica, que uuse
lar que no couoce obstáculo alguno que insuperable adquiere en las escuelas, sino en los hospitales; y
sea, le concedió en cambio la paciencia, que jamás .Mr. Goudareau , por su posición , Hprendió muy
desmaya. luego el arle de observar, el primero de todos en-
Nació en Santa Cecilia, pequeña ciudad de la anti el Orden cronológico y en su misma importancia,
gua Proveuza, comprendida en la actualidad en el porque hasta el genio es impotente sin la observación.
departamento de Vaucluse, y allí pasó los primeros Al propio tiempo que estudiaba la naturaleza, leia
años de su vida, confundido entre los jóvenes de su con avidez , sin cansarse jamás, las obras de los prác
patria, sin que en nada se distinguiese, pues á los ticos :la de J. P. Frank era una de sus favoritas,
quince años apenas tenia nociones generales de la hasta que, arrastrado por el placer de su lectura,
gramática, y sus padres conocieron que ya era tiem delermiuó traducirla al francés. Si la empresa era
po de que principiase su educación, para lo cual le grande, la perseverancia era también uno de los ras
enviaron aj colegio de'Orange. El jóven Goudareau gos mas pronunciados del carácter de Goudareau:
no luvo que hacer grandes esfuerzos por captarse por lo tanto, solamente interrumpió sus trabajos para
la benevolencia y la estimación de sus maestros, pues ir á Montpeílier á graduarse; y con el objeto de que
su aplicación y su conducta era citada por todos co su permanencia en este panto fuese lo mas corta po
mo modelo. Á pesar de sus esfuerzos , desgracia sible , llevó ya compuesta su tésis. Versaba esta sobre
damente sus adelantos eran muy cortos , y no guar las fiebres adinámicas esporádicas , objeto de eterna
daban proporción con el trabajo que le costabaadqui- controversias ; pero él la defendió como hombre que
rirlos; pero al fin la constancia venció á su rebelde había observado y que sabia sacar partido do la ob
naturaleza, y tuvo la gloria de ser después catedrá servación. Luego que obtuvo el título de doctor, dejó
tico del mismo colegio en donde tan pocas esperan á Montpeílier, en donde babia dado muestras de ser
zas hizo concebir al principio; estas malas impresio un práctico distinguido.
nes se borraron con el tiempo, y el liceo de Aviñon De vuelta á Aviñon , publicó el primer tomo de la
le elevó al colegio de Orange. traducción que estaba haciendo del Tratado de medi
Con todo eso, su inteligencia no se hallaba satisfe cina práctica de J. P. Frank, y sucesivamente todos
cha; á medida que se iba engrandeciendo, sentía mas los demás. Los periódicos de aquella época elogiaron
la necesidad del estudio, y buscaba constantemente y la fidelidad y la corrección con que babia desempeña
con alan nuevos alimentos con que saciar su deseo de do su tarea, y hasta el mismo Frank ie manifestó su
aprender. Tenemos enteudido que Mr. Goudareau reconocimiento y su satisfacción, que es el mayor
vaciló por largo tiempo entre si había de dedicarse á triunfo que puede alcanzar el que se dedique á seme
la carrera eclesiástica ó á la medicina; pero una vez jante género de literatura. En fin , después de veinte
decidido por esta última, abaudonó á Aviñon, y mar años se ve que un editor, apreciando el gusto v las
chó á Montpeílier. Creemos haberle visto en esta po necesidades de su época , forma el proyecto de dar ¡i
blación por los años de 181o : era de un esterior gra luz otra edición de una obra, de que se curecia hace
ve, cuyo conjunto anunciaba un espíritu reflexivo; vi tiempo , para no privar á sus conciudadanos de una
vía retirado, y el estudio absorbía todo su tiempo; de lectura tan útil y tan provechosa: es preciso convenir
modo que en dos años se encontró en aptitud de fir que á pocos traductores les está reservado tal honor.
mar la oposición á una plaza de interno que babia va Cediendo Mr. Goudareau á los consejos de algunos
cado en el Hotel-Dieu de Aviñon, y la cual la fue con amigos suyos , resolvió establecerse en Avinou , en
cedida. No obstante el dísgusto.que le causaba mar- donde debía prometerse una brillante carrera; pero
DE MEDICINA Y CIUEJÍA.—FRANK. 21
su carácter le apartaba del bullicio, déla intriga: edición del Tratado de medicina práctica. Todo lo
coa tanto afán , como otros manifiestan por seguirle. que contiene este libro pertenece á Mr. Goudareau,
Era uno de esos hombres modestos, que no obran sino aunque ayudado de los trabajos del que había tomado
para hacer bien , y su alma tierna no se encontraba por modelo ; pero ignoraba sin duda lo que este había
contenta sino enmedio de las afecciones domésticas.
Obedeció, pues, Mr. Goudareau á su naturaleza , y
tomó el partido de (¡jarse en su patria.
Santa Cecilia le recibió con alegría; dichosa por ha enfermedades nerviosas; pues estamos seguros de que
berle visto nacer , mas feliz aun por tenerle ahora en si Mr. Goudareau hubiera conocido estas particulari
su seno. La reputación que había ya adquirido le pro dades , el respeto qjie tenia á la memoria de Frank
porcionó desde luego la confianza general , y no solo no le hubiera permitido sustituir sus ideas á las del
los enfermos de las cercanías eran los queiban á con gran práctico de Viotia.
sultarle sus padecimientos, sino que venían de lugares No se crea por eso que la admiración de Mr. Gou
muy lejanos: sus comprofesores, ahogando en sus a1- dareau por su autor favorito fuera de esas contem
mas todo sentimiento de envidia , le designaban á to placiones ciegas que todo lo reciben sin exámen , del
dos sus clientes , y lo mismo era llamado en las ciu mismo modo que se aceptan las verdades reveladas
dades que en los campos : ¡homenaje tanto mas lison por Dios; no, su admiración era mas ¡lustrada: no
jero, cuanto mas inusitado es! podia ocultársele que la ciencia camina hácia su per
A pesar de las obligaciones que le imponía su prác fección , aunque algo mas despacio de lo que gene
tica , no abandonó jamás Mr. Goudareau los trabajos ralmente se cree ; pero , en fin , no permanece esta
del gabinete: en los momentos que tenia libres, se cionaria , y seguia paso á paso todos sus progresos,
encerraba en su despacho, para dedicarse al estudio, todos sus movimientos La edición primera de su tra
ya con el objeto de tomar sus notas , ya con el de ducción fue agotada al poco tiempo, y se disponía á
consultar en los casos dudosos de su práctica; y para imprimir otra nueva, á laque trataba de añadir algu«
esto su gusto le inclinaba á los autores antiguos, sin ñas notas ; pero desgraciadamente murió antes de dar
que por ello despreciase, ni con mucho, los mo á su obra la última mano. El esceso del trabajo abre
dernos. vió, sus dius, que es lo que está reservado á los hom
J. P. Frank murió antes de que concluyera su Epi bres estudiosos : euareuta y nueve años tenia no mas,
tome, y lo que dejó incompleto fue la Historia de Vis y presentaba todas las señales de una vejez consuma
enfermedades nerviosas; pero su traductor intentó da. El dia 21 de setiembre de 4841 dejó Mr. Gouda
acabarla , cuya feliz idea nos proporcionó el libro de reau esta vida, llenando de luto y de dolor el corazón
las neuroses, que formaba el tomo vi. de la primera de su fcmilia y el de sus numerosos amigos.

PRÓLOGO DEL MOR.

Red KDtciii en pocas palabras los principios de una útil á los discípulos ; no seria mas que la obra de un
Ciencia tan vasta como la medicina , es problema á sabio sin espenencia, ó del que no ha podido apreciar
cuya solución pareció aproximarse Boerhaave. Pero las necesidades de los alumnos.
acometer la misma empresa bajo un plan que presente No obstante todo esto, deseamos que, al juzgar
á los maestros el objeto de sus lecciones en un órden nuestra obra , se tenga en consideración las circuns
conveniente; que grabe en el espíritu de los alumnos tancias locales que la dan origen; puesto que han in
un coajunto, cuya vista le recuerde pronta y exacta fluido eu el plan , y aun en el conjunto de la doctrina.
mente las ideas accesorias; que corresponda á la bre En la Academia, en que ocupábamos la cátedra de
vedad del curso académico, y abrace el estudio de las medicina práctica , se dividía el curso en dos años,
enfermedades, cuyo conocimiento es necesario; y por razones muy importantes, pero que no son del
que, despreciando las seducciones de las hipótesis, caso.; mas en Italia, á causa de lo caloroso del clima,
establezca reglas prácticas, constantes y duraderas; el año escolástico se compone de ocho meses, durante
es , si no ñas engañamos, encargo que se hau impues - los cuales es necesario dar ciento ochenta lecciones;
to algunos escritores de gran nota , y que no han lle por lo cual , en rigor , la ley no señala mas que un año
nado como se apetecía , y como debia esperarse de su para la esposicion de toda la medicina. Si la repetida
bien adquirida reputación de sabios. observación de toda clase de enfermos, y si los ejem
El éxito de sus escritos han debido debilitar nues plos diarios de enfermedades muy difíciles no arrojasen
tro valor; pero uo hemos consultado otra cosa que la nueva luz sobre nuestras lecciones, tan corto aspacio
necesidad , y mejor queremos esponernos á recibir la de tiempo no bastaría para la educación del médico,
censura que merezca nuestro trabajo por sus imper atendido el grado de comprensión de que es suscepti
fecciones, que permanecer silenciosos, cuando espe ble la juventud , y las fuerzas de que se puede dispo
ramos poder ser útiles , al menos á nuestros discípu ner en esta edad.
los. Por otra parto , no estamos enteramente despro Es indispensable , pues , esponer con bastante osten
vistos de práctica T porque há mas de veinte y cinco sión las verdades mas importantes de la ciencia, para
años que en diferentes poblaciones hemos adquirido que nuestro auditorio no tenga que verse en la dura
alguna es per ¡encía , la cual nos lia proporcionado cu necesidad de tomar infinitas notas, si habia de con
riosos y multiplicados casos; ademas, hemos tratado servar en su memoria algo de nuestras espiraciones:
de recoger con esmero lo que nos lian legado la auto mas , por otro lado, la concisión es un deber, para
ridad de los antiguos y nos enseña la práctica de los no esponernos á cansar con una superfina erudición.
moderaos. También hemos tenido tiempo de estudiar Pero las cosas fáciles bastará espoueilas en pocas pala*
las dificultades quo ofrece la enseñanza en las dos es bras , dejando al profesor el cuidado de esphcarlas con
cuelas mas célebres de Europa ; y nos hemos conven may»r estension , dando ocasión al discípulo de ejer
cido de que un compendio de medicina no podría ser citar su inteligencia.
22 BIBLIOTECA ECONÓMICA

INTRODUCCION.

.'-V't'

Las as enfermedades son raras en los animales, por» Pero como la naturaleza no enseña á cada uno en
que, dirigidos por su instinto natural , se contentan particular, y la esperiencia no manifiesta los reme
con un alimento simple, ejercitan su cuerpo para dios á todos; el hombre sensible, que pasaba cerca
procurársele, no esperimentan otras sensaciones que délas camas espuestas en las encrucijadas, y que con
las que les proporciona la satisfacción de sus pasiones tenían á los enfermos, ó aquellos que eran invitados
necesarias , y reparan en la noche las pérdidas que á asistirlos; proponían el remedio que les había sido
han sufrido por el dia. Esta dicha le fue concedida al útil, oque hubia producido buenos resultados á otros
hombre en otro tiempo, según \a tradición y la his en casos semejantes. Poco á poco, é insensible
toria de los pueblos , ios cuales tenían , y aun algunos mente, los anciauos, los padres de familia, los gran
tienen hoy, el misino género de vida. Pero, en cam des, que ejercían una estensajurisdiccion en sus hijos,
bio, pocos animales viven tantos años como el hom sus parientes y sus esclavos; instruidos por las re
bre : en climas diferentes, tanto bajo el ardor de la petidas ocasiones que tenían de observar los males,
zoua tórrida como en los hielos del Norte, ninguno se elevaron sobre los demás por sus conocimientos
conserva por tan largo tiempo su salud como los in médicos. Así el arte en su cuna so atrajo la venera
dividuos cíe la especie humana. ción de todos; se cubrió con la púrpura real, y se ro
Considerado bajo este punto de vista , parece que deó de la majestad divina, -^h'-sí.-u
el hombre no debia estar sujeto ú mas incomodidades Cuando las ciencias y las artes fueron trasporta
que & las de la edad; pero está espueslo á padecer das por las colonias del Egipto á la Grecia, llegó á
enfermedades esternas, que él mismo se ha propor ser esta última fl teatro de la medicina y la cú-ujía,
cionado, disputándose con los demás animales , ó con al salir de su infancia. Pero como la curación de las
los de su especie, el imperio del mundo. La cirujía, enfermedades tieno algo de divino , que escita, con
por lo tanto, quizás será mas antigua que la medi justo motivo, la^dmiracion de los hombres; los mor
cina, lo confesamos; mas tío creemos que pueda sa íales, consagrados al culto do los dioses, los sacer
carse do tsto ninguna consecuencia importante, por dotes del Egipto, muy versados en el conocimiento
que la nobleza de una ciencia no reposa, como la del del corazón humano, se servían de la medicina pira
linaje, en la antigüedad del origen, sino en su ne atraer hácia ellos la veneración do los pueblos, y para
cesidad y en las ventajas que pueda reportar. Y en aumentar su fe : estaban encargados de apaciguar la
este concepto, los dos ramos del arte de curar marr cólera de la Divinidad y do implorar sus favi res ; y
chan ni nivol, gozan de los mismos. honores, y des hacian depender el origen -do las enfermedades, que
cansan sobre los mismos piincipios: el cirujano tiene se producen por la violación de las levos impuestas
la misma necesidad de la medicina, que el médico por la naturaleza; de la cólera de Júpiter: y enseña
de la cirujía, porque esa división, por lo mismo que ban que el modo de recobrar la salud era ofrecer sa
está fundada en los males que pueden atacar á la su crificios. La confianza que los enfermos tenían en el
perficie esterna ó interna del cuerpo, es ir.exacta, sacerdote médico les hacia creer en la virtud me-
porque la ciencia es una. dícalriz de lus cosas mas ridiculas , y la escelencia
El primer médico ó cirujano del mundo ha sido la del medicamento proporcionaba á los pontífices la
misma naturaleza; el segundo el azar y la esperien- mayor consideración: de manera que la medicina y
cia, hija de la necesidad: y, según la fábula, los hom el altar se prestaron un mutuo apoyo (1). -
bres han aprendido muchos remedios de los mismos Sin embargo, la ciencia estendió poco sus progre
irracionales. El que cae enfermo no desea alimento; sos bajo el sacerdocio médico, oscurecida , como es
muchas veces le toma con repugnancia; su uso le es taba, por la palologta divina: solamente lo? orácu
nocivo, y por sí mismo seabstienede ellos; el que su los de los dioses , y los consejos confirmados por la
fre por cualquier motivo, se vuelve, se agita en di^ esperiencia, dieron alguna luz para el porvenir. La
versas posiciones, y conserva la que le es mejor: el atención que se ponia en las víctimas para distin
que siente náuseas, se sirve del primer emético quo guir los sacrificios puros de los impuros , que no
la casualidad proporcionó al hombre; introduce un eran gratos á los dioses , echó los cimientos de la
dedo en la garganta, y provoca un vómito que le des eplagnoiogia del cuerpo sano y enfermo, sin estable
carga el estómago: y el herido, que ve salir su san cer mas bases para el resto del edificio. Las leyes di
gre, procura restañarla, cerrando la herida. Así, pues, vinas arreglaron el régimen mas conveniente al cli
los elementos déla medicina reposan sobre las lec ma y á los temperamentos; y estas leyes, establecidas
ciones suministradas por la misma naturaleza; sobre primero entre los indios, y después entre los árabes
lo que la observación na enseñado que daña, y sobre y los egipcios , revelan el genio de los sacerdotes
lo que la casualidad nos ha hecho ver que es útil. De legisladores. Los embalsamamientos en el Egipto,
modo que la medicinaba existido siempre, y el edic confiados á personas que desempeñaban este cargo
to, por el que se desterraba á los médicos de Roma,
no podía observarse sin que fueran al destierro todos (l) Sprengel. HUI. de la medicina, traduc. del alemán por A. J. I..
- los ciudadanos. Jojrdan. París, 181B, T. I.
DE MEDICINA Y CIBVJÍA.—FRANK. 23
como un empleo público , proporcionó la ocasión de hicieron notables en e«la ciencia Aecio, Pablo de
observar las causas y los efectos de las enfermedades: Egina, Alejandro de Trilles, Oribísso, Patadio, Teófi
así la anatomía patológica lia debido llamar la aten lo, y el último de los griegos, Actuario.
ción mucho aules que la fisiológica ; pero, por un er Llegamos ya á la época en que las irrupciones de
ror, harto lamentable , la autoridad sacerdotal decla los bárbaros sofocaron los adelantos déla medicina,
raba impuro al que se atrevía á tocar un cadáver. como los de todas las demás ciencias, pereciendo en
La medicina hasta entonces, en el mero hecho de lasllamas, con los mismos autores, una gran parte do
estar destituí ja de principios, no podía llamarse los libros que los antiguos habían escrito: algunos res
ciencia : las enfermedades semejantes eran tratadas tos pudieron conservar los árabes, entre los que se
con el mismo remedio, ó no se les atacaba con nin distirguieron por su oscuridad, su charlatanería, sus
guno : pero ciertas familias poseían un largo cala» necedades y sus supersticiones (i), Haly-Abbas, Rha-
logo de medicamentos, y se ocupaban con bastante zés, Avicena, Haly su hijo, Avenzoar, Averroes y Al-
constancia en devolver lá salúdalos enfermos. Tal era bucasis. Sin embargo, con un poco do paciencia pue
el estado de la medicina , cuando un hombre, sabio do hallarle en.medio de tanto malo, algunas máxi
v observador sobre toda alabanza, Hipócrates, reunió mas escolantes; porque era imposible que todo un
íos materiales que encontró dispersos, y arrojó la pueblo, y porespaciodc tantossiglos, estuviese poseído
primera y mas clara luz sobre la ciencia : él descri del delirio, al tratar de una cosa tan importante como
bió fielmente el curso de las enfermedades, los sie- lo es la conservación de la salud. Péro á las puerili
nos de la salud y de la muerte, presentó una liisloiia dades de los escritores de osa nación, hay que agre
verdadera y concisa de las causas y de la acción de gar los desvarios de la filosofía aristolólica ;■ y pre-
los remedios , j , por último, lijó sobre cada objeto cisamon'c esto es lo que se ha considerado hasta
una atención continuada y sostenida. principios de este siglo , y por todas las academias
Kl fundador de esta nueva ciencia acababa de es- de Europa, como la base mas sólida de la medicina.
piiar, cuando los desvarios de los filósofos, apo- En este estado se hallaba la ciencia, cuando ia
yóndoso en la autoridad de Platón , así como antes invención, por siempre memorable, del arte tipográ
se habían apoyado en la de Pitágoras, volvieron á lle fico, vino á sacar del polvo de Byzance algunos li
nar la cabeza de los médicos, y los primeros rasgos bros, y la doctrina hipocrática volvió á lucir con su
de la medicina naciente fuoron alterados por las hi antiguo esplendor, aunque los intérprete» de esle
pótesis mas absurdas. tiempo insertaron muchas sutilezas galénicas, mez
En lin , en el siglo do Erasistrato la ciencia se cladas con las prolijidades de los árabes y el delirio
dividió en tres partes : la una atacaba las enferme de los químicos y de los alquimistas: hasta que la
dades por medio de la dicta ; la segunda por los necesidad, por todos sentida, de conocer el cuerpo
medicamentos, y la tercera por operaciones ma humano llamó la atención de los genios inmortales
nuales. La locura de aquellos tiempos y la pasión de Mundinus, Bcrengor de Carpió, Vesal, Colombo y
de razonar , infestaron de tal modo tada uno de Eustaquio, hácia este objeto tan importante. La cir
los ramos del arte, que bajo h dominación de culación, aunque no era del todo desconocida, fue
Plolomeo , Serapion , el padro de los empíricos, lle demostrada por Harveo, sin que este descubrimiento
vó aun mas lejos el delirio, desterrando de la prác procurase á ia medicina todas las ventajas que de-
tica lodo raciocinio , y no llamando al socorro del Lian sacarse de él; Asciio halló la existencia do los
arle sino la esperiencia. La secta de los dogmáticos, vasos blancos, y aparecieron los fundamentos de
no atreviéndose á despreciar esta última autoridad, nuestra admirable doctrina sobre los vasos linfáticos.
se hizo el juguete de los raciocinios sutiles, y prcli- Con todo, la afición por la doctrina de Hipócrates
vió someterse á ella antes que consultar la observa aumentaba por todas partus, y los trabajos del ilustro
ción, demasiado lenta en su marcha, y enojosa para Sydenham volvieron á la medicina su dignidad anti
cerebros tan ardientes. gua: á la claridad de esta antorcha, el arte esliendo
La medicina pasó de Grecia a Roma, de donde fue sus progresos , é impulsado por el genio de Slhal,
bien pronto desterrada con Archagalc , como una de F. Hoffman y del inmortal Bocrhaave, hubiera
ciencia cruel: en seguida se permitió la ejerciese marchado á pasos de jíganie, si no hubiesen querido
Asclepíades, hombre elocuente, pero lleno de vani las escuelas proporcionarla un exagerado apoyo
dad, y bajo el imperio de Augusto, Themison ftr'dó en las matemáticas. En fin, los trabajos de todos los
la secta de los metodistas. Al poco tiempo, Celso pueblos y de todos los observadores , cuyo número es
apareció á los ojos de los romanos como resplande cada dia mayor, lian confirmado una verdad , que
ciente lumbrera, y elcual, porta cleganciado su estilo, Hipócrates intentó en vano inculcar á todos sus hijos,
y por la verdadque reina en lodos sus escritos, puede y que ahora nos vemos precisados á confesar do
afirmarse que aunque no ejerció los dos ramos deí común acuerdo ; y es : lo deleznable de toda doctrina
arte, era capaz, por mas de un concepto, de haberlo que no se apoye en la observación.
hecho. En todos los siglos se ha dado á la medicina la
Enseguida presentóse un griego, el vengador de importancia que con justicia merece, puesto que su
Hipócrates, dotado de una arrebatadora erudición, objeto es tan noble, que solo atiende á la conserva
á quien la envidia hizo desterrar de Roma, y que ción ó al restablecimiento de la salud. Esle objeto
muy poco tiempo después volvió vencedor de sus seria mas fácil de conseguir si el descuido de los
enemigos: este hombre era Galeno. Sin embargo, hombres y las pasiones, quo le tiranizan, no so opu
seducido por su genio, no supo prevenirse contra sí siesen en la mayor parte do los casos. Ya se deja
propio, é introdujo en la ciencia graves errores, conocer la imposibilidad de separar á lodos los indi
que debían pcrpctuaise por algunos siglos, A quio- viduos de las causas morbosas que les rodean, pues
nes liabia impuesto leyes su talento. to cruo no es dado al médico suplir la negligencia
Areteo, el mas fiel pintor de las enfermedades de los príncipes por librar á sus pueblos de la misc-
después de Hipócrates, y el cual vivió en una época
muy difícil de determinar; pero que seguramente no (1) A pesar del correctivo que el aalor aplica en el raísm»
figuró antes que Galeno, probó suficientemente cuán párrafo i estas duras palabras, nos parece todavía algo injusto la
favorable era & la medicina el suelo de la Grecia, caliGcacion que hace de un pueblo que, aunque llamado por mucho
tiempo bárbaro, lia dejado evidentes pruebas de su nislraclon.
cuando á ella se dedicaban con esmero. En fin, se del traductor.)
21 EIBLlLiTECA ECONÓMICA
ría, y alejar de ese modo las causas de las enferme • de errores; el segundo, el mas sólido fundamento de
dades, que, se lej podrían evitar. Nosotros curamos la teoría, y él solo merece casi esclusivatnente nues
las dolencias con nuestros consejos, lo misin > quo con tra confianza.
nuestros socorros; enseñamos a los pacientes el ré Instruidos en esta teoría, y poseyendo la suma de
gimen q¡ue deben guardar, y muchas veces la dicta conocimientos patológicos y terapéuticos que nos es
proporciona los mas felices resultados, así como las necesaria, llegamos á apreciar el dignóstico, el pro
enfermedades mas graves. Kn los animales y en los nóstico y el tratamiento curativo ó paliativo de las
vejetales existe una Tuerza latente, por cuya influen enfermedades. Debemos desde luego dirigir nuestra
cia se curan las heridas, se reúnen las partes divi atención sobro las causas y los síntomas; y aunque
didas, se reemplazan las que se han destruido, y se las primeras no siempre son evidentes, podemos cu
eliminan de la economía los cuerpos eslraiios: asi, rar en algunos casos sin conocerlas; así sucede, por
pues , nosotros conseguimos curaciones sin hacer ejemplo, en las fiebres intermitentes y en el escorbuto;
nada, y nuestros auxilios solamente son necesarios pero, á pesar de eso, las juiciosas consideraciones de
cuando es menester calmar, escitar ó regularizar las las causas, poní en nuestras manos infinidad de re
operaciones ó los movimientos de la naturaleza. Por cursos, y la ignorancia de su naturaleza puede su
lo tanto, en este caso, cuya existencia debe conocer plirse por el conecimiento de la constitución epidé
perfectamente la sabiduría del médico , tenemos á mica. El diagnóstico se saca de la semejanza ó de la
nuestra disposición cuatro medios, que podemos era diferencia de los síntomas con el cuadro de enferme
ple«r según la necesidad nos aconseje, y son: la hi dades ya conocidas, y esta es la base de la medicina.
giene, la farmacia, la cirujía, y, por último, la mo El juicio anticipado sobre la marcha y terminación
ral. Con mucha frecuencia se ve que únicamente el de la enlermcdad se llama pronóstico, y como mu
cambio de régimen restablece la salud; otras veces la chas veces nos indica la ocasión de escoger los re
dirección de las afecciones del alma corta de raiz medios, hace brillar lo mismo la previsión, que la sa
las mas graves enfermedades, y si nos dedicásemos biduría del médico.
al estudio del corazón del hombre, con tanto esmero Hay enfermedades que no pueden destruirse ecu
como el que ponemos en el estudia de los demás re toda seguridad, y las hay también que no son sus
medios, podríamos atender mucho mejor al régimen ceptibles de una curación completa : solo podemos
del espíritu. emplear contra ellas el método paliativo. Este mé
El que acaba de salir de -una enfermedad perma todo debe hacerse estensivo á los síntomas de una
nece, algunas veces mucho tiempo, en un estado me enfermedad, aunque curable, cuando su intensidad
dio entre esta y la salud, y entonces también rec ama inspire serios temores, y cuando la causa no pueda
nuestros consejos y nuestros socorros: muchos son ser removida, y no pueda conseguirse, en consecuen
los que baran en el puerto, si así podernos espre cia, la curación radical. Dicho método se obtiene
sarlo; y los que habían desprecudo la enfermedad, y por medio de una atenta consideración de las fuer
los que habían visto ya su terminación, perecen víc zas de que ia naturaleza puede disponer, y por
timas de su descuido, y mas frecuentemente del del medio de la sabia dirección de estas mismas fuerzas,
médico. La vuelta del apetito, la mayor suscepti á las que deben arreglarse los límites de todo méto
bilidad moral, ó la terminación, que cu un número do curativo. Remover las causas morbosas es un
considerable de enfermedades agudas, se opera por punto muy esencial en la practica; con mucha fre
medio de esfuerzos repetidos, sucesivos y continua cuencia basta esto para restablecer la libertad de
dos durante una gran parte de la convalecencia; oca las funciones, pero también sucede muchas veces
sionan recidivas y enfermedades mucho peores que que no podemos conseguir nuestro intento, porque
la primera. El mismo principio que vela para elimi la causa nos es desconocida , ú porque no está al al
nar do nosotros las causas morbosis, se ocu| a en la cance de nuestros esfuerzos.
convalecencia en reparar las pérdidas de la natura La naturaleza tiene establecido un órden inmuta
leza, y hay necesidad de dirigirlo, oscilarlo ó cal ble y sublime, tanto en el estado '.!e salud, como en
marlo: la convalecencia no es en todos la misma; ?s- el de enfermedad; y este órden es menos complicado
ria según las enfermedades, y es una obra tan ad que el de los cuadros sinópticos de las enfermedades:
mirable, como poco conocida del médico. sin embargo, á eseepcion de las que so propagan,
Las consideraciones precedentes demuestran la como las plantas, por la semifla, y reproducen cu
vasta estension y las dificultades de la ciencia de cu» todos los individuos la misma afección, no se obser
rar. De dos fuentes principales dimanan los medios va un órden tal, que en su sistema de clasificación po
de superarlas: una es el conocimiento de las reglas damos obtener resultados semejantes á los de Lin-
que dirigen el arte; es decir, el modo de curar, y la neo en la botánica: para estas enfermedades es muy
otra os la práctica esclarecida por los hechos, que es útil el trabajo de los nosólogos. Sus sistemas , es
la etpariencia La primera, que se ocupa del conoci verdad, nada añaden á la ciencia, pero la hacen mu
miento y del tratamiento de las enfermedades, lleva cho mas fácil; presentan un cuadro de enfermedades
el nombre de terapéutica especial; la segunda se ad mas exacto, el cual os muy necesario al práctico;
quiere, no por la simple vista' de los enfermos, sino llaman nuestra atención sobre los síntomas princi
por medio de una ateiita y repelida observación y por pales ó característicos; abrazan y coordinan en po
un juicio severo; esta es la clínica, ó el conocimien cas páginas los trabajos de muchos siglos , y dan
to práctico de lo que sucede en el locho del dolor. Ni nombres conocidos á las cosas que nos son conoci
la razón sola, ni la especiencía privada do la razón, das, haciendo inteligible el lenguaje médico á todas
bastan en materia tan difícil: la una da remedios con las naciones del uno al otro polo ; lo cual es impor
tra las enfermedades; la otra encuentra en la analo tantísimo, pues la negligencia y la confusión en este
gía un guia fiel: porque en medicina hay dos modos lenguaje han dado origen á la discordia que reina
de discurrir, por el uno so deducen consecuencias entre los médicos , y á la oscuridad de las pala
especulativamente, y el otro, hijo de la esperiencia, bras.
lat establece por medio de una serie de observaciones Nosotros adoptaremos en la clasificación delasenfer-
diversas, por medio de un sistema que consultarnos medades el órden que nis parece menos imperfecto,
cuando se nos presenta una enfermedad desconoci y señalaremos el primer rango á las liebres esen
da. El primero, os manantial fecundo de hipótesis y ciales.
DE MEDICI5A Y CIRUJÍA,—FRANK. 25

TRATADO
DE

MEDICINA PRACTICA.

CLASE PRIMERA.
FIEBRES.

GENERALIDADES SOBRE LAS FIEBRES.

4. ¡Je ha dado el nombre do liebre á una nume el esfuerzo de la naturaleza es una tentativa de react
rosa especie de enfermedades; y el de pwetologu á cion, y no una reacción verdadera.
la ciencia, que tiene por objeto su conocimiento, y que * Frank considera la liebre como un combate del
enseña á remover sus causas, á distinguirlas de las principio vital contra un estímulo; ó en otros térmi
demás afecciones, á curarlas y á preservarse de ellas. nos, la liebre es el resultado de una irritación ; no
2. La liebre no perdona edaa, sexo, ni tempe es una enfermedad esencial existente por sí misma,
ramento ; si bien ataca con menos intensión ú los sino te sombra, el sintomade una enfermedad. Según
sugetos débiles que á los robustos. Puede ser simple, nuestro autor, la irritación que da origen a! aparato
ó preceder, acompañar y terminarse con alguna otra fabril), y el estímulo contra el que la naturaleza se
afección. rehace, pueden tener su asiento en los nervios, en el
3. No es fácil, sin embargo, delinirla, ni indicar cerebro, en el sistema digestivo, y en el corazón y
su carácter evidente, especilico, necesario: todos sus las arterias: juzgúese de esta teoría por su clasifi
síntomas reunidos la anuncian; pero no porque fallen cación. La fiebre no puede existir sin irritación, pero
muchos de ellos, podemos asegurar (¿ue no existe. La la irritación puede existir sin fiebre; es decir, sin
fiebre tan pronto es un sintomade ciei tas enfermeda reacción. Por lo tanto, debe definirse la liebre una
des, como una enfermedad que existe porsí misma. Hay irritación local, que escita mas ó menos el corazón y
en Iosí cuerpos organizados, ya sean animales, ya las arterias : por ostensión se aplica esc nombre á
vegetales, un principio desconocido, que preside á la enfermedades que no ocasionan ningún desorden en
restitución de las parles suprimidas, a la reunión de la circulación, tales son las liebres simuladas y va
las fracturas y las heridas, al aislamiento, separación ; rias liebres atóxicas. Pero no por eso creemos nos
y eliminación de los cuerpos cstraños; pero este.ins- otros que la irritación febril sea siempre de la misma
truinenlo de que se sirvo la naturaleza para descar naturaleza que la inflamación, y que por consiguiente
tarse de lo que le es nocivo, no puedo llamarse liebre, no se la pueda combatir mas que con los antiflojís-
ni tampoco un combate enlrc la vida y la muerte, ticos. Ya tendremos lugar de desenvolver nuestra opi
porque esto no indicaría mas que el efoc'O, no la cosa nión en el curso de esta obra.
misma. Si lijamos el asienlo de este principio en la 4. Síntomas. Lossíntomas déla fiebre, 6 la prece
libra irritable, ó en la pulpa sensible de los nervios, den y la anuncian, y so llaman pródromos; ó la acom
de»e recibir, por p*.rte de los estímulos, una impresión pañan y la componen, y se llaman síntomas constituti
mas fuerte en muchas liebres, que en las afecciones vos: los primeros faltan algunas veces; los segundosen
crónicas: se repone, se escita, y hasta puede irritarse conjunto constituyen la afección febril; aislados, pier
algunas veces hasta su abolición: un miasma pútrido, den su valor; y su ausencia no prueba la de la fiebre.
mefítico, contagioso; un veneno, los disgustos, el te« 5. Los pródromos, ó síntomas accidentales , son
mor, cualquier afección profunda y deprimente del los siguientes : tristeza , tedio , entorpecimiento de
alma, y la falta de alimentos, le impresionan, lo debi las facultades morales ; falta de memoria ; aumen
litan, le apagan, ¿Se podrá, pues, d'.-.finir la fiebre to de la irritabilidad ; la sensibilidad de los senti
una afección de la naturaleza , producida por la dos está oscurecida ó alterada ; ansiedad , pesadez
irritación que ocasiona ui estimulo insólito, contra esecsiva de los miembros y de todo el cuerpo (gra
el cual se rehace aquella, desordenando asi alguna vitas plúmbea) ; dolor obtuso ; sensación desagra
ó algunas funciones"*. ¡Cuánto uiejur seria poncise de" dable; flojedad y fatiga al menor movimiento; pan
acuerdo sobre las diferencias de las cosas, que dis diculaciones; bostezos; desgana, boca seca, ó llena
putar sobre palabras! En muchas fiebres, cu que de mucosidades, sed; ansiedad precordial; eructos;
el principio vital es vencido por la causa morbosa; náuseas; vómitos; aridez y contracción de la piel; li
26 BIBLIOTECA. ECONÓMICA

eras horripilaciones,, que, partiendo de la espina te. Mientras dura el calor, el pulso es frecuente, igual
orsal, suben por las espaldas, y descienden hasta y desarrollado; en algunas ocasiones difiere poco
la región lumbar, haciendo esperimentar encogi del del estado normal: las pulsaciones son mas fuer
miento y opresión en el pecho, y alternando con sen tes y mas sensibles en ciertas partes, .como*cn el
saciones de calor; desecación y lividez do las super cuello, en las sienes y cerca del sitio en que reside
ficies de las úlceras; palidez y rubicundez desusa la flegmasía: la cabeza duele, vuelve la memoria, y
das; alteración del rostro; pesadez do cabeza; cefalal se despiertan ó so turban los sentidos internos: las
gia obtusa; diminución ó aumento del brillo de los mejillas se tiñen de un rojo^vivo; los Ojos brillan; la
ojos; sueño inquietó, i: tranquilo, nulo, o agitado por sed aumenta ó disminuye; la respiración es frecuen
terrores imaginarles; adormecimiento continuo sin te, pero desembarazada, á menos que el pecho no
reparación de las fuerzas ; escreciones suprimidas, sea el que esté afectado; las orinas son ardientes, ro
aumentadas ó perturbadas. jizas, morenas, espesas, turbias y sedimentosas; las
R. Los síntomas constitutivos son: náuseas y los vómitos continúan, aumentan ó cesan.
Continuación ó aumento de losfenómcnos precur La causa del calor, tanto en estado de salud, como
sores; laxitud cscesiva; maleslar general: tan pronto en el de enfermedad , es poco conocida: sus efectos
hay acrecentamiento de fuerzas en el delirio y en son maravillosos, difíciles de esplicar; muchas veces
el 'furor; tan pronto temblores y desigualdad en la opuestos. El calor morboso real depende de la acción
acción, como, por ejemplo, fuerzas hercúleas con de las causas que lo producen en el estado normal,
movimientos inseguros; y por último , k-sion mani pero aumentada; de la aceleración de 1os movimien
fiesta de las funciones. tos respiratorios , de la del corazón, de las arterias y
Refriamiento, horripilaciones, temblores (algor, ilo las fuerzas nerviosas contra el espasmo febril que
horror, rigor); la piel prdicece, se contrae, se vuel estaban. oprimidas y subyugadas por el frió: unas
ve árida, imita la carne de gallina, y presenta cierta veces es simple y pura; otras alterada, y presenta
rigidez; las uñas se tiñen do un color pálido, y aun varias cualidades reunidas. El calor sensitivo anun
lívido; el sentido del tacto disminuye, se pierde fó cia quo el sistema nervioso esperimenta la acción de
so deprava; la memoria se debilita; los músculos se las causas accidentales, y en muchas ocasiones pro
contraen y se mueven por medio do sacudidas; los viene de un principio contagioso, gástrico exante
vasos superficiales se borran, desaparecen; los poros mático, purulento, específico.
se cierran. Respiración desigual, difícil y acompa Los efectos del calor animal en el estado sano sor:
ñada de tos. Tumefacción y opresión en el epigas la fluidez, la circulación, la perfección y la secreción
trio; ansiedad, náuseas, vómitos, eructos, sequedad de los humores, el desembarazo de los vasos, y el
de la boca y de la lengua; sabor amargo, insípido ó sostenimiento de la irritabilidad y sensibilidad pro
uulo; sed, deseo de bebidas abundantes, que des. pias á cada órgano.
pues de tomadas posan en el estómago; orinas co El calor morboso simple y puro resuelve las ma
piosas, espesas ó acuosas. Pulso contraído, pequeño, terias tenaces ó viscosas, las dispone para la circu
frecuente, otras veces mas dilatado, y aun menos lación, y las cambia y las espele por las secrecio
frecuente que en el estado de salud, y muy des nes , la supuración , las metástasis y las crisis. De
igual. este modo algunas fiebres intermitentes agudas cu
El frió unas veces es real , justificado por el ter ran obstrucciones benignas y enfermedades cróui-
mómetro; ) otras sensitivo, y la temperatura es la cas ! de este modo un tumor duro llega á hacerse
natural ó mas elevada: es también general ó par* blando y lluctuanle; y, por último, de este modo se
cial; su duración y el orden que guaroa en apare elabora la materia morbífica, se prepara para formar
cer son muy variables , pues con frecuencia le pre depósitos y crisis, resultado de un trabajo que los
cedo calor ó alterna con él; en algunos casos le su antiguos llamaban cocción. El caloi' debe ser varia
cede, en otros, falta, y en otros, estos dos síntomas do, suave, intenso, de poca ó de mucha duración,
se escluyen recíprocamente: en fin, el frió perma según las materias que se preparen, se muden ó se
nece por algunas horas, abre ó cierra la escena, apa» escretcn : los abscesos, las úlceras, las erupciones
gando el calor vital; pero no es un síntoma necesa variolosas y morbillosas, tienen que ser sometidos á
rio de la ¡Ubre. El por sí no podría darnos razón la incubación por espacio de cierto tiempo.
bastante del calor; y su origen , desconocido en ver Un calor demasiadu intenso, pero insuficiente para
dad, no puede osplicarse sino por medio del sistema coagular la linfa, cambia y desordena las secreciones,
nervioso. establece otras nuevas, aumenta ó suprime las or
Sus efectos mas sensibles son: la desigualdad, la dinarias ; altera la crasitud de los humores, los de
languidez, la interrupción en el curso do los líqui bilita, los corrompe, hace cspcler su parle mas Hui
dos; replesion de los grandes vasos dala cabeza, del da, y los espone , como á los que permanecen es
pulmón, del corazón; debilidad de los sólidos; debi tancados, á una corrupción especial y pronta: por
lidad y aun inercia del sistema linfático; alteración que las Tuerzas vitales garantizan de la putrefacción
en la crasitud de los humores, su cstravasacion, y á los numeres que circulan; pero el calóricoes el que
estancación en las cavidades y en el tejido celular; los dispone á ella; la acrimonia so desarrolla, so
obstrucción de las glándulas, de las visceras y de exalta; la sensibilidad y la irritabilidad se acrecien
los conductos escretores; alteraciones diversas en el tan, se alteran, so enervan, se apagan: la linfa, pri
sistema nervioso. El curso de las liebres indica al vada de sus principios mas sutiles, se coagula con
guna vez el paso de una flegmasía á la supuración, mas facilidad por el repeso, y produce las ingurgita
á la gangrena ó á la muerte. ciones y las obstrucciones; los vasos, distendidos
El calor sigue al frío, le precede y alterna con él, cscesivarncnle se desgarran, se rompen, y se produ
como ya hemos referido; aparece solo, y siempre es cen las hemorragias. Si á estas causas quo aumen
independiente; puede ser real' y sensitivo, parcial, tan el calor se agrega un estímulo cstraño , engen
oiMieral, interno, es torno; algunas veces nulo, pues drado dentro de nosotros mismos, ó desarrollado en el
no asciende sobre la temperatufa ordinaria á mas de cuerpo que le encierra, los efectos del calor se com
quince ódiez y seis grados (Fahrenheit). Al principio plican , se hacen inciertos j oscuros, y dañan las par
es suave; pero aumenta bien pronto, y se hace seco, tes del cuerpo ó la economía toda.
otras veces húmedo, algunas mordicante y q-jeman- El calor sensitivo interno, esterno, parcial, mor
DE MEDICINA Y CIRWÍA.—FRANK. -27
dicante y quemante, produce efo:tos propios de la por una úlcera, ó juntamente por estas dos vias, en
causa que le da origen, y tanlo mayores, cuanto una ó varias vecos , y en las personas quo por ol
menor es la energía del corazón y do las arterias, miedo, la tristeza, la inanición, la debilidad, ó por
que no pueden someterla, alterarla y eliminarla de hallarse en un estado desconocido, están al alcance
la economía. Por esto la cocción en las es con- de sus tiros. Ademas do estas causas podemos añadir:
tagiosas nerviosas, lentas, y en las perso: biles, la contusión, conmoción, luxación, fractura, erosión,
es tardía, cuando no es nula ó perjudici; sta es desgarradura, heridas, quemaduras, distensión, com
también la fuente , el origen do los abscesos sórdi presión, replesion , cstravasacion; el parto difícil ó
dos , de las metástasis frecuentes, nocivas ó inútiles, artificial, la eslraccion intempestiva de la placenta, su
du la gangrena, de la parálisis, de la hidropesía, do retención ó la de la sangre coagulada en la matriz;
la alrolia, de la consunción y del infarto do las vis el desconso do esta viscera ó del recto, etc.; las sus
ceras (i). tancias acres, los venenos aplicados al esterior, in
El pulso es mas frecuente que de costumbre en los sectos introducidos en la oreja , en la nariz y en el
estadios do frió y do calor; algunas veces es mas ano; la falta de secreción de las úlceras, la repercu
vivo que frecuente, pero en otras ocasiones, tales sión de un exantema, de una llegmasía cutánea, el
como en las liebres muy agudas, en las nerviosas, depósito de materias purulentas ó irritantes, ali
en las contagiosas, aun en el frenesí, y la pulmonía, mentos nocivos, ya por su cantidad, ya por su cali
es tranquilo , natural , y quizás menos frecuente. En dad; los drásticos, los venenos, un ejercicio violento
las fiebres simuladas , y en las intermitentes perni y continuado, insolaciones, baños, etc.
ciosas, apenas nos da el mas ligero indicio : de modo Los fluidos y los sólidos del cuerpo conspiran á
quo no debemos poner nuestra contianza en este sín su pérdida, y jamás han podido inventar los quími
toma , porque nos seria muy inliel. cos venenos tan seguros y eficaces como los que nos
Los demás síntomas de que se acompañan las fie preparamos nosotros mismos. El pulmón exhala un
bres, como la sed, la ansiedad, el delirio, el mlur- principio mefítico; la piel un vapor dañoso, cuya
mecimienlo, el insomnio, las convulsiones, el dolor', naturaleza nos es aun desconocida; los ríñones des
la constipación, la diarrea, las hemorragias, el sudor, tilan un licor lixivial; el hígado segrega una bilis
los' exantemas, lodos los demás de que hemos hecho oleaginosa eminentemente dispuesta á la corrupción,
mención mas arriba, y aquellos do que hablaremos y los huesos proporcionan , en gran parte, la materia
en cada especio en particular, son menos esenciales calculosa. La serosidad de la sangre, la saliva, las
que los precedentes, y su naturaleza, sus causas y sus lágrimas, el jugo gástrico, la linfa, el moco, el licor
efectos, ocupan un lugar mas propio en los tratados seminal, la sinovia, la médula de los huesos, y la
de patología general. grasa, dependen de la acción de los sólidos, que los
í. Causas. Las causas remotas de las fiebres, contienen j los preparan; pero, á pesar de esto, si so
ya predisponentes, ya ocasionales, son muy numero abandonan á sí propios ó se les coloca bajo ciertas
sas y muy manifiestas; pero el origen de las mismas ó condiciones, sufren estos humores alteraciones es
su causa próxima se escapan á nuestras investigacio peciales, que, aunquolas observamos diariamente, no
nes y se ocultan á nuestras mas atentas miradas. La podemos definirlas, ni agregarlas á determinadas es
resistencia aumentada en los vasos capilares, el len- pecies de acrimonia. Los órganos que presiden á la
lor de los humores, la irritación del sensorium com- secreción de los líquidos, irritados por cualquier es
munc, el abatimiento de su energía ó cualquiera otro tímulo, sea específico, purulento ó contagioso, cam
desvarío de una imaginación exaltada, no podrían bian el modo de ser de sus funciones y segregan un
zanjar la dificultad que esto ofrece ; y los miasmas, humor estimulante, maligno y distinto del que acos
los principios contagiosos , no eaplican tampoco la tumbraban eliminar. Las primeras semillas de las
existencia de las fiebres. afecciones contagiosas , desarrolladas espontánea
Sus causas nos son, por lo tanto, desconocidas; no mente en el animal enfermo, deben tener una gene
siempre las hemos de atribuir á los líquidos, pues la ración propia, con caracléres ciertos y distintos,
materia que las constituye no circula con ellos, como como la de los animales, y las de las plantas que
las piodras ruedan entro las olas de un torrente ; y cuentan su existencia desde la creación. La irritación
puesto quo' lo quo se elimina por los diversos emun- sola, ó la inflamación, cambian la acción da los ór
torios cu las crisis, no es ni la causa, ni el electo; ó ganos secretores, y producen lo mismo quo pudie
al menos, bien podemos asegurar que oso no está tan ran efectuar los ácidos concentrados, el alcohol, el
completamente claro que pueda apreciarse con la simple contacto del airo, ó el calor elevado mns allá'
exactitud debida. de la temperatura ordinaria; ellas coagulan 'a linfa
Di Las causas conocidas son: 1.°, esternas, en la estremidad de los vasos, á la embocadura de
aplicadas a! cuerpo, ó introducidas al interior; 2. ° , sus ramos colaterales, la convierten en una materia
internas, desarrolladas ó engendradas en la economía; purulenta y espesa, que el trabajo morboso en su pro
3.°, mistas, es decir, internas y esternas. greso cambia después en un icor fótico y acrimo
A laá primeras pertenecen: el frió, el calor, la se nioso. La reabsorción del pus, de la materia icorosa,
quedad y la humedad atmosféricas, los vapores me gangrenosa, de la serosidad, de la linfa estravasada y
fíticos, las emanaciones específicas y contagiosas quo corrompida por sü estancamiento, acarrean los mis
se exhalan del cuerpo de los enfermos, ya tengan ari mos inconvenientes.
carácter propio, ya tengan, y estoes mas raro, ca Por le tanto, los diversos humores, aun en el ani
rácter de otra especie. El aire, en circunstancias par mal vivo, pueden alterarse espontáneamente y d-
ticulares y desconocidas, es el vehículo de estas ema- quiiir cualidades acres y estimulantes , sin que po
naciunes,"y las trasmite á ciertas distancias, favore damos notarlas ni por el gusto, ni por el olfato, y sin
ciendo así el desenvolvimiento y espansion del prin que nos de razón do ellas el análisis químico. La in
cipio deletéreo. Este principio se introduce por los fluencia de la secreción morbosa, según las leyes
poros déla piel, ó por los de las partes internas, desconocidas de la sensibilidad aumentada, dismi
nuida ó alterada, desenvuelve y da orfgen á diver
Los solidislas mas ettlniivot se ven obligados á recínocerea sasTodos
causas de liebre.
los obstáculos que retardan, que impiden
esposicion do los efectos da! calor los resultados delaobser-
>n clínica. G ' la elimiuacion de las materias pecantes por cantidad
23 BIBLIOTECA ECONÓMICA
ó calidad , y cuya ospuUion es una ley de la natu Otro tanto podemos decir de la tercera', basada
raleza ó del hábito; todo lo que se opone á la reno en la división del año y en su constitución, á contar
vación y distribución de los humores, ó invierte la desdo los equinoccios; pues tampoco nos puede pro
acción recíproca de los sólidos y de los fluidos; todo porcionar una clasificación constante y sólida.
lo que interrumpe el equilibrio de las parles ó del La cuarta , que es la mas antigua de todas , se
conjunto, como las afecciones violentas del alma, recomienda por sí sola, en atención á su facilidad y
'yi cscitantes ya deprimentes, las vigilias, los estu su utilidad; pero no es tan exacta que nos baste para
dios prolongados, y sobre todo la imperfecta elabo distinguir los diversos órdenes de liebres, cuyos pe-
ración de ios alimentos, y la pérdida de los jugos i iodos, remisiones é intermisiones se encuentran
nutritivos 6 esenciales, etc.: tono esto, es un manan confundidos muchas veces. En algunas ocasiones
tial fecundo de enfermedades, principalmente de una üebro de las incluidas entre las intermiten
liebres agudas y de liebres lentas. tes no tiene jamás apirexia; y, por el contrario, otra
9. De este prodigioso número de causas debia que ofrace intermisiones marcadas, pertenece á
nacer un número inlinilo de enfermedades , si se las fiebres lentas , que se las tiene por continuas.
quisiesen multiplicar las especies, ya sea por esta En cuanto á lo domas, si esceptuamos la efémera,
consideración, ya por un síntoma particular ó pre simple ó prolongada, no existe liebre alguna conti
dominante; pero la sencillez de la naturaleza y la nente que se la pueda distinguir con fundamento
forma de las clasificaciones lo disponen de otro modo. de la continua.
Consultemos la analogía que se descubre desde La quinta, que merecía sobre todas la confianza
luego entre las diversas afecciones, y se verá que de los antiguos, tiene por objeto los síntomas de la
ella es la que nos enseña ú dirigir las mismas armas fiebre, mas que la fiebre misma: lo cual no indica
contra el enemigo oculto, que contra el que nos el tratamiento que contra ellas se ha de emplear.
es perfectamente conocido: las causas mismas, si Esta di"ision es útil únicamente para distinguir las va
quiera sean muy diferentes , tienen entre sí una riedades de la fiebre perniciosa.
grande afinidad, en virtud de la cual, por una cons La sesta, que comprende las fiebres benignas y
tante semejanza de acción, conspiran á los mismos las_ fiebres malignas, es puramente gratuita, y aun
efectos y ceden á los mismos medios. Así, no debe dañosa en la práctica, si la experiencia no fija de an
mos desesperar de encontrar un método conveniente temano el sentido ambiguo de la palabra maligni
para la división de las liebres, el cual será tanto dad. Esta voz no debe aplicarse desde luego á una
mas aproximado á la naturaleza, cuanto mas simple fiebre que presenta síntomas desusados, mas molos-
sea. tos ó mas numerosos que de costumbre, que resiste
Primera división. Los que han consultado la vio-, á los remedios usuales y crece en silencio bajo ¡a
lencia de la enfcimcdad y la duración del peligro, apariencia de una afección ligera, ó se anuncia por
han dividido las fiebres en lentas, que comprenden una debilidad poco común de las fuerzas vitales;
las liécticas, tísicas y caquécticas; y en agudas, que porque la novedad de los síntomas, el peligro que se
subdividian en simplemente agudas, agudas y muy nos oculta con el velo de una enfermedad benigna,
agudas. encubren la ignorancia del médico ó la imperfer-
Segunda. Los que han tenido en cuenta la com cion del arle, mas bien que la malignidad. Por otra
plicación de las fiebres entre si, y el lugar en que parte, lo que pareco nuevo, aun al hombre esperi-
suelen reinar, las distinguen en epidémicas, espo mentado, no siéndolo á los ojos del médico de mayor
rádicas, endémicas, estacionales é intcrcurrcntc». espericncía, tendría á la vez el carácter de maligni
_ Tercera. Otros lian considerado solamente la es dad y de benignidad. Y en efecto, una sangría', ó un
tación en que se presentan, y las dividen en verna emético, usados oportunamente, disipan muchas ve
les, estivales, autumnales é hiemales. ces, como el humo, la postración mas grande de
Cuarta Los médicos que han fijado su atención las fuerzas vitales.
únicamente en el retorno periódico de las fiebres y Pero, é pesar de que nosolros combatimos sin tre
en al orden de la apirexia, las han clasificado en in gua el orgullo de los charlatanes y las palabras que
termitentes, remitentes, continuas y continentes. han inventado pnra sorprender á los incautos, ¿nos
Quinta. También se ha tenido en consideración será permitido negar la existencia de la malignidad,
para clasificarlas Jos principales síntomas que las y mirarla como el Iruto de la timidez ó de la igno
acompañan, los cuales han constituido otras tantas rancia? ¡Ojalá pudiésemos proscribirla del lecho del
especies. enfermo, como podríamos arrancarla de nuestros li
Sesta. Los síntomas, ya ordirmrios ó eslraordina- bros! No existe, pues, la fiebre maligna, específica,
rios, y el peligro que tra'cn consigo las fiebres, han sui gerícris,y si se sostiene que es aquella que, sin co
hecho dividirlas á otros en benignas, depuratorias y nocimiento ulterior de sus causas, ha de combatirse
malignas. por medio de los alexil'armacos , queremos mejor
Sétima. Y, en fin, los que dan una gran impor desechar toda especie de malignidad, y dar á estas
tancia á las causas, han establecido los dos órde enfermedades el epíteto de raros, desusadas, enga~
nes de fiebres llamadas primitivas ó esenciales, se ñosas y peligrosns. Los que proscriben del lenguajo
cundarias ó sintomáticas. médico la palabra malignidad, lio la sustituyen con
La primera de estas divisiones, como nos lo ense otra do mayor valor, porque la reemplacen por las
ña la observación, está fundada sobre la incierta de fiebre pestilencial, nosocomial, de ios campos, de
base de la fiebre lenta y de la fiebre aguda; dislin ioí navios, de las prisiones, pútrida, nerviosa,, etc.
cion vaga é indecisa, "puesto que la celeridad de la ¡Nosotros creemos dar una justa idea de la malig
marcha no se sabe hasta el fin , y por lo tanto no nidad aplicando esta voz á una fiebre, en la que,
Íiucdc contribuir en nada al conocimiento de la ea- causas poco evidentes, afectan sobre todo al siste
ermedad. ma nervioso , ocasionan en toda la economía desde
La segunda, que se desprende de la influencia de la invasión de la enfermedad, una postración súbita,
'la enfermedad estacional sobro las otras, es un gran ostrema y duradera, independiente de la plétora ó
socorro en el ejercicio de la medicina; pero no has do las saburras gástricas; pero muchas veces oca
ta para establecer la naturaleza y las diferencias de sionada por un principio contagioso, y sin que el pc-
la Fiebre. J ligro esté on proporción con el que debia haber en
DE MEDICINA ¥ ( lUJÚ.—FRANK. 20
el período en que se présenla, ni con las causas co toría simple, dependiente soio de la irritabilidad y
nocidas; ó se anuncia por los signos que indican la de la acción, periódicamente aumentadas del cora
gravedad délas enfermedades ordinarias. La división zón y de las arlcrias, con afección local ó general.
de las liebres en benignas y malignas no es, por
tanto, ridicula de todo punto, puesto que no se tra ESPECIE SLGUNDA.
ta de deducir de ella un método general de trata
miento para la malignidad, que no es una. Fiebre inflamatoria complicada, ya nerviosa, ya
Ya liemos dicho lo que pensamos acerca de la sé gástrica.
tima división; pues es muy cierto que si meditarnos ORDEN SEGUNDO.
sobre las causas y su disposición, según el óiden de
afinidad, y si ademas tenemos en cuenta los perio Fiebre continua, la cual conserva e! enfermo des
dos y la apirexia, podremos proporcionar una divi de el principio hasta el lin do la afección.
sión que no es de despreciar. Así, pues, proponemos
la siguiente clasilicacion de las libres, no come per GÉNERO PRIMERO.
fecta, lo cual todavía es objeto de nuestros deseos,
sino como mas aproximada á la'naluralcza. Fiebre continua nerviosa, procedente solo de la
alteración do la sensibilidad, sin conexión con las
ORDEN PRIMERO. causas manifiestas, y sin órden en los síntomas, que
son insidiosos.
Fiebre periódica intermitente legítima, compuesta ESPECIE PRIMERA.
de varios paroxismos que se presentan ordinaria
mente en un tiempo dado, y dejan entre sí interva Fiebre continua nerviosa, aguda simple, temible
los completamente libres, y son mas ó menos pró por la rapidez de su marcha.
ximos, mas ó menos, sensibles.
ESPECIE SEGUNDA.
GÉNERO l'IUMUtO.
Fiebre lenta, la cual, aunque presenta poca encr»
Fiebre periódica intermitente legítima nerviosa, gia en sus movimientos, es de larga duración.
cuyo origen procede de una afección específica de
los nervios. ESPECIE TERCERA.
ESPECIE PRIMERA.
Fiebre aguda ó lenta complicada, ya con sabur
Fiebro periódica intermitente legítima nertu'osa, ras, ya con aparatos inflamatorios, enxanteinas, etc.
simple y benigna, cuya marcha se presenta por mu-
cbo tiempo sin peligro y sin síntomas insidiosos. GÉNERO SECUNDO.
ESPECIE SECUNDA. Fiebre continua gástrica, cuyo origen procede
de materiales nocivos, contenidos en el tubo intes
Fiebre nerviosa perniciosa, cuyos síntomas ame tinal.
nazan la vida abiertamente ó de una manera encu ESPECIE PRIMERA.
bierta.
RSPECIE TERCERA. I Fiebre simple, dependiente de alimentos que da
ñan por su cantidad o por su calidad, y que se cor
Fiebre nerviosa simulada (manquee), que se pre rompen en las primeras vias, ó de materias irritantes
senta bajo la apariencia de otra enfermedad, sin depositadas en ellas.
síntomas febriles ordinarios.
ESPECIE SEGUNDA.
GÉNERO SECUNDO.
Fiebre complicada con una afección nerviosa, in
Fiebre periódica intermitente legítima gástrica, flamatoria, ó con un exantema, etc.
cuyo origen procode de saburras abdominales.
GÉNERO TERCERO.
ESPECIE PRIMERA.
Fiebre continua inflamatoria, que proviene de la
Fiebre gástrica simple, que depende solamente de irritabilidad y de la acción aumentadas del corazón
la irritación periódica del abdomen, causada por las y de las arterias.
saburras.
ESPECIE SEGUNDA. ESPECIE PRIMERA.
Fiebre gástrica complicada, que reconoce, ade Fiebre simple, sin inflamación local, sin síntomas
mas de las saburras, otra causa de irritación, ya sea inflamatorios ni gástricos. ' •
uerviosa, ya inflamatoria.
ESPECIE SEGUNDA.
GÉNERO TERCERO.
# Fiebre complicada, que se compone de la fiebre
Fiebro petíódica intermitente legítima inflama inflamatoria y de una afección local, ó de la liebre ner
toria, acompañada del aumento déla irritabilidad y viosa, gástrica, etc.
de la acción del corazón y de las arteiias.
10. La fiebre produce en el cuerpo efectos muy
ESPECIE PRIMERA. variados: ya saludables, disipando, por la eliminación
de una materia acre ó tenaz, convulsiones, paráli
Fiebre periódica intermitente legitima inflama- sis, caquexias, la manía, etc.; de modo que su uso
so BIBI.tOTECA ECONOMICA
bien dirigido es uno do los mayores secretos que po importante, como una viscera,, la metástasis es fatal;
see la cirujía y la medicina: ya nocivos en las afeccio» pero será saludable cuando se efectúe en una parte
nes agudas que acompaña desde el princ pió hasta menos fililí. Puede resultar de aquí otra enfermedad,
el fin; y, por último, en las enfermedades crónicas aguda ó crónica, y si la materia morbosa abandona
que convierten con prontitud en agudas, cuando á su nuevo asiento, pero sin que sea eliminada al asle-
ellas se asocian, y cuya funesta terminadon pre rior, una recidiva, muchas veces peor aun que la afec
cipitan. ción primitiva.
* La palabra fiebre espresa una idea complexa; la 13. Estos fenómenos acontecen hácia el fin de las
irritación local y la reacción general. Cuando la irri enfermedades, y se anuncian en dias determinados, y
tación febril se establece en un órgano mas ó menos conocidos bajo el nombro do dias Índices 6 indica
lejano de aquel en que tiene su asiento una enferme dores; y sobrevienen en dias fijos, y se llaman judi-
dad prexistente, obra aquella una verdadera revulsión eatores ó críticos. Se ha dado demasiada confianza
ó derivación: cuando se desenvuelve en el mismo ór á estos últimos, que se distinguen en dias de primero y
gano enfermo, puedo ser aun saludable á este, si el de segundo urden. Estos juzgan la enfermedad de una
estado patológico del propio órgano consiste en un manera menos perfecta que los de primer órden, los
defecto de «citación, como sucede en la demencia, cuaiesson esencialmente decretorios; pueden servirles
que cura la manía, etc. El aumento de irritación es do dias indicadores, y después de una perturbación
también útil en ciertas enfermedades, como, por ejem crítica, juzgar por sí mismos la enfermedad en los dias
plo, las aguas termales, los baños de arena, los de pares ó en los impares, según los períodos.
vapor, etc.; disipan el reumatismo crónico, y no pode 14. Pero la causa de las fiebres no es siempre tan
mos negar que estos medios producen una fiebre ar material , y no debemos buscarla en los fluidos : no
tificial. Todos los dias vemos desaparecer obstruc siempre se dehe á la cocción de la materia cruda , y
ciones é liidropesias, á consecuencia de algunos ac lo que se arroja al fin de una enfermedad nb puedo
cesos de fiebre intermitente: la reacción, ó si se quie considerarse desde luego como su causa. Asi, una
re el trastorno general que constituye el aparato fe secreción aumentada, al declinar la fiebre , es con
bril, y el aumento de calor, cuyos efectos lia descrito frecuencia el signo de la resolución del espasmo,
tanbien nuestro autor (6), entran asi mismo por mas bien que un medio curativo, como lo prueba
mucho en la curación de diversas enfermedades cró también la divergencia de los antiguos en sus opinio
nicas. nes sobre las crisis. Ademas, en la mayor parte de
* La fiebre es, pues, un agente curativo en mauos de las ocasiones tenemos solamente datos oscuros sobre
la naturaleza; es un instrumento de curación del qué el principio de la enfermedad , y su terminación no
el arte puedo servirse con ventaja, ya porque obre re ofrece con frecuencia una crisis manifiesta, ú ocurro
vulsiones ó derivaciones, ya porque despierte las pro en dias indeterminados. Existe una grande contradic
piedades vitales de los órganos que afecta, ó ya por ción sobre la teoría de los dias críticos, aun entre
que reanime la circulación sanguínea y la linfática en sus mismos fundadores , entregados á la ciencia do
ciertas partos del cuerpo, 6 en toda la economía. Pero los números, según la filosofía de su siglo. La pro
cuando no hace mas que multiplicar los puntos irri funda oscuridad de esta doctrina no puede disiparse
tados, sin curar la irritación primitiva que amenaza con el ejemplo que algunos médicos han querido po
á los órganos esenciales á la vida; cuando so agrega ner, comparándolas crisis con el período menstrual
íi la irritación de un órgano fuertemente escitado, y y las intermitentes, cuyos paroxismos imitan & la fie
en fin, cuando la irritación local y la reacción general bre continua ; pues el observador reconoce en la in
no se reducen á sus justos límites, la fiebre produce vasión, en el aumento, en el estado y la declinación
efectos muy perniciosos y provoca la desorganización do las fiebres, un órden constante y uniforme, que
de nuestros tejidos, acelerando el termino fatal. I presentan también casi todas las enfermedades seme
* Estas osificaciones nos parecen mas naturales, jantes. Las liebres agudas se terminan en la primera,
mas claras, que las que se funden esclusivamente en segunda ó tercera semana ; pero la observación nos
las teorías humorales. Admitirnos sin duda las crisis y enseña aun que en el período de declinación puede
las metástasis; pero para" nosotros es evidente que las presentarse la crisis en cualquier dia, lo mismo en el
unas no son muchas veces sino el resultado, la con primero que en el último, sin peligro del enfermo.
secuencia necesaria de la cesación, de la fuga de la La diferencia en el género de vida, en el tratamiento,
irritación febril, y que las otras suceden á la desapa no podrá justificar el error de los antiguos, que, li
rición de esta misma irritación. Oigamos á nuestro mitándose á emplearlos remedios en los dias no crí
autor, y veremos que sus ideas fundamentales se aproc- ticos ó medicinales , cscluian su administración en los
siman mucho á las nuestras. indicadores ó decretorios, y condenaban al médico
■ii. Los buenos efectos de la fiebie consisten en la á esperar, bajo los mejores auspicios, una turgescen-
trasformacion y asimilación de la materia irritante Ó cia, una cocción, que no habian de tener lugar, ó
cruda, y en la separación y espulsion de la materia que no eran necesarias. ¡ Conducta funesta para un
preparada ó cocida. Para esta doble operación em cons'derable numero de enfermos! Sin duda alguna,
plea la naturaleza un tiempo mas ó menos largo, se el método espcclan'c es el mejor en muchas fiebres,
gún sus fuerzas, y proporciona la calma, cuando ha porque el médico es minitlro y no soberano de la na
logrado que cese el estimulo; otras veces sucede que turaleza; pero en muchas otras sucede todo lo con
durante el mismo estímulo, y á favor del trastorno trario, y mientras que consideramos la enfermedad y
que ocasiona, la materia morbosa se evacúa sucesiva lo Indagamos, por decirlo así, la ocasio preceps se
mente y poco á poco por medio de lisis, o de una nos sa de entro las manos para no volver jamás.
vez por medio de una crisis. Esta materia halla salida ■ tW Parece, pues, que las fiebres agudas tienen
aisladamente por diferentes emuntorios, como la piel, casi siempro una época, en que terminan por la sa
los ríñones etc., lo que constituye una crisis simple; lud, por otra enfermedad, ó por la muerte. Esta épo
frecuentemente por varias de estas vias á la vez, y ca merece ser observada con atención , é importa
os una crisis compuesta, y por último, cuando se eva mucho no perder de vista al enfermo, por temor de
cúa en totalidad, la crisis es perfecta. inutilizar, con un método perturbador, los esfuerzos
12. Algunas veces, porque la crisis es imperfecta, se de la naturaleza ; pero no creemos que este princi
depofita el humor en otro punto; si este es un órgano pio legislador de nuestra economía haya fijado un dia
DE MEDICINA T CIRUJÍA.—FRANK. 31
en que deba terminarse la enfermedad , con prefe y el temblor de la lengua; la respiración difícil, anhe
rencia á otro, y en el que se nos prohiba llenar las losa, corta, desigual, estertorosa y fria; la dureza, des
indicaciones que se nos presenten. igualdad , tumefacción y retracción de los hipocon
16. Así, es preciso conocer los signos que anun drios; el meteorismo, él vómito de materiales erugi
cian una crisis próxima , y el camino por el que se nosos, pultáceos y negros; la imposibilidad de íitener
ha de presentar. En las enfermedades inflamatorias es las sustancias introducidas en el estómago; ti enfria
todo mas sensible, y el tiempo mejor determinado: miento de las estremidades; los sudores fríos y visco
porque no se debe llamar crisis á la escrecion que sos; la retención prolongada ó la escrecion involunta
termina los paroxismos de las liebres intermitentes, ria de las cámaras y de la orina; los saltos de ten
una vez que no arrastra tras si la liebre misma ; y en dones , el espasmo , las convulsiones, el hipo , las
las continuas la solución pocas veces os perfecta en manchas gangrenosas y lívidas, las lipotimias, las ,
un solo tiempo ; lo mas frecuente es que se efectúe hemorragias violentas: cada uno de estos síntomas
por litis, ya por medio de sudores , de orinas ó de cá aislados, á menos que no sean habituales, ó varios de
maras. Las hemorragias de la nariz, del útero y del ellos reunidos, anuncian el mayor riesgo, un peügro
ano, son generalmente sintomáticas, y producen la inminente.
crisis mas bien en el aumento que en la declinación 18. Tratamiento.—En el tratamiento de las lie
de la enfermedad. El ptialismo y los vómitos son cri bres se debe empezar por una atenta investigación
sis demasiado raras, á no ser que se estienda esta de las causas, á cuyo conocimiento se llega, tenien
denominación á todo lo que acontece en el curso de do en consideración la edad, el sexo, el tempera
las enfermedades. Las perturbaciones que preceden á mento, el hábito, el género de vida, Jas disposiciones
las grandes crisis, ó las crisis evidentes , son raras: naturales ó adquiridas, y sobre todo las mutaciones y
se asemejan á una fuerte exacerbación : así, los sín la constitución del año.
tomas que las preceden, son: horripilaciones ligeras; Se trata de espeler las causas ocasionales, ó se con
muchas veces ne existen ; calor creciente , vértigos, tiene su influencia para debilitaré inutilizar, en cuan
oscurecimiento de la vista , delirio , ansiedad, des to nos sea posible, la causa próxima que se oculta á
igualdad en el pulso, adormecimientos, y alguna vez nuestros ojos. En segundo lugar, puesto que la reac
lipotimias. A estos se agregan , ya un sudor manifiesto, ción de la naturaleza contra el estimulo morbífico nos
que exhala un olor fuerlc, ya orinas turbias con sedl • muestra el remedio de la fiebre en la fiebre misma; si
mentó abundante y latericio, ya una espccloracion no podemos destruir esta causa por un específico, ni
abundante, etc.; y todo esto produce una solución, envolverla, diluirla , ó eliminarla cuanto antes de la
uua crisis perfecta, ó proporciona una remisión mas economía por medio de los eméticos, los purgantes ó
manifiesta, una intermisión de la fiebre, que termina el sudor; si no podemos apaciguar los trastornos da los
al lin por lisii, -durante una serie de accesos de la sólidos, producidos quizás por una causa demasiado
misma naturaleza , pero mas suaves. sutil; el punto esencial es dirigir sabiamente la fie
La doctrina de varios médicos sobre los pulsos crí bre, según el grado de las fuerzas vitales y del agen
ticos, es oscura, arbitraria é incierta. El sudor crí te morboso, y emplear, según la indicación, el méto
tico se anuncia por la flexibilidad y humedad vaporosa do especiante ó el método activo.
do la piel, por el prurito de este órgano, por un pul- Pero no confundamos la opresión con la resolución
so undulante {undosus) desarrollado sin ser duro , y de las fuerzas, y guardémonos de creer qui tenga
por la poca frecuencia de las escreciones urinaria y necesidad de estimulantes, porque para reanimarlas
alvinas. Este sudor es copioso, general, caliente, sin peligro basta corregir la causa que las oprime.
y exhala un olor característico. La orina crítica, que El esceso de energía que arrastra a su pérdida el
difícilmente termina la enfermedad ella sola , es pre principio vital, se apaga, se desvanece, moderando la
cedida de constipación , sudor menos sensible, y ga Causa irritante. Es necesario también usar con reser
nas frecuentes de espelcrla ; el sedimento es blanco, va alimentos muy nutritivos, y deben tomarse bebi
igual, pegajoso, y continúa por algunos dias. Debe das sacadas de sustancias vegetales, mezcladas con
mos esperar una diarrea crítica en las fiebres bilio los jabonosos y con los ácidos. Un aire fresco, la tran
sas, si observamos Ii^cia el fin movimiento de vientre, quilidad del alma y del cuerpo, la sangría, las vento
borborigmos , dolores cólicos moderados é interrum sas escarificadas, las sanguijuelas y los emolientes,
pidos , y, por último , evacuaciones alvinas: algunas son los medios mas apropósito para combatir las
veces el pulso es muy fuerte, poro desigual por la fiebres.
fuerza y el intervalo de las pulsaciones; otras veces Cuando se ha disipado la causa do la postración con
es intermitente. Si á la cspulsioii de. las materias que los remedios convenientes, se tratará de reponer las
deben eliminarse, se sigue un corto alivio, es buen fuerzas abatidas con el uso de ¡ilimei.tos nutritivos
signo. Las demás liebres se presentan con señales mu y y de fácil digestión, como la carne de animales jó
equívocas. venes; con el vino generoso, tomado moderadamente,
17. Pronostico.—En el piincipio do las enferme pero por espacio de mucho tiempo; con la aplicación
dades agudas no debemos confiar en los síntomas de sinapismos y vejigatorios; con el uso del alcanfor,
ligeros, ni desesperar por que se presenten síntomas de los ácidos dilatados, de los aceites volátiles , de
graves. Las personas caquécticas, las aniquiladas por los antimoniales á dósis refractas , de la quina , de
otra afección, las de tierna edad, los viejos, las mu la canela, y de otros tónicos que despiertan simultá
jeres embarazadas, las recién paridas, y los individuos neamente la irritabilidad y la sensibilidad.
muy sensibles, corren mayores peligros que los de- Si la postración se acompaña de irregularidad en
mas. La prefinida alteración del rostro es de mal los movimientos, y de una alteración mayor del prin
agüero. Cuando se observa en el curso de la enfer cipio sensitivo , debemos , sin despreciar la causa,
medad lesión en las fuerzas vitales, ansiedad, inquie asociar el vino, á los tónicos, á los oscilantes de
tud, agitación, trastorno de los sentidos , debilidad; que hemos hecho mención, ála raiz do valeriana, de
inconstancia, y aun oposición en los síntomas, deben serpentaria de Virginia, al almizcle, al succino, y
temerse fatales consecuencias. El delirio continuado, aun al ópio.
los dolores, el letargo proíongado, el lagrimeo, el en Cuando el combátese efectúa con armas iguales, es
cendimiento de los ojos y la perversión en los movi decir, cuando la enfermedad no presenta ningún sín-
mientos do este órgano ; la sequedad, el color negro S toma grave, el tratamiento debe ser negativo; basta
5^ BIBLIOTKCA ECOKÓMICA
mantener rn libertad las secreciones para alcanzar 23. Síntomas.—La (iebre periódica intermitente
una solución feliz (i). legítima se anuncia unas veces por los síntomas pre
19. I.os sintonías que acompañan á las liebres cursores (a); otras su invasión es repentina, y á no
adquieren algunas veces una intensidad 'al, qne agra ser que la enfermedad se oculte con la máscara do
van la enfermedad primitiva, ó la trasforman en otra una afección infebril, los síntomas constitutivos (6)
enfermedad nueva. Emonccs se reduce una gran la acompañan en todos sus períodos. Guando los fe
parte del ligamiento á moderar los mas principales, nómenos morbo»! observan el órden regular ó acos
lo cual exige se investiguen sus causas y los remedios tumbrado, el frió precede al calor , á este le sigue, el
que estas reclaman; sin que por ello perdamos de sudor, que es á su vez seguido de la apirexia. Pero en
vista el objeto principal , que es los fenómenos que otras ocasiones el primero de estos síntomas no exis
presente la afección, ó la afección misma. te, ó sucede al segundo ; el enfermo esperimenta un
20. Se auxilia también la preparación de la mate calor sensible apenas , porchl; ó en fin, un síntoma
ria febril, si no puede ser espelida ni asimilada; se fa enteramente estraño á la fiebre reemplaza á los otros
vorece su eliminación para que se efectúe una crisis, y toma el tipo de la intermitente periódica. De cual
ó una metástasis saludable, y entonces los productos quier modo que sea , las dificultades son considera
morbosos son evacuados por las vias que indica el bles para distinguir , desde el primer acceso , la fie
temperamento del individuo, el genio de la constitu bre intermitente de la continua, y sobre todo de la
ción y la naturaleza de la enfermedad. efémera. Con todo, varias circunstancias pueden ser
21. La convalecencia exige tanta etencion como virnos para aclarar el diagnóstico , tales como el
la misma fiebre. El ti atamiento se establece, según carácter de las enfermedades reinantes, la naturaleza
las reglas que daremos en otra parte , conforme á la del clima en que se habita, el conocimiento de los
naturaleza, las causas y la terminación de la enfer fenómenos que han precedido la enfermedad , la du
medad. Los convalecientes nía tienen paciencia para ración demasiado larga del fiio , el aumento repen
alimentarse poco á poco, y están muy lejos de pedir tino é intenso del calor, y en general, la sucesión mas
Íiurganles y tónicos: la convalecencia varia según la rápida de fos estadios febriles ; y por último, la api
iebre, el sujeto y la edad : reclama una dicta espe rexia , que separa los accesos periódicos , y el sedi
cial, diferentes remedios internos y estemos, ó no mento latericio, que deposita la orina en el fondo
exige ningún medicamento; pero el aire del campo, del vaso.
una agradable sociedad de amigos, y el ejercicio * Se puede reconocer la fiebre intermitente des
moderado, convienen á todo el mundo. de su primer acceso, y distinguirla do la continua
por los caracléres siguientes: el escalofrió , cuando
ORDEN PRIMERO. existe, es mas largo, mas intenso en la primera que
en la segunda; en esta, el frió disminuye por la
FIEBRE PERIODICA INTERMITENTE LEGITIMA. aplicación del calor ; es una simple disposición al
frió. Youllonne dice que el escalofrió de las fi -bres
22. Llámase así toda fiebre primitiva, compuesta intermitentes se acompaña en general de temblor y
de varios paroxismos que se presentan en un tiempo castañeteo, y que jamas presenta alternativas de ca
casi fijo, y dejan entre sí intervalos mas ó menos le lor, y el que le sigue se convierte muy pronto en
janos , mas ó menos sensibles; pues la enfermedad, ardiente, quemante. El sudor exhala ol olor ácido de
cuya intermitencia sea incompleta , ó no se declare la levadura; principia por la cabeza, é inunda ins
desde el principio , no pertenece a este orden. El tantáneamente todo el cuerpo. La sucesión rápida
mimbre de paroxismo es aplicable tanto á la reapari de los Ires períodos febriles es lo que caracteriza la
ción periódica de toda afección , como á la de los fiebre intermitente. Siempre se reconoce, añade
síntomas febriles. Así, la numerosa especie de enfer Voullonnc, el acceso de fiebre, comparando el cam
medades periódicas abraza y reúne en sí las fiebres bio que hay en el estado del enfermo, ya de bien á
manifiestas, caracterizadas , y las afecciones infebri mal o viceversa, con la brevedad en que se efectúa
les en apariencia, que son producidas por la misma el mismo cambio. Observando estas alternativas re
causa , y que se tratan por el mismo plan que aque gulares de bien y de mal, descubrió Strack una lie»
llas. La diferencia entre la intermisión de bs paro bre intermitente que simulaba una pleuresía, ó, si se
xismos, y la remisión que media entre las exacerba quiere, llegó á caracterizar una pleuresía intermi
ciones d"c la fiebre continua, no es tan marcada que tente que parecía continua.
pueda servirnos aquí de carácter específico: nunca * Los prácticos han hecho diversas obs rvaciones
es la calma tan perfecta que deje de continuar la propias para establecer el diagnóstico de las liebres
debidad, la languidez, el habitus febril, la anorcxia, intermitentes: citaremos algunas. Los enfermos en
y aun la sed. La apirexia, por lo tanto, no es completa cuentran ácido el pan de centeno; y el do trigo tan
en las intermitentes, y no difiere de la remisión mas amargo como el fermento de la cerveza: el vino les
que en el grado. Hay fiebres que, á pesar de que parece agrio, y perciben desde muy lejos el olor de
presentan apirexia , no pertenecen á las intermi la carne cocida: al fin del paroxismo la orina es tur
tentes , y son conocidas bajo los nombres de falsas, bia, conserva por largo rato la espuma, deposita,
ilegitimas y secundarias: las hay también que no cuando se enfria, un sedimento latericio, y lus pare
presentan ningún signo de intermisión, y, sin em des del vaso se cubren de una película blanco-azulada;
bargo se aproximan por semejanza á las intermiten cuando es clara y trasparente, no tarda en enturbiarse
tes, y exigen en consecuencia el mismo tratamiento si se administra una coi ta dósis de quina. Los accesos
que estas. De manera que algunas veces no tenemos sejanuneian algunas veces por un síntoma particular,
mas medio en la práctica, para conocer el carácter de que se presenta periódicamente, y casi á una misma
esta fiebre, que el estudio de la constitución médica hora, sin causa manifiesta: ya es el vómito, ya una le
reinante y la observación de los remedios útiles. sión anterior que se exacerba, como, por ejemplo , el
dolor de una luxación ó de una antigua fractura, ya
(1) El tratamiento de la liebre no puede esponerse de un modo es un sintonía que había (speritnenlado el enfermo
general. Los consejos que da el autor sobre el objeto de la opre en otras liebres semejantes, como el de aquel indi
sión de las fuenas sou sumamente sabios: mas adelante examina viduo de que habla Strack, al cual, siempre que era
remos el método curativo que prescribe contra la adinamia y con atacado de un escalofrió febril, se le Icñian los dedos
tra la ataxia.—C.
DE MEDICINA Y CIKUJÍA.— FRANK.
de la mano derecha de un color amarillo. Nosotros * Si el enfermo se halla libro de la influencia de
hemos visto acompañarse muchas veces el escalofrío las causas de liebre intermitente legítima; si, al con
de una los seca, y aun sucedía mas; el acceso jamás trario, su constitución le espone á la acción de las
se anunciaba sino por la vuelta de este fenómeno. que producen intermitentes falsas , se debe presumir
Esloacontcco, sobre todo, en aquellos sujetos que tie que la fiebre quo padece es sintomática. Rero el
nen el pecho delicado. tratamiento es la piedra de toque, porque una enfer
* Cuando la fiebre intermitente dura algún tiem medad cualquiera no es lo que parece ser, cuando
po, se observa con mucha frecuencia el infarto de resiste obstinadamente á los remedios que la curan
lK visceras abdominales, y si cxíslú ya como reli en la mayor partede los caso?. La quina, administra
quia de otra liebre precedente, loma de dia en día da en las fiebres intermitientes falsas, suprime algu
mayor incremento; sobrovienc el edema delssestrí- nas veces los accesos, ó produce una mejoría en los
midades inferiores; la cara y los parpados Ofrecen primeros momentos; pero no tardan mucho tiempo
un tinte ligeramente amarillo; el enfermo esperi- en volverse á presentar. Sin embargo, lo mismo pue
menta en horas determinadas un malestar, una futís de suceder, aun en las fiebres intermitentes verdade
ga, un cambio de bien en mal, que aumenta, dismi ras, y he aquí en lo que se las distingue. La apire-
nuye y se disipa, para volver á presentarse bajo el xia en la intermitente legítima es pronta, completa,
mismo lipo. y ofrece cuando menos la mayor apariencia de soli
Si el individuo ha padecido con anterioridad una dez: en la falsa, el febrífugo tiene una acción mas
liebre intermitente, de que se le cree curado, estas lenta, mas imperfecta y menos duradera ; es nece
repeticiones de malestar corresponden i los dia» en sario administrarle á grandes dosis . sí no querernos
que se presentaba el paroxismo de la liebre. En lin, espoliemos á dejar de conseguir la supresión total
la enfermedad se agrava, á pesar ne los remedios de los accesos, que reaparecen cuando menos se pien
que parecian mejor indicados, y no cede mas que a sa. Los paroxismos de la intermiteulo verdadera
los febrífugos. Si so observa con atención, se verá vuelven á presentarse alguna vez; pero mas tarde,
que la marcha y los síntomas no son los de la fiebre casi nunca antes de haber abandonado el uso del
continua. Nosotros hemos tratado en 1827 varias febrífugo, y siempre bajo mía lorma mas benigna: lo
liebres intermitentes oscuras, que habían sido deseo» contrario enteramente sucede en la intermitente le
nocidas ó despreciadas, y cuyo carácter nos fue re gítima. En fin, en la recaída obedece fácilmente á la
velado, ya por el sedimento latericio de las orinas, quina la fiebre esencial; y la sintomática se hace re
por el edema de los pies, ya por la reaparición de belde y aun insensible á la acción del remedio. La
una los seca, de un dolor lumkr, etc.; pero otras medicina esperimental obtiene diariamente nuevos re
veces liemos tenido que repetir nuestras visitas pa sultados, sobre lodo en ¿1 tratamiento de las intermi
ra poder califica? de intermitentes algunos movi tentes Se administra da ordinario el febrífugo en coci
mientos febriles que eran bastante oscuros. La cons miento y en pequeñas dósis, con la sola idea de de
titución epidémica, la habitación del enfermo, ¡ la bilitar los accesos; si al cabo de tres días no se con
naturaleza de las enfermedades que ha sufrido ante sigue efecto alguno, se le abandona; y en el caso
riormente, contribuyen tanto como los síntomas contrario, se continúa su uso, aumentando la dósis
para esclarecer el diagnóstico. cuando el cambio es favorable. Por este método ha
* Se han aconsejailociertos medios para hacer mas reconocido y curado Voullonne fiebres in'.ermitentes
sensible la remis'on ó l| intermisión, tales como la esenciales, que parecian sintomáticas. El febrífugo,
sangrú on la fiebre inflamatoria, y los evacuantes en usado con precaución, no acarreaba ningún inconve
la liebre gástrica. Slrack siguió este método en una niente, cuando no era útil.
fiebre gástrica inflamatoria, que era, según la espre 23. Causas.— Lo mismo desconocemos la causa
sion del autor, una fiebre gástrica simulada baju el próxima de la fiebre periódica interminente legitima
lipo centinuo. Este lenguaje le comprenderán sola que la de la fiebre continua. Las causas predisponen
mente los médicos observadores, pues saben que, tes son: el haber padecido recientemente la misma
bajo la influencia de las constituciones epidémicas fiebre, la debilidad, la primavera, el otoño, una
intermitentes, las fiebres que parecen continuas no atmósfera caliente y húmeda, y una constitución indivi
lo son siempre. dual irritable. Las ocasionales son: las exhalaciones de
24. Deben distinguirse de las periódicas intermi las lagunas ó pantanos, li s principios contagiosos de
tentes, á pesar de la identidad del tipo, un conside ciertos países, los erroras en las cosas no naturales,
rable número de enfermedades, febriles ó infebriles, el enfriamiento de la piel en tiempo de lluvias, las vi
que son mas bien el síntoma de una afección parti gilias prolongadas y frecuentes, y los repetidos esce-
cular de los nervios, de la reabsorción del pus, de sos do la mesa. Todas estas causa, tan diversas y tan
una acrimonia reumática, herpética, venérea, ele ; multiplicadas, tienen una acción común y producen
de una obstrucción rebelde de las visceras, de un es un efecto específico.
cirro ó un cáncer, ó quizás solamente del estado La fiebre intermitente constituye una afección es
mórbido de la sensibilidad y -de la irritabilidad en pecial del sistema nervioso, como lo prueba la acción
los sugetos histéricos, los hipocondriacos, las mujeres de los purgantes y de la sangría , que reproducen
embarazadas; ó, en fin, de un estímulo, cuya natura muchas veces la enfermedad, y la aptitud de las pa
leza ignoramos, de uu desorden en las funciones ute siones del ánimo para determinarla y hacerla reapa
rinas, de la supresión de cualquiera escrecion habi recer: como lo demuestro la virtud del opio, los efec
tual, de la cesación de una enfermedad cerebral, de tos admirables de la quina, que no pu°,ae esplícar ni
la irritación de los órganos urinarios y en particular el principio amargo ni el principio astringente: co
la de la uretra. Estas liebres resisten con tenacidad mo lo atestigua la facilidad do las recidivas en las
y constantemente á la corteza peruana y á lodos los épocas menstruales, la vuelta de los accesos á una
remedios usados en la intermitente periódica. Así, misma hora y por las causas mas ligaras; en fin, el
no obstante su periodicidad, y aun algunas veces su poder que sobre ellas ejerce la imaginación, los re
completa intermitencia, no pertenecen á este órden y medios ''mas insignificantes y los amúlelos , cuya
por lo tanto la complicación d? las causas de que ha virtud han ensayado algunos crédulos.
blamos, con ura verdadera intermitente, hace el diag * La fiebre intermitente ha sido considerada en
nóstico muy difícil, ydudosoel éxilo de los remedios. estos últimostiempos como un inflamación, también
54 BIBLIOTECA económica . '
intermitente, del estómago, de los intestinos, délos estas fiebres, como en todas las enfermedades periú*
órganos contenidos en 'el pecho, en la cabeza, etc. dicas, nos parece demostrada por los hechos aduci
Son epidémicas en el pais de nuestra residencia, cer dos por el autor cueste párrafo, y sobre todo por los
ca de Orange, y las hemos observado bajo todas las resultados del tratamiento: naturam morborum os-
formas. Convenimos en que se acompañan muchas lendunt curationes.
veers de irritación encefálica, pectoral ó abdominal, 26. Los autores de medicina han admitido varías
pues nosotros las hemos combalido felizmente con divisiones de estas fiebres, riislinguiéndolasen regula
los aniiflojíslicos , la sangría , las sanguijuelas, las res y erráticas ó anómalas; en simples v compuestas,
bebidas mucilaginosas ó aciduladas, y la dieta; pero las primeras de las cuales comprenden las cotidianas,
la fiebre intermitente resiste á este tratamiento, que las tercianas, cuartanas, ¡quintanas , y aun las que
no pasa de ser preparatorio, y no cede mas que á la repiten en períodos mas lejanos; las compuestas
acción de la quina. ¿Se nos dirá que este medica abrazan las cotidianas, las tercianas, etc., dobles, las
mentó obra produciendo una verdadera derivación doble cotidianas, doble lerciana<¡, etc. , y triples. Sedi-
cuando el estómago no está irritado, determinando viden ademas estas fiebres en vernales y autumnales;
en él una irritación, que impide á las causas mor en benignas, depurativas, corruptivas y perniciosas;
bosas ejercer su influencia sobre esta entraña? Nos en epidémicas endémicas y esporádicas.
otros responderemos quo esta esplicacion no de Pocas divisiones de estas tienen utilidad evidente
muestra de ningún modo la naturaleza de la fiebre, en la práctica, y ninguna puede indicar un método
y á nufstia vez preguntaremos: ¿ por qué otros irri especial , si no se consideran sus complicaciones y
tantes mas poderosos que la quina no gozan de h su genio. Las liebres regulares no atacan en horas de
misma propiedad que ella? Hemos curado fiebres in tal modo determinadas que puedan mirarse como mas
termitentes por medio de pediluvios sinapizados, por molestas lasque so anticipan ó subintiantes, ni co
la aplicación de sinapismos alrededorde las muñecas, mo mas benignas las que se retardan: por otra par
y empleados algunos momentos antes del acceso, y te, el tratamiento en los dos casos es el mismo.
ías hemos visto curar con las preparaciones alcohóli La diferencia de los tipos no cambia la naturaleza
cas mas incendiarias Estos medios son eficacísimos de la fiebre, toda vez quo una misma afección febril
en ciertos casos; sobre todo en aquellos en que las pasa de uno á otro, sin exigir por ello remedios di
liebres han sido despreciadas ó combatidas sin el ferentes.
menor resultado, y en que están evidentemente soste La existencia de las cotidianas, ó do lasque pre
nidas por una especie de hábito en los movimientos sentan lodos los dias iguales accesos , seguidos de la
febriles. La alegría, el temor, el opio, etc., producen misma apirexia, ha sido negada por hombres ilustra
curaciones en las mismas circunstancias: lo propio su dos, que no han adm tido mas que fiebres cotidianas
cede con las ligaduras fuertemente apretadas que se falsas, observadas en la tisis ó en otras afecciones
aplican á los miembros en el momento del acceso. Par crónicas. Pero aunque es verdad que un crecido nú
lo tanto, ¿puede desconocerse aquí la intervención de mero de ellas no pertenece á las intermitentes, he
la polencia nerviosa? Los estimulantes escilan, irritan mos observado muchas, tuya naturaleza ndeia dudo
seguramente o! estómago: esta escitacion ó irritación sa, y^cuyos paroxismos, semejantes todos los diás, no
puede cambiar , prevenir y aun borrar una irritación ofrecían el carácter de la doble lerciana. Los accesos
morbosa; pero en las intermitentes la quina y los de- de la fiebre cotidiana se declaran por la mañana de
mas febrífugos no obran por la irritación que su pre ordinario, y los quo se presentan también diariamen
sencia determina en el estómago, sino que ejercen te después del medio día, ó á la caída de la tarde,
su acción en el sistema nervioso , aunque de una son sospechosos y pueden pertenecer fácilmente A
manera desconocida. Ya hemos dicho (10) que la otra especie de fiebres periódicas, sin embargo de
fiebre era un estado morboso, compuesto de una que hemos encontrado algunas de estas últimas que
irritación local y de una reacción general: esta de imitaban la cotidiana legitima, á pesar de tener los
tloicion es aplicable en todas sus partes á la fiebre accesos en la mañana. .
continua ; pero «n las intermitentes hay otra cosa La mas frecuente de todas, la terciana , que acó -
mas. La periodicidad y la intermitencia dependen mete con preferencia después del medio día, aunque
del sistema nervioso, de uní modificación particu no por eso deja de presentarse alguna vez por la ma
lar quo no pueden apreciar nuestros sentidos, y esta ñana, tiene sus accesos y su apirexia semejantes en
modificación constituye un elemento esencial en las días alternativos, dejaudo á los enfermos un día li
fiebres intermitentes. Así, pues, nosotros admitimos bre. Su división en esquisita y falsa, por la duración
en estas enfermedades la irritación local, la reacción mayor ó menor de los paroximos , no es de utilidad
general y el estado nervioso. Curamos lo primero y práctica. Por lo demás, la terciana es la que está
lo- segundo con evacuaciones sanguíneas generales mas dispuesta á revestirse del carácter pernicioso, y
y locales, cuando son necesarias; pero cuando estos es muchas veces es epidémica.
tados morbosos no están bien manifiestos, ó los acce La cuartana, después de una apirexia de cuarenta
sos se agravan , combatimos directamente la fiebre y ocho horas, ataca por accesos, semejantes con corla
con la quina. Hemos tenido á nuestro cargo en 1827 diferencia, cada cuatro dias y ordinariamente por la
muchos enfermos atacados de fiebres perniciosas, y tarde El frió es mas intenso y muchas veces mas largo
hemos combatido durante el acceso los síntomas que en las demás ; el calor es , en general, también
inflamatorios con sangrías; pero la irritación local y de mayor duración. Abandonada á sí propia , ator
la reacción general no nos han impedido usar la qui menta al enfermo con mas terquedad que ninguna
na en la declinación de los paroxismos; y en las otra, hace adquirir i este un habilus febril mas mar
fiebres intermitentes benignas raras veces" hemos cado, sus recaídas son mas frecuentes, se presentan
necesitado recurrir ó los antiflojísticos. No hemos con predilección en el otoño, é imprime mayores le
visto absolutamente contraindicada la quina mas que siones en tas visceras.
en dos ó tres ocasiones, en que la irritación , que La quintana, que repite cada cinco dias , después
era el elemento esencial, persistía aun durante la do tres de apirexia , la hemos observado algunas ve
apirexia: en estos casos la intermitente cedió á las ces, y otros médicos atestiguan su existencia. Sin
sangrías locales, á las bebidas diluentes y á los ba embargo, cuando 18 fiebre intermitente no tiene una
ños tibios. La existencia del elemento nervioso en marcha constante , es muy fácil un error de cálenlo;
DE MEDICINA Y CIHDJÍA.—FRANK. 5íi
v cuando falla un acceso do terciana , ó cuando mi cian el peligro de su presencia por medio de aleccio
iiu sido observado, es fácil también se equivoquen nas soporosas, apopléticas, muchas veces coléricas,
las personas poco reflexivas. asmáticas , ó por otros síntomas graves , que las ha»
No hemos visto mas que una sola vez la liebre do cen distinguir do las intermitentes benignas , ó de
ble-cotidiana legitima, con dos paroxismos perfecta las corruptivas , cuyo carácter obstinado gasta la sa
mente iguales en el propio dia : otros dicen asimis lud y consume las fueizas de la vi la.
mo haberla observado. Llamamos liebres simuladas (masquées, laivéet)
La doble-terciana presenta lodos los días accesos, á las intermitentes que, sin presentar síntomas per
que -se corresponden el tercero, bien por la intensi niciosos, aparecen bajo la forni i de otra enfermedid
dad, bien por la duración. Suele atacar al principio, y no conservan de sus caractóres febriles mas que
del otoño, aun |ue no deja de presentarse en la pri- ia periodicidad y los buenos efectos que contra ellas
vamera ó en otra cualquiera estación: empieza y ter obtiene la quina. Son generales ó parciales y afec
mina casi siempre en estad > d i simplicidad. tan un órgano determinado: y ya hemos dicho que
La terciana doble, quo se compone de dos acce la intermitencia y la periodicidad no baslan por si
sos en los dias alternativos . no suele presentarse á solas para diagnosticarlas.
nuestra observación mas que como una variedad de Las fiebres intermitentes reman endémicamente en
ij liebre héclica. los lugares pantanosos y húmedos; en otras comar
De la triple terciana solo diremos quo es aquella cas , y enmed'o de circunstancias cuya naturaleza
que presenta dos accesos, tanto en el primero como ignoramos, so hacen epidémicas, y en todos tiempos
en el tercer dia, y uno solo en el segundo y en el y en todos los lugares pueden presentarse esporádi
cual lo. camente y tomar con facilidad el carácter de la cons
La doble-cuartana, que deja el tercer dia libre, y titución anual. Algunas veces son reemplazad&s por
cuyos paroxismos se corresponden el primero con el otras enfermedadas accidéntalos, como la viruela, el
tercero y el segundo con. el cuarto, so nos presenta sarampión, la disentería, venando oslas han des
raras veces. aparecido, vuelven á recobrar su imperio , bajo las
Jamás hemos visto la cuartana doblo, que con mismas condiciones que antes.
sisto en dos paroxismos en el cuarto dia, y ninguno Como en ciertas ocasiones se invierto el órden de
en el segundo ni en el tercero ; ni en largo curso do los tipos, y así sucede que una cuartana se trasforma
nuestra numerosa práctica hemos podido conlirmar sucesivamente en terciana, en cotidiana, en dolile
tampoco la existencia.de la triple cuartana ni la de terciana, para volver á su tipo primitivo; es fácil
la cuartana triple. Hemos, sí , ohservado en un dia comprender que todas reconocen una misma causa
tres accesos, de los cuales -el uno ofrecía constante próxima, lo cual se confirma ademas por la identi
mente una intensidad muy grande cada seis dias, dad del tratamiento, sea cualquiera el tipo de la fie
por espacio de varios meses; pero esta liebre no se bre. De aquí se deduce que la división, basada en la
podia contar entre el número de las intermitentes le duración de la apirexia, no presenta otra utilidad
gítimas. en la práctica que la de dirigir la administiacion del
Las de verano tienen un carácter que las distingue remedio. La división mejor será la que estribe sobre las
de las de otoño, muchas veces constituyen una en- consideraciones de las causas evidentes, de las com
lermedad semi-enntinua , y sus paroxismos , al prin plicaciones y del peligro que amenace al enfermo, y
cipio, ya son reemplazados por intervalos de remi bajo este plan vamos á axa oinaraquí las fiebres inter
sión, ya por una verdadera apirexia. Todavía conser» mitentes.
van algo de la disposición flojística que la consti 27. Pronóstico.— El habttus caquéctico de los
tución del invierno les habia dado, y degeneran con febricitantes, la languidez de 1as digestiones y de
facilidad en liebres ardientemente inflamatorias por las fuerzas generales, la debilidad de los sólidos, la
un .método estimulante ó por el uso inmoderado de inercia de la absorción, la estravasacion ó la estan
la corteza del Perú. Su tipo mas ordinario es el de cación de los humores que se corrompen en el tejido
cotidianas, tercianas ó doble-tercianas. El tratamiento celular yon las cavidades, los infartos, las obstruc
que exigen se reduce á sangrías, evacuantes y & ciones rebeldes de las visceras y de las glándulas, la
sustancias salinas aperitivas; rara voz hay necesidad ictericia, el asma, las afecciones nerviosas, los tem
de emplear la quina; con frecuencia se disipa por blores, la parálisis, la privación de los sentidos, la
sí misma al quinto acceso, y en algunas ocasiones atrofia, la consunción, una liebre continua ó héctica:
preservado diversas" incomodidades contraídas du tales son los accidentes que en parte acompañan á
rante el invierno. No se la suprimo impunemente la intermitente desde el principio, y en parte la su
por medio de socorros prematuros en algunos indi ceden si se la descuida.
viduos, sobre todo en los que están predispuestos á Pero este foco de males encierra en sí algunas ve
padecer la tisis pulmonar (i). ces el remedio de graves enfermedades sobre todo el
La intermitente de otoño, que pertenece casi siem de aquellas que deben su origen á la supresión impru
pre á la especie decuartana y otras voces ála de doble dente ó inconsiderada de una fiebre intermitente.
terciana, es epidémica entro nosotros , participa del El nombre de fiebre depuratoria no es una palabra
genio bilioso, ofrece un carácter rebelde y una mar vacía de sentido; muchas caquexias, infartos glandu-
cada tendencia á lai recidi/as. Esta liebre, despre losos, obstrucciones, la inercia del sistema absorven-
ciada ó mal curada, es manantial copioso de varias te, y las predisposiciones á la tisis, etc., so disipan ó
enfermedades crónicas: frecuentemente se presenta disminuyen bajo la influencia de una liebre, que es-
bajo la apariencia de una disentería ó de una fiebre pele por los diversos emuntorios la acrimonia latente
contagiosa y continua, llamada pútrida ; pues las en el interior del sistema, resuelve la pituita viscosa
fiebres intermitentes tienen también su malignidad, del abdórnen, del pulmón, y la dispone para sor eli
y bajo el nombre de perniciosas producán esporá minada. Así, la suprcs'on intempestiva de una fiebre,
dica ó epidémicamente los mayores estragos. Son que no pertenece á la nerviosa simple benigna, y
comunes en los paises cálidos y pantanosos; anun- menos aun á la fiebre perniciosa, es fuente fecun
da de enfermedades agudas y crónicas, y preciso es
(1) L» irritación de las visceras y la reacción son casi siempre
los element os esenciales en las intermitentes de'verano: el nervioso no olvidar que es mas fácil curar la fiebre intermi
tai subordinado a loi demás. tente que producirla. De esta cansa nacen también
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diversas afecciones del estómago, opresión, dolor, los resolutivos ó el misino febrífugo no disipan es
vómitos é hinchazón; obstrucciones de las visceras tos síntomas, que desaparecen algunas veces á bene
abdominales, sobre lodo del bazo y del hígado, cuyo ficio de copiosas emisiones de orina tenue, y ligera.
volumen adquiere un aumento morboso; los escirros El relardo ó la anticipación de los paroxismos no
ile esle órgano; el asma, loses de mal carácter, me imprime en la mayor parte do las ocasiones ningún
tástasis sobre los nervios, de donde resultan espas cambio notable en la fiebre. Sin embargo, el paso á
mos, convulsiones, temblores, dolores en los mié li la continuidad se conoce cuando los accesos se ade
bros, parálisis, ceguera y sordera: en Un, de esta cau lantan, y cuando la intermitente dóblese convierte en
sa proceden abscesos, alteraciones en la piel, úl simple, antes de* su' completa solución. Las pústulas
ceras, etc. de la boca y de los labios, las pequeñas úlceras, que
* La fiebre intcrmit<-nte i s saludable, seaun Vou- en general se cubren al i notante de costras, anun
llonne, cuando el enfermo se halla atacado á la vez cian alguna vez la terminación espontánea; pero con
por ella y por otras afecciones internas, como el as mayor frecuencia suelen engañarnos estos signos.
ina, los cólicos, la gola, la melancolía, la manía, la En el curso de nuestra práctica no hemos visto mo
epilepsia, ele, y cuando la misma fiebre hace sus rir á ningún enfermo durante el frió, ni aun á los
pender los accesos de estas enfermedades: cuando el viejos, á no ser que la liebre fuese perniciosa; pero
febricilanle es acometido de alguna afección linfática otros aseguran haber observado este accidente Los
ó de erupciones cutáneas, y cuando la intermitente que hemos visto perecer en el período de calor ha
hace terminar estas afecciones, como sucedo con fre bían sido atacados antes de fiebre con inua: algunas
cuencia en la sarna y los herpes. Ya liemos desen veces espiran los niños en una convulsión durante
vuelto (1Ü) el pensamiento de Frank y le liemos pre el paroxismo.
sentado en lenguaje mas claro, descartándole de esas * En el curso de las fiebres intermitentes se ob
frases humorales qne han llegado á ser ininteligibles servan fenómenos muy variados, que se consideran
en nuestro siglo. Nos bastará, por tanto, añadir aquí como críticos por losautores. El sudor claro é inodoro,
que la supresión intempestiva de la fiebre, ó el uso y las orinas naturales, constituyen la crisis del movi
inoportuno de los febrífugos, determinan la irritación miento febril, pero no del de naturaleza intermiten
del estómago ó de otras visceras abdominales, de los te, pues no impide la reaparición de los accesos. El
órganos torácicos ó del encéfalo, de donde r ¡sulla la sudor viscoso, espeso, abundante, de un olor ácido
infinita variedad de afecciones, cuya enumoracion pronunciado, acompañado de orinas sedimentosas,
acaba de hacer Frank. Después de la idea que. hemos anuncia la cocción, y alguna vez le terminación déla
dado de la fiebre (10), es fácil concebir en qué casos enfermedad. Las ulceraciones de los labios, de la len
puede tener fatales consecuencias su curación gua, de la garganta y de la nariz terminan, dismi
prematura y es muy posible hermanarla teoria con la nuyen y regularizan la fiebre sin impedir su vuelta.
práctica, la cual nos enseña que la vuelta de I . liebre La aparición de la erisipela con flictenas en el pie ó
intermitente disipa en mucha» ocasiones ciertas en en la mano puede ser una complicación, ó convertir
fermedades, que se podían considerar como rastro se en remedio de la enfeunedad. La curación radical,
de ella. sólida, se anuncia por el restablecimiento de todas
El descuidar la fiebre; la errada opinión de que las funciones, por la aparición de los menstruos, de los
debe abandonarse á los esfuerzos de la naturaleza, no loquios, de la leche, y en general de todas las eva
dejan de acarrear también accidentes, y muchas veces cuaciones suprimidas; ^, últimamente, por la emisión
se atribuye su causa en gran parte al febrífugo, que abundante de una orina clara y de color amarillo de
lia sido administrado demasiado tarde. En los lu paja. El sudor, según Voullonne, consi i,' uve 1 1 cri
gares pantanosos un existen liebre-i intermitentes es sis natural, pero no necesaria, de la fiebre intermi
tivales ó autumnales tan benignas, que no puedan tente; porque esta puede terminarse do una manera
convertirse en fiebres continuas graves, y degenerar insensible. Graut observa que, cuando la crisis es
alguna ve/, inopinadamente en perniciosas, seguidas completa, el sudor debe venir acompañado de abun
casi siempre de um muerte ciorta, á no ser que se dantes evacuaciones alvinas, lo cual indica que ha
sofoquen desde el principio. En los sugetos debilita cesado el espasmo eslerior é interiormente.
dos, los caquécticos, los viejos, los niños de coi ta * Tales son los resu'ladosdela observación clínica:
edad y las mujeres muy delicadas, el pronóstico es no entraremos aquí en nuevas discusiones sobre la doc
fatal, si la fiebre se prolonga por mucho tiempo. Mien trina de las crisis, y remitimos al lector á las juiciosas
tras mas lia durado la enfermedad, es mas rebelde reflexiones de Frahk sobre esla materia (14).
á los medicamentos, y manifiesta mayor tendencia a 28. Tratamiento. En el tratamiento bien dirigi
lis recidivas; la cuartana y la terciana de otoño, do de la fiebre intermitente legítima no dehe.nos lijar
presentan estas perniciosas tendencias con particu nuestras miradas solamente en la época de la inva
laridad. sión de los accesos: la constitución del año, el tem
Por lo demás, mientras mas corta es la apirexia, peramento del sujeto, la naturaleza de las enfermeda
mayor esposicion hay de que la fiebre inl- rmitciile des anteriores, las causas remotas y las complicaciones,
llegue á sci continua, y mientras mas prolongada es merecen una atención especial, á Un de conocer si
la calma entre los paroxismos, mas manifiesta es la durante cierto tiempo puede coiiliarse la enfermedad
predisposición á la cronicidad. En el primer caso, á la naturaleza, ó si reclama nuestros cuidados, y
con especialidad hácia la primavera, el régimen y cuáles son los socorros que exige. En este último caso,
método curativo estimulante ocasionan fiebres inftV es preciso alejar las causas ocasionales y las que
inatorias, y en el otoño la doble terciana se convier puedan trasformar la enfermedad en liebre continua.
te en saburral peligrosa. Eu el segundo caso se pre Durante el acceso no pueden tener lugar los febrífugos;
sentan al observador las obstrucciones de las visce el médico/ atendien te solo á las exigencias de la na
ras, sobre todo la del bazo, el edema de las estremi- turaleza, debe limitarse á moderar el espasmo en el
dades inleriores, el anasarca, la hidropesía del pecho período dol frió, por medio de bebidas ligeras, libias,
y del vientre, la ictericia y el escirro del hígado. El agradablemente aromáticas y poco abundantes, y por
infarto del bazo aumenta con bastante frecuencia du medio de cubiertas un poco calientes: en los viejos
rante los paroxismos; la intumescencia do los pies, ó en los enfermos débiles sostienen las fuerzas de la
ya crítica, ya inocente, suele lncerse muy molesla si vida, sin cscitarcou uu fuego artificial el ca'or qu<.
DE MEDICINA Y CintlJÍA.— FllANK. 57
va á seguir. La diminución de las cubiertas, el airo dicar una atención e.'pecial al tiempo y á la hora que
puro y las bebidas ligeramente aciduladas, calman coresponden á la invasión de los accesos, sin echar en
el esceso del calor, que pocas veces reclama las san olvido el periodo menstrual, pues en estas circunstan
grías, a no ser que una cefalalgia violenta, un pulso cias hay una marcadísima predisposición á las reci
di.ro y fuerte, el delirio ó la plétora, indiquen su divas, y cualquiera afección del alma, cualquiera pa
uso. Pero cu este período la plétora no es mas que sión deprimente, bastan para reproducirla. La desapa
reactiva, y pul lo tanto debemos juzgar de ella durante rición del aire húmedo ó cargado de emanaciones
la apirexia Hay que mantener el sudor, y el enfermo pantanosas, previene las recidivas, y algunas veces
debe sopoitarlo con paciencia, sin oscilarlo con de es el único medio de combatir una fiebre rebelde.
masiada ropa ni con bebidas calientes, y sin reprimirlo Observación. —En 1786 se presentó en el Insti
con refrigerantes indiscretos: entonces termina el pa tuto clínico de Pavia una jovén, que padecía una lie
roxismo por una calma mas perfecta, y se previenen bre cuartana doble. La menstruación estaba supri
con mayor seguridad las consecuencias do la fiebre. mida; tenia dolor cu el epigastrio, y amargor de bo
En la intermisión hay que acudir á la sangría, si ca. Prescribimos en vano los vomitivos y lus purgan
la plétora, bien marcada, lo reclama así: las crudezas tes, diversas sales, fundentes de todas especies, y
y las saburras, si liay sospecbas ó certeza de que exis- en razón de unos dolores artríticos que existían al
' tan, se preparan para la evacuación por medio de mismo tiempo, los epispáslicos. los antimoniales, la
lus bebidas diluentes, y cuando eslé la materia bien betónica, la quina y el opio. Al fin, apareció una erup
dispuesta se la proporciona salida por el exófago ó ción cutánea, que, sin embargo, no fue bastante po
por los iulesiinos. Llenas estas indicaciones, ó si no derosa para hacer terminar la fiebre. Tuvimos que in
iiay que satisfacerlas porque la constitución del aña currir á los] baños tibios, y lauto á estos como al uso
un las anuncia ó porque no estén manifiestas, hay del vino estibiado, conseguimos curar una enferme
que atender á la fiebre. dad que se había resistido por espacio de (res meses
Se cuia'por la sola remoción de las causis ocasio á lodos los demás remedios.
nales, p>>r un régimen sabiamente establecido, por Enlre las fiebres intermitentes que se presentan al
«I uso de los amargos, y últimamente por un remedio práctico, se ven algunas, mas comunes cu unos años
superior a todos los demás, que es la corteza perua que en otros, que nos prueban cuán embarazados de
na. Antes de conocerse este febrífugo, cuso descu bían hallarse los prácticos antes del descubrimiento de
brimiento, comí el de los mas eseelente; medica la quina, cuando observaban que cu unos casos eran
mentos, es un beneficio debido a la casualidad, se mas rebeldes que en otros. Por esto, sin duda, refiere
curaban las fiebres, y nosotros las curamos, con re Galeno que muchas veces la fiebre cotidiana tiene se
medios muy variados, y aun opuestos Los eméticos senta accesos y es peligrosa. En cuanto á la cuartana
y los purgantes, los escitantes y los que moderan el se la ha llamado el escándalo de los médicos: y enefecto,
calor, kts álcalis como los ácidos, los astringentes co las cuartanas son las que se rebelan en mayor nú
mo los relajantes, se ban aplicado en la curación de es mero contra los auxilios del arte. El mismo Sydenham
tas enfermedades, y el catálogo de los febrífugos ha advierte que hay sujelos en quienes la frecuencia con
llegado á ser inmenso; pero es mayor aun el número que repite la fiebre hace creer tienen el cuerpo
de liebres que se ban rebelado á tndos estos medios. armado contra la quina , por decirlo así, pues elude
La corteza del castaño de ludias, del sauce blaco; la sus efectos saludab'cs. Monró en la epidemia de Cre
raiz de. árnica, de betónica, y otra multitud de sus ma, por los anos de 1761 y 1762, ha visto durar largo
tancias preconizadas en nuestros dias como febrífu tiempo muchas fiebres intermitentes, y resistir á to
gos, no merecen este nombre. Algunas vecen curan una dos lo: métodos curativos: tal fue también la épide-
liebre vernal, producida por la presencia de saburras, mia que describió Laulier. Nosotros hemos observado
cuya influencia han destruido ya los e míticos y los en la Lombardía una epidemia, en la que, á pesar de
purgantes; pero cuando reclaman nuestros auxilios la cscelente calidad de la quina, era preciso dar nada
una cuartana autumnal rebeldi ó una intermitente menos que nueve onzas de esta sustancia (270 gr.) para
pernicnsa, lodo el mundo recurre á la quina; todos curar los enfermos. Algunas veces debemos recurrir
se ven obligados á confesar la escelencia de este re- en las fiebres rebeldes á un cscelente remedio, cual
medio divino. Sin embargo, no es posible ocultar que es el cambio de lugar , el de tomar aires , porque
algunas veces le resisten las liebres; que, aunque cu preciso es no olvidar jamás que existe una afinidad
radas por él, aparecen al poco tiempo y se disipan grande cutre la fiebre intermitente y las enfermedades
de nuevo para volver á presentarse. Esto acontece nerviosas; y lié aquí porqué la costumbre de pere
con frecuencia en los casos de complicaciones y en griuar, mucho mas estcudMa antiguamente que en
determinadas constituciones inuividuales ó epidémi nuestros dias, era de grande utilidad en muchas en
cas: de manera, que la quina puede estar contraindi fennedades: y por lo mismo que los baños tbios son
cada, ó por lo menos reclamar la adición de los re incontestablemente eficaces en las afecciones nervio
medios propios para atacar las causas de las com sas, merecen ser ensayados con mas frecuencia en
plicaciones. No es, pues, inútil buscar otros febrí la liebre intermitente. En cuanto á la virtud de los
fugos; y sin creer que se pueda recurrir á una sus- antimoniales contra las liebres periódicas ; aunqut
taucia sospechosa, como el arsénico, muchas veces la la esperiencia de nuestros antepasados la hayan es
unión de los antimoniales, de ¡os mercuriales, délos tablecido, es despreciada mas de lo que merece en
opiados, de la sal de amoniaco, de los aromáticos, con un tiempo en que hay una afición decidida á usar de
la quina, aumenta la eficacia de este medicamen sustancias venenosis. y sobre lodo d-l arsénico.
to, que en otras ocasiones, administrado solo, á las Pero puedo subir de tal modo ol precio de la qui
dósis convenientes, y por largo tiempo, no necesita,, na, como nosotros hemos visto, que no haya medio
cuando es de buena calidad, de socorros estraños. i!e proporcionarla, y en estas circunstancias confe
Después de curada la fiebre, todavía hay que pre samos qu,e todo lo que pueda reemplazar, hasta
venir so vuelta , la cual se obtiene cun la administra cierto punto, este medicamento; debe parecer infini
ción reiterada del febrífugo, con la elección de sus< tamente precioso al género humano. Desgraciada
tancias nutritivas y fáciles de digerir, con el uso mode mente no se ha hallado hasta ahora ningún febrífugo
rado del vino generoso, y, por último con el de los amar- que lo iguale, y por lo mismo no debemos desdeñar
posydclas preparaciones ferruginosas. Es preciso de por mera prevención, ninguno de aquellos que haya
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demostrado la espericncia ser eficaz en un grau nú vista la fiebre intermitente falsa de la intermitente
mero de casos. | egitima.
También citaremos aqui una coinpesicion que, 31. En ciertas condiciones dependientes del su-
aunque poco conformo con los principios actuales geto ó de la constitución reinante, y sobre todo de
ile la química, goza, sin embargo, de gran repu- la atmósfera caliente y húmeda que reina en los
lacion entre los maotuanos y en los estados do Ve- lugares pantanosos; el cerebro , centro de la sensi
necia, y d» la cual se hace uso frecuentemente con bilidad, recibo los principales ataques, y de la causa
tra las tercianas. Se atribuye á Calabria, médico do común de las fiebres nace una intermitente maligna
líovign, y lleva el nombre de Agua amarga de Ca ó perniciosa, cuya marcha, evidente ú oscura, ame
labria. Hó aquí la fórmula (I). naza el principio vital.
La rai/. de betónica nos lia parecido inútil cons 32. Otras veces, sin presentar los sintonías ordi
tantemente en las liebres periódicas. Hemos oído narios de la fiebre, se declara una afección intermi
que un hábil médico lombardo, el doctor Magni, te nte periódica, que pertenece á la fiebre intermi
administraba oon buen éxito la sanícula montana tente nerviosa, simple ó complicada: nosotros la lla
(Ceum rivale). mamos intermitente simulada (larvala.)
* Estas son las enfermedades periódicas sin fiebre
GENERO PRIMERO. de Casimiro Medicus (I). Se encuentran en todas las
clases, escepto la primera. Entre las inflamsciones
1'iKBBE PERIÓDICA INTERMITENTE LEGÍTIMA nerVÍOSa. señala este observador la oftalmía, la angina, la pe-
■ ipneuinoiiia ; en biselases de los exantemas, la eri
29, Síntomas. —Los hombres que gozan de la sipela, la urticaria; en la de las enfermedades im-
mas perfecta salud son atacados muchas veces de petiginosas, la sarna, la psidracia , el cloasmo, la.
una liebre intermitente legítima , cuyas causas se cianosis, la plica; en la de los flujos, los sudores
escapan á la mas prolija investigación. La constitu parciales ó generales, la epífora, el ptialismo, diver
ción epidémica, las afecciones del alma, una exage sas hemorragias de la nariz, del ano ú otras vias; la
rada sensibilidad, cualquiera otra causa que ejerza coriza, la espec¡oracion purulenta, el vómito, el có
una acción especial y desconocida en el sistema lera-morbo, la diarrea , la diabetes , la gonorrea ; en
nervioso, pueden determinar esta fiebre. No existe las retenciones, la ictericia, el anasarca , el edema
aquí ningún síntoma de plétora, de crudezas ni de de los pies, la retención de. orina , su supresión ó la
saburras gástricas; no se puede suponer ningún otro de las evacuaciones alvinas, la amenorrea ; en fin , en
foco que las ocasione, sii.o simplemente la causa la clase de las neuroses, la sord ra, la hiperemia,
que las produce en las personas predispuestas. Esta la nietalopia, la hemeralopia , la amaurosis, la apo-
intermitente, cuya marcha no presenta ningún pe plegia, la catalcpsia . la epilepsia , la monomanía,
ligro para la vida, ningún síntoma insidioso, recibe el la inaníi, la demencia, el somnambulismo, la hidro
nombre de nerviosa ó simple benigna; y á ale géne fobia espontánea, la mudez, el asma, la coqueluche,
ro debían referirse todas las demás antes de emplear la pesadilla, la dispexia, el cólico, las neuralgias,
el febrífugo (2). Lis convulsiones, el tétanos, la corea, la parálisis,
30. La liebre nerviosa es producida casi siempre la gola, el histerismo, la hipocondría. Nosotros refe
por la misma causa; pero un acumulo anterior de sa rimos á las neuroses diversos accidentes notados por
burras latentes, ó un estado de plétora, dan origen Casimiro Medicus, y que pueden considerarse como
á multitud de síntomas que constituyen una enferme síntomas nerviosos; talos son los siguientes: adorme
dad complicada, basta que ol usa preliminar de los cimiento , insomnio, temblores, calambres, desfalle
diluenlcs ó de los evacuantes reduce la fiebre á una cimientos , sensación de frió ó de .calor local ó
simple afección periódica nerviosa. > general , laxitudes , cefalalgia , jaqueca, vértigos , es
Es necesario distinguir las complicaciones de tornudos, rechinamiento de dientes, risas, llantos,
una afección sintomática ó secundaria. Espiguémo bostezos, pérdida de la memoria, hipo, bu'imia, ano-
nos por medio de un ejemplo. Supongamos una lie rexia , sed , adipsia , pulsación de las arterias en
bre intermitente, que se acompaña de un dolor pleu- varias regiones, etc. Medicus admite aun enferme
rítico; si este síntoma sigue la marcha de los acce dades quirúrgicas, tales como las úlceras, los tumo
sos, desaparece y vuelve á aparecer con ellos, de ma res linfáticos, etc.
nera que no deje huella alguna, ó al menos muy os * La enumeración que acabamos de hacer nos ha
cura, durante la remis-on ó la intermisión ; la fiebre parecido necesaria para dar una justa idea de las fie
es simple y la afección concomitante es sintomática. bres intermitentes simuladas. Estas fiebres pueden
Si fuese una verdadera complicación, ol dolor pleurí- ser regulares ó irregulares, como las intermitentes
tico persistiría en la apirexia, y se exasperaría á la propiamente dichas; pueden ser también cotidianas,
aparición del acceso. Sin embargo , siempre que se tercianas, doble-tercianas y cuartanas; pero las mas
manifiesten síntomas de una afección local, debe te de las veces sus accesos son interrumpidos por in
merse se establezca una complicación, si es que ya tervalos mas largos que los de las intermitentes legí
no existe. La fiebre intermitente no se acompaña so timas ; por ejemplo , una semana, un mes, un año,
lamente de las saburras, de plétora ó de flegmasías, etc. C. Medicus no ha hecho una verd idera distiu
sino también de todas las enfermedades, con particu cion entre las fiebres simuladas y las perniciosas:
laridad de las que producen las intermitentes falsas, nosotros referimos á estas todas las afecciones gra
tales como las obstrucciones, la gota, el escorbuto, ves que figuran en el cuadro que acabamos de pre
los herpes, la sífilis, la sarna, las lombrices, etc. En sentar , enire otras la peripneumoiria, la apoplegía,
estas circunstancias no puede distinguirse á primera las convulsiones , etc., y, en general, todo síntoma
|I) R. Agua de cardo benedicto... dieionias—300 gram. pocos anos a esta parte se ha hecho la comarca que habitamos el
Sal amarga una gnu- 50 gram. foeo de fiebres intermitentes, y podemos asegurar que la descrita
porFrann la hemos observado muchas veces, y que en un gran
Espirita de sal amoniaco.
de atufre . j M- „.,:„,„„,
j .„ I""1" *ot- número de casos en que los síntomas ne saburras 6 de crudeias
hacían un papel importante, la complicación era apareóte, toda vez
que el aparato morboso desaparecía con el uso de la quina.
Se administra dos veces, y aun mas, durante la apirexia. (!) Tratado, de las enfermedades periódicas sin fiebre.—Pa
(4) Se ha puesto en duda la existencia de esta liebre; pero de rís , 1750.
DE MEDICINA Y CIRUJÍ A.t-FRANK. 39
sospechosi que aparece periódicamente bajo el lipo riódicos, independientes de causas estrafias, y que la
ordinario de las fiebres intermitentes. remisión sea espontanéa; mientras mayor sea la liebre
* La intermitencia en las fiebres simuladas se re remitente, mayor será el peligro que las exacerbacio
conoce por las apariciones periódicas , por el sedi nes añadan á la remisión. I'ara reconocer si la fiebre
mento latericio é* las orinas, por la constitución rei remitente pertenece á la especie de las intermitentes,
nante , y , en una palabra , por los mismos signos que es preciso consultar la epidemia reinante (23) y traerá
las intermitentes no sitnuladas (43). la memoria el carácter déla fiebre de donde dimana la
33. Estas liebres se presentan, ya con intermiten remitente; sí no es primitiva. Cuando procede de la
cia sensible, ya simulando una especie dé continui- continua, se debo presumir que conserva su natura
da.l. En este último caso , merecen el nombre de sub- leza, principalmente en los primeros días de la dege
continuas , benignas ó perniciosas. neración, y viceversa.
* Las intermitentes oscuras comprenden las subin 3L La fiobre nerviosa benigna simple no ofrece
trantes , las subcontinuas y las remitentes. En la otros síntomas qne los que hemos referido, al hablar
liebre Subintrante , la declinación del acceso es dete de la liebre intermitente (*3).
nida de repente en su marcha por la invasión de otro 35. Los síntomas de la fiebre perniciosa son tan
nuevo acceso. La piel, que se liabia ablandado, ad variados, que forman, por decirlo así, un resúmen de
quiere mayor densidad ; las secreciones, que se iban todas las enfermedades agudas. Se ha creído que la
eslableciendo , se suprimen; la orina sedimentosa, diferencia entre la fiebre perniciosa y la liebre ma
se convierte en clara ; el pulso , que era desarrollado, ligna consis'ia en que la primera se acompaña os
se concentra; en fin, la templanza universal que se tensiblemente de síntomas alarmantes, terribles, ó pol
anunciaba , se Iroca en un eretismo general. El diag lo menos, que uno de ellos se muestra de un modo
nóstico es tanto mas fácil , cuanto mas cerca de su desusado en los paroxismos, siendo siempre di
(in encuentra el nuevo acceso al precedente. Para ferente en cada acceso. En efecto, varios enfermos
que la liebre soa subintrante es preciso que esto úl atacados de liebre, que al parecer ofrecen el mismo
timo suceda en un estado de declinación manifiesta, peligro, para el hombre sin esperiencia , se agra
de tendencia marcada tiácia la apirexia por un abati van de improviso al siguiente acceso , y son sor
miento general y se: sible. prendidos poruña muerte inesperada. Sin embargo,
* La fiebre es subcontinua cuando la anticipación no existían desde el principio oíros indicios de tan
ile los accesos borra casi entera y aun completamente funesto acontecimiento, que los síntomas de una fie
c| primero y tercer período : los accesos se aproxi bre maligna ordinaria, tales como oscurecimiento
man ó se alargan mas y mas, y el segundo período nebuloso de la vista , que había aparecido desde la
domina sobre los otros dos , que son menores en du invasión, sin causa evidente y continuaba durante la
ración y en intensidad. Si somos llamados demasiado epirexia; pesadez de cabeza, cefalalgia, eslado de
tarde para observar esta marcha, debemos informar estupor, vértigo, propensión al sueño, prostracion
nos de lo que ha precedido, y aunque la fiebre haya notable, mucho mas marcada que la que produce
sido intermitente, se examina si lo os aun. Entonces una simple intermitente; frecuentes lipotimias, vó
un escalofrió ligero , fugitivo , y aun parcial ; una pa mito, diarra colicuativa/orina siempre clara y tenue,
lidez algo sensible, la concentración del pulso, la roja, un poco espesa y fétida; cstranguria, tenesmo,
presencia de un síntoma particular , como la tos, el movimientos convulsivos parciales, entorpecimíerto
dolor de cabeza, pesadez en las piernas, etc., a" la ó contracción involuntaria di ciertos músculos, pal
hora délos accesos; algunos bostezos , el aumento pitaciones, irregularidad, lentitud y pequenez del
de la sen, el sedimento i.tericio de las orinas; en pulso, alteración considerable de la cara. Estos sín
fin , á falla do otro signo, la desigualdad de la inten tomas son de temer principalmente cuando el enfer
sión de la fiebre, si es algo notable en la época cor mo está rodeado de una atmósfera caliento y viciada
respondiente al acceso , bastan al médico observador por los efluvios de un pantano ó laguna; cuando el
para establecer su juicio. El cambio de la Hebra en acnio de la constitución favorece el desarrollo de las
continúa es pésimo por sí mismo. Ya hemos visto en intermitentes perniciosas, y también cuando el pa
otra parte (23) por qué medios se llega á conocer la ciente es viejo, caquéctico, de constitución empobre
intermisión. cida por otra enfermedad, si es de tierna edad, ó si
* Cuando los accesos no dejan entre sí intervalos es una mujer recien parida, etc.; asimismo acontece
perfectos de reposo, ó no se observa en su termina á los sugetos muy «cosibles, escepcion hecha de los
ción una tendencia á la apirexia, la fiebre es remitente. hipocondriacos é histéricos, cuyas enfermedades se
Reservamos este nombre, dice Voullonne á las fie confunden ó se toman por afecciones graves.
bres en que se anuncia la exacerbación por una per- * El carácter pernicio-io se reconoce por los sín
•urbacion sensible, se efectúa por grados, se sostiene tomas siguientes, según Alibert (1) ; aparato de sín
por cierto tiempo en su apogeo, se debilita poco á po tomas que no son comunes, y que se hacen muy
co, y deja al enfermo, poco mas ó menos, en el mismo funestos coa gran rapidez; predomioio de uno de
estado que antes. Baumes (1) divide las remitentes en ellos, que puede persistir en la apirexia, sin que por
tres órdenes. En el primero, el acceso principia por es eso cambie la naturaleza de la enfermedad; inco
calofríos; en 61 segundo, se anuncia por un refriamiento nexión entre los síntomas, que mas bien se agrupan
de todo el cuerpo, de las eslromidades, ó do la nariz; que se suceden unos á otros; la misma inconexión
en el tercero, el frió falta, y nose observa mas que una entre los períodos del paroxismo, declinando la fie
exasperación del calor y de los demás síntomas febriles, bre cuando debía tomar incremento, aumenta cuan ■
f.a primera ó las dos primeras exacerbaciones en las fie- do debia llegar á su estado . y cuando se espera
Iflres d'-l segundo y del tercer órden, empiezan ordina verla decrecer, desciende súbitamente, para volverá
riamente por un escalofrió considerable, y todos (os ac tomar-cuerpo en seguida con la misma celeridad. El
cesos terminan por sudor, ó al menos por orinas muy estado pernicioso puede presumirse por el carácter
cargadas. Es necesario que estos accesos sean casi pe de la constitución epidémica y por las enfermedades
reinantes. En general, toda afección que presenta
síntomas sospechosos con intermitencia ó remitencia,
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mas ó menos manifiesta, debe considerarse como per- que añadir la periodicidad y el peligro inminente de
' niciosa. No licuamos la existencia de las fiebres inter> que la cnlermedad se acompaña.
mitenles adinámicas ó atóxicas; pero no creemos * Según Frank, ü fiebre perniciosa puede adquirir
se las pueda distinguir ó prieri de las intermi la forma de todas las enfermedades; con lodo, bueno
tentes perniciosas. La diferencia no eslá en los sinto será conocer sus variedades mas comunes. A las que
nías, sino en el peligro de la enfermedad, y no acon se acaban de enumerar pueden ag&egarse las siguien
sejamos á nadie que espere el resultado pnra saber tes : liebre hepática ó atrabiliaria, "delirante uefriti.
si la liebre es perniciosa ó simplemente adinámica ó ca, hidrofóbica. afónica é ictérica. Hemos observa
afáxica Ademas, estas últimas son tan graves, sobre do una que no pertenecía á ninguna de estas: el ac
lodo cuando se presentan bajo el tipo continuo, que ceso se anunciaba por un estado de estupor, muy
debemos apresurarnos á combatirlas con los febrífu parecido á la asfixia. También li mos v-islo una fiebre
gos, en el ¡listante que ofrezcan el mas ligero vesti hemorrágica, en la que la sangre manaba en abun -
gio do intermitencia ó remitencia. Príngle nos ha dancia por la nariz y por la picadura de una sangría
dejado la historia de una liebre intermitente ó remi que habíamos practicado en el brazo ocho horas antes
tente gástrica, con delirio frenético, cefalalgia vio del acceso.
lenta y sin carácter pernicioso. Esta fiebre termina * Superfluo seria dar una descripción particular de
ba algunas veces por cámaras ó por orinas abundan todas las variedades de la liebre intermitente perni
tes; otras duraba varias- semanas sin remisión sen ■ ciosa: los síntomas son absolutamente los muuMi
sible, y concluía en seguida por accesos cotidianos. que los de las enfermedades de donde t mían su nom
Los enfermos esperimenlaban en el curso de la en bre, y no se diferencian de estas mas que en la pe
fennedad sudores suaves y continuados. Convenía riodicidad, la intermitencia y 011 la gravedad de que
atacar la liebre con la quina desde el segundo acceso, van acompañadas. Nos concretaremos solamente al
pues do lo contrario degeneraba en continua. El ca diagnóstico de la fiebre intermitente perniciosa, toda
rácter pernicioso no consiste, pues, únicamente en vez que se aconseja no sp la confunda con la fiebre
la aparición de un síntoma grave ó insólito, sino en soporosa continua de los viejos, y se ha establecido
el peligro de que el enfermo se ve amenazado; y por el siguiente paralelo entre estas dos enfermedades:
lo tanto, es urgente dar la quina en las intermiten «La fiebre soporosa de los viejos es siempre esporá
tes aláxicas ó adinámicas, del niisn o modo que en dica; principia por un simple enfriamiento de las estre-
las fiebres perniciosas propiamente dichas. Tal os la midades superiores ó inferiores, sin que pueda lla
conclusión que sacamos de las observaciones de Prin marse escalofrió; presenta una marcha menos rápi
gle. La intermitencia y la remitencia se conoce en da, y el pulso es pequeño, débil y desigual. La in
ellas por las mismas señales que hemos espuesto en termitente perniciosa aparece en las epidemias de
las benignas (23). Cuando la fiebre es comitata, es fiebres intermitentes, y no es esporádica sino en los
decir, acompañada de un síntoma particular, se ve lugares pantanosos; sus accesos principian ordina
que este acrece , declina poco á poco después de al riamente por escalofríos; su curso es rápido; el pul
gunas horas para desaparecer, ó al menos para debi so, ordinariamente lleno y fuerte, como en las apo-
litarse espontáneamente. plegias.» Estas diferencias no nos parecen demasia
L.iS diferentes n imbres dados á la fiebre p'rnieio- do características para distinguir con seguridad unas
sa, no cambian su naturaleza ni su tratamiento, fiebres de otras: pero ¿es imporianle para la elección
cuando es simple y ofrece el mismo tipo; unas ve de los remedios? Sería perjudicial tomar la liebre per
ces es cotidiana, y fácilmente se reviste de la forma niciosa por la soporosa de los v.ejos. ¿Pero resulta
subconüiiua; pero mas comunmente imita la marcha rían graves consecuencias de tralaresta como si fue
de la terciana ó de la cuartana. Cuando es doble-ter se una liebre perniciosa? La remiteucia reclama la
ciana, acontece con mucha frecuencia que un acco- quina, lauto en las unas como en las otras.
so solo es pernicioso; pero también el paroxismo su 36. La fiebre intermitente simulada no difiere de
balterno puede lomar el mismo carácter y llevarse la ptrniciosa mas que en razón del peligro y de la
al enfermo de improviso. Otras veces no se hacen intensidad, que son menos considerables; también to
perniciosas las liebres sino después de haberse pre ma el nombre del síntoma que mas predomine en
sentado benignas en varios accesos ; y en los epi ella.
demias que constituyen sucede, que las intermi 37. Causas.—Aunque la fiebre intermitente per
tentes benignas se convierten en fiebres continuas niciosa no reconozca otras causas que las de una in
graves: estas observaciones son de la mas alta im termitente legítima, y á pesar de que la variedad de
portancia para el tratamiento. Cada variedad de la lossíntomas depende de la parle que se halle ¡dicta
liebre perniciosa toma el nombre del síntoma mas da, y no de causas diversas; es, siu embargo, mara
notable que la caracteriza; se aproxima por afinidad villoso y difícil de concebir cómo tantas enfermeda
á las afecciones soporosas, de donde se las nombra des, no solo diferentes por su aspecto, sino opuestas
fiebres comatosas, letárgicas, caróticas , apopléticas; por su naturaleza, puedan tener siempre uu mismo
y á. las parálisis y debilidades, de donde toman el origen, que aumenta con impetuosidad la reacción del
nombre de hemiplégicas, amauróticas y sincópales. sistema, ó le debilita y le amortigua, y que desapa
Ya pertenecen á las afecciones convulsivas, y se lla rece durante ia apirexia, é interrumpedurante mu
man liebres espasinódicas, tetánicas, calalépticas, chas horas y días enteros la escena de una enferme
epilépticas, eméticas, coléricas, asmáticas, ó ya to dad eminentemente inflamatoria, como lo hemos ob-
man la denominación de los dolores que las acom ervado en una pcripneuiúonia perniciosa terciana.
pañan, y de aquí la fiebre artrítica, cardiálgica, pleu- * No repetiremos ahora lo que ya dejamos dicho (23)
rílica, ccfalálgica, cólica y disentérica. En fin, la fie para demostrar la existencia del elemento nervioso
bre perniciosa se distingue por un síntoma agudo, en las intermitentes. Las enfermedades perniciosas
tales son las llamadas álgidas, lipíricas, diaforéticas, son estremadamente variadas, muchas veces opues
escorbúticas, petequiales, y otras. Así, el que conoz* tas por su naturaleza , y sus síntomas exigen socor
ca bien la historia de las afecciones que dan nombre ros también muy varios, según su carácter: do ma
á la liebre perniciosa, de cuya esposicion nos ocupa nera que no se trata del mismo modo una pleuresía
remos mas adelante, no necesita mas, para adquirir perniciosa que un acceso de fiebre colérica ó sinco-
una idea exacta de las variodades de esas liebres, ■ pal, etc. Pero, en el fondo, todas las fiebres pernicio
DE MEDICINA Y CIRTJJÍA.—RFANK. 41
sasson absolutamente idénticas, puesto qne solo ce caso de duda, el partido mas seguro es curar la en
den il un misino método curativo. ¿ Será necesario fermedad como perniciosa. En cierta ocasión fuimos
repetir que un estas liebres, como en todas lus del llamados para consultar sobre la -enfermedad do un
mismo órden , hay al!?o mas que una irritación? jóven de constitución fuerte y vigorosa, que pocos
* Las liebres perniciosas reconocen por causas: los dias antes había caído de cabeza y recibido un gran
miasmas mefíticos que emanan de los pantanos, y golpe en esta parte, y que á la sazón se quejaba de
cuya acción es favorecida por la noche , por la esta cefalalgia. La víspera de este accidente había estado
ción del otoño y por el calor atmosférico; tos vapores espuesto con la cabeza desnuda y por espacio de
desprendidos de la tierra por las lluvias que sobre algunas horas á los rayos de un sol quemante: estas
vienen en los tiempos calorosos, sobre todo cuando circunstancias hacían pensar en una inflamación ce
suceden á una gran sequedad ; las exhalaciones de rebral, y la liebre era cel'alálgica delirante. A nuestra
las aguas corrompidas, tn las que se ha puesto á en llegada había tenido el enfermo dos accesos: nuestro
riar el lino y el cáñamo (1); las emanaciones anima compañero atribuía la calma que habia sobrevenido
les en los lugares en que se reúnen un gran número al tratamiento anliftajístico que habia empleado enér
de hombres } las bebidas de agua alterada ; el frió, gicamente. Nosotros, considerando que el enfermo
la tristeza, las pasiones vivas , las grandes herid *. y habitaba en una comarca en que existían panlanos;
otras enfermedades. La acción de estas diversas cau que en las cercanías eran muy comunes las intermi
sas es favorecida ñor un estado anterior de debilidad, tentes; que la afección cerebral, á pesar de la ener
por las pasiones deprimentes, etc. gía del tratamiento antiflojístico, habia tenido siem
38. Pero es necesario confesar que la fiebre per pre una marcha regular; es decir, su aumento, su
niciosa no es siempre tan simple en su marcha , que estado y su declinación, no titubeamos en diagnos
no deje de presentar otras causas secundarias, muy ticar la enfermedad de fiebre perniciosa terciana. El
dignas de la atención del médico. La bilis alterada 6 médico de cabecera no fue de nuestra opinión. Le
segregada en demasiada cantidad, la plétora general hicimos observar que ni en lo uno ni en lo otro po
ú parcial , hacen aquí un gran papel. Las K burras díamos estar seguros de no engañarnos; que si la en
solas, el ingurgitamiento periódico de los vasos, un fermedad era puramente inilamatoria, solamente po
foco reumático establecido en un órgano , pueden dría suceder que se exasperase por la quina, mien
dar origen á fiebres perniciosas, que se cambian bien tras que si era perniciosa, perecería el enfermo al
pronto en intermitentes, simples y benignas, cuan tercer acceso, lo cual habría de suceder al cabo de
do su ha espulsado ó apartado la causa de la afección veinte y cuatro hoias. Al fin convino en que se ad
secundaria. Pero es niuy fácil tomar en estos casos ministrase la quina, lo q ie se efectuó, primero á la
el efecto por laxausa , y, con gran perjuicio del en dósis de dos onzas y media (7b gram.). La ufeccion
fermo, se priva en sus principios á (a afección, que cerebral no volvió á presentarse, y por lo tanto el
puede ser mortal , del remedio específico. En las enfermo entró en convalecencia. Para mas justificar
epidemias de fiebres benignas se presentan con fre nuestro diagnóstico, apareció el tercer acceso en la
cuencia fiebres perniciosas, que, teniendo un mis semana paroxística, y nuestro compañero se apresu
mo origen , como el aumento de la sensibilidad, ó ró á dar la quina, con el objeto de impedir el cuarto.
el cambio de sitio de la materia morbífica, ceden tam Desde entonces lia gozado aquel individuo de la sa
bién al mismo antídoto. Sin embargo , siempre que lud mas perfecta. Podemos añadir todavía un caso
duranlo el acceso de una intermitente periódica, so análogo, que hemos observado con MM. Aubenas y
lamente porque el vómito fatigue al enfermo, ó porque de Brysis. La liebre habia sido ocasionada á conse
predomine cualquiera otro síntoma menos peligroso, cuencia de un golpe violento recibido en la cabeza:
no debemos apresurarnosú declarar esta fiebre perni el primero y segundo acceso habían sido hemorrági-
ciosa, y, despreciando toda idea de complicación, acu cos; la sangre habia salido en abundancia por la na
dir al instante al método específico; pues esta con riz; el tercero y el cuarto fueron letárgicos, etc. Esta
ducta inconsiderada es fecunda en graves inconve fiebre resistió al sulfato de quinina, á la quina fecu
nientes en los países en que son comunes las fiebres lenta de Mr. Rey, y se curó al décimo-cuarto acceso,
perniciosas. á beneficio de una gran dósis de quina ordinaria. La
* No todas las afecciones periódicas graves me cabeza parecía siempre afectada, aun durante la api-
recen el nombre de perniciosas. Frank piensa que las rexia, y todo hacia creer que la enfermedad era una
saburras, la plétora y la irritación reumática pueden inflamación cerebral, -que debia terminarse por una
ocasionar una fiebre perniciosa simulada. Pero es supuracinninevitablcmente mortal. El enfermo habita
necesario hacer observar que es fácil tomar aquí el ba en la misma comarca que el anterior: padeció poco
efecto por la causa; que las saburras, la plétora y la mas ó menos por el mismo tiempo, de modo que el
inflamación, pueden ser sintomáticas del estado per ejemplo del uno nos sirve perfectamente para el otro.
nicioso: que las fiebres intermitentes benignas, en * Esta conducta es la que debe seguirse cuando
las epidemias, están espuestas á degenerar en per se pueda suponer razonablemente la existencia del
niciosas, y entonces exigen el empleo de la quina. genio pernicioso. Si la enfermedad es frafTcamente
Por otra parte, le parece peligroso tratar con los fe inflamatoria, se agravará con la administración de los
brífugos una enfermedad inflamatoria ó gástiiea, febrífugos; pero no llegará á ser mortal si se obser
que no es perniciosa sino en la apariencia, y repara van con atención los efectos del tratamiento, y se sus
que cu les países en donde reinan las liebres de este pende cuando se ve que no aparecen los que se es
carácter, los médicos, espantados por el peligro de peran. En nuestro segundo enfermo, las primeras
que se acompañan, caen en este error. Tal es ol preparaciones de quina fueron ineficaces, pero no per
sentido de csi; párrafo, que el estilo del autor hace un judiciales. Esta es una distinción importante cuando
Eoco oscuro. Nosotros convenimos con él en que se recurre á la medicina esperimeutal, y cuando se
ay inconvenientes en administrar la quina contra quiere esclarecer el diagnóstico á juvantibus aul lm-
una enfermedad que reclama esencialmente los an- acnlibus.
liflojislicos; por ejemplo, la peripneumonia: pero en 39. Tratamiento —Luego que dos ó tres accesos
nos han hecho conocer el carácter de una liebre pe
hieiese publica j de ncedicina lfg¿l. T. I, pcg.516. riódica intermitente legítima nerviosa (29 y 3m), si no
7. me ni complicación (30), ni estado pemicio

42 B3U0TECA BGONÓMKW
so (3S); si no se espera que la fiebre cure otra en antes del acceso; pero la época de su prescripción
fermedad crónica (27), se trata de establecer el mé es menos importante que su dósis. Muchos médicos
todo curativo, sin temer que una medicación intem quieren diferir aun aquella; mas el instante de la ¡a*
pestiva produzca accidentes , que serian el resultado vasion no es fijo, y multitud de enfermos, afectados
de la continuación de la fiebre ó de un mal trata de una sensibilidad eslremada, esperi montan en las
miento. primeras horas, que la preceden, náuseas, una repug
40. Esta fiebre cede al misino específico que la nancia general, y rechazan el medicamento, cuyo
intermitente legitima y simple , ó sea á la quina ordi - efecto en estas circunstancias llega á ser ilusorio.
naria ó roja, administrada en sustancia , sola , pero Algunas veces dos dracmas (8 grani.) de quina selecta
escogida de manera que no haya necesidad de otros bastan para preservar de un acceso inminente ; pero
auxilios. Algunas veces, á causa de la idiosincrasia otras hay necesidad de doblar la dósis. Se administra
del enfermo, de la sensibilidad é irritabilidad del aquella cantidad de una sola vez, ó en varias tomas,
estómago ó de los intestinos , esta corteza produce á causa de las náuseas que esta sustancia promueve
un sentimiento de opresión, es arrojada por el vómi en un gran número de enfermos, de la irritación que
to, ó se precipita por las cámaras. En el primer ca produce en el estómago y del vómito que la arroja.
so la canela ú otro aromático agradable, y en los Las dósis se distribuyen de manera que pueda el en
otros dos el opio, administrado con mano prudente, fermo tomarlas durante la apirexia en cantidades
antes ó con el remedio, sostienen y aumentan su perfectamente iguales. No es raro que en el primer
eficacia. La infusión en frió, la infusión teiforme, la acceso siguiente no se observe diminución alguna
decocción, el estrado gomoso ó resinoso , aun apli en la liebre, y algunas veces repite con mayor vio
cados al esterior ó administrados en lavativas, bastan- lencia, para ceder bien pronto 'al uso perseverado
para curar la fiebre (l). del remedio. La cantidad de este varia, según la di
41. Es preciso considerar dos tiempos en cada versidad de los casos : no es frecuente que basten
intermitente legítima: el primero constituye el paro menos de tres onzas (90 gnu».'). Según el genio de la
xismo; el segundo la apirexia. En aquel, todo el cuU constitución epidémica, según lo rebelde do la liebre,
dado so reduce á moderar los síntomas (28). y á pesar de la desaparición de los accesos, se debe
* Durante el escalofrió se debe abrigar al enfer prescribir mayor cantidad aun, distribuida cada dia
mo: fo entretiene la sed con gargarismos , con rajas de tal manera, que mientras mayor sea la distancia
de limón, con el ácido carbónico, la poción antiemé que haya de la terminación de la enfermedad, mayor
tica de Riverio , etc. Las bebidas , sobre todo las sea también la dósis diaria, pues se debe insistir por
frías, favorecen el establecimiento de la diátesis se largo tiempo en la administración de la quina. En
rosa; poro la mayor parte de los autores permiten estas circunstancias se aleja del enfermo todo lo que
las bebidas aromáticas calientes, como la infusión de pueda debilitarle, suprimir la traspiración, fatigar los
saúco, repetidas en cortas cantidades. Baumes re órganos digestivos é irritar el sistema nervioso: se
comienda las fomentaciones húmedas, vaporosas, en evitan las causas que puedan exaltar la disposición
las estremidades inferiores, practicadas con ladrillos á la fiebre, si no está muy lejana, ó de reproducirla
calientes rociados do una infusión aromática. Lordat aunque haga tiempo que se ha curado: esto debe te
observa que cuando el paroxismo termina por espan- nerse presente con preferencia en las épocas que cor
sion no se forman obstrucciones , y las que existen respondan á la invasión de los accesos y á la apari
disminuyen, ó al menos no adquieren mayor incre ción de las reglas en las mujeres. El mismo trata
mento; y que, en el caso contrario, se establece un miento conviene en la recaída, á menos que una
movimiento fluxionario en los órganos interiores , é complicación, ó la causa que la lia precedido y de
importa , por lo tanto , favorecer por todos los me terminado, merezcan una atención especial.
dios posibles el movimiento escéntrico. Hé aquí las * Strack (t)encarga que nose administre laquína,
indicaciones que hay que llenar en los tres períodos ó no ser después de la cocción 6 de una crisis perfen ■
febriles. ta, y cree que el olvido de este precepto hace muchas
* En el período del calor debo disminuirse el pe veces ineficaz el febrífugo. En otros téminos; es nece-
so de las cubiertas. Baumes aconseja las bebidas sarioque el estado de irritación haya desaparecido, y hé
frescas, prescribe los ácidos en tisanas, julepes, ene aquí acordes la doctrina antigua y la moderna , pues
mas, en pediluvios, en evaporaciones alrededor del algunos autores, aconsejan que se difiera la prescrip
lecho, y da el nitro, solo ó acompañado, con pequeñas ción de la quina hasta el sétimo acceso. Voullonne le
dósis de alcanfor. daba entre el tercero y el cuarto, ó cuando mas en
* El sudor reclama la administración de bebidas tre este y el quinto, y Frank sigue, poco mas ó menos,
calientes, propias para favorecerle y para escitar al la misma regla (30). Estos prácticos han reconocido
mismo tiempo las cámaras y la orina, lo cual se obtie sin duda que, 4 una época algo lejana, cede general
ne por la adición del nitro y del crémor de tártaro. mente la irritación. Pero nosotros establecemos como
* Durante el acceso no so debe dar alimento al principio que, cuando la indicación de los febrífugos
guno, *no ser que so prolongue de un modo estraor- no es urgente, es preciso combatir, ó dtjar que se
dinario , que entonces se puede conceder el caldo, amortigüe la irritación, anles de administrarla quina.
tomado de cuatro en cuatro horas. • Las contraindicaciones que reconocen los prác
En el segundo tiempo es preciso perseguirla en ticos están fundadas sobre el mismo principio. En
fermedad, que se oculta á nuestras miradas; y se ad efecto , ellos consideran la quina como perjudi
ministra el febríbujo que la destruye, ya después del cial en el embarazo, durante las alteraciones que se
paroxismo, ya al medio de la apirexia , ó dos horas esperimentan para presentarse la primera menstrua
ción, en las personas de una constitución muy irrita
ble, y en general siempre gue ocasione cólicos, ó un
(1) Cuando la quina irrita el estoniano , no ei prudente, ni aun estado de ansiedad ó de sufrimiento interior, ó cuan
basta en todas ocasiones , combinarla con los aromáticos. Esta do el individuo esté atacado de un infarto doloroso
asociación es útil en ciertos casos de irritabilidad nerviosa, unida
i un estado de debilidad , de atonía. Cuando existen síntomas de del bazo, del hígado, etc. En algunos casos conviene
irritación con tendencia i la flogosis , tala» como la rubicundez de que preceda la sangría, y en otros nos vemos obliga-
la lengua y de los labios, la sensibilidad dal epigastrio, etc., es
necesario combatir la gastritis inminente cou las sangrías, las bebi I
das diluaniesy mucilaginosas, antes de administrare! febrtfujo. G. (1) De febribus intermitcntibus.-PaTía, 1791
DE MEDICINA Y CIRDJÍA.—FRANK. 43
dos á renunciar de lodo punto al uso interior de los * Cuando la sensibilidad del sugeto reclama la
febrífugos. adición de un antiespasmódico , debe darse ja poción
♦ Como la quina no-obra sino por su virjud pro- & cucharadas, en el intervalo del acceso.
liláctica, importa administrarla á gran distancia dsl * El estracto acuoso , según Baumes, se adminis
acceso siguiente como á la de doce horas , y aun de tra á la misma dósis y de la misma manera que el
veinte y cuatro, según Torti (1). Las dósis deben polvo,
distribuirse de lal suerte, que haya dos horas de in * Nosotros prescribimos el sulfa'o de quinina en
tervalo entre la última y el acceso que scespera , y suspensión en agua azucarada, en jarabe, pero so
la primera debe ser la mayor. Así, cu los casos ordi bre todo en pildoras. En las fiebres intermitentes be
narios se administran desde luego dos dracmas nignas, la dósis es de diez granos ( 5 cenlígr.), dis
(8 gram.) de quina, dgspues una (4 gram ), ensegui tribuidos en tomas iguales ó decrecientes para el
da media (2 gram.), etc. Strack uaba en cada hora primer día de tratamiento; una dósis menor ó decre
un escrúpulo (15 decígr.) de quina en polvo, y ha ciente hasta para prevenir los demás accesos ó para
cia tomar de ese modo hasta tres onzas (90 gram.), en confirmarla curación. En las liebres perniciosas debo
el espacio de ocho & once dias. Nosotros hemos en administrarse esta sal á doble dósis, y aun ú triple:
sayado uno y otro método; es decir, hemos dividido es un gran recurso cuando los enfermos tragan con
la dósis, ya en porciones decrecientes, ya en porcio dificultad , pues siempre se la puede hacer tomar en
nes iguales, y liemos obtenido los mismos resultados, una cucharada de vino, de cafó , de jarabe, de agua
con corta diferencia. Sin embargo, preferimos el pri azucarada, etc. Asi la hemos administrado nosotros,
mer método al do Strack, sobre todo en los casos hacia la declinación de un acceso pernicioso , en dos
graves, porque nos parece mas seguro. Y en efecto, enfermos , cuyo estado era desesperado.
muhas veces ocurre que los accesos se adelantan , y * El uso de la quina debe continuarse en la con
si el enfermo no ha tomado ya una considerable can valecencia. Strack administraba un escrúpulo (15 de-
tidad de quina en los primeros instantes de la opi- cigram s ) cada dos horas y cuando las orinas llegaban
rexia, vuelve la liebre con todos los accidentes de á ser naturales , la misma cantidad cada tres horas,
que se acompaña. Según Baumes, las dósis demasia en seguida cada cuatro horas, después tres veces,
do pequeñas hacen que los accesos sean irregulares y dos, y, por último, una vez por dia, en periodos de
peligrosos. En las intermitentes dobles, después de ocho; y asi continuaba por espacio de ocho, diez ó
haber suprimido el mas fuerte ó el mas débil de los doce semanas. Eu los casos ordinarios acostumbramos
paroxismos, es necesario sostener y aun aumentar la administrar algunas dósis solamente en el septenario
dósis. en vez de disminuirla. que sigue á la terminación de los accesos. NVcrlhol
* La quina se administra bajo diversas formas, la aconseja en las semanas paroxisticas , y es una pre»
en polvo, en estrado, en cocimiento, en tintura, caución que debe tomarse en las fiebres perniciosas.
bajo la forma salina, etc. Frank cree quo la quina en * En la liebre subintrante benigna se administra
sustancia posee el mas alto grado de virtud febrífu la quina hácia la declinación de los accesos, se sus
ga. En las liebres perniciosas, preferimos la quina en pende durante el acceso próximo, para volver en se
polvo á las demás preparaciones; sin embargo, on la guida ¡i su uso. Lo que nos proponemos en este caso
epidemia de 1827 (a mayor parte de nuostros enfer es debilitar solamente los paroxismos y cambiar la
mos no la pudieron soportar en esta forma, y cura liebre en intermitente manifiesta y franca , la cual se
mos con el sulfato de quinina las intermitentes per trata después por el método ordinario. Pero si es
niciosas, lo mismo que las benignas. Mr. Sordat re perniciosa , debe propinarse la quina á grandes dósis
comienda la quina feculenta y la hace tomar en una y eu intervalos aproximados.
infusión amarga , ó en el cocimiento de esta misma • ' El tratamiento de la fiebre subconlinua está
corteza. Strack cree que el polvo lino es inerte. Nos sujeto á las mismas reglas que el de la subintrante;
otros d.imos la quina en agua pura, á menos que la si el cambio de tipo se ha verificado ya, la fiebre con
debilidad del enfermo reclame el vino ó cualquier tinua, que le sucede , puede reclamar otro método,
otro tónico. También se la puede tomar en bolos ó como lo veremos á continuación.
en electuario. La dósis es de media onza (13 gram.), * En la curación de la fiebre remitente, dice Vou-
á una (30 gram.), en las liebres benignas; pero cuan llonne, es necesario distinguir lo quo tiene do inter
do se trata de prevenir un acceso pernicioso, no re mitente y lo quo tiene de continua ; todo lo que sub
cetamos menos de dos onzas (00 gram.). Baumes siste de enfermedad en la intermisimi , pertenece 6
prefiere la quina en polvo para los individuos de fibra la continua ; todo lo que añade la exacerbación, per
floja, y que poseen un estómago atónico; este misino tenece á la intermitente. Se decide según el peligro
práctico prescribe el cocimiento á la¿ personas que que estos dos períodos presenten , pero no comparán
tienen esta viscera muy irritable, es decir, dotada de dolos con la remisión, sino con lo que la exacerba
gran susceptibilidad nerviosa. En iguales circuns ción agrega ; y si los accesos son subintrantes ó suh-
tancias, combinamos el sulfalo de quinina con el opio continuos , la quina no tiene lugar. Becordemos los
ó con otro anliespasmódico; no hemos usado la qui tres órdenes establecidos por Baumes (33). La quina
na en cocimiento mas que en la convalecencia. Por es beneficiosa en las remitentes de primer órden;
lo demás, no proscribimos la práctica de Baumes, muchas veces es útil en las del segundo, y casi siem
pues creemos que esta prcp ración puede en ciertos pre noHvo en las del tercero. Con todo , debe admi
casos, no solamente obrar como fobnfuga, sino como nistrarse en estas si tienen el carácter pernicioso.
antiespasmódica. 42. Esta fiebre, en el estado de mayor simplici
• Mr. Chrcstien emplea la resina, y aconseja la
dad, resiste á la quina en ciertos individuos, y cede
poción siguiente (2): al opio, solo ó combinado con aquella sustancia;
unas veces á los medicamentos que obran especial
(il Therapculice specialis ad febres periódicas perniciosas.- mente sobre los nervios del estomago, ú un ligero
París, 18Í1. emético, como la ipecacuana ;cn pequeñasdósis, ó el
(4¡ R. Resina de quina lina dracma. — ' 4grara tártaro estibiado, al uso do un manjar apetecido y
Sal de ajeajos Media td. — igrau!, n impaciencia , aunque sea de los mas re
Disuélvase en agua destilada. Cualra onzas.—«O gram
BIBLIOTECA KCOiNÓMICA
* Cuando se híiii propinado inútilmente tus di cede de la supresión de una evacuación natural ó
versas preparaciones de quina al interior, se admi habitual, como el sudor de los pies, el de las axilas;
nistra en' lavativas, en baños y en fricciones; y en es del flujo.üterino, del hemorroidal, y de otras causas,
te último caso se echa mano da las tinturas espirituo que exigen un tratamiento especial, ó no admiten
sas. El baño se prepara con un cocimiento de dos ninguno",
onzas (tío gram.), á seis (180 gram.), de quina, al que la quina. ó se exasperan con el uso inconsiderado de
se. puede agregar la centaura menor; inmediatamente
después del baño se practican fricciones secas por vo * muy Las complicaciones reclaman un método curati
virio, según su naturaleza. Ya hemos dicho
todo el cuerpo, principalmente en el trayecto de la
médula espinal. El método ialraléciico conviene tam (29) que las colecciones saburrales eran muchas ve
bién cuando está contrain Jicada la quina por el esta ces sintomáticas: la complicación plelórica ó inflama
toria es de las mas frecuentes^Acabamos de obtener
do de los órganos digestivos (I). La quina puede sor el mas feliz resultado de la sangría del brazo en una
reemplazada por los amargos indígenas, por las sus mujer pictórica, afectada de una fiebre cuartana. La
tancias que Frank indica en esto párrafo, por el al
mizcle, el castóreo, el alcanfor, el árnica, etc. (2). exige complicación con las intermitentes falsas (30 y 43)
Rosen lia curado una liebre intermitente inveterada, un tratamiento combinado: así, en los gotosos
administrando algunos granos de alcanfor durante el se agrega la quina i la quasia, al escordio, etc. ; en
acceso. Senac ha conseguido dichosos resultados dan álosla herpes se asocia el tártaro eslibiado á la quina,
do á beber al enfermo una gran cantidad de agua ca ra undósis de doce á quince granos (6 ú 8 gram.) pa •
liente en el momento de la invasión. Barthcr reco cuatro azumbre de cocimiento; de veinte á veinte y
mienda el jugo ti$ acedera, á la dósis de ocho onzas polvo granos (1 gram , 15 decigr.) para una onza de
en electuario: la sífilis reclama el leño de la
(210 gram.), cuando esperiincntan los enfermos pandi uasia , con la que Tissot ha curado enfermedades
culaciones: del mismo modo se administra el jugo del
limón. Ettinuller da, día declinación del acceso, treinta e esta índole, etc.
ó cuaren'a gotas de álcali volátil en una infusión de * Las intermitentes falsas , propiamente dichas,
¿nula ó de centaura menor. Sauvages prescribe, para exigen un tratamiento apropiado á sus causas, y,
tomar dos ó' tres veces al dia, un polvo compuesto de según Prank se exasperan con la quina. Sin embar
una dracma (4 gram.) de semillas de zanahoria , y go, Strack ha curado con la corteza del Perú inter
media (2 gram.) de bilis de buey calcinada, ó cua- mitentes bajo la forma histérica, y ha contenido por
reula y ocho granos (30 decígr.) de sulfato de potasa el mismo medio los progresos do la tisis pulmonar,
y veinte y cuatro (13 decígr.) de sal amoniaco; ade en un sugeto en el que lodo indicaba era esencial y
mas si) administra una infusión de manzanilla (3). Se hereditaria. Por lo tanto, es muy prudente ensayar
ha alabado mucho tiempo también el aceite de Dippel, la quina en las intermitentes que parecen falsas, é
y las fricciones mercuriales hasta producir el ptialis- insistir en este remedio siempre que no exaspere os
ino. Se haadministrado con suceso el ácido carbónico, tensiblemente los síntomas de la enfermedad. Seria
las aguas acídulas y la poción antiemética de Riverio, temerario proscribirla o priori , solo porque la in
en las liebres intermitentes rebeldes, que se podían termitente parece ilegítima.
atribuir á un vicio de la sensibilidad. En general to " * Entre las causas de las intermitentes falsas he
dos los medios perturbadores alcanzan buenos resul mos señalado las obstrucciones, que deben conside
tados en las intermitentes habituales que no están sos rarse ademas como síntomas y crisis de la fiebre. En
tenidas por ninguna causa especial. el primero y tercer caso, la quina es generalmente
■13. Muchas veces el carácter pertinaz da las lie nociva; so emplean en su lugar los antiflojísticos ó
bres depende de una causa que simula la intermi los estimulantes , según el estado inflamatorio ó ató^
tencia, y luce inelicaz la corteza peruana (24), ó pro nico del órgano afectado. Las obstrucciones sinto
duce una complicación (30), que hace peligroso el máticas loman incremento en cada acceso, desapa
uso del especifico, mientras que ella permanece ocul recen con la liebre, ó persisten después de su cura
ta y desconocida. Es, pues, muy importante proceder ción: entonces ceden á la quina. Strack ha obser
á la averiguación de este obstáculo, que muchas ve vado que, cuando la liebre cesaba, la obstrucción
ces existo por obstrucción, por el escirro ó el cáncer sintomática ¿xigia una dósis mayor del febrífugo.
de cualquier viscera, sobre todo del hígado ó del bazo: Pero es necesario tener presente que las obstruccio
por un vicio específico, herpético, psórico, ulcerati nes sintomáticas pueden hacerse esenciales , y en
vo, venéreo, artrítico, ó reumático; otras veces pro- este caso, no estando subordinadas á la fiebre, re
claman un tratamiento distinto. El práctico debe
conducirse ájuvantibus aut Icedcntibus , y por tanto
(1) Mr. Pointe ha empleado con grau éiilo el sulfato de quinina insistir
en fricciones sobre las encías, los labios y las mejillas. La dósis en el uso de la corteza del Perú, ó renunciar
de cada fricción es de tres, granos, y se dan generalmente una a ella, según los efectos que produzca. Aunque al
por dia! Se toma el polvo en la eslremidad del dedo Índice hume gunas veces se ha visto que una recaída ha curado
decido de antemano, v se frota por espacio de diez minutos para
obtener la absorcion'de la sal. Et enfermo debe arrojar la saliva, obstrucciones rebeldes, no aconsejamos se intente
cuando se quiere evitar absolulanienlc la introducción del medica atraer la liebre intermilenle por ningún medio , con
mento en el estómago C.
ti) Mr. KIokow adminislra con feliz resultado en los aldeanos el fin de obtener la resolución de esos infartos. Los
robuslos una tintura alcohólica de ajo. La dósis es de media onza accesos se limitan ordinariamente á procurar la in
(15 gram.)a la aproximación del estadio del frió, y otro tanlo inme flamación y la supuración de los órganos enfermos,
diatamente después del acceso. Se continúa daudo la misma dosis
por mañana y tarde, durante quince días, después déla termina y aun hacen degenerar el escirro en cáncer. La vuel
ción de los accesos, para asegurar la convalecencia Esta prepara ta de la fiebre es saludable solamente en las -obstruc
ción es beneficiosa, sobre lodo en las fiebres tercianas y cotidianas; ciones atónicas (10).
pero un remedio tan activo no debe convenir en todos losjcasos,
y solo puede ser útil a los campesinos, porque el ajo forma parle so 4í. Si una causa cstraña (30) complica en su cur
la intermitente legitinra, es preciso tratar de re
de su alimento habitual. G.
(3) El doctor Fucbs, do Munich, cura casi conitanlcmeute las moverla, según las reglas que daremos mas adelan
fiebres intermüenlcs con un polvo compuesto de te, y se fija la atención principal en el elemento que
Muriato de amoniaco Media dracma.—2 gram. domina. Reducida ya á su estado de simplicidad , se
Azufre dorado de antimonio. . Tres granos. —15centigr. combate la liebre por el método establecido (40-
Divídase en cuatro dósis, para tomar en las veinte y cuatro u y 42)-
45. El tratamiento de la perniciosa simple difiere
DE MEDICINA Y C1B0JÍA.— FRANK. 4o
algo del de la intermitente benigna ; solamente la mucho mas sencillo dar el sulfato de quinina en sus
marcha rápida y peligrosa de la enfermedad exige au pensión en un líquido cualquiera, por medio de una
xilios mas prontos, y una dosis mas considerable de souda introducida por la nariz, ó que se haga pasir
quina, que sea bastante para prevenir el acceso que por detras de los molares superiores. La quina, ad
amenaza. La manera de administrar este remedio ministrada por las vias gástricas, es siempre mucho
debe arreglarse á la magnitud del peligro y á la du mas eficaz que bajo la forma de lavativas, baños, etc.
ración de la apirexia. Si aquel es inminente , la pri * Cuando este medicamento es arrojado por el vó
mera dósis no debe bajar de media onza (15 gram.), mito , propone Frank se le combine con el opio,
ni pasar de una, (30 gram.): se da desde el instan Mr. Bertrand (Memoria sobre el tifus catarral) re
te mismo en que principie la apirexia 6 la re fiere que tuvo que tratar una fiebre intermitente
misión, cada ríos horas; ó si el tiempo es cor perniciosa, cuyos accesos se anunciaban por el vó
to , se hace tomar al enfermo en cada hora dos mito. Dió la quina durante la apirexia, y el enfermo
dracmas (% gram.) del específico. Cuando la deglu la devolvió, á pesar de la adición del opio: entonces
ción es difícil, se inyecta con el mismo intervalo á ejemplo de Cotugno, hizo tomar al enfermo una
una dósis doble de quina en el intestino, previa» infusión, casi hirviendo, de manzanilla, y la quina
menle limpio por medio de una lavativa ordinaria, no volvió á ser arrojada. El profesor de Nápolcs em
de los materiales que contenga. En uno y en otro pleaba también la infusión de melisa, y considera
caso , si el remedio es arrojado muy pronto por el indiferente la elección de la planta, con tal que la
vómilo,ó por las cámaras, se administra, antes ó con bebida so tome muy caliente. En un vómito periódi
él, una cantidad suficiente de opio. En la imposibi co sin fiebre provocó Strack el sudor, por medio de
lidad de tragar, no deben despreciarse los baños, las cubiertas y do bebidas sudoríficas, lo cual permitió
fomentaciones , y las cataplasmas preparadas con al efermo soportar la quina mezclada con un poco de
(juina. Si la postración llega á ser considerable , é opio.
igualmente el frió de las eslremidades, se da el fe 46. No debemos trata* desde luego como perni
brífugo en vino de Chipre ó en cualquiera otro vino ciosa & una fiebre que ofrezca un cierto grado de
generoso. intensidad en su marcha, y no pensemos que la cor
* La quina debe administrarse en sustancia, co teza peruana basta siempre para curar esta enfer
mo ya liemos dicho. Cuando nos servimos del estrac- medad. Las fiebres perniciosas tienen también sus
tOj se da una cantidad igual á la del polvo; el coci complicaciones, que no dejan de ser frecuentes: la
miento y la infusión deben hacerse momentáneamen plétora, una congestión sanguínea hácia la cibeza,
te y en vasos cerrados, y aun después de estar hecha hacia la médula espinal, hácla el pecho ó el abdomen,
la preparación, conviene preservarla del contacto del exigen la sangría, sobre todo la sangría local, ya por
aire. Estas últimas son poefr eficaces, y no se dan medio de sanguijuelas, ya por medio de ventosas
masque en los casos en que los enfermos no pue escarificadas. La presencia do saburras, de una bi
den tragar el polvo. Pero, en igualdad de circunstan lis acre, detenida en las primeras vias, reclaman un
cias, preferimos el sulfato de quinina en pildoras, ó purgante* ó un emético para poder administrar sin
en suspensión en un vehículo azucarado. Según la inconvenientes la quina. Algunas veces por estos me
may>r parte de los autores, la quina es tanto mas dios preliminares, se consigue que desaparezca el
eíicaz , cuanto mayor sea la cantidad y mas corto el carácter maligno de las fiebres-
período en que se administre, y á dósis gradualmen Hemos observado en Scrignan á un trabaja
te decrecientes. La primera toma debe darse lo mas dor robusto , llamado Gourjon , atacado de una
larde posible en las fiebres tercianas y cuartanas, de esas liebres intermitentes violentas, que se las
como veinte y cuatro y aun cuarenta horas antes del puede calificar de perniciosas. La agitación del sis
acceso, y en las subintrantes y las remitentes al de tema circulatorio era estreñía; la cefalalgia insopor
clinar el acceso anterior. Príngle la aconseja dos ó table, y el grupo de síntomas que acompañaban á
tres horas aillos de terminar el sudor, pues conside estos, hacia temer una inflamación del encéfalo.
ra que concluye el paroxismo cuando desaparece la Mandamos se sacase sangre abundantemente, y el
sed y el calor quemante, y cuando el enfermo so cu cirujano practicó la sangría con repugnancia; pero
bre de un sudor copioso y fácil. Si les accesos dejan fue seguida de un resultado completo. Los accesos
entre sí muy corto intervalo, el práctico encuentra fueron mas moderados, y esta fiebre, que parecía muy
un grande escullo, pero es preciso, indispensable, grave, se trasformó en benigna. A mas de este hecho,
administrar el febrífugo. Entonces se le debe dar, conviene que recordemos las dos observaciones que
aun durante el paroxismo, siempre que la fiebre no hemos colocado en otro lugar (38); porque todas nos
sea demasiado violenta, que la debilidad del enfermo demuestran que cuando las fiebres intermitentes gra
lo reclame y que la irritación del tubo digestivo no ves no ceden á los medios que reclaman sus sínto
lo contraindique. Tal es el precepto de los buenos ob mas, es necesario recurrir á los febrífugos; y nos
servadores. Pero nosotros liemos llevado mas adelan prueban ademas que esas fiebres exigen, durante los
te nuestro atrevimiento: hemos prescrito con el me accesos, el mismo tratamiento que la enfermedad
jor éxito veinte y cuatro granos (15 decígr.) de sul que simulan. Así, la fiebre peripneumónica, ó la pieu-
fato de quinina en dósis muy próximas, en una fie rí'.ica, las fiebres cefalálgicas, las frenéticas, etc., de
bre perniciosa con estupor, cuyos accesos subintran ben curarse por medio de las sangrías generales ó
tes se convertían háoia el fin en una gastritis bien locales, según la intensidad d<j sus síntomas y la
caracterizada. Strack no fue menos dichoso que nos constitución del sugeto: las fiebres álgidas, las sin
otros en un caso tan grave, pero que no ofrecía la cópales, deben curarse con los cordiales, las fomen
misma contraindicación: era uti paroxismo que dura taciones espirituosas, etc. Gianini (1) considera las
ba nías de tres di.is, y que se acompañaba de respi afusiones de agua fria durante el período del calor
ración estertorosa, atonía, trísmo, cscrccion involun como propias para disipar el paroxismo en las fiebres
taria ile orina y d« cámaras, saltos de tendones, etc., intermitentes. Esta práctica nos parece peligrosa en
y de que era víctima una mujer embarazada: Ir. hizo las fiebres intermitentes benignas; pero no litiibearía-
abrir violentamente la boca, y administró la quina en
polvo, suspendido en agua. En iguales circunstancias, (I) De la naturaleza de las liebres y ilcl mejor modo de tratar
Bouvard hacia romper los dientes incisivos. Pero es las.—Paris, 1808.
'6 BIBLIOTECA ECONÓMICA
mos cu recurrir á ella en un acceso pernicioso, prin tión sanguínea, etc. Cita el ejemplo de un hombre su
cipalmente cuando la enfermedad ataca á la cabeza y jeto periódicamente á una debilidad de la vista , que
se anuncia por el delirio, el coma, etc. se presentaba cada tercer dia , el cual se agravó con
En el curso de la fiebre perniciosa complicada el uso de h quina, porque aumentaba la turgescencia
debe asociarse la quina con los remedios apropiados de los vasos de la retina. Los eméticos y los purgan
para combatir los síntomas. Pero cuando la enferme tes en poción , en enemas y en fricciones, reiterados
dad presenta un inminente peligro, no debemos per por cierto tiempo, contribuyen á disipar estas afeccio
der la ocasión: entonces solo nos es permitido satis nes simuladas ,. cuando resisten ¿los febrífugo? , ó por
facer las indicaciones vitales, y nuestro deber prin lo menos aseguran el buen efecto de estos remedios.
cipal consiste en administrar la quina para prevenir Creemos que los evacuantes deben administrarle con
la muerte, que puede arrebatar al enfermo en el ac preferencia en las enfermedades periódicas sin fiebre,
ceso próximo. No es muy seguro mezclarlos purgan que en las fiebres propiamenté dichas : su aociou ir
tes con el febrífugo, antes de que se luyan disipa^ ritante debe inspirar menos temor en razofl de la cal
do los temores de que vuelva otro paroxismo; pero ma que existe en el aparato circulatorio , y obran á un
luego que haya pasado el peligro, pueden adminis mismo tiempo como evacuantes y como revulsivos y
trarse el ruibarbo ó la sal de amoniaco combinados perturbadores.
con la corteza peruana, pues destruyen las saburras, Observación. Hemos ejercido (1) por espacio de
v en consecuencia los accidentes que estas produ veinte años la medicina, primero en Bitch y en Fran
cen. Después de haber dado los evacuantes, se vuel cia, después en Badén, en Rasladt, en Bruchsal y
ve a la quina, que deberá propinarse, según las re en Gicttinga (Alemania), y durante todo este tiempo,
glas establecidas, sola, ó, si la debilidad del paciente aunque hemos tratado en considerable número de
lo permite, asociada con los aromáticos, con los for fiebres intermitentes, no hemos observado man que
tificantes, sobre todo con el vino; pern á mayor dó- dos perniciosas ; una apoplética en Hultenheim, cer
sis y por un ospaciu de tiempo mas largo, por temor ca de Spira, y la otra álgida en Rastadt: la primera
de que repita el paroxismo fatal. fue curada en el segundo acceso; la otra arrebató al
47. Como aun en el mismo acceso tenemos tan enfermo en el primero. De allí pasamos á Italia, don
pocos recursos, que podemos perder la ocasión de ad de en diez años nos hemos encargado de la curación
ministrar el febrífugo, cuando hay el mayor apuro, de una multitud de enfermedades diferentes , y he
porque existe un estado soporoso, letárgico, casi des mos tenido ocasión de encontrar con frecuencia lie
esperado, se debe ensayar el opio, cuya virtud esiá bres intermitentes, que se manifiestan endémica y
confirmada por algunas espericncias. Se administra epidémicamente en las cercanías de los pantanos y
á grandes dosis, hasta que el enfermo se restablezca, de los arrozales de la Lombardía. Según estas obser
y en general hasta que se pueda volver á prescribir vaciones hemos formado el cuadro sucinto que vamos
ia corteza del Perú. á presentar. En Viena (Austria), en donde fiemos en
48. No deben despreciarse los síntomas de esta senado la medicina por espacio do cerca de dos lus- "
fiebre, sen simple, sea perniciosa. El opio "calma la Iros , estas fiebres son raras , á pesar de que los pan
violencia de la cefalalgia , que sobreviene desde el tanos , producidos por las inundaciones del Danubio
principio, aun sin carácter pernicioso, á no ser que ocasionan muchas fiebres intermitentes. A escepcion
aquel accidente dependa de la plétora ó de las sa solamente de una terciana amaurótica que curamos
burras gástricas: el opio templa ademas el calor. Se en i804 en el Instituto clínico, no se nos ha presen
hacen aplicaciones frias á la cabeza; el enfermo debe tado ninguna , ni en este establecimiento , ni en la
tenerla elevada, descubierta, para evitar el movi ciudad. En los cuatro años que hemos sido catedrá
miento de sangre hácia el cerebro. Los cordiales, el ticos de clínica , tanto en Liluania, como en San Pe-
éter sulfúrico, el alcanfor, el álcali volátil, sobre lodo tersburgo , hemos aprendido que no son desconoci
el vino geueroso y caliente, las fomentaciones calien das allí las fiebres perniciosas ; pero no hemos visto
tes también y espirituosas, las fricciones, los sinapis ninguna. Sin embargo, aunque no tenemos la preten
mos y los vejigatorios, reaniman toda la economía, sión de agregar nada á las historias que Torti , Mor
que realmente ha caido en un estado de debilidad. lón, Werlhof, Medíais, Alibcrly otros, han hecho de
Las cataplasmas, las fomentaciones, las lavativas emo estas terribles enfermedades, creemos deber advertir
lientes, el almizcle y el opio, entibian las convulsio al menos que, en los paises donde abundan, mu
nes, los espasmos y los dolores. El tenesmo y la is- chos médicos, poseídos del terror que inspiran, 6 lle
curia se alivian con fomentaciones emolientes al ano, vados de un espíritu de lucro y do ambición, abusan
al periné, con inyecciones oleosas y laudanizadas, etc. del adjetivo pernicioso. Algunos han hablado antes
En las afecciones soporosas desconfiamos de la efica que nosotros de la larga duración del frió, que mu
cia de los olores, si se esceptúa el del vinagre con chas voces persiste ñor espacio de muchas horas, so
centrado. bre todo cu las fiebres cuartanas antumnales , y el
49. La fiebre nerviosa simulada, complicada ó cual no es siempre seguido de un calor proporcio
simple, una vez conocida y bien diferenciada de la pe nado, ó de síntomas que merezcan el epíteto de ma
riódica secundaría ó ilegítima , cualquiera que sea su lignos. Con todo, está admitido muy generalmente
modo de presentarse , debe ser tratada como la inter que un frió febril muy intenso y prolongado , al que
mitente legítima, simple ó complicada , según las re no sucede calor, ni sudor, caracteriza las fiebres per
glas establecidas (40, 41 y 42). niciosas , llamadas álgidas. De este modo , habiendo
* Las enfermedades periódicas sin liebre no ceden impuesto el uso á la fiebre un epíteto que indica uno
siempre á la quina, sobre todo cuando sus accesos do los síntomas que mas sobresalen ella , como lo
están separados por largos intervalos; pero muchas prueban las denominaciones adoptadas de sincopal,
veces deben su origen á causas especiales , lo cual da cardidlgica , ele, se confundo muchas veces el pro
lugar á que se las coloque entre las fiebres intermi nóstico de enfermedades demasiado inocentes con el
tentes falsas. Delmas observa con razón que es ne de las fiebres perniciosas 6 malignas: lo cual tiene
cesario distinguir bien las enfermedades simuladas, en el grave inconvenienle de conducir i métodos cura-
las que predomina la periodicidad por sí misma, de
las en que esta periodicidad está subordinada á otras íl) Estas reflexienes, y las observaciones qu» le siguen, so» sa-
efecciones , como una fluxión inveterada, una conges ' cadas de lai interi-retacioncs clínicas-
DE MEDICINA Y CIMJJÍA.—-FRANK 47
tivos muv diversos.^Alguuos os confirmarán •1 dia precedente, so manifestó alguna fiebre hacia
estas reflexiones. media noche. El dia 9 fue-admilida la enferma en el
Fiebre álgida, no perniciosa. Una jóven de diez hospital, y se le prescribió media onza (15 gram.) do
v siete anos, poco mas ó menos, de buena constitu quina, para tomarla en dos horas. A la acostumbrada
ción, aunquo no menstruaba aun, fue atacada de re se presentó un frió moderado, seguido de calor suave
pente, el día 29 do marzo de 1793 , de dolores do los y sin síncope. Gomo los síntomas gástricos y vermi
miembros, después de los cuales se vió acometida de nosos so pronunciaban, se agregó á la quina el rui
un ut&a trio, que duró seis horas,, sin que se suce barbo y el semen-contra. Por la tarde hizo la enfer
diera calor ni sudor. Por la mañana la apirexia era ma una deposición, y pudo conciliar el sueño. El
completa; pero á la misma época que la víspera! se dia 10 á las dos de la mañana tuvo un acceso de ca
presentó el frió por otro tanto tiempo, sin que tam lor, (jne no fue precedido de frió, y que el sudor hi
poco.le siguiera calor ni sudor. Estos síntomas se re zo cesar en pocas horas. A las nueve do la mañana
produjeron por espacio de cinco dias y bajo el mis se quejó de amargor de boca, de peso en el epigas
mo tipo. El 5 do abril entró la enferma en el líos.* trio y gran dolor de cabeza: se administró un pur
pilal de Pavía, y en la visita de lu tarde la hallamos gante que produjo seis deposiciones. Al medio dia
casi sin liebre, y no se quejaba ni de amargor de hubo otro acceso de fiebre, pero ligero , sin frió, ni
boca, ni de náuseas; la lengua estaba limpia, el vien ipolinia:los síntomas gástricos disminuyeron mucho.
tre blando y flexible, y re movia regular y diariamen El H , durante la noche, repitió la fiebre que fue
te, y la enferma tenia buen apetito. Presentaba algu corta y con sudor, ó hizo la paciente deposiciones,
nas pústulas en la frente. No se la prescribió mas que en las que espelió dos lombrices. No apareció la fie
una infusión de saúco. bre al medio dia ni tampoco por la noche: la enferma
Dia 6. iSo tuvo frió ni fiebre. volvió á espeler tres Inmbrkes en otras tantas depo
Dia 7. La noche ha sido agitada , sobrevino un siciones. El 12 nueva dósis de quina, de ruibarbo y
gran acceso de frió que duró tres horas, el pulso era de semen-contra." arrojó la enferma dos lombrices.
frecuente y fuerte. Se le hizo tomar una dracma (4 El 13 nada de fiebre, espulsion de otra lombriz, va
«rain.) de quina cada iiora, con una bebida salina. rias deposiciones alvinas: se administróla quina sola.
Nada üe liebre por la tarde. El 14 es espeiido otro vermes , habiendo tenido un
Dia 8. La noche lia sido buena , el pulso es natu corto acceso por la mañana. La quina, que se conti-
ral, la enferma dice tiene hambre, y se le aumentan tinuó administrando, destruyó la fiebre , y el 21 de
los alimentos; por lo demás, los mismos remedios que abril abandonó la joven el hospital, perfectamente
«1 dia anterior. restablecida.
Observada durante muchos dias después, no volvió Fiebre cardiálgica de tipo cuartana. Un cerra
á presentar ningún síntoma de los anteriores. Nunca jero húngaro, de veiute y sicie años de edad , fue
fue el frió seguido de calor ni de sudor, á pesar de acometido en una comarca pantanosa de su patria,
su intensidad, y tampoco hubo ni una sola vez sedi de una fiebre intermitente automnal, entonces endé
mento en la orina. La jóven salió, por último, per mica, que afectó al principio el tipo de terciana,
fectamente curada. después de cuartana, y, por último, el de cotidiana.
Ftibre lipotimica no perniciosa. Otra jóven Durante los paroxismos el frío era intensísimo, el
de quince anos, que tampoco menstruaba, atormen calor ligero y el sudor abundante: esta fiebre, contra
tada desde su infancia por las ascárides, había tenido la cual nada pudieron los amargos, duró cerca de
dos años antes una terciana simple, que el descuido hi seis meses. Al fin cesó por sí misma, y el enfermo to
zo durar mas de ocho meses. Se le había originado una mó, por espacio de ocho dias, temiendo la obstruc>
grande postración de fuerzas y una hinchazón gene;' cion del hígado, tan frecuentes en esta clase de fie
ral del cuerpo. La fiebre cesó por sí misma; las fuer bres, aguardiente alcanforado & la dósis de cerca de
zas se reanimaron poco ú poco ; la hinchazón des dos onzas (6o gram.), tres veces al dia. Al tercero
apareció sin el auxilio de ningún medicamento, y la de estar sometido á esta medicación, esperimeutó
joven volvió á su antiguo estado de salud, y solo es un vivo dolor de estómago con constricción . que
perimentaba de cuando en cuando algunos síntomas persistió por espacio de casi veinte y cuatro "horas.
de lombrices. El 6 de abril do 1788 fue atacada du Al cabo do cinco años el paroxismo repetía los lunes
rante la noche, y sin causa conocida, de un frío muy y jueves, con frecuentes deposiciones mucosas, ama
intenso son cefalalgia, amargor de boca, náuseas, rillentas y acompañadas de dolores cólicos. En la
sed, prurito de la nariz, sensación de peso en el es apirexia todas las funciones se ejercían libremente, y
tómago , estreñimiento y sensibilidad en la región solo sentía el enfermo un poco de peso en el estó
del bazo, que se presentaba algo doloroso al tacto mago, que le causaban los alimentos. El 2 de junio
Al cabo de algunas horas disminuyeron los síntomas de 18ol sobrevino un acceso muy fuerte; el enfermo
febriles, habiendo aparecido el sudor, y el dia 7 ce» tomó la sal amarga, que le produjo cinco deposicio
saron completamente. Pero en este dia por la maña nes, las cuales no le aliviaron nada. En consecueneia
na atacó de nuevo ú la enferma un gran frió, que se presentó en el hospital do Viena, en donde fue
continuó cerca de cuatro horas. Ocasionó desde desiguado para las salas de clínica, el 12 de junio,
luego un sentimiento de constricción en la garganta y le observamos los síntomas siguientes: Comple
después un síncope, cuya duración fue de tres horas, xión muy fuerte, dolor de cabeza, sequedad de la
pero que el calor disipó al fin. Los síntomas vermi lengua, mucha sed, eructos, borborigmos, dolor,
nosos que se manifestaron también de tiempo en tensión y sentimiento de constricción en el estóma
tiempo, durante el paroxismo, desaparecieron igual go, que no aumentaba á la presión, ansiedad, abun
mente luego que se declaró el calor, flácia la tarde dantes deyecciones mucosas y amarillas, orina ro
hubo una apirexia de algunas horas; pero á media jiza y turbia, laxitudes, piel seca y áspera, pulso fre
noche se presentó un ligero frío , seguido de calor cuente y débil, sudor copioso.
quemant.-, al cual puso término por la mañana el
sudor. El 8 á medio dii se declaró un nuevo acceso Dia 447 Por la tarde se esperaba la liebre, y le
de frió, aunque menos violento que el dia anterior, ; prescribimos, por tanto, para tomar de hora en hora
con lipotimia: esta cedió también al sudor, que fu' la dósis de media onza (15 gram.), una poción com
seguido de una apirexia perfecta; pero, lo mismo que puesta de cuatro onzas (12o grum.jde agua de i
48 BIBLIOTECA ECONÓMICA
ta, media (4o gram.) de agua bástanle cargada de evacuantes, es alterado y eliminado por los esfuerzos
canela, y veinte gotas de tintura anodina. de la naturaleza; ya, en fin, es preciso atacarle con
Dia 15 (lunes por la mañana). Paroxismo febril, el específico y los demás socorros, si se quiero con
pero menos fuerte y con los síntomas que liemos des seguir la curación del enfermo.
crito. Se le propinaron dos dracmas (8 gram.) de es- 52. En ambos casos llamamos fiebre intermitente
tracto de taraxacon, y la misma cantidad del arcanum periódica legítima gáitrica, & la que procede de sa
aplicatum, disueltos en siete onzas de agua (210 burras y se acompaña de ellas; que depende de la bi
gram). Por la tarde fue acometido el enfermo de lis ó de la pituita, cuya cantidad ó calidad irritan los
cinco accesos de cardialgía , y habia bcclio otras órganos, y es producida por alimentos indigestos, ó
tantas deposiciones mucosas, amarillentas y con do por vermes intestinales.
lores de vientre; el calor habia sido mayor que de 53. Siempre que estas causas obran en sugetos
costumbre, y el pulso un poco frecuente. sanguíneos que tienen una plétora abdominal; en in
Dia 16. Ningún paroxismo: se lo administró un dividuos irritables y sensibles, resulta una complica
escrúpulo (13 décigr.) de semillas del hinojo acuáti ción inflamatoria, que en el principio de la fiebre au
co pulverizadas para tomar cada dos horas. menta la continuidad de los paroxismos, y da á la en
Dia 17. Nada de liebre ni de cardialgía. fermedad una tendencia á la fiebre ardiente ó bilioso-
Dia 18 (jueves). Desda las cinco hasta las ocho inflamatoria. Esto es lo que acontece diariamente, so
tres accesos do cardialgía sin síntomas febriles, y el bre lodo en la primavera, por los repetidos escesos
enfermo hizo dos deposiciones líquidas. Por la tarde de la mesa y por un régimen estimulante.
no existen ni el dolor de estómago ni la diarrea. 5i. En el estío, en el otoño, después de los gran
Día 19. Ligero dolor epigástrico, seguido de tres des calores, y á causa de la abundante secreción de
deyecciones. bilis, de su mas fácil corrupción, de la supresión fre
Dia 21. A las cinco de la mañana un acceso de cuento de la traspiración y del sudor, á causa del
cardialgía con diarrea. genio epidémico, quizás del contagio; las impuro-
Dia 22 (lunes). Cuatro accesos del dolor de es ( zas reunidas y corrompidas en el abdómen pueden
tómago, seguidos do otras tantas deposiciones liqui obrar, cuando se las desprecia, de una manera sutil
das y mezcladas de sangre. Como el hinojo acuático sobre los nervios de esta cavidad, ó absorbidas en las
habia producido un corto resultado, se le prescribió segundas vías, llevar su acción á todo el cuerpo y dar
media dracma (2 gram.) de quina amarilla para to origen á fiebres periódicas rebeldes, prontas á reves
mar cada dos horas, y en seguida de esta dosis tomó tirse del carácter de la gástrico-nerviosa continua.
también' el enfermo una poción, preparada con tres 55. Síntomas. —La fiebre periódica intermitente
onzas (f)o gram.) de agua de menta y veíate gotas de legítima gástrica se reconoce por las circunstancias
éter sulfúrico. y síntomas siguientes: Constitución del año y del in- -
Días 23 y 24. No ha habido ni cardialgía ni dividuo favorable á las saburras; anorexia , sed. de
diarrea. seos de bebidas ácidas, boca amarga, lengua amari
Dia 23 (jueves). Tampoco se han presentado hoy lla y cubierta de un moco tenaz, aliento fétido, eruc
la cbrdialgia ni la diarrea, siendo el primer dia de tos amargos, esputos frecuentes , temblor del labio
los marcados en que faltan estos síntomas. inferior, náuseas, regurgitaciones, vómitos, opresión
Dias 26, 27 y 28. El sugeto no presenta ninguno epigástrica, sentimiento de ardor ó de mordedura cu
de los síntomas anteriores, y hasta las deposiciones el orificio del estómago, diarrea compuesta d ; mate
ventrales son consistentes. riales fétidos, ó mezclados de lombrices, orina de un
Dia 29 (lunes). Nada de paroxismo, ni de cardial rojo amarillento, pesadez de cabeza, vértigo, cefa
gia, ni de diarrea. lalgia, ausiedad, tinte ligeramente amarillo do los
Se administraron los amargos por algunos dias ojos.
mas, y el iudividuo salió del hospital perfectamente Muy pocos de estos signos faltan en el principio
curado. de la enfermedad, y entonces el genio epidémico, la
GENERO SEGUNDO. conocida terminación de las fiebres reinantes, y el
buen resultado que se obtiene con los evacuantes,
FIEBRE PERIÓDICA INTER»! TESTE LEGÍTIMA gástrica, certifican la naturaleza de la enfermedad'. Las altera
ciones del estómago, observadas en la invasión ó en
SIMPLE Ó COMPLICADA. el curso de un paroxismo, no ofrecen mas que un
signo falaz de la presencia de las saburras (1).
50. Irritados el estómago ó los intestinos por un ütí. Si la liebre gástrica intermitente se complica
estímulo cualquteru, escitan pur un movimiento sim y toma el carácter inflamatorio, se observan los sín
pático al corazón, las arterias y todo el sistema ner tomas que hemos descrito (67); síntomas tan última
vioso, y de aquí nacen multitud de liebres que pueden mente unidos á los fenómenos gástricos, que se ven
adoptar en ciertos casos un carácter periódico ó in predominar ja á los unos ya á los otros. Esto ocurre
termitente. El número considerable de fiebres gás generalmente en la primavera , sin que las demás
tricas de tipo continuo, que favorece la constitución épocas del año, sobre todo en los climas cálidos, es
epidémica; y su producción bajo el tipo intermi tén exentas de esas complicaciones.
tente , á consecuencia de escesos cometidos en las 57. Cuando la enfermedad es producida poi sa
bebidas y en los alimentos , nos demuestran la uti burras ó por ¡a bilis, ya sean escesivas, yit estén cor
lidad nada equívoca del vómito espontáneo ó artificial, rompidas, los síntomas de la fiebre gástrica nervio
y de los evacuantes que triunfan solos de la fiebre sa (103) repiten por paroxismos, y los que hemos
con mucha frecuencia, y sin el concurso de la quina enuuiorado (55) toman mayor incremento.
ui de otros remedios: y también cuando estos últimos 58. Lis causas de la liebre intermitente gástrica,
no han obleuido el éxito deseado. unidas muchas veces á la desconocida de las intermi
51. Otras veces las saburras, la pituita , la bilis y tentes simples, son mas suaves que las que espondre
otros irritantes que se reúnen en el vientre?, acompa mos mas adelante (107 y 108). (Estas son las de la
ñan y exasperan la enfermedad, sin ser su causa.
Después de haber sido evacuados estos materiales, el (1) Hemos observado un sinnúmero Je casos en que U com
principio morbífico, que no han podido corregir los plicación gástrica era solo aparente ( 29).
DE MEDICINA Y CIBOJÍA.—FRANK. 49
fiebre intermitente simplo (2o), reunidas á las de la rio de Mr. Taranget, que hace tomar al enfermo an
fiebre gástrica.) tes del emético algunos sorbos de aguardiente, cuan
59. Tratamiento.—El de la liebre intermitente do la lengua se baila cubierta de un barniz espeso
gástrica, cuando esta no reconoce otras causas que y tenaz que parece prolongarse hasta el estómago.
las saburras, y cuando procede de lasque, aunque 60. El momento mas oportuno para escitar el
desconocidas, llevan su acción especial sobre el sis vómito es un poco antes del paroxismo, de manera
tema nervioso y se disipa en general á la acción de la que la calma interrumpida por el emético se haya
corteza peruana; consiste en llenar las indicaciones restablecido á la invasión del acceso. Así se evacúan
siguientes: Preparar á la evacuación la materia pe los materiales contenidos en el estómago y en el
cante por calidad ó por cantidad, contenida en el es duodeno, y aun se evita el espasmo febril, y algunas
tómago y los intestinos; y si por su tenacidad no ofre veces un paroxismo inminente. Durante el acceso,
ce ninguna resistencia, cspelerla lo mas pronto posi aunque podría bastar la mitad de la dósis, es una
ble y por la via mas corta. Las saburras tenaces y práctica muy incierta provocar el vómito, por mas
viscosas se preparan á la eliminación por medio de que algunos médicos hayan obtenido ventajas de
un cocimiento resolutivo (J), una bebida acídula, ella. Enmedio de la agitación espasmódica del estó
una limonada ligera, el suero con crémor de tár mago, la acción de un vomitivo no está siempre li
taro, con tamariudos, el cocimiento de achicorias, bre de peligros. Otros aconsejan la administración do
las sales neutras, y sobre todo , si el temperamento y este remedio después del paroxismo, en la vana
una gran sensibilidad no lo contraindican, lasalamo- creencia de que entonces se establece una traspira
niaco, un polvo resolutivo (2) ó una poción salina (3). ción en el interior, análoga á la de la piel. Pero mu.
La movilidad de las saburras se anuncia por la citas veces la debilidad del enfermo, aniquilado du
menor tenacidad de la costra que cubre la lengua, rante el paroxismo y la necesidad estrema de reposo,
por el aumento del sabor amargo, por los esfuerzos proscriben este método. Por lo demás , el vómito se
del vómito, por la evacuaciou espontánea de bilis y escita con la misma seguridad antes, que después
por la diarrea. El camino mas corto, para dar salida del acceso.
á las saburras depositadas en el estómago , es eJ En los individuos robustos y poco sensibles, puede
exófago; para las intestinales, el recto. La evacua convenir, para evacuar el estómago y los intestinos,
ción por las vias inferiores es larga , incómoda é in un emclo-catát tíco (i).
cierta: debemos preferir el vómito cuando está indi Algunas veces la tenacidad ó la cantidad de la bi
cado y no ofrezca inconvenientes para oí enfermo. lis, ó de la pituita, es tan considerable, que no basta
Se le provoca por medio de la poción emética (4); un solo vomitivo. Entonces es necesario continuar
pero si ha sobrevenido la diarrea, es preferible la por algún tiempo el uso de los resolutivos y satisfacer
ipecacuana ó el polvo emético (5). Para favorecer el por medio de otro emético la indicación persistente.
vómito se dan algunas tazas de agua libia cuando 61. Después de haber administrado este medica
principien las náuseas. mento, ó sin haberle propinado, si existia una contra
* Casimiro Medicus crcoque seis granos de ipeca indicación evidente, o si se cree que es inútil; se eva
cuana bien pulverizada tienen la misma eficacia que cúan los intestinos por medio de sustancias fáciles^
treinta; que es inútil mayor dósis , pues lia obser de elegir (2) para cada individuo: interponiendo, se^
vado que los vomitivos demasiado enérgicos bacen gun la necesidad, los resolutivos, liasta que, adoptan
difícil y peligroso el vómito por el espasmo que do la fiebre el carácter de intermitente simple ner
ocasionan en el estómago, y no participa d? la opi viosa, no depuratoria, pueda ser combatida por el
nión de los que piensan que un esceso en la dósis método establecido (39, 40, 41 y 42).
no es jamás nocivo, cuando nos servimos de la ipe Aunque persista la viscosidad de las mucosidades
cacuana. Según este práctico, los eméticos activos son de la^boca, el sabor desagradable y la capa que cubre la
necesarios en los casos de verdadero empaste. Pero lengua, no son un signo demasiado fiel de la presen
nosotros no osaremos imitar el atrevimiento temera- cia de las saburras: muchas veces son el electo de
la liebre. Por eso es perjudicial el abuso de los reso
(1) Etle cocimiento se prepara asi: lutivos y evacuamos, pues aumentan con Ja irrita
bilidad el aparato de simonías gástricos, quo depen
COCIMIENTO RESOLUTIVO. den de la debilidad ó de la irritación del estómago,
R. Raíz de grama. . . .* . una onza.—30 gram.
Cuezase en suliciente cantidad de agua para obtener dos libras— (O EMETO-CATÁRTICO.
un kilómetro. /
(2) R. Sal de Inglaterra una onza — 30 gram.
POLVO RESOLUTIVO. Tártaroleraétieo dos granos— 1 dedgr.
R. Crémor de lárlaro media onza- IB gram. Agua destilada seis onzas— 180 gram.
Tártaro emético un grano— 5 cenlig. Disuélvase.
Mézclese exactamenre, y divídase en seis parles iguales. (2) POLVO PURGANTE.
Nota. Algunas veces su dobla la dosis del tártaro entibiado. R. Polvos de raiz de jalapa. . media dracraa— 2 jrani.
(3) POCION SALINA. Tártaro vitriolado un escrúpulo— 15 decigr
Mézclese.
R. Espíritu de raindercro. | j aa. tres onzas—00 gram. POCION LAXANTE.
Infusión de saúco. . .
Oximiel simple una onza.—3o gram. R. Sal de luglaterra onza y media— 45 grám .
Mézclese. Maná se'eclo uua onza — ¿0 gram
Agua común seis onzas — 180 gram.
(*) SOLUCION EMÉTICA. Disuélvase.
R. Tártaro eslibiado. .... tres granos—lü rfecigr. OTRA.
Agua dcstiUla trcs onzas-!» gram. R. Ruibarbo ana dracma — A gram-
Disuélvase. Unjas de sen dos drarmas — t gran).
(3) POLVO EMÉTICO. Sal do Inglaterra media onza — 15 gram. •
Agua hirviendo C. S. para
R. Polvos de ipecacuana. . . . teiolc granos— I gram obtener seis onzas — 180 gram.
De tártaro eslibiado. ... un grauo-S ccntler. Disuélvase en la infusión:
Mézclese. : Maná una onza —JO gram.
z
so BIBLIOTECA ECONÓMICA
hacen la Cobre rebelde, y predisponen á las obs rado, y, en fin, con ol auxilio de lo.; amargos , mez
trucciones y aun á la hidropesía. Estos accidentes no clados con un aromático ligero y agradable (<).
ton de temer cuando se prescribe en pequeñas do
sis la ipecacuana, que, administrada sucesivamente GENERO TERCERO.
desde uno á veinte granos (5 centígr. a l gram.) (t),
disipaalgunavezla fiebre sin escitarel vómito. Lomis- fiebre periódica i.w.rmi i'ente legítima inflamatoria,
mo sucede con el tártaro emético ( 2 ), á dósis refractas; SIMPLE Ó COMPLICAD \.
el cual, dado desde medio á un grano, (25 milígr. á 5
centfgr.) un poco antes de comer ó de acostarse, 66. Se dá el nombre de fiebre intermitente infla
reemplaza algunas veces á la quina, demasiado eos- matoria á la que se aesmpaña de aumento do la irri
osa pava los pobres (3). tabilidad y do la acción del corazón y de las arterias;
62. En la liebre intermitente gástrica, que se que ataca con preferencia á los jóvenas irritables, á
acompaña de síntomas inflamatorios, es necesario, an los individuos pletóricos, sobre todo hácia el fin del
tes de acudir á los eméticos ó á los purgantes, re invierno; ó que se desarrolla en cualquiera o'.ra es
primir la reacción considerable del corazón y de las tación á consecuencia de la falta ó de la diminu
arterias y moderar la tensión de las partes por los ción do los flujos sanguíneos naturales ó habituales,
medios que después diremos (71). Cuando se haya del abuso délas bebidas espirituosas, y délas vio
conseguido irasformar la liebre en gástrica simple, so lentas afecciones del ánimo.
combate según las reglas que hemos dado (59, 60 67. Síntomas. —Principia en general por un es
Y 61). calofrió intenso, seguido rápidamente de un calor
63. Si los sin lomas gástricos van acompañados muy manifiesto; la cara se pone encendida, así como
de grande intensidad ó d ! una afección profunda del los ojos y toda la piel; se notan claramente vibracio
sistema nervioso, deben abstenerse los enfermos de nes y tensión de tas arterias,' con especialidad de las
los alimentos animales: los eméticos (59 y 60) son mas temporales y .de las carótidas; hay cefalalgia aguda,
necesarios, y deben repetirse según la indicación. üicn pronto se agregan, á los síntomas precedentes,
Se agregan í estos remedios los resolutivos, las be somnolencia, insomnio, delirio, orinas ardientes y
bidas aciduladas con los jugos sacados de frutos ma encendidas, sed, constipación. Después se declara un
duros, el suero unido á los tamarindos, y, cuando los sudor copioso, sin que arrastre en pos de sí la fiebre
síntomas lo indiquen, los purgantes (61). de un raódo completo. La frecuencia y la plenitud
* Hemos admitido una perfecta semejanza entre del pulso, la pesadez general de! cuerpo, la sed, y el
la liebre intermitente gástrica nerviosa y la perni calor del cutis, anuncian un fuego oculto, á veces
ciosa. Sea cualquiera la opinión de nuestros lectores, tan intenso, que continúa durante una gran parte do
las liebres gástricas continuas son tan graves, qae la intermisión, que siempre es corta. No se nace es
lodos deben conocer la necesidad de detener con perar por mucho tiempo un paroxismo mas fuerte ó
prontitud la liebre intermitente que tiendo á dege mas ligero; tanto, que parece ligado al que ha pre
nerar en aquel tipo. Si el estado gástrico es muy cedido: muchas veces so confundo con esta, é im
^pronunciado, podemos principiar por un emético, pera de la misma manera, para renovarse, ordina
según el precepto de Frank; pero nosotros preferi riamente con mayor intensidad, bajo el tipo irregular
mos administrar la quina combinada con íos purgan de una fiebre doble-terciana. I.a prolongada dura
tes. Por este método salvamos do las garras de !a ción de los paroxismos, que sobrevienen ios dios al
muerte al barón de la Garde: iba á sucumbir á una ternativos, ólasvúcUas cotidianas de los accesos, nos
fiebre gástrica nerviosa subintrante , poro debió su ofrecen el cuadio do una continua remitente, ya des
salud á la opiata de Montpellier. Haremos observar de el principio de la enfermedad, ya al fin de los ac
aquí de paso que los purgantes, asociados á la quina, cesos, y por efecto de errores cometidos en el mé
no tienen los misinos inconvenientes que cuando se todo curativo, ó en el régimen. Por fihimo, la fiebre
administran solos, sobre todo después del febrífugo: pierde su violencia espontáneamente ó por los auxi
en este último caso, lejos de asegurar la curación, lios del arte, y se convierte en intermitente benigna
aceleran ó llaman la recaida. regular; pero si se aumenta la leaccion del corazón
6í. Como la quina sola es algunas veces insufi y de los vasos por efecto del uso de remedios mal en
ciente para combatir las fiebres de otoño, se suele tendidos ó imprudentes , degenera con celeridad en
asociar con utilidad á la sal amoniaco y á la serpen continua-inflamatoria.
taria de Virginia, continuando el uso dfr estos medios 68. Esta fiebre no es siempro tan simple en su
durante ina* ó menos tiempo, según la pertinacia de marcha: algunas veces se acompaña de una flegma
la enfermedad. sía periódica; frecuentemente coincide con las sa
65. La debilidad del estómago desaparece con un burras délas primeras vias, ó con la superabundan
buen régimen, el prudente uso del vino, la influen cia de bilis; en fin, poi las causas que liemos espuesto
cia saludable del aire del campo, el ejercicio mode- en otro sitio (54), esta liebre toma el carácter de la
gástrica nerviosa.
(1) POLVO BE IPECACUANA. 69. Causas —Ya hemos dicho (66) las de esta
enfermedad. Pero no es raro que, por efecto do la
R. Ipecacuana dos granos — 1 decigr. constitución reinante , se complique con una irri
Aiúcar blanca un escrúpulo — 1!¡ decigr.
Híleles*. tación catarral ó reumática , que á sus causas se
(2¡ POLVO ESTIBIADO. agreguen el uso inmoderado de ta quina, un vicio
H, Tártaro emétice un grano — Sccnlígr. (1) SOLÜCÍON AMARGA.
Aiúcac blanca un escrúpulo —lti decígr.
Méiclcsc. R. Estrado de genciana. . . . dos dracmas- 8 gram.
U ipecacuana ó el tártaro estibiado, aun ra corlas dósis, no se Agua de menta piperita. . . cuatro omni—t» gran.
administran sin peligro cuando hay una irritación en el estómago. Disuélvase.
"Pero est» irritación es menos frecuente en las fiebres gástricas in SOLUCION VINOSA AMARCA.
termitentes que en las eoutiuuas; y cuando existe, desaparece de or
dinario en la apirexia. Las contraindicaciones de los evacuantes R. Estrado de {encima. .. Jos drtcmas— 8 gran.
son, por lo tanto, mas raras en estas, y el método alterante que Vino de Chipre cuatro onzas— 120 gram.
recomiende, nuestro autor debe producir felices resultados. G> Disuélvase.
DK MEDICtlM Í CIRÜJÍA.—FRANK.
latente de los líquidos 6 de los sólidos, que es lo dicina durante cuarenta y cinco años y en diversos
que dn á esta fiebre, casi siempre franca, un carác puntos de Europa, hemos observado que las fiebres
ter pernicioso. , periódicas tienen rara vez un carácter flojíslico en
7<». Tuatamíe^to,— Si la fiebre intermitente in muchos países, donde el clima no es crudo, princi
flamatoria no traspasa sus limites; si no se la exas palmente entre aquellos habitantes que guardan un
pera por el abuso de las cubiertas, ni de los irritan- régimen frugal, y que usan la cerveza con preferen
Ies, es raro que oponga una larga resistencia, aun cia al vino: concederemos también que. en los climas
4 los esfuerzos do la naturaleza, ó que deje de per mas benignos aun, las liebres vernales adquieren
tenecer á las fiebres que liemos llamado depuratorias mas ó menos el carácter sanguíneo, según la consti
(27). Sin embargo, cuando un gran trastorno, ó un tución médica que reino en tal o cual año Pero no
mal tratamiento, exigen los socorros del arte, es de es menos cierto que hemos tenido ocasión de ver mu
la mayor necesidad emplear las sangrías, repetirlas, chas intermitentes inflamatorias en las provincias
y, en una palabra, adoptar todos los medios que sean meridionales de Alemania, con particularidad en Italia,
eficaces para moderar la reacción del corazón y de por la primavera, cuando la naturaleza despierta del
los vasos. Esta indicación es urgente, cuando la Co sueño en que ha estado sumida durante el invierno, y
bre ha tomado ya el carácter de la continua infla cuando se templa la temperaturi, aunque quede, sin
matoria, ó cuando tiende á adoptarlo; cuando aco embargo, algo fría.
mete Aun órgano esencial, y anuncia periódicamente Para probar que no asentamos nada que no sea
su intensidad por los síntomas generales ó por los conforme á lo que enseña la esperiencia, citaremos el
meramente locales de una flegmasía. Entonces suele testimonio de hombres que han adquirido una justa
suceder que la enfermedad encubra algún principio celebridad, y después daremos algunas observacior.es
reumático ó catarral; y entonces es cuando debe ape que hemos recogido, cuyo número nos seria muy fá
larse á las sangrías goneralcs ó lócalos, á los tópicos cil aumentar. Donald Monro ha visto, tanto en Ingla
apropiados, á los remedios estemos, de que hablare terra como en Alemania, que la sangría es algunas
mos cuando tratemos de la fiebre inflamatoria con veces útil y aun necesaria en las fiebres periódicas
tinua y de las flegmasías. U:i alimento vegetal, to que atacan á individuos robustos y plelóricos, prin
mado en pequeñas cantidades; las bebidas abun cipalmente cuando los accesos son muy intensos y
dantes ligeramente ácidas; las lavativas emolienles, cuando el pulso conserva su frecuencia durante la
un aire fresco y puré; el nitro, el crémor de tártaro, apírexia (1 ). lil mismo Casimiro Medicus ha san
son escelenles auxilios| hasta que la irritabilidad dis grado cou feliz éxito, y algunas veces ha repetido la
minuya, y pueda la fiebre ser combatida, según los operación, aun en una fiebre perniciosa que se habia
mismos preceptos terapéuticos ya establecidos (39, declarado en las cercanías de Manheim, con el objeto
40, 41 y 42). de poder administrar mas pronto la quina (2). Bor-
Pero cuando la intermitente inflamatoria lleva sus sien certifica de la utilidad de la sangría, tanto por
peligrosos ataques periódicos sobre una viscera , co esperiencia propia, como por la de los dornas, en las
mo sucede en las fiebres perniciosas, debemos apre fiebres intermitentes pertinaces, siempre que las foer-
surarnos i recurrir al febrífugo, después de haber zas sean escesivas (3). En toda la Italia, con especia
usado las sangrías, según lo haya reclamado la vio lidad hácia el Mediodía de esta nación, se emplea la
lencia (lela enfermedad, y según el grado de escita- sangría en las fiebres intermitentes, sobre todo en
ciou del sistema general de los. vasos. las de primavera, cuando los enfermos gon jóvenes y
71. Guando á esta fiebre se agregan síntomas gás llenos de actividad (4). En las ludias Occidentales
iri<-os, lo primero que debemos mandar, sin contra suelen acompañarse estas enfermedades de vómitos
dicción, es la sangría, con arreglo al grado de reac violentos y de síntomas inflamatorios que, según ase
ción del corazón y de las arterias, y á la importan gura Lind, exigen la sangría. Igual observación se ha
cia del órgano efectuado; pero no por eso hemos de hecho en Francia (o), y los médicos alemaues no lar
desatender las saburras. Se prescribirán ademas los daron mucho en hacerla (6): José Frauk, director do
remedios y las bebidas de que acabamos de hacer la clínica de Wilna, ha visto ceder á la sangría mas
mención (70), y los resolutivos prupuestos cuando de una fiebre periódica, que habia sido rebelde á la
tratamos de la liebre intermitente gástrica (¡i!))- Es- quina y al opio. Yo mismo he visto también en Brach-
cusado será advertir que, cuando la fiebre inflamato sal, por la primavera, fiebres inflamatorias conti
ria se lia traslortnado en esta última, se la comba nuas, que se convirtieron en fiebres periódicas, á be
tirá con los eméticos y los purgantes (o9, (30, y 61); neficio de una ó dos sangrías, y que se ¡disiparon
y si resiste á estos medios, se tratará como la ner prontamente con el uso de algunas evacuaciones.
viosa simple (39, 40 41, y 42). Observación 1." Un aldeano, de treinta años de
* Nos abstenemos de hacer reflexión alguna sobre edad, y bien constituido, fue atacado repentinamente,
la fiebre intermitente inflamatoria, porque todos los á principios de abril de J790, de una calentura inten
médicos están de acuerdo sobre su naturaleza y so sa, que le duró tres días y terminó por sudores abun-
bre el modo de curarla: lo ú'dco que ofrece contro dautes al cabo de siete ú ocho : por la mañana «s-
versia es su ¿siento, y de este puulo trataremos perimentaba escalofríos , que eran rccniplazadospor
cuando nos ocupemos de la fiebre inflamatoria con un frió de tres horas, al cual sucedía el calor, quese di
tinua. sipaba por la noche con sudores copiosos- La liebre
Se lia puesto en duda (i) lo que hemos dicho acer se renovó así todos los dias, por espacio de un mes,
ca del carácter inflamatorio, de que se reviste algu
na vez la fiebre intermitente, sobre todo al aproxi 1 Obsrrvatlons in Ihe rncans < í Jpreserting the liealth of sol-'
marse la primavera, y sóbrela posibilidad de curar diers: Ionio sriguudo, páifina 104. 108.
la entonces por medio de la sangría y de los purgantes 2 Sanmilung vun Ueobachlungen: lomo primero párrafo 81.
y sin recurrir á 'a quina. Se sane ademas que Urown 3 Inslitutiones niel, lomo primero, página 119.
4 Daglivi, Praxis med.: libro I, t. II, párrafo I.
atribuía á la astenia todas jas liebres intermitentes. 5 Uniere, Obs. cent., 'V. nani. 83: Myron, Krg» in febribus
Confesaremos que, después de haber ejercido la me- intenuiUenlibus vena» secliu remediuru'. l'aris, 139i. Pieire, Ergo
inclinenu- febris inierinillenlis accessione per oportuna veua.» sec-
lio. l'aris, 1637.
1 Iilat relluioiei ion lacada» i* tai interpretación»! «II- C Stull , lUUo raedeudi: tomo IV, pagina YJói Tratado de febri-
bus inlermittea. Viadob, 1775, pajina 1
82 BIBLIOTECA ECONÓMICA
hasta que le puso fin un purgante, que produjo infi cerca de diez horas, pero en un grado moderado, le
nidad de evacuaciones alvinas. En el mes de setiem reemplazó uu sudor copioso. El 18, nada de fiebre;
bre se lo presentó de nuevo la liebre cotidiana, que pero á media noche próximamente, nuevo acceso de
terminó después de quince dias de duración. Hácia fi frió durante dos horas; después calor mas fuerte que
nes de abril de 1791 volvió á aparecer la fiebre, y el el del dia precedente, que continuó hasta la tarde del
6 de mayo se mostró bajo el mismo tipo; pero este 19, y terminó también por un sudor abundante; la no
dia fue el paroxismo mas fuerte. El ocho la misma fie che fue buena; pero á las once de la mañana del dia
bre, con vómitos. Hácia la mitad del acceso fue llevado 20 se volvió á presentar un frió ligero, y que solo
el enfermo al Instituto clínico de Pavía, y presentaba duró una hora: el calor fue aun mayor que la segun
los síntomas siguientes: pulso frecuente, lleno y duro; da vez; persistió hasta el 21, y cedió en gran manera
cara animada; dolor de cabeza; orina clara, pero cau al sudor, quo fue muy cepio:o. El enfermo fue lleva
saba ardor á su paso por la uretra; el hipo do al Instituto clínico de Pavía, y se le notaron sín
condrio izquierdo estaba doloroso á la presión. tomas de escitacion febril, como calor general aumen
Se le prescribió el cocimiento de grama, y ade tado; pulso duro, lleno y algo frecuente; hácia el me
mas el crémor, con una pequeña cantidad de tár dio día se manifestó en la parte anterior é inferior
taro emético. En toda la noche hizo el enfermo del costado izquierdo un dolor, que aumentaban las
dos deposiciones: la fiebre no existia ya cuando inspiraciones profundadas, pero que no era acompa
se paso visita, pero el pulso continuaba duro y ñado de dispnea, de tos, ni de dificultad de acostarse
lleno; se practicó una sangrÍA de diez onzas (300 del unoni del otro lado, y que tampoco se exasperaba
gram.). y se le dió una poción purgante. El dia nove á la presión. No habia dolor de cabeza; la sed era
no, nada de liebre; el décimo, fiebre muy ligera: cré corta; orina cruda y roja durante el paroxismo; len»
mor de tártaro con nitro; el once, nada de fiebre, gua limpia; nada de amargor de boca, vientre blando
que no volvió á aparecor mas. y moderadamente libre. La constitución robusta del en
Observación 2.* Un joven de diez y nueve años, fermo, la estación (era en la primavera), y el estado
robusto, acostumbrado á trabajos fuertes, sujeto á he • del pulso, anunciaban una fiebre intermitente anó
morragias de la nariz, y entregado á la bebida, fue mala enérgica ó inflamatoria, que podia convertirse
atacado hácia el fin del eslió de una fiebre intermi fácilmente en fiebre continua si se agregaba algún
tente, que cedió á la sangría repetida varias veces, y estímulo. Se practicó, por tanto, una sangría de una
á la quina. Desde entonces estuvo en estado de salud libra (500 gram.), se administró el suero para bebida,
perfecta, escepto en algunos dias de la semana, que y el crémor de tártaro con nitro. Estos medios, conti
era acometido de la hemorragia á que estaba acos nuados por espacio de tres dias, pusieron término á
tumbrado. El 20 de marzo, hácia el medio dia, sintió la fiebre, que faltó desde el primero, y unas unturas
este jóven un frío intorior, que le duró tras horas, y del linimento volátil disiparon completamente el dolor
al cual reemplazó el calor, que persistió por]el resto del del costado.
dia y to !a la noche: la piel estaba bañada de un su Reflexiones. Con el auxilio del método deprimen
dor abundante. El 22 por la mañana, nada de liebre; te, sin escitantes, sin quina y sin amargos, hemos cu-
pero'á la hora del dia 20 esperiménió los mismos sín rado, tanto en las orillas del Rhin, como en Italia^ un
tomas de frió, calor y sudor. El 23, apirexia; mas centenar de fiebres periódicas, sobre todo de prima
al medio dia se renovó el mismo aparato de sínto vera, que tenían evidentemente un carácter hiperes-
mas. Por la tarde, pulso lleno y duro; nada de cefa ténico. Hemos visto pocas fiebres de estas .en Viena,
lalgia, de dispnea, ni de tos; boca poco amarga; vien y ninguna en Lilhuaiiia ni en San Petersburgo. Mu
tre libre. Se le prescribió la tisana de grama y diela; chas intermitentes que desaparecen p'or sí mismas,
nada de sueño en toda la noche; calor, sudor. El dia principalmente en la primavera, después de cinco ó
24, piel madorosa, pulso lleno y vibrante; tomó el seis paroxismos y á consecuencia de sudores copiosos,
enfermo el crémor de tártaro con nitro, y suero para pertenecen, mas ó menos, al género inflamatorio: y por
bebida; la fiebre se presentó á In hora de costumbre, y esto hemos dicho en el párrafo 70 que, cuando estus
terminó del mismo modo. El dia 2b, nada de fiebre; no esceden de ciertos límites, y cuando no se las exas
se le prescribió la bebida siguiente: pera con el abuso de los irritantes, ni con el de las
cubiertas, es raro que resistan por mucho tiempo á
R- :::::!»• ¿— y *». los esfuerzos solos déla naturaleza. Bien sabemos que
esta verdad no es desconocida por los médicos civili
Agua destilada ucho onzas— 250 gram. zados; pero no está tan estendido el conocimiento de
Añádase 4 la solución:
Azúcar blanca dos dracmas— ñ gram. la fiebre inflamatoria, que, aunque casi continua, per
Para tomar una onza (50 gram.) cada dos horas. tenece á las intermitentes, y que se acompaña de una
inflamación periódica local". Vamos ú citar algunos
La liebre apareció con el mismo aparato de sínto ejemplos de esta fiebre, escogidos entre wi gran nú
mas: por la noche insomnio, calor intenso, sudor co mero de ellos que poseemos.
pioso. El 26 por la mañana, pulso lleno y muy vibran Fiebre terciana inflarnatoria con pleuresía. ' Un
te; se le hizo una sangría de diez onzas (300 gram.) alumno de medicina, muy robusto, plelórico y de una
la fiebre reprodujo la misma escena, pero sin frió, y complexión irritable, pasó su primera juventud en
el calor no duró mas que dos horas, al que siguió un Manneim, donde fue acometido de fiebres intermiten*
sudor abundante. El 27, pulso menos lleno y menos tes endémicas, y aun epidémicas, que suelen desarro
frecuente; no hubo fiebre. El 28, tampoco se repro llarse en esta localidad. Creció en edad, y padeció
dujo, y desde este dia la salud quedó completamente frecuentes odontalgias. Llegó á la adolescencia, y espe
restablecide. rimentó mas de una vez vértigos y letargos, que se
Observación 3.* Un hombre de treinta años, fuerte disipaban por medio de la sangría. El 9 de di
y bien constituido, esperimentó hácia las siete d« la ciembre de 1791 se espuso á una corriente de airo, es
mañana del dia 17 de abril de 1793, y á consecuen tando el cuerpo sudando, por cuya causa fne sorpren
cia de haber conservado por mucho tiempo en su dido á las cinco de la tarde de un frió, que le duró tres
cuerpo los vestidos mojados, un frió ligero, que duró horas. En seguida se le presentó calor intenso, dolor
dos horas, alternando con calor: este invadió bien fuerte de cabeza, delirio, estrema dificultad de respi
prunte, y después de haber persistido por espacio de rar, dolor lancinante en el lado izquierdo del pecho
BE MEDICINA Y «BUJÍA.—FRA.NK. 53
un poco de los, y dificultad en la deglución. El 10 reemplazados por fatiga en la respiración, dolor en
por la mañana cesaron la cefalalgia y el delirio; pero el lado izquierdo del pecho, por debajo de la mama,
persistían los demás síntomas, estreñimiento durante tos seca y dificultad de acostarse del lado enfermo.
dos dias, lengua seca y sucia; sin embargo, nada de Se la practicó una sangría, y se la adm'nistró un pur
amargor de boca, ni de eructos; pulso duro, lleno y gante. Al cabo de algunas horas sudó ligeramente la
frecuente. Se practicó Mi sangría de quince onzas, enferma; los síntomas se calmaron, y la remisión se
(180 gram.); se prescribió una tisana de cebada nitrada prolongó hasta el tercer dia de enfermedad, á cuya
y dulcificada con oximiel; se le puso un enema. Hasta época volvió á presentarse, ú las cinco de la mañana,
fas dos de la tajde no pudo tomar la tisana, á causa del un frió demasiado intenso por espacio de dos horas,
mal de la garganta. A esta hora disminuyó la dispnca, con vómitos, cefalalgia y dolores lumbares: el del
así como el dolor del costado: no hay tos; pero con pecho se exasperó; la respiración se hizo difícil y
tinúan la durez i y la frecuencia del pulso. La sangre es- reapareció la tos; Por la tarde hubo algún sudor, y
traida por medio de la sangría no presentaba por la remisión durante un dia; pero no cesó del todo la
tarde costra inflamatoria. La lavativa ha movido el liebre, y persistió el dolor del pecho, aunque menos
vientre, y el enfermo ha dormido algo durante la no fuerte, asi como la tos y la ansiedad. El quinto dia,
che. En la mañana del \ I el dolor del pecho no hades- á la misma hora que antes, nuevo acceso de frió y
aparecido: los demás síntomas continúan. Poción pur demás síntomas enumerados: ya habia pasado aquel,
gante compuesta de la pulpa de tamarindos y el cré cuando la enferma se presentó en la clínica, y se la
mor de tártaro soluble.A la una da la madrugada volvie encontró en el estado siguiente: cara animada; calor
ron & presentarse los mismos síntomas que el día 9 aumentado de la piel; respiración difícil, dolor por
en la noche, escepto el delirio: nada de sudor ni debajo del pecho izquierdo, que se aumentaba por la
de sedimento en la orina. El dia 12 persistía la fre presión y la inspiración profunda; posibilidad de acos
cuencia y la dureza del pulso; pero todos los demás tarse de cualquier lado, pero prefería la euferma, co
síntomas habían disminuido. Se practicó otra san mo mas cómodo, el décubito supino; tos ligera sin es-
gría de trece onzas (400 gram.), y se repite la poción pectoracion; pulso frecuente, lleno y tenso; lengua
nirgante. A las dos de la tarde se reprodujeron todos sucia; boca amarga; sed considerable; vientre libre.
Eos fenómenos morbosos con mayor vehemencia. Se So prescribió una sangría de una libra (500 gram.), y
vuelve á repetir la sangría, que aumenta la dificultad un cocimiento de cebada con oximiel, y fomentos
de respirar y el dolor pleurítico, sin que se note en emolientes sobre el sitio dolorido. Por la tarde, la
el pulso la mas ligera variación, en cuanto á su fre remisión es manifiesta; la respiración mas fácil; el
cuencia y plenitud. Por la tarde dos deposiciones al pulso poco lleno; hay estreñimiento y amargor de boca,
vinas. No ofreciendo ya duda alguna el carácter de la la lengua está sucia. Se puso una lavativa ála paciente,
fiebre, que era intermitente subcontinua, porque en que después tomó el crémor de tártaro con la pulpa de
tonces reinaban fiebres periódicas, de las cuales, unas tamarindos. Día 23 por la mañana, la enferma ha re
eran acompañadas de pulmonía y de dolor de costado; posado durante la noche; respiración fácil; fiebre cor
se hizo tomar al enfermo en el espacio de dos horas, ta; pulso apenas frecuente; ha habido tres deposicio
y durante la remisión, una onza de quina (30 gram.), nes. Por la tarde el dolor es ligero. El 24 volvió á
dividida en dos tomas: después una dracma (4 gram.) presentarse la fiebre, precedida de un frío, que duró
de la misma sustancia, coa ocho granos (4 decígram.) dos horas; ligera ansiedad, un poco de tos; dolor mas
de nitro para lomar de hora en hora. En la noche vivo; pulso frecuente, algo lleno y muy vibrante; ce
siguiente el enfermo durmió dos horas, lo cual le hizo falalgia. Por la tarde cesó el paroxismo, y se adminis
recobrar algunas fuerzas: no tuvo sudor, y la orina tki tró una onza (30 gram.) de quina , para tomar en
presentó sedimento alguno. El 13 continúa la fiebre; seis dósis, cada dos horas. El 25, ligero paroxismo;
el pulso está lo mismo; dos deposiciones, no durmió el dolor del pecho algo mas vivo; pulso frecuente^
el paciente por la noche, y durante toda ella es asi pero sin dureza, poca tos. Por la tarde se presentó su
lado por diversas ideas: nada de sudor, ni de sedi dor, y el palso se hizo blando. El 26, nada de fiebre:
mento en las orinas. El 14 se administró una onza al medio dia un ligero paroxismo, pero sin ser prece
(30 gram.) de quina, con una dracma (í gram ) de ni dido de frío. No volvió á aparecer la fiebre hasta el
tro: el enfermo durmió por la noche; no hay sudor, ni dia 29. Eu este dia fue corta, annque la precedió al
sedimento en la orina. Oía 15, diminución de la lie- gún frió y dolor de cabeza. El dia 30 tuvo la enfer
Jbfej el mismo plan. Insomnio,' agitación en toda la ma dolores de vientre; se suspenden los polvos de
noche. El 16, el mismo estado; pero Ja noche ha sido quina, y se reemplazan por el cocimiento de la mis
tranquila: nada de sudor ni sedimento en la orina. ma corteza al cual se agregarondocegotasdelaudanolí-
El 17, cesó la vibración y la frecuencia del pulso, que quido. Por espacio de algunos dias se presentaron
llegó á ser blando y á tener su ritmo natural: apirexia síntomas histéricos, que fueron combatidos con los re
completa; noche tranquila; sin embargo, no hay sudor, medios ordinarios; y al fin el 7 de junio ubandonó
ni sedimento en la orina. Desde este dia desapareció la jóven el Instituto, completamente restablecida.
la fiebre; se continuó aun administrando por algunos Peripneumonia periódica. Una aldeana , de cua
dias dos dracmas de quina, (8 gram.), y el enfermo que renta y cuatro años de edad, casada, habia tenido
dó completamente curado. ocho hijos, sin que en ningún parto hubiera esperi
Peripncumonia periódica. Una jóven de diez y nue mentado nada notable, y gozó por mucho tiempo de
ve años, de buena constitución, y que menslruaba buena salud. En 1787 y en 1790 padeció una pul
perfectamente, fue atacada de una pulmonía de la cual monía muy grave, que vino á curarse en Pavía, hl 27
se libró, ú beneficio del método debilitante. Trus años de enero de 1792, á consecuencia de haber estado
después, el 22 de marzo de 1794, entró en el Instituto «spuesta á las alternativas de fiio y de calor, y de ha
clínico de Pavía. Cinco dias antes de ser admitida en berse suprimido la traspiración cutánea, tuvo por la
este establecimiento habia esperimentado, sin causa mañana liorripilacioues, seguidas de un gran frió;
conocida, y hacia las cinco de la tarde, un gran después calor, cefalalgia, boca amarga, tos, dificultad
frió, que duró dos horas, y al cual acompañaron vó de respirar, dolor en el costado derecho, en el dor
mito* de materias claras y verdosas, dolor de cabeza so, á la altura de los homoplatos, y hácia abajo , en
y do los lomos: á estos síntomas sucedió el calor, du tre las costillas falsas y las últimas verdaderas. Ade
rante el cual cesaron el vómito y los dolores, para ser mas había náuseas, y aun esfuerzos para vomitar. La
5i BIBLIOTECA económica
misma escena, escepto el frió, se repitió al dia si 10 desapareció el dolor de garganta; pero se pre
guiente. sentó hacia la espalda y el costado izquierdo del pe
El frió apareció con la fiebre el 29 , pero no vol cho, con remisión manifiesta de la fiebre. Por la
vió á presentarse el 30 ni el 31. Durante los prmeros tarde, á la misma hora que la víspera, apareció el
dias solo se administró la sangría y las bébidas tem frió, aunque menos fuerte y menos prolongado, y fue
pladas, y el dia 31 prir la larde entró la enferma en seguido del calor. El II por la mañana nubo tam
el hospital, y presentaba los síntomas siguientes: Ca bién remisión, y por la tarde volvió el frió , si bien
ra animada, ojos brillantes y un poco húmedos, me menoi intenso y de menor duración que el primero.
jillas rojas, labios secos, dolor de cabeza, boca amar En el misino dia, el enfermo, que aun no habia he
ga, lengua ligeramente cubierta de mucosidades cho nada contra su enfermedad, se presentó en el
blancas, sed, gran dificultad de respirar, respira Instituto clínico de Pavía, y presentaba los síntomas
ción entrecortada , con dolor en las falsas costillas, siguientes: Cara pálida, dolor intenso de cabeza, res
en toda la región hepática, en el epigastrio y en el piración dilícil, tos seca, sensación de peso en todo
hipocondrio izquierd > ; cuya sensación se aumenta el pecho, pulso frecuente, pero sin ser duro ni lleno:
con latos, las inspiraciones fuertes, y no solamente caler aumentado de la piel, dolor pungitivo en el
á la presión, sino con el peso de las cubiertas. Nada lado izquierdo del tórax, que se exasperaba con las
de esputos, estreñimiento, orinas poco abundantes. inspiraciones profundas; decúbito del lado enfermo,
Pulso duro y frecuenté; ta enferma se queja de un boca amarga, lengua blanca, sed viva, deposiciones
vivo calor interior, que no corresponde ron el de la nulas por espacio de tres dias, orina jumentosa, hin
piel. Se prescribió al momento una sangría de una chazón del bazo. Se practicó una sangría de una libra
libra (500 gram.); tisana de cebada con nitro y dul (500 gram.), se prescribió un cocimiento de cebada
cificada con ojimiel; fomentos emolientes, y una lava con nitro y oximiel, una lavativa y fomentos emolien
tiva. El l.° de febrero, poco dolor do costado; la tos tes al sitio del dolor. El dia 12, el enfermo ha pasado
y la dispnea han disminuido mucho, y en general muy mala noche; sin embargo, la liebre ofrece una
en todos los síntomas lia habido una remisión noia- remisión manifiesta: los, esputos acuosos, respira
ble. La sangre est aida la víspera ofrece costra infla ción dilícil, pulso lleno y vibrante, pero sin frecuen
matoria; el pulso presenta noventa y ocho pulsacio cia, el dolor se estiende desde el lado izquierdo al
nes por minuto. Continúa la tisana de cebada, los derecho del tórax; dos evacuaciones alvina»; orina
fomentos y las lavativas; se ordena ademas una po con sedimento latericio; la sangre que se estrajo la
ción laxante, compuesta con el crémor de tártaro víspera presentaba costra inflamatoria. Habiéndose
soluble y la pulpa de tamarindos. Al medio dia sintió conocido la naturaleza de la enfermedad, se mandó
la enferma algún frió, después del cual aumentó lu una onza (30 gram.) de quina, dividida en ocho pa
intensidad de la fiebre; la arteria daba ciento veinte peles, que debían tomarse de dos en dos horas. Por
pulsaciones por minuto. Todos los demás síntomas, lo la tarde un poco de fiebre; el dolor de costado, la
mismo que en el acceso anterior. £1 mismo plan, y dificultad do respirar y la tos, continúan todavía; el
se añade una emulsión do goma arábiga con nitro. pulso, apenas frecuente, es blando y no indica pleni
Di t 2: la paciento ha dormido por la noche; ha he tud; estreñimiento; la orina sigue presentando el se
cho ocho deposiciones, y ha sudado mucho: el dolól dimento latericio. Lavativas emoliontes; looch prepa
es menos considerable; hay gran remisión de la fie» rado con el mucílago de goma arábiga, aceite de
bie; el pulsn da ochenta y cuatro pulsaciones por almendras dulces y jarabe de malvavisco; fomentos
minuto, con todo, el doler del costado no ha desa emolientes sobre el punto dolorido. Dia 13, respira
parecido enteramente. Se aplican dos ventosas esca ción mas fácil, poca tos y con algunos esputos ; di»
rificadas sobre la parte dolorida, y después se pres minucion del dolor del pecho, pulso natural, lengua
cribe la poción siguiente: algo blanca, boca amarga, deposiciones alvinas, orina
turbia y sedimentosa. Se administraron dos dracmas
R. Cocimiento de quina nueve onzas—370 gram. (8 gram.) de quina con una (4 gram.). de ruibarbo,
Polvo de iil seis draeraas— 24 gram. divididas en cuatro porciones, de las cuales habia
Jarabe de achicorias con ruibarbo, nna orna.— 30 gram. de tomar el enfermo una cada hora. Por la tarde
Para tomar en tres veces de hora en hora. nada de fiebre; el dolor aumenta con las grandes
inspiraciones; la dispnea es mayor, el pulso blando y
Por la tarde apenas hay fiebre; el dolor del pecho sin frecuencia; boca amarga: hubo dos evacuaciones
casi ha desaparecido; la enferma ha hecho dos de» alvinas. Fricción al sitio doloroso, con el linimento
posiciones, y es notable la mejoría ; se administró volátil alcanforado. Dia 14: la respiración es casi
el suero para bebida. Dia 3: la noche ha sido muy libre; la tos mucho menor y seguida de algunos espu
huena; ha habido un sudor abundante ; el pulso es tos; el dolor del pecho se percibo solamente a la
natural; se la prescribió el cocimiento de quina para presión y al hacer inspiraciones profundas; pulso
tomar cada tres horas. Por la tarde ningún síntoma blando y sin frecuencia; seis deposiciones, orina con
de fiebre. Dia 4: el estado es de los mas satisfacto el mismo sedimento: se mandó una poción salina con
rios; pero como el vientre está algo perezoso, se aña dos dracmas (8 gram.) del estrado de corteza pe
de el ruibarbo al cocimiento de quina. Así, en pocos ruana. Por la tarde nada de fiebre, dispnea ligera,
dias, recuperó completamente el individuo su salud. poca tos acompañada de algunos esputos: el dolor,
En toda la enfermedad, aunque fue periódica, no como esta mañana; boca amarga. El 15 ha habido
presentaron jamás las orinas sedimento alguno. por la noche uu sudor general y abundante; la respi
Peripneumonia periódica. Un hombre, que diez ración es fácil; tos poco considerable, seguida de es
años s>.nles habia padecido una pulmonía, y el cual putos viscosos; pulso natural. Por la tarde ningún
contaba á la sazón cuarenta y ocho de edad, fue es cambio, boca apenas amarga; orina mas teñida. El
puesto á una corriente de frió, estando el cuerpo su 16 algún sudor por la noche; respiración fácil; poca
dando. El 9 do febrero de 1793, á las dos de la tarde, tos, con esputos viscosos. El 17, mus sudor durante la
esperimentó dolor en la garganta, tos y ligera. difi noche; nada de fiebre; convalecencia.
cultad de respirar; fiebre, en la que, á un frió esce- Volveremos á presentar otros casos de peripneumo
sivo, que duró tres horas, sucedió un calor intenso, nia periódica cuando tratemos de esta enfermedad en
que se prolongó por toda la noche. En la mañana del particular,
BB MEMCIÍA Y C1BDJÍA.—FflANK. 58
ORDEN SEGUNDO. anfimerina; en los días alternativos, y se llaman tri-
teofia: ó son diarias y se corresponden de dos días
FIEORES CONTINUAS. uno, y se llama hemitritea ; y en fin, se presentan
cada cuatro días y constituyen ja tetartrofia, aunque
72. Sq da el nombre de continuas í las liebres, esta última no la hemos observado jamás. Pero estas
cuya marcha no es interrumpida desde su principio distinciones no son tan características que constitu
Imita su terminación, ya sea por la silud, la muerte ú yan, como creían los antiguos, otra? tantas especies
otra enfermedad, y constituyen una especie diferente de fiebres, v aun entre estos tampoco ha tenido el
de l«s periódicas, aunque eslas últimas pueden simu nombre de la hemitritea una significación constante:
larlas, como casi todas las afecciones morbosas. por lo demás las exacerbaciones de esta natural»» i no
73. Ño estendemos nosotros seguramente la sig son raras en las fiebres lentas.
nificación de la palabra continua á las enfermedades 78. Los que han querido esplicar por e| asiento
que presentan una fuerza, una intensidad siempre de la causa oculta la diferencia entre las fiebres con
¡cual, sino solamente á aquellas que van aumentando tinuas y las remitentes, han supuesto que el origen
desde su invasión, y llegan sucesivamente ú su pe de estas últimas, por lo común menos oscuro, residía
ríodo mas alto, que se llama estado, para declinar nías principalmente en las primeras vías, y que mientras
ó menos lenta ó rápidamente y llegar, porúltimo, á su m;.s se aproximaba la fiebre á la continente, mas ínti
terminación. El caminante que detiene sus pasos de mamente impregnada se hallaba la sangre de la causa
cuando en cuando para tomar aliento, no pierde el que la producía. Pero las liebres mas remitentes, las
premio de su viaje, puesto que lo continúa: de \x caquécticas ó las supuratorias, no se acompañan en
misma manera, la fiebre que abrasa al enfermo con general de ninguna afección de las primeras vias: la
utf fuego , que no es siempre igualmente intenso, misma fiebre inflamatoria, sin el menor síntoma do
pero que jamás so apaga, no debe privársela del ad saburras, presenta algunas veces accesos periódicos,
jetivo continuo. La que en opuesto sentido se ha lla frecuentes exacerbaciones, y la liebre nerviosa, inde
mado en las escuelas continente, no se ha presentado pendiente do toda lesión abdominal, las admite
nunca á nuestra observación, pues siempre hemos también.
visto que, aun la fiebre mas intensa, cede en su curso 79. Sin embargo , la naturaleza y el sitio de las
algo de su vigor. causas febriles ofrecen mucha importancia en la di
74. Los intervalos, que en las fiebres intermiten visión de las continuas; y una vez bien conocidos y
tes se han llamado apirexias , por el reposo mani caracterizados los síntomas de la liebre, nos ponen
fiesto que en ellas existe, se llaman remisiones en en el caso de inferir la causa que se ocultaba á nues
las continuas, y los accesos ó las repeticiones se dis tras miradas. Nosotros distinguimos la fiebre conti
tinguen de los paroxismos, con el nombre de exacer nua, como la intermitente, eu nerviosa, gástrica é in-
baciones. Cuando estas repeticiones observan cierto flamatotia.
órden, en cuanto al tiempo de presentarse, las exa
cerbaciones son regulares: cuando se anticipan , se GENERO PRIMERO.
llaman subintrantes; si se retardan subcontinuas , y
estas son las fiebres anómalas. FIEBRE CONTINUA ««rt'ÍOSO.
75. No es enteramente inútil distingnir las con
tinuas, que ofrecen remisiones sensibles, de las que 80. Tuda liebre continua, que es producida por
dejan poco intervalo; y llamar á las uñas continuas causas que se escapan á nuestros sentidos, y que
remitentes y á las otras simplemente continuas; sin obran por un principio sutil, especialmente sobre el
agregar, como han hecho muchos, ú las intermiten sistema nervioso, recibe el nombre di; nerviosa.
tes periódicas todas las continuas remitentes y sin Otros la lian llamado maligna, y algunos pestilencial.
escluir de estas las que presentan una continuidad 81. Ya sea esporádica, ya estienda sus ataques á
mas marcada. Porque los efectos nocivos de la quina provincias enteras, esta fiebre su muestra bajo dife
en las fiebres remitentes que so anticipan, nos hacen rentes aspectos. Produce rápidamente efectos fatales:
Ver con frecuencia que no pertenecen siempre á ese ora es una peste que esparce la consternación por
órden: y los escelentes resultados de la sangría, que todas partes, hacinaudo enfermos y cadáveres, y en
convierte la continua en remitente, y después en in el espacio de algunos minutos nos presenta el lasti
termitente verdadera, la cual se disipa con el febrífu moso espectáculo de una muerte repentina; ora es una
go, nos prueba que suele ser una degeneración de la efémera maligna, que recorre sus períodos en uno ó
dublé terciana inflamatoria, que pertenece á las fie en dos dias. Otras veces se asocia á las causas de las
bres periódicas. Pero la trasfonnacion , algunas veces intermitentes, y determina fiebres perniciosas que con
espontánea; de las remitentes en intermitentes, no ceden al enfermo una tregua de algunos dias, ó de
demuestra que estas sean únicamente el origen de algunas horas. Con mas frecuencia se -anuncia la lie
aquellas, pues que afecciones de un carácter muy bre nerviosa con el carácter de continua, y dura va
diverso se cambian en fiebres periódicas , y al con rios dias. La acompañan desórdenes del sistema ner
trario. vioso ó del sistema motor, ó su acción daña al prin
76. Con todo, cuando la estación ó la constitución cipio vital en su fuente, la sensibilidad y la irritabili
reinante favorecen el desarrollo do las fiebres intermi dad: por esto se ha distinguido esta fiebre, sin razones
tentes; cuando son intercurreiitcs y numerosas, ó bastautes sólidas, y per una denominación hipotética,
cuando las continuas que imperan se trasforraan fre en nerviosa y en pútrida Todas las causas de la con
cuentemente en periódicas; cuando los principales tinua pueden asociarse a ella , siendo su complicación
síntomas de la liebre del primer órden (23) so obser con las gástricas la mas frecuente: algunas veces, sin
van en la continua remitente, sobre ledo en la sub embargo, se une á las inflamatorias y á las flegma
intrante ó en la subcontinua epidémica, es fundada sías. scgun el lugar eu donde so desarrolla, se la ha
la suposición de que esta remitente tránsfuga debe su nombrado fiebre de los navios, de las cárceles, de los
origen i las periódicas. campamentos , de los hospitales; y en este case, se
77. En la continua remitente, sea legítima ó fal divide en simple ó complicada. Su marcha no es
sa, pero principalmente en esta última, sobrevienen siempre la de una fiebre sobreaguda, pues en muchas
las exacerbaciones todos ios días, y entonces se llama ! ocasiones es lenta y urdía, y se prolonga por sema
56 BIBLIOTECA ECONÓMICA
uas enteras, y, como la fiebre aguda, suele sor epidé por supuración, y mas comunmente por gangrena.
mica. El carbunclo, ó el ántrax pestilencial, és un tumor
82. Esta fiebre no esceptúa ni sexo, ni edad, ni duro, ardiente, que puede presentarse indistintamente
ninguna constitución. Muchas veces precede y acom en cualquier sitio de 4a superficie del cuerpo. Prin
paña á las epidemias de este género una enferme cipia por una pústula de corta estension pero que crece
dad casi semejante que padecen ciertos animales: con rapidez. De su vértice se eleva por bajo de la
otras, sus estragos se limitan á la especie humana. epidermis esfoliada, y en uno ó en varios puntos, una
Quizás ne haya unsíntomaque no pueda sobrevenir en vesícula, mas ó menos gruesa, y llena de una serosi
el curso de esta liebre. Pero, ya nos tienda en secreto dad amarillenta, de un rojo claro, livida ó negra. La
sus celadas, ya sean manifiestos los peligros con que piel, y aun algunas veces las haces musculares, se
nos amenace, se la reconoce por la falta de encadena consumen y se gangrenan.
miento en las causas de una enfermedad que afecta La parótida pestilencial presenta un tumor duro,
especialmente el sistema nervioso; por los síntomas desigual , inflamado, mas ó menos doloroso, rojo, lí
que marchan en desorden, y no corresponden con la vido ó pálido. Se sitúa en los ganglios, linfáticos
violencia de aquella; por el esceso do sensibilidad que adyacentes á la glándula del mismo nombre, y rara
prepara el sistema nervioso, para producir movimien vez en la misma glándula. Sus terminaciones son: la
tos irregulares, y, en fin, por el estupor, por la inercia delitescéncia, la supuración, la induración y una
particular de que se halla impresionado. gangrena rápida.
83. Peste.—Una feliz inesperiencia de esta enfer Estos tumores puedén manifestarse desde el prin
medad nos impide dar ahora una descripción estensa cipio de la enfermedad, ó en un período avanzado de
de la peste. Según las observaciones de otros médi ella; y en este caso pueden también ser críticos. Sin
cos, la consideramos como una afección, cuyoci- embarg), mientras gue varios enfermos sucumben c8h
rácter no es la unidad, de naturaleza varia y compli ántrax y bubones, otros les siguen sin haber tenido
cada hasta el último grado, con la fiebre nerviosa. los mismos síntomas. En la peste de Atenas, que de
El pulso no indica siempre la intensidad de !a fiebre, vastó la Europa y el Asia, no aparecieron ántrax ni
porque en muchos enfermos no aparece mas frecuente babones; pero eran reemplazados por la gangrena do
que en el estado normal. Pero este es un signo falaz las estrcmidades. Por otra parle, se observan bubones
en estas enfermedades (6) ; la observación nos hace y parótidas en otras enfermedades, que no igualan en
ver que en las fiebres nerviosas, no solo se muestra violencia á la peste. Nosotros hemos visto frecuente
como en el estado de salud, sino que algunas veces es mente ántrax, sobre todo en personas que, por haber
aun menos frecuente. La afección que nos ocupa comido carne de animales enfermos, padecían una
se anuncia por una repentina y muy notable postra fiebre aguda, que no tenia nada de pestilencial (1).
ción de las fuerzas vitales, por melancolía, tristeza, 84. Fiebre pestilencial.—Sise esceptúa su nátu»
abatimiento, ansiedad precordial, alteración conside raleza menos cruel y su mayor frecuencia , la fiebre
rable del rostro, dolores lumbares, y algunos otros. que se lia llamado pestilencial presenta una semejanza
Pero no siempre se observan estos fenómenos , pues perfecta con- la peste y con la fiebre que describire
se ha visto que algunos enfermos han caído súbita mos mas adelante (87, y 88), cuyos síntomas, sin em
mente, como si fueran víctimas de un ataque apoplé bargo, son mas alarmantes. La diferencia entre estas
tico. Otras veces es precedida la invasión de un corto, especies de fiebres consiste solo en su grado de in
pero violento escalofrío, que alterna con sensaciones tensidad; los bubones, el ántrax y las parótidas no
de calor ; este , aunque quemante en el interior, tienen caracteres constantes, para que puedan dis
abandona rápidamente la superficie del cuerpo que tinguirse los de la peste de los de la figbre pestilencial.
queda fria y helada; y esta es la lipiria de los anti 85. Sudor inglés.—La efémera eminentemente
guos. Pulso muy frecuente y duro, o muy débil y des maligna, que hacia el fin del siglo xv devastó la Gran
igual; encendimiento de los ojos; fiereza en la mira Bretaña, y,en seguida una gran parte de la Europa,
da; cefalalgia gravativa; estupor vertiginoso; algunas merecía con justa razón el nombre de fiebre, y no
veces cefálca intensa; delirio; lengua muy seca y lívi presentaba ni bubones ni ántrax: su principal carác
da, sed ineslinguible; adipsia; dolores fugaces , mo ter consistía en sudores, que se hacían colicuativos
mentáneos, y punigitivos en los órganos glandulosos en muy poco tiempo, y esta es la helodes de los anti-.
y en las grandes masas musculares; inútiles conatos guos. Esta efémera sudatoria se prolonga algunas
de vómito; vómito de bilis eruginosa; respiración pre veces por varios dias. Su invasión so anuncia por
cipitada; agitación. Ademas de eslos síntomas, que una horripilación ó por la sensación de un viento sua
son los mas comunes en la peste, se cubre la piel, ve que recorre todo el cuerpo. Bien pronto lasucede
desde los primeros días, de petequias largas y muy •I calor, que se acompaña al instante de los síntomas
numerosas, de manchas purpúreas, lívidas, negruzcas mas graves, como postración do fuerzas, inquietud,
y sin d.ilor; estas señales aparecen después de la ansiedad, terror, abatimiento, lipotimias, ardor inte
muerte, si el enfermo es arrebatado súbitamente. Has rior, vértigos, cefalea, letargo, convulsiones, palpita
ta aquí la epidemia es oscura á los ojos del médico, ciones, pulso frecuente y desigual. Enmedio de todo
atemorizado por los estragos que hace; con mucha este aparato, sobreviene un sudor continuado y muy
facilidad puede creerla una fiebre patcquial , ó cual fétido, que inunda la piel, y un número infinito de
quiera otra. Pero ¿I mal adquiere poco á poco mas enfermos sucumben el día primero, quinto ó sétimo.
vigor: en dias indeterminados para la enfermedad na No nos faltan ejemplos de semejantes epidemias,
ciente, sobrevienen bubones, carbunclos ó ántrax, una de tas cuales no dejaba de presentar el carácter
parótidas, y por último, la muerte. Tales son los ac inflamatorio (i), en las que, á pesar de los síntomas
cidentes mas característicos de este terrible azote,
pero no de una necesidad absoluta. (1) Pougncl ha observado en Siria la peste iiiflamatoi'ia(Meniooia
El bubón pestilencial tiene su asiento en los ganglios sobre las liebres de mal carácter de Levante y de las Antillas;: era
Inguinales, axilares, cervicales, y en cualquiera otros. una fiebre inflamatoria, acompañada de bubones, que terminaban por
una supuración loable: y algunas veces de peiequias. No existían
Es un tumor inflamatorio, profundo doloroso , que carbunclos. Selle dice también que la pesie inflamatoria no presenta
se eleva poco á poco, ó se muestra instantáneamente esle síntoma. La fiebre concomitante déla peste puede ser inflama
y desaparece en seguida, según el estado de las fuer toria , gástrica ó nerviosa. G. ■ *
(2; -P. Rayer, Hist. de ia epidemia de sudor miliar que lia reina
zas: algunas veces se termina, para bien dej enfermo, do anei departamento del Oise.—París, 18i3.
DE MEDICINA Y CIBUJ1A.— FRANK. 57
evidentes de la fiebre nerviosa, el sudor ocupaba el la fiebre. De ordinario es una ligera hemorragia na
primer lugar. El sudor da también el carácter perni sal i que alivia momentáneamente la cabeza.
cioso á la fiebco intermitente, como lo confirma la Aparición de chapas rojas, semejantes á las de la
perniciosa diaforética. erisipela, presentando también de vez en cuando al
* Piut'l considera el sudor como una peste, cuya gunas elevaciones análogas. Petequias, parótidas sin
marcha veloz no permite el desarrollo de los Jjubones tomáticas. Diminución de la pulmonía, que está en
ni del ántrax. razón inversa del exantema. Desaparición de loa sín
* Para c repletar la historia de las enfermedades tomas catarrales.
pestilencí les, debemos añadir aquí el cuadro del ti * La fiebre se sostiene y predomina en ella el
fus y el de la fiebre ainarilla- elemento inflamatorio hasta el dia sétimo ; es conti
* Tifus.— El tifus es una enfermedad contagiosa, nua , y con recargos nocturnos. Las exacerbaciones
caracterizaba por los síntomas siguientes: estupor, críticas tienen lugar precisamente al principio del dia
espresado por una indiferencia general; el enfermo cuarto y al fin del sétimo, y producen alguna remisión.
está como inmóvil y en una posición negligen'e; uer- * La del dia sétimo anuncia la entrada del segun
fi'<;o, que, unido aleslupor, produce un estado seme do período. El calor aumenta ; desaparece el exan
jante á la embriaguez ó al envenenamiento por los tema, pero las petequias persisten todavía. Seque
naraóticos; delirio, ordinariamente sobre un objeto dad de la lengua y de la piel; descamación de la
determinado, corno en lu monomanía. El tifus, según epidermis; obliteración de las facultades morales,
nuestro autor, no es otra cosa que la fiebre nerviosa indiferencia general; deglución difícil; las ventanas
soporosa óversátil, complicada con inflamaciones lo de la nariz se ppren fuliginosas ; desaparece la opre
cales (90). La inflamación de las visceras existe qui sión del pecho,- y la tos; sobreviene hipo; cámaras
zás siempre en el tifus; pero la liebre concomitante frecuentes , líquidas y sumamente fétidas ; dolores
puede ser, como en la peste, inflamatoria,. gástrica ó cólicos, que se aumentan á la presión, y son depen
nerviosa. Nosotros vamos ¡i describir el tifus, según dientes de un estado inflamatorio, que pertenece á
Uildenbrand ()). este período y ocasionad meteorismo, y predispone á
* Los fenómenos precursores de esta terrible en la disentería. Orinas claras; pulso muy variable; en
fermedad, son: la fetidez del aliento, temblor de las general muy fuerte y lleno. Temblores saltos de ten
manos, vértigos, una sensación dolorosa y repentina dones, ligeros movimientos convulsivos, espasmo, en
eri los miembros, y parecida á una conmoción eléctri particular de los músculos del cuello de ia vejiga.
ca; dolores lumbares muy incómodos, y una opresión Aumento de la sensibilidad del oido; diminución de
penosa on la cavidad del estómago. Cuando estos sín la vista ; pérdida casi total del olfato, del gusto, del
tomas se manifiestan en un individup durante una epi tacto y del sentimiento ; tifomania. Una impresión
demia de tifus, ó en las circunstancias favorables al dominante y la idea fantástica , que de ella resulla,
desenvolvimiento de esta enfermedad, se debe temer atormenta sin descanso al enfermo durante todo el
que muy pronto estará atacado de ella el sugeto que curso de la liebre, y le causa con frecuencia terri
se observe. La invasión y el primer periodo se cono bles angustias. Un discípulo de Hildenbrind, que. ha
cen por los siguientes síntomas: tensión dolorosa en bía asistido pocos dias antes de su enfermedad á lu
la cabeza, fuertes horripilaciones que duran de seis a ópera titulada El Espejo de Arcadin, en todo el segun
doce horas, escalofrí i alternando con llamaradas de do setenario cr. ia hacer el papel de cazador de vtbo-
calor, abatimiento general, desaliento, tristeza. A eslo ras; y eomo debía tragar continuamente estos repugnan
sucede un calor febril considerable, sensible al bo tes reptiles, esperimentaba congojas y terrores in
lo, quemante en las partes que están cubiertas, mien descriptibles. Los enfermos no so acuerdan, después
tras que las que están al estertor se ponen heladas; que se han curada , de otra cosa que de esta idea
sed; deseo de bebidas frías y acidas. Estreñía pesa dominante. En la declinación, el delirio es reempla
dez de cabeza; sensación de embriaguez, de maleslai ; zado por intervalos lucidos, que pasan como un sue
vértigo, náuseas y vómitos simpáticos de la afección ño, llildcnhiand hablaba razonablemente can su
cerebral ó de. la irritación del hígado. Rostro encen médico sobre su enfermedad , pero despuci no re
dido, animado; lengua blanca y poco sucia; piel ha- cordó nada de esto. Los que padecen esta afección
Htuosa; orinas raras, rujas y ardientes; deposiciones se asemejan á una masa inerte sin desep ni volun
alvinas casi naturales pulso desarrollado, pero débil, tad; no apetecen nada, ni aun la salud
y por lo común deprimido; estado catarral de los ojos, * Al fin del dia décimo sobreviene una grande
de la nariz, de la garganta y de las vías aéreas; al exacerbación , que termina por un leve sudor, por
gunas veces ligera peripneumonia; dolores cuniusivos cámaras abundantes , ó por orinas copiosas y á esto
de los miembros; síntomas de embarazo gástrico, real sucede urw remisión sensible. Esta crisis se repite el
ó simulado. Los fenómenos gástricos y catarrales os- dia décimncuarto.
cureceu muchas veces el elemento inflamatorio. * Durante el segundo paríodo tiene mayor activi
En el segundo día desaparecen ó disminuyen los dad el contagio. La oxacerbacíon del día décimo-
vómitos y las náuseas; el calor aumenta; agitación in cuarto anuncia el fin del seguudo período y el prin
terior y violenta en un sueño aparente; estupor; cipio del tercero: es seguida de un sudor general,
zumbido de oídos ó lesión en las funciones de este uniforme , sin viscosidad y de un olor específico.
órgano; el vértigo hace caer al enfermo de debilidad También se piesentan hemorragias. nasales, con es
ó de molestia, cuando quiere estar de píe; aumento tornudos; la lengua se humedece y se desprende su
de los síntomas catarrales; dolores en los miembros epitelium desde la punta á la base; la espectoracion
sobre todo en las pantorrilias y en las articulaciones es mas fácil y abundante , si el pecho ha shio afec
de los dedos, en las" legiones" dorsal y lumbar; los tado. Las orinas se vuelven turbias, oscuras, co
hipocondrios, particularmente 1 1 derecho, están tensos piosas, algunas yeces con sedimiento blanquecino, ó
y doloridos. Fiebre alta. con una nube mucosa. Las deposiciones son liqui
En el dia cuarto se presentan algunos fenóme das, aunque no exista ningún elemento gástrico. La
nos precursores de la crisis, seguidos de remisión en crisis se efectúa en el día décímocuarlo, rara »oz
on el décimoseslo; y en este último caso, debe pre
cederla un alivio muy sensible que esperimentará el
(1) Del tifus contagioso; Ind. por 1. C. Gaje.-París, 1811. enfermo en el decimocuarto.
ó*
f{8 BIBLIOTECA ECONÓMICA
* La memoria queda todavía muy débil e* la que nos podemos formar una idea aproximada com
convalecencia; sentimiento de postración aun mas parándolo con el que esperimentamos alguna vez en
incómodo que durante la liebre y el estupor ; atolón el Mediodía de la Francia.
dramiento y pensadez de cabeza ; zumbido de oidos; * En España se anuncia la enfermedad por los sín
adormecimiento frecuente, sin sueño reparador. Len tomas precursores de las fiebres gástricas y adinámi
gua blanquecina y sucia; desgana; disposición al su cas. Bien pronto sufre el enfermo un violento dolor de
dor y ó constiparse, irritabilidad especial. Este es cabeza, con particularidad en las sienes y en las órbi
tado dura siete dias después de la crisis, pero poco tas; encendimiento de los párpados y algunas veces
á poco desaparecen estos síntomas , siendo el úl de toda la conjuntiva; principia á alterarse la fisono
timo el zumbido de oidos. Los cabellos se caen y se mía; hábito eslerior, como el.de los convalecientes
mudan las uñas ; el apetito se hace voraz , y el pan de la misma enfermedad. El desarrollo regular de es
es el alimento preferido: los deseos de la venus cs- tos fenómenos en el espacio de veinte y cuatro, trein
perimentan una oscitación morbosa. La convalecen ta y seis y cuarenta y ocho horas, anuncian una enfer
cia dura algunas semanas. medad grave, pero, en general, sin peligro. La in
* Hildenbrand admite dos clases de tifus: el tifus vasión brusca ó repentina es seguida frecuentemente
regular, que es el que acabamos de describir, y el de la muerte, quo arrebata al individuo en pocas
irregular. Este se conoce por los carcléres siguien horas.
tes, que él autor considera como anomalías: * Generalmente se anuncia por pandiculaciones,
* 1." El escalofrió puede durar varios dias, ó por un escalofrío, tan intenso, que llega hasta el hor
presentarse por intervalos, como en una fiebre in ror, rara vez hasta el rigor, que dura dos ó tres ho
termitente. ras, ó menos, y es seguido de un calor acre y mordi
* 2." El elemento inflamatorio es estraordina- cante, interior y esteriormenle. Algunas veces alterna
riamenle intenso y se anuncia con flegmasías violen irregularmente el calor quemante con horripilaciones
tas en ta cabeza , en el cuello, en el pecho, ó en el vagas;- otras la enfermedad principia solamente por el
abdomen. La naturaleza de la enfermedad es enton aumento de los síntomas precursores. Los enfermos
ces muy incierta ; sin embargo, la sospecha de una comparan el dolor de las sienes, al que pudiera pro
causa contagiosa, el estupor, el vértigo, el zumbido ducirle* la aplicación al mismo punto de un circuí"
de oidos, el exantema, y otros signos que no es iácil de hierro Tinte amarillo de la cara y de los ojos; do
describir, esclarecen el diagnóstico. lores vivos en diferentes partes del cuerpo, sobre todo
* Las causas de estos accidentes inflamatoiios en los lomos, al menor movimiento; dolor muy grande
son: una disposición plelórica ; la constitución rei en el cardias, que está sensible á la presión: disnpea:
nante de naturaleza inflamatoria; un tratamiento os vómitos de una materia viscosa y tenaz, ó de una pe
cilante; el calor inmoderado de la habitación, etc. queña cantidad de bilis, esecsivamente amarga: agi
* 3." Los sintonías gástricos predominan , y sus tación y malestar en todo el sistema; súbita postra
causas son : la irritación del aparato de este nombre ción de fuerzas. Este estado dura tres ó cualio dios, y
ocasionada por el contagio ; la simpatía del estómago se disminuye en seguida gradualmente , ó aparece un
con la cabeza; la irritación del hígado; la constitu nuevo órden de síntomas, y principia el segundo pe
ción reinante de genio bilioso, y una complicación riodo. Alíenlo fétido; la boca, las alas de la nariz y los
gástrica accidental. párpados inferiores se rodean de un circulo amarillo ó
* 4. ° El exantema adopta formas muy varias, ó lívido; lenguasucia, cubierta de una sustancia mucosa,
no so presenta. marcada de listas longitudinales amarillas; algunas
* 5. ° Los fenómenos aláxioos ó adinámicos veces está negra, seca y áspera; movimientos de mas
aparecen en el primer poiíodo y oscurecen el esta ticación para arrancarle los dientes y del paladar un
do inflamatorio. Algunas veces sobrevienen carbun cuerpo pegajoso. Respiración fatigosa y difícil, en
clos. El orígon de estas anomalías son: si abuso de la trecortada algunas veces por largos suspiros; vómito
sangría y délos evacuantes; todas las qausas debili contiuuo. Tumefacción en los hipocondrios que están
tantes directas ó indirectas; la epidemia reinante, etc dolorosos al tacto; borborigmos, seguidos de cámaras
* (!• ° El estado inflamatorio puede prolongarse biliosas y escesivamente fétidas; sen abrasadora; ori
mas allá del primer período. Enlonces se observa en nas claras y crudas; postración; movimientos convul
las flegmasías una tendencia marcada á la gangrena, sivos pasajeros. .
y se declaran disenterías pútridas dependientes de la * En el tercer período sobrevienen fenómenos atd-
inflamación del hígado. xicos, y los mas graves síntomas de las fiebres adiná
* 7. ° En lin, la enfermedad dura mas que de micas. Estos síntomas suelen presentarse del tercero
ordinario, y entonces no se ven mas que irregulari al cuarto dia, y anuncian una muerte próxima.
dades, tanto en los síntomas que le son propíos, como * Algunas veces los períodos están separados por
en la crisis. intervalos de remisión, que duran uno ó dos dias.
* Algunas veces el tifus consiste solo en un ligero * Las crisis son: el sudor que sobreviene del ter
estupor de catorce dias, acompañado de dolores poco cero al sétimo dia; las cámaras y las orinas en el se
considerables en el bajo vientre. gundo período. I'ougnet ha observado erupciones,
* Fiebre amarilla.—La fiebre amarilla es una in forúnculos, depósitos purulentos al eslerior, y paró
flamación erisipetalosa y gangrenosa d \ las visceras tidas.
del bajo vientre, y algunas veces de las de otras caví- 86. Cuando la fiebre nerviosa presenta su grado
dados. La liebre concomitente puede ser inflamatoria de violencia ordinario, y no tiene la intensidad de la
en el primer periodo, biliosa, adinámica, aláxica, con peste, sus síntomas anuncian los desórdenes del siste
el tipo continuo, remitente ó intermitente. La liebre ma nervioso, ó una alteración profunda de las fuerzas
amarilla puede presentarse endémica ó epidémica vitales, se£tin los individuos, las causas y la epidemia
mente; nosotros la creemos contagiosa; se acompaña reinante. ;
de ordinario, aunque no siempre, del vómito negro y 87. Fiebre nerviosa versátil ó atóxico adinámica,
de la ictericia. con predominio de la ataxia.- En el primer caso
* En las Antillas, el enfermo cae desde el princi apenas ha ejercido su acción la causa morbosa, y, tras
pio en un estado do desaliento, de laxilud ó de esci- curridos pocos días, el enfermo, asediado de temo
citacion producido por el calor húmedo del clima, del res, de tristeza y de inquietud, cspcrimenla una no
DE MEDICINA Y CíRUJÍ».—FRANK.
tablc pesailezen todos sus miembros, que se hallan ces los desórdenes del sistema nervioso no ocupan
entorpecidos; da profundos suspiros, y aun derrama el primer lugar: entonces lo que. se observa es mas
copiosas lágrimas. Sin embargo, liemos visto arrct a- bien un oslado de estupor en las fuerzrs motrices y
tar la muerte con rapidez á algunos enfermos enme- sensitivas, que un aumento ó una alteración en la mo
dio do una locnicidad estraordínaria , de verdaderos vilidad, ó en la dirección de los movimientos. La di
accesos de risa, y cuando cantaban en alta voz. Otros ferencia proviene mas bien del sitio en que reside la
tardan en acostarse; permanecen levantados varios causa de la enfermedad, que do la causa misma.
dias, luchando con la enfermedad ó sin quejarse de Esla especie de fiebre nerviosa principia por una
las pérdidas de las fuerzas vitales. A los síntomas languidez considerable de las fuerzas, laxitud, ano-
precedentes suceden horripilaciones vagas, alternan rexia, boca seca ó llena de mucosidades, náuseas, re
do con llamaradas de calor, dolores en los lomos, en gurgitaciones, vómitos, pesadez do cabeza, ó una es
las articulaciones y en la cabeza; vértigos; embota pecie de embriaguez, cefalalgia, inquietudes, ó mar
miento de las facultades intelectuales ; pulsaciones cada indiferencia por todos los objetos, horripilacio
en los hipocondrios y en las sienes; náuseas, vómi nes mezcladas de calores vagos. Algunas veces, cuan
tos, sudores nocturno*. Contrastes muy notables en do la enfermedad no ofrece una marcha rápida, estos
todos los enfermos; vahídos al mas pequeño movi síntomas no obligan á guardar cama á los que los
miento al menor esfuerzo para levantarse, y sin que padecen; pero muy pronto crece el peligro, y|se re
haya habido evacuaciones ni pérdidas anteriores. A. conoce una afección grave. El pulso es libre, fre
pesar de la debilidad, el pulso es raro ó poco fre cuente y muy lleno en algunos casos, y es' o hace
cuente, hay contracción y tensión en la arteria; so- creer muy fácilmente á los que no observan con aten
■ brevienc un delirio tranquilo ó furioso, del cual no ción, que es un estado inflamatorio lo que se ofrece á
se había advertido el mas pequeño indicio en otros su vista; sobre todo, si una afección reumática ó ca
casos de liebre muy marcada; se acompaña de ágil t-- tarral, ya de la nariz, ya de la garganta, echa un ve
rioii,de adormecimiento ó de insomnio. Los ojos se lo engañador para ocultar la verdadera naturaleza de
ponen empañados ó brillantes, fijos, dolorosos, y se la enfermedad. Pero apenas la sangría ha hecho salir
esperimenta en ellos una sensación de tirantez ó de alguna sangre natural ó roja como la escarlata, cu
picadura; las manos se agitan temblorosas y con li bierta de una ligera costra ó on un estado de disolu
geras sacudidas. Voz aguda ó ronca; lengua natural ción, lo cual no se observa de ordinario desde el
y temblona, blanquecina ó seca; sed poca, y aun aver principio de la li?bre espontáneamente; se deprime
sión y horror por los líquidos; espectoracioñ frecuen el pulso al cabo de algunos dias.se hace blando, y pa
te, esputos espumosos; orinas abundantes, trasparen rece que la ondulación del líquido huye por todos
tes, acuosas, lechosas ó furfuríireas; vientre perezoso; lados debajo délos dedos. El temblor de las manos au
aimaras y orinas involuntarias. Dolores ¡violentos nn menta; hay saltos de tendones; enrojecimiento, del
el abdomen, disuria, hipo, flujo disentérico, y gan rostro; color casi livido do las mejillas; estado so
grena de los intestinos. El sentido del oido está poroso; el enfermo ni siquiera sospecha la gravedad
abitidó ó exaltado; respiración penosa, entrecortada de su mal; insomnio, y en general delirio; zumbido
con suspiros, ó difícil. Pulso muy variable en el cur continuado de oídos, cuya sensibilidad casi apagada,
so de la enfermedad; igual y lleno, débil, vacilante, obtusa, hace difícil la percepción de los sonidos. Au
intermitente, casi ¡nsensib.e. Algunas veces se ob mentó manifiesto, de. los síntomas por la noche, y su
serva, con un calor moderado de la piel un sudor copioso intensidad suele corresponder en los dias alternati
ó una aridez de pergamino; aparecen diversos exan vos, lo cual puede dar lugar á equivocar esta fiebre
temas, petequias, manchas miliares, desdo el princi con una subconiinua periódica. Él calor apenas se
pio de la enfermedad ó en épocas indeterminadas. eleva mas allá de la temperatura natural; muchas
Se declaran hemorragias muy graves por la nariz, veces es acre, seco y quemante, y coincide con un
el útero, los ríñones, los intestinos; equimosis, ó pulso, cuya celeridad y fuerza no tienen relación con
manchas lívidas de la piel; tumefacción de los gan él: en otras ocasiones es algo mas frecuento que el na
glios de la ingle, de las axilas, de la región paro- tural, y en algunas oirás mas acelerado; pero siempre
tidea; úlceras sórdidas, negruzcas, en el interior de es blando. Ha.y enfermos quccoitservan la piel húmeda
la boca. Pocas horas después de la aparición de un á beneficio de un sudor viscoso y continuo, j que
dolor violento en una parte cualquiera, se manifiesta exhala un olor parecido a! del vinagre torcido, y
rubicundez col ir lívido, gangrena, ó el estácelo. En desde los primeros días de la afección , aparecen sin
general, apenas han pagado los días cuarto ó sétimo, alivio alguno, numerosas petequias.
la postración de las fuerzas llega á su mas alto grado; Pero el aparato de síntomas gástricos, efecto déla
sobrevienen frecuentes lipotimias, convulsiones, ei té primera invasión, ha desaparecido, y las remisio
lanos, un sudor frío y viscoso, ansiedad considerable, nes de la enfermedad. La sordera , el retintín y el
gran dificultad en la respiración. A veces ningún sín« zumbido incómodo de oidos, el estupor; en una pa
toma llama la atención del médico, y entonces cierra labra , todos los síntomas, se agravan. Los ojos es
la escena una muerte repentina. • tán encendidos, se llenan de lágrimas; la nariz se
Los que recobran la salud á beneficio del aumento obstruye y se pone fulígiuosa; los dientes se cubren
de la traspiración quecuhre la piel, haciéndola suave; de una materia viscosa, y los labios presentan cos
los que se restablecen por medio de ligeros sudo- tras morenas ó negruzcas. La lengua está árida, tem
íes, de abscesos, ó por medio de otra crisis menos blorosa, y el enfermo, después de sacarla con gran
evidente, tardan mucho tiempo en recuperaras fuer trabajo, olvida retirarla; á veces tiene la apariencia
zas: y lo mismo sucede con el restablecimiento del de la carne cru>ia; otras es natural, húmeda y cu
espíritu que con o! del cuerpo. Se acuerdan non mu bierta de una ligera capa de mucosidados amarillen
cha (dificultad de las cosas pasadas, é inspiran, por lo tas. La sed es comunmente considerable, ó nula,es-
tanto, á sus amigos serios temores, porque crejn ver ceplo para el vino, el cual es solicitado por los en
en eso un principio de demencia; pero este estado fermos con instancia. La diarrea acompaña con fre
cesa por sí mismo y á medida que van volviendo las cuencia la sequedad de la piel. La oriua es variable,
fuerzas. ya cruda y acuosa, ya encendida, y tirando á un co
§8. Ficbrr nerviosa soporosa ó adinámico-atáxi- lor rojo ó moreno; es ademas espesa, furfurácea, con
ca, con predominio da la adinamia. —Algunas ve una nubecilla (suspensión) enmedio. Bien pronto
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se pierde la resistencia de los esfínteres, y primero uniones de hombres, principalmente de sujetos en
la vejiga, y después el ano, dejan escapar, mientras fermizos , en los campamentos, las prisiones , los
duerme el enfermo, una porción de materiales féli navios, los hospita'es, las casas estrechas y mal ven
dos: poco después estas escreciones, involuntariis, tiladas; esta complicación es tan común, que la fiebre
tienen lugar durante la vigilia, y sin conciencia del nerviosa, siendo tan pocas veces inflamatoria, llega á
enfermo. ¡So -es raro ver en esta fiebre una retención ser funesta frecuentemente por una inflamación ma
de orina con distensión di! la vejiga, y por el contra ligna.
rio, la incontinencia. Decúbito dorsal; los muslos es La fiebre nerviosa adopta el carácter inflamatorio
tán separados, y el cuerpo arrastrado por su peso en las personas jóvenes y en las pletóricas: v no se
hácia los pies del lecho. Cara amarillenta ó bañada trata aquí de la fiebre nerviosa que simula en los
de una materia glutinosa. Agitación continua de las sugetos robustos la superabundancia di- la sangre.
manos para apartar los objetos fantásticos que creen Esta complicación sobreviene también cuando, á la
los enfermos ver en el aire, ó para recoger las cu causa de la fiebre se asocia otra reumática ó catarral;
biertas; esfuerzos impotentes para levantarse, y mu ó cuando á la inflamación, ó la liebre inflamatoria,
sitación continua durante el sueño; rotación del glo viene á agregarse una infección nosocomial. No obs
bo del ojo; hundimiento de las sienes; nariz afilada; tante, en estos casos, la disposición flojislica se disi
refriamiento incipiente de las orejas. Mientras mas pa en pocos dias, y solamente los hombres experimen
débil es ej pulso, y mas considerab e es la postración, tados pueden reconocerla como tal, desde el prin
mas aumenta el delirio , el estupor, y los sudores cipio.
glutinosos y fétidos. A pesar de la frecuencia de las Sin embargo, no nos dejemos engañar por el deli
deyecciones líquidas y pestíferas que el enfermo rio intenso y furioso, ó por una cefalalgia, atribuyen -
hace en el lecho, el vientre se meteoriza y se declara dolos á una inflamación latente del cerebro, porque
el hipo. Las manchas que cubren la piel toman un esta apariencia es falaz. Pero la complicación es real
color mas lívido, y nosotros hemos visto en dos en en el frenesí, en las liebres tifoideas, epialís, y aso-
fermos ponerse la§ manos negras. Algunas veces se des de los antiguos; enfermedades que serefieren casi
escapa por la nariz ó por otros puntos una sangre siempre á una fiebre rlerviosa ó maligna, muchas ve-
en completa disolución; el pulso es muy débil y des c<;s complicada con una inflamación do las visceras
igual; la respiración mas difícil, y por último, las abdominales.
lipotimias , la gangrena de las parles sobre que ha 9). Fiebre lenta nerviosa.—Todavía tenemos que
descansado el enfermo, y el enfriamiento de las es- hablar de una especie de la fiebre nerviosa, á la
tremidades, anuncian la muer.te, que no tarda en que se da el nombre de lenta , por su curso lardo y
llegar. perezoso. No se diferencia de la liebre aguda mas que
Los que resisten á la violencia de la enfermedad, por su menor intensidad y por su mayor duración.
algunas veces muy larga, se restablecen insensible Algunas veces es epidémica, cuando reinan vientos
mente, cuando sobrevienen los síntomas que hemos calientes y húmedos en los lugares bajos y pantano
descrito ya (87). Un [sudor halituoso pone la piel mas sos. Ataca, sobre todo, á las personas" sensibles,
blanda, mas flexible y mas suave al tacto: la lengua atormentadas mucho tiempo por pasiones deprimen
se humedece; desaparecen los zumbidos de oidos, tes, y á l is que se ven privada-, del uso del vino ó de
aunque la sordera persiste; el pulso se desenvuelve, y alimentos nutritivos. Los síntomas hiarchan de un
la ondulación de la sangre, que se percibe suavemen- modo tan lento y pausado, que no anuncian el menor
to, le presta su igualdad en el rilmo El sueño es peligro, y salo producen una impresión particular en
tranquilo, reparador, y el enfermo siéntemenos aver el sistema nervioso y sus dependencias. Ya se au
sión á los alimentos qüe se le presentan. En algunas mentan ó se disminuyen la irritabilidad y la sensibi
ocasiones se da un paso mas rápido hacia la salud, lidad ; ya una sola de estas propiedades vitales es la
á beneficio de una metástasis, de la gangrena, y mas que se aparta dc| estado normal.
raro aun, por una especie de asfixia. La convalecen Primeramente la digestión se hace penosa, sobre
cia siempre es larga. vienen flaluosidades, ardor en el estómago, anorexia,
89. Es muy frecuente la complicación de estas fie eructos ácidos y de materias corrompidas ; el vientre
bres con un foco gástrico; se la reconoce por los sín está perezoso, con dolores cólicos, ó muy libre. Fla-
tomas esputstos en otra parte (5b y 103), por un cidez de los sólidos, vértigos, cefalalgia occipital,
examen muy atento de las causas y de la constitu que se estiende hasta lasórbitas, hundimiento de las
ción epidémica; pero es necesario tener mucho cui sienes, dispnea, bostezos, palpitaciones, laxitudes
dado para no confundir una afección sintomática del siempre crecientes, tristeza, suspiros, llantos, ansie
estómago con un indicio de saburras. dad, vehementes deseos por el retiro, de cuando en
90. Los síntomas de las fiebres nerviosas se com cuando estreñía irritabilidad, calores vagos. La cara
binan pocas veces cou los de la inflamatoria; pero no presenta "una coloración intensa, y siente el enfermo
es raro que se asocien á una inflamación local; pues en ella un ardor quemante ; pero de repente se vuelve
las flegmasías no existen necesariamente siempre con pálida. .Entonces el calor se hace parcial y se mani
una fiebre ; así como esla no es siempre inflamato fiesta en las manos ó en otras panes, y alterna con
ria cuando las acompaña. La peste nos proporciona ligaras horripilaciones. El pulso es débil , frecuente,
un ejemplo, que nos sirve para entender los dos ca desigual , tembloroso, intermitente, alguna vez con
sos propuestos: se ha presentado, aunque muy raras traído y duro. Con todo, los enfermos rio guardan
veces, con el carácter de una fiebre nerviosa infla cama hasta al cabo de algunos día* ó de dos semanas:
matoria, y lia cedido á las sangrías. Pero cuando no entonces la debilidad es muy grande , y si quieren
participa del genio flojistico; cuando aparece aun tcnersaen pie ó apoyarse sobre las rodillas, caen en
un fiebre, ofrece todavía pruebas evidentes de una un verdadero desfallecimiento, que determina Jam-
inflamación, si bien maligna, en los bubones y en el bien un simple pediluvio. El calor, la dispnea y la
ántrax. Esta fatal complicación de la fiebre con los frecuencia del pulso aumentan por la noche ; sobre
flemones, en las inflamaciones del cerebro, de la gar vienen asimismo vigilias,- insomnios; dolores reu
ganta, de los pulmones, del estómago, de los intes máticos muy variados, que pueden equivocarse con
tinos, del hígado, del útero; en la viruela, la erisipe una pleuresía. Orina ordinariamente pálida", acuosa,
la, la disentería, que sobrevienen en las grandes re ó ligeramente colorada, con una nubecilla (suspen
DE MEDICINA Y CIRÜJÍA.—FRANK. 01
stjm) furfurécea, que no llega al fondo del Taso; es pues suspensa en un vehículo de considerable estcñ
roas raro que eslé espesa y como empolvada de ha sion , la materia pútrida no tiene cualidades dema
rina. siado venenosas para herir con Una enfermedad mor
Algunas veces alterna un escalofrió intenso, con tal, y como un rayo, al hombre que goce de buena
una ligera horripilación; se presentan regurgitaciones, salud. Kl álcali volátil , impresionando á los nervios
vómitos, temblores generales ó parciales. El eufer.no olfatorios , restablece con prontitud las lipotimias, ^
se queja de un calor que es casi imperceptible este- en la especie de la fiebre nervioss , llamada pútrida,
liormcntc , desigual y fugaz. El pulso , por el día, reanima poderosamente las fuerzas del corazón. El
está poco mas frecuente que en el estado normal ; es principio séptico no es tan perjudicial á la vida de
todavía mas tardo, hasta que el aumento diario deja los animales, como se podría creer : h naturaleza ad
enfermedad descubre el peligro. La lengua está seca mite en nuestro cuerpo, en el misino. estómago, una
solamente por el medio; la boca lo está en toda su gran cantidad de materias muy fétidas , de Tas que
estcñsion; hay adipsia y lesión en la deglución; re eslrae, por medio de la absorción, los principios nutri
tintín ó zumbido de oidos ; la luz ocasiona molestia; tivos, y sin temer la combinación de la materia cor
sebrevienen terrores, pusilanimidad, desesperación, rompida, se sirve de ella para los usos diarios , que
estrávagancia. El enfermo está sumido en un delirio no son muy conocidos de los fisiólogos. La especie
tranquilo, rara vez furioso , trata de coger cuerpos humana no escoge sus alimentos, como los animales
que creé ver revolotearon el aire; el pulso es muy carnívoros, de las sustancias en putrefacción; pero
variable, y sin relación con los desórdenes que exis obligados por la necesidad, ó endurecidos por el há
ten. El ¡nsomniu aumenta; musitación ; decúbito dor bito , devoran los hombres con oéodía , sin temor de
sal ; los ojos están solamente entreabiertos; respues una enfermedad pútrida , los pescados y las carnes
tas lentas, á causa del estupor, ó de la diücultad de corrompidas. Innumerables familias de artesanos vi
comprender las preguntas. Leves indicios de convul ven saludables enmedio de exhalaciones pútridas;
siones, saltos de tendones; la boca se pone torcida, una úlcera cu la pierna está vertiendo por años en
y una de las manos se contrae y se encorva. A medida teros sanies muy acre , y rara vez se observa que
que avanza la enfermedad , sobreviene diarrea acuo produzca una fiebre nerviosa.
sa ; sudor., acompañado de diversos exantemas , y Así , pues , parece qué su causa no reside en la
con pérdidas de las fuerzas, en lugar de alivio; las materia pútrida, sino en otro principio que se une
aftas tapizan toda la cavidad de la boca; el pulso es fácilmente con ella , principio de naturaleza desco
mas frecuente y mas débil ; los ojos tienen un colnr nocido, y cuya acción se ejerce sobre los nervios, del
casi natural, ó muy blanco; algunas veces está la mismo mido que la ejercen las sustancias veneno
córnea como marchita ó apagada ; la cara presenta sas. Este principio deletéreo produce , según su na
una palidez notable, y las facciones se abaten. Hácia turaleza , la de los individuos que le reciben y la
el fin de la enfermedad , cuando la muerte so aproxi constitución reinante, efectos muy varios, ya escilan
ma, la piel se pone muy relajada , y se inunda de un do, ya debilitando, y los cuales se ha comparado
sudor general , frío y viscoso ; el adormecimiento au« ingeniosamente con los que causa el hunn del tabaco
menta, y se asemeja al letargo ; las cámaras y las ori en las personas que no están acostumbradas á usarle.
nas se.abren paso sin que el enfermo lo sienta ; los Apenas se aplica este principio al cuerpo vivo, de
salios de tendones son mas frecuentes; la dispnea es termina grandes desórdenes en el estómago, mas vio
mayor, y se declaran las convulsiones. Algunos enfer lentos que los que pudieran ocasionar venenos muy
mos , á causa de la escesiva duración del mal , vie enérgicos. Los eméticos no tienen la propiedad de
nen- á parar á la tisis ó á la fiebre héctica. disipar ostos síntomas mas que en el principio de
Los que se salvan no experimentan una crisis ma la fiebre neriiosa , si se administran con prontitud,
nifiesta : en el dia vigésimo, ó mas tarde, se disipa y antes de que la infección se estienda á todo el sis
el peligro , y vuelven él sueño y el apetito; en ciertos tema; y en este último caso, los sudoríficos no tienen
caso» termina muy lentamente la enfermedad por su manos eficacia para eliminar el contagio. Seria , por
dores halituosos y repetidos, por el ptialismo, la gan lo tanto , permitido atribuir á esta materia un carác
grena casi sin olor en las nalgas; otras veces se esta ter sutil y volátil , si los efectos , algunos veces lar-
blece la convalecencia con una rapidez inconcebible. dios, y los diferentes gérmenes morbíficos, no descu
Esta especie de la fiebre nerviosa presenta también briesen su naturaleza fija , y si la observación no nos
complicaciones con la saburra gástrica , la constitu» enseñase que el principio deletéreo de la peste y de
cion inflamatoria , las flegmasías, la afección reumá la viruela puede permanecer fuertemente adherido á
tica, y catarral. Ya indicamos en otra parte (55, 90 y las sustancias inanimadas.
103) los signos con que se manifiestan. " Este es el lugar propio de examinar la opinión de
92. Causas.—Si quisiésemos encontrar las causas los médiers célebres que han querido limitar "la ac
. délas fiebres que acabamos de describir, deberíamos ción del principio contagioso á un pequeño número
buscarlas en el principio que, para destrucción del de enfermedades, como la viruela , el sarampión, la
género humano, preparan los lugares infectos y las sarna y la sífilis. Sin que tratemos de turbar el re
exhalaciones animales. Será muy difícil, cuando no poso de su tumba, diremos que, por desgracia , este
imposible, describir la esencia de este principio; pues principio cstiende'mas b jos su influencia. Ko nos de
los apáralos que conocemos no nos demuestran en tendremos en examinar las pruebas que nos sumi
el aire, que está impregnado de él, y que le sirve de nistra el carácter contagioso, reconocido en la rabia
vehículo , ninguna diferencia con éste mismo gas y en la lepra, porque, en efecto, es difícil concebir pa
puro y sin principio alguno deletéreo. Los que han ra estas enfermedades una predisposición particu
querido buscar esta causa en las emanaciones de sus lar, que no existe para otras afecciones epidémicas.
tancias animales en putrefacción, le han dado uirca- No se observa, es verdad , que las enfermedades se
rácter pútrido , porque afecta al sistema nervioso: y propaguen poj^semillns , como los vegetales y ani
esta opinión parece confirmada , hasta cierto punto, males ; pero Amatoria contagiosa, preparada en su
por los fenómenos ¿e pütrídez observados en esta cuiso y depositada en un cuerpo predispuesto , de
clase de fiebres y en la misma sangre. Pero no os termina movimientos semejantes en los sólidos, desór
esta sola cualidad la que caracteriza las emanaciones denes semejantes también en la circulación de los
producidas por la descomposición de los animales; líquidos , desófdenes misteriosos , pero evidentes y
ftg BIBLIOTECA ECONÓMICA
conlirmados por la observación. No es mas fácil sa recen el genio (lojístico, somete bajo su dominio á
ber cómo la saliva de un perro rabioso queda por es la viruela y al sarampión, y les obliga á perder su
pacio de meses enteros sepultada bajo la piel del forma primitiva. Difiere de ellos en que estas afec
lionibrc, y produce al fin una enfermedad idéntica; ciones no atacan comunmente mas que una sola vez
cómo obra un veneno que se comunica del misino á un mismo individuo, y se asemeja al virus psórico
modo, y cómo el principio contagioso de la pesie y y al venéreo, en que puede ejercer muchas voces su
de la liebre de las cárceles se prepara en ciertas cir fatal iulluencia sobre una misma persona. Pero los
cunstancias , se adbiere á los vestidos ó á otros obje que por su destino se hallan en el deber de asistir á
to?, y se comunica después de mas ó menos tiempo. los enfermos do las cárceles, de los hospitales, etc.,
Muy fácil es errar en esta materia, porque en las están exentos de los peligros del contagio , que se
epidemias ocurre que muebas personas son atacadas ensaña con preferencia en ios individuos tímidos y
ile la enfermedad reinante, sin el concurso del con no acostumbrados á su influjo: ningún otro principio
tagio. Pefo, no obstante, el solo medio de salvación contagioso contrae jamás esta familiaridad , si nos
que hay es el de linir de los lugares donde existe el es permitido espresarlo asi.
azote, apartarse de los enfermos, y basta de los obje Los médicos que no atribuyer e! origen de la fie
tos que toian: así es cómo preservan las leyes de la bre nerviosa á la acción de un principio sutil, la
pesie y de la viruela. han señalado causas muy diversas , pero que mas
El principio deletéreo y contagioso que desarrolla bien son capaces de predisponer á padececerla que
la liebre nerviosa es , pues, un producto animal que, de producirla, de ocasionarla. El frecuente uso de
bajo las condiciones- de una constitución anual favo las Sustancias animales deja de ser sospechoso cuando
rable, se engendra en los cuerpos de los enfermos ó se observa que la fiebre nerviosa ataca con especia
en una atmósfera infectada par sus exhalaciones. Si lidad á las clases indigentes, las cuales aunque pocas
deducimos por nnalogía que estas emanaciones son veces gustan la carne, las aflige por mucho tiempo;
pútridas, ó si concedemos sin dificultad esta degene en lugar de propagarse entre los poderosos que usan
ración, preciso es confesar que la materia pútrida es habitualmente aquel alimento. Nosotros hemos visto
mas frecuentemente el vehículo, la compañera del sobrevenir liebres malignas en familias pobres . me
principio, que el principio mismo. Los fenómenos de nesterosas, por haberse alimentado con los restos de
putridez, mas perceptibles al terminar que al iuvadir animales muertos á consecuencia de una epizootia,
la enfermedad, no nos demuestran tampoco la natu pero la enfermedad, que era muy diferente de una
raleza séptica do su causa, ni aun so i susceptibles de afección gástrica, no debía su origen solamente al
esta sola esplicacion. Tampoco podemos jnferir la uso de la carne. Varios ejemplos atestiguan sus efec
descomposición de la masa sifnguínea por la lelidez tos nocivos y el de los pescados , cuando están cor
del alíenlo, del sudor de los pies, de las axilas , de rompidos, sin que la enfermedad que de aquí re
los fontículos, ele , en algunos individuos que gozan sulta provenga esclusivamenle de la materia púfriáa,
de perfecta salud, pues no todos los malos olores y sin que la liebre merezca este nombre. Los cerea
provienen de la putridez. La aparente disolución do les averiados y lodo lo que es devorado por el ham
la sangre en eslas enfermedades no se observa siem bre en los tiempos calamitosos, son la fuente deafec
pre, y las hemorragias y los exantemas pueden lener ciones graves en las grandes poblaciones ; pero la
otro origen. La circunstancia de que los cadáveres fiebre maligna, que domina en los pueblos cuando
de los que lian pat'ecido esta liebre su corrompen con concurren estas funestas circunstancias, ataca á in
mus rapidez que los demás, anuncia una tendencia á dividuos empobrecidos de antemano por otraseausas,
la descomposición; pero no hemos de inferir por eso que suelen desarrollarse en las "grandes reuniones
que la disolución existia durante la vi la y bajo la in de hombres asediados por el hambre, el abatimiento
fluencia de la circulación. Se ha atribuido á la quina ó el desaseo, de los que sufren en los calaboaos ó
por sus propiedades antisépticas, resultados mas ma que habitan en viviendas mezquinas y poco des
nifiestos en la fiebre llamada pútrida, que en la nervio ahogadas, donde se exhalan de todas partes vapores
sa versátil, lista consecuencia es prematuia , porque mefíticos.
antisépticos que son aun mas poderosos que la cor La frecuencia de la fiebre nerviosa en los lugares
teza peruana, oblioncn muchas veces poco ó ningún húmedos y pantanosos depende de insectos en pu-
efaclo; y la observación nos enseña que otras sustan trefaccioa y de restos de sustancias vegetales y ani
cias, que están consideradas como sépticas , tales son males. Los efluvios que se elevan de los pantanos,
las cantáridas, el álcali volátil, etc., ofrecen los me por el influjo de un sol ardiente, disponen también
jores resultados. la atmósfera de estos lugares ¡i la preparación de la
Perb si la acción común del principio contagioso materia contagiosa, ó su vehículo, y á recibirla con
no nos permite deducir su origen de la materia pú mayor prontitud. Sin embargo, hemos observado epi-
trida, su nalura'eza debe diferir, según las diversas | demias muy funestas de liebres nerviosas en comar
enfermedades, y aquel, cor, preferencia á esta, es cas montañosas, y en las que reinaba un airo muy
parciéndose por ciertas partes del cuerno, debe pro seco: y. también, durante el invierno, cuando el rigor
ducir síntomas propios y necesarios. Así, el principio del trio obliga á familias enteras á reunirse en ha
deletéreo de" la fiebre nerviosa ejerce especialmente bitaciones apenas ventiladas, son muy comunes las
su influjo sobre los órganos de la sensibilidad y de la liebres contagiosas, simples ó complicadas con sa
irritabilidad; da á los nervios un nuevo dominio so burras, y constituyen en estos lugares verdaderas
bre las {Artes sometidas á su acción, y debilita ó fiebres carcelarias y nosocomiales.
turba su influencia. El virus morbilloío afecta la Pero si es cierto que la fiebre nerviosa, epidémica
membrana mucosa del ojo, de la nariz, de la gar reside principalmente en un principio animal, con
ganta y del pulmón, y el que da origen á la viruela tagioso, también lo es que esta misma' cufermedad
deja con frecuencia en pos de si la ceguera ó la tisis esporádica reconoce otro origen. El hombre se pre-
ulcerosa. jaraá sí propio el veneno en ciertas circunstancias:
El principio contagioso de las fiebres nerviosas una fiebre abandonada ó mal corada; la supresiou
tiene un carácter particular: se asocia, no solamente de la materia poco conocida do la traspiración; un
con diversas afecciones gástric as ó inflamatorias, sino vicio cualquiera, sea ¡coroso, gangrenoso, pero so
también con el virus variólico y morbilloso, que favo bre todo, reumático ó catarral, depositado sobro el
DE MEDICINA Y ( raiMÍA.—FRANK. 63
cerebro y . los nervios , producen , en esto; órganos, montosas ; un sudor halilu iso é igual , que disipa el
no solamente enfermedades de un carácter febril ó calor de la piel ; la diminución de la sequedad do la
agudo, ó de naturaleza crónica, sino que también, lengua y de la boca; el brillo natural de los ojos;
lo que difiere mucho de esto, todos los síntomas de la pero sobre todo , el suoño , sin el que no debe me
fiebre nerviosa. Algunas veces una metástasis feliz recer confianza ningún signo.
de este pr ncipio ofrece la prueba patente de que él El pronóstico de la liebre nerviosa complicada pue
era lu causa de la afección. de deducirse do la naturaleza de las causas que con
93. Pronóstico.—La sola descripción déla fiebre curren á su forrtiaciuii. La diarrea, si es lev« , y se
nerviosa demuestra suficientemente los temores que manifiesta al fin de la enfermedad, sin consumir las
inspira, y muchas veces la poca esperanza de salva fuerzas, elimina con las saburras el principio conta
ción que ofrece. Un fuerte enemigo amenaza al gioso. Pero cuando es esecsiva, abrevia 'os dias del
principio vital, y este es el poder que se rehace con enfermo , y muchas veces es un siguo de la inflama
tra la cansa morbosa. Generalmente hay que espe ción latente, ó de la gangrena de los intestinos, si
rar poco de la naturaleza, y tampoco podemos pro se acompaña de hipo, de aftas, de meteorismo, de
meternos mucho del ane, desprovisto de (específicos. enfriamiento do las cstremidades , de la cesación de
Los remedios mas seguros consisten en evitar el con los dolores, y una falaz tranquilidad de espíritu.
tagio, y esto es mas propio de las leyes que de la * Estai>o PATiLor.ico.—Admitimos tres elementos
medicina. Con todo, cuando so ha reconocido ú tiem en las liebres de que estamos tratando; i saber: el
po al enemigo, que nos oculta con frecuencia su nervioso, que comprende la adinamia y la ataxia: el
aleve marcha, podemos alguna vez atacarle en el gástrico, que puede ser bilioso ó mucoso, y el infla
principio victoriosamente Los sugetos debilitados matorio, que comprende la fiebro de esto nombre,
por trabajos y estudios escesivos, por el hambre, las flegmasías y las irritaciones llojísticas.
por las enfeimedaaes venéreas, el escorbuto, etc ; * En nuestros dias se considera la adinamia como
los caquécticos; los que están padeciendo alguna un sintonía de la gaslro-enteritis , y se cree que la
afección orgánica, ó son víctimas de un vicio espe ataxia depende de las inflamaciones cerebrales. Estas
cial; las mujeres embarazadas, particularmente las ideas no son nuevas : se encuentran en las obras de
socipn paridas; los niños, los hombres delgados, los Sydenham, de Chirac, do Quesnay, etc. Combatidos
tímidos, corren mayor riesgo durante el curso de por diversos prácticos , entre otros por Chambón de
la enfermedad, que aun los que están mas predis ílontaux, lian dado lugar á una doctiim enteramente
puestos á padecerla. opuesta , y Broussais y los de su escuela han que
La complicación de la fiebre nerviosa con otras rido restituirle el imperio de la medicina (i). Pero
enfermedades y el genio de la constitución, aumentan como la verdad no puede establecerse sino sobre las
ó disminuyen el peligro. Ademas está en razón di ruinas de lodos los sistemas, no liaremos vanos es
recta de la postración, que sobreviene desde el prin fuerzos para imponer nuestra opinión á los que estén
cipio sin causa couocida; de la alteración profunda prevenidos contra ella: indicaremos, por lo tanto,
del rostro; de la ansiedad y de la agitación; do la solamente los caracteres de los elementos que hemos
poca reparación que produce el sueño; de la escasa admitido.
remisión de I s principales síntomas, como el deli * La adinamia se reconoce por los síntomas si
rio, etc. ; de la dispnea; de la anticipada salida de guientes: posición supina; dificultad estreñía, ó im
los exantemas; de las metástasis sobre las glándulas; posibilidad de los movimientos; debilitación de la
desu desaparición, que cambia el color bermejo de sensibilidad; cara adinámica (que consiste en el co
la parte en lívido ó n;>gro; de la debilidad de los es lor oscuro de las mejillas durante los paroxismos, y
fínteres y de los vasos sanguíneos ; de la aparición terroso en el resto del rostro; diminución en la
prematura de los sudores (cscepto en la efémera su gordura de los carrillos, de las sienes, y de las alas
datoria); de sus cualidades frias ó viscosas, y del bar ile la nariz , facciones abatidas ; pesadez de los pár>
niz con que bañan la piel hácia el fin do la enfer pados ; ojos encendidos , llenos de légañas , lacrimo
medad; del calor interior acompañado de frió esle- sos y redondeados); respiración frecuente ó lenta;
riormente; de la violencia de los dolores de los lo pulso pequeño, débil, algunas veces lento, y otras
mos, del bajo vientre, de la cabeza, de la debilita muy frecuente. En el mas alto grado : color lívido
ción ó de los desórdenes de la acción del corazón so do la piel , petequias, equimosis , cardenales , gan
bre las arterias; del encendimiento y fijeza de los grena de las úlceras y ele las partes sobre las cuides
ojos, (Je la desigualdad en su volumen respectivo, del se ejerce el decúbito; sudor frió,, viscoso y fétido;
estravísmo, del parpadeo; de la sequedad, de la as estado fuliginoso de la nariz , de los dientes; y de
pereza, del color negruzco y del temblor de la len las encías; lengua negruzca; deyecciones y orinas
gua; de la ronquera; de la agudeza de la voz, de la involuntarias, fétidas, ó bien constipación y meteo
afonía; y por último, de la dificultad en la deglución. rismo ; iscuria y enuresis simultáneas; hemorragias
No obstante esto, el médico no debe atenerse sola- pasivas por la nariz, los bronquios, el estómago, los
mcnie A uno de estos signos: debe, por el contrario, intestinos, los órganos genitales, etc. A estos sínto
reunir varios de ellos; tener en cuenta los que son de mas Jebe agregarse el examen del temperamento del
un valor positivo en tal ó cual epidemia, y no olvidar individuo, de la constitución reinante, y de las cau
los casos en que ha arrebatado la muerte á los en sas á que haya estado somolido el enfermo.
fermos, sin anunciar su llegada. * No basta la existencia de des ó tres síntomas
Por el contrario, haco.i concebir esperanzas do para probar la de la adinamia. En el cuadro de la
buen éxito, un tratamiento bien dirigido y aplicado liebre infkimatoiia (H6) incluye Frank 'la aridez
oportunamente ; cierta conexión entre los síntomas; de los labios y de la boa, la sequedad y rubicun
la flexibilidad de las c.rncs y de la piel, que no está dez de la lengua, la abolición casi total del olfa
cubierta de ningún barniz glutinoso; el decúbito to, del gusto , y la somnolencia y el letargo. Pi-
casi natural; la integridad y firmeza de la audición nel cree reconocer en estos síntomas una complica
»l declinar la fiebre; los depósitos purulentos, ya ción que no especifica, pero que no podría ser mas
en la superficie cutánea, ya en las glándulas, pero 1 F. J. V. Ilroussais , Examen de las doctrinas médicas. París,
seguidos de un alivio manifiesto; una ligera disuria 1829.—K. G. Boissean: Pirctologia Hsiotót'ica, cuarla edición.—Pa
acompañada de orinas cocidas, abundantes , sedi- rís 1831 , pág. 193.
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qué un estudo adinámico , si aquella era real. Si se yecciones verdosas, y los accesos, bajo el tipo de ter
celia una mirada sobre el conjunto del cuadro , se ciana, no debemos despreciar la consideración de la
verá la descripción de una fiebre inflamatoria muy epidemia reinante y el conmemorativo: esto era el
manifiesta', cuyos síntomas esperimentan modifica medio de diagnosticar el estado gástrico en el tercer
ciones, según la edad y las disposiciones individua grado en la epidemia de La usaría. No reporta menor
les, y según los períodos y la intensidad de la en utilidad el examinar las causas predisponentes y oca
fermedad. sionales de la enfermedad, y el temperamento del
* En una persona aniquilada, de constitución dé individuo So presumirá con razón la existencia de
bil ó que lia estado sometida á la acción de causas las saburras en un sugeto de temperamento bilioso,
deprimentes, no puede simularse la adinainia , sobre entregado á la gula, y que ha caído enfermo á con
lodo si se anuncia por síntomas de disolución ó de secuencia de escesos cometidos en el régimen.
putridez , y si el genio de la epidemia favorece las La fiebre inflamatoria no acompaña á la adiná
enfermedades de este órgano. En los demás casos se mica ó á la atáxica, sino en los casos indicados por
la puede confundir coi» la opresión de las fuerzas. nuestro autor (90); pero las flegmasías y las irritado
Este último estado depende de la plétora , del em nos flojísiicas son muy comunes en las liebre llamadas
barazo gástrico, del espasmo, del dolor, de la in adinámicas ó atáx-icas. Fizes llama liebres general
flamación violcnla| de un órgano esencial á la vida mente malignas con acrimonia, i aquellas eu que do
ó que esté dotado de una sensibilidad esquisita. La mina el elemento flojístico. Esie elemento, sobre todo,
opresión de las fuerzas existe en la liebre inflamato cuando está afectado el sistema digestivo, se presenta
ria de Frank, en el primer período de la enteritis, etc. con síntomas divusos, y son; sed, lengua áspera,
Nosotros la hemos visto confundirse con un espasmo seca, contraída, agrietada, rubicundez más ó menos
cerebral, con un simple embarazo gástrico. Así, pues, oscura do la misma; algunas veces este color es muy
para establecer con seguridad el diagnóstico de la vivo; rostro encendido, sombrío, triste, abatido; ca-
adinamia , es preciso no concretarse, en los casos leraere y seco en la piel; pulso frecuente, duro, mas
dudosos, á un examen superficial de los síntomas, ó menos desarrollado; orinas rojas y crudas. Si so
sino practicar el método de escluslon, y no olvidar breviene alguna inflamación en el abdomen, aparecen
las causas de la opresión de las luerzas. Inicia el hipogastrio dolores internos, lijos, constantes,
* Los síntomas de la ataxia son los siguientes: que se aumentan á la presión, y son seguidos de de
postración sin causa conocida ; temblor general ó lo yecciones sanguinolentas, cuando se forman úlceras
cal; saltos de tendones; convulsiones ; parálisis ge en la membrana mucosa que tapiza el interior del
neral ó parcial ; síntom as de tétanos , de catalepsia, tubo intestinal La rubicundez de la punta de la len
de epilepsia; calor desigual , y alternativamente au gua es ihi síntoma muy común en las flegmasías
mentado ó disminuido. Delirio tranquilo ó furioso, de las vías digestivas, y la desaparición repentina
sin agitación febril muy marcada. Ojos empañados, ó de la costra que la cubro, ya en totalidad, ya por
brillantes, fijos , dolorosos , afectados de un senti cfiapas, y ya por líneas ó fajas longitudinales, es otro
miento de tensión, de punzadas; estravisinp, lagrimeo síntoma de gran valor. En un considerable número
involuntario ó sequedad de la conjuntiva. Respuestas de casos, la inflamación del estómago ó de los intes
ásperas y bruscas, voz aguda ó ronca , tartamudez, tinos no se manifiesta por ningún síntoma local; es
afimia , hipo, suspiros y risa involuntaria, etc. Pulso muy frecuente que el dolor no exista, y entonces so
variable en cada región y muchas veces en la misma lamente se notan los síntomas generales de irritación:
arteria alternativamente pequeño ó desarrollado, fuer esto mismo sucede en las flegmasías de las demás
te -ó débil, frecuente ó lento, regulur ó irregular. visceras, pues también faltan con frecuencia los sín
* El estado gástrico ya eslá descrito por Frank tomas que le son propios. Entre los signos generales
(5b y 103); recordaremos, sin embargo, ..quísus prin de irritación, la sed merece una atención preferente;
cipales síntomas, y son: amargor de boca; fetidez la dureza del pulso, cuando eslá bien marcada,
del aliento; flatuosidades nidorosas; lengua cubierta basta para inspirar sérios temores sobre la existencia
do mucosidades pegajosas, blanquecinas ó amarillen de una irritación interior, y algunas veces es el úni
tas; vómitos biliosos ó mucosos; borborigmos; dolo co síntoma que nos descubre una flegmasía latente; los
res vagos en todo el abdomen y en el epigastrio; cá gritos lastimeros del enfermo, á írtenos que este sea
maras abundantes y fétidas; orinas turbias y azafra do carácter débil y sensible, y la ansiedad, anuncian
nadas; color amarillo y macilento ó verdoso en el el sufrimiento de algún órgano; el sueiiw intranquilo,
contorno de la boca y de las alas de la nariz; cefa turbado por angustiosas pesadillas, y después del
lalgia supra-orbitaria; cansancio; calor acre y mor cual se encuentra el enfermo mas postradtíy en lugar
dícante. etc. desenlirso mejor, indica una irritación inte\rna, y el
* Pero estos síntomas son oscurecidos muy pronto olor punzante, ácido, acre, de los materiales-escreta-
por los fenómenos adinámicos ó atáxicos. y si no se dos por el ano, pertenece también á los sínloiwas de
ha observado al enfermo desde el principio, ó si no irritación. . - \
se sospecha el estado gástrico por la naturaleza de * El método analítico de los nosógrafos ha \sido
la constitución reinante, y por las demás fuentes del muy funesto á la medicina práctica, presentandoXjss
diagnóstico, es muy fácil que las apariencias nos en eleuicuios de las enfermedades como enfermedaiVes
gañen, y miremos la enfermedad como una fiebre esenciales; ha dirigido su atención sobre un soVo
adinámica purr.; es decir, simplemente con postra punto, y nos ha hecho desconocer la naturaleza ele
ción de fuerzas. Los médicos que consideran la liebre las liebres nerviosas. Así, la adinamia y la ataxia, pre1
pútrida como una fiebre gástrica, fundan su opinión sentadas por los autores como enfermedades primiti
en la naturaleza de los medios que se emplean para vas, han aosorbido la atención del observador á la ca
curarla, mas bien que en la do los síntomas que pre becera del enfermo, y el médico, alimentado de ejfas
senta. La fiebre pútrida de Fizes es la fiebre atáxico- ideas, ha llegado á perder de vista el elemento gis-
adinámica de Pinol. trico, y sobre todo, el elemento inflamatorio. En vano
* A pesar de que el estado gásliico puede reco ha sido describir las complicaciones quo pueden
nocerse por algunos síntomas, tales corno el calor existir con el elemento nervioso , pues, en el instante
acre de la piel, el cansancio de los miembros, la ce que ha sido presentado como una fiebre esencial,
falalgia supra-orbitaria, el dolor epigástrico, las de existente por sí misma, se le ha visto por todas par
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tes «n un estado de simplicidad. No negamos que la nómenos de una enfermedad no es suficiente para
adinamia y la ataxia puedan ser independientes de las indicar un cambio en sus elementos: para que esto
demás afecciones; pero creemos que no pueden se efectúe, es preciso que los nuevos síntomas per
acompañarse del estado febril, sin estar asociadas al sista/), se aumenten y se agraven por un método cu
elemento gástrico ó al elemento inflamatorio. rativo opuesto á la naturaleza del elemento que
* Nuestra doctrina difiere de la de Frank y de la anuncian. '
de Pinel, en que no vemos nunca, ó casi nunca, la * Establecidas ya las reglas fundamentales del
fiebre nervioso en un estado de simplicidad, y en tratamiento, entremos con nuestro autor en detalles
que la consideramos como unaenfermeaad compuesta terapéuticos. Frank deduce del principio contagioso
ae dos, y ú veces de tres elementos. Se diferencia las principales indicaciones : los elementos nervioso,
también, aunque en otro sentido, de la de Broussais, gástrico é inflamatorio son considerados por él, el
en que este no ve en ella otra cosa que un estado fio— primero como un estado morboso primitivo, y los de-
jistico. mas como complicaciones.
* 94. Tratamiento.— El tratamiento es relativo Cuando el contagio afecta á un hombre sano, que no
á los diverso? elementos que acabamos de señalar. sea plelórico, y cuando no existe ningún indicio de in
Pero ¿con qué orden es preciso combatirlos? ¿Cuál flamación, ni de saburras latentes, dos son las indica
es el que reclama los primeros socorros? El estado ciones que se presentan desde la primera invasión del
gástrico abandonado agrava la adinamia y favorece mal en su mayor simplicidad. La una consiste en la
fas degeneraciones inflamatorias; por lo tanto, debe consideración del estado do las fuerzas, y la otra en
atacarse desde el principio. Si se retarda la adminis eliminar, á beneficio de los eméticos y de los sudorífi
tración de los evacuantes, suele suceder que la de cos, lo que la saliva ha llevado al estómago, lo que
bilidad ó la irritación, que de dia en dia van aumen el aire ha puesto en contacto con la piel, y esta ha in
tando, la contraindiquen ó la bagan imposible, y esta troducido en 'la economía por la traspiración.
falta es irreparable. Es esto tan importante, que se Se conservan las fuerzas vitales por medio de la
ve frecuentemente que un emético disipa todo el pronta salida de- la materia que afecta al sistema
aparato de síntomas pútridos; pero no basta admi nervioso, lo cual es objeto de la segunda indicación;
nistrar los evacuantes al principio de la enfermedad; por la administración prudente de los escitantcs, de
es necesario ademas, durante su curso, mantener li los cordiales, el cual no es un nombre vacío de sen
bre el vientre. Después de haber establecido el trata tido, y por el empleo sabiamente establecido de los
miento del estado gástrico, debe el médico dirigir su restaurantes y de ios nutritivos. En general, una die
atención sobre la adinamia y sobre el eretismo del ta demasiado rigorosa exaspera esta enfermedad,
sistema digestivo. Si la postración de las fuerzas so cuando su curso es largo; el caldo de earne , en el
brepuja á la irritación, están indicados los tónicos; que se cuece pan, ó que se mezcla con vino, ó con
en caso contrario, recurriremos á los diluentcsy á los una yema de huevo, reanima maravillosamente al
antiflojísticos. cuerpo desfallecido. En el mismo curso de la fiebre
* Él órden del método curativo debe arreglarse es menester prescribir mayor cantidad de alimento
á la naturaleza é intensidad de los elementos Pe que en las demás enfermedades agudas, gástricas ó
ro hay casos en que es preciso tener solamente en inflamatorias; los corroborantes, bajo cualquier for
cuenta su intensidad: así, aunque el estado gástrico ma, son aquí de mucha eficacia. El trio de las eslre-
ocupe el primer lugar, á causa de la influencia que midades v la debilidad de la circulación en estos si
ejerce sobre los otros, no exige siempre los primeros tios, se disipan por medio de fricciones y por fomen
auxilios: frecuentemente se ve obligado el médico á tos espirituosos y calientes. Las evacuaciones escesi-
combatir antes que todo la adinamia ó el eretismo, vas se corrigen con los tónicos, los corroborantes, y
sobre todo cuando ha sido llamado muy tarde, porque, en fin, con los opiados, si el peligro los reclama: los
de otro modo, agravaría la una y el otro con el uso vinos generosos, los consuelos, y un cierto aire de
intempestivo de los evacuantes. Tissot (I) cita varios serenidad, retratado en el semblante del médico, res
casos en que tuvo que reanimar las fuerzas, antes de tablecen las fuerzas abatidas.
combatir el estado gástrico. Nosotros hemos recogido * En las fiebres nerviosas, adquiridas por conta
últimamente una observación, en quo, por su intensi gio y cuando la enfermedad está en su principio, la
dad, tenia la irritación bajo su dependencia á la adi- postración de las fuerzas constituye con frecuencia
mania y también al estado gástrico; el enfermo pade el elemento esencial. En igualdad de circunstancias,
cía un sudor violento en el lado izquierdo del pe los cordiales pueden abortar la enfermedad, provo
cho: so aplicó un vejigatorio sobre el sitio dolorido, cando una reacción, ó si se quiere una perturbación
y sin otro remedio se efectuó la curación antes del saludable. Pero en un período algo mas avanzado,
dia décimo. cuando se han establecido el 'estado gástrico ó la in
* Pero hay ocasiones en que varios elementos flamación, los tónicos y la dieta restaurante no pue
presentan, al parecer, la misma importancia : enton den producir buenos efectos; sin embargo, preciso es
ces es menester emplear un método compuesto y lle convenir en que los médicos prescriben alguuas veces
nar las indicaciones que cada uno de ellos exija. No un régimen demasiado severo en estas enfermedades.
basta esto: el médico no debo limitar su atención á Los alimentos restaurantes no deben mandarse mas
los elementos que se presentan i su vista; debe ade que en la convalecencia. Los tónicos, los corroooraM-
mas considerar aun aquellos que han sido esciuidos tes y los opiados, que nuestro autor recomienda para
por el método analítico. contener las evacuaciones escesivas, son perjudicia
* Así, no se deberá pasar de los antiflojísticos á les cuando la diarrea depende de la inflamación de
los tónicos en una liebre nerviosa, en la que haya los intestinos. Con todo, se han visto escelentes re
predominado el elemento inflamatorio, y la misma sultados producidos por la goma kino ú la dósis de
necesidad hay de Observar los demás elementos en doce á veinte y cuatro granos (8 á i'ó decígr.) por
sus variaciones. Con todo, es preciso tener cuidado dia: esta sustancia contiene un mucílago, que sirve
con no deiurse sorprender por síntomas momentá de correctivo al principio irritante.
neos y fugaces: pues una leve variación en los fe- Pero no siempre es tan urgente el caso, que la se
cunda indicación no pueda, no deba ser la primera.
1 Disertación sobre la liebre biliosa.—Paris, alio tu. Los evacuantes en esta fiebre hacen mas daño que
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provecho: pero si á ello no se opone la debilidad, el i consisto en mantener la actividad de las fuerzas vi
emético hace salir pronto, y por la vía mas corta, la tales en moderar los espasmos, en favorecer los de
materia irritante oculta; escita poderosamente el sis pósitos y metástasis, que la naturaleza trata de lla
tema nervioso; favorece la traspiración, y modera los mar á |a periferia, ya en las glándulas, ya en los
espasmos. Los antimoniales deben ser preferidos; (Tero ganglios linfáticos. Así, se prescribe al paciente un ré
la acción de la ipecacuana es mas segura, si el enfer gimen nutritivo, si la fiebre se prolonga; yol vino ge
mo tiene diarrea. neroso, ó un cocimiento de pan con este liquido, con
Cuando el vómito uo está indicado, 6 después de la canela y el azúcar, administrado repetidas veces y
él si ha sido escesivo, conviene provocar un sudor á pequeñas dósis. Se consigue reanimar la ener
copioso y sostenido. Los sudoríficos en manos de los gía vital con los sinapismos j los vejigatorios; pero al
charlatanes han producido muchos niales á la huma us r los epispásticos, es menester evitar con cuidado
nidad; pero la prescripción del método antidojístico la ulceración de la piel, así como ja aplicación pro
á todos los enfermos no ha sido mas beneficioso. So longada de esos metiicamenlos, que podría acarrear
lamente la esperiencia puede mostrarnos un camino la gangrena, aun en el sitio mas irritado.
seguro, puesto que hasta los remedios de que abusa La quina no goza ordinariamente de gran virtud
el pueblo con tanta frecuencia no están desprovis en la fiebre nerviosa , á no ser que se complique con
tos de eficacia, cuando se administran oportunamente. una intermitente, que provenga do ella- ú ofrezca remi
So conservará e! sudor veinte y cuatro horas, ó mas, siones manificslas, ó se acompañe de un eslado de es
por medio del abrigo, pero sin sofocar al enfermo; tupor y de debilitación de las fuorzas vitales (88). Sin
con el uso del suero tibio, de una infusión de saúco embargo, asociada á los aromáticos, como la serpen
ó de escordiq, en fin, de!a triaca con vinagre común, taria de Virginia, la valeriana!, la canela , y sobreto
también tibio: al mismo tiempo, si el estado de las do, con el vino, es eficasísima en los progresos de
fuerzas lo exige, se administra el vino y -caldo, hasta la enfermedad. No tenemos esperícncias demasiado
que el enfermo esperimonle u*ha sensación agradable, numerosas, ni felices, para que recomendemos el
que anuncia la eliminación del principio contagioso. árnica. Algunos médicos mezclan la harina de mos
Debe favorecerse el sudor por las pociones salinas, taza con el suero, ó la administran en sustancia. Son
las infusiones de raíz de angélica, de imperatoria, de muy útiles contra los espasmos y contra los desórdenes
serpentaria de Virginia, por el vinagro alcanforado (t), nerviosos los medios do que liemos hablado, el al
el álcali volátil, el ét»,r vitriólico, acético y muriático. canfor, el almizcle, los licores etéreos, e| álcali volátil
Se administran estos reirudíos i la dósis convenien y otros semejantes. No hemos visto que los enfer
te, y mas ó menos tarde, según los síntomas. mos soporten fácilmente una dósis considerable de
La necesid.nl di o citar el sudor es evidente, mas alcanfor; pero oíros dicen haberlo observado. Con
que en ninguna otra, en la efémera maligna: la me todo, cuando el pulso es blando, pequeño y débil, lo
nor supresión de la traspiración acelera, de seguro, hemos prescrito desde un escrúpulo hasta una drac-
la muerte del enfermo. Cuando se descubrió la esce- ma (15 decígr. á 4 gram.); pocas veces inavor
lencia del método sudorífico, se salvó la mayor parte cantidad, escepto en lavativas. Cuando el pulso está
de los individuos con solo recomendarles que hicie contraído, ligeramente duro.é irregular, hacemos su
sen cama y evitar con cuidado la impresión de un bir la dósis del almizcle desde doce granos hasta un
aire frió, y que favoreciesen la tendencia de los hu escrúpulo (8 á 15 decígr.), y aun algo mas. Si el
mores bécja la periferia con bebidas calientes y su pulso es tembloroso, desigual é intermitente , pero
doríficas. Después del sudor so daba á los enfermos blando, administramos con suceso el álcali volátil.
fricciones con lienzos calientes; se Ies álimen'aba con Los enfermos deben estar en una habitación espa
caldos, y se volvía á provocar en seguida nuevos su-- ciosa, donde puedan respirar libremente un aire puro;
dores. l*or este método se obtenía la curación de una no serán abrumados por el peso de las cubiertas, sino
enfermedad cruel y muy funesta hasta entonces. ligeramente abrigados. El delirio frenético y el letar
Este método ha sido muy beneficioso en la peste y en go, continuado por largo rato, se suelen disipar colo
la fiebre pestilencial, cuando se emplea á tiempo de cando al unciente en una posición vertical y con la
poder espeler por la piel la materia contagiosa. cabeza desnuda. El contacto de un aire fresco y
La traspiración debe mantenerse libra en lodos frecuentemente renovado; el aseo de las sábanas y
los períodos do la enfermedad: las lociones y los ba de las camisas, detienen los sudores escesivos, que
ños tibios son útiles para calmar el espasmo de la agotan los fuerzas, y alivian los exantemas, que mu
superficie cutánea; pero cuando los sudores no han chas veces son mas bien un signo del aumento de la
podido juzgar la'enfermedad, ó si se ha perdido la enfermedad, que de crisis. El agua fría templa él calor
ocasión de eliminar por la piel el principio conta quemante de la piel; el agua acidulada con el ácido
gioso, los sudoríficos exasperan la dolencia. En el vitriólico y dulcificada con un jarabe cualquiera, ó
primer ca<;o, luego que so manifiestan signos ciertos mezclada con el jugo reciente de granada y de limón,
de saburras abdominales, y si permanecen las fuerzas es un bebida escelento. Se han preconizado mucho
en buen estado, so deben provocar algunas deyec en la pesto . y en la fiebre maligna las fricciones
ciones, por medio de ligeros purgantes preparados generales con el hielo.
con el ruibarbo ó los tamarindos: también se lia re " Es difícil satisfacer la indicación de las bobidas
currido en estos casos á los enemas. Pero en otras frías : escuchemos lo que sobre este punto dice
ocasiones es necesario proscribir absolutamente el Mr. Oerthe. «El agua muy fría es tan nociva, como
método evacuante, y entonces todas las indicaciones el mismo licor caliente en ias afecciones biliosas y
pútridas: el eretismo del sistema visceral contrainni-
(1) VINAGRE ALCANFORADO. ca la una y la otra. No obstante, cuando la crisis se
R. Alcanfor una dranma— t gram. prepara para manifestarse por ias cámaras , convie
Pulverícese en un mortero con nen las bebidas algo calientes , y , " por el contrario,
las frías impedirían la evacuación crítica. Estas úl
Espíritu de tino ret tiritado, veinte, gotas. timas son muy «proposito para prevenir las afec
Azúcar blanca dos onzas — 00 gram. ciones biliosas; pero no para curarlas cuando ya
Después de triturado perfectamente, viértate existen: en general , deben administrarse bebidas
Vinagre superior diez onzas— 300 gram. • frescas en estas enfermedades. El agua fría tampoco
de MEDjciijA x CiHVJU'—FfVANK. 67
es conveniente en el período de la reacción, y sus venir en bien ó en mal. Sean cualesquiera los efectos
efectos perjudiciales se notan mucho mejor cuando se de los tónicos, es ménesler usarlos siempre con mo
está sudando. Es un tónico, un antiespasmó.lico, que deración, porque después de haber nroducido una
debe prohibirse á la mayor parte de los prácticos, mejoría real durante el curso de la afección, suelen
pues no es útil mas que eu un pequeño número de acarrear hácia Su declinación una fiebre lenta, depen
casos, difíciles de determinar.)) diente de la irritación de las visceras. Hemos visto
No se crea, sin embargo, que se pueda administrar perecer por esta causa en el marasmo á algunos con
fin distinción estos remedios en todas las variedades valecientes de fiebres adinámicas. La escuela de Mont-
de la fiebre nerviosa. Cuando la acción del corazón, pellíer no prodiga los remedios enérgicos en esta es
de las arterias y de todas las fuerzas vitales se hallan pecie de fiebres: Mr. Broussonnet se limita á mandar
en un estado de languidez y de postración considera en su clínica algunas pociones cordiales , la infusión
ble por la acción del principio contagioso, los ácidos de ipecacuana, la tisana vinosa, los bolos alcanforados
mineralss, que debilitan la irritabilidad de las fibras, y nitrados, y recurre muy pocas veces á los cocimien»
y las sustancias que ponen obstáculos á la acción del tos alcoholizados de- quina, de serpentaria de Virgi
centro circulatorio y disipan el. calor vital, aumenta nia, etc. etc.
rían indudablemente los peligros de la afección. Asies * .Nuestro autor recomienda contra la ataxia el altan-
que. éscitndos los enfermos por la misma naturaleza, for,6l éter, el almizcle, la valeriana, el álcali volátil etc.
piden cordiales y bebidas tibias; y'los remedios que El alcanfor calma el sistema nervioso 6 irrita el san
sostienen un sudor moderado, que reaniman la acción guíneo; convteue, pues¡, cuando el primero está afec
de los órganos, cuya energía vital va disminuyendo, tado aislada y mas fuertemente. Se administra solo
son los mejores auxilios para reparar las fuerzas. Los ó agregado á cortas dósis de canela, de vainilla, de
ácidos minerales debilitados con el alcohol; el elixir serpentaria, de ipecacuana, efe. Cuando su acción es
vilriólico, y el uso del vino generoso, componen en demasiado viva, sé le disuelve en vinagre y azúcar.
•stas circunstancias la parte principal del trata Los éteres son menos irritantes que el alcanfor, aunque
miento. están contraindicados por la escitacion de las prime
La acción de la corteza del Perú varia en esta fie ras vias: el éter acético es aun menos irritante, y
bre, según diversas circunstai cías: poco ó nada Hay conviene especialmente en las fiebres que dependen
que esperar de este precioso remedio administrado ó que se acompañan de una afección reumática. El
á pequeñas dósis , y una pre^ftracion conviene con éter fosfórico, á la dósis de veinte gotas en vino azu»
§referencia á otra en diferentes enfermos. El esceso carado, administrado en seis veces, de hora en horá,
e calor, la sequedad y el color casi negro de la len hizo cesar el coma en una l'ebre nerviosa grave, se
gua, no se oponen á su uso, y aun la dificultad de gún Mr. Soüfferl. La eficacia d« los éteres aumen
respirar no la contraindica. Se suele mezclar con va ta, combinándolos á partes iguales con la tintura de
rias sustancias , como un ácido mineral , el vjno, los Prusia, con el opio, el castóreo y el vino de antimo
escitantes y los aromáticos, y puede ser útil, ya se la nio. El almizcle tiene una acción mas pronta y mas
administre por la boca, ya en baños, en fomentos y duradera que el éter, y escita mas el sistema arterial
en lavativas. y el tejido dermoideo : las mujeres y los niños lo
* La postración de las fuerzas, ó lu adinamia, re soportan mejor que los hombres. Está indicado Cuan
clama la administración de los tónicos, y la corteza do Jbay que niautaner ó provocar una erupción, un
Íieruana es en este caso el remedio por cscelencia. estado madoroso, y cuando al mismo tiempo hay poca
lernandez prefiere la quina roja, porque obra espe sensibilidad y poca fuerza en el síntoma arterial , y grande
cialmente sóbre la fibra muscular ; pero la sustituye ¡atonía en el sistema capilar cutáneo. La valeriana posee
con la quina naranjada cuando existen síntomas ner una acción menosintcnsa, pero mas rápida y mas perma
viosos. Se puede asociar esta sustancia con la serpen nente que el almizcle. Conviene en las afeccioneslentas,
taria de Virginia, el árnica, el ulumbre, el vino, el al cuando hay disposición general á los espasmos. El éter
cohol, y con los diversos tónicos difusivos. Según Her acético, el licor anodino de Hoffman, la vainilla, la
nández, el estrado resinoso es mucho mas activo que nuez moscada, y la canela, aumentan su eficacia: la
las demás preparaciones, yes el que da tanta efica angostura, la quina naranjada, c| cálamo aromático, á
cia á las tinturas, así como la adición del espíritu de partes iguales, hacen su acción mas duradera. La
vino á los cocimientos.-El estrado acuoso es el menos serpentaria de Virginia obra mas pronto y fuerte
eficaz. La dósis de la quina, y en general de todos mente que la valeriana por el alcanfor que contiene;
los tónicos, debe variar, según la constitución del pero irrita mas y ejerce mayor influencia sobre el
enfermo, el grado de la adinamia, los períodos de la sistema vascular.
fiebre y las épocas en que repita. Por eso se admi * Los aromáticos sen tanto mas ventajosos, cuan
nistran dósis mas considerables á las personas débiles to menos irritado se hallo e| estómago, menos cargado
ó aniquiladas por cualquier causa, y en las fiebres de saburras, y cuanto mas libres de congestiones es
caracterizadas por una postración estrema. En caso tén las visceras abdominales.
contrario, serán las dósjs menores al principio y al * La canela y la nuez moscada son aromáticos as
fin de la enfermedad, en las horas de los recargos, etc., tringentes; por lo tanto, convienen en la diarrea as
y aun conviene suspender el medicamento en esta ténica , principalmente la segunda.
ultima circunstancia. Lo que decimos de la dósis * La vainilla es el aromático mas activo , pues
pued» también decirse acerca de la elección de los obra con energía sobre el sistema vascular. Los acei
tónicos. tes volátiles, como los de manzanilla, de canela, de
* Una de las reglas mas importantes en la pres cayeput y de valeriana, escitan el sistema linfático
cripción de estas sustancias, así cerno en la do los demás de la piel, pero son nocivos en las irritaciones del
remedios, consiste en observar con atención sus tubo digestivo.
efectos. Debemos renunciar á ellos cuando por su * Tales son los medios que recomiendan la mayor
uso se agrava progresivamente el estado del indivi parte de los autores en el tratamiento de las fiebres
duo, ó cuando, por el contrario, se mejora durante atáxicas. Todos son estimulantes y obran con mas ó
su suspensión ó bajo ]a influencia de un tratamiento menos energía sobre el sistema sanguíneo: por lo
opuesto. Con todo, no hay que tener en cuenta los cual es muy importante distinguir bien la ataxia ner-
cambios momentáneos y fugaces que puedan sobre viQta, la ataxia propiamente dicha, de la que provje
()8 BIBLfOTECA económica •
uo de la inflamación del encélalo ó de sus depen de sangre es seguida algunas veces de postración de
dencias; pues por haber descuidado este precepto, se fuerzas, y enerva la energía del corazón. Pero á la
han cometido tantos errores en la curación de las sombra Je la putridez han cometido los prácticos
fiebres de que nos ocupamos. Los síntomas son casi multitud de errores: dejándose llevar de una deno
los mismos en ambos casos (140); pero se llega á minación hipotética mas bien que de la razón y la
poseer un conocimiento mas exacto de la enfermedad, espericncia, proscriben la sangría en todas las fiebres
considerando con atención las causas predisponentes nerviosas. Sin embargo, bajo la influencia de un cli
ú ocasionales, la edad, el temperamento y la Constitu ma cálido, se asocia la constitución inflamatoria con
ción reinante. Hace años que observamos, en el lugar el principio contagioso de este género de fiebres, mas
en donde residimos, una epidemia de fiebres atáxi- frecuentemente de lo que se cree, y la omisión de la
cas, y la enfermedad atacaba, por lo general, á las sangría en el principio puede hacer inútiles é inefi
personas jóvenes y robustas. La sangría, combinada caces todos los remedios (1). En las personas jóvenes
con los revulsivos, impedia siempre el desenvolvi ó pletóricas, es evidente la necesidad de sacar sangre;
miento de los síntomas atáxicos, cuando se practicaba y esta operación, hecha con oportunidad y con las
al principio. Los enfermos que no se sangraron á precauciones convenientes, debe practicarse alguna
tiempo, ó que despreciaron la sangría, sucumbieron, vez; pero nonos escedamos, aun cuando exista una
después de sufrir todos los períodos de la fiebre ata flegmasía, que quizá no sea mas que una complicación.
re¡ca. Nosotros no titubeamos jamás en ^emplear este Aun la misma peste cede en muchas ocasiones á las
recurso desde luego, sobre tedo en los jóvenes, con sangrías. La crasitud de la sangre manifiestamente in«
tal que exista una cefalalgia ú otros síntomas de con flamatoria; el estado del pulso, y demás síntomas, con
gestión cerebral. especialidad un dolor fijo en la región epigástrica, y
* La adinamia y la ataxia nerviosas lian -sido re el alivio, que no tarda en notarse después do la san
conocidas por Broussais implícitamente. En efecto, gría, indican el uso de este medio* Su omisión en es
él confiesa que el cerebro puede ser el asiento de tas circunstancias ocasiona la Inflamación de las vis
una irritación nerviosa y simpática, y atribuye las ceras abdominales, de los pulmones, ó del encéfulo;
muertes súbitas que sobrevienen en las liebres alá- y aunque los accidentes cerebrales que se declaran
xicas á la pérdida délas fuerzas nerviosas, (Examen en el ultimo período reconocen á veces otra causa,
sobre las doctrinas médicas: Paiis , 1829, t. u.j No hay circunstancias eo^que se puede recurrir con ven
sotros comprendemos perfectamente que las causas taja, auu en este último periodo, á la sangría, á los
que obran de un modo indirecto sobre el centro ner sanguijuelas ó á las ventosas escarificadas : en todas
vioso, por ejemplo, las que producen la inflamación las épocas de la enfermedad, el médico hábil debe sa
del estómago ó de los intestinos , pueden dar lugar tisfacer las indicaciones que le suministra un juicio
á la irritación simpática del cerebro; pero no conce recto y sancionado por la esperiencia.
bimos cómo dejarán de ocasionar la irritación nerviosa Convertida la enfermedad en fiebre nerviosa sim
idiopática del encéfalo otras causas que llevan su ac ple, á beneficio de la sangría y del método antiflojís-
ción directamente sobre este órgano. Broussais re tico (90), se trata como esta fiebre. Pero no olvide
conoce en el lugar citado que puede existir una viva mos la complicación que acaba de desaparecer; por
exaltación de las fuerzas sensitivas y motrices con, ó que entonces la quina no se podría emplear siu peli
sin flogosis. ¿Y no es esta exaltación el carácter de gro, como en cualesquiera otras circunstancias.
muchas fiebres atáxicas? En fin, ¿qué es la pérdida * La sangría está indicada rara vez en las fiebres
do las fuerzas nerviosas, cuyo resultado es la muerte? nerviosas caracterizadas por la adinamia; pero es ven
En nuestra opinión, la pérdida de las fuerzas nervio tajosa en aquellas en que domina la ataxia, como,
sas debe acarrear la debilidad, la adinamia. Luego si por ejemplo, en las fiebres malignas con delirio fu
esa pérdida pueda traer su origen de uu estado ner ■ rioso, dolores violentos y fijos, congestión apopléti
vioso, como lo cree Broussais , la adinamia no es ca, etc. En general, conviene únicamente en los pri
siempre el producto de la inflamación; puede ser ner meros instantes, cuando se manifiestan síntomas
viosa. inflamatorios, ó cuando se declaran accidentes seme
Pero no pasemos en silencio el abuso que se hace jantes á los que acabamos de señalar. Se puedo re
de los tónicos, sobre todo de la quina. Siempre que currir con menos temor á las sangrías locales , par
exista uiia predisposición inflamatoria en los que pa ticularmente en la adinamia; la misma naturaleza las
dezcan esta fiebre; que la materia contagiosa esté emplea algunas veces con suceso , estableciendo he
unida á las saburras; que el sistema nervioso esté morragias por diversos puntos , como la nariz , etc.
afectado de espasmos , ó dolores; que el pulso sea Las sanguijuelas deben aplicarse en diferentes regio
duro;, que haya delirio frenético, color oscuro del nes, según el asiento de la irritación y según el efec
rostro, ojos brillantes, opresión en el pecho, grande to derivativo ó revulsivo que se desee obtener. Cuan»
ansiedad; que haya llegado el término de una fluxión do se las aplica al bajo vientre, no conviene emplear
peligrosa en una viscera; en estas circunstancias, el un número considerable de ellas, porque muchas ve
uso imprudente de la quina exasperaría el mal, y en ces se revola la hemorragia, que sobreviene, y resiste
tonces no puede convenir este medicamento, & no ú todos los medios : el enfermo cae entonces en un
ser que se le asocie otro, especialmente si por su estado de debilidad, que alarma al médico y le con
administración sobrevienen dial-reas colicuativas, que duce á recurrir á los tónicos. Es verdad que estos
son efecto de la irritación. Para decirlo en pocas pa medicamentos no son de temer cuando la salida de
labras, los tónicos están contraindicados cuando pre» la sangre ha calmado la irritación; pero si no son no
domine el elemento gástrico ó el elemento inflamato civos, pueden ser insuficientes para salvar al indivi
rio, cuyos síntomas liemos espuesto mas arriba: de duo cuando la pérdida del fluido vital ha aniquilado
bemos ser muy reservados en su empleo en las completamente las fuerzas. Nosotros hemos observa
fiebres nerviosas, en que hayan presentado estos do un caso, en que la hemorragia fue sumamente gra-
elementos cierta intensidad, aunque parezca que han
cedido á los esfuerzos de la naturaleza ó del arte. 1 Nosotros tenemos ocasión de poner en practica , en el ¡Re
95. Hasta ahora no hemos hecho mención de la diodia de la Francia (Vaucluse), el precepto del médico de Vicni;
sangría; pero no por eso se crea que rlG conviene pues llegamos a disminuir muchas veces la gravedad de las fiebres
adinámicas ó atáxicas por medio de la sangría y de los antiflogísti
jamás en la fiebre nerviosa. La mas ligera evacuación cos, empleados desde el principio.
*DE MEDICINA Y GIRUJÍA.—FRANK. 69
ve, se habian aplicado doce sanguijuelas al bajo siones se observa en ellas una grande irritación ner
vientre, ¡y al cabo de veinticuatro horas estaba el viosa: es indispensable, en consecuencia, limitarse
enfermo frió, y parecía que la vida estaba próxima á á los diluentes y á los ligeros antiespasmódicos, etc.
estinguirse. Se administraron cocimientos do quina Si la irritacioc se halla concentrada en las visceras,
y pociones alcoholizadas, y aunque los dolores abdo debe recurrirse á las fomentaciones emolientes : los
minales persistían en el misino grado, no produjeron baños generales tibios son convenientes en los espas
esos remedioviingun mal resultado; la fiebre recor mos atáxicos.
rió todos sus periodos y se terminó por la curación. * Hay circunstancias funestas en que la irritación,
* Las sanguijuelas se sustituyen por las ventosas la flógosis de las visceras y la ataxia, conspiran re
escarificadas: las escarificaciones con la lanceta no unidas á la muerte del enfermó, y ofrecen el mismo
pueden reemplazarlas. La hemorragia no inspira serios grado de importancia : entonces es preciso recurrir
temores cuando se efectúa en regiones donde puede á los escitantes de la piel, tales como los sinapismos
ejercerse la compresión, como en la cabeza, en el y los vejigatorios. Estos medios obran cuno estimu
pecho y en los miembros. Siempre que estén indica lantes , como revulsivos y como derivativos. Frank
das las sangrías locales, debemos recurrir á ellas aconseja que no se apliquen los vejigatorios hasta la
desde luego, y antes do que la inflamación haya al rubefacción en las fiebres adinámicas, á fin de evitar
terado el tejido de los órganos. el paso de las úlceras á la gangrena. Hildenbrand es
* Pero conviene examinar si la flógosis es asténica de parecer que los vejigatorios que supuran no son
ó esténica. Creemos que nadie pondrá en duda la necesarios sino cuando existen accidentes espasmó-
existencia de estas dos especies, toda vez que la ciru- dicos , cuando domina la ataxia, ó cuando se agrega
jía nos ofrece diariamente ejemplos de ellas. Se las á la adinamia. M. Lordat nos esplica la teoría de este
reconoce por la presencia ó. por la ausencia de los hecho clínico , diciendo : para hacer que cese el es
signos de irritación. Las flegmasías esténicas son de pasmo, es necesario convertirlo en una fluxión, que
la misma naturaleza que las flegmasías asténicas; no á su vez encuentre su solución en una evacuación; y
son inflamaciones por debilidad, sino inflamaciones pone por ejemplo el empleo de los vejigatorios en las
que atacan ií órganos débiles y que no llegan al grado liebres malignas. Nosotros creemos que es conve
necesario para producir una resolución pronta. Estas niente también provocar la supuración cuando se
flegmasías, reclamaji con preferencia los revulsivos y quiere obrar una revulsión ó una derivación : la
los derivativos, como los vejigatorios, el linimento contra-fluxión es entonces mucho mas activa que
volátil, etc., también pueden tratarse con los Iónicos. cuando nos contentamos con causar la rubefacción
Pero cuando se usan estos últimos medios, es preciso de la piol. Pero si no se tiene otro objeto que el de
no olvidar que una escilacion demasiado fuerte puede escitar las fuerzas, debe preferirse la práctica do
producir la supuración ó la ulceración, y aunque son Frank. No solamente hay que temer la gangrena que
accidentes poco temibles en las inflamaciones ester puede apoderarse de las úlceras de los vijigatorios,
nas, son casi siempre funestos en las flegmasías vis sino también la supuración, cuya escesiva abundan
cerales. cia aumenta la debilidad del enfermo. Tenemos ahora
* El tratamiento da las flógosis ó de las irritaciones á nuestro cuidado un hombre de cincuenta años,
internas, que sobrevienen en el curso de las fiebres que hace un mes está convaleciente de una fiebre
nerviosas, está fundado en las mismas reglas que el adinámica : todavía existen en las estremidades infe
de las fluxiones. No obstante, como la adinamia relaja riores cinco vejigatorios, que han convertido las es
todas las fibras de la economía, los revulsivos son caras gangrenosas en verdaderas úlceras ; las fuerzas
poco eficaces, y nos vemos obligados á recurrir bien se restablecen con estrema lentitud , consumidas por
pronto á los derivativos y á combatir la flnxion en el el esceso de la supuración. ¿ No es capaz una pérdida
punto que ocupe. de este género , y durante la fiebre , de mantener y
* No todas las fiebres nerviosas con irritación exi aumentar la postración de las fuerzas?
gen sangrías generales ni locales; pero todas recha * Cuando el tubo digestivo no es el asiento de la
zan los tónicos oscilantes, y, por lo tanto, es pre irritación , estamos1 mas espeditos ; pues entonces
ciso limitarse á los bolos alcanforados y nitrados, á la podemos administrar los tónicos cou menos timidez,
limonada vinosa, etc. Muchas veces bastan las bebidas aunque siempre debemos usarlos con circunspección.
diluentes. Cuando la irritación no está bien pronun 96. Si la liebre nerviosa se complica con las sa
ciada y cuando la adinamia parece exigir el empleo burras , los vomitivos son aun mas necesarios que
de los tónicos, debemos corregir su cualidad irritante nunca, desde el principio de la afección, ó después
por medio de los ácidos , por el uso de la limonada, de haber diluido prontamente las materias (59). Su
de las bebidas mucilaginosas y de las tisanas. Estos omisión acarrea , hácia el fin de la enfermedad, una
correctivos, no solo no son nocivos, sino que convie diarrea rebelde , y otros vatios obstáculos que se
nen, aun en los casos en que no haya irritación. Los oponen al buen éxito de los remedios. Algunas veces
ácidos que recomendamos nosotros son los estrados so administra el emético con utilidad , aunque sea un
do jugos vegetales, ó los ácidos minerales muy dilui poco tarde , cuando no se ha ecliado mano de él en
dos, jjues de lo contrario escitan el sistema sanguíneo: el principio ; pero lo mas común es que la pérdida
su virtud astringente no permite que los empleemos de las fuerzas no permita reparar esla falta, y en este
en las complicaciones gástricas antes de haber pro caso no puede ser reemplazado el tártaro emético*
vocado las evacuaciones necesarias; al mismo tiempo por un purgante , que siempre debilita al paciente.
aumentarían la ansiedad y la cardialgía. Pero guardémonos de equivocar la acción del prin»
* El método escitante no está contraindicado so cipio contagioso en el estómago, la inflamación la
lamente en la irritación flojística, sino también en los tente del hígado, ó del mismo estómago, con un foco
casos en que bay un csceso de irritabilidad, como se gástrico.
observa en los histéricos y en los hipocondriacos. En el estado saburral es necesario algunas veces
Hernández recomienda mucho en esta circunstan repetir el emético; pero con mucha facilidad un re
cia el elixir ácido de Haller, y le combina, si es ne medio tan enérgico destruye las fuerzas en estas
cesario , con el opio y los narcóticos. Tampoco con circunstancias y aumenta los desórdenes nerviosos.
vienen los irritantes en las fiebres nerviosas que de- Cuando se han espelido lis saburras por el exófago
pendeu de una afección moral , porque en muchas oca ; deben administrarse, pero sin provocar evacuaciones
70 BIBLIOTECA. ECONÓMICA
escesivas, que serian perjudiciales al enfermó, la emolientes y anodinas, y de repetidos enemas.. Si la
pulpa, de tamarindos y el crémor de táitaro, los irritación proviene de los materiales reunidos y alte-
eméticos ¡5 dósis refractas , los antimoniales y la ipe ■ rados en el tubo intestinal, el cocimiento de tama
cacuana asociados al ruibarbo. En los hombres ro rindos, la tintura acuosa de ruibarbo y de quina,
bustos y voraces , un emeto-catártíco puede llenar i efectúan su evacuación. El vino y el opio ofrecen
la rez las dos Indicaciones. Nosotros mandamos con buenos resultados contra el delirio frenético, los in
frecuencia una infusión de ruibarbo hecha en un co somnios y los dolores de cabeza que el espasmo pro-,
cimiento de quina, y añadimos la emulsión gomo duce; pero si estos síntomas deben su origen al aflujo
sa (I) y el jarabe de achicorias con ruibarbo : con de sangre hácia el cerebro, debemos poner en juego
este laxante suave provocamos , sin irritar, y según los medios de que hemos hablado mas arriba (Oí), y
el «slado de las fuerzas, algunas deposiciones al dia, las sanguijuelas, las ventosas, á las sienes, aj occipu
bien sea lomando por la boca la preparación , 6 en cio, ó detrás de las orejas (i). Él uso inlerior y es
lavativas. terior de la quina, del alumbie, del agua fria, en la
* Cuando se descuida la a Iministracion de los que se haya disuelto un ácido mineral; las aplicacio
evacuantes en las fiebres gástricas, las materias acu nes de nieve, del hielo macuacado, y algunas veces
muladas en los intestinos pueden irritar é inflamar el vino y el opio, contienen las hemorragias pasivas y
estos órganos. Las diarreas colicuativas que sobre sintomáticas. Los sudores colicuativos se moderan
vienen en una época mas ó menos avanzada de la por medio de un aire fresco, por la evácuaciou de las
enfermedad, dependen comunmente de esta causa. Se saburras, por el uso del vino o de un ácido mineral
deben escoger los remedios mas suaves y dilatarlos alcoholizado. La emulsión gomosa , asociada á los
en una gran cantidad de vehículo, En el estado de opiados; los enemas de la misma naturaleza , ó con
eretismo, es necesario administrar los evacuantes con una considerable cantidad de láudano , calman, la
mucha prudencia, aunque son menos nocivos que los disuria. Y tan pronto como el hipogastrio preseuta
tónicos: muchas veces hemos curado cólicos violentos tumefacción por efecto de la iscuria, se evacúa con
con un laxante suave. Aun en las fiebres que no pre> la sonda la orina retenida en la vejiga.
scntan síntomas gástricos, conviene siempre que el Cuando se efectúa al esterior una metástasis que
vientre esté lib e, bien por medio de pociones oleo no siempre es crítica , se favorece la madurez del
sas, de sales neutras ó de lavativas emolientes. absceso con los emolientes, las fontentacioues tibias y
97. Tratamiento sintomático.—Los síntomas que corf las cataplasmas anodinas, y algunas veces es con
son urgentes exigen algunas veces , ademas de los veniente apresurarse á abrir el tumor, aun antes de
remedios que hemos aconsejado (Oí), un tratamiento que se percíba la fluctuación. Cuando es impedida
particular y acomodado a ta causa de la enfermedad. lu salida del pus por estrecheces ó sinuosidades , es
En un principio, el vómito inmoderado y que depen necesario dilatarlas. Se consigue madurar el absceso
de de la acción del miasma contagioso en él estóma cuando pre?enta cierto grado de atonía, con aplica
go, reclama la poción antiemética (2) , y aun el ciones ligeramente irritantes, como las de levadura,
opio si no desaparece bajo la influencia saludable de cebolla cocida, de una solución de goma amoníaco
del sudor que el mismo provoca. El cocimenlo de en vinagre escilílico, etc. Los opiados, unidos á los
quina; el estrado de la misma sustancia, asociados al emolientes, calman los dolores vivos. En algunas
vino generoso y la canela; la raiz de colombo, la con ocasiones es preciso repetir las sangrías, sí se presen
trayerba, el caclmnde, el alumbie, la triaca yel días- ta de nuevo unh fiebre impetuosa. En los casos de
cordio, administrados por la boca ó por el ano, mode gangrena recurrimos al uso esterno 6 interno de la
ran la diarrea colicuativa, cuando no depende da la corteza peruana.
irritación. La leche es muy útil en el caso contrario. * Frank no se acuerda délas parótidas, aunque
También se emplean Jos astringentes al esterior; por las comprende entre el número de los tumores me-
ejemplo, las fricciones aromáticas ó espirituosas so tastátícos. Su tratamiento consisto en favorecer la
bre la espalda y el bajo vientre, y las cataplasmas de supuración con ayuda de los emolientes, de las cata
la misma índole. Se lian aconsejado asimismo los si plasmas y de los fomentos anodinos, y en abrir el
napismos y los vejigatorios en las pan tórridas, en la absceso aun antes de que se declare la fluctuación, y
espalda ó en el abdómen; las aplicaciones esternas son si tarda en establecerse la madurez, se sirve de los
preferibles cuando las visceras contiuúan siendo el tópicos ligeramente irritantes. Grimaud sigue el mis
asiento de la irritación. Pero hay que tener presente mo método, pero se limita á los emplastos gomosos,
que la constipación es de mayor peligro en las liebres por temor deque las cataplasmas sean perjudiciales, a
pútridas, que la misma diarrea. So calman los dolo causa del enfriamiento que determinan. Si so opera
res atroces que sienten los enfermos en el bajo vien la metástasis, aplica á la región paroiídea ventosas, ó
tre, cuando proceden de una flegmisia, por medio vejigatorios. Mr. Fages piensa que debe dejarse su
de la sangría general ó local, de ventosas escarifica purar las parótidas críticas, y no abre jamás el abs
das (9o), del linimento volátil, de vejigatorios en la ceso antes de que madure, porque dice que no es
región dolorida, de semicupios, de fomeni aciones entonces perfecta la cocción. Este práctico se vale
del instrumento cortante, pues ha visto que los cáus
* i EMULSION COSTOSA. ticos producen súbitamente una metástasis mortal.
Baglivio emplea el fuego, con la idea de ocasionar la
R. Goma arábiga. .... media onza—lSgram. supuración y de dar salida al humor que una metás
Almendras mondadas, núm. tres. tasis falsa podría alejai . Laucisi observa que eu los
Aiúcar blanca dos draemas—8 grain.
Muélanse estas sustancias sucesivamente, y «Hádase, sin dejar tumores eslensos y profundos, el fuego produce una
de mover, ta cantidad de aceite de almendras dulces que pueda recibir
1? masa; después viértase poco i poeo ocho onias—S50 gram. de I Kn general , estos síntomas exigen la suspensión de los tó
agua, y cuélese. nico* y rcilaman las embrocaciones frías á la cabeia coa el agua de
| POCION ANT1-EMÉT1CA. rosas o el ox¡crato,4as aplicaciones de nieve ó de hielo machacado,
y al mismu tiempo las fomentaciones calientes i las panlorhllas,
R. Sal álcali vegetal veinte granosa 1 gram. los pediluvios, etc. Kl aire se renovara con frecuencia, y el en
Zumo de limón A una onxa=3&gram. fermo debe estar eu una posición vertical y cun la cabe" descu
bierta. Pero el tratamiento de estos sintonías varia según sus cau
Méjclese, y con suficiente cantidad de agua hágase tomar al en sa*, y pueden depender del espasmo, de la congestión sanguinea y
fermo en el momeat» de la efervescencia. ' ide las saburras. G.
ni medicina y cinujÍA.—FRANK. 71
delitiscencia funesta, y únicamente recurre a este me Tissat ha empleado con suceso las aplicaciones frias
dio cuando el absceso es superficial, critico ó semi-crl- en un meteorismo gastro-adinámico (t).
tico. Se han aconsejado los vejigatorios, aplicados d'^sde La aparición de un aftas doloroso en la garganta,
el principio, como menos peligrosos y mas seguros eiige, ademas del tratamiento general, colutorios sua
que el fuego. Bang trata de abortar las parótidas por ves y reiterados; sino existe dolor violento ni fiógosis,
el método siguiente: pone sanguijuelas sobre el tu se liará uso de una solución de bórax ó de vitriolo
mor, y vejigatorios en el borde del brazo y después en blanco, edulcorada con la miel.
las pantorillas; al mismo tiempo hace frotar las paró El estado de estupor y de sordera, que sigue á la
tidas con el linimiento volátil, y, por último, adminis enfermedad* cede algunas veces á los evacuantes
tra durante algunos dias un laxante , compuesto de suaves, y con mucha mas frecuencia á los tónicos en
polvos de quina y de ruibarbo á paríes iguales. Hil- los casos en que queda una gran debilidad. También
denbrand emplea con el mismo objeto las aplicacio suelen sobrevenir accesos, que son, ó efecto ó causa
nes de agua fría y los minorativos Si la supuración de la sordera, y la salida del pus reclama los mayores
«s inevitable, la acelera por medio de los escitantcs cuidados y el mayor aseo, para evitarlos daños que
y abre el absceso antes de su madurez. su acrimonia pueda atraer á la oreja. Los vejigatorios
* Muy difícil és' tomar partido en medio de tan detras de este órgano y las inyecciones anodinas en
encontradas opiniones; sin embargo, nos inclinamos el mismo, ó una fumigaciQjn aromática, disipan en
á ser de la quo profesan Bang é Híldenbrand. Las pa ciertos casos la sordera mas rebelde.
rótidas críticas se terminan algunas veces por diarrea Tratamiento consecutivo. La infusión de quina,
ó por orinas sedimentosas: por lo cual.é imitando & el elixir vitriólico, los alimentos nutritivos, la equi
la naturaleza, debemos provocar evacuaciones que tación, un aire puro, como el aire del campo, com
combatan el movimieuto fluxionario, cuando parezca pletan generalmente la curación.
que es nocivo. Convendrá seguir la práctica de Frank Odservicio:» (2). Un hombre como do cuarenta
cuando los tumores sean críticos y cuando no esté el años, mal alimentado, y abrumado de trabajos escesi-
cerebro amenazado de una congestión funesta. En vos, babia sido atacado varias veces de peripneumo-
algunos casos esesta congestión tan fuerte y tan vio nia, y á principios del mes de marzo de 1794 tuvo un
lenta, que exige imperiosamente las sangrías revulsi» ligero escalofrío, mezclado de calores vagos. Al'poco
vas y derivativas: así sucedió en Ta epidemia de Pc- tiempo sobrevino tos, coriza, sensación de peso, con
saro, en que, según lo que nos refiere Lancisi, los especialidad en los senos frontales. Después esperi-
emplásticos, los madurativos y el fuego tuvieron un mentó el enfermo laxitudes espontáneas, tristeza y
éxito fatal. pesadez en las estremidades inferiores: en seguida
Se puede precaver lamorlificacíon, que proviene del continuos bostezos entremezclados de suspiros, de
decúbito, haciendo que el enfermo varié de posición somnolencia y de sopor; apenas le quedaba deseo de
á cada movimiento, haciéndole permanecer fuera de alimentos. A pesar de esto, no babia hecho cama, bas
la cama , en la que hay necesidad do mantener el ta que el 8 del mismo mes los ligeros escalofríos se
mayor aseo; lavándoles laí caderas con agua fria, trocarop en un verdadero frío, tan esccsívo, que no
dándoles fricciones con medio limón, y un linimento había fuego capaz de disiparle. Al día siguiente nada
compuesto de clara de huevo y espíritu de vino, y d') remisión; el abatimiento de las fuerzas va siempre
cubriendo esa parte con un esparadrapo untado de en aumento. A los síntomas ya mencionados se agre
cerato de saturno. Si, á pesar de esto, se declara la gan zumbido de oidos, dolores renales, fatiga de la
gangrena, debemos recurrir á los emolientes ó_á los respiración, durante el día varias deyecciones de ma
anodinos mezclados con el opio, y al cocimionto de teriales líquidos y que se espelen sin conocimiento
quina usado interiormente y asociado al láudano para del enfermo. En fin, viendo que se agravaba su esta
el esterior. do cada día mas, se presentó en el Instituto clínico,
El meteorismo se combate, según su causa, con y á su llegad:; se observaron los síntomas siguientes:
los evacuantes, los tónicos, la sangría, los vejigato debilidad general extrema; el rostro, que denotaba una
rios, las fomentaciones emolientes y la aplicación del enfermedad grave, estaba amarillento, especialmente
hielo machacado ó de la nieve. en las alas de la nariz; tenia zumbido de oidos; los
* El meteorismo puede ser saburral, ii flamato- ojos tristes, legañosos, y anunciaban somnolencia;
rio , espasmódico y asténico. El primero reclama los labios algo lívidos; respiración 'difícil; sin embargo,
evacuantes antipútridos, ó la reproducción de la diar no hay ni dolor en el pecho, ni tos; lengua húmeda y
rea, sí sobreviene por su supresión. El meteorismo blanquecina; boca ligeramente amarga; dp^.e -deposi
inflamatorio se ataca con el mismo método que las ciones líquidas, verdosas, cscretadas sin que el enfer
flegmasías abdominales. Contra el nervioso se han mo lo sintiera, ó con tenesmo y dolores cólicos; piel
aconsejado las aplicaciones del hiolo , de nieve, de menos caliente que en el estado normal, aunque el
agua fria; las lavativas, también frias, do agua acidula individuo acusa un grande calor interno. Desde el
da con el vinagre ó con el ácido sulfúrico. El tiempo principio del mal hasta este momento está queján
que se emplee en los tópicos frios debe ser muy cor dose continuamente de frío; pulso insensible en la
to, para evitar la debilitación, que es su consecuencia. muñeca derecha, filiforme en la izquierda. Se pres
Hernández vuelve in'inediatamonto después á emplear cribieron nueve onzas (270 gram.) de vino de Mála-
los cscitautes.
* Cuando el meteorismo nervioso se acompaña de ¡1) Los doctores Stevens y Clany lian propuesto un nuevo mo
do de tratar las Hcbres nernosas. Prescriben desde luego la san
dolores de la misma índole, Grimaud aconseja los gría, cuando 1> esckacion del primer periodio Iparece muy inten
emolientes, los narcóticos suaves, las fomentaciones ta ; después los laxantes j las bebidas friis , y esta parle del Ira- ■
al ano, con el agua de saúco opiado , y elogia la ipe leunmto cotrospsnd» á las primeras veinte y cuatro horas. Un
seguida ordenan una medicación salina. El doctor Iteras li abia
cacuana á cortas dósis en los espasmos de los intes emplead» tres partes de muriato de sosa y una de nimio de pota
tinos. También son muy usadas las unturas con acei sa ; pero se convenciú de que estas sustancias solian irritar el es
te alcanforado. En fin, el meteorismo asténico se ali tómago. Uejpue> de varias esperieneias , los ha sustituido con el
tartrato de potasa y de sosa , el carbonato de potasa , de sosa y
via con los tónicos permanentes , tales comó las fo de amoniaco á pequeñas dosis , pero repetidas. El tratamiento salí
mentaciones con «1 cocimiento cargado de menta y no esta fundado en ideas puramente químicas ; pero, según s<s
de romero , las latirás de quina, de manzanilla , ele. invenltrc» , la esperiencia depone en favor de sus resultados. C.
(»j lista observación pertenece a las Interpretaciones cllnlcis.
72 BIBLIOTECA ECONÓMICA
ga, para tomar en Ires veces, de dos en dos horas, y catarro de los intestinos, y nos hicieron recordar la
alternando con la siguiente poción: fiebre catarral maligna, descrita por los autores con
tanta variedad.
R. Alcanfor molido con mucilago de
goma arábiga una dracma— i gram.
Cocimiento de quina nueve ornas—170 gram. ORDEN SECUNDO.
Estrado de quina media onza— 2 gram.
Láudano liquido de Svilenham. . veinte gotas.
Jarabe de quina,. . . .' una onza— 4 gram. piebrb continua gástrica.

Se abrigaron las estremidades con pedazos de fra 08. Un considerable número de afecciones mor
nela empapados en vino aromático. Por la tarde con bosas tienen origen en el estómago y en los intesti
tinúan la somnolencia y el abatimiento: el enfermo se nos: las materias que en ellos se corrompen; 1as sus
incorpora de cuando cu cuando, y está atormentado tancias acres que en los mismos se depositan ; los
sin cesar portel frió. Los medicamentos han sido de ingesta, c/ue pecan en calidad ó en cantidad, son in
vueltos por el vómito; la diarrea no ha cedido. Con agotable manantial de fiebres.
todo, el enfermo se creo mejor; la postración au 00. Estas fiebres, que son periódicas por si mis
menta delioraen hora; la respiración solo puede efec mas ; que se asopian al genio intermitente , ó presen*
tuarse cuando el pacienrc tiene la boca abierta; hay tan continuidad, aunque no siempre igual y sostenida,
algunos saltos de tendones; el pulso es impercepti llevan el nombre de gástricas, y, según su diversa
ble. Se aplican dos vejigatorios; se continua con el causa latente, las llamaremos biliosas, snburrales,
vino do Málaga y las fomentaciones aromáticas, y se pitiluosas y verminosas. Pueden complicarse con va
dan á cada instante cucharadas de una mistura com rias otras afeccionés, y ser epidémicas ó esporádicas.
puesta de éter sulfúrico , agua de canela y láudano 100. Fiebre gástrica biliosa ó saburfal.—La Co
íqUido. A la noclre siguiente aumenta la diarrea ; el bre gástrica biliosa se presenta por lo común durante
estómago devuelve todo cuanto en él se introduce; los calores del estío ; pero pertenece á todas las esta -
el delirio es mayor, y por último, sucumbió el en ciones, y reina endémicamente en los lugares panta
fermo. nosos. Como todas las domas fiebres , abre la escena
Esta enfermedad agudísima debe colocarse entre por una horripilación corla y entremezclada de calor,
las que hemos llamado continuas nerviosas, aunque por laxitudes, pesadez y dolor reumático de cabeza,
tengo afinidad, baj« el punto de vista sintomático, con do la espalda, de los lomos y de los miembres. El
las intermitentes perniciosas, que conocemos con el rostro se pone pálido; los ojos se tifien de un color
nombre de álgidas, y que los antiguos denominaban amarillo ; el estómago es el asiento de una sensación
fricoides. En efecto, en la liebre álgida, toda la enfer particular de languidez, de hinchazón , de tensión ó
medad consiste en el frió; el pulso no se eleva; no so de opresión; anorexia; disgusto, y aun horror por los
breviene calor, y aun después de trascurrir algunas alimentos; náuseas, regurgitaciones, ventosidades féti
horas, el enfermo cree estar al principio del paroxis das, eructosácidos; vómilosde materiales agrios, amar
mo. Lo mismo que en la fiebre fricoides, el paciente gos, tenaces ó biliosos. Este estado del estómago se
sucumbe en el primer acceso, ó bien al cabe de mu anuncia mas ó menos pronto por el de la boca ; el
cho tiempo el pulso se desarrolla algo, pero se mues aliento es fétido; lengua cubierta de mucosidades
tra mas frecuente queden el estado de salud; el calor viscosas, blanquecinas' ó amarínenlas; pérdida del gus
es moderado; la lengua áspera; la orina abundante, to, ó sabor desagradable y amargo. Inmediatamente
opaca, acuosa y oscura; el individuo cree estar en siguen trastornos en el vientre , tales como fiatuosi-
apirexia, pero acontece comunmente que muere en el dades, borborigmos, que inflan y distienden los hi
segundo paroxismo, cuando los síntomas son intensos. pocondrios y todo el abdómen ; sensación de plenitud,
En 1770 fuimos llamados para visitar á un vecino de de pesadez, en la misma cavidad; dolores vagos por
Rastadt, que tenia cerca cíe cincuenta años, robusto inlervalos; constipación , ó diarrea biliosa, fétida y
y bien nutrido, y que había gozado siempre de la mas espumosa. Así pasan algunos dias, sin que llegue á
perfecta salud. Éste hombre fue acometido, sin causa postrarse el enfermo.
alguna apreciable, de un gran frió, que no pudo disi De repente se declara un escalofrió algo intenso,
parse ni por medio de fomentaciones, ni de bebidas aunque de corla duración , y otras veces no sobrevie
calientes. A las diez de la mañana le hallé frió como el ne este síntoma ; el calor aumenta, la sed , el vérti
mármol, y sumergido en una ansiedad y una inquie go y la cefalalgia ; el pulso es intermitente por in
tud estremas Los ojos estaban tristes; la cara altera tervalos , pero siempre frecuente. Acrecentamiento
da; el pulso, filiforme, apenas porceptible; la lengua de los síntomas gástricos y abdominales ; esfuerzos
húmeda y limpia; la boca nada amarga; el vientre repetidos para vomitar; el rostro en general se cubre
blando y sin dolor; no habia vómitos ni náuseas. La de un rojo mas subido, pero las alas de la nariz se
indicación mas urgente era la de reanimar las fuer ponen ma? pálidas ó verdosas; temblor del labio in
zas, y prescribimos, por tanto, los escitantes volátiles; ferior; ojos orillantes y anegados de lágrimas; delirio,
la tintura de castóreo con infusiones sudoríficas; fric vigilia ó adormecimiento; respiración mas frecuente,
ciones con franela caliente , y fomentos aromáticos. difícil ; muchas veces con tos seca ó húmeda ; dolor
Varios compañeros , á quienes llagarnos á consulta, reumático del pecho , de las espaldas , de la gargan
fueron de mi parecer. Pero el enfermo no pudo en ta , y frecuentemente postración aparente de las
trar en calor, y murió, después de cuatro horas pró fuerzas.
ximamente, es decir, en el primer acceso. Al cabo de tres dias, ó mas, se observa alguna re
La enfermedad que me ha proporcionado motivo misión de los síntomas por la mañana, y un ligero su
de referir este hecho ofreció síntomas de catarro y dor cubre la frente y el pecho. La lengua , tan pronto
de coriza, tos, horripilaciones, alternando con calor, presenta una capa mucosa y amarilla , como está soca
laxitud en los miembros por espacio de cerca de seis por el medio y de un color moreno ; la orina se se
dias, antes de esperimentar el individuo el gran ac creta algunas veces, con ardor, y es de un amarillo
ceso de frió, y persistió después duraute otros cuatro oscuro, jumenlosa, con sedimento rosáceo ó furfu-
dias, hasta la muerte, sin intermisión alguna. Las ráceo. Por la noche , exacerbación , precedida tal
deyecciones acuosas y verdosas parecían anunciar un cual vez de ligeras horripilaciones ; la piel está ás
DE MEDICINA T CTBÜJÍA.—FRANK. 73
pera, s«ca, ardiente, y aun teñida de un barniz continúa durante algunos dias mas, aunque las exc- ■
amarillo. Aumento progresivo def insomnio , de la in cerbaciones sean mas tardías y mas benignas, hasta
quietud y del delirio; en algunas ocasiones se esca que un sudor igual y halituoso terminan la afección:
pan por la nariz algunas golas de sangre, que uadan las orinas prescnlin un sedimento abundante y de un
en una serosidad flavescente. color blanco rojizo, y sobrevienen ademas espontá
El enfermo se agr.iva por minutos; la remisión r!c neamente deyecciones abundantes y pultáceas.
la mañana apenas se percibe ; la región gastro-hepá- 101 . Fiebre gntlrica pituitosa. —Algunas veces
tica se pone mas tensa y mas dolorosa ; adquieren in se observa en esta fiebre, mas bien un acímiulo do
cremento la ansiedad , el calor, la sed , la cefalalgia; pituita que un aparato bilioso ó saburrul. La pi
el delirio es casi continuo; la garganta está seca: la tuita tenaz y dúctil forma una especie do barniz que
lengua morena, lívida , negruzca, de unadurcza"uo cubre las paredes del estómago, de los intestinos, y
la hace aparecer casi frágil , é impropia para la arti aun de la misma boca. Esta afección se manifiesta or
culación de la palabra, y está adornas cubierta de rau- dinariamente bajo la influencia de la constitución, del
cosidades muy viscosas ; los ojos están animados, en otoño ó de la primavera; ataca coifespeiñalidad á los
cendidos; el óido se embota; las arterias temporales individuos caquécticos, á los de complexión débil, y
laten con fuerza. El pulso no está lleno , es frecuente ú los que se alimentan con sustancias crudas y visco
y contraído; la orina, en pequeña cantidad, espesa, sas y hacen poco ejercicio.
fétida, y se escretasin sentirlo el enfermo; las depo La marcha de esta liebre es mas lenta: al desper
siciones son I iquillas, de muy mal olor, morenas y tar de un sueño que no repara las fuerzas , se halla
eruginosas. El vientre se meteoriza y resuena « la el enfermo fatigado, triste; la garganta y toda la ca
percusión; la piel está seca ó inundada do uu sudor vidad de la boca están tapizadas de una capa pituito
viscoso, y sembrada de diversos exantemas. sa; hay eructos inodoros y frecuentes; náuseas y re
Descuidada la enfermedad en este período , ó mal gurgitaciones de mucosidades. El apetito es corto, y
tratada, ó en razón de las circunstancias individua después de l¡t comida se queja el individuo de los
les, mareba rápidamente á una terminación funesta, mismos síntomas que ncompafian.á la indigestión,
y no lardan en presentarse los síntomas de la liebre como dejadez, adormecimiento, plenitud, constipa
nerviosa simple (H7 y 88) ó complicada (103) , sínto ción y untuosidades. Orinas jumentosas ó crudas; sed
mas que anuncian un estremo abatimiento de la poca .
energía vital. El pulso es lento y débil; otras veces lleno y lige
• Creemos que la adinamía es real en la fiebre bi ramente duro. Sobrevienen horripilaciones y calores
liosa, en su mas alto grado, tal como nuestro autor vagos; la piel se cubre dn sudores cortos, ó está sena
Id acaba de describir; pero está subordinada al esta y sucia. Pesadez de cabeza; retintín y zumbido do
do gástrico. Cuando no se usan á tiempo los ev icuan- oidos; estupor. En ciertas ocasiones, las mucosida
les, se agrava , y constituye desde luego la afección des glutinosas se adhieren en tan gran cantidad á los
dominante, y esto fue lo que' aconteció en la epide intestinos, que obstruyen el conducto escretor de la
mia de Lausana. El traductor Fink, admitiendo sim bilis, é impidiendo la salida deeste humor al duodeno,
plemente la existencia de la fiebre adinámica, intenta producen la ictericia. Los gases y la atonía del tubo
establecer los caractéres que la distinguen de la lie intestinal dan lugar al meteorismo del abdomen, que
bre biliosa adinamiforme. Según 61, eu la liebre bi está doloroso al tacto. De cuando en cuando, el vó
liosa, que simula 1% adinámica, puede el enfermo mito hace arrojar materiales semejantes al desobe de
moverse sin ser atacado de vahídos, lo cual no suce las ranas, insípidos, ácidos y amargos. Algunos en
de con la adinámica legítima , y muy frecuentemente fermos presentan rubicundez y dolor en la garganta.
puede asimismo levantarse para iralsiilico: la seque Sobreviene el hipo, á consecuencia de una opresión
dad y la rubicundez de la lengua desaparecen en ge especial del estómago, de ansiedad , y se acompaña
neral con el uso de las bebidas ; si se raspa este ór- de grande fatiga en la deglución: pocos dias después
gane, no se reproduce tan pronto la fuliginosidad; se manifiesta una multitud de aftas en la garganta y
la sed es mas viva que en la liebre adinámica, ó en en la boca: nosotros hemos visto desaparecer esta
teramente nula ; el calor de la piel es ordinariamente erupción en pocas horas, y volver á manifestarse en
moderado en esta , mientras que en aquella es acre y seguida. Otros sugetos son atormentados por cierta
mordicante. Eu nuestra opinión, los tres primeros dificultad de respirar, por les, que al principio es
sintonías nos dicen solamente que la adinamía es li seca, y después seguida de una abundante escrecion
gera ; los otros dos indican un estado de irritación. de pituita tenaz.
Si el enfermo llega á resistir la violencia déla fie Hasta aquí, si la considerable languidez de las
bre, bien sea á beneficio de los esfuerzos de la na fuerzas, los dolores de los miembros, que se aumen
turaleza, bien por los auxilios del arte, arroja en el tan por la noche; si los sudores, el calor de la piel, ó
principio do la enfermedad, 6 mas tarde, abundantes la erupción comunmente prematura de un exantema,
materias por la boca ó por el ano: algunas veces el no nos dan á conocer el carácter de la enfermedad,
vientre y la piel se hacen el asiento de una escrecion apenas nos atreveríamos á llamarla fiebre. Pero de
abundante, y la exacerbación es seguida de una remi repente se exaspera y se hace sensible la exacerba
sión mas manifiesta y mas larga: la lengua se hume ción cada dos dias, ó' todas las tardes, y la remisión
dece; el moco tenaz y seco que la envolvía, como si se disipa enteramente: sobrevienen vértigos, insom
fuese una cubierta, so reblandece y se despega; la nio, sopor, coma, delirio, ó los principales síntomas
punta se pone roja, y se desprende de los bordes la ca- de la fiebre precedente, los de cualquiera otra (87 y
Ca que los rodeaba, en forma de escamas blandas y 88), los de la gástrica nerviosa (103), con síncopes fre
úmedas. En algunas ocasiones se efectúa este cam cuentes, y diarrea rebelde, que aniquila totalmente ul
bio con rapidez : después de un breve instante de enfermo.
reposo, que proporciona el sueño al paciente, la as 102 Fiebre gástrica\perminosa. —En otras ocasio
pereza casi leñosa de la lengua, que la pegaba al pa nes, ademas de los síntomas de estas dos fiebres
ladar, es reemplazada por su natural blandura, y cu (100 yiOl), el enfermo arroja por la boca ó por el ano
bre su superficie un vapor suave y húmedo. Entonces una gran cantidad de lombrices, vivas ó muertas, y
suele trasformarse esta fiebre en una intermitente pe csi en completa putrefacción. El aliento tiene una
riódica, de la que quizás traiga su origen , ó bien • fetidez particular; aparecen fenómenos de irriiacim
4
14 BIBLIOTECA ICOONÓMICA
propios do esta causa, tales como pruiilo cu las na Las deposiciones son, en general, líquidas, muy fé
rices; dolores vagos y lancinantes en los miembros; tidas, verdosas, morenas ó espumosas, y los órganos
meteorismo, temblores, convulsiones, terrores, ato no tienen la fuerza necesaria, ni para retencrlni pa¿
nía, ptialismo, delirio, desfallecimientos, vómitos, ra espeler enteramente las materias fecales y las ori
tenesmo y cámaras abundantes de una mucosidad pu- nas. No obstante, cuando se pregunta al enfermo so
trescente. bre su estado, contesta que se halla bien; desea con
103. Fiebre gástrica nerviosa.—Cuando se ha ansia reunirse á su familia, que cree ausente; trata de
descuidado la evacuación de la bilis, de las. saburras, coger las moscas y de quitar las motas de las cu-
do la pituita ó de las lombrices; cuando el enfermo biertas; ora está sumergido en un estado soporoso y
lia eslado bajóla influencia de un régimen ó de un murmura entre dientes palabras ininteligibles, ora so
tratamiento mal dirigido, ó cuan.io las materias lian ve Imitado por un delirio furioso. El pulso, que hasta
adquirido un grado considerable de corrupción, se entonces ha sido acelerado, se vuelve frecuente y débil:
declara comunmente, en un peiíodo avanzado, y aun entonces apareced meteorismo saburral, inflamatorio,
desde el principio, si el contagio viene á agregarse á ó gangrenoso, según los síntomas que le acompañen.
las causas de ln enfermedad, una fiebre que presenta, El temblor do las manos; los saltos de tendones, y el
adenr.as de los síntomas espueslos (1 00, 101 y 102), letargo comatoso, con fuertes pulsaciones de las caró
los de la fiebre nerviosa (87 y 88). Esta fiebre compli tidas, atormentan continuamente al enfermo: respira
cada que nosotros ¡lamamos gástrica nerviosa, y que ción mas difícil; voz ronca, temblorosa y apagada;
otros conocen con el nombre de gástrica pútrida, es deglución también difícil, dependiente de la tumefac
muclio mas frecuento que la continua nerviosa sim ción erisipelatosa de la garganta, de una gran co
ple: reina epidémicamente en el otoño y en el invierno, lección de pituita viscosa, de la sequedad ó do una
y es una verdadera complicación de la fiebre carcela ligera parálisis del eiófago ; ó en fin, de aftas que
ria ó de la nosocomial, con las saburras. puede haber en este conducto. Palidez y color terroso
Tan pronto ataca de improviso, como se presenta á de la cara; mejillas casi lívidas ó morenas. En este
pasos lentos. En este caso los síntomas precursores, período, ó antes, aparece frecuentemente en la piel
son los mismos ano hemos referido en otra parto un exantema ó petequias, una miliar blanca, ó roja, y á
(87, 88, 100 y 101): laxitud, pereza-, somnolencia, hor veces confundida con estas: manchas, cardenales,
ripilaciones, viscosidad ) amargor de boca, opresión rara vez parótidas, y mas comunmente abscesos.
de estómago, desgana, náuseas, eructos indorosos, Al apreximarse una terminación funesta, el meteo
regüeldos, vómitos de bilis muy amarga y eruginosa, rismo crece, á pesar de la diarrea colicuativa; los ma
dolores lumbares y de cabeza, y vértigos, son los que teriales que esla arroja exhalan un olor cadavérico. El
comunmente anuncian la enfermedad. Cuando so hipo; el enfriamiento de las estremidades; el sudor
maniliesta repentinamente, la invasión presenta los viscoso y frió; el pulso muy frecuente, perceptible
síntomas que siguen á estos últimos. apenas, é intermitente; el letargosas lipotimias, y las
En un gran número de enfermos abre la escena convulsiones, son los síntomas que preceden á la
una horripilación, que dura mas de una hora, repite muerto.
varias veces, es seguida de calor mordicante, y se
aumenla por la noche. De cuando en cuando hay 104. Fiebre ardiente. —Suele asociarse á las fie
delirio furioso; por la mañana, remisión ligera é im bres que acabamos de describir (100 y 103), como ya
perfecta ó nula. Pulso débil y oscuro, apenas fre lo liemos dicho respecto de las intermitentes y de las
cuente, en otros casos lleno y duro desde el priuci- continuas nerviosas; la diátesis inflamatoria; de esa
pio, para rebajar en pocos días considerablemente. complicación resulta la fiebre ardiente ó causus de
Boca amarga, náuseas crueles, opresión é hinchazón los antiguos. Pero también se agregan á las sabur
del estómago, que suele estar doloroso al tacto, y aun ras, como afección predominante ó subordinada, la
sensible Bolamente al peso de las cubiertas. Por (a Urde inflamación fsobre todo la erisipelatosa) de una parte
se declara otra exacerbación, y en muchas ocasiones cualquiera, de una viscera.
sigue el órden de la fiebre bemitritea. El color ama Los signos que dan á conocer esta complicación
rillo ; el encendimiento de los ojos ; la cefalea , los corresponden á los que hemos enumerado ya (90),
vigilias, la ansiedad, los terrores, la fetidez del ulien- á los síntomas de la liebre inflamatoria (116), ó á los
ielirio se aumentan, y sobreviene una sed, li de las inflamaciones.
as veces, y otras un deseo ardiente de lié El escalofrió es ordinariamente mas intenso; el pul
is. La orina es morena, espesa, turbii y so lleno, fuerte y frecuente; encendimiento de h¡ cara
étida durante las exacerbaciones, y en la remisión y de los ojos; cefálea, vértigos, delirio, calor aumen
cruda y acuosa. Constipación ó diarrea de un olor tado, sed viva, respiración muy acelerada, difícil y pe
insoportable; sudores abundantes pero viscosos á in nosa; dolor fijo y pulsativo. La sangre que se escapa
eficaces. La lengua eslá temblona y se cubre en toda de la nariz, ó que se eslrao de la vena, presenta un
su ostensión de mucosidados pegajosas y morenas; coágulo muy denso y cubierto de costra flojística; la
no puede salir mas allá do lus dientes ó de los labios, constipación es rebelde; las orinas encendidas y casi
que están tapizados del mismo humor que ella; cu rojas, -y todos los síntomas tienen un curso mas con
lin, eslá áspera, casi negra, soca, árida, y presenta tinuo. » '
la forma de un cono leñoso. La nariz está seca, fuli 105. No es raro que las causas y los efectos de
ginosa y obstruida ; respiración suspirosa y difícil; la liebrt, gátrica se asocien ú enfermedades muy di
zumbido de oídos sumamente molesto; sordera; au versas. Comunmente se esliende su influencia á dife
mento progresivo del sopor; coma vigil. Eslravasacion rentes afecciones y exantemas, y aun á lus lesiones
abundante de sangre fluida ó grumosa por la nariz, esternas.
¡as urinarias ó el ano, precedida <n los dos ú'ti- 100. Este Ronero no eseiuye la fiebre efémera,
casos de dolores en el pubis. Vómitos de bilis simple ó prolongada, cuando las causas son tan be
>a ó eruginosa. La enfermedad ¡se asemeja en nignas, que, en el espacio de veinte y cuatro horas
: circunstancias á la fiebre que se acompaña de <> de algunos dias, cedoñ, si 'i causar daño alguno,
mies hemorragias, de vómitos de bilis negruzca á los esfuerzas de la naturaleza ó á los socorros del
e ictericia, llamada fiebre amarilla de América ó
i a« o.-
BI MIDICWA T Cl»UJW.— FRANK.
csplica auficiqnicmenle sus causas; sin embargo, no afecciones biliosas. Tales son las causas que, á favor
siempre son tan manifiestas, ni la evacuación ile la do la constitución anual, estimulan el mismo hígado,
bilis es lan patente que no se puedan cometer los corno las violentas afecciones del alma, particular
erores mas graves en esta materia. mente la cólera; la supresión de la traspiración cu
Algunos síntomas suelen dejar de presentarse al tánea, que lleva su ecrirnouia sobre el abdomen y de
1 rincipio de la enfermedad, y fa naturaleza de la fie- termina con facilidad el cólera-morbo ó la diarrea, el
i re pueda no consistir solamente eu la abundancia y principio reumático; los miasmas contagiosos, y cual
en la alteración de la bilis; otras veces, todos los sín quiera otro estimulante aplicado al sistema hepático:
tomas de la turgescencia biliosa fatigan al enfermo, por eso los drásticos solos provocan una abundante
y. deben considerarse como el resultado de otra afec secreción de bilis, y hacen salir de, un cuerpo perfec
ción muy diferente. tamente sano un humor bilioso mórbido.
El bígado, la mas voluminosa de lasvivceras, puedo El escesivo uúmero do fiebres que provienen de los
aumentar su actividad ou la secreción de un líquido escesos de la mesa prueban que las impurezas de las
muy dispuesto á estancarse y á corromporso por primeras vias, como ¡os restos de alimentos por dige
efecto de los calores del verano y del do la liebre. rir, y las lombrices casi putrefactas, pueden producir la
Acumulada la bilis alterada en la sustancia de este liebre, déla misma manera que el esceso de bilis. Pe
órgano y en h vejiga ó en e! tubo digestivo, viciada ro no creemos que la carne, con preferencia á cual
en su cantidad ó en su calidad, es capaz de producir quiera otra sustancia, ocasione las saburras; en un
grandes irritaciones. Pero este bumores arrojado al estado que hemos hecho de los enfermos atacados de
gunas veces por el vómito en tanta abundancia, que fiebres gástricas, hornos hallado que el mayor número
la razón sola, ó las osperiencias obtenidas en indivi de ellos no bahía usado de las carnes, que no tienen
duos de buena salud, no nos permiten suponer que su entrada en la casa del pobre, sino de alimentos in-
existencia, anterior al vómito, sea causa de enferme .digeslos. Las sustancias que tienen una analogía mas
dad. Los que no están acostumbrados al movimiento íntima cou nuestro cuerpo, se someten mejor á la
de los carruajes ni al de los barcos; la mujer que acción del estómago, y corren menos riesgo de cor
acaba de concebir, no dejan de arrojar bilis eu gran romperse en el ventrículo, si su cantidad no es esee-
cantidad, y estamos seguros de que ninguna persona siva: lo que los autores han dicho contra el frecuente
sensata concluirá de aquí que la causa de ese vómito uso de la carne, tiende en gran manera á la opinión
es biliosa. preconizada sobre la putridez de la sangre en la fie
La alteración en el color de este líquido no nos su bre biliosa. Entre nosotros Way de ellas un consumo
ministra tampoco una prueba de su corrupción, mucho mayor que entre otras naciones septentriona
puesto que la simple mezcla con los ácidos, una afec les, y aunque estamos bajo la influencia de un clima
ción del alma, el trabajo de la dentición y las causas mas caliente, no se observan mas enfermedades £ás-
que acabamos de citar, producen, no solamente una tripas que en otros países Los pobres, condenados
evacuación abundante de bilis pura, sino también de por todas partes ¡d régimen vegetal, nos ofrecen un
bilis eruginosa. prodigioso uúmero de fiebres d.o este género. La
Por lo tauto, debemos deducir que las copiosas taita de los frutos del verauo, que son un remedio
evacuaciones de bilis, en la fiebre y en otras enferme saludable y preservativo, es mas b en el efecto de la
dades, son mas comunmente el efecto que la causa, j constitución que favorece la epidemia rcinautu, que
que el origen de este fenómeno está algunas veces la causa de las afecciones biliosas; y si estas son mas
demasiado oculto para que juzguemos siempre de él comunes en el esjío, se deben atribuirá la debilidad
por la simple inspección de las materias. de las digestiones, que se depravan bajo el influjo de
Ni tampoco puede decirse que la esereeíon abun un sol quemante, asi como traen su origen de la fre
dante de bids proviene de los principios de que se cuente supresión del sudor las afecciones de los in
compone esto humor, mezclados íntimamente en la testinos , observadas cu las mismas circunstancias.
sangre del individuo que ha de padecer la fiebre, El calor atmosférico no es muy favorable á la pro
porque esta idea no nos da razón del fenómeno en el ducción .le las liebres biliosas; pero, en ios lugares
hombre sano, y entonces no se podría suponer en pantanosos y húmedos, el sistema nervioso y el estó
ningún caso esta congestión morbífica. mago pierden mucho de su energía, y la supresión
Tal es el estado de la cuestión. Sin admitir una de la traspiración cutánea es mas frecuente en estos
superabundancia morbosa de sales en la sangre, es sitios que en los climas fríos. Como hemos ejercido
muy ciárto que el ojo, irritado por el dolor, deja es la medicina eu diversas localidades, hemos reconoci
capar por algunos días lágrimas muy saladas; pero do que casi todas las liebres participan mas común*
la cantidad ó la naturaleza del humor segregado de mente del genio inflamatorio en los climas donde rei
pendo mucho monos de las cualidades del mismo lí na una atmósfera caliente que cu los en que impera
quido, que de la alteración ó de la acción aumentada un aire de opuesta temperatura. La liebre inflama
del órgano secretor. El color caquéctico ó amarillo toria pura es ruro que se presente epidémicamente;
que tieneu muchas personas antes de la fiebre, no siu embargo, las sangrías en la intermitente y en la
prueba una policolia mayor en la sangre, y la pre continua, aun en el eslío, tienen un uso mas fre
sencia de la bilis en los vasos de los ictéricos no cuente entre nosotros (eu Italia) que bajo un cielo
acarrea la fiebre biliosa, ni siquiera produce el amar menos abrasador que el nu:stro.
gor de boca. Las abundantes colecciones de pituita en el abdó-
La causa de la fiebre biliosa no procede, por tanto, men se observan cu las personas de libra floja y dé
de la bilis con tanta frecuencia, como so supone, y si bil, eu los caquécticos, entregados á una vida ociosa
la eficacia de los eméticos y de los purgantes parece y sedentaria.
probar lo contrario, os porque no so piensa que La pituita ocasiona varias incomodidades , que se
los vomitivos no tienen solamente una manera de esplican fácilmente por la adherencia mecánica de
obrar (94), y que en muchas ocasiones. se convienen este humor gluiinoso, por su pronta conversión en
eu causa fecunda de males. una materia acida, y después eminentemente pútrida,
Todo lo que es capaz de aumentar poderosamente perq no podemos atribuir á csl-¡ casis , propia soto dé
la secreción de la bilis y atrae con cierta constancia uu número muy reducido de individuos, la liebre p¡,
los humores hacia el hígado, puede ocasionar las luilosa, que muchas jeces es epidémica. Los irritantes,
7l> BIBLIOTECA ECONÓMICA
que provocan en el hígado una secreción morbosa, afecciones biliosas ó saburrales. Mientras mas sensi
establecen en el estómago y en los intestinos, cuan ble sea la remisión, mayor debe ser la esperanza de
do el estímulo ejerce su acción sobre la membrana que se restablezca la salud; y si las exacerbaciones
mucosa que reviste á estos órganos, un manantial de principian por frió, es probable que la fiebre perte
pituita, no menos abundante que la secreción hepá nezca á las intermitentes. Cuanto mas pronta la apa
tica. Nada se puede deducir cíe la viscosidad de la rición de los sudores, de los exantemas, y cuanlo me
sangre en la liebre mucosa; pues la pituita es el pro nos dóciles sean los órganos á la acción de los eméti
ducto de una secreción viciada, mas Dien que el efec cos y de los purgantes, mas larga será la enfermedad,
to de una caquexia aguda. La irritación sola de los y mas propensa á convertirse en nerviosa compli
intestinos, causada por las lombrices, reúne enderrc- cada.
dor de estos animales parásitos una mucosidad abun En general, la marcha de la fiebre pituitosa es mas
dante y tenaz: la nariz, la garganta, ó la uretra, afec lenta, y su tratamiento mas molesto, mas difícil y mas
tadas por un estímulo cualquiera , nos ofrecen también incierto. Cuando se manifiesta al principio un vómi
este fenómeno. Una fuerte irritación en las superfi to espontáneo, seguido de sudor igual y suave, nos
cies de los órganos secretores produce la trasudación hace concebir la esperanza de una pronta curación.
de una linfa coagulable; la mas ligera irritación de No es común que esta liebre sojuzgue por una sola
termina la secreción de una pituita mas densa; pero crisis: á veces, después de algunas evacuaciones, se
la simare no contiene las semillas de la enfermedad. declara una multitud de aftss, la miliar blanca, pe
En la Fiebre pituitosa, el gluten viscoso no existe so queñas úlceras en los labios, ó una salivación abundan
lamente en las primeras vias; se le descubre en abun te, acompañadas del alivio del enfermo. La diarrea li
dancia por otras parles , y parece que un estímulo gera es ventajosa; pero en muchas ocasiones es se
especifico, por decirlo así, ha alterado la acción de guida de la muerte cuando eS muy considerable.
los exhalantes en toda la economía. Esta causa ejerce- La fiebre gástrica nerviosa, y la que debe su ori
su perniciosa influencia sobre los folículos mucosos gen al contagio , se acompañan de grandes ries
de los intestinos con mayor fuerza que sobre ninsun gos, y la gravedad dura muy poco tiempo, ó se prolonga
otro punto; pero la impatía del estómago en los ór por espacio de tres ó cuatro semanas, y aun mas TStn-
ganos distantes propaga la irritación. Así, en cual poco hay en esta enfermedad una época señalada para
quiera afección de esta viscera, la lengua se cubre de la crisis: por lo demás, el pronóstico de la liebre
una pituita muy espesa; en la tos ferina, que tan fre nerviosa tiene entera aplicación al de esta.
cuentemente procede del estómago, so obstruyen los Los-poligros son mayores en la fiebre gástrica, infla -
pulmones do mucosidades tan sumamente viscosas, matoria que en la simple gástrica biliosa ó saburra!.
que se asemejan á la cola do pescado; la sangre que Existe con frecuencia en esta complicación una fleg
se saca de las venas se cubre de una costra' gluti masía visceral latente, que pasa á la gangrena,- ó de
nosa, y todo demuestra que la inflamación no es la termina la hidropesía aguda. En esta fiebre, las me
causa de ests fenómeno. Quizás convendría llamar á tástasis y los abscesos conducen con mayor seguri
esta liebre catarral universal con síntomas de fiebre dad á la curación; pero tampoco son raros los ejem
gástrica y nerviosa. Las materias catarral y reumá plos funestos en esta clase de depósitos.
tica, lo inis;no que la supresión de la traspiración, 199. Tratamiento de la fierre r. \stric\ r¡ii.tos.\,
irritan la membrana secretora de la nariz, de la larin ó saburra!..—El tratamiento' de la fiebre continua
ge, de la traquea y del pulmón: de manera que estos gástrica en su principio, apenas difiere del 'de la in
diversos humores pueden provocar una secreción termitente de la misma naturaleza (30 y G0), si se
abundante de pituita en el tubo intestinal. agrega la necesidad mas urgente de obrar.
Debemos hacer aquí especial mención del princi Es indispensable examinar desde luego con proli
pio contagioso que acompaña muy comunmente ¡í la ja atención si existe complicación inflamatoria: la fus
liebre gástrica nerviosa, ó pituitosa, quo por su acción nesta opinión de la putridez ha tenido fatales resultados,
sobre la fibra muscular, los vasos y los nervios, al y ha alucinado á los médicos con la hipótesis sobre la
tera con prontitud la naturaleza y el carácter de los necesidad de la sangría. Este remedio es indudablemen
humores. te pernicioso en la iiobre gástrica, cuando su uso no sn
La complicación inflamatoria se esplica por la cons funda en una indicación real; pero en el pais en que
titución del individuo, y noria de la atmósfera; por la escribimos, á pesar do lo elevado de la temperatura,
índole de las causas que han precedido, y por el con es frecuente la complicación de osla fiebre con la
curso de circunstancias que obran casi en sentido diátesis inflamatoria, y la esperiencia nos ha conven
opuesto sobre las primeras vias y sobre la energía cido de que la omisión de la sangría, desde el principio,
del corazón y de las arterias. causa á los cufermos un perjuicio irreparable.
108. Pronóstico.— Las fiebres gástricas, sin prin No creamos, sin embargo, que la plenitud del pul
cipio contagioso, sin alteración latente orgánica, ni so, la opresión en el pecho y los dolores pungitivos,
humoral, no son peligrosas, si el enfermo se somete anuncian siempre la complicación inflamatoria 1 1).
desde el principio á un tratamiento racional; y aun Cuando falta esta, debernos provocar la evacuación,
que algunas veces espante á los parientes del enfermo, por arriba ó por abajo, según la tendencia de la na
y aun al mismo módico, la apancnciajde malignidad, turaleza, délas materias biliosas ó saburrales, si los
una conducta sabia consigne muy á menudo la cura síntomas do turgescencia anuncian su movilidad. De-
ción. En esle género de enfermedades, la crisis está hemos también atenuary disolver con el uso de las be
en manos del médico, no en las de la naturaleza; mu bidas diluentcs incisivas y acídulas la materia espo
chos enfermos mueren á consecuencia de una vana sa y tenaz, hasla que los "eméticos, ó los purgantes,
contemporización, ó de una simplicidad funesta en el repetidos según la necesidad , puedan eliminar la
tratamiento. Esta fiebre termina por vómitos, ó por causa morbosa.
diarrea; hácía el fin de la enfermedad se declara un Hay circunstancias en que están contraindicados
sudor abundante, y aparece en las orinas un sedimento
latericio, ó amerillento. Por lo común, la oportuna
administración del emético sofoca en el instante la (1) Nosotros convenimos ron el autor; pero en este caso Ij pr--
deoeia aconseja que se principio-cl tratamiento poruña sangrú, -i
enfermedad, cuyos ataques esperimentan las visceras. no ser <¡ne la constitución del enfermo la contrainriigtte . fiemos
Es raro que los exantemas constituyan crisis en las . visto toronada esta práctica de los mejares resoltados. G.
DK MEDICINA Y CIRUJ1A.— FRANK. 77
tos vomitivos; pero mientras mas seguro es el diag siones; si la fiebre continua se compone de paroxis
nóstico, y mientras mas violenta la enfermedad, me mo, como en las intermitentes.
nos considerable debe ser el número y la importancia HO. Tratamiento dk la fibbrk gástrica pituitosa.
de las contraindicaciones, pues la única esperanza de El tratamiento de la fiebre pituitosa, cuando no ofre
salvación, que muchas veces consiste en el emético, ce signos de la diátesis inflamatoria, que so compli
no debe sacrificarse por vanos o ligeros temores. En ca raras veces con ella, exige los resolutivos para re
un caso urgente, las bernias, quo son susceptibles de mover las viscosidades glutinosas de las primeras
reducción, y que pueden mantenerse reducidas mien vias, y el emético para evacuarlas. Algunas veces,
tras obra el medicamento; el temor déla reproducción después de haber empleado en los intervalos los in
de unaantigua hemolisis; la dificultad de respirar; la cisivos, tales como el cocimiento de grama, dedien-
sensibilidad vjva del estómago; el embarazo, la in te de león, de achicorias, de flores de árnica; y Ioj
fancia ó la vejez, no son contraindicaciones suficien resolutivos, como la sal de amonhoo y el tártaro
tes para dejar de administrar los vomitivos. En los ca emético, á dósis refractas, es nceesurio volver á ad
sos menos graves, pero con las mismas circunstancias, ministrar el vomitivo. La capa glutinosa que rodea al
es preferible usar los purgantes. Sin embargo, no estómago, y en su consecuencia la menor sensibili
pueden reemplazar á los eméticos cuando están in dad de sus nervios, hacen nula la acción de los re
dicados, y el vómito no puede causar una debilidad medios; y los antimoniales, bajo este aspecto, son
mayor que la que produce la diarrea lenta y escesiva, mas eficaces que la raíz del Brasil. En seguida es
que sobreviene por descuidar esta indicación en las preciso evacuar de los intestinos la pituita ; pero la
liebres gástricas. La turgescencia de las primeras vias pronunciada tendencia á las diarreas colicuativas im
se pronuncia algo tarde, y exige también con dema pide el empleo de los purgantes enérgicos. Se pres
siada frecuencia el vomitivo , á menos que no sea cribe, por tanto, el ruibarbo, agregado á la ipecacua
efecto de una inllamocion latente en el abdómen ó en el na, á la sal de amoniaco, al azufre dor&do de anti
tórax, ó que la eslincion casi total de las fuerza» no monio , ó por último , á la magnesia calcinada, y se
se oponga al empleo del remedio. Algunas veces el provocan algunas cámaras con estos laxantes, admi
estómago no arroja mas que una pequeña cantidad de nistrados por arriba ó por abajo. £1 uso de los áci
materia; pero el vómito es seguido de remisión en los dos es inútil, y auu nocivo en esta enfermedad.
síntomas, lo que nos hace conjeturar que los mayores Si la fiebre de que hablamos se complica con el
desórdenes provienen de causas ligeras, ó que la vir principio contagioso y con los síntomas intensos de
tud del emético no consiste solamente en la evacua la fiebre nerviosa, se reduce la afección á su estado
ción de las saburras, sino en una accionjespecial sobre de simplicidad por medio de los eméticos y de los
las nervios abdominales. Nosotros hemos observado cordiales escitantes que hemos dado á conocer (01).
alguna vez, como varios otros médicos, que la lengua También puede aplicarse aquí lo que hemos dicho en
mas seca y abrasada se humedeco bien pronto des el mismo párrafo sobre la administración de la quina:
pués del vómito y adquiere su primitiva suavidad: por muchas veces, administrada en polvo, y sin asociarla
lo tanto, este síntoma no es siempre una verdadera á los escitantes ocasiona ansiedad y molestia. De
contraindicación. sembarazados los intestinos de la pituita , adquieren
Siempre qje se manifiesten njevos indicios de sa mayor irritabilidad, y los purgantes, propinados á dó
burras, debemos diluir la materia viscosa con el uso sis inconsideradas, producen una diarrea funesta. Es
de los remedios salinos é incisivos ; y apresurarnos te accidente reclama los remedios que ya hemos es
á evacuarla por la boca ó por el ano, según las re puesto (07). En la fiebre mucosa no tiene ¡plicacion
glas establecidas (.'¡9 y 6o) , hasta que desaparezcan el empleo tardío del emético, como en la precedente,
sus principales vesligiosó basta que intestado de debi porque las fuerzas, muy abatidas por la enfermedad,
lidad, independiente de csta'causa, nos obligue á va se aniquilarían inevitablemente con una evacuación
riar de conducta. Entonces producen efectos muy sa escesiva.
ludables los antimoniales, administrados á dósis re • Los evacuantes son indispensables en las fiebres
fractas (61), disueltos en una poción salina ó en gran mucosas, pues las colecciones de pituita manticncu
cantidad de suero y dados poco á poco : relajan d a- la enfermedad, cuando no la producen. Wagler elo
i i.-miente el vientre, y escitan ademas la traspiración gia los opiados, unidos á los laxantes, para detener
cutánea. Al misino tiempo se prescriben las bebidas el movimiento fluxionario que se establece en los in
con oximiel, el suero , la lecho de vacas, los jugos testinos. Declara que no puede obtener la cura
recientes de los frutos del verano disucltns en agua ción radical sin los evacuantes, á no ser que la natu
IVia, y se prescriben v reiteran los enemas de la raleza efectúe por si misma la crisis. Estas pueden
misma naturaleza, si el vientre so resiste. anunciarse por sudores, por cámaras y por erupcio
Si después de la evacuación atormentan al enfer nes cutáneas. Se favorecen los primeros y la salida
mo grandes calores, el ácido vitriólico, diluido en gran de los exantemas con el alcanfor unido & los absor-
cantidad de agua fria, los tempera y reprime la cor ventes, á las emulsiones, ó administrado en polvo
rupción de la bilis. Cuando la afección está algo avan mezclado coa azúcar. Si sobrevienen forúnculos, se
zada en su marcha, si ya se han provocado las eva aplican vejigatorios : Wagler aconseja el estrado de
cuaciones necesarias, so emplea con el mejor éxito quina, que considera como muy propio para prote
todo lo que pueda favorecer moderadamente la tras ger la tendencia á la supuración.
piración y mantener la libertad de las secreciones. * Pero es muy importante distinguir dos estados
El tártaro emético á dósis refractas, y disuelto en en esta fiebre; el ■embarazo atónico del sistema di
una poción salina, produce también en estas circuns gestivo, y la irritación. El primero reclama los reso
tancias el mejor efecto, y algunas veces él solo com lutivos, aconsejados por el autor, y hay necesidad do
pleta la curación, si se ha satisfecho ya la indicación recurrirá los tónicos y á les estimulantes para com
de evacuar, batir la estrema languidez de las fuerzas vitales cu un
Después de la espulsion de las saburras, si las re periodo avanzado de la enfermedad. Se agrega á los
misiones se hacen manifiestas y la diátesis inflama amargos de que hemos hablado el agua alcoholiza
toria no se opone al uso de los tónicos, debe admi da; las infusiones de menta, de salvia, de manzani
nistrarse la qu ua. Este medicamento ofrece los re« lla; el cstracto de quina, do cascarilla; lu polígala,
sultudos mas completos, aun sieudo cortas las remi { la asafétida, el espíritu de rninderero, el vinoaoli
BIBLIOTECA ECONÓllICA
monfal, el kermes y el mercurio dulce. Este último diarrea ; ó ya se administran previamente loe resolu
medicamento suele asociarse con los escitantes del tivos , cuando la necesidad lo exige , y se repiten los
sistema nervioso, como la canela, el éter, el almizcle, evacuantes tantas veces cuantas lo reclamen los sín
el alcanfor, etc. El álcali volátil obra con mucha tomas, y las fuerzas lo permitan. Entonces se desem
energía, sobre todo en estado concreto, y se combi barazan los intestinos de las saburras , de la bilis , ó
na también con los antiespasmódicos. El árnica es muy de las lombrices, con el uso del crémor de tártaro,
útil cuando hay tendencia á la adinamia. No deben de la pulpa de tamarindos asociada al suero , con la
despreciarse los escitantes estemos, tales como los adición del polvo de valeriana ó de ajenjos , si existen
vejigatorios y los sinapismos. vermes. Guando la postración de las fuerzas se opone
' No conviene un régimen severo búcia el Un do la á evacuaciones mas considerables , se obtienen gran*
enfermedad, pues clindividúo necesita caldos res de; ventajas de los eméticos á dósis refractas, y com
taurantes, y Wagler ha visto morir maches perso» binados con una poción salina, ó en lavativas con el
ñas á consecuencia- de una dieta demasiado rigo agua ó con el vinagre. Algunas veces sucede (aunque
rosa. es raro) que los purgantes produzcan mejores resul
* El eretismo exige los diluentes, los mucilagino1- tados que los eméticos, y esto consiste en que la co
sos, y algunas veces las sanguijuelas. En otras oca lección saburra! es mayor en los intestinos que. en el
siones la irritación flojíslica se acompaña de una estómago; pero lo mas frecuente es, si bien en un
movilidad nerviosa, que reclama el alcanfor ó el opio, período adelantado de la enfermedad, que se nece
asociados A los antiflnjísticos. El insomnio, la cons site provocar el vómito, si una debilidad estrema no
tipación, el tenesmo, la diarrea, la ansiedad y el vó se opone á ello. El agua caliente no conviene para
mito, son síntomas de irritación que ceden á los dul ayudar la acción del emético , ó por lo menos es pre
cificantes, administrados en pociones, en lavativas, ciso darla en corta cantidad.
etc. El agua fría, y aun helada, mezclada con jugos
* La fiebre mucosa se acompaña casi siempre do ácidos, es una bebida agradable y escelente para cal
la presencia de lombrices en los intestinos, > estos mar la sed. Si los espasmos ó J.is dolores de vientre
animales favorecen, la irritación sin ser causado la contraindican los purgantes activos, deben prescri
enfermedad : se combalen por medio de medica birse los laxantes , y los mas seguros son el aceite de
mentos muy diversos, según las circunstancias. almendras dulces , el de olivas y el de ricino ; pues
* En la epidemia deGcetlinga eran eficaces todos son vanos los temores de que estos aceites se enran
los vermífugos, y en generadlos remedios no ejer cien por el calor animal ó por su mezcla con la bilis.
cían acción alguna sobre los veimes, que eran arro Nosotros hemos tenido ocasión de esperimentar la
lados naturalmente por un esfuerzo critico. Los amar utilidad de una mistura compuesta do aceite, de tár
gos no eran útiles mas que al fin de la afección, pa taro emético y de una corta cantidad de agua y de
ra fortificar las primeras vias, y entonces favorecían mucílago de goma arábiga: este remedio, adminis
la espulsion de las lombrices. Baglivío habla de una trado de hora eiihora, laxa con siiavidad el vientre
epidemia de fiebre pútrida maligna, con foco vermi en les personas muy sensibles, y calma los cólicos
noso., en la cual el vino solo era el antielmíntíco producidos por la acritud de las materias fecales. En
eficaz. algunas ocasiones , durante el curso de la enferme
1H. Tratamiento de la fierre gástrica nervio dad, se deposita en los intestinos una nueva cantidad
sa.—Ya hemos espuesto 'el tratamiento de la liebre de siburras , que reclaman la repetición de los pur
plstiica nerviosa (94, 96 y 97): pero es do la mayor gantes : entonces se llena esta iudicacion con una
importancia distinguir si es simple ó complicada, poción salina ó con el suero, agregándoles el tártaro
poique no está libre de asociarse á la diátesis infla estibiado á dósis refractas, y administradas per epi-
matoria, ni exenta de carácter contagioso, que la ha crasim. Mientras mas predominen el carácter conta
ce muy maligna - La corrupción do la materia acu gioso y la postración , mayor debe ser el temor de que
mulada en el abdomen es en ciertos casos tan con los purgantes sean perjudiciales.
siderable, que, á la manera de los venenos, por el Ya hemos determinado (94) los casos en due deben
solo contado de luí nervios ó por la absorción, que propinarse los ácidos minerales en estas liebres. Se
la lleva á la masa sanguínea, ataca como el principio consigue con ellos escelentes resultados, cuando el
delétereo del contagio al sijtema sensitivo, y produ calór y la corrupción de la bilis son considerables,
ce los principales síntomas de la fiebre nerviosa. El á no ser que la diátesis flojística no repruebe su
arte posee auxilios mas eficaces, y el uso de los eva uso. Pero no esperemos grandes efectos de este re
cuantes es mas seguro cuando la afección viene acom medio en las segundas vias; pues si su reputación es
pañada del carácter contagioso (I), tan estensa, lo debe á las hipótesis de la putridez.
Se principia por examinar las causas, á fin de ale Los ácidos minerales son nocivos, cuando las fuerzas
jar de ellas al enfermo. En seguida debemos lijar están aniquiladas; y muchas vetes.á pesar de estar
nuestra atención sobre el tiompo que ha durado la muy dilatados, han producido, por su-uso imprudente,
fiebre , sobre el estado de las fuerzas , y sobre la la flogosis de la garganta.
constitución del año : asimismo debemos procurar que Luego que han desaparecido los síntomas esencia
haya el mayor aseo en torno del enfermo , que les de Tas saburras gáslíicas, podemos usar con buen
respire uu aire puro , y que se abstenga do los ali éxito la quina, si no existe ningún indicio de infla
mentos que favorecen la corrupción en las primeras mación latente, y si la marcha evidentemente con
vias, sobretodo si son de sustancias animales. Las tinua de la liebre no se opone al empleo de esta sus
impurezas gástricas, que han producido ó que acom tancia. Pero no aprobamos el elogio que se ha hecho
pañan la enfermedad , deben ser espelidas, tan luego de ella, ni su administración en todos los enfermos,
como estén dispuestas A la evacuación, por medio de después do la evacuación de las saburras. En cir
un emético antimonial, ó de la ipecacuana , si hay cunstancias dadas, este medicamento es el sosten
de las fuerzas »n los individuos débiles ; mas el vi
/I) Frank creeqUc la fiebre gástrica puedo simular la fiebre no y los cordiales tienen mayor eficacia, cuando la
ner»iosa, es decir, dar i usar » U ailinamia y i la ataxia. Estamos fiebre continua no procede de una intermitente,
muy dislantei ile combatir su opinión, que es la de los antiguos; cuando al menos no se observa una remisión ma
perii remitimos :l nuestros lectores á la nota inserta en el párra
fo 100. G. nifiesta, ó cuando el pulso no está blando, y se nota
DE MEDICINA Y CIRUji*.— FRANK. 13
un celor encendido en las orinas. En estos casos ates poco abundante; bebidas acídulas, copiosas ; escoja
tiguan los nocivos efectos de la quina un:i ansiedad mos una habitación cu la que se respire un aire
considerable y una grande dificultad de respirar. Las puro, templado, y administremos los remedios apro
consideraciones que acabamos de esponcr ; el genio piados al elemento inflamatorio, á las saburras (109).
de la epidemia reinante, y un examen prolijo de todo Algunas vsces reinan liebres epidémicas con sín
lo que ¡u procedido, deben servirnos para arreglar tomas inflamatorios, que acompañan á una enfermedad
la administración de esta sustancia; y entonces es preci local de los ojos , de la garganta , del pecho , \á una
so no limitarse á prescribirla|'.'n corta cantidad, sino afección reumática catarral, á la disentería, á diver
darla en dósis suficientes y proporcionadas í la gra sos exantemas , al sarampión, á la viruela, ote. Estos
vedad de la Afección. Ya hemos espuesto en otra síntomas parecen tener mas valor que los accidentes
parte (94 y 07) lo que exige la fiebre simple y pura gástricos, y el tratamiento exige en pran parte, según
mente nerviosa, y los grandes resultados que ofrecen las apariencias, una sangría copiosa. Pero después
el vino, los vejigatorios, el alcanfor y otros cor de practicada , adquiere la fiebre un acrecinvento
diales. notable , mientras que suele terminarse con prontitud
1 12. Tratamiento de la fiebre gástrica inflama por un abundante vómito de bilis muy amarga, aun
toria.. —La complicación con el genio inflamatorio so antes de haberse hecho la primera ó h segunda san
cura, según las reglas espuestas en otro lugar (62) gría. Nosotros hemos observado algunas epidemias
para la fiebre intermitente, teniendo en considera de este género, y hemos visto muchas anginas, oftal
ción la especie & que pertenezca. La fiebre inflama mías y peripncumonias de naturaleza biliosa. Los
toria pituitosa no escluye la sangría, pero produce médicos poco observadores trataban el elemento in
malos resultados una gran pérdida de sangro. Lo flamatorio, que era aparente, por medio de abun
mismo sucede con la gástrica nerviosa ú contagiosa, dantes sangrías , ignorando el carácter de la consti
cuando ataca de improviso á un sugeto joven y pic tución epidémica y la causa de la enfermedad ; pero
tórico, ó cuando viene asociada á una lesión esterna, una gran mortandad, que era obra del arle , desen
lié aquí las reglas que han de tenerse presentes para gañaba bien pronto á los prácticos, no sin esparcir
el tratamiento de todas las demás. Es preciso tener el terror por todas partes, fío en todas las fiebres
en consideración el predominio del elemento infla bilíoso-inflamatorias constituye siempre la sangría el
matorio, ó del elemento gástrico, sin olvidar las sa punto esencial del tratamiento, ni en todos los casos
burras. La sangría dibe preceder á los evacuantes, se puede diferir con seguridad la administración del
sobre todo si existe una flegmasía en cualquiera vis emético hasta la entera desaparición de los síntomas
cera; pues si no se satisface osh indicación, la in inflamatorios.
flamación, exasperada por el emético, vendría á ser En las liebres gástricas, combinadas con la diátesis
mortal. Es indispensable, por tanto, practicar la san sanguínea, la misma naturaleza provoca, comunmente
gría desde el principio, y repetirla según la violen hácia el lin i\¡¡ la enfermedad , sudores saludables.
cia de los síntomas. De. cuando en cuando se prepa Luego que ha desaparecido la oscitación gástrica y
ran suavemente las materias tenaces del estómago y la inflamatoria , se sostiene esta pserecion por medio
de los intestinos ó la evacuación por medio do los de diaforéticos, de pociones salinas, del vino antimo
resolutivos, tales como el nitro, la sal amoniaco, el nial, del rob y de la infusión de saúco. Si se efectúa
crémor de tártaro, el suero, asociado á la pulpa de ta al esterior una metástasis favorable , las aplicaciones
marindos, y otros, y se procurará ademas laxar el emolientes y anodinas favorecen la supuración del
vientre todos los días con el uso de los enemas. Pero tumor. Cuando esto va á establecerse en una viscera
es menester mucho cuidado para no dejarnos enga ó escita nuevos síntomas de mal agüero, se emplea,
ñar por una apariencia inflamatoria , porque entou pero sin olvidar el carácter primitivo de la enferme
ees, á la evacuación si nguínea, seguiría la postración dad , la sangría, los evacuantes , los vejigatorios y los
de las fuerzas, que quizás no podríamos luego reani demás remedios.
mar. En los casos dudosos, debe practicarse la san 1 13 Convalecencia bi: las fiebres gástricas.
gría en presencia del médico, el cual observará si La debilidad, que persiste después de la afección,
el pulso se eleva durante, la emisión; si asi sucede, exige remedios y un régimen diferentes , segun él
puede sacarse con seguridad mayor cantidad de san carácter variado y la diversa naturaleza de la enfer
gre. Las cualidades de este líquido, aun examinado medad. Ya reclama los evacuantes suaves, mezclados
en pequeño volumen; el genio do la constitución con los tónicos , como la infusión de ruibarbo con el
reinante, y e! conjunto do los síntomas, ponen al mé cocimiento de quina ; ya este cocimiento solo, ó los
dico en estado do saber lo que puede intentar toda amargos y los marciales , cuyo uso no está contrain
vía. Sin embargo, hay circunstancias en que el pulso dicado, aunque la lengua presente una capa mucosa,
se desenvuelve apenas, después de operada la san la boca conserve algún resto de amargor, ó. quede
gría, y con todo, la necesidad de sacar sangre no deja algo de la opresión de estómago ó do diarrea. Al
de ser real: entonces solamente la práctica nos guia, gunas veces conviene dar el elíxir vitrióli:o con la
pues las palabras, los preceptos que pudiéramos dar, quina y un vino generoso; pero los enfermos, que lian
no servirían de nada, siendo ademas imposible esta sufrido la complicación inflamatoria, no se someten
blecerlos. Pero ordinariamente la indicación es muy sin inconveniente á la influencia de los tónicos. Al
manifiesta; y cuando es trgonte , nosotros la llena gunos sienten un grande alivio con la aplicación de
mos con valor, sin temor la reabsorción de las ma vejigatorios en diversos puntos, ó con el estableci
terias gástricas. miento de un fontículo. La calma del espíritu, la dis
Después de haber clmado la intensidad déla liebre tracción, un ejercicio proporcionado á las fuerzas
y del estado inflamatorio , se trata la enfermedad aire del campo, son útiles á todos.
como una fiebre gástrica simple (t09). Pero no ol
videmos que el genio inflamatorio que acabamos de GENERO TERCERO.
apaciguar no se disipa enteramente, ni aun después
de haber pasado mucho tiempo: por la tanto, la cs> fiebre continua inflamatoria.
citación mas leve, dependiente de un error en el ré
gimen ó en el tratamiento, la reproduce con celeri- 114. Hay otro género de fiebre continua, depen-
cribamos, pues, una nlimení • diente del aumento de la irritabilidad y de la acción
80 BIBLIOTECA ECONÓMICA
del corazón y de las arterias , cuya marcha, mas con- bien podemos ce nsiderar como general , no da lugar
tinua, inspira serios temores , y que liemos tenido á ningún síntoma aparente de inflamación ; pero
que nombrar muy i menudo, á causa de su frecuente cuando se concentra sobre uno ó varios órganos , se
complicación cpn las demás : luí es la fiebre inflama presentan los síntomas propios de las flegmasías. El
toria. asiento de la inflamación, ó si se quiere , de la irri
115. Aparece en todas las estaciones, especial tación , que es como su preludio , varia según la na
mente en la primavera y durante el frió seco del in turaleza de las causas predisponentes ú ocasionales.
vierno; algunas reces se presenta también bajo la Ataca á la cabeza en los niños, en las personas en
influencia de los calores quemantes del estío. Atacá á tregadas á trabajos mentales, ó que podecen violen
los hombres entregados á una vida mole, á los sugetos tas afeccioues del alma : todas las pasiones atraen
jóvenes, pictóricos, dotados de una fibra fuerte é irri también la acción morbífica sobre el centro circula
table, sin que por eso perdone a las mujeres, los niños, torio y sobre los grandes vasos ; los escesos en el ré
ni ninguna constitución, sana ó enferma. Reina con gimen la dirigen hacia el estómago , ó hacia el útero,
predilección en las colinas, en los lugares secos, es- cuando esta viscera se halla fatigada por una mens
puestos al norte; pero tampoco están exentos de su truación difícil , y en general , hácia los órganos
dominio los llanos y los sitios pantanosos, y lo mismo dispuestos á una plétora local , etc. Cuando la irrita
se establece bajo un cielo abrasador, que en las re ción llojislica ocupa varias partes del cuerpo, no es
giones septentrionales (107). en todas idiopática ; muchas veces principia por uno ó
1 16. Síntomas.—Esta liebre invade por lo eomun por dos órganos , desde donde se propaga á los de
súbita ó inesperadamente : abre la escena un escalo- más simpáticamente. Según la mayor parte de los
trio muy intenso, algunas veces lisero ó nulo , es se autores , la irritación en la sínoca se establece prin
guido de calor quemante al tacto, que después se cipalmente en el corazón y grandes vasos, ó deja se
moilera , aunque la temperatura se eleve al mas alto ñales manifiestas de su "presencia 118). No puede
grado. El pulso es frecuente, vibrante, fuerte y duro, desconocerse la irritaciou del sistema circulatorio en
muchas veces oprimido por la superabundancia de la ¡noca ; pero, en la mayor parte de los casos , es
sangre, por el espasmo ó por el dolor. Hinchazón y sintomática déla déla piel, do las articulaciones,
rubicundez general de la piel , sobre todo de la cara; del estómago, del pulmón, del cerebro, etc.
encendimiento y brillantez de los ejos; sequedad de 117. El movimiento impetúoso, la reacción del
los labios y do la boca; lengua húmeda al principio, corazou v de los vasos, pueden depender de una ir
árida y roja después; sequedad estreina de la nariz; ritación simple, ó como en la viruela y en el saram
abolición casi total del olfato y del gusto; sed inten pión . de una materia que cousiituye por sí otra en
sa ; cefalalgia lija, algunas veces sin que haya sabor fermedad, ó que es su producto ; y de aquí resulta
desagradable en la boca; se presentan náuseas, re una fiebre inflamatoria complicada. No siempre es
gurgitaciones de alguna duración, ó vómitos. Respi aguda esta liebre; eu muchas ocasiones puede tener
ración apenas difícil, pero frecuente, atihelosa y ca origen de una irritación prolongada , y adquirir un
liente; pesadez y laxitud en los miembros. Los niños carácter de cronicidad y de lentitud , como sucede
so sumergen en un estado de somnolencia, ele letargo, en la mayor parte de las fiebres héclicas. Pero tara-
ó son agitados por convulsiones; los adultos se ven bien se presenta con frecuencia la inflamación sin fie
atormentados por el insomnio , por pesadillas y por bre general , y por eso la fiebre inflamatoria aguda se
un doürio frenético , con palpitaciones fuertes del pioiluceyso borra, unas veces sin ningún sínloma
corazón y de las arterias temporales. En las personas aparent; de flegmasía , y otras acompañada de una
irritables se observan también saltos do tendones y inflamación local manifiesta.
movimientos convulsivos. Las orinas son srdientes, 118. Causas. —Todo lo que sea capaz de .provocar
escrutadas en corta cantidad , encendidas ó rojas; contracciones violentas en el corazón y en las arterias,
deyecciones secas y difíciles ; traspiración easi nula puede determinar la fiebre inflamatoria eu las perso
(otras veces la habitual), y hemorragias nasales. La nas predispuestas. Solamente el ejercicio prolongado
sangre esl raída de la vena es mas roja y consistente; la ocasiona con prontitud en los individuos mas ro
pero al cabo de algunos dias se cubre de una costra bustos , y :1 mismo efecto producen las sustancias
densa, amarillenta, sólida, y forma un coágulo pesa que ejercen uua acción especial sobre el corazón y
do, que nada cu una serosidad abundante. los vasos.
La lienre sigue su curso impetuoso , y en poco tiempo Las espericncias ensayadas sobre las arterias, de
se termina por grandes sudores, por orinas tur muestran que su tejido está dotado de poca irritabi
bias, que depositan biun pronto un sedimento abun lidad ; pero cada órgano tiene su sensibilidad propia,
dante ; ó en fin, por una hemorragia nasal copiosa, que aunque no se resiente por la acción de los mas
y entonces constituye una fiebre efémera, simple ó enérgicos escitanles, se desenvuelve por un estímulo
prolongada , de naturaleza inflamatoria , sanguínea. menos activo , que no podemos apreciar ni por medio
Otras veces, cuando es producida por causas mas de nuestros sentidos ni por el análisis químico. En
intensas, es mas larga su duración , y se estiende las fiebres inflamatorias violentas , con agitación es
hasta el dia sétimo ó el uoveno ; el enfermo esperi- trena def corazón y de las arterias, hemos visto por
meuta una exacerbación á la entrada de la noche , y la primera vez una rubicundez oscura é inflamatoria
por la mañana una remisión , que se acompaña de un en la superficie interna de estos vasos , v aun en los
suave sudor. Si un tratamiento mal dirigido , ó si el de todo el sistema venoso. Después liemos tenido
uso de los estimulantes y de los sudoríficos no exas ocasión de demostrar ¡ en iguales circunstancias,
peran la enfermedad , y no la conducen, bajo la apa flógosis parciales, especialmente en la aorta : lo que
riencia de una liebre nerviosa, á un fin funesto , se prueba la irritabilidad del sistema arterial y venoso,
termina felizmente como la fiebre efémera. estilado por c.-tímulos internos.
* Los síntomas que caracterizan la fiebre inflama La materia irritante , formada en la sangre , ó con
toria anuncian evidentemente la irritación del tejido ducida per este líquido , á consecuencia de la supre
cutáneo, del sistema circulatorio, del encéfalo, del sión de la traspiración por el viento norte , p*r una
estómago , «le los órganos respiratorios , de las arti bebida ó baño fi ¡o , por vestidos demasiado ligeros;
lles, de los músculos , de las vias urinarias. un principie reumático, artrítico, contagioso, vene-
uncfi mu rul/ir, t n ..'.> n\n v lac I-. . , . i . i r I ! I 1 1 1.
DE MEDICINA Y CIBUJÍA.—FRANK. 81
son el origen mas común de la fiebre inflamatoria. vimiento de este sistema; destruye también la ple
* La causa de la sínoca puede muy bien residir en nitud, la opresión, el espasmo de los vasos, y modera
la sangre , como lo cree nuestro autor ; pero en el el. calor que resulta de estas causas; devuelve al apa
mayor número de casos proviene esta fiebre da la ir rato circulatorio la libertad do sus funciones y la
ritación producida en los órganos sometidos á la ac actividad que preside i las secreciones; favorece la
ción de la causa. Asi, por ejemplo, las bebidas espi reabsorción de la sangre, de la linfa y de la cerosidad
rituosas obran algunas veces por su mezcla en la masa estancada en el tejido celular; en fin, por su influen
sanguínea ; pero lo mas frecuente es que la irritación cia, todas las escreciones recobran su curso. La san»
que determinan en el estómago sea la que despiel te gría obra instantáneamente, y en un sitio distante de
la irritabilidad del sistema sanguíneo. aquel en que se practica, una revulsión, muy útil
También pertenece á las causas de la sinoca todo lo en ciertos casos. Se ha dado á este efecto demasiada
que ponga en acción al sistema nervioso, como las importancia, puesto que no puede someterse un ser
afecciones escitantes del alma ; la escesiva aplicación; viviente á los cálculos matemáticos. Respecto al lugar
un dolor intenso y sostenido ; las vigilias prolonga, en que se abre la vena, hácia el cual acude lasangre
das; diversas lesiones; la retención de unaescrecion en mayor cantidad, produce la sangría una derivación
natural ó habitual por la nariz , los intestinos ó el momentánea. fPor ultimo, disminuye las fuerzas del
útero; los baños muy calientes; la insolación , y otras cuerpo demasiado considerables y que conspiran á
causas , pueden producir una liebre inflamatoria muy su pérdida. Está, pues, probado que la sangría, ver
aguda , ó una inflamación local. daderamente indicada, es uno de nuestros mejores
HO. PmwosTico.—Esta fiebre, cuando es sim remedios; pero jal mismo tiempo nada hay de que se
ple, no presenta gran peligro, si se acude á tiempo abuse tanto en medicina.
con los remedios oportunos y sabiamente adminis * El autor, al recomendar las sangrías revulsivas
trados : con mucha frecuencia la naturaleza por sí ó derivativas, reconoce evidentemente que en la fie
misma la termina por una abundante hemorragia bre inflamatoria la irritación afecta especialmente
nasal, convirtiendo en efémera la enfermedad , que ciertos órganos. El sitio en que se opere la sangría
podría ser larga y aguda. Favorecida la hemorragia debe variar, según la parte afectada. ¿Ataca la irrita
(que puede presentarse por varios puntos) por un su ción á la cabeza? Pues se sangra desde luego de
dor abundante y por una orina sedimentosa, disipa or la vena del pie; luego de la del brazo ; en seguida de
dinariamente la enfermedad en un período mas avan la yugular, ó de la arteria temporal. ¿Se encuentra en
zado, como)en él día sétimo ó décimoprimero. Algunas el vientre? Se sangra del brazo ; la sangría del pie
veces la violencia de la fiebre ó la de la irritación seria en este caso atractiva, y solamente conviene en
local resuelvo rápidamente el infarto inflamatorio de los casos de supresión délas reglas. No continuaremos
las visceras, y la gangrana, ó una hemorragia interna, mas allá este análisis , pues todo el mundo conoce
arrebata al enfermo de improviso. Existe en esta en el tratamiento de las fluxiones.
fermedad una tendencia especial á las metástasis La indicación de la sangría se desprende de la in
supuratorias , y es probable que se efectúe por los tensidad de los síntomas y no del estado de la costra
poros de los vasos una trasudación de linfa coagula flojística de la sangre. Mientras mas nos apresure*
ble y semipurulenta qye se deposita en el tejido ce mos á abrir la vena desde el primer momento de la
lular adyacente, y que siendo reabsorbida y no pu- enfermedad, mas eficaz es la operación. Sin embar
diendo convertirse en pus loable, dé origen á abscesos go, se puede practicar esta con seguridad en época
repentinos formados sin inflamación local,', al sedi mas avanzada, y aun en todos los períodos, si los sín
mento copioso y purulento de las orinas, y á las de tomas lo indican: y no está exento do inconvenientes
yecciones de naturaleza semejante. A veces sobre el retardar ó suspender aun por una hora, el uso de
viene un tumor flemonoso en los testículos, que no este remedio, después del tercero ó del cuarto dia,
sotros hemos visto terminarse con rapidez y de un ya sea por efecto de una hipótesis cualquiera', ó á
modo funestoipor^un derrame sanguíneo en el pecho. causa de la aparición de los menstruos, de la edad
En fin, las anginas, los abscesos del pulmón con ten tierna ó de la vejez.
dencia á la tisis, alguna que otra vez una erupción La cantidad de sangre que ha de estraerse estará
miliar, sobre todo blanca, dependen comunmente de en relación con la edad, el sexo, la constitución del
una crisis imperfecta, y lo mismo acontece con di individuo y con la intensidad de la enfermedad. En
versas afecciones nerviosas que proceden de una me general, deberá ser mayor cuando esta fiebre se
tástasis sobre los nervios. acompañe de una flegmasía manifiesta, sobre todo de
120. Tratamiento.—El tratamiento de la fiebre la de un órgano noble. Los niños soportan difícilmen
inflamatoria complicada se ha espuesto ya en los te las emisiones copiosas, y es preferible en estos
párrafos anteriores, y será desenvuelto mas adelante casosemplcar las sanguijuelas ó las ventosas escari
al examinar las demás enfermedades. Las principales ficadas. Las evacuacionts locales, después que la
indicaciones que hay que satisfacer en esta fiebre sangría general ha calmado la impetuosidad de la
consisten en reprimir con prontitud la reacción del fiebre, no dejan de ser muy útiles, aun en los adul
sistema vascular y la impetuosidad de los humores, tos atacados de una flegmasía propiamente dicha; pues
templando con bebidas abundantes, diiuentcs y ací desingurgitan los vasos de la parte inflamada, y disi
dulas, Ja efervescencia de la sangre que irrita los pan el espasmo, la tensión y los dolores (I). La san
vasos; en apartar con esmero del enfermo toda causa gría corta tiene muy poca eficacia en la liebre infla
estimulante: en escitar con suavidad hácia el fin de matoria, aunque se repita muchas veces. Cuando es
la afección las escreciones, por medio de las cuales suficiente practicada en una sola vez y por una an
inténtalas crisis la naturaleza; y en fin , en destruir cha abertura, sofoca la afección con mas seguridad
los efectos de los movimientos desordenados , ó en que la emisión interrumpida y prolongada de mayor
combatir las enfermedades que son consecuencia de cantidad do sangre.
la fiebre inflamatoria. (1) Igualmente convitnen para eombatir las simples irritaciones
La sangría abate poderosamente la reacción del viscerales, pues estas irritaciones son el principio de las flegmasías
corazón y de los vasos: pues disminuyendo la masa que tanto agravan la fiebre. Después de las evacuaciones generales ,
del fluido que debe ser impelido por el corazón y las producen efectos maravillosos, especialmente en las irritaciones
arterias, debilita la causa de la irritación y del mo gástricas. Su uso está sujeto i las mismas reglas que el tratamiento
de las fluxiones.
82 BIBLIOTECA ECONÓMICA
Pero los mismos síntomas no oxiden siempre un imprudente administración de los estimulantes, la
evacuación copiosa en todas lu epidemias, y el trata- ' chispa, oculta entre las cenizas1, vuelva á producir un
miento de la fiebre inflamatoria no consiste en sacar ' incendio. Los exantemas qtie se presentan en la piel
sangre sin reflexión ni medida. Es muy peligroso de á causa de estas desgraciadas tentativas del. arte, no
jar salir este líquido hasta el síncope, y no debemos traen ningún alivio, y anuncian el paso á la fiebre
tampoco esperar á ver en seguida cl«fecto de la san nerviosa.
gría, ni apresurarnos á repetirla sin una necesidad Si sobreviene una hemorragia nasal, no debemos
roal. La cantidad de sangre que debe evacuarse no contenerla con los astringentes, ni con ningún re
se puede circunscribir en un número determinado de medio directo, & no ser i|ue aniquile las fuerzas.
emisiones; pero es preciso tener presente que. aun Los vejigatorios no tienen logar en el tratamiento
en las enfermedades de carácter flojistico, reclama de esta fiebre, cuando no ha esperimentado ninguna
la naturaleza hácia el fin un cierto grado de fuerzas, alteración en su naturaleza. Es una ilusión esperar en
y cuidar mucho de que la lanceta no arrebate á el hombre vivo algún auxilio de la propiedad disol
aquellos que hubrieraquizás perdonado laenfermcdad. vente de las cantáridas; es una idea tan frivola, como
Los refrige(«nles no tienen en el cuerpo una ac la del espesamiento do la sangre en circulación. Sin
ción semejante á los resultados de la disolución de las embargo, si las fuerzas abatidas por copiosas emi
sales neutras, efectuada fuera de la máquina viviente. siones sanguíneas, ó por utra causa no inflamatoria,
Con todo, las sales neutras y los ácidos vegetales reclaman la aplicación de los epispáslicos ; si lo exige
producen muy buenos efectos en estas fiebres, des el delirio intenso con debilidad en el pulso, ó si lo
truyéndole! espasmo y removiendo los obstáculos que ordena una flegmasía aliviada ya por las sangrías
se oponen á los movimientos del corazón, y al mismo generales, no repugnamos los vejigatorios que mode
tiempo moderan la temperatura. Nosotros prescribi ran los espasmos y escitan el sudor. Por lo demás,
mos con frecuencia durante el día, y en un cocimiento producen mejores efectos en el adormecimiento y en
de cebada, de avena, ó simplemente en agua fria, la el delirio las escarificaciones y las ventosas al occipu
sal de nitro á la dosis desde dos dracmas á media cio, las sanguijuelas detras do las orejas, en las sie
onza (8 á J5 gram.); mayor dósis apenas pueden so nes, en las narices, y aun la sangría de la yugular,
portarla las personas muy robustas. La irritabilidad si las fuerzas lo permiten.
del estómago suele contraindicar el uso de la sal de La corteza del Perú, preconizada por varios médi
amoniaco, y nosotros preferimos el polvo temperan cos, no es en esta fiebre un remedio inocente, sino
te (M), los jugos recientes y acídulos de los frutos de en un pequeñísimo número de casos. Las mism¡is fie
estío, el crémor de tártaro, el vinagre con el agua y bres intermitentes, que participan algunas veces del
la mi?! bajo diversas formas. No hay bebida mejor ni genio inflamatorio, adquieren muy comunmente con
mas agradable que el agua fria, á no ser que prohiba el uso de la quina, el tipo continuo: y en la enferme
su empleo un esceso de tono en el corazón y en los dad que nos ocupa, si no se manifiesta" una grande re
vasos (2). misión, ó un abatimiento sensible, los corroborantes
Todos estos medios son ineficaces para templar el y todo lo que reanima las fuerzas, que son escesivas,
calor, si el enfermo no está rodeado' de una atmósfera no pueden menos de acarrear fatales" consecuencias.
pura, de una frescura suave y moderada. En las in El tratamiento de los abscesos, producidos algu
flamaciones gravos, sobre todo en las de los pulmo nas voces por una crisis imperfecta de la fiebre infla
nes, el contacto de un aire frió es peligroso para estos matoria, es fácil de concebir, teniendo presente lo
órganos y para toda h economía; pero el aire tem que hemos dicho en otra parlo (H2).
plado, y el levantarse el enfermo con las precaucio La convalecencia de las fiebres inflamatorias es
nes debidas, son los mejores medios para templar el corta, y el restablecimiento de las fuerzas rápido. La
calor quemante, para moderar la ansiedad, el delirio indicación de los tónicos y de las sustancias nutri
y los demás accidentes de la liebre inflamatoria. tivas es mucho menos urgente, y aun el* uso antici
.. Las lavativs con agtia, con el nitro y.el oximiel, ú pado ó imprudente de los alimentos y del vino pue
con el suero, no son menos útiles y necesarias. Lps de reproducir la enfermedad; bastan, para triunfar de
purgantes no deben administrarse mas que cuando las consecuencias de la fiebre, las fuerzas de la na
existe una complicación de saburras, y estos casos turaleza y de la juventud. El régimen vegetal, los ali
son lós mas frecuentes. Después de las sangrías, pue mentos de fácil digestión, secundados con la infusión
den propinarse la pulpa de tamarindos, el crémor de e» frío de la quina, son los medios mas eficaces para
tártaro con el nitro, disueltos en el suero ó en el agua: restablecer la salud.
este laxante provoca con suavidad algunas deposicio- ' * Los tónicos tto son útiles mas que en los casos
ues durante el dia en que la atonía sucede á la irritación: son en es
Cuando no se notan signos de crisis por sudere», tremo peligrosos en las irritaciones que sobreviven
eS necesario provocarlos, atrayendo el movimiento há- á la fiebre, especialmente cuando tienen su asiento
cia la periferia , por medio de ligeros dianodicos. en la mucosa gastro-intestinal.
Los baños y fias fomentaciones tibias son remedios
poderosos; una poción salina con el vino de antimo
nio, la infusión de saúco y cualquiera otrá bebida lige CLASE SEGIKDA.
ramente caiiente, satisfacen la segunda indicación. üirtu.,
Pero tengamos mucho cuidado en no escitar in
consideradamente el sudor, y temamos que por la *t ¡ : '■< (imii1 Ueh(*t>w.<n¡'9 !.*.<*• te».. IWÚ"«
INFLAMACIONES.
0) POLVO TEMPERANTE i. dC!<ü>:Ítt ui 'U;
R. Crémor de tártaro pulverizado, media onra. . .—15 gram. GENERALIDADES.
Nitro purificado dracena y iuedia= A gram. (frwlcawfírti -.uta* i
Móldese y divídase cu seis partes Iguales. 121. Ha recibido el nombre de inflamación, el
(i) Las bebidas deben variar , scgim los órgmos irritados. Se
ras miieilaginoaas ru lis irriiaeionus del estómago, de los mies- calor, la tensión, el ¡mínenlo de volúmen y do con
linos, de la vejiga; diuréticas, «aliñas y laxtiBtes, en las del pulmón, sistencia do una parle cualquiera, acompañados de
it\ «acéralo, de la piel, ele. G. | dolor fijo, que puede ser ardiente, pungitivo, pulsa
'i
DE MEDICINA Y COUJJÍA.—FRANK.
tivo, gravativo ó nulo; de una coloraciou vire ó roja hacen cambiar el aspecto y aun el método curativo
oscura; de pulso frecuente, lleno, fuerte y duro, otras de la enfermedad.
veces pequeño y concentrado, y aun en algunas oca 12.",. Si las causas de la fiebre inflamatoria diri
siones natural, y de un tumor con tendencia á la gen su acción á un solo punto, y determinan en él
supuración ó á la gangrena. una grande irritación, establecen en ese mismo pan
122. Con estos signos es imposible desconocerla; to una fiebre local, una modificación semejante á la ■
pero la ausencia ríe muchos de ellos es una prueba que, esparcida por toda la ecoiomía, imprime movi
harto débil de que no exista. Muchas veces perma- mientos enérgicos en el corazón y en las arterias , y
ce oculta en una viscera ó en la profundidad de las produce la fiebre general. Así, .en las inflamaciones
partes esternas, que sin haber presentado rubicun primitivas, las cuales en su mayor parte principian
dez, ni apenas tumefacción, se hace el asiento de una siu fiebre, los vasos del punto afectado laten y se
colección purulenta ó saniosa, que ataca las partes agitan fuertemente, y el calor local aumenta antes
blandas subyacentes, y aun los mismos huesos. En la de que todo el sistema vascular participe del orgas
oftalmía crónica, la tisis pulmonar, la peripneuinonia, mo y de la acción. La fuerza vital y la sensibilidad
la gastritis, la enteritis, la hepatitis, etc., no esperi- están manifiestamente aumentadas en el sitio de la
mentau muchas veces los enfermos dolor alguno: y inflamación: asi, el estómago, que en el estado sano
lo mismo sucede siempre que existe una parálisis, 6 apenas se deja impresionar por el aromático mas ac
una afección grave del centro sensitivo; entonces no túo, ó por el alcohol , cuando está inflamado se
tenemos conciencia de lo que nasa en nuestros órga rehace convulsivamente contra una gota de agua
nos. En lio, no en todas las flegmasías se observa la ó del líquido mas inocente. No se puede negar aquí
viveza ni la frecuencia del pulso, ni el desórden de la influencia que ejerce el sistema nervioso: el im»
las funciones d i la parte: asi, para establecer el diag perio de los nervios sobre las arterias y las venas,
nóstico de una inflamación , es preciso no considerar á quienes rodea, se manifiesta suficientemente por la
aisladamente ninguno de los síntomas, sino interro coloración y por la palidez súbita do la cara, la fre
gar á todos en conjunto, á las causas que han prece cuencia del-pulso, el encendimiento délos ojos, la
dido y la naturaleza de la constitución reinante. mirada terrible en el momento de la cólera, y en fin,
423. El carácter de la inflamación varia, según por la acción de los miasmas contagiosos sobre la cir*
sea interna ó esterna, y ocupe la cabeza, el cuello, eF¡ culacion. La disposición al flemón está, pues, en ra
pecho, el abdomen, los miembros 6 la piel; según sea zo}) directa de la sensibilidad del órgano, y en rela
primitiva ó secundaria y dependiente de otra enfer ción do su contractilidad y de su irritabilidad, que es
medad; según se acompañe ó no de liebre intermi una dependencia ríe osla última propiedad vital. En
este estado, una simple picadura de abeja produce
tente, inflamatoria, gástrica ó nerviosa. En estos di
versos casos puede ser benigna 6 maligna; algunas una inflamación local: un grano imperceptible de
veces periódica, y presentar la marcha rápida de las arena ocasiona una oftalmía intensa.
enfermedades agudas, ó la lentitud de las enfermedades Las causas determinantes obran menos á menudo
crónicas. La inflamación puede asociarse á otras afec produciendo una obstrucción que una irritación par-
ciones, ser por lo tanto complicada, ó permanecer en cicular en los nervios, un eretismo en los vasos, que
un estado de simplicidad. Se une, por ejemplo, con se rehacen á su vez sobre los líquidos que contienen.
el principio variólico, morbilloso, sifilítico, reumáti En este trastorno, la misma sangre y la linla coagu*
co, ó catarral, y en estas "complicaciones puede pre lable sufren alteraciones, y se abren paso á través de
dominar ó estar subordinada. Muchas veces adquiere los poros laterales, en el tejido Celular inmediato.
un carácter epidémico, y es muy frecuente y casi Pero no todos los estímulos llevan su acción sobre la
endémica en ciertos lugares. sensibilidad de los nervios, ni sobre la irritabilidad
Según su grado de intensidad, según es superficial de las arterias, y por consecuencia, no todos son sus*
y difusa, ó penetre profundamente y se manifieste por ceptibles de determinar la inflamación. Sin embargo,
debe ser considerable el número de los que, sin inte
un tumor circunscrito, toma la inflamación esterna resar
el nombre de erisipela ó de flemón. Describiremos afectanal con parecer la sensibilidad de los demás sistemas,
prefereueia la de los nervios y la irritabi
on otre parte á la primera. lidad de las arterias: circulando mezclados en la masa
El flemón es un tumor ¡uflamtiUriOj con calor, ru de los humores, producen los síntomas de la fiebre
bicundez oscura y viva, elevado en el centro, y exac inflamatoria, y aplicados con perseverancia sobre un
tamente circunscrito, acompañado de dolor dilace punto determinado, ocasionan la inflamación La se
rante, ordinariamente intenso y pulsativo. Su termi creción del órgano afectado disminuye ó se suprime,
nación mas común es la supuración. En su principio según el grado de la irritación y de" la agitación de
esta afección constituye la flogosis, que no es mas los va'sos. La mas ligera inflamación determina una
que un grado de ella. trasudación abundante de linfa de diversos colores,
Í2i. No es posible dar reglas generales para'diag que se deposita alrededor de los vasos inflamados, y
nosticar la inflamación, pues deben variaren razón en las mallas del tejido celular adyacente: si este hu
de la causa, del sitió y efe la liebre que acompañe á mor no os absorbido con prontitud, viene á ser, ma
esta enfermedad. Con frecuencia vemos que uua fie durado por la escitacion de la fiebre, el primer rudi
bre ¡nflamaioria intensa marcha con ella, aumentan mento del pus.
do la- tendencia á la supuración. Pero euando uua Los que hacen depender la costra pleurítica, obser
causa reumática ó artrítica ha determinado el tumor vada en las inflamaciones, del espesamiento ó de la
fle.conoso; cuaudo se nos presenta en la superficie disolución de la sangre, la consideran como causa
cutánea una inflamación difusa, especialmente si pro de la enfermedad. Pero aunque esla costra , formada
viene de un vicio del sistema bilioso, entonces es por la linfa coagulable , se encuentra comunmente
muy rara la supuración, y poco ventajosa. Si la liebre en las afecciones inflamatorias, no se forma siempre
nerviosa es la que se complica; si la inflamación se desde el principio, y ademas suele presentarse con
apodera con violencia de un tejido niembranoflo, del- demasiada frecuencia en el esta lo de salud mas
do y muy sensible, «n estos- casos es iiuiv común le juzgar como
'""ininacion por gangrena. Por eso las complica- . Ii/Sla. colige
nos introducen el desórden en los síntomas f, y os': Is sangro
84 BIBLIOTECA ECONÓMICA
eslraida de la misma vena en un individuo que pa sidad, que puede coincidir con ella; en una palabra,
dezca una enfermedad inflamatoria, presenta unas una hidropesía aguda ó purulenta, seguida de la
voces una porción coagulada y cubierta del corium; cesación de los dolores y de los síntomas inflamato
otras permanece liquida , y otras no ofrece ninguna rios. En otras ocasiones, la misma sangre se derrama
apariencia morbosa. La sangre de las mujeres emba y acumula en las cavidades esplánicas ó en el paren»
razadas, la cual se saca de una vena comprimida quima de las visceras. Si la inflamación ocupa la su
largo tiempo por la ligadura , adquiere bien pronto perficie cutánea , se desprende la epidermis en forma
una costra muy sólida. Por último, la presencia de de escamas furfuráceas, ó en largas hojas; esta des
este corium no es rara en las enfermedades que no camación es precedida con frecuencia de pequeñas
participan del estado flojístico: por lo tanto, no se flictenas, llenas de una linfa que, cuando se coagula,
puede deducir, sin esponerse á errar, según la in forma costras duras y difíciles de desprender. Por
constancia de este fenómeno , y según las esperien- último , la inflamación aguda puede hacerse crónica
cias hechas sobre la sangre estraida de los vasos , el ó alternar con un derrame de materia purulenta, sin
estado de este líquido en las vías circulatorias. síntomas de ulceración.
Los vasos de la parto inflamada se hacen el asiento 127. La resolución, que no deja ningún vestigio
de un trabajo especial ; por efecto de la irritación se de desórden patológico en la parte , escepto la pre
efectúa en ella una secreción morbosa; la linfa es- disposición á la recaída , es efecto del trabajo de una
perimcnta una alteración, que solamente hubieran fiebre moderada, y supone una constitución saluda
podido producir en el estado normal el fuego, el ble. No sobreviene en días determinados: en las in
aire ó los ácidos minerales. El gluten animal se es- flamaciones violentas, que atacan á un órgano noble,
trabasa, forma concreciones y membranas; por este puede efectuarse después del dia décimocuarto , á
medio establece en pocos días una unión patológica beneficio de repetidas aplicaciones de sanguijuelas y
entre las partes que la naturaleza tiene separadas; las de otros medios apropiados. Sin embargo , comun
encierra en un saco membranoso y vascular, y tapiia mente está la inflamación demasiado adelantada en
el parenquima de las glándulas y de las visceras con esta época, para que esperemos tan feliz terminación,
una materia poliposa , que se vuelve muy pronto só y las escesivas evacuaciones sanguíneas, practicadas
lida , formando así obstrucciones y escirros i'rreso- con este fin, quitan entonces á la naturaleza las fuer-
lubles. jjfcas necesarias para llegar á una supuración loable.
Las causas ocasionales mas comunes de la inflama ' 128. La supuración inminente se anuncia por la
ción son las siguientes : las lesiones mecánicas , las intensidad de la inflamación , que no ha podido ter
heridas, las contusiones, la conmoción, las fractu minar por resolución , cuyo tiempo ha pasado ; por
ras, las luxaciones, los cuerpos estraiios, nocivos por la tendencia específica de la causa irritante á formar
su peso, su volumen, su forma ó sus movimientos; la abscesos , por el hábito caquéctico del enfermo , y
distensión do las fibras, la compresión, la corrosión, por la debilidad de la parte afectada , que apenas se
las quemaduras, los drásticos, los venenos, los humo rehace débilmente. La supuración incipiente se re
res acrimoniosos, sobre todo el principio reumático, conoce por la disminución de la fiebre y del dolor,
morbilloso, etc.; los estímulos químicos, los irritantes sin causa manifiesta, sin ninguna do las evacuacio
sacados del reino animal ó del vegetal, el frió esce- nes que indican la resolución , por los latidos del
sivo . y en fin , las causas de la liebre inflamato tumor, por su reblandecimiento ó por la hinchazón
ria (l). edematosa de la piel. La supuración formada y ade
126. Las terminaciones de la inflamación son muy lantada se acompaña de fiebre continua , que pre
varias. La materia estravasada en el tejido celular senta los caractéres siguientes : horripilaciones des
puede ser reabsorbida , y entonces se disipa la ten pués de la comida; accesos vespertinos, con enrojeci
sión y el espasmo, y se efectúa, por tanto, la resolu miento de las mejillas, calor seco y quemante; remisión
ción. Pero si la linfa, mezclada en la masa sanguínea, con sudores por la mañana; sequedad de la boca, y sed
ha sido alterada por la inflamación, de tal modo que continua , enflaquecimiento , a pesar de que el enfer
apenas participa de la naturaleza de los jugos nutri mo conserva el apetito ; edema de las estremidades
tivos, se evacúa, bajo la apariencia de un humor pu inferiores ; diarrea. Otras veces la fluctuación se ma
riforme, por las orinas, por las cámaras, por los nifiesta, el pus se abre paso al esterior, y se obser
esputos , por metástasis , por sudores abundantes ó van, por último, los síntomas locales, propios del
por exantemas. OtrasTeces, coagulado el humor cerca órgano afectado.
de los vasos inflamados, madurado por un calor suave Pero algunos de estos signos pueden inducirnos á
y continuado, y por el trabajo del órgano, se convierte error sobre la existencia de la supuración , y no to
en un absceso. Luando la materia de este entra en el dos se presentan en un acceso interior. Por eso se
torrente de la circulación , y no es eliminada* como han supuesto tantas veces supuraciones que no han
irritante é impropio A la nutrición , produce la fiebre existido, ó se ha desconocido una vómica que des
héctica. La linfa de que hablamos no se convierte truía la sustancia de un órgano. La salida de la ma
siempre cu pus; puede incorporarse al tejido celular, teria purulenta es una prueba infiel de la ulcera
ocasionar en el sitio enfermo un estado de insensibili ción.
dad y de dureza , que suele ser el principio del es Nosotros llamamos pus i la materia que se en
cirro. Es posible , ademas , que la violencia de la cuentra en una úlcera simple, ó en un absceso fle-
inflamación destruya la sensibilidad y la irritabilidad; monoso : es un humor suave , blanco , opaco, seme
que, on consecuencia, cese la circulación, y que se jante á'una'papilla poco consistente , á una crema de
estinga el calor vital : esto es lo que constituye el leche ligeramenie espesa, (i) El pus es mas pesado
esfacolo, ó la gangrena' si queda aun algo de vida. que el agua, y se precipita un momento después de
Cuando la inflamación se desarrolla interiormente, haberse disuelto en este líquido; exhala un olor sui
suele formarse en la cavidad espláuica de que se géneris, sin fetidez marcada : no se coagula , ni por
trata una colección de pus, ó un derrame de sero- el calor, ni por el frió, ni por el alcohol, sino por una
disolución de potasa. La materia puriforme, que no
(1) Yéise J. Thouson . Tratado modico-quirúrgico de la infla trae su origen de un absceso ó de una úlcera, presen
mación, traducido del inglés, con urnas, par A. J L. ¿tardan t
F. G. Itoiiseaa. Parii, 1817, píj. 18. il) J.rrhomioB, lo», iit, , ptf. 318.
DE MEDICINA T CUUJÍA.— FRANK. 85
ta algunas veces las mismas cualidades ¡ se diferen ganos , las induraciones dependientes de la misma
cia del moco, pero no se asemeja á la materia puru causa adquieren difícilmente este carácter de [ma
lenta . Por la sola violencia déla inflamación, este lignidad.
humor gelatinoso trasuda abundantemente en la sim La induración reconoce por causa la naturaleza es
pie flegmasía del ojo, de los pulmones, de la vejiga ponjosa ó floja del tejido de los órganos inflamados;
de la uretra ; se encuentra en el fondo del agua de los la poca energía de la fiebre ó de m reacción local,
hidrópicos, y los bronquios le segregan también con enervada por el abuso de las sangrías ; la aplicación
abundancia en la tisis pituitosa. Se le distingue del inconsiderada de los tópicos astringentes, ó ana des
pus por la diferencia del tratamiento ; la disolución conocida tendencia de la linfa á concretarse. Este re
alcalina no sirve aquí de ninguna ayuda. El verdade sultado de la inflamación es muy común , como lo
ro pus difiere mucho de la materia puriforme ó pus prueban las dispneas , que siguen á las peripneumo-
falso, aunque uno y otro tienen origen en la serosi nias, la tensión de las articulaciones en la gola , lu-
dad y en la linfa , alteradas por una secreción vicio estrechez de los conductos escretores , del exófago,
sa. Ño se organiza en producciones membranosas ; de la traquea, de los intestinos, de la uretra, etc. , á
ligamentosas ; por el contrario, so asimila á las par consecuencia de la inflamación de estas partes; y el
tes inmediatas, y aun á la piel, y por medio de una endurecimiento, en fin, y la osificación de las arte
operación especifica las convierte en su propia sus rias que dependen de una flegmasía oculta de los
tancia. Reabsorbido en la masa sanguínea, es elimi vasos.
nado por diferentes emuntorios, como la materia pu 130. La estincion del calor vital la abolición de
riforme ; pero puede acarrear una fiebre supuratoria la sensibilidad, de la irritabilidad, de la fuerza tóni
ó héctica, que jamás termina sola la materia purifor ca y de la elasticidad en una parle, que adquiere un
me y sin el concurso de una inflamación crónica color lívido y aplomado; las arrugas que presenta,
En fin, el pus es un escelente vehículo de los mias estando privada del sentimiento y del movimiento; la
mas contagiasos. Algunas veces se forman abscesos atrofia que se apodera de ellas por la cesación de la
falsos en las enfermedades, sin que haya procedido circulación; el endurecimiento y el frió que esperi-
inflamación ni liebre ; si la maduración no se efectúa inenta , anuncian su muerte. Si es incipiente , toma
por medio del calor suave y del trabajo do la parte el nombre de gangrena; si confirmada, el de esfa-
afectada , la materia que contienen es mas que un celo. Cuando la parte se endurece y se deseca como
verdadero pus, un humor puriforme, producido por una momia, la gangrena es seco; cuando la morti
la sola inflamación de los vasos, sin que en ello tome ficación ocurre en un estado de blandura, á causa de
parte el corazón; es decir, siu la ayuda de la fiebre, la superabundancia y de la estancación de ios líquidos
ó por la estancación de la linfa en las cavidades , ó corrompidos, la gangrena es húmeda.
por un vicio desconocido de las secreciones. La desaparición mas ó menos repentina de un do
Hasta que no se halle el modo de distinguir la ma lor muy vivo, de la sensación de ardor y[dc caloren la
teria puriforme del moco y del pus , encontrarán los parte inflamada el cambio del color rojo bermejo en
médicas las mayores dificultades para asegurarse de color de Juego, rojo oscuro, lívido ó negro ; la apari
la supuración de los órganos internos. El diagnóstico ción de listas lívidas en el trayecto de los vasos, ó de
debo establecerse por lo que se desprenda de la con» vesículas morenas llenas de una serosidad amarillo
sideración de las causas y del conjunto de la enfer oscura, sanguinolenta ó negra; la abolición del movi
medad, y para ello se necesita mucha esperiencia. miento arterial y muscular; la esfoliacion de la epi
El pus loable, ó de buena calidad, no puede for* dermis, el refriamiento y el reblandecimiento del tu
marse cu un absceso, ó en una úlcera, cuando las mor, que conserva la impresión del dedo ; el desen
fuerzas vitales del sistema general ó del órgano en volvimiento de gases en el tejido celular, ó el enfi
que se ha establecido la supuración están exaltadas sema: |todos estos síntomas anuncian que lu vida
ó disminuidas. En una inflamación violenta, la úlce abandona al órgano afectado, y que sé declara el es-
ra se seca, y los rudimentos del pus en un flemón se facelo.
convierten en sanies gangrenosa: si la fiebre ó la Lo mayor parte de los síntomas que acabamos de
reacción local es demasiado débil, se segrega un hu enumerar, se refieren á la gangrena húmeda; pero
mor tenue, sanguinolento, acre y fétido, un icor, ó ademas, en esta especie, la mortificación estiende á
un liquido seroso é incoloro. mayor distancia su fatal influencia; la acción del icor
129. La linfa, alterada por la acción morbosa de pútrido sobre los nervios y su reabsorción, pueden
los vasos, estancada en las vias de la circulación ó en determinar una fiebre nerviosa.
el tejido celular adyacente, adquiere algunas veces La gangrena seca tiene una marcha mas lenta; per
una consistencia poliposa ó callosa, se incorpora á manece largo tiempo sin fiebre, hasta que se convier
las membranas y los vasos circunvecinos, llena, obs te en gangrena húmeda, hasta que la parte afectada
truye estas cavidades, estinguo la circulación en las se endurece como una momia, ó se separa espontánea
partes vecinas, ó entorpece su curso. El calor y la mente del cuerpo.
sensibilidad se pierden en los órganos endurecidos; Sobreviene algunas veces en las inflamaciones una
la acción orgánica cesa, y la vida local es interrum asfixia local, semejante á la asfixia general. A la ob
pida por el aumento de volumen ó por el endureci servación toca esclarecer el diagnóstico en esta cir
miento , que reduce la parte á un tumor duro. Hay cunstancia, pues la oscuridad de que se rodea nos
varios grados de induración : el órgano que contiene debe obligar á tratar con toda atención á la gangre
la materia tjerce sobre ella una acción muy diversa. na que no se acompaña de putrefacción.
La tendencia de la linfa á la degeneración que le es Las causas de la gangrena son muy multiplicadas
propia varia, según esté en un estado de estancación y no dependon únicamente de la inflamación. Todo
pura y sin mezcla, ó alterada por un vicio acrimonio- lo que es capaz de servir de obstáculo á las funciones
io. Eu fin, los resultados de la induración son rela de los nervios y de las arterias en una parte, cuan
tivos á la irritación de los nervios del órgano afec do se prolonga por algún tiempo, produce necesaria
tado, y á la del mismo órgano. Las induraciones del mente la muerte local. Así, la gangrena es ocasionada
sistema glanduloso degeneran con facilidad en escirro con lrecuencia• por
i una distensión,
-i una
■ i contracción,
. ■ '
86 BIBLIOTECA KCONÓMICA
el esceso del frió ó del calor; por una acrimonia es á varios órganos de la integridad de sus funciones;
pecífica, sea escorbútica, venérea, pútrida, gástrica, pero no siempre es útil, ni posible: las úlceras con
contagiosa, metastíítica, venosa, etc.; por cuerpos es- tusas y antiguas, los granos de la viruela, los fo
traños; por los irritantes; por un espasmo prolongado, rúnculos, los abscesos críticos estemos , son uua
cualquiera que sea su causa; por un dolor muy vivo, flagrante prueba de esta doble aserción.
por la parálisis, el marasmo, la osilicaciui de las ar Se obtiene la resolución, conforme á lo espues
terias, etc. En estos diversos casos, no existo siempre to en otra parte (120), removiendo las causas deter
la inflamación, aunque algunas veces precede (5 acorn- minantes, calmando el espasmo y la demasiada reac
pufia á la gangrena. ción del órgano inflamado, y disminuyendo la pléto
A pesar de que comunmente la gangrena coincide ra general o local.
con la inflamación, no proviene siempre de ella, ó por Relativamente á las causas, deberemos decir que
■lo menos, la inflamación que la produce no so acom hay necesidad de reducir una fractura, una luxación,
paña constantemente de liebre inflamatoria. Ya tenga una hernia; cstraer los cuerpos estraños introduci
la mortificación su origen de una flegmasía , 6 sola dos en uuaúleera, ó en cualquiera otra parte; com
mente se complique con ella, la fiebre, aunque sea al batir la plétora general ó local, por medio de las san
principio inflamatoria, adquiere bien pronto otro ca grías generales, ó tópicos, con las escarificaciones y
rácter, y degenera ordinariamente en nerviosa (90). las sanguijuelas, con un régimen vegetal severo, con
131. La bidropesía aguda, que sobreviene frecuen las bebidas diluentes y acídulas; corregir y espulsar
temente en las inllamaoiones de las visceras.es pro desde luego los principios acrimoniosos con el uso de
ducida, ya por la violencia de la enfermedad, ya por los remedios apropiados; por último , remover con
el abuso" de las sangrías. Tan pronto como la colec cuidado todo la que puede comprimir ó disten
ción de serosidad, pura ó mezclada de linfa coagula der el órgano inflamado, ó desordenar sus funciones,
ble, ó do saugie, se ha formado alrededor «lcl órgano, las del corazón' y las de las arterias.
esnerimeuta la inflamación una diminución sensible; Principiando así por atacarlas causas, disminuimos
sobrevienen diferente-* fenómenos, según la naturale mucho la violencia del espasmo, que es su efecto, ó
za del derrame, y se agregan á los síntomas de la que se asocia ú ellas. La sangría, repetida según los
liebre, que uo se ha estinguido aun completamente. casos, muy copiosa, pero sin que produzca desfalle
132. Según lo que precede, es fácil establecer el cimiento, practicaba en las partes inflamadas , ó en
pronóstico do las inflamaciones; y uo lo es menos no sus inmediaciones, combate poderosamente la plétora,
tar, por la historia de la gangrena, los justos temores calma la irrilaeion local, el eretismo y la tensión de
que debe inspirar este funesto accidente. La liebre los vasos, y favorece la reabsorción de la materia es
que aleja toda esperanza de supuración; la adminis tancada en el tejido celular. No creemos deb¡r dar
tración demasiado tardía de los remedios necesarios; la preferencia á la artel ¡otomía: muchas veces es una
la complicación con cualquiera enfermedad, aguda ó operación incómoda, y otras peligrosa por la hemor
crónica, con una afección peligrosa por el principio ragia que produce. Ademas, la inflamación no ¿e-
contagioso ó acrimonioso que la caracleriza; la nolu- pende del impulso de la sangre que el sistema arte
ralcza deletérea de la causa determinante, y su acción rial envía, sino do la estravasacion de este líquido
tenazmente prolongada sobre una parte blanda, es en el órgano afectado, y de los obstáculos que se
ponjes», sensible, ó formada por una membrana deli oponen á su vuelta por las venas: por eso las esca
cada, son otras tontas circunstancias fatales. La pos rificaciones y las sanguijuelas devuelven á la circula
tración súbita de las fuerzas bajo el influjo de la afec ción su libertad. Las aplicaciones emolientes, las fo
ción local; la alteración notable de la cara; un grande mentaciones tibias, losbaúos de vapor y las cataplas
escalono; en lin, la desaparición del dolor, coinci- mas, completan la curacion;|estos tópicos convienen,
di.-mlo con la presencia del hipo; de ansiedad; de tanto en las inflamaciones internas y profundas, como
meteorismo, de lipotimias, de enfriamiento de las os- en ias esternas y superficiales.
tremidades, y de diarrea, presagia una terminación Cuando la parte inflamada es do teslura floja; cuan
funesta. Estos síntomas, que tienen menos valor en do la tlógosis es el producto de una violenta disten
las inflamaciones internas, reunidos á los síntomas sión, de una conmoción, del frió glacial; cuando el
locales (130) en las flegmasías e- ternas, anuncian por virus sifilítico, blenorrágico inflama las partes geni
lo común la inminencia ó el principio de la gangre tales, ó cuando una lesión esterna acarréala flegmasía
na, ó iusoiran el temor de uira muerte próxima. El de un miembro, interesando sin nervios; cuando una
peligro es menor tía una afección esterna, cuando no conmoción, una fructura del cráneo amenaza la ence
existe liebro nerviosa, y cuando la supuración inci falitis; en estas circunstancias, después de haber
diente en las partes sanas, ó una inflamación inten desingurgitado los vasos, debe recurnrse á las apli
sa, que circunscribe exactamente el punto afectado, caciones frias, si no es demasiado tarde. También po
hacen esperar su aislamiento. La muerte os casi inevi seemos un esceleute tópico en el cocimiento vinoso
table en uua afección interna. de plantas aromáticas, ó en la mezcla del oiicrato con
133. El tratamiento de la inflamación varia mu la sal amoniaco, y se hace con ellos aplicaciones so
cho, según su carácter (123;, la presencia ó ausencia bre las partes contusas ó relajadas.
de la liebre, y el géuero de esta, cuando la acompa Si hay iuílamaciones que exigen desde el principio
ña, íegun la causa, el individuo, el órgano afectado y los emolientes, las hay también que después de al
la época en que ha principiado la curación. En toda gunas sangrías ceden prontamente al linimento volá
flegmasía, sea interna ó esterna, merecen la mayor til ó á los vejigatorios. Con lodo, nosotros no hemos
consideración ol grado de la liebre, el estado de las observado buenos efectos en estos últimos, mas que
fuerzas y la constitución del año. Las iuílamaciones en la inflamación reumática: no es necesario que
internas exigen con mayor urgencia los remedios, & produzcan la ulceración; pues no produce ninguna fj
causa de la importancia de los órganos atacados; el lidad, y porel contrario, es nociva con mucha fre
ineuor descuido produce en estos Ctsos los resultados cia, por los dolores prolongados y por los espas
lUii» funesto* . q«e ocasionan.
i'.l oUji-to principal dei tratamiento debe ser procu- Cuando un sudor intonso-, ó el escesode sensibili
DE MEDICINA * CIRUJÍA.—FRANK, 87
cir una inflamación, especialmente si es al ¡¡estertor; Así, desde el momento en que se manifiestan los
una gran dósis de opio, después de practicada la síntomas de la supuración, hay que renunciar á las
sangría, y administrada oportunamente, hace abortar sangrías y & los calmantes. Sin embargo, todavía se
la enfermedad. Este remedio goza de la misma elica- puede estraer sangre, si la fiebre es demasiado fuer
cia en las inflamaciones iuteruas ocasionadas por un te para favorecer la supuración, 6 si por su intensi
dolor vehemente, ó por un espasmo prolongado de dad hay sospechas de que se establezca la gangrena.
cualquiera viscera. En el mas alto grado déla inflama Cuando la fiebre es lánguida, se reanima y du á la
ción por causa específica, en el de la gangrena, pro reacción del sistema vascular el grado conveniente
ducida en órganos membranosos, nada hay mas ven para el trabajo de la supuración , con un régimen al
tajoso, después do la sangría, si no está contraindica go mi nos severo, con el uso del viuo y los oscitantes
da, que el opio, asociado á la quina ó al mercurio. ligeros, tanto al esterior como interiormente, pero
Pero este narcótico exaspera constantemente, como administrados con prudencia. Si la escitacion es de
lo demuestra la esperiencia, la inflamación adelanta masiado considerable, bastan los emolientes, y algu
da, y que coincide con una fiebre intensa ó depon- nas veces hay necesidad de repetir las sangrías.
diente de las saburras. Cuando el enfermo está abatido, reanimamos sus
La complicación crni estas últimas exige los eva fuerzas con un calor suave y ligero, y en las flegma
cuantes mas suaves, los que laxan el vientre sin irri sías esternas con la aplicación de las gomo-resinas,
tar, como los tamarindos, el aceito de almendras dul de la cebolla cocida, mezcladas con los emolientes y
ces, el maná, ó la pulpa de casia. En las inflamacio los anodinos; y pn fin, también conseguimos nues
nes simples que no ocupan ni el estómago ni los tro objeto con el uso de la quina.
intestinos, no dejan de ser útiles estos laxantes, ad El médico debe poner toda la atención de que es
ministrados con piudencia, la mismo que los enemas capaz en el estudio de la inflamación esterna y de la
reiterados. supuración. De la misma manera que el cirujano, de
Cuando estos "medicamentos han calmado la infla be seguir las reglas confirmadas por la esperiencia, y
mación, acaba esta por disiparse por sudores ó por cuando la materia no sea susceptible, hacer sabia
cualquiera otra secreción. Con el objeto de favore mente aplicación de ella á la inflamación y á la su
cer estas evacuaciones, so administran pequeñas dó puración de las visceras y á su tratamiento (I). Pero
sis de tártaro eslibiado, unido al nitro, al crémor de es prepíso que obtengamos en estas circunstancias
tártaro ó disuelto en una poción salina. los mismos resultados, pues los remedios estemos
En la convalecencia está comunmente indicado el no conservan su virtud cuaudo so tornan interior
uso esterior é interior do los tónicos. Pero algunas mente: los balsámicos, por ejemplo, no obran de la
veces existe una tendencia latente á las recidivas: misma manera en un absceso interno, aunque comu ■
do modo que es necesario continuar por largo tiem ñique al esterior, que en una ulceración esterna; en
po el régimen vegetal y los remedios propios para mas de una ocasión aumentan la irritación y la fiebre.
moderar la irritabilidad, ó por lo menos conviene Por lo demás, las reglas que conciernen al (rata-
asociar la quina á la sal amoniaco. miento de las supuraciones internas serán espues
La inflamación crónica es muy manifiesta en los tas cuando hablemos de las inflamaciones en parti
ojos, en la garganta y en las demás partes estarnas, cular.
para que pongamos en duila la de los órganos inte 13o. La induración es mas ó menos fácil de re
riores. Nosotros podemos citar, en prueba de ello, solver, según el grado á que haya llegado. En el mas
la flógosis de la traquea, de los bronquios, de la vejiga, alio, los vasos so solidifican, éimpjdcn el paso'á la
de la uretra y del recto , en cuyos órganos se mani sangre y á los resolutivos; la sensibilidad se pierde,
fiesta especialmente por la secreción continua de y la parte queda reducida á una masa callosa; es un
una materia puriforme, sin ningún signo de ulcera órgano estraño á la vida enmedio de la economía.
ción. Esta inflamación, cuyas causas son ordinaria Cuando la dureza es menos considerable, la parle
mente complicadas, reclama un tratamiento también conserva un resto de vitalidad; entonces los resoluti
complicado, y que cspnndrcmos en otro lugar. Lo vos pueden dividir ia materia, y una nueva inflama
mas común es que ceda á los tónicos, pues el uso ción convertirla insensiblemente en un foco supora-
de los relajantes es on ella nocivo: algunas veces se lorio. Con el objetodc resolver el infarto, se emplean,
disipa por una inflamación aguda, quo provocan los cuando tiene su asiento esteriormente, los vapores de
cscitantes. Pero el uso do estos medios no es siem agua libia, del vinagre, de cualquiera infusión aro
pre conveniente, y tenemos que acudir á los baños mática , de un animal muerto rccientemen'é, las fo
tibios ó ú los sulfurosos, ya á los sedativos , ya á mentaciones, los baños reiterados, las duchas con
¡os específicos. También se obtiene la curación por un líquido jabonoso, ó con agua termal, las friccio
medio de úlceras arliliciales, que producen la revo nes mercuriales en el trayecto de los vasos linfáticos
lución de bt materia irritante sobre otro punto. de la glándula obstruida, y, en fin, se abriga la [ar
134. Si la resolución es imposible en un i infla te, se frota con suavidad, y se la irrita • ligeramente.
macion aguda, que se prolonga mas allá del término I!l tratamiento de las induraciones internas no se di
señalado ordinariamente por la naturaleza, conviene ferencia del que acabamos de hablar; pero es mu
favorecer la supuración con el auxilio da la misma cho mas difícil de establecer. Tiene por objeto dar
fiebre, manteniéndola en un grado moderado; con el á los vasos y á los ucrv.'os del órgano afectado la li
uso interior y esterior de los emolientes, y cuando bertad y M vitalidad, y á este fin so ensayan los anti
oxisla un estado de debilidad, con la administración' moniales, los mercuriales, las sales á pequeñas dó
de los tónicos Asimismo conviene abrir paso al pus sis, los jabonosos, la Icchetrezna, la cicuta, etc.
por medio del hierro ó de los caústicos antes de la Pero sea cualquiera el grado de induración, los
completa maduración d<l absceso, ó mas larde, se resolutivos son muchas veces inútiles, y aun nocivos,
gún su naturaleza y su asiento. Es preciso provocar cuando nos obstinamos en irritar la parle con el uso
la abertura espontánea del tumor con ayuda do los de esas sustancias. La materia que constituyejel in
emolientes, de los baños de vapor, de la' posición y farto es frecuentemente un tumor virulento, que ha
'miento. Por último, es necesario limpiar pcrnninecido estacionario durante rtuiclios años, 6 .
irtirio en una úlcera simple,
,'lod. clt. pSg.
¡5
88 BDLIOTSCA ECONÓMICA
que es produelo de una enfermedad. Por efecto de y aplicar fomentos con el cocimiento saturado de esta
los remedios administrados, adquiere un carácter corteza, que es el áncora da salvación.
muy impropio de la suavidad de los líquidos anima Si la gangrena ha sido precedida de un dolor vio*
les; se establece en éi un trabajo, una secreción mor lento y se acompaña de liebre poco sensible, aunque
bosa, que dan lugar á la formación de una úlcera ma sea nerviosa , están eminentemente indicadas las
ligna , 6 á la degeneración cancerosa, en Tez da lie— aplicaciones emolientes, y aun el opio: la dósis de
§ar á una supuración feliz. Haremos conocer to este narcótico debe ser proporcionada á la intensidad
os los peligros que acarrea este tratamiento en el ar de los síntomas, y puede elevarse hasta algunos gra
tículo del escirro y del eáncer. nos por dia. Unas veces se declara esta especie de
Cuando la inflamación deja callosidades en un con gangrena pocas horas después de la desaparición de
ducto escretor, accesible á los medios quirúrgicos, un "dolor vivísimo, aun sin inflamación, y recorre rá
se practica artificialmente su dilatación con el uso de pidamente su curso, bajo la forma de gangrena hú
las candelillas simples ó compuestas, 6 de la esponja meda: otras, y esto es mas frecuente, se manifiesta
preparada; de ese modo se destruyen las desigualda con demasiada prontitud en los pies, no solamente
des y las estrecheces formadas en la mombrana mu en los viejos, sino en los individuos jóvenes, y en
cosa que los tapiza. Pero nos Temos privados de es este caso ordinariamente es seca, y sus progresos son
tos recursos cuando los conductos están situados ni mas lentos. Hace cuatro años que hemos visto á esta
interior; entonces desgraciadamente el mal no tiene gangrena rebelarse absolutamente contra catorce
remedio. . granos (7 decígr.) de opio, usados por varios dias, y
436. Una vez mortificada una parte cualquiera, no ceder por último, á la administración de dos gra
podemos volverla la vida; por lo tanto, es preciso que nos (1 decíg.) de esta sustancia, combinados con tres
la naturaleza aisle espontáneamente ó que el arte se granos (15 centígr.) de almizcle, dos veces al dia:
apresure á separar el órgano acometido de gangrena últimamente se ha recomendado el almizcle. En las
ó de esfucelo. Pero la operación no suele tener buen dos especies, el uso interior de la quina agrava los
éxito, si no la ejecuta la misma naturaleza, y el mé síntomas, y es asimismo perjudicial aplicada esterior-
dico se encuentra embarazado por los progresos de la mente, mientras que la gangrena se acompañe de
mortificación, que aumenta de hora en hora, y por la dolor.
reabsorción de la sanies, que ataca al sistema ner Cuando no depende ni de las fiebres de que hemos
vioso, é infecta toda la economía. hablado, ni del dolor de que acabamos de hacer
mención, y cuando la causa de la gangrena reside en
Como la gangrena es la mayor parle de las veces la misma parte afectada, es necesario si esta causa
sintomática, varia según la naturaleza y la causa de es esterna, removerla lo mas pronto posible; si es
la enfermedad primitiva. Si es producto de la fiebre, interna, su diagnóstico es de ordinario, ¡oscuro, ó
es necesario investigar con cuidado la naturaleza y el no está al alcance de los ¡recursos del arte. No
origen de la afección febril, que puede ser nerviosa, sotros hallamos ejemplos de gangrena por causa
gástrica ó inflamatoria. Cuando es el resultado de esterna'en laquees producida por el aneurisma falso
una lesión local sin fiebre, es preciso procurar des del brazo, ó por el paraGnosis; y referimos á la pro
cubrir su causa. Y en efecto , la parte. esencial del ducida por causa interna, la que es efecto de la osi
tratamiento consiste en combatir la fiebre cuando ficación de las arterias, de la abolición de la irritabi
todo el sistema participa de la enfermedad, y en des lidad y de la sensibilidad, seguida de parálisis local,
truir, la causa particular de la gangrena cuando de y por último, de la atrofia. En estas diversas circuns
pende de un vicio local (130). tanciase! tratamiento debe ser aproximado á la causa.
Si la gangrena se acompaña de un estado inflama Pero la gangrena no eiige menos ateucion que la
torio, debemos examinar si este estado es su causa , ó fiebre, ó las causas de donde procede: reúne dos in
solamente una complicación. En el primer caso hay dicaciones principales; la primera consiste en impe
que aplicar á la inflamación el tratamiento conve- dir sus progresos, y la segunda tiene por objeto pre
< niente (133); pero no olvidemos que la reabsorción venir la reabsorción del icor pútrido, casi venenoso,
de ia sanies produce con mucha facilidad la fiebre que se segrega en el punto mortificado.
nerviosa (130). Los tónicos, la corteza del Perú, no La separación de una parte esfacelada es en mu
tienen lugar en este caso, y los emolientes y los cal chos casos . en las afecciones internas , una operación
mantes son los que están indicados. En el segundo impracticable; en las domas, la muerte es su conse
caso, examinemos si la fiebre merece verdaderamente cuencia , á| no ser que la gangrena haya totalmente
el nombre de inflamatoria ó de inflamatoria-nervio- suspendido su marcha, ó que sea local y sin liebre,
ta (90); la sangría convieno á veces en una de estas si sus estragos no han sido tan estensos que hayan
complicaciones, no á causa de la gangrena, sino de destruido las partes blandas. Pero cuando se tiene la
la fiebre, y en la otra debemos abrir la vena con esperanza 'de aislarla bien pronto, la incerlidumbre
mucha precaución; y solamente en las circunstancias de los limites de la infección, que puede prolongarse
que hemos espuesto en otra parte (95). La indicación hasta los órganos inmediatos, ó hasta la profundidad
Je la quina está en razón inversa de la de la sangría. de los tejidos, no permite que practiquemos la ampu
Si la gangrena es ocasionada por las saburras, y tación ; la recaída seria muy de temer , y acarrearía
si se acompaña ó no, de una liebre intensa, procedente una muerte cierta. Nosotros hemos visto obtener escó
de esta causa, reclama la administración del emético, tenles resultudosde la ligadura del brazo y de algunas
de los laxantes suaves, el método propuesto contra la falanges del pie, y estamos persuadidos de que el ins
fiebre gástrica nerviosa (111), y el uso de la quina trumento cortante uo hubiera tenido el mismo éxito.
al esterior. El arte no puede poner límites entre la muerte y
Pero cuando sobreviene, durante el curso de la la vida; solamente á la naturaleza le está reservado
liebre nerviosa, ó antes de su invasión, y cuando este poder: alrededor de la parte inflamada se decla
ataca á un individuo debilitado, ó á una parte débil ra una inflamación; el trabajo supuratorio se estable
y de tetuura muy Hoja, entonces, ademas do los esci ce bien pronto, y las part s sanas reciben un aumen
tantes y de los cordiales que hemos aconsejado (94), to de vida, que rechaza á la muerte. Pero cuando el
es preciso prescribir la quina al interior, adminis grado de la inflamación y del espasmo es mayor ó me
trada especialmente en sustancia y á grandes dósis, nor de lo que conviene, la fuerza vital se estingue
DE MEDICINA Y CIBUJÍA. FKANK.
conserva una gran estensioil, aun en la edad adulta «
también en estas partes; los progresos do la morliG-
cicion son cada vei mayores, y en vano *s esperar es la cabeza y la columna vertebral. El cerebro, el*
de la naturaleza la separación deseada. En el primercerebelo y la médula espinal, encerrados en su res
pectiva cavidad, constituyen uu órgano único, amol
caso, es menester refrenar la fiebre iuflainatoria , si
dándose exactamente á la conformación de las partes
existe ; sobre todo , carinar la infiamacion y el espas
mo local por medio de aplicaciones emolientes y ano que le contienen. Este órgano es al mismo tiempo
el mas noble del hombre, el origen ó la terminación
dinas sobre el sitio inflamado , oponernos á la putre
facción por medio d» tópicos antisépticos, y en cierde todos los nervios, y la fuente del sentimiento y
del movimiento.
tas circunstancias, por medio de aplicaciones friai á
las partes mortificadas En el segundo caso, debemos Este órgano y sus cubiertas se inflaman freeuen -
teniente por la acción de- las causas esternas; y, ¡cosa
reanimar lu anergia vital, provocar cotí el uso de fo
mentaciones aromáticas, do las cantáridas ó de sina admirable! su inflamación por causa interna es mny
pismos, empleados con prudencia, y con la adminis rara. La flegmasía del cerebro, llamada frenesí, en
tración de los remedios interiores, una inflamación razón de uno solo de sus síntomas, que no siempre
saludable, que limite la gangrena. existe, y que no le pertenece esclusivamente, delirio
furioso, permanente y febril, merece mejor el nom
Las escarificaciones impiden la reabsorción del icor
gangrenoso, imposibilitando su estancación; pero bre de encefalitis. En efecto, los maniacos no están
exigen la mayor prudencia , porque pueden liacer siempre exentos ds liebre, y muchas veces se obser
va en otras enfermenades, sobre todo en las fiebres
que el humor virulento se introduzca en las partes sa
nas, escitando' una inflamación maligna, ó produciennerviosas, uu delirio furioso casi continuo. No po
demos, pues,, establecer sobre este único síntoma el
do una bemorragia peligrosa, á causa de la debilidad
carácter de la afección que nos ocupa. La práctica
local. Es presiso escindir parcial y jamás complela-
de muchos médicos y la nuestra nos proporciona
mente, y cauterizar con precaución por medio de lulas
numerosos ejemplos de delirio casi continuo y furioso,
impregnadas de cualquier polvo cáustico, las carnes de
que se apodera la gangrena. sin inflamación del encéfalo, ó de inteeridad de las fun
Cuando eiiste una debilidad real, él medio mas diciones intelectuales, con una inflamación y aun un abs
caz para prevenir la putrefacción , cuyos productos ceso en el cerebro: de manera que si se entiende por
podrían infestar toda la economía, es la quina, em la palabra frenesi un delirio febril, furioso y continuo,
esta denominación no designará jamás una enferme
pleada esterior é interiormente. Al esterior se usa el
cocimiento saturado, el polvo, que absorbe la saniesdad particular, de la que este síntoma forme el ca
acrimoniosa, y pueden combinarse estas preparacio rácter propio y único.
nes con el alcanfor, el alumbre y la mirra. No olvi 141). Síntomas.—La inflamación del cerebro, del
cerebelo y de sus cubiertas comunes no presenta,
demos las fomentaciones de plantas aromáticas , el vi
por razón de su asiento, sintonías distintos, seguros
nagre, el alcohol alcanforado ó asociado al amoniaco,
y constantes. Hé aquí los mas generales: un escalofrió
el agua de cal reciente, etc. Pero es necesario abste
vago, que repite por accesos con laxitudes en los
nerse de estos recursos cuando una inflamación interna,
por bajo ó en la inmediación de la gangrena, contra miembros, acomete al enfermo, y alterna con calor,
indica todo remedio capaz de irritar los sólidos. Lainquietud, tristeza, irritabilidad: el-enfermo se halla
misma quina no obra mas que como antiséptica cuando asediado por visiones fantásticas, que no puede echar
Íienetra hasta las partes vivientes mas abajo ó en de sí; algunas veces es acometido de hilaridad, de
as cercanías del sitio mortificado ; es un remedio carcajadas, cantos atronadores, tranquilidad, sin mo-.
livo; fiereza invsitada, vértigos tenebrosos, infideli
irritante, astringente, que detiene los progresos de la
gangrena, pero que no puede prevenirla. dad de la memoria, calor á la cabeza, dolor interior
Hemos espuesto el tratamiento de gangrena seca, terebrante sobre lodo al occipucio ó al bregma, en el
dependiente de un dolor violento. Nadi nos ha ense cerebelo ó en el cerebro, y puede estenderse hasta
ñado la esperiencia acerca de las variedades de esta las vértebras del cuello ó á toda la columna vertebra .
especie ; pero no creemos que so pueda esperar mu Pulsaciones fuertes de las arterias carótidas y tcm'-
cho en esos casos de la quina ni de las escarificacioporales; vigilias continuas, sueño nada reparador,
nes. Cuando no se puede destruir la causa, la medici tifomauia, pesadillas, ligera estravagancia, espectora-
na es tun impotente como la naturaleza. Por lo de- cion frecuente, temblor de la lengua y de los iniem-
' bros, anorexia, vómito pituitoso ó eruginoso.
mas, es preciso tener en consideración la liebre, si
existe, y «I estado de las fuerzas. . Pero la invasión de la enfermedad es mas rápida
137. Como los síntomas y el tratamiento de la ordinariamente, y su carácter mas intenso: de pronto
inflamación se diferencian, según la parte afectada, se declara un frío con rigor, y se presenta una fie
nosotros vamos a esponer en particular, y do una bre aguda; el pulso es unas veces duro, vibrante,
manera sucinta, las principales flegmasías internas. frecuente; otras vivo, duro y pequeño, ó débil, tem
El órden de esta esposicion es poco importante; sin bloroso ó desigual. El delirio aumenta insensible
embargo, principiaremos por las de la cabeza, é ire mente; vociferaciones continuas; furor súbito, algu
mos descendiendo á las del cuello, á las del pecho, nas veces con remisión, otras sin ella; exaltación de
á las del vientre y á las de la pelvis, y en seguida las fuerzas musculares: los enfermos vuelven la espal
pasaremos á las de las articulaciones y de los miem da al médico que les observa, y agitan continuamente
bros, con el objeto de no omitir nada de lo que con la cabeza; alteración de la voz; tono descarado c in
sidere la medicina y merezca un estudio especial. solente, esfuerzos por abandonar el lecho, por arro
jarse por las ventanas, por maltratar á los asistentes;
OHDEN PRIMERO. mirada fija, guiñadas frecuentes, ojo inmóvil, brillan
te, que parece rodar sobre su eje, de na color san
INFLAMACIONES DK I. » CABEZA. guinolento, que tiñe casi toda la esclerótica; está muy
GENERO PRIMERO. sensib e á la luz, y muy prominente; lagrimeo; en un
solo lado. Esteriormente se nota tumefacción en la
Encefalitis. cabeza, encendimiento y abotagamiento de la cara;
continuamente gritos lastimeros; de cuando en cuan
138, La parte roas considerable al nacer, y que do musitación tranquila y estravagante solo en las
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palabras; agudeza estrema del oido, que se resiente A 142. En el cadáver se hallan en ül cráneo altera
la menor sensación ó zumbido, y percepción difícil ciones diversas. Ya las meninges solas están afecta
de los sonidos: ordinariamente sequedad do 1» boca das do inflamación, condensarías y casi endurecidas;
y déla lengua, sin mucha sed; orina abundante, ama vaso presentan vestigios nada equívocos de golalina
rilla, acuosa, y escretada poco á poco blanquecina, y de serosidad purulenta debajo de las
Algunas veces no se manifiesta delirio, pero la vio membranas. En ciertos casos, la pulpa cerebral es
lencia del dolor y de lu liebre suspende las funciones muy consistente; está casi endurecida; toda la sus
de los órganos de los sentidos, y el enfermo, sumer tancia del cerebro , del eerebelo y de la médula espi
gido en el mayor estupor, no deja escapar mas que nal está roja, serpeada por un número infinito de
algunas palabras cuando se le escita; se revuelve con vasos, que son imperceptibles en otras circunstancias;
inquietud en la cama; toma m cabeza con las manos se encuentra en la base del cerebro, en sus Tentá
y la agita en todas dilecciones, exhalando multitud culos, ó en la porción lumbar del canal, un líquido
de suspiros: '&. pesarde hallarse atormentado por el seroso, mezclado con materia purulenta. En algunos
dolor, no se queja de él; lo sufre guardando un fu cadáveres se descubre en uno ó en ambos hemisfe
nesto silencio; levanta los brazos, los lleva maquinal- rios, ó en el cerebolo, una especie de tumor circuns
mente á la cabeza, como los enfernws que padecen crito, de un rojo pálido que tira á amarillo, y que
una fractura del enínoo; se acuesta boca arriba; la contiene unatnateria pultácea y como cenicienta, mas
debilidad le impide hablar, y la ansiedad no le permite densa y mas seca que el pus.
encontrar una posición cómoda; no puede levantarse No existen signos ciertos que anuncian el asiento
ron ligereza, ni saltar del lecho; traía de recoger de la encefalitis, y que caractericen la flogosis su-
copos Je lana y pajas, é inmóvil ó tembloroso, sus pcrlicial y la inflamación flemonosa con tendencia á
manos ejecutan movimientos desordenados. Hemos la supuración. Estas variedados no ofrecen carado
visio establecerse en un joven un sudor copioso eq res diferenciales tan constantes, que podamos dis
toda la superlicie cutánea, de la que se desprendía tinguir el frenesí de la cefalitis. La invasión súbita
un vapor semejante al del agua hirviendo, y sobreve del dolor, la violencia de la liebre, el entorpecimien
nir la parálisis de uu lado, aunque el dolor no se hizo to de los órganos de los sentidos y del entendimiento,
sensible mas que en el vértico do la cabeza. Hemos seguida inmediatamente de la eslincion de sus facul
observado igualmente convulsiones epilépticas, lipo tados, no prueba la inflamación de la pulpa cerebral.
timias graves, respiración grande y rara, ó frecuente, Muchas veces destruyen los abscesos en la espina la
con la boca llena de espuma, y en una palabra, acom sustancia medular, y comoja muerte tarda en llegar
pañada de síntomas de apoplegía. en estos casos , la sanies corroe en diversos puntos
El cuadro de la encefalitis se compone, pues, de la sustancia huesosa de las vértebrus; encorva la co
los síntomas generales de inflamación, y de sus sín lumna dorsal, ó, comprimiendo los nervios, ocasiona
tomas propíos listos consisten en una sensación de Ib parálisis de la vejiga, del recto ; produce asimismo
calor y do tensión en-la cab.-za, sensibilibad de los la gangrena, y en lin, una muerte lenta, pero inevi
ojos á la luz, inyección de la conjuntiva, encendimien table. '
to é intumescencia de la cara, cefalalgia interior fija, 143. Causas.—Las causas de la flegmasía del ce
víbracbnes de las. arterías carótidas y temporales, rebro, del cerebelo, de la médula espinal y de sus
exaltación ó diminución del oido, insomnio continuo, cubiertas, no ge diforencian de las comunes de la
delirio tranquilo, o furioso, ó adormecimiento y es inflamación (125); pero la poca frecuencia de la en
tupor; algunas veces en los niños se observan ademas cefalitis conduce á creer que las causas de las fleg
todos los síntomas del hídiocéfalo agudo. El delirio, masías obran con mayor dificultad sobre el cerebro
fenómeno frecuente á la verdad, en esta afección, que sobre los demás órganos. Sin embargo, esta en
no es un síntoma constante y propio de ella : con todo, fermedad se presenta frecuentemente á consecuencia
en general , es uno de los signos de la encefalitis, de violencias recibidas en el cráneo ó en la columna
cuando sobreviene desde el principio de la enferme vertebral , como una herida, una fractura , una con
dad, y cuando, lejos de depender del estado avan tusión , ó una fuerte compresión ejercida sobre la
zado de la fiebre, la precede; á pesar de que esta úl cabeza del feto con la palanca ó el fórceps. No es raro
tima circunstancia se observa en algunas fiebres, que deba su origen á la relropulsion de la erisipela,
sobro todo en las nerviosas. Así que, nosotros debe ó á la cstension 6 propagación do esta ftógosis al ce
mos establecer el diagnóstico por el conjunto de los rebro, cuando ocupa la cara. Nosotros hemos obser
síntomas, y no de ninguna manera por uno solo de vado los funestos afectos d>) la acrimonia reumática
ellos, por un feuómono particular (1). sobre el cerebro y la médula espinal. La desecación
141. La médula raquidiana no está menos ospues- de la tifia por los ungüentos, ó una metástasis cual
ta á la inflamación que la sustancia encerrada «n el quiera , contiibuyeu también á la producción de la
mineo, Entonces se observan, en la región corres encefalitis. En lin, una emoción violenta del alma , la
pondiente á una ó dos vértebras , los mismos fenóme cólera, un amor dosgraciado, la supresión de los lo-
nos que en la encefalitis; se manifiesta como en la quios ó de una hemorragia nasal habitual, la instila
cabeza, quo es la primera y mas grande vértebra, ción, los viajes y las evoluciones militares bajo la in
dolor (iju, ardiente, violento y profundo en la espina fluencia de un sol quemante , y el tener la cabeza
dorsal, que no aumenta al simple. tacto, sino á la in desnuda , ó cubierta con un casco , determinan al
flexión de la columna vertebral ; liebre intensa; pulso mismo rosultado. Una peripueumonia , una angina,
fuerte ó pequeño , pero siempre frecuente y duro; una otitis, pue .en ser seguidas de esta inflamación.
decúbito dorsal, á pesar de la ansiedad que atormen ¿Se podrá colocar entre el número de sus causas la
ta al enfermo. Según el]sitío déla inflamación, los ór tania vesiculares hydatigena? La plétora , especial
ganos del peche ó del vientre se afectan simpática mente la de la cabeza, una grande aplicación, las vi
mente; entorpecimiento de las cstreuiídades infe gilias prolongadas, las cefalalgias violentas y de larga
riores. duración, la embriaguez habitual y el abuso del opio,
predisponen á padecer esta flegmasía.
• 144. Según lo que precede, se concibe también
(1) ;Es muy notable la diferencia que existe entre los sintonías uo la inflamación dol encéfalo y de la médula espi
f los ile la fiebre nerviosa Tersatil? ¿No se puede
DB MIDTCUU Y CIB.UJÍA.—FRANK. 91
das las demás, puede asimismo ser verdadera ó falsa terminación, la encefalitis deja por cierto tiempo al
v erisipelatosa. En el primer caso, se acompaña de fie gún rastro, como vértigos, dolor en los ojos y en la
li ro inflamatoria ; en el secundo, se complica con una cabeza, infidelidad de la memoria, y exaltación ó in
fiebre nerviosa, que la .da el carácter de ma'igna , ó sensibilidad del oido.
con una afección gástrica, cuya naturaleza adquiere. 146. Tratamiento. —Para la inflamación del ce
La esperiencia diaria prueba que las colecciones de rebro y de la médula espinal se aconsejan todos los
saburras pueden dar origen al delino, aun al mas fu remedios que acabamos de osponer (133) al hablar
rioso; pero este síntoma solo no constituye la ence de la inflamación en general. Pero cuando el delirio
falitis; y como esta inflamación es rara, y e! embara es intenso, es preciso, sobro todo, tener cuidado de
zo gástrico muy común, es evidente que las saburras tranquilizar al enfermo, de procurar que en su al-
no la determinan con tanta frecuencia, como proiln ^coba reine el mayor reposo, la oscuridad y el silen-
cen In flegmasía de la garganta y la de los ojos. "cio. Si los furores del paciente exigen que sea su
!4o. Pronóstico.—El exámen de los síntomas de jetado, pueden emplearse las ligaduras cuando no
muestra muy claramente la gravedad do la inflama haya suficientes enfermeros; pero sj deben guarnecer
ción del encéfalo y do la médula espinal. La densi de lana las partes que In venda haya de rodear, ó
dad de las meninges, frecuentemente observada des aplicarla sobre los vestidos, á fin de no aumentar la
pués de la muerte de individuos que han padecido en agitación del enfermo, en vez de procurarle reposo.
el curso de su vida esta afección, partee probarnos También es muy importante hacerle salir del lecho
que cuando es ligera no tiene siempre una termina tantas veces como sea posible; colocarle en una pn»
ción funesta : este punto está ademas suficientemen sicion recta; esponerle por largo tiempo á un aire
te esclarecido por la historia de las heridas penetran fresco, con la cabeza rapada y ligeramente cubierta.
tes de cabeza. A veces se encuentran en el cerebro E! remedio casi único es la sangría, especialmente la
abscesos considerables, sin que hayi existido el me de la yugular, también «e practica la de la vena
nor síntoma de encefalitis: lo que prueba que las in frontal; se emplean repetidas veces las sanguijuelas
flamaciones del cerebro, del cerebelo y de la médula ó las ventosas escarificadas á las sienes, al occipucio,
espinal no son siempre prontamente mortales. detras de las orejas; y asimismo se colocan algunas
Pero en toda flegmasía algo violenta de estas par sanguijuelas á las ventanas de la nariz: estas evacúa
tes, la muerte es cierto, sino se la combate rápida ciones locales desingurgitan los vasos de la cabeza,
mente con los remedios oportunos. Al cabo de una cumdo una sangría general abundante ha dosemba*
soinaiia, y aun on el espacio de tres ó cuatro días, razado todo el sistema. Nosotros no aprobamos que
sobreviene un síncope, ó síntomas de apoplejía, de se nbra la arteria temporal, por los accidentes quo
bidrucéfalo agudo, convulsiones, ó una hemiplegfa, puede acarrear esla operación en una persona agita
c:)ino precursores de la muerte El peligro es menor da por un delirio furioso. Guando la inflamación ocupa
en la inflamacion'de la médula espina! , pues su con la médula espinal, ademas de las sangrías generales,
secuencia es la parálisis incurable do las estremida- se aplican ventosas profundam nto escarificadas en
des inferiores, de la vejiga ó flel recio. Estos1 acci la partes adyacentes al sitio afectado , y aun sobre
dentes no siempre son el resultado de una simple todo el trayecto de la columna vertebral, y se ponen
hidropesía águila ; pueden también depender de un sanguijuelas en ei ano.
absceso, ó de la caries de las vértebras. En estos di Administrados estos primeros socorros , se hacen
versos casos, la terminación es igualmente funesta, sobre la cabeza ó sobre lá espina dorsal, asiento de
pero mas tardía. La encefalitis es grave cuando las la inflamación, aplicaciones reiteradas de agua fría,
fuerzas están agotadas; cuando es efecto de una an á la que se agrega el nilro, la sal amoniaco ó el vina
gina , de una peripneumonía , ó de una metástasis gre , mientras que las estreinidades inferiores se
cualquiera sobre el cerebro. Si la fiebre se Calma, sumergen hasta las rodillas en un baño tibio ó son
pero el delirio se troca en un adormecimiento pro envueltas cu lienzos empapados en agua, también
fundo, es de esperar la apoplegía ó la supuración. tibia: al mismo tiempo se administran lavativas emo
Algunas veces se alivia repentinamente la cabeza, y lientes nitradas y aciduladas con vinagre.- Si una afec
la encefalitis se convierte en una peripneumonía ción reumática ó una metástasis cualquiera han oca
mortal. Los vómitos da bilis eruginosa; el rechina sionado la inflamación , se tratará de repeler por
miento de dientes ; los movimientos de masticación; medio do los vejigatorios la enfermedad á su sitio
la disfagia; el color blanco de las materias fecales ; la primitivo. Nosotros no tememos aplicar los epispásti-
crudeza y tenuidad de las orinas; los saltos de tendo cos á la cabeza cuando sr ha calmado la violencia de
nes, y el insomnio, son fenómenos de mal agüero. Se la fiebre, á no ser que la escesiva insensibilidad del
han visto degenerar en m*nia algunas encefalitis: enfermo impida usar e-te medio.
cuando se prolonga, y la liebre disminuye, el delirio Recomendaremos ahora los remedios que hemos
se convierto en demencia. Y esto es lo que acon aconsejado en las demás inflamaciones, especialmente
tece algunas veces á las recien paridas, Macacadas de los evacuantes suaves, las bebidas nitradas y acN
encefalilis, á causa de la supresión de los loquios. dulas en gran cantidad. La fiebre concomitante, J la
Bajo los mejores auspicios suelen presentarse he causa de la flegmasía merecen siempre la mayor aten
morragias por la nariz, el útero, las venas hemorroida ción, y exigen un ti amiento apropiado. Algunos mé
les; otras veces una metástasis feliz, un sudor abun dicos prescriben el alcanlor con el nitro cuando el
dante ú orinas con sedimento copioso y puriforme: pulso es undulante, tembloroso y desigual; la in
estos fenómenos Se manifiestan mas ó menos tarde, tensidad del movimiento lluxionano cerca de la ca
juzgan la enfermedad. Perú las causas mas leves beza hace peligroso al alcanfor , y nosotros prefe
asían para determinar un aumento rápido de los rimos el almizcle. El mismo juicio debemos formar
síntomas, ó una recaída peor que la primera enfer acerca de los opiados; estos remedios predilectos de
medad Cuando se efectúa algún cambio saludable, los antiguos no están indicados contra el insomnio y
el delirio, que atormentaba al' enfermo noche y día, el esceso de sensibilidad, sino cuando se lian com
disminuye insensiblemente, ó alterna con un sueño batido eficazmente los síntomas inllamatorios.
trampjilo y reparador. Mientras que persista el in El 13 de setiembre de 1785 (i) se hizo en el nos*
somnio, ó mientras que el sopor sea escesivo, no se (II Los siguientes hechos ion sacados de las Interpretaciones olí
puede esperar un resultado dichoso. Después de su nicas.
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pital tlü Pavía la autopsia de un joven rohuslo, que una emulsión gomosa , con dos dracmas (8 gram.) do
Labia csperirnentudo , durante seis días , un delirio nitro. Se pusieron diez sanguijuelas en las sienes.
violento en casa de sus padres. En este estado se le Asimismo se aplicaron sobre la frente las fomentacio
condujo al hospital, en donde falleció al segando dia. nes frias deScnanucker, y una cataplasma emoliente
A su llegada , el pulso estaba frecuente y fuerte , y á las regiones parotideas, después do haberlas fric
lodo el cuerpo cubierto de un sudor frió, que humea cionado con el linimento volátil. El 8 , vigilia; el do
ba como el vapor del agua hirviendo; decúbito supi lor de cabeza ocupa principalmente las partes ante
no; respiración frecuente y boca cubierta de espuma; riores de esta cavidad. Las regiones parotideas, espe
el enfermo no tenia delirio, poro tampoco contestaba cialmente la izquierda, están muy dolorosas. El dolor
ú ninguna pregunta. Cuando se le decia si le dolia la se cstiende á Jos ojos, á los dientes y á la garganta;
cabeza, acercaba á esta parte el brazo derecho, pero las glándulas sub-maxilares están algo doloridas; la
sin aproximarlo, como hacen los que tienen una herí-' deglución es difícil , y le cuesta trabajo á la'cnfcrmu
da de esta cavidad. Los ojos y la cara e: taban encen abrir la boca y sacarla lengua. Se queja de tener la
didos. La dura-mater no estaba inllamada, aunque boca amarga; sin embargo , no vomita ; tres deposi
sus -vasos estuviesen inyectados. Los hemisferio ce ciones ; algunos dolores abdominales ; los saltos de
rebrales estaban rojos también y muy inyectados. El tendones continúan ; el pulso sigue siendo lleno y
cerebro tenia mayor consistencia que la acostumbra duro (12* pulsaciones). Aunque no ha habido delirio,
da, y resistía mas al escalpelo. En el ventrículo dere no so puede dudar de la existencia de una encefalitis
cho existía cerca de una onza de serosidad. Los cuer latente. Se prescribió, pues, otra sangría de diez
pos estriados y los tálamos ópticos estaban serpeados onzas (300 gram.) y una poción laxante. Se continúa
de vasos; el cerebelo presentaba un color casi rosá- con los mismos tópicos. Por la tarde el dolor se ha
ceo. Había ccica de tres onzas de serosidad en la estendido; ocupa toda la cabeza, losoidos, los dien
baso del cráneo. tes, les ojos, y llega bástala región mamaria, en
Hemos tenido presente este hecho cuando hemos cuyos puntos no 'se puede tocar áín enferma sin que
dicho (140) haber visto el cuerpo cubierto de un su arrunque fuertes gemidos. La boca está amarga y di
dor tan abundante , que se desprendía de él un vapor fícil de abrir, pero se conserva la facultad de hablar.
semejante al del agua hirviendo. Nada pudimos saber Algunos de los remedios prescritos son arrojados por
ni acerca de las causas , ui sobre el principio de esta el vómito. Los dolores cólicos han desaparecido, des
enfermedad. pués de una grande deposición. Los saltos de tendo
Encefalitis juzgada por (mu erisipela dr la nes son mas frecuentes ; la sangre estraida de la Vt uh
cara.—Una joven de quince años, que no había te- no ofrece costra inflamatoria , aunque el coágulo es
nido todavía la primera menstruación, muy irritable, denso. Después de haberse estado quejando la eüfcr-
y que había gozado siempre de la mejor salud , á es- ma todo el dia, se sumió en un grande adormeci
cepcion de una fiebre que había padecido el año an miento ; pulso mas frecuente que pof la mañana , me
terior, y de la cual so habia curado ella misma , fue nos Heno, pero duro. Un vejigatorio á la nuca; suero
acometida el 3 de febrero de 1702, después de haber para bebida. El 9, el dolor de cabeza ha disminuido
sido atormentada durante tres meses de sabañones mucho , pero persiste en los oidos y en la garganta;
en las manos, de un dolor de cabeza tan violento, que menos dificultad en abrir la boca. La cara está mas
se vió en la precisión de hacer cama. Al cabo de al abotagada; el vómito ha cesado ; ha habido una depo
gunas horas, sobrevino un fuerte calor febril, con sición, y las orinas son sedimentosas. Pulso menos
vómitos frecuentes de materias amargas y verdes. Los lleno, pero duro (116 pulsaciones). Nada de latios
síntomas iban aumentando cada vcí mas , sobro todo de tendones. La enferma ha dormido algo; pero ha
hácia la tarde , por lo cual fue conducida la enferma tenido ensueños aterradores. Se suspenden las fo
al Instituto clínico de Pavia el 0 do febrero , tercer mentaciones frias ; so renueva el linimento volátil y
día de su enfermedad , y presentaba los síntomas si las cataplasmas sobro las parótidas. Poción salina , con
guientes: postración notable de las fuerzas; sequedad el nitro y el rob de saúco; suero para bebida. A las
de la piel ; dolor en toda la.cabeza , continuo, agudo, cuatro de la tarde, exacerbación notable; dolor mas
pulsativo , rehaciéndose sobre los nervios dentarios. vivo en la cabeza, en los oidos y en la garganta. Los
6 impidiendo el sueño. Cara algo abotagada ; sea ojos están muy doloridos, y el derecho, sobre todo,
considerable; de cuando en cuando tos , con algunos casi cerrado por la hinchazón de la cara. La inflama
esputos; respiración fácil; boca amarga , lengua blan ción pasa evidentemente desde las partes internas á
ca, eructos , náusoas , vómitos de materias amargas las esternas; el abdomen se pone tumefacto y está algo
y verdosas , vientre blando ; de hora en hora deyec doloroso; pulso mas frecuente y mas lleno. Otra po
ciones; pulso lleno , duro (134 pulsaciones). Se pres ción gomosa; una lavativa» linimento volátil , y alcan
cribió cocimiento de cebada nitrado y dulcificado con for sobre las orejas y la garganta ; después una cata
oximiel ; una sangría de diez onzas (300 gram.) ; ca plasma emoliente al mismo sitio. El 10, la enferma
taplasma fría de miga de pan con vinagro y sal amo fia estado sumergida toda la noche en un estado sopo
niaco á la cabeza ; lavativas emolientes. La enferma roso; el dolor de cabeza casi ha desaparecido; pero
pasó la noche sin dormir; tuvo seis vómitos, siem- se ha presentado en toda la cara una erisipela muy
- pre de las mismas materias. El 7 , la sangre estraida «¡olorosa , especialmente cerca do las orejas y de la
en la víspera está cubierta de costra inflamatoria garganta; nada de vómitos; pulso lleno, duro (llti
Pulso lleno, duro (130 pulsaciones). De ticn po en pulsaciones). Sangría de seis onzas (180 gram.) ; un
tiempo saltos de tendones ; nada do cámaras. Se pres taño de pies tibió; cataplasma. Por la tarde, el sopor,
cribió una onza (30 grum.) de la pulpa de tama 3uc ha continuado todo el dia , es menos fuerte; nada
rindos , con igual cantiilad de maná ; media onza (lo e dolor, ni en la cabeza ni en la garganta; tume
gramas) de crémor de tártaro soluble en suero, y un facción en la cara , que está algo lívida , dolorosa;
enema emoliente Nueva sangría de nueve onzas (230 cerca de la base de la oreja hay una pequeña ampolla;
gramas). Hácia la tarde parece estar la enferma algo pulso mas frecuente que por la mañana , peto menos
mejor; la sangre no está cubierta de costra. Sobrevino lleno y menos duro. La sangre estraida de la vena
un dolor en cada región parotidea , y en la izquier tiene costra infhniatoria. Poción salina. El 11, ha te
da «parecía un gang'io linfático infartado. Cuatro nido la paciente algún sueño, que ha reparado sus
deposiciones abundantes. Se administró para la noche fuerzas; 1». tumefacción déla cara continúa, perú
DE MEDICINA Y C1BUJÍA.—KRANK. 93
está menos dolorosa ; pulso, lleno , sin dureza ( HO cion do la cara y dolor muy agudo en los muslos. El
pulsaciones) ; nada de amargor de boca ni de vómi dia decimotercero, dolores en los brazos y en todas
tos; vientre libre ; ningún sedimento en la orina. Por lus articulaciones; sordera; pulso irregular y pequeño;
la tarde, mejoría; el infarto erisipelatorio de la cara díspnca.*l,a erisipela se ha estendido al brazo: se
ha cedido un poco ; sudor copioso. El 12, la enformi presentó ademas meteorismo, estupor, mayor sorde
ha sudado, después de haber dormido toda la noche; ra, debilidad y escrecion involuntaria de las mate
ha hecho dos deposiciones; la piel de la cara princi- rias fecales. El dia* decimoquinto afonía, saltos de
pi:> ¡i descamarse , y se presenta npetilo. Poco ¡í poco, tendones, dificultad de respirar, pulso mas pequeño,
á beneficio de los sudores, cada vez mas ligeros , la cara cubierta de costuras negras, deposiciones líqui
enferma se restableció , y el dia 24 regresó al seno de das, y muerte al siguiente dia. Se encontró sobre las
su familia. meninges una serosidad amarilla; el cerebro cubier
Aunque no hubo delirio, como la enfermedad ha to de una capa linfática densa, y sus vasos como in.
bía sobrevenido á consecuencia de haber bebido la yectados de sangro : en el cerebelo había una co
jóven dos grandes vasos de vino, 'a intensidad de la lección de serosidad rojiza, y un líquido análogo lle
fiebre, la violencia y la permanencia del dolor en la naba el tejido celu'ar de los músculos inflamados
cabeza, los vómitos, debidos, no al estado saburral del brazo. Esta enfermedad, que se habia presentado
de las primeras vias, sino á la simpatía entro el es bajo la pariencia de una liebre maligna, era una ver
tómago y el cerebro; en fin, el estado soporoso, nos dadera encefalitis, que no tuvo ningún alivio, á pe
hicieron diagnosticar una inflamación interna de la sar de la aparición de una erisipela.
esboza, que tenia su asiento en las meninges. En una Una mujer fue recibida en el Instituto clínico de
fiebre tan intensa, que atacaba á una jóven quo aun Pavia en 1791: se sintió atormentada el C de febrero
no menstruaba, aunque estaba próxima á ejercer es en la tarde, por un fuerte dolor en el oido interno.
ta- funciou, los saltos do tendones no podian impe El dia sétimo se abotagaron toda la cara , el cuello y
dir se tuviese por una fiebre inflamatoria. Pero como la garganta con un dolor vivo, persistiendo siempre
el dolor se estendia li las parótidas y alrededor de el del oido. Hubo fiebre, con frió y calor. El dia oc»
Ips orejas, recordando los propóstictis de Hipócrates tavo arrojó la enferma gran cantidad de materias pu
(1), anunciamos una erisipela de la cara, y ú pesar rulentas por la boca, y el dolor dei oido se alivió; sin .
de su aparición, bien que acompañada de algún ali embargo, la tumefacción de la cara continúa, pero
vio, no nos detuvimos en practicar otra sangría, sin pústulas. Flógosis de la boca y de la garganta; li
puesto que la fiebre continuaba siendo muy intensa. gera hinchazón del cuello, y dispnea. El dia undéci
No se puede dudar de que antes de la aparición mo, dolor y estado soporoso ; se practicó una san
de esta erisipela no hubo inflamación del cerebro, ó gría. El duodécimo continúa el delirio ; desapareció
mejor dicho, de sus membranas. Con todo, cuando la erisipela; respiración estertorosa; pulso desigual;
la erisipela de la cara sobreviene después de los sig muerte. Se hallaron los pulmones inflamados, y un
nos de encefalitis, no se debe esperar la curación del absceso en las células mastoideas. El oido interno de
pnfermo, mientras que los síntomas de la flegmasía este lado estaba afectado de caries, y la garganta in
interna no disminuyan mucho ó cesen. flamada, así como la traquea y los bronquios. Luego
Un hombre se hizo operar una lupia que te la erisipela en el caso presente habia sido puramente
nia en la cabeza, contra el parecer de su médico; y sintomática, y no habia proporcionado mejoría alguna
en seguida, á consecuencia de haberse espuestn á la á la enfermedad interna.
influencia ilcl [frío, fue atacado de una erisipe'a de En 1787 fue admitida en la misma clínica una mu
1 1 cabeza y de la cara. Después quo se disipó este jer, que traia ya una erisipela de la cara. El dia 14 del
accidente, gozó de buena salud durante algunos años; mes habia esperimentado frío, después calor acomba
pero las lupias se habían reproducido; hubo que re do de dolor de cabsza, pesadez de los miembros, lie
currir nuevamente al instrumento cortante, y el in bre alta, erisipela, estupor. El 18 entró en la clínica,
dividuo se espuso otra vez á los rayos de un sol de y no podia hablar. El 19, cara abotagada y lívida,
primavera, y á un viento muy frió. Hacia la tarde se ojos cerrados ennegrecidos, lengua muy seca , afonía,
sintió indispuesto y se acostó inmediatamente, espre respiración "frecuente, pulso muy acelerado , intermi
gando sus temores. Desde el día siguiente se sumer tente y oprimido. La enferma procuraba quitar de sus
gió en un sueño apoplético. Al tercer dia apareció cubiertas las bedijas ó copos de lana. Se hizo una
una erisipela en la cabeza, y el médico que le asis sangría, y se aplicó un vejigatorio ú la nuca. El 20,
tía creyó poder diagnosticar favoiablemente; pero boca cerrada y contraída, sopor, postración de fuer
como el esCado del enfermo no se había mejorado, no zas, saltos de tendones , intermitencia del pulso. Se
participamos nosotros de su ilusión. Efectivamente, pusieron dos vejigatorios; pero en el mismo día mu
el individuo falleció al siguiente dia: ademas de la rió la enferma. Hecha la autopsia, so encontró mucha
tumefacción lívida de la cara, se observó una fuerte serosidad cerca del cerebelo y alrededor del agujero
inflamación de las meninges, con derrame en la su occipital ; el cerebelo estaba blando, y el cerebro, por
perficie cerebral. el contrario, endurecido.
En 1787 se presentó en la clínica de Pavía una Absckso drl cerebro a consecuencia de la oti
anciana, que dos días antes había sida acometida de tis.— Un aldeano, de cuarenta años de edad, esperi-
un gran frió por espacio de tres horas, y que fue mentó quince dias antes de entrar en el hocpital de
reemplazado por un fuerte calor, con dolor violento Pavía una inflamación en el oido interno del lado de
de cabeza y oclusión de las ventanas de la nariz. Des recho. Al tercer dia de enfermedad fue atacado de
de el tercer dia de enfermedad apareció en la cara un intensísimo dedor de cabera, y de una fuerte sen
una erisipela pustulosa, y el dia déciinosegnndo so sación do frió, que constantemente referia á la misma
brevino dolor y erisipela en los muslos. Así perma cavidad: estos accidentes aumentaban de dia en dia,
neció durante siete dias, al cabo de los cuales tenia y se le condujo al hospital en el siguiente eslado:"he-
el pulso pequeño, postración do fuerzas, tumefic- miplcgia del lado izquierdo, pero incompleta, porque
no estaba abolido enteramente el movimiento ^estu
(I) Hubores circa aurcm ex progreso flotare io febrihus orien- por; postración estreñía de las fuerzas; dolor de ca
. lis Mgnum <iui(lem sunt erisipelatii in hele fuluri. (Conc. 300.) beza, y continuas sensaciones de frió. Se practicó une
Erisipelas ;ib externis parlibus intra convertí malum; ab externis
ver.i, extra, bonum. (Afor. VI. S8 Coac. i«3.) ¡ sangría de la yugular; se aplicó un vejigatorio á la
91 BIBLIOTECA ECONÓMICA ■
nuca, y se pusieron sinapismos en los pies: para el una libra (500 gram ), y so prescribió la pulpa e ta
interior se prescribió una poción salina, con un gra marindos, con el crémor de, tártaro. El H por la ma
no (5 cenlígram.) de tártaro eslihiado, que llegó á ñana ha aumentado mucho el dolor del lado izquier
contener dos granos (12 centígram.). El enfermo se do de la cabeza, pero no hay nada de liebre; se ardí-
iba sumiendo en un estado caita vez mas soporoso; can ventosas escarificadas al occipucio. Por la tardo
et pulso era débil , pequeño y lento ; continúa que ha cedido el dolor; el pulso es poco mas frecuente;
jándose del dolor do cabeza, y de la sensación da frió. el laxante y las lavativas apenas lian movido el vien
Se administró la corteza peruana, el suero vinoso, y tre. El 13, dolor algo menos intenso; pulso II .-no y
aun el vino, á grandes dosis. Musitación; ligero deli fuerte; sangría de una libra (500 gram.). Por ln Arde
rio; la lengna está muy seca; la postración es estre el pulso es un poco mas frecuente ; el vientre se ha
ñía; el pulso no varía; sobrevienen temblores en la desembarazado. El 15, comezón en la mano izquier
mano izquierda; nada de esto so observa eu la otra. da; dolor en el ojo del mismo lado, que desaparece
Se propinó el alcanfor y el suero vinoso; se repiten cuando el enfermo se incorpara. Un vejigatorio á la
los sinapismos y los vejigatorios; pero el sopor va en sien izquierda, el cuai disminuye mucho el dolor.
aumento, especialmente por la tarde, época en que el El 16 mueve algo el enfermo la mano derecha. A ta
enfermo parece sumergido en el coma; el pulso es siem tarde aumenta el dolor del ojo, que apenas puedo
pre muy pequeño, pero sin gran frecuencia. El abdo soportar la luz. Ocho sanguijuelas á la sien del lado
men se puso al cabo de algunos dias retraído y cómo derecho; calmaron los dfis síntomas. El 19, dolor de
cóncavo; se insiste en la administración de la qui cabeza mas vivo; pulso lleno y fuerte; cara mas en
na, con el licor de Hoffinan; después se prescribe la cendida. Doce sanguijuelas á la sien izquierda,.y poco
valeriana y el almizcle; se aplicaron también fomen después un vejigatorio. El 20. el dolor es menos in
taciones frías, y aun do hielo, sóbrela cabeza : por úl tenso. El 23, ha aumentado mucho, con ligero ador
timo, el enfermo se abata cada vez mas; tiene siem mecimiento, estupor general, pulso lien» y fuerte,
pre el abdomen retraído; los brazos se doblan espas- constipación, boca amarga. Se estrajeron diez onzas
módicamente; los músculos están asimismo rígidos; (300 gram.) de sangre, y se prescribió una poción
la piel, que basta eutoncos había estado siempre fria, laxante. El 2o por la mañana, pulso blando, ligero;
.se calienta; el pulso adquiere frecuencia, aunque do or de cabeza; el enfermo ha ido al sillico El 27 se
cnnliuúu siendo muy pequeño; la emaciación es es encuentra mejor; con todo, de cuando en cuando se
trema ; muerte. Al anrir el cráneo, se halló la dura- observan contracciones en el pie derecho. El 28 la
mater cerca del oído derecho , tan adherida á las vida parece que se apaga varias veces durante el día;
membranas subyacentes y á la sustancia del cerebro, pulso lento (Sé pulsaciones). El 29, comezón en la
que fue necesario emplear la fuerza para desprender mano paralizada; pulso lento; algunos vértigos, cefa
la ; por debajo, y en la dirección del oído , ¡a masa lalgia moderada. El 2 de marzo, nada de dolor de
cerebral era mas dura y ofrecía un huoco del tama cabeza; pulso natural. El 3, prurito y pústulas en el
ño de una castaña , que se cortó al través , y en su bruzo izquierdo , que aumentan al dia siguiente : se
centro apareció una sustancia mas dura y de un ne aplicó un vejíga'ono al mismo brazo. El 5 , nada de
gro ceniciento; desdo aquí partía un canal del diá dolor de cabeza, el impétigo ha desaparecido, pero
metro del dedo pequeño, que conducía á una ancha las orinas son mas abundantes; falta de acción en los
cavidad ; esta, aio|ada en el hemisferio derecho del muslos. Se administran dos granos (1 S centígram.) de
cerebro, era debida á la destrucción de la sustancia calomelanos. El 8, los vértigos y el o-curecímiento
modular; podria caber en ella uua manzana de regu de la vista vuelven á aparecer; deposicioires. El 9, ni
lar tamaño, y no comunicaba ni con los ventrículos, dolor de cabeza, iri vértigo. El 10, sorderu en el oído
ni con los nervios. Los pulmones estaban rojos, infla izquierdo; por la tarde frío , después calor; pulso
mados y compactos. algo febril y lleno. Al dia siguiente, dificultad do ha
Absceso del cerebro, coy parálisis. —Un hombre blar; encendimiento de la cara, cefalalgia. El 12 al
de treinta y cinco años, de complexión robusta, fue gunos dolores en el ojo. El 13, mas sensibilidad; la
conducido a la clínica de Pavía el 1 1 de febrero de mano se mueve un poco. Hácia el medio dia, convul
1 192. Por efecto de una violencia esterior, padecía da siones epilépticas en los dos lados. Por lu tarde, el
frecuentes epistaxis. Corea de cinco meses antes, enfermo se encuentra muy bieti; nada de dolor de ca
había recibido un gran golpe en la cabeza y eu la beza. El lo, pulso lleno, dolor de cabeza, cara ani
parle derecha do la nariz; do aquí habia resultado mada, dificultad de hablar. Se estraen nueve ouza*s
una hemorragia nasal copiosa, que después se repro> (270 gram.) de sangre de lu yugular. Perla tarde,
ducia con el mas ligero motivo. Trece dias autos de ligero dolor de cabeza, pero m»yor dificultad de ar
su llegada al hospital (cuatro meses y medio después ticular la palabra; mayor aun al dia siguiente, con
de su última epistaxis) fue acometido, sin causa co pulse lleno y lento. El 20 se encuentra peor el enfer
nocida, de estupor en la mano derecha, que fue au mo, lu cefalalgia ha aumentado mucho, cara encendi
mentando lentamente, y acabó por privar á los dedos da, mas dificultad de hablar. Se aplican seis ventosas
de todo movimiento. A este estupor sucedió bien á la cabeza, después de haberla afeitado. El 21, ce
pronto dolor en la región izquierda de la cabeza. falalgia débil, grande dificultad de hablar, estupor,
Guando nosotros nos encargamos de este enfermo esciucion involuntaria de orinas. El 22, imposibilidad
no podía mover los dedos do la mano derecha, que casi completa de pronunciar las palabras, nuda de'
conservaba, sin embargo, alguu sentimiento y calor; dolor de cabeza , pulso lleno y vibrante ; sangría de
los movimientos de los brazos eran fuciles. De vez diez onzas (300 gram.); la sangre estraida se cubro
en cuando se resentía la pierna derecha de una espe de costra inflamatoria. El enfermo suda algo. El 23,
cie de pesadez y de estupor, que se disipaba muy dolor de cabeza: la facultad de hablar está casi aboli
pronto; habia ademas alguna dilicultad en la articu da. El 23, el mismo estado, pulso mas lleno y mas
lación de la palabra, y evidente distorsión de la boca fuerte. Se sacaron ocho onzas (240 gram.) de sangre.
hácia la izquierda. Escrccion fácil de las orinas y de El 26 disminuyeron todos los síntomas. El 27, au
las materias feceles; dolor continuo en la cabeza so mentaron de nuevo, con plenitud del pulso; otra
bre el lado izquierdo; por la noche alguna liebre; sangría de dial unzas (300 gram.) El 3U, venlo-sas á
cara encendida; ojos brülantes; pulso lleno, fuerte y la nuca yá las sienes. El pulso volvió á ser vibrante •
vibrante. Se practicó ana sangría de la yugular, de y lleno. Se practicó otra sangría do una libra (500
DK MEDICINA Y CIMJ1ÍA.—PRANK. 98
gram.) do ia yugular. Continuó empeorándose el en niños preceder á tan fatal terminación el opistótonos
fermo por algunos dios , y por último, luvo parálisis ó movimientos convulsivos de una parte cualquiera,
completa del lado derecho. El 16 de abril aparecie especialmente de la caía.» A este cuadro se refiere
ron de nuevo las convulsiones epilépticas se reno la siguiente observación quo vamos á esponer breve
varon el 21, y el 22 murió el enfermo apoplético, sin mente. ■
haber tenido delirio. Un hombre de treinta añ09 cayó sin causa conoci
Al ubiir el cráneo y la dura-inater se percibió en da en uu estado letárgico, al que había antecedido un
la parle posterior del hemisferio izquierdo del cere fortísimo dolor de cabeza. Nosotros le sacamos de él
bro uu tumor blando, de la longitud do cuatro trave- en el espacio de una semana, á" beneficio de una san
ses de dedo, de dos pulgadas de profundidad, y es gría de la yugular, de sanguijuelas á las sien«s y de-
triado de manchas lívidas. Este tumor presentaba tras|delas orejas, yde porgantes suaves, sin que nunca
una gran cavidad , llena de materia morena, blanda y fuese atacado de parálisis. Dos años después volvió á
mezclada de sangre, v bu el que podía penetrar el ser acometido de la misma cefalalgia, acompañada de
dedo, hacia adelante, hasta pulgada y media de pro encendimiento de la cara. La fiebre era algo intensa;
fundidad. Eu la parte anterior del absceso se halla el pulso lleno y vibrante. El tratamiento fue el mismo
ba otro, 'alojado también en la sustancia medular, pe* que el quo habia producido huenos resultados la ye:
ro no comunicaba con el primero. Eumedio do la primera; jamás e6perimentó el enfermo sopor ni de
masa encefálica del hemisferio izquierdo, cerca del lirio; pero por espacio de algunos dias so quejaba de
seno falciforme, se veia una mancha lívida, que se aumento progresi/o de dolor de cabeza, y el pulso ha
prolongaba á lo largo hasta el ventrículo de su lado, bia cesado de ser febril, aunque seguía Siendo lleno.
ofrecía en su centro un principio de supuración. El Así pasaron algunos meses, continuando la cefalal»
hemisferio derecho presentaba encima del ventrículo gia, si bieu presentaba diversas alteraciones en cuan
otra mancha semejante muy larga, y que ofrecía la to á su intensidad. Por último, el individuo perma
misma materia negra: los dos ventrículos, ademas de neció acostado en decúbito supino, al parecer dormí-"
alguna serosidad, contenían una materia morena y do, con los ojos medio cerrados y sin responder á las
blanda, por medio de la cual se comunicaban entram preguntas que se le dirigían: llevaba las manos á la
bos. El cerebelo y todo lo demás del cerebro no te cabeza, sin tocarla, indicando con este movimiento,
nían cosa alguna notable. aunque sin hablar, cuánto sufría. Si llegaba á abrir
Esta otservacion confirma lo que hemos dicho; es los ojos, era para cerrarlos al momento y estaban tur
to es, que á consecuencia de la encefalitis , se en» bios y serpeados de vasos sanguíneos. Algunas ve»
cuenlia algunas veces, ja en el uno ó en el otro ees daba "gritos; otras se arrojaba del lecho; cami
hemisferio del cerebro, ó en el cerebelo, tumores ca naba á grandes pasos como un desesperado; pero
si circunscritos, de un rojo pálido ó amarillento, en nunca tuvo vómitos ni delirio. En los últimos dias
cerrando en sí una materia pultácea parda, y alguna da su vida quedó tranquilo, casi soporoso, acostado
vez casi seca. Lieataud ha rotundo varios heches del de lado y sin abrir los ojos y sin pronunciar una pa
mismo género (1), y Morgagni se refiere también á labra; pero dirigía sus manos ¡iJa cabeza y hacia pro-
ellos (2). Aunque Dorsiri (3) haya consagrado un fundus inspiraciones;|en fin, sucumbió, como los apo
capítulo aparté al sphacelismus Hippocratis , y aun pléticos, privado de todo sentimiento. Se halló en
que haya separado esta enfermedad de la encefalitis, el hemisferio izquierdo del cerebro un vasto absceso,
los síntomas deducidos del grado de la inflama lleno de materia caseosa y pultácea, y de color ce
ción son demasiado inconstantes para que se pue niciento.
dan admitir de ese modo dos flegmasías, quo tienen Un hombre de cuarenta años fue admitido en la
sus caracteres propios. He aqui lo que dice Borsieri clínica de Pavía, en el mes de febrero de í 786: tenia
acerca del eefaceío del cerebro: «La cara está abo una parálisis del lado izquierdo, con cefalalgia inten
tagada y encendida; los ojos fuera de sus órbitas, y sa, que le hacia arrancar continuos geryidos; tuvo al
sus venas ingurgitadas de sangre; están ademas fijos gún delirio y durmió poco. El hemisferio derecho del
é inmóviles; el enfermo se sumerge eu un estado de cerebro, liácia la válvula de Vieusens, ofrecía un
estupor; la respiración es profunda, suspirosa; el oido ancho absceso, y otro semejaute en la parte superior
está lardo, y apenas percibe los sonidos. Guando se del encéfalo.
dirige alguna pregunta al paciente, mita ála persona La esperiencia nos lia convencido, lo cual ya ha
que le habla, pero responde con monosílabos y de una sido observado por otros, de que una parte del cere
manera entrecortada; en seguida queda silencioso, y bro puede ser destruida sin que haya lesión de las
pierde casi toda su sensibilidad, aunque conserva el facultades intelectuales. Un comerciante de las cerca
movimiento y es atormentado de tal agitación, que no nías de Brucli5al[fue herido por unos ladrones, y lie-
puede permanecer en la cama; ya se levanta, ya se vado á la ciudad. Las violencias ejercidas sobre el
vuelve á la derecha ó á la izquierda, moviendo sin cráneo hacian concebir muy pocas esperanzas de sal
cesar los brazos ó Jas piernas, llevándose las ma vación; sin embargo, al cabo do diez y nueve sema>
nos á la cabeza, mesándose los cabellos ó la batba, y nas"le vr.lvimos á ver, y no tenia mas que una pequo-
tratando de arañarse. En un peiíodo mas avanzado ña herida, cubierta con un vendaje, en la parle de
de la enfermedad, y cuando los seutidos están á recha de la frente; pero un cirujano hábil sondó esta
punto de estinguirse, el individuo permanece en cal herida, y reconoció que el hueso frontal ostaba ca
ma, en un silencio absoluto, abre los ojos si se le riado. Abandonada la sonda á su propio peso, penetró
liaMa cu alta voz, pero no responde nuda, ni aun algunas pulgadas en el cráneo, como en una vasta
hace ningún signo, y si se le pellizca no retira el caverna. Asustado el cirujano, intentó retirar el inst
miembro que su le, ofende, ni da el mas pequeño, truniento, y vino á darme parte de este hecho. Ño
grito. Enmcdio de estos síntomas, que tienen mu pudiniosjconseguir que el enfermo detuviese un viajo
cha semejanza con los de la apoplegta, no tarda en que tenia proyectado para el dia siguiente, y tomó un
llegar la muerte. Yo he visto muchas veces en los asiento en un carruaje público; pero apenas llegó al
lugar adonde so dirigía, fue atacado de una erisipela
en la cabeza, que le arrastró al sepulcro al tercer dia.
(1) Hislnr. anatómico-mol t. II. L. 3. pag. 160 y lió. En i76(i hemos asistido ú un hombre que por ¡
(i) De sed. et caos, raorh. ep. VII.
H lastit. medie. U 111, parrafu 168 y 18t var los bueyes de un vedi
96 BIBLIOTECA ECONÓMICA *<i:- *»
tado de una roca elevada ú un [valle profundo; el horror á la luz. Otras veces la conjuntiva es de un
áng«lo de una piedra le Iiubiu fracturado el cráneo rojo vivo; sus vasos están ingurgitados y casi vari
en ocho partes, de tal modo, que podia colocarse el cosos, y la sangre, viniendo á desparramarse entre
dedo entre los fragmentos del liueso parietal izquier- ella y la córnea, forma un verdadero equimosis. En
do,*y los tegumentos de este lado del cráneo caian este caso no se observa con frecuencia, al menos
sobre la espalda con la oreja arrancada. Este hombre en una época avanzada, ningún dolor, ó este es me
vivió en semejante estado ocho días, durante los cua nos vivo que el enrojecimiento. En ¡as fiebres es
les jamás deliró, escepto dos horas antes de morir. muy común que el ojo esté encendido, pero sin dolor
VÓMITO MORI VI., A CONSECUKNCIA DK UNA ENCEFALI ni inflamación; muchas personas, en el mejor estado
TIS.—Una mujer de treinta años, embarazada do seis de salud, tienen constantemente los ojos inyectados
meses, entró en el mes de marzo de 1792 en la clínica y señalados por ramificaciones vasculares. El derra
de Pavía. Por espacio de seis semanas estuvo atormen me de sangre, ó do linfa coagulable, en el tejido ce
tada de vómitos continuos; cuyo síntoma habia sido lular, da lugar frecuentemente á una tumefacción
Iirecedido de un violento dolor de cabeza, y no se considerable ; el ojo puede apenas ser contenido en
e habia opuesto ningún remedio. Aun persistía el la órbita, ni ejecutar sus movimientos; está muy pro
dolor de cabeza; pero la cara estaba pálida y ca minente , y los párpados no le cubren : esta es la
quéctica; boca amarga ; náuseas continuas; vómitos cxoftalmia. La tumefacción tiene principalmente su
frecuentes de bilis eruginosa; nada de delirio ; la en asiento en la conjuntiva, que algunas veces está col
ferma siente los movimientos del feto. Por la tarde se gando de la córnea, y da al ojo el aspecto de un pe
la dieron polvos de crémor de tártaro con un cuarto dazo de carne. Si á estos síntomas acompaña algún
de grano de tártaro estibiado. Al día siguiente por la movimiento febril , mas bien le sigue la inflamación
mañana vómitos copiosos do bilis verde ; continúan que le preceda. En ciertas oftalmías violentas , no
las náuseas. Se la prescribió doce granos (6 deci suele observarse el menor indicio de liebre. La cór
gramos) ile ipecacuana , que fueron arrojados bien nea participa también, en algunos casos, de la infla
pronto. A la tarde se administraron , con el objeto de mación; pero ordinariamente está exenta de ella. La
calmar el vómito, veinte gotas de láudano líquido, pupila se afecta mas comunmente en la oftalmía in
que fueron vomitadas inmediatamente. Se repite la terna que en la esterna , y en la primera, ya está di
misma preparación sin vehículo; fue retenida durante latada, ja contraída y retraída.
una hora, y entonces tuvo lugar el aborto ; los vómi 150. La oftalmía varia en su carácter y en su in
tos no tardaron en volver á presentarse, y la enferma tensidad; puede sor primitiva ó sintomática ; simple
murió al final de aquella noche. Al hacer la autopsia ó complicada, acompañada de liebre, y tomar el ca
no se halló nada de particular en el abdomen, á no rácter agudo , ó presentarse sin movimiento febril y
ser el estómago lleno de lombrices cubiertas de bilis ser su marcha la de una afección crónica, habitual.
amarilla; la vejiga de la hiél estaba hundida , casi En ciertos casos, producida por diversas causas,
vacía; la dura maler por debajo de los parietales, es ataca esporádicamentefm una población á algunos
taba muy inflamada , y cubierta de una falsa mem individuos; en otras es epidémica: hay regiones en
brana por el lado del cerebro, que estaba inundado, donde reina endémicamente , como en su tierra na
así como la pia-mater, de una serosidad purulenta . tal. Ya hemos hablado de la oftalmía interna y de la
Nos equivocamos, por lo tanto, al dar un vomitivo, esterna, aisladas ó reunidas. Por último, marcha sin
ligero á la verdad, á la enferma en la creencia de que órden, ó de una manera errática, ó repite periódica
la afecciou tenia un carácter bilioso. La falta de deli mente, bajo un tipo determinado.
rio y del sopor durante cuarenta y dos días, sin otro Se ha dado á esta enfermedad diferentes nombres,
fenómeno que vómitos, disculpa nuestro error en esta según la intensidad y la diversidad de sus síntomas.
mujer, á quien ciertamente ningún método la hubiera El grado mas ligero, en cierto modo el principio
salvado. de la oftalmía, determinada por causas esternas, sin
tumor, ni dolor, se llama taraxis.
GENERO SEGUNDO. . La inflamación superficial con rubicundez mani
fiesta , dolor , ardor , horror á la luz , muchas veces
Oftalmía. con escrecion de lágrimas, ha recibido el nombre de
oftalmía , propiamente dicha. En su principio se
147. La mas noble de las partes esternas, la me esperimenta una sensación de prurito y de calor, y
jor dotada de cordones nerviosos , y que por sus re los párpados están pesados: parece quo se ha inter
laciones simpáticas se liga á toda la economía, el ór> ' puesto un grano de arena entre estos y el globo del
gano mas cercano al cerebro , de donde tienen origen ojo. La impresión de la luz aumenta el ardor , la ru
sus vaso? , el mas movible de todos, Sn fin, es el ojo. bicundez , la sensibilidad ; el dolor es mas agudo, y
Su complicada estructura y su delicada organización los enfermos se quejan, sobre todo al aproximarse la
le esponen á las enfermedadas comunes al resto del noche, de una sensación semejante á la que product
cuerpo, y á afecciones particulares. ría una espina implantada en el ojo.
148. Entre el número de estas se encuentra la in Cuando quieren ejercitar la visión durante el día,
flamación, conocida bajo el nombre de oftalmilis, ú son atormentados de zumbidos de oidos, y esperi-
oftalmía. Es una afección inflamatoria del ojoó de los nientan una sensación de constricción en la cabeza;
párpados, caracterizada por el aumento de la sensibi los ojos se inundan de lágrimas, y se|cierran convul
lidad , por dolor, horror á la luz, lagrimeo, rubi sivamente. Por la mañana se encuentra adherida al
cundez y tumefacción aparente , cuando la inflama ángulo interno del órgano afectado una materia puri
ción es esterna, y ordinariamente inapreciable cuando forme, que pega los cartílagos tarsos y las pestañas,
ocupa el iuteríor del ojo. La oftalmía puede ser, ó no, y se desprende después en forma de escamas pun
acompañada de fiebre. tiagudas, que son una nueva causa de irritación. El
149. Descripción.—Los síntomas de esta flegma enfermo , con objeto de despegarlas , lleva continua
sía varían, según su asiento. Algunas veces el color mente los dedos á eso sitio, aumentando así lu in
del ojo está muy poco alterado; pero se siente en el flamación, y escoriando el borde libre de los párpa
centro de este órgano un dolor intenso, que se pro dos. El pulso presenta pocas veces vestigios de liebre.
paga al occipucio, y se acompaña de lagrimeo ytde En la oftalmía, ol lagrimeo incómodo que produce
DK# MEDICINA Y CIRUIÍA.—FRANIÍ. 9?
un pnrojecitni&nto, erisipelatoso ó una erosion en la variooso de los v _ estiende
. mejilla, se llama epifora. guarnió del pjo sn destila, desde e*jte ángu I ojo una láiniiia
una materia puriforme, ó cuando so reúne los án se"mi-lunar, delgada y nstituye el joaní-
gulos de este órgano entre los cartílagos tarsos, este culo, que muclias veces,rccubrc totaKdiid del or-
estado lia sido llamado por los latinos ttppittido. . * gano» y . * **£ . 3Étj"
Si la flegmasía" no su acompaña de ninguna escre- Llamamos oftalmía habitual y crónica* á la que e«i
cion, los lalinos einplenu la ]t¡\\¡\bra» lippiludo seca, ordinariamente secundaria, que' se prolongrt por años
para distinguirla de 4a oftalmía húmeda: los griegos enteros, sin ^caijsnr •do'lor considerable, ni liebre per
se si(vcn i1o lu espresian xerojthtaimiat La inflama ceptible. Los vasos y la conjuntiva esian frecuente
ción muy intensa disminuye con facilidad, ó suprirtio mente, en esta afección en un ostadb atónico; el borde
completamenteHas lágrimas y la escrecisn puriforme. Jibrc.de Ips párpados se cifbrc de un rojo de púrpura.
• La»¡uflainacion esterna muy gravo niel bulbo con segrega uir humor purulento^ que los aglutina dtt»
rubicundez considerable, abotagamiento de la con- rarjte la noche. Estos síntomas son continuos, ó ata
• juntiva y de la ísclcrót'ca, q,ue forman un rodete sa- can por accesos, y "dependen de uña fluxión, espe
lieTite alrededor de la córnea, toma e¡ nombre de que cialmente de materia mjjy acre, sobre el ojo. L/a
mosis. En esle grado, se manifiestan les síntomas córnea suele ponerse blanquecina, *o allérarse, A cau
mas gravas, como sensación de pesadez en la órbita, sa de' las cicatrices, que interceptan en gran manera
pulsaciones, cafor, dolor intenso en el ojo, cefalalgia. los rs
.Mucbas veccs*acompaña liobre ú estos accidentes. conv-
No es raro que la córnea se' altere, que sufra erosio las _ .. ...
nes, ó venga á supuración. , Pero la división de la oftalmía, según sts diversas • «
Unas veces ífeontece^flue la linfa coagulable se, causas, es de grande importancia. i\'oso(ros espon
interpone entre las láminas di ésta nieuiTórana, y di dremos aquí las principales especies.
origen i manchas, rntbts, ó al leucoma. Cuando es "Debemos conceder la ftiayor atención á la oflalmip
tas alteraciones tienen fugar delante de la pupila, venérea, enfermedad ordinariamente crónica, y la
debilitan ó imposibilitan completamente la -visión. cual es ocasionada por el virus sifilítico. El dolor de
Uiras, se forman sobre la eíelerótica, y maSá menudo que se ¡(compaña es poco inlcTiso, y presenta remi
sobre la misma córnea, vesículas, ó flictenas, que se siones manifiestas* por la mañana: no degenera fácil
rompen y se secan espontáneamente, ó dejan en es mente en quemosis, á pesar de que nosotros hemos
ta última rocnbrana pequeños abscesos , llamados observado este* accidente. Para establecer el dtog-
onya;, seguidos aiguna»vez dfc úlceras, que los griegos nóstico.sirve'n de nj'icho los démas síntoma^ de. la In
designaban con el nombre 'de*helcoma. fección venérea. ,
1.a oftalmía interna, cuando es violenta,*constitu- En -la oftañnia lúenorrágic», el órgano de la vi
ye una afección grave y peligrosa, j se llama flemón. sión está rojo, doloroso, lacrimosd, y lo? párpados
Este flemón existe djsde el principio, ó viene á com considerablemente tumefactos, tos folículos sebáceos*
plicarse con el quemosis. ha conjuntiva no ofrece del cartílago tarso segregan una gran cantidad de*
muchas veces mas qu£ una rubicundez ligera, y el materia viscosa, puriforme, de diversas colores, y
enfermóse encuentra atormentado p^r el dolor mas muy semejante á la ríe la blenorragia suprimida, de
vivo: el ojo, inundado de lágrimas, no puede soportar donde trae la inflamación su origen. En efecto, es
la mas dlébil luz. Esle dolor violento se propaga a las muy común que á causa de un refriamiento local, del
sienes y ti toda la cahe'za; se acompaña de insomnio uso imprudente dé las inyecciones astringentes*; ó de
y aun de delirio* y de fiej)re intensa. Cuando la infla una afección del alma, se ,suprima la secreción puri
mación se desarrplla con [ ronlitud [.or la acción de forme de la uretra, y la irritación mude de lugar- tras
una causa enérgica, adquiere el ojo una tuufcfaccion ladándose 4 'ojo, sin que por esto ocasione ninguna
tan considerable, que'no puede ser cubierto por los metástasis, jen muy, poco tiempo flpne en el mayor
párpados, y se sale da la órbita, lo cual constituye la peligro la función de este órgano. Es una afección
áiroptosis El iris suele estar rojo*é inyectado, y la agudísima; sin embargo, algunas veces su intensi
pupila se cierracomplelamenle, ó se dilata. dad es moderada, y así lo. hemos observado en mas
Cuando únicamente se inflaman ó se escorian los de una ocasión. •
bordes de los párpados ó los cartílagos tarsos, las' Los autores han admitido otra dspecie Ae oftalmía,
glándulas de Mciboraio, y sus conducios escretores, dependiente del contacto de la materia bleuorrágicn,
• conslituycu la psoroftedima, que degenera en flógo- que el enfermo puede inocularse en los ojos, Hsván-
, sis de la conjuntiva * ó debe á ella su origen. I. * üoss á estos órganos los dedos impregnados del vi
Algunas veces se rauversan los párpados bácia rus. Esa enfermedad je acompaña, dicen, de una.
adelante, lo cual se llafna entrojjion. En este caso, las escrecion de igual naturaleza que la del flujo ure
pestañas se dirigen contra el ojo y le inflaman; pero tral. Nosotros no abrigamos duda alguna acerca del
pueden topiar esta dirección viciosa sin que baya influjo de este humor acrimonioso , pero hemos visto
entropion. El rauversamiento liáeia fuera constituye tantas veces en las diversas espacies, de oftalmía
el eclropioh. La dirección de los cartílagos tarsos presentar la materia segregada un color amarillo ó
contra el bulbo* se nombra triquiasis; la distiquiasis ferde, que no nos atrevemos á establecer sobre este
consiste eu una doble rila de pestañas, de las cuales solo fenómeno una diferencia característica entre
una se vuelve coutra ef bulbo. Se líama blefaroftai- esta y cualquiera otra q/tafniia producida por las
mía ti inflamación de ios párpados; el tubérculo que causas comunes de la inflamación. *
aparece sobro el cartílago tarso' se desigua bajo el La repercusión de una flegmasía cutánea, ríe las
nombre de orzuelo. * . * herpes , do la sarna , etc. , y de cualquiera otra*
. La Inflamación ocupa con menos frecuencia el glo enfermedad precederle, dan lugar á la oftalmía
bo,del ojo y sus membranas, que la glándula**) la ca metaslática. Sobreviene muy á mentado á consecuen
rúncula lacrimal. En este úllirno casarecibe la de cia del sarampión, de la viruela, y de la escarlatina;
nominación de oftalmía angular , qae ocasiona en el v nosolros«la hemos visto producida ¡por una metás
ángulo nasal prurito, ¡Mor» y un tumor cubierto de tasis del reumatismo jrobre ol ojc-.
v.irices. De la flogosis (le la carúncula defiende prin- Otras veces la acrimonia reumática, catarral-, moi■■-
• crpalmonta el pterigion, que consiste en un in/wto L ¡llosat ele, se éslablecc primitivamente- en aquél
, •
•98 BIBMOTECA ECONOMICA
órgano, y determina una inflamación superlicíal, eri- cristalino, ó en la cámara anterior, y posterior, una
sipelatora, ó una inflamación intensu y profunda. En .colección puriforme tVun •nrincipio'de pus segregado
la oftalmía reumática, se. efectúa súpitamente íln por la córnea,' el iris, la úbea y los cuerpos ciliares;
cambio favorable ruándola materia irritante se depo á esta alteración se ha dado el nombre de hipopion,
sita eu cualquier otro punto'. ■u ojo purulento. Algunas veces, el derrame mas bien
Entre las üftarmias crónicas, es quizás lamas fre es el resultado de una metástasis que de la oftalmia.
cuente, la que es debida á la acrimonia escrófúlosa, En estos tres casos se percibe, i través de la córnea,
yes como s.i dijéramos familiar á los niños que pa á no ser que esté empañada por la violencia' de la
decen ese vicio. Ordinariamente es húmeda y fpoco inflamación, Ja materia contenida en las cámara;: sh
dolorosa. Heñios fisto en un adulto el globo clel ojo color es blanquecino, ó ceniciento. Con lodo, es me
tumefacto, la misma córnea inflamada y estriada por. nester mucho «cuidado para no equivocar una simple,
capilares sanguíneos, sin quo^adeciese niogundolor. nube, una mancha ligeramente trasparente .de -la
Los bordes libres de Ibs párpados, se ponen abotaga córnea un albugo, un leucoma, ó una últera esterior,
dos y cubiertos 3c légañas vísedsas; la conjuntiva «e con la colección purulenta. La esploracion del ojo
tiñe de un rojo pálido , y adquiere uña ligera tu oblicuamente y por un lado , la consideración de tos
mefacción; lágrimas muy acres corren por las meji síntomas que han precedido, y de las causas, pueden
llas; el labio superior presenta un espesor con'side- evitar el error. El globo de/ ojo aumenta de volú-
rable; aunque también se observa estesíntoma en algd- I menenel hipopion: pero h córnea, sobretodo, cede
noí individuos no escrofulosos; y por úliimo las glán á la distensión y se pone prominente? Otras veces, .
dulas linfáticas sa infartan en diversas regiones. Esta aunque raras, el pus se reúne en mayor cantidad en
oftalmía aíarrea con facilidad e( oscurecimiento de la cámara posterior, lo cual forma la cmpiesicf el
la córnea, j la pérdida de la vista. jris es impelido hacia delante , y se aproxima á la
También suele presentarse en los escorbúticos córnea: si *estas membranas se unen, constituyan la
ujia inflamación lenta de tos ojos. Vosotros berribs sinequia; y cuando el iris se^scapa por una abertura
observado, on medio de los síntomas de un escorbuto espontánea ó artificial de lacónica, da origen á la
mortal, un equimosis -rojo ó indolente en el ojo, sin procidencia del iris. Eu otras ocasiones la materia
inflamación. El enfernfo estuvo atormentad* de vez permanece" en la cámara anterior , los movimientos
en cnando por un vómito tenaz: «y a(, hacer la au de la pupila son mas lentos, el iris se aleja de la
topsia, encontramos en el estómago un equimosis se córnea, y se aproxima á la lente cristalina. Lo mas
mejante al del ojo. común es que él pus , mezclado con los humores
Es jnui frecuente ver á los recien nacidas ata ' del ojo, llene las dos cámaras « intercepte la entrada
cados de una oftalmía dependienlc'dcl vicio escrofu délos rayos luminosos, y *por lo tanto, se debilita ó
loso, de la sílilis hereditaria, y especialmente del re se pierde'enteramente la visión. Si la materia pu
friamiento* da la' retención del meconio, ó de la im- riforme ó el pus son producidos por la inflahiacion
•presion de una luz muy vira (1). Los párpados se del ojo, precede al hipopion una,fiebre infensa, dolor
•ponen rojos y tumefactos; de los ojos destila una ma agudo, y en una palabra, los síntomas de un que-*
teria espesa o puriforme; su presencia aumenta la niosis ó de un flemón violento. Estos accidentes dis
irritación y la inflamación, y. se* forman manchas ó minuyen, pero#quedá en el órgano de la visfa sen
abscesos en la córnea. Algunas veces se ranversan sación de peso y de tensión. A mepudo ocurre que
los párpados, cuando se apartan con los dedos, ó la materia no se encierra en las cámaras, y se reú
cuando el niño los abre al llorar. ne entre las láminas de las membranas ó ciruna ca
El trabajo de la dentición es á menudo la causa vidad accidental: este es el absceso del ojo, diferente
de una oftalmía gravo , principalmente cuando aquel del hipopion, que puede ser su consecuencia. Si una
se establece para la salida de un diente, canino, ó metástasis deposita la materia purulenta en las ca
del molar inmedijlo. vidades del ojo ó en el espesor He sus paredes, faltan
Lá oftalmia producida por fas saburras no deja varios signos do la oftalmía, ó .se presentan mucho
do ser común, y algunas veces epidémica, como lo tiempo después efe la metástasis., (
hemos observado nosotros. Xa presencia de sintonías La violencia déla oftalmia da también lugar á uu
gástricos, el buen éxito de Tos eméticos y de los pur derrame de sangre en las cámaras del ojo ó á la
gantes, soa.circunttancias favorables para recono "hemoftalmia, que puede asimismo depender de otras
cerla. causas, En ciertas ocasiones aumenta corjsideraole-
ba historia déla medicina nes ofroce ejemplos de mente la cantidad del humor acuoso, y de aquí resul
oftalmías periódicas é intermitentes, acompañadas, ta la hidropesía aguda del ojo; ó la hidroftalmia
durante el paroxismo dedolorqs intensos, de lagrimas, aguda, que no debe confundirse con la hidroftalmia
y de un pulso frecuente, fuerte y lleno, ó natural. crónica, de la que hajjlirenios»en otra parte. El hu
Nosotros hemos visto oftalmías endémicas pro mor acuoso se altera pocas veces; pero el vitreo, el
pias de ciertas localidades. Unas veces dependan de cristalino y sus cápsulas se oscurecen, y pierden su
la impresión de algunos granos de arena'arrastrados trasparencia natural , por efecto de la inflamación ó
por el aire, de la queproduceu los»rayos luminosos de cualquiera otra causa. En el primer caso, la enfer
reflejados sobre el órgano de la vista por las nieves 6 medad loma el nombre de glaucoma?en el segundo
otros objetos, y otras veces de causas desconocidas. y en el tercero el de sufusion, hipoquimo y catarata:
Conskcuehcias déla oft^lmu.—A consecuencia de A consecuencia de una oftalmia violenta, puede
la ofLilmia violenta, sobre todo, cuando es interna, suceder que iiiiu falsa mebrana, formada por la.linfa
se forma entre la-córnea y el iris, entre el iris y "el coagulable, tapice casi todo el interior del ojo; pero
eS rilas frecuente, que por efecto de la inflamación ó
por* otro cualquier motivo, adquiera la córnea mayor
II) II. Billard ba observado que, indeptadienlemenlc de cslíJ densidad en un punto y forme una prominencia con
(¿usas, «la permanencia de los recién nacidos en habitaciones nial siderable, constituyendo un tumor que irrita lós pár.
abrigadas, ó cuya atmósfera osla cargaáa de humo ,cl poco cuida pados y hace imposibles sus movimientos: á esta al
do que se tieue de lavarles los ojos, iiesrte que se manffiesla en tilos
la menor rubicundez, son causa» CTirienteuienl» propias para desar teración se hu llamado, csUifiloma simple ó estafUoina
rollar esla alecciun» —Tratado dk las i-*Rf.r.*EHAU> s de los recien multikibulÁr, según que presente uno ó muchos tu-
nacidos v de lis niños de pecho; tercera «dieron. París, pág¡- béi culos.
B>tTB.C. "
rfK MEDICINA Y CIBÜJÍJ:.— FRANK.
\ 82. CauSas.—La espoiicion que acabamos de ha Un corto número dé sanguijuelas producen mas
cer de las diversas especies de la oftalmía, no's pone irritación que alivio; las que so aplican al párpado
en el caso de conocer sus causas. Pueden dividirse en inferior, dejan' en la piel delicada, tierna y esponjosa
dos clases: esternas ? internas; es'decir, aquellas que de esta parte,, equimosis y manchas lívidas. Así, pues
afectan inmediatamente al ojo, y las que obran simpa- nosotros acostumbramos á aplicar quince ó veinte san
ticamente sobre él. Entre' las primeras se cuentan las. guijuelas alrededor de la órbita, escepto en su bor
heridas, los golpes, las conmociones, la compresión, de inferior, y dejamos'en seguida correr una cierta
la operación de la catarata, la aplicación muy prolon cantidad de sangre. En la inflamación violenta de la
gada de un vendaje, á consecuencia de esta operación, conjuntiva, la oftalmoxisis de'los antiguos, operación
que comprime, ó calienta la parte: el polvo, los gra molesta é irritante, y que consiste en picar el ojo
nos de arena, e'l humo, los vapores irritantes, la iuver- con las raspas de una espiga de trigo, no puede_ sus
lion de Jas pestañas , la presencia de un cuerpo es- tituir á las escarificaciones de la cara 'interna' (del
traño entre los párpados y el globo del ojo; la espo- párpado inferior ó de la conjuntiva ocular. Cuando
sicion al aire frió, la vista de objetos relucientes y esta membrana «stá floja y pendiente del globo del
brillantes, que fatigan los ojos; la lectura, y especial ojo, se-practica con éxito su escisión, á pesar del
mente la escritura por la noche; la aplicación incon dictamen de algunos médicos, que .se oponen
siderada de los repercusivos ó de los espirituosos en á.ella. Nosotros desechamos la abertura de la artería
una inflamación libera. A las segundas se refieren to temporal, como operación llena de inconvenientes.
das las causas de inflamación, en general, principal» Todo enfermo atacado de oftalmía debe permane
mtnte el catarro nasal que se propaga á los ojos , el cer éu la oscuridad, y evitar la impresión de la luz-"
virus variólico ó morbilloso|, la erisipela', las lier- Una compresa fina basta para cubrir los ojos: el uso
pc\ la costra láctea, la tiña, la sarna, una oftalmía de las vendas, y cualquiera clase de compresión, es
anterior, el vicio escrofuloso, el vehereo ó el reumá nocivo. Conviene cubrir igualmente el ojo sano y
tico; una blenorragia, una metástasis, las crudezas de sustraerle al menor contacto csiraño, y limpiar de
las primeras vias, la constitución epidémica, la denti cuando en cuando con una esponja lina, empapada en
ción," la carias de ios dientes, el abandonar 'el tabaco un cocimiento emoliente, ó en leche, la linfa acrimo
después de haber contraído la costumbre de usarle, niosa estancada en los ángulos de los párpados.
una congestión sanguínea á la cabeza , una plétora Los demás remedios que hemos preconizado para
local,etc. , las inflamaciones ( 1 33), no deben ser despreciados en
153. pronóstico.—Lo quo acabamos de decir es la que nos ocupa.
clarece sulicierttemente el pronóstico. Varía* según la En la oftalmía intensa , después de ba*her hecho
causa, el sitio, la intensidad de laoftalmia y la const- desaparecer la gravedad de los síntomas por medio
titucion del sujeto. La que es sintomática no puede de las sangrías generales y locales, se aplica, princi
disiparse, sino después de haber curado la enferme palmente ctiando la enfermedad proviene de una cau
dad esencial; pero á pesar del tratamiento mejor com sa reumática ó catana!, un vejigatorio á las sienes,
binado, queda en muchos casos predisposición á las sobre las escarificaciones, sobro las picaduras de las
recaídas, ¿.a inflamación de un ojo pasa fácilmente al sanguijuelas, ó en la nucu. Si' se prolongase la oftalmía
otro. La interna es la mas grave; se termina con fre dependiente dé una causa semejante, es muy útil un,
cuencia por supuración, casi nunca por gangrena, sedal á la nuca.
y alguna vez degenera en carcinoma. Pero el acci Cuando la sensibilidad, la tensión y el calor se
dente mas común y mas propio á esta especie, es la han reducido á cierto ;grado, se emplea al esterior
♦infusión, el espesamiento," el oscurecimiento de los- ctjh mucha ventaja, después de haber sacado sufi
humores del ojo, la opacidad de la ¿órn«a,y á menú-, ciente cantidad de sangre, el, vapor 'de «IW tibia,
do la ruptura de este órgano. Laoftalmia seca es de cargada* del aromá de las fíor"es y da las yerbas odo
mas difícil curación quo laoftalmia húmeda. Lo mis ríferas: el cocimiento de-malvas ó de altea, la leche
mo sucede con la oftalmía escrofulosa y con la oftal tibia, una 'solución ligera de goma arábiga , ó una
mía crónica: ambas son'menos peligrosas, pero poco cataplasma anodina; estos tópicos no son nocivos,
susceptibles de curación. Es comunmente mas mo- - sino cuando se usan por largo tiempo.
lesta como síntoma, que por sí misma. La caries de Tambieii'se han obtenido escelentes efectos, en es
la órbita, ó un exóstosis, hacen mu frecuencia incu tas circunstancias, de la solución vinosa del ópío. Con
rable la oftalmía venérea ó escorbútica. La que es viene, pues . introducir en el ojo dos ó tres gotas de'
producida por ia supresión de una blenorragia es aun tintura tebáica (1), ó de láudano líquido, una vez al
peor. Por último, un flujo de vientre disipa alguna día. Los dolores aumentan de pronto y continúan du-
vez la inflamación del ojo. raut'c algún tiempo, pero no tardan en ceder á la ac
tbatamiejito. —El de lá oftalmía verdadera ción cscitante.y calmante del renjedio, mucho mejor
é idiopática, acompañada de síntomas de liebre in- que á cualquier otro. El opio es tan útil en la ol'tai-'
Jlamaioria, no Se diferencia del que hemos* espútalo mía aguda como en la oftalmía crónica ; pero antes
al tratar de la inflamación en general (133). Mien de administrarlo en la. primera , debe practicárse la
tras mas grave sea la afejcciou, mas debemos apre sangría..
surarnos á practicar, y aun á repetir, sí el casólo exi: Cuando el movimiento fluxionario es considerable,
je, una larga sangría. La importancia del órgano re están indicados los pediluvios libios; se pueden hacer
clama esta celeridad, para prevenir la destrucción 4 mismo tiempo, con ventaja, aplicaciones de agua fría
pronta-}' fácil de su delicada organización. La falta á la cabera, que se habrá tenido cuidado de rapar
de la rubicundez esterior, no esmu motivo bastante previamente.
poderoso para descuidar este remedio, mas necesa El uso1 de los astringentes en la oftalmía' intensa
rio en la oftalmía interna que en cualquiera otra. Si
no hay Jiebra, si el enfermo no es de una constitu TINTIRA TKMAICA.
ción pictórica, rara vez están indicadas las grandes (0
sangrías, pero si lo están las, evacuaciones locales R. 0|iii> pui:o pulverizada. dus onzas, ~ (10 g|iHD<
por medio de sanguijuelas, ó di- ventosas oscarilieíi- r.spiriiu de vino cuatro «ñus. —ISO gran.
das á las sienes, y precedidas cu algún caso de una Vinu blancu geueruso. una libra. —500 stam.
sola sangría general. . Hágase digerir por eSpacio'de tres día?, y fíltrese.
100 BIBLIOTECA ECONÓMICA
es en estremo pernicioso: es.preciso abstenerse de sas formas, tanto al esterior como al interior; ¡a o(-
ellos cuando la rubicundez, lá tension,y el dolor son tal mía escorbútica los remedios que se emplean con-,
considerables. En. un estado de relajamiento, á cónse- tra el escorouto'. La oftalmía escrofulosa , que siem
cuenciadeuna contusión, en lina ligera flogosis catar pre es difícil de curar, cede algunas veces á los anti
ral,- y sobfé todo en la inflamación crónica, producen moniales, ála cortera del Perú unida á.los calomelanos,
muy buenos efectos los tópico? corroborantes. El agua ,-al uso prolongado de las sustancias salinas, á los ba
fria simple, destilada, ó por lo menos, püra, sobuepu* ños de mar,' y á la lejía preparada con las cenizas
ja á los demás remedios. Conviene en ciertos ca de la espftnja, la cual se impregna de los principios
sos agregarle algunas gotas de jugo de limón, algunos .del agua en que Haya estado Sumergida. En la- oflaf-
granos de sal de saturno, de vitriolo blanco,- y mejor mia.reumática acompañada de fiebre , se prescribe el
niin,- de alumbre ()). También se aplica sobre el ojo, método antiílojístico, y en fin, losantimonialesá peque
durante la noebe, una élara de huevo, batida con un ñas dosis , el suero , el cocimiento de la dulcamara, y>
poco de alumbre. El número de colirios yde las po muchos otros remédiosa consejados en esta enfermedad,
madas que se han usado en esla enfermedad es infi sobre 'todo los vejigatorios,', los sedales y los cáusti
nito Has hay que su ríen escelentes resultados 'en uno cos. La oftalmía procedente de, la repercusión tle
ó dos ihdivmuos , y ¡i menuda, sin causa' manifiesta una blenorragia, se cura restableciendo» el Mujo pri
son perjudiciales á un tercero" cuyos ojos, están do mitivo^ por medioJe candelillas: los" emolientes Cas»
lados de sensibilidad muy diferente. Si la enferme - tan cuando se ha aisipado el peligro de que se acom
•dad es producida poruña fluxión acre „ suele, ser paña esta enfermedad, y no hay necesidad de los mercu
exasperada, por estos tópjcos, que ocasionan manchas, riales, sino en los Casos de complicación. Si la oftalnfía
y úlceras en la córnea, *o la ceguera, • ataca periódicamente, y parece pertenecer á las lie
Tratamiento de lapsoroftalmia.—La psoroftalmyi bres intermitentes; legítimas, reclama el mismo renvé-
constituye comunmente nfla enfermedad local, que dio que estas, la corteza del Perú. La oftalmía oca
no trae, -su origen de uná causa interna. '.Se emplea sionada por la repercusión de la sarna se*disipa por
con suceso para combatir esta cnf';rmednd,"l ungüen medio de una nuéva itifeccion que se adquiere por la
to citrino (2), ó una pomada compuesta de onza' y inoculacicfn ó por la cohabitación» con «un sarnoso; •
media (45 gram.) de manteca, fresca y de- una (hac también cede á los remedios que provocan la traspi
ina (4 gram.) de precipitado rojo: se frota ligeramen ración, como los atimoniales y 'cualesquiera otros,
te los párpados con una pequeña cantidad de este re sobre todo los baños. Los medies (juitúrgicos nos sir
medio una vez a"l dia. I'or la mañana se lava ruare- ven para cstracr fos cuerpos estranos, se hace cesar *
mente el ojo con leche tibia. la irritación producida por la dirección1 viciosa de las
Tratamiento de la oftalmía purulenta bE los re pestañas, arrancándolas, nesgándolas á la cara esterna
cién nacidos —En la oftalmía purulenta de los recien del párpado, con el auxilio de un emplasto aglutinan
nacidos, produce muy buenos.resultados, después do te, y escindiendo una porción de la piel, dc-mauera
haber combatido las causas de la enfermedad, la le que la cicatriz se dirija hácia arriba ó bácia abajo deí
che de la madre ó de la jiodriza, lavando con cila.íl cartílago tarso , etc.
ojo del;iiño. También se puede inyectar en' él, con ib'.i. Tratamiento dr los a<?Cidrntes ocasionados
'nna pequeña jeringa de goma clástica , agua tibia ó por la pFTÁLátU!—Las consecuencias de la oftalmía,
cocimiento de malvas. En los casos en que la enfer pertenecen mas bien á la cirujía que á la medicina,
medad sea rebelde, puede asimismo usarse una ligera de la' cual no puede pasar el cirujano, en cazan de las
solución acuosa de vitriolo blanco (3)v causas internas.
. Trata MiESTp-Dj; tÁ oftalmia|sintomatica. tas ofi • . Tratamiento de,l hipopIí^í.—Respecto al trataniiei»
libarías, sintomáticas se, curian, dirigiendo el trata <o del hipopion, unos han propuesto y otros han des
miento contra la" enfermedad de que dependen , ó echado los emolientes solos, la pesfiracion practica
atrayendo estas á su sitio primitivo, si s,e ha efec da á tiempo, y la incisión de la córnea. La observa
tuado una metástasis sobre el ojo. ción enseña que el ojo purulento ha recobrado,
Así, la oftalmía dependiente del embarazo de las cuando se babia perdido toda esperanza, su primiti-:
primeras vias, exije los eméticos y los purgantes ; la '7a trasparencia, á beneficio «de una diarrea, ó por el
oftalmía venérea, el mercurio administrado en diver- uso de los emolientes. Casi nunca se efectúa este
dichoso cambio, %i las cámaras contienen un. verda
dero pus: pero sucede lo contradi si una materia
(0 COLIRIO ASTRINGENTE. puriforme, 6 una metástasis, son las ffue.han alterado
B. Alambre. ..*.„. cinco granos.== 58 cenligr. los humores del ojo. puos en estos dos últimos casos,
" Agua destilada, cinco onzas,. .— liiOgrain. no -es posible la reabsorción: y no hallamos razón al
* En lugar'del alumbre, -sc puede disolver cu la nmira cantidad guna para que no» se efectúe "en el ojo,, toda vez, que
de apila, de tres « cincu granos (15 % ia centig.) de vitriolo blanco, so establece en las demás cavidafles del cuerpo. Sí
.6 de azúcar de saturno- los "signos que denotan la presencia fiel humor pu-,
(2) •;; _ • UNGÜENTO CITRINO. rulcnto en el,ojo, se manifiestan en una época en que
no puede haberse formado- la supuración, ó en una •
It. Mercurio ¡¡jaldo,., «na onza. = .VI grato. . , inflamación llegmono^a intensa, ó si sobrevienen sin
Espíritu de nitro... dos miza* = fifi gran». » ( "inflamación, á consecuencia de metástasis; es muy
llagase digerir cnfl bailo de arena para efectuar la disolución"? conveniente, antes de proceder á la abertura del ojo,
iuádase á la mezcla estando aun caliente. intentar la reabsorción porHiedio de las fometitacio-
.Manteca de cerdo derretida en el nej emolientes can *el cocimiento de malvas, por el
* momento de enfriarse...'......... una libra*, .'¡(lo gram. empleo de los evacuantes, etc. En fin, ouando iré so
Agítese fuertemente en un iúu riéronle mármol, y hágase un un
güento • • . i puede obtener este resultarlo con proutitrd, y en el
(3) Sansón dije: «que las sanguijuelas aplicadas á las sienes, 6 caso de que eiista un absceso interior, <se practica la
mejor en el centro del párpado superior, son. los medios mas efi sección dala córnea: por este medio, usado oportu
caces que se pueden emplear , y Ja vaseuíari.lad de su tejido es tal
en los recienna/idos, que ordinariamenle basta una sola saniui- namente, se evita la ruptura espontánea del ojo, su
i'ela puesta en los 'sitios indicados, para provocar una gran penuria desorganización, y la pérdida de la vista. •
de sanare.•'(Diccionario de medicina y clrujii practica, artic. or- Tratamiento de las'hancius.—Es muy difícil, por
tu.mh. t. XI i, pág. 196. Véase .también .Ws Ijtvrencc. Tratado
práctico de las enfermedades de los lijos. Paris, 1850, p, |l^¡!.). G. no.decir imppsibje, disipar las manchas* profundas de
DE MEDICINA Y CIUUilA. — FRANK. 101
la córtiáa, ó aquellas que presentan una ciOatriz hun frecuente, los ojos se" ponen cu estremo doloridos, y
dida on esta membrana. El leucoma-es muy frecuen tafnbien-los músculos de los labios, las sienes y el
te ,¡ consecuencia de las viruelas: 1 cuando es super- .occipucio. En medio de un violento frenesí, de con
lieial, cede, como todas las. demás manchas, á los re-' vulsiones ó de adormecimiento, se pierde la palabra,
vulsivos y a otros medios, tules como el aceite re se enfrian Ies estremidades, se declaran síncopes, y la
ciente de nuez, la bilis de la lamprea fluviátil ó de muerto no- tarda en llegar. •
mar, del sollo, ó Be cualquiora otro pescado*, y sobre Pero en general, la marcha de la otitis no es tan
tmlo, se emplean con escótenlo éxito los corrosivos. grave. El dolor, al principio muy ligero, va aumen
Con este fin, se espolvorea cada día sobre la mancha, tando gradualmente, y la liebre precede ó sigue A la
como en el tratamiento del panículo, con una corta inflamación. Los síntomas disminuyen algo, sobre .
nanti la I de azúcar muy branca pulverizada, ó con un todo por la mañana; el pulso es lleno, sin ser frecuen
polvo compuesto de esta misma sustancia, ó del cré te, pero duro y vibrante, algunas veces deprimido; las
mor di tártaro. Nosotros destruimos con precaución el orinas crudas y abundantes; la cara se pone encen
estafilomí por medio de un pincel impregnado eje dida', la cefalalgia es considerable aunque no conti
una disolución de piedra infernal, ó cargado de una nua. Se manifiestan en el oido afectado zumbidos que
gola de manteca de antimonio; este proceder moder atormentan al enfermo, rubicundez en el pabellón do
no nos lia producido muy buenos resultados. Con el la oreja, y todos los síntomas de la fiebre inflamato
mismo objeto se ha empleado también con fruto una ria. Del sesto al octavo' día, y otras veces antes, au
disolución de un grano (5 centíg.) do sublimado cor mentan casi todos los síntomas; y por úflimo, prin
rosivo en cuatro onzas (120 gram ) de agua destilada. cipia á salir por el conducto auditivo ó por la trompa,
Ea cii ujía lia borrado por medio de una operación una materia serosa ó un pus sanguinolento, que pro
lenta, con el instrumento cortante, manchas promi porciona un gratule alivio; y ademas toda la piel se
nentes de la córnea y cstafiloinas; pero siempre deja, cubre deiin sudor igual y vaporosa.
á consecuencia de la operación, un oscurecimiento 160. Causas.—fir otalgia y la otitis, diferentes
en' el sitio de la mancha. solo en el grado, recunocetr uti misino origen, y de
penden de causas esternas ó internas. Pueden ser
GENERO TERCERO. producidas por la irritación (pie determina un cuerpo
estraño en el oido, como un guisante, una haba, un
J . Otitis. hueso de cereza, un pedazo de plomo ó de cualquiera
otra materia; los insectos, sus huevos depositados
ÍSC>. El nido es también una de las partes mas en este órgano, y desarrollados con ayuda del tiempo
' sensibles del cuerpo humano, y está tan cercano al y# del calor; la impresión de un aire frío, el cerumen
cerebro como el ojo. El efecto que la armonía pro seco y endurecido, una conmoción, un golpe, las le
duce en nuestra alma y sobre la circulación, de siones del cráneo, la earies, las heridas hechas con
muestra evidentemente la influencia de los nervioj 61 lim'pia-oidos, y el e'scesivb asco. Otras vece^, son
del órguno del «ido sobre ¿odo el sistema; pe/o la apasionadas estas enfermedades por las afecciones
notable correspondencia que exista enlrf estos mis "atarral ó. reumática do la membrana mucosa auricu
mos nervios y los da la cara, los de la lengua v los lar, j3 de Jas partes adyacentes; por la materia que
de Jos ojos, nos oqliga á Considerar el oido como la produce da artritis, las viruelas, el sarampión, la
entrada de un sinnúmero de sensaciones, y al mismo liña, la sarna, la sífilis, la, erisipela, las, escrófulas, 6
tiempo como el asiento de níucbas enfermedades, una metástasis; por la dificultad de la erupción de los
que estienden desde este, punto su influencia simpá dientes molares cu los niñ'is, ó su caries en los adul
tica sobre toda la economía. ' tos; en liñ, por las causas comunes de la inflamación,
157. El oiddse encuentra continuamente ospues- especialmente de una hemorragia nasal,' diversas
to á una infinidad de causas morbosas; también está afecciones espasmódicas, histéricas c hipocondriacas.
sujeto a padecer dolores violentos conocidos bajo el No es raro que las saburras tengan alguna parte en la
nombre' de otalgias, y á inflamaciones intensas lla producción de la otitis.
madas otitis. Unas veces solamente el pabellón do la 1.61. Pho.nóstico.--Lo que dejamos dicho de
oreja está inflamado, y á no ser que esta afección, co muestra claramente la gravedad de la otitis.- La of
munmente erisipelatosa, penetre profundamente por talmía limita á los ojos sus ataques, mientras que la
ol .conducto auditivo estenio, no. se observan sintonías inflamación y los dolores del oido acarrean algunas
al esterior. Otras veces la inflamación ocupa las veces la demencia, y aun la muerte. Los jóvenes es
partes profundas, el meato, la trompa que á él coli- tán mas espuestos á morir á consecuencia de la oti
. duce, y las cavidades interiores desoído. tis, -que los sugetos de avanzada edad; pero .en unos
latf. Definición.—La inflamaoiou del «ido inter y en otros, pocos dias bashiu para que se comunique
no es la que merece especialmente el nombre de la inflamación al cerebro, ó afecto simpáticamente
ótñis. Se aíiuneiu en general sin tumefacción apa esta' viscera, y produzca la muerte. En ciertos casos
rente, por un dolor ardiente, gravativo, lancinante y se efectúa la resolución por la trasudación y la cscre-
pulsativo, en el oido, .acompañado ordinariamente de cion súbita de un humor puriforme. Se lia creído que
liebre intensa, cefalea, tensión en la cabeza, insom esta escrecion era una verdadera supuración; pero
nio, inquietudes, gritos lastimeros y continuos, exal nosotros* la hemos visto con mucha frecuencia sobre- '
tación ó diminución de la facultad de oír; algunas venir al'cabo de veinte y epatro ó de cuarenta horas,
• veces en los adultos sobreviene "delirio, convulsiones, en tuya época no so podía suponer la formación del
'ó lipotimias. pus. Por lo demás, la supuración es mas común en
t!i9. Descbipcion. —Estos síntomas se suceden cu esta enfermedad, que en cualquiera otra; deja en el"
r.io.'tos casos con tanta rapidez, que toda la historia oido algunas veces una úlcera, que suele resistir por
de la enfermedad está reducida á su definición. En toda la Vida & diveráos remedios, ocasionar un zuni- •
algunas ocasiones, la inflamación del oido parece no bido continuo, otitis repetidas, la sordera, y hace te
sor mas que un síntoma, y se observan con él casi mer todos los accidentes-de ía caries.' Nosotros he
lodos los de la encefalitis mas aguda, afección que se mos "observado en este último caso, dolores muy vi
agrega muy comunmente á la otitis. Apenas han pasa- vos, la parálisis en las partes en que se distribuye la
* délos primeros diíis, el pulsóse vuelve débil y muy porción dura del nervio auditivo, tales como la sien,
J
• ...
102 BIBLIOTECA ECONÓMICA
la mejilla, las alas de la nariz, 'los ojos, el labio in un ataque algo fuerto de epilepsia , la picadura de la
ferior, y la lengua. En oirás ocasiones, el entilen par avispa, la viruela, las aftas, el tratamiento mercurial,
ticipa ile la caries, y la supuración penetra hasta el ja angina, los cálculos salivares; las lesiones del frenillo
encéfalo, que es un accidente funestísimo. La supu después del nacimiento, producen frecuentemente una
ración de la otitis interna puede también ocasionar irritación, una herida, una ulceración, un infarto, ó un
la desorganización del tímpano, destruir los órganos dolor intenso de la lengua. Algunas veces el volumen
delicados del oido, y dar lugar á una sordera incura de este órgano está aumentado por' un vicio de con
ble. Y por Ultimo, puede sobrpvcnír, pHra bien del formación primitivo, y presenta una tumefacción ede
enfermo, una evacuación de materia puriforme ó pu matosa, ó una degeneración escirrosa. Pero la inflama
rulenta por la trompa de Eustaquio. ción verdadera y esencial de la lengua se ofrece muy
162. Tratamiento.—ta otitis no exige un trata de tarde en tarde á los prácticos, y nosotros no la he*
miento diferente del de cualquiera inflamación inten mos obseivado mas que una vez, precisamente cu el
sa (133), sobre todo, del déla oftalmía (154). El momento en que escribimos este artículo.
medio mas eficaz es la sangría, repetida varias veces, 104. Síntomas.—La inflamación de la lengua ha
en la inflamación verdadera: igualmente se obtienen recibido el nombre de glositis. No es el producto de.
buenos efectos de las aplicaciones de sanguijuelas, ó las causas enumeradas anteriormente, y se anuncian
de las ventosas escarificadas detras de las orejas. Pe por un dolor casi repentino é intenso . con dureza,
ro no debemos perder de vista la causa de la flegma rubicundez y tumefacción ; boca abierta , fiebre alta,
sía, y es preciso apresurarnos ¡í estraer los cuerpos salivación, espuicion, tos continua, dificultad de ha
estrniíos que entretienen la enfermedad, si la opera blar, de tragar y de respirar , insomnio tenaz. El en
ción no la ha de aumentar. Cuando no es posible es- fermo que hemos observado, esperímentó en la inva
traer los insectos, se tratará de matarlos, como lo sión un frío fuerte y prolongado, que terminó por un
hemos practicado nosotros en una otalgia intensa, in - gran calor, seguido inmediatamente de la afección lo
traduciéndose suavemente en el pido un poco de al cal. Desde el principio de 1a glositis, apareció la tu
godón impregnado de aceite , del jugo de ajenjos, mefacción, dolor en los movimientos , la dureza , la
del ledum palustre, 6 do miel. Practicada esta opera rubicundez, la sequedad y el ardor en la lengua, que
ción, se aplican sustancias emolientes al oido infla estaba en estremo se.isible al tacto ; imposibilidad de
mado, una esponja empapada en leche, en un coci articular la palabra, y una "necesidad ficticia de de
miento de malvas, ó una cataplasma anodina. Si la glutir, con disfagia. El aflujo continuo de un moco
otitis es interna, produce escelentes resultados el tenaz y de la saliva en la garganta , que también es
retener por largo tiempo en el fondo de la boca un taba dolorida ; la ocupacnn casi completa de la boca
líquido inucilaginoso. Se introduce en el, conducto por la lengua , que tenia un volumen enorme; y la'
auditivo esterno leche tibia, el mucílago de las pe desyjacion fle las mandíbulas, daban lugar á la sali
pitas de membrillo, de goma arábiga, al que se agre* vación, á los esputos á una tos penosa y muy fuerte,
ga una curia cantidad de opio, si lo exige la inten í|ue quitaba al enfermo toda clase de reposo y|de sue
sidad d'el espasmo. Es preciso abstenerse de las ¡9 ño. La cabeza estaba dolorida, y sin-embnrgó, la cara
yecciones, porque son irritantes. Ademas; nosotros no estaba eicendida, como se ha obser,vajdo en otros
prescribimos el nitro, las bebipas acídnlas'en afcun- casos. sino pálida, triste, cubierta jle sudor, y los ojos
dancía, y si se presentan síntomas gástricos, los eva inundados de lágrimas. La lengua.no salía de la boca,
cuantes suates , compuestos de la pulpa de tamarin- como en algunos otros enfermos, sino que estaba es
dos y el crémor de tártaro (l);j manlenemes el vien coriada por los dientas en sus bordes y llenaba la fosa
tre libre por medio de lavativas. palatina y la cavidad de la,boca, que estaba abierta.
Cuando no se ha podido evitar la supuración cotí Nosotros no observamos tampoco una dificultad estre
esta método, se la favorece; pero se debe cuidar de ma, en la respiración , la cnal se afectaba principal
que no sea seguida de ulceración, de sordera ó de mente por las narices; la deglución no estaba aboli
caries. Así, cuando elaumentodel dolor, las pulsacio da por completo; pero estos accidentes eran de te
nes, la sensación dé peso,' de calor y de distensión en mer por sus consecuencias. El pulso era duro,. vi
el oído anuncia que el pus se está formando, es brante, grande y frecuente; la sed intensa, el apetito
preciso aplicar al conducto auditivo el vapor de agua poco, y la piel muy caliente y seca.
tibia, ó una cataplasma emoliente. Después de la ro Sin embargo, la 'fiebre, aunque era ostensiblemen
tura del absceso, se facilita la salida del pus, hacien te inllamatoria, sufrió en diferentes horas, remisiones
do inclinar al enfermo sobre el oido afectado, practi seguidas dé recargos, ti dia cuarto, la lengua se cu
cando frecuentes lociones y aun inyecciones ligeras brió de una capa linfática considerable , y el sesto
con un- cocimiento de cebada y miel. Para poner la apareció un sudor; general, y sedimento latericio eu
parte al abrigo de los insectos en el veram-, se la cu las orinas: los síntomas de la glositis so calmaron , y
bre con un lienzo muy fino, que permite la salida de en pocos días recobró la lengua su blandura, y el en
la materia icorosa, y la exhalación del vapor fétido que fermo su salud.
produce. 165. Causas.—Esta enfermedad reconoce las mis
ORDEN SEGUNDO. mas causas que hemos espúesto al tratar do la infla
mación en general (123); depende frecuentemente
INFLAMACIONES DEL CÜELLO. del vicio reumático, como lo prueba una historia de la
glositis que nos han jiroporciouado hace poco ; la in
UENERO PRIMERO. flamación se manifiesta con rapidez, á consecuencia de'
Glotitis) la desaparición de una aleccion reumática del hígado".
166. Phonóstico.—Si en un caso algo gravé 110 se
163. Un diente cariado ó muy puntiagudo, los mo efectúa con prontitud la resolución, deben temerse los •
vimientos de las mandíbulas en la masticación , ú en accidentes de la supuración, y antes de que se forme,
la sofocación. La fiebre, que* no siempre es de «na
(1) POCION LAXANTE ANTIFLOGÍSTICA. misma naturaleza en esta enfermedad, aumenta nece- ■
R. Pulpa de tainariidos dos onzas —GOgrani. sanamente cada vez mas por la imposibilidad de to
Crémor de lartaro soluble. . . seis dracmas—2S grana. mar las bebidas; la interrupción del conducto ali
Disuélvase en agua. . ... , . . dici ornas —500 graui. menticio, aunque no sean indispensables los alimentos
•- . • . DE MEDICINA Y G iüjía.—FRANK-. . • -103
por la intensidad de la fiebre , no «leja de contribuir, go9a listos accidentes fnoron descuidados, y au
sin embargo, á agravarlos síntomas. El esbirro de la mentó «I dolor de la garganta. Por Ultimo, el d¡a.\
lengua, tari frecuente, no reconoce por causa á la sé hizo sentir por la noche un dolor ardiente eu la
glositis, que es una enfermedad muy rara. punta de la lengua. Bien pronto se presentó en toda
167. Tratamiento. —Para prevenir los graves ac ella una gran tumefacción : so puso dolorosa é incapaz
cidentes de esta inflamación, es necesario apresurarse para articular la palabra, lleníindo la boca de 'una
á emplear el método que se aconseja en todas las lleg- manera en esteemo molesta. El enfermo fue admitido
masías. Hay que repetir la sangría del brazo, y espe en el hospital de Viena, en donde se le administró un
cialmente la de la yugular, como lo hemos hecho no purgante, que no produjo alivio alguno. El 9 fue envia
sotros con el mayor suceso, y aplicar sanguijuelas de- do á la clínica, y se ofrecieron á nuestra observación
bajodela barba. Laabcrtura delasraninas, quchubiera. los siguientes síntomas: dolor de cabeza ,' especial
sido muy ventajosa, no pudo" practicarse en nuestro mente en la región frontal ; ojos sensibles á la luz,
enfermo, á causa de la tumefacción de la lengua. De coriza; lengua muy roja, hinchada, seca y ardiente;
berá ponerse Una caplasma em61ientc alrededor del no pudiendo el enfermo sacarla ni retirarla; infarto
cuello, y hacer inspirar por la boca á cada momento de las glándulas sublinguales y de las amigdaias;
el vapor del agua tibia, acidulada con vinagre. Se voz y deglución casi imposibles ; respiración libre,
prescribirán buchadas de leche tibia , ó un cocimien mucha tos; sed viva; piel seca y ardiente; pulso fre
to emoliente con nitro, y dulcificado con miel ; y si el cuente y poco elevado; horripilaciones entremezcla
volumen déla lengua se opone á ello, se inyectan esos das de calor. Se aplicó una cataplasma ¡debajo de la
líquidos suavemente. Nosotros hemos aplicado, en«l barba, un vejigatorio á la nuca, y vapores de agua ti
caso á que nos hemos referido, un vejigatorio de corta bia á la lengua ; colutorio de leche ; lavativa de caldo
estension i la barba ; el enfermo tomó, no sin dificul con una yema de huevo; infusión de saúco por be
tad, un purgante suave, incapaz de aumentar . la fie bida , con onza y media (4o gram.) de espíritu de
bre , y se mantuvo el vientre libro á beneficio do los Minderero. Dia 10: la noche ha sido muy buena; la
enemas. Guando se establece la supuración, debe fa lengua se mueve mejor, y está menos dolorosa ; su
vorecerse, y abrir á tiempo el tumor. Si la necesidad dor general, cinco deposiciones, tos seca, dolor de
de alimentos es urgente , se sostiene al enfermo por cabeza , orina roja y rara'. Dia 11 : la hinchazón y el
medio de lavativas nutritivas: administrando también dolor de la lengua son menos considerables aun,
por esta viu los medicamentos que no puedan tomar mas cefalalgia ; deglución mas libre ; sudor general
se por la boca. abundante, dos deyecciones. Dia 12: la.nOcbeha
Escarificación de la lengua.— En un peligro inmi sido agitada ; dolores en las órbitas y en las articu- .
nente de sofocación, nosoiros proponemos escarificar laciones; tos fatigosa , pero la lengua está cada vez
la lengúu, á pesar de su dureza, y si este método no menos hinchada y menos dolorosa; pulso blando y
basta, recurrir á la tra'qucotomia. débil. Se prescribió ql cocimiento de quina, con me
' Cuando hemos escrito el libro segundo de nuestro dia drafma.*(2 gram.) del licor de Hoffmaiin: para
Epitome (1), que traía de las inflamaciones, llevába cokitorio la fusión de saúco dulcificada cou miel ; se
mos veinte y seis años "de una práctica muy éstensa, cimtinúan las cataplasmas y ios baños de vapor á la
y sin embargo, confesamos" no haber tenido hasta en lengua. Dia 13 :'el enfermo' ha sudado mucho por la"
tonces mas que un ejemplo de glositis primitiva (163). noche ; no tiene infarto ni en la lengua ni en las
Desde aquella época hemos tenido seis; de manera» amigdaias; el sueño ha sido bueno; apenas hay fie
que en el espacio de cercá de nueve lustros, no se ha bre. Por la tarde vob/ió á sentir algún dolor de ca
ofrecido á nuestra consideración mas que siete veces. beza, sed , dolores en las articdlackmes , pulso fe
Los médicos de diversos paises , con quienes hemos bril, pero blando; la lengua está húmeda y Ja de
hablado, me han asegurado unánimemente haberla glución es fácil ; la traspiración exhala un olor agrio. «
visto muy rara vez, ó jio haberla observado jamás. A Se agrega un escrúpulo (1S decígr.) de alcanfor al •
pesar de> eso , comunmente acontece que los prácticos cocimiento de quina. Dia? 14 : la noche ha sido buena;
jóvenes encuentran .ocasiones que faltan á otros mas el mal desaparece, y no hay ningundolor.cn la lengua
aniiguos que ellos en la carrera. Asj, cuando se nos. ni en la garganta; el pulso es natural. El lo, no
ofreció el primer caso de glositis, en pavía, uno do queda masque la tos; y el 18,. el enfermo salió ya •
nuestros discípulos cuya veracidad no nos .era sospe convaleciente. 1 ,
chosa, dijo hsber visto ocho en el mismo año, en Glositis con supuración. —Un jóven de guineo*
Heidelberg, en donde reinaba de una manera hasta años, que había gozado hasta entonces de buena sa
cierto punto epidémica. Aunque se halla mas de un lud, 'estando entregado al trabajo, al que se hallaba 1
caso en las obras de medicina, no creemos inútil re poco habituado , sintió el 1.™ de octubre de 1792, á
ferir aquí, ademas del que liemos hecho mención en consecuencia de una gran helada, un dolor que so
nuestro Epitome (164), algunos otros que se han estendia desde el dorso de la lengua hasta su punta,
presentado , tanto á nosotros , como & nuestros y se propagaba al mismo tiempo á la garganta. La'
amigos: " f lengua se hinchó ; sobrevino un frío que duró tres
Glositis catarral. —Un joven de diez y nueve años, dias, sin ninguna mezcla de calor. El dia 8 fue ad
muy robusto, fue atacado en el mes de noviembre mitido el enfermo en la clínica de Pavía. La cara
de 1796 de un reuma del cerebro y del pecho. El 4 estaba encendida ' pero no tenia cefalalgia ; no sh
de diciembre tuvo horripilaciones vagas, interrum podían entender las palabras que queria pronunciar, ■
pidas por calores, dolor de cabeza, y deglución fati- y le costaba gran trabajo abrir las mandíbulas. La
lengua estaba dura é inmóvil ; se deprimió la base
de este órgano cou ayuda de una cuchara , y. se vió
I Mas observaciones sen sacadas* de que estaba cubierta de gu móco tenaz , j que ofre-'
nicas. ' • las Interpretación*! clí cía hácía su base un tunaor medianamente elevado,
En el hospital de Viena, que hemos dirigido por espacio de nueve
ilos, se recibían en cada uno de ellos cerca de diez y seis mil en doloroso al tacto.' Ni esputos, ni tos ; al cabo dados ,
fermos y mujeres* embaraiadac. Deduciendo estas últimas , queda, dias, impasibilidad de tragar, escepto* los líquidas..
gn total de trece mil enfermos, poco mas o inenps . y. con todo Las glúndulas-submaxilares tumefactas ocupaban casj
«so, no bemos observado entre un numero tan considerable , mas todo el espácio que 'existe debajo de'ht barba. Ape-
que siete casos de glositis. " . • • . • •
tito nulo, respicacion fácil , pulso llenó y duro, vien-
104 . . *• ' ' biblioteca ECONÓMICA . • . ..
tre .blando. Se practicó una sangría de die,z onzas duro; Los síntomas de glositis y de angina son muy
(3110 gram.) y después de haber dado fricciones de pronunciaJos. Otra sangría do una libra (500 gram.);
bajo del mentón con el linimento volátil, se aplicó al lo demás lo'-mísmo. LJor la tarde , se observó alguna
mismo punto una cataplasma emoliente , se recomen costra en la sangre estraida; el encendimiento de la
dó mucho al enfermo que tuviese constantemente cata,- la brillantez de los ojos y la pesadez de cabeza
leché en la boca, y se le prescribió una lavativa. El casi Inn desaparecido ; el ardor y la tensión de la
'■i paso la noche sin dormir; piel seca ;. continuad los garganta' ha disminuido también; sin embargo, toda
mismos síntomas , y se percibió un sedimento puri vía existe la dilicultad de respirar y de deglutir: con
forme en las ormas*. Se aplicaron ocho sanguijuelas de tinúan la pleuitud y la dureza' del pulso. Se practicó
bajo de la barba. Colutorio con el cocimiento de ce otra sangría, sin variar en nada mas el tratamiento. El
bada , nitro y miel. • Por la tarde, pulso lleno , fre ^0 por la mañana, la sanare sacada la víspera está
cuente y a! ¡jo duro ; dolores vivos en las glándulas cubierta de uria costra nías manifiesta. Dos deposi
sublinguales ; el enfermo tiene hambre, y ser l¿ per ciones. Aunque la liebre y los demns síntomas han
mitió que lomase una libia (i>00 gram.) de leche de disminuido, la leng*ua ocupa aun toda la boca. Se
yaras tibia. El 10 no hubo sudor durante la noche; el aplicaron, por tanto, diez sanguijuelas debajo de la
dolor es nías fuerte en las glándulas submaxilares; barbay .cn la parte anterior del cuello, las cuales
lengua Rlss encendida, cubierta de un' coágulo de sacaron cerca de siete onzas (¿10 gram.) de sangre.
linfa, y sin embargo mas movible, de manera que el Se limpió con un paño la materia tenaz que cubría la
enfermo pronuncia algunas palabras; |a liebre ha dis lengua. Por, la tarde , la' tumefacción esterna es ma
minuido, aunque el pulso es algo mas frecuente. Po nifiestamente menor, el dolor y la tensión lian dis
ción salina, con un grano (a cenlígr.) de tártaro es minuido; la fiebre 110 presentó exacerbación, la piel
tibiado ; continúa-e! misino plan, Por la tarde nada de se puso madorosa, el pulso no está duro Di vibrante,
exacerbación; con' todo , las glándulas están mas lnfusiou de saúco-, lavativas , cataplasmas. Por . la
duras y dolorosas al tacto. El 11, la noche ha sido noche cstuyo la enferma á punto de perecer sofocada
buena ; nada de sudor; depósito purulento en la ori á causa de la tumefacción de la lengua. Se practicó,
na , liebre apenas sensible. Después de la comida, con premura una sangría, que no tardó en volver á
sudor poco abundante , pero general ; pulso mas lle la' respiración su libertad , y en calmar la ansiedad.
no; deglución mas fácil. El 12 continua o! infarto y Al cabo de algunos minutos, y por efecto de un fuerte
la dure/a de las glándulas ; nada de depósito en los . acceso de tos se rompió un absceso situado al lado
orinas, nwle sudor. El 13, las glándulas están mas izquierdo déla lengua, de quien .nadie habia sos
/lolurosas, con rubicundez y dolor pungitivo, que se pechado, y. dejó salir, con grande alivio déla enfer
aumenta al tacto. Se aplicaron ocho sanguijuelas. El ma, cerca de tres oirzas (90^rani ) de pus loable. El
16, se percibe un principio de supuración-; cataplas 21, nada de fiebre, ¡a lengua y las glándulas' dismi
ma. El 17, la fluctuación es muy perceptible eu el nuyen de volumen, la piel se 'humedece; tres depo-
tumor, pero no hay fiebre. El 19, ¿[pus sjj abre paso 1 siciones. Se. limpió la úlcera de la lengua tres ó cuatro
por afujeros muy pequeños, y continúa saliendo ñor veces al dia con im cocimiento de cebada con miel.
• espacio áe dos dias. El tumor disminuye cada Wz El 2*4, ñaua de fiebre; el absseso, que ha jupurado
'mas y acaba por desaparecer." El 26 volvió el enfermo mucha , principia ó Jlenarso. Por *la. noche , sudor
a! seno de su familia; perfectamente curado. copioso. La orina deposita un sedimento latericio, la
Glositis con supuración.— Una.jóven de veinte «nferma pronuncia palabras mas inteligibles. El 28 se
años, gruesa, robusta, «y que había gozado siempre cerró el iibsceso; pero en sulugar queda un tubérculo
de la mejer salud , Se la suprimió el sudor el 14 de que estorba el ejercicio de la palabra, y «ansa sensa
agosto, de 170.1, y en su consecuencia tuvo al día si- ciones desagradables. Se, lu curó con un colatorio
• fluiente tos seca con irritación ó la garganta y difi- compues.to de una onza (30 'gram. ) de miel, y una
• cuitad de hablar, á cuyos accidentes se agregó fiebre dracma (4 gram.) de ácido sulfúrico. Al cabo de
' aquella tarde. Kl 46 por la. mañana cedió algo la quince dias desapareció, y quedó restablecida la
.fiebre, pero pocodespues sobrevino una exacerbación salud. • . '
con frío, temblor, tos seca , .aridez de la garganta «y . Glositis causada por las hojas del tabaco.— Una
■ de la Jengua, ardor y tensión, que aumentaron por mujer de treinta y siete años, de constitución ende
la tarde. El_ 17 no remitió «la fiebre, sino que aumen- ble , aniquilada ademas por las enfermedades y por
'tarim los síntomas, imposibilidad* absoluta de hablar las sangrías, á que se había habituado , abortó m
. y de deglutir. Al acercarse la noche , aumentó la ' 4 SO 5, y desde entonces padecía una incontinencia de
• libre , y sintió la etiferma grao dolor de "cabezá. El orina. Al año siguiente tuvo una violenta adontalgia,
18 ljamó'al médico, y se observaron , ademas de los pura curar la cual se la aconsejó se aplicase hojas de
síntomas precedentes, los que' siguen: cara encendida tab-co sobre los dimites: efectivamente, las conservó
y Tulluosa; ojos brillautes ; pesadez de cabeza; hoca eu su hoca por espacio de veinticuatro horas', y el
abierta á .causa de la hinchazón de la lengua, que resultado fue una hinchazón dolorosa de la lengua,
pasa de los djentes; la porción de csts. órgano acce tan considerable, que uo podía, cerrar las mandíbulas.
sible á la vista, está .cubierta de una capa 'blanca y La lengua cs'taba muy roja, salivación continua y
lardácea; infarto considerable de las glándulas sublin abundante , que aumentaba con la tos : la enferma
guales y sifbmaxilares, que se( eítiende á la mayor podía apenas hablar, y la deglución era dííicil: la cos
• parte de la garganta, especialmente hácia c! ladaiz- taba gran trabajo respirar, y no dormía por la «oche.
quierío; sed viva; imposibilidad de tragar ; respira El 12 de noviembre, fue admitida en la clínica de San
ción difícil; pulso mas bien oprimido que lleno; vien Petersburgo, y tenia el ¡ispéelo dt un moribundo. Su
tre inflado; constipación ; piel seca. .Sangría de cuerpo exhalaba un olor fétido insoportable; y. (lc sn
'una libra (oOO gram.),- cata-plasma, emoliente al cue- hoca salía Continúamela una. güín cantidad de sa
■ lio, lavativas; se prescribe leche tibia á voluntad, liva. La lengua hinchada, dura, muy ioja, y cubierta
, tanto* para, beber, como para' bañar la boca. El 19 por de .1111 barniz blanco semejante á la crema, estaba in
Ja, mañana, la-sangre estraida de la vena no se cubre móvil, y muy sensible al menor contaejo: las paróti
'de costra, pero es muy viscosa. Las -lavativas lian das eslaian jnfartadas y doloridas; habia vértigos, cefa
• producido muclw efecto. La enferma no ha dormido lalgia, é imposibilidad aBsolula de tragar, hasta los lí
durante lu aoéhe; el pulso es mas elevado, y mas quidos;- respiración liíborrosa, el uso de la palabra ra-.
DI MEDICINA Y CIBDIÍA.—FRANK.
si nulo, y solo se espresaba la enferma por medio de de donde salia ose olor cadavérico, que era produci
signos: dolor en el pecho y en el hipocondrio izquier do por una gangrena de la lengua. El enfermo, ata
do; cara pálida, ojos tristes y lacrimosos, la mandí cado de escorbuto, lo estaba también de tifus, y el
bula inferior inmóvil, boca muy abierta. Por la tarde principal sintonía de esta afección había sido la glosi
sobrevino frió, seguido de calor; vientre blando, é tis. Se declaró en la estremidad de la lengua una in
indolente al tacto. Se prescribió para colutorio una flamación, que en pocos dias, y antes de que el Sujeto
infusión de manzanilla mezclada á partes iguales con hubiese llegado á un estado de muerte próxima, de
leche. Se dieron fricciones en las parótidas y en el generó en esfácelo. En efecto , la lengua de este
mentón con un linimento volátil, y después se cu hombre, que tendría cuarenta años de edad, estaba
brieron estas partes con una cataplasma. El 13,1a negra en los dos tercios de su estension. Le hicimos
enferma no ha dormido durante toda la noche ; pulso poner aparte inmediatamente. Al cabo de tres dias,
débil y frecuente. Por la mañana, una deyección lí hacia medianoche, tuvo lugar una fuerte hemor-
quida, poco abundante; hinchazón, rubicundez y dolor lagia por el punto en que la porción esfacelada
considerables en la lengua. Al medio día, frió pro principiaba á separarse , y arrebató al enfermo , á
longado, seguido de calor y de alguu sudor. La en quien descuidó mucho el cirujano encargado de velar
ferma se queja del dolor del pecho y del hipocondrio por él.
izquierdo: la garganta está dolorosa y quemante; la Los cinco casos de glositis que acabamos de refe
dificultad de respirar es algo menor; el pulso con rir nos ponen en el caso de apreciar las causas que
tinúa siendo pequeño y débil, la boca, no deja de dan origen á esta enfermedad, los síntomas que la
exhalar un olor infecto. Colutorio con el cocimien- caracterizan, la fiebre que la acompaña, y el trata
le de malvas dulcificado con miel: en tanto que la miento que exige. En cuatro de estos casos como
enferma puede tragar, se la da leche tibia y cálao. El en el de que hemos hablado en otra parte (164), la
14, ha tenido la paciente por espacio de una hora un enfermedad dependía de una supresión brusca de la
sueño interrumpido; el olor de la boca no es tan in traspiración, que debe por consiguiente considerarse
soportable. Al tragar un poco de caldo, ha arrojado como el principal origen , tanto de esta afección,
un coágulo de sangre, duro, de pulgada y media de como de la angina. Respecto á la mujer, en la que
longitud, lo cual la ha proporcionado alivio. Nada de fue producida por las hojas del tabaco, no nos sor
cámaras, la escrecion de la orina es fácil. Por la tar prendemos de que aunque el hábito de mascar tabaco
de, aumenta la fiebre, la piel permanece seca, la ca está tan eslendido, no produzca un resultado seme
beza está dolorida, los ojos lacrimosos ; la enferma jante, porque esta mujer, de complexión débil y ca
duerme poco, pero respira con mas facilidad. El pul quéctica, había hecho uso del mercurio por espacio
so es siempre débil y frecuente. Deposiciones poco de mucho tiempo, á causa de afecciones sifilíticas
abundantes, muy fétidas y líquidas. La lengua está que había padecido : de manera, que los órganos de
menos dolorosa al tacto, pero continúan los dolores su boca permanecían en un estado de sensibilidad
al hablar; está cubierta en toda su cara superior de muy exaltada. No hablamos aquí de las inflamaciones
una materia blanca y espesa , y su volumen no ha de la lengua, determinadas por causas esternas ó por
disminuido: el infarto de las parótidas es menor, á ojierpos esjraños, sino solamente de la glositis primi
beneficio de las reiteradas unturas con un linimento tiva. La primera que hemos descritojera evidentemen
volátil; estas glándulas están también mas blandas y te catarral. En cuanto á la segunda, se podrá tener
poco dolorosas. El 15, la cefalalgia es menor; pero duda sobre sí pertenecía á la angina que llamamos
continúa el dolor pungitivo de la lengua durante los esterna ó parotídea (174), pues en la misma época
esfuerzos para hablar. Los dolores del hipocondrio era muy general en Pavía esta especie de angina
izquierdo y del pecho desaparecieron para fijarse en entre los jóvenes: ademas, las glándulas submaxilares
las articulaciones. Al medio dia, sed viva y frió in estuvieron infartadas, no solamente desde la invasión
tenso; la lengua, poco cubierta de moco, está menos de la fiebre, sino hasta el lin de la enfermedad; y por
dura y menos hinchada, pero continúa siempre la sa último continuaron de ese modo , y después supura
livación fétida. Pulso frecuente , blando, y algo ele ron cuando la lengua adquirió su movilidad y pudo
vado. Se prescribió un colutorio con dos libras servir de nuevo para la articulación de la palabra.
(1 kilógr.) de infusión de manzanilla y una dracma Sin embargo, en todos los casos de glositis que he
(4gram.) de láudano líquido de Sydenham. El 10 no mos observado, esas glándulas, las sublinguales y las
hubo alteración alguna. El 17, fiebre ligera, sed mo parótidas, no han dejado de tomar parle mas ó menos,
derada, nada de cefalalgia. Por espacio de tres dias de una manera sintomática. Si se objetase que poco
disminuyen los síntomas. £1 21 , se reemplazó el importa, médicamente hablando, que una glositis
láudano del colutorio con diez granos (15 decigr.) de sea idiopática ó que pertenezca á la angina esterna,
opio* El 22, la lengua1 ha vuelto casi á sus dimen responderíamos que, en esta última, rara vez es nece
siones naturales, y ejerce algunos movimientos. No saria la sangría, y que destruye con frecuencia las
hay ni infarto, ni dolor en las parótidas. La enferma metástasis. Pero una circunstancia nos inclina á creer
ha recobrado su buen humor : no se queja mas que que la glositis de que hablamos no fuera una angina pa
de debilidad. No tiene fiebre y habla con claridad; rotídea, y es que terminó por supuración, lo cual ocur
la fetidez de la boca ha desaparecido; sin embargo, re pocas veces en esta enfermedad, á no ser que tenga
duerme poco. Por la tarde tomó doce gotas de láuda lugar por el oido. En efecto, en dos de los casos que
no liquido. El 23, ha dormido bien; la lengua está hemos indicado, sobrevino un absceso, que hubiera
blanda y casi limpia. Un cocimiento amargo para sofocado á la enferma de la última observación, sin la
bebida. £1 30, la enferma , habiendo reanimado las prudencia del médico, que alejó el peligro por medio
fuerzas á beneficio del régimen restaurante , aban de la sangría. Relativamente á la fiebre, ya muy dé
donó el hospital. bil, ya verdaderamente hiperesténica, y alguna vez
Glositis con gangrena. —Visitando el hospital de tifoidea, que acompaña ú la glositis, y que exige que
Viona, percibimos un olor fétido que se exhalaba de nos abstengamos de la sangría, como que se repita
una de las camas; llamamos al médico del hospital, á varias veces, se puede juzgar de las variaciones que
fin de preguntarle cómo toleraba semejante infección imprime al tratamiento, por los resultados de los me
del aire. El nos aseguró haber tomado todas las me dios enteramente opuestos que se usaron con éxito
didas posibles de salubridad, y nos condujo al lecho en estas diversas circunstancias. En lo que concierne
106 BIBLIOTECA ECONÓMICA
á la glosistis gangrenosa, que termina la serie de Existe asimismo una angina habitual, sintomática de
nuestras observaciones, no creemos tuviese nada de varias afecciones, tales como el escirro y el cáncer
común con el glosantrax de Sauvages, que es una de las glándulas del cuello, del paladar, etc., las con»
enfermedad propia de los animales domésticos. vulsiones, la tisis pulmonar, la parálisis de la gargan
ta, el vicio venéreo, etc.
GENERO SEGUNDO. 172. Angina tonsilar.—La angina gutural, que
los griegos llaman rynanquc, ¡ otros esquinanneia
Angina. ,'< -.-v tvnsilar, es la mas frecuente de todas: se percibe fá
cilmente bajando la base de la lengua. La inflamación
168. Una via común ofrece paso al aire y á los ocupa ordinariamente la amígdala izquierda ó la de
alimentos en la cámara posterior de la boca; la deglu recha, y la membrana mucosa de¡la garganta: otras
ción y la respiración constituyen dos funciones, á la veces se estiende á toda la superficie de las fauces,
que conspiran sus Arganos estrechamente unidos. No que está roja, hinchada, ardiente, seca, ó cubierta
será, pues, fácil separar el estudio de las enfermeda de un moco puriforme y blanquecino. El menor movi
des de la garganta y de la laringe, puesto que tanto miento de lós órganos inflamados , sobre todo, el mo
se complican entre sí. A pesar de eso, las afecciones vimiento de la deglución, aumenta considerablemen
de estas partes presentan una división natural: ó de te el dolor. En ciertas ocasiones los alimentos y las
penden de un estado espasmódico, de obstáculos me bebidas salen por las narices, la voz es ronca ó muy
cánicos, y esta es el asina traqueal, la disfagia; ó la aguda ó'nasaULa deglución de los líquidos es ordina
deglución es difícil, y hay lesión en la respit ación. Es riamente mas difícil que la de los sólidos. El enfer
tas dos funciones pueden estar desordenadas por una mo se ve obligado de continuo á tragar ó á espeler la
inflamación que se establezca en la faringe ó eu la saliva y el moco segregado, por los órganos inflama
laringe; y á esto es á lo que nosotros examinamos dos, lo cual produce vivos dolores, y es fatigado por
aquí najo el nombre de angina. Las demás afecciones un ptialismo incómodo. La ansiedad, el temor de la
se espondrán en su lugar respectivo en el curso de sofocación, y las sacudidas de la tos , no le permi
esta obra. ten gozar un instante de sueño. La deglución pro
169. Definición.—La angina, por otro nombre duce á veces un dolor agudo en el oido, y hace sen
esquinancia, es una inflamación de la garganta y de tir una crepitación muy perceptible. Otras el oido
las partes adyacentes, con liebre, acompañada do está tardo; y la titilación acasionada por la viscosi
obstáculo y de dolor en la deglución, ó ele dispnea, dad y la acrimonia del moco, escita náuseas.
y algunas veces de todos estos'síntomas reunidos. Sin embargo, los dolores aumentan con la fiebre,
170. Síntomas generales.—Los síntomas gene so desarrolla un calor intenso, la cara se pono roja,
rales de la nugina se componen de fenómenos comu lívida , y abotagada; los ojos están prominentes y bri
nes á las inflamaciones, y de accidentes que traen su llantes; existe cefalalgia, agitación, insomnio, delirio,
origen del obstáculo al paso del aire , de los alimentos, oscuro ó muy pronunciado, el vientre está ícrezoso,
de las bebidas, ó del impedimento déla sangre, al y la sed os intensa. En ciertas ocasiones la tume
volver por las venas yugulares, ó déla cjrculacio» facción es muy sensible al esterior; si las partes \n*
linfática. lernas se alivian con esto, es buen signo; lo contrario
Los síntomas dependientes de la inflamación local, e6 de mal agüero.
son el tumor, la rubicundez y el dolor exteriores, que Pero comunmente la angina consiste en una fló-
impiden la deglución ó lu respirucion; la rubicundez, gosis superficial de la garganta, con fiebre ligera, y
la tumefacción y el dolor de las tonsilas, de la gar acompañada de síntomas de catarro. La membrana
ganta, del velo del paladar, y de la base de la lengu;i; mucosa es de un rojo pálido ó erisipeloso; segrega
y por último, un estado inflamatorio semejante de la un hum r catarral y seroso; y la campanilla prolon
faringe, ó de la laringe. gada, toca la base de la lengua.
Los síntomas que nacen de los obstáculos que sé Angina faríngea.—La esquinancia faríngea, para-
oponen á la entrada del aire en el pulmón, al paso cynanque do los griegos, no se diferencia de la pre
de los alimentos y do las bebidas al estómago, etc., cedente mas que por la profundidad de su asiento;
son la ingurgitación de los vasos de la cabeza , la ocupa con particularidad los músculos y la membra
congestión do los humores hácia el cerebro, el ador na mucosa de la faringe; sigue y acompaña con fre
mecimiento, el delirio; la ostravasacion de los líqui cuencia á la angina gutural, se propaga algunas
dos, el eilema, la debilidad general, la alteración de veces á la cámara posterior de la boca, y se estiende
la sangre, de la linfa, qüe no renueva un quilo vivi á todas las espansiones musculares de la faringe. El
ficador. ardor, la rubicundez y la sequedad son considera
171. División.—Considerada según su asiento, la bles; la deglución no es mas dolorósa que en Mftin-
angina es interna, y puede ocupar las tonsilas ó amíg gina tonsilar; los líquidos refluyen con mas facilidad
dalas, el velo del paladar, la campanilla, la base de la por k nariz, y la tos es convulsiva.
leagua%el paladar, y la faringe, cuyos órganos están Angina exofagica.—En ciertos casos la inflamación
comprendidos bajo el nombre de garganta, ó faucrs: se establece en el mismo exófago, y debería dárse
puede estenderse ú la laringe y á la tráquea. Hay la el nombre de ecofagitis; pero como los obstáculos
también una angina esterna, impropiamente llamada en la deglución tienen el mismo sitio, y los síntomas
angina parotidea. Respecto á la fiebre concomitante, no son diferentes, no conviene referir esta afección
la angina es susceptible de adoptar el carácter infla á otro género. Los alimentos encuentran el estorbo
matorio, gástrico ó nervioso; pero entonces no es en el lugar en que el enfermo indica el asiento de la
siempre la afección esencial, pues algunas veces es inflamación, ocasionan eu este punto un dolor fijo y
solamente un síntoma. Va reside la causa do la infla constante; las congojas aumentan bien pronto; se
mación en la parte afectada , ya tiene su asiento en siente un dolor profundo, algunas veces aun en la
otro lugar, y ejerce simpáticamente su acción sobre espalda, y las materias que pasan por el exófago
la garganta, de modo que la división de la angina vuelven á salir, sin haber snl'rido alteración.
en primitiva y secundaria, está fundada en su misma 17:). ANGINA LARINGEA, ANGINA TKAQLKAL. —EstaS
naturaleza. Frecuentemente es epidémica, y entonces dos variedades de la angina no so a»uucian por nin-
depende de una causa esparcida universalmentev gnn signo sensible en la garganta, á no ser que. es
DE MEDICINA Y C1BUJÍA.—FRANK.
ten complicadas con las variedades precedentes. Ata edad adulta, pero con particularidad en la infancia y
can especialmente á los niños, en quienes adquieren en la juventud, un tumor considerable, poco infla
en muchas ocasiones un carácter espasmódico. lié matorio, aunquo duro y doloroso, en la región que
aguí los síntomas que las distinguen: respiración muy ocupan las glándulas parótidas, maxilares ó cervi
difícil, deglución libre, á pesar de que nosotros he cales. Otras, como lo hemos visto nosotros, se ma
mos preseuciado un caso mortal en un adulto, en nifiesta una especie de edema circunscrito é in
que la deglución se acompañaba de un dolor violento. flamatorio, que rodea en una grande ostensión y en
Alteración considerable de la voz, que es ronca ó forma de collar, el cuello y el mentón; la sangre
chillona, ruidosa y aguda, ó casi natural. Fiebre agu fluye á la parle, que se pone- tensa. Este estado oca
dísima, pulso frecuente, pequeño y duro, ó tembloro siona dolor en los músculos y ligamentos de la man
so; grandes palpitaciones; calor vivo, que aumenta . díbula y del hueso hyoides; la liebre es muy intonsa,
á la entrada de la noche. El enfermo esperimenta una la masticación y la abertura de la boca imposibles,
sensación do ardor, de dolor, ó una gran sensibili la deglución muy difícil. Eu el primer caso, al cabo
dad en la laringe, ¿en la tráquea, especialmente du de algunos dias, de una semana, ó mas tarde si la lie
rante la inspiración ó la deglución La cara interna bre es grande, se establece la resolución y el tumor
de estos conducto-; no presenta eu muclias ocasio disminuye; en otras ocasiones desaparece el infarto
nes masque una inflamación superficial ó erisipela de uu modo inesperado, y se trasporta, como lo he
tosa; en otras la afección es mas intensa y ocupa las mos observado nosotros y como otros también lo ase
membranas, los ligamentos y los músculos de la la guran, á los testículos en el hombre y á las mamas
ringe. En este último caso, se deposita eu la membra en la mujer: la metástasis es seguida del aumento
na mucosa una linfa coagulable, y forma una capa de la fiebre. El tumor puede desenvolverse en los
poco adhereute: puede convertirse en una falsa mem dos lados, comprimir las venas Yugulares y ocasionar
brana que se une á la laringe ó á la tráquea, ó se accidentes fatales. En el segundo caso, el del edema
encuentra separada de sus psredes por un líquido llegmonoso, el tumor es voluminoso, se estiende
puriforme: esta falsa membrana se suele espeler desde la barba al pecho; la deglución es muy dificil
por medio de la tos. Nosotros hemos visto la materia, por espacio de algunos dias, y el enfermo se ve ame
* que tenia el aspecto de unaserosidad purulenta, ocupar nazado de sofocación.
las ramificaciones bronquiales, llenarlas, salir con Nosotros llamamos también angina esterna, aun
ímpetu cuando se cortaban estos órganos en el ca que es muy diferente déla anterior, la que se atri
dáver, y ocasionar durante la vida la dispneti y todos buye á la luxación del hueso hyoidos, ó de sus apén
los sintonías de la peripneumonia. La toses frecuen dices.
te, impetuosa, con doloi'en la laringe, espectoracion 175. División de la angina, secunda fiebre.—Con
ordinariamente poco abundante, puriforme y, san relación á la fiebre, las anginas guturales, traquea
guinolenta, y presentando pedazos membranosos les, y parolideas tomau el carácter inflamatorio, gás
considerables. A estos síntomas se agregan otros, trico ó vervioso. Cuando la angina se acompaña de
como ansiedad estrema, postración de fuerza, agi fiebre nerviosa, se convierte en una enfermedad gra
tación, coloración de las mejillas, tumefacción ó li ve, á la que se da el nombre de angina maligna, ul
videz déla cara, pulsaciones fuertes de las caróti cerosa, y gangrenosa. Pero como casi siempre vie
das, disteusion de las yugulares, afección soporosa, ne á unirse á ella otra afección, sobre todo la escar
sudor abundante en el rostro, y muerte pronta, si no latina, creemos nosotras que esta especie general
nos apresuramos á remediar la violencia de la en mente es síiitómaüca, y por lo tanto, trataremos de
fermedad. ella en el artículo de la escarlatina. Debemos obser
Cuando Ja inflamación desciende á la tráquea, 6 & var aquí que la augina gutural y la traqueal se acom
los bronquios, constituye en el primer caso una es- pañan con harta frecuencia de ulceraciones gangre
peeie do traqueitis, y en el segundo ofrece el apa nosas, y exijen el mismo tratamiento que estas ulcera
rato de la peripneumonia. En mas de cien cadáveres ciones, toda vez que su causa es la misma.
de peripneumóuícos hemos descubierto, casi constan 176. Calías.—Las de la angina varían, según sea,
temente, una flogosis de la superficie interna de los primitiva ó secundaria, y según la naturaleza de la
bronquios. Esta inflamación de las vias aéreas no fiebre concomitante; pero no son distinguidas de las
mereced uwnbre de angina de pecho, pues estadeno- generales de la inflamación. Muchas veces reina esta
minacion se aplica á una enfermedad crónica, carac enfermedad epidémicamente á favor de la constitu
terizada por dispaea súbita, y sensación de sofocación ción anual. La angina esporádica depende ordina
al menor movimiento, dolor lancinante y profundo cu riamente de causas determinadas, especialmente del
la direcciou de los músculos pectorales y de los de enfriamiento, al cual debe su origen, con particula
la cara interna del brazo ó debajo del esternón, con ridad en la primavera y en el otoño. Nosotros hemos
intermitencia del pulso eu varios enfermos, accesos observado peripneumonias de invierno, de naturaleza
periódicos de movimientos convulsivos, con rauver- reumática , cambiarse en anginas. Pero en todas las
samieuto del tronco. Este estado se refiere á las le estaciones pueden dar lugar á la angina la esposi-
siones órgánicas del pulmón, del corazón, de los cion imprudente al frió cuando se esta sudando; la
grandes vasos, ó al asma espasmódica. En la inflama acción de uu aire frió sobre la garganta, y aun du
ción de la tráquea, ademas de los síntomas comunes, rante una carrera rápida, á caballo ó en carruaje,
se observa uu ardor fijo sobre su trayecto, tos seca, contra el viento; el paso repentino de una atmósfe
ó con espectoracion puriforme y sanguinolenta, di ra muy caliente á una fria, después de los ejercicios
ficultad de respirar, y dolor agudo al pasarlos ali oratorios, de cantos,- de gritos, etc., También debe
mentos por el esófago al nivel del punto irritado de mos mencionar aquí las divarsas especies de acri
la tráquea. Se encuentran falsas membranas, que ta- monias, sobre lodo, el virus del sarampión, de la es
pizau todo ni interior de este conducto, y que espli— carlatina, de la erisipela , de la sífilis; el vicio escro
c.in la muerte ó elTisma crónica de ciertos enfermos. fuloso, el reumático, el ulceroso, el aftoso, los cuales
También se encuentran úlceras, que son causa de la. llevan su acción con especialidad sobre la garganta, y
tisis traqueal y purulenta. producen una angina sintomática. Hay ademas otras
174. I'abótidas.—Alguuasveces,sienla menor apa causas que tienen lugar eu este cuadro: tales son
riencia de malignidad , se forma súbitamente en la los cuerpos estraúos detenidos en la garganta, el uso
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del 'mercurio, los repetidos esfuerzos del vómito, un á la lengua, ú ocupe la laringe ó la tráquea , sin tu
tumor cualquiera, esterior ó interior, situado cerca mor aparente al esterior, y se acompañe de respira-
de las fauces.. La angina se reproduce con facilidad cioncorta, dolorosa, de ortopnea ó de una ansiedad
en los individuos que la han padecido, sobre todo, si considerable. La angina laríngea no produce la gan
ha terminado anteriormente por supuración. Las grena cuando no es erisipelatosa ; pero termina prons
investigaciones de los modernos no han confirmado lamente por sofocación. En otros casos mas felices
la existencia de la angina por la luxación hácia de* sobreviene una espectoracion copiosa de materia pu
lante de las vértebras del cuello en los niños; por riforme y sanguinolenta , mezclada do pedazos mem
otra parte, este accidente debe producir algo mas branosos , y acompañada de sudores y orinas abun
que una angina. Ignoramos qué cosa es la quea dantes. Se na visto desaparecer una especie de vó
dirige la acción de las causas morbosas sobre una* mica, que parecía ocupar el pulmón, por medio de
parte del cuello, con preferencia ú otra; pero no una espectoracion prolongada y casi purulenta. Al
puede negarse la influencia que ejerce bajo este as gunos enfermos mueren al segundo ó al cuarto dia;
pecto la constitución anual: en efecto, en iguales otras veces se prolonga la enfermedad hasta el dia
condiciones atmosféricas, las causas que determinan octavo, y aun mas allá. Esta flegmasía produce en cier
este año la angina gutural, atacan al siguiente la tas ocasiones la estrechez de la tráquea , ó una costra
tráquea ó las glándulas del cuello, los testículos y membranosa en las paredes de este conducto, lo cual
las mamas. Tampoco sabemos por qué prefiere la an es causa de una dispnca continua. Nosotros hemos
gina traqueal á la infancia: los llantos de los niños observado este accidente á consecuencia de la metás-
no pueden esplicarnos este fenómeno. Hemos obser- tacis do un herpes del cuello sobre la cara interna
vado la angina en un ictérico, á consecuencia de la de la traquea ; al menor movimiento la respiración se
repercusión de la púrpura: cualquiera metástasis se hacia sibilante. Algunas veces queda una ulceración,
mejante sobre la laringe y la tráquea puede deter que acarrea la tisis traqueal, que importa mucho dis
minar sobre estos órganos la inflamación. También tinguir de la tisis pulmonar. La inflamación de lee
hemos observado con frecuencia anginas producidas glándulas maxilares, linfáticas, y parótidas, sin nin
por la peripneumonia ; al hacer la autopsia se en gún principio de malignidad , no es grave. No sucede
contraba inflamada la tráquea en toda su ostensión. lo mismo con la angina maligna ó gangrenosa, de la
No es menos fácil el paso de la traqueitis á la pe que hablaremos en el artículo de la escarlatina.
ripneumonia. La úlcera del pulmón acarrea casi siem US. Tratamiento.—El tratamiento de la angina
pre en los últimos momentos la inflamación de la gar está fundado en las mismas reglas que el de las demás
ganta, con estincion de la voz. Siempre que la angina inflamaciones: exije que se tengan en consideración
laríngea ó gutural reine epidémicamente acompañada las causas, la constitución epidémica, la naturaleza
de fiebre nerviosa, se puede suponer con razón un de la fiebre, el temperamento del enfermo, y el pe
principio contagioso. Algunas veces la misma peste ríodo de la enfermedad. Debe intentarse la resolución
cuando se acompaña de tumores glandulosos á la cara desde el principio; pero en la inflamación de las ton
ó al cuello, de ulceraciones fétidas en la garganta, silas, es muy raro que se pueda obtener después del
como la peste de Atenas, parece pertenecer á una es dia cuarto ó quinto, <y cuando la enfermedad ha ter
pecie de angina muy maligna. Multitud de esperien- minado ya varias veces en el mismo individuo por su
cias prueba que las inflamaciones de la garganta traen puración. Pocas fleemasías exijen con mayor urgencia
su origen muchas veces de las primeras vías. las sangrías generales repetidas; después de practica
477. Pronóstico. — El pronóstico de la angina sé das estas, están perfectamente indicadas las evacua
deduce del carácter de la fiebre, del sitio que ocupe ciones locales. Los antiguos recomendaban la abertu
la inflamación, y de las causas que la hayan determi ra de las venas raninas, pero esta operación es difícil
nado. La angina gutural sigue la marcha ordinaria de y peligrosa. Se ha aconsejado la sangría de la yugu
las inflamaciones , y su terminación mas frecuente es lar; puede ser útil en un caso grave, pero es preferi
la resolución ; supura fácilmente en los sugetos que ble poner doce sanguijuelas en el cuello. Si la angina
han sufrido varias veces esta terminación : rara vez depende de las saburras, y no existe ningún signo de
degenera en escirro de las tonsilas en estrechez é in plétora, produce muy buenos resultados un emético
duración de la parte superior del exófago á no ser que ó un emeto-catártico: en la complicación con la plé
se complique con el vicio escrofuloso ¡ todavía es mas tora, debemos empezar por abrir la vena y provocar
raro que termine por gangrena , si no se asocia á ella cu seguida el vómito, sin temer entonces ningún mo
una liebre maligna; la sofocación sobrevendría sin vimiento fluxionario hácia la garganta.
duda antes de este accidente. Se asegura que la an Cuando la afección es catarral, y la fiebre poco in
gina se convierte en otra enfermedad, en pesipneu- tensa, no debemos decidirnos con tanta facilidad por la
monia, en cefalitis : nosotros no lo hemos observado sangría: muchas veces son muy convenientes un ve-
mas que cuando la inflamación ofrece el carácter eri gigatorio á la nuca, gargarismos astringentes (1), una
sipelatoso. La angina catarral es larga , pero su reso poción salina con el nitro y un grano (5 centígr.) de
lución es fácil. Cuando la supuración ha de tener lu tártaro estibiado, ó una bebida tibia, hecha con la in
gar, el dolor se hace mas intenso y pungitivo; cuando fusión del saúco edulcorada con la miel.
está ya formada, disminuye este, y la tumefacción En una inflamación intensa, las sustancias salinas ó
llega al mas alto grado : de el sesto ni sétimo dia de estimulantes y las bebidas frías aumentarían la irrita
enfermedad, se abre el absceso espontáneamente, algu ción; cuando haya necesidad, es preferible adminis
nas veces durante el sueño, ó por le menos presenta trarlas en lavativas; sin embargo, las laxantes suaves
signos de madurez necesarios para practicar su aber
tura. La inflamación de la laringe, á no ser que se (1) CARGARISHO ASTRINGENTE.
estienda á las partes vecinas , es larga , pero menos R. Corteza de roble seis dracmas.='24 gram.
peligrosa que la angina gutural. Cuando supura, pro Hágase un cocimiento con
duce con mucha facilidad la caries de las vértebras, Agua libra y media="."iO gram.
á causa del poco espesor que en este sitio tienen las A cada librar=SOO gram. de coladura, aliádisc
capas musculares j especialmente si el virus sifilítico Alumbre media dracma=2 gram.
es el que ha ocasionado la enfermedad. La gravedad Esptrilu de vino onza y medra=55 gram.
•« grande , siempre que la inflamación se propague También se. puede disolver la misma cantidad di alumbre cn¡ oclio
onzas—ISO gram. de Tino tinto. »
DE MKDICTNA Y cirujía.—FRANK. 109
son muy útiles. Para humedecer la garganta, que liaba amenazado el enfermo, á causa de una colección^
permanece en un estado de sequedad y de eretismo, de pus en la laringe.
nos servimos con ventaja del agua de malvas dulci Pero el método antiflojístico no ha producido siem
ficada con miel, y á la cual so agrega una corta can pre buenos efectos en las epidemias de angina larín
tidad de nitro, del cocimiento de higos en leche; del gea, evidentemente exenta de carácter maligno. Se
vapor del agua tibia acidulada con una pequeña can na atribuido al espasmo la causa de esla enfermedad;
tidad de vinagre, y de la que so empapa una espon en consecuencia, sellan abandonado casi enteramente
ja, que se aplica el enfermo á la boca: se prescribe las sangrías, y en su lugar se lia administrado con
también un looch preparado con pepitas de membrillo éxito variable el mercurio. A los niños, aun á los de
ó con la goma arábiga y la miel (l). dos años, se ha prescrito de cinco á seis granos (23
Las inyecciones tienen inconvenientes, á no ser que centígr. á 3 decíg.) de calomelanos dos ó tres veces
las exija una pituita tenaz, ó que se practiquen con al dia, ó tres granos (13 centigr.) de tres en tres ho
mucha suavidad: la acción de las gárgaras aumenta ras, hasta que el enfermo llega a tomar quince gra
también la irritación. Al esterior, puede aplicarse de nos. Se han ensayado las fricciones con el ungüento
bajo de la barba un pedazo de lana impregnado do un mercurial, sobre la laringe; pero seguramente no pe
linimento volátil (2), ó una cataplasma emoliente pre netra en su cavidad.
parada con el pan-y la leche. Cuando la irritación es Cuando la violencia de la inflamación en la laringe
reumática, basta para disiparla un vejigatorio al cue ó en la parte superior de la tráquea amenaza una
llo, después de practicadas las sangrías convenientes. sofocación próxima, se debe recurrir á la broncotomia,
Cuando no ha podido obtenerse la resolución, el remedio dudoso, pero el solo que nos resta emplear
dolor disminuye; sobrevienen ligeras horripilaciones, en este caso estremo (1).
pulsaciones en la parte, sin que cese completa 180. Tratamiento de las parótidas.—La angina
mente la fiebre, y se forma la supuración. La indica esterna que tiene su asiento en las glándulas del cue
ción que hay que satisfacer entonces, consiste en ace llo y de la mandíbula, ordinariamente benigna, exige
lerar la madurez del absceso, y en dar pronta salida una ó dos sangrías, según la intensidad de la fiebre
á la materia, para prevenir la desorganización de las y el estado del pulso; otras veces no reclama ninguna
partes. En ciertas ocasiones, aunque raras, puede di- emisión sanguínea. Se aplica sobre el tumor un lini
rijirse al esterior el absceso que está prominente hacia mento volátil, ó una cataplasma emoliente, si la ten
fuera. Algunas veces llena toda la cavidad de la boca, sión es considerable. También es útil prescribir un
ocasiona angustia considerable, y amenaza una sofo purgante salino, y en seguida una poción también sa
cación próxima. Para satisfacer las indicaciones esta lina, con el vino de antimonio ó con el tártaro eméti
blecidas, es preciso continuar usando los baños de co, á dósis refractas, y'en fin, una infusión de saúco
vapor, y los tópicos emolientes, y abstenerse de la con nitro y ojimiel. Debemos abstenernos de los re
sangría, á no ser que la reclame la inflamación, aun percusivos, de los astringentes, de las preparaciones
intensa, y la dispnea. Si en el tumor, estando ya blan- saturninas, pues dejan fácilmente infartos glandulo-
3uecino, se percibe fluctuación, y no presenta señales sos, ó trasmiten la materia irritante á un órgano mas
3 abrirse próximamente, es necesario apresurarse á noble.
dilatarlo con la lanceta. En esta especie de angina, Siempre que en cualquier angina se efectué una
no liemos tenido jamas precisión de recurrir á la bron- metástasis fatal sobre un órgano importante, ó que se
cotomia para prevenir la sofocación. propague á él la irritación, se deben seguir los prin
179. Tratamiento de la angina liriigea y tra cipios que ya hemos espuesto, ó que estableceremos
queal. —En la inflamación de la laringe y de la trá en otra parte.
quea es muy grande el peligro, y el arle ofrece con La angina dependiente do la luxación del hueso
tra ella pocos recursos. Cuando la fiebre presenta un hyoides exige remedios quirúrgicos, y se cura con la
carácter inflamatorio, los principales medios son: la reducción.
sangría de la yugular, ó de cualquiera otra vena, 181. Tratamiento de la angina maligna.—Si una
practicada á tiempo, y reiterada si fuere conveniente, de las anginas precedentes se complica con la fiebre
y la aplicación de ventosas escarificadas, y de doce nerviosa, debe establecerse uu tratamiento apropiado
sanguijuelas en el trayecto de la laringe ó de la tráquea. á esta y á la inflamación maligna (95), y especialmente
Los niños, á quienes ataca esta afección con pre los medios que haremos conocer en el artículo do la
ferencia, no soportan grandes evacuaciones sanguí escarlatina , anginosa maligna.
neas; pero son igualmente útiles las sangrías, cuan 182. Tratamiento de la convalecencia— Des
do se practican en proporción á su edad, y el uso de pués que ha desaparecido la angina, reclama la con
las sanguijuelas. No debemos olvidar las ventajas que valecencia remedios y un régimen diferentes, según
nos ofrecen en esta enfermedad los pediluvios, los la naturaleza de la fiebre concomitante. La angina
enemas reiterados, la frecuente inspiración de vapo habitual, dependiente de la relajación, y de la irritabi
res acuosos, y la aplicación de los vejigatorios sobre lidad de la garganta, exige el uso de los gargarismos
la laringe y sobre la tráquea, después de las sangrías preparados con el agua fría, con el cocimiento de
convenientes. A veces el emético, precedido también quina ó de corteza de roble, á la que se agrega el
de la sangría, ha evitado la sofocación de que se ha* alumbre, y á veces una pequeña cantidad de opio.
Tumor t ulcera de la laringe (2).—Una mujer
de cuarenta y seis años, que había sido muy robus
(I) LOOCH. ta, y que hasta entonces había gozado de la mejor
salud, fue atormentada por la tos durante dos meses.
R. Mntitago de «orna arábiga.. J aa una oara=30 gram. Un mes después se le agregó un dolor profundo en
Miel deparada la garganta; la tos se hizo mas fuerte, con esputos
Méitlese.
LINIMENTO VOLATIL. (I) Véanse F. Blindin, articulo broncotomia del Diccionario de
medicina j cirujia prácticas, t. IV, pág. 278. A Trousseau y II. Bc-
seis dracmas=14 gram. lloc, Tratado sóbrela tisis laríngea, de la laringitis crónica, y de
dragmas=8 gram. las enfermedades de la voz. París 1837, pig. 408.
(1) Etsta obseracion y las siguientes son s
prefaciones clínicas.
110 BIBLIOTECA ECONÓMICA •y i:
uy abundantes y puriformes, dificultad de respirar, En este estado, la respiración so hizo difícil, sibilan
-una incomodidad en la deglución y fiebre ligera. te, por espacio de quince dias. En cuanto á la feti
¡ síntomas remitieron algo, pero ai cabo de cinco dez de los eructos, creemos tuviese origen de alguna
¡lias, respiración muy difícil, ruidosa, sibilante, con afección, simpática del estómago.
opresión en la garganta y muy considerable en el Angina laríngea, con hidropksia aguda de los
pecho. Sin embargo, no habia fiebre; eructos de una bronquios.—En el mes de diciembre de 1787 fué ad
eslrema fetidez y casi insoportable, constipación re mitido en la clínica de Pavía un jóven , atacado de
belde, fuertes palpitaciones , insomnio continuo: la ictericia, con fiebre, y después de padecerla cerca de
enferma no podía respirar mas que sentada en la tres semanas, principió á quejarse de dolor en la gars
cama. A los dos dias de su entrada en el hospital de santa; la cámara posterior de la boca estaba sembra
Pavía, sucumbió. Se descubrió, al hacer la autopsia", da de úlceras; la deglución se efectuaba con mucho
en la laringe y entre las membranal de los cartílagos trabajo, pero no sentia dificultad de respirar. Al cabo
aritenoides, un "absceso del tamaño de una avellana; de tres dias, abandonó el enfermo el hospital, sin
los cartílagos y sus ligamentos estaban también algo salir curado. A las treinta horas volvió, y á conse
alterados, pero los pulmones en su estado normal. cuencia de un tiempo frió y lluvioso, le costaba mu
Hemos hablado muy poco de la angina larín cho trabajo respirar; la voz era ronca, pero sin so
gea (173), aunque hemos tocado los puntos mas im nido metálico; la deglución era imposible; tenia in
portantes de la historia de esta enfermedad. La ob quietud, ansiedad estreñía; las bcoidas refluían por
servación anterior viene en apoyo de los detalles que la nariz; pulso algo lleno y duro, cara amarillo-roji
hemos espuesto. La" pieza auatómica se ha conservado za. Se practicó uua sangría, y se aplicó un vejigato
en el museo de Pavía con diversos casos de falsas rio sobre la laringe, y al siguiente dia, quinto de la
membranas adberentes á la superficie interna de la angina, sucumbió el paciente. Los dos pulmones es
laringe, á causa de la inflamación, de pólipos, de af taban ingurgitados do sangre, y lívidos: el lado iz
tas de pústulas variolosas , y de sarcomas. La mem quierdo del pecho contenía una serosidad sanguino
brana interna de la laringe está infiltrada algunas lenta, la pleura estaba muy encendida: habiendo
veces de una serosidad amarillenta y tenaz. Tam estraido del pecho el pulmón, dejó escapar por los
poco son raras las ulceraciones, tanto en esta mem bronquios una gran cantidad de liquido seroso, tur
brana, como en los cartílagos. En 1793 liemos visto bio, amarillento, y en el que sobrenadaban pequeñas
el cartílago cricoides casi enteramente destruido películas blancas; la tráquea estaba roja en toda su
por una úlcera; y en 1804 hemos observado lo mis estension ; una capa de linfa puriforme cubría la su
mo en los cartílagos aritenoides ; un chancro ha perficie roja, hiuchada y ulcerada de la laringe; la
bia desgastado por delante Id laringe. Morgagni ha misma materia puriforme tapizaba toda la cámara
bla de una jóven asmática, que fue arrebatada por posterior de la boca, así como el paladar y la base de
una muerte súbita, y en la que se halló la laringe ta lengua.
obstruida poruña especie de tapón de pus gris, y como Este hecho es el que hemos indicado (173) al ha
pultáceo. No faltan ejemplos de tumores en el mismo blar de la angina laríngea, y al decir que esta enf*r-
órgano. Portal ha encontrado las glándulas de este medad se acompaña algunas veces de una gran can
conducto obstruidas y tumefactas en los niños naci tidad de serosidad erí los bronquios, dando lugar
dos de padres que habían padecido tisis. En algunos durante la vida á la dispnea y á una porción de fe
individuos atacados de esta última afección, aquellas nómenos propios de la peripnemonia. Es muy obvio
glándulas están enfermas, como las del pulmón. que esta serosidad, derramada en el ramo bronquial
Nosotros las hemos visto del tamaño de un guisante; de uno de los pulmones, aumenta la sofocación del
varias habían supurado, y presentaban erosión en los enfermo. Jamás la hemos visto tan abundante, aunque
ligamentos de la glotis, de la epiglotis y de la larin hemos examinado muchos cadáveres de peripneumó-
ge; pero no se encuentran con tanta frecuencia tu nícos, cuyos bronquios estaban inflamados en toda su
mores voluminosos en este órgano. Un enfermo, de estension (f).
que habla Smith, pereció repentinamente de un tu No existía ninguna falsa membrana en la cara in
mor escirroso en la parte posterior ó interna de la la terna de la laringe , pero se hubiera podido formar
ringe, á consecuencia de una angina. Otro, citado por fácilmente, si la enfe medad se hubiera prolongado
Flormann, muriól sofocado, después de haber tenido algo mas. No reinaban entonces anginas en Pavía, y
durante algún tiempo dificultad de respirar y de tra la de nuestro enfermo atacó inopinadamente, cuando
gar: se descubrió en la parte posterior do la laringe estaba ya afectado de ictericia. No tenemos duda de
un tumor del volúmen de una nuez, que se estendia que no era escarlatinosa, aunque el paciente habia
hasta el primer anillo de la tráquea: este tumor obs hablado solamente de pápulas rojas, sin prurito y
truía casi completamente la laringe, y el cartílago diseminadas, que Se habían desenvuelto en su piel,
cricoides estaba cariado. £1 tumor que hemos des antes de manifestarse la afección en la garganta.
crito merece también la atención de los prácticos; Martin Ghisi, al describir una epidemia de angina
no causó, como la angina laríngea, una fiebre muy laríngea, que reinó en Cremona en 1747 y 1748 (2),
intensa, y aunque igualmente mortal, no tuvo una
duración mas larga. El prefuudo dolor, de que se
quejó el enfermo por espacio de un mes entero, des (1) El mismo fenómeno se ha presentado 4 uno de . mis discí
pués de haber padecido de los por espacio de olios pulos, el doctor Loefler , en un aldeano vienes, arrebatado rá
pidamente por una inflamación de 1« tráquea y de los bronquios.
dos meses, señala el principio de una inflamación, Ijs dos cavidades del pcclio contenían cerca de ocho libras ti ki
mas bien fle^mouosa que erisipelatosa , que hace la logramos) de serosidad. Se )>ercib¡an vestigios de una inflamación
tos mas viva. Los esputos no eran purulentos, sino superficial en el pulmón derecho, que estaba adherido por su
parte superior i la pleura. El pulmón izquierdo parecia muy sano.
mas bien puriformes y espelidos en mayor abundan Al abrir la tráquea, se hallaron de «eis i ocho ornas (183 i 141
cia, lo que atribuimos, como Morgagni, A que el pus grani.) de un humor rojizo y espumoso, semejante al qne arrojaba
se habia reunido en los ventrículos de la laringe; el enfermo con la tos. La membrana interna de la tráquea estaba
inflamada, y su rubicundez se estendia á todo el árbol bronquial.
pero la estrechez causada por el tumor habia produ Cuando se comprimía el pulmón por caalquier pauto, salia el mis
cido la dispnea, y hecho difícil la deglución. En esta mo liquido espumoso abundantemente. No habia ninguna aeilal de
época tuvo lugar la remisión de la fiebre y de los enfermedad eu el corazón , ni en Its grandes vasos, ni eo t*í vis
s; el tumor habia pasado á ceras del vientre
ie, 1769.
DK MEDICINA Y CTRUJÍA.—FRANK. til
dice haber observado muchas veces un humor blan tarde dos granos (1 decígr.) de calomelanos, con
quecino, que salía de los bronquios, al hacer la au veinte granos (1 gram.) de muriato de magnesia. A
topsia en fas victimas de esta enfermedad. Chambón la tarde, los síntomas de la angina han disminuido
y Fourcroy(l), han descubierto también la materia algo: sin embargo, hay todavía alguna alteración en
puriforme en las últimas ramificaciones bronquiales el pulso; la abundancia y la naturaleza do los esputos
y en las vesículas pulmonares de los que eran arre son las mismas ; el enfermo duerme mejor y hace dos
batados por esta afección. Mahon Í2) ha visto lo mis deposiciones. El 11, el dolor de la laringe , la tos, y
mo en dos niños. En el caso que liemos referido, la la cantidad de la espectoracion son menores ; la res
inflamación de la garganta acompañaba á la de la piración y la deglución se efectúan con mas facilidad;
laringe y de la tráquea, lo cual sucede rara vez en pero el pulso es mas frecuente. Se aplica un vejiga
la angina laríngea. Como el enfermo no se auejaba torio d la laringe , y se da alrededor de este órgano
de dispnea, sino solamente de una grande dificultad una fricción mercurial ; la noche siguiente es muy
de tragar, antes de abandonarla clínica para volver agitada á causa de un grande dolor de cabeza y de lu
á la casa de sus padres, nos parece que, bajo la in- laringe; la respiración es muy difícil , la tos mas fre
fluenciu de la estación fría y húmeda , el mal de la cuente , y el aliento fétido; la cantidad de los espu
garganta degeneró en una inflamación mortal de la tos es la misma, pero los que arroja esta noche el
laringe y de la'tráquea. La sangría se practicó con enfermo son purulentos ; la orine, es roja y deposita
repugnancia en este individuo ictérico ; sin embargo, un sedimento latericio. El 13 , ha pasado la noche
la pleuitud y la dureza del pulso, la edad del enfer sin dormir ; el dolor de cabeza y de la laringe es el
mo, su constitución robusta, y los síntomas de tra- mismo, pero la respiración mas difícil y el aliento
queitis, nos impulsaron á recurrir á ella. La exis mas fétido ; una tos continua casi sofoca al enfermo;
tencia de una pleuresía, sin que el enfermo hubiese los esputos son copiosos y mezclados de pus; el in
acusado el menor dolor en el punto afectado, es un dividuo se queja de un dolor en la mandíbula inferior,
hecho notable, pero del cual se conocían ya otros aunque las encías no están rojas. Se suspende el calo
ejemplos {1871. melanos, y se continúa con los vapores y las unturas.
AftGIHA LARINGEA , CON ULCERACION T CARIES. Un El enfermo no durmió por la noche; el dolor de ca-
hombre de cincuenta años, robusto, que habia tenido joza y de la laringe disminuyen algo ; la tos no es
la viruelas y el sarampión, que gozaoa de escelente tan frecuente. El 14, la espectoracion es ménos abun
salud, íí escepcion de algunas hemorragias de la na dante, pero contiene mas materia purulenta ; respi
riz, que padecía comunmente, y de las cuales se veía ración y deglución mas fáciles. Se continúa con el
libre hacia ya algún tiempo, se habia entregado á la calomelanos, los vapores y las unturas, y se aplica un
bebida. En 1807, fué admitido en el hospital de Wil- vejigatorio ú la nuca. El lo, el enfermo ha dormido
na para curarse de un dolor de costado, con tos y mejor esta noche, pero la fetidez del aliento es inso
liebre, del que se libró en seis semanas á beneficio de portable, y la debilidad muy grande. Cocimiento de
la sangría, y de los evacuantes, tanto por arriba como quina con infusión de caña-aromática. Por lu tarde
por abajo. se calmaron algo los síntomas; el enfermo habla y
En el mes de febrero de 180.¡ sintió este hombre traga mejor; no liay dolor en la cabeza ni en la larin»
en la laringe an dolor vivo , que fue aumentando de ge, sino durante la tos. El 16 por la mañana, los
día en día, con ronquera, dispnea, dísfagia, tos con esputos reunidos ycondensados en la laringe quitan
espectoracion mucosa abundante, pero sin liebre. el sueño al enfermo; el dolor es mas agudo, tanto en
Habiendo resistido este dolor á un gargarismo as la cabeza, como en la laringe , y cree va á asfixiarse;
tringente, determinó el enfermo pasar al hospital, en cerca de media hora estuvo sin poder apenas respi
donde entró el 9 de marzo en el estado siguiente: la rar ; estrema ansiedad y debilidad ; el cuerpo está
cabeza estaba, asi como todos los sentidos, en estado cubierto de sudor : en fin , después de la aplicación
normal ; la frente presentaba una erupción impetigi- de una cataplasma; y de la aspiración de vapores
nosa, roja, costrosa, y que dejaba cicatrices que du acuosos, son arrojados los esputes por medio de la
raban ñas de seis meses; la cámara posterior de la ios, lo cual proporciona un grande alivio ; pulso dé
boca enteramente sana , la laringe muy dolorosa al bil y frecuente; orina roja .con sedimento latericio.
tacto , pero sin tumefacción esterior ; voz ronca , ó El 17, dolor mas vivo en la cabeza , en la mandíbula
mas bien afonía, y por consecuencia dificultad de ha inferior y en la laringe ; respiración y deglución mas
blar. La inspiración y la espiración son muy doloro- difíciles, mayoi fetidez del aliento ; y á pesar de eso,
sas , y el aire, al atravesar la laringe , produce un tos no tan continua, y espectoracion menos abundan
sonido muy notable ; tos frecuente , provocada por el te ; pulso frecuente y débil. Se agrega un poco de
dolor de la laringe, y acompañada de la cspuicion de vinagre al cocimiento cuyos vapores respira el enfer
un líquido espumoso , cuya cantidad podría valuarse mo. El 18, el mismo estado que la víspera, aunque
en dos libras jf media en las veinte y cuatro horas; el rostro es mas caquéctico y los labios se ponen ne
deglución difícil , diminución del apetito; no habia gruzcos. Se suspende el calomelanos á causa del
dolor de costado, en el pecho, ni en el abdomen; vien dolor de las encías y de la mandíbula inferior. El 19,
tre libre , piel blanda, calor y pulso en estado norma!. el mismo estado. Se establece un fonlículo en la re ■
Se aplica una cataplasma al sitio dolorido, después de giou laríngea. El 20, la deglución es mas fácil : lo
haberle frotado con un linimento volátil. Por la tarde, (Linas lo misino. El 21, el enfermo ha pasado n.ejor
fiebre curta, con elevación del pulso y aumento del noche; el dolor de la laringe ha disminuido, y la
calor; el enfermo tiene sed; sudor halituoso duran'o respiración es menos trabajosa, pero mas ruidosa ; el
la noche. Se le hace respirar frecuentemente el va aliento continúa siendo fétido; los mas rara; espec
por de un cocimiento de malvavisco, por medio de toracion menos abundante ; purulenta , y con peda
una esponj i que se le acerca á la boca. El 11, liebre zos de membranas; deglución mas fácil; el dolor de
menos fuerte,' piel menos húmeda ; ninguna ileposi - cabeza lo mismo; el de la mandíbula inferior mas in
cion durante dos dias. Se prescriben nos fricciones tenso, emaciación, frecuencia del pulso. El 22, nada
mercuriales sobre la laringe , y tomó por mañana y de nuevo. Se agrega el elixir ácido de Heller al co
cimiento de quina. El 23, por la nocho aumentan el
<X¡ Meta, di la Socied. R»al de medie. T. II, yit. m. dolor de cabeza y el de la laringe, con los sofocante,
h Ib. T. IV, plt. 81. que impide el sueño; esputos purulentos que conté-
112 BIBLIOTECA ECONÓMICA
nian muchos fragmentos de membranas ; respiración habia esperimentado calor sin que fuera precedido do
#muy ruidosa ; deglución mas difícil, pulso menos fre frió, y que durante toda la noche habia tenido fiebre.
cuente y mas elevado. El 21, los esputos son mas co En la actualidad ofrecía en la parte izquierda del cue
piosos ; ei enfermo ha hecho tres deposiciones muy llo un tumor, nada rojo, pero doloroso durante la de
líquidas. Se suspende la quina, y se prescribe un co glución. La garganta estaba encendida y muy hincha
cimiento de liquen islándico con leche. El 25, el en da, el pulso frecuente, y el calor era natural. Manda
fermo ha dormido apenas á causa de la cstrema di mos se la diesen fricciones en el turnar con un lini
ficultad de respirar, de la tos sofocante, y del fuerte mento volátil y una infusión de saúco con el espíritu
dolor que esperimenta, tanto en la laringe como en de Minderero. Por la noche la enferma se halló bien,
la cabeza ; dos cámaras líquidas , esputos abundantes pidió de comer y durmió. El 13 por la mañana , ha
y purulentos. El 23, noche inquieta ; los síntomas de bía aumentado el tumor de la garganta; comprendía
angina aumentan ; tos prolongada y casi sofocante; cerca de tres ganglios linfáticos situados, en las inme
cspecloracion copiosa, purulenta y mezclada de san diaciones del ángulo izquierdo de la mandíbula , que es
gre ; pulso pequeño y débil ; diarrea. Por la tarde es taban dolorosos al tacto. Habiendo reconocido la boca,
mayor la cantidad de sangre arrojada con la tos. El notamos que habia tumefacción en las dos amígdalas,
27, vigilia dur&nte la noche; debilidad estrema; do la izquierda cubierta de una mancha blanquecina, y la
lor de la laringe y de,cabeza, siempre en aumento; garganta ligeramente inflamada. Con todo eso, la en
respiración ruidosa y muy difícil; tos prolongada y ferma bebe, sin dolor , está alegre, y dice que tiene
casi sofocante; los esputos disminuyen ; olor cadavé hambre. El pulso es mas frecuente que la víspera , y
rico del alíenlo; afonía completa; pulso cada vez mas débil ; la respiración libre , tos nula. Ademas de los
débil; cuatro deposiciones líquidas; cara pálida v remedios prescritos el dia anterior, se propinaron gár
triste; labios lívidos. El 28 sobrevino la muerte du garas frecuentes de agua de saúco, el jarabe de mo
rante un fuerte acceso de tos. ras, y ácido muriátíco. Hácia las tres de la larde, "au
Convencidos del carácter de la enfermedad, no exa mentó la fiebre sin que le precediera frió. La enferma
minamos mas que la laringe y la tráquea. En el cartí se queja de dolores en las rodillas y en los muslos.
lago tiroides, cerca de la glotis, existía una ancha úl El calor aumenta y se hace quemante; pulso ace
cera, llena de pus condensado, blanquecino y muy lerado y muy desigual; somnolencia, respiración li
fétido. La superficie interna de este cartílago estaba bre; aunque la garganta está mas hinchada y lívida,
corroída; la esterna sana, pero muy negra; el cartí y aunque en las amígdalas se encuentra una mancha
lago cricoides completamente destruido hácia delante blanca , la enferma no siente dolor al tragar , y la
por la caries; los cartílagos aritenoides y la cpiglo- hinchazón interior es menor. Se aplica una cataplas
tis estaban intactos. ma anodina ; y de cuando en cuando se da una cu
En la época en que sucumbió este enfermo, reinaba charada de jarabe de moras asociado al ácido sulfú
en Wilna el croup entre los niños, del cual murieron rico, y para bebida una infusión de serpentaria de
muchps por falta de socorros oportunos. No liemos Virginia, con el estrado de quina y el jarabe de la
sabido mas que de un adulto que fuese acatado de él. misma corteza ; se aplican ademas dos sinapismos á
Al primer aspecto del enfermo nos inclinamos á creer, las plantas de los pies. El 11, adormecimiento, nada
por la ronquera de su voz, casi apagada, y por las de sudor durantejla noche; el calor es menos fuerte, y
pústulas que tenia en la frente, que la afección del el pulso menos febril : la garganta y las dos amígda
órgano era dependiente de una causa sifilítica; pero las están hinchadas, muy rojas, y la del lado iz
fue preciso abandonar esta sospecha, cuando supi quierdo ofrece una especie de úlcera blanquecina. El
mos que jamás habia padecido ningún síntoma vené tumor estenio en la parte izquierda de la mandíbula
reo, y cuando descubrimos que la garganta no tenia inferior, es menos pronunciado; pero aparece otro
úlcera alguna: no dudamos ya mas, al ver el conjunto semejante en el lado derecho, todavía sin rubicundez:
de los síntomas, de que la enfermedad era debida á 'ambos tumores son dolorosos á la presión.
la inflamación ds la laringe. Pero sabieudo la pronti La enferma ha vomitado siempre que ha lomado
tud con que acarrea la muerte la flegmasía del tubo los remedios, sin duda á causa de las náuseas que
laríngeo, cuando no se la combate con premura, nos los mismos provocan; el vientre se ha movido. So con
admiramos de que , una enfermedad que arrebata á tinúa cóu el jarabe y el ácido sulfúrico: cocimiento
los niños en tan pocos dias , hubiese durado en 8ste de quina con el agua de canela vinosa y el jarabe de
sugeto por espacio de tres semanas, antes de reclamar quina; lavativa con el mismo cocimiento; dos sinapis
los auxilios del arte. Y aquí encontramos un nuevo mos. A la caida de la tarde, exacerbación lijera. Has
argumento en apoyo de nuestra opinión, acerca de ta ahora no ha habido delirio, ni saltos de tendones,
que la prontitud con que mueren los niños atacados ni exantema. El 15, la noche ha sido tranquila; la en
del croup, depende en algunas ocasiones mucho me ferma ha hecho tres deposiciones blandas: nosotros la
nos de la oclusión de las vias aéreas por las falsas encontramos alegre y jugando. Pulso menos frecuente
membranas, que de las convulsiones ocasionadas por y muy elevado; calor natural; la garganta está me
la enfermedad y de la hidropesía aguda de los bron nos hinchada, y cada amígdala tiene una mancha de
quios, de las que no se libran con tanta facilidad co un blanco amarillento. El apetito es menor que en la
mo los adultos. En efecto , los esputos acuosos de víspera. El 16, la enfermaba dormido por la noche,
nuestro enfermo no fueron tan abundantes que de pero sin sudar; tose un poco de cuando en cuando;
bieran provenir con certeza mas bien de los bronquios el pulso se aparta algo del ritmo natural; la respira
que de la estrechez de la laringe; estos esputos uo ción y la deglución son libres, la garganta menos lu
contuvieron falsas membranas durante todo el primer chada: se perciben mas manchas en las amígdalas; el
mes do enfermedad, ya poique el asiento primitivo tumor esterno está poco pronunciado, y sensible al
de la inflamación habían sido las glándulas mucosas tacto. Durante la noche, tos de tiempo en tiempo, y
do la larmgo , ya porque no todas las inflamaciones al toser siente la enferma dolor, no solamente en la
de este órgano y de la tráquea , se acompañan de garganta, sino en el esternón. Por la tarde aumenta
ellas. algo la liebre. El 17, remisión, tos rara, pero acom
Angina ulceiiosa, convertid* en traoueitis.—El pañada de dolor en el pecho; sin embargo, la respira
12 de marzo de 1797 fuimos llamados para asistir á ción se ejerce con libertad; la garganta está menos
una nina de seis años, y supimos que en la víspera tumefacta y menos encendida, no hay manchas en las
DE MEDICINA Y CiRUJÍA.—'FRAM.
amígdalas. Se continúan los mismos remedios. Debe su asiento en la pleura; que casi todos presentaban
mos notar que esle dia fue atacada de angina con ti inflamación eu los pulmones, sin alteración de la
fus una criada de lu casa. Por la-tarde ltubo*exacer- membrana serosa, como los que se creían atacados
bacion, pero no. tan fuerte* como la de la víspera. simplemente de pcripiieumonia. Enljn, en el prque-
El 18, nada de fiebre; alguna tos, con dolor en el pe ño número de casos en que lu pleura estaba intlami-
cho; la niña está alegre y se entrega á sus juegos. da, hemos visto constantemente que' la flegmasía
El 19, lia dormido toda la noche; por la mañana no ocupaba al mismo tiempo el pulmón; esla viscera es
so queja de fiada sino de tos, de dolor en el pecho y taba considerablemente tumefacta. La causa de la
en los ángulos. de la mandíbula, cuando se,apoya so muerte no se hallaba, pues, en la inflamación su
bre ellos. El 20. sigue lo mismo. Estuvo levantada perficial, mucho menos grave, de la membrana se
ulgunas'horas, El 21, por la mañana el mismo estado: rosa, sino en la del parénquima esponjoso del órgano
por la tarde, liebre intensa y tos .fuerte, durante la respiratorio. Una cubierta común reviste, a, la verdad,
cual se queja la enferma de dolor en el pecho, en la á las costillas y al pulmón, y bajo este punió de vista
tráquea y en la garganta. Bebida tibia, un vejigato la palabra pleuresía debería estender su significación
rio á la nuca, cocimiento de polígala de Virginia con á la flegmasía de esta viscera. Pero entre la inflama
augurios granos de alcanfor. El 2i, la noche ha sido ción que se acompaña de dolor de costado, y la qui
inquieta y la tos mny frecuente; sin embargo, hi ha no ofrece este síntoma, no exi«te ninguna diferencia;
bido algún sudor; tos frecuente, estridente; especto- los accidentes inflamatorios no se manifiestan mas es-
racion muy abundante y rojiza; respiración libre, teriormente en la pleuresía propiamente dicha que en
pulso pequeño: con todo, la enferma está alegre, jue la peripneumonia: no se encuentra mas á menudo ep
ga y pide de, comer. Por la tarde, pulso filiforme, de esta última que en la otra, la flógosis de los -bron
mediana frecuencia, palidez del rostro; deposiciones quios. Es, pues, evidente que ninguna diferencia ca
blandas, después líquidas. La noche es muy agitada; pital separa á estas dos enfermedades, y que ambas
tos casi continua, con dolor en la tráquea; sensación pueden y deben sor consideradas bajo el nombre solo
de sofocación y dos vómitos; calor mas alto. El 2.1, de peripneumonia.
liebre y calor moderados; tos tan considerable que Pero las paredes torácicas, los músculos qne las
impide la respiración; esputos raros. Se frota la re componen y las membranas que los envuelven, son
gión traqueal con un linimento volátil, y se aplica un susceptibles de una inflamación que se acompaña ae
vejigatorio á lajnuca; infusión de serpentaria, lavativa dispnea y de dolor. Y así como se distingue la fleg
alcanforada. Por la tardo cedió la liebre. El 21, sín masía de los músculos abdominales y del peritoneo,
tomas menos intensos, liebre menor, respiración li de la afección de las visceras encerradas en el vientre,
bre; sin embargo, la voz está casi enteramente abo de la misma manera nosotros distinguiremos con el
lida; la tos continúa siendo frecuente y con dolor eñ nqmbre de afección déla pleura ó pleuresía la infla
la región traqueal. El 25 y el 2ti, poca fiebre , calor mación de las paredes del torux: esta distinción está
casi natural; continúan la ronquera y la tos. El 27 y fundada en la diferencia del peligro de que se acom
el 28, liebre casLnula, voz mas clara, el sueño, es mas paña1 una y otra, y en la de los síntoiras. Ni el estado
tranfiui!o;*apet¡to. El primero de estos dias arrojó la ilel pulso, ni la naturalezl de los esputos, contrarían
Jnfeíma con la ios algunos esputos uncosos estra de ninguna manera esta aserción; en la mas simple
dos" de sangre; poco después, el dolor de la tráquea llegmasía del órgano pul.mouar, el pulso está duro mas
es mas vivo, peroáe calmó muy luego. Dosde este mo bien que blando: la falta de la sangre en los esputos,
mento tue desapareciendo poco á poco Irf enferme y la de la-espectoracion, están en razón directa de la
dad, no sin haber inspirado temores de tisis, porque _ nteiisidad y de la violencia del mal.
el dolor del pecho se renovaba de cuando en cuando. 184. Definición us la peripneoiionu La perip
. habia tos con espectoracion ahundante, mucosa y neumonia es, por lo tanto, una líebreccompañada de
amarillenta ; la voz no%ra sonora;' sobrevenían sudo 'respiración difícil, "de sensacion.de peso ó de dolor
res nocturnos, el pulso estaba frecuente, con especiali fijo y gravativo en el pecho; tos, que -se reproduce á
dad por la tarde, y la cara pálida y algo abotagada. cada inspiración fuerte, y exaspera mucho estos sín
Se prescribió el cocimiento de quina y de liquen is tomas.
lándico. Hacia fines de 'setiembre apareció una urti ' 185. Toda vez que el tórax es susceptible de pa
caria que causó mucha picazón, y enseguida reco decer una inflamación que se acompaña de díspnen,
bró la niña su salud. admitiremos, ademas de la' peripneumonia verdadera,
*t • s # * la inflamación de las paredes de esla cavidad, bajo
el nombre de pleuresía. Nosotros entendemos, por
. ORDEN TERCERO. esta palabra la enfermedad que otros autores desig
nan con el de pleuresía falsa. Los pulmones son
INFLAMACIONES BEL PECHO.' asimismo algunas veces el asiento de una enferme
dad peligrosa, llamada peripneumonia falsa, muy
GENERO PRIMERO. distinta de la peripneumonia verdadera. Eu ciertos
casos el origen del mal no resid" en el pecho, y en
peripneumonia. tonces la peripneumonia ó la pleuresía piovicncn de
una causa lejana, ó son consensúales. Estas afeccio
, 183. La inflamación se apodera muchas veces de nes toman un carácter muy vario, gástrico ó nervio
Us visceras contenidas en la cavidad torácica, y de so, según la fiebre; reinan esporádicamente ó de una
todas ellas, et pulmón es el que mas frecuentemente manera epidémica, y algunas veces, .como nosotros
padece esla enfermedad, La flegmasía de los órganos lo hemos observado con frecuencia, son perlidieas.
respiratorios se acompaña por lo común de dolores en 186. . Descripción de la peripneumonia verdadera.
los lados y en diversas regiones del pecho ,' por lo Los síntomas de la invasión varían en esta enferme-
que se lo ha dado el nombre do pleuresía; pero el •dad que es muy frecuente durante los fríos del in-
examen .de muchos' cadáveres nos han hecho ver lo .víerno, y no-es.incompatibje con los mas fuertes calo
que algunos escritores de gran nota Habían ya reco res del estío. La invasión suele anunciarse, ya por un
nocido: que en un número muy reducido do pleuré- dolor agudo en el pecho, con laxitud y anorexia, ya
ticos ó de pleuro peripneumonícos, la flegmasía tenía por una horripilación , un escalofrío con temblor, ó
114 BIBLIOTECA ECONÓMICA
ya el calor solo, abre la escena y sobreviene mas ó ma durante la espiración. La autopsia nos ha demos
menos tarde el dolor, ó un sentimiento de peso ó do trado también que la causa de los síntomas en la ia~
tensión en el pecho. Ordinariamente el escalofrió es Kurgitacion 'de los vasos del vientre es la adherencia
seguido do un calor considerable y casi continuo; bien del pulmón inflamado al diafragma. En muchas oca
pronto se manifiesta un dolor agudo y pungitivo, en siones el lóbulo inferior del órgano respiratorio pue
cualquiera región del tórax, con mas frecuencia en la de adherirse á este tabique musculoso, en la región
parte media de uno de los lados, que se propaga al - correspondiente al hígado, y el dolor y la inflamación
gunas veces á la clavicula y á la espalda, y otras es se comunican entonces ai diafragma y á esta visce
una constricción penosa debajo del esternón , una ra; si sobreviene supuración , la materia purulenta
opresión, un sentimiento de angustia, de plenitud, de puede pasar del pecho á la cavidad abdominal, cons
ansiedad. Dificultad de hacer una inspiración pro tituyendo la hidropesía purulenta, como lo hemos
funda, decúbito incómodo sobre uno de los lados, observado nosotros algunas veces (249).
de ordinario mas fácil sobre In espalda, y en una po En ciertos casos, sobreviene en el pulmón una tume
sición elevada; dispnea ligera, tos frecuente, espec- facción tan grande, que el tórax no puede contener
toraoion espumosa y viscosa, ó teñida de sangre, en le, y se nota en su superficie la impresión de las cos
algunos casos enteramente sanguínea, amarilla y ver tillas señaladas por una materia amarillo-blanqueci
dosa, ó en fin, cuando la inflamación es violenta, la na. Este fenómeno no es raro, especialmente en la
tos es seca, y exaspera los síntomas. Pulso duro, cavidad derecha del tórax , á causa del volumen del
fuerte, lleno y frecuente, otras veces blando, pe hígado , el cual sube algunas Veces hasta el nivel de
queño y deprimido, y en ciertas ocasiones su frecuen la cuarta ó de la tercera costilla verdadera. Esta cir
cia es poco mayor, y aun mendr, que la que tiene cunstancia esplica suficientemente la tensión de los
en estado normal. Sea cualquiera el estado del pulso, hipocondrios, sobre todo del derecho , y varios otres
el corazón se halla muy agitado ; y el enfermo espe- síntomas relativos al hígado ó ui estómago. Sin em
rirncuta un» sensación de ardor, de calor y de se bargo, el dolor no siempre se refiere exactamente al
quedad en la reaion cardiaca. La sangre estraida en sitio de la inflamación; algunas veces ocupa una re
el principio de la enfermedad, apenas se diferencia de gión durante la vida, y después de la muerte se en
la natural; y la que se evacúa mas tarde, se cubre cuentra en otra la flegmasía: y aun se ha observado
comunmente de una capa densa, amarillenta y tenaz, el dolor en el lado izquierdo , cuando la inflamación
llamada rostro, pleuritica. La cara está de ordinario ocupaba el pulmón derecho.
roja, ligeramente abotagada, y aun lívida; pero en Si se divide la sustancia de este órgano inflamado,
muchos casos es pálida y contraída. No es raro que se halla en el tejido celular una trasudación abun
el cuello y e| pecho se cubran de un sudor abundante dante de linfa espesa y sanguinolenta: su parenqui-'
y viscoso, pero inútil, mientras que el resto del cuer rna ofrece la consistencia del hígado endurecido por
po permanece en un estado notable de calor y de la decocción ; y su organización esponjosa , qué le
sequedad; la lengua está árida, la sedes intensa, y hace permeable al aire , se convierte en una masa
la deglución laboriosa. Todos los médicos, aseguran pesada y sólida, que comprime y oblitera hasta los
que el aire esperado es maS caliente ; pero á pesar de mismos bronquios. En un gran número de «autopsias,
que liemos puesto la mayor atención, no hemos po heñios visto que la parte posterior y lareral del ■•pur-
dido observar este fenómeno cu algunos enfermos: mon estaba especialmente afectada, mientras que por
lalemperatura de la mano del Observador, ya calien debajo del esternón una porción de este órgano esta
te, ya frin, y la prantilud con que el aire se renueva ba libre de la flegmasía, y ella sola habia debido bas
eD la respiración, inducen á error con facilidad,. La tar para ejercer las funciones de la respiración y de
palabra es entrecortada, á causa del desaliento; el la circulación. Está particularidad esplica el peso que
decúbito mas fácil, ordinariamente sobre el lado dolo los enfermos acusan hácia la región posterior, y la pre
rido, otras veces mas difícil, sin razón manifiesta.' ferencia que dan al decúbito supino. Hemos, encon
Constipación 6 cámaras líquidas y copiosas; orinas trado en casi todos-Ios peripneumoniacos los bron
por lo general jumentosas. Exacerbación sonsihle de quios inflamados y líenos de un líquida espumoso,
todos los síntomas por la tarde, con insomnio ó de sanguíneo ó purulento, y tal como la espectoracion
lirio. le presentaba durante la enfermedad. Nos ha pareci
La violencia de la tos piíedc dar lugar á un vómito do que la inflamación no sobreviene con mas frecuen
ile bilis ; pero la intensidad de la inflamación basta cia en el pulmón izquierdo que en el derecho, y que
para desarrollar lodo el aparato de síntomas gástricos, el peligro no es mayor en. este caso, que en el otro.
sin pías causa que la simpatía del estómago con el Nosotros hemos encontrado mas frecuentemente la
pulmón. Varios médicos, engañados por las aparien inflamación en los .lóbulos superiores^ aunque el do
cias , prescriben en este caso un emético , que oca lor n(i hubiese afectado á la 'región clavicular ni ála
siona Ta muerte , mientras que por otro método mas do la espalda. Varios médicos han- observado , como
siblo , solamente con el auxilio de la sangría , se di nosotros, adherencias establecidas por la linfa coa
sipan ios síntomas , y se detiene la diarrea, que so gulable, no solamente entre los lóbulos pulmonares,
breviene con frecuencia en el curso de la peiipneu- sino entre el pulmón , el pericardio y toda la super
íuoniu. Después de la muerte, hemos encontrudo una ficie de la pleura: también se ha encontrado al pul-
ingurgitación considerable de los vasos del vientre, mou encerrado. en una falsa membrana. Algunas ve
sobro todo, de los del sistema hepático: practicada ces en esta linfa, recientemente organizada , hemos
una incisión en la sustancia del hígado , suministró descubierto innumerables vasos formados en el espa
una gran cantidad de sangre; los vasos del mesente- cio de cinco ó seis dias: esta observación no es nue
rio y los de los intestinos estaban del mismo modo. va. También so forma entre la capa de linfa coagula
Esta plétora local dul abdomen , esplica la mayor ble y el pulmón, una colección considerable de mate
parte de los síntomas relativos á los intestinos ó al ria purulenta , que al primer golpe de vístase podría
estómago en la poripiieunionia. creer un absceso del órgano respiratorio ; perp lim
Algunas veces se manifiesta una tumefacción con piando con cuidado la superficie de esta vecera , se
siderable, una tensión dolorosa en los hipocondrios, y la encuentra perfectamente intacta. Si hay casos en
al mismo tiempo un dolor, que se hace sentir en el que se acumula una linfa espesa en el paiénquima
abdomen durante una profunda inspiración, y se cal del pulmón y alrededor de este órgano , también los
DE MKDICIKA T CIADJÍa.-^FRANK. 115
hay en que sobrevienen en la cavidad torácica derra llamamos pleuresía ú la inflamación d¿ los músculos
mes considerables, algunas veces de ochoá diez li torácicos é intercostales, y de la pleura costal. Esta
bras, de un bumor seroso, mezclado do sangre ó de enfermedad se anuncia por un dolor, que se aníllenla
materia purulenta. La. cantidad del líquido no cor con la inspiración profunda, y se acompiñu de itisp-
responde siempre á la inflamación, y su derrame re nea y de tiebre. La pleuresía es muy diferente de la
pentino nos parece que constituye una especie de peripneumonia, y á no sor que estas dos afecciones
hidropesía aguda ó inflamatoria (131). Los sínto se compliquen, y constituyan en este caso, muy di
mas do la inflamación disminuyen mucho después fícil de determinar, la pleura -peripneumonia, se pre
de su formación , pero bien pronto se observan los senta ordinariamente bajo la forma de un reumatismo
efectos mortíferos de la compresión, ó una sofocación torácico. Se ha visto, y nosotros lo hemos observado,
súbita, precedida ordinariamente del entorpecimiento en el cadáver, los vestigios de la inflamación de la
del bruzo del mismo lado , ó del edema de esto pleura, algunas veces sin que hubiese existido dolor
miembro y de la región dorsal. pungitivo; lo cual, lo diremos de paso, no nos indu
Estas alteraciones patológicas dan razón de los sín ce á negar la sensibilidad de esta membrana en el
tomas torácicos, de la agitación del corazón, y de la estado de flógosis ; pero su inflamación es muy ra
ansiedad particular que csperimentan los enfermos. ra, relativamente á la dul pulmón. Cuando so pre
Pero esta fatal afección presenta aun otros fenómenos, senta, ú cuando los músculos del pecho son afecta
que provienen evidentemente del obstáculo en la' cir-. rlos , la tos es poco frecueo e y seca; algunas veces
dilación, de la congestión de ia sungre Inicia la ca ñuta. La liebre no es considerable, á no ser quo
beza, ó de la alteración del sistema nervioso : tales exista uua inflamación intensa y flemonosa;el pulso es
son, la cefalalgia violenta, el brillo, la rubicundez y á veces duro y frecuente; la opresión y la ansiedad
la prominencia de los ojos, la bincbazon de la len del pecho son mucho menores que ou la peripneumo
gua, el del irio, 6 el coma somuolentum y el sopor. nia; la respiración es profunda, pero algo difícil. Los
Éstos síntomas se manliestan poco, á poco á medida enfermos se acuestan con mayor facilidad del lado
que se agrava y so propaga la inflamación. Por últi afectado, aunque está doloroso al tacto; no procuran
mo , en el mas alto grado, hácia el día sétimo, no tomar una actitud elevada, como en la inflamación
veno, ó undécimo, antes ó después, anuncian la lle del pulmón; y pueden asimismo, permanecer en una
gada de la muerte la respiración estertorosa, la infla posición derecha, aunque la flegmasía ocúpelos mús
mación de lu garganta con cstincion de la voz, el culos de la espalda. Nosotros no hemos encontrado
enfriamiento de las estrcmidades , la desigualdad, la jamás orinas sanguinolentas, como se asegura haber
intermitencia y la pequenez del, pulso, y los sudores las observado en este último caso: creemos que en
glutinosos, viscosos y frios. tonces existiría una inflamación de los riñónos mas
Tales son los síntomas de la peripoeurrionia, cuan bien que del tórax. La pleuresía es una flogosis que
do se tenuina de un modo funesto. En el caso con pasa fácilmente de una parte á otra; ataca con parti
trario;, la naturalozaprovoca una hemorragia saluda cularidad á los individuos quo padecen de reumatismo,
ble por la nariz, ó bien los'espulos puriformes ó es dolores artríticos y escorbuto. En general, se termi
triados de sangre se haíen mas abundantes y nías na en pocctiqmpo, por sudores ligeros; algifhas vo
fáciles, á beneficio de un tratamiento metódico; la ces se hace crónica, y atormenta á los enfermos du
espectoracion disminuye la dispnea y el dolor, J cal rante muchos años. Esta enfermedad abandonada, lia
ma k fiebre. Con todo, no es raro que los esputos producido una colección purulenta entre los múscu
no juzguen la enfermedad. En el uno y en el otro* los intercostales y ^ caries de las costillas :' se ha
caso, hácia el dia sétimo, noveno, undécimo, ó déci visto que el pus formaba entre estos músculos y la
mo cuarto, sí cubre iodo el cuerpo de un sudor abun» pleura una bolsa de gran tamaño, que salía de la ca
danto, igual y vaporoso, sin qu¿ la crisis sea menos' vidad torácica, locUal esplica la compresión del pul
feliz; al mismo tiempo depositan las orinas un sodí- món, la dispnea. y el derrame, observados en circuns
miento copioso , homogéneo y puriforme. Nosotros tancias semejantes. Cuaudola inflamación y la supura-.
liemos visto, algunas veces, orinas no sedimentosas cion.se establecen en el ínedrastimo, por debajo "del
pero muy abundantes, hasta la cantidad de doce li esternón, determinan en esta, región fenómenos pare
bras, y mas, en el dia, disipar lu peripneumonia,' so cidos, pero mas intensos.
bre todo la peripneumonia reumática, sin el auxilio de 188. Deschipciod de i.a peiupnei;monia falsa.'—
la espectoracion. La peripneumonia falsa es, á nuestro parecer un catar
Aun cuando los síutemas enumerados hasta aquí lo intenso de los bronquios. En ias personaste avan
aco.r.pañan las mas veces en todo ó en parte á la in zada edad; eu los individuos linfáticos, en los obesos,
flamación del pulmón, hay, sin embargo, casos en que en los de constitución Hoja ó caquéctica, la irritación
esta afección no da señal alguna de su existencia, de la mucosa de las vias aéreas, producida por la
y después de la muerte se encuentran los pulmones atmósfera fria y húmeda, provoca rápidamente una .
inflamados ó eu supuración. Nosotros hemos obser abundante secreción de pituita viscosa:.csla materia
vado esta poripneurnofria latente en las vacas : estos se acumula en los bronquios, y amenaza bien pronto
animales fueron atacados de una pulmonía epidémica la sofocación, sin dolor ni inflamación primitiva, que
y mortal; se mataron algunas que parecían estar sa
nas, y nos encontramos con los pulmones en un esta
do de induración y de flógosís. Pero comunmente uos suministra, la auscultación y 1.1 percusión. Pfro preciso es
recordar a los que esto hayan notado la época en que se escribió
sucede' que a perípuoumonia eí desco ioeid , mas esta obra , y con esc recuerdo comprenderán por q»e carecen es- .
bien, pur el descuido dol módico, que por la falta de las enfermedades de U precisión con que cu la actualidad se ins
los síntomas : la enfermedad se disfraza bajo la sin criben. Nosotros no liemos acido , conveniente añadir n ula, por- '
que estamos nrmemente persuadidos de iiue cuanto pudiéramos
apariencia de una fiebre catarral, y se establece uua decir sobre este pumo lo saben nuestros lectores , puesto que en
puracion funesta. el dia no hay ningún medico que no teaga conocimiento uc los
187. Descripción de la pj.suhesia (1).—Nnsotros progresos que se san he eho.en estos últimos años en las enfer
medades de pecho, debido s en gran manera al.ei^stóeopo. Kn' cuan
to a la descripción de la pleuresía, «iremos solamente que no la
admitimos tal cual el autor la presenta ; pera que sin embargo no
1 K>tr.iuanin sin duda algunas de nuestros lectores la dés- alteramos aada tampoco, pue» esto equivaldría á rctormai la
eripeiou que tuce el autor de la •pleuresía,' asi corno habrau celia- obra, lo cual es mnv superior ti nuestras fdénas.— Noti'oii. tu
do de menos quizas en el articulo de la pulmonía los- signos que pie TO».
» 116 • • BIBLIOTECA ECONÓMICA
• ' ' '■ lud frecuentes lipotimias. En la cabeza, especialmen
impida la libertad de los órganos respiratorios. La
fiebre, cuando existe, es ligera; no sé reconoce tanto te en el occipucio , siente un dolor atroz , que se
por el estado del pulso, como por ¡os demás sínlo- acompaña muchas veces de vértigos, de' delirio taci
jñas: se aniíicia por una cefalalgia muy aguda, que turno ó furioso. Pero antes de la invasión de la lie
se aumenta con la tos, por vértigos, laxitudes y bre, ó con ella, se apodera del pecho üu dolor muy
orinas turbias. Hácia el íiu, la enfermedad acelera intenso, pungitivo, que s* exaspera al menor con
su curso; el pulso es ¡entonces natural ó frecuente,, tacto, é impide él libre movimiento de la respiración.
otras veces desigual y, débil; bay ansiedad precor A este síntoma so agrega un vómito bilioso ó her
dial, y grnude opresión en el pocho. Sed poco inten báceo; insomnio continuo ó adormecimiento coma
sa, vómito de las bebidas, respiración estertorosa, toso; lengua seca y árida; temblores; saltos de tewio-
;i causa de la viscosidad de las materias, tos ligera nes; hipo; orinas turbias , acuosas , ñegruzcas,.san-
ó vi lienta. La peripneumonia falsa tiene una marcha guinolentas , parecidas á la legiá , y furfuiáceas;
crónica; pero algunas veces la precipita y antes de sudores viscosos, abundantes, con pelequias lívidas,
que baya cesado el peligro, sobrevienen los síntumas semi-negras; erupción miliar; hemorragias escesivas
di' la peripneumonia verdadera, que ocasionan una y funestas por la nariz, por el ano, ó por otras vías.
terminación funesta. Otras veces el dolor fugaz parece que se disipa, y la
189. DlíSClPCION DE LA I EB PKEUÍiONU SIMPÁTICA.— respiración se vuelve menos difícil; pero en cambio,
De lamismamanera que la angiuay las demás inflama atorrhenlaal enfermo una sed muy viva, lipotimias y
ciones, la peripneumonia trae su origen frecuente aftas, que corroen la boca. La sangre estraida do la
mente de las saburras, y en este caso es algunas vena, es, en general, muy poco coherente; está disuel
reces epidémica: Pero es fácil engañarse, porque la ta y no se coagula; sin embargo, nosotros la he
inflamación es aquí nías comunmente una complica mos visto cubrirse de una costra sólida,. pero rojiza
ción del aparato gástrico, que el efecto' simpático de Cuando la enfermedad hade tener una terminación
las saburras abdominales. Sin embargo, se observa fatal, sobreviene el estertor, un adormecimiento
esto último^ y la los, la dispnea. la ansiedad, el do- letárgico, y algunas veces -convulsiones, frío en las
, lor del pecho y la liebre no reconocen otra causa eslremidades, y pequenez eseesiva del pulso. En
que las saburras, la bilis y los vermes corrompidos. los casos menos graves, si existe al mismo tiempo
En ciertas ocasiones, en los histéricos y en los hipo una colección de saburras, so manifiesta una diar
condriacos, los gases que el espasmo encierra en los rea moderada, que calina los síntomas; al esterior se
intestinos, escitan un dolor muy agudo en los costa forman abscesos saludables; aparecen pequeñas úl
dos ó en los espaldas; y no.es raro que los vermes ceras, y muy numerosas, eu los labios, y eu liu,. la
ocasionen la tos y el dolor pungitivo en el tórax. piel se cubro de una erupción miliar, acompañada de
No somos' nosotros solos los que hemos observado sudares copiosos , que exhalan un olor fuerte. La
peTipneumonias epidémicas, acompañadas de todos autopsia nos ha hecho ver la parte pnstciior del pul
los" síntomas gástricos, y en las cuales eran eminen món tumefacta, é ingurgitada de saugre, pero sin du
temente nocivas fas sangri.s reiteradas ó demas'iado reza; este órgano no teniíi el peso que cu la pfilino-
abundantes, mientras que se obtenían, los mejores nía" verdadera, y no estaba ' rodeado do serosidad u¡
resultados de los eméticos y los purgantes, precedi de linfa coagulable.
dos de una ó dos^emísiones sanguíneas. Los ijue de 19!. Descripción de la peripnedmoria inteh.mi-
duzcan por el color amarillo ó verde de los esputos ténte Si la jobscívacion no nos lo demostrase, na
la naturaleza biliosa de la peripgeumouiíi, obran con' die podría creer que la peripneumonia es algunas
mucha ligereza, pues no Indo lo que es amarillo ates veces . intermitente. LaS liebres de esta naturaleza
tigua la presencia de la bilis. Pero cuando.el genio tienen tan grande influencia sobre toda% la,s enfer
de la constitución anual favorece especialmente las medades, que someten bajo su imperio á esta, que .es
afecciones gástricas, cuando los síntomas biliosos son en estremo aguda: y lié aquí lo que nosotros hemos
•muy manifiestos y constantes, y cuando la mayor par visto. Pero estos casos no son demasiado comunes,
te de .los enfermos so ¡Iliviau-por un vómico espontá para que administremos el febrífugo en loda perip
neo, ó por una diarrea biliosa, en estos casos, no neumonia que ofrezca solamente algunas remisiones,
queda duda alguna acerca del origen consensual y pues su uso no deja de tener inconvenientes. Sin
Sintomático de la peripneumonia, y los malos efectos embargo, nosotros liemos observado peripneumonias
de la sangría confirman el diagnóstico. graves, bajo el tipo tercianario; después de las sangrías
190. Descripción be la pekipneumonia neqviosa. mucho menos abundantes que en cualquiera otra
—Algunas veoes acompaña á la peripneumonia la ocasión, las hemos curado pronta y constantemente
liebre nerviosa y le presta un carácter maliguo, por por medio de la quina. Desde la invasión de la en
efecto de la constitución individual, de la causa es fermedad, se presenta una dispnea considerable, tos
pecial, y sobre todo, do la epidemia reinante. La vio con dolor pungitivo en el tórax, esputos mezclados de
lencia de esta peripneumonia es aveces tan grande, sangre; liebre aguda, pulso duro y lleno ; después
que iguala á la peste por la mortandad que produce: color muy prolongado, y por* último, el sudor, que
y aun en los casos en que la epidemia es menos mor disipa los principales síntomas torácicos. El pulso se
tífera, ocasiona grandes 'estragos. Principia por una vuelve menos frecuente, á pesar de su plenitud, y el
estreñía postración de, fuerzas, cara pfilida y triste, calor de la piel se modera. Muchas veces las orinas
pereza, terrores, y varios otros síntomas de la liebre depositan entonces un sedimento latericio; el enfer
versátil iVdelas»j)orosa. La enfermedad suele ser pre mo goza de un reposo muy manifiesto, hasta- que. en
cedida de un escalofrió entremezclado de calor, y se la época correspondiente á la invasión del primer
guida de grande dilicultad de respirar, de opresión acceso, üu recargo inopinado agrava los síntomas, es
en el pecho, de ansiedad , tos frecuente, laboriosa, pecialmente lus del pecho, para volver á terminarse
seca ó acompañada de esputos poco abundantes, se por sudor. En algunas ocasiones., la liebre es Joble-
rosos, ténues, sanguinolentos o saniosos. El pulso terciana ó anfimerina, y la remisión es mas oscura;
no está mas frecuente que en el estado normal ;ó es con todo , comparando el movimiento de la -calma
algo mas acelerado, pequeño, vivo, desigual y muy con el del recargo, se reconoce con liarla 'claridad un
"váYinble. La dispnea obliga al enfermo á permanecer cambio en mal, mas considerable qué en las porip-
sentado; pero como está débil, padeced! esa aeli neiimonius ordinarias. Por' úllirno, la existcik.'a «i
*DK MIDICUM Y CIRtlJÍA. —FRANK. . ' 117.
multúnca.de un gran número de fiebres i nlort ni ten ' es sudores viscosos ó abundantes que cubren la frente,
acaba \fc disipar las dudas. • el cuello ó el pecho; la inquietud, la ansiedad, la'
192. Causas.—Las causas de la pcripneumonia son agitación ó el abatimiento del enfermo , y la violencia'
• las comunes de l! inflamación (lí!o), y las que .obran de las contracciones del coraz*on , hacen Temer una
particularmenre sobre los órganos respiratorios. La terminación funesta, con tanto mayor motivo; cuanto
mas frecuente de todas es, sin contradicción, Ja ins- ma? pronunciados sean esos fenómenos. El estertor
t piracion'de.un aird frió, ó c! uso imprudente de las hacia el fin de la enfermedad, anuncia casi siempre
bebidas heladas cuando se está sofocado, después de un una muerte próxima. El entorpecimiento do un brazo,
largo discurso, de ios cantos, de la Uicba, la carrera, y,el edema de la mano del mismo ládo? el aunren'o
etc. La pcripneumonia es mas frecuente cuando rei de la dispnea, aunque la fiebre sea menor, denotan!
nan frios escesivos y el viento norte; pero el uso in un derrame mortal en la cavidad torácica. «
considerado de las bebidas frías , de los helados, en La peripneumonia termina como las demás infla
el varano, estando el cuerpo sudando, determina mu maciones (1 2C), pero trono una terminación que le es
chas veces-esta enfermedad. La supresión de la tras- propia, cual es ia sofocación. Nosotros poseemos un
■ "piracion ocasiona la flcripneajnonia^ eon preferencia á corto númera de ejemplos de gangrena del pulmón;
cualquiera otra inflamación. Las lesiones esternas del pero hemos visto estenderse la mortificación desde
pedio, tales como la fractura de las costillas, ¿ las la pleura cftstal ú esta viscera, en un caso de adhe
contusiones, dan lugar á la pleuresía, y á veces 'Ma rencia. La induración del -pulmón puede dar lugar í
peripneumonia. La inflamación del pulmón puede de la s'emi-paralisis del órgano : en este caso . después
pender también de la introducción do un cueapo es de habar perdido toda esperanza , cesa el dolor , la
triño en las vias aéreas^ y de la inspiración de vapo- respiración parece/nertos penosa; el pulso es lleno^
jes irritantes. La pleuresía y la peripneumonia pueden blando , ó muy frecuente y débil, y las manos se pongn
( provenir de la retropulsion del principio reumáliao , frías. Hemos visto varias veces en estas circunstancias
variólico, morbilloso, erisipelatoso, psórico , ulce que médicos de poca esperiencia han felicitado por
roso , etc, de una metástasis cualquiera sobre el pul esto á los parientes del enfermo, á quien se lloraba
món ó el tórax; pero estas causas obran con mayor pocas horas después. Multitud de pulmonía se ter-"
, energía en los sugetos que poseen una cavidad torá minan poruña gran espuicion; pero el mayor número
cica estrechada por el espesortie la armadura huesosa de las que nosotros hemos observado, se hamjuzga-
óporrl volúrflen del bazo ó dfel hígado, en aquellos do, sin espectoracion sensible, por sudores, y por
que han padecido afecciones del'pecho 'repelidos ca orinas que depositaban un sedimento blanco y puri
tarros O perineumonías • en los que existe una su» forme. Muchos enfermos , es verdad, arrojan»muchos
presión sanguínea, una 'plétora del nulmonó tubércu esputos; pero esta escrecion no proporciona la salud";
los cfi este órgano. No es raro que en la fiebrg puer- solainento anuncia la cesación de la irritación cu el
"peral se traslade la inflamación del abdomen al pecho. órgano pulmonar. La materia tenaz y coagulable
Pero lo que ocupa el primer rango en la etiología de que se encuentra»despues de Ja muerte en el pareu-
las fluxiones de esta cavidad, es un« disposición oculta quima del pulmón, mas bienes el efeoto que Ja causa
do la atmósfera : yasf se observa un gran número de (le la flegmasía. Aunque su escrecion facilita la res
tfegmacias pulmonares, qu^ no pueden atribuirse á piración, la creencia errónea de los que hacen con
ninguna causa conocida. La pcripneumonia ataca con sistir la esedeia del tratamiento en provocarla por
• inayor*predileccíon
robusta, que á los áindividuos
las'personas dotadasy delosuna
débiles; libra
adultos medio de los eSpeclorantQs, es , en nuestro concepto,
la causa de la muerte de algunos enfermos. Todo lo
• están mas sujetos á padecerla , que los niños. que disminuye la inflamación, fiYorecc la reabsor
La peripneumonia falsa depende de un estado* de ción de !a materia^erusa y coalugablc, estancada én
atonía del puluion, ó de cualquiera otra causa capuz las células pulmonares, y la cspufcioa del humor de
de irritar el órgano pulmonar en que sea bastante tenido en lj>s bronquios: así, en las verdaderas infla
poderosa para producir su inflamación. # maciones de los órganos respiratorios ,* el mejor es-
La causa de la peripneumonia gástrica se deja en poctorante es la sangría , prescrita con prudencia.
tender por el nombre mismo de h enfermedad ; pero Tal es la causa de las §randes ventajas que se
ignoramos la que produve la pTipneumonLi maligna , obtienen por la epistasís y por otras hemorragias que
asi como ignoramos la de las fiebres nerviosas. Con sobrevienen desde el principio. La! terminación por
cebimos perfectamente en los caquécticos , ó en los diarrea, tan comunmente sintomática en las (l'.ixioncs
escorbúticos , uua disposición á las terminaciones fu- del pecho , no se observa mas que en las pulmonías
• tiestas en sus enfermedades, cuando viene á agre ó en las pleuresías gástricas. Los exantemas y las
garse á ellas la liebre ;,nias lo que hace que la pulmo pústulas que aparecen en la super ficie del cuerpo,*
nía sea cpídijmica , y lo que le presta algunas veces el sobre todo la-erisipela fija, ha"h disipado algunas veoes
carácter maligno de la peste, es todavia.una de las las peripneumonias, principalmente las páripneumo-
muchas cosas que. ignoramos,. nias malignas. •
193. PnoxósTico. — La descripción de esta enfer Muy rara vez hemos observado abscesos .críticos en
medad y la Importancia del órgano afectado , dan á esta, enfermedad ; sig embargo, se forman algunas
conocer la gravedad de la pcripneumonia. La pleure vfcés bácia los oidos, y otras veces se manifiesta fina
sía, limitada á las paredes del tórax , es menos peli simple sordera : estos fenómenos son de buen agüero.
grosa. En la inflamaaion injensa de los pulmones, la El cambio de la peripneumonia en fiebre intermitente
muerte es, casi inevitable. Los cambios que se efec esquizísmas raro que la'peripneumonia intermitente
túan en estas alecciones . observan «en la* peripneu esencial. La desaparición del dol<»r lateral pungitivo,
monia, verdadera un órden mas marcado., éppcas y su traslación á la espaldilla, hácia la clavícula, no
mas sensibles, que en cualquiera otra enfermedad; es favorable, á no ser que pierda? de su intensidad y
pero la naturaleza de I* liebre concomitante tiene (jue disminuya la dificultad de respirar. La peripneu
sobre estos fenómenos una grande influencia. La monia cstáfsujeta á Irecuentes recaidas,*|ue acarrean
respiración difícil , precipitada ó frecuente, Acompa enjtjencral una afección mas grave, aunque nosotros
ñada de ¿émidos profundos; el abotagamiento, la . h liemos curado varias veces , continuando el mismo
lividez ó la palidez del rostro', la tos muy seca, ó se- tratamiento. Con mucha frecuencia queda una adhe-
• guilla de esputo? verdosos ; el sopor ó el delirio; los . rencia morbosa .de la pleura costal con el pulmón;
118 BIBLIOTECA ÍCOONOMICA
sin embargo , la dispnea que sigUc en muchos casos tiene sitio delermiuado. Según el volúmen,de la vó
ala peripneumonia, no debe referirse siempra á esta mica, y la intensidad de la fiebre,' durante ía'cual se
alteración jalológica: no es raro que provenga del forma "el absceso, es más ó menos pronta la madura
atascamiento de los b'ronquios por mucosidades po ción", mns ó menos tardía. Los síntomas que acom
liposas, que son espelidas por los esfuerzos de la tos, pañan á-la colección purulenta, varian según su asien
bajo'fa forma ilo pedazos gelatinosos ; también proviene to , y, el número y la importancia de las parles
de Ki obstrucción de hs- células pulmonares , y de la comprimidas. Cuando, la maduración del, absceso ha
induración del pulmón. Los tubérculos traen su orí* llegado á su punto, la vómica se rompe én los bron
gen mas bien de un estado crónico, que (le una inflo- quios, cuyas ramificaciones desgarradas comunican
macion aguda. con el foco purulento; en el tejido celular ínter-lo
i9% . La inflamación del pulmón y la de las pare bular, exento de inflamación; en la cavidad torácica,
des torácicas se terminan. algunas, veces por supura que puede estar desocupada ó llena por una produc
ción; sin embargo, es preciso poner en (luda que se ción celuloso, desarrollada durante la enfermedad;
hayan 'hallado verdaderos abscesos con la frecuencia en las partes con quienes el pulmón ha contraído
con que se describen en las hjstorias de las autopsias adherencias; en<fi|, en Jos bronquios, y en estas di-'
cadavéricas. "En muchos casos so han engañado loí versas partes á un mismo tiempo. Si el absceso se
obs'civadoresnor la presencia de la rnateria'puriforme, abre en los bronquios*, puede ser espelida la msteria,
Quo sin que naya ulceración se reúne, mando existe si<es corta su cantidad, por la tráqüea; ó si la co~
una inflaniacion fuerte, entre los lóbulos del pulmón, lección es demasiado considerable, no puede ser ar
ó entre este órgano y la pleura. De aquí, sis duda, rojada.. En esl« último caso sobreviene una grande
n8ce el error de un, grande fiomh/e, que dice: que ansiedad, vértigos, temblores, lipotimias cSn síntomas
d&pues del cuarto dia dé una peripneumonia in de sofocación, #1 catarro sofoíattte, y aun la misma
tensa, no pttf¡de e$pe>-arse la resolución, porque ya sofecacion. Si se esparce la materia purulenta por el
ha empezado el trabajo supuratorio. Nosotros liemos tejido celular del pulmón, la dispnea aumenta súbi
visto, «cu infinidad de ocasiones, que la inflamación tamente, y «e declara una nueva inflamación. Cuando*
'conservaba su intensidad h;ista el dia undécimo.ó el el* pus se ha vertido en la cavidad' de la pleura, se
decimocuarto, y cedia en asía época á las sangrías; manifiestan todos los signos del empiema, á no ser
siempre hemos empleado con fruto este medio, cuan que esta cavidad no es¿ ocupada por una producción
do nos parecía indicado. A pesar de todo, hay casos celulosa. Si la materia se abre paso*en las partes
en que el paso á la supuración es<nuy rápido: varias adherentés á ta vómfea, se observan los síntomas del
condiciones, que no pueden determinarse ficihuente absceso en un espacio intercostal, cuando es la pleura
apriori, parecen predisponer á esta terminación. So» costal la que está adherida al pulmón. ¿Se derrama
brevienen ordinariamente, pero no siempre, síntpmas en el pericardio?*Pucs entonces se notan los síntomas,
que anuncian la tórmacion próxima del absceso ó la que anuncian la hidropesía de esta membrana serosa:
presencia del pus: ya, hemos espifeslo en otra parte por último, cuando el pus pasa á través del diafragma
(128) algunos fie ellos. Guando la inflamación, sien para depositarse en» el hígado, en el bazo, en la cavi
do intensa, la tos seca y Ta dispnea, resisten por largo dad abdominat, ó se esparce en*el mediastino anteriqj
•tiempo á las sangrías ; cuando la constitución ca ó posterior, se declaran fenómenos propios al lu
quéctica del' sujeto se opone á una terminación Ya» gar que ocupe. Es raro en estrémo que la materia
vorable ; cuando el dolor experimenta1 remisión, en purulenta de la vómica sea» absorvida y vay9 á de
tanto que continúa' la dificultid de respirar, y la fie positarse á otro punto, ó se evacué por las orinas, quo
bre persiste sin espectoracion, sin sedimento puri entonces serian purulentas.
forme en las orinas, con exacerbación después de la WB. La colección de pus, fluctuando en la caví-
comida, y del ejereicio, y con ligera horripilación dad torácica, ó diseminada en el tejidp celular, que
al medio dia, y sudor inútil que inunda le cabeza y la enfermedad ha organizado entre el pulmón y la
el pecho; cuatido el dolor pungitivo parece atravesar pleura costal, se denomina empiema. En el primer
el pecho por intérvalos, debe temerse que se haya caso, á los síntomas de la inflamación, á los signos
principiado á formaí la Supuración. Sin embargo, de la vómica, suceden, por decirlo así, los síntomas
aun en estas circunstancias, especialmente en las de una inflamación nueva, ó tina sensación de rup
peripnlumonías reumáticas, nos acordamos de que la tura, seguinos do mayor libertad en el órgano res
resolución ha venido á disipar mas rfe una vez nues piratorio, una tos que se exaspera á intervalos muy
tros temores sobre la inminencia de esa terminación cortos, una dispnea que aumenta el decúbito sobró
funesta. el lado sano, y 4 veces una sensación de fluctuación
* Formada la supuración en el pulmón ó en las pa al moverse el enfermo: por la, percusión se percibe
redes torácicas, se recorfbeo por la continuación de su sonido apagado ; el edema* se apodera de la espal
los síntoinís que acabamos de esponer , y por los da, y descienda aun hasta la región correspondiente
siguientes: pulso frecuente; exacerbaciones vesperti al cuadrado de Jos lomos, y. se declara' la fiebre
nas, caracterizadas poi» horripilación ; encendimiento lenta.' La adherencia de la vómica con ia pleura eos»
«le las mejillas; calor quemante ¿m las palmas de las tal no siempre impide su evacuación eh la cavidad
maflos; respiración frecuento y difícil, y edema de'lds torácica. Eí absceso puede estar situado profunda
pies: por la mañana, se manifiestan sudores, que son mente en el pulmón, y no contraer ninguna adheren
seguidos de la remisión. Enflaquecimiento conside cia con la pleura inflamada : esta membrana puede
rable, á pesar de que el enfermo tiene apetito, sed estar exenta de inflamación, como acontece general
continua, sensación, de peso en el lugar en que el mente, y ho adherirse al órgano pulmonar; en fin,
dolor 'tenia su primitivo asiento ; dificultad de acos- el vértice de la vómica puede estar contiguo' solamen
larse sobre este pinito,- ó sobre cualquiera otro. te alas paredes del pecho, y su ruptura en los costa
19b. En estas circunstancias, se reúne un verda dos, permite el derrame deKpus en el tórax. Por lo
dero pus, on* materia saniosa, ó un ¡cor«félido, en* demás, en todos los casos, la operación del empiema
una cavidad particular oue la desorganización1 ha exi/e las mayores precauciones, por el temor de que el
escavado en la sustancia del pulmón, o se forma un pulmón no esléadherido á la plmira. Si se acumula eu
absceso, conocino bajo el nombre de vómica. La co „ el pecho una cantidad muy considerable de materia pu-
lección de pus es mas ó menos considerable, y no - mienta, su peso hace descender el diafragma, ciando
• • l *
DE MEDICINA T CIRUJÍA.—FRANK. . . 119
el enfermo esté de pie , eleva los hipoeondrtos,_ y vital contra la causa morbífica. Algunas enfermos que
aumenta la curvatura de las costillas : algunas veces no pueden soportar una sangría estando sentados, se
Ips síntomas simulan 'la liidropesía nscitis. El pus dejan sacar coh valor en una posición horizontal, toda
reunido alrededor del esternón, acarre» alguna vei. la cantidad de sangre, necesaria. El estado de este
h caries de este hueso, El humor purulento de los Ifquido, confirma hasta cierto punto el diagnóstico;
abscesos formados en la superficie interna de la pleu pero sea^ cualesquiera los .signos que nos suministre,
ra, y que amirteian un tumor poco voki'mfn/>so «J su color, su- consistencia, y la costra "pleurítica, no
blando-en un espacio intercostal, produce el mismo aminoran la necesidad de la emisión sanguínea, su
efecto en las costillas. ficientemente indicada por otros síntomas. Hemos
El diagnóstico del e*mpiema es muy oscuro, 'cuan visto en multitud de ocasiones, que la sangre cstraida
do el pus liona exactamente toda la.cavidad torácica, •oq la primera sangría no se coagulaba casi nada, yá
cuando adquiere mucha consistencia", ó cuando se halla' la tercera é «marta evacuación presentaba consisten
infiltrado eu una producción celulosa. cia y solidez, y ie cubría de una.costra tenaz. Por lo
197., Toíos estos accidentes hacen degenerar la demás, la" densidad, de esta sustancia no constituye
peripnemuonia entisis pulmonar. Cuando la vómica se una indicación para repetir la sangría. Algunas ve-«
abre paso en los bronquios, puede algunfcs veces con- ees el dolor y la fiebre parecen aumentar mas bien
seguirse'la curación á benefició de un régimen con que disminuir, Ti consícueaciade la priméra evacua
veniente. En ciertos eaáos, son tan espesas las pare ción, y entonces os preciso repetirla, varias veces p$*
des nVI quiste, que por algunos arios deja intacta el •ra proporcionah la calma. No es raro que el pulso, á
pus la sustancia del pulmón; pero con mucha frecuen- pesat- de su plenitud y de su dureza , ofrezca una
eia, la vómica se Irasforma en úlcera sórdida. Esta intermitencia, «que desaparece á beneficio de las emi-
¿rasfjpnnaciou es seguirla de la- consunción, corno la siones'sanguíneas, cuando estíyi perfectamente" indi-
supuraciorfde los tubérculos. . cadas. La diarrea que sobreviene en medio de lrfs
198. Tratamiento bk la.peripneuiio!<iaveri>aÍ>rra. accidentes inflamatorio*:, lio puede tray su origen de
—Ademas de las reglas generales (133),qutees preciso la sangría, que es muchas veces su único remedio.
"aprcsürarseá poner en práctica en una enfermedad tan Y lo mismo puede decirse del vómito bilioso y de la
prontanicnte'mortal, hay también socorros particula opresión de estómago, si estamos seguros de la exis
res que reclama la peripneumpnia,*y que deben ad tencia da la peripneumonia verdadera. Durante la
ministrarse en ella. • evacuacion.de los menstruos dúdelos loquios, no de
En la perineumonía verdadera se doben practicar bemos temer el abrir la vena,, si la intensidad de la
sin demora sangrías copiosas por una ancha abertura, inflamación lo exije. Hemos, tenida la misma conduc
««intervalos muy aproximados p ira que los efectos de ta con las mujores embarazadas, y muchas veces no
la primera no se hayan disipado artes de la segun ha padecido el feto por'este método. Nosotros tam
da (i). Importa poco determinar cual ha de* ser el bién hemos recurrjdo ú la sangría, y!la repetímos al-
brazo en quo se hfya de afeclnar la operación, con §uims veces, en una época lejana, aim'en el día un-
tal que la sangre salga libremente, que la evacuación ócimo, ó mas tar*de, sin consideración á los días
sea suficiente, pero sin que sea' tan larga que rfrodux-_ críticos, á no ser que apareciesen signos de verdade
ca el sincope. Es muy difícil llenar esta condiciones' ra crisis. Por este medio hemos curado á varios en
en la sangría del pie. y por eso es poco ventajosa en fermos, cuyos pulmones parecían estallen supuración,
esta enfernledad. EJnúmerodelasemisiones sanguíneas ó ó quienes se creia amenazados de una muerto
y la cantidad de sangre que se ha de sacar, deben próxima. . •
arreglarse según la intensidad de la inflamación, la • Sin embargo, no conviene insistir sin prudencia en
naturaleza de la constitución epidémica, el período la sangría, porqHe puede destruir las fuerzas indis
déla enfermedad, el temperamento , "el sexo, las pensables para que se*establezca una crisíssaludable, ó
fuerzas del individuo, v según el efecto que produzca ej trabajo supuratorio , cuando es imposible editarlo;
el mismo remedio. Muchas veces, en el principio, sue puede asimismo convertir la enfermedad en una hi
len abortaría inflamación algunas sangrías; pero cuan, dropesía peligrosa, que, por lo demás, puede traer
do el pulmón eMá muy infartado, -debe temerse la su origen» mas bien de la omisión que de la repetición
muerte ó la supuración, que casi es lo misino, si no de la, sangría. Los niños no soportan con tanta faci
nos apresuramos á sacar una gran cantidad de saíígre. lidad como los adultos las evacuaciones de sangre;
Es preciso tener especialmente .en consideración la pero en un>caso grave , no debe titubearse en nracti»
tispuea, el desaliento, la ansiedad pectoral y el dolor. car una sangría proporcionada á su edad , ó de
1 pulso no ofrece siempre el mismo grado de im aplicarles sanguijuelas. Lo mism*o sucedo en los viejos
portancia: es muy «común, en el aumentu do la enfer atacados de peripneumonia: hemos tenido el placer
medad, aunque esté pequeño y deprimido, la cara de salvar á un Octogenario , de una flegmasía niuy
pálida, las estremidades casi frías, con loaas las 'apa grave doj pulmón, á beneficio.de nueve sangrías.
riencias d« gran (Jebilitlad ; que sea preciso practicar Las emisiones copiosas no suprimen la cspulskm
prontamente y aun repetirla sangría, mas bien que'en de las esputos; al contrario, no hay mejor éspeclo-
las circunstancias opuestas: en efecto, la dureza y la runle que ellas, porque la resolución de la linfa tenaz
plenitud del pulso no bastan para indicarla cuando depende únicamente de los remedifls que abaten la
no existe dispn<A ni dolor. Pero la cesación de esto,' inflamación, y no do los irritantes antimoniales, esci-
si continúa la díüculladdc respirar, no es una razón líticos ó de cualquiera otro género. En el último gra
para dejar de*practicarla sangría. Lo mismo decimos do de una peripReumonia moal, no podrá convenir
respecto á los desfallecimientos, si no depended* de seguramente la sangría, pero tampoco conviene me
una debilidad fa^\ , de una debilidad que pueda atri jor otro cualquier medio ; y en estas circunstancias
buirse á la reacción demasiado violenta del principio désgraciadas, ¿opondremos á la enfermedad reme
• • • » • dios impotentes, paro vergüenza de nuestro arte? Sin
(1) Véase J. Ilonilleaud, «Clínica médica del hospital deja Cari embargo, hay casos en* que la prudencial, no Ir» fortu
dad,» París,; I*3 V 1 H. pag. 1 y siguientes.—i. Pelletan, '«Memo na , favorece" á los audaces ; audaces , non fortuna
rias estadística sobre ú plouro-iHU'umonla aguda» (Memorias de la quideni , sed consilitun jural: muchas veces, como
Academia «41 de im-dinua, t. Vlll pag. 184»,—'A. Cnsolle, Tratado hemos dicho, á pesar del trio de las estremidades,
practica ile la pneumonía en las diversas edades, Paris. 1*41, pági-
ua ¿7A. del color casi .cadavérico de Ja cara, y de la estreñía
120 BIBLIOTECA ECONOMICA
. pequenez del pulso, nos liemos atrevido, sin dejar do El opio no conviene mas. que cuando la inflamación
observarlas pulsaciones-, á sacar sangre al cnfecnio selia calmado, yon los" cosos en que se ve atormen
en un estado de sofocación inminente, V su salud ha tado el enferm.0 por insomnio.1*, por una tos seca, ó
justificado nuestra osadía. cuándo el dolor eS mas bien la causa do la inflama
. Pero la sangría no' basta para satisfacer todas las in ción, y no la inflamación la causa del dohr. La indi
dicaciones : 'los demás remedios refeomendados con cación de este remedio, conocida de los antiguos, no
tra las inflamaciones (133) y contra la fiebre inflama se nos, lia" ofrecido jamás'en la. peripneumonia ver
toria (120), dcben'concurrir al Iratamicnto. En esta dadera. *
enfermedad es preciso evitar, con mas esmero que en , Después de ItaboV usado las sangrías y los anliflojís-
cualquiera o!ra, el aire frió y las, bebidas. también ticos, producen buenos efecto» los antimoniales , gl
frias. El mejor medio para engañar la sed, y pa/a' tártaro emético, el vino de antimonio, y el kermes
obrar al mismo tiempo como medicamento, es el co mineral, á pequeras dosis, y administrados en uua po
cimiento ajitiflojístiCjO (1). Deben repetirse los enemas ción salina: favorecen la traspiración y la espectora-
emolientes (2) ó antiflojísticós (3), Nosotros desapro cion. En|el principio, todos estos remedios yjos lla
bamos el empleo de los ácidos minerales; pero los mados espectorantcs, son nocivos. ,
ácidos vegetales dilatados en agua tibia no exasperan Si el enfermo llega á un estado.de languidez ó de
la, tos. Los aceíles , en le peripneurtionia verdadera, debilidad por efecto de las sangrías demasiado copio
han sido muy útiles; pero el mucílago de goma erá- sas, ó por cualquiera otra causa, el alcanfor, la sal vo
biga y el cocimiento 'del sa'ep no gozan de menor* látil, el cocimiento.de polígala de Virginia (i), Ijj so
clicacia. Hemos cortado la diarrea» escesiva, rebel'de á lución gomosa (2), y ios vejigatorios , soji los medios
la sangría é independiente de una causa gástrica, con que merecen mayor confianza.
el ujo de la emulsión gomosa (4) , y algunas* veces Cuando una colección dé pitsita viscosa ó do .pus,
con el opio. en el pecho amenaza la sofocación, se aconlbja dar un
Si el dolor oí intenso, las escarificaciones 6 las san vomitivo, administrando, sjabre todo, el vino de anti-"*
guijuelas sobre el punto dolorido, precedidas de san ntonio. Nosotros 140 nos liemos atrevido jamás á pres
grías generales, practicadas desde el principio de la cribir el emético en la peripncuinouia verdadera.
enfe¡medad, son muchas veces muy útiles , cspecial- La recidiva , que es muy común , exijü .el mismo
menle en la inflamación de las paredes torácicas. tratamiento que l« afección primitiva.
Cuando el estado de lalfuerzas hice dudas del efecto El médico debe favorecer las c'risis, según las vias
que habrán de producir las sangrías generales, pue que la naturaleza quiera tomar. *
den sfiplirlas las evacuaciones locales; pero es preciso Moderando la fiebre de un modo conveniente, pros- <
cuidar de que el pecho no esté espuesto al frió, du-« cribiendo al enfermo 1111 régimen sabio y la inspira
rante la operación. En el pricipio calman'el dolor, de ción de vapores «molienies , conseguimos madurar
une manara prpdígiosa, las fomentaciones emolientes, prontamente el ubsceso formado en el pulmón, y faci
el linimento yoláliL y después que la violencia de la litamos su abertura en los bronquils. Este trabajo re
inflamación ha cedido, un vejigatorio sobre la parle clama , unas veces la sangría, y otras los escitantes.
dolorida, principalmente en, el caso de una afección Jamás «consejamos acelerar la ruptura de la vómica
reumática. También aplicamos algunas veces, en la {jor el movimiento del cuerpo, ó por la conmoción.
peripneumonia, una cantárida cn,la parte inedia del Si un tumor blando y fluctuante situado en un espa
tórax. cio intercostal, anuncia la formación del ábsceso eti
Hl vapor del«gua tibia, acidulada con el vinagre, la superficie este/na de la pleura , ó en la sustancia
inspirado varias veces durante el dia, disminuyo po del pulmón, adherido S esta membrana, debemos hfSre-
derosamente el espasmo del pulmón, y facilita la es- surarnosá dilatarlo, teniendo despu«s cuidado de man
crecio'n de la linfa viscosa. * • tenerle abierto, por largo tiempo. Cuando el empiema
está bien manifiesto, se practica la operación , trepa-
{{) COCIMIENTO ANTIFLOGÍSTICO. flando el esternón para dar salida á la materia dete
nida alrededor de este hueso. Por lo demás, el arte
It. Cocimiento do cebada, dos libras=l,<KKI gram» ofrece pocos recursos en fe supuración del pulmón,
• Nitro purificado, una ilracma^U gram. ó de las otras partes contenidas en el pecho.
Ojimiel simple, una onza=30 gram, *
Mézclese. Nosotros empleamos para calmarlos dolores, que á
a • . consecuencia de la .enfermedad continúan en el tó
• (2) ENE^IA EMOLIENTE. rax, el linimento volátil alcanforado, las sanguijuelas,,-
II. Malvas, dos dracmas=:S gram. los vejigatorios, las cataplasmas compuestas con plan
háganse hervir eu agua por espacio de un cuarto de hora. A tas narcóticas, tules como la cicuta, el beleño blan
dxz ornas (310 gram. i de coladura, añádase • co, la leche y el opio, etc. Algunas, veces se prestribe
Aceite de linaza, una*onz,i.=jO gram. > con Suceso 1111 purgante algo enérgico, ó el cocimien
• Si se vierte poco a* poco sobre , cuatro oazas (120 gram.) de. to de zarzaparrilla, al que se agrega, el vino de anti
numera fresca cortada en pedazos' pequeñas , ocho onzar (350 monio. . t
;ram.l de infusión de manzanilla lurnondo, y se agita fuertemente Í99. Tratamiento de la pleuresía.— En cnanto
la mezcla, se obtiene (in enema quck administrada lióla medía d«sis, á la fiebre, á las causas y á la intensidad de la infla -
relajatmucho los intestinos, por la permanencia de la manteca, que
se concreta en su superficie «tema al enfrjarse. macion , el tratamiento de la pleuresía difiere poco
del de la peripnctimonia. Cuando no existe esta, son '
(3) ENEMA Armn.OJÍSTJCO. « . •
I!. •Cocimiento de• cebada, diazII onza<=310 gram.
COCIMIENTO DE POLIGALA ÍE3IBC1NU.
Nitro purificado, una draoma=:4 gram. (?)
Miel, uua onza=30 gram. H. Itaiz de polígala, una onza=30 gram."
Mézclese. Agua, libra y mediarlo grani. , •
Hágase hervirliatti que quede una libra J',0!) graju i, 5» cuélese.
. <*)' EMULSION GOMOSA. (2) SOLUCION GOMOSA.
R. Coma arábiga, media onza.— lt gram. .11. Goma amoqiaco pura, dos dracmas=8 grm
Almendras mondadas , n. 3. Uisuclrase eirsiete onzas (¿10 gram.), de poción salina, «Jy agre
Azúcar blanca, dos dracmas.—(< gram. guese •
Hágase con 1 c. de agua nna emulsión. Vino de antimonio, una tiracBia^t gram. ♦
DE MEDICINA Y CIBUJÍA.—FRANK- 121
menos necesarias las sangrías copiosas , y hay mayor noso (1), el vino, y especialmente la infusión de ser
precisión do aplicar ventosas, sanguijuelas, fomenta pentaria de Virginia con el ojimiel; los vejigatorios,
ciones y linimentos emolientes, y vejigatorios, ni sitio la inspiración del vapor del agua tibia acidulada con
del dolor. Después de la sangría , son muy útiles los el vinagre; y por último, los medios recomendados
antimoniales A dosis refractas, yasociados á una poción para las fiebres nerviosas (91).
salina, provocando una traspiración suave. Los absce 20,1. Tratamiento de la peripneumonia intermi
sos formados en el espesor de las paredes torácicas, ó en tente.— El tratamiento de la peripneumonia periódi
la cara esterna de la pleura costal, deben dilatarse sin ca, está sujeto á las reglas quo hemos establecido al
demora, con el objeto deque el pus no vaya á derra hablar de la fiebre intermitente inflamatoria (70). Se
marle en el pecho , ó para que no altere las costillas. practican desde luego las sangrías generales que con
200. Tratamiento de la peripneumonia falsa. — vengan, según la intensidad de la inflamación ó san
En esta enfermedad rara vez está indicada la sangría: grías locales: se evacúan las saburras, si las hubiese,
puede convenir citando á aquella se agrega en cierto y por último, so recurre á la quina, como en las fie
modo la peripneumonia verdadera, cuando se sostie bres perniciosas (4a.)
nen las fuerzas del individuo, y al principio de la Hemos dicho (2) que la peripneumonia se presenta
afección. Sin embargo, su empleo exijo la mayor pru algunas veces con un carácter periódico (1S9). Aun-
dencia, y no convien) -repetiría si la primera no ha quo en la época en que nos espresábamos así (en 1792),
reanimado el pulso. Después de la sangría ó do las no era este hecho absolutamente nuevo, no se conocían
ventosas escarificadas á la espalda, el estertor produci entonces mas que un corto número de ellos. Sin
do por lusmucosidades que se acumulan en ol pecho, embargo, no porque apenas haya enfermedades en
obliga á recurrir al emético para prevenir la sofo que la liebre intermitente deje de venir á cambiar el
cación. En seguida so prescriben los antimoniales á aspecto, de lo que se convencería cualquiera recor
pequeñas dosis en una poción salina, ó en una infu riendo las infinitas observaciones publicadas por Tor-
sión do saúco, ú otro emético, si parece indicado, y ti y C. Medicus, hay razón para deducir que esta
dospues de un dia de descanso, un purgante. Noso fiebre proteiforme tierio la propiedad de someter bajo
tros mandamos para bebida un cocimiento do mosta su influencia las inflamaciones de todas las partes del
za en suero, dulcificado con miel, y administrado ti cuerpo y do las visceras. En efecto; encontramos en
bio. La solución de goma amoniaco con el ojimiel Stoll (3) un ejemplo de pleuresía periódica, es decir,
escitítico, en una infusión de saúco, tiene la propie de fiebre intermitente asociada ú la pleuresía, que
dad de laxar el vientre y de favorecor la espectoracion eludió las virtudes curativas de la quina, y Straclí (4),
do las materias viscosas. También es útil que el en que cita casos de fiebre perniciosa oftálmica (ií) y ar
fermo inspire frecuentemente, si su estado lo permite, trítica (0), refiere tam'iien otros de liebre perni»
el vapor del agua tibia, acidulada con el vínugie. ciosa catarral (7), que es una afección muy pare
201. Ttatamiento de la peripneumonia t de la cida á la pulmonía. Borsieri ha observado que el
pleuresía sintomáticas.—La peripneumonia y la pleu estómago está muchas veces inflamado, en la liebre
resía sintomáticas so complicnn muchas veces con el perniciosa cardiálgica, de manera que, antes de re
elemento inflamatorio. Se las reduce á un estado de currir á la quina, es preciso practicar una ó dos san
simplicidad, combatiéndolas por melio de la sangría, grías del brazo (8). Bang describe igualmente un vó
que se repite según la necesidad (112): en seguida, se mito inflamatorio en las liebres tercianas cnrdiálgi-
debe atacar la causa que ejerce su iulluenciu simpá cas (9). Las teorías médicas están llenas de diversas
tica sobre ol pulmón ó sobre las paredes torácicas, hipótesis para esplicar el fenómeno; pero los hechos,
con los medios apropiados. Gomo esta causa consiste contra los cuales nada dicen, sobre todo cuando se
la mayor parto de las veces en las saburras gástricas trata de esplicar los períodos de las enfermedades
ó intestinales, debemos seguir los principios del hablan muy alto, y bajo su imperio las vemos reinar
tratamiento de la fiebre gástrica (109). Un emético 6 abiertamente, ó permanecer ocultas, ó estinguirse de
un purgante, repetidos, si fuere preciso, y asociados i improviso.
los resolutivos, desembarazan prontamente el pecho. Asi, en el invierno de 1791, en cuya época fueron
202. TnATAMIEPiTO DR LA PBRlPNBUMOMA NERVIOSA.— en Italia muy comunes las peripneumonias, reinó
En ol tratamiento de esta enfermedad, hay que tener epidémicamente esta enfermedad en Pavía, y causó
presente la viscera afectada, y los principios es mas estragos que nunca, como lo prueban los cuadros
puestos (9b) sobre el tratamiento de la fiebre nervio de mortandad del hospital. Un hombre de cuarenta
sa complicada con una inflamación local. La sangría, años, atacado de este mal epidémico, fué admitido
rara vez conviene en esta grave afección, y solo pue en el Instituto clínico. Los síntomas que presentaba
de hacerse uso de ella en los individuos jóvenes y eran: respiración muy anhelosa, acelerada, casi sofo
pletóricos, ó al principio de la enfermedad; debe cante, en razón de un dolor pungitivo que tenia en el
practicarse con precaución y en presencia dol médico. pecho, y de una sensación de peso en el esternón;
Es peligroso repetirla, y es raro que haya de ello tos seca, aunque de vez en cuando era seguida de
necesidad, lo cual se decide por el efecto quo haya esputos poco ubundantes y teñidos de sangre; calor
producido la primera evacuación, y según el carácter muy aumentado, cara encendida, pulso lleno y duro:
de la constitución reinante. En general, no debe
sacarse sangre en esta enfermedad. Pero cuidado con
equivocar á la flegmasía violenta, que se oculta bajo 1 SUERO VINOSO.
una apariencia engañadora de debilidad, con una
afección maligna. En la verdadera complicación de la U. Suero de vacas, dos libras— 1 ,000 gram.
liebre nerviosa con la peripneumonia, los remedios Vino blauco generoso, ocluí onzas -"¿jOgrain.
Mézclese.
indicados son el vinagre alcanforado (1), el suero vi- i Eslas reflexiones son sacadas de las Interpretaciones clinicasi
0 Uatio mrdcndi, t. IV. pág. 01 y 92.
(I) VINAGRE ALCANFORADO, 4 Obs. mcd. de diversa febris continua rcmiucnlis causa, pá
n. Alcanfor, una dracma—4 gram. gina 1 tíi.
Pulverícese en un mortero de piedra con .'i Loe. cit., píg. 1U.
Espíritu de vino rectificado, veinte gotas. fi Loe. cit., pag. 1.13.
Azúcar blanca, ilus onzas—CO graui. 1 Loe cit., pág. I*í.
Después «le haber pulverizado bien esta mezcla, viértase 8 loslit. med., 1. 1., par. 165, pág. 101.
Vinagre superior, diez onzas—300 gram. 9 Acl. soc. reg. llaln. t. i, pág. 8.
6"
122 - BIBLIOTECA ECONÓMICA
lengua seca y roja, sed muy viva, constipación. Se toman muy comunmente un carácter periódico, sin
gún las coilas noticias que pudo dar el enfermo con que por esto sean verdaderas intermitentes.
voz entrecortada, pudimos averiguar que la afección La esperiencia nos ha enseñado ademas, que las
había principiado tres dias antes, á eso de las doce peripneumonias y las pleuresías verdaderamente adi
de la mañana, por un escalofrió, seguido de calor, námicas, ó por otro nombre, nerviosas, pueden ad
v de síntomas semejantes á los que existían en la ac quirir algunas veces el tipo periódico; en el hospi
tualidad, y que habían tenido por la mañana una re tal general de Viena hemos curado algunas de ellas
misión casi completa. Pero nos pareció la inflamación sin sangría, y solamente con la administración de la
del pulmón demasiado grande, para creer en la po quina. Citaremos algunos casos.
sibilidad de la suspeusiou de los síntomas en una Peripueumonu periódica asténica.—Una mujer de
enfermedad que se mostraba funesta á tantos indivi treinta y ocho años de edad, soltera , cuya mens
duos, y para decir la verdad, no habíamos observado truación se presentaba con toda regularidad, pero
¡insta entonces, á pesar de haber ejercido la medicina con demasiada abundancia, hasta el estremo de debi
por espacio de veinticinco años, un solo caso do litar notablemeule las fuerzas, fue atacada, á la edad
peripneumonia periódica. Se prescribió una sangría de veinte y tres años, de una violenta peripneumonia,
de una libra (30 gram.); y además, cocimionto de quo se curó á beneficio de siete sangrías. Once años
malvavisco para bebida, fomentaciones sobre el sitio después padeció una fiebre continua que la hizo
dolorido, y una lavativa. Al dia siguiente supimos guardar cama por espacio demás de tres meses, y en
que lu noche bahía sido muy agitada, pero que al fin este período de tiempo se aniquilaron sus fuerzas,
se habian presentado sudores; el calor general había no tan solamente por las emisiones sanguíneas , sino
disminuido, la respiración era mas fácil, la tos menos también por las evacuaciones ventrales. Dos años mas
fatigosa ; el dolor del costado mas ligero ; el pulso, tarde, se la creyó tísica. El 21 de noviembre de 1800
aunque lodavia frecuente , era menos lleno, menos sintió un grande escalofrió á las nueve de la mañana
vibraute, menos febril, y lu palabra mas libre. Todos y le duró lodo el dia: se quejaba en el costado izquier
admiramos esta dichosa cuanto repentina metamór» do de un dolor pungitivo del pecho que se aumentaba
fosis do tan grave enfermedad. A las tres de la tarde con la tos y la inspiración. A las ocho de la noche,
del mismo dia, sintió el enfermo un gran frió ; la sobrevino un calor, cuya intensidad igualó á la del
respiraciou no tardó en ser anhelosa y estreñidamente frío, y al cabo de tres horas un sudor general y abun
difícil; reaparecieron con mayor intensidad la tos dante, que duró casi toda la noche, que debilitó mu
seca y el dolor de costado, y el conjunto de los sín cho á la enferma y que arrastró consigo la fiebre. El
tomas indicaba una peripneumonia tan grave como 22, frío, calor y sudor á las mismas horas que la
la de la víspera. A pesar de la remisión do que víspera ; pero él dolor del pecho es mas vivo, con
habíamos sido testigos, volvimos á mandar otra san tos é imposibilidad de acostarse del lado izquierdo.
gría de una libra (.'íOO gram.), no solamente á causa El 23, reaparecen todos los síntomas en el orden
de la violencia de los síntomas, sino de la plenitud acostumbrado; pero con mayor intensidad aun. El 24
y de las vibraciones del pulso. El tercer dia por la fue admitida la enferma en la clínica de Viena, y
mañaua , remisión mas manifiesta aun, que la ante presentaba los síntomas siguientes: cefalalgia frontal
rior; lu sangre estraida está cubierta de una costra continua, ojos ardientes, zumbido de oídos, obstruc
espesa. Bien convencidos entonces del carácter perió ción de las narices, lengua seca, boca amarga, respi
dico de la enfermedad , administramos una onza ración penosa, sensación de peso, dolor pungitivo al
(30 gram.) de quina oscojida, para tomar durante inspirar, tos frecuente , casi seca, imposibilidad de
la remisión. Por la tarde, á la hora acostumbrada, acostarse sobre el lado izquierdo , piel blanda y hú
volvió ú presentarse la liebre ; pero mucho menos meda, calor muy aumentado, pulso frecuente, muy
intensa que el dia precedente, y casi sin síntomas de lleno, algo duro, laxitud general, vientre libro. No
peripneumonia. El dia cuarto, por la mañana, api- hay duda de que existía una inflamación en el pecho,
rexia completa, alguna tos, nada de dolor, respiración ni de que la fiebre era adinámica; su tipo intermi
libre. Se propinó una dracma (4 gram.) de quina tente no era equívoco. El pronóstico; que se formó
cada hora. Por la tarde, nada de acceso febril; la tos fue fatal por el estado del pulmón en razón de las en
es ligera, como aquella mañana ; no huy dolor en el fermedades anteriores. Se prescribió un cocimiento
costado, y los orinas presentan unsedimiento late acuoso dedos dracmas (8 gram.) de polígala de Vir
ricio. Al cabo de algunos dias, volvió el enfermo á su ginia con una dracma (4 gram,) de licor de Hoffmann.
casa, perfectamente restablecido. Como varios enfer Tomó ademas la enferma un cocimiento de salep
mos, admitidos en el hospital, se hallaban en idénti dulcificado con regaliz : se dieron sobre el punto do
cas condiciones que él, fueron sometidos al mismo lorido del pecho fricciones con un linimento volátil, y
tratamiento, con igual éxito. Al año siguiente (1792), se le aplico en seguida al mismo sitio una cataplasma
durante el invierno, tuvimos ocasión de confirmar en emoliente. El 2o por la noche, el calor y el sudor
un gran número de personas, atacadas do peripneu lian sido menores que en las precedentes; pero no ha
monia periódica, que despues*de una ó dos sangrías, habido sueño; dos deposiciones. Por la mañana, do
tenia la quina en estos casos tanta eficacia, como en lor de cabeza, ardor en los ojos, zumbido do oídos;
cualquiera otra liebre intermitente. la sequedad de la lengua, la tos, el dolor en el lado
Algún tiempo después, Cárlos Bom ha descrito una izquierdo del pecho y la dificultad de respirar han
pleuresía epidémica de carácter intermitente. Van desaparecido. Por la tarde, todavía hay cefalalgia, con
Hoven ha dado asimismo la historia de una perip zumbido de oídos y ardor en los ojos ; pero la lengua
neumonia intermitente. Por lo tanto, es para nosotros estaba húmeda: todos los síntomas de la peripneumo
difícil de comprender cómo ha podido dudar Ueil del nia, se han disminuido. No ha habido fiebre durante
carácter de ciertas peripnenmonias complicadas con todo ol dia. So suprimen las fomentaciones y el lini
la fiebre intermitente. Si Sloll, que, como hemos di mento volátil; continúan los demás remedios. El 20,
cho antes, ha Observado la pleuresía acompañada do al principio de la noche hubo un acceso de frió muy in
esta liebre, no pudo hacerla desaparecor por atedio tenso, que duró hora y inedia; después calor y sudor
de la quina, suponemos que esto fue porque habría po'- otro tanto tiempo; á lo que siguió una grande
aun en el pecho una inflamación demasiado viva, ó laxitud y algún sueño. Por la mañana no quedan otros
porque la fiebre pertenecería & las lenta- , las cuales, síntomas que ol dolor de cabeza, el zumbido de oidos
DE MEDICINA Y CRUJÍA.—FRANK. 123
y el ardor de los ojos; el pulso es poco frecuente, li se han apoderado de toda la columna vertebral, es
geramente duro, pues cede fácilmente á la presión pecialmente en la región de los lomos; agilaciou
del dedo. Bien convencidos del carácter periódico de estrema, suspiros, pulso casi tan frecuente como en
la liebre, agregamos el cocimiento de quina al de po el estado normal, pero duro y lleno. De todos los sín
lígala. A la tarde no se observó nada de nuevo, es- tomas que esperimenta la paciente, la debilidad, los
ceplo las orinas, que eran turbias y presentaban un dolores hacia los ríñones, al esternón y los zumbi
sedimento latericio. Como elcocimicnto desaleprepug- dos de oidos son los que mas la atormentan. Se pres
nalui á la enferma; se le sustituyó enn el agua pura. cribe una poción salina con quince granos (8 decigr.)
El 27, á la misma hora quo la "víspera, nuevo paro de los polvos de Dower, y un cocimiento emoliente pa
xismo, pero monos fuerte y mas corto, al cual sucede ra bebida. Al medio dia exacerbación; á un escalolrio
algún sueño: no bay mas que algunos zumbidos de no muy intenso sucede el calor," continúa el dolor do
nidos, cefalalgia y ardor en los ojfs; no se percibe cabeza, la los y la dispnea; los suspiros son mas con
ningún síntoma do peripneumonin. Por la tarde bubo tinuos, pulso poco frecuente pero débil, algo vibran
durante algunas horas Horripilaciones inierrumpidas, te y variable. Se administra una poción salina con
pero muy fuertes, seguidas de calor y de sudor. La diez granos (5 decigr.) de almizcle ; se dan fric
noche lia sido agitada, ba tenido la enferma dolores ciones en el punto dolorido con un linimiento vo
vagos, reumáticos en la apariencia, que no la han per látil. El 3, la noche ba sido tranquila, y los sínto
mitido gozar ni un instante Ue sueno. El 28 por la mas so bau mitigado sensiblemente; el dolor del pe
mañana, no existe ningún vestigio de liebre; se frotan cho es menor, y la tos no repite tanto: tres depo
las partes doloridas con aguardiente alcanforado. Ha siciones; el pulso es mas blando y mas débil. So
cia la tarde, los sintonías han disminuido de un modo prescriben siete onzas (210 gram.) de poción salina
notable, la enferma manifiesta deseos de tomar ali- con tres granos (15 centígr. ) de almizcle para
nienios, y está algo mas alegre. Se continúa rl uso de lomar en cuatro veces cada dos horas. Hacia el me
la quina. El 29, el sueño no ba sido interrumpido en dio dia sintió la enferma en el lado derecho del pe
toda la noche por ningún dolor, y basta la tarde no cho un dolor muy intenso que la hace arrancar gri
sobrevino cambio alguno. El 30, "en la larde anterior tos. A las cuatro de la tardo exacerbación, seguida
se ba manifestado un ligero acceso do fiebre; pero ba bien pronto de un calor bastante vivo. El pulso es
durado muy poco y no ha impedido el sueño. Desde algo mas frecuente. Poción salina sin almizcle, li
este momento hay una mejoría notable. (Se reemplaza nimento volátil al sitio del dolor. El -f, á media no
la quina por un cocimiento amargo. Desde el l.'al che, disminuyen los síntomas. Por la mañana no
3 de diciembre se fuoron reponiendo las fuerzas, queda vestigio alguno de fiebre, el dolor alroz de la
volvió á aparecer la menstruación, la enferma recobró víspera ha desaparecido casi enteramente; la enfer
el apetito, y el S abandonó la clínica perfectamente ma tuse poco, respira con mayor facilidad, no sus
curada. pira con tanta frecuencia; la cefalalgia es menor:
Perip.neumonia subcontinua nerviosa.—Una mujer nada de zumbido de oidos; la boca está algo menos
de veinte años, bieu constituida, á quien hacia tres amarga, y el pulso casi natural. Se mandó:
meses se le había suprimido la menstruación sin cau
sa conocida y sin haber experimentado incomodidad R Cocimiento de quina, nueve oiu;isrr270 arara.
alguna, se espuso al frió el 2-1 de noviembre de 1794, Polvo de quina. wlsdracmas=2-t gram.
oslando sudando, y no tardó en present írsele coriza, Jarabe de quina, una ouia=50 gram.
con alguna cefalalgia, tos y dificultad do respirar.
Habiendo dado poca importhncia á estos síntomas, pa para tomar en cuatro veces de dos en dos horas.
só tres dias sin recurrir á los amibos del arte; pero Después de medio dia, nueva exacerbación. La en
el 28 al medio día sintió un gran frió que duró ferma da frecuentes suspiros; se queja de un dolor
basta la caída de la tarde. A este frío sucedió ca en el lado izquierdo , en la región del bazo; el
lor; y al amanecer se la presentó el sudor. La fie zumbido de oídos y el dolor de cabeza son mayores;
bre, acompañada de grande cefalalgia, de zumbido el calor ha sido cscesivo y el sudor muy abundante^
de oidos, de dolnros gravativos en el pecho, y pun El pulso no ba sufrido ningún cambio: esta exa
gitivos hacia el esternón, y de opresión en la región cerbación ha sido menor que la de la víspera . Se
precordial, tuvo una remisión notable por la maña continúa con Ja quina. El 8, á las once de la no
na, pero se exacerbó á la misma hora que el día che anterior ha tenido la enfVríaa frío que ha du
anterior con mayor intensidad aun. Sin embargo, rado una hora, y ha sido seguido de calor y sudor.
en el intervalo de fos dos accesos no ha desapareci Durante este acceso, los síntomas que se habían
do completamente la liebre, puesto que la enferma ya exasperado algo, adquieren una grande intensidad.
se queja de cefalalgia, de zumbido de oídos, de Desde aquel momento tiene la paci nte liebre muy
dispnea, de tos y de dolor al pecho. Así permane manifiesto; la los es mas frecuente, con espectoracion
ció por espacio de dos dias, cscepto el 30( que tuvo escasa; el calor es considerable; el pulso lleno, y la
dos vómitos durante el período de caler, y un au cabeza está muy dolorida. Se suspende la quina, que
mento notable en lodos los síntoma?. Por fin se es reemplazada por la poción salina: se aplican ocho
víó obligada ó pasar al hospital de Pavía, en donde ventosas sobíe el sitio doloroso. I lúe ¡a el medio dia,
se le administró un cmeto-catártico, que la produjo los síntomas que se habia-n disipado poco á poco, ad
cuatro vómitos y tres abundantes deposiciones lí quieren mayor intensidad,; calor escesivo ; el dolor
quidas. El 2 de diciembre por la mañana fue tras del lado so trasladó á la espaldilla izquierda ; suspi
ladada á la clínica, y presentaba los síntomas si ros frecuoul's; la piel, auiiq.ue muy calorosa, está hú
guientes: cefalalgia violenta, que se aumentaba al meda, y la eníerma muy irisle. Se prescribe lá poción
loser, rostro encendido, zumbido de oídos, obstruc salma con cintro granos (2 decigr.) de almizcle. El 6,
ción de las narices, boca amarga, lengua blanca, disminuye el dolor de la espaldilla; pero vuelve, el del
respiración difícil y cada vz mas \ ennsa, á cansa lado izquierdo del pecho ; zumbidos solamente al oido
de nn dolor vivo por debnjo del esternón; tos frecuen derecho; la tristeza de la enferma es muy gráfido;
te sin espectoracion , que exaspera el dolor, de- sin embargo, el pulso no ba cambiado. La misma
i -óbito igualmente difícil de ambos lados, y mucho prescripción. Por la tarde, uueva exacerbación, que
mas sobre la espalda, por efecto do los dolores que principia por un gran calor; suspiros continuos, do
124 BIBLIOTECA ECONÓMICA
lor en el costado, alguna tos, ceTalalgia intensa, pul de la tarde: en cuanto á la to-;, se prolongó hasta las
so mns débil ; ut a deposición. Se ordena tres onzas tres, en cuya hora la apirexia fue completa. El 20,
(90 gram.) de agua de canela, con dos onzas (60 gra $ las ocho", ni tas ni dolor en el pecho El enfermo
mo») de poción narcótica, para tomar una onza (30 permanece sin liebre y sin los demás síntomas por
gram.) cada hora. El 7, la enferma suda copiosa todo el dia. El 21, ni fiebre, ni ningún otro ac
mente; tose con bastante frecuencia , y suspira mu» cidente. So prescribió una dracroa (4 gram.) de
cho; el pulso es débil; dolor en la cabeza y en el quina cada tres horas. El 22 y el 23 , el individuo
lado. Se prescribe : sigue bien; se sustituye la quina por un cocimiento
amargo. El 2i¡ salió de la clínica perfectamente
curado.
Cocimiento <1« quin?, seis onias=t8ü gram . Pleuresía periódica.—Una mujer de cuarenta y
Estrado de (|uina, tres dracnias=12 gram. cuatro años , que habitaba en un lugar bajo é inun
dado por las avenidas del Danubio, había padecido
en su juventud la viruela y el sarampión ; sus re
glas se habían presentado siempre con regularidad,
para tomar onza y media de cada vez. y por primera vez á los diez y nueve años. En la
época de su casamiento, cesaron por espacio di
•e mandó asimismo una libra (500 gram.) de vino meses sin que hubiese quedado embarazada , y
:t lodo el dia. Por la tarde, el dolor del lado y la teriormento volvieron á adquirir su ritmo normal.
jfalalgia casi han desaparecido. El 8, ha habido dos Por último, sufrieron otra nueva supresión, que Tue
'imitos; los demás síntomas son poco pronunciados; seguida de una hemorragia uterina, y cuando esta
dor copioso, pulso débil. Por la tarde, otros dos se curó, no volvieron á aparecer mas. Quince dias
imitos ; pulso mas lento, y el dolor del pecho es antes de entrar en el hospital, esperimentó esta mu
menor. Él 9, los vómitos han cesado; lo demás lo jer en el brazo izquierdo un dolor lancinante, Un
-lismo. Se repite la poción con la quina. El 10, la vivo , que le hacia prorumpir en gritos , y que duró
üferma lia descansado; el pulso es natural; el dolor cuatro dias ; abandonó el brazo y se fijó en todos los
el pecho lo mismo. Se aplica un vejigatorio sobre el miembros. Se practicó una sangría , y so adminis
tito dolorido ; y so mandó tomar ademas una poción traron purgantes, que determinaron veir'-
ina con los polvos de Dowcr. El H, nada de fie- deposicíones el primer dia , y cinco al dia
re ; todos los síntomas han desaparecido ; y al cabo Entonces fue acometida la enferma de un
e algunos dias volvió la convaleciente al seno do su seguido de calor y de fiebre; tí esto se agregó un
familia, dolor violento en el lado derecho del tórax. Sin em
P£Bit>«£tjMo^iA periódica.—Un Iiombre de veinte bargo, hubo una apirexia completa; no quedó mas
y lies años, que á escepcion de las viruelas, no habia que el malestar en los miembros , la incomodidad en
padecido enfermedad alguna , fue acometido en junio la cabeza y la dificultad de respirar. El paroxismo
de 1804 de una liebre terciana, de la que se vió libre volvió á presentarse al tercer día, ú la misma hora y
en poco tiempo , usando de los medios apropiados. con los mismos síntomas. Un medicamento que no
El 10 de julio, tí las once de la mañana, después de supo nombrar la enferma suprimió la fiebre. Pero
una gran sed, sintió uu frió violento, al cual se agregó odio dias después (el 24 de junio de 1801) volvió á
bien pronto una tos fuerte , frecuente y con esputos aparecer. En efecto, se presentó frió durante hora y
raros y acuosos, dolor pungitivo en el esternón, disp- media , después calor con cefalalgia , sed , dolor
r¡ea y sensación incómoda de peso en el tórax. So putigitivo en el costado derecho , opresión en el pe
brevino después calor, cefalalgia y sudor. Por la tar- cho y grande dificultad de respirar. Al cabe do dos
,e , apirexia, el enfermo no se queja mas que de laxi- horas se manifestó el sudor, permaneciendo después
udes. El 17, después de haber estado bien dil de él el dolor del pecho y el de la cabeza : la ou-
le toda la mañana , volvió á senlir el enfermo, há- ferma no ha dormido esta noche. El 25 , hacia las
las once , los mismos síntomas, uunque mas mo cinco de la tarde; es decir, á la misma iiora que en
derados; por la tarde, en fin, no tenia mas que laxi» la que tuvo los primeros paroxismos , apareció uno
ludes. El 8 , repite del mismo modo el paroxismo nuevo , pero diferente de los anteriores en que el
febril , cefalalgia, dolor fuerte, opresión en la repion calor existió durante todo él. El 26 , entró la enfer
esternal, tos continua y dispnea. Por la tarde', el ma en el Instituto clínico de Viena, y presentaba los
enfermo, que tenia aun el calor y el dolor de cabeza, síntomas siguientes: pesadez de cabeza , ojosSrdien-
pero no el del pecho, entró en el Instituto clínico de tes , mejillas algo encendidas , lengua limpia y hú
Vienn. Como evidentemente padecía una fiebre inter meda , sed viva , pústulas ti los lados de la boca y en
mitente, con algunos otros síntomas, ó cotidiana, el labio inferior , respiración difícil, opresión en el
ó terciana doblo, y por otra parte no habíala menor tórax con dolor pungí livo en el costado derecho, que
afección de las primeras vias , se le prescribió una se aumentaba por efecto de las inspiraciones profun
onza (30 gram ) de quina para tomar en ocho veces, das ; decúbito casi imposible sobre el lado izquierdo,
de hora en hora ; después do cada dósis , habia de tos muy frecuente , acompañada de espillos poco
tomar ci enfermo una onza (30 gram.) de una poción abundantes , ya blancos , ya amarillentos ; pulso mas
preparada con seis onzas (180 gram.) de agua de lento que en el estado normal y mas débil, calor de
mema y unadracma (4 gram.) de licor de Hoffmann. la piel poco elevado , vientre libre, laxitud general.
El 19 , el paciente ha dormido toda la noche; á las Se prescribió un cocimiento de diente de león para
cho de la mañana , nada de cefalalgia , sed menor bebida , y fumigaciones emolientes sobre el lado do
He en la víspera , algún apetito , nada do liebre, lorido. £1 27, ja noche ha sido tranquila; por la ma
. cho libre; pero hácia las diez, sobrevino un nuevo ñana casi no hay fiebre , respiración fácil y sin do
paroxismo , con tos muy violenta y esputos abundan lor, poca tos, el calor y el pulso como en el estado
tes , algo teñidos de sangre. Ninguna opresión en el natural. La fiebre no apareció tampoco por la tarde;
pecho , ni dolor. A las once , se agregó el frió i la y solo se notaba una ligora frecuencia en el pulso.
tos, que duró hasta las doce , pero que fue menos El 28 , ha dormido la enferma ; al despertar ha sen
tenso que las domas veces. Sucedióle el calor , y tido algo de dispnea; el dolor del pecho volvió ú
último el sudor . que continuaron hasta las dos presentarse, aunque menos fuerte ; las inspiraciones
DE MEDICINA Y CIRWÍA.—FRANK. 12o
profundas ic exasperan y causan también la tos ; el el dolor ha disminuido algo , el pulso es vibrante. Se
vientre está sensible al tacto, la cabeza pesada y practicó otra sangría de diez onzas (300 gram. ), se
ligeramente vertiginosa. Se prescribe un cocimiento aplicó un vejigatorio al sitio del dolor , y se ad
de quina con el licor de Hoffmami, á la dosis de tres ministró una emulsión nitrada. Habiendo aumentado
onzas (90 gram.) cada dos boras. I'or la tarde des los síntomas al aproximarse la noche , se repitió la
aparecieron los síntomas de la mañana. Se continuó sangría. El 17, la noche ha sido agitada, ¡i causa de
administrando la quina por espacio de algunos días, la tos ; sin embargo, el dolor y la dificultad de res
y la enferma abandonó el hospital ol 2 de julio, per pirar lian cedido algo. Nueva emulsión oleosa. El 18,
fectamente curada. tos contíuua durante la noche , respiración mas di
PerIPNEUMOMA CON AD3CES0 EN EX EXÓFAGO.— Uua fícil, aunque los dolores han cesado; calor y sed, vien
mujer de treinta y seis años , casada y con cuatro tre libre. Por la tardo hubo una grande exacerbación,
hijos , había tenido durante seis años frecuentes tos seca , pulso duro, sed ardiente, calor mus vivo,
dispneas y gran propensión á la (os, que padecía á pesadez de cabeza. So cstrajeron ocho onzas (240
consecuencia de varias inflamaciones del pecho; en gram.) do sangre. El 19 , la noche ha sido tranquila,
la tarde del 4 de marzo de 1794 fue atacada de un tos moderada, respiración menos difícil; piel liali-
gran dolor en la región lumbar, que se esteudia tuosa y sudor en la cabeza; no ha sentido la enferma
hasta la mitad de la espalda , de un frió que la duró dolor alguno, y dice se halla mejor. Poción salina con
algunas horas , y de vómitos verdes y muy amargos, el nitro. Por la tarde, continúa el alivio. Se pres
con diarrea , debilidad estrema , pesadez de cabeza, cribe una poción oleosa. El 20, el calor es casi natu
y zumbido de oídos hácla inedia noche. Fiebre muy ral, sed moderada, pulso frecuente, pero mu ser
intensa, calor, tos y dificultad de respirar. Al día duro , respiración mucho mas libre. Poción salina
siguiente por la mañana, los pechos, hasta entonces con un grano (5 centígr.) de tártaro entibiado. El 21,
muy llenos de leche (pues estaba criando á un hijo tos moderada , espectoracion abundante y de buen
suyo de siete meses), estaban flácidos y secos. Al aspecto. El 22, continúan los esputos; sudor cu la
tercer dia de enfermedad cesaron los vómitos y la frente , pulso frecuente y duro. El 23 , la enferma ha
diarrea; pero como todavía continuaba el dolor lum pasudo buena noche, espuiciou muy abundante ; se
bar, y atormentaba mucho á la enferma, se aplica notó que existía un tumor crónico en la garganta , ú
ron veinte ventosas, que le hicieron desaparecer. Por pesar de que la enferma no acusa ningún dolor. Por
espacio de dos días no se presentó , aunque la liebre la tarde, exacerbación ligera precedida de algún frió.
persistía con tos y dificultad de respirar. Al sesto dia El 24 , la los y la espectoracion continúan lo mismo;
de enfermedad, nuevo acceso de frió, durante el hay una alteración manifiesta en el pulso, y la enfer
cual se manifiesta hacía las costillas falsas del lado ma se queja de dolor en la región de la garganta , el
derecho un dolor pungitivo, que se aumenta con la cual aumentó por la tarde y sobrevino ademas alguna
tos y con las inspiraciones profundas. La enferma en dificultad de tragar. El 85, todo tomismo, el dolor
tró en el Instituto clínico de Pavía el 12 de marzo, aumenta al tragar ; el tumor crece sensiblemente,
octavo dia de enfermedad , y se la notaron los si hay algún frío y fiebre. El 26, lu enferma, que ha
guientes síntomas: el color del rostro apenas alte descansado muy poce , se queja de debilidad ; pulso
rado, cefalalgia supraorbítaria, ligera obstrucción contraído y duro; en el absceso se ha desarrollado
de los sentidos, dispnea, tos seca , dolor en las cos calor y dolor, la deglución se efectúa con mayor
tillas falsas del lado derecho , decúbito imposible so trabajo que antes. Por la tarde, dolor lancinante en
bre cualquiera de los lados , lengua seca , sed , calor el tumor, que se pone rojo, y cu el cual se perciben
aumentr.do, pulso duro y frecuente, grande debili latidos; tos y espectoracion muy abundantes. Se
dad , nuda de amargor do boca, vientre libre. Se aplicó al tumor un linimento volátil , y después una
practicó una sangría de nueve onzas (270 gram.) y cataplasma. El 27 , la enferma ha dormido muy bien
se prescribió un cocimiento d«) cebada con nitro y esta noche , y ha hecho una deposición ; con todo,
oximiel y fomentaciones emolientes sobre el sitio do continúan el dolor y la dificultad al tragar: en el
lorido. El 13, la sangre eslraida el dia anterior está tumor , inflamado y duro, se sienten pulsaciones y
cubierta de costra (logística. La enferma ha reposado está muy dolorido ; el pulso es duro. Se prescribió el
por la noche; la tos y el dolor han disminuido, aun maná asociado al suero. Asi se continuó todo hasta
que la respiración es muy difícil. Sed mas viva, calor el 29. Sigue la espectoracion sieDdo abundante. Co
mas intenso , pulso frecuente y duro: dos deposicio cimiento de quina con la emulsión gomosa. Hádala
nes. Se mandó otra sangría de diez onzas (300 gram.). tarde, el dolor lu aumentado mucho, y la deglución
Por la tarde , la sangre está cubierta de una costra, es muy difícil. Hasta el 2 de abril ha habido los mis
y la enferma está peor ; se ha sumido en un ador inos síntomas con algunas exacerbaciones de cuando
mecimiento durante todo el dia; respiración anhe en cuando. Hácia media noche se abre el tumor en
losa , difícil , tos seca , piel árida , dolor mas vivo, el exófago , arrojando una gran cantidad do pus, que
sed considerable , pulso lleno y nianiliestamente vi se espelió por medio del vómito. Desde entonces prin
brante. So prescribió otra sangría de uua libra (500 cipió á aliviarse la enferma : por la tarde, el tumor
gram.}. EM4, no ha habido remisión ni sueño du está blando é indolente, apenas hay liebre, y la de
rante la noche; respiración difícil , pulso lleno, fre glución se efectúa sin trabajo. El 0, convalecencia.
cuente y duro: tres díycccioncs. Se sacaron otras Por la misma época se presentó un caso análogo
diez onzas (300 gram.) de sangre. Por la larde , tos en el hospital de Pavía. Terminó una peripncunio-
continua , sin espectoracion , sed intensa, pulso mas nia por un vasto tumor en la garganta, que so
frecuente , duro y vibrante; el apéndice xífóides eslá abrió paso espontánea y felizmente al exófugo.
doloroso ul tacto. Nueva sangría de nueve onzas (270 PeBIPNEUMONIA CON TUMOn EN EL EXÓFAGO El íll-
grnm.). El lo, la tos y la dispnea no han dejado dividuo de esta obsemeion no tuvo la misma suer
dormir á la enferma durante la noche ; pesadez de te. Era una mujer de treinta años, que en el de
cabeza , el dolor del esternón ha disminuido algo, 1789 entró en el Instituto clínico de Puvia: padecía
pulso frecuente y vibrante. Sangría de diez onzas una peripncumonia violenta, queal cabo de cuatro
(300 gram.) que se repitió por la larde. Se prescribió días no ludia cedido nada á las emisiones sanguí
una emulsión oleosa. EMfi , la sangre signe presen neas. Al dia siguiente de su admisión en el institu
tando la misma costra : continúan la tos y la dispnea; to clínico, después de haber pasado toda la noche sin
12(5 BIBLIOTECA ECONÓMICA
dormir, acusó tener en el lado izquierdo y anterior ración laboriosa, tos difícil, esputos tenaces. Se pres
de It garganta dolor y ardor, que aumentaban con la cribió uua poción salina con un» dracma (4 gram.)
deglución. La liebre repitió, pero moderadamente. del vino antimonial de Huxham; tres granos (lo cen-
Al csplorar la garganta, no se advirtió rubicundez tígr.) de alcanfor, y una onza (30 gram.) de oximiel;
ni en el velo del paladar, ni en las amígdalas; |wro una lavativa y das vejigatorios á los muslos. Por la
la enferma referia el dolor mas profundamente bácia tarde tres cámaras; la lengua está mas húmeda por
la parte superior ó izquierda del esternón; no babia la punta. El 13, poco sueño durante la noche; la tos
en este punto tumefacción ni aumento} do calor; ha aumentado y va acompañada de esputos muy te
la respiración se efectuaba libremente, como la vís naces; pulso menos pequeño. El enfermo se queja
pera; las bebidas no encontraban obstáculo, peroavi- de un dolor en la parte derecha y superior del tó-
vuban el dolor. So aplicó una cataplasma emolien raji; la respiración es mas frecuente y mas difícil;
te, después do baber frotado la parte con un lini la lengua y los dientes estén mas limpios, pero con
miento volátil; pero al cabo de tres días era impo tinúa él amargor de boca. Poción salina con tres
sible el paso de ningún líquido al estómago, y el granos (la centígr.) de kermes; cocimiento emo
punto doloroso principiaba á estar prominente y la liente para bebida. El M, el enfermo lia dormido
presión aumentaba considerablemente el dolor. Ha muy bien toda la noche, y solamente le ha ator
biendo aumentado la fiebre, así como la dureza del montado la los; el pulso es menos frecuente; espec-
pulso, se pi'tcticaron dos sangrías. De repente se lora con mas facilidad: por la tarde dos deposiciones,
manifestó un fenómeno que basta entonces no se gran calor a la cabeza y mayor frocuencia en el pulso;
había observado: ia mano izquierda, que estaba al dolor en el costado derecho, respiración muy anhelo
go edematosa por el dorso, so hinchó, después el sa, esputos mas abundantes, pero amarillos; lengua
brazo y la mama correspondiente; esta última, antes seca. Se administró uua solución do tamarindos con el
flacida y flotante, se puso turgente sin rubicundez, crémor de tártaro y nu grano (5 centígr ) de tártaro
ocupaba la mayor parte del lado izquierdo y cscedia emético. Al anochecer, "exacerbación, dificultad de
en tamaño á la otra, tres veces por lo menos; estaba espeler los esputos. Se aplicó un vejigatorio al pecho
tensa, renitente é indolente. Er> cuanto á la intu en el sitio dolorido, El 15 , la noche ha sido muy
mescencia del brazo, que comenzaba en la mano, tranquila , la lengua está muy limpia, el amargor de
imposibilitaba todos los movimientos del miembro. boca y el color amarillo de los ojos han desapareci
La respiración era difícil, y á pesar de haber recur do; continúa la tos , seguida de esputo; mus abun
rido á las fomentaciones emolientes, la mama y el dantes, no amarillos, sino purulentos; pulso blando
brazo no cesaron de aumentar de volumen. El tumor y débil, postración de las fuerzas ; las orinas deposi
do la garganta ejorcia sobre la tráquea una compre- tan un sedimento latericio. Poción salina con el
sion que acabó por acarrear la muerte el día dé- vino antimonial y alcanfor. Por la tarde, exacerba
cimo sétimo de enfermedad. ción, pesadez de cabeza, que parece estar oprimida
Hecha la autopsia, so descubrió un tumor del la por un tornillo. El 16, el enfermo ha pasado muy
man') de un huevo, en relación con la y tráquea, que buena noche; ha sudado y hecho copiosas deposicio
nacía en el lado derecho del esófago, y comprimía, no nes; la tos no es tan fatigosa, espectorucion mas
solamente 'a vena yugular, sino también la subclavia; abundante; dolor obtuso en el lado derecho del tó
y estaba lleno de un pus casi líquido bácia la parte rax, queso esliende hácia la espaldilla correspondien
superior de la tráquea. Los vasos linfáticos déla mama te; orinas sedimentosas. El 17, la noche ha sido se
estallan fuertemente inyectados, así romo la glán mejante á la de la víspera, sudor abundante; pulso
dula; y en el mismo estado se hallaban los ganglios menos frecuento y menos débil, algún apetito. El 18,
sub-axilares, los lín áticos y las venas do todo el ningún cambio; la piel ha perdido su tinte amarillo;
brazo. Se enco tro en el lado izquierdo del pecho sedimento furfuráceo en las orinas; ninguna exacer
algunas onzas do serosidad derramadas al rededor bación por la tarde. El 19, reposo durante toda la
del pulmón, que no presentaba grandes vestigios do noche; el enfermo se queja de una sensación de ar
inflamación: de modo que la hinchazón del brazo y dor por debajo del sitio en que hasta entonces había
la de la mama dopendían del obstáculo en el cursó residido el dolor del costada. El 20, noche tranquila;
de la sangre y déla linfa, así como la sofocación há hambre : se aumenta el alimento. Alguna exacerba
bil sido el resultado de la compresión ejercida por ción por la tarde. El 21, por la noche apenas ha
el tumor sobre la tráquea. conciliado el sueño el enfermo, turbado por terrores
r>8 LA TERMINACION DE LA PtHlPNBUMOMA POH GAN- imaginarios; sed viva, respiración laboriosa, «spui-
r.nv.w.—Hemos dicho (193), que la terminación de cion mas difícil, dolor en la espaldu , en donde se
la perípneumonia por la gangrena del pulmón era aplica un vejigatorio. Por la tardo aumentan los sín
rara, pero que habíamos visto un corto número tomas ; el dolor del lado derecho y superior del pe
de ejemplos: efectivamente hemos encontrado dos cho se hace continuo ; esputos teñidos de sangre,
casos que vamos ú referir. pulso algo duro y frecuente, respiración penosa, pe
Gangrena del tulmon r de los músculos pectora sadez de cabeza, lengua seca, postración de las fuer-
les.—Un hombre que había sido atormentado du zub, el enfermo lia tenido frió. El 22 , la noche ha
rante dos meses por una liebre errática, semejante sillo menos mala, el individuo ha sudado y los sin
á las intermitentes, entró en ol Instituto clínico de tonías han remitido; sin emliargo , el pulso perma
Pavía el 12 do diciembre de 178ÍÍ. Por último fue nece duro. Por ¡a tarde, exacerbación , semejante
atacado de fiebre continua con postración de las á la ole 1 día anterior. Se practicó una sangría y se
fuerzas, frió, calor, tos, esputos ligeramente teñi aplicó una lavativa. El 23 , los seca , sudor copio
dos de sangre, y dolores en el pecho que se un- so, pulso pequeño y duro , respiración laboriosa ¡ á
mentaba)} al toser. Asi continuó por espacio de diez cualquier movimiento del cuerpo esperimenta el pa
dias; con exasperaciones por la tardo y alguna vez 1 ciento dolor en la espaldilla derecha. Se aplican dos
delirios. Cuando se presentó en el Instituto clínico le vejigatorios. Por la tarde, exacerbación ; la dispnea
observamos los siguientes síutomas: color rojo ama y los dolores obligaron á practicar otra sangría de
rillento de la piel, la esclerótica teñida de amarillo, siete onzas (210 gram ). El 24, la noche ha sido fa
ios dientes y la lengua estaban cubiertos de un moco tal; ha habido dispnea, tos y dolor. Asi continuó el
de este último color; pulso pequeño y débil; respí- » enfermo hasta el día 27, sufriendo las exacerbado
DE MEDICINA Y C1RUJÍA.—FRANK; 127
ncs por las lardes, y csperiincutaiido miu diminución amarillo , cuyo color había teñido la piel, a conse
muy sensible de lus fuerzas; en este dia los esputos cuencia de haberse ocupado el individuo en el culti
son muy abundantes , se maniliesta edema en el vo del arroz , y de haber vivido en una habitación
-dorso de la mano derecha y en los pies. Dolor conti húmeda. Se queja de un fortísimo dolor de cabeza;
nuo en la paletilla derecha. Se prescribió el cocN los zumbidos en el oido derecho han aumentado; bo
miento de quina. Por la tarde, en el momento de ir ca amarga, lengua húmeda y algo blanca , sed viva,
á poner al paciente un vejigatorio sobre el sitio do dolor y ardor en la garganta , ronquera; la respira
lorido, se notó la presencia de un tumor muy sen ción y la deglución son difíciles, tos seca que aumen
sible y fluctuante , que dilatado en el instante dejó ta el dolor en el epigastrio; esputos poco abundan
salir una gran cantidad de icor ; y desde entonces tes v viscosos; no hav eructos , ni náuseas, ni vómi
quodó mas libre la respiración. El 28, la noche ha tos; vientre blando y libre ; ardor y sequedad en la
sido mala, ha circulado un gran frió por todo el cuer piel ; pulso frecuente, lleno y duro. Sé practicó una
po, especialmente por el sitio en que resido el dolor. sangría de nueve onzas (270 gram.); para bebida se
La espectoracion es mas penosa; la tos no causa do prescribió una tisana compuesta del cocimiento de
lor en la espalda, pero el edema de la mano aumen cebada con nitro y oximiel. El 9, la misma fiebre,
ta, la cara se hincha y el enfermo está inquieto. Asi pulso lleno y duro; persisto la ronquera; dos deposi
continuó la afección con dos abscesos de frió al dia, ciones. Se estrajeron otras nueve onzas (270 gram.)
seguidos de sudores abundantes por la noche: rubi de sangre. Emulsión de almendras con el nitro y el
cundez circunscrita eu las mejillas después de comer. mucílago de goma arábiga: suero para bebido ; looch
El dia trigésimo segundo salen por el absceso, mez calmante. Por la tarde , dos deyecciones : continúa
cladas con el icor, algunas burbujas de aire, lo que el ardor de la garganta, y ademas existe en la tráquea
prueba que aquel tiene su origen en el órgano pul una sensación análoga; pulso menos frecuente , me
monar. En fin, las fuerzas se van aniquilando diaria nos duro y menos lleno. Se hace inspirar al pacien
mente, los labios de la úlcera y las partes adyacentes te el vapor del agua con vinagre. El 10, la noche ha
principian á ponerse lívidas : el dia trigésimo cuar» sido agitada; tres deposiciones ; el ardor y el dolor
to sobreviene delirio, y una debilidad eslrema; el en la garganta y en la tráquea continúan lo mismo,
icor sale mezclado de sangre. Al dia siguiente falle así como la tos; el dolor de cabeza y el de la región
ció el enfermo. del estómago han disminuido. El pulso es frecuente
A la abertura del cadáver , se encontró todo el y duro. Se aplican sanguijuelas alrededor de la larin
cuerpo cubierto de manchas muy juntas de un color ge: se repite la sangría , y se continúa con los vapo
rojo-negruzco. Los labios de la úlcera y las partes res y el looch. El 11, el enfermo ha descansado algo
adyacentes presentaban señales de gangrena , de la por la noche, ha hecho dos deposiciones : la boca no
que participaban casi todos los músculos de la espal está amarga, lengua limpia ; los zumbidos de oidos
da y aun el sub»escapular. El sitio del pulmón por molestan menos ; los mas fuerte y seca , esputos ra
el cual salía la materia , estaba situado entre la se ros y acuosos , dolor , ardor y . sequedad en toda la
gunda y tercera costillas, cerca de la espalda; y eu longitud de la tráquea, respiración anhelosa y difícil;
sus iumediaciones estaban gangrenados los músculos deglución laboriosa, pulso frecuente , vibrante, duro
intercostales , tanto estemos como internos. Los y lleno. La sangre estraida basta ahora ha estado
pulmones, con especialidad el derecho , baldan con cubierta de una costra. Se aplica un vejigatorio á la
traído adherencia con la pleura; y en cada lado del laringe. Como los síntomas aumentaron por la tar
pecho existia mucha serosidad rojiza. El pulmón de do, se sacaron catorce onzas (420 gram.) de sangre.
recho estaba inflamado hasta el mas alto grado ; su El 12, noche inquieta; dos deyecciones, orinas casi
parte superior, íntimamente adherida á la pleura, es naturales, cara íiipocrática , grandes dolores en los
taba esfacelada, exhalaba un olor repugnante , y era oidos, seóuedad de la lengua. El enfermo no se queja
el foco del icor que manaba por la úlcera. El abdo ya de ardor ni de dolor en la tráquea , sino de una
men contenia poca serosidad. El bazo estaba hiper gran sequedad en el trayecto de cs.to conduelo; es
trofiado y endurecido en T%rios puntos; y el hígado putos casi nulos , respiración difícil y anhelosa , tos
mayor que de ordinario, pero sano. seca, que ocasiona dolor pungitivo en el hipocondrio
OLMl CASI GANGRENOSO DEL l'ULHON INFLAMADO.— izquierdo y entre las dos ultimas costillas verdaderas;
Un aldeano de 30 años do edad , robusto, y que ha pulso vibrante , lleno y duro. Sangría de una libra
bía gozado siempre de muy buena salud, dió una caí (500 gram.) ; pocioii compuesta con seis onzas
da de un caballo , á consecuencia de la cual sintió (180 gram.) de aceite de olivas, mucílago do goma
dolores en la región epigástrica, dificultad de respi arábiga y jarabe de altea , de la que se da cada dos
rar y zumbidos en el oído derecho, aunque no tenia lioras dos onzas (G0 gram.) ; fomentaciones emolien
el menor vestigio de contusión al esterior , ni fiebre, tes sobre el sitio del dolor. Por la tarde , continúan
Estos síntomas se disiparon por sí mismos poco á los mismos síntomas, cuatro deyecciones; respiración
poco, á cscepcion de la dispnca y de los zumbidos 'l anhelosa y difícil ; cuando el enfermo bebe es aco-
de oidos. El 3 de diciembre de 1792, hacia medio * metido de tos seca y de dolor en el hipocondrio iz •
dia, apareció de repente un absceso de frió, que du quierdo, y vomita lo poco que ha podido tomar de la
ró una hora entera, y que fue seguido de calor, sin poción. Se dieron fricciones mercuriales sobre la re
sudor. El dolor, que no existia desde algunos meses glón laríngea y traqueal. El 13, el enfermo ha estado
antes , volvió á molestar al enfermo durante la tos y adormecido casi toda la noche; cuando despertaba,
las inspiraciones profundas; á esto se agregaba una se lo notaba algún delirio, : labios lívidos, descompo
ronquera notable. El í , los síntomas fueron me sición del rostro, debilidad estreñía, sordera, respi
nos intensos ; pero al medio dia aumentaron con ración desigual y anhelosa , tos ligera, esputos semi-
siderablemente, después de haberse presentado de membraiiosos, dos deposiciones, pulso vibrante^lleV
nuevo el frió. El .'i, por la mañana , remisión por se no y duro. Por la tarde, cada vez se agrava mas el
ganda vez; al medio dia, otro absceso de frío, se enfermo, el adormecimiento y la tos persisten; nins
guido de calor y de los demás accidentes; pero mas gun esputo ; pulso duro é irregular. So aplicó un
violentos. Así continuaron hasta el 8, sesto dia de vejigatorio al pecho. Al anochecer, muerte por so
enfermedad, en el cual entró en el Instituto clínico focación.
de Pavía. Los síntomas que presentaba eran: rostro Al cabo de treinta y seis lioras, y á pesar de que
128 BIBLIOTECA ECONÓMICA
hacia un tiempo seco y frió , no ofrecia el cadáver aunque ya se habia observado en otras ocasiones,
ningún signo de putrefacción al eslerior; los mús no por eso es menos digna de llamar la atención.
culos del pecho estaban rígidos y secos. Al abrir la Un hombre de treinta años, robusto aunque muy
cavidad torácica se notó un olor muy fétido, los pul sobrio, habia padecido muchas enfermedades, entre
mones estaban flácidos en su cara anterior, y este- otras, fiebres periódicas, á consecuencia de las que
ríormcnte rojos en ciertos sitios. En el lado izquier tenia una intumescencia considerable en el bazo. Pero
do del tórax, en cuyo punto se habia manifestado el la afección que padecía con mas frecuencia era la pe
dolor pungitivo, estaba el lóbulo inferior del pulmón ripneumonia, de la que se habia librado dos veces en
mas voluminoso y mas duro, y en los intervalos de el Instituto clínico de Pavía , á beneficio del método
los mismos lóbulos existían algunas onzas de serosi antiflogístico. El dolor pungilivo del pecho se habia
dad rojiza encerrada en falsas membranas. Habién presentudo cu las peripneumonias sucesivas en diver
dose cortado los pulmones, exhalaron un olor repug sas partes del tórax, en lugar de fijarse en un mismo
nante, y dejaron escapar una sanies no menos fétida. En punto , como sucede de ordinario , de manera que no
la cavidad izquierda, endonde estaba adherido el pul Iiabia un sitio de la cavidad torácica en que no hu
món no inflamado, se hallaron cinco onzas (150 gram.) biese habido dolor. El 15 de noviembre de 1702, este
de serosidad sanguinolenta: este pulmón estaba sano. hombre fue sorprendido por una diarrea al hacer un
Los bronquios , la tráquea y la laringe, desembara corto viaje, y el mismo día, á su vuelta , esperimentó
zados del moco tenaz y rojo-amarillento que los ta un escalofrío febril , muy ligero sin embargo, que fue
pizaba , no ofrecían rubicundez ni ningún vestigio seguido de un mediano calor y de algunos vómitos de
de inflamación. Tampoco se descubrió en la gargan bilis algo abundantes. Por úllnno, sobrevino dolor en
ta ni tumefacción ni rubicundez. El oído interno el lado izquierdo del pecho , con tos y dispnea. Al
del lado derecho estaba teñido de un color rojo, dia siguiente , instruido por una larga esperlencia de
que no se disipó ruando se limpió el moco que la marcha que habia de adoptar, se mandó sangrar,
le cubría. El pericardio contenia cerca de tres on lo que le proporcionó algún alivio ; pero principio
zas (90 gram.) do un líquido rojizo. No se descubrió entonces á arrojar una gran cantidad de sangre en los
nada anormal ni en el cerebro ni en las visceras del esputos. El (C por la mañana cometió un cirujano
vientre. la imprudencia de administrarle un vomitivo; con
Hemos dicho que los exantemas y las pústulas que todo , no le produjo mayor vómito que el que habia
se manifestaban en la superficie del cuerpo , y espe acostumbrado tener espontáneamente en otras ocasio
cialmente la erisipela lija , disipan algunas veces nes durante el curso de su enfermedad. Por la noche
la peripneumoniu , sobre todo si es maligna. En fue llevado á la clínica ; su respiración era penosa y
tre muchas otras observaciones que hemos recogido acelerada ; todavía existía en el lado izquierdo del
y que vienen en apoyo de esta aserción , citaremos pecho un dolor pungilivo y acompañado de sensación
las siguientes. de peso ; la los era muy frecuente , pero no demasia
PERIPNEUMONIA JUZGADA POr VH EXANTEMA PUSTULO do fuerte; el decúbito mas fácil del lado enfermo que
SO (193).— En el mes de diciembre de 1792 entró del otro; boca amarga , lengua algo blanca , rostro
en la clínica de Pavía una mujer que se quejaba de encendido, ojos brillantes, vientre blando, escepto
un dolor pungilivo en el lado izquierdo del tórax, en la región esplénica; diarrea, calor moderado de
respiraba con dificultad y tenia una grande opre la piel , pulso poco frecuente, pero lleno y vibrante.
sión en el pecho; también tenia mucha fiebre , pulso Se sacó una libra (500 gram.) de sangre ; se admi
duro y lleno, imposibilidad de acostarse del lado en nistró un cocimiento de cebada con miro y oximiel
fermo, tos áspera. Después de la sangría, aparecie para bebida; fomentaciones emolientes sobre el lado
ron un considerable número de pústulas, muy seme dolorido. El 17, tres deposiciones; respiración algo
jantes á las de la zona ó zoster, en el brazo, alrede mas libre , el dolor ha disminuido , pero se le ha pre
dor del codo, y que causaban un vivo ardor. El do sentado otro en la parte posterior del tórax ; frió lige
lor, la lension de la piel y la flogósis iban cada vez ro hácia las cinco de la mañana , esputos un poco te
mas en aumento ; el brazo estaba tumefacto casi en ñidos de sangre: la estrutda en la víspera estaba cu
toda su estension ; pero la enfermedad principal ha bierta de una costra espesa ; el calor y la sod mas
bía desaparecido: el pulso, de lleno y duro que era, moderados, pulso menos frecuente y menos duro. Otra
se habia vuelto blando, débil , de cuando en cuando sangría de una libra (500 gram.), á causa de la disp
intermitente y apenas febril. Al cabo de ocho días, nea, que no ha disminuido. Por la tarde aumentó la
el dolor , que no habían podido disminuir los emo fiebre, pero la respiración es mucho mas fácil; cuatro
lientes, cedió al agua de Gonlard y á la pomada de deyecciones, pulso frecuente y duro. Se practicó una
saturno; sin embargo, se aplicó un vejigatorio en sangría de una libra (500 gram.). El 18, el enfermo
tre los homóplatos, y se administraron los antimonia ha sudado mucho por la noche durante el sueño ; el
les al interior. dolor de la parto posterior dol pecho ha desaparecido;
PERIPNEUMONIA JUZGADA POR UN FLUJO COPIOSO DE el del costado es menor ; los esputos están estriados
orina. — En los años de 1791 y 1792, en los cuales de sangre. So practicó otra sangría de una libra
fue en Pavía muy común la peripneumonia, y alguna (500 gram.). Por la tarde aumenta la liebre, el pulso
vez muy grave , tuvimos ocasión de ver algunos en es lleno y duro. Nueva sangría de una libra (500 grnm.)
fermos que padecieron esta afección , en Tos cuales y una lavativa. El 19 por la mañana, tres deposicio
se juzgó por una abundante escrecion de orina páli nes , tos frecuente , esputos crudos, poco leñidos de
da y desprovista de sedimento. Hubo individuos que sangre, respiración difícil, pulso lleno y duro. San
escretaron diez ó doce veces mas orina que de costum gría de una libra (500 gram.). Por la tarde, dos de
bre, por espacio de varios dias; y no nos acordamos posiciones, débil exasperación de la fiebre, pulso me
de que pereciera ninguno de los que presentaron este nos lleno, pero duro; respiración mas fácil, dolor me
fenómeno. No tuvieron mayor sen que la que causa nos vivo Un enema Habiendo aumentado la di (¡cuitad
ordinariamente la peripneumonia, y tampoco so les de respirar, al aproximarse la noche, se estrajeron
administró bebidas ni medicamentos diferentes que á nueve onzas (270 gram.) de sangre. El 20, respira
los demás eufermos. Citaremos un solo caso , tamo ción difícil aun, dolor que se aumenta con las inspi
mas notable , cuanto que era la undécima vez que el raciones profundas, pulso lleno y duro, debilidad é
sugeto padecía esta enfermedad , cuya circunstancia, imposibilidad de incorporarse. Se practicó otra san
DE MEDICINA Y CmUJÍA.— FRANK. 129
gría de una libra (oOO gram.). Por la tarde creció la (120 gram.} de acerato de amoniaco, seis (1S0 gram.>
liebre t pulso duro, muy lleno, respiración difícil ¡ al de agua de flores de saúco , y dos granos (1 decígr.)
gunos dolores cólicos y mucjias ventosidades, aun de tártaro . estibiado , de cüya poción habia de to
que ha habido dos cámaras. Sangría de nueve onzas mar el enfermo una onza (30 gram.) cada hora. Fric
(270 gram.}. El 21, respiración mas fácil, pulso me-- ciones sobre la espalfla y los lomos con un linimento
nos lleno y menos duro, el dolor del costado ha ce yolátil alcanforado , fomentaciones tibias: un «nema.
dido; dos deposiciones. Se prescribe una poción sa Apenas hubo tomado la poción ; fue arrojada .por el
lina. Por la tarde está el eh/ermo en mejor estado; vómito ; y . la lavativa tampoco fue retenida mucho
respiración mas libre , pulso muy blando'. Una lava tiempo. A las tres de la mañana, muerte.
tiva. El 22, el enfermo ha 4ormidt> y ha habido su Hecha la autopsia, se halló que la espalda, los miem
dor general ; el dolor del lado' continúa , y se es- bros inferiores y la oreja- izquierda estaban sembra
tlende álgo á la parte posterior; respiración muy do^ de manchas lívidas. La cavidad izquieeda del tó
• libre, pulso duro apenas, orina sedimentosa, espui rax contenía alguna sangre líquida. El pulmón dé este
. cion- mas fácil. Se agrega un gruño (5 centfgr.) de lado, lívido eq su parte posterior, estaba adherido por
tártaro estibiado á la poción salina. Por la tarde, li ábajo con' el diafragma, y en el costado con la pleu
gero aumento de la fiebre , pulso mas lleno y algo» ra; la sustaneja de su lóbulo inferior estaba compacta,
'düro, el dolor del costado lo mismo ;* tres deposicio mas pesada é' inflamada que el resto del órgano"; es-
nes. Se aplicaron ocho sanguijuelas al lugar dolorido,' petfialmente por detrás. La parte superior del pulmón
y se administró una lavativa. El 23 , tos muy'frecuen- derecho estaba también adherida á la pleura. Este
. te , voz, ronca , pulso algo vibrante y menos dolor de lado del tórax encerraba cerca de cuatro onzas (120 _
costado. Por la tarde, cxasperaaion de la fiebre, pulso gram.) de 'sangre líquida. En el pericardio no había '
lleno y vibrante, el mismo dolor. del lado, dos depon mus que una corta cantidad de serosidad, que no es-
sio iones. Sangría de ocho onzas (240 gratn.). El 24, cedia á la que se encuentra en este sitio ordinaria
•el ' enfermo se encuentra, mejor , y el-pulso es menos mente. El corazón estaba flácido : en su cavidad de
'lleno; todavía hay algún dolor en el costado, respi recha se halló un poco de sangré grumosa, y en la
ración mas fácil; ninguna deposición, orinas sedimen-' izquierda una sustancia poliposa y blanda; ¡a mem
tosas. Se ordenó una lavativa. €1 23 y 26, sigue lo brana interna estaba roja, asi como las válvulas. La
mismo. Se administró un looch, ademas do la poción pleura del lado derecho, inflamada y lívida , presen
salina*. El 27, el dolor del lado continúa lo misino; taba ademas un tinte negro entre la cuarta y sétima
oprcsion y dolor en la región, epigástrica, pulso algo costilla verdadera. Los músculos intercostales, cubier
.vibrante; orinas muy copiosas, pero naturales. Tres tos por ella, estaban lívidos y reblandecidos. La pleura
onzas (90 gram.) de maná en suero, para tomar en del lado izquierdo apareció asimismo inflamada y lí
varias dosis.. Por la tarde, grande alivio; nada de fie vida en el punto correspondiente al sitio enlcrmd del
bre , dos deposiciones abundantes ; el dolor del cos- pulmón. La cara interna de la' tráquea estiba muy
• lado jo mismo. Se practicaron fricciones con un li inflamada, estendiéndose la flogosis hasta los bron
nimento volátil alcanforado. El 28, orinas copiosas, quios.
pero claras, trasparentes, casi sin color. El 29 , el en Pebipneumoma e* los viejos. —Un hombre casi oc
fermo ha arrojado mas de doce libras (6 kilogr.) de togenario, y de constitución robusta, habia padecido
orina, y está muy aliviado; pide de comer; nada de cinco veges pleuresía, ya en el lado derecho* yaen el «
fiebre, y las fuerzas princip*ian á rgnacer. El 30,. h& izquierdo del bórax,. El 25 de febrero dé 1789, á con
orinado tSnto como el dia anterior. El 31 , la canti secuencia de un resfriado, sintió ün dolor hácia.las
dad de las orinas escretadas es la' misma, si' no es mas falsas costillas del lado izquierdo, y un grande escalo
considerable. El mismo fenómeno durante algunos frío que duró todo el dia: al poco tiempp sobrevino
' días. El enfermo desea y obtiene mas alimento. No tos y dispnea. El dia cuarto, se dispuso una sangría ,
«e había disipado aun el dolor de costado, que cedió pero continuaba lo mismo la enfermedad, por lo que
por fin á nn vejigatorio. Desde entonces, convale determinó pasar al hospital de-Pavía el 3 de niarzo-
cencia perfecta. Se le sangró dos veces, y el 4.en la tarde fue condn.
Inflamación t cangrena de la pleura. — Un hom cido á la clínica. En aquél momento se le notó: 'dolor
bre de treinta años, entregado á la bebida, estando pungitivo en el lado derecho- del tórax por debajo de
acostado'el i. ° de febrero de 1789, fue atacado á las las ultimas costillas, y que se aumentaba con la tos y '
.cuatro de la mañana de tós, de un fuerte dolor disla con las inspiraciones profundas: respiración 'difícil,
cerante entre los homóplatos, y de un. frío general, esputos estriados de sangre; pulsa frecuente,. gran
al cual sucedió el calor, pero sin sudor. El dolor se de, lleno y duro; lengua árida, sed viva, amargor de
estendió poco S poco desde las espaldillas hasta los boca. Sangría de diez onzas (309 gram.); cocimiento
• lomos, y á él se agregó una fiebre continua. El 2 por de cebada con nitro y oximiel para bebida. El -5 , la
la noche', fue conducido el enfermo á la clínica de sangre cstraida está cubierta de un» costra. El en
Pavía, y se le observó: dolor en la parte superior de fermo no ha dormido por la noche, y ha hedió cinco
las órbitas , respiración 'anhelosa , muy difícil , tos deposiciones líquidas. Los demás' síntomas , como en
áspera y dolorosa , esputos teñidos de sangre , rubi la víspera. Se estrajeron aun di*z onzas (3D0 gram.)
cundez semejante á ta de la escarlatina en la gargan de sangre, que no tardó mucho en cubrirse de la cos
ta y en-la parte superior del pecho; boca arrtsrga, tra. Por la tarde, aumento de dolor, dos deyecciones:
lengua blanca, náuseas..regurgitaciones, vómitos de la Jodiida causa ansiedad y tensión en él estómago.
materia; amargas, sed viva: sensación; de peso y de Estas circunstancias y el estado del pulso obligaron á
tensión en la región epigástrica y en ¡ los hipocon sacar una libra fúOO gram?) de sangre ; se aplicó un
drios, míe están muy sensibles al tacto , -abdómeii fomento sobre el sitio dolorido y se prescriDió una
algo inflado, constipación, pulso muy débil, percep lavativa. El 6, dolor mas vivo , pulso lleno y duro.
tible apenas ,• acelerado, é intermitente; agitación, Sangría de diez onzas (300 gram.); un vejigatorio al
• estupor , diminución de la sensibilidad y frió en las sitio del dolor. Por la tarde, habiendo habido los mis
extremidades inferiores. Interrogado el enfermo sobre mos síntomas) y siendo la respiración muy difícil , el
las causas de su dolencia, nos dijo, (jhe cuatro dias pulso lleno , duro y de vez en cuando intermitente,
antes , Atando ebrio, había dormido al aire libre. se practicó otra sungria de seis onzas (18Qgra,in). El 7,
Se prescribió una poción compuesta de cuatro onzas el enfermo nb ha dormido en torta Ir noche : el dolor
(i-
430 BIBLIOTECA KCONÓMICA-
del lado no incomoda mas que durante la los, pero la la noche siguiente fue acometido de dojor de gargan-
respiración es difícil; sensación "de opresioii y de ta.con tos y esputos teñidos de sangre.' Como no tuvo
constricción en e! vientre , dos deposiciones poco fiebre, pasó así diez días sin reclamar los auxilios del
abuurlantes; los frecuente, esputos raros y amarillos; •ar(e. Por.último, el 2 do abril de 1793, hácia el ano-
orina roja ; boca amarga, pulso* lleno y fuerte. San . checer, se presentaron escalofríos que invadieron por
gría de nueve onzas (270 gram.) ; crémor de tártaro la espalda , y á los cuales sucedió calor'. Durante la
con hi pulpa de tamarindos disueltos en agua:.uh noche, fiebre alta, precedida de un gran frió; tos y
enema. Por la'tarde, se reproducen los mismos< fenó dolor en el lado izquierdo 'del pecho por debajo de la
menos, pero el dolor pungitivo cambia de localidad, tetilla correspondiente.' El ¡i , entró el enfermo en e1
y se establece, en la región epigástrica: el enfermo hospital de Pavía» y se le sangró inmediatamente. Lle
compara lo que esperiraenta cuando tose, á la seiir vado al siguiente* día á la clínica, presentaba estos
sacion que le produciría la introduccion.de un cuchi • síntomas: calor muy aumentado, rostro encendido,
llo hasta el ombligo; dos deposiciones copipsas,*quc mojado por el sudor , dolor*en la garganta, sin flogó-
disminuyen U tensión del vientre; la garganta está sis ^preciable , lengua seca, respiración difícil», con.
tan sepa,- que apenas pueden pasar las 6ebídas. Emol- dolor de costado quo aumentaban las inspiraciones
sion de goma arábiga , fomentaciones y untura al .profundas y la tos; con todo , esta es moderada, y el
vientfe con un linimento volátil alcanforado. El 8, vol decúbito muy fácil de los dos lados: constipación, aun
vió á presentarse el dolor del costado; pulso' lleno y que el vientre cstS blando; pulso frecuente, lleno y
duro, respiración muy laboriosa; deglución mas fá duro. Se practicó una sangría qe diez fjpzas (300
cil. Sangría de nueve onzas (270 gram.), suero para gram.) ; cocimiénto de malvabisco con nitro para be
' bebida. Por la tarde , el pulso es aun llefio, pero no bida ; fomentaciones emolientes sobre el punto del do-'
duró ni vibrante: la respiración mas fácil y la tos. lor; enemas.-EI 7, apenas ha dormido eL enfermo esta
menos penosa ; los esputos poco abundantes y menos noche; el dolor del "lado existe aun, la tos es mas fuer
amarillos; lia habido dos vómitos espontáneos;. el do te, la respiración 'difícil , los esputos poco abuuñnn.-
lor ha cesado ; dos deposiciones abundantes y líqui ies, el pulso lleno y duro": ninguna deposición. Se
das ; nada de sudor. El 9-, el dolor volvió á aparecer estrajo una Jibra (500gram.) de sangre : loocli, lava
en las costillas, la tos aumenta; los esputos son de tivas. Por la tarde, exasperación de la liebre, respira
un amarillo-rojizo y espesos; respiración laboriosa, ción mas. dificil, cara encendida, el pulso en el mis
pulso blando. Se prescribió una .poción laxante, y se mo estadp que por la mañana: mayor dolor «en ¡as
aplicó un vejigatorio sobre el punto dolorido : la lie ' costillas. Nueva sangría de una libra (500 gnam.). El
bre y la tos han disminuido por la nodhe, y los espu 8, el enfermo ha tenido algunos momentos de reposq,
tos son mas cocidos. El 10, el enfermo está mucho pero ha aparecido otro dolor, aunque ligero, en' ta re
mejor, ha hecho cuatro deposiciones; orinas turbias gión submamaria; respiración difícil, tos áspera. Otra
que depositan un sedimento latericio; fiebre menos saqgría de diez unzas (300 gram ). Por la tarde,
fuerte, dispnea m*ior. Se administró una poción sa nueva exasperación , el pulso es aun lleno, pejo me- ,
lina con el nitro y un grano (3 centíg.) de tártaro es- nos frecuente; no se ha movido el vientre. Se sangró
tibiado : no sobrevino exacerbación por la tarde. El otra vez al tnfcrmo.'y se prescribió un enema. El 9,
14, noche agitada, tos continua y seca, dolor en el la noche mas tranquila ; la respiración es mucho mas fá
do derecho, orina sin sedimento, pulso lleno y fuer cil, la tos menor, y el dolor ha desaparecido. Nada de
te , pero ménos frecuente, respiración algo "difícil. cámaraSj Se administró «ína poción purgante, suero
Sangría de diez o«zás (.'300 gramí). Habiendo persis para beb'ida, lavativas. Por la'tarde, cinco•deposic¡o-,
tido, los síntomas durante la noslie, se practicó de lies: respiración mal fácil, pulso poco mas frecuente
nuevo otra sangría de seis onzas (180 gram.). El 12, que en el estado normal. Se prescribió una emulsión
el mismo estado; pulso contraído, esputos algo abun gomosa. El 10, la frecuencia de las deyecciones ha-
dantes y tenaces. Se prescribió medio grano (25 nii- impedido dormir al enfermo : por lo demás, se halla
lígr.) de kermes con azúcar para tomar en un coci bien. Emulsión gomosa con una poción' narcótica.
miento emoliente; una lavativa: se aplicaron fomenta- El 15, curapion completa.
Ciories. Por la tarde, el dolor ha disminuido, los Bronquitis mortal. —Una mujer de veinte y cinco
esputos soü mas espeso*, pero mas fáciles de espcler; ranos, casada, con un hijo,, y embarazada de cuatro
.la piel se humedece. El 13, noche tranquila, esputos meses, sintió hacia la medianoche del 12 d» diciem
poco "abundantes, pero fuciles y cocidos, sudor gene bre de 1792 Jin frío violento que duró cuatro horas-
ral, mas dolor, respiración libre, deseo do tomar ali- después un gran calur, con sudor ligero, debilidad j
rríento. El 14, el enfermo está en un' estado muy satis dolores vagos en los miembros. El 13 á las^cúico de
factorio,^! vientre se mueve, las orinas s'on sedimen la tarde, acceso febril que duró dos horas* después
tosas, pide con instancia un poco de vino, y como el del cual se presentó calor y sudor, seguidos db lost
pulso está* blando y la liebre ha disminuido, se le con mismos dolores. El 14 volvieron á «parecer iguales
ceden ciiatro onzas (120 gram.). El 15, nada de nue síntomas pojel mismo orden. El 15, se agregó á ellos
vo. El 16, no ha, dqrraido el enfermo nada esta no- la tos y un infarto en el muslo derecho, que, después
c)ie$ los- demás simonías son favorables. El 18 , la de haber persistido veinticuatro horas, se disipó
• noche ha sido agitada por una tos continua y seca: por sí mismo. El 1G los doloresrde las articulaciones
se sustituye el kermes por el cocimiento de cenada y son nwypres-, sobreviene tos muy fuerte áon dolor
el vino antimonial. El 19, sudor .general abundante, violento en la garganta. El. 17 los mismos síntomas;
tos menor, esputos-mas fáciles , nada de fiebre. El 22, la enferma fue admitida eu la clínica de Pajía en el
tos seca, contra la cual sé*administro una poción nar siguiente espido: dolor gravativo de cabeza; ojos bri
cótica' por la tarde Desde este día disminuyó la tos llantes; mejillas.encendidas; zunjbido de oidos , boca
poce* i poco, y el 27 abandonó el enfermo el hospital amarga, secu y blanca; respiración difícil." *EI dolor
perfectamente curado. . de la garganta impide la deglución, y. el que existe
Otro anciano de setenta, años,'de complexión robus en el osternon hace la tos muy penosa; decúbito im- •
ta y continuamente espuesto al frío, Babia padecido posible del lado derecho; dolores en la espalda, en las
por esta causa tres enfermedades agudas que habían pantorrillas y en los brazos; gYande debilidad; sudur
cedido siempre á la sangría. Un día so espuso á una general, pulso frecuente y lleno, pero sin dureza.
corriente de aite frío, estando el cuerpo sudando, y á Emulsión gomosa, cocimiento de cebada con, nitro y
DE MEDICINA' t cibüjía.-FRANK. 131
oximiel. EI*8 la enferma no ha podido dormir, á causa pulso muy concentrado y constantemente duro.
Me la constancia de la tos; el dolor del pecho y los Emulsión gomosa con una poCion narcótica y almiz
de los mienjbros se han exasperado considerablemen cle. El 26 la noche lia sido mala; respiración muy
te; dos deposiciones. Sangría de diez onzas (300 gram-), difícil, que obliga á la enferma á -sentarse;- dolor en
que se repite á la tarde.' El 9 ningún sueño; la fiebre el hipocondrio derecho; los dolores ocupan toda la
aumenta Inicia la madrugada; tos continua; dolor en parte superior derecha del pecho; tos violenta; espu
el pecho. Apareció un dolor en la región uterina. La tos difíciles y viscosos, pulso duro y concentrado. Se
debilidad es mas pronunciada; «I pulso no está lleno, continua con el almizcle; se agrega al linimento vo
pero sí dura y frecuente; cara pálida; -dos deposicio látil un poco de láudauo. Por la tarde el dolor conti
nes. Cocimiento de quina pon quince gotas de láu núa siendo muy fuerte; la respiración está lo mismo;
dano; un loocli. Por la tarde exasperación notable; el agitación; tos; rubicundez de la cara; pulso duro y
feto anuncia su presencia en i& matriz p^or movimien lleno. Se estrajeron seis" onzas (18d gram.) de sangre.
tos muy dolorosos; epistaxis. Respiración muy difícil; El Yí nrngun sueño; agitación continua; tos muy fa
ninguna espectoraeion; encendimiento del rostro, tigosa; esputos abundantes y viscosos; el mismo do
pulso ora lleno y duro, ora deprimido. Se prescribió lor en el hipocondrio; de cuando en cuando se sien
una onza (30 gram.) de solución salina, quince gra ten algunos dolores en el vientre. El orificio uterino
nos (8 deefaft.) de polvos de Dower, y otro tanto de tenia una pulgada de diámetro. Se aplicaron ventosas
almizcle para tomar de hora en hora; looch; seis onzas escariOcadas y un vejigatorio sobre el sitio del dolor,
(180 gram.) de vino blanco. El 20 la enferma ba dor y se prescribió para tomar en varias dosis dos on
mido nien, apenas ha tenido tos; pero por la maña zas (60 gram.) de maná, disuelto en la emulsión
na ha sentido un dolor en el lado izquierdo del pe gomosa. Por la tarde el dolor continúa lo mismo; la
cho, que so estiende hasta la espalda; ha tenido un respiración es ardidosa y la los áspera; los esputos
vómito biiioáo; el pulso no es frecuente. Sin embar viscosos; la enferma ha vomitado y ha ido dos veces
go, á juzgar por su a«pcrto, parece estar' peor. Se al sillico; el pulso es duro y lleno. Se estrajeron ocho
continúa el mismo tratamiento. Por la tarde el pulso onzas (240 gram.) de sangre, y se administró la
ha adquirido alguna frecuencia; el dolor se emendé emulsión gomosa. El 28 la noche ha sido agitada; la
desde la parte superior del pecho hasta las costillas tos es fuerte, con espectoracion abundante; al toser
falsas del lado izquierdo; poca tos, pero el dolor au esperimenta la enferma una sensación de sofocación;
menta. La enferma vomitó cinco veces, se queja de el dolor de cabeza es el mismo; aparece otro nuevo
debilidad y de zumbidos de oídos; ha sentido dos ve en el epigastrio; los ojos están amarillos; sed viva;
ces los movimientos del feto. Fomentaciones sobre el agitación continua; pulso duro y concentrado. Por la
punto dolorido; lavativas. El 21 la noche ha sido in tarde grande. agitación; dolor vivísimo; dispnea es
quieta; el dolor ha invadido la espalda, y es mas vivo; trema; el vientre se ha movido. El 29 ha sentido la
hay poca tos, pero el dolor aumenta hasta el punto de enferma dolores mas considerables en el vientre, y
arrancar gritos á la enferma; la dificultad de respirar dió & luz un feto muerto, después de lo cual desapa-
ha cesado; dos vómitos y dos deposiciones; el pulso es eciefon los dolores, y los de la región costal dismi
Casi natural, pero la debilidad considerable. Se die nuyeron; la respiración es mas fácil, y la tos no tan
ron fricciones sobre el punto dolorido con un linimen molesta. Como la enferma se quejaba de una grande
to volátil, y se prescribió una emulsión gomosa y un debilidad, se la concedió un poco de vino. Por la
poco de vino. Por la tarde las fricciones han dismi tardo se encuentra peor; los dolores del vientre vol
nuido mucho el dolor; hay. sed y poca tos; respira vieron á presentarse, pero mas fuertes ; el del hipe,
ción débil; voz ronca; ninguna frecuencia en el pulso, condrio se exacerba ; la respiración es muy difícil;
ni zumbidos de oidos; pero persiste la debilidad. El agitación continua, y tos fuerte; tres deposiciones, y
22 la enferma no lia dormido nada á causa de la tos, los lóquios son muy escasos. Emulsión gomosa y nar
que ha sido continua; han cesado los dolores del pe cótica. El 30 por la mañana continúan los mismos
cho y de la matriz; sed viva; sequedad de la lengua; síntomas ; después del medio dia se aumentan los
debilidad estrema; el vientre se ha movido. Se agre dolores y a rfgitacion; la deglución es imposible, así
ga á la emulsión gomosa con el almizcle, el estrado como la tos, á causa de la constricción de la faringe.
de quina. Por la tarde los dolores 'del pecho y del Por último, la enferma cae en un adormecimiento sin
útero han desaparecido completamente; pero hay ar ningún signo de dolor ; las estremidades se ponen
dor en la garganta; la tos continúa; la liebre aumenta; frias, la boca está abierta para poder respirar; el pul
la sed y Id debilidad persisten, y se sienten los movi so es muy frecuente y filiforme. Se prescribió el al
mientos del feto. El 23 la noche ha sido buena, aun canfor. A las siete de la noche se reproducen los vio
que la tes ha molestado algo; no han vuelto á sen lentos dolores del vientre y del hipocondrio: la en
tirse los dolores; el pulso es pequeño y blando; la ferma está en una agitación estrema; no puede toser
lengua seca; ha habido dos vómitos. Se prescribió ni tragar, y á las cinco de la mañana espiró.
el cocimiento de quina con la emulsión, gomosa. Por Al abrir la cavidad derecha del pecho, salió con im
la tarde la enferma vomitó cuan'o había tomado; so petuosidad una cierta cantidad de aire: se manifestaron
brevino al hjpocpndrio derecho un dolor muy fuerte quince libras (7 1/2 kilógr.), pprJo menos, de un lí
que correspondía á la espaldilla y al brazo; la lengua quido moreno, amarillento y felído. El pulmón esta«
continúa seca. Se dieron algunas fricciones con el ba comprimido, flácido, rojo en algunos puntos y
linimento volátil. El. 24 la noche ha sido muy buena; blanquecino en otros. El lóbulo superior presentaba
pero continúa el dolor; el pulso es vibrantey lleno. tres pequeñas aberturas, por las cuales salía, cuando
Tres ventosas escarificadas sobre el sitio dolorido, y se comprimían las partes adyacentes, un humor pu
emulsión gomosa. Por la tarde .el dolor es el mismo; riforme y rojo. Estos Agujeros conducían á unas ca
sin embargo, no es el pulso, mas frecuente, y la tos es vidades de una pulgada de profundidad. La pleura
menor. Se aplicó un vejigatorio en el pecho. El 23 estaba sana, osceplo algunos puntos rojos que pre
lu dormido poco la enferma; el doler persiste; la ios sentaba, esparcidos en su parte inferior y en la poste
es poco frecuente, pero intensa; los esputos son espe- rior! AJ esflorar la cavidad izquierda, se ejicontraron
lidos con trabajo; p'yJso concentradb y duro, debili tres libras (1 1/2 kilógr.) de fíqtlido. El pulmón de
dad. ^PocíCjfi salina con lospólvos de Dov/er. Por la este lado estaba también f\áoido, pero siu vestigios
taide* continúa el dolor; la respiración Is anhelosa; e' i de inflamación: la pleura estaba intacta, Los bron-
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t
132 BIBLIOTECA ECONÓMICA
quios y la tráquea presentaban un color rojo en toda que, dejando á un lado Jos debilitantes, recurrimos
su ostensión, mas fuerte«miüiitias mas abajóse exami- á la quina: y como l»s espasmos son una causa fre--
imba; siu embargo, el pulmón no ¿staba infartado cuente de aborto, creímos deber prescribir un poco
ni tenia mayor peso. El pericardio contenia siete on de opio. Eu efecto, bajo la influencia de este medica
zas (2)0. gram.) dé líquido, semejante al que babia mento y de los ligeros estimulantes volátiles, dismi
en el pecbo. No se descubrió en fil ningún indicio de nuyóla tos al segundo dia, y cesó la dipnea, así comq
inflamación, ni tampoco en el corazón. El hígado, la frecuencia del pulso y los zumbidos de oídos. Siu
que babia aumentado de volumen, subia hasta la embargo, no pronosticamos favorablemente, porque
cuarta costilla, pero no estaba'enfermo: ia vejiga es no sobrevino sudor general, ni minas sedimentosas,
taba llena de una bilis acuosa. El útero se bailaba cu ni esputos'espesos, y porque continuaba ía sed: aun
bierto de una capa de sangre negra y corrompida: sus que mas tarde, la desaparición de los dolores de cos
vasos estaban muy dilatados hacia adelante. La vejiga tado y de la matriz, había proporcionado tranquilidad
de la oriua estaba contraída y vacía. Los iiiteslinos por espacio de»algunas noches, la sequedad constante
sanos. de la lengua y el hábito esterior de la enferma no
Las enfermedades agudas del pecbo, siempre permitían que tuviéremos mucha confianza. El dia
acompañadas de peligro, son mucho mas graves, en décimo tercero de enfermedad vino á confirmar nues
general, en las mujeres embarazadas. Durante los tros temores, y eu el décimo quinto, la intensidad
primeros meses de la gestación, ocasionan con pron do los síntomas, la dureza y la plenitud del pulso, la
titud un mal parlo, saludable algunas veces para la ortopnea, el dolor del pulmón y la tos fuerte, nos
mujer, cuando el pecho es el asiento de una infla obligaron á volver á la sangría. Poco dudoso nos pa
mación hiperesténica, pero en el caso contrario, casi reció, en efecto , que acababa de desarrollarse una
siempre funesta á ellj y al feto, á causa de la gran nueva inflamación y de .establecerse en ambos pul
pérdida de sangre que á él se sigue. Como en los úl mones á la vez ; pero á falta de signos suficientes,
timos meses de la gestación la matriz es un obs no< apartamos de la verdad. No es raro que hácia la
táculo al descenso del diafragm a, y los músculos ab mitad del curso de la pulmonía , cuando después de
dominales han sufrido ya una grande distensión, ade una remisión de los sintonías sobreviene una opre
mas del peligro de que sobrevenga el parto prema sión repentina en el pecbo , dificultad de respirar,
turo, hay los que ocasiona la compresión de las con ansiedad é imposibilidad de acostarse, la hincha
visceras encerradas en tan pequeño espacio. En uno zón de un brazo, ó el edema de una mano (algunas
y otro caso, la simpatía entre el útero y el pecho veces del gran dorsal) , pero sobre todo la intermi
exaspera los síntomas. No ignorábamos los peligros sión del pulso en uno de los lados , supone la exis
á que están espuestas las embarazadas, que padecen tencia de un hidrotórax del lado correspondiente , y
una peripneumonia aunque sean jóvenes, cuando en se debe recurrir á la operación del empiema como
1771! tuvimos qne asistirá una que se hallaba en el el único medio de salvación. Pero estos signos no
sétimo mes del embarazo, y habia sido acometida de existían en nuestra enferma, y la reaparición de la
una grave inflamación de los pulmones. A pesar de plenitud del pulso nos hizo creer mas bien la exas
la oposición de las parteras ó comadres que la asis peración de la inflamación, que una hidropesía aguda
tían, no titubeamos en sangrarla nueve veces, y lo y súbita del pecho. Con todo, la autopsia vino á de
gramos salvarla, así como al feto, cuyo nacimiento mostrarnos, no solamente que habia mucha serosi
fue, sin embargo, precoz. La diversa suerte que tocó dad derramada en las cavidades torácicas, sino tam
á aquella cuya historia acabamos de referir, me pa« bién que la inflamación ocupaba con particularidad
rece puede esplícarse por la gota vaga, que fue des los bronquios y la tráquea, y que babia invadido muy
preciada durante los seis primeros días, y por la gran poco el parénquima pulmonar , de lo cual no había
probabilidad de una afección preexistente en el otro mos tenido ejemplo alguno, con síntomas tan evi
pulmón. Los agujeros sinuosos que se descubrieron dentes de pneumonía. En efecto, hemos hallado cons
en esta víscepa, sin que hubiese vestigios de inflama tantemente en la peripneumonia los bronquios mas
ción; el líquido purulento que salia de ellos y el aire ó menos inflamados , y en las bronquitis que han
infecto que se desprendió del pecho en el momento terminado por la muerte , el parénquima pulmonar
de abrirle, nos prueban que este lóbulo del pulmón asimismo inflamado, con induración, é infiltrado de
habia sido anteriormente el asiento de abscesos al pus. Por lo tanto , como nuestra enferma tenia un
parecer tuberculosos. Aunque la pneumonía acostum fuerte dolor de costado, sin que la pleura participase
bre abrir la «scena por un grande escalofrió, casi nun de la inflamación , se deduce que no existe siempre
ca aparece esto fenómeno por espacio de cuatro dias esta afección en la pleura cuando los enfermos re
consecutivos, como en una fiebre periódica, según fieren su dolor pungitivo al pecho, y que basta para
ocurrió en el individuo de esta observación. Ademas, esto la sola inflamación de lá membrana mucosa de
la enfermedad presentaba desde luego la apariencia los bronquios. Así, pues, apenas habremos visto sie
de una gota aguda y vaga, mas bien qne de'una afec te veces la inflamación de la pleura costal en cada
ción del pecho, hasta el momento en que ta hinchazón cien cadáveres de los que hemos examinado, aunque
del muslo derecho, que habia durado veinticuatro ho los enfermos hubiesen sentido dolor en el costado; y
ras, dio lugar á la tos/quemuy pronto se hizo intensa, por el contrario, hemos observado la inflamación do
con dolor y calor urente en la garganta y por debajo esta membrana en el mas alto grado en otros que
del esternón. Entonces fue cuando la enferma solicitó no habían referido el dolor al sitio que ocupaba la
nuestros cuidados: la gravedad de los síntomas, y es» flegmasía. No añadiremos mas que una sóla cosa ; y
pecialmente el estado del pulso, anunciaba una enfer es, que los esputos de la enferma no estuvieron jamás
medad enérgica; con todo, copo habían agotado las teñidos de sangre ; pero este carácter es tanto me
fuerzas solamente dos sangrías, .hecho palidecer el nos propio para distinguirla bronquitis' de la- pe
rostro y provocado dolores que simulaban los del par» ripneumonia , que cuando esta última tiene mucha
to, vacilábamos, porque no ignoramos que una fiebre intensidad , los esputos faltan muchas veces , ó no
nerviosa, complicada con la inflamación de una.vís. están teñidos de sangre.
cera dotada de grao, sensibilidad, puede determinar
en el prineipio una plenitud y una «dureza en el pul
DE MEDICINA Y ciRuríA.—FRANK. 133
*
GENEttO SEGUNDO. . | ce también fenómenos semejantes; sin embargo, no es-
i .' ' * * siempre fácil distinguirla de la" perineumonía: por
• Carditis. otra parte, es raro que la carditis no esté complicada
con otra flegmasía torácica. El dolor del esternón y
■ 204. El corazón es susceptible de inflamarse como de la región precordial; las palpitaciones; la intermi
los demás órganos. En el hombre, está sometida á' la tencia y la des'gualdad del pulso y las lipotimias se
fuuesta influencia do las afecciones del alma, y por observap algunas veces en la inflamación del pulmón.
consiguiente mas espuesto á las enfermedades que en Signos característicos.—-Por lo demás , siempre
los animales. Sin embargo, su inflamación es muy que, sin ninguna sospecha sobre la existencia de otra
rara, ó.al menos descrita cop poca precisión. Se po afección torácica, se observe grande, ansiedad pecto
dría atribuir este vacio á la terminación prontamente ral; dolor en la región del corazón, que es agitado
mortal de esta afección; pero seriamos desmentidos por palpitaciones y vibraciones fuertes; pulso irregu
por numerososejemplos de heridas deeste órgano,, que lar y muy frecuente, con lipotimias; cuando no exis
no han sido seguidas de tina muerte súbita, y de úlce tan mas que violentas palpitaciones; la intermitencia
ras que la autopsia ha descubierto en el corazón de del pulso y las lipotimias ó solamente dos de estos tres
los animales y aun en el del hombre. Aunque muchas síntomas, se puede presumir la inflamación del cora
veces la ulceración reconozca otras causas distintas zón, de los grandes vasos y del pericardio.
que la inflamación aguda; aunque se haya tomado por Historia particular. —Un enfermo nos ha presen
úlcera en algunos casos á una capa de materia linfá tado una flogósis erisipelatosa con rubicundez oscura
tica adherida á la superficie intacta del corazón, nos- de todo el sistema arterial y venoso: espantado por el
"i ros tenemos historias verídicas de lesiones esternas terror que le había causado un crimen capital que ha
que han sido ocasionadas por la inflamación y la su bía cometido, esperimentó en su fuga, y durantelos
puración, y de enfermedades agudas del corazón que movimientos de la carrera, un ligero desorden en los
terminaron por ulceración; y también tenemos ejem latidos del corazón. La Mea continua del castigo y del
plos de cicatrices en dicho órgano. Fácil, es por tanto, crimen, que le perseguía por todas partes, aumentó
demostrar la existeaciajdc la carditis por causa ester este desorden. Pasó ademas algunas noches á la in
na. La observaciou dos enseña ademas, que puede temperie y espuesto á un frío intenso, y entonces
depender de causas internas , y que la rapidez de su principiaron á manifestarse las palpitaciones. Su cóle
marcha no siempre impide que el práctico observe ra se encendió de nuevo y esperimentó una sensación
sus síntomas. No es dudoso que si los hombres del de constricción en el corazón, y Je pareció quo un
arte observasen con la misma atención los movimien viento frió subia hasta este órgano. Cuando nos le
tos y la* vibraciones del corazón que los latidos de presentaron, una palidez estrema cubría su rostió;
las arterias, multiplicarían sus investigaciones sobre exhalaba continuos y profundos suspiros; el pulso, cu
los cadáveres, y llegarían á disipar las espesas som yos latidos creíamos mny difícil contar, pues daba
bras que rodean á las enfermedades del órgano cen de 185 á 200 por minuto, era fuerte, duro y vibrante
tral de la circulación. al principio, y al fin se hizo inteimitente, débil y ver
iío;;. Comprendemos bajo la denominación de car micular. El corazón estaba en un movimiento de vi
ditis, no Solamente la inflamación de la sustancia car bración continuo y convulsivo, acompañado de opre
nosa del corazón, sino también la de los grandes va sión; el tórax, sobre todo el lado izquierdo, era el
sos y la de sus cubiertas. La inflamación de las partes asiento de un dolor que se estendia al liipocondrio de
accesorias es mas frecuente que la del corazón: la mismo lado, y era insoportable al menor contacto. El
flegmasía de los glandes vasos arteriales y venosos enfermo pasó diez y ocho días en el hospital: en los
que hemos descubierto por primera vez, hace seis últimos, estaba á cáela instante amenazado de sofoov
años (118), se ha presentado después con frecuencia ciony fatigado por frecuentes lipotimias. Por últi
á nuestra observación y á la de nuestros amigos, á mo espiró al hacer un movimiento para volverse e'n
quienes habíamos comunicado nuestro descubrimien la cama.
to! También hemos encontrado con frecuencia la in Hedíala autopsia, hallamos, ademas de la flogosis
flamación del pericardio; pero ni nuesira memoria ni de los vasos, un copioso derrame de serosidad sangui
nuestro diario nos hacen recordar ningún ejemplo de nolenta en las cavidades torácicas, y en el pericardio
inflamación del corazón, escepto el de una flogosis cerca de siete onzas del mismo liquido. El corazón
superficial, erisipelatosa y diseminada con desigual estaba muy voluminoso, pesado y como aneurismático,
dad en- *la superficie de* este órgano. Hemos visto y mas rojo en su superficie esterna que en el estado
ciuco veces, ó quizás mas, todo el corazón envueilo natural: los vasos de este órgano estaban inyectados;
por una falsa membrana y como erizado de pelos: el la cara interna del pericardio inflamada; los pulmones
pericardio estaba enteramente lleno de un humor pu hacía la región dorsal ingurgitados de sangre, pero
rulento: conservamos las piezas anatómicas. Por de sin inflamación: la pleura en la cavidad derecha, donde
bajo de esta cubierta morbosa no estaba ulcerada la el enfermo no acusó ningún dolor, estaba inflamada
sustancia de este órgano, y sí solamente un poco roja. considerablemente.
306. Síntomas.—Si alguna vez puede anunciarso la Estas diversas alteraciones podrían con justa razón
inflamación del corazón por síntomas característicos atribuirse al hidrolorax y á la inflamación de las pa
capaces de hacerlas distinguir de las demás enferme redes torácicas; pero tenemos varias razones para re
dades, es cuando la ocasiona una lesiou esterna, li ferir el derrame acuoso y la flogósis de la pleura á
mitada ú este órgano. Las heridas del corazón se acom la afección del corazón y de sus vasos: Aunque he
pañan de lipotimias, de un pulso pequeño y desigual; mos observado un sinnúmero de enfermos atacados
de un sudor frío, de ansiedad, de dolor por debajo de peripñeuraonía, de pleuresía, y de hidropesía agu
del esternón, y un poco mas tarde se declara la fie» da del tórax, jamás hemos hallado un pulso tan duro y
bre La carditis por causa esterna presenta algunas tan frecuente; palpitaciones tan enérgicas; lipotimias;
• veces los mismos síntomas: síncope, tos, dispnea, pal angustias^ dolores precordiales tan violontos. Hemos
pitaciones, desigualdad en el pulso, sudor trio, vó visto la inflamación de los grandes vasos ey algunos
mitos, ansiedad y dolor fijo por debajo del "esternón. enfermos que presentaban un pulso duro y eminen
Dtras veces son ¿nuy ligeros, aunque la muerte nó temente vibrante, pero sin intermitencia y sin lipoti
tarde en llegar. La inflamación por caus» interna ofre- mia. Por ló tanto, verdad es que no es posible señalar
134 BIBLIOTECA ECONÓMICA s'5 .
á la Ínllamacion del corazón y de las partes adyacen cualquiera otro lado , según el sitio del diafragma
tes signos característicos y diferenciales; pero del que- está afectado. Es preciso dar de beber en cor
conjunto de los síntomas que acabamos de esponer, tas cantidades y á una temperatura modelada ; se
se puede sospechar con fundamento la existencia de la deben- dar unturas en el abdomen y en los hipocon
carditis. drios, repetir los enemas emolientes y administrar
207. Tratamiento.—La oscuridad del diagnóstico los en pequeñas- dósis.
no tiene .'mucha influenpia sobre el tratamiento de
una enfermedad que tantas relaciones presenta con la . ORDEN CUARTO.
peripneumonía ; pero la nobleza y la importancia
del órgano afectado hacen muy difícil la terapéutica. INFLAMACIONES DEL VIENTRE.
Por lo demás, no hay que seguir otro método que
el que hemos aconsejado para la peripneumonía vio GENERO' PRIMERO.
lenta (198.).
Peritonitis.
GENERO TERCERO.
212. Hemos dicho que la pleura rara vez era el
Diafragmítis. acierto de la inflamación , y ahora debemos decir
que precisamente «ucede lo contrario con el peri
208. Por mera hipótesis se ha dado el nombre de toneo. Sin embargo , no referimos á la inflamación
parafrenesí á la inflamación de! diafragma. Este mús de esta membrana la de las visceras abdominales,
culo se inflama muy rara vez en el hombre : en las fleg sino únicamente tenemos en cuenta la flogósis de •
masías del pulmón, del hígado y del bazo, contrac ad la capá membranosa que cubre los músculos y los
herencias mas íntimas con e<jtc>s órganos y participa huesos, y las prolongaciones que forma. Nosotros, por
frecuentemente de su suerte; pero entre el consi tanto, comprendemos bajo el nombre de peritonitis
derable número de cadáveres que hemos examina no solo la inflamación diseminada sobre toda la su
do , muy pocos son los que presentaban una dia perficie interna de las paredes abdominales, sino
fragmáis primitiva. lambien la del epiplooil y del meseriterío , sin afectar
200. Sin embargo , alguna vez se ve el hombre de una manera primitiva los órganos adyacentes, ta
atacado de esta enfermedad. Aunque se la puede les como el estómago, los intestinos , una porción
confundir con la pleuresía y con la peritonitis, me del útero y de la vejiga etc. ; nosotros csceptuamos
rece un nombre especial y un lugar entre las fleg el diafragma (209).
masías. 213. Definición.—La estension del peritoneo no
210. Sintomas.— El frenesí y la risa sardónica, permite que pueda darse una definición exacta de la
sintonías atribuidos por los antiguos á esta enfer peritonitis, y ademas los síntomas varían según la
medad, perteuecen, no solamente á la inflamación del porción de "esta membrana que so halle afectada.
diafragma, sino á la de cualquier otro órgano. Mu La inflamación ocupa con mas frecuencia la cara
chas -veces se inflama la porción carnosa y aun el interna de la pared anterior del abdomen; ¿pero no
centro tendinoso, al que se atribuían con especiali es raro que se lije en el repliegue del peritoneo que
dad aquellos síntomas, sin que se manifieste el deli envuelve á los músculos psoas é iliacos; ordinariamente
rio y sin que se observen esas contracciones muscu penetra hasta la sustancia carnosa de los mismos, y
lares del rostro que imitan la risa. Los síntomas mas bien parece una afección de estos músculos
mas frecuentes de la diafragmáis son : dolor muy que del peritoneo; con todo rio deja de haber razo
agudo por debajo del esternón, en los lomos, profun nes para creer que constituye una peritonitis. Esta
damente debajo de las costillas, el cual disminuye y es, pues, la inflamación del peritnoco en los puntos
sube durante la espiración , desciende y se aumenta que no reviste las visceras abdominales: se anuncia
en las inspiraciones profundas , y esta exasperación por un dolor que se aumenta por el mas pequeño
también se observa al menor esfuerzo y por la intro contacto, por la estension ó la compresión de la
ducción de los alimentos en el estómago, y por la parte inflamada en los movimientos del cuerpo; por
presión ejercida en la región epigástrica ; ansiedad lo común, se acompaña de fiebre, y faltan los sínto
ó inquietud considerables , algunas veces hipo, que mas propios do las demás flegmasías del abdómen.
acrece notablemente los dolores; respiración peqne- Especies. Las especies difieren por el sitio, pol
ña; acelerada, sofocante, ejecutada casi por los mo la causa de la inflamación y por la naturaleza de Ib
vimientos délas costillas, y con inmobílidad del fiebre. Las principales que vamos á examinar , son:
abdómén; y por último, fiebre aguda con todos sus la inflamación de la cara interna de los músculos
síntomas. iíace algunos años que vimos á un hom abdominales y de los músculos psoas é iliacos, lo
bre en un delirio furioso y continuo : acusaba ordi que constituye la peritonitis muscular. Otra especie
nariamente un vivo dolor cuando se comprimían sus no menos frecuente, y aunque común á los dos sexos,
hipocondrios , tcnsís ó inflados. Murió á los dos días es mas propia de las mujoros recién paridas, por lo
con hipo, la risa sardónica y una fiebre rany aguda. que se llama peritonitis ■puerperal. Esta, y las que
La inspección anatómica nos dejó ver el diafragma vamos á citar, pertenecen á la peritonitis membra
perfectamente sano,* y solo encontramos un gran nú nosa. Si la inflamación ocupa la porción del perito
mero de ascárides lombricoides, y un depósito con neo que cubre el cuerpo de las vértebras, se deno
siderable desaburras en toda la longitud del tubo mina peritonitis dorsal ó lumbar. Si tiene su asiento
intestinal. * i en el epiploon ó en el niesenterio, toma el nombre
211. Tratamiento.—Si la diafragmítis se acom- de epiploitis ó dé mesenterüis, cuyas afecciones no
paiui de laȒiebre inflamatoria , exige el tratamiento se pueden distinguir de la peritonitis. Algunas veces
de la peripneumonía "verdadera (198);cuando la lie toma esta 1 el carácter erisipelatoso, y la flogósis se (
bre es de otra naturaleza y la inflamación es produ estiende sin tumefacción sensible : otras veces se ob
cida por eausas de otro género , el tratamiento está serva un Jumor flemonoso circunscrito , cpn los sín-
fundado sobre los principios 'establecidos en otro Ipmas propios á esto género de inflamación. En la^
lugar. El enfermo debe adoptar en la cama la po primera suposición es mas frecuentemente una íto«
sición mas cómoda , ya sobre la espalda, yá sobre gdsis sintomática qué. terminít rara vez por supura-
i

de medicwa x ciruju.— FRANK. 133


cion, ó produce con facilidad un derrame de linfa cida sobro el abdómen ; la fiebre es aguda, y hay una
coagulable y .de serosidad en la cavidad del vientre: afección simpática mas pronunciada del estómago y
rfosotros la llamamos, bajo este aspecto, peritonitis de los intestinos.
purulenta. Bn la segunda, la inflamación afecta á los Mesenteritis. La inflamación se estiende fácil
músculos y ocasiona' comunmente la supuración y mente desde esta regioü al mesenterío, y entonces
abscesos difíciles de curar. La peritonitis admite el diagnóstico es mas oscuro, pues se complica á
también las divisiones que se desprenden de la na menudo con la llogósis de losintestings. El enfermo
turaleza de la fiebre, y que son comunes íi todas las siente nn dolor profundo que principia cerca de «la
flegmasías. Hace algunos años la vimos reinar entre espalda, y que se exaspera á la presión. Por el tacto
nosotros epidémicamente. , se reconoce en esta región una tumefacción j una
t 215. Descripción. Peritonitis propiamente di dureza bastante notable, y no es raro que exista al
cha.—En ia inflamación del repliegue perjtoneal que mismo tiempo una constipación rebelde. ' .
tapiza los músculos abdominales, se propaga la afec Kpiploitis. —No reina menos incertidumbre respec
ción al tejido celular de estos mús'culps, y se acomr to al diagnóstico do la Cpiploitis. Algunas veces se
palia de una estrema sensibilidad en el vientre, mayor presenta con jin carácter erisipelatoso , y otras es
ordinariamente en la región umbilical, que no puede una verdadera inflamacion#que aumanta considerable
sufrir el menor tacto. Lo mismo que las demás infla mente el volumen del epiploon, hasta presentaren
maciones, abre la, escena g'eneralraente esta enferme algunos casos el espesor de mas de una pulgada, como
dad por un escalofrió y calor seguidos, ó precedidos nosotros lo hemos observado. La ausencia de los sín
de. un dolor lijo y ardiente en un ¿ punto cualquiera- tomas que anuncian la primera variedad de Ja perito
del abdomen, que se exaspera considerablemente por nitis muscular (21 a), ó la inflamación de los intesti
la inspiración, por la tos, por el menor esfuerzo y nos (240); la existencia- de una fiebre a«uda , de un
por la estension del tronco; con calor aumentado de dolor vivo que ocupa la parte anterior del abdómen,
la piel, dureza de las partes subyacentes ; algunas por encima y por debajo del ombligo, con sensibili
veces con un tumor circunscrito, que marca el tra dad al meñor contacto, de tensión y He tumefacción,
yecto de las fibras musculares} sobre todo cuando» pueden arrojar alguna luz sobre el diagnóstico de la
ocup'a los músculos rectos. Algunas veces sre estanca epiplóilis. •
cierta cantidad do sangre ó de linfa coagulable en la Peritonitis puerperal.—La inflamación superficial
vaina de estos mismos músculos, produciendo una de una grande 'estension del peritoneo, sola ó acom- 1
tensión estrema, el delirio y aun la gangrena repen pañada do la del mesenterio ó del epiploon , es muy
tina. Al mismo tiempo,*el enfermo padece una liebre comuifhiente mortal en las personas de cualquiera
aguda, y todos los accidentes inflamatorios. (Sin em edad ó de cualquier sexo; pera especialmente en las*
bargo, no se observa ningún síntoma que anuncie la mujeres recien paridas. En estas circunstancias, des
inflamación de los órganos internos, y por lo común pués de pa4ecer las enfermas dolores atroces, algu
no existen «vómitos ni constipación rebelde. Estos nas veces semejantes» los cólicos, acompañados de
signos *y lo? de la gastritis (232, 233) sirven para fiebre aguda , y que se exasperan al mas pequeño,
distinguir la inflamación do los músculos de la rogion tacto , el vientre se eleva en punta y se meteoriza.
'epigrástrica, de la del estómago, con la que podría Íío es raro qüe sobrevenga ansiedad , respiración di-
confundirse fácilmente. En. ciertas ocasiones, sin em ícil, náuseas, vómitos y aun diarrea* desde el prin
bargo, sobrevienen náuseas, dispnea, ansiedad, y si la cipio; por último, el hipo, el delirio, el adormeci
flqggsis se estiende al diafragma, so declara el hipo: miento y todos los síntomas de una gangrena mortal*
estos accidentes se presentan en un caso grave, y Debemos referir aquí los accidentes que esta en
muy rara vez en los, primeros momentos de la en fermedad ocasiona con mas frecuencia en las recien
fermedad. » , • . • paridas, á cuyos accidentes debe el nombre ¿o fiebre
216. Psoitis! Si la inflamación ocupa la prolon puerperal; y que so ha granjeado la| atención parti
gación del peritoneo que teviste los músculos psoas cular de los médicos.
é iliacos, so manifiestan varios de los sintom»s ya La fiebre puerperal ataca á la mujerpoco tiempo,
enumerados; con los que son propios del sitio de la ante*s del puerperio , poco tiempo después del parto
enfermedad algunos se diferencian muypoco de los ó del aborto, ó en una época mas lejana. Ordinaria
que señalan la invasión ó* la terminación de la hepa mente en el segjindo ó en el ¿ercer dia , al tiempo
titis (2¿7). Aparece un dolor en la espalda, con mas de manifestarse la fiebre láctea, se declara una horri
frecuencia por debajo y hacia un lado «de la vegiga, pilación ó un escalofrió, seguido de calor moderado,
poco i/itenso, p'ero otras veces muy fuerte, como lo ó intenso y seco, con cefalalgia, inquietud, pulso
liemos observado nosotros. Desde el ano al muslo se contraído, poco frgcuente, otras veces muylle.no,
estiende un dolor pbtuso ó una sensación- de entor pero variable por la mas pequeña causa ; lo cual de
pecimiento, y el-enfermo no puede alargar la pierna pende en esta circunstancia de la exaltación física y
sin padecer «iros dolores; pero no existe dificultad moral.
alguna en la emisión de la orina n¿ en la escreejon Caracteres que la distinguen oe la calentura
8e las materias fecales. Al cabo de algunos dias, se de la leche.— La peritonitis puerperal coincide fre-
percibe al. tacto un tumor manifiesto y* profundo cuentemeifle con la fiebre láctea; no se la conoce
sobre el trayecto de lo*-, músculos psoas é íliagos, y mas quj por la aparición , la persistencia y la inten
hacia las glándulas inguinales esternas. sidad de los dolores abdominales, por el abatimiento,
217. Peritonitis dorsal. * Los síntomas de la pe que es mas considerable, y per el calo», que es «eco
ritonitis-dorsal y lumbar son, mucho mas oscuros y casi continuo. La hinchazón de los pechos, y la
que los de cualquiera otra especie; pues con mucha tensión que se propaga á la axila , nó son siempre
facilidad ¡Suedc confundirse esta afección, 'aunque sin demasiado manifiestas en la calentura de la leche,
gran perjuicio para el enfermo * con un lumbago in para deducir por la falta de oslos síntomas la exis
flamatorio. La descripción es hasta cierto* punto la tencia de la peritonitis: tampoco dejan de piesentarso
misma que la de la plcdresia dorsal (fí7j; pero se tan constantemente en la peritonitis, que pueda de
observan dolores mas vivos sobre el trayecto de la ducirse su presencia por la ausencia de esta fleg
columna vertebral, .que se aumentan con la esten- masía. Estas^dos alecciones, cuando coincidan, no se.
sion del tronco, con la presión un poco fuerte y ejer- las puede distinguir mas que por el grado de in^en-

• t
136 BIBLIOTECA ECONÓMICA
sklad y por su duración. No es menos difícil distin puriforme: también hemos observado alguias veces
guir también la peritonitis puerperal de la inflama- este accidente en las rechin paridas, y. no siempre
cion del útero, cuando existe en el hipogastrio un ha tenido una terminación funesta. En general, l?>s
dolor violento: en efecto, se ve con mucha frecuen Ítechos, que están llenos de leche antes de la en-
cia que la inflamación se apodera del peritoneo úni ermedad, se ponen (lácidos en poco tiempo y* se
camente en esta región , y produce dolores tan fuer marchitan; pero nosotros hemos visto muchas mu
tes como los» ocasionados por la metritis. El orificio jeres que no presentaban este síntoma, mas que
del útero no está doloroso en la peritonitis puerperal, al aproximarse una terminación fatal, y era efecto
pero también puede faltar este dolor en la flogosis de la fiebre y de la diarrea, mas bien que de cual
de lar matriz. Sin embargo, la presencia de este sín quiera otra causa. Lo mismo decimos de los lo
toma, el calor, la fiebre, unidos ;í otros signos que quios, cuya supresión no siempre acontece en tp-
se espondrán (225) , bastan para diagnosticar la me das las liebres puerperales. En el mas* alto grado
tritis. de intensidad, ademas de la ansiedad eslrema v de
LvCERTlDUMDRB SOBRE LA COMPLICACION GASTRICA.— la agitación «continua, sobrevienen frecuentes lipo
Ordinariamente se acompaña la peritonitis puerperal timias, el delirio, el letargo, el hipo, espasmos, con
de síntomas gástricos , y »un pueden estos preceder vulsiones, la afonía, sudores copiosos, dolores seme
al parto. Algunas veces son tan pronunciados desde* jantes á los de la pleuresía, acompañados de dispnea;
el principio de la enfermedad, que puede equivocar y sin embargo hay enfermas que.no deliran jamás
se con el cólera-morbo. Pero está complicación no hasta el momento de morir. Cuando la inflamación
existe siempre en muchas mujeres ataca'das de peri tiene una marcha mas lenta, se presentan por inter
tonitis inopinadamente y sip síntomas precursores. valos algunas remisiones; pero bien pronto se de
Sin embargo , puede suceder que las apariencias en clara un nuevo escalofrió, la enferma vuelv» á su
gañen, si tenemos presente la insuficiencia de los anterior estado, se renueva el vómito, y sobrevie»
síntomas (407) en el diágnóstico de la% afecciones nen en este último periodo casi todos tos síntomas
'gástricas. Por otra parte , el vómito y los demás de de la fiebre nerviosa soporosa. .
sórdenes' del estómago no deben tampoco referirse Hemos observado* en una mujer un flujo uterino
mas que á una lesión de la cabeza. En un principio abundante, seroso, acre y qne escoriaba las nalgas:
hay constipación, pero bien pronto es reemplazada la terminación fue mortal. Otra nos, ofreeió poco
■ por una diarrea abundante, biliosa, de color moreno, untes de morir, un adormecimiento apoplético, con
muy fétida, con tensión del abdómen y borborigmos; hemiplegía y frecuencia del pulso. Los dolores ab
.las orinas, áno ser que se enturbien con los loquios, dominales suelen persistir en toda su violencia has
son claras y crudas ó jumentosas, y algunas veces es ta el último momento, y otras veces se desvane
muy difícil su escrncion. Las fuerzas se abaten con cen poco á poco antes de la muerte; pero tan pron
rapidez; e«i pacos días se altera la fisonomía profun to como aumente el meteorismo, ó se escruten las
damente , y el estado del individuo llega á ser muy orinas y las materias fecales sin que se perciba de
'grave. Casi siempre existe tristeza y ansiedad ; los ello la enferma, ó bien exista una constipación per
ojos se empañan ó se animan c ida vez. mas; hay sed tinaz, ocasionada por la adherencia de tos intesti
considerable, opresión, respiración difícil y tos seca nos entre sí, sobreviene el hipo y las lipotimias, e*l
que exaspera los dolores abdominales. Nosotros he pulso se pgue muy frecuente y muy débil, las es-
mos observado frecuentemente que las enfermas ex- tremidades se enfrian, y se manifiestan todos los sín
•halan largos y profundos suspiros, que padecían cefa tomas de una gangrena mortal; por último, una nue
lalgia supraorbitaria y frontal ; un dolor en los lomos, va exacerbación arrastra tras sí al enfermo enme-
las caderas, los muslos, las espaldillas, en el vientre, dio de violentas convulsiones, ó en un estado apo
y sobre todo en la región umbilical , por debajo de plético. . ,
las pastillas falsas , entre estas y el hueso íleon , y por Cuando es menor la intensidad d*e la enfermedad,
último, en el hipogastrio. Este dolor presenta remi- sobrevienen ordinariamente una diarrea ú orinas
* siones y exacerbaciones , y es insoportable al menor y sndores saludables.
tacto. En ciertos casos so estienden los dolores desde L* INFLAMACION NO SE LIMITA SOLO AL PERITONEO. —
el epigastrio á los hipocondrios, hácia la espina dor Aunque nosotros referimos la fiebre puerperal á la
sal o los lomos, y al «tero simulando los del parto. peritonitis, debemos confesar que en la inspección
Al cabo de algunas horas, sea cualquiera su* punto cadavérica se ha encontrado, y nosotros mismos lo
de partida, ocupan ordinariamente todo el abdomen: hemos visto; que la inflamación residía en varios
se presenta con rapidez el meteorismo, y la enferma órganos. El útero nos ha ofrecido rara vez vestigios
solo puede adoptar <¡I decúbito .supino. Algunas ve de inflamación; pero hemos hallado muy comunmen
ces no se manifiesta hasta el fin la tumefacción , la te los ovarios y fas trompas de color lívido. Sin em
dureza del vientre y la dispnea. En otras ocasiones, bargo, la matriz no siempre está completamente
el doler, la tumefacción y la hinchazón de uno de exenta de flogósis superficial. Casi en todos los casos
. los muslos imposibilitan «1 movimiento del miembro; exisle esta afección simultáneamente con la de los
el pulso es frecuente, deprimido, ó lleno, y poco mas intestinos y del epiplooir. En general hemos des
frecuente que en el estado normal , escepto cuando cubierto indicios manifiestos de inflamación en los
se prepara una terminación funestt; el cajor de la diferentes puntos á que correspondía, el dolor, prin
piel es seco , pero también suele.ii preséutarse sudores cipalmente en la porción anterior del peritoneo. Se
muy abundantes. En algunas enfermas, los síntomas gún estos hechos, no fia.y lugar ni viscera en donde
adquieren un acrecentamiento tan rápido, que _ so» no se encuentre constantemente la inflamación; peto
breviene la muerte al tercero, aleñarlo ó al quinto su existencia no puede jamás ponerse en duda, y lo
día : en otras se prolonga la afección por espacio de mas frecuente es que tenga su asiento e*n el mis
tres semanas yliun mas: muchas mueren hácia el di» mo peritoneo ó en sus repliegues. Lo que se obser
undécimo. va mas comunmente en la peritonitis puerperal es
Hemos visto en una mujer, y no en el puerperio, la hidropesía aguda ó la purulenta, que consiste on
y en una jóven, atacada de peritonitis; que el vicn- i/n derrame considerable de serosidad turbia, ama
ire se abrid» espontáneamente hacíanla región umbi rillenta y blanquecina, ó en una, colección de, linfa
lical, y dejó escapar una gran cantidad de materia ! coagulable, de materia caseilorme, en parte libre y
DE MEDICINA Y C1RÜJÍA.— FRANK.
flotante y en parte adherida á los intestinos, al pe vioso: esta disposición persisto durante el periodo
ritoneo, al meseuterio, al epiploon ó al útero. loq nial.
Esta materia se halla en los mismos individuos, de El género de vida do las mujeres indigentes , los
positada en la cavidad torácica, sobre la pleura pul escesivos trabajos á que se entregan casi hasta la
monar ó costal, ó en el pericardio, pero jamás sin misma época del parto; la vida ociosa, mole y sen
inflamación manifiesta de alguna de estas partes. No sual de las mujeres ricas; las pasiones, el uso de los
se diferencia por sus cualidades físicas y químicas del placeres conyugales hasta una época avanzada del
humor puriforme producido noria inflamación de las embarazo , los vestidos apretados que oprimen de
superficies secretoras, sin distinción de sexo, y sea masiado el vientre, el esceso de los alimentos en los
cualquiera la cavidad en que la afección tenga su últimos meses de la gestación; los esfuerzos que
asiento. exige el paso de la cabeza muy voluminosa del feto
218. Todas las inflamaciones del peritoneo y de en el parto , un trabajo laborioso de este , el empleo
las partes que reviste adquieren, cumo las domas mal dirigido de los instrumentos y do la mano en
flegmasías un carácter diforente, según la natura aquel mismo acto ; la estraccion violenta de la pla
leza de la fiebre: frecuentemente sintomáticas, se centa, su retención y la de los coágulos de sangre en
revisten del carácter de la afección primitiva de la matriz; la supresión de los loquios , la aplicación
donde provienen, y se acompañan de la liebre in de un vendaje apretado alrededor del abdómen in
llamatoria, y con "especialidad de la fiebre gástrica mediatamente después del alumbramiento, el dejar de
ó de la liebre nerviosa. Hemos indicado que la pe criar, el refriamiento de las partes genitales, etc.:
ritonitis puede ser epidémica; ataca sobre todo á las tales son las causas que hacen mucho mas desgra
recién paridas á causa de su gran predisposición á ciada la suerte de las mujeres, que la de las hembras
contraer esta flegmasía. En otras circunstancias, de los animales; tal es el manantial fecundo de la
los síntomas son moderados (215, 2 1G), ysu trata mayor parte de sus enfermedades, y con particulari
miento no es mas difícil que el de (as demás flegma dad de la peritonitis. Es preciso confesar, sin em
sías. Pero la peritonitis puerperal marcha con mu bargo, que á pesar de estas causas comunes y diarias,
cha frecuencia con un aparato aterrador, imposible la peritonitis puerperal es una enfermedad muy rara,
de combatir, y que acarrea la muerte algunas veces y que no se observa con tanta frecuencia en ninguna
al segundo din. Parece, pues, que existen en las parte como en los hospitales y en los lugares mal
recién paridas las causas de esía diferencia, cuyas sanos , cuya atmósfera está viciada; y por último, bajo
causas nacen en ellas mas frecuente la afección y la influencia de ciertas constituciones anuales , im
mas funesta qae en las demás mujeres. ()). posibles de determinar.
2ti). Causas generales. Poco antes de ocuparnos Observaciones sobre el carácter de la peritoni
de ellas, examinemos las causas generales de la pe tis puerperal.—Hé aquí una cosa que no debemos
ritonitis. No se diferencian de las de otras inflamacio pasar en silencio: los síntomas de la peritonitis puer
nes (125); se pueden referir á ellas las violencias peral anuncian en el principio un carácter eminente
ejercidas sobre el abdómen, las conmociones, las con mente inflamatorio; pero apenas ha hecho algunos
tusiones, las heridas, una compresión ó una estension progresos, pirticipa ordinariamente del de la fiebre
demasiado considerable ; las contracciones ó los es gástrica y de la fiebre nerviosa, de manera que el
fuerzos violentos y continuados, un depósito de ma método antiflogístico, cuya utilidad es tan evidente
teria acre; una metástasis; la afección de las visceras en las demás especies, no conviene aquí sino en muy
que cubre el peritoneo , con las cuales tienen una pocos casos y solamente en los primeros dias.
correspondencia simpática muy manifiesta , y por úl Parece, pues, que las causas de la peritonitis puer
timo, la constitución epidémica. En las fiebres gás peral difieren mucho de las de la peritonitis que so
tricas nerviosas, aun en aquellas que no presentan breviene en otras circunstancias. Varios médicos
complicación inflamatoria, se suele hallar después de atribuyen la mayor parte de las liebres puerperales á
la muerte los vestigios de una inflamación del tubo la metástasis de la leche sobre las visceras abdomina
intestinal , del mesenterio, del epiploon y del perito les : creen que el humor derramado en el vientre es
neo, dependiente de la irritación de los intestinos, semejante á la leche corrompida y el foco mas ac
causada por las saburras y por la bilis corrompida. tivo de la enfermedad. Aunque la supresión de una
La mesenteritis reconoce frecuentemente por causa secreción tan importante da origen á graves acciden
el infarto escrofuloso y la degeneración carcinoma- tes en las puérperas, no se debe concluir solamente
tosa de los ganglios linfáticos del mesenterio. El epi por la semejanza que el líquido contenido en la cavi
ploon se inflama muy comunmente en las lesiones dad peritoneal pueda tenor con la leche, ó por cierta
del abdómen, y en las hernias estranguladas. analogía entre estos dos líquidos animales, la natura*
Causas de la peritonitis plerperal. —La causa de loza láctea de la materia que constituye el derrame,
la frecuencia y de la gravedad de la peritonitis puer liemos observado esta misma enfermedad en mujeres
peral debe buscarse en los cambios que sufre la que no estaban embarazadas ni criando, en algunas
nélvís, la* cavidad abdominal y todu la economía de niñas, y en fin en los hombres; y hemos hallado el
la mujer durante la preñez y durante y después del mismo derrame en las cavidades abdominal y torácica.
parto. Ignoramos si esta enfermedad ataca á las hem Por lo tanto, no creemos deba considerarse como la
bras de los animales cuando han parido : sea che, á un liquido que hemos hallado mas de una vez
de esto lo que quiera , el embarazo y el parto en todas las inflamaciones superficiales muy intensas
son mucho mas penosos en la especie humana. del abdómen ; á un líquido, en el que el análisis quí
Desde el momento de la concepción , esperimenla la mico ha descubierto cualidades lan diferentes de las
mujer accidentes que anuncian la estrema irritabili de la leche, y análogas á las de cualquiera otro hu
dad del estómago, de todas las visceras abdominales, mor puriforme (128). Hemos observado la peritonitis
y la exaltación de la sensibilidad en el sistema ner- puerperal sin cambio alguno en la secreción láctea:
la hemos observado también en mujeres que habían
abortado, y en las cuales estaba aun muy poco ade
(1) Véase— i. Cru?eilkíer. « Anatomía patológica del cuerpo lantado el trabajo secretorio de las mamas. La razón
fiumanu.» T. I, entrega 13, en rol. Boivia y Dugos, •Tratado pa y la esperiencia no nos permiten reconocer por causa
tito délas enfermedades del ulero y de sus anejos.> París, 1833,
T. 11, png. ÍOC y sigaienles. de esta enfermedad una metástasis de la leche.
138 .ñ¿ btBLIOTICA ECONÓMICA
Los loquios continúan algunas voces sin ninguna dente que su causa no es única, sino múltiple. En
alteración durante el curso de la fiebre puerperal', todas las autopsias uue hemos practicado hasta el dia,
otras vrecs se suprimen ó se aminora su escrecion, liemos hallado constantemente la inflamación del pe
sin que por esto sobrevenga ningún accidente: su su ritoneo ó de sus apéndices, y la colección purulenta:
presión no puede, pues, colocarse entre las causas estos fenómenos se manifiestan tan rápidamente, que
constantes de este género de peritonitis. Algunos ha no se les puede considerar como el efecto, sino mas
cen depender esta enfermedad de la compresión pro bien como la causa do los demás; así, nada impide
longada (juo ejerce el útero sobre las visceras abdo que refiramos In fiebre puerperal á la peritonitis.
minales durante el embarazo, y del aflujo demasiado En resumen: todos los irritantes, las causas múl
rápido de la sangre á los vasos, que el parto relaja y tiples de que hemos hablado, determinan la inflama
pone en libertad. Pero una causa tan común debería ción de las partes que reviste el peritoneo y de sus
producir efectos mas frecuentes: ademas, ¿se observa apéndices, en las personas cuya irritabilidad osperi-
tan á menudo la peritonitis á consecuencia de la pa menta una alteración morbosa. Pero la flegmasía pue
racentesis, ni aun en el caso de evacuarse de una de también asociarse á una fiebre de diversa ua-
sola ve/, toda la serosidad? ¿Esplica esta opinión por turaleza: esta fiebre es rara vez inflamatoria, y so
qué reina la fiebre puerperal mas comunmente en lamente en el principio; ; las mas veces es gástri
los hospitales, y se hace epidémica en ciertas circuns ca, y en otras ocasiones nerviosa, por la influencia
tancias? No repugna ¡í la razón admitir como causa del contagio ó de la constitución epidémica, y cu fin ,
do esta flegmasía á la influencia simpática del útero: en un gran número de casos es gástrica nerviosa.
nosotros hemos visto no há mucho, que una porción En general, no es esta enfermedad simple y sin ningún
de placenta retenida en la matriz después del aborto, género de complicaciones; ofrece siempre algo ner
ocasionaba una tumefacción y un dolor intenso en el vioso, de modo que el método antiflogístico ni el mé
abdómen , y no en la región uterina, sino por deba todo evacuante pueden bastar por sí solos. Nosotros
jo de las falsas castillas del lado izquierdo; la cspul- hemos visto la fiebre pueperal ocasionada por el
sion de este cuerpo estraño disipo en poco tiempo toque de las campanas que anuncian la agonía,
todos los síntomas. Por otra parte no es dudoso que en alguuas recien paridas que parecían estar en
en los violentos esfuerzos del parto, es posible que el rnuy buen estado, y solamente por el espanto que
útero esperimente algunas veces una lesión que no les producía la muerte de otras mujeres que so halla
pueda descubrir después de la muerte el escalpel del ban en su caso.
anatómico, y que venga á convertirse en causa de lu 220. Pronóstico.— Cuaudo se reconoce á tiempo,
fiebre puerperal, cuando esta flogosis sigue do cerca antes de que se estienda al interior, ó que pase á su
al parto. Pero otras veces se declara algo tarde, y puración , la inflamación de la porción del peritoneo
nosotros la hemos visto sobrevenir al dia décimocuar- uue tapiza la parte anterior del abdomen no es or
to. Ademas, en las violentas inflamaciones del útero; dinariamente muy peligrosa; sin embargo, puede dar
es decir, en los casos de irritación estremu de esta lugar á la adherencia morbosa de los intestinos con el
viscera; enmedio de los grandes desórdenes que oca peritoneo. Cuando se descuida esta afección, es se
siona durante la preñez, en el mismo cáncer uterino; guida de abscesos, de fístulas difíciles de curar, y
¿se observan los síntomas do la (¡obre puerperal? La que forman sinuosidades por entro los músculos del
influencia diaria de la matriz sobre los demás órga abdórnen. Algunas veces sobrevienen abscesos enor
nos, la simpatía que ejerce continuamente sobre ellos mes ; engrosado el peritoneo , reviste, la colección
en la recien paridas no son, pues, causas de una en purulenta simula perfectamente, la ascitis: los intes^
fermedad tan poco común. linos son comprimidos en un corto espacio, y un in
El vómito y la diarrea; la predisposición de las em menso quiste ocupa to.lu la cavidad abdominal. Si el
barnzadas á las saburras; la tristeza y el temor á que absceso se rompe al interior , la evacuación del
se abandonan antes del parto; el desfallecimiento que pus en el vientre constituye la hidropesía purulen
sufren durante él, queso acompaña de por sí do una ta de esta cavidad. En otros casos, es seguida la in
gran debilidad; la cstrema fetidez de las materias feca flamación de la adherencia do los intestinos cutre sí
les; la semejanza déla enfermedad en un período avan ó con el peritoneo.
zado con la liebre gástrica nerviosa, han hecho suponer La inflamación del repliegue pcritoneal que re
que era de naturaleza gástrica. Aunque el aparato de cubre los músculos psoas ó iliacos es mucho mas
síntomas de este género pueda engañarnos fácilmen f,'iave. Si se descuida el tratamiento en un principio,
te, es necesario confesar que las saburras contribuyen sobreviene una supuración quo comunmente marcha
mucho á producir esta enfermedad. En efecto, pueden con mucha lentitud. La materia purulenta estancada
determinar la inflamación de los intestinos y del pe entre el peritoneo y el hueso innominado corroe y ca
ritoneo; y por otra parte, la esperiencia confirma la ria áeste hueso, á las vértebras lumbares inmediatas
virtud de los eméticos y do los purgantes en la peri y alsacro: puede también estenderse hácia los lomos, ó
tonitis puerperal: por lo tanto, nos será lícito creer sigu:endo la dirección de las ataduras musculares,
quo esta flegmasía trae su origen con frecuencia de hácia !a cresta de los íleos, y formar un tumor fluc-
las primeras vias, ó que ou una época avanzada está tuante cerca de la cadera; por último, puede descen
bajo la influencia del elemento gástrico cuando no le der á la región inguinal, hácia la parte superior del
reconoce por causa primitiva. A pesar de esto, en muslo, ó se anuncia por un depósito semejante, cuya
el cólera-morbo, en las mas intensas disenterías, á no materia es fácil haccrrefluirálacavidaddel viontrepor
ser que exista un estado inflamatorio, no sobrevienen medio de la presión. La abertura de los abscesos su
los síntomas de la fiebre puerperal, y la liebre gástrica ministra diariamente una gran cantidad de sanies fé
mas violenta tampoco produce un fiérrame purulento tida, sobre todo al ejecutar el miembro algún mo
en el abdómen. Si exceptuamos el cólera-morbo, que vimiento; y la caries encubierta de la pelvis ocasio
es mas bien una afección nerviosa, las enfermedades na la consuuipcion ó la gangrena. Algunas veces se
gástricas no son tan prontamente mortales, á no ser forman fístulas en la longitud del muslo; ó se efec
que las acompañe un principio contagioso, y lleve su túa un derrame de pus en la cavidad pelviana, ó en
acción sobre el sistema nervioso. el abdómen, seguido de infinidad de lesiones de lo-
Según todas estas consideraciones, el carácter de órgauos en ellas encerrados , de abscesos en el pe
la peritonitis puerperal parece muy oscuro, y es evi-. ritoneo , ó dé diversas afecciones que simulan las
DE MEDICINA ¥ cmuiÍA.—FRANK. 139
hemorroides. En todos estos casos la muerte es lenta, la diversa noturaleza de esta, según las complicacio
pero inevitable. nes y el carácter idíopático ó sintomático de la fleg
No son menos graves los accidentes cuando la masía. Así, en la inflamación verdadera del perito
inflamación de la porción dorsal de! peritoneo es se neo se deben apartar con el mayor cuidado las cau
guida de supuración. Ademas de los abscesos fistu sas, recurrir á la sangría y repetirla, y especialmen
losos situados en los músculos inmediatos , y que te á las escarificaciones ; emplear los semicupios ti
suelen equivocarse fácilmente con una afección de lo? bios, y las fomentaciones emolientes , de manera quo
ríñones, ia enríes de las vértebras ocasiona en mu no incomoden por su peso; las unturas oleosas con
chos casos la gibosidad. el linimento volátil alcanforado ó asociado al láuda
La inflamación del mesenlerio se propaga con no, y en ciertos casos los vejigatorios sobre los pun
mucha facilidad á los intestinos. Si termina por su tos doloridos, las lavativas emolientes y las pociones
puración, se desarrollan en este repliegue del peri antiflogísticas. Si la inflamación se acompaña eviden
toneo vastos abscesos, que obliteran el canal intes temente de fiebre gástrica ó nerviosa , exige el mé
tinal comprimiéndole: algunas veces so abren paso al todo apropiado á estas complicaciones que ya he
interior, y ocasionan una diarrea purulenta, muy mos espuesto en los párrafos anteriores (104).
comunmente mortal , ó bien se rompen en el vien Tratamiento de la peritonitis puehperai,.— Nin
tre y produce una ascitis purulenta positivamente guna especie está mas sujeta á las complicaciones
fatal. que la peritonitis puerperal. Es raro que esta fleg
La flogosis del epiploon se propaga también con masía, sea cualquiera la causa deque dependa, per
facilidad al estómago, da origen á euormos abscesos manezca por largo tiempo en estado de simplici
entre las hojas de este repliegue, y tiene una ten dad, para que so la pueda combatir resueltamente
dencia muy marcada á la 'gangrena. Con todo , mu con el método antiflogístico en todos los períodos en
chas veces" so encuentra el epiploon adherido al pe ue conviene esto mótodo contra la peritonitis verda-
ritoneo ó á los intestinos , ó destruido por una es era.
pecie de supuración lenta , que no siempre es mor La indicación mas fácil de llenar tiene por objeto
tal. Sus abscesos ofrecen poco mas ó menos el mis prevenir la afección. Los medios profilácticos deben
mo resultado que los dci mesenterio ; pero la ter ponerse en uso durante todo el embarazo y durante
minación mas frecuente do la epiploitis os la gan el puerperio. Un régimen sabio del cuerpo y del es
grena. píritu , la remoción de las causas , una temperatura
Lo que acabamos de decir arroja bastante luz so moderada, el empleo de los medios ims suaves para
bre la gravedad de la peritonitis purulenta y de la favorecer sin precipitación la salida del feto y de las
que ataca á las recien pandas. El peligro os esire- secundinas, los cuidados bien dirigidos para ayudar
mo, y la muerte inevitable, cuando se ha descuidado al establecimiento de la secreción de la loche y del
la enfermedad cu los primeros momentos , ó se la ha flujo uterino, según el deseo de la naturaleza, cons
confundido con los dolores que siguen naturalmen tituyen el punto esencial del método preservativo.
te al parto, 6 con la liebre láctea. La intensidad de En el tratamiento dirigido contra la enfermedad,
la peritonitis , la sensibilidad ó la debilidad del suje es preciso observar , ademas do las reglas espuestas,
to, naturales ó dependientes de los esfuerzos de un las siguientes: En los principios, se combalen les hor
parto laborioso, la violencia del dolor, una viva sen ripilaciones y las escalofríos por medio de r.ua ligera
sación de quemadura al interior , la inquietud , la iufusiou aromática administrada tibia , y se calientan
ansiedad , la dispnea, la tumefacción y la tensión del las eslremidades, sobre todo los pies, por mndio de
abdomen , ií pesar de la diarrea; un vómito penoso, fomentaciones emolientes.
ó demasiad» tardío , sin que disminuya los dolores, Pero si han precedido á la enfermedad causas evi
la frecuencia y la debilidad del pulso, el hipo, los dentemente capaces de producir una inflamación
suspiros profundos y ahogados, el letargo , el delirio verdadera; si la mujer es robusta y pictórica, y los
y las lipotimias, anuncian un peligro apremiante, quo loquios están suprimidos ó retenidos; si los síntomas
crece en razón do la intensidad de estos síntomas. de saburras no se han manifestado antes de ia liebre
En general , pasado el primer período , tiene aquí y mas bien parecen dependientes de un estado de
aplicación cuanto hemos dicho sobre el pronóstico irritación ; si el dolor permanente, lijo y constante en
de la fiebre nerviosa gástrica (108): y aun es preciso un mismo punto del vientre; si el carácter de la cons
añadir que existe aquí mayor gravedad. Una gran di- titución anual dispone i las afecciones inflámate-ñas;
iicullad de respirar , una tos áspeia y un dolor pun si las fuerzas están en relación con la intensidad de
gitivo en el pecho denotan una peripneumonia la liebre, y el pulso es lleno y vibrante, y en fin, si
mortal y la hidropesía torácica purulenta. el derrame purulento no parece que está aun for
Cuando sobreviene desde el principio un moderado mado, se debe abrir la vena como en las inflamaciones
flujo de vientre, que disminuye la tensión y los do verdaderas, y emplear el método antiflogístico que
lores abdominales; cuando el pulso, en los primeros acabamos de aconsejar en la peritonitis ordinaria,
momentos pequeño y acelerado, ofrece ma\or blan sin perder por eso de vista la situación parlieular'dc
dura y plenitud y menor frecuencia; cuando la res la recien parida.
piración permanece libre; cuando se restablecen los Cuando, por el contrario, faltan estas circunstan
íoquins suprimidos; cuando se exhala de toda la su - cias en totalidad ó en gran parte; cuando la enferma
perlicie del cuerpo un sudor vaporoso é igual, y el ha cometido frecuentes errores de régimen durante
calor es moderado; cuando las orinas presentan un se el embarazo ó durante el puerperio; cuando el apa
dimento espeso, rojo, purulento ó latericio; cuando rato de síntomas gástricos so anuncia con intensidad,
la enferma disfruta algunos instantes de un sueño al mismo tiempo que los signos mucho monos pro
reparador, \ conserva sus fuorzas én buen estado, nunciados de !a inflamación; cuando, pasados los
se puede esperar una terminación foliz. . [frimeros dias , presenta evidentemente la fiebre el
221. Tratamiento de la peritonitis veruadera. carácter de la nerviosa gástrica (103), debe renun
—El tratamiento de las diferentes especies de peri ciarse absolutamente á las sangrías: si es muy grande
tonitis no difiere del que hemos espuesto par» las la turgescencia, se administrará un vomitivo suave á
demás inflamaciones (133). Las causas y la (iebro péqueñas dósis , (alborno la ipecacuana y aun el tár-
concomitante son su primer fundamento; varia según ■ taro estibiado, escepto en el caso en que haya diar
140 BIBLIOTECA ECONÓMICA
rea ; y so repiten estos medios, según las indica abdominal se abre paso luícia al ombligo, se debe
ciones. Después de haberlos administrado, ó sin facilitar su salida por todos los medios posibles, sobre
ellos , cuando no están indicados , se prescribirán todo por la posición. Al mismo tiempo se sostienen
laxantes suaves, como ei aceite de almendras dulces las fuerzas vitales con la administración de los cor
con una sal neutra y un jarabe , el aceite de ricino, roborantes, la quina y los analépticos.
la emulsión laxante (1), los cuernas emolientes, re Los abscesos que sobrevienen en la peritonitis
petidos y administrados á una temperatura que no propiamente dicha , deben dilatarse con tiempo, por
esté demasiado elevada; y por último, no se echarán el temor de que el pus ataque las partes interiores,
en olvido los tópicos propios para moderar la tensión y de que establezca fístulas rebeldes. El tumor que
y el espasmo. se formá en la ingle, procedente de la psoitís, lia do
Pero cuando la liebre puerperal , que sobreviene incindirse tan pronto como so manifiesten los primeros
en una mujer muy sensiblo ó entregada á afecciones signos de la presencia del pus : reclama los cuidados
morales tristes, se anuncia por una debilidad consi del cirujano, aunque muchas veces son impotentes,
derable y real, por un pulso débil y concentrado, á causa de la profundidad del foco.
por lipotimias frecuentes, por orinas crudas ó acuo
sas, por convulsiones y accidentes espasmódicos re GENERO SEGUNDO.
pelidos , y en una palabra, por los síntomas de la
liebre nerviosa, no puede estar indicado el método Metritis.
antiflogístico, ni tampoco convienen los evacuantes, á
no ser que exista una complicación gástrica mani 222. La metritis ó la inflamación del útero es
fiesta. En los casos de fiebre gástrica nerviosa, si las una enfermedad diferente de la peritonitis y que con
materias saburralcs tienden ú ser evacuadas por el viene, sin embargo, estudiar inmediatamente después
vómito, deben prescribirse uno ó dos eméticos ; ó la de ella. La matriz se inflama muy rara vez en las ni
infusión de ruibarbo con la emulsión gomosa, cuando ñas antes del establecimiento de las reglas: nosotros
tienen una tendencia opuesta. Después es preciso no hemos tenido ningún ejemplo de ello. Pero tan
apresurarse á mandar el cocimiento alcanforado de luego como la matriz se somete á su escrecion ha
quina, enemas de la misma naturaleza y los demás bitual, se hace mas irritable, está en un estado de
remedios que se emplean contra esta liebre (Ul). desórden manifiesto, sobre todo durante el trabajo de
Si un vómito escesivo ó una diarrea abundante ani la menstruación , y entonces es cuando la inflama
quilan al enfermo, como en el cólera-morbo, es de ción se apodera de este órgano. Se observa una pre
una necesidad urgente la administración de la poción disposición muy grande á padecer esta flegmasía en
anli-emética (2), las bebidas emolientes con el salep, las mujeres casadas, aunque no estén en cinta : esta
el cocimiento de pan con una gran cantidad de goma predisposición aumenta durante el embarazo, y llega
arábiga y un poco de canela, ligeros caldos de carne al mas alto grado en los primeros días del puerperio,
con el cocimiento de arroz, y la emulsión gomosa y por último, á la edad en que el útero se exime de
con el opio : de este modo se sostienen ó se reaniman su tributo periódico, vuelve á perder esta predispo
las fuerzas como en las demás fiebres nerviosas. Al sición á la flegmasía.
gunas veces corta el flujo escesivo del vientre el 223. Definición. —Como la flogósís no ocupa siem
polvo de la ruiz de colombo, á la dosis de un escrú pre un solo punto del útero, sino que este órgano se
pulo (13 decígi.), tres veces al dia. Cuando existe inflama ya en una región, ya en otra, según las diver
una diarrea inmoderada con vivos dolores, se em sas situaciones en que se encuentre la mujer, deben
plean, ademas de los remedios precedentes , medias necesariamente variar los síntomas aunque la enfer
lavativas compuestas con el almidón, la tintura tebáica medad permanezca siempre la misma;«deben variar,
y una yema de huevo. Si parece que la enfermedad según tos. órganos adyacentes al sitio inflamado, se
se va á juzgar por sudores, y no existe fiebre infiama* gún esto mismo sitio y la ostensión de la enfermedad.
loria ni saburras, se administra una poción salina Y esto es lo que hace muy difícil definirla sucinta
con el rob y la infusión de saúco, ó coh los polvos mente, pues el número de los síntomas comunes á
de Dower (3). cada especie no basta para comprenderlos todos. Ta
Las mayores dificultades del tratamionto surgen les son: fiebre aguda, dolor ardiente y fijo en un pun
de las complicaciones, que se reconocen y se com to del útero, ansiedad, desórdenes simpáticos del es
baten según las reglas establecidas en la esposicion tómago ; aunque no siempre, al menos en los primeros
de las liebres y de las demás inflamaciones. momentos de la enfermedod, tumefacción sensible,
Cuando el humor purulento esparcido en la cavidad ardor en el orificio uterino y dolor que se aumenta
al tacto.
224. Especies.—El útero puede inflamarse en un
EMULSION LAXANTE. solo punto, ó en toda su estension. En el primer caso,
(1) II. Maná selecto, onza y media=43 gran). la inflamación ocupa el fondo, el cuello, la cara ante
Emulsión arábiga, nueve onzas=270 graui. rior, la posterior ó las laterales. Estas especies son
Disuélvase. mas frecuentes durante la preñez ó después del parto:
en cualesquiera otras circunstancias, la matriz iufla-
POCION ANTI-EMETICA. rnada adquiere pocas vecos un volumen tan considera
(S) B. Sal álcali vejetal, veinte granot=l gram. ble, para que salga de la pelvis, se presente al tacto en
Zumo de limón, media onta=15 gram. la región hipogástrica, é indiquo de una manera pre
Méz.-lcsc, j hágase tomar al enfermo c« el momento de la efer cisa el asiento de la flegmasía.
vescencia. La afección no es siempre flemonosa; algunas veces
es superficial al interioró al esterior, toma el ca
POLVOS DE DOWliB. rácter erisipelatoso, y es primitiva ó sintomática. La
diversidad de la fiebre concomitante da también á
(3) R, Tártaro vilriolado en polvo, Ires diücinas=12 «rara. esta inflamación, como á las otras, un carácter va
ipecacuana.' '. '. | un escrúpulo=13detígr. riado.
Héwlesí por medio de una trituración prolongada, y llágase un 225. Descripción.—Sea cualquiera el sitio que la
polvo muy fino. inflamación ocupe en el útero, cuando se anuncia con
DE MEDICINA Y CIRWÍA. —FRANK. 141
intensidad y se acompaña de ficbro inflamatoria sién- Si la inflamación ocupa toda la ostensión del órgano,
te ordinariamente la enferma un escalofrió y ansie el dolor pulsativo es general é intenso, no puede la
dad. El calor sucede á estos primeros síntomas, el enferma estar sentada , ni levantarse, ni andar, y su
puiso se desarrolla y se lince lleno y duro en las re fre todos los síntomas que acabamos de esponer.
cién paridos de constitución robusta, y en las que Algunas veces la flegmasía se propaga á la vagina,
lian abortado ó sufrido alguna violencia; en las domas, que aumenta su calor , se pone roja, tensa y muy do-
se desenvuelve al principio, pero bien pronto se liace Jorosa al tacto. En las recien paridas puede cstender-
pequeño, débil, y en ciertas ocasiones irregular. Se se á las partes genitales esternas, pero se comunica
declara una sensación de ardor, un dolor Ojo, otras mas comunmente del csteríor al interior.
veces remitente, como los que se sienten ordinaria El diagnóstico de la fiebre concomitante se forma
mente despueTdel parlo, pero al poco tiempo adquie por las consideraciones espuestas en otro lugar, sobre
re mas intensidad y parece partir de los ríñones. todo por las causas que han precedido, y por la cons
En las mujeres que han pasado algunos años sin titución reinante.
estar embarazadas, el dolor es mas constante, mas 226. Causas.—Las causas de la metritis se dife
fijo y pulsativo ; el pulso ordinariamente es mas rencian poco de las que producen las demás inflama
lleno y mas duro. Las recien paridas tienen natural ciones (123); pero hay algunas que le son propias.
mente el vientre inflado, pero blando, y aun en las Entre estas últimas, las principales se refieren a las
primeras horas después del parto se percibe toda de la peritonitis puerperal (219), ó consisten en la su
vía al tocar, la forma redondeada del útero. En la presión súbita de las escreciones uterinas, de las re»
metritis, este tumor no aumenta con tanta celeridad glas, de los loquios, de una menorragía, de las flores
como en la peritonitis puerperal: si este fenómeno blancas, ó de las hemorroides, por la acción de causas
acontece en la inflamación del fondo del útero, se ob<- violentas, como el terror, la cólera, la esposicion de
serva solamente enmedio de la región subpubíana las partes genitales á la impresión del frió, mientras
un tumor circuscrito, que tiene la misma forma de la que el cuerpo está sudando, etc. También deben
matriz. Muchas veces el tumor no es considerable en contarse entre el número de estas causas especiales,
los primeros dias, y parece que reside la inflamación el aborto accidental, espontáneo ó provocado por me
enmedio de la pelvis. Los pechos se endurecen ó se dios reprobados ; una caida sobre el útero en estado
vacian y se aplanan; los loquios se suprimen, lo cual de gestación, una percusión violenta ó una compre
puede ser efecto ó causa de la enfermedad. En se sión ejercida en este órgano, cualquiera otra violen
guida se observan los síntomas siguientes: náuseas, cia ocasionada en el abdómen; un parto difícil á cau
eructos, regurgitaciones y auu vómitos de bilis ama sa de la oblicuidad del útero , de la compresión pro
rilla, ó eruginosa; agitación, necesidad frecuente de longada de su cuello, de la corta ó avanzada edad de
espeler las orinas y Tas materias fecales, cuya cscre- una mujer embarazada por la primera vez; las manio
cion es difícil; sed intensa, lengua seca; cefalalgia bras demasiado bruscas del cirujano para volver al
que se esliende desde la base de las órbitas al occi feto, ó la aplicación mal dirigida de los instrumentos
pucio; rubicundez de la cara, insomnio, delirio, sus para sacarle; la estraccion forzada y prematura de la
piros, dispnea, tensión y dolores en los hipocondrios, placenta, la desgarradura del periné, de la vagina;
en los lomos, en el pecho y hacia las claviculas, con su procidencia y la de la matriz; la putrefacción de
tos seca é incómoda. Después se declaran fenómenos los coágulos de sangre ó de una porción de la placen
mas alarmantes, como hipo, saltos de tendones, me ta, retenidos en el útero , cuyo orificio está cerrado.
teorismo considerable, sudores sintomáticos en la Los espasmos, los dolores intensos y prolongados de
frente, y en el pecho, pulso muy pequeño, deprimido, esta viscera; un vendaje demasiado apretado al rede
intermitente, y de una gran frecuencia; frío ¡de las dor del abdómen en las recien paridas; la peritonitis
estremidades; vómitos herbáceos, algunas veces vio puerperal etc.
lentos escalofríos que son precursores de la gangrena; 227. Pronostico y terminaciones.—La metritis es
escrecion de una materia fetidísima por la vagina; una enfermedad grave: muy pocas enfermas suelen
las orinas y los materiales estercoráceos se escretan salvarse , cuando es violenta, y tiene las mismas teT"
en el lecho; letargo; frecuentes lipotimias y muerte. minacíones que las demás flegmasías (126); pero la
Pero, como hemos dicho, los síntomas varían, se mas frecuente es la gangrena. La inflamación del útero
gún el sitio de la inflamación. Si ocupa el fondo del es mas grave cuando ocupa toda esta viscera ó su
útero, aparece en el vientre un tumor casi redondo, fondo , que cuando tiene su asiento en el cuello y en
duro, doloroso, que no puede sufrir el menor tacto, su orificio ; en estos últimos casos , el pus se abre
aun á travos de las paredes abdominales. Si se esta paso con facilidad por la vágina. En la inflamación
blece cerca del cuello, baila el dedo, introducido en do la cara anterior ó posterior se suprimen las ori
la vagina, el orificio del útero cerrado, doloroso, nas ó las cámaras , y la supuración , cuando se esta
quemante, duro y retraído. Cuando está inflamada blece , estieiuta su influencia á la vejiga ó al recto.
solamente la parte posterior de este órgano, se sicn- Los abscesos del útero se abren, ya en su propia ca
t1? el dolor en los lomos, so suprimen las disposicio vidad, cuya terminación es feliz, ya en la cavidad
nes alvinas , y las venas hemorroidales se hinchan pelviana ó abdominal , la cual es muy funesta : en
con tenesmo. Cuando es la parte anterior la afectada, fin , la materia puede buscarse una salida hácia la
se manifiesta el dolor hacia el púbis, la orina sale gota región inguinal , sobre las partos laterales del abdó
ú gota y su emisión es difícil: en este caso, desde que el men ó cerca del ombligo. La inflamación del útero,
hipogastrio se pone tumefacto, y á pesar do los signos en el embarazo , es casi sismpre mortal , si no sobre
que anuncian la metritis, debe concederse mucha viene pronto el aborto , acompañado de hemorragia.
atención á la vejiga , colocada por delante del útero. La metritis se termina pur resolución , principal
En la inflamación de las regiones laterales, se observa mente cuando ocupa la superficie interna. Esta ter
tensión en la ingle, los muslos se entorpecen, se hin minación se anuncia por la vuelta de los loquios,
chan y ejecutan con dificultad sus movimientos; el de los menstruos, ó de las hemorroides; por la se
del lado afecto es atacado de claudicación; el dolor pue creción abundante de una materia purulenta y fétida,
de propagarse á las nalgas. Muchas veces se inclina ó de un líquido sanguinolento que se abre paso por
el útero y se retrac del lado en que tiene su asiento las partes genitales; por una erisipela, ó un reuma
la inflamación; su orificio se vuelve del lado opuesto. tismo, que se trasporta del útero sobre otra parte
142 BIBLIOTECA ECONÓMICA
cualquiera. Otras veces juzga la enfermedad un su— En el tratamiento de la metritis declarada, debemos
dor abundante, prolongado, é igual, con orina de fijar nuestra atención sobre los medios que hemos
sedimento puriforme, y rara vez una erupción miliar. aconsejado al hablar de la inflamación en general
La supuración se reconoce por los signos generales (133), y particularmente sobre el estado de la enfer
de las supui aciones internas (128), por el carácter de ma , las causas de la flegmasía y la naturaleza de la
luinllamacionque l¡a precedido, y que no ha te; minado liebre concomitante. Si la inflamación ha sido deter
una resolución benigna. En el momento de la forma minada por causas violentas en una niña ó en una
ción del pus, aumentan los dolores, se declaran por mujer, que no se halle en la época de la preñez, si
la tarde movimientos febriles con horripilación; so es robusta ó pictórica, y si ha sobrevenido la afección
eleva un tumor por encima del pubis y simula algu á consecuencia de un aborto, sin hemorragia conside
nas veces la hidropesía ascitis; sohi eviene un dolor rable, se la combate, como las demás Inflamaciones,
pungitivo ó pulsativo ; las orinas ú las cámaras, ó las con sangrías copiosas y congos antiflogísticos alinterior
dos cscreciones á la vez, se suprimen. La ruptura y al esterior. La existencia de los menstruos y de los
del absceso se anuncia por la diminución de estos sín loquios, que no siempre se suprimen por la intensi
tomas , por la salida del pus por las parles genitales, dad de la inflamación, no merece consideración al
por los signos de una úlcera interna, déla hidropesía guna especial, ó al menos esta circunstancia no es
purulenta, de la fiebre héclíca, ó de una gangrena una razón para renunciar ni para diferir la sangría.
rápida. Pora en las recien paridas el uso de este medio
La autopsia cadavérica ha hecho ver que la indu exige mayor circunspección, pues puede ser inútil ó
ración, ó un estado casi calloso en un punto cual estremadamente perjudicial. En una enferma delicada
quiera de la matriz, sobre todo en su cuello, podían y débil , á quien naj an atormentado mucho el trabajo
ser resultadu de una inflamación precedente ; perg del parlo, y en la que la falta de los loquios, así como
los escirros de ;te órgano parece que tienen casi la inflamación, mas bien sea el efecto que la causa
siempre otro origen (129.) Si se les observa algunas del eretismo y de la contracción esnasmódica de los
veces después de la metritis , te manifiestan por la vasos uterinos ; la sangría, sobre todo si se repite,
falta de una resolución benigna, y por la desapa no puede menos de aumentar la debilidad y la causa
rición de la liebie y del dolor : se descubre en la re del espasmo. En la complicación con la liebre gástrica
gión hipogástrica un tumor renitente , indolente, de nerviosa, la inflamación presenta una tendencia á la
sigual, abollado, con oblicuidad |de la matriz y de malignidad que no podria disipar la sangría. Tam
viación del orilicio uterino, tiste tumor se nviniliesta poco está indicada cuando una porción de la placenta
en la vagina , en donde se percibe al tacto la presen ó los coágulos de saugre, retenidos y corrompidos
cia ile una masa pesada, gue gravita profundamente en el útero, han irritado la sustancia sensible de
sobre el peritoneo : estos fenómenos son mas sensi este órgano y ocasionado los síntomas inflamatorios.
bles cuando la mujer está en pie. Sobreviene en una Entonces conviene emplear los medios apropiados
de las extremidades inferiores hinchazón , dolor y un para calmar el espasmo de la matriz y los desórde
estado varicoso ó edematoso ; tirantez y dolores en nes dei sistema nervioso, y para favorecer te espul-
los lomos,' y un flujo de una materia blanquecina y sion de la causa irritante.
tenaz por las partes genitales; los menstruos son poco Cuando se prolongan los dolores del parto, por lo
abundantes, faltan , ó son reemplazados por hemor común es tan violenta la agitación del sistema circu
ragias uterinas ; la mujer se hace estéril , ó aborta latorio y sensitivo , el pulso lan freeuente, el calor,
constantemente en una época determinada del emba la inquietud y la sed tan considerables , que un mé
razo, sin causa evidente. La vejiga '\ el recto se dico poco esperimentado creería en la existencia de
afectan simpáticamente , y por último, la cara pali una liebre muy intensa. Poco tiempo después del par
dece y presenta un aspecto caquéctico, El escirro in to , un gran número de mujeres, esccptolas prime
cipiente no es fácil de reconocer; se suele confundir rizas, padecen unos dolores, llamados cnluer\o$\ estos
con otras enfermedades del útero ó con las de los dolores tan intensos como los del mismo parto , duran
ovarios. Pero con demasiada frecuencia se confirma por lo regular varias horas, y se disipan al establecerse
el diagnóstico de este funesto accidente por la dege el llujo loquial , ó por el reposo y el calor del lecho,
neración del escirro en úlcera maligna ó en carcinoma ó por lo menos ceden á la administración de una
del útero, elfermedad incurable y mucho peor que poción oleosa ligeramente narcótica , de las fo
lu muerte. mentaciones emolientes, anliespasmódicas , y de la
La gangrena es fácil de reconocer. La estruclura vativas.
i gj niijosa del útero, las sacudidas y las desgarradu Pero hay circunstancias distintas; por ejemplo: el
ras quo sufre durante el parto; el csceso de irrila- parto lia sido difícil ó artificial en una mujer robusta
bilidad y de sensibilidad de que goza este órgane en ó pictórica ; se supone alguna violencia ejercida sobre
las recién paridas, favorecen esta terminación, quo elútero; los loquios se han suprimido inopinadamente
se anuncia hacia el día tercero, quinto ó sétimo, ó se han retardado por la contracción demasiado
por el vómito, el hipo, el delirio, el letargo, el acre fuerte de los ia<os uterinos ; en lin, a esto se agrega
centamiento continuo del tumor abdominal, ci me un pulso duro, vibrante, y da á la liebre un carácter
teorismo, las cámaras negras é involuntarias; por la inflamatorio : en este estado, si no recurrimos á la
desaparición completa del dolor y del calor; por el sangría, á esto eficaz remedio en Iris inflamaciones
pulso intermitente, muy pequeño y de una frecuencia ¿cómo podríamos impedirla gangrena? Lo ignora
estreñía, por el frió de las estremídades, los sudores mos. Todos los recursos de) arte consisten en In san
viscosos, las lipotimias, las convulsiones, á las que gría, reiterada según la indicación Así, pu«s, de
sigue de cerca una muerte inevitable. bemos abrir la vena sin perder tiempo, ó aplicar san
228. Thatamif.nto.—Esla enfermedad está aun guijuelas al periné ó á los grandes labios. Los medios
entre el número de las que son mas fácil de prevenir que se prescriben para provoear los loquios son , no
que de curar. Se consigue lo primero, observando las solamente inútiles , sino perjudiciales; cuestos casos
reglas que hemos establecido en olía parle (22) ); el mejor aristolóquico es la sangría. A pesar de la
apartando de la mujer todas las causas morbíficas, presencia de esle Unjo, ó de la aparición de manchas
prestándola los cuidados convenientes, durante el purpúreas, no conviene diferirla , si existen signos
embarazo, en el parto y en el puerperio. de metritis verdadera , y es preciso sacar una canti
DE MEDICINA Y 01HUJÍA. FRANK.
143
dad de sangre suficiente para abalir la violencia del rao tiempo se sostienen las fuerzas por iodo, L
mal. dios quo puedan emplearse. 0S los rae-
Ademas de las sangiías , exige el espasmo uuiama N« hablaremos nada acerca de lu
torio las fomentaciones emolientes sobre el abdomen, contra el escirro ¿S^f^f^gS"
pero de manera que no incomoden por su peso; si del útero; la wperieucia no ,/os hlí dado s'SS»
el cuello del útero es el asiento de la inflamación, se desgraciadamente, «ingon remedio dicaz p^nStaS
lican al periné por medio de una esponja; por úl- males. En otro lugar diremos los quo han ensaya o
se administran y se repiten las lavativas de la otros y por o menos daremos las regladle! , 'a
i naturaleza, evitando siempre que esté el líqui miento paliativo.
do de que se compongan demasiado caliente. El vul
go considera siempre como funesta la diarrea en uKUEiS TERCERO.
las recien parid is; poro á no ser que la ocasionen la
intensidad del mal ó una inflamación de los intesti Gastritis.
nos, no solamente no suspenden los loquios las de
yecciones moderadas, de consistencia pullácea. ó de 229. El estomago mantiene relaciones simpáticas
color blanco-amarillento , que sobrevienen hacia el con cada órgano en particular y con los do toda la
tercero ó cuarto dia , sino que, por el contrario, se ha economía; pero su dependencia no es menos grande
visto que este tlnjode vientre hu reemplazado al flujo que su imperio : el papel que desempeña en ¡a má
lorjuial. La diarrea sintomática ó cscesiva se debe quina viviente es sucesivamente activo y pasivo. Por
tmlar do suprimir por medio de la emulsión gomo esio en muchas enfermedades, aun cu algunas muy
sa ; y después de haber calmado la inflamación , se graves, es dudoso si el sitio de la afección está en
puede administrar el opio. esta viscera, ó en las que simpatizan con ella. La ca
Por lo demns, en esta, como en todas las afeccio pacidad del estómago , su ostensión y su posición va
nes inflamatorias, el método antiflojístico exige cier rían según la edad, el método da vida, la sil
tas precauciones: es preciso cuidar de que los reme del cuerpo, la época del dia en que se le
dios do afecten de un modo distinto que á los de- y el estado de las demás visceras: nueva fuente i
-'-míos á las mujeres cuya sensibilidad se halla licultades para reconocer en un gran número de car
da y modificada de diversa manera; que no sos á qué órgano deben referirse los síntomas de la
el desórd>>n que se trata de apaciguar; que enfermedad.
lan la evacuación depuratoria del útero , y 230. Definición. — La afección que padece con
que no produzcan una debilidad considerable. Aun mas frecuencia el estómago es la gastritis ó la infla
que el calor escesivo tiene graves inconvenientes para mación de esta viscera. Sus principales síntomas con
las recion paridos , conviene emplear los remedios sisten en una fiebre aguda, con tensión, ardor y do
que promueven una traspiración suave y tranquila, lor eu el epigastrio, regurgitaciones, hipo y ansiedad.
cuando se ha calmado la violencia de la inflamación. Estos síntomas se aumentan por la iutroduccion de
Con este objeto se puede prescribir una poción sali una sustancia cualquiera» en el estómago, que la de
na, y ligeras infusiones diapnóicas. Entre nosotros vuelve en el instante. Pero lodos estos fenómenos han
existe la preocupación de atribuir los peores efectos á faltado varias veces en algunos enfermos, que han
las sustancias que exhalan el mas pequeño olor, mien presentado después de la muerte pruebas ciertas uc
tras que en otros paises se goza de la mayor liber una inflamación del estómago. Eu otras ocasiones se
tad en el régimen que se prescribe á tas recien pari manifiestan durante la vida la mayor parto de los sig
das mas sensibles. Sea de esto lo que quiora, no con nos, y se han buscado eu vano en el cadáver vestigios
viene conlrariai las inclinaciones de las mujeres , en j de llogósis; y se ha visto que los síntomas teniuu otro
cuyas inclinaciones son el origen de muchos sinto origen, que podía haberse destruido á beneficio de
nías. Por lo demás , es preciso no disimular que un método enteramente contrario ul que se emplea
el olor fuerte , el olor particular de ciertos medica para combatir las inflamaciones.
mentos, y auu el aroma mas suave, no están exentos 231. Especies.—El profundo estudio que se ha
de inconvenientes para muchas puérperas eu su es- hecho de esta afección , y las frecuentes investigacio
lado de movilidad nerviosa. nes sobro el cadáver, han demostrado qno el estó
Las inyecciones, como no penetran en el útero, no mago podía ser afectado, en lodo ó en parte, de una
pueden producir otra cosa que irritación. Pero cuando afección, ya superficial y erisipelatosa, ya profunda y>
la vagina está mas afectada que la matriz, una inyec llegmonosa, ora primitiva y ora secundaria. Esta es
ción de mucílago de goma arábiga y loche tibia, prac la mas frecuente, y pertenece á la erisipela, ó se pre-,
ticada con suavidad, evacúa el humor acre detenido sonta sordamente hacia el fin de las enfermedades:
en este canal , y disminuye el eretismo. Cuando el algunas veces es epidémica. La diversidad de la fiebre
útero encierra en sí un feto eu estado de putrefacción, concomitaute también hace variar el carácter de la
ó una porción de placenta, ó coágulos sanguíneos, gastritis. Haremos observar aquí que la complicación
deben eslraerse con precaución estos cuerpos estra- con la fiebre gástrica ó con la liebre nerviosa es mas
ños, siempre qae el orificio se abra y permita su sa frecuente cu esta flegmasía que en cualquiera otra,
lida. Eo este caso las inyecciones hechas con cuida escoplo eu la enteritis. liay casos en que la infla
do son necesarias para evacuar la materia pútrida é mación es latente y eu que no existe uingun sínto
irritante. ma febril. , ;.
Los espasmos y el esceso de irritabilidad en tus re 232. DESCRIPCION DE LA CASTRITIS. FI.I.MO.NOSA. —
cién pandas merecen la mayor atención. Cuando se L» gastritis flemonosa abre la escena, como las de
declaren síntomas de esla especie, se debe recurrir ul más inflamaciones, por iui escalofrió, seguido de un
opio y á los sedativos ligeros, si la inflamación se ha gran calor interior, con sed, ansiedad estrema, lonsion
disipado lo bastante. en la región precordial y eu el epigastrio, ardtr y do
Cuando se inanilicsten signos de supuración , de lor, que se aumenta coiisiderablcmen'.e á la menor
ben observarse las reglas presentasen otra parte (13+). presión , por la sola aplicación de los dedos, por el
Es preciso procurar desde luego (juo la materia salga coulaGto de (as cubiertas, por una fuerte inspiración,
Tugina , y no es posible á causa del si- por la tos, ó. por cualquier esfuerzo. La sensibilidad
ó por la uretra. Al mis- estreñía del estómago ocasiona náuseas continuas,
144 BIBLIOTECA ECONÓMICA
regurgitaciones, eruclos dolorosos y frecuentes; la in pañados de tanta ansiedad ; el pulso ofrece menos
gestión do las materias , especialmente si son algo frecuencia , menos concentración y menos debilidad
irritantes , produce una sensación de ardor y de que cu la gastritis.
angustia, y por último, el vómito. En los casos gra L3o. Causas.— Las causas de la gastritis son las
ves aumentan con rapidez, estos accidentes , si no mismas quo las de las demás inflamaciones; pero tie
nos apresuramos á combatirlos; apenas lia tragado el ne otras que la son propias. Tales son las lesiones
enfermo la mas pequeña dósis de cualquier liquido esternas, las contusiones, las heridas, los gastroccles,
acuoso ó sin sabor, le vomita solo ó mezclado con la ingestión de materias capaces de irritar el estómago
una cantidad abundante de bilis eruginosa. El vientre por su acción mecánica, ó de dislacerar esta viscera,
no está libre, y muchas veces existe una constipación como los fragmentos de vidrios, las agujas, las pun
(rebelde. El pulso es pequeño, frecuente, comprimido tas de huesos, los venenos corrosivos , especialmente
y duro, ó intermitente e irregular ; y el insomnio, la el arsénico y el sublimado; los eméticos, los catárti
inquietud , la agitación , la dispnea , la sed y la se cos, los hongos y demás venenos vejetales; los baños
quedad de la lengua, aumentan incesantemente. So fiios, el uso imprudente de los lielados|, del mismo
breviene el hipo, que exaspera de un modo conside Jiielo, en el momento en que el estómago esté acalo
rable el dolor ; la alteración de la fisonomía, el en- rado, en cestuation; los alimentos demasiado calientes,
friamento de las estremidades , la postración abso el abuso de los licores alcohólicos y de bebidas fer
luta de las fuerzas , y en ciertos casos, si el espas mentadas, la distensión del estómago por sustancias
mo se cstiende al duodeno, la ictericia y algunas ve difíciles de digerir; las heridas y otras lesiones do la
ces el delirio; y por último, desaparece el dolor y la cabeza, cuya influencia simpática sobra las visceras
«ensacion de ardor en el epigástrico; la intumescen abdominales determina la inflamación del hígado, del
cia ftatuosa del estómago y del abdónun acrece , las estómago, etc. A las causas internas de la gastritis,
bebidas salen por rebosamiento ; el enfermo arroja se refieren : la inflamación de las partes adyacentes,
frecuentemente y con fuerza una materia serosa, las del epiploon, de los intestinos, del hígado, del bazo,
estremidades so ponen frias como el mármol , y se del diafragma ; un principio acre depositado en el es
manifiestan los signos de la gangrena del estómago, tómago, engendrado, desenvuelto en esta viscera ó
comedio de lipotimias y de convulsiones , á cuyos en cualquiera parte del cuerpo, como las saburras y
síntomas no tarda en seguir la muerte. las materias biliosas que irritan las primeras vías há-
233. Caracteres de la gastritis erisipelatosa. ciael fin de las fiebres gástricas; la gota que se tras
—La gastritis erisipelatosa es muy difícil de recono lada tan frecuentemente desde los pies al estómago;
cer si no se puede deducir el diagnóstico por la una acrimonia reumática, erisipelatosa, ulcerosa, psó-
ausoncia de la fiebre inflamatoria y por las causas rica, escorbútica, exantemática; la supresión de una
que favorecen el desarrollo de esta especie de fleg diarrea crítica ó habitual, de una hemorragia natural,
masía. Cuando se declaran los síntomas de la gastri» principalmente de la hemorróides; la omisión de una
lis, después de la desaparición de una erisipela , ó sangría á que se está acostumbrado ; un violento rapto
de un exantema , cuando existe una flogosis, una de cólera, después del cual se toma un emético, un
sensación de ardor en la boca y en la garganta; drástico ó bebidas muy frias.
cuando ha precedido á la aparición de la enferme 236. Pronostico y terminaciones.—Esta enfer
dad una liebre gástrica , nerviosa ó aftosa, y en un medad se acompaña de grandes peligros á causa de
individuo débil ó caquéctico; cuando los accidentes la estrema sensibilidad del estómago y do su cor
se manifiestan después de la ingestión de una sus respondencia simpática con toda la economía. Algu
tancia venenosa ó que inspire sospecha; cuando de nas veces es tan repentina la muerte, quo no pare
vora al enfermo un calor interior , mientras quo las ce resultar de la inflamación , sino de una afección
partes esternas sienten un frió glacial , se puede convulsiva , de una abolición instantánea de la ac
deducir el carácter erisipelatoso de la gastritis. ción vital , solamente por la influencia del sistema
23t. Diagnóstico Importa mucho recordar aquí nervioso. Pero lo mas común es que al cabo de al
lo que hemos dicho en otra parte sobre la sensibili» gunos dias se apodere la gangrena de la membrana
dad morbosa del estómago en las fiebres gástricas, mucosa, y la cubra de piulas anchas ó semejantes á
con el objeto de que no se confundan con la gastritis las petequias, y apenas sensibles al eslerior del es
los dolores de estómago que producen las saburras ó tómago. En el envenenamiento , en la rolropulsion
una bilis acre. Las evacuaciones violentas por arriba de la gota ó en las personas muy sensibles es muy
y por abajo, ó un vómito continuo, sin que sea pro rápida la marcha de la enfermedad, y es mas lenta
vocado ñor las bebidas, y que no ocasionan esa sen cuando debe su origen á una causa menos enérgica.
sación de ardor intenso de que liemos hablado, y la La gastritis erisipelatosa y la que se ecompaña (le la
ausencia de la fiebre, sirven para distinguir h gas fiebre nerviosa, terminan muy prontamente por gan
tritis del cólera-morbo, enfermedad muy rara y casi grena. La gastritis ílemonosa , cuando no es tan
eselusivamente reservada al otoño. La cardialgía se grande su intensidad para proporcionar esa fatal ter
diferencia de esta inflamación por la falta de la fie minación , se resuelve ó forma abscesos ó depósitos
bre, por la sed, que es menos considerable, por el enemistados que se abren en la cavidad abdominal,
dolor, quo no es tan vehemente ni tan fijo, y en que en la sustancia de las visceras adyacentes y algunas
el enfermo puede aun lomar los remedios, ó al me veces afortunadamente en el mismo estómago. No es
nos algunas bebidas. En la inflamación de los múscu raro que ocasiono úlceras sórdidas.
los de la región epigástrica y en la del peritoneo sub Resolución.—Nosotros esperamos que esta enfer
yacente, so manifiesta un dolor circunscrito, ardoro medad terminará por resolución , cuando las causas
so, mas sensible al tacto; los síntomas son mucho poco violentas y no deletéreas son susceptibles do
mas benignos que en la gastritis. Mas difícil es distin un tratamiento apropiado desde el principio; cuando
guir de lainllamacion del estómago á la hepatitis, que después de las sangrías, el pulso se dilata y se ele
se convierte fácilmente en esta llegmasía. Siu embar va ; cuando se apacigua el ardor estremo y el dolor
go , en la inflamación del hígado no se presenta , al del estómago; cuando el enfermo retiene una parle
menos en el principio, este ardor intenso en el epigas* de las bebidas, que loma y cuando se mueve el vien
trio; la ingestión de los medicamentos y de las be tre de un modo espontáneo. Y en ciertos casos non-
bidas no escita vómitos tan repentinos , ni son acom firma esta benigna terminación otras escreciones,
DE MEDICINA Y ClRüjf*.— FRANK. 145
escomo los sudores, las orinas y especialmente atormenta, serán suaves, emolientes y tomadas en pe
las cámaras. queñas cantidades de cada vez ; la mejor es la emul
Supuración.—La prolongación y la intensidad de sión gomosa dilatada en dobie porción de agua No
la fiebre, y en consecuencia , la remisión de los do conviene tomar frias estas bebidas. El emético es or
lores y la continuación de la ansiedad y de las náu dinariamente mortal en esta afección : los catárticos,
seas; una sensación de peso en la región del estó propuestos por médicos ilustrados Cu los casos de sa
mago, y por último, los signos propios de las supura burras, no deben emplearse sin precaución, nosotros
ciones internas (12S), anuncian que la gastritis ha no los usamos mas que cuando la inflamación ha cal
terminado por supuración. Si el absceso se abre en mado mucho: tampoco nos atrevemos á aconsejar las
el estómago, se evacúa por el vómito ó por las cá sustancias salinas, y preferimos el maná disuelto en la
maras una gian cantidad de materia purulenta, mez emulsión gomosa, ó ¡a misma emulsión con el aceite
clada algunas veces de sangre. Se ha visto, aunque de ricino. No sin razón dudamos nosotros de la vir
es muy raro, adherirse el peritoneo al estómago en tud del anti-emélico , muy preconizado para detener
la parle que ocupa el absceso, y dar lugar esta cir el vómito, porque la efervescencia del líquido des
cunstancia á la salida de la materia purulenta por prende una gran cantidad de gas que distiende el
una erosión del epigástrico ó del ombligo. La muerte estómago. No administramos el upio hasta que no se
es segura cuando el liquido se derrama en la cavi 1a disipado la inflamación, y cuando queda un resto
dad abdominal; la tabes y iu hidropesía suceden á la de sensibilidad viciosa; aun en este caso obra mejor
infiltración del pus- en los órganos vecinos, y la en lavativas.
muerte es también su consecuencia. La ulceración Tratamiento de la gastritis erisipelatosa. —La
del estómago puede ser originada por la supuración; gastritis erisipelatosa se exaspera por las sangrías, á
en este caso persiste la sensación de ardor, el dolor no ser que se acompañe de una fiebre inflamatoria
aumenta por la introducción de las sustancias liqui muy manifiesta. Reclama los medios apropiados para
das ó sólidas en el estómago , sobre todo de las sus la afección primitiva, porque casi siempre es sinto
tancias acres, y por la compresión del epigastrio; so mática. Muchas veces se ha recurrido á la aplicación
breviene el hipo y un vómito frecuente y abundante de los vejigatorios en el epigastrio, á las ventosas se
de molería purulenta, saniosa, muy viscosa, fétida y cas y cuando la indicación de las sangrías no es evi
por intervalos de sangre pura. dente, á las ventosas escarificadas. Si la causa de la
Induración.—La gastritis no degenera con frecuen inflamación parece ser una materia acrimoniosa ó
cia en escirro ; los signos de esta degeneración saburral , conviene administrar los dos evacuantes
hallarán un sitio aparte en olro lugar. que hemos indicado mas arriba, ó el suero con los
Gangrena.—Se puede prever y reconocer la gan tamarindos, y cuando no los consiento er estómago,
grena por los signos precursores de la muerte. los enemas con el nitro y el cocimiento acuoso délos
23". Tratamiento.—La esposicion de los medios tamarindos. En los casos de jficbro nerviosa , con
proGlácticos de la gastritis seria muy estensa para gran debilidad, se preparan las lavativas con lu qui
que nos ocupemos de ella. El recurso mas eficaz na y el alcanfor.
consiste en combatir las causas , en removerlas al Tratamiento de la supuración del estómaco.—
momento, ei> corregirlas, en defender de su acción La curación de la gastritis, cuando termina por supu
á los órganos coi: los oleosos , los mucilaginosos y ración, es obra de la naturateza y no del médico.
las sustancias propias para envolver los cuerpos es- Siempre que sospechamos la existencia de este acci
traños. Pero cuando el médico es llamado dema- dente , prescribimos alimentos líquidos en pequeñas
sido tardo, no puede siempre adminislrar los pri cantidades y bebidas dulcificantes; y esperamos ar
meros remedios, pues su empleo supone un conoci mados de paciencia la abertura espontánea del abs
miento de la causa específica ó del veneno , y esto ceso en el estómago. La úlcera que queda á conse-
no puede adquirirse ordinariamente & tiempo en secuencia de este fenómeno es ordinariamente mor
tales cireunlancias. Ademas , el conocimiento de la tal, y por lo tanto no puede acojisejarso otra cosa que
causa irritante exige el de los antídotos quo nos su un régimen severo, reducido á ía prescripción do
ministra la química ó la esperiencia. No es esto el caldos de carne , en los que se suspende una yema
lugar de hablar de materia tan interesante, que per de huevo, etc.: los balsámicos no convienen segura
tenece áotro ramo de la ciencia. mente. En estos casos desesperados se pueden ensa
En la gastritis declarada, después que se han disi yar las aguas acídulas gaseosas , corregidas con un
pado, corregido y disminuido, en cuanto sea posible, poco de leche de burra, y las lavativas do quina.
las causas de la afección , si presenta un carácter
fiemonoso y se acompaña de fiebre inflamatoria, debe GENERO CUARTO.
practicarse inmediatamente una sangría copiosa, que
no está contraindicada á pesar de la pequenez del pul Enteritis.
so , del frió de las cstremidades y de la inercia del
principio vital. Se repite esta evacuación, según la 238. Los intestinos no están menos sujetos que el
violencia de los stutomas, y siguiendo las reglas que estómago á padecer la inflamación; pero aquí es mas
hemos dado en otra parte. Deben darse unturas en raro que adquiera el carácter fiemonoso; las mas ve
la región epigástrica y en todo el abdómen con un ces, por lo tanto, es erisipelatosa, y en este caso,
linimento volátil opiado ; se aplicarán también fo frecuentemente sintomática.
mentaciones hechas con un cocimiento emoliente en 239. DiriNicio.N.—A esta flegmasía se la nombra
los mismos sitios, ó con la leche tibia , en la que se enteritis. El gran espacio que ocupan los intestinos,
haya disuelto un poco de jabón. Después de practi su movilidad y su considerable longitud hacen que
cadas algunas sangrías, puede aplicarse al epigastrio sea muy difícil dar una definición que comprendo
un rubefacicnte. Como la estrema sensibilidad del todos los síntomas. Cuando la enfermedad tiene una
estómago y el vómito se oponen á la administración marcha franca, se presenta una fiebre aguda , con
de los remedios internos que están indicados, pue tensión, dolor interior en una ó en todas las regio
den tomarse en lavativas : estas deben ser reiteradas, nes del abdómen: este dolor es ardiente , pungitivo
to empleadas en pequeñas dósis. Las bebidas que y muy agudo , se modera por intervalos para vol
al enfermo para apagar la sed que le ver bien pronto con mayor violencia, v se acoin
7"
BIBLIOTECA ECONÓMICA
jiafiii (le vómitos, de meteorismo, de una constipa - do la enfermedad una escrecion do materiales líqui
ciou rebelde , y algunas veces de diarrea y do te dos y de vez on cuando sanguinolentos.
nesmo. Pero hay casos en que la enteritis es latente, 241. Caracteres de i.a enteritis latente.— Tal
como lo demuestra en varias ocasiones la inspección es la marcha ordinaria de la enfermedad. Pero la in
anatómica. flamación, que en algunos casos es tan manifiesta,
Descripción.—La enteritis se anuncia por un esca se escapa en muchos otros ú la observación de los
lofrió: en seguida se declara un dolor lijo, ardiente, hombres mas csperiinenlados Con frecuencia dejado
y que presenta algunos intervalos de reposo, seguido presentar el pulso los caractóres febriles; la sensa
de ataques violentos: ordinariamente ocupa el ombli ción de ardor y de dolor en los intestinos es nula,
go ó un espacio cualquiera, circunscrito, determina ó por lo menos no es muy intensa; y en fin, no se
do, y otras veces lodo el vientre. Hasta ahora puede observa casi ningún síntoma de enteritis, mientras
equivocarse la enteritis con simples retortijones, con que una inflamación general, las mas veces sinto
un cólico ventoso, especialmenle si sobrevienen eruc mática, ó la gangrena misma, se apoderan do los in
tos casi continuos, ó una constipación tenaz, ó frecuen testinos. Sin embargo, no siempre que después de
tes borborigmos. El enfermo presiente las exacer la muerte presenten las partes un color lívido y
baciones, y sus ojos y el conjunto de su fisonomía derrames sanguíneos se puede deducir que ha exis
ofrecen algo estraordinario, ó uua impresión de ter tido la inflamación durante la vida: en algunas fiebres
ror; da gritos, se deja dominar por ci horror y por inflamatorias gásiricas se ha visto t¡ue Ta ingurgita
el miedo que le inspira el paroxismo futuro, como si ción de los vasos sanguíneos de los intestinos depen
ya lo estuviese padeciendo. A medida qne el dolor día del obstáculo de la circulaciou en las demás par
aumenta, se manifiestan en un gran número de en tes, ó de una semi-purálisis del canal intestinal, deten*
fermos náuseas, regurgitaciones, vómitos. El pulso minada por la acción quo ejercen sobre los nervios
es pequeño, frecuente, débil, y si se observa con aten las materias corrompidas. Es raro que la parte afec
ción, desigual y duro. La iengua está muchas veces tada presente, como en lasdemas inflamaciones, un
árida, y la sed es intensa. El vientre presenta ten engrosamiento manifiesto, ó una tumefacción flemo-
sión y dureza, dependientes de la contracción espas- mouosa, que oblitere la mayor parte del tubo intes
módica délos músculos, y una sensibilidad tan exal tinal. Pero se encuentra algunas veces sobre el ca
tada, que no puede sufrir el menor tacto. No es raro dáver todos los vestigios do una inflamación erisipe
que el ano se contraiga espasmódicamente, que exis latosa, causa evidente de la muerte, sin que el mé
ta una necesidad incómoda y frecuente de escretar dico hubiese pensado siquiera en la existencia de esta
las orinas, una disuria, ó uñ tenesmo doloroso de la flegmasía. Por lo demás, la enfermedad es descono
vejiga. El enfermo, en el estado de la mayor ansie cida por el secreto que sobre ella guarda la natura
dad ó inquiet ud, se queja de una sensación interior de leza, y no por culpa del observador, importa indicar
calor quemante y de ardor en las visceras abdomi la causa del error, á lin de que en una enfermedad
nales, de una gran sed y de una postración conside tan falaz, llamen la atención los síntomas mas in
rable délas fuerzas. El mal acrece de hora en hora, significantes, y de que por ía ausencia de algunos
el dolor se hace mas fijo, mas constante, mas into síntomas no nos apresuremos á deducir temeraria
lerable; á esto viene á agregarse el hipo, el vómito mente la no existencia de la enteritis. •
aumenta y hace arrojar una gran cantidad de bilis 242. Causas.—Las causas de la enteritis se dife
eruginosa ó herbácea. rencian poco de las que producen la gastritis. Al
Aunque el dolor y la inflamación ocupen por lo gunas veces se propaga la flogosis desde el estómago
común lodo el abdomen, hay casos, sobre torio en el . á los intestinos, ó va á atacarles, después de haber
principio de la enfermedad, en que puedo conocerse abandonado su primitivo asiento. La aplicación pro
cuói es el intestino afectado. Guando se siente el do longada del frió álos pies ó al abdómen, los espas
lor en el medio del abdómen, alrededordcl ombligo, mos violentos del tubo intestinal, cualquiera quesea
están inflamados ordinariamente los intestinos delga su causa; una acrimonia biliosa, pútrida, exantemá
dos: en este caso las sustancias introducidas en el tica, saniosa, reumática, venenosa, disentérica, eri
estómago son espelidas por el vómito con mas fre sipelatosa etc., los purgantes violentos, los drásticos
cuencia que en las flegmasías delosintestinos gruesos. que despojan á los intestinos de sus mucosidades,
Cuando los síntomas so pronuncian, mas que en nin con particularidad los aloéticos y los remedios em
gún otro punto, cerca de los ríñones, por debajo del pleados para provocar el aborto. La supresión del
hígado, del estómago, ó del bazo, con apariencia de flujo hemorroidal, de los loquios ó de los menstruos,
la pleuresía ó de hepatitis; ó cuando se observa una el vólvulo, la acumulación de materiales endurecidos
especie de cuerda estendida desde el uno al otro en el tubo intestinal, las lombrices que irritan y
hipocondrio, la inflamación tiene su asiento en el perforan sus membranas; la inflamación de los ór
ciego ó en el colon. Si el dolor se lija profundamen ganos adyacentes, del mesenterio, del peritoneo; una
te en los lomos, y hay frecuentes ganas de evacuar compresión súbita ó cualquiera otra violencia ejerci
el vientre, escretándose solamente un moco tenaz, da sobro el abdómen; una hornia estrangulada, la
con tenesmo, disuria, é ingurgitación de los vasos salida de los intestinos fuira del vientre, ocasiona
hemorroidales, reside la flegmasía en el recto. da por una herida que divido sus paredes, etc., ta
Sea cualquiera el sitio que esta ocupe, el tubo in les son las causas de la enteritis.
testinal, aplanado y contraído sobre sí mismo, por la 243. Pronóstico v terminaciones. —La enteritis
irritación, ó comprimido por una hernia, se opone erisipelatosa primitiva, pero con especialidad la sin
al paso de todas las sustancias introducidas en el tomática, mas frecuente aun, tienen un éxito funesto,
estómago; son arrojadas por el vómito, que espole y terminan prontamente por una gangrena mortal.
en seguida hasta las materias fecales, lo cual cons La inflamación flemonosa no produce menores peli
tituyo el ileo. Este vómito estercoráceo es mas bien gros, teniendo presente que á su frecuente termina
que una enfermedad esencial, el síntoma de varias ción por gangrena se agregan los accidentes de la
enfermedades, pero muy rara vez del válvula, de supuración. Ambas especies de enteritis, abandona
donde ha recibido el nombre impropiamente. En es rlas á sí propias, pasan en muy poco tiempo, en el
ta circunstancia, no siempre se suprimen las depo- espacio de uno ó de algunos días, de una semanaó
sicionas alvinas; algunas veces sobreviene cu el vigor algo mas tarde, á este estado gangrenoso, seguido
DE MEDICJNA Y CJRÜJÍA.—F^AfíK. 147
rápidamente de la muerte. En efecto, jamás se lia bastante frecuencia de la induración de este intesti
curado la mortificación de lus intestinos, escepto en na. Nosotros hemos visto un caso en una mujer, que,
las hernias estranguladas, cuando su adherencia al á consecuencia de la supresión de una blenorragia
rededor de la abertura da lugar á la formación do que se trasladó al recto, se redujo este órgano al úl
uu ano artificial; y escepto en el caso escesivamenle timo grado de estrechez. Los infartos suelen presen
raro del vólvulo, en que la parte mortificada se des tarse en varios oíros puntos del tubc intestinal; pero
prende sin solución de continuidad y sale por las mas bien son una especie do callosidad que un es
cámaras. Los pedazos membranosos que en la ente cirro. Tambicu es cierto que estas degeneraciones
ritis, sobre todo en la disenteria, son arrojados por callosas pueden provenir de causas no inflamatorias;
el ano, bajo la forma tubulosa de porciones intesti pero no puede dudarse, sin embargo, que deben su
nales, son producidos por la linfa coagulada. origen á una flogósis precedente, muchas veces ocul
Las historias de enteritis terminadas felizmente ta. Como quiera que sea, la diminución que esperi-
nos parece que mas bien ofrecen el cuadro de un có menla en estas circunstancias el diámetro del intes
lico uervioso, de una afección espasmódica de los in tino debe oponer grandes obstáculos al curso de los
testinos, que el do una inflamación real. Sin embar alimentos, cuya acumulación , unida al desenvolvi
go, no puede dudarse de que por medio de un trata miento de los gases, dilata su cavidad y forma por
miento bien dirigido, se logra la resclucion en esta encima del infarto una grau bolsa , que es causa de
como en las demás flegmasías. Esta terminación fa muchos accidentes, entre otros el vómito, la consti
vorable se anuncia por un sudor abundante, una ori pación y los dolores cólicos. Los síntomas varian se
na con sedimento puriforme ó latericio, por una diar gún el sitio y la esteusion del obstáculo: ya nos ocu
rea también puriforme ó ligeramente sanguinolenta paremos de esta materia al hablar del escirro.
ó biliosa. La inflamación de los intestinos gruesos, La gangrena se reconoce por los signos propios de
menos grave quizás que la de los delgados, se termi este accidente (f 30) : cesación absoluta de los dolo-
na con frecuencia y felizmente por el flujo hemorroi ros; aumento del meteorismo; hipo continuo; peque
dal. Pero muchas veces se halla en el cadáver una nez, debilidad estrema é intermitencia riel pulso; cara
adhorencia de los intestinos entre sí ó con el perito hipocrática; delirio, estupor; eufriamiento dulases-
neo, sin que se haya sospechado la existencia de la tremídades , que se cubren de un sudor glutinoso;
enteritis: lo cual prueba que la flogósis de la túnica vómitos de materiales biliosos insípidos ó estercorá-
peritoneal es menos rara de lo. que se piensa, y que la ceos; deyecciones líquidas, icorasas, blanquecinas y
resolución no se efectúa siempre con perfecta integri muy fétidas; grande ansiedad, y frecuentes lipotimias.
dad de los órganos inflamado». Enniedio de estos síntomas, recobra algunas veces
Los signos de la supuración no difieren en la ente el enfermo su serenidad; y en el borde de la tumba,
ritis de los que anuncian esta terminación en cual se regocija y se felicita por su vuelta á la salud.
quiera otra flegmasía interna (128). Pero si el diag La enteritis se termina frecuentemente por la hi
nóstico no se ha fundado sobre bases sólidas, es muy dropesía aguda; el derrame coincide con la gangrena,
dudosa la ulceración en muchos casos, pues en ciertas ó la precede algunos dias. Y este es, sin duda, el có
ocasiones la han admitido los médicos gratuitamente. lico inflamalorio del que algunos escritores han dicho
Así como en la supuración de los órganos vecinos se que podia nacer una hidropesía, cuya naturaleza no
abre paso con facilidad la materia purulenta en la han sabido determinar. Cuando se acumula una g>an
cavidad intestinal, de la misma manera el pus for cantidad de líquido en el abdomen, la parle mas
mado en las paredes de los intestinos, cuando no se pesada, la linfa coagulable, baja al fondo de la pelvis
derrama en el interior de estos órganos ni el vientre, ó se pega á los misinos intestinos : entonces suele ab
va á formar un absceso en las partes contiguas , en sorberse la serosidad y establecerse adherencias,
el esterior del peritoneo, en los músculos abdomina 244. Tratamiento. —Medios apropiados á las cau
les, ó hácia el ombligo, como lo hemos visto nosotros. sas.—Las reglas que hemos dado para el tratamiento
Hemos observado también que es mas frecuente la de la gastritis (237) son aplicables al tratamiento de
supuración en los intestinos gruesos que en los del la enlerits. Es necesario , ante todo, combatir sus
gados; y que estos son atacados de gangrena con causas ; si existe una hernia estrangulada , debemos
mas facilidad que aquellos. Muy á menudo sobrevie apresurarnos á reducir el intestino ó á practicar la
nen abscesos y fístulas del ano, que equivocan du- operación ; si la inflamación es producida por un ve
ninte mucho tiempo con un flujo hemorroidal las per neno ó por los drásticos . y no puede impedirse su
sonas poco reflexivas. Nosotros hemos observado en tre ; electo con un remedio específico , debe debilitarse
hombres tres fístulas recto-vexicalcs, que erau el re su impresión por medio de sustancias grasas ú oleo
sultado de la inflamación: el colon y el recto estaban sas, administradas por la boca ó por el ano. Cuando
adheridos á la vejiga, á la que veiilan á depositarse las saburras pútridas ó acrimoniosas ocasionan la
las materias fecales. Algunas veces no cscretaban ori enteritis, hácia el fin de una cufermedad cualquiera,
na por espacio de semanas culeras, y la uretra daba se prescriben evacuantes suaves, tales como el sue
paso á una cantidad mn> considerable de gases feti ro, los tamarindos, la casia, el maná, el ace te, sobre
dísimos; otras veces salia por este conducto una orina lodo el de ricino , y los enemas preparados con una
corrompida, turbia y espesa, y que exhalaba el olor pequeña cantidad de infusión de manzanilla', ó de
oue se desprende de las materias fecales ; y mientras agua dulcificada pon el ojimiel : cuando la inflama
duraba la iscuria, sobrevenía una diarrea abundante ción trac su origen de la retropulsion de un exante
y mezclada de orina. Uno de estos enfermos murió á ma, de un vicio reumático, ele, deben asociarse á los
consecuencia de una hemorragia del pene, otro de ¡a demás remedios los vejigatorios y los sinapismos;
hidropesía y el otro con un meteorismo considerable: cuando la enfermedad depende de la supresión del
todos presentaron una gangrena manifiesta del recto flujo hemorroidal, de los menstruos , de los loquios,
y de la vejiga. ó cuando es producida por una plétora abdominal,
El escirro parece depender de causas lentas, del in ademas de las sangrías generales , conviene especial
farto y do la irritación crónica, mas bien que del es • mente aplicar sanguijuelas al ano, al periné, á las par
lado inflamatorio de los vasos y de las glándula». Con les genitales, etc.
todo, la flogósis del recto, enfermedad ocasionada En la enteritis verdadera 6 idiopática, aunque el
comunmente por fas hemorroides, es seguida con pulso sea deprimido, pequeño y débil , en razón del
148 BIBLIOTECA ECONÓMICA
espasmo general y del dolor , como en la gastritis; GENERO QUINTO.
aunque parezca que existe una grande postración de
las fuerzas, es menester , como en la inflamación del Hepatitis.
estómago (237), repetir la sangría hasta que el pulso
se reanime. En seguida se obtienen los mejores efec-' 245. El hígado puede ser el asiento de enferme
tos de la aplicación de las sanguijuelas, de las ven dades crónicas y de afecciones agudas. Entre es
tosas escarificadas en el vientre : al mismo tiempo se tas últimas, aunque nosotros suponemos, y no sin ra
practican sobre el abdomen unturas con el ungüento zones, que existen varias , la uniea que'conocemos
do altea ó el aceite alcanforado, y se cubre la parte algo es la hepatitis ó la inflamación del higailo. Esta
con fomentaciones emolientes hedías con leche y ja enfermedad es mas comunmente sintomática y erisi
bón. Si la ansiedad y la agitación lo permiten , se pelatosa , que sintomática y flemonosa : unas veces
pone al enfermo en un" baño tibio, teniendo cuidado ocupa la cara cóncava ó convexa de este órgano , y
de evitar después h impresión del lrio; este es tam otras su parónquima. El carácter de la hepatitis varia
bién el caso de administrar ¡i cortas dosis enemas también según el clima ; es mas frecuente en ciertas
preparados con el aceite ó la emulsión gomosa, a no comarcas; por ejemplo, es endémica en las ludias
ser que lo impida la inflamación intensa del recto. occidentales. Sin embargo , los abscesos que encon
Las lavativas irritantes con el tártaro cstibiado, las tramos á menudo en el hígado prueban que esta
fumigaciones con el tabaco, los purgantes estimulan flegmasía oculta y crónica no es tan rara, como se
tes y el mercurio, aconsejados en esta afección , son cree, entre nosotros : cuando se ha dicho lo contra
muy nocivos : la constipación rebelde casi nunca es rio se ha querido hablar de la hepatitis epidémica <5
la causa de la inflamación, sino su efecto. de la que se anuncia por signos característicos y ma
Lo mismo que en las demás flegmasías, hemos re nifiestos. Después del pulmón ó del cerebro, no hay
currido en la enteritis, sobre todo sí es reumática, á órgano cuyas enfermedades sean mas comunmcnle
la aplicación de los vejigatorios sobre el sitio dolori hereditarias : nosotros conocemos algunas familias
do. Nosotros buscamos entro los emolientes para ré- que por una predisposición particular están espues
medios internos los mucilaginosos, administrados ti tas, no solamente á las afecciones crónicas del híga
bios; pero no podemos usar aquí sin precaución, do, sino también á enfermedades inflamatorias de esta
como en cualquiera otra circunstancia , de las sales viscera.
neutras. El opio está indicado mientras que los sín 246. Definición.—El asiento y el carácter varia
tomas inflamatorios estén en su mayor vigor; pero ble de esta flegmasía, demuestran suficientemente la
después que se ha calmado su violencia, conviene al dificultad de encerrar los síntomas de la hepatitis en
gunas veces este remedio, administrado bajo las mis los estrechos límites de una definición. El volumen
mas condiciones que en la gastritis (237), y sirvién del órgano, su posición, su estension, que cambia con
donos entonces de vehículo la emulsión gomosa. Lo la edad ; su sensibilidad, que difiere en las diversas
mismo debemos decir del alcanfor , si las fuerzas aba regiones de que se compone , nos enseñan que la
tidas por la sangría reclaman su empleo. Estos dos misma enfermedad en el mismo órgano puede pro
medicamentos, cuando están indicados, deben admi ducir fenómenos muy diferentes. Sin embargo, siem
nistrarse por la boca, si parece que la inflamación pre que la hepatitis no tiene una marcha oculta , y
ocupa los intestinos gruesos, y por el ano, si la fleg que se anuncia como las enfermedades agudas, se
masía existe en los intestinos delgados. Cuando la obsorva fiebre, tensión en el hipocondrio derecho,
enfermedad termina por uua diarrea ligera , sangui con dolor que se propagí á la espaldilla y á la región
nolenta, se sostiene esta evacuación con el suero y los clavicular del mismo laclo; decúbito difícil, ya sobre
tamarindos, ó con la solución de maná en la emulsión uno, ya sobre el otro lado; dispnea ; tos seca; hipo, y
gomosa. muchas veces náuseas y vómitos.
En la enteritis , la supuración , que se ha confun 247. Descripción.—La hepatitis abre la escena
dido con la hidropesía aguda, exige los mismos reme por un escalofrió, intenso en ciertos casos y dé larga
dios que la gastritis (237); pero rara vez admite la duración , y seguido de una sensación interior de
curación, aunque no deja de ser susceptible de ella. ardor quemante , con calor general y sed viva. Si la
Los abscesos y las fístulas del ano se curan con me» inflamación ocupa la parte convexa , el dolor que se
dios quiiúrgicos cuando son accesibles á la mano del siente en ésta región es mas agudo, lancinante, pun
operador. gitivo y parecido al plcurílico; el decúbito sobre
Las induraciones dependientes de una afección el lado derecho es difícil ordinariamente. Si la enfer
crónica ó de una inflamación son difíciles de diag medad tiene su asiento en la parte cóncava, se acues
nosticar, y mucho mas difíciles do curar, pues cons ta el paciente con mayor trabajo del lado izquierdo;
tituyen una enfermedad casi incurable. Sin embargo, sobrevienen varios accidentes que dependen del des-
en el infarto considerable del recto , producido por órden del estómago , como náuseas, vómitos de bilis
la inflamación, como el obstáculo se limita á las in eruginosa, tensión en el epigastrio ; á menudo ic
mediaciones del ano, hemos obtenido una dilatación tericia, é hipo qnc fatiga y ahoga al enfermo. En
feliz con el empleo de los enemas repetidos, com este caso no es raro que la inflamación se propague
puestos de sustancias grasas, de supositorios do al estómago. La tumefacción del hipocondrio derecho
manteca de cacao, por el uso prolongado de las can no se nota hasta que no adquiere el órgano inflamado
delillas, como en las enfermedades de la uretra. un volúmen considerable, hasta que deja de estar
Los convalecientes deben observar un régimen oculta debajo de las costillas; pero la tensión y el
particular; las sustancias acres , venenosas-, y sobre dolor que se exaspera al mas pequeño tacto indican
todo los alimentos de difícil digestión, pueden con la el punto en que reside la enfermedad. Los síntomas
mayor facilidad reproducir la enfermedad que no so son menos aparentes cuando la flegmasía ocupa la
ha estinguido completamente. Igual efecto se consi parle posterior y superior del hígado, situado por
gue con el uso inmoderado de los remedios espiri debajo de la bóveda del diafragma, ó en la parte in
tuosos , aromáticos ó astringentes. Con todo, algunas ferior y dorsal , profundamente oculta por debajo del
veces conviene prescribir las agnas ferruginosas, la arco de las costillas falsas. En estas circunstancias,
infusión en frió de la quina, y todo lo que, sin pro el hipo es mas frecuente ; la dispnea y la tos mas pe
ducir una grande irritación , puede entonar los in nosas; el dolor aumenta durante la inspiración, ó
testinos.
DK MEDICINA Y CIMJJÍA.—FRANK. 149
oxiste un.dolor lumbar que parccfi partir del riñon general , las mismas que ocasionan todas las demás
derecho. La inflamación se propaga fácilmente desde inflamaciones (12o); pero las heridas de cabeza, que
la porción adyacente del diafragma y á través de este determinan la flogosis y la supuración de varios ór
músculo, hasta el pulmón derecho. Nosotros también ganos , dan lugar especialmente á esta enfermedad,
hemos visto mas de una vez que este mismo pulmón y producen asimismo abscesos quo so forman con
descendía hasta el órgano secretor de la bilis. En la prontitud en el hígado. Las violencias esteriores ejer
inflamación flemonosa del parénquima, el dolor es or cidas sobre el abdómen; las heridas; las contusio
dinariamente obtuso ó gravativo; pero también se nes ; las caídas ; los esfuerzos ; los saltos desdo los
presenta muy agudo y lancinante cuando existe al sitios elevados ; las afecciones violentas del alma ; las
gún absceso en la sustancia del hígado. El peso de bebidas frias después do un acceso de cólera ; el
esta viscera cambia según el acrecentamiento que la enfriamiento del cuerpo; el dormir sobre un suelo
inflamación agrega á su masa ; algunas veces su vo húmedo, y la impresión de un baño fr¡#, cuando se
lumen aumenta doble, y lacompiesion que ejerce está sofocado ; los cálculos hepáticos y císticos, pro
sobre el estómago, sobre el duodeno y aun sobre el ducen también la inflamación del higado. Nosotros
pecho, y el obstáculo que opone á la elevación del hemos visto la inflamación de la vejiga de la liiel
diafragma en la espiración , ocasionan un sentimiento ocasionada por esta última causa, y terminó por gan
do angustia, de plenitud y de sofocación: el enfermo grena, que invadió profundamente la sustancia del
dice tener un peso considerable suspendido del dia hígado. Existen ejemplos numerosos de una irri
fragma y del esternón. Si oj hígado se estiende en el tación continua, y algunas veces de la inflamación
hipocondrio izquierdo hasta el bazo , lo cual es muy de esta viscera, determinada por ascárides lombri-
propio en los niños , sin que sea raro en los adultos, cóides que se habían trasladado desde los intestinos
el dolor, la tensión, y auu la tumefacción y la exce al parénquima del órgano hepático. Todo lo que pro
siva sensibilidad al menor contacto, se hacen mas duce la inflamación de los intestinos, del estómago,
considerables en la región epigástrica ; los acciden del diafragma ó do los pulmones puedo producir
tes que dependen de la irritación del estómago y del igualmente la hepatitis por contigüidad. La causa
diafragma son menos intensos. No en todas las hepa mas frecuente de la inflamación erisipelatosa del hí
titis se observa el bipo, el dolor escapular, de la cla gado es la presencia de una materia corrompida y
vícula y del cuello; dicho dolor no se manifiesta siem acre eu las vías digestivas , la supresión de una diar
pre en el lado derecho, y algunas veces ocupa el iz rea saludable, la repercusión súbita de una afección
quierdo. En algunas ocasiones refiere el enfermo una reumática, psórica, erisipelatosa, ó cualquiera otra;
sensación do entorpecimiento en el brazo, especial y en fin , todas las metástasis. No habiendo obser
mente en el derecho. Estos síntomas provienen de los vado que la hepatitis sea mas común en Italia y en
diversos sitios en que puede residir la inflamación, Alemania, y no teniendo conocimiento de que nadie
de la distribución de ios nervios diafragmálicos , del haya observado lo contrario, no podemos admitir en
gran ¡simpático, y de los braquiales que traen su orí- tre las causas de esta flegmasía los calores del estío,
gen de la región cervical de la médula espinal. He ni la corrupción de la bilis en su órgano secretor, du
mos observado la inflamación flemonosa de la vejiga rante esa época del año. La hepatitis endémica en
de la biel ; sus paredes habían adquirido una pulgada las Indias Occidentales es ocasionada por el mayor
de espesor, y estaban muy blancas y relucientes. Eu calor del clima, ó mas bien como nosotros lo supone-
este caso, si el gran lóbulo del hígado no está tam mos, por el refriamiento y la supresión de la traspi
bién inflamado, se limitan los síntomas á un corto ración,, á lo que se está muy ospuesto cu esas regio
espacio en el borde de las costillas falsas. La tos que nes. ¿Depende de alguna otra causa mas oscura? Lo
sobreviene comunmente en la hepatitis es seca y ignoramos.
rara vez húmeda, simpática ó dependiente de la irri 249. Pronóstico y terminaciones. —La hepatitis
tación del diafragma. Las deyecciones se hallan su termina como las demás inflamaciones (126). La gra
primidas las mas veces; en otras ocasiones, como vedad do esta afección está en relación con las cau
cuando hay ictericia, son blancas ; y por último, si sas ; la fiebre , la constitución del individuo , sano ó
la viscera inflamada segrega mayor cantidad de bilis afectado de alguna caquexia; de antiguas enferme
acre, las deposiciones son líquidas , casi sanguino dades del hígado, tales como la obstrucción, la indu<
lentas y escielad#s con dolores cólicos. La orina, ración, el escirro y el esteatoma de esta glándula.
como en todas las inflamaciones agudas, es do color En general, cuando la hepatitis es conocida á tiempo
de fuego, á no ser que exista ictericia. La fiebre no y se la combate con un buen tratamiento , no es muy
es muy alta cuando la inflamación no es violenta; grave. El hipo es un síutoina que inspira menos te
sufre recargos por la noche y en los dias alternativos. mores en esta inflamación que en otra alguna. La
Ll pulso es duro y frecuente ; pero cuando el dolor hepatitis aguda es menos grave que la hepatitis cró
no es obtuso, no tiene este carácter; entonces se di nica: nosotros hemos visto que esta persiste por es
ferencia apenas del estado normal. pacio de muchos meses, con fiebre intensa y dolor
Caracteres de la hepatitis crónica. —Los signos considerable ; ordinariamente depende de un cálculo,
de la hepatitis crónica son mas oscuros, y el diag de un esteatoma ó de cualquier vicio inveterado del
nóstico de esta afección es la mayor parte de las ve hígado. La mas grave de todas es la hepatitis erisi
ces muy incierto ; el enfermo haco poco caso de pelatosa, que ocasiona algunas veces la gangrena al
los síntomas, y el médico los desconoce. Sin embargo, fin de las liebres gástricas. En la hepatitis flemonosa,
una fiebre continua y muy poco intensa, con tensión, que ocupa la parte convexa del hígado , la termina
sentimiento do plenitud, de ardor y do dolor, que au ción por diarrea y la abertura del absceso en los in
menta al tacto, en la región hepática ; la dificultad testinos son mas raros que cuando la flegmasía
de acostarse sobre uno de los lados para no agravar tiene su asiento en la cara cóncava: por esta razón,
los síntomas ; la aparición frecuente de un dolor en la la intensidad ordinariamente mayor de la fiebre y el
región escapular, do hemorragias nasales, ó de un dolor aumentan en este caso el peligro.
. flujo hemorroidal; y el exámen minucioso de las Resolución. La resolución en la hepatitis se anun
causas que han precedido, pueden esclarecer el diag cia hácia la primera ó la segunda semana por una
nóstico de esta flegmasía. hemorragia de la nariz, por un flujo hemorroidal, por
248. Causas.—Las causas de la hepatitis son , en cámaras biliosas ó ligeramente sanguinolentas, por un
BIBLIOTECA ECONÓMICA
sudor «blindante , por orinas de sedimento copioso, indigestiones, constipación rebelde, color caquéctico
y alguna vez por lu aparición de la erisipela. Si el pul del rostro, edema en el pie derecho; cesación déla
món está afectad') simultáneamente , la resolución se liebre después de la hepatitis. No siempre se observa
acompaña de una espeetnvacion abundante. La he el tumor cu el hipocondrio derecho.
patitis se convierte algunas veces en una afección da- Gangrena — La gangrena se conoce suficiente
lorosa del bazo; este cambio, como ya lo notaron los mente por los signos que hemos espüesto en otra
antiguos, es muy ventajoso para el enfermo. La liebre parte (130).
agudísima y la sed inestiuguible anuncian una afec 2S0. Tratamiento.--Las reglas generales para el
ción muy grave, y frecuentemente una flogosis erisi tratamiento de la inflamación (133) son aplicables li
pelatosa. En las diversas especies de hepatitis se ad la hepatitis. Aunque parezca que el estado riel pulso
hiere el hígado por medio de falsas membranas al pe no la exige, debe practicarse la sangría y repetirla
ritoneo y á las visceras abdominales: estas adherencias según la violencia del mal. La reiterada aplicación de
disminuyen comunmente los peligros de que suele sanguijuelas al ano ó á la región hepática, y las ven
acompañarse la supuración, haciendo mas fácil la deple» tosas escarificadas en esta región, merecen los mayo
sion del absceso al esterior; sin embargo , no es raro res elogios. Los vejigatorios ai sitio dolorido, después
que la materia se abra paso á los órganos vecinos. de babor desingurgitado los vasos, el linimento volá
Supuración.— Los tumores inflamatorios conside til, las fomentaciones emolientes en todo el abdomen,
rables so resuelven con mucha dificultad, y lo mas y las lavativas de la misma naturaleza , repetidas, no
común es que se terminen por supuración. Este tra son menos eficaces. En esta flegmasía son muy útiles
bajo, que se reconoce por los signos que le son pro los laxantes suaves, tales como la pulpa de tamarin
pios (128) , se efectúa en ciertos casos con mayor dos, el crémor da tártaro , el maná, disiieltos en sue
prontitud en el hígado q le en cualquier otra viscera, ro, ó en la tintura acuosa ihi ruibarbo: hacen salir
y muy a menudo de una manera oculta. El absceso prontamente la bilis acre depositada en gran cantidad
se forma en la cara cóncavo, ó en la convexa, ó en la on los intestinos; procuran la solución de la enferme
sustancia do este órgano; y su terminación varía se dad por el canal colédoco; y por último, son en esta
gún estas diversa» circunstancias. Según su asiento, inflamación de mayor eficacia quizás que en otra al
el absceso abandonado á sí mismo destruyo en el guna. Para bebida se aconseja el suero, el agua com
espacio de algún tiempo una gran parte del hígado puesta do nitro y ojimiel: el enfermo debe beber mu
6 todo su parénquima , lo cual acarrea la tisis hepá cho, aunque en cortas dósis , y tomar estos líquidos
tica. Si la vómica se rompe, puede derramarse la á una temperatura moderada. Si so sospechase que
materia en la cavidad del vientre, cuyo accidente es la enfermedad va á terminar por sudor, están in
mortal; puede asimismo verterse en un órgano adya dicadas la poción salina con una ligera dósis do tárta
cente, en una parte adherida al hígado, en el estó ro liemético, y la infusión de saúco con el ojimiel.
mago, en los intestinos, y sobre todo en el colon; al En las ludias Occidentales se emplea con suceso
gunas veces va á parar, á consecuencia de una ero otro tratamiento distioto contra la inflamación del
sión del diafragma, á la cavidad torácica ó al pulmón hígado, endémica en aquellas comarcas. Allí produ
adherido áeste tabique muscular: otras veces so tras ce el uso interior y esterior del mercurio efectos
lada al bazo, cuando el hígado se esliendo hasta este tan especiales como en Europa. Se leba visto disi
órgano , lo cual no os común ; y en lin , en ciertas par un trabajo supurotorio , que quizás hubiera si
ocasiones se abre paso á través del repliegue perito- do inevitable sin el concurso de este remedio. Nada
neal que cubre los músculos abdominales ó lumbares. podemos añadir nosotros por nuestras propias obser
En estos diversos casos, se manifiestan nuevos sínto vaciones á los elogios, nada sospechosos , que se
mas propios de la parte afectada; sobrevienen absce hacen sobre la virtud de esta sustancia: si no he
sos y fístulas que so ostiend<m en todas direcciones. mos obtenido estos felices resultados en un corto
El pus puede conducirse por las ramificaciones del número de casos en que no había bastado el méto
conducto hepático y derramarse eu abundancia en el do ordinario, quizás habrá consistido en que la en
duodeno por el conducto colédoco: entonces sede- fermedad era muy antigua, ó en que administraría
clara un vómito purulento, y mas comunmente una mos el mercurio demasiado tarde.
diarrea sauiosa ligeramente sanguinolenta, por medio Los que han confirmado , por medio de multipli
de la cual limpia y cura el absceso la misma natura cados ensayos, la escelencia de éfcte método, prin
leza : otras veces sobreviene el /lujo hepático que con cipian por e.siraer una corta cantidad do sangre y
duce lenlunienle á una muerte cierta. Cuando el hí continúan administrando los antiflogísticos; t ,, mismo
gado forma prominencia por debajo de las costillas, y tiempo practican unturas sobre el sitio dolorido con
á favor de una adherencia con el peritoneo, se rompe el ungüento mercurial, prescribiendo al interior el
el absceso al eslerior , puede obtenerse la curación calomelanos , de manera que se produzca la saliva
por los medios quirúrgicos cmp'.'iirios oportunamen ción en muy poco tiempo. Ordinariamente desapare
te. Es raro que la hepatitis termino por la hidrope ce el dolor á esta época. Al segundo ó al tercer
sía aguda , que consiste en una colección de serosi día aplican un vejigatorio en el hipocondrio derecho,
dad entre la membrana esterna y el parénquima del y se dan unturas en el izquierdo. Como la adminis
hígado , sin ningún indicio de supuración. La hubo* tración tan rápida del mercurio ocasioua en IOS in
pesia hepática, tan frecuente en las ovejas, ¿depende dividuó* débiles un salivación cscesiva y algunas,
de la inflamación? veces la diarrea; y como este medicamento aumenta
Induración.—Tampoco puede referirse á la infla los accidentes en los casos de fiebre gástrica nervio
mación del hígado, tan rara entre nosotros, los es» sa , se ha recomendado combinarle con la corteza
cirros del misino órgano, que tan comunes son Mu del Perú, ó evitar la salivación, administrando el su
chas veces se observa que esta viscera está dura y blimado á dósis refractas, ó el calomelanos asociado
compacta, sin que haya habido inflamación anterior á la quina.
mente. Sea de esto lo que quiera, el escirro so reco Tkat»miento pe la nEPATiTis crónica.— La hepa
noce por los síntomas siguientes: tumor en el hipo titis crónica exige el mismo método curativo que la
condrio derecho con sensación de peso que aumenta en hepatitis aguda , pero acomodado 4 la menor inlen-
sidad «leí nial y á sus causas. Reclama las escarili
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRANK. 15Í
repetid» de los evacuantes antiflogísticos, las bebidas centro de la cavidad existían dos cálculos del volú-
acídulas y nitradas, los enemas con el suero ó lu le men de una castaña , redondeados y circuidos de
cho, un' régimen v.jjet il, los frutos maduros del es vario* otros mas pequeños , de los cuales uno era
tío, ligeras dosis de mercurio dulce, y por último, las triangular. La superficie interna estaba gangrenada
aguas ferruginosas. cubierta de una materia gris muy espesa y muy
Tratamiento de La supuración.—Cuando el abs ítidi. Habiéndola limpiado con una esponja, se per
ceso es accesible á los medio3 quirúrgico?; cuando cibieron senos, por los cuales penetraba esta mate
por la poca movilidad del tumor se puede deducir su ria en ol hígado, y cuando so comprimían dejaban es
adherencia con el peritoneo, cuya circunstancia es capar un líquido muy fétido, espeso y negruzco. El
indispensable para practicar la operación , se debe hígado estaba escavado en toda la ostensión que ocu
procurar dilatar el lumor inmediatamente antes de que paba el circuló estenio que marcaba lo? límllos de la
progrese la consunción del hígado. Pero es preciso gangrena interna.
ser cautos, y no equivocar con un abscoso la promi Hemos visto , y otros han descrito, varios casos de
nencia que presenta algunas veces la vejiga de la dilatación de la vejiga de la hiél (i); pero los ejem
biej, dilatada por lu acumulación de este líquido en plos de inflamación de este receptáculo son raros^ y
su cavidad ; la abertura en este caso seria mortal. mas raros aun aquellos en que la inflamación no
En un absceso situado en el borde inferior del ló depende ó de cálculos biliarios ó de una flogósis de
bulo grande del hígado , practicó un cirujano una las partes adyacentes. Asimismo se han referido
incisión muy profunda, é hizo una herida miivcon- ejemplos de supuración muy abundante de la vejiga,
fiderable en el intestino colon: esto mismo lo liemos que la habia destruido en parle , ó casi en totali
ejecutado nosotros en el cadáver. Abierto el absceso dad (2); pero no conocíamos ninguno iic gangrena
según las reglas del arle, debe limpiarse hacienda en su interior. El espesor de las paredes, en el caso
adoptar al enfermo una posicún conveniente y por de que acabamos de hablar, es un fenómeno muy
medio délas inyecciones: se favorece, por último, la raro, como también la blancura y brillantez de las
consolidación con el uso de la quina. parles situadas por cima de la sangrona. Sin embar
En otra pnrte ospondremos lo que es necesario go, Lancisi (3) ha visto ya esta hhncura que debitt
hacer en los casos de escirro y de induración del atribuirse á una maleria puriforme condensada en
hígado. "as mallas del tejido celular. Si la enferma luibios»
Inflamación y gangrena de la vejiga de la vivido mas tiempo, el cálculo, que solamente sobre
hiri, (l).— En el mes do diciembre de 1787 fue salía dos líneas fuera del tumor , hubiera acubado
conducida á la clínica de Pavía una mujer , como por caer en la cavidad abdominal. Si la enfermedad
do 40 años, que esiabu padeciendo hacia quince dias no hubiese estado tan adelantada cuando se ofreció
una hepatitis. Sentía en el hipocondrio derecho un á nuestra observación, puede que hubiésemos per
do'or muy vivo, que no sufría el menor tacto , pero cibido mas distintamente los síntomas de la inflama
que no se halda propagado á la espalda. De cuando ción de la vejiga, ademas de los de lu hepatitis. Es
cu cuando vomitaba, el abdómon estaba algo tenso, digno de notar que no había hinchazón en el vientre
no había tenido jamas ictericia , pero sí solin pade ni dolor alguno en la espalda. I'na observación que
cer cólicos. Se practicaron varias sangrías, porque hemos recogido en Bruchsal suplirá hasta cierto pun
así parecía exigirlo el estado del pulso, y se aplica to los detalles que faltan en esln. El enfermo, que ja
ron fomentaciones emolientes al sitio dolorido. Es mas habia tenido ictericia, y en el que tampoco se
tos medios no disminuyeron el dolor , por lo que se había notado ningún síntoma de afección del (ligado,
puso un vejigatorio al mismo punto, y se administró file acometido de repente de un dolor muy futirte há-
el cocimionto de tamarindos con el crémor y lavati cia las costillas falsas del lado derecho: este dolor
vas. Al dia siguiente falleció lu enferma. so exasperaba considerablemente á la menor presión,
Hecha la autopsia, se halló muy aumentado el vo y no existia constipación ni tumefacción en el abdó-
lumen del hígado. El lóbulo derecho en su cara con meu. El individuo sintió náuseas, pero no llegó á vo-
vexa é inferior estaba cubierto de una materia puri mitur, y tampoco referia ningún dolor en la espalda.
forme, por medio de la cual 09taba adherido al peri Nosotros diagnosticamos una peritonitis muscular
toneo, cubriendo también las costillas verdaderas. El reumática, y inundamos fricciones sobro el punto
peritoneo no estaba rojo mas que en el punto en que del dolor con el linimento volátil. Al dia siguienle,
Be había unido al hígado, En la concavidad do esté cuando pensábamos aplicar un vejigatorio, cncon
último, mas dura y mas infartada que de costumbre, Iranios al enfermo teñido de amarillo, y que el dolor
se percibía un semicírculo lívido y negro, do tres hacia desaparecido. Este dolor circunscrito, sin que
pulgadas de diámetro, y cuyo centro estaba formado se propague á la espalda, tin hinchazón de. vientre,
por la vejiga de la hiél. La circunferencia de este y solamente con una afección sintomática del estóma
circulo estaca también roja y presentaba algunas pin go, nos parece que puede servirnos para distinguir
tas gangrenosas superficiales. En el sitio de la vejiga la inflamación de la vejiga de la hiél de la del Hígado,
so descubrió un tumor blanco, reluciente , como ten mientras que estas dos enfermedades no existan si
diuoso, oblongo, y quo descendía cerca del lóbulo da multáneamente. El enfermo se curó fácilmente de su
Spigeho, adherente al colon y al duodeno , duro y ictericia,
resistente al tacto. En la parte en qno presentaba es GENEHO SESTO.
te tumor mas espesor, en el borde del hígado , había
una úlcera gangrenosa de una pulgada de ancho
En la parte luteral izquierda sobresalía un cálculo Esplenitis.
triangular, elevándose su vértice cerca de dos líneas
por oncima de la superficie ulcerada. Se abrió ol tu 2ot. El bazo es un órgano cuyas funciones igno
mor á lo largo, y sus paredes tenían cerca de una ramos, y de cuyo estado patológico no estamos me
pulgada de espesor , y estaban compuestas de una jor enterados. Su posición , su estensícn, su sitúa -
infinidad de hojas muy blancas, superpuestas para
lelamente y relucientes como los cartílagos. En el 1 Voigli l, llandbach der patbologiscbon Analomlc.—T. III.
píg. 70-73.
\ Loe. citat.-T. III, Báf. 76-A
I Esta observación pertenece a tus interpretaciones clínicas. 5 Opera onmin—pag 4S.
152 B1DL10TECA ECONOMICA
cimi entre el diafragma , el estómago, el colon , las sustancia de esta entraña, y sale al esterior por en
costillas luisas «VI lado izquierdo y del riñon del mis tre los músculos del vientre, de la espalda, de los lo
mo lado , de quien está separado por el peritoneo, y mos, hacia el mismo riñon. Si el abeeso no so cura
las hipótesis quo se lian inventado respecto á este pronto, termina por la tisis caplcnica.
órgano han hecho que se lo atribuyan diversas afec 235. Tratamiento.—La esplenitis no reclama tam
ciones de otras partes, hasta las enagenaciones men poco un tratamiento diferente del que hemos reco
tales, y casi todas las enfermedades que los antiguos mendado para la hepatitis (250 ).
harían depender de la atrahilis. Con todo, esta visce
ra está sujeta á padecer diferentos enfermedades: CENERO SETIMO.
ora por una especie de flujo y reflujo periódicos , se
ingurgita y so desingurgita bajo la influencia de di Nefritis.
versas afecciones que le . son casi estrañas; ora ad
quiere su volumen un acrecentamiento notable , sin Los ríñones, que segregan al licor mas acrimonioso
infarto manifiesto . lo cual es endémico en la Lom- de toda la economía, dotados de vasos considerables,
bardia; muchas veces se observa un descenso de cuyo origen no está lejano del centro circulatorio, se
esta entraña, y en fin, infartada su sustancia, puede inflaman, sin embargo, con menos frecuencia quizás
llegar á tener una dureza callosa, petrosa ó huesosa. que el bazo, si esceptuamos la nefritis calculosa:
Pero lo que se présenla raras veces ó nuestra ob nuestra esperiencia no nos permite decidir, fuera de
servación es la inflamación del bazo. esta especie, si la nefritis es mas frecuente en Jos
252. Síntomas-— La esplenitis se parece mucho viejos ó en los adultos, que en los jóvenes, ó mas en
á la hepatitis (246, 247) y se reconoce por la apa los hombres que en las mujeres. No es raro observar
rición de iguales síntomas en el lado izquierdo. So fin la región de los ríñones, en cualquiera edad ó sec->
breviene la fiebre, que se anuncia por un escalofrió so, dolores intensos acompañados de síntomas infla
seguido de cilor continuo, y algunas veces remiten matorios; pero lo que suele creerse una nefritis, es
te; sed considerable, ansiedad, dolor en el hipocon mas comuumento una afección reumática de los mús
drio izquierdo , que se aumenta á la presión y por culos de los lomos ó de los ligamentos intervertebra
las inspiraciones; muy agudo ú obtuso, que se propa les, ó una inflamación de la médula espinal, del co
ga con facilidad á la espalda, á la región mamaria y lon ascendente ó descendente; y por último, es un espas
clavicular, y que cscede ordinariamente el borde las mo violento y prolongado do estas partes. Este error
costillas falsas ; dispnea ; algunas veces la inflama en el diagnóstico hace creer que la inflamación de los
ción ó la irritación simultanea del diafragma ocasio ríñones es poco frecuente; pero algo dicen en favor de
na el hipo ó la tos; decúbito incómodo sobre el lado esa frecuencia las historias de supuración latentes en
izquierdo, y también sobre el derecho, á causa del estos órganos. Este doble error, tan fácil, pruejia su
aumento en el peso del bazo, de la inmediación del ficientemente la importancia de uua buena doctrina
estómago, ¡i quien oprime, j al que suele propagarse sobre esta enfermedad (I).
la inflamación ; esta misma causa determina náuseas 257. Definición.—La nefritis es una afección or
continuas, regurgitaciones, vómitos copioros de ma dinariamente febril, con dolor ardiente, agudo ú ob
terias biliosas ó sanguinolentas ; otras veces la infla tuso y puls»livo, y que desciende oblicuamente des
mación ocupa la parte inferior del bazo y parece que de los ríñones hasta la vejiga ; escrecion frecuente y
el dolor se siente en este caso en el riñon izquierdo; en general, poco abundante, de orina nerviosa, roja ó
constipaciou tenaz, en algunas ocasiones tumor ma puriforme , y otras veces suspensión total tic esla
niíiesto , pesado , de forma irregular ó presentando función; ordinariamente hay náuseas, regurgitaciones,
la del órgano enfermo. vómitos y dolores cólicos; muchas veces estupor en
253. Causas.—A pesar de lo raro de la esplenitis, los muslos, dolor ó retracciou del testículo del lado
las causas que la producen son poco mas ó menos las correspondiente.
mismas que ocasionan la gastritis (235) , la enteritis 258. Descripción. —Es muy raro que la inflama
(242) ó la hepatitis (248). La inflamación del estó ción prinvtiva ocupe á la vez los dos ríñones: es mas
mago, del diafragma, del páncreas, del colon y de frecuente en el izquierdo que en el derecho, y reside
peritoneo se comunica de vez en cuando al bazo. Es en la parte posterior y superior. Unas veces es prece
indudable que la circulación sangu'nco, tantas veces dida de fiebre, y otras se declara ppr un dolor pro
interrumpida entre esta viscera y el hígado, y que el fundo, ardiente y pulsativo en la parte posterior y supe
estancamiento tan frecuente de la sangre en el bazo rior del abdomen,cercade la última vértebra dorsal, y
no ocasionan con mas frecuencia la esplenitis. de las cuatro primeras lumbares, pordelante de las dos
254. Pronósticot terminaciones.—Son las mismas últimas costillas falsas y á tres traveses de dedo á los
en esta enfermedad que en la hepatitis (249). Nos lados de la columna vertebral. En el principio el do
otros la hemos visto terminar felizmente por un flujo lor es obtuso, acompañado de tensión, en seguida
muy copioso de orina y por una metástasis sobre los ardiente, agudo y lancinante; muchas veces se pro
ojos. El sudor general y el flujo hemorroidal son los paga siguiendo la dirección de los uréteres á la veji
mejores medios de solución. No hemos observado crí ga ó por los vasos espermáticos hasta el testículo
sis alguna por vómitos de materiales sanguinolentos correspondiente, el cual se retrae. El dolor y la re
y negros. tracción del testículo el estupor ó el espasmo y la
La supuración, que so conoce por los s;gnos indi tensión del muslo, no se observan, en general, mas
cados en otro lugar (128), tiene los mismos resulta que en la nefritis calculosa. La necesidad de orinar
dos que en la hepatitis (249). Ora la materia puru es frecuente, la orina so esleta en pequeña cantidad,
lenta consume a esta viscera casi en su totalidad, ora y está encendida, do un rojo intenso, teñida de san
. te evacúa por el estómago á beneficio do un vómito gre ó purulenta, y en los casos mas graves, es incolora
purulento ó sanguíneo, por el colon, á beneficio de
una diarrea, de un flujo esplcnico; puede también (1) l.as enfermedades de los rilones, en general, y la nefritis
derramarse en la cavidad torácica, en el pulmón, y en particular, ban sido en estos ül ti mus tiempos objelo de intere
produce los síntomas de la tisis purulenta; y en fin.va santes estudios, baju un punto de vista práctico: puede consultar
á depositarse en elabdómenó cuando el bazo ha con- se ron Irulo el cscelente trabajo de P. Itayer, tratado de las en
fermedades de los riñónos y ne las alteraciones de la secrc-ion
Uaido adherencias con el peritoneo, llorada el pus la urinaria.-París, 1859-1841.
DE MEDICINA Y CU tufo.—FRANK. 153
y enteramento acuosa. En el mas alto grado, la disu 261. Pronóstico y terminaciones.— Cuando la
ria se convierte en supresión completa de 01 ina , como nefritis primitiva se combate ú tiempo, si la inflama
si la inflamación ocupase los dos ríñones : la materia ción no tiene grande intensidad desde el principio;
¡trivial (jue debia segregarse por esla via no se sepa si no eslán afectados ambos riñónos, lo cual sucede
ra de la mnsa sanguínea. El desorden de esta función, fácilmente á causa de su mutua simpatía, el pronós
la anastomosis de los nervios de los ríñones con los tico no es fatal. La nefritis calculosa no se cura ja
del estómago y del tubo intestinal, ocasionan eructos, más, ó al menos sin el temor de una recaída funesta.
náuseas, regurgitaciones, vómitos, flatuosidades, an> Las orinas acuosas, limpias y trasparentes anuncian
siedad, cólicos, tenesmo, constipación, y la intumes un trabajo morboso muy pesado.
cencia de la mitad correspondiente del abdomen ó de Resolución.—Cuando se calma la fiebre, y sin nin
toda esta cavidad. Si un cálculo irrita la pelvis del gún síntoma de supuración, se escreta una gran can
riñon, la misma conexión nerviosa produce el dolor y tidad de orina espesa, como una ligera infusión de
retracción del testículo. La comprosiou que ejerce el café, ólatescente con sedimento puriforme copieso,
riñon tumefacto en los nervios que van á distribuirse y que se deposita inmediatamente en el fondo del
al músculo psoas y á los del muslo, da lugar al es vaso, la enfermedad se juzga por las mismas vías en
pasmo doloroso, al estupor y al edema de este miem que reside. Un flujo hemorroidal y abundante, un su •
bro. Existe en los lomos una sensacien de ardor , y dor igual, asimismo abundante, caliente y que sobre
en cuyo sitio se exaspera el dolor al simple tacto, ó vienen en tiempo oporluno, no dejan de producir
solamente por el calor del lecho. El enfermo no pue efectos saludables.
de estar de pie ni acostarse de espaldas, porque el Supuración. El paso á la supuración es fácil, y
decúbito sobre el lado afecto aumenta el dolor, y sin que el enfermo se aperciba de ello. Se reconoce
cuando se acuesta sobre el lado opuesto ó sobre el esta terminación en la nefritis declarada por los
vientre, espcriincnta una sensación insoportable. signos de que hemos hablado (128); pero no debe
Aunque la región lumbar no sea el asiento de vivos mos deducir la existencia del pus solamente por el
dolores, como sucede en el lumbago, en general, no sedimiento puriforme, fétido, y abundante en ver
puede el enfermo doblar el tronco sin muchos sufri dad, que presenta la orina ; ni tampoco debemos
mientos. También se observan en esta flegmasía todos afirmar porque no exista esta, materia, la no ulcera
los síntomas de una liebre aguda: cuando la inflama ción del riñon. El pus, reunido en este órgano, halla
ción es intensa, sobrevienen horripilaciones, con gran facilidad para salir por los uréteres, hácia cuyo
ansiedad, constricción de la región precordial, con punto es arrastrado por su propio peso: apenas se
vulsiones , frió en las estremidades, sudor viscoso, forma es conducido por el torrente de las orinas. Esta
delirio y lipotimias. El pulso es al principio lleno y es la causa de que la piuría continúe algunas veces
vibrante; y en los progresos del espasmo, se concen por años enteros sin que ningún síntoma de la liebre
tra, se pone duro é intermitente. El diverso carácter héctica anuncie la reabsorción del pus . Pero en
del pulso y del dolor, no suministra datos positivos muchas ocasiones la materia purulenta trae su orí-
para distinguir la inflamación de la pelvis ó de la sus gen de otra fuente mas lejana, ó los ríñones, en un
tancia del riñon. estailo de inflamación crónica, segregan sin ulcera
259. Especies.— La nefritis puede ser, como las ción un humor puriforme (128), lo cual acontece fre-
demás inflamaciones, flemonosa y erisipelatosa. Los cueutemente en la vejiga. Este humor, lo mismo que
ríñones no se someten bajo la influencia de las enfer el pus, puede provenir de los uréteres, de la vejiga,
medades epidémicas, cscepto en los casos de afeccio de la próstata, y su presencia en las orinas hace que
nes reumáticas. La liebre que acompaña la nefritis es se tengan los dolores accidentales de los lomos por
casi siempre inflamatoria. Esta flegmasía puede ser síntomas do una supuración cuya existencia no puede
primitiva; pero comunmente es secundaria, depen ser demostrada únicamente por la grande viscosidad
diente de cálculos renales ó de una materia arenosa de la materia, ni por su mezcla íntima con la ori
formada en el interior del riñon. Ya hemos hecho na. La autopsia nos ha demostrado que pueden for
mención do la nefritis latente: pertenece de ordina marse abscesos en los ríñones, sin que haya habido
rio á las afecciones crónicas, y se confunde con los có previamente el mas pequeño vestigio de pus en las
licos y con los dolores abdominales. orinas. Hemos visto en un cadáver ambos ríñones
260. Causas.—Los médicos han admitido en la en un estado de supuración, la vejiga y la próstata
producción de esta enfermedad, mas causas de las que escirrosas y afectadas de úlceras considerables ; sin
realmente existen. Las principales son las de las de embargo, no había existido anteriormente ningún
más inflamaciones (125) , sobre todo, las caidas, los síntoma de nefritis, de modo que nosotros no había
golpes sobre la región do los lomos, las conmociones, mos pensado masque en la enfermedad de la vejiga,
las contusiones violentas, las heridas, quizás la equita cuya existencia habíamos comprobado, examinando
ción rápida y prolongada, los grandes esfuerzos para este órgano por la uretra y por el recto. El pus acri
levantar un fardo muy pesado, doblando al mismo monioso que se destilo desde los ríñones á ia vejiga
tiempo el tronco, el enlriamiento de la espalda ó de puede irritároste receptáculo, determinaren él con
los lomos, bañados de sudor; una acrimonia reumá tracciones espasmódicas, ó los síntomas que simulan
tica, artritira, metastátíca; las causas que obran es la cistitis primitiva; y puede también convertirse,
pecialmente sobre los ríñones, como un espasmo pro como la observación lo atestigua, en una masa sóli
longado, el uso de las cantáridas, el de diversas sus da -que se confunde con los cálculos vesicales.
tancias balsámicas, la inflamación del peritoneo, del Observemos, pues, el conjunto de los signos que
bazo, del hígado, del colon; la caries de una de las anuncian la supuración, ó por lo menos aquellos que
vértebras correspondientes, ta fractura de una de las merezcan la mayor confianza. Tales son las circuns
costillas inmediatas, la presencia de cálculos punti tancias siguientes: cuando confirmada la existencia
agudos, erizados de asperezas ó voluminosos, en el ri de la nefritis, no se manifiesta ningún signo de re
ñon, ó en el uréter, cuando una sacudida algo brusca, solución, y se calma la liebre y el dolor ; cuando esto
coincidiendo concierta disposición pletórica , pone en se hace pulsativo; cuando se coloca al enfermo so
movimiento á estos cuerpos esti años; en fin, también bre el vientre, ó sobre el lado opuesto, para que sobre
puedo determinar osla enfermedad la retención pro salga la parte afectada, esperimenta la sensación que
longada de las orinas en la vejiga. le produciría un cuerpo pesado suspendido de aquel
154 BIBLIOTECA ECONÓMICA
punto; y cuando los escalofríos alteran con los do ¡ pues si aumentan algunas reces la acrimonia de la
lores, se declara una liebre lenta é irregular, y los orina en las personas sanas, con mayor motivo exas
síntomas de la consumpcioti purulenta. Algunas ve perarán los padecimientos en la nefritis. La absti
ces forma el absceso un tumor manifiesto y fluctuante nencia demasiado prolongada de los alimentos es
eu la región lumbar; otras un edema iudica el sitio igualmente uociva, si las bebidas no pueden suplirlos
que ocupa, y otras aumenta la dificultad de orinar, hasta cierto punto. Los líquidos que se administren
y el enfermo esercta, por último, una orina purulenta deben ser tibios y darse cu cortas dósis , aunque
y fetidísima. muy repetidas. Se evitará cuanto sea posible el
Salidas que puede proporcionarse el pus. Esta cscesivo calor del lecho y el decúbito continuado so
materia, según el siiio del absceso y la resistencia de bre la espalda. Las lavativas, si bien son necesarias,
las partes inmediatas, consume todo el parénquima pueden aumentar fácilmente la compresión que ejer
del riñon, y no se halla en el cadáver mas que un cen los intestinos sobre el órgano inflamado cuando
saco formado por la membrana esterior. En ciertos la flegmasía ocupa el riñon izquierdo. No pueden,
casos so rompe el absceso al esterior por cutre los por tanto, administrarse sino en pequeñas dósis, re
intersticios celulosos de los músculos lumbares y pitiéndolas varias veces: el aceite tibio es el líquido
crurales internos; otras veces el pus corroe el peri que debe entrar con preferencia en su composición.
toneo y va á parar al hígado, al bazo, al colon, ad Los laxantes suaves que evacúan sin irritar, princi
heridos á esta membrana serosa; y en este último palmente el maná y los aceites, están también indica
caso so evacúa la materia por el ano con las orinas. dos. Es muy importante calmar el vómito simpático
Cuando el pus sale al esterior á través de los mús á beneficio de la emulsión gomosa y de las bebidas
culos, se mezcla con él la orina, y arrastra tras sí tibias.
los cálculos; esta úlcera fistulosa, que puede com Pero el mas eficaz de todos los medios es la san
plicarse con la caries de las vértebras, es muy difí- gría, que puede repetirse, si lo reclama la violencia
"ile de curar: su manantial es inagotable, de la enfermedad. Después de practicada se lia
áciliiiente por gangrena. Sin embargo, recurrido también á las ventosas profundamente es
a que la fístula ejerce las funciones de carificadas en la región lumbar; y en los casos do
uréter hasta que se destruye todo el órgano, y per» supiesion de las hemorróidos ó de los menstruos, se
manece abierta por. largo tiempo sin que peligre la aplican sanguijuelas al ano ó á las partes genitales.
vida. Nosotros hemos visto un absceso de estos que Se dan en los lomos unturas ligeras y repetidas con
se habia abierto al esterior, que dió paso á un «álculo el linimento volátil ó con el aceite. Si hay ocasión
y á orinas purulentas; pero en poco tiempo fue peí- do tratar la enfermedad desde los primeros momen
forado el colon, de manera que la orina, las lia- tos, y no depende de un cálculo, debería ensayar
tuosidades y los escrementos salían al mismo tiempo se las aplicaciones frías , después de haber san
por el ano y por la úlcera fistulosa. Alguna que otra grado una voz al enfermo. Pero es raro que el mé
vez se cierra la abertura del absceso por un pus muy dico sea llamado á tiempo, ó que ol diagnóstico sea
espeso, por un coágulo de sangre, por las materias tan evidente desde el principio que pnedan em
fecales, etc. : entonces se renuevan los síntomas de plearse los tópicos repercusivos. Cuando la enfer
la nefritis, y persisten hasta que se restablece la sa medad está algo avanzada, sirven para calmar el es
lida del pus, que proporciona un corlo alivió. pasmo, ya demasiado intenso, las fomentaciones emo
Induración. La terminación por escirro es tan lientes y los semicupios, y deben sustituir á las apli
rara en la nefritis como en las demás inflamaciones; caciones frías. Al interior se usan remedios dulci
y el escirro de los ríñones, cualquiera que sea su ficantes, la emulsión gomosa, el cocimiento de
causa, es una enfermedad poco común. Por lo de- cebada, de raíz de saponaria y do salep, con la iníel,
mas, cuando se manifiesta en l i región renal un pero sin agregar el nitro, que es inútil en pequeñas
tumor duro, indolente, aunque muy sensible al tacto, dósis, y nocivo cuando estas son elevadas.
sin ningún género de resolución ni de supuración; Nosotros no administramos el opio en la nefritis
cuando el enfermo esperimenta eu el vientre una verdadera é idiopática, á no ser cuando queda un
sensación de peso con hinchazón de la cadora y de esceso do sensibilidad , después de haber calmado la
la cstremidad inferior correspondiente, ó claudica inflamación por medio do las sangrías. La nefritis cal
ción ; cuando las orinas se escretau en pequeña can culosa exige muchas veces los opiados on las circuns
tidad, y cuando el hábito esterior es semejante al do lancias que marcaremos en otra parte.
los enfermos atacados de anasarca, no so puede dudar Tbatamibmto de M supuración. — Cuando se ma
de que existe el escirro, que algunas veces adquiere nifiestan los signos de la supuración , se suspende, se
un volúmen enorme. gún las reglas establecidas en otro lugar (134), el iné
Ganyrena. La funesta terminación por gangrena todo antiflogístico , y se favorece el trabajo supurato-
se reconoce por los signos espucstos en otra parte rio por medio de cataplasmas y de fomentaciones emo •
(130). La violencia de la fiebre precedente puede ha lientos. De poco sirve que deseemos que la abertura
cerla sospechar, y se anuncia por la estrema postra del absceso se efectúo en la pelvis del riñon, porque
ción de las fuerzas, por desfallecimientos, sudores el arte nada puede en esto. Si el tumor no se rompo
fríos , debilidad, por la frecuencia ó intermitencia espontáneamente, se practica la nefrotomía, haciendo
del pulso, por la remisión súbita de los dolores, el la incisión en el punto en que forma prominencia el
delirio, el hipo, el vómito continuo, por la completa riñon, dilatado por el pus. La úlcora profunda que
supresión do la orina ó por la escrecion de un líquido rosulla se limpia y consolida por los socorros fia li
corrompido, negruzco, y on el que nadan corpúscu» cirugía. Confesamos que debe evitarse aquí una pre
los lívidos. cipitación temeraria; pero no comprendemos qué pue
202. Tratamiento La nefritis no exige un tra da ganarse con esperar, toda vez que el enfermo pe
tamiento diferente del de las demás inflamaciones rece sin la operación.
(133). Debemos abstenernos del uso de las cantáridas, La abertura espontánea del absceso on la cavidad
una vez eonocida su acción irritante sobre los ríño abdominal ó eu un órgano inmediato, escepto un
nes, cuya acción no puede neutralizar sufieientemen- corto número de casos en que el pus se vierte en el
colon, y la iufültracion de la materia en los intersti
cios musculares es seguida de la muorte, que no por
ser lenta es menos segura.
DE MEDICINA V CIRUJÍA.—FRANK. 155
Cuando el pus sale mezclado con las orinas, se pres La afección de la cara posterior produce on la mujer
cribe un régimen nutritivo, la leche do burra ó cual ligeros síntomas de metritis; en los hombres una sen
quiera otra , con tal de que sea pura , los cocimientos sación de peso en el recio, constipación, tenesmo,
mucilaginosos, edulcorados con la miel; la quina, el tensión y latidos en las arterias hemorroidales, con
agua de cal, el agua de Seltz ú otra semejanto, y al dolores agudos. Si es el fondo el asiento de la enfer
gunas veces las aguas ferruginosas. Los balsámicos me medad, no puede contraerse para efectuar la espul-
ejercen una acción demasiado enérgica sobre los ríño sion de la orina; sin embargo, la disminución de la
nes muchas veces son remedios sospechosos, y cuan cavidad de la vejiga, y la estrema irritabilidad de este
do existe fiebre, evidentemente nocivos. Si el enfermo órgano, ocasionan esfuerzos continuos para escretar
carece de liebre nos será permitido ensayar el estrado una corta cantidad; aquel líquido sale mas acelera
acuoso de mirra con el de quina y una pequeña canti damente que en el estado normal, á no ser que á
dad del bálsamo de eopaiva. ello se oponga la construcción espasmódica y sim
No conocemos remedio alguno para el escirro y la pática del cuello. Cuando la enfermedad se esta
gangrena de los ríñones. blece en este sitio , que es la parte mas densa de la
vejiga y la mas espuesta á las causas de la inflama
GENERO OCTAVO. ción , se esperimenta un dolor muy vivo en el periné;
el tumor oval que se manifiesta al hipogastrio en las
Cütitii. retenciones de orina es mas sensible en estas circuns
tancias que en cualquier otro caso de cistitis. Si se
263. Las enfermedades de los uréteres son poco conduce el dedo por el recto, se descubre un tumor
conocidas y dilíciles de diagnosticar. Sin embargo, la doloroso á la presión, que impide la espulsíon de los
autopsia nos demuestra que estos conductos son sus osrrcineutos endurecidos por su larga permanencia
ceptibles de la dilatación morbosa , de la obstrucción, en los intestinos , y produce el tenesmo. Si se intro
de la inflamación, de la supuración y de la ruptura. duce una sonda en la urelra, dolores muy vehementes
También sirven de vehículo á la inflamación para co la impiden penetrar cu la vejiga.
municarse desde los ríñones á la vejiga, y viceversa. Cistitis general.— Esta diversidad de síntomas,
Pero con mucha frecuencia se aféela el receptáculo relativa á la difereucia del sitio de la afección, es mas
de la orina á causa de su grande sensibilidad, de una marcada al principio. A medida que la inflamación
inflamación que lo es propia, y que se conoce con el aumenta y se propaga , se reúnen todos, y la cistitis
nombre de cistitis. Esta flegmasía es por lo común presenta entonces Tos caracteres siguientes: dolor
sintomática, y entonces casi siempre es de naturaleza intenso y sensación de ardor en el hipogastrio, en
erisipelatosa; pero en otras ocasiones es primitiva y toda la pelvis, que se trasmite á los lomos, á los
de carácter íiemonoso. Ambas afecciones constitu uréteres, al periné, al ano y aun al colon ; esfuer
yen frecuentemente una enfermedad agudísima; pero zos continuos para espeler las orinas, lo cual exaspera
no es raro quo la vejiga presente una flogosis cró considerablemente los dolores ; la escrccion do este
nica , limitada de ordinario á su superficie interna. liquido es muy difícil, y por último, totalmente impo
204. Definición.—La cistitis se anuncia por los sible; tensión del abdomen, cólicos, eructos continuos,
siutumas siguientes: fiebre; dolor lancinante, ordi náuseas, regurgitaciones, vómitos biliosos y erugino
nariamente profundo en la región hipogástrica ; es sos, hipo, agitación continua, delirio, insomnio, sín
fuerzos considerables en algunas ocasiones para es- copes y convulsiones. La inflamación superficial de
cretarlas orinas y las materias focales; tenesmo acom lu cara interna, ordinariamente erisipelatosa, es mas
pañado de una sensación de presión ó de picadura; á ligera y dura por espacio de algunos meses. En la cis
veces tumor doloroso al mas pequeño tacto , y ganas titis intensa, la orina es inflamada ó tenue, acuosa,
frecuentes de vomitar. nerviosa; en los casos menos graves es blanquecina,
20o. Descripción.—Ademas de los síntomas ge amarillenta, viscosa, puriforme y fétida. Kn el primer
nerales de la inflamación, la cistitis presenta sínto caso, la fiebre es violenta '.-on pulso duro, frecuente
mas particulares y diversos , según el asiento de la y lleno desde el principio, pero pequeño y deprimido
flegmasía y la naturaleza de la liebre. La llogósis hacia el fin; en el segundo caso, es algunas veces
puede estenderse á toda la vejiga , á pesar de que es sensible apenas.
raro que suceda esto desde el principio ; y limitar 200. Cusas.—Las de esta flegmasía no difieren
se á las partes laterales, anterior, posterior, supe de las generales de la inflamación (185), y principal
rior ó fondo, inferior ó cuello. Cuando es algo pro mente de las de la nefritis (260). La cistitis depende
funda por los lados cierra la abeilura de los uréteres, muy coiiiumnciito de la irritación ocasionada por los
á causa de la inserción oblicua de estos conductos cálculos ó arenillas contenidos en la vejiga. Puede
por entre las membranas de la vejiga. Al dolor y al provenir do ra supresión ó de los desórdenes del flujo
ardor que se siente en esta cavidad se agregan en menstrual y del hemorroidal ; puede ser resultado de
tonces los siguientes síntomas: el curso de la orina la plétora locid, originada en este órgano por la equi
se interrumpe en lodo ó en parte; el uréter obturado tación, por el movimiento £í un carruaji» ó por una
se dilata y adquiere el volumen de los intestinos del conmoción. También se refieren á las causas de la
gados ; los dolores se perciben oblicuamente hacia el cistitis la inflamación, la supuración y la ulceración
riñon, algunas veces acompañados de una tumefac de las partes vociuas, con las que mantiene uní
ción manifiesta en el trayecto de este conducto; en la correspondencia simpática, como los ríñones, los uré
misma región renal sobrevienen síntomas que de teres, Ja uretra, la vagina, el periné, la próstata, las
penden de la plenitud, de la distensión y de la irri vesículas seminales, el útero, el recto, el colon y el
tación de este órgano. Cuando se afectan las dos par peritoneo. Lo mismo decimos de la fractura , de la
tes laterales, se queda la vejiga enteramente vacía; sección ó de la caries de los pubis. En seguida se
bien pmnto queda abolida la función de los ríñones; Mikecan las contusiones, los golpes, las caídas sobre
la estancación de la orina en los uréteres ó on la un cuerpo duro recibidas en el periné, una bernia,
pelvis del riñon uo tarda en ser seguida de su rup ó una herida di la vejiga, su desgarradura en la
tura ó de una gangrena mortal. Si la inflamación ocu- operación de la talla, la estraccion de un cálculo vo-
bis y lumio
to. pa
186 BIBLIOTECA ECONÓMICA
la uretra, por la cabeza del feto ó por la palanca , en es el asiento de la supuración. Pero no sucederá lo
un parto laborioso ; la supresión inconsiderada de la mismo si después de la desaparición de los síntomas
hematuria , de la blenorragia ó de las flores blancas; de la cistitis so sieute un dolor considerable cerca
una acrimonia cualquiera , psórica , venérea , blenor- de los pubis, en el fondo de la pelvis , y siempre en
rtigica, ulcerosa, herpética, metastálica, erisipelato un mismo punto, con disuria ó enuresis; si después
sa, y sobre todo reumática; el abuso de las cantári de mucho tiempo continúa saliendo por la uretra una
das al interior y al esterior; los diuréticos acres; los materia puriforme y fétida mezclada con las orinas;
espasmos prolongados y dolorosos de la vejiga; la si existe la fiebre héctica con enflaquecimiento; si so
introducción forzada y repetida de las sondas ó de descubre, al practicar la esploracion por la vagina ó
candelillas; la retención prolongada de la orina, etc. por el ano, en un solo punto, un dolor ardiente ú in
267. Pronóstico y terminaciones.—La cistitis es soportable á la presión del dedo ; en estos casos no se
una enfermedad muy grave , á causa de la organiza puede poner en duda la existencia de la ulceración.
ción estremadamente sensible y membranosa de la Induración. Numerosas observaciones atestiguan
vejiga, y de la naturaleza putrescible del líquido que que las paredes de la vejiga son susceptibles de ad
ocupa esta cavidad. Y estas circunstancias son muy quirir un engrosamiento calloso ó un estado de
favorables á la terminación por la parálisis y por la induración , especialmente cerca del cuello de esta
gangrena. viscera. No es raro que estas lesiones orgánicas ten
Resolución.—Cuando la flegmasía no está mante gan otro origen dependiente de causas crónicas; pero
nida por la presencia de un cálculo en la vejiga , por comunmente nacen de una inflamación, con parti
un obstáculo cualquiera detenido en la próstata ó en cularidad si es prolongada ó específica. Se reconoce
la uretra, se juzga, como la nefritis, por una orina este estado morboso por los signos que anuncian la
copiosa y puriforme con sedimento blanco, algunas induración (129) ; y podemos asegurarnos de su exis
veces muy tenaz , y que se deposita en el fondo del tencia por el tacto, esplorando la vejiga por el ano ó
vaso; ó por uu sudor abundante, igual y vaporoso. por la vajina. El enfermo esperimenta una sensación
Es muy común que termine repentinamente por la incómoda de peso sobre el periné ; las funciones del
aparición de una erisipela fija y permanente en la órgano afectado , que consisten en recibir, retener y
superficie cutánea. En estos casos, el tumor que for- espulsar la orina , están mas ó menos desordenadas,
maba la vejiga se deprime y se pone flexible, la liebre según el sitio y la ostensión de la induración. Se ha
disminuye, y las escrccioncs alvinas adquieren su li visto que la vejiga adquiere en ciertos casos un vo
bertad. Con todo, muchas veces, después de la reso- lumen enorme, y aumenta por todas partes en densi
luciou, permanece la vejiga algo tumefacta por espa dad y en dureza; de modo, que se esliendo hasta el
cio de mucho tiempo; el convaleciente esperimenta ombligo , haciendo que aun los hombres mas esperi-
una especie de enuresis , ó por lo menos cierta difi mentados la equivoquen con el escirro del útero. Nos<
cultad de retener las orinas. otros hemos observado una induración que ocupaba
Supuración. — La inflamación de la vejiga puede la cara anterior de la vejiga , y que formaba una pro
terminar también por supuración, y mas comunmente minencia notable por encima de los pubis. Cuando
por gangrena. Luego que el absceso ha madurado, el esta alteración orgánica es parcial , la vejiga dis
pus busca poco mas ó menos las mismas vias que en tendida por la orina adquiere necesariamente una
la metritis (227); cuando no se evacúa por la ure forma y una posición diferentes de las del estado
tra, se abre desgraciadamente en el recto , en el pe normal ; la espulsion y la retención de la orina se ha
riné, aun en el mismo útero, á través del peritoneo cen difíciles, y las partes adyacentes son comprimi
y de las paredes abdominales, en las visceras que la das en diversos sentidos. En la induración del cuello,
inflamación ha adherido á la vejiga, y en fin, en la puede ser retenida ó cscretada involuntariamente la
cavidad del vientre , ó en la pelvis, lo que es pronta orina ; algunas veces los enfermos son atormentados
mente mortal. Cuando se abre paso por la uretra con por estos dos accidentes á la vez; la vejiga se dis
las orinas una materia puriforme, como este fenóme tiende entonces hasta el mas alto grado , y amenaza
no puede acontecer en la simple flogósis de los rí ser afectada de parálisis.
ñones y de la vejiga , como puede mezclarse con las Gangrena. La gangrena se anuncia por los signos
orinas un verdadero pus suministrado por la prós que le son propios (138), y por los que indican la
tata y por las vesículas seminales , estamos muy es proximidad de la muerte en el esfacelo de los ríño
puestos ú caer en graves errores si no hemos hecho nes (261). Eu osle estado deplorable , las orinas, que
un examen atento de los síntomas que han precedi se habían suprimido durante todo el curso de la in
do. Nosotros hemos visto que las afecciones reumá flamación , vuelven á ser espedidas sin dificultad. La
ticas, las ¡nllamaciones crónicas y muchas veces he desaparición completa de los dolores hace concebir,
morroidales , y una especie do catarro inflamatorio aun á los médicos de osperiencia , esperanzas falaces,
déla vejiga, suministran, durante meses enteros y pues no larda en llegar la muerte.
sin ningún indicio de ulceración en el interior de 268. Tratamiento. Los remedios que hemos pro
este órgano, una materia perfectamente semejante al puesto en el tratamiento de la inflamación de los ri-
pus, pero viscosa y que sale mezclada con Jas orinas. nones (2621 convienen casi todos en la cistitis. La
Se lia dicho que en los abscesos de la próstata y de aplicación de un gran número de sanguijuelas al pe
la uretra salia el pus gota á gota , ó al menos sin es riné óá las partes genitales, precedida de sangrías
fuerzo alguno para orinar, y que en la supuración de generales , produce ordinariamente un efecto mas
la vejiga la materia purulenta no so escretaba con marcado. En el principio , las aplicaciones frias so
las orinas; poro nosotros hemos observado simultá bre el sitio del dolor , después de las sangrías con
neamente en un mismo individuo la supuración de la venientes, pueden abortar la inflamación. Pero en
próstata y la de la vejiga; por otra parte, sucede al las flegmasías intensas, los relajantes, los baños y
gunas veces que , no pudiendo cerrarse completa las fomentaciones emolientes son preferibles á los
mente el orificio do este órgano, por la presencia do repercusivos. Las lavativas oleosas y mucilaginosas
un tumor desigual situado cerca de su cuello, se son también muy útiles ; sin embargo , cuando la in
destila la orina liabitualmeiito por la uretra, mezcla flamación ocupa la cara posterior de la vegiga, no
da con el pus que proviene de la próstata: entonces pueden administrarse sin dolor ni dificultad, á no
podemos engañarnos fácilmente y creer que la vojiga ser que el enfermo so incline apoyado sobre los codos
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRANK. 167
y sobre las rodillas. El opio, ú pesar do la violencia 209. Réstanos ahora tratar de la inflamación de
do los dolores , no puede tener lugar aquí antes de los miembros y de las articulaciones , lo cual cons
que haya disminuido la intensidad de la iullamacion. tituye el quinto orden de las flegmasías; pero como
Entonces , si el dolor depende de un cálculo ó de un el mayor número de estas depende ordinariamente de
espasmo , se puedo administrar sin temor la tintura causas esternas , y pertenecen mas bien ú la cirugía
tebáica en lavativas ó en una emulsión gomosa. Tam que á la medicina , como la mayor parte de las que
bién puede prescribirse el opio cuando permanezca son del dominio de esta se refieren al reumatismo ó á
uu resto de sensibilidad morbosa , después de la cu la goü, cuyas enfeimedades toman á la verdad en
ración de la cistitis , como sucede á consecuencia de varios casos un carácter inflamatorio, pero que co
la inflamación de los intestinos. munmente no se acompañan de fiebre ni de aparato
Cateterismo. Aunque la retención de las orinas flemonoso , y conservan su naturaleza específica;
sea efecto de la enfermedad , como la irritación oca volveremos á tratar en otra parte de esta obra lo que
sionada por la presencia de este líquido se agrega á nos concierne en este quinto órden de las flegmasías;
la causa de la inflamación ; como por su acumulación nos reservamos también para el principio de la clase
puede distenderse la vejiga basta producir la ruptura siguiente la erisipela , que es el lazo que une á las
ó la parálisis de este órgano y ocasionar de esta ma inflamaciones con los exantemas.
nera los mas graves accidentes , la primera indica
ción deberá ser seguramente la de evacuar la orina
lo mas pronto que se pueda por medio del cateteris
mo. Pero la tumefacción inflamatoria del cuello niega CLASE TERCERA.
Ja entrada á la sonda, y este instrumento no puede
penetrar en la vejiga sin aumentar considerablemente
el dolor y la inflamación , ó sin berir la uretra.
El cateterismo es mas lácil de practicar en la mu Exantemas.
jer que en el hombre , porque en aquella el camino
que tiene que atravesar el instrumento es mas corto GENERALIDADES.
y mas espedito. Pero en el hombre , cuando no se
puede penetrar en la vejiga sin esfuerzo por medio
de una candelilla, de un catéter ó de un bordón, es 270. Muchas veces hemos hecho mención de los
preciso abstenerse de una nueva tentativa que podría exantemas, al tratar de las liebres; pues se encuen
ser fuuesta , y proceder sin demora á la punción. tran con frecuencia en esta clase de enfermedades.
Cuatro son los puntos por donde puede practicarse Sin embargo , no encierran necesariamente en sí la
esta operación; el recto, el periné, el hipogastrio y idea de fiebre , ni constituyen jamás su esencia , ni
ia vajina en las mujeres. Siempre que la vejiga, es son siempre acompañados de ellas. No hay ningún
timadamente dilatada, salga de la escavacion de la exantema que no exista alguna vez sin fiebre; ni tam
pelvis y suba como el útero durante el embarazo por poco hay ninguna fiebre exantemática, que en cier
el abdomen, la operación por el recto ó por el periné tos casos no prosiga su curso sin erupción cutánea,
no tiene éxito : en efecto , la razón nos dice, y la es- con las mismas consecuencias que en circunstancias
periencia nos confirma, que la mayor parto de las opuestas. Los exantemas no reconocen como propia
veces no se pueJe alcanzar á la vejiga; y en este caso, á ninguna fiebre: las que á ellos se agregan, pueden
la punción tiene mejor resultado por encima de los ser continuas , nerviosas , gástricas , inflamatorias y
pubis. En otras circunstancias, el camino será en aun intermitentes.
realidad mas corto por el recto: pero la inflamación, 271. loBA GENERAL SODRB LOS EXANTEMAS. — Los
ordinariamente flemonosa de la cara posterior que exantemas, ya constituyan una enfermedad esencial
está adherida ú este intestino , la necesidad do que ó una afección simpática, tienen su asiento en la su
permanezca la cápsula del trocar en el recto y en la perficie de la piel. Algunas veces aparecen sin formar
vejiga , ó las dificultades de repetir por esta via el la mas pequeña prominencia sobre la epidermis, que
cateterismo, nos obligan á recurrir á la punción pur perinauccc tersa é igual , como antes de la erupción;
el hipogastrio. y otras se elevan por encima del nivel de la superficie
Inyecciones. Recientemente se han recomendado cutánea. En el primer caso, constituyen las manchas;
las inyecciones en la vejiga ; pero por mas suave que eu el segundo, las pústulas, las flictenas, las vesícu
sea el líquido de que se haga uso, la estrena irrita las, los tubérculos y las asperezas. Se manifiestan en
bilidad de la vejiga, para la que la orina es un estí una época fija 6 indeterminada ; ordinariamente son
mulo menos activo que el agua mas pura , aun en el acompañados, y algunas veces precedidos, do un mo
estado de salud, nos hace desconfiar de esta práctica. vimiento febril, y con mucha frecuencia se presentan
Nosotros no creemos tampoco, como algunos otros siu fiebre : también suelen declararse antes de ella, ó
médicos , que se deban disminuir las bebidas para cuando cesa, ó pocos momentos antes de la muerie.
evitar el aumento de las orinas ; pues tememos mas Por último, terminan insensiblemente sin dejar ape
al aumento de la fiebre y la acrimonia , quo la canti nas alteración en la piel, ó por la descamación de la
dad de la orina. epidermis, por la supuración, ó por la ulceración del
No es nuestro objeto dar detalles sobre el trata tejido cutáneo (I).
miento de los abscesos y de las fístulas urinarias que 272. Digresión sobre la piel.—La piel es, por
se establecen cerca del ano y en el espesor de las pa tanto, el asiento de un gran número de fenómenos
redes abdominales. Las úlceras de la vejiga exigen los importantes. Los que la miran como un simple tegu
mismos remedios que hemos aconsejado para la su mento , y no la consideran mas que como el asiento
puración de los ríñones (202), un régimen suave y la del sentido del tacto, ó no tienen en cuenta mas que
dieta láctea. Eu otra parte espondremos los socorros la exhalación y la absorción, que so efectúa en su
que pueden ensayarse para combatir las callosidades superficie, ignoran las funciones do este vasto órgano
y los escirros de la vejiga , ordinariamente reboldes á en el estado de salud, y el papel importante que dos
todos los medios (1).
158 BIBLIOTECA ECONÓMICA
empeña en las enfermedades. La pie! cubre á todo el virtud de las relaciones simpáticas que mantiene 'a
cuerpo ; ella'se introduce por las aberturas naturales, piel con los demás órganos y con las visceras del ab
penetra en su interior, y suministra á varios ór domen. Por esto los mariscos, las ostras de mala ca
ganos una envoltura considerable ; pero el dermis lidad, y aun algunas veces los cangrejos, ocasionan
ejerce funciones que le son propias, y forma un sis diversos exantemas ; y por esto, después de la con
tema particular distinto de la economía general: como cepción, sufre la piel del rostro alteraciones que em
la corteza de los Arboles, ejerce funciones relativas ¡1 panan la belleza. ,
las visceras interiores, y goza de una vida que le es La acción de un vicio ¡humoral en la producción
propia. En virtud de este modo de existir, la piel nos de las enfermedades, sobre todo en las de la piel, se
avisa la primera de las alteraciones que esperinienla demuestra por la manchas cobrizas en la sífilis- por
la salud, de las afecciones del alma , que se espresan la ictericia general ó parcial en las enfermedades
tan perfectamente en las facciones , y padece enfer biliosas ; por los abscesos críticos cuyo asiento está
medades particulares que no deben su origen á las en los tegumentos, y no solo en las fiebres, sino tam
partes interiores. En un acceso de liebre , indepen bién algunas veces en las afecciones crónicas. Aunque
diente de la influencia del corazón . y antes de que estos fenómenos nacen á menudo del vicio de los
este órgano esperimente la acción de las cansas mor sólidos, mas bien que de los humores, hay, sin em
bosas, la piel se contrae, se pone pálida, lívida, ru bargo, casos en que no puede ponerse "en duda la
gosa; el frió se apodera de ella, y persiste íí pesar de alteración de los líquidos y los efectos que produce
la reacción del principio vital ; mas tarde, se estable sobre el órgano cutáneo. Los metástasis que produ
ce en esta membrana un calor urente, mordicante, ce en ciertas ocasiones una solución dichosa en la
seco, que no siempre es producido por el aflujo de peste, la gangrena crítica quo sobreviene alguna vez
la sangre á la periferia; y por lin, esta inundada de en las fiebres nerviosas, no siempre puede esplicar-
sudor en el último estadio. Por el simple tacto puede se por la acción do los sólidos: tnmpoco es siempre
juzgar un médico esperimentado del oslado del en el resultado de una nueva inflamación que entre
fermo y de la fiebre. Pero no es el cambio de tempe tiene la enfermedad principal, y viene en apoyo de
ratura el único fenómeno patológico que nos ofrece la patología bnmoral, que no puede despreciarse á
la piel: la constricción que puede ejercer sobre los pesar de los grandes abusos de que es origen.
músculos, la tensión espasmódica, el estado de rigi Las secreciones morbosas prueban que la causa
dez, de aspereza y de sequedad, de que es suscepti material de las enfermedades, ó al menos de los exan
ble ; le llacidez, el relajamiento que presenta, la iner temas, pueden efectuarse en el mismo tejido de la
cia en que se bailan en ciertos casos sus fuerzas vi piel, sin que haya necesidad de suponer ningún vi
tales; ¡as vanadas alteraciones que sufre, alteraciones cio en la sangre ; es el producto de una irritación
que no pueden espresarso, sirvan á menudo de base que no puede referirse á la epidermis inorgánica é
al diagnóstico y al pronóstico. Algunas veces se cam insensible, sino que tiene su asiento en los folícu
bia el color y estado de la piel .nucho tiempo antes los, las papilas, los nervios, los vasos y en el cuer
de la invasión do una enfermedad grave; los fonticu- po mucoso del dermis. Por efecto de esta irritación,
los, las úlceras y las eflorescencias se secan , y se los capilares sanguíneos ó linfáticos so distienden,
decolora, se marchita y se arruga. De la misma 'ma se rompen ; los líquidos quo contienen se estrava-
nera el jardinero observador, por la inspección de la san en el tejido oelnlar por debajo de la epidermis,
corteza de los árboles, á quienes embellecen aun las y forman, cuando la efusión es mediana, equimósis,
flores y los frutos, reconoce las enfermedades de que manchas y cardenales; pero cuando un estímulo in
están amenazados. flamatorio ó de otra naturaleza lleva su acción so
273. Causas generales de los exantemas.—Se bre los folículos y las papilas cutáneas, y altera la
gún lo que antecede, los exantemas y todas las eflo secreción que elaboran, resultan asperezas , granos,
rescencias cutáneas tienen de común el depender tubérculos, pequeños abscesos y flictenas. Se en
unos y otras, ora de la influencia simpática de 'las cuentran algunos ejemplos de estos dos órdenes de
primeras vias, ora de la alteración de los humores y fenómenos en las manchas que determinau las pica
de una materia acrimoniosa que depositan en la piel; duras de los mosquitos, por la efusión de una cor
algunas voces del vicio del mismo órgano cutáneo, y tísima cantidad de sangre , cuyas manchas son
otras, en fin, de un principio contagioso que desde perfectamente semejantes á las petequias ; en los
luego ataca la piel y en seguida toda la economía. granos ardientes y numerosos, y en los barrillos
La influencia recíproca de las visceras abdominales que son producidos por el calor del sol, suprimiendo
sobre la piel se esplica por la continuidad de tejido; una traspiración acrimoniosa , en la ampolla que
por otra parte, los nervios de la médula espinal , que sobreviene por la aplicación de las cantáridas en
forman ganglios sobre los lados de cada vértebra al la superficie cutánea , en los tumorcíllos pruri-
salir del canal vertebral, no se distribuyen solamente ginosos, ocasionados por el contacto de las ortigas,
en las visceras, juntamente con los intercostales, sino y en los pequeños abscesos que se forman alre
que también suministran filetes á les músculos y á los dedor de una espina casi imperceptible implantada
tegumentos inmediatos. En virtud de esta disposición en la piel, etc. No nos sorprendemos , por lo tanto,
anatómica, las estremidades pierden , cuando existe al ver en la base de una ancha pústula cutánea fo
un dolor muy intenso* de los intestinos, el movimiento lículos que se ponen tumefactos ó se llenan de una
y el sentimiento; la retención de los vermes intesti materia purulenta, y papilas ó glándulas linfáticas
nales en el vientre determina el prurito en las nari que se inflaman y supuran: en estos casos todo es
ces , y dolores semejantes á los reumáticos en los producido por la" irritación. No es creíble quo las
miembros. La acción evidente de los antimoniales y glándulas estén organizadas para la secreción de una
de los opiados sobre el órgano cutáneo , y su propie inateria morbosa J en la máquina animal, todo cons
dad sudorífica, parecen ser resultado de "la irritación pira á mantenerla salud, y no hay en ella ningún
de Ins nervios abdominales, comunicada simpática instrumento destinado á un uso tan pernicioso. Lo
mente á los del dermis. Los remedios cscirantesy los que sucede es que nuestros órganos, destinados á llenar
astringentes, que, después de introducidos en el esló- las funciones que la naturaleza les ha señulado, con-
i la
DE MEDICINA V CIBDJÍA.— FRANK. 159
mismos: adornas, un vicio específico no supone ne este número á las petequias, podríamos citar á la mi
cesariamente un humor, un órgano que le sea pro liar, que se nos ha presentado, raras veces en verdad,
pio; la irritación particular que determina su presidi con este carácter. La benignidad ó la malignidad de
da en un punto cualquiera, con el concurso de las los exantemas se determina por la fiebre que los pro
circunstancias que fiau presidido ú su formación, duce ó los acompaña, por la constitución del enfer
basta para favorecer en aquel punto el desenvolvi mo ó por la naturaleza de las causas. Su marcha no
miento de un gormen morboso semejante, después do es siempre aguda, algunas veces es crónica, como en
un cierto período de incubación que no puedo deter la erisipela habitual y la púrpura, que dura años en
minarse por las leyes conocidas de la naturaleza. teros. En los lugares bajos y húmedos, y en los que
274. Carácter particilar de algunos exantemas. están espuestos á un sol abrasador, son mas comunes,
Respecto á las secreciones morbosas, existe una dis en genoral, las enfermedades cutáneas, casi endémi
posición particular en la economía. El organismo pue cas; también se acompañan frecuentemente de exante
de responder á ciortos estímulos específicos , en to mas las fiebres que reinan en esas comarcas. Con
dos tiempos y todas las veces que sufra su acción, todo, un sinnúmero de estas erupciones mas bien re
y se manifiestan síntomas propios de la causa ma conocen por causa el método curativo que se emplea
terial y se engendra un principio irritante de la mis contra las fiebres, que la naturaleza riel clima. En
ma naturaleza. Otras veces la economía es insensible efecto, desde aue ha docaido el uso de las sustancias
á la impresión reiterada de causas no menos especí» que provocan ios sudores en cualquiera especie de
licas á contagiosas; y esto es lo que se observa cuando liebre , y se dedican mas los médicos á combatir las
el individuo lia padecido otra ve/, la enfermedad: saburras, son mas raras las erupciones sintomáticas
entonces casi nunca padece una nueva infección, éo todos los paises. Pero hay circunstancias en quo se
aunque las circunstancias sean las mismas. Así se manifiestan los exantemas cjii un carácter epidémica;
ve que por un nuevo comercio con una mujer infec y entonces no pueden preservar de ellos ni el trata
tada del virus venéreo , por el contacto con un sar miento mas sabio , ni el mas esmerado aseo, ni el aire
noso , una persona que acabe de curarse de la sífilis mas puro, ni la temperatura mas moderada, ni los eva
ó de la sarna, contraerá aun estas enfermedades; al cúanos administrados en las épocas convenientes.
paso que la viruela y el sarampión no atacan mas Por último, hay exantemas que no abandonan jamás
que una vez. Li>s nodrizas están, como todos , ai su sitio primitivo, y ocupan siempre el mismo lugar:
abrigo de una nueva infección variolosa , y si sus tales son las petequias, la miliar, la viruela y el sa
mejillas, sobre las que el niño apoya continuamente rampión. Otros se limitan en el principio á una super
la cara, presentan algunas pústulas, no tienen carác ficie de corta estensiou, y se estienden muy luego
ter contagioso, y jamas producen una erupción gene como la escarlatina y la erisipela; ó dejando de im
ral. Se lia dicho que la peste, hi escarlatina y la co proviso su primer asiento, se manifiestan rápidamente
queluche seguían la misma ley ; pero esta aserción y con igual intensidad en otro punto. Pero estos dos
carece de fundamento. La esperiencia nos enseña géneros de exantemas no se desarrollan siempre con
que ciertas enfermedades exantemáticas ó depen la misma regularidad; algunas veces no llegan al tér
dientes de una secreción morbosa preservan á los mino que le es propio, y otras desaparecen entera
individuos que acaban de sentir su primera impre mente sin dejar vestigio alguno.
sión ó de curarse de ellas, del ataque de otras enfer 275. Causas determinantes. — Según lo que aca
medades que reinan al mismo tiempo. Su inlluencia bamos de decir, puede ya entreverse las causas do
preservativa dura mientras tienen bajo su imperio la los exantemas. El mayor número de ellos trae su orí-
constitución atmosférica. Pero no sucede esto con Í[eil de las saburras; pero los sudores artificiales pro
todos los exantemas; por ejemplo, con la viruela y el pagados quo ponen la piel en un estado de mace-
sarampión : se cree muy á menudo que preservan racion, y el .calor soco del lecho, establecen en el
de la enfermedad reinante al mismo tiempo, y es que órgano cutáneo una modificación que basta para pro
lia recorrido su marcha en la convalecencia con tal ducir los exantemas iudependicntemenlu de ningún
prontitud , que so ha escapado á la observación. vicio del sistema digestivo. La laxitud, la delicadeza
Confesamos francamente nuestra ignorancia sobro la y la blancura de la piel en las mujeres, en los niños
causa de estos fenómenos. El carácter contagioso de y en los hombres que tienen los cabellos rubios, son
la viruela y del sarampión no puede esplicaruos por también una causa predisponente. Todo lo que sea
qué estas dos afeccioues no atacan ordinariámente capa/, de suprimir la traspiración ó el sudor puede
por segunda vez; y decimos ordinariamente, porque determinar las erupciones cutáneas : el pasar de un
las enfermedades que ofrecen esta particularidad se clima frió á otro cálido, en donde se está espuesto á
apartan alguna vez de la regla general. la acción del sol, á sudores incómodos, ocasiona una
Especies. Hay exantemas que deben su origen al erupción general de granos pruriginosos , sudamina,
contagio: pero los hay también que dependen de cau hyaroa, cuya repercusión es peligrosa. Lo mismo su
sas accidentales y no provienen de ningún gérmen cede á otros individuos por el uso de baños irios en
particular. Los exantemas de este último género son la estación del calor. La aplicación de un emplasto,
por lo común sintomáticos de la liebre; en los del de un linimento durante algunas horas cu las personas
primer género, como h viruela y el sarampión, es la i ue tienen una piel muy sensible, produce pústulas,
liebre sintomática del exantema. Pero lodos pueden I ictenas y algunas veces una flogosis erisipelatosa,
manifestarse sin movimiento febril ó acompañarse de yuizás por esta razón están mas espueslas á padecer
una (iobre cualquiera, primitiva ó sintomática. Los ciertas erupciones las partes sometidas habitualmente
exantemas deben , pues, dividirse en febriles ó infe á la impresión del frío atmosférico, como la cara y las
briles, aunque el paso de un género al otro es muy manos. La plétora general ó local es una de las cau
fácil. Los primeros no son esenciales ; como todos los sas mas frecuentes ; esto lo demuestran las pústulas
síntomas, no proporcionan ningún alivio á la afección que se manifiestan en la frente de los sugetos pictóri
principal , y muchas veces no se presentan mas que cos; principalmente á consecuencia de escesos come
cuando la enfermedad ha llegado á su mayor inten tidos en las bebidas espirituosas, y de la supresión de
sidad. Sin embargo, nosotros tenemos ejemplos de las hemorragias; las manchas cobrizas que ocupan la
exantemas criticas en las fiebres ; si no nos atrevió- nariz de los que se entregan á la hebilla, y en fin, la
ramos, según nuestra propia esperiencia, á poner en petequia. y la miliar que se observau algunas veces
160 BIBLIOTECA ECONÓMICA
en las fiebres inflamatorias, sin ninguna alteración su curso, si el corazón no mantiene por su influen
en la consistencia de la sangre , que se concreta cia el trabajo local. As!, entre los exantemas críticos
al salir de la vena, y se cubre de una costra sólida. una erupción fácil que no se presenta antes de la
Debemos suponer la acción nerviosa y un principio cocción, ni demasiado tarde, l;.s pústulas, los absce
contagioso, cuando los exantemas febriles reinan epi sos pequeños que llegan & madurar, deben hacer con
démicamente, sin que sean favorecidos por un estado cebir csperxnza, cuando la piel conserva en los inter
saburra! ni por los errores del médico; ya porque valos un color vivo. Pero et color lívido 6 negruzco,
la causa meterial de la fiebre lleve su primera im las manchas, ¡a palidez de los granos, el aplanamien
presión sohre la piel, y en consecuencia se deposito to de las pústulas quo se vacian, y que no están ro
en su superficie, ya porque el vehículo sutil del prin deadas de una aureola roja ó bermeja; el edema, el
cipio contagioso atraiga todos los movimientos hácia color de ceniza en los intermedios, anuncian el aba
la periferia. Observemos de paso, que el arte imita timiento de las fuerzas, una imperfecta maduración,
en ciertos casos á la naturaleza, provocando sudores y algunas veces la inminencia de la gangrena. Con
que cspelen felizmente por la piel la causa de la lio todo, pueden efectuarse en el color de un exantema
bre y de los exantemas, cuyo método no conviene mas cambios muy variados y que no tienen gran valor,
que en los primero- momentos de la enfermedad y y también hay casos en que la gravedad aumenta á
en los individuos que no sean caquécticos. pesar del aspecto satisfactorio de la erupción; y por
Hasta ahora, nada prueba do una manera satisfac último, en circunstancias favorables, aparecen petes
toria que el principio de los exantemas en las fiebres quias lívidas, negruzcas y que varian en poco tiempo
nerviosas sea de naturaleza pútrida. Esta opinión de color multitud de veces sin consecuencia alguna
está desmentida por las viruelas, el sarampión be fatal.
nigno, y por la tendencia de estas afecciones al estado En general, cuando los exantemas primitivos lian
inflamatorio. No es dudoso que las saburras pútridas terminado su erupción, y no disipan ni calman la
dejando producir muchas veces erupciones sintomá liebre, sino que, por el contrario, aumentan en intensi.
ticas; pero no es creíble que la reabsorción lleve es dad; cuando se acompañan de dolores violentos en
tas materias saburrnles á la masa sanguínea, y que los lomos ó en los miembros, de estrema sensibilidad,
conserven allí su carácter de putridez. Los exante sin ningún signo de plétora ni de saburras, de deli
mas dependientes de esta causa no se diferencian de rio, de lipotimias ni de convulsiones, se pueden con
los producidos por otra cualquiera, como los que de siderar como muy graves.
ben su origen á los mariscos y á las ostras. La putri No existe ningún' signo cierto y patognomónico
dez general tampoco se observa mas que en las erup que anuncie la erupción próxima de un exantema;
ciones que se manifiestan en la agonía, cuando la vi es preciso que el carácter conocido de la constitu
talidad de la piel está casi apagada, ó en el cadáver. ción reinante confirme el valor de los síntomas que
Asiento particular de algunos exantemas—igno pueden hacerla presumir.
ramos qué causa obliga á los exantemas, sobre todo Los exantemas no son graves por sí mismos , sino
los esenciales, á establecer su asiento en una parte por la fiebre que los acompaña. Aun las erupciones
con preferencia á otra cualquiera: tampoco sabemos contagiosas están exentas de peligro, cuando se sos
por qué las erupciones crónicas están sometidas á la tienen y son bien dirigidas las fuerzas vitales. El
misma ley; pero esta es una verdad de observación. virus de una viruela confluente del peor carácter no
Con efecto, el virus sifilítico, sea cualquiera el órga produce, cuando se inocula, una erupción maligna.
no que reciba la primera impresión, afecta con espe ¿Pero, por qué se asocian este año las viruelas, el
cialidad las partes genitales, la garganta, la piel y sarampión, la escarlatina , sin que pueda hallar una
los huesos; la sarna uo se manifiesta jamás en la cara, causa manifiesta en el enfermo ni en ninguna otra
sino en las manos y en otras partes de la piel; el circunstancia, con una fiebre nerviosa , y al siguiente
escorbuto ataca con preferencia las encías; las virue con una fiebre inflamatoria ó gástrica? Este es uno
las se establecen con particularidad en la cara; el sa de los misterios cou que se presentan las epidemias,
rampión sobre la membrana mucosa de la garganta, y el cual no podemos esphear por el estado de la
de los pulmones y de los ojos; y la escarlatina, en la atmósfera. La tcstura de la piel mas ó menos floja,
garganta al principio, y al fin en el tejido celular mas ó menos densa , y su sensibilidad, varian según
subcutáneo. los individuos; y esto será quizás lo que hace fu
276. Pronóstico.—El carácter de los exantemas nesta á la viruela en ciertas familias y en los adultos,
no se puede reconocer por los efectos que siguen & y lo que contribuye á que el desarrollo de las pús
sn desaparición ó á su relropulsion al interior. Mu tulas sea mas difícil. Pero estas consideraciones no
chas veces desararccen los exantemas sintomáticos pueden esclarecer la cuestión que nos ocupa; y las
sin que sean seguidos de ningún cambio manifiesto en dificultades acrecen mas aun, cuando vemos que en
la enfermedad, y vuelven á aparecer sin producir un medio de una constitución eminentemente maligna,
. »lmo sensible. En los exantemas críticos, ó en aque la inoculación de la viruela comunica una infección
llos qúe se llaman primitivos ó esenciales, se agravan benigna.
6 menudo los síntomas considerablemente, cuando Tratamiento.—Comunmente se ve que los exan
la erupción se aminora ó vue've á presentarse; pero temas sintomáticos, ordinariamente febriles, exigen
los accidentes que entonces se declaran, pueden per el mismo tratamiento que las fiebres "de donde pro»
tenecer, tanto ¡i la causa que ha perturbado lu marcha ceden. Pero los exantemas esenciales reclaman otras
del exantema, como á la acrimonia de la materia re consideraciones : como comprenden una infinidad de
percutida. Sin embarga, hay casos en que el humor pormenores de que era imposible hacer mención eu
repercutido y trasladada al torrente circulatorio lle ta historia de las fiebres , es necesario esponer aquí
va evidentemente su impresión sobre las visceras, y estas afecciones cutáneas, estudiarlas de una manera
produce electos tan activos, que no pueden atribuir profunda y cada una en particular , á fin de estable
se los desórdenes á las causas de la relropulsion, sino cer su diagnóstico y su terapéutica. En efecto, ade
ú la materia de esta metástasis funesta. mas de las consideraciones que reclama la fiebre con
Los exantemas críticos y los que recorren todos sus comitante, hay muchas otras quo se refieren á las
'os en la piel, tienen una marcha acl ' diversas especies y á los diferentes periodos de los
tañados
DE MEDICINA Y CIHUJÍA.—FRANK. 161
ile una misma fiebre, no exigen un mismo tratamien que flemonosas. A consecuencia do la cstirpacion de
to. Siguiendo nuestro plan, vamos á describir en un cáncer oculto de las mamas , practicado con toda
primer lugar, los exantemas que ordinariamente so la destreza posible, se ha observado alguna vez una
elevan poco ó nada sobre el nivel de la superficie erisipela cutánea casi en todo el cuerpo, y por último,
cutánea, y son , por decirlo así , superficiales (ñus), una peripueumonia mortal. Hecha la autopsia apare
tales como la erisipela, la escarlatina, la urticaria y cieron los pulmonos erisipelatosos : presentaban un
las petequias ; y en segundo lugar espondremos los color rojo vivo, no estaban endurecidos, sino sumer
exantemas escabrosos (scabreux) que sobresalen so gidos en una gran cantidad de serosidad. La mayor
bre la niel, y son , la miliar, la viruela , el saram parte de las peripneumonías malignas tienen el mis
pión, el pénfigo y las aftas. mo carácter y después de la muerte, que es su con»
secuencia, no se hallan los pulmones hepatizados ni
ORDEN PRIMERO. mas pesados. Por lo tanto, no nos será permitido du
dar de la existencia de la erisipela interna ; pero los
EXANTEMAS SUPERFICIALES. signos que caracterizan esta flogosis y la distinguen
de la inflamación flemonosa, no pueden deducirse de
GENERO PRIMERO. los síntomas. La repercusión de una erisipela esterna,
la estensiou de la ilogósis del interior al eslerior, el
Erisipela. carácter de la constitución epidémica reconocido por
la inspección cadavérica, el estado caquéctico del su-
278. La erisipela es la mas común de las afeccio geto y su predisposición á este género de flegmasías,
nes de la piel , y se aproxima tanto á las inflamacio y en fin, las cansas á que ha estado espuesto, las cua
nes como á los exantemas. Los síntomas que lu ca les no parecen propias para determinar una inflama
racterizan son los siguientes : al principio , sensación ción verdadera, son las fuentes del diagnóstico.
desagradable en el punto en que se haya de estable Pero la distinción mas esencial de la flogósis eri
cer , bien pronto dolor ardiente, color rojo claro que sipelatosa se deduce de la naturaleza do la liebre
tira á pálido ó á amarillo, esparcido con igualdad, re concomitante, que puedo ser nerviosa, gástrica é in
luciente y que desapai ece por la presión del dedo para flamatoria. La erisipela flemonosa es susceptible de
volver inmediatamente después que cesa la presión; esta complicación, como la erisipela simple; pero no
ningún tumor sensible al tacto ni ú la vista, algunas siempre se asocia á una fiebre inflamatoria pura: y
veces flictenas. Ordinariameuto sobreviene fiebre, esto se prueba por las metástasis que sobrevienen
pero en otras ocasiones no se manifiesta ningún mo en las fiebres nerviosas, que se refieren manifiesta
vimiento febril. La erisipela se estiende con facilidad mente á la erisipela flemonosa, y la fiebre que las
á las parles inmediatas ; puede trasladarse de un acompaña no tiene por lo común un carácter esté
modo imprevisto á puntos muy distantes, desaparecer nico. La erisipela simple marcha ordinariamente con
totalmenle, escepto por uua supuración maligna ó ul un aparato nada equívoco de fiebre gástrica, de don
cerosa; mas comunmente tiende á la gangrena, se de muchas veces trae su origen ; pero no hay razón
guida de la esfoliacion de la epidermis. para que solamente por el color flavescente que pre
279. Cuando esta afección es simple y se aproxima senta la erisipela, so considere que la bilis es su cau
á los exantemas, se limita, como acabamos de decir sa, y se deduzca que este humor ha pasado á la masa
lo, á la superficie cutánea; pero cuando mas bien sanguínea. Siempre que á estos síntomas vengan á
constituye una inflamación verdadera, y entonces se agregarse regurgitaciones y vómitos amargos, se pue
denomina erisipela flemonosa, penetra profundamente de afirmar con seguridad el carácter gástrico de la
en el tejido celular subcutáneo , presenta una ru afección. La erisipela simple en los sugetos pletóri-
bicundez mas oscura, con calor quemante, una tu cos, puede complicarse con la fiebre inflamatoria;
mefacción bastaute sensible , sin ser circunscrita, y algunas veces enmedio de los síntomas que anun
en su medio convexa, y afectando la figura de un cian el desórden del estómago, y á pesar del color
cono, cuando hay tendencia á la supuración ; cuyo flavescente de la piel inflamada, la fiebre es nerviosa
término no es tan raro en esta especie. También y la flogósis tiende rápidamente á la gangrena.
puede establecer su asiento en una parto edematosa, Hay casos en que la erisipela no se acompaña do
y entonces se observa un color mas pálido, una rubi fiebre alguna; esto es lo que se observa en el erite
cundez sanguínea alterada por la trasparencia de la ma do los modernos, y en la erisipela habitual que
serosidad ; la piel couserva la impresión del dedo se presenta por accesos, algunas veces periódicos y
hasta que ha adquirido un cierto grado de endureci ordinariamente sin grande intensidad , y en la erisi
miento ; y á esta se la nombra erisipola edematosa, pola producida por causas esternas y ligeras.
lu cual pasa fácilmente á la gangrena. Muy frecuentemente es esta afección epidémica;
Los antiguos admitían una erisipela interna que entonces son sus causas muy oscuras. Ocupa las par
ocupaba la superficie de las visceras , y los moder tes internas ó esternas, y se presenta bajo formas mas
nos ponen en duda su existencia. Sin embargo , nos variadas; ya bajo la de inflamaciones supeificiales,
otros hemos visto encefalitis, otitis, peripneurr.onias, que se llaman catarrales, y que tienen su asiento
enteritis y varias otras inflamaciones que terminaron en la membrana mucosa de" la nariz, de la garganta,
por la aparición de uua erisipela á la superficie de la del oido interno, de la tráquea, de los bronquios, del
piel: hemos visto también que la flogosis erisipela* estómago, de los intestinos, de la vejiga, de los órga
tosa se propaga, sin abandouar su primitivo asiento, nos genitales ó en el cuerpo mucoso del dermis.
desde las partes genitales hasta el útero, desde la Sin embargo, la erisipela es por lo común esporádica;
cara á la garganta , á la tráquea, á los pulmones y á ya es fija en una parte estorior, ya ambulante y mo
los órganos internos. La autopsia nos ha demostrado vible.
que las inflamaciones de la uretra , de la vejiga, de Puede ser idiopática ó sintomática, y los fenóme
la vagina, del útero, de los ovarios , délos intestinos, nos que la caracterizan varían según el lugar que
del estómago, del hígado, de la pleura, de los bron ocupe.
quios , del pericardio , y aun del corazón y de los Algunas veces es crítica : en este mismo año he
Bus mos visto en el hospital do Milán que varios enfor
162 BIBLIOTECA ECONÓMICA
ron por la aparición de una er isipela de la cara; pero trar por el órgano nasal; las orejas están rojas y
es mas frecuente que se establezca una feliz metás relucientes. Al segundo ó al tercer dia de erupción
tasis sobre un órgano menos esencial á la vida. Hará la cabeza se pone muy abultada, de un rojo oscuro,
vez liemos observado la erisipela universal, que ocu con dolor intenso, sensación general de prurito, y
pa á la vez toda la ostensión de la superficie cutá- como si chivaran alfileres, según la espresion de
nea¡ pero hemos visto que la flogosis se estiende los enfermos. Muchas veces sobreviene un adormeci
sucesivamente y poco á poco 6 todas las partes del miento profundo y letárgico, musitación ó delirio
cuerpo. En ciertos casos se presenta en una parto furioso, producidos simpáticamente ó prtr la propago-
cualquiera del tronco ó en casi toda su circunferén- cio.'i do la flogósis al cerebro ó al cerebelo. También
cia una erupción pustulosa circular, y esta es la tona se suele comunicar la inflam ación á la garganta, rt lo
ó soster. trompa de Eustaquio, y el enfermo se queja de dobl
280. Descripoion. La erisipela puede presentarse en la oreja y de dipnea, la deglución es difícil, algu
antes que la liebre princicipal , al mismo liempo, y nas veces se presentan vómitos biliosos y erugino-
sobrevenir dos, tres ó cuatro dias después. De veinte nos, ordinariamente sintomáticos. Como no puede
personas afectadas de esta enfermedad, y cuya historia efectuarse la respiración mas que con la boca abierta,
recogida en el Instituto clínico tenemos á la vista, se pone la lengua estrelladamente seca, casi negra.
dos fueron atacadas de la erisipela antes que de lu Mientras que la epidermis se desprende y cae en esca
fiebre, seis poco tiempo después del calor, y doce al mas furfuráceas , se sostiene la flogósis en otros pun
segundo ó al tercer dia do liebre. Es digno de notarse tos, sobre todo en la nariz y en la frente, y adquieren
que entre estos veinte enfermos se encontraban dies un color lívido, lo cual luíce que la fisonomía del
y seis mujeres. enfermo tenga una opurierteia horrible, y le pone des
Según la sensibilidad y las relacione^ simpáticas de conocido. Los mismos fenómenos se presentan en
la parte afectada, son nías ó menos numerosos los ciertos casos en el Cuero cabelludo: la tensión de la
sintonías. Ordinariamente se anuncia la invasión por pial Inicia el occipucio hace Casi imposible el decú
un escalofrió intenso qaedura algunas horas; es raro bito supino, al mismo tiempo que la rubicundez, el
que este no preceda, eualquieru que sea su grado. dolor y el infarto del pabellón rio la oveja impiden el
Inmediatamente se declara un calor considerable con decúbito lateral.
cefalalgia, ) es reemplazado por el sudor al cobo de Los síntomas de la erisipela no son tan intensos
veinticuatro horas. Con frecuencia se presento si se cuando esta ocupa las demás partes del cuerpo ; la
gundo dia otro escalofrió semejante al primero, se tumefacción pocas veces es tan considerable , á no
guido de calor y do cefalalgia, ó bien alternativas de ser que presente el carácter flemonoso. Pero la eri
frió ó de calor. Por la tarde se eleva la temperatura sipela del escroto ó del prepucio en el fimósis se ter
de un modo notable; hay anorexiu, amargor de boen, mina á menudo por unu gangrena rápida-, tiuibien es
náuseas, regurgitaciones, vómitos, inquietud, insom de temer este acciden.c cuando la flogósis lidie su
nio, y en los niños adormecimiento, y alguna vez asiento en la piel que cubre inmediatamente los hue
convulsiones. Eumcdio de estos síntomas, produci sos, como en la cara anterior de la tibia, ó lus car
dos por la materia irritante al ser eliminada, ó que tílagos, como en la oreja ; la tumefacción en estos
suceden ó su espulsion, Aparecen los síntomas d« la casos no es muy grande. En otras ocasiones, cuando
fiebre reinante, nerviosa, gástrica ó inflamatoria, las la inflamación es menor, cuándo la fiebre no es ma
mas veces complicada, y ios cuales han sido ya es ligna, ó es ligera, ó no existe, los síntomas son mas
puestos en otro lugar. lííi general, hay sed, sequedad moderados.
de ia lengua y constipación: el pulso está concentra Pero no hay que confiar en la erisipela, por ligera
do y duro en razón del dolor y del espasmo ; puede que sea la flogósis : su movilidad es estrema y su
ser blando, frecuente y Helio, y en ciertos eiisos se metástasis muy fácil. Aunque es poco intensa e;i la
aparta poco del estado normal." parte en que se desarrolla primitivamente, se suele
Sea cualquiera la época en que se presente la eri acompañar de síntomas graves en el órgano adon
sipela, so matiiliesta en la parte libelada Una sensa de 9e trasln la. Entre los' numerosos ejemplos que
ción de peso y de calor, y en seguida de prurito y de podemos citar en apoyo de esta aserción, referiremos
quemadura. Si la cabeza está amenazada de padecer un hecho que se nos ha presentado recientemente.
la flogósis, se espurimenta un doh r pungitivo en los Acabamos' de observar en una mujer una erisipela
ganglios cervicales y en las parótidas, las cuales se que so le presentó al dia décimo tercero: la flogósis
infarlan y no pueden soportar el menor contado. Si se manifestó primero en la cara, de aquí se trasladó
lá erisipela va ó atacar las estremidades, suceden los al pie, poco después del pie al muslo, de donde vol
mismos fenómenos en los ganglios axilares é ingui vió á la Cara; en seguida pasó á los intestinos , para
nales, lo cual suele acontecer también cuando se es repetir otra vez en el pie: desde esta parte fue al
tablece la inflamación, aunque ocupe una región muy costado y al pulmón; y por último , se lijó sobre el
distante de ellos. El Color rosado, de que hemos he cerebro, produciendo tina metástasis mortal.
cho mención, cubre al principio unu corta ostensión 281. La aparición de flictenas ó vesículas y do
de la piel, y se propaga en seguida por toda su su ampollas llenas de nna serosidad ordinariamente
perficie. Cuando la enfermedad afecta los Órganos amarillento, algunas veces rojizas, que se elevan so
interiores, especialmente las membranas, se anuncia bre la piel inflamada, agrava mucho la erisipela: es
por los síntomas propios de las diversas inflamacio to es lo que constituyóla erisipela pustulosa, ó vesi
nes internas, con particularidad de las Inflamaciones cular, pero que no forma una especie distinta. Nos
complicadas. otros hemos visto aparecer con frecuencia estas vc-
Erisipela ñu la cara. I.a erisipela de la cara es la BlcuftlS desde el primer dia y presentar el volumen
mas frecuente: por lo regular principia en una meji de un huevo de paloma ó de gallina. A veces se ase
lla, se propaga eli seguida á la frente, ó al cuero ca mejan á las ampollas producidas por los vejigato
belludo. La tumefacciones muy considírable : los rios, ó por las quemaduras, y ocupan una superficie,
párpados prescutan una especie de infai to edemato ancha, y otras veces son simples flictenas , aisladas ó
so, y cubren enteramente los ojos, que están inyec- confluentes.
fiel mismo modo míe la nrnncien de la erisipela no
DE HEDtóUtA T CIRuJIa.— FllANK. 163
uuycn hasta que lia cedido la tumefacción , así la un escalofrió intenso, al cual sucedió calor, cefalal
aparición de las vesículas no calina la erisipela. Estas gia, tos, dolo! é inflamación erisipelatosa de la gar«.
vesículas se rompen algunas Veces espontáneamente pauta; pulso apenas frecuente , p. ro duro ; la lengua
desde el primer diu;el contado del aire concreta una se puso negra; la debilidad era estrema, y el delirio
parte del humor linfálicoquedejan escapar, ydeaquí muy pronunciado. Al tercer dia se lo sangró, y pro
resultan costras duras, flavescentes , y que en segui dujo tan buen efecto la evacuación sanguínea , qile al
da se vuelven morenas ó negras: aumentan conside dia undécimo un sudor copioso puso término & la en
rablemente la tensión y la irritación; en ciertas oca- fermedad.
siones se segrega do ellas una serosidad corrosiva 284. Erisipela iiabítual.— Las mujeres en quienrg
que ulcera profundamente la pie1; en otros casos for está suprimida la menstruación , los individuos ca
man costras de mas de una pulgada de espesor que quécticos y los viejos, suelen estar sujetos á una eri
cubre la parle inflamada , la comprime, la irrita y sipela habitual, que repite periódicamente por !a
puede atraer sobré ella la gangrena. primavera ó por el otoño, y aun mensualmente. Pir
foco importa que la flogosis disminuya en un pun lo regulares poco intcusi y no se acompaña de lie
to, si al mismo tiempo no se calman el dolor y la bre ; en las piei iias^es donde generalmente reside.
fiebre, porque es muy frecuente que cese la infla Después de varios ataques repetidos en el mismo
mación en una parte para presentarse en otra. punto, produce muchas veces úlceras rebeldes, ó un
Según la intensidad déla erisipela, sobreviene al endurecimiento irresoluble, que se acompaña del ede
fin del cuarto ó del quinto día de la eruncioii , algu ma del pie.
ñas vecos hacía el sesio, sétimo ú octavo, un mador 285. Erisipela edematosa. — La erisipela ataca
en la piel, 6 sudores nocturnos, 6 bien una diarrea, con preferencia las partes debilitadas por una alcc-
una hemorragia nasal, 6 simultáneamente un sudor cion crónica , especialmente los miembros edenialosrs
general con orinas de sedimento puriforme Estos dolos hidrópicos, y cntimaspaiticularídad las piernas.
fenómenos anuncian que la fiebre y la inflamación se Sobreviene espontáneamente, ó á consecuencia de
lian disipado. La parle inflamada se pone pálida , la escarificaciones, y manifiesta una tendencia marcada
rmis se desprende en escamas fnrruniceas , y á la gangrena , cuya disposición so anuncia por un
dias no queda vesticio alguno de flogosis, dolor muy vivo, por un color rujo, brillante, y que
ndo lo erisipela lia atacado varias parles su muy pronto se convierte en lívido ó aplomado. Esta
cesivamente, sobrevienen los fenómenos críticos al especie de la erisipela ataca las partes genitales de
go mas tarde ; y aunque la descamación se efectúa la mujer, y v\ escroto en los hombres, cuando existe
aquí y allí, se difiere la crisis hasta el día undécimo en estos puntos urt estado edematoso.
ó décimosesto. Eu la erisipela ligera no suele pre 286. Zosa.—La zona, soster 6 circinieus, es una
sentarse ningún fenómeno crítico. especio muy singular de erisipela . aunque muy rara,
282. Erisipela flemososa.— La erisipela llemo-. que nosotros hemos observado solamente cuatro ven
nosa no se diferencia de la simple mas que por su ces. La primera la padecía una niña: esperimentó por
intensidad)' por la profundidad de su asiento. Ordina espacio de algunos dias dolores , al parecer reumáti
riamentese acompaña de la fiebre inflamatoria; pero cos, eu el brazo izquierdo. En seguida sobrevino un
no siempre tiene lugar esta asociación; El color de dolor muy intenso en el mismo lado, por debajo de
la pial es mas oscuro, como lo hemos dicho en la la espaldilla, y sin alteración en la piel. Ciflrtro dias
erisipela de la cara, que es por 16 común de esta na después, color purpúreo, de lacstensinn de la palma
turaleza, y como se observa en la inflamación erisipe de la mano; sensación de ardor; aparición de vesícu
latosa de las articulaciones y de las mamas en las las, que tenían á lo mas el grosor de un guisante , se
mujeres. El tumor es mas profundo y mas duro; el mejantes á las pústulas de las viruelas, muy numero
dolor evidentemente lancinante y pungitivo , pero sa, implantadas profundamente, confluentes, en forma
siempre ardiente. Si In liebre es inflamatoria, el pulso de racimos en ciertos puntos, y llenas de una sero
es lleno, duro; se manifiestan todos los síntomas de sidad flavescente. Esta erupción descendía oblicua
esta fiebre, asociados por lo general á los fenómenos mente en la ostensión que hemos dicho , por debajo
gástricos. de la mama izquierda , y desde la espina dorsal hasta
El paso .; la supuración es fácil , sobre lodo en la la región precordial. K medida que la erisipela se
primavera: nosotros le hemos observado aun en la desarrollaba, y se presentaba el pulso duro, vivo y
erisipela de la cara: tiene muchas veces, aunque no frecuente, y un dolor muy agudo, las vesículas mas
siempre, el carácter de malignidad, liemos visto que antiguas se reunían por medio de una costra delgada
el brazo ha adquirido el volumen del muslo, y al y lívida, y caian en escamas furfuráceas En fin , to
gunas otras partes han ofrecido el aspecto de una da la erupción pustulosa que ocupaba la mitad de la
musa enorme , se han cubierto do costras duras y circunferencia del tronco desapareció de la misma ma
espesas quo han persistido por espacio de meses en nera en pocos días, á beneficio de algunos cvaeuai.-
teros y daban sangre al menor contacto. tes, sin que la enferma tuviese que hacer cama. Esta
Erisipela mauc.iu.- Guando la erisipela flcmonosa afección nos ha presentado la misma marcha en d<s
ó simulo se acompaña de fiebre nerviosa , que algu hombres; solamente uno de ellos sintió un dolor rn
nas veces es epidémica ó pestilencial, como lo prue la parte dorante varios dias, ydespucs de la dcscamu-
ba la historia de la medicina , eslá caracterizada por cion y de la desapaiicion completa de la rubicundez,
los síntomas propios de la misma fiebre , como pos dolores agudos que no cedieron mas qüe á la apli
tración de fuerzas, que llega muy pronto al mas alto cación de un vejigatorio. El cuarto fue también un
grado, lipotimias , delirio, adormecimiento , estupor, hombre ; tuvo par espacio de algunos dias liebre y
salto? de fondones , temblores y convulsiones, sin dolores intensos en la región ilíaca. Muy pronto apa
que puedan atribuirse estos fenómenos á las saburras reció un sinnúmero de flictenas en una estension
ni á la plétora. Ll parte inflamada adquiere fácilmen semejante á la de la palma de la tnano , algo menc»
te un color lívido, pasa á la gangrena ó á la supura rosque un guisante, profundamente iinp'aritudas en
ción, seguida de ulceras do muy mal carácter. Sin la piel, rojas en su base y amarillentos en su vértice:
embargo, nosotros la hemos visto en una anciana que en los intermedios presentabu la piel un color rosa
felizmente los síntomas mas graves. A conse- do, lil dolor era superficial v urdiente. Al cabo d*
olla tres 6 c
164 BIBLIOTECA ECONÓMICA
y no quedó ninguna sonsacíon morbosa. Hemos visto en las primeras vias. Solamente porque exista amar
otro eas'o en que la llogósis erisipelatosa no ofrecía gor de boca, náuseas, regurgitaciones, y aun vómitos
tan grande ostensión, y se limitaba á la auebura de biliosos, ó el color flavescente do la piel inflamada,
un (íorin doble ó simple (flarenti duplicati aut simpli- no siempre se puede, es verdad, deducir el carácter
cis); la fiebre no era considerable. gástrico de la enfermedad, sin esponernos ó caer en
Algunas veces ocupa la zona la mitad del cráneo ó de error; pero muy comunmente corresponden los efec
IjfL cara, del cuello, del abdomen y délas estremidachs, tos con la causa, y el éxito del método evacuante de
estendiéndose en una dirección muy varia. Es raro muestra que en muchos casos la presencia de las
que adquiera un carácter crónico. Se la ba visto saburras no es una suposición gratuita. Está , pues,
reinar epidémicamente; y en este caso, después de probado por 1a razón y por la esperiencia que la eri
la desecación aparecían nuevas pústulas en una esten- sipela trae su origen muchas veces de las colecciones
siou mas ó menos considerable, y los enfermos se do bilis, de saburras, de materias corrompidas y de
veian atormentados durante varios meses por dolores la presencia de las lombrices cu las primeras vias.
y por insomnios; aquellos continuaban por lo común Sin embargo, es la erisipela muy común, para que de
después do la desaparición del exantema. Algunas ob penda siempre de una causa tan simple. Las relacio
servaciones de los modernos baff desmentido la sen nes simpáticas del vientre y de la piel son recípro
tencia de los antiguos, que consideraban la zona cas ; las visceras de esta cavidad reciben, por lo tanto,
como mortal cuando rodeaba lodo el cuerpo: si totum las irradiaciones simpáticas del órgano cutáneo, como
hominem afficerel. de varios otros; de manera quc'con mucha frecuen
La zona se refiere evidentemente á la erisipela; cia la materia que irrita los nervios de la piel produ
pero se diferencia de la erisipela ordinaria por los do ce simpáticamente todos los síntomas gástricos.
lores que la preceden ó la siguen, por las numerosas También merece llamar nuestra atención la grande
llictenas dispuestas con regularidad, implantadas pro influencia del sistema nervioso en la producción de
fundamente, de poca elevación, y que cubren la su la erisipela. Ella nos esplica porqué es tan frecuente
perficie de la parle inflamada, y por la corta osten esta llogósis á consecuencia de una impresión de ter
sión y tumefacción que ofrece. Se lia dicho que siem ror, de un arrebato de cólera, ó de cualquiera otra
pre sobrevenía en la erisipela ordinaria ú una época afección del alma ; por qué es producida por ciertos
en qne están adelantadas las flictenas; pero la espe* pescados y por ciertas sustancias, que no son noci
riencia no ha confirmado este aserto. vas sino por la idiosincrasia del sugeto, como el hí
287. Causas.—Todo lo que hemos dicho acerca gado del perro marino, los mariscos , las ostras , los
de las causas de los exantemas (273 , 27o), es aplica pescados y las carnes demasiado saladas 6 rancias,
ble á la etiología do la erisipela. Las causas de esta las carpas que no estén suficientemente cocidas y sa
llogósis son esternas ó internas. Toda irritación li ladas, los eangrejns, etc.; por qué la herida de un pe
gera y superficial de la piel puede determinarla; ta queño filete nervioso al practicar la sangría , ó cau
les como las fricciones algo fuertes, una quemadura sada con un alfiler, con una espiua imperceptible,
ligera , la aplicación del agua hirviendo, los sinapis ocasiona una inílamrcion erisipelatosa que se apodera
mos, los vejigatorios , la picadura de las abejas y de de lodo el miembro; porqué es en ciertos casos el
las avispas ; el veneno que depositan ciertos anima- dolor mas vivo que en el flemón intenso, aunque esta
lillos y cortos insectos, cuando se irritan. No es raro flogósis sea ligera; por qué se observa mas comun
que se produzca la erisipela á consecuencia de una mente la erisipela en las mujeres que en los hombres,
herida, aunque sea ligera, como la picadura déla san y con particularidad en la época de los menstruas;
gría; de una fractura, de una compresión, y de las por qué pasa esta flegmasía con tanta facilidad al es
picaduras que se hacen al efectuar la inoculación: en tado gangrenoso, y se complica tan frecuentemente
este último casóla llogósis se estiende apuntos muy con las liebres nerviosas; y por último , por qué es
distantes de aquel en que se ha inoculado el virus. tan útil el opio en ciertos casos de erisipela. La vir
Nosotros hemos visto la erisipela ocasionada por es tud de los evacuantes prueba sin duda que en mu
carificaciones imprudentemente operadas sobre tu chas ocasiones esta afección trae su origen de las
mores enquistados que tenían su asiento en el occi primeras vias; pero el efecto de los eméticos y de
pucio, y por el refriamento local que fue su conse ios purgantes no se limita á la espulsion de las ma
cuencia: la flogosis, interna al principio, se trasladó terias y las ventajas que ofrece la administración
muy pronto del cerebro ú la cara, y se acompañó de de los antimoniales á cortas dosis , dependen en un
un adormecimiento letárgico que terminó por la gran número de casos de su acción sobre el sistema
muerte. Los emplastos, los ungüentos, y auu el ce» nervioso. Ademas, conviene en muchos casos espeler
rato, aplicados sobre una piel delicada, producen fre una colección biliosa, aunque sea sintomática , y en
cuentemente la erisipela. lin, los evacuantes no producen buenos efectos indi
Una de las causas principales es la acción del frió, ferentemente en todas las especies de la erisipela,
uno retiene y acumula bajo la epidermis la materia sobretodo en la erisipela maligna.
de la traspiración suprimida. El enfriamiento de las La supresión del flujo menstrual ó hemorroidal
mamas, después del parto, determina la inflamación debe asimismo contarse entre el número de las cau
erisipelatosa de estos órganos. Aquellos á quienes sas mas comunes de esta enfermedad: algunas veces
obliga la debilidad de su constitución, ó el temor, á repito la erisipela en las épocas del flujo sanguíneo.
usar de muchas precauciones para evitar la impre En ciertos individuos parece que depeude su pre
sión del aire esterior, ó á cubrirse la cabeza , están disposición á padecer la erisipela, de un vicio de la
sujetos á contraer por el mas pequeño descuido una piel , vicio local , que atrae casi siempre la flogosis
erisipela de la cara. La erisipela es muy común en al mismo punto. Suele existir en los humores una
la primavera y en el otoño, porque entonces es mas acrimonia que ocasiona la erisipela habitual; y esto
frecuente la supresión de la traspiración. lo prueba el alivio que proporciona su vuelta á los
Una acrimonia cualquiera, reumática , artrítica, valetudinarios, y la disposición quo tienen á con
herpética, etc., depositada sóbrela piel, é insuficien traerla las superficies ulceradas después de su de-
te para producir una inflamación violenta, ocasiona secaciou
'sis cris ' 288. Probostico. La erisipela es ordinariamente
dad ligera: termina el día quinto, séü
DK MEDICWA Y CUUJJÍA.—FRAN 165
mo ó undécimo por sudores , por orinas de sedi también puede administrarse un purgante salino. Se
mento puriforme y por un llujo de vientre. Sin em ha prescrito con buen éxito el opio desde un cuarto
bargo, su movilidad uo permite que*nos fiemos mu de grano hasta medio; las lavativas con el crémor de
cho de ella, por mas benigna que sea. La erisipela tártaro ; un polvo compuesto de harina de trigo
por causa esterna es mas lija, pero acarrea con fre ó de avena para rociarla por la parto inflamada; las
cuencia la supuración. La que se manifiesta en la fomentaciones repetidas con un coci-miento de ca
cara es mas grave ; cuando se acompaña de ador bezas de adormideras , de manzanilla y de corazon-
mecimiento, de delirio y de saltos de tendones debe cillo , al cual se agrega una sesta parto de espíritu
mos temer la encefalitis erisipelatosa ó la apoplcgía. Si de vino.
la flogosis se traslada del esterior al interior , es de Cuando la erisipela se acompaña do una fiebre in
mal agüero: si del interior al esterior produce una flamatoria y presenta el carácter flemonoso, princi
melásl isis saludable, cuando cesan al mismo tiem palmente si ocupa la cabeza, si el pulso es lleno, fuer
po los síntomas de la inflamación interna ó esperi- te y duro, ú oprimido por la plétora, el mejor medio
mentan una mejoría considerable , pues cnando esto consiste en las sangrías reiteradas, seguidas de la apli
no sucede, la aparición de la erisipela anuncia sola cación de sanguijuelas ó do ventosas escarificadas so
mente la propagación de la flogosis á las partes ve bre los sitíoS exentos de inflamación , como detras de
cinas, y agrava la afección primitiva. En las fiebres, las orejas, ó en el occipucio. No conviene dar mucha
la rubicundez en las inmediaciones de la oreja anun importancia á los síntomas gástricos, que dependen
cia la próxima erupción de lu erisipela en la cara. de la irritación inflamatoria. Pero no deben practicar
Nosotros liemos visto confirmado este aforismo de se las sangrías en esta inflamación exantemática como
Hipócrates en una joven : esperimentó una violenta podría hacerse en un simple flemón, pues para ob
cefalalgia, acompañada de síntomas de encefalitis: tener la resolución ó una crisis por la piel, es nece
sobrevino un doloi agudísimo ñor detras de las ore sario no agotar las fuerzas del enfermo. Acabamos de
jas, con tumefacción poco considerable, pero sensible decir que Tos síntomas gástricos dependían de la ir
al tacto, en los ganglios linfáticos; y estos fueron los ritación; pero hay casos en que la epidemia manifiesta
preludios de una erisipela saludable de la cara. La evidentemente un carácter inflamatorio gástrico. En
rubicundez y el dolor de los ganglios inguinales, esta circunstancia se debe tener mas cuiuado aun en
axilares y cervicales anuncia asimismo la proxi el empleo de las sangrías copiosas; conviene usarlos
midad de la erisipela en los puntos de donde reciben demás antiflogísticosláxantes, y refrigerantes, y admi
sus vasos linfáticos. nistrar, cuando ha cedido la intensidad de la fiebre
El pronóstico de la erisipela varia también según inflamatoria, pequeñas dósis de tártaro eslibiado.
sus causas, la fiebre concomitante y la constitución Cuando la erisipela flemonosa se sitúa en las estre»
del individuo: la complicación con la fiebre nerviosa midades ó en el tronco , no son tan necesarias las
debe inspirar justos temores. En los sugetos caquéc grandessangrías como cuando la inflamación amenaza
ticos afectados de hidropesía, de ictericia, de escor el cerebro; y es preciso que sean arregladas á la in
buto, ó 011 los que están aniquiladas las fuerzas , co tensidad de la flogósis. Si la violencia del dolor, el
munmente es muy funesta la terminación, lo cual se color vivo de la parte inflamada , y la irritación pro
anuncia por el delirio, la ansiedad , la desigualdad ducida ñor costras espesas, exigen aplicaciones loca
del pulso, la dispnea, el adormecimiento , las con les , deten prescribirse los emolientes en fomenta
vulsiones y los saltos de tendones. El color lívido, ciones, en cataplasmas, sobre todo el cocimiento de
negro, las estrias de color de fuego que surcan la malvas, la infusión de flores de saúco en una mezcla
parte afectada, sobre todo en los casos de edema; de agua y leche. Algunas veces se exaspera el mal
son los síntomas precursores de la gangrena. La su por los tópicos húmedos, y esto consiste en que por
puración es frecuentemente de mal carácter, pues su cualidad glutinosa impiden Ja libertad de la tras
produce ulceraciones y fístulas difíciles de curar; piración, ó porque enfrian continuamente la parte:
pero otras veces esta terminación es muy saludable, entonces favorecen la supuración, y se convierten
y aun lia habido casos de una erisipela epidémica con facilidad en repercusivos.
que era mortal cuando no supuraba. La resolución Si la fiebre concomitante tiene un carácter gás
no so efectúa fácilmente en la erisipela de los órga trico, lo cual sucede las mas veces, es necesario
nos glandulosos; la que ataca á los diversos recep evitar las sangrías, que no convienen mas que en
táculos pasa muy pronto á la gangrena. La erisipela, una complicación inflamatoria; y hay que adminis
especialmente la habitual , disipa algunas veces las trar un emético ó un purgante, según los deseos de
afecciones graves y crónicas , tales como el asma la naturaleza. En la erisipela de la cara, no nos atre
convulsiva, las obstrucciones viscerales , ele. vemos á provocar el vómito; después del uso de los
289. Tratamiento.—En el tratamiento de la eri resolutivos (I) , prescribimos una poción laxanto an
sipela es menester tener en consideración las causas, tiflogística y una poción salina, á la que agregamos
la epidemia reinante , la constitución del sugeto; hácia el fin de la enfermedad el tártaro estibiado á
pero sobre todo , la liebre concomitante. Siempre pequeñas dósis. Al mismo tiempo mandamos para be
conviene iutentar la resolución, á no ser que la cons bida el suero, ó una infusión de saúco dulcificada
titución epidémica no lo repruebe. Cuando la erisi con el ojimiel. No hay que temer que los eméticos ni
pela es poco intensa y dependiente de la supresión los purgantes produzcan, cuando se administran con
de la traspiración, si apenas existe fiebre ,cede á la precaución, una retropulsion en los órganos internos.
administración de ligeros diapnóicos, tales como una Si la fiebre persiste con intensidad, después de las
temperatura suave, la infusión de saúco, las fomen evacuaciones necesarias, se da el ácido vilriólico en la
taciones secas con saquillos llenos de plantas aro bebida ó en una poción.
máticas, á las que se agrega un poco de alcanfor (1); Cuando la erisipela se acompaña de una liebre ncr-

FOMENTACION AROMATICA SECA. COCrMIENTO RESOLUTIVO.


(1) R. ltaiz (le laráxacon una onza- 30 gram.
Alcanfor pulrcrizado S. A. una dracma=4 graai. Cuezase en S. C. de agua pura obtener d<M librase '1 K<
Mézclese. lumctro) de coladura.
166 BIBLIOTECA ECONÓMICA
viosa, se hará uso de los remedios que liemos acon depende de la obstrucción de las visceras , especial
sejada en esta fiebre. El emético puede convonir al mente de la del hígado, y entonces reclama los re
principio; después, sobre todo si la gangrena os in medios convenientes para combatir osla causa; los
minente, se administrará la corteza peruana, la in resolutivos, los jugos do la lechetrezna y de las
fusión de serpentaria, de angélica, de imperatoria, el plantas amargas, los frutos de estío recientes ote.
suero vinoso, el vino, el alcanfor y el almizcle y se La supresión de los menstruos y de las hemorroides
aplican vejigatorios ó sinapismos. Si el dolor os eslre- exige un método variado, cuyas reglas serán espuestas
mo, se asociará el opio á la quina y se usará el éter en otro lugar. Si se supone una acrimonia humoral,
sulfúrico. Hemos visto ceder al opio una erisipela muy se emplean los remedios apropiados á su naturaleza,
grave que ocupaba el escroto y que amenazaba ter ó los generales , especialmente los diaforéticos y los
minar prontamente por gangrena: esta sust:, ncia tie diuréticos, los fontículos y los sedajes. En estos ca
ne asimismo muy buen éxito en la erisipela producida sos pueden ser útiles las aguas termales sulfurosas.
por la herida de un nervio Cuando la afección parece provenir de laxitud ó
En la que se lija en h cara, es absolutamente ne de atonía, ó de un esceso de sensibilidad de la piel,
cesario hacer que la cabeza y el tronco adopten una se acostumbrará insensiblemente el cuerpo á la im
posición vertical; pero también es conveniente evitar presión del aire libre. Se emplean los tónicos interior
qje el aire frió impresione la parto afecta , para lo y esteriormeiite, la quina , las fricciones , los baños
cual se la cubre ligeramente. fríos , los de mar ó ios que se componen de sustan
Los remedios estemos no deben emplearse sin mu cias ferruginosas.
cha precaución, tn la erisipela simple las fomontacio- Si la retropulsion de la erisipela ha determinado
nes secas y un poco aromáticas son manifiestamente una enfermedad grave al interior , el tratamiento va
útiles. En la erisipela pustulosa , en la que se acom ria según la causa de la metástasis y el carácter de
paña de una trasudación de serosidad aero, los polvos la nueva enfermedad; las reg'as que hay que seguir
absorbentes disminuyen la irritación: aunque formen están ya dadas en parte, y las demás se espondrán
una costra que al parecer debe impedir la traspira completamente en ol discurso do esta obra (324). La
ción, la esperiencia prueba su eficacia, tanto en el principal indicación consiste en atraer el exantema á
caso supuesto, como en la erisipela por causa ester la piel; con este objeto, pueden ponerse en práctica,
na. I.os polvos que se emplean son: los de licopodio, según los casos, las sangrías reiteradas, los eseitan-
la harina do trigo ó la de fenogreco. l.as prepara tos, los diapnóicos, los antimoniales, los baños tibios,
ciones de plomo que se suelen agregar á ellos, no los anodinos y los sedativos , los eméticos y los pur
siempre son perjudiciales: nosotros hemos aplicado gantes. Al esterior se aplican vejigatorios ó sinapis
varias veces con un éxito marcado, aun en la erisi mos cu el sitio que ocupaba la flógosis ó en sus in
pela flemonosa, una cataplasma de miga de pan em mediaciones, cuando no se pueden colocar en la
papada de agua vegeto-mineral. Sin embargo, es muy misma parte. Se dan fricciones con la tintura de can
prudente abstenerse de los remedios do osta clase y táridas, y se aplican ventosas secas en diferentes re
de todas los astringentes: en la flogósis interna, con giones. Si el menor retardo ha de producir un peligro
costra ó sin ella, es preferible el cocimiento emoliente iuminente, se escarifica la parte en que se ha de
La opinión de algunos modernos no puedo persuadir aplicar el vejigatorio; se ha recurrido á la urticacion
nos á que ensayemos la aplicación del agua fria, es y á la aplicaciou momentánea del agua hirviendo, por
coplo en la erisipela venérea de las partes genitales. medio de una tela de lana empapada de este líquido.
En la erisipela edematosa, sobre todo si ocupa el es
croto, y que se acompaña de una trasudación serosa,
cuya acrimonia corroe la piel y amenaza con una mor ORDEN SEGUNDO.
tificación próxima, hemos obtenido escelentes efectos
do la quilla reducida á un polvo muy lino, al que ana Escarlatina.
diamos una corta cantidad de mirra y de alcanfor. En
la erisipa/a pustulosa, deben abrirse con la lanceta 290. Esta enfermedad fue poco conocida do los
las flictenas mas considerables, á fin de proporcionar antiguos, sise esceplúa la variedad grave que acom
una salida á la serosidad acrimoniosa que ulcera la paña la esquínaucia gangrenosa ; antes del siglo xvi
piel; se limpia en seguida con una esponja lina, y si no era considerada como un exantema particular. Es
aun continúa irritando, se empican los polvos que muy rara en ciertas comarcas de Europa , frecuente
acabamos de recomendar. Las costras que resultan en otras, epidémica en ciertas circunstancias, y
de la aplicación de estos tópicos, ó de la coagulación mas común en los niños, siu que por eso perdone á
de la linfa), reclaman el uso de los emolientes ó de los nduhos.
la manteca fresca , estendida en una hoja de papel. 291. Definición. La escarlatina es algunas veces
Por este método hemos conseguido nosotros des una enfermedad benigna , y otras una afección pesti
prender en una noche costras muy duras, de con lencial y mortífera. Por lo tanto, es muy difícil ofre
sistencia córnea, y el dolor y la tensión desaparecie cer una definición que en pocas palabras dé una idea
ron con ellas. exacta de una enfermedad tau variada, que establezca
No nos hemos atrevido a practicar escarificaciones los caractéres que la son propios y la distinguen de
en la parte afectada, pues tememos que produzcan las afecciones que se presentan bajo una forma aná
la gangrena : hemos visto sobrevenir este accidente loga , tales como el sarampión ó la erisipela. El cua
en una erisipela del cuello tratada por aquel método. dro siguiente ofrece, sin embargo, los principales
Si se declara la gangrena en una erisipela com síntomas. La escarlatina os un exantema contagioso,
plicada con una fiebre nerviosa, ademas del uso inte ordinariamente febril , cuya erupción es precedida
rior de la quina, de las fomentaciones con su coci de sequedad y de calor eii la piel, de ansiedad , de
miento, muy poco convenientes en la erisipela de inquietud, frecuentemente de dolor, de rubicundez
la cara , se prescriben los remedios que hemos acon cnla garganta, y de una angina que la acompaña
sejado on las diferentes especies de gangrena (136). algunas veces durante su curso. Este exantema se
La zona no exige ningún tratamiento particular. presenta por medio de chapas do color de escarlata
Er la erisipela habitual, es preciso investigar sus ó muy rojas , anchas de ordinario, casi siempre tet
DE MEDICINA 1 (¡WUJH.— FRANK. 167
nos y de pústulas. Las chapas se estienden rápida- riz y de la garganta, como sucede en el sarampión.
meute desde la cara , el cuello, ó desdo cualquiera A ia entrada de la noche, esperimenta la liebre una
otra parte al resto del cuerpo. Al cabo de alguuos exacerbación sensible, y aumentan la inquietud y el
días desaparecen , y la epidermis se desprende en calor; do us raro que se observe en lus niños el
forma de escamas. Un carácter especial distingue ¡i adormecimiento, y cuando la enfermedad es grave, ó
esta erupción cutánea, y es el anasarca que la suce* cuando existe una complicación verminosa , las con
de por lo común cuando no se favorece la traspira vulsiones.
ción en la convalecencia. En general no ?e ve en la escarlatina la ansiedad y
La escarlatina no suele atacar por segunda vez ú el vómito abundante que anuncian la invasión de las
un nimno individuo. viruelas confluentes; sin embargo, muchas veces tie
292. Especies. La división especial de la escar ne el enfermo amargor de boca, vómitos biliosos, y lo
latina, ya sea esporádica ó epidémica, ya ligera ó que es mas raro, dolor y sensación de constricción en
^rave, debe tener por fundamento el carácter de la el epigastrio.
liebre de que se acompañe, que os frecuentemente Muy comunmente la llogósis de la garganta hace
inflamatoria, algunas vejes gástrica y en ciertos ca dolorosn la deglución, aunque es raro que la tume
sos nerviosa simple ó complicada. En algunas oca facción de las partes la haga imposible. Algunas vc«
siones el fenómeno predominante es la esquinancia: ees, sin embargo, el dolor y la hinchazón son mas
este síntoma , aunque insuficiente para establecer el considerables que en la escarlatina angino-gangreno-
carácter de la afección , la da el nombre de escarla sa; la deglución esté entorpecida, como si los múscu
tina anginosa, l'oro la que se acompaña de liebre los del cuello y de la espalda se hallasen apretados
nerviosa os de esta especie; y como la garganta ofrece per una cuerda; sobreviene unn salivación copiosa y
entonces úlceras malignas y gangrenosas, convendría aun sanguinolenta; la lengua, despojada, por decirlo
llamarla en este caso escarlatina angino*gangrenosa. así, de su epidermis, está roja y cubierta cu su base
Relativamente á las formas estertores se divide esta de úlceras aftosas. La hiuchazon se comunica á veces
erupción en simple (lisse) miliar y pustulosa. ¡i las glándulas maxilares y á las parótidas; se obser
293. Escarlatina lh.lba. Hemos observado con van sobre las amígdalas y sobre las paredes de la fa
mucha frecuencia la escarlatina en un estado de sim ringe manchas blanquecinas formadas por . un humor
plicidad ; en este caso presenta los sintonías siguien puriforme, algunas veces "con ulceración aftosa su
tes: sensación de laxitud seguida de horripilaciones; perficial y cubiertas de una costra. Se ha visto que
después, calor ligero que aumenta algo por la tar la inflamación penetraba eu la laringe, bacía la res
de. Al segundo ó tercer dia aparecen chapas muy ro piración muy difícil, amenazaba sofocación, producía
jas , pequeñas y numerosas , ó anchas y confluentes: la afonía y daba á lá voz el timbro metálico particu
ocupan primero la cara, después el cuello, eu se lar de la angina traqueal. Se ha observado, y noso
guida el pecho , luego los brazos, é inmediatamente tros hemos visto algunos casos, en que la garganta se
toda la superficie cutánea. La erupción es seguida de afectaba al lin, mas bien que al principio de la escar
alivio. Esas chapas persistan dos ó tres días, á cuya latina.
época se efectúa la descamación p r el mismo órden Una cosa admirable, pero que poueu fuera de duda
cou que fueron apareciendo : alguna vez se descama las observaciones de otros médicos y las que nos son
la piel eu unos puntos, mientras que la erupción co propias, es que la escarlatina puede limitarse ála afec
ros. Al cabo de seis ú ocho días desapa- ción de la garganta, en una epidemia que se señala
parato y no queda mas que un cierto por la erupción del exantema. La enfermedad pre
sensibilidad en la piel. La escarlatina ge senta, escoplo la ausencia de este último, lodos los
neral presenta pocas veces esta marcha benigna, á caracteres do la escarlatina; se observa algunas veces
pjsar de que cuando ataca epidémicamente se obser* después de ella la misma disposición al anasarca, y es
van muchos casos en que esta afección no ofrece igualmento preservativa. Sin embargo, hay casos en
igual gravedad , de manera que parece imposible pro-' que la afecciou de la garganta durante la epidemia de
venga de una misma epidemia. la escarlatina, no ha podido librar á los enfermos de
291. Esc\u[.\ti¡na grave.—Primer periodo.—La un nuevo ataque acompañado de todos los síntomas.
escarlatina grave ó anginosa, como la escarlatina ti» Otra particularidad digna de notarse es, que enfer
gafa, sobreviene en todas las estaciones, pero mas medades muy diferentes á la escarlatina toman, cuat-
comunmente eu el equinoccio de la primavera o del do es epidémica, un sinnúmero de sus caracteres, ta
otoño; y cuando se presenta en esta última época, les como el dolor de garganta, y aun una erupción, á
suele continuar reinando durante todo el invierno. la verdad, pasajera.
Algunos dias antes de la invasión, los enfermos están Enmedio de los síntomas que denotan la invasión
distes y perezosos; se quejan de pesadez de cabeza, de la escarlatina, el pulso varia según la naturaleza
de aspereza y ardor en 1 1 garganta, dolor en las amíg de la fiebre; es lleno, frecuente >i vibrante y duro;
dalas, de constipación, y en ciertas ocasiones de puede presentar mas frecuencia que plenitud, y du
una ligera diarrea y de laxitudes; por último, la fie reza. No es raro observar en los jóvenes una hemor
bre, que otras veces es el primer síntoma, se pre ragia nasal, seguida de alivio.
senta casi siempre arompañada de síntomas catarra Segundo periodo. —Al segundo, al tercero ó al
les, que inspiran sospechas sobre la inminencia de cuarto dia, se efectúa la erupción; aparecen man
un ataque de sarampión, si el enfermo no ha pade chas de una ostensión variable, mas juntas y mas ro
cido aun este exantema. Los ojos so enrojecen ordi jas que las del sarampión. Ocupan al principio la
nariamente, y se hacen mas sensibles á la luz en el sa cara, el cuello, el pecho y los miembros, y se estien-
rampión; pero en la escarlatina, la rubicundez de la den bien pronto á toda la superficie cutánea: otras
conjuntiva suole ser muy intensa: á veces se despren veces la erupción empieza por los miembros y se ma-
den lágriiins ardientes y copiosas, los párpados se mGesta mas tarde en la cara. La piel toma un color
ponen tumefactos, el estornudo fatiga al enfermo, y vinoso, y sogun la intensidad dé la enfermedad, un
puede también existir una tos seca que se manifiesta tinte análogo al de los cangrejos cocidos; llega hasta
en ciertos casos mucho tiempo antes de la erupción; á ponerse lívida. La tumefacción es general, y difi
d¿ suerte que el principio contagioso lleva su im- culta ia flexión de los dedos. El exantema se declara
l mucosa de la na algunas veces al primer dia, y entonces la escarlatina
I
168 BIBLIOTECA ECONÓMICA
lo común mas "intensa; pero con mas frecuen- mayor, que de costumbre; la orina alterada deposita
se presenta al principio del segundo ó del tercero: un scimenlo blanquecino y puriforme, que se pre
aro que sobrevenga antes que la liebre. cipita muy pronto en el fondo del vaso, y puede so
La piel, á posar de la erupción, está comunmente brevenir un ligero flujo de vientre. Estos fenómenos
unnla y muy tersa; pero se cubre algunas veces do disipan ordinariamente la fiebre, ó bien se termina
numerosas asperezas miliares, que la ponen desigual, por un nuevo sudor en la noche siguiente, en la del
como la carne de gallina : esto es lo que liemos ob octavo ó del noveno dia. En la de este último se en
servado, y lo que confirma la observación de muchos cuentra algunas veces en los miembros un gran nú
médicos. Otras veces se presentan granos semejantes mero de pústulas vacías. La esfoliacion de la epidermis
á la púrpura roja, pero mas pequeños; en ciertos ca se efectúa con una comezón considerable; cao en pe
sos se les creería verdaderas flictenas, ó pústulas va queñas escamas furfuráceas, y cuando la piel está pro
riolosas. Estos granos se reúnen algunas veces para fundamente afectada, se desprende en colgajos que con
formar placas, que parecen formadas de una sola pieza. servan la forma de las partes; las uñas pueden separar
La descamación es mas lenta en la escai latina pustulo se de los dedos, la lengua misma despojarse de su cu
sa que en la miliar; las pústulas están ú veces cubier bierta epidérmica , y se forman algunas veces nuevas
tas de costras que la retardan. No faltan ejemplos en escamas en la misma región. En este período es tam
que la miliar y las pelequias se unen á la escarlatina; bién cuando caen las costras de la nariz y de la cámara
se ve también con bastante frecuencia que la escar posterior de la boca; las úlceras que descubren á su
latina desaparece al cabo de algunos dias , y vuelve caida se curan con bastante facilidad. En ciertos casos
poco tiempo después sin accidentes notables. sob eviene una espectoracion abundante de mucosi-
El estado inflamatorio de la piel es manifiesto en dades, seguida de alivio.
esta enfermedad. En efecto , la cara presenta cierto Así como la erupción y la fiebre concomitante
grado de tumefacción, como en la viruela. La piel pueden durar muchas semanas , puede también ta
está encendida, y palidece á la presión del dedo; el liebre persistir algunas veces sola después de la des
enfermo esperimenta en ella comezón y un dolor ar camación y va acompañada de los mismos peligros.
diente, semejante al que producirían muchas picadu En esta circunstancia, so manifiestan en el cuello y
ras de agujas. La flogó.sis puede propagarse á la mem hácia los oidos, unos tumores que suelen pasar lá-
brana mucosa do los ojos, de la nariz y de la gar cilmenle ála supuración; otras veces se presentan en
ganta; á las meninges, & los pulmones, al estómago, las articulaciones, en el cerebro, en los pulmones y
á los intestinos, al útero ó á la vejiga. El principio en los intestinos metástasis seguidas de ulceraciones
contagioso afecta á estos órganos de una manera mas y de hemorragias, de encefalitis, de peripneumonía,
intensa. Se ven entonces sobrevenir los síntomas pro de tisis y de diarrea. Estos accidentes consecutivos
pios a estos diversos fenómenos. se observan principalmente cuando la descamación no
Cuando la escarlatina va acompañada de una fie ha tenido lugar, o cuando ha sido casi insensible.
bre inflamatoria, los latidos del corazón y de las arte La descamación desenvuelve frecuentemente en la
rias son mas enérgicos; la sangre al salir de la vena piel una sensibilidad cscesiva; nosotros hemos visto
se cubre de la costra pleurítica; el calor es vivo; la dos niños que al menor tacto sentían un dolor estre-
garganta mas roja y mas tumefacta; sobrevienen fre mado. Esta sensibilidad admirable, que dura algunas
cuentemente hemorragias; las orinas son mas encen veces bastante tiempo ; los dolores casi reumáticos
didas y las remisiones cortas y casi nulas. La compli que la escarlatina deja á veces en los miembros, y las
cación gástrica no se reconoce por la sola presencia metástasis y los infartos glandulosos que la siguen,
de estos síntomas, que son falaces y que pueden de demuestran evidentemente que la naturaleza está ocu
pender de la irritación inflamatoria; su diagnóstico pada largo tiempo en combatir los restos de la en
se funda en la persistencia del aparato gástrico, en fermedad. Se concibe fácilmente que la impresión
el carácter de la constitución anual , en la termina del aire y de los objetos esteriores en este estado de
ción conocida de la enfermedad en otros enfermos, y cosas, puede alterar sus saludables operaciones.
en el estado del pulso, que es menos agitado. La fie Es cierto que semejontes fenómenos se observan
bre nerviosa complicada manifiestamente con la es algunas veces (á consecuencia de otros exantemas,
carlatina gangrenosa que vamos á describir, se aso tales como el sarampión y la miliar; pero la frecuen
cia algunas veces ú la escarlatina inflamatoria, pero cia de la anasarca después de la oscarlatina , prueba
llega en pocos dias ú ser la afección dominante. lo que acabamos de enunciar. No todas las epidemias
Cuando la enfermedad no es muy grave se cal de escarlatina van acompañadas de la misma dispo
man ios síntomas después de la erupción; el dolor y sición á la hidropesía: en ciertas épocas un número
la tumefacción de la garganta disminuyen en razón muy pequeño de convalecientes son afectados de
inversa del número de las manchas. Muchas veces, sin anasarca; en otras, casi ninguno es'á exenio de esta
embargo, los síntomas del primer período persisten enfermedad consecutiva. Hemos asistido á muchos
en el mismo grado, ó adquieren mas intensidad, y individuos atacados, no solo de anasarca , sino tam
aumentan á la entrada do la noche. Ademas hemos bién de ascitis, do hidrotorax , y hemos reconocido
visto tiricia el octavo ó novena dia, que el dolor ha que este accidente era mas común en los jóvenes , y
empezado ó sentirse en la garganta, o al menos que mas frecuenic en invierno que en verano; se pueden
ha persistido en ella todavía. Algunas veces sobre citar muchos casos en que ha reconocido por causa
viene una remisión «vidente por la mañana, y en una descamación imperfecta. La hidropesía que pro
ciertos casos, raros á la verdad, una intermisión ma viene de la escarlatina no es una enfermedad leve y
nifiesta. siempre fácil de curar; nos admiramos de que un
Tercer periodo.—Cuando la enfermedad sigue su médico ilustrado acabe de sentar una opinión contra
marcha ordinaria, la erupción dura tres ó cuatro ria; esta afección llega á causar la muerte mas ve
dias, y las manchas desaparecen en seguida por el ór- ces que la fiebrey la escarlatina reunidas.
den de su aparición. Hácia el sesto o sétimo dia, la Esta hidropesía aguda puede depender de un esta
lengua se humedece cada ve/, mas, y sa cubre su do inflamatorio manifiesto , resultado de la escarlati
" i una capa mucosa espesa, blanda y blanque- na; de la debilidad que esta deja en la economía; de
i; al acercarse la noche, se declara un sudor■ co- I la irritabilidad
la 11 escesiva del sistema linfático, y aun
¡o, precedido algunas veees de a exacerba cion I del' estado
i espasmódico de la piel; en fin , de las su«
DE MEDICINA y C1IUJJÍA. -FRANK. 169
burras, y nías comunmente de la supresión de la lor, cefalalgia aguda, sobre tofo frontal , ansiedad á
traspiración. menudo vómitos inmoderados ¿diarrea; pulso por
En lodos los casos se observan los sintonías si lo común frecuente, irregular, pequeño, y algunas
guientes: bácia el decimocuarto ó décimooctavo dia, veces duro y lleno en los primeros dias : en este úl
el enfermo esperimenta un sentimiento de laxitud, timo caso, la sangre sacada de la vena ofrece una
de languidez; de tristeza; inapetencia, insomnio, consistencia blanda y un color purpurino; se halla en
y algunas veces exacerbación del dolor de la gar un estado de disolución , y se cubre algunas veces
ganta; frecuencia del pulso, y por lo comuu lie de la costra pleurilica. Eu un grado mas intenso, se
bre bastante intensa; orinas poco abundantes , pare observa una postración estrema do las fuerzas ; lipo
cidas al agua con que se lia lavado carne , sanguino timias , suspiros , ansiedad, insomnio ó sopor , cefa
lentas, encendidas, negruzcas; ansiedad precordial é lalgia ó estupor; opresión en el epigastrio; ojos tur
inquietud. La cara llega á ponerse caquéctica , lige bados ó encendidos , lagrimosos; lengua blanca y
ramente tumefacta; edema de ios párpados; hincha húmeda; inapetencia, náuseas, vómitos ó diarrea,
zón de los pies , de las piernas y de los muslos , de adipsia ó sed intensa; orina acuosa. Al mismo tiempo
las partes genitales , y de todo el sistema cutáneo. A se queja el enfermo de una sensación de plenitud y
este cuadro se junta también la tumefacción del ab de constricción eu la garganta, y algunas veces de
domen con fluctuación; la tos seca, la dispnea, com caloi acre y de ulceración; la voz está ronca, y la
pañeras de la hidropesía de pecho; y algunas veces, deglución es á veces difícil. La mayor parle rio los
en íin , el hidrocéfalo. Hemos visto morir en este es síntomas aumentan hacia la nuche , y sobreviene en
tado á un gran número de enfermos , cuando no so tonces un ligero delirio. Por la mañana, un estado de
ha empleado á tiempo el tratamiento conveniente. humedad y de sudor trae ordinariamente una calma
295. Historia dk la escarlatina maligna.—Al que dura algunas horas, pero bien pronto se exaspera:
hablar d« las diferentes especies de anginas, liemos la fiebre , y sobre todo , el dolor de la garganta , las
dicho que la que va acompañada de una fiebre ner tonsilas, el velo del paladar, la campanilla y la bóveda
viosa y de ulceraciones gangrenosas en la garganta palatina presentan un color rojo encendido ó un color
era casi siempre dependiente de la escarlatina , y de fuego , y un tinte erisipelatoso. La tumefacción
rara vez constituía una angina primitiva. En efec no es ordinariamente considerable ; la deglución no
to, la gangrena que sobreviene en las inflamaciones es muy dilicil; pero algunas veces la hinchazón de
ordinarias no puede tener lugar en las flegmasías de las amígdalas es pronunciada , el dolor muy agudo, y
la garganta, á menos que estas presenten un carác el cuello permanece inmóvil.
ter maligno y erisipelatoso : la sofocación arrebata al Desde el primero ó segundo dia , ademas de la ca
enfermo autes de que haya teuido tiempo de manifes pa mucosa que tapiza el interior de tu boca y cubre
tarse. Pero la escarlatina maligna puede existir sin la lengua, se observa sobre las amígdalas manchas da
angina gangrenosa , de lo cual hemos tenido ejem un blauco ceniciento , superficiales , rodeadas de un
plos, si bien en corto número. Por otra parte, aun círculo rojo , algunas veces muy encendido ; es ne
que hasta ahora se haya visto siempre que el mal cesario do confundirlas con las que se presentan en
gangrenoso de la garganta se asocia á las epidemias la angina lousilar; si se tocan se siente cierta blan
de escarlatina , es necesario convenir en que puede dura, como cu los tumores en supuración. Cuando
ser independiente de este exantema , y proceder de el caso es grave se ponen al punió lívidas , mo
una complicación con la fiebre pútrida de los auto renas , negruzcas ; entonces suelen calmarse los
res. En lin, la escarlatina maligna va acompañada á dolores, y aun cesan, porque se apaga la vida en la
veces de una artgiua inflamatoria, así como la escar parte afectada, y se vuelve & abrir el paso á los ali
latina inflamatoria se complica en ciertos casos con mentos. Las manchas gangrenosas ocupan por lo co
una angina gangrenosa. La historia de las epidemias mún todo el interior de la garganta; se eslienden á
de escarlatina prueba estas dos aserciones. La escar las ventanas de las narices, cuya membrana mucosa
latina anginosa que vamos ú estudiar aquí difiere de es de un i ojo oscuro, lívida, y suministra un co
la precedente (294) en que esta va acompañada ordi pioso flujo catarral; se propagan también á las encías,
nariamente de liebre inflamatoria, mientras que aque á la lengua, á los labios, y algunas veces á la la
lla presenta un carácter nervioso con tendencia á la ringe y la traquoarteria: en (in. se las ha hallado en
gangrena. el estómago y en los intestinos. Un licor acrimonioso
La escarlatina nerviosa, maligna, ó lo que para no destila continuamente |de las ventanas de la nariz,
sotros es lo mismo, la angina gangrenosa, do es una que escoria y conoc todas las partes que loca ; ataca
enfermedad nueva ; ha sido conocida de los antiguos, al estómago de los niños que M tragan; si cae en la
descrita por los alemanes en el siglo xvi , y por los tráquea escita una tos continua, casi convulsiva; co
médicos de Italia cu el xvn. Es una inflamación erisi munica la inflamación álas vías aéreas, lo que oca
pelatosa de la garganta, de la nariz, y aun de la la siona la dispnea, que no se podría atribuir á la tume
ringe, dependiente del principio contagioso de la es facción de la garganta; y produce el olor fétido y ca
carlatina , y acompañada de una fiebre nerviosa. Pa davérico del aliento. Algunas veces se hinchan las
semos á describirla. parótidas y las glándulas maxilares , y llegan á po
Primer período.—Esta enfermedad ataca con pre nerse duras y dolorosas. En el mas alto grado de
ferencia á los niños , á los varones mas bien que á las intensidad, el cuello se baila en estado do rigidez;
hembras, y á los adultos de una constitución débil, el pecho inmóvil, la piel que cubre eslas partes tu
sobre todo á las mujeres; pero no perdona edad, mefacta, y la sofocación es inminente.
sexo ni temperamento, y es las mas veces contagiosa. Segundo periodo—En este oslado funesto, al pri
Su invasión, favorecida por la constitución epidémica, mer dia, mas comunmente al segundo, y algunas ve
tiene lugar poco tiampo después de la acción del ces mas tarde, aparece el exantema que hemos des
principio contagioso , ó después de un intervalo de crito (294) bajo la forma de manchas de superficie tersa
siete días. Los fenómenos precursores consisten eu é igual, de pequeño» granos miliares ó de pústulas.
un estado de laxitud , de debilidad, de peres.a y de La erupción ocupa sucesivamente la cara, el cuello,
tristeza, con vértigos , y una sensación de pesadez. el pecho , los brazos, las eslremidades inferiores y el
Se declara una horripilación, ó un escalofrió intenso, abdomen; algunas veces se niauiue»tau también en
cuando la enfermedad debe ser grave ; en seguida ca diferentes punios de la piel manchas blancuzcas, úl
170 BIBLIOTECA ECONÓMICA
ceras pequeñas y petcq\i¡as; c) órgano cutáneo se ha afección , como tampoco de otras muchas, pero la
lla en un estado (le tumefacción general, de dolor y constitución anual ejerce una influencia decidida
de tensión. El exantema sigue en su marcha, su du bajo esto aspecto; favorece la acción del principio
ración y su terminación por descamación el úrden contagioso , y determina la naturaleza de la liebre,
con que le hemos descrito; pero su aparición va ra que es la sola qu.e da al exantema su carácter de be
ras veces seguida de alivio. Nosotros hemos visto nignidad ó de malignidad.
continuar la Gebro casi en el mismo grado , correr 297. Pronóstico.—La historia de las diferentes
un icor pútrido de las ventanas de las narices que especies de escarlatina haco conocer bastante el pro
corroía los labios, y en lin , terminar con la muerte nóstico que se puede formar de ellas. Cuando la en
todos estos desórdenes. Durante la erupción, las úl fermedad es benigna y bien tratada, no presenta nin
ceras do la garganta hacen aun nuevos progresos gún peligro en su curso; pero en la convalecencia es
y exhalan un olor aun mas infecto. Ademas, la prác de teiner comunmente la hidropesía. La frecuencia de
tica nos enseña qoe la ulceración penetra algunas veces este accidente es relativa á la intensidad de la fiebre,
por la trompa de Eustaquio y lleva sus estragos al á la pérdida de las fuerzas y á la sensibilidad pato
oido interno. Las manchas cenicientas que cubren lógica de la piel. Los peligros que los enfermos y los
las paredes de la cámara poslcrior de la boca se os convalecientes corren en la espulsion imperfecta de
curecen, y no tienen la apariencia de pequeños abs ia materia morbosa por los poros cutáneos, en su re-
cesos , sou verdaderas escaras. En lin , se anuncia tropulsion al interior, en su metástasis sobre órganos
la liebre nerviosa soporosa por los síntomas mas gra nobles, pedgros que la descamación misma no po
ves; delirio casi continuo, lipotimias frecuentes, he dría prevenir, varían según las circunstancias indi
morragias escesivas por la nariz, el útero y los in cadas. Las convulsiones , el sopor , el delirio fre
testinos; hipo, saltos do tendones, convulsiones, afo nético y las diarreas colicuativas inspiran justos
nía; respiración frecuente , corta , esloriorosa; frial temores. Pero el pronóstico debe deducirse principal
dad de las estremidades , pulso muy pequeño, muy mente del carácter de la liebre concomitante. La es
frecuente y aun intermitente; orinas y escrementos carlatina inllamatoria, acompañada de una esquinancia
muy fétidos é involuntarios ; gangrena mortal del grave, se complica á menudo con una fiebre nervio
exófago, del estómago , de la traqneürteria y de los sa; frecuentemente hay una inflamación en la gaj-
pulmones. ganta bajo el imperio de esta fiebre : semejante aso
Tercer período. ~ Los que se han de curar de es ciación es muy grave, y las mas veces llega á ser
ta funesta afección esperirnentan un sudor general funesta. Se anuncia por la violencia del escalofrío
igual y vaporoso, que se declara tres ó cuatro dias que precede, por la postración do las fuerzas, por la
después de la erupción, cuando empieza á despren pronta manifestación de manchas gangrenosas en la
derse laepidermis. En estaépoen, la fiebre disminuye, garganta, por su estension siempre creciente, por su
caen las costras de la garganta , se detergen las úl color negro, por la erupción del exantema sin alivio,
ceras, desaparecen los principales sintonías, y vuel por h ansiedad, y en una palabra, por todos los sínto*
ve el apetito y el sueño. La escarlatina gangrenosa no mas graves que hemos enumerado.
es siempre funesta; cuando la constitución epidémica Cuando sobreviene la muerte en el curso de la en
no tiene un carácter muy pernicioso se salían mu fermedad, so presenta algunas veces al octavo ó no
chos enfermos á favor de un tratamiento bien dirigi veno dia, y mas comunmente al fin de la segunda
do. Pero las metástasis y la anasarca q«ie sobrevie semana ó á principios de la tercera; pero hay ejem
nen en la convalecencia , son mas do temer en la plos de haber ocurrido la muerte mas pronto ó mas
angina gangrenosa que en la escarlatina ordinaria. tarde en la escarlatina maligna. El mayor número de
En general el restablecimiento de las fuerzas y el de enfermos sucumbe por la diarrea colicuativa, por la
la salod se hacen esperar mucho tiempo. sofocación determinada, por la tumefacción del cuello,
298. Causas.—Después de haber espuesto los diver por el esracelo que se apodera de la gargantt, de la
sos síntomas déla escarlinata, nos quedaría que hablar laringe y de la traque-arteria ; los demás sufren las
de sus causas; pero nuestra ignorancia sobre la natura consecuencias de las metástasis ó de la hidropesía.
leza del principio contagioso y sobre la causa próxima 298. Tratamiento de la escarlatina réniona.—
délos exantemas, no nos permite emprender semejante La escarlatina ligera y benigna no exige mas que la
trabajo; las hipótesis hacen muchas veces mas daño dieta y las bebidas tibias; la hidrógala, por ejemplo,
quo la enfermedad que quieren osplicar. La escaria preparada con una parte do leche en dos de agua,
tina es una enfermedad rara, para hacerla depender los diapnóicos ligeros, tales como la infusión de saúco
do una causa tan comrm corno el enfriamiento , las con ojimiel, y las pociones salinas. Es necesario evi
vicisitudes atmosféricas de las estaciones , etc. Sin tar por mucho tiempo la impresión del frió y del ca
embargo , tiene mucha relación con las afeccione» lor. Hay enfermos que no tienen necesidad de guar
catarrales; pues como estas ataca especialmente á la dar cama, y que entran espontáneamente en convale
membrana mucosa do la boca, de la garganta, de la cencia al cabo de una semana; pero aunque la falta
nariz , de la (raquearte™ y de los bronquios. Se de precaución no tenga siempre funestas consecuen
asemeja también al sarampión: estas dos enfermeda cias, sin embargo, el descuido de los medios apro
des afectan igualmente á los ojos, á la nariz , al pe piados para favorecer ltt traspiración produce muchas
cho y ni sisluma cutáneo. Pero el sarampión no pre veces la hidropesía. Cuando la enfermedad siendo in
serva do la escarlatina , ni la escarlatina del saram tensa, ataca á una persona jóven y pictórica, con fie
pión. Si causas muy diversas, sobre todo las sabur bre, cefalalgia y dolor gutural considerable, está In
ras, dan algunas veces origen á una erupción senie- dicada las mas veces la sangría, sin que se tema que
junto á ia escarlatina, producen solamente un exan suprímala erupción, ú ocasione una metástasis al
tema esporádico , que no lleva su impresión sobro interior. Lo mismo decimos de los laxantes suaves y
la garganta y que no se comunica fácilmente: la es antiflogísticos y de los enemas, cuando los signos no
carlatina epidémica, por el contrario , es evidente equívocos do saburras reclaman su uso. '
mente contagiosa, aunque no se haya confirmado to 299. Ttvtamientode la escarlatina anginosa infla
davía esta verdad incontestable por la inoculación. matoria. — En la escarlatina grave se deben tomaren
Por último , ta materia del contagio no podría dar consideración la liebre concomitante , la constitución
razón do la benignidad ni de la malignidad de esta epidémica y la naturaleza de los síntomas, y emp
DE MEDICINA Y CIBUJÍA.—FRANK. 171
todos los medios que puedan favorecer sin esfuerzos suero ó en una poción salina, lio están menos indi
la erupción ; y separar todo lo que tienda á estorbarla. cados para evacuar las saburras intestinales. Hay ca
Cuando los síntomas de la liebre inflamatoria se sos en que los purgantes convienen menos que los
presentan acompañados de cualquiera especie de an eméticos, y en que hay necesidad de reiterar muchas
dina, debe recurrirse con precaución al tratamiento veces la administración de estos últimos: eu efecto,
que liemos aconsejado (178, 179, 180). Pero no de tenemos ejemplos de epidemias de escarlatina , que
bemos perder de vista el carácter exantemático de la presentaba la angina como síntoma esencial y predo
enfermedad y que esta debe ser juzgada por la piel, minante; este síntoma no cedía á las sangrías, que
y por lo tanto es preciso guardarnos de abatir las fuer eran á menudo perjudiciales, sino á los vomitivos so
zas con sangrías cscesivas, que determinarían el re los y repelidos.
troceso al interior, como lo liemos dicho en la erisi 3¡H. Observaciones sobre la sanaría.— Esta ob
pela (289): sin embargo, cuando la plenitud y dureza servación no podrá debilitar la indicación de la san
del pulso, la intensidad de la inflamación gutural con gría en la escarlatina inflamatoria. Hay sin duda ca
tumefacción cstrema , la dispnea, un dolor pleuréti- sos en que, no tememos repetirlo, una flegmasía in
co, el encendimiento é hinchazón de la cara, la cefa tensa nova acompañada déla liebre inflamatoria pura,
lalgia, el sopor y el delirio, anuncien una reacción sino mas bien de una liebre gástrica nerviosa. En esta
demasiado fuerte del sistema circulatorio , es nece complicación, que no se puede reconocer mas que
sario que la sangría, y aun la sangría reiterada, con por observaciones repetidas , cuando la liebre es re
traríe la erupción del exantema ; ella la facilita, dis ciente, el uso de la sangría está reservado para los
minuye la hinchazón de la garganta y previene la sofo primeros días de la onfermedad , ó absolutamente
cación. Siempre que este medio parezca evidentemente contraindicado. Este medio, eficaz en las verdaderas
necesario puede recurrirse á él, ya antes, ya durante inflamaciones, no debe emplearse en la escarlatina
!a erupción , y aun después de la descamación, y rei pura é inflamatoria. En la complicación de este exan -
terarse cuantas veces se crea preciso, según la edad tema y de la angina que depende de él, con la liebre
y las fuerzas del enfermo. Los remedios que hemos gástrica ó nerviosa, usamos de circunspección con
recomendado en la angina inflamatoria, tales como las respecto á la sangría", y no la empleamos nunca sin
sanguijuelas, las cataplasmas, los linimentos, los ve haber conocido bien antes el carácter de la constitu
jigatorios, los gargarismos, y todos los antiflogísticos, ción epidémica. La contraindicación del emético y la
convienen en esta especie de escarlatina, en que la indicación de la sangría aumentan en razón delcarác
inflamación de la garganta ocupa el primer rango, ter inflamatorio de la angina y de la fiebre concomí-
y deben emplearse con arreglo á los mismos princi tante, y viceversa.
pios. Se asocian á los antiflogísticos los medios que 302. Tratamiento e E LA ESCARLATINA ANGINOSA
pueden escitar una diaforesis suave ; por ejemplo, el nerviosa.—Lo que precede esplica la diversidad de
tártaro estibiadó á dósis refractas on una poción sa opiniones que existe entre médicos de gran nota so
lina. Pero debe huirse, cañe pejus et anguc. de los bre el tratamiento de la escarlatina maligna. Cuando
alexifannacos, que provocan un sudor forzado y au este exantema ataca á un individuo robusto, joven y
mentan el calor. Cuando se ha calmado la intensidad pletórico, ci principio contagioso y la liebre de donde
de la angina, y la erupción no esperimenta obstáculo trae su origen no producen al empezar la enferme
alguno, los ligeros diapnóicos, unidos á los antiflogís dad, una impresión profunda sobre el sistema nervio
ticos, bastan para la cesación de la fiebre, y para que so, y predominan los síntomas de la augina inflama
la escamacion sea perfecta. Debo tenerse cuidado de toria. En estas circunsiancías, cuando el pulso está
que laalteiacion del estómago, las náuseas y el Vó lleno y duro, y la sangre se cubre de la costra flo-
mito que dapenden comunmente de la acción del prin gística, ha sido ventajosa la sangría; también se la ha
cipio contagioso sobre el ventrículo, ó de la irritación repelido, ó al menos se han aplicado sanguijuelas y
inflamatoria, mas bien quédelas saburras gástricas, ventosas escarificadas, con un éxito admirable. Pero
no nos conduzcan á administrar temerariamente un otras veces se manifiesta la escarlatina por una gran
emético, que seria con seguridad pernicioso en esta poslracion de fuerzas, acompañada de todos los sínto
circuustancia. Muchas veces desaparecen estos sínto mas déla liebre nerviosa, y entonces es cuando la mas
mas desde el primer instante de la erupción; los vo ligera evacuación de sangre causa un perjuicio irre
mitivos son entonces inútiles, y es también una im parable. Esta asociación de enfermedades incompati
prudencia emplear remedios activos sin indicación. bles, por decirlo así, no es rara en la liebre nerviosa
300. Tratamiento be la escarlatina anginosa y enlagangrena,como lo hemos observado (90,136).
gástrica. —Cuando la persistencia de los síntomas Así, en el primer caso, que comunmente el me
gástricos , después de la invasión de la enfermedad, nos peligroso, conviene una sangría moderada desde
6 el carácter conocido de la constitución reinante, el principio de la enfermedad, cuando la inflamación
denotan la presencia déla fiebre gástiiea, es necesa es considerable, la respiración difícil por la tumefac
rio examinar si existe todavía desde el principio una ción de la garganta, que presenta una rubicundez
complicación inflamatoria, para en este caso comba viva y animada, el pulso manifiestamente duro y lle
tirla antes de lodo, por medio de las sangrías ó las no, y el sugeto pletórito y robusto; y tombien se pue
sanguijuelas. Después de haber llenado esta primera de reiterar con precaución. En los niños se pueden,
indicación, aunque no se haya disipado enteramente y aun se deben aplicar sanguijuelas ó ventosas escari
la inflamación de la garganta, se pasa á la adminis ficadas en el cuello. Pero es fácil engañarse al esta
tración del emético (178). La pronta evacuación de blecer esla indicación : muchas veces, aunque todos
Us materias saburrales, de la pituita irritante y vis los signos hayan anunciado la plétora desdé el princi
cosa, que lleva su impresión sobre la garganta, y el pio, apenas se practica una segunda sangría , se de
ligero sudor ocasionado por el vómito, favorecen la bilita el pulso . y sobreviene una estrema postración
erupción del exantema. Las pociones laxantes anti de las fuerzas.
flogísticas (1) y los antimoniales á dósis refractas en En el segundo caso se siguen los principios esta
(1) POCION LAXANTE ANTIFLOGISTICA. blecidos para el Iratamíerito de la fiebre nerviosa (94).
R. Pulpa ile tamariurfus dos onzas = 00 grani. y frecuentemente el sudor hace, dará la enfermedad
Crcroor de tártara soluble. . . seis araamas = 21 grun. ti primer paso, cuando ha sido adquirida por con-»
Diíttélrase ea agua t'm onias=300 gram. tagio.
172 BIBLIOTECA ECONÓMICA
Pero cuando la enfermedad es muy antigua, ó hay cantidad , combinada con un vino generoso ó con
otras razones para no emplear el método sudorífico; otros escitantes, Se dajen leche ó cu agua, edulco
si , por otra parte , no se lian observado todavía las radas con el jugo de orozuz ó con azúcar, á los ni
manchas gangrenosas, la hinchazón de las parótidas, ños indóciles , y se les administra al mismo tiempo
de los ganglios maxilares y de las partes inmediatas; en lavativas. Cuando continúa la diarrea colicuativa
si el pulso no está muy débil, y sobre todo, si las náu se limpian primero los intestinos con un enema emo
seas y los vómitos continúan, y anuncian un embara liente, y se aplica en seguida otro compuesto con la
zo gástrico manifiesto, en estas circunstancias, se de decocción de quina y la tintura tebáica ; se puede
be prescribir ol tártaro emético, ó la ipecacuana en añadir también una preparación opiada semejante á
caso de diarrea. El vomitivo no evacúa solamente la los remedios que se administran por la boca. Los
bilis contenida en el estómago , sino que favorece ácidos vejetales aumentan el flujo del vientre, y los
ademas la cscrecion mucosa de la garganta, y calma ácidos minerales no convienen mas que dilatados y
los síntomas: algunas veces se le ha visto disipar en en un caso do postración considerable de \as fuer
teramente la enfermedad. zas (94). Cuando la debilidad llega al mas alto grado
Pero, es necesario confesarlo, los vomitivos no ca y se anuncia por lipotimias, por delirio ó por con
recen de peligro en todas las escarlatinas angino. vulsiones, se deben'prescribir los diferentes reme
gangrenosas ; no se debo atender solamente á los sín dios que hemos recomendado en Fa fiebre nerviosa
tomas engañadores de las saburras para reconocer (94, 97); un vino generoso, en bastante cantidad , la
aquí el embarazo gástrico ; es necesario tomar en con serpentaria de Virginia, la pareira brava, la angéli
sideración el carácter de la constitución reinante. Sin ca, la valeriana . la canela, el alcanfor, el almizcle,
embargo, el mayor número de observaciones atesti los vejigatorios en la nuca, mas bien que en la parte
gua la eficacia del emético ; su utilidad en la angina anterior del cuello, etc. La pureza del aire es indis
gástrica prueba lo que se puede esperar de él en la pensable.
angina nerviosa, complicada con las saburra»; su ac Es necesario recomendar al enfermo que no ira»
ción es pronta y se ejerce al mismo tiempo sobre la gue, sobre lodo con los alimentos y bebidas, el icor
garganta, que es el asiento de una fluxión pituitosa. El acrimonioso que destilan las úlceras gangrenosas; fa
tártaro estibiado y la ipecacuana, á dósis refractas, vorecer su salida por la boca y deterger continua
tienen aun la doble ventaja de evacuar las saburras mente las partes con el uso de gargarismos. Se pue
intestinales, y de moderar h diarrea, comunmente de corregir ó disminuir la putridez , la causticidad
saburra!, que sobreviene desde el principio. Es útil de este humor, con remedios locales, como el vapor
dar por la tarde un paregórico para calmar la altera de vinagre, sobre todo de vinagre alcanforado, y de
ción que han podido producir los evacuantes. espíritu de sal amoniaco mezclado con una infusión
Cuando la debilidad va acompañada de lipotimias, aromática: este vapor penetra en la tráquea y com
de convulsiones, de dispnea, como hemos dicho en la bate la gangrena que puede atacar á la membrana
fiebre nerviosa (94) , hay que abstenerse de los eva mucosa. Se emplea igualmente el ácido carbónico,
cuantes, escepto algunos ligeros enemas , y ocuparse el jugo reciente de siempreviva en el cocimiento de
en restablecer las fuerzas. En el caso de diarrea coli cebada dulcificado con la miel; el ácido sulfúrico ó
cuativa, debe prescribirse la infusión de cascarilla y muriátic», dilatado suficientemente en agua, á la
de ruibarbo, ligeramente opiada, la raiz de colombo que se añade rob de orozuz ó de miel ; se pueden
en polvo, ote. ; pero solre todo los enemas preparados también incorporar esos ácidos á esta sustancia , y
con almidón y la tintura tebáica. tocar con esta mezcla las manchas gangrenosas.
En un caso en que la piel estaba caliente y seca El mejor gargarismo es el que se prepara con el
á consecuencia de un retroceso determinado por cocimiento de quina , el ácido muriático, la miel y
causas leves, se han empleado con éxilo los pedilu la tintura de mirra. Un hombre de mérito proscribe
vios tibios. Si la debilidad se opone á ellos, podrían las escarificaciones practicadas sobre las tonsilas,
sustituirse por fomentaciones hechas con la infusión cuando estas glándulas están cubiertas de manchas
acuosa de manzanilla, y aplicadas á los muslos y á las gangrenosas: sin embargo, se ha obtenido algunas
piernas. En general, es necesario combatir la causa veces buen éxito con tres ó cuatro incisiones prac
del retroceso y seguir los principios establecidos ticadas á la invasión de la gangrena. No se deben
para la retropulsion déla erisipela (289). desprender las escaras, porque es operación muy
Cuando es manifiesta la tendencia á la gangrena, peligrosa. Después de su caida dejan al descubierto
la quina es el remedio mejor. Se administra al inte una superficie viva y muy sensible , que no soporta
rior ; se la emplea eff gargarismos ; se aplican bajo ría los irritantes que acabamos de aconsejar; es ne
la barba cataplasmas preparadas con el polvo de esta cesario entonces suspenderlos , y susliluiilos, en el
corteza, las llores de manzanilla y el alcanfor. Para caso de sequedad y de dolor vivo , con la emulsión
hacerla tomar interiormente se escoge la forma mas arábiga, el looch con el mucilago de pepitas de mem
conveniente al estado de la garganta: como las sus brillo; aplicar bajo Ja barba cataplasmas emolientes,
tancias secas pueden fácilmente irritarla, se prefiero ó dar unturas con el linimento volátil sobre la misma
el cocimiento un poco fuerte (i) ó el cocimiento sa región. Muchos de estos remedios no pueden em
turado (2). La quina debe ser administrada en gran plearse en los niños, mas sujetos á esta efeccion que
¡as personas de otra edad , y muchos de los cuales
(1) COCIMIENTO HE OtllNA. rehusan toda especie de socorros.
U. Quina selecta, una onza=3'J gram. Un medio, que no es nuevo, pero cuya eficacia han
Hágase hervir en reconocido algunos médicos modernos, es el mercu
Agua común, una libra—'.00 gram. rio dulce. Se administra en todos los períodos , sin
A 8 onzas (230 gram.) de coladura anulase temer la disolución de los humores, después de ha
Jarabe dequina.una onza=30 gram. ber empleado antes los eméticos. Se da como pur»
Mézclese.
(2) COCIMIENTO DE QUINA SATURADO. gante, y algunas veces á la dósis do algunos granos
por dia, hasta que empieza la salivación. Para pre
II. Cocimienlo de quina, ocho ouzas=ÜS0 gram. venir la diarrea colicuativa que puedo ocasionar
Kslrael* de quina, media onia=15 gram.
Jarabe de quina, una oníar;50 gram. al enfermo , ya muy débil , so le combina útilmente
«6jclesc. con c| opio. Como nuestra práctica no nos ha sumi
173
lustrado mas que algunos ejemplos de escarlatina an- de hablar, y so les administra combinados con los
gino-gangrenosa, no liemos podido justificarla efi diuréticos.
cacia de este remedio. Cuando el temperamento del enfermo, el curácter
de la enfermedad quo ha precedido, ó el aparato de
303. Ta» uMiK.ro de las consecuencias.—Las los síntomas nerviosos hacen sospechar uu elemento
consecuencias de la escarlatina que no pertenecen de espasmódico en el anasarca, se emplean los polvos de
una manera constante á ninguna especie de ella, si Dower, una poción salina á la que se añade igual can
no por lo común ¡í la mas grave, merecen toda la tidad de vino de antimonio, de láudano líquido, y el
atención del médico. Entre las afecciones consecuti rob de orozuz. Algunas veces se prescribe con éxito
vas, las metástasis ocupan el primer rango; pero nos el alcanfor á dósis moderadas, y sobre todo los baños
otros hablaremos aquí muy poco sobre ellas, reserván tibios y los vejigatorios volantes.
donos tratar esto asunto mas estensamente en otra En el caso de retronulsion de la escarlatina, se de
parte. Algunas veces, durante el curso del exantema, ben observar las reglas que hemos establecido para
ó después de su curación, se manifiestan tumores la do la erisipeU, teniendo siempre cuidado de no
glandulosos muy duros, que ningún discusivo, nin perder de vista la causa de este peligroso accidente.
gún emoliente puede resolver ni traer á supuración,
y que aun se exasperan diariamente por el uso de , GENERO TERCERO.
osios tópicos. Se lia visto en estos casos que la
aplicación de lo.- vejigatorios sobre el tumor rebelde Urticaria.
ha determinado su resolución ó su supuración sin
accidente alguno. No siempre es posible prevenirlas 304.—La urticaria es una enfermedad de corta
metástasis ni el anasarca en todas las epidemias de duración, que ocupa entre los exantemas e1 mismo
escarlatina. Con 'esta idea so ha aconsejado mante- rango que la fiebre efémera prolongada, éntrelas fie
ucr con cuidado y durante mucho tiempo la traspira bres continuas. Mas frecuente en los niños que en
ción en la época de la convalecencia; sustraer á los los adultos, no es contagiosa ni epidémica, y las mas
convalecientes del aire frió, y administrarles el uso veces es producida por causas manifiestas. Los mo
frecuente de baños tibios, de pociones salinas csti» dernos han dado á esta erupción el nombre de urti
biadas, de los polvos de Dower, y en ciertos casos, de caria á causa de su semejanza con las picaduras de.
laxantes reiterados. Se han prescrito á ciertos enfer* las ortigas; pero su forma es variable y no siempre
mos los tónicos asociados con los diuréticos; á otros
losjvejigatorios volantes, y en fin, la sangría, cuando se 305.asemeja á ellas.
Definición.—Esta variedad hace difícil la de«
después de una descamación perfecta ó' imperfecta, finicion del exantema. Sin embargo, se puede formar
el pulso permanece duro y lleno, son sed y calor una idea exacta do él por los caracteres siguientes:
interior. es una erupción comunmente febril, y algunas veces
La hidropesía consecutiva á la escarlatina exige sin fiebre, señalada, ya por manchas semejantes á
remedios variados, según el temperamento de cada las picaduras de ortiga, ya por tumores terminados
individuo, como espondremos de una manera detalla en una vesícula ó en anchas protuberancias, y acom
da en la continuación de esta obra. Si el anasarca va pañada ordinariamente de un prurito intenso; aumen
acompañada de una especie de fiebre inflamatoria ta por la tarde y se manifiesta entonces un movimien
lenta, con dolores articulares que simulan el reuma to febril; la impresión del frió estertor produce el mis
tismo; calor en la piel, pulso lleno ó duro, cefalal mo efecto. Sobrevienen fácilmente delitescencias se.
gia, sed y orinas encendidas, se' deben poner en uso guidas de una comezón insoportable;) basta que el
los antiflogísticos, el crémor de tártaro, el nitro, el enfermo se rasque para que reaparezca la erupcion-
suero para bebida, y sobre todo la sangría, qu ese pue La urticaria se disipa ordinariamente en pocos días
de repetir algunas veces. La evacuación de sangre y sin descamación.
no está contraindicada por la pequenez y la concen 300. Variedades.—Siguiendo esta definición, y
tración del pulso, cuando la dispnea, una tos seca y según la forma del exantema dividírnosla urticaria en
áspera con calor ardiente, consecuencias de una es maculosa, vesicular y tuberculosa, y comprendemos en
carlatina manifiestamente inilamatoria, anuncian con este género á la esera de los autores. La urticaria
certeza la inflamación del pulmón. £1 método vulgar, presenta también diferencias según la naturaleza de
que consiste en tratar el anasarca por medio de diu la fiebre concomitante , aunque las mas veces no va
réticos acres, no es nunca Un peligroso como en el acompañada de movimiento alguno febril. Nosotros
anasarca inflamatoria de que tratamos aquí, y que siempre hemos visto que la liebre ha fallado ó que se
sobrevieuc, no solamente después de la escarlatina ha presentado con un carácter benigno y poco infla
anginosa, sino algunas veces también á consecuencia matorio; pero hay observaciones que prueban que
de la angina parolidea. puede ser maligna, remitente ó intermitente.
Cuando un estado de debilidad ó de laxitud en los 307. Descripción.—La urticaria maculosa es
sólidos, determinado por la fiebre nerviosa, sucede á precedida comunmente de un ligero movimiento fe
la escarlatina y ocasiona la hidropesía, se prescriben bril, con sensación de frío seguido de un calor mo
las fricciones con lienzos bastos y calientes, los tó derado, sed y cefalalgia poco intensa. Se observa al
nicos, tales como las limaduras de hierro y la quina, gunas veces el flujo de vientre y la orina jumentosa:
especialmente el cocimiento con el ojimiel escilítico. nosotros hemos visto sobrevenir vómitos, dolores en
Pero algunas veces es necesario evacuar la serosidad el estómago ó en los intestinos, y constipación. Al
antes de combatir, por medio de los escitantes, la de segundo ó tercer dia, inopinadamente algunas veces,
bilidad del sistema linfático. Para llenar esta primera y sin fiebre precedente, se hace sentir un prurito ge
indicación, se hace uso de la infusión do enebro, de neral, y al cabo de algunas horas se presenta la erup
la tierra foliada do tártaro, de la potasa, del espíritu ción con una gran rapidez , ocupando al principio los
do sal amoniaco en solución saturada en vinagre es brazos y el pecho, y estendiéndose después á la cara,
cilítico, y de la digital purpúrea. En los jóvenes, se al vientre, á los muslos, y en fin , i casi toda la
administra un purgante compuesto de calomelanos y piel. Está caracterizada por manchas poco estensas ó
de la raíz de jalapa. Cuando se lia evacuado la sero muy anchas, ligeramente prominentes, de un rojo pá
sidad , se einpleau los tónicos de que acabamos lido, blanquecinas en el centro, de bordos desigua
174 BIBLIOTECA ECONÓMICA
les y dislacerados, que se tocan en diversos punios; tos, semejantes á los de la miliar, estaban marcados
su base eslá rodeada de un círculo rojo v¡vo , y van con un punto negro en el vértice. A su aparición dis
acompañadas de un prurito intenso. Apenas se lian minuyó la ansiedad, y la boca se puso muy amarga.
mauife lado, cuando desaparecen espontáneamente o Al segundo día se dió un purgante ; en este tiempo
por el calor del lecho; se ocultan bajo la piel, y abandonó el enfermo su lecho , se espuso al aire
ocasionan una picazón insoportable que obliga al en fresco, y desapareció el último exantema, volviendo á
fermo á rascarse. Su desaparición es seguida algunas aparecer el primero. Esta alternativa continuó por
veces de ansiedad y de una ligera sensación de des espacio de seis dias, y, en fin, la enfermedad se disi
fallecimiento. Cuando el enfermo se ha rascado ó se pó por el uso de la sangría, de los antiflogísticos y de
ha espuesto al aire frió, reaparece la erupción, y pue los evacuantes.
de ofrecer así muchas alternativas de este género, sin En estos dos casos, la prontitud de la erupción, el
ocupar siempre la misma parte. En fin , al tercero, lo prurito intenso de que iba acompañada, y el acre
mas comunmente al cuarto, ó al menos al sétimo día, centamiento de los tumores, determinado constante
y raras veces mas tarde, cesa la liebre y las manchas mente por la impresión del aire frió, son rasgos ca
se disipan en general sin descamación evidente. racterísticos que hacen reconocer la urticaria. Se ha
La urticaria vesicular, si hacemos abstracción del dado el nombre de csera, ó de psora á una erupción
prurito, síntoma que niegan muchos médicos, y la general y súbita do pequeños tubérculos rojizos algo
urticaria tuberculosa no difieren de la csera. Vamos á duros , y acompañados de un prurito' considerable,
hacer conocer con ejemplos estas dos variedades. semejante al de las picaduras de abejas , de avispas,
Uno de nuestros disoipulos, jóven saludable, espe« de mosquitos ó de ortigas Estos tubérculos se disi
rimentó á consecuencia de una comida, en la que no pan en poco tiempo, sin arrojar una gola de líquido,
tomó bebida alguna espirituosa , ningún alimento de y lajpíel vuelve á adquirir su suavidad y su color pri
mala calidad , ui comió con esceso , un prurito in mero. Se ha aplicado también esta denominación á
tenso y una sensación de ardor intolerable en todos una erupción de manchas eslensas, discretas, rojas y
los puntos del órgano cutáueo y principalmente en el lustrosas, de superficie unida y tersa, y acompañadas
cuello y en la cara. Sucedió un calor considerable, de una sensación de prurito y de ardor , y que ocu
el rostoo se tifió do una rubicundez intensa , sobre pan con especialidad las manos y el rostro.
vinieron zumbidos de oídos con angustias y ansiedad La urticaria puede , pues , revestirse de diversas
precordial que repitió por intervalos. El pulso no es formas; si el prurito es menos sensible en una varie
taba mas frecuente que en el estado natural. Ríen dad que en otra, si en un caso la erupción aumenta
pronto se desarrollaron tumores de diversos tamaños por el calor de la cama, y en otro por la impresión
con gran rapidez ou la parte superior del cuello, cer del frió, semejantes variaciones se observan algunas
ca de la barba, y la piel de esta parte parecía no for veces en la urticaria mas sencilla, de manera que no
mar mas que un solo tumor desigual. Un poco mas se podrían considerar como otros tantos exantemas
tarde se manifestó una erupción semejante en la cara; particulares Jas erupcioues cuyo cuadro presentamos
las mejillas se cubrieron do granos muy pequeños. aquí.
El exantema no se estendia á las demás partes del
cuerpo, aunque continuaba ol prurito y el ardor. En 308. Causas.—Esta enfermedad depende las mas
este estado se espuso el enfcimo por un instante al veces de la supresión do la traspiración, otras de las
aire libre, y al punto se ensancharon los granos en su saburras, y raras veces de la constitución epidémica
base y formaron placas mas estensas ; algunos esta ó del contagio. Se ve con frecuencia, á causa de la
ban rodeados de un círculo muy rojo ; en la región idiosincrasia de ciertos individuos, que la urticaria
del cuello eran del volumen de una avellana, y dismi sobreviene por el uso de la raiz de valeriana, de ali
nuían de la base al vértice , que presentaba una vesí mentos en general saludables, tales como las diferen
cula vacía y trasparente. El enfermo hizo cama , y tes especies de cangrejos; de alimentos sospechosos,
creyendo su enfermedad grave , quiso emprender un como los caracoles, los pescados ó las carnes medio
tratamiento; pero un sudor general inundó la piel, podridas, y demasiado condimentadas. Pero todas las
y en menos de una hora habían desaparecido todos causas que, como las ortigas, irritan la superficie cu
los sintonías. tánea, pueden producir el mismo efecto.
Un joven de veinte años nos|ha ofrecido un ejemplo 309. Pronóstico.—La urticaria es casi siempre
de urticaiia fu&ercu/osa. Este individuo, entregado con una enfermedad leve; cuando no va acompañada de
csceso á los placeres de la mesa, esperimentó de re fiebre no causa otro accidenle que un prurito incó
pente, después de una comida, en la que no había modo. Algunas veces, sin embargo, se observa una
cometido ninguna in temperancia , algunas náuseas ansiedad considerable en la urticaria vesicular ó tu
con vértigo. berculosa. Se hallan en los autores alguuos casos de
Su cara llegó á ponerse roja y tumefacía, y tumo repercusión de la esera, seguida de una metástasis
res anchos como la palma de la mano, de un rojo os mortal al cerebro ó de hidrocéfalo; pero nos parece
curo, acompañados de un prurito intolerable hasta quo los ejemplos que se aducen como prueba de la
el desfallecimiento, se manifestaron en toda la piel, malignidad dé la urticaria pertenecen á otra enfer
y principalmente en los muslos. Sobrevino una hor medad cualquiera. *hk! *¡tas»i
ripilación, un escalofrió con sacudidas violentas do 310. Tratamiento.— No tenemos otro tratamien
los miembros, sobretodo, de las estremidades infe to que proponer aquí mas que el de la escarlatina
riores; al mismo tiempo los tumores se ensancharon simple y benigna (298); la urticaria muchas veces no
y so elevaron, y formaban masas irregulares. El pul exige mas que el calor del lecho. Hasta prescribir una
so llegó á ser duro y lleno, y el temor de la muerte infusión de orozuz, una poción salina, ó un purgan
atormentaba al enlermo. A la entrada de la noche te, si está indicado por lo presencia de saburras en
apareció el calor; mientras duraln, disraiuuyeron los los intestinos; la sangría no conviene mas que en una
tumores que acababan de desarrollarse, seestinguie- plétora manifiesta, con liebre intensa. El prurito se
ron,y no quedó mas que la rubicundez de la cara con calma con un baño tibio. En la convalecencia se de
un prurito general. Pero bien pronto fueron reem be mantener la traspiración y seguir las indicaciones
plazados por una erupción rugosa, que casi hería la establecidas para la de la escarlatina. El caso de hi
jnuno del observador; eslos nuevos grauos trasparen- drocéfalo que acabamos do citar, ocasionado por la

»
DE MEDICINA Y CIHBIÍA.—FRANK. 175
acción del aire frió, prueba la importancia de estos te años, de profesión cerrajero, que habia tenido uua
preceptos. enfermedad grave en 1801, tomó un poco de vino el
Fierre intermitente urticaria.—0) Un hombre de 22 de abril de 1804, después de trabajos fatigosos,
veinte y tres años, de complexión débil, de poca gor y por la noche esperimentó un calor que le impidió
dura, que llevaba una vida sedentaria, y espueslo dormir; por la mañana sudó un poco. El 23, hallán
comunmente al frió, tenia en 1803 un exantema que dose mejor, abandonó el lecho y disputó la carrera
se habia terminado por descamación en varios acce con sus cantaradas; acalorado y rendido de cansan
sos. Los eméticos y los purgantes tomados por espa cio, bebió cerveza. El 2i, pasó la nocho como la pre
cio de muchos meses no contribuyeron á rcstable cedente; uu grao dolor de cabeza, una tos fuerte,
cer las fuerzas. En 1805 sobrevino uno semejante a dispnca, dolor en el pecho y calor, le impidieron dor
que va á ser descrito, y que duró quince dias. El 31 mir; el sudor vino á poner término ú todos estos ac
de enero de 1806 se vió atacado el enfermo de un cidentes. Hasta el dia 27 la liebre repetía de este
calor y después de un sudor tan abundante, que modo bajo el tipo de terciana: á cada paroxismo,
cayó en síncope; pero volvió bien pronto i su co y comedio del calor nocturno, el cuerpo se cubría'
nocimiento, ruego que se le espuso al aire libre. El de un exantema que, según la descripción del enfer
2 de febrero, á eso do las siete de la mañana, espe- mo, debia parecerse á la urticaria, pero que no exis
rimentó horripilaciones y escalofríos, se metió en ca tia en la piel en el momento do su entrada v.n la clí
ma y fue atacado al punto de cefalalgia y de náuseas nica de Viena, el li. En cstaépoca habia un calor
á las que siguieron tres ó cuatro vómitos de mate moderado, pulso débil, poco frecuente, dolor de ca
rias acuosas y mucosas. Después del vómito se es beza, ojos ardientes, sed viv.i, tos frecuente y seca,
parció por lodo el cuerpo un calor ardiente, segui respiración difícil á causa de un dolor que existía
do de un dolor de cabeza mas violento que el pre en el costado izquierdo, é imposibilidad de acostarse
cedentc, de cólicos y do una sed grande: el enfer sobre esle lado. Se ordenó una decocción de malva
mo bebió agua fria y la devolvió al punto. Bien pron visco y de dulcamara, cou el rob de orozuz. El 29,
to aparecieron en la piel pápulas, discretas al prin el enfermo no ha dormido casi nada durante la no
cipio, y después confluentes, semejantes á las que che, atormentado por un prurito general, tos y un
ocasionan las picaduras de ortiga: toda la piel se calor febril. Todo su cuerpo eslá cubierto por la
cubrió de esta erupción, y el enfermo sentia por to urticaria, y hay esputos mucosos y tenaces. El dolor
das partes dolores atroces, ansiedad, inquietud, pa del costado ha desaparecido. Se" añade el acelulo
lidez y debilidad estrema; en este estado fue condu de amoniaco á la tisana. Después de un largo sudor
cido á la clínica de San I'etersburgo; puesto en un por la tardo, se disipa la erupciou, y queda, sin em
lecho caliente, esperimentó un prurito tan violento, bargo, liebre, con mucha sed y con tos. El 30, el en -
que casi se arrancaba la piel con las uñas. ¡So se lermo ha dormido bien durante la noche, sin loser
tardó en hacerle tomar un baño tibio; por bebida mucho; ha arrojado espulos mucosos y tenaces, lo
la infusión de orozuz con una onza (30 gram.) de cual ha aliviado notablemente el pecho; las orinas
espíritu de Minderero y una dracma (í gram.) de y los escreiuenlos han sido bastante abundantes. Ha
espíritu de nitro dulce; se le administró una lavativa cia la tarde, apirexia muy pronunciada. El 1.°
de manzanilla con aceite de linaza. Al cabo de algu de mayo pasó la noche casi siu dormir, gran calor,
nas horas, hubo un alivio notable, y por la larde, liebre fuerte, aparición de la urticaria, espulo
pero sobre todo al dia siguiente, bienestar completo. pesos. Se prescribe la poción siguiente:
Al cuarto día, ó la una de la mañana, recidiva de la
enfermedad; sin embargo, el paroxismo dilierc del R. Infusión de flor de maWa, ¡.iele onias=210 gram.
anterior; hubo al principio frió y cefalalgia, el exan Tártaro cstibiado , un grano—5 centig.
tema no causaba comezón y era menos confluente: Espíritu de Minderero..
Jarabe simple , jj und nn-,*—vt
°'Hi-M onm
«rJul-
se siguió á él una debilidad mayor, con pulso pe
queño y frecuente, dolor de cabeza bastante vivo, y para tomar una onza cada dos horas. Una hora des
ansiedad casi continua; el enfermo tuvo ademas du» pués del medio dia , sudor y desaparición del exan
rante muchas horas un hipo fatigoso, falta de sue tema. El 2 no hay fiebre; se suprime el emético en
ño, agitación continua, orina roja y espesa, mas la poción. El 3 á las siete de la mañana, escalofrío
abundante que en el primer acceso, y constipación. que dura dos horas, seguido de calor por espacio.de
Se prescribó inedia taza de infusión do angélica, otras tres, sudor, al fin del cual sobrevieue una «pi
cada hora, con el espíritu de nitro dulce, un gra rexia completa. Se prescribe una decocción de qui
no (5 centíg.) de alcanfor en los intervalos, un ene na cou el licor de Holfmanu. El ojo derecho estaba
ma y un baño tibio. El 6 antes de media noche, inllamado (1); se le fomenta con una decocción emo
otro acceso mas corto y menos intenso que el pre liente. El 4 no hay liebre. El 5 á las siete de la ma
cedente; ol exantema es mas raro, colora solo las ñana reaparece la fiebre. Uu vejigatorio A la nuca y
estremidades superiores, y desaparece pronto; sudor un colirio (2) á causa del dolor y del encendimiento
menos copioso; una deposición pero la boca está de los ojos. Por la tarde no hay fiebre, la oftalmía
mas amarga y la debilidad es mayor; una inquietud ha disminuido. El 26 apirexia perfecta; se hace lo
estrema, sintonía que domina á lodos los demás, mar media dracma (2 gram.) de quina amarilla en
ahuyenta completamente el sueño. Estando bien polvo cada dos horas. El 7 no hay fiebre; los sinto
averiguado el carácter periódico do la enfermedad, nías de la oftalmía son menos intensos. El 8 se pres
se ordenaron de hora en hora veinte granos (1 gram.) cribe una infusión amarga. La fiebre no vuelve á
de quina amarilla cu vino. El 7 se dobló la «iósis aparecer, y la oftalmía se disipa poco á poco.
de quina; la noche es tranquila y no sobreviene ac
ceso. El 8, el estado era satisfactorio y solo se ad
ministró la decocción de quina. En pocos días se (1) Kocli Prográmala de Mire urlioala , Leipzirk , 1792, pá-
restableció el enfermo con el uso de los amargos. Stna 14, seilala la oftalmia como un síntoma que «ucede A la
esapancion de la urticaria.
FiEonE intermitente uancAiu a.—liiijóvendc vein (2) Agua de rosas, seis onza»=180 gram.
Sublimado corro-iyo , un grano— .i cenlig.
Mucllagode goma arábiga , una dracms=:4 giam.
176 BIBLIOTECA ECONÓMICA
Fikbue i.NTfcHtiiTKNTi-: URTICARIA. Un trabajador de el vértice. Al novono dia se apoderó un fuerte do
sedas, do veinte y nueve años de edad, de una com lor de las extremidades inferiores, con rubicundez
plexión medianamente robusta, babia gozado siem poco subida. Al décimo desapareció este dolor, pero
pre de buena salud , después de haber pasudo las las piernas se pusieron lívidas. Previendo próxima
enfermedades de la infancia, hasta que siendo sol la gangrena, se prescribió el alcanfor con la tintura
dado en Italia contrajo una fiebre intermitente, du de mirra, preparada con el agua de cal y la decocción
rante la cual arrojó algunos esputos de sangre. Esta de quina. Al onceno dia, la gangrena se hallaba muy
liebre cedió á lu quina , y el enfermo se vjó también pronunciada en los muslos. Se cubrieron estos con
libre de ulgunos síntomas sifilíticos. Estando en Viena compresas empapadas en un cocimiento saturado de
el 15 de agosto de 180!, reapareció la fiebre y se ter quina y de tintura de aloes en agua de cal. Todo fue
minó por sudores. El 16 apirexía. El 17 fiebre con inútil ; la piel esfacelada se desprendió en colgajos.
vómitos, cólicos y aparición de urticaria con pruri Se prescribió el polvo de quina sobre las ulceracio
to; el acceso se terminó por sudores. El 18 nada de nes , y se continuaron los medios precedentes. Al
fiebre por la mañana ; un purgante produjo treinta dia décimo cuarto sucumbió la enfennu. No se abrió
deposiciones. El misino dia , un fuerte acceso que su cuerpo por temor del contagio.
continuó durante la noche , y después del cual se Según esta observación, lo que hemos dicho (311)
presentó la erupciou, causando una comezón muy de que los ejemplos citados de urticaria maligna po
viva. El 20 apirexia. El 21 nuevo paroxismo, pero dían referirse fácilmente á otras enfermedades, pare
menos fuerte, sin vómitos, cólicos, ni exantema; el ce deber sufrir una corrección. En efecto, aunque el
acceso es juzgado por un ligero sudor. El enfermo caso descrito por Lachausse (1) bajo el nombre de
entró en lu clínica de Viena con la cabeza libre , sed fiebre urticaria , y en el que, enmedio de los sínto
y el vientre blando , pero un poco tumefacto en la mas mas funestos , las vesículas del exantema tenían,
región epigástrica. No siendo dudoso el carácter pe según se dice, un carácter virulento , y el pus un ca
riódico de lu enfermedad, se hizo lomar cada tres rácter contagioso , pareco pertenecer mas bien al
horas una dracma (4 grain.) de quina amarilla. El 22 pénfigo agudo que á la urticaria, Monsey (-) ha dado,
no hay liebre, como no la hubo en los siguientes. Se sin embargo, la doscripcion de una verdadera urti
continuó con la quina por espacio de tres dius; des caria acompañada de mucha gravedad. Leemos tam •
pués se reemplazó por una infusión amarga , y la cu bien en Koch (3) que los síntomas de fiebre nerviosa
ración fue completa. se han borrado á la aparición de pápulas urticarias.
Hemos dicho (306) que no dejaban de haber ob Ha hablado de una hidropesía del cerebro , causada
servaciones de urticaria unida á una fiebre intermi por la urticaria (4) , y Cleghorn cita una metástasis
tente. Se debe referir aquí la liebre terciana urtica funesta Inicia el encéfalo, que tuvo lugar súbitamente
ria que Planchón ha descrito (I), lu esera que Ch- por impedimento á la manilestacion de la urtica
ghorn (2) dice afectar en Menorca el tipo de una ria (ü). En el caso que acabamos de referir, y que
fiebre terciaria, y las liebres intermitentes simuladas debemos á Morelli, uno de nuestros discípulos, la
(larvées) con urticaria , que Koch (3) asegura haber fiebre calificada tío reumático-gástrica fue tratada al
observado Desde la época en que se escribió este pa principio por el método debi.itante ; pero sospecha
saje del Epitome no hemos encontrado mus que los mos que tenia desde luego el carácter de tifus, ó
tres casos citados de urticaria intermitento, aunque que este se puso en evidencia mas pronto por los me
con muchu frecuencia hayamos visto eslu enfermedad. dios empleados, porque no es raro que esta enfer
Urticaria tifoidea con rsfacelo. Una mujer de medad produzca en su principio dolores, en aparien
cuarenta años, reglaúa desde los catorce, casada á cia reumáticos, falsa plenitud del pulso, y sintomus
los veinte , y que había gozado siempre de buena sa gástricos. Confesamos, sin embargo, que aunque he
lud , á escepcion de los exantemas de lu juventud y mos visto muchas veces petequias, equimosis , la mi
algunas fiebres tercianas , entró en 1789 en el hos liar , las parótidas , el pénfigo y la erisipelu acompa
pital de Bolonia , presentando los síntomas de una ñar al tifus, no lo hemos encontrado nunca unido á
fiebre llamada reumático-gástrica. Hubia tomado un la urticaria ; y según esto , nos parece que el caso
purgante y sufrido tres sangrías. Al quinto dia de la debe ser considerado como una urticaria primitiva
enfermedad se declararon síntomas de tifus. En la que ofrecía sintonías de tifus. Hemos visto, por otra
noche del seslo ul sétimo dia se quejaba, no tanto parte, en Italia, en 1792, un reumatismo que causaba
de prurito, como de una sensación semejante á la dolores continuos cu el brazo hacia cuatro meses,
que ocasionariau picaduras de alfileres en todu la su desaparecer de repente á lu presentación de la urti
perficie de la piel. Al dia siguiente, los bruzos esta caria.
ban cubiertos de manchas rojizas diseminadas , cuya Pero este exantema puede afectar también la forma
semejanza con el exantema que determina la picadura crónica, de lo cual no hemos hablado en el Epitome
de las ortigas era admirable. Se upercibiuu muchas por no haber podido hasta entonces recoger por uoso-
areolas blancas, y puntos en los cuales lu piel ofrecía tros misinos observaciones sobre este punto. Sin em
su color normal; ulgunos presentaban manchas roji bargo, Heberden dice haber visto ú enfermos que
zas cubiertas de una epidermis casi trasparente. Es sufrían esta afección durante muchos moses , á otro,
tas manchas eran muy numerosas eu los brazos y en por dos años con algunas cortas intermisiones, y á
lu espalda, y bastante raras en los muslos. Su apa algunos, cu fin, conservarla siete y aun diez años se
rición no disminuyó lu enfermedad, y la fiebre con guidos. Es probable también que muelles enfermos la
tinuó con la misma intensidad. Se declaró ú lu en soporten por largo tiempo, sin consultar.al módico,
ferma atacada de una liebre pútrida y maligna urti porque la juzgan de muy poca importancia para ocu»
caria, El exantema persistió durante todo el sétimo parse de ella ; es de notar, que al dejar la Italia, he
dia. Al octavo, desapareció cusí enteramente , á es mos encontrado muy á menudo esta urticaria crónica,
cepcion de algunos tubérculos del tamaño de un gar cuyos ejemplos se bou multiplicado á medida que
banzo , muy rojizos eu lu base y blanquecinos bacía
1 Journal de Médecine, afio de 17"i, t. XXXVII; p. 28.
(I) Journal de Médeeiae, aún ile 1365, julio, p. "5. S Medical tríiisiellous, vol. i, p. 175.
(i) Observan ios ou ilic cpidemical ducales iu Uinorca. Lon 3 Loe. MU , p 1 1.
dres, 1763. 4 Kanwnlun^ auserlesmer Abhandlungcn , I. IX, p. 368.
(51) Loe. cif. p. 14, r> i n tlie epidemical diseaaes Id Minoro, p. 840.
DE MEDICINA Y «BUJÍA.—FRANK. 177
avanzaba Inicia el Norte. Seria [inútil referir aqui tra familia que nos acompañó á Rusia. Por espacio
observaciones enteras y en gran uúmero; nos con de cuatro anos, todo su cuerpo se vió cubierto, no
tentaremos, pues, con citar brevemente algunas. solo de grandes manchas muy rojizas, sino también
Urticaria habitual.— Una mujer entró en la clí en algunos sitios, y sobre todo en los muslos, de tu
nica de Vicna, en 1796, atacada de un cólico do plo mores del volumen de un huevo de gallina : durante
mo. Por espacio de siete años babia padecido urtica horas enteras se veio privada del sueño por un pru
ria, que la cubría la espalda , los brazos y el pedio, rito intolerable y un ardor esecsivo, hasta que el ca
siete ú ocho días antes de la aparición de sus reglas. lor de la cama dísipabael exantema. Tres años después
En el momeuto de su entrada se hallaba atacada tam de haber vuelto a climas mas benignos aparecía la
bién de eila , aunque había ya pasado el flujo mens afección" on esta jóven cuando se esponia á un viento
trual. Vogel (1) había observado dos veces el exante algo fresco.
ma en la paciente, antes de la época de las reglas. Urticaria tuberosa. — El exantema de que hemos
Otra urticaria habitual. — Una jóven de Viena hablado (309) habia afectado á un jóven de veinte y
espcrimenló durante su infancia una comezón casi cinco años, cazador, en el invierno de 1793. Sin causá
continua, y tal, que costaba gran trabajo impedir que conocida , su cuerpo parecía cubierto de tumores cu
se desgarrase la piel con las uñas. Seis meses antes táneos rojizos, elevados y pruriginosos. Estos tumo
de la aparición del flujo menstrual se la presentó, res desaparecían sin ninguna incomodidad al cabo de
sobre todo en los muslos, una urticaria que formaba uno ó dos dias, y así por el calor como por el frío ;
placas de la anchura de la mano, las cuales ponían no habia en seguida descamación en la piel. Pero no
muclias veces obstáculo á la marcha. Esta erupción tardaban en volver á aparecer sobre otros puntos,
persistió, á pesar de todos los medicamentos, hasta causando una comezón muy vívr cuando el enfermo
la aparición de las reglas. La jóven se mejoró en se bebia vino. Algunas veces se veia exento de ellos por
guida; pero el flujo era raro, y se manifestaban al- espacio de quince dias ; después se volvía á presentar
guuos sintemas de clorósis. Este estado duró por es el exantema, ya en los miembros, ya en el tronco ó
pacio de dos años, con frecuentes recidivas de urti en la cara, la cual se hinchaba hasta el punto de no
caria, la cual ocupaba los brazos y el rosto del cuer poder abrir los ojos. Antes de la aparición de los tu
po, pero sobre todo los muslos, cuando tuvimos mores esperimentaba el enfermo una soñolencia que
ocasión de verla; las manchas eslaban muy elevadas, cesaba poco tiompo después. La sangría, y un coci
y sobrevenían principalmente bajo la influencia del miento cuya composición nos fue descouocida , no
irio, y causaban un prurito intolerable. Es de notar produjeron efecto alguno. Cuando vimos á este jóven
que la enfennaesperimentó durante su infancia, y por tenia en los pies gruesos tumores que estorbaban la
espacio de muchos años, una gran comezón, sin man marcha , y que se parecían bastante ó los sabañones.
chas , y que estas aparecieron cuando cesó aquella. La urticaria se presenta casi siempre en el tiempo
Urticaria habitual que repitió i-or sfecto del frió , y disminuye ó desaparece en las estaciones cá
miedo. — Una mujer de cuarenta años habia estado lidas. Esta observación se habia ya hecho por Musi-
continuamente atacada por espacio de muchos años lanus (1), que dice, sin embargo, haber notado lo
de una urticaria estendida sobre toda la superficie del contrario. En nuestro enfermo, los tumores desapare
cuerpo. El exantema desapareció completamente por cían igualmente por causa tlel frío que del calor; pero
el uso continuado muchos meses de un cocimiento de no se debe buscar en esta circunstancia un signo ca
zarzaparrilla, y unaspíldoras que lo prescribimos, en racterístico. Persistían uno ó dos dias , lo cual no
cuya composición entraban el alcanfor, el etiops an sucede eri la urticaria común ; pero la prontitud de
timonial y el estrado de dulcamara. Cerca de dos su desaparición y la frecuencia de sus retornos,
meses después esperiinentó un gran terror en el curso el gran prurito que les acompañaba, la soñolen
de un viaje, y vió reaparecería erupción, tan ge cia que les precedía , y que cesaba cuando se ma
neral y ñus abundante que nunca : desde entonces nifestaban los tumoros, no permiten referirlos á otro
no pudo librarse de ella. género.
Urticaria habitual en los climas fríos.— El nú
mero de las personas atacadas en Rusia de urticaria GENERO CUARTO.
es grande , mientras que no se ve casi ningún ejem
plo de ella en Italia. Los cstranjeros que dejan un cli Petequias.
ma mas templado, para ir á fijarse á ese imperio,
están sujetos particularmente á esta enfermedad. No 31 1 . Hemos hecho mención muchas veces de las
sotros mismos; cuando en i804, fuimos á Wilua, no petequias , y las hemos considerado como síntoma de
tardamos en vernos atacados de la erupción , que nos ciertas fiebres continuas é intermitentes. Este exan
duró por espacio de cuatro años , tanto en esta ciu tema ha sido conocido de los observadores en los
dad como en San Petessburgo, y que no nos aban tiempos mas remotos, pero no se ha descrito con es
donó en Austria, ni aun en nuestra patria, si bien moro antes del siglo xv ó xvi. Desde este tiempo, las
en esta se suavizó mucho. La enfermedad se presen - petequias , colocadas en el rango de las enfermeda
tatm siempre en la cara y en la frente, y desaparecía des , han llamado particularmente la atención de los
al cabo de poco tiempo. Sentíamos debajo do la peí médicos.
una picadura profunda, como la de un mosquito, y 312. liEFiMir.ioN.— Las petequias son manchas cu
al rascarnos, veíamos enseguida aparecerías pápulas táneas que se asemejan mucho á las picaduras de pul
de la urticaria. Si nos rascábamos en un punto, es- ga , pero que no presentan como estas un punto en
perimeutabamos al momento Ja necesidad de hacer el centro; puedeu ser rojizas, purpurinas, morenas,
otro tanto en las partes inmediatas. Por la mañana, lívidas, negruzcas, pálidas, amarillentas; su tamaño
cuando nos lavábamos las mano» en agua tibia , se varia; su forma es redondeada ó irregular; su su
cubrían bien pronto de pápulas, después de una sen perficie lisa no permite reconocerlas ai tacto; no de
sación de ardor; nunca nos ha sobrevenido accidente saparecen por la presión, y no gozan de sensibilidad;
alguno por ¡a cesación del exantema. Pero la urticaria ordinariamente son discretas ; las mas veces son sín
se cebó con mas furor todavía en una jóven de nues tomas de alguna fiobre , y su erupción se opera á una
EcOudsncA
época indeterminada de la enfermedad principal. servadorcsjiayan reconocido su existencia; quizás* no
Ocupan el cuello, el pecho , los antebrazos i toda la habremos tenido bastantes precauciones en nuestras
superficie cutánea; pero raras veces la cara. La dura investigacior.es; ordinariamente el color de estas
ción de este exantema no es fija : no presenta ni ma manchas es rojizo y muy vivo; pero no tiene nada de
durez ni descamación. constante, cambia muchas veces en el espacio de un
313. Especies.— En general nunca sobreviene dia, la erupción misma desaparece del todo, y á me
esta erupción sin fiebre; con todo, muchos médicos la nudo sin perjuicio del enfermo. Frecuentemente tiran
han visto , y nosotros mismos la hemos observado, á color de castaña; algunas veces son lívidas, y lle
exenta de lodo movimiento febril. Su marcha es aguda gan á ponerse rojizas, y .icgras, lo cual es de mal
6 crónica. Reina esporádicamente en todos tiempos ; agüero. Se observan al propio tiempo en el mismo
pero cuando la constitución del año le es favorable, enfermo, petequias de diverso coló.-, lo que da á la
llega á ser epidémica : entonces es mas considerable, piel el aspecto del mármol. Ya Jienen estas mauehas
y forma el síntoma predominante de la enfermedad el tamañn de una lenteja ó de una picadura de pulga;
reinante, que recibe de ellas su nombre, según la no ya su diámetro es el de un grano de adormidera o
menclatura de los modernos. En los países pantano damijo; otras veces son casi imperceptibles, como
sos , en las reuniones de individuos desaseados , las la punta de la aguja mas fina, y solo mirándolas de
petequias son casi endémicas. Según la fiebre á que lado es como se las puede percibir.
acompañan, son intermitentes, malignas, mas co Se deben referir á las petequias las manchas es
munmente gástricas, y algunas veces inflamatorias. tendidas, difusas, nocircuscritas, semejantes á las de
Pero en el mayor número de casos son sintomáticas, tinta, las manchas lineares que se asemejan á las ra
yes raro que" sean críticas ó vayan seguidas de ali yas trazadas con una pluma; en fin, el colrr negro
vio. Frecuentemente se observan petequias artificia que cubre las manos desde la muñeca hasta la estre-
les ocasionadas por el abuso de los escitantes y el ol midad de los dedos, síntoma que hemos observado en
vido de los evacuantes, pero seria acusar sin razón dos casos, cuya terminación ha sido funesta. Lo mis
á los médicos si refiriésemos siempre á esta causa la mo puede decirse de los cardenales; estrias longitu
erupción petequial. dinales de un rojo subido, ó de color de fuego; de un
314. Descripción.— Ya se efectúe esta erupción sin azul lívido, negras, algunas voces verduzeas, que se
movimiento febril; ya preceda, acompañe ó sigaá la cstienden formando curvas semejantes á las señales
invasión de la fiebre; ora se manifieste en este ultimo que dejan los latigazos.
caso en los primeros dias, ó como lo hemos obser Un médico célebre ha descrito una especie poco
vado muchas veces, en el oc'avo, duodécimo, dé común, que presenta la forma del sarampión; hay
cimo cuarto, ó aun mas tarde ; ora aparezca después siete años que una mujer de fia'tinga nos ofreció un
de la muerte, como sucede algunas veces, no existe ejemplo de ello: se manifestaron en gran cantidad
signo cierto, propio, pantognomonico , según el cual verdaderas petequias en la superficie interna de los
se pueda pronosticar : el conocimiento de la consti antebrazos; el resto del cuerpo se cubrió de numero
tución epidémica es el único que puede ilustrar al sas pústulas rojizas, prominentes, bastante anchas, y
médico. Los autores la han asignado diferentes fenó que no contenían serosidad. Al segundo dia , la erup
menos precursores : estado de debilidad , de estupor, ción fue reporcutida por la impresión del frío , y
soñolencia , insomnio , postración notable de las fuer siguió una dispnea, que hizo necesaria la sangría.
zas, laxitud, dolores que parecen partir de la espalda, Las petequias pueden asociarse á otros exantemas;
ardor en la garganta, coriza, pesadez de cabeza, ó muchas veces se observan mezcladas con las pústu
cefalalgia obtusa , dolores tragos en todo el cuerpo, las de la viruela, del sara.xpion y déla miliar.
ansiedad precordial , náuseas , vómitos, constipación Todas las manchas de que acabnmos de hablar son
ó diarrea: orina clara, natural , jumentosa, muy en verdaderos equimosis, mas ó menos anchos , depen
cendida ; pulso pequeño, desigual ; cara pálida , etc; dientes de causas internas, ú de un vicio de los vasos
pero ninguno do estos signos puede ser considerado de la, piel. No se borran por la presión ; algunas
como patognomónico ; n* hay uno que no falte mu veces' penetran profundamento en el tejir'o cutáneo
chas veces en esta enfermedad , ó que no exista sin bajo forma de pequeños conos, sin presentar, sin
ella. embargo, tumefacción, y sin ocasionar ninguna sen
Las petequias no constituyen nunca una afección sación de ardor ó de dolor; no se terminan nunca por
esencial, primitiva; si se quisiese, pues, trazar la descamación, escepto en algunos casos muy raros,
historia completa, seria menester reunir en el mismo que no liemos tenido ocasión de observar.
cuadro, enfermedades enteramente opuestas, y con Las manchas petequiales existen en mayor ó me
fundir sus síntomas con los de esta erupción. En su nor cantidad, y algunas veces son innumerables.
virtud, nos limitaremos á dar una idea sucinta de las Pueden desaparecer por todo un dia, ó volver hasta
petequias que en ciertas epidemias se unen tan inti tres veces. En ciertos casos duran tanto como la en
mamente con las fiebres, que ningún remedio las fermedad, y á veces aumenta su número después do
puede prevenir, y que constituyen el primero y mas la muerte: se las ha visto persistir después de la cu
constante de sus síntomas. Se presentan especialmen ración déla afección principal, tornar un carácter
te sobre las partes mas delicadas de la piel, como en crónico, desaparecer, y volver á manifestarse sin nin
las regiones lateralas del cuello, en las mamas, en gún movimiento febril. Sobrevienen algunas veces
la cara interna de los brazos; sobre todo en la cara sin ser precedidas de fiebre ni do la menor altera
anterior del antebrazo, desde el codo hasta la muñe ción en las funciones: esta variedad ha sido descrita
ca: cuando faltan en estas regiones, rara vez se ob por los autores , y nosotros la hemos observado en
servan en otra parte. Hemos asistido á un gran nú» nuestra práctica.
mero de enfermos afectados de petequias, y no lie Es raro que la erupción de las petequias debilite
mos visto que esta erupción se haya presentado en la ó termine la fiebre; en el gran número de epidemias
cara; sin embargo, observadores verídicos aseguran que hemos observado, no hemos visto nunca dismi
haberla encontrado con frecuencia en el rostro, sobre nuir la enfermedad esencial, sino en la mayor parte
todo en los párpados. En la autopsia practicada en de los casos aumentar con su presencia. Otros obser
individuos muertos de fiebre petequial, no hemos ha vadores han notado un alivio en los síntomas á con
llado petequias en el interior, aunque muchos ob- secuencia de su aparición. La epidemia de Verona,
de'medicina í qwdjía.—FftANK. 17?
mediados del. siglo xyii, prespnló un sjuloraa parti termiuaria tan á menudo y lau felizmente una cor
cular: era este una tiriasis que se manifestaba «tutes
del sétimo dia, y (juc hacia sucumbir al mayor nú
mero de enfermos. Hay también otros accidentes que
se complican mas á menudo con las petequias; tales
son las hemorragias , las escaras gangrenosas, etc.; no podría disipar en tan poco tiempo la alteración hu
pero estos síntomas no dependen déla erupción, reco moral.
nocen la misma causa que el exantema. Las petequias reconocen , pues , diversas causas.
31o. Causas.—La naturaleza y las causas de las Se pueden atribuir á las saburras, á un vicio epidé
petequias varían según la fiebre á que acompañan. mico y desconocido , á un esceso de fuerza , á una
Esta erupción puede depender del estado inflamato falla de resistencia de los vasos semi-paralizados, y
rio, gástrico ó adinámico , y de la influencia de la quizás también á una acrimonia que debilita la con
constitución epidémica. sistencia de la parte linfática de la sangre. La exis
Lsk ¡'eíequios no son otra cosa que pequeños cqui- tencia de un principio acre desarrollado en la masa
mósis formados por la estancación de algunas gotas de la misma sangre por la acción del miasma conta
de sangre debajo de la epidermis. Ocupando este lí gioso ó de otra causa cualquiera , no debe parecer
quido una esteusion mas ó menos considerable , (ja una suposición gratuita, si consideramos que ta erup
tildar á petequias mas ó menos anchas; según su can ción de las petequias va seguida algunas veces de
tidad y su dirección, resultan manchas semejantes á alivio; que las metástasis que se operan en las fie
estrías y á cardenales. Las petequias se forman de la bres nerviosas , tan favorables á las petequias , son
misma manera qne los equimósís escorbúticos; no di frecuentemente ventajosas para los enfermos. Estos
fieren esencialmente de ellos inas que en la causa hechos atestiguan la eliminación de una materia
próxima , que nos es desconocida en el escorbuto; morbífica que se dirige á la periferia , y prueban
sus caracteres esteriores son los mismos ; no se les ai mismo tiempo que esta materia es muy diferente
distingue mas que por la presencia de la (¡ebre y do la putridez , cuya primera impresión basta para
por la ausencia de los síntomas propios de la afección apagarla vida.
escorbútica. La petequia mas simple os la mancha 316. Pronóstico.—El pronóstico de las petequias
que resulta de la lesión de un vaso capilar por la pi se funda en el carácter de la fiebre esencial y en la
cadura de una pulga, aunque haya aquí perforación naturaleza de sus causas, mas bien que en cualquie
de la epidermis. Esinútil saber, para esplicar la for ra otra consideración. El número de las manchas y
mación de las petequias , cómo se estravasa la san la época en que sobrevienen no aumentan ni dis
gre en el tejido celular, ó en la red mucosa; impor minuyen el peligro. Sin embargo , no se puede ne
ta poco que la hemorragia dependa de la impulsión gar absolutamente que su aparición desde el primer
de este liquido, de su falta de consistencia , ó de una día de enfermedad deje de manifestar algunas veces
lesión cualqniera do los vasos, como en la picadura su gravedad, como se observa en la peste. La natu
de la pulga ; estas manchas se forman siempre raleza de la epidemia reinante ejerce una influencia
por el derramo de la sangre , y según su causa de decidida sobre el pronóstico de este exantema ; en
terminante tienen mas ó menos valor en las enferme efecto, se han- visto petequias que han llegado á ser
dades. mortales cuando se limitaban al pecho, á la espalda
La solí impresión momentánea del sol sobre la y á los lomos', y saludables cuaudo se dirigían desde
piel blanca y delicada de las personas que tienen los las partos superiores á las inferiores. Las mas peli
cabellos rubios, basta para determinar una erupción grosas son, en general, las que no se pueden perci
considerable do pecas ; estas Son verdaderas pete bir mas que mirándolas oblicuamente, y las que ocu
quias que se forman debajo de la epidermis y presen pan cierta estensi )n, sobre lodo cuando se asemejan
tan un color moreno que- tira ú castaño; están exen á las manchas de tinta que caen en un papel de es
tas de todo accidente, y desaparecen fácilmente en el traza; el peligro as aun mayor cuando esta erupción
invierno. Lo mismo sucede con las manchas que se incompleta ó insólita va acompañada de una gran
presentan en las mujeres embarazadas ; no difieren debilidad. La persistencia del hipo ó de las convul
do I is petequias mas que por su mayor esteusion, de siones, á pesar del desarrollo completo del exante»
penden do un desórden en las funciones de los vasos ma , anuncia ordinariamente un estado funesto. El
cutáneos , desorden que atestiguad poder simpático color no es tan constante que pueda servir de fun
del útero sobre ?a piel. Las saburras producen el damento al pronóstico: por lo demás, las petequias
mismo efecto per ki irritación del sistema neFvioso rojizas no son siempre las mejores ; las manchas lí
abdominal; para esplicar este fenómeno no es nece vidas y los cardenales anuncian una terminación fu
sario recurrir á la disolución pútrida de la sangre; nesta, y presagian hemorragias cscesivas y la gangre
un emético, un purgante bastan para disipar en al na. Las hemorragias que sobrevienen en estas cir
gunas horas estas petequias gástricas, une se presen cunstancias son casi inevitablemente mortales. liemos
tan en muchos casos sin liebre, sin indicio de enfer visto muchas veces que las petequias han desapare
medad. cido sin el menor accidente; pero hay casos en que
Hemos observado frecuentemente la erupción pe su retropulsion es seguida bien pronto de los sínto
tequial en las enfermedades inflamatorias;' li satigre mas mas graves. Muchas razones nos impiden que
sacada do la vena se hacia una masa compacta y soli consideremos á las petequias como contagiosas, ha
da, que se cubría de una costra muy densa. Hemos ciendo abstracción de la fiebre á que acompañan. Su
visto mas tenue este Huido , menos coagulable en el asociación con otros exantemas, tales como la virue
escorbuto y en la hidropesía, pero sin presentar ca la, (.'[sarampión, ele, aumenta ordinariamente los
rácter alguno du putridez. En estas enfermedades, peligros de la enfermedad principal. Algunas veces
como en los liebres nerviosas qne van acompañadas no agravan en nada á las fiebres intermitentes. Esta
de petequias ó de hemorragias , creemos deberlas erupción se juzga con bastaute frecuencia por la
atribuir á la poca reacción de los sólidos , mas diarrea, sobre lodo si la enfermedad principal es de
bien que á una alteración de la sangre y á un es- naturaleza gástrica; pero el flujo de vienlro aumenta
i de disolución capaz de sustraerla al poder cor- el pjligro en los casos de postracíi
180 BIBLIOTECA ECONÓMICA
las petequial en muchos enfermos. Una ictericia que ren á veces un volumen mas considerable. Ordinaria
sobrevenía después del sétimo dia terminaba á me mente va precedido de horripilaciones, de ansiedad,
nudo la enfermedad en la epidemia de Verona; pero de suspiros, de una sensación general de picazón,
la crisis mas favorable se opera ordinariamente por de movimientos convu'sivos y de calambres en las
sudores. A veces se forman abscesos críticos en el te eslrcmidades. Los granos ocupan al principio el cue
jido celular subcutáneo. llo, tas mamas , la cara anterior é interna de la cstre-
317. Tratamiento. — Las petcquias no exigen midades superiores y la posterior del tronco ; en se-
otro tratamiento que el de la liebre á que acompa f;uida se propagan lentamente á toda la superficie de
ñan y el de las causas de que dependen. Este sinto a piel, que presenta una especie de plenitud y de
nía no ocasiona cambio alguno en la terapéutica de tumefacción : es raro que ei rostro se afecte de ellos.
la enfermedad esencial: se prescriben los evacuantes, La erupción se declara enmedio de un sudor que
los cordiales y la sangría, a pesar de la presencia de exhala el olor del vinagre torcido ó un olor fétido, y
la erupción, siempre que la fiebre exija estos reme va acompañado de prurito. Los granos están ordina
dios. Las petequias se manifiestan las mas veces en riamente rojizos desde el principio , y algunas veces
las liebres gástricas , lo que esplica ¡el uso frecuente trasparentes; bien pronto aparece una vesícula en
de los eméticos y do los purgantes cuando ocurre su su vértice, y se llenan de un licor seroso, claro ó
invasión; algunas veces se necesitan evacuantes un lechoso y puriforme. En general , están aislados ; pe
poco activos á causa de h inercia de los intestinos. ro algunas veces reunidos y confluentes. Cuando no
Por último, deben seguirse aqui las reglas estableci dosaparecen espontáneamente , se secan al cabo de
das en otra parto (109]; se obtienen muy buenos tres ó cuatro «lias; otras veces persisten por mas
efectos del tártaro estibiado á pequeñas dosis. tiempo, y aun se renuevan. Este exantema se mani
En las petequias que acompañan á la liebre gástri fiesta en una época indeterminada de la enfermedad
ca nerviosa, se recomienda, después de las evacua á que se asocia , y las ventajas que trae son muy
ciones necesarias, el uso iuterior y esterior de los for- inciertas.
tilicantes y de los oscilantes, tales como el vino, el 320. Especies.—La definición de esta enfermedad,
estrado de quina, la serpentaria de Virginia, la va casi siempre sintomática, prueba que hay mas apa
leriana, el alcanfor, el almizcle, los vejigatorios, etc., riencia que realidad en las distinciones establecidas
según la estado de la liebre, que es la que merece por los autores, en su división en miliar roja ó blan
únicamente la atención del médico (11 1). Nosotros no ca, en erupción cristalina, acuosa, lechosa, puri
hemos justificado todavía las propiedades que se atri forme, mínima, lenticular, discreta ó confluente,
buyen ú la raíz de árnica en este género de petequias. sintomática ó crítica , benigna ó maligna, febril ó
Cuando se lia descuidado la administración del emé apirética, crónica, etc. En efecto, la fiebre esencial-
tico desde el principio, y esta omisión da lugar á una segun su naturaleza nerviosa , gástrica ó inflámalo,
diarrea colicuativa, se detiede el flujo con el uso de ria , da á la erupción un carácter de benignidad ó
la corteza del Perú combinada con el opio (97). de malignidad; según la intensidad de la enfermedad
En las petcquias determinadas por la fiebre infla principal y la diversidad de las causas, sobre lodo,
matoria, no solo es permitido, sino necesario, estraer de la constitución reinante, la materia es mas ó me
sangre, ••gun la intensidad do la fiebre. Sin em nos deletérea, los granos son mayores ó menores,
bargo, la sangría conviene mas al principio que en parecidos algunas veces á las pústulas de la viruela,
un período adelantado; pero hay casos en que está y aun confluentes , como hemos tenido ocasión de
indicada hácia la mitad del curso de la erupción. Por observar; en fin, el humor que contienen cambia
último, luy que arreglarse aquí á los principios es» de color y de consistencia en las diversas épocas de
puestos sabré el tratamiento de las complicaciones de la erupción, ele. Muchas veces la miliar es epidémi
la liebre nerviosa gástrica con la fiebre inflamato ca: aunque el sudor favorece su aparición, ningún
ria (03, 112). método refrigerante ni evacuante puede entonces
prevenirla; algunas veces es también esporádica, y
aun reina endémicamente en ciertos países. Ora acom
OHDEN SEGUNDO. paña á una enfermedad simple, parece constituir su
principal síntoma; y ora se asocia á una enfermedad
EXANTEMAS ESCABIOSOS. complicada: puede unirse á todos los demás exante
mas, tales como la erisipela, la escarlatina, la vi
GENERO PRIMERO. ruela, el sarampión y las petequias, y sobrevenir en
l¡ s enfermedades crónicas y en las agudas. En gene
Miliar. ral , la aparición de este exantema no Itrae ningún
cambio favorable en la marcha de las fiebres; por el
contrario, nos ha parecido muchas veces que agra
318. La miliar no es un exantema nuevo; sin em vaba los síntomas. Sin embargo, no es raro observar
bargo, nose halla en las obras de los antiguos mas erupciones miliares , al parecer críticas , seguidas de
que un bosquejo de él, y los modernos habian aclarado alivio; este efecto saludable es mas frecuente que en
muy [ioeo su historia antes del siglo xvn. Esta erup las petequias. Algunas veces la relropulsiou de la
ción se asocia á todas las fiebres, sobre todo, á las miliar agrava la fiebre; pero no se crea por esto que
nerviosas y catarrales: es común en las recién pari produce una liebre que le es propia, una fiebre dife
rlas ; la humedad y el calor de la piel , macerada por rente de las demás, que constituye una enfermedad
los sudores, la favorecen, aunque no siempre nece primitiva, una afección independiente, como la vi
sita para desarrollarse, de un método estimulante, ruela y el sarampión. Los que admiten la existencia
porque puedo sobrevenir, á pesar de la sequedad ó de una fiebre miliar sin miliar , febris miliaria sine
de la temperatura moderada del órgano cutáneo. La miliaribus, no presentan á nuestra imaginación mas
miliar no es contagiosa; pero es las mas veces epi que la idea de una fiebre primitiva cualquiera, que
démica. reina epidémicamente, con la que viene a complicar
3f9, Dici-inicion.— Este exantema consiste en una se la erupción miliar por la diarrea y los sudores ;es
erupción de granos ó de nudosidades rugosas, oue
SE MEDICINA T CIRDjU.— FRANK. 181
serva su simplicidad en los casos supuestos, y perma- tinta rojiza. Los granos , en pequeño número al prin
uece aislada de eso síntoma. La primera erupción no cipio ocupan las partes laterales del cuello, el inter
preserva de otra; la miliar suele volver muchas veces valo do las mamas, y aun la piel que las cubro , y la
en una misma enfermedad. En algunas personas es una cara anterior del antebrazo; bien pronto se propagan
afección habitual , crónica, sin fiebre , y limitada á á la espalda, al abdómen y á toda la superficie del
la piel. cuerpo, sin esceptuar la estremidad de los dedos.
321. Descripción.— Como este exantema no acom Raras veces se presentan en la cara , pero nosotros
paña siempre la misma enfermedad, el cuadro que la hemos observado alguuas. Su base está en ciertos
los autores nos han trazado de él se compone de casos rodeada de un circulo rojizo. Su grosor varia:
síntomas observados en diversas epidemias , espues son algunas veces mas pequeños que los granos de
tos sin orden , y que pertenecen mas bien á la liebre mijo, tanto, que es necesario mirar la piel oblicua
quo á la erupción misma. No hay signo alguno que mente para apercibirlos ; una mano poco delicada no
nos pueda indicar de una manera segura la aparición podría reconocerlos. Otras veces son mas gruesos , y
de la miliar, si el conocimiento de la constitución epi aun parece que se reúnen muchos para formar vesí
démica no nos aclara este punto. La miliar ataca es culas, que igualan y aun esceden en volumen & las
pecialmente ú las recien paridas, á las personas cuya pústulas variólicas. La piel está manifiestamente in
piel es delicada y está dotadas de gran sensibilidad, flamada desde el principio, rojiza, tumefacta y granu
y á los individuos que llevan una vida sedentaria. losa. Los granos son rojizos y opacos , ó casi seme
Es poco común eu los niños y en los viejos ; pero no jantes en la forma á las petequias; aumentan pron
dona edad alguna cuando reina epidémicamente, y to de volúmen , algunas veces desde el primer mo
poco se hallan á cubierto de ella en estas circuns- mento de la erupción ; aparece en su vértice una
:ias los individuos robustos y ple'.óricos. Aunque vesícula trasparente que se llena de un líquido seroso
es mas (recuente en primavera que en verano, sobre y diáfano , blanco-amarillento ó lechoso y puriforme.
viene cu todas las estaciones ; se observo en las mon Una misma vesícula puede ofrecer sucesivamente es
tañas de los Alpes , como en las llanuras, y afolla en tas diversas variedades. Se observan á veces en el
todos los estados , cualquiera que sea el género de mismo individuo granos de diverso color ; la miliar
vida. blanca al lado de la roja, la erupción cristalina al lado
La erupción va precedida ordinariamente , aunque do la purulenta. La autopsia ha descubierto algunas
no siempre, de los siguientes síntomas: escalofrió li veces en el interior pequeñas vejigas análogas á
gero ú horripilaciones entremezcladas de bocanadas los granos de la miliar.
de calor, cefalalgia intensa algunas veces, odontalgia, Cuando la erupción es considerable, se observa eu
otalgia ; dolores reumáticos en el pecho, sobre todo las fiebres durante ciertas epidemias, ó al menos en
en la espalda y los lomos, acompañados do tos y de algunos enfermos, un alivio manifiesto : los espasmos
síntomas catarrales ; tristeza , temores , inquietudes, y las convulsiones disminuyen, la díspnea y la ansie
suspiros , opresión de pecho , insomnio , sueño agi dad desaparecen , la orina llega á ser amarilla, y los
tado, ensueños horrorosos , languidez de fuerzas, li sudores son menos abundantes ; los loquios se resta
potimias, á veces orina acuosa y pálida, necesidad blecen ó son reemplazados por una diarrea equivalente.
incómoda de verterla, dolares pungitivos singulares Muchas veces , sin embargo , no pierde la fiebre
en la espulda , los muslos y los dedos; entorpecimien nada do su intensidad, sino que, por el contrario, se
to general ó movimientos involuntarios é instantá agrava; pero este es efecto natural de su marcha
neos que recorren todo el cuerpo ; calambres en las independiente de la miliar. Ademas el exantema pue
piernas, las manos y los dedos, y saltos áe tendones. de desaparecer y volver muchas veces, sin que estas
Un fenómeno notable quo se observa en muchos en alternativas ocasionen el menor cambio en la enfer
fermos , es un sudor incómodo y continuo que ex medad principal.
hala un olor fétido ó de vinagre lorcitado ; pero no Otras veces la erupción trae un alivio de corla
existe siempre, ni le es particular el olor ácido. El duración, seguido al punto de saltos de tendones,
pulso está comunmente desigual, frecuente, compri hinchazón de las manos y de los pies, ensueños ater
mido y duro ; puede estar Dlando , intermitente y radores, inquietudes, tristeza profunda , delirio , an
casi natural. La fiebre es algunas veces ligera desdé siedad precordial, dolor y ardor en la piel, lengua
el nrincipio, remitente, y otras , sobre todo cuando la seca y temblorosa^ cesación de los sudores, aplana
miliar es inflamatoria, llega á ser bastante intensa y miento de las vesículas, pulso duro, frecuente y con
continua. En las epidemias se asocia con frecuencia centrado, orinas abundantes, tenues y nerviosas; en
esta erupción á la fiebre intermitente. En las recién fin , convulsiones), estertor mortal , ó un coma fu
parida? se suprimen desde el primer instante los lo- nesto. Algunas veces se declara en estas circunstan
quios y la secreción de la loche ; pero este accidente cias un nuevo sudor fétido; sobreviene otra erupción;
es efecto mas bien que causa de la enfermedad. En las deposiciones son líquidas y muy hediondas, y los
ciertos casos, como hemos tenido ocasión de obser enfermos se desprenden lentamente de los banzos de
var, la miliar precede, acompaña ó sigue á la infla la muerte. Estos accidentes son causados en ciertas
mación del pulmón ó de otro cualquier órgano : en ocasiones por una retrocesión ; pero mas á menu
oslas diversas circunstancias, y aun en aquellas en do dependen de la intensidad de la fiebre y do la
que*no existe la flegmasía, hemos visto frecuente misma causa que ha producido la erupción miliar.
mente que la sangre sacada de la vena se cubría de En fin , la fiebre disminuye, la mayor parte de los
la costra (logística. La fiebre se anuncia algunas ve Í¡ranos desaparecen ó se vacian por la reabsorción del
ces por síntomas gástricos. Así es que entre los sín íumor que contienen, mientras que otros pormane-
tomas precursores de la erupción miliar no hay nin cen liónos y se abren en seguida con una comezón
gimo cons'ante, ninguno patognomónico. considerable. Se secan formando escamas furfuráceas,
La erupción se efectúa al tercero ó cuarto día ; mu y cuando la erupción es confluente se desprende la
chas veces la hemos visio sobrevenir al undécimo, epidermis en colgajos. La desecación es completa del
duodécimo . décimo quinto, y aun mas tarde. Va pre cuarto al sétimo día , á no ser quo sobrevenga una
cedida frecuentemen te de un prurito, una punzada nueva erupción. Sin embargo, nosotros bemo's visto
cual llega á ponerse gramil terminarse la miliar de una manera insensible, sin
ion . Mu
152 PW>TECA BCONÓMICA 1* 5<T
embola, la sensibilidad do ¡a pjejú consecuencia de. Estas consideraciones bastan para demostrar que
está enfermedad: en el primer caso sobreviene á ve la miliar, aun la epidémica, no puede proceder de un
ces espontáneamente 6 por la impresión del frió una vicio específico. Como las petequias, no se comunica
rtasarca ú otra hidropesía cualquiera, como en la por la inoculación, no reconoce época fija para presen
escarlatina: nosotros hemos visto muchos ejemplos de tarse y para desaparecer; no ofrece síntoma alguno
estos accidentes cousecutivos. constante que la caracterice; se manifiesta en un gran
322. Cuí«\s.—Debemos repetir aqui la confesiou número de enfermedades muy diferentes entre si, y
íe hemos hecho sobre lu causa próxima de los exan- su erupción se efectúa por lo común lentamente. Estas
nas : la esencia do estas enfermedades es oscura, circunstancias prueban también que su causa no re
puede establecer fácilmente valiéndose de hipóte- side en un virus específico , que no constituye una en
"a teoría de las manchas y de las pústulas; pero fermedad stíi ¡¡eneris, y que no puede producir una
I tetólo campo de las posibilidades, también es fá liebre que le sea propia. El carácter crítico de ciertas
cil dejarse arrastrar por csplieacioncs ingeniosas que erupciones miliares no demuestra nada; así es que la
ñus separen del camino de la verdad, con gran per utilidad de las evacuaciones que juzgan una enfer
juicio del arte y de los enfermos. El humor acre de medad no puede llevarnos á considerar la materia
la traspiración, retenido bajo la epidermis ó vertido en que las constituye como la causa eficiente de esta en
las mallas de la red mucosa, es capaz de producir fermedad, porque no hay fundamento alguno para to
en un punto lo que las cantáridas operan sobre una mar por causa de una afección morbosa lo que es
ancha superficie; es decir, de levantar la epidermis y arrojado por los diversos emuutorios eu el tiempo do
de dar lugar á la formación de una vesícula; esto es ¡as crisis (7).
lo que prueba la historia de los barros y de las flic No negamos absolutamente el carácter contagioso
tenas que determina ol calor del estío en las perso cu la miliar epidémica, pero no creemos que este ca
nas que no ostáti acostumbradas á su impresión. El rácter le sea propio, como á la viruela y a! sarampión;
gaMó-j del que no siempre se puede hacer uso en se deberá adoptarlo siempre que la fiebre de que es sin
mejantes circunstancias , ha demostrado en muchos tonía dependa del contagio. En este taso, si la cons
casos la acritud de h materia de osle exantema. Pero titución epidémica es conveniente á su desarrollo,
se conviene sin razón en la acidez de su causa in llega á ser contagiosa á favor del carácter contagioso
mediata, por el sabor del líquido contenido en Jas de la fiebre, y se comunica con ella y por ella. ¿Pero
pústulas y por el olor de la traspiración, porque este por qué en estas circunstancias sobreviene una
carácter no existe siempre, y no pertenece esclusiva- erupción miliar mas bien que petequias? ¿Por qué la
meúte á la miliai. Por otra parte, ja utilidad do los fiebre reinante se une entonces tan estrechamente
ácidos en el tratamiento do esta erupción, escepto en con este exantema? Tiste es un misterio que nuestra
el caso de postración estrema- de fuerzas, contraría razón no ha podido penetrar todavía, y que quizás
algo osla hipótesis. Ya hemos espucsto suficientemen no penetrará nunca. "'' ■
te nuestra manera de pensar sobre la putridez, que .'t¿:t. Pronóstico. — El pronostico debe estable
so admite todavía en el número de las causas de este cerse principalmente sobro la naturaleza de la fiebre,
exantema. En fin, no creemos tampoco deber atri de la enfermedad esencial , sobre el carácter de las
buir la frecuencia de la miliar en las recién paridas causas determinantes, de las complicaciones, déla
á la traslación de la leche á la masa sanguínea, aun constitución epidémica , sin omitir las disposiciones
que el trabajo secretorio de las mamas se suspenda du individuales. Lo que hemos dicho sobre el pronóstico
rante esta enfermedad. de la fiebre gástrica, y aun sobro el dé la fiebre inlla-
La debilidad sola, las grandes evacuaciones y lis matoria complicada, y especialmente sobre el de la
pérdidas de sangre disponen mucho ;i los febricitan liebre nerviosa , tiene aplicación en este lugar; pero,
tes á la erupción miliar. Aunque se encuentra en las aquí es mayor la gravedad por las causas determi
liebres inflamatorias y en individuos robustos, aféela nantes muy variadas de la erupción. El estado adiná
con preferencia á las personas que tienen la piel de mico éi aláxico , una afección grave délos órganos
licada y sensible, á menos que la inflamación déla esenciales á la vida, las orinas pálidas y acuosas, ó
constitución epidémica no suspenda esta ley. La di sudores abundantes después de la erupción, y el calor
versidad de las liebres en que sobreviene la miliar y y la sequedad de la piel, deben inspirar temores. La
de las causas que la determinan prueban que no es persistencia de la inquietud, de la ansiedad y de la
una enfermedad específica, dependiente de un prin opresión de pecho , aunque el exantema se haya des-
cipio siii generix. En efecto, la erupción miliar, co arrollado enteramente ; la aparición de ¡estos síntomas
mo las petequias, tiene muy á menudo su origen en con la vuelta de la miliar; una disposición pronunciada
las saburras de las primeras vías ; otras veces es pro ;i hemorragias escesivas ; la aparición de corlas he
ducto de un sudor en el que está macerada la piel. morragias nasales antes de la erupción, como se ob
Hay casos en que presenta un carácter nervioso: ha serva en ciertas epidemias ; el temblor y la aridez de
llamos en los autores historias de miliar ocasionada la lengua; un sueño profundo en los adultos: el delirio
por la lesión de un tendón, por la fractura de un hue y la desesperación; pequeños granos muy hundidos;
so, por una herida; nosotros la hemos visto sobrevenir una erupción movible que desaparece con facilidad,
acompañada del tétanos en una simple caries de la no son signos del mejor agüero. El peligro no puede
tibia, consecuencia de uua úlcera; la tristeza y todas medirse por la época mas 6 menos tardía en que se
las afecciones morales deprimentes contribuyen á su efectúa la erupción, ni por la cantidad de los gra
firoduccion ; es una de las formas que puede adoptar nos, ni por los diversos colores que presenten : la
a liebre intermitento nerviosa; y en lin, puede ser miliar blanca no es siempre mas grave que la rojiza.
producida por una llegmasia intensa, por una fiehre Sin embargo, relativamente á la época de la erup
inflamatoria violenta, sobre todo, cuando viene á acre ción, diremus que el exantema se declara algunas ve
centar la irritación un método incendiario. La millar ces pocas horas antes de la muerte, y que aun se le
esporádica reconoce aun mas comunmente causas vo sobrevenir en el cadáver. Un flujo moderado de
manifiestas , tales como algunas de las que acabamos vientre después de la erupción es muy ventajoso,
de referir, las colecciones biliosas, saburralos, vermi sobre todo en la miliar gástrica; pero una diarrea de
nosas; los venenos, como ci arsénico, el sublimad} ebr- masiado considerable agmva el peligro en el caso do
de medicmA V cirüjía'.—FRA.NK. 183
La convalecencia , sobré todo cuando la enferme-- con prudencia, la esposicion al aire fresco con las
dad ha presentado el carácter nervioso, inspira serios precauciones convenientes, la eliminación de las
temores; se deben temer también las enfermedades causas determinantes , juntamente con los socorros
consecutivas, tales como metástasis , depósitos en las que reclama la fiebro misma y el régimen que im
visceras, en los nervios, sudores esecsivos y conti pone , constituyen los puntos esenciales del trata
nuos, debilidad de la memoria y del entendimiento, y miento, y previonen á menudo esta funesta erupción.
algunas veces la hidropesía. En el segundo caso, que no es muy común, liaj que
324. Ttatahiehto. La miliar no exige otro tra tener presente que la solución de las enfermedades
tamiento que el de la üebre esencial : tal es el origen que han echado profundas raices no se opera uunca
de la diversidad de los métodos curativos aconsejados por cscreciones forzadas durante la crudeza, sino
por los autores. Cuando se fija muy esclusivamenle de los esfuerzos moderados de la naturaleza después
la atención sobre este sintonía y se descuida la fiebre, de la cocción. Es necesario , pues , poner un freno á
falta el punto mas importante de la curación. El uso, los sudores que. se declaran súbitamente desde el
antes universal , de tratar casi todas las fiebres por principio de la enfermedad, y reducirlos á los límites
los sudoríficos, lia ocasionado muchas erupciones de una ovacuacion saludable ; abatir la energía vital
miliares; pero aunque este uso sea anterior á la escesiva atacando sus causas y colocando al enfermo
época en que se presume que la miliar apareció por en una atmósfera convenionte.
primera vez en Europa, no se puede considerar como Si la retropulsion de una erupción miliar que
la principal causa de este exantema. El método su haya ocasionado cambios ventajosos amenaza á un
dorífico no debo proscribirse en todas las fiebres; órgano interior, se debe tomar en consideración, co
cuando la erupción miliar acompaña á una fiebre mo liemos dicho (289), la causa de la retropulsion y
nerviosa contagiosa, hay que arreglarse á los prin los síntomas que resultan de olla. Si este accidente
cipios establecidos en otra parle (94); el sudor pro lia sido determinado por una afección profunda del
vocado desde los primeros instantes de la infección alma ó por una impresión de terror > exige antiuspas-
en un enfermo de constitución sana en una fiebre módicos , la infusión de valeriana , el almizcle , ul
nerviosa simple, sofoca algunas veces la liobre y opio. Si dependo de una nueva acumulación de sa
el germen de la erupción. Pero cuando el principio burras en el estómago ó en los intestinos, anunciada
contagioso ha echado ya raices y se ha presentado la por síntomas no equívocos , que no son efecto de la
liobre, los sudoríficos deben ser infinitamente perju retropulsion misma , se deben prescribir los enemas
diciales en una enfermedad cuya gravedad se anun reiterados , un emético ó un purgante. Cuando las
cia por sudores escesivos ; la ñpinion errónea sobre bebidas espirituosas ó la supresión de los loquiosson
la necesidad de esta escrecion Ira hecho mas victi la causa dol desórden, doben practicarse y reiterarse
mas que la complicación de las fiebres con la miliar, las sangrías, y colocarse sanguijuelas en las partes
y que la malignidad de este exantema. Así es que genitales. Cuando la metástasis ha sobrevenido á
en su asociación con la fiebre nerviosa recomenda consecuencia de la esposicion al frió ó de la supre
mos los «emedios que hemos aconsejado para el tra sión do la traspiración , están indicadas las infusio
tamiento de la misma fiebre; un aire puro y templado, nes diapnóicas, las pociones salinas con pequeñas
y el aseo bajo todos aspectos ; no se deben aumentar drtsis de táitaro eslibiado ó de alcanfor, de éter sul
los sudores sintomáticos por el peso de cobertores, fúrico y los baños tibios. En tin ; si la pérdida de las
por el calor artificial ó por los sudoríficos. Pero en fuerzas ha traído consigo este cambio peligroso, debe
los casos en que el caior vital se halle considerable combatirse al principióla causa de la debilidad; re
mente disminuido, se deben emplear los medios in currir después á les analépticos , á los escitantes es
dicados para escitar las fuerzas y calmar los desór temos é internos, como las fricciones, los sinapismos,
denes nerviosos (94); los tónicos y los diapnóicos; el los vejigatorios, el vino, el álcali volátil , la infu
aire frío tendría aquí inconvenientes. Si la fiebre sión do serpentaria de Virginia, el cocimiento Je
esencial es gástrica , la presencia del exantema no quina, etc.
se opone al método recomendado contra esta fiebre: El tratamiento de la convalecencia varia según la
los eméticos y los purgantes convienen aun en el naturaleza de la fiebre y las consecuencias de la en
curso de la erupción , siempre que la a lección prin» fermedad : hemos espuesto suficientemente en otra
cipal reclame su uso. No debo leu.erse que ¡a des parte tos principios en que se funda.
aparición de la miliar y su retropulsion al interior La miliar no febril está casi siempre exenta de
sean su consecuencia; pero debe tenerse cuidado de peligro : debe ser tratada -como la miliar crónica,
no tomjr por signos ciertos de la presencia de sa según la diversidad de sus causas y el carácter de la
burras, accidentes nerviosos que dependen de la enfermedad á que acompaña.
erupción ó un vómito simpático; se acabarían de des
truir las fuerzas de la naturaleza , ya debilitadas, por GENERO SEGUNDO.
la imprudente administración de los evacuantes, y
sobre todo de los purgantes. En la complicación con Viruela.
la fiebre inflamatoria, especialmente cuando existe
al mismo tiempo una flegmasía de alguna viscera, 325. Hemos llegado á la descripción de una en
están indicadas las sangrías, así como los diversos fermedad mortífera que desde su introducción en
remedios usados contra la fiebre (120) ó la inflama Europa ha causado , y causa aun , mas males que
ción (133). Sin embargo, es necesario no estraer todas las pestes juntas ; y esta enfermedad es la
sangre sin atender al exantema: se debe considerar la viruela.
fiebre que va acompañada de él como una fiebre sos Se ha disputado mucho sobre la antigüedad de
pechosa , á menudo complicada, que no soporta las esta afección cutánea, á pesar de la poca importancia
evacuaciones sanguíneas, como si fuese simple y fran de la cuestión. Sin embargo, si se considera la mor
camente inflamatoria. tandad que causa este exantema, pues sucumben lo
En toda epidemia de erupción miliar se deben ob* menos la duodécima parte de las personas atacadas de
servar con cuidado los efectos que se siguen á la apa él, la ceguera, que es por lo común su consecuencia,
rición del exantema para reconocer si es sintomático las cicatrices deformes que deja en el rostro, el nú
ó crítico. En el primer caso, los sudores reprimidos mero infinito de las enfermedades secundarias que
184
proceden de él , y su imperio cslendido en nuestros gia, que aumenta por la presión , sopor, convulsio
dias sobre todo el género humano , nos admiraremos nes eu los niños y sudor en los adultos. AI tercero
de ver que sabios versados en la lectura do los anti ó cuarto dia aparecen en diferentes sitios de la piel,
guos pongan en duda si el origen de la viruela es sobre todo en la cara, manchas rojizas con un punto
posterior i esos fieles observadores de quienes leuo- duro en el centro; estas manchas llegan ú ser pús
mos las descripciones mas exactas sobre las epide tulas flemonosas que insensiblemente supuran ó
mias , les acusen de negligencia en la observación de forman por el concurso de muchos granos vejigas
una enfermedad de las mas comunes , y que ocupa el superficiales que se llenan de una materia icoio-
primer rango, y echen en cara, en fin, o¡ haber sa . y se cubren al punto de costras repugnantes;
trazado un bosquejo, tan imperfecto, que es imposible ó bien degeneran en flictenas trasparentes que no
concebir lo que han querido describir. La primera supuran, ó en eminencias duras y casi verrugosas.
descripción incontestable de viruela nos viene de los En fin, se opera la desecación , las costras se caen
Arabes; pero no es á este pueblo al que debemos esa y dejan tras sí manchas, y á menudo cicatrices y hen
enfermedad; ellos han ignorado también su origen. diduras. La infección se comunica de todas maneras
Sin embargo , no podemos atribuir á este exantema á los individuos predispuestos.
un origen antiguo, porque su invasión en Europa uo 327. Especies.—En las diferentes epidemias y en
parece remontarse mas allá de las guerras de los los diversos individuos , la viruela toma formas tan
sarracenos. Se podria admitir la antigüedad de la vi variadas, presenta síntomas tan opuestos , que una
ruela en ciertas comarcas que no tenían esmercio persona poco esperímenlada podria fácilmente desco
alguno con la Grecia , y que han estado por espacio nocerla. En efecto , ya es una enfermedad simple,
de mucho tiempo privadas de toda comunicación con ya una enfermedad complicada con otra afección ó
Europa. Pero creer que este azote , cuyos estrago's con otro exantema. Puede ser discreta, ofreciendo
son casi continuos , haya reinado en esta parte del pústulas aisladas que constituyen otros tantos absce
mundo antes de la época que acabamos de citar; pre sos pequeños, confluente, que presenta granos re
tender que ha sido conocido do los griegos y de los unidos en racimos, coherentes entre sí ó confundidos
romanos , sin que los hombres ilustres de estas dos en una ancha vejiga. Algunas veces la erupción es
naciones , tan aplicadas al estudio de las enfermeda todavía mas irregular y se aleja mas de su forma
des, aun las mas ligeras, hayan insertado su historia acostumbrada : se asemeja á la viruela falsa ; los
en los anales de la medicina , es una suposición ab granos cotitienen en lugar do pus una materia serosa
solutamente gratuita. La América , la Siberia y las y cristalina, un humor linfático, y aun sangre; están
islas descubiertas en el Océano moridional prueban algunas veces vacías ó duras, solidas y verrugosas;
suficientemente que los hombres han podido perma en fin, son negras , insensibles , y presentan un ca
necer largo tiempo al abrigo de sus ataques. rácter gangrenoso (I).
No hay enfermedad , á escepcion del sarampión, Pero la liebre que acompaña á estas variedades
que haya echado raices tan profundas en la especie nos suministra una división aun mas importante quo
humana. Una vez depositado su gérmen eu una co la que se deduce de la materia contenida en las pús
marca, se desarrolla en ella con mayor fecundidad tulas, de su forma, de su número y da su disposición.
que las plantas venenosas , y cuya fuente quizás no Algunas veces no presenta este exantema ningún sín
destruirá nunca el tiempo. Tal es la causa que hace toma febril; otras , según la constitución del año,
á la viruela necesaria é inevitable entre los hom ei temperamento del individuo y la naturaleza de
bres unidos por las relaciones comerciales ; no se las causas determinantes , va acompañado de fiebre
podria hallar por otra parle , ni en la estructura nerviosa, gástrica, inflamatoria y comunmente mista.
del cuerpo, la razón de esta fatalidad. Pocas per Aunque la varicele preceda algunas veces y anuncio
sonas hay que lleguen á una estremada vejez sin la aparición próxima de la viruela; aunque resulte
haber pagado tributo á esta enfermedad ; su virus á veces de la inoculación del pus variólico de la me
contagioso penetra en el seno de la madre para in jor calidad; aunque en muchos casos su semejanza
fectar »\ feto encerrado en sus cubiertas ; precipita con la viruela, ya regular, ya irregular, pueda hacerla
la muerte del viejo caduco quo tocaba ya al tér que se confunda fácilmente con ella , nosotros la
mino de su carrera. Nadie esta á cubierto de su fatal referimos á otro género de enfermedad, porque es
influencia durante la vida; los que mueren sin ha de muy diferente naturaleza.
berla sufrido , puede decirse que se han sustraído La existencia de pústulas variólicas en el interior
del ataque, pero no que Je han resistido. es admitida por unos y rechazada por otros; nuestra
Hay muchos individuos que habiendo sido afec propia espenencia uo nos ha puesto en estado de po
tados de la viruela en el seno de su madre , ó no ha der decidir esta cuestión.
biendo tenido eu su infancia mas que un pequeño 328. La viruela ss comunmente epidémica. Reina
número de pústulas, que han pasado desapercibidas sobre lodo entre los niños, pero no perdona edad ni
wr su nodriza, y no conservando señal alguna , se temperamento; ataca á un gran número de perso
es cree dotados de este privilegio. Quizás haya, nas a la vez, lo que depende algunas veces de la falta
aunque en corto número, algunas personas á quienes de precauciones. En ciertas disposiciones descono
su idiosincrasia preservo do la infección. cidas de la atmósfera se manifiesta este exantema
Una vez pagado el tributo & esta enfermedad, se aquí y allí esporádicamente; entonces se limita á un
puede vivir sin temor enmedio de los que la pade pequeño número de victimas, la actividad de su prin
cen. Admitimos á la verdad, aunque sia habeilo ob cipio contagioso disminuye, y los progresos se de
servado, algunos do los numerosos ejemplos de se tienen. La viruela es casi endémica en las ciudades
gunda infección alegadas por sus autores ; poro la comerciales, donde la llevan constantemente un gran
opinión general y vulgarmente admitida sobre el efecto número de estranjeros.
preservativo do la primera infección , reduce á un En la primavera es euindo empieza; ejerce sus es
número muy corto estas l'geras escepciones de la tragos y los estiende en verano, se calma en el oto-
regla general.
326. Definición.—La viruela es un exantema pri i Véase ,i Cli. Roescli. Historia de un» epidemia de viruela:
mitivo y contagioso; su erupción va comunmente revatunacicn practicada en consecuencia: naiur.ilcza do la vario-
loide v valor de ja revacunación. An. de higiene pólilica y de
precedida de fiebre , náuseas , vómito t. XVIII, pag. 73 y siguientes.
DE MEDICINA Y CIHDJÍA.—FRANK. 185
ño y cesa en el invierno ; pero este órden no es cons halar un olor particular , y el aliento es fétido ei
tante: puede sobrevenir en todas las estaciones, des los niños; pero la esploracion de los olores en I
plegar en su nacimiento todo su furor , calmarse en - enfermedades o» difícil y engañosa, y el olfato mai
medio de la epidemia, y tomar hacia el linsu primer lino no puede siempre conocerlas.
carácter. Algunas veces reaparece de improviso en Talos son en parte los síntomas del período de in
un pais que había abandonado muchos anos , seis ú vasión. No hay ninguno constante, patognomónico;
siete por ejemplo ,- y su vuelta es seguida de todos persisten y se aumentan por espacio de tres dias y
los estragos que hubiera podido ejercer durante este medio. Pero no es raro que las convulsiones solas
intervalo. precedan á la aparición de las pústulas variólicas en
No tenemos signo cierto que anuncio la próxima los niños, y que en los adultos los granos, aunque
invasión de la viruela , á menos que no remo una seau muy numerosos, aparezcan sin alteración, con
epidemia variólica en las inmediaciones, y que el in una liebre ligera, sin que hayan 'existido náuseas, vó
dividuo se halle espuesto ul contagio. En este caso mito» ni dolor epigástrico. Algunas veces se calman
muchos síntomas nos harán conocer la introducción los síntomas precursores, sin erupción subsiguiente,
del virus en la economía de los individuos que no por un sudor abundante que exhala un olor sui ge-
han esperimentado todavía esta afección. Pero el neris , y en la viruela inoculada por la supuración de
asienta de estos síntomas, el tiempo en que se mani las solas pústulas de inserción. Esta liebre variólica
fiestan y su intensidad varían según la edad , según sin erupción, febns variolosa sinc variolis, limitada
las vías de trasmisión de la enfermedad , contraída al primer período, se disipa enteramente y deja á la
espontáneamente ó inoculada , según la naturaleza persona al abrigo de toda recidiva, como si hubiese
de la fiebre concomitante y el carácter de benigni • sufrido la erupción.
dad ó de malignidad que la erupción ofrece desde el Segundo período.—Al principio del segundo perío
principio. El curso de la viruela está dividido en do, son llevadas al mas alto grado la fiebre, la in
cuatro períodos: el primero es el de la invasión, que quietud, la ansiedad , la comezón y la tensión déla
es el tiempo mas favorable para el uso do los reme piel. La erupción empieza ordinariamente por la
dios; el segundo es el de la erupción; la supuración cara , el labio superior, los lados de la nariz, la barba,
caracteriza al tercero, y durante el cuarto se opera la el cuello y el pecho: otras veces, aunque raras, por
desecación. las estremidades ó el tronco. Se efectúa sucesiva
329. Descripción-.—Siguiendo la división que ha mente, y poco á poco llega á hacerse general. Se
mos establecido sobre la fiebre concomitante , debe anuncia por pequeñas manchas rojizas , circulares y
mos empezar por la viruela complicada cen la fiebre casi semejantes á las petequias, pero que presentan
inflamatoria mas ó menos intensa, porque esta liebre una ligera elevación en el centro, ó un punto rojizo
tiene mas afinidad que todas las demás con los y duro. Estas manchas son muy numerosas ; así es
exantemas flemonosos. En los casos en que no se ma que no pueden persistir todas por mucho tiempo, ni
nifiesta ningún movimiento febril , existe al menos llegar todas á supuración. Queda ordinariamente
en los sitios que ocupan los granos una disposición mayor número en la cara , y algunas veces son innu
inflamatoria local, que al menor aumento de irritación merables en todas las partes del cuerpo. Al primero
ocasiona la liebre. ó segundo dia, según el órden de su aparición, los
Primer periodo. — Después de la infección sobre granos so ensanchan en su base, y presentan en el
vienen diferentes síntomas, cuya invasión, menos vértice una vesícula trasparente , llena de uu humor
■día en la viruela natural que en la inoculada , no límpido y seroso, que se altera fácilmente, y otras
rresponde siempre & los primeros momentos de la veces es amarillo-blanquecino; se nota en su centro
ilación. Laxitud , tristeza, inquietud , sopor y ter un ligero hundimiento. En el espacio de dos dias, la
ror dura ule el sueño en los niños; horripilación ó es erupción se ha terminado. La fiebre disminuye el
calofrió seguidos de calor; rubicundez y palidez al primer dia de este período, quinto de la enferme
ternativas de la cara, pesadez de cabeza, cefalalgia, dad, y se disipa enteramente hacia el fin del segun
especialmente occipital; dolores reumáticos en el do. La erupción se efectúa algunas veces en los adul
cuello , la espalda, los lomos y los miembros ; sensa tos enmedio de sudores continuos ; la garganta se
ción penosa en el epigastrio , que está doloroso á la pone teusa , inflamada , dolorosa , ya por la flogósis
presión ; náuseas , regurgitaciones y vómitos. Por la que ha podido apoderarse de ella antes de la erup
tarde , el calor aumenta con la inquietud y la ansie ción, ya por la presencia en la misma de las pústu
dad; el sopor y los sobresaltos se duplican en los ni las , ó en la lengua y en toda la cavidad de la boca.
ños , y se manifiestan algunas veces convulsiones Cuando la enfermedad es ligera, cesa la afección de
y rechinamiento de dientes. Los adultos son ator la garganta apenas se termina la erupción.
mentados por el insomnio, sudores, agitación, sed, Tercer periodo.— Los pequeños flemones cutáneos
sequedad y dolor en la garganta, y ronquera. El pulso siguen el curso ordinario de la inflamación; se enro
es, por lo común, frecuente y blando, pero lleno y jece su base, y llegan á ser asiento de un dolor pun
duro en Tos pletóricos. Por la mañana sobreviene al gitivo. Cuando su número es considerable , la liebre
guna remisión , pero bien pronto se declara una nue no cesa enteramente ó se renueva ; los intersticios
va horripilación ó un escalofrió intenso, que dura están rojizos, tensos y tumefactos. Estos fenómenos
muchas horas y es seguido de un calor considerable. se observan sobre todo en la cara , donde empiezan
La Cobre aumenta sobre lodo por el calor del ordinariamente las pústulas, y donde son mas numero
lecho; la acompañan delirio y sudores; los ojos se sas. Al sétimo, y mas comunmente al octavo dia do
llegan á poner encendidos, brillantes, y algunas ve la enfermedad, se apodera de los párpados una hin
ces lagrimosos. Comunmente se presenta una hemor chazón edematosa con rubicundez, y se pegan y cier
ragia nasal que calma la violencia de la cefalalgia , ó ran. El cuero cabelludo no está tampoco al abrigo de
bien' se anticipan los menstruos á la época ordinaria la erupción; toda tu cabeza se hincha, y adquiere á
de su curso. Hay constipación , y otras veces deposi menudo un volúmeu enorme , cambiando de forma;
ciones l!quida< o serosas, frecuentes y precedidas de se liñe do una rubicundez muy viva , parece ingurgi
'"eos. La orina su altera poco tiempo después de tada , tensa , y el dolor no permito moverla. Los pri
kiifón; es blanquecina, amarillenta, y aun fur meros granos adquieren el volumen de una lenteja, do
Precuonlenieuie el sudor empiezu " menor , y se asemejan á
8"
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las pústulas miliares ó herpéticas ; otras veces esce cambia bien pronto en costras que cubren las pústu
den al tamaño de un garbanzo. La materia toma cada las y los intersticios. Se forma por debajo una nueva
vez mas una consistencia puriforme. Cuando son poco colección de pus, acompañada de una comezón con
numerosos en la cara , apenas se pone tumefacta; la siderable; las primeras costras morenas ó uegras, se
erupción es también menos considerable en las de- desprenden y son reemplazadas por otras; ó bien el
mas partes. humor que afluye se endurece, se agrega á ollas y
Esta viruela benigua indamatoria no es siempre con ellas cae. La tumefacción, la rubicundez y la ten
discreta; algunas veces las pústulas se tocan, se con sión de los intersticios desapareceu, escepto en los
funden para formar anchas vejigas blancas y poco sitios en que la supuración no ha terminado; este
elevadas, y la erupción es confluente. Sin embargo, cambio se manifiesta mas tarde en las manos, y ;o-
la liebre es la misma ; de manera que puede haber bre todo, en los pies. En fin, la fiebre, que no siem
viruelas confluentes benignas, como se observan tam pre cesa después de la desecación de las pústulas de
bién viruelas discretas malignas. la cara, se disipa totalmente, y la enfermedad ter
Cerca del octavo dia de la enfermedad se mani mina su curso hacía los catorce días. Eu los muslos
fiestan los signos de la supuración, las pústulas se y en los píes se encuentran granos vacíos, por la
convierten en un gran número de abscesos pequeños, reabsorción de la materia. Las costras son mas espe
y una tercera fiebre, ó mas bien una fiebre que es sas y mas tardías eu caer en los sitios en que se con
la continuación de la segunda , la liebre de supura funden muchas pústulas, sobre todo, en la nariz y en
ción, se declara. La hinchazón de la cara aumenta, la barba. Eu estas partes, y en todas aquellas en que
'~\ otras partes su ponen sucesivamente tuuiefae- permanece por espacio de mucho tiempo y debajo de
segun elórdende la erupción; toda la piel llega costras duras un humor tenue y acrimonioso, que
crse tensa, encendida, quemante y dolorosa. La dan vestigios de ulceración, hoyos, asperezas, cica
encia y dureza del pulso aumentan , sobreviene trices deformes ó manchas lívidas de larga du
algunas veces una nueva horripilación, un nuevo ca ración.
lor, con cefalalgia, ansiedad, sed, dispuea, algunas Tal es el cuadio de la viruela mas benigna, dé la
reces sopor , delirio y agitación. Se han visto morir viruela intensa complicada con una fiebre aguda in
en esta época ú muchos enfermos en un estado cuma- flamatoria sin elemento uervíoso, ó como suele de
toso, de apoplegía ó de sofocación Laurina está al cirse, sin malignidad.
terada; se deposita un sedimento puriforme, carácter 330. Viruela MVLiGx.v.—Pero las cosas pasan de
([Lie conserva por todo el resto de la enfermedad. En muy distinto modo, cuando por la influencia de la
los niños el vientre está relajado; se observa en los constitución epidémica ó de cualquier otra causa, la
adultos, y raras veces en los niños, una salivación viruela va acompañada de una liebre nerviosa; com
incómoda, acompañada de ulceraciones dolurosas en plicación que se observa mas frecuentemente en la
la boca, do ronquera, de aliento fétido, y de in viruela confluente, pero que se encuentra algunas
somnio ; pero al mismo tiempo esta escrecitm alivia veces en la discreta.
frecuentemente al enfermo. La hendidura que presen En esta funesta circunstancia se ven aparecer to
tan los granos eu su vértice , y el circulo rojizo que dos los síntomas de una liebre nerviosa, simple ó
rodea su base, desaparecen ; las pústulas toman una complicada. Pero como varían según Jos períodos de
forma esférica, se ponen blancas y se lleuan de un la erupción, vamos á dar de ellas una esposicion cor
pus denso y espeso. Estos cambios, según el ór¿on ta y sucinta.
de la erupción, empiezan por la cara, se osticnuen Primer periodo.—Ea la viruela discreta y eu la
eu seguida á los granos de las manos , de los brazos, confluente, complicadas con liebre maligna, los simo
del tronco, y en luí á los de los pies. Mientras que nías del período de invasión son los mismos: lo que
las pústulas del rostro se pouen amarillas en su ver- prueba , pa.a decirlo de paso , que la liebre es un ele
tice, y la materia de que están liona j llega á hacerse mento mas importante en la viruela que el exantema
espesa y viscosa , los granos mas tardíos de los píes mismo. Aunque la erupción de la viruela benigna
no contienen sino un pus seroso y tenue; maduran vaya precedida algunas veces de una alteración con
mas lentamente, porque la hinchazón é inflamación se siderable, y por consiguiente no se pueda asegurar
desenvuelven mas tarde en estas partes. Durante este siempre , por los desordenes que indican su inva
período, en una época mas ó menos avanzada del sión, si será maligna la viruela, presenta, sin embar
trabajo supuralorío, es cuando el aire se halla infec go, en este caso un carácter propio que no falta casi
tado del olor específico de la viruela y del miasma nunca, y es una alteración estraordinaria del sistema
contagioso que la propaga. La liebre de supuración nervioso, y una postración estrema de fuerzas sin
en ima viruela intensa presenta un carácter tanto causa aparente. Este estado se reconoce por los sín
mas inflamatorio cuanto mas se aproxima á la fiebre tomas siguientes : escalofrío incómodo con sensación
de maduración; pero mientras mas larga sea su du de laxitud considerable; vértigos acompañaios de
ración y mas considerable la reabsorción del pus, mas lagrimee, y de alteración de la vista; pulso concentra
fácil es su degeneración eu liebre nerviosa; asi es do y frecuente, algunas veces desigual y raro; en un
que muchos enfermos sucumben en esto período, caso de liebre intensa, sequedad de la piel; latidos
cuando el tratamiento na es bien dirigido. Si las pús de las carótidas; dolor atroz que se estiende desde
tulas son poco numerosas, no se observa liebre secun la cabeza á lo largo do la columna vertebral y parece
daria ni terciaria; el exantema llega las mas veces lijarse en los lomos; coma; delirio; ansiedad; vómito
sin alteración al cuarlo período, que es el de la dese de todas las sustancias introducidas en el estómago,
cación. epigastrio tenso y doloroso al menor tacto ; accesos
Cuarto ¡>eríodo Este período empieza, según la redorados de epilepsia, y algunas veces convulsiones
rapidez de la erupción y la marcha de la enfermedad, mortales eu los niños; sed intensa; orina de color do
al noveuo, décimo ó undécimo dia. La desecación se luego ; deposiciones excesivas ó casi disentéricas;
efectúa al principio en la cara ó en la pjrte que es temblores; lipotimas ; en lin, remisión mena* pro
asiento de las primeras pústulas. Eu el vértice de los nunciada, cualesquiera que sean los síntomas. Ordi
granos se presenta un punto oscuro, y en este sitio nariamente es corto este período, pero se prolonga
el iiue la epidermis se roí la erupción Su du
DE MEDICINA Y GIMJJÍA.—FRANK. 187
otras veces se estiemde hasta ol segundo ; y por lo de los pies, aisladas y distintas, aumentan de volu
común termina al tercero. men sin llegar, no obstante, al grado de madurez
Segundo periodo.—Algunas veces, mientras que y de consistencia que adquieren en la viruela be
so manifiesta una eflorescencia erisipelatosa sobre di nigna.
ferentes partes det cuerpo, la cara se cubre de re* Sin embargo , los demás síntomas continúan, y
penle de un número prodigioso de pústulas que na también la cefalalgia, el dolor de los lomos, la liebre,
cen en tumulto de una sola vez. Otras veces sale un el delirio , las convulsiones y el sopor comatoso. La
pequeño número de granos en muchos tiempos, y salivación se declara en los adultos sin ospornr al
por decirlo así, con dificultad; presentan caracteres tercer período; es rara en los niños, pero nosotros
que les distinguen de las pústulas de la viruola dis hemos visto un ejemplo de ello. Estos esperirnentan
creta y anuncian sus relaciones con los de la viruela mas comunmente diarrea y algunas vccjs un flujo
anómala irregular; su erupción va acompañada de abundante de orina. En fin, se observan los síntomas
síntomas de la liebre lenta nerviosa; abatimiento mo de la fiebre uerviosa que nosotros hemos llamado
ral, falta de valor, pulso débil, frecuente y tembloro versátil, ó de la que hemos Humado soporosa: su
so; orina cruda y tenue, poca sed, poco calor, tem presencia retarda mucho la época de la madurez, ó
blores y languidez general. Cualquiera que sea la for nace imposible esh trabajo, y muchas veces la muer
ma del exantema, la fiebre no disminuye, después de te viene á quitar todos los obstáculos.
la erupción, como en la viruela benigna; continúa Tercer periodo —La supuración que empieza
en el mismo grado ó con puco menor intensidad. en la viruela benigna al octavo ó noveno dja do la
Cuando la viruela se separa de este modo de su enfermedad , no m manifiesta aquí hasta el onceno,
senda ordinaria, la materia contenida en los granos y algunas veces mas tarde: en muchos casos es mas
varia, asi como la forma de ellus, conservando, sin bien una tentativa de supuración que una supura
embargo , los caracteres específicos del virus. En ción real. La liebre toma un nuevo acrecentamiento;
efecto , ya son piísimas vesiculares que no llegan es entretenida por la reabsorción del ¡cor en la masa
nunca á madurar ni á supurar, superficiales, pálidas, de la sangre, por la incrustación general que retie
que presentan una depresión umbilical , una hendi ne cu la superficie de ia piel la materia de la traspi
dura en el centro, que no contienen mas que una ración , y sobre lodo por la eliminación incompleta
serosidad acre y límpida, y es la viruela serosa crista del virus variólico, y en fin, por la irritación y el es
lina; ya la materia es mas espesa, coagulable por el pasmo del órgano cutáneo cubierto de ulceraciones
fuego, y es la viruela linfática. Las pústulas silicosas, malignas. En este estado es ventajoso para los en
las pústulas enfisemáticas que desaparecen casi en fermos que sobrevenga un aumento de salivación eu
teramente pnr medio de la reabsorción , no difieren los adultos, y en los niños un aumento de diarrea que
Be las precedentes mas que por las particularidades reemplaza á la traspiración. Algunas veces el ptialV?-
de forma, de plenitud ó de vacuidad. Las- pústulas mo disminuye, se acumula eu la garganta una saliva
variólicas se llenan algunas veces de una serosidad muy viscosa, la ansiedad se aumenta, y el enfermo
sanguinolenta ó de sangre casi pura, livída ó negra, se ve amenazado de sofocación. La supresión total
lo que les ha hecho dar el nombre de pústulas san de esta escrecioo y del flujo de vientre es un acci-
guíneas. Todas estas variedades, establecidas per la deute muy funesto. El enfermo al rascarse rompe
diferencia de color y de consistencia en la materia, las pústulas ó bien se abren ellas espontáneamente:
han dado lugar á muchas sutilezas de parle de los eUcor que vierten forma al concretaise costras re
autores. Los granos do la viruela anómala vesicular pugnantes , morenas y negruzcas; un olor muy fétido
llegan comunmente á ser confluentes, y forman an se esparce en el aire; las oriuas y las materias feca
chas vejigas sin elevación, blanduchas, flojas y llenas les salen comunmente sin que el enfermo se aperci
de una malorin viscosa. "> ba de ello; la camisa ó las sábanas aglutinadas eu la
Otras veces los granos toman una consisteucu só piel ó pegadas, exhalan un olor tan mefítico, que solo
lida y forman tumores duros aguzados ó verrugosos. puede soportarlo la ternura maternal.
Corno entonces no contienen líquido , no pueden lle El enfermo se halla en un estado de delirio ó de
gar á ser confluentes, pero constituyen una viruela eslupor; respira difícilmente, la boca está abierta y
discreta, y por lo común maligna. árida; sus manos temblorosas recogen las motas que
Pero casi siempre la fiebre nerviosa se une con creen hallar en las cubiertas; se baja hacia los pies
preferencia á la viruela confluente. Eutonces se del lecho con las piernas separadas; todo su cuerpo
efectúa la erupción en medio de síntomas que anun ofrece el aspecto de las quemaduras. Sobrevienen
cian una afección profunda de las propiedades vi hemorragias considerables por los ríñones, el útero,
tales; la fiebre no disminuye, y la cara, que es prin el ano, la nariz y por muchos órganos á la vez ; las
cipalmente el asiento de los granos, parece cubierta visceras irritadas por el virus, ó habiendo llegado el
de arena. Aquí ia marcha de la enfermedad , tan rá término de una metástasis, se iuflaman; en Tin, los
pida en el primer período, es mas lenta. Él rostro intersticios de los granos se pubren de manchas ne
se hincha, á la verdad, mas que en la viruela infla gras, ó de vesículas llenas de serosidad , síntomas
matoria; pero las pústulas que lo cubren se desar precursores de la gangrena.
rollan lentamente , aunque hayan aparecido las pri Las costras de la cara parecen secarse ; sin em
meras; son pálidas, violáceas, su base no está lodeada bargo, la fiebre aumenta siempre y crece por la tar
de un circulo rojo; en su vértice se forma al punto de. Algunas veces se manifiesta una hinchazón con
la vesícula, la cual se aleja de la forma ordinaria, se siderable de las manos y de los pies; pero desapa
ensancha lateralmente y se confunde con las pústulas rece por lo común de una manera inopinada, y se
inmediatas ; el rostro parece cubierto de una sola declaran el aplanamiento y decoloraciou de las pús
vejiga ó de un pedazo de pergamino flojamente tulas, y la gangrena de la piel , acompañadas de
aglutinado en su superficie. Cuando los granos están, ansiedad precordial , de una diarrea disentérica , ó
aislados tienen siempre una fornra aplanada; la piel de otros accidentes que anuncian la afección de algu
de los intestinos está pálida sen un estado de flaci- na viscera.
dez, y cubierta algunas veces de petequias , ó de Eu esta triste posición , la situación del enfermo
lívidas y negras. Pero mientra' que la cara ravísima: muere al décimo, undécimo ó décimo
'slulas de las manos y algunas veces tyas tarde, en un estado
1S8 ■'• BIBLIOTECA KCONÓMICA
comatoso ó apopléclico cnmedio de convulsiones ó por el contacto inmediato con los sujetos afectados
de las angustias de la sorocacion. de este exantema. El primero que fue afectado de la
Cuarto periodo.—Apucllos á quienes un buen tra viruela, no habiendo podido recibir la impresión de
tamiento ó los cuidados de la naturaleza salvan de los nadie, debió prepararen sí mismo el virus especifico,
peligros del anterior período, conservan algunas ve observación común á todas las enfermedades conta
ces al vigésimo dia costras muy ¿dherentes en la giosas. Pero el concursa de circunstancias necesarias
cara, y sobre lodo en la nariz y en la barba. Noso para esta operación morbosa, bastante frecuento en
tros liemos visto durante el período de supuración, las demás afecciones contagiosas, es una cosa casi
en nnu jóven, antes muy herniosa, levantarse un tu inaudita en el mundo, relativamente al sarampión y á
mor purulento considerable enmedio de la frente: ha la viruela. Se han hallado aun en nuestros dias pue
biéndose opuesto la enferma a la incisión del absceso, blos á los que no habia afligido este azote antes de
la materia icornsa se abrió paso por cuatro abertu su comercio con los europeos. Es imposible adivinar
ras; al mismo tiempo las costras que cubrían todo el la naturaleza del miasma variólico: la hipótesis de
rostro se secaron y desprendieron enteramente, y pu las glándulas destinadas á segregarle, y la de la pu
sieron al descubierto una superlicie sanguinolenta y tridez, no son admisibles; nada hay que nos permita,
ulcerada. considerarla como una sustancia volátil ó como una
Las pústulas se secan lentamente; las costras que sustancia fija. Para trasmitirse sin contacto inmediato,
cubren las ulceraciones caen según el órden de la sin el socorro de la inoculación, se une necesariamente
erupción, como hemos dicho que sucedo en la viruela á un vehículo cuya naturaleza ignoramos tanibion, y
benigna, y dejan al descubierto una piel gastada ó quo no está siempre contenido ó presente en el airo
carcomida por todas partes. ordinario; exige ademas de parlo del hombre una
Pero no es esto todo: es verdad que la fiebre dis disposición que tampoco conocemos: á favor de estas
minuye después de la desecación; pero tanto en la condiciones reciben é introducen en la economía las
viruela benigna como en la maligna, sobrevienen últimas bocas absorbentes con una prontitud variable,
frecuentemente en esta época depósitos en las paró el virus variólico, como todos los miasmas contagiosos;
tidas, en las ingles y en las axilas; tumores articula 1». superlicie do la piel de la boca, du la nariz y del
res; erupciones que parecen ser viruelas secundarias, pulmón, es la vio por la que se efectúa la absorción
úlceras malignas que bajan temer la caries de los del virus de que se hallan infectados la atmósfera ú
huesos; fiebres lentas; tisis purulentas* edemas, di otros objetos. Una segunda infección variólica es es
versas lesiones de los órganos de los sentidos, tales treñidamente rara.
como la ceguera, la oftalmía crónica, la sordera, flu La causa que hace mas ó menos peligrosa la viruela
jos por los oidos, parálisis, y otras mil afecciones cu on ciertas circunstancias nos es tan desconocida como
ya enumeración seria difícil hacer. La mortandad la naturaleza íntima de su miasma contagioso. Es
ocasionada por este exantema es, pues, mayor de lo fácil engañarse en su investigación, cuando se quiere
que parece; largo tiempo después de su terminación buscar en otra parle qne en el carácter de la fiebre
se declaran enfermedades que no difieren de él mas concomitante, en el de la epidemia y en la disposición
que en la forma, pero que on el fondo le deben su particular del enfermo. El miasma no es contagioso
origen. Estas enfermedades ocasionan un gran núme por sí: en efecto, el pus de una viruela benigna ó
ro de muertes, injustamente atribuidas á otras causas; maligna produce indiferentemente por la inoculación
en muchas ocasiones pioduecnuna eaquexiavarióHca una viruela maligna ó benigna. Lo que dispone á los
cuya duración es tan larga como la de la vida. adultos, á ciertos individuos y aun á familias enteras
331. Carácter de la fiebre concomitante.—La á una viruela grave, es quizás un esceso de tono ó
fiebre concomitante varia según la constitución del una falla de energía de la piel;- pero ¿por qué vemos
año y el temperamento del enfermo; pero es mas co exantemas, metástasis, inflamaciones cuyo peligro no
munmente gástrica que inflamatoria ó nerviosa: la es relativo á estos diversos estados del órgano cutá»
inflamación local, la flegmasía cutánea no se acompa neo? Si la flexibilidad de la piel en los niños parece
ña de la fiebre .inflamatoria, sino quo mas bien se esplicarla benignidad de la viruela en la primera edad
complica con la gástrica. Sin embargo, es fácil en de la vida, ;uo viene á contrariar esta csplicacion la
gañarse: la acción del miasma contagioso sobre el es gran sensibilidad de que goza igualmente en esta
tómago puede simular la presencia de las saburras. época el sistema dermoides? La ranlidad de los gra%
La marcha de la fiebre y su terminación por las dis nos, la intensidad déla inflamación cutánea, tampoco
posiciones observadas en otros enfermos, descubren dan razón del peligro de la enfermedad. Con frecuen
entonces su verdadero carácter. Comunmente se halla cia es benigna la viruela confluente, aunque las pús
en las saburras la causa de todos Jos síntomas de ma- tulas sean muy numerosas, y la piel esté vivamente
I ¡gnídad. inflamada; por otra parte, hay casos en que la viruela
¿32. Complicaciones.— Por lo común la fiebre discreta elude todos nuestros remedios, aunque no
concomitante es complicada , inflamatoria , gástri presente mas que algunos granos aislados. Ademas
ca , inflamatoria nerviosa , ó gástrica nerviosa , la de la fiebre dominante, hay muchas causas capaces
cual altera la erupción, la marcha de la enfermedad, de agravar este exantema, tales como un esceso de
é influye en el numero de las pústulas. La viruela irritabilidad, el trabajo de la dentición, las lombrices,
puede asociarse á la dentición, á afecciones catarra una disposición escrofulosa, una caquexia ó cualquier
les, reumáticas, verminosas; á otros exantemas, y á otro estado enfermizo: la cercanía á la pubertad, la
una multitud de enfermedades que alteran su simpli preñez, el parto, el calor del lecho, el método sudo
cidad, y confunden sus síntomas de una manera ines- rífico, la esposicion inconsiderada al frió, etc., de
tricable. manera que la salud mas perfecta, el mejor réghien
333. Causas.— La causa de la viruela es un mias no siempre pueden evitar el peligro.
ma contagioso que se exhala del cuerpo de los indi 334. Pronostico.—Lo que precede hace conocer
viduos atacados de esta enfermodad. En ciertos esta suficientemente el pronóstico; varia según la natura
dos desconocidos de la atmósfera, independientes del leza déla constitución epidémica y de la liebre conco
frió y del calor, se comunica este miasma á las per mitante, sepun la edad del enfermo, y el carácter de
sonas predispuestas por medio del aire qne está infec los síntomas y de las pústulas. Pero es necesario no
tado de él, do todos los objetos que laí rodean, ó deducir consecuencias de uu solo signo , si los otros

«
DK MEDICINA Y CJRUJ1A.— FRANK. 189
no concucrdau con él. Las causas do los síntomas que mas raras, la de la viruela maligna es tardía y se
merecen también alguna atención. efectúa hácia el tercero ó cuarto dia. Cuando los sín
lis inútil esponer los peligros que trae consigo la tomas precursores son violentos, intonsos los dolores
complicación con la liebre nerviosa; el pronóstico de lumbares y epigástricos, debe esperarse comunmente,
esta fiebre es aplicable á este lugar (93). La misma aunque no siempre, una viruela maligna, ó al menos
liebre inflamatoria, cuando es intensa y se descuida, confluente. La significación 'de estos fenómenos cam
sobre todo en el principio, inspira igualmente temo bia del todo cuando son producidos por saburras) ó
res; puede en el segundo período producir la sofo por la plétora. Ya hemos neclio conocer el valor de
cación y cambiarse en una fiebre nerviosa acompa ios principales síntomas de las fiebres nerviosas in
ñada de todos los accidentes funestos que le son pro flamatorias y gástricas. Las convulsiones en la infan
pios. Lo mismo sucede en la complicación con la cia, á no ser que dependan del trabajo de la denti
fiebre gástrica, cuando no se ha combatido por los ción ó de los vermes, raras veces son peligrosas:
medios convenientes. La asociación de las afecciones anuncian por lo común la benignidad de la enferme
catarrales y reumáticas con la viruela puede impedir dad, cuando la erupción no tarda en seguirlas, y
la erupción, perjudicar el trabajo do la supuración, cuando cesan después de esta. La diarrea es saluda
alterar las secreciones, sin contarlos esfuerzos de su ble durante la invasión y funesta cuando persisto
acción sobre los ojos, la garganta y el pecho. La den mientras dura la erupción. Los sudores escesivos en
tición y los vermes ocasionan á menudo convulsio los adultos, y difiles de moderar, anuncian frecuen
ne1; y otros accidentes. La diátesis escrofulosa per temente una enfermedad grave; la salivación precoz
judica á la erupción de las pústulas, al trabajo de y difícil á causa déla viscosidad de la saliva, y su
la maduraoion, y hace temer después de la termina cesación prematura, hacen temer una erupción con
ción del exantema metástasis funestas, la obstrucción fluente; y una viruela maligna, un delirio intenso
de las visceras, y enfermedades de las articulacio desde el principio, y que no se disipa por la aparición
nes y de los huesos. de las pústulas, hacen temer la encefalitis.
Relativamente á la edad, la erupción de la virue El estado de la erupción no tiene menos valor que
la es menos temible en la primera y segunda infan los síntomas que acabamos de examinar. Es un buen
cia, á pesar de la sensibilidad de que los niños go signo el que la aparición de las pústulas disipe la fie
zan y de su dispocision á las enfermedades convul bre y los demás fenómenos do irritación ; que sean
sivas; esceptoen los primeros instantes que siguen al poco numerosos en la cara, presentando un aspecto
nacimiento, en la época de la dentición y en las com satisfactorio y formando, por decirlo así, otros tantos
plicaciones con otras enfermedades. El seno mater forúnculos aislados ; que la vesícula se llene y se dis
nal es un gran recurso para la criatura, cuando no tienda de una manera igual , ó que la vejiga formada
hay pústulas en la boca ó en los labios que le impi por la reunión de muchos granos en la erupción con
dan aprovecharse do él. Las cicatrices so borran con fluente se presente llena y elevada; que la naturaleza
mas facilidad en esta época de la vida que en emplee todas sus fuerzas en madurar y en espulsar
la edad adulta. La pubertad y la proximidad de la la materia morbosa, que disminuyan los sudores en
primera menstruación hacen correr grandes peligros; los adultos, y que en un caso grave la salivación se
lo mismo que la cesación de las reglas. La vejez es opere con facilidad. Estas consideraciones sirven para
peor aun. * medir el peligro que corren los enfermos en el se
Los disposiciones individuales contribuyan mucho gundo periodo.
á hacer maligna ó benigna la viruela; sin que conoz El de la supuración suministra signos mas impor
camos nosotros su manera de obrar. Ya hemos dicho tantes aun para el pronóstico. Cuando los pequeños
que individuos que presentan todas las apariencias abscesos rodeados de la areola inflamatoria aumentan
de la mas perfecla salud, llegaban algunas veces á diariamente, se ponen blancos ó amarillos y se abren
ser víctimas de esta enfermedad, ya a causa de su al tercero ó cuarto día de la erupción , onceno de la
constitución particular, ya de un funesto privilegio enfermedad; la viruela sigue entonces su marcha na»
concedido á su familia. Una laxitud ó una tensión tural y no ofrece ningún indicio de malignidad. El
demasiado grande, una sequedad escesiva de los só enfermo corre los mayores riesgos cuando se observa
lidos, sobre lodo de la piel, un estado de debilidad, un carácter anómalo , no solo en algunas pústulas,
un esceso de fuerza, la plétora, una sensibilidad y sino casi en todas; cuando la materia no sufre coc
una irritabilidad insólitas, son frecuentemente per ción; cuando los granos llegan á ponerse pálidos, lí
judiciales en la viruela. Las diátesis artrítica, reumá vidos ó arrugados, blanduchos é insensibles y se
tica, escorbútica, sobre todo escrofulosa, etc., dan aplanan ; cuando la tumefacción de los intersticios
por lo común al exantema el carácter mas funesto; desaparece sin ser reemplazada por la hinchazón de
sin embargo, lajinfluencia de esta causa no es cons los pies y de las manos; cuando sobrevienen, sin fie-
tante, de manera que no podría impedir que recur lire in llama tocia, hemorragias abundantes por la nariz,
riese á la inoculación en una epidemia mortífera. Por por otros emunlorios, y sobre todo por los riñónos; ó
otra parte, existen algunos ejemplos de viruelas na manchas purpúreas, lívidas , cardenales ú petequias,
turales que han producid» el restablecimiento de una que no se pueden atribuir á la intensidad de la liebre,
salud dudosa y vacilante, y la curación de ciertas á las saburras ni á los vermes ; en fin , cuando des
enfermedades crónicas. de la supuración de esta viruela maligna , aparecen en
Como el pronóstio que se deduce délas dispo los instersticios gran cantidad de granos ó de forún
siciones individuales presenta mucha incertidumbre, culos. En general , los dias mas peligrosos son el
es necesario prestar atención á los síntomas que su octavo en la viruela discreta benigna, el undécimo
ministran al observador un gran número de datos. en la viruela confluente nerviosa : Ta liebre lenta, las
La viruela es tanto mas benigna cuanto mas largo metástasis en los órganos noblos y la sofocación se
es el periodo de invasión, á menos que su duración declaran en estas épocas. El peligro puede prolon
no dependa de un estado de debilidad, ó de un ac garse hasta el vigésimo dia, y mas aun en la viruela
cidente que se oponga á la erupción; su gravedad maligna. La metástasis sobre los órganos interiores
está en razón de la brevedad de cite periodo. Pero se reconoco en los síntomas siguientes : inquietud,
esta regla no carece de cscepcioncs; algunas voces es ansiedad, sopor, insomnio, delirio furioso, dispuea
precoz la erupción de la viruela benigna: otras, aun acompañada de estertor considerable, do dolor vivo
190 BIBLIOTECA ECONÓMICA
en la garganta y de espasmos. La diarrea, sobre todo secreto de espulsarlo por esta via sin supuración y
en la viruela confluente, esmuy ventajosa en este pe sin peligro.
ríodo en los niños , á menos que no apague las fuer Soria mucho mas importante estirpar la viruela.
zas, 6 que dependa de la inflamación ó de la gan Como es producida por el contagio, se ha aconsejado
grena de los intestinos. Lo mismo su:ede con la sali alejar todas las causas de infección para secar la
vación en los adultos. fuente. Si so quisiese hablar de un pueblo aislado por
Un curto número de pústulas preserva tanto de una la naturaleza, al que ni el comercio ni ningún otro
nueva infección , como una erupción considerable. motivo pone en comunicación con una nación infec
La viruela discreta es, pues, la mas ventajosa; pero tada, no se: ia impracticable este proyecto; pero en
cuando está complicada con una fiebre maligno , su el estado actual de la Europa, no se puede contar
convalecencia es tan larga y tan difícil como lu de la con el éxito de semejante empresa.
viruela confluente nerviosa. Ya bemos espuesto las 336. En fin, vamos á ocuparnos del tratamiento
deplorables consecuencias de lo enfermedad en mu déla viruela misma, de la virue'a declarada; todo
chos individuos. el mundo concibe que debe variar según la naturaleza
33b\ Tratamiento.— No conocemos específico con de la fiebre concomitante. El carácter de la consti
tra el virus variólico: los preservativos, los correcti tución anual y el temperamento del enfermomerecen
vos ulabados para moderar su actividad son inútiles; también la mayor atención ; después que se haya for
observarnos todos los diaS viruelas benignas sin el mado una idea exacta de ella, se dirigen los cuidados
uso de estos medios Un régimen particular, el uso contra la fiebre que tiene bajo su imperio á la viruela,
de cierto* remedios análogos al temperamento del mas bien que contra la erupción misma. Así es que
enfermo yá la constitución epidémica, pueden sin los principios que hemos esiablecido para el trata
duda prevenir una fiebre intensa y bacer la viruela miento de las fiebres ludían aquí entera aplicación,
mas suave. Pero estos remedios varían según el ca con tal que se. haya recurrido á ellos desde el prin
rácter de la ehidemw reinante, y su elección debe cipio de la enfermedad, pues en ellos descansa el
an'calarse á los principios comunes del tratamiento método terapéutico de la viruela. Pero es necesario
dé las detnas enfermedades. Cuando la constitución confesar que no se ha comprendido el verdadero tras
es inflamatoria, hay que abstenerse del vino y de (amiento de este exantema, hasta que la introducción
todos los irritantes; á los pletóricos se debe prescri y perfección de la inoculación ha demostrado la
bir la sangría y la dieta vejetal. Cuando la viruela ventajosa influencia del aire frió ; de manera que
presenta el carácter gástrico, deben separarse todas aunquo esta práctica cayese en desuso, lo debería-
las causas de las saburras; cuando domina la fiebre mas siempre un señalado servicio. Sabemos que todas
nerviosa, deben alejarse las afecciones morales depri las enfermedades agudas acompañadas de gran calor
mentes, todo lo que abata las fuerzas ó altere el sis curan mejor en una atmósfera templada, y que el ré
tema nervioso. En fin, se deben ospulsar los vermes, gimen escitanlc exaspera la mayor parte de los exan
restaurar las fuerzas por medio de los tónicos, dis« temas ; pero estas causas obran mas .particularmente
minuir la tensión do la piel por el uso de los ba todavía sobre la viruela. Semejante á una fior de
ños, etc. ; pero tierno sanior quam sanus esse notest, primavera que brilla enmedio déla nieve y se mar
no hay necesidad do preparación cuando se está uien, chita por los rayos abrasadores del sol , la ciruela
y muy á menudo el que se somete á remedios para germina y se desenvuelve mas benignamente en un
iina enfermedad que teme, y cuya naturaleza no cono aire frió: el menor esceso de calor la hace funesta
ce, se engaña en el ataque que dirige contra ella. para los enfermo*.
Parece, pues, que las preparaciones causan poco Pero no deb imos callar aquí que esta observación
l ien y comunmente mucho mal , á no ser que tengan sobre las ventajas del aire frió lia arrastrado á un
por objeto combatir una enfermedad ya existente, gran número de médicos á un error opuesto al pri
cuya complicación agravaría la viruela. Nosotros no mero; la esposicion al aire, la supresión de la tras
creemos en la virtud del mercurio, de los antinionia- piración por el frió atmosférico han ocasionado la
lesí ni de otros remedios preparatorios que se ad muerte á personas débiles, desprovistas de calor vi
ministran interior y esteriormente. Muchas veces es tal, ó atacadas de la viruela maligna. Frecuentemente
cierto que después de su uso sobreviene uaa viruela en estas circunstancias sobrevienen complicaciones
benigna; pero en muchos casos la viruela toma es catarrales, reumáticas que dependen de la impresión
pontáneamente este carácter. Aun enmedio de una del aire frió y húmedo, principalmente sobre un eni
epidemia maligna se observan á menudo erupciones ferino delicado y acostumbrado á su acción. En ol
benignas, obra de la naturaleza mas bien que del primer período el calor es seguramente perjudicial
arte. Las indicaciones sobre que se establece la ad« cuando la fiebre es intensa, pero después del desar
mmistracion de estos remedios no siempre son muy rollo del exantema, cuando todo marcha á gusto de
evidentes, v no debemos ocultar que las sustan la naturaleza, sofocar ia reacción saludable que sos
cias enérgicas causan perjuicios cuando no son salu tiene la erupción por una esposicion inconsiderada
dóles. al frió, es rechazar hácia el iuterior la materia mor
Se ha tratado de hacer abortar la viruela declara bosa depositada en la superficie de la piel , oponerse
da , previniendo la supuración, que es comunmente ú lu supuración, preparar el camino á las metástasis
peligrosa: con esta idea se lia intentado detener y sustituir á una enfermedad, quizás ligera, una mul
por la resolución el desarrollo do las pústulas varió titud de males que duran tanto como la vida. Es cier
lúas como en el tratamiento de los flemones no to que en los campos el método escitante hace pe
contagiosos. En efecto, la naturaleza no cambia en recer todos los años ú un gran número de niños;
absceso todos los granos do la cara; por otra parte, pero un método que goza del asentimiento del pue
se conocen muchos ejemplos de viruelas inoculadas blo , en las enfermedades epidémicas uo descansa
que no han preseutaüo mas que la fiebre y los de siempre en vanos fundamentos, como pretenden al
más síntomas de la viruela sin erupción subsiguiente, gunos; es necesario que haya obtenido éxitos evi
lo que no ha impedido el efecto preservativo. Por dentes bajo ciertas constituciones epidémicas, líay
último , la esperiencia no ha confirmado todavía el casos en que el uso del vino ha causado la muerte,
éxito du esta tentativa; la acción del virus sobro, la y otros en que este Iónico ha salvada ú los enfermos.
piel es tan fuerte, que solo la naturaleza conoce el Un médico prudento que reconociese la indicación
DE MEDICINA Y «BUJÍA.— FRANK. 101
de los cordiales, no podría rehusar en este caso la pulso, acompañada del aparato de síntomas inflama
preferencia al aire puro y algo caliente sobre el aire torios, es necesario sacarles sangre; se debe practi
frío. Lo mismo sucede del régimen , que no siempre car una sangría relativa á su edad por medio de san
debe ser prescrito cotí la misma severidad. guijuelas aplicadas detras de las orejas ó en la nuca,
337. Tratamiento de la viruela simplb.—Como y en los casos da convulsiones administrar después
debemos deducir las principales indicaciones del ca una dósis conveniente de opio para calmar la sensibi
rácter de la fiebre, conviene lijar primero nuestra lidad esquisita propia á esta edad. Se recurre al mis
atención sobre la fiebre inflamatoria dependiente de mo tiempo á los domas antiflogísticos, íí las bebidas
lá constitución epidémica 6 del" temperamento del in con el ojimiel, aciduladas con el jugo de limón ó
dividuo. nitradas; el enfermo debe beber poco & la vez; pero
Cuando la viruela benigna no presenta fiebre sen muy á menudo.
sible, no exige mas que los Cuidados de la naturaleza. Los laxantes suaves convienen eminentemente en
Los niños do los pobres habitantes del canipo no los casos de constipación ; se administra enemas
uardan cama ; triunfan de la enfermedad erimedfo emolientes, antiflogísticos, y si existen saburras en
el aire fresco y libre , mientras que muchas veces los intestinos, el suero con tamarindos. Pero no debo
los hijos de los ricos sucumben por los escesivos cui escitarse sin razón una diarrea, y concentrar sobre los
dados de sus padres y los inoportunos socorros de lá intestinos las fuerzas que divergen á la periferia.
medicina. El niño, pues , debe permanecer fuera del Cuando la enfermedad es simple y no presenta el ca
lecho hasta lá época de la erupción y entregarse á rácter gástrico inflamatorio, basta una lavativa diaria.
los juegos propios á sú edad al aire libre ó en una El flujo do vientre, frecuente en este período en los
habitación sana y espaciosa. Debe prescribirse la niños, no debe ser detenido, á menos que no abata
abstinencia de alimentos vejctales y de sustancias las fuerzas; en este caso se prescribe el opio con la
cálidas y difíciles de digerir. En el momento de la emulsión gomosa ó la leche de vaca mezclada con
erupción debe prohibirse al enfermo la impresión del la infusión de raíz de peregil.
frío y de la humedad; si se encuentra algo débil, se Las fomentaciones emolientes en las estremHades
debe recoger temprano y levantarse al dia siguiente inferiores y los pediluvios son alabados por unos y
por la mañana; pero no deben acumularse cubiertas rechazados por oíros. Los primeros se proponen ablan
en el lecho; hay que reanimar las fuerzas por medio dar la piel de los miombros inferiores, operar una
dé bebidas acidulas y agradables, dadas en abundan revulsión sobre los pies para favorecer la erupción en
cia. Se sigue este método hasta el fin del tercer pe estas partes y hacerla meros abundante en la cara.
ríodo ; entonces , sobre todo cuándo los granos han Los segundos observan que la viruela tiene sus leyes
sido numerosos, se administra un purgante ligero cori y que su erupción es mas difícil en las partes en
maná para prevenir la metástasis, y aun se le reitera, donde haya humedad. En efecto, la cara y las manos,
si es preciso, después de la desecación. Algunas ve acostumbradas desde el nacimiento á la impresión
ces lá viruela apenas constituye una enfermedad, y del frío, son con especialidad el asiento de las pústu-;
no exige socorro alguno. las variólicas. Por consiguiente , si un frió moderado
Cuando va evidentemente acompañada de una fie y un cierto grado de tensión en la piel son mas favo
bre inflamatoria, se siguen los principios estableci rables que perjudiciales á la erupción de la viruela,
dos para el tratamiento de esta fiebre, cualquiera que las fomentaciones son mas propias para impedir quo
sea el período. para favorecer el desarrollo de los granos en el Ingar
Así es, que cuando los síntomas inflamatorios so en que se las practica. Si es así, el peligro de la vi
manifiestan en el primero, es necesario absoluta ruela en los adultos depende, como lo liemos sospe
mente que el enfermo permanezca fuera del lecho chado, de cualquiera otra causa quede la densidad
durante el dia, y respire con libertad un aire frió y do la piel, y los baños tibios que hemos aconsejado
seco. Por este método hemos prevenido muchas ve para ablandarla en esta circunstancia no merecen la
ces la indicación de la sangría y moderado los sudo misma consideración: á la observación toca esclare
res escesivos en los adultos. Pero ne quid nimis, no cer la cuestión. Los pediluvios no prodifben tan gran
cometamos abusos , guardémonos de esponer al frío des efectos en las demás enfermedades para que pre
á un individuo muy sensible á su impresión, que nó firamos la ventaja incierta de la revulsión que operan
esté acostumbrado á él ó que se halle sudando ; si á la utilidad reconocida del aire frió en las viruelas
lá intensidad de la fiebre no permite al enfermo per inflamatorias. Sin embargo, es necesario confesarlo,
manecer fuera del lecho , debe mantenerse sentado los resultados ambiguos de la esperiencia en esta ma
con la cabeza descubierta y no ser fatigado por el teria, no nos permiten renunciar absolutamente en
peso de las cubiertas. lodos los casos á un medio tan eficaz cu el trata-mien
Si el sugeto es joven, pletórico y robusto , el pulso lo de los exantemas, como son los baños en ciertas
frecuente, lleno y duro, la respiración acelerada y la circunstancias. Los creemos indicados raras veces en,
boriosa . la cara "encendida y tumefacta , los ojos sa la viruela inflamatoria; pero el raciocinio y la espe-
lientes é inyectados, la cefalalgia intensa, el calor rieilcia se reúnen en algunos casos para aprobar el
ardiente ál tacto, y sobrevienen síntomas que anun uso do las fomentaciones y de los baños tibios; por
cian la inflamación de alguna viscera; no se puede que las comarcas en que la atmósfera está continua
en estos casos, sin un peligro manifiesto, diferir liri mente cargada de lluvias, la viruela no ofrece siempre
instante la sangría; es necesario aun reiterarla, según un carácter de malignidad; el número de las pústulas
la violencia de los síntomas y el estado del enfermo; uo es menos considerable en la lengua y en la boca,
ordinariamente la sangre se cubre ál punto de la cos humedecidas habitualmente por la saliva, que en las
tra flogfstica. Cuando la sangría se ha hecho con partes mas secas del cuerpo.
prudencia y proporcionada á las fuerzas, lejos de im Se ha preconizado la aplicación de los rubefac¡en
pedir la erupción, es, por el contrario, el mejor me tes y de los vexicantcs en las piernas; nosotros no
dio para favorecerla y para prevenir la salida de un osamos garantir el éxito de estos tópicos irritantes
número demasiado grande de granos. Los niños su en la viruela inflamatoria . ni' responder de su efecto
midos en el sopor ó presa de convulsiones no pueden revulsivo. •
soportarjsiempre ésta evacuación. Sin embargo, cuan El vómito inmoderado, producto de la irritación
do se manifiesta en ellos una agitación estrema del que ocasiona el virus variólico é independiente de las
192 BIBLIOTECA ECONÓMICA
saburras, ex'iyt la sangría en los adultos y en los in deformidad; preferimos las lociones repetidas con
dividuos pletoricos. Cuando esta contraindicada se la agua tibia y leche.
sustituye con la poción anti-eniélica, con los enemas, La sangría no basta siempre para calmar los des
las fomentaciones emolientes y anodinas sobre el epi órdenes en este peroido. La irritación ocasionada
gastrio, y algunas veces con el opio. por el gran número de pústulas aumenta los dolores,
Las convulsiones exigen remedios apropiados á sus la inquietud, el insomnio, y produce accidentes que
causas; algunas veces no reclaman socorros particu solo el opio puedo apaciguar. En oslas circunstan
lares. El dolor de la garganta reclama los loocbs cias, que ocasionan comunmente la muerte al noveno
mucilaginosos, los humectantes, las cataplasmas emo ó undécimo dia, y aun mas tarde , enmedio de con
lientes, las sanguijuelas; y si la fiebre es intensa, la vulsiones, de espasmos y otros accidentes nerviosos,
sangría y todos.los remedios aconsejados para laangN el opio dado á fuertes dósis es algunas veces el único
ua: este síntoma se disipa en muchos casos espontá recurso. Aunque este narcótico aumente los sudores
neamente después de la erupción. Los otros acciden y la fiebre, disminuye la salivación y las evacuacio
tes del primer periodo deben ser tratados con arreglo nes alvinas, y es el áncora de salvación en ciertos
á los mismos principios, según su causa y la intensi casos desesperados; él ha arrancado á los enfermos
dad de la fiebre. Si sobreviene una hemorragia nasal déla muerto, cuando se administra, principalmente
no se debe detener , á menos que no amenace agotar por la tarde , ó mejor , mientras que se combate por
las fuerzas. medio de enemas la constipación que determina.
Cuando la fiebre persiste en el mismo grado, después En la época en que se forman las costras , los
de la erupción con los síntomas mas graves, se anun evacuantes suaves, los tamarindos , el maná, di
cia por caracteres inflamatorios y trun va acompañada sueltos en suero, el tártaro eslibiado á pequeñas dósis
de una flegmasía, la sangría está también indicada en una poción salina ofrecen las mayores ventajas,
en este segundo periodo como en el primero; debe sobre todo cuando el opio ha producido la constipa
repetirse, según el estado de las fuerzas y la intensi ción. En una fiebre intensa, acompañada de una ani
dad de los síntomas; se le asocian los demás antiflo quilación real de las fuerzas vitales, no están indi
gísticos, los enemas, etc. Observando esta conducta, cados estos remedios; por el contrario, si existe una
se disminuye el número de las pústulas de la cara, diarrea colicuativa , ocasionada por la violencia del
aunque la erupción esté terminada, y las que quedan mal, se debe moderar con los opiados ó con el uso
se hacen mas benignas. El enfermo debe también de la leche. Pero cuando se trata de una violenta fie
mantenerse al aire libre y permanecer fuera del lecho bre de supuración, que hace temer metástasis, so
en una posición recta. Los laxantes que producen gran bre iodo si se suprime la salivación, ó disminuye la
des evacuaciones no convienen mas que en la com hinchazón de la cara y de las manos , deben prescri
plicación gástrica. Un oncma diario basta para lim birse purgantes suaves ó ligeros diuréticos; la espe-
piar los intestinos. Si por la estrema irritación de la riencia nos ha demostrado su eficacia en esta ocasión.
piel se juntan á los síntomas inflamatorios fenómenos Pero todos los remedios serán inútiles si no se
nerviosos, un estado de inquietud, de insomnio, des tiene cuidado de mantener la pureza del aire y el
pués de haber desocupado el sistema por las sangrías mayor aseo en todo lo que rodee al eufermo. Es ne
y las sanguijuelas, sobre todo en la viruela confluen cesario cambiar á menudo las sábanas de la cama y
te , se recurre al opio, á pesar del carácter inflama renovar el aire. No se puede esponer sin peligro á
torio déla enfermedad, y se favorecen al mismo tiem los afectados de viruelas á una corriente de aire; pero
po las evacuaciones alvinas por medio de los enemas. es absolutamente necesario sustraerlos al calor, y
Rechazamos los vejigatorios, en este como en el pri aun si sus fuerzas lo permiten , tenerlos algunas ho
mer período, y por las mismas razones. Las bebidas ras fuera del lecho en una posición vertical y enme
acídulas tomadas en pequeña cantidad á la vez, de dio de una atmósfera fresca sin ser fria.
manera que no pesen en el estómago, son muy útiles. La supresión del plialismo, la viscosidad del moco
Nosotros no creemos que los ácidos minerales se ha y su acumulación en la garganta pueden hacer difí
llen indicado9*en esta época. cil la respiración y amenazar la sofocación. La san-
En el peligroso periodo de la supuración debe el §ria, las sanguijuelas en el cuello y los vejigatorios
medico redoblar su atención y apresurarse á emplear ebajo de la barba están indicados cuando estos ac
los remedios convenientes. El estado de las fuerzas cidentes dependen de la inflamación. Cuando una
merece seguramente la mayor consideración: la na colección de pituita viscosa en la cámara posterior de
turaleza necesita de ellas para llevar las pústulas á la boca es su única causa, se practican inyecciones
madurez , sobre todo cuando son numerosas. Poro en la garganta y en la nariz con una infusión de saúco
cuando la fiebre es intensa, el pulso lleno, duro y ó de salvia dulcificada con el ojimiel , se prescriben
vibrante ; cuando sobreviene una inflamación de la gargarismos propios para resolver la pituita, el ker
garganta, del cerebro, del pulmón ó de cualquiera mes mineral á dósis refractas, el tártaro estibiado ad
otra viscera, no se debe perder tiempo en practicar ministrado de la misma manera , y en un caso ur
la sangría y en reiterarla según la necesidad. Hay gente la poción ó el polvo emético.
que observar relativamente al pulso que un tumor Algunas veces la fiebre cambia de carácter, y lle
colocado sobre el carpo le hace parecer pequeño. ga á ser inflamatoria nervicsa. En este caso, si ía ir
Cuando numerosas pústulas llegadas ya á madurez y ritabilidad no está demasiado debilitada conviene
llenas de un pus amarillento aumentan la tensión de hacer uso de los ácidos, sobre todo de los ácidos mi
la piel , acostumbramos, ú pesar de la oposición de nerales dilatados en una gran cantidad de agua edul
muchos autores, abrir estos granos en el vértice; abs corada (i). Cuando el elemento nervioso es mas pro
terger la materia que corre de ellos con una esponja nunciado, se emplean los remedios de que hablaremos
empapada en leche y agua , á fin de disminuir el ero mas abajo; pero principalmente la quina, que no ca-
tismo y de prevenir la erosión del órgano cutáneo y
la reabsorción del pus. Cubrimos de fomentaciones JARAOE VCIDO MINERAL.
emolientes las costras duras que mantienen la irri
tación. No tenemos mucha confianza en los ungüen 1 R. Acido sulfúrico debilitado, una onza—30 pram.
tos grasos preconizados «n el tratamiento de las úl Jarabe de viólelas, cuatro onzas—12o graui.
ceras variólicas , para obtener una cicatrización sin Mézclese.
DE MEDICINA y ciaujU.— FRANK." 193
reccria dé peligro sila inflamación predominase to los mejores efuctos del tártaro cstihiado ú pequeñas
davía. # dósis »cn una poción salina, del suero cen tamarin
La oclusión de los párpados.no exige ningún cui dos por bebida, y de los enemas repetidos. Bisipado
dado espacial cuando no va acompañada de dolor y el aparato de los Allomas gástricos' la viruela, si
de calor ardiente. Pero en este caso, es útil hacer queda sola, exige el tratamiento queje conviene en
fomentaciones con el agua de malva, ó la leojie tibia, el .estado de" simplicidad , y si hay aun una compli
separar delicadamente los párpados papa instilar en cación, remedios adaptados, al género de enferme»
el ojo algunas gotas de este suave licor ó de leche, es- dad que la constituye.
primilla dej seno de la nodriza,' á fin de desleír las 339. TrAÍAMIENTO DE LASi diversas complicacio
lágrima» acrimoniosas; se pueden hacer también in nes.—Lo «que precede, prueba que la viruela es- á
fecciones con una jeringa pequeña. menudo una enfermedad complicada, que se asocia
Cuando se ha descubierto, y combatido hf causa las mas veces con la fiebre inflamatoria gástrica, y
de las metástasis exigen el tratamiento que [lemos en un caso grave, con ta fiebre gástrjea nerviosa
aconsejado en la retropulsion de los demás exante ó inflamatoria nerviosa. Ya hemos dicho,que no era
mas (289, 324) y remedios adaptados al carácter de raro hallarla reunida eon afecciones catarrales, reu
la nueva enfermedad que resulla. Guarido el depósito máticas, etc.; que teníamos ejemplos de viruelas com-
se hace al esteno^ se acelera su madurez con cata birtadas.con una fiebre intermitente El tratamiento
plasmas, y se abre al punto, antas de que el pus ha- de esjas diversas complicaciones debe ser estu
ya corroído las partes inmediatas. diado en otros párrafos de esla obra, sobre todo en
338. Tratamiento de la viruela gástrica.—Si los que tratan de la complicación de las fiebres ner
la» fiebre concomitante es gástrica, lo- que se reconoeje viosas y gástricas, (go, 96, 411,* 112). ,
por el carácter de la constitución reinante, por el es 340. Tratamiento be la viruela, nerviosa.—
tado'anterior del enfermo y por la historia de las vi Cuaodo la liebre nerviosa acompaña á la viruela, y
ruelas ya terminadas, mas bien 4110 por el examen por* esta asociación los sintonías sj agravan desde e[
de los síntomas gástricos , engañadores an esta en principio ó en una época avanzada, es necesario es
fermedad, la viruela, exige el trabamiento propio á coger el tratamiento conveniente á la- fiebre concomi
esta fiebre (10!)). En su virtud se prescribe, aun tante, según sea* simple ¡ó complicada (9-1, 95, 96,
desde el, principio, un emético, pero con precaución 111). En la complicación de la viruela con la fiebre
y en dós'ís moderada, á causa de la presencia del es nerviosa mas pimple, no se debe tratar Ue espulsar
timulo variólico en el estóinago. Si la materia' es por los sudores el miasma variólico, como se"' hace
muy tenaz para ceder á este'medio , se hacen prece algunas veces ctfn otros miasmas contagiosos. El mé
der los polvos, los cocimientos resolutivos (1) y s*c todo antiflogístico , el aire fresco. que> hemos reco
difiere el vomitivo hasta el segundo dia de la invasión. mendado en la viruela inflamatoria, serian muy per
Debo preferirse una solución emética (2) que laxe judiciales en la estrema postracion de fuerzas que'ca-
al mismo tiempo el vientre; en 4odo el curso déla racteriza á la viruela maligna, ya discreta, ya anómala,
enfermedad se debe hacer uso de los laxantes , del ya confluente; no convienen mas que en' el principio,
emético disuelto en una poción saliua y del suero con cuando existe *una complicación inflamatoria ó gástri
tamarindos. En lodos los períodos de la viruela gás ca. Siempre es necesario mantener la pureza del aire;
trica se pueden reiterar con éxito los evacuantes , y pero el calor debe ser considerado aqui bajo otro pun
aun el emético, sise presenta la indicación; sin em to de vista que en el caso precedente: en efecto^ cuan
bargo, no se debe obrar aquí desatendiendo entera do es insuficiente para la erupción y para la madu
mente al exantema ; evacuaciones demasiado abun rez; cuando el enfermo, lejos de tener calor, se halla
dantes son mas perjudiciales, y hacen correr mas tembloroso, desfallecido y helado, no debemos ir á
riesgos en una fiebre gástrica eruptiva , que en apagar el poco calor Vital que le queda.
una fiebre gástrica simple. Después de haber eva Algunas vetes la viruela no ofrece un carácter tan
cuado el estómago por medio de un emético , y pronunciado de malignidad: no se observan mas que
los intestinos por medio de las sales neutras ó de los síntomas de uua fiebre lenta nerviosa , y solamente
la poción laxante antiflogística (3), se deben esperar las fuerzas parecen insuficientes para la erupción y la
maduración. Esto es loque sucede en las personas des
fallecidas por el hambre, por las hemorragias, ú otras
COCIMIENTO RESOLUTIVO. evacuaciones, y en los individuos de uua constitución
1 R. Rail de grama, nua onza— grara. débil y pituitosa. Los cuatro períodos se suceden en
tonces con lentitud, el enfermo no tiene sed, se halla
llágase cocer en sufleicnic cantidad dt agua para obleucr dos casi siu fiebre, y á pesar de que el principio mor
libras (1,000 gram.) de coladura. boso, concentrado soore los órganos interiores, pone
POLVO RESOLUTIVO. en peligro la vida, no se presenta ningun síntoma
alarmante. En este fatal estado, un aire puro, pero
R. Crémor de tártaro, media orna— 15 gram. elevado á una temperatura suave, el vino, los baños
Tártaro emético, uua dracma—5 cenligr.
un poco calientes, los vejigatorios, los rubefacieot.es,
Mézclese exactamente t divídase en seis partes iguales. la quina, la canela, la raíz de contrayerba, de ser
S« dobla algunas veces la dosis de tártaro estihindo.
pentaria de Virginia y todos los remedios oscilantes,
SOLUCION EMETICA. son necesarios para conjurar el peligro.
2 R. Tártaro emético, tres granos—Ifl decigr. Otras veces, en las personas tímidas y muy nervio
Disuélvase en sas, en las jóvenes delicadas que se inquietan por la
Agua destilada, tres onzas—90 grard. suerte de su belleza, la marcha de la erupción se
Mézclese. hace con mas lentitud todavía. Los granos permane
cen estacionarios y no se elevan; la fiebre y los sín
POCION LAÍANTS ANTIFLOGISTICA. tomas ordinarios del período de invasión no se calman,
3 U. Pulpa de tamarindos, dos onzas—60 gram. después de la aparición del cxnatema; el enfermo se
Crémor de lártaro soluble, seis granos—1i gram. agita en el lecho, y su valor decae. En este caso, el
Disuélvase en vino goneroso administrado en suficiente cantidad, la
Agua, diez onzas—500 gram. aplicación de vejigatorios, y la serenidad que aparece
9.
194 BroUOTECA ECONÓMICA
en el rostro Jél médico? disipan al pdnto toda apa un módjeo esperimentado había desesperado de sn
riencia de malignidad", y hacen que la viruela adquie vida. . •
ra su nfarcha ordinaria. • La lentitud del trahajo que ofiera la maduración da
Siempre que en el período di invasión ó de erup , lugar i la forma,ciot de una materia icorosa muy di
ción, fallan las fuerzas y se declara la fiebre nerviosa ferente del verdadero pus ; eSlo se observa, tanto en
versátil ó soporosa, se debe renunciar á'la sangría y la viruelp discreta como en la confluente . aunque con
ájus evacuantes, y hay .que apresurarse á recurrir á mas frecueneia en esta y en las erupciones anómalas
los remedios capaces de sostener la- máquina casi vesiculares Producido este icor, 6 mas bien, deteni
desfallecida, de favorecerla espulsion'del virus 'con do, alimenta la fiebre supuratoria que hemos señalado
centrado en el interior, y de securdtr el trabajo de |a ya como causa de tantas muertes. En estas .circuns
madflracion./,ero se debe tener siembre en la memo tancias, si existe un gran clor, 'debe prescribirse *1
ria lo que liemos dicho sobre la ¡ncertidambre de los áoido sulfúrico en las bebidas ó en el cocimiento dé
signos, y no Irínar por una d'ebillda.d'real, la aparente, quina; si la estrema debilidad se opone á.su uso,
qjpees producida por I3s saburras, por los vermes (') debe ordenarse la corteza del Perú, á grandes dósis,
por la plétora. Enceste caso de opresión, no de re asociada con el alcanfor, ó chorno algunos médicos t
solución de las fuerzas, los escitantes son peligrosos. quieren, con el árnica. Se ha alabado también, las
Cuando se há reconocido el carácter de •Iji fiebre llores de zinc en esta ocasión ; nosotros no hemos en
por la constitución reinantef porla naturaleza, de las sayado este remedio, Pero una larga esperiencia- nos
ca jsas que han precedido y por el temperamento dei ha probado la eficacia del opio: por su uso, junta
individuo, es neetsarjo al principio poner al enfer mente con el de la quina, se ve frecuentemente que
mo en la curan y en una habitycimi , cuya atmós 1} erupción se reanima , que los granos negruzcos
fera s'ea pura* sin ser fria, á fin de remediar los des-» loman mejor color, y en fin , que todos los síntomas '
órdenes que determina la primera impresión del vi de malignidad, dependientes sin duda de una irrita
rus y de sostenerla reacción del principio vjtal. Nos ción nerviosa, se disipan al punto. Aunque toda la
otros oponernos al frió -de las eslremidades las fric piel se haHp cubierta 4e pústulas, los'vejigatorios no
ciones sobre estas partes, las fomentación es aromá están por eso merfos indicados; detienen á menudo
ticas, secas ó húmedas, á <as que sirve el vino de ve las diarreas sintomáticas que agotan las fuerzas. El
hículo: combatimos las lipotimias con las bebidas ti alcanfor empleado esteriormente á grandes dósis bajo
bias, aromáticaá , con dosis repetida» de vino ge- la forma pulverulenta ó en un linimento (i); goza de
neroso, con las pociones con el agua dé canela y el* una felicacia reconocida. .
éter sulfúrico ó el álcad vólatil. Para apaciguar el Lds obstáculos que se "oponen ó, la salivación y á la
vBnWto inmoderada., los dolores de estómago- y la afección dala garganta exjgeiraquí los remedios que
diaprea colicuativa, se sigue elrnétodocspueslo (337) y hemos espuoslo en otra parte (337). Las hemorragias
se recurre á los enemas. Si sobrevienen temblores, ceden algunas veces á la quina , al ácido sulfúrico,
saltos de tendones, ó verdaderas convulsiones que se si la debilidad no contraindica su uso, y en fin, al
declaran pronto y se renuevan con cortos intervalos, alumbre» f
sobre todo en los' niños, *se administran las'flores de Cuando ¡a gangrena se apodera de la piel , se la
xiric 5 la dosis de dos dracmas para los niños de uno opone igualmente la quina. Si la mortificación es pre
'á tres años, de cuatro dracmas para los do tres & cedida ó acompañada de Un vivo dolor en la parte,
diez, y se reilfera la dósis cada do* horas. Este reme se pretiere el opio, que se asocia también con el al
dio acaba de ser recomendado por un práctico hábil. mizcle (130).
El opio está también indicado cuando las convulsiones En el infarto de las glándulas linfáticas en los niños,
son violentas; se prescribe el almizcle cuando el pulso se han empleado con éxito, ademas de los remedios
está pequeño, pero duro y desigual, en los temblo de que hemos hablado, las fricciones con granos de
res y los saltos de tendones. ungüento mercurial del volumen de un garbanzo,
Si existe mas bien un estado de debilidad ó de es continuadas durante tres ó cuatro dias sin producir
tupor, que un estado de ataxia, recurrimos noso salivación.
tros á la quina, y la administramos en enemas á los En todas las especies de viruelas, los granos que
niños indóciles. Los vejigatorios, los sinapismos, el se manifiestan en la planta de los pies no pueden
alcanfor y el vino no son menos eficaces. desarrollarse libremente bijo lo3 esfuerzos del pus
Se llega de este modo tarde ó temprano al segundo que los distiende, y ocasionan en este período dolo
período. Las indicaciones son aquí las mismas: se res escesivos, insomnios continuos y convulsiones.
deducen de la fiebre. Cuando los granos, casi su Estos síntomas so apaciguan con las cataplasmas de
mergido! por bajo la piel, salen con trabajo ó pre miga de pan y leche, los 'jaños de vapor y la aber
sentan un color lívido ó ceniciento, lo cual anuncia tura de las pústulas, practicada oportunamente.
el decaimiento de las fuerzas, >e debe administrar La desecación no pone todavía al enfermo fuera de
la quina á altas dósis combinada con la serpenta peligro. La indicación principal aquí es favorecer la
ria de Virginia o el alcanfor, y se debe prescribir caida de las costras: para llenarla, se emplean hs fo
el vho en «asíanle cantidad á los enfermos acoslum mentaciones de que hemos hablado (337) y los baños
brados á su uso. Algunas veces una simple efusión tibios con una mezcla de leche y agua.
6 la tiutura saturada de azafrán produce efectos ven* Los abscesos subcutáneos , sobre todo los qoe se
lajosos. Si el espasmo de la piel retarda la erupción, hallan inmediatos á los huesos, á las articulaciones,
se recurre á los polvos de bower, á las flores de á los grandes vasos, y á las cavidades esplánicas, deben
zinc, y aun al opio. La diarrea colicuativa debe ser ser abiertos lo mas pronto posible con el instrumento
Combatida con la emulsión gomosa opiada, la raíz cortante ó por medio de los cáusticos. Pero se debe
de colonibo y la leche tibia. Pero no solo convhne la
leche contra la diarrea en esta especie de viruela, (I) LINIMENTO ALCANFORADO.
sino que puede también reanimar la erupción. Un
r.iño de alia cuna estaba amenazado de una muerte R." Alcanfor puWfriiado raedij onia— 15 gram.
próxirrjii por el aplanamiento compitió ae las pús Disuélvase en
tulas, y fue salvado evidenlemei te por el uso dé la Aceite reciente ile almendra» dulces dos oniat—60 grain.
Jeche s.'guii ei consejo de una buena mujer, auaque Méielest.
BE MEDICINA t CIRÜJÍA.—FRANK.
tojiíar "(te producir una s.iputvtcinri dé buena calidad Asia alas ftiismas madras , fue consecrada en Euf
con el uso continu'do do la quina, y de escilar la se rn p » como una operación mágica y halló obstáculos
creción de la orina para prevriir la fiebre lenta j las cu el aflior maternal . ito! que sin embargo tenia origen.
meláslasis. Por* otro lado, se hicieron contra ella objeciones inge
Tratamiento t>» la vixueeV co;» "fiebre intermi niosas, se creyó hallar argumentos- auh. «i los divines ••
tente. t5í la. viruela va-acompañada de fiebre inter preceptos de la/ieligion; todo_"complralia á-drsler-i
mitente legítima, se administf'a la quina en cualquiera rar jde la Europa la i'nocülaeioa apenas, conocida.
época de la.erupcion. Pero es necesario no dejarse Pero, bien pronto los estragos Je una nueva e.pideuiia,
engañar .por simptos remisiones mas marcadas que los millares de victimas que hizo esla sola enfermedad
de costumbre. obligaron á los que mas oposición hacían á esta
341 . Tratamiento db la convalecencia. Pero- innovación á Intentar nuevos esperimenlips: se some
"los mismos medios no producen siempre.tan buenos tió al cálculo, y las ventajas de la inoculación fueron
efectos en todas las especies de viruela; la convalecen umversalmente reronocjdas.
cia puede reclamar lambien»socorrOs qué varian se-, Lis sabios tratan de esplicar por qué la viruela ar<- •
gun la nituraleza de la fiebre que ha precedido y de tüicial espone á menos peligros que la espontánea.
los síntomas que sttbsislen. En efecto, losevacúan- La razón de este fenómeno mis parece consisiíren la
..tes, tan alabarlos al fin del cxantema,'son comuninen- diferente acción. que ejerce el virus cuando es intro
. le muy perniciosos á los individuos débiles. Üuatido ducido por una herida. Esta diferencia eií el mf*ro
un^fiebre lenta inflamatoria consume al enfermo,' es de obrar es común á todos los venenas. La cantidad'
necesario practicar algunas sanarías y continuar con mayor ó menor de la materia llevada á la economía
los antiflogísticos; si es una fiebre gástrica la que se- por las vias respiratorias ó digestivas , su naturaleza
. prolohga, o si bailándoselas fuerzas en biien estado.' mas'ó menos -volátil, su carácter jnas ó'menos púrri-
se cre'e posible operar una crisis artificial espulsando do, no nos enseñan nada. En efecto, el virus de una
con-los escr'emontos lo* reslos de la enfermedad , se viruela maligna, erimedlo de una epidemia morti*
reCurre á los laxantes reiterados. Quanido existe una fera, produce las mas veces una viruela benigna; y
postración considerable de fuerzas, se prescribe la la mas qequeña gota delerniina los mismos resulta
quina con la leche y ligeros ana'ápticos. En fin, si dos que Una cantidad considerable. La elección de los
se observa uná tendencia manifiesta á la metástasis, individuos que .se somaten á la operación, la edad
dependiente de la acrimonia de los humores, dejio, tierna que se prefiere, para practicarla, la estación y
re^urrirse á los diapnóioos, cntimoniales* y mercuria-' las demás circunstancias favor ibles que pueden es
les, que se unen algunas veces al opio, al cocimiento. perarse, y las.preparaciones, en fin., deben hacer al
" de zaríaparrilla ó de guayaco* corregido con ra teche, gunas veces nías benigna' la viruela. Pero en la in
á los baños, á los vejigatorios, á los sedales, etc. Un minencia de una epidemia maligna, se ven obligados
aire puro, el aire del campo, los placares. que pro 'ns adultos, los viejos, las mujeres en cinta, tas per
cura una sociedad Agradable; el alejarse de tudo cui sonas valetudinaiias y los individuos afectados de
dado doméstico, y unjejercicio proporcionado á las enfermedades crónicas, á someterse á l»inoculacios
fuerzas, son saludables á tocto el mundo. , sin preparación anterior, ó al menos con prepara
342. Inoculación. Para ponerse á cubierto de ciones muy cortas , y contraen frecuentemente una
todos los males cuya esposicton hemos hecho, se ha viruela benigna, mientras que;sufet'os que gozan de la
visto obligado el hombre, después de diversas tenla- mejor salud adquieren una viruela maligna abamto-
tivas infructuosas, á someterse á la enfermedad, á fi-n nánjlnse á la naturaleza. Nos parece . pues , que las
de evitar su furor, yá hacer sacrificios ála* divini ventajas de éste método dependen de la picadura
dades infernales para tenerlas propicias. Se obser mÍMna, del mudo con que, la naturaleza desenvuelve
vó al principio quo la viruela, inevitable por s/t natu il'í el gérúién contigioso, modo diferen.te del que si-
raleza, ya benigna, ya maligna, no atacaba mas quo* <,ue cuando el virus es introducido por'la vias aéreas
una vez, y largo tiempo antes del descubrimiento v digestivas; sin embargó, el fenómeno no es menos
de la inoculación se aprovechaba una epidemia be ínesplicahle , según las leyes conocidas de nuestra
nigna para hacerla contraerá los niños, esponién eronom'a. „ , , -¡
dolos de este modo á uo peligro menor para sus Pi>r último, no se puede siempre responder de la
traerlos de otro mayor. Bien pronto la superstición benignidad de la viruela inoculada; se tienen muchos
viuo á mezclarse á esta práctica; se creyó que se po ejemplos de sucesos funestos. Pero los adversarios
dían comprar los granos do. viruela: ed niño iba al le mismos de la inoculación convienen eq que la mor
cho de! enfermo á presentar tantos óbolos como pús tandad es mucho mayor en la viruela espontanea; de
tulas queria. Si este medio no bastaba para trasmitir manera que si esta práctica lia sido desgraciada p ra
el contagio, se hacia acostar al niño con el enfermo, y uno ó dos niños en ciertas familias, loque sucede
entonces nadie ponía en dada Si esto era permitido. raras vtcés, la sociedad, considerado es lo en sene-
La viruela artificial no fue nunca desconocida en ral, ha ganado muí lio. Cuando han venido algunas
Europa; solamonte se aprovechaba para la operación personas á consultarnos cóil este motivó, no les he
la ocasión déla epidemia, y se esponja á la acción del mos aconsejado nada; péro hemos sometido á la ino-
virus toda la superficie cutánea. Esta práctica ha rei oiilacton á nuestros propios hijos, y por nuestro cjciu-
nado hasta que un método mejor, traído de Asia, nos pfoj mas bien que por nuestras palabras, hemos pre
enseñó á conservar el virus durante años enteros, conizado una práctica útil á la sociedad, aunque no
para servirnos de él en las circunstancias mas favora • esté siempre exenta de peligro, y aunque no corres
bles y en la edad mas propicia. ponda en todos los casos á i.ueslros deseos.
El método de la inoculación es demasiado conocido Como la viruela inocülada es también contagiosa,
para que sea necesario esponerlo estensamentc en esta debía impedirse por las leyes el practicar la inocu
obra, ademas de que otros hau presentado lodos los lación indistintamente en todo tiempo y en todo
argumentos que comprueban, su utilidad (1). Nos li lugar.
mitaremos á decir que esta práctica confiada en El método operatorio varía en los diferentes pue
blos ; pero es necesario servirse de un pus reciente,
1 Véase a ). B. Boutquet. Tratado de la vacuna y de las erup ó al menos no corrompido, ni muy antiguo, lomado
ciones variólicas * variolifofme'!, Pjrls, 1833. de una buena pústula en madurez , y de una viruela
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beaigna. Guando se puede espoger el tiempo y el in« copos, horripilaciones entremezcladas de calor;. iá car/i
divióuo, se prefiere la primavera ó el otoño, con, es se pone alternativamente roja y pálida ; existe cefa
pecialidad la primavera, y los sujetos que no lalgia, vértigos, tristeza, anoiexia ó deseo de ali
• tén afectados de ninguna enfermedad. La infancia,' mentos, y accesos muy cortos de una alegría insólita.
escepto el primar meB de la vida y la época de la _ Al sexto, continuación. del dolor- de las áuilas, que
''dentición, es la edad mas favorable. Es necesario ¡evi aujnentn'con los movimientos del brazo; se acumula
tar la revolución de la pubertad en uno y otro se)co , una linfa tenue en la pústula mayor, que está rodeada
el tiempo délos menstruos, de la preñez'y de los par de un círculo rojizo ; se manifiestan muchos granos'
tos. Nosotros no empleamos ninguna preparación, no puntiagudos,' salientes y acompañados do, ardor y
operamos cambio notable en el régimen sino al de prurito; aliento félidV), lerigua'sucia , vista turba»
gunos dias antes de la erupción, porque estos cam da ; y por la larde alternativas de horripilaciones y oe t
bios alteran la salud. En las personas que tienen calor. En general, los primeros síntomas de la in- '
necesidad de preparaciones, á causa de la existencia vasjon se declaran en el mismo dia , ó poco tiempo
de una énferme/lad , de plétora, de vermes , de sabur- después; la tristeza se aumerUa, el niño esperimenta
"rás, d> un estado de caquexia, de debilidad, de la dolores vafios en el abdomen y en los lomos, sus pies
xitud ó de tensión en lo); sóljdos, se deben emplear vacilan, y teme la impresión del aire frió.
primero los remedios apropiados; esta regla. sufre Al sétimo, la materia se espesa, los granos parecen
ejcepc'oftes en las epidemias peligrosas. levantados y distendidos, ta areola llega á.ser mas pro
, Durante la inoculación-, debe evitarse que el niño nunciada y mas ancha. Por la tarde cefalalgia , hpr-
contraiga la viruela natural , aunque se baya prestado ripilaciorfes, calor, soñolencia y frecuencia del pulso.
poca importancia á estas precauciones. Se practica Al octavo, los síntomas febriles, la soñolencia, la
la inserción c» uno de los brazos, ó mejor en los dos, ■inquietud y el calor aumentan al acercarse la noche.
en 'el sitio en que se establecen ordinariamente los Sueño agitado por sustos, rechinamiento de diéntes,
fontículos, ó bien eu la mano entre el pulgar y el náuseas y dolores epigástrico». Las pústulas están- ya
índice. Se emplea una lanceta ú una aguja, y cuaudo llenas de un humor purulento.
no se puede obtener pus variólico reciente, hilos de Al noveno, acreientamiento de la fiebre, continua
lana ó de seda impregnados de un virus antiguo. ción de las náuseas, vómitos, laxitudes, soñolencia;
Basta introducir la materia Rebajo de la epidermis algunas véces estrabismo-, temblores , convulsiones,
sin herir la piel ; es necesario limpiar en la herida ansiedad, palpitaciones de corazón y sequedad y do
la lanceta ó la aguja aplicando el dedo hacia la piírfla lor en la garganta. < . ,
del instrumento a medida que se retira ; los hilos de Del décimo al undécimo, y algunas veces mas lar
ben permanecer en su sitio por espacio de veinte y de, so efectúa una erupción general , á no seV que
cuatro horas. Una herida tan leve no exige ni éni- basten las pústulas de inserción. Ordinariamente los
plasto ni vendaje; 'los cuerpos grasos no dejan de granos son en pequeño número, pero presentan todos
tener algunas veces sus inconvenientes. Cuando" se los caracteres de la verdadera viruela natural. La ma
recurre al vejigatorio ó á la incisión , en la cual se teria de que están llenos es también contagiosa. Es
coloca el hito, sobreviene una inflamación que de raro que la erupción, sea considerable, y mas raro aun
pende de la acción riel virus ó de la herida , ó de la que sea maligna, lo que sin embargo sucede algu
nritacion de la piel, loque favorece el establecimiento na? veces, sin que nos podamos dar razón de ello.
de úlceras que se presentan á veces en el sitio de la Según estos diferentes casos, la fiebre cesa, ó so es
inoculación. Una supuración abundante no hace per perimenta solamente una diminución mas ó menos
der nada de su intensidad á la viruela, ni disrainuyé el sensible. La maduración, la supuración y la deseca
número de las pústulas de la erupción; estaescrecion ción se operan como en la viruela espontánea.
purulenta local no es necesaria para hacer regular la Los síntomas varían, pues, según las circunstan
marcha del csantema. Es inútil, y algunas veces per cias; la fiebre es casi nula ó ligera, y otras veces vio
judicial, lavar con agua fria la parte en que ha sido lenta; su carácter es variable, como en la viruela nti-
inoculado el virus ; .pero convienen estas lociones en fural; pero en general es benigno..
los casos de flogosis intensa. En los casos mas afortunados, los enfermos no tie
Los fenómenos locales son muy multiplicados ; sin nen necesidad de socorros, pues bastan el airo puro,
embargo, vamos ó trazar eu pocas palacras el curso seco y fresco, cuyas ventajas hemos hecho ver, y el
de la inoculación. Presenta cuatro períodos : en el régimen. Mientras que las personas atacadas de la
primero no existe ninguna irritación local sensible, viruela epidémica están en lucha con la muerte, los
y el éxito de la operación es incierto; en el segundo niños inoculados recorren felizmente todos los pe
se manifiesta la irritación local, y el éxito de la ope- riodos de esta afección mortífera , sin interrumpir las
rncion llega á ser probable; en el tercero se genera distracciones de su edad; es raro que se mantengan
liza la afección, empieza la invasión, y en fin, en el en el lecho durante el dia, y ordinariamente no les
cuarto, que (alta algunas veces, aparecen granos en queda la menor deformidad.
partes distantes del lugar de la inoculación. Si sucediese que la viruela inoculada fuese acom
Al segundo dia > e haberse practicado esta, so ob pañada de una liebre grave, so seguiría el tralarnien»
servan pequeños puntos rojizos, y bien pronto man to aconsejado para la viruela natural, según el carác
chas de un rojo claro ó amarillas; otras veces no apa ter de la liebre y el temperamento del enfermo,
recen estos cambios hasta después de muchos dias.
Al tercero, sobreviene prurito y una ligera tensión GENERO TERCERO.
con dureza en la parte.
Al cuarto, se aumenta la rubicundez, el prurito Sarampión.
y la dureza , y nacen pequeñas vesículas impercepti
bles á la simple vista, que son los rudimentos de los 343. El sarampión es una enfermedad muy dife
granos variolosos. rente de la viruela, con la que la han confundido anti
Al quinto, y comunmente mas tarde, so desarrollan guamente las Escuelas. Su iiilroduccion en Europa
mnchas pústulas, forman un grupo rodaado de una data de la misma fecha, y sus primeras descripciones
ancha areola rojiza; el enfermo esperimenta dolor en nos vienen también de los árabes. Este exantema no
las Axilas y aun en las ingles; laxitud, dolores ósleos- es menos comnn que la viruela; es raro que ataque por
DE MEDICINA Y cihujía.— FRANK.
segunda vez, pero ia posibilidad de una nueva infec y complicada con la fiebre inflamatoria, va prece
ción se llalla quizás mas demostrada en el sarampión de fenómenos catarrales,- acompañados casi siempre
que en la viruela. El sarampion sobrevicne con prefe de una gran irritabilidad : tos seca , casi continua,
rencia en los Diñas aunque no perdona á los adultos dispnea, ronquera , coriza que da lugar á un tlujo de
ni á los viejos; pocas veces es esporádico," casi siem materia tenue , semejante á la de las lágrimas, acre
pre epidémico; reina en todas las estaciones, sobre y corrosiva; estornudas, necesidad fiecucnte do so
todo ul lin del invierno, y algunas veces aparece bajo narse, laxitud en los miembros y dolores en los lomos
la misma constitución que la viruela, antes ó después; Estos síntomas p icas veces van precedidos , y
y otras, aunque muy raras, se asociu con este exante munmente son seguidos, al cabo de algunos di
ma en, el mismo individuo. ' . , de escalofrios que alternan con el calor, nnore-
344.' DkfiNicion. El sarampión- es un exantema xia , inapetencia, ncuseas. -vómitos, pesadez y do
primitivo contagioso. Su aparición va precedida or lor do cabeza, Yubicundez y comezón da los ojes,
dinariamente de síntomas catarrales: tos seca, estor flujo de lágrimas ardientes , soñolencia, terrores du
nudos, prurito y encendimiento de los ojos, lagrimeo rante el sueño, sobre todo en los. niños , inquielud,
y aun dolor de la garganta y movimiento febril. Hácia ansiedad, palpitaciones, pulso frecuente y lleno, ó
él fin del tercer dia ó háeia el principio del cuarto, concentrado y duro, sed intensa, y dolor, en la
y algunos veces mas tarde, aparece la erupción, sin garganta á la deglución ; frecuentemente sobre
ninguna diminución de los síntomas, y aun onmedio viene una diarrea , después de la cual desaparece
de una exasperación manifiesta de la enfermedad: ia el vómito. La fiebre aumenta por la tarde, y el delirio
constituyen granos, manchas ó puntos rojizos, seme se agrega algunas veces A la exacerbación ; por la
jantes á la simiente de lino, ocupando al principio la mañana se manifiesta, remisión , pero la tos continúa
cara; después el pecho, el vientre y los miembros se de una manera mas violenta, sino se establece un flujo
cubren de manchas parecidas á las picaduras- de pul abundante por las narices; los ojos aunque rio doloro
ga, no enteramente circulares, mas anchas que las sos no pueden soportar la lulz, están brillantes y ane
de la viruela, un poco ásperas al tacto, y promi gados en lágrimas ; nosotros los liemos visto algunas
nentes. El sarampión no se termina por supuración: veces en este estado en la viruela. Hácia la tarde, el
hácia e¡ sesto día, y algunas veces mas tarde, se calor aumenta de ducvo, acompañado de opresien de
efeclúa la desecación y cae la epidermis en escamas pecho, dispnea, tos continua, sopor no interrumpido
furfuráceas. ó insomnio tenaz; se ha observado también una sali
345. Especies. Establecemos, como en los de vación abundante. En muchos casos sobrevienen he
más exantemas , las divisiones del sarampión, según morragias por la nariz , por el ano ó por el útero,
la liebre concomitante/ Tiene una tendencia particu seguidas de alivio , y algunas veces inmoderadas y
lar á complicarso con la fiebre inflamatoria, pero se perjudiciales. Se declara á veces un sudor ligero,
asocia comunmente con. la liebre gástrica, y algunas mucho menos abundante que en la viruela de los adul
veces con la nlrviosa, de madera que ora-es una en tos ; la orina llega á ponerse alterada, blanquecina;
fermedad benigna, 'aunque jntensa en' ciertos casos, se siente interiormente un calor abrasador, una sed
ora una afecion maligna, lo que es mas raro á !a ver viva y cólicos violentos. Hácia el lin del tercer dia,
dad, pero tan funesto como en la viruela. El saram aparecealgunas veces una nueva horripilación, seguida
pión no siempre es simple^ independientemente" dó de qalor intenso, de inquietud, y en ciertos casos de
la liebre que le acompaña, puede complicarse con convulsiones en los niños, como en la viruela: estos
otros exantemas, tales como la miliar, las petequias, síntomas son el preludio de la erupción que se efec
la viruela, con una flegmasía y con otras .afecciones, túa en el instante mismo ó al principio del cuarto dia;
"La opinión de los médicos que admiten bajo el nom es raro que se retarde hasta el quinto ó sestoj lo que
bre derubcola ó roseóla un sarampión diferente del la hace algunas veces mortal.
que describimos aquí con el nombre 1o rncrtilli, nos No liemos encontrado nunca la fiebre morbillosa sin
parece provenir de que se ha confundido la escarla erupción, febrís morbillosa sitie morbillit, observada
tina miliar ó pustulosa con el sarampión propiamente por otros médicos. El hecho está justificado en la vi
dicho. La angina gutural deque va acompañada esta ruela ; pero aquí lo ponemos en duda , hasta que se
nueva especie (rubéola), la ausencia de síntomas ca haya demostrado por la inoculación , que las personas
tarrales, la época variable de la erupción, y la anasar que han esperimentado esta fiebre no son susceptibles
ca que se declara en la convalecencia viene en apoyo de contraer el sarampión.
de nuestra opinión. En cuanto al sarampión falso, ob Segundo periodo.— La erupción aparece al principio
servado por ciertos autores, no lo hemos visto nunca. en ia cara, sobre todo en la trente, y en pocas horas
Este exantema presenta, como la viruela, cuatro se hallan las manchas aglomeradas sobre esta parte;
períodos : el primero es el de la invasión ó de la in bien pronto se estienden al cuello , al pecho , al ab-
fección ; el segundo el de la erupción ; en el tercero dónien , á los miembros, sobre todo en la espalda, sin
se desarrollan los granos, y en el cuarto se efectúa la ser mas numerosas en los sitios en que la traspira
descamación. ción es mas abundante. En el rostro se reuoen en
340. Descripción.— La fiebre es algunas veces racimo, en chapas; son rojizas y mas sensibles al
bastante ligera ; cuando es intensa, su carácter es co tacto que á la vista. En el tronca y en los miembros
munmente inflamatorio. existen manchas cstendidas, menos prominentes, y
En el primer caso , la invasión se anuncia por los sin embargo ásperas al tacto. Este período se termina
síntomas siguientes : ligera coriza, tos seca que dura al cabo de algunas horas ó en el espacio de una
algunas veces una semana, comezón y rubicundez de noche.
los ojos, laxitudes, horripilaciones mezcladas de ca Tercer periodo.— Cuando la enfermedad
lores , soñolencia y cefalalgia, poca sed, auoreiía, li se observa en esta época una remisión , al n
geras náuseas. El enfermo no se queja de otros sín algunos síntomas; pero latos y la ronquera conti
tomas , no guarda cama ; todas las tardes se aumen nuan ; la calma no es tan perfecta como en la viruela.
tan estos fenómenos, el pulso llega á ponerse fre En los casos mas graves no se presenta remisión
cuente , sin estar lleno ni duro; cuyo estado persiste alguna , ó al menos es muy corta, ó limitada al vómito
la erupcioi
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ojos yl.i soñolencia. Sobrevienen sud/irqs que exhalan fifero, y arrasa provincias enteras..Aunque hayamos
uu o!br fuerte, ó una diarrea seguida Je alivio, un espuesto suficientemente los síntomas de la fiebre
vómito y algunas yece'£ una felenciorfóe orina. Cuando nerviosa, la importancia del asunto exige -quedemos
fyis n i u i i o I i ■ ■ s que cubren el tronco y los miembros, y aquí una corta, y sucinta idea de su complicaciou fil—
las que están aglomeradas en la cura, toman un óolor uestacon *el sarampión. La liebre nerviosa Mega' al fin,
rujo intenso y van aeóúipaüadás de muclio calor, to por lo común, cuando se ha descuidado ó tratado mal
da la piel si' estira y so hincha* pero estos fenómenos \Iel sarampión, complicado con una liebre inflamatoria
son mas propunciatjos en el rostro,, aunque sean mas uruie. i» con una liebre gástrica.. Se declara una pí-
ó memís sensible en los diferentes casos; los parpados riiieiiinonía mortal, una diarrea inmoderada, las man
se iiij-urjiliiij y llegan algunas veres hasta cerrar chas llegan á ponerse' lívidas y negruzcas; se> mani
los ojos La erupción pmde ocu.par la lengua. fiestan hemorrágjas que np se pueden "cohibir' y una
_Esie tercer período dura 'dos ó ¿res, días; el "n- inulijtud dcsíntomas nerviosos. Pero debemos hablar
id es a tecali otado por una liebre intensa, por sín aquí de la malignidad que se pronuncia desde el prin
tomas de irritación, de inflamación y de catarro, has cipio, la eual se reconoce por los síntomas siguientes:
ta el in'üo ó el octavo día. Primer periodo —Síntomas catarrales intensos; tos
Cunrto periodo — V.u lio, la erupción empieza á ferina, convulsiva, que sobreviene mucha tiempo an7
palidecer según el orden con que se ha presentado, tos que los síntomas, ¿el sarampión. Postraciou sin
primero en la frente, en las mejillas, en los labios, en gular de fuerzíis desde in- Invasión , independiente
la barb.:, mientras qúe en el resto Jel cuerpo se ven de la púétora , de las saburras, ó de cualquier otra
todavía manchas fuertemente coloradas ; el rostro se causa evidente, tristeza, enfado, temor, abatimiento
ari uga y se pune áspero al tacto porel desprendimiento y desesperación. Horripilación prolongada o oscilo -
dé la epidermis. La misma maidia se observa eil las frjq intenso, que se renueva algunas veces duraiflo el
demás parles : la epidermis cae en escamas furturá- cilor. Aumento del calocinlerior, pesaáez de cabeza-
reas, comunmente eon uu prurito, considerable y bacía ó cefalalgia aguda, vértigos", rubicundez de los ojos,
el noveno ó el undécimo dia, cuaiidola enfermedad se legrinieo, inquietud , "ansiedad , lipotimias , soñó-
prolonga, \ no queda ningún Vestigio de sar; don Ijada- A menudo se declaran vómitos continuos,
cu la niel. Algunas veoes, cuino nos -tros misinos he- caí dialgias ; deposiciones muy fétidas ó sangumo-
•mos observado, desaparece este exantema sin desca leuia's , acompañadas de uu teuesnio incómodo.
mación. Otras veces se observa la ortopnéa y los síntomas de
Accidentjís consecutivos.— Algunas veces, aun en la perineumonía maligna (490), ó de la angina giugre»
el sarampión ligero, pero sobre todo cuando es gra uosa (-2i)b). En fin, pueden sobrevenir hemorragias
ve , los síntomas no se apaciguan; ta liebre, y la los violentas por la nariz, el pulmón, el estómago, los
suplantan , ladispiíea es mayor, y sobreviene una pe iutestinos ó cl.útero; un delirio frenético, taciturno;
ripneumoiiía peligrosa, ú menddo mortal.. Otras vtces temblores en los miembros „ saltos de tendones, in
se establece una diarrea que puede durar muidlas somnio continuo, ó sopor comatoso j afonía. Al se
semanas : os saludable cu. mío es moderada"; pero gundo día los* sintonías se acreciéntan, si es que pue
cuando continúa con violencia, suele arrebatar al en den llegar á mas alto g'rado. En este mismo día se
fermo'. Lossudorcs, esputos abundantes, oscuros mo termina, algunas veces por la muerte,- el período de
renos y viscosos; orinas copiosas , pálidas ó sedhneu- invasión, que se prolonga hasta el quinto, sesto y aun
tosgs; en fin, una hemorragia nasal, producen' fre mas tarde, cuando la postración es oslrorea y la reac
cuentemente la diminución de los sintonías. En cier ción casi ñola.
tos casos una hemorragia viólenla se lleva tras si al Segundo periodo.—La erupción so opera,- pues,
enfermo ya convaleciente. Muchas veces, aunque el ordinariauie,nte al.segundo dia, va acompañada algu
sarampión haya sido benigno, la tos continúa después nas vocea de convulsiones, y liega pronto á ser gene
de la descamación, y hace leuier la tisis, ó anUflcVa ral. No es seguida de ninguna re oision en los sínto
desde luegu la inflamación knla y la ulceráciou del mas: la cardialgía y el vduiito continúan , los ojos se
puiinon: por esta accidente funesto es por loque el ponen mas encendidos y brillantes, la los ferim y la
sarampión Tiiata mas número de enfermos que la vi disnea aumentan, el calor, la opresiou y Ja ansiedad
ruela. Se ha observado algunas veces, aunque raras, son mayores; la garganta está seca y presenta un co
á la anasaica, entre las enfermedades consecutivas; lor lívido, con sed iulensa; la lengua árida, ó cubierta
sin embargo, cuando esta hidropesía se declara.se do una capa mucosa; el pulso frecuente, pero débil,
puede sospechar que la enfermedad primitiva era la tembloroso y desigual ; la postración de las fuer
escarlatina y no el sarampión. zas llega al mas alto grado. La erupción empieza á
3Í7. Cabactlr hel sarampión gástrico. -- Con ponerse lívida; aparecen petequias, manchas; algunas
bastante, frecuencia aparece el sarampión bajo una veces se ope. a una delitesceuria seguida de delirio,
constitución epidémica gástrica, y se asocia couiu la de convulsiones, de (lujo disentérico, de orina páli
viruela y los demás exantemas con la liebie de este da, do sopor, de saltos de tendones, de perineumo
nombre. I'ero no es uro que la irritación del siste nía y de ulceraciones de la garganta y de la boca.
ma m rvioso abdominal engañe al médico, simulando Tercer periodo. En el tercer período csperimenla
el estado gástrico: uu observador utento, tomando en el enfermo las mismas angustias; la liebre nerviosa
consideración el genio de la constitución reinante, lo continúa y se agrava de un momento á otro. Por lo
que ha precedido y lo que acompaña á la enfermedad, común la enfermedad no liega á la descamación* la
y la manera con que se termina en otros enfermos, gangrena se apodera de alguna parle de la boca, de
no le costará trabajo distinguir lo verdadero de lo los labios, de la faringe, de los ói ganos genitales , ó
falso; y por lo común, haciendo abstracciop de la bien mueren los enfermos en un estado de convulsión,
erupción, no ver¿ en el sarampión mas que una fie de sofocación.
bre gástrica.. Cuarto período.— El período de la descamaeiou no
3i8. UlsCUU'CION DEL SARAMPION NERVIOSO.—Lo presenta menos peligros. Los síntomas, que se agra
mismo sucede l'|iu la fiebre nerviosa, cuya compli van tan frecuentemente en esta época , aun quando
cación con el sarampión es, no obstante, menos fre la fiebre sea inflamatoria, tomau una intensidad con-
cuente que con la viruela. Se ve entonces que el II siderable. _._ jHácia el cuarto
ir ■ i - desaparece, i ó sesto dia,
j se laapagan,
erupción,
exantema que estudiamos adquiere un carácter mor- - ya lívida, eli palor l.: sed
y la \ los
i„ .
• i
' DE. MEDICINA Y CIHUJÍA.—FRAfiiK,
ojos se secan; pero la opresión del pecho, «la ansie costra. El . enfermo parecía en ej mejor estado, cuan-
dad, la disnea, lu inquietud y la ios seca continúan, se co sobrevienen de roperfle nuevas lipotimias mas gra
aumentan. •Pulso débil é irregular, muchas veces ves que iaS primeras; pero un sueño de cuatto horas
diarrea escesiva, que acaba do aniquilar las fueczas, vuelve la calma.
y, en. fin, delirio prepursor de la muerte. Al 'mismo Al sétimo dia, tos rtenoi1, respiración muy fácil,
tiempo se desprende la epid' (mis en escamas, furl'u- estornudos*freeuentes, aunque el paso (fe las narices
.ráceas y algunas veces en colgajos; su cai^a deja fr.&r esté libre; pulso blondo, ligeramente lleno. Sin em
cuentcmertte al descubierto señales tan profunda* bargo,, desde el amanecer se- declara una nueva
como las de la viruela. erupción abundante eOaeara, en los brazos, en los
Se piledj esperar una buena tprminaciou cuando la muslos y en las piernas. Hácja el Tnediodía gran
piel se humedece, la disnea, la ansiedad y la in quie dificulta^!, de /espirar,, que césa al c¡>bo de un
tud disminuyen , la tos So apaga, y los esputos son "un cuarto de hora. El vientros.e aflija; vómito amar- '
viscosos y abundantes; cuamjo sobreviene una erup go, con alivio; la respiración yuo've á, ser suspirosa
ción de granos en tos 'labios, ó.las orinas escretadas y difícil, para adquirir poco después su libertad.
,eu gran •cmitidad, depositan un sedimento branco y Pulso lleno y •frecuente, gran cajor, dolor en los
copioso. Pero muchos enfermos que se creen salva- ojos, qué hablan ¿ufridt) ya la viruela;»cara enctn»
'dos, perecen algún tiempo después ie lísis pulmonar, dida. sin 'estar abotagada, tos moderada, saltos de
de consunción, de diarreas, ó a consecuencia Je una tepdones. Después de medio di i, la n spirjcioii ej>
metástasis. unas veces suspirosa y difícil., otras fácil y natu'ratj al
349. Otras complicaciones.— La fiebre concomi cabo de cuatro horas agitación considerable, dus'vó- .
tante del sarampión puede estar complicada, y pre¿- mitos amaigos; nueva remisión, evacuaciones' albi
senlar síntomas inflamatorios, pástricoe y nerviosos, nas espontáneas. Algunas horas después, esladb con
lo cual altera aun mas su marcha ordinaria. Un joven vulsivo de la cara, de los pics»j de las manos, que
de una familia distinguida, nos ha ofrecido última arrancaba gritos al enfermo; un vómito, una deposi
mente. un ejemplo de sarampión con fiebre infl¡tmato- ción.— Poción con el láuda> o hquido y el licor de
ria" y accidentes espasmódicos. Bajo una constitución Hoffmah, rada cuatro horas.—Durante el uso dé 1
epidémica reumática, la viruela y el sarampión reina está poción, los síntomas'se apaciguan, un ligera *s-
ban al mismo tiempo en el Milanesado y hacian un cajofrio se apodera (le las mañ*s, y la erupción llega á
gran número de víctimas: este jóven, robusto, sujeto ser mas considerable.—A'la entrada de Ja noche,
solamente por intervalos á espasmos nocturnos de los sensación incóu.oda de sequedad en la b ca, aunque
pies, ó calambres, espérifnejitó el 28 de enero deJ790 no eslé seca , frecuentes ganas de beber , sin sed;
un sentimiento de laxitud y una horripilación. Estos bien pronto inquietud, respiración, suspirosa, sensa-*
dos síntomas continuaron hasta el dia siguiente;, so- cion de desfallecimiento,.convulsiones y espasmos de
Brevino entonces calor que altc/nó con el frió, rubi los brazos, de las manfls y de las rodillas. El pulso
cundez de los ojos, algunos cátornudos, putso lleno, no está ni fuerte ni débil, da cien pulsaciones ppr
blando, un poco frecuente. Por la tarde, sudor bas* minuto, nada de k>s .Al cabo de* una hora, sueño y
lante copioso. respiraron fácil. El enfermoso deípierta aloimeii-
Al tercer dia Ja fiebre no presentó remisión alguna; ^do'por la idea de la, sangre que ha perdido, se
tos corta y seca, ligero encendimiento de los ojos, queja de debilidad y teme nuevas. lipotimias, que no
algunos .estornudos, nada de cefalalgia, de dispnea, $on anunciadas por el pulso, ni por los demás sinto- ,
de amargor de boca, ni de costra en la lengua. Exa mas. La erupción, todavía rojiza en la cara, empieza
cerbación de la" fiebre á la entrada de la noche. á palidecer, eu el pecho. El opio vuelve, en fin, el
Al cuarto dia, liebre fnerior que la víspera; apare.ee sueño. ' , ' ,■ , '
* un pequeño número de pústulas rojizas Inicia la bar Al octavo dia, orina alterada y juuientosa, piel
ba, y por la tarde cubren el tórax manchas mas esten húmeda, diminución del calor, respiración libre,
didas; diarrea, los golpes de tos ocasionan a, la en poro tos seca p'or intervalos. La rubicundez del exan
trada da la noche una hemorragia nasal de cerca de tema es menor, al cabo de algunas horas sobreviene
una libra, y cuya sangre no forma coagulum. un sudor general, abundante y fétido; la orina depo
Al quinto dia, traspiración suave, liebre moderada, sita un sedimento popioso y puriforme. La fiebre des
aumento de la tos, manchas mas numerosas sobre el aparece casi enteramente , él enfermo espectora al-
pecho, cesación de la diarrea; vuelta de la hemorra guuos esputos viscosos, esnerimenta una comezón
gia nasal, con amagos frecuentes de lipotimia; parece mas consideiable aun que al principio de la trupciun,
al enfermo que se le vierte agua caliente sobre la ca muchos granos de la cara se secan. A la entrada de
beza. Por la tarde, aumento de la liebre, diminución la noche sueño, las orinas, que habían sido muy poco
de la tos. Por la noche, calor y dolor eu la garganta, abundantes durante todo el curso de la eqfenñedarí,
sueño. son emitidas en gran cantidad, y presentan al noveno
Al sesto dia, nueva hemorragia nasal de una libra; dia un sedimento homogéneo y furfuráeeo. Este mis
la sangre se coagula. Pulso lleno, blando, frecuente; mo dia, aunque la fiebre era casi nula, la tos aumen
nada de cefalalgia, dolor de la garganta casi nulo, tó sin ir seguida de espectoracion. En (ítl, la desca
respiración libre; sin embargo, tos bastante conside mación- empieza en la cara, y la oreja derecha iléga
rable Los granos y las manchas llegan á ser mas nu á ser asienio de un dolor ;igudo que se calma des
merosos; comezón y rubicundez en los ojos Por la pués de un sueño de diez huras.
tarde, horripilación , calor, pulso lleno y frecuente, Al décimo dia, nuevo sudor bastante considerable,
respiración fácil. La erupción aumenta sobre el tó la erupción desaparece sin esfoliacion de la epider
rax , y aparece una nueva en los brazos. La tos es mis en el pecho y en los miembros, orinas muy co
rara, pero mas tarde se queja el enfermo de opresión piosas, sudores nocturnos. En pocos días el enfermo
de pecho, de dispnea. Sangría de una libra. Esta so halla completamente restablecido.
evacuación es seguida de una especie 'de lipolimia Así es, que el sarampión se complica con liebres
con agitación, dificultad de respirar, pulso pequeño y de diversas naturalezas, con afecciones de caractéres
desigual; bien pronto vómito que eleva el pulso, le dil'eremes, cuyas causas y síntomas debe esluiliár'el
da mas plenitud y menos frecuencia. La sangre saca médico con cuidado.
da por medio de la sangría se cubre de una ligera 2o0. Causas.—Debemos renovar con respecto al

r
200 , * tBIBLIOTfCA ECONÓMICA
sarampioa la confesión que liemos h'eclto de nuestra violencia del mal, una hemorragia ium>derada, una
ignorancia sobre la causa próxima de la viruela. Es diarrea escesiva, un flujo disentérico, y la frialdad de
ew'denle que el sarampión depende de uh principio lasestremidades, indican la proximidad de la muerte.
contagioso sui generitt que se comunica de un indi Un gran número de enformos mueren al noveno'dia;
viduo enfermo á otro salto, y produce la erupción pero ha} muchos que sucumben después de este tér
morbillosa, cuando la constitución atmosférica le es mino. Los adultos, y las personas entregadas á las
fayorable, y el individuo está dispuesto á recibir la bebidas espirituosas, corren mayores peligros. La
impresión del virus. "Pero no podemes determinar la retropuision súbita del sarampión, ocasiona numerosos '
esencia, ni el. prime/ origen de e^te virus, á menos accidentes que previene una diarrea moderada ó un
que no nos queramos contentar con hipótesis. Este flujo> copioso de orinas. El vómito bilioso después de
. principio contagioso, como la^materia. catarral, tiene la erupción es comunmente útil. Cuando la tos llega ú
mucha tendencia a dirigirse sobre la membrana mu ser húmeda, si este cambio no tiene lugar demasiado
cosa de la nariz, de la garanta», de la traque-arte tarde, y no ofrece fiada de sospechoso ; y cuando la
ria, de los bronquios; sus efectos no difieren estre piel se cubrp- de un judor vaporoso, se debe esperar
ñidamente de iosídel virus de la escarlatina, que los una terminación favorable. ,
* autores han confundido largo tiempo con el saram 332. Tratamiento.—El sarampión simple y be-'
pión. Sin embargo, estos virus no son déla misma nigno no exige otro tratamiento que el de la escarla
naturaleza: el principio catarral puede atacar muchas tina mas leve (298). El aire (rio, tan útil en la virue
veoes y en todos tiempo^ «al mismo, individuo, y no la, 'no conviene aquí; un calor esecsivo es igualmen
lleva nunca su acción sobre la piel; el virus, de la es te perjudicial. El régimen escitante, y la esposicion
carlatina no afecta al hombre mas que en cierta época inconsiderada al frió en la convalecencia, el descuido
de la vida; profluce una enfermedad muy diferente de la tos, que puede persistir aun en esta época, po
por su aspecto del saftimpion, y mucho mas rara; ir nen en el mayor peligro á enfermos que hubieran
rita níenos al pecho, é introduce en la economía una •podido curar solamente por los socorros de la na
. disposición marcada í la anasarca. No estamos tam- turaleza.
Íiijco inclinados á admitir la ^afinidad del virus morbi~ Así, cuando da enfermedad es ligera debe evitarse
loso con la acrimonia escrofulosa, según la opinión el aire frío; es mas necesario aquí, que en la viruela
de algunos médicos. , , « mantener la traspiración, y se debe huir al mismo
3al. Pronóstico.—En general, el sarampión es tiempo de un calor escesivo. El enfermo debe estar
una enfermedad ligera: comunmente se termina de tranquilo y ligeramente cubierto en su lecho, evi
, una manera dichosa, en las clases poco acomodadas tando á sus ojos la impresión de la luz. Para bebi
de la sociedad y sin»ninguno'de nuestros socorros. Sin das se le prescribe la leche mezclada con agua ó con
embargo, el pronóstico qu« Jie'mos hecho de la es una* infusión de saúco, el suero, el cocimiento de ce
carlatina cuando ha llegado a una solución favorable, bada dulcificado con el ojimiel, ó una emulsión poco
se aplica igualmente ó la convalecencia del sarampión; cargada.'Los alimentos mas ligeros compondrán su
es decir, que las consecuencias son mas de temer nutrición.
que la enfermedad misma. En efecto, si el anasarca ,Si la fiebre concomitante es inflamatoria, la sangría
*es grave en la escarlatina, tenemos que temer *en ei es el remedio por escelencia en el primer período,
sarampion.los tubérculos, las vómicas del pulmón, la aun en los niños. Ella favorece la erupción en vez de
peripneumonía, la tisis, las hemorragias escesivas, los impedirla, y previene das hemorragias escesivas que
sudores colicuativos, las diarreas crónicas, la gota la naturaleza provoca un el curso de la enfermedad.
serena, la oftalmía, el oseurecimiento y la ulceración La indicación es aun mas manifiesta- cuando se ob
de la córnea, diverías metástasis» infartos glandulo- serva una tos violenta y seca; un dolor como pleu-
sos, la atrofia, la caries y algunas veces la gangre rílico, una sensación de pesadez en el pecho, una'
na. Estos accidentes son raros cuando, la enfermedad dispoea considerable, y en Un, los principales sínto
es leve, y comunes cuando es maligna. La convale mas de. la peripneumonia. En este caso es necesario,
cencia es, pues, aquí una época esencial é importante no solamente recurrir' á la sangría, sino reiterarla
do considerar. según la edad, las fuerzas y la intensidad de lu fiebre,
Una erupción muy pronta ó muy tardía, anuncia y emplear sin dilación los diferentes medios aconse
ordinariamente un sarampión grave. El mas simple jados para la peripneumonía (198). Sin embargo, no
loma un mal carácter cuando el enfermo está cncer debe olvidarse que se trata de una afección exante
rado en una atmósfera muy caliente ó inconsiderada mática. En la infancia, las sanguijuelas detras de las
mente espuesto á la impresión del frió. Es muy raro orejas bastan algunas veces; pero en un caso grave
que la erupción calme la fiebre y la tos; este cambio no seria posible, á pesar de la debilidad de la edad,
dichoso traería consigo una terminación favorable. omitir la sangría. La sangre que se saca en estas cir
Pero en todos los exantemas, la fiebre concomitante cunstancias no difiere de la estraida en la peripneu
es la que merece mas atención; bajo este aspecto, la monía. Los principales remedios que se deben usar
fiebre nerviosa complicada con el sarampión, ocasio en seguida son, el vapor del agua libia, la decocción
na mas estragos que el sarampión mismo y hace mi antiflogística, la emulsión gomosa nitrada, los gar
llares de víctimas; se puedejuzgar de los peligros de garismos emolientes, los ioochs para humedecer la
esta complicación p"T la descripción que hemos he garganta y suavizar su irritación, y en fin, los ene
cho de ella. La fiebre inflamatoria descuidada ó exas mas. Cuando después de fas sangrías convenientes,
perada por un método escitante, hace también funes continúa la tos, se prescribe la emulsión gomosa con
to al sarampión. El calor ardiente de la piel, el color una onza de la poción narcótica (í), os decir, con un
animado del exantema, la rubicundez de los ojos, una grano de opio.
gran dificultad de respirar, una los ferina, el delirio,
el coma somnolentum, vicíenlos latidos del corazón y (I). . POCION NARCÓTICA.
de las carótidas, anuncian un gran peligro. La hin
chazón de la cara, el color pálido, amarillento, lívido
ó negro de la erupción, la aparición de petequias, de R. Opio puro.=un (rauo—ü cealig.
Disuélvase en
mauchas sanguíneas, la gangrena de la garganta como Agua destilada.— una onza=30 graui.
en la escarlatina, un sudor abundante á causa de la Mézclese.
DE MEDICINA Y C1BDJÍA.— FRANK.
Sea cualquiera el período en que el enfermo se vapores acuosos, las sanguijuelas, el linimento vo
halle atormentado por síntomas inflamatorios, ya látil, las cataplasmas emolientes y aun los rubefacien-
después de la erupción, ya después de una retropul- tes aplicados sobre la parte anterior del cuello. La
sion, ó durante la descamación, hay que apresurarse tos fatigosa que produce un insomnio continuo, re
á recurrir á la sangría, y demás remedios que hemos clama la emulsión gomosa con la poción narcótica,
aconsejado. No deja de haber peligro, cuando bajo á no ser que la inflamación del pulmón se oponga
el pretesto de la tos seca, de la viscosidad ó de la su al uso del opio. El vómito, cuando no se calma des*
presión de los esputos se emplean pectorales irritantes, pues de la erupción, exige los mismos remedios y
táles como el kermes mineral, el ojimiel escilitico, 6 un emplasto de triaca sobre el epigastrio. La diarrea
la goma amoniaco: los verdaderos pectorales son aquí colicuativa cede, como hemos dicho en la viruela, á
todos los relajantes, los dulcificantes y los antiflo la leche de vacas ó al opio. Cuando depende de la
gísticos. inflamación de los intestinos, el remedio por escelen-
Después déla descamación ó de la desaparacion cia es la sangría; se apaciguan los dolores de que
del exantema sin descamación, es útil algunas veces aquella se acompaña, con las fomentaciones y los ene
administrar un purgante ligero con el maná disuelto mas emolientes. Cuando este flujo no aniquila las
en suero. fuerzas, y no reconoce otra causa que las saburras,
Cuandoel sarampión va acompañado de síntomas gás es necesario respetarle. So detienen, aunque con pre
tricos, es necesario examinar bien si dependen de la caución, las hemorragias sintomáticas, siguiendo el
irritación que el principio contagioso produce sobre método que hemos establecido (97). Si una delites-
ol estómago, ó de la simpatía de este órgano con la cencía va seguida de síntomas graves, debe prescri
jiel, lo que sucede frecuentemente. En estos casos birse según la causa de la retropulsion del exantema,
ICos eméticos y los purgantes son en estremo perju y la naturaleza de los accidentes que ocasiona, ya la
diciales. Pero, bajo una constitución anual biliosa, sangría, ó los baños, ya los vejigatorios, etc. (324).
cuando el aparato de los síntomas gástricos es muy Tratamiento consecutivo.—Según el carácter de
manifiesto, un ligero vomitivo administrado desde el la fiebre que ha precedido, el sarampión puede no
principio, un laxante suave con el maná ó el aceite, exigir remedio alguno después de la descamación, ó
están especialmente indicados; previenen las diarreas reclamar remedios opuestos, como la sangría, los eva
rebeldes que se declaran ordinariamente hácia el fin cuantes, los diuréticos, los tónicos, etc. , como hemos
de la enfermedad, y aun las hemorragias, y favorecen dicho al hablar de la escarlatina (303); pero siempre
la erupción. Estos remedios pueden estar indicados es necesario mantener la traspiración. ¡Lo mismo
en todos los períodos, porque la fiebre, como hemos diremos de la tos y de la fiebre lenta que suceden al
dicho en la viruela, merece mas consideración que sarampión: estos accidentes reclaman, ora las sangrías
el exantema. cortas y reiteradas, los evacuantes, los antiflogísticos,
Cuando la fiebre concomitante es nerviosa, debe y aun el opio ; ora la quina, los sedales, y otras veces
fijarse principalmente sobre ella la atención del mó el liquen de lslandia, ó la leche mezclada con el agua
dico; el tratamiento es casi el mismo que en la vi de Seltz.
ruela maligna (340). En este caso hay que abstener» 354. Inoculación del sarampión.—Ciertas perso
se de la sangría y de todos los antiflogísticos; debe nas, considerando que el sarampión era algunas veces
recurrirse á la quina en todos los períodos, á menos tan funesto a la humanidad como la viruela, y condu
que una estrema opresión de pecho ó una gran difi cidas por la analogía entre estos dos exantemas y por
cultar de respirar contraindiquen su uso. Si la disp- el temor que les inspiran, han tratado de comunicarse
nea es considerable, y la tos seca, deben emplearse artificialmente esta enfermedad; en una palabra, de
en los individuos pletóricos, lasventosasescarificadas someterse á la inoculación del sarampión, como se so
entre los homoplatos; en los demás se aplicarán veji meten generalmente á la inoculación de la viruela.
gatorios ó sinapismos; debe prescribirse la infusión Su ejemplo no se ha seguido; pero el mejor éxito ha
cíe serpentaria de Virginia , de ra¡¿ de polígala, los coronado esos ensayos. En efecto, la sarigre estraida
polvos compuestos con el kermes mineral y el alcan por una picadura hecha en el sitio que cubre una
for, y la inspiración de vapores tibios. Cuand» la mancha de sarampión , la saliva, las lágrimas del en
postración de fuerzas e» considerable, se administra fermo, las escamas furfuráceas que se desprenden de
la quina á altas dósis, se hace tomar al enfermo vino la piel por supuración, aplicadas por medio de un
generoso y cordial, alcanfor, árnica, raiz de contra pincel sobre el dermis incindido, ó sin solución de con
yerba, y se aplican vejigatorios. Cuando el sistema tinuidad, por simple aplicación en fricción , tiene la
nervioso es la fuente y el asiento de los principales propiedad de trasmitir la enfermedad. Esta afección
desórdenes se hace uso del almizcle, del éter sulfú morbillosa artificial es mas ligera que el sarampión
rico, y aun del opio ; y en general de los remedios natural, á la que puede hacer maligna la constitución
aconsejados en el tratamiento de la fiebre nervio epidémica. Sin embargo, la operación ha sido aban
sa (94). donada porque el sarampión ejerce con menos fre
353. Tratamiento de los síntomas.—Se comba cuencia sus estragos que la viruela. Cuando la epide
ten los síntomas predominantes con los remedios mia morbillosa es benigna, ó cuando no reina esta en
apropiados á su causa y á su naturaleza. Los ojos fermedad, su inoculación carece de importancia; pero
merecen la mayor atención: debe colocarse el enfer no sucede lo mismo cuando una epidemia de saram
mo en la oscuridad, y si es| erimenta comezón, dolor pión maligno devasta á una comarca vecina; en este
considerable en estos órganos, se recurriiá á las fo caso la inoculación del exantema ofrece tantas ventajas
mentaciones tibias con el cocimiento do malvas y le como la de la viruela.
che, y al vapor de la infusión acuosa de sauco. Cuan
do la oftalmía intensa va acompañada de un delirio GENERO CUARTO.
que hace temer la encefalitis, se aplican sanguijue.
las en las sienes, y ventosas escarificadas detras de Pénfigo.
las orejas; y se emplean diversos medios según 'Ja
naturaleza de la fiebre. Una inflamación violenta de 355. Definícion. — Describimos bajo este nombre
la garganta reclama los loochs dulcificantes, los gar la enfermedad que los modernos han llamado pem-
garismos emolientes, la inspiración frecuente de los ! phigus, fiebre vesicular. Es una erupción de vesícu

%02 BJBUOTECA ECO.NÓJIICA
las trasparentes, serosas, amarillentas, del volumen drio derecho desapareció; pero le sucedió un senti
de' los granos variolosos, del de una avellana ó mas miento dé pesadez considérale en el tórax, acompa
considerables, qne ocupan toda la superficie de la ñado de tos y de los síntomas de una peripneumouía
piel ó una de sus partes. Estas vesículas se endure intensa: esta nueva afección se acrecentó do día en
cen pronto, y llegan á ser verrugosas, ó bien se rom día, y exigió diez sangrías. Al dia décimo tercero se
pen y dejan escapar un humor seroso y linfático; on declaró el temblor de las manos, los saltos de tendo
este ultimó caso permanecen en el sitio que han ocu nes, con una palidez estrema de la cara y una gran
pado, manchas de Un rojo lívido, negras, rodeadas de debilidad. Como el pulso conservaba la misma dure
costras de diversos colores, pero raras veces, de hoyos, za, y la dificultad de respirar continuaba en el mismo
de cicatrices; El pénfigo es ordinariamente sintomá grado, no hicimos cuenta de aquellos síntomas,)'
tico de una liebre cualquiera, y pocas veces sobrevie practicamos otras tres sangrías. Al dia catorce el calor
ne sili movimiento febril maniliesto. y la dispnea disminuyeron; esputos viscosos y tena
356. Especies.—.Vosotros' referimos á este género ces salen con mas facilidad; pero el diez y seis, cuando
dos especies: la primera es una enfermedad casi des la enfermedad tendía hacia su fin, percibimos una
conocida de los antiguos y muy poco observada por erupción vesicular en la reglón dorsal, la que pudo
los modernos, que nosotros no hemos encontrado rrias muy bien haberse manifestado la víspera : pústulas
que dos veces, y que por consiguiente es poco común numerosas, aisladas, de un blanco amarillento , fluc-
y no reina de una manera epidémica. Este es el ye'n- tnahtes bajo la epidermis adelgazada^ rodeadas de
figo propiamente dicho; la segunda es el exantema una ancha areola ligeramente rojiza, del tamaño de una
(iue dan llamado los autores viruela falsa, enferme avellana, llenas de un liquido blanquecino, puriforme y
dad mas frecuente que et pénligo, la cual no se pa opaco, y se estendian desde la parte media de la es
rece á la viruela mas que por su aspecto y por él palda hasta el sacro, por los dos lados de la espina;
nombre impropio que lleva. Nosotros designaremos las que se hallaban comprimidas por el decúbito es
estas dos especies, la una con la' denominación de taban marchitas. Por la noche se propagó la erup
pemphigus ampliar, á causa del volumen considera ción á las caderas; pero las pústulas fueron en este
ble de las vesículas, y la otra con el nombre de pén- sitio mas pequeñas, semejantes á granos de viruela
figo varioloídes. Esta comprende dos variedades; en en madurez , llenas igualmente de un humqr purifor
las primera'se observan vejigas, pemphigus variola me, y acompañadas de una sensación de ardor. Las
dos vtsichtári», que es la varicela, la viruela' falsa vejigas de Ta víspera estabau casi todas aplanadas, y
enlisemática, cristalina, acuosa; en la segunda 'a erup se presentaron costras delgadas y amarillentas; la
ción se endurece y se solidifica, pemphigus varioloí areola estaba casi borrada. Al mismo tiempo el en
des solidescens, que es la viruela falsa, verrugosa, fermo espelió una gran cantidad de esputos purifor
seca, dura, oval. El pemphigus ampliot es laá mas mes, y se disipó la liebre. Esto nos ofrece un ejemplo
veces sintomático; ordinariamente es el producto de del pénfigo crítico, que creemos por otra parte infini
una fiebre gástrica ó nerviosa, de manera que puede tamente raro, y prueba también que este exantema
presentar un carácter de benignidad ó de maligni puede sobrevenir en todas las fiebres.
dad. El pemphigus varioloídes nos parece depender El carácter del humor contenido en las flictenas
ile un virus específico contagioso, diferente del virus varia , per.) nunca es verdadero pus ; la areola no
variólico. El pemphigus ampliar se halla algunas ve existe siempre , la piel no presenta á veces alteración
ces sin liebre manifiesta y aislado de toda enfermedad; alguna en la base de la vejiga; el ardor y el dolor
pero aun en este caso no siempre es una afección ino son los fenómenos mas constantes. Al cabo de algu
cente, sino maligna: en fin, lo que es infinitamente nos dias es reabsorbida la materia, la epidermis se
raro, puéde traer su origen del histerismo. El pénfigo seca, como si se hubiese quemado, forma costras y se
hersétieo pertenece á ía escarlatina ulcerosa. desprende, en fin, en escarnas furfuráceas : en este
3". Descripción. -El pénfigo sintomático de una caso, puede operarse una metástasis funesta sobre las
liebre, como la erupción miliar y las petequias, se visceras. Otras veces la vejiga se rompe, el humor
presenta en las liebres inflamatorias, gástricas, ner que corre de ella forma costras como en la erisipela
viosas. En una época indeterminada de la enfermedad pustulosa, y el icor retenido porjdebajo corroe la piel,
principal, aparecen sobre la piel vejigas, tumores se ó bien su caída pone al descubierto una superficie
mejantes á hidátides, sin alivio sensible, ó mas bien inflamada y lívida.
con acrecentamiento de los síntomas. Esta erupción El pénfigo existe raras veces sin fiebre en cuyo caso
va' frecuentemente acompañada de síntomas de ma es benigno; se le ha visto presentar un carácter de
lignidad; sin embargo, la hemos visto sobrevenir una malignidad y llegar á ser mortal en pocos dias, en un
vez en una fiebre gástrica nerviosa que no era muy caso en que la ausencia de la fiebre no era sin duda
grave. mas que aparente.
En el momento en que damos á imprimir este ar En la época en que escribimos , una religiosa, su
tículo, tenemos en ej Instituto clínico un hombre ro jeta désde muchos años á violentas convulsiones his
busto, de edad de áu años, curado de una enferme téricas, parecía completamente restablecida. Ksperi-
dad grave, que se terminó por una erupción del pén raenta ya en un punto, ya en otro, frecuentes vueltas
figo. Elegimos á esle individuo para nuestras obser de un dolor caracterizado por una sensación de ar
vaciones particulares al tercer día de su enfermedad, dor intenso ; le parece que se le aplica fuego sobre
á cuya época sé le liiibia sangrado ya una vez en el la parte dolorosa, y se queja por espacio de seis á diez,
hospital. S'e quejaba de un doior intenso cii la región horas consecutivas y aun mas; continuamente da
del hígado, que aumentaba por el tacto, acompañado gritos horrorosos y cae en un estado de furor. El ca
de una fiebre aguda, con pulso muy duro, lleno y lor sensible al tactá asi como el dolor, continúan á
frecuente; tensión considerable del hipocondrio de pesar de la aplicación de los tópicos frios, y á despe
recho, pero nada de ios ni de atspaea, aunque la cho de todos' 'los remedios. En fin. en el sitio mas
inspiración aumentaba el dolor, que no se esteudia á afectado aparece una vejiga que adquiere el volúipon
la espalda ni á la clavícula, como se observa ordina de un huevo de gallina, llena de una serosidad lím
riamente en la hepatitis. Nosotros nos decidimos á pida y amarillenta. Al punto se disipa el ardor, la
practicar una sangría copiosa, y la sangre se cubrió vejiga se rompe, corre el humor, y del mismo modo
al punto de la costra flogistica. El dolor del hipocon- que á consecuencia de la acción de un vejigatorio , la
DE MEDICINA Y CIBUlÍA.—FRANK.
piel no tarda en recobrar su integridad , ni la salud una bebida diapnóica, tal como la infusión do saúco
en restablecerse. mezclada con leche , una poción salina y algunas
Descripción de la tiruela falsa.—La virueln falsa veces un purgante liaerc, b istau para la curación de
ó pernphigus varioloides, sobre todo el pemphigus este exantema.
varioloidcs veskularis, se asemeja por los caracléres
esleriores á la vhuela verdadera; reina ordinaria GENERO QUINTO.
mente al mismo tiempo, y hace creer á las personas
poco atentas que es la viruela misma, ó una segunda Aftas.
erupción dr este exantema. Pero en el pemphigus
varioloidcs la fiebre es mas ligera ; desde el segundo 361. Hemos hecho mención muchas veces de las
dia aparecen rápidamente las pústulas sobre toda la aftas consideradas como sintonías de las fiebres : solo
piel, en unn ó muchos tiempos, empezando ordina en estos casos ó en la sífilis, el escorbuto, la disen
riamente por Respalda y algunas veces por la cara. teria y otras afecciones, es en las que se observan
Son discretas, del volumen de un garbanzo y rodea en los adultos, No sucede lo mismo con los recien
das de una aucjia areola rojiza. Al cabo de veinte y nacidos : en estos l. s aftas preceden frecuentemente
cuatro horas están ya distendidas y llenas de un fluido á la liebre , son primitivas y por lo común idiopáti-
seroso, trasparente, acuoso, amarillento ó puriforme, cas. Las que son sintomáticas de fiebres reinan casi
üel cuarto al quinto dia se rompen y se cubren de endémicamente en los (usares fríos y húmedos, y son
una costra delgada, que uo tarda en caer ; de manera raras en los países meridionales : no hemos visto un
que cu el espacio de una semana, y aun mas pronto, ejemplo de ellas, en Italia en el espacio de siete años.
termina el curso de la enfermedad, ts raro que este Pero no hay clima donde no se encuentren las aftas
exantema deje en la piel hoyos como la viruela. El de los niños eu las casas de espósitos (1). Este exan
pemphigus variololes no preserva de la viruela ver tema está sometido á la influencia del carácter epi
dadera. El pemphigus varioloidcs solidescens , ó vi démico; en ciertas constituciones del año, como he
ruela falsa verrugosa , ú uval, no debería ser com mos dicho de las petequias y la miliar, no es posiblo
prendido en el pénligo, porque sus pústulas no con- preservarse de él. Se complica particularmente con
tieueu liquido ; pero su marcha , semejante á la del la liebre nerviosa gástrica, sobre todo con la gástrica
pemphigus carioloides vesicularit, su asociaciou fre pituitosa; las saburras, cuando se descuida el eva
cuente con esta variedad, y la prontitud de su dese cuarlas pronto, ó la postración do las fuerzas por la
cación, que es precedida algunas veces de ulceracio enfermedad, bastan para producirle. Senos echará en
nes , uo permiten colocarlo en otro género de exan cara quizás que referimos sin motivo las aftas á la
temas. clase de exantemas, porque no tienen su asiento en
3L!8. Causas.—El pemphigus umplior febril reco la superficie cutártea: nosotros responderemos que es
noce las mismas causas que la miliar (322), y la liebre un exantema interno y el único qe esta clase cuya
de que él mismo es un síntoma comunmente trae su existencia esté justificada. En efecto, las aftas ocupan
origen, eomo el pénligo no febril, del estado denlas los labios, las encías , el interior de la boca, el pa
primeras vías, Sin embargo , el peuligo, corno, otros bular, la lengua, la faringe, el exófago, el estómago,
muchos exantemas, puede depender de la influencia el tubo intestinal basta las inmediaciones del ano y
del sistema nervioso, como lo pruebau el pénligo las partos genitales.
histérico y ul peufigo maligno sin fiebre. El origen 362. Definición — Las aftas constituyen, pues, un
del pemphigus varioloides es muy oscuro ; aunque exantema interno, sintomático en los adultos, y co
esta exantema se asocie frecuentemente con la vi munmente primitivo en los niños, que ocupa espe
ruela, no se podría considerar como una de sus de cialmente el interior de la boca , y que no presenta
generaciones. ninguna época, fija para su erupción. Son granos
359. Pronóstico.—La descripción del pemphigus blanquecinos , cenicientos, elevados bajo la epider
basta para hacer conocer su, pronóstico. Su asociación mis, casi redondos, lenticulares , muy pequeños al
con las liebres nerviosas es lo mas frecuente , y esto gunas veces, llenos de un humor glutinoso y purifor»
esplica la mortandad que causa el exantema en cier me, yu aislados, ó ya confluentes. Caen bien pronto
tas circunstancias. El pénligo sin fiebre rara vez es eu costras, para reaparecer con la misma rapidez. Su
peligroso. El pemphigus varioloides no debe inspirar presencia en la boca ocasiona dificultad y dolor en
temor alguno, poro hay que (c)ier cuidado de no con la masticación de los alimentos, la succión de la le
fundirlo con la viruela irregular, de la que difiere che )' 'a deglución.
mucho monos que de la regular. 303. Descripción.— Los síntomas de las aftas no
300. Tratamiento.— Nuestra propia esperiancia son siempre los mismos ; varían según que son pri-
nos ensena poco sobre ul tratamiento del pemphiyus mitiTos ó secundarios, y seguí» la naturaleza de la
ampliar. Guando hemos encontrado este exantema en liebre de que son síntoma.
una fiebre gástrica nerviosa , inflamatoria, nos hemos Los niños, sobre todo los recién nacidos, comedio
limitado al tratamiento de la liebre: eu general, la de las apariencias de salud, caen en un estado de so»
eufermedad .principal es la que es necesario comba por ó de insomuio y de inquietud. Apenas han apli
tir. Si la irritación de la piel es violenta ó se termina cado sus labios ar denles al pecho, cuando lo sueltan,
por gangrena , se debería emplear por analogía el y espresan con el llanto el dolor que sienten , la di-
método preconizado en la erisipela pustulosa (289) ó licultad que espcrimentaii en la succión de la leche,
en la gaugrem (130). Los buenos resultados del vi en la deglución. En los adultos disminuyen frecuen
nagre Oezoánlico en la epidemiado Praga, son sin temente las deposiciones, y sobreviene una abundante
duda admirables , ñero no nos parecen tan confirma escrecion de orinas. La ansiedad se acrecienta con la
dos como susceptibles de esplicaciou. En el pénligo inquietud y los gemidos ; el niño anuncia la 9ed que
histérico, cuya historia hemos referido .aconsejaría le devora, cogiendo ávidamente el pecho de su no
mos nosotros uná mezcla de almizcle y^e opio , ade driza, con la diíiejltad que esperimenta para la suc-
mas de los antiespasmódicos, que un médico prudente
administra, y el tiempo probará si tenemos razón. El 1 Consúltese i M. C. Billar.!.— Tratado de las enfermedad» 4c
jiemphigus varioloides, cuando es sjuiple, no exige los recién naridos r dé los niños de pecho.—París, 1837, pag. 230.
mas medico que la naturaleza: el régimen, el uso de A. Berton.— Tratado jirartieo de las enfermedades de los niños,
París, 1842, pág. 285.
204 BIBLIOTECA ECONÓMICA
cion, y abandonándolo con la misma prontitud. El pe ran algunas veces muchos dias, y en otras ocasiones
zón mismo siente la impresión del oalor que abrasa las pústulas se mantienen fijas. En fin, los síntomas
los labios del niño. Introduciendo el dedo en su boca se agravan; las aftas, que eran blancas, llegan & po
se halla la lengua seca y la secreción de la saliva nerse de color de ceniza, oscuras, negruzcas ; una eos»
suspendida. Otras veces, apenas ha tragado la cria tra estreñidamente seca y negra tapiza el interior do
tura, atormentada por la sed, un poco de leche, la la boca; bien pronto la afonía, la tos seca, la dispnea,
vomita ó bien arroja bilis pura, y presenta todos los un hipo continuo que amenaza á cada instante con la
síntomas de.una fiebre que consume sus entrañas. Al sofocación, un vómito de pituita viscosa, ó de bilis po«- •
cabo de trejó cuatro dias aparecen algunas aftas en rácca, el meteorismo del bajo vientre, una diarrea
los labios, en las encías y sobre la lengua; los sínto muy fétida, y la palidez cadavérica de la cara, pre
mas se agradan de un momento á otro ; el enfermo, sagian una muerte próxima, pero muy lenta, que es
privado de alimento y de sueño, se enflaquece; des efecto do la gangrena de la boca, del exófago, del
aparecen los colores de su rostro; su orina disminuye estómago y de los intestinos.
se hace acrimoniosa, cargada; sobrevienen deyec 364. Causas.—Las causas de las aftas febriles no
ciones verdosas y fétidas , un hipo tenaz y una difieren de las de las fiebres de que dependen, de las
ronquera que apaga los gritos del niño : enme» petequías y de la miliar (315, 329). Tienen comun
dio de este aparato, se manifiestan un gran número mente su origen en las saburras, cuya evacuación no
de pústulas en la boca, cuya aridez es extrema, estas se ha hecho desde el principio; ó en una constitución
pústulas caen para volverse á formar en seguida ; se desconocida de la atmósfera: el uso inconsiderado de
aproximan y se confunden formando chapas, seme los astringentes y del opio en la disenteria ocasiona
jantes á pedazos de pergamino; tapizan la cámara pos frecuentemente aftas en la garganta. No es necesario
terior de la boca y amenazan cerrar el itsmo de la suponer un virus específico: se las observa en las fie
garganta. Son al principio blancas, y casi presentan el bres intermitentes, en la fiebre háctica, en el escor
brillo de la perla; llegan en seguida á ponerse ama buto, en el sarampión, en la viruela; pueden también
rillas, cenicientas, morenas ó lívidas, escoriadas, san ser efecto de la administración del mercurio.
guinolentas , fétidas y negras : en este último caso, En los recien nacidos se debo acusar al meconio,
presagian una muerte lenta. cuando no ha sido evacuado suficientemente por el
Las aftas que sobrevienen en las fiebres, sobre lodo colostrum, ó por los laxantes convenientes; una leche
en las fiebres gástricas biliosas ó pituitosas, en las muy grasa, de mala calidad ó tomada con esceso,
gástricas nerviosas, en la disenteria, la diarrea eró» alimentos viscosos, indigestos, la pronta coagulación
nica y en los adultos, como en los niños, no tienen de la leche en la boca del niño dormido en ei seno de
épocas fijas para su erupción, que se opera mas pronto su madre; el descuido en limpiar la boca y el cuerpe
ó mas tarde, sin que la enfermedad principal presente de la criat'ira; el desaseo de las envolturas; la falta
siempre el mismo aparato de síntomas. Ordinaria de pureza del aire; la supresión de la traspiración, la
mente, la aparición de este exantema va precedida de frialdad en los pies, etc. En general, esta enfermedad
un sentimiento particular de opresión en el epigas es común en las casas de espósitos, en los hospitales
trio; el enfermo acusa la sensación de uncuarpo es- de niños, y en las familias en que reinan la miseria y
traño cu el oxófago, esperimenta hipos frecuentes, el desaseo; ataca raras veces á los niños, cuando se
dolor en la garganta y dificultad en tragar los alimentos tiene cuidado de limpiarles todos los dias la boca y
y las bebidas. Bajando la lengua, se ve que las aftas se la piel.
elev,m¡del fondo de la faringe: ocupan al principióla 36o. Pronósticos. — Las aftas son una de las
parte mas profunda de la garganta, la base de la principales causas de la mortandad de los recien na
lengua; bien pronto el velo del paladar, la campanilla, cidos, y constituyen, por decirlo así, una enfermedad
la bóveda palatina, las encías, toda la cavidad de la endémica en los hospitales de niños. Son tanto mas
boca está tapizada de una costra blanca, densa, bri peligrosas, cuanto atacan en una época menos lejana
llante y masó menos adhereute á las partes inmediatas. del nacimiento. Sin embargo, en general es una en-
Otras veces la erupción empieza en la misma boca; al fcriuedad ligera: por un tratamiento bien dirigido se
principio es discreta y llega poco á poco á ser con termina felizmente en dos ó tres semanas. Las af
fluente, se propaga á la garganta, al exófago y hasta tas pasan fácilmente de la boca del niño al pecho de
al estómago, como lo anuncia la sensación desagra la nodriza y viceversa,. No creemos qu« se comuni
dable y ardiente que se siente en este conducto, la quen sin contacto inmediato. En las aftas febriles, el
dispnea, las náuseas, la opresión epigástrica y el hipo. pronóstico se deduce de la fiebre: como este exantema
Por otra parte, la gran cantidad de aftas que se ven es raras veces crítico, anuncia ordinariamente el pe
salir todos los dias con las deposiciones alvinas, las ligro de la fiebre á que acompaña. En todas las es
que se observan á la abertura de los cadáveres sobre pecies de aftas |ó de pústulas cuyas raices son muy
la membrana mucosa de los intestinos, las que se ha profundas, pústulas muy adherentes al paladar, nu
llan en muchos enfermos en la márgen del ano, la gran merosas, aproximadas, que ocupan la parte inferior
sensibilidad del tubo intestinal después de su caída, de la garganta y descienden al exófago, al estóma
y la facilidad con que se presentan las superpurgacio- go, á los intestinos, ó parecen subir de estos órganos
nes en esta época, por el mas suave catártico , prue á la boca; una erupción que se renueva frecuente
ban evidentemente la presencia de pústulas y de úl- mente, que va acompañada de mucho calor, de dolor,
curaciones aftosas en la cara interna del conducto de tos, de dificultad de respirar, de mamar, de tra
alimenticio. Algunas veces después de un corto es» gar; la sequedad, la escoriación, la fetidez de la bo
pació de tiempo desaparecen las pústulas de la boca ca; el color moreno ó negro de los granos; una diar
enmedio de una salivación abundante las mas veces: rea escesiva y la pérdida de fuerzas, indican la es-
se ve por debajo de ellas, limpiando la parte con un tension del peligro y hacen temer una terminación •
lienzo, ó sin tener necesidad de recurrir á estejnedio, mortal por la consunción, las convulsiones ó la gan
la superficie de la boca y de la lengua brillante é in grena.
tacta, al menos en apariencia. Pero al cabo de algu 366. Tratamiento.—El primer deber del médico
nas horas reaparece la erupción que puede renovarse consiste en prevenir la enfermedad en los niños. El
dos ó tres veces al dia, como se ha observado, y como punto esencial del tratamiento preservativo es el de
nosotros mismos hemos visto. Estas alternativas du- sustraerlos á las causas. Se consigue este objeto, eva
»B MEDICINA Y CIBÜIÍA.—FR A-NK¿
cuando pronto el meconio, por la lactancia materna, ga, de salep, do pepitas de membrillos, disuelto eu
ó eligiendo una nodriza sana , sobria , de un carácter agua tibia con miel, y en el cüso de vomito ó de diar
dulce y apacible , de una edad menor que la adulta; rea, empleamos la emulsión gomosa opiada, combina
por el uso de alimentos apropiados á la edad y a la da con la poción narcótica.
constitución del niño; por el cuidado de limpiarle la TRATAMIENTO DE LAS AFTAS COMPLICADAS.—LaS aftas
boca y todo el cuerpo ; por el aseo de las envolturas acompañadas ó dependientes de una fiebreen los
y por la pureza del aire. Hemos visto á las mujeres adultos como en los niños, exigen los remedios loca
del pueblo servirse con éxito , para limpiar la boca les deque acabamos de hablar, y un tratamiento
del niño , de paños empapados en la orina de este, apropiado á la naturaleza de la fiebre. Si es inflama
que no es acrimoniosa ; pero el agua pura basta , y toria, lo que sucede raras veces , la presencia de las
si el calor 6 la capa mucosa de la boca exigen otros aftas no se opone al uso de la sangría y de las san
medios, se hace uso de un agua ligeramente azuca guijuelas. Cuando es gástrica, los eméticos y los pur
rada, que se puede acidular con el jugo de rábano gantes suaves son ventajosos desde el principio. En
de jardin, ó edulcorar con miel. Pero antes de todo, fin, cuando es nerviosa, como se observa mas fre
se prescriben uno ó dos enemas, un baño, un vomiti cuentemente, y las pústulas presentan un color lívi
vo ligero, seguido de un laxante muy suave, tal como do, ó negruzco , el mejor remedio es la quina admi
el jarabe de achicoria compuesto ó el maná. nistrada al interior ó al esterior; en este último caso
Cuando las aftas existen ya, se recurre á los re debe ser acidulada con el ácido sulfúrico ó muriático,
medios internos y estemos; pero es necesario abste» y edulcorada con miel. Los demás remedios aconse
nerse de los irritantes. La emulsión gomosa azucara jados en el tratamiento de la fiebre nerviosa, están
da (1) ó edulcorada con el jarabe de malvabisco, pue también indicados.
de servir de remedio, y diluyéndola un poco mas,
de bebida y de alimento al niño. Nosotros no.conce-
demos ningún efecto ventajoso para la criatura á los CLASE CUARTA.
medicamentos administrados á la madre , á menos
que ella no se halle también enferma. Cuando las Enfermedades impetiginosas.
aftas se estienden al exófago , al estómago y á los in
testinos, se hace uso del jugo de zanahoria, del co GENERALIDADES.
cimiento acuoso de salep, de simiente de lino, edul
corada con miel. Si el niño se halla atormentado por 367. Las eflorescencias que acabamos de descri
cólicos, diarrea ó convulsiones , se prescriben las fo bir tienen mucha semejanza con las demás afeccio
mentaciones emolientes sobre el vientre, ó una peque nes que alteran el brillo, el color ó la integridad de
ña dosis de la poción narcótica (2) en la emulsión la piel. Parece, pues, conveniente colocar los impe
gomosa. tigines & continuación de los exantemas. Como estos
Los remedios estemos no carecen de inconvenien pertenecen ordinariamente á las fiebres , cesan con
tes en los niños, porque los tragan. Es ventajoso te- ellas , ó duran poco tiempo cuando son febriles, y no
car Iüs aftas tros o cuatro veces al dia con la miel constituyen una afección primitiva de la piel, debe
depurada , con la miel rosada, el jarabe de moras, de mos referir á otra clase las enfermedades cutáneas
cerezas, á lo que se añade el ácido sulfúrico hasta crónicas, y asignarles una denominación distintiva,
nna agradable acidez. Se usa también una disolución común á los géneros y á las especies : ellas formarán,
de diez granos (o decígr.) de sulfato de zinc en ocho pues, la cuarta clase, bajo el nombre de enfermeda
onzas (250 gram.) c!e agua. El bórax incorporado con des impetiginosas, impetigines. Según nosotros, los
miel á la dosis de cerca de dos escrúpulos (25 decígr.) nosologistas las refieren sin fundamento á las caque «
en uní onza (30 gram.) de este intermedio , goza de xias: en efecto, no tienen siempre su origen , como
una eficacia reconocida : se aplica muchas veces al se pretende, en el mal estado del cuerpo; por lo co
dia una pequeña cantidad sobre la lengua. Se puede mún son enfermedades locales, independientes de
también disolver esta sal en el agua con miel . y hu« todo vicio de los humores; y por otra parte, se ven
medecer frecuentemente la boca con este liquido : lo frecuentemente caquexias manifiestas que alteran
que el niño traga no deja de tener su utilidad. considerablemente el color de la piel, sin interesar
Pero en el pnneipio de la erupción , cuando las af en manera alguna el tejido del órgano cutáneo.
tas van acompañadas de rubicundez y de dolor , hay 368. Definición.—Así, entendemos por enferme-
que, abstenerse de todo remedio capaz de irritar la dades impetiginosas una clase de enfermedades que
garganta ó el estómago. Lo mismo sucede después de van acompañadas, por lo común, de un estado ca»
su caida : en esta época la membrana mucosa , casi quéctico, sin ser inseparables de él; que consisten
demudada, goza de una sensibilidad esquisita, y los en manchas, asperezas, granos, vesículas, escamas
irritantes pueden ocasionar una nueva flogosis de la epidérmicas, fisuras, costras, y en fin ulceraciones
boca , ó una superpurgacion difícil de contener. No espontáneas de la piel y diversas escrecencias, que
sotros recurrimos, pues, al mucilago de gomaarábi- coecsisten raras veces con la fiebre, á menos ijue
esta no sea secundaria.
(1) ■ EMULSION' ARÁBICA. Los exantemas crónicos pueden ser referidos á los
impetigines, porque cuando son habituales. y'sin fie
R. liorna arábiga, media ornadlo gram. bre, proceden mas. bien de la alteración de la piel
Almendras machacadas, ntim. 3. que del vicio de los fluidos. Muchas enfermedades
Azúcar blanca, dos dracmas=8 gram. impetiginosas, así como los exantemas, parecen algu
Muélase sucenivameute, y añádase, moviendo sin rosar , tanto acei nas veces efectuar una crisis en las fiebres y presentar
te de almendras dultcs como pueda tomar la masa; viértase des
pués poco á poco ocho «nias=í50 gram. de agua , y cuélese. una afinidad evidente con ellas. Pero en este caso la
fiebre es resultado de una- retrocesión , de mane/a
(2) POCION NARCÓTICA. que cuando la naturaleza ó los socorros del arte han
atraído la erupción a la periferia, y disipado por este
R. Opio puro , nn granosa centígr. medio la fiebre atacando su causa,' no hay crisis, sino
Disuélvase en simplemente la vuelta déla enfermedad" anticua, de
Agua destilada, una onu=30 gram.
Ntzclttf, la 'causa morbosa á su asiento primitivo. La duración
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y persistencia de estas erupciones cutáneas, su mar do se atiende demasiado á los remedios internos. Hay
cha lenta y tardía , la ausencia de la fiebre, bastan también afecciones impetiginosas secundarias. Aun
para establecer una diferencia marcada éntrelas en que por el trascurso del tiempo puedeu llegar y lle
fermedades impetiginosas y los exantemas. gan ordinariamente á ser primitivas, no se debe nun
390. La observación diana de los exantemas en ca olvidar que son producidas por una causa interna,
las fiebres , y la atención especial que los médicos Y no dejaría de haber peligro si se las tratase por los
han prestado "al estudio de estas erupciones, han acla repercusivos ó por los secantes. Hemos observado
rado singularmente su historia, mientras que la de las muchos casos de enfermedades impetiginosas heredi
enfermedades cutáneas crónicas se halla envuelta cri tarias: la mayor parle dependen del vicio de los só
las tinieblas, cuya oscuridad aumenta la charlatanería lidos; es decir, de la piel.
de los autores que han escrito prolijamente para disi Ninguna de estas consideraciones puede servir, de
parlas. No es, pues, fácil dar una Mol descripción de base á la división de estas eflorescencias : preferimos
estas enfermedades, cuya duración es tan larga, cu establecerlas por el asiento que ocupan. En efecto,
yos caracteres son tan inconstantes , y cuyas formas las unas, limitadas á ¡a superficie de la piel , no se es-
varian tanto: valdría mas pintarlas que describirlas. tienden mas allá de la red mucosa; otras atacan pro
En efecto, ¡qué diferencia entre el principio, el medio fundamente y destruyen el tejido del órgano cutáneo.
y el fin de una eflorescencia impetiginosa! ¡Rajo qué Es verdad que todas, cuando son descuidadas ó exas
variedad de formas se desarrolla el mismo gérmen peradas por un mal método, pueden ejercer los mis
morboso ! ¡Qué ndmirable semejanza entre los efectos mos estragos; pero cada una tiene un carácter pro*
ile las causas mas diversas! Tal es la fuente de la pió, en virtud del cual altera solamente la superficie
multiplicidad de las enfermedades impetiginosas des de la piel, ó interesa esencialmente su sustancia. En
critas por los autores, de la multiplicidad de las cau el primer caso se observan manchas blancas, amari
sas á que las han atribuido, de los errores de los no- llas, ámárilleolas , cobrizas, rojas, morenas, lívidas,
sologistas, que nos han dado como enfermedades di negras, matizadas de diverso modo, sin prominencia
ferentes afecciones cuyo origen y carácter son los alguna. En el segundo caso , ya la epidermis forma
mismos; tal es, en fin, el principio de la confusión durezas, callosidades, vejetaciones irregulares ; llegá
que reina en la nomenclatura de estas eflorescencias. á ponerse áspera, seca, hendida; cae en escamas fur-
370. Un nuevo obstáculo se presenta, y es la os furáceas, ó Se desprende en colgajos; los cabellos y
curidad de las causas , porque el mayor número de lus pelos cuya estructura es análoga á lá suya , em
las enfermedades impetiginosas son sintomáticas y up blanquecen, mueren y caen. Lo mismo sucede con
deben confundirse con las enfermedades primitivas de las linas , que se abren en grietas 3 aumentan consi
la piel. Asi es que las manchas, los equimosis, Jas derablemente de volumen. Ya un humor derramado
flictenas, las úlceras, dependientes de la ictericia, del en la red mucosa, bajó la epidermis, produce vesícu
escorbuto, de la obstrucción de las visceras, del vicio las llenas de una serosidad, acre y tenue , de üiia ma
venéreo, escrofuloso, reumático, etc., pertenecen á las teria puriforme; ó bien los manojos capilares y las
afecciones de que son síntomas , y exigen el mismo glándulas sebáceas se IhflámauV. y sobrevienen gra
tratamiento. Bajo este punto de vista, el número de nos, pústulas, tubérculos , abscesos; en fin, la infla
las enfermedades impetiginosas es mucho menos con mación puede propagarse al corium y al panículo
siderable de lo que pretenden los nosologislas. Son, grasicnto , que vienen á ser el asiento de una úlcera
en general, mas comunes en los climas cálidos, en icorosa. p
donde reinan algunas veces de una manera endémi Las enfermedades impetiginosas pueden, pues, ser
ca, y frecuentemente contagiosa. Pero pierden este comprendidas en estos dos órdenes. Pero dejamos á
último carácter al pasar á otro pais, en e! que son en la cirugía las que les pertenecen, como las callosida
tretenidas por causas oscuras, se desarrollan y se per des, las verrugas , los diviesos, los condilomas, todas
petúan sin los^socorros del contagio, y el tiempo , en fas ecrescenciás, las alteraciones de las uñas , y las
fin , produce su total estincion. Hay ademas enferme úlceras antiguas. No habiendo tenido ocasión de ob
dades impetiginosas, que atacau á muchas personas servar la plica, enfermedad singular, endémica eii
en el mismo lugar sin ser contagiosas, y es que los Polonia , no croemos deber repetir aqüí lo que otros
enfermos se hallan sometidos á las mismas causas. nos refieren.
Unas afectan á toda la superficie cutánea , son gene 371. Causas.—Lo que hemos dicho sobre las cau
rales; otras son locales, limitadas á una parte : estas sas y las diferencias de los exantemas (273, 274, 275)
tienen un s'tío fijo é invariable, ó pasan fácilmente nos da mucha luz sobre el origen de las enfermeda
de un punto á otro. Existen enfermedades impetigi des impetiginosas , si se toma por otra parte en con
nosas internas, como lo pruebau las inflamaciones sideración el carácter crónico, primitivo ó secundario
crónicas superficiales de las visceras; las manchas, de estas. Sin embargo, vamos á ocuparnos aquí espe
las flictenas , los granos , las úlceras^ que se hallan en cialmente de algunas investigaciones relativas á su
en el interior; los flujos purulentos ¡corosos, mezcla etiología : hay sobre este punto muchas cosas que ig-
dos comunmente de restos epidérmicos por la traque- iioramós, y que descubrirán quizás los siglos venide
arteria, la nariz, los intestinos, la uretra; las atlas, ros. I£l estudio mas exacto de Jos fenómenos que se
auuque .constituyen una enfermedad agüda; y en fin, observan sobre los animales ; «ti la corteza y en las
los efectos que siguen á la retropulsion ó la vuelta hojas de los árboles, podrá sernos también de gran
de laS afecciones impetiginosas esternas. No es raro de utilidad. Un gran número de animales pequeños
ver enfermedades impetiginosas que atacan solamente pierden todos los años su piel ó su concha. Enmedio
en determinadas estaciones. En general, las enferme de uu aparato evidentemente patológico que vuelve á
dades de la piel son mas frecuentes eil primavera y una época determinada, la naturaleza les da ensegui
en verano. Algunas, casi siempre sintomáticas, vuel da una hueva cubierta, por una operación que nos
ven periódicamente , y aun están habilualmente so es desconocida. Las aves , en el tiempo de la muda,
metidas al periodo menstrual ó á 1¡. vuelta de bis he suspenden sus cantos , buscan la soledad, pierden el
morroides. Las afecciones impetiginosas primitivas apetito, desfallecen , y caen realmente enfermas. En
pueden alterar los fluidos en un período avanzado; lus cuadrúpedos salvajes y domésticos, la alteración
pero no suponen necesariamente un vicio en los hu es menos considerable; pero sobrevielie en su piel un
mores; así es que Su tratamiento no tiene éxito cuan cambio análogo , cuando se despojan de sus pelos ai
DE HE'.T>\CVXA CIBUJ1A.- -FRANK. 207

salir el invierno. En Jin , el h.ombre mismo , á la prurito continuo, y producen el pórrigo y pequeñas
úlceras sórdidas. En ciertas condiciones desconocidas
vuelta de la primavera, esperímenta esfoliaeiones epi de
dérmicas y ve caer muchos de sus cabellos. Esta jos, lase economía acumulan
se desarrollan' algunas veces los pio
debajo de lá epidermis, y salen por
operación anual de la naturaleza no podria dar ra
zón dé las diferentes enfermedades; pero prueba que átodos lados por los poros, sin que se puedan atribuir
la piel es el asiento esclusívo de ciertos fenómenos, lo losdesaseo : esto es lo que constituye la phthiriasis de
'griegos, la enfermedad pedicular, morbus pedi-
cual merece la atención del médico. La mayor parte, cularis de los latinos. La existencia de este genero de
de las enfermedades de los árboles empieza por su
corteza, por la superficie de sus hojas ; es decir, por enfermedad
fe (I); pero
está admitida por observadores dignos de
acerca de esto nonos ha enseñado nada
la cubierta cutánea ilel"vejetal : si comparamos estas nuestra práctica. Ademas delospiojosyfas pulgas, que
enfermedades con las afecciones cutáneas de los ani pertenecen igualmente á los animales, el hombre esta
males, y sus causas respectivas entre sí, enriquecere particularmente sujeto á una especie deararZor, acarus
mos la historia y la terapéutica de las eflorescencias éxulcerans, diferente del de la harina, del arador do
que nos ocupan. méstico y de cualquiera otra especie de arador que
Las causas morbosas que ejercen su acción sobre exista fuera de nuestra economía. La existencia de
estas dos clases de seres vivos son : los obstáculos este insecto, descubierta en Italia antes del presente
que se oponon á la eliminación de los humores salios siglo, en las pústulas recientes de la sarna , acaba de
ó morbosos, á los que debe dar salida la piel; el der>
rame, la estancación de estos humores debajo de lá ser confirmada por el inmortal naturalista sueco , y
por un sabio de Alemania que nos honra con su amis
epidermis, su depravación, y la irritación que oca tad El padre de la historia natural moderna, según
sionan; los animales parásitos une, poruña ley na la obsérvacion de uno de sus discípulos, ha atribuido
tural impuesta recíprocamente a lodos los seres vivos, también la elefantiasis á una especie de mosca, que
se alimentan ávidamente de los jugos que otros han él llama musca lepra;; pero un sabio de Catinga,
elaborado, establecen su morada en la piel, la em habiento examinado el gusano que se halla en la ele
pobrecen, corroen , devoran su sustancia , y llegan á fantiasis de los griegos ó lepra de los árabes, ha re
ser causa de muchas enfermedades ¡mpetiginosas. conocido que era ünd larva de la mosca común, mus
Podemos, pues, acusar aquí á la falla de aseo, la ca doméstica, y que este insecto depositaba sus hue
esposicion al frió cuando se está sudando , lodo lo vos en las personas atacadas de esta enfermedad, y en
qUe puede cerrar por espacio de cierto tiempo los las úlceras. Muchos insectos, atraídos por la necesi
Soros sensibles de la piel; y ios insectos comunes á to- dad del alimento, ó por el olor fétido de las ulceras
os los animales ó propios de las diferentes especies. durante los calores del estío, depositan sus huevos,
Sin embargo, la traspiración insensible está sometida sus larvas debajo dé la epidermis, yen la superficie de
á leyes que no se pueden apreciar exactamente : el las úlceras que no están bien cubiertas : estos gér
hombre que descuida la limpieza y las comodidades menes, se desarrollan, forman animahllos que irri
de la vida social, los pueblos que no la conocen , no tan la piel espuesta inmediatamente á su acción , y
están sujetos á afecciones cutáneas mas numerosas ni
mas graves : se ven naciones enteras siguiendo usos atacan su sustancia.
Hay gusanos que es necesario no confundir con los
higiénicos contrarios á los nuestros, practicarse sobre insectos; tales son : el gordius aquaticus, que se ha
todo el cuerpo unturas oleosas que tapan los poros lla en los pulmones de las vacas, de los caballos, de
de la piel sin que les ocasionen enfermedad alguna. los carneros : el gordius dracúnculos ó dranmculo;
No obstante, los individuos robustos que ejercitan estas dos especies viven en las aguas pantanosas. Hay
continuamente sus fuerzas por el trabajo ó la carre una tercera que se denomina furia infernal, bstos
ra, que llevan una vida campestre y habitan en un «úsanos horadan algunas veces la pie , se insinúan
aire puro, cscapm á Ti acción de una multitud de en las inmediaciones de los huesos, en las piernas, en
causas morbosas que alteran la salud de las personas las rodillas , en los brazos, en los sitios en que casi
sedentarias: las funciones de la piel suplen en ellas á no se hallan carnes ; no se les encuentra nunca en la
las de los demás órganos. El pueblo bajo siente la ne cara. Su presébeia ocasiona tumores, comezones in
cesidad del aseo , se baña algunas veces en los estan tolerables , dolores , una inflamación que llega lacit-
ques donde se introducen las nves acuáticas: los fun mente á ser funesta, si no se sacan con precaución.
dadores de diversas religiones, los legisladores, han Sé ha atribuido la elefantiasis de la Noruega á un
prestado la mayor importancia á los baños. Si el uso pequeño gusano llamado gordius marinus, que es el
mas común de la lana entre |oS antiguos hacia mas intermedio entre el gordius y el ascárides, y que se
necesarias las abluciones, no es menos cierto que un hace depender del uso frecuente de los pescados de
eran número de enfermedades ¡mpetiginosas depen mar de que se alimentan los pueblos de estas comar
den hoy de la falla de aseo, de la moda insensata en cas. Sin embargo, como los gusanos propios á las di
tre las mujeres de pintarse el rostro j la garganta cou ferentes especies de animales, no pasan de una a otra,
cosméticos sospechosos y de la abolición de los ba ó al menos no permanecen largo tiempo en los ina -
ños públicos. En efecto, se observan las mas veces es viduos de una especie' estraña, es necesario que esta
tas eflorescencias en la clase1 indigente del pueblo y observación se confirme, con nuevos hechos.
en las habitaciones desaseadas. Es sensible que la parte mas útil y mas necesaria
El hombre, como los animales, está espueslo á las de la historia natural, la que concierne u los- anima-
picaduras de muchos insectos capaces de irritar, de lillos parásitos, formados casi de la misma sangre que
inflamar la piel, ya por su picadura misma, ya por el el hombre, haya sido menoscultivada hasta el día que
veneno que esparcen. Pero está ademas sujeto á dos los otros ramos, cuyo objeto está mas lejano de noso
especies de piojos: la primera es (.1 piojo propiamente tros No me sorprende que los antiguos, cuya credu
dicho , pediCUTus humamis, une ocupa principalmente lidad hacia depender estos insectos de la putrefacción
la cabeza y la piel , y se encuentra con especialidad nohavan prestado mucha atención a M» »J e
en los niños; la segunda es el pinjo de) pubis ó mo» miraban como fortuita, y que privados de los socor
pión que se Infla en el pubis, en las axilas y en Iris ros del microscopio, sus ojos no hayan percibido , lo
cejas. Estos insectos se multiplican con una fecundi m Véise i P. Rayer «Tratado de las enfermedades de la piel.»
dad increíble en los individuos desaseados; se insi
núan ¡bajo la epidermis, irritan la piel, ocasionan un T. III, p. 798.
I
208 BIBLIOTECA ECONÓMICA
que hoy es objeto de nuestra admiración. Pero es son los aromas los diversos condimentos ó los prin
admirable, que después que la fútil teoría de la gene- cipios acres y volátiles que contienen. Cuando se
ración equivoca ha caido en el olvido , después que hace un uso prolongado, y la masa de la sangre se
el ojo del naturalista, armado del microscopio, ha des satura de ellos , sin eliminarlos por las cscrecíones
cubierto un nuevo mundo en una gota de líquido, no continuas que provoca una vía laboriosa, irritan, no
se haya perfeccionado este ramo, y la medicina haya solamente el sistema arterial, sino también el órgano
debido tan poco ó los progresos de la historia natu cutáneo, cuyas funciones secretoras alteran, é intro
ral , si se hace abstracción del conocimiento de los ducen en la linfa, sobre todo en las personas ociosas,
vermes viscerales. una acrimonia sutil. Las cansas mas frecuentes de
Sin embargo, no tenemos el proyecto de volver á las enfermedades impetiginosas rebeldes son por
honrar a la patología animada, que atribuía casi to consiguiente los. desórdenes prolongados de la diges
das las enfermedades contagiosas, la peste misma, á tión, el uso de las sustancias que no son susceptibles
animales sutiles, imperceptibles á nuestra vista; y la de ser asimiladas , que contienen un principio irri
atrofia de los reciennacidos á los aradores, comedo tante ó sospechoso; el abuso de los aromas escitantes
nes. Queremos solamente colocar en el número de las en los ricos, cuyo paladar gastado no es sensible mas
causas que producen y exasperan las enfermedades que á los sabores artificiales y cáusticos : enlre el
impeliginosas rebeldes, á ciortos insectos, sus hue pueblo, el uso de la carne, de los mariscos , de pes
vos, sus larvas, ciertos gusanos ; y probar que estas cado corrompido, de pan prepado con una harina ave
afecciones dependen mas comunmente de causas vi riada ó de mala calidad, de queso acre y putrefacto,
vientes en Jas que no se piensa desde que se ha aban de cebollas, de rábanos, de ajos, que forman casi el
donado ésta fuente ¡de la etiología. Convenimos hoy único alimento de los pobres.
en que el número de los seres parásitos casi imper Los antiguos han colocado también en el número
ceptibles que se alimentan de la sustancia de nues de las principales causas de las enfermedades impeti
tras visceras es mas considerable de lo que creíamos ginosas, la bilis, sobre todo la atrabilis. En efecto,
antes, y quizás llegue ¡í descubrirse un aia en la piel la bilis es el humor que afecta mas al gusto, y que
del hombre un nuevo mundo, nuevas causas morbo comunica las mas veces su color á la piel: los moder
sos que provengan do un gérmen estraño. nos han confirmado por un gran número de hechos
Pero hay aun otros agentes patológicos que ejer la observación de los antiguos. Yk hemos dicho cuál
cen su acción sobre el órgano cutáneo: tales son era la influencia de este líquido corrompido y acu
los acres llevados de la masa de la sangre há- mulado en las primeras vias en la producción de los
cia este emuutorio, ó formados en la piel misma por exantemas; pero hemos observado que las apariencias
una secreción morbosa. Hemos visto ictéricos con un engañaban algunas veces al médico; añadiremos con
prurito muy incómodo , que ha cesado siempre que este motivo que aunque en la ictericia la bilis tifie el
las orinas, antes pálidas ó poco encendidas, se car órgano cutáneo, no se debe atribuir siempre á la
gaban de bilis ó depositaban un sedimento latericio. presencia de este humor el color amarillo de la ma
En las enfermedades impeliginosas , la comezón es teria contenida en ciertas pústulas ó flictenas. He
mayor cuando se usan alimentos salados ó muy con mos visto en el Instituto clínico manchas de un ama
dimentados, que cuando se sigue un régimen suave. rillo pronunciado en las palmas délas manos y en las
Existe una estrecha correspondencia entre los ríñones plantas de los pies en una joven escorbútica : estas
y el órgano cutáneo : la cantidad de las orinas y la manchas reemplazaban á una epistaxis, á una hemopti
del sudor están en razón inversa una de otra. Ahora sis, y desaparecían por la vuelta de estas hemorra
bien; los principios hetereogéneos que los ríñones es gias. A la abertura del cadáver no hallamos alteración
pelen ó deben espeler de nuestra economía, irritan, alguna en el hígado. En un equimosis ocasionado por
inflaman y ulceran algunas veces el reservorio donde una simple contusión, el color pasa da negro á lívido,
se hallan retenidos, los canales que les dan paso; ¿y llega á ponerse verdoso, y en fin, amarillo, sin que se
no deben producir los mismos efectos sobre la piel", pueda atribuir á la bilis. Hemos visto frecuentemen
cuando son segregados por ella? Esto es lo que suce te niños que al salir del seno maternal presentaban
de cuando la orina es cruda, ó escretada en pequeña durante los primeros dias del nacimiento una rubi
cantidad; los sudores están mas cargados, sobrevie cundez general semejante al color de los cangrejos
nen síntomas de irritación en la piel. En los niños cocidos. Al cabo de tres ó cuatro dias esta especie de
afectados de costras lácteas, los diuréticos disminuyen eritema pasa á ser amarilla, al color ictérico y se ter
mucho los accidentes dependientes de esta eflorescen mina algunas veces por la descamación furfurácea
cia: los viejos que orinan poco, están sujetos á diver de la epidermis. Nosotros no participamos de la opi
sas afecciones incómodas de la piel, á un prurito con nión de los autores que atribuyen este fenómeno á la
tinuo, á herpes, á úlceras. Así las materias lixivíales bilis; depende de la impresión del aire sobre la piel
que debían salir con las orinas, scgregándose por la delicada y sensible del recien nacido. En la mas per
piel, que no les da un libre paso, ocasionan un gran fecta salud, la ampolla determinada por el vejigato
número de accidentes; es necesario, pues, en las en rio se llena frecuentemente de un licor azafranado, sin
fermedades impeliginosas, prestar mas importancia que se pueda sospechar la presencia de la bilis. En
de la que ordinariamente se da á las orinas. general, la etiología sacada de los colores y de los olo
Debemos también hablar aquí de los vicios que se res descansa en inducciones falsas.
engendran en el cuerpo, de los que recibimos de Cuando la bilis permanece largo tiempo en la ve
nuestros padres, ó que nos son trasmitidos por el sícula de la hiél, su parte mas tenue es reabsorvida;
contagio. Su naturaleza es muy variada, pero dan lu este humor llega á ser mas espeso, mas viscoso, con
gar á muchas afecciones impeliginosas sintomáticas; trae un color encendido y negro, un amargor y una
tales son los vicios escrofuloso, venéreo, reumático, acrimonia singulares. En este estado puede irritar, in
variólico, etc. flamar, ulcerar la vejiga de la hiél, el hígado , y pro
En el estado de salud, el trabajo de la digestión ducir simpáticamente los mayores desórdenes en el
convierte todas las sustancias alibles en un quilo sua sistema nervioso. Esta materia, semejante ála pez fun
ve y reparador ; pero se mezclan algunas veces con dida, es el origen de los cálculos biliarios; tapiza al
los alimentos sustancias refractarias , que no sufren gunas veces las paredes del estómago , del tubo in
alteración alguna, ni aun en las segundas vias: tales testinal , y sale por ol vómito ó por las deposiciones,
DE MEDICINA Y CIRUJ1A.— FRAÑK. 209
con cardialgía y cólicos violentos. Estos hachos no' Existen otras muchas causas capaces de llevar su ac
pueden ponerse en duda; las numerosas autopsias , el ción sobre ía piel.
análisis de este humor por un célebre químico frnn-' La afinidad de las enfermedades impetiginosas con
ees, demuestran su certeza. No tenemos otro nombre los exantemas y la influencia marcada del sistema nsr--
que dé una idea mas justa de ello que el de atrabilis. vioso sobre la* producción de estos, "prueban sin dis
' Sin embargo, no creemos que todas las materias ne puta que deben ser frecuentemente de naturaleza ner¡
gras, espejos y viscosas que son arrojadas pon el vó viosa El pumento, la' perversión , la diminución de
mito ó por los escrementos sean atrabilis y provengan la sensibilidad.de los nervios cutáneos , son la causa
de este humor. En la mas perfecta salud las deyec evidente, aunque difícil do concebir, de los diversos •
ciones toman á veces una tinta negra; deben comun fenómenos que la piel nos ofrece en las enfeiraedades
mente este color á su permanencia prolongada en los crónicas y en las agudas.
intestinos, ú una mezcla 'particular de los materiales La piel es mas delicada y mas sensible en la' in
de que están formadas ó á los remedios empleados. No fancia que en cualquiera olra edad , en las mujeres
es raro que la sangrú derramad.! en las vias digestivas que en los hombres. Esta disposición del órgano cu
so coagule por la absorción de su parte serosa y lle táneo hace sus afecciones mas frecuentes, y favorece
gue á ponerse negra como el carbón; esto se observa la acción de las causas mas ligeras.- El niño mas sano
también en la sangre sacada de la vena A las personas está sujeto desde los primeros meses del nacimiento
que gozan de la m jor salud. Dar a estas malerias*el á un gran número de afecciones cutáneas, cuyo gér-
nombro de atrabilis en razón de su color negro y de men no le ha trasmitido la madre; su cuero cabelludo
su consistencia viscosa, es hacer un estraño abuso de se cubre de contras escamosas y pruriginosas; la epi
las palabras, abuso mas peligroso en medicina que en dermis cae detras de sus orejas, se forman ulceracio
cualquiera otra cienciu. Pero se va mas lejos: se cree nes que suministran por espacio de meses enteros un
que por la disipación de la serosidad , la sangre que flujo abundante de sanies; algunas veces se llena la
circula en sus vasos es susceptible de espejarse , de garganta de ulceraciones aftosas; otras se cubre la
reducirse ¡i un sedimento terroso y de suministrar en cara de flictenas llenas de una serosidad amarillenta,
tonces un humor atrabiliario , un jugo melancólico; de costras lácteas*, en fin, se ven declararse las dife
que esto jugo;nas adusto , viniendo á permanecer en rentes especies de tifia; sobrevienen en los pliegues
las parles, se cambia en atrabilis. Tal es la opinión de de la piel, en el cuello, en las axilas, en las ingles, es
los "antiguos, defendida por algunas escuelas moder coriaciones de donde corre un humor ¡caroso , y toda
nas. Los antiguos hubian s inalado al bazo la secreción la superficie cutánea presenta pústulas , granos roji
déla atrabilis, yá losriñonessuccenturiadosócápsulas zos semejantes á los de la erupción miliar. Se atribu
atrabiliarias; muchos colocan su fuente en el sistema yen estas afecciones á la viscosidad de los humores, á
de la vena porta; hacen depender del embarazo de su acrimonia, sobre todo á su acrimonia ácida; pero
este sistema el color amarillo y el hábito caquéctico frecuentemente no reconocen otras causas que el esta
délos melancólicos Jas diversas manchas do la piel; do morboso de la sensibilidad de la piel, y se quieren
atribuyen á la acrimonia de la atrabilis estendida en combatir sin razón con los dulcificantes ó con los eva
la*masa de la sangre la erosión de los vasos cutáneos, cuantes. En verdad, si la alteración de los fluidos fuese
las úlceras malignas y la gangrena de la piel. tan grunde en esta edad, la naturaleza sola no triunfa
Esla hipótesis de la generación y de la fermenta ría tan comunmente de las enfermedades de que aca
ción de la atrabilis en la sangre repugna al espíritu bamos de hablar; los limitados conocimientos de una
severo de la medicina, y ha sido formada'en algún la nodriza, las lociones con'agua fria, los baños, no bass
boratorio de química. La sangre que circula en sus va tarian para prevenirlas; estas afecciones no tomarían
sos no se espesa como un líquido sometido á la acción un nuevo acrecentamiento en la época de la dentición,
del fuego; el aflujo continuo de un nuevo quilo le im ó no serian determinadas por la irritación de que vu
pide alterarse y coagularse; por otra parte, la natura acompañado este trabajo; en lin, entre los niños que
leza no carece do medios para diluir este humor vilal: gozan de igual salud) no atacarían con preferencia á
obliga ul enfermo á tomar bebidas, disminuye ó su los mas sensibles.
prime las escrecíones serosas, absorbe en Un el agua En los adultos, sobre todo en las mujeres que tie
mantenida en disolución en el aire atmosférico. En los nen la piel blanca y delicada, los ojos azules, los ca
diversos estados de salud, la sangre, al salir de la ve bellos rubios tirando á rojos, la sola impresión del
na, presenta su fluidez natural; se espesa mas ó menos sol en los hermosos días de primavera ocasiona man
pronto en razón de circunstancias accidentales. Si se chas cutáneas semejantes á las de la quemadura: la
ha observado lo contrario en melancólicos, en hom esposicion á un viento un poco fuerte basta para ha
bres secos, en las fiebres inflamatorias, se le ha obser cer caer la epidermis en escamas. La prefiaz empaña
vado igualmente en la sangre de una persona sana: la belleza de las mujeres delicadas; sobrevienen man
esta es una cosa que varia y que depende de circuns chas en el rostro que solo el parto hace desaparecer.
tancias esteriores. En las varices enormemente disten En el puerperio es cuando la mujer mas débil y mas
didas, la sangre circula con dificultad, pero no se coa sensible está particularmente sujeta á la miliar, que
gula sino cuando es interrumpido su movimiento, como entonces adquiere una marcha crónica y dura anos
lo prueban las grandes hemorragias y las infiltracio enteros. Las personas que tienen la piel sensible son
nes sanguíneas de que es seguida su ruptura. Cuan atacadas do erisipela al menor soplo de un viento
do cesa la circulación en un vaso, como en los um frió. Los vestidos demasiado calientes debilitan el
bilicales, la parte mas tenue de la sangre que en órgano cutáneo , defendiéndole del aire atmosférico,
cierra es reabsorbida ,• la sangre misma se conden y pueden sercolocados en el número de las principales
sa sin corromperso y se cambia pronto en una masa causas de las enfermedades impetiginosas. Lo mismo
sólida. sucede con las afecciones del afina: alteran la traspi
Lo que precmlo demuestra que los órganos bilia ración, escitan la secreción de la bilis y lu sensibili
rios pueden influir en la producción de enfermeda dad de la piel; el terror solo hace erizar los cabellos
des impetigínosas, ya directamente por el derrame de y puede en un momento, si creemos los hechos que
la bilis en el tejido cutáneo, ya indirectamente per nos refieren, cambiar la cabellera de un jóveu en la
via do simpatía. Pero comunmente se coloca sin ra de un viejo.
zón en el hígado la fuente de las afecciones cutáneas. Las ulceraciones, las costras que sobrevienen en
9"
210 * BIBLIOTECA ^COHÓÍOCA * ". ■*
las mejillas, 'en los labios y en' otras regiones, en, contagioso, venenoso, por un miasma, por una mate
la c'orósis, en muchas1 liebres irilenniteptes, depen ria deletérea, que ¿)»ra sobre al sistema nervioso:
den mas bien del estado de las fuerzas sensitivas, que •así es que en las liebres nerviosas, en la. Iiejüdes, en
.de .una acrimonia hflmoral, cojijo lo prueban b)s la perniciosa "diaforética, la postración general ó local
buenos efectos qkie obtenemos en esto? casos de los de la acción nerviosa, ocasiona los equimósis, las
tónicos. Cuando hay el temor de haber recogido al manchas y otras alteraciones de la piel , los sudores "
guu insecto parásito se siente if¡i prurito en toda la continúes ó colicuativos que estas enfermedades pre
piel, aunque el temor esté moj fundado. Cuando se sentan. Los tópieos opiados, narcóticos, estupefacien
rasca uno en una parte que pica, hay bien pronto tes, que apaciguan el'dolor y los espasmos, tibian
necesidad de rascarse en otra inmediata, el placer disminuyendo, la sensibilidad. Como los órganos del
que este aclo procura y la ausiedad que se esperi- gusto, del olfato y de la vista se debilitan en una
nieuta, cuando se quiere evitar, son una nueva prue edad avanzada, así el tacto ría seusibiiidud de la piel
ba de la influencia' de los nervios-sobic el órgano cu se embotan por la rigidez del (sistema dcrnióídes en
táneo. la vejez: en esta época de la vMa es también ¿i na
Algunas veces, poruña aberración, mas bien que causa predisponente de las enfermedades impetigino-
Í)or una exaltación de la sensibilidad, ei contacto de sas. La debilitación del poder nervioso, la languidez
os tópicos mas inocentes, de un simple emplasto, de del sistema vascular, que toma de los nervios toda su
un linimento muy sume, ocasiona una flogosis erisi energía, dan lugar a los equimosis que se observan
pelatosa; una contusión, una herida ligera, son se en el escorbuto y algunas veces en la hidropesía de
guidas de ilceras crónicas que no dependen del vicio clarada.
de los humores, sino del estado de la piel. En lin, ■La historia de los exantemas prueba la acción de
vernos frecuentemente, aun en las enfermedades cró los miasmas contagiosos sobre la piel: ahora bien, la
nicas, que los enfermos se quejau de un frió escesi- sola alinidad de las enfermedades impetiginosas con
vo, do un calor ardiente en el estertor, ñero inapre esas erupciones, demuestra que deben proceder co
ciable por el termómetro; su causa es solo la aberra munmente del mismo principio. Sin embargo, hay
ción de la sensibilidad. Á la lesíqn«ae esta propiedad casos en que parecen contagiosas, mientras que no
vital es necesario también atribuir el caloc ardiente, dependen mas que de la acción geueral de la misma
de las mejillas, de las palmas du las manos, y de las causa en todos los individuos que son afectados si
plantas de los pies, sin aumento del calor general, multáneamente.
en la consunción y en la tisis; los ardores que recor Hemos conlesado nuestra ignorancia sobre la natu
ren la piel, la seusacion de quemadura y diversos fe raleza de los miasmas contagiosos, y debemos repetir
nómenos análogos á los efectos de esta, en la hipo aquí esa confesión. Muchas discusiones se han sus
condría y en el histerismo; la sensación de un frió citado con este motivo entre Jos médicos, que la
sémejante al que. ocasiona el hielo ó la nieve, sensa inoculación misma no ha podido terminar, aunque se
ción que csperinientan eit un punto circunscrito del la considera como la piedra de toque. Se ha atribuido
occipucio las mujeres histéricas. Se puede, pues, re la propagación de las enfermedades contagiosas á
ferir á la perversión de la sensibilidad de la piel un animalillos: c tos gérmenes vivos pueden ser inocula
gran número de las enfermedades de este órgano dos con el humor' tomado de los enfermas, con un
PerO su diminución produce los mishios efectos*. pus antiguo, seco, lo mismo que con un pus reciente,
,La facultad do apreciar las cualidades táctiles de los como lo prueba la historia de los animalillos infuso
cuerpos, y la sensibilidad general, que es una propie rios, que conservan su actividad vital en el estado de
dad muy diferente, esperimentan en la piel nuni rosas desecación: tales la opiuicn admitida por, muchos
variaciones, sobre las que se dirige rara vez nuestra médicos. Pero es necesario confesarla; no se pueden
atención. Sin embargo, muchos de los fenómenos suponer causas vivientes para las principales enfer
morbflsos que no se han estudiado bastante, todavía medades contagiosas: estas enfermedades atacan las
dependen de su debilitación ó de su abolición, lis visceras como la piel; cuando son repercutidas, aun
ios fenómenos no tienen siempre su erigen en una que recientes, les suceden afecciones crónicas y te
parte lejana, en el cerebro, como en los apopléticos; naces délos órganos interiores; y cuando reaparecen,
su causa reside comunmente en la misma pulpa ncr aun después de un largo intervalo, esta vuelta salu
viosa de la piel, y se anuncia por la debilitación de la i dable es una especie de crisis para las enfermedades
propiedades de que acabamos de hablar. Este estado que haiiian sido resultado de su metástasis. La pre
puede proceder de la condensación de la epidermis sencia de los animalillos no es mas necesaria que
por los trabajos corporales, ó por cicatrices; puede probabU en un gran número de liebres, en la sífilis,
ser resultado de una compresión, de una estensiou cuyo virus, sin ser renovado, ejerce sus estragos
prolongada, de un frió escesivo, de una acumulación durante años enteros después de la curación de las
de grasa, do serosidad, ó do la presencia de algún úlceras de la piel, en el virus blenorrágico, en el vi
lümor sobre la piel. No ib hemos omitir á los agentes rus lísico, que produce la hidrofobia muchos meses
internos ó estemos á que están espuestos los ner después de la mordedura del perro rabioso. Hay
vios cutáneos. Comunmente el contado de una ma miasmas contagiosos que obran solamente sobre la
teria capaz de embotar la sensibilidad, ya que esta piel, otros que llevan su acción sobre todaj ia econo-
materia se halle esparcida en una atmósfera húmeda 111 a. Vemos en muchas comarcas rebaños enteros de
y pantanosa, ya que una me'áslasis la haya deposita ovejas atacadas de sarna, sin que la salud de ¡estos
do en la periferia, da lugar á exantemas, á la gan- animales se halle por otra parte alterada, siu que el
fjrena , y á enfermedades impetiginosas, tales como uso de su carne ocasione la nmnor enfermedad; en ei
as manchas, el vitíligo quo no van acompaña los de hombre misino, la sarna y otras muchas enfermeda
dolor. Los sudores escesivos que se declaran sin causa des impetiginosas no afectan mas que á la piel, á no
suficiente en los individuos débiles, en las personas Ser que se prolonguen.
robustas, en un baño de vapor, en lin, ó en un desma No dudamos en referir á las causas de las eulei -
yo, durante la agonía, no provienen de un vicio de la medades impetiginosas la plétora, ya general, ya lo
sangre, sino de la falla de resistencia de los poros. cal ó cutánea. En la época do la vida en que la piel
Esta debilidad, e-ta especie de parálisis de los exha mas delicada , y sus vasos mas numerosos favorecen
lantes, es algunas vepes producida por un principio el flujo de los humores hacia la periferia , en que las
DE MEDICINA 1 CIRUJÍA.—FRANK. 211*

, colaros del ócgano cutáneo esján mas animados^ y su En efeejo, ¿quien creería, sogun la posición delMi-
temperatura suave é igual, en que el pudor hace en lauesado, según oí concurso de las causas generales í
rojecer una frente .modesta c,on prodigiosa rápido*: que estamos impuestos , que 'existe en este dichoso
en esla épota, el aflujo de la sangre hacia la 'piel es piis una enfermedad tan funesta á los habitantes* del
mas considerable, la traspiración mas abundante, R> campo, la 'pdayra! ¿Cómo se podrían presumir por
disposición mas uianiliesla en la plétora cutánea, dis • los conocimientos topográficos, los efectos tan mani
posición, que aumentamos comunmente pon el uso de fiestos y al 'mismo tiempo tan oscuros que pivduce
vfeslidss niuy calientes,' el calor dt¡i helio, Iqs sudo el Sol sobre los habitantes de esta provincia, aunque
ríficos, los espirituosos, los remedios jolátiles. y lo» el Milancsado sea rúenos cálido que las otras parles
baños tibios. La omisión de uud. sangría habitual , la meridionales de la Italia? Aunque en esta fio jósis los
suoresjou de. una hemorragia do este'géucro, oc.isio- síntomas anuncien irías bien nna-enfennedud interna,
uan un prurito-general ; osla comezón , como la que que continua frecuentemente después de la desapa
acompaña á las enfermedades impeliginus'as, aumenta rición de (a erisipela, loque no ños permito, refe
mas ó menos por ui calor dol lecho. Befóos obser rirla á la clase i",e afecciones impetiginosas , no es
vado frecuentemente eji Badén esas erupciones ar- menos ovídonl" que resulta de la acción solar: pero
U/icialí's tan neciamente alabadas por un gran nú ninguno' de nuestros médicos la atiibuye al calor
mero de médicos que producen las aguas termales. solo. Hay en nuestra economía, otros muchos fenó
Conocemos uujóvun sano y .pictórico que habiendo menos que reconocen la misma causa, y que tam
cometido la imprudencia de bañarse algunos instan poco concebimos El abatimiento que espenmeuta-
tes eu las aguas eslremadamenle calientes de esta mos aun emnedio del invierno, como si nos viése-
prdVíuciá, fue bieu pronto atacado de iqus de calmee mps amenazados de una fiebre maligna , cuando so
diviesos. Los jóvenes Robustos, enfrenados á las be pla un viento sud-eslc , no depende del calor de
bidas espirituosas , dedicados á una vida sedentaria, la atmósfera, sirio de un estado particular del aire:
están sujetos á erupciones pustulosas en la frente; este Quino posee entonces cualidades nocivas, que
en las jóvenes cuybs menstruos son- difíciles ó poco afectan el sistema ncrVioso , cualidades que lio
abundantes, se cubie'el rostro habitúalo periódica ofrece, á pesar del calor del sol , cuando sopla
mente de eflof'esccucias. Por locomuu, cu la proxi dirj viento cualquiera-, y que son ¡naíreokbles por el
midad* de las hemorragias nasales, de las heiuorrói- termómetro. Aunque las enfermedades de é»ío se
iles, se esperiinenta com-zon en la nariz en el pri producen por el influjo del calor, varían sin embargo
mer caso, y eu la margen del ario»en el segundo; bajo el mismo grado de temperatura, de manera que
una seusacfbu de titilación eu los bronquios y la la acción 3cl• calor solo, lío puede darnos. razón de
tráquea, 1a ios qu> provoca , ta hemolipsis que le si- ello. • • .
guc, amftici„u la plétora del pulmón. Estos hechos Pero las afecciones culáueas quo reinan en los cli-
prueban que una sensación desagradable, un senti ui» cálidos, dependen menos quizás de la ficción del
miento de calor, de ardor, de prurito, dependen sol sobre la piel, que del desorden morboso de la.
comunmente de la estancación de la sangre; de la se traspiración, aumentado sobre el calor. Ya hemos ha
rosidad, de la linfa debajo de la epidermis ; que es blado de las alteraciones qgo la • inflamación hace
tos fenómenos un indican siempre un vicio en los sufrir á los humores que se segregan mientras dura.
humores, sino frecucuteuieute una plétora verdadera Un sudor abundante que tiene á la piel en estado
p falsa, ó un embarazo en la circulación ' apilar del de macerucíou , puedo también atacar su tejido, de
órgano cutáneo. bilitar su resistencia y aumentar su sensibilidad.
El calor e-tenor .os \& causa 'de ti11 gran número En" la mas perfecta salud, el sudor de los pies, de las
de enfermedades iiupetiginosas. Cuando, durante los axilas, exhala (turante los calores del eslío un oler
frios dei invierno, nos mantenemos demasiado cerca muy Tétidó : esto carácter uo proyiene de una cor
del fuego, nuestia [del se cubre de grandes manchas rupción de humores, iiicompatible con la salud, sino
lívidas; los braseríllos de que se sirven las mujeres de la actividad de los folículos cutáneos, que mezclan
ocasionan las manchas que se observan en la piel de su licor untuoso y oloroso con el smlor, ó de un
sus muslos, sin contar diversas afecciones del útero. cambio que sobreviene en la acción de los vasos exhá
La acción del sol no produce .únicamente los efectos lanos. ¿Cuál sería el estado de la masa de los humo
del calor, sino también efectos particulares que no res en los individuos cuya boca exhala enmedío de
soii bien conocidos. Creemos que el color de los negros la mas perfecta salud un olor inuy fétido, si rsle fe-
procede de la organización de la red mucosa , mas aóiiieno dependiese de la corrupción de la sangre? Lo
bien que de la sola impresión del sol : sin embargo, mismo sucede en las personas cuvos pies y axilas en
uo se puede negar la influencia de esta última cau razón de su idiosincrasia, esparcen aun en invierno
sa. Los rayos solares por sí mismos, y según la direc una fetidez iasupe.able. ¿Cuáuia cantidad de mate
ción que afectan Id caer sobre la piel, producen fe ria fétida no corro continuamente de una úlcera cu
nómeno; que no concebimos, y que no puede espli- tánea, recientemente producida por una causa es
car la posición t >p igcáfica de los países. En general, terna , sin que se pueda colocar el origen de ella en
la frecuencia de las enfermedades cutáneas está en la misa de la sangre, ni sospechar la existencia de
razón del calor del clima; pero la sequedad mayor ó una enfermedad interior? Durante el trabajo secre
menor de la atmósfera, la reflexión de los rayos so torio es, pues, cuando el humor de la traspiración
lares eu los cuerpos que rodean, la dirección de los contrae fetidez, acrimonia. El aflujo mas considerable
vientos, la disposición de las habitaciones, el géne de humores hacia la piel, cuando está bañada por
ro do vida, y los vestidos , producen comunmente sudores continuos; su estancación que delerminaya-
modificaciones en la acción de esta causa. Hay tam cilmente la oclusión de los poros por la menor impre
bién mudanzas que provienen de la organización di sión del frió, ó su derrame eu hi red mucosa, dis
ferente de la piel en los etiopes y eu los europeos. ponen eu estío al órgano cutáneo á esas secreciones
Asi, hasta que se hayan obseivado con bástame cui viciosas, y ocasionan de este modo un gran número
dado por espacio de mucho tiempo las enfermeda- de sus enfermedades. El mismo sudor, aunque poco
das culáueas en las diversas naciones , esta materia abuiidanle, es una anfermedad; cuando los exhalan
será siempre oscura y uo podremos nunca esperar tes no pueden darle paso, se escapa lateralmente por
una historia exacta do las afecciones iiupetiginosas. los poros inorgáuicos, se desparrama entre la epi-
212 , * BIBLIOTECA económica'' ' * • ' •

dermis y la red mucosa, cijtrc esta y el dermis, y principio, no carecería .de inconvenientes si nos li- .
en lin, en las millas dej tejido celular subcutáneo, á mitásemos á los remedios estarnos cuaudo se halla
pesar do.su densidad. Esta materia puede ser pura, infectada todt la econemia. Comunmente, los órganos
inocente, ó presentar cualidades acres, .irritantes, interiores resisten largo tiempo á la infección; pero,
cuando la causa, que- provoca su secreción es bastante lo que es aun mas admirable , se ve que la salud se
intensa
■ un paraconsiderable,
prurito alterarla. Resulta de flictenas
manclias, estos desórdenes
llenas de ' medades
mantiene ilesa en las diferentes 'especies de enfer
impetiginosas, hasta la época mas remota, y
una serosidad límpida ó de un licor alterado, pústu- ¡lega algunas reces la persona á ser incapaz pafa cort-
' las, pequeños abscesos, ó ana sequedad escamosa de traer otras aficiones. Los tópicos deben emplearse
la piel. con prudencia en los impetigines críticos; pero debe
"Algunas Veces no se podría acusar á ninguna de las' recordarse que las fiebres son -ocasionadas mas co
causas precedentes: la enfermedad parece proceder munmente por las enfermedades impetiginosas que
de un «ció local primitivo y original, que no s¿; pue» es.tas por aquellas, si no se quiere tomar la causa por
de definir. Las mus reces es una disposición heredi el" efecto ; es decir , una erupción esencial por una
taria. Se ven familias en las que todos los individuos, erupción sintomática, error que llevaría á dirigir úni
que gozan por otra parte de una salud perfecta, ofre camente los socorros contra la fiebre. Por .otro lado,
cen cada uno manchas en la piel , cscrescencias ab no debe olvidarse que los impetigints desaparecen
solutamente semejantes; otras reces el padre y la algunas veces al aproximarse la fiebre, ó cuando se
madre trasmiten á sus Jiijos con la enfermedad una ha declarado, y asi parecen ser la causa de una en
existencia desgraciada, aunque los sometan aun gé fermedad á la que solamente ha precedido su desapa- ■
nero de vida particular. Lis alteraciones cutáneas ricion. Los inipetiginés á su ve/, sobrovienen en cier
que traen los recien nacidos sin que 'a madre ofrezca tas ocasiones después de lns.enfermedades que, sin
nada semejante, son atribuidas vulgarmente á su depositar en la piel ninguna materia morbosa capaz
imaginación , atormentada por no haber conseguido de darles nacimient§, establecen simplemente ci\estc
un'a cosa deseada durante la preñez, y aun se cree órgano una modificación favorable á las secreciones
.hallar en ellas uija semejanza con el objeto apetecido. morbosas. Lo que acabamos de decir prueba cuán
Esto es lo qlie se llama antojo,'npvi materni. Pode fácil es engañarse en .el diagnóstico 'do estas enfer
rosas razones nos impiden adoptar una opinión se medades , y esplica el éxito que el charlatán temera
mejante sobre el origen de los antojos; pero no cono rio obtiene algunas veces, con perjuicio del médico
cemos esplifcaeiqn ínas probable, y por otra parte no prudente. Los impHigines hereditarios , p la disposi
concebimos mejor cómo los rasgos y el conjunto de ción hereditaria á, estas enfermedades, que dependen
la fisonomía, y cierlos defecáis corporales pasan de del vicio do los sólidos mas bien que de un Virus con
los padres á los hijos; y sin embargo, son hechos in- tagioso, no-son susceptibles de una. curación radical.
conlestabjés. Como vemos á muchos niños salir en el Lo mismo suceJe con las afecciones impetigínosás
Inejor estado do salud del seno de una mujer infecta congénitas: cuando por un vicio hereditario toda la
da, y manifestarse, algunas veces muy tarde, las- e 11- piel está dispuesta á esa secreción morbosa, la erup
fermedados hereditarias ,• debemos referir en cierto ción se seca en un punto y vuelve á aparecer en otro.
período de la vida estas enfermedades, así como las Cuando la enfermedad es local, limitada á»un pequeño
• afecciones congénitas, á una alteración de los sólidos espacioj se puede algunas veces destruir radicalmen
I! ue se trasmite 4 los hijos, con arreglo á una ley te; pero en muchos casos los enfermos se han arre
(i oscpnocíd», según su semejanza con el padre ó Ja pentido de la operación. So ha visto suceder á la es-
madre, mas bien que á un vicio de los Huidos que ser lirpacionde un ncnvi'malcrni mediano, y sin saber poi
vían para la nutrición del feto en el seno, materno. qué, consecuencias funestas. Las afecciones impetigf-
Puro» esta disposicien del órgano cutáneo , on virtud nosas que sobrevienen ahtes de la pubertad , desapa
de la cu al se declaran sin causa manifiesta, sin alte recen algunas veces espontáneamente después de la
ración anterior en la masa de la sangre, en una épo revolución de este periodo por los progresos de la edad.
ca casi determinada, en una misma familia, diversas En la vejez es difícil la curación, cuando es posible;
afecciones en la piel , es un misterio impenetrable al á menos que la enfermedad no haya sido producida
entendimiento humano. por causas esternas , se exaspera de dia en dia, y con
372. Pronóstico.—El peligro de las enfermedades duce al enfermo á la tumba, enmedio de los mas vi-
cutáneas, y las dificultades que presenta su tratamien ros sufrimientos. Un gran número de enfermedades
to, varían según las causas de estas afecciones , la impetiginosas generales se terminan del mismo modo
época en que se reconocen, su grado de antigüedad, cuaudo persisten muchos años; la fiebre lenta consu
el estado de la economía y de los órganos esenciales, me las fuerzas y la » ida.
la edad del enfermo , y el clima que habita. La na 373. Tratamiento.—Los animales que la natura
turaleza se acostumbra fácilmente á una escrecion cu leza ha revestido de plumas ó de pelos , pasan la ma
tánea que se prolonga , ya dependa de causas ester yor pai te de su vida en limpiar su piel y en defender
nas , y por otra parte la salud no se halle altera la do los insectos parásitos : tienen cada uno sus ar
da , ya' prorenga de un vicio de los sólidos ó de los mas para esta especie de combate, y cuando no pue
fluidos. Si se suprime, la retención de la materia den alcanzar con ellas el sitio de que se apodera el
morbosa que lleva entonces su acción al interior, ó la enemigo, consiguen su objeto frotándose bruscamente
interrupción de un hábito inveterado que se halla bajo contra una piedra, un árbol , sumergiéndose en el
el imperio del sistema nervioso, hacen temer un gran agua ó revolcándose en la arena. Pero si se hace abs
numero de enfermedades. El talento del médico con tracción de las enfermedades impetiginosas depen
siste, pues, las mas veces, en saber si conviene ó no dientes de estas causas esternas, las afecciones de es
curar la afección cutánea, mas bien que efectuar ta clase son mucho mas raras en los animales, que
prontamente la cura. Pero una enfermedad absoluta en la especie humana. El hombre puede mas fácil
mente local llega ai lin á alterar la salud cuando se mente , á pesar de su desnudez , defenderse contra
prolonga , ya por la reabsorción diaria del icor en la los insectos parásitos, por los vestidos tejidos de la
masa do la sangre , ya por el desorden de las funcio piel de los animales ó de cualquiera otra materia, y
nes de! órgano cutáneo : de manera que en una en por el socorro de sus manos. Pero está sometido á la
fermedad que do oxija ningún remedio interno al acción de mayor número do causas morbosas, i las
DE MEDICINA Y «BUJÍA.»- PRANK. * ' 213
que se espone particularmente gueriendo sustraerse nía, convienen á estómagos débiles y detienen de esle
á la voracidad deHos insectos. • # modo los sudores ^escesivos jjue experimentan» estos
El primer objeto del tratamiento consiste-, pues, puehftis ; qcpo se abstienen al, mismo tiempo" de las '
en poner la piel al abrigo de estas causas. Se llega bebidas tibias , que llevarían á la piel él principio
á c»le fin por todos los medios propios para impedir volátil de esas sustancias acres, y* se introducen, to
el desarrollo de una sensibilidad morbosa que bace dos los dias en un baño frío. Con ayuda de estos
espenmentar al órgano cutáneo las mayores impre correctivos hacen- mas suaves los efectos de eondi-
siones por el mas, ligero estímulo; y para mantener las mentos tan. perjudiciales.
fuerzas tónicas de la piel en un justo medio*, tan Las unturas oleosas , seguidas de fricciones* con
distante de un esceso de tensión, como de un esceso un cepillo, que estaban en uso entre los antiguos, se
de«blancura. hallan en el número de los mojones preservativo/5,
Estas condiciones proceden sin duda *de la salud aunqu£ estén abandonadas en nuestros dias. Una can
general ; pero para bañarlas es necesario.sobre todo tidad prodigiosa de folículos segregan; por los cui
acostumbrarse temprano*)! la hnpresion del aire es- dados de la naturaleza, un humor sebáceo destinado
terior, introducir á Tos niños en baños Crios, lavar á mantener la flexibilidad de la piel: en los movi
los todos los dias con agua fria, bacer uso de fric mientos que el cuerpo ejecuta se esprime» este aceite
ciones suaves y llevar vestidos ^ue no sean ni dema animal en gran abuudancia para disminuir las frota
siado calientes ni demasiado estrechos.. ciones y prevenir la sequedad, y la rigidez. Se se
Estos medros tienei» también la ventaja de mante- grega mas en «los jóvenes, sobre todo en los sitios ,
r el aseo , nueva condición igualmente esencial. que corresponden & los huesos* y ú los cartílagos: da
" <le los recien nacidos está cubierta de humor al órgano cutáneo su bri Ug y *su frescura: En los
sebáceo : para limpiarle es necesario añadir al agua adultos, en los viejos, en los individuos espueslos til
tibia uno sustancia que se combine, con ella y -con caloró fatigados por uu»ejercicio continuo, la piel *
este humor. Lo mismo sucede en los adultos, luya llega á ponerse seca y dura, se oblitera un gran nú
piel está impregnada de cio/tas materias. A fin de mero de sus vasos exhalantes, de los conductos 'afe
hacer que estas impurezas se mezclen con el agua, es rentes y deferentes de sus folículos sebáceos, y se do»
necesario emplearla tibia, y servirse algunas, veces bilitan todas sus funciones. Tal es la razon«que tío-
del jaboií. Los gobiernos deberían establecer en to nen los pueblos de Africa para frotarse* continuamente
llas las ciudades baños públicos (i): está institución con aceite ó grasa: la esperiancia íes ha enseñado á
que los antiguos , principalente en los países cálidos, servirse de este medio para prevenir la sequedad,
habían juzgado digna de ser confiada á un magistra la aspereza, Ja- flogosis crónica de la piel , para ale
do, ¿ha perdido hoy su importancia? No es^ el a»eo la jar á íos insectos mas bien que con la idea de dismi
única* ventaja que se obtiene de los baños: la» im nuir los sudores. Las unturas con aceite seta , pues,
presiones súbitas y repetidas del- agua sobre el siste muy .ventajosas á los viejos , á les hombros de una
ma nerviosfl, sobre el sistema vascular, defavorecen sangre adusta, delgados y.socos ; ellas-combaten las
¡(••traspiración insensible , la reabsorción los hu causas do las enfermedades impeliginpsas; previenen
mores; el dermis, al humedecerse , adquiere flexibi de este modo estas afecciones , y aun las hacen des
lidad , y aumenta sus fuerzas tónicas. Pero el aseo aparecer al punto cuando la piel está ya cubierta
ile la piel depende mucho dbl de los vestidos: es ne de ellas. Para conservar los cabellos y mantener su
cesario mudarlos á menudo , lo que desgraciada belleza no hay nada tan eficaz como las grasas em
mente es imposible á los pobres. Se debe ademas te pleadas todos los dias en estos pueblos. La virtud
ner cuidado de mantener la pureza del aire y el aseo de que gozan los linimentos y los ungüentos en las!
ael lugar que se habita. enfermedades situadas profundamente , depende de
importante acostumbrar la cabeza poco á poco su acción sobre la superlicie de la piel.
de la primera edad, á las* variaciones de la al Para conservar la samd, y en particular el buen es
ífera, porque es en los niños el asiento de mu tado de la piel, es necesario favorecer las secreciones:
chas especies de tinas; no es menos útil cortar á me la mas importante es la traspiración insensible; su
nudo los cabellos que la cubren para impedir el de libertad depende de las circunstancias que hemos es
masiado aflujo de humores hácia esta parte y librarla puesto, do los vestidos, del ejercicio, y del régimen
de una nube de piojos. del cuerpo y del espíritu. Pero las otras secreciones
Debe evitarse generalmente el abuso de los ali v escrecioues naturales, tales como les de la orina, de
mentos muy cálidos, de las bebidas tibias y de todas la bilis, de la leche, del esperma, y sobre todo, del
las sustancias que por un principio acre y volátil, flujo menstruo, no merecen menos atención. Lo mis
dirigen especialmente su acción sobre la piel. Las mo sucedo con los flujos morbosos habituales mante
bebidas calientes alteran la digestión , cuya influen nidos por causas ocultas, como el flujo hemorroidal,
cia es tan marcada en las funciones de la piel; esci las hemorragias nasales, los fontículos, las úlceras
tan el sudor, como las sustancias espirituosas, acres, Favoreciendo ó moderando estas escrecioues es como
volátiles , aromáticas , favorecen de este modo la se conserva la frescura de la piel y la sakid.
plétora cutánea, y alteran la secreción do la piel. Sin Tratamiento curativo.—El punto esencial del tra
embargo , no debe tomarse esto tan rigorosamente: tamiento curativo consiste er> destruir la causa antes
algunas veces se ve que los escitantes producen efectos de 'que la piel haya contraído el hábito do la secreción
contrarios en los paises cálidos. Enmcdio del estío, morbosa. Cuando un individuo, que goza por otra
aun en los climas en que los calores no son escesi- parte de perfecta salud, es atacado de una afección
vos, el aguardienlo tomado en pequeña cantidad en impctiginosa dependiente de causas esternas, de la ir
un vaso de agua fria calma la sed y modenrcl sudor ritación producida por un insecto, del contagio ó so
en las personas aue por razón de sus trabajos se ha lamente de la acción morbosa de la piel, no se dobe
llan espuestas á les rayos del sol. La gran cantidad perder el tiempo en administrar remedios internos:
de aromas ardientes de que hacen uso los africanos su uso es inútil, y el retardo de los socorros conve
y asiáticos, atormentados por los calores de su cli nientes hace la curación difícil ó la enfermedad ne
cesaria. Si la causa es interna, toda la ¡atención debe
nes sobre los establecimientos de fijarse en ella: cuando la afección cutánea es sintomá
' : Higiene pública y de me«¡. le- tica, es necesario atacar la enfermedad esencial; cuan
. 214 BtBttbTSCA ECONÓMICA • *t 9
• * • »
rio es critica, su tratamiento exige otras cjnsidera- no tjuitan completamente la, causa, á menos que no
eionesfSin embargo, Insimpctigin^ por cansa inter- ré*sida ert el sistema digestivo sin ocupar las segun
na no siempre ceden completamente á *os remedios das vi is¡ y que la afección impetiginosa no sea por
internos; algunas veces la continuación del trata consiguiente sintomática de las'saburras.
miento memeo los'cxaspera, ó bien Megan íl ser ne La experiencia diario confirma lo que acabamoséde
cesarios los tópicos para triunfar de su resistencia. 'decir; los remed'os internos solos casi no curan mas
El médico encuentra á menudo glandes dificulta que las afecciones sintomáticas ó críticas. Si en cicr-
des' Frecuentemente existe ún vicio ocultó en la lin .tos casos paTecen gozar de alguna elicueia contra las
fa, una disposición morbosa que no se desafollan mas enfermedades cutáueas primitivas* es solo por una' ac»
que con motivo de una lesión esterna de la pie!, ó de cion secundaria, un razón de alguna complicación.
u% miasma contagioso que llava Su acción sobre este Co contrario sucede con los remedies estemos en
órsano; los, síntomas son, sin embargo, los mismos las enfermedades impetiginosas primitivas. Si no tie
que los que determina en m! individuo muy sano, la nen éxito siempre, si efectúan tina curación local con
gran* sensibilidad de'la parle afectada. «Este último perjuicio de toda la economía, es porque su u$n de
caso exige la pronta administración de los remedios masiado tardío, ha permitido á la' enfermedad propa
externos, qMc baria, perjudiciales en el primero la garse al interior; es porque se han descuidada las '
complicación .intenta, aunque la* enfermedad fuese consideraciones relativas al hábitg.
reciente. • " Aunque seJiayán comprendido casi todos estos re
Un octogenario qne^gozaHa de una «perfecta salud medios blijo el odioso nombre «ie repertursivos, no,
para su edad, esperimentó una contusión sobre la pertenecen lodffcn laclase de los astringentes: se
l\¡)\{\, sog-ida de una úlcera. Por espacio do seis* se • gún la naluralaza y las causas de la enfermedad, los
manas la supuración fue muy abundante, sin pro escogeremos entre los einolienlcs, tjs secantes, los
ducir por eso el menor desSrden en la snlud. Impa estupefacientes, ,los escitantes y los corroborantes;
ciente con esta incomodidad, aplicó, por consejo de. tambten hay muchos, de los cuales se puede hacer uso
un cirujano, tónicos secantes, y como estos medios interiormCnte. La sola aireación de la saliva disipa
+in produjeron efecto alguno, recurrió al vendaje corp- frecuentemente eflorescencias cutáneas: así es que
presivo ííste tratamiento imprudente le hizo perecer los animales curan sus úlceras lamiéndolas, cuando
al cabb de algunos dias , víctima: de un ataque de 'pueden alcanzarlas con la lengua. El jugo '¿gástrico
apoplegfa. La sarna por «causa esterna llega á ser muy no tiene mas*eficacia que la saliva, de la que casi no.
pronto, en los escrofulosos y escorbúticos, una enfer difiere; no produce tampoco «mejores efectos que el
medad complicada que nb se puede tratar sin-peli-» agua pura. Vemos qu-í las aguas termales', que no tie
gro solamente por los remedios estemos. As' es, que nen por lo común mas vjrludi que esta, triunfan de
en toda afección impetiginosa reciente, debe exami las úloeras mas sórdidas; el baño animal solí*, di
narse el estado anterior del enfermo, al emprender sipa algunas veces los herpes'. En los enfermos que
el tratamiento". ' • eSperimentan en la piel un sentimiento defensión, de
Otra fuente iv dificultades es la falta de remedios erosión, debe recurrirse á los mucilagiuosos, á líí
internos apropiados á la naturaleza de la enfermedad. fomentaciones emolientes, á los baños tibios simples
En efecto, si exceptuamos un corto número de afec ó con |eche: estos tópicos cambian no solamente los
ciones iiripetiginosas sintomáticas, que se curan por síntomas, sino que á veces'efectúan también la cura
un método específico, por remedios internos, todas ción radical.
reclaman tópiená. Entre las diversas sustancias me No sabemos por qué. las sustancias oleosas y grasas,
dicamentosas, los antimoniales en peinerías dósis aplicadas sobre la piel , hacen desaparecer las erup
ejercen una acción evidente sobre la piel, cuando son ciones que las cubren. Sin embargo, el aceite forma
auxiliados por el estado de la atmósfera; pero no po la base de los remedios empleados vulgarmente con
seen una propiedad específica; su virtud depende mas tra estas enfermedades, á pesar de que provoca por
bien del efecto que producen sobre el sistema nervio lo común, aun cuando sea reciente, muy suave y no
so abdominal, porque no pueden corregir el vicio de , esté rancio, una deliiescencia funesta. Las fricciones
la secreción ni el de los humores. Los medicamen de que va acompañada su aplicación, no pueden dar
tos que contienen un principio volátil y aromático, razón de sueficacia, no obstante la escitacionque im
propio para escilar la acción del corazón y de los va primen ¡i los vasos y á los nervios del órgano cutá
sos, para calmar los nervios, tales como 'las sales y neo: la esperiencia de muchos pueblos prueba que
los aceites volátiles, secundados por la temperatura el aceite no cierra los poros. Si la mayor parle de
de la atmósfera, las bebidas tibias, los baños, las fo las afecciones cutáneas debiesen su origen á insec
mentaciones, se dirigen especialmente sobre la piel, tos, seria mas fácil la esplicacion , puesto que el
como lo prueba el serlor que provocan; lo mismo su aceite es un veneno para ellos; pero las consecuen
cede con las aguas termales sulfurosas y con los prin cias tan comunmente funestas de la curación por cs-
cipios sacados del azufre. Pero hay muy pocos re le método, suministrarían una nueva dificultad. To
medios que gocen de una virtud particular, especí do se allana si dejamos á un lado las enfermedades
fica. Los dulcificantes, los inviscarttes, los correctivos sintomáticas, las que por su antigüedad son habi
tan alabados, las víbora*, los lagartos verdes, los le tuales, las enfermedades primitivas y recientes que
ñosos, la zarzaparrilla, la dulcamara, no tienen una han viciado ya la masa de los humores: en todos los
eficacia bien manifiesta. Los ácidos minerales, que demás casos, ya se suponga una causa inanimada,
son útiles en caso de supuración, no tienen mas efec ya se admita una cnus.i viviente, los aceites gozan
to que el de disminuir la irritabilidad. Los mercuria ordinariamente de las mayores ventajas. La relajación
les casi no efectúan cambio alguno, á menos que la que los cuerpos grasos producen en las fibras déla piel,
enfermedad no i reserite el carácter sifilítico. Los re ¿suspende ios movimientos de estas mismas fibras,
medios que tienen la propiedad de laxar el vientre, de los vasos y de los nervios, que concurren á la se
de escilir las orinas, aumentan la actividad de los creción morbosa? ¿El aceite envuelve á las partículas
vasos absorbentes, favorecen la reabsorción del hu acrimoniosas detenidas en el lepdo del órgano cutá-
mor acrimonioso retenido eti el tejido de la piel: así nao, ó embota su sensibilidad? Las íurestas metás
es como efectúan la desecación de las enfermedades tasis que siguen algunas veces á la curación de una
cutáneas, ó las hacen desaparecer enteramente; péró afección cutánea, aunque sea primitira, tratada por
' DE* MEDICINA Y^CIRUJÍA.—FRANK. 215
las sustancias grasas ó por los demás .tópicos, ; depen ó aplicado sobre la supe. ficie cutánea, produce elec
dan del trasporte de Jds movimientos desprdenados tos diferentes. Respetamos la esDeriencia de núes- .
de la periferia al centro, y Ta agitación de los orga- tros comprofesores; pero si consultamos nuestra
rtos inleriores es producida por la calma que se eféc-' práctica, que nos suministra un número bastante
tija en el órgano esterio*, comí) cuando en un ataque gratule de casaste este género, nos vemos obliga
de convulsiones , se oponen ligaduras á Igs movi dos á confesar que el uso esterior de las prepara
mientos del enfermo? Por !o demás, .'sea cualquiera ciones de plomo, cuando nos parece hidicado, no
la razón de eslos fenómenosj, está demostrado .que. determina nunca, tan malos efectos como los auto-*
fas sustancias grasas, son el remedio de la mayor res pretenden , aunque no los produzca s'iempre
parte de las afecciones impetiginosas priny'tivas, y" saludables.
ae el descrédito en que lian caído no procede mas Los mercuriales están preconizados en muphas en
" c del mal leo que se ha hecho de ellas. fermedades impetjgiuosas^ diferentes , sin embargo,
El azufre, empleado esteriormente, produce tam de las afecciones sifilíticas. Se emplean útilmente" en
bién los efectos mas ventajosos, aunque los cuerpos un gran número de casos en solución acuosa, bajo
grasos »con quo se asocie, corrijan su acción. Pero la forma de ungüento. No ereemos que el mercurio
sus cualidades., como las del intermedio, no podrían obre mas bien sobre los fluidos que sobre los sólidos,
.esplicar* su manera de ebrar , á menos que no se puesto que cuando se toma por la booa no produce
considerasen aquí también ¡os insectos como causa comunmente mugan efecto sensible, aunque la sali
de la enfermedad. El olor fétido de esta sustancia vación sea muy copiosa, También este es«n veneno
e/i el estado de sulfuro alcalino ó de pomada, deno específico para los insectos ; nueva prueba <en favor
ta la existencia de un prineipio volátil capaz de pe de la patología animada, si na obrase por lo común
netrar á través de la piel , y de insinuarse en los va como oscilante ó cáu*tico.
sos absorbentes: nos será, pues, permitido atribuir, Obtertenitís algunas Veces efectos escelentesde los
á (a acción que este principio ejerce sobre" el órgano baños de mar: sus ; ropiedados estimulares, la ac
cutáaco , los efectos de las preparaciones sulfurosas. ción tónica del agua fria , cambian la disposición
Por otto lado, el éxito del azufre en el tratamiento, morbosa de la piel.'y escitau y favoregen la traspira
de la sarna, en el que obra dn flua manera indiferen ción muy debilitada. Los ácidos vejetales y minera
te» eomo un veneno específico de los insectos que les dilatados en agua común, la orina misma, prodj»
ocasionan esta enfermedad, podría, por analogía, céij alguiias veces-resultados tan ventajosos, como el
hacer spponer. igualmente una causa animada en las baño ile mar.* •
otras eflerescencias que ceden á su uso, si no se No se han alabado sfii ra/.un muchos remedios as
conociese la incertidumbre de, las pruebas fundadas tringentes ó capaces dcjcomlensar el tejido del órga
solo en los efectps de los remedios, y la poca con no Cutáneo, de detener de este modo el movimiento
fianza que merecen en la investigación de la,s causas. fiuxidparib liiariieuidb por la debilidad de suS vasos ó
E] plomo ejerce una acción evidente sobre el ór por un esceso de su sensibilidad, lil vendaje salo cu
gano cutáneo; pero jus numerosas preparaciones, ra radipalijietjte U|1 gran número de úlceras de las
empleadas desde tiempo inmemorial contra las en piernas; el frió de la atmósfera, la.s aplicaciones de
fermedades 4e la P'el , no obran toda? de la misma agua fria, hacen desaparecer las eflorescencias con
ípancra. La sal de saturno produce una astricción en mayor ó menor éxilo. Lo mismo Sucede con el alum
los sólidos; la sal de plomo mezclada con el aceite, bro, conelsuifuln dezinc, con las sales dé cobre ó. con
el moco animal, ó empleada bajo la forma pulveru el azúcar de saturno. Cuando, estos remedios no es
lenta , y disuelta en parle por el humor de la tras tán indicados, cuando se administran en una enfer
piración , no tiene una propiedad astringente tan medad sintomática ó que Ii,a degenerado en hábito,
pronunciada, y no se ve que por su uso espriman los son mortales; pero su empleo es saludable* siempre
vasos los fluidos que contienen, ó se ingurgiten y se que un examen profundo de las causas nos enseña
estrangulen por su retención. Pero este metal con que el vicio es local, limitado á la piel.
tiene un principio sedaiivo peligroso, sobre todo, en l'na irritación fuerte"puede escitar en la piel un
el estado de vapor; un principio que ocasiona vio movimiento perturbador que desordene ó destruya la
lentes cólicos y produce frecuentemente la parálisis secreción morbosa. Así es como el vejigatorio apli
de las estremiilades. Sin embargo , la esperiencia cado sobre la misma eflorescencia, los escaróticos,
confirma la virtud calmante del plomo al esterior, y los rayos solares, el fuego, que curan las úlceras
nos obliga á confesar que es el medicamento mas efi cauterizando su superficie, bao disipado algunas
caz para disipar (as eflorescencias primitivas en un veces enteramente enfermedades impetiginosas an
tiran número de casos, y aun obtener algunas veces tiguas.
la cura radical. Se teme que el principio venenoso, Las sustancias vejetales doladas de un principio
absorbido por los vasos linfáticos de la piel, pro acre, annrgo ó estupefaciente y sedativo, que ejerce
duzca estragos en el interior : para justificar estos una acción evidente sobre las afecciones impetigino
terrores no faltan ejemplos de enfermedades cutá sas, no libran solamente atacando, la causa animada
neas, cuyo tratamiento por las preparaciones de plo en las que dependen de los insectos, sino también
mo ha tenido consecuencias funestas. Pero como disminuyendo ó aumentando él tono de los sólidos.
estas enfermedades eran afecciones secundarias, que Se obtienen, pues, los mejores efectos de las semillas
se trataban también por otros remedios; como no de estafisagria, de cebadilla, de peregil, del eléboro
hay signo que en los hechos alegados pueda hacer negro ó blanco, del ledum palustre, del Vibaco, de la
distinguirlos malos efectos del plomo, de los malos efec- cicuta acuática , del coco de Levante, de la sabina
losde cualquiera otra sustancia, es fácil formarun juicio etc. Como | s remedios tienen una acción diferente
erróneo sobre este metal: ahora bien, la importancia del administrados por la boca ó aplicados esteriormente,
objeto nos exije la mayor circunspección en este exámen, seria de desear que esporimentos. seguros nos hicie
á fin de no proscribir un remedio inocente, cuyas pro sen conocer el rnódo de obrar de las principales sus
piedades están reconocidas. Toda sustancia que es per tancias de que aquí se trata sobre la piel sola, en el
judicial á la salud, tomada interiormente, no pier estado de salud y de enfermedad, ó sobre todo el
de su virtud medicamentosa siendo empleada al es sistema.
terior; el mismo remedio administrado por la boca Las enfermedades impetiginosas dependen algunas
216 • BIBLIOTKfA ECONÓMICA 1
• * •• *'
veces de la supresión de una. evacuación sanguínea, mora en los reumatismos tenaces. Ya obren estus
. natural ó habitual, de una plétora locil que puede cxis- medjos por la inflamación, que determinan en una
tir-sin esta causa. Las sangrías y las escarificaciones parte sana, mas bien que evacuando una'matcria no-
deben hallar l»gar en su tratamiento. «La csmezon •civa, su utilidad no está menos justificada: sea cual
sola, ó el dolor, basta para'aumtfnlar el aflujo' de quiera su modo de obrar, admitan y circunscriben
sanare á la piel, aunque la enfermedad no proceda comunmente á una pequeña úlcera la secreción mor
de la cutáneo
plétorti; hacen
las contracciones del ór- bosa déla piel; sustituyan á una irritación despo-
•gano por otra partecspasmódicas
difícil la.circulacion i nocida otra conocida; es decir, la flogósis y la supu
en su tejido. Por esto las ventosas escarificadas son' ración de un simple fontículo.
mas ú'iles de lo que podría creer yn médico sin es- No se, debe, pues, rechazar siempre el uso de
periencia. Calman el prurito, previenen la flogósistjue los exutorios' en- el tratamiento de las enfermedades
puaden ocasionar fácilmente los tópicos fortificantes, cutáneas. Convienen en las afeccíones^sintomáticas,
y auiOos ligeramente astringentes. ue exigen algunas veces antes, que se haya destrui-
Muchos médicos ponen su confianza en las úlceras o sufoco, remgdios estemos cuya acción sea pron-,
artificiales, en los sédale* y en los fontículos: según ta; y en las eflorescencia» primitivas inveteradas. En'
un raciocihioJiídráulico, para agotar la fuente de un este último caso, un fontículo establecido en (la proxi
humdr en una* parte'se establece una vía de deriva midad de la parte, sin espeTar á que cese la secreción
ción en el lugar mas bajo y mas'rTpcIive. Pero la na morbosa, hace,1a curación mas segura y previene los
turaleza, que ha escogido un punto para la evacua accidentes. Pero, á pesar de la presencia de este
ción do 1a materia morbosa, no nos permite siempre" nuevo emuntorio, no hay que apresurarse, á curar
trasportará nuestra volunfad la fluxión <l otro. La la enfermedad; su antigüedad exige que so proceda
incisión de la piel, el cuerpo eítraño que mantiene la con lentitud, y que no sedesciiiden las evacuaciones
ulceración, no bastan siempre para establecer en esle .naturales. .Cuando el flujo de la úlcera artificial se
nuovo emun'torio la modificación que en el emuntorio halle bien establecido, se habrán disipado en lo po
natural favorece el «urso del liuníor nocivo. Ya he sible Jas causas de la afección impetigínosa, y su do-
mos dichoqueJas enfermedades impetiginosas depen . be empezar el tratamiento apropiado por los* reme
den mas comunmente del vicio de los sólidos que dios mas suaves parallega/iSuccsiva y gradualmente
del de los fluidos. Si el pus oue suministran habi- á los mas activos. •
lualmeute los cauterios manifiesta' en. realidad acri Lo que distingue la úlcera artificial de la enfer
monia y ísparce una fetidez iqtolerable, presetita es medad misma, que cede algunas veces á'su estable
tas alteraciones, tanto en el estado de salud como en cimiento, después de haber resistido á todas los re
el de enfermedad, y prueban á su vez que el órgano medios, es la tendenoia del exutorio, á pesar de sj
cutáneo,, modificado por una herida ó una irritación, antigüedad, á la curación espontánea, á la cicatriza
puede viciar, en el; acto mismo de Ja secreción, los ción. Lo, que tiene de común es que la supresión
fluidos que elabora. El humor que sale por el emun i incoosiderada de una y otra es peligrosa para ra salud
torio artificial es de la misma naturaleza que los que y aun para la vida. Pero haciendo abstracción de
circulan en los vasos; pero la piel inflamada, ulcera estos accidentes , una enfermedad cutánea anticua
da, le da cualidades diferentes. En muchos casos los que opone una resistencia tenaz á todos los remedios,
exutorios no son útiles mas que para disminuir la cede á los esfuerzos de la naturaleza cuando se ha
plétora; pero las mas veces no hacen sino aumentar convertido en un simple fontículo. Como las enfer
la debilidad, irritar las partes inmediatas, ó pro medades impetiginosas no atacan mas que la.super-
ducir desórdenes interiores, por la reabsorción de la ficie de la piel, ó se limitan á la mitad de su espesor,
materia corrompida que segregan. Los accidentes no- corroen y desgarran desigualmente su tejido,, y la
munmenío mortales que sobrevienen cuando se deja irritación es considerable: el curso del humor der
cerrar sin preciucion un exutorio antiguo, no deben ramado en las mallas del tejido celular subcutáneo
ser atribuidos á la retención, del humor acrimonioso es difícil á través del dermis imperforado: el fontícu
en la sangre, sino á la violación de las leyes del há lo penetra todo el espesor del dermis y no ofrece nin
bito, que constituyen una segunda naturaleza: no di guno de estos inconvenientes. La sujeción al cauterio
fieren de los que acompañan á la supresión de las no es perpetua, como se dice vulgarmente ; por lo
enfermedades cutáneas primitivas, pero inveteradas. común se puede cerrar el exutorio , con tal que se
Sin embargo, la esperiencia confirma muy á menu proceda con lentitud, siguiendo las precauciones que
do los buenos efectos de los exutorios, aunque el ya hemos recomendado para el tratamiento de las afec
raciocinio no pueda esplicarlos: tienen quizás mejor ciones impetiginosas inveteradas ó que han degene
éxito en las afecciones de la piel que en las enferme rado en hábito.
dades de los órganos situados mas profundamente. Acában os de hacer consideraciones generales so
Los humores acrimoniosos se reúnen y acumulan bre la naturaleza, las variedades y el tratamiento de
mas bien en el tejido celular subcutáneo , en el que las enfermedades impetiginosas; vamos ahora á estu
rodea á los vasos y nervios de lo.', tegumentos, que diarlas en particular, empezando por las manchas, que
en estos vasos mismos. Por ejemplo, si en la anasar consisten en una alteración parcial del color de la piel,
ca se hace una herida pequeña en la piel, el humor sin ninguna elevación, notable al menos.
ue corre de ella no viene solamente de los vasos
ivididos, sino que se destila también de las mallas ORDEN PRIMERO.
del tejido celular: asi esjque en las afecciones impe
tiginosas sintomáticas, se puede efectuar la desin- MANCHAS.
gurgitacion de la piel, estableciendo un exutorio, dar
salida á la materia irritante y cspulsar por la via mas GENERO PRIMERO.
corta la causa morbosa. La acción de los ciutorios
se estiende mas profundamente de lo que parece al Efélides.
primer golpe de vista, como lo prueba el buen éxi
to de los cauterios establecidos so!*re los lados de 374. Empezamos la historia de las enfermedades
la columna vertebral en el mal de Pott, del vejiga impetiginosas por la mas ligera de las alteraciones de
torio cerca de la rodilla en la ciática nerviosa, y de la la piel, la' efélide. El sol da el color á la piel del
'. DE MEDICINA Y CU iiii.-FRANK. • . * 21?

hombre, y á los frulos.del eslió, como á las llores de hojas y Jos frutos después de Aína ligera lluvij, son re
la primavera: s<íh cualauiera el principio de su acción, sultado de la quemadura: ¡as gotas de agua, como los
principio diferente del del, calor, Uñe de diverso' anteojos, los espejos ustorios, concentran los rayos sa
modo á los pueblos que habitan los diferentes climas, lares y los reúnen en un foco, ¿üxisle en el hombre
y dios hombres que vivén bajo el mismo cfelo. Contri una caüsa semejante? La abertura de lus porps en las
buye á ennegrecer á los etiopes, y obscurece el color personas que traspiran muebo, éstá-cerrada por go
que procede d« la organización de su red mucosa. Su tas invisibles de sudor que reciben la impresión de
influencia se hulla demostrada on nosotros por la blan los rayos del sol como las gotas de agua.en las hojas
cura de las partes que Ies vestidos ocultaN á sus ra de los árboles. Si los, rayos que han alra'vesádo estos
yos. Pero el efecto no es el misino en todos los in vidrios acuosos se reúnen en un foco detrás de ellos y
dividuos, ni eti todas las regiones de la piel, aunque la ejercen sobre la piel la acción d"e un fuego concentra
causa no sea. diferente: la delicadeza y permeabilidad do, determinarán en ella, como en lo? vejetale*s, man
mayores ó menores, la sensibilidad mas ó menos viva, chas, efélides. No se podría objetar que esta quema
y en fin, una disposición desconocida del órgano cu dura no es sensible para el enfermo , que los efectos
táneo, en toda su eslension ó solo on algunos puntos, varían en'los individuos que tienen los cabellos rojo»,,
esplican esta variedad dé efectos dependientes de un que esta afección es menos común en verano, en que
mismo principio. el sol es mas ardiente y el sudor mas abundante, ni
. 375. Definición.—Cuando el color no cambia mas en fin que no dcstrtiye la integridad de la epidermis.
que en una parte circunscrita de la piel, que llega Eu efecto, la acción de los rayos solare? es demasiado
a ponerse Amarillenta, rojiza ó tirando á negra, es ti rápida ó demasiado'superficial para que ocasione do
alteración' constituye la efélide ó mancha producida lor; los rubios no tienen todos iguidmcijle sensible la
por el sol; mácula á sble. Estono«s mas que un cam piel; durante los calores del estío, siendo el sudor ma's
bio; la diferencia no consiste mas que en. el grado de abundante, cerré con irlas rapidez, y las golas de que
color, sin, tumefacción , sin incomodidad, y que rio hemos hablado se disipan til punto sin quemar, como
ataca mas que á lat belleza del rostro. el vidrio, la niel, que está por otra parte habiluada ya
376: Espf.cies.—Algunas veces la mancha es gran á la acción del caler; en un, los rayos Ígneos atravie
de, es una sombra espesa que cubre la piel sin inter san la epidermis, se reúnen y establecen Su foco en el
rupción ci> u 11a grande eslension, entonces la llamamos cuerpo mucoso. Lo que da alguna apariencia de pro
efélide umbrosa, ephelis umbrosa. Otras veces son babilidad á'nuestrá opinión, es que los velos mus da
puntos amarillentos, rojizos, numerosos y apiñad,09 ó ros, los velos de gasa que no preservan del calor* pre
diseminados, como si fuesen gptas de materia coloran servante las manchas, apartando los rayos del sol. La
te cuidas ¿obre la piel; se asemejan por el color y la red mucosa'es, pues, el asiento da las efélides ientifor
forma íí las lentejas, lo que ha hecho dar á esta especie el mes: el color es amarillento ó de un rojo claro, según
nombre .'de efélide Ientiforme, ephelii lentigo. Cuan el estado de la linfa es.lautíida en lus diferentes puntos
do se está demasiado cerca del luego, sobrevienen en que han sido espuestos i la acción del sol; lat man
los muslos y en las piernas, grandes manchas ama chas son persistentes ó vagas, y están sometidas á la
rillentas, opadas, rebeldes, semejunles á las eféfídes, influencia del sol. Si esta csplicacion no agrada á todo
á las cuales Humaremos efélide falsa, ephelis spuria. el mundo, será mas- fácil zanjar la dificultad refiriendo
377. Los niños, ias mujeres, los individuos que las efélides á las causas que producen las petequias.
tienen los cabellos rubios, rojizos, y la piel delicada y Cuando la piel es delicada , -los rajos solares tienen
bluuca, están particularmente sujetos ú la efélide um quizás bastante fuerza para espririiir de los vasos cu
brosa. y á la Ientiforme. Cuando el sol se aproxima á táneos algunas gotas de linfa coagulable, que dan lu
nosotros en la primavera , ejerce sobre la piel una gar á la formación de las pecas; Pal parere ser la cau
acción mas fuerte aun que en verano, aunque sus sa de la efélide umbrosa y de la efélide falsa. La ac
rayos sean mas débiles; entonces se manifiestan ción del sol ó del fuego, determina una rubicundez,
las efélides en mayor número en la cara, en el cue una aridez, un estado'crisipelatriso de la piel, lo que
llo, en la parle superior del tórax y en las manos. Las prueba que la efélide va procedida de una ligera fio—
hojas de los árboles, tiernas todavía, los frutos sus gósis bajo la epidermis, ó que constituye un equi-
pendidos eu sus ramas, no se hallan al abrigo de esta inósis. '
enfermedad: las alteraciones que présenla su super ' 379. Pronóstico Esta_ enfermedad no altera la
ficie son por lo común obra de los insectos ; pero si salud , pero las mujeres se inquietan con justa razón
aparece un sol ardiente después de una ligera lluvia, por su belleza. El arle olrece pocos recursos: los re~
se cubren de un gran número de puntos negros igual medios sin número que se han preconizado contra esla
al de las gotas de agua de que se hallan cargados. alteración de la piel, no gozan por sí mismos do nin
Estas manchas están ya aisladas, ya reunidas en ra guna virtud, y deben su éxito á la vuelta del invierno.
cimos; algunas veces se hallan muy juntas, cubren Hay mas esperanzas de prevenir las efélides ó de disi
toda la eslension de la región que afectan, de mane parlas cuando aparecen por la primera vez; pero si el
ra que no se percibe la blancura de la piel en los médico no puede quitar estos defectos , las mujeres
intersticios. saben muy bien cubrirlos con los afeites. En el licinpe
378. Causas,—La causa de esta enfermedad ligera en ^ue la lepra reinaba en Europa, estas manchas leu»
no es fácil de determinar. Se atribuía antiguamente, liformes, con estincion de la sensibilidad en los pun
como casi todos los cambios del color natural de la tos que ocupan, entraban en el número de. los sínto
piel, á una bilis quemada por el sol. Pero el racioci mas de esta horrorosa enfermedad.
nio y la esperiencia prueban que las personas que tie 380. Tiutamiiíhto.—Para prevenir los efélides se
nen los cabellos rojos gozan de tan buena salud como deben evitar los ardores del sol, sobre todo en la pri
los demás. Como estos individuos nos ofrecen particu mavera, y la acción del fuego; es necesario cubrirse
larmente ejemplos de efélides, como estas manchas so con uu velo y sustraerse 4- la .impresión del aire frió
brevienen mas bien en la primavera que en cualquiera cuando se acaba de lavar el rostro ó las manos. Se
otra estación, debe consistir la verdadera causa en la previene esta última causa haciendo uso de la clara de
mayor delicadeza y sensibilidad del órgano cutáneo, nuevo, del mucílago de pepitas de membrillo, de go
y en la cantidad y eu la fetidez mas considerable de los ma tragacanto, ó de goma arábiga, disueltos en agua,
sudores. Las manchas que produce el sol sobre las fria.
• ' ffl ' '
BIBLIOTECA ECONOMICA
Los remedioa internos no gozan de eficacia alguna munmente ligera, y sin otro inconveniente quo el de
conlra las efélides declaradas. Hé aquí, los tópicos alterar la belleza de la piel. ,
'convenientes: a) principio- se debe suayizar y limpiar 382, Especiks.—Son. mas frecuentes en las mu
la piel con suero, aguas destiladas, el jabón, la po jeres en cinta, y toman en ellas la denominación dé
mada detersiva (1), la crema de leche y otros seme- chtoasma gravidarum. Se pre'sentan sobre todo en la
• jantes: estas preparaciones deben emplearse tibias. frente, en las mejillas y aun en el cuello, en las ma
Se recurre en seguida á sustancias que penetren á nos, en la estension desde una pulgada á un palmo;
través nVl epidermis, para disolver la linfa coagulable su color es de un amarillo claro, verdoso rojizo, .y
que se ha estravasado debajo de-esta cubierta lamino algunas veces negruzco. Su superficie es comunmen
sa, para escitar la acción de los vasos absorbentes. te lisa y unida. Estas manchas son un signo incierto
En susirtud, prescribimos nosotros el vapor de la in de la concepción: no hacen conocer el sexo de la cria
fusión acuosa de saúco acidulado con el vinagre; un tura, como se' ha pretendido; pero hay muchas muje
agua destihidanromática con jna pequeña cantidad res que no las tienen mas que en el caso de preñez,
de vinagre y de sal amoniaco; el linimento aleanfora- y otras que no son afectadas de ellas sino cuando tie
• do (2), en el que se disuelve cierta cantidad de sal vo nen én su vientre^ un varón; en fin, aunque nó con
látil; el vinagre alcanforado (3) ó una preparación cibamos la razón del fenómeno, se ven algunas que
mas suave (4). En fin, cuando la efélide desapa rece, son constantemente atacadas ó exentas de estas man
se ensava la aplicación del agua fría, á la c¡ue se pue chas cuando llevan en su, seno una niña. •
de añadir clara de huevo' y alumb/e, ó azúcar de sa Pero esta eflorescencia sobreviene también algu
turno. Los tópicos mas" activos, capaces ái producir nas veces en mujeres que no se hallan en cinta, en
una irritación considerable, pueden prod.u"cíi acci las viudas y en las doncellas. Como entonces depende
dentes mas funestos que el mal conlra que se les mas comunmente de la supresión de las reglas, nada
emplea. impide que se le llame chioasma amenorrhoicum. '
' Sin embargo, las mujeres cuyos menstruos no es
GENERO SEGUNDO. tán alterados, y aun un número considerable de hom
bres, están también suje'tos al cloasmo. Las manchas
• ' Cloaimo. ocupan en este caso con preferencia las partes cu
biertas con los vestidos, sobre todo el pecho y las
3$L Definición—Se han referido sin tazón á las ingles ; su eslension es considerable, su superficie
efélid es las manchas que se presentan en las muje un poco áspera al tacto; algunas veces van acompa
res en chira, sin ser ocasionadas ni por el fuego ni ñadas de prurito , que llega 8 ser muy intenso por
por ctsol, y sin razón también se ha querido dar el la acción del calor esterior. Estas son las que se lla
nombre de enanchas hepáticas á las que tienen su man sin razón manchas hepáticas: como tienen cier
causa.cn el hígado, según los autores, y colocarlas to grado de semejanza con .el pórrigo, nosotros le
en el 'género vitíligo: nosotros hemos creído deber aplicamos la denominación de cloastno pseudo-por-
llamar cloasmo, á' estas dos especies de manchas en V'OO. • t ■
razón de la semejanza de su color y de la identidad 3&L Marcha.— Las manchas que be manifiestan
de su causa. Designamos bajo este nombre manchas desde los primeros momentos de la concepción, ó
de un amarillo verdoso, pálidas, algunas veces rojizas, mas tarde, desaparecen después de los primeros me
de un amarillo negruzco, que ocupan ya la cara, ya ses culi los demás accidentes de la preñez , ó persis
el pecho, el abdótrien ó las ingles; ancuas, indolen ten tenazmente hasta el parto, y aun mas allá de esie
tes, lisas por lo común, y oirás veces un poco áspe término Son ordinariamente mas numerosas en las
ras al laclo, que dependen dé una causa interna, co- etnharazadas que padecen inapetencias , vómitos, ó
una hinchazón y un e3tado casi clorótico. Lo mismo
suced con las manchas que sobrevienen en las mu
(1) POMADA DETERSIVA. jeres y \as niñas pálidas lánguidas ó privadas de sus
U. Almendras amargas nueve dnzas.=270 gram. realas, en las que constituyen una especie de cloró-
Piñones Iré- onzas.= 90 gram. sis local y circunscrita. En la tercere especie, en la
Redúzcase á polvo sutil y añádase. cual el prurito es a veces considerable, estas man
chas tienen un carácter movible, y pasan fácilmente
Yernas de huevo núm. seis. de su asiento primitivo á una parte lejana. Hemos
mézclese. tenido últimamente en el Instituto clínico un hombre
robusto que había sido atacado hacia largo tiempo
(2) LINIMKNTO ALCANFORADO. de esta especie de cloasmo en el pecho y en las
R. Alcanfor, una dracma.= 1 sram. axilas: no le quedaba ningún vestigio , pero la eflo-
Nitro purificado, dos dracmas— S grani. resencia cutánea había sido reemplazada por noa
Miel s. i,: para hacer un liuimento. fiogósis crónica de la garganta y del paladar , con
(3) VINAGRE ALCANFORADOi una gran dificultad en la deglución. Las fricciones
con la tintura de cantáridas sobre el tórax llama
R. Alcanfor, una dracma.= l gram. ron la erupción , y, disiparon al punto todos los sín
Pulverícese en un mortero de piedra con tomas.
Espíritu de vino rectificado, veinte gotas. 384. Causas. —La causa de estas manchas en las
Azúcar blanca dos ornas.— 60 gram. mujeres embarazadas no es fácil de determinar. No
Después de una trituración perfecta, viértase. es permitido acusar á la acrimonia de la sangre
menstrual, cuyo flujo se ha suspendido , ni invocar
Vinagre escelente diez onzas.—300 gram. en todas las mujeres, ni en todas las épocas del em
(4) VINO ALCANFORADO. barazo, la plétora y la incomodidad en la circulación
por la masa desenvuelta del útero. Pero la simpatía
R. Alcanfor, dos draciuas.^8 gram. de este órgano con la piel , y la admirable influencia
Múdase con algunas golas de alcohol; añádase el jugo de un limón de sus nervios en toda la economía , merecen una
recientemente esprimido y una libra (TOO gram.) de buen vino. alenden especial : tal es seguramente la causa do
Cuélese. ese círculo lívido que rodea á los ojos periódicamen
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.1*—FHANK» 219
le, de esa alteración singular de la cara , que se ob leche. Nosotros no -hemos tenido ocasión de emplear
serva á la proximidad de las regias ó en los primeros gestos remedios , de modo ,que no podemos recomen
tiempos de la preñez; de los tubérculos que se elevan darlos ; pero tampoco tenemos razón alguna para
sobre la frente ; de las pústulas, de las manchas que creerlos perjudiciales.
sobrevienen en los labios y en la barba de las jóve Las manchas que persisten después del parto, las
nes, en las fipecas menstruales y en la amenorrea. He* que no depmden «le la preñez, exigen las sangrías,
mos vi§to en una mujer de 40 años una pequeña úl las sanguijuelas , algunas veces los tónicos ,• cuando
cera que subsistió tenazmente por espacio de dos son producidas por un flujo nieristrual ó hemorroidal
años sobre la frente ; la cicatriz se habia formado y muy.escaso, ó por su supresión.
parecía sólida , pero siempre que las reglas corrían Si la tercera especia de cloasmo pareciese proceder
en abundancia se volvía á'abrir. Esta afección no de la obstrucción de uoa viscera, ó de una acrimonít
dependía, pues, del raflujo de la sangre menstrual, humoral, se deben emplear, sogiíii la naturaleza de "la
ni de la cantidad demasiado pequeña de las reglas, causa/ los resolutivos, los antimoniales, los mercuria
sino de* una acción particular y periódica' del útero les, los anti-escorbúticos y otros'remedios , antes de
sobre la piel del rostro. Se observa á yeces lo mismo recurrir á los'tópicos.
en las . elorólicas : su piel se cubre de pústulas cos Después de estas remedios internos1 , ó sin haber
trosas , güe no dependen ordinariamente ni de la recurrido á ellos, cuando el vicio.de la piel es local,
plétora ni de la acrimonia , aunque lás reglís estdh prescribimos los tópicos que acabamos de hacer co-
casi suprimidas; esta erupción procede mas bien de uocer, ú otros un poco m.is activos. Aplicamos siua-
una irritación particular y sintomática del órgano pismos , vejigatorios, el ungüento mercurial rojo (1)
cutáneo, porque su tratamiento no consiste en las sobre las mismas manchas, á fin d" destruir la debi
sangrías ni en las sustancias propias para temperar lidad de Ja piel, de cambiar su modílicncion patoló
la acritud de los humores, sino solo en los tónicos y gica, deconegir la secre ion morbosa y de producir
ea los remedios capaces de atraer las reglas. Nosotros la desecación, ocasionando mía irritación moderada y
presumimos que la supresión de las hemorragias ha- diferente del estímulo morboso (2).
uituales obya de la misma manera. Solo bajo este
punto de vista, y erl razón del embarazo en la cir SEÑERO TERCERO.
cularon de la vena porta, es como admitiremos , si
se quiere, las manchas hepáticas. Pero la etiología de Equimosis.
la tercera especie de cloasmo no' es. tan sencilla co
mo la de las embarazadas y de las eloróticas ¡ esta 387. Definición.—La palabra equimosis ccchymo-
afección porriginosa y movible depende algunas ve ma , ecchymoai» , signitica efusión de jugos , sugila-
ces d*e la alteración de una viscera, de una acrimo cion., Pero bajo una acepción tan estensa, se com
nia reumática, escrofulosa ó de cualquiera otra na prendían una multitud de enfermedades; se ha creí
turaleza. • do, pues, di ber restringir esta denominación á la
38*5. Pronóstico. —No hay remedio alguno para efusión de sangre debajo- de Irf piel , y á la mancha
las manchas de las mujeres etreinta; pijro desapare que de ella resulta, con tumor mas ó menos sensible.
cen espontáneamente despues-de los primeros meses Por lo común la piel presenta en toda su-estension
de la preñez, ó al menos á la época del parlo, y no ó en un punto aislado y circunscrito , una rubicun
atacan por otra parte á la belleza. Pero el parto no las dez extra-natural : en el primer" caso es un {tnigimtx,
disipa siempre , cuando los embarazos se suceden en el segundo una mancha que se llama antujo, nce-
rápidamente. El pronóstico del cloasmo de la ame utis, -cuando es congénita. El uno depende de la can
norrea ó de la supiesionde las hemorroides , es el tidad demasiado considerable de vasos sangukieos ó
mismo que el de la enfermedad principal, á la cual de la plenitud y delicadeza de la piel ; el otro reco
no agrava. La curación de la tercer» especie, cuan noce por causa una organización extra-natural de la
do su causa reside en una acrimonia desconocida, en parte que es su asiento, ó un estado varicoso de su
la alteración de ulguna viscera, os por lo común red vascular Pero las diversas manchas son produci
muy difícil. Antiguamente se referia el cloasmo á la das en general por una materia derramada en el te
lepra. jido celular del .órgano cutáneo, diierente por su co
386. Tratamiento.—No existe preservativo algu lor de los fluidos que la piel segrega en el estado de
no para ciertas mujeres, y no tenemos tampoco re salud, ya líquida, ya espesa y confundida con el te
medio eficaz para disipar esta ellnreseencia cuando jido celular: así es como liemos esplicado en la of
se ha manifestado. No conocemos bastante la natura talmía la formación del albugo y del leucoma, por la
leza de la causa que ejerce desde el útero su acción efusión y espesamiento de una linfa coagulable entre
sotne la piel , ni su manera de obrar, para tratar de lus láminas de la córnea trasparente; así es como se
combatirla por remedios internos, ni aun para atre forman ciertas manchas por el derrame de una ma
verse á ello sin temer algún peligro; por otra parte, teria que refleja los rayos luminosos de diverso mo
los tópicos no prometen mucho, porque el órgano do que la grasa, la linfa, y la serosidad; manchas
cutáneo obra débilmente sobre la matriz. Se han pro que se refieren al equimosis, cuando contienen un po
puesto las bayas de laurel mondadas y reducidas á co de sangre.
un polvo sutil que se incorpora con miel, el lini 388. GABACTERhs.—El equimosis existe ordinaria
mento alcanforado (1), con el que se practican un« mente sin fiebre y sin dolor, pero no está siempre
turas en la cara al salir del baño. Otros han acon exento de ella, como lo prueba la historia de las pe-
sejado frotarse diariamente con medio limón ó con
un fruto ligeramente ácido ; lavarse á menudo con (I) UNGÜENTO MLKCOnm ROJO.
una emulsión de semillas de cáñamo preparadas con
R. 51 antera fresca dos onzas-t¡0 graro.
Cera blanca liquidada. . tres draemas 11 graui.
(i) L.NIMF.NTO ALCANFORADO. Precipitado \cy< a.i, ilratruia y mtdia 6 grara.
Alcanfor. - .I
U. Alcanfor, una draema=l gram. ilizelAc, . , „Taris,
.
Nitro pnrilicado, dos dracmas=8 gram. (4t 1». Bayer «Treta*» ile ta* eWermeilatlrs ie a peí.»
Miel, c. s. nara hac. r un linimento. 1833, 1. lUri*. -W4, pl. XXII.
220 ■ . ' • ' 'mbliotkca ECONÓMICA '• *
tequias y de los cardenales, de las luxaciones, de las A las causas iqternas dobemos. referir especial
heridas y de las inflamaeignes con equimosis. Sues: mente todo lo que disminuye ó destruye la resisten
tensión es mas 6 menos considerable, y sus síntomas cia de los vasos, ó les obliga & ceder á la Impulsión
concomitantes varían en número y en intensidad ^se dc'los líquidos. Si se observa algunas veces una falta
gún la naturaleza de la enfermedad á que acompañan de consistencia en los humores, es necesario atribuir
y la causa de que se derivun. El color do este género la á la debilitación de los sítídos.«Colocaremos, pues
de manchas no es constante; ya es de un rojo escar aquí un movimiento- circulatorio impetdoso, yia gene
lata j bermejo, ya erfeendido y tirando ú lívido ó ¡í ne ral y dependiente de la- acción del corazón, ya local
gro; ya en lin , verdoso, amarillento ó pálido: estos • y limitado á una parte; una liebre intensa, un ejer-'
matices son relativos á la cantidad de sangra estra- cicio inmoderado, una tos estreruádamente fuerte, un
visada, a la distancia que la separa de la epidérmis, vómito violento, un esfuerzo considerable, la contrac
á su consistencia líquida ó grumosa, y al grado de ción espasmódica de las libras, la plenitud de los va
antigüedad de la efusión sanguínea. Según ^resis sos, la supresión de una evacuación sanguínea, la
tencia que el tejido celular opone al derrame, 'ó ia succión de'la piel, la aplicación de ventosas, la rare
facilidad con que cede al aflujo del líquido, varian la facción súbita del aire csterior; ra atonía de los vasos,
forma, la eslénsion , la prominencia, la dureza y la la paresia, la debilidad de todo el sistema nervioso y
tensión del equimosis ; la densidad, el color y la natura vascular, como en las fiebres malignas; un estarlo de
leza de la maieria cstravasada cambian según el núme á*ebilida*d idiofiálica ó. simpática; la supuración de
ro, la libertad y la actividad de los vasos absorbentes. una parte inmediata, la proximidad de una úlcera, y
389. Especies. —El equimosis se presenta, pues, la acción de una materia acre, córrosiva ó estupefa
bajo muchos aspectos, que constituyen variedades, ciente.. La influencia del sistema nervioso se halla de
mas bien que especies, á menos que la causa no sea mostrada, según lo que hemos dicho (283), por las
diferente. El color rojizo ó negro no «establece una manchas que son efecto del terror que produce el in
distinción real entre el equimosis y el melasmo, y el cubo , la.vision de un fantasma; por la sugilacion del
cardenal no difiere de la mancha mas que por su for-, escroto en los ahorcados, y lós equimosis de los mo
ma. El equimosis es muy comunmente sintomático y" ribundos.
se encuentra en las enfermedades mas opuestas. La 391. Pronóstico. —El prnnóético de los equimosis
inflamación flegmonosa y la erisipela, nos suministran sintomáticos es el mismo que el de la enfermedad
ejemplos de esliavasacion de una sangro roja en ,el te esencial , como hemos hecho conocer en parle en la
jido celular de la parte afectada. Las manchas roji historia de los exantemas. Cuando son-primitivos tie
zas ó negra* son muy numerosas en el escorbuto, en la nen una terminación, variable, según su asiento y la
hidropesía, en las liebres intermitentes y continuas, y naturaleza de sus causas, según la cantidad de'la ?an-
en el aneurisma falso. Estas manchas se asemejan al gre derramada, sii estado- concreto ó fluido ; en fin ,
equimosis, y reconocen el mismo origen ; perp ni su relativamente á'la fiebre ó á la inflamación de que van
Eronóstico ni su tratamiento son del todo idénticos, acompañadas , á la integridad y actividad de los rasos
obre sus causas, pues, es sobre las que debemos es linfáticos, al estado de los nervios de la parte enfer
tablecer las especies. El equimosis puede ser resulta ma: según cs/as consideraciones, rjueden carecer, de
do de unalesion esterna, y entonces es traumático; de peligro ó inspirar ios mayores temores. El equimosis
una causa interna, y entonces es espontáneo , til cual sintomático es mas funesto que el esencial: la grave
puede ser'sintomático* ó primitivo. Los órganos inte dad de estas manchas s,e reconoce menos en su color
riores son afectados mas comunmente de lo que se que en su causa. Cuando la sangre permanece largo
cree de equimosis sin causa esterna : examinando la tiempo estancada en el tejido celular, se corrompe,
cara interna de los grandes vasos en e\ cadáver , los entra cu putrefacción , y la parte cae en gangrena, ó
hemos hallado con frecuencia cubiertos de equimosis bien se endurecen y obliteran las mallas del tejido
muy cstensos, sin ningún vestigio de inflamación, so celular; pero nunca se convierte en verdadero pus.
bre todo en la proximidad del corazón : pero estos Sin embargo, la naturaleza no carece de recursos
equimosis se forman quizás después de la rímente; para prevenir estos accidentes: con tal que la parte
nosotros no conocemos al menos síntomas caracterís no se esponga al aire, y que la vitalidad se man
ticos que anuncien su existencia durante la vida. No tenga, esta sangre derramada desaparece por el
es raro observar manchas semejantes en el útero, trascurso del tiempo sin haber esperimcnlado altera
c iando este órgano ha sido irritado por la mano del ción alguna; es reabsorbida y vuelta á llevar á la
cirujano ó por los instrumentos. masa de los humores, sin haber contraído ninguna
3íÍ0. Causas.—Las causas esternas del equimosis cualidad nociva, aunque haya adquirido una consis
son diversas lesiones parciales ó generales , talos co tencia cstruma , una dureza leñosa, como en los es
mo las conmociones , las contusiones, las distensio corbúticos. Sobreviene algunas veces un equimosis
nes, las dislaceiaciones, las heridas que pueden in indolente, pero rebelde, sobre la esclerótica , que se
teresar la piel, ú las visceras y dilatar sin medida, disipa espontáneamente al cabo de muchos meses. El
abrir y destruir los vasos sanguíneos, lo que da lu equimosis es también de larga duración cuando tiene
gar á la estravasacion de la sangre en el tejido celu su asiento debajo de las uñas, lo que constituye el ki-
lar, á su derrame en las cavidades, y á su efusión al yonicon: algunas veces la uña se destruye y cae. En
csterior. Las heridas que pendran los tegumentos y los partos difíciles con oblicuidad de la matriz, ó que
dividen algún vaso grueso, ó un gran número de va exigen el uso de la palanca, el niño presenta comun
sos capilares, van acompañadas de anchos equimosis mente equimosis en la cabeza; se forma sobre el crá
con tumefacción y tensión considerables , cuando la neo un tumor sensible con fluctuación manifiesta,
abertura csterior es estrecha, ó sus bordes se apla cuya abertura por el instrumento cortante es las mas
nan y la cierran, como en las heridas por instrumen veces mortal. Las materias derramadas bajo una apo-
to punzante y por armas de fuego. Las causas que ncurósis, sí son prontamente reabsorbidas, ó evacua
efectúan la solución de continuidad por conmoción ó das por una incisión, pueden producir la fiebre, una
contusión, debilitan ó destruyen la sensibilidad de inflamación violenta, el delirio, las convulsiones y la
los nervios, la irritabilidad de la fibra , la acción ríe muerte.
los visos linfáticos, disponen el liquido derramada á :¡:ií. Tratamiento. —Hemos espucsto suficiente
la putrefacción cspoiitauea, y favorecen la gangrena. mente lo que concierne al tratamiento de los equimo
DE MEDICtKA T CHMJJÍA.— FRANK. 221
sis exantemáticos. Hablaremos del tratamiento de los cocimiento vinoso de quina , el agua de cal, el vino
otros equimosis sintomáticos, cuando" nos ocupemos alcanforado (I) el ungüento sinapizado (2), y la tin
de las enfermedades á que acompañan. En el equimo-- tura ó el emplasto de cantáridas.
sis primitivo es necesario tomar en consideración la Ka fin, si la causa reside en las primeras vias, co
causa que lo lia determinado, la fiebre y la itillama- mo hemos dicho con ocasión de los exantemas, se
cion que pueden complicarlo. Si la esteusion forzada, administra un emético, un purgante, que evacúen la
la tensión, la contusión de una parle, hacen temer el causa primitiva y favorezcan al mismo tiempo la reab
equimosis, la inmersión de la parte en ligua fria, sorción del fluido estravasado.
las aplicaciones de nieve ó de hielo machacado, y la
compresión, previenon la estravasacion de la sangre y GENERO CUARTO.
el tumor. Cuando la sangre se infiltra en el tejido
celular subcutáneo durante una sangría, se quita la Eritema.
ligadura y se da al brazo ó al pie la situación conve
niente para restablecer el paralelismo. Cuando el
equimosis procede de una lesión esterna , se practica eritema 393. No sin alguna repugnancia separamos el
la sangría en los individuos robustos y pletóncos; se dos aspectos de la erisipela . que se le asemeja bajo to
recurre en seguida á las aplicaciones repercusivas enfermodades, impetiginosas y la referimos á otra clase. Pero las
se complican comun
con el oxicrato , la sal amoniaco y el nitro, con el es- mente con los exantemas, y aun
tracto ó la sal de saturno en agua fria alcoholizada, gen: en este último caso, aunque deconservan ellos tienen ori
algunos
con la raiz fresca de hrionia raspada, é igual cantidad rasgos semejantes entre sí, no podemos confundirlos
de aguardiente, si la inflamación, la tumefacción y la sin fallar al orden que debemos seguir, y sin perjudi
dureza de la parte no contraindican el uso de estos car al tratamiento. Entendemos por eritema una
remedios. Si una contusión violenta ha debilitado la eflorescencia cutánea crónica, perfectamente seme
vitalidad de la parte en que existe el equimosis, de jante á la erisipela por sus apariencias estertores,
ben prescribirse las fomentaciones calientes y espiri
tuosas aciduladas con la sal amoniaco y el riuagre. pero mas larga, ó al menos mas Sujeta a vueltas im
portunas. Se le podría ¡.llamar erisipela habitual ó
Cuando la cantidad de sangre estravasada es dema upirétka; pero vale mas hacer de ella un género de
siado considerable para que pueda esperarse la reab
sorción; cuando forma grumos voluminosos detenidos enfermedades
mos ú la
impetigiuosas , bajo el cual colocare
gota-rosa.
debajo de una aponcurósis , debajo de la piel que no 394. Definición.—El eritema es una mancha su
puede darles salida, porque no está dividida, óú perficial dependiente de una flogosis no febril de la
causa del aplanamiento y obliteración de la herida es piel: es de l-'.rga duración ó está sujeta ú vueltas ha
terior, ya muy pequeña, es necesario al punto prac
ticar una incisión, desbridar, dilatar la herida, llevar bituales. Presenta un color rojizo, ó un rojo que tira
el bisturí profundamente para alcanzar el foco del ádaamarillo, que palidece bajo el dedo ; va acompaña
derrame, y emplear en seguida los remedios que acá shande: prurito la
, de una sensación de ardor , de ten-
tumefacción es ordinariamente poco consi
bamos de aconsejar y el vendaje compresivo. Cuando derable y difusa; no se
el líquido estravasado se corrompe , está, indicado el ción, al menos por una termina nunca por supura
supuración benigna; su su
tratamiento de la gangrena ((36). Pero no se crea so
lamente por el color negro de la parto que la gangrena perficie es frecuentemente lisa y. lustrosa, cubierta
es inminente. Nosotros hemos visto que todo, el"ab- i algunas veces de pústulas, pero mas comunmente de
dómeii presentaba este cnlor á consecuencia de un escamas Jurfuráceas, por • la descamación de la epi
tiro en el escroto, á cuyo síntoma se agregó un vómito dermis- 39o. EsPF.cn s. El eritema puede atacar cons
copioso, hipo y una grande ansiedad. Se practicaron tantemente
tres sangrías, se aplicaron fomentaciones aromáticas, parte ya en elofra. mismo sitio , ó presentarse ya en una
Sobreviene lo mas comunmente en
calientes con vino y vinagre, y se prescribió después la cara y en las estremidades Inferiores, sin perdonar,
una gran dósis de opio : el equimosis pasó de negro á no obstante, i las demás partes.
verde, llegó después á ponerse amarillo, pálido , y el ta en el rostro, solire todo en laCuando se manifies
nariz , en las meji
enfermo recobró la salud contra las esperanzas de los llas, en. la frente, eu la barba, donde se anuncia por
asistentes. ín el equimosis y en los tumores sanguí una gran rubicundez , casi lívida , lustrosa , algunas
neos que sobrevienen on los recien nacidos por el tra veces con pústulas , sin prurito considerable, ó sin
bajo del parto, siendo la incisión casi siempre funesta, incomodidad ,, se le da el nombre ridículo de gota-
se la sustituye con aplicaciones resolutivas do aguar rosa: su duración es iarga. Las manchas que el frió
diente alcanforado, ó con una infusión aromática vino-, ocasiona
sa , y so mantiene el calor de la parte cubriéndola la nariz, eu las munos y en los pies, en las orejas, eu
con una cqniezon viv» que dura todos los
con algodón. inviernos , y aumenta por el calor del lecho ó del
Relativamente al equimosis espontáneo, se emplea fuego , forman comunmente verdaderos tumores,
el tratamiento adaptado á su causa, cuando depende que degeneran cou facilidad en úlceras ; estos son los
de la supresión del flujo menstrual ó hemorroidal. Si
procede de un estado espasmódico, debe prescribirse
el opio en una poción aromática, con una poción sa
lina, las fomentaciones tibias con la infusión de man (O VINO ALCANFORADO.
zanilla, de romero, do salvia opiada y acidulada con n. Alcanfor, dos dracmas—8 gram
la sal amoniaco, á lili de escitar una humedad suave,
un sudor ligero. No conocemos específico para re limón Muélase con algunas golas de alcohol, añádase el jugo de un
solver los derrames sanguíneos: la virtud del árnica vino. rucieaiemanle esprimido y una libra, (300 gram.; de buen
en los equimosis depende de su accioa estimulante Cuélese.
sobre los vasos linfáticos. No tenemos mucha con
lianza en la raíz de calaguala, alabada primero en (2) UNGÜENTO SINAPIZADO.
España y preconizada últimamente entre nosotros. H. Mostata pulverizada, trei onzas—00 gram.
Si el equimosis es debido á la inercia de los vasos Aceite de almendras, media onia—15 gram.
de la parte que es su asiento , conviene emplear el Jago de limón, c. s. pan baccr un unguenio.
282 BIBLIOTECA. ECONÓMICA
sabañones que constituyen una especie de eritema. nes por su actividad absorbente que corroe las partes
Debemos también referir á este género la flogósis sometidas á su acción.
crónica con tendencia á la ulceración que se apode • 398. Tratamiento.—El tratamiento del eritema
ra de la piel de los niños en los puntos donde se plie varia según su causa; descansa en parte sobre lo que
ga, sobre lodo en el cuello, en las axilas, en las ore hemos dicho de la erisipela habitual (289) , y en par
jas, en las ingles, en las nalgas, en las caderas, á la te sobre los principios espuestos en otro lugar
que se llama intertrigo, escoriación. (386 , 392). Raras veces exige la sangría y algu
396. Descripción—El eritema no presenta sínto nas convienen las ventosas escarilicadas. Pero es ne
mas graves: á menos que no sea repercutido al inte cesario sobro tpdo atender á las causas que entorpe
rior. Algunas veces su aparición va precedida de un cen la circulación en las visceras , que se oponen á
cierto grado de ansiedad , de un sentimiento de tris las evacuaciones naturales ó habituales y obligan de
teza, de torpeza, de horripilación, de calor interno. este modo á los humores á refluir hácia la periferia.
Estos síntomas son seguidos de una ligera tensión en En su consecuencia , los remedios mas útiles son
una parte con calor ó prurito. Bien pronto aparece los resolutivos, todos los que favorecen el restableci
una rubicundez bermeja ó subida , ordinariamente miento de las reglas, délas hemorroides; los que
pálida, que desaparece por la presión, y vuelve al llaman los sudores habituales', aunque sean incómo
punto. Ño se observa tumefacción, escepto en los dos por su abundancia y su fetidez, como los de los
sabañones; la piel forma solamente una elevación pies, de las axilas.
ancha y plana; pero á causa de la frecuencia del eri Pero no es menos importante el ejercicio, la calma
tema, se espesa, se endurece, toma un volumen in de espíritu, la sobriedad, la abstinencia de los ali
forme, se cubre algunas veces de pústulas que espar mentos acres ó condimentados), de las bebidas espi
cen un icor tenue y acre, y que pueden degenerar rituosas, los evacuantes suaves en el caso do sabur
en carcinoma, sobre todo en la nariz, cuando se em- ras ó de una colección dé bilis acre , los semicupios
Slean sin razón los irritantes. 121 eritema es de mayor y las aguas minerales ferruginosas. El uso de los
uracion que la erisipela , por lo común ocupa la remedios estemos exígelas mismas precauciones que
nariz , las mejillas durante toda la vida , ó bien vuel en la erisipela (289;; sin embargo, cuando la afec
ve periódicamente con gran facilidad, sin dañar nin ción es local y parece no proceder mas que de la
guna función. La epidermis se seca, cae en peque laxitud, de la sensibilidad de la piel, se pueden en-
ñas escamas terrosas y furfuráceas; queda en (a par savar los tópicos , que hemos recomendado en otro
to una sensibilidad mas viva y una disposición á la lugar (380, 386).
recidiva. Para prevenir los sabañones , las personas inficio
397. Causas.—Las causas del eritema y de la eri nadas de un vicio de la linfa, tal como el vicio escro
sipela no difieren mas que por el grado de intensi fuloso, escorbútico, y dispuestas á úlceras sórdidas
dad y la duración de su acción : tienen entre sí la que pasan algunas veces á la gangrena , deben man»
misma afinidad que la que existe entre estas dos en tenerse abrigadas, no esponer nunca á un calor sú
fermedades. Guando el eritema no procede de un vi bito las partes que acaban de someterse ú la acción
cio .interno, depende comunmente del frió, déla re riel frió. Al principio de esta especie de eritema con
tención de las orinas , de los escrementos, de un su viene recurrir á la inmersión reiterada de la parte
dor acr , de la aplicación de linimentos ó polvos pre en agua fria, á las fricciones con nieve, á las aplica
parados con, plomo; en estos .casos es ordinariamente ciones de agua alcoholizada, de agua de mar, de es
rebelde» Ataca con especialidad á las mujeres , los píritu de trementina, da espíritu de vino puro , de
viejos, los individuos coléricos , melancólicos , débi agua salada y mezclada con la sal amoniaco. Cuando
les y á los bebedores. En el número de sus causas ha pasado la indicación de estos tópicos , y el dolor
mas frecuentes se debe colocar ta supresión del flujo y la inflamación sun intensos, se usa el algodón em
menstruo ó hemorroidal,, del sudor de los pies Ó de papado en aceite de olivas reciente, las fomentacio
las axilas, la obstrucción de las visceras , una acri nes emolientes, cataplasmas anodinas ; se dan untu
monia ó un vicio específico, como antiguamente el ras con el jugo de beleño , algunas veces se lia re
virus de la lepra, el abuso de los licores espirituosos, currido á la sangría, á las escarificaciones y á las
la impresión del frío sobre las estremidades , sobre sanguijuelas. Cuando existe mas relajación que in
todo cuando se está sudando, un estado de debili flamación, se emplean las fomentaciones con un coci
dad, de irritabilidad, algunas veces congénito en una miento vinoso de plantas aromáticas, las cataplas
Earte de la piol. Una mujer estaba sujeta á úlceras mas con el vino , el alumbre y la harina. Cuando no
abituales en las piernas; su hijo y su nieto tenian se puede prevenir la supuración, es necesario abs
el culis del pie, el uno hácia el maléolo derecho y el tenerse de los relajantes , de las cataplasmas emo
otro hácia el izquierdo, afectado de un eritema casi lientes , y curar en seguida la úlcera fungosa con
continuo, caracterizado por la tensión, el calor y un digestivo , al que se incorpora el precipitado
una ligera rubicundez; los tegumentos de esta región rojo.
se- habían espesado. Las personas entregada? al vino Las escoriaciones exigen el aseo y lociones frecuen
tienen comunmente el rostro, sobre todo la nariz, ro tes con agua fria. Pero en las personas gruesas, en
jiza y aun cubierta de pústulas. Esta especie de eri ios niños, cuya piel es muy delicada, no se podría
tema cróDico examinado con un lente, parece pro - prevenir la erosión, la ulceración , si no se impide
ceder del estado varicoso de los innumerables vasos el contacto de las partes, interponiendo en los plie
capilares de la piel, lo que esplica la resistencia ¡i gues un lienzo fino, algunas hebras do hila fina, ha
todos los remedios : la llamaremos, pues, erythema rina, polvo de licopodio, ó greda. Cuando el eritema
varicodes, eritema varicoso. La viruela deja algunas es antiguo, es necesaria mucha circunspección en
veces una mancha semejante en la barba, que altera el uso de remedios estenios.
mucho la belleza de las jóvenes. Las escoriaciones de El eritema varicoso reclama , ademas de los re
los niños y de las personas gruesas dependen , sin medios de que hemos hablado , aplicaciones con
duda, las mas veces de la suciedad que se reúne en una mezcla de una parte de vinagie destilado y
tre los pliegues de la piel ; pero los vasos linfáticos cinco de agua, con el agua fria y el estrado ó sai
deben contribuir mucho á producir estas ulceracio de saturno. Cuando existen tubérculos se recurre
DE MEDICINA y ciruíía..—FRANK.
al ungüento do plumo ó ul ungüento mercurial ro* J como la nieve, superficial , profunda, guarnecida de
je(t). pelos blaucos lanosos, ligeramente áspera al tacto, y
presentarse bajo la forma de gotas de leche esparci
GENERO QUINTO. das bajo la piel ; otras veces es una especie de som»
bra ; su color tira á negro; su superficie está cubierta
Vitíligo. de pequeñas escamas y el enfermo siente en ella co
mezón. Eu el primer caso los griegos y los áiabes le
399. La firmeza, la blandura, el espesor, la fle han llamado alphos, morfea blanca; en el segundo
xibilidad y la igualdad de la piel varian en los dife nulas, morfea negra , distinción mas curiosa que
rentes animales, según la especie, el sexo , la edad, útil. El vitUigo cicatriz es una mancha deprimida ó
el clima; varian también en la especie humana, en saliente, una especie de costura que sucede á una so
los individuos de la misma edad, del mismo sexo, se lución de continuidad, á una herida reunida ordina
gún las diversas regiones del cuerpo, el estado de la riamente por segunda intención.
salud y de la atmósfera. Estos fenómenos dependen de 402. Causas —Ya hemos indicado el origen del
la organización primitiva, de las impresiones que ha vitíligo. Todo lo que destruye t\ tejido celular sub
cen sobre la piel los objetos csteriores ó interiores, cutáneo, ó aproxima la piel á .as partes subyacentes,
el aire, los vestidos, etc., y los músculos que se la endurece, la sustrae al imperio de la circulación,
mueven debajo de ella; pero sobre todo de la laxi ó la priva de su sensibilidad natural, puede dar lu
tud , do la firmeza, de la densidad del tejido celular gar á esta afección impeuginosa. Algunas feces, al
que uno á los órganos subyacentes y da de este modo salir el niño del seno materno, presenta manchas
á todas las partes su forma , su hábito exterior. semejantes á cicatrices, á un ancho vitíligo , á las
Cuando el tejido celular subcutáneo se endurece, se que se >ta sifti embarg» el nombre de antojo". A esta
condensa, se destruye de alguna manera , ó se halla enfermedad deben referirse los estigmas de esas bue
privado de susjugos propios, sobre todo de la giasa, nas mujeres á las que superstición condenaba an-
la piel se aplaua y presenta hoyos desagradabas; líguamente al fuego como hechiceras y adivinas,
contrac adherencias morbosas con los músculos y lo- porque podían in reducir en esta paite de la piel una
huesns, se pone tensa, arrugada, pierde su color y aguja sin esperirnentar dolor, y sin que saliese ;.na
su frescura Lo mismo sucede después de las hurí- gota de sangre. El vientre , en las mujeres que han
das con pérdida de sustancia ó de las heridas que tenido muchas preñeces no presenta solamente arru
supuran ; la cicatriz que les sucede imprime á gas, sino también manchas blanquecinas semejantes
la piel una mancha indeleble. La mancha que es á cicatrices, é ¡inórelas profundamente en la piel, que
tas causas determinan es deprimida, desigual, de un parece relajada y plegada en ciertos puntos, tensa y
color variado pero extra-natural , y puede ser for aplicada estrechamente sobre los músculos subyacen
mada por la reunión de muchas manchas mas peque tes en otros
ñas : algunas veces no contiene sangre y no goza de El vitíligo producido por la supuración de una he
sensibilidad : esto es lo que constituye el vitíligo, rida, de una úlcera, de la viruela, de Ih compresión
aunque esta palabra no se tome en el mismo sentido que el niño ha esperimentado en el útero, de la adhe
por lodo el mundo. rencia viciosa de la piel con las partes subyacentes,
400. Definición.—El vitíligo es, pues, según no es difícil de concebir! pero no hay nada mas oscu
nosotros, una mancha ó un conjunto de manchas pe ro que la causa del vitíligo espontáneo que sobrevie
queñas que deprimen la piel , alteran su color , su ne en muchos sitios al mismo tiempo, aparece y des
brillo, entorpecen su movilidad y alteran en todo ó aparece á cada paso , y anuncia ó constituye por sí
«n parte sus funciones en el punto que ocupan. De mismo una enfermedad muy grave , casi fuera de
pende de un rambio efectuado per causas internas nuestros recursos. Como esta cuestión , del mismo
6 esternas, en el tejido celular subcutáneo , que modo que otras muchas, se refiere mas bien á la le
puede esperirnentar una pérdida de sustancia ó cmi- pra que al vitíligo, las trataremos en otro lugar.
servar su integridad. 403. Pronóstico. —Si hacemos abstracción del vi»
401. Especies.—La mancha puede ser producida tiligo carcinomatoso, leproso y de otras especies sin
por una afección local que no tiene su fuente en el tomáticas, es una afección que carece de peligro, pero
interior ó en la alteración de los líquidos, y se llama que no es fácil curar. Es imposihle regenerar el te
vitíligo primitivo: ó puede ser su toma de otra en jido celular, destruirlas adhercucias morbosas de la
fermedad ; procede de la matástasis de un principio piel, borrar la cicatriz de una herida mal tratada : el
acrimonioso sobre la piel ó en el tejido celular sub cirujano es el que puede comunmente prevenir estos de
yacente, y es el vitíligo secundario, que puede ser sórdenes. La viruela Confluente y la viruela maligna
carcinomatoso, leproso , escorbútico, venéreo, es dejan en las inmediaciones de la nariz, en la barba y
crofuloso, etc. Uno y otro se subdividen en seco y en las mejillas , las úlceras venéreas en las partes
húmedo: en el último caso las manchas esparcen uñ genitales , y las afecciones escrofulosas en el cuellp y
icor (élido y muy acre , que ataca A la piel y des en la cara, vitíligos indelebles.
prende la epidermis en escamas furfuráceas , lo cual 504. Tratamiento.—Sa previene el vitíligo de
constituye el vitíligo escamoso; que corroe r ulcera pendiente de una herida ó (le una flogosis cutánea
el órgano cutáneo , esliende sus estragos hasta el efectuando pronto la reunión de la herida , mode
bulbo de lo< pelos, orno so observa algunas veces rando la inflamación y oponiéndose á la supinación.
en el vitíligo seco , altera su color, y aun les hace Cuando se teme que el pus reunido debajo de la
caer , y es el vitíligo ulceroso. piel, contenido en la cavidad de un absceso, ya abier
Esta mancha puede ser blanca como la leche ó to, ó suministrado por una úlcera, se condense, des
truya el tejido celular subcutáneo y ocasione por con
(O UNGÜENTO MERCURIAL ROJO. siguiente el vitíligo , se debe favorecer la madura
ción del tumor , evacuar la materia icorosa ó puru
R. Manteca fresca , dos onias—60 gram. lenta, tratar en fin de obtener una cicatriz pronta y
Cera blanca liquidada,
Precipitado rojo, i ...tres dracroas-12 gram.
,. ° ■ sin deformidad, según el grado de acrimonia del hu
Alcanfor. . . j "< dracwa y media-6 gram. mor morboso, y el asiento de la colección. Si estas,
'lan producido el vitíligo, debe eniplej
221 BIBLIOTECA ECONÓMICA
aceite, el baño animal , las fomentaciones emolien embargo , hacía dos meses que había perdido ente
tes, el vapor del -agua acidulada con vinagro ; deben ramente la barba, casi todos los cabellos , las pesta
imprimirse ligeros movimientos á la piel aplanada, ñas y los pelos del pubis ; sus uñas se hallaban pri
tratar de levantarla, de ensancharla ; algunas veces vadas de vida y carcomidas por una especie de caries
se obtiene buen éxito ejerciendo cierto grado de com seca. En este estado no esperimentabael enfermo di
presión en la proximidad de la mancha , aplicando ficultad alguna para llenar los deberes conyugales, y
sobre ella misma ventosas secas y practicando fric todo anunciaba en él una salud perfecta, si se escep-
ciones, haciendo uso de todos los remedios capaces túa una debilidad de. que se quejaJia hacia algunos
de escitar el sistema nervioso y vascular de la parte. días.
El vitíligo secundario exige un tratamiento, también 408. Pronostico. i—El prouóstico de esta enfer
secundario, y adaptado á Ta enfermedad de que toma medad, ó mas bien de este síntoma, varia según su
su origen. Erí el vitíligo húmedo ó escamoso, los re causa. La calvicie de los viejos, la que depende de la
medios varían segun la causa; se pueden ensayar los destrucion do los bulbos, están fuera de los recursos
que hemos aconsejado (380, 386, 308). de la medicina. Lo mismo sucede con la que acom
paña ó anuncia la elefantiasis. Los pelos no se rege
GENERO SESTO. neran nunca en el sitio que ocupa una cicatriz. En
la alopecia ocasionada por la tina, la sífilis, se pue
, Alopecia. , de esperar la vuelta de los cabellos después de la
curación de la enfermedad esencial. Si ia superficie
405. Defínicion.—Cuando una parte del cuerpo que se halla despojada de los pelos está pálida ó in
se despoja de producciones epidérmicas, semejantes sensible, y no se enrojece por la frotación , los so»
á plantas parásitas de que la naturaleza la había cu corros del arte serán infructuosos como en la morfea.
bierto, resulta de ello una verdadera mancha , una 409. Tratamiento.—El arte no hará nunca crecer
alteración morbosa que destruye la belleza de la piel pelos en una parte que no contiene las raices, ó en la
y á la que los griegos llamaron alopecia, ophiasis, que han sido destruidas. No nos sorprendemos de
y los latinos área. La alopecia puede efectuarse en que el empirismo haya dirigido casi siempre el tra
diversos sentidos: si la denudación serpontca tor tamiento de la alopecia , puesto que no conocemos
tuosamente sobro la cabeza entre los cabellos que las enfermedades de los bulbos , enfermedades que
quedan, tiene lugar la ophiasis de los antiguos: cuan son causa de la caída de los pelos. Cuando esta afec
do el sincipucio ó todo el cráneo se despoja de los ción es sintomática , se ataca la enfermedad de que
cabellos tiene lugar la calvicie. depende. Todos los medios capaces de conservar ala
400. Los pelos en si mismos no manifiestan nin piel su integridad, su tonicidad, de favorecer su nu
guna sensibilidad cuando se les corta; pero los acci trición, de mantener su aseo, de prevenir la exalta
dentes que acompañan á la muda anual de los ani ción de su sensibilidad , su sequedad , de facilitar
males volátiles, de los cuadrúpedos ; la facilidad con la traspiración, son necesarias para conservar los bul
que el arrancamiento de los peles despierta á una bos, los pelos que nacen en- ella, y repararla pérdida
persona dormida, la impresión que hace erizar los de los que se desprenden. Es necesario, pues, limpiar
cabellos en el furor, 6 encanecer en las enfermeda- á menudo las partes que cubren los pelos, quitar la
medades, en el terror , si hemos de creer á los ob materia de los sudores, el humor graso y untuoso que
servadores, atestiguan la influencia del sistema ner los aglutina y que contrae bien pronto una acrimo
vioso sobre sus Jiulhos nia notable; renunciar al uso de ¡rizar el cabello , al
407. Causas.—Las fuertes cefaleas , las fiebres polvo, que se mezcla frecuentemente con cal ó con
nerviosas y los accidentes de los partos favorecen la aceites acres; peinarse á menudo, recurrir á ligeras
caída de los pelos. Se observa constantemente en fricciones, á unturas con las pomadas que suavicen
ciertas familias una calvicie prematura, que procede la piel ; hacerse cortar los cabellos cuando están lar
de una disposición desconocida de la economía. Los gos, delgados, abiertos en su punta. Lo mas útil para
pelos son mas numerosos en las regiones en que el hacer crecer la barba es afeitarse todos los días : se
tejido celular subcutáneo contiene una gran canti abre de este modo poco ó poco paso á los pelos qu°
dad de folículos que vierten abundantemente en sus principian á brotar. Este medio debe continuarse has
mallas jugos grasientos y oleosos: así es que el calor ta que la barba haya llegado á ponerse espesa. Cuan
de la fiebre y todas las causas capaces de consumir do la alopecia reconoce por causa la falta de nutrición
este humor adiposo, tales como el marasmo, la vejez, ó la debilidad, prescribimos alimentos fáciles de di
la acción que ejerce sobre la piel el fuego al rizar los gerir, administrados en pequeña cantidad á la vez,
cabellos, producen la alopecia. Lo mismo sucede con pero á menudo , y sometemos al enfermo al uso de
las diferentes especies de virus , sobre todo del ve los tónicos. Los vicios específicos ú otros exigen un
néreo y leproso , del fluido purulento y de todo lo tratamiento particular que espondromos en otro lugar.
que puede ulcerar profundamente el tejido de la piel No tenemos mucha confianza en los astringentes .
y atacarlos bulbos, como los piojos, la tina. La cau
sa de la alopecia reside, pues, ordinariamente en el
órgano cutáneo mas bien .que en los pelos mismos; ORDEN SEGUNDO.
la alopecia constituye por consiguiente las mas vo
ces una afección sintomática. Cuando la caída de los ENFERMEDADES IKPBT1GIHOSAS, pnOFUNDAS.
pelos no depende de los progresos de la edad , sino
de un estado morboso , ya cae la epidermis en esca» GENERO PR1MEHO.
mas furfuráceas, ya destila su superficie demudada
un humor acrimonioso; otras veces solamente cam Pórrigo.
bia do color la piel, se aplana ó se pone tumefacta.
Acabamos de ver & un jóven atacado de una alope 410. Entre las enfermedades que no se limitan
cia general; no había estado nunca enfermo , si se á alterar el color del órgauo cutáneo, y que atacan
haco abstracción de una afección venúroa de que ha también superficialmente su tejida, estudiaremos pri
bía curado trece años antes, y on la actualidad su mero al pórrigo. Se lia querido restringir el asiento
talud no parecía estar de ningún modo alterada. Sin de esta afección & la cabeza. Es cierto que ocupa las
de misiona v cnwÍA.—FRANK. 225
mas veces el cuero cabelludo, sobre todo en los pun eflorescencia es el cuero cabelludo; comunmente la
tos en que los cabellos están espeso?; pero se observa epidermis se desprende en láminas espesas y cae en
también en las cejas, en la barba, en las axilas, en el escamas furfuráceas con una comezón considerable á
pubis y en todas las partes del cuerpo. No hay, pues, la época en que los cabellos empiezan á aparecerán
razón para dar á la enfermedad que llamamos pórri los recien nacidos. En los adultos esperimentan al
go en la cabeza, el nombre de sarna, cuando ocupa gunas veces periódicamente cefalalgias intensas que
el órgano cutáneo. Tampoco hay razón para referirlo se terminan por la descamación del cuero cabelludo.
& los herpes cuando va acompañado de humedad y A consecuencia de las fiebres, sobre todo de las fiebres
afecta á los tegumentos. nerviosas, y á veces durante el curso de la erupción pe
411. Definición.—El pórrigo consiste en una tequial, se declara f ecuentcmente el pórrigo dejla ca-
descamación furfurácea de la epidermis, precedida bezaacompañado ó seguido de la caída de los cabellos.
ordinariamente de prurito sin flogósis, sin granos, sin En las personas que tienen la piel delicada, la epi
flictenas , y sin ulceraciones manifiestas. La piel se dermis de la cara cae cu escamas furfuráceas sin co
presenta por debajo seca ó ligeramente tumefacta, mezón, cuando se espouen á la impresión del frió en
humedecida por un humor acre y aun fétido; otrts la primavera, ó á la de un aire frió y seco al salir del
veces ofrece un color pálido ó amarillo tirando baño. Esta descamación se observa también, sin pro-
á rojo. riloni rubicundez, en las p:ernns, algunas veces con
412. Especies.—Parece que existe una gran afi picazón en las ingles y alrededor del escroto. En la
nidad entre esta afección y el erilema de los autores familia de que hemos hablado, les tres niños tenían
ó entre el nuestro (393). Pero la invasión del pórrigo la piel áspera, dura, muy parecida á la corteza del
es menos pronta, su descamación no va precedida de roble, hendida, seca, y de un amarillo rojizo; la epi
una rubicundez tan pronunciada, de un calor tan dermis se deshacía en un polvo como harina, sin
vivo, de un dolor Un intenso; la rubicundez no se prurito nf dolor. En tres de sus hermanas la piel era
manifiesta mas que cuando la piel está denudada y menos áspera ai tacto que en la cuarta, que era la mas
se ejerce sobre ella alguna fricción. El pórrigo es jóven; pero el pórrigo se trasladaba de un sitio á
fijo, limitado á un pequeño espacio y afecta una for otro; una de ellas estaba raquítica, jorobada, asmáti
ma irremilar ó la de un círculo rojizo en el centro, ó ca y escrofulosa; tenia la cabeza muy abultada, dis
esmoublo, inconstante y se propaga poco á poco á forme y las facultades intelectuales muy débiles. Uno
las partes inmediatas; algunas veces vuelve en épocas de los niños sucumbió á la tisis pulmonar, el segun
fijas del año; puede ser general y congénito, como do está asmático y el tercero hipocondríaco.
lo han ob-ervado algunos autores, y como lo hemos Ordinariamente la piel está en el pórrigo seca y
obcervado nosotros misinos en siete niños de una áspera; sin embargo, no es raro que, sin que haya
misma familia, que uo estaba, sin embargo, infectada solución de continuidad, resude por debajo de las es
de ningún vicio. Muchas razones tenemos para ad camas una corta cantidad do icor, ó de un humor
mitir un pórrigo interno, aunque la descamación no linfático que humedece la superficie denudada. Pero
pueda en este caso ser seca. En las aftas que tapizan 1 1 enfermedad es siempre la misma; no merece con
el estómago y los intestinos, la epidermis de la mem mayor motivo el nombre de sarna en un caso, que el
brana mucosa se desprende y se presenta en los es- de pórrigo en el otro. En el pórrigo seco, se des
crem ntos , ya bajo la forma de esta erupción exante prenden en tan gran cantidad las escamas furfurá
mática, ya en escamas furfuráceas. En las discute— ceas, que no podría bastar lu epidermis para cubrir
rüs,y en las diarreas ocasionadas por los drásticos, los las pérdidas que ocasiona la descamación, si la natu
intestinos segregan una mucosidad puriforme, coa raleza no atendiera á esta necesidad segregando con
gulable, que se concreta y sale bajo la apariencia de tinuamente en la superficie cutánea el humor linfúiico
colgajos membranosos. Pero algunas veces la misma durante la enfermedad, y el cual se coagula en el
epidermis se exfolia, y se halla en los escremontos instante espontáneamente ó por el contacto del aire.
bajo lafurmade pequeñas escamas furfuráceas. Loque Cuando los cabellos se oponen & la caida de ¡as
los antiguos han llamado sarna de la vejiga, consis escamas, el icor viscoso que se reúne por debajo
te en una afección semejante de este órgano, anun de ellas aglutina el pelo, se corrompe y adquiere una
ciada igualmente por la presencia de una gran can acrimonia capaz de corroer el dermis Algunas veces
tidad de pequeñas escamas furfuráceas en las ori forma ligeras costras esta molería, y caen bien pron
nas. En el catarro de la tráquea, en la angina traqueal, to en figura de escamas.
si la epidermis no se exfolia, se observa al menos en 414. Causas.— Lo que acabamos do decir nos
las materias de la espectoracion, una falsa membra- revela varias de las causas que producen esta enfer
que se le asemeja, y que se desprende toda entera medad: son muy diversas. La desgarradura, la ero
ó en escamas. Estos fenómenos pueden sobrevenir sión de los vasos cutáneos, la debilitación de su fuerza
igualmente en todas las inflamaciones, sobre todo en tónica, y la secreejon morbosa que mantiene cual
las flogósis erisipelatosas de las membranas mucosas; quier estímulo en e'ste órgano, favorecen la estrava-
ptro el pórrigo no produce efectos diferentes cuando sacion de los líquidos por debajo de la epidermis.
ocupa el mismo sitio, como se observa cuando esta Cuando la materia no es reabsorbida con prontitud,
eflorescencia, del mismo modo que los herpes, aban se separa del dermis, forma en algunos puntos de
dona el esiorior del cuerpo para atacar los órganos corla eslension, ó en anchas superficies, flictenas,
interiore-, y dirigirse sobre la tráquea, los bronquios, la miliar, ampollas, grandes vejigas, que se secan pol
la vejiga, etc. El carácter del pórrigo varia también la salida al esterior ó por la reabsorción del líquido;
según su causa; ya es una enfermedad local, que no la epidermis se cae en pedazos delgados y anchos ó
depende masque del vicio de la piel, y se le llama en escamas furfuráceas. Otras veces, suministra !a
pórrigo primitivo; ya es el producto de diversas en parle, á causa de la violencia de la enfermedad, una
fermedades y se denomina sintomático. Antiguamen exudación de un humor linfático que se derrama ni
te, el pórrigo era el signo precursor de la elefantia esterior del órgano cutáneo, del mismo modo que se
sis, y no es raro que denote la presencia de la sífilis. destilan las gomas sobre las cortezas de los árboles.
En general, se asocia comunmente con las demás en Este fluido se concreta por el contacto del aire, for
fermedades iinpetiginosas. ma una nueva epidermis costrosa, disforme, que se
413. Caractebes.—El asiento principal de esta deseca con desigualdad , se liona de surco--, se encoge
10'
226 BIBLIOTECA RCONÓM1CA
se desprende y se reduce, por último, á un polvo algo, favorecen eficazmente el tratamiento de esta en
farináceu. Cuando se ha sostenido que en el pórrigo fermedad.
seco no se presentaba escrecion alguna por la piel,
se ha querido decir indudablemente que no era de GENERO SEGUNDO.
masiado considerable al tacto la humedad de la parte,
porque la materia se disipa ó se concreta antes de
que se desprenda la epidermis. Herpes.
Todas las causas que llevando su acción sobre el
dermis ó sobre el tejido mucoso, puedan deshacer su 417. El pórrigo no ataca mas que á la epidermis»
unión con la epidermis, ó pcoducir en el órgano cu pero los herpes se esliendeu hasta la red mucosa y
táneo una irritación particular, sustituir ú la materia al dermis. El primero se parece al eritema; los se
ligeramente salada de la traspiración un humor acre, gundos á la erisipela pustulosa , y sobre todo á la
fétido, por efecto de una secreción morbosa ó de una zona. La orupcion herpética ordinariamente no se
metástasis, dan lugar al pórrigo primitivo, al que acompaña de fiebre. Es una enfermedad muy común,
acompaña á otras enfermedades inipetigiuosas y á que causa grandes estragos en las familias, y que es
varios exantemas. No hay que suponer, por lo tanto, muy conocida por su larga duración, por su carácter
un virus específico, ni una alteración constante en rebelde y por la gravedad con quo amenaza á los
los humores, en la bilis, tan frecuentemente inculpa órganos esenciales á la vida.
da por los antiguos, sino acusemos ya á un vicio, ya 418. Definición.—Los herpes se manifiestan por
ú otro, á una flogósis de la piel ó del cuerno mucoso, medio de pequeños granos rojos ó trasparedes, ama
mas ligera y maslenta en su marcha que la erisipela rillentos, apiñados, con prurito, sensación de tensi >n
ó los herpes, al esceso ó al defecto de los jugos nu y de ardor, y con ligera tumefacción y dureza de la
tritivos del órgano cutáneo, á un estado morboso de piel. Las pústulas se abren espontáneamente , ó el
su sensibilidad ó de sus secreciones , á la retención enfermo las rompe al rascarse: sobrevienen entonces
de la traspiración por lu espesura y el gran número úlceras rebeldes , de donde se segrega una sanies
de los pelos , ó por el desaseo, al abuso de los aro acre , que corroe las partes inmediatas. Estas úlceras
máticos, y á la esposicion prolongada á los rayos se cubren de escamas ó de costras informes que al fin
del sol. se desprenden.
415. Pronóstico. --El pronóstico del pórrigo va 419. Especies.—La división de los herpes en mi
ria, según sus causas Si trae su origen de un vicio liar, corrosivo y fagedémico está basada en su forma
de la economía, es útil algunas veces. Puede depen y en su grado de iutensidad, mas bien que en una
der solamente de la alteración de la piel, ó ser úni diferencia esencial: y en nuestras dias se distingue
camente síntoma de una afección mas grave. el mentagra de la afección herpética no mas que por
416. Tratamiento.— Si atendemos á las causas su asiento. Aunque estas variedades merecen una
tan diversas del pórrigo, veremos que es menester va descripción particular , no se las debe considerar
riar mucho el tratamiento. En consecuencia debemos como especies, toda vez que no se diferencian mas
destruir la causa de las enfermedades de que sea que por el sitio que ocupan, y por su grado de in
síntoma el pórrigo, á fin de destruir la ación simpáti tensidad. Las causas de donde esta afección trae su
ca que ellas ejercen sobre la piel. En el pórrigo ídio- origen son mas importantes; y esta base es mas só»
pático, ó dependiente de una acrimonia elaborada y lida para establecer las divisiones y el tratamiento.
desenvuelta en el órgano cutáneo, la indicación que Así, pues, la enfermedad puede ser primitiva, inde
hay que satisfacer consiste en corregir Ja sequedad, pendiente de cualquiera otra, y ocasionada por una
!a rigidez , la laxitud del sistema aermóides ó las secreción morbosa ; y puede laminan ser sintomática,
aberraciones de su sensibilidad; en combatir su pió- que reconoce por causa la acción de un humor acri
lora y en eliminar por los poros la materia irritante. monioso sobre la piel, .y por lo tanto debe dirigirse
Se consigue este fin por medio del aseo, peinando y únicamente el iratsmiento contra el vicio humoral,
limpiando frecuentemente los cabellos. Cuando estos á no ser que el herpe haya alterado profundamente el
son muy espesos, ó si están pegados por un ¡cor vis sistema dermoídeo. Hay ejemplos de herpes congé-
coso y fétido, se deben cortar, pero sustrayendo en se nitos, hereditarios, epidémicos; se les ve desaparecer
guida á la cabeza despojada de ellos de la acción del en el invierno y volver con regularidad en el verano,
frió. La aridez, y la rigidez de la piel reclaman los so trasladan á la piel por medio de una metástasis ó
baños preparados con el cocimiento de simiente de de una crisis imperfecta, y ejercen al esterior 'os es
lino, de malvas ó de sustancias animales y grasas; tragos que habían de causaren las visceras.
las unturas con la manteca, y los baños y las fomen 420. Variedades. —Pasemos ó describir a hora las
taciones con la leche. En los casos de laxitud , se formas de la enfermedad, y á esponer las alteraciones
recurre á las fricciones, al agua fría, pura ó mezcla que hace sufrir á la piel.
da con el alcohol , al cocimiento dt> la corteza de ro Una sensación de prurito, de ardor ó de tensión
ble ó de quina, á las soluciones del alumbre ó de la es el primer fenómeno que se manifiesta ya en un pun
sal de saturno, y á los vendajes compresivos. Para re to ya en otro. Bien pronto aparecen-granos rojos ó ama
mediar los desórdenes de la sensibilidad de la piel, ó rillos y trasparentes, rodeados de una areola también
la secreción morbosa, de donde quizás traiga su orí- roja, muy numerosos, pero aislados, sin flogosis en los
gen, se emplean las unturas de aceite opiado, de be intersticios y sin fiebre Estos granos se rompen espon
leño, las fricciones con la tintura de cantáridas, con táneamente, ó por el enfermo al rascarse, se cunreu
la orina reciente, ó con el suero acidulado con vina de escamas que se caen y se renuevan sucesivamente,
gre, cuando los remedios internos y los que ya he dejando al descubierto úlceras superficiales y ardien
mos citado son infructuosos. La plétora cutánea exi tes, que al fin so desecan después de largo tiempo y
ge las escarificaciones. Pero mientras atacamos el se convierten en escamas furfuráceas, blanquecinas
pórrigo primitivo con remedios estenios, no nos de ó farináceas. Tal es el herpe simple ó farináceo. Fre
bemos olvidar de mantener la libertad de la traspira cuentemente se observa en la cara, sobre todo por
ción, de las orinas y de las cámaras; en una palabra, detras de las orejas, ó orea de la barba, en el cuello,
la libertad de todas las escreciones naturales: cuando alrededor de las rodillas, en las palmas de las manos
estas evacuaciones se efectúan bien , ó se aumentan y en las plantas de los pies. Su aparición disipa
DE MEDICINA V CIIUUÍa.— FRANK. 227
algunas veces los dolores internos y las alecciones ner pirituosas: el herpe fue reemplazado por un hidrócelo
viosas. que se curó por la incisión. Cicatrizada la herida, em
El herpe miliar debe su nombre á la semejanza que pezó á salir de su superficie una serosidad acre, cuya
tienen sus pústulas con los granos de mijo; cuando cantidad ascendía i varias onzas por dia : esta especie
son algo mas voluminosas, se llama herpe flictenói- de flujo duró dos semana1-, seguido de un alivio. In
des. Esta variedad está caracterizada por un prurito, dócil siempre el enfermo á nuestros consejos, supri
un calor y una tensión mas considerables que en el mió el flujo, que fue reemplazado por una hepaiíiis.
horpe farináceo; por la tumefacción de la parte, por A la curación de esta eníermodad, sucedió un delirio
la mayor cantidad de los granos y por h rubicundez maníaco que persistió por espacio de algunos meses.
de Jos intervalos. Muchas veces esperimentan los en En fin, volvió á abrirse la cicatriz del escroto, y se res
fermos dolores muy vivos durante la digestión, des tableció la evacuación acrimoniosa: cesó de nuevo y se
pués de una comida opípara; los sufrimientos aumen- desarrolló en el dorso de las manos un herpe miliar que
tun por la noche con el insomnio, y en eiertos casos, se hizo corrosivo y se acompañó de dolores muy agu
aunque raros, se declara la fiebre. Él color reluciente dos. En este estado se trasladóla enfermedad "a! in
y rojo, la tumefacción y la sensación de ardor anun terior produciendo una otitis peligrosa. Habiéndose
cian una flogosis manifiesta y establecen una seme terminado felizmente esta inflamación, se presentó
janza muy marcada entro el herpe miliar y la zona, otra vez la afección herpét'ca en las piernas, y el en
cuya duración, sin embargo, no es tan prolongada, fermo recobró la salud. A consecuencia de un herpe
y su carácter menos rebelde. En muy poco tiempo venéreo que tenia su asiento en el periné, liemos visto
se ulcera la base de las vesículas pustulosas, su vér sobrevenir un dolor pungitivo en el tórax, con espu
tice se pone blanquecino, y se rompen ; el icor acri tos de sangre, seguidos de espectoracion purulenta,
monioso, y por lo común fétido, que segregan, forma de consunción y de todos los síntomas de la tisis pul
costras delgadas, desiguales, rugosas, amarillas ó de monar: la enfermedad cedió al uso del mercurio.
color de ceniza , y algunas veces negruzcas por la Existen muchos ejemplos de afecciones herpéticns del
mezcla de la sangre que resuda á través de las fisu pulmón, del útero, do la vejiga, de otros órganos, y
ras de la epidermis escamosa. Este herpe ocupa con metástasis saludables del interior al esterior: loque
frecuencia el dorso de las manos, los brazos, las pier prueba que esta enfermedad ataca las partes internas
nas , en algunas ocasiones el escroto y el periné ; y por lo mismo que la piel, y se anuncia por síntomas muy
último, puede afectar á todas las partes del cuerpo, diversos, según el sitio que ocupa.
escoplo la cara. Por lo común dura meses y años, Causas.— La causa material de los herpes primiti
ocupando ya un sitio, ya otro, ó varias regiones al vos, aunque desconozcamos su naturaleza, se pre
mismo tiempo : las pústulas caen y se renuevan para, se forma y se desarrolla, como las del pórrigo,
sucesivamente á su vez. v remisiones por inter en la superficie del órgano cutáneo ó en el tejido mu
valos. coso del mismo. Quizás no sea muy considerable la
El herpe serpigintmo es en general menos intonso, diferencia entre estas dos enfermedades, cuando el
pero se estiende con una rapidez asombrosa. El icor pórrigo se pega tenazmente á los tegumentos, como
detenido debajo de sus espesas costras corroe con los liqúenes ¡i los árboles: toda ella consiste en la
velocidad las partes inmediatas , especialmente en el mayor acrimonia y causticidad del humor herpético.
rostro, que parece está cubierto con una careta; por No pueden ponerse en duda los desórdenes que oca
todas partes se notan vestigios de ulceración. siona en nuestros humores el solo cambio de la se
Se ha dado el nombre de mentagra , si no estamos creción confiada al órgano cutáneo: con efecto, una
equivocados, á esta variedad de los herpes, y aun á herida simple y reciento suministra un pus muy sua
la lepra, cuando la ulceración ocupa la barba ó casi ve é inodoro; si sea descuida ó se la irrita, ó se con»
toda la cara. Nosotros hemos observado en el Instituto vierto en úlcera, segrega un humor muy fétido que
clínico un caso muy par ticular de un herpe escamoso corroe las partes sometidas á su acción: sin embargo,
y farináceo que tenia su asiento en el mentón: los pelos la masa de la sangre no está viciada. Asi, pues, qui
de la barba se reunían en su nacimiento á manera de zas iríamos fundados u! decir que el virus herpético,
pincel y en seguida se hacían divergentes; eran grue como todos los virus específicos, se lornia en la piel
sos y broncos. sin ninguna alteración primitiva de la sangre; que
El fagedénico es un herpe corrosivo de muy mal los vasos del órgano cutáneo, modificados de diver
carácter. Produce una úlcera mas profunda, que ataca sos modos por ciertas causas, segrega este icor acre
casi todo el espesor de la piel , pero se estiende menos y caústico, de la misma manera que los vasos de las
en anchura. cantáridas elaboran naturalmente un principio irri
Estas pretendidas especies de herpes no son otra tante, pero que no es peligroso paradlas. Esta ma
cosa mas que grados de la enfermedad , y por conse teria corroe, ulcera la piel, en la cual se halla su fo
cuencia variedades de ella: para convencernos de co, y ataca á las partes vecinas; pero sin vicio de los
esto , baste decir que pasan comunmente de un grado humores. Si su cantidad aumenta, y si absorbida no
á otro. Según la sensibilidad de la piel y demás cir puede ser alterada en la sangre por la fuerza vital, ni
cunstancias, la misma causa produce en el mismo in eliminada por la traspiración ó por las orinas, se
dividuo un herpe simple, miliar, serpiginoso, ó una convierte en una causa continua de la afección her-
úlcera herpéliea. Mientras mas viva sea la irritación, pética, y produce, cuando no es llevada hácia la su
mas numerosos serán los síntomas locales y simpáti perficie, liebres lentas ó hécticas, obstrucciones en
cos. La afección que nos ocupa se propaga con fre las glándulas y en las visceras. No nos parece que es
cuencia al interior, como á la nariz, a la laringe, etc.; contagioso este virus, á menos ote la afección no sea
y muchas veces su desaparición espontánea, ó su re sintomática, venérea , por ejemplo. Es imposible de
percusión es seguida do una metástasis mortal sobre terminar lo que obliga á la piel á segregar, sin ningún
las visceras. Nosotros hemos visto desaparecer por Iti vicio en los buinores, el virus herpético, en vez de la
erupción de un herpe simple en la planta de los materia inocente y suave de la traspiración; pero no
pies, vértigos y varias otras incomodidades á que es puede atribuirse este fenómeno á un principio único
taba sujeto un hombre hipocondríaco y que se dejaba específico, puesto que pueden producirlo un sinnú
llevar muy á menudo de la cólera. El enfermo trató mero de causas.
esta eflorescencia por medio de sustancias acres y es Los antiguos lian supuesto en la bilis el e
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los herpe?. Y, cu efecto, no se puede negar que esle pués de la pubertad y los herpes inveterados, se cu
humor, cuando existe en demasiada cantidad, cuando ran difícilmente, si es que son susceptibles de cura
está corrompido por su cstancacianó por cualquie ción. Cuando la afección herpética os sintomática ó
ra otra causa, puede ocasionar enfermedades impeti crítica, el trnlamicnto dirigido contra ella es inútil y
ginosas, ya porque la reabsorción le conduzca á la peligroso: es menester principiar por estirparla causa
piel, ya porque este órgano se afecte únicamente por do la afección esencial. Aun después de haber llenado
su simpa! ía en el abdómen. Las afecciones herpéticas esta indicación principal , se debe tener con ella la
son quizás mas frecuentes en los individuos irascN mayor consideración, si la naturaleza se ha habituado
bles; en la ictericia rebelde sobrevienen pústulas á á la evacuación herpética , no conviene suprimirla
la piel ó un prurito considerable ; lo que hemos dicho precipitadamente por los remedios estemos. Los her
al hablar de la erisipela crónica y habitual, se obser pes presentan á veces mayor gravedad á causa del mal
va algunas veces al abrirlos cadáveres de los que han tratamiento quo contra ellos se emplea, mas bien que
padecido herpes. Pero es preciso no perder de vista por los peligros de que se rodean. En la época de la
quo los antiguos no se fundaban mas que en el color cesación de las reglas, suelen adquirir las úlceras her
amarillo de la materia contenida en las pústulas y en péticas un carácter maligno y carcinomatoso. Cuando
su ridicula hipótesis de los cuatro humores, para ios herpes son recientes y solamente están mantenidos
hacer depender de la bilis esta afección y todas las por el vicio local de la piel, ceden con facilidad á los
enfermedades impetiginosas. Supuesta la acción sim tópicos, que pueden emplearso aquí sin peligro y que
pática del abdomen sobre lapiel .no puede negársela están absolutamente indicarlos para esurpar lo mas
acción simpática de la piel sobre el abdómen; de mo pronto posible el vicio herpético y para prevenir la
do, que los desórdenes que se encuentran en el hígado infección general ó los inconvenientes del hábito.
después de lamuertc, no deben considerarse siempre co Mientras mas profundamente atacada, corroída y cu
mo causa déla enfermedad, porque también pueden ser bierta de costras esté la piel , mas difícil es la cura -
su efecto. Por otra parte, en la sarna, que no se atri cion, y la retropulsion mas grave.
buye á una afección del hígado, se halla alguna que 423. Tratamiento.—En el tratamiento de los her
otra vez la obstrucción de esta viscera: semejante al pes no hay que perder de vista jamás lo que hemos
teración orgánica es en estos casos el resultado de un dicho en otra parte (373, 416); es necesario averiguar
vicio inveterado ó de un tratamiento mal dirigido. si la afección es primitiva ó secundaria , reciente ó
No hay causa mas activa para la producción de los antigua, y procurar descubrir su causa. Así, debemos
herpes que el abuso prolongado de las bebidas espi combatir por medio del régimen y de los remedios
rituosas, los alimentos rancios, corrompidos ó con apropiados laque produce los herpes sintomáticos; sa
dimentados con sustancias acres. Agréguese á esto la tisfecha esta indicación, ó sin llenarla previamente,
ociosidad, las inquietudes y los padecimienlos mora cuando limitándose el vicio al órgano cutáneo no hi
les, y se, tendrán las causas mas frecuentes de la diá eiige, hay que recurrir á los remedios estemos, pero
tesis herpólica ó gotosa en las personas acomodadas. sin que olvidemos la influencia que haya adquirido el
El principio de las afecciones reumáticas, escrofu hábito.
losas, escorbúticas, venéreas y los resultados de las En otro lugar nos ocuparemos del tratamiento de
crisis imperfectas se convierte comunmente en causa los herpes secundarios. Como la causa material de la
de los herpes; pero tan absurdo es creer que el virus afección herpética es de naturaleza muy variada, y no
sifilítico degenera en vicio herpético, como pensar que se conoce por ningún signo particular, toda vez que
las semi las de las manzanas pueden producir cirue los síntomas son siempre los mismos , es muy difícil
las. La observación prueba que los herpes pueden atacarla. Nos vemos, pues, reducidos ú dar reglas ge
trasmitirse por herencia, sea que lacausa se arraigue en nerales, que consisten en mantener la piel aseada, en
los sólidos, sea que circule con los humores. Ya he vivir rodeados de un aire puro, en evitar las causas
mos espucsto suficientemente la influencia que ejer» ocasionales y en favorecer la exhalación de la materia
ce sobre la piel el desorden de las escreciones natu estimulante por los poros cutáneos. Los herpes pare
rales ó habituales: !a diminución ó la supresión de cen depender con frecuencia de la retención de los
los menstruos, de las flores blancas, de las hemor- humores que deben evacuarse por la traspiración ó
róides, del sudor de los pies, de la supuración de un por las orinas; por lo menos, la esperiencia prueba la
antiguo exutorio, y sobre todo, del sudor general y de utilidad de los diaforéticos y de los diuréticos. Por lo
las orinas simultáneamente en los viejos, confirman tanto, algunas veces se consiguen escclentes efectos
mascada dia esta verdad en las afecciones herpéticas. del ejercicio, de las fricciones , de los baños , del uso
Pero los herpes dependen frecuentemente de una de camisas bastas , de los vestidos de lana aplicados
irritación local, de la que producen en el cuello los inmediatamente sobre la piel, de los remedios que
collares de pelo que usan alg'.mas mujeres, y la colla- ejercen una acción especial sobre el órgano cutáneo,
reta do lino que usan los eclesiásticos. Las lágrimas tales como los antimoniales en pequeñas dósis , el
que se desprenden en la oftalmía, suelen corroer las etiops antimonial , el vino de antimonio, el azufre do
mejillas y ocasionar en ellas flictenas que tienen la rado, asociado á la resina do guayaco, ó el mercurio
apariencia de los herpes. No debemos, pues, admirar dulce y las flores de azufre.
nos de que la piel irritada por cualquiera causa cam Los que admiten un vicio herpético sui generis,
bie en icor acrimonioso y cáustico el humor que se- tratan de corregirlo y de combatirlo con los específi
gresa de ordinario, sin que la masa de la sangre haya cos. Han recurrido á los tallos de la dulcamara, á la
esperimentado primitivamente ninguna alteración. segunda corteza del olmo, á la pulsatila, al pensamien
En fin, el desasco de la piel, el manoseo de las to ó viola-tricolor, y aun al álcali volátil. La dulcama
lanas ó de las telas impregnadas de aceite impuro ó ra, administrada á grandes dósis en cocimiento (i) 6
rancio, de sustancias ó de tintes acres; el oficio de
sastre, de tejedor, y todos los que se.ejercen en lu (i) COCIMIENTO DE DULCAMARA.
gares malsanos ó húmedos, son algunas veces causa R. Tallos de dulcamara, de dos i seis dracmas—8 á 21 gram.
do las afecciones her ícticas.
422. Pronostico.— El prouóslico varia tanto como Se corlan y se les liaec hervir ligeramente en una vasija tapada
la causa de la enfermedad. En general, los herpes he cou
Agua, libra y media-7S0 gram.
reditarios, los herpes congénitos que persisten des Cuélese.
DE MEDICINA Y CIRüJÍA.—FRAISK. 229
en estrado, auuquo sea mas débil bajo esta última ompleados en unturas diariamente han disipado las
forma, lia sido eficaz, como lo afirman varios observa erupciones herpéticas. Pero nosotros hemos visto
dores; este medicamento merece ensayarse, sobre todo preferir á todos estos remedios el jugo de tabaco
en pildoras, combinado con otras sustancias ^1). Pero aplicado bajo la forma de ungüento (t) y el vinagre
es preciso confesar que muebns veces son inútiles to destilado. También sehan alabado mucho en las úl
dos estos remedios. No se obtienen mejores efectos de ceras herpéticas ei cocimiento del pericarpio do la
los medicamentos aconsejados para envolver ó dulci nuez. (2).
ficar la acrimonia berpéiica, como el cocimiento de Algunas veces los vejigatorios aplicados sobre el
zarzaparrilla, de saponaria, de raiz de china , los cal mismo herpe han producido la curación radical de
dos de víbora,.,de tortuga y de ranas, que se hacen to una afección rebelde á todos los demás remedios: los
mar á los enfermos por espacio de meses enteros Nos antiguos no trataban los herpes antiguos mas que
otros liemos e.i.pleado con buen éxito el suero solo ó cor. el fuego, el cual ocasionaba la supuración, ypor
mezclado con el jugo de ciertas yerbas, como la fuma último la formación de una buena cicatriz. Nosotros
ria, las achicorias, la romaza y el trébol acuático: estos hemos visto los cscelentes efectos que producen los
y otros remedios apropiados íi la causa, puedeu con baños de mar, asi como las aguas termales sulfuro
venir cuando los herpes dependen de la obstrucción sas. Pero sean cualesquiera los remedios estemos que
de las visceras, de una colección biliosa 6 de una dis pongamos en uso, jamás conviene descuidar la secre
posición escorbútica. El ácido muriátjco ha sido al ción de las orinas ni la traspiración cutánea; los lac-
gunas veces eficaz en las afecciones herpéticas re santes suaves y repetidos convienen también en mu
beldes. chos casos, si la debilidad no los contraindica.
Después de haber empleado estos diferentes medios
y todos aquellos que puedan reclamar la causa de GENERO TERGERO.
la enfermedad, se administran los tópicos si el vicio
herpético no lia cedido á este tratamiento. Cuando //t'cfroa.
hayaquecurar un flujo herpético antiguo y habitual,
es preciso antes de suprimirlo establecer un fontícu- 424. Dehnicion.— La hidroa se asemeja mucho ú
lo á su inmediación. Si sobreviene una flogósis in la afección herpética simple. Consiste en una erup
tensa con tensión y dolor, ó si la piel se cubre de ción de flictenas del volumen de un grano de mijo,
costras espesas, se debe recurrir á las aplicaciones algunas veces mas gruesos, muy juntas sin estar
emolientes y anodinas, á las cataplasmas hechas con precisamente contiguas. La menor causa hasta para
lecho y miga de pan, al vapor del agua tibia, ó las determinarlas en el mismo instante con prurito: son
unturas con el aceite ó con la manteca fresca, y á fugaces ó se desprenden bien pronto en escamas
las fomentaciones con el cocim'ento de malvas. Cuan furfuráceas.
do la liebre es intensa, lo cual es raro, se practica 425. Especies.—Eslas vesículas son á veces esfé
rá una sangría, ó se administrará una preparación ricas, trasparentes y diáfanas, blaucas como la piel,
opiada para taimarlos dolores. Luego queseha cal ó cónicas, rodeadas en su base de una rubicundez
mado algo la irritación, se prescribirán tópicos apro ligeramente inflamatoria y Heñís de uu licor algo
piados para agotar ó alterar la secreción morbosa; turbio, que da al vértice de la flictena un tinte ama
con esle objeto se aconseja el agua blanca, las cata» rillento. Se lo ha dado el nombre de hidroa suda-
plasmas de miga de pan empapada en este liquido, men, con relación á su origen. En otras ocasiones
y el ungüento de plomo. Los accidentes atribuidos sobrevienen durante el curso de las fiebres continuas,
á esta última sustancia en el tratamiento de los her de laperipneutnoníay aun délas fiebres intermitentes;
pes, no dependen muchas veces de otra cosa mas que ocupan el pecho, los labios ú otras parles del cuerpo;
de su administración intempestiva; no obstante, no su número es considerable; se acompañan de pruri
sotros hemos visto que las preparaciones de plomo to y do calor; su erupción es seguida de alivio, y
han aumentado en ciertos casos la tensión y el do por último se rompen espontáneamente, se desecan",
lor. Lo mismo decimos de la solución acuosa del su- forman costras como los herpes, y caen por desca
blimaáo: esle tópico es unas veces infinitamente útil, mación: osla es la hidroa febrilc. El terror por sí
y otras demasiado irritante. El ungüento mercurial solo ha ocasionado una erupción de flictenas alrede
blanco (2), ó el ungüento citrino (3), y el de zinc(4), dor de la boca; y el mismo fenómeno so suelo pre
sentar sin causas evidentes en los histéricos, en los
(l) PILDORAS ANTIMONIALES. cloróticos y en los hipocondríacos. Debemos referir
R. Ktinps antimonial j dracoia-i gram. á esta afección las erupciones miliares queso decla
Como-resina du guayaco ( 8 ran y persisten sin fiebre durante muchos meses en
Estracto de dulcamara, dos dracnias-8 gram. las mujeres quo tienen la piel fina y delicada, y las
Móldense j háganse con s. c. do jarabe simple, pildoras de dos que se observan en ciertos casos en las heridas de
granes (1 deeigr.)
los tendones, en las fracturas y en las úlceras. En
(l) UNGUESTO MtRCUKlAL BLAMUO.
R. Precipitado blanco, una dracma=C «raía.
Manteca de aerdo, una ouia—50 gram. (O CERATO DE TABACO.
Mézclese
(3) UNGÜENTO CITRICO.
K. Mercurio liquiJo, n»a onza—30 gram. Resina de pino, onza y media-tó gram.
Espíritu de nitro, dos onzas-GA ¡jram. Trcmeulina, una oma-50 gram.
llagase digerir en el baño de arena para efectuar la Disolución, Aceite de mirra c s. para dará la mezcla la consistencia de ce
v anidase á la mezcla estando aun calienie. rato.
Manirca de cerdo derretida en el momento de concretarse una
libra—500 gram.
Agítese fuertemente en un mortero de marrad y hágase uu (2) COCIMIE10 DEL PEKICARPIO DE LA NUEZ.
ungüento.
(4) UNGÜENTO DE ZINC. R. Pericarpio de nuez lresca,una anza-5ú gram
Póngase en infusión en agua, una libra-500 gram.
R. P Ivos Je zinc calcinad;), dos dracmas^S y. JU1. Dúspues de tres horas de infusión, haga-e hervir por eápMlQ
Manteca de eerdo, seis dracmas-44 gram. de quince minutos; y luego que se enfrie, cuélese.
««cíese.
230 BIBLIOTECA ECONÓMICA
todas estas circunstancias está el origen de la enfer aplana; la epidermis que la forma se deseca en pocos
medad en el sistema nervioso, por lo cual la llamare dias, así como el fondo de la úlcera; se desprende en
mos bidroa nerviosa. Hay otra especie de flictenas, escamas y la piel conserva los vestigios de la erosión.
quo es mas rara: consiste la erupción en vescíulas, 427 Causas —No es la sangre la que produce el
del tamaño de una lenteja ó de una baba, blancas ó sudamen, sino el sudor. Laescrecion cutánea se hace
lívidas, negruzcas é inflamadas en su base; las cua mas abundante, contiae una fetidez y una acrimonia
les no se presentan mas'que por la noche ó por lo Earticular en los climas cálidos, y la menor causa
menos entonces ocasionan mayor dolor que por el asta para que se suprima en las personas que po
dia: esta es la epirtictides do los autiguos, ó la hi seen una piel muy sensible. La impresión del frió
droa epinietis. El pénfigo, cuando no se acompaña cierra los poros, la materia de la traspiración se des
de fiebre, es probable que pertenezca á este género tila por debajo de le epidermis, la separa del tejido
de enfermedades impetiginosas. mucoso, la levanta y forma vesículas miliares, en las
426. Caracteres de estas cuatro especies. —La que se deposita. Su presencia ocasiona tensión, é ir
hidroa sudamen constituye una afección cutánea ritación; por la acrimonia específica que le es natu
muy ligera, que ataca en el estío y en los países cá ral, ó que le comunica la secreción morbosa, irrita
lidos. Son mas frecuentes en los lugares en que reina los nervios cutáneos y ulcera la piel, como las cantá
una atmósfera caliente y húmeda; los individuos pro ridas aplicadas sobre este órgano. Si la reabsorción
cedentes de paises fríos pagan este tributo todos los la conduce en gran cantidad á la masa sanguínea,
veranos y por espacio de muchos años, hasta que ataca al tubo intestinal ó algunos otros órganos, y
llegan á aclimatarse. Los niños, sobre todo aquellos produce el cólera-morbo, la diarrea, la fiebre, Ir an
que tienen una piel delicada, están mas espuestos á siedad, catarros y reumatismos. Las enfermedades
padecerla q'ie los adultos. La hidroa sudamen se ma dependientes de la supresión de la traspiración son
nifiesta en la cara, en las manos y en toda la piel: mas numerosas, cuando reunidos el calor y la hume
presenta los caracteres que acabamos de señalarle, ya dad de la atmósfeia atraen continuamente los humo
un color blanco, ya rojo con prurito muy vivo, que res á la piel, cuya laxitud y sensibilidad son mayores
se exacerba especialmente por la noche; el número en estas circunstancias, y cuando las variaciones at
de las pústulas se aumenta rápidamente por el me mosféricas los repelen al interior. Las flictenas oca
nor ejercicio ó por las bebidas frías. Muchas veces sionadas por el terror ó por una afección nerviosa
se observa que los que se bañan en agua fria du tienen el mismo origen: estas causas producen la oclu
rante ios calores del verano, se encuentran cubiertos sión délos poros cutáneos, exaltan la sensibilidad de
de esta erupción al salir del baño. Cuando se modera la piel y determinan una secreción morbosa en este
el calor atmosférico, el sudamen desaparece con la órgano.
misma rapidez con quo se ha presentado. Esta afec Nosotros atribuimos la bidroa febril y los epinicti
ción no acarrea, en general, ningún accidente funes des ú las causas que determinan la miliar (322), la
to;, pero vemos á muchas personas que con el fin de erisipela (-?87) ó el pénfigo (358).
calmar una viva comezón de la piel, suprimen por Tan difícil nos es esplicar la exacerbación de los
medio de los baños frios un sudor saludable, y so padecimientos durante la noche en las epinictides,
proporcionan fiebres, diarreas y varias otras afeccio como el aumento en la misma época de los dolores
nes. Por anología, debemos proscribir los medios per osteocopos en ¡a sífilis.
turbadores en el tratamiento de osla enfermedad : en 428. Pronóstico— El sudamen no se acompaña
pocos dias se efectúa la desecación, á la que sigue la de gravedad, á menos que no sea repercutido al in
descamación, pero vuelven á aparecer nuevas pústu terior. Los qne están acostumbrados á los calores
las, hasta que se calman los calores: losenfermos pa de un clima, no están tan espuestos á padecer esta
san las noches en un insomnio insufrible. erupción como los estranierns recien llegados. El
La hidroa febril sigue la marcha de la fiebre que la pronóstico de la hidroa febril, nerviosa, varía tanto
acompaña y le sirve de crisis, y la termina. como la enfermedad de que es síntoma ó crisis.
Lo mismo decimos relativamente á la hidroa ner Nuestra práctica no nos ha suministrado mas datos
viosa con respecto á la enfermedad de donde procede, sobre el pronóstico de los epinictides que sobre su
porque de ordinario es sintomática. naturaleza.
Las epinictides son muy raras; es de presumir que 429. Tratamiento.—En el tratamiento del suda
los autores hayan descrito bajo este nombre la zona men, basta abstenerse de las remedios contrarios.
ó el pénfigo; es una enfermedad que nosotros jamás Cuando no se pueden remover las causas de esta
hemos observado, y que parece ser la misma que la afección, es preciso soporlar con paciencia el sudor,
llamada por los griegos terminthos. La hidroa epinie evitarla impresión súbita del frió, prohibir los ba
tis ataca en todas las edades, y sea cualquiera el sexo ños de baja temperatura y todo lo que sea capaz de
y la constitución; invade súbitamente, ó es precedida estrechar ó de cerrar los poros, á fin de no cambiar
de una sensación de entorpecimiento, de laxitud ó de en enfermedad lo que solo es una simple molestia.
ansiedad con palidez y anorexia. La piel se cubre de Si es intenso el pruriio, se recomienda el reposo j
flictenas blancas y trasparentes, ó lívidas, negras el régimen antiflogístico. Cuando ú consecuencia de
aisladas y diseminadas en gran número por toda la una retropulsion súbita se manifiestan síntomas de ir
superficie del cuerpo, ú ocupando un considerable ritación al interior, está algunasveces indicada la san
espacio circunscrito; tienen el volúmen de una len gría en los hombres robusto»,; pero generalmente
teja, de una haba, y rara vez son mas gruesas. La bastan los baños tibios, la infusión desauco con ojimiel,
erupción se manifiesta ordinariamente por la noche y etc., para devolver la libertad á los poros cutáneos.
se acompaña de fiebre. Cuando aparece por el dia, En la hidroa febril y en la hidroa nerviosa debemos
causan siempre por la noche ma*or incomodidad, la dirigir los remedios contra la enfermedad primitiva.
cual no es proporcionada á la ostensión de las úlce- Si la erupción es crítica , hay que abstenerso de los
raciones pustulosas. Cada flictena está rodeada de remedios estemos, esi epto de las fomentaciones emo
rubicundez; su ruptura da lugar á la salida de una lientes, cuando el dolor es vivo.
materia ordinariamente trasparente, á la que el fondo Nada diremos sobre el tratamiento de las epinicti
de la úlcera comunica un color lívido o negruzco. des, pues nuestra propia esperiencia nada nos ha ense
Cuando la vesícula no contiene líquido alguno, se ñado sobre este punto. Creemos, sin embargo, que si el
DE MEMORA T CIRDJÍA.—FRANK. 231
dolor fuese muy intenso , se-ia útil aplicar cataplas démica, aunque en muchos casos hay razones pode"
mas anodinas, administrar preparaciones opiadas, dar rosas para sospechar que se haya confundido con otra
por la tarde al interior cortas dósis de opio y emplear erupción. Por lo demás, como en estas circunstan
los diferentes medios que se ponen en juego para cal cias se ven multiplicarse con una fecundidad prodi
mar la irritación de la piel. giosa los vermes intestinales y los insectos del campo,
no seria estraño que el arador de la sarna gozase del
GENERO CUARTO. mismo privilegio. En ciertas constituciones atmosfé
ricas, el carái ter epidémico de la sarna procede de
Sarna. la misma causa que favorece la infección en los po
bres, á quienes obliga el frió ó la lluvia á permanecer
430. Los latinos han dado el nombre de scabies & encerrados largo tiempo en sus estrechas chozas. Esta
todas lus afecciones cutáneas acompañadas de un enfermedad es endémica en las ciudades populosas,
prurito tal , que obliga ú los enfermos á rascarse; en los navios, en los hospitales , en las casus de es-
scabies , de scabo. La psora de los griegos no tiene pósitos, en los monasterios, en los campamentos, en
una significación menos vaga. Algunas veces se sir donde se renueva continuamente el loco de infec
ven los autores de esta palabra para designar la le ción. No obslante , la sarna que se considera como
pra; pero como no procede su etimología de la co epidémica, no es, ya lo hemos dicho, la sarna ver
mezón , puesto que este síntoma se presenta en mu dadera.
chas enfermedades impetiginosas, la conservamos para 433. Descripción. Las pústulas aparecen al prin
aplicarla á la afección que nos ocupa. cipio en los sitios que han lecibido la primera in
431. Definición.—La sarna, psora, es producida fección : en seguida se propagan por toda la piel y
por una causa particular y contagiosa , ó mas bien crecen en grosor. El sintoma principal es el pru
por el arador (acarus) de la piel humana : se pro rito , la picazón , que aumenta por la tarde á con
paga insensiblemente de un punto á otro en las per secuencia del calor y de los alimentos acres. El pru
sonas, que están espuestas al contagio. Se la reconoce rito , según el grado de sensibilidad de la piel , su
por pequeños «ranos miliares, algunas veces mas estado pletórico y la constitución del individuo, hace
gruesos , aislados , duros y rojos en su base , traspa variar la forma de las pústulas y la estension de las
rentes y blanquecinos en su vértice , y que ocupan úlceras; ocasiona ansiedad, que sobreviene por la
todas las partes del cuerpo, escepto la cara: son mas noche , anorexia , palidez , enflaquecimiento, y al
, notables entre los dedos , en las muñecas, acompaña gunas veces fiebre , que dificulta mucho la curación.
dos de un vivo prurito, que se exaspera con los mo Por la acción del frió y de cualquiera otra afección
vimientos ó con el calor, sobre todo ul aproximarse espasniódica de la pie! , parece como que se oculta
la noche. Cuando se rompen estos granos se forman la erupción en el espesor de esta membrana, cuando
costras ó úlceras, y la epidermis se desprende en es los granos no son muy numerosos. A menudo se rou-
camas furfuréceas. nén varias pústulas y forman una ancha úlcera; y
432. Uu sinnúmero de enfermedades impetigino en ciertos casos , toda la superficie cutánea está cor
sas se asemejan á la sarna por sus caractéres esterio- roída y cubierta de costras. Esta afección general
res, y pueden confundirse con ellas. Pero esta afec desordena la función de la traspiración. Aunque la
ción no reconoce mas que una sola especie , como no picazón sea mas viva en las pústulas pequeñas y re
depende mus que de una sola causa : la división en cientes, el icor estancado por debajo de las costras
sarna seca y en sarna húmeda , fundada en el estado anchas, produce en la piel el mismo efecto que cual
seco ó puriforme de las pústulas, separa sin utilidad quiera otro licor sanioso sin el concursu de los ara
para la ciencia dos cosas^absolutamenle idénticas, que dores , que se limitan á vivir debajo de estas costras;
no se diferencian mas «que por su forma , aunque el trasportado en parte á la masa sanguínea , lleva su
prurito sea mayor en el primer caso que en el se influencia sobre las visceras y las glándulas , si el
gundo. La sarua se complica con otras afecciones: arte ó la naturaleza no se esfuerzan por oponerse &
se exaspera y aun se desfigura por las escrófulas , el ello. Sobrevienen con frecuencia casi en lodo el
escorbuto, la sífilis, el reumatismo, la constitución cuerpo, pequeños forúnculos rojos y profundos , que
epidémica reinante, la plétora cutánea , etc. Pero es muy luego se llenan de materia purulenta, rodea su
tas causas no podrían determinnrla sin la existencia base un círculo inflamatorio, se abren espontánea
del arador, pues lo que producen es una enferme mente y forman costras anchas y espesas. Por largo
dad que se le parece en algo. La sama crítica, que ticmro se limita la sarna á la piel y constituye una
se ha observado algunas veces; no es una verda afección local : y cualquiera que sea el carácter de
dera sarna, ó bien depende del contagio, comuni las úlceras, los órganos internos participan muy tarde
cado secretamente por una persona ó por una cosa de la enfermedad. En el principio, tiene la sarna una
infeciada, y el alivio que de aquí resulta es análo marcha lenta, y permanece por meses enteros en
go al que proviene de cualquiera otra ulceración no las estremidades. Pero hay casos en que se desar
específica. Durante las fiebres desaparece la sarna, rolla con rapidez , ó pasa muy pronto al estado de
lo mismo que las demás enfermedades impetiginosas, ulceración. Las úlceras psóricas, cuando son invete
ya porque el insecto no pueda adquirir el desarrollo radas, ceden con dificultad á los autipsóricos , aun
ni las fuerzas en el hombre enfermo , y le abandone, que se haya eliminado la causa. La sarna no ataca
como los piojos se retiran de la cabeza en la agonía; con la misma facilidad á todos lo> individuos ; asi co
ya porque el órgano cutáneo , participando del estado mo no todos están espuestos á tener piojos, ó á sen
morboso general, no se resienta por la irritación tir en todas circunstancias la acción de un principio
que ocasiona la presencia de este animalillo. El contagioso. Los molineros y los panaderos, los que
arador puede continuar largo tiempo encerrado tienen que estar frecuentemente en -las cuadras con
en el cuerpo del enfermo, sin que pueda procurarse los caballos, y los que destilan licores espirituosos,
alimento, ó permanecer adherido á las cosas inanima parecen menos sujetos á esta afección ; y la delica
das. Pero cuando se ha restablecido la salud , des deza ilo la piel y la juventud predisponen á pade
pierta, devora la sustancia de la piel, y produce ulce cerla. La sarna puede atacar varías veces á un mis
raciones que se consideran como críticas Algunas mo individuo.
observaciones atestiguan la existencia de la sarna epi 434. Causas. Lo que llevamos dicho basta para
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saber cuál sea la causa de la sarna. El pueblo no la licacion que se oponga á la acción de estos insectos?
ignoraba antes de que los médicos la descubrieran; La sarna cuando se prolonga es seguida de abscesos
es un insecto que pertenece 6 la gran familia de los ó de infartos de las glándulas y de las visceras. Es
aradores. El acarus humanus , ó acarus exulceraos, tos accidentes no dependan de la causa especifica,
se diferencia de los aradores de la harina y de los sino de la reabsorción del icor y de cualquiera otro
del trigo; fija su morada en las pústulas que acaban vicio preexistente, que se vivifica por la irritación de
Jo aparecer y quo están llenas do una serosidad aun la sarna. Do vez en cuando disipa esta afección otras
trasparente , y no se lo encuentra en ¡os granos que enfermedades, ó hace mudar de sitio ú las que ala-
han madurado y que están llenos por lo tanto do un can á las visceras, atrayéndolas hácia la pie! : y por
líquido purulento. Oculto bajo la epidermis, sedes- último , también suele exasperar las afecciones á que
liza sucesivamente de un punto á otro; y el trayecto se agrega.
que él doscríbe está señalado por manchas, estrias 436. Tratamiento.—Un buen diagnóstico es la
rojas y filiformes. Este animalillo, conocido solamente base del tratamiento. Cuando la sarna es reciente, ya
en la especie humana , no se encuentra mas que en dependa de un vicio específico, ya provenga realmente
los granos de la sarna (i); su nacimiento no es de de los aradores, es necesario, sin perdida de mo
bido al acaso ni á las larvas que alguna mosca pueda mento, recurrir á los remedios estemos puesto que
depositar en una úlcera antigua y descuidada; debe los que se administran al interior no tienen éxito. Si
ser trasmití. lo por una persona ó por una cosa infec la enfermedad afecta á un individuo débil y atacado de
tada; y es de creer que él mismo produce las vesí otra enfermedad, debe observarse si la irritación que
culas en que habita. El frió calina el prurito dismi su presencia produce, y el vasto exutorio que forma,
nuyendo la agitación del insecto, el calor interno ó proporciona algún alivio ú la afección primitiva.
eslerno le oscila por una razón contraria, y muchas En esle caso, antes de combatir la sarna, debe
veces la fiebre seca las pústulas. Los individuos que mos establecer un fonlículo que supla á la eserteíon
descuidan el aseo se preservan de él muy difícilmen que vamos á suprimir. Si la sarna por su antigüe
te; lo cual no se observa con respecto á los miasmas dad , ha alterado profundamente la piel, y laescrc-
contagiosos. La historia de la phlhiriasís viene en cion psórica se ha hecho habitual, el tratamiento debe
apoyo de nuestra opinión: en la enfermedad particu ser dispuesto con precaución y con lentitud. El esta
lar nadie atribuye el prurito, las pústulas y las ul blecimiento de un exutorio está entonces m s indicado
ceraciones á una materia contagiosa , sino á los pio para prevenir los accidentes quo podrían amenazar á
jos que se hallan por debajo'de la epidermis; ¿por qué, las parles internas. Cuando es'.a afección está compli
pues , hemos de dudar que los aradores producen el cada con una enfermedad impetiginosa dependiente
mismo electo en la sarna? Los remedios internos de un vicio interno, se la combate con remedios in
tienen poco éxito contra los piojos y los aradores; ternos, y se varia el tratamiento de la sarna, si es
i los mismos tópicos destruyen los unos y los otros simple, no exige un régimen diferente del que se
¡leridad; y la sarna es tanto mas fácil prescribe ú las personas sanas; las preparaciones pre
nto mas pronto se la trate por este mé- liminares y los medios aconsejados para ponerse á
rnuv afortunados en poseer contra esta cubierto de los accidentes de la retropulsion , son
causa específica un número tan considerable de re inútiles: basta prescribir los baños, y sustraer al en
medios seguros. La retropulsion de la afección psóri- fermo de las causas de infección.
ca, se dirá, es seguida de muchos accidentes. Esta El número de los re nedios preconizados para cu
observación es justa; pero los médicus toman aquí rar la sarna es considerable; pero ademas del aseo,
el efecto por la causa ; por otra parie , la desecación no exige, cuando es simple, mas que muy pocos, en
de ulceras antiguas , producidas por los piojos en la tre otros el azufre y el mercurio. Se principia por
cabeza , la supresión de un foutículo á que se está limpiar toda la superficie cutánea por medio de un
acostumbrado, no están siempre exentas de peligro. baño común ó de agua de jabón; de este modo so
No es, por lo tanto, uecesario suponer un principio desprenden las costras y se derrama la materia ¡caro
contagioso para esplicar los accidentes que resultan sa: también so pueden lavar las partes con una es
de la curación prematura é inconsiderada de la sarna punja, ó cubrir con fomentaciones las costras hasta
antigua ó complicada. Ya liemos dicho cuán poco que se caigan. Los pobres, que no tienen muchos
confirmada está la existencia de h sarna crítica. Se vestidos ni sábanas, no necesitan mudarse todos los
atribuye al continuo contacto de los tejidos de lana, días, sino solamente después de tres ó cuatro friccio
la que ataca á los sastres con preferencia 11 otros ar nes. Es indispensable apartarse de los sarnosos y evi«
tesanos; pero puede ser otra enfermedad sintomática, tur el contacto de las cosas infectadas. Cuando existo
ó lapsidracía, ó una verdadera sarna, que trae su una plétora cutánea manifiesta, con ardor y prurito,
origen de los aradores adheridos á las ropas usadas es muy ventajoso quo precedan las escarificaciones.
que componen estos menestrales. El azufre surte tan buenos efectos bajo la forma de
435. Pronostico. La sarna no es una enfermedad vapor, como en baños y en pomadas; pero esta últi
grave, á no ser que se complique con otras, que se ma preparación tiene el inconveniente de exha ar un
descuide, 6 que se suprima imprudentemente. Las olor fétido y de manchar las sábanas. En el principio,
dificultades que presenta el tratamiento en los po cuando las pústulas son aun muy pequeñas, cura
bres, en los hospitales y en los campamentos, pro prontamente la enfermedad el azufre en vapor, em
vienen de la falta de asco y del comercio continuo pleado varias veces al día y con las precauciones con
con personas infectadas. Existen algunos ejemplos, venientes. Se purifican los vestidos y las sábanas, es
aunque raros, decuracion espontánea : nosotros hemos poniéndolos á estos vapores, al aire libre y al calor de
visto que el principio contagioso podía disiparse de un horno. Cuando no es posible ir á tomar los baños
esta manera ; ¿por qué no han de poder desaparecer termales sulfurosos, se preparan artificialmente, ha
los aradores en ciertos casos sin causa conocida? ¿Por ciendo hervir dos onzas (0 decágr.) de hígado do
qué no ha de poder sobrevenir en la piel una modi- azufre, ó una libra (bOO gram.) do azufre, y otro
tanto de cal en cierta cantidad de agua, que se
(1) Véase i P. Haycr.-Tratado leórico y practico de las en
fermedades de la pid—París 1835.—T. I , pig. 56;; ; t. III, agrega á la del baño. Se compone una pomada sulfú»
Plg. »38.-JtaspailI.—Nuevo «islema de química orgánica.—P» rica con una onza (30 gram.) do flores de azufre y su-
ó con una
DE MEDICINA Y CIRÜJ1A.— FRANK. 233
yema de huevo, si los cuerpos grasos están con cocimiento de raiz de romaza ó de ¿nula, la pomada
traindicados por el estado do la piel. Algunos prác preparada con esta última raiz y la manteca, etc. No
ticos añaden á esta preparación una ó dos drac- sotros preferimos sin titubear á estos remedios los
mas (4 ú 8 gram.) de sal amoniaco ó de eléboro específicos conocidos. Hay que observar que durante
blanco; pero estas sustancias suelen irritar el órgano el uso del ungüento de azufre, sobrevienen nuevas
cutáneo; basta con el azufre solo y bien triturado. pústulas; esta erupción no es de naturaleza psóri-
Todas las tardes se frotan junto al fuego los interva ca; por el contrario, depende de las unturas sulfuro
los de los dedos, las muñecas y las demás partes que sas, y basta para disiparla, suspender las fricciones
se hallen cubiertas de granos con una cuarta parte, ó y prescribir un baño tibio. Después de la desecación
menos, de la pomada. La virtud del azufre es tan no debemos apresurarnos á abandonar el tratamien
activa contra los aradoret, que las fricciones repeti to, sino que debemos continuarlo por algún tiempo,
das en una sola parte bastan para conseguir la cu y aun volverle á enlabiar si algunos gérmenes se han
ración general. Por eso goza de gran reputación el escapado á su acción y reproducen la enlermedad.
ungüento anti-psórico (I): se toman bolitas del tama Cuando la sarna sin carácter crítico se manifiesta
ño de una avellana y se frota con ellas las palmas de en un individuo caquéctico ó atacado de otra afec
las manos; muchas veces cede la sarna solamente á ción, no nos debemos apresurar á combatirla, si no
este método tan simple y tan fácil. Parece que el azu queremos agravar el estado del enfermo. Pero no
fre es la sustancia activa en esta composición; y es sucede lo mismo cuando una erupción psórica, ó la
falso que este ungüento espela ó disipe la causa de la psidracía que no ofrece mas que las apariencias de
sarna. la sarna sin tener su carácter, y cuando la sarna ver
El mercurio, empleado csteriormente bajo todas dadera, pero antigua, llena las funciones de un exu-
formas, su mezcla con la grasa , y sus preparaciones torio evidentemente útil al enfermo; y en fin, siem
salinas disueltas en agua, -gozan de la misma efica pre que por su in ilación ha desenvuelto en la eco
cia, ó quizás mayor, que el azufre. La sarna, si está nomía U enfermedad que nos ocupa un vicio escro
bien confirmada, resiste & su administración inte fuloso, ó cualquiera otro vicio preexistente ; en estos
rior aunque se lleve hasta el ptialismo; pero la mas casos, exige la erupción psórica los remedios inter
pequeña canlidad de mercurio, aplicada á la super nos apropiados. Los efectos secundarios y accidenta
ficie de la piel, destruyelos aradora, comosi fuese les de la sarna deben combatirse por medio de los
un veneno, y Con la misma prontitud con que mata exutorios, ó por las sustancias que aumentan las es-
á los piojos y las ladillas. La mejor de todas sus prepa creciones naturales. Lo mismo decimos de la sarna
raciones es el ungüento blanco: (2) se toma una por inveterada, en una persona que por otra parto goce
ción de este ungüento, del volumen de una haba ó de buena salud: y no es la causa específica la que
de una avellana, y se frota con ella diariamente las reclama nuestros cuidados, sino la reabsorcionxon-
partes infectadas. Sin temer la salivación, se debe tinua del icor, que lleva su acción sobre los órganos
continuar el uso de este ungüento, como el de todos interiores, y el hábito que la naturaleza ha contraído
los específicos, algunos dias después de la desapari con la secreción psórica.
ción de la sarna. El ungüento citrino la solución La observancia imperfecta ó el descuido absoluto
mercurial simple (3) ó fagedénica (4) con las que se de estos preceptos da lugar á una mullúud de ac
dan lociones una ó* dos veces al dia, no son monos cidentes mortales en el tratamiento de la sarna, co
útiles. mo en el de todas las enfermedades inipetiginosas;
Ademas del azufre y del mercurio, hay multitud se combaten con arrfglo á los principios espuestos
de remedios que se emplean contra ía sarna, con en otro lugar (289, 394). Toda vez que las afeccio
mayoró menor resultado, tales como el cocimiento ó nes consecutivas déla sarna mal curada ó inconsi
el jugo de tabaco, los baños compuestos con el re deradamente suprimida, no dependen de la repercusión
siduo de la destilación del aguardiente, con el agna de su causa al interior, sino de la supresión súbita
vejeto-mineral, el agua de mar, la lejía alcalina, el de la cscrecion del icor á la que se había habituado
laeconomía, no tenemos razón alguna para aconse
(1) INGUENTO ANTI-P30B.ICO. jar la inoculación de una enfermedad tan desagrada
ble y que se comunica con tanta facilidad sin este
R. Flores de azufre, una parte. socorro; es necesario limitarse á los remedios que
Vitriolo blanto, una parte. hemos recomendado contra la retronulsion de las
Bayas de laurel, una parte. demás enfermedades inipetiginosas y de los exante
Reddzeansea polvo impalpable, mézclense y hágase un linimento mas.
con i. t. de aceite de linaza ú de olivas.
ONCUENTO MESCUH1AL BLANCO. GENERO QUINTO.
R. Precipitado blanco, nna dracma-4 grim. Psidracia.
Manteca de cerdo, una onza 30-graui.
Méialeit. 437. Definición.—Bajo el nombre de psidracia com
prendían los griegos diversas afecciones cutáneas.
(3) SOLUCION MERCUIUAL SIMPLE. Nosotros nos servimos de él para designar una en
R. Siblimado corrosivo, sesenta grsaos-3 gram. fermedad que presenta granos semejantes á los
Disuélvase en de la sarna por sus caracteres esteriores, que no son
contagiosos de ordinario, aislados, rojos y duros en
Agua destilada, dos libras-t kilogr. su base, trasparentes en su vértice, llenos de nu
Mézclese. Para usocsterno. líquido seroso y blanquecino, y acompañados de pru
rito.
(4) ACUA FAGEDENlCA. 438. Especies t causas.— Las especies de este
Agua de cal i eeiauteraenle preparada, ocho onias-240 gram. género son numerosas y difíciles de distinguir. Ade
"T"™' 1 aa. veinte grano.-tgri mas del carácter genérico; es decir, de la semejan -
de la sarna, tienen alg—
i contacto con esta enfr
10"
ectq, la psidracia puede ser producida por una general, y por toda la piel una erupción de pústulas
causa animada, por la picadura de un insecto, y de que engañan á los médicos sin esperieucia, creyén
pender del veneno, ó de los liuevos que instila ó de dolas producidas por ia sarna.
posita en la herida que produce ea I a > parles deli No es raro observar en los individuos atacados
cadas: á veces el estímulo es purameríle mecánico, de escrófulas , de reumatismo , ó de cualquier otro
ó suministrado por ciertas plantas: otras, es ocasio vicio, eflorescencias de la misma especie, limitadas
nada la psidracia por la simple picadura d« aniina- á ciertas parles y dependientes , por decirlo así , de
lillos irritados: tales son las pústulas pruríginosas un vicio local ó general, como en los hipocondríacos
determinadas por el culex pipiáis ó reptan^, por el y en ios melancólicos.
cul< x penetran) de los trópicos, por el ctmea; Iec- 439. Esta esposicion de las especies de psidracia
tuarius y otros insectos poco conocidos ijue se hallan basta para conocer cuánto se diferencian de la sarna
en los países cálidos y húmedos, listas pústulas se por su naturaleza y por su origen , y para apreciar
irritan cuando so rascan los enfermos, y forman cuánto se distinguen entre si Un sinnúmero de que
tumores auchos y elevados, que disminuyen bien podríamos hacer mencionen este lugar, constituyen
pronto, de manera que es difícil distinguirlos de los mas bien afecciones sintomáticas que primitivas. Se
granos psóricos. ha descuidado mucho el estudio de las causa que
En ciertos casos produce el virus venéreo sobre producen las enfermedades de la piel : y no se acos
toda la superficie cutánea, sin esceptuar el rostro, tumbra á establecer el diagnóstico diferencial de las
pústulas que se asemejan a las de la sarna; no oca» que dependen de un vicio interno ó de un vicio lo
sionan comezón , sino dolores durante la noche. cal. Asi , muy á menudo tomamos por sarna, y tra
Se sabe que los hipocondríacos están sujetos á tamos indistintamente por los remedios estemos, afec
padecer prurito, manchas , pústulas psorilormes, que ciones cutáueas que provienen de una causa interna.
proporcionan algún alivio á sus males. En muchos casos ha exasperado este tratamiento er
Otras v. ces , á consecuencia <le las liebres ó du róneo, y aun ha producido ia relropulsiou de la
rante el curso de las enfermedades crónicas , sobre erupción sintomática, y se ha desacreditado el mé
viene una erupción psorilorme evidentemente salu todo auti-psóríco por su mala aplicación.
dable ; y esto es lo que ha dado origen á la idea de 440. Pbonósiico. El pronóstico de la psidracia
la sarna critica. sintomática es el mismo que el de la enfermedad
En los escorbúticos , en lo« presos , en las per esencial. Es raro que ia psidracia dependiente de una
sonas que se hallan encerradas en estrechos bajeles afección primitiva de la piel presente gravedad algu
ó que pasan su vida en lugares húmedos y desasea na. La que dura por mucho tiempo, no puede supri
dos, se cubre la piel de pústulas que resisten á los mirse bruscamente por los remedios estemos , sin
anli psóricos , aunque se acompañen de prurito, co producir un desórden peligroso en la economía. La
mo los granos de la sarna, y presenten todos los ca mas grave de todas es la que consume al árido cuerpo
racteres esteriores de esla. de los viejos.
Suelen manifestarse erupciones psoi ¡formes pe 441. Tisatvmikm'o. El tratamiento debe variar
riódicamente , reemplazar , por decirlo asi , á las tanto como las causas de la enfermedad. Cuando no
reglas, y seguir la misma marcha. depende de un vicio interno y constituye una afec
Los artesauos que continuamente tienen cu cou- ción local de la piel , no exige otra cosa mas que re
tacto sus manos con l ina impregnada de aceite rancio medios estenios apropiados a su causa.' Los habitan
ó impuro, los tejedores, los sastres, tienen con tes del AWca y de la América meridional se defién
mucha frecuencia las manos ó los dedos, y algunas dela, dé los insectos que les molestan, encendiendo
veces todo el cuerpo , cubiertos de una eruncion fuegos cu sus bosques ó en sus casas, fumando ta
psurifornie, que depende, cuando es general , de un baco , untándose diariamente el cuerpo con aceite ó
vicio que tiene su origen en el vientre, de una afec con jugos de diferentes plantas. Para calmar el dolor
ción escorbútica, etc. producido por las picaduras de un insecto , debe sa
La falta de. asco, en la piel sobre todo, en lis carse desdé luego el dardo ó aguijón , si es una abeja
personas que no tieuen proporción de mudar á me ó una avispa etc. ; en seguida se hace uso del vina
nudo las sabanas; y los ungüentos preparadas «np gre, del jugo de limón, del aceite, del álcali volátil
aceite acre etc., dan lugar tumuieu á elWcscencias y de la triaca. En los trópicos se retira el culex pe-
cutáneas semejantes á la sarna. netrans con unas pinzas y se aplica sobre la picadura
Muchas veces, en los primeros meses después del cenizal de tabaco. La psidracia producida por el
nacimiento, ó en la época de la dentición , se cubre desaseo reclama los baños tibios, jabonosos ó.sul
toda la piel del niño sin esceptuar la cara , de pús furosos. El tratamiento de la psidracia sintomática
tulas prjriginosas que ofrecen todos los caractéres de la viruela , dei escorbuto etc. , se encontrará en
esteriores de la afección psórica. otros artículos de esla obra.
También suelen manifestarse con frecuencia gra
nos rojos en la piel, sobre todo en la cara, de los GENERO SESTO.
jóvenes, en la época de la pubertad, en los indivi
duos pictóricos ó fatigados por la carrera y por la Tiña.
lucha; en las jóvenes al aproximarse el período mens
trual, ó cuando se suprima esta evacuación. 442. La tiña es una enfermedad que tiene alguno
Los escesos, en los placeres venéreos, ocasionan semejanza con los herpes, pero ordinariamente se li
igualmente erupciones psoriformes. mita al cuero cabelludo ó á la cara, y ataca con pre
Los viejos esláu asimismo espuestos á esta espe dilección á los niños. Los autiguos le han dado el
cie de erupciones, que persisten , á pesar de los re nombre de acores], de favus y de úlceras (luentes
medios con que se las combate , y van acompañadas de la cabeza, en los siglos posteriores se le ha llama
de un prurito insoportable; su caracteres, por lo da lactamen, costras lacteqs ó (le leche , sarna 6 le
lauto , muy diferente del de la sarna. pra de la cabeza; por último, se ha inventado la es-
Hemos visto infinitas veces que los baños iquy presión aun mas bárbara, de tiña.
es ocasionan, aunen las personas qu< 443. Definición.—No obstante ,
DE MEDICINA Y GIRUJÍA.—FRANK. 235
general. La tina consiste en pequeñas úlceras prun- cabellos , y sin que precisamento lleve su acción so
ginosas. sinuosas, que tienen su asiento en el cuero bre Jos mismos bulbos, destruye el tejido celular sub
cabelludo ó en la cara, de cuyas úlceras se vierte una yacente. Si existe una complicación sifilítica, estiende
gran cantidad de humor viscoso, fétido, es pon tán ca su acción á la sustancia huesosa del cráneo, y oca
rneóte coagulable hasta la consistencia de la miel , y siona por la noche dolores atroces de cabeza. Este es-
so cubren, por último, de costras friables, blandas ó lado sí acompaña de una inquietud considerable,
duras, espesas y cenicientas. que impide que el enfermo se nutra, y produce en
444. Vakikda»es.—Cuando el cuero cabelludo pa« consecuencia el euflaqueci.ciento; no obstante , otras
recia acribillado por multitud de agujeros que daban veets no se altera de un modo notable la salud. En
paso á esta materia glutinosa, ios griegos designaban algunos casos , la tiña es lija; persiste tenazmente
la enfermedad cofl el nombre de acores. seca ó húmeda, en el mismo grado y en el mismo si
Se le llamaba favus á una alteración semejante del tio : los cabellos se caen, y en ciertas ocasiones son
cuero cabelludo, con la diferencia de que las aber reemplazados por una especie de lana blanca.
turas eran mas anchas y se parecían i los panales de La tiña de la cara, ó costra de leche, araca ordina
las abejas. riamente á los niños desde la edad des"is meses hasta
Se aplicaba la denominación de tiña á la enferme la de un año, y algunas veces mas tarde. Sobreviene
dad que presentaba costras friables ó blandas y blan durante la dentición en los que tienen la piel blanca,
cas, que eran formadas en la raíz de los cabellos por la cara redonda y llena, las mejillas muy encendidas
la sanies, al coagularse. ó de un amarillo rojizo; en los que han nacido de
Si durante la lactancia se ponían las mejillas del indres escrofulosos, y en los que maman una leche
niño calientes, rojas y relucientes, y se cubrían en se ó toman alimentos muy nutritivos. Ordinariamente la
guida de vesículas pruriginosas , amarillas, llenas de tiña de la cara principia por las mejillas, otras veces
un líquido que se ci apilaba al salir, y daba origen á por la frente, y se anuncia por calor, rubicundez, y
unas costras frágiles , amarillentas y acompañadas de por el prurito de la parte. Aparecen bipn pronto pús
prurito y de dolor , se daba á este estado morboso el tulas ó vesículas , unas veces anchas , otras elevadas
nombre de ¡aclamen, crusta ladea, costras de leche. en punía y llenas de un líquido trasparente y bl'iiico-
En liii, se calificaba de maligna A la tifia rebelde amarillento. Se abren espontáneamente, ó se rompen
que penetraba hasta. los huesos y no producía la ca al lascarse el niño, y vierten un ¡¡cor viscoso amari
ries; se llamaba húmeda, á la que se acompañaba de llo, que al secarse forma costras amarillo-rojizas y
una evacuación considerable, y seca, á la que no pre friables. Después, un nuevo aflujo de materia icorosa
sentaba mas que costras duras y de consistencia casi hiende y divide las costras blandas aun , se deposita
petrosa. en las partes mas declives, y las cubre; su cantidad
Pero la tina es una enfermedad menos complicada aumenta cada vez mas ; forma nuevas costras espesas,
que su nomenclatura ; solamente ofrece variedades amarillas ó morenas, que ocupan las mejillas y la
en el sitio y en la forma, y en los diferentes grados barba , ó toda la cara, á escepcion de los ojos: el niño
de inteusidad, sin que jamás pierda su carácter pri» está atormentado por un prurito y una inquietud con
inilivo. siderables, y cae por último en el marasmo. Pero no
44o. Descripción.— El favus y los acures son pre siempre están exentos los párpados de padecer las
cedidos de un prurito incómodo en el cuero cabellu costras lácteas; esta afección puede estenderse tam
do , con tensión, y algunas veces del pórrigo. No es bién á sitios muy lejanos, á las orejas, á los miem
raro que los ganglios linfáticos del cuello y de la bros , al tronco, sin dejar cicatriz en ninguna parte.
nuca se pongan tumefactos, tensos y dolorosos a4 me La erupción y. la desecación de las pústulas observan
nor contacto. Otras veces la cefalalgia es uno de los muchas veces cierto órden, y duran poco masó me
síntomas precursores. El prurito y la necesidad de nos igual número de días. En el primer período, está
rascarse se aumentan cada vez mas; el enfermo toca el niño alegre y se siente bien ; en el seguiido se pone
con el dedo un tumor ancho, caliente y tenso, ó un triste y lánguido. Se ha visto que esta afección ataca
graiio, ó una pústula. El tumor no presenta ulcera dos veces á un mismo niño , y desaparece después
ción, sino solamente la abertura de un eanal dilalado espontáneamente, aunque algo tarde, á beuelicio de
que da paso á un tumor glutinoso. La pústula con una abundante escrecion de orinas fétidas, semejan
tiene un líquido blanco ó amarilleuto , constituye un tes á las del galo.'
tubérculo saliente en la superiície de la piel, circuns -446. Causas. —No es fácil determinar las causas
crito, folicular, cónico, duro en su base y blanco en de esta afección. No siempre se puede suponer un
su vértice. El humor fétido y viscoso sale lentamente vicio en la sangre de los padres o de la nodriza, ni
por una ancha abertura ó por uua úlcera de bordes afirmar con el vulgo que este vicio infecte los hu
desiguales y guarnecidos de escrescencias, se derra mores del niño. Injustamente se ha admitido una
ma por entre los cabellos y los aglutina, coagulándose acrimonia humoral en la primera edad de la vida,
por la impresión del aire La cabeza se cubre bien cuando la alimentación es tan simple -y cuando el
pronto de tubérculos escamosos y secos por de fuera alma no está agitada por pasioues violentas. Tampoco
pero llenos de una materia blanda , putrescible , se- hay fundamento para suponer un principio contagio
mejaute á la cera , y que viene á ser el nido de los so, escepto eu la tiña sifilítica. Por lo demás, la tiña
piojos. de la cara desaparece espontáneamente poco después
Cuando las pústulas son confluentes, se evacúa el de la dentición ; la de la cabeza es raro que persista
icor en mayor cantidad, forma costras que cubren después de la pubertad, á no ser que dependa del
las partes inmediatas, tapiza alguna vez todo el cuero vicio venéreo ; en fiu, la tiña simple y común se cura
cabelludo hasta la frente, y se esliende sobre la ca ordinariamente sin peligro por los remedios estemos,
beza como la pez fundida. La segunda costra empuja mientras que resiste casi siempre á los remedios in
y hace que se desprenda la primera, y así sucesiva ternos. LoS antiguos han atribuido esta afección,
mente, y las fisuras se vuelven á llenar al punto de como todas las demás enfermedades impetiginosas, á
otro nuevo icor: no se ve mas que una ancha costra la bilis: los modernos han recurrid., seguíi la doc
llura, escamosa, espesa, mezclada de cabellos, .y de trina del siglo, al estado mucoso, á la acidez, á la
un aspecto repugnante. El icor acumulado por debajo acrimonia de los humores ; pero la sutileza de sus ra
ataca la jliel , pone al descubierto las raices de los ! ciocinios prueba que no los han hecho á la «abecera
236 mntiúTECA ECONÓMICA
del enfermo. Hubo un tiempo en que ios médicos, de los árboles tiernos en un suelo fértil se derra
desanimados por los obstáculos que encontraban en man jugos gomosos, de que se cubre su corteza,
el tratamiento de la liña , concebido según e-das teo así eii la primera y segunda infancia, los individuos
rías, dejaron el cuidado de curárosla afección á los sensibles, gruesos y bien nutridos, viettan el humor
charlatanes, flhtruidos por los ensayos que hacia el superabundante y el icor linfáticn que se coagula y
empirismo, y por los eseeletites resultados del trata se deposita en su cabeza. A la superabundancia de
miento esterno, reconocieron que la tifia no provenia los jugos viene á agregarse en la primera ed id, la
del vicio de Jos fluidos, como se creia antes, sino que iiritacion deque se acompaña la dentición, lo cual
constituía una enfermedad local del cuero cabelludo produce las costras lácteas; en la segunda infancia,
La voz de la esperiencia, es decir, el éxito, ha cor la irritación ocasionada por el desaseo ó por los pio
respondido á los raciocinios de la antigua teoría. Pero jos, determina la acores y (¡{ favus, si una hemor
falta esplicar por qué el infante, que apenas ha salido ragia nasal, la coriza, un flujo cualquiera ó un au
del seno maternal, está espuesto á tantas enfermeda mento rápido del cuerpo no trastorna el movimien
des, sobre todo á las afecciones de la cabeza, y poi to fluxionarío. La tifia ataca tí los niños pobres co
qué la tina se limita á manifestarse en los primeros mo á los ricos; el pan de centeno es tan nutritivo
años de la vida. Esta cuestiones oscura, pero muy para los unos , como el de trigo para los otros , y
digna do las investigaciones de los médicos (1). Él ademas, los padres en su pobreza no someten ú sus
vol limen considerable de la cabeza proporcionalmento hijos á las privaciones que ellos sufren. Cuando el
al do las demás partes del recien nacido, el calibre de niño mama una leche antigua y espesa, ó la toma
las arterías cerebrales, y el grosor de los ojos, prue con esceso, y su estómago la digiere, llega á adqui
ban que en esta edad la cabeza es el centro de una rir una predisposición marcada á las costras lácteas:
nutrición mas activa, de un aflujo de humores mas no sticede esto á causa de las mucosidades viscosas
considerable. Esta plétora natural se aumenU por el ó ácidas que se mezclan en la masa de sus humores
peso de las gorras que hacen llevar al niño desde qu ; sino porque los jugos nutritivos se acumulun y son
nace, y por las envolturas que circundan estrecha escesivos en la economía. Las orinas no siempre
mente su cuerpo y sus miembros , é impiden la circu exhalan un olor fétido al lin déla tifia; por lo demás,
lación en las partes inferiores. no siempre anuncia este síntoma la eliminación de
La voracidad de la mayor parte de los niños, las la causa morbífica por las vias urinarias, porque pue»
cualidades demasiado nutritivas y la escesiva canti de ser efecto de un desórden interior. En general,
dad de leche que digieren tan perfectamente, deben el olor y todas las demás cualidades de la orina,
agregarse á esta plétora, y predisponen ti muchas como del sudor y de las diferentes escreciones que
enfermedades. En la época de la dentición, el calor se presentan al fin de una enfermedad, no pueden
de la cabeza, la rubicundez de las mejillas y el flujo servir de base á la etiología.
abundante de saliva y de mucosidad. anuncian evi 447. Pronóstico.—Existe una opinión popular de
dentemente que la cabeza es el asiento de una irri que las erupciones en la cabeza son saludables á los
tación y de una fluxión considerable. Hemos demos niños: el pueblo no se suele engañar en el pronósti
trado suficientemente lo que puede el simple aumen co de las enfermedades tanto como creen los médicos.
to de sensibilidad, para establecer en la piel una Seguramente las enfermedades no son necesarias para
secreción morbosa: una lesión semejante de la sen sostener la salud; pero hay un gran número de ni
sibilidad de la cabeza, coincidiendo con la plétora ños voraces, y llenos de jugos , en los que la natu
local deque acabamos de hacer mención, esplica la raleza tiene necesidad de emplear los productos so
frecuencia del hidrocéfalo en los niños, de las enfer brantes de la nutrición en el aumento rápido del
medades de los ojos, de la boca y de la nariz, en cuerpo, ó en eliminarlos por un flujo de oídos, de
esta edad; y, en fin, e;tas consideraciones nos es- orinas ó de vientre: ademas el tejido celular subcu
phcan por qué la irritación particular de los vasos táneo, sobre todo en el cuello y en la caja, se llena
linfáticos de la cabeza, y la alteración que esperi- de jugos diferentes de la verdadera grasa , los vasos
menta la secreción cutánea en la cara y en el cuero sanguíneos pierden su elasticidad, y la circulación se
cabelludo, cuyas condiciones son necesarias para la efectúa con languidez. Algunas veces se evacúan pol
producción de la tina, se limitan al primer periodo la piel estos humores, espontáneamente y á la menor
de la vida. ocasión, como si fuese una goma humana: el niño
Sin embargo, no creamos que la tifia proviene de recobra entonces su alegría y la libertad de sus fun
una sola causa. Puede ser producida por el virus ciones: todo vuelve al anterior estado de languidez,
venéreo, como se han visto ejemplos en los adultos cuando el arte se opone á esta evacuación saludable
y aun en los niños; por las causas que determinan con demasiada precipitación, ó sin tener en cuenta
el pórrigo (414) , por los piojos , por una metásta su causa. Pero no deben atribuirse los accidentes á
sis ó por una disposición escrofulosa hereditaria. la retención de una materia corrompida; dependen de
Uno de los caractéres de la tina , sea cualquiera el la superabundancia de los jugos nutritivos, que la eco
asiento de esta enfermedad, es el de no depender nomía no puede consumir enteramente. Cuando la
ordinariamente de causas internas, y el de constituir tifia reconoce otro origen ó presenta alguna compli
las :nas veces una enfermedad local de la cara y del cación; cuando es, por ejemplo, venérea ó metastáii-
cuero cabelludo. Los ejemplos de repercursion de es ca, no bastan los tópicos, y aun suelen ser perjudicia
ta enfermedad y de tina critica alegados para probar les antes Je la destrucción de la causa esencial. La
lo contrario, se esplican, por lo geuetal, como'nosotros tina mas simple, cuando se prolonga, puede arrastrar
hemos esplicado los casos semejantes de la sama, al enfermo á un estado de debilidad, de marasmo ó
antigua ó complicada , cuando se suprime inconsi de fiebre lenta, por el prurito continuo de que se
deradamente por los remedios estemos (434); esta acompaña, por el insomio, ¡a inquietud, y algunas
prueba es, pues, falaz. Puede ser que así como veces por las pérdidas demasiado grandes que oca
siona. A pesar de estos accidentes, deben respetarse
1 Consúltese á MJhou.—Investigaciones sobre el sitio y la na las leyes del hábito; no se puede suprimir brusca
turaleza de la tina; Paris, 18¿y.—A. C. liaudelocque, InveslíRafio- mente esta evacuación perniciosa, sin producir gra
ues anatómicas y médicas sobre la liña farota (Revista médica,
1831, t. IV).—P/ftarer, Tratado teórico y practico de las enfer ves desórdenes: el asma, la hidropesía, la obstruc
medades de la piel; París, W., ». 1, pag- &>'.. ción de las glándulas y de las visceras, !* ceguera.
DE «EDICINA T CIHl/jU.— FRANK. 237
la consunción, abscesos y metástasis, serian la con chuela de hilas untadas de manteca, curarla' con el
secuencia ile una curación imprudente. ungüento egipciaco , y el ungüento mercurial blanco
448. Tratamiento.—Es necesario investigar las ó rojo, lo cual conduce á una .pronta *cicatrizaci»u.
cansas de la tifia y combatirla desde el principio. Si También puede emplearse sin peligro para favorecer
ovisten signos ciertos -que denoten un carácter sililí- la desecación, el agua blanca.ó el agua decaí.
tico 6 escrofuloso, ó que anuncien que es sintomá . Ptro no'siempre es posible obtener la curación
tica de cualquiera enfermedad, se debeatacar, la afec por es|e nijdío;en ciertos casos de liña rebelde nos
ción primitiva. Cuando depende de la alimentación vemos obligados á recurrir al arrancamiento de los
de Ana leche'demasiado nutritiva, ó de la voracidad cabellos. Si la tifia se limita á algunos puntos de la'
del niño, se varia.de nodriza, s,e disminuyo gradual eabe/a, se les afianza bien con unas pinzas y se les
mente la cantidad de la lache que se da al infante*, y desprende* con sus bulbos. Cuando ocupa una gran
se' escita la traspiración. estension, se prepara un •emplasto con la pez blanca
En los niños de mas edad, se prescribe un régimen que se hace liquidar al fuego con el aceite de olivas
solwio, el ejercicio y el mayor asno. So les cortan y una corla cantidad de harina de centeno: se estiende
los cabellos, tomando las nrecauemnes convenientes esta mezcla sobre un pedazo de lienzo que se corta en '
para-evitar la impresión súbita del frió. Cuando liay vondoltíles de la anchura de un dedo, pero muy largos,
una gran cantidad* do piojos se recurre ú las pomadas, y se aplican en los, puntos en que el cuero cabelludo
compuestas'con la manteca ó el jabón blanco' j* algu esté cubierto por- la tina, des| ues de haber cortado
nas gotas de aceite esencial de anis 6 de- espliego, previamente los cabellos; al cabo de una hora se les
ton la manteca y el aceite de peregif: se cubre la ca arranca lentamente y sin violencia con los cabellos
beza coi! un gorro lleno de simiente de cebadijla: es que la enfermedad" habia ya desprendido; y se repite
tos medios deben reiterarse por -algunas nnclies. Es su aplicación si el caso lo exige. Algunos médicos
necesario reblandecer hs-costras y favorecer su caí apücan un ancho emplasto de pez negra. Después de
da, porque'ellas se oponen á la curación de las úlce varios dias , arrancan violentamente con ¡as costras
ras: los ungüentos de que liemos hablado y los coci-- los cabellos, desollando, por decirlo así, toda la
mientos emolientes bastan en los acores y en el faifas. cabeza. Esta práctica es frecuentemente seguida' de
Pero eh la tifia rebelde, que presentan costras espe- una inflamación violenta , que tratan de calmar con
sas y de *una consistencia petrosa, no penetran los la aplicación de hojas de acelgas cubiertas de man
ungüentos muy profundamente, yes preciso levantar teca; muchas veces reclama la sangría y algunos otros
con la riavaja de afeitar la capa mas "eslerior y la mas medios.
dura de estas costeas, La tifia primitiva, congo ya lo hamos dicho,■• no
• Después de estos cuidados preliminares, aplicamos exige mas que remedios locales. Sin embargo, cuan
una cataplasma tibia (I) que se renueva diariamente do es antigua conviene, para mayor segundad, esta
lmsla que cae la mayor parte de las costras. Algunas blecer un exutorio, por ejemplo, un vejigatorio en el
personas se sirven de una cataplasma de miga de pan brazo ó en la nuca , ó un fontículo: á este efecto nos
empapado en una disolución de sublimado, otros em servimos, del ungüento epispástico ó del torbisco* No
plea i la ceniza del sapo calcinado, lo cual era en otro es menos útil purgar de cuando en cuando ¿ti enfer
tiempo un secreto. Nosotros no hemos empleado nun mo con el ethiops antimonial (I) ó «on el azufre do
ca estos tópicos; pero se ha reconocido que la cata rado de antimonio (2).
plasma de miga de pan es demasiado glutinosa , y La tifia de la cara no exige remedios violentos,
el polvo del sapo no tiene virtud alguna. como la del cuero cabelludo , porque se cura espon»
Cuando las úlceras se ponen al descubierto, se lámente y porque no se acompaña de síntomas gra
las lava diariamente con la orina reciente y se las ves. No obstante, como el continuo prurito y el in
cura en "seguida con el ungüento populeón , el somnio conducen al niño á un estado de ansiedad y
ungüento mercurial blanco , rojo (2) ó citrino: de tristeza , son necesarios los socorros del arte, pues
este método tan simple basta para proporcionar la naturaleza acudiría muy tarde á combatirla en
la cicatrización. Si la úlcera se resiste á estos fermedad. Según el parecer de un práctico célebre,
remedios , se usa la solución del agua fagedéní- hemos empleado un remedio, cuya eficacia habia es-
ca, la solución mercurial simple ó el cocimiento perimentado él mismo por algunos años ; y es el pen
de tabaco. Por último, cuando algunos puntos de la samiento ó viola-tricolor. Se administra reciente, en
úlcera' se escapan á la acción do estos tópicos, se cocimiento con la leche (3), por mañana y tarde;
emplea con prudencia un ungüento simple ó mez si está seca , se la da en polvo á la dosis de media
clando con él una octava pnne de cantáridas pulve draetna (2 gram ) por dia. Durante el uso de este
rizadas; se les toca con el cáustico, con una mezcla remedio sobrevienen con frecuencia algunas deposi
á partes iguales de manteca de antimonio y de ácido ciones , pero especialmente orinas que exhalan un
sulfúrico ó con la piedra infernal. Se debe cubrir in olor fétido semejante al que se desprende de la orina
mediatamente la parte cauterizada con una plan- del gato; y proporcionan bastante alivio. Otro prác-
POLVO COMPUESTO DEL ETHIOPS ANTIMONIAL.
(1) CATW'USMA CONTRA LA TINA.
¡1) II. Ethiops antimonial , tres granos— 15 ccntlgr.
11. Malva pulverizada cuatro ornas— 120 gram. Azúcar, un escrúpulo—13 dcsigr.
Cuezase cu leche y aüádasc al fin itc la ebullición. Jfciclcsc.
Cicuta eo polvo. .•. . . . mía onza—30 gram.
Manteca fresca tres onzas—90 grani. POLVO ANTIMONIAL.
Mézclese y hágase una cataplasma. (i) n. Azufre dorado de antimonio , un grano—5 centíyr.
CNCUENTO MEHCDnUL ROJO. Azúcar, un escrúpulo—13 decigr.
Mézclese
,l2j It. .M mtcea fresca , dos onzas—GO ¡¡raro.
Cera blanca liquidada , tres dracmas—13 gram. COCIMIENTO DE VIOLA-TRICOLOR.
(3) I!. Viola-tricolor fresca , un puñado.
aíSSSt* i» » Cuécese en teche de vacas, uoa libra—SO) grato.
Mézclese. Cuélese después de una ligera ebullición.
tico notable ha alabado el cocimiento de hojas de personas poco reflexivas, que no se remontan á la
tusílago, administrado á la dflSis de media onza ( i causa del n al. No es estraño que en la época en que
grain ) cada dos horas*, por espacio de algunos me se introdujo la afección venérea en Europa, se con
ses; el tusílago ha sido ya preconizado contra las fundiesen.sus síntomas con los de- la lepra hacia sude-
escrófulas. También se. ha elogiado mucho el coci clinacíon, y al contrario; toda, vez que estas dos en
miento saturado de vellorita : nosotros no hemos en fermedades se asemejan bajo tantos aspectos. Pare
sayado esta planta ; pero cuando un remedio cura so ce , pues, muy difícil establecer un paralelo entre
lamente , administrado por largo tiempo, es di las descripciones trazadas en esos.siglos de oscuridad,
•fícil decidir si el alivio ó la curación es producida y la lepra que podemos observar algumfs veces entre
por su liso, y si es el resultado de los esfuerzos de I uosotrtis. Pero Hensler nos ha ahor/ado este trabajo,
naturaleza. Las costras lácteas no soportan el uso tíe habiéndolo ejecutado 'él mismo con un éxito comple
los tópicos ; todos los secantes son nocivos en esta to en una obra útilísima que ha publicado sobre la le
afección. Sin embargo , anudo snn muy duras y pra de Occidente. Hemos observado uua'vez la enfer
causan vivos dolores, soleimis recurrir al cocimiento medad que los griegos llamaban elefantiasis , pero
' de malvas, á lu espuma do la leche, y al mismo liem- éramos muy jóvenes á la (sazon y poco versados en el
po procuramos laxar suavemente el vientre por modin estudio de los antiguos: en cuauto á la lepra propia
deJ jarabe de achicorias y ruibarbo, ó con el maná. mente dicha, conservamos en nuestra memoria algu
En cualquiera especie de tifia, si un tratamiento nas historia de ella.
mal dirigido ú otras causas, dan lugar á una afee 430. Definición.—Es muy difícil circunscribir el
ciori mus gravo, que parece depender de la supre cuadro de esta enfermedad proteíforme á los estre
sión de esta enfermedad impetigíuosa, debemos con chos límites de una definición. La lepra de los árabes,
ducirnos con arreglo á los principios espuestos en y la de los griegos no se difereuciau entre sí . íegun
otro lugar (289,321): siempre es preciso lener en nuestro parecer, mas que por su asiento, y por su gra
cuenta la causa de la supresión y el carácter de la do de intensidad ¡ en el fondo son una niisma atec-
nueva enfermedad. oiuu. Los numerosos y variados síntomas que se ma
nifiestan en los diferentes pueblos, ó bajo un mismo
GENERO SETIMO. clima, prueban que la lepra apenas tiene caracteres
constantes, y que puede presentar, sin ningún órden,
Lepra. todos los síntomas de las mas crueles afecciones. •
No obstante, considerando los principales rásgos de
444. Casi todas las afecciones ¡mpeligiuosas (jue a lepra bajo sus diversas formas, |a definiremos de la
acabamos de describir han sirio confundidas por los manera siguiente : es una afección emánea que con
antiguos y por los escritores de la edad media con siste en vitíligos, en escamas semejantes á las de los
la lepra , ya presentasen una intensidad considera escados, y en ulceras costrosas, redondeadas y re
ble, ya fuesen de un arado moderado. La lepra es beldes; ó en nudosidades tuberculosas que ocupan
una enfermedad cuya historia es hoy dia muy difícil principalmente la cara , las manos y los pies. Este
de trazas , porque es muy rara. Nosotros encontra estado se acompaña de un prurito muy vivo; la piel
mos nuevos obstáculos en la oscuridad de los eseri- está áspera al tacto , rugosa , untuosa , lívida; na'y
. tos que los antiguos publicaron sobre esta materia, iispnea, voz, ronca ó nasal, pe'eza', anestería, estu
en la palabrería de los árabes que han copiado cie por, constipación ; la estremidades se ponen disfor-
gamente á sus maestros: en fin, el número prodi es y adquieren la apariencia de los pies del elefan
gioso de los signos precursores y de los síntomas te ; se cubre de tumores insensibles, se hacen el
constitutivos que se refieren á la lepra, aumenta aun asiento de úlceras profundas que penetran hasta los
nuestra incertidumbre sobre el carácter de la en huesos, hasta las articulaciones, sin ocasionar gran
fermedad , descrita por los antiguos bajo este nom des dolores, determinan la pardida de los miembros
bre : lo mismo sucede con la sífilis que ha ido reem exhalan un olor félido, y ofrecen un aspecto aterra
plazando poco á poco á la lepra en Europa. Una simple dor y horrible.
mancha, la caída de los cabellos, el pórrigo, especial 451. Variedades. -Esta definición comprende los
mente el vitíligo, los herpes secos, la descamación de principales síntomas de la lepra incipiente y limitada
la epidermis, los tubérculos y las úlceras de la piel, i la piel, y de la que ejerce su influencia en toda la
y las simples varices de las piernas , bastaban para onomía. La lepra tenia algunas veces un carácter
suponer la existencia de la lepra, que los médicos con mas benigno, y se asemejaba á la saina muy intensa:
sideraban entonces como el principio y el fin de to entonces la consideraban muchos médicos como
das las enfermedades impetiginosas, ya porque se es una enfermedad distinta de la elefantiasis. Pero si se
tuviese espuesto continuamente al contagio , ya por atienden á que la gravedad de las enfermedades varia
que su causa estuviese muy esparcida. según los climas, el género de vida y el temperamen
La hipótesis de los cuatro humores , las distincio to ; que en la elefantiasis de los griegos presenta fre-
nes sutiles deducidas del color ó de la forma , no han cuen. emente la piel ulceraciones como en la lepra de
aumentado menos la confusión que reina en los es los árabes, será fácil de concebir que estas dos afec
critos de los. antiguos sobre esta enfermedad. Ulti ciones no se diferencian mas que por el grado de in
mamente, todavía liay otra fuente de oscuridad , y es tensidad, mas considerable en la elefantiasis.
la diversidad de |los sintonías según los diferentes La lepra se divide en varios períodos , y ofrece un
climas: en efecto, asi como las semillas de los vejeta- innúmero de variedades, á saber: la lepra local ó
Ies producen en un pais una planta débil que apenas general, es decir, [imitada á una parte, ú ocupando
sobresale de la tierra, y bajo otra ciólo un árbol que odo el sistema ; la lepra blanca , que también se ha
se eleva hasta cierta altura , así el germen contagio llamado albarazo, y en la que la piel esta" cu-
so de la lepra se desarrolla bajo varias formas en di ierta de manchas, áspera al tacto y poco sensi-
versas comarcas. Por esto es por lo que los antiguos le; la lepra escamoso, ó lepra de los griegos, que
no nos dan á conocer el carácter constante y genérico insiste en ulceraciones, en costras ó en escamas; la
de esta afección. Y hé aquí porqué la sífilis ofrece pm de íot árabet ó elefantiasis, que ataca la piel y
atonías diferentes
J ssegún el clima, se reviste de '
las enfermedades, unículo adiposo subyacente, produce tubérc
DI MEDICINA T CIBCJÍA.—FRANK. 289 •

elcphantia, que tieue su asiento en las articulaciones daba ciento treinta pulsaciones por minuto, y algunas
de las manos y de los pies, da á c-tas partes una for veces mas; estaba muy duro y concentrado Se prac
ma monstruosa, apaga íu sensibilidad. Jas desorga ticaron, por lo tanto, tres, sangrías, y la sangre es-
niza y las separa def cuerpo; y por último, la lepra traida se cubrió de una costra muy densa. Todos los-
¡implé y la lepra complicada 6 lepra roja. día* so encontraban en el lecho una multitud de es
452. Noticia históhica.— La lepra es la mas anti camas; en los sitios de' donde se desprendían, la piel,
gua y la mas crw\ de todas las afecciones impetigi- roja, poro sin ulceración, ofrecía, el aspecto de la
nosaS; es una enfermedad propia de los países cálidos, 'cama cruda, y v*rtia un humor viscoso y fétido. Parí
y reinaron especialidad en las Indias, en.ln Etiopía, calmar este estado de irritación general , empleamos
en li Arabia y en el Egipto. En estas comarcas tuvo un gran número de remedios internos y estenios, de
su origen, segun los mas antiguos escritores, así sa que no hablaremos en este lugar; y algunos baños,
grados, como profanos; y on estos logares es donde usados con frecuencia, produjeron un éxito tan com
ejerce libremente hov día su influencia : quizás pleto, que al cabo de tres meses volvió esta mujer al
participen también de este fatal privilegio las costas seno do su familia, sin conservar el menor vestigio de
del Océano septentrio'nal. Las relaciones comerciales tan espantosa enfermedad.
la importaron, del Egipto al Asia y a la Grecia; pero Ordinariamente no es precedida la lepra ni acom
en la época en qne Roma sometió bajo su imperio pañada do ninguna especie de liebre ;jio se observa
los pueblos del Oriente, se esparció este azote por movimiento febril más que al final. Pero no siem
Italia-y por toclu la-Europa. Con todo, la lepra, co pre presencia el médico los primeros síntomas de
mo si fuese una planta exótica , no podo desarrollar esta afección, ya porque el enfermo los disimule, ó
por largo tiempo su gérmen bajo nuestro cielo tem porque ocupen las partes cubiertas por los vestidos,
plado, y se debilitaba sin el auxilio de una nueva in ya porque parecen muy ligeros, ó porque se creen
fección. En el ínterin, la Europa arrastrada por el fer varices ó antojos; ya, en lin( porque no se acompañan
vor de una exagerada piedad, quiso libertar los Santos de ninguna stnsaciou irtorbosa. A esta fuente de difi
Lugares y conquistar el Oriente; la lepra fue enton cultades, agréguese la diversidad de los síntomas , y
ces adquirida por los cruzados, y ha. reinado entre su valor comunmente indeterminado. Con efecto, la le
nosotros hasta que ha cedido su puesto á otra enfer pra es algunas veces simple y benigna,' se anuncia pof
medad igualmente estranjera. Desde entonefes son muy pecas, ó. paño, por enanchas Redondeadas, blanca?,
raros, en Europa los casos de lepra , aunque se con rojas, amarillentas, negras^ sin prurito; por el pór
serve aun en ciertos países: pero el ejemplo de nues rigo, ó la alopecia; y últimamente, por úlceras y otros
tros padres nos debe servir para precavernos contra síntomas.'
los peligros de una nueva infección, que podrían pro La lepra incipiente está caracterizada por una o
porcionarnos nuestras relaciones comerciales , si no por varias manchas, ordinariamente redondeadas, po
tenemos las precauciones necesarias. po ó nada elevadas por encima de la piel, presentan
433- DgSGRIPCIoA HE LA LEPRl EN GENERAL.- El tt\ color que heiins dicho mas arriba , y ocupan la
desarrollo de los síntomas hace . que dividamos el cara, las axilas, el pubis ó todas las partes del cuer
curso de la .enfermedad en tres períodos; el principio, po; por vitíligos mny pequeños ó del tamaño de una
el aumento, y 61 estado.. lenteja y algunas veces mayores. Estas diversas alte
Primer periodo.—Los signos de la'lepra incipien raciones déla piel se cstienden con mas ó menos
te son tan oscuros como la naturaleza del principio rapidez en anchura y en profundidad;' los pelos que
contagioso, y las vial por les que se introduce en el se elevan desde su superficie se adelgazan , son
cuerpo. Los autores hablan de laxitud general, de pe cortos, raros, lanosos, Llancos ó so caen en su totali
reza, de horripilaciones entremezcladas de calor, de dad: el dermis en los puntos que ocupan es insensi
ardor interno ó simulando una liebre cuartana; de ble á las picaduras de los alfi'eres y aun á la acción
una sensación de hormigueo entre la piel y las car del fuego.
nes, sobre todo en la cara; y por último, de diversas I.a alteración parcial ó general del color de la piel
afecciones locales.- Pero en el curso de una enferme con diminución de la sensibilidad , si la afección es
dad tan larga, deben manifestarse muchos síntoma incipiente, ó con abolición de esta propiedad vital,
que no le pertenecen ; los leprosos no están exentos en una época mas avanzada, son, pues , los dos ca-
de padecer liebres ni otras enfermedades contagiosas ractéres principales de la lepra. Cuando falta uno de
Sin embargo, las observaciones de los prácticos, prin ellos ¿se podrá negar la existencia de esta enferme
cipalmente sobre la lepra elefantina local, y nuestras dad? A esta pregunta debe contestar la esperiencia:
propias observaciones sobre la lepra escamosa, prue e:i los casos de lepra que se han presentado á nues
ban que el viras leproso puede desarrollar liebre tra observación , no hemos examinado quizás cou la
al principio y antes de que vaya á depositarse ' escrupulosidad necesaria toda la superficie cutánea,
la piel. para responder á ella.
Hace cerca de un afín que recibimos en el Instituto No obstante , los demás síntomas concurren A for
clínico una mujer de treinta años de edad , casada y mar el diagnóstico cuando no se puede referirá otra
con dos niños : no obstante, jamás había tenido mens causa. Algunas veces se disipan las manchas y vuel
truación , y sus loquios habían sido muy poco abun ven á presentarse alternativamente; reaparecen ya en
dantes. Entró en el hospital con una fiebre que la un punto, ya en otro, muchas veces mas anchas, mas
atormentaba hacia mes y medio; toda su piel se ha elevadas, mas oscuras: otras veces persisten con ma
bía cubierto desde esa época de costras y de escamas yor consistencia en una ó en varias regiones. En
La cara estaba roja; presentaba en toda ella, así como ciertos casos, en lugar de manchas, se presentan ver
en el cuero cabelludo, en el cuello, en el pecho, en daderas pústulas , gerpes secos y orbiculares. Este
el abdomen, en la espalda y en las éstreniidades, un primer período se acompaña también de los sínto
gran número de costras amarillas y negruzcas. En los mas siguientes: estado de languidez y de indolencia
intermedios estaba la piel surcada, hendida , árida y tanto moral como física, pereza, propensión á la có
cubierta de anchas escamas cenicientas ; existia un lera , carácter desconfiado y sospeclioso , ensueños
dolor muy intenso y un calor urente al tacto como tristes ó aterradores ; color empanado, rojo, lívido ó
jamás lo habíamos notado; hinchazón muy dolorosa negruzco de los ojos, que se ponen redondos como
(14 los pies, y especialmente do las rodillas ; el pulso los del león; voz ronca ó aguda; fetidez del aliento;
■ 2*0 ECONÓMICA
hipo, rubicundez, lividez y contracción eje la nariz des»; presenta surcos profundos y fisuras como la
ulceración de labiosas nasales, esturnudos frecuen piei del elefante. Algunas veces el cartílago del tabi
tes y pérdida del olfato. La cara se hincha y se tifie que* de la nariz se destruye por la cáries y se aplana
• de ún color rojo y pronunciado ; la pierl de la frente el órgano del olfato; también suefen desprenderse <n-
se pone tensa, reluciente y llena- de nudosidades ; el teramente y sin dolor las falanges de los dedos y aun
enfermo presenta un aspecto espanl,oso. El pórrigo se los miembros.
ampara del cuero cabelludo, de las cejas y deja bar Tal es el cuadre de esta horrible enfermedad cuan
ba, los pelos de estas diver.sa-s partes so alteran y se do ocupa las diferentes partes del cuerpo, principal
caen; el sudor exhala un olor fétido, las deposicio mente de la lepra tuberculosa. Pero no todos Jos en
nes son raras, -y continuos los eructos ; la orina es fermos presentan este conjunto de síntomas; en unos
jumentosa , tusbia ,• algunas veces acuosa , tenue ; el se limita la lepra á la superficie de la piel, y en otros
pulso es pequeño. Según lá hipótesis que hacia de ataca profundamente el tejido de este órgano, y por
pender esta enfermedad de la atrabilis , 'señalaron último, otras veces se establece únicamente en las
los antiguos á la lepra multitud de síntomas ; pero estremidades y en las articulaciones, begun los di
el referirlos equivaldría á hacer la sátira del talento versos aspectos con que. se manifiesta, ó solamente
humano. según la hipótesis de los cuatro humores, han üpáte
Muchas veces se presenta esta afección con el in crito los autores cuatro especies de lepra : son sim
tervalo de algunos anos y en medio de !a salud mas ples variedades , pero daremos una ligera idea d-
perfecta y anuncia su presencia en el interior de la ellas.
economía por uno ó dos síntomas. El ejercicio de 454. Descmpmo* ni-: la lepra blasca.—Io lepra
las funciones no so halla turbado, pero esta calma blanca, saraab de los hebreos» baras del Oriente, y
falaz desaparece en los niños en la pubertad, ó en la llamada por etros albarazo, es la variedad mas antigua
época de cualquiera otra revolución en los adultos y que se conoce; es célebre en la Sagrada Escritura.
la lepra se manifiesta en uná sola parte 6 en toda la Su primer grado es muy comunmente la morfea blan
superficie del cuerpo. ca: en efecto, esta mancha altera-el color de la piel,
Segundo -período.— En este período era cuando pero se limita á la superficie del órgano cutáneo,
se aislaban en otro tiempo los enfermos: está ca mientras que la lepra1 de los hebreos penetra pro
racterizado' por los síntomas siguientes: los vitíligos fundamente, ataca las carnes y aun los huesos, y se
se estienden con mas ó menos rapidez en anchura estieude poco á poco á las partes inmediatas. En Ja
y eu profundidad, y se hacen absolutamente insensi morfea. blanca, que sobreviene espontáneamente ó
bles. Todos los fenómenos equívocos del primer que es producida por la cicatriz de una quemadura,
período se prpnuncian cada vez mas; aumenta la lan ó de una lesión esterna, los pelos de que se cubre
guidez y la dificultad de los movimientos, los ensue esta mancha, no cambian de color desde el principia,
ños aterradores, la pereza, la ronquera, la i ubicuo-. sino un poco mas tarde: la misma mancha es redonda,
' dez y la lividez de la nariz y la hinchazón de la cara: ordinariamente deprimida, blanquecina, cpnserraaun
constricción de los fosas nasales y tumefacción de alguna sensibilidad, permanece estacionaria y no ad-
las parles esteriores de estos órganos , hinchazón de Íiuiere ningún acrecentamiento. Pero cuando la mor
las mejillas y de los labios y prominencia de las ce ca es síntoma de la lepra, sy color es blanco, brillan
jas- tubérculos del color de bermellón, amarillentos te como el de la nieve; los pelos son también nota
ó lívidos en las diversas partes de la cara , en las bles por su blancura y por su tenuidad;' la mancha
orejas, en la frente y aun en el paladar. En los inter es rugosa, porriginosa, absolutamente insensible, y
valos se condensa la piel, forma pliegues y arrugas, se ensancha de una manera evidente. Algunas veces
se «ubre de una materia untuosa , se vuelve negra y es precedida la invasión de pústulas rojas, morenas ó
se borran los rasgos de la figura humana: esta es la lívidas y duras, blancas y blandas, y bien pronto se
lepra leonina. En otras ocasiones presenta la piel por llenan de pus; otras veces las manchas no son blancas.
todas partes úlceras fétidas, costrosas , blanqueci Los puntos de la piel ocupados por la morfea, no se
nas, escamosas, con prurito, ardor y dolor conside enrojecen cuando se frotan; si se introduce en ellos
rables , aunque el sentido del tacto esté embotado. un alfiler profundamente, no causa esta picadura do
Un enriquecimiento general acompaña á los tumo lor alguno, ni hace salir sangre, sino un humor blan
res que se observan' en diversos puntos. quecino; los pelos se ponen blancos y se caen: estos
Tercer periodo.— En fin , la enfermedad Ellega á síntomas anuncian que se agrava el estado de la en
su mas1 alto grado: liay" estincion completa de la voz, fermedad. En ciertos casos, se cubre todo el cuerpo
dispnea siempre creciente, fetidez estrema de la res de úlceras y de pústulas: pueden considerarse como
piración y de todo el cuerpo, lengua cubierta de gra críticas, sí se forman en su superficie costras blan
nulaciones, estado varicoso de las venas raninas, de quecinas y escamas, y si la piel subyacente no pre
las del tórax y de las de las piernas : caida de los senta un aspecto fungoso. Cuando cu medio del rela
cabellos, de las cejas, de las pestañas, de la barba, jamiento general de los sólidos y de la hinchazra de
de los pelos que cubren las axilas, el pubis y las la cara, las manchas, antes deprimidas ó planas, se
piernas. Las unas se hienden , se encorvan , se ca elevan por encima de la piel, que está también lige
rian y se caen, los músculos se adelgazan, especial ramente tumefacta, pálida, blanda, pero seca y áspe
mente los de la eminencia tenar. La digestión desor ra al tacto; cuando se forman en ella escamas y pa
denada produce una gran cantidad de gases y esci rece que el leproso muda de piel, como las serpieutes,
ta algunas veces un hambre canina, las deposiciones lo que constituye la lepra tyriana; cuando sobrevie
son raras y se escreta continuamente una orina ju nen fisuras (rhagades) ó úlceras cubiertas de materia
mentosa. Él leproso llega al úl(jino grado de con viscosa, escreceucias carnosas, tumores glandulosos
sunción, y al aproximarse la muerte es atormentado y blandos por debajo de la piel, cuya blancura es bri
por deseos ó por un delirio erótico. Las articulacio llante; cuando los ojos están lagrimosos y mustios ,
nes de las cstremidades y las falanges de los dedos corroídos y fungosos los labios y las encías; cuando
se hinchan y pierden su sensibilidad, son devoradas se observa, en fin, el ranversamiento de los párpados,
por la caries ó por úlceras secas , profundas y casi la obstrucción de las narices, con frecuentes esfuer
sin dolor; la piel que cubre estas partes forma en di zos para sonarse; una salivación abundante, la diarrea,
ferentes puntos gruesas arrugas, llenas do nudosida- las
DE MEDICINA Y CIRWÍA.—FRANK. 241 j
nñis,' la depilación y el edema de los pies: llega la las articulaciones, en las manos, en los pies, que se
lepra blanca á su estado, y presenta entonces varios hinchan, se ponen disformes y se asemejan á los del
de los síntomas comunes que hemos espuesto en la elefante. En fin , sobrevienen un gran número
historia general. de síntomas, enumerados ya en otra parte (453),
455.' Lepra escamosa.—Esta es la lepra de los tales como languidez general , abatimiento de las
griegos. Es difícil distinguir esta variedad de la sarna facultades intelectuales, desaliento, sueño turbado
inveterada (433), de la psidracia, particularmente de por pesadillas, anestesia, embotamiento de la son—
la psidracia sifilítica, escorbútica, escrofulosa y se sibindad ; escamas muy adherentes, úlceras secas,
nil (438), y de los herpes corrosivos ó fagedémicos corrosivas, amarillentas, cara tuberculosa, rugosa
'ií!0); porque estas afecciones simulan algunas veces y aspecto terrible ; lo cual constituye la lepra leo~
íía lepra, y otras veces toma esta enfermedad las ¡ t nina.
riendas de las anteriormente citadas. La lepra de Algunas veces la lepra tuberculosa es. local: la ma
los griegos no se anuncia por ningún síntoma precur teria morbífica se deposita, felizmente para el enfer
sor que sea constante; si la morfea negra degenera mo, en las articulaciones de las manos, especialmente
con frecuencia en esta enfermedad, tampoco hay en las de los pies y de los muslos, ó en las uñas que
ninguna afección cutánea porriginosa ó pustulosa que se ponen disformes y tuberculosa». Frecuentemente
no la haya precedido muy á menudo. Sea de esto lo se manifiesta fiebre desde el principio 6 un escalofrió
que quiera, esta variedad se reconoce por los sínto seguido de calor, de delirio, ó bien dnlnr y tumefac
mas siguientes: la piel adquiere mayor espesor, so ción en los ganglios inguinales. Pero después se hin*
vuelve coriácea, rígida tensa, áspera'al tacto, árida, chan los muslos, se enrojecen, y se llenan de dolores;
desigual, hendida, urente y devorada por una viva en ciertos casos, presentan estrías rojas muy anchas,
picazón; algunas veces se cubre en toda su ostensión, sobre el trayecto do los vasos linfáticos: á esta época
sin esceptuar la cara, de costras casi callosas, verru desciende lá fiebre, y se aplanan los tumores inguina»
gosas, cenicientas, de un color blanquecino opaco les. Esta fiebre suele repetir por intervalos indeter
6 de un amarillo que tira á rojo oscuro. Otras veces minados; y en cada acceso aumenta el volúmen del
estas costras ocupan con especialidad los brazos, las muslo. El tumor se puede confundir con el edema,
piernas ó alguna otra parte: persisten por largo aunque es mas resistente. En fin, parece que va á
tiempo, y no pueden confundirse con las de ninguna restablecerse el enfermo y únicamente se quejado una
otra afección cutánea. Después de las costras se ma sed intensa: y en esto estado do calma es cuando ad
nifiesta una gran cantidad de escamas ásperas, secas, quiere el miembro la apariencia del elefante , ya pre
semejantes á las de los pescados, á las de ciertos ani sente la piel surcos y arrugas, ya deje dj ofrecer
males testáceos y á las cortezas de los árboles sobre desigualdad alguna. El tejido cttáneo manifiesta mayor
las que se haya rociado harina ó nieve: se despren espesor, y muchas escamas, por debajo de las cuales se
den y la piel se presenta por debajo rojiza , hendida, halla en un quiste de tejido celular rodeado de varices,
sanguinolenta y ulcerada. Las costras reaparecen va una sustencia lardácea, formada por la concreción de
rias veces, seguidas de la descamación y siempre se un humor tenaz y glutinoso, que otras vecesse evacúa
estienden poco á poco. La sensibilidad está abolida, por entre las fisuras, y al bravos de úlceras sórdidas
asi como el tacto en varios puntos do la superficie y fungosas. En algunas ocasiones, al cabo de muchos
que aquellas «copan, ó en su alrededor; las articu años se desprende el miembro sin que este acciden
laciones están en un estado notable de rigidez, las te produzca el mas pequeño dolor. La hinchazón sue
uñas se carian y se desprenden y los pelos se caen ó le ocupar aisladamente diferentes partes, los brazos,
mudan de color. Por ultimo, el enfermo esperimenta las orejas, la nuca, la espalda, los lomos, y aun los
sudores nocturnos y es consumido por e\ marasmo. órganos de la generación. Pero esta variedad de la
Estos síntomas, que nosotros referimos con justo mo lepra tiene por lo común su asiento en las estremi-
tivo á la lepra de los griegos, pueden existir solos ó dades inferiores, y de aqui es desde donde se propaga
asociarse á la morfea y á la el efantíasis. Cuando la á toda la economía.
enfermedad es local, limitada á los muslos, á las pier 457. Lepra roja ó mal rojo.—La Irpraroja, compli
nas ó á los brazos, y está caracterizada por costras cada, escorbútica, Hlepracon alnpccia, constituyela
espesas, secas, salientes, de diversos matices, ordi cuarta variedad Los antignosconsidcraban al eritema
nariamente negras; por úlcras lívidas, insensibles, varicoso como su primer grado. Como la elefantia
sin grande evacuación de sanies, y algunas veces con sis, es precedida o acompañada de esta flogósis de
tumefacción de las glándulas inguinales, constituye la cara y déla nariz, generalmente inocente en nues
ci mal-muerto. Si la descamación es considerable, tros dias y que presenta ya una superficie unida, ya
puede ser algunas veces crisis de la misma lepra, en pústulas secas, saniosas o costrosas; no es raro que
lugar do constituir una variedad de esta funesta estas afecciones ocupen al mismo tiempo otras par
afección. tes del cuerpo. La cara, las mejillas y la nariz se ha
456. Lepra tcrerculosa. —La lepra tuberculosa cen el asiento de una tumefacción de un rojo oscu
es la elefantiasis de los griegos: el grado mas alto ro, con prurito , pústulas y costras saniosas; otras
de la enfermedad que describimos, porque compren veces se desarrolla una erupción de manchas ama
de casi todos los síntomas de las demás varíe tades rillas que desaparecen espontáneamente; las encias
y los de la le; ra en general. La lepra tuberculosa es se ponen fungosas y sangran al menor contacto; el
endémica en Egipto, no es rara en nuestros dias bajo aliento, el sudor, y las orinas exhalan un olor fétido
el ciclo de los trópicos, pero no se observa con fre muy pronunciado; este último líquido es grasiento,
cuencia en Europa. No sigue el curso de las otras espeso, encendido ó mezclado de sangre: se forman
variedades; nosotros no conocemos ningún signo úlceras saniosas, y rojas: las cejas y las pestañas se
precursor que la caracterice y la distinga. caen, las parles que cubrían estos pelos se hinchan
Se anuncia por un movimiento febril, pero princi y los ojos, encendidos y lagrimosos, permanecen ocul
palmente poruña erupción de manchas, de morfea, tos detras de los párpados. Si la cara no es el asien
por eritemas varicosos, algunas veces por pústulas, to principal de esta enfermedad, si no so observa
wr herpes secos, y orbiculares. La piel do la cara se hinchazón en las eminencias ciliares, ni la cui
lena de tubérculos y de nudosidades; los primeros da de los pelos que las cubren, nos ofrece esta
n igualmente en otros puntos, sobre todo en ) descripción, sacada de los antiguos, mas bien la
11
¿A2 D18U0TECA ECONÓMICA
historia del escorbuto que de la lepra. Siu embargo, buir la lepra á los huevos ó á las larvas que deposi
.'(invenimos en que cita enfermedad puede compli tan frecuentemente los insectos en la superficie de las
carse con el escorbuto, con la sililis con las escró úlceras : ademas , los específicos empleados contra
fulas, etc. Pero .'as razones que espondremos opor este género de causas no producen buenos resultados
tunamente , no nos permiten referir al mal rojo la en la lepra blanca, ni eu la lepra tuberculosa, como
rosa de Asturias, ni la pelagra de Milán. sucede en la sarna. No obstante, los tumores que se
desarrollan en la elefantiasis podrían reconocer una
458. Causas.—Es muy difícil descubrir la causa causa animada, como la enfermedad cutánea de los
déla lepra, á no ser queso atribuya á un principio cerdos, un la cual, contra todas las apariencias, sa ha
que se trasmite por herencia de padres á hijos, ó demostrado por esperimentos recientes la presencia
a un virus contagioso que se comunica de un enfer de ciertos insectos. Conocemos los accidentes ner
mo á una persona sana. No se debe acusar á la mala viosos que produce un solo gordhit anidado en la
alimentación, al uso de los pescados corrompidos, á piel. En finjas lombrices establecen su morada en
la influencia de las aguas y de los lugares, á una todas las visceras, sin perdonar al cerebro. ¿Es
profunda impresión de terror, y á los reveses de la también eu los leprosos -el tejido celular subcutáneo
fortuna; porque estas causas no producen la lepra en el asiento de alguu insecto de este géuero? ¿ó son
un gran número de pueblos, que están soinetidos íí mas bien glatuiulosos los tumores, y constituye, por
su ageion: por otra parte, son demasiado comunes, tanto, la lepra una afección del sistema linfático? A
" para que ocasionen una enfermedad tan rara. Tara la laesperiencia loca resolver estasdudas, si se presenta
propagación del 'irus contagioso son necesarias ocasión de ello.
ciertas condiciones: un clima cálido, o frió y lu'medo,
favorece su acción y dispone á la piel á recibirlo. La 459. Pronóstico.—Es muy general la opinión do
trasmisiou de la lepra por herencia de padres á hijos, que la medicina no posee romedio alguno contra la
y aun á los nietos, está demostrada por numerosos lepra. Los prácticos de todos los tiempos, antiguos y
ejemplos, que Ivfierenasi los antiguos como los mo modernos, convienen en esta parte, cuando la enfer
dernos. El carácter contagioso de esta enfermedad medad está en un periodo avanzado. El valor inde
no es tan cieno. Se ve á los leprosos entregarse á terminado de los signos precursores; el cuidado qup
sus deseos eróticos, sin comunicar por eso á sus mu líeucn los enfermos eu ocultarlos; la oscuridad pro
jeres el menor sintonía do lepra. Nosotros hemos co funda de la causa morbosa y el golpe terrible que
nocido á una mujer, evidentemente atacada por algu dirige contra la sensibilidad esta afección, esplican y
nos años de una lepra escamosa, que dió á luz varios aun escusan ta impotencia del arte. Sin embargo, ai-
hijos mr/y sanos y robustos, y su esposo vivía impu Alinas veces tenemos el placer de observar que la me
nemente con ella'. Sin embargo, no creemos inútiles dicina cura, ó mitiga al menos, la lepra incipiente, y
¡as leyes sanitarias que prescribió con este fin á los aun la que está confirmada. En general es mas fácil,
hebreos el mas sabio y el mas antiguo de los legisla ó no tan difícil de combatir la lepra escamosa que
dores, y las precauciones que han observado lodos los las demás variedades. Eu la morfea, cuando no au
pueblos para ponerse al abrigo de este azote. En menta el número de las manchas; cuando no se es-
efecto, la manera cou que ha sido introducida en di tienden en anchura ni en profundidad; cuando los
ferentes épocas en Europa; los tristes sucesos que pelos de que están cubiertas no cambjan de color,
acaban de pasar en las islas situadasentre los trópicos; ni se vuelven delgados, cortos y lanosos, ó no se caen:
las funestas consecuencias del comereio dé los es cuando no han perdido completamente la sensibilidad
clavos africanos, y los ejemplos de Jepra trasmitida y el color; cuando se enrojecen por el frotamiento y
por el trato íntimo y prolongado con personas infec sangran y duelen si se les pica, puede creerse que la
tadas, bastan para probar que esta enfermedad es lepra no existe aun, y esperarse la curación de la
contagiosa, aunque no se comunique sino á lalarga, morfea si no es demasiado antigua. Las circunstan
y solamente á algunos individuos predispuestos. Asi, cias contrarias anuncian que el foco del mal se au
en la iucerlidumbre dü 1) que podrá suceder, vale menta, y que la lepra va á declararse con todos sus
mas acatar las leyes, cuya trasgresiou fus varias ve caracléres. Se ha observado que la morfea blanca era
ces tan funesta á nuestros mayores. Pero ¿cómo y el signo precursor de la lepra del jnismo nombre, y
por qué vias se introduce el virus contagioso? ¿Cuá- que la morfea negra lo era asimismo de la lepra es
le» son las partes primitivamente afectadas? El objeto camosa: según estos dalos, se considera á la morfea
de estas preguntas es tan oscuro para nosotros, blanca, cuando persiste por mucho tiempo, como mas
como la naturaleza y el carácter de este virus. Se grave que la morfea negra. ¿Cuáles son los signos
pretende que los niños, Jai mujeres y los adultos, que presagian la invasión de la lepra tuberculosa?
esián menos espuestos á contraer la enfermedad, y ¿Ataca de improviso, precedida únicamente de sínto
que los que han sido privados de los testículos no mas cuyo valor es indeterminado? El objeto de es
son afectados jamás, ó por lómenos lo sonde una ma tas preguntas nos parece también muyoscuro. Ya he
nera mas benigna. ¿Puede decirse que los eunucos mos dicho que la lepra escamosa es alguuns veces un
corren menos peligro que los que viven en la unión fenómeno crítico de la misma lepra, en lugar de cons
conyugal, ó que para facilitar la infección es necesa tituir una variedad de esta afección.
rio un cierto grado de eretismo, un estímulo particu
lar en el sistema nervioso y en los órganos genitales, 460. Tbatamiekto.— En una enfermedad tan rara
lo cual replicaría el desarrollo de la lepra hereditaria en nuestros dias, y cuyas causas son tan oscuras, no
on la época <le la pubertad? No lo sabemos: pero el se nos puede exigir un método terapéutico fundado
último ejemplo que acabamos de citar no es conclu- en la esperiencia, quo es el guia mas seguro. No obs
yente, puesto que se ve con frecuencia únelos niños tante , indicaremos la senda trazada por diferen
de los leprosos presentan antes déla pubertad seña tes prácticos, y la que nosotros hemos seguido en
les de infección. ¿Existen ejemplos de blenorragia, el tratamiento de Ja lepra. Hemos curado algunas
absolutamente dependiente de la lepra? Como am veces la lepra escamosa por medio de los medica
bas afecciones son muy antiguas, puedan suponerse, mentos que hemos aconsejado contra los herpes
tinque no se tenga una certeza de ello. corrosivos (423). Cuando el enfermo liabila en una
No poseemosobservacir-" I atmósfera pura, pero caliente, yarse inte
DE MEpiCINA Y cibpjía.—PRANK. 243
rionnente los antimoniales, el hígado de azufre (1), bril. Practicaban escarificaciones; establecían caute
combinado'con los ácidos, el cocimiento de la romaza, rios en laslefantiasis de los griegos, incindian, arran
de dulcamara, de corteza de olmo ó de guayaco, ad caban y estírpaban las varices; empleaban los reper
ministrado en gran cantidad y mezclado con leche. cusivos, el vendaje circular desde el pie bástala ro
Se debe combatir la causa con los remedios apropia dilla ó basta el pliegue do la ingle; administraban,
dos, si es conocida, asi como las complicaciones. Eu ora violentos purganlos, ora laxantes suaves, como el
ciertos casos, es necesario que preceda la sangría,
las escarificaciones ó los purgautes. Pero el trata
miento esterno es ol que merece h mayor confianza:
se prescriben los baños sulfurosos, ó losbaños de mar: progresos. Ignoramos el éxito que podía leuer esta
pero si la irritación es considerable, y el estado de operación, pues las esperie'ncias de los modernos jno
tas fuerzas lo permite, se sustituyen con los baños vicn n en su apoyo. En la elefantiasis, la amputación
preparados con la leche, las plantas emolientes y los del miembro tumefacto, no "prevenía la hinchazón del
cocimientos de sustancias animales que contengan otro; pero la quina, administrada en el principio
grasa. Se usan diferentes ungüentos ó linimentos he cuando la fiebre presenta ja furnia de una intermiten
chos con la manteca, con el aceite ó con la espuma te regular," sirve para evitar los siguientes accesos, y
de la leche. Debe hacerse uso con circunspección de para detener los progresos de la tumefacción. Los
los ungüentos que contengan mercurio y que hemos caldos y la carne de víbora gozaban de toda la con
alabado contra algunas enfermedades intpetigino- fianza de los antiguos. Hace tiempo que los sacerdo
sas (2); se emplean también los ungüentos compues tes médicos de la India, usaban una mezcla de una
tos con el jugo de tabaco y el ácido muriático; y eu parle de arsénico y seis do pimienta, y se asegura
fin, nos servimos del linimento jabonoso (3). El mer queso sii-ven aun de tila con suceso. Se alaba mucho
curio, administrado al interior, es evidentemente Ja infusión ó la maceracíon acuosa do cuscuia ma
nocivo. chacada, acidulada con el jueo del limón: se em
Los médicos que antiguamente no leniau ocasión plea en loejones sobre las manchas, sobre los tubércu
de observar i menudo la elefantíasis ó la lepra blanca, los y sóbrelas nudosidades, igualmente so, ha pre
arreglaban el régimen y la administración de los re conizado la iufusion.saturada del ledum palustre para
medios, según la teoría de su siglo, según el humor, las úlceras. .Nosotros suspendemos nuestro juicio so
que se consideraba entonces como causa do la enfer bre la eficacia de estos remedios, hasta uue la espe-
medad, ó bien se ocupaban especialmente en resta rieucia nos la demuestre do una manera decisiva.
blecer la belleza de la piel, en borrar las manchas ■n iM' Ji ' o frs le
con los cosméticos, y aun en destruirlas por medio
de los cáusticos. Sin embargo, el régimen era uno de CLASE QUIÜTA.
los principales objetos de su solicitud: prohibían el
uso de diversas especies de alimentos, sobre todo la
carne de liebre y la de cerdo, proscrita como impura
por el legislador sagrado; las sustancias muy espesas, Flujos.
flatulentas ó viscosas; los pescados sin escamas, y en
general, los alimentos salados y muy condimentados.
Aconsejaban, sobre todo, la abstinencia de los placa t'ílfííi
res conyugales, y recomendaban un ejercicio propor
cionado rt las fuerzas. En el tratamiento de la morfea •Hit. División dk los fluidos.—En el e-lado de
reciente, seguían el método que hemos establecido 1 salud perfecta, los humores que han sufrido la ani-
en el principio de las fiebres contagiosas, y prescribían inalizacion son arrastrados al torrente eirculaiorio,
reiteradamente los vomitivos, los baños, la triaca y las y so dirigen á los diferentes órganos, de donde vuel
fricciones, paraprovooar el sudor. Recurrían también :| ven sin interrupción, ó p*F medio de Ja reabsorción,
á las sangrías, de que no usaban á la verdad, pero al centro del sisiema sanguh eo. Pero hay una par
cuyo uso parecía estraño en una enfermedad infe- te que la exhalación, y las secreciones separan de la
masa común : estas sirven para usos particulares, ó
traspiran continuamente en ciertos sitios para Jas ne
(I) HÍGADO DE AZUFRE CALCAREO. cesidades diarias do la economía, ó salen con vio
n. ítonrhjs d« ostras, uua parle. lencia en las circunstancias que provocan su tsere-
Alafre, una parle, Cion. Hay también alguuas partes que se pueden con
Sométase esta meicl» 1 la acción del fuego en un crisol durante un siderar como inútiles y supérlluas, que llo.aurian á
cuarto de hora; déjese enfriar; divídase en podaros pequeños, y de ser perjudiciales por su permanencia prolongada ó
posítese en una vasija perfectamente tapada. por su acrimonia, y que se escapan bajo la forma de
(2) ÜNGLENTO MERCURIAL ItOJO. vapores, y son absorbidas por ta atmósfera ó se jun
tan gota agota en un reservorio común, que se abre
R. Manteca fresca, dos nnia«=60(¡ram. algunas veces periódicamente para darles salida, cuan
Cerá'blanea derretida, Ircs'dracmasrrl do sus paredes están irritadas por su acumulación ó
gj¡*£** ; | m. dracma J media=6 garm. por su acrimonia.
La pasta alimenticia medio digerida , que no ha
recibido aun lodos has grados de la anirnalizacion,
UNGÜENTO MBRCL'RIAL BLAKCO. necesita, para suministrar los materiales de la nutri
Precipitado blanco, una dracma— igram. ción, permanecer - or espacio de cierto tiempo en el
Manteca de cerdo, una onia-=30 gram. estómago ó en los intestinos, donde se halla sujeta á
Néiclest. lu acción de los vasos linfáticos. El residuo mismo de
los alimentos y de los humores se retiene algún liem
(3) LINIMENTO JABONOSO. po en la econamía por las mismas razones. La natu
B. Aceite de tártaro pordeliquio, una parte. raleza estrae de ellos ciertos principios , que emplea
de almendras reciente*, «ñaparle. en usos desconocidos de nosotros, sin temor á la
cion ; ha colocado, ¡i la «stremidad do los
244 BIBLIOTECA ECONÓMICA
conductos cscretorcs, centinelas que los abren ó cier cia de los vasos, que varía según la edad, el sexo y
ran según sus órdenes. el temperamento, y los humores no hallan obstácu
402. Definición del flujo.— Nosotros llamamos lo, y se evacúan. En el segundo, los canales on que
flujo á toda evacuación conlra-natural , prematura, deben circular ó permanecer los líquidos, pierden su
escesiva; toda evacuación con error de tiempo ó de elasticidad bajo la influencia de una muliitud de
lugar, ya dependa del vicio de los sólidos ó del de los causas esternas ó internas; se ingurgitan, se dístlen-
/luidos, ya contribuya á ella la alteración de unos y den, y los humores se escapan por sus bocas exhalan
otros. La incontinencia y el flujo no difieren entre sí tes, por sus poros dilatados ó por grietas que se for
mas que , en el primer caso, el humor reunido man: el curso tiene lugar hacia fuera ó en las cavi
en la cavidad de un órgano donde debia permanecer dades inmediatas. En el tercer caso, la parte glutinosa
durante cierto tiempo, sometido á la acción de este de los fluidos se debilita por la acción de causas di -
órgano y al imperio de la voluntad, se escapa á pesar versas, tales como los principios contagiosos, los
de sus esfuerzos reunidos, mientras que en el segun miasmas, los venenos, las suslancias acres introduci
do el líquido es producido por una secreción morbo das en las primeras vias, etc., ó bien es arrastrada
sa, ó por una estravosacion, y corre fuera ílcl tiempo esta materia por los humores, ó por hemorragias
acostumbrado, por una via insólita , ó en demasiada considerables: en este estado, los poros laterales, las
c: .ntidad. Para hacer una clasificación de los flujos, bocas exhalantes se abren al menor movimiento , á
importa poco sabersi van ó no acompañados de fiebre, la menor escitacion febril, y se efectúa el flujo. En
si dependen de un movimiento de impulsión ó de una el cuarto caso, los sólidos y los fluidos esperimenlan
falta de resistencia: las causas capaces de acelerar el simultáneamente una alteración morbosa, cuya cau
curso de los humores, do relajar los sólidos, son muy sa ignoramos, y se destruyen su acción recíproca,
variadas y diferentes del flujo mismo, tanto corno la sus relaciones mutuas, como se observa en los espe-
fiebre ó el estado apirético: por otra parte, los noso- rimentos do la trasfusion. Los flujos, pues, dependen
logistas mas sutiles que no han seguido el método en general de la oscitación de los sólidos, de las
natural, han tratadoligeramente en sus clasificaciones fuerzas vitales, por un estímulo cualquiera; de su de
del carácter y de las causas de estas enfermedades. bilitación, de su destrucción por una materia que
Nos tomaremos algunas veces la misma libertad, para ataca las fibras y los nervios , ó por una causa me
evitar el demasiado número de divisiones: reunire cánica. Hay conformaciones particulares, hereditaria»
mos enfermedades diferentes por sus causas y ca ó congénitas, del pecho ó del cuello, que disponen á
rácter, y las colocaremos bajo el mismo titulo sola flujos torácicos ó cerebrales frecuentemente seguid"»
mente porque consisten en un flujo morboso; pero en de una muerto pronta, aunque los fluidos no ofrezcan
la distribución de los géneros y de las especies, pres señal alguna de alteración, aunque el individuo ob
taremos una cuidadosa atención á las causas , á las serve un género de vida arreglado. Pero el asiento
afinidades y á las diferencias , como hemos hecho del flujo varía también según la edad: varia según el
hasta aquí. sexo, porque las mujeres , cuyos órganos sensuales
403. Plan de esta clasificación.—Establecere se desarrollan después de todos los demás, no espe
mos nuestras divisiones sobre la naturaleza del humor rimenlan ciertos flujos morbosos hasta la época de la
que constituye el flujo: ya este humor se destile pau pubertad ó después de haber sido madres; flujos so
sadamente, como la serosidad; ya su flujo sea con metidos al imperio délos sólidos, sobretodo al de
tinuo, como el de la mucosidad; y otras veces,*en fin, los nervios. La libertad de los vasos es necesaria para
6e escape con impetuosidad, como la sangre. Trata que los humores se distribuyan igualmente. Si un
remos, pues, primero de los flujos serosos; en segui estómago robusto vierte en el sistema circulatoria
da de los mucosos, y en último lugar de los sanguí una gran cantidad de quilo que no tarda en asimi
neos, ya que lo sangre se halle mezclada con otros larse completamente, y un grán número de vasos no
líquidos, ó con el residuo de los alimentos. participan de la circulación, ya porque la amputación
Caracteres variados »e los flujos.—El Unjo es de un miembro haya privado de ellos á la economía,
una afección primitiva, ó una enfermedad sintomáti ya porque un estado de espasmo, ó una compre
ca ó simpática: va acompañado de la exaltación ó de sión los tenga cerrados, óestrechados, la sangre, recha
la diminución de las fuerzas vitales; por lo común es zada siempre por la acción del corazón, aumentan las
la causa ó el remedio de las mus graves afecciones. secreciones, nace irrupción sobre alguna viscera y
No depende siempre de un vicio general , sino que sobrevienen flujos morbosos. Aunque los vasos no
comunmente trae su origen de una lesión puramente gocen de una gran sensibilidad, y aunque los anató
local y limitada á la parte de donde sale el humor. micos no nos den una descripción exacta de sus ner
Es una afección aguda , ó crónica, ó habitual; su vios, no se puede poner en duda ol imperio que de
marcha puede ser irregular, ó periódica. Algunas ve ben ejercer sobre ellos los ramillos nerviosos que los
ces está sometida evidentemente al imperio do la rodean, los cubren y los recorren en difentcs sentidos.
constitución epidémica. Existe sin fiebre, ó con una En efecto, ¿qué alteración no produce en la circula
fiebre primitiva cualquiera, continua, intermitente ó ción una viva emoción del alma? ¿Qué desórdenes
solamente secundaria. En fin, el flujo puede efectuar no acarrean las pasiones en el aparato circulatorio
se al esterior, ó al interior. de los principales órganos, desórdenes á que solo el
464. Causas. —Las causas de los flujos son muy hombre está espuesto? En el pudor , la sangre sube
oscuras; deben, sin embargo , depender de una le al rostro; on la alegría, como en la tristeza, las me
sior parcial ó general del sistema" circulatorio, ó de jillas se innundan de lágrimas, el espanto produce la
una alteración de los humores , ocasionada las mas diarrea; un acceso de histerismo hace espeler una
veces por la acción viciosa de los sólidos, ó por estas gran cantidad de orina muy pálida; el olor ó el re
dos causas reunidas. Se puede consultar lo que he cuerdo do un plato que se desea, provocan el curso
mos dicho en diferentes puntos de esta obra rela de la saliva; el aspocl.o de un remedio ó de una sus
tivamente al aumento y diniinusíon de la acción de tancia cuyo gusto es desagradable, escita el vómito: si
los sólidos sobre los (lindos, y á los vicios de los hu estos fenómenos se observan durante la salud , no es
mores. Nosotros admitimos cuatro casos: en el pri difícil concebir cómo la influencia nerviosa puede, en
mero, el movimiento circulatorio es aumentado en el estado de enfermedad, ocasionar flujos. La infia
una parte ó en lodo el sistema, supera á la resisten- ¡ macion misma es precedida de una irritación local de
DK MEDICINA T CI mía.—FRANK. 24»
los nervios , irritación que provoca el adujo de los acelerar la secreción y la escrecion del licor prolífito;
humores, que aumenta ó altéralas secreciones, lo la succión de las mamas aumenta el curso de los lo-
cual es seguido de un derrame en el tejido celular ó en quíos; la tristeza hace correr laslágrimas. Estos he
las cavidades inmediatas, produce un flujo de serosi chos prueban que los actos naturales, como los mor
dad, de mucosidad puriforme ó de sangre pura por la bosos no dependen solamente de la mayor ó menor
traquea, la uretra, la vagina ó el ano, según el asien fuerza del estímulo, sino también déla acción especí
to de la irritación. El estado contrariq, por ejemplo, fica que ejerce sobre tal ó tai parte, y que están so
la inercia del útero í consecuencia do un parto de metidos á las diversas leyes de la sensibilidad propia
masiado rápido, ocasiona una hemorragia abu.idante á cada órgano.
que suspende, sin duda por el intermedio de ta acción 465. Pronóstico.—El pronóstico de los flujos va
nerviosa, la sola aspersión ó lu aplicación de agua ría según la importancia, la cantidad de humor que
l'ria sobre las parles genitales esternas. constituye su materia, la rapidez ó la lentitud de su
Los flujos dependen, pues, mas raras veces de lo curso, la edad, el temperamento, el sexo, y según la
que creiaulos antiguos, déla tenuidad de los humo naturaleza, las causas y los síntomas de la enferme
res; y cuando existe esta causa, los sólidos ofrecen dad. Los flujos serosos no son de temer, á meiiosque
casi siempre alguna alteración primitiva. No se en no se declaren súbitamente, ó que sean demasiado
contrará quizás nunca en el estado de salud, ejemplo abundantes ó prolongados. Cnando la mucosidad ó la
de plétora general, á menos que no se quiera habla' linfa corre con la serosidad, ó constituye por si sola
de la plétora de los vasos, plethora ad vasa: la irri el flujo, el caso es mas temible, si la evacuación es
tabilidad del corazón y de todo el sistema es la que al mismo tiempo copiosa ó prolongada, porque en
aumenta en este caso la disposición á losnlujos san» tonces hay una gran pérdida del principio nutritivo,
guineos y á las inflamaciones. Cuando los vasos de y la^debihdai que de ello resulta es mucho mas con
jan escapar los jugos nutritivos que absorben y con siderable que li que ocasiona una pérdida igual, ó
vierten en sangre, ó los retienen, á pesar del au aun superior de serosidad. Ademas, las parles cuyo
mento de las secreciones, es signo de una debilidad, deslizamiento favorecía una trasudación linfática,
que degenera mas comunmente en afeecioa local que cuya flexibilidad mantenía, cuyas adherencias impe
en afección general, y que parece tener su asiento en dia ó cuyos nervios protegía, preservándolos de la
las venas, porque estos pasos presentan varices, nu sequedad y del endurecimiento, estas partes, deci
bosidades en los muslos, en el ano, en el cordón es- mos, se hallan espuestas á las diversss afecciones de
permático, en los plexos coroides etc. Asi es que la san que antes estaban exentas. La espulsion demasiado
gre so acumula ó se abre paso periódicamente algunas pronta del quimo fuera del estómago, del quilo fue
veces en las inmediaciones de los infartos glandulo- ra de los intestinos, y la pérdida prolongada de la
sos, en la base de los tubérculos, en la proximidad linfa por la lesión de algunos de sus vasos, tienen
de las úlceras cancerosas, ó de los órganos de tes- consecuencias no menos funestas: cuando estos flujos
tura floja. duran cierto tiempo, llegan á ser funestos, y produ
Todo lo que aumenta la acción del corazón y de cen la consunción ó la hidropesía. El curso prolongado
las arterias, todas las causas de la fiebre inflamatoria y ó demasiado copioso de la leche produce los electos
de la inflamación, pueden ocasionar flujos cuando sus siguientes: padece la nutrición general de la mujer,
esfuerzos superan á la resistencia de los vasos; así es el pecho se afecta en las personas delgadas, la fecun
que en una flegmasía la sangre se estravasa por los didad se acaba después de algunos embarazos, ó si
poros laterales y las arterias conservan toda su inte la mujer concibe todavía, el feto languidece en su
gridad. Debemos también colocar aquí todo lo que seno, falto de alimento. Pero no hay evacuación mas
debilita ó altera la organización de los vasos, ó dis debilitante que la del licor seminal en una edad tier
minuye, paraliza, ó suspende la influencia de los ner na ó avanzada, y en toda edad cuando se abusa de
vios en la circulación; todo lo que puede desarrollar ella ó se la provoca de una manera reprobada por la
una sensibilidad morbosa, diferente de la que dispo naturaleza. La debilidad 110 resulla en este caso tan
ne á las verdaderas inflamaciones, y determinar de to de la evacuación, como de la oscitación convulsi
este modo en el sistema vascular movimientos es- va general de que va acompañada, puesto que la
pasmódicos que se oponen á una distribución igual mujer, que no tiene sémen, se consume por los pla
de los humores en toda la economía; en general, to ceres conyugales y por ef onanismo, aunque á la ver
das las causas de las falsas inflamaciones; secundarias, dad el hombre sufra mas. La evacuación de la sino
locales, erisipelatosas, 'inflamaciones sin fiebre, ó al via por una herida, porunabsceso, que destruye el li
menos sin fiebre inflamatoria, con fiebre nerviosa; en gamento capsular, es seguido de rigidez, de anqui-
fin, las causas que conducen al aparato circulatorio losis, de inmovilidad de la articulación. Una escrecion
á una atonía general ó parcial, atacan su vitalidad, abundante y prolongada de materia puriforme ó de
ya directamente, ya por simpatía. pus, no altera solamente la parte que es su asiento,
Pero hay causas, sobre todo esternas, que ejercen sino que aniquila también al enfermo, arrastraudo
sobre diversas partes del cuerpo una acción casi es con este líquido los jugos nutritivos: de esta causa,
pecífica, y que no se pueden esplicar ñor la sola ad mas bien que de la reabsorción proviene en esto caso
misión de un e-tímulo. El virus de la viruela, del la fiebre lenta y !a hidropesía. Nadie ignora los acci
sarampión, de la escarlatina, de la sífilis, el princi dentes funestos ocasionados por la perdida de san
pio de los catarros y de la coqueluche, llevan igual gre, que es la fuente de los demás humores; las he
mente su impresión sobre la membrana mucosa de la morragias son mas peligrosas en los niños, menos de
garganta, de la nariz, de los bronquios; el mercurio, temer en las mujeres que en los hombres, y en ge
bajo cualquiera forma que se administre, y á pesar neral, producen cou mas ó menos rapidez la hidro
de todas las precauciones , irrita las glándulas sali pesía, la consunción, las lipotimias, las convulsiones,
vares con preferencia á otras partes; Tas cantáridas, y la muerte.
los espárragos, la trementina, y aun el ruibarbo obran Todos eslos males y los de que hablaremos des
particularmente sobre las vias urinarias, sin manifes pués , se agravan aun de otra manera ; cuando el
tar su acción en ningan otro punto de la economía; flujo dura largo tiempo ó vuelve á menudo , la natu
una idea obscena basta para determinar un aflujo de raleza contrae un hábito, que llega tarde ó temprano
sangre considerable hacia los órganos genitales, para á ser funesto. El hábito es el que mantiene lau te^
246 '' BIBLIOTECA ÉCOfJÓMCA
nazmente los flujos crónicos y periódicos : apena flojísticos, hasta que se elimina la caúia material.
la economía ha reparado sus pérdidas , cuando En las personas robustas y dispuestas á enfermedades
una latal necesidad la obliga á esperimen'ar otras nue por la fuerza de su constitución, el sistema nervioso,
vas ; el mal resiste á los tónicos, y es exasperado por puede, sin embargo, hacer algunas veces el primer
los remedios que combaten la f:ilsa plétora. Sin em papel; en estas circunstancias, cuando la sangría ó
bargo , los flujos serosos , mucosos y sanguíneos, no el flujo espontáneo ha calriiado los primeros movi
producen siempre malos efectos: comunmente, en las mientos, la liebre y el flujo ceden mas bien al uso
fiebres inflamatorias la sangre que corre de las nari del ópio que á los antiflojísticos.
ces, del ano, del útero, nace abortar la enferme Si el flujo depende de una debilidad general ó
dad desde el principio , ó la juzga en la época de las parcial, de una solución de continuidad, se debe
crisis ; un flujo que se establece en una pane lejana, abandonar toda idea de método anliflojistico, prestar
reemplaza algunas veces á una evacuación natural atención á las causas, y emplear los medios apropia
suprimida; un flujo sanguíneo, seroso, puriforme, dos contra el flujo traumático, contra la debilidad ge
3ue la naturaleza ó el arte provoca en la proximidad neral ó local, ó contra la afección nerviosa que la
e una viscera atacada de una plétora local , trac simula. Estos flujos son las mas veces sintomáticos ó
frecuentemente un alivio que no se puede obtener simpáticos, do manera que es necesario combatir la
por otro medio. enfermedad primitiva, ó buscar la causa en una parte
4C0. Tratamiento.—Según lo que precede, es lejana. En los escorbúticos, por ejemplo, aunque
claro que no se puede suprimir un flujo, sin atender existe una debilidad real , los tónicos locales ó ge
á su causa, á la naturaleza de la enfermedad que ha nerales no#stán indicados, sino solamente les jugos
precedido, al hábito y á los síntomas actuales. El vegetales , Tos ácidos. Un flojo periódico , cuyo ca
punto mas importante es el de combatir las causas, rácter es verdaderamente intermitente, exige la quina;
cuando son conocidas; en general, consisten en un flujo que depende de una afección nerviosa, re
una acción demasiado fuerte ó demasiado débil de clama los narcóticos, los nervinos; la hemorragia
los sólidos sobre los líquidos, ó en un vicio do los que reconoce por causa materias biliosas ósaburrales,
humores. exige el tratamiento de las enfermedades gástricas,
En el primer caso, el mal lleva consigo su remedio; el emético ó los purgantes , sin otro remedio, ni aun
la evacuación abate las fuerzas hasta un término salu local. Cuando el flujo va acompañado de una fiebre
dable, yol ftujose detieneorJinaiiameutepor si mismo. nerviosa, contagiosa, se recurre á los medios que he- -
Si los socorros del arle llegan á ser necesarios para mo mos aconsejado en las fiebres de este nombre.
derar la escítacion de los sólidos , se siguen los prin Guando depende de una debilidad general ó local,
cipios establecidos para el tratamiento de la liebre in prescribimos: en el primer caso un buen alimento, un
flamatoria (120) y de la inflaraapion (133). En su vino generoso, los aromáticos, la quina, los mar
virtud , se prescribe la dieta, se coloca al enfermo ciales, un ejercicio moderado, «el aire del campo;
en una atmósfera fresca, se dá á su cuerpo una po en el segundo, las aplicaciones , las inyecciones trias
sición conveniente, se le recomienda el reposo y la ó astringentes , y la compresión. En los flujos que
calma de espíritu : al mismo tiempo se recurre á lijo provienen de las metástasis de una materia acrimo
ros antiflojísticos, para disminuir la irritabilidad; á niosa repercutida del esterior sobre alguna viscera,
las sanarías locales ó generales, según la afección se se emplean los medios propios para llamar el humor
limite á una parte ó vaya acompañada de una altera á la piel , para corregirlo, etc.
ción general. Pero los esfuerzos, inconsiderados que Lo que acabamos de decir se aplica en parte á
se hacen algunas veces para contener el flujo, tienen los diferentes vicios de los humores. Cuando parece
comunmente consecuencias funestas; suspenden una que ellos mantienen el flujo , se atacan sus causas, al
evacuación saludable , encierran en la economía una mismo tiempo que se combate el síntoma ma
causa morbosa , y conservan una plétora relativa al gente
es'ado actual de irritación , una superabundancia de
humores que multiplica los efectos de esta causa; tal
es por lo común el primitivo origen de las obstruc ORDEN PRIMERO.
ciones , de las inflamaciones , de las supuraciones
internas, del marasmo. El flujo que la naturaleza FLUJOS SEROSOS.
hace servir de remedio á la plétora , no carece siem
pre de peligro ; frecuentemente es un remedio peor GENERO PRIMERO.
que el mal , un remedio funesto. El arte debe , pues,
en este caso, ocupar el lugar de la imprudente na Efidrosis.
turaleza, y efectuar en el punto conveniente la de-
plecion necesaria, por medio de evacuaciones mo 467. Caracteres fisiológicos del sudou.-
deradas; pero es preciso conducirse de manera que por que se exhala continuamente de toda la superü
se destruya la causa al mismo tiempo que el efecto. do nuestro cuerpo por un proceder destilatorio pro
Por lo común , una causa rnuy diferente do la ver pio de la economía viviente , se condensa en gotillas
dadera plétora, escita en los individuos robustos, por el frió del aiie atmosférico, y constituye el sudor.
desórdenes acompañados de lodos los signos de la Eti las personas sanas no difiere del humor de la
plétora, y aun de hemorragia. El flujo exije aquí eva transpiración insensible mas que por las materias
cuaciones sanguíneas , para conteríer la pérdida de grasas que le suministran los folículos sebáceos ó el
sangre; pero es necesario no irritar á la naturaleza, lejido celular subcutáneo ; es un fluido acuoso , lige
llevándolas al esceso; el arte debe umiar en conside ramente viscoso y un poco salado, ^abemos que este
ración la causa irritante, y cuidar de iio aumentarla humor contiene agua, un principio volátil, por el que
evacuando los humores. No es raro ver que una afee el perro distingue y sigue las huellas de su señor;
ciou reumática
,LUta alteración ,ó general
cualquiera otra , produzca
ó parcial una vas-
en el sistema vio- una materia odorífera que proviene de ciertos alimen
tos inconiplelaiiioute digeridos, ó que es segregada
y determine hemorragias activas ; el flujo loá Mículos glandulares de las parte» genitales,
por
DE MEDICINA Y CII OJÍA.-FR.ANK, 247
fiera del vapor mefítico que exhala el pulmón ; pero suspenden, cesan. Están Jo destruidas las fuer/as que
los efectos que resultan de su supresión nos hacen las presiden, los humores pasan como á través de
sospechar que encierra algún principio pernicioso; una criba inerte: asi es que por una influencia sim
sin embargo, la esperiencia no nos ha enseñado nada pática, por efecto de una enfermedad estraña á la
sobre la existencia de este principio. piel, algunas veces -por una cscitacion idíopática de!
468. Definición de L4 efidrosis.—El sudor en órgano cutáneo ó por suinercia, sobrevienen sudores
una persona sana, es siempre indispensable ; es una generales ó parciales. Es, pues, cierto que la escita-
efermedad lijera i la verdad, pero real para la parte cion del corazón y de las arterias , y que «na cau
que es asiento de ella. Esta escrecion cutánea, va se sa simpática provoca los sudores ; pero no se halla
asemeje al sudor natural , ya difiera de él, se llama menos probado por observaciones diarias, que en' las
efidroslsó sudor morboso, cuando va acompañada de fiebres inflamatorias intensas la piel permanece te
una debilidad considerable , ó lijera, como en una nazmente seca muchas veces, mientras se pone suave,
crisis. espontáneamente y se baña de sudor en casos en
469. Caracteres variados del sudor morboso. — que nada la irrita. Muchas veces, sin fiebre, sin cau
>}o es solamente la cantidad do sudor la que cambia; sa interna, y aunque se esté ligeramente cubierto en
sus principios varían también y son alterados por ta el lecho, so amanece bañado en un sudor que exhala
mezcla de sustancias muy diversas , como los de ta un olor particular: sn escrecion parece dar Duevas
orina en las enfermodades. Ya es un líquido puro y fuerzas, y al alma una alegría que no se habiaespe-
ténue que humedece la piel enmedio de un calor mo rimentado ta víspera. Hay también personas que es
derado y se evaporiza al punto, ó un humor límpido tán fatigadas durante meses enteros, sin causa
que corre por los miembros sin manchar el lienzo; evidente, sin liebre , por sudores , sobre todo noc
ya es una materia viscosa, glutinosa que forma una turnos, que les sumen en un estado de demacración,
capa sobre lá piel, enmedio de un calor ardiente , y de debilidad, de inapetencia. Existe un comercio re
deja sobre el órgano cutáneo , cuando se seca, una cíproco entre la piel y los ríñones, aun en la mas per
capa mucosa , muy espesa y aun arenosa, semejante fecta salud : cuando la actividad de los órganos uri
al sedimento de las orinas. El sudor exhala el olor narios disminuye, aumenta la del órgano cutáneo, y
natural propio á cada individuo, 6 un olor específico, es suplida la escrecion de aquellos, no solamente por
ácido, urinoso, cadavérico: este principio oloroso es la transpiración insensible, sino también por los su
el vehículo de los miasmas contagiosos. En ciertos dores, que son entonces mas fáciles. Esto es recípro'
casos no tiene sabor sensible ; en otros es salado, co. Los sudores críticos se efectúan comunmente por
amargo, dulce. Sus diversos principios , que no se la sola acción de la piel , sin el socorro do ningún
han estudiado bastante todavía, le dan un color pá» estímulo , sin aumento do la debilidad febril , sin
lído, amarillento, lechoso, ó azafranado , sanguíneo, influencia simpática , y auri van precedidos de una
algunas veces verdoso, azul, negro. El sudor es ge diminución del calor. El órgano cutáneo eá el que
neral ó parcial, y limitado algunas veces á la mitad recibe la primera impresión á la invasión de las fie
del cuerpo: en el primer caso depende de un vicio de bres, que empiezan y acaban también por él: en efec
la piel; en el segundo, es simpático ó sintomático. to, cuando se aproxima el sudor crítico , se declara
Puede existir sin liebre, ó ir acompañado de una lie una. lijera horripilación , una sensación de prurito, ó
bre continua, intermitente, periódica, héclica ; ó no al menos la piel presenta cierta flexibilidad acom
produce alivio, ó es crítico , moderado ó muy abun pañada de un puls t blando y unduloso. Todos estos
dante y colicuativo. En los climas cálidos y' húme fenómenos prueban manifiestamente que este vasto
dos es casi endémico; reina algunas veces epidémi órgano eminentemente nervioso y vascular no des
camente y arrasa las provincias, como la peste. Hay empeña un papel pasivo, sino qué puedo por sí mis
personas qué en el estado de salud , exhalan conti mo oponerse al aflujo de los fluidos, á la traspiración
nuamente un olor muy fétido. y al sudor, ó permitir esta escrecion en ventaja ó en
470. Ya hemos hablado del sudor sintomático que perjuicio de la economía.
se declara sin utilidad ó con perjuicio del enfermo 471. Causas.—Lo que acabamos de decir se es
desde el principio de las fiebres continuas, ó que ter clarece mucho inas por el estudio de las causas.
mina los paroxismos de las fiebres intermitentes , sin Cuando una materia introducida en la sangre, ó una
terminar la misma fiebre ; del sudor crítico que se irritación local, aumenta la reacción del corazón y
observa al fin de las cufermedades ó que el arte pro délos vasos sobre el fluido que contienen, las escre-
voca algunas veces al principio de las fiebres conta ciones llegan, en general, á ser mas abundantes, i't
giosas. La historia de los exantemas y de las enfer menos que el eretismo no se lleve á muy alto grado,
medades impetiginosas nos han hecho" conocer la ó que no se hallen obstáculos en la estremidad de
simpatía que reina entre la piel y las visceras , so los vasos. Estas causas escitarán el sudor , si el frió
bre todo, las del bajo vientre , entre otras el útero. no las contraría, algunas veces, á pesar de su oposi
Nos queda, pues, poco que decir sobre el sudor, con ción; pero sobre todo, sí un calor suave dispone á
siderado como afección primitiva ó secundaria. los vasos cutáneos á recibir el fluido, ya irritándolos
Hay personas que en la mas perfecta salud escrc- cuando está seca, ya relajándolos cuando está húme
tan una gran cantidad de orina ó hacen muchas de da. Las sustancias que llevan al cuerpo una gran
posiciones en el día. Se hallan también indivi cantidad de humor acuóso y ténue, sí la Constricción
duos que traspiran cou abundancia ¡ que sudan na» de la piel por la acción del frió, ó la densidad de este
turalmcnté , sin que el sudor les aniquile, y sin que órgano, no las retienen en el tejido celular subcu
se pueda considerar en ellos como una enfermedad. táneo bajo \á forma de anasarca, o la naturaleza sa
Unos tienen los pies continuamente húmedos, otros lina del líquido no las dirige hácia los ríñones, des
las áxilas: la supresión de este sudor local es seguida tinados á recibir las salés lixivíales, aumentarán lá
con frecuencia de accidontes que no siempre podrían traspiración, producirán el sudor , si el cuerpo y la
demostrar la preexistencia de un vicio en los humo ■ atmósfera presentan las Condiciones de que acabamos
res. Cuando los órganos de otras secreciones reciben de hablar , y las escreciones urinarias Ó alvinas son
directa ó simpáticamente la influencia de una causa moderadas ó rarus. Se introducen ademas ert Ja Ssn-
morbosa, sus funcionas se aceleran, so pervierten, se §re principios que, por Su volatibilidád 6 por propieí-
ejecutan lentamente, de una manera imperfecta , se ndes desconocidas, afectan particularmente las estre
248 BIBLIOTECA ECONÓMICA
midadcs de los vasos exhalan tes, ó maniliestan una del estado natural por su tenuidad, su color, su
tendencia d llevar su impresión sobre la piel: cuando y su sabor, indican un gran desórácn en los &<
Dada se opone á ello favorecen el sudor , aunque el y fluidos, una alteración profunda en la secrecío
fluido que lo c nslituye no sea producido por una tánea, y una pérdida considerable át humores '
secreción glandular. En fin, las causas internas que El sudor de los pies y de las áxilas, aunque I
relajan directamente el tejido de la piel , simpática desagradable , no es perjudicial á la salud mas qué
mente, ó que debilitan la influencia de los nervios so cuando se suprime. Los sudores que se manifiestan
bre este órgano, abren los poros cutáneos: estas cau en la consunción, abrevian la existencia de los enfer
sas atacan la fuerza vital, que los tiene cerrados en mos; su supresión por la acción del frío es seguida
el estado de salud; las aplicaciones eslerioies empica de la diarrea colicuativa.
das para determinar el sudor, obran del mismo modo. 473. Tratamiento. — Hemos espuesto los cuida
Así es que el solo movimiento muscular, las fric dos que exigen el sudor febril, sintomático ó critico.
ciones , todos los irritantes, las afecciones morales El que acompaña como síntoma á las demás enferme
que escitan el cerebro y la acción del corazón, la fie dades exije un tratamiento apropiado á su naturaleza
bre , el calor atmosférico , aumentan la traspiración, y á las causas que lo producen, como hemos indicado
provocan los sudores, cuando todas las circunstancias ó indicaremos en otra .parte. Es peligroso suprimir
las secundan. Las bebidas, solas ó ayudadas por el los sudores habituales. En los que no dependen de
calor, pasan fácilmente á la piel, cuando se toman en ninguna causa interna , debe evitarse todo lo que
gran cantidad y el órgano cutáneo no está conslri- pueda hacerlos habituales, como las bebidas y los ba
üido por el frió, ni por cualquiera otra causa: tras ños libios, los diaforéticos, los vestidos calientes que
piran Dejo la forma de vapor insensible, ó se conden debilitan el órgano cutáneo; fortificarse la piel por
san en golillas en la superficie. La adición de una el ejercicio, las fricciones, los baños Irios simples ó
sustancia volátil, aromálica, bac« mas seguro el efec con agua del mar, con adición del cocimiento de qui
to de las bebidas, cuando el estado de la atmósfera na ó do sauce blanco, y se pueden emplear en segui
es favorable. En general, los principios contagiosos, da con éxito las unturas con pomadas oleosas. Se re
sobre todo el virus variólico, ejercen una acción di primen los sudores quo sobrevienen en la convale
recta ó simpática sobre la piel ; comunmente provo cencia de las enfermedades graves, prescribiendo un
can los sudores , lo que no siempre depende de la régimen nutritivo, un vino generoso, el elixir vitrió-
irritación de los vasos, ni do la debilidad del sistema lico, y el ejercicio diario i caballo, en un aire puro, ó
nervioso. Se pueden contar en el número de las cau los paseos por mar. Se obtienen escelentes efectos de
sas del sudor morboso : la gran cantidad de fluidos la infusión vinosa de salvia y de canela. So moderan
que reciben los vasos cutáneos á causa del calor at los sudores que provoca el calor del estío añadiendo
mosférico, de la laxitud de sus paredes, de los obs ú las bebidas una pequeña cantidad de un licor espi
táculos que la circulación encuentra en las visceras, ó rituoso, y guardando descanso. En los climas cálidos
de espasmos interiores ; la tenuidad (fe los humores la supresión de esta escrecion es fuente de las mas
diluidos por las bebidas copiosas, ó alterados por un graves enfermedades (1).
Íirincipio contagioso, purulento; la humedad y el ca- ■
or de la atmósfera, las saburras que irritan el siste GENERO SEGUNDO. \t*r
ma nervioso abdominal, los vientos del Mediodía, la
fiebre holodes: la fiebre perniciosa diaforética; la sus Diabetes.
pensión ó la abolición de la influencia uerviosa sobre
la piel en los convalecientes, ó en las personas débi 474. La orina varia en su cantidad y en sus cua
les, durante el sueño de la tarde ó de la noche, en lidades, según el estado do salud ó de enfermedad,
los escorbúticos , en un momento de espanto , en un según la edad, el sexo, el temperamento del indivi
estado de sufrimiento, de ansiedad, en las lipotimias, duo, la naturaleza de las bebidas, de los alimentos,
en la agonía. Todas estas causas provocan sudores de los medicamentos ; según el clima, las circunstan
abundantes, comunmente funestos, en las liebres ner cias atmosféricas, la cantidad de las escreciones alvi
viosas ó contagiosas : el sudor no es aquí un humor, nas y cutáneas; relativamente al estado de roposo ó
suave y tenue, sino que contiene principios estraños, <le ejercicio, á las afecciones del alma, y en razón dol
y aun algunas veces sangre. Los sudores colicuativos, tiempo que permanece en los órganos que la prepa
ordinariamente viscosos, que sumen en el marasmo, ran ó reciben. Ya peque por esceso, por defecto ó por
¿se cargan, como las orinas de los que padecen dia sus elemsntos; ya difiera poco del estado natural, per
betes, de un principio azucarado, de la materia nu manezca mucho tiempo ó demasiado poco en su re'-
tritiva? El sabor ácido de los sudores en muchas cir servorío, se evacué independientemente do la volun
cunstancias supone que el quilo ó un humor lácteo tad, ó con trabajo, ó se suprima, cu fin, totalmente;
circula con la sangre en los vasos cutáneos, y posee llega á ser el síntoma ó la causa de un gran número
mos algunos ejemplos do sudor lácteo, meloso, olea de enfermedades. Las que dependen del aumento con
ginoso, que parecen probarlo. Por último, aprovecha siderable de orinas, de la pérdida de la materia nu
remos la primera ocasión que se nos presente para tritiva arrastrada por esle Huido, de su emisión invo
hacer esperimentos sobre este punto. luntaria sin conciencia del eufermo, pertenecen 1 la
472. Pronóstico. — Hemos espuesto suficiente clase de los flujos y merecen toda nuestra atención;
mente en otro lugar lo que concierne al pronóstico constituyen la diabetes y la ennresis.
del sudor febril sintomático ó critico. No debemos ha 475 Se considera la diabetes ó dypsacus como
blar aquí de los sudores que sobrevienen en las de una enfermedad muy rara. Durante veinte años que
más enfermedades; su pronóstico se deduce de la hemos ejercido la medicina en Alemania, nuestra pa
afección de que dependen. En general, los sudores tria , no hemos visto mas que tres veces esta enfer.
sin fiebre, independientes de cualquiera causa conov medad, que muchas personas no han observado nuil.
cida, parciales ó generales, anuncian la debilidad del
órgano cutáneo, la diminución de la influencia ner (1) Mr. el doctor Guerard acaba de publicar un escelentc traba
viosa, de los obstáculos interiores enla circulación, jo que se consultara cou fruto, y que tiene por titulo: "Memoria
ó en las demás secreciones, y en las cscrociones. Robre los accidentes quo pueden suceder a la ingestión d« las bebi
das (rías cuando el cuerpo esta caliewe.» (Anales de higiene pú
Cuando son abundantes, cuando so alejan mucho | blica y de medicina legal, t. X.\U1, r 43 v siguientesj
DE MEDICINA Y cmujÍA.—FRAN K.
ca. En Italia, en el corto espacio de ocho años, hemos de la diabetescon la incontinencia de orina : la hemos
encontrado siete ejemplos. En la actualidad creemos visto coexistir con la pleuresía en dos adultos. Uno de
la diabetes mas frecuente de lo que pensábamos an estos dos enfermos sucumbió , aniquilado al mismo
tes, participando así de la opinión general: reina en tiempo por la diarrea , y en un estado general de hi
todos los países, pero se desprecia porque no se pres dropesía. Hemos observado muchas veces en la diabetes
ta bastante atención á la cantidad y al sabor de las una leucoflegmasía , una ascitis, que se disipaban y
orinas. volvían repetidas veces. Una complicación m uy rara
476. Definición—La diabetes es una verdadera es la de la diabetes con la retención de orina: se ha
colicuación urinosa, ó un flujo de orina, cuya canti visto & esta retenida en gran cantidad en un caso en
dad supera con mucho ú la de las bebidas, ó en la que que el enfermo bebía poco. En la diabetes, laorina se
abunda el principio azucarado. Va acompañada de vierte diariamente sin dolor. El enfermo no puede
una sed inestinguible ; la piel está seca , escamosa, retenerla, aunque su emisión es voluntaria , es una
y el marasmo es ostremo; duralargo tiempo sin fiebre. imperiosa necesidad á la que es forzoso obedecer. Sin
477. Esprcies.—Esta enfermedad presenta dife embargo, no siempre es fácil distinguirla diabetes
rentes caracteres y se divide en muchas especies. La de la disuria , de la ennresis , si no se toma en con
orina es en ciertos casos insípida, acuosa, y otras ve sideración la cantidad de las orinas , muy superior á
ces dulce y melosa. La diabetes láctea délos autores, la de las bebidas , su sabor meloso , la. sed inestin
6 flujo celiaco urinario, nos parece consistir en esa guible que devora al enfermo , y el marasmo que le
orina blanquecina que se vierte algunas veces en la consume. En la diabetes decipiens, ó diabetes falaz,
mas perfecta salud, cuando se da un paseo faligeso ó se escreta la orina en pequeña cantidad , pero de un
después de una comida copiosa. La mezcla del pus sabor dulce, y este flujo tan corto produce la con
con las orinas , puede también engañar á muchos sunción.
médicos. Sin embargo , no negamos la existencia de 478. Descripción.—Los primeros síutomas que
la diabetes láctea ; un septuagenario nos acaba de se manifestaban en los que lian padecido esta afec
dar la prueba de ello en el hospital de Pavía : este ción, observados por nosotros, eran la sequedad sú
enfermo había llevado largo tiempo un fardo muy bita de la boca, una sed estraordinaria que atormen
pesado sobre las espaldas ; ocho dias después de este taba al enfermo desde el instante en que acababa
esfuerzo esperimeutó un dolor intenso hacia las últi de beber: estos síutomas atacaban ordinariamente de
mas vértebras lumbares , algunos movimientos febri improviso. Las orinas no empezaban á correr hasta
les por intervalos, con exacerbación por la tarde; se que el enfermo había tomado una gran cantidad de
quejaba de una sed muy viva, y escretaba una gran bebidas. Se dice que algunas veces la enfermedad
cantidad de orina semejante á la leche. Durante mu empieza al mismo tiempo por la sed y el flujo. Se ven
chos meses ha arrojado diariamente diez y seis ó á menudo personas sanas que emiten las orinas al ins
veinte libras de este líquido dulce, cantidad muy su- tante que beben cierta cantidad de agua ; en la dia
Eerior á la de la bebida, que tomaba abundantemente. betes se podria atribuir el flujo y la pérdida de la
,a sed inestinguible y el hambre que le devoraban, materia nutritiva que arrastra, al esceso de las be
y el marasmo que había sucedido á su gordura, com- bidas , si la cantidad de orina no fuese superior á es-
Ítarados con la cantidad de las orinas , probaban que las. Es en efecto muy considerable ; nosotros hemos
a consunción dependía de la diabetes , y no de nin visto á una jóven que no tomaba mas que siete libras
gún foco purulento. Se hallan en los autores cjeni- de alimentos sólidos ó líquidos, y escretaba treinta y
Íilos semejantes de la diabetes quilosa, que seria di- seis pintas de orina. Hace algunos años que recibimos
ícil atribuir ú una supuración interna. No hemos en el Instituto clínico á un hombre que perdía diaria
observado nunca la lienteria urinaria, que consiste mente cuarenta libras, y una vez llegaron á cincuenta
en el paso rápido de una gran cantidad de bebidas y dos. Otros prácticos han visto á enfermos que han
por los ríñones y la vejiga , que no le s hacen espe- orinado aun mayor cantidad: en los casos menos
rímentar alteración alguna. La orina no nos ha pa graves que hemos observado , la orina no formaba
recido nunca mucosa en la diabetes , á menos que no menos del doble ó de las dos terceras partes mas de
se crea moco la materia que le dá el sabor dulce. No los ingesta , y la cantidad que corría al cabo de al
es quizás inútil distinguir la diabetes en idiopática y gunos dias era muy superior al peso del cuerpo.
en sintomática ; pero la existencia de estas dos es El eufe.°mo esperimeuta frecuentemente una
pecies no se halla bien demostrada ; se debe haber frialdad , ó la sensación de un líquido frío desde los
confundido con lu verdadera diabetes la diabetes lomos á la vejiga , un dolor en el estómago, un calor
falsa, histérica, febril, reumática, que no va acom ardiente en las entrañas , un dolor en las pantori
pañada de consunción ni de una sed muy intensa. llas y en los pies. El abatimiento es considerable ; la
Esta enfermedad tiene una marcha larga: sin em piel seca , escamosa , porriginosa. No hemos obser
bargo , se observan algunas veces diabetes agudas y vado nunca la anorexia que muchos médicos consi
rápidamente mortales; se encuentran también dia deran corno un síntoma de la diabetes , ni la hidro
betes periódicas , intermitentes, críticas, si estas úl fobia, que observadores íiele? aseguran haber encon
timas no se refieren siempre á la diabetes falsa. En trado en esla enfermedad. Uno solo de nuestros en
un enfermo , al que hemos asistido en el instituto clí fermos fue desde el principio atacado de liebre,
nico , las orinas no escedian mucho de la cantidad que pareció tomar el tipo de la intern ¡lente terciana.
natural en los calores del estío, y cuando el cielo se En general, el estado febril no se manifiesta hasta
hallaba sereno; pero llegaban á s<>r muy abundantes una época avanzada. En casi todos los casos , en el
en los friosdel otoño y del invierno, ó cuándo se acer momento en que la sed empezubn á hacerse sentir, ó
caban las lluvias. No hemos observado nunca diabe un poco mas tarde , los enfermos se veiun atormen
tes congéiiita , á menos que no se dé este nombro á tados de un hambre á la que no podia bastar el ré
la gran cantidad de orina que escretan las personas gimen de los convalecientes , aunque no es muy
cuya traspiración es poco abundante. Hemos visto severo el que nosotros prescribimos, y que crecía or
Íiereccr de este flujo á dos indiv idvos de la rnismu dinariamente con la enfermedad hasta la aparición
ainilia ; se halla eu un autor la hi «.loria de dos her de lu liebre. En estu época el pulso so Mega á poner
manos de cuya enfermedad fueron atacados ambos. débil, blando, frecuente, lu debilidad aumenta de
Ultimamente un viejo nos ha ofrecido una complicación dia endia, y el calor y todos los síntomas esperimen
BIBLIOTECA ECONÓMICA
tan una exacerbación por la tarde. Muchos prácticos aun hay casos en que la hidropesía y lu diabetes se,
han notado que, en el principio, las orinas corren en reemplazan a su vez; en fin, sobreviene una diarrea,
insyor abundancia por la noche. Un militar que go raras veces útil , casi siempre funesta, como hemo9
zaba plenamente de todas sus facultades viriles, lia - observado en una diabetes insipida. En este estado,
hiendo sido atacado de la diabetes, llegó á Ser inca el enfermo esperimenln por la tarde bocanadas de ca
paz de llenar los deberes ceuyugales, y sus órganos lor, y su pulso es muy frecuente y débil ; la anorexia,-
no segregaron la menor gota de licor seminal. Los ■los temblores, la ansiedad, el estupor, las lipotimias,
diabéticos tienen los labios , la lengua y la garganta la ronquera ó la estincion de la v../, anuncian la pro
muy secos, barnizados de una mucosidad viscosa, do ximidad do la muerte, que viene á terminar esta cruel
una- saliva espumosa , y la voz débil y ronca. Hemos ; enfermedad.
observado una vez un dolor fijo ó intenso en la gar Ai,'unas personas hannstraido sangre en la diabetes,
ganta , sin flogosis, y pústulas sobre la lengua y los 'y su parte serosa Ies ha presentado é veces, aunque
labios. Pero ya que la lengua conserve su humedad no siempre, un sabor dulce ; el crúor esté ó no cu
natural , ya que se humedezca continuamente por las bierto de la costra (logística; se refiere una historia
bebidas , la sed persiste por lo común en el mismo de la diabetes que alternaba con la salivación, pero no
grado. Es mas intensa en esla enfermedad que en la se dice si la saliva era dulce, lo que hubiera aclarado
liebre mas ardiente , que en las afecciones que ponen mucho esta enfermedad.
la garganta mas seca. Esla descripción demuestra la diferencia y la poca
La naturaleza misma de las orinas cambia , lo cual relación que existe entre la diabetes verdadera y la fal
era desconocido délos antiguos. Nosotros hemos vis sa. Hay personas que Segregan desde su juventud una
to, así como muchos observadores, las orinas insípi gran cantidad de orina, pero do ningún modo diferen
das, es decir, sin sabor dulce ; pero las mas veces este te de la natura!. En el histerismo, en la hipocoodrín,
líquido , aunque pálido, seroso y muy límpido, pre durante el trabajo de la dentición , en las afecciones
senta un sabor meloso , azucarado, semejante al del reumáticas, en la época de las crisis, en las hidrope
jugo que corre de la corteza de abedul en la prima sías, y á consecuencia de bebidas diuréticas, correa
vera, cuando se incinde. Esta orina¡exhalaunoloragra- comunmente orinas pálidas y muy abundantes. Pero
dabie sometida á la acción del fuego; cuando llega á este flujo casi bo va acompañado do sed, ó no es su
cierta consistencia es una materia análoga á la miel, perior á la bebida, ó su duración, en fin, no os larga;
morena y azucarada. Si se la purifica , haciéndola á en todos los casos que acabamos de citar la orina uo
su vez disolver y concentrar, se asemeja á la azúcar ha perdido nunca mucho de sus cualidades ordina
mas pura en el sabor y el color. Abandonada á sí mis rias, y no se observa ni demacración ni debilidad con
ma, pasa á la fermentación vinosa 6 ácida. Conserva siderables.
mos en el Museo anatómico [de esta escuela muy La diabetes verdadera ataca mas comunmente á los
¡tales de ácido sacarino , de alcohol y de hombres que á las mujeres : esta es la consecuencia
tíos con este licor animal. Veinte y cua- que nosotros podemos deducir de nuestras observa
i orina nos han suministrado veinte y sois ciones, de las qnc no ha sido objeto mujer alguna , y
teria azucarada, y hay médicos que han de muchos hechos consignados en los autores. La he»
„ mayor cantidad. mos visto en un jóven de diez y ocho años, en indi
Una observación que so acaba de hacer úllimameu- viduos de una mediana edad, y en liiij en un sexa
U, pero que no se ha repotido, es el descubrimiento genario que estaba todavía fuerte y robusto.
de una gran cantidad del principio dulce en las ori 479. Causas.—La eausa de la diabetes es muy
nas de los enfermos atacados de consunción, aunque oscura ; ninguna de las que producen los flujos pue
no las emitan en mayor cantidad que la do costum de liarnos razón de sus fenómenos. Los que la consi
bre ó solo ea razón de los ingesta. Este principio deran como una afección local , la atribuyen á la la
es tan abundante, que dos libras de líquido han su xitud, á la debilidad de los vasos emulgentes, á la pa
ministrado seis onzas de él. En esto período del rálisis de los ríñones; presentan como prueba la pá-
marasmo, se ven sobrevenir todos los demás síntomas ¡idez, la consistencia blanda, el olor ácido de los ri
do la diabetes : sed incstinguible , lengua seca ; piel ñónos á la abertura del cádaver. Estos hechos nos soh
árida y eseamosa ; delirio y convulsiones, en Bu. que conocidos. Hemos querido inyectar les ríñones de un
anuncian la proximidad de la muerte: la materia azu jóven, muerto de la diabetes : los vasos se habían des
carada se reduce entonces á la cuarta parte. garrado sin esfuerzo; pero ¿seria quizás este acoidon-
En general, la diabetes tiene una marcha lenta, y te resultado de la maceracion prolongada , á que
dura por lo común muchos años. Los ejemplos do habian estado sometidos estos órganos en el agua Ji
diabetes aguda son poco numerosos; nosotros no he bia? La debilidad, la dilatación morbosa de los ríño
mos observado ninguno. No es raro que en el eurso nes y de sus tubos secretores, se observan frecuen
de una enfermedad tan larga las orinas se aproxi temente á consecuencia de la nefritis, de las supresio
men un poco al estado naturul, y esparzan, no un olor nes prolongadas de orina, de la hematuria y de la
dulce, sino algo fétido, como en el estado de salud, piuría, sin que la diabetes sea su consecuencia : pa
y que den una gran cantidad de sales por la evapora recen sor el efecto mas bien que la causa ; por otra
ción; sin embargo, no tardan en volver á tomar el parte, la debilidad sola de los órganos secretores no
sabor dulce, cualquiera que sea el régimen, vegetal ó puedo esplicar el aumento de la secreción | ni podría
animal. Nosotros hemos visto á las orinas correr en dar razón de esa gran cantidad de orina , muy supe
mayor abundancia por la noche que por el dia. El en rior d las bebidas que toma el enfermo. Los médicos
fermo no puede dormir, atormentado por la estrema que colocan la diabetes entre Ins afecciones espasmá
da sequedad de la garganta, que aumenta al punto ticas' se fundan en argumentos mas sólidos, ¡y citan
de dejar el vaso, ó por la necesidad continua de ori como prueba la diabetes Iplsa, que sobrevionc fre
nar y de beber, aunque la boca se halle húmeda. La cuentemente en los históricos, en una violenta orno
debilidad se acrecienta de dia en dia; la pial llega á cion del alma, por el uso de alimentos dulces y azu
ponerse seca y árida como la parénquimn , y el 'ma carados, y durante la dentición.
rasmo se declara, aunque falte algunas veces; á' pesar Sin embargo, las mujeres históricas no presentan
del flujo prodigioso de las orinas, el edema se apodera quizás ni un ojemplo de diabetes verdadera, y aun
de lo» pies, de lo* lomos ; la ascitis se mamliesta > y que las afecciones espasmódicas: sean tan comunes en
DE MKDICINA T CIBIUÍA.—EKANK 251
nuestros días, ta diabetes se cuenta en el número de de la serpiente dip$us., como atestiguan unánimemen
las enfermedades mas raras , y aun no se observa te los módicos de la antigüedad, puede ocasionar la
nunca con la nefralgia. Se refieren algunos ejemplos diabetes en las personas mordidas por usté reptil; si,
de diabetes complicada eon los cálculos renales; pero como creemos, este hecho no es fabuloso, nos sumí»
ademas deque la afección calculosa de los ríñones es uistra un argumento irresistible. En efecto, es presu
rau-y frecuente, y la diabetes wuy rara, no basta para mible que el virus diabético, conio el virus de la ru
admitir la existencia de este flujd qde el enfermo es- bia espontánea, pueda desarrollarse en el hombre sin
orete una gran cantidad da orinas; por otra parte, la mordedura de la serpiente, eu ciertas disposiciones
puede coexistir con los cálculos sin depender de ellos. do la economía, en ciertas fiebres continuas ó inter
Otros médicos, engañados por lu apariencia de iecbe mitentes. Este virus ejerce sobre el sistema linfático,
de (as orinas, las han considerado como purulentas, por el intermedio de los nervios, uua acción especial
y lian atribuido el flujo diabético á Ja supuración de que aumenta de una manera escesiva la absorción en
los ríñones: por un error contrario se lia tomado el todas las superficies secretoras internas ó esternas,
pus por quilo eu el caso de verdadera supuración, y en la cavidad de la boca, del estómago, y en toda la
se ha considerado la enfermedad que nos ocupa como eslensiou del órgano cutáneo. Así es que la sed es el
un llujo quiloso. Se han acusado también á las obs primer síntoma que se maniliesta: los vasos absorbe^
trucciones ó los escirros del hígado, y á (as alteracio tes se apoderan ávidamente de la serosidad y del
nes de la bilis, ya que por su escesiva cantidad di moco que destila de las paredes de la boca y de la
suelva los humores como un jabón, ya que la falta de garganta; la sequedad de estas partes llega á seir
este menstruo haga imperfecta la mistura del agua continua; su sensibilidad se, exalta, y una sed ¡nos»
con la sangre; poro tenemos tan numerosos ejemplos tiuguible devora al enfermo. Los mismos fenómenos
deidiebetos sin obstrucción del hígado hi de ninguna tienen lugar cu el estómago y en los intestinos: el
viscera, > ile ictericia con obstrucción del órgano he fiambré llega ú ser insaciable; el enfermo esperimenta
pático sinediabetes, que el efecto seria demasiado una sensación de ardor ó de desfallecimiento en el
tare- relativamente á la causa; esta opinión no mere estómago; el quilo pasa rápidamente ú las segundas
ce, pues; crédito alumno. Se ha colocado también el vias crudo y< mal elaborado, lo que no depende de la
origen de la diabetes en el estómago, en los intostt- debilidad 'del estómago, sino de una absorción pre
nosjise le ha roferiito á uua falta de asimilación, da* matura. Los vasos linfáticos dé lá piel absorben con
pemlieutu de la debilidad de estos órganos. Si consi avidez lu humedad de la atmósfera, para apagar la
derante* que el hambre atormenta á la mayor parte sed de toda la economía. Todos los líquidos absorbi
de los ¿tabéticos, y que ningún síntoma anuncíala dos se dirigen hieia los riñónos con las bebidas de
inercia del estómago, esta opinión no nos parecerá que se llena el enfermo; lá traspiración la suprime,
mejor fundada que las otras. Algunos prácticos, en la 'piel se póne seca, rugosa y ardiente, las orinas au
vista de lasequedad de la piel, comunmente esoa- mentan prodigiosamente, esceden pronto ai peso de
mesa, y de la cantidad de las orinas, superior siem las bebidas, y aun al del cuerpo, arrastrando consigo
pre á la de los alimentos sólidos y líquidos, lian bus el principio ¿utritivo mal elaborado, la materia a»ui-
cado la cansí dé la diabetes eu el órgano cutáneo; carada que suministran diariamente los alimentos,
eu U obturaciou de sus vasos exhalantes, en la activi- los jugos nutritivos quo han sufrido ya todos los gra
dad do sus vos«B absorben les, que recogen mas ávi dos de la ahimalkacion; la consunción urinosa, tabes
damente el agua tenue que se halla en disolución en ad malulam ;• se acrecienta de día en día, semejante
la atmósfera. Se fundan ademas en que la constric á la que resulta do la lactancia prolongada ó de la
ción de la piel por el frió del invierno,, por el terror ó golaotirrea.
el espasmo, y por la influencia simpática del abdo Esta opinión parece.confirmada por la invasión
men, aumenta la cantidad y la palide» de las orinas. rápida é imprevista' de la diabetes, por la sucesión y
Pero la. «oquedad del órgano cutáneo puede ser el la naturaleza de los síntomas y por el carácter de la
efecto, ó la causa; por otra parte, la hipótesis en enfermedad, que ataca indiferentemente á todos los
cuestión no da razón de la sed que atormenta á los sexos, todas fas edades, todos tos temperamentos, y á
enfermos, ni del saibor dulce do las oriñas.'fin. cuan los individuos robustos como á las personas débiles.
to ti los partidarios de la disaluoidulde la sangre, los Se halla en los fastos de la medicina la historia de
suplicamos que consideren qne«sW líquido conserva una diabetes precedida
viene del reblandecimiento de los
frecuentemente su consistencia matura!, oy; aun se •huesos: este hecho en apoyo de nuestra teoría,
¿re de la costra flogística; los liaremos observar ade y ñas lleva á creer que el virus diabético somete á la
mas bi duración do la enfermedad, y la integridad-de actividad de los vasos absorbentes los sólidos y los
4aa domas funciones durante su curso. fluidos. Hemos observado un caso igualmente esen
Pero si es fácil destruir las opiniones emitidas 60* cial,1 comprobado por otros prácticos: uno de nuestros
bre la causa de la diabetes, es difícil sustituirlas con enfermos esperímeiitó una erupción de pústulas ur
otra mejor. Creemos que vale mas confesar nuestra dientes y dolorosas en los muslos; la diabetes desapa
ignorancia que aumentar (as .hipótesis en perjuicio reció súbitamente, peró para volver largo tiempo
de la humanidad. . . después. La diabetes insípida y la diabetes decipiens,
Sin embargo, sometemos al juicio de nuestros "Ac no contrarían de ningún modo nuestra teoría: on la
tores la opinión que hemos formado en el examen primera, los vasos linfáticos no llevan mas que una
severo délas causas de la diabetes. Eu la rabia he pequeña cantidad de quilo á la masa de la sangre, ó
mos atribuido la hidrofobia á Un veneno animal, co bien este humor lácteo estando mas asimilado que en
municado al hombre por la saliva del perro rahioso, ■la diabetes sacarina, él sistema urinario no puede
ó desenvuelto espontátipatauule eu nuestra economía;, apoderarse de él; en el segundo ei quilo es vertido
veneno que obra do una manera especial sobre los rápidamente y en abundancia en las segundas vias,
nervios de la garganta: nosotros referimos oi princi y está menos diluido porque el enfermo no toma
pal síntoma de la diabetes, la sed iuestinguible, á taiilas'bebidus.
una causa que obrff'éri sentido ofioíestó sobre loi'mís» Los remedios que tienen mejor éxito en esta en
mos nervios, y sobre todo, á la actividad prodigiosa fermedad, por variados que sean, nos suministrarán
mente aumentada del sistema linfático. Esta opinión una nueva prueba en nuestro favor, si estudiamos su
descama eu un gran número de pruebas. 81 el veneno ráaiiera de obrar. En efecto, todos tienden á producir
252 BIBLIOTECA ECONÓMICA
una irritación opuesta á la que mantiene la diabetes, atacados de ella que los domas. Cuando se manifies
a efectuar un cambio en el estado vicioso de la sen tan los síntomas de la fiebre lenta, la enfermedad em
sibilidad de la garganta y de los órganos digestivos; peora rápidamente; pero algunas veces, sin embargo,
todos dirigen su acción especialmente sobre el sis se prolonga mas allá de un año. La hidropesía se de
tema nervioso abdominal , de donde se irradia sobre clara casi siempre en una época avanzada ; pero
todo el aparato sensitivo para reprimir la desordenada ¿ puedo cambiarse esta afección en diabetes aguda ?
actividad de los vasos linfáticos. Asi como los reme Hemos visto en el Instituto clínico un enfermo atacado
dios que aumentan la absorción disipan la hidropesía de una pleuresía reumática con diarrea y edema de
de una parte lejana por los cscrementos y las orinas, los pies, cuyo individuo fue|presa de la ascitis, y expe
del mismo modo la; sustancias que moderan su acti lió al principio una pequeña cantidad do orina : al
vidad en la diabetes apagan la sed , favorecen la per vigésimo dia llegó á ser copiosa esta escrecion , el
manencia del quilo y su elaboración en las primeras vientre se aplanó, y la sed y el hambre aumentaron.
vias, y hacen entrar en sus justos límites á la inhala Bien pronto su cantidad fue muy superior á ta de la
ción cutánea. Los que conocen la razón de la sed en bebida, y aunque la. diarrea siguió continua y abun
las enfermedades, no ignoran que un poco de bilis en dante, el enfermo escretaba quince, diez y ocho, y
el estómago , un alimento pútrido, acre, ó demasiado algunas veces veinte y cuatro libras de orina por dia,
salado, una cantidad muy pequeña de una sustancia cuyo líquido era pálido éinsípido. En fin, la diabetes per
venenosa, ó solamente un espasmo, un dolor violento sistió por espacio de sesenta y siete días con la misma
del abdómen , bastan para producirla. Se conocen intensidad, y la muerte acaeció en el último grado de
también los efectos que produce en la garganta y en marasmo. Hemos visto en muchos hidrópicos que se
el órgano de la voz la presencia de lombrices en el han disminuido espontáneamente las aguas en pocos
estómago y en los intestinos; se sabe que el poso de dias, por un flujo impetuoso de orina : estos enfermos
una ascárides al hígado por el canal colídoco ha de se hallaban extraordinariamente emaciados ; no les
terminado la hidrofobia. No nos sorprende, pues que quedaban mas que los huesos y la piel. Mientras se
algunos médicos hayan colocado á las lombrices en felicitaban de la curación de la hidropesía, la consun
el número de las causas de la diabetes en los niños, ción hacia progresos, y una muerte inopinada al cabo
porque en las afecciones verminosas aumenta comun do algunos dias, frustraba sus esperanzas y las de sus
mente la cantidad de las orinas, y este líquido toma amigos. Si no hubiésemos descuidado el examen de
un color blanquecino como el suero; por otra parte, las orinas, ¿habríamos quizás descubierto que no con
hemos visto á uno de nuestros diabéticos escretar con tenían solo fluidos acuosos, sino también la materia
los escrcmentos , antes y durante toda su enfermedad, nutritiva? No hemos visto nunca una verdadera dia
una cantidad increíble de ascárides vermiculares. betes crítica.
Pero la diabetes no es una afección particular á los 481. Tratamienio.— Como lascausasde la diabetes
animales; esta secreción y esta escrecion morbosa del son oscuras é inciertas, y los resultados del tratamien
principio nutritivo, déla materia azucarada, no están to no nos ilustran sobre la elección que debemos ha
tampoco reservadas esclusivamente á los ríñones. La cer entre los que se han propuesto sucesivamente,
corteza y las hojas de los árboles se cubren con fre nos limitaremos á esponer los remedios que han te
cuencia de jugos gomosos y traspiran un licor almi nido éxito en manos de los observadores, y á indicar
barado ; esta escrecion que atrae una multitud de in los medios que se podían intentar todavía contra esta
sectos parásitos, produce la consunción de los tron rebelde enfermedad. En ninguna ocasión es lan pobre
cos. Se han observado mas de una vez en el hombre la medicina como en el tratamiento de las enfermeda
sudores dulces como la miel , y nosotros sospechamos des contra tas que los teóricos preconizan una multitud
con razón que el sudor colicuativo presenta algunas de remedios. Se han alabado para la diabetes tan
veces este carácter. Se ha visto frecuentemente á la gran número de medicamentos, contrarios ios unos á
saliva adquirir un sabor muy dulce en las enferme los otros, que su multitud prueba su inercia.
dades; se conoce la dulzura nauseabuuda de los espu Según la idea que cada uno se ha formado de la
tos en los últimos momentos, t n un gran número de causa de la diabetes, se han propuesto á su vez los
tisis mortales ; la cerilla de los oidos , tan amarga ea estimulantes, los corroborantes, los astringentes, los
el estado de salud , ofrece algunas veces un sabor anodinos, los sedativos, los litontripticos, los estomá
azucarado. ¿La pérdida del principio sacarino y nu ticos, los diaforéticos, y en fin los autisépticos. Los
tritivo, en las diarreas crónicas que aniquilan las unos han puesto en uso el alumbre en polvo (1), ó
fuerzas, como la diabetes, nos daría quizás razondel en solución en el suero (2), dos ó tres veces al dia,
marasmo que es comunmente su consecuencia? desde un escrúpulo (13 decígr.) hasta media drac-
480. Pronóstico.— Lo que precede prueba cuán ma (2 gram.); el hierro, las aguas marciales por be
funesto es generalmente el pronóstico de la diabetes bida, la quina, la corteza de roble, el ruibarbo, la
verdadera. Existen, sin embargo, algunos casos dicho goma quino y auu la tintura de cantáridas (3), á la
sos que pueden reanimarnuestraesperanza, y nosotros
hemos curado á dos de nuestros enfermos. Pero (1) POLVO ALUMISOSO.
de veinte diabéticos cuya historia nos ha conservado
un célebre médico, no escapó ni uno solo; y do los K. Alumbre, una dracma=l gram.
dos que salvamos nosotros, aquel cuya convalecencia Goma arábiga, media dracma=2 gram.
parecía mas sólidamente establecida, y que después Móldese, hágase un polvo, y divídase en cuatro partes iguales.
de muchos meses de un régimen nutritivo aparentaba (2) SUEBO ALIHINOSO.
haber recobrado su gordura, murió al año siguiente, R. Leche de vaca, una librarrSOO gram.
de una recaída que sobrevino en el mes correspon llágase hervir en una vasija de barro, y añádase en seguida.
diente al de la primera invasión ; ol otro ha vuelto á Alumbre, una dracma=: i gram.
recobrar todas las apariencias de salud en el verano, Cuélese á través de un papel de filtrar.
estación en que su enfermedad esperimentaba antes
una remisión espontánea. La diabetes, como todas las (3) TINTUtA DE CANTARIDAS.
demás enfermedades, es mas peligrosa en les viejos R. Cantáridas trituradas, media on<a= 15 gram.
que en los jóvenes ; no nos parece demostrado, como Espirito de vino purificado, ana libra=ol)0 grao-
se pretende, que ios bebedores sean mas gravemente llágase digerir por espacio de tres dias y [íllrtsc.
DE MEDICINA Y CIWJjlA.—FRANK. 253
tlósis de cinco á diez gotas en agua pura, adminis dad, pero no tenia el sabor dulce. En otro caso la
trada gradualmente hasta treinta; en fin, el baño coexistencia de la diarrea no privaba A la orina rio
frió y el vendajo compresivo alrededor de los ríñones. esta cualidad; pero es de presumir que este líquido
Otros han recomendado el agua de cal, los desobs- hubiera tenido un sabor dulce mas pronunciado si el
truentcs, los amargos y las sustancias propias para vientre hubiese estado estreñido. Nosotros adminis
favorecer la digestión; los baños calientes, los diafo tramos indiferentemente en la diabetes diversas es
réticos; sobretodo, los polvos de Dower(l), adminis pecies de bebidas, entra otras la leche con azúcar.
trados por las tardes á la dosis de diez, veinte, treinta Habiendo preguntado á uno de nuestros enfermos
y gradualmente basta sesenta granos (5, 10, lü y 30 cuál era la bebida que le parecía menos perjudicial, y
decigr.). Se han preconizado también los remedios que apagaba mejor su sed, nos eontcstó que el vino.
propios para espesar la sangre, para envolver sus par» ¿Convendría en la diabetes la mezcla de aguardiente
ticulas acres; las sustancias dulcificantes administra con agua, como conviene para calmar la sed de los
das en leche; los mucilagos, las emulsiones con la segadores, y para reponer las pérdidas que ocasionan
goma arábiga, la goma tragacanto; los medicamentos el sudor y el íiujo demasiado abundante de orinas?
eapaces de prevenir la disolución pútrida; las prepa No sabemos que las bebidas acídulas con los ácidos
raciones de quina, que se consideraban como prefe minerales hayan producido el menor efecto. Los que
ribles á los ácidos minerales. En fin, se ha recurrido atribuyen los'ardores del estómago á las acedías pres
á las unturas oleosas sobre toda la piel, para cerrar criben el agua de cal mezclada con leche ; pero esta
los poros cutáneos y oponerse ú la absorción de la bebida no ejerce influencia alguna sóbrela enferme
humedad de la atmósfera. dad. Algunos enfermos parece que han obtenido mas
Entre tantos remedios opuestos entre sí, los autores ventajas de una emulsión de almendras y de goma
atribuyen el mayor número de lo¿ resultados felices arábiga. No hemos visto nunca que los baños tibios
a los polvos de Dower, á la tintura de cantáridas, y al escitcn el sudor, sino una ligera humedad en una
alumbre; pero los diarios de los prácticos no hacen parte. El opio no proporciona mas que un alivio mo
mención de ellos. Nosotros administramos á un enfer mentáneo. ¿Cambiarían los baños de vapor la activi ■
mo atacado de diabetes insípida, diez gotas de la dad viciosa de los vasos absorbentes, restableciendo
tintura de cantáridas, y las orinas corrieron en pe la traspiración? No hemos visto que las unturas oleo
queña cantidad, pero con dolor; suspendimos el re sas disminuyan la cantidad de las orinas. Como la
medio, y desapareció la disuria. El enfermo soportó estrema sequedad de la garganta parece depender del
mejor esta tintura la segunda vez que se hizo uso de estado de los nervios en esta enfermedad, ¿conven
ella; pero no se obtuvo ningún efecto ventajoso, por dría emplear el mercurio, ó provocar la salivación
que se hallaba en el artículo de la muerte. En otro, con esto remedio? Lo raro de la diabetos nos dispen
hemos llevado gradualmente la dósis hasta una drac- sará no haber resuelto las cuestiones que propone
ma (4 grana.) por dia: la emisión de las orinas se mos.
hacia sin dolor, pero casi tan abundante como antes Hemos estudiado cuanto lia estado en nosotros (1)
de haber empleado c) remedio. Uno de nuestros anti la historia y el carácter de la diabetes en todos los
guos discípulos ha obtenido dos veces un feliz éxito lugares en que por espacio de cerca do cuarenta y
deja aplicación de un vejigatorio sobre el sacro. En cinco años hemos practicado la medicina. Hemos di
una diabetes sacarina que había resistido al alumbre, cho (475) que en la actualidad la creíamos mas fre
á la tintura de cantáridas, á los polvos de Dower con cuente de loqueantes so pensaba, siguiendo la opi
el alcanfor, al cocimiento de quina y de simaruba, y nión general, y que reina en todos los países; pero
á la mirra con la de sal de Marte, hemos empleado quese desprecia porque no se presta bastante aten»
con la mayor ventaja el asafetida unida al estraeto cion á la cantidad y al sabor de las orinas. En efecto,
acuoso do mirra y la valeriana: el uso de este reme la hemos observado en las orillas del Rliiu, en Italia,
dio ha disminuido sensiblemente la cantidad de las en Austria y en la Prusia. Cuando fuimos llamados
orinas, y el cobre amoniacal á la dósis de medio á un de Italia á Viena en 1795, uno do los prácticos de
grano (5 centigr.) dos veces al día, ha producido la mas nombre en esta ciudad nos dijo, con gran sor
cesación completa de la diabetes: un régimen nutri presa nuestra, que en el espacio de nueve lustros y
tivo y sustancial confirmó la curación. aun mas no la había visto nunca entre muchos mi
Para repararla pérdida de jugos nutritivos, para llares de enfermos. Sin embargo, en diez añas se
satisfacer el hambre insaciable que atormenta á la ofreció á nosotros cuairo veces en esta metrópoli, y
mayor parte de los enfermos, y sostener las fuerzas dos en Rusia. Cuando Galeno, pues, asegura no] ha
durante el curso prolongado de la diabetes, es nece berla encontrado mas que dos veces; cuando Areteo
sario prescribir cierta cantidad de alimentos y esco la llama miraculum haud itaserpius hominibm usi-
gerlos entre las sustancias que abundan en principios tatum; cuando el ar^bo RabbU.Moyses dice no ha
alibles , sin cederlos á los primeros esfuerzos de la berla observado nunca en c'i occidoite, pero haberla
digestión. Esta función se ejecuta con mucha rapidez visto veinte veces cu Egipto en el intervalo de diez
od el mayor número de los enfermos; asi es que, años; cuando Astruc, cutre los modernos, afirma no
cuando los alimentos son ligeros y fáciles de digerir, haberla encontrado nunca; cuando Cullcn la ha ob«
ol hambre y los ardores del estómago no tardan en servado veinte veces en Escocia; cuando, en fin, Co-
renovarse, ó bien el quimo es diluido por las bebi hausen afirma que se han ofrecido frecuentemente
das, apenas sale do esta viscera, y arrastrado bajo ejemplos de ella en los viejos, y que se ven á menudo
la forma de flujo, do diarrea, sin reparación. En un personas de los dos sexos que adelgazan lenta ó sú
individuo diabético atacado de uu flujo de vientre bitamente, sin otra causa que una abundancia insó
muy abundante, la orinase escretabaeu gran canti- lita de orina, es permitido concluir que las opiniones
de los médicos están lejos de ser acordes en este pun
POLVOS DE DOWER. to. Pissini (2), que ha hallado ocho casos de verda
dera diabetes en Italia, se fundaba, pues, al decir
R. Tártaro titriolado en polvo, tres dracmas=lí grara.
Opio paro, nn escrdpulo=:I5 decigr..
Ipecacuana, un eserúpulo:=l 5 decigr. (t) Estas observaciones están sacadas délas 'Interpretaciones
■cíclese por medio de una trituración prolongada, y bagase bu polvo clínicas.»
■»J fino. 'UrttWt (S; •DUsertalio de diabete,» Hilan, 1054, pág. 27, 28,39.
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que la enfermedad no es rara, ó que la llamada asi de la bebida. Este diu sentía una sed mas viva que
por ciertas personas, no merece este nombre; aña de costumbre, lo que visto por uno de sus amigos le
damos nosotros que se está en la duda de saber si invitó á ir ú beber un esquisito vino de Falerno que
la semejanza de afecíones ha inducido á error i cien tenia de reserva. El enfermo no se contuvo, creyendo
tos escritores, ó si se debe mas bien atribuir A la cons de este modo satisfacer su sed; pero de vuelta1 á su
titución atmosférica ó á un cambio del género de casa la esperimeutó mas viva; fue mayor aun durante
▼ida la mayor frecuencia de la diabetes en el dia. la noche, en la que, despertado á cada instante, se
Van-den-Haar (i) dice igualmente que esta enferme veia obligado ú levantarse para beber agua Irte..
dad no parecería tan rara si los médicos se informa Viendo al cabo de tres ó cuatro días que el leñóme»
sen mas de la cantidad de las orinas. Sin embargo, no iba siempre aumentando , tomó ci partido de po
nosotros concedemos fácilmente que antes de] la épo ner cerca de su lecho un gran cántaro de agua, que
ca en que Willis observó el primero el sabor duke vació en el espacio de veinte y cuatro horas.
de la orina, antes de los trabajos de Home, de Dobson, Bien pronto la orina, que hasta entonces habia cor»
y de los químicos modernos, muchas secreciones de i-ido ea cautidüd módica, aumentó de tal modo, que.
orina mas copiosas que de costumbre, se haTi tomado la necesidad Je verterla se hacia seutir á cada ins
por diabetes, y también, que antes de las investiga tante. A esto se unió el hambre y la debilidad. El en
ciones de Cawley sobre la diabetes decipiens, los mé fermo se había ya apercibido, desde el principio de
dicos no sospechaban la existencia de esta enferme su mal, que el a patito habia crecido* hasta el ¡punto
dad hasta que veian á los enfermos escretar una can de que apenas le bastaba para apaciguado una canti-
tidad estraordinaria de orina, enflaquecer y esperi- dad doble de alimentos , y sus tuerzas se disminuían
mentar una gran sed. Sea de esto loque quiera, se de tal modo que casi no podía dedicarse á sus traba
ha esparcido unajnueva luz sobre esta enfermedad, jos. Al cabo do dos meses la enfermedad habia llega
y nosotros creemos que las nhservaeiones siguientes do á su mas alto grado. El enfermo esperímentaba en
no parecerán desprovistas de interés. tonces: una sed muy ardiente, qué no podra satisfacer
DlAÜETFS SACARIHA MÜT GRAVE BUHANTE LK ANO. — bebida alguna; sise abstenra de bebi-r , sentía bien
Un hombre de treinta y seis años había esperimentado pronto una estremada sequedad en la boca,, con est
en su primera edad infartos en las glándulas del cue tinción do voz y sensación intolerable. Hasta enton
llo, y frecuentes flujos de sangre por la nariz. El pri ces no se habia tratudo de comparar las orinas con
mero de estos síntomas desapareció del todo hacia los ' las bebidas ingerida-;, Pero pdr<poeo tiempo que «1
dlei y ocho años , habiendo el cuerpo adquirido poco enfermo permaneciese sin vaciar Su vejiga , esta se
á poco una complexión muy robusta ; pero el segundo elevaba pronto 'por encima de la pelvis ly distendía
continuó siempre. Las hemorragias eran tan copiosas el hipogastrio. Enmedie de estos síntomas, la piel os
y tan frecuentes, que se repetían tres ó cuatro veces laba siempre muy -seca y sin la menor trásade sudor;
á la semana, ó dos ó tres veces al dia , y la cantidad pereza insólita , inercia casi continua; apenas- se es-
de la sangre variaba desde algunas onzas A muchas li poma ai aire sentia ligeras horripilaciones; tristeza,
bras. Este estado de cosas persistió sin cambio algu morosidad; demacración general",' parecía no quedar
no hasta la edad de treinta años. El flujo de la Sangre al enfermó mas que la piel y los huesos , y se hubiera
por la nariz, no era precedido ni seguido de ningún ! dicho que todas sus carnes se habían convertido en
Fenómeno morboso; la cabeza se hallaba siempre li orina.
bre; no existia debilidad alguna, y el rostro estaba Desde la primera aparición de la sed habia cesado
animado. Hacia veinte anos que un tercer fenómeno la sensación latigosa'de ardor en el pecho., para dar
se habia unido á los otros dos: todos los dias, des» lugar Auna pesado*' de estómago <poco tiempo des
pues dé la comida, sentía un calor ardiente, que pués ;de la comida. El enfermo no podía mantenerse
empezaba en la boca del estómago y subía poco A en pie; cuando permanecía 'acostado, desaparecía.*!
poco al pecho, donde se convertía en un arder de los sentimiento de pesadez. Los'flujos de sangre por la
mas Incómodos; entonces sobrevenía una salivación nariz , menos abundantes y mas raros al principio,
abundante, y el enfermo se veia obligado A dejar su acaburon por cesar enteramente/ No habia erecciones
trabajo; hacia un poco de ejercicio, ó bebía aguafria ni eyaoulaciones.
para disminuir la sensación de ardor en el pecho, En este estado, el enfermo consultó al ííb é un ci
pero nada le aliviaba mas que el decúbito. Apenas rujano, que creyó deberloí sangrar*. La enfermedad
habia permanecido una hora acostado, cuando se en no hizo mas que empeorar, y el paciente usó por es
contraba restablecido y en estado de volver A sus ocu pacio de tres raesetfel7 agua y la leche. La sed con
paciones. Este síntoma se repitió diariamente por tinuó siempre. Se lo prescribió la pulpa de casia,
espacio de veinte años, y siempre A la misma hora; que no prbdujo efecto alguno; de manera que por
es decir, dos después de comer y una después de espacio de mucho tiempo rechazó'el' individuo los so
cenar; mas órnenos fuerte, segün la mayor ó me corros del «rte. Se le ordenó, en Un, que tomase
nor digestibilidad de los alimentos. Al cabo de cinco caldo , pan mojado eu leche, y berros, cuyes medios
años, los escrementos salieron mezclados con nume no produjeron efecto alguno. El enfermo <pflsó! de este
rosas ascárides, y habia prurito en el ano, tenesmo, modo dos años ,- Siendo siempre igualen la sed , el
Y frecuente? hemorroides mucosas. Por lo dornas, el hambre, la sequedad de la piel y la debilidad, aun
individuo estaba fóhrfáte , bien alimentado y alegre, que con grados 'diferentes, '-según las variaciones dol
dormía bien , y en una palabra, gozaba de btttftta sa tiempo. En el Verano la sed disminuía basta el1 pUñto
lad. Pero hace dos'af):>« y algunos meses que arrojó de basUr la mitad de la bebida; pero el han»*»* j 4k
por la cámara una cantidad prodigiosa de lombrices, debilidad aumentaban -mucho. En la proximidad del
reunidas en manojos y mezcladas con un liquido otoño. In sed se duplicaba, pero el hambre y la de
acuoso. Con gran sorpresa suya espenmentó una sed bilidad eran menores. En el tiempo lluvioso so veia
no acostumbrada , con sequedad do la boca, saliva obligado el euferinu « beber mas del doble de ígpa.
blanquecina:', viscosa y espumosa, y bebió muchos La sed variaba según las horas del dia : era menos
vasos de agua fría. Un dia de fiesta vinieron sus fuerte por la mañana; mus considerable después de
amigos A buscarle'. L para Tentregarse con él al***placer comer, y mas intensa por la noche que m cualquier
' 'Ú»ift tiempo, ' , , - , i
(1) ' tSirarilttUf "As«Hei*Mr''Abl»o4lB«geii> t. VTft':ji4f\-*l. Dos meses antes de su entrada en el hospital de
DE MEDICINA * CflHWÍA.—FRANKj 2Ü5
iendo en el mismo grado todos los qoes que se reunieron en una sola superficie, por me
'¡no ea cada muslo una pústula ar dio do una incisión. El absceso de las nalgas produ
dorosa, que se convirtió pronto en úlcera, jo un gran cambio. La sed y el hambre parecieron
clararon eu los miembros inferiores muchas aobarse casi del todo; en el' espacio de veinte y cua
i análogas, dando un pus abundante. En tro horas no bebió el enfermo mas que cuatro libras
de su admisión (el 17 de abril da 1701), de agua, y solo llenó dos veces de orina la escupide
ademas de estos diversos síntomas presentaba el en ra. No habia casi calor por la tarde, y el pulo ape
fermo un poco de soñolencia ; pero apenas cerraba nas era frecuente. El enfermo durmió toda la noche
los ojos, cuando le despertaba la necesidad de beber; y tuvo dos veces un ligero sudor. Las orinas espar
raras veces podia dormir una hora seguida , y mas cían un fuerte olor amoniacal. Habia hecho tres de
raras veces dos. Defecaba, sin embargo, diariamente, posiciones por dia. Se volvió á prescribir la mistu
espelieudo siempre ascárides. Pulso lento y casi na ra de Griffith, disminuyendo la dósis de la sal de
tural por la -mañana; mas frecuente siempre y un ajenjos.
poco lleno por la tardo, con ligero aumento de calor El 28, igual estado de la sed, de la bebida y de la
en la piel. Nada de> flujos de sangre por la nariz des orina; cara mas dSigrc, pulso casi natural, y muy po
de hace diez y ocho meses. Debilidad tal, que el en co calor por la tarde ; sueño bastante tranquilo y
fermo no podia tenerse sobre sus piernas, y necesi prolongado ; dos deposiciones líquidas , y nada de
taba que lo ayudasen para ir al sillico. Las orinas sudor. Como la diarrea no tardó en aumentar, se
tienen un sabor algo dulce; son límpidas y de un suspendió la sal de ajenjos á los dos dias.
amarillo pálido; raras por la mañana, abundantes por Desde el 1. ° al 8 de marzo, fue muy satisfactorio
la tarde , y mas aun por la noehe, circunstancias que el estado del enfermo ; pero en esta época hubo do
guardan una relación perfecta con la sed. La orina lores mas vivos en las úlceras de las nalgas y de los
conservada no deposita sedimento alguno ni contrae muslos, un poco de sed, y frecuencia del pulso por
ningún olor. la tarde. Estos síntomas desaparecieron al cabo de
Iil 1 8, el enfermo bebe por la mañana cuatro libras cuatro dias, y el enfermo se sintió aliviado bajo todos
de agua, por la tarde nueve, y por la noche tre aspectos.
ce, escretando casi la misma cantidad de orina. Las El 20, menos sed; la mitad de la cantidad de bebi
emisiones de este líquido no son tan frecuentes como da basta; la proporción de las orinas es la misma.
se hubiera podido creer, y no las acompaña nin Desde entonces hasta mediados del mes de abril
gún ardor. El enfermo se queja de vértigos no permnneció el enfermo en la clínica. Durante oste
acostumbrados; prurito, hinchazón y dolor en el ano; tiempo se curaron las úlceras y no quedaba síntoma
ventosidades á las cuales ha estado siempre sujeto. alguno de enfermedad : en efecto , la sed era casi
Hay que observar que la sed es menor de lo que era ninguna; de manera que la cantidad de las bebidas y
antes; el hambre ha disminuido también , pues le de Jas orinas apenas se alejaba del estado natural ; el
basta ahora la tercera parte de los alimentos que apetito aumentó, las noches fueron muy buenas, y se
consumía en otro tiempo. Permaneciendo acostado restablecieron la gordura y las fuerzas.
no siente pesadez de estómago después de haber co El enfermo vo'vió á su casa y este estado de con
mido. Las palmas de las manos y las plantas de los valecencia persistió durante quince dias. Pero en el
pies están ardientes : el calor aumenta hácia la no mes de setiembre la enfermedad cambió repentina
che, la cara sa pone algo encendida, y el pulso es mente de aspecto, y los antiguos síntomas reapare
mas frecuente y un poco lleno. Las noches son agi cieron mas graves. Volvió la sed inextinguible, que,
tadas, y el sueño no dura mas de medía hora. Se ad aunque continua, esperimentaba, sin embargo, en
ministra un poco de opio, que procura tres ó cuatro ciertas horas aumento y diminución. Apenas des
horas de descanso. La sed es menos .viva, y basta la pierta el onformo, es atormentado por ella hasta el
tercera parte de la bebida; pero el calor y la fiebre mas alto grado; bebe entonces mucho, y el deseo de
anmentan un poco. Kn los dias siguientes, reapare las bebidas cede al cabo de dos horas. Dos después de
cen las úlceras que estaban cicatrizadas, y supuran la comida, la sed aumenta de nuevo, aunque no tan
abundantemente. to, y lo mismo tiene lugar dos horas después de la
Las orinBs, examinadas por José Frank, exhalaron cena. La cantidad de las bebidas ingeridas corres
mucho ácido carbónico después de haber estado ponde á la intensidad de la sed , que es tal, que á ve
abandonadas por espacio de muchos dias. Mezcladas ces no bastan seis azumbres de agua. A esta ingurgita
con un poco de levadura y sometidas á la destila ción del líquido suceden compresiones en la región
ción , dieron alcohol (algunas onzas por veinte libras precordial con tensión y pesadez del bajo vientre, bor
de liquido), y cada libra suministró media onza de borigmos y cólicos, accidentes que cesan todos á la sa
azúcar. lida de una copiosa cantidad de orina.
Con respeeto á las causas, el enfermo no recorda La secreción urinaria corresponde menos con res
ba ninguna, á no ser un gran susto que esperimen- pecto al tiempo, á la sed y á las bebidas tomadas. La
tó tres meses antes. El hígado, en el que algunos sed se halla en el mas alto grado por la'mañana, es
autores han colocado el asiento do la diabetes, no menor por la tarde , y poco marcada por la noche,
'a ningún vestigio de intumescencia. El enfermo mientras que el enfermo orina poco por la mañana,
' ' i oslado su|eto ni á espasmos ni al lumbago. mas por la tarde y mas aun por la noche; lo cual di
">ióla poción de Grifíith , que, alabada sin fiere mucho de lo que habia tenido lugar anles del
la tisis pulmonar, no debia despreciarse otoño; ademas, el color de la orina es un poco mas
;tc caso. Pío tardó en seguirse á ella una diarrea subido, aunque conserva siempre un gusto algo dul
que acrecentó mucho la debilidad. Nos vimos, pues, ce. Hay propensión incesante al sueño, lo que se es-
obligados á suspender !a mistura por btgim tiempo; plica siu trabajo por la necesidad continua de beber
el individuo esperimenló ademas fuertes dolores en ó de orinar, que no permite dormir mas que cortos
las nalgas, que no tardaron en hincharse; la fluctua intervalos.
ción llegó á ser manifiesta en el tumor, á la ífeeHúra En este oslado de cosas, el cuerpo adelgaza de
del cual corrió una prodigiosa cantidad de pus muy nuevo , los ojos se hunden, la piel se pega á los
fétido. Las úlceras de los muslos, de mal color, da huesos, y una debilidad estremada impide la marcho;
ban poco pus da apenas puede ol enfermo levantar las piernas ni do-
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ledos, y los pulgares de las manos y de los co, y es la de que raras veces se hallan enfermos
pies se hallan sobre todo entorpecidos é insensibles. que consientan en no alimentarse mas que de carne
Sentía los miembros corno quebrantados, y la dobiii- por espacio de un año y mas ; nosotros hemos visto
dad no tardaba en acrecentarse durante algunas ho- en Wilna á un jóven diabético, en el que este régimen
_ ues de la comida. Un cambio notable se ha habia hecho efectivamente desaparecer el sabor dulce
bía efectuado especialmente en la vista, que antes era de la orina, pero que al cabo de tres semanas rehusó
escelente; no podia distinguir á diez nasos ningún someterse á él por mas tiempo, y volvió á padecer de
objeto, y había, por último, un poco de fiebre por la enfermedad , desde que empleó de nuevo los ve»
la tarde, y gran sequedad en la piel. No hallaba el getales.
enfermo bebida alguna quo pudiese calmar su sed, La larga duración de la afección es la quo ha hecho
mas que el vino y la leche. incompleta la observación cuyo detalles acabamos do
A fines del invierno disminuyeron todos los sínto presentar. Esta observación parece, sin embargo, dig
mas, y las funciones volvieron á adquirir su regulari na de atención: se notará desde luego que los ilujos
dad; espansion de ánimo, alegría, apetito; pero el de sangre por la nariz, é los que el enfermo habia es
enfermo tiene repugnancia á todefflos alimentos se taco sujeto desde su infancia hasta la edad de trein
cos. Obra diariamente y no siente dolor alguno. No ta años, llegaron á ser mas raros y menos abundantes
le quedaba mas que la delgadez y la debilidad. Con poco después que se declaróla sed, y acabaron por
eran sentimiento nuestro, ignoramos lo que después desaparecer enteramente. .No se negará que la supre
lo acaecería. sión de una secreción sanguínea tari copiosa y casi
No carecemos de ejemplos de diabetes periódica (1). diaria no haya podido ocasionar la de una orina mor
Hé aquí uno que tomamos de nuestro propio diario. bosa, puesto que no se ignora que esta causa produ
A principios de noviembro de 1789, fue un hombre ce algunas veces la hidropesía. Otro fenómeno no
sobrecogido de repente de un frió, al que sucedió menos notable es la sensación de ardor, do quema
un calor mediano; ligera cefalalgia, sed iiieslinguible, dura, que esperimentaba en la boca del estómago
amargor de boca, borborigmos , dolores de vientre, después de haber comido. Esta sensación es efecto de
y constipación. Al día siguiente por la mañana se una debilidad del estómago, propenso á segregar áci
disipan todos estos síntomas; pero reaparecen á la dos, y los que atribuyen la diabetes á una falta de
misma hora. La fiebre sigue el mismo tipo durante asimilación de los alimentos (1), no dejarán de apo
muchos dias; después no se observa ninguno, y repite yarse en ella. Es necesario también atender á los
ya por la mañana, ya por la tarde, sin que esperimen- síntomas que las aocárides provocaron en el ano, á los
te siempre remisiones manifiestas. ¡Dos meses se pa cuales no serán indiferentes los que atribuyen casi
saron de este modo, disminuyendo siempre las fuer todas las enfermedades á las lombrices. En fin, se de
zas. La sed es tan viva, que no bastan veinte ó veinte be también considerar como circunstancia de gran
y(cuatro libras de agua para apagarla, sobre todo por peso el terror que el enfermo esperimentó ai espeler
la' noche. Las orinas son muy abundantes , pero no inopinadamente paquetes de vermes, cuya salida fue
esceden á la cantidad de las bebidas. Un dolor lijo y bien pronto seguida de una sed insólita. Los parti
violento se presenta en la región umbilical, y dismi darios del humorismo podrán ver también en las úlce
nuye al cabo de veinte y cuatro horas. Pronto sobre ras que sobrevinieron en las piernas y en el vasto
viene otro en las pantorrillas. El 1.° do marzo de absceso de las nalgas, una metástasis propia para es-
1700 entró el enfermo en la clínica de Pavía. El 10, plicar el alivio que se esperimentó en la enfermedad
no queda ninguna duda acerca de la existencia de la principal.
diabetes sacarina. El 23 de junio volvió al seno de su Sin embargo, la mayor parle de estas causas son
familia el enfermo convaleciente. En el mes de no demasiado comunes para esplicar suficientemente una
viembre reapareció la diabetes, y ocasionó la muerte enfermedad tan rara. El número de los individuos
fiaría el fin del mes siguiente. Algunas semanas an que por espacio de años enteros pierden mucha san
tes do la catástrofe, corrieron las orinas en pequeña gre por las narices, por el pulmón, por el recto ó por
cantidad y con grandes dolores. él útero, es inmenso, y sin embargo, la mayor parte
Concluimos de esto, que se no está nunca seguro de de los médicos, aunque antiguos en la práctica , no
la curación de la diabetes hasta que no haya pasado conocen las diabetes mas que de nombre. El desen
un año y mas, sin que la enfermedad vuelva á apa volvimiento de ácidos en el estómago no es una cosa
recer. Esta larga duración, que puede estenderse á rara en las personas débiles; pero no provoca ó menu
tres y cuatro años y aun mas, es causa deque se llegue do el hambre, y mas bien da lugar á un desao de co
raras veces á obtener una historia completa , ya en sas estrañas ó poco capaces de alimentar; y la difi
los hospitales, ya en la práctica particular. En efec cultad que la viscera esperimenta en desembarazarse
to, los enfermos no pueden ó no quieren permanecer de estas sustancias insólitas, no tiene nada de común
muchas años en los hospicios, y la impaciencia que con las vueltas rápidas de apetito, que se observan en
esperiment^ii de sufrir un tratamiento casi siempre los diabéticos. Siempre que hemos preguntado á los
inútil, hacen que vayan de médico en médico, de ma que han entrado en la clínica, atacados de diabete, si
nera que ninguno puede seguir todo el curso do la tenían un gusto agrio en la boca, nos han respondido
afección; pero después de lo que hemos escrito sobre negativamente. Dos enfermos de que habla Home no
la diabetes, con arreglo á una esporiencia mas esten ofrecían nada semejante, ni tenían tampoco el vien
sa que la de muchos médicos, aun mas antiguos que tre tumefacto. Los vermes determinan algunas ve*
nosotros en la práctica, ha salido á luz una escelen ees la diarrea en los niños, y aunen los adultos, pue
te monografía de esta enfermedad (9): se ha llegado den influir también en el aparato urinario por el es
también á un método mdjor de tratamiento, que con tímulo que ejercen sobre los miembros abdomina
sis le en una abstinencia absoluta de vegetales. Sin em les ; pero las diabetes que so citan en los niños
bargo, una gran dificultad se presenta aquí al inédi- á causa de la dentición ó de las lombrices (i), pare-
ka, De diabele comuicntarius , p. 11.—Butler, Tieatisu t Plajee. Diss. de veía diabelis causa ¡u defeclu assiuiilulioiii»
coaub.
■ . Cases of tUc diabetes mel)ilus, landres 1TOS, según i(ua remla. tolinga, I7SÍ.— Usier. KxereiU med. de iuorbi¿ ciiroa.
p, 71.—tullen, Tratado du medicina practica, párrafo 14 IS y olro=,
i Furstenau, Act. pliv<. incd., val. V, obs. 61, p. 810.
DE MEDICINA T CIRUjU.— FRANK. 257
cen haber sido mas bien un acrecentamiento de la ees mas de lo que ha bebido; la secreción es menos
secreción de la orina, que un estado anormal de este abundante, la sed menos viva, y el dolor casi nin
líquido. En cuanto á los que atribuyen lu causa de guno. El 9, el enfermo, que había bebido la víspera
la diabetes á los espasmos, lian tomado por esla enfer dos cántaros de agua, y espelido doce libras de orina,
medad otra del todo diferente, y es el flujo abundante de color de leche, siente algunos dolores en los lomos.
de orina límpida que se observa & veces durante un El 10, ocho libras de oriua , un cántaro de bebida,
ilia ó dos en los histéricos (1). También el terror nadado sudor; desde largo tiempo la oiina es siempre
provoca á menudo la escrecion de la orina, como la mas abundante por la noche; no hay dolores. El 11,
de materias alvinas, sin alterar su carácter, ó todo lo casi doce libras de orina parecida á suero; ningunos
mas de una manera momentánea. Nosotros hemos di dolores. El 12, cerca de doce libras de orina, y nada
cho ya (479) que una erupción de pústulas ardientes de dolores. El 13, sed grande , diez Híbras de orina,
y dolorosas en los muslos fue seguida de la desapari sin dolores. El 14 , bebe el enfermo cinco libias de
ción súbita de la diabetes en uno de nuestros enfer agua , y escreta diez y ocho de orina; esta es mas
mos, y se puede ver en esto una metástasis, de la que colorada, deposita un sedimento blanco , y continua
citan muchos ejemplos los autores (2); pero hemos siendo segregada efl^mayor cantidad á las inmediacio
añadido que la enfermedad repitió largo tiempo des nes de la noche. El lo, cinco libras de bebida y diez
pués. En efeclo, como un año antes de la erupción y seis de orina; esta ofrece un sedimento blanco y
de estas pústulas, la diabetes había casi desaparecido mucoso semejante á la crema; nada«de dolores. El 16,
bajo la influencia de los calores del estío; no se puede cinco libras de bebida y veinte y tres de orina; el eu •
decir que ellas contribuyeron á producir ó a acelerar ferino lia tomado ademas caldo y vino a la comida;
la suspensión de la enfermedad principal, y esta me no hay dolores. El 17, cinco libras de bebida y diez
joría tan pronta debe ser atribuida á un carácter de y seis de orina. El )8, cinco libras de bebida y diez
periodicidad. Confesamos ademas que esta periodi y ocho de orina. El 19, cinco libias de bebida y vein
cidad nos parece tan inesplicable en estos casos como tiuna de orina; por la tarde un poco de calor, pulso
en todos los demás. Continuamos, pues, creyendo que frecuente, y sequedad en la boca. El 20, cinco libras
la diabetes debe ser atribuida á una anomalía de la de bebida y diez y ocho de orina. El 21, cinco libras
absorción, la cual se apodera con demasiada avidez de de bebida y diez y seis de orina; hasta aquí no se ha
los principios sacarinos del quimo, antes de su com empleado mas que una medicación, por decirlo asi,
nieta elaboración. Esta teoría se resiente sin duda de negativa. Se empiezan á administrar diez granos,
la patología humoral; pero al rechazar el humorismo, (3 decígr.) de alumbre con azúcar cada dos horas. El
no podemos negar siempre y en todas partes la in 22, la sed lia disminuido un poco, el enfermo bebe me
fluencia de los humores del cuerpo humano. nos, pero ospele diez y uueve libras de orina. El 23, la
Diabetes quilos*.—Un hombre de setenta años de sed es la misma que la víspera, y la cantidad de las
edad, sintió un gran dolor en las últimas vértebras de orinas sube á diez y siete libras ; sobrevienen cólicos
los lomos, ocho dias después do.haher llevado un fardó que duran poco. El 24, trece libras de orina, nada de
muy pesado, y entró en el hospital de Pavía en el cólicos. Se administran quince granos (8 decígr.) da
mes de junio de 1791, donde fue atacado de Qebre con alumbre cada dos horas, y suero con alumbro por be
exacerbación cotidiana liúda la mitad del día. Los bida. El 2b, diez y ocho libras de orina; veinte gra
baños y otros remedios parecieron volverle la salud; nos (1 gram.) de alumbre rada dos horas. El 26, diez
pero al cabo de un mes hubo do nuevo un poco de y ocho libras de orina ; veinte y cinco granos (13
dolor, con una fiebre ligera que se renovaba después decigr.) de alumbre cada dos horas, ademas del sue
de cortas remisiones. En iin, los dolores volvieron á ro. El 28, trece libras de orina , algunos cólicos,
tomar su asiento primitivo, pero eran lancinantes, constipación; inedia dracma (2 gram.) do alumbre.
pungitivos y muy violentos, al mismo tiempo que la El 29, la misma cantidad de orina; treinta y cinco
fiebre esperíinentaba todas las lardes una exacerba granos (18 decígr.) de alumbre. El 30, diez y ocho
ción. Estos dolores disminuyeron por espacio de cua libras de orina; cuarenta granos (21 decígr.) de alum
tro días, sin cesar del todo, y la liebre continuó. Al bre; nada de cólicos ni de constipación. El 31, casi
dolor de riñónos correspondían otros eu el hipogas las mismas orinas; no se dan masque cuatro granos
trio, acompañados á veces de prurito en el pene; pero (2 decigr.) de alumbre en suero. El 1.° de noviem
lo que merecía mas atencioü era una gran sed con bre, por la tarde, un poco de liebre con dolores en la
flujo copioso do orina , y una notable demacración. vejiga y en los lomos, y sed mayor. El enfermo vierte
La orina tenía un gusto algo dulce. Ocho ventosas veinte y cuatro libras de orina ; hay constipación y
escarificas eu los lomos, un vejigatorio, un purgante cólicos. Se suspende el alumbre y se ponen dos ve-
á causa del amargor de la boca, y cocimiento de ce jigalorios en los lomos. Los síntomas de la diabetes se
bada por bebida. Los dolores disminuyeron, y el en reproducen, y el enfermo deja el hospital, ignorándo
fermo hizo muchas deposiciones. El apetito es bueno. se lo que le haya acaecido después.
La sed y [a abundancia de las orinas continúan. Según la violencia esterior que habia prece
El o de o tubre el enfermo escreta mas de quince dido á la enfermedad , y según los primeros fe
libras de orina, de color lácteo; esperimenta menos nómenos morbosos, hubiera sido menos de espe
sed en este día , pero los dolores en los ríñones y en rar una diabetes que una nefiitis ó una espinitis
el hipogastrio son los mismos. El 6 , orinas menos traumática. Hemos dicho (477) que la mezcla de pus
abundantes, sin sabor urinoso, pero también sin gusto con las orinas puede tomarse por quilo ; sin embargo
dulce, mas espesas y mas encendidas ; los dolores he citado la observación cuyos detalles se acaban de
son menos vivos. El 7, el enfermo ha orinado dos ve- leer , como un hecho según el cual no negaba la
existencia de la diabetes láctea. Si se recuerda la
1 Ilichlor , Chirurgische BermerKungen, l. IV, p. 7ti, 77, 80, persistencia del apetito, la gran sed , la abundancia
81 y Si.—Nicolal, Programa de (Jubete ei spasmo. Yena,177i. cotidiana de la orina algo dulce por espacio de dos
—TruKa, loe, tit, p. «, U.
i TrnKa cita, p. lOi-114, muchos ejemplos de diabetes motas- meses, la enervación do un cuerpo antes robusto,
latica; indica uno (De leucorrluea, p. 131) en que fue producida síntomas principales de la diabetos sacarina, y sobre
pur
Jt aladiabete,
supresiónp. de la leucorrea.—Toraassini
G) habla dt una joven sujetaStona
á raggiunaia todo, el color blanco de las orinas y su sedimento
la vista ol cuadro
flujo celiaco uri
ll1**
•>;>í/áB¿K>TÉCíA' tccfaósteí'
258
Uario do los autores (1) Pero considerando por otro virJ al uso del agua. Tres años se pasaron de este
lado que cinco libras de agua bastaron muclios dias modo, al cabo de los cuales volvió á las montañas,
para apagar la sed, que el 6 de octubre las orinas, donde fiel al mismo régimen, vivió saludable por es
aunque desprovistas ele su sabor propio , no estaban, pacio de otros doce anos. La cantidad de las orinas
sin embargo, azucaradas (2) ni límpidas, y que este no cscedia á la de las bebidas. En el mes de noviem
dia, como también el 14, estaban encendidas, colo bre de 1788 esperimentó de reponte, y sin causa cono
radas y espesas, se estará tanto mas dispuesto á du cida, una sed inestinguible ; para apagarla bebió tres
dar de la diabetes, y con mayor razón de la chyluria, azumbres v mas de agua, y de media á una azumbre
cuanto que la carga del fardo determinó un gran do de vino, lil apetito aumentó igualmente, hasta la
lor y una liebre, sujeta á exacerbaciones cotidianas, voracidad. Sin etnbargo, ningún cambio habia so
que al cabo de un mes sobrevino una fiebre le,nta, brevenido ni en la secreción urinaria ni en el esta
con dolor lancinante y mas vivo en los lomos , y en do de las fuerzas. Al (in llegó á apercibirse el enfer
fin, que este dolor, que correspondía desdo los ríño mó de que la cantidad de las orinas aumentaba, sus
nes al hipogastrio y producía un poco de prurito en fuerzas se disminuían , y su gordura iba desapare
el pene, disminuyó algún tiempo antes que las ori ciendo. Un mé lico le aconsejo pildoras de jabón, que
nas lechosas. A la verdad, no hubo aquí ni los vómi no produjeron efecto alguno, como tampoco una
tos que acompañan do ordinario á la nefritis, ni la emulsión de almendras preparadas con caldo. A los
parálisis de los miembros inferiores que se junta casi síntomas ya existentes , se agregaron sed ardiente
siempre á los abscesos internos de la porcioo lum continua , orina que cscedia á las bebidas , debilidad
bar do la espina; pero la ausencia de estos síntomas y emaciación, > una fiebre lenta hácia la tarde. Esta
no prueba que no hubiese supuración en los ríñones liebre fué al principio ligera; pero hácia el fin de
ó en el raquis, y el prurito en el pene es un testimo abril llegó á ser mas fuerte, con dos accesos cada
nio nada equívoco de afección de los ríñones ó de la dia: el primero era después de la comida y no dura
vejiga, aunque el enfermo dijese que sentía el dolor ba mas que una hora; el otro, mas fuerte, hácia media
en las últimas vértebras de los lomos. Lo que nos noche, se terminaba al cabo de dos ó tres horas
lleva aun mas á sospechar uua supuración interna, or un poco de sudor en la frente. Se presentó un
ademas de la diabetes, es que Ruysch (3) ha descrito olor intercurrentc en el sitio en que el ángulo in
ya dos casos semejantes; es decir, dos casos de abs ferior del homoplato izquierdo toca á las costillas;
ceso renal con la diabetes. Según esto , nos hallamos tos seca, irritación en el pecho, correspondiendo d
tanto menos impulsados i admitir aquí una diabetes este dolor que so exasperaba por las inspiraciones
láctea ó quilosa , cuanto que una materia purulenta profundas y el decúbito sobre el lado izquierdo. El
ó mucosa mezclada en abundancia con la orina, pue enfermo habia tomado aversicn á los alimentos se
de pervertir tanto el olor como el sabor de esta , y aun cos; no apetecía mas que las cósas húmedas. Los mé
ciarle un gusto algo dulce. dicos á quienes consultó, atribuyeron su mal á un in
En medio de todas estas dudas, se pregunta si en farto del bazo, del que*, sin embargo, no existia ves
la diabetes misma la cantidad de las orinas escede tigio alguno, v en su consecuencia le administraron
realmente á la de las bebidas. La cuestión está re fundentes. La "débil idad , la emaciación y la sed fué
suelta por el hecho precedente. Aunque se hubiese ron siempre creciendo; eh el mes de mayo la fiebre
referido por el simple golpe de vista , sin recurrir llegó á !ser casi continua , invadiendo después de la
al peso, no era dudoso que la cantidad de las orinas comidaj aumentando hácia la mitad de la noche, y no
superaba constantemente en mucho á la de las bebi calmándose hasta por la mañana. Se practicó una
das ingeridas. Otros casos coufirman el hecho. Un sangría. Por espacio de dos ó tres dias cesó la fiebre
enfermo, muerto en el hospital de Edimburgo en y el dolor, y el apetito y las fuerzas parecieron vol
Í778, escretaba doce libras de orina aunque no be ver; pero esta mejoría engañosa duró poco, y la sed,
biese mas que cuatro de agua , y Cullen refiere que síntoma principal de la enfermedad, no habia dismi
la orina escede siempre en un azumbre á la bebida. nuido nunca. La fiebre y todos los accidentes reapa
También en una jóven de que habla Tommasini , la recieron, pues, muy pronto. Se practicó otra sangría
cantidad de las orinas fué siempre doble de la de las del pie; la sangría se cubrió de una costra espesa y
bebidas. blanca. So prescribió el cocimiento de quina con
Sin embaigo, este esceso de las orinas sobre las leche. Estos medios no produjeron ningún resultado,
bebidas no nos parece que constituye un carácter como tampoco un purgante. El enfermo entró el 31
constante de la diabetes, como hemos notado y como de mayo en el hospital de Pavía , en el estado si
han dicho ya también Rollo y Cawlcy. guiente: sed intensa, liebre lenta, dolor en el pecho,
Diabetes con dolor plkuritico. - Un labrador de los, aumentada por el decúbito sorjre el lado izquier
treinta y seis años de edad, antes robusto, saluda do, emaciación , gran debilidad , hinchazón de los
ble y grueso , y sobrio en los alimentos y bebidas, pies, y Orinas copiosas, pero que se examinaron po
abandonó una colina en la cual habitaba, para venir co; toda la atención se fijó en el pecho. Agua con
á establecerse á las márgenes del Pó\ Uno de sus pa goma y ojimiel por bebida. Al cabo de algunos dias
rientes, cirujano, le aconsejó que usase mas del vino, se notó que después de haber tomado diez y seis
para conservar la salud de que gozaba. Conforme á líbrasele liquido , él enfermo habia espelido veinte y
esW consejo , empezó á beber un azumbre y mas al siete de orina: desde entonces rio fue dudosa la exis
dia, pero el deseo y la necesidad de beber aumen tencia de la diabetes, y se administró el suero con
taban en él á cada paso. Viendo al cabo de un año alumbre ; pero como se siguieron vómitos y otras
que la sed aumentaba, y previendo mal de esto, vol- incomodidades, se prescribió el agua de cal con le
che por bebida, y la quina en polvo.
1 Trnka ÍCommenl. de diabete, c. ), p. 8, 9) lia reunido muflios Bajo la influencia de este Iralamienlo se mejoró
ejemplos de diabetes quilosa d láctea. Pero este auior no babia poco á poco la enfermedad; la liebre disminuyó pri
visto nnnra la diabetes. Se lia comparado esla variedad al (lujo mero, v no hubo mas que un ligero'calor hácia la mi-
ccliaco, y Eltmullcr (Colleg. praclir.. aecc X, e. I, art. 3) le liara j tad.de la uoclie; desjiuesvolvicron iasfuerzas y des
■■flujo celiaco urinario..
2 No ha llegado á nuestra noticia que 'a 01 ina de este enfermo apareció el i nüuqu' cimiento: la cantidad de las orinas
•e sometiese a I» evaporación v al eximen quimicO. para saber si disminuyó de dia en dia, y bajó sucesivamente á diez y
«ontcnia realmente azúcar. nueve, catorce y diez libras, no cscediendo de cinco
: 3 Obs. anal, shirnrg. 13, Dilucid, valvnl, cap. tV, obs. 11
DK HEBlClKA Y CtRUÍÍA.—FBANK. 259
la de las bebidas. El enfermo salió del hospital; pero el color como por el gusto. El análisis químico descu
no tardó en caer en su antiguo estado, y acabó por brió en olla una gran canlidad de azúcar. Todos los
sucumbir de aniquilación. medios puestos en uso contra la enfermedad fueron
La fiebre lenta se juntó á esta diabetes mas pronto inútiles; la cantidad de las orinas pareció disminuir
délo que lo ha bocho en otras, y no sin (jile se sos un puco; pero todo el cuerpo, con especialidad el ab-
pechase una afección latente del pulmón. Una mujer dómen, se llenó de serosidad, la cual desapareció
de cincuenta y tres años, en Viena, nos ha probado en indo las orinas Volvieron á ser abundantes. Al cabo
con cuánta facilidad se complica esta enfermedad con de un ano sucumbió el enfermo.
la tisis pulmonar. Esta mujer, de una salud habilual- Este hecho recuerda la diabetes indesinens de
mente mala, esperimentaba hacia un año una sed casi Ateteo ()), en la que los enfermos espelen continua
conllnua, con flujo abundante de orina. A mediados mente la orina, de lo cual hemos hablado algo (477).
del mes de diciembre de 17íj2, fue sobrecogida do Trnka (2) ha reunido muchos casos del mismo géne
repente de escalofríos, con gran postración de fuerzas. ro, y Daniel (3) ha descrito también uno. Por último,
Este estado continuó por espacio de quince dias, y hemos visto muchas veces que la diabetes alterna con
cesó después, dejando todas las incomodidades de la hidropesía , y sospechamos que existe una gran
una constitución enfermiza. La enferma entró en el afinidad entre estas dos enfermedades. La misma opi
hospital el i.° de febrero de 1706, sin que cupiese nión habia ya sido espucsta por Gariopontus (i), y
duda sobre la existencia de una afección de pecho. liemos referido (732) un hecho que la apoy i, el de
Sus orinas, demasiado abundantes siempre, tenían una mujer de San Petersburgo, atacada de ascitis, etj
un sabor dulce; uno de mis alumnos sacó de cuatro la que uno de nuestros amigos, el ¿oeior Rudolph,
libras de este liquido cuatro onzas y media de una ha hallado dulce la serosidad, como la orina de los
sustancia morena, y de sabor muy dulce. La apari diabéticos. La diabetes nos parre ¡, pues, que es
ción de la tisis tuberculosa y de la fiebre lenta hizo una especie de enfermedad no denominada totbivla,
disminuir mucho la cantidad de orina , que aun cuyo carácter principal consiste en una secreción
llegó á ser inferior a la de las bebidas. A la muerte anormal de materias nutritivas y sacarinas, ya por los
de la enferma, el 17 de marzo, se hallaron en sus pul ríñones (diabetes), ya por las arterias cutáneas (su«
mones tubérculos en supuración. José Frank ha ob dor colicuativo), por los vasos bronquiales (tisis mu- -
servado igualmente en una mujer (en Viena) una cosa), por la membrana mucosa de los intestinos
diabetes que se terminó por la tisis pulmonar. Un (flujo celiaco), del útero, de la vagina, de la uretra,
diabético ofreció en Pavía dolores como pleurtticos. ue la vejiga, y del ano (flores blaneas, blenorrea, y
Ecker ha visto también, en Friburgo, dolores de pecho hemorroides). Esta enfermedad podría recibir con jus
y tisis pulmonar en un individuo atacado de diabetes. to título el nombre de quimorrea ó de qmlorrea, y se
Estos hechos me parecen merecer tanta masateneion, aproximaría mucho á la que se llama galactirrea".
cuanto qtTe Hipócrates indica ya como signo letal en
la tisis el gusto algo dulce de la cerilla de los oí GENERO TERCERO.
dos (1), lo que Hunerwolf confirma en una mujer
muerta de esta enfermedad (2). Lister, después de Enurtsis.
haber advertido que las orinas toman poco ó poco
un Sabor dulce en la diabetes, añade qde los tísicos 482. La vejiga destinarla á servir de receptáculo
se quejan comunmente, hácia el fin de su vida, de ar á las orinas, rellene este líquido por espacio de mu
rojar esputos azucarados hasta el punto de darles chas horas en el estado de salud, sin que su presen
náuseas (3). cia le irrite, para prevenir las incomodidades insepa
DiABkTKs cok emresis.—Un hombre de sesenta rables de su curso continuo. Lo espele tranquilamen
años de edad so hallaba atacado desde algún tiempo te ó c-m impetuosidad, según el aumento de su volu
de una incontinencia de orina, que, pórotra, parte no men, de su peso, de su acrimonia; según la canli
era continua. Después de haber ensavado inutilmento dad de las bebidas, de los alimentos, la abundancia
diversos remedios, fue sobrecogido el enfermo de un de la traspiración cutánea, su propia capacidad, su
principio de leucoflegmasfa, con hinchazón de las sensibilidad particular y la influencia del habito. En
piernas; el pulso era mas bien lento que febril; había esta escrecion, sometida plenamente al imp°rio 9é la
apetito y sed muy intensa; las orinas abundantes, voluntad, la vejiga obra solaó secundada por los mús
pálidas y sin olor, estaban ya sometidas, ya rebeldes, culos abdominales y el diafragma; pero puede rete
á las órdenes do la voluntad. Nuestra primera sospe ner aun mas largo tiempo la orina, cuando la decen
cha fue la de una parálisis de la vejiga, pero nos in cia ó las ocupaciones lo exigen. La facultad de con
formamos de los precedentes y supimos que no habia servar este liquido ó de detener su salida , no proce
habido ni ataque ni apoplegía , ni violencia ejercida de de un eslinter particular, sinc*de la contracción
sobre los lomos, ni enfermedades de la piel; en una de algunas libras del elevador del ano; eu efeclo, en
palabra, ninguna causa aprecíab'e. El tratamiento de el momento en que se opera la escrecion alvina, esto
bió, pues , dirigirse únicamente contra la debilidad, pseudo-esfinter se afloja, y la orina sale involuntaria
así general como local. Al cabo de ocho dias no habia mente por la sida compresión que ejerce ó que espe-
producido efeclo alguno; al llegar á la casa del enfer rímenta la vejiga. Se observa el mismo fenómeno en
mo hallamos cerca de él una vasija que contenia cerca muchas enfermedades, en los niños en un sueño pro
de nueve libras de orina, escretadu en el espacio de fundo , y en las mujeres cuya vejiga no cierra muy
veinte y cuatro horas, sin contar la que se habia es- exactamente. Si espe ri meu t;i , aunque la colección no
capado'involuntariamente. Esta orina era de un ama- sea considerable, una necesidad de oriuar, incómoda
rllto de p:ija, de o'or casi semejante al de la miel, y por su frecuencia, pero sin dolor; ó bien, antes que
¡izucarada; se parecía á la savia de abedul, tanto por
t Deiaorb. diut., lib. II, c. 3.
I Ub. VI, Epid. sert. 5. 3 Lee. cit., p. 19.
» Eph. N. C. Dcc. III, ann. III. obs. 91, p 192, Cassius ileeia 3 BeUneffe »ur inedirinisclien flelehrssamkeit, l . I, p. 130.
va qnc U corilln de los nidos adquiere un sabor dulce en loa raori- 4 Ad tolius corporis cegritudoiem rcuiedioripn ptaxcos, li-
"us r— c íoquil, cou-
cst 0¡Mu.H9I
una
•li
260 BIBLIOTECA ECONÓMICA
se eslé preparado á escretar el liquido, se escapa es ral procede este flujo del estado del pscudo-esGnter:
te involuntariamente por la uretra; ó, en fin, corren en erecto, una caída sobre el periné, una herida, una
lasorinas sin conciencia del enfermo, durante el sue contusión en esta parte, un descenso del recto, de
ño ó el delirio , saliendo por las vias naturales, ó la vagina ó del útero, una hernia de la vejiga , la es-
abriéndose paso por otras pai tes. Nosotros llamamos traccion dolorosa de un cálculo, la irritación que su
á este flujo enuresis, incontinencia de orina. presencia determina sobre el cuello de este órgano,
483. Definición.—La enuresis es un flujo mas ó un parto largo y difícil, las sacudidas en la coquelu
menos abundante de orina sana ó morbosa, indepen che, los esfuerzos violentos para defecar , una infla
diente de la voluntad y sin dolor; se efectúa por la mación precedente del cuello de la vejiga, espasmos
uretra ó por otras vias. Su causa consiste en la rup frecuentes do esta viscera, y el abuso de los placeros
tura del equilibrio del poder que retiene la orina con venéreos , pueden debilitar, aflojar, distender y des
la fuerza opuesta, en su debilidad, ó en su completa garrar las fibras carnosas del músculo que hace el
abolición. oficio de esfínter. No sabemos si una debilidad gene
484. Especies.—El carácter do esta repugnante ral sin vicio local, ocasiona la enuresis en los niños
enfermedad es muy variado. Ya se escapa la orina y en los viejos.
involuntariamente sin conocimiento del enfermo , y Una causa también frecuente de la incontinencia de
es la enuresis completa ; ya corre antes de que se orina es la parálisis, que no se debe confundir con
haya advertido de su presencia en la vejiga y cuando la debilidad : tiene su origen en el cerebro, y las
se preparaba á espolerla, y es la enuresis incompleta. mas veces en la médula lumbar; algunas veces no
Otras veces el flujo acontece durante el sueño ó el proviene mas que de los nervios del cuello de la vejiga
delirio, y la llamamos entonces enuresis nocturna, ó de los del elevador del ano. En este caso, la parálisis
delirante; puede depender de la afección misma de ocupa comunmente toda la vejiga, y raras veces se
la vejiga, lo que constituye la enuresis idiopática, ó limita á su cuello y ú su pseudo-esfinter: una enfer
proceder de causas de que ella no es el foco, y se de medad opuesta á la enuresis, la retención de orina,
nomina enuresis sintomática; en fín, sobreviene raras es ordinariamente su consecuencia. Pero, ademas da
veces ó habitual y frecuentemente, durante largos que eslas dos afecciones se hallan algunas veces reu
íl"ios, y merece entonces el nombre do enuresis acci- nidas y dependientes de la misma causa, hay casos
dmtal ó habitual. Esta enfermedad difiere de la dia en que la de la parálisis no ataca mas que el origen
betes por la cantidad mucho menos considerable de ó trayecto de los nervios destinados al pseudo-esfinter,
la orina y el diferente sabor de este liquido; por la aunque la anatomía patológica no pueda siempre de
Süd, que no es muy viva, y por la demacración, que mostrarlo. En las fiebres agudas, las nerviosas por
no se observa en la enuresis como en la diabetes. ejemplo, los enfermos espelen frecuentemente sin sa
Pero algunas veces, como hemos dicho mas arriba, berlo, ó en el delirio, sus orinas en el lecho, como
se juntan estas dos afecciones, y el diagnóstico es di li s personas ebrias: el pseudo-esfinter de la»vejiga es
fícil sin una escrupulosa atención (477). La enuresis el primero que suspende sus funciones, y el csiiuter
se distingue de la disuria por el dolor y ardor de del ano no tarda en caer en la misma inercia. Por lo
que esta va acompañada; pero pueden hallarse las común las afecciones soporosas, la paraplegia, la he—
dos reunidas; lo mismo sucede con la enuresis y la miplegia, el hidrocéfalo interno, la hidropesía de los
i;curia incompleta. La orina puede escretarse involun ventrículos cerebrales, la cifosis, una contusión, una
tariamente y con dolor, por las personas atacadas de conmoción, una luxación, una caries, un exóstosisde
un absceso 6 una úlcera en el cuello de la vejiga ó la columna vertebral, la hidrorraquitis, que algunas
en la próstata. veces hemos observado aun en los adultos, una me
485. Síntomas.—La enuresis se reconoce por los tástasis reumática ó de cualquier otra naturaleza, una
síntomas que acabamos de enumerar, por los que inflamación ó un absceso en la región dé la espina
caracterizan la afección propia de la vejiga, ó de la dorsal, producen frecuentemente la iscuria, pero á
enfermedad que lleva su acción sobre ella. El enfer veces simultáneamente la incontinencia de orina.
mo exhala un olor fétido, insoportable, que no le per La talla, la operación de la fístula del ano, y una
mite frecuentar la sociedad; le sobrevienen erosiones, permanencia demasiado larga en el baño frió, sou
encoriaciones en las partes genitales y en el periné. seguidas algunas veces de la parálisis del pseudo-
Li enuresis es la enfermedad de los niños y de los csiinler. En esle estado de parálisis ó de flojedad del
viejos; las mujeres están sujetas algunas veces á ella segmento inferior de la vejiga, apenas han depositado
después del parto, y, en general, no es raro que de los uréteres la orina en este reservorio, cuando esle
jen escapar involuntariamente su orina en un es tumor lixivia! toma el camino mas declive, y gotea
fuerzo, en los golpes de tos, ó en las carcajadas. continuamente por el canal do la uretra, sin que el
486. El hombre destinado á vivir en sociedad no enfermo se aperciba de ello. .< ¡
escreta sus orinas a la primera necesidad, como los Pero un vicio contrario, una exaltación de la sen
demás animales, ó al menos esto es efecto de una vi sibilidad, de la irritabilidad de la vejiga, ya natural,
ciosa educación de la naturaleza. ¿Dejan los anima ya dependiente del hábito ó de cualquiera otra cau
les, como nosotros, escapar sus orinis durante el sue sa, puede hacer la emisión mas frecuente de lo que
ño? Lo ignoramos; pero es cierto que nuestra ¡ufan» debía ser y aun involuntaria. Hay persouas que re
cia es mucho mas larga y sujeta á mas incomodida tienen largo tiempo sus orinas , mientras que otras
des; el ave que no ha dejado aun sus primeras plu no pueden hacerlo mas que algunas horas , sin que
mas no ensucia su nido, como el njño ensucia su la presencia de este liquidóles cause , sin embargo,
cama. la menor irritación : estas particularidades no provie
Nosotros atribuimos, con los autores, á la debilidad nen solamente de la capacidad mayor ó menor de la
6 & la flojedad del psoudo-esfinter, la causa de la vejiga , sino del grado de sensibilidad de que goza
enuresis en un gran número de personas; poro esta este órgano en los diferentes individuos, y del hábi
no es la única causa de la enuresis nocturna en la to que lian contraído de orinar á menudo ó raras
primera y segunda infancia ; entonces la incontinen veces. Las sustancias que laurina tiene en disolución
cia de orina depende frecuentemente de la demasia cuando son un poco mas acres que de costumbre,
da sensibilidad de la vejiga, de la negligencia, de un | provocan en muchas personas la necesidad de orinar,
mena, 6 de un mal hábito. Sin embargo, en gene sin llegar, no obstante , & producir una sjasacion de
DE MEDICINA Y CIRlBiA.—-FRANK.
ardor, ni la disuria. Tal es comunmente la causa de insólitas. Hemos visto un jóven de Bruselas y en
la enurcsis en los niqos. ¡Algunas veces son atacados un niño de corta edad, en quien formaba la vejiga
de está incomodidad todos los de una misma familia; hernia hácia el pubis, bajólos tegumentos del bajo
es raro que no se pueda sospechar entonces un vicio vientre y la orina salia de su cavidad por dos peque
congéniio, una disposición escrofulosa ó artríca. No ñas aberturas. La observación prueba que este líqui
sotros hemos visto á todos los hijos de padres goto do puede abrirse una salida por el uraco en las iscu-
sos , ser incomodados hasta la época de la pubertad, rias prolongadas. En un carcinoma ulcerado del
de una enuresis nocturna, rebelde á todos los reme meso-recto , adherente á la vejiga , hemos hallado
dios. Entre estos hijos se hallaba una joven , en la una comunicación entrecste reservorioj el intestino.
que la incontinencia de orina cesó súbitamente y Hemos observado el mismo fenómeno en un enfermo á
contra toda esperanza, apenas tuvo sus reglas; pero consecuencia de la disenteria , y en' otro después de
poco tiempo después, aunque gozaba de una consti una inflamación de las hemorroides. La supuración de
tución robusta, fué atacada del asma espasmódica, y la próstata, las úlceras venéreas de la vejiga, y la ope
llegó á estar sujeta á erupciones herpéticas en diver ración de la talla, dan frecuentemente lugar á fístulas
sas partes del cuerpo. Las personas cuyos ríñones urinarias en el periné. No es raro que una inflama
están irritados por cálculos , o la uretra por un finja ción, una induración del cuello de la vejiga y de la
blenorrágico, tienen la vejiga mas sensible ; y des uretra, seguidas de ulceración, ó un parto difícil,
pués de la curación de estas enfermedades, esperi- artificial , que produce una desgarradura de estas
mentan por espacio de largo tiempo una necesidad partes, establezcan una fístula en la vagina ó el rec
frecuente de orinar , aunque sus orinas sean en pe to. Podemos citar tres casos observados en hom
queña cantidad. Una afección reumática ó catarral do bres, que dejaban escapar por la uretra ventosidades
este órgano , so inflamación crónica, una congestión y materias fecales.
formada en sus inmediaciones por la sangre mens 487. Pronóstico.—El pronóstico varía según las
trual ó hemorroidal, congestión que no va siempre diferentes especies. La enuresis reciente que no reco
acompañada de dolor, y algunas veces la influencia noce por causa mas que la debilidad, la que tiene lu
simpática de este órgano , aumentan la sensibilidad gar en un sueño profundo y prolongado, curan por los
de la bolsa vesical, y hacen mas frecuento la nece remedios convenientes, por un régimen apropiado , ó
sidad de orinar. Un espasmo violento de la vejiga ó desaparecen algunas veces espontáneamente por los
de los músculos abdominales, puede hacer salir las progresos de edad. La que depende de la hernia de la
orinas con impetuosidad, como se ve en los epilépti vejiga cesa con la reducción. La que proviene de la
cos. ¿Pueden las lombrices irritar algunas veces la parálisis, se disipa raras veces , á menos que no se
vejiga? La afirmativa parece demostrada por la sa combata la causa desde el principio. Cuando esta
lida de hidátides con las orinas , por bis vermes as causa se halla fuera do nuestros medios, la enferme
cárides que se hallan en los ríñones del perro, y que dad no cura nunca. La enuresis que sobreviene en
nosotros hemos descubierto también en la vejiga de las enfermedades agudas, anuncia por lo común una
este animal, lombrices fáciles de -distinguir de las muerte próxima, cuando va acompañada de la escre-
concreciones poliposas, por su estructura orgánica. cion involuntaria de las materias fecales. La que pro
Esta opinión está fortalecida por el testimonio de mu cede de una exaltación de la sensibilidad de la vejiga,
chos observadores, que aseguran haber encontrado puede desaparecer por el trascurso del tiempo, o ce
en la vejiga del hombre vermes de esta última es der á nuestros remedios , si su causa no se halla
pecie. Es cierto que estos animales se introducen fuera de los recursos del arte. La mas funesta de to
algunas veces en el depósito de las orinas por una das las especies de enuresis es la que depende de
ulceración del recto; pero la abertura de los perros un vicio orgánico general ó parcial da la vejiga. El
• prueba comunmente lo contrario. pronóstico de la afección que nos ocupa, está, pues,
Todas las causas que disminuyen la capacidad de fundado en la naturaleza de las causas que la pro
la vejiga, producen, ya la enuresis, ya la retención de vocan.
orina, y á veces una y otra. Tales son la compresión 488. Tratamiento.—En la enuresis, como en to
ejercida sobre esta bolsa , su estrechez ocasionada das las demás enfermedades , el punto esencial del
por un escirro , un cáncer, una hidropesía del útero, tratamiento consiste en destruir las causas; pero co
un esteatoma considerable , una sustancia huesosa mo no se puede siempre llegar á esto , hay casos en
contenida en la cavidad de este órgano (hechos que que la curación queda imperfecta, y otros en que la
prueban las piezas anatómicas depositadas en el Mu enfermedad se halla fuera de nuestros recursos.
seo de anatomía patológica); por pólipos uterinos, La enuresis reciente, mantenida por la debilidad,
por la preñez , por la cabeza ó las nalgas del niño; cede felizmente á los tónicos, á los escitantes aplica
por un escirro de los intestinos, del mesocolon ó de dos sobre el hipogastrio. Ef> su virtud, se prescriben
las vesículas seminales. El espesamiento, la indura frecuentes baños de asiento , por inmersión en agua
ción do las paredes vesicales en toda su estension, ó fria; las aplicaciones frias, espirituosas, aromáticas,
solamente háeia el cuello, alteración que puede de ó los linimentos volátiles preparados con aceite de
pender de la irritación producida por úlceras ó cálcu nuez moscada sobre el periné; los enemas reiterados,
los; las escrescencias fungosas, poliposas, las pie con el alcanfor y el cocimiento de quina (1): se ad
dras, los abscesos , los tumores escírrosos que ocu ministra interiormente el cocimiento de quina, con
pan la parte inferior de la vejiga, se oponen á la per partes iguales de ruibarbo. Se ha empleado algunas
manencia de la orina, impiden á aquol órgano que so veces con éxito la tintura do cantáridas á la dósis do
contraiga uniformemente , y paralizan la acción do
su pseudo-esfiuter , ó escitau continuamente la ne
cesidad do orinar. (i) COCIMIENTO DE QUINA.
Debemos referir á las causas de la enuresis las fís R. Quina escogida, una onza—30 gram.
tulas urinarias que se abren en el hipogastrio, en el Hágase hervir en
ombligo, en el periné, en los intestinos, ya depen Agua común, una libra—300 gram.
dan de una constitución primitiva , ya provengan de A 8 onzas (430 gram) da coladura, añádase
una inflamación, de una ulceración de la vejiga: la Jarabe de quina, una onia—50 gram.
orina corre en estos casos involuntariamente, por vias Mézclese.
w
cinco, quince y veinte gotas en agua pura, adminis GENERO CUARTO.
trada con precaución dos veces al dia.
El tratamiento de la enuresis, dependiente do la Ptialitmo.'
parálisis, es casi el mismo, pero mucho mas difícil, é
infructuoso las mas veces. Es necesario combatir la 189. El humor que corre en la boca
enfermedad primitiva, la apoplegía por ejemplo, la pa de tres fuentes: de los vasos exhalantes que
rálisis, etc.; recurrir en seguida ¡í los remedios que sudar una linfa sutil; déla membrana mucosa
acabamos de aconsejar; aplicar un vejigatorio sobre ol grega el moco de que eslá bañada su superficie;
sacro, practicar unturas con el linimento volátil al lia de las glándulas salivares de donde corre len
canforado sobre la región lumbar , y establecer una mente ó sale con violencia un fluido acuoso muy límp-
corriente eléctrica en las inmediaciones del sacro ó y sin sabor. Una gran cantidad de glándulas, relati
en el periné. En este estado de la vejiga, las inyec vamente á la capacidad de la boca, están encargadas
ciones con el cocimiento do quina retroceden pronto de suministrar la saliva, la cual vierten espontánea,
por la uretra; hemos sacado de ellas poco fruto en la mente ó cuando son provocadas por la acción nervio
parálisis general de este órgano, aunque las retuviese sa, irritadas ó comprimidas: la fiebre no seca esta
el enfermo. fuente, como seca las de la linfa y de la mucosidad.
Cuando el flujo demasiado rápido , domasiado fro- El análisis del humor salivar no ha descubierto hasta
cuente ó involuntario, reconoce por causa la exaltación aquí nada de particular en su composición; según los
de la sensibilidad ó de la vejiga, se administran los resultados de los químicos, el agua pura podría reem
remedios apropiados á la causa de esta disposición plazarlo; no parece participar de los humores anima
patológica. Si la supresión de los menstruos , de las les mas que por su origen. Pero la observación clí
hemorroides, ha dado lugar al infarto de los vasos ín- nica demuestra su importancia: en efecto, la diges
ediatos á la vejiga y á la mobilidad nerviosa de tión llega á ser lánguida por la pérdida de estu hu
' 3 órgano, se recurre a jas sanguijuelas aplicadas á mor; eu el ptialismo se aniquilan las fuerzas vitales
¿u les genitales, al ano ó al periné ; se hace uso como en la diabetes; la saliva que es insípida en el
s encinas , y de las aplicaciones de oxicrato. Si estado de salud, presenta en ciertos casos un gusto
ritacion es producida por algún vicio aci ¡muñid- muy salado ó muy dulce y meloso; q= el principal
so , reumútico, por ejemplo , se deben emplear los vehículo del virus hidiofóLico; una gota basla para
remedios propios para combatirlo, para alejar su ac cumunicar la rabia; de todos los humores animales
ción de la vejiga. Si depende de la presencia de un no hay ninguno cuya secreción obedezca mas pron
cálculo, se hace necesaria la lilutouiia ó la lilotricia. tamente al imperio do los nervios; eu las fiebres ner
Cuando después de la lalia, á consecuencia de una viosas los depósitos se forman en los alrededores de
blenorragia ó de alguna afección espasmódica, la ve las glándulas salivares, y la enfermedad misma se
jiga conserva largo tiempo un estado de sensibili juzga ameiiudo por una salivación abundante; en fin,
dad morbosa, es ulil administrar el opio en enemas á existe uuu gran simpatía entre las glándulas salivares,
altas dosis. Los niños sujetos ú la enuresis noctur los testículos, las mamas, el estómago y los intesti
na ocasionada por los ensueños, deben beber poco en nos. Eslas consideraciones prueban la importancia de
la comida, no comer ninguna sustancia diurética, la saliva, en el estado de salud, como en el de en
y orinar antes de acostarse; es necesario también fermedad.
despertarlos en diferentes horas para hacerlos orinar. 490. Definición.—Cuando esto humor, segregado
Cuando la enuresis es en ellos electo de un hábito vi en demasiada abundancia, desciende continuamente
cioso , no pueden remediarla las amenazas ni lo; al tubo digestivo, arrastrado sin cesar por una degla-
golpes; la razón, la vergüenza ó los progresos dé la cion incómoda, ó bien destila de la boca y corre so
edad la curan. Cuaudu una debilidad general se junta bre las mejillas por una división de los conductos
al esceso de sensibilidad de la vejiga, se recomienda salivares, se llama á este flujo salivación, ptialismo.
el cocimiento de quina y los demás tónicos. Si la irri 491. Especies.— El ptialismo sobreviene espontá
tacion es producida por Ja influencia simpática de neamente, ptialismo espontáneo, ó provocado por el
otro órgano, se pone en uso el opio, y los remedios arte, pl/aii.smo artificial. El primero puede ser pri
propios para combatir la enfermedad esencial. mitivo y se llama idiópatico; ó- síntoma de otra enfer
La incontinencia de orina dependiente de un vi medad y constituye ci ptialismo secundario, cansen-
cio orgánico se halla casi siempre fuera de los recur sual. Algunas veces el flujo no es continuo, vuelve en
sos del aite. Cuando en un parto dilícil se desgarra- épocas fijas, y el ptialismo es periódico; otras voces
la uretra y se abre en la vagina, se introduce en ella cuando es secundario topia el carácter epidémico, y
una sonda de goma elástica : se usa por espacio de lleva el nombre áe ptialismo epidémico; en fin, tene
mucho tiempo esle medio para evacuar las orinas, y mos uu gran número de ejemplos de ptialismo critico
algunas veces, aunque raras, se cicatriza la fístula. en las fiebres y en todas las enfermedades. Entende
El tratamiento 110 es tan feliz en las desgarraduras de mos por ptialismo traumático al curso escesivo de la
la misma vejiga: sin embargo, conocemos á un jóven saliva en una lesión de ios conductos salivares.
de Genes, al qu- la naturaleza sola curó de una fístu 492. Caracteres variados. —El plialismo espontá
la recto-vesical bien comprobada. Es fácil hacer ce neo, dependiente de la afección idiopática de las
sar la compresión ejercida sobre la vejiga por la ca glándulas salivares, se observa raras voces y os muy
beza del niño ó por el útero en la preñez. Los es común el sintomático de otra enfermedad. Hor lo de»
cirros, las callosidades, las escrescencias, son inacce mas, cualquiera que sea su origen, la boca se llena
sibles á nuestros socorros. de un humor límpido y de mucosídades que escilan
En todos los casos en que no se puede remediar la una espulsion continua: la saliva llega a ser frecuen-
enuresis, se emplean diferentes medios para recibir temcnle espumosa por su mezcla cou el moco; se des
la orina y para prevenir las incomodidades y las úl- tila 9obre los labios y sobre la barba, cuando el en
cei aciones que trac consigo este flujo involuntario, fermo habla ó duerme; y si tiene la costumbre de
medios cuya forma varían los artistas, según el sexo. dormir con la boca cerrada, el temor de la sofocación
le impide entregarse;»! sueño. Es raro que este líqui
do tan abundantemente segregado no posea alguna
mala cualidad que dé lugar ú la inflamación de la
DE MKDICUTIA $ fWJIÍÍ4.--^'j(l4l})K.
qa ó á upa sensación de ardor y Jo calor, ó « pús no espeiou las mujeres en la opoca ae la concepción
tulas ulcerosas. Algunas veces sobreviene un ardor y durante ol embarazo t ¡ Qué cantidad do saliva no
y una tumefacción sensible en las parótidas y en las arrojan los hipocondriacos, los melancólicos, las per
glándulas maxilares. Hay personas que tienen todas sonas cuyo estómago está lleno de materias ácidas ó
las partes de la cara en un estado de relajación, de rancias, y en fin, los individuos afectados de pirosis!
flacidez; su boca abierta deja continuamente correr Hemos visto á un hombre reducido al marasmo por
la saliva. Hay otras en lasque este fenómeno es efec un escirro del páncreas, escretar diariamente diez
to de un bábito asqueroso, ó de la superabundancia libras de saliva. ¿Proviene la diarrea que sucede al
de este bumor. Ee lodos los casos la pérdida continua ptialismo, de la secreción superabundante del humor
de este precioso licor hace difícil la digestión, y cuan pancreativo , cuya naturaleza es la misma? Hemos ob
do el flujo es considerable produce el marasmo, como servado últimamente una salivación copiosa en un
se ve en la salivación mercurial. Las personas cuyo hombre atacado de una parálisis de la lengua; este
estómago ó intestinos so hallan inalados por materias órgano estaba privado casi absolutamente de movi
acidas, ó grasas rancias, esperimentan frecuentemente miento, y reducido, por decirlo así, á un estado de
la sensaci m de un calor aidieule, de un fuego que consunción ; sin embargo, el sentido del gusto con
sube del estómago, á lo largo del exófago, basta la servaba su integridad. El ptialismo que resulta de la
garganta, y se termina sin esfuerzos de vómito, por parálisis de la boca ó de la faringe , no dependo ordi
la eructación de un licor muy límpido; esta evacua nariamente de la superabundancia de la saliva , sino
ción, que es bastante abundante, va seguida de alivio. de la inercia de los músculos que deben oponerse á
Aunque la materia parezca partir del fondo del pecho su curso ó alastrarla á las vías digestivas.
ó del estómago, es sin embargo de la naturaleza de Pronostico.—Gomo el ptialismo primitivo
la saliva, tiene un gusto metálico, escrecion v;
lico, y su escrccior y raro , no debo ocuparnos su diagnostico ; el
acompañada de uua opresión y ansiedad manífies:
manifiestas lismo sintomático es relativo á la enfermedad
Los ' lores están sujetos á padecer esta afección procede. La salivación que sobreviene al lin
por la mañana. mfermedades, sin aniquilar demasiado las
493. Causas.—Si hacemos abstracción efectúa comunmente su solución: la hemos
fluci.cia que ejerce' el sistema nervioso en irar muchas semanas en un caso de esto géne-
dulas conglomeradas de la cara, influencia en virtud ompañada de un alivio manifiesto. En las
de la cual el olor, la vista de un plato que se desea, personas que , por un nial hábito , ó por ja masti»
el recuerdo de su sabor, hacen que la boca se llene cacion ó succión de sustancias acres, arrojan mu
do saliva, la secreción superabundante do este hu cha BiTiya , las digestiones se debilitan, y disminuyen
mor debe depender de las mismas causas que au tildas las domas secreciones y escreciones. Un ptialis
mentan las demus secreciones (461). La acción espe mo considerable , no critico, como el que se provo
cial y enérgica del mercurio sobre las glándulas sa caba antiguamente en el tratamiento do la sífilis, su
livares, bajo cualquier furnia que se administre, no mo bien pronto al cuerpo en un estado de debilidad
podria esplicarse por ia toaría general do las ¡Hila y de marasmo , ya por la pérdida de un humor pre
riones; pero parece demostrar una cierta afinidad, cioso á la economía, ya á causa déla masticación
poco fácil, á la verdad, de concebir, entre este mota! imperfecta de los alimentos, ya en razón del insomnio
y la saliva. El principio contagioso de las culero. e- que atormenta al enfermo.
dades pestilenciales, el humor que produce la angina 49o. Tratamiento. - Ya liemos espueslo, óespon;
esterna , la materia de-conocida de la salivación erí- dremos en la continuación de esta obra, el tratamien
tica, gozan evidentemente de uua afinidad semejante. to del ptia'ismo secundario. La salivación dependiente
Pero toda causa irritante que lleva su acción so de la afección idiopática de las glándulas, es infini-
bre las paredes de la boca , sobre sus glándulas, tamenle rara; este flujo es en general producido por
como el humo del tabaco , prodnee los mismos efec una afección catarral reumática de estos órganos,
tos. Así es que el trabajo de la dentición, la caries de mas bien que por la sola debilidad. Sin embargo, he
un diente , la neuralgia ó tic doloroso de la cara, la mos visto un ptialismo habitual mantenido por esta
ulceración de las encías , la inflamación de la lengua última causa en un jóven; es conocida lambistona de
ó de la garganta, la fractura de la mandíbula, los una mujer que por espacio de seis años experimentó
espasmos tetánicos, los movimientos convulsivos de una salivación periódica á la vuelta de la primavera.
las paredes de la boca, el bostezo solo, la cp/ñp/e- Cuando el ptialismo es ocasionado por ta presencia
sion do las glándulas ó de los conductos salivares por Se un cáleuló en un conducto ó en una glándula sa
las contracciones da los músculos , la presencia de livar, la estraccion de esto cuerpo ostraño efectúa la
un cálculo debajo de la lengua ó en uno de estos cou^ curación. La cirujía nos enseña lo que debemos ha
ductos , ocasionan un flujo abundante de saliva : lo cer 011 el ptialismo traumático. Sea cualquiera la cau
mismo sucede á la cuida de las aftas. La supresión sa de la irritación de las glándulas salivares, es gene
de la traspiración por el enfriamiento de los pies ó ralmente útil hacer fomentaciones secas con la harina
por cualquier otra causa, la diminución de las ori ó la Ceniza de plantas aromáticas y el alcanfor, y
nas, la falta de menstruos, el establecimiento de este fomentaciones húmedas con un cocimiento emolien
flujo periódico , hacen algunas veces mas abundante te; aplicar cataplasmas; en una palabra, mantener
la espuicion. El ptialismo va acompañado de cons Un calor suave, igual y moderado en la parte. Algu
tipación , de la diminución de las orinas y de to nas veces un vejigatorio en la nuca reprime una sa
das las secreciones: la diarrea ó ol sudor has- livación tenaz; otras veces se emplean ventajosamente
tan frecuentemente para disiparlo; se previene fá los baños libios , los diaforéticos*, los laxantes. Los
cilmente la salivación mercurial colocando á los gargarismos astringentes no tienen éxito en el ptia
enfermos en un aire caliente que facilite la traspi lismo primitivo; la salivación crítica no podria ser
ración. La irritación del estómago ó de los intestinos repercutida sin peligro ; la sintomática debe tratarse
provoca igualmente esta secreción ; en las náuseas y con prudencia, por temor de que su supresión no
regurgitaciones, la saliva deslila abundantemente en vaya seguida de una diarrea perjudicial. El profesor
la boca ; los escirros del exófago , la gastritis , la car- Graves, de Dublin, ha curado un ptialismo tenaz, por
dialgia, los cólicos v las afecciones verminosas pro el uso del opio á la dosis de un grano (o coutígr.) de
ducen un efecto semejante. ¡Qué cantidad J' cuatro en cuatro horas.
264 BIBLIOTECA ECONÓMICA
GENERO QUINTO. los párpados so contraen y pestañean, la re
llega á ser desigual y suspirosa, y los lábios" se re
Epifora. traen. Las lágrimas son absorbidas por los puntos la
crimales, y corren rápidamente con las mucosidades
49G Ya hemos hablado de la epifora como un sin nasales al mismo tiempo que ruedan sóbrelas mejillas.
toma frecuente de la oftalmía : aunque pertenece ra El aire atraido al pulmón por una inspiración lenta y
ras veces á los flujos primitivos , hemos creido deber profunda, se escapa de él á sacudidas, y produce in«
presentar aquí brevemente su historia, para la exac flexiones de voz muy variadas. Sin embargo, hay per
titud de nuestra clasificación; es, por otra parte, una sonas en las cuales las lágrimas corren en silencio y
enfermedad que merece la atención del médico. Un como furtivamente sobre las mejillas. Este flujo pro
gran número de animales están provistos de glándu longado prrduce uua sensación de calor en los ojos,
las lacrimales; pero no hay ninguno en que la secre una rubicundez, una especie de flogósis que descu
ción de las lágrimas sea tan abundante como en el bren por espacio de muchas horas su dolor mudo.
hombre. Nosotros comprendemos bajo la denomina Pero las lágrimas que el dolor hace verter á todos
ción de fluido lacrimal el humor insípido que trasuda los hombres no constituyen la epifora. Nosotros en
de la superficie secretora de la conjuntiva , y el líquido tendemos por esta palabra el flujo que producen otras
salado que suministran las glándulas destinadas a este causas, aumentando la secreción de la glándula lacri
uso. La superabundancia de las lágrimas no puede mal ó impidiendo el paso de las lágrimas á las nari
aniquilar las fuerzas ; pero constituye una enferme ces. En estos casos, el líquido manifiesta por lo co
dad incómoda , conocida bajo el nombre de epifora. mún una acrimonia evidente; corroe, inflama las me
Este flujo procede de un vicio del órgano que segrega jillas, y su presencia oscurece la vista y da al enfermo
las lágrimas, ó del que debe retenerlas ó trasmitirlas un aspecto repugnaute.
á las losas nasales. La naturaleza del fluido lacrimal 500. üausas.—La secreción de las lágrimas, so»
debe sorprendernos, cuando consideramos la sensibi bre todo en el hombre, nos ofrece algo de inesplica-
lidad esquisita del ojo; en efecto*, tiene un gusto ble, y es el imperio singular i
salado particular, que no es producido por una per la tristeza , la alegría y li
manencia prolongada , por una estancación en el ór esecntuamos el flujo de
gano secretor , sino que se halla en las lágrimas mas hambre, no hay órgano
recientes; este sabor escede aun á la acrimonia de las perimentenraas pronta y neja
orinas. Este fluido es límpido, inodoro, salado, es- del sistema nervioso, au: ntad,
cepto en algunas oftalmías, cu que presenta un sabor que la glándula lacrimal, es tanto
algo dulce. Según el análisis do los químicos fran mas marcado, cuanto mas' sensible es el individuo,
ceses, su peso especifico cscede poco al del agua des como, por ejemplo, las niños y las mujeres- Hay cu
tilada ; no altera el color del tornasol, pero pone ver tre estas algunas que para fingir un dolor, una tierna
de el papel oolorado de azul con el jugo de violetas ó sensación, derraman á voluntad una gran cantidad de
de malva ; puesto al fuego , forma una gran cantidad lágrimas. Algunas veces produce el mismo efecto so
de burbujas y toma cierta viscosidad; evaporado bre las glándulas lacrimales, una afección desconoci
lentumente al aire, forma cristales compuestos do ma da d«l sistema nervioso, que una profunda tristeza ó
teria alcalina y un poco de sal marina; concentrado un vicio orgáuico. Asi es que en el histerismo, en la
rápidamente por la acción del calor ss reduce á la hipocondría, los enfermos lloran involuntariamente y
centésima cuarta parte y no presenta mas que una sin causa alguna. Sin embargo, un dolor demasiado
corta cantidad de aceite, de agua, con un carbón im fuerte suspende la secreción de las lágrimas, cuyo
pregnado de una materia salina. Estos conocimientos curso alivia al corazón de una manera tan admirable.
nos esplican la formación de los cálculos hallados en Pero hay personas que por efecto de su idiosincrasia
la carúncula ó en el saco lacrimal, y de las concrecio no vierten una lágrima, ya esperimenten una tristeza
nes cristalinas de un gusto ácido-amargo que se des moderada, ya se hallen sumidas en un dolor profun
cubren debajo de los párpados en la oftalmía. Se ha do: este estado difiere mucho de la insensibilidad.
■visto con bastante frecuencia mezclarse la sangre con Los enfermos lloran con una gran facilidad á conse
las lágrimas, ó uua materia azul, color de leche, que cuencia do la apoplejía, ó de la parálisis; en las fie
se pega al borde de los párpados. bres nerviosas se hallan los párpados inundados de
497. Dkfinicíok.— La epifora es, pues, un flujo lágrimas, sin que la moral este afectada. Las mas
de lágrimas ocasionado, no por una afección moral, voces depende este flujo de la irritación de los ner
sino por una causa morbosa. vios; llega á ser muy considerable en los dolores de
498. Especies.—La epifora primitiva no es fre dientes, ó cuando una causa mecánica irrita los ner
cuente; es raro que la superabundancia de las lágri vios dentarios, ó los nervios olfatorios. Los cuerpos
mas ó su curso fuera de los párpados provenga del estraños introducidos en el ojo, la triquiasis, lu dis-
estado del órgano que segrega este líquido. Sin tiquiasis, la irritación de los ojos por el humo ó por
embargo, hay casos en que las glándulas lacrimólos, un vapor espirituoso; la' titilación de la nariz por el
como hemos dicho de las salivares, se hallan afecta olor del ojo, ó de la cebolla; la masticación de estos
das de una ligera flogósis, ó irritadas por una causa vejetales; laac:ion del frío, del viento, de una luz
cualquiera, y la secreción llega á ser mas considera demasiado viva; las lecturas prolongadas, sobre todo
ble ó la escrecion mas pronta. Ignoramos si la debi durante la noche; la viruela, el sarampión, las afec
lidad ocasionada pof oftalmías precedentes ó por una ciones catarrales, el trasporte súbito de la sangre
aplicación inmoderada al estudio, sin aumento de la hácia la cabeza en los violentos esfuerzos de la tos,
sensibilidad, puede producir una epifora primitiva. de la risa, del estornudo, entran también en el nú
499. Fenómenos que acompañan a los llantos mero de las causas de la epifora. Este flujo tiene
t a la epifora. --De todos los animales, el hombre es guahnente lugar en los casos de relajación, de divi
el que espresa mas manifiestamente por lágrimas las sión, de erosión, de ranversamicnto del párpado infe
afecciones tristes que esperimenta: se pueden muy rior, de tumefacción de la carúncula lacrimal, ó cuan
bien considerar á "estos penosos momentos como cor do los puntos, los conductos lacrimales, el saco del
tas enfermedades. Al acercarse el llanto se hace sen mismo nómbrese hallan comprimidos, destruidos ú
tir cierta comezón en los ojos, la vista se oscurece, obliterados por un tumor ó una ¡inflamación catarral
DK MEDICINA T COtOJÍA..—-FRANK. 265
ó reumática, por una materia viscosa, por pólipos, por que un mijo de serosidad , á menos que esta no se
cálculo?, ó por cualquiera otra causa , y no pueden halle cargada abundantemente de linfa. Hay un gran
verter lo supérfluo de las lágrimas en las' fo;as nasa número de vias por las que puede escaparse" este ele
les, obstruidas también algunas veces. mento precioso de la nutrición; las estudiaremos su
501. Pronóstico.—Cuando ta epífora no depende cesivamente.
de la afección de las viaslacrimales, anuncia, sobre todo 504. Definición. —Empezamos por el catarro, el
en las liebres, la próxima invasión de la viruela, del cual tiene su asiento en'la membrana mucosa de la
sarampión, ó la inminencia de la hemorragia nasal, nariz y de las vias aéreas; su causa mas ordinaria es
del delirio. El lagrimeo es de muy mal augurio en las la supresión de la traspiración. El catarro es una
liebres nerviosas, liemos visto comunincnle ií los ojos afección comunmente febril, mas ó menos inflamato
anegados de lágrimas en las flores blancas. La «pí- ria, y acompañada de tentativas incómodas ó inútiles
lora que procede del estado patológico de las vias la para efectuar la escrecion de los humores, ya por
crimales, estado que dura largo tiempo , os difícil ó una via, ya por otra, ó de un flujo de malcría sero
imposible de curar, segun sus causas. sa, acre y salada al principio, que llega en fin á po
502. Tratamiento.—Como el flujo lacrimal es nersc espesa y viscosa.
raras veces idiopático, su tratamiento varía según la 505. Especies.—La diferente estension y dispo
enfermedad que lo ocasiona: pertenece, pues, á oirás sición de las cavidades, de los canales que ol aire
parles de esta obra, pero se baila casi enteramente recorre en el acto de la respiración; la sensibilidad
bajo el dominio de la cirujía. En el lagrimeo depen y la tcslura delicada de la membrana mucosa que los
diente de la demasiada sensibilidad de los ojos, ins tapiza; el gran número de nervios , de vasos y de
tilamos todos los dias entre los párpados algunas go glándulas deque se hallan provistos; las relaciones
tas de tintura tebáica. Cuando la debilidad es la simpáticas que los unen entre sf y con las parles le
causa de este escrjso de sensibilidad, ó la acompaña, janas; la diversidad de las funciones señaladas á los
empleamos una mezcla do opio y de estrado de sa- órganos con que se hallan en relación; la disposición
turno (1); en fin, si la epífora es determinada por en que ci cuerpo se encuentra ; el estado de- debili
una irritación humoral, aplicamos un vejigatorio en dad y de relajación, de densidad y de vigor de los só
las sienes, y recurrimos á todos los remedios indi lidos; todas estas circunstancias, ¿eben hacer variar
cados en la úJtalmía dependiente de la misma cau los síntomas del catarro, y establecer diferencias re
sa (154). lativas al lugar afectado, á las parles inmediatas ó
lejanas, y á los diversos individuos , aunquo la causa
ORDEN SEGUNDO. sea siempre la misma. Estas variedades no se aseme
jan todas en el pronóstico ni en el tratamiento; sin
FLUJOS MUCOSOS. embargo, las colocaremos bajo el mismo género, se
gún el órden de sus afinidades.
GENERO PRIMERO. Ya ocupa el catarro las fosas nasales , los senos
frontales esfenoidalcs y maxilares, lo que constituye
Catarro. la coriza; ya tiene su asiento en la garganta, y en el
velo del paladar, lo que forma la angina calar-
503. Hasta este momento nos liemos ocupado de ral (172) ; otras veces se establece eu la laringe, y
ocasiona la ronquera; puedo también afectar la trá
'os flujos que llevan la parte mas tenue, la parle sero
sa de los humores animales; pasemos ahora á los que quea ó los bronquios: cu los últimos casos es conoci
dospojan á la sangro de su parte mucosa, y aun lin- do igualmente najo los nombres do tos, catarro de
la laringe, de li tráquea, ó del pulmón. E! carácter
lática. Esta materia mucosa, destinada especialmen de este flujo varía segun la naturaleza de su causa y
te A la nutrición, se halla tan intimamente mezcla
da con la sangre ó con la serosidad, que cuando se di do la fiebre que le acompaña, ó seguu su estado a pi
vide algún vaso , no puede correr uno de estos rético. Puede ser simple ó asociarse con otra enfer
líquidos sin el otro: pero por el reposo, ó por el de medad, una afección sifilítica, escrofulosa, etc.; lo
tenimiento que efectúan en la circulación algunos cal, que no altera toda la economía; primitivo, acom
pañado de una fiebre las mas veces inflamatoria,
obstáculos naturales ó morbosos, por la modificación otras gástrica y aun nerviosa, cuando la humedad de
que produce en las funciones de los órganos secre la atmósfera ó el género de vida han introducido cu
t.ores un estado de relación ó de irritación, la unión la constitución un estado de relajación, debilidad y
íntima del gluten con la serosidad se debilita, y esta sensibilidad. En ciertas circunstancias, bajo el re na
es arrojada de la economía ó recogida por los vasos do de una opidemia,
absorbentes. El gluten se une entonces cada vez ces contagioso en los la fiebre maligna le hace á ve
mas; privado de su vehículo , sus principios se con caballos, como se observa en la
centran, y pasa bien pronto al estado- do linfa. No ya coriza virulenta que (es ataca, aunque este hecho ha»
existe entre aquel y esta otra diferencia que la que especie sido impugnado por un hombre de mérito; en la
se encuentra entre ella y la sangre, es decir , quo el exantema, humana se complica fácilmente con algún
gluten no está todavía completamente elaborado por tarro puedosobre todo con la erupción miliar. El ca
los órganos. Asi es que la pérdida prolongada de una sarampión, de ser también secundario, sintomático del
pequeña cantidad de moco animal debe producir una la viruela, de la sífilis ó de cualquiora
debilidad, una demacración mucho mas considerable otra enfermedad. Se ven muchas personas molesta»
das por un catarro habitual, que produce la tisis ul
cerosa en los jóvenes dispuestos á esta afección por
(I) SOLUCION OPIADA DE ESTRACTO DE SATURNO. la debilidad y sensibilidad de su pecho. Otras arrojan
diariamente con la tos una gran cantidad de muco -
R. Opio purificado, quilico granos -Tj cenl^r. sidades puriformes suministradas por la secreción
Disuélvase cu siempre creciente de la membrana mucosa pulmonar;
Akuj destilad») ilie/. oiiíjs -300 la pérdida prolongada de este humor las conduce a
la tisis pituitosa, siii ulceración del pulmón. Los vie
Aíusar tle saluriiu, diez «raros— o Uecitr. jos cuya constitución es muy débil, están sujetos á
I catarros pulmonares frecuentes y casi continuos ó
12"
266 CA \'
crónicos; pero corren menos IT sentimiento de tensión , de plenitud , de calor •
píos de catarros periódicos , -..te es frente ; un dolor obtuso ó bastante agudo , lanc
esta una afección sintomática. El color de las muco- te, profundo, que se estiende de la raíz d<¡ la
sidudes escretadas en esto flujo varía, así como su al arco superciliar de uno ó de los dos Lulos, r~
consistencia, su naturaleza y su cantidad, lo que exa queca , cefalalgia , lagrimeo y encendimiento
minaremos en la historia de cada especie.
506. Descripción.—Coriza.—El catarro de la na En la afección del seno maxilar se manifiestan los
riz se llama coriza, gravedo: en razón de la grande mismos síntomas locales en el espacio comprendido
estension délas fosas nasales , ocupa ya una parte, ya entre el borde alveolar superior, y la órbita , obser
otra, y produce síntomas variados , ligeros ó graves, vándose también los síntomas comunes ¿ todos los
según las circunstancias. El estudio de esta ligera catarros. Las ventanas de la nariz se secan eu el lado
enfermedad merece la misma atención que la histo correspondiente, y cuando el enfermo so suena au
ria del catarro de la tráquea ó de los bronquios. Pero menta el dolor, sin escrecioo de mucosidades; la me
la distinción establecida por las antiguas escuelas jilla llega á ponerse cálida, tumefacta, pálida ó encen
entre el gravedo y la coriza es de poca importancia; dida; un dolor obtuso se hace sentir en los dientes,
no consiste mas que en el grado y el período del sobre todo cuando se les toca ó durante ta mastica
catarro : en el primer caso, el dolor es gravativo y la ción; las encías se punen calientes y encendidas; al
pituita tenaz; en él segundo, el flujo es seroso, tenue gunas veces se esperimenta un sentimiento de pre
sión, de pesadez y de tensión incómoda sobre la bó
catarro de la nariz va precedido de una sensa veda palatina. La cueva de Hiimioro , como las demás
ción incómoda de sequedad , de plenitud y de ten cavidades, puede llegar á ser asiento de una hidro
sión en este órgano; los ojos se llegan á poner tur pesía aguda ; cuando la inflamación es llevada i cierto
bios , lánguidos , encendidos v anegados en lágrimas; grado de violencia , se forma en ella una colección
la voz e» ronca, nasal; el olfato y el gusto están em copiosa do serosidad pura, ó mezclada coa un líquido
botados; la piel es muy sensible al frío; se presentan puriforme. Cuando desaparece el obstáculo que cierra
zumbidos de oídos, una necesidad continua de so la abertura de comunicación del seno con la nariz,
narse, y estornudos frecuentes é incómodos. Se esta la materia del derrame se evacúa algunas veces de
blece en seguida un flujo considerable de materia un solo golpe , por la inclinación de Ta cabeza sobre
serosa, cálida, acre, y ligeramente salada como las el lado opuesto, ó destila poco á poco si se halla en
lágrimas; la parte inferior de la nariz se pone en cerrada en un quiste.
cendida por el contncto de este humor, y se inflama Al cabo de algunos dias, ó mas tarde , como aca
hasta el labio superior. La membrana mucosa que ta bamos de decir en el catarro de las narices, se efec«
piza las fosas nasales y las vias lacrimales se pone tua la resolución. Al flujo seroso y tenue, á la seque
tumefacta, y es un obstáculo al paso del aire en las dad incómoda de la nariz, sucede una escrécion de
narices y al descenso de las lágrimas por el canal pituita viscosa, glutinosa, blanca, amarilla, verdosa
nasal: sobreviene lacpífora, la respiración es difícil Ó puriforme, mezclada de estiias sanguinohntas que
cuando se come ó durante el sueño, y el enfermo se exhalan á veces un olor fétido; en ciertos casos es
ve obligado á mantener continuamente la boca abierta, muy densa y tiene la consistencia de la cera. Esta ma
lo que es penoso para los niños que no están acos teria sale de los senos frontales, al bajar la cabeza,
tumbrados á ello , y les impide dormir. La cabeza y del seno maxilar al inclinarla hácia el lado opuesto.
está pesada, la frente dolorosa, y la vista turbia; se S07. Conssclencias dk la coriza.—La termina
declaran horripilaciones irregulares y bocanadas de ción no es tan feliz cuando el catarro va acompaña
calor , mas pronunciadas á la entrada de la noche; do de una inflamación violenta ó depende de un virus
en los casos graves, la liebre es manifiesta, existe una particular, de una causa que no es fácil destruir. Ño
verdadera flogosis. Estos síntomas continúan por es es raro que las afecciones, catarrales, como otras mu
pacio de algunos dias, y á veces por largo tiempo, chas, den lugar á colecciones de pus, ya manifiestas,
pero no ofrecen siempre ta misma intensidad. Un do ya oscuras y ocultas en las fosas nasales ó en sus se
lor obtuso se hace sentir por detras del velo del pala nos, sobre todo en los senos frontales y en los maxi
dar jiasta lagarganta. El moco segregado dorante el lares. Se ven entonces sobrevenir todos los accidentes
sueño en lá cámara posterior de la boCa, se seca por de las supuraciones .internas (1^8); ej oliatp: s¡» halla
el contacto del aire en la respiración, y'forma costras mus ü menos alterado, los huesos esponjosos y los
ó escamas que aumentan la irritación y liaceñ algo huesos delgados de las fosas nasales están comprimí'
dolorosa la deglución. En fin, en una época mas ó dos, varían de lugar, y se declara un gran. número de
menos avanzada, la materia, que era serosa y límpi accidentes conocidos de la cirujía. El absceso puede
da, empieza á espesarse, toma una consistencia mu degenerar en úlcera sórdida, dar lugar á una ozena,
cosa , su escrécion llega á ser insensiblemente mas simple y benigna, ó maligna, que exhala una fetidez
fácil, y por espacio de muchos dias se segrega una insoportable para el enfermo y para los que le rodean,
" ntidad de pituita viscosa, blanca, amarilla , y que se complica con la carie, con fístulas, coa es-
i veces verde, mezclada de es trias de sangre, crescendos fungosas, poliposas, esteatomatosas, es-
chalan á veces un olor fétido. El olfato y el cirrosas ó cancerosas, y que es algunas veces man
gusto se restablecen, la respiración se ejecuta con fa tenida por una causa virulenta específica; todas estas
cilidad, y las operaciones del entendimiento llegan á circunstancias hacen su curación muy difícil.
sor mas libres. La supuración y la ulceración, que ocupan uno de
La coriza puede propagarse ó fijarse especialmente los senos frontales, ó los dos, se anuncian por un do»
en los senos esfenoidales , frontales y maxilares de lor obtuso ó pulsativo y muy agudo , por una liebre
uno ó de los dos lados. Pero debemos estudiar so fuerte ó ligera, y otras veces sin movimiento febril.
bre todo la afección de los senos frontales y de la Si el ¡cor acrimonioso no se evacúa por las narices,
cueva de Higmoro , ya en razón de su esténsion , ya ataca al periostio, reblandece, distiende y corroe los
porque eslán mas espuestos á la acción do las causas huesos; destruye ol tabique que separa los dos senos,
morbosas, y llegan á ser comunmente el asiento de hunde la pared posterior contra el cerebro, lo que
catarros oscuros y difíciles de oa'riji'. , I produce el adormecimiento, el estupor; ia horada en
El catarro de los senos frontales Se anuncia por un ■ fin, se derrama en el cráneo, y ocasiona la muerte
DI MEDICINA Y CIBUJÍA. — FRANK. 267
en un estado apoplético. Algunas veces la carie le ces periódico. La abolición de la voz, cuyo instru
abre una salida hacia el párpado superior, al cual mento es la laringe, se llama afonía, y se da el nom
conoe, ó liácia otro punto de la órbita, y se estable bre de mutismo á la pérdida de la palabra, cuyo
ce una comunicación que reúne en una sola cavidad órgano es la bnca. Estas dos afecciones son primiti
los fonos frontales ó maxilares y las fosas nasales. En vas, cuando su causa reside en la misma parle: son
un joven que murió al fin de la tisis pulmonar, y cu secundarias cuando dependen de otra enfermedad:
yo cadáver abrimos en Bruselas, hemos visto destrui no es raro que procedan de la lesión de las visceras
do por una ozena venérea todo el interior de las que simpatizan con la laringe ó con la boca, cómo
fosas nasales, los huesos y el velo del paladar, de hemos dicho en otra parle y como espondremos mas
manera que bs ventanas de la nariz, confundidas ampliamente en otro artículo. Las historias de catar
con los antros maxilares , no presentaban mas que ro bronquial agudo y mortal referidas por los autores,
una gran cavidad, cuya vista causaba horror. Las es» pertonecen á la angina laríngea ó á las afecciones
crescencias esponjosas ó cscirrosas del seno frontal convulsivas de la laringe.
hacen correr los mismos peligros comprimiendo las 509. Descripción uki. catarro de ja traquea t
partes inmediatas, ó produciendo una supuración de LOS bronquios. -El catarro do la tráquea y de
maligna, cancerosa. los bronquios tiene también otro nombre sacado de
No hay menos accidentes que temer en los casos su principal síntoma, y se llama tos: esta denomina
de ozena, de cscrescencias fungosas ó cancerosas, ó ción es impropia, puesto que se aplica á un gran nú
de exostosis del antro maxilar. El simple curso de mero do afecciones muy diferentes. Cuandocste ca
uu liquido puriforme y aun fétido que proviene de tarro es intenso, da lugar á síntomas análogos á los
esta cavidad, no es una prueba s, n-iente de la exis de la angina traqueal ó degenera fácilmente en tra-
tencia de la supuración en su interior; pero si una queitis, eu peripneumonín verdadera ó falsa. Puede
inflamación maniliesta de este seno se prolonga, si á ir acompañado de una fiebre manifiesta, ordinaria
estos síntomas suceden los que anuncian la formación mente inflamatoria, algunas veces gástrica, y aun
del pus (128), uu dolor pulsativo, lancinante, que nerviosa, sesun la constitución del año, la del enfer
aumenta por el decúbito sobre el lado afectado y mo, y las causas que han precedido. Otras veces la
cuando el enfermo se suena; si se observa una rubi fiebre" es ligera ó nula, lo que demuestra que la afec
cundez, una tumefacción de la mejilla, ó un tumor ción es local; los síntomas son entonces mucho mas
que cede á la presión del dedo, y con crepitación suaves. No es raro que la enfermedad se complique
algunas veces sobre la cara esterna del hueso maxi con la coriza, ó con la ronquera; pero comunmente
lar, ó bajo la bóveda palatina; si por la inclinación ¡a afección se limita á la tráquea ó á los bronquios,
déla cabeza háciael lado sano corre del seno una ma caracterizada por síntomas diferentes, aunque la
teria morena, ó negra y fétida; pero sobre todo, si membrana que es asiento de ella sea la misma que
la caries ó unaabertura fistulosa se manifiesta cerca la de la nariz y la de la garganta. Presenta los fenó
del pómulo en el techo de la órbita, en el velo del menos comunes á todos los catarros: ligeras horripi
paladar, sobre el borde alveolar, en el nacimiento de laciones, bocanadas de calor á la entrada de la noche,
las encías, y vacilan los dientes correspondientes al dolor tensivo, pungitivo en los miembros, y laxitud,
seno, se alargan ó están también afectados do caries; síntomas que se agravad por la tarde con la fiel re,
eu estas circunstancias no se puede dudar que la cuando existe, y que esperimentan remisión por la
cueva do Higmoro es el asiento de una úlceru cariosa, mañana. l\ enlermo so queja de una sensación de
de una ozena, ó al menos de una escre3ceucia fun sequedad, de titilación desagradable, do ardor en la
gosa, i tráquea ó en el interior del pecho; la respiración es
508. Descripción del catarro di¡ la garcama mas ó menos difíei1; la los continua, seca y fatigosa
t de lalarim.b.—la membrana mucosa de la gar desde el principio, aumenta en una inspiración fuerte,
ganta ó de la laringe, llega á ser comunmente asien y profunda, y cuando el enfermo balita. !>i la especto-
to de la enfermedad, lo me constituye la angina ca racion es seguida de ayunos esputos en los pi ¡meros
tarral. Una titilación incómoda se hace sentir en la días , son estos acuosos , salados, espumosos, y mez
garganta, con una sequedad y un calor mas pronun clados cotí estruas sanguíneas en los violentos es
ciados á la entrada de In noche; la voz está destem fuerzos. La tos es algunas veres tan intensa, que sin
plada; alterada y debilitada, lo que constituye la ron otra causa provoca vómitos acuosos, biliosos, alimen
quera; el paso de los alimentos por la faringe,, del ticios: sus sacudirijienlGS convulsivos determinan en
aire por la laringe, no es libro; el enfermo espeii- ciertos casos el aborto, el doscensp de la vagina,
menla una tos seca ó una escrecion de materia acuo hornias, vértigos con tendencia á la apoplegía, un
sa, salada, con ligeros horripilaciones, calores vagos, lagrimeo involuntario, hemorragias insalc s, ó henio-
sed, anorexia, y un sentimiento de laxitud, sin te lipsis. Al cabo de algunos dias, cuyo número no se
ner precisión de hacer cama. Al cubo de algunos puede fijar, la espectoracion llega á ser mas fácil,
días, las materias que se desprenden solamente de la sobre todo perla mañana, la tos menos intensa y los
garganta y de la laringe llegan poco á poco á ser esputos uu poco mas espesos, pero en pequeña canti
mas abundantes, mas espesas, tenaces, blanquecinas, dad. 8i ol enfermo observa un buen régimen, su es
y la escrecion tiene lugar por la mañaua, siendo pro* tado se mejora de dia en día; los esputos aumentan
cedida de náuseas, ba voz vuelve á lomar su timbre, gradualmente, llegan á ser mas viscosos, blanquecí
los esputos disminuyen, la respiración y la deglución nos y son espelid os con facilidad. Esta espuicion,
se ejecutan con facilidad. Hay personas, sobre todo, acompañada de un alivio notable, continúa por es
los viejos, que todas las mañanas al despertarse es pacio de muchos dias; empieza en (in á disminuir,
pelen una gran canliuad de esputos que provienen se declara una traspiración igual y vaporosa por la
de la garganta: estos individuos no están muy incó mañana, las orinas depositan un sedimento latericio,
modos con su catarro gutural que vuelve en les y el enfermo vuelve á cobrar su salud primera. Cuan
tiempos fríos y húmedos, ó que constituye en ellos do la enfermedad se descuida en su principio, es
una enfermedad habitual. H <y otros que, sin ofrecer tratada por los es'imulantcs , por un método osci
una espuicion tan abundante, esperimentan una ron lante, ó el individuo aleclado se espone imprudente-
' ,.la violencia de
el pecho y la fiebr
268 BtBMOTECA ECONÓMICA
lan: no es raro que bajo la apariencia engañosa de de complicación de la fiebre nerviosa con este catarro,
una simple afección catarral, se c.imbie la enfermedad como con los catarros esporádicos ; algunas veces se
en peripneumonia peligrosa, 6 pase a la supuración y aproxima mucho á la angina maligna ó á la peripneu
degenere eu tisis ulcerosa, sobre todo eu las personas monia nerviosa.
que están dispuestas & esta flegmasía crónica ó que En las epidemias catarrales se quejan los enfermos
tienen ya tubérculos en el pulmón. á veces de un sentimiento de dolor, de ardor en el
SIO. DESCRIPCION DEL CATARRO ENDEMICO. —LaS estómago y los intestinos , con flujo de vientre y le-,
vicisitudes de la atmósfera bacen frecuentes los ca nesmo, lo cual anuncia que la acción de la causa
tarros en la primavera y en el otoño, en los niños, en morbosa se dirige mas bien sobre las visceras del ab»
los viejos y en las personas de una constitución dé domen que sobre las del pecho.
bil: pero en todas las estaciones, sobre lodo cuando 5H. DESCRIPCION DE LA TISIS PITUITOSA T DEL CA
el tiempo pasa de una temperatura caliente á una TARRO crósico.— Cuando la secreción mucosa de los
temperatura fría y búmeda, pueden ser epidémicos. bronquios y una espectoracion puriforme abundante
Independientemente de estas variaciones sensibles de so prolongan, acompañadas de debilidad, de fiebre
la atmósfera, los cataros febriles asolan algunas ve corta, de demacración , de muchas síntomas de tisis
ces proviucias enteras; pasan de un país á otro, re pulmonar sin signos de ulceración del pulmón , el ca
corren con mas ó menos rapidez en cierta dirección tarro es crónico. Esta afección difiere poco de las
toda la superficie del globo, y atacan á lodos los in flores blancas ó de la blenorragia crónica ; pero la
dividuos sin distinción de edad, sexo, condición, ni ostensión de la superficie que ocupa, la abundancia
género de vida: esta propagación inspira dudas fuñ de la escrecíon , y la importancia del órgano, hacen
adas sobre la existencia de un principio contagioso sus efectos mucho mas funestos. La membrana mu
en semejantes circunstancias. Los síntomas del ca cosa pulmonar está en contacto con la sangre, que
tarro epidémico no difieren de los que liemos espues- afluye al pulmón de todas las partes del cuerpo, y con
to; anuncian una afección general mas ó menos pro el quilo, quo viene á mezclarse á este humor ; no es
nunciada de las vías aéreas¡ pero la fiebre es mayor, do admirar que la pérdida de la materia nutritiva sea
tiene una marcha mas rápida que el catarro mismo, aqui mas considerable que eu la diabetes , ya porque
cuyas crisis se operan de una manera mas evidente la cscrccion de las mucosidades blanquecinas y algo
por la piel. De repente, y casi en el mismo dia, la dulces dependa de la relajación de la vasta superficie
mayor parte de los habitantes del pais en que se de de los bronquios , ya que provenga do una causa ir
clara la enfermedad experimentan un entorpecimien ritante ; no nos dotemos sorprender si la continua
to en los miembros, un sentimiento de laxitud en la ción de la tos, la abundancia de los esputos producen
espalda, una debilidad general, vértigos, horripilacio una consunción caracterizada por una gran debilidad,
nes vagas, un escalofrió por lo común bastante inten una fiebre lenta, sudores nocturnos , dispnca, edema
so, y seguido de un calor vivo con insomnio y algu de los pies , y demás síntomas comunes á la tisis pul
monar ulcerosa. A la abertura del cadáver de muchos
nas veces delirio; cefalalgia, náuseas, amargor de individuos
boca, regurgitaciones, vómitos, sod ardiente ó ligera; que parecían haber sucumbido de esia
coriza, estornudos violentos, lagrimeo y encendi última enfermedad, no se lia hallado el menor vestigio
miento de los ojos, voz ronca, dolor en la garganta, de ulceración : sus esputos , que todo el mundo con
tos seca, esputos mezclados á veces con estrías san sideraba como purulentos, eran producidos por una
guinolentas, opresión de pecho, dolor pleurilico por secreción viciosa, y provenían del mismo origen que
momentos, pulso frecuente, blando y pequeño, ó gran las mucosidades de la corízi, do las flores blancas y
de y duro. La sangre estraida de la vena presenta ó de la blenorragia. En el catarro pulmonar crónico se
no la costra ílojíslica ; desde el principio la orina es ven á los enfermos que cspecloran sangre, acusar,
cruda y acuosa. Cuando sobreviene espontáneamente un dolor, un calor lijo en nlgun punto dei tórax, sin
un sudor abundante al segundo dia, juzga fácilmen que el pulmón se halle afectado, ó al menos ulcerado.
te la enfermedad. En ciertos casos los síntomas ofre Estas consideraciones prueban la poca confianza que
cen una remisión por la mañana, y por la tarde se ymerecen las historias de curación de tisis pulmonar,
renueva el aparato del dia precedente. Comunmente dellospulmón. remedios alabados para consolidar las úlceras
Es difícil distinguir estas dos enferme
al tercero, cuarto ó quinto dia, después de un esca dades, y la dificultad
lofrió intenso, la piel se cubre de un sudor abundan es tanto mayor, cuanto que no
te, ácido, viscoso, ó bien aparece una erupción pus podemos siempre hallar la diferencia que existe entre
tulosa en los labios, las orinas depositan un sedimen el pus y la mucosidad, y que la tisis pituitosa puede,
to latericio, y la fiebre se termina completamente, con en un período avanzado, complicarse con ulceración,
l'ero el catarro no cesa siempre con la fiebre: fre una verdadera tisis pulmonar. Sin embargo, si el
cuentemente continúa aun por espacio de muchosdias, catarro prolongado permanece largo tiempo sin fie
con una cspcctoracion abundante de esputos tenaces bre, ó ataca á una persona que no está dispuesta d
la tisis , á un individuo de una constitución débil ,
y glutinosos. Sin embargo, la enfermedad no tiene sujeto á otros flujos mucosos, A desórdenes de las
constantemente el mismo carácter: es ligera, absolu primeras vias ; si el color, la trasparencia, la viscosi
tamente excuta de fiebre en los unos , y 'grave en dad , la forma redonda, la ligereza, la cantidad de los
otros. Según el género de vida y el tratamiento, se esputos desde el principio de la enfermedad , no con-
disipa en pocos diasó se prolonga por muchas sema cuerdan con los caracteres del pus que suministra eu
nas. A pesar de la gravedad de los sintonías, las ter
minaciones funestas son bastante raras durante el esta época la úlcera, poco estensa todavía en la ver
curso de las epidemias; pero hemos visto ú un gran la tos; tisis
dadera ; si una inspiración profunda ne provoca
siá la aparición de un dolor reumático, ó sin
número de enfermos sucumbir muchos meses des causa conocida, la espectoracion se suprime por es
pués, á consecuencia de la supuración del pulmón, pacio de meses enteros, sin que resulte fiebre ni disp
principalmente aquellos que habían esporimentado, nea, para volver á aparecer en el tiempo frió y llu
aunque largo tiempo antes, algunas afecciones de pe
cho, cstrañas ó no la enfermedad actual. Los abortos vioso, que favorécelas afecciones cal arrales; si el
enfermo so encuentra bien con el uso de los tónicos ;
no son raros durante estas epidemias. ■ todas estas circunstancias, juntamente con el examen
El calarrro epidémico es ordinariamente de natu | comparativo do los síntomas de la tisis ulcerosa, ha
raleza inflamatoria y benigna; pero tenemos ejemplos
DE MEDICINA Y CiBUJÍA.-—FRAN K. 269
ccn presumir que la onlermedad no proviene mas que que trasudan en su supcrlicic , de donde resulta el
' Ue la secreción viciosa de la membrana mucosa do establecimiento do un centro de fluxión, una exalta
los lironquios. ción mas abundante , el infarto de los folículos mu
Cuaudo la espectoracion no rs muy abundante, cosos, una flogosis, uudesórden en la secreciou, un
como se observa á menudo en los viejos y en los bom- sentimiento de plenitud, de ardor y todos los sín
bres de una débil constitución, el catarro crónico tomas del catarro; es decir, una inflamación super
existe sin liebre, ó al menos el enfermo no esperi- ficial, como erisipelatosa , sin que se pueda admitir
menta movimientos febriles mas que por intervalos, ningún vicio en los humores. Si la flogosis es ligera,
en la época de las grandes variaciones atmosféricas; no es suficiente para ocasionar la liebre y no se des
no ofrece fsa delgadez, esa debilidad que acompaña arrolla mus que una afección local de corta duración;
á la tisis pituitosa ; espele por la mañana, á conse cuando la irritación es intensa ó la sensibilidad pro
cuencia de una ligera dispuea, una pituita viscosa y nunciada, cuundo el ejercicio de la voz ha introduci
semejante á vidrio fundido ; esta escrecion hace mas do en la parte una disposición á la flogosis, sobre
fácil la respiración ; y continúa por espacio de mu viene entonces una inflamación flegmouosa, cuyos
chos días, y algunas veces durante muchos meses, síntomas y terminación varían según el asiento que
sobre todo en el invierno ; la salud vuelve con los ocupa.
calores y con la serenidad del aire. Por lo común, el Así es, que cuando algunos obstáculos se oponen
enfermo llega sin o;ra incomodidad á una edad avan á la traspiración , y ninguna otra escrecion la reem
zada. i;i catiuro crónico no afecta esclusivamente i plaza, todo lo que aumenta el aflujo de los humores
la membrana mucosa pulmonar ; puede tener su Licia la piel, ó altera la sensibilidad do este órgano,
asiento en la faringe ó en la laringe y en la tráquea; lodo lo que dispone á la membrana mucosa de la na
en el primero de estos dos casos, el enfermo arroja riz, de la garganta, de lu tráquea ó de los bronquios
por la mañana una gran cantidad de pituita; en el á recibir y ú retener la materia irritante, favorece las
segundo existo una dispuea ligera, una tos fácil, y los afecciones catarrales. La esposicion al frió, . I salir do
esputos son redondos y vi-cosos. Algunas veces la un sitio caliente; el enfriamiento súbito de una parte
vuelta de una antigua erupción herpética, erisipela- calentada al fuego, á los rayos del sol, por los ves
losa, cura súbitamente e-tos catarros. Sin embargo, tidos ó por el ejercicio; la imprudencia de dejar las
no es raro que las personas cuyos pulmones son ropas de invierno en los calores pasageros de la pri
débiles, corraQ todo; los peligros de la per ¡pneumo mavera, ó de conservar las de verano hasta una épo
nía falsa en los violentos accesos del catarro crónico, ca avanzada del otoño; las demasiadas precauciones,
y que mueran del catarro sofocante, llamado asi á por lo común inútiles, para sustraerse á la impresión
causa de la sofocación que determina. Este accidente del aire libre; ¡a aerofobia de algunos literatos, de
tiene lugar cuando los pulmones están obstruidos por ciertas personas afeminadas; el abuso de los baños
la viscosidad , por la abundancia de las materias y calientes, de los sudoríficos, y todo lo que debilita la
por la imposibilidad da especlorar; los enfermos pe piel ó aumenta su sensibilidad; la vuelta frecuente
recen repentinamente como si fuesen estrangulados. del catarro á la misma paite, donde produce uu esta
512. Causas.—Debemos esponer ahora los causas do de relajación y desarrolla una sensibilidad morbo
generales y particulares del catarro. Todos los agen sa, y la debilidad originaria de los órganos de la res
tes capaces ao ocasionaren la membrana mucosa de piración, son las principales causas que determinan
las fosas nasales y de las vias aéreas una irritación las afecciones catarrales.
insulicientc para producir una inflamación conside _ Poro hay otros principios deletéreos, que introdu
rable, para establecer en ella uu centro de fluxión, cidos con el aire en el pulmón ó retenidos en este
y para cambiar y alterar su secreción, pueden dar órgano de donde la respiración debía eliminarles, ir
fugar al catarro. La mas común de estas causas es ritan las membranas mucosas, cerno el humor de la
la retención de la materia de la traspiración por el traspiración repercutida , sea cualquiera el grado de
frió. Kesulla de ella un reumatismo cuando este la temperatura eslerior. El vapor del azufre, del ar
humor se dirige sobre las parles musculosas, el pe sénico, esparcido aunque en pequeña cantidad eu la
riostio, los ligamentos ó las visceras , y un catarro atmósfera; el humo ó cualquiera otru materia esti
cuando se dirige sobre la membrana mucosa de la mulante sutil dispersada en el aire, irritan la mem
nariz, de la garganta, de la traquearteria ó de los brana delicada de la tráquea, de los bronquios, y de
bronquios. Ignoramos cómo produce este efecto, y lo terminan un catarro agudo ó crónico. Comunmente
que aumenta aun mas la dificultad es que los ca un aire nebuloso, sin ser frió, parece serla causa
tarros dependen mas comunmente de un enfriamien común de todos los catarros que reinan, ya porque
to parcial que de uno general. La piel no exhala el las nieblas algunas veces fétidas, contengan partícu
misino vapor deletéreo que el pulmón; pero lodo de las irritantes, ya porque este airo saturado de hume
muestra que la materia de la traspiración contiene un dad ubsorba difícilmente los vapores que exhala el
principio desconocido que dirigiéndose sobro diversas pulmón, ó relaje la membrana mucosa. ¿Dependen al
partes, cuando se impido su escrecion, ejerce sobre gunas veces las afecciones catarrales de un principio
ellas una acción diferente según su naturaleza. Qui contagioso? Se pudría poner en duda; pero los efec
zás cuando el humor de la traspiración se suprime tos de la viruela, del sarampión , de la escarlatina,
en todos los puntos de la superficie de la piel, se sobre la membrana mucosa de la nariz, de la gargan
evacué mas fácilmente, á causa de su cantidad, por ta y de ios bronquios; la propagación rápida de los
los otros emuutorios, sobre todo, por los ríñones y catarros á las personas que habitan bajo el mismo
por el tubo intestinal, que en los casos en que su techo, en circunstancias atmosféricas muy variadas;
supresión es parcial. Ño es de admirar que los liutno- el carácter evidentemente contagioso del muermo de
i es que deben evacuarse por la piel , rechazados de los caballos, hacen probable esta opinión.
su superficie, se dirijan con preferencia sobre los No es raro que las afecciones catarrales sean oca
órganos de la traspiración interior, órganos ligados sionadas por un vicio interno ó estenio que se dirige
por una simpatía de funciones con la piel, mas dé- sobre las vias aéreas. Tenemos muchos ejemplos do
biles y mas sensibles que todos los demás, ó que catarros producidos por la supresión inconsiderada
estos órganos, contraíaos por sí mismos, m itades L de una úlcera antigua, de una enfermedad impelid
retengan, los líquidos nos;! de larga dui ación, de una blenorragia, de ua
270 BIBLIOTECA «COKÓMICA
sudor do pies ó de los sobacos; por uqa metástasis , na pituitaria, y embola ó destruye el olfato. Los póli
reumática, erisipelatosa, etc. pos, las excrescencias fungosas de la nariz, de los
La siioputíú de los diferentes órgano*, sobre lodo i senos maxilares afróntales, d in lugar á todos los
ile las visceras abdominales non el pedio, puedo dar [síntomas de la coriza por la compresión que ejercen,
locar, no solamente á la tos, sino al catarro mismo, por la irritación qu<> ocasionan; su estraccion violen
como lo prueba la esperiencia. Sabemos que las infla ta puede determinar la ulceración ó la c;iri s. Se ha
maciones do los ojos, de la garganta, délos pulmo lla en los autores la historia de un catarro nasal de
nes, dependen á menudo de esta causa; vemos en la pendiente de un cálculo detenido en las ventanas de
coqueluche, que tiene frecuentemente su origen cr la nariz Hay personas á las que un esceso de sen
el bajo vientre, que los enfermos espectoran una sibilidad de in membrana pituitaria, unido A 8U rela
gran cantidad de pituita: ¿nossorprenderemos, pues, de jación, ó una conformación estrecha deis nariz, dis»
que el estómago, los intestinos, irritados por una bi ponen á Una coriza habitual.
lis acre, por s;i burras corrompidas, por vermes, ejer Del catabro cutral ó LARÍUGEO.—La ronquen»,
zan la misma influencia sobro la membrana sensible enfermedad cuya curación es comunmente muy difí
y delicada de los bronquios, ó que una tos simpática cil, reconoce un gran número dé causas especiales.
prolongada determine una flogosis, una secreción Frecuentemente tiene su origen, como la afonía, en
morbosa en esta membrana? fisto es lo que esplica partes lejanas, en los pulmones , en el útero, y so
la gran eficacia de los eméticos, de los purgantes en bretodo en los órganos digestivos: los nervios, con
los catarros, especialmente en los catarros epidémi .especialidad los recurreute9 , tienen utia gran influen«
cos que se suelen asociar con una liebre gástrica; ;cia sobre el órgano de la voz. Se ha visto sobrevenir
esloes lo que da razón do la diarrea espontánea que h ronquera en un niño que acababa dé tragarse un
los juzga en un gran número de casos. Sin embargo, escarabajo vivo. Todos !o> prácticos han observado la
no se debe establecer la indicación do los evacuantes afonía ocasionada por los vermes ; nosotros hemos di
por solo el amargor de boca ó lo sucio de la lengua, cho en otra parte que la pérdida do la voz era un
por la sola presencia délas náuseas, de las regurgi :síutoma ordinario de la peritonitis puerperal. Se ha
taciones y aun de vómitos: estos fenómenos son por" visto que una inyección astringente en el vientre, á
lo común sintomáticos de cualquiera otra causa que consecuencia de la paracentesis, una inflamación del
las saburras. pericardio en el sitio en que se distribuyen muchos
Las causas cuya esposicion acabamosdo hacerobran ti'etes de los nervios recurrentes , ha producido la
sobre toda la estensiou de la membrana mucosa de afouía, la disfagia, y ha hecho variar el timbre de la
las vias aéreas ó solamente sobro algunas de sus par voz desde los tonos mas agudos á los mas graves. La
tes. Varaos á examinar las que dirigen su acción es sección de uno de los nervios recurrentes ó de los
pecialmente sobre uu punto mas bien que sobre otro. dos, en los esperimeutos hechos Sobre los animales,
Causas esfeciales.—La coriza es ordinariamente en la operación del broncocele, ó de una herida en
consecuencia del enfriamiento de la cabeza ó de los ¡el cuello, es seguida de una ronquera incurable, ó do
, tan frecuente en los niños: las personas quo se ¡la estincion completa de la voz. No hay enfermedad
en mucho la cabeza están mas espuestas á pade- grave que no altere considerablemente la Voz Nadie
s. No es raro que se introduzcan cuerpos estra- ignora los cambios que producen en su timbre la pu
os en la nariz, ó que vicios internos dirijan su ac bertad y la primera secreción del séhlen.
ción sobre esle órgano. Hemos visto á un hombre per Pero si el órgano de la voz recibe de diverso modo
der el olfato y el gusto por una metástasis artrítica ;la influencia de causas que residen en partes lejanas,
sobre los nervios de la nariz y do la lengua; era in la ronquera tiene mas comunmente origen en Ja gar
sensible al olor penetrante del amoniaco, que no le ganta y aun en la laringe.
hacia esperimenlar mas que una ligera cosquilla. El Hay personas cuya voz no es nunca clara ni so
virus venéreo tiene una tendencia singular á atacar nora, sino siempre ronca, sin que esta alteración
la membrana mucosa de la garganta y de la nariz; proceda de un estado morboso. Las priucipales cau
produce frecuenleWnte una ozena que causa gran sas de la ronquera son : la falti , la superabundan
des estragos en las. fosas nasales. La coriza es uno de cia, ó la demasiada viscosidad do la mucosidad suave
los principales sintonías precursores y concomitantes 'qtíe humedeco la garganta y la laringe; la entrada del
del sarampión; acompaña algunas veces á la viruela: polvo en la tráquea, la relajación y flexibilidad, de la
esta última enfermedad ocasiona también abscesos ó membrana mucosa, la tumefacción , la flogosis , el
úlceras eh las ventanas de la nariz, y hasta puede 'estado varicoso de esta membrana ó de sus folículos
causar Su obliteración. Hemos espuesto 011 otra par jglandulosos; la presencia de un exantema, dé uná
te los estragos que causa la escarlatina maligna en erupción impetiginosa , de una erosión, de una ulce
la garganta y en la nariz. Los tristes efectos de la le- ración en la cara inierna de la epiglotis ó de la la-
pra( que ataca especialmente á este órgano, son bas Tinge; la rigidez, la inmovilidad, la fractura, la com
tante conocidos (483). La erisipela y la liña de la ca presión de los cartílagos que entran en la composi
ra se propagan comunmente á las narices. Los niños ción de este órgano, y uri estado espasmódico o pa
"ln sujetos en los primeros instantes del iiucirtíien- ralítico de sus músculos. Una metástasis, un depósito
i un fluio abundante ríe mucosidades nasales, y se aU materia reumática, artrítica, calcárea, tofáctía; en
i afe-tados con frecuencia, sobretodo durante el ÍÍIn, tortas las causas capaces de determinar los de-
)ajo do la dentición, de una coriza sintomática, en-' Sniái catarros, pueden dar luear á la ronquera; pero
fermedad propia de su edad. Por lo común la caries de enlre otras, la impresión del aire frió contra el que
los dientes, ó de los alveolos de la mandíbula supe se camina, de una bebida fría cuando se está sofoca
rior da lugar á la flogosis, á la secreción morbosa, á do por el canto, por los ejercicios oratorios 6 por los
la ulceración de la membrana que tapiza la cueva de ¡esfuerzos de la voz. Los bebedores están afectados de
Higoioro. Un golpe, una violencia cualquiera ejerci una ronquera casi continua.
da sobre la nariz, sobre los senos maxilares, frontales Causas especiales oel catarro db la thaquha y
ó la introducción, el desarrollo de ciertos insectos nía oatarro de los nROi»Qrjro3.—Las causas especia-
en estas cavidades, producen los mismos efectos. El es del catarro de la tráquea y de los bronquios, ya
co. mezclado comunmente con sustancias ac es do, ya crónico, difieren mucho de las que acaba-
echosas, ataca, ulcera alganas veces la Hien iponer; toda la diferencia procede del luear
DE MEDICINA T CIRDIÍA.— FRANK
sobre que dirigen si impresión. La tos; que ocupa ocasionada por una causa virulenta es muy difícil de
aquí el primer lugar, no constituye por si misma una curar , y muchas veces no pueden nada contra ella
enfermedad; es un síntoma común á muchas afeccio nuestros mus eficaces recursos Las úlceras de la na
nes y a los catarros. En general se declara siempro riz, cuando se desprecian ó cuando so las irrita con
que una causa irritante, que reside en la parte mis el uso del tabaco , ó de cualquiera otra manera, se
ma , en sus inmediaciones ó en un órgano lejano, cubren de escrecencias fungosas, blandas , blancas ú
ejerce su acción sobre el diafragma, sobre los pulmo rojas, pero sin dolor, lo que constituye el sarcoma de
nes y sus células aéreas, sobre los bronquios o sobre la nariz ; ó lívidas y dolorosas, y con tendencia á la
la tráquea, sobre la laringe, y sobre los nervios que degeneración cancerosa. Algunas veces son pólipos
se distribuyen en él. La causa mas frecuente de este que salen do las fosas nasales, ya por la parle ante
fenómeno es la irritación de la membrana delicada y rior, ya por la posterior de esias cavidades. La ron
sensible de la tráquea ó de los bronquios. Una gota quera, considerada como enfermedad, es poco peli
de agua pura , que no produce la menor impresión grosa; considerada como síntoma, suele ser mortal.
desagradable sobre el ojo, escita un movimiento con El catarro de los bronquios no es por lo común grave,
vulsivo de todo el tórax cuando cae en la glotis. Los á uo ser que se le descuide , ó se trate mal , que ata
cuerpos estraños introducidos en la tráquea, los cálcu que á personas cuyos pulmones estén tuberculosos;
los formados en los bronquios, diversas materias pul que se acompañe do dispuea, de calor y de fiebre: la
verulentas inspiradas con el aire y concretadas por su mayor parto délos enfermos que se descuidan en es
unión con las mueosinades bronquiales; los pólipos de tas circunstancias, mueren á consecuencia de una in
linfa coagulada, que siguen las divisiones de los bron flamación del pulmón, ó de tisis tuberculosa. El ca
quios bajo la forma de .ramificaciones vasculares ; el tarro que se prolonga, aunque sin fiebre aparente , es
infarto de las glándulas bronquiales , ó de los folícu sospechoso ; hace temer qua degenere en tisis pitui
los mucosos ; los tubérculos, las vómicas, los escir tosa. Esta hace co.'ror menos peligro que la tisis ul
ros, las colecciones de aire , de agua, de sangre, de cerosa; pero con fací idad se convierte en esta última
pus y de materia puriforme, en el parénquima del ó en peripneumonia falsa , por la supresión súbita de
pulmón; el estado varicoso, la ingurgitación de sus los esputos.
vasos sanguíneos; la inspiración de un vapor irritante; 814. Tratamiento.—Un gran número de catarros
la supresión del sudor; una metástasis, la repercusión se curan sin el socorro de la medicina; se disipan en
de un exantema, de una enfermedad impetiginosa, ó los primeros días por sudores abundantes, ó mas tarde
de un vicio cualquiera, sobre estos órganos; la inflama por una espectoracion copiosa de mucosidades espe
ción, los tumores aneuristnáticos , esteatomatosos, ó sas, algunas veces mezcladas de estrías sanguinolen
escírrosns ; la ulceración de las partes inmediatas , de tas; también se juzgan hácia el fin de su marcha, por
la pleura, del mediastino, del pericardio, del corazón, una diarrea ligera. En un simple catarro sin fiebre,
délos grandes vasos, de! exófago, del diafragma, del sin dolor fijo , y sin dispnea , es necesario , pues,
hígado, del estómago, del bazo; los derrames en el confiar el cuidado del enfermo á la naturaleza; apar
tórax, un vicio-de conformación de esta cavidad , la tar todo lo que pueda interceptar la traspiración , ó
luxación, la fractura^ la caries de las costillas, una he - aumentar la irritación de la membrana mucosa; pros
rida, etc., que hacen penosos los movimientos de la cribir una dieta ténu", bebidas libias, y esperar la
respiración; la irritación de los nervios que comuni terminación espontánea. En lugar de las bebidas ti
can con los del pulmón, do la tráquea , de los bron bias y diagnóicas, se han atrevido algunos á recurrir
quios, como hemos dicho al hablar del catarro tra al agua fria, y aun al hielo, á titulo de sudoríficos y
queal : todas estas causas dan origen á una tos seca de repercutivos: este método imprudente ha sido co
ó húmeda, primitiva ó secundaria. En el catarro pul ronado de éiito.
monar, la afección do la membrana mucosa es la que Siempre que el catarro so acompaña de liebre ó de
produce la tos. A consecuencia de catarros crónicos cualquier síntoma grave, reclama prontamente nues
y de la tisis pituitosa, se ha visto el pulmón en estado tros socorros. En su tratamiento, es preciso tener en
de flacidez. Pero esta alteración patológica puede ser consideración su carácter, su asiento, su causa, la
efecto ó causa de la enfermedad; la laxitud sola es constitución del enfermo, y la del año. Es raro que
insuficiente si á ella no se agrega una irritación local, se observen en la coriza síntomas violentos ó una fiebre
muchas veces dependiente de la supresión intempes intensa; pero esto se observa en algunas ocasiones:
tiva de una antigua úlcera, de un¡i afección impcli- la inflamación
■fosas puede
nasales, los senosocupar toda ylamaxilares,
frontales estension ydeterlas
ginosa , de las flores blancas, de las hemorroides , de
la blenorragia , del su^lor de los pies ó de las áxilas, minarse por supuración. En estas circunstancias, hay
ele , irritación que aumenta ó pervierte la secreción que averiguar cuál es la naturaleza de la liebre : si es
de la membrana mucosa. verdaderamente inflamatoria, debemos seguir tos pre
;H3. Pronóstico.— Lo que precede basta para de ceptos establecidos en el tratamiento de ésta fiebre,
ducir el pronóstico del catarro. El de la nariz y de la en sus diversos estades de simplicidad y de compli
garganta , rara vez es grave, A menos que sea sinto cación; si es nerviosa, recurriremos al método acon
mático, ó que se acompañe de una inflamación consi sejado en los diferentes casos de fiebre maligna. Guan
derable, ó de supuración. En algunas ocasiones, la do la nariz no está enteramente tapada, es útil sor
coriza prolongada é intensa acarrea una afección del ber el vapor del agua libia, sola ó acidulada con el
cerebro; nosotros hemos visto últimamente un hom vinagre: si rio se püede emplear este medio, y en los
bre atacado de un violento catarro nasal que duró casos en que la flogosis se propaga bosta la garganta,
cerca de dos meses: á esta época se quejó el enfermo se sustituye con un colutorio compuesto de leche ti
de un oscurecimiento de la vista, de zumbido de oí bia, ó del cocimiento de malvas. Calmada la inflama
dos, y de dificultad de hablar; sentía una compre ción, se abandona la enfermedad á sí misma. Si la
sión alrededor de la cabeza, un temblor en la mandí viscosidad de la pituita hace difícil su escrecion, debe
bula inferior, frecuentes ataques de epilepsia, y uha sorber el enfermo vapores emolientes, ó una solución
debilidad notable en las estremidades superior é in de maná en agua tibia. Los estornutatorios han surti
ferior del lado izquierdo. Estos accidentes, que hicie do buen efecto en esta ocasión, pero no convienen
ron temer un derrame seroso en los ventrículos de^ porque no estamos seguros, ni somos dueños de su
cerebro, parecía que no lettian otro origen. La ozena acción.
272 BIBLIOTECA ECONÓMICA
Cuando se lia formado en las fosas nasales, ó en este solo medio, como una verdadera flegmasía pul
los senos frontales y maxi ares, una colección tío pus, monar. Así como cu la coriza, tiene necesidad la na
ó de materia icoiosa, es necesario evacuarla pronta turaleza en el catarro bronquial, de cierto grado de
mente, según las reglas que prescribe la cirujia, cou fueizas y de cierto espacio de tiempo, con el objeto
el objeto de prevenir la erosión de los huesos inme deque la pituita estancada en los folículos mucosos
diatos. La perforación dol seno frontal , practicada adquiera la movilidad necesaria para su escrecion , &
oportunamente y con precaución, es una operación fin de que se pueda trasladar la causa morbosa, y
aconsejada por la razón y por la esperiencia. Se fací atraer los humores á la periferia, y, por último, para
lita salida ú la materia contenida en la cueva de Hig- que un sudor suave é igual arrastro el principio irri
moro, eslrayendo uno ó dos de los dientes corres tante fijo en el pulmou.
pondientes, sobre todo si están cariados, y dividiendo Pero los catarros ligeros en su principio, y aun los
en seguida las membranas del seno, cuando estas catarros epidémicos, ceden frecuentemente á los su
partes quedan intactas: también se puede practicar dores provocados por el uso de las pociones salinas
una abertura en la raíz de los alveolos, por debajo de á las que se agregan los polvos de Dower, por la ad
la mejilla, en la bóbeda palatina en el sitio mas sa ministración del emético á dosis refractas, de las be
liente. bidas tibias preparadas con las flores de saúco y de
Nosotros hemos visto caer, & consecuencia de la malvas, y del cocimiento blanco con cebada; en mu
caries, una porción muy considerable de la mandibu- chos casos basta hacer inspirar varias veces al dia el
la con tres dientes: después .del desprendimiento de vapor del agua tibia. Algunas veces, se obtiene el
esta pieza huesosa, se entretenía el enfermo en hacer mejor éxito del agua fría para bebida, por la simpatía
pasar las bebidas desde la boca al seno, para que sa del estómago con el pulmón ó cou la piel: hace que
lieran por las fosas nasales: la comunicación se cerró se traslade ó que cambie la irritación fijada en los
bien pronto, y la curación fue perfecta. Frecuente bronquios, y cura en poco tiempo el catarro ; lo cual
mente cierra la inflamación la abertura natural del no concuerda con las teorías de las escuelas.
seno maxilar, de modo que no os muy fácil practicar Los que atribuyen á los béquicos y á los pectorales
en esta cavidad las inyecciones que tan útiles son. una acción específica sobre el pulmón, los han elogia
Cuando se ha establecido una via de comunicación do mucho en esta enfermedad. Se han colocado entro
con la boca, es menester adoptar las precauciones ne ti número de estos remedios , ya los que contienen
cesarias para impedir que los alimentos penetren en mucüago, los jarabes en que forma la base esta sus
el seno. Si esta cavidad se hace el asiento de una úl tancia, y los oleosos, ya los medicamentos enteramen
cera con caries, ó de unaescrescencia fungosa, se la te opuestos, los estimulantes, tales como las prepara
debo combatir por los medios quirúrgicos. La ozena, ciones cscilítícus , sobre todo el ojimiel , las gomas
cuando es producida por una causa virulenta, exige ferulúceas, la goma amoniaco, el kermes mineral, etc.
los remedios apropiados, tanto internos como ester- Guiados por la teoría, no estudiaban los casos en que
nos. Entre los tópicos, lu disolución dilatada de su eran útiles estos diferentes remedios, y su empleo
blimado y las fumigaciones, producen escelentes re era nocivo & muchos: á los unos les fatigaban el es*
sultados. lómago con los oleosos; á los otros les aumentaban
La ronquera catarral reclama al tratamiento de Ja cou los irritantes la flogosis ya establecida en la mem
angina de la misma naturaleza (478), ó de la angina brana mucosa, y producían el mismo efecto que en la
Jaringea ligera, cuando se acompaña de flogosis in peripneumonia. Mucha? veces trae su origen el catar
tensa (179). Los vapores acuosos son algunas veces ro de los bronquios, del catarro do la garganta; los
muy útiles, resuelven las colecciones de pituita for mucilaginosos y los oleosos obran entonces calman
madas en la laringe, y facilitan la escrecion de este do la irritación de la parte. Las sustancias que pro
humor. Se ha alabado en otro tiempo el jarabe de ve vocan náuíeas, como el kermes mineral, ó la escila,
lar contra la ronquera; pero goza de virtudes comu obran por la simpatía del estómago con el pecho y
nes á todos los remedios que lubrifican la garganta y con la piei; pero no gozan de ninguna virtud especí
la defienden de la acrimonia de las materias segrega fica para resolverla pituita; muchas veces, aumentan-
das por la mcmbiana mucosa. Las unturas con el li do la irritación, aumentan también la secreción puri
nimento volátil y un polvo de cantáridas, la aplicación forme de la membrana mucosa, y suprimen la supu-
de un vejigatorio á la región laríngea, son útiles, i ación.
cuando el catarro depende de un vicio reumático , ó El tratamiento de este catarro, como el de los de-
de cualquier otro principio acrimonioso. mas, es, pues, muy variable; ya es debilitante, ya os
El catarro bronquial exige el mismo tratamiento cilante, según las causas, según la naturaleza de la
que las demás especies; pero la importancia del ór fiebre y el estado del enfermo. En ciertas ocasiones
gano afectado, obliga á que se observen rigorosamente es muy ventajoso el vomitivo: tales como en el catar
los preceptos generales que acabamos do establecer. ro habitual, en la tisis pituitosa, cuando estamos se
La opinión, muy comunmente estendida, que consi guros de que no existe una inflamación verdadera y
dera la sangría como nociva en todos los catarros, ha cuando la complicación saburra! es manifiesta, ó cuan
sido muy funesta á la Inmunidad, aunque está de do las mucosidades son demasiado abundantes , de
acuerdo cou la esperiencia en los casos de fiebre ner masiado viscosas, y cuando la debilidad es escesiva
viosa ó gástrica. Cuando faltan las fuerzas, y la causa para que aquellas puedan salir por la especlorucion.
de la enfermedad es una laxitud constitucional del Hay un remedio seguro contra el catarro avanzado, y
pulmón, la sangría es también peligrosa, pues agrava os una poción salina con una pequeña dosis do tái tu
el catarro, aumenta la dispnea, ó predispone á pade ro estibiado ó de vino de antimonio: se recurre á este
cer la tisis tuberculosa. Pero por lo general la fiebre medio después de haber satisfecho las indicaciones
es inflamatoria, sobre todo en los sugetos jóvenes y de la fiebre y do la afección local. También se pres
robustos, y entonces la omisión de lt.s evacuaciones cribe el ópio, para calmar la tos que fatiga al enfermo
sanguíneas, ó el empleo de los remedios escitanles, durante la noche. •
conducen á los enfermos á lu pulmouía, á la hemoli El catarro crónico de los viejos y de las personas
sis ó á la lisi?. No obstante, lus sangrías copiosos no de una constitución débil, reclama los antimoniales,
están tan indicadas en lasafeccioues catarrales, como la infusión de polígala, la solución de goma amoniaco,
on las simples inflamaciones ; un catarro no cede a i eu el vinagre esciiltico. Si depende de un vicio horpé
DE MEDICINA Y CIBUJÍA.—FRANK. 273
tico ó ile cualquiera otro, se establece un vejigatorio la blenorragia aguda de la uretra. Este canal, como
ó un cauterio. Iguales remedios están también indica se sabe, es común álos dos sexos: es largo, encor
dos en la tisis pituitosa, y al mismo tiempo los tóni vado, y en relación enn el recto, en el hombre; ancho
cos, l'i quina, un régimen nutritivo, la equitación, los y corto, y en relación con Ta vagina, en la mujer. La
viajes por el mar ó por paises elevados en los que el blenorragia uretral es mas comunmente simpática
cielo está puro: algunas veces exige esta afección el que idíopática en las personas de este último sexo.
emético, como lo acabamos de decir, y las fumiga Como esta enfermedad proviene muy frecuente
ciones aromáticas. Si las vueltas periódicas de esta mente de un cumercio impuro mas bien que de otras
enfermedad, con todos los demás caracteres, anuncian causas, se acostumbra colocarlas entre las afecciones
que pertenecen á las liebres intermitentes, se comba sifilíticas: se la confunde con ellas, sin fundamento
len con la corteza del Perú. alguno, y muchas veces en perjuicio del enfermo. No
negamos nosotros que el virus venéreo pueda darla
GENERO SEGUNDO. orígon; pero si nos lijamos en que puede ser produ
cida poruña iirritacon cualquiera del canal de la ure
Blenorragia. tra, nos veremos obligados ú confesar que sus causas
deben ser muy numerosas. Los antiguos se engañaron
SÍB. Del catarro de las vias aéreas pasamos á una también cuando, considerando la materia del flujo
afección semejante de la membrana mucosa de los como el sémen corrompido, la llamaron gonorrea, qua
órganos genitales, afección que nosotros llamamos dividieron en virulenta y benigna.
blenorragia ó flujo de las partes genitales. La blenorragia uretral presenta los mismos sínto
516. Definición.—Esta enfermedad está caracte mas que la coriza: no obstante, como ocupa una su
rizada por una evacuación morbosa de serosidad, de perficie menos estensa, siempre humedecida por el paso
nueosidad, ó de materia puriforme y á veces sangui de las orinas, un cana! mas sensible, mas estrecho, y
nolenta, acompañada de diversos síntomas dependien diferentemente situado, los síntomas son de ordinario
tes de la flogosis, del desórden de las funciones del mas intensos, varían según las causas del flujo, según
órgano, de la pérdida del humor, y de otros sínto su duración, el sexo, y la constitución del enfermo.
mas simpáticos. Se puede dividir en varios períodos.
317. Especies.—Este género de flujos comprende Periodo inflamatorio.—Ya dependa la blenorragia
diferentes especies, á las que les han dado las escue de una causa mecánica, local, de la metástasis de una
las nombres particulares. Lu el hombre, la evacuación materia irritante sobre la uretra; ya provenga de un
puede traer su origen del glande, de sus añojos, ó virus contagioso, ó de un comercio impuro, este flujo
dol ano; en la mujer, puede tener su asiento en las aparece algunas horas después de la acción de su cau
partes comunes á losdos sexos, eulos grandes labios, sa; pero mas comunmente al cabo de tres, ó cuatro
en la vagina y en el útero. La blenorragia reconoce diás, de una semana, y lo que es muy raro, algo mas
diversas causas y marcha con mas ó menos lentitud, tarde. La blenorragia por infección establece su pri
coa mas ó menos celeridad. Se han considerado estos mor asiento en la fosa navicular del pene; cuando no
accidentes como otras tantas enfermedades distintas, es virulenta, puede principiar por otro punto cual
Y lian sido designadas bajo eí nombre de gonorrea, quiera. Esta afección se anuncia por un prurito, ó
blenorrea, florea blancas, leucorrea, hemorroides una titilación en el sitio en que aparece, poruña irri
blancas; denominaciones falsas ó que no espresan tación en sus cercanías y en la ingle, por deseos mas
bien ni el sitio del flujo, ni las cualidades de lu ma vivos y por una fuuesta propensión al acto venéreo.
teria. A fin de proceder con mas precisión, dividi En seguida sobrevienen un sentimiento, al principio
remos la enfermedad, según su asiento, en blenorra moderado, de tensión, de calor, de ardor, con fre
gia interna, que comprende la de la uretra, la de la cuentes gunas de orinar, aunque no sea mas que para
vagina y la del recto; y en esterna, á la cual referimos espcler una pequeña cantidad de orina. Los hombres
la del glande en el hombre, la de los grandes labios, esperimentan erecciones involuntarias y dolorosas, es
ó de la fosa navicular, en lu mujer. Según lu causa, pecialmente por la noche, con rubicundez, tumefac
admitimos una blenorragia primitiva, subdivididaen ción, comezón en la estremidad de la uretra y en la
mecánica, (logística, atónica y contagiosa; una ble superficie del glande. Las mujeres padecen una flo
norragia secundaria, quo puede ser metastálica, cri gosis que ocupa el orificio esterno de este canal, la
tica, verminosa, gástrica, calculosa; una blenorragia vagina, los repliegues mucosos y los grandes labios
simple y una blenorragia complicada. En fin, noso hasta su comisura. En los dos sexos la escrecion do
tros distinguimos esta enfermedad en aguda, y en las orinas renueva el sentimiento de ardor y las ga
crónica, habitual. nas de orinar. Al segundo ó tercer dia, se escapan
518. Estas variedades producen modificaciones en algunas gotas de mucosidad puriforme y blanquecina,
los síntomas de la enfermedad: constituyen una afec cuya cantidad, tenuidad y acrimonia aumentan en
ción local, ójuna enfermedad general, algunas veces razón de ia irritación, y tiñen la camisa de color ama
febril y sintomática. La uretra, el útero, la vagina, la rillento. Algunas veces no se percibA mas que una
vulva, el ano, tapizados por una membrana mucosa gola de materia puriforme en el orificio del canal.
tan provista de nervios, de vasos y de 'folículos mu Cuando 'la causa es ligera, el flujo se limita á este
cosos; la próstata, las pequeñas glándulas que se en periodo, y se termina en pocos dias. En un corto
cuentran en la corona del glande, en los grandes la número de casos, cuando la flogosises intensa, no se
bios; todas estas partes, decimos, responden ú los di establece la evacuación ni en el primero ni el segundo
versos estímulos cuya impresión esperimentan, y período; no se observa mas que la inllanfacion de la
pueden contraer, como la membrana mucosa do la uretra, cuya violencia se opone á la secreción muco
nariz y de las vias aéreas, una flogosis ordinariamen sa, y esta es la blenorragia seca.
te erisipelatosa y alguna vez llcmouosa. El ardor de la orina y la disuria aumentan , y la
Vamos á esponer con lu brevedad posible las va inflamación se agrava ; ésto acoutece ordinariamente
riedades de la blenorragia, según el órden con que al tercero ó al cuarto dia. Todos los síntomas adquie
se manifiestan. ren un acrecentamiento notable; el orificio do la ure
519. Descripción de la blenorragia aguda.—Ble tra se pune mas rojo y mas duro; el dolor se suele
norragia de la urgirá.—Trataremos desde luego de |1 propagar en toda la estensiou de este canal hasta el
12'
274 . BIBLIOTECA ECONÓMICA
periné, umenta al tacto, especialmente en la parle inflamación anterior ó por otra causa cualquiera; en
anterior Inicia la fosa navicular. El glande en los nom estos diferentes casos, los cuerpos cavernosos durante
bres, y en las mujeres los grandes labios, presentan la erección ?e hinchan menos en el sitio en que sí*
un color rojo y reluciente; el pene se hace el asiento hallan apretados ú oprimidos por la inflamación, ó
de un intenso calor, de tumefacción sin erección, ó se obliteran sus células. El pene se encorva, y á esta
de retracción ; el canal se retrae igualmente; las ori blenorragia se la llama vulgarmente purgaciones de
nas, muy encondidas, no salen ¡i chorro ni en línea garabatilto. Esle estado es agudo «5 crónico; la cor
recta ó de una manera igual. Las erecciones son fre vadura tiene lugar hácia abajo, en el sitio en que los
cuentes , dolorosas , sobre lodo por la noclie, y en los cuerpos cavernosos abrazan á la uretra. Pero los en
enfermos que se acuestan sobre la espalda ; y estas fermos pueden esperimentar una corvadura momen
erecciones hacen tan difícil y tan dolorosa la emisión tánea del miembro viril , aunque en nada se oponga
de la orina, como el mismo parlo. El estado de ten á la erección ; el poco tiempo que dura este accidente,
sión violenta y espasmódica escita poluciones duran la naturaleza de los remedios qué le curan, y la au
te el sueño, y otras veces las provoca el enfermo es sencia de toda especie de tumor en dicho" punió,
tando despierto : la evacuación no proporciona placer prueban que es producido por un verdadero espasmo,
alguno y aumenta los padecimientos. Se escapa con be ha visto al ligamento suspensorio del pene, afec
tinuamente dala uretra, sobre todo por la mañana, tado de inflamación , retraerle hácia el pubis ; pero
una gran cantidad de materia puriforme, que deja en este caso es raro: nosotros no le hemos observado
la camisa manchas amarillas , verdosas , y difíciles de nunca. Algunas veces, en las violentas reacciones que
quitar ; esta materia presenta con frecuencia estrias sobrevienen durante esta especie de blenorragia , la
sanguinolentas ó de sangre íntimamente mezclada con sangre se escapa'con ímpetu de la uretra, el enfer
ella; algunas veces conserva durante lodo el curso mo pierde algunas libras : esta hemorragia, que se lla
ile la enfermedad un color blanquecino. Mientras mas ma estimatosis, calma alguna qué otra vez los sínto
intensas son la flogosis y la fiebre, mas camota es la mas inflamatorios. En todas las blenorragias nitro in
materia, ma9 ténue, mas fétida, mas acre, y capaz tensas se mezcla fácilmente la sangre con el moco,
de corroer ó de ulcerar las partes inmediatas. sin que ningún vaso parezca interesado.
Cuando la inflamación ha llegado al mas alto grado 321. Bubón. —Otras veces en el mas alto grado de
y ocupa una gran superficie, si el flujo, por la im la enfermedad sobreviene un tumor en los ganglios
presión del frió, por el uso de las inyecciones astrin inguinales , con flogosis, tensión, o¡olor y tendencia á
gentes, por un nuevo comercio impuro, por el ona la snpuracion; en una palabra , un bubón, que puede
nismo, por un ejercicio violento , Ó por las bebidas ser de diferente naturaleza. El bubón puede formarse
espirituosas, el ardor y el dolor aumentan al orinar de tres maneras : por la traslación de la causa mor
de una manera considerable, la uretra se pone ten,sa bosa á los mismos ganglios; por la irritación que pro
y dura en toda su eslensiun , y el pene inflamado, duce en la estremidad de los vasos linfáticos ó en los
ardoroso, tumefacto y duro; las erecciones son casi neivios de los órganos aenitales , lo que da lugar al
continuas, degeneran en príapismo, con dolor lanci bubón idiopálico ó sintomático. Estas dos especies
nante y sensación de perforación, especialmente cerca varían según la naturaleza del virus absorbido ó de la
del frenillo. A estos síntomas se agregan el infarto causa irritante que ejerce su acción en 'una parte le
inflamatorio de uno ó de ambos testículos, y de los jana. El bubón sintomático se manifiesta en la ble
ganglios inguinales; algunas veces sobreviene tam norragia simple , en su origen 6 en su estado. Del
bién una oltalmía y tenesmo. El enfermo se ve ator mismo modo que una herida, un vejigatorio ó una
mentado por las ganas de orinar, y á pesar de todos simple picadura en una región, aunque sea distante
sus esfuerzos no sale mas que una gota de orina; sin de la ingle, puede determinar un infarto de los gan
embargo, la vejiga, distendida por esto líquido, se glios inguinales , á causa de la estrema sensibilidad
eleva por encima délos pubis; se raauiliestün dolores de la parte irritada y de la lesión dolos vasos linfáti
en los lomos, náuseas, regurgitaciones , vómitos, un cos, de igual suerte, una irritación cualquiera de la
estado de ansiedad, de agitación; y se esperimeuta uretra , el simple contacto de un virus en la superfi
un sentimiento de presión, de tensión, y un dolor es cie interna de este canal , ó su inflamación sola, bas
tremo en el periné. Si no se acude con ningún re tan para ocasionar el bubón , sin que los ganglios
medio, se suprime enteramente la escrecion de lá sean afectados directamente. En estos casos, el tumor
orina y hace temer la formación de abscesos urino- ocupa los ganglios de la fila superior , que reciben
sos , la parálisis de la vejiga , su gangrena y la los vasos linfáticos de los órganos genitales ; cuando
muerte. En ciertos casos, se hallan en el trayecto del la causa morbosa tiene su asiento en el muslo, y no
canal varios ganglios linfáticos tumefactos y doloro existe comunicación entre los dos órdenes de vasos,
sos : quizas su supuración sea la causa de los peque lo cual no siempre sucede, el bubón se forma en los
ños abscesos y de las fístulas urinarias del escroto ganglios de la fila inferior.
y del periné. Él período inflamatorio es mas ó menos Sea cualquiera la causa del bubón , á no ser que
intenso, mas ó menos largo, según la causa de la se acompañe de una úlcera sifilítica, se puede reeo-
enfermedad , según la sensibilidad y la constitución uocer si es idiopítieo ó sintomático; en ambas es
del sugeto. Cuando la blenorragia es virulenta, ordi pecies, es difícil decidir desde el principio la natura
nariamente dura esté estado de ocho á diez dias; se leza del virus absorbido , ó de la materia irritante que
prolonga por mas tiempo si el enfermo sigue un mal le produce. Eu efecto, el bubón sintomático no es me
régimen ó está somotido á un mal tratamiento ; pero nos intenso, y no se cura mas fácilmente que el bubón
en otras ocasiones se acompaña de ciertos accidentes idiopálico: este no presenta mayor rapidez en su cur
que vamos á enumerar. so, ni menor facilidad en resolverse. Por último, cual
b20. Si la inflamación ocupa profundamente una quiera materia morbífico, trasportada por los absor
parte de la uretra y sobreviene un derrame de mate bentes á los ganglios inguinales, da origen á eslos
ria puriforme en el tejido celular inmediato; si un tumores, lo mismo que el virus venéreo.
ganglio linfático ó un folículo mucoso, infartados, ad El bubón ocupa uno ó dos ganglios ; su aparición
quieren un volumen considerable; si los espacios ce es ordinariamente precedida de irritación en las par
lulosos, destinados ú recibir la sangre durante la tes genitales. Los enfermos se quejan de sentir una
erección, se hallan obliterados & consecuencia de una especie de cuerda tirante desde estos órganos hasta
de 'medicina!* cratrfA — FRANK. 275
la ingle; espcrimentiin en el glande una sensación de •anillo, que quizás se contrae cspnsrnódicamente, ame-
galor y <de l,eusion; se forma uri tumor duro, doloroso, naia su estrechez , la cual se anuncia pér el dolor
ó sensible al tacto. Cuando la inflamación ataca varios del vientre, el meteorismo , el vómito y el hipo. El
ganglios , el tumor es desigual; pero casi siempre dolor se propaga por los nervios espermáticos hasta
principia el infarto por uno "solo. I.a. piel cambia dé la región, de los ríñones, é impide de este modo, los
color , -se pone roja, calieute y tensa. El bubón' ad movimientos del enfermo, ó que esté tenga el tronco
quiere un volumen variable, desde el grosor de un recto al andar. Sin embargo, la fiebre no existe siem
buevo de gallina, basta el de un huevo de gansa; pre; muchas veces es ligera, y no adquiere intensi
de modo que Imposibilita la marfil» 6 todo el mo dad, sino en los individuos pletóricos y mtfV sensibles;
vimiento del cuerpo. Frecuentemente se declara una en estos casos sobrevienen dolores simpáticos en los
fiebre intensa; otras veces , la inflamación y el dolor muslos, náuseas y cólicos. Por lo común, este infarto
son ligeros , Ja piel palidece, y el tumor presenta un inflamatorio, síntoma de la irritación y de la flogo
carácter edematoso. El tumor puede , pues , termi sis, aun existentes , ó disipadas ya, del canal de la
nar de diferente manera, según estas circunstancias, uretra , se resuelva al cabo de una ó de dos ¿ema-
según la intensidad de su causa , la constitución del nas: cuando se la combate con remedios apropiados,
sujeto y la naturaleza del tratamiento. La mayor parte pocas veces termina por supuración. La gangrena es
de estos tumores desaparece felizmente por resolu rara en estremo, y .quizás sea solamente el resultado
ción, lo cual se miraba en otro tiempo como peli de la estrechez del cordón por el anillo. La induración
groso, á consecuencia- de una hipótesis absurda; al A consecuencia de la epididimitis, es un accidente
agunas veces pasau á la supuración,, y dejan con fre- mas común; algunas veces el mismo epidídimo se pone
cuajicia úlceras difíciles de curar; otras degeneran cartilaginoso , casi huesoso. Cuando el escirro no es
cu tumores -duros, escirrosos, frios é insensibles; po muy vo'um.inoso , cuando no hay causa alguna irri
cos terminan por gangrena'. - tante que le haga degenerar en fungus , ó en carci
No se debo confundir el bubón, con la hernia in noma, puede el enfermó vivir así algunos años, sos
guinal; aquel forma un tumor mas duro, mas dolo teniéndole con un suspensorio,- sin que su salud ni
roso , mas profundo y mas movible desde el princi sus facultades viriles esperimonten el menor desór-
pio. Se desarrolla ordinariamente con mas lentitud den. En ciertas ocasiones viene él Jiidrócele á com
por la acción di diversas causas . la piel que le- cu plicar el tumor. En otras, ¡a inflamación pasa del uno
bre se none bien pronto roja y dolorosa; y en fin, al otro testículo; varias veces desaparece de pronto
no se. observan signos de hernia. El bubón tampoco por la vuelta de! flujo, si se halda suprimido.
puede confundirse con un infarto escrofuloso: este 523. Fimosis.—La estrechez del prepucio por de
ocupa mayor estension, marcha con mas lentitud, y lante de ta estremidad del miembro viril , de manera
aun puede tener su origen desde la infancia; no causa que no pueda retraerse por
dolor y no es susceptible de inflamarse con la misma glande, se llama fimosis. Esta afección es al^
intensidad que el bubón. Cuando coinciden eslas dos veces congénita, dificulta la escrecion de la orina en
afeccionos, se esclarece el diagnóstico por el eximen los niños, é impide la erección completa en los hom
de lo que ha preceJído ó de lo que acompaña al bres.
bubón. El fimosis accidental reconoce nn gran número de
522. Epioidimitis.—Un síntoma frecuente de la causas: depende del acortamiento del prepucio ó del
blenorragia uretral es la inflamación del epidídimo, ó aumento de volúmen del pene. En el primer caso es
la epididímitis. Nosotros aplicamos esta denomina frecuentemente el resultado del edema, de la flogosis
ción á la afección conocida bajo el nombre impropio erisipelatosa, de las úlceras, ó de las callosidades del
de hernia humoral, testículo venéreo, etc. La supre prepucio ó de una lesión del frenillo ; en el segundo,
sión de la evacuación no es la sola causa de este aunque raro, es el producto do la inflamación del ba-
accidente: sobreviene desde el principio , cuando no lano , de las escrccencias y de las verrughs que se
está establecido el flujo, ó hácia el hn, en la época suelen presentar en su superficie. Nosotros le hemos
de su cesación espontánea, y también cuando aumen visto sobrevenir á consecuencia de la viruela, por la
ta. Es un tumor blando, pulposo, que da al testículo formación de un pequeño absceso en la estremidad
uií volumen doble. Algunas veces es precedida su del prepucio. La laxitud de la membrana interna del
prepucio y del tejido celular que la une á la membra
■ aparición
los muslos,de dedolores en eldevientre,
eructosen. de
los vómitos",
lomos y deen
náuseas, na esterna, y la dirección declive del miembro viril,
borborigmos y de diarrea ; esperimentan los pacien favorecen en el anasarca ta infiltración serosa ó linfá
tes un sentimiento de pesadez en el testículo , un tica de esta prolongacíon'cutánea, V su infiltración
dolor ligero producido por ks movimientos de la urínosa ó purulenta á consecuencia de las grietas de
marcha ó por el tacto. Al cabo de uno ó dos dias, la uretra, ó de las inflamaciones del pene. En estos
aumentan el tumor y el dolor. Ordinariamente no está casos, el prepucio se estrecha, sé pone pálido y tume
ol mal en el mismo testículo, sino en la parte infe facto; algunas veces se cubre de flictenas ó de am
rior del epidídimo, y algunas veces la I única vaginal pollas trasparentes. La orina tiene cerrado el paso,
participa de ella ; esta parte del o; idídimo forma un así como las. mucosidades y la sanies, cuya presencia
tumor convexo, j muy ancho, que rodea á casi todo aumenta la Irritación. Losque tienen el prepucio muy
el testículo, cuya sustancia se reblandece. El dolor largo y estrecho, están tin espueslos continuamente
sigue aumentando, especialmente por la noche; el tu al fimosis en la blenorragia de la uretra y del bala-
mor, mas duro, se estiende á todo el epidídimo , y á no, como cuando las partes contiguas están afectadas
una porción del conduelo deferente y del cordón de úlceras, sobre todo de úlceras venéreas. Si no se
espermálico; su forma es oval, piriforme, y su volú- remedia prontamente esta afección, ademas de los ac
men iguala algunas veces al del puño. La inflama cidentes que resultan de la retención de la orina , de
ción sé comunica al testículo , á la túnica vaginal y la sanies, y de las adherencias que el glande ulcerado
al escroto; nosotros la hemos visto producir en po contrae con el prepucio, puede también sobrevenir en
cos dias el hidrócele agudo. El conducto deferente la estremidad del pene un tumor , formado por una
se hincha y so parece á una cuerda tirante; los vasos colección de sanies; este tumor está separado del
espwmaticos están casi varicosos , lo cual aumenta glande por una especie de cintura, y figura al mismo
el volumen del tumor; el cordón está apretado por el glande estrechado y oprimido en el parafimosis , de
276 v " BmUOTICA' ECONOMICA
modo que parece (fue estos dos estados opuesto» lia» canal, forma una especie de membrana que cierra su
sobrevenido á la vez. La gangrena se apodera algunas orificio |y resiste un instante al ímpetu de las orinas,.
veces de las partes inflamadas; y hay casos en que Por último, al cabo de una ó de dos semanas des
el fimosis se prolonga y adquiere un carácter crónico. aparecen lodos los* síntomas de este flujo , á no ser
324. Parafimosis.—El parafinwsis es aquel esta que nuevos escesos, la presencia de los menstruos en
do eu que el prepucio, retraído por detras Sel balano, umrmujer pictórica ó irritable, vuelvan á atraerle, lo
le comprime circularmente , y no puede ser llevado cual es muy fácil , á causa de la irritabilidad que deja
liasta su vértice. Algunas veces dependo del anillo que esta afección en la uretra ; también puede trocarse en
forma el prepucio, cuando en el fimosis se le retrae blenorragia crónica.
con violencia por detras del glande, antes de haberle 527. Descripción de la blenubbacia de la .vagi
relajado ó ensanchado. Este accidente es mas común na.— Aunque las mujeres acusen al orinar un dolor
en las personas cuyo prepucio, estrecho y corto, deja muy vivo en el principio de la uretra, y en seguida en
de continuo al descubierto un balano voluminoso. La toda la uretra , con todo, en la blenorragia por infec
membrana interna del prepucio , membrana delgada, ción, los primeros síntomas de irritación se manifies
Hoja y sensible , hallándose irritada por una causa tan en el lugar que ha esperimentado el contacto in
cualquiera, ó inflamada con el tejido celular vecino, mediato del virus, es decir, en la vagina:, y esto lo
se hincha, se vuelve; la membrana esterna se contrae, prueban la titilación, el calor, la tensión, deque se
forma uno ó varios anillos que estrechan este rodete; hace asiento poco tiempo después de un coito impuro,
el balano se hincha también, se pone lívido , cubierto y el dolor que determina en este conducto el tacto ó
de ampollas cristalinas, y amenaza caer en la gangre fa unión conyugal; ademas, si se inspeccionarse ve
na, lo que es seguido de la mutilación del pene, o de que abundan las mucosidades en toda su superficie,
la muerte. En algunas ocasiones, el parafimosis, oca para reunirse en la parte mas declive de la vulva. Así,
sionado por escreeencías verrugosas del prepucio, es la disuria, el dolor del útero, de sus ligamentos , del
menos intenso: dura por mucho tiempo, y constituye pubis, la laxitud y los dolores de los lomos, dependen
una afección crónica. Ep el parafimosis, un cirujano de las relaciones simpáticas de las partes afectadas
hábil ha estirpado con suceso un tumor formado por con la vagina ; algunas veces la dificultad de orinar
un derrame de linfa coagulada entre las láminas del proviene de la manera con que se efectúa el coito,
prepucio : tenia el volumen de la cabeza de un re del .derrame del licor seminal con et virus sobre las
cien nacido. partes genitales esternas para evitar la concepción. La
525. Oftalmía.—Ya hemos hecho mención de la blenorragia vaginal se asemeja á la blenorragia ure
oftalmía violenta que sucede á la supresión repeniina tral, relativamente al color, y á todos los demás ca-
de la blenorragia uretral. La esplicacion de este fenó ractéres del flujo ; pero es mucho menos grave, aun
meno no es tan fácil; si lo atribuimos, como parece que la irritación se comunique mas fácilmente al ano,
probable, á la simpatía que existe entre las parles ge a causa de la proximidad de la vagina, y del aflujo de
nitales y los ojos, como el consensus que liga estrecha las materias de sus inmediaciones : aunque la estruc
mente los órganos genitales con la laringe y el pecho, tura esponjosa y floja del canal vuívo-uterino , su di
¿no produce un electo análogo en los órganos de la rección inclinada, y su irritación, que se renueva «n
voz y de la respiración? cada período menstrual, conduce fácilmente á un es
526. Tales sou los principales accidentes, y los tado crónico. Algunas mujeres comunican álos hom»
fenómenos simpáticos que acompañan muchas veces bres la blenorragia , sin que ellas presenten ningún
al período inflamatorio de la blenorragia uretral. Vol síntoma de la misma afección: estos casos no son
vamos á la descripción de la enfermedad. raros.
El sitio de la flogosis se estiende ú poco mas de 528. Descripción de la blenorragia del ano.—
pulgada y media mas allá de la fosa navicular, aun Sin el auxilio de ningún viras contagioso, la acción
que el ardor y el dolor se propaguen á toda la longi sola de una causa mecánica, de un vicio herpético,
tud del canal. Se reconoce el punto que ocupa por un reumático, etc. , aplicados á la extremidad del intes
dolor urdiente, que se exasnera al tacto, y que indica tino recto, el contacto del humor infectado que pasa
la rubicundez erisipelatosa de la superficie de la ure de la vagina al ano, cuando la mujer está acostada
tra y de las criptas mucosas. Pero la blenorragia ure boca arriba, la irritación que determina la presenciado
tral, si se descuida ó si repite, acarrea lrecuentemente los tumores hemorroidales, un escirro de la próstata, ó
la supuración, el escirro do la próstata, y por conse-r un tumor cualquiera en las cercanías del recto; por úl
cuencia la iscuria : estos accidentes prueban que la timo, un comercio contranatural, pueden dar origen á
inflamación se propaga, mas comunmente de lo que la blenorragia del ano. Este flujo se acompaña algunas
se piensa, á la parte posterior de la uretra, á la prós veces de los mismos síntomas que la disenteria; la
tata, al cuello de la vejiga y á las vesículas seminales. materia mucosa que le constituye es muy diferente
En este cuso se anuncia por tensión, tumefacción y del pus que suministran las fístulas ó los abscesos
dolor en el periné , fenómenos que otras veces son de esta región; su color es blanco, amarillento, verdo
simpáticos. so, y alguna vez sanguinolento: su cantidad es con
Periodo de relajación.— El periodo que acabamos siderable.
de describir, caracterizado por los síntomas mas gra 520. Descuipcion de la blenorragia kstkkna.—
ves, y acompañado algunas veces do una liebre inten Ya hemos hablado del flujo puriforme de los grandes
sa , dura de ocho á diez dias próximamente. A esta labios y de la vulva. Los hombres eslán también su
¿poca, se mejoran espontáneamente los síntomas cuan jetos, aunque rara vez, á una blenorragia esterna,
do se han tenido los cuidados necesarios; la materia que ocupa el balauo, ó el cuello del pene, por detras
va haciéndose cada vez mas blanquecina y espesa ; la de su corona, y, en fin, la cara interna del prepucio,
orina es menos encendida, su escrecion menos dolo- sobre, lodo, en el fimosis. La cantidad de la evacua
rosa; las erecciones disminuyen , y al fin cesan ; la ción es considerable, y sus cualidades las mismas que
cantidad de la evacuación es cada di a menor, el moco en la blenorragia uretral; las partes afectadas están
aparece eu la orina bajo la forma do una nube densa, rojas, relucientes, tumefactas; el enfermo siente en
blanca , pesada , ó de filamentos vermiculares y tras- ellas ardor, pero no ofrecen ningún indicio de ulce
paren los que se depositan en el fondo del vaso; mu ración. Esta es la enfermedad que se ha llamado
chas veces la materia reunida en la eslremidad del gonorrea falsa. —Cuando esta afección es simple y
DE MEDICINA Y CE ojía.-FRANK. 277
• ' . ' •*• '* . *
uo se propasa mas que hasta la uretra, no se queja especie de blenorragia un catarro agudo ó crónico
el enfermo ue ardor en el canal , ni de ninguna difi de la vagina; en efecto, sobreviene algunas veces por
cultad en la emisión de la orina. El glande está cu la supresión do la coriza, y otras veces, cuando se
bierto de una materia adhereute y blanquecina . que suprime, es reemplazada por el catarro pulmonar,
podría equivocarse con aftas ó úlceras. Según la na por el asma, ó por la tisis pituitosa.
turaleza de la causa, desaparece la evacuación en La blenorragia do que varaos tratando es muy co
mas ó menos dias, como sucede en las blenorragias mún en las mujeres delicadas, débiles ó caquécticas,
de que acabamos de hablar; otras veces se despren que habitan en jas grandes ciudades y en países hú
de la epidermis. medos, dejando deslizar su vida en la inacción. Es
530. DESCRIPCION DE LA BLENORRAGIA CRÓNICA .— mas frecuente en las jóvenes ó en las mujeres que
Cuando en una blenorragia cualquiera desaparecen han abortado varias veces, ó cuyos partos lian sido
los síntomas de irritación y el período de relajación difíciles 6 demasiado repetidos; en las mujeres esté
se prolonga por algunas semanas ; cuando continúa riles; en aquellas que no llenan el sagrado deber de
la evacuación, ó se renueva por la causa mas ligera, criar á sus hijos , en las que se entregan á la mas
existe una blenorragia crónica 6 habitual; afección turbación, en las que tienen suprimida la mens
frecuente en los dos sexos pero que es mas común en truación, ó en las que se efectúa esta función cou
las mujeres. £1 enfermo no siente dolor alguno, ni dificultad, en demasiada ó en poca cantidad. Pero di
ardor al orinar, en el sitio en que tiene su origen el ferentes causas pueden determinar este flujo en todas
flujo. Los hombres no están sujetos á erecciones pe las edades y en todas las constituciones: la niña im
nosas, ni el paso del licor seminal causa en la uretra púbera ó nubil, la mujer célibe , ó ligada con los la
calor quemante; las mujeres se entregan á ios pla zos del matrimonio, y especialmente la que toca á la
ceres conyugales sin incomodidad. La materia que vejez, padecen con frecuencia esta enfermedad. Algu
constituye el flujo es viscosa, ordinariamente blanca, nas veces duran las flores blancas durante todo el
y algunas veces de otro color: comunmente es en pe tiempo del embarazo.
queña cantidad, sobre todo por las mañanas, ó cuan* El asiento ó la fuente de esta evacuación es todavía
do se acaba de esperimentar una irritación en la un problema sin resolver. Los unos, considerando
parte. Otras veces es muy abundante , viscosa , acre, que el orificio del útero está cerrado en las niñas, en
que exhala una fetidez particular , y su evacuación las vírgenes y en las embarazadas, pretenden que no
aaiquila las fuerzas. Tal es la blenorragia secunda puede provenir de la matriz; los otros, viendo que la
ria, que en ambos sexos trae su origen de la blener- sangre de los menstruos se escapa del útero en estas
ragia aguda, cuando se la dosprecia, ó cuando sufre circunstancias, y que las flores blancas preceden, si
frecuentes recaídas. Nosotros jamás hemos visto que guen ó reemplazan á las reglas, colocan su orígen'en
esta afección dé lugar á una erupción impetiginosa el útero. Nosotros creemos, según lo que nos enseña
sobre el glande, escepto las erupciones por el desa la anatomía patológica, que este flujo proviene ordi
seo, y cuya duración es muy corta. nariamente de las partes esternas, con particularidad
Descripción de la leucorrea.— Hay otro flujo cró- de la vagina, muy comunmunte de la matriz, y algu
uico de los órganos genitales, propio de las mujeres, nas veces de sus trompas. En las vírgenes, el orificio
el cual proviene de diferentes causas; pero presenta con uterino está perfectamente cerrado, lo mismo que en
corta diferencia el mismo carácter y el mismo aspec el embarazo por el producto de la concepción; - pero
to: este flujo ha recibido de los autores la denomina siempre que se abra, nada impide que el humor se
ción de (lores blancas, y de leucorrea. Nosotros lla gregado en el útero y en las trompas se insinué por
mamos á esta afección blenorragia benigna 6 no la vía mas declive, y se abra paso por la vagina. Si
contagiosa de las mujeres. el útero uo estuviese afectado eu esta enfermedad,
Las trompas, el útero y la vagina están lubrifica no seria el aborto tan frecuente, ni la esterilidad tuu
das por el humor que exhalan en su cavidad los vasos común, en las mujeres que padecen esta blenorragia.
linfáticos y por las mucosidades que segregan los fo La materia del flujo no es suministrada solamente
lículos mucosos. Pero en el estado de salud, tanto en por los folículos mucosos, no es una mucesidad pura;
las mujeres adultas como en las niñas, no se efec es una mezcla del humor puriforme que segrega la
túa ninguna evacuación por la vulva, escepto en la supeificie irritada de los órganos genitales, como en
época de los menstruos, en la proximidad del parto, la blenorragia uretral, y del moco que lubrifica la va
durante y después de la salida del producto de la con gina y el cuello del útero.
cepción. En la mujer, á causa de la disposición de Diagnóstico diferencial. —Es por lo común muy
las partes en la progresión, bastan muchas veces las difícil distinguir esta blenorragia del flujo vaginal por
causas mas ligeras para aumentar la secreción y la infección, del flujo purulento producido por un abs
exhalación de estos humores, ó para impedir su reab ceso, de una úlcera de los órganos internos de la ge
sorción: de aquí resulta un flujo de materia serosa, neración ó de las partes inmediatas. El aspecto de
mucosa, puriforme, blanquecina, amarillenta, ver la materia ni sus demás cualidades bastan para ave
dosa, negruzca, y de un olor nauseabundo y fetidísi riguar su origen; es necesario esclarecer este punto
mo. Éste flujo aparece al aproximarse los menstruos, por las circunstancias anteriores y por eJ cxáiueu de
ó á consecuencia de un esfuerzo, de un movimiento los síntomas. No se pueden confundir con la leucor
violento del cuerpo, de los errores en el régimen, de rea los menstruos desprovistos de color, pálidos,
los escesos las bebidas espirituosas , ó de un des- blancos, formados de serosidad ó de mucosidad, que
órden eula traspiración: dura por espacio de algunos apenas son teñidos por la sangre y que so observan en
dias; algunas veces no se manifiesta mas que por las las mujeres y en las niñas cloróticas; pues sobrevie
mañanas , y en épocas indeterminadas ó periódicas; nen en épocas determinadas, mientras que las llores
otras veces es continuo, poco abundante ó muy co blancas no siguen órden alguno, ó se declaran aun
pioso; el liquido que le compone, puede ser suave que las reglas sean escesivamente abundantes ó inmo
ó acre, y aun suele corroer las partes vecinas. La deradas. Se distingue la leucorrea del flujo mucoso ó
membrana mucosa de las parles genitales está en el purulento de la vejiga , en que el primero es conti
mismo estado respectivamente que la do la nariz, de nuo, y el segundo, cuando la vejiga está paralizada,
la garganta, de la tráquea y de los bronquios, en los no puede tenor lugar mas que de cuando en cuando,
catarros de estas partes, y en muchos casos es esta por la relajación del pseudo-rslinter. Se diferencian
278 BIBLIOTECA ECONOMICA
estos flujos de la verdadera gonorreat eu que ¡a eva.- fecar, ó en cualquier ejercicio, después de haber co
cuacjorrdel semen va acompañada, si no de placer, al metido espesos en la comida, reaparece en mayor
nienos de alguna otra sensación j y produce una de cantidad. Los ojos están húmedos ó. vitreos, rodea-
bilidad mayor. El flujo, purulento do la vagina pro .dos de -un circulo lívido ó aplomado ; los párpados
viene deja iritlanr.acíon , de la supuración del úterb, edernatosos, y la cara pálida y tumefacta. La paciente
de los ¡utestifti
' "nos, ' 'itoneb; los sig- está triste, perezosa; espertaren ta' una sensación de
auncian estas afe *~ las distínga dolor en el vientre, en la espalda y en los lomos hasta
leucorrea, las voces la región del sacro. Se desordenan la» funciones del
sible, hallar la entre las estómago; la digestión se hace con dificultad y len
blaucas y la blenon , ya por- titud; sobreviene opresión en -el epigastrio', cardialgía,
as enfermas ocultan su estado, ya porque Ta cuando el estómago está vacío; eructos, vómitos acuo
aorragia se prolonga ó se complica." Si" creemos sos yacidos, constipación ó diarrea. La debilidad ge
podernos fiar de [a mujer que asegure no haber tenU neral, la que s'e siente en las rodillas, y el enfriamien
do ningún comercio impuro , y si la salud de su es to de los muslos, aumentan cada dia. El ejercicio y
puso confirma sus protestas; si desde el principio no la marcha por una montaña ocasionan palpitaciones y
esperiraeuta la enferma ninguna sensación' de ardor, desmayos. .
ni dolor demasiado intenso, ni una considerable difi El flujo menstrual se desordena: ordinariamente Se
cultad do orinar; si el flujo se establece lenta ó pron retarda y es poco abundante; otras veces es inmode
tamente, ya antes, ya después de la menstruación; si rado: á las épocas en que de bia sobrevenir, aumenta
ataca ;'i una júven y reemplaza alas reglas, presenta la leucorrea y la materia adquiere un ligero tinte
los mismos síntomas que los menstruos y repite en sanguinolento; algunos síntomas -se agravan ,- tales
épocas determinadas; si al principio es poco abun como la tensión de los lomos, el dolor obtuso que
dante, blanquecino, acompañado de síntomas ligeros, existe en el útero, en los vacíos, en todo el abdomen
aumenta de un modo sensible, con dolor en los lo- y en los muslos. Él color y el aspecto del humor se
i, en el sacro y en los muslos , y con debilidad en cambian, y se hace amarillento ó verdoso, y exhala un
estómago; si "es precedido de las circunstancias olor nauseabundo. La sensibilidad de la vagina se
¡ que hemos hablado, ó de las que hablaremos des embota, á causa de la capa glutinosa que -cubre de
pués; si la mujer es de constitución débil , y pasa la I continuo sus paredes. Aunque algunas veces se efee-
vida en., la inacción; eu. estos diferentes casos, no tua la concepción en estas circunstancias , lo que se
puede dudarse de que la enfermedad es uno leucorrea. observa mas comunmente es la esterilidad, ó que
El diagnóstico es mas oscuro cuando la materia ha sobrevenga el aborto. El orificio del útero se abre con
adquirido una acritud manifiesta, y cuando, á pesar frecuencia ; y este órgano , arrastrado por su propio
del mayor asco, escoria y ulcera los órganos genita peso, se hunde en la pelvis, y aun en ciertos casos
les de la mujer y los de su esposo, ó da lugar á la se efectúa un descenso de la matriz. El humor glu
blenorragia uretral. Si estos síntomas no proceden de tinoso que inunda los órganos genitales es diluido en
una causn virulenta, la curación en el marido es inas parte por las orinas, á las que enturbia y pone blan
fácil y mas corta. En fin, la historia fiel de los sínto quecinas ó jumentosas; se presenta en este líquido
mas que han sido ligeros en el principio; los acci bajo la forma de flecos, de filamentos capilares , tras
dentes que se manifiestan , con particularidad en la parentes, ó de una nube espesa que se apodera inme
región epigástrica y lumbar, son una antorcha que diatamente del fondo del vaso.JSI resto queda retenido
nos ilumina, pero sin que nos impida siempre caer entre las arrugas de la vagina ó entre sus pliegues:
en el error. Se ha dicho que las flores blancas se allí se corrompe , adquiere acrimonia y fetidez , y se
suspendían durante la menstruación , al paso que la cambia en icor ; ocasiona un prurito , algunas veces
blenorragia virulenta continuaba: esta aserción está voluptuoso, ó un sentimiento de ardor, con flogosis
destituida de fundamento ; en ambos casos , continúa en la vagina; escoria la superficie de este canal y obra
saliendo la materia íntimamente mezclada con la simpáticamente sobre el útero , la vejiga y el recto.
sangro En ciertos casos la materia saniosa, lívida , negruzca y
La historia de los acompañan á la muy fétida, se escapa en tan gran cantidad, que im
leucorrea, arroja mucha luz sobre el diagnóstico. Si, pide la progresión y cala varios colchones. La palidez
como se observa frecuentemente, es ocasionada esta amarillenta de la piel, la debilidad , los síntomas ner
afección por una blenorragia que se ha descuidado, viosos, la ansiedad , la tristeza y la anorexia se acre
pero simple, exenta de toda ulceración sifilítica, el cen ; se declara la fiebre lenta, con pulso duro, pe
error no acarrea fatales consecuencias. En general queño , desigual y frecuente ; enflaquecimiento, tos
la leucorrea es una afección local , á no ser que su seca, y por intervalos latidos dolorosos en el tórax, y
aparición vaya precedida de la debilitación de todo sudores nocturnos. La hidropesía principia por los
el sistema: y los diversos accidentes que sobrevienen pies, se estiende á los muslos, y por último á todo el
en el resto de la economía durante su curso, son sín cuerpo. Algunas veces se agrega á la leucorrea la
tomas , efectos de esta enfermedad , y no su causa. hemorragia uterina. Todos estos signos anuncian una
Las mujeres que gozan de buena salud á pesar de la terminación funesta.
leucorrea ,• no esperimentan en, el principio, y aun S31 . Causas.— En la historia de las diferentes es
durante los primeros meses , durante los primeros pecies de bien orragia hemos indicado sus principa
años, mas que ligeras incomodidades, hasta que las les causas : vamos á esponer aqueilas de que aun
pérdidas son considerables. Desde luego se quejan no hemos hablado, y á léunfrlás todas bajo un solo
las enfermas de que sus partes genitales están mas punto de vista, para facilitar la inteligencia de esta
húmedas que de costumbre; posteriormente, algunos enfermedad.
dias antes ó después de las reglas, sienten salir un Hemos referido la blenorragia aguda de la uretra,
humor que tiñe la camisa de un color pálido. El flujo de la vagina, del recto, y la blenon agía esterna, á
aumenta poco á poco , y algunas veces con rapidez; una irritación délas partes afectas. Las causas de
por la mañana, cuando la enferma se levanta, siente esta irritación pueden sor internas 6 esternas: en el
correr á lo largo de los muslos materias mucosas, primer caso , se forman en la misma parto ó en un
mientras que de nada se apercibe estando acostada. órgano distante , desde donde son traspon
La evacuación so detiene ; pero en un esfuerzo al de desde donde ejercen simpáticamente su acción ; pero
DE MEDICINA ¥ CinUJIA FRANK.'
¡os diversos agentes uiorbqsos pueden provenir si y lijo, que aumentaba ai menor contacto, sin que de
multáneamente de estas dos fuentes, y depender al aquí resultase infección sifilítica.
mismo tiempo de las causas internas y de las causas Prueüas de la existencia dbi. virus conorrói-
esternas. Esto con respecto á las causas generales, co.—La causa mas frecuente de la blenorragia.es un
comunes á todas las blenorragias. Relativamente á comercio impuro. El primer origen del virus que la
las causas especiales, la blenorragia de la uretra de determina nos es desconocido ; sea de esto lo que
pende con frecuencia de una metástasis reumática, quiera, ¿es lo mismo que el virus venéreo? Esta cues
y nosotros tenemos de ello varios ejemplos. La h(s* tión no está aun decidida: sub judice lis csi. Ambos
toria de la medicina nos ofrece observaciones análo virus tienen seguramente un origen común , pero su
gas respecto de la gota, y de jos vicios de los humo carácter nos parece diferente , cuando son simples
res. Leemos en los autores, que la salida 4e un y no tienen complicación alguna. Dejando á un lado
diente lia causado varias veces la blenorragia uretral, la discusión relativa á la antigüedad del virus gonor-
y del mismo modo determina la diarrea. Una irrita róico sobre el venéreo, vamos á aducir pruebas de
ción demasiado fuerte del estómago , 6 de los intesti nuestra aserción, aunque sea vigorosamente atacada
nos, ocasionada por los evacuantes, aumenta el flujo por hombres de mérito.
blenorrágico. Este puede también traer su origen de Hasta <jue nos sea mejor conocida la naturaleza del
la flqgosls del recto, producida por las hemorroides virus sifilítico, se le puede definir: un virus que se
ó por cualquiera otra causa. Cuando la materia que comunica ordinariamente por up comercio impuro, á
se desprende de la vagina se esparce por las cerca favor de una afección local, que resiste á las solas
nías del ano y le inflama, sobreviene la blenorragia fuerzas de la naturaleza y á todos los medicamentos,
del recto. Según la diversidad de su asiento, puede escepto al mercurio , remedio que ejerce sobre él,
provenir la blenorragia de la presencia de un tumor sobre él solo, una acción específica. Ahora, pues, la
cerca de la vagina, del útero ó del recto ; de la pre blenorragia simple, sin úlcera venérea, se cura mu
sión que ejersen sobre estas partes un escirro de la chas veces de una manera espontárfea, y sin el con
próstata, un pólipo ó un escirro del útero, ó una curso del arte, tomando las precauciones convenien
viscera infartada; de la permanencia prolongada de tes; el mercurio es absolutamente inútil en esta afec
una candelilla en la uretra ó de nn pesario en la va- ción, y algunas veces perjudicial. Cuando se trata
giua; del uso de la cerveza, del vino y de las bebidas mal ó se suprime, resultan diversos accidentes; pero
fermentadas ; de las inyecciones irritantes ; del coito durante una práctica de veinte y ocho años , jamás
con una mujer desaseada ó afectada de flores blancas la hemos visto degeneraren sífilis , cuya enfermedad
acrimoniosas, de lu lepra. Cuandoexíste en cualquie se cura con el mercurio solo do una manera tan pron
ra parte del cuerpo un vicio morboso, y una causa ta y tan evidente. Hemos observado en el Instituto
de irritación lleva su influencia sobre la uretra ó só clínico de Pavía un gran número de enfermos que
brela vagina, atrae sobre ella el humor y sobreviene >:abian sido atacados de blenorragiarfimple, y que se
una blenorragia complicada. quejaban de dolores nocturnos; pero estos dolores y
todas los de nas síntomas que podian escitar nues
La blenorragia no supone necesariamente la exis tras sospechas sobre la existencia de la sífilis, jamás
tencia de una úlcera en la membrana mucosa en que han cedido al mercurio ; se han calmado y algunas
tenga su asiento. Aun cuando este flujo sea el produc veces se han disipado á beneficio de remedios que no
id ile un comercio impuro, no demuestra la auptosia gozan de propiedades anti-venéreas. Por lo demás,
ni úlcera ni cicatriz en la uretra, escepto en algu no hay enfermedad alguna que no nos pueda hacer
nas circunstancias muy raras, en que la enfermedad caer en error. Una mujer que po presenta al esterior
esté complicada. Ademas, la úlcera no podría existir ningún signo de ulceración, que parece no tener mas
desde los primeros dias, seria demasiarlo superficial afección que una simplo blenorragia, puede presen
y demasiado pequeña para que suministrase tan gran tar uní úlcera en el fondo de la vagina y comunicar
cantidad de materia, no se repercutiría con tanta fa la sífilis á un hombre imprudente. Algunas veces una
cilidad la blenorragia. Está probada la falsedad de úlcera pequeña está oculta bajo un prepucio estre
esta antigua teoría por numerosos ejemplos de eva cho, ó aun en la uretra, sin quenada nos haga sos
cuaciones puriformes con estrías sanguinolentas, que pechar su existencia. También puede considerarse
traen su origen de otras superficies mucosas como como sifilítica una blenorragia contraída durante el'
la de la nariz, de los ojbs y del ano; estos flujos son curso de la viruela. Se ha .dicho que el virus desde
acompañados de un dolor agudo , pero sin ulcera la uretra no entraba en Ir, masa sanguínea; pero ¿có
ción. La inspección de los órganos afectados en las mo se ha de concebir que una materia que obra por
mujeres, viene también en apoyo de la verdad que tan largo tiempo, con tanta energía, sobre una su
sostenemos. perficie cubierta de una epidermis muy delgada , no
En el caso de que exista una úlcera, ordinaria pueda, no deba ser absorbida, mientras que las can
mente venérea, en el canal de la uretra, no poseemos táridas aplicadas sobre la piel, y aun sin que produz
signos ciertos que anuncien su presencia. No obstan can la vexicacion, son recibidas por los vasos linfá
te, si la uretra ha sido afectada de una inflamación ticos y llevadas al torrente de los humores, y mien
intensa vprolougada, exasperada por un mal trata tras que un beso ó la succión ocasionan úlceras si
miento ó por un mal régimen; si después do su des filíticas en la boca? Se contesta que las mucosidades
aparición arroja el enfermo por intervalos algunas defienden la uretra contra el virus que arrastran , y
gotas de materia, con una sensación de ardor, de así se oponen á la ulceración: los síntomas y la lar
dolor muy vivo, que aumenta por el tacto y está lijo ga duración del flujo no permiten que admitamos
en un punto ; si la introducción de una candelilla esa esplicacion. ¿Cuántas úlceras no ocasiona en la
muy fina exaspera mucho los sufrimientos; si la san blenorragia el desasco entre el prepucio y -el glande
gre no e<!á íntimamentte mezclada con la materia, y en los hombres, y entre la vulva y el ano en las mu
si dispuesta en estría; en fin, si 1 1 opfermeda<l resis jeres?
te por mucho tiempo á los remedios empleados, se Sin embargo, ordinariamente son benignas y ceden
rán fundadas ias suposiciones. Sin, embargo, nosotros á algunos remedios estemos: no acarrean la sífilis y
hemos observado, á consecuencia de un comercio no so anuncian por otros síntomas que por la pre
•wspechoso, una blenorragia seca, coa dolor ardiente sencia do la evacuación. No ignorarnos ■ las
*

280 BIBLIOTECA ECONÓMICA


riendas hedías por algunas personas que se han pro este se disipa mas fácilmente cuando se restablece la
porcionado la blenorragia introduciéndose en la ure evacuación. La simpatía de los testículos con la ure
tra el virus de una úlcera venérea, ó que se procuran tra irritada por una materia acrimoniosa ó por un es
úlceras sifilíticas inoculándose la materia de la ble timulo mecánico, puede esplicar por sí sola este ma
norragia. Pero nosotros no negamos que el virus ravilloso fenómeno. La epididimitis no depende mas
venéreo, introducido en la uretra , ó depositado en comunmente del virus venéreo, que la misma ble
este canal, en una persona ya infectada ,no produz norragia. La observación nos enseña que la reten
ca una blenorragia sifilítica aunque este caso no se ción de orina y ila estranguria, producen una tume
haya ofrecido nunca á nuestra observación; tampoco facción dolorosa en los testículos, la cual se disipa con
negamos que la blenorragia, en el caso muy raro en estas afecciones. El ungüento mercurial no nos ha
que todo nace creer la existencia de una úlcera en el parecido mas eficaz que los demás tópicos. Este in«
canal, no adquiera un carácter de virulencia y no tarto no es seguido de la sífilis mas que en los casos
posea la propiedad de comunicar la afección , siquie do úlceras venéreas.
ra no hayamos recogido ninguna observación que Lo mismo decimos del fimosis y del parafimosis.
merezca confianza sobre este punto. Por último, el Estos accidentes sobrevienen á consecuencia de una
corto número de esperiencias que se han ensayado, irritación cualquiera del glande ó del prepucio, en
espericncias que no están confirmadas suficiente un coito forzado ó contra- natural: son ocasionados
mente, no podrían servir de nada contra la verdad por una lesión del frenillo en el acto de la genera
reconocida, de que la blenorragia produce muchas ción, ó por la presencia de una materia acrimoniosa
veces úlceras benignas , que no tienen el carácter en las inmediaciones de este repliegue. Con bastante
sifilítico. Casi todos los qufc contraen la enfermedad frecuencia son producidos por una úlcera venérea,
venérea á consecuencia del comercio con una mujer oculta por debajo del prepucio, y mas frecuente es
infectada , son atacados desde luego de úlceras re» aun que sean ocasionados por la materia irritante se
beldes en el pene , y no de blenorragia aunque la gregada en la blenorragia del glande, del prepucio
uretra esté muy espuosta á la acción del virus : los y de la uretra. Algunas veces esta materia da orí-
que tienen ambos síntomas á la vez, duran muchas gen á úlceras superficiales y benignas que no son sus
veces de la infección por el mercurio , mientras que ceptibles, como la blenorragia simple, de determinar
el (lujo persiste. la sífilis. La reducción violenta del fimosis, es segui
Si la blenorragia ordinaria y simple, producida por da fácilmente del parafimosis.
infección, depende de uu virus sui generis, y muy La blenorragia del ano, y la blenorragia esterna,
rara vez del virus venéreo, el bubón, la epididimitis, son también de la misma naturaleza, y dependen de
el fimosis, el parafimosis, que son síntomas de este causas análogas. Nosotros hemos visto cambiarse una
flujo, deben tener el mismo origen, á no ser que pro blenorragia vaginal en una blenorragia del ano.
vengan de una úfeera sifilítica. Para comprender la La blenorragia crónica, reconoce ordinariamente
verdad de esta aserción, baste decir que estos sínto por causa una debilidad y una sensibilidad morbosas
mas se disipan felizmente sin el mercurio, por medio de los órganos genitales, la debilidad general y todo
de un tratamiento ordinario, sin que la sífilis sea su lo que puede ocasionarla. La inacción, un régimen
consecuencia, y sin que la sola presencia de una poco nutritivo, los alimentos viscosos, grasos, acuo
candelilla en la uretra determine bubones simpática sos; una atmósfera húmeda y fria; la laxitud congé-
mente. Nosotros hemos visto una ligera úlcera de la nita de la fibra; las hemorragias y otras evacuaciones
pierna, por causa esterna, que dio lugar á un bubón escesivas; las enfermedades debilitantes; los escesos
del lado correspondiente; en el panadizo se infurtan en el trabajo; las afecciones deprimentes del alma, y
los ganglios de la áxila: así la flogosis déla uretra, la un sueño demasiado prolongado, predisponen & esta
supresión de la blenorragia por los astringentes ó especie de blenorragia. Pero la debilidad general
por el frió, producen efectos análogos irritando los sola no basta: necesita ser secundada por un estado
vasos linfáticos. Pero estos vasos pueden también ab particular de laxitud y de sensibilidad de las partes
sorber una parte de la materia blenorrágica: sin em genitales. Cuando una irritación prolongada y el aflujo
bargo, aunque el virus esté entonces en las vias cir continuo de los humores han debilitado su fuerza y
culatorias, nunca produce la afección venérea, por aumentado su debilidad, el mas ligero estímulo de
lo menos, segun lo que nos ha hecho ver nuestra pendiente de la congestión puede entretener la se
práctica, bien que el bubón supure, bieu que so ter creción morbosa. Así, una blenorragia aguda mal
mino por resolución. tratada, ó que se prolonga á cau.«a de los escesos del
La epididimitis es igualmente el resultado de la régimen ó que se renueva con frecuencia, suele con
irritación de la uretra, aunque no sepamos cómo so vertirse en flujo crónico y rebelde en los dos sexos,
efectúa este accidente simpático. Las inyecciones es aunque las fuerzas generales se encuentren en buen
pirituosas 6 astringentes, la impresión dol frió, la estado. Eu el hombre, las estrecheces que ocasiona
equitación, el coito y todas las causas capaces de su la inflamación en ciertos puntos de la uretra, produ
primir la blenorragia, pueden dar lugar á la afección ce* el mismo efecto : el canal se irrita por la orina,
de los testículos. I.os que hacen uso, desde los pri que choca contra el obstáculo, ó por las callosidades
meros días, de uu suspensorio, estJn muy poco espues- que le forman. Algunas veces, aunque raras, es una
los á padecerla; pero esta circunstancia no puede es- ulcera la causa de este flujo. En las mujeres, debe
plicar el fenómeno. Ninguno de los vasos linfáticos atribuirse con particularidad á las causas que debili
déla uretra comunica con los testículos; ocupando tan el útero y dejan eu este órgauo una sensibilidad
la inflamación especialmente la parte anterior del ca cscesiva, como los abortos, los partos prematuros,
nal, no ataca en la blenorragia ordinaria los con difíciles ó demasiado repetidos y frecuentes en una
ductos deferentes, á los cuales no se propaga sino en edad tierna, la estraccion forzada de la placenta, el
los casos graves. El infarto de los testículos se anun abuso de los placeres vonéreos, la masturbación, las
cia, como lo hemos observado nosotros, por un ligero hemorragias uterinas, el infarto de los vasos de la
ardor al orinar y aparece mucho tiempo antes que niatrn, ocasionado por la supresión de los mens
la blenorragia. Muchas veces la supresión de este truos, etc. Nada prueba mejor el papel que desem
flujo no causa ningún dolor, ninguna irritación en la peña en esta afección el estado morboso de la sensi
i que se forma el tumor: sin embargo, • bilidad, como el aumento de las llores blancas, al
-
DE MEDICINA Y «BUJIA.— FRANK. 281
aproximarse la época iloJ (lujo menstrual ó hácia su son desconocidos entre nosotros, lo cual espone á la
liu. Se ha atribuido este fenómeno á la dilatación de acción del frió los muslos y la región uterina. La su
los vasos uterinos en estas circunstancias, dilatación presión do la tra-p;ra'-ion cutánea du con frecuencia
que no os demasiado considerable para dar paso á ¡a origen á la diarrea, á no ser quo la reemplazo la se
sangre; pero el moco que salo de la matriz y de la creción de las orinas; cuando el sistema uterino es-
vagina debe provenir de la misma fuente que en la perimenta un estado do debilidad, puede hacerse la
blenorragia uretral, es decir, do una secreción mor deviación sobre la matriz. La impresión del frió so
bosa. Este fluido es puriforme mas bien que mucoso; bre las partes genitales, ocasiona á menudo una leu
una nueva flogosis que aumenta el impulso de la correa, que os un verdadero catarro do la vagina, y
sangre en cada período menstrual, y favorece el tra euyos frecuentes retornos acarrean la blenorragia
bajo secretorio en todos los puntos de la cara interna crónica. Por último, la enfermedad que nos ocupa
de los órganos afectados; y una vez que la materia se puede ser también el producto de una lesión de las
elabora, no está toda formada en la sangre. Así, au vértebras lumbares, de conmociones de la columna
mentando la irritación periódicamente eu la época vertebral, y de contusiones en la región uterina: estas
délas reglas, también aumenta periódicamente la ble causas, como muchas otras, pueden ocasionar uua
norragia crónica: esta causa obra del mismo modo especie de parálisis de la matriz.
que los escesos en la comida, en las bebidas espiri Ya hemos hablado de la blenorragia del ano, man
tuosas, el ejercicio inmoderado, y la frecuente repeti tenida por un vicio local (527). Las hemorroides
ción del acto venéreo en ambos sexos. Cuando so blancas no traen su origen de los vasos hemorroida
trasporta sobre el útero, fuera del estado de emba les, sino de la irritación del recto y de sus folículos
razo, sobre la vagina, sobre la uretra ó sobre el ano, mucosos, determinada por varices ó por una flogosis
una metástasis reumática, hernéliea, escrofulosa, etc., superficial de la membrana mucosa. La presencia de
si los órganos genitales se hallan en un estado de de un gran número de ascárides vermiculares en el rec
bilidad, resultan flujos rebeldes, que se disipan cuan to, da lugar muy á menudo á esta irritación, al tenes
do se traslada la materia morbífica á otra parte cual mo y.á la evacuación puriforme. La disenteria deja
quiera: esta especie de blenorragia es muchas veces muchas veces, y por un largo espacio de tiempo, en
critica. La supresión da la coriza, del catarro pul el recto, un estado de irritación que produce el mis
monar, del asma, de una afección ímpetiginosa, de mo efecto.
una íilcora antigua, del sudor de los pies ó de las La blenorragia esterna reconoce por causa el des
Axilas, es causa frecuente del catarro uteriuo: cuando aseo en los dos sexos, sobre todo en las mujeres, á
el (lujo que proviene do esta fuente so suprime in consecuencia de ¡a evacuación menstrual; en las ni
consideradamente por medio de los repercutivos, ñas, depende algunas veces de la irritación mantenida
vuelve la afección primitiva, ó se manifiesta otra nue por ascárides vermiculares que so trasladan del ícelo
va enfermedad, aun mas grave. á la vulva.
La* causas que atraen la sangre en demasiada can. 532. Terminaciones t phosóstico. —La blenorra
tidad hácia el ulero, y predisponen á las congestiones, gia aguda puede tener diversas lernrnaciones que ja
debilitan también el tono de los vasc, uterinos y au liemos espuesto en gran parle; no dilieren de las de las
mentan la sensibilidad de los órganos genitales: ta otras inflamaciones. La resolución y la conversión en
les son los corsés estrechos de que hacen uso las blenorragia crónica, no contagiosa, son las mas fre
mujeres desdo la edad mas tierna, y que por su ac cuentes. La supuración es rara, á menos-que la enfer
ción mecánica, estorbando la circulación en una gran medad no se descuide ó se trate mal, y aun en este caso
de estension de la superficie cutánea y en las visce no puede sobrevenir espontáneamente si la blenor
ras torácicas y abdominales, obligan á la sangro á ragia no es sifilítica. Algunas veces, aunque raras,
trasladarse á (a pelvis; la lectura de obras lascivas, en el período inflamatorio, que es el mas importante,
los casamientos precoces, la privación do las dulzu se apodera del pene la gangrena, sobre todo, cuando
ras de la maternidad, que efectúa una rovolucion útil el enfermo se entrega á las bebidas espirituosas, á los
en un gran número de mujeres; el uso demasiado placeres venéreos, al onanismo, ó cuando lu irritación
frecuento de los baños tibios, de los calentadores muy se exaspera por cualquiera otra causa. Cuando la in
cargados do carbón, cuyo vapor mefilico obra de un tensidad de la inflamación hace lu blenorragia seca,
mono deletéreo fobre los nervios del útero; la acu el caso es mas grave que si existiese un flujo conside
mulación de la sangre eu la vagina por un vendaje rable: sin embargo, liemos visto á una blenorragia
demasiado apretado, ó renovado muy de tarde en tardo, seca muy violenta, prolongarse cerca de seis sema
en lu época de los menstruos ; los esfuerzos bruscos nas, sin ninguna apariencia de peligro. La rapidez do
para impedir que la sangre se traslade después dol lu terminación, cuando cune uua gran cantidad de
parto á los pechos, on donde debia establecer la se materia puriforme contagiosa, no dependo de que el
creción de la leche, cuya sangre, según las leyes de virus es espolido mas pronto, sino de que la inflama
la simpvtia, es atraída sobre el útero, aniquilado por ción es menos viva. Desde ol principio de la enferme
los esfuerzos que exige la función que acaba de dad, una sola gola de materia contagiosa introducida
ejercer; la oscesiva cantidad ó la duración prolonga en lu uretra, basta para establecer eu ella la secreción
da de los loquios á consecuencia de la oposición morbosa que alimenta ol virus eu tanto que persiste
que se hace al establecimiento de la secreción láctea; la inflamación. Observemos de paso, que la introduc
los embarazos repetidos que tienen la misma causa, ción del humor virulento en la uretra del hombre,
y son perjudiciales á la multiplicación d<; la especie; está probada por ¡a sangre que va á teñir en este
el abuso de los einenagogos, de los aloéticos y de los conducto el licor seminal, cuando se efectúa la uuion
irritantes; el descenso ó la caida del útero, ó do la conyugal durante el curso de los menstruos. No se
vagina, y el uso por mucho tiempo continuadode los puede pronosticar de una manera precisa la termina
pesurios para remediar estos accidentes. También es ción próxima do la cufermedail, mas que cuando la
tiempo ahora de hablar de los inconvenientes que escrecion do las orinas ó lu emisión del sémen están
tienen los vestidos ligeros can qun se cubren las exentas de lodo sentimiento de calor, de ardor, y el
mujere», lauto durante los fríos del invierno, como en enfermo no experimenta erecciones dolorosus; poro
los calores del verano; do las ventajas que ofrecen no se puedo acusar á la materia do virulencia aun
los pantalones que usan las mujeres del Asia, y que que algunos do estos síutomas persisiau eu una época
avanzada. No es raro que la blenorragia deje cu la viene ol leuesmo con la blenorragia del ano, siendo
uretra, sobre todo, en los bombres, desigualdades difíciles los movimientos do la marcha. Estos sínto
y durezas ó callosidades que hacen turtuoso esle mas se agravan siempre que una nueva inflamación
canal. En estas circunstancias la orina salo con diíN se apodera del tumor, inflamación frecuentemente
cuitad, gota á gota, ó por un cborro muy pequoño ó seguida de uno ó do muchos abscesos. Estos abscesos
bifurcado, etc.; y so escreta al principio cierta can pueden suprimir el curso de las orinas, ó hacer su
tidad de materia puriforme reunida detras del obs salida involuutaria estirando el canal de la uretra;
táculo. Algunas veces los obstáculos son permanentes, pueden abrirse espontáneamente en la uretra, en el
pero disminuyen en ciertas épocas, y aumentan des recto, en los espacios celulosos que separan este in ■
pués de los violentos ejercicios del cuerpo, sobre todo, testino de la vejiga, ó en el periné. En estos diferen
de la equitación , por el abuso de las bebid as espi tes casos, la orina vuelve á lomar algunas veces su
rituosas y por los placeres venéreos; otras veces ofre curso por el canal; pero bien pronto el foco se llena
cen mas bien un carácter espasmódico, y desapare de un nuevo icor, y vuelven á aparecer los acciden
cen enteramente por largos intervalos, Cuando la es tes. Si la abertura fistulosa se establece en el periné,
trechez es considerable y no se trata de remediar en el escroto ó en el recto, suministra una mezcla de
cuanto antes, la retención de orina llega á ser com orina y de icor ó do materias fecales, y la gangrena se
pleta, y amenaza la vida del enfermo. Comunmente declara comunmente.
estas alteraciones orgánicas del canal de la uretra son El pronóstico de la blenorragia aguda, ligera ó in
producidas por blenorragias agudas reiteradas, aun tensa, es muy incierto relativametrte á su duración
que poco intensas; se declaran también algunas veces y á su terminación. Cuando la iofiamacion es ligera;
muchos años después, do maneta que es difícil hallar la duración de la blenorragia es comunmente larga,
so causa. Pero en muchos casos dependen de uua y si el (lujo es poco considerable, es de temer la in
blenorragia crónica Las blenorragias agudas reitera duración, Frecuen'emente una blenorragia que es
das y curadas en la apnriencia, dejan en el canal una ligera al principio, loma de pronto un acrecenta
gran sensibilidad, una disposición a la redicwa por miento peligroso, ya por culpo del enfermo, ó ya del
las causas mas ligeras, aunquo no sean contagiosas. médico, ó por la oscuridad de su causa: otras veces
Esto es lo que favorece el establecimiento de una flo por el contrario, una blenorragia que se anuncia por
gosis crónica oculta, casi sin dolor, semejante á la do síntomas graves, se disipa en poco tiempo, por me
los ojos y á la de los bronquios on las persouas dis dio de un régimen y de un tratamiento bien diri
puestas á la tisis: los enfermos no se aperciben, por lo gidos. En los casos mas felices en apariencia, es de
romuii, de ello; sin embargo, la inflamación so pro temer que las recidivas frecuentes que determinan
paga lentamente á toda la estension do la uretra, á la las causas mas ligeras, no den lugar á la cronicidad.
próstata, al cuello de la vejiga; una linfa coagulable Esta degeneración es mas frecuento cu las mujeres,
se derrama en el tejido celular esterior á la mcmbra» á causa rie su sensibilidad, de la laxitud de su fibra,
na mucosa, en el que liga los vasos de la próstata, de y de la irritación periódica é que están espuestos sus
donde resultan callosidades semejantes á la que pro órganos genitales en las épocas de los menstruos.
duce la blenorragia agu la. Esta esplicacioii está con- En los hombres, la blenorragia crónica afecta con
lirinada por la disposición inflamatoria constante, y preferencia á los adultos de una constitución débil,
por la frecuencia de los abscesos que se encuentran sensible, sujetos á escrófulas ó á cualquier otro vicio.
en las cercanías de las callosidades y on la próstata, En la mas intensa sobreviene frecuentemente una
cuyo volumen está comunmente muy aumentado. hemorragia por la uretra, cuando las erecciones son
La induración de la próstata, accidente que puede violentas: este flujo apaga el eretismo.
depender de una multitud de causas, pero sobre Los bubones simpáticos se terminun casi siempre
todo, de blenorragias reiteradas, principalmente en por resolución; los idiopáticos, producidos por la
los viejos, comprimiendo el canal de la Uretra y es reabsorción de la materia de una blenorragia sim
trechando su cavidad, da lugar ¡i disurias continuas y ple , se resuelven sin ningún peligro de infección
4 frecuentes retenciones rio orina, seguidas de una general ; si supuran, se les debe considerar como
parálisis peligrosa de la vejiga; ocasiona casi los mis abscesos cu un órgano glanduloso, abscesos cuya ter
mos síntomas que la piedra. La porción de este cuer minación es ordinariamente feliz, pero de marcha tan
po glanduloso situada hacia el orificio interno de la lenta como la de la inflamación que les da nacimien
uretra, se eleva por su tumefacción del ladn de la to. Se curan mas difícilmente los que afectan á in
vejiga y cierra su abertura; el tumor puedo presen dividuos escorbúticos, escrofulosos, y se cambian
tar una prominencia considerable on la cavidad de con facilidad en úlceras de mal carácter. Los bu
esle órgano, y adquirir el volumen do un huevo de bones idiopáticos, pero ua poco tardíos, que pro
áusar, lo que se opone A la salida de las orinas, y aun vienen de ulceras venéreas, anuncian y producen la
al descenso de esle liquido por los uréteres, ú oca infección sifilítica. No hemos visto nunca quo estos
siona la enuresis, impidiendo que el orificio se cierre bubones sobrevengan secundariamente en la síülis
exactamente. SIMÉ hechos están demostrados en las confirmada, sin úleeras en las partes genitales. Los
memorias de los observadores, y por algunas piezas bubones que no terminan p r resolución rli por su
de anatomía patológica depositadas on el Musco mé puración, toman algunas Teces un carácter escirro-
dico de Pavía. Otras veces la tumefacción ó el escirro so, que resiste ú los remedios, y pueden también de
de la mitad de la glán lula, el escirro de las vesículas generar en carcinoma: el muslo se pone tumefacto,
seminales, producen los misinos efectos, compri edematoso, y pierde sus movimientos. Lu induración
miendo lateralmente la vejiga: se ve en el Museo termina algunas veces el infarto do los testículos,
médico un escirro muy voluminoso de las vesículas sobre todo del epididimo , en la blenorragia aguda,
seminales. Si el tumor se estiende a las inmediacio cuando no cede á uua resolución benigna, por lo
nes del recto, lo qnc se confirma por la introducción común müy lenta. A veces el escirro se apodera de
de una vela ó del dedo en el ano, da lugar á un seu- casi todo del cordón espermálico. l.al epididimiüs
timieuto continuo do presión sobre el peí i né. y de está estimadamente sujeta á la recidiva: basta es-
tensión y dolor cu La raiz de la uretrn; el intestino se perimentnr una vez esto accidente para que se re
estrecha, y se intercepta el paso do las materias feoa-. nuevo á cada infección. ¿Se ha tenido raEon en de
DE MEDICINA t CIRÜJÍA.—FRANK,
degenerar ou cáncer? Lo dudamos, pero no podemos crupulosa en las mujeres públicas, si se tratase de dis
cfirmnr lo contrario , hallándonos desprovistos de minuir el número de los célibes que se hallan en ap
observaciones ciertas sobre este punto. Se ha visto titud de contraer la unión conyugal , si se tratase de
en una liebre nerviosa mortal , disiparse casi ente administrar cuanto antes á laS personas inficionadas
ramente un infarto anticuo de los testículos. Ya he remedios secretos, gratuitos para los pobres, seria po
mos hablado de los peligros que acompañan ¡il fimo- sible reprimir los estragos de este virus. Nosotros no
sis y parafimosis; la adherencia del prepucio con el conocemos remedio alguno capaz do prevenir la in
glande sobreviene con facilidad en el primero, é im fección, di corregir ó de destruir en el instante mis
pide la erección y la unión conyugal. Nosotros hemos mo el virus sifilítico ó el virus gonorróico. Conviene
destruido por medio de inyecciones una adherencia limpiar sin dilación la parte que acaba de ser espuesta
del prepucio con una de las partes laterales del glan al contagio, y lavar los órganos genitales con un lí
de, (|iio existia hacia tres semanas. En el (imosis y quido cualquiera, sobre todo con agua de jabón, y en
el paraíimosis se debe temer la cangrena del prepu • su defecto, salpicarlos de una materia absorbente; ori
ció, y en el último, sobre todo, la del misino glande: nar al momento cu que se ha concluido una unión
se reconoce este secútente por la aparición de man sospechosa, ó inyectarse en la uretra ó en la vagina
chas negras ó lívidas y de vesículas llenas de una agua tibia ó agua de cal. El examen de las partes ge
serosidad semejante. Es raro, pero no imposible, que nitales do la mujer no basta para asegurarse de su
el bubón se termine por gangrena, precedida algunas estado ; los ojos no penetran en la vagina. Si espon
veces ó acompañada de hemorragia. táneamente, ó comprimiendo la parte anterior de la
La curación es mas difícil en Ta blenorragia cró uretra, salen de este canal materias puriformes ó se
nica, ya que esta afección provenga de la blenorra esperimenta un sentimiento de dolor, si el orilicio está
gia aguda, contagiosa, ya que no constituya otra | ropzo, se corre el riesgo de comunicar la infección ¡i
que las llores blancas, ó la blenorragia habitual Los la mujer, á no ser que estos síntomas dependan de
obstáculos aumentan cuando á la laxitud, á la sen otra enfermedad no contagiosa. Después de un comer
sibilidad morbosa de los órganos genitales, vime á cio sospechoso, aunque los síntomas no confirmen to
juntarse una debilidad general, una disposición & las davía los, justos temores que se pueden tener, es ne
afeciones espasmódicas, ó un vicio escrofuloso, es cesario abstenerse de todo contacto con las personas
corbútico, artrítico, reumático, ó impetiginoso. Cuan sanas, porque, el virus se adhiere comunmente á las
do el flujo blenorrágico es producido por la irrit icion, parles genitales esternas ó internas, sin dar ni prin
por la compresión ocasionad.! por un vicio orgánico, cipio señales de su presencia. Una vez declarada la
un pólipo que no se puede estirpar, por ejemplo, un blenorragia, los enfermos evitarán todo lo que pueda
escirro de la uretra, del recto ó de la próstata, el irritar la economía, sobre todo, los órganos genitales,
pronóstico es el mismo que el d.i cst is afecciones, y atraer á estos órganos el aflojó de sangre ó aumentar
ordinariamente funesto. Este flujo hace estériles á la acrimonia de las orinas. Los hombres deben hadar
un gran número de mujeres, ó st conciben, las rrns uso, desde el principio, de un suspensorio para soste
ligeras causas bastan para hacerlas abortar. La ble ner los testículo?. Por lo común, la materia, ásu paso
norragia dependiente de callosidades ó de estrechez ó por su permanencia detrás do un prepucio largo y
de la uretra, se disipa algunas veces cuando los me estrecho, irrita y úlcera esta prolongación cutánea ó
dios quirúrgicos, una inflamación nueva, ó el aumen el mismo glande: es necesario limpiarle por medio de
to del flujo, destruyan la causa mecánica. Pero es lociones ó de inyecciones con leclie tibia ó un licor
necesario combatir coe. precaución un flujo morboso acuoso. El decúbito sóbrela espalda escita poluciones
' |ue está acostumbrada la naturaleza: su supresión nocturnas en los hombres, y favorece en las mujeres
nasiadn brusca es seguida frecuentemcite de ac el Ilujn de la materia virulenta y corrosiva hácia el
entos graves, que no dependen du una metástasis, ano; sin embargo, es necesario dar á los muslos una
> de una irritación en i.unicada simpáticamente posición decive, & fin de que los humores tengan mas
á otra parte. El vulgo mira con razón á esta especie facilidad en correr desde la vagina.
de blenorragia como un preservativo do diversas en 531. Tratamiento c.iiutivo. —El talento de los
fermedades para las mujeres, ya que se considere médicos no es nunca tan fecundo en remedios como
bajo el aspecto de I03 accidentes que trae consigo la cu las enfermedades que se curan esponláneamenle,
supresión de este flujo, de las enfermedades aun mas ó por cualquier método, siempre que no sea directa-
funestas cuyo lugar puede ocupar, ya que parezca monte npue to á los esfuerzos do la naturalez; : tal es
llenarlas función és de un exutorio, por el que se la fuente de las riquezas terapéuticas que poseemos
evacuó diariamente una pequeña cantidad de algún para el tratamiento de la blenorragia, riquez;.s que
humor morboso inveterado. No es raro que la le mor no nos aclaran nada sobre la naturaleza de esta afec
rea crónica vaya acompañada del descensó tenaz de ción.
la vagina, del de el útero, y de hemorragias uterinas Una blenorragia aguda por infección, pero sin úl
peligrosas. ceras venéreas, so cura en genera! perfectamente por
583. Tratam ento preservativo.— El tratamiento los cuidados de la naturaleza, como los flujos que de
de la blenorragia se funda en general en las cauris, penden de cualquiera otra causa do irritación : los
en el asiento, en la duración y en los síntomas de esta socorros del arte no son necesarios, y la sífilis no es
ufe :cion. Es de desear que se hallen remedios capaces nunca de temer. El antidoto del virus gonorróico nos
para hacer desaparecer el virus gonorróico y lasililis. es desconocido, como su naturaleza ; si las inveccio
La secuestración es un medio impracticable en Euro nes practicadas desde los primeros dias hacen abortar
pa , á cansa de las numerosas relaciones comerciales una blenorragia incipiente, no e3 porque neutralicen
que leñemos con el esterior: las medidas que se han ni destruyan el veneno, sino porque le arrastran afue
propuesto no son de la incumbencia de las leyes (!) ra: algunas veces la blenorragia no existe, ; el en
Sin embargo, si la policía ejerciese una vigilancia es fermo, asustado.'cree esperimentar un sentimiento de
prurito, da caloren la uretra ó en la vagina, de ma
to Wat» í Párcnl Dúchatele!, «Oe la prostitución en li filia de cera que se cura por una inyección que no hace mas
París.» Segunda edición. París, 1837, t. II, p. 539.-F. S. Ratier. (¡ue calmar su inquietud y disipar sus temores. Poi
Cuáles «gu laa medidas de policía médica mas propias para detener interés, por ligereza ó ignorancia, sealimci
284 BIBLIOTECA ECONÓMICA
el método que se lia escogido. Sin embargo , hay re que aumentar la irritación; por otra parte, la cantidad
medios que lío deben ser descuidados ; remedios que que queda momentáneamente en el canal es tan pe
pueJen calmar los síntomas mas graves, y abreviar el queña, que no se pueden atribuir á este remedio los
curso de la blenorragia. cambios que siguen algunas veces á la inyección. El
Ademas de los preceptos que hemos establecido so moco que protege las paredes de la uretra no puede
bre lo que se debe hacer ó evitar, hay ademas otras ser reemplazado por ningún mucílago : las inyeccio
indicaciones que llenar. Es necesario combatir la ir nes , cualesquiera que sean, producen una irritación
ritación é inflamación ocasionadas por el virus ó por manifiesta, no penetran suficientemente, ó no forman
cualquiera otra causa, y dirigir igualmente los cui una capa bástanlo considerable en las paredes del
dados contra los accidentes locales ó sintomáticos; es canal.
necesario prevenir su paso al estado crónico. Sin embargo, no negamos les buenos resultados que
Al instante en que se manifiestan los síntomas de la han obtenido médicos célebres del método de las in
invasión, muchos médicos ilustrados prescriben fre yecciones. Raras veces han reclamado los enfermos
cuentes inyecciones estimulantes, resolutivas, nar nuestros socorros desde los primeros instantes de la
cóticas ó propias para defender la membrana mucosa blenorragia aguda; pero siempre que hemos emplea
de !a acción del virus , sirviéndose de una jeringa do el método preconizado, aun en circunstancias que
apropiada y empleando el liquido tibio. Nosotros ño parecían favorecerlo, hemos tenido ocasión de arrepen
adoptamos este método : los líquidos mas suaves, in timos de haberlo usado. Los accidentes que trae coi.-
troducidos en la uretra desde el principio, y en el sigoel tratamiento de las demás flegmasías por las in
periodo inflamatorio de la blenorragia aguda, obran fecciones, hubieran debido hacernos prever por analo
coino sustancias estrañas, irritando la sensibilidad de gía' este funesto resultado. Alin de enseñar á los jote-
este canal, y no difieren de ios irritantes propiamente nos médicos con cuánta circunspección se deben con
dichos mas que en el grado. El uso de los estimulantes ducir, y para poner un freno á las tentativas casuales
ostá fundado en una de estas hipótesis, á saber : que de un gran número de personas en el tratamiento de la
aumentando la secreción de las mucosidades, pueden blenorragia, hemos creído útil indicar aquí los errores
arrastrar al virus bácia fuera, ó que produciendo una de la esperiencia en la medicina, y en particular en
nueva irritación, pueden destruir la primcia. Ya he el caso que nos ocupa, de la esperiencia á la que
mos dicho (532) lo que es necesario pensar do la pri lljman siempra los que no tienen el genio osperimen-
mera de estus hipótesis: en cuanto á la segunda , el lador.
principio es verdadero, pero no es aplicable & una TnATAMIE.NTO DEXPHIMEU PEMoOO. — BLENORRAGIA LI
enfermedad ocasionada por un virus rebelde á lodos GERA.—Así es que prefiriendo un método largo, pero
nuestros medios ; por otra parte, sus partidarios con seguro, á un método corto, pero incierto, abando
fiesan que una irritación ligera casi carece de efecto, namos á la naturaleza la blenorragia aguda. Nosotros
y que una irritación demasiado fuerte es perjudicial. nos limitamos á moderar sus síntomas cuando son
Ahora bien, como la sensibilidad de la uretra varia demasiado intensos. Cuando no existe liebre, no cam
:i cada instante, como su irritabilidad es diferente en biamos en nada el réguicn acostumbrado; solamente
los diversos individuos, ¿qué fórmula se seguía para recomendamos al enfermo que se abstenga de los irri
obtoner el grado da irritación conveniente? ¿Se po tantes, de los alimentos difíciles de digerir, y de las
drán saber las cualidades de la inyección por el gus sustancias saladas, que aumentan el ardordela orina.
to, que es un sentido tan infiel? ¿Cómo determinar Prescribimos por bebida el agua en bastante canti
con precisión la cantidad del liquido y la fuerza con dad, & fin de que la orina, menos acrimoniosa, no
que debe ser Inyectado, á fin de penetrar lo bastante ocasiono irritación; rechazamos las bebidas demasia
sin producir una irritación demasiado considerable ? do cargadas de mucílago, porque este principio se
Si la inyección es practicada por un cirujano esperi- altera en la masa de la sangre, no llega nuuci hasta
menlado, ¿tendrá el enfermo paciencia para soportar la uretra, y pesa inútilmente sobro el estómago. Cuan
las maniobras que deben durar muchas horas? y si do el enfermo está acostumbrado al vino, no tiene
el enfermo la practica por si mismo, ¡ cuánto no se fiebre y es de una constitución poco iiritable, ^per
debe temer! ¿Se puede fijar el tiempo en que es .ne mitimos que use deél moderadamente en suscomidas.
cesario desistir de la operación, ya porque sea inútil, Si el vientre uo está libre, administramos diariamen
ya porque sea perjudicial? Por último , se han pro te un enema. Se debe evitar todo movimiento violen
puesto para estas inyecciones diferentes sustancias, to, laequitacion.el baile, el frecuente tacto, el enfria
tales como el vitriolo de marte, do cobre, de zinc, el miento y la compresión de los órganos genitales, los
cardenillo, la sal amoniaco, elaccile de trementina y lechos demasiado blandos, la sociedad de mujeres, y
los bálsamos. Se ha atribuido al mercurio, inyectado las afecciones vivas del alma. Conviene lavar & menu
bajo diversas formas, una acción especifica, de que no do las parles con agua ó leche tibia, para arrastrar
goza en la misma sífilis á menos que esta afección las materias que corren del canal: si la longitud ó
noesté desarrollada. Los que piensan que el virus ve estrechez del prepucio se oponen á ello, se recurro
néreo está continuamente cubierto por el moco, ó á las inyecciones mas simples, reiteradas dos ó tres
pierde su propiedad contagiosa de cualquiera otro veces al dia; las mujeres deben- servirse de ellas para
modo , toman el efecto por la causa, aun suponiendo limpiar la vagina. Es necesario no escrctar las orinas
un carácter sifilítico á la blenorragia común. La aci hasta que so hayan reunido en gran cantidad, y con
dez del virus venéreo no se halla demostrada con bas la menor frecuencia posible.
tante solidez para poner nuestra confianza en el uso Blenokiugiv i.yiensa.—Cuando la liebre _se mani
del álcali cáustico, de lu piedra de cauterio , y del fiesta con un carácter inflamatorio, en un individuo
agua de cal empleados como absorbentes y estimulan pictórico y robusto, se prohiba el uso del vino; se
tes. Los quo reconocen la insuficencia del arte para disminuye la cantidad yse cambia la calidad de los
destruir el virus, tratan de hacer á la uretra ó á la alimentos; se sangra en seguida al enfermo; se le
vagina menos sensible á su acción ; con esta ¡dea re prescriben los anlifloljsticos, esceplo las sales neu
curren á la solución acuosa del estrado de saturno tras, y aun el nitro, y se le administra un cocimiento
ó del úp¡->. La eficacia de las preparaciones opiadas de tamarindos, purgante que rara vez está indicado,
en la oftalmía crónica, viene en apoyo de esta opinión; si se observa el régimen de que hemos hablado. La
-guda, el ópio no hace mus I sangría es seguida Lien pronto de accidei '
DB MEDICINA Y CmUJÍA.—FRANK. 285
tos en las personas débiles y delgadas, porque exal rarse, y se reconoce una especie de fluctuación, sin
ta su sensibilidad. Si la tensión, el calor y el dolor que estos síntomas hagan siempre imposible la reso
son considerables, se aplican cataplasmas anodinas lución.
con el láudano liquido, se prescriben los semicupios Cuando no se puedo impedir la supuración, es ne
tibios, los baños locales con leche 6 ol cocimiento de cesario seguir las reglas establecidas (134), cscitar ó
malvas. Cuando la falta de flujo procede de espasmo, abatir las fuerzas del sistema entero , ó solamente de
y no de la intensidad de la inflamación, se halla in la parte afectada. El trabajo de la supuración se efec
dicado el úpio. En el caso de flegmasía violenta fe túa lentamente en las glándulas. Por lo común vale
aplican sanguijuelas en el pene sobre la parte dolo- mas abandonar la abertura del absceso á la natura
losa, en el periné, y en los grandes labios en las mu leza, á menos que la resistencia de la piel no reclame
jeres, listos síntomas, asi como las erecciones espas- los socorros del arle. En este caso importa poco ser
módicas que encorvan dolorosamciite el pene Inicia virse del hierro ó del cáustico, siempre que el absceso
abajo, ceden comunmente ol opio administrado por haya llegado á una perfecta madurez. Cuando se es
la tarde. Pero cuando existe un estado de debilidad, tablece una supuración dn mal carácter, en medio de
de sensibilidad morbosa, la materia es tenue, diáfana un estado general de debilidad, es comunmente ven
y ol pulso frecuente y concentrado, se emplea con tajoso prescribir la quina, el vino, y un régimen nu
éxito el cocimiento de quina, al que se añade cierts tritivo: se asocia el ópio á la quina en el caso de dolor
cantidad de tintura tebáica. Algunas veces se obtie violento.
nen grandes ventajas de los enemas emolientes anodi El resto del tratamiento del absceso ó de la úlcera
nos. Es necesario abstenerse absolutamente do todos que sucede al bubón, pertenece á la cirujía. El mercu
los purgantes fuertes, que hacen difícil la escrecion de rio no está nunca indicado como especílico, á eseep-
las orinas y agravan bien pronto Indos los síntomas. cion de los casos de complicación sililítica. Se rocia
535. Tal es el tratamiento de la blenorragia ensu con el precipitado rojo las úlceras callosas y antiguas:
período inflamatorio. Guando es inten-a, exige las ca esta circunstancia reclama en general los tónicos.
taplasmas emolientes, las sanguijuelas, y el opio ad En el tratamiento del escirro se siguen las reglas
ministrado liberalmente al interior. En las erecciones queja hemos espueslo (13o), ó que espondremos
violentas y dolorosas, y en el priapismo, el ópio es después; pero este accidente ofrece muy poca espe
el primer remedio. ranza de curación. La resolución deja algunas veces
536. Bubón.— En el tratamiento del bubón que en la parte un ligero infarto, acompañado de una
no depende de una úlcera venérea, es necesario bus sensibilidad muy viva ó de un dolor vago. Es necesa
car y combatir su causa. Se debe prevenir la su rio no tomar esto estado por un escirro, estado que
puración , porque semejante terminación es inútil, cede frecuentemente á un buen régime i, al uso de la
larga, y deja una cicatriz deforme; es necesario, quina, del linimento volátil con la tintura tebáica, y
pues, intentar la resolución. Cuando el bubón pro á los baños de mar. La curación del carcinoma es in-
viene de una inflamación intensa de la uretra, se si finitamente rara; daremos las reglas de su tratamiento
gue el método que acabamos de espnner; si procede en la continuación de esta obra. La gangrena se trata
de uua afección espasmódica de este canal, se recurre según los principios espucstos en otra parte (í 36);
á los medios que hemos propuesto para combatirla. pero no es una terminación frecuente del bubón.
Cuando es consecuencia do la supresión do una ble 537. Epioid mitis La epididimitis que sobrevie
norragia uretral ó vagiml, se emplean, según la cau ne en la blenorragia aguda, exige un tratamiento va
sa de la supresión, los antiflojísticos ó los anliespas- riado según la naturaleza de su causa y de sus sínto
módicos, y se traía do atraer el flujo por la introduc mas. La fiebre puede ser ligera y no exigir ninguna
ción de una candelilla en la uretra, ó de un pesario evacuación sanguínea; algunas veces es poco intensa
en la vagina. En un bubón incipiente, después de en el principio, y aumenta al cabo de unos dias, lle
haber llenado las indicaciones previas, se afeita la gando á ser tan fuerte, que reclama sangrías reitera
parte y so hacen aplicaciones de agua fria. Cuando das. Ya hemos aconsejado el uso del suspensorio du
la inflamación es avanzada ó intensa, se colocan san rante la blenorragia: por lo comnn conviene supri
guijuelas en las inmediaciones, ó bien so escarifica mirlo al lia del período inflamatorio. Se debe aflojar
ligeramente la piel inflamada, A loque debe preceder á medida que crece el infarto, á fin de que no ejerza
la sangría cuando se hallo indicada. Después de estos compresión. El enfermo se abstendrá de todo movi
socorros, supcrlluos en una inflamación ligera, so miento, y permanecerá acostado sobre la espalda. Eli
aplica duranto el dia una cataphsina do miga de pan los individuos robustos y pictóricos está indicada la
y leche, haciendo de manera que no esté demasiado sangría sin esperar á que el dolor sea vivo y la tume
caliente; por la noche se ta sustituye con un emplas facción considerable, y debe reilerarso cuando la fie
to gomoso para evitar el enfriamiento. Si existe un bre es intensa, el pulso lleno y duro; y si no pareciese
dolor intenso y espasmódico, se añaden ¡í la cata absolutamente necesario repetirla, seria menester
plasma hojas de beleño , cicuta en polvo ú ópio , y aplicar de diez á quince sanguijuelas sobre el escroto.
so administra por la tarde un paregórico. En el Cuando ta epididimitis está en su principio, después
tratamiento de los bubones, como en el de otras in de haber practicado la sangría en el caso de hallarse
flamaciones, nos abstenemos de los eméticos, que indienda, se hacen sobre las bolsas aplicaciones pro
han sido preconizados poralgunos médicos. Es inú longadas de afilia fria, pura ó acidulada con la sal de
til practicar fricciones mercuriales en la parte inter saturno, y se introducen los testículos en esto líquido.
na del muslo correspondientes, por el temor de una Hemos vislo una mezcla de espíritu de alcanfor, de
infección sifilítica. Pero si el bubón so prolonga casi estrado de saturno y de agua, producir la inflama
sin calor ni rubicundez y hay necesidad de un esti ción. Ademas1 de estos remedios se debe mantener el
mulante para cscitar la resolución, conviene emplear vientre libro por medio de enemas, do laxantes sua
el línimeuto volátil, el ungüento mercurial, que no ves preparados con el maná ó los tamarindos. Los ali
obra entonces como especifico: sin embargo,, se llega mentos serán en pequeña cantidad y fáciles de dige
mus fácilmeute al objeto prescribiendo al enfermo un rir, y el enfermo evitará las sustancias espirituosas ú
régimen nutritivo, el uso del viuo, ol cocimiento de irritantes. Si una inflamación intensa ocupa al mismo
quina, y ligeras fricciones sobre la glándula infartada. tiempo la uretra y el periné, se recurrirá á los emo-
Algunas veces la supuración está á punto de decla - tientes: la enfermedad está entonces demasiado avan
2S6 BIBLIOTECA ECONÓMICA
/.mía para emplear las aplicaciones Trias. Cuando el puración se limita al escroto , y el testículo no está
Infarto es mas bien nervioso que inflamatorio, se debe afectado , la incisión del absceso produce en poco
administrar por la tarde una preparación de opio, es tiempo su curación.
poner los testículos al vapor de sustancias aromáti Una terminación mas frecuente que la supu
cas, y prescribir sobre todo lavativas con una dosis ración en la inflamación del epidídimo!, y aun del
doble de láudano líquido, después de haber limpiado testículo, es la induración. Se establece lentamente,
el intestino con una lavativa simple. Aun en los casos se apodera de la totalidad del testículo , del cordón
en que la inflamación ha sido violenta, conviene el espermático , y sube casi hasta los ríñones , en la in-
opio' para calmar el resto de irritación que las sangrías meJiacion de los cuales nace este cordón , lo que
no han podido destruir, aunque se haya sacado una prueba qne si la inflamación no ocupa el testículo
cantidad suficiente de sangre. Cuando la tumefac en los primeros tiempos, se apodera de él después,
ción, la dureza y el dolor son considerables, y la in asi como del cordón. Los autores prescriben diversos
flamación está avanzada, las cataplasmas emolientes, métodos de tratamiento. La induración del epidídi
que hubieran sido perjudiciales desde el principio, mo so disipa comunmente por sí misma , y cuando
están indicadas en esta época. Nosotros no liemos persiste no va acompañad,! de peligro alguno; la del
obtenido sino malos efectos de las unturas con un testículo es difícil do curar , y no se la trata fre
güento mercurial sobre el escroto, aconsejadas por cuentemente mas que por remedios activos , irritan
muchos prácticos: si han tenido éxito, es necesario tes, y susceptibles de hacerla degenerar en car
atribuirlo á la tendencia del infarto á la resolución, cinoma: vale nías limitarse al uso del suspensorio.
mas bien que al remeiJio. Una inflamación violenta Sin embargo, aconsejamos el misino tratamiento que
puede ocasionar con prontitud un hidrocele agudo: hemos recomendado al hablar de esta terminación de
la presencia de la materia se reconoce par el tacto; la inflamación (135). El mercurio ocasiona comun
pero es necesario no dejarse engañar po' las aparien mente una irritación funesta en los escirros : no po
cias: la punción con el trocar es peligrosa , y aun dría obrar de una manera específica, y aplicado en
puede determinar la gangrena. uuturas sobre el escroto ó sobre el periné, la ab
Hemos visto en el hospital de Brucbsa! á un ciru sorción no lo lleva al testículo. Se ha alabado el li
jano imprudente herir el testículo en el tratamiento nimento volátil , el aceite alcanforado , la raíz de be
del liidrocele, por la punción, lo que fje seguido de lladona , de inundrágora, empleadas esteriormenle, y
convulsiones espantosas y de una inflamación horri el estrado de cicuta ó de acónito , al interior y al
ble. Sin embargo, nosotros no hemos temido practicar csterior: se ha preconizado también el cocimiento de
la operación en un enfermo del Instituto clínico, que gatuña , el de torbisco , ia goma amoniaco en solu
á consecuencia de un coito violento había ospeiimen- ción en el vinagre escilílico , la electricidad , y
tado una hemorragia abundante por la uretra, y al auu los ojos de cangrejo. No conocemos ningún he
segundo día el testículo izquierdo presentaba un vo cho cierto que justifique la eficacia de estos reme
lumen enorme. La intensidad del dolor, la tensión, dios. Uu practico osperimentado ha obtenido buenos
la forma del tumor, la disuria, y todos |os síntomas resultados haciendo introducir las bolsas en una mez^
se juntaban para ocultarnos á primera vista la natu cía de agua y de opio , y reiterando á menudo este
raleza de la enfermedad. Sin embargo, como se dis baño local. La introducción de las candelillas en la
tinguía una fluctuación manifiesta en un punto, se uretra atrayendo la blenorragia, ¿ puede disipar la
practicó una incisión que dió salida á una gran can induración del testículo, como cura las demás afec
tillad de materia, amarilla al principio, trasparente, ciones de este órgano, ocasionadas por la supresión
acre y fétida, y después puriforme y b'anquccina. La del flujo? No podemos decidir ia cuestión seguu
orina, que salía aillos en pequeña cantidad por la nuestras propias observaciones, y nunca hemos oído
uretra, corrió en abundancia por la herida. La ure decir que ningún enfermo haya sido curado por una
tra se había desgarrado en el coito, y estaba dilatada nueva Dlemorragia.
por la orina acumulada por encima de la desgarradu Si el testículo ha adquirido un volumen considera
ra, que le habia permitido infiltrarse en el escroto. ble y una dureza pronunciada, si es el asiento de un
Nosotros introducimos una sonda en la vejiga , y la dolor lanciuante , debe practicarse pronto la am
curación fue completa al cabo de veinte días. putación. La operación es peligrosa cuando el cor-
Cuando la cpididiiniiis depende de la supresión don espermático está duro y tumefacto hasta el ani
de la blenorragia, se aconseja que se atraiga el flujo llo: la porción situada en el bajo vientre puede llegar
introduciendo eu la uretra una candelilla que puede á ser presa de una inflamación maligna, de un car
impregnarse de virus. Este medio no conviene en los cinoma ó de gangrena; una hemorragia mortal pue
casos de inflamación intensa. En efecto, la inflamación de hacer sucumbir al enfermo en manos del opera
de la uretra es por lo comuu la causa de la del tes dor. Hemos visto, á consecuencia de la estirpacion
tículo, la causa y no el efecto de la supresión. Pero del sarcocele por un cirujano ilustre y muy hábil en
si el infarto persiste cuando la flogosis del canal se lia operaciones, que la arteria espermática, que conser
disipado, se podrá emplear este medio co¡«>xito. Se vaba aun su elasticidad á pesar do lo antiguo de la
ha visto curar súbitamente la afección del testículo enfermedad, se retrajo al abdomen , de manera quo
por la introducción de candelillas en la uretra para fue imposible ligarla húcia el anillo, y el enfermo
curar su estreche!. sucumbió á la hemorragia.
Si la inflamación se termina por la supuración del 538. Fmosis.—En el Cimosis que acompaña á la
testículo ó del escroto, lo que sucede rara vez , no blenorragia aguda, la indicación es disponer las par
se debe temer la infección sifilítica, y as conveniente tes á la reducción , combatiendo las causas que la
aplicar cataplasmas emolientes ó emplastos gomosos, impiden. Se levanta el pene y se lija contra el vien
hasta que se manifieste la fluctuación. Nosotros hemos tre, á menos que esta posición no hágu difícil el curso
hecho practicar una incisión en un testículo quo es de las materias por la uretra: el enfermo debe guar
taba supurando, á consecuencia de una quemadura dar el mas perfecto reposo. Si la fiebre se anuncia
en las inmediaciones de este órguno: una gran parte por uu pulso lleno y duro, están indicadas la san
de su sustancia se desprendió bajo la forma de fila gría, reiterada según la neces:dad , las sanguijuelas,
mentos muy delgados ; pero practicada pronto esta el método debilitante y los enemas: no es necesario
operación, so conservó la mayor parte. Cuando la su esperar á que la rubicundez del prepucio se mani
DE MEDICINA t CIBWiá.— FRANK. 287
fieste; este síntoma se observa raras veces. Después y aun se recurre á la infusión en frió, 6 al cocimiento
de ta sangría, si la inflamación está en su principio, de quina. Pero muy comunmente la debilidad es lo
se hacen aplicaciones con agua fria pura, renovada cal y va acompañada de un resto de sensibilidad mor
con frecuencia ó acidulada con el estrado ó la sal bosa: los tónicos looales pueden, pues, convenir, so
de saturno. Pero cuando el prepucio presenta una los ó asociados á los tónicos generales. Es necesario
tensión considerable, una tumefacción casi flemonosa, conducirse aquí por grados. Se dan al principio, en
deben preferirse las fomentaciones , los baños loca el hombre y en la mujer, frecuentes lociones con agua
les con la leche tibia , el cocimiento de malva y las fria. Si el flujo continúa mas allá del término acos
cataplasmas anodinas. Se debe inyectar suavemente tumbrado, so pueden ensayar sin temor las inyec
entre el prepucio y el glande, para prevenir las ad ciones uretrales ó vaginales con el agua dn cal re
herencias, leche, agua de cebada ó de malva, la emul cientemente preparada , con una solución do opio
sión gomosa, y reiterar con frecuencia estas locio simple (1), ó con azúcar de saturno (2). Este mé
nes. Hacia el lin de la enfermedad , si el prepucio todo abrevia el curso do la blenorragia , y previene
permanece edematoso, hay que recurrir á una solu los peligros que se podrían correr en una curación
ción de alumbre. La escisión del prepucio, aconsejada demasiado pronta.
en esta circunstancia ', es peligrosa, díja una defor Cuando la blenorragia depende de una úlcera ve
midad incurable, y hace difícil la unión de los sexos: nérea ó va acompañada de síntomas de sífilis , no
nosotros no creemos por consiguiente deber aprobarla sotros In tratamos primero por el mercurio, y termi
en esto caso, y menos aun en el de gangrena. Disipada namos por el método que acabamos de esponer.
la inflamación del prepucio, sí se descubren úlceras 541. Tratamiento re la blenorragia aguda dk i.a
por debajo? deben practicarse tres ó cuatro inyec vagina.— El tratamiento do.la blenorragia aguda de la
ciones al día con una solución acuos i do algunos gra vagina no difiere del de la blenorragia uretral en uno
nos de sublimado. Cuando el prepucio es demasiado y otro sexo. Los semicupios tibios cambian mas fácil
largo, y calloso en su estremidad , está indicado la mente la irritación e ". las mujeres que en los hom
circuncisión. En el íimosis crónico, con ingurgilacio.i bres; las inyecciones vacinales emolientes con leche,
del prepucio , es útil practicar ligeras escarifica la emulsión gomosa, tienen igualmente mas éxito
ciones. que las inyecciones uretrales. La sangría está menos
539-. ParafimOsis.— El pnrafunosis exige pron'os indicada en el caiarro uterino. No es aquí necesario
socorros á fin de prevenir la estrangulación del glan que la enferma beba mas de lo que quiera, porque la
de, la gangrena, que es su consecuencia ; y la re orina no puede llevar directamente su acción sobre
tención de orina. Se levanta el peno, se comprime el las partes afectadas, y es fácil lavarlas después que
glande con una mano llena de nieve ó de hielo fina ha sido espelida. En cambio, el paso al estado cróni
mente machacado, ó al menos se le introduce en una co es frecuente , de manera, que el poríodo de rela
mezcla de hielo, ds agua fria y de estrado de saturno, jación merece mas atención de parte del médico que
medios que facilitan comunmente la reducción. Si el periodo inílamamrio. La mujer debe, pues, man
la estrangulación partee ser espasinódica , hay que tenerse en el lecho en el mas perfecto reposo da cuer
apresurarse & administrar el opio. Cuando todas las po y de espíritu. Si las reglas van acompañadas de
tentativas son infructuosas , es necesario desbridar síntomas nerviosos bástanlo intensos, se les mitiga por
sin dilación el prepucio , según las reglas del arte, medio del opio. Para emplear los remedios estemos
cuidando de no herir los cuerpos cavernosos , y dar en el segundo período, conviene esperar tres é cuatro
lugar por esta lesión á un tumor varicoso, que ' dias después del flujo de las reglas. La vagina so
pediría la unión conyugal. Cuando la gai porta mayor désis de opio ó de sal de saturno que la
apodera del glande , so propaga raras v . uretra en los hombres. La inyección astringente debe
cuerpos cavernosos, protegidos por una membrana llevarse á bastante profundidad, y reiterarla muchas
fibrosa ; el glande se separa espontáneamente, ó al veces al dia ; se la hace preceder de una inyección de
menos con facilidad. Después do su caída so coloca agua pura para limpiar la vagina. La enferma debe
una cánulu en la uretra , para prevenir su oblitera permanecer acostada sobre la espalda , á fin de re
ción. Cuando esta gangrena destruye el tejido celu tener el líquido durante algunos minutos; se suspende
lar que rodea los cuerpos cavernosos , ocasiona al el uso de este medio á la proximidad de los mens-
gunas veces la incurvacion crónica del pene. En el íraés.
parafimosis crónico, afección mas ligera que el para- 542. Tratamiento de la blenorragia aguda del
limosis agudo , es útil hacer escarificaciones super ano.—La blenorragia del ano, cuando constituye una
ficiales sobre el prepucio. afección local , se trata como la blenorragia aguda de
540. Tratamiento del ultimo periodo.— Después la uretra ó de la vagina, y es necesario tener en cuen
de haber espuesto los cuidados particulares que re ta sus causas: las hemorroidas mucosas (como tam
claman los sintonías del período inflamatorio , pasa bién se llaman) celen al mismo tratamiento que los
mos al tratamiento del de relajación. La naturaleza se flujos sanguíneos de que hablaremos pronto. Nos ocu-
basta comunmente aquí á sí misma. Si hasta esta
época la presencia de la fiebre dos ha obligado á (O solución opiada;
disminuir los alimentos , á recurrir á los anliílofís-
ticos, y ó insistir sobre las bebidas diluentes, ha íle- R. Opio purificado, quince granos—8 dedgt.
gado el momento do deponer nuestra severidad cu Disuélvase en
el régimen, de abandonar el método debilitante, que Agua destilada, diez onzas—500 gram.
baria pasar el flujo al estado crónico, sobre todo, en Cuélese.
las mujeres. El enfermo debe abstenerse largo tiem
po de los placeres del amor* Cuando la enfermedad (2) SOLUCION OPIADA CON AZUCAR DK SATURNO.
lia sido precedida de una debilidad general, cuando R. Opio puriücado, quince granos—8 decigr.
es seguida de ella á causa de insomnios, de delores Disuéltast en
violentos esperimentados por el enfermo, de la de Aguí destilada, diez onzas—TOO gram.
masiada severidad del régimen y de las pérdidas que Abállase
el flujo ha ocasionado , se prescribe , al fin de este
288 BIBLIOTECA ECONÓMICA
paremos en otra parlo, del tenesmo, del flujo mucoso especifico, sino como detersivo. Si no bastase este me
ocasionado por las ascárides , y del que sigue á la di dio, ni las aplicaciones reiteradas de agua fria ó de
senteria. Cuaudo la blenorragia del ano depende de la hielo sobre el glande, se debo emplear, pero con
acción directa de una materia acre ó contagiosa que mucha circunspección , una mezcla de una parte del
lia determinado la irritación , la flogosis, y no existe espíritu de vino rectificado con seis ó siete partes de
úlcera venérea, lo que necesitaría un tratamiento es agua, una solución de vitriolo (i) , un cocimiento, li
pecífico , se deben aplicar sanguijuelas alrededor del gero al principio y después saturado, de corteza de
ano , mantener el vientre libre por el uso de bebidas roblo, ó una solución de piedra de raulerio (2) , de
oleosas, y practicar inyecciones con la emulsión go mirra (.1). El uso de estas inyecciones debo continuar
mosa después do haber calmado la irritación. Cuaiido se por bastante tiempo. Algunas veces se ha empleado
la inflamación se ha disipado y el flujo se prolonga, con éxito el ruibarbo, administrado á pequeñas dósis,
deben emplearse los remedios estenios que acabamos de manera que casi no laxe el vientre; y c) bálsamo
de aconsejar en la blenorragia vaginal. de copaiba y la trementina, que ejercen una acción
Nosotros hemos curado á una mujer que había sido especial sobre la uretra del hombre. Se ha alabado
atacada de blenorragia del ano , por la supresión también la tintura de cantáridas, que sin embargo, no
de un catarro uterino contraído en un comercio im nos atrevemos á poner en uso en estas circunstancias.
puro; descuidada doce años la enfermedad , habia Cuando la sensibilidad de la uretra eslá aumentada
producido una induración rebelde del recto ; las ma viciosamente, se ebticnen los mejores efectos ds una
terias fecales pasaban corno al través de una criba: solución simple de opio, ó de la misma solución
empleamos al principio inyecciones tibias reiteradas, con azúcar de saturno ISo se puede esperar nada de lo»
pero en pequeñas dosis , con la espumado la leche, tónicos internos , á menos que la debilidad no sea
los supositorios de manteca de cacao; en seguida pe general. No hemos ensayado nunca el olíbano, pre
dazos pequeños de agárico preparado, y en fin, can conizado eu osla enfermedad.
delillas cuyo calibre se aumentaba sucesivamente: con El uso de los candelillas y de las sondas do goma
ayuda de estos medios, e| ano volvió casi á su estado elástica;, es muy ventajoso , ya que se sospeche la
natural. La vagina presenta algunas veces una estre existencia de una úlcera, ya que la relajación man
chez calculosa semejante, sobre todo hacia su orificio tenga la blenorragia. Algunas veces la equitación,
estenio , principalmente cuando la blenorragia espe- que imprime una ligera sacudida al periné, el es
rimenla frecuentes recaídas y va acompañada de úl ceso en el vino, una nueva blenorragia, quellevan la
ceras. inflamación al estado agudo , ponen fin al flujo cró
543. Tratamiento esterno. — Haciendo abstrac nico. La composición de las candelillas es indiferen
ción de los remedios particulares que parece exigir la te; todas obran mecánicamente, estimulando, com
causa de la blenorragia esterna , reclama esta espe primiendo y dilatando el canal de la uretra; basta pa
cialmente el aseo, ¡as fomentaciones acuosas emo sar gradualmente de las mas pequeñas á lai mas
lientes y las inyecciones de la misma naturaleza entre gruesas, introducirlas sin dañar las partos, aumeu-
el glande y el prepucio. Cuando estos medios han di tar poco á poco el tiempo que se las deja en el canal,
sipado la irritación , recurrimos á los tópicos capaces y fijarlas sobre el vientre. Poseemos en el Museo mé
do fortificar las partes y de corregir su sensibi dico un cálculo vesical, cuyo núcleo había sido for
lidad viciosa , sobre todo á los que hemos indi mado por una candelilla que se habia escapado á la
cado (540). vejisa.
544. Tratamiento or la blenorragia crónica.— Cutre los descubrimientos mas felices do nuestro
Ya hemos espuesto en parte el tratamiento preserva siglo, debemos contar la invención de las candelillas
tivo y curativo de la blenorragia crónica, consecuen y de las sondas de goma elástica, cuyo uso es tan útil
cia de la blenorragia aguda. Cuando los medios que cu las blenorragias crónicas, en la disuria, la is-
hemos aconsejado son infructuosos , es noecsario exa curia , mantenidas por la estrechez mecánica, no
minar si existe en la uretra alguna úlcera, ó lo que por un estado inflamatorio ó espasn ódico , aunque
os menos raro , alguna ulceración superficial. Pero la curación radical no sea siempre su resultado.
las apariencias pueden engañarnos: comunmente, el En las úlceras, eu las fístulas de la uretra, en los
lugar afectado en la blenorragia aguda conserva lar
go tiempo una sensibilidad esquisila, sin que exista (O SOLUCION DE VITRIOLO.
úlcera. Por otra parte, no es fácil distinguir el pus,
el icor , de la materia puriforme que se estanca eu las K. Vitriolo Manco, un (raaousü iTollgr.
criptas mucosas de la uretra ; la sangre que se mez Disuélvase en
cla en pequeña cantidad con el humor blenorrágico Agua depilada', nna onüa=30 gram.
no es un signo cierto de una solución de continuidad. Cuélese
Cuando se está seguro de que no hay úlcera, falla
descubrir si la blenorragia es venérea ó benigna ; la (2) SOLUCION DE PIEDRA BE CAUTERIO.
presencia ó la ausencia de los signos de la infección
sifilítica es solamente la que puede ilustrarnos ; por II. Piedra de cauterio, media drarroa=2 gram.
otra parte, si se"llega á justificar directamente la Disuélvase en
naturaleza sifilítica do Ja blenorragia , el uso interno Agua destilada, seis oiir.as^lSO gram.
de los mercuriales no sería útil, sino en tauto que el Cuélese á través del papel, y íiltresc para el uso celerno.
virus se hallase esparcido en toda la economía. En el
caso de úlcera se recurre á las inyecciones con una (3) SOLUCION CE MIRRA.
solución de sublimado (1) , que no obra aquí como
R. Azúcar de saturno, una draga»-;! jrran.
(0 1NYKCC.ION MERCURIAL. Disuélvase en
Agua destilada, seis on/.as_180 gram.
H. Sublimado corrosivo, un g¡an Afrailase
D'suélrjsc en Solución de mirra, dos ornas—80 gram
ua destilada hirviendo, una o ~) grai
DE MEDICINA T CIMJJÍA. —FRANK. 289
infartos ó en los abscesos de la préstala, causa fre arreglando 'á las leyes de higiene el (enero do vida,
cuente de la ¡scuna , es por lo cumun nuestro único la manera de vestirse, los ejercicios corporales; si no
recurso. Cuando las candelillas del mas pequeño se impiden los casamientos prematuros, ysrMas leyes
calibre no pueden penetrar , se obtiene frecuen no obligan á las madres á llenar los deberes que les
temente buen éxito del uso de una cuerda de están impuestos por la naturaleza con respecto á sus
tripa. hijos; en fin, si las mujeres en cinta no tienen un
Si una inflamación violenta de la uretra , ó cual cuidado particular con su estado, la medicina podrá
quier otro obstáculo insuperable se opone á la in curar algunas leucorreas; pero le será imposible pre
troducción de la candelilla ó de la sonda, hay que venir una afección, cuyas causas están tan general
apresurarse ú practicar la punción por el recto, el mente estendidas. Las mujeres deben sobre todo
periné ó el pubis, | or medio del trócar, como espon preservarse de los catarros de los órganos genitales,
dremos con mas detalles en el libro VI , donde trata tan comunes entre ellas, y ocasionados comunmente
remos de las retenciones. En lus iscurias crónicas, el por la impresión del frío, cuando dejan el brasero,
infarto y la induiacion de la próstata , del cuello de cuyo uso pernicioso contribuye á hacer c! flujo ha
la vejiga, no permiten comunmente practicar sin pe bitual.
ligro la operación por el recto ó el periné; en estos Si la leucorrea se complica con otra enfermedad,
casos preferimos la punción por el pubis. A la ciru- ó con un estado de laxitud ó de debilidad general,
lia toca indicar la manera como se han de usar las si los reconoce por causa, es necesario dirigir contra
candelillas, las sondas, el trócar, y arreglar el trata ellos los medios terapéuticos. La inercia considerable
miento de los abscesos, y do las fístulas del periné y de la libra reclama la quina, lo-i marciales, un régi
de la uretra. Ordinariamente los signos del infarto ó men nutritivo, el uso del vino, un ejercicio modera
de la induración crónica de la próstata no se mani do, y los baños frios; la liebre lenta exijo el elixir vi-
fiestan , y aun los enfermos no se quejan de ellos triólíco. Se deben llenar estas indicaciones, antes de
basta que el desorden bu llegado á cierto grado. Por emprender el tratamiento do la afección local. Sin
esto quizas no tiene nunca éxito el método espues- embargo, los remedios internos empleados contra la
to (135): en los casos mas graves no liemos obtenido debilidad general, llevan su acción sobre los órganos
ningún efecto de las fricciones mercuriales cu el genitales: hemos visto á una mujer atacada de una
periné , aconsejadas por muchos prácticos , ni del leucorrea violenta que se detenía súbitamente , pero
uso interno de la cicuta, del mercurio, ele. Frecuen con una gran ansiedad, al punto que tomaba limadu
temente la enfermedad se renueva por accesos , y ras de hierro; esta ansiedad cesaba cgando dejaba do
cada vuelta de la inflamación aumenta el infarto y la tomar el remedio. Es raro que las flores blancas tengan
disuria : en estos casos producen alivio las sangui su origen en la plétora; si van comunmente precedi
juelas, y las unturas con un linimento volátil en el das de la supresión de los menstruos, estas dus afec
periné. Otras veces el espasmo es la causa del mal, y ciones dependen dé la misma causa; es decir, de un
cede entonces á los vapores aromáticos , dirigidos obstáculo que tiene su asiento en el útero. La sangría
sobre el periné por medio de una silla agujereada, debe, pues, ser siempre perjudicial en este flujo cró
á los enemas emolientes y opiados, a las cataplasmas nico. Lo mismo sucede con los purgantes aconseja
anodinas y á los baños tibios. dos para evacuar la superabundancia hipotética del
Tratamiento de la. lkucorhka.—La blenorragia humor seroso ó mucoso en la sangre: estos remedios
vaginal benigna , ya provenga de una blenorragia aumentan la debilidad general é irritan las visceras
aguda contagiosa, ya dependa de otras causas, exige contenidas en la pelvis. Cuando las saburras del es
el mismo tratamiento que todas las blenorragias cró tómago ó de los intestinos reclaman e I uso de los
nicas. Sin embargo, como esta afección hace todos evacuantes, se administra la ipecacuana ó el ruibar
los dias progresos en las ciudades , merece un estu bo y la magnesia calcinada, que se aromatiza con un
dio particular. La primera indicación es la de evitar poco de canela. Sí la magnesia sola , los ojos de can
con el mayor cuidado las causas; para establecer las grejo, el agua do cal, han tenido éxito algunas ve
demás, es necesario examinar si el flujo es primitivo ces, ha sido seguramente en los flujos sintomáticos
ó sintomático, si depende de un vicio local ó general, mantenidos por los ácidos del estómago, que irritado
y si ha llegado á degenerar en hábito ; en fin , se por su presencia, rehusaba suministrar los materiales
deben reprimir por los medios convenientes los sín de la nutrición, y desordenaba simpáticamente la se
tomas predominantes. creción del útero. Se ha alabado el mercurio; pero
si se le pr¿scribe como purgante, aumenta la debili
Como es mas fácil prevenir esta enfermedad que dad, del mismo modo que los demás remedios de
curarla cuando está bien establecida, importa mu esta clase; sí se le recomienda como incisivo, para
cho que los padres se apresuren a advertir al médi atenuar la viscosidad de la sangre, es una indica
co, cuando se declara en una jóven desde los prime ción hipotética. El mercurio conviene quizas cuan
ros momentos de la pubertad, ya dependa de la poca do las flores blancas dependen de un vicio vené
atención que se presta á la primera menstruación, reo, herpético, ó de una disposición escrofulosa.
ó á la supresión del flujo periódico, ya reconozca por Por último, ya que la debilidad general preceda,
causa un mal régimen. acompañe ó siga ála enfermedad , ya que el flujo no
La ignorancia de las funciones propias á su sexo, provenga mas que do una debilidad local, los reme
do los cuidados que exige la salud , y un pudor mal dios estemos están siempre indicados, y bastan ellos
entendido, llevan á un gran número de jóvenes y de solos en el último caso. Es necesario conocer el gra
mujeres, á descuidar desde su principio las enferme do de antigüedad del flujo, á lin de emplear las
dades que esperimentan, de manera que su estado se precaucionei que exige el hábito , porque es nece-
agrava antes de que se pueda conocer. Se ven mu saiio entonces usar Je circunspección cu la aplica
chas niñas atacadas desde mucho- años de una leu ción do los tópicos, y pasar gradualmente de los mas
correa bastante abundante, sin creorse enfermas, sin ligeros á los mas enérgicos. Si las flores blancas son
haber manifestado la menor sospecha á sus padres ni la crisis de una enfermedad mas grave, su inconside
al médico. En general, sino se efectúa en la educación rada supresión volvería á atraerla afección primitivri .
física y moraj de las jóvenes un cambio, que Pero la mayor parle de los accidentes que siguen
290 BIBLIOTECA ECONÓMfCA
por II vislacioi» de las leyos del hábito, que por una deseos de la naturaleza. 'Si.'sc resiste á esta necesidad,
metástasis. el licor seminal se evacúa en poluciones nocturnas
El primer tópico que se debe poner en uso es el durante el sueño: esta cscrecion involuntaria tiene
agua fría: se preparan baños locales, se la hace caer lugar mas ó menos á menudo, según la edad , la cons
desde cierta altura sobre los lomos, en pequeños chor titución , el género de vida, y las costumbres del in
ros, y se reiteran estas duchas muchas veces al día; al dividuo. Durante la vigilia son infiirtamente raras
mismo tiempo, so hacen inyecciones en la vagina con ]as evacuaciones ospoutáneas en un hombre saluda
una geriuga terminada en regadera, para arrastrar á ble, cuando se evita toda irritación esterna. La emi
lucra la materia puriforme corrompida por su estan sión voluntaria del sémen, debe ser precedida nece
cación y por el calor de las partes, y para restable sariamente de la erección del miembro viril. Mien
cer el tono de los nervios y de la libra. Cuando la tras se duerme, la frecuencia de las evacuacioues
materia es muy aere y muy f4tida.se preparan las in que los sueños procuran no es relativa o la cantidad
yecciones, fri is con el agua de cal, sola ó mezclada del licor proliíico: las poluciones nocturnas son bas
con el cocimiento de quiñi. Cuando la leucorrea se tante raras, ú menos quo la naturaleza no se halle
prolonga tenazmente, recurrimos á las inyecciones que escitadü por una alimentación suculenta, bebidas
liemos recomendado en la blenorragia crónica de la espirituosas, y una vida ociosa; por un comercio
uretra, al opio, á la sal de saturno, al vitriolo blanco; íntimo con las mujeres , la lectura do libros obs
pero aumentamos insensiblemente las dosis, parque fa cenos, la vista de pinturas lascivas, las conver
vagina es menos sensible que la uretra (I) So puede saciones libidinosas," ó el decúbito sobre la espalda.
también empapar con estos líquidos una esponja, in En ciertas enfermedades, durante el sueño como du
troducirla en la vagina, dándole la forma de un cono rante la vigilia, diversas causas , sobre todo, un es
y fijándola en un hilo que" sirve para sacarla; se em tado de debilidad, de sensibilidad de lodo el sistema
plea también una compresa torcida en forma de pe- nervioso, ó de los órganos genitales en particular,
siarin: se dejan algunas horas en la vagina estos cuer Una irritación cualquiera ejercida sobre estos órga
pos estraños, que tienen ademas la ventaja de Impe nos, provocan evacuaciones escesivas , que alteran
dir el descenso del canal. Debemos igualmente pre considerablemente la salud: sobrevienen en el sueño,
conizar las fumigaciones de incienso, de almáciga y ó, lo que es de muy mal augurio, aun en 'la vigilia;
otras sustancias aromáticas: su dirige el vapor sobre la mas ligera causa las determina, y se efectúan sin
las parles esternas, ó á la misma vagina, con ayudado erección, sin placer. Hay ademas un caso mucho mas
un tubo un poco largo, á fin de que tenga tiempo de raro y diferente de los que preceden: algunas veces,
perder el osceso de calor, que sería perjudicial. La sin erección y sin ninguna sensación voluptuosa ni
equitación es ventajosa á muchas personas: sus sacu libidinosa, tiene lugar tle noche y de día un flujo in
didas disminuyen el (lujo, lejos de aumentarlo. como voluntario de semen.
so podría temer. Se ha negado que puede efectuarse en el hom
bre vivo la emisión del licor seminal como en el ca
GENERO TERCERO. dáver, sin ningún sentimiento d« voluptuosidad, sin
U deseo, y sin ensueño alguno voluptuoso durante la
Gonorrea. noche. Aunque estos casos llegan raras veces á los
oidos del médico, acabamos de encontrar dos que
843. pWniSiCioiS.'—Separamos á propósito, de la prueban lo contrario. El primero es el do un joven
blenorragia, el llujo de semen, enfermedad muydife* casado que no podía llenar los deberes conyugales,
rente, que designamos con el nombre de gonorrea. aunque amaba tiernamente á su mujer; él atribuía
lis un flujo de licor seminal ó de un licor análogo: con razón su impoteucia á frecueules poluciones que
la materia puede destilar continuamente, gonorrea esperimentaba durante el sueño, sin ninguna sensa
completa, é efectuarse su emisión por intervalos, sin ción agradable, sin ningún ensueño voluptuoso , do
erección tola!, por una ligera irritación voluptuosa, y que conservase al menos recuerdo. El segundo, quo
in ninguna sensación agradable; gonorrea incompleta, esestremadamente raro, es el de un hombre que lia
oífi. Variedades. — El licor segregado en la edad vivido en la castidad desde su juventud, y que á la
madura por los testículos, es llevado por los con edad de sesentavos está aun abundantemente pro
ductos deferentes á las vesículas seminales : en este visto de licor seminal. Este hombre robusto , que
pequeño reservona es donde el fluido se deposita pa observaba un régimen nutritivo, y que evitaba toda
ra servir í la propagación de la especie. A medida causa, de irritación voluptuosa, fue atacado en 6U
que su cantidad aumenta, ia reabsorción toma uua juventud de una liebre maligna: parecía hallarle cu
parle de él, entra en la masa do los humores, escita el mayor policio, y la noche misma en que un céle
poderosamente los nervios do la partes genitales, de bre médico temía por su, vida, esperimentó tres po
teda la economía, é invita al hombrea llenarlos luciones r
plclamunti
nombre el _
(1) INYECCION VAOINAÍ. ALUM1NOSA, i anos de su vida, hemos hallado frecuentemente en
I sus orinas mas de una pulgada de licor seminal,, á
I. Alumbre, una dracma—i gram. monos que no hubiese esperímentado durante ei sue
Vilriolo blanco, una dracma—1 gram. ño evacuaciones que le aliviaban mucho. Hemos creído
Disuélvase en al principio, según los autores, que este fluido era se-
Agua hirviendo, medio azumbre—1 Mira. ministrado por ta próslala. Pero un día que nos hallé1
Cuélese en frió ó través del papel de filtrar. . hamos juntos en un carruaje y marchábamos rápida
mente por un camino llenó de piedras, llevando mu
INYECCION VACINAL MERCURIAL. cha* sacudidas, sintió correr de repente ¿involuntaria,
K. Merrurio dulce. aa. una dracma— I gram. mente su orina, sin ningunaidea lasciva y en medio de.
Goma arábiga.., la conversación: la materia que había salido con este
Agua de fuente,
Agua de cal.... ji aí' íos
. °"tas-00
,.n graaií líquido ii"S presentó evidentemente, el olor, el color y
Jila consistencia del licor seminal. La superabundancia
2f.lejc. TA.
de MEDtdHA* * SferiÍAi-FIUNK. 29Í
ó la erosión riel orificio do los OdjtídúcloseyádttlárlHrei'; ' ¡rfriVjrhié !<¡ son atacados ib' dispnoa, de palpitaciones
y las sacudida* impresas al cuei |>o ni ciertos 11 1 o- de" corazón; sus manos son agitadas por temblores,
vimicntos, en la equitación, bosta n para ocasionar y sus piernas se doblan bajo el peso del cuerpo. Sin
estas pérdidas. embargo, no existe fiebre, y el apetito es llevado hasta
Hfl se lia descubierto aun la naturaleza ni In fuente el hambre ; pero los alimentos no se asimilan, y el
del humor que vierten comunmente en la linion con 'enflaquecimiento se acrecienta de día en dia.
yugal un ¡gran número de mujeres. Los antiguos, que Cuando la enfermedad llega á este grado , ya que
consideraban los ovarios conio testículos, lo lian to el enfermo haya aniquilado él mismo sus fuerzas por •
mado por sCmcn; los modernos han rechazado esta los goces solitarios, ya que su estado provenga del
opinión con mucho fundamento; pero quizas lian abuso de los placeres conyugales, apenas ha cerrado
pensado, sin pruebas suficientes, que era moco su sus párpados , sobre todo si se halla acostado en su
ministrado por la vagina. En efecto, esta cscrecion pinación, en un locho demasiado blando, cuando
es comunmente demasiado pronta, demasiado rápi imágenes impúdicas asaltan su imaginación y provo
da, demasiado abundante, para atribuirla 6 las crip can iiuevas pérdidas. Si quiere prevenir esta evacua
tas mucosas; por otra parte, la materia no ofrece la ción involuntaria con el coito, do halla en sí la misma
consistencia tenaz de la mucosidad. Es verdad que aptitud para el acto do la generación; deja escapar el
la secreción mucosa aumenta en el coito;' pero la licor seminal, casi sin ninguna sensación voluptuosa,
evacuación copiosa ó instantánea de'que hablamos, va antes de la erección, en medio do una erección in
acompañada de los mismos fenómenos qíieene! hom completa, síri tener oí tiempo para consumar la unión
bre, apaga igualmente el sentimiento de voluptuosi sexual: algunas veces, el solo aspecto de una mujer
dad, y disipa el orgasmo venéreo; si la irritación vo querida, una imágeu impúdica, un recuerdo, bastan
luptuosa continúa, la csr-recion se reitera lentamente, para determinar la eyeculación. Eii cierto, casos,
óno norrespoude alestfmulo; en fin, la emisión dema como lo observa el fundador do la medicina, el licor
siado frecuente de este humor, produce los mismos prolífico corre en gran cantidad en los esfuerzos para
efectos que una pérdida considerable de semen en ti verter la orina y las materias fecales. Se cree con
hombre. Lo que prueba tambienque esto fluido es di razón qi.e una parte del humor viene de la próstata;
ferente de las mucosidades de la vagina, es que los pero la eslremadii debilidad , y los síntomas nerviosos
sueños provocan su evacuación , sin ninguna irrita de que este flujo es seguido, demuestran la pérdida
ción esterna de los órganos genitales; y la maslui- de un licor precoso, lo que prueba que los órganos
-"u'on, ose vicio tan común en los dos sexos, es secn-loros, continuamente estimulados, preparan una
uida del mismo resultado. Hemos asistido fre- cftnt d i.l esCesivá de semen á costa de toda la econo
emente en lis yeguacerías al exámon de un gran mía. Los nervios do la medula espinal están princi
número de yeguas, cuya aptitud para la fecundación palmente afectados , como lo prueba el sentimiento
se quería justificar, y hemos visto linlichas, provo de hormigueo, de (rio, que desciende del cuello á lo
cadas por un solo caballo padre" que lis solicitaba lardo de la columna vcitebra!. y la atrofia de los mús
aproximando "la cabeza á sus telas y á irás partes culos lumbares, cslenuados hasta el punto do permi
genitales, manifestar su aptitud para concebir, por tir que sobresalgan las vértebras de esta región: cst« s
una emisión súbita y muy abundante de un licor síntomas justifican también la denominación de con
amarillento y trasparente. Este fenómeno notable, ob- sunción dorsal, tabes dorsa' , aplicada á la enferme
servado en una gran clase de animales , demueslra dad de que hablamos, aunque este género de con
claramente que debe tener lugar en la mujer, en el sunción no provenga siempre .¡cuna causa semejante.
acto de la concepción , un fenómeno análogo No es raro que el enfermo se queje de dolores muy
Nosotros llamamos, pues, gonorrea á la emisión fuertes en la cabeza, en la nuca , en los lomos, en la
del sémeu en los hombres, ó del humor análogo en vejiga y en el ano. Hemos visto cu el Instituto clíni
las mujeres, ya se efectué por las causss mas ligeras, co á un joven atacado de vértigos, á consecuencia
ya tenga lugar contra la voluntad y sin orgasmo. Va del onanismo , con una debilidad tan grande en las
mos á describir las tristes consecuencias de esta en piernas, que no pedia mantenerse en píe; espi rimen-
fermedad relativamente al individuo y á la propaga taba W mismo tiempo dolores niuy vivos en los mus
ción de la especie. los, sobre lodo en las articulaciones; y sin embargo,
547. Efectos pe la cotorrea. — Los accidentes no hahia perdido toda su gordura Hemos visto á
funestos que ocasiona son los mismos, ya que el en .otro, que habiendo Sido sobrecogido de tenor en el
fermo esperimente durante el sueño ó durante la vi neto mismo de la masturbación, y queriendo retener
gilia evacuaciones por las causas mas liegras, ya qué ! la cscrecion del ¡¡cor seminal, había sido atacado de
sin estar atormentado por una verdadera gonnnea, hcmiplegía.
esperimente pérdidas superiores á su edad ó á sus El mal estiendesus progreses de dia en dia, si no se
fuerzas , como sucede ú los que se entregan con fu trata pronto do ponerle un. obstáculo; se declara
ror fí los jflaceres venéreo' , al onanismo, sobretodo; la fiebre lenta, '•arnoteriznda por un pulso pequeño y
los jóvenes Casados , las jóvenes, los niños i'c uno frecuente, horripilaciones después de c mer, rubi
y otro sexo, y los viejos casados con jóvenes. La ¡ur cundez de las mejillas, calor, interno ardiente, y su-
dida del licor seminal es poco abundante en este úl . d.'ii es nocturnos y colicuativos El juicio se debilita,
timo caso; pero sus efectos son mas pronunciados, i el enfermo llega *á ponerse estúpido, es un cadáver
sobre todo cuando tiene lugar en el coito, á causa de vivo; algunas veces el tronco se inclina bácinuu lado,
la agitación convulsiva que acompaña á la unión ron- : y permanece en un estado de rigidez: el edema se
yugal; agitacon que hemos visto degener r en epi
lepsia cn-muchos individuos de los dos sexos, cuando
e! acto de W gnneracion se repelía con dema-iada
frecuencia. En todos los rasos los enfermos se quejan sucumbe en fin A sus sufrimientos, ó los termina con
al principio, de un estado* de languidez, de debilidad un acto de desesperación. J.a epilepsia reconoce co
de las vías digestivas; se ponen pálidos, y tu fiso munmente por causa escesos de este género: lo* epi
nomía se altera; esperimentan una pesadez de lépticos que esperimentan frecuentes poluciones en
292 . BIBLIOTECA ECONÓMICA
que trae consigo la pérdida del sémen. Los anímales nes Involuntarias, d apon dientes de la superabundancia
mas robustos sufren la misma suerte que el hombre del humor seminal, llegan á ser habituales cuando
depravado: liemos visto á caballos enteros, de gran duran largo tiempo ; se hacen cada vez mas frecuen
valor, que so procuraban frecuentes eyaculaciones, tes por las causas mas ligeras, y aniquilan las fuerzas.
con un violento movimiento de los lomos, caer igual Cuando la debilidad de todo el sistema y de los ór-
mente en la tabei dorsal. fanos genitales es llevada á cierto grado , y se junta
548. Cadsas.—Diversas causas pueden ocasionar un aumento vicioso de la sensibilidad, la imagina
la gonorrea. En general, es un estudo de debilidad, ción sola, una irritación ligera en una parte lejana,
de sensibilidad de todo el sistema, ó principalmente bastan para excitar simpáticamente los órganos de la
de los órganos genitales. El primer caso es el de ios generación. Se ha visto á la hidrofobia provocar erec
convalecientes rjue esperimentan pérdidas frecuentes ciones espantosas , y liasta treinta poluciones en un
durante el sueno, lo que hace difícil el restablecí* dia. Los literatos y los hipocondríacos esperimentan
miento de sus fuerzas. La abstinencia, las meditacio frecuentemente pérdidas de sémen. En las mujeres,
nes, los estudios reflexivos, y las afecciones morales una idea voluptuosa, una cosquilla en las mamas, es
tristes, favorecen este flujo involuntario, de manera citan algunas veces evacuaciones de humor semini-
que los que tratan de imponer silencio á sus deseos forme. Los purgantes mismos, que no tienen acción
por ayunos forzados, vigilias prolongadas, llegan á alguna particular sobre la vejiga ó sobre la uretra,
estar frecuéntamele mas sujetos á poluciones noc ocasionan también erecciones por la influencia de los
turnas. Pero la gonorrea es consecuencia las mus nervios. Se hslla en los autores la historia de una po
veces de los escesos eu los placeres del amor, á cau lución, determinada, por la herida del músculo tempo
sa de la debilidad, de la sensibilidad que producen ral. El castigo de azotes en los niños púberes produce,
en toda la economía y en los órganos genitales. La no solamente erecciones, sino algunas veces también
debilidad de estos órganos es efecto de su frecuente eyaculaciones. Un enema demasiado caliente procura
ejercicio, de su irritación continua, de la congestión poluciones. Se ha visto que un cólico espasmódico
reitera'da de que llegan á ser asiento, de la deplecion mortal ha producido el misriiO efecto.
repetida que esperimentan los reservónos d ;l semen: 540. Phonóstico. —La historia de este flujo hace
la emisión involuntaria de este licor, puede también conocer bastante los peligros que le acompañan. La
depender de todas las causas capaces de forzar, de edad de oro, en la que el amor no violaba nunca las
relajar, de corroer el orificio de los conductos eya- leyes de la templanza, es una quimera : pero si los
culatores. Podemos colocar aquí la masturbación, el limites de esta obra no nos obligasen á pasar muchas
coito demasiado reiterado en un corto espacio de cosas en silencio, hablaríamos de las causas que han
tiempo, y llevado algunas veces á tal esceso, que se hecho nuestras costumbres tan difeTentes de las de
vierte sangre en lugar de licor seminal: la retención los antiguos, y propagado en toda la sociedad los vi
forzada del sémen por una impresión de terror, cios de algunos de sus miembros. El onanismo reina
en medio de la eyaculacion; la compresión de las ve cu las ciudades, cn-los hospicios de los niños, en las
sículas en las hernias de la vejiga, en los escirros de casas de educación, en las clases enteras de hombres
este órgano ó de los órganos inmediatos, ó en un es que viven en el celibato en tierra y mar: las exhorta
fuerzo para defecar cuando están llenas; la supera ciones de los médicos no pueden contener el torrente
bundancia del licor prolífleo en los individuos bien del vicio, y á las leves debe acusarse de él. El ona
alimentados, que no evitan las causas capaces de es nismo, que hace al hombro impotente desde su juven
timular sus sentidos; una equitación prolongada é in tud, es la fuente de un gran número de divorcios, de
cómoda; una caída sobre el periné, ó una contusión matrimonios estériles, de muertes prematuras. Los
violenta, la operación de la talla; y la irritación repo escesos de este género son los que ocasionan tantos
tida de la uretra ó de los testículos en la blenorragia males de nervios, tales como las convulsiones, la epi
aguda. » lepsia, la parálisis, la debilitación de las facultades
Las causas capaces de desarrollar en los órganos meulalcs , la demencia, y el tedio á la vida; tantas
genitales una sensibilidad viciosa, son : todas las que hemoptisis, tisis, y fiebres lentas ; tantas leucorreas,
debilitan el tono de las partes, sobre todo las enfer hemorragias uterinas , y descensos de la matriz. La
medades de la uretra, de la próstata, de la vejiga, de gonorrea sintomática no tiene otro pronóstico que el
la vagina, del útero, de los ovarios, del recto; la ble de la enfermedad esencial á la que agrava comunmen
norragia aguda, el espasmo de la vejiga, los cálculos te, y que en estos casos la curación es mas ó menos
contenidos en este órgano ó en las vesículas semina fácil. Es una circunstancia fuuesta que el licor semi
les, los drásticos, los diuréticos activos, los afrodisia nal corra á la menor erección durante la vigilia: el
cos, principalmente las cantáridas; los acres especí mal es mas grave aun cuando esto fluido se escapa
ficos, tales como el vicio reumático, artrítico, herpó- por una vía extranalural, establecida por una úlcera.
tico , veuéreo, leproso , un sémen corrompido , la Cuando el enfermo es consumido por una liebre lenta
inflamación y la supuración de las partes genitales, ó se ha aniquilado desdo sus mas tiernos artes por el
las fístulas en el ano, las úlceras carcinomalosas ó ve uso de los placeres conyugales, es casi imposible cu
néreas de la próstata ó del cuello de la vejiga. El flujo rar la gonorrea y la impotencia de que va acompaña
no tiene siempre lugar por la uretra ; la materia se da. En general, la gonorrea reciento se cura cou tra*
escapa también por las vías extranaturalcs que estas bajo ; la antigua casi nunca.
causas pueden establecer. El funesto hábito de las 550. Tratamiento. — En el conocimiento de las
evacuaciones produce á menudo la constricción de las causas es en el que se funda el tratamiento. Es ne
vesículas, de modo que una pequeña cantidad de se cesario evitar siempre lo que escita la economía eu
men acuoso basta para provocar su contracción. Una general y dirige los humores hacia los órganos geni
abstinencia severa de los placeres del amor, en una tales, en razón de su estado de sensibilidad ó de lac-
persona de una edad madura , de una constitución situd : tales son los aromas, los afrodisiacos, las be
robusta, quo frecuenta la sociedad, sobre todo la de bidas oscilantes, los lechos<blandos, y el decúbito so
mujeres , y se dedica á los placeres de la mesa , es bre la espalda. La abstinencia súbita y total de los
comunmente causa de poluciones nocturnas abundan placeres del amor, cuand > se ha contraído el hábito
tes, de modo quo el remedio consiste entonces en el de ellos, no está exeula de peligro. Los que esperi
mismo mal, es decir, el casamiento. Estas evacuacio mentan poluciones durante el sueño, por haber ubu
DI MEDICINA Y CI8UJÍA.—FRANK. 293
sado de los placeres venéreos, tienen necesidad de las partes genitales; se puede emplear también en
hacerse despertar de tiempo en tiempo por la noche, inyecciones en la vagina, á menos que este canal no
con ol objeto de orinar. Cuando sienten ya el estimulo tenga una gran irritabilidad. Cuando la debilidad no
precusor de la eyaculacion, pueden todavía prevenirla es estreñía, los baños y la natación en el agua fría se
dejando el lecho. Las persqnas en las cuales las po hallan indicados. Como la gorronea desarrolla una
luciones se efectúan con erección , deben usar un gran sensibilidad en los enfermos que aniquila, mu
suspensorio que cubra estrechamente las bolsas y el chos médicos han aconsejado el opro, mientras quo
ene, á fin de despertarse al punto en que empiece el otros lo rechazan. Este remedio es las mas veces per
"jasmo. judicial, á causa de la irritación que sigue á sus pri
Las poluciones noturnas escesivas que provienen de meros efectos, de las imágenes lascivas que presenta
la superabundancia del licor seminal en el hombre á las personas cuya imaginación está familiarizada
ó del humur análogo en la mujer, no se curan mas con ellas, y de la debilidad que es consecuencia de su
que con el casamiento. Un régimen sobrio, una ali acción. Sin embargo, como esta sustancia goza de una
mentación vegetal, el trabajo y el ejercicio corporal, eficacia notable en las erecciones violentas, en la incur-
la abstinencia del vino y de todo lo que pueda esti vacion doloroso del pene, y en el infarto sintomático
mular los órganos genitales, y la- sangría en los pic de los testículos durante el curso de la blenorragia
tóricos , moderan algunas veces las pérdidas. Pero aguda, puede calmar también la sensibilidad viciosa
cuando el matrimonio es posible , debe preferirse á de los órganos genitales, sobre lodo si se le admi
estos medios, que convienen á pocas personas, y ion nistra con agua fría, en enemas, ó en inyecciones
capaces de alterar la salud, ó do pouer al enfermo en vaginales.
un estado peor. Esta secreción superabundante pro Los primeros médicos de la antigüedad han reco
cede comunmente de la organización, y las tentativas mendado con razón el uso de la leche en la gonorrea
del arle para reprimirla son entonces perjudiciales. y en la consunción dorsal. Conviene como alimento y
Las poluciones nocturnas y diurnas que reconocen como remedio; su cantidad debe ser regulada por las
por causa la debilidad, exigen alimentos fáciles de di fuerzas del estómago, y por el modo con que se di
gerir y nutritivos en pequeño volumen, las carnes giere. Es útil principalmente cuando un vicio interno
tiernas y suculentas, los caldos de cangrejos, de tor dirige su acción sobre los órgano; genitales. Se debe
tugas, de.ranas, en los que se diluc un iiuevo, y que preferir la leche de mujer, y hacer mamar de una no
se tiene cuidado de no tomar calientes; el chocolate, driza, escepto cuando el enfermo es del sexo mascu
las almendras, los harinosos, algunos vegetales fres lino, porque la succión de las mamas provoca deseos.
cos , el agua fría con una pequeña cantidad' de vino Se emplea también la leche de cabra ó de vaca, mas
generoso, por bebida; un ejercicio proporcionado á nutritiva que la de burra, cuya consistencia es de
las fuerzas en un aire puro, ni frió, ni caliente; las masiado tenue. Si el individuo experimenta flatos,
fricciones con una tela basta , impregnada de vapo eructaciones, ó un sentimiento de pesadez en el es
res aromáticos; la equitación practicada de manera tómago, se suspende en seguida la leche y se apaci
que no escite los órganos genitales , y relaciones de guan estos síntomas con el uso de la magnesia calci
amistad con personas del mismo sexo. Es necesario nada, de una pequeña cantidad de ruibarbo, y se
abstenerse de toda evacuación , á menos que no esté vuelve i usar otra vez, mezclándola con agua de cal,
imperiosamente indicada, y continuar largo tiempo ó con las aguas de Spa; pero so reuuncia á ello cuan
el uso de los tónicos, aunque con prudencia, por te do el enfermo no las soporta mejor.
mor de que aumenten f I estímu'o y den lugar á las La gonorrea que depende de una causa mecánica,
pérdidas. de un cálculo, de una fístula, de un tumor, de una
Se obtienen escelentes efectos del cocimiento úlcera carcinomatosa, hallamos algunas veces recursos
acuoso de quina, á la que se añade la emulsión enlacirujia, pero nunca en la medicina.
gomosa (4) y cierta cantidad de canela. El uso
de las aguas minerales no carece siempre de in GENERO CUARTO.
convenientes, á causa de su acción diurética; la tin
tura de marte con el jugo de manzanas reemplaza Galactirrea.
al vino marcial. Se podría también administrar las
limaduras de hierro porfirizado, con la canela y azú 551. Secreción de la leche.—La naturaleza ha
car. Sin embargo, se prescribeu á menudo con éxito colocado sobre el lórax dos órg_anowdestinados para
las aguas de Spa, solas ó mezcladas con leche. Los suministrar el alimento á los niños: estos son las ma
balsámicos ofrecen pocas ventajas, si es que no son mas que reciben una gran cantidad de quilo poco al
siempre perjudiciales. El uso interno de los astrin terado, y le trasmiten A la criatura sin perjuicio do la
gentes, que tiene tan pocas veces éxito en las ble madre. Por espacio de muchos años, las mamas no son
norragias crónicas, debe ejercer poca ó ninguna ac mas aparentes en uno que en otro sexo; al salir del
ción en los testículos ó en las vesículas seminales; sin seno materno , el pezón se pone algunas veces ro
embargo, como la debilidad general es aquí mayor jizo, caliente, doloroso y tumefacto, asi en las niñas
que en cualquiera especie de blenorragia habitual, como en los niños, y vierte un humor seroso. Se han
estos remedios, administrados con prudencia, procu visto á algunas vírgenes dar verdadera leche, á causa
ran algunas veces las mismas ventajas que la quina de una enfermedad ó de la succión del pezón; pero
y el hierro. Uno de los principales astringentes es el este fenómeno se observa igualmente en los hombres
agua fría: se hacen aspersiones cortas y reiteradas de una constitución débil y adiposa, en las mujeres
sobre todo el cuerpo, sobre los lomos, el peritoneo y de edad, en las que tienen una úlcera en la matriz,
una mola, ó en aquellas cuyos menstruos se hallan
(O Emulsión gomosa. suprimidos. En general, las mamas empiezan á ele
varse sobre el tórax hacia los doce años, y algunas
K. Coma arábiga, media unía— ir» erara. veces antas, formando dos glóbulos redondos; su des
Almendras machacadas,—núm 3. arrollo precede á la aparición del flujo periódico.
Azúcar blanca, dos duernas—s gram.
Cuando las reglas están establecidas, las mamas con
Maehaquese sucesivamente, y ifiWise, i cesar, tanto servan en las vírgenes por rspacio de treinta años la
BIBLIOTECA fCOpÓJUlCA
vía ningún líquido, y manifiestan todos los meses su farmedad en su principio, engañados por la denomi
simpatía con el útero por la hinchazón doloroso que nación impropia de liebre láctea. Sí cstji liebre es mas
esperimentan; algunas veces tarnhien dan paso a U intonsa en las personas robustas y bien alimentadas,
saugre menstrual, cuando una enfermedad de la nía- no es su causa la gran cantidad de leche; la abun*
Iriz intercepta el Unjo periódico. daucia de la secreción de este fluido depende de la
Pero apenas se lia vertido en el útero un séiuon acción mas enérgica del ulero sobre las mamas, y do
fecundo, cuands lasTnanjias se dosarrndan; desde los ja irritación mas considerable de este órgano.
primeros meses, y algunas veces del quinto al sesto, Cuando la II >gosís superficial desús paredes, y la
llegan á poniese duras, tainas, ¡doloro'as, y se llenan .fiebre que noso'.ros llartmmos efémera uterina, mas
de una leche serosa ó bástanle espesa, que corre es bien que láctea, han detergido al útero, las mamfts
pontáneamente cuando no es la primera preñez. Sin pierden su tensión y su sensibilidad cscesiva por la
embargo, no sucede siempre así; nosotros hemos visto succión del niño; h cualidad de la leche, su blancura
á una mujer cuya* mamas segregaban abundante y su sabor dulce, aumentan de diaen dia. La succión
mente leche desde una preñez á otra, y al punto que inlluye evidentemente sobre el desíngurgitauiiento
concebía se suprimía la secreción. Mientras mp se de. la matriz ; muchas mujeres nos han asegurado
acerca el término del parlo, mas aumenta el volumen que la, cosquilla del pezón aumentaba siempre el flujo
de los pechos y la cantidad de humor seroso. de los loquios. Las mujeres que no quieren ó no
CjPINiON LjI.L AL'TOii SOUlli-. LA ClLKNTUiU LE U LE pueden llenar todos los deberes de la maternidad, es
CHE.-- L"S vasos uterinos distendidos, dilatados, se tán privadas de osle socorro. Por otra parte, aunque
relajan después del parto, se estrechan y se vacian, lo al cabo do algunos días llegan, cu medio da los pe
que se opone al allujo de la saugre hacia el útero, ligros de que hablurcm s eu otro artículo, á desviar
que no tiene necesidad de ella. El humor sanguino la llu.xion que lleva lo5 fi añores á las manías, queda,
lento de los luquios corre con los restos de la com-t li síerupro en estos órganos cierta canlidad de leche
ción, y al tercero ú cuarto diá se ha terminado ente por espacio de muchos meses y aun do muchos años.
gran obra, y el útero entra en su primer oslado. La Lu madre ó la nodriza, cuando toman una cantidad
sangre queda entonces sometida a nuevas leyes; esta suficiente de alimentos, y están exentas de toda en
cambio causa una alteración inevitable on el útero y fermedad, de toda ufccciou morbosa de las mamas,
cu todo el sistema. Los loquios disminuyen; se ospe- tienen bástanle Teche para aümeular dos hijos, hasta
1 ¡menta un sentimiento de tensivo, de plenitud, en la que la salida de les dientes permito cambiar de régi
pelvis; so manifiestan movimientos febriles , ligoras men. Hay un gran número de nodrizas que pierden
horripilaciones, un escalofrío que baja á lo largo de liabitualiiioula una canlidad bastante considerable de
la columna vertebral; el calor sobreviene en segui • leche, ademas de la qué dan hasta la saciedad al niño;
da,. la cara se pone encendida, . hay cefalalgia, sed, hay otras qué prolongan la lactancia muchos meses,
pulso frecueule y lleno, ansiedad, visiones que alte aunque se trillen en cinta, y conmnmento sin porjui-
ran el sueño, opresión de pecho, dolor en las ¿ an ¡ ciu para el niño que llevan en el seno; en fin, se ven
didas axilares, y dificultad de mover los brazos. Al madres cti un estajo da fiebre intensa, llenar aun el
mismo tiempo las mamas se desarrollan cada vez mas, deber de nodriza. Heñios visto á muchas mujeres
bogan á ponersa tensas, dolorosos, y su secreción au . cuyas inanias contenían habiiualiuent" lcc|io en abun
menta. La piel se cubre de sudores abundantes que dancia, desde el primero hasta el segundo ó. tercer
eximían un olor áciclo. Al segundo ó tercer día de parlo. La pérdida do esto licor procioso puede con
esta all eracion febril, la cantidad de los loquins es tinuar abundantemente por espacio de muchos años,
un poco mas considerable, poro la materia es secos»; ; sin inconveniente ajguno.
mucosa , blanquecina y puriforme; este Unjo dura 552. Circunstancias que iiacex PKBJLDiriAL ¡.a sk-
cerca de quince dias en las mujeres que crian, y sois ¡ CHtcioN de i. a leche .— Pero I us cosas, no pasan siein
semanas ó mas en I is que no quieren ó no pueden pre de este modo. Cuando la lactancia dura demasiado
llenar este deber. Los médicos han dado á esta fiebre tiempo, ó la mujer alimenta á la vez muchos niños,
el nombre de liebre láctea, calentura de ta leche, cuando llena los deberes do la maternidad eu una
en razón del desarrollo doloroso de los pechos, y del edad todavía muy liorna, en que los jugos nutritivos
aumento do la secreción de la leche, l'ero las mamas son necesarios á su acrecentamiento; en un estado
no esperón á que |a fiebre se declare para empezar de debilidad y aniquilamiento, dependiente de su
ja secreción quejes está confiada; su repleción pa- constitución, do un trabajo forzado ó do falta de nu
i eee depender de la influencia del útero; este órgano trición; durante una enfermedad crónica con díspo-
trabaja todavía, se halla en un oslado de lesión, se : siciou ú la tisis pulmonar; en el tiempo do una nue
depura. .Nuestra aserción esta probada por los fenó va preñez, porque la lactancia no so opone siempre á
menos que se observan en las niñas, cuando se acer la concepción; en fin, cuando la secreción de la leche
ca la menstruación: sus pechos se hinchan, llegan á es demasiado abundante y Irao consigo la pérdida de
ponerse dolorosos, y aun se hacen sentir algunas ve uua gran cantidad de quilo; en estos diferentes casos
ces sintonías febriles. No creemos que esta alteración la lactancia consume lentamente á la nodriza, y la
tenga por objeto ni por causa el establecimiento de la I conduce á la aniquilación, á la muerte.
secreción de la leche; no hay ninguna secreción qi. 353. Ukkiiicio^ de la galactimu.a. —La galac-
vaya acompañada de la (¡ebre y de la alteración de lírrea es, pues, una secreción escesiva, y una pér
que acabamos d,e hablar. La irritación do las manas dida considerable de leche, cou coqsuuctou ó atrofia.
es muy ligera en muchas mujeres, aunque la secre 534. Especies.— Nosotros' tomamos. esta denomi
ción sea abundante; otras veces, por el contrario, la nación en un senlido mas estebso que el quo se le
inflamación es grande, sin que resulten de olla acci da en las escuelas; llamamos gnlactirrea, no solo á
dentes semejantes á los que sobrevienen tí consecuen una secreción demasiado abundante que disipa (os
cia de los parios. En fía, si la pretendida calentura j materiales de la nutrición, sino también á todo flujo
de la leche adquiere cierto grado de intensidad, y ¡lechoso capaz de aniquilarlas fuerzas. La galactir-
los loquios no se restablecen, no es el estado de las ;rea es completa en el primer caso, é incompleta en
mamas el que se agrava, sino que sobrevioue mas el segundo. No creemos que pueda efectuarse un
bien una metritis, una peritonitis puerperal, ó una verdadero flujo lácteo por otras vias que las de las
de mjsdiqiw X giaujiA.—FftANK. 295
materia de la gtüaclirrea por error de lugar, galac- de fas mamass sangre pura, u¡i las Jiebidas que la en
tirrea errónea, como un quilo que las mamas no han ferina acaba de lomar; pero estos fenómenos se ha
elaborado nunca. Nos hallamos persuadidos do que el lian eousíanados en los- autores. ,
i circula muchas horas en m masa de la sangre íío(J. Cansas.— La galactirrea completa consiste
sperimentar cambios manifiestos. Los observas en la pérdida de los jugos nutritivos; puro ignoramos
¡ lian visto con frecuencia, en una sangría, que la qué sea lo que dirija casi lodo el quilo Inicia las ma
gre ha presentado uu color blanco mas bien que mas: ¿se puede atribuíroste fenómeno á la succión
rojo; han reconocido las mismas cualidades en la sa demasiado fuerte que ejerce un niño ávido y ya for-
liva, en el sudor, en ciertos flujos de los.ojos, del om 111.ido? La gran sensibilidad y la debilidad de es'os
bligo y Je otras partes dpi cuerpo. Es cierto que la órganos puedeu también contribuir 'i ello. Hemos
leche es llevada por la reabsorción á la masa de los visto á vacas de esceleule raza, dar una gran cantidad
humores, y que es siempre leche hasta que se con* de leche muy grasa, y hemos visto á olías, tan bien
vierte en sangre ; pero no se podría afirmar que alimentadas como ellas, suministrar la mita J menos
constituye Ja materia i¡e un flujo,' aunque esta ma do lecho, y de inferior calidad , por una disposición
teria se le parezca en cierto modo por e; color y por igualmente hereditaria. Lo mismo sucede en la mujer;
otras cualidades; las metástasis lácteas no se hallan parece que, por un derecho de familia , las mamas
demostradas. Existe una gran afinidad cutre 'a galac segregan mas ó menos leche. Quizas el liábito do las
tirrea y la diabetes, y quizas la pérdida de la leche macho-, do alimentaré 110 alimentar á sus hijos, ejer
ocasiona menos' el marasmo que fa de los jugos nu za uua gran influencia en las niñas. Casi no hay ór
tritivos de que se hulla estrcmudumcule cargada en ganos que presofiten formas tan variadas en ^»s dife
pierias uiugeres. La diabetes qudosa, ó flujo celiaco rentes pueblos, como las indinas: es cierto que los ves
urinario, es la que tiene sobre todo uua relación ínti tidos ejercen sobre estos órganos una acción sensible:
ma con la enfermedad de que hablamos ; difiero de pero hay regiones enteras en las cuales las mujeres
ella en que en la galactirrea el flujo se hace por otra tienen los p chos poco desarrollados, y hay otras cu
vía, las moléculas nutritivas pasan por las mamas, y las que, á pesar de la moda de los vestidos espedios,
la pérdida depende ordinariamente de causas cono adquieren estos órganos uu volumen enorme.y mons
cidas. . , truoso. Las mutilas cargadas de grasa no son
Síntomas concomitantes. —La mujer no es las que segregan mas leche. Hecha abstracción del
la única que está sujeta á esta enfermedad; la galac vohimeu de las glándulas mamarias, la diferencia de
tirrea es común á toda clase de mamíferos. Las los alimentos influye en su secreción, como se ob
vacas que dan una gran cantidad de leche , caen co serva en las vacas:, bay países en quo las plantas lu
munmente, en el marasmo, aunque tomen el mismo cen suministrar una leche mas abundante y mas nu
alimeutoque las otras; últimamente hemos visto á uua, tritiva. Lo mismo se observa en las mujeres: todas
reducida á una demacración estrema, porque daba las sustaucias nutritivas no son propias para darles
una tercera parte mas que las otras de una leche es- leche, sino ciertos alimenios, conocidos do las no
celcnte; sin embargo, se Ijailaba, por olra patle, muy drizas, y cuyo estudio descuidan les médicos deltten
sana y bien alimentada. tos, y aumentan su cantidad. Ahora bien, la falla tie
Los síntomas de la galactirrea no difieren de los csfis alimentos, el hambre que esperiiueutan las
que acompañan á la consunción ocasionada por la mujeies del campo, y que sus Irabajos rústicos ha
diabetes , el plialismo , el calarl o y la blenorragia cen aun mas penosa; la prolongación de la lactancia
crónicos, y ta gonorrea. Cuando depende do una hasta que el niño empieza á hablar, ja por un es
superabundancia real de leche , este líc.oi' precioso ceso de amor maternal, yu para retardar uhu nueva
corre espontáneamente de las mamas, sin necesidad preñez; la ambición quo lleva A Jas nodrizas merce
de la succión , algunas horas después de la comida, narias a cargarsa de muchos hijos & & continuarla
y humedece y penetra continuamente el lienzo de que lactancia mas tiempo del que sus fuerzas lo pormí-
|a mujer cubre los pechos. Cuando el flujo no es tan ten, son las piíncipalos causas del marasmo ocasio
abundante, pero los jugos nutritivos están agolados, nado por la pérdida de la leche. La galactlrroa in
ó la mujer se halla en alguna de las circo. .slancías completa reconoce algunas veces por: causa la cons
de que hemos hablado (Ü32), se debilita bien pronto titución de la mujer, las enfermedades que ac^ba de.
aunque el nifio no le quite mas que una pequeña pasar, ó las de que se llalla afectada en la actualidad.
cantidad de lecho. A pesar del hambre que la ator Pero comunmente nos es imposible descubrir cómo
menta y de los alimentos que toma para apaciguarla, la pérdida de una pequeña cantidad de leche, que la
ja demacración acrece de dia en día; el menor ejer madre da á su criatura, puede sumirla en mía debi
cicio aumenta la debilidad; sobrevienen palpilacioues lidad tan graude: la razón de este fenómeno nos es
de corazón, dispnea, una tos seca; la cara se pone .desconocida, como la de otras muchas enfermedades.
"da, las mejillas encendidas; el pulso no presenta 557. TaATAwuMro.—I.o que precede llave c >no-
Iteración alguna. Pero al capo de alguu tiem- cer bastante ol pronóstico; por consiguiente, pasare-
de el apotito, se manifiestan náuseas ¡ sín- unos enseguida al tratiiinieulo. l£l método curativo
viosos, uua cefalalgia considerable, y |a lo? [no es dilícil de hallar; lodo el inundo concibe que la
Al medio dia se. declara un ligero calor, jinuier debe empezar por suspender la lactancia ; sin
precedido algunas veces por horripilaciones. La cu /embargo , es necesario po interrumpir con demasiada
forma esperimenta dolores en los miembros y en la i prontitud una secreción taíi' abundante; conviene
espalda, la debilidad es cada dia mayor, y los sudores usar de ciertas precauciones, y no privar brusca
nocturnos acaban de aniquilar las fuerzas. Se presen mente ¡i la madre de esta secreción. La aniquilación
tan dolores pungitivos en el tórax y debajo del ester de la enferma parece eftgir, como el marasmo pro
nón, que se exasperan en los esfuerzos de tos, en la ducido por cudquiera Otra causa , alimentos nutriti
respiruciou, en el moviuiisnto de los brazos; el pulso vos; pero apenas se ha mezclado edil' la f'angre el
es duro y frecuente , pero pequeño ; sobrevienen quilo que suministran, cuando se escapa por las
hemoptisis y diversos síntomas de tisis.pulmo-ar, tales mamas. No hay que apresurarse, pues, á prescribir
cómoda espectoracíon purulenta , la consunción, los este régimen, sino que d -be Mpei rse á que ni (1 j .
'farrea colicuativos, y se observan se modere. Se puode reprimir por diferentes un
296 BIBLIOTECA ECONÓMICA
todos los casos: cuando tas mamas están llenas de le ORDEN TERCERO.
che, los remedios propios para llenar esta indicación
!a retienen y coagulan fácilmente en estos órganos: FLUJOS SANGUINEOS.
suprimen, por otra parte , bruscamente la secreción,
lo que hace temer diversos accidentes. Hemos visto i.°—Generalidades sobre las enfermedades de lo
á una mujer que, no queriendo alimentar á su niño,
trató de disipar la ingurgitación de sus mamas por vasos.
medio de fumigaciones aromáticas, y desde el según»
do dia se aplanaron los pechos ; pero apareció en el 558. Ya hemos estudiado la naturaleza de los flu
muslo derecho un tumor enorme, muy blanco, que jos y sus causas generales.: no tenemos , pues, razón
lo ocasionó dolores atroces durante mas de un mes. para esponer consideraciones generales sobre los
Asi es que, para emplear sin inconveniente los tópi* flujos sanguíneos. Pero la sangre es un humor tan
eos propios para impedir el aflujo del quilo , es ne precioso, su pérdida ocasiona tan funestos acciden
cesario desingurgilar primero las mamas , haciendo tes , que si echamos de nuevo una ojeada sobre esta
mamar á la criatura, y escoger para su aplicación el materia , no dejará de aclarar la historia de los flujos
momento mas lejano de la comida. Se pueden lavar serosos y mucosos, de que acabamos de hablar,. de
las mamas con espíritu de vino tibio, y cubrirlas en los flujos sanguíneos, que van á ser objeto de nues
seguida con un pedazo de lana ó de emplasto de dia- tros estudios, y de las retenciones, de que hablaremos
quilou gomado, que se fija por medio de una venda. mas tarde.
Al mismo tiempo la mujer evitará todo movimiento 859. Alteraciones dr la sancre.—La sangre es
de los brazos ó introducirá muchas veces al dia los la fuente de donde parten ó vienen á parar todos los
pies en agua tibia; en lin, se provocarán moderada demás humores. De todos nuestros Huidos es el que
mente las demás cscreciones sin debilitar demasiado estimula mas fuertemente las libras del corazón, y el
á la enfermo. Li secreción de las orinas y del sudor que provoca con mas euergíasus contracciones, propor
son las que se deben escitar especialmente; con esta cionadas siempre á la irritación que este árgano esperi-
idea se administra ur.a infusión acuosa libia de salvia menta. Encerrada en sus vasos propios, la sangre favo -
ó de azúcar, pociones salines , bebidas con las sales rece la circulación de los líquidos en los vasos peque
neutras á dosis moderadas, de manera que no provo ños, mantiene la libertad , el calibre de los tubos que
quen evacuaciones alvinas demasiado abundantes. componen el sistema circulatorio, sus comunicaciones
Cuando se ha suprimido poco á poco la lactancia, y reciprocas, y suministra los materiales délas secrecio
puesto un freno al aflujo del quilo hácia las mamas, nes y cscreciones. Pero la naturaleza de este líquido
al curso rio la leche, se pasa gradualmente á los res nos es desconocida: aunque contiene todos los demás
taurantes, á los alimentos nutritivos , á h<s remedios humores, que se separan de él á cada instante, pa
tónicos , según los principios que hemos establecido rece siempre el mismo ; ademas , no difiere tanto,
sobre este, punto (473, 481, 514, 544, 530). Se pres- como se podría creer, en los diversos animales, se
cribe'el cocimiento, la infusión fria de quina, los gún lo prueban muchos casos felices de transfusión.
marciales; en los casos de fiebre lenta, el elixir vi- Recibe todos los líquidos de naturaleza tenue ; á su
triólico, la habitación en un aire puro y sereno. Hay vez , sin introducirse en sus vasos , cuyo calibre es
que abstenerse de la sangría, á pesar de la tos, de la demasiad) pequeño para permitir la entrada á sus
dificultad de respirar, y de los dolores pungitivos del moléculas, les suministra algunos de sus principios.
pecho, á menos que no se desarrolle una inflamación Los humores mucosos, linfáticos, privados de sus
intensa; debe recurrirse ó las aguas de Seltz y otras partes mas sutiles , ó circulando con mas lentitud, se
semejantes, mezcladas con leche, á la emulsión go espesan; la sangre, por el contrario , ya que esperi-
mosa y al vejigatorio volante sobre el punto doloroso, mentc pérdidas considerables en las hemorragias , ya
y administrar el opio por la tarde, á menos que los que su serosidad se escape en abundancia de los va
sudores no contraindiquen su uso. Algunas veces se sos, ya que su circulación disminuya por la debilita
obtienen buenos efectos de una mistura de mirra , de ción de las arterias, la sangre, decimos , en lugar de
sal de marte y de quina (t). Cuando los síntomas de espesarse, adquiere una tenuidad mayor.se pone
que acabamos de hablar y la tabes dependen de una acuosa, pálida y disuclta, á menos que el reposo no
úlcera del pulmón, no hay recurso alguno. produzca su coagulación.
Quizas debiéramos colocar á continuación de las En las personas saludables, la sangre es retenida
afecciones que acabamos de describir los flujos puru en sus vasos con tanta mas facilidad, cuanto mas es
lentos; pero el mayor número de estos /lujos pertenece cuda la parte roja á la serosa; pero si se efectúa en
á la cirujia , y por otra parte, su historia debe ir este caso una solución de continuidad, el crúor es
precedida de la de otras enfermedades ; de manera la primera parte que se escapa; la serosidad , re»
que, para no violentar el orden natural de las co tenida en un sitio lejano del de la hemorragia, corro
sas, como los nosólogos , colocamos en otra parte lo mas tarde y con mas lentitud.
poco que podemos decir de ellos. Llegando la parte serosa á ser mas abundante por
la mezcla de bebidas, de líquidos absorbidos, ó por
la pérdida' de la parte roja, la sangre adquiriría bien
(1) MISTURA TÓNICA. pronto una tenuidad morbosa, si la serosidad no fuese
eliminada proporcionalmentc por el órgano cutáneo ó
n. Mirra escogida , una draema=4 gram. por las vias urinarias; este es un menstruo de que la
naturaleza se sirve para espulsar las materias perju
Tritúrese en un Diariero can * diciales ó inútiles.
Infusión de manzanilla, seis onzas—ISO gram. Pero queda cierta cantidad que so une íntimamen
Agua de canela, ana ouza=30 gram. te con el crúor por el gluten animal, materia muco
A nadase sa, linfática, nutritiva. Cuando la privación de ali
Sal de ruarle, quince grano»—s declgr. mentos sustanciosos ú otras causas han agotado ó
Jarabe de eascara de naranja, una ont«~3i» gram. alterado este gluten, las fibras pierden su tono, la
Mézclele. sangro llega á sor tenue, y se escapa al menor mo
vimiento por vias insólitas. La parte . linfática, altera
da por una secreción morbosa ó por la estancación, las enfermedades á que están sujetos los vasos, peí'"
produce un gran número de (lujos, de infartos, de no las que ellos determinan.
concreciones poliposas ó de falsas- me infor mas. 56Í. Propiedades vitales de i.as arterias. — Con
Cuando la masa de la sangre llega á ser escesiva tractilidad.—El sistema arterial puede, ser conside
en el estado de salud, esta superabundancia consti rado como un conjunto de tubos musculosos, que par
tuye la plétora. Este es por lo común un estado muy ten del corazón, y cuya estension suple á la fuerza;
próximo al de enfermedad, y es al punto seguido de ó como un árbol que toma nacimiento en este órga
la debilidad, que sucede necesariamente á la oscita no, para distribuir en seguida ramos á toda la econo
ción. En msdio de una perfecta salud, como hemos mía. Algunos hombres ilustres han pretendido que las
dicho en otra parte, se ven individuos cuyas fuerzas fibras arteriales no eran carnosas, ó al menos que no
digestivos sacan de una pequeña cantidad de alimen correspondían á los diversos estímulos; otros obser
tos mucha materia nutritiva; y se ven otros, cuyo es vadores han sido mas felices en sus esperimentos, y
tómago mcuos robusto, estrae muy poca de una gran han visto á una arteria abierta en un perro vivo, con
cantidad de alimentos: lo mismo se observa entre las traerse hasta el punto de suspender la hemorra
plantas que vejetan sobre el mismo suelo. Hay perso gia, aunque el diámetro de la solución de continui
nas de una constitución seca y firme, que conservan dad era considerable; han visto a la arteria dar prue
siempre su estado de enflaquecimiento, aunque se ali bas de su irritabilidad al solo contacto del instru
menten bien: sus jugos nutritivos no se depositan en el mento. Las propiedades vitales de los vasos no se han
tejido celular; circulan en sus vasos ordinariamente puesto enjuego por los estímulos mas activos, sino
mas desarrollados. Hay otros que, llevando un género por estímulos apropiados en circunstancias dadas.
do-vida poco activo, y no haciendo un gasto conside- Los vasos linfáticos, en la estructura de los cuales no
rsble de fuerzas, gozan de gran apetito y digieren con se han hallado fibras musculosas, dan señales sensi
prontitud: siendo la reparación muy superior á las bles de su irritabilidad, se contraen cuando se les
pérdidas, da lugar á una plenitud del sistema vascu abre ó se les irrita. Si las arterias no gozasen mas
lar; las fuerzas del corazón no pueden bastar para mo que de elasticidad, si no se hallasen dotadas de una
ver la masa superabundante de sangre; sobre todo, propiedad inherente á su organización, de contracti
durante un ejercicio corporal, y la repleción de los lidad, la sangre, cuyo movimiento disminuye por
vasos sofoca y hace impotentes todos los esfuerzos de los obstáculos que supera al recorrer las arterias, no
este órgano. En fin, la plétora sobreviene en los indi volvería al corazón con la misma celeridad. Comun
viduos privados de un miembro, dolados de un estó mente el pulso es dicroto, desigual y frecuente en
mago robusto, habituados á un régimen nutritivo, de una arteria, y natural ó raro en otra; discordancia
manera que el sistema circulatorio no puede contener que no podría provenir de la impulsión del corazón.
todos los jugos que las fuerzas digestivas elaboran. Én una inflamación exenta de fiebre, los vasos do la
560. Afecciones de las arterias.—La causa de la parte afectada están comunmente agitados de latidos
plétora se halla algunas veces en los humores. Pero muy visibles. En una simple cefalalgia, en una fie
los sólidos no permanecen largo tiempo en un estado bre asténica que va acompañada de una debilitación
pasivo: el corazón, estimulado sin cesar por la pre pronunciada del sistema circulatorio, se ve que laten
sencia de los fluidos, y distendido el sistema arterial fas carótidas, las temporales, y aun las venas yugula
por su escesiva cantidad, obran fuertemente sobre la res; en las afecciones espasmódicas, la aorta y la ce-
masa de la sangre; de tal modo, que Is mas ligera liaca presentan pulsaciones que se toman por aneu
causa basta para producir la liebre inflamatoria. Pue rismas. La inflamación del eslómago, de lus intesti
de también sobrevenir una debilidad de las funciones nos, va acompañada de una dureza muy sensible en
digestivas, caracterizada por la anorexia, la languidez el pulso, que parece filiforme; cuando la gangrena
de las digestiones, lo cual disminuye ó suspende el se declara, se llega comunmente á poner lleno, dila
aflujo de los jugos nutritivos en la masa de la san ta lo y blando, lo que da mas de una vez esperanzas
gre, y corrige la plétora. En ciertos casos, la reabsor engañadoras al médico. En la mayor parte de los
ción de la serosidad cesa, se forma una anasarca, una apopléticos, aunque el movimiento del corazón haya
hidropesía pletórica; en otros, las purtes cuya testura disminuido, el pulso está muy desenvuelto, y es mas
es floja y esponjosa, llegan á ser asiento de infartos frecuente, mas débil en lado de la parálisis que en
sanguíneos que comprimen las visceras, ó bien se el opuesto. En las fiebres asténicas, el pulso presenta
establecen aneurismas, varices, seguidas de diversos algunas Yeces, eñ medio de la mayor debilidad, una
accidentes. En fin, la misma sangre se escapa por vías falsa plenitud, un estado de blandura fin los mori
insólitas, y da lugar á los /lujos sanguíneos. bundos no es raro que las arterias entren en orgas
Por lo común, la plétora, ya general, ya local, uo mo, y que suspendan, por decirlo así, sus contrac
dependo mas que del vicio de los vasos. ciones, de manera que la sangre corre, abandonada
La doctrina de las enfermedades del corazón y de al movimiento que el corazón le imprime. Poro, se
los vasos, es aun muy oscura, pues se ha estudiado dirá, cuándo las arterias se osifican en cierta esten
poco; sin embargo, no se puede separarde la de las sion, lo que sucede sobre todo en Iss viejos, no cesa
hemorragias. Las dudas que se han suscitado última la circulación. Este hecho es cierto; pero no se po
mente sobre la existencia de los nervios del corazón, dría probar lo contrario de nuestra proposición, pues
han inducido á un célebre anatómico de Pavía á hacer to que se ve igualmente al corazón osificarse en par
investigaciones para combatir esta aserción. Relati te, sin que se suspenda el movimiento circulatorio;
vamente & los nervios de las arterias y de las venas, ademas , se ha visto á la sangre estancarse en las
su historia es muy imperfecta, si esceptuamos algu grandes arterias osificadas, y sobrevenir la gangrena
nos ramos bástanlo considerables, pero en pequeño en el caso de osificación de las arterias, como en el
número, y los que han sido descubiertos por un cé de aneurisma.
lebre anatómico de Goetinga. En el tiempo en que las 1 El sistema arterial goza, pues, de contractibilidad,
escuelas atribuian las enfermedades á los Huidos mas como lo prueban los diversos efectos producidos por
bien que á los sólidos, era necesario dar á los vasos las enfermedades , ya tenga origen esta propiedad
un rango inferior á los líquidos. Aunque el conoci vital en las fibras musculosas, ya resida en fibras ce
miento do las enfermedades del sistema vascular se lulosas, porque la fibra celulosa no se halla desti
remonta a los antiguos, estos no han V ' tuida de toda propiedad vital.
13*
662. Sensibilidad. -La sensibilidad de las arte enfermedades que nacen de una lesión de la irritabi
rias no es menos evidente que su irritabilidad , ya lidad, y déla sensibilidad, ó de la incitabilidad, si se
que estas dos propiedades vitales se reduzcan en el quieren reunir bajo este nombre las dos propiedades
t'jndo á una sola, ya que difieran esencialmente una vitales: deben existir por consiguiente afecciones con
de otra. Es cierto que las grandes arterias y las gran vulsivas, espasmódicas, atónicas y paralíticas de los
des venas no van acompañadas mas que de un pe vasos, como de los otros sistemas. :Ksta consecuencia
queño número de nervios, ordinariamente muy del está probada ademas por los casos de inflamación ob
gados, escepto en los casos en que la disposición de servada en las arterias y en las venas. La movilidad,
estos vasos nace difícil e! curso de la sangre , como la frecuencia, infiuitamehlemasconsiderablt's del pul
en laá carótidas y en las vertebrales; pero sus ramifi so en la infancia, en que la sensibilidad y la irrita
caciones, asi como los conductos escrelores, qstán ro bilidad son llevadas á mas alto grado que en ia
deadas de un número considerable de filetes nervio edad adulta ó en Ja vejez , anuncian igualmente la
sos, que forman alrededor plexos admirables. No se influencia del principio vital sobre el sistema cir
puede admitir que estos plexos , aunqne fortificados culatorio, tanto durante la salud,', como durante la
por una membrana fibroso, ejerzan sobre los vasos enfermedad.
una constricción mecánica; pero no podríamos con 563. Antes de pasar mas adelanto, debemosespo-
siderar corno inútil esta distribución de los filetes ner algunas generalidades sobre las enfermedades de
nerviosos , aunque los observadores no hayan visto pendientes de la estructura de los vasos.
sobrevenir , aun después de la cesación del espas Enfermedades de i. as túnicas aiiterialrs.—Estas
mo, ninguna variación en el pulso, en los auimales enfermedades pueden tener su asiento en la membra
cuya sustancia cerebral , ó médula espinal babian na musculosa , en el tejido celular que la une á la
irritado ó destruido. En efecto, los esperimentos en membrana esterna, ó en el que la liga á la membra
sayados sobre seres vivos, enmodio do dolores atroces na interna, yaque el tejido celular que reúne las
y de terror, que apagau el sentimiento de una irrita fibras de la (única musculosa, ó el tejido celular in
ción ligera, pueden inducir á error. Las pulsaciones termediario de que hablamos, se halle demasiado
«ontinúan, se dice , en las arterias de un miembro llojo , demasiado apretado ó comprimido . ya que
que la parálisis ha privado .del sentimiento y del contenga materias estrañas , etc. En una inflamación
movimiento: este hecho no prueba que los nervios intensa de la aorta, liemos hallado al tejido celulsr
no ejerzan imperio alguno sobre estos vasos; la san que une la túnica musculosa á las- túnicas esternas
gre conserva el movimiento que recibe antes do lle é interna , evidentemente ingurgitado : las piezas
gar al miembro paralizado. Pero comunmente, en un anatómicas están depositadas en los museos patoló
brazo atacado de parálisis , hemos hallado al pulso gicos de Pavía y de Viena, mandados preparar por
mucho mas débil, que en el otro; se le ha visto no nosotros. Se descubren, entre la túnica carnosa i la
solamente mas débil, sino mas raro. Se conocen los túnica interna, concreciones tofáceas do una consis
cambios súisilos'que esperimenta el rostro y toda la tencia casi huesosa, semejante ó un jugo amarillento,
economía cu una violenta afección del alma : la cara que llega á ponerse al principio calloso y después
se colora ó palidece instantáneamente, los latidos huesoso, lo que cambia A las arterias en tubos du
del corazón y del pulso so eluvau, descienden, y aun ros, escamosos é inflexibles. Hemos bocho- en otra
se suspenden. Nadie ignora que ¡os labios , cuyos parte la hisloria de esta enfermedad, observada en
vasos están rodeados de plexos nerviosos, y cubiertos un niño de nueve años, cuyo padre y tio habían es
solamente por una epidermis muy delgada , advier tado sujetos Ala misma afección: el sistema arteria!
ten frecuentemente á los médicos de los peligros estaba osificado en casi todas sus partes; la pieza ana
que corren los enfermos. Los principales remedios tómica se conserva en el Museo médico de ¡'avía.
empleados contra las hemorragias no dirigen su ac Hemos encontrado frecuentemente esteatomas, pe
ción sobre los vasos, y no obran mas que por el in queños abscesos en la túnica esterna ; hemos visto
termedio de los nervios del estómago. En una epis que esta túnica ingurgitada presentaba prominencia
taxis, la aspersión súbita é inesperada de agua fria en los vasos, y estrechaba su diámetro; en fin , las
sobre las espaldas detieno el flujo; la aplicación del paredes de la arteria nos han presentado algunas
hielo sobre las partes genitales esternas, produce á veces un espesor considerable: se hallan hechos aná
menudo el mismo efecto en la hemorragia uterina, logos descritos por otros observadores. En la anasar
efecto que no se podría esplicar admitiendo un esta ca, la túnica esterna participa do la infiltración; no
do de debilidad. Para los individuos crédulos, los sotros no dudamos que en el escorbuto, en los equi
amuletos que el pueblo pone en el cuelio, ó en la mosis y en las manchas profundas ocupen ol mismo
muñeca, las palabras misteriosas que hacen reír á sitio y compriman de este modo los vasos. Si la
las personas sensatas ( no carecen de virtud en las inflamación se apodera de la red arterial 6 venosa •
hemorragias; la historia de la serpiente hemorrois, que entra en la estructura de las arterias, la linfa se
cuyo veneno provoca un jstado hemorrágico gene derrama en ol tejido celular de su túnica , se coa
ral, según los antiguos , no es fábula. Se sabe con gula en ella, y aumenta ol espesor de sus paredes.'
qué facilidad los flujos sanguíneos , sin esceptuar Estos vasos pierden su elasticidad, y la impulsión de
los que dependen de una causa esterna, llegan á ser la sangre ó cualquiera otra causa basta para efectuar
periódicos, y con qué constante regularidad , aun en su ruptura. Otras veces se forman en las paredes ar
las mujeres poco sanguíneas, los vasos del útero se teriales tubérculos, colecciones de pus : cuando el
llenan y entrañen orgasmo durante un número de dias absceso se abre, sobreviene una hemorragia inferna
bastante lijo , al cabo del cual se aplanan pausada mortal, ó bien resulta una erosión que es seguida de
mente," aunque el flujo no haya tenido lugar. No se un aneurisma , como las lesiones esternas. Hemos
ignora que las fiebres intermitentes toman algunas hallado en una mujer de Paría, muerta súbitamente,
vecos la forma de un llujo sanguíneo. Ahora bien, y en un joven de Viena, que espiró en un esfuerzo
estos fenómenos, como otros muchos, no puedeu es- para defecar, sin haber esperimentado nunca otro
plicarse mas que por la acción de los nervios que síntoma que un dolor cofre las escápulas , hemos
rodean á los vasos. Según lo que acabamos ¡de decir, hallado, decimos ,• una ruptura de la aorta hacia su
el sistema vascular, en su conjunto y en sus diversas origen , A consecuencia de un absceso. Frecuente
partes, está sometido en ciertas circunstancias A las mente, sin embargo, la inflamación de los vasoí, co-
DE MEDICINA V ClttUJÍA. —KKANK 299
rno la de otros órganos, se limita á una trasudación prolongada ó demasiado frecuente, sobrevendrán
linfática. Hemos visto osta materia puriforme, que palpitaciones, movimientos convulsivos del centro
cuhria muchos puntos de la cara interna de la aorta circulatorio, latidos violentos, irregulares, acompa
inflamada. En un pintor cfue acaba de sucumbir á ñados de un pulso semejante al natural, y aun algu
una hidropesía febril, complicada con e-corbuto , y nas veces mas tranquilo. Cuando la sángreles lleva
cuyo pulso , siempre pequeño, ha conservado hasta da al corazón en pequeña cantidad, de manera que
la muerte una dureza pronunciada , la aorta, infla no puede llenar ni dlstendersus cavidades, los mo»
mada desde su nacimiento hasta su bifurcación , nos vimientos do este órgano llegan á ser oscuros, débi
lia presentado mahchas blanquecinas formadas por les y temblorosos; cuando las oleadas de sangre se
una linfa coagulable, y aun 'verdaderas escoriaciones. suceden á largos intervalos, ó no vienen á estimular
Ordinariamente la mayor parte de este humor puri sus fibras, los latidos son raros, intermitentes ó in
forme es arrastrada por la sangre que la desprende sensibles.
de los vasos; pero coaguladaopor el trabajn morboso, Esta alteración en los movimientos del corazón re
no es susceptible de asimilación. En las enfermeda conoce diversas causas que tienen su asiento en esta
des inflamatorias, esténicas ó asténicas, y en las que viscera, en los vasos y en las parles inmediatas, y en los
van acompañadas de una flegmasía , se evacúa por órganos lejanos que simpatizan con él. Cuando un vi
losiiñnnesy se presenta en las orinas bajo la forma de cio orgánico del corazón, una falta ó un esceso de ir
un sedimento blanquecino , le que promete en cier ritabilidad ó de sensibilidad en sus fibras, un aneuris
tos casos una terminación feliz, y anuncia en otros ma, callosidades, osificaciones, una herida, una in
una funesta metástasis , un inflamación crónica que flamación, ii 11 absceso ó una ulcera de esto órgano,
produce la liebre lenta y la consunción . sin que se oponen al aflujo de la sangre, alteran las contrac
exista úlcera. Esta linfa constituye también la ma ciones pausadas que debían espulsarla; cuando esta
teria de los pólipos que se encuentran tan á menu viscera está continuamente estimulada por un cuers
do en el corazón y en las arterias, los cuales no son poeslraño, una concreción poliposa, fungosa, hue
siempre concreciones formadas después do la muerte, sosa ó calculosa; cuando sus válvulas endurecidas,
sino que se organizan aun durante la vida. Cuando privadas de su movilidad, permanecen continuamen
está linfa trasuda en gran cantidad en los vasos de te abatidas -ó levantadas, adherentes á sus paredes
pequeño calibre, cuyas paredes están ya hinchadas hasta el borde libre, ó bien no existen, lo que scópo-
pnr la flogosis, la túnica ínterin contrae adherencias ne á ht salida de la sangre y permite ó este líquido
consigo misma en uno ó muchos puntos , los vasos refluir por la arteria pulmonar, ó por la aorta; cuau-
llegan á ponerse algunas veces sólidos y como liga do una materia serosa, puriforme, purulenta, ico-
mentosos ; esto es lo que hemos observado en el rosa, y aun, sangre pura, so halla derramada -en el
tronco mismo de la aorta, y en el rarnoespléníco de ía pericardio, irrita al corazón por su acrimonia, por su
cetiaea. Otras veces sobrevienen falsos abscesos , es masa; cuando el pericardio mismo se adhiere á este
decir, colecciones de materia puriforme, sin ulcera órgano, á las partes inmediatas, ó espesado, endu
ción, To que da logará desigualdades y nudosidades. recido á consecuencia de una inflamación, estorba
Lo que precede' prueba quo la túnica interna no • Ijs contracciones del centro circulatorio, efecto que
asta al abrigo do las enfermedades. Seguramente es puede también producir una acumulación de grasa
una hipótesis el decir que una sangre acre, caustica, inicia la base del corazón; cuando la sangre no pe
puede corroerla y destrnirla; pero está sometida, y netra libremente eu el pulmón, detenida por los obs
algunas veces sola, á la acción de las causas que pue táculos mecánicos, espasmódícos, etc., que encuen
den atacar i todas Has demás túnicas. Es el asiento tra; cuando no halla paso fácil en la aorta, y sus
dé pólipos que se adhieren íntimamente á su cara principales divisiones, estrechadas por una altera-
interna, corno era el asiento de la flogosis en los ca-' icion de sus túnicas, por concreciones poliposas, por
sos que hemos observado. Cuando esperimenla una tumores ó por cualquiera otra causa que la comprima
solución de continuidad, una lesión cualquiera en su estcriormenle; cuando estos vasos aneurismálicos,
tejido, la sangre so escapa fácilmente i través délas osiiieados, uo se rehagan sobre la sangre; en fin,
túnicas musculosa y esterna. siempre que una causa irritante, que tenga su asiento
tífit. fííry, pues/ un gran número de enfermeda en un órgano lejano, sobre lodo en el abdrtinen,
des que dependen de la alteración de las propiedades, como los vermes, las saburras, los Venenos, los es
vitales iM sistema vascular, y de los cambios sobre pasmos, las Untuosidades los miasmas ó los princi-
venidos en las túnicas de los vasos y en su caliluv. . pios .contagiosos, lleva simpáticamente su impresión
Estas afecciones atacan los órganos esenciales de la sobre el corazón, la circulación debe esperioientar
circulación, influyen en su movimiento, le elevan, le desórdenes en este órgano, en los vasos pulmonares
abaten ó le suspenden. y en toda la economía'.
El eorazoñ,és un músculo muy complicado, cuyas Plétora, falsa.—Los autores que, según las leyes
fibras, como las de los demás músculos, se IHIan "so- déla hidráulica rellereu la plétora de los vaSos, plc-
breescitadas por un estímulo demasiado activo, lan thora ad vasa, á la sola desproporción do su diáme
guidecen cuando este no es bastante enérgico, y son tro, de su capacidad, con la cantidad de sangre quo
afectadas de diverso modo por los obstáculos que se deben recibir, pecan por falta de reflexión, porque
oponen á la circulación. Cuando una viva afección los vasos son bastantes clásticos para contener cier
del alma, la agitación febril, ó un violento ejercicio ta cantidad da sangre, ya en el estado de reposo, ya
del cuerpo» aceleran el curso de la sangre y la llevan en el de ejercicio. La verdadera causa de este fenó
en gran cantidad hácia >f 'corazón, este órgano no meno es un vicio de la sensibilidad; asi es que en las
puede volver fácilmente sobre sí, ni arrojarla libre jóvenes delicadas y cloróticas, en las gentes de letras,
mente á las estrechas vias de la circulación pulmo eu los jóvenes afeminados, uaa viva impresión física
nar, lo que debe aumentar la fuerza, la frecuencia ó moral, la supresión momentánea de una hemorra
de los latidos del corazón y de todo el sistema arterial. gia habitual, de los menstruos, de la epistaxis, ó do
Si el estímulo que pone en juego la acción de este las hemorroides, dan lugar á todos los síntomas de
órgano, le irrita á intervalos desiguales, la misma una plétora, verdadera en apariencia, anunciada por
desigualdad se observará en sus movimientos; si pro la dureza y la plenitud del pulso, por una liebre que
duce Una oscitación ■ demasiado fuerto, demasiado simula la liebre inflamatoria.
BIBLIOTECA ECONÓMICA
Palpitaciones de corazón.—Los diversos obstácu una erosión , una ruptura de la arteria , seguida del
los, las diferentes causas de irritación deque aca derramo do la sangre en el tejido celular inmediato,
bamos de hablar, provocan en el corazón contraccio en los intersticios de los músculos. ¿Se llamaría va
nes tan viólenlas, que las vibraciones de esle órgano riz falsa á un tumor sanguíneo semejante , formado
llegan á sar muy sensibles al tacto y á la vista, ya Por la efusión de la saDgre venosa , sin dilatación de
que el pecho se encuentre desnudo, ya que el en la vena? ■ . ... .
fermo permanezca cubierto con sus vestidos, ó con Cuando se abre la arteria braquial en una sangría
las cubiertas cuando está acostado; se pueden tam desgraciada, se detiene la hemorragia por la com
bién oír perfectamente á la distancia de muchos pa presión: si se suprime este medio antes de la oblite
sos, fuera de la habitación, como si so golpease el ración completa de la abertura, ó en un ejercicio pre
tórax con un martillo. En estos movimientos convul maturo del brazo, la arteria se desgarra en el sitio
sivos en que el corazón viene á chocar continuamente de la picadura, y la sangre se escapa ; pero habiendo
contra las paredes torácicas, se ve que las costillas establecido la compresión adherencias entre el tejido
varian de lugar, forman prominencias que se levan celular inmediato y la cara esterna del vaso por la
tan con el esternón, y toda la parte de la armadura inflamación que determina, la sangre deslila lenta
huesosa correspondiente al corazón se adelgaza como mente, y forma al principio un tumor poco volumi
un metal batido sobreel yunque, y se rompe. Hemos noso semejante á un quiste. Este tumor aumenta po
observado violentas palpitaciones de corazón, en un co á poco, está circunscrito , redondeado, desapare
hombre atacado de una inflamación de todo el siste ce ú la presión, y es agitado de pulsaciones ó do
ma arterial y venoso: la región iliaca izquierda se temblores , sin cambiare! color do la piel; este es
elevaba á cada latido, tanto como el mismo tórax; el el aneurisma enquistado , variedad del aneurisma
enfermo no podía sufrir el menor tacto en el lado iz falso.
quierdo del abdómen ni del pecho. Comunmente he Debemos referir á la misma especie el caso si
mos reconocido por la sola presencia y por la per guiente : un hombre de Plasencia vió formarse , á
sistencia de estas vibraciones impetuosas del corazón consecuencia de un salto, en la parte anterior de su
asi como de las arterias, la inflamación de los gran pierna, ycerca de la rodilla, un tumor voluminoso ad-
des vasos en su origen: la autopsia cadavérica ha con herente al hueso, semejante á un tumor enquistado,
firmado nuestro diagnóstico. Pero este estado difie que cedía en cierto modo á la presión del dedo y
re mucho de los latidos irregulares que caracterizan que presentaba fuertes pulsaciones, como el aneuris
las palpitaciones' ordinarias, y en los que no toman ma. Se practicó la amputación del muslo, y la pieza
liarte las arterias. anatómica se envió á Pavía por un hombre instruido:
Palpitaciones de las arterias. — Si las causas la disección no nos demostró lesión alguna en las ar
que alteran de esle modo los movimientos del cora terías inmediatas, y el quiste no recibía mas que pe
zón llevan su acción sobre las arterias , producen queños ramillos de ellos. Las paredes de este tumor
efectos casi semejantes en los grandes vasos. Se ven eran muy espesas , su cara interna estaba sembrada
arterias lejanas del centro circulatorio esperi mentar de un gran número de criptas que suministraban
vibraciones, palpitaciones , saltos, movimientos es» la sangre que ocasionaba los latidos , sin que la ar*
pasmódicos, y temblores, como el corazón. Otras ve» teria tibial, bastante lejana del sitio , se hallase dila
ees sus movimieptos llegan á ser desiguales , débi tada.
les , oscuros , aunque el corazón conserve toda la En ciertos casos el aneurisma verdadero, cuando lie
energía de sus vibraciones; presentan intermitencias ga al último grado do dilatación, se rompe espontá
bastante largas, se suspenden aun del todo, mien neamente ó á consecuencia de alguna violencia , la
tras que el corazón y las arterias inmediatas conti sangre se derrama en las inmediaciones y forma un
núan laliendo. tumor , conocido con el nombre de aneurisma
So observan en ciertas personas en la mas perfecta mitto.
salud, desigualdades en el pulso, y aun intermitencias Se distinguen dos especies de aneurismas mistos-
que desaparecen comunmente durante el curso de el uno estenio, en el que la túnica interna y la mus
una liebre, cuya presencia modifica la sonsibilidad de culosa están desgarradas y solo la esterna forma el
los vasos. tumor: el otro interno , en el que la túnica interna
í>63. Aneurismas. —El corazón y las arterias, so forma hernia á través de una ruptura de las otras
metidos á la influencia de las afecciones morales , ce dos. Pero el primero no es mas que una variedad del
den á la acción de diversas causas; sus paredes se aneurisma verdadero, aunque no hayamos dicho, con
dilatan en diferentes sentidos baj ) el esfuerzo de lí un escritor moderno , que en todo aneurisma ver
quidos á los que no oponen resistencia, y se forma un dadero adelantado, la túnica interna y la musculosa
aneurisma , enfermedad mas común en el hombre están desgarradas. El . segundo , cuya existencia ha
que en los animales, y casi desconocida de los anti negado este autor, es muy comunmente resultado de
guos, que habían tenido raras veces ocasión de hacer una sangría desgraciada, de una división incompleta
la abertura de los cuerpos. de la arteria.
El aneurisma es, pues, un tumor dependiente de Cuando la lanceta pica la vena y la arteria subya
la dilatación de una arteria por la impulsión de la cente, y quizas también cuando un absceso formado
sangre (1). O» las paredes de una vena inflamada se abre en la
506. Especies.—No vemos razón alguna para dar arteria contigua, la sangre p*sa con impetuosidad y
ú este aneurisma el nombre de aneurisma verdadero, con ruido de la arteria á la vena, que adquiere una
admitiendo por oposición un aneurisma falto. Este dilatación aneurisma! ica, y presenta un tumor blan
pertenece mas bien á lassolucíones de continuidad, á do que cedo bajo el dedo , agitado de pulsaciones quo
los equimosis, puesto que consiste en una división, le levantan, y sin cambio de color en la piel, lo que
constituye el aneurisma varicoso.
I > Véase i 1. Horifisnn, linfermertadee (le lis anonas y de lis Estos diferentes aneurismas son complicaciones,
venas, París, 1819, 2 rol. en 8.°—A. Scarpa, Reflexiones y ob mas bien que especies ó enfermedades diferentes del
servaciones anatóimco-quiriireicas sobre el aneurisma, París, aneurisma propiamente dicho.
1809, en 8. °—G. Brcsehet, Memoria sobre los aneurismas (Me El aneurisma del corazón puedo ser pareiai, ocu
morias de la Academia Real de Madicina , París, 1833 , t. III,
P-K-10I). par una de las aurículas, ó uno de los ventrículos;
DK MEDICINA Y «RUJIA.—FRANK.
lo mismo sucede con ol de fas arterias. Cundo el va- I hayamos definido al aneurisma una dilatación mor
so está aplicado coaira un hueso, ó contra cualquier bosa de Ins'artcrias, no-están siempre adelgazadas. Or
otro cuerpo sólido, no se dilata mas que por un lado, dinariamente su espesar está en razón de la estension
formando un saco simple ó compuesto ; hemos visto y de la antigüedad del tumor ancurismático; el saco
el aneurisma de una arteria intercostal separar las se tapiza de una materia poliposa que fortifica sus
dos costillas correspondientes, que dividían su cavi paredes, y algunas veces se osifica en ciertos puntos;
dad en dos partes. Hay casos en que todo el corazón, otras veces la sangre y la linfa, coaguladas por el re
todo el calibre de la arteria participan de la dilata poso, ó por cualquiera otra causa, forman capas sobre
ción, que llega á ser algunas veces enorme. En el puestas unas á otras, y cuto conjunto se adhiere al
aneurisma general, como en el aneurisma parcial, saco ó se halla libre en su interior, lo que aumenta
la arteria presenta, ya un tumor redondeado y cir« siempre el espesor de las paredes.
cuuscrito, ya un tumor difuso y prolongado. Aneurisma del corazón.—Un hombre de un mérito
El aneurisma ofrece también diferencias relativa distinguido ha rehusado dar el nombre de aneurisma á
mente á sus causas, que pueden ser esternas ó inter la dilatación de las cavidades del corazón, porque no
nas. Las causas esternas son: las heridas que dividen se encuentran capas laminosas y esta afección no va
las túnicas esterna y musculosa; el pus ó el icor que acompañada de los demás síntomas del aneurisma:
las corroe; las fracturas, las luxaciones, la carie de hoy no se puede tener semejante duda. El aneurisma
los huesos; una estension forzada , una contusión, del corazón, menos frecuente que el de las arterias,
un golpe , una desgarradura; la compresión de cier ocupa mas comunmente las aurículas que los ventrícu
tas partes ; la incurvacion del tronco hácia delante los , y las cavidades anteriores que las posteriores.
en ciertos obreros, en los literatos ; un esfuerzo en el Sin embargo , algunos autores piensan que el ven
trabajo del parto, en la lucha , la carrera , el salto, trículo posterior, aunque mas robusto, es afectado
en una caida ó cargando un fardo; el uso de los ins con preferencia al otro, y la aurícula derecha con pre
trumentos de viento ; los gritos , los cantos prolon ferencia á la izquierda. Se citan en favor de las dos
gados, las sacudidas del vómito, de la tos, del estor opiniones un gran número de hechos (f). Los aneu
nudo, de la risa; la compresión de los grandes vasos, rismas antiguos de las cavidades izquierdas , pueden
la destrucción de las partes que sirven de punto de producir la dilatación aneurismática de las cavidades
apoyo á las arterias , etc. Las causas internas nos derechas. Esta influencia mecánica es recíproca; en
son las mas veces desconocidas ; dirigen su acción efeeVo, el aneurisma dé la aurícula derecha, compri
sobre todo el sistema, ó soiame'-.te sobro una de sus miendo y desviando á !a aorta, impide que la sangre
partes. No es raro encontrar aneurismas espontáneos salga del ventrículo izquierdo.
que, ocupan poco á poco todo el sistema arterial , ó Entro las arterias que no están espueslas S las lesio
que cuando se ha hecho la operación en una arteria, nes esternas, el aneurisma afecta las mas veces el ca
aparecen en otra, ya al este;ior, ya al interior. Este yado de la aorta, y los grandes vasos que parten de
fenómeno parece espiiearse de la manera siguiente: él. De todas las arlerias esternas, la poplítea es con
los intervalos de las fibras que componen la túnica mas frecuencia asiento de esta enfermedad. Pero no
carnosa se agrandan por la impulsión lateral de la hay ancria alguna un poco considerable que no lle
sangre, por ía interposición de la linfa coagulable gue algunas veces á ponerse aneurismática. Ni la
que segrega el vaso inflamado, y la túnica interna edad, ni el sexo ponen al abrigo de esta lesión orgá
forma hernia, en estos intervalos. El aneurisma es nica; no es raro hallar aneurismáticas en el feto las
pontáneo puede también depender de una parálisis, aurículas del corazón, y encontrar en sus paredes,
de una atonía ó de una relajación do estas fibras; en pero principalmente en las del ventrículo posterior,
lin, de una solución de continuidad por causa in puntos trasparentes, semejantes á agujeros, que de
terna, que no interesa mas que las túnicas ¡esterna y penden de la separación de las libr'as, y no están cer
musculosa. rados mas que por las niembranis interna y esterna,
Uebemós referir á las causas internas, el abuso dique bien débil para resistir á la impulsión de la
prolongado de los escitantes, del vino, del alcohol, sangre durante todo el curso de una larga vida..
de los aromas, del opio, del mercurio, de todas las &67. Los efectos del aneurisma varían según la
sustancias que escitan vivamente la circulación, ani importancia de la parte afectada, según su posición,
quilan poco á poco la contractilidad, producen infla su causa y su volúmen. Son muy graves en el aneu
maciones ocultas, seguidas de la secreción de una risma del corazón, [6 de las arterias coronarias , á
linfa coagulable que so deposita en los intervalos de causa del imperio que ejerce este órgano sobre toda
las fibras de la túnica musculosa; las pasiones violen la economía.
tas, tules como la cólera, una alegría escesiva ó un Variaciones en el vollmfm del corazón. —Pero
amor ardiente ó prolongado, una liebre esténica in no se debe llamar aneurisma á todo aumento de volú
tensa, una inflamación de los órganos de la circula men del corazón ó de las aurículas ; la forma esterior,
ción , los obstáculos al curso de la sangre en una ol volúmen, el peso, la firmeza de este órgano, varian
viscera y aun en el corazón ; por ejemplo , pólipos, en los diversos individuos. No obstante, los efectos
escrescencias, cálculos; la osificación de las válvulas que oslas diferencias de organización producen nece
tricúspide y milral, do la aorta , de la arteria pul sariamente en el estado de salud y de enfermedad, no
monar, la amputación de un miembro, la estrechez son bien manifiestos, liemos visto, con admiración,
de la aorta, la acumulación de grasa en la base del en ciertos cadáveres un corazón pequeño, ligero y
corazón; los espasmos, los dolores violentos, el asma, como atrofiado; en olrus voluminoso, carnudo y pesa
la dispnea, sean cualesquiera sus causas; las afeccio do; cu uno y otro caso su consistencia era mayor ó
nes morales deprimentes , como la tristeza , un vivo menor. La historia de la vida de los individuos, de
espanto , un antojo; un estado de debilidad, una la enfermedad que les habió hecho sucumbir, y su
mala conformación, una disposiciou congéuita ó he constitución, no podian de modo alguno dar razou
reditaria, una lesión de los [nervios por un ejercicio do estos fenómenos. Las otras visceras, tales como el
forz ulo; y eii fin, la acción de una malaria acrimo
niosa que perjudica á la nutrición, y altora la cohe (1) Víase la obra de J Bouillaud, Tratado clínico de las enfer
sión de los sólidos; entre otros, el virus venéreo. medades del coraion; segunda edición, París, 1841, dos vol. en oc
EsiROCToaA pil saco aneurishatico. — Aunque tavo, fig.
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hígado, el, Lazo, tienen uua tendencia á aumentar de del corazón latidos insólitos, palpitaciones algunas
volumen, tendencia quo nosotros no podemos conce veces muy fuertes; en ciertos casos no se descubre en
bir y que no depende de ninguna afección conocida y él ningún movimiento desarreglado, aunque existan
particular de estos órganos , ni de la obstrucción de todos los demás signos de la enfermedad. Sin embar
sus vasos; es raro quo esto acrecentamiento de sus go, el aneurisma déla aurícula ó del ventrículo iz
tancia no incomode á las funciones de los órgano* in quierdo, el de todas las cavidades del corazón ó de
mediatos. Pero el volumen del corazón, quo ejerce su la aorta, se reconocen por latidos insólitos, vibrantes,
imperio sobre todo el sistema, no puede aumentar prolongados, por la frecuencia y por la dificultad de
ni disminuir, sin que la economía entera se resienta la respiración, y por un estado |de ansíoda.1. En la
de ello. La diferencia en las relaciones recíprocas del dilatación aneurismática de las venas cavasen su orí-
corazón y de las arterias, del sistema vascular y de la gen, de la aurícula ó del ventrículo derecho, do la
cantidad de sanare que debe contener, osplica los arteria pulmonar, y en los vicios orgánicos de las ca
temperamentos, la disposición á las enfermedades por vidades derechas, se observan en la región del cora
esceso ó por falta de tono, los aneurismas, y muchos zón movimientos desusados; otras veces no se nota al
flujos. teración alguna en los latidos de este órgano, ó bien
No sin razón se consideran en nuestros días un es tan ligera que no resulta de ella mas que una es
gran corazón y un gran valor como sinónimos; eu pecie de movimiento pulsatorio ó de ondulación en
efecto, si la libertad de todas las fuucionos, las dis- las venas yugulares , y frecuentes lipotimias. En
ppsfcioites mejores del espíritu dependen de la faci el aneurisma del corazón, de la aorta y de las grandes
lidad con que se efectúan la circulación cerebral y ramas que parten de olla, los latidos son tan violentos,
todas las secreciones, es necesario referir á la fuerza que se les puede oir y aun ver desde cierta distancia;
del corazón muchos fenómenos que se atribuyen á separan la clavícula de su articulación con el ester
otras causas. Cuando el volumen y el peso de este ór nón, á pesar de la fuere» de los ligamentos que la
gano se han aumentado por cualquiera causa, des unen con este hueso; y desvian simultánea ó aislada
ciende, arroja hacia abajo al diafragma, y sus pulsa mente el esternón y las costillas, que forman entonces
ciones se hacen sentir profundamente hácia la base una promiuencia considerable por delante del pecho.
del pecho ; esta es la caida del corazón, prolapsus El aneurisma produce sobre los huesos inmediatos
rordis. Un una osificación parcial de esta viscera, se ;un efecto partieular, del que conviene que nos ocu-
ha observado, no solamente lainterrnitencia deljpuíso, ' pomos un instante : la sustancia de este hueso está
y un dolor en el costado izquierdo, sino también el por lo común gastaría como por una especie de ca
vómito de alimentos, lo que depeudia de la compre- ries seca. Hamos visto al esternón, en un aneurisma
siou que ejercía sobre el estómago la parte osificada de! cayado de la aorta, destruido en una grande
aplicada sobre el diafragma. estension, de manera que el tumor no estaba cu
Causas determinantes del aneurisma del corazón bierto mas que por la piel, cuya ruptura fuo segui
y de los (iraísdes vasos. Sí la estension , la capaci da de una muerte súbita ; nosotros conservamos eu
dad del sistema arterial ofreciesen libre paso á la san el Museo médico de Pavía dos piezas anatómicas
gro que el corazón le envia, no opusiesen ni demasia que prueban dos hechos de este género; los autores
da' ni muy poca resistencia á la impulsión de este ór refieren muchos casos semejunles. Observadores fie
gano, los aneurismas del corazón serian raros; pero les han hallado las vértebras do la espalda gastadas
comunmente este equilibrio se rompe, y resultan casi hasta la médula espinal. Estos hechos son tan
grandes desórdenes en la circulación. La frecuencia conocidos, que so mira como cau«a de los aneurismas
ríe Iqs aneurismas del coraz.ou en la primera edad de laoariesdé los huesos inmediatos, la que es por lo co
la vi laño reconoce por causas mas que los vicios or- mún su efecto. No se puede, sin embargo, considerar
¡s dri guiarlos <|e esta viscera, ó la poca oslou- esta alteración como una verdadera caries: el hueso
el sistema arterial y la resistencia que opone batido sin cesar por los latidos redoblados de la arte
& la impulsión del corazón. Se ha visto al aneurisma ria, que viene a golpearle continuamente con violencia
do la aorta, ocasionado por la adherencia del pericar en ol mismo sitio, se gasta y sé reduce á una lámina
dio con el corazón, por el. espesor y endurecimiento delgada. Se han visto cartílagos que han resistido y
de las paredes de esto órgano, por su posición viciosa, conservado su integridad á favor de la elasticidad de
ó por una ¿cumulación do grasa hacia su base, lo que que gozan. La fuerza de los latidos basta sin duda
entorpecía sus movimientos, por un esteatoma, una para efectuar la destrucción del hueso: sin embargo,
vómica, un -absceso en el pecho ó en el mediastino, hay casos en que la caries es real , pero reconoce en
por una mala conformación del tórax ó por la estre tonces otra causa. Las vibraciones de la arteria afec
chez de las arterias subclavias y axilares. Se ha visto á tada pueden irritar al periostio, á los vasos nutricios
los aneurismas, las estrecheces, los pólipos, las palpi do los huesos, y establecer por consiguiente eu tstas
taciones prolongadas déla aorta, producir la di'atacion partes una secreción morbosa, como en el saco aneu-
aneurismática del corazón, poniendo obstáculos a la rismátíco. En efecto, muchos signos anuncian la flo
circulación: en fio, todas las causas que retienen al gosis crónica de las paredes arteriales distendidas,
aire en el pecho durante un esfuerzo considerable, ó y es confirmada por el dolor que sobreviene en el
embarazan la circulación pulmonar, estrechando, tumor aneurismático en el último período, y por la ru
comprimiendo ú obstruyendo los pulmones, pueden bicundez que se observa cuando el aneurisma es eS-
dilatar las cavidades derechas, y aun todas las cavi lerno. En oslas circunstancias el humor segregado
dades del corazón, como lo atestiguan una multitud por la inflamación corroe los huesos y el saco aneu-
de ejemplos referidos por los médicos. rismal, cuya ruptura precipita.
Síntomas oel aneurisma del corazón, de los El aneurisma del corazón y el de la aorta produ
CHANDES VASOS Y DE LAS ARTERIAS ESTARNAS. El aileU- cen ademas diversos accidentes, ejerciendo sobro los
risina del corazón debo presentar desde el principio órganos inmediatos una compresión que altera sus
M!ilom,i> ¿ariados, sogun que ocupe las cavidades an funciones. Ocasionan una tos seca y continua, ladisp-
teriores ó posteriores; pero confesemos con dolor que nea, y una ansiedadI considerable ; síntomas que au
eslos síntomas no están bastante caracterizados mentan ordinariamente en el decúbito sobre la espal-
ncinio de la enfermedad
DE MEDICINA Y CIRÜJÍA.—FRANK. 303
son los únicos ; se observa también en ciertos casos lada entre las capas laminosas del pólipo, ó por cual-
la disfagía ; el sueño es penoso, interrumpido; la res qniera otra causa, ofrezca el aneurisma la aparien
piración difícil en el estado de ejercicio ; el enfermo cia de un absceso, apariencia que parece caéib
esperimenta un sentimiento de angustia , de dolor en realidad, cuando se desarrolla una inflamación cu
bajo el esternón, un dolor en el dorso, en la paletilla las inmediaciones : un cirujano imprudente que nu
izquierda, en el brazo correspondiente , 6 un estado tenga á la vista el trayecto de las principales ¡
de estupor en el miembro"; el pulso es pequeño, ir rías, y que ignore las causas antecedentes, p<
regular, sobrevienen esputos de sangre , una hidro entonces abrir el tumor y matar al cnferiho. •
pesía do pecho, vértigos, ataques de apoplegía, pa 508. ÜscumoAP dfx diagnóstico.—Le que acaba
rálisis, convulsiones, frió en las estromidados, mos de decir demuestra suficientemente la gravedad
pes y sofocación. Algunas veces estos aocidentes del aneurisma y la oscuridad que rodea á. su diag
presentan una romision , y aun parece que se di nóstico.
sipan , To que da esperanzas , que viene bien pronto Se reconoce el aneurisma esterno por los caracté-
d destruir un nuevo ataque mas violento , y aun res siguientes: su aparición va precedida de las cau
sas capaces de producirlo; tiene su asiento sobre él
En los aneurismas do la aorta, de sus ramas , ó de trayecto de una arteria considerable; el tumor qué
la arteria pulmonar» cuando la dilatación es llegada forma va siempre ensanchándose á medida que se
al mas alto grado ; se declara ordinariamente un do aleja del vaso; es agitado de pulsaciones isócronas á
lor agudo, seguido de una ruptura súbita ó inopina» los latidos del corazón; la piel que lo cubre conserva
da: la sangre se derrama en gran cantidad en las su color natura), al menos desde el principio liste
inmediaciones, en el interior de lus partes que han tumor desaparece, disminuye por la mas ligera presión
contraído adherencias con el saco aneurismal , tales que se ejerza sobre él, por la exacta compresión de
como el pericardio, la tráquea, los bronquios, el exó- la arteria practicada por encima: al punto que se cesa
fago; y st el aneurisma tiene su asiento en el vientre, en el esperimento, reaparece con un silbido, un rnídó
se abre en el exófago, en los intestinos, ó entre las particular, síntoma que no seobserva siempre en lospe-
hojas del mesenterio. En estos diferentes casos so ríodos avanzados, pero que se confirma entonces por
brevienen síntomas que anuncian, una enfermedad la historia del estado primitivo de la enfermedad.
bien diferente y una muerte pronta. En el aneuris Los latidos de la arteria son débiles y desiguales por
ma de las arterias distantes del corazón, de las arte debajo; cuando el miembro no tiene mas que esta
rias esternas, la sangre se inliltra en el tejido celu arteria principal, se pone pálido, frío, edematoso y
lar que llena los intervalos de los músculos , lo que flojo. Pero eu una época avanzada, cuand» las pare
constituye el aneurisma falso , cuyo estudio y trata des del saco aneurismal han adquirido un espesor
miento pertenece á la ci rujia. Hemos visto "que la considerable, reforzado por las capas laminosas de
picadura de la arteria braquial en una sangría pro la liufa coagulable, y toda su irritabilidad ha cesado;
dujo poso a poco un aneurisma verdadero de esta cuando el corazón es atacado de una debilidad pro
arteria, y sin lesión aparente de sus túnicas salía la funda, los latidos son muy cortos, y el tumor, priva
sangre de este vaso , y aun se escapaba á través de do do su blandura, no cede á la presión del dedo. Al
la piel , distendida por el tumor aneurismático. gunas veces se distingue el color de la sangre á tra
Pero antes de que sobrevenga ia ruptura, se forman vés de las paredes distendidas y adelgazadas de la
en las cavidades del corazón, en la aorta, ó en las de- bolsa aneurismal, y aun se ve trasudar á este líquido,
mas arterias aneurismáticas , colecciones de linfa como hemos dicho mas arriba. En ciertos casos la
coagulable, que toman la forma del saco y lo incrus piel se inflama, supura, y cae en gangrena. Los prin
tan de capas laminosas, ó que constituyen pólipos cipales signos del aneurisma, no son , pues, mani
fiestos mas que en el principio.
El diagnóstico del aneurisma interno es _
difícil. «Los aneurismas internos, según un escril
terior de las bolsas, á la que la linfa coagulada no célebre, cuyas palabras referimos aquí para confir
priva siempre de sensibilidad , determinan violentas mar nuestra aserción; empiezan las mas veces por
pulsaciones en el mismo lugar de la dilatación y en una afección general espasmódica de las arterias,
el resto de la arteria; algunas veces la alteración se afección que se propaga al fin al corazón ó ¡i los
propaga hasta el corazón. La masa del tumor estre grandes vasos. El enfermo esperimenta al principio
cha el calibre de la arteria, y concurre por su di palpitaciones arteriales vagas y erráticas en diferentes
latación á hacer mas lento el movimiento de la san partes del cuello ó en los miembros. Si la enferme
gre, á disminuir las pulsaciones en la parte de la ar dad se lija en el pecho, se declara comunmente la los,
teria colocado debajo del aneurisma, y á producir la y las pulsaciones del corazón llegan á ser mas pro
debilidad y la atrolia del miembro. Si la circulación nunciadas y mas fuertes: se manifiesta un dolor pro
está totalmente interceptada y las arterias colaterales fundo y pasagero que llega después á ser constante,
no suplen al vaso obliterado, el miembro pierde el y se estiende, ya á la clavícula ó á la espalda, ya a)
calor y la sensibilidad , sus arterias cesan de latir, y brazo, y aun hasta el codo del lado izquierdo. Se
una gangrena mortal se apodera de él. Las compre sienten latidos profundos, las costillas ó el esternón
siones practicadas sobre el tumor pT una mano sin forman prominencia, y, en fin, se declaran todos los
ísperiencia, y por el decúbito sobre esta parte, pue síntomas de esta afección y la muerte es su término.»
den producir resultados igualmente funestos, y arro El pulso está concentrado , resistente , convulsivo,
jar á la arteria el pólipo, que Ilota en la cavidad del intermitente, sobretodo en el brazo izquierdo: la
saco, lo que algunas veces es seguido de la muerte, causa de estas alteraciones del pulso es un embarazó
como atestiguan muchos casos desgraciados. Se ha eu la circulación, dependiente de la presencia de al
visto un aneurisma considerable de la aorta, situado gún pólipo ó de otros obstáculos. Eu el decúbito
entre las costillas y el esternón , donde era fácil re sobre uno ú otro lado, principalmente sobre la es
conocerle desde mucho tiempo, desaparecer en el úl palda ó durante un ejercicio corporal, ó la agitación
timo mes de la vida, al tacto y á la vista, arrastrado do la fiebre, los síntomas se agravan, las funciones
por su peso, que bastó para cambiar su posición. No del centro sensitivo se suspenden, sobrevienen con
es raro que, por la ' vulsiones, y aun un estado de parálisis. Perobay mu
304 BIBLIOTECA ECONÓMICA
chas enfermedades, muy difereutes del aneurisma, en La aparición de tumores aiieurismáticos es precedi
las que se observan los mismos síntomas, y hay mu da de una lcsiqn esterna ó de una irritación por cau
chos aneurismas en los que no se pueden reconocer. sa interna, capaz de producir la inflamación de las
Los latidos desarreglados del corazón, de la aorta, do arterias, como determina lu de otros órganos, sobre
las principales ramas que parten de ella, no son raros todo cu los individuos sanguíneos y robustos. La ac
en los enfermedades espasmódicas, flatulentas, en los ción de estas causas es seguida en muchos casos de
hipocondriacos, los histéricos, y siempre que un tu uu dolor comunmente ag\ulo, prolongado, fijo, en el
mor ójin escirro del páncreas, del niesenterio, etc., sitio en que se ofeclúa con mas ú menos lentitud la
comprimen los v.esos; así es, que la autopsia cada dilatación, y semejante á los dolores reumáticos. La
vérica no confirma siempre el juicio precipitado del formaciou del aneurisma interno, que es algunas ve
médico sobre la existencia del aneurisma. Algunas ces una afección general del sistema arterial, Ta
veces se ven esteatomas, ó abscesos debajo del ester anunciada de un dolor ligero y vago, y un sentí"
nón, que levantan ycorroen este hueso. En los auen- micuto de ardor, de malestar.
risnias internos, todo el sistema arterial está comun Estando ya formado el aneurisma interno ó esler-
mente agitodo por pulsaciones violentas ; otras ve no, va acompañado, según su asiento y su estension,
ces, aunque la enfermedad soa ya muy grave, estos de los síntomas de que liemos hablado, de latidos in
latidos son débiles, pero reculares. En un niño, cuyo cómodos, que se limitan al tumor ó que agitan todo
corazón tenia un volúmentriple. yse hallaba¡adheren- el sistema arterial. Estos latidos constantes y durables
l¿ al pericardio, se observaron los sintonías siguien no anuncian un estado de debilidad en la parte : si se
tes: sentimiento de opresión en el epigastrio y en el les observa en la clorosis, cuando la persona enferma
pecho, que aumentaba por el uso de alimentos sóli sube una escalera ó en cualquiera otra circunstancia,
dos; sueño alterado, dispnea, tos seca, dilatación del la agitación de la sangre no es aquí mas que momen
lado izquierdo del tórax, costillas salientes , palpita tánea, mientras que un pequeño tumor aneurisinático
ciones violentas en la región del corazón , ansiedad, parece trasformauo eu un centro de circulación y late
suspiros, decúbito difícil sobre la espalda y sobre el como el corazón. En los aneurismas antiguos, como
lado derecho; pulso débil, primero sin frecuencia, en las inflamaciones, se efectúa uua secreción de lin
sin desigualdad, después irregular y muy pequeño: fa coagulable ; una falsa membrana formada do capas
en fin, hidropesía. La muerte se llevó al enfermo, y laminosas cubre la cara interna del saco, ó bien una
no se halló en,él el menor vestigio de aneurisma. masa poliposa do la misma naturaleza se adhiere á sus
5C9. La causa próxima del aneurisma es una paredes ó flota en su cavidad. Se ha creído hasta ahora
inflamación esténica ó asténica.— Ya hemos espues que estas falsas membranas , estas concreciones po
to un gran número de causas del aneurisma; parece, liposas tenían su origen en la sangre coagulada en el
pues, inútil hablar aun de ellas; pero creemos deber tumor por el reposo; pero el movimiento de la san
confirmar por pruebas csperimeutales las causas que gre que pasa de la arteria al saco aueurismal, es de
liemos deducido del raciocinio y de la naturaleza de masiado rápido ; el tumor está agitado por pulsado»
los síntomas. nes demasiado fuertes, y se rehace sobre la sangre de
Los aneurismas espontáneos constituyen una afec una manera demasiado ené. gica para admitir la exis
ción general del sistema arterial, cuando aparecen tencia de este reposo necesario á la coagulación espon
en muchos puntos á la vez, ó sucesivamente sin cau tánea, aunque insuficiente, p..rotra parle, para efectuar
sas manifiesta?. Cuando no ocupau mas que una par la. Hemos hablado do un tumor sanguíneo enquistado
te de esto sistema, son frecuentemente consecuen que tenia su asiento por debajo do la barba : la san -re
cia de un vicio de organización, primitivo ó congé- que contenía no estaba coagulada al cabo de muchos
nito , vicio que se desarrolla cada vez mas cou la años. El calor de la parte, la renovación continua y el
edad. movimiento perpetuo del liquido, no permiten que la
Todos los escritores, á escepciou de uno solo, han linfa se separe oe la sangre, y se concrete formando
colocado la causa de los aneurismas en la relajación una masa poliposa, esceptoenlos sincopes, en los últi
de las paredes arteriales. Aunque admitamos aquí, no mos instantes de la vida, ó cuando el saco ha adqui
solamente la laxitud, sino también la parálisis de la rido una dilatación considerable. La secreción del
fibra de la arteria, según un gran número de hechos humor puriforme que se reúne en el saco auouris*
que son contrarios ¡i la opinión de un hombre céle mal y se organiza tan fácilmente, eu falsas membranas,
bre, creemos, sin embargo, que los aneurismas de se efectúa, pues, por efecto de la inflamación aguda
penden en general de una afección bien diferente, ó crónica, hiperesténica ó asténica, de la túnica in
y aun opuesta , ya que la causa determinante venga terna de la arteria; este humor puriforme concurre
¡le fuera, ya que resida en el interior de la eco con la distensión de las libras del vaso á embotar su
nomía. sensibilidad, por las capas laminosas con que tapiza
Desde que liemos visto tan comunmente la cara las paredes de la arteria. Esta última circunstancia
interna de las arterias y de las venas inflamarse, aun suspende los latidos, hasta que una nueva irritación
espontáneamente; desde que un observador distis- mas fuerte los provoca ; pero cesan y uo vuelven
guido lia probado que las venas irritadas por una he cuando las propiedades vitales de la parle están ab
rida eran susceptibles de inflamación y de supura solutamente eslinguidas.
ción, no dudamos que un gran número de enferme Ademas de los sintonías cuya enumeración hemos
dades agudas ó crónicas del sistema circulatorio, hecho, el aneurisma es seguido de los fenómeno* que
enfermedades poco conocidas aun, no proceden de vamos ájesponer: la sangre no afluye lentamente al
semejante causa. Muchos aneurismas, si no nos enga saco uncüiismal, sino con una impetuosidad continua
ñamos, son de este género. y sostenida, que sigue les progresos del tumor. No es
Si consideramos ¡o que precede, lo que acompaña raro ij'úé la piel de que está cubierto lleguo á pouerse
y lo que sigue á la mayor parte de lo; aneurismas, encendida 6 inflamada, y se ha visto aun al tejido ce
nos veremos obligados á convenir que la inflamación lular esterior y á la arteria supurar ó ser presa de la
do la arteria en el lugar mismo de la dilatación, es gangrena. Estos accidentes no son consecuencia de la
por lo común uno de los fenómenos mas manilies* estension forzada de la piel, que so efectúa ü>n dema
tos, ya como causa , ya como efecto de la enfer siada lentitud , dependen de la inflamación que se
medad. comunica del vaso dilatado al tejido celular ¡umedia-
DE MEDICINA Y CIMJJÍA. — FRANK. 305
to. Por otra parte, la materia que trasuda del saco asiento: se le ve también salir de la vejiga bajo la
, aneurismal, y que hemos, considerado como un resul apariencia de una lombriz , de los bronquios bajo la
tado frecuente déla inflamación, es susceptible de de un tubo que imita la tráquea, y del ano bajo (a de
atacar los huesos y las partes inmediatas. Se han ha una porción de intestino. En ciertos casos es una masa
llado en un saco ancurismático de la aorta, osificado informe , densa , semejante ó diferente á la cavidad
en "diversos puntos, úlceras manifiestas, vestigios de que la contiene, formada de capas|membranosas sobre
nrnsion, que no s<» pueden atribuir siempre á la irri puestas, y mas sólida en el centro. El color do los pó
tación determinada por los puntos huesosos en los lipos varia según la antigüedad de la concreción y la
movimientos de la circulación. naturaleza de Ja secreción morbosa : ya es de un
Nosotros consideramos la inflamación de las arte blanco amarillento, blanquecino con puntos resplan
rias como causas de muchos aneurismas; pero no decientes, ya rojizo ó mezclado de estrias sanguino
pensamos que tenga siempre un carácter hipeieUéni lentas. La consistencia varía también, sagun la ten
co: la creemos las mas veces asténica y algunas veces dencia de la linfa á coagularse, la antigüedad del pó
es un*, afección puramente local. La tánica interna Upo, y según los vasos en que se forme. Hasta ahora
de la arteria inflamada , como todas las membranas no hemos descubierto vasos sanguíneos en los pólipos
que tapizan algún conducto, segrega una gran can do las arterias y de las venas : pero son muy visibles
tidad de materia puriforme. Este humor se deposita eu las falsas membranas, aunque sean recientes; hace
en su superficie , penetra en el tejido* celular de las muchos años que los hemos visto hábilmente inyectados
paredes del tumor aneurismal: su presencia aumenta c m el mercurio, en Pavía- la pieza anatómica está de
ni principio su blandura y su estensibilidad ; pero positada en el Museo médico de esta ciudad. La for
con el trascurso del tiempo les da mayor rigidez, de mación de los vasos sanguíneos es, pues, fácil en los
manera que la impulsión de la sangre basta para pólipos adherentes á la cara interna de los canales.
romperlas. No es tan sencillo como se creia antiguamente
Nosotros referirnos, pues, & dos causas los aneuris esplicar las concreciones de la linfa. Se ha dicho que
mas espontáneos que provienen de un vicio general. los pólipos sanguíneos provenían de la lentitud, de
Un médico de Roma lia indicado ya la primera , que la intercepción de la cesuciou ó de la circulación, de
es una inflamación esténica de la arteria, producida una disminución considerable del calor natural , del
por causas estimulantes que exaltan las propiedades contacto del aire. Los esperimentos ensayados con
vitales en una parte del vaso. La segunda es una fio esto motivo han enseñado que esta opinión no era
gosis asténica , determinada por causas debilitantes, fundada. En la asfixia por sumersión ó por cual
por un estímulo demasiado débil ó demasiado fuerte. quiera otra causa, el curso de la sangre está suspen
El aneurisma dependiente de un vicio local proviene, dido largo tiempo, y esto fluido no se coagula. La
ya de una lesión orgánica congénita del corazón ó de vena yugular fué ligada en sus dos estremidades en
las arterias , ya de uua alteración en el tejido arte un perro vivo, desprendida dél cuello é introducida
rial, producida por diversas causas. en hielo; la sangre se concretó; pero espuesta al ca
570. Pólipos —Ya hemos hablado en muchos si lor, volvió á tomar su fluidez, tile humor se coagula
tios de los pólipos del sistema circulatorio : comun mas fácilmente bajo la máquina neumática, que por
mente son resultado de otra enfermedad ; sin embar el contacto del aire. Sea lo que quiera de estas ob
go, cuando han adquirido todo su desarrollo, produ servaciones , la linfa se solidifica para reparar las
cen accidentes funestos, cuya causa han ignorado los pérdidas de los diferentes órganos, en virtud de las
antiguos. El nombre de pólipo viene de la semejanza mismas fuerzas vitales que conservan la fluidez de
de esta concreción con la especie de animal acuático los humores. Como existen enfermedades que se opo
«sí llamado, con la sepia octopcdxa de Linneo. No se nen á la nutrición del cuerpo, tales como la tabes,
debe confundir este pólipo con las vegetaciones de la la atrofia, el marasmo ; hay también otras en que la
membrana mucosa de ta nariz, de la faringe, de la materia nutritiva, la linfa afluye en abundancia, se
vagina, del útero, etc. deposita en un solo sitio sin destruir la forma y las
El pólipo que nos ocupa, es una concreción de lin funciones de la parte, y sin obliterar sus vasos; esto
fa coagulable, suministrada por una secreción morbo es lo que sucede qn la lisconia y en las intumescen
sa do los vasos , de los canales 6 de las cavidades; cias. En ciertos casos la linfa no puode coagularse,
concreción que estorba el curso de la sangre ó de los como en la muerte súbita ocasionada por un rayo,
domas líquidos: se forma en los vasos sanguíneos , y por uua contusión violenta sobre el epigastrio, etc.
en todas las cavidades en que se halla la linfa coagu En otros la sangre se condensa súbitamente en sus
lable producida por una secreción morbosa. Algunas vasos; por ejemplo, en el caso de gangrena. La flui
veces se estiende desde el punto do donde nace hasta la dez de los humores depende de las fuerzas vitales
cavidad inmediata: por ejemplo, desciende desde la que sostienen la circulación ; sin embargo , puede
pelvis de los ríñones hasta la vejiga, ó se dirige desde subsistir casi independientemente de la influencia
el saco aneurismático hasta el tubo de la arteria. vital, lo que se observa en la asfixia prolongada y en
Otras veces está adherente á la membrana interna , ó los animales congelados, aun después de la muerte.
uada en la sangre de que se halla rodeado. Su forma Asi es que la sangre puede coagularse á pesar de las
y su ostensión varían según el lugar que ocupa. Los fuerzas vitales: y permanecer liquida á pesar de su
pólipos del corazón pasan' común mente desde (a aurí estincion. Se lia dicho que esta coagulación depen
cula al ventrículo correspondiente, y desde estas ca día de la desuniou de las diferentes partes que cons
vidades i la arteria ó á la vena cuyas ramificaciones tituyen la sangre, á saber: los glóbulos rojos, la se
siguen. Desde el principio, el pólipo está blando , y rosidad y la linfa. Esta desunión es el efecto, no la
formado por una gelatina movible: por la acción del causa; por otra parle, no puede ser nunca bastante
conducto que le encierra ó de la sangre que le baña, grande durante la vida para determinar la formación
so aplica en capas laminosas concéntricas , bajo la de pólipos , sin el concurso de ninguna otra causa.
forma do membrana, sobre las paredos de las arterias, La linfa, para reparar las pérdidas de los sólidos, no
de las venas, de los senos cerebrales, de la tráquea, parece que necesita separarse de los otros principios,
de los bronquios, del canal digestivo. Otras veces se ni condensarse en el lugar en que está depositada.
No sucede lo mismo con las concreciones morbosas
de este humor, con la formucion de los pólipos : si se
.Á/.í tnv t<f
una secreción viciosa de lu linfa, como i Pero la. prédica está lejos de confirmar el valor de
en las inflamaciones locales, confesarnos francamente estos salomas; se manifiestan algunas veces durante #
nuestra ignorancia sobre la causa de este fenómeno. la vida, y lu autopsia cadavérica no demuestra el me-*
Las causas ocasionales no obrau por una acción quí- ñor vestigio do pólipo; otras veces faltan totalmente,
mícu, pee el .oxigeno, el alcohol , e| ¿cjdo inmoral y se hallan después de la muerte, y aun en las cavi
que contienen, ni por los principios contagiosos, dades izquierdas y derechas, pólipos duros .y volumi
venenosos, que llevan á la economía, sino que obrau nosos. Ademus, la mayor parle de los síntomas del
irrilando Jos sólidos. Si síncopes reiterados, la asfi aneurisma, del liidrotóiax, de la hidropesía del peri
xia, una viva impresión de terror ó de temor, un es cardio, de la adherencia do esta bolsa membranosa
calofrió febril , intenso y prolongad?) , e' escalofrió con ej corazón, se confunden con los que acabamos
do la liebre álgida, un aneurisma, varices, la fuerte de esponer. Cuando cxis|e nn gran número de estos
compresión de una arteria, la constricción prolon signos, siempre oquivocos, y fallan los principales ca
gad.! de un miembro, la ingurgitación de Jo§ pul • racteres de las afecciones que acabamos de nombrar,
monos , el embarazo de la circulación pulmonar, la se puede sospechar, sin afirmar nada nunca, la pre-
acciioi del aire frió sobre una herida , sobre el ó Uto saucia de concreciones poliposas cu las arterias ó en
á consecuencia dej parto, pueden fiar lugar á con el corazón.
creciones linfáticas ó pólipos, y es necesario acusar á Los pólipos de la misma naturaleza, que tienep su
la irritación que precede, acón paña ó .sigue á estas asiento en otras cavidades, son mucho mas frecuen
prcteudidas causas. tes y mejor conocidos, llespuus do la hemoptisis so
Los. que liau sostenido que la furmaciou de los pó forman comunineute, en los bronquios, pólipos que
lipos no podía tener lugar durante la vida, sino so- ¡mitán su ligura, y que parecen ramificaciones arte
laincnLe después de la muerte, lian ido demasiado riales ó tubos, cuando desaparece la sangre que for
lejos, aunque esto sea cierto en un gran número de maba su núcleo. Algunas veces , por un feliz suceso,
conercaioues linfáticas, que se bailan «u el cadáver, el enfermo los especiara, como arroja las falsas mem
en el corazón y en las arterias. La exis;encía de póli branas eu la angina laríngea. La hematuríu es se
pos en el hombre vivo está demostrada por los que guida del mismo accidente; se observan las mismos
encierra el saco aneurismal; cuando sus latidos ce fenómenos en los ríñones, ou los uréteres, y algunas
san, se les reconoce comunmente al tacto, y por los veces eu la vejiga. Kstas concreciones son largas,
accidentes que se declaran cuando su dirigen a la ar coloradas de diverso modo, de una consistencia va
teria; en lio. la operación quila todas las dudas. Si riada; puedeu ser buceas, tubulosas , dejando Jibre
se liga una arteria en dos puntos eu un animal vivo, naso á la orina, y salir de la vejiga, du la uretra, bajo
se forma en poco tiempo un pólipo entro las dos li la apariencia de vermes. Sa forman también pólipos
gaduras; se observa el mismo feuóuieuo después de eu el estómago ó |os intestinos, á consecuencia del
lu amputación del patajú, cuando se rodea esto miem vó.nito de sangre, y «n ei útero, eu las primerizas,
bro de un vendaje apretado. La colección de sangre después del flojo 'do los loquios : su presencia en
en la vejiga, en lo» bronquios, á consecuencia de la estos órganos ocasiona graves accidentes.
heinalui iu, de la hemolisis, da lugar comunmente á 571. ÜNPEUMKOAOKS UE LAS VENAS. — LilS VollUS
concreciones poliposas, que son espelidas algunas ve están sujetas i ias mismas enfermedades que las ar
ces con mucha dificultad. Xo so puede dejar de con terías, aunque-sus afecciones no presouten los misinos
siderar al pólipo como la verdadera causa de |a en síntomas. La existencia de nervios eu el sistema ve
fermedad cuando los síntomas y la autopsia cadavé- noso está, convenimos en ello, menos (nubada aun
lica no descubren otra, y se halla eu el cadáver una que en el sistema aiturial ; en los diversos esperimeu-
concreción dura, seca, casi tendinosa, y muy udhe- |os, las venas uo dan señal alguna de sensibilidad ni
rente á la cara interna del corazón ó do la arleiia. de irritabilidad, Sin embargo, beuios visto á estos
A pesar de lo que acabamos do decir, el diagnósti vasos llegar á ponerso uianiieslamente dolorosos en
co de los pólipos es demasiado oscuro para alternar, una joven que esperimentaba todos los meses una
sin temor de errar, su existencia, por la de los sín bimiiu/.un considerable de la satenu interna sobre el
tomas. Los principales signos de su presencia, según maleólo, lo que reemplazaba al flujo uterino; en hom
los autores (1), son: una dispnea que aumenta al me bres atacados de infarto de las venas espei niáliras,
nor movimiento; estrenieciniienlos; palpitaciones de oufermedad impropiamente designada con el nombre
corazón; un dolor espasuiódicu en la región de este de ciisocole; eu estos diferentes casos el dolor no
órgano ó deb.ro del esternón; latidos violentos de ¡as podía ser refeiido a las partes inmediatas,
carótidas y de las subclavias; la bincjiazun del brazo la scnsiuilidad de las venas esla demostrada po
izquierdo: el pulso es apenas perceptible en este miem inflamación que se apodera de ellas espouláue
bro; pequeño, raro, vibrante, pero sobro todo, desigual sobre todo á consecuencia de lesiones esternas. La
ó intermitente. Ll enfermo cree oir el ruido de un inflamación de la cara interna de estos vasos piuduce
líquido que cae del corazón; esperimenla lipotimias, los mismos efectos que la de otros órganos: prurito,
sincopes frecuentes-, y el edema se apodera de sus ardor, dolor, tumores oblongos semejantes á una
pies. Se ha dicho que cuando el pólipo ocupaba las cuerda estirada ó llena de nudosidades^ abscesos, y
cavidades derechas, lo que sucede con mas. frecuen endurecimiento ó adherencia de las túnicas. Lslos
cia, según se ve á la abertura de los cadáveres, el fenómenos oslan probados por las obser vaciones de los
pulso era vibradle ó I menos bastante fuerlu, y olgu- modernos y por la abertura de los cuerpos (!)•
nas veces frecuente; las venas yugulares oslaban dis I'ero como las membranas de las venas pon mo
tendida^ y tluctuanlos; la cara encendida, lívida, con nos espesas que las de las arterias, y su calibre mas
sopor, y amenazaba la apoplegia: que cuando las con grande, relativamente á la fuerza de sus puedes;
creciones tenían su asiento en las cavidades izquier como el sistema veuoso está menos sometido á la
das, se observan los signos de la ingurgitación san influencia del corazón, y la sangre ciicüinlru aquí
guínea de los pulmón. s, la dispnea, Ja tus, la hemo en su cuiso un gran número de obsláculosdopeiidien-
lisis, el pulso oscuro, débil, irregular, intermitente. tes de su propio peso, contra el que sube, de coi1

t Víase el Diccionario de Medicina v de Cirujía practica», arf).


culo J'úupos, T. XIII, f. 4-ltl.
v.- 1 • ■
DE MEDICfflA V CIRWÍA.-mFRANK. 307
tracciones ó de la ¡aacciuu prolongada de ¡os músculos, vena, lu sangre penetra hacieudo un ruido particular
embarazos de la circulación, diversas causas morbo* en este vaso, que late como la arteria misma, lo que
sas; la.s venus están mas espuestas que las arterias á coustituye el aneurisma varicoso de que liemos ha
dilataciones sin término. K.las forman, en uno ó mu- blado. Cuando el tejido celular adyacente es*Uojo, el
ehus sitios, tumores que van siempre creciendo, saco varicoso se agranda con facilidad, hasta que la
circunscritos, desiguales, blandos desde el principio, distensión ó ia irritación producida por el liquido es
qu- ceden á la presión, per ' elásticos, sin latidos, y tancado en su cavidad da lugar al dolor y á la inlla-
exentos ordinariaunuito do dolor : la sangre' que los | mauon. La vena inflamada segrega un humor puri
forro» (es da un color azulado rojizo, negruzco. Estas forme que se estieude al tejido celular inmediato, for
dilataciones venosas llevan el nombre de varices. ma un /a/so absceso, establece adherencias entre este
Las varices tienen su asiento en el intervalo de las tejido celular y las paredes do la vena, que aumen
oáívtduí ; pero afectan igualmente las venas que es tan asi de espesor y de densidad. La adherencia
tán desprovistas do ollas , eomn el sistema de la vena puede aun comprender la piel, cuando la vena es
porta , [as venas uterinas, pulmonares', cerebrales, subcutánea. La piel, largo liumpo distendida, endu
las iodos compueslus de les mas pequeños ramos: recida, callosa, aliénele, participa de la idlamacion,
son únicas ó múliiples , nudosas ú oblongas. Las y llega á sor el asiento de una úlcera ddícjl de cu
varieos ocupan las mas veces las piernas j los pies* rar, cuando la vena cae en supuración. Algunas ve
sobre lodo en los mujeres en cinta, en las que lian ces, por el sulo efecto de ta distensión, ó con oca
tenido ya hijos, en los mozos de cuerda y en los que sión de uua violencia estertor, las varices se rompen,
acostumbran montar á caballo. Se las uhserva en las la sangre so derrama en el tejido celular subcutáneo,
pajlM genitales de la mujer come del hombre, en la lo que constituye los equimosis; otras veces, ta piel,
eslremidad del recto, en la córnea opaca, en bis la demasiado adelgazada, se abre al mismo tiempo, y
bios, y en la bóveda del paladar. Todas las toaos son deja correr uua sangre negra; esta beiin.i ru*i i alivia
susceptibles de la dilulucioti vurieosa. Eatre tas v .ri al oiifenuii, ó lio lo ocasiona uiuguii accidente úlites-
cos internas se observan las do la sustancia cortical lo; puro le hace correr los mayores peligros cuando
del cerebro, del cerebelo, de los plexos coroides, de es escesiva. Lii |h ruptura de las varices internas, la
lu tilingo, del evófago, del estómago , de los intesti gravedad está cu razón de la cantidad de sangre que
na, do la vejiga, do la uretra, del útero, de la va vierten y del lugar en que se efectúa el derrame do
gina, de la cara esterna del corazón, ydjl paréuquiina esle liquido; se ven sobrevenir los acódenles quo si
de los pulmones, • guen á la ruptura de los aneurismas internos, puro
Los sintonías que acompañan ¡i las varices difieren marchan ordinariamente con mas lentitud, En cier
según la importancia de la vena, su calibre, su situa tos casus, la sangre contenida en su cavidad so«con-
ción, sus divisiones, según la antigüedad, el volumen vieite en una masa densa y poliposa. Las varices es-
\ ia eslensiüii del tumor varicoso, y relativamente á periuientan eutoiiíes cuinliios, llegan á ser oblongas,
las r.au-us de esla afección. Los sintonías, sensibles y i «si no ceden a la presión del do lo ; la compresión
en las vanee:, esternas, seu oscuros en lus internas, de las fiarles subyacentes aumenta , asi como la leu-
cuya terminación es comunmente funesta. Las vari sioii, la dareza, y el desaseo de la piel, sujeta á fre
ce* constituyen ordinariamente una enfermedad se cuentes erisipelas, que se añaden á estas alteracio
cundaria, ottjs causa reside en partes lejanas ó in nes. Una inflamación intensa, determinada .comun
mediatas; pueden proceder también de un vicio local mente por ia corrupción de la materia estancada en
ó general algunas veces del sistema venoso , de una el saco varicoso, puede producir una úlcera profunda,
disposición análoga á la del sistema arterial en los rebelde, que ataque al hueso y pase fácilmente á la
aneurismas. La dilatación varicosa de un tronco con gangrena.
siderable hace difícil la circulación en los ramos in 'J ales son los accidentes que acompañan á las va
mediatos, que se dilatan á Sil vez, lo (pie forma una rices estonias. Las varices iuteruas, como hemos di
red varicosa , y produce ficilmenlo la hinchazón ede cho, no tienen signos ciertos: sin embargo,' so
matosa do la parte situada por debajo. Cuando las debe sospechar su existencia cuando se ven ven ís
val-ices ocupan uu conducto escrct.ir angosto, el cue varicosas sobre una parí s inmediala á uu órgano
llo de la vejiga, ó la uretra , interceptan el paso de los interior, y que es asiento do una nfeceion que no
líquidos en todo ó en parte, algunas veces periódica se puedo atribuir á ninguna otra causa. Hemos ob
mente, fci tienen su asiento en la garganta, en el servado a menudo, en los viejos, la comea opaca
esófago , se oponen al paso de los alimentos; si en cubierta de venillas varicosas, con síntomas que ha
el auo, la esorcoioii de las materias fecales es difícil cían temí r una afección soporosa, ó una apoplegia;
ó se suprime. Hemos visto á menudo en las varices hemos deducido que existían varices en el cerebro,
de la* vagina, que la unión conyugal ha ocasionado como en el ojo. En la dísfagia, en la cardialgía, en
dolores, y aun hemorragias. Las que ocupan la cara el vómito cróuico, algunas veces en la hemaleinesis,
interna de las visceras huecas la hacen desigual; au sobie lodo cuando la marcha de estas afecciones es
mentan la tensión , la sensibilidad de la membrana periódica, y no so halla otra causa que sntisfasa, se
mucosa, y determinan una inllanmcion crónica cuando puede, sin temor de separarse mucho de la verdad,
la ingurgitación es considerable. Su presencia en los referirlas al estado varicoso del exófigo , del ostó-
bronquios ó en la tráquea, oeasiona la dispnea, la tos; mago, si la faringe presenta un gran número de va
en la vejiga, la incontinencia y la retención de orina; rices. Lu los cólicos, las tensiones del bajo vientre,
en el estómago , uu vómito cróuico; en el recto , un so acusará con alguna razón al mfarlo del sistema
prurito y un tenesmo continuos. Las varices volumi venoso abdominal, si no existo otra causa do la en
nosas distienden y comprimen las partes blandas in fermedad, y si lus venas h ¡morroidales están tumefac
mediatas , y producen accidentes variados. Cuando tas. Si en esta última circunstancia, sobreviene una
tienen su asiento en el cerebro , el cerebelo, la mé L inconliiiencii do orin'a , ó una disuria-, se atribuirá
dula espinal , ó en el origen de los nervios que parten la causa al estado varicoso, ó ul menos n un infurto
do ellos, resultan neuralgias, vértigos, parálisis, ó un sanguíneo de la vejiga, ó del cuello do esta viscera.
adormecimiento morboso. -Un tumor varicoso coloca Ll diagnóstico adquiere mavor grado de certeza.
do sobre una
308 BIBLIOTECA ECONÓMICA
celoca todo lo que impide, dnrantc mucho tiempo ó chazon edematosa de la estremidad afectada , con
diferentes veces, la vuelta de la sangre al corazón. color livido, y algunas veces dolores demasiado in
Ona debilidad congénita del sistema venoso en todo tensos ; las venas , habiendo perdido ¡i causa de la
ó en parte, y la estatura muy elevada, disponen á esta inacción su elasticidad y su resistencia, se distien
afección. Las causas que pueden retardar el curso den, y sin el auxilio de uu vendaje circular , impiden
de la sangre en las venas, comprimir estos vaso*, co los movimientos de los músculos.
mo un vendaje circular, é interceptar la circulación 372. Pronostico.— Después do lo que hemos di
en una parte, son innumerables. Un becho bastante co cho en los párrafos anteriores, ts fácil concebir el
nocido es el del embarazo, el cual ocasiona comunmen pronóstico délas enfermedades dé los vasos, tales
te el estado varicoso de una ó de ambas cstremidades como la inflamación, los aneurismas, los pólipos, las
inferiores ; estas varices desaparecen después del palpitaciones y las varices.
parto; pero si se renuevan en los embarazos siguien Pronóstico del aneurisma. - El aneurisma inter
tes, persisten por último , mantenidas por la debili no, bien comprobado, no es susceptible de curación:
dad local que ellas mismas lian acarreado. Un tumor por lo tanto nos será permitido suponer que los que
cualquiera produce igual efecto en las venas inmedia- pretenden haberlos curado , los han equivocado con
tns: por eso los exóstosis, los tubérculos pulmonares, afecciones de muy'distinta naturaleza. Cuando la ter
los infartos glandulosos , los escirros , los tumores minación es funesta , el enfermo sucumbe á conse
enquistados, etc., se ven rodeados de plexos varia- cuencia de nna hemorragia, súbitamente ó eu el es
cosos. Las obstrucciones de las visceras , la presen pacio de algunas horas; á consecuencia de la gan
cia de las materias fecales endurecidas en los intes grena del órgano, en el cual está la circulación in
tinos gruesos, ocasionan do ordinario infartos varico terceptada por la compresión; á consecuencia de los
sos considerables en la márgen del ano. El infarctus dolores de que se acompaña el aneurisma; á conse
del pulrffon, las diferentes causas capaces de fatigar cuencia de de la sofocación, de la hidropesía, ó de
la respiración, determinan frecuentemente la dilata la hemoptisis, ocasionadas por los obstáculos que im
ción aneurismática de las cavidades derecbas del co piden al corazón recibir y espeler la sangre. Los in
razón. En los esfuerzos prolongados del canto y de dividuos jóvenes y robustos perecen mas pronto que
la declamación, las venas yugulares, las de la cara y las persouas débiles y de edad avanzada; los hom
las del cerebro, se hinchan, y muchas veces resultan bres mas que las mujeres: el aneurisma varicoso no
de aquí accidentes cerebrales muy graves. Las con ofrece mucha gravedad. Los aneurismas estemos,
tracciones musculares espasmúdicas y sostenidas, cuando no dependen de una causa interna y son
los esfuerzos reiterados para llevar fardos, etc., pro accesibles á los socorros quirúrgicos, pueden curar
ducen el estado varicoso de las venas comprimidas se, siempre que otros \asos puedan contribuirá la
durante estos movimientos. La distensión escesiva nutrición del miembro.
del estómago , de los intestinos, por los alimentos, Pronóstico de los pólipos.—El pronóstico de los
ó por llatuosirtades, debilita la resistencia de las ve pólipos, complicados frecuentemente con los aneu
nas (que reciben la sangro de estos órganos . y di rismas, es tan incierto , como oscuro es su diag«
ficulta la circulación cu estos vasos : pero los es nóstico. Los que se forman en el corazón ó en los
pasmos y los do «res obran con mayor eficacia vasos gruesos, se endurecen con el trascurso del
aun, para impedir la vuelta de la sangre hacia el co tiempo, y no conocemos remedio alguno capaz de
razón. En el escalofrió febril prolongado , ó en un fundir semejantes concreciones. Cuando el pólipo pasa
profundo terror, los vasos de la piel, comprimidos, se desde el saco aneurismático al vaso , intercepta la
aplanan, la sangre no circula mas que por los trun circulación, hace correr los mayores peligros, y aun
eos gruesos ó interiores , lo que ocasiona grande ocasiona una muerte súbita.
ansiedad. Los corsés, los vestidos estrechos, y las li Pronóstico bb las palpitaciones.—Las palpita
gaduras apretadas, entran igualmente en el número ciones no son peligrosas, á no ser que dependan de
de las causas de las varices; hace algunos años que un vicio orgánico del corazón ó de los vasos, ó de la
vimos en un jóven robusto una variz muy gruesa, presencia de los pólipos. Las que se acompañan de
ocasionada por los botines demasiado ajustados. Los tos, de dispnea , de sincopes , y de la palidez de la
intestinos, encerrados en un saco hemiario, oprimi cara, merecen la mayor atención ; su pronóstico va
dos por mucho tiempo por el anillo inguinal, sin ser ría, según su causa. Algunas veces se disipan las pal
estranguladle, presentan varices con frecuvncia. To pitaciones de corazón por la vuelta de la gota , de
do lo que puedo debilitar los movimientos muscula una enfermedad cutánea, del flujo hemorroidal, por
res, tan necesarios á la circulación de la sangre ve la espulsion de los vermes intestinales, etc. Algunas
nosa, tal es la inacción; todo lo que puede disminuir personas conservan esta afección por toda la vida,
por alguu tiempo, ó debilitar la acción del corazón sin que su salud se resienta ; pero, en general , los
y de las arterias sobre el sistema venoso ; todo lo que que son atacados de esta enfermedad desde muy jó
puede producir un estado de debilidad en las venas venes, rara vez llegan á contar muchos años.
de una parte; por ejemplo, una contusión, una con Pronóstico oe las varices. —Las varices ester
moción; y en lin, lodo lo que puede atraer la sangre nas poco voluminosas , simples ó ¡dependientes de
sobre estos vasos, como (os pediluvios, los enemas causas locales , constituyen por sí mismas una afec
calientes, el abuso de los brascrillos de que se sir ción de poca importancia. No obstante, cuando se
ven las mujeres en el invierno; todas estas causas, las descuida, adquieren por lo común un volúmen
dan lugar á las vafiecs. Lo propio puede decirse de considerable, y dan lugar á hemorragias algunas ve
la iucurvaciou habitual del cuerpo, pues también sir ces mortales, y á úlceras malignas. La gravedad de
ve de obstáculo á la vuelta de la sangre. El estar de las varices internas , aun cuando pueda establecerse
pie, y la equitación prolongada, ocasionan comun el diagnóstico, varía según c) lugar que ocupen, se
mente varicesen las estremidúdes inferiores, y au gún su causa y su ostensión. Su terminación es la
mentan el volumen de las que 'existen. Los que se misma que la del aneurisma. Por lo demás, el pro
han visto obligados a hacer cama durante mucho nóstico de las varices es también relativo ó la enfer
liempo á causa de una fractura, de una luxación, de medad de que son síntoma. -
dolores de gota, etc., esperimeutan en los primeros 573. Tratamiento.—Del ane
dias que tratan de tenerse de pie y andar, una hin- 1 Los vi irgánicos del corazón
DB KIMONA T CIRÜIÍA.—FRANK. 309
inaccesibles por .lo general á nuestros socorros. El das lastsscreciones, y prescribiendo laxantes suaves.
arte se limita á moderar los síntomas y á retardar en El edema de las estremidades , tan frecuente en esta
cuanto sea posible la terminación fatal. enfermedad, no se opone siempre á h sangría, y aun
Cuando la enfermedad es esterna, la cirujía es mas muchas veces se disipa cuando se ha restablecido la
feliz en su tratamiento: algunas veces, sin embargo, libertad de la circulación. No obstante, un estado de
es mantenida por una disposición genera), que elude debilidad considerable, con tendencia A la hidropo»
los medios curativos. Pero las afecciones esternas no sía, contraindica el uso de este remedio, muy sospe
son de nuestro dominio. choso en esta triste situación: se han visto perecer
Aunque el tratamiento del aneurisma ofrezca poca á personas que padecían un aneurisma antiguo, en
esperanza de éxito , no se debe renunciar á 61 ; y es el mismo acto de sangrarlas , ya de uniquilamwnto,
preciso dedicarse á descubrir las causas de la enfer ya por la ruptura del saco aneurismático, á causa de
medad. Si proviene de la sífilis, del escorbuto, de las la aceleración de la circulación. Cuando so trata de
escrófulas, etc., debemos dirigir Inuestros primeros moderar los síntomas , se puede sustituir por las
auxilios contra estas afecciones. Como algunas veces fricciones con un lienzo basto en las estremidades in
traen su origen los aneurismas de la inflamación lo ferióles , ó por los pediluvios tibios. El opio, nocivo
cal de la arteria , hay que emplear los anliflojísti- en el principio, es útil en los últimos períodos, co
cos, cuando el enfermo lia estado sometido á la ac mo oscitante del sistema sanguíneo, para calmar los
ción de una causa esterna ó interna , capaz de pro accidentes, agravados de ordinario por una afección
ducir esta flegmasía. Aun adoptando la teoría vulgar deprimente (leí alma. Nosotros despr jamos como
que hace depender todos los aneurismas de la debi ineficaces y ridículos los remedios aconsejados para
lidad de la arteria dilatada, se ha convenido , sin em atenuar la sangre demasiado espesa , 6 vara espe
bargo, en que un régimen tenue, el reposo del cuer sar la sangre demasiado tenue, pues se han supues
po y del espíritu, Ijs sangrías repetidas , y los medi to gratuitamente estos dos estados conirarios en el
camentos antiflojísticos , constituyen el método mas aneurisma. El empleo de los alterantes no está me
ventajoso, aunque sea en una época avanzada de la jor fundado, á no ser que so conozca la naturaleza
enfermedad. Hemos tenido ocasión de observar algu del vicio humoral que so considera como causa de
nos casos de picadura dc'la arteria al practicarse la la enfermedad. Nada prueba tampoco que los astrin
sangría; entonces se ve que, llevada esta evacuación gentes conserven en la masa de los humores sus
hasta el síncope, y aplicando una simple com propiedades ; pero ora obren en virtud de las rela
presa sujeta por un vendaje circular , que rodee el ciones simpáticas del estómago, en donde son reci
miembro, se previene la formacion'delaneurisma. Pa bidos, ora lleven su acción estimulante á todas par
ra conciliar el método antiflojístico con la antigua tes, y suponiendo una debilidad local en la arteria
teoría , algunos hombres ilustrados hacen consistir afectada, no conocemos ningún remedio de osla
las principales indicaciones en disminuir la acción clase , que, limitando sujinflujo al sitio enfermo, no
del liquiap sobre los vasos, y en aumentar la reac produzca daño en toda la economía.
ción^ de los vasos sobre el líquido. Muy fácil es [com 574. Tiutamie»to de los pólipos. — El diagnós
prender cuan opuestos son estos dos objetos: nosotros tico de los pólipos os demasiado incierto para que
no concebimos cómo pueden satisfacerse en el aneu los remedios á quiones se atribuye la curación de
risma interno. En el eslerno, producido por causas esta enfermedad merezcan nuestra confianza. Las
violentas, en un hombre robusto y bien nutrido , es concreciones de esto género, reconocidas al hacer la
tán indicados los debilitantes y las sangrías; después autopsia, prueban por su misma existencia lo impo
de haber calmado la irritación local , la compresión tente de los medios empleados para combatirlas. Cuan
ejercida sobre el tumor es seguida por lo común de do la linfa de que son formadas no se ha organizado
éxito. Nosotros hemos visto un aneurisma verdadero aun, ni provisto de vasos, y está incorporada á la
de la arteria braquial, que sobrevino á consecuencia parte en que se está formando ; y cuando esta con
de una sangría, y que igualaba á un huevo de gan- serva su energía vital , puede esperarse la resolución
sa:\se aplicó sobre el tumor arcilla amasada con vi de la concreción poliposa: este teuómeno se efectúa
nagre oscilítico , teniendo cuidado de renovdr esta por el trascurso del tiempo, y es producido por esa
masa cuando se secaba. Al cabo de tres meses, redu misma energía vital que el arle ó un movimiento fe
jo al aneurisma el uso de ese medio al volumen de bril puede hacer mas activa. Pero si el pólipo partici
una nuez; pero la mujer que le padecía, impacienta» pa de la vida general, y está identificado con los ór
da por la lentitud del remedio, y habiéndole susti ganos cuya cavidad llena, ó flota en su interior, de
tuido, por consejo de un empírico, por unturas oleo manera que estos no pueden obrar sobre él, no cono
sas , adquirió el tumor un nuevo acrecentamiento cemos ningún remedio capaz de destruirle , á pesar
hasta un volumen enorme. En el aneurisma interno do los menstruos elogiados para arrojar las concre
no se pueden emplear semejantes remedios, ni ejer ciones linfáticas fuera de la maquina viviente. Dedi
cer ninguna clase de compresión, ni hacer ninguna quémonos , pues, á la investigación de las causas.
aplicación de tónicos , sin aumentar la acción de los Si el pólipo depende de la lentitud ó de la suspensión
líquidos sobre los vasos , oscilando al mismo tiempo de la circulación , se presentan al módico dos indi
la raaccion de los sólidos sobre los líquidos : es im caciones: la de prevenir su formaeion , apartando h.s
posible detener el movimiento de la sangre en tanto causas, y la de combatirle desde el principio , apre
que se provoca la estrechez de la arteria dilatada. surándose á evacuar los humores que principian á
Se ha ensayado la compresión en los aneurismas de coagularse. Los humores acuosos estancados cu las
las grandes arterias internas , cuando el tumor so cavidades, depositan en los órganos|, ó cu el fondo tkl
bresalía en el cuello, ó por entre las costillas; pero vaso, cuando se evacúan, un gluten animal, que es el
casi siempre ha tenido fatales consecuencias. En es principio do las concreciones poliposas. A consecuen
tas tristes circunstancias, nuestro único recurso con cia de las inflamaciones internas, muchas veces lis
siste en el uso de los medios propios para disminuir paredes del órgano afectado están cubiertas de un
la acción del corazón sobre el saco aneurismático; y humor puriforme; otras se evacúa este humor per
esto se obtiene a beneficio de sangrías reiteradas, de las orinas, y constituye su sedimento; es una linfa
alterada por la inflamación , que> un resto de fluidez
310 ne.
bentes; pero que no es susceptible de asimilación: con frecuencia ol hidropeiícurdias ó el üidrotornx.
su espulsion por las orinas, por las cámaras, ó por No, deben calcularse las fuerzas rtef enfermo por li
los sudores, á cuyas escreciones da un caráctej' de plenitud ó por el desarrollo de su pulso; y algunas
viscosidad , proviene las obstrucciones , las adheren veces, á pesar de la debilidad, la sangría es el único
cias de las visceras la irritación de los vasos y las recurso.
metástasis. Si el arte ofrece algunos recursos, debe 576. Tratamiento ds ms varices i.nternas.—
combatir desde luego las causas que favorecen la A nosotros no nos loca hablar de las varices ester
coagulación do la linfa, evacuar enseguida por los nas , porque son del dominio de la cimpa. Ya lie
emuntorios convenientes, ya estilando, ya reprimien mos confesado cuán difíciles son el diagnóstico y lo
do la«ccion del corazón, los primeros rudimentos de curación de las varices internas. Si nos remaníamos
las concreciones , ariles de que hayan perdido com á sus causas, veremos que son mas comunmente sin
pletamente su fluidez. En los pólipos dependientes del tomáticas, y que los medios curativos deben dirigir
éxtasis de los humores, debemos administrar reme se contra la enfermedad esencial. Las indicaciones
dios escitautes, variados según la Causa que produce que. hay que satisfacer en las varices internas, con
ol obstáculo de la circulación; hay que prescribir la sisten en destruirlos obstáculos que se oponen á la
infusión de árnica, de serpentaria, ligeras dosis de vueltu de la sangre, en corregir la debilidad de las
álcali volátil, de alcanfor, de mercurio, de antimonio; venas dilutadas por medio de aplicaciones tópicas,
se obtienen buenos efectos de los diuréticos , tales aproximadas cuanto sea posible á estos vasos. No
como una disolución de sal vegetal en vino del Rhin. siempre es fácil llenar la primera indicación; y en
ó en el jugo de perejil y dule.ilicada con miel , de za tonces se debe tratar de satisfacer la segunda. Se
nahoria', el agua de cal, y el agua marcial. Si el pó combaten desde luego los síntomas mas urgentes; por
lipo es el resultado ilo una flogosis de los vasos, de ejemplo, la retención de la orina ó de las materias
una liebre inflamatoria, ó si ocasiona los mismos ac fecales en los rasos de varices hemorroidales, eslra-
cidentes que el aneurkmia ; debe emplearse el método yendo la sangro -do las venas esternas, que comuni
antiflojislico, que acabamos de aconsejar, observando can con las profundas. Esta sangría, practicada con
las mismas procauciones. la lanceta ó por*lncdio de sanguijuelas, disminuye
,'i7:i. TRATAMIENTO DE US PALPITACIONES. — HCOIOS la presión, la tensión , la irritación ; establece la li
indicado ya en parte el método curativo que convie- bertad de los conductos escretores obstruidos por las
• ne en las palpitaciones del corazón , al os poner el varices , y procura, en lin , un alivio momeutáreo,
trilamionto del aneurisma y de Ios-pólipos, de donde durante el cual, se tratará de destruir la causa pri
comunmente traen su origen. Pero pueden ser pro mitiva. Satisfecha esta indicación , se remedian los
ducidas por tantas causas, son con tanta frecuencia efectos de las varices y la debilidad de los vasos, con
sintomáticas , que lo indicación se deduce mas bien un régimen conveniente , con el ejercicio, las fríc-
de la enfermedad principal ¿ que del carácter de las cionesrla posición de la parle afectada, y por último,
palpitaciones (r). No hablaremos aquí mas que de con los tónicos.
las palpitaciones esenciales : si provienen de un es
ceso do fuerza ó de irritabilidad en el corazón , re 2. 9 —Generalidades sobra los flujos sanguíneos.
claman el método debilitante; pero siempre debe
tenerle en consideración la naturaleza desús causas. 577. Acabamos de esponer las enfermedades pro
Las mas á propósito para oscilar fuertemente las con ducidas en o! sistem a circulatorio sanguíneo por la
tracciones del corazón, son todos los estímulos apli alteración de la sangre: [jasaremos ahora á tratar de
cados á los órganos de la circulación , y aun. la mis los flujos sanguíneos, reservando para otra parte de
ma sangre, ya por su impulsión , ya por su canti esla obra las enfermedades del sistema linfático.
dad, lis, pucsj vont,:j so prescribir un régimen te Definición.—La definición de la hemorragia está
nue, las bebidas frías, un aire fresco, el reposo, las comprendida en la deünicion general de losflujos(48S).
sangrías, los pediluvios y los laxantes suaves, im Cuando la sangre se escapa en pequeña cantidad, go
porta también reproducir los flujos sanguíneos , na ta á gola y sin violencia, se le ha llamado stillicidium
turales ó habituales, por medio de la np/ioacioii de sanguinis: cuando sale en abundancia, con rapidez,
sanguijuelas al ano, á la vulva, tí la nariz; remover con! ímpetu, bien que se derrame al estertor, bien
los obstáculos que impiden el libre curso de la san que se deposite en alguna cavidad, se llnmn Itemor-
gre en una parle ; y corregir, en fio, ó espcler los ragia. Si se estravasa. en el tejido celnl jr subcutáneo;
humores irritantes. Cuando las contracciones convul en donde por sil estancación se altera el color do la
sivas del corazón dependen de un esceso de debili piel, so forman manchas y wjuimosis; entonces es urt
dad ó de sensibilidad, se recomienda, sin per flujo sanguíneo circunscrito, lo mismo quo en las pe-
der do vista las causas, el método coi roborante , un tequias, en las manchas escorbúticas; las cuales he
régimen nutritivo, el vino generoso, el cocimiento mos sepaiado de la clase de los flujos, apoyados en
de qukia'(y) con el elixir vitriólico, los marciales, ó razones poderosas.
el opio, el almizcle , ol éter vitriólico, la asafélida, i¡78. Mocho de lo quo hay que esponer en las
la raiz de valeriana y las sales volátiles En ertos gnnoralHades, encontrará un lugar preferente en.ln
casos no debe prescribírsela sangría, |jues acarrea descripción de cada flujo sanguíneo en particular;
vamos, pues, á ser muy breves en estos preliminares
ti) Víase i J. Bouillaud, Tratado clínico de las CBfermciladfs para tratar en seguida do las diferentes especies de
hemorragia. Aunque ol flujo menstruo parece mere
■Icl coraion; l'arls, 1M1 ,1. IT. p5g.601.
cer ei primer lugar, á causa de sus frecuentes desór
COCI.NIEPtTÜ OE (jUINA. denes, relativamente á sus épocas y á su cantidad,
prefer&neS'Olro método, segur/ el cual hablaremos
n. (Juina selecla. uin ouia=:.iO erara. sucesivamente délas hemorragias de la cabeza, del
lla«rasc hervir en pecho, del abdómen, de las vius ufinariasy y por úl
Agua cuiuun, una iiirra=5viO graai timo-, de los órganos genitales.
A nono onzas (250 gram.) de coladura, añádase 579. Especies.—Lo que hemos dicho achica délos
Jarabe de quina; una oma=S0 gran ■*' ■ flujos en general.es aplicable á los flujos sanguíneos
Méaclese. •'"> " *■ ■ « ,! " h ■"■> en particular. En efecto, las causa9 de las hemorrai
DE MEMOII»! T ClMJíU.— FHANK 311
gias pueden ser internas ó esternas, simples ó com- tuebcoiicia, y por la rubicundez de la parte que ha
¡mestas; puedon consistir en un pisto primitivo de do suministrar la sangre: el enfermo esperimenta en
los vasos, localó general. Según el grado de reac esesilio uno sensación de plenitud, de embarazo, da
ción de los sólidos sobre los líquidos, ó su falta de tensión, de titilación de prurito y de calor, lo cual
resistencia, la hemorragia es activa ó hiperesténka, se observa asimismo cuando ei órgano está profun
pasiva ó asténica. Es secundaria, cuando proviene damente situado. En ciertas ocasiones sobreviene un
do otra enfermedad; crítica, cuando disminuye evi - ligero escalofrié seguido decalur, con pulso frecuen
denlemenlo la intensidad de la misma; y sintomática, te, lleno, ligeramente duro y evidentemente febril.
cuando sobreviene siu' alivio, ú mas bien en daño del Eu las hemorragias asténicas, no se nota ninguno de
¿merino. La liebre concomitante varía, y puede ser estos síntomas locales, escepto el infarto varicoso de
continua, ó intermitente; algunas veces el tlujo no las venas, que se observa en algunos vasos.
se acompaña do liebre, es irregular, habitual, ¿pe Ya so anuncie ó no la hemorragia por fenómenos
riódico. Con relación á su asiento, la hemorragia es precursores, la mayor parte de los síntomas de que
interna ó esterna; y proviene de las arterias ó de bis se acompaña, dependen del temor que inspira al
venas, lo quejao siempre es fácil distinguir. Algu las enfermo, ó al menos se confunden con los efectos de
hemorragias han atacado epidémicamente ó un gran esta afección del alma, lo cual hace variar el cuadro
número do personas; y otras veces son hereditarias, de la enfermedad, y le presta colores que no presen-
:i causa de un vújío de conformación. Nosotros nos la en los animales, poco ó nada temerosos por la
ocuparemos aquí únicamente de las hemorragias es pérdida de sangro. Así, pues, la pulidez se ampara de
pontáneas, reservando á. la cirujia las hemorragias las mejillas y de la piel, antes de que ia sangre haya
por causa esterna olas hemorragias traumáticas, que abandonado estas partea; la fren'e se cubre de su
son esclusivameutc do su dominio (i). dor y se enfrian las eslroniidados; sobreviene ansie
í>80. Asiento de las humorkagias.—Eu todas las dad precordial, temblor de los miembros y palpita
partes del cuerpo pueden establecerse las hemorra ciones de corazón; ei pulso, que quizás un momento
gias; pero los órganos esponjosos, do testara poco antesera lleno, fuerte ó poco üiferenta del estado
apretada, provistos de un gran número de vasos que natural, se vuelve concentrado, frecuente y débil.
se hallan diseminados en un tejídocelular flojo, están Estas circunstancias diíieullan el que podamos distin
espuostus con particularidad á esto orden de flujos guir desde el primer inflante el flujo esténico del as
Así, la membrana mucosa que tapiza la uariz, los ténico: muchas veces, desconcertado el médico por
bronquios, las vias digestivas, los órganos urinarios el terror del enfermo y de los. asistentes, olvida pre
y genitales, esta membrana, decimos, por cualquier guntar por el estado anterior del lugeto, no observa
causa, por el solo aflujo de sangre que ingurgita su su constitución, ni atiende á las causas de la hemor
tejido, deja escapar fácilmente este líquido, y se ha ragia, y cae en el error.
ce cou mucha frecuencia el asienio de una hemorra Por lo demás, los síntomas varían, según el diáme
gia. Estas evacuaciones afectan sobre todo á las per tro de las aberturas que dan paso á la sangre, la
sonas jóvenes, de un earácter vivo, aunque la debi abundancia do la hemorragia, y la rapidez y la fuerza
lidad ni la falta do sangre dejen de producirla mu que acompañan al flujo; según las funciones del ór
chas veces. Las hemorragias activas se observan mas gano que suministra ó recibe el líquido, la diversidad
frecuentemente tu la primavera, que en cualquiera de las causas de la hemorragia estén cu ó asténica;
otra estación. El asiento de las hemorragias varía, y, en fin, relativamente al sexo, á la edad y á la cons
según la edad: en los niños, se efectúan por Ja nariz, titución. Cuando la evacuación se efectúa con lenti
cu los jóvenes, por el pulmón y por el estómago; y tud, puede el enfermo perder, sin esperimentar sín
en una edad mas avanzada, por los intestinos y por tomas graves, una cantidad de sangre mucho mas
la vejiga. En la vejez, vuelve la sangre á abrirse paso considerable que en las hemorragias súbitas y violen
por la nariz; pero lo mus comnn es que se derrame tas, que anuncian la lesión de algún vaso grueso: eu
en el cerebro, lo cual es infinitamente mas grave efecto, los humores mas tenues (pie circulan en los
que la epistaxis. En general las hemorragias, atacan pequeños traste, tienen entonces tiempo para pasar á
con preferencia á los individuos de constitución lin los vasos rojos, aumentando ó su.-toñiendo la masa de
fática, que se entregan á los placeres de la mesa, álas la sangre. En las grandes hemorragias, antes de que
bebidas espirituosas, digieren con facilidad, y no se ten$a lugar este fenómeno, el coruznn, privado de su
descartan de lo superfluo de la nutrición por medio estimulo, suspende sus movimientos, el pulso se
del ejercicio ó del trabajo, que aumenta las secrecio apaga, y sobrevienen síncopes que muy pronlosou se
nes; y cuyo sistema vascuiar está por consecuencia guidos de la muerte, Desde el principio esperimenta
desarrollado, perq débil, muy lleno de sangre, ó goza el enfermo utia ansiedad considerable, oscurecimien
de una esoesiva sensibilidad. Se ha dicho con justa to de la vista, frecuentes bostezos, vómitos, zumbi
razón, quedos animales no están sujetos á hemorra dos de oidos, y por último, lipotimia», convulsiones,
gias, ya do las arterias, ya de las venas hemorroidales. en medio de las cuales espira el individuo.
aüi. Síntomas. —Las hemorragias se anuncian al Pero hay casos en que el sincópeos, por el contra
gañís veces por sintonías precursores, que varían se- rio, el solo medio de salvación, de modo que es peli
gmi ti naturaleza activa ó pasiva dé los flujos, y no groso sacar de él al enfermo. En la hemorragia hi-
presentan nada fijo, constante, determinado. La in peresténiea, dependiente de pn esceso do fuerza, y
vasiou es de ordinario repentina, ó por lo menos los caracterizada por los signos que. hemos espue«to, dis
signas precursores se escapan á nuestra observación. minuye poco á poco el flujo solamente por di reposo
En el primor caso, si la parte es accesible á la vista, del cuerpo y del espíritu, ó se deliene por sí mismo
se reconoce una congestión maniliesta, caracterizada cuando el enfermo ha perdido la cantidad de sangre
por la hinchazón de las venas, por una ligera intu- superabundante que mantiene la irritación. Este lí
quido se cubre ordinariamente, pero no siempre, de
1 Consúltase i J. IMgsuit, Tratado tic las enfermedades de la costra (logística, lo que supone que la hemorra
las. arterias y ¡le las venas. París lai9, t. tf, píg. 3)4.—'j, 7..
Amussit, Nievas invesiiuaeiones cspeririirniales «abre las bemor- gia no se efeciúa por un vaso grueso, que la abertura
ragit.N traumáticas. ( Memorias de la Academia real de Medicina. puede errrarse per la parte que queda intacta, y que
.lBJti, T...V. ¡r- l¡, J. Sausoii,_ Pe I; ningún cuerpo estraño se opone i la contracción de
arteria,
312
Ordinariamente *e observa lo contrario en la he pronto, es producido esto efecto ñor la pérdida de
morragia asténica caracterizada por los síntomas que sangre, y no prueba que el flujo dependa primitiva
anuncian la debilitación de los sólidos: la pérdida do mente de la astenia.
sangre se agrega á la causa que la produce. La hemorragia hiperesténica no supone necesaria
No siempre es fácil concebir los medios de que se mente un movimiento rápido en la sangre, ni un im
vale la naturaleza para detener lá hemorragia. Una pulso sinérgico general que le dirige Inicia una parió
arteria pequeña, cortada á través en una herida, se determinada. Basta para que en un órgano so efec
retrae y se cierra insensiblemente cuando so aban túe una hemorragia, quefgoce.de un esceso de irrita
dona á si misma; desde luego derrama cierta canli bilidad: entonces, en lugar del humor mucoso ó se
dad de sangre pura, suministra en seguida un líquido roso que elabora, es sangre lo que suministra, y si
de coló- rojo-pálido, y en lin, de serosidad, hasta podemos servirnos do esta frase, es sangre lo que
que cesa la resudación por la obliteración de los vasos. segrega. Las hemorragias activas dependen mas
Muchas veces, aunque no siempre lo demuestra la bien de esta secreción morbosa, que de ninguna
disección, se forma en la herida, en una cavidad in causa mecánica: la dilatación, el infarto, la ruptura
mediata, en el tejido celular adyacente, hacia la cm do los vasos, son efecto de un estímulo que desordena
bocadura de la arteria ó en su' mismo tubo, un coá ó cambia el trabajo secretorio. Pueden citarse en apo
gulo que detiene mecánicamente la hemorragia. Pero yo da nuestra opinión las secreciones, al principio
cuando es espontánea, dependiente de causas que serosas, después puriformes, y por. último sanguí
obran sobre todo el sistema vascular, ó solamente neas, que se observan en las flogosis de los bron
sobre la parte de donde se escapa la sangre, ó sobre quios, de la uretra, de la vagina, de los intestinos;
ambos simultáueamente, no puede cesar el flujo sino los números ejemplos de hemorragias considerables,
por un cambio efectuado en toda la economía, en el curadas sin dejar úlcera ni cicatriz; el fácil cambio
órgano afectado, ó por un cambio á la vez general y de un flujo sanguíneo en otro do diferente naturale
local: fenómeno muy diferente del que suprime las za; su variación de sitio, cuando se le contraría eti
hemorragias traumáticas. una región cualquiera; la secreción periódica del
582. Causas.—Las causas son tan inciertas, como útero, sin signos de plétora, ó su reemplazo por una
oscuros son los fenómenos de que acabamos do ha hemorragia de los pechos, ó de cualquier otro órga
blar. Lo que hemos dicho acerca do la etiología de no. Pero algunas veces La abundancia de la hemorra
los flujos en general, y lo que diremos acerca de la gia no está en relación con la cantidad de sangre que
etiología de las diferentes especies de hemorragias en pueden suministrar los pequeños vasos ; el líquido
particular, podrá arrojar alguna luz sobre esta ma puede provenir entonces de la lesión do algún vaso
teria. considerable; ó bien se efectúa un derrame en las
Los antiguos admitían suposiciones muy sutiles cavidades, y no pudiendo salir la sangre al esterior
sobre las causas de las hemorragias, para que no se hasta que aquellas estén llenas, es espeilda eu abun
apartaran de la verdad. Se ha dicho que la sangre no dancia, y aun á cuajáronos. Otras veces, existe real
podia salir de. los vasos, á no ser que padeciesen al mente una hendidura en los grandes vasos, ocasio
guna lesión, y que sus poros no podían dilatarse á no nada por el estimulo que ha determinado la secre
ser que la sangre hubiese perdido 'su consistencia. ción sanguínea. Este estímulo, cuya acción nos es
Los antiguos pensaban que la hemorragia podia tenor desconocida, atrae los humores á los vasos, á quienes
lugar por los orilicios de los vasos, anastomosis; por irrita, desordena, y cambia su secreción, aumenta
los intersticios de sus libras, diapédesis; por la ras hasta el mas alio grado la fuerza de la fibras, impele
gadura de sus paredes, diéresis; por su división, la sangro hácia los pequeños ramos vasculares, que
efecto de la reacción del liquido, ó de una causa es están ordinariamente cerrados, ó produce la ruptura
terna, como un instrumento cortante, punzante, con de los grandes vasos. En ciertas ocasiones, el desor
tundente, dislaceraute, rixis; por la erosión depen den general del sistema vascular, ó la desigual dis
diente de un vicio acrimonioso, diabrosis. Pero es tribucion de la sangre eu la economía, obligan ú es
difícil creer que la simple desviación de las libras te líquido á trasportarse sobre un órgano, cuyos va
acarree una hemorragia; que exista en la sangre una sos se encuentran débiles naturalmente, y cuya tes-
acritud capaz de corroer los vasos; si se encuentran tura es floja y esponjosa: estos vasos no pueden exi
muchas veces en las hemorragias internas la dilata mirse déla irritación que esperimentan|, sino á bene
ción de los orilicios y las lesiones física i del sistema ficio de una hemorragia.
vascular, no son estas alteraciones las causas primi Si las hemorragias hipereslénicas reconocen por
tivas, porque ellas mismas dependen de otra causa. causa la irritación del órgano afectado, y la acción
Existen muchas relaciones entre las causas do la aumenlada de sus vasos , las hemorragias asténicas
liebre inflamatoria, de las inflamaciones y de las he dependen de un acrecentamiento de la irritabilidad,
morragias hipereslénicas ó activas : en efecto, como bajo cuya influencia-afluye la sangre en mayor can
el estado inflamatorio, puedo ser la hemorragia ge tidad á una parte débil , especialmente cuando la
neral ó local, con ó sin liebre; muchas veces es un afoucion es local; hallando en esta parte menos obs
stutoma de la inflamación, como lo prueban en varios táculos que en las demás, estando sus grandes vasos
casos la mezcla de la sangre con el pus, las hemor obstruidos, comprimidos , ó contraidos espasmódica-
ragias de que se acompañan ciertas flegmasías, y los mente, sobrepuja con facilidad esta débil retistencia,
derrames sanguíneos que suelen encontrarse en el y es impelida ademas por los vasos que conserva toda
tejido celular de la parte inflamada. Pero lo que de su energía. La succión, ó la aplicación de uua ven
muestra aun mas esta afinidad, es el paso fácil de la tosa, bastan para vencer la resistencia de los vasos sin
hemorragia á la inflamación por la supresión artifi poner en juego la acción del corazón.
cial ó accidental de la evacuación, el carácter flogís- Existe entre la hemorragia hiueresléuica y la he
tico de la sangre, la utilidad del método debilitante morragia asténica una notable diferencia, y es que,
y del mismo flujo, la frecuente inflamación y la supu aunque ambas pueden tener lugar cuando dependen
ración del órgano en que se efectúa la hemorragia. de uua afección general, por un vaso cualquiera , la
Sin razón se ha sostenido últimamente que los flujos hemorragia hiperesténica no puedo efectuarse en va
sanguíneos provenían únicamente de un estado de de rios puntos ála vez, sino principalmente en un órgano
bilidad. Si las grandes hemorragia» la acarrean bien ! sobre el cual se diiijen los niovimieutos; mientras
BE MEDICINA Y CIMJJÍA.—FRANK. 313
que la liemorrag:anstén¡ca suele serlgoiiTal, como se viduales, la causa de ra hemorragia , la cantidad de
observa en las fiebres nerviosas, en ni escorbuto, en la sangro que se lia perdido, y la rapidez con que
la ictericia negro, y en la enfermedad maculosa he- sale. Si la causa está mas allá de nuestros esfuerzos;
morrágica; cuyas afecciones no pueden referirse, sin si la sangre se infiltra en, el pnrénquima de una vis-
embargo, á la "clase fie los flujos. Así como á conse cora, ó se derrama en una cavidad sin salida; si so
cuencia de una herida, hecha con la láncela, que ha breviene la hemorragia por la lesión de un tronco
dividido las túnicas esternas, se distiende la interna, arterial ó venoso; ó si es muy abundante, ó prolou-
forma un saco aneurismátieo y se rompo, del mismo gadtt; si ataca á un siigcto aniquilado, á una majer
modo, á favor de las c Misas internas que debilitan la embarazada, á un viejo , ó á un niño , en estos di
fuerza de las libras arteriales; la sangre, impelida por ferentes casos es muy grave. Despejada la sangre de
la acción del corazón, ó do la misma parte, sobre su parte roja, que la da consistencia , se vuelve acuo
puja la poca resistencia de los vasos, y se escapa por sa, estimula débilmente al corazón , y las secrecio
sus orilicios abiertos, ó por otras salidas. Pero, estas nes que dependen del movimiento de este órgano,
causas obran por lo común mas bien sobre una parte disminuyen: sobreviene una palidez y una languidez
aislada, que sobre lodo el sistema, sobre las venas, general, la hidropesía, ó la fiebre lenta , el maras
que sobre las arterias, y observan varias hemorragias, mo, y por último, convulsiones, algunas veces mor
con especialidad venosas, que prueban que es local tales.' Toda hemorragia que repite un cierto número
el vicio de los tosos. de veces, cualquiera que sea su causa, adquiere una
No es raro que las hemorragias se compliquen en marcada tendencia á presentarse de nuevo, y un ca
tre sí: la debilidad de la parte que suministra la rácter periódico , habitual , y entonces es 'preciso
sangre, y la asténica local, no escluyen la coexisten mucha precaución para suprimirla ; este flujo, que
cia de una disposición esténica general , que pone disminuye la plétora de los vasos, se hace necesario;
en juego cualquiera causa escitante. Por ejemplo, la economía no puede soportar una nueva plétora, ó
una mujer robusta, afectada por espacio de mucho por mejor decir, la presencia de la sangre.
tiempo de una hemorragia benigna, puede padecer SSi. Tratamiento.—Las reglas generales que he
uua hemorragia por debilidad local. Basta que sobre mos espuesto en otro lugar (4b'6) acerca del 'rala-
venga en este estado una liebre esténica, para que miento de los flujos, pueden aplicarse al tratamiento
el movimiento febril dé lugar á una hemorragia del de los flujos sanguíneos. Pero la medicina no posee
útero, debilitado poi la leucorrea. En este caso, está tantos recur?os contra las hemorragias internas, co-<
indicada la sangría general. La misma liebre en un mo la cirujía contra las hemorragias esternas , que
joven vigoroso, atacado do uua debilidad local de los pueden detenerse por medio de la ligadura , de la
pulmones y de un catarro bronquial, ocasionará con compresión, del fuego, y de los,estípticos.
mucha frecuencia la hemoptisis, has evacuaciones san Las principales indicaciones en tas hemorragias
guíneas curarán todavía la hemorragia, que indudable hiperesténicas , consisten en moderar la reaciou del
mente agíavarían, si no existiese una disposición ó una corazón y de las arterias sobre la sangre, y en disi
liebre esténica. No obstante, es preciso confesar qi:e par la congestión sanguínea. La hemorragia sola basta
la astenia de los órgauos nobles, de las partes que la para calmar la agilai inn«del sistema circulatorio; pero
debilidad local esponeá pérdidas sanguíneas, no coin abandonada á si misma, continúa muchas veces hasta
cide por mucho tiempo con una hipereslenia ge la muerte, pasando muy pronto desde el estado hipe-
neral : el desorden de las funciones del órgano afec resténico al estado asténico.
tado y las pérdidas, acarrean muy luego la debilita La razón nos conduce á cambiar la hemorragia es
ción de todo el sistema. pontánea en una hemorragia artificial que nosotros
58.1. Pronostico..—Ya hemos espuesto los pun podamos detener á volunte»! , y la esperiencia viene
ios mns importantes del pronóstico de las hemorra en su apoyo: con efecto, ademas de los medios que
gias. Como las hemorragias hiperesténicas son pro hemos aconsejado (4CH), se obtienen cscelentes re
ducidas frecuentemente por causas análogas á las de sultados de la sangria, practicada en un sitio opuesto.
la liebre inflamatoria, y de las flegmasías, cuaudo es Pero la contra-fluxión que se establece por este me
moderada , es útil, y aun mas eficaz que la. sangría dio , no destruye siempre la fluxión; muchas veces
para combatir la irritación goneral ó parcial del sis sale la sangre por ambos puntos, ó por lo menos, In
tema vascular; presenta todas las ventajas de la cri hemorragia continúa después de la sangría. Por con
sis, aun en el principio de la enfermedad, sobre todo, secuencia, si se espera, para abrir la vena, á que el
cuando la afección es ¡ocal. Pero los inconveirentes enfermo esté aniquilado, nos esponemus á apagar la
de este flujo disminuyen sus efectos saludables : su poca vida que le queda.
asiento en líh órgano noble, el derrame de sangre en Tales son los embarazos con que el médico tro
su cav: !ad u cu el tejido celular adyacente , su coa- pieza en la práctica, y estos no son todos. Los me
, gidlaeinii, su estancación, su corrupción, y su reab dios que moderan la reacción del sistema circu
sorción cuando está alterada , comprimen é irritan latorio , que calman la irritación general ó local , y
las pu tes y embarazan las funciones de los órganos. que disminuyen los movimientos fluxionarios; los
La supresión intempestiva de una hemorragia hipo - que hacen Cesar la compresión de los vasos , y
restoiiiea , aunque no sea escesiva , da lugar á una atraen la sangre hacia partes lejanas , manteniendo
multitud do enfermedades generales ó locales. en ellas un baño local, estos diversos medios, disipan
La hemorragia asténica , dependiente de una de la congestión. Pero obran con mayor eficacia sobre
bilidad general, es una afección ó un síntoma grave. una máquina hidráulica que sobre la máquina vi
Toda hemorragia que provenga de una debilidad viente. Los revulsivos y los derivativos no producen
local ó de una ingurgitación do los vasos , anuncia ó el menor efecto.
produce un estado mas ó menos grave , según su A estas dificultades se agrega otra, no menos gran
asiento y sus causas. Pero cuando este flujo no es de; y es, la rapidez de la evacuación en ciertos casos.
demasiado abundante , cuando reemplazó á una eva- Es algunas veces tan violenta la hemorragia, que no
cuaciort natural ó habitual, ó cuando él mismo ha hay tiempo para investigar" las causas, ni para seguir
degenerado en hábito , no es raro que se acompañe un tratamiento metódico ; la muerte arrebataría al •
.. En general, para establecer el pronóstico, enfermo, si se perdiese un instante en la administra-
BIBLIOTECA ECONÓMICA
los médicos la oOcacia do los astringentes mientras que treinta minutos bastan para cocer la
las hemorragias esternas , creyeron que podrían carne y reblandecerla.
recer los misinos resultados en las hemorragias Los efectos del frió no so diferencian menos en el
internas; y hacia» consistir todas las indicaciones en vivo y en el cadáver: aun en el frió mas riguroso, se
detener el flujo, temiendo que el enfermo perdiese couserva la sangre cu todos los hombres á la misma
la vida con la sangre. Los buenos efectos de este mé temperatura, poco masó menos. El calórico en estos
todo son de ordinario muy inciertos: y con mas fre diversos grados, no obra, pues , con arreglo á las
cuencia son estas sustancias evidentemente nocivas. mismas leyes después de la muerte que durante la
Ademas, los astringentes deben producir un encogi vida ; la diferencia de su acción dependo del princi
miento cu las bocas de los vasos, y aunque penetren pio vital. Cuando se hacen aspersiones de agua fría
cu la masa de la sangre ¡i favor de un vehículo cual sobre una parte sana , ó cuando se sumerge la pun
quiera, no pueden conservar, tan dilatados, sus pro ta del pie en un baño de hielo , se manifiestan fe
piedades. Pflr otra parle, cualquiera que sea su ma nómenos locales , generales y simpáticos, quo no
nera de obrar, ora se introduzcan en las segundas pueden ser efecto do una ligera diminución de la
vias, ora produzcan eu el estómago y en los intesti temperatura ó de la debilidad que el frió ocasiona,
nos una escitacion, que se repite simpáticamente so sino que dependen manifiestamente dé la escitacion
bre órganos lejanos (cuya opinión nos parece inas ve de la potencia nerviosa
rosímil), no es menos cierto que aumentan la irrita Toda vez que no se quieren atribuir al frió estos
ción en los flujos hiperesténicos, que agravan en estos efectos, cormvnuchos otros, porque no consiste mas
casos de hemorragia por la accio.i que ejercen so que en la ausencia del calórico, veamos si el frió es
bre el oriíicio de los vasos, ó sobre lodo el sistema realmente un ser negativo, á quien no debe conce
vascular. Pero nosotros recurrimos a estos medios derse influencia alguna. Se sabe quo el frió produ
cu las hemorragias asténicas; y sin aprobar el uso in ce en las paites sometidas á su acción un sentimien
terno de 'un remedio sospechoso, citaremos las pre to de calor, de ardor, de dolor con rubicundez ma
paraciones de plomo, que acata u de preconizarse en nifiesta: estos fenómenos dependen de una causa
estos últimos tiempos, y empleamos con mucha con ausento ó no existente. ¿Es el calórico una materia
fianza el alumbre y ¡a corteza del Perú. Asimismo se esparcida por toda la economía , y cuyos efectos, dis
obtienen encélenles efectes de los eméticos á dósis tribuidos con igualdad, son para nosotros tan insen
refractas, de la ¡pecuacaiia ; estos remedios no pue sibles como los del fluido eléctrico? Guando penetra
den producir h astricción en órganos lejanos, obran an una paite que está privada de él, da al instante
oscilando los nervios del abdomen , ocasionando señales do su presencia, por medio de una sensación
náuseas. Varios médicos han condenado bis escitan de erdor ó de dolor. Si se pone en contacto con
tes en las hemorragias, poique, según las leyes de la nuestros órganos un cuerpo trio, es decir, menos
hidráulica, cuya aplicación á la máquina viviente in caliente , pasa el calórico como el fluido eléctrico,
duce a error con tanta facilidad , los escitanles desde nuestra economía á ese cuerpo; y este paso
atraer, desde luego h.s humores hacia el órgano brusco es el que nos da el conocimiento del frió. Así,
afectado y favorecen el llujo.J'eio cuando se han co siendo el frió un ser negativo, deberá ser la sustrac
nocido bien las causas de estos flujos;, y se ve que la ción del calórico la que irrita las fibras en el hom
mayor parte depende do la debilidad de los nervios bre vivo, 'la que provoca contracciones en el órgano
y de los vasos, y so;: producidas por espasmos; cuan que abandona, y en los que simpatizan con él; la
do se recuerda que en el escorbuto las hemorragias que produce, en fin, todos los síntomas de que lie
ceden mas fácilmente al vino yá la canela que á los mos [labiado. Cuando un animal vivo es colocado por
refrigerantes, nos venios obligados á hacer poco caso algún tiempo en una temperatura mucho mas tria
de esla objeción conlra el uso de los escituntes , y que la suya , ó cuando se sumerge en él de im
aun del opio, en las hemorragias asténicas. proviso , si está dotado de una sensibilidad muy -
En lodos tiempos se lia considerado el frió como grande , la impresión producida por la sustracción
un poderoso astringente, aunque se haya estado muy del calórico, que tiende á equilibrarse, debilita la
persuadidos de que no consiste en otra cosa masque oscitabilidad o la apaga, como se observa en las
enla ausencia del calórico. Se ha dicho también que violentas detonaciones eléctricas. Tal es la causa
aumentaba el tono de las partes, porque este está en do las muertes repentinas por la inmersión en
raz"ii de su densidad. Pero no há mucho se ha ne el agua muy fria. Muchas veces se ha atribuido
gado esta propiedad del frió, ó si se quiere, del ca esle accidente á la sofocación : ordinariamente de
lórico disminuido. Nosotros convenimos en que lia pende de una apoplegía nerviosa, de la, suspensión
producido en muchas ocasiones un efecto enteramen de la influencia vital , ó de un estado convulsivo. En
te contrario eu las personas muy débiles. A pesar de un hombre sano y robusto, la pérdida de cierto gra«
la importancia do la cuestión , no podemos entrar do de calórico se repara fácilmente ; y aun si el frió <
aquí en'mucbos pornienoresj diremos solamente que es moderado, la reacción eleva la temperatura á ma
el frió, lo mismo que el calórico, no obran en la má- yor grado que antes. Pero la pérdida de una gran
quiua viviente de la misma manera que sobre uncuer cantidad de calórico, principalmente en uu individuo
po privado de vida : sus efectos no son proporcio débil ó achacoso, abate las fuerzas vitales, acarrea
nados al grado do temperatura ; varían según la sen una verdadera astenia, y aun la muerte.
sibilidad de los nervios de la parte, la cual hace agra El cuerpo, ó una de sus partes, privados del ca
dable ó incómodo el calórico , fuerte ó ligero; y se- lor vital ó del estímulo necesario al sostenimiento de
gim las relaciones simpáticas quo le unen con los la salud, cae en un estado de astenia ó de asfixia,
demás órganos. El baño á la temperatura del cuerpo durante el cual la incitabilidad aumenta en razón de
(yo" l-'ahr.) relaja-y reblandece la piel de un cadáver; la debilidad. En esta circunstancia, en todos los ca
disminuye en el vivo la frecuencia del pulso v muchas sos de asleiiu directa, el estímulo debe ser propor
veces produce un aumento manilieslo de las' fuerzas, cionado al gr'ado de incitabilidad; demasiado activo,
grado mucho mas considerable acelera el pulso puede ser perjudicial , y aun ocasionar la muerte.
elevar la temperatura de la sangre, como en un Así, en la astenia, en la asfixia, los cuerpos i
privado de vida : un perro
DE MEDICINA ¥ CIRUJÍA.—FRA.NK. 315
una pequeíia cantidad de agua fria rpciada en el En otro tiempo se ha dado mucha importancia
rostro Je un hombre desfallecido, le escita con mas á la ligadura do los miembros; pero el descubrimien
seguridad que los remedios mas' enérgicos : los ani to de la circulación hizo que perdiese esto medio he
males y los vegetales entorpecidos por el frió y pri mostático una gran parte do su crédito. Se ha creí
vados de todo signo de vida , se reaniman, no por la do que la sangre retenida en las venas comprimi
aplicación del calórico, sino por las fricciones con das su oponía al curso de la sangre que enviábanlas
nievo ó con hielo, cuyo calórico corresponde á su arterias contiguas; que irrita' do mas esta al cora2on
grado de incitabilidad : estos primeros auxilios dis por su reflujo, ora arrojada á los vasos mas libres, y
ponen á la economía á soportar la acción de ios esci- debía salir mas fácilmente por los orificios abiertos
tanles mas enérgicos, que se emplean gradualmente de estos vasos: sin embargo, esta teoría no conviene
con el mas completo resultado ())_. Do aquí nacen con la práctica, rerum mayislra: es cierto que las
también los buenos efectos que obtienen los pobres, ligaduras son inútiles algunas veces; pero otras, el
quienes por lo común no toman otro remedio, de! uso de este medio es muy beneficioso en las hemor
agua fria que beben en las liebres asténicas, sobre ragias asténicas, toda vez que no estén comprimidas
todo cuando el estómago rehusa ó |arroja cualquiera las grandes arterias. El efecto suele ser momentáneo,
otra sustancia. De la misma eficacia gozan en el tifus pero es un gran recurso en los casos estreñios. Las
incipiente las afusiones de agua fria, conocidas por ligaduras producen una especie de lipotimia en los
los antiguos y practicadas con éxito por los moder miembros y desvían la sangre del centro hemorrági-
nos. Veinte años há que hemos curado en Pavía con ce. En este intervalo, los vasos distendidos adquieren
la aplicación sobro el vientre del hielo machacado, á mayor contractilidad, y la sangre se coagula en sus
un jóven atacado de tifus, con meteorismo considera aberturas: comunmente so efectúa un cambio venta
ble, acompañado de la alteración de la fisonomía, joso en los órganos enfermos.
de hipo continuo , de constipación pertinaz durante Si un hombre perdiese, á consecuencia de una
seis días, de sudores frios y glutinosos, de pulso pe herida que no fuese mortal, y iro paaecieso ninguna
queño, casi insensible, y de lipotimias. otra afección, la cantidad de sangre necesaria al sos
Deducimos de lo que precede, que en las hemor tenimiento de la vida, ¿se debería recurrir á la tras-
ragias asténicas la aplicación momentánea del agua fusion desde el primer Movimiento de la asfixia? las
fria, del hielo machacada, ó do la nieve, sobre el mis esperiéncias ensayadas en los animales deponen en
ino sitio en que se efectúa la hemorragia, está con favor de esta operación; prueban que la sangre no so
forme con los principios de una sana teoría y con la diferencia tanto en las diversas especies de animales,
esperiencia. Pero en las hemorragias esténicas, y en corno estas especies se diferencian entró sí.
aquellas en que el hábito se opone i. queso supriman
bruscamente, aunque esta aplicación prolongada pu GENERO PRIMERO.
diese ser útil , disminuyendo el esceso del calórica,
y removiendo la causa de la irritación, seria, sin em . Epistaxis.
bargo, imprudente; los tópicos frios producen enton
ces accidentes fatales , detienen sí la hemorragia, 585. Wn la esposicion de las hemorragias de la¿ia-
poro llevan la irritación a un órgano mas esencial á beza podríamos seguir con algún fundamento el ca
la vida. mino trazado por un célebre nosologista, comenzan
Los remedios que retardan la circulación parecen do por la hemorragia cerebral. Pero como constituye
prometer alguna eficacia en las hemorragias hipe- una especie de apoplegía y pertenece bajo varios as
resténicas; en efecto, el síncope, que sobreviene al pectos á la clase délas neurosis, y como no presen
gunas veces cuando pasan al estado asténico, las ino ta síntomas propios rie hemorragia,'la colocaremos en
dora poderosamente , ó las detiene. Se ha aconsejado otro lugar de osla obra, en el cual trataremos de las
la digital purpúrea : por el uso de esta planta , ad enfermedades dependientes deun derrame sanguíneo
ministrada á la dósis de algunos grano ;, hemos conse ó seroso en lacavidad del cráneo, ó de otras causas
guido muchas veces retardar considerablemente el que producen el misino efecto. Nos limitáronlos aquí &
pulso. Un médico distinguido teme aun mas los ac las hemorragias esterna*.
cidentes producidos por este remedio, que la misma 580. Organización bil i as fosas nasales.—Nin
hemorragia; preciso es confesar que la propiedad-es guna parte del cuerpo está nías sujela á las hemor
timulante que la presta tanta utilidad en las hidro ragias, especialmente en la juventud, que las fosas
pesías asténicas, no deponen en su favor en el caso nasales; y tampoco hay ninguna en que se contenga
en cuestión; pero nosotros la usamos frecuentemente el llujo con mas prontitud, y sin dejar el mas peque
con éxito en las hemorragias asténicas. Si existiesen ño vestigio. Este llujo sanguíneo es tan frecuente,
sustancias capaces do producir sin peligro el síncope, que los antiguos le designaban simplemente con el
deberíamos nacer uso de ellas, no solumcnle en las nombre de hemorragia. No debemos hacer aquí la
hemorragias activas, sino en las inflamaciones, en la descripción anatómica do las fosas nasales; pero es
reducción de las hernias , de las luxaciones, y en los muy importante conocer las arterias y las venas que
partos difíciles: desgraciadamente no conocemos otro se distribuyen en la nariz, para que conozcamos el
medio que la pérdida de la sangre, el cual es por lo origen de este flujo. Nos limitaremos, sin embargo,
común peligroso, especialmente en las hemorragias á decir que las arterias de las fosas nasales provienen
pasivas. El sueño . que es la imagen del sincopo, dis de las carótidas esternas ó internas; que las venas
minuye considerablemente la tensión de los solidos y van á desaguar á las yugulares esternas, y por los
la frecuencia del pulso ; pero los medios artificia senos del cerebro á las yugulares internas, de don
les que lo procuran, escitan de ordinario la acción de es llevada la sangre a las subclavias do ambos la
del corazón: el opio, que es tan eficaz en las hemor dos. Estos vasos se ramifican en la membrana muco
ragias asténicas, agrava manifiestamente las hemor sa, suministran los materiales del moco que segrega:
ragias hiperesténicas. exhalan el vapor linfático que aumenta la cantidad
de este humor, destinado & humedecer los nervios
I Varias de las obtemeiones sobre el tratamiento de las olfatorios, á favorecer la percepción do los olores y á
por el frió, son aladas por 0. Lalour (Historia
-1 t. I, ti-
316 BIBLIOTECA ECONÓMICA
suspendidos en la atmósfera. La distribución de los personas esperimenlan hemorragias nasales espontá-
nervios del quinto par, pone á la nariz en relación neas,fsin apercibirse de ellas ó sin advertir su llegada
simpática con los ojos, con la' lengua, sobre todo con por ningún signo: la sangre se escapa á la mas ligera
el diafragma, y aun con todo el cuerpo: en efecto, la ocasión y por el mas simple tacto. Muchas veces la
irritación do las fosas nasales provoca la salida de hemorragia nasal es precedida de vértigos, de som
las lágrimas; la irrpresion del sol en los ojos deter nolencia, de estupor, de terrores durante el sueño,
mina el estornudo; la masticación de una sustancia de rubicundez y calor en una de las mejillas, de ce
"acre produce una sensación desagradable en la na falalgia, de brillantez de los ojos, de ligera flogosis de
riz; la titilación de este órgano escita movimientos la conjuntiva, de lagrimeo, y do oscurecimiento do la
convulsivos en el diafragma, 7 en fin, los olores ha vista; también sobrevienen zumbidos de oídos, sorde
cen cesar el síncope. ra, latidos de las carótidas y de las temporales, sen
Las fosas nasales no ofrecen paso solamente al ñire sación de plenitud, de tensión, de sequedad, de calor,
que viene de los pulmones, sino á la sangre que pro de prurito y de titilación en la nariz, etc. El pulso es
viene de estos órganos, del oido interno y del estó algunas veces lleno , undulante, doble ó dicroto, lo
mago; á los alimentos que suben de esta viscera ó que anuncia una epistaxis mas ó menos remota; pero
rebosan por la cámara posterior de la boca: de mane por lo general, el valor del pulso nos hi parecido muy
ra, quelod? flujo de sangre porta nariz no es una incierto. Entre el número de estos signos .precurso
epistaxis; este nombre esta reservado á la hemorra res se encuentra en ciertos casos el pulso desigual
gia que tiene origen en los vasos de la misma parte. en un solo brazo, y anuncia una hemorragia de la na
No es necesario que la sangre se abra paso al esterior; riz del lado correspondiente, en los infartos conside
muchas veces se escapa por las aberturas posterio rables del bazo ó del hígado. La epistaxis declarada
res de las fosas nasales, y cae en la laringe, sobro se reconoce por los signos que hemos indicado al
todo cuando los enfermos están acostados de espaldas: hablar de los flujos sanguíneos en general. No es
durante el sueño Ja tragan coa la saliva, principal raro que la sangre se concrete y formo un pólipo largo
mente los niños. y rojo o¿ue desciende desde la nariz al labio. Esta
S87. Definición de la epistaxis.—La epistaxis concreción puede adquirir un volúmen considerable;
es, por lo tanto un flujo de sangre, que proviene de cuando so desprende por los sacudimientos que lo
los vasos de las fosas nasales. imprimen los estornudos, ó porque el enfermo se to
Especies.—Esta hemorragia se observa rara vez en que con los dedos, la hemorragia aumenta considera
los animales, escepto cuando una sanguijuela pene blemente, la pérdida de la sangre asciende á algunas
tra en sus narices; pero es t3n frecuenic en la especie libras; y por último, la muerte viene á terminar el
humana, sobre todo en- los niños, que ataca sin cau flujo.
sa esterna, y no se la considera como enfermedad. Ya H90. Causas. —Para formarse una idea exacta de
se deslila la sangre gota á gota, ó forma un pequeño la epistaxis, es preciso remoníarse & sus causas. No
hilo, que ordinariamente sale por una sola abertura se diferencian de las que producen los demás flujos
de las fosas nasales ya se desprende á torrentes por sanguíneos. Pero n «otros dobemos, sin embargo.,
ambas aberturas, y aun por la boca. Algunos médicos hacer notar las siguientes, que son esternas ó inter
pretenden que la epistaxis es mas común en la edad nas. A las primeras, se refieren las contusiones, los
en que (<fb humores se dirigen, hácia la cabeza; no golpes; las heridas, el arrancamiento de los pólipos,
obstante, aunque la masa encefálica presenta un vo la evulsion de los pelos, la fractura do la nariz, la
lumen relativo mucho mas considerable en la primera ozena, la caries, la irritación de la membrana mu
infancia (infantia), que en la segunda (pueritia), los cosa por sustancias acres, por el tabaco adultomdo,
niños de esta última edad están mas sujetos hasta por el humo ó los vapores estimulantes, por los in
la pubertad, á la hemorragia nasal , sin estar exen sectos, por los vermes; las lesiones de las partes in
tos de patlecer un gran número de flujos serosos pro mediatas, de la cara, del cráneo, sobretodo, las frac
pios de la primera edad. La epistaxis se observa es turas de esta caja huesosa; una depresión correspon
pecialmente en los jóvenes ae carácter vivo, cuyas diente al seno longitudinal superior, y en fin, las
carnes no tienen una consistencia considerable, cuya causas capaces de atraer la sangre hácia la cabeza,
tez es sonrosada, y su sensibilidad esquisita; pero no como la esposicion á un sol ardiente con la cabeza
es tan frecuente en las niñas impúberas como cu los desnuda ó cubierta con un casco, ó á .un fuego que
niños de la misma edad. Por lo domas, esta hemorra se recibo en la cara. A las causas internas pertenece
gia ataca á los dos sexos, en cualquiera época de la todo lo que aumente el movimiento de la sangre hácia
vida; es menos rara en los viejos entregados á una la cabeza: como una inflamación, la erisipela, la vi
vida ociosa, que en los adultos. Puede ser idiopática, ruela, «obre todo, el sarampión; un romadizo ó un
ó sintomática de la afección do algún órgano ó de al catarro de la nariz, un acceso de cólera, los estornu
guna parte lejana; puede depender de la escitacion ó dos violentos, los estudios prolongados, la posición
de la inercia del corazón 6 de los vasos. Es un acon demasiado inclinada de la caneza, la cefalea, la odon
tecimiento feliz ó desgraciado en las fiebres, en el talgia y la otalgia: todo lo que dificulta la vuelta de
escorbuto y en la hidropesía; una consecuencia buena la sangre; por ejemplo, una viva impresión de terror 6
ó mala de la supresión de los menstruos ó de las he de vergüenza; los suspiros prolongados, un discurso
morroides. Algunas veces no se acompaña de fiebre, muy largo, ó los gritos muy repetidos, un esfuerzo
y otras está bajo la influencia de la constitución epi cualquiera, la tos, la dispnea, las enfermedades del
démica, de la periodicidad ó del hábito: y en ciertos pulmón, del corazón, la compresión de las venas yu
casos, proviene de una disposición hereditaria. Hemos gulares por tumores escrofulosos ó de otra naturale
visto esta hemorragia coincidiendo con una fiebre za, por una collarcta muy estrecha, ó la de las sub
nerviosa acompañada de cefalalgia intensa, y la san clavias por diversas causas: todo lo que acelera consi
gre que corria de las narices era muy abundante y derablemente la circulación, como una carrera rápida,
tibia apenas: se la ha observado casi fria en la apo- las conmociones eléctricas, el galvanismo, el abuso
plegía y en el escorbuto. de los espirituosos, las vigilias prolongadas: todo lo
Síntomas.—Según los diferentes casosde que acaba que se opone á la uniforme distribución de los humo
mos de hablar, se declara bruscamente la epistaxis ó so res tales son los vestidos estrechos, el infarto ó la
anuncia por algunos síntomas precursores. Muchas obstrucción de las visceras, el desarrollo del útero
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.— FR ANK. 317
por el embarazo, la ascitis, la distensión del estóma esle seno cerca del agujero ciego. A*í, en las heridas
go ó de los intestinos por los alimentos, las flatuosi- de la cabeza, una depresión en el trayecto de la su
dades, las saburras, la irritación de estos órganos tura sagital ó sobre sus lados, comprime el seno lon
por las lombrices; los espasmos, la convulsiones, espe gitudinal superior, y ocasiona la hemorragia nasal,
cialmente las convulsiones epilépticas; el enfriamiento aunque en muchos casos de este género sea produ
de los pies, una mala posición del cuerpo, la supre cida por la conmoción que ha determinado la ruptu
sión de las reglas ó del Unjo hemorroidal: todo lo que ra de los vasos de la nariz. Si la fractura está situa
debilite la fuer/a coercitiva del sistema vascular, da cerca de los temporales, y la sangre se derrama
principalmente de los vasos de la nariz como el es en el cráneo hácia esta, región, la arroja el enfermo
corbuto, las liebres asténicas, el estado varicoso de muy comunmente por los oidos y por la boca.
las venas do la cabeza ó de la nariz, y el hábito de la Entre las causas internas , no hay ninguna tan po
hemorragia nasal por sí mismo. Difícil es determinar derosa como el escorbuto. Algunas veces, y durante
si- la sangre proviene délas arterias ó de las venas. mucho tiempo, no presenta esta enfermedad otro sín
En la epistaxis crónica hemos encontrado con fre toma que la epistaxis. Hemos recibido' en el Instituto
cuencia las venas en un estado varicoso; suponemos clínico de Pavía á un hombre atormentado por abun
que la epistaxis hiperesténica trae su origen de algu dantes hemorragias nasales, cuya causa nos fue muy
na lesión, ó de un estado aneurismálico de las estre- difícil hallar. Era este individuo de constitución muy
midades arteriales. Varios hechos nos hacen creer robusta, sus encías no estaban blandas ni sanguino
que la hemorragia nasal es producida algunas veces lentas , su piel no presentaba ninguna mancha ni te
poruña verdadera secreción sanguínea. nia dispnea. Solamente padecía un infarto del bazo,
Los autores esplican de diverso modo por qué en afección endémica en aquel pais; su nulso era lleno,
los infartos considerables de las visceras, sobre todo frecuente, de una dureza pronunciada; el calor os
en el del bazo y en el del hígado, corro la sangre por laba bastante aumentado; yen una palabra, todo simu
la abertura izquierda ó derecha de la nariz, acompa laba una fiebre inflamatoria. Llevados de f stas apa
ñada de una alteración particular del pulso del lado riencias, manilamosse estrajese una libra (500 gráirr.)
c( respondiente. La mayor parle do los médicos atri de sangre, que no tardó en cubrirse de la costra lio—
buyen este maravilloso fenómeno á la desigual distri jística. Al anochecer, sobrevino una nueva hemorra
bución de la sangre, y á su aflujo hácia la cabeza; gia muy copiosa : al dia siguiente por la mañana el
pero esto no puede esplicar la rubicundez de la meji pulso era mas duro, mas lleno y los síntomas febri
lla, ni la reduplicación del pulso en un solo lado, ni les mas intensos que en la víspera Se repitió la san
la evacuación de sangro por una sola ventana de la gría, y la sangre presentó una costra inflamatoria aun
nariz. Un práctico ha dado una razón mas satisfac mas espesa. Diez horas después, se renovó la epista
toria de esle fenómeno, refiriéndolo á la compresión xis con tanta violencia, que en un breve espacio de
de la arteria subclavia correspondiente á la viscera tiempo perdió el enfermo seis libras de sangre ; con
afectada. La cavidad torácica está enteramente ocu mucho trabajo se pudo conleuer la hemorragia por
pada por los pulmones.de los cuales el lóbulo supe los medios quirúrgicos. En los dias siguientes con
rior corresponde á h clavícula. Así, siempre que un servaba el pulso el mismo grado de plenitud y de du
tumor situado en cualquiera de los hipocondrios, se reza, y la fiebre no había disminuido ; pero toda la
opone al descenso del diafragma, y á la dilatación de superficie del cuerpo se cubrió de manchas escorbú
los lóbulos iuferiores del pulmón, el lóbulo superior ticas. Tratamos de sustituir inmediatamente el mé
de este órgano debe suplirá los otros, 'y elevarse con todo debilitante por la administración del vino gene
siderablemente en las grandes inspiraciones , com roso con el jugo de limón y azúcar, por los tónieosy
primiendo de esle modo alternativamente la vena un régimen nutritivo, lo cual restableció muy pronto
subclavia. Como esta vena recibe la sangre de las yu la salud.
gulares esternas é internas, de las axilares y de las Algunos meses después, observamos un caso se
venas del brazo y de la espalda, la compresión obliga mejante en un jó ven que ya había esperimentado va
necesariamente al' líquido á demorarse en estos vasos, rias hemorragias nasales de este género, y que pade
lo cual se opone al curso de la sangre, que envían cía una epistaxis considerable en el mismo momento
las arterias. Tal es la causa de los desordenados mo en que fue recibido en la clínica. En medio do uii
vimientos que presenta el pulso del lado correspon enflaquecimiento general con palidez de la piel , era
diente, cuando la vena está comprimida durante el su pulso vibrante, lleno y frecuente, como en el pri
sístole, de la ingurgitación do los ramos que distri mer enfermo. Se practicó una sangría, y la sangre se
buye la yugular en el carrillo y en la fosa nasal del cubrió de la costra flojísima ; pero esta evacuación
mismo lado, lo que da lugar á la rubicundez y al calor artificial no impidió la vuelta de la hemorragia. La
de este carrillo, y al sentimiento de prurito y de ten intensidad de la fiebre, la dureza y la plenitud del
sión en la fosa nasal correspondiente: en fin, los efec pulso, aumentaron , en vez de disminuir. So volvió á
tos de la compresión reiterada de la vena, que siem eslraer mas sangre, la cual presentó el mismo as
pre va en aumento, ocasionan la hemorragia en dicho pecto ; sin embargo, en vano fue que intentásemos
sitio. Un mecanismo análogo produce la epistaxis, contener la hemorragia por este medio. En fin, aun
cuando un derrame de pus ó de agua en el tórax ó que no existían manchas escorbúticas , como nosotros
una obstrucción de las visceras abdominales dificultan conocíamos la disposición de los habitantes del Míltt-
la dilatación de uno de los pulmones. La compresión nesado á contraer el escorbuto, y por otra parte, el
prolongada y constante de ta subclavia hace vibran caso de que asábamos de hablar se presentó á nues
te al pulso correspondiente, acarrea el entorpeci tra memoria, recurrimos á la quina, á un régimen
miento del braío y el edema de este miembro ó del nutritivo, y al vino generoso, habiendo sido seguido
pecho. LO mismo sucede en la cabeza. Aunque un este tratamiento del mas completo resultado.
grande hombre piensa que el seno longitudinal su 597. PnONÓsuco. — El pronóstico de la epistaxis
perior no tiene su origen en las fosas nasales, ó no re se deduce de lo que hemos dicho acerca del pronós
cibe ninguna vena de estas cavidades, se ve, sin em tico de los flujos en general, y de la naturaleza de las
bargo, en ciertos casos, algunas venas que parten de causas que la producen. Ordinariamente es una en»
la pared superior y anterior de la nariz yniarch chan fermedad poco grave en los niños : y aun se disipa
por sus caras interna y esterna para desembocar en i
318 BIBLIOTECA KCONÓHICA .i. ...
dirección por los progresos de lo edad. Sin embargo, cion hemorrágica con la conversación, la tos, el es
los jóvenes que están sujetos A hemorragias nasales tornudo, y con el tacto. Estaudo todo así dispuesto,
demasiado frecuentes, y que repiten por la mas leve practicamos una sangría , y hacemos que el enfermo
causa, contraen una predisposición á la hemoptisis. La sumerja profundamente los pies en agua tibia. Si es
epistaxis disipa, algunas veces muy pronto, un gran tos medios no bastan, recurrimos ú los remedios es-
número de enlermedades dependientes de un estado tornos.
hiperesténico, de la ingurgitación de los vasos do lu Pero en una epistaxis que haya sido osténica, y
cabeza, y aun la "encefalitis que proviene de esta haya venido á ser asténica , y se acompañe de un
causa. Con mucha frecuencia reemplaza ;í cualquiera pulso débil , vacilante , intermitente, de palidez de
evacuación sanguínea que se haya suprimido ; y en los carrillos, de oscurecimiento de la vista , y de
este caso, si degenera en hábito-, es peligrosa la su- enfriamiento de las estremidades , debemos apresu
presión inconsiderada de este flujo; es seguida de rarnos ú detener la hemorragia . sin pensar en la
varias enfermedades , con particularidad de las que sangría.
tienen su asiento en la cabeza, como el vértigo, la Cuando las causas y los síntomas anuncian una he
• cefalea, los zumbidos de oidos , la amaurosis, el le morragia asténica , debemos seguir Jos principios
targo, la apoplegía, y las convulsiones. Nosotros he generales que ya hemos espuesto (436), y lijar nues
mos visto sobrevenir á consecuencia de ataques epi tra atención en la enfermedad primitiva , en su causa.
lépticos una disfagia grave , que no desapareció hasta Así es , que una mujer, en el momento del parlo,
después de'nucve dias, y que cedió en el momento puede ser acometida de una epistaxis gravísima,
en que se aplicaron algunas sanguijuelas á las venta que no cede por lo común mas que á Beneficio de!
nas de la narij. lin las fiebres asténicas , acompaña parto artificial ; y así es que los vermes y las obs
das de una cefalea intensa, la epistaxis disipa este trucciones ocasionan hemorragias nasales peligro
síntoma, aunque al mismo tiempo agrava la enferme sas, exigen el tratamiento Átt la afección primitiva.
dad esencial. En nuestros dias son mas raras las he Cuando la epistaxis resiste y las fuerzas se aniqui
morragias críticas que antiguamente, porque ahora lan , cuando este flujo no es Habitual y supletorio , es
hacemos uso con mas frecuencia de la sangría en ias necesario emplear sin demora los remedios estemos,
enfermedades esténicas. Por lo demás, esta evacua que se aplican en el mismo sitio de la hemorragia ó
ción artificial 'produce un alivio mas sensible que el en otras partes lejanas. Los tópicos sobre la piel,
flujo espontáneo de igual cantidad de sangre al ,í¡n ejercen comunmente una acción manifiesta sobre los
de la enfermedad , en cuya época el sistema arterial órganos interiores , á causa de la influencia de los
ha entrado en calma. Por otra parte, aun en los ca nervios sobre el sistema vascular, y de la simpatía
sos que exigen las evacuaciones sanguíneas es la que existe entre el órgano cutáneo y las cavidades
epistaxis peligrosa,, porque suele llegar á ser escesiva. tapizadas por sus prolongaciones. Así el vulgo usa
Algunas veces es tan violenta, que resiste á todos las aspersiones de agua tria sobre la espalda del en
nuestros socorros: no faltan ejemplos de hidropesía, fermo, sin que nadie se lo prevenga; este medio,
de consiiuciou , de fiebre lenta, y aun de muertes, útil en la epistaxis adinámica, es nocivo, cuando no
ocasionadas por una hemorragia nasal esccsWa ; no se emplea con oportunidad , en la epistaxis hiperes
sotros hemos, observado varios hechos de este géne lénica'. Se han obtenido escelentes efectos de la apli
ro. En las fiebres asténicas, en la viruela y en el sa cación del hielo machacado , de la nieve sobre los"
rampión maligno, sobre todo en este último exantema, órganos genitales, y do ventosas sobre el hipocondrio
en el escorbuto, en la hidropesía, y en el marasmo, derecho y sobre el occipucio; estos medios obran
las hemorragias nasales destruyen frecuentemente mas bien irritando la piel f ejerciendo una succión
toda esperanza de salvación : en estas enfermedades, sensible en este órgano, que efectuando una revulsión.
solamente los esfuerzos hemorrágicos, una simple re Empleamos algunas veces con éxito las aplicaciones
sudación por la nariz , inspiran serios temores. En reiteradas de agua fria, pura, ó mezclada con el vina
los virjos, es de ordinario laepistaxis signo precursor gre ó con la sal de amoniaco sobre el cráneo, la
de la apoplegía, á menos que sea habitual. frente, la nariz y los carrillos; no -es inútil sumer
S92. Ttatamiento. — La parte mas principal del gir las piernas en agua tibia y colocar ligaduras alro-
tratamiento de la epistaxis , es saber si se debe ó no dedor de los miembros.
suprimir: para determinar la conducta que es pre En los casos graves, es preciso obrar directamente
ciso seguir, hay que tener en consideración las cau sobre el órgano que suministra la hemorragia : por
sas de la hemorragia, la edad, la constitución del lo tanto, se sorbo ó se inyecta en la nariz, primero
enfermo, el hábito que haya podido contraer esta agua fría , á la que so agrega en seguida el al
evacuación, y en fin, la cautidad de sangre que aca eono) y la ictiócola ; en fin , también nos servimos del
ba de perder el individuo, y el estado de sus fuerzas. alcohol puro. ~
Si las causas ó los síntomas anuncian una hemorra Como los líquidos no pueden permanecer por mu
gia, hipereslénica, se halla el reme lio en el mismo cho tiempo en las fosas nasales , es mucho mejor
mal; una evacuación moderada detiene la hemorra hacer uso de lechinos empapados en una solución de
gia y disipa las afecciones que la acompañan ó que alumbre ó de vitriolo blanco impregnados de una
dependen de ella. En los niños no se necesita otro mezcla de alumbre pulverizado y de sangre de, drago,
remedio, y en losliombres robustos y bien nutridos; ó de oíros polvos , é incorporados con la clara do
y por último, en las fiebres esténicas. Cuando se huevo. Se introducen profundamente en las fosas na
teme que en un individuo de buena, constitución sales estos lechinos , so les deja en ellas por cierto
vaya á ser escesiva la hemorragia , principiamos por tiempo, y se les estrae después por medio de un
sustraer al enfermo de todas las causas de irritación, hilo con que se han atado previamente, y cuyo cabo
tales como el calor de la habitación, un régimen de ha quedado fuera para poder tirar' de él. La com
masiado nutritivo, las bebidas espirituosas ó calien presión mecánica que ejercen sobre los vasos es al
tes ; mantenemos la libertad del vientre por medio gunas veces tan eficaz como las sustancias estípticas
de enemas; recomendamos el reposo mas perfecto, (le que van cargados : en efecto , cuando un lechino
tanto del cuerpo como del espíritu; colocamos ¡al demasiado flojo no detiene la hemorragia , otro mas
enfermo en una habitación oscura , y con la cabeza grueso ó mas compacto lo llega ú conseguir. Se sue
elevada ; y procuramos quo no se aumente la irrita- le emplear con éxito el siguiente procedimiento ; se
DE MEDICINA Y CBtUJfA. —FRANK. 319
toma una porción de iutestino de cerdo, desecado abundante, es fácil contenerla; lo cual es digno de
al aire ; se humedece para que se reblandezca , se que se tenga en cuenta.
ata una de sus estremidades, y se introduce con
ayuda do una sonda en la fosa nasal que suministra GENERO
la hemorragia. Por ¡a estremidajl abierta, que queda
fuera do la nariz , se inyecta agua fria , dirigiendo Eslomatorraflia.
este líquido hacia la pared superior de las fosas na
sales, & íin de que ejerza una compresión uniformo. 593. La sangre puede salir espontáneamente de
Comunmente se encuentra en tas personas que su la boca, ó ser arrojada por esta cavidad con los es
cumben á la epistaxis uní dilatado.i , una ingurgi putos. No siempre es fácil descubrir el origen de
tación de los vasos sanguíneos que serpean por la esta evacuación : muchas veces proviene de la gar
cara interna de las alas de la nariz, cerca de sus aber ganta, y el enfermo, asustado, cree que la hemorra
turas: de manera que la compresión ejercida con el gia tiene su asiento en el pulmón; otras, viene real
dedo, bastaría para detener el flujo. mente la sangre de los órganos de la respiración, y
Pero eslos medios son ineficaces cuando los le el médico , engañado , anuncia que es suministrada
chinos no pueden penetrar hasta el sitio en donde se por la cámara posterior de la boca. Algunas peiso^
efectúa la hemorragia. Si está cerrada la abertura ñas, queriendo simular un ataque de epilepsia , po
anterior de las fosas nasales, continúa la evacuación nen en su boca sustancias de un color rojo, y cninc-
con mas violencia por la abertura posterior. La ciru- dio de sus pretendidas convulsiones arrojan una sa
jía nos ofrece en esta circunstancia recursos qui> no liva de c"lor de sangre. Importa, pues, mucho,
debe ignorar el médico. Se tapan las aberturas an asignar á cada flujo el nombre que le conviene y los
teriores y posteriores, a fin de que la sangre se con caracteres que los distinguen de todos los demaS.
crete por el reposo, y forme una masa poliposa que 894. Dkpinhíion. — Llamamos estomalorragia , ó
cierre por sí misma ese trayecto. Este proceder basta hemorragia de la boca , á un flujo sanguíneo que
ordinariamente j pero en fas fiebres asténicas, en la tiene su origen en la cavidad limitada por los labios,
viruela y cn*l sarampión maligno, y en el escorbuto, por los carrillos, por la bóveda palatina, por el vc:
no es raro que, hallando la sangre obstáculo á su sa lo -del paladar, por la epiglotis y por las amígdalas.
lida por un punto , «e abra paso con mas ó menos 598. Especip.s.—Ya hemos dicho que la sangre
violencia por otra via, por los riñónos, por los intes podja llegar á la boca, procedente de las fosas nasa-'
tinos, por el útero ó por los pulmones. Algunas ve les, y del oido interno, á consecuencia de lesiones
ces, en tan fatales circunstancias, cede la hemorra de 1a cabeza. Todo el mundo sabe que los esfuerzos
gia al tratamiento de la enfermedad esencial ; pero de la tos la hacen salir de la laringe, de la tráquea y
también suele resistir á él. de los bronquios, y que el vómito la hace salir asi
Luego que cesa la hemorragia , debe el enfermo mismo del estómago. La sangre que se arroja por la
permanecer por algnn tiempo en el reposo, como asi boca, puede, por lo tanto, provenir- de, diferentes
lo proscribimos nosotros, y dejar á la naturaleza el partes mas ó menos lejanas, y do la misma boca.
cuidado do desprender los coágulos. El tratamiento En este último caso, que es cuando constituye pro
y el régimen de la convalecencia varían , según las piamente la estomalorragia, puede ser el finjo perió
causas de la epistaxis y el, estado de las fuerzas. dico. Vamos, pues, á esponer las principales espe«
Como esta hemorragia tiene una tendencia á la cies do él, indicando al mismo tiempo sus caracteres
recaída, especialmente en los jóvenes, y la mas ligera distintivos y particulares.
causa basta para reproducirla, aun cuando provenga Las venas de los labios y do los carrillos pueden
do una violencia esterior; y como degenera fácil hacerse varicosas. Hará doce años que vimos en Pa
mente en hábito si se la descuida, es muy importante vía á un joven robusto que padecía varices en el la
tratar de impedir la vuolta. Todos los medios no nos bio superior. Dicho labio tenia la apariencia de un
conducen á este fin : el tratamiento profil íctico varía, ancho saco , formado por una membrana delgada y
según que la hemorragia sea activa 6 pasiva , y el trasparente , y lleno de sangre lívida. El tumor des
enfermo se encuentre predispuesto ú padecer una ú cendía por delante de la boca, casi sobre el labio in
otra especie. Es fácil comprender qué régimen le ferior; partían do ól varios venas lívidas, mas bien
conviene. En general, debe el individuo aparlarse, anchas y aplastadas que llenas ó ingurgitadas, y dé
poniendo de su parte los cuidados mas asiduos, de las cuales unas subían bácia l i nariz, y otras serpea
todas las causas capaces do producir la plétora, do ban por la bóveda palatina. Un célebre cirujano os-
escitar fuertemente el sistema circulatorio , o de tirpó el tumor cou todas sus ramificaciones, y el en
atraer la sangre ft la cabeza, de oponer obstáculo'-, á fermo no ha vuelto á tener después ninguna hemor
la circulación en el abdomen ó en los miembros, de ragia. Se han observado varices semejantes en el
impedir la vuelta de h sangre por las venas yugula labio inferior, que formaban un tumor del volúmen
res, ó de alterar las escreciones habituales. de un huevo de gallina, y susceptible de curación
La supresión intempestiva de la hemorragia nasal por medio de una operación análoga. En los autores
exige diferentes remedios, según la naturaleza de la se halla la historia de un hombro sujeto al flujo 'he
enfermedad que ha ocasionado. Comunmente con morroidal, que padecía por intervalos una hemorra- •
viene reproducir la hemorragia, sin que descuidemos gia abundante, procedente de una variz, que tenia en
los demás remedios, especialmente en las inflamacio la cara interna del labio inferior.
nes cerebrales ó do los ojos , dependientes de esta Las observaciones consignadas en las memorias de
causa. Algunas veces se consigue este objeto espo- los médicos, prueban que Semejantes v.riccs pueden
niendo la nariz al vapor del agua caliente, ó por me ocupar la cara interna de los carrillos. Una mujer,
dio do ligeros frotes en este órgano. Cuando se re cuyo padre hábia estado sujeto & esta especie do es-
produce este flujo, p.or medio do los errinos, 6 por li tomatorragia, fue súbitamente atacada de ella en los
introducción de una pluma cortada en furnia de sier dos lados. Si desgarraba el tumor con los dientes y
ra, se suele provocar una hemorragia mas abundante chupaba ra sanare que suministraba, no padecía in
de lo que se desea. Rasta colocar dos sanguijuelas comodidad alguna; cuando no recurría á esté ine>.
en las ventanas déla naris : este medio satisface la dio, el Mimar varicoso aumentaba de volúinrn cada
din y se estendia hasta la campanilla, que se hincha
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lia, so pnnia lívida y muy dolorosa. Muchas veces el variz lívida del grosor de un guisante. Al segundo
tumor amenazó sofocur á la enferma , cerrando la fa diu se abrió espontáneamente este tumor, y se trocó
ringe y la laringe : el individuo se salvó ú beneficio en una pequeña úlcera, sin hemorragia sensible.-
de la escisión dol vértice de la campanilla. Otro en En el escirro de las lónsilas suele cstur rodeada de
fermo no podía masticar ni mover los alimentos en venas varicosas la base de estas glándulas, y conti
su boca, sin que el bolo alimenticio se impregnase núan dando sangre algún tiempo después de la es
de sangre. Esta hemorragia diaria, cuyo origen nd cisión del tumor , cuando se las descuida.
se sabia , habia aniquilado las fuerzas , cuando se En la angina habitual están ordinariamente vari"
descubrió una variz por detras del orificio del con» cosas las venas üe la -laringe, y vierten sangre por la
ducto de Stenon: se aplicó el fuego, que proporcio mas leve causa. Pero las varices pueden existir en
nó la curación. esta parte sin inflamación;' muchas veces forman
Ya hemos hablado do loe varices de la bóveda pa una verdadera red en el fondo de la garganta, y san
latina, que es el sitio que escogen con preferencia en gran espontáneamente. Un médico célebre nos ha
la cavidad de la boca. Un jóven estaba padeciendo dejado la historia de una mujer á quien se habían
por espacio de muchos años una estomntorragia : de suprimido las reglas hacia ocho años, y r/ue arroja
repente, y enmedio de un calor intenso, sin ansiedad ba frecuentemente esputos sanguinolentos , que des
pectoral, arrojó por la boca una cantidad de sangre pués se descubrió su procedencia de una erosión
lun considerable, que hizo temer por su vida. Al de la pared posterior de la faringe. Hemos visto mu
deprimir la lengua, reconoció un cirujano distin chas veces esta especie de estomatorragia', depen
guido que la hemorragia provenia de la misma boca, diente de las varices, sin ninguna ulceración.
Ta cual se detuvo ó beneficio de una inyección alu- 596. Síntomas.—La estomatorragia nu presenta
ininosa. Algunas veces aparecen en el interior de otros síntomas que los que acompañan á ta epistaxis ó
los carrillos, y por. debajo de la bóveda del paladar, á la enfermedad esencial de que dependen : muchísi
vesículas que se rompen en ciertos casos periódica mas veces no la anuncia ningún signo precursor.
mente y vierten sangre en abundancia. Se han so Ordinariamente la congestión ó el aflujo de la sangro
lido ver por debajo de la bóveda palatina tumores ocasiona cefalalgia, vértigos, rubicundoz cu la cora,
blanquecinos, semejantes á los abscesos, que al abrir zumbido de oido^, sensación de calor, de tensión,
se suministraban sangre en vez de pus. de titilación y de prurito en la garganta, en la boca
Las encias son también en ciertos casos el asiento y en las encías. Mientras mas abundante es lit hemor
de una hemorragia, como lo veremos en la historia ragia y mas próxima está su fuente á la laringe, mas
del escorbuto: ¡i esta hemorragia se le ha dude el frecuente es lu tos, especialmen!e cuando el eofermo
nombre de estoinacace. Pero este llujo reconoce' está acostado de espaldas. Si la sangro cae por de
otras causas; se han visto salir de venas varicosas tras en la faringe, provoca náuseas y vómitos; y du
de las encias algunas libras de sangre, á consecucu- rante el sueño se precipita en el estómago, de donde
cia de la supresión de las reglas, ó de las hemor es espelida en cuajaroues por un vómito que deter
roides. mina la entrada de una nueva cantidad de sangre.
La estraccion de un diento da lugar en muchas Y hé aquí el origen de tuntas dificultados como se
ocasiones á hemorragias considerables, y algunas encuentran en muchos casos para distinguir la esto
■veces mortales, á pesur del pequeño calibre de la matorragia de la hemoptisis y de la hematemesis. No
arteria alveolar. Nosotros hemos conocido á una se obstante , en general, la sola inspección de la boca,
ñora de alta clase, que estando embarazada perdió limpia previamente por medio de gargarismos, basta
durante una noche seis libras de sangre, aconte pura descubrir el sitio que suministra la sangre; ó
cuencia de dicha operación, practicada contra nues Lien el conocimiento de las predisposiciones indivi
tra voluntad. También hay casos en que la hemorra» duales y de las enfermedades anteriores, y el exárnen
gia se renueva con violencia al tercero , al quinto ó de los síntomas y de las causas, esclarecen el diag
al octavo día después de la estraccion de una mue nóstico. Debemos estar seguros de que la sangre
la. Por último, también puede salir la sangre por proviene de la boca, si inclinando la cabeza hacia
entre el diente y la encía desprendida, y esta he adelante cesan la tos y el vómito , aunque continúe
morragia puede ser lan abundante, que ponga al pa el flujo. La sangre no es espumosa, aun cuando se
ciente en el último eslremo. arroje en pequeña cantidad; su espulsion uo se
La lengua, que recibe vasos considerables, puede acompaña de lonquera, como en la hemoptisis; es
igualmente llegar á ser el asiento de una violenta puru, do color de púrpura, fluida, siu m;zcia íntima
hemorragia. En la sangría do las venas raninas, en de mucosidades ni de saliva : sale por esptúcion. Los
la sección ó en la desgarradura del frenülo, se sue alimentos , las bebidas y los gargarismos ocasionan
len interesar las arterias linguales, lo que da lugar con frecuencia dolor en el sitio en que se efectúala
á una cstomalorragia peligrosa ; lu abertura de las hemorragia. Ptr lo demás, en otro sitio establecere
venas puede asimismo tener fatales resultados. Bu mos el diagnóstico diferencial de estas afecciones,
las convulsiones epilépticas no es raro que se hiera al hablar de la hemoptisis y de la hematemesis.
la lengua, y aun se desgarre con los dientes. La 597. Causas.— Como hemos dicho relativamente
escirros, los tumores, las úlceras carciuomatosas, á la etiología de los flujos sanguíneos, la estomator
escorbúticas ó escrofulosas de este órgano, son acom ragia, es por lo común sintomática del escorbuto, ó
pañadas comunmente de varices y de hemorragias. de la supresión de una hemorragia habitual ó natu
Nosotros hemos visto terminar la glositis por gan ral. Por esto algunos médicos de la mas remota an
grena, seguida de un flujo sanguíneo mortal. La tigüedad la llamaron hemorroides de la boca, cuan
lengua suele herirse con los dientes durante la mas do la estomatorragia eru ocasionada por la falla del
ticación; y cuando estos esliíu mal dispuestos ó ca flujo hemorroidal en las personas habituadas á él.
riados, ó son muy puntiagudos, da lugar üicha lesión Las demás causas de la estomatorragia se han es-
á una efusión de sanare. Lo misino suelen producir puesto al hablar do sus diversas especies; las prin
los cálculos que se forman por debajo de este órga cipales son : la caries ó la estraccion de un diente,
no. Acabamos de ver tí un hombre á quien sobre el desprendimiento de las encías, irnu lesión de los
vino, en el borde izquierdo de la lengua, sin causa alveolos, da lu mandíbulu inferior , del paladar ó de
conocida y en el espacio de veinticuatro horas, una la lengua ; lu caries de los huesos palatinos, una úl
DE MEDICINA Y CIBUJU.—-FRANK. 321
cera sórdida , profunda 6 carcinomatosa de la boca; Sin embargo , en la hemorragia de la tráquea es
los tumores y los cálculos formados en esta cavidad. menos de temer la tisis ulcerosa, siquiera haya al
¿Puedo pasar la sangre desde el oído interno á la bo gunos ejemplos de esta terminación fatal. En genera!,
ca por la trompa de Eustaquio? La salida del moco estas dos hemorragias no son igualmente graves.
de la sanios por dieba via en otras enfermedades, 601. PBBmsposicioNKs.— Si se considera el ¿ejido
hace verosímil esta suposición. Los antiguos creye esponjoso y flojo del pulmón, la importancia de este
ron que la estomatorragia podia depender de la pi órgano, tan prójimo al corazón, provisto de grandes
cadura de una sauguijuola; pero pudieron muy bien arterias, de venas mucho mas pequeñas , destinadas
equivocarse al ver algún coágulo de sangre. Noso á dar paso á toda la masa de los humores; si se pien
tros consideramos sospechosa la historia de aquella sa con qué facilidad pasa el líquido inyectado en los
sanguijuela que, habiéndose tragado en las bebidas, esperimentos anatómicos, desde la arteria pulmonar
se cuenta que subió desde el estómago á la garganta, al parénquima del pulmón, y al canal aéreo , y cuan
en donde ocasionó una hemorragia. fácil es también el paso de las inyecciones de agua ó
598. Pronostico.—El pronóstico ,de las estoma- do ictiocola, desde los bronquios á la arteria pul
torragias simpáticas no se diferencia del de la afec monar, desde la tráquea á las venas del pulmón , ó
ción principal; y el de las estomatorragias primitivas, desde estas venas á la tráquea y á las vesículas aéreas;
que son muy raras, se deduce de los principios ge si se nos representa la viva sensibilidad de la mem
nerales que hemos establecido (583). brana mucosa de los bronquios, cuya membrana so
599. Tratamiento. —Los preceptos generales que lo mantiene relaciones con el aire; si se atiende á
hemos dado sobre la terapéutica de los flujos (466, las causas morbosas, á las violencias ó que está es
58i), bastan para dirigir al médico en la curación de puesto el órgano respiratorio, y en lin, á las simpa
la estomatorragia. El tratamiento que conviene en tías que le unen tan estrechamente con toda la eco
esta afección, cuando es sintomática, debe referirse nomía , no deberá sorprender que consideremos la
al de la enfermedad esencial. La primera indicación hemoptisis como la hemorragia mas frecuente , des
consiste en combatir la causa: la segunda en dete pués de la epistaxis, y como el mas grave délos flu
ner el (lujo , cuando es tan abundante que puede jos sanguíneos. Hay épocas en la vida en que es
hacer temer por el enfermo. Se llega (i este objeto muy rara esta afección; hay otras en que no es fre»
por los medios estemos ó quirúrgicos , mas bien cuente: tales son la infancia y la vejez; en estos dos
uue por los remedios internos. En general , después períodos de la vida humana, tienen lugar las hemor
de haber removido las causas esternas que impiden ragias por otras Yias. La hemoptisis ejerce sus es
la circulación en los vasos de la boca, ó se oponen á tragos desde los diez y sois hasta los treinta y seis
su contracción, se obtienen buenos efectos de los años: acometo á los jóvenes que tienen la tez sonro-
astringentes , tales como el agua fría, el vinagre su sada? la piel blanca y delicada, y el carácter alegre;
perior, una solución de alumbre, de vitriolo blanco, les individuos del sexo masculino la padecen mas
de azúcar de saturno, ó del alcohol rectificado: se que las jóvenes, que se libertan de ella á causa del
mantienen estos líquidos en la boca, y nos servimos (lujo menstrual. Pero esta hemorragia no perdona ni
también de ellos para tocar el sitio en que sale la edad , ni sexo , asi como la tisis pulmonar quo la
sangre. Se abren las flictenas llenas de este líquido, acompaña: los niños y los viejos, los hombres y las
para disipar las incomodidades que produce su pre mujeres, los individuos débiles y las peisonns ro
sencia ; y se destruyen por medio del hierro ó del bustas, son igualmente sus víctimas, mas tarde ó ufas
fuego las varices que sangran. Como la caida de la temprano. La hemoptisis reina con especialidad en
escara renueva muchas veces la hemorragia, se de ciertas comarcas, aunque'el aire no presente ninguna
be preferir al cauterio actual la compresión, cuando alteración particular. Se ven familias . de las cuales
es practicable. Los mejores estípticos, y aun el fuego, casi todos sus miembros, por una predisposición he
suelen no bastar para contener la hemorragia que reditaria, sucumben en lo mas florido de la edad á
existe en un alveolo, mientras que un pelotón de lii- esta hemorragia, ó á la tisis, que es su efecto ó su
ó una bola de papel mascado , ó de una mate causa. Pero independientemente de este derecho here
ria emplástica, que llenen completamente la cavidad, ditario, los niños sujetos á la epistaxis , do elevada
ó la aplicación de un instrumento particular y des estatura, cuyo acrecentamiento ha sido muy rápido,
tinado á este uso, del dedo, etc., produce los mas sa que tienen el cuello largo, el pecho deprimido , los
tisfactorios resultados, omóplatos separados del tronco en forma de alas, y
las mejillas de color de rosa; casi todos estos nikos
TERCERO. padecen por la causa mas ligera la hemoptisis, y pe
recen consumidos por la ulceración que acarrea.-
Pneumorragia ó hemoptisis. 002. Definición. — La pneumorragia consiste,
pues, en la salida de sangre pura, suministrada po
600. Si se compara lo que acabamos de de« la tráquea ó por los bronquios, ordinariamente Huida,
cir sobro la estomatorragia o espuicion de sangre, espumosa y bermeja, presentando, sin embargo, en
con la enfermedad en que la sangre sale del pul otras ocasiones caractéres diferentes ; es precedida
món por los esfuerzos de la tos , se concebirá fá de una titilación en la garganta, algunas veces de
cilmente cuan poco conviene el nombre de hemopti una sensación de calor , de constricción ó de dolor
sis & esta última afección, puesto que no consisto en en el pecho, y ocasionada por una fuerte inspiración
una espuicion de sangre, y cuán preferible es la de ó por las sacudidas de la tos.
nominación de pneumorragia, ó hemorragia del pul 603. Especies.—Esta afección puede ser primiti
món. A la larga infancia do la semeióplica se debe va ó secundaria, y en uno y otro caso, dependiente
atribuir la necesidad en que nos vemos, por falta de de un vicio local ó general , con exaltación ó dimi
signos distintivos constantes y ciertos , de reunir nución de las fuerzas. Causas muy ligeras, bastan
bajo el mismo nombre la hemorragia de la tráquea y para determinar la recaída y hacer habitual la he
ta del pulmón. Por lo demás, este órgano no se dife morragia. Algunas veces es suplementaria la hemop
rencia del conducto aéreo mas que por la multitud tisis de otra evacuación sanguínea periódica , cuya
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nos limitaremos ú iudicar aquí: y es cuando la san iíii la hemoptisis abundante y súbita, no es raro que
gre se derrama en la pleura. Sobreviene frecuente el enfermo ofrezca las apariencias de uno muerte pró
mente en las peripneumonías, en el hidrotorax agudo xima ; como postración de fuerzas , palidez general,
formado por la trasudación de una serosidad sangui enfriamiento de las estremidades, convulsiones y sín
nolenta sobre la cara esterna del pulmón. Algunas ve cope. Tenemos varios ejemplos de personas quo han
ces se baila una colección de sangro pura; nosotros muerto sofocadas por la gran cantidad de sangre , á
liemos visto eu otras enfermedades efectuarse súbita que no puede dar paso la laringe: esto acontece con
mente un derrame sanguíneo , sin que la autopsia particularidad en los individuos á quienes sorprende
descubriese ninguna lesión manifiesta de los vasos. la hemoptisis en un profundo sueño ; en los enfermos
Hemos observado este accidente d consecuencia del débiles , sobre todo , si permanecen acostados sobre
aplanamiento repentino do un tumor inflamatorio la espalda. Algunas veces el sincope contiene la he
del testículo. En el escorbuto liemos encontrado al morragia; otras, es seguido el primer ataque, ni cabo
gunas veces derrames análogos, y cuya materia pro do algunas horas, de varios otros mas intensos. Por
venia de la sustancia de los pulmones. Ya se rom lo común arroja el enfermo, durante algunos dias
pen los vasos esteriores, y sobreviene un aneurisma, cierta cantidad de sangre bermeja , ú oscura y no-
ó varices; ya una vómica , un absceso, ó una úlcera, gruzca, mezclada de mucosidades de color do rosa:
corroen los vasos; en fin, hay casos en que sé mani esta escrecion se acompaña de liebre , ordinariamente
fiestan en la superficie de los pulmonei, vejigas que muy manifiesta, y caracterizada por un pulso fre
contienen sangre en vez de serosidad, y la vierten ert cuente, duro y comprimido; dolor y ansiedad en el
la cavidad torácica. También suele penetrar la san pecho, cefalalgia, con rubicundez del rostro y ess
gre en el parénquima del pulmón. fuerzos repetidos do una tos fatigosa. La sangro que
604. Síntomas.—No es raro que suba la sangre sale al principio, ó al menos en una época no muy
sin ninguna sensación penosa en el tórax, á lo largo avanzada, se cubre de una costra muy sólida, lo cual
del canal aéreo hasta la garganta, en donde ocasio anuncia un estado inflamatorio ; pero la inflamación
na cosquilleo, y un gusto dulzacbo ó salado. Los mis latente de) pulmón y su ulceración próxima se de
mos enfermos nos han afirmado este hecho. muestran mejor por la persistencia de la fiebre , da
Pero lo mas común es que la hemoptisis vaya pre la tos, de la dispnea, después de la hemorragia y do
cedida de los signos precursores que presentan los la sangría.
demás flujos sanguíneos, tales como horripilaciones' Muchas personas viven por un lurgo especio do
ligeras , laxitudes , calor y coloración momentáneas tiempo sujetas á una hemoptisis, algunas veces perió
de la cara , cefalalgia , díspnea poco considerable ó dica, exenta de los graves accidentes , de quo acaba
muy manifiesta, tos seca < ansiedad, calor interior, mos de hablar, de fiebre, y de toda alteración del
sensación de tensión , de ardor y de dolor en el es órgano pulmonar. Esta éníermedad debe inspirar sin
ternón, hacia la espalda, cerca de las paletillas ó en duda mas temores que cualquiera otra, pero muchas
lo profundo del pecho ; frió de las estreniidades, ori veces son exagerados, y por lo tanto funestos al enfer
nas pálidas, algunas voces fiebre ligera, y palpitacio mo, induciendo al módico á prescribir inoportuna
nes de corazón. mente las sangrías ó los astringentes. En las mujeres
La vista del primer espulo ocasiona varios síntomas en quienes son poco abundantes los menstruos, ó están
que no pertenecen á la enfermedad , pues dependen suprimidos, y en las que eslán embarazadas ; en los
solamente del temor del enfermo , y oscurecen el hombres privados de un flujo hemorroidal habitual,
diagnóstico. La sensación de un estímulo fijo en la es llevada la sangre en ciertas épocas A los pulmones
garganta provoca una tos involuntaria y cruelísima: sin ocasionar ningún accidente, y produce una hemop
sise quiere contener ó limitarla á ligeros esfuerzos, se tisis, sometida á las mismas leyes que la evacuación pri
esperiinenta un ruido desagradable en la tráquea , ó mitiva. Este líquido proviene de los orificios dilata
un hervidero, seguidos del aumento de la díspnea; dos de las venas , según algunos médicos , y según
en fin, una fuerte inspiración produce una sacudida nuestro parecer, por Tos poros de las arterias: es una
convulsiva y general del tórax, ó Una tos violenta: la secreción saludable que íe efectúa sin alteración ma
sangre es arrojada en diversos accesos, después de al nifiesta del órgano. En la clínica de Pavía se presentó
gunos intervalos de reposo; es líquida, bermeja, espu nnajóven cuyas reglas estaban suprimidas hncia ya
mosa, cuando sale una pequeña cantidad, ó cuando mucho tiempo; tenia á la sazón fiebro. Después dé
siendo suministrada por los pequeños vasos , se der la curación de esta última enfermedad , fue atacada,
rama lentamente en ios bronquios. Guando la hemor contra lo que nosotros esperábamos, de un acceso de
ragia es considerable y proviene de la lesión do algún asma, con tos y esputos de sangre : entonces nos dijo
vaso importante, la sangre llena las divisiones bron • la enferma que estos ataques se repetían desde mu
quiales, penetra en la sustancia del pulmón afectado, cho tiempo antes, cada roes y siguiendo el órden de
y aun en la del pulmón sano; por último refluye , y los peí iodos menstruales; que eran acompañados di
en medio de una estrema ansiedad pectoral , de una chos accidentes de una hemorragia abundante , qna
violenta contracción del diafragma, algunas veces sin reemplazaba á las reglas, sin acarrear el mas míuimo
tos manifiesta, solamente por el movimiento de la es trastorno en su salud. Come se quejaba do una dispnoa
piración, subo á borbotones por la tráquea y la larin mayor que de coslumbrd , y ol pulso era lleno, fre
ge, y se escapa por la boca y por la nariz, en parte cuente y vibrante, y como ademas la jóven era de
líquida y bermeja, y en parte coagulada y negra. constitución robusta, practicamos una sangría del'pie,
Puede caer cierta cantidad de sangro en la faringe, conforme á la teoría médica adoptada para las muje
y provocar un vómito considerable: los alimentos ar res. Apenas habían salido algunas onzas de sangre,
rojados del estómago se mezclan á su paso con la cuaudo sintió la enferma reperitiuamente un dolor
sangre que sale por la tráquea, lo cual hace dudar intenso en el epigastrio : este síntoma desapareció al
al médico sobre la procedencia de la hemorragia, cabo de algunos segundos, y fue reemplazado por otro
porque la tos puede ser efecto del vómito, y al con dolor violento en hi región uterina. La enferma daba
trario. Se encuentra una duda semejante , cuando la gritos furiosos, pero en el mismo instante principió
violencia de la tos determina al mismo tiempo la epis á salir sangro por la vagina, lo quo hizo rosar la he
taxis: entonces es muy fácil caer en el error, y creer al moptisis y el asma. Nosotros atribuimos esto feliz su
pulmón intacto, porque la nariz está afectada. ceso á la naturaleau, pues hnbia llegado la época del

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DE MEDICINA T CmUJÍA.—FRANK. 323
[lujo iiieostrual, y uo á la sanaría practicada casual- propios á esta afección, esperimenta uu sentimiento
mente en aquella circunstancia : consideramos la des de titilación, de calor, de ardor, de dolor, etc. , en la
aparición de los accidentes del pecho, como el efecto tráquea, sin tos, ó si la hay, es muy ligera ; cuando
de la vuelta espontánea de las reglas; pero lo que la sangre es arrojada sin esfuerzo, y los síntomas des
después ocurrió nos hizo ver lo contrario. Al dia si- aparecen con la hemoptisis, sin que quede tos, ni disp-
guicnto se suspendió la evacuación , y reapareció el nea, ni fiebre; cuando la enfermedad dura mucho
asma y la hemoptisis. Volvimos á practicar la sangría tiempo sin que se manifiesten los síntomas de la al
del pie, y se obtuvieron de esta operación los mismos teración del pulmón, lodo induce á creer que la san
resultados que en la víspera : apenas comenzó á salir are es suministrada por la tráquea. Se ha dicho sin
la sangre , esperimontó la enferma sucesivamente el fundamento quo la hemoptisis traqueal era menos
dolor del epigastrio y ol de la región del útero, y las abundante que la hemoptisis pulmonar; poro así co
reglas volvierou á tomar su curso, disipando también mo la sangre puede venir de los bronquios en corta
los síntomas pectorales. La joven volvió al seno de su cantidad , de la misma manera las varices del'canal
familia ; pero temiendo que seallerasc su salud con el aéreo, la lesión do las arterias, la abertura de un
abuso de las sangrías en las épocas menstruales , la aneurisma de la carótida en su cavidad, pueden ver
aconse|amos|quc sustituyese este medio por los pedilu ter en ella sangre en abundancia.
vios tibios. Su médico de cabecera nos ha referido 80G. Causas. —No tenemos necesidad de repetir
que esta práctica había sido varias veces coronada de aquí lo que hemos dicho en otra parte (164, 582),
éxito, y que el individuo se hallaba perfectamente res pero creemos deber esponer las principales causas
tablecido. de la hemoptisis. Colocamos en este numero á las
60U. Diagnóstico de i a iieboptisis traqueal. — violencias esternas ejercidas sobre los órganos de la
Hay casos en quo la hemoptisis no es muy grave : y respiración, como una herida, una contusión, un gol
estos son, aquellos en que la sangre proviene de la pe; la estrechez, la depresión, y en una palabra, la
tráquea , ó do la laringe. Algunas razones tenemos mala conformación del tórax; una fractura del ester
para suponer que este líquido no reconoce otro orí- nón ó de las costillas; los osfuerzos demasiado con
gon en un gran número de hemoptisis que no se siderables en un parto laborioso, ó para la cscrecion
acompañan de ninguna sensación desagradable en el de las materias fecales, etc.; el tocar instrumentos
pecho, y que no alteran nada la salud. Si el carácter de viento, un ejercicio violento y prolongado de la voz,
espumoso de los esputos pareco anunciar en muchos sobre todo los gritos sostenidos durante la agitación
casos todo lo contrario, también debemos tenor pre de la cólera, un canto forzado etc.; la presencia de
sente que cuando la hemorragia traqueal es muy un cuerno estraño en la» vias aéreas los accesos vio
abundante, desciendo la sangre á los bronquios, y lentos de tos, la inspiración del humo, do los va
míe batida con cierta cantidad de airo porlassacu pores nitrosos ó sulfurosos, etc., los estornudos y la
(lidas de la tos, debe salir en seguida mezclada de risa inmoderada; un ejercicio penoso, como la car
espuma. Hemos visto á varios enfermos que arroja rera, la lucha, la equitación, los vaivenes de un car
ban la sangre en pequeña cantidad por medio de ligo- ruaje sobre un camino pedregoso, el juego de pelota;
ros esfuerzos de tos, que acusaban un dolor Gjo, una un estado de sensibilidad ó de debilidad en los ór
titilación y un sentimiento de lesión en la tráquea, 6 ganos pulmonares, consecuencia de enfermedades
indicaban el sitio do donde salla la sangre. En ciertos anteriores, como los catarros las peripneumonias rei
casos es arrojado este líquido sin tos manifiesta, sin teradas, una congestión dependiente de la supresión
la ayuda de una fuerte inspiración, y sin que la pri- de una hemorragia natural ó habitual, el asma, la
mcr "loada sea empujada , digámoslo así, por la se tisis pituitosa, los tumores en el pecho, el aneuris
gunda: nosotros creemos que al salir la sangro en ma del corazón ó do los vasos gruesos, los esteato
noqueña cantidad y sin violencia, las capas muscu mas, la» varices, las vómicas, los tubérculos, la he-
losas 'de la tráquea, aunquo limitadas en sus movi patizacion del pulmón, el hidrotorax, el hidroperi-
mientos por los aros cartilaginosos, elevan este liqui cardias, el empierna, los cálculos, las concreciones
do de anillo en anillo hasta la laringe. Este mecanis tofáceas ó calculosas en los bronquios; la acción del
mo es incontestable en el exófago en los hombres que virus sifilítico sobre el pulmón, la supresión de los
padecen inericismo : no se pondrá en duda que este herpes, y las diversas afecciones cutáneas ó su pro
movimiento retrógrado puede existir en la tráquea, pagación al órgano pulmonar, los infartos abdomi
pues lo demuestra la esperiencia, y si se reflexiona nales, sobre todo, el del hígado ó del bazo el desar
que el conducto aéreo tiene libras musculosas 'que le rollo del útero, los tumores escirrosos ó adiposos, las
costriñen, y pueden reducirlo áun grado de estrechez colecciones de agua en el vientre, los espasmos do
considerable. esta cavidad; el enfriamiento do las estremidades,
Pero aunque la hemoptisis que trae su origen del los baños frios, los vestidos estrechos, y especialmen
conducto aéreo no presente tos ni ansiedad pectoral; te los corsés: en fin, todo lo quo puede determinar
aunque el enfermo osperimente solo una titilación, el aflujo de la sangre al pecho, ya irritando los órga
un sentimiento de calor ó do ardor en un punto fijo nos quo encierra, ya impidiendo la circulación en
de la tráquea ó de la laringe, con todo , la presencia las partes lejanas. El uso premaluro ó el esceso en
de la tos no es una prueba cierta de la hemoptisis los placeres venéreos, especialmente el onanismo,
pulmonar. En efecto , cuando, como lo acabamos de ejercen una acción manifiesta sobre el pulmón, como
decir, U sangro sale con abundancia ó impetuosidad lo prueba la multitud de individuos que padecen he
de los vasos de la tráquea, cae con mucha facilidad moptisis por esta causa, y aun la tisis pulmonar. He
ofl los bronquios, y provoca la tos. La irritación sola mos conocido á una nni|or quo espectoraba sangre
del conducto aéreo basta para determinarla, como la siempre que se entregaba á los placeres conyugales
afección del pulmón basia para producir accidentes durante los calores deiestio; sin embargo, ha gozado
morbosos en la tráquea y en la laringe , sin que estos hasta ahora de una constitución robusta.
órganos padezcan la menor alteración. Lo que lleva 007. Pronóstico.— Lo que acabamos de decir,
mos dicho prueba cuán difícil es descubrir el asiento sobre todo relativamente álas causa? de la hemopti
de la hemoptisis. En resúmen, cuando el enfermo no sis, esclarece suficientemente el pronóstico de esta
ha estado sometido á las causas de la mieumorragia afección. Los hombers predispuestos á padecer la
ornas tisis
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de los tubérculos ó de una sensibilidad morbosa del debemos interrogar al temperamento del individuo,
pulmón, no deben esperar una curación sólida. Cuan á las causas que han ocasionado ó que mantienen la
do el enfermo hu estado sujeto durante sus primeros hemoptisis ; y por último, examinar el carácter de
años á hemorragias nasales frecuentes, y posterior esta afección , el estado de las fuerzas, y los acciden
mente á la hemoptisis, es de temer que no se pueda tes que son de. temer. En general, importa mucho
dominar eso hábito vieioso, yquese afecte el pulmón.- despojar desde luego al enfermo de sus vestidos y de
Se debe esperar esta degeneración, cuando la espec- todo lo que puede comprimir los vasos; hacerle
toracion sanguínea es copiosa, acompafiadade liebre, adoptar una posiciou recia, enmedio de una atmós
de ansiedad pectoral, sobre todo si la liebre, la tos, fera fresca , recomendarle el reposo del cuerpo y
la dispneay el dolor, continúan por algunosdias después del espíritu, y un silencio absoluto; prohibirle las
de la cesación déla hemorragia, y cuando se mani bebidas calientes ó capaces de provocar la tos, co
fiestan síntomas de fiebre lenta ó de tisis pulmonar. mo los ácidos. ' v-:
El individuo se encuentra en una situación muy Si el sugeto es jóven , robusto ó pletórico ; sí la
triste cuando la hemoptisis es violenta, sujeta á con hemorragia ha sido ocasionada por la supresión de un
tinuos accesos, y cuando se escapa á borbotones flujo sanguíneo, por un ejercicio violento ó por el
una gran cantidad de sangre bermeja por las vias abuso de las bebidas espirituosas; si la sangre no es
aéreas; cuando se enfrian las estremidades y sobre arrojada con demasiada violencia ; en una palabra,
vienen vómitos, frecuentes lipotimias, que no detie en los casos de hincrestenia, hay que abstenerse de
nen la hemorragia, y convulsiones. Lo mismo suce los oscilantes y de los astringentes, y practicar una
de sí las causas de estos accidentes no están al al copiosa sangría del brazo , á pesar de la pequenez
cance de los remedios que el arte ofrece. del pulso y la palidez del rostro, epifenómenos pro
No, obstante, no vamos é exajerar los temores en ducidos por el terror. Si á consecuencia de esta eva
perjuicio del enfermo rnas allá de lo que permiten cuación artificial se eleva el pulso y adquiere mayor
la razón y la esperiencia. Muchas veces las embara fuerza; si la fiebre, la dispnea, y el ardor en el tórax,
zadas están sujetas hasta después del parto á una he persisten con intensidad, se debe repetir la sangría,
moptisis, que no es muy grave, siendo moderada. y prescribir un régimen tenue, y remedios tempe -
Aquellas & quienes se les lia suprimido el flujo pe rantes ; la constipación se combato con enemas , y
riódico, las jóvenes que no tienen aun la menstrua por último , ¡se deben dar pediluvios solamente ti
ción, esperimentan frecuentemente en las épocas bios, por temor de que irriten en vez -de obrar una
menstruales una hemorragia pulmonar, exenta de revulsión.
todo accidente. En los hombres, es reemplazado el flu Deberemos seguir otro método cuando la hemop
jo hemorroidal porla hemoptisis, aunque, según nues tisis, á consecuencia de una pérdida considerable de
tras observaciones, esto es muy raro. En algunos ca sangre, pase rápidamente de la hiperestenia á la as
sos de peripneumouía, arrojan los enfermos una can tenia, ó cuando la naturaleza de las causas ó la cons
tidad muy considerable de sangre; esta espectoracion titución del enfermo la presten desdo el principio
sanguínea, que no se considera como una hemopti el carácter adinámico. La primera indicación que
sis, es provechosa cuando es moderada; y es prefe hay que satisfacer entonces, es la de detener la san
rible á la falta de los esputos. La hemoptisis produ gre, sin pensar en la sangría. Se colocan ligaduras
cida por una violencia esterior ejercida sobre el tó alrededor de los miembros por encima de las rodillas
rax, es por lo común menos grave que la que de y de los codos; se prescriben bebidas frias, cuya tem
pende de causas internas. Los hombres robustos que peratura se va disminuyendo insensiblemente hasta
so entregan á ejercicios algo violentos, ó á las bebidas llegar á la del hielo , y se administran en abundan
espirituosas, suelen padecer una hemoptisis traqueal cia , pero en pequeñas cantidades de cada vez y á
ó pulmonar, sin recaída y sin otras consecuencias en intervalos muy cortos. En un caso urgente, se aplica
los órganos respiratorios. Lo que ha hecho tan grave al pecho frecuentemente con el mejor éxito el hie
el pronóstico de la hemoptisis, es la desgraciada ter lo machacado. Los astringentes, en estas circunstan
minación en un gran número de personas que tenían cias, son útiles, según unos, y nocivos según otros.
ya tubérculos en el pulmón, ó una predisposición En una astenia declarada los que estimulan fuerte
hereditaria ó congénita á padecer la tisis: de aquí mente no pueden convenir ; pero se obtienen buenos
provienen los fatales resultados que ocasiona su su efectos de los que ejercen una acción proporcionada
presión prematura en los casos en que era necesaria al grado de csci labilidad: se principia, pues, por los
su mas suaves, para llegar sucesivamente á los mas ac
La hemoptisis traqueal ó laríngea, bien confirma tivos. Se administra el ácido sulfúrico mezclado a
da, es mucho menos grave que la hemoptisis pul partes iguales con el alcohol en a^na mucilaginosa
monar. Sin embargo, cuando procede de una lesión con la adición de la goma arábiga o con el cocimien
considerable de los vasos, de una causa tenaz que to de salep; es preciso cuidar mucho de que el
hace temer la ulceración, puede ser su consecuencia ácido no provoque la tos. Algunas veces se prescribe
la tisis traqueal : nosotros liemos observado algunos con éxito la infusión de la digital purpúrea , prepa
casos de esta degeneración. •■■ rada con un escrúpulo] de esta planta; se le agrega el
608. Tratamiento.—En el tratamiento de la he agua de canela simple, de quince á veinte gotas do
moptisis es necesario recordar los preceptos princi tintura dé opio, y un jarabe cualquiera. Cuando la
pales que hemos establecido sobre la terapéutica de dispnea no es considerable, es útil administrar el es-
los flujos sanguíneos (166, 584), y fijarjespecialmente tracto de quina con alumbre, el suero con esta últi
la atención en las causas de la hemorragia. Los me ma sustancia, etc.; en estos casos es cuando se ob
dios que se emplean durante la hemoptisis , difieren tienen bueuos efectos del agua vulneraria de Roma,
de los que convienen después de su cesación , y de de la que abusan tan frecuentemente los habitantes
los que están indicados para prevenir su vuelta', ó del Miianesado en las hemoptisis activas : no pode
para oponerse á las degeneraciones que puede acar mos negar la acción del alcohol, pero el nitro no au
rear. menta seguramente su eficacia. Una multitud de es-
I A lu invasión de la hemorragia , debemos apresu perieucias demuestran las ventajas del vino contra las
rarnos á administrar los remedios convenientes, jiero hemorragias de las visceras, observadas en el escor
con precaución, y sin turbarnos al frente del peligro; buto y cu las liebres asténicas. El jugo de ortiga, tan
DE MEDICINA Y CIBU1ÍA.—FRANK. 325
comunmente empleado en otro ¡tiempo en Italia , no Este método previene las graves degeneraciones de
posee grandes virtudes. Ya hemos alabado los eméti la hemoptisis y su funesto paso á la tisis pulmonar.
cos en los flujos pasivos, sobre todo, la ipecacuana á Pero todos los socorros de la medicina serán insufi
pequeñas dosis ; pero es preciso administrarlos con cientes, si el enfermo no so pone al abrigo de las cau
prudencia para que no csciten el vómito. Médicos sas que pueden acarrear una recaída. Todos los cui
célebres lian aconsejado los vomitivos en ciertas he dados son supeiiluos, cuando existe una predisposición
moptisis , especialmente cuando parecían depender hereditaria : vemos familias , dé las cuales todos sus
de las saburras gástricas'; pero el fuego está aquí individuos caen, á pesar del mejor género de vida,
oculto por las cenizas, y ademas, nunca conocemos en una tisis pulmonar, ordinariamente procedida de
tan perfectamente las causas, que podamos asegurar una hemoptisis, que es mas bien el signo precursor,
que los síntomas gástricos sean efecto de la hemopti que la causa primitiva. Pero hay personas que pueden
sis, y que el emético no podrá ser mortal. Cuando abrigar la esperanza de salvarse siguiendo rigorosa
la hemorragia proviene de una afección espasmódica, mente los preceptos que espondremos eu el artículo
sobre todo del vientre, ó cuando su intensidad ha de la tisis pulmonar. Hó aquí á lo que se reducen: el
aumentado á causa de una irritación convulsiva de convaleciente de la hemoptisis debe, cuanto le sea
la laringe, debemos administrar el aceite de linaza, posible, sustraerse á la acción de una atmósfera fría,
o de almendras dulces, la emulsión gomosa mezclada variable, de la atmósfera de las montañas , y respirar
con la poción narcótica, y las lavativas de la misma en el campo, en un vasto horizonte, un aire mas puro;
naturaleza- La supresión do los meustruos, délas renunciar á los vestidos estrechos, y á las ropas li
hemorroides, exige la aplicación de sanguijuelas & geras que se usan en el verano ; preservarse del re
la vulva ó al ano; pero en la hemoptisis asténica, es friamiento repentinojde la superficie cutánea, especial
poco ventajoso este método; ademas, no estamos se mente de los pies ; evitar cuidadosamente todas las
guros de efectuar una revulsión por medio de esta causas de las afecciones catarrales ; y pasear todas las
sangría local: no nos oponemos al uso de los baños mañanas por el mar, ó á caballo. Pero es preciso abs
de vapor, para favorecer la vuelta del flujo hemor tenerse de los ejercicios penosos , de loda clase de
roidal suprimido; no obstante, en este caso, y cuando esfuerzos, de los paseos por terrenos montañosos , de
la hemoptisis es determinada por obstrucciones que los gritos, del canto, de tocar instrumentos de viento
dificultan la circulación en el abdomen, preferimos y de pronunciar largos discursos: es preciso que so
los remedios que reclamo la causa primitiva. Si la prive el individuo de todo lo que puede acelerar la
hemorragia proviene de una afección catarral , her circulación, de los alimentos y do las bebidas escitan
mética , etc., que irrita la membrana delicada de las tes, y de los placeres del amor; tiene que conservar
vías aéreas , se prescriben los medios apropiados á siempre el reposo del espíritu ; y por último, apresu
estas causas, y se coloca al mismo tiempo un vejiga rarse á emplear los medios convenientes para remo
torio en el esternón ó ontre las escápulas. ver las causas que acaban de producir la hemoptisis.
Cuando ha cesado la hemoptisis , debe conservar Esta última indicación es tan estensa, que no pode
aun el enfermo el mas perfecto reposo de alma y mos entrar ahora en los pormenores que exije: nos
cuerpo. Muchas veces se ve fatigado por una los se limilaremos á decir que la hemoptisis dependiente
ca ó seguida de la espulsion de una sangre morenn, de un vicio general de los sólidos, exije los debilitan
negruzca, coagulada, y estriada por -líneas rojas. Un tes ó los tónicos; que la que proviene de un vicio
gran médico ha aconsejado la iuspiracion de vapores local de los pulmones, de los órganos inmediatos ó
acuosos para favorecer la cscrecion de esta materia lejanos que ejercen sobre ellos una acción mecáuica
corrompida; pero después de grandes hemorragias ít una influencia simpática, reclama Jos medios apro
pulmonares, es preciso ser muy prudentes y abste piados á su origen; y que en ciertos casos en que
nerse de los medios que pueden renovar la conges concurren estas dos causas á Ja producción de la en
tión ó la fluxión y desprender con demasiada pron fermedad, el método terapéutico debe ser misto.
titud los coágulos adheridos á las aberturas hemor-
rágicas : tampoco es prudente administrar el árni GENERO CUARTO.
ca, para resolver, como se aconseja, la sangre coa
gulada. Hcmalemcsis.
Cuando queda alyuna los, acompañada dedispnea
y de síntomas de liebre inflamatoria, prescribiremos 609. Reservamos para otro artículo la historia del
un régimen tenue, el suero , la leche de vacas, el vómito. Pero debemos osponor aquí la hematemesis,
cocimiento de cebada con el ojimiel; so debe recur ó vómito de sangre, puesto que esta afección consiste
rir de nuevo á la sangría, si la intensidad de los sín en una hemorragia del estómago. No hablamos de la
tomas lo exige , ó aplicar ventosas [escarificadas , y hematemesis míe se observa en las hemorragias de la
emplear también laxantes suaves. Cuando no hay sig nariz ó de la boca, cuando la sangre cae en el estó
nos de flegmasía pulmonar , sino mas bien de un es mago durante el sueño; en las personas quo toman
tado asténico, con tos seca y fatigosa que aumenta sangre como alimento, ó quejpor una práctica supers
por la tarde , usaremos la emulsión gomosa con la ticiosa beben sangre caliente de un criminal decapi
poción narcótica. A los seis ó siete días después de tado, con la esperanza de curarse de la epilepsia; en
la desaparición de la fiebre, so concederán al enfer los individuos que tragan sangre con el objeto de si
mo algunas cremas de arroz , do cebada y de avena, mular la hematemesis : aquí trataremos solamente de
con .los caldos de ranas, de tortuga , ó con los de la enfermedad en que , teniendo su origen la sangre
pollo ó de ternera, que se administran eu pequeña en el vientre, refluye al estómago, sube por el exófa«
cantidad cada dos horas, casi tibios. Después do las go, y es arrojada por la boca con un aspecto repug
hemorragias asténicas que han aniquilado las fuer nante. Hay casos en quo la hemorragia es tan abun
zas, soria perjudicial tanta severidad en el régimen: dante, que acarrea prontamente Ja muerte, antes do
presen biremos, por lo tanto , la infusión en frió, ó que se declare el vómito. En estas circunstancias, fe
el cocimiento de quina con la emulsión gomosa; lizmente muy raras, es imposible salvar al enfermo:
alimentos mas nutritivos, dados eu pequeña cantidad, y no se reconoce Ja enfermedad mas que en el ca
pero muy á menudo ; por ejemplo, la sopa de pan, dáver.
326
vomito de sangre , suministrado pur el estómago ú mados inmediatamente, y á nuestra llegada encontra
los órganos inmediatos, ya sea líquida y roja, ya sea mos el cuarto de la enferma inundado en sangre,
grumosa y negruzca, pura ó mezclada con los alimen desde ol lecho hasta la puerta. Algunas veces los do
tos ó con las materias contenidas en aquella cavidad. lores del ¡epigastrio , de lo» hipocondrios, del abdo
Este vómito es precedido de náuseas, de un estado do men, de los lomos, la sensación de desfallecimiento,
opresión, Je tensión , y de dolor en el epigastrio, y no son seguidos de vómito; á por lo menos, antes de
aun de una sensación de desfallecimiento; muchas que so declare, arrojan los enfermos, bajo la forma de
veces es acompañada de cámaras de la misma natu diarrea, materias negras, corrompidas, sanguinolen
raleza, pero nunca do tos, ó al menos este síntoma ja tas; y otras, aniquilados por estas deyecciones, sucum-
más es primitivo. ben comedio de convulsiones, de lipotimias acampa*
OH. Especies v síntomas.— Esla hemorragia es la nadas de un pulso estreñidamente débil, y de un frió
inas rara de todas, sin csceptuar la hematuria; es mas glacial.
frecuente en las mujeres que han llegado á su desar En un corto número de casos se manifiesta la he
rollo, que en los hombres, á no ser que estén sujetos morragia de una manera improvista , y sin ninguna
al flujo hemorroidal. En el curso de nuestra larga ansiedad preoordial; la sangre procede de las varices,
práctica hemos observado algunos cases de hcmate» como se observa muohas veces en el flujo hemorroi
mtísis, por lo cual podemos trazar un cuadro exacto y dal. Hemos recibido en la clínica de Pavía ú una mu
fiel de esta enfermedad. jer de cerca de veinte años , que parecía gozar de
Jamás hemos visto que el vómito de sangre sobre» perfecta salud. Hacia el fin del verano, sin babor pa
venga antes de la pubertad, y los autores no contie decido ninguna afección del alma, fue acometida re
nen mas que un corto número de observaciones en pentinamente de cefalalgia, de sensación de frió , de
contrario; tampoco la hemos observado en los viejos, Sostracion de fuerza», con. sudor frío , color empaña
escepto en uno que pasaba de sesenta «ños. Esta afec o de los ojos, pérdida del sentimiento y del movi
ción ataca en general desde los treinta á los cincuenta miento : permaneció en semejante estado de muerte
años , pero se manifiesta en las mujeres de todas eda aparente por espacio do dos horas. Recobrada de este
des, sobre todo, cuando se suprimen sus reglas. No síncope , no conservaba la enferma uingun recuerdo
sotros hemos curado una jóven en Bruchsal , de diez de lo que había pasado; pero arrojaba sangre en
y sieto años, y una mujer de Pavía, de veinte: sin abundancia por las encías: en pocos dias se restable
embargo, en la edad adulta son numerosos los ejem ció completamente á beneficio de las bebidas acídu
plos do esta afección. Los ¡ndiv dúos mas predispues las. Continuaba en buen oslado, cuando al cabo de
tos á coulraerla son los hipocondriacos, las personas tres meses, en el intervalo de los períodos menstrua
de carácter triste ó melancólico , que tienen la piel les , sspefimentó vértigos , náuseas , y arrojó por el
pálida, amarillenta, casi terrosa, especialmente cuan> vómito, sin el menor esfuerzo de tos , ocho onzas de
do se entregan con esceso á las meditaciones profun sangre coagulada. Sobrevino, como en la vez prime
das, en un estado de inacción, y sustituyen á los ali» ra, una ligera fiebre, y una evacuación de sangre por
montos, que su estómago rehusa, las bebidas calien las encías ; pero la debilidad fue mas considerable, y
tes ó espirituosas. se manifestaron todos los síntomas de la clorosis. En
Muchas veces se prepara la hematemesis con algu la actualidad se la presenta abundantemente el flujo
nos años de anticipación. En multitud de casos el menstrual por espacio de diez dias, con dolores in
primer fenómeno que se observa es la supresión de tensos en los lomos; el apetito se sostiene, pero el
las hemorroides, á de los menstruos; el enfermo es- dolor y la tensión del epigastrio son mal frecuentes;
porimenlu en seguida un estado de ansiedad, do ten cada mes, á la misma época, se renueva la hemateme
sión, de opresión en el epigastrio ; una sensación de sis , acompañada de los mismos . síntomas. Los acci
dolor en el opigaslrio ó en el hipocondrio izquierdo, dentes que se ban presentado á la invasión de esta
en el abdomen, en los lomos, y á lo largo de la ospina afección, dependían, pues, de la hemorragia del es»
dorsal ; el apetito está disminuido ó exaltado ; sobre tómago, aunque la enferma no vomitó sangre , y aun»
vienen náuseas, regurgitaciones, vómitos acuosos ó que no experimentaba ninguna sensación de tensión
ácidos ; se establecerá salivación, se declara el hipo, ni de opresión en el epigastrio. Hemos visto en la
la respiración es suspirosa, y el corazón está agitado clínica otra mujer, gue habia sido atacada primero
por palpitaciones; el enfermo arroja por la boca una de upa fiebre intermitente, que se encargó de curar
gran cantidad de gases inodoros , seguidos de alivio la misma naturaleza, y después de una anasarca, que
ó del aumento de los do| >res; no es raro que se queje desapareció asimismo sin los recursos del arte. Quin
de una sensación de desmayo. Estos síntomas no son ce dias después de la curación de la hidropesía, al
constantes ; desaparecen toaos, y repiten con la mis acabar de cenar , se quejó la enferma de pesadez do
ma intensidad lau luego como los alimentos son in cabeza y de un calor estraordinario : espenmentó una
troducidos en el estómago, ó durante la digestión ; lo ligera sensación de constricción en el epigastrio, se
cual puede tomarse por una debilidad de las funcio guida muy luego de un copioso vómito de sangre
nes digestivas ó por una afección espasmódica. Los negra , sin ningún esfuerzo de los. Un hombro de
enfermos combaten estos accidentes con las bebidas sesenta años, cuya historia referiremos en otra parte,
espirituosas que toman aun mas escilaptes con la adi murió repentinamente sin causa manifiesta. Al hacer
ción de los aromáticos ó del aloes , y con el café} los la autopsia, sq encontró el estómago euteramento
médicos imprudontes, creyendo que este estado pro lleno por un enorme coágulo de sangre, que se eitent
viene de las saburras, administran los eméticos, oíos dia del uno al otro orificio. La hemorragia que nos
purgantes , para arrojar la pituita viscosa. Tales re ocupa, no siempre es, por lo tanto, precedida de sig
medios son venenos en estas circunstancias. Por su ilos precursores; quizas seria necesaria referir á esta
uso se aumentan los padecimientos del enfermo, y al mas frecuentemente de lo que se cree, los accidentes
gunas veces se dudara el vómito de sangre para no epigástricos y algunas muertes súbitas. Nosotros he»
cesar mientras dura la vida. Un médico temerario mos visto en la clínica de Viena varios enfermos
prescribió á una joven que se quejaba de ardor y do que antes de vomitar la sangre se quejaban de un
dolor en el epifíastiios una mezcla de polvos de cor? gusto dulzacho en la boca , síntoma , que por con
naquina y de raíz de jalapa: en menos de una hora secuencia , no precede esclusivamcnte a la he
se manifestó uua hematemesis violenta: fuimos lla moptisis.
DE MEDICINA Y CIBÜJÍA.— FRANK. 327
En medio de las angustias que acabamos de citar, Algunas veces entre los grumos de la sangre se
ó sin ningún fenómeno precursor, y algunas veces al encuentran concreciones poliposas ó carnosas en la
inclinarse hácia adelante los enfermos para calmar sus apariencia, y especies demembranas en ciertos casos
padecimientos, vomitan una sangre natural, ó diluida llenasde sangre, que un médico célebre equivocó
y serosa , ó en cuajarones considerables , algunas ve con la túnica nerviosa del estómago) error muy dis
ces corrompida y fétida , mezclada con los alimentos culpable en el siglo en que vivia. Cuando el píloro no
ó con las bebidas , con saburras ácidas ó biliosas, en puede dar paso a estas concreciones, mantienen las
pequeña cantidad, ó ascendiendo rt varias libras ó al náuseas, lo cual renueva la hemorragia; cuando pa
gunas pintas. Ordinariamente no existe tos ; no obs san á los intestinos, ocasionan también varios acci
tante , cuando la sangre, arrojada con fuena contra dentes en el vientre.
la faringe , cae en la glotis , sobroviene una tos vio Hay ocasiones en que la sanare no se derrama en
lenta ; y si el médico descuida los demás síntomas, el estómago ni en el tubo intestinal, sino que única
como lo liemos dicho al hablar de la hemoptisis (896), mente permanece estancado en sus vasos ingurgita
parece oscura la fuente do la hemorragia. Hemos dos. En este estado, con especialidod en los indivi
visto en la clínica de Pavía una mujer atacada de duos delgados, irascibles, melancólicos, y do tez pá
hematemosis por supresión do los menstruos. Auuquc lida, amorillenta, verdosa, sobrevienen varios sínto
estos no se habían restablecido, gozaba de buena sa mas que preceden á la hematemesis, tales como los
lud hociá tres años, cuando fue acometida de una diversos accidentes del epigastrio, del hipocondrio
fiebre catarral , acompañada de esputos de sangre: izquierdo, de la región umbilical, y aun del hipogas
la hematemesis volvió á aparecer con violencia , pre trio, el meteorfsmo, los borborigmos, los cólicos, los
cedida de los síntomas acostumbrados. Para recono dolores lumbares; y en fin|, el enfermo esperimenta .
cer la enfermedad en estas circunstancias, bastó que un abatimiento estremo y un sentimiento de desma
considerásemos el estado del epigastrio y de los hipo yo: entonces se rompen los vasos ingurgitados ó las
condrios antes del vómito, los caracteres de este sín varices, y vierten en el estómago ó en los intestinos
toma, y en fin, los fenómenos que le sucedían. Aca una materia muy negra y untuosa. Esta sangre pre •
bamos de esponer con bastante ostensión lo que con senta algunas veces cualidades acres y corrosivas, y ■
cierne á la primera de estas consideraciones. Relati en los estómagos débiles adquiere un carácter de
vamente A la segunda, diremos, que la sangro no es acidez y de putridez: en este estado es espelida por
bermeja, ni espumosa como en la hemoptisis; su es- el vómito ó por las cámaras. Tal es el morbus ru
pulsion no es precedida de tos , de dolor en el tórax, ge»- de Hipócrates: esta enfermedad no se diferencia
ni de díspnea, ni provocada por los esfuerzos de la de la hematemesis mas que en el grado de consis
espectoracion. Muchas veces es esto líquido moreno, tencia, y en el color negro Ú oscuro de la sangre: el
negruzco , y mezclado con los coágulos y con las ilustre profesor é quien hemos sucedido on la rs-
materias alimenticias. En cuanto á la tercera consi cuela do Pavía, ha trazado un cuadro fiel do esta
deración , se observa después de la hemorragia una afección. Hay otras especies de enfermedad necira,
diminución do la tensión , de la presión y del dolor si ha de llamarse así por el color del vómito ó de las
epigástrico, aunque no siempre haya este alivio: or deposiciones; pero como no pertenecen á las hemor
dinariamente cesa lu tos , si bien nosotros hemos ob ragias, las describiremos en otra parte.
servado lo contrario en la historia que hemos referi 612. Causas.—El conocimiento de las causas de
do. ¡Ninguna hemorragia ocasioaa tan fácilmente las la hematémesis esclarece muchoel diagnóstico de es
lipotimias como la hematemesis; el esfuerzo hemor- ta hemorragia. Ordinariamente es una afección del
rágico por sí solo basta para determinarla. En algunos sistema venoso; muchas veces es sintomática de otras
casos, una cierta cantidad de sangro pasa á los intes enfermedades, quo disminuyen el tono de los vasos
tinos , y entonces presenta el vientre un» tumefacción de la cavidad abdominal.
con blandura , una especie de meteorismo con bor Los aneurismas de la aorta, á su salida del pecho, ó
borigmos, cólicos , deyecciones sanguinolentas y ne del tronco celiaco, suelen abrirse en el estómago, con
gruzcas ; cuando no tienen lugar estas evacuaciones, el quo el tumor ha contraído adherencias, y dar lu
y el derrame es muy considerable , sobrevienen los gar á un vómito de sangre: existen muchos ejem
síntomas do una fiebre nerviosa gástrica. Habiendo plos de aneurismas de las arterias mesentéricas, que
muerto una mujer en Pavía á consecuencia de esla se han abierto en la cavidad de los intestinos (1).
afección , complicada con una ascitis, procedimos pú Se bu observado una hematemesis mortal quo depen
blicamente á hacer la autopsia, según las leyes del día de la presencia de un pedazo de hueso en el es
código sanitario : el ostórnago y los intestinos estaban tómago: este cuerpo eslrano había irritado por espa
llenos de una gran cantidad de coágulos negruzcos. cio de muebo tiempo las paredes do osle órgano, y
Los autores contienen varios hechos de este género. amenazaba perforarlo. Las agujas, los fragmentos do
De todas las hemorragias , la hematomesif; es In que vidrio, los venenos corrosivos, y los drásticos, pro
repito cou mayor facilidad v prontitud , aunque todos ducen efectos semejantes. Las sanguijuelas que sue
los síntomas so hayan disipado completamente. Al len tragarse con un agua eenagoso, las lombrices, las
cabo de algunos" días se queja ol enfermo do calor in heridas del estómago y una violencia esterior, ptMden
terior y do Una ligera liebre remitente; muchas veces igualmento producir la hematemesis. La compresión
esperimenta náuseas, una sensucion de presión en ci ejercida en los vasos por el útero en estado de ges
epigastrio, un estado de inquietud , du ansiedad, do tación, ó por el feto en el momento del parto, tienen
lores muy pungitivos en el hipocondrio izquierdo, y algunas veces el mismo resultado. Se cuentanvarios
bostezos : no es raro que «tenia formarse ol derrame, casos, poco numerosos á la verdad, de hematemesis
lo que es seguido al poco rato de un vómito nins in dependiente de una ulcera del estómago, de los in
tenso y mas abundante que el primero. Otras veces, testinos ó del hígado. Los escirros del píloro, causa
sobre todo cuando la hematemesis depende de la su tan común del vómito crónico, dan lugar con bastante
presión del flujo menstrual ó hemorroidal, sus retor frecuencia al vómito de sangre.
nos observan, quizas con mayor exactitud que todos
los demás flujos, la periodicidad de la evacuación su- 1 D. Latnnr lia consignado rarlas de estas obscrvar.imirs en
su obra ululada •Historia lilnsdfiea y médica d« las licmorragí ft»,
328 BIBLIOTECA ECONÓMICA
La hematemesis puodo depender de causas esci tubo intestinal. El hígado presentaba un color de
tantes que aumentan la actividad de las fuerzas vi ceniza y tubérculos en supuración ; el bazo conser
tales; de una secreción morbosa en la inflamación vaba su volumen ordinario, toda su superficie esta
del estómago, ó en las congestiones determinadas en ba incrustada de concreciones que ofrecían una
este órgano por diversas causas; de la supresión del consistencia córnea. En un hombre oue había perdi
flujo sanguíneo habitual ó natural, al que viene a sus do muchísima sangre por las deyecciones, y siu vó
tituir en las personas bien nutridas ó de una consti mito, hallamos la membrana mucosa de los intesti
tución pletónca, y entonces es una hemorragia ac nos muy roja y sus vasos inyectados , pero sin nin
tiva. Hemos admitido en te clínica de Pavía á una guna lesión.
mujer, casada hacia tres años, en la cual no había La hemorragia del estómago y de los intestinos
aparecido aun el flujo menstruo, lo que podía pro puede, por tanto, tener lugar independientemente de
venir del volumen de la malriz, que apenas seria del ta ruptura, de la erosión, ó de la dilatación varico
tamaño de una avellana; la menstruación estaba reem sa de los vasos. Una irritación producida por diversas
plazada por flujos irregulares del pulmón ó del es causas, una flogosis cónica, la dificultad de la cir
tómago. Otra mujer, que había padecido desde su culación por la obstrucción de un órgano inmediato,
infancia frecuentes hemorragias nasales, y cuya mens una debilidad local, y muchas veces una secreción
truación corría regular y abundantemente desde la sanguínea, bastan para determinarla. Algunas veces
edad de once años, íue atacada, á causa de la supre reconoce por causa la debilidad general ó la impre
sión de este flujo, y á pesar de su constitución fuer sión de un miasma contagioso., que obra especial
te y robusta, de una hematemesis suplementaria, la mente sobre el sistema digestivo, comí en las liebres
. cuallacondujoála clínica. Hay un sin numero de muje asténicas ó en las viruelas malignas. Hemos asistido
res que gozan de escelente salud, que padecen, sin em en Pavía, en presencia de nuestros discípulos, ú una
bargo, una supresión ó una diminución de las reglas, mujer de veintisiete años, que padecía una hemate
producida por causas indudablemente debilitantes, mesis; jamás pudimos encontrar la causa del vómito
yíque se encuentran manifiestamente aliviadas por la de sangre que tenia en esta época, ni de otro q ce
hematemesis: si se trata esta hemorragia por los os había sufrido cuatro años antes: sus reglas se pre
cilantes, ó si se procura detenerla, se altera su salud. sentaban con regularidad. Al principio fue acometida
La hematemesis, por lo tanto, no es siempre resul por un escalofrió, seguido de calor ; al cabo de dos
tado de la debilidad. dias, cuando ya se creia buena, esperimentó de re
No obstante , en el mayor número de casos, pro* pente un sentimiento de opresión en el epigastrio,
viene de la astenia, de la debilidad de los vasos del con dolor, lipotimias, dificultad de respirar, ansie
vientre y de un obstáculo prolongado de la circula dad considerable, dolor en el cardias al deglutir los
ción. El estómago recibe su arteria principal, lo mis alimentos sólidos; por último, arrojó cuatro libras
mo que el hígado y el bazo , del tronco celiaco : toda de sangre por medio del vómito, y otra tanta por las
]a sangre venosa de estos órganos, con la mayor par cámaras. Nuestro asombro subió de punto al verque,
te de la de los intestinos, es trasmitida al hígado por á pesar de este trastorno , la menstruación se presen
la vena porta. Por consiguiente, si la obstrucción, tó son su regularidad acostumbrada ; pero el dolor
el escirro del bazo O del hígado [no permiten ú las epigástrico continuaba, así como las náuseas, la du
arterias esplénica ó hepática recibir una gran can reza y la frecuencia del pulso. Al día 16.", apareció
tidad de sangre , la celiaca deberá trasmitir mas al un tumor muy doloroso en la región parotidea; todo
estómago por la coronaria estomática; ó bien, si las el cuero cabelludo se cubrió de pústulas costrosas,
venas del hígado ó del bazo se hallan comprimidas ardientes , lo que disipó todos los demás síntomas.
por un tumor, si el curso de la sangre encuentra un Una mujer de veinte años, cuya historia hemos, refe
obstáculo en estos vasos por cualquiera causa , es rido, se hallaba afectada hacia tres años de tina:
preciso que el líquido se acumule en las venas del habia padecido en su infancia hemorragias kiasalps,
estómago poco defendidas por las paredes membra y sus reglas habían conservado siempre una gran
nosas do esta viscera, y que su ingurgitación ocasione regularidad desde que se le presentaron por prímra
un sentimiento de tensión y de dolor. La autopsia vez á la edad de once años. Luego que desapareció
na demostrado varias veces , á consecuencia de las la tina y se curó de una sarna que se combatió con
hemorragias del estómago y de los intestinos, los va las fricciones , principió á vomitar sangre. Esta he
sos cortos dilatados hasta la anchura de un dedo; las morragia no es rara en el escorbuto , en la fiebre
venas meseráicas y mesocólicas, cuando están vari amarilla, ni en la enfermedad hemorrágica. Hemos
cosas, igualan al vólúmen de los intestinos delgados, visto á una mujer, que tenia un equimosis en el ojo
y están llenas de una sangre muy negra y espesa. y en el párpado izquierdo, y murió de un vómito
Este hecho no es único : se ha visto seguramente determinado por una congestión sanguínea sobre el
varias veces formarse estas enormes varices en Ius estómago , sin arrojar una gota de sangre con las
paredes del estómago, del tubo intestinal , y [abrirse materias de esta evacuacien. Al inspeccionar el ca
en su cavidad. dáver, apareció llena de equimosis lívidos toda la
Sin embargo, es necesario confesar que no se en cara interna del estómago. Una multitud de indivi
cuentra comunmente, en las personas que han su duos que padecían esta afección), y á quien hemos
cumbido á esta hemorragia, ningún vestigio de lesión asistido, acababan de ser acometidos de una fiebre
en los vasos: lo cual nos lo confirma la auptosia de intermitente y de una debilidad crónica de las fun
un ilustre genovés muerto á consecuencia de la he ciones digestivas. En general, nosotros hemos visto
matemesis. depender esta hemorragia de la supresión de las he
En el cadáver de una mujer, que sucumbió en la morroides ó de los menstruos; y como esta supresión
clínica de Pavía, hallamos, en el vientre una colec proviene pucas veces de un estado hiperesténico,
ción considerable de agua de un color rojizo; el es deducimos que es mas comunmente pasiva que
tómago contenia un coágulo de cinco libras; la mom- activa. ¿ i : 1 r- , j, .
brana interna de esta viscera únicamente estaba,algo 613. Pronóstico.—La historia de los síntomas y
encendida; los intestinos se hallaban distendidos por de las causas de la hematemesis nos suministra los
una materia untuosa y muy negra , fuertemente ad datos para formar el pronóstico de esta hemorragia.
herida &tsa superficie interna en toda la loneitud del La hematemesis periódica, suplementaria del flujo
DE MEDICINA Y CIRtljii.— FRANK. 329
menstruo ó del hemorroidal es mas horrorosa que c¡« de las varices interna», que son con tanta fre
grave: en muchas casos, cuando se oponen obstácu cuencia la causa de oste flujo. ¿Podrá asentarse un
los á la evacuación de las reglas, la hematemesis método curativo sobre bases tan inciertas? Con todo,
que las reemplaza es menos peligrosa que la hemop si una persona, que recientemente se ha sometido á
tisis dependiente de la misma causa: por lo demás, Ib acción de las principales causas de la hemaleme
la sangro conserva durante mucho tiempo una ten sis, tales como la supresión dol flujo menstrual ó
dencia á salir por la vía natural, cuando se remue hemorroidal, presenta los signos prscursores que
ven aquellos obstáculos. Sin embargo, no creamos hemos indicado, sobre todo, ú la época correspondien«
que la vuelta de los menstruos efectúe siempre la te á la de los menstruos, ó á la de las homorroides;
soluciou de la enfermedad, como lo prueba el caso si el uso do los evacuantes y de los estimulantes
que hemos referido en el párrafo anterior: con efec aumenta el dolor y la tensión epigástrica, y no so
to, puede existir en la economía otra causa que man pueden atribuir á otra causa los accidentes que es-
tenga la hemorragia y que no puede arrastrar con perimenta el enfermo, se podrá pronosticar la hema
sigo I* sangre menstrual. temesis, y prevenirla, combatiendo su causa. En el
Como la hemalemesis suplementaria del Unjo caso de supresión de las reglas ú del flujo hemorroi
menstruo ó del hemorroidal, ocasiona un desurden dal, en un individuo robusto y sanguíneo, es preciso
mucho mayor que la evacuación de las reglas ó de proscribir los estimulantes, ordenar un régimen te
las hemorroides; como sus retornos son mas frecuen nue, pediluvios tibios, la sangría, los baños locales
tes, y su duración mas larga; como las sacudidas de vapor, las sanguijuelas á las partes genitales, ó al
reiteradas del vómito agitan á toda la ecomomía y ano ; las lavativas emolientes, los jugos de los fru
turban con especialidad las funciones digestivas, no tos de estío dilatados en agua, y ligeras emulsiones
nos deberemos admirar de que los enfermos se ani de almendras. Cuando el desarreglo do la menstrua
quilen poco á poco, y vengan á parar á la hidrope ción proviene de una causa enteramente contraria,
sía ó al marasmo. Estos accidentes son mas de temer deberemos administrar con precaución los oscitantes,
cuando el vómito de sangre no depende de la supre á menos que la sensibilidad del estómago no admita
sión de un flujo natural ó habitual, sino de causas ni aun los mas débiles; prescribiremos el elixir ácido
mas graves, especialmenle si se somete á un mal ré de Haller, la infusión en frió de quina con la emul
gimen ó ¿ un mal tratamiento: se refieren ejemplos, sión gomosa, el agua de Spa en pequeña cantidad, etc;
y nosotros poseemos algunos, de muertes sábilas y si se quiere evitar absolutamente la irritación del
ocasionadas por una hematemesis violenta. En gene estómago, podremos usar en lavativas estos reme
ral, si no pueden desiruirseá tiempo las causas de dios, que no hay inconveniente entonces en hacer
esta enfermedad, lo que es por lo común muy difícil, algo mas activos. Si la hematomesis inminente de
y aun imposible, es inútil que mas tarde se trate de pende de la obstrucción de alguna viscera, es preci
conseguir este objeto; la hemorragia degenera en há so conbatir esta alteración orgánica con los remedios
bito, y el menor desórden en el estómago basla para apropiados, teniendo siempre cuidado de no irritar
reproducirla. Cuando la fiebre, que no acompaña or el estómago. Los marciales son, por lo común, noci
dinariamente á esta afección, se agrega á ella, la vos antes de que se haya disipado la obstrucción por
gravedad es mayor, i no ser que desaparezca con la medio de los resolutivos mas suaves. Si una predis
liemorrugía. Las cualidades de la sangre , como su posición escorbútica hace te'mer esta hemorragia,
color, su sabor, ó su olor,sumiuistran menos datos ul casi siempre funesta en tales circunstancias, recur
pronóstico, que su cantidad y la violencia con que riremos al tratamiento del escorbuto.
sale. No obstante, algunas veces la estancación pro» Durante el vómito nosenuedeu administrar reme
longuda y la corrupción del líquido en los intestinos, dios por la boca; pues si se introducen por esta vía,
ocasionan accidentes mas graves que la hemorragia, por lo general, aumentan este síntoma; y no deja de
y aun pueden determinar la' gangrena. Si después tener peligros el uso de los astringentes, que no de
del vómito persisten las náuseas, la opresión, los berán prescribirse mas que en las hematemesis osee-
dolores del epigastrio y el frió de las estremidudes, sivas, y que amenacen una muerte próxima. Esta
deberemos temer que sobrevenga muy luego una hemorragia, como ya hemos dicho, es muy pocas ve
nueva hemorragia, mucho mas considerable, por lo ces híperesténica ; pero si se presenta con ese carác
común, que la primera. ter, anunciado por la naturaleza de las causas que la
til 4. Thatamiento.—Como la hematemesis es de han determinado, por la plenitud y la dureza del
ordinario sintomática, su tratamiento varía según la pulso , por el dolor de estómago y por la pequeña
naturaleza de la afección esencial: hé aqui las indica- cantidad de sangre ai rojada en los esfuerzos del vó
(•iones principales Destruir, ó al menos, debilitar las mito, será preciso recurrid á la sangría, aplicar san
causas de la hemorragia por los medios apropiados á guijuelas al ano y laxar el vientre por medio do lava
cada una de ellas; moderar el flujo en la tiemateme- tivas. Cuando la hematemesis es producida por cau
sis híperesténica, sin suprimirlo con remedios vio sas debilitantes, ó cuando es híperesténica desde los
lentos; prevenir la pérdida demasiado considerable primeros momentos y se hace pasiva á consecuencia
de sangre, sobre todo eu la hematemesis por debili do su misma abundancia, y amenaza los días del en
dad; diluir los coágulos acumulados en el estómago fermo, hay que prescribir el jugo de granada, el ácido
ó en los intestinos, y evacuarlos por medio de fre sulfúrico en agua fria hasta una agradable acidez,
santes suaves, por temor de que la putrefacción se el agua muy tria, mientras que las estremidades in
ampare de ellos; combatir, por último, las consecuen feriores se cubrirán de fomentaciones tibias ó se su
cias y prevenir la recaída. El punto mas importante mergirán en un baño: en fin, en un caso urgente, se
consistiría en poderse precaver contra la hemateme podrá recurrir al agua fria alcoholizada y azucarada,
sis; pero es una enfermedad muy rara, para que poda al suero con alumbre , á las aplicaciones de hielo
mos establecer su diagnóstico en el período de inmi machacado, ó de nieve sobre el epigastrio. El enfermo
nencia; y ademas, suelon presentarse bajo la misma debe guardar el mas perfecto reposo, no abandonar
forma una multitud do enfermedades del abdómen, el lecho, aun en el caso «nque necesite ir al sillico.
de muy diversa naturaleza, de manera que si el vó Si la pérdida de sangre acarrea las lipotimias, de
mito de sangre co se ha manifestado ya, no es posible ben aplicarse en los miembros fomentaciones con vi
caracterizar la enfermedad, ni reconocer la exíslen- no caliente ú coa infusiones aromáticas; pero nos
330 BIBLIOTECA ECONÓMICA
abstendremos de los escitantes demasiado enérgicos, en las bebidas espirituosas, le proporcionaron pesa
que podrían renovar la hemorragia. En los desmayes dez de estómago que iba cada dia en aumento. En el
es preciso cuidar do que la boca y h garganta no se mes de mayo de 1772, fue acometido de una fiebre in
llenen de coágulos que ocasionarían la sofocación inter termitente terciana, de la que so curó A beneficio de
ceptando el paso riel aire : oslo fue lo que aconteció, la quina; pero el mal del estómago continuó haciendo
hace treinta y cinco años, al superior del monasterio progresos; por último, sobrevinieron algunos vómitos
de Rasladt: esta hombre, de mediana edad, absorbido de materias de un sabor variable, y alguna vez
desde sus primeros años en los estudio* profundos, amargo. El enfermo tenia la piel pálida, amarillenta,
esperimentuba hacia mucho tiempo un dolor violento cuando fue atacado de un llujo ae vientre espontá
en el epigastrio, con nauseas y horror á los alimentos, neo, que se contuvo al cabo de algunos dias con el
y se entregó al uso de las bebidas espirituosas y del uso frecuente de las bebidas espirituosas. A esto si
café. Hallándose solo , fue acometido do un copioso guió mayor postración de fuerzas, predisposición al
vómito de sangre negruzca, mezclada de coágulos vo síncope, eructos, y dolores en los intestinos. Supo-
luminosos: cayó, y se le eucontró tendido en el sue niondo la existencia de saburras, prescribimos el
lo de su habitación , con la boca llena de sangre agua laxante de Viena; después,- un cocimiento de es
coagulada, presentando el aspecto do un cadáver. carola salvaje con el estrado de centaura menor y
Fuimos llamados, y nos dirijimos ininediatamento del licor de Hoffman para tomar tres veces al dia.
adonde se hallaba el enfermo: no daba ningún signo Después de haber tomado la segunda taza de esta
de existencia si se esceptua un poco de calor. Re bebida, arrojó el enfermo por el vómito mas de dos
tiramos de su boca los coágulus, le hici nos colocar libras de sangre negra, casi semejante á la pez, reu
en la cama, y le devolvimos la vida, siguiendo el nida en gruesos grumos y mezclada con restos de
método que acabamos de esponcr. En la hematomc* alimentos; bien pronto se le presentó un síncope gra
sis dependiente de una sanguijuela en el estómago, ve, seguido de una verdadera aslixia. Viendo la boca
se hará tragar una solución de sal marina cu agua y la garganta llenas de sangre coagulada que casi
ó en vinagre. En la que es producida por el enve obstruía la respiración, introducimos los dedos para
nenamiento , se prescriben las sustancias propias retirar los coágulos, y usamos todos los medios
para destruir, para corregir, ó para neutralizar el propios para combatir la asfixia. Una lavativa evacuó
veneno. Los vómitos de sangre que sobrevienen por abundantes materias sólidas, morenas, pero no te
los esfuerzos de un parto difícil, no.cesan ¡hasta la ñidas de" sangre. La convalecencia fue larga ; el en
salida del feto. fermo tomó algunas cantidades de una mezcla de
Después que se ha contenido la hemorragia, 'debo agua de Selter y de loche. Gomo iba recobrando el
aun guardar el onfermo el mas absoluto reposo, y si el apetito y no tenia liebre, le concedimos un poco de
estado de sus fuerzas lo exije y la sensibilidad del es pollo, que provocó bien pronto nuevos trastornos eu
tómago lo permite , se le darán caldos do carne con el vientre, y hasta después de mucho tiempo, no pu
acedera en pequeña cantidad, pero á menudo, y mas do soportar mas que ligeros vegetales y caldo. La
bien fríos que calientes: se le hará tomar de la mis salud se restableció en seguida durante algunos años;
ma manera bebidas ligeramente aciduladas, el suero pero habiéndose trasladado á otro punto, volvió á
preparado con el jugo de limón, ó el ácido sulfúrico, padecer no sabemos cómo, su antigua enfermedad.
y la leche de vacas. domo la sangre derramada en el Este hecho no parecerá de grande importancia á
tubo intestinal so corrompecou facilidad cuando no se los prácticos de cierta edad, ó á los, que como nos
evacúa prontamente, y determina por su putrefacción otros ahora, han encontrado ejemplos, mas oválenles
una enfermedad mas grave aun que la hematemesis, de la enfermedad de que se traía, que se felicitan, sin
es de toda necesidad administrar y repetir varias ve embargo, de que, jóvenes como nosotros éramos en
ces al día medias lavativas preparadas con suero ó tonces, no hayan cometido errores e:i estos casos tan
con agua, con una cierta cantidad de vinagra ó de graves. Nos consolamos con haber evitado los esco
miel. Debemos proscribir los evacuantes mas activos, llos por que hay que pasar en una edad en que tan
cualquiera que sea su causa ; los irritantes son peli tos médicos navegan sin brújula entre Caribdis y Es-
grosos en este estado de lesión ó de sensibilidad del cila. En efecto, hemos hecho ver (1) cuánto so abu
estómago y de los intestinos. Al segundo dia después saba en otro tiempo de los vomitivos en los enfermos
de la cesación de la hemorragia , ademas de bis lava que padecían pesadez de estómago ó regurgitacio
tivas, usaremos el suero con tamarindos, la solución nes, sobre todo cuando se podía suponer alguna im
acuosa de maná, y la pulpa de casia, para producir prudencia anterior, relativamente á la elección ó A
dos ó tres deposiciones al día , hasta que adquieran la calidad de los aliui'-ntos: mas de un enfermo ha
estas su color natural ; per^ debemos renunciar á es perdido la vida con su sangre, bajo la influencia do
tos laxantes si provocan náuseas. estos remedios. Pero el hecho que acabamos de ci
Después de haber llenado estas indicaciones, »e tar presenln aun otras particularidades que intere
puede ser menos severo en el régimen, permitir al san al médico. Después déla pneumorragia, á la que
gunas sopas de arroz ó de pan con cuido de carne, ó había estado sujeto el individuo en su juventud, se
huevos pasados por agua, hasta que el estómago so pedia preverquo padecería nuevas hemorragias, y que
porte alimentos mas sólidos. Se remediarán las con se presentarían por las mismas vias que anlerior-
secuencias de la hematemesis combatiendo sus cau monte; pero en primer lugar, la hemoptisis es me
sas. En cuanto ul tratamiento preservativo de las re nos común eulos adultos; y en segundo, los cantos á
caídas, no se diferencia del tratamiento preservativo que se entregan los cartujos, que produceu con tanta
de la enfermedad. frecuencia la espectoracion de sangre en los nimiges
Morbus ntger, de Hipócrates (I). —Un cartujo de jóvenes, dan lugar eu los que batí llegado A cierta
cincuenta y tantos años, arrojó en los primores tiem edad,'táas bien á las congestiones abdominales, á las
pos de su vida retirada, algunos esputos de sangre, hemorroides y á las hernias (2). Los oradores y los
producidos por los esfuerzos del canto. Mas tarde, los
estudios teológicos, la vida sedentaria y los abusos i Oe larbis morburum biliosis pmlusio académica—Gcelin-
ga, l"S4.
1 l.as hernias, tan rretuentes en los cartujos, se han atribuido
1 Estas {observaciones solí safadas ríe las interpretaciones al régimen esclnsivamente vegetal y al aceite ron iitle sazonan m
clínicas. dos sos alimentos. En efecto, el enflti|urcimieiitu y el aspecto ca
DE MEDICINA T CIBÜJÍA.—FRANK. 331
que se dedican al canto, están espuestos á los mis poco se ve en ninguna parte con tanta frecuencia la
mos accidentes, cuando no usan de ciertas precau supresión y las metástasis, y sin embargo, no se pre
ciones. Sin embargo, el modo de vivir del cartujo, de senta la hemalemesis con mas frecuencia que la lis-
quien hemos hablado y el abuso que hacia de las be conia del hígado , tan común como en la Lombardía.
bidas espirituosas, creemos que entraron por mucho El individuo cuya historia acabamos de referir, te
en el desarrollo de la enfermedad que padeció. nia una fiebre terciana legitima, durante- la cual no
FlKilBE INTENMITU^TE CON HEMATEjHESIS. —Una mu iparecií la heniatemesis mas que en un corto número
jer de treinta años, soltera, que siempre liabia gozado de accesos; pero estos mismos accesos eran acompa
de buena salud, fue acometida <\c una fiebre intermi ñados de tumefacción y de dolor en el bazo, lo que
tente Inicia fines de mayo de 1788. Esta fiebre afectó anunciaba que se efectuaba una congestión periódica
desde luego el tipo de terciana, y disminuyó algo á de sangre en los vasos esplénicos, fenómeno muy
consecuencia de la hinchazón y dol dolor en la re frecuente en otros febricitantes. Aunque no se nos
gión esplénita, pero los accesos fueron mas largos. haya ofrecido en el espacio de cincuenta y cuatro
Entonces se sustituyó el método fundente que se años otro ejemplo de liebre intermitente con hema
habia empleado al principio, por los emolientes y bis lemesis, con todo, nos parece que se debe mas bien
anodinos. Parecía que el estado iba cada dia mejor, una verdadera congestión de sangre que á las obs
cuando después de una graude ansiedad vomitó la trucciones la fisconia dol bazo , con cuyas enferme-
enferma una gran cantidad de sangre coagulada, ne dados se complica tan á menudo , que se previenen
gra y fétida, cuyo accidente se renovó ú principios por medio de la pronta administración de \x quina , y
Je setiembre. El médico ó quien se llamó, encontró uo se curan con este remedio cuando no han sido
abatidas las fuerzas, y una eslrema palidez; hincha escuidadas mucho tiempo. Hemos visitado en Brucli-
zón de las piernas, dificultad de respirar al menor al, hace cuarenta años, ó una mujer'que padecía tina
movimiento; el bazo habia aumentado de volumen y fiebre cuartana rebelde, y que tenia el bazo muy vo
estaba doloroso al tacto; palpitaciones de corazón, luminoso y muy duro. Esta mujer habia ensayado
lipotimias, zumbidos de oidos, fiebre lenta, con re contra su enfermedad toda clase de amargos y de
cargos vespertinos; buen apetito, nada de tos ni de fundentes. La prescribimos como único remedio la
sudores. Se prescribió la quina con la tintura de quina en polvo , que un médico amigo nuestro pre
marte tartarízadá. La liebre al principio, y después tendía la habia de ser fatal, á caús#, deeia, de la obs
el infarto del bazo , desaparecieron , y se reani trucción del bazo. Aunque habia principiado á pade
maron las fuerzas. Las limaduras de hierro con la cer hidropesía, á los quince días se halló desembara
tintura de mirra , hizo aparecer de nuevo la mens zada , primero de la liebre, y en seguida del tumor,
truación, suprimida hacia un año. á benolicio de un flujo copioso de orina que se esta
La fisconia del bazo es común en la Lombardía : se bleció. Poro cuando la fisconia del buzo no ha sido _
puede aplicar á los habitantes de esta parto del globo precedida de liebre intermitente, ó cuando no queda '
lo que Hipócrates dijo acerca del infarto de esta vis» vestigio alguno de ella, no está tan indicada la quina;
cera y de las úlceias de las piernas, que á él se ó por lq menos, no podemos esperar de eso remedio
agregan, y aunque no haga mención espresamenlo efectos tan ciertos.
del escorbuto, los lombardos padecen ó la imagen de Hematemf.sis convulsiva. - t'na joven, nacida d<<
esta enfermedad , ó al menos ofrecen predisposición padres robustos, llegó á la edad de trece años, sin
& contraerla. Por espacio de mucho tiempo conside esperimentar molestia alguna: á esta época se frac
raron los médico3 el infarto del bazo como el resul turó una pierna, y a los quince años tuvo por la
tado de una obstrucción de esta viscera: siu embar primavera una liebre tercian.-, que la duró mea y
go, las inyecciones han demostrado que en estas medio. Al año siguiente, padeció una peripneumo-
circunstancias mas bien aumenta que disminuye el níft, de la cual se vió libre, á beneficio de las eva
calibre de los vasos. Muchísimas veces hemos obser cuaciones sanguíneas, en el hospital de Viena. Débil
vado, durante los paroxismos de la fiebre intermiten aun, volvió a casa do sus padres, y en!onces se la
te, la intumescencia periúilíca.de.1 bazo , que desapa presentó por primera vez la menstruación, pero en
recía después del acceso, cuyo fenómeno dice tam corta cantidad, y grandes dolores en la región
bién Borsieri haberse ofrecido á su observación. Id uterino. A la noche siguiente, náuseas y vómitos, y
cultivo del arroz, que exige pantanos artificiales, y arrojó cuatro lombrices. Creyendo el médico que exis
la frecuencia de las liebres intermitentes que de tían toas vermes, prescribió un emético, que provocó
aquí resultan, hacen que la hipertrofia del bazo sea trece vómitos y varias deposiciones, sin que se es-
muy común en la Lombardía. Xo presenta otro in pulsara ninguna lombriz; pero el último vómito hizo
conveniente que la molestia que ocasiona i las vis salir una gran cantidad de»sangre. El médico recur
ceras inmediatos. rió entonces á la sangría, que repitió, según se dijo,
ta hematemesis, y el morbus niyer de Hipócrates, hasta veinte y cinco veces; pero not indo que el vientre
que se asemeja á aquella, se nos han presentado mas se inflaba, abandonó á la enferma. Uno de sus com
frecuentemente en la Lombardía que híícia el Rhiu profesores, mas dichoso que él, habia conseguido que
ó liócia id Danubio, en Wjtna, ó en las orillas del llegase la paciente casj á convalecer, cuando el 15
Newa. Por lo demás, como en todas partes el vómito de junio del mismo año fue acometida do una liebre
de sangro ora precedido de la supresión de Us re cotidiana) de la cual sufrió siete accesos por las ma
glas o del flujo hemorroidal habitual ; jiero en nin ñanas. Después de haber padecido el último, estan
guna son lau comunes las hemorroides como en Pu do ocupada en lavar el suelo, se levantó á beber un
lóhiá y en Rusia, ya sea por la acción del frió sobre vaso de agua, y de reponte sintió un dolor pungitivo
los vasos, ya por el abuso de los espirituosos ; tain en el hipocondrio izquierdo con dolor ardiente en el
pecho, y cayó desmayada; Al volver en sí, vomitó
qjlectico d(i pilo» mongci, siiu»«isn "que toda su oconomla sufre cerca dé una libra de sangre. Al dia siguiente se en
pero como este sufrimiento no esta limitado al vientre, sino que se contraba muy bien. Al otro dia por la mañana, es
estieude á todai las partes del cuerpo; como ademas, el ligo del calofrió de corta duración, calor que se prolongó por
aceite, tan general en los pueblos meridionales, no relaja las libi as mas tiempo, espasmo del estómago, palpitaciones do
uias de lo que puede relajarlas 1 1 manteca, creemos que este Tlcin
local debe atribuirse mas bien al «enero particular del canto He ¡si corazón (que ya padecía la enferma), gran debilidad,
y liematemesis. El 18 fue trasladada á la chuica de
332 • BIBLIOTECA ECONÓMICA
Vieua, y presentaba los síntomas siguientes: debili hácia el medio dia. El 7, vómito de sangre, pero na
dad estreñía, calor muy moderado, pulso débil, de da de convulsiones. El 8, aparecieron Tas reglas, y
primido y frecuente; lengua limpia y húmeda, gusto desde entonces se disiparon todos los síntomas: se
dulzacho en la boca, sed; cosquilleo en la garganta, contuvo la evacuación, es verdad, antes de tiempo,
deglución libre, así eomo el vientre, tos frecuente y pero volvió al cabo de cinco días. El 23 de julio, la
como espasmódica, decúbito molesto del ladoizquier- enferma, que estuvo tomando los amargos y los fer
do, dolor en el estómago y en todo el vientre, hipo. ruginosos, abandonó r! hospital perfectamente curada.
En razón del dolor y de la grande sensibilidad del La mujer que ha sido objeto de esta observación,
estómaga y de los intestinos, se prescribió una po habiendo tenido que soportar una fractura , una fie
ción oleosa con un grano (5 centígr.) de opio. El Í9, bre intermitente y una peripncumonia , no pudo sor
tos seca, con esputos de sangre, esfuerzos para vo prenderse por los trastornos de que fue víctima al
mitar, hipo, convulsiones, nada de fiebre, dolor en el establecerse en ella el flujo menstrual. .Los medios
pecho y en el hipocondrio izquierdo. El 20, la apa que se pusieron en juego para combatir los diferen
rición de las reglas aumenta los síntomas; tos, hipo, tes estados morbosos por que tuvo que pasar, no de
rio, seguido de calor, convulsiones, pneumorragn ; jaron de contribuir eninuclio á producir aquel efecto.
el ardor del tórax ha disminuido. Se prescribió dos Gon el fin de espelcr los vermes, que el médico con
granos (i decígr.) de almizcle, con 1» infusión de sideraba como causa de la enfermedad, porque un
manzanilla, la lintura de castóreo y el éter sulfúrico. vómito, debido solamente á la influencia del útero,
Nada de sueño en toda la noche; las convulsiones hizo arrojar alguna de esas lombrices, provocó una
lian aumentado, asi como el dolor del lado izquierdo superpurgacion, que, sin que consiguiese la salida de
del pecho Un vejigatorio sobre el sitio dolorido, una ninguna de aquellas , preparó la enfermedad que pa
lavativa de asaféfida con una yema de huevo, y la deció después, es decir, el vómito de sangre. Yendo
infusión de manzanilla. Se agrega la sal volátil á la de error en error, prodigó sin medida la sangría.
poción precitada. El 21, tomó la enferma un baño li Apenas babia recobrado la enferma algunas fuerzas,
bio, y al salir de él sudó y durmió algo; pero vol cuando fue atacada de una liebre cotidiana con dolor
vieron las convulsiones ¡í la entrada de la noche. El pungitivo y lancinante en el hipocondrio izquierdo,
22, disminuyeron los síntomas por la mañana; sobre dolor ardiente en el pecho, desfallecimiento y vómito
vino un frió que dtfró'algunas ñoras; cuando cesó se de sangre.
presentó la bematemesis, dolor de cabeza y de vien Detengámonos en los síntomas de la hematemesis.
tre. El 23, después de una noche inquieta, continua A no ser que el vómito de sangre sea traumático , es
ron dichos dolores. Se prescribió el elixir ácido de decir, que dependa de una violencia estertor, de una
llallcr, dilatado en agua. El 24, vomitó los materia caida, de una contusión, especialmente en la región
les contenidos en el estómago, pero sin sangre, he epigástrica ó abdominal, de una herida, y siempre
moptisis; se movió el vientre ú beneficio de algunos que provenga de causas generales ó locales , es pre
enemas; por la tarde está mejor la enferma. El 2o, cedido casi constantemente de la irregularidad, del
la noche ha sido mala; la paciente ha vomitado son- retardo , de la diminución ó de la supresión de las re
gre líquida, mezclada con mucosidades. Se adminis glas ó del flujo hemorroidal en los individuos de un
tró el cocimiento de quina con media onza (Ingram.) temperamento atrabiliario , de complexión caquéctica
de agua de canela y un jarabe. El 26, después de ó escorbútica , acostumbrados ú la vida sedentaria y
haber pasado bien la noche, tuvo el individuo hipo, entregados á las pasiones deprimentes. En seguida,
por la mañana tos, vósiitos de alimentos mezclados se manifiesta tristeza, inapetencia, náuseas, flatuo-
de sangre, y evacuaciones alvinas: setnicupios tibios sidades, eructos ; pesadez, ardor y dolor, muchas ve
y por la tarde está mejor. El 27, noche agitada, do ces periódico, en el estómago- borborigmos,' constipa
lor de cabeza, en las piernas y los brazos; á las cinco ción , hinchazón del hipocondrio izquierdo, con ten
de la mañana, vómito y frió que disminuyeron hácia sión y dolor considerable, dificultad de acostarse
el medio dia, y á la caida de la tarde se la administró sobre dicho lado . y sensación frecuente d& desfalle
un ligero paregórico. El 28, no ha dormido nada du cimiento. Este último fenómeno, casi específico, pro
rante la noche; gusto dulzacho en la boca, vómito de viene de la plétora de los vasos gástricos , y mas
materiales teñidos de sangre. .El 29, á las seis de la comunmente de la sangre ya derramada en el estó
mañana, fue la paciente acometida de frió, y orinó mago; si esta sangre existe en pequeña cantidad, baja
mucho: se la prescribió el almizcle. Por la tarde, á los intestinos y sale por las cámaras , produciendo
couvulsiones, iiipo, enseguida frió, é inmediatamen la tensión del vientre y el meteorismo ; si es muy
te después nucvasfconvulsiones. El 30, el mismo es abundante, puede causar una muerte súbita sin he-
tado poco mas ó menos; dolor de estómago, de caben malemesis. ' Hemos hecho en Pavia la autopsia de un
za y de los miembros. Infusión de manzanilla, con el hombre muerto inopinadamente, el cual tenia el estó
éter sulfúrico, la tintura de castóreo, sal volátil; tres mago y los intestinos llenos de sangre coagulada.
pildoras anodinas por la noche. El i." de julio, nada Pocas veces hemos visto, como en la enferma prece
de convulsiones, tos de cuando en cuando: un se dente, que fuese el gusto dulzacho de la boca el
micupio, y contiuuacion de los,dcmas remedios. El 2, único signo precursor de la bematemesis. Con efecto,
noche sm sueño, nada de convulsiones, pero difi este individuo arrojó algunas veces sangre con la es
cultad de orinar. Emulsión gomosa, con un grano pectoracion; pero también sentía con frecuencia, cuan
(5 centígr.) de opio.' El 4, nada de sueño durante la do debia vomitar un sabor dulzacho. Por lo demás,
noche, dolor en la cabeza y en los miembros, ten la coincidencia de la hematemesis con la pneumorra-
sión de vientre, constipación, y dificultad de orinar. gia es muy rara , á menos que sobrevenga en un su-
Un semicupio, lavativas purgantes, que desocuparon geto que arroje mucha sangre 4 la vez por el exófago
el vientre j procuraron orinas copiosas ; no obstante y por la tiáquea, y en el que se introduzca acciden
sobrevino frío y convulsiones. El 5, no ha dormido talmente cierta cantidad de líquido en algunos de
esta noche" la enferma; convulsiones menos fuertes, estos dos conductos, de donde no sale, simulando de
nueva dificultad de orinar, gusto dulzacho en la boca, este modo, para el médico poco observador, la exis
con náuseas y dolor de vientre. Se suspendió la emul tencia simultánea de ambas afecciones. No obstante,
sión, y so proscribió el cocimiento do quina con el hemos visto en el tifus, y sin que se siguiera la
agua de canela. El (i, sigue lo mismo; convulsiones muerte, salir la sangre á la vez por el exófago,
DE MEDICINA T CIRUJÍA..—FRANK. 333
por la tráquea . por el ano , por la vejiga y por vía se ha ido mas lejos: so ha querido llamar hemor
la matriz. roides déla boca, á la estomatorragia ocasionada por
la supresión del flujo hemorroidal. Las hemorroides
GENERO QUINTO. tienen una tendencia mas pronunciada quizas que
los demás flujos, a degenerar en hábito , á adqui
Hemorroides. rir un carácter periódico en los individuos predis
puestos ; si se les contraria , esperimenta el enfermo
■Mu. Si hubiese existido un nombre de tan estensa accidentes que algunas veces son mortales. La afec
acepción que comprendiese In hemorragia del estó ción hemorroidal puede provenir de un vicio local ó
mago, de los intestinos del orificio superior é inferior goneral, y depender, en ambos casos.de un esceso ó
del conducto alimenticio, jlo hubiésemos aplicado a de un defecto de tono. Es mas comunmente secun
las hemorragias de la boca y del ano ; hemos hablado daria que primitiva, y trae su origen del estado de
en el artículo precedente de la estomatorragia y de las las partes inmediata', ó de las que están lejanas: por
hemorroides, que no se diferencian de los demás flu último, se complica con diferentes enfermedudes, y
jos sanguíneos del tubo alimenticio , sino por el sitio con diferentes flujos naturales ó morbosos.
que respectivamente ocupan, y por algunos de sus sín 619. Síntomas.— Hay casos en que la hemorragia
tomas. El nombre de hemorroides, cuyo uso es muy no se anuncia por ningún desórden local ó general:
antiguo, no designaba en otro tiempo una enferme la sangre se abre paso por el ano con abundancia, y
dad limitada á las venas del ano, como en nuestros aun sin conciencia del enfermo. Un jóven quo goza
dias: según su etimología, significa evacuación de ba de perfecta salud, se halló al despertar por la ma
sangre; de manera, que si no se hubiese dado á los ñana, Dañado en sangro. No conociendo las hemor
vasos del recto el nombre de hemorroidales, no ha roides, se asustó do Ta hemorragia, aunque no se de
bría razón para llamar así a la hemorragia del ano. bilitó; perojamíis pudo averiguar su causa.
Estoes lo único que nos hace conservar el nombro Otras veces, se suprime una evacuación sanguínea,
de hemorroides, admitido en las escuelas, compren especialmente una hemorragia nasal, y siente el en
diendo en esta acepción el molimen hemorroidal, fermo vértigos, sentimiento de pesadez en la cabeza
Gomo en el artículo precedente hemos tratado varios y eii los miembros, dolores eu los lomos , prurito y
puntos que se refieren á esta afección, nos limitaremos calor en el ano, tenesmo, pulsaciones y sensación de
á indicarlos aquí. constricción y dolor en la eslremidaddel recto, cuan-
_ 610. A escepcion de la epistaxis, n» hay hemorra do está de pie , ó al escretar las materias ester-
gia mas propia de la especie humana que las hemor coráceas endurecidas. Después de Jas deyecciones,
roides, ni mas frecuente, sobre todo, en los países sale una pequeña cantidad de sangre bermeja. En
septentrionales. Es una enfermedad particular de la ciertos casos, antes de todo, se escapa ó trasuda por
edad de la consistencia , principalmente del sexo la extremidad del recto un moco trasparente ó un lí
masculino; pero cada dia hace mas progreso en este quido, parecido al agua do carne. En fin , el flujo
siglo; ataca casi á tantas hembras como varones, al sanguíneo puede sor precedido do una evacuación
menos en las ciudades, y observa las mismas leyes copiosa de materias fecales.
que la evacuación menstrual : en fin, los niños de Las personas predispuestas ó que padecen, desde
corta edad y los viejos decrépitos no siempre están mucho tiempo las hemorroides, presentan ademas
exentos de padecerla. otros síntomas. Esperimcntau en el abdómen, siguien
617. Definición.—Las hemorroides consisten en do las ramificaciones de la vena porta, ó en la región
un flujo de sangre pura, ó de materia mucosa puri del estómago, del hígado, del bazo, del mesenterio ó
forme, suministrado por los vasos del interior del de los intestinos ; movimientos incómodos, tensión,
recto ó do la margen del ano; ó bien consiste en es latidos, espasmos, una sensación de picadura en el
fuerzos incómodos que se acompañan de un infarto, recto, como si un cuerpo estraño agudo ó erizado de
de varices, de un tubérculo', o de una escrccencia, asperezas estuviese engastado en la cavidad de este
colocados en el borde de este orificio. intestino; se quejan de tenesmo, de disuria, de dolo
618. Especies.—Se han dividido, por lo tanto, las res cu la vejiga, en el útero, en los intestinos, en los
hemorroides en ocultas ó internas, y onesternas. Los lomos, en el sacro, en las caderas, en el hipogastrio
anatómicos, considerando que los vasos del recto y en los muslos, lo cual impide el es'ar sentado y
provienen de las mesentéricas inferiores, de las h¡- andar; están fatigadas por náuseas, regurgitaciones,
pogástricas, y de las- iliacas posteriores], han dido cólicos, y aun por movimientos febriles. En este es
una esplicacion sutil á estas variedades. Sin tenor tado, aparecen por lo común en el ano uno ó varios
eu cuenta las numerosas anastomosis que unen entre tumores duros, ardientes y rojos, que so oponen á
sí a los vasos arteriales y venenosos, sin reflexionar la escrecion de las materias fecales, á la administra
que suministran indistintamente ramas al interior ción de las lavativas; y no pueden soportar el menor
del recto y á la margen del ano, estos autores han tacto. Algunas veces no se ven estos tumores; pero
referido las hemorroides internas á las venas que tras salen al hacer el menor esfuerzo, á no ser que. estén
miten la sangre á la vena porta, y las esternas á las muy profundos. No es raro que, por efecto de la irri
venas que van ¡i desembocar á la vona cava. Se han tación, se inflamo el intestino, so hinche en una es-
llamado hemorroides riegan, las que consisten en la lension considerable, y supure el tumor hemorroidal:
turgesceucia de los tumores hemorroidales, sin eva si se abandona el absceso á sí propio, y el arte ó la
cuación : hemorroides blancas, mucosa* , las que en naturaleza no trata de abrirlo, se convierte en fístula
vez de sangre suministran una materia serosa, piti* rebelde. En otras ocasiones, repetida la flogosis en
tuosa. Cuando el flujo hemorroidal alivia al enfer el mismo sitio, da lugar á un derrame de materia pu
mo, y produce efectos saludables, respecto de otra riforme en el tejido celular del intestino: este humor
afección, se'consüera como critica : es sintomática. se solidifica, como lo hemos visto en la blenorragia
cuando no reporta utilidad, ó cuando agrava la en habitual, y endurece las paredes del recto, estre
fermedad de que depende. Si por medio de las anas chando su cavidad en varios puntos.
tomosis que unen á los vasos del recto con los do la Esta inflamación no se termina do ordinario por
vejiga ó del útero se traslada el flujo áa estos órganos, gangrena; pero sobreviene muy comunmente una co
se llama hemorroides de la vejiga ó del útero. Toda
334 , BIBLIOTECA BCONÓ1HOA
estrías sanguinolentas ú de sangre pura, y se dismi del recto: por lo demás, estas alteraciones son fre
nuyen los accidentes, gozando el enfermo de un repo cuentemente el producto de las hemorroides^ 6 coexis
so momentáneo. En efecto, los movimientos hemor ten con ellas. Se esclarece el diagnóstico, remontán
roidales se renuevan espontáneamente en épocas fijas, donos á las circunstancias anteriores, á las causas de
sobre todo en las de la menstruación; ó bien son la evacuación; esplorando las partes con cuidado,
provocados por alimentos demasiado duros é acres, examinando la cantidad y el carácter del humor que
por las bebidas espirituosas, pnr un ejercicio violen suministran, y la manera de efectuarse su escrecion.
to, cou especialidad por el baila ó por la equitación. Los escirros del recto, de la próstata, de la vejiga y
Las venas se distienden poco á poco, y forman enor del útero, dan también lugar á una evacuarían pu
mes varices azuladas; el tejido celular, que nq es muy riforme por el ano; indicaremos sus caracteres dis
dejo en estas partes, se ingurgita y se pone tume tintivos al hablar de la constipación.
facto; la cavidad del recio se obstruye, y aun algu 621. Causas.—Si se recuerda lo que hemos di
nas veces los tumores que están fuera del ano ad cho acerca de las causas de las varices (S7I) y de ta
quieren el volumen de un huevo de ánsar, y el es heinatemcsis (OIS), no habrá grandes dificultades
fínter so contrae y los comprime, lo que ocasiona para hallar las de las hemorroides El estar de pie
dolores atroces. En otros casos,' se forman los tumo contribuye mucho á que se presente con mas fre
res hemorroidales por la espansion de la membrana cuencia esta afección en la especie humana que en
muco-a y del tejido celular inmediato: cuando están los demás animales. En efecto , si las venas de las
vacíos, disminuye su volumen entran en el intestino estremidades inferiores, á pesar de sus válvulas , se
y se ocultan casi enteramente á la vista; pero al es- hacen el asiento de varices por la estancación de la
cretar las materias fecales endurecidas,' ó por cual sangre, que tiene que ascender contra su propio
quiera otro esfuerzo, salen con facilidad, simulando [ieso, debe suceder el mismo fenómeno en el origen
la procidencia del recto, y se llenan de nuevo. Cuau- ile las venas hemorroidales, que son muy largas, y
tío se rompen ó so ulceran, vierten una sanare ne que carecen de válvulas, como todo el sistema venoso
gruzca ó roja; la hemorragia es mas ó menos intensa, abdomiiial: los obstáculos quo la circulación encuen
mas ó menos considerable; algunas veces ocasiona li tra en estos vasos, deben obligará la sangre á es
potimias, y aun la muerte. En otras circunstancias tancarse cerca de la eslremidad del recto , á dilatar
sale la sangre con* rapidez, en diversos accesos ó estas venas j & formar tumores varicosos.
continuamente, y el enfermo pierde en el dia varias Las causas que provocan el aflujo de la sangre ar
unzas, una libra, y aun mayor cantidad de este líqui- terial en una parte, las que se oponen á la vuelta de
quido. Por último, hay casos en que so endurecen este líquido por las venas, produciendo ingurgitacio
los tumores hemorroidales por la coagulación de la nes en el sistema vascular, congestiones, secreciones
parte linfática de la sangre, por el continuo frote, ó morbosas y flujos sanguíneos, pueden determinar
por fil contacto del aire esterior. también, cuando obran sobre los vasos del recto, las
En las mujeros, estando contiauas las hemorroi hemorroida, consideradas como enfermedad local.
des á la vagina, determinan con frecuencia en este Referimos á las primeras todo lo que, irritando el
canal un sentimiento de calor, de prurito ó de ardor; ano ó las partes contiguas , atraiga la sangre á la
|a unión conyugal se acompaña asimismo de dolor estromidad del recto, y dé lugar á una plétora local;
y de hemorragia. Los accidentes aumentan al aproxi tales son: los pesarios, las lavativas calientes y acres,
marse el período monstrua! ó hemorroidal, en laépoca la sodomía , la acción del vicio reumático , gotoso,
de la cesación de las reglas y durante el último mes herpético, etc., sobre el recto, ó la presencia de un
del embarazo. En este caso sobrevienen también flores cálculo, de un hueso ó de ascárides vermiculares en
blancas ola blenorragia del recto; se declara el tenes este intestino; las bebidas espirituosas, los alimentos
mo; las deposiciones son difíciles y dolorosas; la acres, los aroma. icos, los drásticos; las preparaciones
margen del ano e»tá sembrada de tumores varicosos aloéticas, los semicupios calientes, tos baños de va
muy dilatados, y el diámetro de la vagina se dismi por, la aplicación de sanguijuelas á la márgeii del
nuye. Todos estos síntomas se agravan en la época ano ; los esfuerzos para defecar , la equitación, las
del parto: los tumores hemorroidales se oponen por conmociones violentas del cuerpo , los escesos en los
mucho tiempo á la salida de la cabeza del feto, y placeres del amor; los embarazos repetidos, los
muchas, veces se rompen á los esfuerzos, y vierten una abortos, los partos difíciles, el dejar de criar, las
gran cantidad de sangre. enfermedades del útero, de la vagina y de la vejiga;
G20. Diagnóstico diferencial.—Esta corla des los cálculos vesicales, la operación de la talla, la di
cripción de las hemorroides, basta para hacer conocer senteria , el catarro de los intestinos, la blenorragia
los caracteres que la distinguen" de la disenteria ó de simple ó sifilítica, la supresión de los menstruos, etc.
las evacuaciones sanguinolentas ó saniosas que pro La frecuencia de las hemorroides en la mayor parle
vienen del ostómago, del hígado, del bazo y de los de los pueblos septentrionales parece que depende
intestinos. En estos flujos se manifiesta una gran de la acción del trio , que rechaza la sangre de la
debilidad, náuseas, cólicos, y no hay ningún siguo periferia al centro, lo cual favorece las congestiones
local de una ifeccion del recto. La disenteria se al interior, y del abuso, tan común en estas nacio
acompaña á la verdad de tenesmo, de una escrecion nes, de las bebidas espirituosas. Los vestidos lige
de inucosidades puriformes ó de sangre; pero el ros con quo se cubren las mujeros en todos los paí
aparato morboso es en esta mas general ; la liebre ses, sin diferenciarse apenas, á pesar de la diversidad
mas manifiesta, con laxitud en los miembros: ord'- de los climas , bastan para esplicarnos por qué están
nariamente este flujo es epidémico; se anuncia p ir caila dia mas sujetas á esta afección, como á otras
cólicos fuertes, por deyecciones liquidas poco ab' n- muchas.
dantos, é íntimamente mezcladas con la sangre: en Las causas que determinan las hemorroides, opo-
fin, los demás síntomas de dicha enfermedad no per .niéndose al retorno de la sangre venosa, son: la
miten que se confunda con las hemorroides, aunque vida sedentaria , la inflexión habitual del cuerpo liá-
las provoque en mas de una ocasión. Una persona sin cia adelante, la relencion prolongada de las materias
esperieiicia podrá confundir mas fácilmente con las fecales endurecidas en los intestinos gruesos, lo cual
hemorroides blancas la evacuación de pus proce- produce una constipación tenaí y da lugar á esfuer
zos igualmente nocivos; la distensión de los intes
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRANTi 335
tinos por gases ó por otras materias. Lo mismo re Muchas veces, dependen mas bien las hemorroides
sulta (fe la compresión ejercida sobre los órganos del de la relajación de la membrana mucosa, y de la ato
bajo vientre por causas mecánicas, como los vesti nía do sus vasos, que de un obstáculo al retorno de
dos estrechos, especialmente los calzones que opri la sanare venosa. Entonces estos apéndices, ingurgi
men el abdómen, la acumulación de grasa en el tados de sangre, suelen curarse radicalmente por una
epiploon ó en cualquiera otro punto de esta cavidad; simple escitacion, porque constituyen una afección
un tumor, una obstrucción, el escirro del bazo, del local. En las personas que gozan de perfecta salud,
páncreas, del mesenterio, dct mesocolon, del hígado; los esfuerzos para defecar, especialmente la costumbre
el embarazo, los esteatomas, los escirros, la hidrope de permanecer mucho tiempo en los comunes, te
sía, y los pólipos del útero ; un tumor en la vagina, niendo aspuesto el ano á Ins vapores pútridos que so
en la vejiga ó en la próstata; la procidencia del rec exhalan en esos lugares, ocasionan con facilidad una
to, de la vagina , del útero ; la retroversion de este ligera procidencia del recto; hallándose comprimida
órgano, un parto largo y difícil, etc. la membrana mucosa por el esfínter, se pone tume
A estas causas, que obran particularmente sobre facta si no nos apresuramos á practicar la reducción,
. el recto, es preciso añadir las de los flujos hiperesté- y sobrevienen todos los accidentes de las hemorroides.
nicos y asténicos (582). 622. Pronóstico.—Se hablado de las hemorroides
Pero la sangre de las hemorroides ;es suministra con mucha variedad; unos las consideran como bene
da poi las venas, ó por las arterias? La resolución do ficiosas y otros como una afección grave. Todo flujo
esta cuestión no deja de ser importante en la prác sanguíneo, cualquiera que sea su causa, es una en
tica. Varios médicos consideran esta sangre como ve fermedad, ó el síntoma, el preludio de una afección co
nosa; la presencia de las varices Jel ano en una mul munmente mas grave. Pero es frecueule que una en
titud do enfermos, su volumen y su ruptura, manifies fermedad ligera venga á ser la solución de otra mas pe
tamente comprobada en ciertos casos, vienen en ligrosa: lo que es un mal durante la salud, es un bien
apoyo de esta opinión. Pero cuando la sangre no en el estado morboso. No sabemos por qué no ha de
corre de repenle ni á consecuencia déla depresión del producir el flujo hemorroidal las mismas ventajas que
tumor varicoso , y no presenta un color negruzco, los menstruos en un individuo pletórico : si cu un
creemos que procede de las arterias. Es raro que se jóveu de constitución robusta son útiles las hemorra
hayan disecado con esmero las parles afectadas en gias de la nariz, nos parece que no deben ser peli
los cadáveres de personas muertas durante el curso grosas la del ano. Es verdad que las hemorroides,
del flujo hemorroidal, sin embargo, se ha hallado en como todas las hemorragias, tienen una tendencia á
una de estas investigaciones una vena del ano muy la recaída; pero esta disposición no es constante, por
dilatada hasta cierta altura, y llena de sangre; este que el joven cuya historia hemos referido (619), des
vaso se anastomosaba solamente con algunas venas pués de la copiosa hemorragia de que fue atacado á
pequeñas, lo que prueba que su calibre era primiti los diez y seis años, llegó á la edad de sesenta sin
vamente muy reducido, y que debía este aumento al haberla vuelto á padecer. Algunas veces el flujo he
estado varicoso. Esto hecho no contraría nuestra morroidal es saludable, y aun crítico, en las fiebres
opinión. En efecto, las venas no se continúan inme y en las enfermedades crónicas rebeldes. Sin embar
diatamente con las arterias, si se csceptuan las de las go, en general debe considerarse grave esta afección
placenta , no se abren en las cavidades , como se en ciertos casos, y siempre incómoda: es raro que
creía antiguamente; por lo tanto, solamente por su ocasione prontamente la muerte; pero la hidropesía,
ruptura puede la sangre abrirse paso , lo cual no se el marasmo, los abscesos, las úlceras, las fístulas en
observa siempre en las hemorroides. Ya hemos pro el ano, son á veces su consecuencia; las partes en que
bado que una infinidad de flujos eran resultado de tiene su asiento, pueden degenerar eu gangrena. He
una verdadera secreción morbosa; ¿porqué buscar mos visto á un gran número de mujeres esperimen-
aquí otra causa? Y semejante secreción no puede ser lar quince dias después de sus reglas un flujo hemor
seguramente obra da las venas. El humor mucoso, ó roidal, que volvía alternativa y regularmente á la
puriforme , que reemplaza tan comunmente trl tlujo misma época , ó muchas veces al año. Los tumores
hemorroidal , tiene su origen eu la inflamación de la hemorroidales son muy incómodos durante la preñez
superficie secretora del intestino, de la irritación de y durante el parto.
los folículos mucosos y de los vasos exhalantes. Aho Cuando el flujo hemorroidal ha llegado á ser habi
ra bien; si en la blenorragia, en el catarro pulmonar, tual , su supresión es seguida de los mismos acci
la sangre que se mezcla con el moco no reconoce dentes que la de los menstruos: ocasiona la infla
otra fuente, ¿por qué en las hemorragias ha de ser mación del cerebro, de la garganta , del pulmón, del
suministrada por las venas? La ingurgitación, la dis estómago , de los intestinos , de los ríñones , de la
tensión de las venas hemorroidales, y la compresión vejiga y del útero; disurias, iscurias, vértigos, cela-»
que ejercen, ocasionan la irritación de sus paredes, leas, dolores en los lomos, en los testículos, en los
de 'a parte correspondiente del intestino, ó una lige muslos, en el abdómen; obstrucciones, asmas, pará
ra flogosis erisipelatosa y aun flegmonosa: y hé aquí lisis, etc. Estas afecciones pueden depender también
lo que determina la secreción de las mucosidades de la misma causa de las hemorroides, mas bien
puriformes y la de la sangre. Estos humores, infil que de su supresión.
trándose en el tejido celular inmediato , ocasionan 623. Tratamiento.—En el tratamiento de las he
tumores voluminosos que se situau cerca de las va morroides es necesario seguir los principios que he
rices, y que no pueden ser formados únicamente por mos espuesto sobre la terapéutica de las hemorra
la dilatación de las arterias ó de las venas. Estos tu gias (46(¡, o84) ; poro sobre todo , prestar atención á
mores contienen una sangre fluida ó grumosa: en sus causas. Hé aquí las indicaciones generales : en
muchos casos son duros, y tan gruesos como un las hemorroides nacientes que no son supletorias de
huevo de gallina. Por su presencia, las ramas pro otra enfermedad, hay que apresurarse á combatir las
fundas de la vena que rodeau, y los ramos anaslomá- causas, á destruir la disposición á este flujo, an
tícos, degeneran en tubérculos , mas pequeños í la tes deque degenere en hábito; se debe moderar
verdad, redondos, desiguales, y algunas veces circu cuando es escesivo, y no suprimir las hemorroides
lares, lo cual simula la procidencia del recto: otras, habituales; en üu ; calmar los síntomas. Es nece
so forman simples varices uno rodean la máryen olvidar jumús la inspec
del ano. '
336 BIBLIOTECA ECONÓMICA
brc todo cuando la hemorragia es considerable ó te impide al enfermo andar , permanecer sentado y es-
naz, á (in de reconocer si esta afección depende de peler las materias fecales, debe temerse la inflama
la estrangulación de la membrana mucosa: en <ste ca ción , la supuración, y algunas veces la gangrena. Es
so, seria víctima el enfermo de semcjanie descuido. necesario prevenir estos accidentes por un tratamien
Pero en vano trataríamos de separar las causas de to conveniente, local ó general , debilitante ó tónico,
las hemorroides, siguiendo las r.eglas generales es seguí» el carácter y la violencia de la enfermedad.
puestas sobre el tratamiento preservativo de los flu Si la afección es local, debe recurriese á las aplicacio
jos sanguíneos (58+) : para impedir las congestiones nes reiteradas de agua fria , sola ó acidulada con el
sanguíneas en la estremidad del recio , es necesario vinagre de saturno, á menos que se halle bajo el im
oponerse á la permanencia de los escrementos endu perio del hábito, lo que no permite oponerse al flujo
recidos en este intestino, y prevenir de este modo que se prepara. Cuando la tumefacción y el dolor
los esfuerzos que exige su espulsion. El enfermo son considerables , ó la enfermedad antigua, se em
debe, pues, evitar todo lo que determine la constipa plean tópicos mas suaves, la manteca de cacao y
ción, como la abstinencia de alimentos cargados de tas cataplasmas anodinas; se hacen fomentaciones
humedad; las bebidas acuosas; el abu«o de las sus con una esponja empapada en leche tibia , é inyec
tancias estípticas y amargas; la vida sedentaria, y los ciones con' una pequeña cantidad de emulsión go
ejercicios forzados; y el mal hábito de resistir á las mosa , de leche, y de manteca derretida en agua
necesidades naturales para no interrumpir sus ocu tibia. Cuaudo estos medios no bastan para calmar
paciones. Cuando el intestino se halla en un estado los síntomas, se recurre al npor del agua tibia; y sí
de sequedad considerable, conviene aplicarse ames la tumefacción de los vasos hemorroidales intercepta
de defecar, un enema compuesto con una ó dos on- el curso de las orinas, se aplican diez ó mas sangui
zas (30 ó 60 grano ) de aceite de linaza, -espuma do juelas alrededor del ano, á menos que se oponga á
leche ó de manteca fresca , y un poco de caldo de ello el carácter asténico de la enfermedad. Pero si las
carno. Si las evacuaciones alvinas son muy difíciles, tumores son voluminosos , si las sanguijuelas no pue
se administra un laxante, como el aceite de ricino, den picar á causa de su dureza , ó la sangre que con
el crémor de tártaro, á pequejias dosis, dos veces al tienen está coagulada, no producirán mas que irrita
dia, ó á la hora de acostarse. Deben evitarse los ves- ción , y vale mas practicar escarificaciones con la
tidos estrechos que comprimen el bajo vientre , so lanceta.
bre todo, los muslos; no tener mucho tiompo el En los tumores hemorroidales antiguos, dependien
tronco en una situación recta, ó encorvada hácia do tes de la relajación de la membrana mucosa, el
lante ; las mujeres deben criar á sus hijos , si no se enfermo esperimenta, en lugar de estos síntomas infla
10 impide razón alguna , á fin de prevenir la plétora matorios, una dificultad cu la espulsion de las mate
de los vasos hemorroidales, resultado de la de los rias estercorales , y un sentimiento de irritación, pro
vasos uterinos por el flujo prolongado de los loquios ducido por el volumen y por la dureza de los tumo
en las personas que no llenan el deber maternal. Si res. Las incisiones no procuran entonces mas que un
11 membrana mucosa se escapa por el ano en los es alivio momentáneo ; poco tiempo después se renue
fuerzos para defecar , hay que apresurarse á reducirla van los accidentes , agravados por las cicatrices,
para oponerse á su estrangulación. que hacen aun mas duros los tumores. Guiados por
Cuando las hemorroides dependen del estado hi- los sabios consejos de un médico recomendable,
pereslénico de todo el sistema, anunciado por el tem hemos practicado en este caso con el mejor éxito la
peramento -sanguíneo y la constitución pletórica del escisiou de las hemorroides, ó su ligadura, cuando
enfermo, por su género de vida, por la tensión ge eran pediculadas.
neral de los sólidos , y por la plenitud y fuerza del Si la hemorragia aniquila las fuerzas del enfermo,
pulso, lo cual es raro; debo aconsejarse desdo el está absolutamente contraindicada la sangría , que
principio el repaso del cuerpo y del espíritu , una conviene cuando el flujo es -difícil, hiperesténico, y
situación horizontal , un tratamiento debilitante , so sin debilidad. Se deben emplear interiormente cusí
bre todo la sangría reiterada algunas veces, un régi los mismo; remedios que hemos aconsejado en las
men antifloiístico, un alimento tenue, vegetal, el agua otras hemorragias (33-i), y osteriormente los que he
fria por bebida, y ligeros laxantes que evacúen sin . mos recomendado en la estomalorragia (ó'J'J). Se hace
irritar. • • acostar al enfermo sobre la espalda y en un lecho
Si provienen de la astenia general , sobre todo de duro; se ordenan aplicicionos frias sobre el ano,
la debilidad del sistema vascular abdominal , es ne el periué y las nalgas ; se recurre á las inyecciones de
cesario evitar todos los debilitantes y recurrir á los agua fria, acidulada con el vinagro, y si la necesidad
tónicos. Pero hasta que los esfuerzos hemorroidales es urgente , se emplea una ligera solución de alum
no estén enteramente apaciguados, hay que abste bre, de vitriolo blanco, y aun de alcohol ; se puede
nerse do los irritantes. Las bebidas ligeramente frias, también introducir en el* recto una esponja empapa
los enemas con agua también fria, bastan algunas veces da de un licor astringente, ó un supositorio algo
para atraer la calma. Se empieza por los escitantes mas duro. En el caso de descenso del intestino, como lá
suaves , tales como la infusión acuosa de milenrama, parte que suministra la sangre so halla al descu
de manzanilla romana, con veinte gotas de espíritu bierto , permite la aplicación inmediata de los astrin
de nitro dulce, y se practican ligeras fricciones sobre gentes.
el abdómeu. Se pasa en seguida al uso de los amar Los accidentes que son consecuencia de la he
gos, de las aguas marciales, y de la infusión de morragia del ano , no difieren de los que se observan
quina. cu las demás hemorragias, y exigeu el mismo trata
Si las hemorroides reconocen por causa la obstruc miento (592 , 608).
ción, jdc slguna viscera , es necesario combatir la Para remediar las consecuencias de la supresión de
enfermedad esencial por los medios que indicaremos las hemorroides habituales, es necesario investigar
en otra parte. escrupulosamente las causas primitivas del flujo he
Cuando los esfuerzos hemorroidales son violento*, morroidal , las de la supresión misma, lo que no
acompañados de calor, de ardor, de latidos, de un siempre es fácil, y emplear un método adaptado á
dolor que se propaga al sacro y á los lomos, de una las unas yálas otras. No es fácil reemplazar por eva
sensibilidad que no permite el menor contacto , que cuaciones artificiales las ventajas de. un flujo esta
DE MEDICINA Y CIBÜJÍA.— FRANK. 33?
blecido espontáneamente en una parto. Por otro lado, hemorragia, como todas las domas, es irregular 6
no poseemos rcmeilios que tengan la propiedad de periódica, primitiva, ó lo que es mas común, secun
dirigir la sangre liácia los vasos hemorroidales mas daria, sintomática; depende de un vicio local, ó gene
bien que liácia otros órganos : todas las pildoras y las ral; y en este último caso, de un estado esténico ó
tinturas, todas las preparaciones de eléboro y de asténico; en fin, os ventajosa ó perjudicial, liemos
aloes, de gomas fcruláceas, producen ú menudo fu visto dos casos do hematuria complicada con una
nestos resultados, y ocasionan hemorragias , algunas ónuresís dependiente de la parálisis del esfínter.
veces moríalos , dirigiendo los humores sobre partes- 627. Predisposiciones.—Se observa la hematuria
mas nobles. La aplicación de las sanguijuelas en el en los dos sexos; pero las mujeres á quienes se ha
ano, apacigua algunas veces los accidentes que de suprimido la menstruación están mas espuestas á ella
penden de la supresión de las hemorroides: oirás vo que los hombres, escepto los sugetos que padecen
ces se emplean con éxito las aguas minerales, los el flujo hemorroidal, igualmente suprimido. Las afec
amargó», los marciales, la equitación, ó los laxantes ciones crónicas de la vejiga y de los ríñones son fre
suaves y los semicupios. La indicación de estos diver cuentes en la vejez; sin embargo, no hemos observado
sos medios se deduce de los principios que ya hemos que la hematuria sea mas común en esla edad.
«puesto. Nuestra memoria no nos recuerda ningún ejemplo,
recogido en la primera ó segunda infancia, escepto en
«ENERO SESTO. los niños calculosos. Algunas veces lapiedra que man
tiene la hematuria no dá señal alguna de su preseucia
Hematuria on los ríñones. •i' •
628. Síntomas. —A menos que una causa mani
624. Ademas ric la sangre que reciben la vejiga y fiesta dirija su acción sobre los órganos urinarios, es
los uréteres, la tercera parte de la que circula en difícil reconocer, no la hematuria, sino su fuente. Ya
la aorta inferior, la sesta de toda la masa sanguínea, es que la sangre venga de los ríñones ó de los uréteres,
llevada íí los riñónos por las arterias cons dcrables, yaque la vejiga misma la suministre, todo el sistema
propias S estos órganos.' liste apáralo vascular es ne urinario se afecta bien pronto, á causa de lus rela
cesario á la secreción do las orinas. En los esperi- ciones simpáticas ó anatómicas de tas diversas partes
ntentos anatómicos, la materia de- las inyecciones he que le componen. Hay hematurias abundantes y sú
chas on las arterias renales, pasa fácilmente i los bitas, que no van acompañadas de ningún dolor; hay
conductos urinarios de su susta.icia; no es, pues, ad otra" en las que los dolores no se hacen sentir mas
mirable que se efectúen hemorragias por esta vía; que en la vejiga, y dependen de la coagulación de
es, por el contrario, inconcebible que no sean mas la sangre que viene de los ríñones, verdadera fuente
frecuentes. Sin embargo, la mayor parle de hematu- de la hemorragia. En fin, hay casos en que la vejiga
rias, en las que se espele la sangre, pura ó mezclada sola está alaciada, y los ríñones sufren simpáticamente
con las orinas, no tiene su origen en los ríñones, sino pov la presencia de un cálculo, de un coágulo, ó de
en la vejiga ó en los uréteres, de manera, que si un pólipo en este órgano: entóneos los dolores son
separamos de las hematurias renales espontáneas las algunas veces ligeros en el receptáculo de la orina:
quedependen de una violencia eslerior ó de cálculos, pero son vivos en los uréteres ó en los ríñones, que
concluiremos que no son reuy comunes, y que el no pueden desembarazarse de aquel líquido.
centinela que guarda estos vasos debe ser mas activo SINTOMAS DE LA HEMATURIA HENAL.—Eli general,
en estos órganos, cuya estructura es tan favorable á cuando la sangro es suministrada |>or los ríñones, y
las hemorragias, que en otros, escoplo el estómago. estos órganos no contienen cálculos, los dolores son
En el curso de nuestra práctica liemos visto á muchos mucho menores; el enfermo esperimenla solamente
enfermos arrojar orinas sanguinolentas y aun sangro en los lomos una sensación desagradable, una tensión
pura: sin embargo, enlre cuatro mil individuos con una pesadez, acompañada algunas veces de fiebre,
enfermedades graves ó raras, escogidos en el gran de laxitud. En fin, la sangre corre en abundancia con
hospital de Pavía, y tratados en el Instituto clínico las orinas, pura y bermeja desde el principio. Vamos
en ol espacio do diez años, no liemos visto mas que á referir un ejemplo de hematuria renal, dependien
seis, afectados do hematuria esponlánoa. De mil nove te de la supresión de las reglas, y acompañada de
cientos trece onlermos que hemos tratado en el curso dolores bastante intonsos en los lomos: esta historia
de siete anos en la clínica de Viena, uno solo hemos contribuirá mucho á aclarar el diagnóstico que tra
visto atacado de hematuria. He trece mil seiscientas tamos de establecer.
cuarenta y siete personas muertas en el hospital OnsEuvAc on— Una mujer de una constitución dé
general de la misma ciudad, solo una ha sucumbido bil, que perdía sangre abundantemente dos veces al
á esta enfermedad. I'or último, debemos advertir que mes, y que era, sin embargo, madre de siete hijos,
si la hematuria nos parece tan rara, es porque no gozaba desde la edad de treinta años de unü salud
confundimos con ella la hemorragia de la uretra, ni bastante buena; no se quejaba mas que do una de
las hemorroides de la vejiga, á menos que la sangre bilidad en los ríñones. A la época en que las reglas
venga de la cavidad de este órgano. tenían costumbre do aparecer,' esperiinentó un ligero
625. Definición.—La hematuria es, pues, un flujo movimiento febril, con calor por la larde y remisión
de sangre pura, ordinariamente líquida, algunas veces por la mañana: al cabo de dos días se disiparon estos
grumosa, ó mezclada con las orinas on mas ó menos síntomas, sin atraer al flujo menstrual. Se manifestó
cantidad, bermeja, otras voces oscura, negruzca, un dolor muy fuerte en los lomos, con tensión y sen
saniosa, coagulada, y suministrada en todos los casos timiento general de debilidad, sobre todo en las es-
por los ríñones, .por los, uréteres ó la vejiga; en una tremidades inferiores, que rehusaban sostener el cuer
palabra, es una orina de sangre. po; amargor de boca, náuseas y regurgitaciones.
626. Especies.— Sin embargo, como este líquido Bien pronto sintió frecuentes ganas de orinar; la ori
puede correr puro ó con las orinas, no solamente pol na corría en pequeña cantidad cada vez, sin ardor y
la uretra, sino también por una herida, por una fístula mezclada de sangre: su acumulación en la vejiga oca
de los ríñones ó de la vejiga, os manifiesto que la sionaba un sontimiento de pesadez hácía las partes
hematuria no es siempre una orina de sangre, aunque genitales, y después de su escrecion, la sangre so
la orina de sangre sea siempre una hematuria. Esta precipitaba cu abundancia al fondo del vaso. Estos
15"
338 BIBLIOTECA ECONÓMICA
-ñas contaban diez dias de existencia, cuando su síntomas son mas graves, que en una simple hema-
,...co la prescribió una sangría y un laxante con la turia.
pulpa de cañaíistula. Estos remedies los hicieron de Cuando la sangre suministrada por los ríñones ó
saparecer, ¡i escepcion de la hemorragia, que solo por los uréteres no puede llegar á la vejiga, se coa
esperimcnló una disminución. A esta época, la enfer- gula y forma masas irregulares ó cilindricas , pólipos
iaa se trasladó al instituto clínico, y presentó á nues prolongados y delgados que parecen lombrices, y
tro examen los síntomas siguientes: color lívido en el presenta un color moreno negruzco, ó de un blanco
ángulo interno de los (¡jos, encendimiento de las me .amarillento. Estos pólipos obstruyen completamente
jillas, encías fungosas, que sangraban á la menor fro los conductos; algunas veces la orina los horada en
tación,}' que estaban despegada»; dientes vacilantes, su parte media, llegan á ser tubulosos, y permiten
aliento fétido, sequedad de déla piel, dolor eu la región e! paso de este liquido. Bajo uuq ú otra forma llegan
de los riñónos, sentimiento de sofocación por intervalos: á la vejiga, salen por la uretra, y las personas que
pulso frecuente sin ser pequeño, y cantidad conside ignoran este fenómeno los creen vermes renales ó
rable de sangre en las orinas. Se prescribió la emul vesicales. Cuando la sangre encuentra un obstáculo
sión gomosa y el suero por bebida. Por la larde la cerca de la vejiga, el uréter se dilata por encima,
enferma estuvo tranquila. Al dia siguiente, por la su diámetro llega á ser algunas voces triple t y aun
mañana, llenó una gran vasija do orina; la pai te mas iguala al deles intestinos delgados, como hemos te
espesa de la sangre suministraba un depósito consi nido ocasión de observar.
derable: la serosidad nadaba por encima del coágu Síntomas de la hematoma VESICAL.— La vejiga
lo, como el aceite. Se prescribió :i la enferma el uso goza de una sensibilidad muy grande : si la presencia
de un cocimiento de quina y de agua acidulada habitual de la orina no la escita mas que ligeramente,
con el ácido sulfúrico. ' . una materia mucho mas suave, pero á la impresión
Al tercer dia de haber entrado en la clínica, orinas de la cual no está acostumbrada , determina en ella
en mayor cantidad con los mismos caracteres; algunos una irritación violenta. La sangre que obstruye su
dolores en los lomos y pulso pequeño y frecuente. Co aparato vascular, ó que se derrama en su cavidad,
cimiento de quina, suero (¡luminoso, y un régimen ya que provenga de sus vasos, ya que la suministre
más nutritivo. otro órgano, debe, pues, producir síntomas que ca
Después de la comida, ligera horripilación, cuatro racterizan la bemaluria vesical. Los principales son:
deposiciones acompañadas de la escreciou de las ori una sensibilidad insólita de la vejiga á la presencia
nas, y dolores que se estendian desde uua á ntn ca de la orina , aunque este líquido exista en pequeña
dera. Por la tarde, sudor; la cantidad de la sangre cantidad; frecuentes ganas de orinar, la disuria, Tin
fue menor, y les dolores do las caderas desaparecie senlimienlo de ansiedad, de tensión, de calor, de
ron. ardor en el hipogastrio; una escrecion de materia
Al cuarto dia, pulso casi natural. Los m:.imos re viscosa, puriforme, fétida, que se precipita en el
medios, fondo de las orinas; y en fin , casi todos los síntomas
" Ad quinto dia, la enferma licuó dos vasijas de ori do una cistitis ligera y crónica (265). Sin embargo,
na; en el fondo de la primera se vid una pequeña las arterias ingurgitadas y las venas varicosas aumen
cantidad de sangre negruzca, y que había salido de tan de volumen, ó bien la sangre que contienen se
ios vasos hacia largo tiempo; la segunda contenia un altera, y los dolores del hipogastrio, del periné y
sedimento puriforme. Sobrevino en el hipocondrio iz de los lomos adquieren comunmente un acrecenta
quierdo un dolor que aumentaba por la presión; pero miento considerable; sobreviene un estado de ansie
el sudor y dos deposiciones que tuvieron lugar pol dad., una dificultad de respirar, náuseas , vómitos,
la tarde, disiparon este síntoma. desfallecimientos, sudores fríos, algunos síntomas
Al cabo de algunos dias salió esta mujer de la febriles, y pulso frecuente y comprimido. Según la
clínica, perfectamente restablecida. parte que ocupan los vasos ingurgitados, el enfermo
Aunque la abundancia de la hemorragia se cuenta se queja de enuresis, do una necesidad continua de
en el número de los síntomas de la bemaluria renal, orinar, de disuria, de estranguria , y aun de iscuria,
y esperiinenta un tenesmo incómodo. En fin , en
medio de este estado se declara la hematuria: la
sangre corre en pequeña cantidad con las orinas,
Otra parte, se ha visto muchas veces que las ori presentando un color oscuro ó negruzco; no está
nas picsenlan un color negro, á consecuencia de la tan íntimamente unida con este líquido como en la
inflamación de los riñones, lo que no puede provenir hematuria renal, y es fluida; por último, estos ca
masque del derrame y de la estancación de la sangre racteres no son constantes. A consecuencia de este
en la pelvis del riñon. flujo se apaciguan Ja mayor paite de los síntomas;
Síntomas de la iiematlria de los uréteres.— Los las orinas llegan á ponerse mas claras, menos carga^
signos de esta especie de bemaluria son muy incier das de sangre , y correu con mas facilidad. Pero si
tos, á no ser que dependa de un cálculo enquistado en un coágulo solido, una concreción poliposa cierra
los urelerqs ó de una.violencia esterior ejercida so de repente el cuello dé la vejiga, el individuo hace,
bre su trayecto. Sin embargo, ia sangre corre eu para espulsar estos cuerpos estraños, esfuerzos seme
pequeña cantidad, lo que está eu relación con la pe jantes á los de uua mujer en el parto, inútiles por lo
quenez de Ies vasos que se distribuyen en estos con comuu, y acompañados de dolores insoportables,
ductos; cuando el enfermo esperimenla, durante la principalmente en los hombres. Algunas veces se es
escreciou de las orinas, que corren con la sangre, un pele una porción del coágulo ó del pólipo; pero atra
dolor que se esliende desde los lomos á la vejiga» si viesa con violencia y coa dolores la. uretra, distendi
guiendo su dirección; cuando cree sentir que la he da por su volúmeñ; otras veces 'sale una sangre
morragia tiene su origen en algún punto del espacio negra y espesa, cargada por lo comuu de materia
medido por esta línea, ce puede conjeturar que el puriforme, y que se precipita bien pronto en el fon
uréter es su asiento. Los uréteres son muy suscepti do del vaso, en el que se forma un sedimento de
bles de inflamarse, sobre todo por la presencia de una altura considerable, diferente de la orina, ia cual
cálculos; se han hallado abscesos en su interior. En I ofrece un color de sangre menos oscuro, y conserva
este caso la sangre y el pus corren juntos; pero los frecuentemente su trasparencia.
de medicikA t cmuriA.^-FRANK.
Hemorroides de la vejiga.—Hé aquí lo que se en algunos coágulos se precipitaron en el fondo del
tiende por hemorroides de la vejiga : en las personas vaso, y se presentó una liebre ligera. El enfermo
sujetas & una plétora local de la estremidad del rec no había espelido nunca piedrecillas ni materia are
to, el ¡ufarlo su comunica desdo los vasos de este nosa; no conocía las hemorroides . ni ninguna afec
intestino á los que rodoau el cúello de la vejiga , y la ción de los órganos genitales. Interrogado sobre las
sangre se derrama eu la cavidad de este órgano , ó causas de su enfermedad , nos respondió que no po
en el origen del canal de la uretra. Pero esta hemor día acusar mas que al abuso del vino, ó á un esfuerzo
ragia puede tener lugar siu que sea determinada que hizo para llevar un fardo, sin haber sentido, no
por el estado iel recto, sin que existan hemorroides, obstante, dolor alguno en los lomos. Las varices de
y algunas veces es simpática de una afección del la nariz habrían podido llevarnos á admitir un estado
íitero. Kn las hemorroides de la vejiga, la sangre no varicoso de los vasos de la vejiga ; pero la retrac
se vierte ordinariamente en la cavidad de esta visce ción del testículo, la dificultad de mover el muslo,
ra; Tiene de los vasos de la uretn inmediatos al ¡os dolores de la cadera y de la cresta iliaca, nos ha
cuello, y destila espontáneamente por este canal, sin cían sospechar un cálculo en el riñon ó en el uréter.
ex¡j.'ir los esfuerzos necesarios para orinar. La histeria de esta afecciones demasiado larga para
La hemorragia vesical no presenta siempre sín referirla aquí- en toda su estension; vamos á trazar
tomas tan graves: liemos visto á la sangre correr el rosto de una manera rápida.— Las orinas fueron ya
evidentemente de la vejiga con las orinas , sin nin encendidas, ya coloradas por una sangre bermeja,
guna sensación penosa y sin esfuerzos. Exis'en per con ó sin coágulos; el enfermo esperi mentó por in
sonas sujetas á una heinaturia periódica, suplemen tervalos dolores de corta duración en el ahdómen,
taria de las reglas ó de las hemorroides ,'y cuya que no aumentaban por la presión ; estos (lo ores so-
salud no se altera de ningún modo por esta eva gnian algunas veces el trayecto del cordón espei ma
cuación. teo, y aun se propagaban hasta el riñ n derecho.
Pero como la sangre que cae de los ríñones ó de La constipación hacia las orinas mas espesas y mas
los uréteres á la vejiga, siinu'a algunas veces la he- abundante; ; la debilidad y <fl marasmo crecían de
maiuria vesical , asi lamliien se refiere algunas ve iba en dia. La retención de las orinas con tumefac
ces á los ríñones una hematuria, cuya causa reside ción doloroso en el hipogastrio , nos obligó algunas
en este roservorio. E-to es lo que vamos á desen veces á practicar el cateterismo, sin rsperimentar el
volver al dar la historia desemejante error, coim'idu menor obstáculo, la menor dificultad , y que ocasio
pur nosotros mismos. naba , sin embargo , los mas vivos dolores: al punto
HlSTuHIA HE UNA HEMORRAGIA VESICAL SIHTOMÁTICA que la retirábanlos, la orina salía espontáneamente y
Y QL'K SIMULABA UNA AFECCION DE LOS RIÑONES. —ÜO en abundancia. Los dolores que se habían manifes
hombre do cuarenta y ocho años de edad , entregado tado ep el riñon derecho se acrecentaron, llegaron á
á la bebida , y sujeto por intervalos á enfermedades ser continuos, j se propagaron al riñon izquierdo;
inflamatorias, esperimeuló un escalofrió seguido de sobrevinieron vómitos. Al fin de tu enfermedad, rpie
calor, y movimientos irregulares de fiebre: enme iio duró muchos meses, la liebre era considerable,
de estos víotomas, sin dolor en el pubis ni e i los to acompañada de agüaebm , dureza de viente, sobro
mos, espelió alternativamente sangre meíclada con lodo en el hipogastrio , ansiedad ccntinua , díspnea,
hs orinas , y orinas sin mezcla de sangre. La fiebre sopee; en fin, la muerte v no á pinor lérmiuo á
y la hemorragia continuaron, con amargor de boca. los largos sulrimientos riel enfermo. La autopsia
Sobrevino una retracción del testículo derrelio , y nos presenó lo siguiente : los intestinos corten»
una dificultad en mover el muslo correspondiente: los de materia puriforme, y adhe. entes entre sí
estos síntomas desaparecieron, asi corno la liebre, en toda su estension; la vejiga con-Meral leinenie
con el uso de un cocimiento emoliente : no quedaba tumefacta y llenando toda la piuvis; los dos r, ñones
mas que cierto dolor , sobre todo en la región del intactos, sin cálculo alguno , sin ningún vestigio de
estómago, y una languidez general. Cerca de siete alteración; los uréteres dilatados, habiendo adquirido
meses después se hicieron sentir á la entrada ríe la el recto el grue-o del di do pulgar ; las paredes de la
noche dolores atroces en la cadera y hacia la cresta Vejiga callosas y escirrosas, negruzcas esteriormentc ;
del hueso ileon del lado derecho , con retracción del y en la cavidad de este órgano una gran cantidao
testículo correspondiente y reten ion súbita do las de icnr muy fétido, de úlceras carcinomatosas , de
orinas. En un osfueizo para orinar, el enfermo arrojó puntos gangrenosos.
al principio una sangre espesa mezclada con las ori MEDIOS DE RF.CONOCEn LA PRESENCIA PE LA SANGRE
ñas, y después sangre pura. Este estado duró dos en las orinas. — Si es algunas veces difícil recono
dias, trascurridos los cuales la orina empezó á acla cerla fuente «le la hcmaluria, el diagnóstico de lu
rarse; perod; repente la hemorragia se hizo mas heniaturia misma M es siempre fácil, cuando Id san»
abundante, listos síntomas persistieron largo tiempo; gre corre en pequeña cantidad con las orinas. Du
se empleó la tisana de malva , se pr: eticó una sangría rante el curso de las regias y de los loquios, las orinas
por consejo de un médico, y se hizo uso de bebidis eslán comunmente teñidas desangre: en oí oslarlo
gomosas: la enfermedad pareció disminuir cen es de salud, esta circunstancia no puede inducir á error;
tos remedios, y las orinas fueron menos encendidas pero en uníi afección de las vías urinarias, es permi
En lin, el enfermo se trasladó á .la clínica en un tido dudar si la sangre viene al mismo tiempo de la
estado de demacración y de debilidad considerables, vejiga, ó solamente del útero. Se observan comuii-
acompañado de bis í-nomenos siguien es: venas de men'e en las fiebres, orinas alteradas, encendidas, de
la nariz varicosas, lengua seca, s:n sed; tos y nau un rojo que tira á negro, sin que contengan sangre.
seas, eructos; dos ó tres deposiciones en el dia, vien La orina presenta también , independientemente de
tre blando; dolor en la cadera, bácia la cres'a del esta causa, un sedimento rosado ó rojo en las liebres
hueso ilenu del lado derecho; ninguno en la región intermitentes, en algunas fiebres continuas, en la hi
de la vejiga ni en los lomos ; hipogastrio no doloroso dropesía, y en las personas que han comido higos de
á la presión, retracción del testículo derecho ; nin India. Pero los esperiinentos hechos á este propósito
guna dificultad al orinar, sino solo un ligero ardor en las orinas, rosne ven la dificultad : si la orina con
uretra, y nada en el muslo. En medio de éste tiene sangro, el lienzo que se empapa en ella tmnri
ntinuó corriendo con las orina;
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cipios, la orina que es trasparente y clara en el ins mática. El escorbuto, las fiebre» nerviosas, tos exan
tante en queel enfermo acaba de verterla, scalteraen temas, sobre todo la viruela, van acompañados
seguida, y forma un sedimento: las materias que comunmente de una orina de sangre peligrosa. De cin
componen esle precipitado se disuelven por el calor, cuenta animales sometidos á los espenmentos de la
y la orina recobra su trasparencia. Cuando está co trasfusion , se han visto veinle atacados de hema
lorada por la sangre, es oscura y opaca al salir de las turia. Algunas veces esta hemorragia es muy venta
vias urinarias ; e( depósito que presenta es espeso, josa al enfermo: se podría entonces atribuir á un es
de un rojo que lira á negro, ó insoluble en h orina tado hipereslénico , si no fuese suplementaria de al
por el calor natural. Si se eleva la temperatura del guna otra evacuación sanguínea suprimida. De seis
liquido al grada del agua hirviendo, so coagula la enfermos que hemos tratado en la clínica de Pavía,
parte linfática de la sangre Un hábil químico asistía se cuentan tres individuos aficionados á la bebida.
& nuestras visitas en Pavía, y analizaba con mucho Los escesos en los placeres del amor pueden tener las
cuidado los humores animales para reconocer la alte mismas consecuencias en las personas dispuestas á
ración que sufriun en ciertas enfermedades: noso esta enfermedad. Aunque esta causa determine mas
tros le suplicamos que sometiese al análisis la orina bien una hemorragia de la uretra que una hematuria
do un enfermo atacado de hematuria, y lié aquí el renal ó vesical; aunque produzca mas & menudo este
resultado de sus experimentos. « El ácido sulfúrico efecto en los hombres que en las mujeres , nosotros
no ha producido ningún coágulo en esta orina; le lia estamos convencidos de que puede dar lugar ú la orina
dado solamente un color negruzco. No se lia alterado de sangre en estas últimas: esto lo prueba la historia
por el ácido muriático ni por el cloro; el ácido ní de una mujer libertina y entregada á la bebida, la
trico ha determinado la formación de lilamentos, de cual, sin otra causa que la supresión simultánea de
los cuales, unos fe han precipitado y otros han per sus menstruos, esperimentuba un dolor continuo en
manecido en suspensión en el líquido, que ha exha la vagina, y arrojaba una gran cantidad de sangre por
lado al mismo tiempo un olor muy fétido. El alcohol laurelra.
le ha dado un color de leche, y ha separado filamen 630. Pronóstico. — Cuando las causas de la he
tos rojos, pero de un rojo pálido. Tratada por una maturia no son muy intensas ; cuando no depende
disolución de alumbre esta orina, ha llegado á ser mas que de la supresión de otra hemorragia, de un
al principio mas espesa y mas pálida ; bien pronto estado hiperesténico, de un ejercicio violento en un
ha vuelto á lomar su primera consistencia , presen individuo robusto, de un esceso momentáneo en las
tando un color negruzco , y se han precipitado de bebidas espirituosas; cuando el fiujo es moderado,
ella algunas estrias del mismo color. Espuesta al ca sin fiebre , sin dolor, y sus vueltas no son frecuentes,
lor del agua hirviendo, ha depositado filamentos ro porque esta hemorragia tiene, como las demás, una
jizos, color de carne, semejantes á sangre cocida: tendencia á la recidivu; en estascircunstancias, no es
cuatro onzas de orina han suministrado cuarenta y una enfermedad grave. Es peligrosa cuando sus cau
ocho granos de sangre.» • sas se hallan fuera de los recursos del arte. La orina
621). Causas. — Las causas generales de los flujos de sangre ó de sanies, es de mal augurio en los
(464, 5Sü), sobre todo las de las hemorroides (621), cálculos voluminosos, en las úlceras de los ríñones
son igualmente propias para determinar la hematu y de los uréteres, y en las de la vejiga. La hematuria
ria. Pero hay algunas que obran especialmente soliro es ordinariamente mortal en las liebres astéuicas, y
las vias urinarias, y son esternas ó internas: á las en la viruela. Sin embargo, hemos visto á un niño,
primeras se refieren las caídas, los golpes, las con atacado de esta última enfermedad , verter orinas
tusiones sobre la región de los ríñones , de los uré casi negras y sanguinolentas, sin ninguna consecuen
teres, de la vejiga, ó sobre el periné"; las heridas en cia funesta, pero tenia un tumor en el bazo: y en las
las mismas regiones; las luxaciones, las fracturas de obstrucciones de esta viscera las orinas negras no
las vértebras lumbares , una equitación violenta y son un mal signo. La orina de sangre no es menos
prolongada, las sacudidas del carruaje en un camino do temer en el escorbuto y en los viejos, ó en las
escabroso, esfuerzos para llevar un fardo, el ejercicio personas aniquiladas. Por ligera que sea la hema
de la lucha, un parto difícil, un vóinilo faligoso. Las turia, el enfermo tiene siempre que temer que mi
principales causas internas sur: los cálculos, las in coágulo de sangre detenga el curso de sus orinas, ó
flamaciones, los abscesos, las úlceras, la induración, sirva de núcleo á cálculos en los riñones/ó en la ve
las callosidades, los escirros, los carcinomas de los jiga. Las hematurias frecuentes y copiosas son segui
ríñones, de los uréteres, ó de la vejiga; la operación das, como todas las.demus hemorragias, de hidropesía,
de la talla, la supresión de una hemorragia habitual, de fiebre lenta, y de marasmo.
de las hemorroides, de los menstruos; los diuréticos 631. Tratamiento. — Como la hematuria es co
violentas, sobre todo, las cantáridas. Las numeiosas munmente síntoma de muchas alecciones, de las que
historias que los autores refieren de vermes vesica no debemos ocuparnos aquí, y és fácil deducir de los
les, son un poco sospechosas: sin embargo, el mas principios generales (46G, 584) las indicaciones sobie
ióven de mi6 hijos, que una muerte prematura arre que se funda su tratamiento , vamos ó ser hueves en
bató á mi lornura y á lus ciencias , sacó de la ve este artículo. En la hematuria hiperesténíca, cuando
jiga de un perro vivo dos ascárides muy "largas, se» la pérdida do sangre no ha aniquilado las fuerzus, se
mejantcs al qanriw gnjas de los caballos, y rojizas; debe poner en uso la sangría y los debilitantes, des
yo las vi y examinó con el mayor cuidado; la vejiga pués de haber separado ó destruido las causas que
del animal se hallaba perfectamente sana. Existen lian determinado ó que mantienen la enfermedad. En
muchos hechos de este género, observados en porros, ningún caso se pu&ie administrar el nitro, ni las de-
y aun eu el hombre, por mé.licos dignos de le. Por mas sales que tienen la propiedad de estimular las
una broma, ¿e hizo turnar á una persona bálsamo del vias urinarias; pero es útil prescribir laxantes suaves,
Tciú por chocolate, y al cabo de algunos dias so» el suero con tamarindos, una solución de maná, ene
brevíuo una hematuria. El cysttis laurifoliu.i da lugar mas emolientes, tibios y en pequeñas dosis, por el te
á la orina de sangre en las ovejas; lo mismo sucede á mor de que el oidor ó la cantidad del liquido irrite los
Jas vacas con las diferentes especies de ranunculus. ríñones, contiguos al tubo intestinal. En los dolores
Hemos observado en la clínica de Pavía una hemalu- •} lumbares, ademas de estos remedios, se aplican ven
lia detcrininudu evidentemente por una afección reu tosas escarificadas cu la región de los ríñones. Si la
DK MEDICINA Y cimjjía.—FRANK. 341
hematuria depende de la ingurgitación de los rasos de la uretra, designa mas bien la satiriasis, el pria«
de la vejiga, producida por la de los vasos hemor pismo, durante los cuales tiene lugar osle flujo en
roidales , deben aplicarse sanguijuelas en el ano, ciertas ocasiones. Como sobreviene en el estado de
paia efectuar la deplecion de las venas del recto. flacidez, asi como en el de erección, preferimos lla
Cuando la abundancia del ilujo ha aniquilado ya las mar falorragia i la hemorragia esterna dependiente
fuerzas, «5 este tiene un carácter asténico, es nece de la ulceración del glande, del prepucio, de alguna
sario venir á los medios capaces de detener la he otra parte del pono, y ur.lrorrag.ia á la hemorragia
morragia. En su consecuencia, se emplea el agua fría do la uretra, de la que únicamente nos ocupamos
acidulada con el elixir de vitriolo, los polvos de Dower, aquí.
la infusión acuosa de digital purpúrea, la tintura de 633. Definición.—La urctrorragia es un flujo
canela, el cocimiento de quina con el estrado acuo sanguíneo que tiene su origen en la uretra; la sangre
so de la misma sustancia, el vitriolo de marte, el corre sin ningún esfuerzo para orinar, sin que se
suero con alumbre, y la goma quino. Se han obtenido abra el orificio de la vejiga^>#a|M^
igualmente buenos efectos de las aplicaciones de agua 631. Especies. —La sangre viene de la urelra ó
fria, ó de hielo machacado, sobre la región del ór de las partes contiguas que se abren natural ó arti
gano que parece suministrar la sangre , y de los ene» ficialmente en esfe canal. En el primer caso tiene su
mas fríos con agua y vinagre. origen en la estremidad anterior ó posterior. Las par
Si la homaturia depende de la acción de las emití - tes contiguas que se abren en esta cavidad, son: el
ridas ó de alguna otra sustancia irritante introduci cuello de la vejiga, separado de esta bolsa por las
da (n el estómago , se prescriben las emulsiones de fibras de! pseudo-esfinter, es decir, el sitio en que
almendras con goma arábiga, los cocimientos de raiz empieza la uretra y se termina la vejiga; la próstata,
de salep, de malvabisco, y los enemas de la misma na los canales deferentes reunidos á los conductos excre
turaleza. . tores de las vesículas seminales. Cuando la sangre se
La hematuria determinada por un dolor violento que escapa de los vasos que se distribuyen en estas par
procede de la presencia 8e un cálculo en los riñónos, tes, es vertida en la uretra. No se baila demostrad»
exige el opio administrado por la bi.ca y por el ano, ipi i en las contusiones, ó en las frotaciones de los
las bebidas dulcificantes, los semicupios, y las bebi testículos, mezclándose el sémen con la sangre, sea
das emolientes. Cuando el cálculo tiene su asiento en llevada por los canales deferentes á las vesículas,* se
la vejiga, la operación de la talla es la que únicamen minales y á la uretra; pero cuando la inflamación ocu
te puede producir la curación radical; pero es nece pa la parte posterior del meato urinario, se apodera
sario, antes do emprenderla, calmar los síntomas y algunas veces de los canales deferentes, y se propaga
remediar las consecuencias de esta especie de he bastante lejos según su longitud; se ha visto también
maturia. estenderse á las vesículas seminales y determinar su
Si lu presencia de un coágulo ó Tle una concreción ulceración. En estas circunstancias, que favorecen la
poliposa en el cuello do la vejiga, da lugar á la le- hemorragia, la sangre debe escapar fácilmente de
tencion de orina, se introduce la sonda hasta el obs sus vasos, y correr espelida por la uretra. Algunus
táculo, y se la empuja con precaución sin penetrar veces no son solamente los vasos los que se rompeu,
mas adelante. Algunas veces es necesario practicar Jas membranas mismas del canal se hallan desgarra
iuyecciones en la misma vejiga para diluir la sangre das ó ulceradas: la sangre de los vasos del tejido ce
y disolver los coágulos. Los baños de vapores á que lular inmediato, se estiende entonces á la urelra, ó
se espone el periué por medio de una silla horadada, bien penetra con la orina en las mallas del tejido ce
reiterados dos voces al dia, han sido empleados con lular que rodea á los cuerpos cavernosos, y se abre
éxito. paso por el pene, el escroto, el periné. Entre los ca
Después de la cesación de la hematuria, se comba racteres comunes á todos los flujos sanguíneos (579),
ten las consecuencias de esta afección, según los la periodicidad merece la mayo.' atención: comunmen
preceptos que ya hemos espucsto (262, 268, 592, te en este caso, la sangre es suministrad-» por los va-
608, 614). si'S inmediatos al cuello de la vejiga, por vasos que se
anasiomosan con los del recto, y la hemorragia de
GENERO SETIMO. pende de la supresión de las hemorroides. En las
mujeres, la hemorragia de la uretra puede provenir,
Urctrorragia, ó hemorragia de la uretra. como la hematuria, de la supresión de las reglas;
pero como la sangre cae sobre el orificio, es fácil
632. El peno recibe vasos considerables. í.a san desconocer su fuente. -¡
gro que llevan á este órgano y que se llevan de él, 635. Síntomas.—Los síntomas varían, según el
está destinada á la nutrición ó á la erección. En ningún sitio en que la sangre corre, y las causas que han de
caso como en este es mas manifiesto el imperio de terminado la hemorragia. Algunas veces son muy li
los nervios sobre el curso de la sangre; esta afluye geras, el enfermo casi no se apercibe de su flujo;
con una rapidez inconcebible al miembro viril, pura el otras veces, esperimenta en el canal un sentimiento
cumplimiento de la obra de la generación: es vuelta de ardor, de calor, de tensión, de prurito, de dolor,
á tomar por las venas con la misma prontitud, des erecciones violentas, el priapísmo, los accidentes del
pués del acto conyugal, ó cuando una impresión de período inflamatorio de la blenorragia aguda, y en
terror, de temor, de vergüenza, de odio, hace cesar fin, dolor en las ingles y en los muslos: después de la
la erección. No nos hemos sorprendido de que la he aparición de estos síntomas se declara bien pronto
rida, la amputación, la inflamación, la supresión, la una hemorragia intensa La sangre que proviene de
ulceración del pene, la irritación, el miar o, la rup la vejiga no puede salir sin un acto de la voluntad,
tura do sus arterias y desús veuas, hayan sido so sin esfuerzos para arrojarla cuando el esfínter con
guillas de hemorragias internas ó esternas muy con serva su fuerza; la hemorragia de la uretra se efectúa
siderables, y aun mortales. Estas hemorragias son las aunque la vejiga esté cerrada, y aun durante el sue
que nos proponemos estudiar aquí, como un género ño. Este flujo puede suprimirse con prontitud, durar
diferente de la hematuria, y al que los patólogos no horas enteras, dias, semanas, volver periódicamente,
han dado bástanle importancia. El nombre de esti- renovarse solo en el cidto, ó después de la eyacula
maíosisjdado por un médico ilqslre á la hemorragia ron, Hemos obscivado en la clínica de Pavía una
342 BIBLIOTECA ECONÓMIC A
hemorragia violenta del pone: aunque hayamos ya se quejaba mas que de un ligero sentimiento de ar
hecho mención do este caso, la importancia de los dor en la ureira al orinar. Mientras orinaba, la ma
síntomas qoe presenta nos induce á dar aquí su his teria puriforme y amarillenta, la orina misma, que
toria detallada. no sai ia sino gota á gota por In uretra, corrían en
Historia de una hemorragia por ruptura de la mayor Cantidad por la incisión. So desarrolló un nue
uretra.—Un hombre muy robusto, de cuarenta y vo tumor fluctuanle en la parte izquierda del escroto:
ocho años de edad, no había esperimentado nunca se le abrió, y contenía cerca de sais onza- de un hu
enfermedad alguna, á escepcion do uua blenorragia mor purulento y fétido. Se quiso tratar de introducir
sifilítica con todas sus consecuencias. Este flujo en la uretra una sonda de guma elástica, la que fue
llegó á ser crónico: al cabo do cuatro meses apareció detenida por un obstáculo debajo del arco del pubis,
un bubón en la ingle de cada lado; este tumor tuvo en el sitio que corresponde al ligamento suspensorio
una marcha lenta, fue descuidado, y se terminó por del pene. Esplorando la herida del escroto , se descu
supuración. El flujo continuaba; persistió aun por brió entie las bolsas y el pubis, que estaba en supu
espacio de nueve meses; después desapareció sin com ración, un seno; se le dividió en toda su longitud; el
batirlo, y el enfermo recobro perfectamente la salud. fondo presentó una dislaceraeion de la uretra, pol
Aprovechándose de esta lección, so abstuvo por es la que la orina se habia infiltrado en las bolsas. La
pacio de once años del comercio de mujeres, y su cicatrización no se hizo esperar mucho.
restablecimiento no fue desmentido. Habiendo come En las violentas blenorragias agudas, sobre todo,
tido entonces una nueva imprudencia, fue castigad" en las blenorragias secas, y en las p urgaciones de
como la primen vez; contrajo una blenorragia aguda, garnbatillo , se observan comunmente hemorragias
que llegó en seguida á sercróuica por falta de cui
dados. Este flujo duró seis meses, y el enfermo se abundantes, que mitigan los dolores, y no tieutn pol
entregaba sin reserva á Ies escesos: de repente le lo común ninguna consecuencia lutiesta. Hay perso
sobrevino una hemorragia tan violenta por la uretra, nas que no eyaculan casi nunca mas que sangre pura,
que perdió cerca de cinco libras de sangre y cayó y raras veces licor seminal ; -otras que vierten sangre
en síncope. Al volver en sí, se quejó de dolores atro en lugar de semen, cuando reiteran demasiado el
ces en el pubis, en el pene y en el escroto. El abdo acto conyugal: la hemorragia sobreviene también al
gunas veces después de la erección. Lis hemorragias
men tomó un volumen considerable; esperimentó un periódicas de la uretra son-precedidas, por lo comuu,
estado de debilidad y de ansiedad, y la sangre des de los mismos fenómenos que el flujo menstrual ó
tilaba gota á gota por el canal de la uretra. La orina hemorroidal: dolor en el abdómen y en los lomos, y
se espelia con una sensación de ardor, y aun sin con tensión en las ingles y en los muslos.
ciencia de! enfermo; el escroto presentaba una tume
facción enorme, con calor y rubicundez. Sin embar 636. Causas —Ya hemos indicado muchas causas
go, cinco días se pasaron en este estado cruel, sin de la hemorragia *de la uretra: es necesario referir á
emplear remedio alguno; en fin, el enfermo, aniquila ellas las do las hemorroides y de lahcmauluria (621,
do, se trasladó ó la clínica. Presentaba entonces los 62!)). Depende comunmente de una violencia csle-
síntomas siguientes: abdómen tumefacto, con fluc rior ejercida en el pene, sobre lodo, en el momento
tuación; tumor, con calor y rubicundez en el pubis; do la erección. Un jóven dió una caída en estas cir
dolor en la raíz riel pene, rubicundez en las ingles sin cunstancias, y fue sobrecogido de un dotof violento
infaito de las glándulas, hinchazón del pene, fiinosís, 63 el miembro viril, y do una hemorragia abundante
coa inflamación del prepucio; cesación de la hemor por la uretra. ' I pene estaba tumefacto, el escroto y
ragia; tumefarcion conside .ib'e del escroto en el lado el periné con equimosis, y la vejiga distendida por la
derecho, con tensión, calor, rubicundez intensa, y orina, cuyo paso se hallaba cerrado. Se intentó el ca
dolor muy vivo al menor tóelo; tos rara, que aumen teterismo, y la sonda ocasionó una nueva hemorra
ta eonsiderablernenle los dolores dul puhisy délas gia sin penetrar basta la vejiga. Se practicaron esca-
ingles; pulso pequeño y frecuente. (Aplicación de rilicac ones sobre el prepucio y el pene, lo que permi
un suspensorio fomentaciones sobre tus bolsas con tió la ¡ntnducoíou de una sonda pequeña, é hizo ce
¡eche; cataplasma emoliente sobre el pubis;un enema, sar la retención de orina, dependíante de !a colec
tisana gomosa, caldos nutritivos.) Al día siguiente, ción de sangre escapada de los cuerpos cavernosos,
el enfermo no Irabia esperimentado alivio alguno; so alrededor de la uretra. Las blenorragias agudas
lamente los dolores del pubis parecían un poco me ó crónicas, reiteradas, el abuso de los placeres
nores; pero habia sobrevenido cefalalgia, (homenla- conyugales, y el onanismo, ocasionan el infarto y aun
ciones sobre el escroto con una infusión de plantas el estado varicoso do los vasos de la uretra. Quizas
aromáticas.) Noche agitada: orinas sanguinolentas y sea la blenoiragía la que, aumentando la densidad y
espelídas con vivos dolores; li sangre corría gola á la dureza de las pareaos de esie canal, haya favoreci
gota por la ureira sin esfuerzo para orinar; sieto de do su ruptura en el acto venéreo, en el enfermo cuya
posiciones A! terrer dia de su entrada en la clínica, historia hemos referido. Todas las causas capaces de
cscrec'on difícil de la orina, puNo duro y frecuente; determinar un priapismo violento, las erecciones fre
escroto menos tumefacto, menos sensible al tacto. cuentes y forzadas, aumentan el aflujo de sangre al
(Cataplasma rociada con agua blanca sobri'. 1 1 pubis ) pene é impiden su vuelta por las venas, dando lugar
La noche siguiente no fue mas tranquila: aumento de a esta hemorragia Puede también depender de una
los dolores en la uretra, en la raíz del pene, y en el úlcera venérea , callosa, que ocúpala coroua del
escroto; cesación de la hemorragia. El enfermo per glande , y corroe ó comprime los vasos. Cuando
maneció en el mismo estado por espacio de cuatro Sis úlceras de la uretra, ó las estrecheces consi-
días: la tumefacción de las bolsas disminuyó un poco, dorabhs do este canal, entorpecen la circulación
y sobrevino en estas partes una comezón considera en las venas, la menor erección basta para ocasionar
ble. Lvfhicluaci-n llegó ü sor manifiesta, con dolor la hemorragia: lo mismo sucede con ios cálculos ó
pulsativo, que aumentaba dormito la escréclon íle las los cuerpos es'rufios, tales como agujas, etc. Cuan
orinas. Se abrió el absceso; corrió al príncipii tina tío el flujo es periódico, depende comunmente del
materia trasparente y amarillenta-, después b'anque- estado varicoso do las vonas del cuello de la vejiga,
cina, y al üu espora y puriforme. A la entrada do la anastomasadas con las del recto; proviene del infarto,
noche, él dolor y los íatidoi cesaron; el enfermo rto de la lesión , de la secrecon morbosa de las peque
DE MEDICINA Y C wjía.—FRANK. 343
ñas arterias, cuando es precedida de dolores; del ar mente á los primeros meses, y raras veces subsiste
dor de la orina y de calor en la uretra. hasta el parlo. Si la fisiología pudiese darnos razón
637. Pronóstico.—La hidropesía, el marasmo, la de este fenómeno admirable, nos suministraría una
muerte, no son menos de temer en las hemorragias gran luz sobre las causas de la supresión, de la di
escesivas de la uretra que en las de los demás órga minución de las reglas, de las dificultades que espe
nos. Sin embargo, estos accidentes son raros siendo rimenta su flujo, de sus irregularidades, de su abun
la parte accesible 4 los medios quirúrgicos. Se ven dancia escesivaque aniquila Tas fuerzas y aun inspira
aun hemorragias uretrales, suplementarias del flujo lemoros por la vida; pero la oscuridad ínas profun
hemorroidal, volver periódicamente durante muchos da envuelve á este misterio. No se podía atribuir
años, sin inconveniente alguno. Las que dependen la menstruación á una cantidad superabundante de
de una úlcera son mas fuoeUas y mas difíciles do cu sangre, destinada a lajiutricion del feto, puesto que
rar. Las dislaeeraciones de la uretra son seguidas de las mujeres menos sanguíneas están sometidas a esta
la inDItracion de la sangre y de las'orinas en el tejido evacuación, del mismo modo que las mujeres plelóri-
celular del pene, del escroto, y del periné: la hemor cis, y las hembras de los animales alimentan igual
ragia no es lo que hay que temer únicamente aquí, la mente á sus hijos, aunque la naturaleza no les ha
gravedad del mal consiste en los flemones, en los ya impuesto esta ley. La sangre menstrual no difie
abscesos, en las fístulas , incrustadas las mas veces re de la que corre de una herida : las alteraciones
de concreciones calculosas, y en la gangrena, resul que puede presentar en su color, dependen de causas
tado de la infiltración do las orinas. Cuando la san esternas, por lo común ligeras, que obran sobre este
gre viene de la parle anterior de la urelra, la hemor líquido, cuando ya ha salido de sus vaso-; su fetidez
ragia es menos peligrosa. proviene délos coágulos quo permanecen y se cor
838. Tratamiento. —Cuando la heiñorragia es rompen en el útero ó en la vagina. El trayecto tor
ligera, ó depende déla inflamación de la uretra, ó tuoso que describen las arterias del útero, el gran
de la supresión de las. hemorroides, es necesario calibre de sus venas; no dan tampoco razón de este
abandonarla á la naturaleza, sin tratar do contenerla flujo periódico; on efecto, cuando encuentra obstá
por los astringentes, y combatir su causa según los culos en el útero, sale por las mama», por la punta
principios ya espuestos. Cuando es violenta y escesi- de los dedos, por los pulmones, por el estómago, ob
va,se debe recurrir á los medios quirúrgicos. Algunas servando siempre la misma periodicidad. En general,
veces la inmersión momentánea y reiteiada del pene, la secreción de los menstruos se efectúa eu el útero;
del escroto y del periné en agua fria, las inyecciones algunas veces la sangre es suministrada por la vagi
con este líquido, y la aplicación del hielo machaca na, eu las mujeres en cinta. Durante este periodo la
do, ó de la nieve, s in suficientes. Si la hemorragia matriz parece ñafiarse eu un estado de plétora local;
resiste, se hacen inyecciones con agua blanca, ó agua pero no se debe considerar esta plétora com¡> la cau ■
fi ia alcoholizada , ó con una solución de alumbre, sa, puesto que es siutomátici. Hasta que se haya des
de vitriolo blanco. En un caso apremiante, cuando cubierto la causa de las demás secreciones, y las leyes
se esta privado de cualquiera otro remedio, se esti de la periodicidad que pueden tomar todos los flu
ra el prepucio sobre el glande, y se le tiene cerrado jos por solo el efecto del hábito, la esplicacion de
con los dedos. Si la sangre viene de la parte anterior este fenómeno será difícil; será siempre oscura é in
de la uretra, se la comprime por medio de una com cierta, si se quiere establecer sobre las leyes de la
presa graduada, que se coloca sobre el trayecto de mecánica, de lo que se resienten todavía muchas do
este canal; si tiene su origen en el periné, se ejerce nuestras escuelas.
la compresión con los dedos. En hn, cuando estos A la revolución de la pubertad , los testículos y los
socorros son insuficientes, se introduce en la urelra vasos espermáticos cu el hombre, aumentan de volú-
una candelilla bastante gruesa , ó mejor aun una men, y presentan cieno grado do tensión y de calor.
sonda de goma elástica que comprima exactamente Se manifiestan comunmente infartos glandulosos con
ios vasos. dolor en las ingles, lo que hace la marcha penosa;
El tratamiento consecutivo no difiere del quo he so observa un eretismo particular en todo el sistema,
mos aconsejado para las demás hemorragias, El en bocanadas de caloren la cara, una coloración insólita
fermo debe guardar largo tiempo la abstinencia de del rostro ; el pulso llega á ser mayor y mas frecuen
los placeres del amor. te, el cuerpo toma un acrecentamiento rápido, se
muda la voz, etc. En la mujer, sobrevienen dolores
GENERO OCTAVO. en los lomos y en la pelvis, con laxitud en los miem
bros iuferiores; flegmasías, rubicundeces, cefalalgias,
Melrorragia, ó hemorragia de la matriz. esflorescencias pustulosas, sobre todo en la cara ; lo»
ojos se animan, el pulso es fuerte, acelerado, y aun
039. Digresión sobre los flujos sanguíneos na- dicrolo; las mamas se ponen tensas, y se desarrollan
tuhales de la matriz. —De todos los seres vivos, la con rapidez; la sensibilidad moral se exalta, con in
mujer sola esperimenta periódicamente una evacua clinación á la tristeza; la joven esperiinentu un senti
ción sanguínea natural, independiente de toda alte miento de laxitud, cólicos, y en fin, se presenta un
ración patológica. A contar desde la pubertad, se In flujo seroso y blanquecino por la vagina. La sangro
fla sometida, por espacio de cerca de treinta años, á se dirigo on ubundaucia hacia el útero: los vasos de
esla ley. La época en que so declara este flujo ó on este órgano, aplanados antes, se dilatan, se llenan,
que se suprime para siempre, y la cantidad de sangre se distienden; sus nervios están irritados, todo anun
que le constituye, presentan algunas variedades se» cia encesta viscera un principio de flogosis. Esta es
gun el clima, la constitución física y moral, ó la ma manifiesta en las vacas y en las perras, cuyas partes
nera de vivir: pero nada puede sustraer á las muje genitales llegan á ponerse sanguinolentas, tumefactas
res de esta obligación. Se ven manifestarse las re y tensas, cuando i.stos animales están atormentados
glas en la edad tierna, desde el primer, mes de la por la necesidad de la cópula.
vida, y conservarse en la vejez. En general, se sus En tales circustaucías, la irritación del útero da
pende durante el embarazo y la lactancia ; pero hay lugar á un finjo de serosidad, trasparente al prin
casos en que continúa su curso en estas circunstan cipio, bien pronto blanquecino , después mueoso-pu- .
cias; relativamente & la preñez, se limita ordinaria- litarme, y en fia , a un flujo de sangre ; esto os lo
344 BIBLIOTECA ECONÓMICA
que se observa en todas las superficies secretoras la sensibilidad particular de la matriz, mientras que
que son el asiento de una irritación, por ejemplo, en las hemorragias accidentales proceden de causas mor
la membrana mucosa de la nariz, de los bronquios, de bosas.
la uretra. La sangre do las reglas no es csniiísada por 640. Ademas del flujo menstrual, la mujer está
lus venas dilatadas, no es esprimida de las arterias sujeta durante y después del parto , á un flujo de
por una fuerza mecánica , ni por la acción de los flui sangre, que tampoco padecen las hembras de los anima
do? que vienen detras y superan la resistencia de los les. En los esfuerzos violentos, que desprenden el pro
vasos : esto es el producto de una verdadera secre ducto de la concepción de las paredes de la matriz,
ción. Pero esta revolución que esperimenta el útero, y dilatan el oriíicio de este órgano , los vasos que
do es obra de un momento; el estímulo que la deter unen las membranas al útero se degarran; cuando la
mina, va y viene; sus frecuentes vueltas nacen dege cabeza se engasta, el orificio esperimenta igualmente
nerar en hábito el flujo que provoca, y le convierten algunas ligeras dislaceraciones, como lo atestiguan
en periódico. Lo que favorece esta degeneración es la las cicatrices que presenta en el cadáver de las mu
disposición de la especie humana á las hemorragias, jeres que han tenido uno ó muchos partos; en fin, el
la estación bípeda que distingue á la mujer de las orificio esterno de la vagina puede estar, también
hembras de los animales, y su gran sensibilidad física dañado, sobre todo, en el primer parto: tales son las
y moral. fuentes de la sangre que corre durante él. La sangre
Si se nos interroga por qué vuelve este flujo perió de los loquios, que se manifiestan después del parto,
dicamente lodos los meses, responderemos coi¡ la es al principio espulsada con una porción de licor
pregunta siguiente: ¿por qué las demás hemorragias amnietico, retenida en la matriz, cuando la cabeza se
observan en muchos casos una regularidad semejan engasta prontamente; con la plácenla, dividida ó en
te? Estas dos cuestiones son igualmente irresolubles. toda su integridad, con las membranas del feto, corre
Sin embargo, como la menstruación no es obra de la en seguida pura, fluida ó grumosa. "Si esceptuamos
matriz sola, sino de toda la economía, que simpati el primer parto , sin que esta escepcion comprenda
za íntimamente con este órgano , es fácil concebir todos los casos, el nlumbAmienlo se anuncia por
que un cierto grado de sensibilidad del sistema vas dolores semejantes á los que han efectuado la espui-
cular, y sobre todo el de los vasos uterinos; debe fa sion del niño, y algunas veces mas fuerte: descien
vorecerla vuelta del estímulo en ciertas éjiocas, aun den de los lomos al útero, se mitigan y se aumen
cuando la sangre exista en pequeña cantidad. Ade tan muchas veces , dilatan el orificio , y arrojan, en
mas, la escrecion de la sangre no t:ene lugar siempre, fin, las secundinas. La cantidad de sangro que corro
y los síntomas son los mismos que si se efectuase oí' al mismo tiempo, no es igual cu todas las mujeres, ni
flujo, y tienen la misma duración. Las reglas se sus en todos los partos. Muchas horas después del alum
penden ordinariamente durante la preñez y la lac bramiento, los dolores disminuyen poco á poco , so
tancia: en el primer caso, este fenómeno depende calman y cesan; la sangre se liquida cada vez mas, y
mas bien del desarrollo de los vasos uterinos, que del al segundo día se parece á la sanies en el color y en
destino de cierta cantidad de sangre á la nutrición la consistencia; en fin , al cabo de algunos días se
del feto; la estension mas considerable que adquiere presenta la calentura de la leche, y los loquios se for
el sistema vascular de la mujer, reunido aI del hijo, man por un humor viscoso, teñido al principio de
¿contribuye quizas á producirlo? Durante la lactancia sangre, y bien pronto blanquecino, que exhala un olor
se puede acusar al aflujo de los humores hácia las ácido característico. Estos loquios mucosos, conti
mamas. Muchas mujeres en cinta, conservan sus re núan muchas semanas, y aun xas en las mujeres que
glas sin inconveniente alguno para ellas , ni para el no crian. Al cabo de cuarenta dias , próximamente,
niSo que llevan en su vientre: ei flujo, suministrado el útero vuelve á sueslado natural, y1 los menstruos
entonces por la vagina, procede de la sensibilidad reaparecen, mas copiosos por lo común en esta época
que conservan los vasos, y de la costumbre que han que en las siguientes.
contraído de segregar la sangre. Cuando los mens 641. Hemoriugia uterina. —Tal es el órden que
truos no corren en una persona que ha llegado & la siguen los flujos sanguíneos, á los quo se baila natu
edad de la pubertad, y que no se halla en cinta, no ralmente sujeta la mujer. Pero comunmente se sepa
es raro que sean reemplazados por una hemorragia, ran de él; en efecto, pueden cesar antes déla época
igualmente periódica, de algún otro órgano; pero si determinada, correr en cantidad demasiado conside
la evacuación suplementaria no exige una ¡disposición rable, ó prolongarse mas allá del término ordinario y
particular de los vasos de la parte, ¿por qué admitir aniquilar á la mujer. Estos diversos accidentes reco
semejante condición en el útero? nocen frecuentemente las mismas causas. Antes de
Rara vez se encuentran mujeros que no tengan re- pasar á la descripción de las hemorragias del útero y
§Ias: sin embargo, nosotros las hemos visto, gozando de la vagina, indicaremos sjs especies.
e la mas perfecta salud, y de una constitución ro La hemorragia uterina puede sobrevenir durante
busta, y aun eran fecundas: de manera, que si un el tiempo de la preñez ó fuera de él, ó en una mujer
gran níimern de mujeres, que se hallan en este esta cuya matriz está desarrollada por un cuerpo estraño,
do, no conciben, es necesario no acusará la falta de tal como una mola, un pólipo, un esteatoma, una
menstruación, sino á un vicio orgánico de las partes sustancia huesosa, ó cálculos. Fuera del tiempo de la
genitales. Este flujo no observa siempre una regula gestación, la hemorragia uterina se declara eu la
ridad constante: se adelanta ó se retarda sin que se época de las reglas ; es un flujo menstrual escesivo;
pueda suponer un estado mordoso. en el intervalo, ó hácia la edad crítica , puede ser
En efecto, vemos en ciertos casos, que aparecen los continuo y crónico. En las mujeres ch cinta se mani
menstruos cada quince días; cu otros se retardan fiesta en los primeros meses, seguido frecuentemente
cinco y seis semanas, y aun muchos meses, sin que del aborto; ó en una época en que el niño es viable,
la salud esperimente ninguna alteración sensible. Es sin haber adquirido todo su desarrollo, lo que da or
tos hechos prueban que el flujo menstrual, proilucto dinariamente lugar á Un parto prematuro; en el tér
de la secreción del ulero, está sometido á la misma mino de la preñez , y en fin , después del parto; y
ley que todos los flujos periódicos, es decir, á la in en este últ'ino caso, es una hemorragia súbita, ó un
fluencia del hábito: toda la diferencia consiste en que flujo inmoderado de los loquios.
las reglas sobrevienen durante la salud, en razón de Por último, la hemorragia uterina presenta las

lili
DK UKDICIXA V CIRÜJÍA.—FRANK. 345
mismas especies que las demás (570); es sintomática ó bilidad y de palidez general, el edema de las estre
primitiva: la historia nuc vamos á trazar de las dife midades inferiores cuando la. mujer quiere mantener
rentes especies, nos hará conocer esta última. se en pie; la anasarca ó alguna otra hidropesía; la
6(2. Descripción dk la hemorragia uterina mkhs- liebre lenta, el marasmo, la inaptitud para el coito ó
trual.—La cantidad de la sangre suministrada por para la generación; 6 si concibe, una disposición al
las reglas, varía desde dos ó tres onzas, hasta siete aborto, y[una tendencia á frecuentes recidivas.
ú ocho, y uiasjaun, según las disposiciones individúa Es algunas veces difícil decidir si el flujo sanguí
los, el género de vida, y las diversas causas quo diri neo que tiene lugar durante un embarazo dudoso, de
gen su acción sobre todo el sistema, principalmente pende de un estado morboso , ó do la revolución
sobre el útero. Estas variaciones pueden presentarse menstrual. Para aclarar el diagnóstico, se debe tomar
en diversas épocas en la misma mujer, sin ir acom en consideración la época en que jse declara el flujo
pañadas ni .seguidas de ningún desórden en la^salud. relativamente á la de lis reglas, la presencia ó la au
Siempre quo el fluio menstrual es mucho mas sencia de los signos comunes y particulares del em*
abundante de lo que debe ser, ya que la pérdida se barazo; esplorar el útero, examinar las causas deter
efectué con rapidez en un corto espacio de tiempo, minantes y Jos síntomas precursores; en fin, la manera
ya con lentitud durante muchos dias ó diferentes ve con que se efectúa el flujo. Pero no se llega siempre á
ces, por la vuelta demasiado frecuente de las reglas, descubrir la verdad.
este estido constituye la hemorragia uterina mens G43. Descripción de la hkmorracia uterina ue
trual, i pesar de la irregularidad del flujo. Esta he las Kuu.tmzAUAs. —Durante el embarazo, la sangre
morragia es mas ó menos considerable. Pero debe no puede salir del útero sin una lesión de este órgano.
recordarse una observación que acabamos de hacer: Cuando las reglas persisten durante uno ó dos meses
cuando las reglas no han aparecido en el mes precé después de la concepción, loquees bastante común;
deme , ó no lian suministrado mas que una corta cuando se conservan hasta la mitad del termino de la
cantidad de sangre; cuando se retardan después del gestación, lo que ne es frecuente; y , lo que es mas
parto, corren en abundancia á la época siguiente, sin raro aun, cuando este flujo se sostiene hasta el parto
ir acompañadas de ningún desórden en la salud , ni sin que se altere la salud de la mujer, la sangre no
seguidas de debilitación. viene del útero, cuyo orificio está cerrado, sino que
Esta hemorragia no se observa ordiuariamuute en es suministrada por la vagina. La hemorragia uteri
los primeros tiempos de la menstruación; es mas co na en las mujeres en cinta, supone, pues, una lesión
mún hácia la edad crítica; afecta especialmente á las de la matriz, un desprendimiento del huevo humano
niñas y á las mujeres de constitución débil y dotadas por causa interna ó esterna. Las membranas del feto
de una gran sensibilidad moral, entregadas al baile se adhieren á la cara Interna de la matriz en toda su
y al vino; á las que han tenido muchos abortos , ó estension; pero la unión es mas íntima, fortificada por
cuyas reglas se hallan suprimidas por muchos meses. vasos de un calibre mucho mas considerable, en la
Las mujeres débiles, cuando no se han suprimido sus parte que corresponde á la placenta. La oposición de
menstruos, los tienen con mas abundancia que las este cuerpo esponjoso, que se fija á las paredes del
que son robustas. útero al punto que el huevo ha descendido á este ór
Los fenómenos precursores, cocomitantes y consecu gano, varía, según el estado y la situación de la matriz,
tivos de la hemorragia uterina menstrual, varían según y según el peso del mismo huevo. Ocupa comunmen
su intensidad, la naturaleza de sus causas y el esta te el fondo y las partes laterales en el primer emba
do de la enfermedad. razo, y en los siguientes, cuando son lejanos unos
Los síntomas precursores consisten ordinariamente, de otros. Pero no tienen sitio fijo : muy comun
en un sentimiento de laxitud y de pesadez, vértigos, mente se implanta en todo ó en parte sobre el orifi
cefalalgias, dolores en la espalda, en los lomos, en cio, ó sobre el cuello, y el niño no puede salir sin una
las caderas y en el bajo vientre; en un estado de an hemorragia peligrosa.
siedad, palpitaciones de corazón; en una dificultad Un árbol demasiado cargado de frutos, se ve que
de respirar, horripilaciones, bocanadas de calor, con pierde una parte antes de la madurez: como no podía
sequedad de la boca, sed, algunas veces náuseas y vó subvenir á los gastos de su desarrollo, el aborto de
mitos, y frecuencia del pulso. Comunmente se ingur terminado por Ta sabiduría de la naturaleza, no le es
gitan las venas hemorroidales, llegan á ponerse dolo- perjudicial. No sucede lo mismo en los auiinales, so-
rosas, y ocasionan la constipación; la mujer está im ore todo en la mujer, que es la quo está mas espues
paciente é inquieta. Pero los- síntomas precursores ta á este accidente.
faltan frecuentemente, y por efecto del hábito de las El aborto es favorecido por las pérdidas uterinas.
evacuaciones sanguíneas , la hemorragia se efectúa En efecto, la hemorragia depende del desprendimiento
sin alteraciones manifiestas. La sangre es, ya fluida, mas ó menos considerable de la placenta: la sangre
ya grumosa; algunas veces, aunque no se pueda con se derrama entre las paredes de la matriz y las envol
cebir sospecha alguna de embarazo, arrastra consigo turas del feto, llega al orificio, solicita las contraccio
colgajos pseudo-membranosos, que se asemejan á la nes del útero, y es espulsada por la vagina. El huevo,
membrana caduca. lleno por el feto y las aguas del amnios, resiste á este
En ciertos casos, los coágulos detienen la hemorra esfuerzo, y no pudieudo la matriz estrecharse, la he
gia; pero irritan las partes genitales , despiertan los morragia continúa; en un caso grave no puede de
dolores del útero y de les lomo?, ocasionan el tenes tenerse, ni aun calmarse mas que por el parto nata-
mo, y provocan esfuerzos que renuevan la hemorra ral ó artificial; es peligrosa para la mujer, y para el
gia al espulsarlos. producto de la concepción.
Los síntomas concomiiantes son los de que habla Sin embargo, la naturaleza ó el arte llega algunas
mos aquí, y los que hemos espuesto en uno de los veces á contener las hemorragias uterinas y á preve
párrafos precedentes (582): estado de debilidad, na- nir el aborto. No creemos que en estas circunstancias
liflez de la cara, bostezos , suspiios, dispnea , sobre la hemorragia dependa del desprendimiento de la
todo en un momeóle de ejercicio; constricción circu placenta; la sangre debe venir de la vagina, ó proce
lar del pecho , oscurecimiento de !a vista , síncope, der del desprendimiento do Jasmembianas en un pun
frialdad en las estremidades , convulsiones. to lejano de esta masa esponjosa. No es raro que há
Los fenómenos consecutivos son: un estado de de cia el fin del octavo mes ó mas tarde, corra de la ma>
15'
346 BIBLIOTECA ECONÓMICA
triz en baslanto cantidad uu humor seroso, conoci terniíuo ordinario,. mas considerable es la hemorra
do cou el nombre de falsas ayuas; el licor amníóti- gia. Por último, los síntomas concomitantes y conse
co no disminuye, y se evacúa ea el término dnl par cutivos son aquí los mismos que en la primera espe
to. Estas íalsas'agiins permanecen algunas veces en. cie. Pero el aborto que depende de causas violentas,
cerradas en un (juiste, ó reunidas en espacios celu esternas ó esternas, lates como la liebre, el escorbu
losos, entre la cara interna de la matriz y el coriou, to, la ó sífilis, una emoción del alma; puede ser el sig
liasla que su acumulación ó un esfuerzo desgarra las no ó la causa de una .afección orgánica del útero, de
membranas que las contienen. Así es que en la hemor una enfermedad general, etc., que se reconoce por
ragia dependiente déla lesión de algún vaso peque sus síntomas propios.
ño por el desprendimiento iiel coiii.n, la sangre pue La hemorragia uterina mas grave en las mujeres
de pormanecer cierto tiempo derramada entre el ór en cinta, es la que depende de la implantación de la
gano uterino y las cubiertas del lelo, lo que preser placenta sobre el orificio del útero. Ilácia la mitad
va á la mujer del aborto. Es mas fácil concebir esta es del octavo mes, ó un poco mas tarde, cuando el cue
plicaciou, que suponer el desprendimiento de la pía llo se ensancha y se borra, so desprende esta masa
cenia sin anorto y la contracción de esta masa. esponjosa. La mujer arroja sin dolor una cantidad de
La mayor partedo las hemorragias uterinas duran sangre moderada al principio, ya espontáneamente ya
te el embarazo tienen lugar en la época de las reglas. por las causas mas ligeras. Poco tiempo después "la
Se ha dicho que el aborto acontecía especialmente en hemorragia se detieue| y-ias parteras que rodean ála
el tercero y en el sétimo mes; pero es ujemasiado enferma la prestan poca importancia. Pero al cabp
difícil asegurarse do la concepción c-n el primero para de algunos días, de ocho á diez, se renueva con mas
llevar una cuenta exacta. Los abortos deben ser lau violencia; sobreviene un estado de ansiedad, 'ó un
to mas frecuentes, cuanto mas lejano se halle el corto síncope. Sin embargo, la mujer so restablece
embrión de su formación: la menor sacudida hace todavía, y olvida el peligro que acaba de correr. En
caer los frutos que no han hecho, mas qua nacer, co Ou, se declara una pérdida escesíva, acompañada de
mo los que han llegado á la madurez. El mayor nú una ansiedad eslrema, suspiros profundos y ruidosos,
mero de mujeres, cuyas reglas suprimidas cu medio bostezos frecuentes, oscurecimiento de la vista, zum
de los signos ordinarios d*l embarazo, corren en de bido de oídos, frialdad de las estremidades, muerte
masiada cantidad ala [evolución menstrual siguien inminente. En este estado deplorable, se haci acos
te, con dolores en los lomos y en el bajo vientre, á tar á la mujer sobre la espalda, se lleva el dedo á
consecuencia de alguna violencia csterior, p orden la vagina á través de los coágulos, y se halla el ori
por lo común su germen con la sangre; pero el em ficio, ya cerrado, ya ocupado por un cuorpo desigual,
brión es entunéis tan blando, tan pequeño, que no esponjoso, menos resistent! que el cuello del úte
es fácil reconocerlo entre los coágulos. En el estado ro, y desprovisto de sensibilidad. Cuando la placenta
de embarazo, las mujeres mas ospuestas á la hemor está pegada á una parte del cuello distante del orifi
ragia uterina, que reconoce aquí las mismas causas cio, no se puede sentir ni descubrir la fuente de la
que en cualquiera otra circunstancia, son las que hemorragia, mas que introduciendo el dedo en el úte
(GiH) tienen débil el sistema generador, 6 dolado de ro, y dirigiéndole hácia los lados del orificio. Si sobre
una sensibilidad esquísita; aquellas cuyo flujo mens vienen dolores, son cortos, muy débiles, y aumentan
trual va acompañado de dolores y de accidentes es- la hemorragia: no se observa ningún indicio de par
pasmódícos, ó que tienen las partes genitales conti lo en las mujeres aniquiladas por la pérdida de san
nuamente humedecidas por mucosidades abundantes. gre. Mientras la placenta corresponde mas directa
En la mayor parte de las mujeres, sobreviene el mente al oriücio, mas considerable y peligrosa es la
aborto á una época delorminada de - la preñez; pero hemorragia, sobre todo en un parto prematuro, si la
no hay dia ni iries cu que no pueda declararse, sabré enferma no es socorrida por la mano de un cirujano.
todo,' en las ciudades, donde 'as mujeres ¿n cima se Cuando !a placenta está desprendida en gran parte,
hallan espuestas ilaacoion| de (antas causas vio lo que sucede ordinariamente demasiado tardo, si las
lentas. ., . ' , . . membranas se desgarran y las aguas corren, 6 1a
La hemoi ragia uterina que se manifiesta durante cabeza, las nalgas se engastan directamente, la he
la gestación, es precedida, como la primera especio, morragia se detiene y la naturaleza sola termina al
de dolores en ios luinos y en ol abdomen, con alter gunas veces el parto, cuando quedan aun faerzas.
nativas, de calma y de exasperación: estos dolores se 644. DESCRIPCION DE;LA HEMORRAGIA UTEMSA DE
dirigen de arriba á bajo hacia el hipogastrio. Común las muceres dk parto.—Por lo común la mujer llega
mente, la mujer esperímenta horripilaciones segui sin accidente hasta el término de su embarazo, y en
das de calor. Durante los dolores, la sangre corre al el mismo parto en niodio de los dolores y de los es
principio en corta cantidad y después en abundancia fuerzos puede ser atacada do la hemorragia. Esta pér
cuando estos cesan la hemorragia se calma. Los es dida no reconoce, como en las mujeres en cinta, ntra
fuerzos le'pctidos dilatan cada voz mas el orificio, las cau^a que el desprendimiento de la placenta, im-
membranas se engastan, y forman uu tumortensocu pluntada sobre el fondo, sobre las partes laterales ó
el momento de los dolores. La pérdida desangre puc sobre el cuello misino. Algunas veces, aunque raras,
de continuar hasta la muerte, sielparto y el alumbra la sangre procede de una lesión del útero. Va heñios
miento tardan en efectuarse. No es raro que en los hablado del Unjo mucoso-sangdíneo qué precede al
primeros meses del embarazo el huevó SO escapo anj parto, y cuya causa consisto en nn ligera díslacCrá-
totalidad, sin causa conocida, 6 por un esfuerzo para ciou del tundió y del orificio. La matriz puede ser da
defecar. Algunas veces el feto solo es espulsado con ñada cuando una cabeza voluminosa se engasta Ta-
¡os coágulos, y la hemorragia continúa bástala sali pillamente, con esfuerzos viólenlos y sostenidos; cuan
da de la plácenla. Aunque el aborto vaya ordinaria-! do el orificio es poco estensible, cerno cu las niujferes
mente precedido y acouipañado de los síntomas de avanzadas ni edad, linóes bástanle resistente, Co
que acabarnos de hablar, hemos visto, sin embargo mo en el primer parto de una joven ; en Gil, cuan
muchas mujeres, csperinieniar en los primeros me-í do una mano demasiado áspera quiere, por una ma
ses de la concepción una hemorragia, casi sin aper niobra imprudente, efectuar la versión dél niño.
cibirse de ella, y cspelcr sin dolor el feto con la sán-j La hemorragia dependiente de cs'as cauías es li
gre. Mientras mas se aproxima el parlo prematuro al gera; pero el casó es grave cuando la ruptura de la
DE MEDICINA Y CU» nfA.—FRANK. 317
nutriz da lugar á un derrame sanguíneo en el bajo muy débil, sin razón manifiesta , y se acompaña de
vientre. En esta hemorragia mortal, !a sangre no cor ansiedad, de suspiros, y de frialdad de las ostre-
re al esterior, lo cual engañad muchas personas. El midades. Los dolores cesan; y si la mano del ciruja
útero, cuya capacidad es tan estrecha, es el órgano no estrae la cabeza, ó las fuerzas que quedan efectúan
mas susceptible de dilatación: sus paredes, lentamen el parto, la sangre corre en gran cantidad por la va
te distendidas por el producto do la concepción, por gina. Un médico célebre nos ha dejado la historia de
el desarrollo de un pólipo, de una mola, de una es una hemorragia interna, en la que no salió una gola
teatoma, de un cálculo o por una colección aerifor de sangre del útero : este liquido estaba encerrado
me, acuosa, sanguínea 6 purulenta, conservan todo como en un saco, entre la matriz, y la placenta .des
su espesor. En el embarazo, el útero se eleva frecuen prendida en su parto media.
temente desde el hipogastrio hasta el diafragma, sin fi',5. Descripción de LA 'hemorragia utrri.w de
perder nada de su contractilidad. Su fuerza y su pe las recién paridas.—Después del parto, efectuado
sadez aumentan en el sitio eaque se fija la placenta, lo con 6 sin hemorragia, algunas veces los loquios cor
que favorece las oblicuidades.. ren en demasiada abundancia, y ocasionan una muer
Pero hay otras causas capaces de acrecentar su te súbita, ó producen un estado de languidez que du
resistencia en ciertos puntos, y"' de impedir ijue se ra muchos anos. '. "i1 '' "
dilate de una manera uniforme. Se puede acusará Cunndo en una jóven ya débil, ó aniquilada por
una' disposición individual , aunque no sea siempre partos muy aproximados:, "el útero está muy disten»
fácil concebirlo: así es que eñ los niños que acaban dido por el produclo de la concepción ó por un par
de nacer, se hallan en el corazón intervalos privados lo prolongado, acaba de destruir las pocas fuerzas
de libras musculares, y que ofrecen ya los rudimen que quedan ; ruando las secundinas sa'en brusca
tos de un uncui'isma , cuyo desarrollo lia prevenido mente coiíel niño, ó los loquios se suprimen por la
la muerte. Una conformación viciosa del bacinete, presencia iie un coágulo en el orificio dei útero, la
ciertas alteraciones do las partes inmediatas al úte sangre se acumula en- la cavidad de este órgano;
ro, la presencia de materias' focales endurecidas en cuando la mujer está sujeta á una leucoirea antigua
el colon, las enfermedades dolos ovarios , de las anterior al embarazo; cuando on un parlo artificial
trompas, de los ligamentos anchos, de la misma ma se ha efectuado demasiado pronto la salida de la pla
triz ; üim superabundancia de grasa, el decúbito centa; en estos casos, la matriz pierde su contractili
constante en la misma situación, los vestidos estre dad, cae en 'a inercia, y sus senos permanecen abier
chos , sobre lodo los corsés , ciertas posiciones oto tos. Algunas veces la hemorragia depende de una le
hay necesidad de guardar habitualmente á causa de sión ocasionada por las uñas del partero, déla eslra-
la profesión que se'ejerce; todas estas causas concur ecion prematura déla placenta, de la presencia.de otro
ro» igualmente á cambiar la dirección del útero, y á feto, ne la retención de la cabeza separada del tron
impedir que no se dilato de una manera uniformo. ca, de la de la placenta desprendida en todo ó en
En estas circunstancias, la parte del útero mas dis parte, de una porción de esta masa esponjosa, de un
tendida se ve aun forzada á esperinientar las con coágulo voluminoso, lo que se opone á la contrac
tracciones mas violentas, lo que constituye la prin ción del útero Otras veces se apodera un espasmo
cipal causa de los abortos periódicos. Ahora bien, parcial de la matriz , y este órgano no puede volver
cuando las aguas han corrido completamente , 'y la sobre si mismo de una manera uniforme, ó bien la
matriz se contrae con desigualdad sobre el produc afección espasmódica recorre el resto de la econo
to de la concepción, si el parto es largo y difícil, si mía, y la sangre es arrojada hách c! útero: en estas
el feto , cuya cabeza está comprimida, resisto con circunstancias sobreviene una hemorragia, que se
fuerza, y cae, en fin, en una agitación convulsiva; lleva bien pronto á la enferma, si no so la presta»
ó si se traía de volverle de una manera demasiado socorros cuanto antes.
brusca, la matriz se rompe por el sitio mas distendi Cuando la pérdida no se manifiesta seguidamente
do, y se declara una hemorragia n*ortal. después del parto, no es raro que se declaro mas
La mujer está e-puesta á accidentes tan graves larde: los loquios llegan á ser demasiado abundantes
cuando el producto de la concepción se desarrolla en los primeros dias que siguen á los partos, ó se
en el ovario ó en la trompa. Sobrevienen dolores prolongan mas allá del término acostumbrado. Algu
semejantes"» los del parto, pero inútiles; el niño se nas veces este flujo es moderado desde el principio,
agita contra las paredes del abdomen, y Se efectúa ó se suprime; pero bien pronto se hacen sentir dolo
la hemorragia. Esta no tendria lugar si cf feto se mo res en la región del útero, en el bajo vientre y en
mificase, degeneraso en una masa petrosa ó hijesosa, los lomos, con una tensión incómoda, un movimien
ó se cambiase en adipocire, como hemos observado, to febril y náuseas; el coágulo que habia cerrado du
y como lo atestigua la pieza anatómica depositada rante algún tiempo el orificio del útero, es espulsado
en el Museo medico do Pavía; si la inflamación y con esfuerzo; la sangre corre en mayor cantidad que
la supuración se apoderan de las partes inmediatas, antes , ó mas largo tiempo del que es necesario.
le permiten salir ea pedazos por la abertura del Otras veces la hemorragia reconoce por causas, un
absceso. régimen demasiado nutritivo ; el uso del vino gene
En estos casos desgraciados, en medio de urt vio roso , de los aromáticos , y de los remedios esci-
lento esfuerzo, h mujer arroja un grito, y esperi- taules que se hacen tomar á 'la* mujer mientras
meiit;¡ el scHtimiento de una desgarradura interior y dura el parto ó después do él; el no criar, la iner
súbita: en el instante mismo, ó poco tiempo dospues, cia de la matriz , una lesión, un espasmo de esto ór
á cousucuencia de una ansiedad gano, la retención de una porción de la placenta;
síncope, en convulsiones, y espiraincsplicable , cae en
sin haber arrojado una viva emoción del alma, y la imprudencia de la
mucha sangro por la vagina. A la ahertura del ca recien parida que sc'aprcsura á dejar el lecho, ó per
dáver se halla casi loda ia masa sanguínea en el bajo manece demasiado tiempo de pie. La pírdida de
vientre, y algunas veces el niño, en todo ó en parto. sangre no es el sedo accidente que se debe temer;
Cuando la cabeza se engasta directamente en el estas causas pueden también dar lugar á diversas
oriflcio, y la placenta se .desprende antes del parto, afecciones locales del sistema generador.
sobreviene una hemqrr^gid interna y la sangre se 64'6. Descripción de la hemorragia uterina db
dorrama en la matriz. El pulso llega entonces á ser Ivb«ad critica.-—La pronta presentación de las re
348 BIBLIOTECA ICONÓBICA
glas no adelanta la época de su cesación. En e| Mí- na, llegan á ponerse varicosas, y suministran una he
Fanesado, donde liemos ejercido la medicina por es morragia suplementaria del flujo hemorroidal, cuando
pacio de diez años, el establecimiento de los mens este se suprime. Pero no es este el lugar de hablar de
truos tiene lugar uno ó dos años antes que en Ale las hemorragias uterinas sintomáticas, las cuales per
mania , y sin embargo, se ven un gran número de tenecen á diferentes artículos de esta obra.
mujeres que tienen una menstruación abundante á 648. Causas.— Las causas generales do' los flujos
los cuarenta y ocho y cincuenta. En la misma Ale (464, 582) concurren á la producción de la hemorra
mania , no es raro hallar personas regladas á los ca gia uterina. Ya hemos indicado una gran parte de las
torce unos, y que continúan estándolo hasta una épo que le perteneceu , al describir las diferentes espe
ca bastante remota. Pero en general, á los cuarenta cies. Si queremos reasumirlas, veremos que todas es
y cinco años, los menstruos llegau á ser irregulares, tas causas internas ó esternas, tienen una acción local
so retardan, ó corren en demasiada cantidad, y la sa ó general; aumentan el movimiento circulatorio, ó
lud de la mujer se altera. La hemorragia uterina de debilitan la resistencia de los vasos uterinos, y pue
la edad crítica, ataca principalmente á las personas den en ambos casos dar lugar á una secreción san
quo tcnian reglas muy abundantes, ó cuyo útero está guínea.
atacado de una debilidad relativa- , consecuencia de Se colocan entre las causas esternas que obran lo-
partos reiterados y difíciles , de frecuentes abor calmente y determinan la .hemorragia uterina mens
tos, etc.; las mujeres sujetas antes á un flujo he trual, la de las mujeres en cinta, la de las mujeres
morroidal copioso, poro sobre todo las que se entre de parto, y la de las recien paridas: las sacudidas im
gan á las bebidas espirituosas. El flujo menstrual so presas al bajo vientre y á la pelvis por un golpe, una
suprime durante algunos meses, y el vientre aumenta caida , por los vaivenes de un carruaje sobre un ca
diariamente de volumen : muchas mujeres olvidan mino lleno de piedras, el ejercicio á caballo, el bai
la cuenta de sus años, ó se imaginan deber entrar le ; el abuso de los placeres venéreos , do los abrazos
en c[ número de los casos raros de embarazos mila demasiado ardientes, principalmente á la proximidad
grosos observados á la edad de cincuenta años, se do los menstruos ó durante su curso; la masturbación,
creen en cinta , y no pueden sufrir que se tenga la los baños, los pediluvios demasiado calientes, las ene
menor duda sobre su estado. Persuadidas de que mas acres, Iss pesarios irritantes, los esfuerzos soste-
sienten los movimientos del felo, de que esperimen- lenidos para defecar, el tenesmo ocasionado por la
tan todos los siguosdel embarazo, preparan la canas disenteria ó los vermes ; los vómitos violentos, los es
tilla. Le que las confirma en el error, es que las ma tornudos frecuentes, la risa inmoderada, la tos ferina,
mas se elevan y se hinchan sin que exista ningún sín el uso de los braseros; los vestidos estrechos , sobre
toma de enfermedad. En fin, al sétimo ú octavo mes, todo, los corsés, que entorpecen la circulación en la'
corre una gr.in cantidad de sangre, que sepodria de periferio, en el pulmón, en las principales visceras del
cir había, permanecido largo tiempo en el útero de abdomen, y obligan á la sangre á dirigirse sobre los
sarrollad"; ó bien, recordando la fíbula del parto de órganos menos comprimidos. La causa mas común
los montes, la mujer pare una mola. Hemos visto, del aborto y del parto prematuro, es la unión conyu
sin embargo, ¡í mujeres cuyos menstruos, antes irre gal en el estado de preñez, sobre todo, á la época^en
gulares y muy módicos, no duraban mas que algunos que el cuello del útero está muy bajo, al tiempo en
dias, las cuales esperimentaban muchosaños después que los menstruos tienen costumbre do aparecer , y
de haber llegado á la edad de cuarenta y cinco años, en ñu, cuando el abdómen ha adquirido un volumen
un flujo muy considerable, que tenia lugar cada tres considerable : so puede igualmente acusar á los mo
semanas ó mas pronto, y continuaba diez dias, con vimientos del feto, á su agitación convulsiva en el
dolores en los lomos y en el bajo vientre, y dís- - seno materno, sobre lodo, si el cordón es corto.
minucion sensible de las fuerzas. Nuestra práctica Las causas internas, ó las que obran sobre lodo el
nos suministra algunos ejemplos de mujeres casi sistema, en particular sobre el sistema uterino,* san:
en la decrepitud , perfectamente regladas, sin que un esceso de fuerza, el abuso de los espirituosos , de
se pueda suponer en ellas un estado morboso. Poro los aromáticos, cl'uso de los cmenagogos, de losaris-
los flujos sanguíneos que so observan á esta edad, lolóquicos, do los remedios propios para determinar
son frecuentemente producidos por un escirro, por el aborto; las fiebres agudas inflamatorias , acompa
una úlcera maligna , ó por un cáncer oculto del ñadas ó no de exantemas; las flegmasías d« las visce
útero: es permitido sospechar una causa somejaulc ras torácicas ó abdominales; un arrebató de cólera;
cuando existe un dolor lijo en un punto de la ma una imaginación lasciva ; los deseos violentos y con
triz; cuando la hemorragia es precedida de pesadez trariados por largo tiempo ; un catarro, una erisipela
en los lomos, de un flujo mucoso, sanioso y fétido; del úlero, ele. ■
cuando, al introducir el dedo en la vagina , se halla Las causas que producen una debilidad general y
la matriz ingurgitada, dura y colocada á cierta pro local, que pervierten la sensibilidad del útero y dan
fundidad , ó su orificio desigual, tuberculoso, callo lugar á las hemorragias uterinas adinámicas, son mas
so, ulcerado, y mas sensible que de costumbre; cuan numerosas aun que las precedentes.
do la enferma está constipada y se queja de una in La disposición á la hemorragia uterina y al aborto,
gurgitación de las venas hemorroidales, de tenesmo puede proceder de la constitución congénita de la
ó de ardor de la orina. mujer, y de su educación física y moral. La hemop
647. DüSCRIPClON DE LAS nEMORHAGIAS UTERINAS tisis no es la sola enfermedad hereditaria: la espe-
sintomáticas. — Ya hemos hablado de la hemorragia riencia nos enseña que una madre trasmito algunass
uterina sintomática en el artículo de la fiebre, nervio veces á su hija la disposición funesta de que habla
sa y de la metritis. En toda edíd, durante el embarazo, mos. La ociosidad, el lujo, el mal género de vida de
como cuando el útero se halla en un estado do vacui las mujeres que habitan las ciudades, la delicadeza de
dad, puede manifestarse esta especie. No es rara aun, su constitución , las pasiones multiplicadas que las
en las niñas, en el escorbuto, en las viruelas confluen agitan, deben influir necesariamente en la salud de
tes ó discretas, y en el sarampión complicado con la sus hijos : sometidas á las mismas impresiones, las
fiebre adinámica. En las mujeres afectadas de hemor niñas deben asemejarse á sus madres. Las mujeres
roides antiguas, cualquiera que sea la causa de que continuamente espuestas á privaciones de todo géne
dependan, las venas del cuello del útero y de la vagi ro, ú obligadas á dedicarse a trabajos penosos durante
DI MEDICINA Y CHtüJÍA.— FRANR.
In gestación , sin tener con que atender á su subsis» niótico; de un alumbramiento demasiado pronto; de
leticia ui á la del feto que llevan en su vientre, se ba un pacto largo y penoso , que ha estinguido la con
ilan dispuestas á afecciones asténicas , y sobre lodo, tractilidad del útero; ó de una maniobra imprudente,
á hemorragias pasivas del útero, al aborto. Los cor en la que este órgano haya sufrido algo.
sés, que llevaban no há muebo desde su infancia to En las mujeres que han pasado ya la edad de la ce
das las niñas que no pertenecían á la clase de labrado sación de los menstruos, la hemorragia abundante que
ras, tenian el inconveniente de comprimir los vasos y sobreviene á consecuencia de por supresión de algu
los órganos esenciales á la vida, de destruir la elegan nos meses, dopende algunas veces en su principio de
cia y la amplitud natural del pedio, y de privar al bajo un csceso de fuerza, que reconoce por causa un rér
vientre de la capacidad necesaria al desarrollo de la gimen nutritivo , el uso de un vino generoso , diges
matriz durante la gestación. Los músculos del abdo tiones fáciles , y falta de ejercicio. Pero en general,
men estrechado, aplanado, y aun cóncavo , resistían las congestioues sanguíneas que se forman ú esta edad
á la ampliación del útero; liemos visto comunmente sobre el útero, son producto de partos numerosos y
que el parto prematuro y el aborto dependían de la difíciles , de abortos que lian fatigado á este órgano,
sensibilidad viciosa de las paredes abdominales, que de su irritación por el uso de los placeres venéreos
llegaban á ser inestensibles, mas bien que del estado en una época en que la naturaleza los lechaza; de su
del órgano uterino. Pero bay otra moda igualmente debilitación por las llores blancas, por un. catarro cró
nociva, y es la de llevar, sin atender al clima, vesti nico; en fin, de los escirros, de los esteatomas, de las
dos ligeros y delgados, que hacen enrojecer al pudor, úlceras malignas, d a los carcinomas y de las varices
al mismo tiempo que alteran las funciones de la piel. de que puede ser asiento. En estus circunstancias, la
La acción del frió, rechaza los humores de la periferie apariencia de una verdadera plétora puede engañar á
al centro ; las mujeres ya aniquiladas se debilitan aun los módicos poco esperimentados.
mas', llegan á ser impropias para la generación, y es» 619. PnoxóíTico. —Es fácil establecer el pronós
tán sujetas á las hemorragias uterinas. tico, según la historia de la enfermedad y las causas
Otras veces el aborto y Ta hemorragia son resultado de sus diferentes especies.
de la sensibilidad viciosa del útero: al punto que la Las mujeres que han tenido durante algún tiempo las
mujer ha llegado á cierto grado del embarazo, la mas reglas demasiado abundantes ó demasiado repetidas,
ligera causa, la sola influencia del hábito, basta para están sujetas & las hemorragias uterinas por las causas
determinar cspasmódicamenlc las contracciones de mas ligeras, por el solo imperio del hábito: llegan á ser
este órgano. Semejaute disposición de la matriz reco estériles, ó pierden al menos el poducto de I» concepción
noce á menudo por causa el desarrollo precoz, la tur- por un aborto ó un pai to prematuro. Son, pues, fáciles
gescencia prematura de los órganos genitales, por ne concebirlos peligrosque hacen correr lusvueltas fre
ideas, deseos concebidos en una edad todavía tierna, cuentes déla hemorragia uterina, muy grave algunas
ó tocamientos impuros ó reiterados; los lechos dema veces, aun desde su primera invasión; los obstáculos
siado blandos, el sueño prolongadoduranle el día, le cual que opone á la propagación de la especie, las dificul
calienta los ríñones ; el abuso de los enemas y de los tades que su tratamiento presenta, sin contar los acci
baños tibios; la constipación continua, entretenida por dentes que resultan de su supresión, cuando el flujo
la falla de trabajo y de ejercicio; la supresión de las es habitual. En efecto, aunque no exista plétora ge
hemorroides ó de algún otro flujo habitual, de la le neral, el uso inconsiderado de los astringentes , des»
che ; las flores blancas, las enfermedades contagiosas truyendo la fluxión establecida en el útero, dirige I-i san
de las partes genitales, la síülis y sus consecuencias, gre hacia otro órgano , ó determina la inflamación, la
y los espasmos determinados por la retención de las supuración , ó el infurto de la misma matriz. La he
materias fecales morra ü ¡a abandonada á la naturaleza, aniquila poco á
El aborto y la hemorragia uterina pueden aun de poco a la mujer, produce las flores blancas, la cloro
pender de la fiebro intermitente perniciosa ; de una sis ó la hidropesía. Las mujeres jóvenes y las do una
fiebre continua nerviosa, simple ó complicada con un edad avanzada , son debilitados mas bien que las de
exantema,' tal como la viruela, el sarampión, la escarla una edad media, escepto en los casos do embarazo.
tina, la miliar, Jas petequias;de otras muchas enferme Aunque las hemorragias cróir'cas sean mucho mas fu
dades , como el escorbuto, la clorosis , las obstruc nestas que aquellas cuya marcha es rápida, sin em
ciones, la hidropesía, la epilepsia y todas las afeccio bargo, la mujer puede perder, sin peligro para su vida,
nes convHlsivas; en fin, de una viva afección del una cantidad de sangre mucho mas considerable cuan
alma, como el terror, el temor, ó una profunda tris- do el flujo se hace con lentitud, que cuando es abun
eza. Algunas vecos estos accidentes son casi epidé dante é impetuoso. Si las reglas son inmoderadas 6
micos, y parecen proceder de una disposición desco demasiado frecuentes, si continúan mas allá del tér
nocida de la ¡itTióslora. mino que les está señalado por la naturaleza, y van
Ya hemos hablado de las funestas hemorragias acompañadas de dolores vivos en la matriz, en los lo
ocasionadas por el desprendimiento de la p'acenta, y mos y en la pelvis, anuncian comunmente , sobre to
por su implantación sobre el orificio, ó sobre el cue» do, «n las mujeres estériles y avanzadas en edad , un
lio del útero. Esta última causa existe desde el primor vicio órganico del útero , tal como un escirro, un
momento del embarazo; se la ha visto determinar el carcinoma ó una úlcera maligna. Hace muchos años
aborto desde los primeros meses; pero en general no que hemos visto en la clínica de Pavfa una matriz
produce su efecto hasta las seis y las siete semanas que comunicaba con la vejiga por una ancha ulcera
antes del parto, cuando el cuello empieza á dilatarse. ción. La hemorragia dependiente de semejantes cau
Cuando se deja la placenta demasiado tiempo en la sas, ó de la obstrucción de alguna viscera, no es sus
matriz, ó solamente una parte de ella ; cuando es re ceptible de curación. Mientras mas aproximadas son
tenida por un estado espasmódico del útero, su pre las vueltas de la hemorragia uterina, mas funesta es.
sencia da lugar ó la hemorragia: lo mismo sucedo Cuando es casi continua y antigua, quedan pocos re
'con los coágulos y las concreciones poliposas de un cursos ; evangélicos inlcr morbos numerando esl.
Segundo feto. Pero la causa mas poderosa es la inercia Nada tenemos que añadir á lo que hemos dicho so
de la matriz; es la consecuencia de la oslrcmada dis bre el pronóstico d°. la hemorragia uterina en las mu
tensión de este órgano por un feto voluminoso, un jeres en cinta. Hemos probado que un flujo sauguí-
:"i en la
350 CÍ ECONÓMICA
época de los menstruos, carece ordinariamente de pe de su constitución. Deben sangrarse por intervalos en
ligro ; que el que se manifiesta sin causa evidente, y el año, y abstenerse de los placeras conyugales, del
solo dura algunos meses, no anuncia siempre un abor vino y do todos ios irritantes.
to próximo; pero no sucede lo mismo. con las he Mientras existen estas indicaciones , es necesario
morragia'?; violentas procedidas ó acompañadas dedo- guardarse de emplear remedios astringentes al este-
lores en los lomos y en el útero; con las que se de rior ni al interior. Hemos señalado en el párrafo pre
claran cuando el orificio está sensiblemente dilatado, cedente el mal efecto que producen en semejantes
y aparecen al sétimo ú octavo mes, y aun mas tarde.. circunstancias.
Mientras mas se aproxima el aborto al momento de la Tratamiento de la hemorragia, uteri.sa pasiva,—
concepción, monos de temer es la hemorragia; el pe Pero no se crea que las hemorragias uterinas depen
ligro crece á medida que el embarazo adelanta. Todo dientes do una plétora verdadera, do un esceso de
es desesperado sin el pronto socorro de un partero tono en ol sistema circulatorio, son muy comunes;
hábil, cuando 1.1 pérdida sobreviene on una ¿poca in debo recordarse que Ijis que presentan este carácter
mediata al término do la gestación , y depende de la desdo el principio, le pierden con la sangro, de suer
implantación de la placenta sobre el orificio. «Cuando te que comunmente el método debilitante no les con
esta se ha lijado sobre el cuello, el peligro disminuyo viene cuando llega á llamarse al médico.
en razón de su distancia del orificio, siempre que las Cuando la hemorragia procede de un estado adi
membranas se rompan sin demora, que las aguas cor námico, la sangría se halla contraindicada; es necesa
ran, y que la cabeza ó las nalgas se engasten y com rio combatir la debilidad por los remedios internos
priman el sitio que suministra la sangre, hasta que se y estemos.
efectué el parto. En el casb contrario, ó cuando la he De cualquiera especie que sea esta hemorragia, ya
morragia no so detiene á pesar do la contracción de tenga lugar fuera del tiempo del embarazo ó durante
la matriz sobre el feto, la sangre se acumula en la ca« la gestación, ó ya por el desprendimiento delapla-
vidad de este órgano, y la muerte es inevitable si no ■ centa; si dependo de la debilidad general y local; si
se trata de estraer el producto de la concepción. El • la enferma, de una constitución débil é histérica, ha
desprendimiento prematuro de la placenta no es sola ! estado sometida á causas que aumentan la movilidad
mente peligroso para la madre; hace correr los mayo ' nerviosa, y presenta un color pálido, un pulso pe
res peligros al feto, poniéndole en la necesidad do res queño y débil, la mano del partero puede ser nceesa*
pirar antes que pueda comunicar con la atmósfera. ria en los casos da embarazo; pero' en general se
La hemorragia uterina que sobreviene después del debe recurrir á los remedios capaces de levantar, de
parto es tanto mas peligrosa, cuanto mas S3 aproxi oscilar, do sostener las fuerzas, sobre todo, al opio
ma ó esta época. La que depende de la inercia de la combinado con el estrado do quina, de corteza de
matriz inspíralos mas justos temores. roble, de cascarilla, de simaruba, de sauce, en el
Por último, el pronóstico varía según las causas. agua vinosa de cañóla, <5 en la tintura de esta corte
La muerto inminente es anunciada por el oscureci za, acidulada con el elixir de vitriolo: el opio admi
miento de la visla, por el color empañado de los ojos, nistrado de esta manera, ha tenido éxito en un gran
por los zumbidos de nidos, que la enferma compara número de casos. Comunmente se han usado con
al ruido de una cascada; por la frialdad de los pies y buen suceso enemas saturados de opio, para dismi
de las manos; por la palidez estreñía do la cara, que se nuir los movimientos desordenados del tubo intesti
cubre do un sudor trio y viscoso; por un pulso débil, nal y del útero. Ño se puede esperar nada de las in -
vacilante, intermitente; por una ansiedad y una agi yeceiones vaginales; el remedio es arrastrado por la
tación considerables, y suspiros profundos. Los bo -to sangre. Si se han obtenido buenos resultados intro
zos continuos; los saltos de fondones; el hipo, y las duciendo en la vagina un tapón de hilas ó de lienzo,
convulsiones, señalan el último instante de la agonía, impregnado en una solución opiada, el éxito no ha
como en las demás hemorragias. sido debido al opio, sino al taponamiento. Nosotros no
650. Tratamiento.— Las reglas generales del tra participamos de la opinión de un escelenle médico
tamiento de los flujos y de las hemorragias ( ÍGO, oSí) que aconseja qne se suprima el uso del opio tan pron
se aplican al de la hemorragia uterina. En cada espe to como ha producido efecto; la esnerieniia nos lia
cie es necesario tener en consideración la constitu enseñado demasiado con cuánta facilidad se renueva
ción y el estado del enfermo, las causas que han de la hemorragia cuando so cesa en el uso de este re
terminado el flujo, el carácter de las enfermedades medio tónico y narcótico.
reinantes, y sobre todo, el- de la hemorragia, á fin de Hay aun otros remedios indicados en esta hemorra
saber si so la puedo detener sin pohgro. gia adinámica. NosotrosJiemos administrado con ven
Tratamiento de la hemorragia uterina activa,,-- taja el cocimiento de naranjas verdes, en las hemorra
Cuando los monstruos llegan á ser demasiado gias uterinas crónicas; pero su efecto no nos ha pare
abundantes ó demasiado repetidos en unajóvon ó en cido tan constante como dicen los autores. Todos los
una mujer robusta, bien alimentada y pictórica, jjue astringentes pueden ponerse en uso; sin embargo,
ha estado espuosla & la acción de causas escitantes administrados al interior, han frustrado las esperanzas
internas ó esternas, sí la pérdida no ha aniquilado
todavía las fuerzas, el pulso conserva su resistencia
y su plenitud, existe. una fiebre y síntomas inflamato
rios, tales como un dolor viró que aumenta por el don nada á sus propiedades. Dadó en polvo ó en so
tacto, un calor fuerte, una sed intensa, debe emplear lución, solo 6 combinado con otras sustancias, produ
se un tratamiento debilitante, y prescribirse la san ce algunas veces buenos efectos, quo dependen de su
gría, las bebidas frias, un régimen sobrio, la espo- acción sobre el estomago, reflejada simpáticamente
sicion á un aire puro y fresco, enemas que no estén en el útero. El alumbre & altas dosis, afloja el vientre
calientes, laxantes suaves, el reposo del cuerpo y del como la goma quino. El azúcar y la tintura de saturno,
espíritu, y el decúbito en supinación sobre un le son remedios sospechosos, cualquiera que sea Ja can *
cho duro. lidad en que se don. En las hemorragias uterinas
La hemorragia utorina de las mujeres de edad, do crónicas mantenidas por la debilidad sola y el estado
us viejas en la acepción fisiológica de esta palabra, clorótico de la mujer, se obtienen comunmente las
exige el mismo método cuando depende de la fuerza mayores ventajas de las limaduras de hierro prepara
DE MEDICA Y CIHDrfA.—FRANK. 351
das recientemente, y del vitriolo de marte, aromati quiere salvar al feto y áL.
zados con la caneia, y de Tas aguas minerales. de alguna porción de-secundinas ó de coágulos rete
No tememos repetir aqui que no deben prescri nidos en la matriz, es necesario igualmente hacer la
birse sin |írecauc¡on los astringentes y los Iónicos. La estraccion.
tintura de canela, por su acción irritante sobre las Hay casos en que la indicación de operar el parto
mujeres qué no están acostumbradas i su uso, au no existe todavía , ó en que es imposible practicarlo;
menta por lo común la hemorragia. Se ha aconsejado en fin, los hay en que la mujer no se halla en cinta:
sustituir' á esta corteza ta casiialignea, que es me sin embargo, los remedios internos no obran bas
nos escitante, y á la que se atribuyen buenos efectos. tante pronto, y la hemorragia se encuentra aun fue
Está demostrado que las colecciones saburralcs de ra de los recursos del médico. Es necesario enton
las vias digestivas ocasionan ' frecuentemente espas ces combinar los socorros de la cirujía con los de la
mos, aun en los órganos lejanos. Un gran número de medicina, tratar de escitarlas contracciones del úte
médicos, entre los cuales se hallan hombres de méri ro, y de determinar la formación de un coágulo en su
to, han recomendado en este caso los vómitivos, para cavidad. Se provoca el estrechamiento del útero des
eliminar la causa de la hemorragia. Convenimos en pués del parto, aplicando un vendaje que sostenga
que los eméticos, evacuando las saburras ó produ las paredes flácidas del abdóraen; irritando suave
ciendo sobre los nervios del estómago una oscitación mente con los dedos el orificio , haciendo aplicacio
que se comunica á los del útero, pueden, bajo cier nes reiteradas de agua fría , de nieve ó de hielo ma
tas constituciones, detenerla hemorragia uterina; chacado , sobre lá región de la matriz , sobro las
pero las bases de su indicación son demasiado incier rodillas , los muslos y las partes esternas de la ge
tas; las sacudidas del vómito, la agitación convulsiva neración. En un casi) apremiante, cuando todos los
del estómago, del diafragma, de los músculos-abdo demás medios son inútiles, se inyecta en la vagina^
minales, son demasiado de temer para la matriz. Una y aun en el útoro, agua fria sola, ó acidulada con el
cuestión de tan alia importancia no puedo, pues, de vinagre , la sal de marte , el alumbre ó el vitriolo
cidirse sin un eximen maduro. Los que atribuyen tau blanco; se usa también el alcohol puro, y se intro
comunmente el -aborto y la hemorragia uterina á la ducen en las parios genitales pedazos pequeños de
acumulación de Lilis, han tomado mas de una vez el hielo. Estos tópicos detienen á menudo hemorra
efecto' por la causa, porque en toda afección violenta gias que serian mortales sin su «jcorro; obran pro
del útero, en los dolores vivos ó en los grandes es vocando la contracción del útero , y la coagulación
fuerzos del parlo, en una menorragia intensa, sobre de la sangre en su cavidad. Pero no hay medio mas
vienen náuseas, regurgitaciones, vómitos; pero estos seguro que el taponamiento. Se hace un tapón de
síntomas procedan de un estado nervioso. Cuando lienzo, se le empapa en vinagre ó en una solución
una fuerte cólera provoca el aborto ó. la hemorragia de alumbre, de vitriolo de marte, y se introduce en
uterina, ¿es necesario acusar á ta bilis, quo se vierte la vagina tan pronto como es posible ■, ó hasta el
entonces en mayor abundancia en el tubo intestinal? útoro, cuando el orificio está abierto. Este cuerpo
Pero, si no nos atrevemos A recomendar los vómi eslraño tiene muchos inconvenientes: irrita la matriz,
tos, no sucede lo mismo con los eméticos á dosis re ocasiona nuevos dolores semejantes á los del parto;
fractas. Administrados de esta manera, no son inútiles la hemorragia vuelve cuando se relira demasiado
ni peligrosos, y merecen todos los elogios que se les pronto. Pero vale mas intentar un remedio incierto,
han dado; su acción, mas suave, mas lenta, es re que no emplear ninguno; por otra parte, estos dolo-
flejada por el estómago en las partes lejanas, en las rcé provocan frecuentemente las contracciones del
que hacen , cesar d espasmo, y aumentan el tono; y útero,.y su estrechez detiene la hemorragia. Cuando
en la matriz, cuya escitaciim nerviosa mitigan, y cu el tapón no eS demasiado voluminoso, la mujer lo
ya inercia disipan; en fin, en el órgano cutáneo, cu soporta hasta que el coágulo se halla formado : en
yos poros abren. Frecuentemente detienen los flujos esta época sale espontáneamente, ó bien se le retira
crónicos mucosos ó sanguíneos del útero. Se ha pie- suavemente con precaución por medio de un hilo,
conizado con razón la ipecacuana administrada á la con el que so ha tenido cuidado de ligarlo, y que
dosis de uno á dos granos, tres ó cuatro veces al diá; pende fuera de la vulva, sin temer la vuelta do la
pero se han engañado -al colocar la virtud de este re hemorragia
medio en el principio astringente; porquo la canti Ya hemos dicho (584) lo que pensábamos de las
dad de esto principio debe ser imperceptible en tan ligaduras colocadas alrededor de los miembros en
pequeña dosi-i; y por otra parte, ti raciocinio y la es- las hemorragias adinámicas. Aunque los antiguos
iencia han probado, que todos los eméticos, admi hayan despreciado este recurso , ó lo hayan conside
rados dé la misma manera, producen los mismos rado como perjudicial, so debe recurrir á él en el
fclns. caso de que iiablauos.
' En las hemorragias uterinas crónicas mantenidas
por una congestión dependiente de la obstrucción de
alguna viscera, el médico dirigirá su atención sobre
comprobadas pór. un gran número de hecEos. la causa primera del finio, mas bien que sobre el
Hay tambion casos en que el ácido vitriólico , el flujo mismo; empleará los resolutivos convenientes
elixir do Mynsicht, de Haller, combinados sobre todo para disipar los obstáculos qae impiden la distribu
con la tintura tebáioa, son mas eficaces quo todos ción uniforme de los humores.
los demás remedios: esto sucede cuando el sistema Si ta hemorragia del útero es determinada por la
entero, principalmente el aparato uterino, se halla en presencia de un pólipo' en la cavidad de este óigano,
un estado do irritabilidad morbosa, con calor ardien la ligadura de esta masa puedo por si sola procurar
te, y existe liebre continua. Entre los remedios que la curación radical.
convienen en esta circunstancia , ia digital purpúrea; Las domas hemorragias uterinas sintomá(¡cás«xi-
ocupa también el primer rango. gen un tratamiento apropiado á las enfermedades de
Guando la hemorragia proviene del desprendi que dependen, Y 'rió es aquí el lugar do hablar de
miento do la placenta, implantada sobre el cuelb , ellas (I).
sobre el orificio, ó en cualquiera otra región del úte 1 Véase á Laeliapollc, Practica (t« parios; París , 18*5, t. II,
ro, no queda otro recurso que efectuar el parto, si se p. 315.
- 'ilid¿»r»|V J"
352 BIBLIOTECA ECOHÓWCA
Al ocuparnos del tratamiento profiláctico de los mor estaba formado por un escirro enorme del pán
flujos en general, hemos establecido las reglas que creas.
se deben seguir en la convalecencia de la hemorragia Ci*actfres df. la RCMiNACioN.—Hay personas que
uterina. rumian inmediatamente despuos de la comida, ó un
poco mas tarde; hay otras que esperan á que los ali
ORDEN CUARTO. mentos se hallen convertidos en un quimo dulce; por
un acto en cierto modo voluntario, estos individuos
Flujos mistos. hacen subir la pasta alimenticia á su boca, y la sabo
rean por segunda vez con placer. Otros por el con
GENERO PRIMERO. trario, rumian diariamente ó por intervalos, con muy
ma! gusto, alimentos medio crudos ó ácidos, veinte
Iluminación. y cuatro horas después de la comida; sin embargo,
este mal gusto no provoca el vómito. En la mayor
051. El dominio de los flujos parece agrandarse parte de los enfermos las materias suben muchas ve
bajo nuestra pluma; la historia de los flujos-serosos; ces á la boca y vuelven alternativamente al estóma
mucosos y sanguíneos, no dejaría lugar en este vo go, durante algunas horas basta que cesa el fenómeno.
lumen ú la de los flujos mistos, si lo que hemos di Los individuos atacados del mericismo se quejan
cho en los tres órdenes diferentes no nos permitiese ordinariamente de una gran debilidad, de muchos
abreviar el cuarto. síntomas que anuncian un desorden en las funciones
Las materias alibles, los jugos incompletamente de las visceras abdominales; pero estos desórdenes
asimilados, son frecuentemente arrojados por la boca son menos pronunciados en el principio. E| mayor
ó por el ano , ó por estas dos vias á la vez , lo que número esperimenta flatuosidadcs contiuuas, un sen
proviene de la naturaleza de los alimentos, del estado timiento de opresión en el epigastrio después de la
de los órganos digestivos, ó de una causa eslraña y comida, una lentitud considerable en las digestiones;
lejana. Estas evacuaciones privan al cuerpo de los eructos, borborigmos y constipación. El enfermo
jugos necesarios para su nutrición , de los líquidos cuja historia hemos referido estaba profundamen
por que está regado en el estado de salud ó de enfer te afectado de hipocondría desde que había empeza
medad. Lu pérdida de estos humores mezclados al do á rumiar. La sustancia última que se traga, no
residuo de las digestiones, nos suministrará, pues, sube siempre la primera á la boca: la ruminacion se
el cuarto órden de flujos, al que referiremos la ru hace comunmente sin órdeu. En ciertoscasos el ham
minacion , fenómeno natural en ciertos animales , y bre es considerable; algunas veces so conserva la
afección morbosa en el hombre; el vómito, el cólera salud bastante tiempo; otras veces se alteran las fun
morbo, la diarrea y la disenteria. ciones del estómago la digestión es lenta ó nula, y
652. Las personas que han tomado demasiada el cuerpo privado de los jugos necesarios para su nu
cantidad de alimentos, y bebido mucho vino esperi- trición, se consume poco á poco, y el enfermo pere
meritan, sin vomitar, eructos, que hacen subir estas ce en el marasmo; no siempre es cierto que la apa
materias á la beca, aun antes de, que se haya alterado rición de otra enfermedad cura la luminacion.
su sabor. Lo mismo acontece algunas horas después 65 f . Causas. —En Jos animales rumiantes las cau
de la comida, en los individuos que tienen el estó sas de la ruminacion se hallan en la estructura de su
mago débil ; sobreviene:! eructos dulces |ó ácidos, estómago y en las pocas fuerzas de sus órganos mas
ocasionados por los alimentos de que han bocho uso. ticatorios. Aquel está formado por cuatro receptácu
l'cro no es de un fenómeno tan común del que que los: el primero y segundo de estos estómagos, comu
remos hablar aquí: tenemos á la vista una enferme- nican por un conducto estrecho con el tercero desti
dad muy rara, cuya existencia se ha negado; una en nado a recibirlos líquidos que penetran en el pri
fermedad desconocida de los antiguas, y que noso mero y en el tercero, cuando la abertura de comu
tros hemos encontrado una sola vez en el largo curso nicación de estas cavidades con el esófago está abier
de nuestra práctica. ta, y pasan en totalidad af tercer estómago cuando
Definición.—La ruminacion en el hombre, es una está cerrada. Las yerbas tritufadas imperfectamente
enfermedad en la cual una parte de los alimentos irritan por su masa y sus asperezas, los diferentes es
sube á la boca , ordinariamente para sufrir en ella tómagos, sobre todo el segundo y el tercero, que se
una nueva masticación y volver en seguida al estó contraen para hacerlas pasar del uno al otro. El segun
mago. Este movimiento retrógrado se ejecuta en los do rechaza las materias que no están bastante tritu
animales rumiantes, sin náuseas, sin unsiedad y sin radas, y las obliga á subir á la boca tres ó cuatro
esfuerzos de vómito. veces, o por mejor decir, hasta que estén suficiente
653. Un farmacéutico da Pavía, hombre avanzado mente masticadas por los dientes del animal, é im
en edad, se hallaba atacado de hipocondría en sumo pregnadas de su saliva. So dice haber observado la
grado, desde los cuarenta y cinco años: desde la mis ruminacion en animales cuyo estómago es simple;
ma época espei ¡mentaba el fenómeno de la rumina pero esta no era una verdadera ruminacion; el hom
cion. Sin náuseas ni regurgitaciones, todos los días, bre mismo no presenta este fenómeno mas que en el
después de la comida, subiun'dos alimentos á la boca, estado de enfermedad, fenómeno tan difícil de espli-
y nunca les había hallado un sabor dulce. Después car cuando es contra natural. En efecto, no se pue
de una gran comida, podía rumiar á voluntadla mitad de acusar cquí á un doble estómago, á la estructu
de los alimentos, y aun al día siguiente indicar el sa ra demasiado carnosa ó demasiado floja del esófago,
bor de cada plato, empezando por los últimos que ha á las causis del vómito crónico (GGO y062), á lo pre
ba comido. Al fin de esta ciifermcd'id, que fue larga, sencia de los ácidos en el estómago: la ruminacion
el enfermo, llegado al mas alto grado de marasmo, es una enfermedad demasiado rara para depender
hallaba á los alimentos un sabor ácido; y cuando se de estas últimas causas que son tan comunes; pero
inclinaba hácia delamo se quejaba de un dolor muy [iuede coexistir cea ellas.
aguda en el epigastrio. Entre esta región y el ombli Los eructos que esperimenlan habitualmeute los hi
go se veía un tumor considerable y muy duro. Af ca pocondriacos, no difieren déla ruminacion mas que
bo de algunos meses murió el enfermo; el cirujano en que son formados por una materia diferente, por
que hizo la abertura del cádaver nos dijo que este hu- gases que no pueden sufrir la masticación ni volver
DE MEDICINA Y CU iu.—FRANK. 3S3
al estómago. Estos enfermos se ocupan durante lio- tratamiento particular : basta contener el bolo ali
ras enteras en arrojar gases , que se desprenden menticio cuando se le siente subir. Las observaciones
cuando lo§ alimentos están á medio digerir, ú digeri de otros, y el raciocinio, deben suplir aqui á nuestia
dos del todo : á esta época las sustancias líquidas han esperiencia, que nos enseña poco sobre esta enfer
salido ya del estómago, y el resto de los alimentos medad. 4£l individuo comerá á menudo, pero poco ciu'a
sólidos lia disminuido demasiado para subir á la bo vez, teniendo cuidado de masticar bien los alimentos,
ca. Pero los que después de una comida en la" que y de escoger los mas fáciles do digerir ; no tomara
se han llenado de vino y de alimentos, que apenas encima mas que una pequeña cantidad de bebida ;
han triturado los dientes, quieren esforzarse en eruc retendrá cuanto sea posible los gases que quieran es
tar, hacen subir con los gases las materias alimenti caparse por la boca; se abstendré de los vegetales
cias no alteradas todavía, ó convertidas en un quimo poco nutritivos , sobre todo ácidos, y harinosos; y be
dulce, sin esperimentar náuseas. Hay muchas perso berá algunas lloras después de la comida una pequeña
nas que tienen la costumbre de atraer el moco nasal cantidad de vino puro y generoso. Si la rurninacinn
íi la garganta; de tragar sin asco, sin náuseas, des es sintomática, se combatirá la enfermedad esencial
pués de haberlos traído á la boca, los esputos de di- con los remedios apropiados, si es susceptible de cu
ve: sa uaturaleza que la tos desprende de los bron ración.
quios. Según estos hechos, ¿nos deberemos sorprender
de que las materias introducidas en el estómago su GÉNERO SEGUNDO.
ban sin voluntad, de esta viscera á la boca, sin escitar
náusejs , sin afectar desagradablemente el órgano Vómito.
del gusto, y vuelvan á las vias digestivas? ¿de que
ciertas personas, hallando un placer en esta rumina- 657. A menudo hemos hecho mención del vómito
cion y reiterando á menudo el mismo acto, acaben en la historia de las liebres, y délas inflamaciones
por convertirlo en hábito, y rumien al fin contra su que afectan á las visceras y á las partes sensibles, y
voluntad? La mayor parte de los individuos atacados de los exantemas. Como no hay animal, escepto el
de mericismosou hipocondriacos que estaban primero porro, que vomite mas á menudo, á la menor causa,
sujetos á eructos continuos. Si la vuelta del bolo ali que el hombre, nadie dehe ignorar este fenómeno
menticio ocasiona al fin náuseas, no produce este patológico, que todos pueden haber tenido ocasión de
efecto desde el principio, en la mayor parte de los observar en sí mismos.
enfermos. El estómago no está sometido de modo al Apenas la mujer ha concebido, cuando es sobreco
guno al imperio de la voluntad en el estado natural ; gida de vómitos , que duran los cuatro primeros me
no sucede lo mismo con el diafragma y los músculos ses del embarazo, y aun mas. El niño, al salir del seno
abdominales. Hemos visto & muchas personas que go materno, esperimenta algunas veces este fenómeno ;
zaban de la mas perfecta salud , arrojar á voluntad durante la lactancia, arroja tres ó cuatro vece» aldia
gases ardientes por la boca: ¿porqué no se podría lo superfluo de la leche de que está lleno su cstónia*
llegar por el ejercicio ú hacer subir del mismo modo go. En los adultos, el aspecto, el recuerdo de un ob
por el exófago, y sin esperimentar náuseas , los ali jeto asqueroso, el movimiento de un carruage ó de
mentos y las bebidas de que está lleno el estómago ? un buque, y la vista de un precipicio provocan el
Esta opinión, que hemos emitido en nuestros cursos vómito. Por lo tanto, no siempre es una enfermedad,
desde hace muchos años , acaba de ser confirmada y en el caso en que se puede considerar como una
por la esperiencia de un médico, hecha en sí propio. afección morbosa, es las mas veces un fenómeno sin
Podemos, pues, considerar como causas de la rumi- tomático ó simpático.
naciou : la voracidad , la masticación imperfecta de Hasta ahora, si hacemos abstracción de lo que he
los alimentos, el mal hábito de eructar, y el placer mos dicho sobre el vómito en las liebres gástricas, en
que se encuentra en volver á mascar los alimentos. la gastritis y en la hemorragia del estómago, no he
Los sintonías. que acompañan & la rurninacion, pue mos prestado mas importancia á este fenómeno pa
den depender de otras causas , tales como el desórden tológico que á los demás síntomas. Es llagado el me
de las digestiones , la presencia de materias ácidas y mento de estudiarlo como una afección primitiva y
viscosas en el tubo alimenticio, flutuosidades intesti crónica del estómago: vamos, pues, á reunir aquí lo
nales, y la alteración ir pánica de alguna viscera. que hemos dicho en general, y lo que puede quedai»
Pero estas son complicaciones, no causas de la rumi- nos todavía que decir.
nucion; ó si se quiere, este fenómeno singular es al Antes de definirle, debemos hablar de las náuseas y
gunas veces síntoma de otra enfermedad. de los esfuerzos de vómito, que le acompañan ó pre
tiüo. Pronóstico.— A menos que la rurninacion ceden.
sea síntoma de una enfermedad grave, puede durar Las náuseas consisten en una sensación desagrada
largo tiempo sin inspirar temores. En el enfermo de ble y penosa en la región del estómago, con horror
que hemos hablado, duró mas de cuarenta años, aun por los alimentos, aflujo de saliva á la boca, espui-
que existía un escirro del páncreas. La rurninacion cion frecuente, y gana dé vomitar.
sola debilita menos que el vómito, porqua no oca Cuando las náuseas aumentan , el estómago y los
siona pérdida alguna. El estómago arroja los alimen músculos abdominales se ponen cu acción para efec
tos, pero vuelven pronto á su cavidad mejor tritu tuar el vómito, sin cumplir este acto, tiene lugar . 1
rados y nwjor impregnados de saliva. Este hábito esfuerzo de vómito, del que las náuseas son un grado
lepugnante, no tiene otro inconveniente que el del inferior.
movimiento antiperistáltico que dura algunas horas. El vómito es la espulsion violenta, súbita ó invo
El marasmo, que ha terminado la vida de los enfer luntaria por la boca, y comunmente por la nariz á la
mos cuya historia nos han dejado los autores, no vez, de materias sólidas y liquidas, no aerifoimcs,
debe ser producto de la rurninacion, sino de otra en introducidas en el estómago por el exófago, venidas
fermedad oculta. El mcricisino no puede pasar del do los intestinos, de las visceras, de los vasos iiirne-
padre al hijo mas que pur el mal ojeinp o, ó la tras diutos á la cavidad del estómago por el piloro, ó se
misión de una enfermedad de que sea síntoma. gregadas', ó derramadas en su interior.
(k!I¡. Tiutamiepito. — Uñando la rurninacion pro No debe confundirse con el vómito los e'uclos 6 la
viene déla falta de masticación ó del Hábito, no exige salida ardiente de gases ó de materia aeriforme por
15"
354 BIBLIOTECA ECONÓMICA >.' .<!
la boca, aunque comunmente le preceda ó acompañe; Tales son los fenómenos que acompañan á un vó-
ni la ruminacion , en la que las materias salen del mito violento. Los accidentes son mucho mas ligeros
estómago sin náuseas, sin ansiedad y sin violencia. en los niños , en la mayor parle de las mujeres en
Lo mismo sucede con la regurgitación de los alimeu- cinta, y eu las porsonas que voinitau después de una
tos y de las bebidas , dependiente de lu constricción comida en la que se han ingerido los alimentos con
espasmódioa ó de la obturación del esófago ; aunque demasiada precipitación ó con intemperancia. En ge
se efectué algunas veces can impetuosidad , pertenece neral, estos síntomas varían según que el vómito es
¿ la disfagia, que describiremos en otra parte. agudo, crónico ó periódico ¡ según que su causa re
658. Especies. — El vómito presenta variedades side en el estómago ó en otro órgano.
relativas á estas causas. Tiene una marcha rápida ó En la gastritis, el vómito que provocan los líquidos
lenta, lo que hace que se le llame agudo ó crónico. mas suaves, va acompañado de un calor ardiente, y
Puede ser primitivo, idiopático, local; es decir, de vivos dolores en el epigastrio En el cólera morbo
depander del estado del estómago, de las materias producido por venenos ó por los drásticos, tienen lu
que encierra ; sintomático , simpático, anómalo, pe gar continuamente, por arriba y por aliajo, evacua
riódico, habitual, artificial ó provocado por el arte. ciones que no dependen de alimentos ni de bebidas.
Algunas voces es ventajoso al enfermo, .critico. Sus En una indigestión por los escesos de la mesa, el vó
divisiones serian numerosas si quisiésemos estable mito sobreviene algunas horas después de la comida,
cerlas sobre las cualidades de las materias que le y es provocado por la distensión del estómago.
constituyen : seria pituitoso, seroso, saburral, bilio Las cosas pasan de otro modo cuando el vómito es
so , verminoso, estercoráccn , sanguíneo, insípido, crónico ó periódico; el estómago no rechaza siem
ácido, acerbo, amargo, pútrido, etc. pre los alimentos: algunas veces aun los reclama, y
659. Síntomas precursores v «vomitantes.— su presencia alivia durante algunas horas. Hay casos
Ya hemos espucslo algunos de los fenómenos que en que las digestiones se sostienen en buen estado
preceden ó acompañan al vómito; pero hay otros, que durante muchos dias, y aun por espacio de muchos
varían según su intensidad y la naturaleza de sus meses; pero llega una época en que se renueva el
causas. He aqui los síntomas precursores: sensación vómito. Vamos á esponer aquí las principales especies
desagradable en la boca y en el estómago, náuseas de este vómito crónico.
que aumentan continuamente, sentimiento de ardor, 660. VÓMITOS POR ERRORES DR REGIMEN. —MucliaS
do opresión, en la región epigástrica; espuicion fre personas esperimentan por la mañana un sentimien
cuente, palidez de la cara , horripilaciones , algunas to penoso de constricción en el epigastrio , una es
veces bostezos, temblor del labio inferior , sollozos, puicion abundante de saliva , de pituita espesa ; un
tos, crudos, ansiedad y constipación. Poco antes de sabor desagradable, eructos, náuseas, ardor y ansie
que sobrevenga el vómito, esfuerzos inúlifls, duran dad en las entrañas, por haber lomado la víspera,
te los cuales se esperimenta una conmoción en el es principalmente por la tarde, alimentos en gran can
tómago , del pilero hacia el cardias ; contracciones tidad ó de mala calidad; por ejemplo, sustancias
alternativas de los músculos abdominales; suspen grasas /rancias, crudas, viscosas, ácidas , vegetales,
sión de la respiración, depresión del diafragma ; au ó bebidas fermentadas , como la cerbeza y el vino.
mento de la ansiedad , sudor viscoso y casi frió, la Estas pcasonas arrojan en seguida una, dos ó mas
grimeo; en lin , llujo de mucosidndes por la nariz, onzas do un li*or acuoso, límpido y eristalino , ordi
coloración y tumefacción del rostro, y aumento déla nariamente insípido, y algunas veces ácido ó amargo,
tos. El estómago enlraeiiconvulsion; sobrevienen tem que sube por el esófago á la boca. Otras veces arro«
blores en los miembros, una agitación general; los jan en un eructo ó por el vómito una pituita viscosa,
músculos abdominales se contraen , la cavidad del glutinosa, blanquecina, ligeramente trasparente, in
abdómen so eslreeha, y aun algunas veces los intes sípida, amarga ó acerba, y en algunas ocasiones mez
tinos se escapan y forman hernias. En medio de esta clada con residuos de alimentos. En ciertos casos, so-
alteración, durante una larga espiración, las materias . hre todo en los hipocondriacos y en los indiviuos que
son espulsadas con violencia por la boca, y enniun llevan una vida ociosa y sedentaria , sobrevienen
mente por las narices al mismo tiempo. Se arroja al periódicamente, con algunos dias de intervalo, y aun
principio, á menos que el estómago esté lleno, un que no hagan uso de alimentos grasos , náuseas se
humor casi insípido, seroso, pituitoso, ó el residuo de guidas de Ta espulsion de un humor insípido^ muco
las ¡digestiones. Bien pronto, dospues de una corta so, ó veces acerbo ó un poco amargo; en fin, un vó
inspiración, do un nuevo esfuerzo , se arroja un líqui mito considerable de materia grasa, sebácea, blan
do amarillento, acerbo, en fin, verdoso, y de un da al principio , dúctil , que se dulcifica bien
amargor muy pronunciado. Un ¡lisiante de reposo su prouto al contacto del aire , y quo se licueface por el
cede á estas sacudidas, y se espeiimenta un gran ali calor. Lu leche, la papilla preparada coii este líquido
vio. Pero cuando la causa morbosa uo se halla cute y la harina, los frutos del estío y los frutos ácidos
ramente eliminada, los esfuerzos del vómito no tardan ocasionau frecuentemente en los niños glotones un
en volver á aparecer, mas intensos , acompañados de sentimiento de opresión cii el epigastrio con turne
los mismos síntomas y de una ansiedad mas conside facciou, ardor y dolor, cólicos, y algunas veces con
rable en el epigastrio. Algunas veces el estómago se vulsiones: la calma no se restablece mas que y >r el
halla absolutamente vacío, y las sacudidas que recibe vómito de los alimentos ó de una pituita muy ácida.
no hacen salir nada; pero el hígado , la vesícula de Estas evacuaciones" mitigan los síntomas j alivian al
la hiél y el duodeno , comprimidos entre el diafragma estómago, pero si el niño continúa el mismo régimen
y las paredes abdominales, vierten en el estómago, esperimenta (odas las mañanas los mismos acciden*
por un movimiento retrógrado, una parte de los hu les ; sus funciones digestivas se debilitan , pierde
mores que contienen. En efecto , la cantidad de las el apetito , y cae , on liu , en una enfermedad
materias espulsadas no es proporcionada á la capaci* grave.
dad del estómago ; presentan cualidades que este 661. Si el vómito sobreviene á horas casi lijas
órgano no ha podido darles; algunas veces es san después de la comida; si es determinado pbr la ac
gre suministrada por otra viscera , ó materias fecu- ción prolongada de las causas precedentes, por cau
les y líquidos administrados en enemas, como en sas capaces de producir la induración ó el escirro
el ¡feo. (129), ó por la compresión del estómago ó do los in-

I 1 "
DE MEDICINA Y CIRDJÍA. —FRANK. 355
i causa reside en el piloro, en las paredes deran como sinónimas, aunque la última espresa una
as ilel estómago , en los iut.esl.nios ó cu un ór cosa ilo que es difícil asegurarse. Cuando la eslremi-
gano inmediato al estómago. Un vúinilu continuado dad imaginada es muy larga, como se ha observado
de alimentos, anuncia que el estómago ó los intestinos en un caso en que el ileon habia entrado en la lon
no se dilatan, ya que ellos mismos rehusendilatarse, gitud de un píe en el coloii>por la válvula de Bauhin,
ja que haya obstáculos que se opongan á su diJa- y arrastrado con él el inesenterio ó el mtsocolon, se
tuoion. . . ; . , la ha visto algunas vores degenerar en gangrena y
VÓMITO BEPEND1ENTE DE L\ ESTRECHEZ DEL ESTÓ- salir por el ano: pero oslo último caso es raro, y ts
Mum ó de los intestinos.—Las paredes del cstóma fácil confundir con una porción de iute-tino las falsas
fjp pueden endurecerse, espesarse y adquirir la soli membranas que tienen su forma.
de?, del pergamino ó del cartílago, ya en toda su es- 8:2. Vómito depekmexte de la compresión del
tensiun. ó ya en alguno de sus puntos; se pueden estómago ó dk los isti. s rusos.— Frecuentemente la
desarrolhr eu su espesor tumores glatidulosos, escir- causa del estrechamiento y del vómito lleno su asien
rosos, enquistados, etc.: estas alteraciones orgánicas to en las partes inmediatas al estómago ó á los in
disminuyen la capacidad del estómago hacen desigual testinos.
su cara interna , cambian la forma y la posición de Aquí so refiere desde luego la fractura ó la luxa
esta viscera , se oponua á su dilatación , aumentan ción del apéndice xifoides, que se introduce entonces
su peso, y dificultan la circulación en sus vasos. hácia el estómago. Este accidento es mus raro de lo
Pero por lo común estas lesiones tienen su asiento que se cree vulgarmente ; pero nosotros lo hemos ob
en el piloro y disminuyeu el diámetro di esta abertu servado en un zapatero, cuyo esternón se halla en el
ra , tan estrecha ya. Nosotros hemos visto una estre Museo médico de Viena. Los corsés, los vestidos es
chez tan considerable de este orificio que ni aun daba trechos que comprimen la base del tórax y se opo
paso ó los gases: la pieza anatómica está depositada nen á la dilatación del estómago, cuando esta vis
en el Museo módico de Viena. El piloro se halla al cera está llena, producen los mismos efectos cu las
gunas veces cerrado por un cuerpo estraño refracta- mujeres.
iio ¡i las fuerzas digestivas, como un hueso de cirue- En las fracturas del esleniuii y de Jas últimas cos
la, una moneda, etc. tillas izquierdas, los fragmentos se introducen por
Otras veces e tas causas morbosas tieueu su asien encima del pulmón, y determinan el vómito por la
to en los infestiuos. En efecto, los folículos mucosos compresión ó por la irritación simpática del estóma
contenidos en el espesor de sus paredes eslán espues go como hemos observado en un mozo de cuerda
tos ó ingurgitarse por diversas causas, y á adquirir que murió de este accidente en Pavía.
una dureza y un volumen considerables. Por otra Otras veces la compresión del islóniago y de los
parte, los intestiros eslán provistos de un gran nú intestiuos, y el vómito que es su consecuencia, de»
mero de vasos de lodos géneros, y de nervios estre pendeu de una afección del bazo, del hígado, del pan-
ñidamente sensibles, de suerte que por la acción de creas, de las glándulas mesentéricas ó mesocólicas;
las causas irritantes á que estáu comunmente espues- del infarto, del escirro, del esteatoma de estos órga
los , esperimentan contracciones esp.smódieas irre nos, y de los cálculos que pueden contener. Nosotros
gulares, se distienden sin me i la, sus vasos son coui hemos asistido en la clínica de Pavía á una mujer que
primidos, y estancándose los humores, se derraman tenia desde muchos años un tumor que se e'stendia
en el tejido celular, y se convierten en una masa só desde el hipocondrio izquierdo, en donde habia te
lida y poliposa. La anatomía patológica ha demos nido origen , y desde el epigastrio, á donde se había
trado la existencia del enfisema en las paredes del tubo propagado eu seguida, á todo el vientre hasta el fon
intestinal. Estas causas bastan para estrechar conside do de la pelvis : su consistencia era dura, y su forma
rablemente ¡a capacidad délos intesliuos. No es raro convexa. Al acercarse los menstruos, siempre aumen
que liegueu á pone, se callosos, que sr- diámetro se taba el vientre de volumen, y sobrevenían vómitos
horre, por decirlo así, en uno ó muchos puntos y en copiosos, que duraban cuatro ó cinco (lias. Cuando la
una estension de muchas pulgadas; esto estrecha enferma fue couGada á nuestros cuidados, se hállala
miento se opone al curso de los alimontos, y uo dando fatigada hacia muchos días por uu vómito continuo,
paso sino á la parte in .s fluida, se acumulan las ma aunque la época de las reglas no había llegado aun.
terias mas groseras en la bolsa formada por !a dilata Nosotros consideramos esla enfermedad como una
ción, siempre en aumento, del intestino por encima afección del bazo, por una simple sospecha, porque
del obstáculo, y la descomposición pútrida se apo el abdomen estaba igualmente tumefacto, sin tumor
dera de él. Tenemos también muchos ejemplos de circunscrito: el vomito habia sido periódico en los
se,me¡ant3s accidentes, producidos por cuerpos estra- primeros tiempos. La muerte, que no tardó en lle
ños, tales como los huesos de ciertos frutos, las mo varse á esta mujer aniquilada , nos permitió compro
nedas, las concreciones, los cálculos, y los vermes in bar nuestro diaguósijco. Apenas se abrió el abdomen,
testinales. cuando vimos al bazo, semejante á un ancho escudo,
La obturación del tubo intestinal puede depender cubrir los intestinos y el estómago, comprimiendo á
de su invaginación, lo cual constituye el voluulus. estos órganos en uu corto espacio. Presentaba una
La parte superior es recibida en la inferior, ó esta se masa carnosa del peso do diez y seis libras ; se en
engasta en la superior. La invaginación puede efec gastaba en la pelvis como una cuña , de suerte que
tuarse en muchos puntos, sin que de ello resulto ac costó trabajo estracrlo. El estómago y el piloro no ha
cidente alguno on un principio; frecuentemente se bían esporimeutadj alteración alguna.
halian en los cadáveres de personas muertas de otra Una viuda, do edad de cincuenta años, que habia
enfermedad, uno ó dos vólvulos cuya existencia no gozado siempre de buena salud , esperimentó un es
habia podido sospecharse. Pero cuando por una causa calofrió intenso que duró media hora. Le sobrevino
morbosa psrsiste la invaginación , so inflaman los in bien pronto un vómito biioso, que se renovó cu los
testinos, y se ponen tumefactos, hasta el punto de que dias siguientes, sin escalofrió anterior, poco tiempo
no puedan desprenderso, sobrevienen los mismos sin* después de la introducción de los alimentos y do las
i que en los casos precedentes, un vómito perti- bebidas en el estómago.
" algunas veces estercoráceo, lo cual constituya La materia arrojada por la enferma, parecía sor una
> ó el voivulus, palabras que los autores consi mezcla de bilis y de sustancias alimenticias. Las de
356 BIBLIOTECA ECONÓMICA
posiciones se habían suprimido, ¿ni menos no so laxa- costillas y del esternón; obra entonces aplanando en
La el vientre mas que cada seis ú ocho dias para dejar un punto al diafragma: un médico ilustre lia obser
salir materias muy fétidas, semejantes ¡i los escre« vado un vómito ocasionado por la osificación del co
mcntos de cabra. La enferma acusaba un dolor en el razón en el sitio que descansa sobre este tabique
hipocondrio derecho. Siete dias se pasaron en este musculoso. En la tisis ulcerosa , sobreviene comun
estado , con una tristeza profunda. En fin , el vómito mente en el útimo período un vómito simpático; pero
cesó, y ó csccpcioii de la anorcxia, y de cierto dolor cuando existen tubérculos duros y voluminosos en la
en el hipocondrio derecho, la salud pareció restable parle de los pulmones adherenle al diafragma, todo
cerse. Doce dias después, esta mujer, asustada por induce á creer que el vómito es efecto de la irritación
un pleito que se empezó entre ella y los parien y de la compresión del estómago, mas bien que de la
tes de su marido, fue sobrecogida de un vómito, simpatía Un médio de Viena, nacido para hacer pro
que la hizo arrojar en -Iros veces, cerca de dos li gresar la ciencia, pero arrebatado en la flor de su edad
bras de una mezcla de bilis y de pituita. Este vómito á la medicina y á nuestra amistad , era presa hacia
fue seguido do un sudor viscoso, y casi frió, en la cinco años de una tos penosa; en los últimos meses
cara y en el cuello. Desde esta época , vomitaba siem de su vida fue sobrecogido de un vómito tenaz que
pre que acababa de comer y de beber. Se presentó repetía casi diariamente, de manera que no dudaba
en el hospital con los síntomas siguientes: pulso fre eu modo alguno de la existencia de un escirro ó de
cuente, ligeramente duro, intermitente; rostro un un esteatoma en su estómago. A la abertura del ca
poco encendido, cefalalgia, amargor de boca, lengua dáver, esta viscera nos pareció intacta; pero hallamos
cubierta de mucosidades amarillentas ; dolor fuerte los pulmones llenos de tubérculos, de los cuales una
en c! hipocondrio derecho, en el cual se sentía una gran parle estaba en supuración.
dureza que se estendia cerca de tres pulgadas por Es necesario, pues, colocar en el número de las
debajo del reborde de las falsas costillas ; vientre causas del vómito crónico por compresión del osló-
flojo, constipación hacia seis dias, oriua en pequeña mogo á los tubérculos, los escirros ,* la inflamación
cantidad, encendida y espelida con dolor; decúbito que ocupa la base del pulmón; á los aneurismas vo
mas fácil sobre la espalda que sobre los costados; luminosos del corazón, los abscesos ó los esteatomas
tristeza y ansiedad. Al día siguiente, continuación de formados en el mediastino; las colecciones abundan
los mismos síntomas. Át otro, vómito ácido. La enfer tes de serosidad, de pus, de sangre, en la cavidad to
ma permaneció cinco dias mas en esta situación. En rácica. No hiy cirujano que no sepa que la compre
fin, espiró durante la exacerbación del dolor del hi sión y la estrangulación de los intestinos en una
pocondrio , en medio do las sacudidas del vómito, y hernia ó en una herida pendrante del abdómen, oca
sin haber defecado. A la abertura del cadáver, halla sionan el vómito.
mos el estómago estremadamente dilatado y que ba No es raro que el vómito crónico dependa de una
jaba hasta dos pulgadas- del pubis: contenía seis li afección del páncreas, aunque puedan desarrollarse
bras de un líquido negruzco y fétido, muchos gases escirros voluminosos en esta glándula sin ir acompa
que exhalaban mal olor, y cinco ascárides lornbri- ñados de semejante síntoma. Ya irrita al estómago
coides muertas. El píloro no estaba alterado en su el escirro, pof su dureza ó por sus asperezas , ya se
organización, pero se hallaba considerablemente es opone por su volúmen á la dilatación de esla viscera;
trechado y comprimido. El hígado estaba blando y otras veces ejerce su acción sobre el duódeno. El ju
sano ; la vejiga de la hiél casi vacía: al dividir los dos go pancreático puede adquirir acrimonia é irritar al
lóbulos , tropezó el instrumento con un cuerpo duro, estómago, perder su nctividad, lo que perjudica á la
el cual era un cálcuio triangulnr , de un blanco perfecta elaboración del quimo, y en fin, su secre
amarillento, muy liso, é inflamable, y que nosotros ción puede acabarse, y entonces la pasta alimenticia
depositamos en el Museo médico de Pavía. Este cálcu no es diluida con bastante prontitud, ni corregida la
lo estaba encerrado en |un quiste Heno de materias acrimonia de la bilis cística, como lo prueba la estír-
sebáceas, situado entre la parte estarna del ' píloro y pacion del páncreas en los perros. Algunas veces el
la escisura horizontal del hígado. Este tumor escedia tumor escirroso comprime la vena esplénica, y la
al volumen de un huevo de gallina, y presentaba al sangre se estanca al rededor del estómago , lo que
gunos puntos en supuración. El epiploon estaba en ocasiona el vómito, y á veces la hemateuiesis.
cogido é inflamado; se observaban también algunos Un esteatoma, un tumor inflamatorio, purulento,
vestigios de flogosis en la superficie de los intestinos enquislado, escrofuloso, escirroso, un carcinoma, una
delgados. Los intestinos gruesos, considerablemente hidropesía del mesenterio ó, de las partes inmediatas,
estrechados, contenían materias muy duras. El arco comprime los intestinos y da comunmente lugar á un
del colon , aplanado por el peso del líquido encerrado vómito tenaz, casi periódico, acompañado de los s'n-
en el estómago, correspondía a! ombligo. El orificio tomas que hemos espuesto en otra parle.
esterno de la uretra estaba ligeramente inflamado. Según que la causa que comprime está mas ó me
En las numerosas autopsias, que hemos hecho, he nos cerca del cardias, las angustias aumentan tres,
mos hallado mas á menudo esteatomas y abscesos en cuatro, siete horas, y aun mas, después de la comi
el lóbulo de Spigelio que en los otros dos. Estos tu da, y el enfermo vomita nnterias cuyas cualidades
mores, adherentes á la pequeña corvadura del estó variau. Comunmente, pero no siempre, en los escir
mago ó al píloro , disminuían la capacidad del estó ros, en el carcinoma del píloro y aun del páncreas,
mago, y provocaban el vómito, cuya materia era al el líquido arrojado por el vómito, presenta un color
gunas veces purulenta y suministrada por el hígado. moreno oscuro, y exhala un olor fétido: después lle
En el niño que acaba de nacer , la figura redondeada ga á ser estremadamente ácido, el enfermo le espele
del estómago, el volumen considerable del lóbulo con eructos fatigosos por ios esfuerzos de un hipo
izquierdo, que se aplica en una gran estension sobre continuo. Cuando el obstáculo tiene su asiento un
este órgano , esplican la frecuencia y la facilidad del una parte lejana del estómago , sobrevienen borbo
vómito en esta edad. rigmos; el vientre se timpauiza, algunas veces de
Pero no es necesario que la causa que comprime una manera desigual; la constipación es tenaz. Cuan
esté contigua al estómago, para producir su efecto. do el vómito no se declara á la hora acostumbrada,
Puede tener su asiento en el pecho , como hemos tiene lugar mas larde en mayor abundancia, acompa
visto eu el vómito determinado por lu fractura do las ñado de mayor ansiedad, de una hinchazón mauilies
y cibwía.—FRANK. 35Í
ta del estómago, de un ardor y de un dolor mas con ello por el ejemplo de la mujer cuyo historia he
siderables. mos referido , y por otra observación que citaremos
Es de admirar que los tumores, los esteatomas, los bien pronto.
escirros, que se desarrollan á menudo con tanla len El diagnóstico de este vómito es difícil. Se efec
litad en el estómago, en los intestinos, ó en sus in túa mas fácilmente que el que depeude de un es
mediaciones, existan muchos años sin ocasionar al cirro, y tiene" lugar en un solo esfuerzo; el enfermo
teración notable, escepto los eructos, los gases, el no esperimenta ni "dolor ni pesadez en el epigastrio;
sentimiento de opresión en el epigastrio y la pérdida comunmente arroja por la boca gases fétidos, segui
momentánea del apetito. Este estado se mantiene dos ó no de vómitos; acusa un sentimiento de pie»
hasta que una impresión de terror, una tristeza pro nitud en el estómago, y una gana de arrojar las ma
funda, una violenta cólera, errores de régimen, un terias contenidas en este órgano; su vientre se me
emético, ó un purgante fuerteadministradosparadisi- teoriza formando en el medio un tumor blando y re
par los síntomas falaces que parecen indicar la pre dondeado, la presión ejercida sobre el hipogastrio
sencia de saburras, provocan un vómito acompañado provoca eructos ó regurgitaciones de las bebidas por
de horripilaciones, de un ligero color, y en el que el exófago. Esta enfermedad ataca en lo avanzado de
el enfermo arroja una mezcla de alimentos, de bebi la edad á los gastrónomos y los grandes bebedo-
das, de bilis y de pituita. Al cabo de algunos días, ó tes, en los cuales la palidez del rostro anuncia largo
de algunas semanas de descanso , sobrevienen sali tiempo antes una debilidad de los órganos digestivos
vaciones continuas; el vomito se reoueva muchas y hacen uso de alimentos cscitautes y de bebidas es
veces, el sentimiento de opresión en el epigastrio timulantes para despertar la sensibilidad de su estó
aumenta; el enfermo, al volverse sobre el otro lado, mago gastado. Atormentados por los alimentos que
cree sentir un poso que sigue el movimiento de su han tomado con ésceso, aun después do muchos días,
cuerpo, y el médico puede algunas veces asegurarse de vomitan una gran cantidad de materias líquidas, se
él con los dedos. Hay casos en que el dolor, la ten rosas, casi sin fetidez,- yalgunss veces acidas, que
sión del epigastrio y del hipocondrio izquierdo, se depositan un sedimento de color de ceniza mas bien
moderan por la flexión del tronco hacia delante; hay que moreno.
otros en que una posición diferente produce un ali Estos signos merecen cierta coulianza, pero no po
vio momentáneo, A medida que la enfermedad ade nen siempre al abrigo del error. El estómago disten
lanta, la demacración llega á ser estrema, el pulso dido de este m ido desciende mucho; estira el exófago,
es frecuente ó solamente débil , y se manifiesta un que se estrecha y no permite que suban con facilidad
derrame acuoso enel bajo vientre, con fluctuación. Los las materias. Sin embargo, cuando el enfermo está en
vómitos son mas frecuentes y se declaran bien pron tregado á los cscesos de la mesa, sus digestiones
to después de la comida; el apetito se pierde, la de se efectúan con trabajo, y permanece constipado
bilidad, la tristeza y la palidez de la carn aumentan; durante un cierto número de dias, haciendo, sin em
sobrevienen lipotimias, dolores ardientes eu la región bargo, muchas comidas copiosas; cuando el abdómen
del estómago, en los hipocondrios, y en el bajo vien presenta un tumor redondeado que empieza en la
tre, cuya tensión es considerable; el hipo redobla parte inferior, sin tensión ni ansiedad cousiderablis
con estos dolores; en fin, el enfermo espira en medio en el epigastrio, sin dispnca pronunciada; cuando
de un vómito ó de un esfuerzo para vomitar. los gases que salen por la boca parecen venir de la
603. V ÓMITO DEPENDIENTE DE LA DILATACION ATÓ parte media del vientre ó se declara un vómito copio
NICA del estómago.— Comunmente esta espantosa so bastante tiempo después de la comida y disipa la
enfermedad es dospreciada en el principio, y se trata tumefacción del vientre; cuando la compresión ejer
con remedios que la exasperan, con los espirituosos, cida sobre el abdomen antes del vómito hace subir
los emélicos y tos purgantes. La vuelta del vómito á por el exófago los gases y la parle mas líquida de los
ciertas horas después de la comida, no aclara el diag alimentos; se puede entonces referir la enfermedad á
nóstico. Se observa durante la vida un tumor duro, la inercia y á la dilatación del estómago , sin negar
tenso* y doloroso al tacto, en el epigastrio; después la existencia del escirro, porque estas dos causas pue
de la muerte, se halla el estómago dislendido por ga den hallarse reunidas. Un hombre entregado á los cs
ses. Está viscera adquiere una dilatación enorme, cesos do la mesa, esperimeutaba desde largo tiempo
una capacidad igual á la del abdomen; se llena de vómitos frecuentes siu ser muy periódicos; arrojaba
gas, so estiende en diversos sentidos hasta la pelvis, por la boca gases do tal fetidez, que infestaban mu
y es fácil confundirla con otro órgano: este oslado de chas habitaciones, como los vapores que salen do las
pende de la atonía de sus fibras ó de la estrechez del letrinas. Se me llamó cu consulla y sospeché un es
pilero, liemos hallado eu un cadáver el estómago cirro del píloro, y al mismo liompo una ulcera, ¡j cau
prodigiosamente dilatado: le desprendimos con un sa del olor pútrido de los gases. A la abertura del
tumor adheiente á su orificio inferior; el píloro esta cadáver se halló el escirro, pero ninguna úlcera. El
ba tan exactamente cerrado, que los gases no pu estómago se esteudia hasta el pubis , y formaba cerca
dieron escaparse, ni espontáneamente, ni aun por la del cardias un gran fondo de saco, cu el que los ali
presión; nosotros tuvimos cuidado de colocar una li mentos acumulados producían, al corromperse, los do
gadura al rededor del exófago. Pero aun cuando no lores que esperimeutaba el enfermo, y los gases fétidos
existan ni escirros ni callosidades on el píloro, la ato que se escapaban de su boca.
nía del estomago, aunque no permita á este órgano VÓMITO DEPENDIENTE DE LA SENSIBILIDAD VICIOSA DE!.
fuertes contracciones, puode por sí sola dar lugar 4 ESTÓMAGO Ó DE LA LEIIIL1DAD DE ESTE ÓHUARO.—El VÓ-
vómitos reiterados: parece quo los alimentos corrom mito crónico puede también proceder de causas di
pidos ) la distensión misma del estómago irritan al ferentes de las que acabamos de examinar. Fuimos
diafragma y á los músculos abdominales, y provocan llamados para un hombre de Viena, de treinta y cua
sus contracciones, quo suplen á las de esta viscera. tro anos de edad, en un estado de demacración siem
I !n hombre en que los eméticos mas fuertes no po pre creciente y de liebre lenta, sujeto desde muchos
dían escitar el vómito, tenia el estómago escesiva meses á vómitos, que sobrevenían algunas horas des
mente dilatado, como se comprobó después de su pués de la comida, ya por la tarde, ya por la maña
te. Sin embargo, esla afección no es siempre un na. Kstas evacuaciones bc renovaban mas de veinte
v, nos podemos convencer de - veces al dia, espontáneamente ó ul punto que el en-
358 BIBLIOTECA 8C0NÓMICA
formo lomaba algiín alimento sólido ó líquido. No agudo á la verdad, observado en la inflamación del
existia tumor ni tensión en el epigastrio; pero este pulmón, y análogo á la diarrea que sobreviene en las
hombre se quejaba hacia muchos años, de vértigos, de mismas circunstancias.
cefalalgia , y liabia vomitado en seguida , Rotamente VÓMITO DEPENDIENTE DE ÜNA IRRITACION VIVA Ó Di.
por la mañana, sus alimentos, poco alterólos, ó con UNA ULCERACION DE LA MEMBRANA MUCOSA.—La UltCrb-
vertidos en quimo. El enfermo, aniquilado por los pla • cion de la sensibilidad hace un papel mis manifiesto
ceres del amor y por su enfermedad, estaba también en el cólera-morbo, en el vómito fp.burral que conti
sometido á sangrías reitéralas; se le habían aplícalo nua después de la evacuación completa de las sabur
sanguijuelas detras de las orejas y en el ano, para ras, en el que sobreviene á consecuencia de aftas,
atraer itn ailtífcno Unjo hemorroidal. La debilidad se cuya esfoliacion lia puesto al descubierto la membra
había acrecentado, 3 tos vómitos e/nn mus frecuentes. na mucosa de la boca, del evófago, ó del estómago;
En fin, evacuaciones espontáneas de bilis verdosa ha en el que depende de úlceras de este órgano, produ
bían inducido á su médico ¡i administrarle muchos cidas plr su inflamación, por su supuración, ó por
purcanles , Ultima cauSa de la debilitación estrema causas cuya acción es mas lenta, tales como el vicio
en que se hallaba. Nosotros prescribimos en su virtud, herpético, escrofuloso, curcinomntoso. efe. , y porta
aunque infructuosamente , un cocimiento de quina abertura de un absceso del hígado, del bazo ó del pan
con el agua de canela y la tintura anodina. Se hizo creas en esta cavidad. En estos últimos casos, el lí"
venir en consulta á un práctico distinguido ; pero el rruido mas suave ocasiona un calor quemante, vivos
hipo continuo, los desfallecimientos, el estado del pul dolores en el epigastrio, y en lin, un vómito copioso
so, anunciaban una muerto próxima, que no tardó en algunas veces , mas ó menos purulento , icoroso y
acontecer. A la abertura del cadáver esperábamos ha fétido.
llar un vicio orgánico del estómago ó del pilero ; á Vómito dependiente dk usa metástasis gotosa
pasar de '.odas nuestras investigaciones, no descubrí* ú otr*. — Debemos también referir áqui el vómito
mos vestigio alguno de lesión en esta viscera ni en dependiente de la curación demasiado prnuta de Una
las partes inmediatas ; el eítómfrgo rro duba dilata úlcera antigua ó de|una metástasis golosa sobre ei
do, sus paredes conservaban su espesor natural ; so estómago, para servirnos del lenguaje usual. Aunque
lamente el sistema circulatorio casi no contenía san este último vómito, ya agudo, yá crónico, no sea,
gre. Nosotros no tuvimos tiempo para abrir la Cabeza: como lo probaremr s, producto de la maten';', pecante,
¿km £¿l¡i el asiaiito de la causa q le había producido depositada en el estomago, ó bien constituya una
los vértigos', la cefalalgia y todos los demás acciden afección sintomática , debe hallar lugar en este ar
tes? Esto no es probable, porque durante el curso de tículo. Sobreviene en los individuos atacados de una
muchos años ningún otro sintonía había hacho' Sos gota fija, cuando se emplean contra ella remedios
pechar uiia afección del cerebro. La anemia es capaz imprudentes , ó cuando la debilidad se opone tí los
de determinar el vómito: nosotros le hemos' visto so ataques regulares. Por ln influencid de estas causas,
brevenir á consecuencia do sangrías abundantes y de ó mas bien de las mismas que p-oducen la gota, las
hemorragias uterinas. El hambre produce el mismo visceras abdominales se afectan, el apetito se pierde
efecto, así como la debilidad y la sensibilidad dema de repente, se manifiesta un Sentimiento de opre*
siado grande del ostómago, en los históricos y en los sion, de tensión con tumefacción y dolor en la re
hipocondriacos. El recaerdo de un objeto asqueroso, gión epigástrica; en fin , sobreviemn náuseas y un
la vista do un cabello en un plato que se desea, pro vómito atroz, que hace algunas veces sospechar el
vocan el vómito cu las personas muy sensibles. Lo envenenamiento, ó la inflamación del estómago ó dé
mismo sucede cou la impresión de la luz en los ojos los intestinos. Hay algunos casos en que los síntomas
de un hombre encerrado largo tiempo en un paraje son menos intensos: el enfermo esperimenta duran
oscuro. Se conoce la acción que ejerce sobre el estó te largo tiempo, ó en ciertas épocas, náuseas, vómi
mago el balanceo de un buque, etc. tos, dolores tenaces en el estómago , y está ciento de
VÓMITO Di PENDIKNTE DE 1,'NA CONGESTION sanguí los ataques de gota. Cuando esta vuelve á los pies ó
nea.—Hay otra especie de vómito crónico, dependien ú las manos desaparecen lodos e^tos síntomas, rfoso-
te las mas veces de esto esceso de sensibl ¡dad del tros liemos visto en Pavía á un hombre sujeto por
estómago: aunque sintomático, debemos hablar aquí espacio de muchos años á frecuentes ataques de gota.
de él, porqu» es frecuentemente en la práctica una Estos ataques se suprimieron, y se manifestó una tu
causa de error: se le observa, sobre todo, en las mu mefacción en el abdómen, con palpitaciones de co
jeres, cuyas reglas se hallan suprimidas por el estado razón é intermitencia de pulso : lodo parecía anun
de preñez ó por cualquiera otra causa; en las per ciar una obstrucción general de las visceras. Durante
sonas lie uno ú otro sexo sujetas rt un llujo Jiemor- largo tiempo, el enfermo lubia tomado infructuosa
roidal que ha disminuido considerablemente ", ó que mente muchos resolutivos; en fin, la gota, volvió á
se lia suprimido por completo; en los histéricos y en los pies, y estos síntomas se desvanecieron. Una mujer
los hipocondriacos, lá sangre se acumula en los va de Milán experimentaba hacia cinco años, vómitos
sos aueurismáticos ó varicosos del estómago y (h las atroces, tres 6 cuatro veces al mes No habiendo ob
visceras inmediatas, y la lieinalemesis se declara, co tenido ningún alivio de los remedios que se le admi
mo hemos dicho en otra parle: cuando la enferme nistraron, vino á Pavía. Aunque la gota sea mas rara
dad 110 llega hasta este punto, el enfermo esperi- en las mujeres que en los hombres, como el padre
menta vivos dolores, un sentimiento rio angustia, de de esta mujer habla sido cruelmente atormentado
opresión, de desfallecimiento en la región epigástrica, por los dolores artríticos, y como antes del vómito
y en lin, náuseas y un vómito, que aumenta en la había sentido con frecuencia ella misma, en los miem
época correspondiente & las vueltas de la evacuación bros, dolores semejantes fi los do la gota, dolores
suprimida. Lista congestión sanguínea en los órganos que habían desaparecido enteramente después de le
epigástricos , tiene lugar principalmente en las per afección del estomago, prescribimos tí la enferma él
sonas de una salud débil y lánguida ; pero hay casos estrado de acónito a grandes dosis, pediluvios sina
en que las fuerzas están íntegras y el sugeto robusto, pizados, y la aplicación de un vejigatorio tí los pies
de suerte que la supresión del ftujo determina uní cada ocho dias. Al cabo de un mes sobrevino Un
plétora abdominal, q.ie es la eausa del vómito ¡'no ataque viólenlo de gola', y el vómito cesó para
sotros hemos hablado de ua vómito de este género, siempre.
DK MEDICINA Y CntTHiA.— FRANK. 359
- VÓMÍTO DEPENB1ENTE DE l'NA AFECCION ESCOIUlÚ- C6t. Vómito simpático.—Tondríamos muchas"co- <
tica. — El escorbuto puede también dar lugar á un sas que decir sobre el vómito simpático; pero en mu
Tómito quo puede confundirse con un estado saburra!. chos casos es al mismo tiempo sintomático, y bajo
El recuerdo de semejante error, cometido por nosotros este punto de vista hemos hecho ya mención do él,
hace muchos años, nos induce :'i hablar aquí de este de manera que seremos muy breves en esto artículo.
vomito sintomático, á fin de preservar de una indis La titilación de la garganta por medio de una pluma
creción igual á los médicos jóvenes. I:na mujer había ó del (ledn, basta para determinarlo: en la dentición
entrado en la clínica de Pavía con. los síntomas del es tan frecuente como en (a diarrea. La aplicación de
escorbuto. Contrajo la fiebre epidémica, que sa con un cocimiento, en el que entraba el azafrán de mar,
sideraba como gástrica nerviosa. Desde la invasión, sobre una úlcera herpétiea dartrosa que tenia su
tuvo sentimiento de pesadez considerable en el epi- asiento en el muslo, ha sido seguida del vómito; la
gaslrio, eructos muy félidos, amargor estiemo de inspiración del tabaco ha producido el mismo efecto.
oca, vómitos biliosos muy amargos; espelió muchos Las violentas cefalalgias, la jaqueca, los vértigos, las
vermes por ha boca y por el ano; la enferma, en un fracturas ó la caries del cráneo, las cscrescencias de
estado do ansiedad , sentía un cuerpo que suhia des la dura madre, la npoplegía, ciertas afecciones de la
de el estómago á la garganta, y <jua amenazaba soío- modula espinal, los cólicos; los dolores ocasionados
caria. Como lo que ella lomaba no oeasknaba dolor por un cálculo encorrado en la vesícula de la hiél,
alguno en el estómago, !a administramos la ipcea- en los riñónos <¡" los uréteres, en la vejiga, por un
cuana, habiendo empleado antes los resolutivos. Los panadizo, una luxación, una hernia, determinan tam
síntomas gástricos aumentaron, y apareció un ancho bién el vómito. Lo mismo sucede con los miasmas
equimosis en el ojo izquierdo. Reiteramos el vomi contagiosos, sobre todo febriles, de cualquier modo
tivo; pero los accidentes se agravaron, y ú pesar del que penetren en la economía.
opio, el vómito se llevó á la enferma á los doce dias. 66o. Vówta pernicioso.— En fin, hay otra espe
A la abertura del cadáver, la cara interna del estó- cie no menos importante que las que preceden, y es
ruagS nos presentó un ancho equimosis semejante al el vomito que sobroviene en la fiebre intermitente,
del ojo; el páncreas estaba escirroso , y el pericardio emético; es ocasionado por un estado de sensibili
y la pleura casi líenos de serosidad. Nosotros no du dad y de debilidad de todo el sistema, especialmen
damos en considerar á este vómito, gástrico en apa te del estómago. Es inmoderado, periódico, y cons
riencia, como efecto del escorbuto, do la sensibilidad tituyo el síntoma esencial do la enfermedad; cede,
viciosa del estómago, evidentemente exaltada por la corno la liebre, al opio, mas bien que á la corteza
acción de los eméticos. del Perú.
Vómito dk las embarazadas. — Aunque el vómito 066. Causas. —En la esposicion de las diferentes
de las mujeres en cinta sea mas á menudo simpático especies de vómito , hemos hablado bastante de las
que idiopútico, debo bailar aquí cabida. Sobreviene causas de esta enfermedad. Las del vómito simpático
algunas veces en los primeros dias, en las primeras ó sintomático han sido indicadas en la historia de
semanas de la concepción, ó un poco mas tarde; co las ¡nllamaciones, de los exantemas y de las demás
munmente á la primera época meutrual: ya es lige enfermedades quo componen el resto de esta obra.
ro , raro y abundante, ya copioso y casi continuo. Mi-xanismo nía vómito.—El vómito idiopático de
Puede durar hasta la mitad del embarazo, y 'hasta el pende de un estímulo que escita con demasiada fuer
parto; declararse antos ó después do la introducción za las contracciones del (¡stómago, mientras que el
de los alimentos en el estómago ; ser provocado por piloro está cerrado. En los ospcrinicntos hechos so
casi todas las sustancias, nscepto algunas sacadas bre animales vivos, se ve que las contracciones em
del reino vegetal, y por casi todas las del reino ani piezan algunas veces por el duodeno y se propagan
mal. Está formado por materias serosas, mucosas, sucesivamente al píloro, á la parte media del estóma
acidas ó amargas, y algunas veces por sangre. En go, á su estremidad superior, hasta que el bolo ali
ciertas mujeres, sobre todo en las que no son muy menticio sea espulsado por la boca. Otras veces par
altas, cuya matriz contiene dos niños, ó una gran ten del píloro ó de |a parte media del estómago. Un
cantidad de licor amniótico , el vómito tiene lugar estimulo moderado, tal como el do los alimentos en
mas bien en los últimos que en los primeros mesas una buena digestión, determina en esta viscera un
del embarazo, principalmente cuando cometen algún movimiento peristáltico; un estímulo un poco fuerte
esceso en el régimen, y persiste hasta el parlo ó hasta ocasiona contracciones ligeramente convulsivas, y
que baja el vientre. provoca náuseas; en fin, un estimulo muy activo
Este vómito es común en las mujoros cuyas re produce la compresión del piloro y violentas contrac
glas son abundantes, en los intervalos de la preñez: ciones que hacen salir por la boca las materias con
es mas frecuente en las ciudades que en el campo; tenidas en el estómago: el vómito es, pues, el resul
sin embargo, las mujeres robustas no están siempre tado de una agitación convulsiva que se dirige de
exentas de él. Después de la evacuación, la mujer se la estremidad inferior á la estremidad superior del
siente por lo común aliviada , y es raro que la madre estómago, mientras que el píloro está cerrado y el
ó el niño csperimenlen algún daño por él. Pero cardias abierto. El diafragma y los músculos abdo
cuando es frecuente é intenso, dura muchos meses, minales, concurren á la producción do este acto. Al
y es determinado por toda especie de alimentos, gunos hombres de mérito creen que el vómito puede
debe temerse que ocasione una debilidad de los ór tener lugar sin la concurrencia de ellos; pero los úl
ganos digestivos, una languidez general, la hemate- timos espei imenlos hechos con este motivo, parecen
mesis, la hemoptisis, una hernia, un descenso del probar quo el estómago solo no se contrae de una
útero, de la vagina, ó el aborto. manera bastante enérgica, cualquiera que sea 'el es
Vómito de las mujkres de parto. — Las mujeres de tímulo cuya acción esperimenta, y que las solas con
parto no se hallan al abrigo de este accidente: se tracciones de los músculos son también insuficientes;
declara comunmente en los últimos esfuerzos, por la de suerte que el vómito es producido por esta doble
acción simpática del útero , ó por la acción mecánica potencia. Pero no pasemos en silencio la objeción
de los músculos abdominales , ó del diafragma sobre propuesta por un mélico distinguido. Como el vó
-1 estómago. Se considera como un medio auxiliar mito tiene lugar en lajispiracion, y el diafragma no
360 BIBLIOTECA ECONÓMICA
lajaeion de este músculo es cuando aquel se efectúa. del piloro ó de los intestinos, ocasionada por un es
He aquí nuestra respuesta: antes de que el vómito cirro, por un esteatoma, por un pólipo, por un tu
se efectúe, el abatimiento alternativo del diafragma mor enquistado, por los cálculos, por un vólvulo, por
debe haber elevado suficientemente la fuerza del es vermes, por las materias fecales endurecidas, y en
tómago, para que las contracciones de esta viscera, fin, toda causa capaz de comprimir ó de obstruir el
juntas á las de los músculos abdominales, produzcan tubo alimenticio.
el vómito; ó bien el estómago en convulsión sigue 067. Pronóstico.—Ya hemos espuosto en parte
al diafragma en sus elevaciones, y se halla comprimi el pronóstico de lo^ vómitos sintomáticos y simpáti
do entre este músculo y los del abdómen (1). cos; lo que nos resta que decir lo dejamos para otra
HlSTOlIA DE UNA FÍSTULA DEL ESTÓMAGO.—HeiIlOS parte. El pronóstico del vómiio ¡diopático, sobre todo
observado en la clínica de Vienaá una mujer ataca» crónico, varía según sus causas. Pero en general
da de un gastrocele congénito: esta hernia, contraída es necesario tener en consideración las sacudidas que
hacia muchos años, se inflamó, supuró, y á favor de imprime á las visceras contenidas en el cráneo, en
las adhei encías contraídas con las paredes abdomi el pecho, en el abdómen y en las demás partes, prin
nales, se estableció una ancha abertura fistulosa en el cipalmente los vasos, lo qne produce diversos acci
epigastrio. Cuando la enferma tomaba alimentos lí dentes, tales como la apoplegla, la amaurosis, el bron
quidos, corrían al punto por la fístula, sino tenia cocele, la esquinancia, la ronquera, diversas enfer
cuidado de cerrarla. Ademas, cuando cometía algún medades del pulmón ó del exófago, hernias, el aborto,
esceso en el régimen, sacaba con sus dedos losuper- equimosis, infartos vasculares, aneurismas, varices,
fliio. Habiendo tragado, en presencia de nosotros y hemorragias internas ó esternas, y obsláculosá la cir
de un grau número de nuestros discípulos, leche, culación. Se conoce el sudor viscoso y abundante que
sdió este liquido al instante por la abertura, entera provoca la acción del vómito, y- la conmoción general
mente coagulado. Nosotros tratamos de introducir que determina: bajo estos diferentes aspectos es útil
suavemente primero un dedo, y después dos, en la o perjudicial.
úlcera, y como la enferma no se quejaba de ningún Por la sola pérdida de los Huidos y de los elemen
dolor, recorrimos atrevidamente toda la cara interna tos de la nutrición, debilita el vómito; agrava, pues,
del estómago, siu ocasionarle nauseas ni esfuerzos las enfermedades asténicas, y llega á ser algunas ve
de vómito, lino de nuestros discípulos ha dado ú co ces ventajoso cu las que dependen de un esceso de
nocer los esperimcnlos fisiológicos interesantes de vigor: conviene también cuando cspulsa la causa mor
que esta mujer fue objeto. La enforma sucumbió al bosa, ó la varía do lugar, como cuando se hace pasar
cabo de cinco años por una inflamación de los in un (cálculo de un sitio angosto á uno mas ancho, y
testinos. Lo que nos ha admirado mas, es que la ir cuando hace cesar la estrangulación de una hernia.
ritación producida por la introducción de los dedos Pero sea cualquiera su marcha, un vómito crónico
en el estómago, no haya ocasionado el vómito. y abundante destruye el vómito peristáltico de los
El movimiento antiperistáltico no ocupa constante intestinos, produce una constipación tenaz, trae con
mente toda ía ostensión del tubo alimenticio, como sigo la atrofia, el marasmo, la hidropesía, el hipo, las
I» prueba el có!ora morbo, en el cual el estómago se convulsiones, el sincope y la muerte. Mientras menos
contrae do abajo arriba, mientras que los intestinos fácil de remediar sea su causa, es mas de temer que
lo hacen en sentido opuesto. Pero hay casos en que tengan lugar estos accidentes: por ejemplo, el vómi
la mayor parte del canal intestinal concurre al vó to dependiente de un vicio local, es decir, de un es
mito: se ven las materias contenidas en el colon, y cirro del estómago ó do las partes inmediatas, es poco
aun en el recto, desgarrar la válvula de fiauhin, ó su susceptible de curación.
perar su resistencia y salir por la boca. El aspecto y el caráctor de ,las materias espulsadas
Resumen db las causas. —Todas las causas capaces por los vómitos, engañan á menudo sobre el diagnós
de irritar fuertemente ó de una manera específica al tico y el pronóstico. Ya hemos hablado de los peligros
estómago, de hacerle entraren convulsión, de entor quo acompañan á la bematemesis: nos limitaremos á
pecer su dilatación ó de oponerse al paso de las ma decir, que los enfermos que arrojan materias negras
terias ul duodeno, determinan el" vómito idíopático. no tienen siempre tumores, escirros, ni úlceras en
Las reuniremos bajo un solo punto de vista: un csce- las -vías digestivas, y que este color no supone ne
so do alimentos ó de bebidas, sin que sea llevado á cesariamente alteraciones semejantes. El vómito es-
uu grado que impida las contracciones del estómago; tercoráceo es siempre funesto, y mortal cuando cesan
los alimentos imperfectamente" triturados por los ór los dolores de vientre.
ganos masticatorios, las sustancias difíciles ó impo 668. Tratamiento —El conocimiento de las cau
sibles de digerir; los cuerpos estraños á los que no sas es la base del tratamiento. Sin embargo, hay pre
puede dar paso el piloro; las materias corrompidas, ceptos generales que observar en toda especie de vó
acidas, pútridas, incompatibles con la idiosincrasia, mito. Conviene en todos los casos examinar sí el en
sospechosas, como los venenos, los eméticos, los drás fermo tiene hernia, aun cuando existiese otra causa
ticos; las colecciones biliosas, los vermes trasmitidos capaz de producir la enfermedad. Es necesario tener
al estómago por el hígado ó los intestinos, un estado cuidado de volver sobre el lado ó inclinar hácia ade
morboso de la sensibilidad del estómago, dependien- lante á los niños que se acuestan do espaldas, pues
te de una inflamación, de una úlcera, de uu carcino de otro modo corren el riesgo de ser sofocados; lo
ma, do aftas que tienen su asiento cu osla viscera, ó mismo sucede con los adultos á los que una enfer-
del infarto de sus vasos sanguíneos, de una materia mcdid larga ó grave hu debilitado y se mantienen
acre une irrita sus paredes, de un estado espasmó- acostados en supinación, en uu estado de movilidad.
dicupa debilidad de las funciones digestivas, lo que Se debe siempre tener el vientre libre por medio de
hace imperfecta la elaboración de los alimentos, que enemas, á linde restablecer el movimiento peristál
acaban por corromperse; la estrechez del estómago, tico. Pasemos á las diferentes especies.
En el vómito sintomático la primera indicación es
1 Compilóse n F. MaRcnilic, Mcmorín sobre el vómito, París, la de tratar la enfermedad esencial.
1813, y a;l. «Vomilo» del Dirciomrio de medicina y cirujia predi Tratamiento del vómito dependiente del envene
cas, l. XV, pag. *(£>,—I. Kourilon, Memoria sobre el vomito. Pan*,
1SIU.cn 8. 0~C. V. llurdacb, Tratad* de fisiología. París, 1811, namiento. —Cuando la causa es de naturaleza tal que
t.JX, fig. M7.ÍS1. puede ser espulsada por el mismo vómito, se facilitan
DX MEDICINA Y C1BUJÍA.— FRANK. 361
'as evacuaciones con la administración del agua tibia, y aun producen una irritación considerable. Deben
en lugar de detenerlas. Si es determinado por vene preferirse los tónicos, tales como la bilis de buey, la
nos ó sustancias sospechosas introducidas en el estó quasia, el palo campeche, la angostura, la quina, el
mago, se le combate con un emético; cuando los es trifolium fibrinnm, etc., administrados primero bajo
fuerzos son demasiado violentos, con los antídotos, ó forma líquida con el Agua vinosa de canela, el agua
al menos con los diluentes, como el agua tibia, y de azahar, ó el éter sulfúrico, aunque el enfermo
con los mucilapinosos, con el aceito y la manteca pueda soportarlos en sustancia. Cuando la sensibili
derretida; la leche es ventajosa cuando la materia de dad del estómago ha cesado, se emplean los-marcia-
letérea no es ácida. Si el veneno pasa & les intesti les, como las aguas do Spa, la tintura de marte (I),
nos, se administran enemas oleosos y mucilaginosos, ó las limaduras de hierro aromatizadas con la canela,
á lin de prevenir la irritación de estos órganos. ó bajo forma de oleosácaro.
Tratamiento del vómito dependiente de los es- Tratamiento del vómito dependiente de la es
cksos Di la «iu.—Si el vómito depende de esta cau trechez del estómago.—Es difícil reconocer la exis
sa, debe sostenerse con el uso del agua tibia, ó pro tencia de callosidades, de escirros ó do esteatomas
vocarse por medio de un emético suave, cuando los en el estómago, en su principio; y cuando ha llega
esfuerzos de la naturaleza no bastan para osnulsar do la época en que nos podemos asegurar de ello, ha
las materias. Pero debe cuidarse de que el estomago pasado por lo común el momento de la curación, ó al
no oslé demasiado lleno ó contraído espasmódicamen- menos queda muy poca esperanza. Nos vemos redu
tc en sus dos ¡orificios: en |estos dos casos el vomi cidos al uso de los fundentes, tules como el estrado
tivo no llegaría á él, ó la estrema distensión de este de grama, de diente do león, do saponaria, dt gatu
órgano haría peligrosos sus efectos. Vale mas enton ña, la cicuta, la goma amoniaco, el jabón medicinal,
ces empezar por los diluentes, ó contentarse con lid y sobre todo, el mercurio, que es necesario administrar
iar eif la gargarita con el dedo ó con las barbas de con prudencia, para que el escirro no dogenere en
una pKima, á fin de escitar un vómito sin sacudidas. carcinoma. Pero el régimen merece mas confianza
Algunas veces el emético es absolutamente necesa que todos estos remedios: los alimentos, qoe el en
rio, como sucede en los casos de apoplegía, de sofo fermo debe tomar en pequeña cantidad á la Vez y á
cación inminente: es necesario intentar su adminis menudo, serán casi líquidos, por ejemplo, huevos pa
tración, combatiéndole con un laxante suave. En es sados por agua, caldos de carne, de gallina, de tor
tas fuuestas circunstancias se salvan por una ope tugas, de cangrejos, etc.: es decir, de naturaleza que
ración arriesgada , que liaremos conocer mas ade puedan pasar facilmerte por el píloro. Los enemas
lante, los animales domésticos voraces, cuyo estóma nutritivos pueden también servir para jirolongar la
go no puede desembarazarse de las sustancias sólidas deplorable existencia del enfermo.
que han tragado. Tratamiento del vómito dependiente de la estre
Las náuseas,, las regurgitaciones j la ansiedad, do* chez de los intestinos.—El vómito dependiente de
pendientes de la misma causa, exigen el mismo tra la estrechez de los intestinos, no ofrece menores di
tamiento. Pero cuando la naturaleza hasta para efec ficultades nara la terapéutica. Los alimentos, casi lí
tuar el vómit», es inútil aumentarla irritación ó debí quidos, deten tomarse en pequeña cantidad á la vez,
litar al enfermo con un emético: hay que contentarse y á menudo. Es útil administrar diariamente una
con prescribir la dieta, hasta que el apetito empieco onza (30 gram.) y mas, de aceite de almendras, de
á hacerse sentir. Si el enfermo continúa entregán olivas, de linaza , ó de ricino; reiterar los enemas
dose á los mismos escesos, y se alimenta con sustan emolientes ú oleosos , para evacuar los escrcmeulos
cias indigestas, la s fuerzas digestivas se aniquilarán que aumentan 1» obstrucción, y aplicar lava' ivas nu
poco á poco; Ja asimilación y la nutrición languide tritivas á liu de suplir la falta del quilo. En los inter
cen, y la debilidad Mega á sor general. La mas ligera valos del vómito, se recurro á los remedios que aca
cantidad do alimentos ó de bebidas fermentadas, oca bamos de aconsejar para las lesiones orgánicas del
siona el sentimiento de opresión y do ardor en el estómago.
epigastrio, con las náuseas: este estado llega á ser Tratamiento del vólvulo.—Se han propuesto di
habitual, y el vómito repite todos los días á horas ferentes medios contra el vólvulo , suponiendo re
lijas, lo que hace su curación difícil; y so declara, en conocida su existencia, y aunque haya sido siempre
liu, una lesión orgánica del estómago. oscura é incierta durante la vida. Se ha recomen
Si se quieren prevenir estas funestas consecuencias, dado el uso del mercurio, con li esperanza de que
os necesario poner el mayor cuidado en la elección el peso de este metal destruya la invaginación ; ene
de los alimentos, y en arreglar la cantidad con me mas de agua libia arrojadas con fuerza por medio de
sura. Los vegetales, los frutos de estfo, las sustancias una geringa particular; y en lin, se han atrevido d
que no alimentan mucho en pequeño volumen, los aconsejar que se abra el viente por el sitio doloroso
alimentos, el vhm A la cerbeza alterados, y la lecho, y tumefacto, para desprender los intestinos con los
se prohibirán al enfermo; se le prescribrá un régimen dedos.
animal; los caldos repetidos, á ios cuales puede agre Relativamente al mercurio, se asegura que cuando
garse una yema de huevo; las carnes tiernas, sin es inútil , no ocasiona ningún accidente porque su
estar muy blandas ni cargadas de grasa, como las de peso y su movilidad se oponen á la absorción: se ci
los animales de corta edad , los pescados de agua tan muchas curaciones efectuadas por este medio;
dulce, y un vino generoso tomado con moderación. pero nosotros no conocemos ninguna por esperien-
Un ejercicio corto que ponga en acción las fuerzas, cia propia. Sin embargo, no nos atreveríamos á ne
sin aniquilarlas, el trato frecuente de una sociedad gar hechos citados por hombres de mérito; pero ¿ha
agradable, la separación de los estudios serios , de obrado el mercurio destruyendo el vólvulo, que qui
ben concurrir con el régimeu : en una palabra, es zas no existia? ó bien ¿ha cedido la enfermedad al
necesario despertar las fuerzas del estómago y de to uso de los demás remedios administrados simultánea-
do el sistema. Las preparaciones alcalinas, abserven-
tos, empleadas contra los ácidos del estómago, mi 0) 1NTURA DE M.vHTf
tigan momentáneamente el sentimiento de ardor,
pero sia atacar la causa del mal. Estos laxantes des R. . r lores marciales do sil amoniaco, cuatro onr.;is -150*' mi.
arrollan también en los intestinos gases incómodos. Alcohol, una pinta—1 litro.
Fíltrese la solución.
1G*
362 ' BIBUOTECA ECONÓMICA., .
mentó cou el mercurio? Eslo es lo que nosotros po nada á los argumentos victoriosos con los que un ci
nemos en duda. Hemos visto en Italia á una mujer rujano francés ha probado los peligros do esta ope
adulta, que por la simple sospecha de un vólyulo, ha ración , aunque haya sido practicada antiguamente
bía tomado en el espacio de seis semanas diez y seis con éxito.
onzas (480 grana.) de mercurio, y curó sin haber ar Tratamiento del vómito dependiente de la com
rojado con los* escrementos mas que tres (90 gram). presión del estómago.—En el vómito crónico depen
Pero desde esta época esperimentó un frió incomodo diente de la compresión, es necesario quitar la causa.
en el vientre en la región del ciego; siempre que se La depresión del cartílago xifoide i , las fracturas del
volvía sobre el lado izquierdo, sentía un peso que se esternón y de las costillas, exigen uu tratamiento qui
guía este movimiento, y se dirigía de derecha á iz rúrgico apropiado ; los tumores desarrollados on las
quierda. Esta mujer ha estado largo tiempo fatigada inmediaciones del estómago, exigen remedios de que
por una salivación tenaz , que era efecto del mercu hablaremos en otra parte.
rio pegado al moco intestinal. Se puede hacer otra De su dilatación atónica-—El vómito por atonía
objeción: unas veces es la estremidad superior la que del estómago es difícil de curar : sin embargo, los
está invaginada, y otras la inferior. En el primer caso, eméticos á dosis refractas, y en general los irritan
¿cómo puede el mercurio desprender el intestino? tes, los ligeros astringentes combinados con los aro
Debe, por el contrario , aumentar la invaginación. máticos, llegan á veces á elevar el tono de esta vis
Por otra parle, es raro que padezca el ileon sin que cera. Se recomienda el elixir estomáquico , el estrao
la inflamación se apodere del inlcstino invagínado: to de bilis de buey, de quasia , de genciana , ó de
¿no debe entonces el peso del mercurio aumentar la agcujo, en solución en el agua de canela vinosa; la
irritación? raiz de árnica coa la nuez moscada en polvo, ad
Las inyecciones de agua libia, con la adición de ministrada á pequeñas dosis reiteradas ; de seis á
aceite, de jabón ó de alguna sal neutra, arrojadas con diez granos de pimienta entera, para tomar en'ayu»
fuerza y en porciones considerables , merecen qui ñas; uno ó dos granos de alcanfor, repetidos machas
zas mas confianza que el mercurio. La fuerza del ins veces al dia. Conviene hacer fricciones , aplicaciones
trumento destinado á este uso es tan grande, que el aromáticas sobre el epigastrio , y colocar sobre esta
liquido supera sin accidente la resistencia de la vál región un vejigatorio.
vula de Bauhiu, y llega hasta el estómago. Los espe- De su sensibilidad viciosa. —En el vómito por es
rimentos se han hecho al principio en perros y en ceso de sensibilidad de parte del estómago, la indi
cadáveres , por el célebre autor de la hemostática, cación es combatir las causas de esta disposición
después por uno de nuestros amigos, médico en Mi morbosa. Comunmente la debilidad de todo el siste
lán, y recientemente por un médico distinguido, an ma, cou especialidad, del estómago, es causa de que
tiguo jefe de clínica en Viena : en fin, un cirujano este órgano no pueda soportar un ligero esceso en
inglés los ha ensuyado con éxito en el hombre la cantidad de los alimentos, y de que se fatigue
vivo. por las sustancias' groseras, imperfectamente tritu*
Pero semejantes ensayos exigen mucha prudencia: radas, ó cargadas de algún principio irritante, y por
se ha visto á un hombre morir poco tiempo después las bebidas espirituosas. Nosotros hemos conocido á
de la inyección, y en un perro vivo romperse los un hombre muy irritable, á quien ud poco de aguar
intestinos , y derramarse el líquido en la cavidad ab diente ocasionaba siempre hipo. El opio , á menos
dominal; se ve comunmente que la distensión délos que se administre en pequeñas dosis, es arrojado por
intestinos ocasiona un dolor agudo. Si la válvula de el vómito en el cólera morbo, la cardialgía, etc. En
Bauhín, ó los «scremenlos endurecidos, cuerpos es- estas circunstancias se prescriben estimulantes sua
trafius, un tumor cscirroso, un¡< constricción espas- ves, (jue no merecerían este nombre en otro caso.
módíca ó una estrechez del tubo intestinal , la inva Hay liebres asténicas, en las cuales" la estremada sen
ginación misma, una hernia, ó se oponen á la ascen sibilidad del estómago no soporta mas que el agua
sión del líquido, la inyección puede hacer mortal Iría ó el hielo. La utilidad de los inucilagiuosos, que
una enfermedad que habría pedido ceder á un trata se cree que obran formando una capa viscosa sobre
miento mas suave. Esto es lo que sucede cuando el las paredes del estómago, no depende de esta acción
cirujano no conoce el grado de estensibilidad de los mecánica, sino deque su estímulo es muy suave y
intestinos, ni la fueiza de la máquina. Si después está en relación con la sensibilidad 'del órgano. Un
de haber ensayado inútilmente todos los demás me gran número de jóvenes clorólicas, histéricas, en un
dios, en un caso en que no exista inflamación, se cree periodo avanzado de su enfermedad, vomitan el co
deber intentar este remedio incierto mas bien que cimiento de quina, todos los amargos y aun la tin
no emplear ninguno, se procederá de la manera si tura de marte ; pero se acomodan muy bien al elixir
guiente: estando apoyado el enfermo sobro los codos ácido de Haller , de Mynsicht, disuelto en agua fría
y sobre las rodillas, se debe empezar lentamente la y agradablemente edulcorado; estos remedios prepa
inyección, á fin de que los intestinos so dilaten por ran al estómago para soportar estimulantes mas acti
grados; al punto que el enfermo esperimenta un sen vos. En muchos casos graves, algunos médicos se
timiento doloroso do distensión en el abdómen, debe han burlado de nosotros, viendo que prescribíamos
pararse algunos minutos, y practicarse sobro el vien remedios ligeros para grandes males ; pero el éxito
tre unturas oleosas y ligeras presiones , para igualar justificaba nuestra conducta: mientras que por un
la distribución del liquido. Cuando el dolor ha cesado método demasiado brusco, combatían ellos infructuo
ó disminuido, se debe continuar con la misma cir samente la enfermedad y le daban nuevas fuerzas,
cunspección basta que haya necesidad do desecar. nosotros curábamos á nuestros enfermos, contempo
Si el enfermo no arroja materias fecales, se reitera rizando primero con el mal , atacando en. seguida
muchas veces la operación, dejando de intervalo una 1 con escitantes suaves, y al fia con medios enérgicos,
ó dos horas. En un adulto se inyectan de «ois á ocho cuando habíamos acostumbrado insensiblemente al
libras de agua. estómago á la acción de los medicamentos.
El diagnóstico del vólvulo. es demasiado incierto, De la viva irritación de su membrana mucosa. —
y las causas capaces de producir el ileo, demasiado Otras veces, la sensibilidad viciosa dol estómago, y ot
variadas, para osar emprender por simples sospechas vómito que de ella tiene origen, proceden de la pér
la abertura del abdómen. Nosotros uo auadiromes dida de las mucosidades de que lio sida despojado
DE MEMCfflA X «RDJÍA.—FRANKi
363
por los eméticos, los purgantes, ó los venenos. So
ra á la enfermedad de que vamos á ocuparnos, como
podría entonces suponer una debilidad indirecta pro
si esta denominación no conviniese también á otras
ducida por una oscitación demasiado fuerte ; pero la
afecciones. Consiste en un vómito inmoderado y en
pérdida del moco animal merece mas atención ; 6e una diarrea escesiva, que no es el producto del arte
' trata mas bien de suplir este barniz natural por otro
nj del envenenamiento. Aunque los enfermos arrojen
artificial, que presentara! órgano un estímulo en re
bilis, no es menos impropio el nombre de cólera;
lación con su sensibilidad. Lo mismo sucede con elpero nosotros le conservaremos, en razón ó su -
vómito que sobreviene á consecuencia de la osfolia-
tigüedad. - ,..
cion de las aftas , en la ulceración del estómago.
Los mejores reme líos son los caldos de carne, á. losC70. El cólera reina hácia el fin del vorauu
que se agregad salep, la cebada ó el arroz, ó la lu época en que principia á presentarse la disenteria;
emulsión gomosa. pero se observa en todas las estaciones en que suce
Ttatamiento pe la metástasis gotosa.—Se debe den días calorosos á las noches frescas. En los cli
emplear un método diferente contra el vómito produmas templados, es esporádica y muy rara; algunas
veces es epidémica: en los países cálidos, es una
cido por una metástasis gotosa, en la gota fija, la cual
afección casi endémica.
depende do la debilidad indirecta que acarrea el abuso
671. Especies.—Nosotros no admitimos la divi
délos espirituosos. Losraucilaginosos, los dulcificantes,
sión ecolástica del colera en espontáneo 6 legitimo,
y los ligeros estimulantes, no convienen; y solamente
y en artificial ó falso. Es cierto que las sustancias
el vino generoso, el éter sulfúrico y el opio, pueden
acres , los drásticos y los venenos, que se consideran
oponerse á la enfermedad. El comisario de guerra de
como causas de esta última especie, pueden ocasionar
Pavía, atacado de la gota vaga , fue afectado de car
simultáneamente el vómito y la diarrea inmoderados;
dialgía y de un vómito tenaz. Este vómito era perió
pero estos son accidentes de otro género. En efecto,
dico al principio, y hacia suponer una liebre tercia
el cólera legítimo es una afección de toda la econo
na: no obstante, resistió aun á la quina y al opio ; y
el enfermo arrojó durante quince días todos los remía ; la hipercatarsia es una enfermedad local del
estómago y de los intestinos; y en fin, el tratamien
medios, los alimentos, y las bebidas. Fuimos llama
dos en consulta , y mandamos se aplicase sobre el to varía en los dos casos, ó al menos en el principio.
Por lo tanto, es mucho mas importante dividir el có
epigastrio un ancho vejigatorio. Apenas produjo este
lera en apirético y en febril: este es sintomático de
opispástico la flogosis y el dolor que le es propio,
una liebre intermitente perniciosa, ordinariamente
cuando desapareció enteramente el mal del estómago.
Tratamiento de una metástasis iierpktica ó ulterciana (intermitente coléricu), que reina con parti
cerosa. — El vómito que sobreviene á consecuenciacularidad eu Jos lugares pantanosos y cálidos; mien
tras que el cólera apirético es mucho mas frecuente
de la curación imtempestiva de los herpes, ó do una
y se observa en todos los países. Nosotros no admiti
úlcera antigua, cede, por lo común, ála aplicación del
mos, á pesar de su antigüedad, la división del cólera
vejigatorio sobre el sitio primitivo de la afección su
primida. » en seco y húmedo: en el primer caso, arroja el en
Tratamiento de una congestión sanguínea.— fermo por la boca ó por el ano una grane inlidad de ga
ses, en medio de una ansiedad considerable; este es un
Cuando la ingurgitación de los vasos sanguíneas del
sintonía de la hipocondría ó de la histeria, una afee
estómago mantiene en este órgano la sensibilidad vi
cion crónica muy diferente del cólera , que es una
ciosa que provoca el vómito, el tratamiento varía se
gún la causa. Se ha recurrido ó la sangría, cuandoenfermedad aguda. Jamás lientos observado el cóle
ra esténico, descrito por algunos ¡tutores, y ni aun
está indicada , lo que es raro: se tratará de renovar
las hemorragias suprimidas, se combatirán las obs concebimos su exisleucia.
trucciones de las visceras, y se administrarán tónicos672. Descripción.—La ¡ava
permanentes, para remediar la atonía de los vasos.lo común, impetuosa y súbita. Algunas veees se anun
Tratamiento del vómito simpático.—Si el vómitocia por un sentimiento úe laxitud, y de tensión con
es simpático de una ar zcua do los intestinos, deldolor en el epigastrio, por eructos ácidos ó nidoro-
sos, náuseas, frecuente salivación, meteorismo y tim
hígado, del bazo, ó r"e alfjn órgano distante; si de
panitis, y cólicos. El vómito y la diarrea so declaran
pende de un cálculo ■ f"e cualquiera otra enfermedad
al mismo tiempo, ó alternan. Las materias espelidas
de los ríñones, de It un .eres, ó de la vejiga; si pro
son al principio acuosas , después semejantes al agua
viene del mal estado leí cerebro ó del útero, se com
de carne , y también pueden ser blancas ó negras;
bate desde luego la e ilennedad esencial, y se recur
re al opio, cuando io existe ninguna contraindi en ciertos casos están formadas por una serosiuad
cación. límpida, que se concreta ai enfriarse. Otras veces
arrojan los eufermos, en primer lugar, restos de ali
Tratamiento del vó.'ito en las > mua razad as.—
mentos, en seguida materias biliosas, mezcladas con
Kl vómito dependiente solo u„ la concef cion, (porque
mayor ó menor cantidad de moco, amarillentas, eru
la mujeres en cinta' están opuestas á Un.is las demás
causas) , cesa espontáneamente hácia meú! 'dos delginosas ó morenas , negruzcas , ordinariamente muy
embarazo, ó cuando baja el vientre. Con todo, hay acidas , casi corrosivas, y aun sanguinolentas. Estas
casos en que la constitución robusta de la mujer evacuaciones van acompañadas de la espulsion de
muchos gases, se renuevan con frecuencia, y acar
exige la sangría; y hay otros, en que están indicados
rean una postración de fuerzas tan repentina , que
los laxantes suaves : a veces conviene prescribir el
muchas veces se llega a suponer un envenenamiento.
agua da Sel./. , ú otras semejantes , y las aguas mar
ciales. El estómago y los intestinos son atoimentados de
. ,.)
una manera violenta, el enfermo se queja de car-
Va hemos hablado del empleo de la quina en la fie
bre perniciosa emética'. dialgia con sed intensa, y tiene la voz aguda ó ron
ca; esperimenta un sentimiento de erosión y de mor
dedura en el abdómen, sobre todo, en el ombligo. Re
liENKRO TERCERO. tención de orina, ó por lo menos, ardor al orinar; te
nesmo, en los casos graves, hipo, tensión y contrac
ciones espasmódicas en los músculos de los muslos,
de las piernas y de los brazos ; los dedos se encorvan,
M9. Definición.—Se ha dado el nombre de cóle- I la» uñas se ponen lívidas, las ostremidades heladas,
BIBLIOTECA ECONÓMICA 3ÍI
364
y cubiertas do un sudor frió y riscoso ; ardor inte toma febril. Existen algunos ejemplos de disenteria
rior, desfallecimiento. El pulso, al principio peque prontamente mortal; pero de ordinario llega la muerte
ño y deprimido, se ruelvc muy frecuente, irregular, algo tarde en esta afección.
ca<d insensible. En el cólera violento, el enfermo, 674. Causas.—La causa próxima del cólera es
aniquilado por las evacuaciones, por los padecimien» muy oscura. Casi todos los autores la atribuyen á la
tos físicos y morales, presenta al oabo de cinco ó mayor acrimonia de la bilis en los calores del estío: ú
s-iis horas una fisonomía profundamente alterada, y pesar del aparato evidente de los síntomas gástricos,
si no se trata de socorrerlo, sucumbo en el espacio nosotros consideramos la secreción de la bilis como el
de veinle y cuatro horas, ó de dos, tres, eualro dias, efecto, y no como la causa de la enfermedad. ¿La
y pocas veces mas larde. tristeza es producida por las lágrimas de que se
El cólera, que constituye una forma de la fiebre acompaña? ¿El br.laucco de un buque tieno un ca
intermitente pernicioso, es ó no precedido de un es rácter bilioso porque provoca vómitos abundantes de
calofrió, y muy pronto se anuncia por una laxitud bilis amarilla, herbácea ó eruginosa? ¡ Cuándo cosa-
estrema, por cardialgía, por un vómito violento, una remos de tomar el efecto por la causa! Se ha dicho
diarrea acompañada de dolores cólicos, y en fin, por que el aceite se enranciaba por el fuego; no obstante,
todos los síntomas que acabarnos de describir. Sí el muchas naciones hacen uso de esta sustancia,
enfermo resiste el primer ataque, no se queja en el frita, sin que presente el menor vestigio de rancia.
primero ó eu los dos dias siguientes mas que de una ¿Cómo podrá la bilis, renovada sin cesar durante la
gran fatiga, de vértigos y de somnolencia. Pero pasa salad y sometida al imperio de las leyes vitales, có
do este intervalo, y íi la hora correspondiente á la de mo podrá, pues, ser quemada, ó tostada por un gra
la invasión, sobreviene un segundo paroxismo, casi do de calor menos considerable? Convenimos que en
siempre mas violento que el anterior: la muerte sue virtud de una secreción morbosa, puede la bilis, co
le terminar, ó sobreviene en el tercero, si no se ad mo todos los humores animales, pecar por cantidad
ministra prontamente los remedios que estén in ó por calidad; pero este humor, capaz de producir ú
dicados. su voz efectos que le son propios, no es primitiva
673. Diagnóstico diferencial.— ¡Qué difersneia mente causa de enfermedad: esta es el resultado del
no existe entre la enfermedad que acabamos de des agente morboso que ha alterado el trabajo secretorio.
cribir y el cólera morbo ocasionado por un esceso El castigo que se imponía en otro tiempo á las muje
en la comida, ó por alimentos de mala calidad! res escandalosas en algunas provincias de la Gemia
En efecto, el Individuo gozaba de buena salud, cuan nía, producía una especio de- cólera. Se las colocaba
do su espuso á la acción de estas causas, y a conse de pie en una jaula estrecha, formada de piccecitas de
cuencia de ellas esperimenta ahora los síntomas de madera; ol ejecutor de lajustici.i imprimía á la máqui
una afección local, primero en el estómago, y mas na un rápido movimiento circular, y al cabo dealgu-
tarde eu los intestinos. El vómito se declara, y se pre« uos segundos arrojaba la mujer simultáneamente por
sonta mucho después la diarrea ; estas dos evacua el vómito y por las cámaras una gran cantidad de
ciones no son simultáneas, 6 mas bien, la diarrea bilis. Semejantes evacuaciones no suponen , por lo
disminuye frecuentemente el vómito. El enfermo tanto, acrimonia ni superabundancia de este humor:
arroja por arriba y por abajo los alimentos que comió las contracciones convulsivas del diafragma, délos
en la víspera, incompletamente digeridos: mientras músculos abdominales y del estómago, bastan para
que en el cólera verdadero, después de haber es- hacer que el hígado segregue una bilis variable por
polido los alimentos, que había tomado con mo el color ó el sabor, para aumenter y para alterar la
deración y escogido entre las sustancias mas sa secreción en el estómago y en los intestinos. ¡ Qué
nas, después de haber escrctado las materias fecales sudor tan abundante inunda á los enfermos, en la pes
que se cucuentran ordinariamente en los intestinos te de Inglaterra, y en la liebre helodes! ¿Sucederá un
gruesos, no espele mas que una gran cantidad de fenómeno análogo en las visceras abdominales rela
líquidos muy acres. Los efectos de la indigestión se tivamente al cólera? Toda vez que esta afección es
observan en lodns las estaciones, y en los hombres tan rara, no debe ser su causa tan común. Pero sea
entregados á los placeres de la mesa; el cólera ata. cualquiera la naturaleza del principio morboso, pro
ca en ciertas épocas del año, y tanto al hombre so duce el cólera solamente por su acción sobre los só
brio, como al intemperante. Mas fácil es confundir lidos, principalmente sobre los mrvios abdominales.
el envenenamiento con el cólera morbo; pero en es Ya hemos hablado de la grande simpatía que media
te caso, que acontece lo mismo en el invierno que entre la piel y el estómago y los intestinos: ella nos
á fines del verano, se declara el vómito mucho esplica por qué la impresión en los pies del agna ó
tiempo antes que la diarrea, y arrastra per lo común de un suelo frío, y el ejercicio de la natación en una
partículas de la sustancia venenosa. En fin, el tra agua .también fria, ocasionan el cólera morbo. Hemos
tamiento de la indigestión y dol envenenamiento no conocido á un panadero do veinte X siete años , que
es igual al del cólera , al menos, en el principio. gozaba de perfecta salud, -el cual fue atacado repen
No es tan difícil distinguir el cólera de la disente tinamente (le esta enfermedad por haber dormido
ria. Es cierto que el vómito suele presentarse poco algunas horas en una cueva sobre la tierra húmeda,
después de la invasión de esta enfermedad, pero es después de haber sudado abundantemente mientras
menos constante y menos intenso, y pocas veces se cuidó del horno. Así os que muchas veces es produ
manifiesta al fin. I.a disenteria es mucho mas común, cida por un arrebato de cólera ó por un vivo terror,
mas frecuentemente epidémica, y se prolonga mas y suele ser síntoma de la liebre perniciosa, y aun do
allá del otoño; las evacuaciones, estreñidamente lí la enteritis , de la pcripiieumonia, déla peritonitis,
quidas, son mus abundantes y acompañadas de te especialmente de la peritonitis puerperal ; asi es que
nesmo, que apenas se observa en el cólera. La di sobreviene en algunas mujeres á cada supresión de
senteria es casi siempre una enfermedad febril, si no las reglas ó de los loquios, y cesa por la vuelta de
su atiendo únicamente al carácter dol pulso; el cólera estas evacuaciones. Un médico que ha escrito unacs-
es infebril, ¡í pesar de la frecuencia del pulso , oca celcnte obra sobro el cólera, ha sido vielima de esta
Otoñada por los esfuerzos y por las congojas de que afección, á consecuencia de una metástasis golosa
es víctima ol enfermo: cuando se ha apaciguado el sobre las visceras abdominales. Las observaciones,
vómito y la diarrea, desaparece esto pretendido sín qua anteceden, prueban que oí cólera no depende de
DE MEDICINA T CTWJJÍA.—FRANK .
una causa única y especifica, tai como la superabun- 1 son propias, y que prueban las ventajas de oír» méto
danciu ó la acrimonia da la bilis. Toda irritación do distinto. . -.i^Mflr.Vi
fuerte del estómago ó do los intestinos, puede deter Cuando el foco de la enfermedad habia sido eva
minarla en ciertas circunstancias, felizmente muy ra cuado suficientemente, recurrían los antiguos ú las
ras. ¿Puede ser ocasionado el cólera por un esceso aplicaciones frías sobre el hipogastrio y á lus bebidas
de fuerzas en los climas ardientes? Lo ignoramos; heladas. Esta práctica, muchas veces feliz cu el có
pero no concebimos cómo pueda conservar el carác lora, y en el vómito crónico, dependiente de un es
ter esténico mas alia de algunas libras, porque las ceso de sensibilidad del estómago, merece seguirse,
evacuaciones aniquilan muy pronto al enfermo. cuando la debilidad no exija remedios opuestos.
Laa causas del cólera falso, mucho mas frecuente Igualmente debemos recomendar el uso del vino
que el cólora legitimo, son innumerables. Todo lo generoso administrado en corla cantidad; este medio
quo irrita localmente el estómago y los intestinos no era desconocido do los antiguos.
ocasiona la hipercatarsia, como los ométicos , • los Las pociones unti-eméticas, preparadas con el car
drásticos, los venenos, principalmente el arsénico, el bonato de potasa y el jugó de liman, han sido preco
sublimado, varias especies de bongos, los huevos del nizadas por muchos médicos. Algunas Yeces son úti
barbo, las frutas tomadas en demasiadu'cuntidad, los les en elvómilo; pero no deben preferirse á otro re
pepinos, Jos melones, los albérchigos, las ciruelas, medio ma; seguro en un caso gravo, en el cual la
especialmente si se bebe después de comerlos agua lentitud puede ser funesta.
fría, vino nuevo , ó cerveza reciente; los alimentos Es preciso administrar el opio bajo la forma que
grasos, oleosos y dulces; las saburras acidas* y pú mejor soporte el estómago. Si este remedí» divino
tridas, los vermes, etc. ha sido siempre nocivo al principio del cólera verda
dero, no es porque impida las evacuaciones, sino
075. Pronóstico.—La terminación del cólera es porque hace cusur con demasiada prontitud lu agi
eslraordmariamente funesta, cuando se lo abandona tación convulsiva del tubo alimenticio, cuya agita
á sí propio. Si se emplean con oportunidad los re ción debe ser por algún tiempo abandonada á sí
medios convenientes, suele disiparse ese aparato ater misma. El médico es llamado casi siempre demasiado
rador que ofrece muy pocos recursos en cualquiera tarde: en lu época en que se reclaman sus socorros,
otra enfermedad. Los viejos y los niños son muy pron debe aprovecharse la ocasión, que tan fácilmente su
to victimas de esta afección. Las convulsiones, una nos va de éntrelas manos en esta enfermedad; y en
grande ansiedad precordial, una agitación estrema, tonces es urgente prescribir los narcóticos. La mez
el hipo continuo, el enfriamiento de las estremída cla del opio con sustancias desagradables, ó capaces
des, un calor interior, la alteración profunda del ros de fatigar por su cantidad al estómago, bastante irri
tro, y las frecuentes lipotimias, anuncian unamuenc tado ya, y una gran dosis de este narcótico, adminis
próxima; aunque por los auxilios del arle, suelen trado solo, provocan el vómito. Nos limitaremos,
salvarse algunos enfermos, á pesar de .esta desespe pues, á prescribir al principio quince gotas de tintu
rada situaciou. ra tebáica (i), y después diez gotas do quince en
670. Tratamiento.—Los inconvenientes del mé quince minutos, hasta que cese el vómito: estas go
todo evacuante, han sido reconocidos en esta enfer tas se darán en azúcar, ó en una pequeña cantidad
medad por la mayor parte de los médicos mucho mas de aguado melisa ó de agua común. Importa no sus
pronto que en las (lemas afecciones reputadas bilio pender el uso de esto remedio tan pronto como se
sas. Los antiguos favorecían desde el principio la nayau apaciguado los síntomas: á no ser que ocasio
evacuación de la bilis administrando el agua tibia; ne adormecimiento, debo continuarse durante algu
los modernos han sustituido este líquido con los cal nos días, á mayores intervalos y á menores dosis.
dos de pollo, de ternera, de carnero, y con la tisana Los que aconsejan las lavativas reiteradas para
de cebada ó arroz. Esta timidez procede de que se aumentar las evacuaciones, que son ya demasiado
formaron una idea falsa del carácter déla enfermedad, abundantes, no han observado jamás esta afección
y de que no supieron distinguir el cólera del emba en toda su intensidad; no conocen las dificultades
razo gástrico ni del envenenamiento. Sin embargo, que ofrece el dar al enfermo, en la ag'tacion y en el
nosotros no desechamos este método en los primeros aniquilamiento enquo se halla, la posición necesaria
instantes, y mientras que el diagnóstico es incierto. fiara administrar los enemas. Sin embargo, cuando
Por lo general; es llamado el medico en una época as pociones opiadas no detienen el flujo de vientre,
on que el enfermo ha tenido abundantes evacuacio se podrá intentar el empleo del opio en una media
nes, por lo cual no debe ser un obstáculo para con lavativa, preparada con caldo, una yema de huevo, y
tenerlas el temor de quo so hallen retenidas las aceite do almendras dulces. , .,v..;t
saburras. Al mismo tiempo so aplicará sobre el epigastrio un
Pero es peligroso ó imprudente detenerse en la emplasto de triaca, saquiilos llenos de plantas aro
primera indicación, que consisto, según los autores, máticas, rociadas con vinagre, con vino geueroso ó
• en corregir, preparar y espulsar la materia pecante con el espíritu de espliego. Cuando existen dolores
ó la sustancia deletérea: y no es este el único punto violentos en el vientre se le cubre con fomentaciones,
en que suele cometerse orror. Existen en los países ó con ligeras cataplasmas.
cálidos, y en Inglaterra, y aun en Alemania, algunos El frío délas estremídades, ta debilidad, el lembjor,
médicos que admiten un cólera inflamatorio ó esté lu intermitencia del pulso, el oscurecimiento de la
nico, y afirman haberle curado por medio de las san vista, y lu frecuencia de las lipotimias, hacen esperar
grías. Seguramente cuando ía esperiencia habla, de un fatal resultado, y reclaman las fomentaciones,
be callar la teoría ó convenir con ella¡ pero ¿siem ias fricciones continuadas en las estremídades, om
pre que se emplee la sangría con otros remedios, se
ha de atribuir á aquella el buen éxito? El arlo do Tl.NTUBA TEBAICA.
observar es difícil: por lo tanto, hasta que el ejemplo (!)
dOnngrnn número de prácticos distinguidos nos R. Opio puro pu'vcrizado, dos onzas—W) gram.
■ob'igue á adoptar la opinión que ahora combatimos, Ksulruu ilc vino, cualro oszas—i ¡o traía.
creemos que se debe desechar la sangría; y osla opi Viuo blanco generoso, una libra—:Ou yam.
nión se funda sobre numerosas observaciones que nos Hágase digerir por espacio de tres dias y fíltrese.
3615 BIBLIOTECA 'ECONÓMICA
uria infusión aromática vinosa: los antiguos se ser crónica, 6 de la tisis, se la designa bajo el
vían de! aceite caliente. de colicuativa: es artificial, cuando
Cuando el cólera es et síntoma dominante de la por ciertos medicamentos. También
liehrc perniciosa, se administra la quina, asociada á epidémica y en esporádica. Relativamente á
la tintura teliáica, con el objeto de que no sea arro terias que la constituyen puede ser estercorácea,
jada por el vómito. miñosa, biliosa, serosa, sanguinolenta, mucosa, qui-
Jamás hemos usado el calomelanos y el opio á pe losa y saniosa: en los dos últimos casos constituye
queñas dosis, cuja combinación ha alabado mucho el flujo celiaco y el flujo hepático. Cuando el enfer
un módico americano, en el cólera de los niños. • mo arroja los alimentos á medio digerir, se nombra
Cuando se lian disipado los síntomas es menester á la evacuación lienteria. Todas estas especies, y
ocuparse cu restablecer las fuerzas; pero hay que otras de que no hablamos, pueden comprenderse en
cuidar mucho de que un remedio demasiado irritan estas dos: diarrea. por afección local, y diarrea por
te reproduzca los espasmos. Los amargos son los me afección de todo el sistema, con esterna ó asteni i.
dicamentos mas convenientes en estas circunstan Algunas veces en el (lujo de vientre, una sola parte
cias. Se ha dicho que la raiz do colombo produce cú de los intestinos es la que está afectada; pero es me
las Indias occidentales, en donde es muy común el có nester no dejarse llevar únicamente por lo que pre
lera, efectos muy «éhtajosos, auii durante la evacua senta la inspección cadavérica; pues en muchas oca
ción. Por lo tanto, se puede prescribir en la época siones no se observan mas que en un punto, los ves*
de la convalecencia su cocimienlo, ó su infusión en tigios de laenfermedad, mientras que todala economía
vino de España ó de Tokai, cuando el vientre está ó todo* el tubo nllestinal ha participado de ella.
libre. Algo mas tarde se administra la tintura de 680. Descripción general.— Hé aquí los síntomas
marte con el agua de canela. Los alimentos deben generales de la diarrea. Su invasión es precedida de
ser nutritivos, fáciles de digerir, y lomados en pe languidez y de presión en el epigastrio, pérdida de
queña cantidad. El aire del campo, una sociedad apetito, hinchazón y tensión del vientre, constipación,
agradable y un ejercicio moderado, completan la borborigmos, y pulso intermitente. Bien pronto sobre
curación. vienen en diversos accesos dolores vagos, dislacerantcs
y profundos en el abdomen, que se acompañan de náu
GÉNERO CUARTO. seas y de inútiles y continuados esfuerzos para vomi- ■
lar; se apaciguan por las deyecciones, que al princi
- Diarrea. pio son cstercoráceas, y repiten al aproximarse una
nueva evacuación. Muchas veces existe la diarrea casi
677. Los intestinos forman un canal niembrano- sin dolor, y solamente es precedida de borborigmos.
musculoso, de una longitud considerable, mas corto Durante ol curso de este flujo disminuyen la tensiou
en el vivo que en el cadáver, como lo prueban re y el volumen del vientre; pero en otras ocasiones
cientes experimentos; provistos interiormente de re crecen estos síntomas en razón de la abundancia de
pliegues valvulares, mas pronunciados durante la la evacuación, y se declara el meteorismo. Las orinas
vida, que después do la muerle; dividido en dos por son escasas, y la piel se pone seca. Es raro que so
ciones, una estrecha y otra ancha, separadas poruña brevenga el tenesmo; sin embargo, después de repe
válvula coinun. Esto canal tortuoso, sostenido por tidas evacuaciones, se queja el enfermo de un ardor
un repliegue del peritoneo y enriquecido da un gran incómodo en el recto. Cuando la diarrea dura muchos
núnjero de vasos arteriales, venosos y absorvenles, dias, ó cuando es muy abundante, aunque su curso
de glándulas linfáticas y de criptas mucosas, está no sea largo, se pone pálido ó alterado el rostro, y
destinado á recibir el quimo á su salida del estó descompuesta la fisonomía; las eminencias muscula
mago. En su interior se mezcla este producto dé la res, la gordura y la anasarca (si existía) desaparecen;
primera digestión con la bilis, y con eljugo pancreá la piel está arrugada; se secau las úlceras y ios Ion -
tico, se animaliza mas y mas, quedándose en los tículos; las piernas se doblan, los píes so hinchan, se
intervalos de las válvulas hasta que la materia nutri declara una fiebre corla, se caen los cabellos, y se
tiva absorbida no deja mas que un residuo escre- manifiestan lipotimias. En fin, la enfermedad termina
menlicio, que es espulsado por el ano, cuyo esfínter por la hidropesía, por el marasmo ó por la inflama
se relaja para darle paso. ción de los intestinos, anunciada por un dolor vió
La superficie interior de los intestinos no es de lenlo, ardiente y Ajo, con hipo, vómitos, y después
menor ostensión que la de la piel, eslá continuamen gangrena mortal.
te protegida, humedecida y lubrificada por un va Vamos á ocuparnos ahora de la diarrea por causa lo
por suave y por un humor mucoso. Cuando la secre cal. La diarrea estercorácea, por indigestión, es fre
ción de estos humores es demasiado abundante, y cuente, á consecuencia de cscesps cometidos en el
son arrojados por el ano éon las materias fecales, régimen. En esta especio, cuyoi diagnóstico se es
existí} Un flujo morboso. clarece siempre por el conocimiento de la causa,
678'. Definición.—Asi, el aumento, ó la alteración se óbáe/van los síntomas siguientes: opresión, hin
en la secreción délos humores intestinales, ó de los chazón y tensión del epigastrio, ó dé. todo el ab
que son derramados en los intestinos por los órga dómen; anorexía, náuseas, eructos nidorosos, re
nos coutiguos, su evacuación frecueute y copiosa gurgitaciones, algunas veces vómitos de alimentos,
por el ano, en el estado liquido, solas ó mezcladas ó, lancinantes, alrededor del ombligo
con los cscrcmenlos, constituye la diarrea. que exhalan el olor del azufre; por
679. Especies. —El carácter de este flujo varia. en el ano, deyecciones abundantes, pi
La diarrea es primitiva, idiopática, cuando la causa das, corrompidas, muy fétidas, y seguidas de alivio.
se halla en los mismos intestinos: es secundaria, Esta diarrea dura uno ó dos dias, pero suele prolon
sintomática, cuando depende de otra enfermedad, garse en las personas débiles, en los que se entregan
ó de una influencia simpática. Se ilama aguda, cuan a trabajos mentales, y en los viejos, á cuyos indi vi
do su curso es rápido; en este caso, puede ser fe duQS aniquila, y los conduce casi á las puertas del
bril: crónica cuando su marcha es lenta, y entonces sepulcro. ■';».'
puede ser habitual. Si procura alivio al enfermo, se La diarrea verminosa está caracterizada por los
ilama critica. Si sobreviene al fin de una- afección síntomas que anuncian la presencia de las lombrices:
DRMKDIC1NA Y tílSUJÍA.—FRANK.
escrecion de pituita clara y trasparente por el ano; fin, la pituita acrimoniosa, segregada abundantemente
fetidez particular del aliento de las materias expe te, da lugar, como los drásticos, á los cólicos, á las
lidas, que son grises, y contienen restos de lombri continuas deyecciones líquidas y ardientes, que se
ces, ó vermes enteros, vivos ó muertos, y una pe observan en esta diarrea. La que' padeció uno do los
queña cantidad de sangre pura que sale algunas ve curas de Pavia, tenia la apariencia de serosa; pero era
ces con estos animales. La diarrea verminosa es mas en realidad urinaria, puesto que dependía del paso
común en los niños que en los adultos; sin embargo, de la orina al recto por medio de una úlcera. A ve
estos suelen ser afectados de ella epidémicamente. ces solamente unos granos de calomelanos, adminis
Ya hemos hablado de la blenorragia del ano, deter- trados por espacio de algunos días en la Sífilis,
.minada por ascárides. han determinado evacuaciones que no tenian relación
Los síntomas do la diarrea biliosa, inducen á error con la dosis y con la fuerza de este minorativo, y
muy fácilmonte. El amargor "de boca, la anorexia, producido un flujo de materias serosas, acres, y pa
las náuseas y las deyecciones verdosas, no siempre recidas al licor pancreático.
anuncian que la diarrea depende de la superabun^ La diarrea mucosa ó pituitosa, ya suceda á la diar
dancia 6 de la acrimonia de la bilis. En los niños de rea serosa, ya se anuncie dtsdc luego por sus carac-
§echo, por lo común predominan los ácidos, á causa téres propios, constituye algunas veces una afección
o la languidez con que se efectúan las digestiones, local de las criptas mucosas que vierten en el tubo
y dan á la bilis un color verde. El mismo color se intestinal, sobre todo en los intestinos gruesos, el
observa en las deyecciones durante la dentición, aun humor suave y viscoso, destinado á proteger su sen
que la secreción de la bilis no esté viciada. Las afec sibilidad: suele procederá menudo de una disposición
ciones del alma alteran también el color de este lí general. Es probable que el catarro de los intestinos
quido. Sin embargo, hay casos en que, retenida la bi produzca en la membrana mucosa de estos órganos;
lis en la vejiga por un cálculo ó por cualquiera otra los misinos efectos que la coriza en la de la nariz, y
causa, llega á sobrepujar el obstáculo , inunda los que la blenorragia en la déla uretra, en la de la va
intestinos, y ocasiona por su cantidad 6 por su acri gina y en la del recto. Pero la existencia de los pri
tud una diarrea acompañada de dolores cólicos. El meros fenómenos, no es tan manifiesta en esta afec
hígado, irritado por un violento arrebato de cólera, ción, como en la coriza: no obstante, el enfermo es-
ó por otra causa , puede asimismo segregar una perimenta igualmente un sentimiento iucómodo de
cantidad muy considerable de bilis , ó una bilis al plenitud en el abdómen,- el vientre se pono doloroso,
terada. Pero'los patólogos, que atribuyen la diarrea tumefacto, tenso; se desarrollan gases en los intesti
en los países cálidos á la rancidez de Va bilis por el nos, y las deposiciones son raras. Al principio arroja
calor de la atmósfera, han olvidado que las leyes vi un humor tenue y acre ó ardiente; en seguida una
tales preservan á los humores de la corrupción espon pituita trasparente, parecida á la gelatina, otras ve
tánea; que" muchas naciones hacen uso del aceite ces estreñidamente fría, turbia, nlanquecina, gris,
frito, que no contrae por esta preparación ningún puriforme, amarillenta, verdosa, estriada de sangre,
carácter de rancidez, y que el método curativo no es sin olor, ó muy fétida. Esta escrecion, mas ó menos
tá de acuerdo con su teoría. considerable, se efectúa á intervalos mas ó menos
La diarrea dependiente, de los drásticos ó de los aproximados, en ciertos casos con esfuerzos y vivos
venenos, se acompaña de dolores atroces y profundos dolores, y es seguida de un alivio comunmente mo
en el estómago y en los intestinos, y de una sed in- mentáneo. La diarrea mucosa puede ser aguda y
estinguible. Muchas veces se declaran los síntomas acompañarse de una inflamación local de los folícu
del cólera morbo. Las deyecciones presentan diferen los; o crónica, alternando con la constipación, y acar
tes caracteres, y al fin de la enfermedad son saniosas rea una debilidad y un enflaquecimiento considerable.
ó sanguinolentas; repiten muy á menudo, y se acom Después de la muerte, se encuentran los intestinos
pañan de tenesmo. El diagnóstico ts muy oscuro, á llenos de pituita, y los folículos tan hinchados, que
no ser que nos instruyamos inmediatamente de la cau apenas puede penetrar un dedo. en los intestinos
sa, ó que se descubra por el análisis quimí o. gruesos. En ciertos casos está obstruido completa
Solamente las cualidades de las deposiciones, que mente el cana], lo que produce una terminación fu
son en pequeña cantidad, diluidas, acuosas, tenues, nesta. La diarrea mucosa ataca con particularidad á
casi incoloras, que se escapan con impetuosidad, á las personas débiles, de constitución escrofulosa, y
pesar de la constricción del esfínter, ocasionando una que padecen frecuentes afecciones catarrales. En las
sensación do acritud, ó de calor en el ano, caracteri epidemias se afecta toda la economía, se declara la
zan la diarrea serosa. Ordinariamente sobreviene en liebre, y los intestinos, asiento especial do la enfer
otoño: el cuerpo, sofocado por los calores del estío, medad, convierten casi toda la masa de los humores
está entonces espuesto á la acción alternativa de en una pituita tenaz que se Lace el foco de las lom
los calores que se hacen sentir liácia la mitad del brices.
dia, y del frió que reina por las tardes y por las no La diarrea sanguinolenta ataca algunas veces á los
ches: tan opuestas impresiones desordenan la traspira niños al nacer; en ciertos casos es muy grave; en
ción, y los humores que babian de exhalarse en la otros lo es menos, aunque la sangre impregue toda
piel, trasudan en la superficie mucosa de los intesti la envoltura. La sangre, ora fluida, ora coagulada,
nos. Las deyecciones son precedidas ordinariamente viene de mas arriba que las hemorroides, y es pura
de cólicos muy fuertes, y de una sensación que. equi ó mezclada con los escremeutos. Las evacuaciones
voca el enfermo con la que producen los gases; las se manifiestan en diversos accesos, y duran algunas
evacuaciones son prontas y abundantes; la sequedad semanas, sin que el niño espíese el menor si^no de
de la piel aumenta; las orinas disminuyen; la sed es dolor. Esta diarrea se acompaña de enflaquecimiento
mas viva, la fisonomía se altera y descompone, y des y de debilidad: y el vulgo tiene mucha razón en con
aparece la anasarca cuando existe. Esta enfermedad siderarla como mortal.
se asemeja mucho á la coriza y reconoce la misma La diarrea esténica es rara: no puedo deqirso que
causa: es un verdadero catarro de los intestinos. En no haya ejemplo de ella, pues nosotros la liemos ob
efecto, la grande estension de la superficie inflamada, servado en la peripneumonia.
ocasiona al principio un sentimiento de tensión incó Comunmente depende de la supresión de los
moda en el abdómeii, y en seguida la constipación: en menstruos, de los loquios y de las hemorroides por
368 BIBLIOTECA ECONÓMICA
causas irritantes, ó de la ingurgitación fie los vasos ce días: pern de repente se le presentaban borborig
sanguíneos de las vins digestivas. Si se lia recurrido mos, el vientre se le ponía tenso y tumefacto, y aun
á un método escitante que la suprime, la fiebre au- esperimentaba una sensación de desfallecimiento. Es
menta, ó se declara si no existia; aumentan los cóli tos síntomas eran seguidos de abundantes deposicio
cos, la tumefacción y la dureza del vientre, y sobre nes pultáccasf líquidas, cenicientas ó blanquecinas,
viene una enteritis que hace temer la gangrena. espumosas y muy fétidas. La consunción y la fiebre
La diarrea que los modernos llaman láctea, quilosa lenta produjeron al fin la muerte. Un aldeano á quien
y quo los antiguos habían llamado pasión ó flujo ce- habíamos asistido en la clínica de Pavía, y un sexa
liaco, tiene mucha semejanza con la diarrea mucosa genario á quien observamos en Vicna, tuvieron sucr-
crónica. Sin embargo, existo una gran discordancia te mas dichosa; aunque su enfermedad duró mas de
entre los médicos sobre el carácter de esta enferme dos años, recobraron la salud. ' .'•
dad. En efecto, los unos la consideran como un flujo Algunos autores pretenden que la lienteria no di
de alimentos por digerir, y la llaman semi-lienteria; los fiere del flujo celiaco mas que en quo este depende
otros la dan el nombre de diarrea quimosa 6 quilosa; de una diminución de la acción de los intestinos, y
otros pretenden que no existe ninguna evacuación en aquella de su abolición. Pero lo que. acabamos de
esta enfermedad, y que el paciente no arroja ni aun decir prueba que el flujo celiaco es ei producto de
gases. Unos dicen que esta afección es muy frecuen una secreción morbosa, mientras que la lienteria es
to y común en los niños; otros sostienen que es es» el efecto de un aumento vicioso eu eLmovimiento pe
tremadamenle rara, que pocas personas la han obser ristáltico del estómago y de los intestinos. En la lien
vado, y que las historias consignudas en los autores, teria, los alimentos y las bebidas salen por las cáma
están demasiado compendiadas para que se pueda ras casi del mismo modo que se han tomado; no
reconocer un flujo celiaco, mas bien que una diarrea presentan ningún cambio, que sea notable al menos,
antigua. Por último, unos afirman que las deyeccio en el color, en el olor, en la consistencia y en todas
nes alvinas son muy abundantes, y otros defienden las propiedades físicas; y no están mezcladas con
que el enfermo no arroja mas que una pequeña carf- bilis ni con sangre. Esta diarrea produce el maras
tidad do materia. La diarrea quilosa ha debido pro- mo arrastrando tras sí los materiales de la nutrición.
sentar caractéres infinitamente variados, sin nejar No es, para servirnos de las palabras de un grande
dé ser la misma, ó las personas no han juzgado de hombre, porque la digestión no se efectúo, por lo que
olla mas que por el exámen de las deyecciones; por son arrojados con prontitud los alimentos por las cá
que en un mismo enfermo, s"in que la afección espe- maras; sino al contrario, por ser tan prontamente
rímente un cambio esencial, las deposiciones pueden arrojados los alimentos por las cámaras, por eso no
ser blancas, como el quilo, ó la espuma de la leche, se efectúa la digestión. La lienteria es mas á menu
cenicientas, inodoras, ó semejantes al hígado cocido, do precedida, aunquo rara vez acompañada, del ham
del color de la greda, y casi gelatinosas, y señaladas bre canina. Algunos enfermos se quejau de anorexia,
por estrias sanguinolentas. de peso en el epigastrio, de náuseas, de ardor en
Nosotros distinguimos el flujo celiaco de las de los hipocondrios, de un eran disgusto, de ptialismo
mas especies de diarreas crónicas por los caractéres en ciertos casos, y do dolor en el vientre. Jamás lie
siguientes: aunquo en esta enfermedad se escapan mos visto que esta afección sea epidémica, aunque
con los materiales de las deposiciones algunos restos asi lo dice un antiguo patólogo; pues no deben mirar
de alimentes mal digeridos, no es este residuo el que se como líentéricas las deyecciones que se observan
constituye el flujo, como en las demás diarreas, sino á consecuencia de la disenteria. Tampoco referimos
uiia materia puriforme ó muy turbia, producto de una nosotros á la lienteria las deyecciones que contienen
secreción morbosa de los intestinos. Se ha presentado partículas de alimentos por digerir, en las personas
una fuerte objeción á los que consideran esta enfer que gozan de salud, con especialidad en los niños
medad como un flujo quimoso ó quiloso: ¿Cómo es y en los individuos que tienen una vida sedentaria,
que el flujo no experimenta ningún cambio, aunque que comen habitualmente legumbres, guisantes ó
ilesde mucho antes coma poco el enfermo, ú observe lentejas, sin haberlas masticado bien: estas deyeccio
una abstinencia completa? Hé aquí otra, que no es nes no son líquidas, conservan la fetidez natural de
menos fuerte: ¿Cómo es que el color y la consistencia los escrementos, y no aniquilan las fuerzas. Hemos
de la materia no tienen algunas veces ninguna ana- observado en Pavía, en un octogenario, una lienteria
logia con la naturaleza de los alimentos'} Se puede dependiente de una fiebre perniciosa terciana, y la*
asemejar, pues, el flujo celiaco á la tisis pituitosa, á hemos curado por medio de la quina combinada con
la blenorragia no contagiosa del ano 6 del útero, ó el opio.
mas bien á la diabetes, y considerar como una tisis Existe una diarrea análoga ú las hemorragias intes
puriforme del tubo intestinal. De la misma manera tinales, que trae su origen en parte de los órganos ve
(¡un el fresno segrega un jugo azucarado, conocido cinos, y en parte de la membrana mucosa: es un flujo
bajo el nombre de maná, que destila espontáneamente do serosidad sanguinolenta, semejante al agua de
ó por incisión de su corteza; de la misma manera carne, ó un flujo do materia saniosa, icorosa, como
que los ríñones en la diabetes separan de nuestros la carne picada, y algunas veces mezclada de bilis.
humores uno materia azucarada; así en el (lujo celia Estas deyecciones se vuelven espesas y negras. Los
co los intestinos estraen de aquellos, por medio de antiguos han llamado á esta enfermedad flujo hepáti
una secreción morbosa, una materia análoga, cuyos co, nepalirrea , atonia del hígado; y á los que la pa
caractéres son infinitamente variados, y que no ha decen, hepáticos. Sin embargo, no siempre dependo
dado á conocer aun el análisis. de la supuración del hígado, y de la evacuación del
Quo el flujo celiaco es algunas veces intermitente, absceso en los intestinos, por el canal colédoco , ó
otras periódico y otras continuo, es observación que por una úlcera; pues también puede provenir de la
va había hecho un antiguo maestro del arte. Noso supuración del bazo, del páncreas ó del mesenterio.
tros hemos asistido en esta enfermedad al conde do En estos últimos casos , se debería llamar flujo esplé-
Milán, sugeto de e.lad avanzada, de color pálido y nico pancreático ó mescnlérico; y en general debe
hábito caquéctico. Se hallaba padeciendo esta afección ría recibir su nombre de el órgano de donde trae su
hacia algunos años: á menudo le parecía que reco origen. i? • \ '
braba la salud, y volvia el upetito durante ocho ó quin Los síntomas de este flujo varían según el órgano
DE MEMCWA Y CIBÜÍ11.— FRANK. 369
ado: ya liemos indicado algunos de ellos al ha- aniquiló las fuerzas; la fiebre y el marasmo fueron
'de la terminación déla hepatitis y de la espleni- aumentando cada dia; la hidropesía se hizo general,
por supuración (249, 2S4); pero rio son siempre so declararon vómitos, ó mas bien frecuentes regur
i caracleríslieos, que no puedan inducirnos á error. gitaciones de materia eruginosa, sanguinolenta, y
HISTORIA PAÍTICDLAR DE UN FLUJO HEPÁTICO. —Una dolores atroces en el abdómen. En fin, los sufrimien
¡óven, cuya madre era raquítica, que habia padecido tos cesaron, así mido, la diarrea, y 4a enferma su
la plica polonesa, padeció durante mucho tiempo una cumbió al mes de practicada la operación. Al abrir
cefalea intensa, epistaxis, drspues una erisipela do la el abdómen, esperábamos, por el volumen que pre
cara, y fjor último, un dolor muy fuerte en el higa- sentaba, ver salir mucha cantidad de agua; pero no
do, con tíeb-e. K<ta viscera, lo mismo que el Imo, encontramos mas que muy poca. Este líquido se ha
adquirió un volumen considerable; sobrevino una bia infiltrado en un tejido celular muy flojo, desar
fiebre lenta, hidropesía en el vientre , edema de los rollado á consecuencia de la inflamación en la cara
pies, sudores nocturnos, diarfea rebelde, hambre interna del peritoneo: fue preciso incindir en varios
canina , caida de los cabellos, insomnio continuo, y puntos esta masa esponjosa, para abrirle paso. Los
marasmo. Hallábase en esta situación hacia cinco filamentos que la componían se habían lijado en los
años, cuando hizo un viaje desde Rusia ú Viena para intestinos, quo estaban todos gansrenados. El bazo
consultarnos sobre su mal. Tenia el aspecto de un no era mas voluminoso que en el estado natural, pero
cadáver. Su estado nos pareció desesperado; pero no su consistencia igualaba á la del hígado. Esta entraña
queriendo renunciar ií la esperanza, prescribimos un voluminosa estaba cubierta en su parte convexa por
raimen y los remedios convenientes para reunimar una falsa membrana blanquecina: su cara cóncava
las fuerzas. La diarrea, continuamente agravada presentaba un color dorado y brillante que penetraha
hasta esa época por el uso de los resolutivos, cedió á todo el parónquima. La sustancia de este órgano
la raíz de colombo combinada con una corla cantidad- estaba macerada, blanda., y semejante á una esponja
de opio. Se practicaron ligeras unturas con el un esprimida , aunque conservaba su elasticidad. La ve
güento mercurial, sobre los tumores duros de los hi jiga de la hiél aplanada, no contenia mas que un poco
pocondrios; se administró en seguida ia digital pur- do bilis negra. No se halló ningún absceso. Los pul
Súrea con la intención de escitar las orinas: y se com- mones astaban sanos, y las pleuras llenas de sero
atió la fiebre lenta con la infusión en frió de la quina, sidad. - . ,
mezclada con el elixir vitriólico. Al cabo de dos me En esta observación memorable, no fueron las de
ses, el infarto' de las visceras y la tumefacción del yecciones manifiestamente saniosas; pero no faltó
abdómen habían disminuido considerablemente; la ningún signo de la hepatitis Clónica, demostrada por
fiebre, el hambre, y los sudores nocturnos, eran mu ia falsa membrana que cubría la cara, convexa del hí
cho menores; el edema de los pies se habia disipado, gado , ni do la supuración de este órgano. Las mate
y la enferma, in fin, habia recuperado el sueño. La rias tenían toda la apariencia del pus; y sin embar
piel recobró su frescura; el cuerpo 6u robustez, y las go, no se halló ningún absceso. ¿Habría venido á su
tuerzas se restablecieron, hasta el punto de que la en puración la sustancia propia del hígado, mientras que
ferma trepaba con ligereza á la montaña que está él tejido celular que la une conservara su integridad,
junto á la ciudad. Pero sentía por intervalos un do y los conductos biliares corroídos habrían vertido en
lor muy intenso en la región del hígado , y se pre este tejido, toda la bilis? Nosotros hemos visto con
sentaba una diarrea formada do materias semejantes frecuencia al hígado teñido de un color amarillento;
al pus ó á la espuma de la leche, lo cual aniquilaba pero en millares de autopsias que hemos hecho, ja
las fuerzas y acarreaba la fiebre. Durante esta diar más hemos encontrado que el parénquima de. este ór
rea, disminuía mas y mas el infarto del hígado, lo gano haya presentado ese color de oro, que parece
mismo que la ascitis, que jamás desapareció comple r s propio de la bilis cislica; jamás le hemos visto con
tamente; las orinas eran turbias y en corta cantidad, vertido en una sustancia esponjosa y elástica; y par
ó claras, citrinas y abundantes. Desde mucho tiempo último, creemos que no se haya observado ningún he
antes habíamos sospechado que existia en el hígado cho de este género.
un absceso que se abría ó se cerraba por intervalos: Pero el flujo de que hablamos no siempre depende
Esta jóven volvió á su país con todas las apariencias déla supuración de las visceras, puesto que sobre-1
de una' salud que se fortificaba de dia en dia: su gor viene en el escorbuto, y caracteriza ciertas fiebres
dura aumentaba visiblemente, y frecuentaba la socie intermitentes perniciosas, que se curan con la quina.
dad. Pero al invierno siguiente, durante las heladas, El flujo hepático, d no ser que esté muy adelantado,
"Vi ser acometida de un dolor violento, pungiti- no se acompaña constantemente de fiebre, ni de ham
poco despL :s pulsativo, en el hipocondrio de- bre canina.
: el halarlo del hígado adquirió un aeroceDta- 681 . Causas.—'Todo loqne provoca el movimiento
to considerable».' y no podía* soportar el mas peristáltico del estómago y de tos intestinos, y atrae
ligero taeloj las orinas eran poco abundantes yju-- i lleva la sangre á los vasos del sistema digestivo,
mentosas, la ascitis hizo nuevos progresos; reapare dispone á los órganos á estraer de. este líquido los
ció la liebre y el marasmo, con sudores colicuativos, materiales de los humores que deben* elaborar; es
y por intervalos vómitos viliosos. Se presentaron de-* decir, el jugo entéricb, el moco, la bilis, les cuales
yecciones purulentas, biliosas, verdosas, y aun ne son derramados en seguida en el tubo intestinal; todo
gras, que disminuyeron la tensión, la tumefacción y lo que impide que las fuerzas digestivas hngnn pene
el dolor del hígado: en seguida apareció una erisipela trar en 1a masa de la sangre á las materias refracta
en la cara, y una los seca. Pero la fiebre aumentaba rias, y se oponen á la pronta espulsión ó á la reten
en vez de disminuir, asi como el edema de los pies, ción de las materias fecales; todas; estas causas con
y la tumefacción del vientre; los ojos, estaban amari curren en él estado de salud , á regularizar las
llentos, aunque la piel no presentaba este color. Se escreciones alvinas, salvas las modificaciones depen
practicó la paracentesis^ que la enferma pedía desde dientes dé la edad del sexo, -y del temperamento.
mucho antes; salió del abdómen upa gran -cantidad Las causas capaces de exaltar la sensibilidad y la
de sangre; en parte líquida, y en parte coagulada, irritabilidad del estómago ó de los intestinos* de es-
eon una linfa que se convertía en una especie de coriarsu superficie Interna, come en la esfoliacion de
gelatina por el contacto del aire. Esta Macuncion las aftas; de estimular simpáticamente estos órganos*,
16*
370 BIBLIOTECA ECONÓMICA
aumentan el movimiento peristáltico, provocan las di disenteria: esta afección no deja en el tubo intesti
versas secreciones, y aun las pervierten de tal modo, nal . como creían los antiguos, cicatrices que volvían
que su producto se convierto en una nmva causa de á abrirse , suministrando así las materias que cons
irntacion. Del mismo modo que el principio volátil tituyen la diarrea ; sino un estado de debdidad y de
de lu eebolla, ó el humo, «cisionan el lagrimeo, así la sensibilidad , que favorece las secreciones morbosas,
secreción de los humores intestinales es escitada por y se opone á la permanencia de los alimentos.
los frutos del verano, por los hongos, por los pepinos, La causa de la diarrea sanguinolenta de los re-
por los melones, ele, por los alimentos grasos ave cien nacidos es desconocida : no se ha recurrido
riados, ó corrompidos; por las bebidas tomadas en aun á la inspección cadavérica para esclarecer este
demasiada cantidad durante la comida; por las mate punto. Nosotros suponemos la existencia de varices
rias acres, por los vermes ó por las saburras; por la oongénilas.
superabundancia, ó por la alteración de la bilis, ó del En la descripción de la lientería y del flujo celia-
jugo pancreático; por los astringentes, por lodos los co, hemos dicho lo que se debía pensar acerca de su
irritantes, sobre todo si son específicos, á menos que causa. Los antiguos se engañaron al limitar el asien
sean demasiado activos, porque entonces suspenden to déla lientería en los intestinos, y al creer que de
las secreciones, quizas por los miasmas contagiosos; pendía de que su superficie era demasiado resbala
y en lin, por las congestiones sanguíneas. Las deyec diza, levitas intestinorum. El estómago no está me
ciones pueden estar compuestas de materia serosa, nos afectado que el tubo intestinal , sin que necesa
mucosa, puriforme, ácida, biliosa, saniosa, y del resi riamente exista una relajación considerable del piloro,
dúo de los alimentos. relajación que se observa algunas veces en esta en
¿Pueden ser las materias fecales producidas por fermedad, pero que puedo tener lugar sin ella : el es
una secreción que las estraiga de. la masa sanguínea? tómago deja paso á los alimentos «un antes de ha
A los fisiólogos toca resolver este problema. La pre berlos elaborado. El aumento de la irritabilidad y de
sencia del meconio en los intestinos del feto, el cual la sensibilidad, hace que domine en ol canal alimen
no toma durante nueve meses ningún alimento; las ticio la fuerza espulsiva. Nosotros atribuimos el flujo
evacuaciones abundantes que se observan en las en- celiaco á una secreción morbosa especifica, pero di
fermedadas crónicas que padecen las personas ani ferente de la que produce la diabetes, que es igual
quiladas, nos hacen suponer que puede suceder ese mente desconocida. Hemos colocado la causa del
fenómeno. Ademas , si los ríñones tienen la facultad flujo hepático y de los flujos aiiálogos, en la supura
de segregar la orina, que puede ser clara ó turbia, y ción del hígado ó de alguna otra viscera; pero la exis
la piel la de exhalar un sudor impuro, ¿por qué no han tencia del flujo hepático intermitente y periódico,
de poder segregar los intestinos una materia cena prueba que la materia saniosa ó sanguinolenta, no
gosa, que se evacúa sola ó mezxlada con el residuo de siempre tiene semejante origen.
los alimentos 2 682. Pronóstico.—La diarrea es en general sin
. La diarrea serosa 6 mucosa no es, por le común, tomática: su pronóstico varía, según la enfermedad
mas que un catarro de los intestinos, una traspira esencial , y según los efectos del mismo flujo, que
ción invertida por el refriamiento repentino ó por agrava ó disminuye los síntomas de aquella. Las eva
una impresión de terror. La reabsorción del humor cuaciones son útiles cuando hay materia que evacúa*
que constituye los exantemas, sobre todo, el saram y cuando son seguidas de un alivio durable. El color
pión y la viruela, ó diversas enfermedades impeli- y el olor de las deyecciones no pueden por sí solos
ginosas , y la abertura de un absceso en el tubo in revelarnos su causa; sin embargo, la inspección de
testinal , producen un flujo de vientre análogo, ó pu las materias debe concurrir con los demás signos
riforme, purulento, y sanioso. Una úlcera en el ta para esclarecer el diagnóstico y el pronóstico. Las
bique recto-vesical , da lugar á la diarrea urinosa. deposiciones que sobrevienen sin conciencia del en
¿Puede ser ocasionada la diarrea por la sola relajación fermo, anuncian en ios adultos el delirio ó una debí-
de los intestinas? Lo dudamos , pues es preciso que lidad estrema. Es-mal signo que el meteorismo se de
exista una lesión de la sensibilidad Dará que las se clare ó aumente, á pesar de la diarrea; el hipo y el
creciones sean mas abundantes ; en la parálisis do la vómito son también de mal agüero. La diarrea re
vejiga y del recto, so- escapan continuamente las ori belde es morUd en las enfermedades crónicas , tales
nas y las materias fecales, pero no se observa ningún como el marasmo, la tisis, la hidropesía, el" escor
aumento en la secreción que efectúan esos órganos^ buto , etc. El flujo de vientre es saludable en las in
ninguna alteración en ios humores que segregan, A digestiones producidas por los eseesos en la mesa;
consecuencia de las diarreas crónicas , se hallan al en las afecciones verminosas , en las colecciones do
gunas veces en el cadáver infartados los ganglios materias corrompidas, derramadas en el tubo intes
mesentéricos ; pero como por lo común ésta obstruc tinal desde un órgano inmediato , ó suministradas
ción, aun llevada al mas alto grado, no determina por toda la economía : en este caso , los hipocondrios
la diarrea, no se la puede colocar, porque cierre loa tumefactos se aplanan , y se restablecen las funcio
vasos quilíferos, entre el. número de las causas de nes. Así es, que la diarrea cura algunas veces diver
este flujo, á no ser que, los ganglios supuren y que sas enfermedades, crónicas pertinaces , como lu gota,
el absceso so abra en los intestinos. I» epilepsia, la melancolía, la manía, la parálisis, la
El flujo de vientre depende mas bien de causas hidropesía , la; sordera, ciertas fiebres intermitentes
generales que de una afección local de los órganos rebeldes, y obslruceioaes inveteradas; pero lo mas
digestivos. Esta aserción está demostrada por las. común es que acelere los progresos del mal. Los
diarreas colicuativas que sobie vienen en las enferme Uujos de vientre prolongados ó inmoderados impideu
dades asténicas , por las evacuaciones que se obser la nutrición, ¡privan al cuerpo de sus jugos propios»
van en las fiebres perniciosas diarréicas, coléricas y desordenan ó suprimen las demás secreciones, y pro
hepáticas. La dentición, la peripneumonía, Perito ducen, en fin. el marasmo, la leucofle^mnsia, et
nitis puerperal, y. la metritis,, se'aeompaían muy fre edema de los pies, y una ascitis mortal. Cuando los
cuentemente de,.una diarrea saludable ó nociva , que gases retenidos, por mucho tiempo se escapan con
no puede curarse sin tener en consideración 4 Ja ruido, es un signo deque los intestinos recobran- sü
enfermedad esencial. Una de las causas, frecuentes fuerza tónica. El vómito que sobreviene espontánea
del flujo de vientre, sobro, todo del.crójjico, ssj* ¡ mente , detiene algunas veces la diarrea antigua;
DE METHCWA Y CIBOIÍA.—FRANK. 371
pero es mns frecuente que se acompañe de fiebre, en los intestinos gruesos, so administran lavativas
de cólicos , de constipación , y anuncian una gan con el agua si m: le, ó mezclada con el ojimiel ó con
grena inminente. el suero.
Segnn lo que acabamos de decir, es fácil estable Cuando la diarrea es prndecida por los drásticos,
cer el pronóstico de la lienteiía. Este flujo es mas se prescriben en abundancia los oleosos, la emulsión
frecuente hácia el fin del estío, ó en el otoño, á causa gomosa, la leche tibia en bebidas y en enemas. Cuan
de la disenteria, 4 la cual sucede Es ordinariamente do es el resultado de un envenenamiento, se provoca
funesta en los viejos ; y menos peligrosa en los niños la espulsion de la sustancia venenosa, y se neutraliza
y en los jóvenes. Cuando es simpática de una fiebre por medio de los antídotos , en el caso de que nos
intermitente, no es difícil de curar. Es de temer cuan sea conocida su naturaleza
do dura noclie y dia, con sed, orinas poco abundantes, Si proviene el flujo de vientre de la supresión de
anorexia, aftas en la boca, Ó cuando sucede á enfer la traspiración ó del sudor de los pies , se tratará
medades graves. En la lienleria , la dificultad de res de reproducirlos con el calor de la cama, con los
pirar, con dolor en el costado, presagia una tisis pediluvios, con la infusion.de saúco, ó con los pol
próxima. No es raro que este flujo ocusione la ana vos de Dower. Si las evacuaciones son inmoderadas,
sarca. La uscilis es algunas veces precedida de cóli- se las contieno por medio de la emulsión gomosa , á
eos y de deyecciones verminosas. (a que puede agregarse un grano de opio ó de triaca
Si el flujo celiaco no fuese mas que una semi-lien» en la infusión de saúco
teria, seria mucho menos peligroso. Pero razones La diarrea que sobreviene durante el trabajo de la
muy poderosas nos obligan á considerarlo como una dentición , alivia y modera los accidentes, á menos
enfermedad bien diferente , análoga á la diabetes, lo que sea escesiva. bn este último caso es preciso ocu
que la hace mas grave que la lienleria. Algunas ve parse del estado do las encías y recurr.r al mismo
ces el flujo celiaco es saludable, y otras mortal. Lo tiempo al jarabe de diacodion , o á la emulsión lige
mas común es que desaparezca sin causa conocida, ramente opiada. La diarrea producida por el mercu
pero vuelve ú la menor ocasión; y se termina, en tin, rio exige la suspensión de este remedio , y las bebi
sobre todo en los viejos, por el marasmo, la anasar das dulcificantes , los semicupios y las fomentaciones
ca y la muerte. libias sobre el vientre, ó la solución del hígado de
azufre.'
La historia de! flujo hepático hace conocer la gra La diarrea mucosa , cuando consiste en un catarro
vedad de que se acompaña. En ciertos casos, ofrece de los intestinos, debe tratarse como la diarrea se
muchos puntos de contacto con la melcena ; pero las rosa de la misma naturaleza. Pero por lo común es
cáasas y los síntomas de estos dos flujos son muy di sintomática de alguna liebre epidémica , sobre todo
ferentes; en el flujo hepático, la materia es mas di de la fiebre lenta nerviosa ó pituitosa, que no siem
luida, casi saniosa, aunque hácia el fin puede sobre pre está exenta del carácter contagioso. Su tratamien
venir una hemorragia abundante por el ano. Estas to debo arreglarse entonces al de la enfermedad
consideraciones esclarecen el diagnóstico y el pronós esencial. Nos contentaremos con nombrar aquí el
tico. Nosotros hemos tenido ocasión de comprobar áruíca, y repetiremos á nuestros lectores que la indi
esta sentencia del anciano de Cos: que en los obs cación no consiste en dividir mecánicamente, y en
cenos del hígado y del bazo, se curan los enfermos evacuar la pituita viscosa , sino en combatir la causa
cuando el pus es blanco, si al mismo tiemp» la fie que mantiene la secreción de este humor morboso.
bre y el flujo no tardan en desaparecer. Cuando la Cuando la colección de dicha mucosidad depende
materia es semejante á las borras ¿e aceite , es déla irritación de los folículos mucosos, producida
un signo mortal : y lo mismo sucede cuando es por las lombrices, la indicación es la mismi, y los
icnrosa , lívida, negra, el flujo rebelde, la fiebre con vermes el principal objeto del tratamiento.
tinua, con enflaquecimiento que aumenta diariamente, En la diarrea sanguinolenta de los recien nacidos,
y con hidropesía general. no tenemos otro guia que los principios generales del
683. Tratamibmto. —Si se atiende á las causas da tratamiento de las hemorragias, en razón de la oscu
la diarrea , se verá que no siempre es conveniente ridad de la «ausay de nuestra poca essperiencia, res
apresurarse á detenerla, y que no podemos esponer pecto á esta afección. Cuando el flujo es considt-rable,
aquí el, tratamiento que conviene á todas las especies. administramos una infusión acuosa de ruibarbo ó de
Siempre que dependa de una materia irritante , y cascarilla, con uno ó dos granos de alumbre, y el ja
so efectué su eliminación, como las saburras, los ver rabe de canela.
mes, los venenos, los drásticos, un humor viciado ó La diarrea esténica destruye por sí misma su cau
retenido, que para biei de la economía es arrojado sa; no es, püos¡, necesario contenerla con los astrin
jior los intestinos; la indicación no consiste en dete gentes ni con el opio. Si las evacuaciones son difíci
nerla, sino en favorecerla, y aun en escitarla, si es les ó acompañadas de cólicos agudos, ó de liebre , se
preciso; Así, en la diarrea producida por un esoeso presci ibe uua dieta tenue, y las bebidas frias : se apli
do alimentos, por saburras, por vermes corrompidos, can sanguijuelas al ano, ó al periné , en los casos de
por una bilis demasiado abundante «5 alterada , de supresión de -hs hemorroides, de los menstruos ó de
bemos conteníamos con prescribir una ligera infu los loquios, por causas escitanles, 6 de la congestión
sión de manzanilla, de te, 6 bien, para ayudar las sanguínea sobre los órganos digestivos. En fin, cuan
evacuaciones, una infusión de ruibarbo. Si las náu do los síutomas inflamatorios son muy pronunciados,
seas, los vómitos ó los eructos nidorosos fatigan al so ubre la vena, como en la enteritis.
enfermo, y anuncian por consiguiente la turgescen- El tratamiento de la diarrea crónica está lleno de
cia en el estómago, es preciso provocar el vómito incertidumbre y de dificultades, en razón de la os
por medio de la ipecacuana; y osle es el mejor me curidad ó de lo tenaz de sus causas. La abundancia
dio de detener la diarrea. - * de los medios terapéuticos en uua enfermedad grave,
En el flujo de vientre que es ocasionado por h su anuncia la escasez de remedios eficaces. El vulgo de
perabundancia ó por la acritud de la bilis, se hará los médicos, y los profesores jóvenes, mas ávidos del
uso del suero, del cocimiento de los tamarindos, de oro que amigos de la sinceridad ; hacen ostentación
los frutos maduros del estío y del erárnor de tártaro de sus falsas riquezas terapéuticas; pero el médico
á pequeñas dosis. Si la irritación tiene su asiento honrado,, envejecido en la práctica é instruido por la
372 BIBUUTECA ECOSÓBICA
fortuna y por la adversidad, confiesa la verdad, para de estas precauciones, los mejores son infructuosos,
no poner obstáculos á los progresos de la ciencia. porque los enfermos, cansados de la larga duración y
La diarrea crónica depende, por lo común, de la de la» frecuentes recaídas de la diarrea, no soportan
atonía y de-la sensibilidad viciosa del estomago ó de con paciencia el régimen , desoyen los consejos del
los intestinos y algunas veces, de la debilidad gene médico, y cometen diariamente nuevas faltas en las
ral al mismo tiempo. Exige el método escitante, pero comid.is, en las bebidas, etc. Se debe poner el mayor
es necesario tener mucha precaución , por temor de cuidado en la elección de los alimentos, y seguir ri
producir desde luego una oscitación demasiado fuer gorosamente las lejei de la temperancia, aun mucho
te Se prescribirá, por lo lauto, en los adultos, uno ó después de haber conseguido la curación. El enfer
dos granos de ipecacuana cada dos horas en un oleo- mo debe abstenerse absolutamente de las frutas, de las
sácaro preparado con el aceite de macis. La ipecacua legumbres, de las bebidas fermentadas, y de las sus
na no solamente escita los intestinos, sino que altera tancias grasas y pesadas; debe también alimentarse
ua poco los movimientos peristálticos. Algunas veces de pau bien cocido, de carnes tiernas, especialmente
se administra á mayor dosis para producir el vómito, asadas, y de huevos frescos; pero es preciso que co
cuando las fuerzas lo permiten : así es que los viajes ma poco de cada vez, aunque á menudo. Las bebidas
por mar suelen curar las diarreas rebeldes. Si duran abundantes aceleran el paso de los alimentos á los
te ei flujo se foima un nuevo embarazo intestinal, se intestino- y escitan el flujo de vientre : el enfermo be
prescribirá, desde luego , antes de tratar de detener berá, por lo tanto , poco; usará babitualmcnte del
el flujo, una pequeña cantidad de ruibarbo pulveri agua en la que se habrá sumergido de antemano una
zado, solo, ó combinado cou los amargos : esta sus corteza de pan tostada y un pedazo de canela, ó si
tancia posee otras propiedades ademas de su acción puede costearlo, de un vino generoso , uo ácido, por
purgante. No hay para qué decir que se debe pasar ejemplo, el vino de Chipre, de Málaga, el seco de
gradualmente do los remedios mas suaves á los mas Madera, etc.
enérgicos. Nosotros solemos usar con buen éxito la El tratamiento del flujo ecliaco es el mismo que el
raíz de colombo pulverizada, á la dosis de un escrú de la diarrea adinámica. Se puede aplicar aquí lo que
pulo, tres ó cuatro veces al día. Con justa razón se dice un célebre médico sobre las diarreas crónicas
ha alabado en la diarrea sintomática del tifus la raiz habituales : «En todos los flujos de vientre, pero so
de árnica, administrada en polvo, á la dosis de media bre todo, en la lieuteria, la indicación que liay que
á una drsema cada dos ó cada tres horas. Las semdlas satisfacer, es acostumbrar á los intestinos á retener
dellanten,usadas por los antiguos, merecen igualmente las materias alimenticias.» Nosotros hemos supuesto
nuestra atención. También se puede recurrir al coci una analogía entre el flujo celiaeo y la diabetes, é
miento de simarubia de cascarilla , del pericarpio de igualmente entre esta última enfeimedad y todos los
la nqez, de las bellotas de roble, y <H palo de cam- flujos crónicos mucoso-purulenlos. La Academia im
neclie. Asimismo se obtienen buenos efectos del alum perial de Wilna ha propuesto últimamente como ob
bre , á la dosis de uno ó dos granos con la goma jeto de un premio el esclarecimiento, de esta cuestión.
quino, tomillo varias veces al dia. La quina nos lia Suponiendo que llegue á demostrarse afirmativamen
dado rara vez buenos resultados ; pero convendrá te, y aunque la hayamos aconsejado mas arriba . con
cuando la diarroa )-ea intermitente. El opio, combi vendría proscribir la dieta animal, si quetemos ar
nado con los remedios que hemos referido , ó admi reglarnos á los principios establecidos por observacio
nistrado con la emulsión gomosa, aumenta su efica nes recientes sobre el tratamiento de la diabetes. So
cia : algunas veces la triaca sola produce los efectos halla consignada en los fastos dé la medicina la his
apetecidos. Las diarreas pertinaces cedeu alguna vez toria de un viejo atacado de una lieuteria, qué des
al uso de uno ó dos granos de los polvos de Dower, pués de haber resistido á todos los remedios, cedió á
que se prescribirán cada dos horas. Hemos detenido un electuario preparado con seis onzas (180 gram.)
en el tifus una diarrea rebelde á todos los remedios, de mucílago de pepitas de membrillo, seis dracmas
por medio de una lavativa preparada con el vino. (24 gram.) de conserva de rosas rojas, y de triaca, ad
También pueden administrarse otros enemas en cuya ministrada & la dosis de modia onza (i'á gram.) sin
composición entren el almidón y el opio. tomar después ninguna bebida.
Si el flujo de vientre depende de una metástasis La razón sola prohibe el uso de los purgantes enér
reumática, gotosa, berpética, etc., están indicados gicos en todo flujo de vientre antiguo y acompañado
los vejigatorios, aplicados sobre el sitio primitivo de de un aniquilamiento considerable; pero nuestro res-
la enfermedad esencial. No sin fundamento aconseja poto por la esperienciu, que es el arbitro soberano en
ban los antiguos en kis diarreas producidas por una el ejercicio de la medicina, nos obliga á referir un
materia acre, el uso de la luche fresca, cuja eficacia hecho que hemos observado en Turin , hoce diez y
lian alimentado los modernos con la adición del agua ocho años. Un hombre que contaría cuarenta, estaba
de cal. Los médicos antiguos y modernos del Egipto padeciendo desde mucho tiempo una diarrea que
estableceu cauterios sobre el abdomen en las diarreas íiabia resistido á las tentativas de todos los médicos
rebeldes, dependientes de una causa análoga. Se sir célebres de aquella ciudad. Un profesor del Instituto
ven del. fuego ó délos cáusticos, y mantienen por mu clínico, que le asistía, nos llamó en consulto, «I muy
cho tiompo la supuración. poco tiempo da nuestra llegad» á Ti.riiu Formamos
Cuando la obstrucción de los ganglios del mesen? un pronóstico fatal, fundado en el estado del enfer
terío no solainenlo acompaña á la diarrea , sino que me, que se encontraba en el último grado do maras
parece la sostiene (lo cual es raro), es preciso admi mo y consumido por una fiebre lenta, y en la exis
nistrar los fundentes. No obstante, es de temer que tencia de vvrios otros síntomas de muy mal agüero. •
estos remedios no puedan pasar por las vias intercep No obstante, propusimos algunos remedios que nos
tadas al quilo, y aumenten la diarrea, si no se eligeu habían parecido útiles en casos semejantes; pero fue
de eulre los tónicos. ron burladas nuestras 'esperaníM» Se presenló un
En la convalecencia, se prescribe la tintura de quina charlatán, qiie según costumbr»-, respondió de la cu
calibeada, la locho de burra mezclada cou las aguas ración: administró al enfermo un polvo drástico, cuya
marciales, y la equitación. Debemos advertir que los composición nos es desconocida. Este remedio oca
astringentes, administrados á dosis muy altas, aumen sionó evacuaciones inmoderadas que condujeron al
tan el flujo de vientre, ea vez de detonarlo. A pesar paciente á las puertas del sepulcro; pero no tardó en
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRANK. 373
quedar perfeclamente curado. ¿Entraba eu la compo complicarse con las saburras , las lombrices, ó con
sición de el vidrio esa preparación de antimonio que ta inflamación de alguna viscera. También suele ser
tanto se ha alabado en la disenteria , poro que , sin crónica la disenteria, y dura algunos meses. La divi
embargo, no produce siempre, efectos tan intensos? sión de este flujo, basada en el color blanco ó rojo de
¿Obrarán los drásticos sobre lo membrana mucosa de las, deyecciones, no trae ninguna utilidad.
los intestinos, cambiando ó suprimiendo la secreción 687. Descru-cio^ general.—La invasión de ta
morbosa, como las candelillas en la membrana muco disentoria no difiere siempre de la de la diarrea epi
sa de la uretra, en ta blenorragia crónica, que ellas démica, de la que muchas veces es seguida ó prece
convierten en blenorragia aguda? Pero á los ojos del dida. La disenteria abre la escena por una horripila
hombre prudente, un sido hecho nunca tendrá fuerza ción, en ciertos casos por un escalofrío intenso que
de ley. Ademas, ¿cómo se ha de determinar el grado dura algunas horas; sensación incómoda de peso en
de irritación que es preciso producir para no acele el epigastrio, amargor de boca, náuseas, regurgitacio
rar la muerte, en vea de conseguir la curación de un nes, laxitudes, retortijónos en la región umbilical,
enfermo reducido á un estado de debilidad tan consi seguidos de deyecciones, que son de oidinurio copio
derable? sas -y biliosas durante los primeros días, sin ser acom
Ya hemos dicho la incerlidumbre que tenian los pañada-i de tenesmo; calor, pulso frecuente, y sed.
antiguos sobre el carácter y las causas del flujo he Bien pronto se suprimen los evacuaciones, el enfer
pático: de aquí se sigue que su método curativo no mo no arroja mas qué una pequeña cantidad de ma
debía ser mas seguro. Aunque nuestra opinión no teria liquida, con grandes esfuerzos y violentos dolo
puede responder á todas las objeciones, liemos de res, que repiten cada vez mas á menudo, y casi siem
mostrado que el hígado no es esclusivamenle el sitio pre se anuncian por una contorsión particular del
de esta afección; que su existencia, cualquiera que rostro, con ardor y dolor en el recio, y con tenesmo.
sea el órgano que ocupe, nu supone necesariamente En fin, todos estos esfuerces no sirven masque para
un absceso ni una úlcera; que no siempre es una en cscrctar una pequeña cantidad de un humor inucoso-
fermedad limitada al abd'jmen y qne todo el sistema puriforme, blanquecino, sanguinolento, verdoso, y
puede concurrir á su producción. que exhala un olor especificó. A veces, sobre todo
Cuando el flujo hepático trae su origen de un abs en los niños, la frecuencia de tas deyecciones y la
ceso, de una úlcera del hígado, del bazo ó de cualquie violencia de los esfuerzos ocasionan la procidencia
ra otra viscera, es preciso seguir los principios que del recto, que se estrangula, y aun se gangrena, si no
hemos establecido sobre el tratamiento de la supura se trata de reducirlo prontamente. Los dolores ab
ción de las visceras en la clase de las inflamaciones, dominales son tan intensos en ciertos casos, que pro
y los que estableceremos sobre el tratamiento de la ducen la parálisis de un brazo ó de una pierna, como
tisis: se debe favorecer la evacuación de la materia en el cólico de plomo.
purulenta ó saniosa por las cámaras, por temor de que No siempre sucede todo de esta manera: algunas
ejerza sus estragos interiormente. veces los enfermos no tienen frío ni calor en el prin
Si el flujo hepático proviene de una secreción sa cipio, el apetito se sostiene; no existe frecuencia
niosa, y no de una úlcera, exige el mismo tratamiento inaniliosta en el pulso, lo cual ha dado inárgen á
que la diarrea. algunos médicos para dejar de considerar la liebre
Cuando es sintomática de uua fiebre intermitente, como uno de los caracléres esenciales de la disenteria.
se combate con la quina. Estos médicos no han atendido á los demás síntomas
del estado febril confirmado, es decir, á la taxilud, ta
GENERO QUINTO. tristeza, la sequedad de la piel, la sed, y ú los diver
sos cambios que presenta la orina; no han reparado
I Disenteria. en las alteraciones quo sobrevienen en el pulso al fin
de la enfermedad; y se han olvidado de que en mu
684. Hemos llegado al fin á la disenteria , enfer chas liebres nerviosas, no tiene otros síntomas el
medad cruel, que ejerce cada año grandes estragos movimiento febril. Lo que demuestra aun mas esto
en la especie humana. El célebre nosologista escocés carácter de la disentoria, os qus esta enfermedad es-
la ha querido escluir de entre los flujos, porque su perimcuta remisiones que dman un determinado es
prime las. excreciones alvinas, en lugar de aumen pacio de tiem[io, y remisiones vespertinas ó noctur
tarlas; pero en todas las disenterias, la cantidad de nas, como las liebres. Nosotros hemos visto quejarse á
•las evacuaciones no>'es tan pequeña á la invasión un gran número de enfermos, desde el primero ó se
como en el aumento, y muchas veces se convierte en gundo día, de retortijones, o> ganas inútiles de de
diarrea crónica. Relativamente á la corta cantidad de fecar, y de un violento tenesmo, que era el síntoma pre
las materias arrojadas por los esfuerzos continuos del dominante. Hay casos en que los enfermos amjau
tenesmo, la disenteria pertenece mas bien- al flujo que sangre pura, algunas veces en gran cantidad, en vez
al catarro. de materias fecales ó de mucosidades puriformes ó
685. Definición.— La, disenteria es una fiebre que sanguinolentas. Esta hemorragia no agrava el estado
lleva su acción sobre el tubo intestinal, principalmen del eufermo, y aun suele ser ventajosa eu fas perso
te sobre los intestinos gruesos, y ocasiona cólicos, nas robusias. Se ha visto en una disenteria epidé
ganas frecuentes pero casi inútiles de defecar, un mica, quo los niños, los hombres y las mujeres no
Sujo puriforme, muchas veces sanguinolento, acom 9entian ningún dolor en el momento de la invasión,
pasado de tenesmo, y de una inflamación mas ó me aunque tas deposiciones eran mezcladas de sangre: y
nos considerable del recio. Reina epidémicamente por otro lado, se observaban enfermos atormentados
desde fines do verano hasta igual época del otoño; por dolores cólicos; pero no por eso se turaban mas
y es raro que se presente antes. Algunas veces es es fácilmente los unos que los otros. Sean cualesquiera
porádica. los síntomas del primer estado de ta disenteria, no
686. No se. presentan en lodos los casos todos los tarda en manifestarse la liebre, con el carácter propio
síntomas de la disenteria ; el cuadro de esla afección de ta enfermedad-ó de la constitución epidémica rei
varía mucho, según la liebre de que es síntoma, ta nante.
cual puede presentarse con un carácter esténico ó Síntomas de la disenteria esténica.—La disente
asténico, bajo el tipo continuo ó intermitente , y ría ataca desde luego á las personas mas robustas de
BIBLIOTECA ECONÓMICA '-" -Jii
cualquiera ednJ, ó de cualquier sexo; ó según el ge tenesmo, que dura algunas veces mucho tiempo des
nio de la constitución, & los individuos débiles. Se pués de la enfermedad, sostenido por la ingurgitación
anuncia en el primer caso por una fiebre violenta y de los vasos hemorroidales ó por la sensibilidad de
continua, que se reconoce por un escalofrío intenso, la membrana mucosa.
seguido de un calor considerable, con pulso frecuente, Síntomas de la DisBXTEftn asténica.—La disente
lleno y desarrollado en el principio, y después con ria asténica es la mas frecuente de todas. Presenta
traído y duro; por violentos dolores cólicos, que dis diversos grados; tal año es ligera, y tal otro es tan ma
minuyen ó cesan un instante para volver con ma ligna como la peste. Si se recuerda la descripción de
yor fuerza, primero se fijan en un punto, y en segui la fiebre nerviosa, y tí eila se agregan los síntomas de
da se estienden á todo el vientre. Esta cavidad se la disenteria ordinaria, se tendrá una idea exacta de
pone dura, sensible al menor contacto, y losdo'ores, la disenteria maligna, querella sola exigiría un grueso
dé que es asiento, determinan náuseas y vómitos como volumen. Héaqui los principales síntomas quela ca
en la enteritis. El enfermo es atormentado por el te racterizan: postración súbita y estrema de las fuerzas;
nesmo, ñor un sentimiento de ardor en el recto y en pu'so pequeño y desigual; orinas casi naturales, ó
el periné, errel canal do la uretra, con disuria y es- pálidas, acuosas; temblor en los miembros; saltos de
traoguria, con orinas poco abundantes, muy encendi tendones; espasmos, somnolencias; deliriojttokíres có
das ó acuosas, y se queja de dolores en los lomos y licos violentos ó casi nulos; tenesmo cruel; hipo fati
en las caderas. En esta disenteria aguda, suele so goso; lipotimias; petequias; manchas lívidas ó negras;
brevenir una hemorragia abundante y saludable, su erupciones miliares; aftas numerosas que ocupan la
ministrada por los vasos hemorroidales, por la mem boca, el exófago, el estómago, los intestinos, y anun
brana mucosa del recto, estrangulada cuando existe la cian su presencia por los signos propios de este exan
procidencia de este intestino, tan frecuente en los tema. Las deyecciones son esecsivamente abundantes,
niño? y en los jóvenes atacados del flujo disentérico: y algunas veces tan considerables, que en poco tiem
la sangro sacada de la vena, se cubre de una po aniquilan al enfermo tanto como los sudores en la
costra espesa, y so convierto en una masa sóli liebre efémera sudatoria. Nosotros hemos observado
da. El método escitante, las bebidas espirituosas, multitud do epidemias de disenteria, muy graves, en
los remedios llamados anti-disentéricos; es decir, los diferentes pueblos. Recordamos con dolor la que de
astringentes, los estípticos y los opiados, agravan el vastó á Bruchsal hará veinte y tres años: primero,
mal; suspenden las deposiciones durante algunos dias, arrebató un gran número de niños, para los que no
pero ainnentan considerablemente los dolores, la tu pudo ofrecer recursos la medicina; atacó en seguida
mefacción y la dureza del vientre, y determinan, en á los adultos pobres, y al tercero ó cuarto día les era
fin, la gangrena, especialmente la del recto. Esta mu/ funesta, cuando se la descuidaba al principio.
frecuente terminación de las disenterias mortales, se Vimos morir súbitameate algunos enfermos que en la
reconoce por los síntomas siguientes: lengua muy víspera, aunque débile?y demacrados, con las mimos
seca; pulso concentrado, muy acelerado y desigual; frias y temblorosas, no sospechaban el peligro que
hipo; vómitos; deyecciones involuntarias y cadavéri tan cerca tenían. Ésta epidemia desapareció con la
cas, pon meteorismo; frió de las estremidades, sudor misma prontitud conque se presentara.
frió, calor ardiente al interior, lipotimias, cesación La disenteria maligna ejerce muchos estragos en los
completa de los dolores, muerte. campamentos, en las ciudades sitiadas, en los navios
Cuando la enfermedad es menos intensa, la fiebre, y en las prisiones: y pasa desde la última clase de ciu
los dolores abdominales y el tenesmo son menos con dadanos á las mas elevadas.
siderables; durante las deposiciones líquidas, se ar En esta disentería se observa la gangrena de los
rojan escrementos casi naturales, lo cual se acompa intestinos, principalmente la del recto. Semejante ter
ña de una grande remisión cu los síntomas; la orina no minación se anuncia por los síñtomrs siguientes: ce
es ni demasiado clara ni demasiado cargada; y la piel sación de los dolores y del tenesmo; meteorismo; hi
no está mnj seca. po continuo , «asi Sofocante; vómito eruginoso; frió
En las diferentes especies de disenteria, no os raro glacial de las estremidades; sudor frío; deyecciones
que la materia puriforme que trasuda de la superficie abundantes y cadavéricas; ansiedad; letargo;- delirio;
del recto, se coucrete y forme falsas membranas. sequedad estrema de la boca; voz ronca; afonía; dis-
Tal es la naturaleza de los copos que nadan en las fagia; cara hipócártica; frecuentes lipotimias, y muerte.
deposiciones, conocidos con el nombre deearúnouíaj, No obst'inte, nosotros hemos visto persistir «stos sín
de las películas, y do los. pólipos tubulosos que salen tomas por un mes entero, sin que acarreasen tan fu
con las deyecciones, ó cuelgan del ano: lo cual ate nesta terminación.
moriza al enfermo y lq hace creer por espacio de mu Cuando Ja disenteria asténica es menos grave, dis
cho tiempo que est;í esfoliada la membrana mucosa minuyen los síntomas por el mismo órden con que se
del recto. han ido presentando. Los dolores cosan, y el tenesmo
Si estas producciones membranosas se adhieren so aminora; el enfermo arroja con ruido gases por el
fuertemente á dicho intestino y se incorporan á él, ano; las deyecciones son naturales; se van espesando
sucede lo que hemos visto que sobreviene en la in mas y mas, ó por lo menos son pultáceas, mas consis
famación déla laringe, de la tráquea y del recio, tentes, y producen alivio. Algunas veces los síntomas
como lo prueba el hecho que hemos citado (243). Se de la disenteria se disipan ií beneficio de una erup
forma en el intestino una estrechez que espone al ción cutánea pruriginosa, pustulosa, análoga L las vi
enfermo á multitud de accidentes. Lo mismo sucede ruelas, ó escamosa, y parecida ó las costras lácteas;
cuando la materia se reúne y se concreta en el inter ó á consecuencia de la presencia de dolores reumá
valo de las túnicas ó de las fibras y en el tejido ce ticos en los miembros. La disenteria es seguida con
lular. frecuencia de una diarrea crónica, cuya curación es
Las consecuencias de la disenteria no son menos mas difícil; deja igualmente á su desaparición algu
fatales cuando el redo ó el colon inflamado contrae nos síntomas hemorroidales, un esceso d» sensibilí •
adherencias con los órganos vecinos, y viene á supu dad en el recto, ó un tenesmo que se prolonga en la
ración. Ya hemos referido en vatios párrafos, hechos convalecencia. Los enfermos aniquilados por el finjo
que corroboran esta aserción. disentérico, perecen por último, en un estado de hi
En todas las disenterias intensas, es tan tenaz el dropesía 6 de marasmo.
DE MEDICINA Y CIRÜJÍA.—FRANK. 375
6S8. Causas.—Se han asignado diversas causas á deducirse que en muchas ocasiones hace un papel se
la disenteria: los frutos de estío, la cual ha sido ad cundario , auuque su tipo sea diforente.
mitida por los antiguos y por los modernos; los fríos La enfermedad que ocupa la membrana mucosa
del otoño, las alternativas de frió y de calor en di de la garganta , es decir , el principio del tubo ali
cha estación; un principio contagioso, una bilis menticio, y la que tiene su asiento en el ano', ó en el
corrompida por los calores del verano, y la constric recto, ó lo que es lo mismo , en la conclusión de este
ción del colon , irritado por los escremcntos endu canal, no constituyen dos afecciones diferentes: exis
recidos. te la mayor afinidad entre varias especies de angina
Algunos médicos distinguidos entre los antiguos, y la disenteria. La angina se acompaña de ardor, de
habían ya observado que los frutos de eslío no eran rubicundez, de tumefacción y tensión en las partes
causa de la disenteria ; los modernos han visto pro inflamadas, de "escrecioa continua de mucosidad pu
vincias Anteras devastadas por esta enfermedad, y riforme ó sanguinolenta, de esfuerzos dolorosos y re
en las estaciones en que no existen esos frutos. Por petidos para deglutir los alimentos , semejantes al
lo tanto, con mucha razón, no se admite esta tenesmo. La angina membranosa y ulcerosa , se pa
causa. reced) todo á la disenteria grave, especialmente á
Convenimos en que la impresión del frió, y la su la maligna. Las manchas cenicientas, negruzcas, gan
presión de la traspiración, ocasionan en muchísimos grenosas y fétidas, que cubren en la angina la gar
casos la diarrea; y en que so observan, durante el ganta, el esófago y la laringe, se bailan también en-
curso y después de la disenteria, síntomas de reuma el recto y en el colon de los que han padecido la
tismo, ya vago , ya fijo en los intestinos; pero por disenteria. Las carúnculas , las falsas membranas,
otro lado, á cada momento estamos espuestos al frío que se arrojan por el ano en ol fiujo intestinal, son
y á la supresión de la traspiración , y sin embargo, asimismo espelidas por medio de la tos en la infla
la disenteria no sobreviene todos los años, á pesar de mación de la garganta.
la intemperie de las estaciones: no reina mas que al Ademas , la angina , á no ser que constituya una
fin del verano, ó en el otoño], y en ciertas circuns afección puramente local , no es traa enfermodad
tancias. Una persona que permaneciendo en cama á esencial, sino sintomática <<e la constitución reinan
consecuencia de una disenteria, tenga que abando te ó de una fiebre cualquiera; y la angina gangreno
narla á cada intante , contrae dolores reumáticos: sa se refiere á una complicación de la escarlatina
aunque la aparición def reumatismo parece detener con una liebre nerviosa. Lo mismo sucede con la di
el flujo, no prueba este cambio que las dos afecciones senteria: será contagiosa , si la' fiebre, de que es sín
dependan de la misma causa , sino solamente que toma, depende del rootagío; y no lo será en el caso
una enfermedad mas intonsa destruye ó modifica á contrario.
otra mas ligera que ella. Muchas personas hay que No hay necesidad de1 supouer aquí una causa
han padecido la disenteria, sin que haya sido prece especifica: las que en el invierno producen las peri
dida del refriamiento. Por último, este fluio ataca á neumonías ó el tifus; las que en la primavera ocasio
los niños de tierna edad, y reina en los países meri- nan los catarros, las anginas y las erisipelas; las que
dionalea así como en los del Norte. en el verano determinan las fiebres asténicas con flu
El carácter contagioso es evidente en ciertos ca jo de vientre, etc ; estas causas, pues, en cuyo nú
sos , aunque nada hay que lo anuncie en ciertos mero está el frió, la supresión de la traspiración , el
otros. La disentería ataca con mas frecuencia en los reumatismo, etc., dirigiéndose en el otoño en dife
campamentos, en las armadas, en las plazas sitiadas, rente sentido, y trasmitiendo su acción principalmen-
en las prisiones, en los hospitales, y en las habitacio te'sobro el recto y el colon, dan lugar á la disente
nes estrechas y poco aseadas ; y aquí es donde pri ria, ademas de las fiebres intermitentes, propias de
meramente desplega todo su furor. Pero bajo este la estación. Los frutos de estío no son seguramente
aspecto, no se observa nada que sea constante : en .¡a causa' de la disenteria epidémica ; pero ponen en
la misma habitación ataca á muy pocos, ó á un gras juego lu disposición preexistente á este mal , cuando
número de individuos. Se cuentan varios ejemplos se toman en mucha cantidad, sobre todo si son acuo
de disenterias aisladas, que no se comunicaban á los sos y no han llegado á su grado de madurez. Lo
asistentes que rodeaban al enfermo. Durante diez i mismo decimos de los vegetales que contienen mate
aqos que liemos estado encargados del servicio en rias estrañas, jugos sospechosos, ó larvas de insectos:
el grande hospital de Viena , hemos reeibido en- este de los'que están cargados de mucha humedad, ó cor-
asilo muchos disentéricos que no propagaban la en ; rompidos: este es uno de los objetos que reclama
fermedad de una manera evidentemente contagiosa. j los cuidados de la policía, con especialidad al acer-
£1 tratamiento no prueba que siempre exista el con-' |carse el otoño. •
tagio. .. , ; , . 1 La disenteria produce muchas veces en el recto ó
Por espacio de mucho tiempo , los modernos han en el colon una inflamación superficial, y aun profun-
atribuido [la disenteria á la bilis corrompida, á las1 da, y de diversa naturaleza. Es raro, pero no deja de
saburras, y á las colecciones de materias acres, como haber ejemplos de ello, que determine úlceras: este
casi todas tas enfermedades. Las pruebas qut> hemos efecto era considerado por lo; antiguos como causa
alegada contra: estas pretendidas causas morbosas, del mal. Tres años hace que murió en Viena una mu
en diferentes párrafos dq esta obra, especialmente en jer, al novpíiq,dia de padecer esta enfermedad. Encon-
el articulo del cólera morbo (674), combaten victo ¡tranios en el recto, eí) el colon descendente y en el
riosamente esta teoría de las escuelas, y el trata
miento fundado en semejante idea no obtiene éxito transverso, vestigios de flegmasía ; y en diferentes pun
alguno para que venga en su apoyo. Los que preten tos verdaderas úlceras' En otros sitios la túnica inter
den que el hígado segrega en la disentona una bilis na estaba cubierta de una falsa membrana y de «seres-
mas abundantey masacre, sostiene») un hecho ave «encías. La disenteria mortal, se termina frecuente-
riguado; pera toman el efecto por la causa, al querer 'mentc por cangrena. Sq lian hallado los iKtestinos
referir la enfermedad á esta secreción viciada. gruesos caadensados, corroídos, duros como, el cue
Es importante hacer observar aquí que la disen ro, y contraidos.
tería es algunas veces intermitente. Este solo Carácter 689. PnotróSTtco. — El pronóstico se deducá del
anuncia que puede, ser sintomática': de donde debe estado anterior del enfermo, del carácter do la fiebre,
• i) ■ •
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del de la eonstitucion epidémica, do la marcha y de que producen la disenteria, y el carácter variado que
la naturaleza de los síntomas. esta afección presenta, hacen conocer suficioiitemou-
La edad tierna ó avanzada, la pubertad; ol emba te que no puede couvflnir un método curativo, uni
razo, el parto ; una constitución débil, un estado va forme. El vulgo no piensa masque en detener el flujo,
letudinario, y el temor, hacen mas grave, la disen y no consulta sino al infrienso catálogo de los anti
teria. ' u« ._• ■» . . disentéricos, és decir, de los astringentes , dé los es
Cuando este flujo es el síntoma de una fiebre in típticos y de los opiados; pero los médicos ífue, de
termitente, se cura con mucha facilidad, con los re seando rectificar este error de los charlatanes, tid
medios propios de esta fiebre. Nosotros hemos visto ven mas que colecciones de bilis rancia y corrosi
suspenderse una cuartana durante el curso dé la di va, ó de saburras, que es preciso evacuar por medio
senteria , y volver después de su curación , bajo el de los eméticos y de los purgantes, caen en Otro
mismo tipo. error no menos funesto.
La disenteria dependiente de una fiebre esténica, Trata *m«rro de la disenteria esténica.—Cuando
y la que consiste en una afección catarral de los in* I» disenteria ataca á un sugeto robusto, jóvert, pic
iestinos, no son graves, cuando se las trata conve- tórico, predispuesto á las enfermedades esténicas.. y
nienlemente. Si se descuidan en.el principio, pueden se acompaña de todos los síntomas de la fiebre infla
terminarse por la enteritis ó por la gangrena. Las he matoria , de violentos retortijones con sensibilidad
morragias, aunque sean copiosas, que se efectúan por ostrema del abdómen al menor tacto, de un tenes
el ano en In disenteria inflamatoria , son ordinaria mo muy doloroso, de un pulso muy grande y vibran-
mente sa'udables. La disenteria sintomática de una la, ó bien concentrado y pequeño á causa de los do*
fiebre asténica intensa, contagiosa, ó de un tifus gra lores, pero duro, debe'practicarse la sangría, y em
ve, hace correr los mayores peligros. La que ¡icom plear desde el principio el método debilitante. Si se
paña á la fiebre lenta nerviosa, es comunmente ligera descuidan estos medios, y sobre todo, Sise adminis
en el principio ; pero después se despoja de estas tran al enfermó los estípticos, los opiados, y otros
apariencias de beuigni.iad, y se manifiesta súbita remedios escitantes, no tardaremos en ver sobreve
mente con muy mal carácter. La disenteria maligna nir la enteritis.
se anuncia de ordinario como tal desde su invasión: En el cadáver de los disentéricos se encuentran
se manifiesta desde luego postración de fuerzas; opre ordinariamente inflamados los intestinos; pero esa
sión en el epigastrio, vómitos, dolores cólicos horri inflamación no se declara en los primeros dias , á
bles, ganas frecuentes é inútiles de defecar, tenesmo menos que la enfermedad sea muy inten.a, y aun al
semejante á los esfuerzos del parto, deyecciones en gunas veces muere el enfermo sin que se haya pre
pequeña cantidad, rojas ó blancas. Los síntomas del sentado. Cuando no se emplean oportunamente los
tifus grave se suceden inmediatamente: las fuerzas se remedios apropiados, ó se pone en práctica un método
aniquilan del todo; sobrevienen nuevos vómitos de inconveniente, es imposible que la inflamación deje
de atacar á los intestinos, que soh unos órganos
membranosos, provistos do multitud de vasos, y dota
dos de gran sensibilidad.
go y la boca, y hacen imposible la articulación, de los No nos sorprende qué, después de haber practicado
sonidos y la deglución. En fin, los dolores abdomi una ó dos sangrías, o sin haber recurrido a este me
nales cesan, pero continúa el hipo ; el rostro se alte dio, cuando la disenteria es mas bien caiarral que
ra, se pone pálido, sombrío, las facciones se borran: inflamatoria, la administración de les eméticos y dé
la boca está árida y negruzca ; el enfermo adopta el los laxantes suaves, como el mané, ia pulpa de casia
decúbito supino, separa las piernas; los ojos están en ó de tamarindos, y el aceite de ricino, no solamente
treabiertos, y en un estado de paralización,; borbo se halle exenta de inconvenientes, sáiro que ;aun sea
rigmos, deposiciones líquidas abundantes , morenas, ventajosa: estos remedios-son útiles,' no porque eva
negras, fétidas, escrutadas involuntariamente, y sin cúan la bilis, sino porque el vómito provoca la diafo-
que el enfermo so aperciba de ello ; lipotimias fre resis, y porque la purgación disminuye el éscéso de
cuentes, saltos de tendones, frió de las estremidádes, las fuerzas. El método evacuante conviene también
que se cubren de un sudor viscoso. La muerte termi en In disenteria incipiente mas ó menos inflamatoria,
na la escena: llega en una época indeterminada, del cuando existe una- complicación gástrica manifiesta.
décimo-quinto dia al vigésimo-sétimo , poco antes ó Pero no* hay razón para aplicar este tratamiento á
poco después. Muy corto es el número de los enfer- todas las especies. Hay casos en que está indicada so-
mos qne se salvan en estas circunstancias. Algunas lamente la sangría, á causa dota estrema sensibilidad
disenterias malignas se terminan frecuentemente en de los intestinos, que no pueden soportar ningún re
muy pocos dias. medio estimulante: los evacuantes agravarían la enfer
Ciertas epidemias ejercen los mayores estragos al medad, come- lo* errinos exasperan la coriza inflama
principio, y se moderan al fin. Otras veces sucede toria. En esta especio de disenteria b'an sido útiles
lo contrário; hay casos en que el mayor número' de algunas veces las frutas maduras y tomadas -conroo-
muertes sé observa hácia la mitad del tiempo que :deracion, porque relajan con suavidad el vientre; eri
dura la epidemia. La disenteria desaparece ordina otras ocasiones las hemos visto producir dolores,
riamente á medida que avanza e! invierno , y enton por los gases que desarrollan en el tubo intestinal;
ces no quedan mas qué las diarreas crónicas que ia les ácidos mas suaves producen el mismo efecto. Se
suceden. ■'„ ^ ', prescribe para bebida la emulsión dé almendras, una
La disenteria no siempre es tari grave, y en éstos ; tisana poco nutritiva y ligera, como el cocimiento 3o
casos es cuando se cura con; todos Tos remedios que cebada, de avena, ó el agua panada. Nosotros no
se alabar! contra' ella. Es buen Sigilo que las deyec ; mandamos el nitro, porque as poco eficaz & cortas
ciones sean cada' Vez mas raras, mas copiosas, púltá- * ' dosis, y laxa mucho en mayor cantidad, y porque no
ceas, y seguidas dé alivio; que la piel se ponga má*' ; refresca en esta afección. ASÍ como bis inyecciones
dorosa , se cubra de un Sudor vaporoso ó abundante, 'agravan la inflamación en lu angina esténica, del
sin viscosidad ; que el enfermo espela los gases cotí ■ mismo''modo las lavativas, aunque sean mucilíginosas
ruido, y que escrete las orinas con facilidad.' 1 •y administradas en corla cantidad, aumentan la in'!*
690. Tratmiesto.—La diversidad de las causas lacion i la disenteria, sin arrastrar consigo la cau
DB MEDlCffiA Y CIBÜJÍA.—FRANK. 377
sa: este remedio no conviene rans quo. cuando las indirectamente un ¡carácter asténico cuando so las
materias fecales endurecidas están retenidas en los descuida on su principio, pueden depender üc causas
intestinos. Después de haber practicado las sangrías particulares á cada clima. Si el método que reclaman
que se hallen indicadas, se apaciguan los dolores có no está de acuerdo al primer golpe de vista con nues
licos por medio de fomentaciones tibias sobre el vien tra teoría, debemos desechar toda opinión anterior
tre, proparadas con la leche y el cocimiento do linaza, mente formada y adoptar este, toda vez que la espe-
ó de malvas, si el enfermo puede hacer cama. riencia confirma su utilidad.
Cuando los síntomas inflamatorios se lian amino En la disenteria asténica ordinaria, jamás admU
rado, ó la disenteria es puramento catarral, reco nistramos los eméticos ni los purgantes, sea cualquie
mendamos el calor del lecho, los diapnóicos, tales ra la opinión de lo* autores sobre este punto; funda
como la infusión de saúco, de melisa, y el espíritu dos en nuestra esperieucia, nos apresuramos á man
de minderero. Los antimoniales, el opio y el alcanfor, dar el opioon la emulsión gomosa, ó en un cocimiento
exasperan con facilidad la inflamación, si la enferme da salep. Cuando el tenesmo es doloroso, presciibu
dad no ha llegado al oslado asténico. mos enemas tibios de la misma especie, y en pequeñas
Tratamiento de la disenteria asténica.— La di dosis. Combatimos los dolores cólicos violentos con
senteria asténica exije remedios mas ó menos activos, las fomentaciones aromáticas sobre el vientre, secas
según el grado y el carácter do la liebre nerviosa, de ó húmedas, y con las cataplasmas de la misma natu
que es sintoma. raleza; en un caso urgente, aplicamos un vejigatorio
La adinamia poco grave, producida por el refria hasta la rubefacción. No hemos observado nunca las
miento, determina algunas veces un catarro intesti parálisis que se atribuyen al opio; pero como ya lie
nal, con todos los síntomas de la disenteria ligera. mos dicho, hemos visto sobrevenir ía parálisis de los
El calor del lecho, las infusiones aromáticas tibias, miembros, sin que se hubiese administrado esto me
el espíritu de minderero, los polvos de Dower, la dicamento.
tintura do antimonio, con una pequeña cantidad de Si la debilidad lo exije, se combina el opio con el
opio, y el mucílago de goma traganto ó de goma ará alcanfor, con el almizcle y la goma árabiga; en fin,
biga, bastan para disipar esta afección. Los eméticos se ha recurrido á los remedios que hemos aconseja
suelen ser útiles, no porque evacúan la bilis, sino do en la fiebre nerviosa (9 í), sobre todo, á la infusión
porque escitan la traspiración: no obstante, deben de canela en vino tinto. Eu ciertos casos, hemos ob
preferirse las sustancias que producen los mismos tenido buenos efectos de los baños tibios; pero por lo
efectos, sin ocasiomr tantos trastornos. común, en las disenterias graves, la debilidad y las
Eu la disenteria con fiebre nerviosa versátil, es ganas frecuentes de obrar, impiden emplear aquel
pecialmente si es contagiosa, son myy eficaces los remedio: pocas veces pueden usar ds él los pobres.
tónicos difusivos combinados con el opio: obran como No hablaremos del vidrio de antimonio ni- de la
cscitantes, y aumentan la secreción cutánea. En la nuez vómica, de los cuales, el primero fue muy ala
India occidental, en cuyas regiones es muy común bado por los antiguos, y el segundo es muy reco
esta disenteria, acostumbran á practicar desde luego mendado por los modernos, aunque pocos médicos los
una sangría; en seguida se provoca el vómito con la siguen usando. Nada diremos tampoco de las flores
ipecacuana, y las cámaras con el vidrio de antimo de azufre mezcladas con la sal amoniaco. Respeta
nio: por último, se escita el sudor por medio do los mos la opinión de nuestros compañeros; pero nues
polvos de Dower, ó del vino de antimonio opiado. La tra espericncia no nos ha enseñado nada sobre la efi
sangría no puede convenir en una verdadera fiebre cacia de estos remedios, porque jamás hemos tenido
nerviosa; pero nosotros sospechamos que en este cli necesidad de recurrir á ellos. Por la misma razón no
ma todas la.» enfermedades agudas presentan al prin hemos ensayado el mercurio, aunque esta sustancia,
cipio un carácter inflamatorio, y que la astenia que recomendada por algunos médicos de Inglaterra, y
después sobreviene, es el producto de la escitacion. alabada públicamente en Pavía hace doce años por
En este coso, la sangría es absolutamente necesaria uu hombre de mérito, nos ha sido muy ventajosa en
á la invasión do una enfermedad cuya marcha es tan una enfermedad análoga á la disenteria, en la angina
rápida,: su indicación está fundada en la violencia de membranosa, y mas frecuentemente en la hepatitis
los dolores abdominales, en la dureza y la concentra crónica.
ción del pulso. Relativamente al emético y al vidrio La liebre nerviosa versátil, ó la soporosa, y la fiebre
de antimonio, un médico célebre que ha ejercido la gástrica-pituitosa, nos parece que no se diferencian
medicina en la India, confiesa quo se administran mas que en la forma; de suerte que la disenleria, quo
mas bien para provocar la traspiración; que para es síntoma de dichas fiebres, exije el mismo trata
promover el vómito ó las cámaras: no disimula que miento de estos tres casos. Solamente debemos ob
cuando la fiebre es violenta y rápida se debe recurrir servar que es preciso variar la elección do los es
al instante al opio y á los corniales, por temor de que timulantes, según la sensibilidad de los intestinos;
el enfermo sea victima de la mas pequeña tardan- porque llevan especialmente su acción al punió mas
za (1). irritado, y producen muchas veces un efecto mas in
Recordaremos aquí una observación que liemos tenso de lo que se desea. Así, cuando la sensibilidad
hecho respecto á la peste, y que tiene también apli del tubo intestinal está exaltada, se deberán emplear
cación á la liebre amarilla. Las enfermedades quo los estimulantes mas suaves, envueltos en una sustan
presentando un carácter esténico, llegan á adquirir cia mucilaginosa; en los casos de sopor, se adminis-
Sejan lot casos, puede repetirse esta prescripción durante dos
1 l'.l doctor Scgond, módico de la marina francesa en Cayena, d tres días.
lia <Indo ít conocer {Uoeamenlos relativos al método ecléctico em El doctor Cornuel, autor de una Memoria sobre la disenteria
pleado contra la disenteria, Parí», 185C) el resanado nue ha oble- bfcserMdi en la Caadalupe (Memorias de la Academia real de medi
nido del uso de las pildoras inglesas en el tratamiento Je la d ¡fen cina, l'aris, 1810, i. VIII, pag. 100). en ratón déla diferencia del
icia,!. He aquí la [óriauU clima, lia debido modificar la tormula de las pildoras inglesas de la
manera siguiente:
II. Ipecacuana puheriiada, ocho granos—1 ilecigr. K. Ipecacuana pulroriiada, cuatro granos—i declgr.
Galoioelanos, cuatro tiran is=¿ detigr. Calomelanos, tres granos^IS centi^r.
Estrado acuoso de opio, uu grano=5 ecntigr. Kstraclo acutso de opio, un grano—5 centigr.
dos hdm Jarabe,c.
darán., »efdi,.
para hacer
■ set» ^Idoras, que se lomaran eada Jarabe, es. parabacer seis pildoras, que se tomarán como
tiento» dicho mas arriba . -C . , ^
378 BIBLtOTKCÁ ¿COlWlltáA
tran los oscilantes mas enérgicos y sin correctivo. penden mas comunmente del vicio de los sólidos que
Al principio do la disenteria asténica, prescribire del de los fluidos; que los humores animales, como
mos ios tónicos difusivos. Si la enfermedad, ya avan los vegetales, no son muy simples en su naturaleza;
zada, se resiste á estos remedios, se combinarán con que ninguna partícula de la economía viviente, sólida
los tónicos permanentes. A. esta época y no autes, es o fluida , puede ser considerada aisladamente, con
cuando hemos obtenido escelentes resultados del co independencia de sus relaciones con las demás, con
cimiento de simaruba, al que agregamos el agua de todo el sistema; que Tos líquidos no segregados to
canela simple, y algunas veces el opio. Las esperien- davía, no pueden ser retenidos : sin embargo, el pri
cias ensayadas con Ta salicaria, lian probado que cq mer capítulo de nuestra división comprenderá los
es de utilidad alguna. fluidos cuya secreción se ha impedido, y el segumlii
Cuando la fiebre esténica ó asténica se complica las retenciones propiamente dichas. Esta división ge
evidentemente con una colección de bilis ó de sabur neral nos parece bastante buena, y es menos defec
ras, se administra un emético y un purgante suave, á tuosa que las otras. El aire, los fluidos aeriformes,
fin de simplilicar la enfermedad, para después tratarla la serosidad , los humores mucoso-linfálicos , adipo
según las reglas p prescritas: en los casos de fiebre sos, puriformes, purulentos, la sangre, las materias
esténica, debe preceder la sangría al uso de los eva helereogéneas, pueden ser objeto de retenciones , que
cuantes. Es raro que los vermes resistan por mucho nosotros distinguimos por consiguiente en aéreas,
tfempo al continuo movimiento peristáltico do ios in serosas, mucoso-Iinfá ticas , adiposas, sanguíneas y
testinos, ó al menos, que se encuentren en su cavidad líetele jgéneas. Las retenciones son agudas ó cróni
después de la muerte. Con todo, nosotros hemos asis cas, seguu que se efectúan con mas ó menos rapidez.
tido hace treinta años á una niña, sumamente ani Pero en la distinción de las especies, las causas son
quilada por la disenteria; tenia uu hipo tan violento, las que merecen mayor atención; en efecto, conside
que llegamos á temer por su vida;|este síntoma, yaun radas bajo este punto de vista, dependen las retencio
la enfermedad, se disiparon prontamente, á beneficio nes de una afección general con esceso ó falta de
de la salida de una ascárides lombricoides que arrojó tono, lo que las hace activas ó pasivas , ó bien pro
á causa de los esfuerzos espontáneos del vómito. ceden de un Vicio local. Comunmente son sintomáti
La disenteria intermitente debe tratarse como la cas, secundarias, es decir, producidas por otra en
fiebre de que es síntoma : se combate desde luego con fermedad. Pueden ser también simpáticas. Hay casos
el opio mezclado con un rgua aromática, que puede en que la causa que las determina tiene su asiento en
nacerse mucilaginosa con la adiciun de la goma arábi el órgano mismo, y entonces son primitivas.
ga, é inmediatamente se recurre á la quina. 694. Oscuridad del diagnóstico.—Parecerá fácil
La disenteria crónica no se acompaña de tenesmo, á una persona srn esperiencia reconocer una reten
do dolores cólicos, ó al menos que sean violentos, ni ción. Pero hay casos en que el diagnóstico es bastan
de fiebre , cscepto en los casos en que se declare la te oscuro al práctico. No todas las secreciones y es-
fiebre lenta: tiene el carácter de una blenorragia in crecíones son perceptibles A la vista. Por otra parte,
testinal , es decir, de una diarrea crónica, y reclama pueden ser suplidas por otras, pueden disminuir y aun
el mismo tratamiento (083). Su curación no os mas suprimirse, durante cierto tiempo sin ningún acci
fácil. dente. Si sobreviene al mismo tiempo, una enferme
Para prevenir la recaída, tan ficcuente en esta en dad producida por otras causas, se la atribuye á la re
fermedad, se proscribe un régimen y remedios varia tención, que no tiene ninguna relación con ella , ó
dos, según el carácter de la disentería; el convale que os su efecto y no su causa : esto lo podríamos
ciente dábe evitar por espacio de mucho tiempo la demostrar con muchos ejemplos. La traspiración in
impresión del aire frió. sensible y el sudor, se suprimen por lo común sin nin
guna consecuencia funesta : nos engañaríamos, pues,
si quisiésemos atribuir á esta supresión todas las en
íffl fermedades que sobrevienen después de una esposi-
CLASEJESTA. cion al frió. Las secreciones y escreciones de las vis
ceras, del pulmón, del páncreas, del estómago, do
los intestinos, se hacen frecuentemente mas lentas, ó
Retenciones. disminuyen de una manera considerable, sin que se
pueda mirar este fenómeno como una retención, ni
GENERALIDADES. referirlo á un estado patológico ; en la ictericia mis»
mal, la escrecion de la bilis liepática no está siempre
suprimida enterameute, y este humor tiñe las materias
691. Pasamos de los flujos á las retenciones. El fecales.. Comunmente, á la invasión de las enferme
número de las enfermedades dependientes de esta úl dades, desaparecen las úlceras antiguas, los flujos
tima causa, no es menos considerable que el de las morbosos habituales, su curso cesa , y las afecciones
afecciones morbosas ocasionadas por los flujos ; pero cutáneas se disipan; esta supresión es el efecto, y no
lo que ya hemos dicho en las clases precedentes, nos la causa, de la enfermedad que se declara. Todns las
permite abreviar aquí nuestra materia, sin quede ello retenciones no se anuncian por la tumefacción evi
resulte inconveniente alguno. dente de la parte, por una fluctuación manifiesta, ya
692. Definición.—Bueno será observar que lasen que la materia se derrame en una cavidad hueso
ferinedades que nosotros referimos á las retenciones, sa i nestensiblc , ya que la colección exista en una
se conocen en las escuelas con el nombre de obstruc parte situada profundamente 6 bajo una aponeurosis
ciones. Como el número de tales afecciones es mucho resistente, en un quiste, en hidátides ; ya que ol lí
mas estenso de lo que indica esta espresion, y no de quido se infiltre en una masa celulosa formada por la
penden siempre de una obstrucción, preferimos desig organización de la linfa , ó que siendo reabsorbidas
narlas con el titulo de retenciones. Así, siempre que las partes mas sutiles, no quede mas que una materia
el producto de una secreción natural ó ftabitual que espesa.
da permanente, en vez de seguir las vías que le están 695. Causas.— 1.° Obstrucción.—Las investiga
destinadas, hay uno retención. ciones de. los antiguos sobre el origen de las reten
693. Espscils.— Es cierto que las retenciones d8 ciones, no" han sido infructuosas: han descubiertóque
DE MEDICINA t CU iMÍ-frRANK. 379
las cavidades podían ser obstruidas por una materia este caso no se observa niugun indicio ite tumefac
espesa, lo que constituía la enfraxia; estrechadas por ción. La obstrucción ensancha algunas veces los con
el espesamiento de sus paredes, lo que produciu la ductos: asi es, que se dilatan los uréteres, el cuellode
eslenocoria; comprimidas ó borradus por su aplana la vejiga, la uretra, por la presencia de .un cálculo,
miento ó sus adherencias reciprocas, lo quo designa el exófago por la de un cuerpo eslraño, los intesti
ban con el nombre de tlipsis, sinesizis. y s¡n/isis. nos por la de los vermes aglomerados, de las mate
Pero no han prestado bastante atención á la influencia rias fecales ó del vólvulo.
vital. Se ha añadido, pues, á estas causas , la con Una obstrucción simple uo aumenta el aflujo de los
tracción espasmódica de las cavidades. Si referirnos humores hacia la parte afectada, sino que lo impide.
ademas á ellas la atonía ó la inercia de sus paredes, Si la base del tumor presenta varices, que se rompen
vicio que no puede confundirse con la sinezizis, ten algunas veces , son el producto de ra compresión
dremos una idea exacta de la etiología de las re que el tumor ejerce sobre las venas. Pero la sangre
tenciones. no penetra en el núcleo de la obstrucción; no circu
La obstrucción tiene su asiento en las venas y los la mas que cu los vasos superficiales. El calor y la
vasos linfáticos, y nunca en las arterias, escepto en sensibilidad, que son la prueba y la causa del aflujo
los casos de aneurismas. Antes que esté formada, de los humores, disminuyen en la parte obstruida; si
disminuye el curso de los humores, y se acumulan la inflamación se apodera de ella, es producida por
en la parte, lo que constituye la congestión. una causa esterna viólenla ó por la corruccion de los
Esta lentitud en la circulación, que se halla casi huVnores estancados, la sensibilidad y el calor se des
suspendida, ocasiona la dilatación de los vasos, que arrollan entonces en las inmediaciones. Guando, la
se infartan, y las funciones del órgano se paralizan, inflamación sobreviene en una parle sana, el tejido
lo que constituye el infarto, la. ingurgitación. En fin, celular se llena de materias puriformes, se ingurgita,
cuando cesa el movimiento de los humores, cuando y sus células se. obstruyen ; pero esta obstrucción es
estos se espesan ó se coagulan, lo que se hace con el efecto, y no la causa de la inflamación: cuando se
mas ó menos rapidez, tiene lugar la obstrucción. acrecienta hasta la induración, ó hasta la gangrena,
Las causas de la obstrucción de los vasos y de los la sensibilidad y el calor disminuyen ó cesan , y las
espacios vacíos, son : los cuerpos estraños, como gar funciones de la parte están entorpecidas ó abolidas.
banzos, habas, fragmentos de sonda ó de candeiíllas,y 2.° Estrechez.—Las paredes de los conductos,
clavos de hilas, engastados en las fosas nasales, los oí de las cavidades, adquieren un espesor mas ó menos
dos, la uretra, ó en una úlcera sinuosa y profunda; el considerable, que disminuye su capacidad y ocasiona
polvo, los metales en esta forma, llevados á los bron retenciones. Los tumores, de que llegan á ser asiento,
quios pir la inspiración, donde forman con el moco hallan menos resistencia del lado interno de parte de
una masa sólida; los huesos detenidos en el exófago, los fluidos, que del lado esterno, de parte de los só
los pólipos que se estienden desde el corazón ó desde lidos. Gomo estas paredes están compuestas de mu
un saco aneurísmático á las arterias, los cálculos re chas láminas, de un número infinito de vasos y de
nales que han bajado á los uréteres, los cálculos ve* glándulas, su ingurgiRtcion disminuye considerable
sicales arrojados á la uretra, los de la vejiga de la mente la cavidad. Así, la prominencia que hace en el
hiél engastados en el canal cístico ó colédoco; en lin, interior do una arteria el tejido interpuesto entre la
todos los cuerpos duros iutroducidos y detenidos en túnica musculosa y la interna, cuando se osifica ó
uu canal inerte. A estas causas esternas es necesa llega á ser el asiento de una inflamación ó de un
rio añadir los insectos desarrollados en las cavidades, absceso, oblitera el tubo del vaso. El saco de un aneu
como los vermes intestinales y otros, reunidos en risma se llena de una materia puriforme, que se dis
pelotones considerables ó cu un sitio estrecho ; el pone por capas laminosas, se condensa, y casi borra
ranversamiento de diferentes órganos, como la ma su cavidad; ios intestinos, inflamados ó irritados por
triz, la vagina, el recto y la vejiga , sobre lodo en un estímulo cualquiera, por enemas demasiado fre
la mujeres; la invaginación de los iutestinos; en fui, cuentes, son también asienlo de estas falsas membra
el espesamiento de los líquidos por el reposo , la nas, que estrechan su diámetro cuando no son espul
reabsorción de sus partes sutiles por la acción quí sadas. En la angina laríngea y traqueal, lasvias aéreas
mica ó la secreción morbosa, como lo prueba la están obstruidas comunmente por una costra albumi
coagulación de las mucosidades en el tubo intestinal, nosa. Se observan semejantes producciones en la
en donde se hallan retenidas por escrementos en cara interna do la pleura, del pericardio, de la vejiga
durecidos, en los senos frontales, el seno maxilar, hacia su cuello, de la uretra, de la faringe, del exó
la cavidad del tímpano, el conduelo auditivo, el saco fago, ó del estómago , cuando llega á residir en estos
lacrimal, los bronquios, las criptas giandulosus; la órgauos una inflamación. Hay casos en que la
de la linfa eu los vasos absorbentes y venosos, en el estrechez depende del infarto de los vasos , como se
tejido celular, en la superficie de los órganos se ve en las varices del recto, del cuello de la vejiga,
cretorios atacados de inflamación ó de una irritaciou del canal de la uretra, ó do la vagina. Otras veces el
que altera la acción de los exhalantes. obstáculo se forma por pólipos, por diversos tumores,
Muy comunmente la obstrucción no aumenta el por escresceucias carnosas: esto es lo que se observa
volumen de la parte; algunas veces, por el contrario, en los oidos, en las narices, los senos frontales, /a
le disminuye eu una época avanzada. Frecuentemen faringe, el exófago, el estómago, los intestinos, la
te los órgauos esponjosos y flojos, sobre todo, el hí tráquea, los bronquios, el útero, la vagina, la uretra,
gado y el bazo, y las glándulas linfáticas, adquieren y aun en el corazón.
un volumen considerable, lo que se toma por obs 3. ° Compresión.—La retención puede depender
trucciones. Las inyecciones practicadas en el cadá de una compresión mecánica, que no solamente
ver, hallan los vasos perfectamente libres, y las aplana los canales, y los órganus huecos, sino que
visceras exentas de todo infarto, de toda obstrucción. también les hace variar de sitio, cambia su dirección,
Cuando la materia permanece largo tiempo estanca los distiende, los estrecíia, y oblitera su cavidad.
da en un vaso ó en una cavidad estrecha donde han Así es, que en los jorobados, la aorta sigue todas las
cesado de afluir los humores, se condensa, se seca inflexiones de la columna vertebral. En las niñas ra
cada vez mas, jr se incorpora con las partes, que se quíticas, la oblicuidad del útero procede comunmente
convierten en ligamentos, en membranas espesas. En de la conformación viciosa de la pelvis. Se conocen
380 BIBLIOTECA ECONÓMICA
los males que produce la compresión ejercida por los 5. ° Obliteración de las cavidades por adheren
vestidos estrechos, por los corsés, sobre los vasos cu cia ó por infarto.—Las paredes de los órganos hue
táneos, las visceras del ahdómen y del pecho, y aun cos, y de los canales estrechados ó comprimidos,
sobro el feto encerrado en el claustro materno. Lo contraen adherencias cuando se tocan inmediatamen
mismo sucede con las colecciones adiposas que se te en un eslado do renpso y conservan su vitalidad.
forman en el tejido celular subcutáneo, en el epiplon, So conoce la reunión de los labios de una herida por
onel mesenterio, en la base del corazón, ó en el me primera intención; se sabe que las partes poco volu
diastino, donde parecen esteatomas; en fin, acontece minosas, incompletamente desprendidas ó aun total
también con la anasarca, los derrames acuosos en mente separadas del cuerpo, son susceptibles todavía
las cavidades, y las hidropesías que ocupan el tejido de reunirse, cuando su vitalidad no se ha acabado y
celular de las visceras. La preñez, la retroversion, el se las vuelve á aplicar exactamente; no se ignora quo
descenso del útero, y la cabeza del feto detenida á su una parte trasportada de un animal á otro , puede
paso, pueden ejercer ademas una compresión sobre brotar como un engerto, lo que se ve cuando se co
«I cuello de la vejiga , la uretra y el recto; en las loca la cresta do un gallo en la de otro. En el labio le
fractures y luxaciones, los huesos comprimen tam porino, estando callosos los bordes de la división , no
bién algunas veces las venas y las arterias inmedia puede reunirse hasta después de la rescisión; una he
tas; la induración de la próstata estorba la oscreciou rida que ha estado espuesla largo tiempo al aire, que
de las orinas y de las materias fecales, y la circula está llena de sangre corrompida ó de linfa alterada,
ción en los vasos hemorroidales; los infartos do las no puede cicatrizarse sin supuración. La sangre der
parótidas, de la glándula tiroides, impiden la vuelta ramada en el tejido celular, en las cavidades, no de
de la sangre de la cabeza liácia el corazón, y hacen termina nunca adherencias enlre las partes, á menos
difícil la respiración. En fin, entre las causas de las que no se descomponga; las materias contenidas en
retenciones por compresión mecánica, debemos colo un vaso ingurgitado, obstruido, se hallan privadas de
car á los tumores que oprimen el canal torácico, y vida y sin cohesión: tal es, quizas, la razou porqué
los vasos linfáticos; á las bernias, y & otras mil afec las obstrucciones pueden resolverse también por el
ciones, especialmente quirúrgicas. uso de los estimulantes, aunque sean antiguas, á me
4." Aplanamiento.—Rigorosamente hablando, no nos que las materias no hayan adquirido la sequedad
existen intervalos vacíos entre nuestras partes; los y la dureza del cálculo. Pero cuando las partes han
que se hallan después de la muerte, están llenos du contraído adherencia por el intermedio de una sus
rante la vida por un vapor ó un líquido que impiden tancia viva, organizada, todos los resolutivos son in
3ue las paredes que los forman, se apliquen ínme- fructuosos. La estancación de la materia, así como el
iatamente unas contra otras; esto es lo que previene solo aplanamiento de las partes , no basta para dar
las adherencias. Entre los -órganos huecos, el estó lugar á la formación de adherencias: es necesario, ya
mago se aplana cuando está vacío, y sus paredes ro una secreción morbosa, ya una oscitación del poder
zan una contra otra, lo que produce la sensación in vital. Un gran número de insectos, de reptiles, y de
cómoda del hambre. La repleción de los vasos en el otros animales, permanecen todo el invierno entorpe
estadQ de salud, da ni cuerpo sus formas, su gordu cidos por el frió, privados de sentido y de movimien
ra; es un estimulo necesario á la circulación, v á la to, aplanados, y encogidos como momias: en esta as
secreción de los humores: depende tanto de la fuerza fixia, la que se prolonga algunas veces en el hombro
del corazón y de las arterias, como de la cantidad y durante muchos dias, el curso de los humores y de
de la calidad de los líquidos. Cuando estas diversas la respiración parecen enteramente suspendidos. Pe
condiciones faltan en todo ó en parte , ya porque ro por la acción del caloró de un eslímulo propor
una larga abstinencia ó grandes evacuaciones hayan cionado al grado do incitabilidad, la circulación se
aniquilado el cuerno, ya porque una impresión de despierta, no habiéndose incorporado la masa de los
temor, de terror, de tristeza, de frió, ó un desfalleci bumores con las paredes de los vasos. Una mujer do
miento , hayan alterado ó suspendido la acción del bastante edad, tenia hacia mas do treinta años las
principio vital, los órganos huecos que están vacíos mamas marchitas y aplanadas; quiso, sin embargo,
se aplanan, las secreciones disminuyen, y so prepa criar á su hijo: la succión restableció la secreción de
ran las retenciones. Lo mismo acontece cuando la la leche. Se ha visto al uraco, obturado al parecer
cavidad, distendida sin medida, es desembarazada desde largo tiempo, dar salida á la orina por el om
súbitamente del humor que contiene: en la anasarca, bligo en la iscuriar vesical. Cuando la vitalidad nrt da •
si las aguas se evacúan con demasiada prontitud, la ningún signo de su existencia en un órgano hueco,
piel, que ha perdido casi enteramente su elasticidad, la cavidad de este órgano puede obstruirse por el es
su contractilidad, y su vitalidad, se aplana y llega á pesamiento del humor que contiene , espesamiento
ponerse flácida y arrugada. En el tratamiento de la dependiente de la estancación y no de la aeccion de
nscitis por la punción, cuando se sacan con demasia los vasos; pero en semejante obstrucción los humo
da rapidez las aguas; en un parto pronto y fácil ó ar res coagulados no se incorporan al órgano. Hé aquí có
tificial, cuando el niño es voluminoso, el embarazo mo se efectúa esle último fenómen >, cuando tiene
doble ó el licor amniótico muy abundante; en estos lugar: la linfa, elaborada por una secreción morbosa,
casos, si no se sostienen las parles con las mános, ó animalizada, toma al principio la consistencia de la
por la aplicación de un vendaje compresivo, sobre gelatina; en seguida la de una falsa membrana, y se or
viene un síncope, la circulación se suspende , ó bien ganiza, en fin, haciendo parte de los órganos vivas,
se. declaran hemorragias que llegan fácilmente á ser cuyos vasos recibe, y deja de ser un cuerpo estraño.
mortales. Cuando la Vejiga está estremadamente dis Los canales que se obliteran poco á poce en el cur
tendida por la orina , y se saca con demasiada pron so de la vida, pueden, pues, obstruirse por el espe
titud este líquido, se encoge sobre sí misma, como samiento del humor que contienen , y cuya vitalidad
un lienzo mojado. Las personas que toman poco ali se ha agotado, como en las inyecciones anatómicas
mento, están ordinariamente constipadas, y no airo» en el cadáver, sin perder enteramente sus propieda
jan mas que materias duras, redondeadas; si esperi- des vitales; aplanaise por la sustracción de los lí
menlan de repente deyecciones abu.ulantcs, están quidos á que daban paso, encogerse, y participar
amenazadas de lipotimias , sobre todo las mujeres aun mas de la vida; en fin, incorporarse con el hu
histéricas y los hombres delicados. mor elaborado por una secreción morbosa, organiza
DE MEDICINA Y CI6UJÍA.— FRANK.
do y convertido en un sólido viviente. Se hallan por nadas, sino reanimando la energía do todo el sis
tolas partes ejemplos de estos fenómenos ; á los pri tema. En el edema de las piernas, producido por la
meros se refiere la obstrucción de las venas varico debilidad, á consecuencia de una enfermedad grave-,
sas desde largo tiempo, en las que la sangre se coa y en las varices, el vendaje compresivo es el medio
gula y se endurece; de los folículos sebáceos de donde mas eficaz para preveuirla estancación déla serosi
se hace salir por espresion la materia bajo la forma de dad ó de la sangre. La retención de orina en la pa
vermes pequeños; yac la vesícula de la hiél por el es» rálisis de la vejiga , no depende del aplanamiento de
pegamiento de la bilis. Al segundo pertenece la este órgano, aplanamiento que tiene lugar en el es
obliteración de los vasos umbilicales, del canal arte tado de vacuidad , sino que procede de su utonía ó de
rial y del canal venoso, peco tiempo después del na la compresión de sus nervios. Se pueden, pues, poner
cimiento, obliteración que no depende de la adheren entre las causas de las retenciones, la distensión, y
cias de las paredes, sino de su aplanamiento por fal dilatación escesiva do las cavidades, asi como su obli
ta de líquidos; y la estrechez de los vasos en los vie teración.
jos. El tercero se observa á cada instante, y ya hemos La mayor parte de las retenciones dependientes de
citado ejemplos de él. En efecto), sienjpre que una un vicio general, provienen de la debilidad y de la
parte está irritada ó inflamada, se establece en ella inercia de los sólidos , si juzgamos por el tratamien
una nueva secreción, y se organizan sus productos. to que les conviene. Una contracción violenta, espas
La superficie secretora suministra una materia puri» niódica , reconoce frecuentemente la misma causa
forme, que despojada bien pronto de su parte serosa, que una dilatación; asi es que el tubo intestinal está
so convierte, por su permanencia en esta parte, en estrechado en un punto y dilatado en otro. Las cioco
una masa sólida, participando de la vida general por primeras causas admitidas por les antiguos, se com
Ins vasos que la unen y la incorporan con el órgano plican á menudo entre sí; frecuentemente también
mismo: esto es lo que sucede en los párpados ataca son efecto y no causa de la retención ; en fin , consti
dos de ulceración, en las alas de la nariz en la vi tuyen mas bien un vicio local, orgánico, que un vicio
ruela, en los labios despojados de su epidermis; en general. Ahora bien, el mayor número de las reten
los puntos lacriminales en un estado de inflamación, ciones depende de una disposición general del siste
en la trompa de Eustaquio, en las úlceras venéreas ú ma, como probaremos después; y en tanto que es
otras de la garganta, en las venas cuando se inflaman posible descubrir la naturaleza de las causas , se
y supuran á consecuencia de alguna lesión, en los puede adelantar que provienen de la acción de
intestinos y en las demás visceras inflamadas, en el masiado fuerte ó demasiado débil de los sólidos sobre
orificio del útero y en la vagina. En fin, este es uno los líquidos.
cursos de la cirujía cuando so quiere procu- 8. ° Influencia de los nervios — La contrac
bliteracion de ciertas cavidades. ción y la atonía dependen igualmente de la influen
Contracción de los canales.—La contrac cia del sistema nervioso, cuyos desórdenes producen
ción de los canales se halla en el número de las cau la tensión ó la relajación de los sólidos, y alteran las
sas que entorpecen el curso de los líquidos y ponen secreciones. Asi es que las afecciones morales osci
obstáculo á las secreciones ó á las cscrecioncs. Puedo lantes ó debilitantes, desordenan , suspenden el curso
ser voluntaria; por ejemplo, la retención de orina, de los humores, ün fuerte arrebato de cólera lleva
de las materias fecales; pero las mas veces es invo la bilis i la sangre, suspende los menstruos y los
luntaría y aun sin conciencia. Esta contracción mor loquios ; un sentimiento de pudor hace que se en
bosa dependo de un estímulo violento ó ligero, que cienda el rostro ; la pena hace bien pronto degenerar
dirige su acción sobro una parto irritable y sensible, en cáncer un escirro de las mamas. Los dolores,
y dura mas 6 menos. En la fiebre infhmatoria, en un cualquiera que sea su carácter , aumentan , supri
calor ardiente, el sudor no se declara hasta que cesa men ó alteran las secreciones. La parálisis de la ve<
la irritación, aunque los vasos cutáneos so hallen lle jiga del recto, ocasiona la retención do las orinas, de
nos do sangre. I.a vejiga se contrae continuamente las materias fecales, etc.
sobre los cálculos encerrados en su cavidad; la presen Los vasos linfáticos, encargados do trasmitir á
cia de una espina en una parte provoca sus contrac nuestros órganos los materiales de su nutrición , de
ciones. ¡Qué acción no ejerce la matriz sobre el feto repartir los humores superfluos ó perjudiciales, y
en una mala posición, sobre la cabeza ó sobre la pía- de impedir la introducción de materias hetereogéneas,
renta retenida en su interior ! ¡ Qué resistencia no tenian necesidad do una gran sensibilidad. Errilados
ofreceu las partes mas flexibles, cuando están irritadas, por materias estimulantes que están dentro de noso
los músculos, por eiomplo, en una luxación del hú tros , ó que vienen de fuera , llegan á ponerse ten
mero ó del fémur! ¡Cómo se cierran, la boca, el esó sos, dolorosos, encendidos 6 inflamados; sus gan
fago, el píloro, el ano, el orificio de la vejiga, en una glios so afectan simpática ó idiopálicameute , como
afección espasniódica! Por la impresión del frió y del en la formación de los bubones, y la linfa, reteñida,
terror, los vasos cutáneos se contraen y se ocultan, sufre alteraciones á veces específicas. No es raro que
los anillos caen de los dedos, y la orina llega a ser ol sistema absorbente llegue á sor asiento de tumo»
acuosa. res particulares muy estensos, que constituyen ordi
7. ° Atonía ó dilatación cscesiva.—Ya hemos ha nariamente una enfermedad hereditaria: estos tu
blado muchas veces de los efectos de la atonía y de la de mores, que duran muchos años, contienen una ma
bilidad de los vasos en los flujos. Las retenciones no teria corrosiva, que ataca las visceras, y aun los
tienen por lo común otras causas que estos , como lo huesos.
prueba el raciocinio, el paso fácil de uno de estos estados Vicios de los humores — Los médicos de la an
á otro , y el éxito de los tónicos que curan las reten tigüedad , partidarios de la pituita y de la atrabilis, m
ciones por atonía, como los flujos dependientes de la han creído quo los humores contribuían mucho por
misma causa. sí mismos á su estancación: los de las edades siguien
El aplanamiento de los vasos, que puede ser efecto tes, han añadido á estas ideas las del gluteu espon
de la atonía , no es causa do l is retenciones quo se táneo, do la costra plourítica. Los modernos, en fin,
observan tan á menudo en las personas débiles. El han reconocido cuán poco sólido era el edificio de la
hierro y los domas tónicos , que efectúan la curación ciencia , construido sobre semejantes hipótesis ;
en este caso, no obran levantando las paredes apla- pero no por eso han dejado de forjar otras teorías.
3S2 BIBLIOTECA ECONÓMICA
No nos admiremos, sin embargo, de estos errores: C96. Pronóstico.—El pronóstico de todas las re
cuando se re que las partes mas sólidas del cuerpo tenciones no es el mismo. Comunmente en la mas d
tienen origen en el vapor seminal ; que una bellota fecla salud, cuando se cierra un emuntorio, so
da nacimiento á una encina robusta que resiste al otro y le reemplaza: asi es que se ven alternar la (
filo del bacha, es permitido admitir que la tumefac y el sudor,- las reglas y otros flujos sanguíneos. La re
ción de una parte depende del espesamiento y de ta tención es funesta cuando el flujo suplementario no
coagulación de los humores en los vasas. Cuando se es bástanle abundante ó se establece en un sitio poco
ven que les abscesos maniáticos , úlceras, pústu» conveniente; cuando el flujo suprimido era necesario
las, suministran una materia saniosa , acre y fétida, á la nutrición, al mantenimiento de las partes; cuando
que corroe las parles inmediatas, se puede creer que la materia retenida se altera, se corrompe con faci
los fluidos contraen acrimonia en el torrente de la lidad ó aumenta rápidamente; cuando la cavidad que
circulación, y suponer en las diversas afecciones mor la recibe es susceptible de una distensión pronta y
bosas acrimonias diversas y aun específicas. Tales considerable, lo que da lugar ú la compresión de al
son las razones que han seducido á los humoristas. gún órgano noble; cuando las paredes de esta caví»
Es fácil destruir su teoría, objetándoles que los vi dad pierden su elasticidad y su contractilidad;
cios de los Huidos son ordinariamente consecutivos á ruando el órgano obstruido es necesario á la vida;
los" de los sólidos; que los humores que se alterau no cuando los humores derramados no pueden ser fácil
circulan en los vasos , sino que son el producto de mente reabsorbidos ni evacuados; cuaudo la escrecion
uua secreción morbosa; y que se estancan fuera de suprimida era periódica, habitual ó crítica; cuando el
las vias de la circulación, o están sometidos á la ac sistema vascular de la parte es complicado y presenta
ción del aire csterior, de manera, que su espesamien pocas anastomosis con los vasos de otros órganos;
to . y su acrimonia son resultado de una operación general, siempre que existe una debilidad total
química. cal, y que la causa de la retención se halla fue
Acrimonia.—Sin embargo, es necesario confesar los recursos del arte. La muerte senil depende en par
que no se pueden negar absolutamente las alteracio te de la obliteración de un gran número de vasos y
nes, aun primitivas, ne los humores. Aunque la sar de poros, y de la rigidez de las fibras, que llegan a [ser
na sea una enfermedad local, su repercusión, que tie* inhábiles para ejecutar sus funciones.
ne lugar cuando se trata por remedios estemos, sin 697. tratamiento. — Vamos i esponer los princi
tener en cuenta el hábito que el enfermo ha contraí pios generales del tratamiento de las retenciones. Es
do, ni la reabsorción que se ha efectuado de la ma necesario investigar si la enfermedad dopen'áe de un
teria icorosa; la retropulsion de la gota, de los her vicio general ó local , ó de esta doble causa ; en el
pes, délas costras de leche, déla tina y de otras enfer primer caso, la retención puede proceder de un osceso
medades impetiginosas; la desecación de los fonlículos ó de una falla de tono. El estado esténico eiige un
délas úlceras antiguas; el desórden de la traspiración, método debilitante, sobre todo la sangría, el aire frió,
del sudor de los pies ó de las áxilas, cuyo olor es es la dieta, los laxantes anliflojísticos , el reposo del al
timadamente fétido, aun en las personas sanas; la ma y del cuerpo. La aplicaciou de sanguijuelas sobre
supresión de las flores blancas, etc., dan lugar á un la parte que es asiento de la retención , y las esca
número infinito de retenciones, y de otras enferme rificaciones, procuran una evacuación suplementaria.
dades, que no se podrían curar sin lomar en consi No es inútil obrar sobre el humor retenido, sobre la
deración esta causa. parte que era asiento del flujo , sobre aquella en que
Superabundancia ó plétora.—La superabundancia se efectúa la retención, ysobre losórganos inmediatos
de los humores se observa no solamente en el hom ó unidos con ella por relacioues simpáticas. Asi , en
bre, sino también en los animales domésticos, y aun una retención serosa, por ejemplo, ó en lasupresion de
en ios vegetales que son nutridos en un terreno fértil. la traspiración, se provocan lasorinas,las evacuaciones
En las personas que acostumbran á comer bien, y alvinas, y reciprocamente. Se imitan por una úlcera
cuyo estómago robusto digiere con lacilidad, el siste artificial y lenta de la piel las secreciones morbosas
ma sanguíneo recibe demasiada cantidad de jugos, y enlablecidas en este órgano por los herpes ó por
se forma jg plétora, si las pérdidas ocasionadas por el cualquiera otra afección impetigiuosa. Cuando una
ejercicio y las secreciones no contrapesan la actividad evacuación de pus, de materia puriforme, se suprime,
de la nutrición. Es favorecida por la inacción, duran ó cuando la reabsorción lleva estos humores á la san
te la cual las secreciones ianguidecen, escepto la del gre, y no sou evacuados por las orinas ni por los es-«
tejido celular, que recibe la parte mas grasa de los cremoutos, se suple esta falta estableciendo un fou-
humores, de donde resulta la retención adiposa. La tículo ó un sedal sobre la parte afectada primitiva
masa de la sangre, la densidad de este líquido, y la mente, ó sobre sus inmediaciones. En las retenciones
acción do los vasos aumentan diariamente; los movi asténicas , se recurre á los tónicos generales , pero
mientos del corazón se entorpecen, la circulación es sobre todo á los oscilantes locales, proporcionados al
mas lenta, y las venas se ingurgitan en las parles flo grado de debilidad. Se prescribe, pues, un régimen
jas. El sopor, los sueños aterradores, los vértigos, las nutritivo, un ejercicio que escite las fuerzas sin ani
cefalalgia, la díspuea, la opresión de las fuerzas, y las quilarlas, principalmente el ejercicio del órgano en
palpitaciones del corazón, signos precursores de fie- fermo ; las fricciones , los baños tibios; las fomenta
Ijre inflamatoria, de hemorragia, sou los fenómenos ciones, los tónicos, primero los difusivos y después
que so manifiestan entonces. Éstos accidentes tienen los permanentes: no se deben descuidar las demás
lugar especialmente en los individuoscuyo sistemacir- secreciones. Si la retención depende de un vicio lo
culatorioes débil, ó ha perdidodecapacidadpor Iftam cal , so la combate con los medios que nos ofrece la
putación de un miembro, por la obliteración de un medicina ó la cirujía. Los autiguos han buscado y
gr»s número de vasos, dependiente del progreso de la preconizado remedios específicos para favorecer el
edad; en aquellos cuya masa sanguínea se ha amentado ¡lujo de los diferentes humores por sus emuntorios
por la supresión de un flujo natural ó habitual. En respectivos ó por otros. Estas ideas , concebidas se
uno y otro caso, ademas de las afecciones de que he gún la patología humoral, que supono aqui los hu
mos hablado, la languidez ó la alteración de las se mores preexistentes & su seerecion , ha dado fama
creciones produce retenciones de todo género, sin antiguamente á los hidragogos, á los emenagogos, y
esceptuar ni auu la hidropesía. á oíros remedios adaptados á los diversos humores.
DE MEDICINA V U1HUJÍA. —FK.ANK. 383
Existen, sin duda, remedios que escita u mas pai ticu- descompuestos en seguida, y absorbidos. En electo,
larmentc un órgano que otro, y que favorecen de este el aire introducido en el estomago y los intestinos
modo su trabajo secretorio; pero la causa do las re con los alimentos, no podría suministrar la cantidad
tenciones no es siempre local; reside las mas veces enorme de gases que se desarrollan en las vías di
en todo el sistema, y no se puede disipar por estimu gestivas, de donde son ospulsados ¡i fuera ,ó desapa
lantes específicos locales, sino atacándola según su recen prontamente sin salir de la economía. Este
naturaleza. El punto mas esencial, no siempre as el de fluido no puede pasar á la masa de los humores,- ni
evacuar la materia, sino el de destruir la causa de su permanecer en ella, sin ocasionar la muerte. Ahora
retención : hasta que no se haya conseguido esto, se bieu, sin lesión alguna esterna, sin putrefacción pre
renovará la colección. Algunas veces lasevaeuaeiones liminar, en la mas perfecta salud, el cuerpo está su
que se provocan traen consigo un estado contrario jeto á inlumescencLs aéreas. Los fluidos elásticos
á la retención, un flujo, peor por locomuo, y casi que los químicos modernos han hallado en el tubo
imposible de contener. Un gran número de retencio alimenticio, son: el ácido carbónico, el ázoe y el
nes reclaman pronto una operación quirúrgica ; pero hidrógeno. El inimcroocupacon especialidad el estó
hay otras que casi nunca son susceptibles de ella: mago, yel tercero se halla principalmente eu los intes
tales son los tumores linfáticos, articulares, las hi tinos gruesos. Cuando estos gases se desarrollan en
dropesías enquistadas , la hidropesía de los ovarios, un lugar poco conveniente, ó permanecen demasiado
que se agravan por la operación y por lá larga supu- tiempo en un canal de donde deberían bien pronto
ración que es su consecuencia. escaparse; cuando se desprenden en demasiada can
tidad, resulta un estado morboso, del que vamos á
ORDEN PRIMERO. ocuparnos. • ■
702. Definición uta bmisEMA ó i^Etjtvrosis.
itKibM.jo.sts AtntA> EL enfisema es la introducción del aire atmosférico,
ó eklesprendimiento, la secreción y la retención de
GENERO PRIMERO. un fluido aeriforme en el tejido celular ó en ana ca
vidad, ordinariamente con intumescencia ventosa.
703. Especies.—El aire atmosférico se introduce
e : el tejido celular de nuestro cuerpo, por una so
i, NuciuNfck i'iifcUMiNAHks—Cualquiera que sea lución de continuidad manifiesta ó dudosa, y es el
la antigüedad del globo, cualquiera que sea el núme enfisema traumático. Otras veces se desprende un
ro de seres que lo han habitado ó que lo habitan, fluido aeriforme, se segrega, durante el curso de
hasta ahora no ha perdido nada. Todo lo que ha ser una enfermedad, que es lu causa de este fenómeno,
vido ála nutrición de aquellos, vuelve durante su vida en diversos sitios de la economía, sin escepluar el
ó después de su muerte al reservorio común, y cada cereluo, el corazón, y los vasos sanguíneos: este es
reino vuelve á tomar los materiales que ha sumi el enfisema espontáneo, sintomático. En fin, el aire
nistrado. atmosférico puede penetrar con los. alimentos, las
Estos fenómenos se efe ctuan en el aire atmosférico bebidas, y con los enemas algunas veces se le in
como en las demás partes que constituyen nuestro yecta; los fluidos aeriformes pueden también des
globo. Hay, pues, motivos para admirarse de que el prenderse de sustancias introducidas en los órganos
aire haya pasado tanto tiempo por un elemento, y digestivos, de materias en fermentación ó en efer
que no so naya notado su descomposición y su recom vescencia, ó provenir de una secreción morbosa. En
posición continuas: este descubrimiento estaba reser estos difercutes casos el enfisema distiende el vien
vado á la sagacidad de nuestros químicos modernos. tre, los intestinos, el abdomen y el útero. Si sobre
699. Los principios que componen el aire atmos viene eu una fiebre aguda, es el meteorismo; si sus
férico, á saber: el ázoe, el oxígeno, y el ácido car vueltas son periódicas, y los gases están errantes ea
bónico en pequeña cantidad, ejercen sobre nuestra el tubo alimenticio, es la (Infidencia vaga; cuando
economía, ademas de la acción física que conocemos está limitado á una parte del abdomen, fijo y de
desde hace largo tiempo, una acción química, que lar^a duración, sin fiebre primitiva, se llama timpa
consiste en atracciones, combinaciones y descompo nitis: nosotros los designamos con los nombres de
siciones, cuyos resultados son muy vanados. Asi, ya enfisema intestinal, abdominal, uterino. Como no
nos da ujo de sus elementos, y cambia entonces de hay órgano que no pueda Llegar á ser su asiento, y
naturaleza, ya nuestros órganos le devuelven y se puede ocupar muchos al mismo tiempo; como st
recompone. complica á veces coa otra enfermedad, sobre todo
700. Ademas del calórico y del hidrógeno nueS' con la hidropesía, su nombre debe variar según el
tros fluidos y nuestros sólidos contienen todos los lugar en que se desarrolla: en efecto, se le observa
principios constituyentes del aire atmosférico. No en la cavidad del cráneo, en la dura y en la pía ma-
nos debemos, pues, admirar, si en ciertas disposicio ter, en los plexos coroides; en el ojo, en el exófago.
nes de la economía, viniendo estos elementos á de - herido; en el tórax, en la pleura, el mediastino, al
sarrollarse, á combinarse, se forma aire en el interior pulmón, el pericardio, el corazón, los vasos sanguí
de nuestras partes. neos y linfáticos; en eíepiploon, el mesenterio, la te*
701. No uay necesidad de una fermentación (nu sicula de la hiél, el escroto, etc: nosotros examina
trida, ni de ninguna especie de fermentación: las remos separadamente estas variedades según sn gra
diversas combinaciones de las moléculas animales, do de importancia en el diagnóstico de la enfermedad.
las afinidades recíprocas, bastan pora desprender, Las diferentes especies de enfisema, sometidas á la
eliminar ó' aproximar los diversos
' ' ' propios
elementos influencia morbosa de los nervios, dependen de un
para efectuar la formación de este fluido elástico vicio local ó geucral, con esceso ó falta de tono, la
Los humores segregados por los diferentes órga que constituye el enfisema esténico, ó asténico:^ en
nos, y llevados en parte por los vasas linfáticos, se uno y otro caso es el producto 'de una acción quími
distinguen entre si, solamente por la diferencia de ca. Se hallan en la historia do la medicina ejemplos
las combinaciones, que sufren los principios ema de enfisema epidémico. Hay también casos de enfi
nados degases,
la. masa
loscomún:
fluidos aeriformes,
está, pues, sonsegrsgados
fuera de duda, sema fraudulenta, simulado, y de enfisema médico,
es decir, empleado, como
I
BIBLIOTECA ECONÓMICA
704. Enfisema traumático.—El enfisema traumá por el enfisema. Se ha observado en 1772 una epide
tico , cuando empieza por las partes esternas , se mia semejante, en Alemania; en el curso de la fiebre
anuncia por una intumescencia progresiva de todo se manifestaba súbitamente una hinchazón enfisema-
el cuerpo, con tensión elástica, crepitación, sin cam tosa en las rodillas, en el cuello , en la cara, y algu
bio de color y sin ningún sentimiento de pesadez: la nas veces general: el enfermo tenia un aspccio. es
tumefacción aumenta y se esliende continuamente. pantoso; sus miembros estaban mas rígidos que do
Cuando la infiltración aérea empieza por el interior, lorosos; los párpados se hallaban comunmente cerra
no da ningún signo cierto de su existencia, á menos dos por la tumefacción, la boca entreabierta; en fin,
uue no llegue á ser sensible al estertor. La aparición todo concordaba perfectamente con la enfermedad
del enfisema traumático es consecuencia de una he observada nntiguamente en Austria, y descrita con
rida, sobre todo oblicua, de la piel, en las inmedia el nombre de enfisema, por un médico distinguido.
ciones de las vías aéreas; de una contusión , de una En la peste, el enfisema sobreviene después de la
distensión, que lian adelgazado el órgano cutáneo , y muerte. Un célebre médico inglés ha hablado del que
producido una rasgadura insensible en su tejido. El se declara en la angina: después de la sangría y de la
aire so introduce por esta solución de continuidad, aplicación del vejigatorio, se apodera de la cara, de
enrarecido por el calor, y no pudiendo salir por la la nuca, del pecho , sobre todo en el lado derecho,
herida, cuyos labios están aplanados, se introduce en una hinchazón enfisematosa considerable hácia el
las mallas del tejido celular, y crepita bajólos dedos, octavo dia.
hasta que se halla descompuesto. Así escomo los car La supresión de una fiebre ocasionó en un niño
niceros llenan de aire á los animales después do ha un enfisema general que no perdonó ni aun él pene.
berlos degollado. Los antiguos practicaban esta ope En las disenterias epidémicas que atacan á los bue
ración con los bueyes para engordarlos; estos espe- yes , es frecuente el enfisema parcial : ocupa diversas
rimentos han sido repetidos por los modernos, y han partes del dorso y de los lomos; el tumor es doloroso
notado que el enfisema artificial hacia mas abundante al tacto, y crepita ligeramente bajo los dedos. A la
la leche 'en las vacas. Se ha visto á consecuencia de la abertura del animal, se hallan los pulmones distendi
castración, introducirse el aire por la herida, ocasio dos por el aire. Nosotros liemos visto á una jóven, en
nar un enfisema general, y llenar el mesenterio, las la que la timpanitis acompañaba tí los accesos de
venas y el corazón. Las heridas penetrantes de lu la terciana, y cedía con ellos ; y en el hospital de
ringe son seguidas, con frecuencia de una infiltración Wurtzbourgo, complicarse el enfisema con la erisipe
aérea, que ocupa aun las manos y los pies. la. Se ha visto á un simple enfriamiento del cuerpo
Las divisiones de la traquearteria , las fracturas de determinar un enfisema de las mamas. Un médico
las costillas, traen consigo el enfisema general. La alemán ha observado un enfisema del cuello , que no
tos produce, enlos tísicos, humores aéreos considera Íiarecia depender mas que de la esposicion al aire
bles. Cuando la coqueluche dura meses enteros con rio y húmedo durante tres dias. Existen algunos
violencia, se manifiesta sobre la traquearteria una ejemplos de enfisemas del escroto, producidos por la
hinchazón aérea, que hace la respiración sibilante y misma causa.
difícil, y ocasiona bien pronto el enfisema general. 706. Tumores enfisematosos.—Los griegos y los
Algunas veces el aire so inültra en el parenquiina árabes hablan de tumores enfisematosos que se ma
del pulmón: se observa entonces una gran dispnea, nifiestan repetidas veces entre los tendones, por de
que aumenta periódicamente, y amenaza la so» bajo del periostio, y producen grietas en los miembros.
locación. Un médico de Mantua ha observado flatuosidades,
El enfisema traumático puedo sobrevenir sin solu Sue se sentían por debajo del tejidocelular subcutáneo,
ción de continuidad manifiesta. Se ha visto presen n célebre médico alemán ha visto desprenderse
tirse sobre la cabeza un tumor elástico y crepitante, gases en los intervalos de nuestras partes, ya solos,
semejante á un cogin, á consecuencia de haber lleva ya mezclados con serosidad, y levantar una promi
do sobre ella un fardo pesado. Una persona que había nencia bajo la piel, formar tumores que se uncu
dado una caida sobre el costado izquierdo, fue sobre produciendo el enfisema general. Otro observador ha
cogida de un enfisema , circunscrito al principio á visto circular vientos en los espacios intermuscularesy
esta parte, poro bien pronto general y amenazando la dar lugar a tumores, á espasmo flatulento. En el his
sofocación; el tejido celular subcutáneo tenia siete terismo, se manifiestan en diversas partes del cuerpo, pe
pulgadas lo monos de elevación. El onfisema traumá ro sobre todo , en las piernas, tumores, cuyo volúmen
tico sobreviene algunaj veces en el parto , cuando no aumenta por la tarde, sino por la mañana; que re
inclinando la mujer la cabeza hácia atrás , se efectúa sisten al dedo y no retiene su impresión, aunque en
alguna dislaceracion en la laringe ó la tráquea. Asi todo lo domas se asemejen al edema. Este enfisema
hemos visto en una mujer de parto , que la histérico alterna algunas veces con el ptialisrao. Los
hinchazón se apoderó al principio del cuello, después autores hacen mención de tumores ventosos que apa
de la cara, de la cabeza, y en fin, de todas las partes recían por el dia sobre el bajo vientre en las mujeres
superiores , desapareciendo al cabo de doce dias. Un de parto, y so disipaban por la tarde. Se refiere la
golpe violento recibido en las costillas , sin efectuar historia de un hombre que desde su juventud ospe-
la fractura, sin producir ninguna lesión esterna, fue rimentaba eructos repetidos siempre que locaba el
seguido de un enfisema tan considerable de todas las lado radial del antebrazo. Nosotros hemos visto, hace
partes superiores, que treinta años , en Bruschal , á una señorita histérica,
de él; el cuello y el tói hija de un abogado, en un estado convulsivo tan vio
una tos fatigosa, síntomas que , como en los casos lento, que su padre la creía endemoniada. El cuello,
precedentes, se disiparon por sí mismos. El tocar ins naturalmente delgado, adquirió en algunos minutos
trumentos de viento, cuando no se eslá acostumbrado un volúmen enorme y el intervalo que separa la cabe
á ellos, ocasiona una tumefacción enfisematosa y do- za del pecho parecía no existir. Las mamas, natural-
lorosa de las mejillas. menie pequeñas , se hincharon cstraordinaríamente
70ü. Enfisema espontaneo fedbil.—El enfisema y llegaron á ponerse muy duras. Hemos hallado fre
sobreviene algunas veces en las fiebres, sin que oxis- I cuentemente en el histerismo la tumefacción de la
(a gangrena. La fiebre epidémica que reinó en Hob- | garganta y del cuello, á veces de uu solo Jado. Una
ai a, en Italia, en 1789 , so terminó frecuentemente I señorita, natural de Viena, nos consultó sobre la en
DE MEDICINA Y C1BDJÍA.—FRANK. 385
fcrmedad siguiente : á consecuencia de dolores anti trado de diferentes tamaños bajo la membrana ester
guos y muy agudos en el bajo vientre, esperimentó na que cubre el hígado, el bazo y el mesonterio. Su
de repente, en medio de un wals rápido, eructos reite hijo ha hallado la vesícula de la hiél muy desarrollada
rudos y ardientes. Desdo esta época estaba sujeta á por el enfisema de sus paredes. En el cadáver de
esta incomodidad desagradable, siempre que querja tres enfermos que se habían quejado de una incomo
darse Iricciones sobre alguna parte del cuerpo. La didad considerable en la respirasjon, con ortopnca,
enferma, antes clorótica, restablecida ya por el usode se descubrió en el pulmón un conjunto de vesículas
los ferruginosos, conserva todavía un resto de palidez; trasparentes, llenas de aire, sin comunicación con la
sus menstruos corren en pequeña cantidad, esperi tráquea. Se lee en un autoría historia de úu hombre
menta á menudo una constricción espasmódica déla que sucumbió á una diarrea acompañada de suspiros
garganta, y está afectada de una ligera leucorrea. continuos: los pulmones estaban ae tal modo disten
Se quejaba de dolores reumátices irgudos , que se. didos por el aire, que ocupaban toda la capacidad
han calmado prontamente con fricciones, seguidas de del tórax.
una abundante esplosiou de gases por la boca. Aso- 708. Enfisema enqii9tado.— Se hallan algunas
guraba ella también que estos venían de la parte fric veces en los marranillos, sacos adherentes al mesen-
cionada: y ya no arroja por el ano inas cantidad que terio, y llenos de un fluido elástico, sin que exisla
la que ordinariamente cspelen las personas que ninguna via por la que haya podido introducirse el
gozan de buena salud, pero los que se escapan por aire atmosférico. Nosotros hemos observado cu uno
esta via , la alivian lo mismo. El abdomen, ligera de nuciros hijos, cuya cabeza habia estado detenida
mente tumefacto, no presenta ningún indicio de algún tiempo en el parto en una dirección oblicua,
obstrucción; los gases no son fétidos; el apetito se un tumor sobre el parietal, formado al principio por
mantiene, así como el sueño, durante el cual la en una materia fluctuaiite y espesa, que se cambió al
ferma no esperimenta ni dojores reumáticos, ni eruc cabo de alguuos dias en un Huido clástico, fácil de
tos; el uso de la tintura de nuez vómica lia suspen reconocer por la crepitación. Se halla en, una obra
dido los síntomas durante un mes; han reaparecido la descripción de un tumor enlisematoso enquistado,
al cabo de esto tiempo, y la nuez vómica no lia vuel que ocupaba el trayecto de la sutura sagital. La his
to á obtener el mismo éxito. La tintura de quina con toria do la medicina contiene muchos ejemplos de
el opio ha agravado la enfermedad. Siempre que esta abscesos ventosos, es decir, de tumores eníisemalo-
señorita se peina los cabellos, los eructos se reuuevan sos considerados como falsos abscesos. Un célebre
con ruido. En ella, como en otra mujer de Viena, no anatómico italiano ha descrito un ancho tumor aéreo
se podia lomar el pulso sin dar lugar á este estraño fe circular, que ocupaba la piel del bajo vientre, eu uu
nómeno. Un médico célebre de Hamburgo lia observado peluquero de Venecia. Se conocen muchos casos de
un hecho análogo. Hace doce años que viuo á Vieua un enfisema del epiploon.
comerciante para consultarnos: era un lumbre de cua 709. Enfisema del tubo alimenticio. —Entre las
renta años da edad, sujeto desde largo tiempo á las fla- diferentes especies de enfisema que acabamos de es-
tuúsidades y á la hipocondría. Siempre que se hallaba Íioner, la mas importante es la que se ha designado
fatigado por los gases, se le presentaban pequeños tu lasta ahora en las escuelas con el nombre de flatu-
mores duros sobre los parietales. Cuando los apretaba Icncia, y en el último grado, bajo el de meteorismo
fuertemente con los dedos óedítra una pured, espolia en las fiebres agudas, y d& timpanitis en las enfer
con ruido mas de doscientas Datuosidades por el ano, medades crónicas.
sin esperimentar el menor eructo. Cualquier olro medio 710. Enfisema del exófago.—Todas las partes •
que no fuese la compresión de los tumores, no podia del tubo alimenticio están espuestas ó una dilatación
' producir este efecto. La mujer de un senador ruso, sin medida. Comunmente el exófago esperimenta en
fue atacada en su juventud de la tenia, de la que curó las mujeres histéiicas una constricción espasmódica
por medio de un purgante enérgico, compuesto del en dos puntos opuestos; adquiere en su intervalo una
■ helécho macho y la sal amarga. Habiéndose que dilatación cscesiva, que amenaza sufocar, y que cesa
rido friccionar antes de esta época el brazo izquierdo, por eructos abundantes', ó sin esplosiou de gases.
asiei.to de un dolor como reumático, esperimentó al Cuando el curso de los alimentos es detenido en el
punto, sin haber estado nunca sujeta á datuosidades, exófago por un escirro, un tumor cercano, por la pa
eructos abundantes que disiparon este dolor. Desde rálisis de este canal, ó por cualquiera otra causa; la
entonces, aunque la téuia fue completamente espul materia se acumula por encima del obstáculo, y dila
sada , y uiagun signo anunciaba la presencia de esta ta esta parte del exófago. El aire que ella desprende,
lombriz, la enferma esperiinentaba por intervalos, en distiende esto canal eu forma de saco, debilita su
la cabeza, en la cara, y sobre lodo en el cuello, do elasticidad, y le priva casi enteramente de la contiac-
lores que se disipaban con las friccione?, las cuales tilidad necesaria parala cspulsion de los gases: eu
provocaban una esplosiou considerable de gases por ciertos casos, la dilatación se presenta en el origen
la boca. Mas atentos á observar esto fenómeno de lo del exófago, y en otros, en su parte media. Eu el ca
que habíamos sido hasta entonces, hemos recogido dáver de un setuajieuario se descubrió en el fondo
un gran númerode hechos análogos. Ultimamente he de la garganta un saco de cinco pulgadas de longitud
mos asistido á una ilustre señorita de San Petersburgo, y tres de anchura, pendiente entre el exófago y las
rebusla en apariencia , pero atacada de un enfisema vértebras del cuello. So ve en el Museo anatómico
general, y casi sofocada por flaluosidades. Al punto de Lóndrcs un saco que bajaba desde la faringe al tó
que se friccionaba alguua parte dol cuerpo, arrojaba rax. En la mas perfecta salud, las personas que desde
, una gran cantidad de gases por la boca, que la algunas horas no han tomado ninguna . especie de
aliviaban. alimento ni de bebidas, hacen oir en la parte supe
707. Enfisema vesicular. —En diferentes enfer rior del exófago un ligero silbido, muy diferente del
medades se forman flictenas sobre la piel, ó en la su- eructo, y producido por una pequeña cantidad de flui
¡lerlicie de las visceras, llenas ya de serosidad, ya de do elástico, que se hace sentir en medio de las muco-
un fluido aeriforme, cuya naturaleza no ha sido exa sidades. retenido ó segregado en el mismo lugar.
minada' todavía por la química. Se las observa en la Las heridas del exófago dan lugar al enfisema de es
viruela silicosa, acuosa, eu la miliar, la escarlatina y te canal, cuando no se pueden reunir y permite» la
, el penligo. Un célebre médico de Italia, las ha encon introducción del aire.
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380 BIBLIOTECA ECONÓMICA
Enfiskma dkl k«t('i«4(¡o.— El enfisema ocupa órgano una distensión enorme, que ocasiona una au
úinonuda ct estómago; .en este caso, es algunas to siodad pectoral considerable, y hace casi imposible
cos jpbkIóiuíco, pno las mas esporádico. Hó aquí los la respiración. En fin, estos eructos, provocados du
ririiici pales síntomas : tumor convexo , clástico, por rante cierto tiempo , traen consigo el mcricismo. Un
encima del esternón; dolor <jue parece tener su enfermo experimentaba una dispnea tan grande, que
asiento en el corazón , palpitaciones de este órgano; no podia permanecer acostado sobre la espalda, y so
inorexia, dispnea, opresión dn pecho, cardialgía vio brevino en el epigastrio una tumefacción pronuncia
lenta y rebelde, eructos que alivian, ansiedad precor da. Al mover al enfermo, se oyó el ruido de un lí
dial, inquietud, frialdad de las estremidades, abati quido en fluctuación, lo que hizo sospechar una hi
miento estremo , dificultad de tragar algunas veces, dropesía de pecho. Pero habiendo sido evacuadas las
constricción de la garganta, vértigo, tos, bocanadas primeras vias, se efectuó, á consecuencia de un li
de calor, y sed. El enlisema del estómago se com gero dolor de vientre , una esnlosion tan considera
plica frecuentemente con el enlisema intestinal, aun ble de gases por el ano, que ¡a tumefacción desapa
que este último existe á menudo solo. La distensión reció, y no se pensó mas cu el hidrotórax.
del estómago varia, según la diversidad de su forma y ¿Puede infiltrarse el aireen las membranas del es
de su posición, en las personas de la misma edad y tómago, y producir un enfisema esterno de este ór
sexo. Nosotros liemos becho grabar estómagos de un gano? Es probable , pero no nos atrevemos á afir
volumen enorme; las láminas están depositadas en el mar nada , porque la anatomía patológica no nos bu
Musco anatómico de Pavía. Hemos visto al estómago suministrado ningún dato sobre este punto.
descender por delante de los intestinos liastiula pel 7H. EnriSBKA dkl epii'loos.—El gran epiploon
vis; se hallan Iiccbos análogos en los autores. En cier está sujeto al enfisema corno á la hidropesía ; esto se
tos casos, la distensión del estómago es enorme; el observa, como lo hace notar un célebre anatómico de
tugado y ci diafragma están profundamente rechaza - Paris , en los melancólicos y los histéricos. Se ha
dos bacía el pecho; el descenso de este músculo es visto en muchos casos, que el epiploon enlisematuso
imposible, y el peligro tan manifiesto, que se ha ocupaba una gran parte del vientre , formando
creído necesario dar salida al aire introduciendo una por detras de los músculos un tumor interno, sállen
aguja en el hipocondrio izquierdo hasta el estómago. lo hacia la región epigástrica, siguiendo el movimien
Kn efecto, se ha visto morir súbitamente á un hom to dol cuerpo, y bajando ó subiendo, isegun el estado
bre, de la timpanitis estomacal, per haber comido de vacuidad ó de plenitud del estómago.
una gran cantidad de vegetales crudos. Hay mujeres 712. Eufiseha de los inilstinos.—Lo que aca
en las cuales el estómago desciende hasta cuatro tra- bamos de decir relativamedte al estómago, no ofre
veses de dedo por encima dol pubis, lo quepuede cre ce la menor duda con respecto ú los intestinos, que
erse una preñez é una ascitis. Los autores hablan de son frecuentemente el asiento del enfisema. No es
un estómago que tenia la longitud de una varaile Pa raro que se infiltren materias aeriformes de un olor
rís. Esta dilatación dopende las mas veces de la es muy fétido, en su tejido celular esterior ó entre sus
trechez ó de la compresión del píloro: en este crso membranas, en una ostensión mas ó menos conside
el enfermo esporimeuta eructos considerables , y no rable. Algunas veces ocupa el enlisema toda la circun
arroja gases por el ano. Pero la timpanitis gástrica ferencia del tubo, la hinchazón forma prominencia
puede existir atraque el píloro se encuentre libre; al esterior y al interior,*eeleva la membrana mucosa,
esto es lo que se observa en los hombres hipocondría y oblitera la cavidad. La membrana mucosa del recto
cos, 011 las jóvenes cloróticas y en las mujeres histé baja, como en el descenso de este intestino.
ricas. El tumor ventoso so aplana algunas veces, Pero los gases se desarrollan las mas veces en el
sin desaparecer enteramente, por los eructos insí tubo mismo. Los inlesiinos delgados, en los Cuales
pidos, ó que conservan el gusto de sustancias ali predomina el ácido carbónico, son mas rara vez
menticias, rancias, ácidas , fétidas, con ó sin ruido. asiento de ellos que ios intestinos gruesos: siu em
Una constricción espasmódica cierru comunmente los bargo, se ha visto á una porción del yeyunio adqui
dos orilicios del estómago : el gas encerrado en su rir, al dilatarse, el volúmen del muslo, abandonar su
cavidad se enrarece cada vez mas, hasta hacer temer posición natural, y apoderarse la gangrena de él.
su ruptura; no sé escapa ni por la boca ni por el Los fon/los de saco son mas frecuentes en los intes
ano. Si este estado aumenta por accesos, ó por efecto tinos delgados, pero dependen do una conformación
de un alimento habitualmente indigesto, la elastici primitiva : por último , favorecen la dilatación del
dad del estómago disminuye ó se pierde. Hemos ob tubo intestinal , se dilatan ellos mismos por la pre
servado en Viena á un príncipe entregado & los es- sencia de gases, y forman bolsas cónicas. Pero los
cesos de la mesa, y atacado desde muchos años de Huidos elásticos se acumulan , sobre todo, en el co
vivos dolores en el epigastrio. Arrojaba diariamente lon y el ciego , y simulan algunas veces las obs
por la boca, sobro todo por la mañana, una cantidad trucciones. La disposición de las válvulas en los in
increíble de gases muy fétidos, de un olor de azu testinos favorece la permanencia de las materias fe
fre, que infectaba cinco ó seis habitaciones muy cales; la délas fibras musculosas da lugar é contrac
grandes. A la abertura del cadáver, hallamos una ciones espasmódicas violentas. El recto está también
úlcera carcinomatosa en el estómago , y á esto ór algunas veces dolorosamente distendido por los vion-
gano estreñidamente dilatado, y casi dividido en dos los: se le ha visto eslraordínariameute dilatado en
partes laterales. Hemos visto una dilatación seme- un joven , de tal modo que el colon se invagínó en
isiite on el cadáver de un escritor distinguido: su su cavidad y descendió por el ano, pareciendo mas
estómago contenia ademas piezas de moneda. Hay bien un ancho saco quo un intestino. La csteusibilí-
individuos, sobro todo hipocondriacos, ó histéricos, dad dol tubo intestinal no permite temer una ruptu
que se dedican continuamente á espeter gasas por la ra cuando la dilatación se efectúa lentamente y por
boca: para conseguirlo se comprimen las visceras grados. Sin embargo, oste accidente acaece algunas
abdominales entre el diafragma y las paredes del ab- veces, y da lugar, como la ruptura del estómago, á
dómen, y este hábito repugnante llega al fin á al un derrame en el abdomen. Otras, el espesor
terar el movimiento peristáltico del tubo alimenticio. -de las paredes intestinales aumenta en razón de la
Los gases pasan en gran cantidad, de los intestinos al dilatación : esto es lo que un célebre anatómico ha
estómago, v cuando no hallan salida, adquiere este observado en el colon. Antes quo los químicos mo-
DE MEDICINA T ClRlJÍA.— FRANK. 387
domos hubiesen beclio ningún esperimento sobro el lores, primero en el hipocondrio izquierdo, en la es-
hidrógeno contenido en los intestinos gruesos , los Iremidad del colon transverso , y en seguida en los
niños nos Imbinn enseñado que esto gas era inflnmtt- lomos y en las inmediaciones del ombligo : estos dolo
ble ( en un eiitreteniniieiito que consiste en estirar res sobrevienen aun antes do quo la hinchazón soa
los pnnlalones y presentar una luí i la esplosion de manifiesta. Son algunas veces remitentes; la compre-
los gases que salen por el ano. El primer químico que ' n del vicntro los apacigua, pero aumentan con-
ba hablado de los gases, habia ya dicho que los eruc uamente de intensidad, sus intervalos se apro
tos apagaban una bitgia; que los arrojados por el ximan, y llegan á ser casi fijos é insoportables para
ano se encendían á su contacto, y formaban una lla el hombre mas sufrido. Su asiento no está limitado al
ma de diversos colores. Los fluidos aeriformes en colon, como parece indicarlo el nombre do cótieo fla-
cerrados en los intestinos delgados, no son infla lulento; ocupan algunas veces todo el tubo intesti
mables. nal, do manera que constituyen mas bien una ente-
713. Flatuosidades.—Estos ga-es, retenidos por ralgia flatolenta. La constipación es tenaz; el abdó-
las materias fecales , los espasmos ó cualquiera otra men se pone tumefacto en una ó muchas regiones, y
causa , ó errantes en el tubo alimenticio , determi ga á ser sensible al tacto; oirás veces se bincha en
nan en él contracciones violentas, desiguales; se es toda su ostensión, y resuena á la percusión , lo que
capan con ruido & través do estas estrecheces es instituye el meteorismo flatulento, do que hemos ha
paómódicas, y ruedan murmurando en el bajo vien blado. Los cólicos ventosos violentos se anuncian por
tre. Hemos hallado obstruido el colon en un cadáver i pequenez y la irregularidad del pulso, la inquie
por cscrementos endurecidos, y dilatado de tal modo tud, la ansiedad, el abatimiento; una alteración sin
porlos gases por encima del obstáculo, que no quedaba gular , una contorsión y una paliJer. cstrema del
del intestino mas que la membrana esterna, á punto rostro , la frialdad de las estreinidadcs , y sudores
• de romperse. Lu dilatación es algunas voces tan gran frios. El enfermo trata de calillar el dolor; doblan
de, que se ba visto al ciego y al colon igualar al vo do los muslos sobre la pelvis. Como no puede ar
lumen del brazo, y aun del muslo, y se tienen muchos rojar los gases por la boca, descienden estos hacia
ejemplos de su ruptura. el ano; pero la constipación les obliga á volver á su
Cuando se tiene el bajo vientre poco sensible, 6 bir; los borborigmos y los cólicos aumentan, con do
los intestinos flojos y muy estensibles; cuando la di lor en los lomos y en las caderas. Las orinas son fre
latación se hace progresivamente y con lentitud, los cuentes, acuosas, y ardientes; hay estranguria, iscu-
dolores son menos vivos, pero se csperimenlan por ria, náuseas, regurgitaciones, vómitos, hipo y sofo
intervalos otros síntomas, igualmente incómodos, so cación, lo cual desespera al enfermo. Si existe una
bre todo si se tiene una vida sedentaria, ó se toman hernia inguinal, el tire dilata, irrita, estrangula c!
alimentos y bebidas fermentadas, ó vegetales crudos. intestino, intercepta la circulación en sus vasos, y
Los hipocondríacos se quejan continuamente de fia- determina la gangrena, sobre todo cuando se em
luosidades, y exigen siempre carminativos, aunque plean tópicos tibios, que aumentan la rarefacción, y
aquellas sean mas bien el efecto que la causa de su su descuidan los socorros del arle.
enfermedad. En el histerismo se sienten gases que 715. Cólera seco.—Cuando los gases se escapan
suben al estómago, y que se detienen en este canal simultáneamente y con esplosion por la boca y por el
en forma de bola, ó algunas veces en la parte corres
pondiente al intervalo de las espaldas, sin que se pue borigmos, cólicos y dedolores
ano, acompañados hinchazón del vientre, bor
dan espulsar. Otras veces, las flatuosidadcs distien en los costados y los
den considerablemente el estómago y ocasionan náu lomos, existe el cólera seco , enfermedad descrita
seas, regurgitaciones, y angustias mortales, con su miuuciosamenle por el padre do la medicina, pero
dor frío. Si los gases tienen su asiento en las cos que uo hemos observado nunca.
tillas ó en el pulmón, dan lugar á un dolor como pleu 710. Timpanitis.—Cuando los síntomas que he
rítico, ó al asma flatolento. Los que distienden el tu mos «spuosto eu los tres últimos párrafos se prolon
bo digestivo, hacen esperimentar, en razón de la sim gan, llegan al mas alto grado y resisten á todos los
patía que existe entre la cabeza y el vientre, un; remedios, constituyen la enfermedad designada con
sensación de vapores que suben hácia la cabeza el nombre de hidropesía seca, de timpanitis; á los
zumbidos do oidos, vértigos, y en fin, los síntomas quo sustituiremos nosotros el de enfisema crónico
precursores de la aplopegta. Los gases ocasionan intestinal, y algunas veces abdominal Las mujeres
también la hinchazón de las mamas. Dolores en los que han tenido muchos embarazos, uno ó muchos
lomos, semejantes á los del cólico nefrítico ; dolores embarazos dobles , conservan largo tiempo el vientre
vagos, lancinantes, pungitivos, en los miembros y en tumefacto y elástico, sin ningún Indicio de enferme
las articulaciones; un desórde-n ó un movimiento de dad. Las viejas descarnadas, delgadas, quo tienen el
rotación del corazón, palpitaciones de este órgano, bajo vientre leño de vientos, sobrenadan en el agua,
con pulso desigual é intermitente;. una tumefacción como hemos visto muchas veces cu Bade. Algunos
del hipocondrio izquierdo, quo puede equivocarse médicos distinguidos refieren ejemplos de timpanitis
co.i una obstrucción del bazo; latidos manifiestos en aguda. Si nosotros profesamos una opinión diferente,
esta región; una constricción circn'ar, que so cstieu- es porque no nos entendemos con ellos en las pala
j un hipocondrio á otro, sensible al tacto y ama- bras. Convenimos en que la timpanitis puede prepa
ifocar; síntomas hemorroidales; dolores cu rarse sordaiueiito.y aparecer de pronto, pero la llama
los uréteres, con retracción de los mos entonces meteorismo. Por último, creemos que
aun del pene. Todos estos accidentes, la liebre puede junlarse al enfisema erónico.
(pie sobrevienen antes que la digestión se haya ter El enfisema de que. hablamos consiste en una tu
minado enteramente, se disipan por U salida de los mefacción del vicutre, sobre lodo, en su parle me
gases. Pero hay casos en muo las flatuosidadcs de dia. El tumor casi no disminuye por el decúbito
saparecen sin causa conocida, Sin que el enfermo las sobre la espalda; es invariable, constante, elásrico,
arroje por la boca ni por el ano, loque es muy im y resuena comunmente á la percusión; el vientre es
portante de conocer. tá ordinariamente mas Kgero que en la aseitis; leu
ínaí bastante abundantes, y va1-
3S8 BIBLIOTECA económi'ca
el ano, las (latuosidades salen sin ruido; dispnea, los tre. En fin, si convenimos en que las materias aeri
seca, hipo viólenlo, ansiedad y laxitud. formes pueden segregaisc y desarrollarse en las demás
717. Timpanitis ihtestijial.—Los sifilomas quo cavidades, sin el auxilio do la putrefacción, no tene
v liemos espucslo (713), cuando son llevados á mas al mos razón alguna para no conceder al vientre esta
io grada, y duran mas largo tiempo, constituyen el facultad. El aire atmosférico introducido por la punción
o ufisema crónico. El dolor tensivo, ardiente y pun del irocar, en la paracentesis, no ha producido nunca la
gitivo que los enfermos csperimciitan durante largo timpanitis. En la disección, se descubre algunas ¡ve
tiempo, en la región lumbar izquierda, umbilical y ces sobre la cara convexa del hígado un gran número
precordial, cesar casi enteramente, aunque no siem de flictenas llenas de agua; se halla también la vesí
pre, á medida que la enfermedad adelanta y que la cula de la hiél llena de este fluido: se comprende,
distensión da á la piel del abdomen un color lustro pues, quo su ruptura debe ser seguida de la timpa
so. Hácia el fin, apenas salen pases; cuando estos han nitis abdominal. En una mujer atacada de esta enfer
llegado ú la región iliaca izquierda, suben hácia el medad, el aire so escapó silbando al punto que se
hipocondrio con dolor agudo y pungitivo. Nosotros abrió el vientre, y el tumor se aplanó en el misino
no hemos visto nunca á los enfermos, atormentados instante. Un médico distinguido refiere un caso sn-
de un hambre continua, tomar toda especie de ali mejantc, en el que los intestinos estaban ademas es-
mentos sin alivio. No contamos en el número de los cesivamente detenidos por. los gases, de manera que
síntomas característicos de esta enfermedad á la de igualaban al volumen del muslo cu ciertos sitios: la
macración de la cara, del pecho, de los brazos y de compresión determinó su ruptura. Nosotros hemos
las manos, aunque las hayamos observado en algu visto, á la perforación del abdomen con una aguja,
nos eufermos, porque no se encuentran, ni con mu salir una gran cantidad de gases con ruido, y ama-
cho, en todos: por otra parte, se observan frecuente Darse en seguida completamente el vientre. Se han
mente en la ascitis. El vientre no resuena siempre observado los mismos fenómenos en algunas limpa- •
á la percusión : ademas, este fenómeno puede exis nilis, de las que los intestinos no han ofrecido lesión
tir en un caso de simple colección acuosa, asi como alguna después de la muerte.
la fluctuación engaña algunas veces en un enfisema 719. Oscuridad del diagnóstico eji la timpanitis —
intestinal, como lo prueban muchos easos de para Según los nosologistas, la resonancia es mas manifies
centesis, acaecidos á hombres célebres, á la abertura ta en la timpanitis abdominal, la tumefacción mas uni
de los cadáveres. La auseucia de la fluctuación no es forme, los dolores esteriores, la constipación menor, y
un carácter distintivo, bastante cierto, de la timpani la espulsion de gases, que es bastante rara, y de ma
lis. Si se levanta el vientre del enfermo con las d«s terias fecales, no alivia ni disminuye el volumen del •
manos, se halla mas ligero en la timpanitis que en la vientre. No existen borborigmos. Como la timpanitis
ascitis. Pero la complicación del enfisema con una abdominal, y la timpanitis intestiual se hallan comun
colección acuosa, una obstrucción considerable ó mente reunidas, tememos mucho que estas distincio*
una reunión de materias fecales en los intcstiiios; lies no se hayan establecido sobre un número su
nos priva del socorro de osle signo. El abdomen no ficiente de hechos. Nosotros hemos visto al ab¿ó -
se aplana en la timpanitis por el decúbito sobre la men desigualmente tumefacto por la dilatación es»
espalda; se ablanda, sin. disminuir de volúmen, en la cesiva do un inleslino_Ileno de gas, y sin olro sín
ascitis, cuando la cantidad de las aguas es conside toma de timpanitis. Dn viejo de Bruchsal estaba
rable. Eu la primera está el pulso lleno y duro; pero sujeto desde su infancia á una afección herpética, cu
presenta también esto caráclor en algunas hidrope ya desaparición daba lugar constantemente á un lu
sías. En la timpanitis algo adelantada, so queja el en mor del volumen de la cabeza de un feto, renitente,
fermo comunmente do c-dor interno, sed, oscureci clástico, que crepitaba bajo los dedos, y que reso
miento de la vista, vértigos, dispnea, sofocación, naba á la percusión, con frecuentes borborigmos,
palpitaciones de corazón, lipotimias, hipo, vómitos, y en la región del ciego. Al punto que los herpes rea
aun se presenta el ileo. En general, la constipación es parecían, el tumor se disipaba sin dejar vestigios.
tenaz, dura ocho dias, y algunas vecos mas: sin em Cuando el estómago ó una parte de los intestinos se
bargo, hemos visto en Viena dos mujeres que tcnian hallan considerablemente dilatados, el tumor se aco
diarrea. Los intestinos diHendidos por los ¿ases y per moda á la concavidad de las parodes abdominales,
las materias laeales, comprimen, no solamente las par rechaza el resto del tubo digestivo, y el vientre pa
tes inmediatas, sino lambicnsus propios vasos, y elca- rece uniformemente tuaiefacto: lo mismosucede cuan
nal colédoco; lo cual puede producir en un caso la gan do toaos los intestinos están distendidos por las fla-
grena, y en olro la ictericia. Las orinas son masjibun» luosidades. En fin, cu la timpanitis abdominal, no
dantes que en la ascitis, aunque esta cscrecion no se arrojan por lo general mas que pocos ó ningunos
disminuye siempre cu la hidropesía; pero son espe- gases; en la timpanitis intestinal, la espulsion de las
lidas eu pequeña cantidad, con estranguria, y co llatuosidades intestinales puede y debe disminuir el
munmente son rojizas. Los enfermes tienen apego volúmen del vientre con todos los síntomas. El juicio
á la vida, y temen la muerte, que es la única que do los enfermos sobre el asiento mas ó menos pro
puede poner término á sus sufrimientos. fundo de los dolores que espsrimentan, es muy infiel.
718. Timpanitis pewtoneal. — Algunos hombres La constipación acompaña á menudo á la timpanitis
célebres han negado la existencia de la timpanitis abdominal. El diagnóstico diferencial de e6tas dos es
abdominal sin solución de continuidad del tuuo in pecies de timpanitis es, pues, muy oscuro, y lo será
testinal. Eu efect i, la punción del vientre, practicada sin duda por mucho tiempo todavía.
en muchos cadáveres, no ha sido seguida nunca de 720. ÍIiano-PKEUMATOsis. —Durante la misma hi
la salida del aire, ni del aplanamiento del lumor, y dropesía, se desprenden algunas veces, aunque raras,
se han hallado los iutestinos llenos do gases. Pero si fluidos elásticos en las cavidades del cuerpo, en el
el aire atmosférico puede introducirse ú través de una tejido celular; así es, que Sauvages ha admitido una
desgarradura insensible de la piel, ¿por qué no han de timpanitis ascüíca. Un célebre patólogo inglés ha
ponetrardel mismo modo los gases desde los intestinos visto la complicación de la anasarca con el enfisema,
á U cavidad peritortea!? Si no se pone en duda el en aunque no existia putrefacción y nada había dado
fisema intestinal estenio, so concibe fácilmente el paso al aire csteríor. So ha observado también la hi
paso del airo del tejido celular á la cavidad del vien- dropesía del útero simultáneamente con el enfisema

I
DK MEDICINA Y CIBÜJÍA.—FRANK. 389
de este órgano: esta es la fisometra húmeda do Sau- nitales de la mujer eslán siempre mas ó menos abier
vages. Hace mas de un siglo que un anatómico inglés tos, fuera del embarazo. Aunque se haya llegado la
lia visto degenerar la timpanitis en uscitis ó mas bien «cisteneía del enfisema uterino, esta afección lia sido
complicarse con esta hidropesía. Los gases mas ligeros observada con frecuencia desde los primeros tiempos
ocupan la parte superior del vientre, y son los que de la medicina hasta nuestros días, pero mas hieu en
resuenan á la percusión. Si se abraza con las dos las mujeres, sobre todo, en las de cierta edad, y cuan
manos la parte distendida por los gases, da la sensa do han tenido hijos, que en las jóvenes. Después del
ción de un tumor blando, como una vejiga llena de parto, y especialmente del aborto, en la época de las
aira. Cuando ol enfermo cambia de posición, el sitio reglas, y después de las grandes hemorragias uteri
que parecía mas ligero llega á ser el mas pesado, y nas , el orificio de la matriz permanece cnireahierlo,
viceversa. A la abertura del cadáver se escapa, pri y el aire atmosférico se introduce en su cavidad. Esle
mero, una gran cantidad de gases, y en seguida agua: accidento tiene lugar algunas veces durante el emba
estos gases apagan las bugias. Pero la timpanitis in razo, y llega á ser causa del aborto. El aire se intro
testinal existe comunmente sin colección acuosa en duce entre las membranas y el útero, en el si lio en
el vientre: se ha visto ti un niño cuyo estómago se que se hallan las falsas aguas ; esto es lo que Hipócra
hallaba cslremadainente distendido por flatuosidades, tes llamaba replcri spirttu flalulento. En estos dife
y los intestinos trasparentes: estos órganos "se apla rentes casos, si un estado de espasmo, algunos coá
naron al punto por algunas picaduras de aguja. Una gulos de sangre, una reunión de inucosidadcs , un
niña de nueve años murió con una timpanitis, y no descenso de la matriz, una variación de lugar de csts
se encontró una gota de agua en el abdomen. Ha sos órgano, ó cualquiera otra causa, cierran el orificio, y
tenido, pues, sin fundamento, un nosologista francés el fluido elástico se enrarece , distiende las paredes
que las lluctuosidades abdominales estaban casi siem del útero, la mujer arroja mus órnenos tarde gases,
pre mezcladas con líquidos. que se escapan á menudo con ruido , cuando dobla
721. Edopsofia.— Después de las difereutes es el tronco hácia adelante. Un cirujano inglés ha visto
pecies de f ulis una que acabamos de esponer, nos á una mujer sujeta á la edopsotia, cuya vagina y úte>-
queda que hablar del de los órganos genitales en los ro no presentaban alteración alguna á la abertura del
¿los sexos, sobre todo en las mujeres, enfermedad cadáver: el misino refiere tres casos semejantes. Se
frecuente, de la que no es siempre informado el mé inyectó, dice uu autor, aire atmosférico mezclado
dico, y que Sauvages llama cedopsofia. con un líquido , en el útero; penetró fácilmente en
722. Los hombres -están sujetos á arrojar ga este órgano, y al cabo de cuatro horas, la matriz, dcs«
ses por la uretra en el acto conyugal, en lugar de arrollada en medio de vivos dolores, había adquirido
sémen, y gases fétidos en un esfuerzo para defecar ó el volumen que presenta al octavo mes del embara
para orinar. Estos (luidos elásticos se escapan algu zo; la salida del aire hizo que se aplanase. No sucedo
nas veces por fístulas vesicales que se abren un el lo mismo cuándo el orificio está algo mejor cerra
periné. Nosotros hemos tratado á tres hombres que do, y cuando los gases se desarrollan en el interior
arrojaban gases fétidos por la uretra, como por el ano; del órgano por la estancación de algún líquido, como
liemos sido consultados por muchas personas que se en las flores blancas y las úlceras venéreas, según
hallaban en el mismo caso. Se habla de un hombre que hemos observado dos veces, por la retención y pu
esperimentaba muchas veces al año cólicos, con bor trefacción del foco , de la placenta , de coágulos de
borigmos, tensión del vientiv, y emisión de gases pol sangre , por una secreción morbosa de la membrana
la uretra, acompañada ó no de las orinas. El padre mucosa del útero y de las trompas, ó por una ulce
de la medicina había ya observado hombres que ar ración del recto y del colon. C. Pisón (Lepois) (I) nos
rojaban gases, ó cuyo vientre se tímpanizaba. ha trasmitido la historia de una mola flatolenta que
723. Las mujeres están igualmente espucstas á se escapó con viveza del útero, y cayó en el suelo sal
arrojar gases en el acto conyugal, por la vagina cuan tando como un balón. Una holandesa , afligida desde
do el vientre está comprimido, como en el coito , el largo tiempo por una hemorragia , arrojó una masa
tronco doblado hacia delante, y algunas veces en el carnosa , sembrada de vesículas, de las cuales, unas
mas perfecto reposo. En ciertos casos los gases no contornan una serosidad azafranada, y otras gases.
vieneu mas que de la vagina : el aire atmosférico es La fisometra se anuncia por un tumor en el hipo
el que 'se introduce uu este canal, y enrareciéndose, gastrio, tenso, elástico, que resuena á la percusión,
so escapa de él con ruido diversas veces , sobre con ardor, dolor pungitivo, que se propaga hacía las
todo, en la unión conyugal. La edopsofia carece en ingles y la vagina, y algunas veces sed, horripilacio
tonces de inconvenientes ; uu poeta la llama garuli- nes, liebre corta, que aumenta hácia la tarde , y an
tas vulvee. Es un estado moiboso cuiudo los gases siedad. La mujer de un médico alemán, atacada de
son fétidos; ellos toman su origen de los intestinos ó esta enfermedad, so quejaba de uu dolor intolerable,
de la vejiga por una ulceración fistulosa, y salen con que se estendia desde el pubis hasta el diafragma y
ó sin ruido. !as ingles, á causa de la hinchazón del útero; era tan
Fisometra.—Otras veces, el aire ó el fluido aerifor violento, que la enferma no podía estendor la pierna,
me es retenido en la cavidad misma del útero, lo que ni ejecutar ningún movimiento. En la fisometra, la es-
constituye el eulisema uterino, la fisometra de Sau» plosiou de los gases disminuye el tumor, que aumenta
vages. Fuera del tiempo del embarazo , no nos pode cuando son retenidos durante algunos dias. Algunvs
mos asegurar de los cambios que esperiineuta el ori- veces exhalan un olor estreñidamente fétido , y su
licio del útero; el tacto del observador no es siempre emisión es seguida de uu flujo de materias icorosas ó
bastante lino , para que su dedo pueda darle una filamentosas. Si se levanta el útero coa el dedo intro
cuenta exacta do ellos. El orificio uterino se abre pa ducido en la vagina, y puesta la olía mano sobre el
ra el flujo periódico, y para loa flujos morbosos ; en bajo vientre , se percute el fondo de esta viscera, se
la concepción, para trasmitir á míe órgano la materia la encuentra ligera, lo cual distingue la fisometra del
de la fecundación; en el coito, aun infecundo, siempre embarazo y de la ascitis, á menos que existan una y
que vaya acompañado de voluptuosidad; y en la mastur
bación, para contribuir á la eyaculacion que se efectúa
por la vagina. A posar de que los grandes labios pa
recen exactamente cerrados al tacto , los órganos ge
390 BIBLIOTECA ECONÓMICA
otra. En la aseáis, cuando la cavidad abdominal no ! aire penetra con mas facilidad on las heridas que in
está muy liona, el bajo vientre se aplana y se reblan teresan las parles posteriores y laterales do la cabeza,
dece desde ijue el individuo se acuesta sobre la qfc- y líos lados del tórax; pero so introduce difícilmente
palda, mientras que en el enfisema del útero se ob en una herida del brazo , de los muslos, de las nal
serva io contrario. Se, ven muchas mujeres, cuyos gas, ó de las paredes abdominales, porque en estas
menstruos están disminuidos ó suprimidos, que se regiones el tejido celular subcutáneo está lleno de
creon en cinla largo tiempo después del término del sustancia adiposa. En las heridas oblicuas, sinuosas,
embarazo, y no arrojan al fin mas que gases ó agua. que presentan al aire una entrada fácil , este fluido
Un médico austríaco refiere que dos mujeres estaban clástico se enratéce por el calor, y se infiltra, de cé
afectadas de dores blancas hacia muchos años, y que lula en célula, en todos los alrededores.
la materia icorosa y pútrida escorió la vagina y la El adelgazamiento ó dislaccracion insensible de la
vulva. Las enfermas experimentaban continuamente piel á consecuencia de una contusión , ó de una
en el hipogastrio un ardor quemante y un dolor pun distensión, permite también la introducción del aire
gitivo. En diferentes épocas se quejaron de una gran esterior en el tejido celular. El enfisema traumático
de ansiedad, de tenesmo del útero, y de dolores sobreviene igualmente en las partes internas que
que se dirigían hacia las ingles y la vagina. En se están en contacto con el aire atmosférico ó cou un
guida sobrevenía uu ligero desfallecimiento. La an fluido elástico desarrollado en sus cavidades : por
siedad y el tenesmo uterino se leí minaron por una ejemplo, l.t matriz después del parto; la tráquea y los
abundante esplosion de gases muy fétidos, que salian bronquios por una dislaccracion dependiente de una
de la vagina con violencia , seguidos do un flujo en tos violenta ; los intestinos por una ulceración pro
materia saniosa, lilamentosa y abrasadora como el fue ducida por vermes, venenos, drásticos; la uretra, la
go. Después de la muerte se halló la matriz desarro vejiga, á consecuencia de una supuración que las
llada, dura y clástica, llena de gas cuyo olor hizo hace comunicar con el esterior ó eon el recto. Los
desfallecer á uno de los asistentes y vomitar materias gases pasan mas fácilmente del recto á la vagina ó
.eruginosas. El interior del útero estaba u'ccrado ; el ¿ la uretra , cuando existe uua comunicación , que
orificio endurecido , corroído en la parle correspon por el ano, cuando su esliuter llena bien sus funcio
diere á la cavidad uterina. En otro cadáver el orifi nes. Cuando los iutestinos estáu escesivamente dis
cio ostalia corrado por un coágulo ó una concreción tendidos por los gases , su membrana interna se
poliposa. Se ha visto provocada la secreción de la le hiende, se desgarra, los fluidos elásticos penetran en
che por un enfisema de la matriz. Es digna de no el tejido celular de sus paredes, y aun en la cavidad
tarse una observación que se cuonla de dos señoras abdominal, lo que constituye el enfisema intestinal
ilustres de Padua, que eran estériles, y al liu se cre estenio y el enfisema abdominal.
yó que estaban en cinta, por observadores esperimen- Los alimentos y las bebidas arrastran al estómago
tados, y las cuales no arrojaron mas que gases, pero cierta cantidad de aire, que provoca el vómito cuan
desdo este momento llegaron á ser fecundas. El enfi do es demasiado considerable. Este fluido, enrarecido
sema puede ocupar las paredes del útero , así como en su cavidad , sale en parte por el cardias ó por el
su cavidad. píloro, y en parte se descompone. Los eructos no son
, 724. Enfisema ulceroso.—Los gases no se desar propios de la especie humana , y no constituyen una
rollan solamente en el útero, sino también en todas enfermedad cuando son moderadas. So sobe hoy que
las cavidades que son asiento de alguna úlcera nía la digestión no depende de la fermentación: despren
ligua ó carciuomatosa. Se ha vi-to que ía tos viólen de, sin embargo, de los alimentos, el aire atmosféri •
la, ó convulsiva, lia dado lugar á un enfisema mortal, co interpuesto entre sus moléculas, y desarrolla, on
cuya causa ein, sin embargo, una ulceración del pul virtud de las leyes de la química animal, gases que
món. Si este hecho parece que se refiere al enfisema val ían según la naturaleza do la sustancia alimenticia:
traumático , lié aquí otro mas concluyente: un mó hoy no se cree necesaria la presencia del aire atmos
dico inglés hiío practicar la punción del pecho en un férico para escitar la acción del tubo intestinal ; pero
enfermo; salió por la abertura una cantidad enorme aunque el diámetro de los intestinos soa monor du
de Huido elástico, y la salud parecía reslablecida, rante la vida que después de la muerte , nosotros
cuando se declaró una liebre lenta determinada por la no podemos admitir que las vías digestivas no con
ulcoracion del pulmón. Un célebre cirujano inglés ha tengan nunca aire en el estado de perfecta salud, á
bla de abscesos llenos de materia aeriforme. menos que se considere este estado como ideal.
725. Causas.— Al hablar de las diferentes espo- Cualquiera que sea el uso de la pequeña cantidad
cies de enfisema, hemos dado á conocer una parte de de aire atmosférico retenido en el estómago , de los
sus causas. Las reuniremos aqui, á fin de presen gases desarrollados en su cavidad, si la digestión lan
tarlas bajo un mismo punto do vista , con aquellas guidece , so hace mas lenta, ó cesa, á causa de la
cuya esposicion no hemos hecho lodavia. inercia del estómago, de la falla de la bilis, de la te
¡temos referido el enfisema á un doble origen: á nuidad do este humor, de la cantidad ó de la calillad
la introducción del aire atmosférico en nuestros ór de los alimentos , que pueden ser tenaces , viscosos,
ganos, ó á la formación de un fluido elástico en nues como los vegotales, las legumbres, los garbanzos, las
tra economía. Estas dos especies difieren mucho en nabas, las lentejas, los pescados de mar, etc., los
tre si. La primera pertenece á las alecciones trau frutos de eslío, las sustancias dulces, melosas, gra -
máticas locales; la segunda depende do una enfer sos, la carne de oveja, de carnero, sobre todo cuan
medad general ó local, y de una operación química. do se han tomado después bebidas frias , etc.; se es
La hinchazón que levanta la piel hasta producir su tablece entonces una fermentación ácida ó pútrida
ruptura, en un animal colocado bajo el recipiente de 3ue desarrolla una gran cantidad do gases. Ademas
máquina neumática, aunque ignoremos como se for e las materias saburral s que son producto de una
ma el aire que la produce, nos suministra un ejem mala digestión, los líquidos segregados, que se estan
plo de la última espocio de enfisema. Esla afección can , dosprondon fácilmente ázoe , ácido carbónico,
varía, según la naturaleza del fluido elástico segrega amoniaco , hidrógeno, elementos de fluidos aerifor
do ó desarrollado en nuestro cuerpo. El enii-eina mes , y que no exigen para combinarse mas que
traumático del tejido celular se observa principal cierto grado de calor. Por eso la supresión de una
mente- en ios individuos poco eargados de grasa. El diarrea pútrida, sobre todo, por la administración
DE MEDICINA Y CIHUJÍA.— FRANK.
prematura del opio, ocasiona frecuentemente ol me rimenta la matriz. Uu profesor de, Edimburgo refiere
teorismo ; y la timpanitis os ol resultado de una una historia de timpanitis, que viene, en apoyo di
liebre intermitente curada sin precaución. ,nues(ra aserción, l'na joven, sujeta á las hemorroi
La putrefacción de la placenta, ó de la sangre en el de! , padeció una timpanitis muy grave y rebelde á
ulero, de los vermes en el tubo intestinal , y el der todos ios remedios, por la supresión de aquel flujo;
rame de la bilis en el abdomen, por una lesión de ta el restablecimiento de esta evacuación, aunque meaos'
vesicula de la hiél, producen efectos semejantes. La abundante, disipó completamente la enfermedad. Se
causa mas poderosa y la mas común del desprendi tienen muchos ejemplos de timpanitis por supresión
miento de fluidos aeriformes,, consisto en las heces, súbita de los menstruos.
61a levadura. Está bien demostrado que la fermen La mayor parte de los aulores refieren las llaliin-
tación pútrida puede dar lugar ú un desprendimiento sidades d" las vías digestivas á la atonía del estóma
de materias aeriformes , en el tejido celular y eu go y de los intestinos (I); esta atonía es tan á menudo
.las cavidades, como lo prueba la putrefacción de los el efecto como la causa. La timpanitis es muy co
abogados , le gangrena y el esfacelo que producen mún en las mujeres; sobreviene principalmente en
el enfisema, el meteorismo. Este último fenómeno so las que estáu dispuestas á la ascitis. La fiutulcncia
declara algunas veces do una manera tan pronuncia habitual que se manifiesta algunas veces, depende
da y tan rápida en el cadáver, que apenas cabe este frecuentemente de la vida sedentaria , aunque en I
eu el atahud. Cuando el feto se corrompe en la personas débiles se agrave por un ejercicio que au
matriz , las membranas están á veees de tal modo menta el calor. En general, los vientos se despren
distendidas por los gases, quo se rompen al salir del den inmediatamente de las sustancias alimenticias ; y
útero, lín estas circunstancias se ha visto padecer á cuando las funciones digestivas están debilitadas, de
la madre eJ enfisema. • su fermentación, del residuo pútrido ó ácido, tan
Pueden desprondorso muchas especies de fluidos propio para renovarla. Los escesos diarios en los
elásticos, do humores mucosos, linfáticos, sin el au alimentos, sobre todo vegetales, harinosos ó legumi
xilio de la putrefacción. Kl moco combinado con el nosos, juntamenlo con la falta del ejercicio, la tritu
oxigeno, forma albúmina, que se cambia en gas por ración imperfecta do los alimentos por los órganos
la adición del calórico y del ázoe ó del hidrógeno; á masticatorios, una cautidad demasiado grande de
esta causa se pueden atribuir algunas veces los gases bebidas, que los hacen salir con iiiucIki prontitud del
que se desarrollan en el útero y que simulan el em estómago, y debilitan la actividad de la bilis, del
barazo. jugo gástrico, del jugo entérico; el uso de una cer
La materia aeriforme que suministran las úlce veza ligera, que no está bastanlu fermentada, de vino
ras malignas ó carcinomatosas , las portes gaugre- nuevo, y una constipación tenaz, ocasionan á menudo
nadas , es un gas hepático , que difiere del gas he untuosidades en las personas cuyo estómago es débil,
pático ordinario en quo no contiene verdadero y en los convalecientes. Hay sustancias que descom
azufre, sino mas bien una sustancia blanca y esca poniéndose en las vías digestivas, suministran mu
mosa. Algunas veces es gas hidrógeno ó ázoe. Tal chos gases, como la magnesia no calcinada que se
• es la causa de la fetidez de los gases que se es administra en las acedías , y que llega á ser de este
capan de la vagina, de la uretra, de la gargauta, en modo mas perjudicial que útil. Hay individuos que
las úlceras ó en las secreciones morbosas de estas no pueden nacer uso do aguas minerales muy acídu
partes; y de la hediondez de los eructos en los niños las, sin que se trastorne su cabeza, sin experimen
atacados de afecciones verminosas. En efecto, los ga tar una hiuchazon en el abdomen. Pero el ácido car
ses se desarrollan en las partes irritadas, como en la bónico, provocando las contracciones del estómago,
vejiga natatoria de los pescados. El enlisema del te se escapa prontamente por la boca. Asi es que los
jido celular subcutáneo puede depender también de vapores del vino do Champagne, de la cerveza muy
una secreción morbosa. Una jóven, en el último gra fermentada, del onti-einético de Itivierio, so des
do ilc esta enfermedad , so hizo en el abdóinen una prenden rápidamente por eructos, que aun arrastran
herida ligera, por la cual salieron gases estimada consigo antiguas flaluosidades. Por el contrario, la
mente fétidos, que disiparon la hinchazón general. cerveza alterada, los vinos débiles , acídulos, ocasio
La misma causa puede dar lugar al enlisema abdomi nan gases fatigosos, cuya' cspulsioii es lenta. Un
nal ; esto es lo que espresaba antiguamente de un í académico francés lia dicho que ludo el sistema san
manera algo lacónica un médico célebre, cuando de guíneo estaba lleno de aire on el cadáver de los ani
cía que los fluidos se desprendían de la superficie males muertos de hemorragia; uu escritor modcriio
convexa de los intestinos , como de su superficie asegura haber hecho una observación seinejanto en
cóncava, y que no eran siempre formados por el un perro. Convendría repetirlos cspcrimcnlos sobre
aire. este punto. Los bebedoros, sobre lodo , aquellos que
Según lo que acabamos de decir, se concibe cómo se entregan á las bebidas espirituosas, padecen fre
el enfisema puede tomar un carácter hiperesténicb, cuentemente la timpanitis (2). El meteorismo us un
anunciado por la plenitud , la dureza del pulso, y síntoma común en el tifus , la diarrea, la disenteria
exigir un método debilitante en Jas personas robus crónica, el cólico ventoso, el ileo, el envenenamiento,
tas, y por la supresión de un flujo'sanguíneo. No nos los partos laboriosos, los abortos, las fiebres intermi
sorprendamos, pues, de quo se haya visto la timpani tentes, lu hipocondría, el histerismo, lu ictericia re
tis, ó mas bien el meteorismo, ocasionado por la belde, y la hidropesía. Sobreviene á consecuencia de
enteritis, puesto que es, por otru parte, un síntoma la punción del vientre en la ascitis , y después del
muy común en la peritonitis y en la liebre puerperal.
El cólico, ó mas bion la enteralgia, es seguida algu I Vüase i Combalusicr, Pneumalologia ó Tratado de las en
nas veces de hidropesía y de meteorismo; esto es lo fermedades ventosas. París, 1754. "2 vol. cd 11.—A. Portal , Me
que sucede cuando sobreviene desde el principio una morias sobre la naturalexa y til iralamicnlo de muchas enferme
inflamación, cuja existencia so desprecia comun dades. París, luü, l. V, p. íll ) sigi-E. Füdéré. F
mente. Los esfuerzos hemorroidales van acompaña- y práctico ile pneumalulogla humana. Sirasburgo , WJ,
p. Ilanmos , Tratado de las enfermedades ventosas, o
al acocearse los bre las esusas y los efectos de la presencia de gane* " '
puede Us•1 víasVíase
Magíricas. I'aris, , ls57,eíis.
ú Cb. Koesrh - las bcbii
tlel abuso de
espe- (Anales de hisWnc pítitira, !. XX,'p. 5,340'.)
392 BIBLIOTECA ECONÓMICA
parto , si no se tiene cuidado de comprimir las pare los nervios del octavo par ocasiona uña gran cantidad
des abdominales por la aplicación de un vendaje. de ¿ases que distienden el estómago; comunmente
La laxitud de los músculos abdominales, como s& las llaluleiicias y el meteorismo no dependen sola
observa en las mujeres que lian tenido muchos lujos, mente de la atonía, sino también de la paresia de los
. contiibuye al desarrollo de gases en el vientre: se lia intestinos. Muchas sustancias venenosas, Hp'icadas al
visto la timpanitis determinada por una contusión de esterior por una picadura ó una mordedura, producen
las paredes de esta cavidad, lü uniscnia dependiente o! meteorismo, obrando sobro el sistema nervioso. Ño
de la supresión de la traspiración cutánea , es una se carece de ejemplos" en los que la compresión del
enfermedad muy rara que no liemos visto nunca Se conducto colédoco ha producido la ictericia en
refiere un caso de este género, en el que las mamas esta pncumatosis espasrnódica. La supresión espon
participaron de la hinchazón. Un célebre cirujano tánea ó provocada de las enfermedades de la piel,
alemán lia visto un enfisema de la parle anterior del de la viruela, del sarampión , es seguida frecuente
cuello, que no reconocía otra causa que la esposicion mente del meteorismo, como hemos visto en un viejo
por espacio de tres dias á un aire frió 'y. húmedo. atacado de un vicio herpético , y en una mujer qué
Se lee un caso casi semejante eu un Diario francés fue atacada do timpanitis después de una sarna re
de medicina. Pero en estos dos ejemplos el enfisema percutida. Debemos referir aquí la timpanitis depen
era el producto do la gangrena por el frió. diente de la supresión de las evacuaciones habituales:
El enfisema intestinal, sobre lodo habitual, no asi es que se la ha visto sobrevenir en una jóven,
puede concebirse sin un estado espasrnódico y con por haber detenido con un baño aluminoso uua leu
vulsivo, que es el efecto ó la causa de la debilidad: correa habitual, y en una mujer que recurrió también
el espasmo retiene los gases eu los intestinos, y al á los astringentes en circunstancias semejantes. En
enrarecerse estos Huidos elásticos, distienden dolo- fin, esta afección es á voc*s sintomática^ puede pro
rosamente sus membranas. Las personas que han ceder de una colección purulenta. en el ulero.
estado largo tiempo sin comer, arrojan frecuente Son difíles de esplicar los tumores enfisemalosos, y
mente gran cantidad de gases, aunque su digestión el enfisema histérico. Se ha dicho que la estanca
haya sido perfecta : esto es lo que se observa en la ción de los humores en una parte afectada de espas
hipocondría , en el histerismo , en el asma espasrnó mo, los disponía á la corrupción y al desprendimiento
dico, en la grita, y en la pñeumalosis periódica. Pero de gases. Pero atendiendo á los síntomas del cnfi-
es necesario no " estender esta aserción á todas las ¡ sema, esta corrupción de los líquidos no seria has-
especies de enfisema. Se cuenta que una señora cs- i tante rápida. Se atribuía antiguamcntela pncumatosis
perimenlaba dos veces al día una hinchazón del del vientre á la crispaciou y la elasticidad délas fibras,
vientre, ya antes, ya después de haber comido Los á una irritación de los nervios abdominales, ó á un
crudos dependen mucho del hábito: asi es que los espasmo dilatorio, hipótesis todas ininteligibles. Con
hipocondriacos y los histéricos se ocupan algunas venimos en que los nervios se hallan aquí en un es
veces horas enteras en arrojar el aire encerrado en tado morboso, pero creemos que la tumefacción es
su estómago; fabrican gases, si asi podemos espre formada por gases que son el producto de una secre
sarlo, y hacen pasar los de los intestinos al estómago, ción dependiente de la irritación de los nervios.
lo cual les esponc ¡í muchos accidentes, desordenando Ya hemos hablado, sobre todo en el párrafo 695,
el movimiento peristáltico. Algunos están de tal modo de los vicios orgánicos que favorecen el desarrollo y
ejercitados, que arrojan á voluntad los fluidos. Los la retención de los gases en el tubo alimenticio. Las
drásticos ocasionan llatuosidadcs y el meteorismo, principales causas de este género son las hernias y
por la irritación y la debilidad que determinan. Eu todo lo que comprime ú obstruye las vias digestivas.
general , los nervios, y las afecciones morales , sobre Algunas veces la porción derecha del arco del colon
todo las debilitantes, tienen aquí una influencia mar se llena de gases, que ocasionan un malestar considera
cada: unamujerde Upsal, al oír la falsa nueva de que su ble.' estos provienen de la estancación de las materias
marido bahía perecido en el incendio' de una casa fecales en el origen del colon ascendente, cuya con
inmediata á la suya, fue sobrecogida de síncopes y tractilidad está debililada. Las obstrucciones de las
de convulsiones, que se terminaron por la timpanitis. visceras abdominales, sobre todo del hígado y del
Un malestar del- alma, sin ningún error de régimen, páncreas, van siempre acompañadas de flatuosidades.
aumenta las Untuosidades eu la hipocondría, mien Cuando la bilis no se vierte en el duódeno, ó es
tras que una noticia agradable las disipa , y sin que acuosa, insípida, las malcrías fecales relcnidas so
el enfermo las arroje por la boca ni por el ano. Uu i corrompen, se secan, y dan lugar á un desenvolvi
médico célebre de Paris, había creido sentir la fluc- i miento de gas casi sin olor. La induración que su
tuacion eu una mujer que tenia el abdómen muy cede á la enteritis, disminuye el diámetro del intes
distendido, de cuyo parecer fue uno do sus compro tino, intercepta el curso de los escrementos, y se
fesores, con el que se decidió á practicar la paracen •forma por encima del obstáculo una dilatación con
tesis al dia siguiente. Pero el tumor desapareció sú- siderable. Las falsas membranas que tapizan el tubo
hitamente en el intervalo, sin evacuación sensible. intestinal, producen el mismo efecto. Las personas
Desde largo tiempo se atribuye la hinchazón de las que lian lomado una gran cantidad de alimentos po
mamas, y la erección de los órganos genitales, fenó co tiempo antes de caer eiifermas, ó que no observan
meno que no siempre es efecto del orgasmo venéreo, régimen á pesar de su enfermedad, tienen los intes
al allujo de la sangre ; pero esta causa no puede tinos llenos de escrementos y sostienen sus flatuosi
bastar para producir' un aumento de volumen tan dades, sobre todo cuando están constipadas, corno
considerable. En lin, la esperiencia nos ha enseñado sucede ordinariamente. Se ha hallado la mitad del
Jo contrario: se ha practicado la amputación del pone tubo intestinal llena de materias fecales, en un me
en algunos animales , aun durante la erección, te teorismo mortal; nosotros lo hemos visto lleno de es-
niendo cuidado de rodearlo antes con una I gaduia, crementos y de vermes, de una cstremidad á otra.
y no se lian hallado llenos de sangre los cuerpos ca- Uu médico refiere la enfermedad da un niño atacado
vérnosos. Sí no se puede esplicar este fenómeno ñor i de timpanitis, en el que los intestinos gruesos estaban
las hipúlesis de la vida ptopia de los espasmos dila I de tal pipilo distendidos por las materias fecales que
torios, no prueba menos por eso la influencia de los ! el colon había herido al hígado. La compresión de
nervios en la creación de esos fluidos. La ligadura de ¡ los intestinos por un tumor inmediato, el vólvuli ,
DE MEDICINA Y C1RUJÍA. —FRANK. 393
los peloloncs de vermes, los pólipos, y las lieruias el sitio mas débil, y provocan esfuerzos hemorn. ¡da
estranguladas, producen el mismo efecto. La reteu- las muy incómodos. El cólico flatulcnto sucedo al
cíoq de los gases, como lo exige la decencia, cuando cólico espasmódico, y trac consigo ordinariamente la
se lia contraído el hábito de espulsarlos, ocasiona á timpanitis. En esta circunstancia, los errores de ré
menudo la dilatación del tubo intestinal, sobre todo gimen, y un mal tratamieuto, determinan bien pronto
délos intestinos gruesos. Su emisión por el ano está una liebre aguda, la inflamación, el meteorismo y la
sometida al imperio del hábito, como, los eructos. gangrena. Observadores dignos de fé aseguran que
Una señora española vino á consultarnos sobre una la emisión de una gran cantidad de gases puede
enfermedad: nosotros la preguntamos si arrojaba ga llegará ser súbitamente mortal, lo que prueba la ne
ses por abajo, y nos respondió, enrojeciéndose, que cesidad de sostener el vientre por un vendaje, liácia
en España no cometían nunca las mujeres semejante el fin de la enfermedad, cuando el individuo arrojé
indecencia , á meaos que su educación hubiese muchos gases.
sido descuidada, y que cuando las jóvenes caían en La pneumatosis tiene otras veces una marcha muy
semejante falta, se las castigaba severamente. Los que lenta. Los dolores atroces que se hacían sentir en los
se regocijan porque arrojan diariamente gran cantidad lomos y en el ombligo se mitigau, y los borborigmos
de vientos, se engañan. disminuyen; si salen dichos fluidos' por el ano, se es
Debemos referir aquí la historia de una señorita capan sin ruido. Pero la tensión y el volumen del
en la flor de su edad, para laque fuimos consultados en abdómen aumentan Je dia en día, y sus paredes re
Viena: hacía seis meses que era picsa decólicosyde suenan á la percusión; las deposiciones llegan á sor
flatuosidades. IT1 1 dia, en medio do una escogida cada vez mas raras y difíciles, los tumores hemorroi
sociedad, arrojó, sin sentirlo ó sin poderlo impedir, dales se hinchan y causan vivos dolores; el enfermo
algunos gases por el ano, cuya emisión la fatigó en no arroja flatuosidades, es atormentado por esfuerzos
lugar de aliviarla; pero los arrojaba también á volun continuos para eructar, por el hipo, por la dispnea,
tad y las materias recules no salían nunca ¡nvolunta* por la ansiedad, por la debilidad, y cae en la dema
ruínente. Existia, pues, no una parálisis, sino una cración. Estos males duran algunas veces muchos
relajación considerable del esfínter: en su consecuen años. En fin, vómito frecuente, lipotimias, hemopti
cia, prescribimos fomentaciones y enemas con el co sis, hematemesis, hidropesía, fiebre lenta, con sed,
cimiento vinoso de corteza de roble, y en general, sequedad y ardor de la piel, orina alterada, estrau-
todos los medios capaces do restablecer el tono de guria y muerte. Algunas veces, aunque raras, sobre
los intestinos. La luxación del coxis en un parto la viene antes del término fatal J una ruptura de los in
borioso, es algunas veces la causa de esta inconti testinos. La timpanitis que depende de un vicio or
nencia. Las soluciones de continuidad, la gangrena gánico de los intestinos ó de alguna viscera es nece
ófago, del estómago, de los intestinos, y de la sariamente mortal.
de la hiél, hacen pasar al abdómen los ga- En circunstancias mas felices, la enfermedad se
, .as materias contenidas en estos órganos. termina por deposiciones cenagosos, negras, fétidas;
726. Pronóstico.—El pronóstico varía según las por una emisión considerable de gases muy félidos
causas. El enfisema traumático es peligroso; cuando por el ano, precedida do borborigmos; aquellos salen
el aire se infiltra en gran cantidad alrededor de los por la vagina en la fisometra. El restablecimiento de
órganos esenciales ála vida, es de temer que impida las evacuaciones suprimidas, de las hemorroides, de
el Ejercicio de sus funciones. Sin embargo, cuando los menstruos, de las flores blancas; la vuelta de
se emplean bien pronto los remedios convenientes, las enfermedades cutáneas repercutidas; y en fin, la
el aire se escapa por las vias artificiales que están formaciou de abscesos benignos al esterior, son tam
abiertas, ó se descompone y es retenido en una ca bién vias de solución.
vidad. Los médicos de la Guinea han recurrido & El meteorismo es comunmente, pero no siempro
un enfisema artificial en el tratamiento de las enfer funesto; ya hemos hablado de él en muchas partes
medades crónicas, tales como la hipocondría y la do esta obra.
gola: después de haber insuflado á sus enfermos, les 727. Tratamiento.— El tratamiento varia según
administran bebidas diaforéticas, y les hacendar una la naturaleza de las causas. Las indicaciones consis
carrera rápida y prolongada, i fin do disipar con los ten en destruir ó en debilitar su influencia, en dar
sudores el enfisema y la enfermedad. Lo que hemos salida al aire ó á los gases para impedir la pro
dicho anteriormente nos induce á creer que la rela pagación del enfisema, y en fin, en fortificar las partes
jación del tejido celular, á consecuencia del enfisema, distendidas , á fin do prevenir la recidiva. En las
predispone á la obesidad. Las pneumatosis que de heridas, sobre todo de la cabeza, del cuello, del pe
penden de causas internas, que son sintomáticas y se cho, es necesario oponerse á la introducción del aire
renuevan con facilidad, son de mal augurio en las esterior, estraer el que puedon contener las partes,
enfermedades graves. El desarrollo de gases en los y efectuar al punto la reunión por medio de los em
vasos gruesos, en los del cerebro, del cerebelo y aun plastos aglutinantes.
en el corazón, es mortal. Aunque el enfisema traumático producido por la
Las flatuosidades mantenidas por las saburras , se introducion del aire esterior en el tejido celular
disipan fácilmente por las evacuaciones y un régimen subcutáneo , desaparece comunmente por si mismo
conveniente. No se curan con prontitud las que so cabo de algunos días , la indicación es dar salida
brevienen en las personas entregadas á una vida se- este fluido dilatando las sinuosidades, y practican
dcntiiia, como los literatos, en Tos individuos sujetos do las incisiones convenientes, hacíalas que se le diri
á dcodias, á obstrucciones, ó cuyos intestinos se ha ge, comprimiendo con la palma de la mau'o las par
llan habitualmente en un estado de atonía, ó de sen tes inmediatas, porque es necesario no esperar á que
sibilidad, y de espasmo. Las flatuosidades crónicas produzca nuevos desórdenes. Algunas veces es pre
ó reiteradas producen una dilatación considerable de ciso aplicar ventosas sobre las aberturas. Si la an
los intestinos, acompañada de vivos dolores, hacen siedad, la dispnea, anuncian que el túr.u está lleno
mas IcnU la circulación de los vasos de estos órga de aire, la punción del pecho está indicada, por el
nos, ocasionan la atonía y casi la parálisis del tubo peligro inminente que corre el enfermo, do cualquie
intestinal, lo que es seguido de una consli ra manera que haya entrado el aire , aun cuando no
o y cierto de su pie-
\v
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sencia en esta envidad. Esta operación lia sido \ sulfúrico, es quizas mas eficaz qué el azufre en sus
ticadn comunmente con éxito, aunque no sien_ tancia. Entre los evacuantes, los ácidos merecen la
por cirujanos distinguidos, sobre todo en InglateYi preferencia; debe administrarse el cocimiento de ta
Pero es necesario no sacar todo el aire de una vez; marindos, asociado á la infusión acuosa de ruibarbo,
por esta causa murió un hoñibrc en el que el enfi y el agua de menta. Cuantío la fetidez de los cases
sema habia sobrevenido á consecuencia de la frac arrojados por arriba y por abajo, anuncie la presen
tura de una costilla. cia de sahumas pútridas, se obtienen buenos efectos
El enfisema espontáneo dependiente de causas in del agua de menta, sola ó con el espíritu de nitro dul
ternas ó sintomáticas, exige que se dirija la atención ce. En el caso de afección verminosa , deben pres
principalmente hácia su causa. Se termina comun cribirse los remedios que aeabamos de indicar, ó
mente de una manera funesta; sin embargo, algunos aquellos de que hablaremos después; y entre los ca
casos felices nos inducen á no abandonar al enfermo. tárticos, debe preferirse una disolución de sal amar
Como se manifiesta ordinariamente en las fiebres as ga en el agua de menta.
ténicas, se deben emplear al esterior el vinagre, 6 el Tal es el tratamiento délas flatuosidades de corta
aguardiente alcanforado, las fomentaciones espirituo duración que producen las saburras, y del meteoris
sas, aromáticas, combinadas con el cocimiento de mo saburral, cuya curación no es intiy difícil. Pero
quina, y una disolución de alumbre; interiormente se el caso es mucho peor cuando se trata de una pneu-
administran los remedios apropiados á la enfermedad. matosís intestinal ó abdominal crónica, producida
Conviene aquí, como en los casos precedentes, dar por causas que han ejercido largo tiempo so accioh
salida al aire, cuando e! asiento del enfisema lo per sobre todo el sistema, ó sobre una porción censido
mite. rabie del tubo alimenticio. Debemos hablar primero
Se fortifican en seguida las partes relajadas, prac de la pneumatosis hiperesténica.
ticando fricciones con pedazos de lana impregnados Las enfermedades crónicas, sobre lodo cuando tie
en vapores aromáticos, y rodeándolas de un vendaje nen su asiento en los órganos de la nutrición, pro
comprensivo. ceden rara vez de un esceso de fuerzas. Pero la
En el enfisema saburral deben corregirse ó eva práctica es un guia mas seguro en el diagnóstico
cuarse prontamente las materias, á fin de detener fe) que el raciocinio fundado sobre la teoría, y ella nos
desarrollo de los gases, do favorecer su espulsion, ofrece muchos ejemplos de timpanitis verdadera
de remediar los accidentes que su presencia ocasio mente hiperesténicas , no de uno ó dos meses, sino
na; y de prevenir la degeneración de los alimentos en de muchos años. Debemos, sin embargo, advertir
fluidos aeriformes. Los medicamentos aromáticos, es que nosotros no hemos visto ningún hecho de este
pirituosos, que llevan el título especioso de carminati género. La supresión de una evacuación sanguínea,
vos, no producen aqui ningún efecto; basta prescri de los menstruos, y sobre todo del flujo hemorroi
bir un régimen conveniente, que no aumente las sa dal que es suministrado por los intestinos , dirigí:
burras, y corregir ó evacuar la materia pecante. Un la sangre hácia el tubo alimenticio, ocasiona el in
médico que ha escrito sobre las flatuosidades, relict o farto de sus vasos, la irritación de sus nervios; en su
que un hombre de Amberes, murió atacado de un vól- consecuencia, la secreción de! moco está pervertida,
vulo, según los médicos que lo habían visto. A la y se cambia en secreciones aéreas. No nos sorpren
abertura del cadáver se hallaron seis traveses de dedo damos, pues, de que semejante causa en las perso
de escrementos endurecidos en el ileon, aunque este nas robustas de origen á flatuosidades que participan
intestino no los contiene casi nunca, y pur encima de un oslado esténico y se disipan por un mq(odo
de este obstáculo una gran cantidad de materia di debilitante, ó por una evacuación sanguínea espontá
luida. Como los eméticos no convienen, á causa do nea; Hipócrates ha visto ejemplos de ello. Ürla mujer
la escesiva dilatación del estómago y Je los intesti afectada hacia seis meses de una timpanitis depen
nos, nosotros nos limitamos á los catárticos y oseo diente de la supresión de las reglas, fue curada por
genios los mas suaves, los eccopróticos, porque los hemorroides mucosas muy abundantes. Otra mujer
drásticos aumentarían las contracciones espasmódi- en el mismo caso, se 'restableció por la presencia del
cas de los intestinos. Antes de administrar los eva flujo de los loquios. Una gran sangría curó á dos, afec
cuantes,;es necesario calmar los espasmos, y prepa tadas también de timpanitis, con pulso duro y dasi-
rar las materias por medio de enemas emolientes y gual, cefalalgia y dispnea: '•'■tas dos enfermas gozaban
la infusión en frió de manzanilla para bebida. Se antes de una salud perfecta. Una viuda, enferma lucia
combaten los ácidos coa las sustancias que los des ocho años , debió también su curación á una abun
componen y forman con ellos sales neutras: tal es la dante sangría del píe. Una mujer de Víena reco
magnesia calcinada, que se debe combinar con el salud á beneficio de siete sangrías.
ruibarbo pulverizado, y una sustancia aromática, co» Asi como existe una hidropesía hiperesténica, ¡
mo una ó dos gotas de aceite destilado , de menta que referiremos bien pronto muchos ejemplos I:
piperita, de anís, ó algunos granos de gengibre. Otras dos en nuestra práctica, así también la pncuma
veces se prescribe uu purgaute ligero (I). Se ha di depende algunas veces de un esceso de fuerzas,
choque las flores de azufre detenían el desarrollo de no' procede siempre de las saburras, de un viein lo
los gases en una indigestión ocasionada por los fru cal, de la astenia, ni de los espasmos que determina
tos de estio, impidiendo la forinenUcion. Sin recha la debilidad. Esta ospecie de pneumatosis no exige un
zar las observaciones que se citan, nosotros no acón- iiiélodo escitante, sino por el contrario, un tratamien
tejamoseste remedio, porque las operaciones químicas to que apacigüe ó destruyala irritación, un régimen
no se efectúan en nuestro cuerpo como en los apa tenue, bebidas diluentes,'evacitantes suaves, la apli
ratos de los químicos. El agua acidulada con el ácido cación de sanguijuelas en el ano, en las partes geni
tales, y aun la sangría general.
1 R. Agua laxante de Viena, sois ontas—180 gram. Siu embargo, la pneumatosis depende las mas re
Agua de melisa, dos onias—60 grani. ces de la atoíiia y del espasmo, que e* tan frecuente
Sal amarga, seis dracraas—ii gram. mente producido ñor ella. Aquí se nianiíiesla la efi
Licor de Ilotfmann, diez gotas. cacia de los remedios, cuyo estímulo os proporciona
Jarabe de castaras de naranjas, media «uta—1:¡ gram.
do al grado de debilidad general ó local, tales como
las sustancias volátiles y los carminativos al interior
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FR ANK.
y al osterior. Es muy esencial inducir áloshipocondria- mente muy útiles en el cólico llatulento, y aun
cos y á los liisléricos á quo retengan los gases, en lu en la timpanitis. Los antiguos aplicaban en este caso
gar de ocuparse en arrojarlos, l'ara remediar la debi- el fuego sobre el vientre. Se lia sustituido al caute
lidad y los espasmos simultáneos de las visceras, debe rio actual, el vejigatorio, las fomentaciones con la
prescribirse el cálamo aromático, la raíz de angélica, orina de un niño, y la sal de canela silvestre, que se
de valeriana, la menta, la calaminta de monte, el hiso hace disolver y hervir en este liquido ; la lejía , á la
do. el tomillo, el romero, la salvia, las flores de manza- que' se añade sal, azufre y alumbre. Estos tópicos
a, sobre todo de manzanilla romana; las semillas han tenido buen éxito algunas veces, llamando al es-
anis, de comino, de hinojo, las bayas de laurel, de terior la irritación (ijada sobre las partes internas, y
enebro, el licor anodino, los éteres, los aceites des en los casos en que la enfermedad hubiera podido ter
tilados, ct -álcali volátil, el alcanfor, la asafétida, etc. minarse por abscesos. Los baños no son de despre
Pero estos remedios administrados sin miramiento en ciar, sobretodo , cuando la timpanitis ha sucedido
las personas débiles, producen la inflamación, la gan á la desaparición de una enfermedad cutánea , . y
grena de las partes internas. Son tanto mas peligro cuando la sequedad y la aridez de la piel , anuncian
sos , cuanto menor sea la libertad del vientre. Si la la correspondencia simpática de este órgano con el
estreche/, del eslinter, la repleción del recto, ó el abdómen.
infarto de los tumores hemorroidales, no se oponen Como la espulsion de los gases es algunas veces
al uso de los. enemas, están estos indicados, por imposible, se ha tratado de estraerlos por medio
que el asiento de la enfermedad se halla priucípal- de una geringa , ó de neutralizarlos con los absor-
me»to en los intestinos gruesos. Se administran sim bentes.
ples ó preparados con la infusión de manzanilla, á la Un celebre comentador del padre de la medicina,
que se puede añadir el asafétida y una yema de hue habia ya observado que los enfermos atacados de fla-
vo; el líquido debe tener una temperatura algo fría, tuosidades y de cólicos habían esperimentado un
para no aumentar el enrarecimento de los gases: es alivio considerable con el usode la geringa aspirante:
necesario reiterar á menudo estos enemas. Nosotros como era demasiado incómodo introducir y retirar
hemos disipado prontamente un meteorismo conside alternativamente este instrumento para vaciarlo, se
rable en el tifu6 por medio de un enema vinoso. Se añadió después á él una válvula. Aunque este medio
refiere que las> fumigaciones con el humo de tabaco uo quite la causa, los esperímentos reiterados han
han mitigado los dolores y disipado la timpanitis. demostrado su ventaja , y el raciocinio las esplica.
Pero el carácter sospechoso do esta sustancia, y el En efecto, sacado el aire que contienen los intestinos
calor que trae consigo el humo, deben inspirar des gruesos, la válvula de Baubín opone menos resisten
confianza eii los enfermos dotados «le una ¿ron sensi cia á los gases que vienen de los intestinos delgados,
bilidad. Nosotros no liemos ensayado nunca los ene y la distensión, que podía llegar basta la ruptura, so
mas de ácido carbónico, alabados por algunos autores. disminuye por algún tiempo, y mientras se espera la
Muchos médicos uo creen iudicado el opio, porque administración de otros socorros.
ocasiona la constipación. Sin embarco, en el cólico Los absorbentes, tales como la magnesia calcina
de plomo, los narcóticos , como hemos observado da, el agua de cal, el álcali volátil, el polvo de carbón
frecuentemente nosotros mismos, laxan ordinaria vegetal, han sido propuestos con arreglo á esperímen
mente el vienlre mejor quo todos los evacuantes. tos químicos: un autor anónimo da razones especiosas
Obran haciendo cesar el espasmo que mantiene la para demostrar que no se debe esperar gran cosa de
constipación. Un práctico célebre administraba, pues, ellos. «Todos los gases intestinales, dice, no son ácido
en este caso, pildoras purgantes combinadas cou los «carbónico; los cáusticos no pueden ser administra-
anodinos, y otro prescribía preparaciones semejantes, »dos mas queá pequeñas dosis, si se quieren evitar
y sobie todo, pequeñas dosis de los polvos de Uower. »los accidentes que ocasionan , y no absorben ta»
Sin embargo, nosotros convenimos en que los opiados Hlonces mas que una pequeña cantidad de gases.
debeu emplearse con cuidado, solamente en un vio «Hay casos en los cuales no se puede hacer uso de
lento estado esnasmódico, y asociados con los oleosos, nellos. Vale mas combatir la causa de las flatuosida-
ó con los mucilaginosos. Kl aceite de almendras ó de »des, que las mismas llatuosidades. El polvo de car-
ricino calma las crispaciones de los intestinos, los »bon que se introduce en el ano para absorber el hi-
relaja, y esto favorece la secreción de las mucosidades «drógenó , pierde su propiedad absorbente al punto
que se hallan en su superficie, y facilita el curso de »que se incorpora con las mucosidades intestinales.
• las malnrias fecales. Es útil hacer fricciones sobre »En fin, los absorbentes no llegan al lugar en que
el vienlre, con un linimento alcanforado y anodino. «deben ejercer su acción, sin haber sufrido alteracio-
Pero nada iguala á las bebidas frías y á las aplica »nes que cambian su naturaleza.» Estos rapiocinios
ciones de agua fría, de nieve ó de hielo machacado merecen ser justificados en el lecho del enfermo.
sobro el bajo vientre, y á los enemas frios. Estos me Relativamente al álcali cáustico , nosotros lo hemos
dios convienen en el cólico llalulcnto y en la timpani administrado en pequeñas dosis repetidas, con el
tis, en los quedemos obtenido buenos efectos de ellos. mayor éxito, on una mujer recibida en la clínica de
Una mujer robusta esperimentó, después de haber Pavía con tina timpanitis que habia resistido á los
tomado un remedio, una hinchazón del abdomen, con mejores remedios, á todos los volátiles: al cabo de al»
dolor, dispnea, abatimiento y vómito. Hipócrates le gunas horas, el vientre se aplanó casi completamen
hizo arrojar treinta cubos de agua fria sobre el cuerpo; te. El estómago contiene ordinariamente ácido car
ella pareció muerta cinco veces, pero estas afusiones bónico, cuando los eructos no son fétidos: ¿por qué
la volvieron al (in la vida. La sociedad de medicina temeríamos emplear en este caso un álcali cáustico
de París bu comunicado muchas historias de timpa debilitado, la magnesia calcinada, ó el agua de cal?
nitis observadas en caballos y curadas con enemas Seguramente no conviene en todos los casos el mismo
fríos. En el moteorismo febril hacemos continuamen remedio, pero no pierde nada do su eficacia en
te fomentaciones calientes, aromáticas y vinosas so aquellos en que esta iudicado. Nosotros confesamos
bre el abdómon. Se empleaban antiguamente en Ro que vale mas combatir la causa que el electo ; pero
ma, como Un. gran remedio en la timpanitis, las lo en un peligro inminente, es esencial atacar un sínto
ciones secas, sobre todo con arena calentada ma
39G BIBLIOTECA ECONÓMICA
bon en polvo grueso, no absorbe mas pronto los á las paredes abdominales, y aun algunas veces ad-
los que están en pequeña cantidad en el recto herentes á ellas, nada se opondría á esta operación,
olon, que el hidrógeno, y nada le impide lle aconsejadajpor hombres de mérito: se podria aun esta
gar al sitio que ocupan los gases. Nosotros no res blecer un ano artificial, como se acaba de proponer
pondemos á estas objeciones mas que para inducir á en Francia.
ios médicos á no rechazar sin razón los pocos reme A pesar de todas estas dificultades, como la muerte
dios que el arte nos ofrece en esta enfermedad! Si es cierta, y no se puede por el raciocinio prescribir
las flatulencias dependen de la inercia de la bilis, á la cirujía límites que el atrevimiento del operador
deben prescribirse los amargos que suplen á la al traspasa muchas veces con gloria; como vale mas
teración de este humor, por ejemplo , el cocimiento ensayar un remedio incierto que no emplear ninguno,
de cuasia con el agua de menta piperita, la bilis de vamos hacer algunas reflexiones en favor de la para
buey, con la canela pulverizada. Un empírico curó centesis. Es' verdad que el corto número de opera
una timpanitis crónica y rebelde á muchos remedios, ciones do este.'género practicadas hasta ahora, no ha
dando al enfermo en un caldo caliente unos polvos sido coronado de éxito; pero no se han inspeccionado
de hollín. La gran sensibilidad de los intestinos, y su los cadáveres: de suerte que no se puede saber si la
disposición á los espasmos, no permiten hasta el fin muerte ha sido efecto de la gangrena ó de una úlcera
el uso de tónicos poderosos. En la convalecencia, se que ha penetrado en los intestinos. Un diario francés
prescriben las aguas marciales con algunas gotas de do medicina refiere que la punción del vientre se ha
licor de Hoffmann , la tintura de marte con el agua practicado dos veces con alivio en una mujer; el
vinosa de canela, y la infusión en frió de quina. Es- aire se escapaba con fuerza por la abertura, sin olor
teriormente, para restablecer el tono de los músculos fétido; al mismo tiempo el vientre se aplanaba, y el
abdominales y de los intestinos, conviene aplicar un dolor disminuía. No habiendo dejado el cirujano la
vendaje compresivo, como hemos aconsejado, desde cánula en su lugar, y habiéndose resistido la mujer á
el principio de la pneumatosis asténica. Así es que una tercera operación, la timpanitis llegóá ser mortal.
los que corren so sirven de él , para prevenir los Cuando se diGerc la punción hasta el último mo
vivos dolores que les ocasiona la espansion de los mento, lo cual es también aplicable á la ascitis, es
gases inteslinnles. Pringle (1) ha visto que un hom necesario no atribuir la muerte al remedio , sino á
bre atacado por espacio de algunas semanas de una haberse empleado demasiado tarde. La punción del
timpanitis con liebre , murió en una noche á con pecho fue mas feliz en un hombre que se creia ata
secuencia de tres ó cuatro deyecciones provoca cado de una colección purulenta en esta cavidad, y
das por pildoras aromáticas escillíticas. Como estas que se hallaba afectado de una pneumatosis torácica,
evacuaciones determinaron el aplanamiento súbito la cual se curó rápidamente por la operación. Un mé
del vientre, atribuyó la muerte á la falta del vendaje. dico distinguido asegura que ensu tiempo se practicaba
A la abertura del cadáver no se halló ni agua ni aire; á menudo en París la paracentesis del pecho, para dar
el colon estaba muy dilatado y flojo; su capacidad pa» salida á los gases, que salían con esptosion. Se nos
recia corresponder á la tumefacción del abdómen. objetará que no sucede lo mismo en el vientre: noso
Se deben aconsejar también las lociones sobre el ba tros responderemos que los esperimontadores practicón
jo vientre con el agua fria, todas las mañanas, prac la punción del abdómen todos los años, con el mayor
ticadas, sin embargo, con precaución , de manera éxito, en los animales domésticos, de donde se puede
que se evite el enfriamiento; y por último la equita concluir que seria permitido intentarla en el hombre.
ción y los paseos en carruaje. Los bueyes y las vacas comen en otoño con esceso
La medicina ofrece pocos ó ningunos recursos en yerbas recientes, hojas de trébol ó de nabo, y son
la pneumatosis intestinal dependiente de un vicio atacados de timpanitis. Si no se les hace ningún re
orgánico. Nosotros curamos algunas veces las obs medio, su estómago se rompe , y mueren. En estas
trucciones, y las Ilatuosidades que tienen origen de funestas circunstancias , se introduce perpendicular-
ellas; pero las estrecheces escirrosas, la obturación mente un trócar en el vacío izquierdo, entre la última
de las vias digestivas, mantenida por pólipos, falsas costilla y la cresta del hueso íleon: sale por la cánu
membranas, por una invaginación considerable con la una enorme cantidad de aire, y esta operación que
adherencias; las dilataciones escesivas, dependientes practican los labradores , produce casi constan
de una conformación congenita, los cálculos bilia temente la curación, en un caso en que la muerte
rios duros y voluminosos, los tumores casi petrosos es cierta. No debe temerse perforar el estómago,
del mesenterio , eluden nuestros esfuerzos ; y los cuando los gases están contenidos en su cavidad. -
niales que de ellos resultan no son susceptibles por Las heridas penetrantes del abdómen en el hombre,
lo coniu.ii mas que de un ligero alivio si se sigue y aun las de los intestinos, no son siempre mortales:
un régimen tenue, y si se administran remedios de se ve un gran número de militares curar contra toda
la misma naturaleza, mucilaginosos, ú oleosos, y por esperanza. La cavidad abdominal está siempre exac
último enemas. tamente llena durante la vida; el diafragma y los
En una pneumatosis intestinal ó abdominal, rebel músculos abdominales ejercen continuamente sobre
de á los socorros de la medicina, y amenazando con los órganos que encierra una presión suave , igual y
una muerto próxima, ¿se puede recurrir á una ope uniforme; el peritoneo se inllama muy fácilmente sin
ración quirúrgica, á la punción? estar irritado: los intestinos heridos, aplicados estre
Si los signos de la pneumatosis abdominal fuesen chamente contra esta membrana, tienen, pues, una
menos equívocos, y no fuera tan comunmente conse tendencia á unirse con ella, y por lo común, bastan
cutiva de la pneumatosis intestinal ó no se complicase algunas horas para establecer adherencias. En los pri
con ella; si el aire contenido en el tubo alimenticio meros tiempos de la inflamación, las materias fecales
se escapase prontamente y en totalidad por las pi salen por la herida; pero á medida que se cierra es»
caduras hechas con agujas;; si los .intestinos adelga pontánea ó artificialmente, vuelven á tomar su curso
zados por su dilatación, no estuviesen tan inmediatos natural. La inflamación del peritoneo, que es tan
grave por sí misma , es aquí el único medio de
salvación. Así es, que nosotros hemes visto con admi
l Observaciones sobre las enfarraciladcs ración curar en la clínica de Viena á una mujer que
loa tirapo» y < tenia en el epigastrio una ancha fístula estomacal,
i>n 12. 1
DE MEDICINA Y CIRCJÍA.—FRANK. 3&7"
cuya historia fue recogida por uno de nuestros alum esta permanencia cierta cantidad de calórico, se con
nos. Ademas, se ven heridas del estómago, de los densa, se cambia en serosidad. Pero la actividad de
intestinos, en sitios que no pueden ponerse en con los vasos absorbentes, mayor que la de los vasos ex
tacto con las paredes del abdómen , contraer adhe halantes, hace difícil esta estancación: en efecto, si
rencias por efecto de la inflamación , ayudada de se inyecta agua en el tórax de un animal vivo, es ab
un régimen tenue, con la parte inmediata del tubo sorbida al cabo de algunas horas. La ligadura, la
alimenticia. La compresión abdominal previene de esta compresión del tronco de los vasos linfáticos, hacen
modo el derrame de las materias, y la muerto. Nosotros cesar la reabsorción; las partes en donde no son reab
no pretendemos con estas reflexiones inducir a! lector sorbidos el vapor animal ni la serosidad, y á donde
& considerar como exenta de peligro la lesión de los afluyen continuamente, se llenan, se distienden, so
intestinos; queremos solamente probar que si fuesen ponen tumefactas, y ejercen sobro los órganos in
iulcresados en la punción, no se debería esperar una mediatos una compresión que determina la estanca
muerte cierta, como en la timpanitis llevada al mas ción de sus humores mas tenues. Así es que por las
alto grado. Por último, cuando la pneumatosis pa mas ligeras causas, las parles lejanas del corazón, ó
reciese abdominal, y ningún signp anunciase la infla cuyo tejido celular es muy flojo, se hinchan, se po
mación ni la gangrena, ¿no se podria sustituir la nen edematosas.
incisión á la paracentesis? Pero en la pneumatosis 729. Pero la causa de la hidropesía no es siem
intestinal , esta incisión os insuficiente. Entonces, pre tan sencilla. Por la mañana, al despertar, todo el
si no se practica la operación intentada con éxito mundo tieno el rostro mas ó menos tumefacto. Cier
en los animales domésticos, si no se perfora el intes tas circunstancias desarrollan, eu la mas perfecta sa
tino, cuyas heridas abandonadas á sí mismas no son lud, una especie de turgescencia vaporosa del tejí-
absolutamente mortales, todo está perdido. do celular mas bien que de los vasos, lo cual es co
Sea cualquiera el poder de las razones alegadas en mún en los jóvenes. Esto estado se disipa comun
favor de la paracentesis, sean cualesquiera sus venta mente al cabo de algunas hora*; llega á ser sensible
jas en la pneumatosis abdominal, cuando se puede en las afecciones violentas del alma, lo que es bion
distinguir de la pneumatosis intestinal, muchos mo conocido de los poetas; se le observa con frecuencia
tivos, que ya hemos hecho conocer en parte, nos antes del establecimiento de los menstruos, y durante
llevan á no aconsejar esta operación, cuando los ga el embarazo. Esto fenómeno se manifiesta en la con
ses tienen su asiento en los intestinos. En efecto, la valecencia de las enfermedades, en muchas afeccio
timpanitis de los animales domésticos no es una afe- nes morbosas, tales como la clorosis, la fiebre inter
cion crónica, sino un meteorismo agudo. Su estóma mitente, á consecuencia de convulsiones; se refiere
go robusto y dividido en muchas cavidades y su tubo á la pneumatosis histérica, ó á los tumores ventosos,
intestinal, se han distendido súbitamente, y su con mas bien que á la hidropesía. Ademas, toda estan
tractilidad no se ha aniquilado. En la timpanitis cró cación de la serosidad en el tejido celular, como ha
nica los intestinos del hombre, mas débiles, han ad» observado ya un médico célebre de Alemania, no
quirido una dilatación esecsiva, que ha destruido su puede ser considerada como una hidropesía; hay ca
elasticidad y su fuerza vital , de suerte que después sos en que no es tan grave como una hidropesía, ni
de la cspulsion del aire, caen en colapso, y la herida aun local, y constituye solamente una turgescencia
permanece entreabierta. Por otra parte, una estrechez acuosa inocente. ¿Cuántas veces, en el caso de obli
mecánica mantiene frecuentemente la dilatación y se cuidad del útero en las mujeres en cinta, ¡k> ?c ve
opone á la espulsion de los escrementos, y aun de los sobrevenir el edema do la cstremidad correspondien
gases ; en fin , se trata de practicar la punción en te al lado comprimido? Los individuos de una esta
el hombre enfermo, cuyas fuerzas están aniquila tura algo elevada, están habitualmente sujetos á un
das, y no sobro un animal que goza do una salud ligero edema alrededor de los maleólos, sin que se
perfecta. pueda caracterizar do hidropesía, eu la verdadera
acepción | de esta palabra. Una simple picadura de
ORDEN SEGUNDO. abeja, es seguida de una tumefacción edematosa que
tiene la apariencia de la hidropesía; lo mismo sucede
con el edema que se manifiesta al esterior culos abs
RETENCIONES ACUOSAS. cesos profundos, y en el empiema. Seguramente la
hidropesía se presenta algunas vecos bajo la forma
de edema, pero no todos los edemas son iiidroposías.
GENERO PRIMERO. 730. Definición dk la hidropesía.—Esta enfer
medad consiste, según nosotros, on una secreción
Hidropesías. morbosa, una estancación del vapor animal , con
vertida en fluido seroso-linfático, en cavidades estra-
728. La hidropesía es una enfermedad que no ñas, con cambio de forma, aumento do volúmen,
difiere de la pneumatosis mas que eu lo que el agua tensión, pesadez déla parte que es su asiento, inco
difiere del aire, y á la que se puede aplicar una gran modidad de las inmediatas, diminución del calor,
parte de lo que hemos dicho en el órden preceden del sentimiento, del movimiento, y desórdeu de la
te. Pero es mucho mas común, mucho mas nums- mayor parte de las funcionos, sobre todo de la se
rosas las partes que puede ocupar, y sus síntomas creción urinaria, que se halla notablemente disminui
de ordinario muy variados, Jo que necesita una des da y casi nula.
cripción particular de las principales variedades. Sí estos síntomas generales no bastan para "hacer
El tejido celular y las grandes cavidades están conocer todas las especies de hidropesía, es necesario
continuamente humedecidas por un vapor animal atender al carácter de esta afección, cuyo asiento
que exhalan las estremidades capilares de los vasos varía hasta lo infinito, que se establece comunmente
arteriales. Cuando este vapor, destinado entre otros en el interior dej nuestra economía , y se anuncia
usos á prevenir las adherencias mutuas que las par desde el principio ue una manera muy equívoca. Al
tes podrían contraer, es segregado en demasiada hablar de las especies, añadiremos á este cuadro los
rasgos que le faltan,
i. T' '
398 BIBLIOTECA ECONÓMICA ' .-1
variedades, que no pueden ser comprendidas en los interno, que se oculta por lo común á la vista, y aun
límites de una definición. Se puedo, sin embargo, di al laclo; ó estenio, blando y elástico al principio, y
vidir según su carácter, su origen, su asiento, la pai después lenso y resisteute á la presión. Si la colección
to que lo contiene, la materia contenida, y en lin, se tiene su asiento eu el tejido celular subcutáneo, el
guu su marcha. En primer lugar, puede depender tumor está blando, flojo, pálido, casi frió é indolente;
de un vicio loc.il ó.general, y en este último caso mantiene largo tiempo la impresión del dedo. Este
proceder de la astenia, ó lo que es mas raro, do la es él edema, el cual va acompañado comunmente de
iiiperestcnia. Relativamente á su origen, la hidrope eritema, de erisipela. Cuando el liquido ocupa una
sía es secundaria, producida por otra enfermedad; cavidad dividida en muchas partes por tabiques mem
ó primitiva, lo que no es común. En cuanto á su branosos ó celulosos, permanece al principio en su
'asiento, ninguna parte del cuerpo está exentS de ella; sitio, y á medida que su cantidad aumenta, rompe
se han hallado colecciones acuosas, aun en los hue los tabiques y se forma uua sola cavidad, suficiente
sas largos. Pero ocupa las mas veces el tejido celu para contenerlo: en este caso, y cuando el licor flo
lar subcutáneo, la cabeza, la columna vertebral, el ta libremente en una cavidad esplánica, se manifiesta
tórax, el abdomen, la pelvis: lo que constituye la hi un tumor fluctuante. La fluctuación no es sensible
dropesía celulosa ó anasarca, el hidrocéfalo, el hidro- cuando la colección está situada profundamente y las
raquis, el hidrotórax, la ascitis, la hidrómetra, partes esternas son muy densas, cuando el líquido
hidropesía de los ovarios, de las trompas, y de los existe en demasiada cautidad y estrechamente encer
ligamentos del útero. Estas variedades tienen sínto rado, ó cuando es de una consistencia espesa, albumi
mas propios, su trataiuieuto es diferente: las descri nosa, gelatinosa, viscosa, ó la cavidad esta dividida por
biremos, pues, en particular, después de haber es tabiques. En la anasarca, cuando la serosidad no ha
puesto las generalidades. Con respecto á las partes agrandado todavía las células desgarrando sus pare
continentes, el fluido está libre en su cavidad, ó en des, se cree sentir al tacto una pituita tenaz; pero
cerrado en una bolsa, un quiste, ea hidátídes. Relati qsto es un error, aunque este líquido contenga un
vamente á la materia contenida , puede ser pura ó poco de materia adiposa. Los antiguos, engañados
mezclada con otras sustancias, gas, sangre ó pus. por las apariencias, han dado á esta enfermedad el
Sin embargo, nosotros no referimos á la hidropesía nombre de leuco/legmasia ó derrame subcutáneo de
los derrames de pus, de sangre, ele quilo, de bilis, mucosidades viscosas, en los casos en que existía una
etc., en las cavidades, mas que cuando sobrevienen verdadera hidropesía celulosa: olvidaban que el cuer
en uua hidropesía. En lin, si examinamos su marcha, po vílreo del ojo está formado por un humor muy
la hidropesía es aguda, y febril por lo común, en es límpido, y sostenido por una membrana celulosa que
ta circunstancia; ó crónica, y en este caso es apiré- le da una apariencia sólida.
tica, esceptu hacia el lin; puede ser vaga ó lija, y Si la ooleccion eslá eneerradjj en un quiste, ó en
algunas veces periódica, complicada. ¡Esta enferme una bolsa, los síntomas depeudieutesde la distensión
dad es endémica en los paises fri^s y pantanosos; lle son mucho mas ligeros y se manifiestan mas tarde
ga á ser epidémica en los años en que reinan los que cuando la hidropesía tiene su asiento en una
vientos del mediodía, y sobre lodo, por la influencia parte sensible. Lo mismo sucede cuando tiene una
de otra enfermedad, tal como la escarlatina. marcha lenta y la dilatación se efectúa poco á poco;
732. Síntomas cekeeui.es.—Para esponer sin con su diagnóstico es entonces mas oscuro, y el enfermo
fusión los síntomas de la hidropesía, es necesario casi no se apercibe de ella en el principio. Por el
remitirnos á la descripción particular délas espe- trascurso del tiempo, el tumor enquistado se de
cies. Como esta afección es ordinariamente sinto sarrolla, y llega á ser perceptible al tactoy prominen
mática, se debe indicar al mismo tiempo la causa te. Permanece libre y movible hasta que su volúmen
de la enfermedad esencial, y su marcha. Nosotros no llena la cavidad que le coulieue. Como el quiste no
trazaremos aqui mas que los síntomas generales: se recibe vasos ni nervios, no es susceptible de contraer
refieren á la perversión de la secreción, á la disten una inflamación adhesiva, á menos que la sensibilidad
sión de la cavidad que contiene la materia, á la de la parte inmediata no supla esta falta; pero sus pa
compresión de las partes inmediatas, á la pérdida do redes seiespesan, se fbrtihean, y aun se ponen ca
los fluidos, que no se emplean en la nutrición, á su llosas, por la yustaposicion de las capas de la linfa
corrupción, y á la irritación que determinan. coagulable. Cuando la parte continente, provista de
La perversión de la socrecion supone en general vasos y de nervios, esperimenta una distensión repen
una irritación local, comunmente una inflamación tina, pierde su sensibilidad á consecuencia de dolores
latente, que se reconoce, en fin, por ios siguientes tensivos muy agudos, y padece algunas veces una
síntomas: horripilación, sentimiento de sequedad, flogosis crónica, que trae consigo el espesamiento y
de tensión incómoda, de ardor, y á veces doloreá la induración de sus paredes. En la ascitis, no es ra
oscuros y profundos en el interior. A medida que ro que el ombligo se distienda hasta ponerse tras
aumenta la secreción morbosa, la de la boca, de la parente , y aun se le ha visto roto. En el hidro-
piel, de los intestinos y de los ríñones, disminuye ó tórax se elevan algunas veces las costillas y forman
se suprime casi enteramente. Asi es que la boca lle una prominencia considerable. En la hidropesía del
ga á ponerse seca y la saliva viscosa, la piol árida tejido celular interior ó eslerior du las visceras, la
como el ' pergamino, y las deposiciones son raras y distensión produce la ruptura, y la Iiidropesia deja
difíciles ; las orinas encendidas , después morenas, de ser enquistada. Los efectos de la distensión son
oscuras, alteradas, jumentosas, fétidas, sedimento mas funestos y mas evidentes en la hidartrosis.
sas, y su cantidad disminuye de dia en dia. Como Los síntomas producidos por la compresión de los
la naturaleza de los líquidos varia en Jos diferentes nasos y de lás visceras inmediatas, varían según el
individuos atacados de hidropesía, no se puede de volumen, la forma, la posición y el acrecentamiento
ducir consecuencia alguna de su análisis químico. continuo del tumor. En general, cuando la*colecciou
Sin embargo, están compuestos en gran parle de es considerable, la parte que es su asiento se halla
agua; se encuentra también en ellos mucha albúmi disforme, y el enfermó esperimenta en ella un sen
na, y ademas álcali lijo mineral, ácido carbónico, y timiento de pesadez, de distensión y de compresión;
fosfi'to de cal y de azufre. el movimiento, el sentimiento, la circulación y
iiniilns. abolidos;
calor estáu disminuidos, abolidos: la gangrena
cañaren y el
DE MEDICINA T «RUÍIA.—FRANK.
esfacelo se declaran. Pero estos accidentes varian cion del individuo, el carácter de la enfermedad, su
según las diferentes especies. Así,- en el liidrocéfalo grado y sus complicaciones; sin embargo, se puede
la compresión produce el sopor, el coma somnolentum, decir en general, que el agua de los hidrópicos es
la apoplegía, la amaurosis; en la hidroraquitis, tem una materia albuminosa disuelta en una cantidad ma
blores, parálisis; en el hidrotórax, dispnea, ortophea, yor ó menor de agua común, con diferentes fosfatos
tns, hemoptisis; dilatación aneurisma! délos grandes y un poco de azufre. No hay humor animal que con
vasos y del corazón, palpitaciones, irregularidad ¿ tenga tanta albúmina, pues se halla algunas veces la
intermitencia del pulso; en la ascitis, el entorpeci colección enteramente albuminosa.
miento de la circulación de la sangre, de la linfa y Para esplicar los sintonías de la hidropesía, se ha
del quilo, lo que ocasiona el infarto de las venas, supuesto con demasiada frecuencia una acrimonia,
hemorragias nasales, tumores hemorroidales, el flu una corrupción en el liquido que la forma. Se han re
jo hemorroidal, hemorragias del útero, del estómago, ferido á una irritación acrimoniosa los ensueños con
el marasmo, la fiebre lenta, la abolición de la seere- sobresalto y la sofocación inminente que se observan
cion urinaria, el edema de los pies y de las partes ge en el hidrotorax, aunque el agua se halle en peque
nitales; eu la anasarca, la desaparición de los vasos ña cantidad; y el acrecentamiento de la fiebre y de
cutáneos, la ingurgitación de los vasos interiores, la todos los síntomas, eu el último periodo del liidrocé
diminución del calor y de la sensibilidad, la aboli falo. Nosotros hemos conservado durante un año, en
ción casi completa del tacto, cambios en la posición un frasco bien cerrado, agua sacada del vientre de
[ficultad
la forma un hombre de Rastadt: este líquido no ha manifesta
en de muchas visceras,
asegurarse del estadoy del
en fin, mucha di
pjlso. do el menor indicio de corrupción. Hemos asistido á
Í
La pérdida de los jugos nutritivos es considerable un hombre atacado de hidropesía ascitis, en el que
en la hidropesía-, como se reconoce solamente por se habia dejado quieta la cánula y en el quelas aguas
el aspecto de la colección serosa, por el análisis del no habían sufrido alteración alguna después de la
liquido que la forma, por el eximen de la materia muerte, á pesar de la entrada del aire en la cavidad
que depositándose en la superficie de les órganos, abdominal.
establece las adherencias que los unen entre sí, y con Hemos visto predicar la punción en seiscientos
las paredes de la cavidad en que están encerrados; enfermos en el curso de nuestra práctica; nunca he
por el empobrecimiento de la masa sanguínea; por mos reconocido en las aguas el menor carácter de
la demacración de las partes que la hidropesía no fetidez ni de acrimonia, aunque hubiésemos sospe
ha atacado aun, como el rostro, los brazos, el pecho; chado en ellas alguna alteración. Se halla un grau
en lin, por el marasmo y por la liebre lenta, que so- número de observaciones en contrario. Sin duda han
brevienen en medio de la hinchazón general. La sido hechas en enfermos que se hallaban in articulo
pérdida de la serosidad de la sangre contribuye mu mortis, atacados de gangrena, de alguna ulceración,
cho á producir la sed, que es ardiente al fin de la ó de pneumatosis abdominal. Se ha pretendido que las
enfermedad, á disminuir la cantidad de las orinas, visceras estaban maceradas en el agua de los hidró
y á hacerlas cargadas. En la hidropesía, los jugos picos, como el cuero se reblandece en el agua tibia,
nutritivos no se emplean en los usos a que están des donde lo introducen los zapateros; no se puede hacer
tinados, y no se dirigen á los órganos que debían semejante aplicación (\ nuestra economía. El amor
recibirlos. En efecto, obedeciendo comunmente los de la verdad nos ha obligado á emprender esta refu
humores álas leyes físicas, caen sobre las partes dis tación: sin embargo, convenimos en que las aguas
tantes de la influencia del,co'azon, sobre los maleó suministradas por una secreción morbosa, los licores
los y sobrecl dorso del pie; durante el reposo de la estancados desde largo tiempo fuera de sus vasos,
noche entran cncirculacioo; pero como hemos dicho, pueden diferir de los humores sanos, y poseer cier
el edema no anuncia siempre la hidropesía; estos dos tas cualidades irritantes; nosotros queremos sola
estados pueden existir el uno sin el otro. mente despertar la atención de los médicos, é in
El .agua de las hidropesías es de un color citrino, vitarlos á no admitir hipotéticamente en todos los
v ligeramente untuosa ; forma fácilmente espuma por casos semejante alteración.
la agitación, y exhala un olor algo urinoso. Pero el En la hidropesía aguda, que constituye comun
aspecto de este liquido varía por lo común; algunas mente el principal síntoma de la peritonitis puerpe
Veces os amarillo, naranjado, verdoso ó blanquecino; ral, hemos visto con frecuencia á la materia derra
se espesa, y corre difícilmente por la cánula del tró- mada exhalar un olor fétido. Hay tumores, abscesos,
car, contiene colgajos de falsas membranas, filamen cuya abertura es funesta para el cirujano, cuando es
tos poliposos, y á veces parece una gelatina semi te se hiere con el bisturí; en fm, nadie ignora que
fluida, o se asemeja á la clara de los huevos. En cier las lágrimas segregadas en la oftalmía, corroen las
tos casos presenta un color negruzco, moreno, que mejillas.
parece preceder de la presencia de la saugre corrom En medio de tantos males, los enfermos no pier
pida, Otras veces contiene evidentemente sangre pu den casi nunca la esperanza desucuracion; muy dife
ra en gran cantidad, que. se escapa con él por la rentes de los hipocondriacos, creen de buen agüero
cánula, sin que el trócar haya herido ningún vaso. los peores signos. Lo oue los mantiene en uua
Relativamente al sabor, se le ha encontrado amargo grata ilusión, son los sudores abundantes de que se
eu un euferme; uno de nuestros amigos loba hallado cubre su piel, las vejigas, las ampollas que se lo-
dulce en una mujer de San Petersbuigo atacada de vantan en su superficie, sobre todo en las estremida-
ascitis. Estos últimos hechos confirman la analogía des inferiores, y que vierten al romperse una gran
oue sospechamos existe entre la diabetes saoarina y cantidad de serosidad trasparente. Esta última eva
la hidropesía, de que aquella va acompañada con tan cuación es algunas veces saludable; pero en general,
ta frecuencia. Lo que mereco toda la atención de la esperanza del enfermo se fustra al cabo de algu
los médicos es que cualesquiera que sean la consisten nas semanas , y una gangrena mortal se apodera de
cia^ el color y el sabor del água de los hidrópicos, la las ulceraciones, cuyo color es ya erisipelatoso. No
acción del fuego, del oxigeno atmosférico, y de los áci es raro que una hidropesía traiga consigo otra, y
dos minerales, coagula la parte albuminosa y produ- que el cuerpo caiga en una colicuación serosa ge
"ul- neral
tu- C
BIBLIOTECA KCONÓMICA
enfermo no puede ni andar, ni permanecer sentado la historia de la enfermedad, reconocí con ellos un
ó acostado. Sin embarga lu aniquilación ele las fuer liidrotoiav. La muerte arrebató pronto al enfermo,
zas le obliga ¡i guardar cama, en la cual no puede y la autopsia nos mostró el tubo inteslinsl lleno de
hallar ninguna posición cómoda ; la parle sobro que gases. Hemos tratado en la chuica de Pavía á una
se acuesta se enrojece, llega á ponerse dolorosa, lívi mujer que desde su infancia, en el mas perfecto es
da, so escoria, esparce una gran cantidad de serosi tado do salud, hacia sentir á la menor sacudida un
dad acre, y termina al fin por gangrena. En cir ruido tan semejante al de un líquido agitado en el bajo
cunstancias tan funestas, y aun sin que este último vientre y en el pecho, que el oido mas ejercitado se
accidente se manifieste, la fiebre, que el enfermo no hubiera engañado fácilmente.
había esperimentado todavía, se declara, señalada Nos estenderemos mas á continuación, sobre esta
ordinariamente por un escalofrió intenso. Calor ar incertídumbre de los síntomas, y trazaremos el cua
diente que aumenta la sod y la debilidad, vacilación dro do la hidropesía en sus diversos períodos; cuadro
de las facultades mentales, delirio ligero al acercarse que varía en cada una do las especies, á las cuales
lu noche; erupción de manchas rojizas bastante an vamos á consagrar otros tantos párrafos , en lugar de
chas, semejantes á los equimosis escorbúticos, sobre estudiarlas por capítulos.
los brazos, y especialmente en las muñecas. Los sín 733. SÍHTOMAS DE LA HIDROPESÍA CELULOSA.—Esta
tomas locales de la hidropesía se agravan conjrapidez, especie de hidropesía, según el lenguaje de un autor
y la muerte tiene lugar en el momento en que menos latino, pono la.superficie del cuerpo desigual, y la
la esperaban los parientes. cubre de lumores. La anasarca, hydrops intercus,
! Entre el gran número de hidrópicos que hemos que nosotros llamamos hidropesía celulosa, no difiere
observado , podemos citar cinco , cuyo estado era del edema masque cu la mayor esteusion que ocupa.
evidentemente desesperado, que renunciaron á toda Es, como aquel, una intumescencia de la piel, con
especie de romedios, y arrojaron espontáneamente blandura, falla de elasticidad, palidez y frialdad de
tanta cantidad de orinas, que en el espacio de tres ó este órgano. A consecuencia de las enfermedades
cuatro días se' disipó la infiltración general. La piel agudas y de las enfermedades crónicas, sobre todo,
quedó floja, y se les felicitó, con gran admiración de los exantemas; la cara, los párpados, las paredes
nuestra; en efecto, al segundo ó tercer dia sucum torácicas, y las estremidades superiores é inferiores,
bieron, ú pesar del uso de los tónicos. ¿Ha sucedido llegan & ser frecuentemente el asiento de esas hi
en estos casos á la hidropesía una diabetes muy dropesías parciales, que son algunas veces momen
agudi? ¿Ha sido causa de la terminación funesta la táneas, y se disipan por el calor de/ lecho- ó tenaces
perdida súbita de tanta cantidad de humores? Si y se propagan á toda la superficie cutánea.
es así, ¿convendría rodear al punto todas las partes La hidropesía celulosa no se limita al tejido celular
del cuerpo con un vendaje compresivo? subcutáneo; ocupa también el que separa á los múscu
Nosotros no hemos colocado de una manera abso los y reúne sus libras; el que cubre a los órganos ó
luta, entre los síntomas característicos de la hidro constituye su parénquíma, y el que acompaña y rodea
pesía, la diminución de las orinas: hemos visto á los vasos. La serosidad, arrastrada por su peso, pene-
muchos hidrópicos arrojar durante largo tiempo orinas ira de célula en célula, se acumula en las partes mas
abundantes y límpidas, como en el estado de salud. declives, sin que el movimiento de los músculos se opon
En lugar de la constipación, se observa á menudo ga & ello, y se forma un tumor edematoso en los pies y
un ligero movimiento de vientre: en ambos casos la en los lomos, mas bien que en cualquiera otra región.
curación es difícil. La sed no es un sínloma Un Se efectúa fácilmente una ruptura, que trae consigo
constante como se cree: hemos visto á muchos en otra enfermedad : en efecto, por lo común, en esla
fermos, que por temor de aumentar la cantidad de circunstancia , la hidropesía del tejido celular, ester
las aguas , se abstenían casi de toda bebida durante na ó interna, desaparece al cabo de algunas horas, y
meses enteros, sin esperimentar una necesidad apre no es raro que sea súbitamente reemplazada por una
miante de beber, esceplo cuando sobreveníala fiebre. ascitis ó un hidrotorax, peores todavía.
Pero cuando esta se declara y la enfermedad adelanta, Cuando no se efectúa ninguna evacuación, y el te
la sequedad de la boca y la sed llegan á ser estremas; jido celular eslá por mucho tiempo lleno de una gran
sin embargo, apenas han llegado las bebidas al es cantidad de agua, el enfermo esperimenta los sínto
tómago, cuando las angustias aumentan, ú causa de mas siguientes: pesadez en los miembros y en todo
la repleción del pecho y del abdómen, que se opone el cuerpo, sobro lodo, por la lardo ; imposibilidad
á la dilatación del estómago. Ya hemos citado algu de mover los músculos; entorpecimiento o abolición
nos casos, en los cuales no se puedo sentir la fluc de la sensibilidad; obstáculos en la circulación, he
tuación : debemos confesar, francamente que si el morragias , y diminución del calor vital. En un pe
derrame no se efectúa algunas veces mas que en los ríodo avanzado, la mas ligera causa, una'compresion,
últimos momentos de la agonía, otras existe desde una contusión , una ulceración , el decúbito prolon
largo tiempo sin que el médico haya reconocido su gado, un golpe, un sinapismo ligero, un vejigatorio,
presencia, y aun médicos y cirujanos esperimentados ó solamente la tensión de la piel , ocasionan inflama
creen sentir la fluctuación, y á la abertura del cadáver ciones, erisipelas y flictenas, seguidas con frecuencia
no se halla el meuor indicio de hidropesía. Un médico de gangrena y de csfacelo.
francés refiere nn caso en que la fluctuación del Hacia el fin de la gestación, la compresión de las sa-
abdómen parecía evidente, y después de la muerte se fenas, de las venas pudendas esternas, y aun quizas de
halló solamente el estómago dislendido por gases. las iliacas, ó solamente de los vasos linfáticos, deter
Un médico jóven de Paris quiso ejercilarse practi mina frecuentemente un edema de los pies, de los
cando la paracentesis en el cúdaver de una mujer muslos v de la vulva. Los grandes labios parecen dos
que creiu muerta de ascitis: al punió que retiró el vejigas llenas de agua; cierran casi el 'orilicio de la
trócar, se escapó por la cánula una gran cantidad do uretra, y el de la vagina, loque hace temer un parto
gases muy félidos, y el abdómen so aplanó: existía difícil. Sin embargo, aunque esle tumor edematoso no
solamente una úlcera profunda en la cara cóncava cede fácilmente á los tópicos, ni aun á las escarifica
del hígado. Algunos médicos distinguidos de Bruchsal ciones, el producto do lu concepción es espulsado sin
me llarnarrtn en c.ninilla para uu hombre de Ileidel- encontrar muchos obstáculos. Después del parto se
borg, sujeto desde largo tiempo á llatuosidades. Según disipa el edema , pero no siempre. Nosotros hemos
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FR.\NK. 401
visto en Rasladt, en una mujer, que no so hallaba 734. Síntomas del hidrocéfalo (inteunu). — El
en cinta, el pequeño labio derecho lleno do agua y hidrocéfalo es una colección acuosa en el interior de)
trasparente. Algunas escarificaciones hicieron cesar cráneo, dependiente de una secreción morbosa. Esta
el infarto; pero volvió dos veces después, y cedió, es una enfermedad común al hombre y á los animales
al'lin, para no repetir, al practicar la misma ope- domésticos, sobre todo, al caballo y al toro. Su asien
to varia: puede ocupar la cavidad de la aracnoides,
> están sujetas á una anasarca, en y es el hidrocéfalo meníngeo ; los ventrículos,, lo que
está casi trasparente, y blanca como la constituye el hidrocéfalo encefálico, que es el mas
8. Se ha referido este color á la retrocesión de frecuente; todas las cavidades á la vez, de suerte que
> ; pero depende de la diminución mas ó me el hidrocéfalo es universal; en fin , coexiste con la
nos considerable de la masa de la sangre, ó de la se hidropesía celulosa de la cabeza , como se ve en las
creción de un humor puriforme en vez de serosidad, Actas de la Sociedad real de Goettinga , y entonces
en el tejido celular subcutáneo. • tiene lugar el hidrocéfalo complicado. En estas varie
En los niños, y rara vez en los adultos que no son dades, la colección se efectúa con mas ó menos len
atacados de ascitis ni de hidropesía general, el escro titud , y el hidrocéfalo es crónico ó agudo. Este se
to llega á ser asiento de ún tumor acuoso , blando, subdivide en iiliopático y sintomático , ya ocupe lus
indolente, sin cambio de color en la piel, que retiene meninges, ya afecte al cerebro y al cerebelo: los fe
bastante tiempo la impresión del dedo, casi traspa nómenos de que va acompañado, difieren en todos es*
rente en la edad infantil, y que ocupa ordinariamente tos casos. Nosotros considerarnos al hidrocéfalo me
los dos lados : esta es la anasarca del escroto. Mien níngeo como una enfermedad aguda ; ¿tendríamos ra
tras este tumor es mediano, las arrugas de esta bolsa zones para sostener que el hidrocéfalo de los ventrícu
no desaparecen enteramente ; pero en los hidrópicos los en los niños tiene siempre una marcha crónica, y
adquiere, por lo común, el volumen de la cabeza de no va acompañado nunca de fiebre? Un vicio «ingé
un niño; su peso es considerable, el intervalo de los nito de los buesoi del cráneo favorece , ó al menos,
muslos no puede contenerlo, está frió, lustroso, y no acompaña muy comunmente al hidrocéfalo. Tales son
retiene la impresión del dedo. Cuando sus progresos la reunión tardía y la separación de lassuluias, la
continúan, ó la sensibilidad de la parte desaparece, la presencia de un gran número de huesos wormiaiios que
piel se pone rojiza, ardiente, dolorosa, algunos veces están flojamente articulados. Según esta disposición,
con tendencia á ta gangrena; la inflamación se apo la bóveda huesosa cede, en fes puntos menos sólidos,
dera de él; el pene, ó mas bieu el prepucio, partici á la presión de la serosidad derramada en las menin
pa del infarto, y presenta un tumor trasparente, que. ges o en las cavidades cerebrales al mismo tiempo, y
da lugar al fimosis y á todos los accidentes de que va aparece un tumor blando , sin elasticidad, circuns
acompañado. crito. Ademas de las lesiones orgánicas del cráneo,
La hidropesía celulosa puede tener su asiento en hay también causas generales que dan lugar á la hi
la cabeza, ocupar la fronte , las sienes, y el occipu dropesía do la cabeza, como á la de las demás cavi
cio. El tumor está tenso , blando , sin elasticidad, dades.
sin cambio de color en la piel , parcial , circuns Hidrocéfalo meníngeo.—El hidrocéfalo meníngeo
crito, ú ocupando todo el cuero cabelludo; algunas comprende muchas variedades , que no eran conoci
veces flucluantc, y aun trasparente, cuando las arco- das de los antiguos. Puede tener su asiento entre los
las del tejido eelular se rompen, y el licor Se junta huesos del cráneo y la dura-mater, en la aracnoides,
en una cavidad. La adherencia íntima de los tegu entre esta membrana y la pia-mater, entre esta y la
mentos con los músculos y el pericráneu hácia las ore sustancia cerebral, y en fin, en lospliegues de-la dura-
jas , no permite que la infiltración se estienda á la mater. La adherencia intima de esta membrana con
parte inferior de la cabeza. Una jóven de veinte y dos la bóveda huesosa', ha inducido á algunos anatómicos
años, cuyos menstruos no se hallaban establecidos to célebres, á negar la existencia de la primera variedad;
davía, tenia una hinchazón edemotosa considerable sin embargo, la's hislorios, poco numerosas á la ver
de la frente y de los párpados, quo apenas le permi dad, que refieren médicos distinguidos, y que no se
tía abrir los ojos. Todo el cuero cabelludo adquirió podrían rechazar sin hacerles injuria, prueban lo con
un volumen enorme ; el tumor que formaba, estaba trario. Hemos visto en dos enfermos, de que habíale -
en todos sus puntos blando y flucluantc ; la cara es mos á continuación , á la dura-mater y al periostio
taba pálida, así como la frente. Este edema había ya despegados en el vértice del cráneo por una colección
aparecido muchas veces, y se había disipado siempre acuosa. Los derrames serosos en la aracnoides, entre
con lentitud ; volvía periódicamente con cortos inter ella y la pia-mater, son tan conocidos de los prácti
valos. Se ha visto á un niño de tres años, cuyo -cuero cos , los hemos observado tan frecuentemente, que
cabelludo estaba blando al tacto, retenía la impresión seria inútil hacer aquí una mención espresa de ellos.
del dedo, y parecía trasparente á lu luz de una bujía Vamos á referir un ejemplo de lu cuan a variedad.
ó del sol. Algunas veces el asiento de la infiltración es Un célebre profesor de Yenne descubrió en un hidro
profundo, y la serosidad está reunida por debajo del céfalo, nueve libras (4 kilog. y ) de agua por de
casquete upo neurótico; nosotros no conocemos mns bajo la. pia-mater. Esta membrana había aliando
que dos casos en que se ha derramado en el pericrá- nado las circunvoluciones del cerebro ; en muchos i ?
neo, aunque los antiguos hayan 'observado muchos. tíos estaba separada de la aracnoides, que sel
En una y otra suposición, el tumor debe estar mas desprendida y peudiente del lado derecho. A <
tenso, mas circunscrito , debe ceder menos á la pre enuncia de le compresión ejercida sobre la masa en
sión, é ir acompañado de un dolor mas vivo. Un hom cefálica, quedaban apenas algunas estrías de sustan
bre experimentaba por espacio do un año una jaqueca cia medular, los cuerpos estriados no escedian dul vo
cruel , con insomnio , cuyo dolor so exasperaba al lumen de un garbanzo , las capas de los nervios
tacto, y aumentaba por la noche. Después de haber ópticos casi habían desaparecido, y estos nervios es
ensayado cu vano todas los remedios, se recurrió á taban filiformes; todos los que parten del cerebro y de
la aplicación del cauterio actual sobre la parte poste la médula oblongada, no estaban mas gruesos. El ce
rior de la cabeza, y corrió de la herida durante inu rebelo no igualaba al tamaño de una avellana.
ltos dias una gran cantidad de serosidad veri' Hidrocéfalo encefálico.—La colección de !a suro-
ente el enfermo. " en la sustancia dol cerebro ó del cerebelo , en
17"
402
los ventrículos, constituye el hidrocéfalo encefálico. Otras veces, cuando su aproximado
Los antiguos conocían poco esta enfermedad , ya por por grados, ó existe un número considerable de hue
que atribuían la muerte do los enfermos á una fiebre sos wormianiis, los intervalos se encuentran llenos
terminada por «t letargo, ya porque se bailaban des por una sustancia membranosa, y resisten débil
provistos de los socorros de las autopsias. É\ agua está . mente al esfuerzo de las parles internas, cuyo volú-
encerrada en una vesícula, ó osti libre en el cerebro, ñicn se aumenta á veces súbitamente: si en semejan
sobre .todo, en los ventrículos : en este último caso tes circunstancias, el feto ó el recién nacido eslá so
ocupa uno de los ventrículos laterales, lo que consti metido á la acción de las causas del hidrocéfalo, la
tuye el hidrocéfalo semi-encefálico, ó los dos á la vez; cabeza adquierencecsaríameii te un volumen que uneslá
en lin, llena todas las cavidades Se hallan con bas en proporción con las dimensiones de la pelvis, y co
tante frecuenciu liidátidesen el cerebro y el cerebelo, munmente nos vemos obligados á hacer la punción,
sobre todo en los plexos coroides ; pero e! mayor nú como nos ha sucedido en nuestra práctica de partos.
mero pertenece mas bien al tcenia hidatiyena . Fre Cuando el-níño consérvala vida, el tamaño y el peso
cuentemente la ruptura de una vesícula, do una lii- de la cabeza se acrecienta de dia en dio , y las suturas
dátídes, da lugar a un derrame en las partes inme se separan cada vez mas, hasta tres ó cuatro trave-
diatas, sobre todo, cu los ventrículos. Pero algunas ses de dedo. La cara encogida no guarda proporción
veces , sin ninguna alteración manifiesta de los ple alguna con la masa del cráneo; se parece á la de un
xos coroides, la cantidad del líquido que se acumula niño, y el cráneo parece ser el de un gigante. Las dos
en los ventrículos laterales, se eleva aróle dos onzas piezas del frontal, ylosparictales, son los que se separan
basta nueve (60 li 270 gruñí.), desde dos libros basta en el principio; el agua pesa sobre la base, la aplana;
nueve (i kil. A 4 leí 1 . i ■> ) ; estas cavidades adquie ki bóveda orbitaria se quebranta , los ojos están sa
ren una dilatación considerable, que reduce la masa lientes, y como no se pueden dirigir hácia arriba, el
cerebral al espesor de una hoja do papel. En un niño párpado inferior se eleva hasta el medio de la pupila.
de cinco años, el cerebro parecía una membrana es Por el solo aspecto de los ojos se puede declarar que
pesa, adherente ¡i la bóveda huesosa, cuvas piezas se existe el hídrocéfalo.
desarticulaban todas. Hay uu número infinito de ob Todas las partes del cráneo pueden estar afectada-.
servaciones de esto género ; pero para abreviar, nos Un célebre anatómico escocés ha descrito una especie
abstenemos de referirlas aquí. Algunas véces el der muy rara de hidrocéfalo: un niño de cinco años tenia
rame se efectúa en lu misma sustancia cerebral , que sobre la nariz, desde su nacimiento, un tumor peque
entonces está ordinariamente blanda, en un estado de ño al principio, pero que llegó á ser después bastante
fundición y de colicuación ; pero este caso es raro. Uu voluminoso hasta cubrir todo este órgano. Estaba
soldado murió súbitamente durante un vértigo : el blando ó indolente, y solo presentaba un poco de
lóbulo izquierdo del cerebro presentó una cuvidad dureza por intervalos. Después de su ablación, se vió
bastante grande para contPiier un huevo, y llena de que faltaba una parte de los huesos de la nariz. En
agua. En otro cadáver se descubrió, cerca del infun- los movimientos de la respiración , la membrana mu
dibulum, sobre los tubérculos cuadrigéminos, un sa cosa flotaba, ya hácia adentro, ya liácia afuera. Hasta
co que contenía cerca de una pinta de serosidad. Una el seslo día, éu que el niño murió durante las convul
porsona murió súbitamente duranlo las convulsiones, siones, corrió de esta abertura tan gran cantidad de
á consecuencia de una violenta cefalea que había du agua, y fuo injposible detener el llujo. Un médico
rado tres años. Se halló detras del ventrículo derecho, célebre do GoetÍHga , refiere un caso semejante. Tiene
en el espesor de la sustancia medulur, una gruosa hi- por objíto á un niño que ofrecía hácia lu raíz de la
dátide llena de una gelatina trasparente. Se encuen nariz un tumor llucluanto, del tamaño de una aveilaua,
tran á voces en el cerebro cavidades ostra-natura» y cuya escisión fue seguida prontamente de la muer
les enteramente desocupadas por la roabsorcion del te. En las Actas de Suecia, se lee la historia de una
humor quo conteuian. No es raro que se formen en niña de cuatro años, que tenia en la frente un tumor
el cerebro, hácia las capas de los nervios ópticos, en ancho, cuya compresión ocasionaba zumbidos de oídos
los ventrículos laterales, y sobro Lulo, en el cerebelo, y somnolencia. Ün ilustro médico suizo ha bullado en el
tubérculos casi semejantes A los de los pulmones, de cadáver de una niña de seis años, uu tumor conside
diferentes tamaños, enquistados ó sin quistes: no se rable en el occipucio. La disección hizo ver que este
les observa solamente en el hidrocéfalo, sino también tumor comunicaba en las parles internas, por un
en otras enfermedades. agujero perfectamente redondo. Los ventrículos con
151 hídrocéfalo meníngeo y el hidrocéfalo encefálico, tenían mas de una libra de serosidad sanguinolenta.
separados ó reunidos, van acompañados de fenómenos Un médico que ha ilustrado con sus trabajos lu ana
CRtcriores, mas órnenos sensibles, según la resistencia tomía patológica, ha consignado en su obra una ob
"del cráneo; algunas veces no los anuncia ningún signo. servación Importante. Un niño de quince meses pre-
Durunte los primeros meses de la concepción, las pu- sontaba un tumor blundo , del tamaño del dedo pe
redes del cráneo están mas bien membranosas que queño, que se eslendia desde la fontanela anterior
huesosas, sobro todo en el sitio de las suturas, lin hasta el occipucio. Al comprimirlo de un lado, llaga;
esta época, los huesos están separados por. esp&cios ha á ponerse mas tenso y mas saliente por el otro. Si
poco resistentes; entonces es, en «fecto, cuando so se ejercía la compresión sobre todos los puntos,
observa mayor número de hidroeéfalos , como nos dockparecía completamente , y ligeros movimientos
lo enseñan los abortos. La solide* del cráneo aumenta convulsivos agitaban los músculos de la cara: so
de día eri dia; pero la cabeza adquiere un volumen sentía en la base del tumor una abertura circular
desproporcionado á las. dimensiones de la pelvis, que penetraba en el cráneo. El enfermo murió de vi
y el parto no puede efectuarse mas quo por la movili ruelas. A la abertura del cadáver, se reconoció que
dad y flexíbilidid de los huesos, condiciones que les el tumor estaba formado por un liquido (pie venia de
permiten monta runos sobre otros, á fin de disminuir la cavidad del cráneo, por la separación de la sutura
los diámetros de la cabeza. Después del parlo, soUro sagital, y cuya cnlecciou tenia primitivamente su
todo cuando ha sido difícil, las piezas huesosas que asiento entre la dura-matery los huesos. Otro eso i-
la compresión bab'a aproximado, se separan con len tor ha visto al occipucio abierto, y al pericráueo dis
titud , principalmente en el sitio du las fontanelas, tendido, conteniendo solo la masa cerebral. Un ciiu-
DB MEDICINA Y CIROJÍA. —FRANK. 403
el occipuci* en forma de vejiga, y que provenia de te, el enfermo había perdido e| uso qe los miembros.
una falta do osificación; ' Después de la muerte , las suturas sa hallaron obli
Cuando las membranas que contienen solamonte teradas, y el cráneo muy denso. La cavidad encefálica
la masa cerebral se rompen, so destruyen ó so Osc:i contenía cuatro pintas y media de líquido , una parle
pan por una abertura del cráneo,- ó de la parto supe del cual ocupaba los ventrículos. Por espacio de seis
rior de la columna vertebral ; el cerebro parece faltar años había oslado el enfermo sujeta 0 la constipación;
algunas veces en totalidad , y muchos médicos bíin no arrojaba sino muy pocas materias. Cuando su
creído que faltaba realmente. Nosotros hemos enrN madre le hacia tomar una infusión de sen, este laxante
quecidu el Museo anatómico de Pavía y el do Viena, le ocasionaba ordinariamente convulsioi.es. Una mu-
rebro'ftdiez fetos acéfalos:
¡nfArmn ontre
informe se- encuentra
...» ellos se1 _ ver. _ uno cuyo
> encerrado J ¿fe-
en una especie . Ii jer1 de
.I edadl de '
!
ile bolsa pendiente del occipucio, y formada por las Malo enor ' que
meniuges. ICxisio al mismo tiempo una espina bífida, | dlaaa, ' .¡M|MM& ..
y como los tegumentos fallan sobre el trayecto de la El volumen do la cabeza uo aumenta siempre en
columna vertebral, es fácil ver la médula espinal. La el hidrocéfalo. listo es lo que sucede cuando los
ausencia del cráneo y del cuello, fy la posición de los huesos han adquirido ya solidez y las suluras están
ojos, dan á la cabeza la forma de una cabeza do rana. obliteradas , cuando la enfermedad tiene una marcha
Un hombre célebre, á quien el Museo de Pavía es aguda, y el agua es segregada con prontitud en los
deudor de muchas piezas de anatomía patológica, ventrículos ó entre las meninges. En ciertas circuns
médico del hospital de Milán, ha disecado un gran tancias , el ciático pueiic dilatarse todavía; pero
número de acéfalos, y se ha convencido de que este en genera!, la vio ¿ocia de la enfermedad ó el derra
vicio de organización, dependía casi enteramente de me, traen consigo la muerte que previene usía dila
la ausencia de los huesos, es decir, del cráneo tación.
La cabeza del niño no presenta por lo común, desde Hidrocúealo crónico. — El hidrocéfalo crónico con
el principio, ningún sii?no de conformación viciosa; dilatación del cráneo, hinchazón de las venas esteno-
pero al cabo de uno ó de dos años , se anuncian res, y separación délas suluras, se reconoce algunas
los primeros indicios de la enfermedad, y los pa voces solamente por la forma de la frente, y sobre
dres se aperciben de ello, sobre todo si han perdido todi , de kis órbitas, por la elevación do los arcos
otros hijos por esta causa. Los principalés síntomas ciliares, por una pesadez de cabeza tan grande, que
son: el volumen y el peso de la cabeza, mas consi el enfermo no puede mantenerla derecha, y se ve
derables de lo que se puede presumir por la edad y obligado á dejarla caer sobre sus espaldas , ú apo
la constitución del niño; ojos salientes, un oslado yarla sobre uua mesa ó sobre una almohada, y por la
de tristeza, una lentitud en ol desarrollo de las fa fluctuación que produce lu percusión del cráneo. A
cultades intelectuales, de los órganos de la voi y de estos caracteres se añaden los accidentes que deter
. la locomoción; en fin, una ostrema negligencia y un mina la compresión ó la distensión de las partes. Como
sopor continuo. La unión (ardía de las pier.as hueso liemos visto en una do las historias precedeutes, la
sas hace temer el hidrocélalo , y no sin razón; sin masa cerebral se condensa por la compresión y se
embargo, hemos visto á uno de nuestros hijos con reduce á un volumen pequeño: se ve aun al cerebro
servar largo tiempo después del parto uno caneza vo aplanarse y perder su convexidad. Hemos hablado de
luminosa, pesada, y la fontanela abierta hasta los muchos fenómenos que dependen de la distensión.
cinco años, sin que íe sobreviniese hidrocéfalo, y sin Estas dos causas dan lugar áios síntomas siguientes:
que nada alterase la conformación bastante elegante somnolencia ó insomnio , gritos casi continuos , es
de su cuerpo, ni las buenas disposiciones de su ima panto, estupor, cefalalgia, embrutecimiento; dema
ginación. Pero hay casos mas funestos, en los cuales cración y contracción de! tronco , atrofia de las es-
la cabeza adquiere con mas ó menos rapktez un volú tremídades, pereza, laxitud; embotamiento do los
men enorme. Se ha visto al cráneo presentar veinte sentidos de la vista, del olfato, del oido, y del gusto;
y cinco pulgadas de circunferencia. Nosotros hemos lagrimeo frecuente, lentitud para espresarse, frialdad
depositado en el Museo de Pavía, piezas anatómicas de los pies, locomoción difícil ó imposible, parulisis,
de este género; y las hemos hecho grabar para nues temblores y convulsiones. Escediendo algunas veces
tro uso. Sin embargo , no siempre pasa esto de la el peso de la cabeza á la mitad del de el cuerpo, en
misma manera; comunmente los huesos adelgazados corva la columna vertebral.
llegan á ser trasparentes. Se han visto niños cuya Es una cosa digna de notarse que en un hidrocé
cabeza ennnno parecía trasparente: mirándola por falo considerable, meníngeo ó encefálico, las funcio
delante de una luz, se distinguían los senos á través nes intelectuales no presenten por lo común durante
de las paredes. Otras veces los huesos aumentan de mucho tiempo alteración alguna. El niño conserva su
espesor, en lu ^ar de adelgazarse, como hemos tenido alegría por espacio de dos ó tres años , aprendo ú
ocasión de observar. hablar, y no esperimenta convulsiones. Tal fue el caso
Un gran número de niños atacados de hidrocéfalo, de una niña de dos años, cuya cabeza adquirió en el
mueren en los primeros años de su vida ; pero hay espacio de siete meses un volumen enorme, tanto,
altamos que viven hasta los veinte y aun mas, y cu queso hallaron cerca de nuove libras de agua en
yos huesos están á vecos enteramente reunidos, co los vontrículos. Las paredes del cráneo estaban casi
mo hemos reconocido con muchos observadores. enteramente membranosas ; la osificación so habia
Hemos visto un caso de éste género on un jóven de imitado á la ostensión que presentaba antes la dila
diez y nuevo años, cuya cabeza, estraordinatiamenlo tación. La base del cerebro y el origen de los nervios
voluminosa , está depositada en el Museo anatómico estaban siu alteración, y la enferma habia conservado
de Pavía. Un médico de Genova ha hallado en un sus sentidos hasta la muerte. Algunos dias antes,
le treinta y cinco años, en el Ventrículo dere- cuando se mantenía en pío, óS'j imprimía ¡i su cuerpo
1 cerebro, una vejiga del tamaño 4e una man- una ligera sacudida, esporimentaba tos y difi
peoueñii, llena de Hgua. Se lee en los fastos de cultad ile respirar, caian lágrimas de sus ojos , y su
edicfna 1 1 historia de nn hidrocéfalo que habia rostro se encendía por el aflujo de la sangre. Un
•' nacimiento , r digno de fé, habla de un niño atacado de hi
atro años. jo, cuya cabeza contenía cinco libras de agua,
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y pareció enteramente vacía después de la avacua- ai menos desde el principio , y que por espacio de
cion ile este liquido, aunque el niño ^ozó hasta el mucho tiempo nos veremos rodeados de los misinos
último momento de todas sus facultades intelectuales. escollos. - •>*•■; "'.til'J
Un nifio de ocho años, cuya cabeza presentaba dos La hidíopesía aguda de los ventrículos, es una afec
pies y cuatro pulpadas de circunferencia , vivió bas ción particular ú los niños; pero no perdona edad ni
tante tiempo dotado do un juicio sano, como los niños sexo. So declara frecuentemente durante el trabajo
de su edad , y de una memoria muy feliz. Algunas de la dentición, á consecuencia de convulsiones, de
veces los enfermos tienen una estatura elevada, y enfermedades verminosas; se observa raras veces
bastante gordura. '. antes del sesto mes del nacimiento. De veinte enfer
Aunque no baya recurso alguno contra el hidro- mos de que hace mención el escritor inglés, todos, &
céfalo , hay casos muy raros en que se termina de escepcion de uno, se hallaban en la edad de uno &
una manera feliz ; esto sucede cuando la hidropesía diez y seis años. Un médico de la misma nación ha
no tiene un carácter constante. El hijo de un prínci visto algunas veces esta enfermedad en individuos de
pe de Viena nos presentó desde la edad de seis meses diez y seis i diez y nuevo años. Se lee en un diario
todos los síntomas de esta enfermedad , el aumento de Francia la historia do un jóven robusto, de edad
der volumen déla cabeza, con ojos salientes fuera de veinte años, que murió al noveno día de esta hi
de la órbita. Este niño estaba tan embrutecido, que dropesía. El derrame no se limitaba al ventrículo; se
al cabo de un año no conocía ó su nodriza , no tenia eslendía á las fosas occipitales y al canal ver cbral.
ningún deseo, no comía mas que lo qne se le ponía Los Anales de la Sociedad de Medicina de Montpe-
cu la boca. Desesperábamos de su salud, cuando el Uier, hablan de un hombre víctima de la misma en
hidrocéfalo se cambió en ascitis; curamos esta última fermedad á los cuarenta y cinco años. Nosotros hemos
enfermedad , y fue completamente restablecido. Al visto á menudo sobrevenir sintomáticamente hidro-
cabo de siete años tenia la cabeza voluminosa toda céfalos meníngeos ó encefálicos, en fiebres agudas de
vía, y la estatura poco elevada en razón ú su edad: diferentes caracteres. Se ha pretendido que las mu
esperímcutó de repente un moviento febril , con ce jeres estaban mas sujetas al hidrocóTalo agudo, como
falalgia y pesadez de cabeza, la que se veía obligado á todas las hidropesías: los autores no están de acuer*
á apoyar sobre si) espalda ó sobre una mesa, listos do sobre esta cuestión, que es difícil de resolver.
síntomas se disiparon por un tratamiento' convenien Esta enfermedad afecta principalmente á los niños de
te, y actualmente goza de buena salud. Odier, de 1 una constitución robusta y dotados de una inteligen
Genova, que ha escrito sobre esta enfermedad, refiere cia fácil; sin embargo, no perdona ú aquellos cuya
dos casos casi semejantes, cuque el hidrocéfalo se imaginación es torpe y cuyo cuerpo es débil»*. •
ha convertido felizmente en anasarca. J. Cheyne, que Síntomas precursores.—Es difícil indicar los sín
■ha tratado del mismo asunto, ha visto cesar todos los tomas que señalan los primeros tiempos del hidrocé
síntomas del hidrocéfalo por la aparición de las es falo agudo, aunque su curso se divida principalmen
crófulas. te eu tres periodos. El estado del pulso merece aquí
HiVrozéfalo acudo.—Según lo que precede , el poca confianza; vamos á esponer brevemente los
hidrocéfalo agudo no se limita á los ventrículos del síntomas de la enfermedad, según el órden de su
cerebro : puede establecerse en todos los sitios en aparición. • <- -^Pf
que se presenta el primero. La diversidad del asiento, Cuando existen fenómenos precursores, son sínto
produce algunas variaciones en los síntomas: así es mas equívocos de una enfermedad febril que altera
que la hidropesía de los ventrículos laterales, compri las secreciones, ó de una afección primitiva del cen^
miendo las capas ópticas, ocasiona una lesión partícu- tro sensitivo. En el primer caso, no debemos hablar
larde la vista; pero laenfermedad es siempre lamisma. de ellos; eu el segundo, se observa en los niños algo
f,a diferencia que existe entre el hidrocéfalo crónico de particular en la marcha; dan grandes pasos, y tro
y el hidrocéfalo, agudo procede, pues, de la intensidad piezan fácilmente aun en un terreno llano; pesadez
do la causa y del temperamento del individuo : así es do cabeza, rubicundez ó palidez momentánea é in
que en la primera especie se manifiestan lentamente sólita de la cara, color empañado de los ojos, 6 ru
síntomas, que no difieren por lo común de los de la bicundez de la conjuntiva; la luz, el ruido, los gritos,
apoplcgía pituitosa mas que en el asiento del derra un movimiento rápido, cansan al enfermo; algunas
me; que en el segundo sobrevienen al principio sín veces, sin embargo, no ic molesta un cauto muy dul
tomas febriles, que se asemejan mucho íí los de la ce; calor en la frente, en las mejillas y en la boca. Si
encefalitis, ácscepcion del grado de intensidad, y en el niño puede hablar, se queja de cefalalgia y de do
seguida fenómenos locales, simpáticos, que anuncian lor en el bajo vientre; el apetito disminuye, ó se sos
un estado convulsivo ó paralítico. tiene en ciertos casos; el enfermo vomita por inter
Es admirable que se haya conocido tan tarde la valos, sobre todo cuando se imprime al cuerpo algu
hidropesía de los ventrículos , vista la importancia y na sacudida; las piernas vacilan y no puede andar; el
la estension de las parles A que debe su nombre. decúbito tiene lugar sobre la espalda, y á menudo
Esta afección fue descrita en primer lugar por un sobre un lado; sobrevienen ademas los síntomas si
anatómico italiano; mucho tiempo después por un ci guientes: languidez, debilidad general, constipación,
rujano francés; y en fin , en nuestros días , por un diminución considerable do las oriuas, desecación de
hábil práctico inglés. Los modernos han añadido las enfermedades cutáneas que pueden existir, tris
mucho á los conocimientos que nos habían dejado teza, disposición á llorar, inquietud, amor á la sole
nuestros antepasados sobre el hidrocéfalo agudo de dad, suspiros, ansiedad, sueno alterado por espantos,
los ventrículos t\); pero confesamos con dolor, que ó insomnios continuos. Pero estos síntomas no anun
es todavía fácil engañarse sobre el diagnóstico, cian solamente la inminencia de la hidropesía de los
, . *.►«■*■»:* ,"'fr''W¡¡!
.. » ■ / ■ . 's. ;~ .*m,~v.., 4¡p
1 Véase 4 II. Whyll, Observalions oa the dropsy of Uie brain. tarniento del hidrocéfalo agudo. Lyon, 1828, en 8.°—Bricbcteau,
Edimburgo, 17f>8, cn8.°—Cune , An Resayo» hydroccphalus Tratado teórico y practico del hidrocéfalo ajudo. Paris, 1849,
aciiLus. Kilimburgo , 1S08, en H. 8 —Coindst, Meinori a sobre el en 8. ° — U. Cbarpenlier, De la naturaleza y del Ira'arnienlo del
hidrocéfalo <j cefalitis interna. (icno»i , 1817, en 8.c —Piorry, hidrocéfalo agudo. Paris, 1S57, en 8.°—A ."llerlon, Tratado prac
De la irritación encefálica 4c los niños. Caris, 181i,cu8. ° — tico de las enfermedades de los uiños. Paris, 184-2, pág. 58 y sig.
1, Scnn, luvesügaciones sobre la racninüitis aguda de los niños. I.10,Cruveilbicr,
la, « y 39. Anatomía patológica
.v - del cuerpo.,-•>..„
humano> , entregas
;,:n* - \
París, 1845, ea 8.°—Uvrat , Ojeada sobre las causas y el Ira-
DK MEDICINA « CIRüjiá.— FRANK . 4"5
vfutrículos cerebrales; pertenecen á muchas enferme sogun nuestras observaciones y las de varios otros
dades, y especialmente á la dentición difícil. Los que prácticos, no siempre presenta el pulso este carácter:
merecen mas nuestra atención, son la exaltada sensi algunas veces no ofrece esa frecuencia en el primer
bilidad del oido y de la vista, la aversión á todo mo período, ni esa irregularidad en el segundo: y en
vimiento un poco brusco, que basta para provocar ciertos casos, es tan acelerado en el uno como en el
el vómito, la ansiedad y la tos, y el calor y dolor con otro. A medida que disminuyo su frecuencia, crece
tinuos de cabeza. En una niña de edad de «diez y el calor, escepto en un corto número de enfermos.
ocho meses, de una inteligencia precoz, cuya herma La-debilidad se hace mas manifiesta, el -niño hace
na habia muerto de liidrocéfalo agudo, el síntoma cama, ó quiere que le tomen en brazos. Sin causa
precursor fue un delirio no febril, que se anunció por alguna, exhala suspiros semejantes á sollozos entre
el estado siguiente: la enferma, triste y lánguida, se cortados. Se manifiesta el estrabismo ó la distorsión
hacia colocar en todas las extremidades de su lecho, de los ojos: nosotros no hemos observado este sínto
y parecía buscar alguna cosa coii una solicitud pe ma mas que al aproximarse la muerte; dichos órga
nosa, esforzandose en designarla con un nombro nos dan vueltas, uno solo ó los dos á la vez, hácia la
desconocido y que ella jamás habia pronunciado. nariz, pocas veces hacia las sienes, y algunas hácia
Primer periodo.—Los síntomas precursores faltan arriba ó hácia abajo; son agitados por movimientos
comunmente, y cuando existen no aclaran mucho el convulsivos; los párpados se cierran incompletamente
diagnóstico. Los fenómenos del primer período no durante el sueño, no dejan ver mas que. la escleróti
son mas característicos. Al principio, todo anuncia ca. El estrabismo, la viva sensibilidad de los nervios
una exaltación de 4a sensibilidad, mas bien que una á la luz, y la dilatación de la pupila, no se observan
colección acuosa que comprime al cerebro. La viva siempre, segun el testimonio de los escritores ingle
sensibilidad de los oidos al menor ruido, de los ojos ses. Un célebre médico de Génova ha observado que
á la luz, con estrechez de la pupila; e. calor de la ca la pupila se contraía y temblaba, si así podemos de
beza, su pesadez que la hace caer sobre Ijs espaldas, cirlo, ó la presencia íle la luz, y que al cabo de al
el dolor lijo que ocupa, sobre todo, la frente, ó se di gunos minutos se hacia insensible y se dilataba espon
rige de una sien á otra y da lugar comunmente á gri táneamente. Considera este movimiento singular y
tos agudos, llegan á ser mas considerables. A estos convulsivo del iris como propiu del liidrocéfalo agu
síntomas se'agrega, aunque rara vez en los adultos, do; pero un cirujano inglés refiere la historia de un
una pequeña liebre remitente, sin tipo regular, con niño, en el cadáver del cual encontró media pinta de
pulso pequeño y frecuente,.)' latidos de las carótidas. serosidad límpida en los ventrículos cerebrales, y
Aumento dejas náuseas, 4t'< la opresión del estómago, no habia observado quf durante la vida hubiese hecho
escepto en algunos casos en que el apetito se soslic- contraer la pupila la impresión de la luz. Los enfer
• no hasta la muerte; vómito dos ó tres veces al dia; mos esláu afectados de diplupia. Nosotros hemos visto
constipación mas tenaz, rebelde á los purgantes; de la amaurosis en el tercer período, pero jamás en el
yecciones arcillosas, fétidas, verdosas; orinas en pe segundo, como algunos médicos de Leipsick. La ce
queña cantidad, ó que presentan un sedimento blan falalgia es cada vez mas intensa. Muchas veces so
quecino; dolores rebeldes eu los miembros, el abdó lleva el niño las manos á la cabeza por uu movimiento
men, la nuca y el pecho. Estos dolores sor. fugaces, automático: nosotros no hemos visto este síntoma
y alternan comunmente con la cefalalgia. Espautos ó mas que en los últimos instantes del enfermo. El
rechinamiento de dientes durante el sueño; suspiros, prurito de la fronte, de los pies, y la sensibilidad del
gemidos, tristeza. Algunas veces el enfermo aprieta rostro, son difíciles de distinguir en los niños del
los brazos contra el pecho, y esliendo con dificultad dolor de esas partes, y jamás Tas hemos podido reco
la mano. Efl medio do este, aparato de síntomas, los nocer. La inquietud, la ansiedad, la agitación en el
signos de la dentición se manifiestan por lo común, lecho, la tristeza, los gritos, los sobresaltos durante
y el niño echa uno ó dos dientes; ó bien esperimenta el sueño, las alternativas de encendimiento y palidez
una comezón considerable en la nariz,- y arroja ver do la cara, van en aumento, y el niño desea colocar-
mes pop la boca ó por el ano. so en una posición horizontal. El vórnilo es frecuente,
Si consideramos la edad del niño, que no habla sobre todo cuando el enfermo se incorpora; pero
todavía, su mal humor, que nos impide algunas veces otras veces, cesa á esta época. Las respuestas sou
esplorar el pulso, su silencio obstinádo ó la variedad acordes, cuando las preguntas no son complicadas;
de sus respuestas, nos couvccereinos fácilmente de pero si exísen de parto del enfermo una larga contes
cuán difícil es el diagnóstico de esta enfermedad, tación, sus frases sou incoherentes, no habla mas que
sobre todo cuando falta la cefalalgia, la sensibilidad de de su estado; parece no haber comprendido la pre
los ojos á la luz, el vómito y la liebre. Una niña de gunta, ó que está soñando con los ojos abiertos. Al
doce años, murió del hidrocófalo agudo sin haber lin de este período se apoderan de la cara, délas
sido molestada nunca por la luz ni por los rayos del mejillas, del párpado superior, dolos brazos, etc., li
sol, ni aun seis dias antes de su muerte. Nosotros geros movimientos convulsivos; algunas voces los
podríamos citar también un hecho semejante. Este músculos de un lado están débiles, sobrevienen pa
periodo dura de diez á quince dias; pero por lo co rálisis parciales y el adormecimiento: en ciertos ca
mún es mucho mas corto, y algunas veces se suce sos no se observan estos síntomas sino en la agonía.
den can tanta rapidez los tres períodos, que toda la Nosotros hemos observado que precede á veces uu
enfermedad no llega á dos semanas en lugar de seis; sudor general sintomático, algunas horas antes de la
la muerte abrevia su término. terminación funesta. Otras voces esto segundo pe
Sanando periodo. - En el segundo período, la sen ríodo es muy corlo: á posar de las esperanzas que ila
sibilidad disminuye; se maniliestan síntomas de tor el médico, muere el niño en medio de convulsiones,
peza, lo que hace el diagnóstico mas claro, sin disi ó en uu estado de estrangulación, y por lo tanto no
par toda la oscuridad. Este período empieza, según tiene tiempo la enfermedad do pasar al tercer pe
se dice, por la rareza del pulso entre el dia sétimo y riodo.
décimo; el pulso baja desde 120 ó L'JO pulsaciones, á Estos signos son inconstantes ó infieles, por la
50 ó HO, como cuando se usa interiormente la digi razón que ya hemos dado, y porque se observan casi
tal purpúreas al misino tiempo que disminuye la los mismos fenómenos en la dentición difícil, en las
uto, J
I

400 BIBLIOTECA ECONÓMICA


mismo propias de la infancia; en los tubérculos, los tro dias que precedieron A la muerte, tuvo la pupila
abscesos dul cerebro, del cerebelo, en el acrecenta mas bien contraída que dilatada: la inspiración de
miento morboso que suelo adquirir súbitamente la una sustancia volátil por la nariz, y un remedio ana
masa cerebral, y que destruye las proporciones de su léptico, ocasionaron su dilatación. Odier ha visto
volumen con la capacidad del cráneo. Dos niños pre una niña, cuyos ventrículos cerebrales contentan una
sentaban todos los síntomas'del hidrocéfalo, sin cs- gran cantidad de líquido, y la cual asperimentó du
ceptuar el estrabismo; después de ta muerte, se bailó rante todo el curso de la enfermedad, una contrac
un el uno un derrame y en el otro un esteatoma én ción de la pupila: ha visto también otra, de cinco
el cerebro. Un médico alemán, que ha es rito sobre años de edad, que murió con todos los síntomas del
el diagnóstico, piensa que A los ojos de un atento ob hidrocéfalo, y la dilatación de la pupila, especialmente
servador, las afecciones verminosas se diferencian doce horas antes de la muerte, y el cadáver no pre
mucho de la enfermedad que nos ocupa. Según él, sentó vestigio alguno de enfermedad en el cerebro.
los síntomas del hidrocéfalo agudo son mas constan- Algunas veces están los ojos agitados continuamente
Ies, y no espcrMlentan remisiones tan pronunciadas. por movimientos convulsivos, y empañados ó inyec
El vientre eslA menos elevado, y la constipación es tados. Uno de los párpados está paralitico y colgan
mayor, y aun rebelde i los evacuantes; las convulsiones te, y el otro abierto: delirio continuo, afonía, voz
se presentan hacia el fin de la enfermedad, precedidas ronca; el enfermo cambia ó cada instante la posición
de liebre y de un estado particular del pulso, y tie de su cabeza; el adormecimiento se cambia en letar
nen cierta' duración; la dilatación de la pupila sobre go, y cuando se saca al enfermo de este estado, so
viene después de una viva sensibilidad do los ojos íí despierta dando grilos y pronunciando palabras inco
la luz, y se acompaña de síntomas gravc«, que hacen herentes y mal articularlas; los saltos de tendones y
que el enfermo permanezca en el lecho; «I niño lleva las convulsiones aumentan, sobre lodo en uno de los
mas bieu la mano A la cabeza ó A los ojos que A la lados: algunas veces la mitad del cuerpo está atacada
nariz. Pero es preciso confesar que no hay ningún do parálisis, en tanto que la otra es presa de convul
síntoma que no pueda fallar, ó declararse mas ó me siones. La faringe y el exófago, afectados de ospasmo,
nos tarde. En el hidrocéfalo agudo, se observan algu ó de parálisis, impiden el paso de los alimentos y de
nos momentos de calma, que engañan aun al médico las bebidas. El enfermo lleva automáticamente la "ma
mas esperimentado. Las lombrices ocasionan A veces no á la frente y al occipucio, ó A la región en que
convulsiones durante todo el curso, ó en el último existe el derrame: sobro esta parte es hácia donde
per' oilo de la afección verminosa, una constipación echa su cabeza, y si la vuolvo del lado opuesto, se
tenaz, y una dilatación de la pupila con accidentes declaran las convulsiones oda tos. Sin embargo, se.
graves. lia visto morir á un niño que siempre había levanta
Undcrvoot (f) pretende que Una lavativa purgante, do la cabeza sin dar gritos, y sin que se manifestase
y el calomelanos en dosis suficiente y repetida, di el encendimiento del rostro. La respiración, que hasta
sipan los síntomas, cuando dependen de la presencia entonces no habia presentado lesión alguna, se hizo
de las lombrices. Pero eu una enfermedad tan grave y muy ronca y débil, de manera, que acabada la espi
tan rápida, no hay tiempo de hacer semejantes es- ración, no principia la inspiración basta después de
pericncias, para descubrir su naturaleza: ademas, si un largo intervalo. Las deyecciones son verdosas,
nos engañamos, la administración de los vermífugos herbáceas, muchas veces líquidas, y espelidas sin
aumenia la debilidad; en fin, los vermes no siempre conciencia del enfermo, dolor en el ohdómen, reten
ceden A este método. Un patólogo fia dicho, que en ción de orinas, porque no siente el individuo nece
la fiebre verminosa no se observaba la presión del sidad de escretarlas. Los dientes y la lengua están
globo del ojo, ni la imposibilidad de elevar con pron negros, ó bien se observa una rubicundez aftosa de
titud el párpado superior. Pero en el hidrocéfalo csIh último órgano. Las orinas son fétidas, la piel
agudo la órbita no está deprimida, ni las parles con seca ó cubierta por un sudor frió, y en ciertos casos
tenidas sobresalen hacia fuera, como en el hidrocéfalo existe una erupción miliar. La sed es intensa, el
crónico; y cuando la forma del cráneo está alterada niño bebe Avidamente, cuando puede tragar. El color
así, no puede haber duda acerca del carácter de la del rostro varía, sobrevienen alternativas de encendi
enfermedad. Convenimos en que el intervalo que se miento y palidez, la lividez y el enfriamiento de los
para las convulsiones, puede servir para que reconoz miembros, una 'estrema debilidad, y convulsiones
camos su causa, y que únicamente en el hidrocéfalo repetidas, que anuncian una muerte próxima. Nos
agudo es cuando se apoderan de la mitad del cuerpo, otros hemos observado que los movimientos convul
para manifestarse después en ella un estado de pará sivos abandonan algunas veces los ojos, se trasladan
lisis. Pero como este síntoma no sobreviene ordinaria» al pecho, y sofocan, por decirlo así, al enfermo.
mente sino en el tercer período, es casi inútil para el Algunos autores han admitido muchas variedades
esclarecimiento del diagnóstico. de la hidropesía aguda de los ventrículos cerebrales,
Tercer periodo.—Este período merece el epíteto entre otr^s, una muy aguda y menos peligros!, y otra
de paralitico, convulsivo, A causa de los síntomas un poco mas lenta. Estas divisiones establecidas so
graves que le caracterizan. Las convulsiones y la pa bre el grado de intensidad, y sobre hi diferente cons
rálisis sobrevienen algunas veces en el segundo, pero titución de los' enfermos, nos parecen arbitrarias.
«n el tercero es cuando ocupan el primer lugar. Si el Después de la muerto, la espalda, el pecho y los
pulso se deprime en el uno, en el otro se hace la mi bsazos presentan algunas veces manchas azuladas ó
tad mas fuerte y débil: nosotros le hemos visto raro de un color lívido. La cantidad de agua que contie
' hasta la muerte. Aquí todos (os síntomas marchan á nen los ventrículos, es ordinariamente de tres ó cua
pasos de gigante; en algunos individuos dura esto tro onzas, y en ciertos casos es doble. No es raro
período ciúco ó seis dias, y en otros viene la muerte que uno solo de Ito ventrículos laterales esté disten
con mucha mas celeridad. La pupila estA estimada dido por este líquido, y que el tabique trasparente
mente dilatada, y la retina absolutamente insensible conserve su inlengridad; lo mas cumin es- que eií ét
ú la luz, cuino en la amaurosis. No obstante, se refie uno y en el otro exista la entercio©: en algunas oca
re [a historia de un niño, que durante los tres ó cua- siones, la hidropesía ocupa también el leí cero y el
cuarto ventrículo; la materia es en general límpida,
1 Tratado de las cDrermcdadfs de los niúos aunque i veces ewá mezclada de filamento*, y tam
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRANK. 407
bien suelo depositar un humor puriforme sobrólas lívido al principio, después pálido ó do un color casi
paredes de los ventrículos. Ni ni fuego, los álcalis, ni natural, de ordinario indolente, y muchas veces diá
los ácidos !a coagulan ; se evapora por el calor, fano: cu el hidroraquis sin desviación, no se manifies
an mpie no «s raro oliscrvnr lo contrario. Las circun- ta tumor alguno. En el uno y en el otro, se observa
cerebro están casi entera debilidad y parálisis de las partes inferioros.
mente borradas, y la sustancia de esta viscera, por No limitamos la denominación de hidioraquis á la
lo común blanda y como descompuesta; los plexos enfermedad designada recientemete con el nombre
coroides están pálidos, granulados, y sus venas in impropio de espina bifida. En efecto, si en las autop
gurgitadas. Las meninges presentan en varios minios sias se examinase con mas frecuencia ol canal verte
un aumento de consistencia y de espesor, y adheren bral, se descubriría mas comunmente la causa fínica
cias; se lia hallado, aunque pocas veces, inflamado de varias afecciones oscuras, y de las que se presen
el seno longitudinal superior. Algunos observadores tan aun sin ningún signo esterior que las anuncie.
han encontrado constantemente un derrame seroso Hemos hallado en los cadáveres do cinco adultos,
muy considerable en el pericardio. Después del hidro- muertos de hídroposía, el canal vertebral lleno de
céfalo crónico, complicado con la hidropesía de la mayor ó menor cantidad de agua, que comprimiendo
columna vertebral, no contienen las venas en muchos la médula espinal habia disminuido su volumen y au
casos , mas que una pequeña cantidad de sangre, mentado su consistencia. Nada es tan común como
como si esto líquido se hubiese convertido cutera los derrames serosos en los ventrículos cerebrales en
mente en serosidad. Tal es el triste cuadro de esta los viejos: ia porción de la médula espinal contenida
enfermedad, cuyo diagnóstico es incierto cuando la en cada vértebra, está igualmente sujeta á la aplope*
curación os posible, y cuya- curación es imposible gía serosa , si podemos decirlo así. Muchas veces los
cuando el diagnóstico es cierto. La hidropesía que líquidos, que por su derrame en el cráneo ocasionan
vamos á estudiar en el párrafo siguiente, á causa la hemiplegía, pasan en totalidad al canal vertebral, y
do su afinidad con el lndrocéfalo, no nos ofrecerá determinan la parálisis de las estremidades inferio
mayor esperanza. res. En un apoplético, so halló mucha serosidad en
735. Hidroraquis Hemos hablado en otra obri uno de los ventrículos del cerebro , poro se habia
del papel que desempeña la columna vertebral on las abierto paso mucha mayor cantidad hacia el canal
enfermedades, y hemos dicho con este motivo muchas vertebral. Con todo, el hidroraquis agudo ó'crónico
rosas que se refieren al hidroraquis. En el articulo no trae su origen necesariamente de ia cabeza. Se
do la inflamación de la médula espinal, hemos consi concibe difícilmente una colección acuosa en la mis
derado la cabeza como la primera vértebra, siendo co ma sustancia de la médula, porque no presenta cavi
mo es el asiento principal del sensorium commune; dades semejantes á las de los ventrículos del cere
consideramos aquí las vertebras como otras tantas ca bro; sin embargo, nosotros la hemos visto dos veces
bezas, que contienen cada una su cerebro , de donde manifiestamente tumefacta por esta causa. Cuando
parten los nervios que se distribuyen en los diferen está encogida y corío consumida por la compresión,
tes órganos. La cavidad de las vértebras, formada en el te|ido celular delgado que uno las fibras medula
los niños por tres huesos unidos por un cartílago, res, do que se compone, está aplanado sobre sí mismo
viene á ser el asiento de las mismas enfermedades y sus areolas estrechadas, mientras que en ol estado
que la cavidad del cráneo, y mucho mas frecuente de salud está ensanchado, y sus células dilatadas. Un
mente de lo que se cree por la generalidad de los mé antiguo auatómico ha dado ia descripción sucinta do
dicos. Para dar desde luego una idea de las afecciones un canal que recorro la médula espinal, yalgunosescri-
de la médula espinal, vamos á referir una historia re tores francesesde este siglo han reconocido su existen
cogida por un célebre médico de Rotterdam. Un jóven cia. Sin hacer uso de ese hecho que esplica esta espe
recibió un golpe en la espina dorsal, que le hizo caer: cie de hidroraquis, diremos que un célebre anatómico
las escreciones alvinas y urinarias se suprimieron; ha visto en una espina bifida la médula escavada en
los purgantes mas violentos se hicieron necesarios, su mitad por una cavidad llena de serosidad (I).
pero la sensibilidad del tubo intestinal se embotó & Como el cerebro, es reemplazada algunas veces la mé
causa do la parálisis de los nervios que en él so dis dula espinal por un agua muy límpida: este fenómeno
tribuyen, y no respondía á ningún estímulo. Los in lio proviene solamente de la reducción de la sustancia
testinos se distendieron por losgases y las materiasfe- medular á una lámina muy delgada, sino que algunas
cales, y el vieutre se puso tumefacto ; la compresión veces la distensión acarrea la ruptura, seguida muy
de las visceras y la tirantez de los nervios produjeron pronto de su endurecimiento ó do su disolución en la
una fiebre viólenla, frecuentes lipotimias, y sudores serosidad. Un célebre cirujano de Suecia refiere qiíe
copiosos seguidos de un frió general. Los síntomas un niño murió con una espina bifida, veinte y cuatro
marchama con tanta rapidez, que el enfermo mu horas después del parto: la médula espinal parecía
rió al tercer dia de la lesión, cubierto de un sudor intacta ; sin embargo, en el sitio que ocupaba el tumor
glacial. . estaba mas delgada , y llena de pequeñas hidátides.
Tales son los síntomas de las afecciones agudas de La hidropesía primitiva de las meninges, secunda
la .médula espinal. El hidrocéfalo agudo se termina or ria, esténica, asténica, que nosotros hemos observado
dinariamente por la muerte en pocos dias: en la hi en el cráneo, puede igualmente tener su asiento en
dropesía aguda del canal vertebral, la muerte es mas el canal vertebral sin desviación de las vértebras. La
tardía, oscepto cuando el derrame es el resultado de cara posterior de la dura-rnater corresponde á una
la inflamación : este último caso no se halla descrito gran cantidad de tejido celular, en cuyas areolas se
en ninguna parte. El hidroraquis de que nos vamos infiltra la serosidad , lo que constituye la hidropesía
á ocupar aquí , es, pues ( una enfermedad crónica. cclulosaAa la dura-mater; las vértebras so desvian, y
Consiste en una colección morbosa de serosidad se, forma en el trayecto de la columna espinal un
en el canal vertebral, con ó .sin desviación de las vér tumor, cuya abertura no es siempre mortal. Pero lo
tebras, lo que constituye el. hydrorachíx dehiscens ó mas común es que el hidroraquis tenga su# asiento
el hydrorachis incolumis. En el primer caso , existe
un tumor, que reside ordinariamente en ol medio de
la columna vertebral, es blando, y desaparece á la
nresion.- volviendo & presentarse poco después; rojo ó
408 BIBLIOTECA ECONÓMICA
entre las me'míiranas de la médula, y traiga su origen cion sensible en la columna vertebral: sin embarco,
de una secreción morbosa, ocasionada por su irri jamas pudo apoyar sus pies ni mover las estremida-
tación. •? i). des interiores; andaba con los codos, arrastrando la
Algunas veces hemos observado una paresia ó una mitad de su cuerpo, como si no formara parte de si
parálisis completa de las cstremidades ¡inferiores de mismo. Nada hemos sabido después sobre la suerte
la vejiga, ó del esfínter del ano, á consecuencia de de este niño, pero no creemos engañarnos supo
un lumbago, de dolores hemorroidales, reumáticos, niendo un derrame en el canal vertebral. Hemos
ú otros, que ocupan la columna espinal, á conse formado el mismo juicio acerca de varios niños que
cuencia de pretendidos cólicos acompañados de fie después de haber aprendido á andar caen en una pa
bre intensa y de todos los síntomas que caracterizan rálisis de las estremidades inferiores, sin causa ma
la inflamación de la médula. Aunque no se haya pro nifiesta y sin ninguna lesión aparente de la espina
cedido á la inspección cadavérica, y aunque la "región dorsal.
de las vértebras no haya ofrecido ninguna tumefac Examinemos el asiento del hidroraquis cou ó sin
ción, ningún signo de alteración, estamos persuadi tumor. En un feto se ha hallado el derrame entro
dos de que la causa de la parálisis era un derrame la dura mater y las paredes del canal vertebral; en la
seroso en el canal vertebral. J. B. Morgagni refiere niña de que acabamos de hablar, el líquido ocupaba
varias historias de hidroraquis; habla, sobre todo, de la cavidad do la aracnoides, el intervalo de esta
un jóveu que fue presa durante ía fiebre, de un de membrana y de la pía-mate r- eu un niño de cuatro
lirio furioso, el cual fue reemplazado por movimien años, la serosidad tenia también su asiento en las
tos convulsivos de los miembros, y después por un le membranas de la médula. Un médico francés ha des
targo mortal. Aí separar la quinta vértebra do la ses- cubierto, en un hidroraquis con desviación, un canal
ta, se escapó del canal vertebral una gran cantidad de que se ostendia desde él tumor al cerebro: el líquido
agua, qm. asimismo salió del cráneo. Todos los vasos caía evidentemente de la cabeza cuando el enfermo
sanguíneos que serpean en las membranas vertebra estaba de píe, y después de la muerte la insuflación
les, estaban ingurgitados de sangre y distendidos, demostró la existencia de este canal. En una compli
como si so hubiesen inyectado; pero los que acom cación' del hidroraquis con el hidrocéfalo, se ha visto
paiian los nervios de la espina, y especialmente algu que la compresión del cráneo aumentaba el volumen
no de estos nervios, estaban aun mas llenos de ella. ael tumor y recíprocamente.
Se encuentra en el mismo autor el caso siguiente: Está, pues, probado que en el hidroraquis con des«
Un hombre de cuarenta anos, notaba hacía 'dos años viaciou, el tumor que se observa en el trayecto de la
que la base de su pecho se elevaba y su columna espina dorsal se forma de Ja misma manera que los
vertebral se encorvaba, lo cual era acompañado de tumores análogos que tienen origen en las suturas
cierta dificultad de respirar. Hacía ya cincuenta días ó en el intervalo do los huesos wormianos ; la mé
que se quejaba de un dolor gravativo y pungitivo en dula espinal puede formar hernia como el cerebro,
las últimas vertebras torácicas, desde donde se pro- ¿sobro todo en la porción llamada cola de caballo. Las
Íiagaba á los lomos y á las escápulas; debilidad y Nova acta niedico- fisica refieren la historia de un
axitud general. En fin, doce diasantes de la muerte, hombre que padecía una verdadera hernia medular
sobrevino un entorpecimiento en el muslo derecho, y lumbar ú causa de la destrucción completa de las dos
bien pronto una verdadera parálisis, con retención primeras vértebras de esta región , á consecuencia
de orina; descúbito imposible sobre la espalda, á cau de una caída desde un lugar elevado : el tumor tenia
sa do los dolores; convulsiones tónicas de los bra el volumen de un puño.
zos y del tronco, vómito bilioso, y entorpecimiento de El hidroraquis con desviación, hidrorachis dehis-
las facultades mentales. Hecha |la auptosia, se en cens, tieue por lo común su asienlo .cn los lomos;
contró un derrame seroso, que ocupaba todas las an pero puede sobrevenir en todas las regioues , ocupar
fractuosidades del cerebro; los ventrículos no conte una ó muchas vértebras , y algunas veces toda ta co
nían casi ningún líquido, se había reunido una gran lumna dorsal. Se divide, porconsiguieute, en parcial,
cantidad alrededor del gran agujero occipital, y se general , cervical, dorsal, lumbar, sacro, coxígeo.
desprendió súbitamente al abrir el canal vertebral, Estas variedades pueden ser simples ó complicadas
hácia la base del pecho. En el cadáver de un viejo ■con el hidrocéfalo.
licmiplégico, se descubrió asimismo una colección se Todos los hidroraquis con desviación que hemos
rosa en el «anal de la espina. observado, tenían su asiento en la espalda ó en los
Hemos sido consultados en Italia por un personaje lomos. Aunque un célebre anatómico ilaliauo haya
ilustre, que á consecuencia de una metástasis gotosa dicho que el hidrocéfalo y el hidroraquis son estre-
sobre los lomos, esperimentó en esta región violen madamente raros en Italia, nosotros hemos visto mu
tos dolores durante seis semanas, lo cual fue seguido chos ejemplos en el Milancsado. Ordinariamente el
por último de una parálisis rebelde de las estremida- tumor no tieue abertura, se asemeja á una vejiga;
des inferiores y de la vejiga, cuyo término fue la algunas veces es trasparente y con fluctuación. En
muerte. A la abertura del cadáver, hallamos en la ca ciertos casos, siu embargo, están densas las membra
vidad vertebral una gran cantidad de liquido puri nas. Otras voces el centro del tumor está ulcerado, y
forme, que había comprimido los nervios crurales en se escapa de él continuamente un humor acre. Las
su origen. Las investigaciones de un célebre ana apólisis espinosas de las vértebras están salientes y
tómico de Gmttinga, en otro tiempo nuestro colega, parecen formar dos hileras. A la abertura del tumor,
han tenido los mismos resultados. En una niña que se descubre en el fondo un agujero redondeado,
habia sido atacada de tina «n la cabeza durante cin oblongo, ó de diversas formas. Un diario de medicina
co años, y en seguida de una paraplegía que habia francés, habla de un hidroraquis en el cualse elevaba
durado siete, descubrió en el canal vertebral tres el tumor durante la inspirjcion, y se aplanaba du
onzas por lo menos de una agua que se convertía rante la espiración, asi como el cerebro. Se lee eu
fácilmente en gelatina, aunque no habia existido las actas de una Academia célebre un caso análogo:
ningún lumor en esta región; los ganglios nerviosos un niño atacado de hidrocéfalo, presentaba también
estaban hinchados y laxos. Nosotros hemos visto en un hidroraquis con desviación, que ocupaba todo el
Pa,vía un niño de tres años, bien nutrido, gozando de trayecto déla columna vertebradla piel fallaba, y los
buena salud, y que no presentaba ninguna altera- ' Este largo tumor, se in-


de medicina t cauriA.—-FRANK. 409
daba evidentemente durante los gritos del enfermo y meros rudimentos existiesen ya en el feto. Sin em
durante la inspiración. Nosotros podríamos citar otro bargo, en el discurso académico que hemos citado
hecho de este género, pero por abreviar, lo pasamos mas arriba, hemos referido la historia de un hombre
en silencio. de cincuenta años, á quien se creia maniático, porque
Como la médula espinal no desciende mas allá de estaba atormentado por un delirio furioso y crónico,
la segunda vértebra de los lomos, y los nervios que y el cual murió de una espina bifida. El hidre raquis
pai ten do ella salen por cada lado por los agujeros de se complica muchas veces, pero no siempre, con el
conjunción; como el canal membranoso formado por hidrocéfalo, como lo prueba la inspección cadavérica.
la prolongación de ladura-mater no se estiende hasta En el hidroraquis con desviación, cuando el derrame
el orilicio inferior del sacro, es menester atribuir el acuoso es considerable eu la cabeza , el volúmen del
bidroraquis de esta región á la cantidad y al peso del tumor aumenta algunas veces, por la compresión del
líquido. Un cirujano italiano ha visto en un niño de cráneo y viceversa. Cuando existen dos tumores en
cuatro años , atacado de hidrocéfalo, un hidroraquis el trayecto de la espina, se observa el mismo fenóme
coxígeo por causa esterna; la abertura del tumor (fifi no relativamente á ambos. Se ha visto que la abertura
salida a un icor pálido. Al comprimir la cabeza con del hidroraquis disminuía considerablemente el Li-
la mano, se escapaba el líquido por la abertura. A be» drocéfalo, y que este aumentaba por la cesación do
neGcio de este flujo, el hidrocéfalo disminuyó de dia la evacuación, lo que prueba evidentemente la comu
en dia, yol enfermo recobró la salud. Un médico ale nicación que existe entre estas dos enfermedades,
mán ha observado igualmente un hidroraquis en la cuando sou simultáneas.
región del sacro, que se curó por la punción: aun Síntomas del hidroraquis sii desviación.—Los
que este caso se refiere á la hidropesía celulosa de la síntomas del hidroraquis sin desviación, hydrorachis
prolongación espinal de la dura-mater, creemos de incolumist, son oscuros; ya los hemos referido en
ber hacer mención de él , para consolar á nuestros parte, al esponer las consideraciones generales sobre
lectores por los malos resultados que han tenido esta especie; hecha abstracción del lumor, se ase
hasta ahora las tentativas de la cirujía en todas las meja mucho á los del hydrorachi* dehiscent, á los d e
demás especies. No nos sorprenderemos de la impo la apoplegía, sobretodo déla apoplegía serosa, cuando
tencia del arte, si echamos una ojeada sobre lo que no es prontamente mortal, y cuando se termina por
acabamos de decir, y si se considera que el hidrora parálisis. Ya que la serosidad traiga su origen de la
quis como el hidrocéfalo, se forma muchas veces en columna vertebral ó del cráneo , ya que provenga de
el claustro materno. uno de estos dos puntos, baja por su propio peso á
La forma de la abertura, que es desigual, determi la eslremidad inferior de la columna vertebral, á no
na la del tumor. Algunas veces es un agujero que ser que encuentre algún obstáculo. Cuando su canti
apenas puede recibir un garbanzo; el tumor presenta dad es moderada, se manifiesto solamente una sensa
entonces un volumen análogo, y no es mus conside ción de frió, de laxitud, de entorpecimiento; temblo
rable; [su ostensión está en razón del número de las res en los miembros inferiores, la abolición de su
vértebras que están divididas; cuando ocupa muchas, sensibilidad, de su contractilidad, la relajación del
el tumor no es pediculudo, sino de base ancha. Su esfínter del ano, y la parálisis de la vejiga. A me
volumen puede variar desde el grosor do un guisan dida que asciende la columna del liquido, los nervios
te, de una avellana, hasta el de uno ó de dos puños, de los brazos , del estómago , del tórax se hallan
según la rapidez de la secreción morbosa, la altura comprimidos; lo cual produce saltos de tendones,
de la columna del líquido que pesa sobro la estremi- movimientos convulsivos en los brazos y en todo el
dad inferior de la espina dorsal, la resistencia de las cuerpo, un ardor y un dolor gravativo ó pungitivo en
vértebras á desviarse, y la antigüedad de la afección. la nuca y á lo largo de la espina; una debilidad es
Las numerosas arrugas que se observan en la base del trema, la paraplegia, la desviación de una ó de dos
tumor , anuncian que el saco membranoso está vértebras, sobre todo dorsales, y do las costillas cor
desigualmente comprimido y estirado por la abertura respondientes; la elevación del esternón hacia el mis
que le da paso, cuya abertura quizas depende de la mo lado, la dispnea, y algunas veces e! vómito. Pero
caries. Por lo tanto, no debemos admirarnos de que si la circunstancia de una caida subre la espalda, del
el pedículo, casi estrangulado en ciertas circunstan enfriamiento repentino do esta parte, de una conmo
cias, venga á gangrenarse. Como no solamonto'las ción violenta, do una contusión de la columna verte
vértebras están alteradas, sino que los tegumentos so bral; si la existencia anterior de una espinltis , de
hallan adelgazados ó endurecidos, y no conservan su uua encefalitis, de una enfermedad soporosa, del mis
estado, natural sino cuando la enfermedad es lige mo hidrocéfalo, no esclarecen el diagnóstico; perma
ra; el tumor debo romperse fácilmente en el parto, ó nece entonces muy oscuro, á pesar de esos sintonías.
poco tiempo después, o mas tarde por un esfuerzo, Hemos sido consultados últimamente por una señora
por el decúbito sobre la espalda, ó por la violencia' de setenta y tres años, manifiestamente atacada de
con que se ejecuta el tacto. Algunas veces, sin em marasmo y de fiebre lenta. La constipación tenaz, la
bargo, si se toman precauciones, la piel se pone densa paresia de las piernas, la cscrecion continua 6 in
gradualmente, y resiste hasta la edad de veinte años voluntaria de las orinas, y la parálisis del esfínter del
ó mas; 'en fin, sobreviene la gangrena, precedida ó ano, nos hicieron sospechar que existia en el canal
no do una inflamación erisipelatosa; el tumor se vertebral alguna cosa capaz de comprimir los nervios
abre, el liquidóse derrama, y el enfermo espira en de estas partes. A la abertura del cadáver, no halla
medio de convulsiones, de lipotimias, y do vómitos. mos mas que una dracina de serosidad en este canal,
Las alteraciones de que es asiento el canal vertebial, cantidad que no es superior á la que existe ordina
se reconocen por la naturaleza puriforme, purulenta, riamente. Hemos visto, contra lo que esperábamos,
icorosa, sanguinolenta, ó fétida, de la materia que en los cadáveres do cinco individuos hidrópicos, el
se derrama; por la inflamación ó la destrucción de canal vertebral Mono de serosidad; y los síntomas que
los tegumentos, por el reblandecimiento, la corrup habíamos observado durante la vida, lo mismo podían
ción y la destrucción de la médula espinal. referirse
- El hidroraquis es una enfermedad congénila: raquis. á •la enfermedad esencial, que al hidro
los primeros síntomas no so manifiestan algún tiem síntomas del hidroraquis con desviación.—El diag
po después del nacimiento, es verosímil que los prl nóstico del hidroraquis con desviación, hydrorachis
18*
416 "tv, r-:
dehiscans, es muy fácil de establecer según lo que un pénfigo crónico que ocupaba diversas -regiones,
liemos dicho mas arriba; con todo, esta hidropesía con un dolor intenso que aumentaba al menor tacto,
no, ofrece siempre los mismos síntomas. Los niños y que se estendia desde el tumor hasta la cabeza. A
que la traen al nacer, tienen muchas veces los pies los doco años, se establecieron los menstruos con
contrahechos, pero la coexistencia de estas dos afec regularidad. Al En do la afección, se fracturó el
ciones uo es constante. La parálisis de las estremida- mu$lo al volverse en la cama, sin la menor violencia
des inferiores, de la vejiga y de los órganos que traen y sin que es peí ¡mentase ningún dolor. Por último,
sus nervios de la médula lumbar, no es uu síntoma murió á los catorce años, atormentada por un vómi
propio deesta especie de hidroraquis: algunas veces,, to continuo y por una diarrea tenaz.
de dos partes cuyos nervios tienen el misino origen, 738j Diagnóstico del hidrotorax. —La hidropesía
la una está paralizada, mientras que laotra permanece del ojo pertenece á las de la cabeza, pero es mas
integra. Una niña estaba afectada de una parálisis de bien una enfermedad quirúrgica: por tanto, la pasa
la vejiga y del recto, sin que los miembros inferiores remos en silencio, y hablaremos del hidrotorax.
hubiesen perdido su sensibilidad ni su eontractili- Esta consiste en una colección acuosa en la cavidad
da'd. Un niño en el cual el tumor, abierta durante el del pecho, ordinariamente acompañada de una dispnea
parto, vertía diariamente algunas onzas de serosidad que aumenta al andar, por el decúbito sobre la es
sanguinolenta, cscretaba la orina gota á gota: sin palda ó sobre el lado del derrame; tos seca ó con
embargo, mamaba perfectamente, y sus miembros espectoracion serosa, orinas en pequeña cantidad:
inferiores no estaban paralizados. En fin , al quin por la percusión se siente un sonido oscuro en el
to .dia fue presa de convulsiones mortales. En pecho.
otro niño, el tumor presentaba en los últimos mb- Lá pleura, cuya superficio ünterior ó esterior eí
mentos 17 pulgadas de circunferencia, y los tegu el asiento de la secreción morbosa, tapiza no sola
mentos estaban (an sumamente distendidos, que mente las costillas y los músculos intercostales, sino
aquel era trasparente como una vejiga de cerdo llena que forma también dos sacos de magnitud desigual,
de agua: sin embargo, el enfermo conservó constan separados anterior y posteriormente por el mediasti
temente la facultad de mover sus' miembros, cuyas no: y recubre las visceras torácicas, á las cuales so
proporciones jamás fueron alteradas: su razón siem adhiere de una manera mas ó menos íntima, do mo
pre estuvo íntegra. Algunas veces no se manifiesta do que rio hay ningún punto en el pecho que no pue
mas que cierta debilidad en las estremidades in da participar de la enfermedad. El derrame puede,
feriores, y el tumor no por eso deja de depender de por tanto, efectuarse en el tejido celular que une la
un hidroraquis, aunque no exista parálisis. Estos pleura con los músculos intercostales., y constituye
síntomas varían necesariamente, según la región en el hidrotorax falso; en la cavidad torácica en uno 6
que resida el derrame, y según el número de nervios en ambos lados, y es el hidrotorax 4egítimo; en el
que se hallen comprendidos en él. Un niño do Viena pericardio, y es el hidropericardias; eu el medias»
presentaba una desviaeion do las vértebras, desde la tino, y es el hidrotorax del mediatisno; en fin, en
sesla torácica hasta el sacro: todas las partes situadas el parénquima pulmonar, baiola pleura que cubre al
por debajo estaban paralizadas. Algunos enfermos es pnlmon, y es el hidrotorax del pulmón. El hidroto
tán débiles y enflaquecidos; otros conservan su gor« rax, como todas las hidropesías, es pocas veces pri
dura, sus fuerzas, y hecha abstracción de la paráli mitivo, sino secundario, sintomático de una afección
sis, y del tumor que aumenta con los años, no parecen local ó general, aguda ó crónica, esténica ó asténica,
enfermos. Un niño tenia las estremidades inferiores simple ó complicada. Lá serosidad es límpida, san
muy delgadas, no podia ejecutar ningún movimiento, guinolenta ó puriforme, libre en la cavidad pectoral,
pero fueron adquiriendo fuerzas A medida que se ó encerrada en hidátides, en sacos , ó en las areolas
cargaban de grasa. Hecha la autopsia, se encuentra del tejido celular.
muchas veces los nervios ciáticos sin alteración. La Antes de esponer los síntomas del hidrotorax,
compresión, la distensión, etc., de la cola de caballo debemos prevenir, que á consecuencia de nuestros
ó de algunas porciones de la médula espinal, son las propios errores y los de nuestros compañeros, sabe
que ocasionan la parálisis mas ó menos completa de mos muy bien que los signos de esta liidropesía son
ciertos órganos. sierppre equívocos é infieles. El asiento del derrame
En la espina bífida ha creído un célebre anatómico se conoce mas bien á la abertura del cadáver que en
holandés, asi como varios médicos, que la médula no el lecho del enfermo. Los órganos torácicos están
existia y que se había convertido en serosidad: como tan aproximados los unos á los otros; sus relaciones
so halló su continuación por, debajo del tumor, se simpáticas son tan grandes, y sus puntos de contacto
atribuyó á esta disposición el movimiento que con tan multiplicados, que no puede distinguirse cuá¡ de
servaban las estremidades inferiores, y se supuso otra ellos es el que sufre. La estructura huesosa del tó
disposición análoga en todos los enfermos, cuyos rax aumenta la confusión, pues no permite que la
miembros no estaban enteramente paralizados. Pero colección sobresalga hácia fuera. Si la cantidad del
como en la hidropesía de los ventrículos cerebrales líquido tiene deprimido el diafragma, se sionte la
la masa encefálica, que secreedeslruida, esperirrrenta fluctuación en el abdomen, como si esta cavidad fue
únicamente una distensión, un adelgazamiento que se él asiento de la hidropesía. No es mas fácil co
no siempre destruye sus funciones; de la misma ma nocer la naturaleza del liquido derramado: muchas
nera, en los casos en que la médula espinal se ha veces se supone ur i colección acuosa , y la incisión
creído consumida, escoplo en aquellos en que viene del tórax da sali<! a á pus, á sanare pura, ó á un
á supuración ó tiene la caries evidentemente desor fluido aeriforme. l\>r lo tanto, los síntomas solos no
ganizadas las partes, pensamos nosotros que solo es- pueden servir de h .se al diagnóstico: es preciso exa
perimonta una espansion, una compresión que ha minar si el individuo está predipuesto á las enfer
hecho perder á algunas de sus fibras Ja influencia que medades serosas; conocer las enfermedades que ha
■ejercen sobre los órganos á quienes suministra ner padecido, sus causas, asi como sus terminaciones, y
vios. Vamos á referir aquí un caso raro: uua nina comparar estas diversas fuentes del diagnóstico. Los
atacada de un hidrocéfalu congénito y de un hidro que tienen mucha gordura no están predipuestos á
raquis lumbar con desviación, fue afectada, á la edad la hidropesía, pero presentan muchas veces ¡todos los
tie dos años, de úlceras en las piernas; á los ocho, de síntomas del hidrotorax, lo mismo que las personas
DE MEDICINA Y CHICJÍA.—FR AN'K. 411
sujetas á flatoosidades f i espasmos, sin que sean pirar y la debilidad aumentaron, se penetró cou
atacarlos do aquella enfermedad. No es raro encon un trocar cu ol punto doloroso, y salieron cua
trar en- los cadáveres derramos torácicos, do cuya tro libras de serosidad. Se estab leció una fístula
existencia nadie había sospechada* y que son dema que destilaba continuamente, el enfermo se alivió, y
siado considerables para que se puedan cousideror vivió aun algunos meses. Después do la muerte, se
como efecto de la agonía. reconoció que Ja pleura estaba desprendida de las
Hidrotorax falso.—Ya hemos dicho que la infla' paradea torácicas un toda la estension del lado
¡nación de la pleura costal no era tan frecuente derecho. >.■_ . , t
como lo parecía indicar el dolor de costado,- tan co . El hidrotorax falso es una aleccion demasiado
inun on las fiebres, y quo es conocido bajo el nom rara para que podemos describirla; los pocos ejem
bre do pleuresía ó de pleuro-poripneumonia. Sin em plos que tenemos han sido hallados en el cadáver, y
bargo, hemos visto morir uu gran número de perso nada nos enseñan relativamente á la historia de la
ñas á consecuencia de la inflamación de la pleura enfermedad. Esperando que se llene este vacio deja
costal, complicada con una flegmasía ^el pulmón, ó mos ú otros* el cuidado de describir el hidrotorax falso,
aula y anunciada por la rubicundez, por indicios ma no queriendo fiarnos solamente del raciocinio. Las
nifiestos de inflamación, 6 por &n ludrotorax agudo. circunstancias que pueden ilustrarnos son: la exis
En fin, la dureza cartilaginosa y aun huesosa que tencia de una pleuresía que no se haya terminado por
presenta algunas veces esta membrana en el cadáver, resolución ni por supuración; la ausencia de la fiebre
las adherencias que contrae don el pulmón, y la car lenta, la presencia de los síutoinas del empiema, y
nes que se apodera do las costillas, prueban la fre el aumento progresivo de la dispnea.
cuencia de la pleuresía latonto. Recordaremos aquí Hiddotobax legitimo.—El hidrotorax legítimo os,
la inflamación de los músculos torácicos, muy comun mas comuunienle de lo que se piensa, sintomático
mente determinada por un reumatismo, una metás de' una enfermedad aguda, como la peripneumonía;
tasis ú una violencia exterior. Según ostas conside ■ i crónica, como el asma, la tisis, el aneurisma del
raciones, se concibe con qué facilidad puede Hogar í corazón y de los grandes vasos. No nos sorprendemos,
ser atiento de Una ioliltracion aguda ó crónica el pues, deque se hayan referido al hidrotorax los sín
tejido celular estorior en la pleura costal: esto últi tomas que perteneoen ó la enfermedad primitiva cu
mo caso es menos común á causu de la elevación de ya existencia no" se habia llegado á sospechar.
las costillas en la inspiración. Debemos, por lo tonto, En la historia de la peripneumonía, hemos dado
sorprendernos do que esta especie de hidrotorax; sea á conocer por medio de un gran número de obser
tan rara, que encontremos solamente algunos ejem vaciones que nos son propias, el hidrotorax agudo,
plos de él on los autores, y quo no conozcamos noso producido por la inflamación de los pulmoues.
tros mismos mas que un hecho do este género, reco El hidrolórux crónico puede ser precedido ó acom
gido por un médico distinguido: es, pues, admirable pañado de otra hidropesía manifiesta; invadir solo, y
que la pleura costal no se desprenda comunmente de acarrear otras hidropesías, ó permanecer hasta el II u
las costillas y de los músculos intercostales; para for en un estado de simplicidad. En el primer oso, es
mar una bolsa prominente cirel interior dol pecho. mas fácil el diagnóstico , aunque no es imposible que
Si so recuerda que la pleura se separa con facilidad nos engañemos. En efecto , en la aseilis, ia elevación
de las costillas; quo á consecuencia de una violencia del diafragma y de las costillas inferieres, ü las cuales
estorior se forman derrames sanguíneos entre ella y se atan los músculos abdominales, ocasiouala dispnea.
las paredes torácicas; que en los pneuinstóeeles sale Es mas fácil reconocer ol hidrolórax crónico que el
por los espaéios intercostales , para formar el saco hidrotorax agudo, porque esto ataca de improviso sin
hemiario cubierto1 do los músculos que ella empuja otros síntomas que los do la inflamación que le pro
hácia fuera, ú ¡i través de sus fibras desgarradas, duce, y porque aquel se manifiesta en las personas
corroídas 6 destruidas; se concebirá sin violencia que que están predispuestas desde mucho tiempo antes,
esta membrana puede estendorsc hácia adentro y há en los individuos de constitución débil, valetudina
cia afuera , y su tejido celular impregnarse do toda rios, sujetos yu otras veces á la hidropesía , atacados
especie de líquidos. Un célebre anatómico de (¡mttin- de obstrucciones, entregados á los escesos de la gula,
ga ha descubierto abscesos en la pleura costal y dia- á una vida sedentaria, al estudio, ó aniquilados por en
fragmática. Un ilustre médico francés ha visto, en la fermedades anteriores, sobre todo, por flujos ; y en los
anasarca, la pleura izquierda infiltrada hasta el pun asmáticos, en los tísicos, y culos escrofulosos. El hi
to de presentar un espesor de ocho liueas. Un anató drotorax dependiente del asma ó de una afección cró
mico holandés h* hallado en el cadáver de una mn- nica del pulmón ó del pericardio, se reconoce por la
ger de bastante edad, esta membrana llena de sero rubicundez lívida de la nariz ó de los labios, y por la
sidad, formando mi tumor que elevaba las coítillas, ingurgitación varíeos» de las venas del ojo. Cuando
deprimía el diafragma y comprimía el pulmón, que la invasión del hidrotórai complicado es menos os
estaba reducido á un pequeño volúrndn. • cura, se anuncia por los síntomas generales de la as
Un ióven murió súbiiatnentc, con un dolor fijo on tenia, el edema de ios pies, la anasarca, y la infiltra
el Costado izquierdo, dispnea, los qUe aumentaba ó ción dol esicroto. La cara está pálida y ligeramente tu
cada ihstahte, edema dfl los pies, y pulso débil y 9e+ mefacta; los labios blanquecinos y adelgazados ; la
disigual. A la ¡ihertura del cadáver se halló en la ca mirada es lánguida y vaga ; existe una sensación de
vidad izquierda del tórax cerca de siete libras de peso en el pecho, una dispnea mas considerable en los
serosidad, que había sido suministrada por la aber tiempos húmedos que en los filos y secos; la voz es
tura de una bolsa acibérente á la parte posterior del entrecortada, el enfermo esperimenta una especie de
pecho. En oíro caso se observaron al principio dolo desmayo, cuando quiere articular una frase algo lar
res pungitivos en el lado derecho, con tos seca, fie ga ; la tos es seca, ó seguida de espectoracion espu
bre héctica y enflaquecimiento. Al cabo do tres dias mosa; algunas veces sanguinolenta, como dicen algu
sobrevino una dispnea, quo aumentaba por el décúi nos autores ; el decúbito sobre la espalda y las partes
bito sobre el lado izquierdo; ningún séilllmieuto de laterales, es incómodo y aun imposible, sobre todo,
peso en el diafragma; ligera tumefacción en el cos dbspues de comer; la convexidad del tórax es mas
tado derecho, y dolor por la presión en el intervalo pronunciada en un lado; se nota que- los espacios in
do las costillas sesta y sétima. La dificultad de ros. tercostales son mayoret»; las orh'ias, poco abundantes
412 BIBLIOTECA ECOHÓWCA
y turbias, depositan un sedimento latericio ; el pulso k por lo común el brazo, y sobre todo, la'mano de este
es muchas veces vibrante, lleno y duro.'como en los lado, se ponen edematosos.
casos de plétora; algunas veces se diferencia en los Se ha considerado como signo patognomónico, su
dos brazos, y se hace pequeño, desigual, irregular é ficiente para distinguir el hidrotórax de las demás
intermincnte, á medida que aumenta la opresión. La especies de dispnea , cuando el enfermo, después de
anasarca ligera sesueleacompañar demayor dificultad haW pasado algunas noches tranquilas, se despierta
de respirar, que la ascitis mas considerable : si un en asustado y en una ansiedad estrema : corre á la puer
fermo, atacado de esta hidropesía, es presa repenti ta ó la ventana para respirar un aire fresco ; pide so
namente de un acceso de asma, al entregarse á un corros , creyéndose amenazado de sofocación ; tiene
ejercicio moderado, ó al subir una escalera, se lorma fríos los pies y las manos; y en fin, ai cabo de algunas
fácilmente en él un hidrolórax, ó un edema del pul horas, lo mas común al despuntar el dia, se restablece
món. Pero cuando la dispnea no ha sido precedida de la calma, y el individuo queda adormecido y en un
una hidropesía esterna, si sobreviene un edema de estado de languidez. Este fenómeno es tan común en
los pies que descarga el pecho, y cuya desaparición el hidrotórax avanzado, que se observa aun durante el
acarrea la opresión, acompañada de un pulso temblo dia. Sin embargo , nuestras observaciones y las de
roso, vermicular, desigual, é intermitente , se puede muchos prácticos, prueban que no es constante, que
entonces sospechar con fundamento la existencia del no solamente sobreviene en esta enfermedad, sino en
hidrotórax. las lesiones del centro circulatorio. Siempre que se
Sin embargo, no tememos repetirlo, el conjunto de manifiesta este signo , la cara y los labios presentan
estos síntomas, no siempre tiene un valor real ; un un color rojo ó lívido, con tumefacción , los ojos están
gran número de médicos-han encontrado , y nosotros brillantes, lacrimosos é inyectados: estos síntomas
también, lleno el pecho de agua, sin que jamás se anuncian mas bien una afección orgánica del cora
hubiese afectado la libertad de la respiración. Muchas zón ó de los grandes vasos, que un hidrotórax, el
veces, cuando todo anuncia un derrame considera cual puede ademas existir simultáneamente. Las pal
ble, no eiiste una gota de líquido en el tórax , y al pitaciones del corazón , la irregularidad y la inter
contrario. Hé aquí porqué se quedan confundidos los mitencia del pulso, pertenecen igualmente á las le
prácticas mas hábiles al practicar las autopsias. Una siones orgánicas del centro circulatorio, y á todas las
niña , en quien se encontró en el pecho una gran causas capaces de interceptar el curso de la sangre,
cantidad de serosidad fétida, no esperiinentó hasta los por mas ligeras que sean. -Pero es preciso convenir
últimos momentos ninguna incomodidad en la respi en una cosa ; en los casos en que el hidrotórax está
ración. A un jóven se le hallaron tres libras de líqui complicado con una lesión orgánica de esa especie,
do en la cavidad torácica derecha, y una libra en el ¿es producido por la afección del corazón, ó la oca-'
pericardio: había podido acostarse con la cabeza baja, siona él, ejerciendo sobre los pulmones una compre
y andar por un país montañoso, sin que jamás hubiese sión prolongada, que se opone á la circulación de la
tenido la menor dispnea. Un médico distinguido habla sangre en estos órganos? Sea de esto lo que quiera,
de un/arnicero, el cual habia respirado siempre con el despertar sobresaltado el enfermo no es un signo
la mavor libertad, aunque tenia las dos cavidades to cierto del hidrotórax > ó al menos, del hidrotórax
rácicas llenas de serosidad. simple.
A medida que adelanta la enfermedad, se esclarece La fluctuación, percibida solamente por los enfer
el diagnostico. El líquido derramado en la cavidad mos ó por ios asistentes, es otro síntoma al cual dió
torácica se apodera, por su propio peso, de la base Hipócrates mucha importancia. Se cree que el médico
del pecho : gravita sobre el diafragma, é irrita sus no puede reconocerle , porque no conteniendo aire
pilares, ocasionando muchas veces dolor en los lo la cavidad del tórax, no puede producir ningún ruido
mos. Con lodo , este dolor no sobreviene siempre, y el movimiento del líquido; y cuando se oye, puede
los enfermos tienen que adoptar cierta postura para algunas veces ser ocasionado por los gases, y por los
disminuir la opresión, evitando la horizontal. La can líquidos encerrados en el estómago. Aquella mujer,
tidad de las aguas aumenta poco á poco; si la pleura cuya historia acabamos de referir, que podía producir
no ha contraído adherencias con el pulmón, es empu á voluntad y agitándose, un ruido que simulába la
jada esta viscera hácia el abdómen, que se eleva como fluctuación en el pecho, prueba los errores á que está
en la ascitis, y la respiración viene á ser penosa. En espucsto el oido sobre la causa y el origen de los so
lu posición horizontal, llena el líquido toda la cavidad nidos. Pero el enfermo no se engaña tan fácilmente
torácica, ocasionando una tos y una ansiedad que no como el médico: cuando se vuelve de un lado, siente
permiten conservar por mucho tiempo esa postura. la undulación del líquido , y su reflujo hácia el vér
Guando el derrame no ocupa mas que un lado , se tice del pecho, cuando se acuesta horizontalmente.
acuesta de él el enfermo , para evitar la compresión En el aneurisma del corazón, la sangre que pasa di*
del mediastino en la cavidad opuesta, é no ser que las fícil mente á través de las aberturas estrechadas de
adherencias ó cualquiera .otra afección del pulmón este órgano, hace que se perciba á cierta distancia,
correspondiente, le priven de pse alivio. Aunque la no solamente un ruido indeterminado, sino un silbido,
colección sea algunas veces lan considerable, que sin que exista aire en la sangre. Pero debemos tener
desvíe las costillas, encorve la columna vertebral, de presente que el oido no engaña siempre en estas cir
prima al diafragma, y por último, comprima los pul cunstancias; el ruido del líquido en fluctuación puede
mones y los reduzca á un pequeño volumen, no siem oirlo el enfermo, y el médico observador : nosotros
pre está la ansiedad y la opresión del pecho en razón ya lo hemos reconocido. Pero hay muchos casos en
de la cantidad y del peso del líquido : á menudo se que no podemos asegurarnos de que exista : por ejem
observa que uu ligero derrame ocasiona mas acci plo , cuando la cavidad torácica está muy llena , y el
dentes , que otro mucho mayor. No es raro que el pulmón adherido en vanos puntos á la pleura; cuando
hidrotórax se acompañe de un edema do las partes la materia es espesa, y se halla encerrada en hidálides
laterales del pecho, en la región del músculo gran ó en un quiste.
dorsal; pero es muy frecuente que falte este síntoma, La percusión es un gran recurso, que ha sido des
escepto en el caso de anasarca. Casi lo mismo pode preciado por espacio de mucho tiempo. El tórax
mos decir acerca del entorpecimiento del brazo cor enteramente ocupado por el agua , da un sonido
respondiente al fiitio'que ocupa el hidrotórax ; pero | oscuro : cou ayuda de este signo, que el célebre
DE MEDICINA Y CIBUJU.—FRANK. 413
Auenbrügger y el ilustre Corvísart, que lia traducido Cuando es simple, no es menos oscuro el diagnós
su obra sobre la percusión del pecho ; se kan reco tico: en efecto, si reconoce por causa , como acon
nocido un gran número de enfermedades muy graves tece muy á menudo, un vicio orgánico del corazón
de los órganos encerrados en esta cavidad (l). Re ó de los vasos, los síntomas de la hidropesía se con
comendamos esta práctica sin que creamos que funden con los de la afección primitiva. El carácter
pueda ilustrarnos en los casos en que es insensible del hidropericardias difiere mucho, según es agudo
la fluctuación , en un hombre que tenga mucha ó crónico. Hemos observado el hidropericardias agudo
gordura, como en un individuo enflaquecido. en las peripneumonías muy intensas ; pero muchas
Sin embargo , en medio de esta incertidumbre, veces nos ha sido imposible decidir si eran los pul
el enfermo se agrava á cada instante. Sobrevienen mones los que estaban únicamente afectados , ó si el
otras hidropesías : la infiltración se apodera de los pericardio participaba también de la enfermedad. En
pies, del escroto ; el edema de la mano correspon el corto número de hidropericardias , sin lesión
diente sigue aumentando, y el brazo de este lado cae orgánica, que relieren los observadores , no tienen
en una parálisis completa. La orina disminuye cada lossíntomas la misma marcha: varían, según la causa
vez mas; se vuelve morena, de un negro rojizo, con esténica ó asténica ; según la cantidad del líquido,
sedimento furfuráceo 6 latericio. Cuando la enfer que puede ascender desde seis ó nueve onzas (180,
medad se prolonga, se deciara la ascitis i impide la 270 gram.) hasta una, seis ú ocho libras (500 gratn.,
depresión del diafragma , que permanece tenso y 3 ó 4 kilúg.); en razón de la prontitud con que se
casi inmóvil. Las dos cavidades del pecho se llenan; forma el derrame, y relativamente á la constitución
el enfermo no puede acostarse, y permanece sentado del enfermo y á la naturaleza del líquido. Como nues
noche y dia; si habla , teme ser sofoc ado ; el sueño tra práctica no nos ha ofrecido ningún ejemplo de
no repara sus fuerzas, y sin embargo, es atormentado hidropericardias simple, se nos permitirá que refira
por un adormecimiento continuo, y tiene siempre la mos algunas observaciones de otros.
cabeza sobre el pecho. El pulso es casi insensible, En las actas de los médicos de Succia , se halla la
irregular y desigual; las estremidades se ponen frias, historia siguiente: una jóven robusta, á quien dos
la ansiedad aumenta, sobreviene un escalofrió con meses antes se le habían suprimido los menstruos,
siderable y lipotimias; y por último, en medio de las tenia el pulso vibrante, desigual, la cara encendida,
ilusiones que halagan al enfermo y le hacen concebir hemorragias nasales , las fuerzas en buen estado,
la esperanza de una convalecencia próxima, llega la delirio furioso, liebre remitente, cefalalgia, entor
muerte de improviso, contra lo que todos esperan, pecimiento del oido, tos seca , que aumentaba por
con ó sin aumento de la orlopnea. la tarde hasta el estremo de amenazar con la sofoca
La cantidad y la calidad del liquido derramado son ción, ronquera, opresión en el pecho, dispnea, decú
muy variables. Nosotros hemos encontrado desde bito mas difícil sobre la espalda que sobre los lados;
una libra hasta diez, y auu mas. Algunas veces han y al aproximarse la muerte , rostro pálido , y pulso
bastado ocho ó diez onzas para producir la sofocación. intermitente. Hecha la autopsia, no so descubrió otra
En el hidrotórax crónico, la serosidad es trasparente, alteración, que un derrame formado de libra y media
amarillenta, ó verdosa, y aun turbia y espesa: en el (750 gram.) de serosidad en el pericardio, y el pul
hidrotórax agudo, la materia es ordinariamente pu món izquierdo deprimido por el tumor. En este caso
riforme, mezclada de filamentos blanquecinos , de todo anuncia un carácter esténico.
falsas membranas, y aun de sangre. Lo que anti Un célebre anatómico italiano nos ha referido un
guamente so creia que era un derrame de quilo en caso de hidropericardias, recogido por un médico
el pecho , uo es otra cosa que una colección pu distinguido de la misma nación. Una religiosa se
riforme. habia curado felizmente de una enfermedad aguda:
Uemos visto con frecuencia inflamados los lóbulos su médico, por seguir la moda, la obligó á lomar un
inferiores del pulmón, y adherentes en una grande purgante que la produjo 50 deposiciones , y sed ar
ostensión á la pleura dtafragmáiica : esta membrana diente , para calmar la cual bebió la enferma uua
participaba de la flogosis , y se habia formado un gran cantidad de agua. Al día siguiente, al levantar
depósito considerable de serosidad puriforme en la se y mientras se vestia, sintió una opresión en la re
base del pulmón. Los lóbulos de este órgano estaban gión precordial , y cayó desmayada. La opresión
aglutinados por una linfa coagulada , y cuando se continuó desde esta época ; aumentaba cuando la
les separaba, salia una materia puriforme, estanca enferma hablaba mucho ó hacia algún movimiento.
da en sus intervalos , sin que se descubriese ninguna El color del rostro era*bucnO, el sueno se sostenía, y
alteración en el parénquima pulmonar. las evacuaciones menstruales y alvinas no estaban
737. Diagnóstico del hidropericardias.—Es muy alteradas. La respiración era fácil, ya que estuviese
difícil describir, sin que se confundan , las enferme la enferma de pie, ya que se acostase sobre la espal
dades que tienen entre sí la mayor afinidad; y esto da ó sobre cualquiera de los lados. El pulso no era
es lo que nos debe suceder ahora , al trazar el bos tenso, duro, ni vibrante, y no presentaba desigualdad
quejo del hidropericardias. alguna; ningún dolor en la región de los pulmones,
Esta hidropesía existe pocas veces sin el hidrotórax: nada de tos, ni de palpitaciones de corazón. La en
los autores refieren algunos ejemplos de hidroperi ferma se quejaba. de una sensación de peso en la re
cardias simple; nosotros le hemos visto mas de cien gión precordial, como si tuviese en ella una piedra,
veces complicado, y jamás en estado de simplicidad: cuando hablaba ó hacia algún movimiento , sentía
nunca hemos encontrado hidátides dentro ni fuera 3ue se comprimía este órgano ; su pulso fue siempre
del pericardio, ni en la superficie del corazón , aun ébil. Este estado duró un año. Al aproximarse la
que algunos prácticos hacen mención de ello. En muerte, acusaba la enferma por intervalos una sen
los casos de complicación , es difícil distinguir* el sación de picadura , de convulsión en la región del
hidropericardias de cualquiera otra hidropesía to corazón; su pulso se hizo cada vez mas débil y oscuro.
rácica. El pericardio contenia nueve onzas de agua; el co
razón, habia adquirido un volúmen considerable , y
presentaba una úlcera superficial en su cara esterna.
1 Nuevo método para reconocer las enfermedades internas
del pecho por la percusión Je esta eavidad.Paris , 1808.—Véase No puede menos de referirse este hidropericardias &
también i Piorry , Pela percusión medijla.— Paris, 1818. la debiüdf.d.
414 BIBLIOTECA ECONÓMICA
Un marinero, cuya historia está o este análisis, serán poco numerosos; no tendrán valor
Acias de la Academia de San Petor&burgo, esperi incontestable, pero nos indicaron eon macha proba
mentó un ardor con dolor pungitivo en el tórax;' res bilidad la existencia de la afección ;' si no desde c|
piración anhelosa , tos seca y continua. Al cabo- da ¡ principio, «i inenot . cuando está mr poco avanzada*
un mes cesó el calor; pero en el espacio do seis 'so- listos mi) tuni;,- son los siguientes: las orinas, que
manas, !a opresión del pecho, la dispnea coa tóndeh-i eran muy {inundantes, disminuyen; se vuelven encen j
cia'ála sofocación, fueron en aumento, él enfermo ' didas ó' cspesa«;-al mismo tiempo, sensación do pesi
arrojaba esputos blancos , viscosos y mezclados de en la región del corazón* temblor convulsivo de este
una gran cantidad de sangre. No podía acostarse de órgano, disonea; ansiedad precordial, que aumenta
uno de los lados, sin arrayar considerablemente los cuando el enfermo habla mucho tiempo ó muy alto,'
síntomas : el decúbito sobra la espalda era el único y cuando se entrega á algún ejercicio, y disminuye
que podia soportar. A la abertura del cadáver, se ha- por el reposo y por el silencio, mucho mas pronto que
liaron los pulmones aplanados hácia las pin tes pus en el asma ó ert el hidrotórax; decúbito mas difícil
teribres y laterales, y adheridos á la pleura. Una cor sobre la espalda que sobro los lados; alivio por 4a
ta cantidad de serosidad flavescente flotaba sobre el inclinación del cuerpo hácia adelante; pulso débil;
diafragma ; las partes media anterior y lateral de la oscuro y frecuente; ol enfermo siente que su coraiort
cavidad torácica estaban llenas por el pericardio,dís- náda en un liquido, y una mujer de Pavía lo compa
tendido y lívido. Esta bolsa contenía cerca de'caa^ raba A una manzapa Untante en el ngua ; la parte an
tro libras de un líquido sanguinolento. Toda la super terior é izqnierda dél tórax ne resuena por la percit-
ficie del corazón ' estaba cubierto y aun erizada de sibnyó da nti sonido oscuro. " '
vellosidades : villis magnis, lomjis, latüque obduolá ■Coando á este cuadro viono á juntarse el eofor
hirta fúit. aplomado de los párpados y de los labios, violentas
Uno de nuestros predecesores en el Instituto clínico palpitaciones del corazón, la desigualdad delpulso,
de Viena, refiere la historia de un hombre que había, una necesidad de permanecer sentado, y desfalleci
recibido un golpe con el timón de un barco en el pe mientos, estos nuevos síntomas no debilitan el diag
cho. La lesión se creyó que era poco considerable, 'y nostico, si concurren con los demás; pero nos hacen
no impidió que el enfermo continuase aun, durante presumir otra lesión, que hace inúlll la Operación
seis años, su servicio: era criado. Al lin, esperimentó quirúrgica, de que después hablaremos. Cuando S los
una dificultad de respirar, una sensación de constric signos del hidropericardias se asocia un sentimiento
ción en el pecho, una tosccilla seca, sobre todo cuando de calor, y de dolor en el lado Izquierdo, Se puede
hacia algún movimiento. Se declaró una diarrea que creer que existe una inflamación del pericardio?, 7
pareció aliviarle; pero el pulso se 'hizo intermitente aun del corazón; inflamación que preceded acompa
y pequeño, faltaban basta seis pulsaciones seguidas, ña ála secreción del humor puriforme, puya colec
en los tres últimos meses1. El enfermo serttia conti ción constituyo la hidropesía, y asi so demuestra
nuamente un frío glacial, no llegó i calentarse Jamás1 muchas veces por la -inspección cüdavérjca. A una
durante las seis últimas semanas. Entóneos 'le' fue secreción parecida es preciso atribuir esas Vellosida
imposible permanecer en la cama' Jas angustias li des, es» especie dé pelos, y esas úlceras que se hállarj
obligaban a estar sentado, y la debilidad no le permi en la superficie del corazón: la 'adheroncia do cs,to
tia conservar esta posición. El edema de lascstre- órgano con el pericardio és algunas veces general, y
midades inferiores era tan considerable', que la piel tan Intima, que en machos casos se ha creído que el
amenazaba agrietarse; el frío aumentó: el enfermo corazón estaba privado de su cubierta. La naturaleza
permaneció en los cuatro últimos días en' un estado y el color de la materia segregada en el pericardio
de asfixia, y espiró sentado cu su sillón.' A la abertura son muy variables. Comunmente las inflamaciones
del cadáver, presentó el pericardio un volumen enor del pecho, y aun del vientre, dan lug'aí á una secre
me, pues ocupaba las dos cavidades torácicas; Ibs ción de materia blanquecina,- láctea, mezclada dé
pulmones aplanados no estaban duros, ni habían corji mayor ó menor cantidad de sangre, ya límpida y
traido ninguna adher«ncía cou'fa' pleura; nada de amarilla, sobre todo -en la ictericia; ya verdosa ó mo
hidrotórax. So sacaron del pericardio cuarenta jrbého rena,, y aun saniosa, sin qué exirti) ninguna solución
onzas (I \ '2 kilógr.J de una agua, ttrrblíi,' verdosa, de continuidad. Nó estamos fniírV 'distantes de atri
y eií seguida 24 onzas (750 grain.) de ag¿|fi,jóiiz'{r; íj6 buir cualidades irritantes á la serosidad del péncá/A
existia ninguna alteración él^íora'zpn;"' dio degenerado, sin que para ello dos apoyemos en
En los cuatro ejemplos que acabártids á¿\ referir,^ la existencia do las úlceras <}ué se encuentran en la
los síntomas no so'parecen eu nada, aunque el hidro- cara esterna del corazón, sin b mas bien 011' Ibs 'desór
pericardias era simple. Por lo dornas^ los que se asig-': denes que ocasiona una pequeña cantidad de materia
nan generalmente á osla hidropesía son los sjguíen^ derramada en aquella membrana.
tes: sensación do presión y de angustia ¿n la parte Cullen asegura rto haber encontrado jamás tenso el
anterior ilel tórax, dispnea, ortopnea, dolor en los pericardio en esta enfermedad, y un ilustre anató
lomos, decúbito supino, tos Seca, palpitaciones de mico aloman cree que la tensión de" está membrana
corazón, movimiento undulatorio entre las costillas no debe tener lugar mas que durante el movimiento
tercera, cuarta, y quinta; pulso desigual, pequeño y de diástole. Sin embargo, hay casos en quo el peri
débil; síncopes precedidos de uu sentimiento de so cardio está distendido de tal manera , que abalé los
focación; lividez de jos párpados y de los labipS;. en pulmones, sobre todo, él izquierdo, einpuia el dja^
friamiento de las extremidades, 'tristeza, sed y enfla frágma hácia el abdórnen, y eleva las costillas inme>
quecimiento. diatás. Si está flojo después de la muerte, se de.be'
Pero es néqdáário ccíiá,r tidá.mii'adá.'á'tás causas V atribuir al colapso de los vasos, y quizas á la reab-
á las complicaciones del liidi'opericarJiiíS:, si $e 'colo sbreion de la' serosidad. ' ' ''• ' \ .'.
casen en esté cuadro todos Ip.s Síntomas que se hallan, 738'. DfACNÓsrico de la hidropesía del medías-,
en los autúi;es, ims .engimaríamo's' nluchaS veces á la\" tino.— El mediastino, cuyo tejido es el mismo que
cabecera del enfermo. Debemos, 'pifes, sép'átóf 'lós1 e! de la pleura, está sujeto, aunque muy rara vez , á
síntomas que pertenecen 3 las "complicaciones, tales las mismas afecciones que esta membrana; por ejem
como las afecciones del corazón, de los grandes vasos,, plo, á las inflamaciones, á las hemorragias, A las-
del pulmou ó del hidrotórax: los que quedan, hecho secreciones morbosas de serosidad ó de linfa coagu
DE MEDICINA Y CIRÜJÍA.—FRANK. 41S
lable , al enfisema, ú los abscesos y á (os esteatomas «sluviose infiltrado en el tejido celular, hasta (jue'so
Sin embargo, eu el mediastino anterior- se observan rompiesen las areolas y se reuniesen en un solo saco.
mas comunmenle secreciones de grasa que de sero-> Ya hemos hablado de la hidropesía del mediastino
sidad : jamás hemos encontrado la hidropesía de esta posterior; e| líquido que comprime entonces e! exó-
cavidad, y los prácticos que hablan de ella la han lago, la tráquea y la aorta , no puede permanecer
observado complicada , con alguna otra hidropesía largo tiempo en esta cavidad, á menos que una linfa
torácica, uu el mediastino posterior no se forma co eoagulada te retenga, y se oponga á su infiltración en
lección de pus ni dfl serosidad: estos líquidos, arras el tejido celular inmediato:
trados por su propio peso, se infiltran en el tejido 739. Diagnóstico de la hidropesía de los pul
celular de los músculos de la espalda; Pero no con mones.—Estos órganos son muy comunmente el asien
cebimos cómo son tan raros los derrames del medias to de la hidropesía. La serosidad ocupa los bronquios
tino anterior, sobre todo en las hidropesías agudas, y aun el parénquium, está conteuida en un quiste
estando es puesta esta cavidad á tantas lesiones & causa ó en hidátides que se desarrollan en la sustancia del
de losgolpjs que pueden recibirse en el esternón, pulmón ó que se adhieren á su cara esterna. Muchí
siendo algunas veces el asiento de la inflamación en simas veces se complica la hidropesía del pulmón con
la pleuresía, y tan comunmente el de la opresión en el hidrotórax, ó lo aetermina.
la peripneumonía. Se ha observado la hidropesía del A causa de la estrema sensibilidad de la tráquea,
mediastino en un niño de Gouttinga , atacado i la vez los líquidos que Se vierten ó se segregan en1 ella,
de hidrotórax, do bidropericardias y de marasmo. escitan bien pronto una tos violenta y convulsiva.
Un célebre médico francés refiere la siguiente ob Las primoras divisiones de los bronquios participan
servación: habiéndose espuesto una mujer ni frió, de esta sensibilidad ; pero estos últimos son mucho
fue de repente presa de dispnea, tos, sensaeiou de menos irritables, y se dejan obstruir por la ¡#rosidnd,
peso én la parte medía del pecho; ardor interior* y por las mucosidades, el pus, la sangre, las concre
dolor en diferentes puntos del tórax. La sangría col» ciones poliposas, etc.; hasta pueden ser corroídos,
mó mucho los síntomas; pero al día vigésimo-tercero, en la tisis pulmonar sin que el enfermo se aperciba
cuando la enferma se creía muy bien y se oeupaba de ello. Si consideramos la esteusíon de la mem
de los cuidados de su casa, sentada en una silla, brana mucosa que tapiza las vias aéreas , el número
cayó y murió súbitamente. A lu abertura del cadá de vasos y de glándulas <jue entran en su organiza
ver , se halló el mediastino lleno de una serosidad ción , la cantidad de los líquidos que en cada espira
sanguinolenta: este líquido había sido suministrado ción son continuamente espulsados de ella en estado
por la ruptura de un quiste situado hácia el vértice de vapor, no deberemos sorprendernos de que la
del pulmón; á este derrame se debió la repentina serosidad, las mucosidades y la sangre, se acumulen
sofocación de la enferma , pues había comprimido ei en los bronquios hasta cierta" altura, y de que sobre-1
pulmón y la tráquea. El parénquirna pulmonar estaba vengim hidropesías bronquiales; ó al menos agudas.
lleno de una materia purulenta (ó quizás solamente Todo el mundo desconoce la cantidad de esputos es
puriforme). Un ilustre médico inglés asegura ha- pumosos ó acuosos que sé arrojan en varios catarros,
ber observado con free-uencia la hidropesía del me én el asina humoral , en la poripneumonía ,' ón la
diastino. cual se mezclan muchas veces de sangré. Ya hemos
Aunque la hemorragia de dicha Cavidad no perte hablado de esta cscrecion en los flujos, á los cuáles
nece á la hidropesía, la historia del derrame snngub- la hemos referido. Sea cualquiera la causa que im
neo del mediastino esclarece mucho lá del derrame pida la espulsion de las .materias acumuladas en las
seroso. Se ha visto, ú consecuencia de la ruptura de últimas ramificaciones de los bronquios , como un
un aneurisma de la arteria braquial ■ infiltrarse la obstáculo mecánico, un espasmo, ó un estado de pa
sangre en el tejido celular que uno la tráquea, la rálisis, de aniquilamiento, puede resultar de ahí
aorta, el exófago, y todas las partes contenidas en el una retencion'serosa. Un Cardenal , muy propenso &
mediastino posterior derramarse en una estensíon padecer catarros, murió de una fiebre catarral epidé
considerable, formar un tumor, que impedia la respi mica: se halláronlos pulmones ingurgitados de una
ración, el curso de la sangre, y el paso de los ali materia también catarral, que se escapaba de lastélu-
mentos á las vias digestivas. El inmortal Morgji'gni1 las bronquiales fi cada incisión. Un nombre ictérico
refiere un caso semejante: la sangré/ sn ministraos por mnrió en PaWa dé una angina 'laríngea: á la áber-
la ruptura de otra artería, penetró por el tejido 'ce Wra'dcl cadáver, Suministró unG de los bronquios nia SI
lular al mediastino anterior, se reunió en abundancia dé íteiS'otteaí'de serosidad turbia,, amarillenta, y en
en esta cavidad, háctá la cuál la dirigía su propio la qne nadaban películas blanquecinas. Eti las Me
peso, y formó sobre el diafragma uti coágulo de tres morias (Ve la Sociedad real de Medicina de París,
dedos de espesor. Durante la hemorragia, la sangre sé hallan casos semejantes.
que distendía el mediastino, hacia ésperirnentar al En la angina laríngea y la trdqubitis. Se forma algu-
enfermó un dolor divulsivo. El corazón estaba com ñad vécés, la falsa membrana i[Uo tapi
primido , así como el palmon; el pulso débil. Esta
afeecion se terminó por la muerte. '•• ' ' "'
Según estas historias, es fácil comprender cuáles
son los síntomas de la hidropesía del mediastino an , París. Unjóven ,
terior: sin embargo, estos síntomas varían, según que vhio aromático, fue atacado, por la ttbebi, 'db'ilñiá; «tt'-j
la afección es aguda ó crónica. Según M. Monro (i), gfna, que amenazaba con la sofocación. Sé abrió,
consisten en una sensación de peso qüe se siente garganta con una espada, y fue completamente' cla
hacia el diafragma cuando se está de pie , una difi rado á beneficio de una gran cantidad de materia
cultad de respirar mas coflsidérable cuando se a'dopta Sanfosa'que salió por la herida. !
el decúbito supino; en el decúbito sobré el vientre' ~"Si;Sé nos objeta qué'pslas dos1 especies de"hidrq-
se percibe el peso en la pajle anterior del tórax ¿ cti' pé'sías bronquiales no sé 'efectúan irías qué. álguua*
el decúbito sobre el lado, se dirige hácra él sitio mas ñoras ánte> de la muerte], ho.se, prueba nada contra
bajo. Este movimiento no so observaría si el líquido su existencia: cITás tienen, én efecto, una marcha
laii rápida; que se terminan
(i) Ensayo sobre la luíropesia j sus «Jlfifreates .especies,
París, neo. muerte1. • —muy pronto por la
416 BIBLIOTECA ECONÓMICA
v La hidropesía celular, el edema y la anasarca del matosas, el rostro pálido y abotagado, y toda la su
pulmón, se cambian fácilmente en hidropesía bron perficie del cuerpo en un estado de leucoflegmasía.
quial: esta conversión, unas veces es ventajosa, y Se puede, pues, sospechar la existencia de esta en
otras rápidamente funesta. Comunmente, al incindir fermedad, cuando se manifiesta un edema en las par
el pulmón de los hidrópicos, hemos visto salir «I tes esteriores, acompañado desde el principio de una
agua de su parénquima. En una mujer, muerta evi gran dificultad de respirar, parque una pequeña can
dentemente á consecuencia de una inflamación eri tidad de materia acumulada en los intestinos del pul
sipelatosa de los órganos respiratorios, hemos reco món ocasiona una dispnea muóho mayor que urt
nocido esta especie de edema. Nuestro hijo ha ob- derrame considerable en la cavidad torácica, cuando
■ servado en el grande hospital de Viena, tres edemas el pulso es casi insensible, 6 por lo menos, pequeño
del pulmón, sin complicación con ninguna otra es y débil, y el enfermo permanece por mucho tiempo
pecie de hidropesía torácica. Un celebro anatómico sin liebre manifiesta, cuando la dispnea se aumenta
italiano, nos ha dejudo lu historia de una criada, cu por el menor ejercicio, y no varía en las diferentes
yas reglas so habían suprimido hacia tres meses. Ha i osicioues del cuerpo, en el decúbito supino ó so-
biéndose espuesto al frió, fue atacada de una peripncu- i re los lados, y por último, cuando la dispnea sobre
monía. Al fin de esta enfermedad, arrojó por la bo viene inmediatamente después de la supresión de los
ca un líquido espumoso, semejante, al agua de car esputos en un catarro. En el caso en que el edema
ne: la muerte aconteció al dia sétimo. Si se escep- del pulmón se complica con el hidrotórax, sus sín
tua el lóbulo superior del pulmón izquierdo, todo el tomas se hallan oscurecidos ú oculto» por los de es
órgano respiratorio estaba sano, aunque distendido ta hidropesía. No hablaremos de los fenómenos obser
por un humor espumoso, que se escapaba de él por las vados en los enfermos que se asegura han, sido
incisión». En un hombre que hacia dos años se curados de la hidropesía del pulmón: el diagnóstico
hallaba enfermo del pecho, y esperknenlaba una sen es demasiado oscuro, si la inspección cadavérica no
sación de desfallecimiento cuando se movía, se ha- le esclarece. ^¥$&M¿wN&{:
' liaron después de la muerte los pulmones ingurgita Sin embargo, la oscuridad principia á disiparse,
dos de serosidad. cuando se establece una espectoracion abundante de
Hipócrates habia reconocido, en sus esperiencias materias serosas ó albuminosas seguidas de alivio.
sobre los animales, que se formaban en el pulmón Esto es lo que se observa en los catarros intensos y
tubérculos llenos de serosidad, la cual se derramaba en el asma : en estas enfermedades , la tos , desde
en la cavidad torácica cuando aquellos se rompían. mucho tiempo antes seca y fatigosa, es por último
Algún tiempo después, se ha hecho la misma obser seguida de una espulsion abundante de líquidos se
vación en el hombre: se ha descubierto en los pul rosos, como si existiese una salivación mercurial , lo
mones, vómicas semejantes, que contienen un humor cual disminuye la dispnea. Si la serosidad que está
parecido á la clara de huevo, ó á un agua límpida. infiltrada en el pulmón se derrama de improviso en
Un soldado esperimentaba una gran dilicukad de res los bronquios,, ó una hidátides voluminosa se abre
pirar, acompañada de liebre lenta; no podía sin gran en las vías aéreas ó en el parénquima del pulmón, en
molestia acostarse sobre la espalda, ni sobre los lados; el un caso , el enfermo muere sofocado , porque no
se veía obligado á estar siempre sentado, y tenia los tiene tiempo de espectorar las materias, y esto es lo
pies edematosos; pero nada había que anunciase en que se llama catarro sofocante ; en el otro los sínto
él una hidropesía torácica. Un médico francés, que mas se calman por algún tiempo, pero si el humor
practicó la abertura del cadáver, encontró en cada no os reabsorbido prontamente ó no se abre paso
pulmón un quiste de serosidad límpida. En los auto poco á poco en los bronquios , el pulmón obstruido
res se encuentra un gran número de observaciones se bace impenetrable al aire y á la sangre, lo cual
análogas; nuestra práctica no nos ha suministrado acarrea la muerte. Entre las observaciones que he
ninguna. Poro no sucede lo mismo, respecto á las mos recogido en Italia , se hallan dos hechos de esto
hidátides, pues hemos hallado uu gran número de género, que vamos á referir. En el primero figura uu
ellas,.en la cara esterna del pulmón. Las uuas tie sexagenario: este hombre, que padecía do dispnea,
nen su base profundamente implantada en la sustan esperimenló de repente un sentimiento de ruptura
cia pulmonar; las otras están lijas mas superficial en el pecho, y al mismo tiempo arrojó cuatro piulas
mente en lar pleura pulmonar, y su ruptura ofrece de materia albuminosa; su respiración volvió á ad
paso á unu parte del líquido á la cavidad torácica, lo quirir su libertad, pero sobrevino un nuevo acceso,
que da lugar al hidrotórax. Un célebre anatómico acompañado de la misma espectoracion, quo no pro
holandés, ha visto hidátides adlierentes á la tráquea dujo ningún alivio , y el enfermo sucumbió. El se
en un buey; dice que se hallan frecuentemente en gundo hecho es relativo á un jóven que hacia once
el pulmón del hombre. Algunas veces parece que años se quejaba de cierta incomodidad, peso y an
pertenecen á la tcenia hydatigena; sin embargo, noso siedad en el tórax. Esperimenló, como el enfermo
tros no conocemos hecho alguno que veuga en apo de que acabamos de hablar, una sensación particular
yo d» esta opinión. en el pecho , como si se hubiese roto algo cu dicha
Llamamos hidropesía falta del pulmón, á las co cavidad , y al cabo de una hora espectoró cuatro pin
lecciones que hemos encontrado frecuentemente en tas de un líquido claro y viscoso , y á poco quedó
tre los lóbulos de este órgano, á consecuencia de la restablecido. So hallan , quizas con mas frecuencia
peripneunionía. Hemos visto sus bordes aglutinados de lo que se cree, hidátides en la cara esterna del
por un humor puriforme, y sus intervalos llenos de pulmón , y su ruptura produce el hidrotórax, como
una materia caseosa ó de serosidad. ya lo hemos dicho , habiéndose encontrado vestigios,
• La autopsia demuestra la existencia de estas dife de él eu algunos cadáveres».',.,. :, tr.-..
rentes especíes ele hidropesía pulmonar; pero sus sín ~i\>. Diagnóstico de la ascitis.—Vaiuedades.—
tomas característicos nos son poco conocidos. En ge Los antiguos han dado el nombre de ascitis i la hi
neral, se esperimenta en la hidropesía del pulmón, di dropesía del vientre. El número de las hidropesías
ficultad do respirar, ansiedad pectoral, con senti de esta cavidad es considerable; se conocen varias
miento de presión, y un peso que se estiende desde especies, legitimas ó ¡legítimas. Nosotros conserva
et vértice hasta la base del pecho, pasando por el mos , sin embargo, la denominación de ascitis, ú
centro. No es raro que las partes esteriores estén ede causada su antigüedad. Las materias que la coasli-
DI MEDICINA Y CmCJÍA.—FRAN'K. 4t7
tuyen son límpidas, trasparentes , turbias, viscosas, años un tumor voluminoso, que ocupaba todo el
espesa» y oleagiuosas ; algunas veces son sanguino vientre; se practicó la paracentesis, sin que nosotras
lentas ó puriformes. Vueden tener su asiento fuera lo supiéramos, y salieron sesenta libras de serosidad
del peritoneo, lo que constituye la ascitis subcutánea, viscosa: la enferma murió poco tiempo después, y
vaginal, peritoneal; ó en la misma membrana sero procedimos á la abertura del cádavor, que estaba os-
sa. En este último caso, si flotan libremente en el cesivamf-nte flaco. La incisión de los tegumentos y
abdómen , es la asci'is abdominal ; si están oncerra- de los músculos proporcionó todavía la salida de al
das en bidátides ó en quistes, es la ascitis hidalidi- gunas libras de materia espesa y viscosa. Creíamos
ca 6 enquistada. Cuando el derrame ocupa solamente examinar la cavidad del vientre, y estábamos admira
algunos repliegues del peritoneo, resulla una ascitis dos de no encontrar ninguna viscera. Al llevar con
epiplóica, mesentérica, intestinal, hepato-cistica; en precaución el instrumento hácia el fondo di: dicha
lin, cuando se forma en la membrana que reúne las cavidad, abrimos el peritoneo, que habia adquirido
visceras, constituye la ascitis visceral. La hidropesía media pulgada de espesor, y entóneos fae cuando lle
del vientre presenta aun variedades dependientes de gamos verdaderamente ú la cavidad abdominal. Estaba
*us causas, de su curso , etc. , como la hidropesía en considerablemente estrechada; los intestinos se hallaban
general , de lo cual hablaremos en la etiología y en rechazados por debajo del hígado, y reducidos á un vo-
la descripción de cada especie. La ascitis abdomi lúmen muy pequeño : añadiremos ú esta observación
nal es la mas frecuente de todas las hidropesías de algunos hechos análogos, tomados de los autores. Se
las grandes cavidades. La ascitis subcutánea y la as han encontrado en una mujer ascítica cincuenta pin
citis vaginal son muy raras; nosotros no liemos te tas do serosidad icorosa fuera del peritoneo. Las.Me
nido ningún ejemplo de ellas. Tampoco se observa morias de la Academia de ciencias de París, hacen
la ascitis peritoneal con mucha frecuencia, si se dis moncion de una hidropesía peritoneal que padeció
tinguen do la hidropesía los accesos que sobrevienen una mujer durante el puerperio: la materia acre ha
en Ta peritonitis. bía adquirido el color de la leche, y se abrió paso por
Ascitis subcutánea.—La ascitis subcutánea se ase el ombligo. Un médico refiere la historia de una
meja en la apariencia ni anasarca; pero se diferencia mujer do cuarenta años, que tenia el vientre hacia
do ella en los caracteres siguientes : en esla especie ocho años considerablemente tumefacto, sin que por
de ascitis, las areolas del tejido celular se reúnen á ello hubiese esperimcnlado nunca la menor incomo
causa de la ruptura de sus tabiques, y forman junto á didad. Murió al fui, sofocada por el acrecentamiento
los músculos abdominales una cavidad circunscrita, progresivo de la enfermedad. Apenas el escalpelo
un saco lleno do serosidad ó de materia viscosa, sin hubo dividido la piel , salieron veinte libras de una
fluctuación manifiesta, siu dolores, y con desprendi materia fétida que se habia estancado entre el peri
miento do la piel. Es, pues, un tumor parcial, dis toneo y los músculos abdominales.
tinto del que presenta la convexidad del abdómen, En la hidropesía peritoneal , el líquido no está
desordenando por su peso las funciones de las visceras, siempre uniformemente repartido ; algunas veces
y espocíaimentc la acción de los músculos durante la existen varias colecciones, de manera que la super
inspiración. ficie del abdómen está cubierta de tumores muy des
Ascitis vacinal.—Una estocada, ó la punción con iguales. Un célebre anatómico holandés ha visto en
el Irócar, ha interesado algunas veces la hoja ante una mujer de cuarenta años, atacada do esta afección,
rior de la aponeurosis de los músculos rectos, dando los músculos abdominales elevados y lormando un
luga»á un derrame de sangre en su cavidad, seguido enorme saco, desigualmente dividido por un núme
de una tumefacción considerable , con dolor vivo, ro infinito de nudosidades, y cuyo volúnicn variaba
sobre todo durante la inspiración, fiebre intensa, y desde el grosor de una nuez hasta el de la cabeza.
movimientos convulsivos, cuyos accidentes solo se En el espacio de ocho años se practicó diez y siete
lian podido calmar practicando la dilatación de la veces la paracentesis, habiéndose sacado, entre todas,
herida. Un célebre profesor de cirujía de Friburgo ha mil libras do agua. Un profesor" de cirujía de la
observado derrames serosos cu esta aponeurosis ; y Academia de Pavía, antiguo colega nuestro, nos ha
otro cirujano los ha hallado igualmente en las de los comunicado una observación muy importante: en el
músculos abdominales. Como esta hidropesía se for curso de dos años y medio, practicó la punción veinte
ma con lentitud en una parte espucsta al frío y á las y tres veces en una mujer afectada de ascitis perito
lesiones esteriores del cuerpo, los síntomas que la neal, y sacó dos mil quinientas setenta y cuatro libras
acompañan deben ser ligeros: sin embargo, cuando de agua espesa, vinosa, unas veces blanquecina y
ocupa uno ó mas de los intersticios tendinosos , se otras parduzca. El saco ha sido depositado en el
manifiesta un tumor desigual, tenso, en el trayecto Museo anatómico do Pavía. Presenta varios tumores
de los músculos rectos, y varias otras molestias que de diferente volúmen: el que coi respondía al estó
aumentan con la inspiración, el estornudo, y con los mago, ocasionó la muerte provocando un vómito re
esfuerzos para defecar. belde; el otro se hallaba colocado hácia el lado izquier
Ascitis peritoneal.—Algunos médicos distingui do de la pelvis, habia determinado una procidencia
dos creen que la cara esterna del peritoneo no puede cousideruole de la vagina.
llegar á ser asiento de una hidropesía, fundándose Un célebre cirujano inglés ha dicho, que siempre se
en la estructura de esta membrana; pero nuestras podía reconocer la hidropesía peritoneal por la ausen
observaciones y las de otros prácticos , desmienten cia del tumor en la región del ombligo, particula
semejante opinión. Así, á consecuencia de la infla ridad que proviene de la adherencia íntima de las
mación del tejido celular que une el peiitoneo a los aponeurosis con el peritoneo en dicha región. Pero
músculos abdominales, se forman, por detras de estos otra observación consiguada en las Acta Helvética,
músculos colecciones purulentas. Es pues, admirable prueba que este signo tiene mas valor al principio,
que esta hidropesía no se haya descubierto hasta que en el aumento de la enfermedad. En efecto, esla
Unes del siglo xvi por un profesor de Viena. Nosotros observación tiene por objeto una hidropesía perito
no vamos á discutir si le conviene la denominación neal , en la cual el abdómen presentaba un tumor
de hidropesía pcritonoal, que, sea dicho de paso, es hemisférico considerable que sobresalía por encima
muy rara en los hombres. Una mujer de cincuenta del pubis, ligeramento duro, elástico, renitente; el
an,Q* en,tr4 en el hospital, tu cual tenia lia,ci« algunos omliliao estaba absolutamente aplanado. Se sacaron
18-
418 BIBLIOTECA KCONÓMICA 7 ja
dooe pintas turbia, amarillmta, edematosas: las orinas son «n pequeña cantidad,
casi purulei ada de filamentos y encendidas, algunas veces cubiertas de una película,
de películas. comunmente morenas ó turbia», espesas, fétidas, de
Debemos convenir en qué varias observaciones de positando un sedimento casi de color de rosa. No
hidropesía peritoneal se refieren mas bien á la supu hemos visto á los enfermos atormentados por k sed,
ración producida por la inflamación del tejido celular escepto hácia el fin de la enfermedad, cuando se de
estraperitoneal. Por consecuencia, si no se observa la clara la fiebre lenta, aunque un antiguo proverbio
enfermedad desde el principio, es difícil distinguirla diga lo contrario. . . sku ftitó
de la peritonitis ó de la ascitis abdominal. En la in Pero el volumen del vientre aumenta de dia en día,
flamación* de la cara esterna del peritoneo y en la hi y el agua llega hasta la bóveda del diafragma: las
dropesía peritoneal, escepto en algunos casos en que venas subcutáneas del vientre se ingurgitan-^' /se
adquieren en menos de un mes un acrecentamiento vuelven trasparentes á través de la piel distendida y
prodigioso, principia el tumor ordinariamente por un muchas veces doloroso; el tejido cetalaí m*b«utánoo
punto circunscrito, y se eleva poco íí poco; pero en se infiltra de serosidad háci» los Inmns, ó hácia ol
la hidropesía es indolente, con palidez de la piel, sitio sobre que se acuesta el enfermo ; el '«bati
sin calor considerable, sin desorden sensible en la» miento del diafragma y el movimiento do los múscu
funciones, y sin ningún indicio deicaquexia. La hi los abdominales, es imposible; por consecuencia,' so
dropesía peritoneal dura algunas veces muchos años, breviene una dispnea, que se aumenta con lá intro
sin ocasionar incomodidad notable y sin que sobreven ducción de los aliipentos y las bebidas en el estó
ga ningún síntoma de hidropesía interna. Se ha visto mago; cuando este órgano se halla sumamente
en algunas mujeres atacadas de esta enfermedad, re comprimido, el enfermo vomita todo lft crae toma.
correr en todos sus períodos el embarazo, y no esperi- No obstante, hemns visto un gran uúmerode áscíticos
mentar ningún desórden en los menstruos. Por último, que respiraban libremente, á pesar del volúmen enor
el tumor se estiende, ocupa casi todo el abdómen, y me del abdómen. Frecuentemente se observan fia-"-
el peso del líquido, sobre todo fin el decúbito sobre tuosidades y borborigmos, sobre todo cuando la
la espalda, comprime las visceras del vientro y pone compresión de los intestinos produce la constipación,
obstáculos íi la acción del diafragma y de los múscu y se forma una pneumatosis intestinal que agrava
los abdominales. Algunas veces se manifiestan fie la ascitis. Cuando la hidropesía es considerable, es
bre y dolores, seguidos de supuración ó de ulcera muy común que se resientan de la compresión los rí
ción. El espesor que adquiere el peritoneo en esla ñones y los uréteres, y por lo tanto lá punción hace
enfermedad, hace quo sea muy raro el caso obser que las orinas sean mas abundantes. Los padecimien
vado por un célebre anatómico italiano, es decir, la tos aumentan cada dia; el enfermo, débil y agoviado
abertura del saco en la cavidad del vientre. por el peso del cuerpo, no sabe de qué lado volverse;
Ascitis abdominal.—La ascitis abdominal es aguda sin embargo, conserva ordinariamente la esperanza,
6 crónica; en el primer caso, los síntomas se suceden forma proyectos, y no sospecha que su fin está cer
con mas rapidez, el enfermo está mas fatigado, y no es cano. No es raro que en una época avanzada so Cu
raro que exista liebre; en el segundo, la enfermedad bran los antebrazos y las manos de pintas anchas,
marcha lentamente, sus síntomas son mas moderados, desiguales y lívidas; este síntoma, unido al marasmo,
y no so observa movimiento febril. Muirías veces se es mortal. La ascitis acarrea con frecuencia el fiiaVó-
declara un edema, que comienza por los pies, y sé tó-rast y él anasarca. "■'*"' ~ i* '-*>
Plpropaga
IIUMED UA 1(13
las rodillas,
l VUllino, Uá iva
los lil(ig|U9i
muslos; ui al w
escroto, y hasta Por lo regular, el agua contenida eá la eavidlddel
el abdomen. No obstante, la ascitis lie frecuente- hbdómen no comunica con la que está infiltrada en
mente al mas alio grado, aunque el ros o se abola- el escroto; no obstante, este caso puede existir. Un
gue, principalmente los párpados, sobre lodo por célebre cirujano inglés practicó una incisión en una
las mañanas, y aunque sobrevenga nn tumor edema délas partes laterales del escroto, y salieron doce
toso en el dorso de una de las manos, lo cual suele libras de liquido, y el vientre se aplanó. Urt ilustre
acontecer mas tarde. El líquido, que al principio era cirujano de Italia, "amigo nuestro, ha recogido una
en pequeña cantidad, se reúne en la pelvis, adonde observación semejante: en un parto muy difícil, á
es arrastrado por su propio peso- en seguida se eleva causa de la hidropesía ascitis de que estaba afectado
gradualmente hasta el hipogastrio, que se pone tenso el feto, practicó una incisión sobre el escroto tume
y tumefacto. En el decúbito sobre la espalda, se der facto; salieron cerca de cinco libras de agua, desapa
rama hácla la parte superior do la cavidad abdomi reció la hinchazón del vientre, y en seguida se efec
nal; la región hipogástrica se pone blanda, y el enfer tuó el parlo sin obstáculo. Cuando el 'enfermo Rene
mo concibe la esperanza de una curación próxima. uná hernia, penetra el agua en el sacó herniado y se
Pero el observador atento ve que en esta posición se forma nn hidrocele ó una hidronfalia. Hemos obser
ensancha la región iliaca y presenta un tumor blando. vado este úllimo accidente en una mujer de Vicna
La colección, aumentada poco á poco, lle'ga hasta el afectada de una ascitis muy mahificsta ; Sin que exista
ombligo. A esta época, estando el enfermo <k pie, hernia, muchas veces se hace' el ombligó asiento de
si se aplica la palma de la manó sobre uno dolos la un tumor edematoso, que conserva la impresión del
dos del vientre y se percute en el otro con la punta dedo, ó trasparente como una vejiga; también so ha
do los dedos, se siente ordinariamente el movimiento visto con frecuencia salir el agua esponlí
del líquido, es decir, la fluctuación. Por' encima del por el anillo umbilical; nuestra práctica ños
ombligo aparece un tumor de otro género, mas elás cido algunos ejemplos de un fenómeno se ¡jante,
tico y sin fluctuación; está formado por los gases con que no siempre es fatal. En las mujeres^ «Jcpríi iendo
tenidos en los intestinos, que les hacen sobrenadar. algunas veces el peso del líquido la vagina y el periné,
Los síntomas do la ascitis varían segnn la enferme se manifiesta hácia lá;vulva Un tumor fluctuante!
dad de que depende, ó aquella á quien acompaña: La terminación de la enfermedad' está señalada por
ya los dejamos espnestos. Los principales son: la lan loi síntomas siguientes: somnolencia, .sequedad de
guidez de las digestiones, un estado de negligencia ó la lengua , sed, voz ásptera y chillona, frío de las; ieftr
de tristeza, la falta do nutrición, la sequedad y ari inidades, lipotimias, cólicos; pulsó pequeño y vaci
dez de la piel, el enflaquecimiento de la cara, de los lante, que anuncia la inminencia de lá ¿áníjreña y la
brazos y del tórax, á menos que estas partes■ estén " . ; la muerte.'' Y '
DE MKDICWÍA Y CIRU/ÍA.—FRANK. 419
Ya liemos labiado de la» dificultades que presenta ridos al peritoneo por pedículo!s membranosos muy tar
el diagnóstico de la hidropesía (732); y ya hemos dicho gos. Estos tumores, libres y flotantes en la cavidad,
con cuánta facilidad, puede engañarnos la fluctuación habían simulado los movimientos del feto.
on el hidrotórax y en la ascitis. Con todo, no croemos Eu la retención prolongada de orina se eleva mu
inútil decir algo mas sobre esta materia. Es mas fácil chas veces la vejiga por encima del ombligo, y aun
que uos equivoquemos en las mujeres que en los llega hasta el diafragma. Entonces se siento la fluc
hombres. Muchas veces, cuando están suprimidas las tuación como en la ascitis, y el médico sin esperien
reglas durante algunos meses, se puede y aun se de cia puede cometer fácilmente un error funesto. Un
be sospachar un embarazo. Las mujeres que han con general ruso fue por largo tiempo tratado como ascí-
cebido ¿ consecuencia de un comercio ilícito, sostie tíco, hasta que un cirujano reconoció que la tume
nen que están afectadas de hidropesía; las que están facción del vientre provenía de la acumulación de
casadas, se croen en chita, aunque no lo estén, sobre orinas en la vejiga. Se cita otro caso de esta especie,
todo ouando son do avanzada eded: se equivocan ellas en que uu operador abrió este receptáculo creyendo
mismas, y engañan al facultativo. .Nuestra incre- practicar la punción del vientre, y salieron 30 libras
dulidaS en esta circunstancia, produce muchas voces de orina. La vejiga de la híel, dilatada por una gran
risa y llanto. Una multiplicada esperiencia nos ha cantidad de bilis, puede también engañarnos, simu
ensenado que la hidropesía, principalmente la ascitis, lando una hidropesía enquistada, ó un absceso. Re
es por lo común uno de los signos del embarazo, ó feriremos mas abajo un caso desgraciado do hidro
por lo menos, que una mujer hidiópica tiene mas pesía da la matriz, en el que esto órgano fue perfo
aptitud para concebir al principio de su enfermedad, rado por el Irócar: se había sentido la fluctuación
que en el estado de salud. Hemos visto muchas mu como en la ascitis. Se conocen hechos análogos rela
jeres, evidentemente embarazadas, afectarse sin causa tivamente i la hidropesía de los ovarios. Ya hemos
conocida de hidropesía, y no curar hasta después dicho que las grandes colecciones de pus ó de sero
del parto; y hemos visto otras que han concebido mas sidad del tdrax, rechazaban hacia abajo el diafrag
fácilmente en un estado manibesto de hidropesía. ma, y elevaban las paredes abdominales, de mauera
En las Actas de Mmjenza liemos insertado una obser que se sentía la fluctuación en el vientre como si fuera
vación que hemos recogido en Rastadt. hace cuarenta en él donde existiese el derrame. Una colección con
años, y en la que figura la mujer do un soldado. siderable de pus en una viscera abdominal, cuyo pa-
Estaba afectada de ascitis; se sentía evidentemente rénquima es destruido ñor la supuración, puede creerse
la fluctuación en el ahdóraen, pero al mismo tiempo una ascitis. Se han visto salir en ocho veces en que
sospechamos la existencia del embarazo, á causa del se practicó la punción, mas de cien libras de agua,
desarrollo do las mamas. La enferma aseguraba, sin suministrada por un saco que formaba el cpiploou. Un
embargo, no haber tenido comercio alguno con nadie. médico del hospital do Vieua, ha hallado en el cadá
Llamamos en consulla á un antiguo médico, que, vi ver de un jóven, el riñon izquierdo dilatado hasta el
tuperando amigablemente nuestra timidez de joven, punto de llenar toda la cavidad del vientre. Contenia
ordenó atrevidamente la paracentesis, á la cual nos mas de CO libras de uu Quido mas bien acuoso que
habíamos opuesto. Apenas salieron algunas pintas de urinoso, y no quedaba de la sustancia do este órgano
agua, cuando reconocimos por nosotros mismos los masque la membrana propia. La pieza anatómica está
movimientos del feto, y la mufer no osó negarnos el depositada en el Museo anatómico establecido por no»
hecho. Temimos que el trócar hubiese penetrado solros en la capital do Austria.
hasta el útero, cuyo accidente hl producido fatales La punción del vientre, operación tai: común eu el
resultados, según las observaciones do algunos mé ejercicio de la medicina, exige, pues, las mayores pre
dicos; pero esta viscera no fue herida, y al cabo de cauciones. No basta reconocer la fluctuación , sino
algunos meses, la mujer parió felizmente un niño ro que es preciso también asegurarse de que no existe
busto. Uno de nuestros discípulos practicó la pun ninguna de las enfermedades que pueden simular la
ción en una mujer ascítica; sacó siete pintas de lí ascitis.
quido, y á los tres días después, sobrevino un aborto; Ascitis uidatídicí.—Hemos hablado á menudo de
la enferma estaba en el torcer mes del embarazo: pero las hidálides, que son vesículas sin abertura, forma
esta operación ha sido ejecutada por tres veces eu das por uua película delgada, de difereute grosor,
otra embarazada, y el parto ha sido siempre feliz y algunas veces muy voluminosas, orbiculares ó piri
secuklo de la curación. formes, casi trasparentes, y on otros casos pedicula-
Hemos' asistido siuíxito.en Bruidual.Vlurantealgu- das, únicas ó múltiples. Contienen una serosidad, or
uas semanas, á una mujer de cuarenta y cuatro años, dinariamente trasparente y amarillenta ; otras veces,
afectada de una ascitis consecutiva de la tisis pulmonar. puriforme, viscosa, mucosa y aun sanguinolenta , lo
Dejó'de tener confianza en nosotros, solamente porque cual uo hemos observado aun. Este líquido difiere
insistimos en que no estaba embarazada. «He tenido ocho poco de la materia que constituye las demás hidro
hijes, nos decia; y por lo lauto, los movimientos del pesías; es ó no coagulable por el fuego, el alcohol ó
foto en la matriz no me sou dcscouocidos.» En efecto, los ácidos minerales. Se han encontrado grandes hi
aplicando las dos manos frías en el vientre, seuliamos dálides que conleuian en su interior, y de una manera
movimientos muy fuertes en laregíou del útero, como concéntrica, pequeñas cavidades. Algunos observado
si el feto diese, golpes con las rodillas ó con los codos. res hábiles, han solido encontrar vasos eu las paredes
Tonismos muy presentes algunos ejemplos do emba de estas, vesículas ; pero nosotros jamás hemos podido
razos tardíos; peró como el útero parecía estar vacío, hallar ol menor vestigio do ellos. Las hidálides se
at esploraiie con el dedo, persistimos en la negativa. asemejan al Unnia hidatigena, y es difícil apreciar su
So llamó á otro médico muyespeiimenlado, y se dejó diferencia á la simple vista. Se oncuentran en todas
engañar, al oír á la mujer, y por los moyirnieutos que las partes del cuerpo ; están adheridas á la cara es-
reconoció en el vientre. En Lia, la euferuia murió al Urua de las visceras , ó encerradas en su parénqui-
cabo de tres semanas. Se apresuraron á practicar la ma, sin que por eso eslen unidas entre sí: algunas
operación cesárea: salió de la cavidad abdominal una flotan libremente en el agua de los hidrópicos,
Tan Cantidad de agua; el útero estaba endurecido y "ver suelen eucoutrarse abiertas desde mu
"v",ido como eu las mujeres de edad avanzada, y
lie-
420 BIBLIOTECA ECONÓMICA
cuando no están humedecidos, se endurecen, se de violencia. Si se establece la supuración, puede abrir
secan y so convierten en tubérculos duros y redon se el absceso en el interior, lo que hace correr gran-
deados, como se ve en las autopsias. 'des peligros; ó al csterior, lo cual es mucho menos
Cada uno esplica á su manera la formación de las grave. Cuando el tumor recorre los períodos de su
hidátides: se lian considerado como dilataciones de marcha natural, la materia es al principio tenue ,. es
los vasos linfáticos, de los capilares sanguíneos, ó de pesa, albuminosa, puriforme, y alguna vez saniosa;
los folículos glandulosos; como vesículas formadas pol adquiere la consistencia de la miel, de la papilla, ó de
lina liufa coagulada, o por un tejido celular dilatado: la adipocira, y constituye el mcltseris, el ateroma y el
por último, se han referido al tcenia hidaligena. esteatoma. Antes de que haya adquirido la cavidad
Aunque se hayan encontrado en las circunvolucio una estension considerable, se halla dividida en di
nes del cerebro, pequeñas hidátides que se vacian y versos sentidos por filamentos y por tabiques mem
se llenau por medio de un vaso linfático , no puede branosos: á medida que se agranda, desnpareceu to
suponerse el origen de sus vesículas en la dilatación das estas bridas. A esta época suele percibirse la fluc
de ellos, ni de los capilares sanguíneos : cu efecto, su tuación, cuando las paredes están tensas , el tumor
volumen, que muchas veces es mayor que el de una poco profundo, v cuando la materia conserva aun su
naranja, es por consiguiente muy desproporcionado al fluidez: pero es imposible que se reconozca, cuando
calibre de estos visos; y su disposición muchas veces el humor es espeso, ó cuando la cavidad está dividi
concéntrica, no permite que se adopte esta teoría. da por labiques, ó sus paredes se hallan engrosadas.
La observación nos enseña, es verdad, que los folícu Si existen colecciones semejantes en el ahdómen,
los son susceptibles de una dilatación considerable; pueden simular la af.citis : y lo mismo sucede cuan
pero se encuentra en ciertos casos un prodigioso nú do la fluctuación es oscura en esta hidropesía , pues
mero do hidátides en algunos órganos, en donde no entonces puede creerse que es enquistada. En el pri
ha demostrado la anatomía ia existencia de los folícu mer caso, si se practica la punción, y el quiste no
los , como sucede en el cerebro , y en la placenta. está adherenlo al peritoneo, una parte del humor se
Relativamente á la opinión que las atribuye á una derrama en el abdomen, lo que es muy grave , y se
espansion del tejido celular , no concebimos cómo forma una ascitis abdominal, ademas do la hidropesía
puedan formarse en él sin dar lugar á otra especio de enquistada que uo larda en renovarse. En el segundo
hidropesía. Aunque los cisticercos se asemejan á las caso, nos atrevemos á recurrir á la paracentesis, y el
hidátides, y aunque se hallan estos vermes en dichas enfermo se ve privado del único recurso á que se
vesículas, nada nos induce á creer, comoá un escri podía acudir.
tor célebre, que las hidátides sean producidas por las Es preciso tener cuidado de que la (isconia, la tu
lombrices, en vez de ser simplemente el lugar cu que mefacción de algunas de las visceras abdominales,
residen : no concebimos el imperio de estos insectos el desarrollo estraordinario del útero por un feto vo
Insta el punto de creer que ocasionan todas las luminoso ó por una cantidad cscesiva de fluido am-
dátides(l). niólico, la retención de las orinas en la vejiga, y las
Si fuese permitido dar una opinión sobre ma hernias de su membrana mucosa á través de la mus
teria tan oscura, y si no fuese mas prudente confe* culosa, no nos engañen, ligcrando una hidropesía
sar nuestra ignorancia que aventurar una hipótesis, enquistada. Un práctico muy esperimentado, estuvo
referiríamos el origen de las hidátides á la linfa coa á punto de cometer un. error de esta especie, en un
gulable, suministrada por una secreción morbosa. Asi enfermo que tenia el hígado y el bazo muy voluminoso.
es como so forman las bolas de jabón que hacen los Hé aqui los signos que sirven para reconocer una
niños con ayuda de una paja. Se sabe que las concre hidropesía enquistada: el tumores mas circunscrito;
ciones poliposas de los bronquios, ó de los uréteres se al principio se limita á un punto de la región abdo
convierten en cilindros tubulosos á medida que se des minal; el desorden de las funciones se manifiesta
prende la sangre ó el moco], en cuyo centro está for poco á poco, y por lo tanto es poco sensible; el tumor
mado ; y entonces se parecen á las arterias y á los cede & la compresión, vuelve inmediatamente, y se
vermes, ti cascaron del huevo , tan blando en el siente en él una fluctuación mas ó menos pronun
vientre de la gallina, se endurece al contacto del aire, ciada; en las diferentes posiciones del cuerpo no
y constituye una hidálidc sólida. cambia de forma ni de lugar. Los fenómenos conco
Ascitis gnouistaóa.—Cuando se dilata un folículo, mitantes son producidos por la compresión, y varían
cuyo conducto escretor está obstruido, ó cuando las según los órganos sobre que aquella se ejerce. Se
láminas del tejido celular, ó de liufa coagulada , for manifiestan síntomas graves cuando el líquido se
man un receptáculo alrededor de un liquido no pu corrompe á consecuencia de la inflamación crónica
rulento , resulta un quiste; y si la cavidad es muy del quiste, ó cuando se efectúa en su cavidad una
grande, y las paredes muy densas, resulta un saco, secreción de mal carácter. El enfermo se halla en un
listas bolsas se desarrollan en el mismo parénquima estado muy crítico, cuando los dolores, ó un senti
de los órganos, como las hidátides, ó se adhieren & su miento de ardor interior y la liebre lenta, hacen te
superficie esterna por medio de una base ancha y cor mer la ulceración ó la ruptura.
la, ó por un pedículo largo y delgado. Su forma va Los abscesos que ocasiona la supuración do las vis
ria, según la cavidad donde estén encerradas, la cual ceras abdominales, simulando una hidropesía enquis
puede participar ó no, de la hidropesía. Comunmente tada, son otra causa de error. Ya liemos hablado do
contienen sus paredes tumores duros, cscirrosos ó la hidropesía celular de las visceras del libdómen: es
angulosos ; algunas veces se descubre en ellos vasos mucho mas frecuente de loque sepiensa;ycuando se
muy manifiestos, y en ciertos casos varicosos. Aunque rompen las células que contienen el líquido, da ori
pueden permanecer insensibles por espacio de algu gen por lo general á la ascitis abdominal y ul Iti-
nos años, no es raro que se inflamen lentamente, y drotorax.
contraigan adherencias con las partes inmediatas, las Ascitis visceral.— hidropesía del hígado.—La hi
cuales se hallan comprimidas, pero resisten á esta dropesía del liigado es común en las ovejas. En el hom
bre tiene algunas veces su asiento, asi como las hi
1 V(j3si: u J. Cruveilljier, Anatomía patológica, cutirga 311. Ote,
.le medicina v cirujia práctica*, art. calotearlos, t. Vil, p. 387.— dátides, en la membrana periloneal de esta viscera
itouvicr, ( Boletín de la Academia real de medicina.) Taris, 1SW, ó en su parénquina. Se halla en las Memorias de la
i. IV, p jOB). sociedad real de medicina de Paris una historia do
DE MEDICINA Y «BUJÍA.— FRANK. 421
hidropesía cístico.hepátiea que fue seguida de la as< mujer que habia fallecido en un estado de hidrope
cilis y de la pneumatosis abdominal. Podríamos refe sía general, hemos hallado dos libras de agua entre
rir aquí varios casos en que la sustancia del hígado las dos láminas del epiploon, que estaba adherido al
lia sido destruida casi enterameute y la viscera llena peritoneo en las inmediaciones del hígado ydefhazo.
de agua, de hidátides ó de pus. Hemos visto cu el ¡Este saco habia contenido cinco libras de líquido, y
hospital de Viena un enfermo quo padecía un vómi el agua que nosotros sacamos tenia un color citrino.
to tenaz, el cual arrojaba una gran cantidad de hi Varios hechos de este género se hallan consignados
dátides gruesas, que eran suministradas por el hí en los fastos de la medicina. Cuando una porción
gado, como se reconoció después, al hacer la au del epiploon afectado de hidropesía, se escapa por
topsia. el anillo inguinal, simula fácilmente una hernia acuoso:
HlDItOPESIA DE LA VEJIGA DE LA HÍKL. —AlgUnOS alia- esta circunstancia ha engañado varias veces á los
tómicos han hallado las paredes de esta vejiga inlil- cirujanos.
tradas enagua, y por decirlo así, edematosas; y tam Hidropesía del estómago v de los intestinos.—
bién han encontrado colecciones de la misma natu Un escritor digno de fé, refiere la observación de un
raleza en su cavidad- Se la ha visto dilatada hasta tal quiste, desarrollado en las paredes del estómago, el
punto, que contenía, en varias cavidades concéntri cual contenia 90 libras de líquido. Nosotros he
cas, ocho libras de bilis. Al practicar la punción en mos "insertado en los Comentarios de Gatlinga,
una mujer, se abrió un saco enorme formado por la un caso de hidropesía intestinal , observado cu uu
vejigadela hiél, yelcual encerraba diez yseispinlas de feto: el parto fue muy difícil, y nos vimos obligados
líquido suministrado por las hidátides. Nosotros tu is> á practicar la punción para que terminase. Uno de
mos hemos observado, como después diremos, una di nuestros discípulos, profesor de clínica en Pádua, ha
latación considerable de este receptáculo por la re recogido un flecho memorable. Una mujer, curada
tención de la bilis, de cuya alteración participaban hacia un año de hidrolórax, volvió á padecer esta
también los conductos hepáticos y el canal colédoco. hidropesía, y fue afectada al mismo tiempo de anasar
HiDitoi'KsiA del bazo.—Se lee en los Ensayos de ca. Presentaba en el vacio derecho, hacia la cresta
Edimburgo la historia de una hidropesía del baüo: de los íleos, uu tumor muy duro, que por espacio de
esta viscera contenía ocho libras de agua. Un autor un año se habia estado en la inteligencia de que
refiere un caso, en que halló cuatro libras; y aun se tenia su asiento en el ovario. Murió, por último; y
ha visto ascender la cantidad de este líquido hasta á la abertura del cadáver, se frailó que este tumor
veinte. No faltan ejemplos de ruptura del bazo, y de residía entre las túnicas del ciego , y contenía 30
hidátides desarrolladas en su parénquina. onzas de linfa, y un cálculo. Hace cuarenta años
Hibropksia del MESESTKttio.— La Iiija de un farma que practicamos la abertura del cuerpo de un hom
céutico holandés murió en un estado;de anasarca. A bre, que habia muerto de hidropesía: hallamos un nú
la abertura del cadáver, se encontró en el mesente- mero infinito de sacos formados por la membrana
rio uu tumor enorme, de veinte libras de peso y lleno peritoneal de los intestinos eruesos, de una pulgada
de hidátides. El aumento de este tumor había sido de longitud, llenos de serosidad, y enriquecidos de
tan lento, que habia simulado el embarazo; pero cuan vasos sanguíneos que les habia suministrado el tubo
do hubo pasado el término de la gestación, se vióque intestinal. Un célebre anatómico refiere un caso se
la enferma estaba hidrópica. Jfos abstenemos do ro- mejante.
ferir aquí varias observaciones de hidropesía del me- La anatomía patológica demuestra la existencia de
senlerio, recogidas por diferentes autores (1). estas diversas especies de hidropesías viscerales.
Hidropesía del epiploon.— El epiploon suele ser Pero como no son comunes, y se encuentran muy á
también el asiento de la hidropesía, como de varias menudo complicadas con otras, sus signos son oscu
otras enfermedades. Por lo común, se halla compli ros en la mayor parte de los casos, y uada hay que las
cada con la ascitis abdominal, y rara vez se la obser anuncie durante la vida.
va en estado de simplicidad. En el psimer caso, el 741. Diagnóstico de la iiiouómetha.— Varieda
agua pasa desde el epiploon á la cavidad del vientre, des.— El útero está sujeto á la hidropesía, como á
ó desde esta al epiploon, cuyas hojas están ordina muchas otras enfermedades, y toma en este caso el
riamente engrosadas. Este líquido puede ser seroso, nombre de hidrómetra ()). La serosidad se acumula
gelatinoso, linfático, y estar encerrado en hidátides. con mas ó menos rapidez en la membrana esterna de
Según refiero un célebre anatómico do Paris, una mu la matriz, ó en su misma sustancia, y es la hidróme
jer tenia en el abdomen un tumor clástico y movi tra celulosa', en la cavidad de esta viscera, y enton
ble, que habia sobrevenido á consecuencia de vómi ces puede flotar libremente en el útero, lo que cons
tos reiterados; tomó un emético, y adquirió el vientre tituye la hidrómetra independiente; ó está contenida
un volumen considerable. Hecha la autopsia, se halló en quistes adheridos á las paredes uterinas, ó á la
el epiploon desgarrado, y couteniaauu una gran can placenta, y forma la hidrómetra hidatidica. En fin,
tidad de agua. El mismo ha visto, en otro caso, que la colección puede hallarse entre las membranas del
pesaba el repliegue pcrilonealdiez y ocho libras y pre feto y la matriz, y en osle caso se llama hidrómetra de
sentaba un espesor do cinco pulgadas, una consis las mujeres embarazadas. Esta última especie es tan
tencia casi cartilaginosa, con tuberosidades en la frecuente, que no merece el nombre de enfermedad.
parte anterior. Estos tumoreillos estaban llenos de Las otras, aunque observadas y descritas fielmente
una materia, cu parle serosa, y en parte gelatinosa y por varios médicos, son muy raras: en el largo curso
linfática, y al mismo tiempo conteman hidátides. He do nuestra práctica, no hemos tenido mas que un
mos observado en la clínica do Pavia un niño de ejemplo de ellas. El líquido que forma la hidropesía
diez años, atacado de la hidropesía del epiploon, con uterina, es un humor . límpido, do color amarillo,
lluctuacion sensible, limitada á la región correspon otras veces viscoso , puriforme y blauquecino. Ya
diente al intervalo que separa el estómago del om hemos dicho que esta afección podía coincidir con
bligo; el enfermo no tenia fiebre, ni ofrecía ningún una pneumatosis de la matriz, lo que constituye la
siguo de supuración interior. En el cadáver de una hidro'fisómctra. Es preciso distinguir de la hidro-

bre la naturaleza y trala- 1 Itoivin y A. Dujes, Tratado nrálico Ae las ciifermcda'lcs ilcl
"I, P.ÍK, ulero y de sus anejos. Paris, 1833, l. 1, p. Íü4.
422 flIBUOTECA ECONÓMICA
pesia, las colecciones de sangre ó de pus, formada» en taao.,. 180 libras de agua, £1 ovario derecho había
este órgano.' v'i&*S¿¡t- adquirido un volumen considerable, y estaba forma
Hidrómetra c^lclosi.—La hidropesía de la mem do por la reunión de, nueve ó diez tumores semejantes
brana esterna del útero, se halla descrita en las Tran á los huevos do ánsar, ó mas bien de avestruz : esta
sacciones filosóficas. Se han visto las paredes de la ban llenos de uu humor semejante á la albúmina, ó
matriz hinchadas de un poco mas espeso. Fernel (1) refiere una observa
tico y por hi " ción curiosa do osla especie do hidrómetra: en cada
oasi no existia. Esta hidrómetra degenera período menstrual, arrojaba la enferma por la vulva
en ascitis y en hidrotórax: y determina también con una enorme cantidad de agua; llenaba seis ú ocho
mucha facilidad la retención de orina, í causa de la escupideras de una serosidad muy ardiente, y su ab-
compresión que ejerce en la uretra. dóraeu se aplanaba, y las reglas se presentaban en
Hidrómetra independiente.—Hace cuarenta años seguida, como en el estado natural. La colección se
que fuimos llamados por una mujer de Rastadt, que rosa se formaba todos los meses, y el flujo sobrevenía
se hallaba recién parida; la supresión do los loquios á una época fija. La enferma se curó al fin, se hizo
había ocasionado una hinchazón rápida del vientre, embarazada, y dió á luz un niño muy viable. Un ob
acompañada de ansiedad. La región del útero estaba servador cuenta que dospucs de un parto /jue no ha
elevada y tensa, poco dolorosa á la presión, y no bia sido seguido do flujo loquial, sobrevino una hi
existia fiebre. Prescribimos algunos ligeros diapnói- drómetra tan considerable, que el útero tocaba al
cos, y la aplicación de una cataplasma preparada diafragma. El mismo observador ha encontrado dos
con harina, flores de manzanilla y leche. Al dia si veces oste órgano dividido en dos cavidades por uu
guiente arrojó la enferma por la vulva, y de una sola tabique espeso , do las cuales una era mayor que
vez, cerca de tres pintas ae agua sanguinolenta, y otra, y so vió precisado á abrirlas sucesivamente
desapareció el tumor y la ansiedad. Los loquios vol para evacuar el líquido. El orificio estaba cerrado por
vieron á presentarse sin obstáculo alguno j( sin in una sustancia ligamentosa y sólida. Una mujer, que
conveniente. se creia embarazad», murió en uu estado de liebre
En' otra parte hemos referido la historia de una lenta y do caquexia; los módicos habian estado divi-
jdvon de Milán, cuya menstruación fue reemplazada didos acerca de la naturaleza de la enfermedad, por
por una evacuación de materia acuosa, límpida, lo cual se procedió á la abertura del cadáver, y se
sin ninguna mezola de sangre: este liquido ponia halló el útero lleno de serosidad.
rojo el color azul del vestido que llevaba esta jóven. Hidrómetra iudatídku.—Las Actas 1
Si la dilatación del útero en las jóvenes fuese tan fácil refieren el observaeion de un tumor <
como en las mujeres que han tenido hijos, no seria abdómen, la cual desapareció á la salida
tan rara la hidrómetra independiente antes de la pri cantidad de hidátides por la vagina. En I.. .
mera gestación, y la mnjer de quien acabamos de dones filosóficas se bulla un caso semejante. Una
hablar, hubiera esperimentado seguramente una hi mujer, que parecía embarazada do seis meses, arrojó
dropesía "aguda, dependiente de la supresión de las una mola de seis libras, compuesta de un gran nu
reglas, fuese cualquiera la causa quo hubiera produ mero de hidátides, y á Iri espulsion de este ciwrpo
cido este último accidente. Una mujer de Pavía, que estraño, quedó perfectamente curada. Un observa
gozaba de buena salud, presentó durante once meses dor célebre, ha visto e* el lado dorecho del útero
todos los signes del embarazo, sin esceptuar la pre una bolsa formada de dos túnicas, y casi doble que la
sencia de la leche en los pechos. Al fin sintió los do vejiga do la orina, llena de una serosidad tenne y
lores del parto: el cirujano del hospital, al esplorur trasparente. Nos limitaremes á citar esto corto nú
el útero, reconoció quo su orificio descendía durante mero de ejemplos, aunque no es difícil presentar otros
los dolores hasta el fondo de la pelvis, pero no des muchos.
cubrió nada que anunciase la presenoia de un ■ feto Muchas veces no se puede distinguir la hidrómetra
en la matriz. Salia lentamente por la vagina, como del cmbarazo,T>ues aun algunos médicos ▼ cirujanos
sucede en la proximidad del parto, un humor viscoso esperimentados suelen engañarse. Una princesa ale
y sanguinolento: bien prouto se escapó una gran can mana, habia llegado á la edad critica: el útero y I
tidad de líquido, el tumor desapareció , y los pe pechos sé desarrollaban de día en dia; (
chos segregaron leche, aunque no habia existido em médico y á uu partero, que la creyeron er
barazo. se hicieron toaos los preparativos para el ]
Se cuenta que una mujer recibió en la región ilia-' jó por la vulva una enorme cantidad d"
ca derecha, un golpe violento, que ocasionó en el matriz no tardó en reducirse á su ve"
espacio de seis semanas una tumefacción considera Al año siguiente, se renovaron los .__
ble en esta parte. Al cabo de un mes, sintió un dolor se esperaba un flujo de la misma naturaleza que la
intenso, y salieron por la vulva cerca de tres pintas de primera vez, y parió un niño viable, en perjuicio de
agua, lo cual fue seguido del aplanamiento del vien • la reputación de los parteros mas esporimentados.
tre. Al mes siguiente se renovaron los síntomas, Podríamos citar varios ejemplos de este género: pero
Apenas habían pasado cinco días , después de esta debo dispensarse al médico, á menos que sea pre
segunda evacuación, cuando reaparecieron los mens suntuoso y decida atrevidamente en las circuus-tan-
truos, que habían estado suprimidos por una causa cías mas difíciles. Ya encierro la matriz un feto, ó
esterna. Desde esta época en adelante, tuvo la enfer una rnola, un pólipo, agua ó gases, sus páfedeS se
ma ocho veces el flujo acuoso. Al cabo de nueve me distienden, se irritan , y en virtud de su correspon
ses, parió un niño débil y estenuado, que vivió cua dencia simpática, se desarrollan los pechos, y' áe efec
tro días. Después del parto, arrojaba cada cinco se túa la secreción de la leche, aunque el autor del libro
manas la mismacantidad deagua, y algunas veces mas, De rnorbis ntulieribas, haya sostenido, que en la
hasta la de veintisiete pintas: cuando la evacuación era hidrómetra están flácidas las mamas, y no contiéneh
considerable, se anunciaba por dolores en las mamas. leché. Este autor cree también que el cuello del úte
Esto flujo continuó hasta que la mujer dió á luz una ro se alarga y humedece en la hidropesía de este
niña sana y robusta, y desde entonces quedó com- órgano; pero los mismos cambios so observan en el
pletamente restablecida. Un célebre anatómico italiano
lia hallado en el útero, fuera déla época del emba- i Patnolog., M>, VI, cap. 1S.'

t
DE MEMCWA Y CtROTÍA.—FRANK.
embarazo, y aun en los casos en que se desarrolla presenta al noveno mes. Sus tegumentos estaban tras>
otro cuerpo cualquiera en su cavidud. La embaraza- parentcs; la perousion daba lugar á una fluctuación
áa¡ se dirá , siente los movimientos del feto : asta oscura y profunda, y la enferma se quejaba de una
objeción es oportuna; pero los movimientos que el. cefalalgia obtusa. La plenitud del pulso indujo al
feto ejecuta en el seno de la madre, no siempre [son médico á prescribir una sangría , y una onza de sal
sonsibles para ella, y muchas veces puedfl engañarse amarga. Los dolores del parto se declararon, y salió
con la Untuosidades abdominales , con movimientos al momonto del útero cierta cantidad de serosidad.
espasmódicos, aun después de haber tenido algunos Por último las membranas se rompieron , y el licor
embarazos. amniótico se escapó abundantemente, seguido do la
El peso del útero, ocupado por el producto de la salida de dos gemelos. La mujer de un cirujano céle
concepción , es mucho mas considérame que en la bre, se quejaba, al principio de la gestación, de ma
hidrómetra, de suerte que la mujer debe andar mas lestar, y su vientre adquirió un volumen monstruoso.
difícilmente en el primer casó que en el segundo. Sobrevinieron los dolores del parto, el orificio se en
Cuando este órgano desciende profundamente á la treabrió, y dió salida, de una sola vez, á 18 libras de
vagina, y el dedo del observador puede tocarle se un agua muy límpida, y sin mezcla de snngié. Al
puede apreciar su peso, elevándole. En la hidro cabo do media hora, se renovaron los dolores, la en
pesía se efectúa el desarrollo de la matriz con mas ó ferma arrojó las aguas del amnios en cantidad de
menos rapidez, pero sin aumentar gradualmente de nueve libras, y por último parió un niño sano y ro
un mes á otro, como sucede durante la «estación: busto.
sí se introduce un dedo en la vagina, y se ejerce la Un cirujano inglés ha observado una tumefacción
percusión en el hipogastrio, se siente una fluctuación en el útero, á consecuencia de un golpe. Al cabo de
mucho m»s manifiesta que en el embarazo , á menos un mes, se manifestaron dolores internos, y la mujer
que el humor sea viscoso ó esté contenido eu (ildá- arrojó por la vagina doce pintas de agua. El vientre
tides. Estos signos tendrán aun mas valor sí la ijjujar se aplanó; pero no tardó en reaparecer la tumefacción
es de edad avanzada, ó infecunda; sí el término de para disiparse un mes después, de la misma manera.
la gestación ha pasado sin que se haya presentado Apenas habían pasado cinco dias, cuando se resta
el parto; si ba esperimenlado ya los mismos síntomas, blecieron los menstruos , que hasta entonces habían
y han desaparecido por un flujo acuoso; en fin, si estado suprimidos. El 11 ujo acuoso volvió á presentar
se queja de dolores en el bajo vientiv, en los lomos, se ocho veoes en el espacio de^nueve meses. Por úl
en los vacíos y en las ingles. En la hidrómetra, como timo, á pesar de la evacuación regular de las reglas,
en el embarazo , disminuyen las reglas ó se supri parió la mujer un niño muy débil. Se ha observado
men. Un célebre médico de Alemania, ha dicho que poco tiempo después del parto, un flujo análogo que
en la hidropesía uterina, el abdomen era mas re repetía cada cinco semanas : la enferma arrojó una
dondeado y se hallaba distendido de una manera mas vez veinte y siete pintas de líquido. En uno do estos
uniforme. accesos periódicos , esperimentó un dolor en las ma
Hidropesía de la placenta.—Se ha hallado la pía,» mas, seguido bien pronto de una evacuación abun
centa llena de hidátides: nosotros hemos visto una dante. Concibió todavía; el flujo se renovó en el mis
en el Museo anatómico de Goetlmga, en la cuál se mo órden después del parto, y no volvió á presentar
podiau contar mas de in:l. No es necesario citar mas se mas.
ejemplos. Un célebre profesor do Friburgo-en-Brisgau , ba
Hidrómetra ce las mujerks embarazadas. —El ji- recogido' una observación importante: una mujer
cprr amnidtico.es algunas veces tan abundante , que acababa de parir un niño lleno de vida, y el vientre
constituye una verdadera hidropesía, aunque esta conservaba uua tumefacción que hacia sospechar la
palabra no se ha usado para designar este fenómeno, presencia de otro foto eu la matriz. Los loquios cor
común á la verdad, pero no siempre indiferente. rieron mal, y el abdomen adquirió un acrecentamien
Todos los cirujanos saben que el liquido que consti to enorme. La mujer concibió eu este estado ; se
tuye la hidrómetra de las mujeres embarazadas, ó las reconoció que el lumor estaba formado por una co
falsas aguas, tienen su asiento entre la cara interna | lección de agua en un quiste , ó en hidátides poco
de la matriz y las membranas del.feto; que aiiles de adherenles álas cubiertas del feto.
la ruptura de la bolsa, salen estas aguas, algunas Las mujeres en cinta, afectadas de hidrómetra, no
veces con ruido, en medio de un esfuerzo ó de un abortan por lo común, pero sus hijos son lánguidos y
dolor. A menudo cree ja mujer, por esta evacuación, débiles ; sin embargo, hemos visto á muchas dar á
que se aproxima el parto; y cuando se retarda algu luz niños sanos y vigorosos.
nos dias, teme que sea laborioso y difícil, á causa de 742. Diagnóstico de l* iu'obopesu de las trom
la sequedad de las partes: sin embargo, al cabo de pas.—Se conocen muchos ejemplos de la- hidropesía
una ó do dos semanas, las membranas so rumpen, de la trompa. Este conducto ostá cerrado en su» dos
sale el licor amniótico, y el producto de la concep extremidades, lo que supone una inflamación prelí
ción es espolíelo con la mayor facilidad. Algunas mu minar; cu él íntorvafo, el tubo se dilata, y forma un
jeres esperiineutan de improviso, unos cuantos meses tumor redondo ó curvo , compuesto de una ó mu
después de la concepción , un (lujo acuoso, que les chas cavidades. La liidrómetra es rara en las niñas;
hace temer el aborto, sin que tenga, sin embargo, pero están frecuentemente espueslas á la hidropesía
fatales consecuencias. Es muy común que en un mis de la trompa y del ovario. Una doncella de cuarenta
mo embarazo baya diferentes evacuacior.es de esta años, presentaba una tumefacción considerable del
especie, cuyo fenómeno supone' que el líquido estaba abdomen, que había aumentado por espacio de dies
contenido eu diversas cavidades separadas, ó quo la y ocho años: á la abertura del cadáver no se halló
cavidad se ha llenado de nuevo, después de la prime agua en la cavidad abdominal: todo el líquido oslaba
ra evacuación. Todos estos casos se refieren á la hi encerrado eu la trompa derecha cerca del ovario, en
dropesía. Los embarazos dobles no eximen de pa el ligamento ancho: su cantidad era lá de ciento doce
decer esla enfermedad. Una mujer de Spira, tenia libras. Eru límpido, como el agua de fuente, y su sa
uri edema de los pies al entrar eu el quinto mes del bor ligeramente salado. Las paredes del tumor
embarazo: di ~ talla en un
de una sei ropesía de
424 /i .
a trompa y del ovario izquierdos. El tumor presen-, ñas veces en el tumor vesículas aisladas y llenas de
'aba el volumen de un melón: ademas de algunas hi- serosidad. Ordinariamente la enfermedad empieza
dátides llenas de una gelatina trasparente , contenía en una de las regiones laterales delabdómeu, tajo
una pinta de materia espesa y fétida de uu amarillo las falsas costillas, loque la distingue de la hidro
moreno. Un médico lia encontrado en la trompa de pesía del peritoneo. Se ha visto al ovario izquierdo
recha doce libras de agua. En el cadáver de una lio- adquirir tal volumen , que perforó el .diafragma y
landesa , se ha visto eu ambas trompas uu número fueá contraer adherencias con la pleura, el medias
prodigioso de hidátides, que contenían cerca de nue tino y el pulmón. Un célebre escritor de Edimburgo
ve libras de un humor puriforme. Según la relación refiere una historia interesante' de hidropesía del
de un médico digno de le, una mujer que había dado ovario; el tumor contenía cicnlo siete libras de lí
una caida violenta sobre el hipogastrio , esperimentó quido; la mujer so creyó al principio en cinta ; al
en esta región un dolor tensivo con tumefacción: décimo mes arrojó una gran cantidad de agua pol
sobrevino con el flujo menstrual un flujo acuoso muy la vagina. Pero la colección se renovó, y tuvo lugar
abundante, seguido del aplanamiento del vientre. Des la muerte. Este hecho nos prueba que las aguas
pués de las reglas, la enferma arrojó diariamente por pueden pasar del ovario al útero. Cuando el turnól
espacio de seis meses una libra (500 gram.) lo me es considerable , ocasiona la oblicuidad de la mal '
nos de serosidad límpida, y murió al liu, en un os estira á este órgano y le obliga á desviarse
lado de marasmo. Este flujo provenia de la hidrope la pelvis.
sía de la trompa. Uno de mis predecesores en la es No es raro hallar en los ovarios, sobre todo c
cuela de Vicna, ha encontrado en [a trompa izquierda doá la hidropesía se junta una colección adip
treinta y una libras de materia acuosa y gelatinosa. su , cabellos, aun bastante largos , huesos y dientes
Podríamos citar algunos casos en que la colección lle Nosotros hemos depositado en el Museo anatómico
gaba basta mas de cien libras de agua trasparente y lím de Pavía muchas piezas de este género.
pida , ó alterada, espesa y puriforme (i). No se puede Así como la hidropesía vaginal del testículo iz
determinar con certeza si la hidropesía tiene su quierdo es la mss frecuente en los niños, asi tam
asiento eu el ovario, en la trompa ó en los ligamen bién, según las observaciones de un médico célebre,
tos : el lugar que el tumor ocupa, y la infecundidad el ovario izquierdo es por lo común asiento de la hi
de la mujer, no pueden aclarar aquí el diagnóstico, dropesía do que hablamos. Nosotros no liemos fijado
á causa de la mutua proximidad de estas parles , y de nuestra atención sobre esta particularidad ; pero
su coocurso simultáneo en la obra de la generación. quizas, según la observación de un célebre anatómi
No es siempre fácd distinguir estas hidropesías de co francés, el hecho no está bien demostrado; os po
los tumores esteatomatosos y otros que ocupan estos sible que se desconociese algunas veces lahidrope
órganos , á menos que uo se tomen en consideración sía del ovario derecho, porque está comunmente si
las circunstancias antecedentes y concomitantes, el tuado á mas profundidad que el izquierdo.
Alsunas veces, aunque no siempre, el ovario con
trae adherencias con el peritoneo, lo que supone
la inflamación de una ó de otra parte.
aneurisma iliucu presenta igual- Siempre que esto tiene lugar, el enfermu siente un
mente una forma ova a. peso mas considerable, signo que distingue también
743. Diagnóstico de la hidropesía dk los ova la hidropesía del ovario de la del peritoneo. La lii -
rios.— Comunmente la hidropesía de la trompa se dropesía del ovario es seguida frecuentemente del
complica con la del ovario. Sin embargo , nosotros anasarca.
hemos visto en el cadáver de una vieja que se creia Lo que prueba la oscuridad del diagnóstico, es que
ascitica desde muchos años, una hidropesía simple comunmente se ha tomado esta hidropesía por la
del ovario izquierdo. El peso del liquido llegaba á ascilis, y practicado la punción, cuyo resultado ha
ciento veinte libras. Hace veinte y dos uños que di sido mas ó menos funesto. Nosotros mismos hemos
secamos el cadáver de una mujer de cuarenta , y el caido en semejante error , pero felizmente sin peli
ovario derecho contenia cerca de setenta libras' de gro para el enfermo. Se reconoce la hidropesía del
agua viscosa. En les autores se encuentran muchos ovario en los caracteres siguientes: el tumor tiene su
hechos análogos y aun estraordinarios. liemos visto asiento en una de las parles laterales del abdomen,
en los cadáveres, hidropesías del ovario menos consi del lado sobre que se acuesta el enfermo; es elástico,
derables, formadas por una materia gelatinosa, albu doloroso algunas veces , ó hace esporinientar ó lu
minosa, y semejante á la miel. La colección no tiene mujer la sensación do un cuerpo estrá"
siempre su asiento en el mismo ovario , sino algu como suspendido en la cavidad abdon
nas veces por debajo de la membrana que le cubre, por grados; su forma y su posición ci
como hemos dicho en la hidrómetra. nada en el decúbito sobro la espali
ñ\ liquido está contenido las mas veces desde el lado opuesto; la fluctuación es profunda
principio en muchas cavidades; á medida que el tu la enferma está ágil, á pesar del volumen tumor.
mor aumenta, los tabiques se rompen , y no queda y la marcha es mas fácil que en la ascilis ; por es
mas que un solo quiste, cuyas paredes espesas pre pacio de mucho tiempo, las funciones de las visceras
sentan en muchos sitios tubérculos escirrosos. Un abdominales están menos desordenadas que en esto
célebre médico trance;, que ha escrito sobre las en hidropesía; la duración de la enlermedad es mayor,
fermedades de las mujeres, hu visto al ovario izquier y los síntomas no adquieren un acrecentamiento rá
do Irasformado cu un quiste azulado, compuesto de pido; los purgantes y los diuréticos no tienen aquí
muchas cavidades , y que contenía cerca de cuatro ningún éxito ; fas orinas no corren cu Ion pequeña
pintas de malcría mucosa. I.a hidropesía del ovario cantidad como en la ascitis; la mujer no presenta un
es general ó parcial, según que ocupa la totalidad ó hábito caquéctico tan pronunciado ; el muslo del
solamente una parte de este órgano. Se hallan algu- lado correspondiente al tumor está edematoso, afee
tado de estupor, ó do una sensación desagradable.
Sin embargo, la hidropesía del ovario puede existir
1 Véase A. Portal, Qbs i sobro U patareleii j el tra- 9¡u presentar todos estos síntomas. Esta afección no
l»inl?«t<i ilii lí hiitvopos' "4, t, II, P, tJruv#ll.
tiene siempre «na marcha |wta; algunas yeco,* e;l \\y
DE MEDICINA Y cmüJÍA.—FRANK.
mor se desarrolla rápidamente , y la hidropesía es temas, como la escarlatina, la viruela, el sarampión,
aguda. Se le ha visto formarse con dolores, dos me ó la disenteria, la diarrea, el vómito crónico, la dia
ses antes de la muerte. Pero la enferma no se acuer betes, las obstrucciones, la ictericia, las escrófulas,
da siempre de los síntomas que ha esperimentado el escorbuto, la sífilis, la dispnea, el asma', la tisis;
muchos años antes, os decir, en los primeros tiem el aniquilamiento por la abstinencia prolongada, por
pos de lu hidropesía; se olvida de cómo ha aparecido un régimen acuoso, poco nutritivo; por evacuaciones
el tumor y adquirido después su desarrollo, y algunas escesivas, principalmente por la pérdida de sangre,
veces no fija su atención en estas circunstancias, de linfa ó de licor seminal.
6 no sabe darse cuenta de ellas. En ciertos casos, Un observador reflexivo no puede dejar de recono
cuando se llama al médico, el tumor ha aumentado cer la inflamación nerviosa en la producción de las
tanto , que el decúbito es igualmente difícil sobre hidropesías. El temor, la tristeza, la melancolía, el
cualquiera de tostados; la respiración es laboriosa, tedio y la inquietud, entran en el número de ísus
mientras que ordinariamente se halla poco alterada. causas. En efecto, estas afecciones del alma ocasio
Cuando esta hidropesía ha llegarlo al mas alto grado, nan la palidez de la piel, el abatimiento, y suprimen
la fluctuación es por lo común tan manifiesta como la traspiración , 'como se observa en las prisiones.
en la ascitis. En fin, no se observa siempre el dolor Muchas enfermedades nerviosas ejercen la misma in
ó el entorpecimiento del muslo. fluencia: tales son la coqueluche, la epilepsia, la
No se deben, sin embargo, despreciar estos signos parálisis, y las fiebres intermitentes. En este último
equívocos; pero hay uno que nos parece de mas va caso, la hidropesía se declara comunmente despue
lor. Estando colocada la mujer sobre la espalda ó de de algunos paroxismos, de manera que no es el re
pie, se ejerce con la punta del dedo una ligera pre sultado de la debilidad, sino de la afección del siste
sión sobre la región del ovario: si se siente un cuer ma nervioso. La hija de un conde de Hungría, de
po duro, pero elástico, un' poco distante Viet perito edad de año y medio, fue atacada de repente de una
neo, la existencia de la enfermedad es cierta. No es parálisis del lado derecho, durante la salida simule
inútil intentarla esploracion del tumor introducien tánea do muchas muelas. Desde esta época, cuando-
do un dedo en la vagina ó en el recto , á fin de la niña llora, no corren las lágrimas del ojo corres
apreciar su ostensión , porque se hunde algunas ve pondiente al lado paralizado. Hemos observado un
ces profundamente en la pelvis; y de reconocer la po- fenómeno opuesto, on un príncipe polaco, atacado de
siciou del orificio uterino, que está comunmente en una parálisis del lado derecho de la cara, á conse
una dirección oblicua. Conviene también ejercer al cuencia de un profundo pesar que le fue proporcio
mismo tiempo la percusión con la otra mano sobre nado por la pérdida de una esposa querida; el ojo de
el tumor, pora asegurarse do la fluctuaciou. Se debe recho vertía lágrimas continuamente, mientras que
examinar á la mujer colocada sobre las rodillas y so el izquierdo estaba casi seco. Estos hechos prueban
bre la espalda, dirigiendo el dedo sobre los lados y la influencia de los nervios en el aumento y la
sobre la parte anterior del ovario. Algunos médicos diminución de las secreciones. El embarazo, aun antes
consideran la movilidad del tumor como uno de los de que el útero haya adquirido un desarrollo consi
principales síntomas, pero, pasados los primeros derable, ocasiona por lo común una hidropesía de
tiempos, su másalo hace absolutamente inmóvil; se pendiente de la simpatía, mas bien que do la com
engasta como un cogin en la cavidad de la pelvis, presión que este órgano ejerce. Hemos hablado de la
y á la abertura del cadáver es difícil sacarle. seguridad con que se duermen los hidrópicos en el
744. Diagnóstico de la hidropesía de los liga mismo borde de la tumba; « los mas frivolos objetos les
mentos.—Los ligamentos anchos, y los ligamentos preocupan, dice un célebre escritor do la Grecia;
redondos, están igualmente sujetos á la hidropesía ce están fuertemente apegados á la vida, y sufren con
lulosa é hidatídica. Ya hemos referido (742) un ejem paciencia, por un efecto de su enfermedad.» Pero si
plo de la primera especie. Se hallan en los autores las pasiones deprimentes producen á menudo la hi
muchas historias de hidropesías liida tídicas que te dropesía, las aíocciones morales agradables y esci-
nían su asiento en ambos ligamentos. tantes, favorecen su curación. Una vieja de Viena,
743. Cadsas generales.—A fin de evitar las repe hidrópica desde largo tiempo, y afectada de catarata,
ticiones, hemos dejado para este lugar la esposicion no arrojaba mas que una pequeña cantidad de ori
de las causas generales y especiales de la hidropesía. nas, á pesar de todos los diuréticos: quiso ver á sus
Debemos observar primero, que la hidropesía es hijos antes de morir, y se hizo operar por un ce
endémica en los lugares húmedos, inmediatos á ríos lebre profesor de anatomía , antiguo colega nuestro.
y lagos, sujetos á inundaciones , húmedos y fríos; Poco tiempo después de haber recobrado la vista,
muy frecuente en las personas quo habitan los pisos las orinas corrieron en abundancia, y se vió com
bajos, y los departamentos húmedos y oscuros. Tam pletamente curada. La eficacia del opio en les hidró
bién se pudren las plantas á la sombra, y toman picos dotados de una gran sensibilidad, viene tam
en ella un esterior caquéctico. Un escritor de la mas bién en apoyo de nuestra opinión.
remota autigüedad, tenia, pues, razón al decir que De lo que precede, concluimos que la mayor parle
las primeras lluvias que suceden á la sequedad, de las hidropesías son asténicas.
acompañadas de la cesación de los vientos, y Je cam Pero existen dos especies de debilidad:' una primi
bios en la atmósfera, presagiaban la anasarca. La tiva, y otra secundaria, que sucede á la exaltación
primavera, antes de que se declare la sequedad, y dq las fuerzas. A la debilidad indirecta, se refieren
el otoño cuando es lluvioso y frío, son las estaciones el abuso de las bebidas espirituosas y la embriaguez
mas favorables á todas las especies de hidropesía: por habitual: por eso los bebedores están particular
el contrario, los climas secos y templados, los tugares mente sujetos á la hidropesía. El mercurio produce
elevados, montañosos, áridos, están exentos de esta el mismo efecto en los individuos sometidos al tra
enfermedad, ó al menos, favorecen su curación, y ja tamiento antisifilítico, y en los obreros espuestos á
más su producción. los vapores mercuriales. Los venenos irritantes , de
Las causas predisponentes son: el sexo femenino, cualquier reino que sean sacados, nú son menos per
el embarazo, la infancia, la vejoz,la vida sedentaria, la judiciales: ya hemos hablado de la serpiente dipsas
de los literatos, ó de los artesanos; ciertas enfermeda (479). Se han hecho observaciones semejantes sobre
des graves, agudas ó crónicas, sobre todo Eos exan • los venenos vegetales y el arsénico; los miasmas con
18"
426 BIBLIOTECA ECONÓMICA
tagiosog, que determinan algunas veces hidropesías sentimos en ello, cen. piador, y nos cantó que muchos
agudas, obran de la misma manera. -,'r,, ,'. meses antes gozaba de U mas perfecta salud, cuando
Sin embargo, no todas las hidropesías, ni con mu sus reglas se suprimieron por una impresión de ter
cho, son producto de la debilidad directa ó indirec ror; que poco tiempo después habia caído en esta
ta. En la clase de las inflamaciones y en la de los hidropesía, rebelde á todos los remedies y á la parar-
exantemas, liemos hablado» menudo de la hidro ceu-tesis, que habia habido necesidad de practicar dos
pesía aguda ocasionada por estas enfermedades, que veces. En el momento an que se confió á nosotros,
presentan un carácter evidentemente esténico. Pero arrojaba cada veinte y cuatro horas, dos ó tres onzas
la hidropesía crónica, general ó parcial, puede pro de orina , semejante á la cerveza alterada. Las funeio-
ceder también de un esceso de tone: esto es lo que nes no estaban desordenadas: solamente esperitncn-
ge observa en los individuos robustos, cuyo pulso es taba sed, un dolor en los lomos , y un poco de calor;
lleno, duro y vibrante, después de la supresión de estaba constipada; tenia el pulso graude y lleno, sin
una evacuación natural ó habitual, como los mens ser frecuente. Los jóvenes del mayor mérito , pero
truos, los loquios, las hemorroides, la epistaxis ; su amantes de la novedad, eran entonces entusiastas do
presión que puede ser ocasionada por la irritación la doctrina del módico escocés , doctrina sublima, en
del sistema sanguíneo, por el uso de los estípticos, muchos puutos, y errónea en otros muchos. Pregun-.
y de los astringentes. Se hallan en los autores, es . tamos, pues, á uno de nuestros alumnos, celoso pai-
pecialmente en las obras de uno de nuestros prede-i ! tidario del nuevo sistema, cómo trataría á la enfer-
cesores en la escuela de Viena, muchas historias de ' ma. Él consideró la -enfermadad como asténica, y
estas hidropesías pictóricas, sanguíneas, y nuestro propuso el opio, el éter á grandes dosis, con un cocii
Diario contiene lambien un gran número de ellas. miento saturado de quina.... .Nosotros prescribimos,
Para evitar dilaciones, nos abstendremos de referir una sangría de una libra, y un cocimiento de cebada
las, con tanta mas razón, cuanto que los hechos de con un poco de crémor de tártaro y de nitro. Muchos
este género no son desconocidos a nuestros lectores. discípulos desaprobaban en .silencio este método,
Citaremos solamente algunas observaciones que nos considerando la hidropesía como asténica, porque era
son propias, y que pueden dar mucha luz sobre la producida por una pasión deprimente: el espanto^
cuestión cuya solución nos ocupa. Sin embargo, al dia siguiente corrió una pinta de
Una mujer que habitaba en el campo, presentó orina menos cargada , y el pulso llegó á estar mas
un memorial al príncipe de Spíra, suplicándole que alto y mas libre. Se sacó entoncesotra libra de .san
le enviase un médico para asistir á su marido, ata gre. Las orinas aumentaron tan rápidamente, quo en
cado hacia un año de hidropesía, y privado de lo el espacio do quince días desapareció la hidropesía,
dos los recursos, por los gastos quo exigia.su esta con gran admiración de los partidarios du la astenia;
do. Nosotros visitamos al enfermo, con otrb! médico: Al arto siguiente esta mujer vino u vernos á la clíni
se hallaba afectado de una ascitis abdominal, con ca; su salud no se habia alterado.;, :í¡-l>:!'.'»(|f>.*'nl
edema do las estremidades inferiores , y dolores casi A este hecho podríamos añadir otros muchos ; pere
continuos en el vientre y el recto. Diferentes médi< nos limitaremos á decir que la hidropesía asténica
eos le habían administrado los resolutivos, y loa diu no es común , aunque se observa algunas veces bajq
róticos mas activos; y como estos remedios no au oiertas constituciones , á consecuencia da una escuN
mentaban la secreción de las orinas, sü había recur. latina grave é inflamatoria: esto es Jo que la espe-
rido á los drásticos, y por último, al uso de los riencia nos enseña cada día, y lo qué nosotros tnm->
amargos y de los tónicos: el estado del enfermo ha ñamas, asi como muchos ptáetioosv. • ' <witf ' íh '
bla empeorado, en lugar de mejorarse. Sin embargo^ Los autores han dicho ya que ¡a hidropesía ora
oste hombre, bien constituido* conservaba todavía ocasionada algunas veces por cólicos. La autopsia dos
fuerzas; tenia el pulso habitualmente lleno, vibrante ha onseñado que estos pretendidos cólicos eran ■por'
y duro; los vasos hemorroidales; muy ingurgitados y lo común enteritis latentes, ó inflamaciones hemorroi
dolorosos, habían cesado hacia mucho tiempo de su dales, quo se terminaban por una ascitis purulenta ó
ministrar la evacuación abundante á que el enfermo aguda. ' -t, .1" «
estaba sometido periódicamente, antes de su hidro. Va- médico célebre de Nápoles considera la ihéyor
pesia: la hinchazón del vientre era muy considera- parte de las hidropesías , como reumáticas.. Funda:
ble, con fluctuación, y cólicos casi continuos; las esta opinión, de que nos ha dado parte hace veinte
orinas corrían on cantidad muy-pequeña, y eran j\K años; en observaciones numerosas que ha prometido
mentosas y morenas. Prescribimos, á pesar de la comunicarnos. Semejante teoría nos ha parecido, y
oposición de nuestro compañero, una gran sangría, nos parece aun, demasiado general para que merezca
y el cocimiento de cebada, con un poco de crémor nuestro asentimiento: sin embargo, este uño lia rei
de tártaro y de nitro. Al cabo de algunos días, dis» nado en París una constitución reumática al acar
minuyeron los dolores, aumentaron las orinas, y.' el earse el otoño ; el tiempo habia sido nl¡ principio
pulso fue menos tenso, pero todavía duro. Continua lluvioso, y después sereno, sin ser frió. Durante esta
mos los mismos remedios, é hicimos sacar una libra constitución, sa ha observado mayor número de hi
desangre. Sobrevino bien pronto un flujo muy copio dropesías, ya en la ciudad, ya en el hospital , y no
so de orina', y el enfermo se halló restablecido en exigían otro tratamiento que el de la epidemia rei
ol espacio de tros semanas, sin el socorro dé ningún nante. Nosotros conocíamos yu la influencia del reu
otro remedio. -¿ - " :.i matismo y de la gota en la producción de la hidrope*
Una mujer de veinte y seis años , fue recibida en sía.pero la creíamos menos estónsa. Sea -cualquiera
el hospital de Pavía, mas bien como embarazada que la teoría del reumatismo, dependa este ó-iwde-un
como enferma. Nosotros la interrogamos sobre su vicio de los humores, no es menos cierto que' cá»
estado, y nos respondió que sé hallaba ascítica, y m ti timen ta es causa de las hidropesías.lnu.'.' ,iol»v4:
que venia por tercera vez ó reclamar la punción,- Esta afección pueda tener también su origen
porque ni ¡a escila ni los demás remedios habían po las enfermedades impetiginosas ; asi es, que es "
dido hasta entonces aliviarla. Como, tenia confianza sionada por la repercusión de la sarna, de los he
en un médico esperimentado dol hospital, la dejamos de la- tina, tratados inconsideradamente' — '
entré sus manos. Pero nos mandó decir, algunas ho triugenles ó por ungüentos irritantes; porL
ras después, que deseaba entrar en la clínica. Con* ! de un sudor habitual de lo» piesóde la* axilas ; por
la cicatrización intempestiva de úlceras antigua», ó distendidos, pero intactos, en ov as rim
la interrupción de ls secrocion urinaria. La patolo dropesia del abdómen ó del pecr . Por otr;
gía humoral esplíca mas fácilmente este último fe la linfa cuytt colección constituye la' hidropesía, es
nómeno que el solidismo. Huce cuarenta añus que el producto do una secreción morbosa, y difiere mu
hemos observado una hidropesía dp este género en cho de la que circula en los vasos.
una niña de Badén, de edad de cuatro años, lista ni Hay hidropesías falsas , formadas por líquidos de .
ña, habiendo sido curada de la tifia por medio do muy diferente naturaleza , por la orina en las lésjoJ
ungüentos, fue presa del hidrotórax, y solo pudimos oes de los rihones ó de los uréteres, portas materias
salvarla con la aplicación do un vejigatorio sobre el contenidas en el estómago cuando este órgano esne-
occipucio. Hemos visto después muchos ejemplos de rhnenta una solución de continuidad; pero estos der
hidropesías dependientes de la supresión de las enfer ramos no tienen relación alguna con la verdadera hi
medades cutáneas, sobre todo de la erisipela! no hay dropesía.
médico que no haya encontrado casos análogo'-. Pero Las bebidas copiosas, sobre todo el agua fría, cuan
no es la materia impcliginosa la que ooasionu las hi do se está sudando, pueden ocasionar muchas en
dropesías, sino la causa por que es producida aquella, fermedades, y la hidropesía que se declara á conse
la cual dirige su acción sobre los órganos secre cuencia de esta causa, es en general secundaria. Sí
tores; y el hábito cuando se contraría. algunas veces es primitiva, es efecto del frió ni: s
En efecto , la causa eseucial de la hidropesía es bien que del agua misma. Un autor refiere gué
una perversión y un aumento de la secreción seroso- habiendo practicado á un perro una gran sangría , ó
línfática, dependientes üe una falta ó de un esceso inyectado en seguida en la vena yugular una gratl
de estímulo. Sin embargo, la secreción morbosa no cantidad de agua, á una temperatura moderada , el
puedo dar razón do todo , porque no se efectúa solo animal fue atacado de anasarca y de ascitlS en el es
una secreción morbosa y una colección de serosidad, pacio de inedia hora. Este esperimento nadu prueba.
sino que les sólidos caen manifiestamente en colicua Las causas que acabamos de analizar determinan
ción. Ademas, como la cantidad del líquido es su la hidropesía general obrando sobre todo el Bjstonin;
perior por lo coinuu á la que pueden suministrar los las que limitan su acción á uña parte, ocasionan la
ingesta y la misma economía, sobre todo después de hidrypesía parcial; tal es el efecto de las violeucius
la punción, es necesario admitir también la absor- exteriores, de las contusiones, de las conmociones,
<l¡on do la humedad de la atmósfera, ó la formación de las aplicaciones irritantes. Así, el vejigatorio pro
del agua en el cuerpo, por un procedimiento químic». duce una especie de hidropesía enquistada aguda.
Los obstáculos que entorpecen la circulación pue 746. Causas especiales.—Las causas próximas
den producir un estado morboso en el sistema lin son inaccesibles á la penetración del espíritu liumauo;
fático, como en el sistema arterial: asi lo prueban demasiado conseguimos con no alejarnos mucho de
los aneurismas del corazón y de los grandes vasos, la la verdad, en medio de las tinieblas en que se en
adherencia del pericardio con el corazón , el endure vuelve. Debemos, pues, en beneficio de la deuda,
cimiento délas paredes de este órgano, y la osill- estar alerta contra nosotros misinos, en la investiga-,
cacion de sus vá|vulas ó de la aorta. Hace treinta y cion de las causas que pertenecen á cada especie Üe
nueve años que hemos dado la historia de la hidro hidropesía, porque la medicina debe mucho mas á la
pesía general que hizo sucumbir al último' principe casualidad y á la esperiencia que á las hipótesis; do
marques do Haden : hallamos toda la aorta osificada, manera que en lá práctica es necesario no conducirse,
••*conocimiento de <las causas.
jUn el'supuesto isas. ''. ,
desde su origen hasta mas allá de su bifurcación;
.apenas so podia introducir en las arterias renales " Causas üe la iiIdrocesja celulosa.—Kn las perso
uua cerda, fel hermano de este principe, y su sobri. nas dispuestas án las
iiUü'uiMjiuesius ittb enfermedades
ciriupiiuuaiux; linfáticas,
uuiiiwvu.i, ha... hldro-
...... ..
no, de edad de doce años, habían sucumbido d la' pesia celulosa reconoce frecuentemente por causa la
misma enfermedad. Las obstrucciones do las visee- laxitud, la atonía del tejido celular subcutáneo, ato
de las plándulas, las vómicas, que interceptan nía coiigénita las mas veces, ó dependiente de la dis
na cavidad la circulación de la saugre ó de la tensión de sus areolas por una acumulación de grasa
i, aun en los ramos colaterales, ocasionan la hi- actualmente disipada;- en los miembros paralizados
.pesfi oponiéndose al curso de los humores, ciin- está agotada hasta la fuerza tortlea'. Se refiere que' tn
iinieudo ó irritando las parles inmediatas: se.sábe hombre lleno de gordura, y paralítico del lado izquier
e las grandes varices prrtduccu el mismo efecto que do, fue atacado de un hipo, que cedió al opio, para
la ligadura de la vena yugular, y determina la ascitis ser reemplazado por una supresión completa de las
y el hidrocéfalo. Sin embargo, estas lesiones orgáni- . orinas durante seis dias. Una hinchazón edettlatpáa se
reconocen comunmente la misma causa que la apoderó de todo el lado paralizado, sin traspasar la
—osla, ó constituyen solamente una cotnplica- linea medía. Tocios los médicos sabeii cuan frecir n-
ue cede al uso de los tónicos , de suerte que te es ol edema de los órganos afectados ao parálisis.
los médicos les hacen representar aquí un papel de Loí individuos gruesos, como las mujeres y los ni
masiado importante. Nosotros hemos observado cen ños, están mas sujetos ó la hidropesía celulosa que
tenares de hidropesías sin obstrucciones, y obstruc las personas delgadas. Aquellos cuya piel, estrema-
ciones muy considerables sin hidropesía. Cuando una damehle delicada, no puede soportar la menor irrita
hidropesía trae consigo otra, obra como la obstruc ción, ni aun la aplicación de un emplasto, el contacto
ción ; pero frecuentemente esta causa no existe sola. de una gota de aceite; y los convalecientes, cuya epi
• Loque precede prueba la influencia de los espas dermis se desprende A consecuencia de una eh.fi r-
mos, á los que hemos referido en grah parte los med.id grave, tienen igualmente una disposición es
tumores enlisomatosos , sobre la producción de la pecial a la anasarca, listo es lo que. sucede á conse
hidropesía, especialmente de la hidropesía vaga. cuencia de una inflamación profunda de la piel,' fíe
Atribuir la hidropesía á una solución de continui una erisipela flegnionosa, de una 'escarlatina grave,
dad de los vasos linfáticos , aunque la ruptura del de la viruela, del sarampión, de lá sarna, cuando el
canal torácico' demuestre su posibilidad, es evadir enfermo está sometido á la acción de diversas causas
la dilícultnd en lugar de resolverla. No uay endáve- morbosas ó esperimenta alguna lesión. La piel.es la
mas fáciles de inyectar que los de los hidrópicos. irimera parte espuesta á la impresión del frió, sobre
428 .
reno húmedo. Como este órgano contiene un número tosos estaban sujetos particularmente al liidrocéfalo
.(■finito de vasos exhalantes, el Imranr casi urinoso agudo. Cuando sobrevienen en el hídrocéfalo infar
y fétido que exhalan de la economía, es detenido en tos de las glándulas linfáticas, un reblandecimiento
medio de su curso, irrita los vasos y provoca el de los huesos, ó orupcionesimpetigiuosas, no siempre,
establecimiento de una secreción morbosa, cuyo pro hay seguridad de qus estas afecciones sean causa de la
ducto se acumula profundamente bajo la piel, como hidropesía, puesto que se observa con tanta frecuen
la serosidad se reúne bajo la epidermis por la aplica cia en otra cualquiera circunstancia; ni tampoco su
ción del vejigatorio. Por eso se infiltra el escroto por efecto, pues que el liidrocéfalo es mucho menos
la acción del frió en los niños que no visten todavía común.
calzones, y aun sobreviene en ellos unliidrocele vagi Se ha atribuido la hidropesía del cr neo á las lesio
nal. La anasarca, como el enfisema, está sujetad la re nes esternas de la cabeza. Se ha acusado á la mala
cidiva. Cuando el enfermo ha esnerímentado va esta posición del niño en la matriz; ¿ la compresión pro
afección, el líquido sigue mas fácilmente al tejido longada ó súbita de la cabeza en un parlo laborioso,
celular, y penetra en las cavidades y hasta en las vis artificial, y en fin,.á los golpes y á las caídas. Se di
ceras. Por lo común, los cuerpos estraños, una co ce que los animales que están armados de cuernos,
lección de pus, ó una hidropesía cuyo asiento es profun con los cuales se dan fuertes golpes al reñir, caen á
do, dan lugar u un tumor edematoso de las partes menudo en el liidrocéfalo crónico. Se halla en un au
estertores. tor la historia de una niña de ocho meses que fue ala-
Causas del hidbocéfalo.—Al describir el hídrocé cada de esta hidropesía á consecuencia de una violen
falo, hemos enumerado una parte de las causas es cia esterior ejercida sobre la cabeza. Un médico in
peciales que lo producen; vamos á esponer las que glés que ha escrito sobre el liidrocéfalo, ha visto fre
nos resta hacer conocer. No aclararíamos nada la cuentemente esta enfermedad determinada por una
cuestión que nos ocupa, suponiendo una disposi caida ó un golpe violento sobre la cabeza, un salto ó
ción particular: sin embargo, debemos prevenir en una fuerte coumociou. Un célebre médico de Genova
primer lugar, que el niño viene comunmente al mundo ha observado á diez y seis niños afectados de hídro
con un hídrocéfalo manifiesto, ó una disposición á pa céfalo, seis de los cuales debían su enfermedad á una
decerlo en una época mas ó menos lejana. causa semejante.
Un médico inglés ha visto morir de esta misma Esta opinión difiere poco de la que considera ú la
enfermedad á seis hijos de la misma familia, al cum inflamación del cerebro como la causa mas común del
plir los dos años. El profesor de cirujía de la escuela liidrocéfalo. En muchos casos tiene lugar una conges
de Pavía, nuestro untiguo colega, ha efectuado la es- tión manifiesta hácia la cabeza; los senos del ccrehio
» tracción da un feto atacado de liidrocéfalo en el seno y sus meubranas están llenos de sangre; las meninges
materno. La mujer habia ya dado á luz seis hijos se hallan también espesadas y adherentes entre si;
afectados de esta hidropesía. Un hombre de escelente los vasos de la primera están inyectados ; se encuen
constitución, casado en cuartas nupcias, vino á con tra ordinariamente una gran cantidad de linfa coi
sultar con nosotros. Habia tenido de su primer ma guiada en los intervalos de las circunvoluciones '
trimonio nueve hijos, que se conservaban muy salu cerebro y en los ventrículos; la sustancia cereb
dables. Su última mujer, aunque sana y robusta, le está blanda, amarillenta, y como desorganizada,
habia dado cinco niños, que lodos murieron de lii niño de trece años, murió en poco tiempo, de un I
drocéfalo al primer año. Durante el embarazo, drocéfalo agudo: el seno longiludinal superior v el
no habia sentido casi movimiento alguno en el seno falciforme estaban manifiestamente inflamados,
útero; sin embargo, el parto habia sido fácil y fe y presentaban un color rojo negruzco; los ventrícu
liz, sin accidente alguno. En las primeras semanas, los laterales contcnian Ires onzas y media de serosidad*
los niños, confiados á una nodriza, porqueta madre no límpida. En el liidrocéfalo, las visceras del abdomen,
podia criar, empezaban á consumirse, y morían al fin sobro todo el hígado, llegan á ser frecuentemente
en el trascurso del año. La mujer estaba buena, y asiento de una inflamación, que es sintomática de la
conservaba solamente vestigios de la constitución es del cerebro. Todos estos fenómenos difieren poco do
crofulosa particular á su familia. No debe precipitarse los que se observan en la encefalitis, y concuerdan
el juicio sobre la causa del hídrocéfalo congénito, por con las causas ocasionales del liidrocéfalo, tales como
temor do acusar falsamente á la mujer de un vicio la supresión de la escarlatina, de la erisipela, de las
de que carece, ó al feto de una afección escrofulosa, acores, de la tina, de la sarna, de un flujo purulento
raquítica ó sifilítica, que no anuncia nada. Nosotros de ó sanioso de los oidos; la esposicion al frió, y la den
bemos confesar que los cinco niños de que acabamos tición. El hídrocéfalo por causa reumática debe ser
de hablar, estaban afectados de obstrucciones en las frecuente en los niños muy jóvenes, que según el uso,
glándulas del mesenterio, de marasmo, de liña de la andan con la cabeza desnuda, espueslos comunmente
cara, y de raquitis. No ocultaremos tampoco que un á los vientos del Norte.
célebre noselogo francés, y un ilustre médico inglés,
al que somos deudores de un tratado sobre el cerebro
y las enfermedades nerviosas, han reconocido la exis pudiese
tencia del vicio escrofuloso en todos los casos en que tebral, porque se ha visto que los derrames que ¡
han observado el hídrocéfalo.. Sin embargo, estos he forman en el ventrículo ocasionaban súbitamente la
chos no están absolutamente conformes con los que muerte; se fundaba ademas, en que la.lddroraquilis
nosotros hemos recogido, ni con los que refieren otros puede existir sola y sin liidrocéfalo.
prácticos. El liidrocéfalo ha atacado á muchos niños Estas diversas opiniones encierran todas algo de
en Leipsick sin ¡r precedido de ninguna otra eufer- verdad, y no escluye Ja una á la otra. Nosotros no
medad. Un médico íuglés que ha dado una descripción creemos que las causas del hídrocéfalo crónico de los
exacta de esta hidropesía, asegura no haber encon niños difieren mucho de las de la hidropesía asténi
trado nunca el raquitismo en los niños que ha trata ca y de la apoplegía serosa de los adultos. Nosotros
do. Nosotros misinos hemos visto un gran número de no conocemos fas causas que impiden el desarrollo y
" ellos que no tenian ninguna otra enfermedad, y cuyas la solidificación de los huesos del cráneo en el seno
madres ofrecían todas las apariencias de salud. He materno, cuando la mujer está sana y robusta: sin
mos dicho mas arriba ?ue los niños robustos y vigo- embargo, en el górmeo es donde '
DE MEDICINA y cmcjú:—FRANK. 429
causa de los vicios do conformación por esceso ó por esta hidropesía: todo loque se opone á la vuelta de los
defecto. Si los huesos no adquieren una consistencia humores contenidos en los vasos del cerebro, los
proporcionada á la edad del individuo, sea cualquie obstáculos mecánicos, diversas afecciones espasmó-
ra la causa de este fenómeno ; si permanecen en el dicas, determinadas por una dentición difícil ó por
estado gelatinoso, como en los principios del emba otras causas, concurren á la producción del hidro
razo, y no presentan mas que los primeros rudimen céfalo, ya agudo, ya crónico. Así es, que la ligadura
tos de la organización ; la pulpa cerebral se convier de las venas yugulares en un perro, ha impedido la
te en serosidad, y las paredes no osificadas, cedien vuelta de la sangre llevada al cerebro por las arterias
do ¡i la distensión, permiten que la cabeza adquiera un carótidas y vertebrales, y ha sido seguida do la ana
volumen enorme. Nosotros dudamos de que la posi sarca y de la muerte.
ción que toma el feto al fluctuar entre ¡as aguas del Muchos médicos sostienen la existencia del infun-
amnios, sea la causa principal del hidrocéfalo: esta dibulum, y otros la niegan. Un célebre anatómico ho
enfermedad seria entonces mucho mas común. landés ha visto salir de él una gran cantidad de agua
Las causas primitivas son las lesiones esteriores, muy límpida, al abrir el cadáver de un [hombre
aunque muchos médicos hayan negado su influencia; muerto en una posada. Otros autores han observado
tales son la compresión del cerebro, sobre todo en la colecciones semejantes de serosidad en esta cavidad.
aplicación del fórceps, las contusiones y las conmo Sin embargo, las mas veces no se encuenka altera
ciones. Estas causas debilitan, desorganizan la sus ción alguna en esta parte del cerebro. La ^Kuracion
tancia cerebral, ó detorminan la encefalitis, y en to del infundibulum es una cosa incierta, y de poca im
dos los casos provocan secreciones morbosas. Ya he portancia en la investigación de las causas del hidro
mos dicho, sobre todo, al hablar de la encefalitis, céfalo.
cuán frecuente es la hidropesía aguda, que degenera Nosotros no consideramos como imposible la rup
algunas veces en hidropesía crónica. Pero al referir tura de los vasos linfáticos, que según los trabajos de
el hidrocéfalo á uua inflamación del cerebro, no pre un célebre anatómico italiano, vuelven á traer los
tendemos que esta inflamación sea siempre esténica humores de la cavidad cerebral; pero no creemos
cu lodos los individuos y en todas las circunstan muy considerable el número de estos vasos: ya hemos
cias. El hidrocéfalo agudo, en su primer período, es hoeno objeciones sobre su solución de continui
mas bien una encefalitis que una hidropesía: sus sín dad , y creemos quo solo en ciertos casos, infini
tomas denotan, no tanto la existencia de una colección tamente raros, es cuando puede determinar el hidro
acuosa, como la inminencia de un derrame, que céfalo.
debe efectuarse en el segundo período. En efecto, Tenemos muchos ejemplos de hidrocéfalo compli
cuando la enfermedad tiene una marcha muy aguda, cado con la hidroraquitis simple, y creemos que- una
el niño muero durante las convulsiones, antes de asta de estas hidropesías puede recíprocamente dar ori
época : no se halla en la cabeza, ni serosidad ni linfa gen á la otra. La serosidad halla mas facilidad en
coagulada. La diversidad de los síntomas en los di descender del cráneo al canal vertebral, que en subir
ferentes períodos es fácil de concebir: en el primero contra su peso: en el último caso, que es bastante
dependen de la irritación de los vasos secretores ; en raro, el hidrocéfalo va precedido de la parálisis de los
el segundo son producidos por el derrame y por la miembros inferiores.
compresión que ejerce sobre el origen de los nervios; Causas del mdiioraquis. —Al describir el hidrora-
en el tercero provienen de la acumulación de la linfa quis, hemos espuesto en parte las causas de esta hi
y de la serosidad, de su alteración, y del abatimien dropesía: aquellas do que tenemos que hablar son las.
to de las fuerzas, que disminuyen de un momento á del hidrocéfalo, con la diferencia de que obran sobre
otro bajo el aparato de una fiebre asténica. Esta idea otro punto. En efecto, estas dos especies de hidrope
concuerda con las causas de inflamación que acaba sía reconocen ordinariamente por causa una confor
mos de enumerar, sobre todo la desaparición de la mación viciosa de los huesos.
escarlatina, con las alteraciones que la autopsia nos En la hidroraquitis falta el tejido compacto de las
presenta á consecuencia del hidrocéfalo agudo. Si no vertebras, lo que es producto de un vicio congénito
se encuentran siempre vestigios de flogosis ni colec ó de una enfermedad que ha dirigido su acción so
ciones de linfa coagulada, la ausencia de estos fenó bre los huesos. Se tienen muchos ejemplos de niños
menos prueba que la irritación sola, sin el auxilio que han nacido con hidroraquis, Se ha hallado el
de la inflamación, ha sido suficiente para producir la cuerpo de las vértebras, y los cartílagos intermediarios,
secreción morbosa , ó que la serosidad está casi des incompletamente formados ó corroídos, perforados,
pojada de su principio linfático, lo que se observa destruidos; en ün, en ciertos casos no se han podido
principalmente en el cerebro; ó en fin, que la secre descubrir las apófisis oblicuas ni las trasversas.
ción es e' producto de un estímulo mas ligero , ó de La alteración no tiene solamente su asiento en el
otro do diferente naturaleza. Todo anuncia que el sitio eii que hay desviación de las vértebras; ocupa
derrame os el efecto, un poco tardío por lo común, algunas veces una estension mucho mayor. Un niño
pero no la causa de la enfermedad. A consecuencia tenia un tumor producido por el 'hidroraquis, en la
de otras muchas enfermedades, tales como la encefa parto media del sacro, pero todo el canal vertebral es
litis, la erisipela del cerebro, el tifus, la apoplegía, taba dilatado. Si esceptuamos la estremidad del canal
so hallan á menudo en el cráneo derrames serosos, sacro, naturalmente entreabierta, no existe ninguna
sin quo haya existido dilatación de la pupila: el sín abertura que pueda dar paso á las membranas en que
toma, pues, que ha dado su nombre al liiarocéfalo, no está contenida la serosidad: es necesaria una división
merece siempre el primer rango. de las apófisis espinosas, y esta no tiene nunca lugar
Cuando decimos que el hidrocéfalo es el producto sin la presencia de un líquido en el canal vertebral.
do la irritación ó de la inflamación del cerebro , no Se podria, pues, cuestionar sobre si la hidropesía es
pretendemos quo esta irritación ó esta inflamación la causa de la desviación, ó la desviación causa de la
sea siempre uua enfermedad primitiva; puede pro hidropesía. Parece que estos dos fenómenos concur
ceder del estado de todo el sistema, estar bajo el ren mutuamente á su producción. En efecto, al
imperio de una liebre cualquiera; en (in, no es la gunas veces la serosidad desciende de los ventrícu
única causa del hidrocéfalo. Las congestiones súbi los laterales por el acueducto de Silvio al tercer ven
tas ó lentas hacen un gran papel en la producción de trículo, y cuando la cantidad e» grande, pasa de este
al cuarto, que es el principio de la muosca que se na infancia, la osificación de los cartílagos, las frac
observa» lo largo de la médula espinal. Otras veces, turas, las luxaciones, las depresiones de las costillas,
cuando el derrame tiene su asiento eulro el cráneo y los escirros, los infartos del hígado, que oponiéndose
las membranas del cerebro, la serosidad desciende, al abatimiento del diafragma, dan lugar á la com
según la opinión de un célebre escritor de Sueoia, de presión del pulmón, la dispnea, el asma crónica; los
los dos lados; á 1" largo de la médula oblongada y de tubérculos pulmonares, las lesiones orgánicas del
la médula espinal: entonces es cuando la presión del corazón y de los grandes vasos, como la dilatación
líquido, cuya columna está muy elevada, puede pro anourismal ó varicosa, los pólipos, las afecciones de
ducir la desviación de las vértebras y de sns apólisis las válvulas, una debilidad, una irritabilidad particu
espinosas. Eslc accidente sobreviene también en el lar, congénita ó herodituria del pecho; las enferme»
biflrnranuis simple, cuando el líquido encerrado en el dades agudas de los órganos de la respiración, sobre
canal vertebral se oorrompe y ataca la sustancia de todo las peripneumonías, las pleuresías, las erisipelas
las vértebras. Puede existir en el feto un vicio que del pulmón, las afecciones catarrales y reumáticas,
se oponga al desarrollo y a la solidificación do estos intensas ó reiteradas; los escesos en la meS3, ¡as be
huesos, como hemos visto en los del cráneo. bidas frias cuando se está sudando; una gota antigua,
Sin embargo, no creemos que todos los hidrocéfa- vaga; el tocar instrumentos de viento, los ejercicios
los todahJos hidroraquis dependen de un vicio con- de la voz y de la palabra, la inspiración de vapores
cénito ó^fccidental de los huesos, de una falta de metálicos, do ácidos minerales; los infartos escrofu
orificación del cráneo ó de la columna vertebral. El losos considerables de las glándulas del cuello; las
hi/áromchis incalumis difiere del hydrorachis dehis- afecciones morales tristes, el tedio, los suspiros, los
cens bajo el punto do vista de sus causas: una se espasmos que interceptan h respiración; la obesidad,
creción morbosa, basta para producir la primera, que sofoca á ciertas personas; una hidropesía vaga,
mientras que la última supone ordinariamente un vi* sobre todo celulosa, en las inmediaciones del pecho,
cío preexistente en los huesos. La hidroraqnitis tiene principalmente cuando sobreviene a" consecuencia de
su asiento en la sustancia misma de la médula espi la escarlatina; la desaparición de un edema de los
nal, ó en el canal vertebral, asi como el hidrocéfalo pies sin aumento de orinas, la desecación de una úl
ocupa el cerebro ú la moninges. Ya hemos dicho que cera antigua de ün fontícolo.
diversas causas podían dar lugar íí la inflamación de La ruptura de hidátides del pulmón ó del corazón,
estas partes. Esta flogosis, o cualquiera otra afección da lugar al hidrotórax ó al hldropericardias.
esténica ó asténica, general ó local, capaz de aumen No recordaremos aquí las causas comunes al hidro
tar ó de pervertir las secreciones, puede producir el tórax y á las demás hidropesías; pasemos & la inves
hidroraquis seroso ó puriforme, agudo ó crónico, an tigación de las de la ascifis.
tes y después del nacimiento. Se baila en un autor la Causas de la ascitis.—Es difícil dar á conocer
historia de un hidroraquis dependiente de la compre las causas de la ascitis. Esta hidropesía es raras ve
sión de la médula por una ligera variación de lugar ces idiopática. Por lo común, eS sintomática y de
de la duodécima vértebra. Un niño atacado de hidro pendiente de la debilidad ó de la escitacion general
raquis murió a consecuencia de una incisión practi de la ecohomia.
cada por un cirujano imprudente: al examinar el ca Las caucas que hacen tan comun la ascitis, son : el
dáver, un hombre célebre, vió arrugadas y aplanadas crin calibre do las arlarías abdominales, la ausencia
las paredes del tumor, y al comprimirlas salió de la de válvulas en el sistema de la vena porta, el número
herida una gran cantidad de serosidad fétida seme y la de licadeza de los nervios del vientre, el volúmen
jante á una orina pálida. Separando los bordes de la y la multiplicidad de sus ganglios; los numerosos
incisión, se percibió la médula espinal cubierta de agentes morbosos á que está espuesto el abdomen,
una membrana delgada, inyectada, adherente á las tales como los errores de régimen, las bebidas frias
laredes del tumor, siguiendo la longitud do la médu cuando se está sofocado, los vermes, las flatuosida-
la en la mitud de la circunferencia, de suerte que des, las lesiones esternas, los emélicos, los drásticos,
esta comprendían en su espesor el resto de las mem los venenos, tos remedios sospechosos; en las muje
branas. La sustancia medular estaba sólida. res, el embarazo que distiende las paredes abdomi
Todas las violencias ejercidas sobre el feto en el nales, y el parto que las pone en un estado de reía -
seno materno, principalmente sobre la espalda y los jaciou, de semiparalisis, sobre todo cuando es labo
lortios, son capaces de producir la inflamación de la rioso y difícil; los vestidos estrechos, los corsés, que
médula espinal, y por consiguiente la hidroraquitis comprimen el vientre, la acción del frió, las obstruc
aguda puriforme: tal es el resultado de las caídas que ciones, los infartos, los escirros, los cálculos, las in
la mujer ptíede dar, etc. Sin embargo, el feto está flamaciones, las erisipelas, la hidropesía de las visce
menos éspuesto á sentir la acción de estas causas du ras abdominales, los espasmos de que estas son
rante los primeros*?neses, en que fluctúa en una gran asiento, ó que ocupan toda la circunferencia del
cantidad de líquido. La versión, practicada de una vientre, los flujos Sanguíneos ó de cualguiera otra
manera demasiado' brusca ó contra las reglas del arte, naturaleza, que tienen su origen eu el abdómen, y
en la época del parto; la salida del feto por la espalda principalmente stí siipreSioü ó su retención cuandí
ó por los lomos, son seguidas, con frecuencia, de al son habituales. Ya hemos dicho que en la anasarca,
guna lesión de la columna vertebral. la hidropesía celulosa, enquistada, óhidatídíca , de las
No creemos deber acusar ú la afección sifilítica de visceras, el liquido podia verterse en el abdómen, y
los ptdres. Aunque el virus venéreo ataque á los hue dar lugar á la ascitis, al Cabo de algunos (lias, de al
sos, es una causa demasiado comun para que pro gunas ñoras. Todo el mundo conoce la influeucia que
duzca una enfermedad tan rara. ejercen sobre la producción de las hidropesías, par
Causas deí. muROTOiux. —Las causas predisponen ticularmente de la ascitis, las fiebres intermitentes
tes del hidrotórax, son: todos los obstáculos que es- demasiado tiempo abandonadas á sí mismas, ó in
; n lian la circulación pulmonar; las desviaciones de consideradamente suprimidas, mas bien que curadas,
la columna vertebral; los vicios de conformación del enn la quina y otros remedios, con los que se fatigan
tórax, su aplanamiento, su convexidad, su estrechez; á los intestinos ya muy dilatados.
DE MEDICINA Y eiRUíiA.^-FRANK. 431
tcrao , i manos que dependa do las mismas causas pueden producir el mismo efecto. Hemos hablado de
que el hidrocéfalo yol hidroraquis. Hablamos de ella una sustancia ligamentosa que cerraba el orificio
para lijar la atención de los cirujanos. Por la misma uterino.
razón hacemos mención de. la ascitis de las mujeres Debemos tambiert referir aquí las essre
ert cinta, enfermedad frecuente , ocasionada por la que ocupan el cuello deja matriz, mas bien
compresión ó por la influencia Simpática del útero. cavidad, los pólipos, los escirros y los esteatomas.
La hidropesía del peritoneo es mas común en Ins Una mujer de Strasburgo , atacada de hidrómetra
mujeres que en las niñas: es el resultado de la dis hacia mas de diez años, habia arrojado durante el
tensión de esta membrana y de los músculos abdo curso de su enfermedad, mas de 70 molas (1). Un
minales en ol embarazo, de los esfuerzos del parto, médico de Alemania, refiere la historia de una mu
de las presiones ejercidas en el vientre, de su cons jer que arrojaba diariamente una pinta de serosidad
tricción por vestidos estrechos, y de las maniobras por la vagina: á la abertura del cadáver, halló un
imprudentes del partero. En uno y otro sexo, la hi escirro en el útero.
dropesía aguda es comunmente consecuencia de la La obliteración de la vagina por las adherencias
peritonitis membranosa: sobreviene algunas veces que contraen sus paredes, á consecuencia de diversas
después de la peritonitis musculosa. lesiones ocurridas en un parto difícil, de ulceraciones
Causas de la hidrómetra.— Al acercarse el esta variólicas ó sifilíticas, se opone también al curso do
blecimiento y la cesación do las reglas, es cuando la las materias suministradas pof el útero. Ld mismo
secreción serosa aumenta en el útero. No hay mujerque sucede con la.imperforacion.
no esperiroento en estas épocas, durante uno ó dos Estas causas parecen mas propias, es cierto, para
ilias, un flujo seroso, que am.neialel principio ó el ocasiohar retenciones sanguíneas, que retenciones
fin de la revolución periódica. La irritación de la serosas: sin embargo, en las enfermedades en que el
matriz ó de las partes inmediatas por el virus vené llujo menstrual es reemplazado por un flujo mucoso,
reo; ó por cualquiera otra causa, determina igualmen puriforme, seroso, pueden determinar la hidrómetra.
te una congestión sanguínea sobre el órgano uterino, Aunen las retenciones sanguíneas, cuando la sangre
aun fuera del tiempo de los monslruos. Como la me está coagulada, la serosidad se separa de ella, sobre
nor causa basta para producir estos fenómenos, y se nada^ y llena la parte saperior de la cavidad uterina.
declaran fácilmente en la meiritis, la hidrómetra se Sin embargo, la matriz en la mujer, como en las
ria mucho mas frecuente si la dirección inclinada del hembras de los animales , es mas Comunmente el
útero y su fuerza contráctil no favoreciese el curso asiento de las hidátides, y de las molas acuosas : ya
do los líquidos mas tehues. Algunas veces, inmedia liemos referido muchas observaciones de placentas
tamente después del flujo menstrual, el orificio se guarnecidas de vesículas llenas de serosidad traspa
cierra antes del fin de la secreción sero-mucosa; el rente, que pertenecen algunas veces á la clase de los
bajo vientre se pone tumefacto; al cabo de algunos vermes.
dias sobreviene de repente, una ó muchas veces, una Las causas de la hidropesía formada por las falsds
eVuCuacion abundante do serosidad, acompañada de aguas son absolutamente desconocidas: nosotros pre
cierto gradode debilitación, y el abdámen se-nplana. sumimos, sin embargo, que no difieren de las'dc la
Se observa á veces el mismo" fenómeno á consecuen hidropesía celulosa.
cia del aborto. Causas de la hidropesía de las trompas, de los
Hay causas que concurren á la producción de la ovarios , y de los ligameutos.—Nosotros reunimos
hidrómetra suprimiendo durante un intervalo mas ó las Causas de la hidropesía de las trompas con las de
menos largo el flujo sanguíneo ó seroso que se efec los ovarlos y de los ligamentos. Estos órganos parti
túa por al útéro. Todos los parteros conocen los es cipan por lo omiun del estado del útero; están so
pasmos intensos á que está sujeto el orificio de este metidos á los mismos agentes morbosos, á todos los
¿rgano;loscualessonocasiouados fácilmente por el frío accidentes producidos por el desórden de los mens
óporcualquieraotra causa que irrita los nervios; su du truos. La matriz, cuyo orificio está abierto durante
ración 69 ordinariamente corta. En clcsoacio dealgu- el curso de las reglas, y en la época del parto, se
nas horas, de uno ó dos dias, se manifiesta una re desembaraza entonces sin dificultad del producto de
misión, y los líquidos reunidos corren libremente. las secreciones morbosas; no sucede lo mismo con
Hemos observado una hidropesía uterina semejante, á las trompas y los ovarios. La hidropesía del ovario, es
consecuencia do la supresión de los loquios. frecuente en las niñas, q_uo están 4 su vez poco suje
Cuando el orificio está obstruido por un coágulo de tas á la hidropesía uterina. Nosotros creemos, con
sangre ó de linfa coagulable, durante la menstruación un gran hombre, «que las mujeres están mas espues-
ó los parios, no queda inuchu tiempo cerrado. La ntas que las hembras de los animales, á las enferme-
retención de la placenta puede producir también es »dades de los ovarios, á su hidropesía, á tumores de
ta obturación. «diversa naturaleza, desarrollados en estos órganos.
■:No es raro qúe la oclusión del útero y la retención »De donde se puede concluir, que las pasiones del
de la serosidad en su cavidad dependan de un vicio >nlma son comunmeute su causa.n Estas partes sort
orgánico. D. Monro, que ha escrito sobre lá hidrope con frecuencia asiento de una inflamación oculta, de
sía, ha Visto una matriz osificada en muchos puntos, una irritación oscura, que los remedios no pueden
Con un tumor escin oso que obstruía el orificio, y tres disipar, lo que da lugar á una^ecrecion morbosa. Se
pintas do serosidad fétida, blanquecina, en el inte puede, igualmente acusar á la compresión de los
rior de esto órgano. En una hidrómetra de ciento ovarlos por el útero durante la gestación, y en el
ochenta libras do líquido, se ha hallado el orificio parto, que es mucho mas difícil en la especie huma
absolutamente borrado, el útero muy dilatado, y ad- na que en los animales. No debemos olvidarnos tam
heraito al peritoneo cu toda la estension de su cara poco de las violencias esterioresT
anterior. Un autor refiere la observación de una rna- Hemos sido consultados por una señora de Genes,
tríi cerrada por un tumor glanduloso, lleno de agua,
iesárrollada lo bastante para contener un niño do 1 Víase íi Madani. Roiviu, Nuevas tnvesligacioncs sobre el
z años. Las callosidades que son consecuencia de origen, la naturaleza » el tratamiento de 14 mola vesicular, A em-
barazo biíattdice, Pafis, 1827, cu g.°— Hoivin v Unges, Trif"''
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de edad de treinta y tres años, que, presa de afeccio- lenta, acompañada de sed intensa, ardor interior¿ y
nns morales tristes, Iiabia dado una caida de uu ca de manchas negras ó lívidas; cuando es producida
ballo hacia seis años. Siete ú ocho meses después por el marasmo senil, por la ictericia, el escorbuto,
de este accidente, se apoderó de su rostro la hin ó una fiebre intermitentCj sobre todo, cuartana. Las
chazón, y en seguida se puso tumefacto el vientre, fiebres intermitentes ocasionan, no obstante, por lo
de manera que parecia embarazada, aunque las re común hidropesías, que proceden mas bien que de un
glas no se habían suprimido. Sobrevino entonces un estado de debilidad, de la supresión, del desórden
dolor en la parte izquierda del bajo vientre: en esto de las secreciones serosas, y ceden á los febrífugos.
estado, concibió al cabo de algunos meses, y parió a Se considera la hidropesía consecutiva de la escarla
término un niño saludable. La hinchazón del lado iz- tina como fácil de curar; así nos ha parecido en cier
Suierdo, en el cual no habia sentido los movimientos tas epidemias: en otras, hemos encontrado grandes
ol feto durante su etnbarazo; llegó á seY mas con obstáculos en la curación, y aun ha llegado á tener
siderable; se manifestó al mismo tiempo un tumor una terminación funesta.
muy duro, correspondiente al ovario derecho, y el La hidropesía asténica, dependiente del abuso de
vientre adquirió un volumen enorme. Se consideró los irritantes es casi incurable. Esto es lo que se ob
l i enfermedad como una ascitis, y se administraron serva en los bebedores y en las personas entregadas
inútilmente muchos diuréticos, la oscila, y la digital á los escesos de la mesa; en los individuos á quienes
purpúrea: el mal hizo nuevos progresos. Nada de se administran sin precaución preparaciones mercu
dolor en los lomos ni en el bajo vientre; la enferma riales, ó de arsénico; en los obreros que trabajan
andaba fácilmente, y no esperimentabá dispnea mas en las minas de mercurio, ó que respiran el vapor
* que al subir una escalera: tumefacción del muslo de este metal; en las personas que han tomado ve
derecho, síntoma que desaparecía por el decúbito nenos, drásticos, remedios violentos, y estimulantes
sobre la espalda, sin que por ello resultase dificul muy enérgicos en enfermedades agudas.
tad de respirar. Al esplorar el abdómen, no pudimos La hidropesía producida por causas oscilantes, por
reconocer la distancia que separa este órgano de las la supresión de una evacuación habitual, como los
paredes abdominales en la hidropesía del ovario, lo menstruos, las hemorroides, en un enfermo de una
cual nos hizo sospechar una adherencia con el peri constitución robusta, es mas ó menos difícil de curar,
toneo. La tumefacción del vientre era mas pronun según su asiento y la celeridad con que se adminis
ciada en el lado izquierdo que en el lado derecho; so tren los socorros convenientes.
descubrían, sin embargo, en este lado dos tumores, uno La que es resultado de un vicio local, de la obs
por debajo del hígado y el otro mas profundo. La fluc trucción, del escirro, de la supuración de las grandes
tuación era tan manifiesta como en la ascitis: el ape visceras, de los pólipos, de los aneurismas del cora-
tito so mantenía, pero la digestión era difícil; los ali ion y de los grandes vasos, de la osificación de las
mentos eran arrojados comunmente por el vómito: válvulas, es curable ó incurable, según que la enfer
con todo, conservaba su tranquilidad moral. En medad esencial es mas ó menos susceptible de cura
lin , el marasmo aumentó de dia en dia, aunque ción. Lo mismo puede decirse del pronóstico de la
la enferma no esperimentó ni sed, ni movimiento le- hidropesía cnquistada, ó hidalidica; sin embargo,
bril.ni insomnio. Los menstruos corrían siempre con los socorros de la cirujia la hacen mas feliz algunas
regularidad, solamente con alguna menos abundan veces.
cia, á pesar da la gravedad y del largo curso de La recidiva es ordinariamente funesta en las hidro
la enfermedad, que duró cuatro años. No dudamos pesías que adquieren súbitamente un acrecenta
en decir que la cuida del caballo trajo consigo la in- miento considerable , como en las que desaparecen
llamacion, y porconsecuencia la hidropesía del ovario de una manera espontinea en un corto espacio de
izquierdo; y que el ovario derecho estuviese afecta tiempo, y cuya desaparición es seguida de aniqui
do de escuro. Lo que ha causado nuestra admiración, lamiento y de marasmo.
es quo la enferma haya concebido y parido sin obs La curación es difícil cuando la enfermedad se de
táculo en este estado. clara ó aumenta, á pesar de la gran cantidad de
747. Pronóstico general.—Según la descripción orinas claras que arroja el enfermo. También es mal
de la hidropesía y la esposícion de sus causas, es fá signo que las orinas continúen morenas, alteradas,
cil concebir que osta enfermedad es grave, y per lo oleaginosas, fétidas, y poco abundantes, á pesar de
común incurable. Ejerce grandes estragos en todos los diuréticos. La diarrea hace difícil el curso de las
los paises, y es aun en nuestros dias el oprobio del orinas desde el principio, y es muy peligrosa al fin
arte de curar. Sin embargo, su terapéutica ha hecho do la enfermedad.
progresos, y el número de sus causas ha disminuido Hipócrates considera como saludable la hidrope
desde que se ha puesto un freno al abuso de las san sía que se declara durante la manía. Nosotros no he
grías y de los purgantes, que se prescribían antigua* mos comprobado esta observación, si so esceptua la
monte sin ninguna indicación. Pero el método esci historia de un hombre de cincuenta años, muerto con
tante, que se fía sustituido al método debilitante, una hidroraquitis consecutiva al hidrocéfalo. Hay un
ocasiona á menudo hidropesías de otra especie. Sin gran número do hidropesías que so curan por sí
embargo, la hidropesía es frecuentemente incurable, mismas ó por la salida de la serosidad por las vias
sin quo se pueda acusar por ello al médico ni á la urinarias, el útero, los intestinos, el ombligo; por el
medicina. El pronóstico varia, según la causa y el en vómito, el ptialismo, las hemorroides, la aparición de
fermo, el estado de las fuerzas, la duración, la mar las reglas, de la gota. .Algunas veces la hidropesía se
cha de la hidropesía, y la naturalezade sus síntomas. disipa por la lesión, la adustion de la parte infiltra
La hidropesía asténica os mas funesta que la esté da, por la ruptura de las ampollas y de las vejigas
nica. Por lo común, «s mortal cuando trae su origen que cubren en ciertos casos el órgano cutáneo , y
do causas enervanles, tales como las grandes hemor mas raras veces por la dilatación de los poros de la
ragias, las diarreas, las disenterias crónicas, el ona Eiel; entonces se efectúa una evacuación considéra
nismo, la gonorrea, la galactirrea, las llores blancas, le, pe.ro comunmente sobrevienen erisipelas ó una
las supuraciones escesivas, la diabetes, el ptialismo, gangrena mortal.
una abstinencia prolongada; cuando es efecto de una 748. Pronóstico del hidrocéfalo.—Y
enfermedad grave, i"
DE MEDICI5A Y C1RUJÍA.—FRANK. 433
hidrocéfalo, al descrihir e»las enfermedades. A pe meningeoó encefálico, y la hidroraquitis celulosa ó
sar de la opinión de algunos méüicos distinguidos, vaginal. Un célebre cirujano holandés rcGerc la his
nosotros ponemos en duda la curación del hiurocé- toria de un hidroráquís evidentemente crónico, que
falo agudo hien justificado, escoplo el caso fortuito en duró desdo el nacimiento hasta la edad de veinte y
que se efectué una metástasis, en que la enferme ocho años. El enfermo parecía estar á punto de mo
dad se carnhie en otra afección. Mientras la irrita rir, cuando se efectuó de repente una reabsorción
ción 6 la inflamación aguda del cerebro no haya da completa; el tumor se aplanó, y quedó en su lugar
do lugar al derrame, se puede prevenir si se recono uua cicatriz, sólida, pero disforme, adherente á las
ce la enfermedad en este periodo, lo cual es suma costillas, y semejante á una mama escirros».
mente difícil; poro una vez formada la colección, y Sin embargo, no debemos ocultar los peligros que
anunciada por signos no equívocos, no hay recurso: acompañan ai hidroraquis, y los socorros quirúrgicos
la reabsorción es muy poco activa en el cerebro. Solo que se emplean contra esta liidropesín. Dn corto nú
la abertura del cadáver, disipa las dudas sobre la mero de casos felices no ttenon fuerza de ley; la hi
naturaleza de la afección: cuando el enfermo no mue droraquitis es generalmente mortal. Mientras mas le
re, se puede creer que no estaba afectado de hidro- jano del cráneo se halla el tumor, mas se retarda la
céfalo. Es cierto que esta observación se aplica á muerte.
otros muchas enfermedades; pero estamos íntima 750. Pronóstico del hidrotórax.— A lo que he
mente - persuadidos de que no hay ninguna cuyo mos dicho sobre eí pronóstico del hidrotórax en la
diagnóstico sea lan incierto Las curaciones que re descripción de esta enfermedad, añadiremos las re
fieren los autores tienen lugar en el primor período, flexiones siguientes: el hidrotórax afecta á un órgano
ó al menos antes del fin del segundo, es decir, á la esencial á la vida, de manera que pocos enfermos se
época en quo se tiene solamente la probalidad , no la curan do él. Es raro que se pueda combatir desdo
certeza de la existencia de la afección. Sea de esto el principio, porque es difícil reconocer su existencia
lo que quiera, sin que tratemos de rebajar la glo en esta época. Un gran número de sus causas, tales
ria de nuestro arle, nos vemos obligados á repetir como los vicios orgánicos, están comunmente fuera
que el hidrocéfalo agudo es la mas gravo de todas de nuestros recursos. En fin, la reabsorción es aquí
lis enfermedades. El hidrocéfalo crónico, que ha mas difícil que en el abdómen ó en el tejido celular.
llegado á cierto grado, no es menos funesto, aunque La evacuación de la serosidad se efectúa mas fá-
tonga una marcha mas lonla. Sin embargo, hemos cilmento cuando está infiltrada en el pulmón, que
citado muchos ejemplos de hidrocéTalo crónico, vago, cuando fe halla derramada en la cavidad torácica;
cuya terminación no ha sido funesta. Referiremos esto es lo que prueba el alivio que procura en este
pronto la historia de un Irdrocéfalo que se trasformó caso una'espcctorácion copiosa de esputos serosos.
dichosamente en hidroraquitis. Según las observa Este edema del pulmón se observa rara vez en el ca
ciones de un gran práctico, los niños atacados de hi dáver, porque se disipa frecuentemente por esta vía
drocéfalo, con desviación de las suturas, no viven durante la vida, por las deposiciones, las orinas, los
mas que tres ó cuatro años; cuando el hidrocéfalo sudores, ó se cambia en hidrotórax. Hipócrates !ia
existo sin desviación, llegan hasta la edad viril, y ra hecho un pronóstico funesto de las hidropesías oca
ra vez hasta una edad avanzada. Abrigamos el temor sionadas por enfermedades agudas, á causa de la per
de que se haya desconocido el hidrocéfalo y la cau sistencia de la fiebre y de los dolores; nosotros he
sa de la muerte en los casos en que las suturas so mos reconocido muchas veces la verdad de esta sen
han consolidado temprano. Esta enfermedad es mas tencia. Sabemos que algunos copos de linfa coagu
prontamente mortal en los niños robustos, que en los lada se mezclan frecuentemente con la serosidad, y
que son débiles. que una cana albuminosa cubre comunmente la cara
719. Pronóstico del hidror\quis.—El pronóstico interna de la pleura: sin embargo, no creemos inútil
de la hidroraquitis se deduce de la misma descrip la operación del empiema, si se practica á tiempo.
ción de la enfermedad; difiere de el del hidrócefalo. Cuando el hidrotórax reciente, producido por la su
El hydrorachis incolumis no es siempre mortal; al presión de la traspiración ó de una afección cutá
gunos enfermos, en corto número á la verdad, curan nea, no cede á su restablecimiento, la operación es
de las parálisis de las estremidades inferiores, sín también inútil. El entorpecimiento del brazo, el ede
toma de esta hidropesía, y en quienes se cambia fe ma de la mano, los esputos sanguinolentos y arroja
lizmente en ciertos casos la hidroraquitis vaga en hi dos sin alivio, son malos signos. La hinchazón de
drocéfalo, conversión quo salva al enfermo. El hy los pies es por lo común ventajosa; pero su desapa
drorachis dehiscens anuncia una afección simultánea rición, seguida de una dispnea mayor, es funesta. En
de los huesos; sin embargo, liemos referido algunos las recidivas, la colección es mas considerable, y se
ejemplos de curación, y vamos á hacer conocer aquí termina mas prontamente por la muerte.
un caso observado por un célebre médico del Papa. La hidropesía del mediastino anterior, cuando resis
«Un niño de cuatro años recibió una gran contusión te á los socorros de la medicina, y su existencia está
en el occipucio, al caer de una escalera; el hidro comprobada, exige una operación quirúrgica , como
céfalo fue su consecuencia. Al cabo de un mes apa los abscesos situados por detras del esternón.
reció un tumor doloroso y fluctuante en la región Hemos visto curar en la clínica á algunas personas
del coxis; se le abrió, y corrió de él incesantemente afectadas de un hidropericard'.as complicado cou las
por espacio do ocho dias una gran cantidad de sero demás especies de hidrotórax; pero esta enfermedad
sidad; la cabiza disnrnuyó de volúmcü. Lo que es es mortal las mas veces.
citó nuestra admiración fue que cuando el cirujano 731. Pronóstico de lk ascitis.— El pronóstico de
comprimía el occipucio con la palma de la mano, el la ascitis se deduce de los síntomas de esta hidiopcsia,
líquido salia al punto en mayor abundancia.» Un el de sus diferentes especies, y de la naturaleza de sus
rujano de Viena cita u i ejemplo semejante de cura causas. La ascitis abdominal , enfermedad muy co
cion, que nos abstenemos de referir. Como en el ca mún y las mas veces mortal, es mas fácil de curar
so que acabamos de describir, la hidropesía del crá que la ascitis enquistada, l.idatídica , y peritoneal,
neo se formó y propagó al canal vertebral en el es que son frecuentemente incurables; la infancia, la ve
pacio de un mes, es claro que era aguda mas Men jez, el aniquilamiento de las fuerzas, la fiebre lenta,
que crónica. No decidiremos si el hidrocéfalo era un calor ardiento, una sed quo pone inflamada la
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4 BIBLIOTECA ECONOMICA
gai-anta, la sequedad, de la piel, la demacración pro la materia so derrama en el abdomen, accidente por
gresiva, sobre todo do los brazos; la aparición de lo común Tuncsto. La misma adherencia del quiste,
manchas cutáneas lívidas, la hinchazón de las manos, cuando ocupa una gran esteusion, le impide volver
'la dispnea , una tos tenaz; orinas poco abundantes, sobre sí misma y obliterarse.
fétidas, profundamente coloradas, que depositan un Lá hidropesía formada por las hidátides, cede á la
sedimento espeso ; las hemorragias de la nariz > del incisión del tumor, cuando estas vesículas están libros
útero, del ano, anuncian una situación funesta. La y reunidas en un soló punto. Un célebre escritor in
diarrea, el letargo, el delirio taciturno, los desfalleci glés practicó una incisión por debajo de las falsas
mientos , los cólicos, el vómito, el hipo, el meteoris costillas izquierdas, en una mujer; salió de ella una
mo, la frialdad de las estremidades, la péqueñez y cantidad bastante grande de agua límpida, y qui
la intermitencia del pulso, presagian una muerte nientas hidátides llenas de una serosidad semejante.
próxima. Por lo cómuu se declara repentinamente, Un célebre médico francés reitere un caso análogo.
aun en las mejores circunstancias; á veces la evacua «En general, dice un grande hombre, en la hidropesía
ción súbita y espontánea del líquido es precursora de formada ó complicada por las hidátides, la punción
ella. Sin embargo, algunos enfermos se salvan pron es inútil, cuando son numerosas ó voluminosas. Las
tamente en los casos mas peligrosos, sin que el arte que se han roloyu, pueden continuar suministrando
pueda llevarse el honor de la curación. La ascitís sos serosidad; por otra parte , la abertura de una de estas
tenida por una obstrucción, ó un escirro de alguna vesículas no evacúa el líquido contenido en las domas,
viscera, sobre todo del hígado , ó del páncreas, es la aunque estén reunidas, y menos aun cuando se "dallan
mas grave. La que depende de la tisis , del escor aisladas.»
buto , es casi siempre funesta. Cuando no existe I5n la hidropesía crónica del peritoneo, la paracen
obstrucción, cuando la hidropesía no proviene del tesis tiene éxito , pocas veces; por lo común se forma
aniquilamiento de lás fuerzas por grandes hemor una nueva colección con mas rapidez, y los socorros
ragias , por una fiebre intermitente ó continua; cuan de la medicina no tienen entonces la misma eficacia.
do es el resultado de la supresión de los mens Sin embargo, á falta de otro medio, la punción pro
truos, de las hemorroides, y el individuo no es longa frecuentemente la vida, y disminuye por algún
tá muy débil, se puedo concebir la esperanza de. tiempo los peligros de la sofocación. Pero cuando las
una terminación feliz. La aseitis de las mujeres fuerzas están ya muy aniquiladas, los enfermos no
embarazadas desaparece comunmente, aunque no pueden soportar la evacuación de las aguas. Un hom
siempre , después del parto. La hidropesía del ab bre célebre asegura haber curado por el ojimiel col—
domen se termina ordinariamente por orinas copio chítico uaa hidropesía admirable del peritoneo: el
sas; pero no Se puede esperar esta terminación, éxito de este remedio nos parece tan admirable como
antes de que la piel se ponga flexible y sé hume la misma enfermedad.
dezca. 752. Pronóstico de la hidrómetra. — La hi
Muchos enfermos so hau salvado por un vómito drómetra no es grave cuando dependo de la estre
acuoso y abundante, un flujo seroso del vientre; que chez espasmódica del orificio ut orino, de su obstruc
en ciertos casos podían depender do la ruptura de uu ción por un coágulo de sangre ó por una porción
quiste eu el estómago, ó en los intestinos. No es raro de la placenta; obstrucción que impide el curso de la
que el agua so evacuó por el ombligo, con resultados serosidad segregada por la matriz. Al cabo de algu
mas ó menos felices ó funestos. No se puedo basar nos dias, antes do que este órgano haya esperimeuta-
el pronóstico sobre la inspección del agua evacuada do una distensiem considerable, el orificio se abre y el
por la punción. Hemos visto que los enfermos que es líquido se escapa, arrastrado por su peso, ó espulsa
polian aguas claras ó citrinas, sin fetidez, morían do por las contracciones del útero. Algunas veces la
cómo los otros. Sin embargo, el pronóstico es mas materia que encierra el orificio es mas tenaz; se soli
funesto cuando son espesas', glutinosas, albuminosas, difica, y es necesia,rin una fuerza mas considerable
morenas, mezcladas de una gran cantidad de sangre, para vencer su resistencia. Un médico árabe refiere
ó muy hediondas. Es raro que la paracentesis sea se que una lavandera afecLada, ilo hidropesía, al bajarse
guida entonces de éxiio: sin embargo, uu diario de hacia un pilón lleno de agua para lavar un lienzo,
medicina de París refiere la historia do un enfermo espérimentó un desfallecimiento, cayó y arrojó por la
en el que tuvo esta operación buen resultado por vulva una gran cantidad de agua azafranada. Un gran
cinco veces, aunque el líquido fue sanguinolento y médico de la Grecia, considera Ja hidropesía uterina
puriforme. Este hecho no es único (t). como la mas fácil de curar, porque basta que el orifi
Las hidropesías enquistadas, formadas por una cio so abra, para dar salida á la materia. Pero cuan
acumulación de materia serosa, linfática, gelatinosa, do la causa de la obturación es rebelde, cuando con
en una cavidad única ó múltiple, se hallan fuera do siste en una adherencia morbosa, en un tumor glain
nuestros recursqs, aunque desdo el principio los sín duloso, ó en un escirro, la matriz se distiende, ad
tomas hayan sido muy moderados. Las paredes del quiere un volumen enorme, comprime los órganos
quisto, ordinariamente espesas, c isí cartilaginosas, inmediatos,, y amenaza sofocar á la mujer. La hidró
no elásticas, están desprovistas de vasos absorbentes metra da origen frecuentemente á la anasarca, como
é inaccesibles á los remedios. La cirujía practica al observa un médico griego. Si la nnijer'concibe du
ganas veces con buen éxito la eslirpation do quis rante esta enfermedad,.lo que no siempre os imposi
tos pequeños, ó determina su obliteración por medio ble, el feto no puede adquirir el desarrollo conve
da inyecciones irritantes, del sedal: pero en el caso niente, y se efectúa el aborto por lo común en los
de que hablamos, aun cuando el quiste es accesi primeros meses. Según el anciano de Cos, en un
ble á la mano del operador, aun cuando su adheren embarazo complicado con hidropesía uterina, el feto
cia con el peritoneo permite practicar su abertura, su se corrompe y sale con las aguas, y ordinariamente
gran capacidad , su división en muchas cavidades se sucumbe la madre.
oponen a su detersión, y al uso de los medios que La hidropesía formada por las falsas aguás, es mu
podrían prevenir tina nueva colección. Si se dirige cho mas común; pero no tiene otro inconveniente que
cTinstrumento fuera de los límites de la adherencia, el temor que concibe la mujer, de un parto prema-
' • ..'•»•:• .! r.¡ •;. .■ ■ foafcniiV J¿ ,»« I turo ó laborioso. Cuando tiene lugar en una época
1 Véase i 4\. Portal, Obs. sobre la hidrpp«sia, i. U, p. 194. . • avanzada, j¡ la colección no es cscesiva, no se debe
líl
DE MEDICINA Y CIBUJÍA.—FRANK. 435
duilar de que la presencia del líquido distiende el ulero, sorprender do que se hayan preconizado un gran nú
debilita el tono de sus libras, y prepara estas partes mero de medicamentos: pues siempre se hace osten
á sufrir alguna hemorragia después del parto. No su tación de esta falsa riqueza en todas aquellas enfer
cede lo mismo con la hidrómetra que se declara cu medades contra las cuales se poseen muy pocos re
los primeros meses de la gestación, ó mas tarde, si la medios útiles.
colección es considerable: en el primer caso se la La piimera indicación consiste en combatir las cau
confunde comunmente con el aborto, lo cual merece sas de la hidropesía, ó las enfermedades de que es
toda la atención de los parleros. síntoma.
La observación prueba cuati fácil es la recidiva en Como el efecto llega á su voz á ser causa, se eva
la hidrómetra. Esta hidropesía es algunas veces cúa el líquido cuando la hidropesía no desuparece
efecto de un flujo menslriial irregular, ó bien le con su causa; este es el objeto de la segunda indi
acompaña; en ciertos casos, cuando es moderada, cación.
hace fecundas á las mujeres estériles, y, so cura por La tercera consiste en prevenir la recaída, á la que
medio del parto, de suerte que parece que despierta conserva por mucho tiempo la economía una dispo
en ciertas circunstancias la acción del útero. Pero sición marcada: aquí es necesario no perder nunca
hay casos en que la matriz se -halla de tal modo de vista las causas ni los efectos de la enfermedad.
afectada, que la hidropesía acaba de desorganizarla Hay hidropesías cuya causa eesa espontáneamente,
y agrava la esterilidad- y entonces se disipan por sí mismas; asi, la hidróme
753. Pronóstico db la hidropesía de las trom tra de las embarazadas desaparece después del parto;
pas, DELOS OVAB101, Y D14 LOS LIGAMKNTOS. —Va 1)0- y el edema de les pies que sobreviene durante una
nios dado á conocer el pronóstico de la hidropesía, iiebre intermitente, se desvanece después de la cu
do |as trompas y de los ligamentos; en el párrafo des ración de esta. Cuando depende de la supresión
tinado ai pronóstico de la hidropesía del ovuriu, uña- intempestiva de la liebre , so cura también por la
dimos lo poco que nos queda por decir. vuelta de algunos paroxismos acompañados de un su
La hidropesía de los ovarios y de las trompas, no dor abundante, -siempre que ol enfermo observe un
siempre impide el curso de Jas reglas, ni luconcepcion. régimen conveniente. En lin, hay hidropesías que ce
Pesa en este ultime caso, el ulero loma una posición den al cambio de habitación: y ba'-la abandonar un
oblicua ó bien está estirado, y no puede dilalarse do puis frió y húmeda, y permanecer en un lugar ele
una manera uniforme: estas circunstancias se oponen vado, ó cuyo :iire sea puro, seco y caliente.
al desarrollo del lelo, y bucen el parlo prematuro ó Trviamilnto de la hidropesía Asténica,—Pero haj
muy difícil. Como estas dos especies de hidropcsLs hidropesías m s graves, que exigeu los socorros del
son frecuentemente el resultado de una inflamación arle; estas dependen las mas veGes de Ta d'bilidad, y
crónica (fílenle, los humores segregados pueden ad su tratami uto varía, según su natuialeza y su gra
quirir entonces cualidades sospechosas, irritantes, y do. En general, reclaman un régimen nutritivo, ali
ocasionar diversas alteraciones en las partes que las mentos fáeilei de digerir , carnes suculentas asadas,
contienen, y aun algunas veces U gangrena. Si la huevos pasvdnp pot auna, vegetales, tales como las
materia de la hidropesía es un humor linfálico.en zanahorias, las raices de achicoria, de escorzonera,
lugar do serosidad, la nutrición sufre , el enfermo se los espárrago-., el lúpulo, lus nabos, los rábanos ; los
enflaquece y sus fuerzas se aniquilan. I-as mujeres caldos de carne con tilgutias hojas de achicoria y de
afectadas de la hidropesía de lo< ovario:, ó de las escarola, un vino generoso y diurético, como el del
trompas, no esperimentan por lo común durante mu Rbin; la tranquilidad de espíritu, las conversaciones
chos años ninguna dificultad en la marcín. Una jó agividah'cs, qoe distraigan al enfermo; un ejercicio
ven, atacada de la hidropesía del ovario desde la edad proporcionado á las fuerzas y ut estado de la enfer
de trece años, llegó hasta los ochenta, á pesar dei medad, los paseos por el mar; las fricciones aromálb
volumen del tumor, que llenaba todo el vientre. Sin cas todas las mañanas, ios amargos sabiamente com
embargo, algunas veces, sobre todo en el último pe ino ilos, lus volátiles; algunas veces los mercuriales,
riodo, In compresión de las visceras , de losne vies y en lin los marciales. So h n a'abadn bis fricciones
crurales, la ostensión y adelgazamiento de los múscu oleosas, pero nosotros las hemos hallado inútiles. La
los abdominales, no permiten andar á las enferma? hidropesía producida por una debilidad indirecta, exi
ni permanecer de pie; se ven obligadas á apoyarse ge ostiuiulanles mas activos que los que la han oca
sobre las rodillas, y á doblar el tronco hacia adelante sión idu, porque la economía está Habituada á su
para dormir y para respirar. El ovario ó lo Irompi, acción.
en el mas alio grado de distensión, pueden romper El mejor do ¡es tónicos es la quina; sin embargo,
se al dar una carcajada, en un esfuerzo, en las sacu es mas eficaz cuando la hidropesía asténica es pro
didas del vómito, etc. , y derramarse en lodo ó en ducida por una liebre intermitente , que cuando pro
parte la materia en la cavidad abdominal, lo que viene de otra causa. A F. Torli (t)cs á quien debe
ronstiluye una ascilis incurable El eiigrosamicn mos el conocimiento do esta purlieularidml. Sin em
to calloso de las paredes del tumor, se opone por bargo, hace cuarenta años no n s bailábamos instrui
lo común á e6te accidente. Algo mas larde Sobre dos de sus obset'vachiües, cuantía esperimeiilamos en
viene el edema de laestremidad abdominal correspon Hastadt la eíicacin de osle remedio, üfl jóvrn sastre
diente ; hacia el lin , la hinchazón ocupa los dos de esta ciudad, se veia atormentado por espacio de
miembros inferiores, á causa de la compresión de los seis meses de una liebre cuartana rebelde. Un médico
vasos, y la hidropesía llega á ser general. La compre anliguo, atribuyendo esta enfermedad á albinia obs
sion de la vejiga ó de (a uretra , ocasiona algunas trucción de las visceras, administró por espacio de
veces la retención ó la incontinencia de orina. mucho tiempo los resolutivos; las preparaciones sa
754. Tratamiento gekcrai..— Es necesario que linas, y sobrevino una anasarca , acompañada de una
el hombre sea sabio para que conozca su ignorancia ■ ascilis considerable. El enfermo cstabu casi desahucia
Esto nos lo nruebi el estudio de los medios torapén do, cuando fuimos llamados por el médiro de calo -
ticos de las hidropesías: estos medios son numr rosos ■ cera. Jóvenes
!,
todavía , propusimos respetuosamente
- i. ■ ■ i .•
pero hav muy pocos elicaces. Sin embargo, debemos
acusar de esto á la naturaleza de la enfermedad, mas
bien que á la impotencia del arte. No nos debernos
436 BIBLIOTECA ECONÓMICA
la quina , pnrquc la enfermedad era efecto de una Ya liemos hablado de la influencia del sistema
fiebre periódica, siempre subsistente. Nuestra propo nervioso en la perversión y el aumento de las secre
sición fue rechazada con indignación por el médico: ciones: conviene, pues, en las hidropesías dependien
respondió que esto seria encerrar al lobo en el apris tes de esla causa, prescribir los remedios volátiles,
co El volumen del abdomen no nos permitió esplo tales como el calamns aromáticas, la angélica, los
rar el estado de las visceras. Por último, la quina no opiáceos, los nervinos, combinados con los diuréticos,
nos pareció menos indicada , y la prescribimos con ó con otros remedios. Cuando los diuréticos se pre
confianza. Las orina*, hasta entonces alteradas, carga cipitan por las deposiciones, y producen un efecto
das, y en pequeña cantidad, corrieron abundantemen mas perjudicial que útil, se les asocia con el opio ó los
te al instante en que so cortó la fiebre, y en tres sema polvos de Dower, y la raiz de colombo; por esla
nas recobró el enfermo la salud , que no ha sido des combinación se modera el flujo de vientre, y los re
pues alterada. Algunos años después, uu persona medios dirigen su acción sobro |los ríñones. Un mé
je ilustre, alacado de una fiebre an loga , rechazó te dico cé'ebre de Ñápeles, arrebatado á la ciencia por
nazmente el consejo de un médico célebre, que le una muerte prematura, ha obtenido grandes efectos
prescribió la corteza del Perú. Abandonó por espacio de una infusión acuosa de seis á ocho hojas de yer
de ocho meses su enfermedad á la naturaleza, y_ cayó ba-mora.
en una ascilis muy grave, con hinchazón considera Se ha restringido el uso del mercurio á las hidro
ble de los miembros inferioras. Reclamó entonces pesías asténicas, que se atribuían á la tenacidad, al
nuestros recursos, y le decidimos con mucho trabajo espesamiento de los humores, lo cual es una hipóte
á tomar la quina. Este remedio le hizo arrojar una sis absurda. Hay casos en que este remedio estimu
grab cantidad de orina, y su restablecimiento fue lante goza de una eficacia evidente. Una pequeña
completo En liada y en Alemania hemos curado por cantidad de mercurio dulce ha disipado, por un flujo
dieho método, hoy muy conocido, un gran número abundante de orinas, una ascilis complicada con ana
de hidropesías de este género. . sarca. Las Memorias de la Academia de Cieneias
Sin embargo, es necesario confesar que esta hidro de Pai-is refieren la observación do una hidropesía
pesía y todas los demás que dependen de la debilidad, semejante, curada por la salivación provocada por
un siempre sé curan por el uso de los tónicos: se agra este remedio. Se ha alabado la asociación del calo
van con este tratamiento si no se espera & que la can melanos con el ajo; so añade á este remedio una corta
tidad de las aguas haya disminuido un poco. En cantidad de opio, para prevenir el efecto purgan'e.
efecto, la tensión y la sensibilidad de los órganos in Cuando la hidropesía está complicada con la sífilis,
filtrados, son algunas veces tan grandes, que no pue se combina el mercurio con los diuréticos.
den estos soportar el menor estímulo; de modo que Cuando la piel está muy seca, sobre Jodo si la hi
no es posible separar la primera indicación de la se dropesía depende de la relropulsion de la gota, de
gunda. un exantema, de una afección, impetíginasa; los ba
Asi es, que en la hidropesía que sobreviene después ños tibios, simples ó aromáticos, son muy útiles. Se
de la liebre intermitente , cuando el enfermo no emplean comunmente en Rusia los baños preparados
obtiene ninguna ventaja de la quina, ó no puede con una infusión de calamus aromáticas, ó de hojas
soportarla, nosotros añadimos á este remedio ligeros de álamo bhnco. Un joven ascítico de 1.¡titania, en el
diuréticos, cuya actividad aumentamos gradualmente. cual había sido ¡infructuosa la paracentesis, so curó
La combinamos primero con el crémor de tártaro, el tomando un baño tibio preparado con uu cocimiento
rob de saúco, y en seguida con el ojimiel escilitico, de madera de fresno. La hija de un príncipe polaco
bajo la forma de electuario. Esta combinación produ debió igualmente su salud al mismo medio. También
ce comunmente el efecto que no se puede obtener de se curan muchas hidropesías con las aguas termales.
la quina sola. El eilema de los pies se disipa comunmente por la es-
Eu este estado de sensibilidad, la quina es, por lo posicion á los vapores espirituosos. Los antiguos pro
común, menos eficaz que los amargos, tales como la vocaban los sudores con los baños secos, es (lucir,
centaura menor, el trifoliutn fibrinum, el ajenjo , la baños de arena caliente, baños du aire, que se toman
casia, asociados ó la raiz do gatuña, cuya virtud en una estufa ó en un horno Una hidropesía depen
diurética, hemos esperimentadocon frecuencia, y á las diente de la relropulsion do la gota por la impresión
bayas do enebro. Los estimulantes ligeros producen del fiio, se disipó espontáneamente por los sudores.
aquí efectos que no se obtendrían con remedios mas El médico napolitano que refiere casi todas las hidro
activos. En las hidropesías que sobrevienen después pesías á la supresión de la traspiración ó al princi
de las enfermedades agudas, de hemorragias graves, pio reumático, recomienda sobre todo las prepara
son preferibles los tónicos suaves. Una princesa alema ciones antimoniales, combinadas cou los diuréticos:
na, de edad de cuarenta años , esperimentó en Milán en la hidropesía reumática que reinó en Pavía, y de
una hemorragia uterina muy abundantes, de la quo se la que liemos hecho mención, no so recurrió mas
restableció con dificultad, habiendo cometido en la que al método diafot ético. El acétalo de amoniaco,
convalecencia muchos errores de régimon. Sobrevino los polvos de Dower, y los vejigatorios, son eminen
bien pronto una fiebre nerviosa grave, de la que se temente útiles en está circunstancia. Las flores de
curó también felizmeute , pero quo fue seguida de azufre, incorporadas con la miel , ó empleadas de
anasarca y de oscitis. La enferma, impaciente y muy cualquiera otra manera, curan comunmente la hi
sensible, rehusó por espacio da muchas semanas dropesía ocasionada por la supresión de la sarna,
toda especie de remedios: se restableció en fin por el atrayendo esta erupción.
uso de los amargos y de un cocimiento de quina con Los eméticos cambian las secreciones, provocan la
una corla cantidad ile oscila. reabsorción y la evacuación de las aguas, por las
Se acostumbrará por grados a! uso de los ferrugino sacudidas generales que ocasionan. Pero nosotros
sos, y se administrará el vino marcial ó el vitriolo de creemos que obran principalmente, sobre todo los
marte. Este último, prescrito á la dosis de medio hasta antimoniales, oscilando la traspiración. Sin embargo,
un grano y mas, por la mañana y por la tardo , es el debemos confesar que en todas las hipropesías poco
mejor diurético, sobre todo cuando se añade á él me avanzadas, nunca nos hemos atrevido á recurrir ó es
dio grano de opio, y algunos granos de canela, en las te medio: es demasiado violeuto, y su acción dema
personas muy sensibles, sujetas á síntomas nerviosos. siado difícil de limitar. Algunos enfermos, atacados
D8 MEDICINA T CIRUJÍA.—FRANK. 437
de obstrucciones ó dispuestos á las hemorragias, lian estreñía ; la colección que constituye la hidropesía
perecido á consecuencia del vómito. no es menos abundante ; el cuerpo conserva el mis»
El uso interno 6 estenio del agua fria, sobre todo >io peso; en fin , los enfermos son atormentados por
de las aguas minerales, lia curado algunas veces la una sed mas molesta que la enfermedad. Asi es que
hidropesía. Nadie iguora los esperimentos de los an nosotros no obligamos á los hidrópicos á beber, pero
tiguos y do los modernos sobre las aspersioues, las no les prohibimos que beban con moderación. En
luciónos con agua fria, en el tifus. En el eslió, dice efecto, hay algunos que esperiníentan mucha sed,
un antiguo médico de Roma, los baños de mar con asi como hay otros que, á pesar de la necesidad de
vienen á los hidrópicos. Un célebre cirujano francés ue son atormentados, rehusan las bebidas, á causa
ha visto que la bebida de agua fria provocó una c las angustias, de la opresión que determina la in
abundante evacuación du orina, y disipó una ascitis troducción de líquidos en el estómago , cuando el
(jue había resistido ú la paracentesis. Nosotros he abdómen ó el pecho es el asiento de una colección
mos curado en Spira á un h mibre, atacado de ana considerable. Nosotros no empicamos ningún coci
sarca: este enfermo tuvo por culpa suya una recaí miento desagradable al gusto, ninguna lisaua que
da, y le restablecimos también. Al cabo de seis me engañe la sed ; prescribimos el agua pura, ó agra
ses se renovó la infiltración general; el enfermo, can dablemente acidulada con el jugo de limón, de na
sado de nuestros cuidados, y ya cu un estado de ranja, ó el crémor de tártaro soluble, mezclado con
hinchazón considerable, marchó á Strasburgo para azúcar, ó en fin, el agua vinosa si el caso lo exige.
consultar al famoso empírico C*. Apenas el charlatán Estas bebidas deben tomarse en pequeña cantidad á
lo vió^cuando le prometió la curación: le prescribió la vez, pero ú dosis repetidas, sobre todo cuando el
un baño de agua fruí, preparado con una libra de es- enfermo está usando los diuréticos. Tal es la conducta
tracto de saturno en disolución. Al salir del baño, que siguen hoy los mejores módicos.
el enfermo empezó á orinar prodigiosamente; la hi Al hablar del método oscilante, no debemos olvidar
dropesía se disipó sin otro remedio, y recobró la sa los tópicos estimulantes. Los vejigatorios ejercen una
lud. El consejo do este empírico nos pareció enton acción evidente sobre todo el sistema, principalmente
ces temerario; sin embargo, hemos creído deber re sobre el órgano cutáneo: en la anasarca producen
ferir el hecho, porque puede ser útil á los progresos comunmente efectos ventajosos, desordenan la secre
do la ciencia; pero es necesario consultar aquí á la ción morbosa, y favorecen la reabsorción. Pero debe
ospericncia, mas bien que al raciocinio. Un médico mos tener en cuenta la vitalidad de las partes infil
prudente no seguirá este ejemplo en un caso en que tradas y distendidas, no sea que se hallen demasiado
las fuerzas cslen muy aniquiladas, el pulso débil, la debilitadas para rehacerse contra el estímulo que
respiración difícil, con tus áspera, en una hidropesía podría entonces determinar la gangrena. Los vejiga
reumática, acompañada de la frialdad de las cstremi» torios están aun mejor indicados, cuando la hidro
dudes. Pero cuando el enfermo desea ardientemente pesía es ocasionada por la retropúlsion de un exante
el agua fria, se le puedo permitir su uso interior- ma, de una afección imperigiiiosa ó de la gota.
meute, pues obra ¡por lo común como diurético. Si La hidropesía determinada por oscilantes que han
las fuerzas se sostienen, se practican lociones mo- aniquilado las fuerzas, exige escitaules aun mas enér
mentiineas: nosotros no liemos ensayado este último gicos, las sustancias espirituosas, volátiles, sin des-
medio, pero en una enfermedad tan rebelde, es ne cuidar los demás remedios.
cesario intentar algo. Tratamiento de la hidropesía esténica.— Ya he
Lo que acabamos de decir corresponde en parte mos referido mucho; ejemplos de hidropesía esténica,
á esta cuestión: ¿se debe prescribir, ó prohibir la dependiente de un esceso de fuerza , y ocasionada
bebida? sobre lodo por la supresión de una evacuación san
Mientras que los patólogos han colocado la prin- ' guínea, natural ó habitual. El anciano de Cos practi
cipal causa de la hidropesía en la conversión de la caba la sangria<en los individuos que se hallaban en
sangre en serosidad , sin tener en cuenta el estado la flor de la edad, ó que se veian atacados de hidro
do los sólidos, han debido conducirse en la práctica pesía en la primavera, y fatigados por una gran opre
según ctta hipótesis, y prohibir las bebidas á los sión de pedio. Li hidropesía esténica , como observa
enfermos. un práctico inglés, se declara en las personas robus
Este método no ha carec'do siempre de éxito: so tas de uno y otro sexo, entro los cuarenta y cuatro y
bullan en los diarios de medicina muchos ejemplos cincuenta años. Las observaciones de. nuestro pre
ile curación que disculpan su rigor. Sin embargo, decesor en la Escuela dé Vienu, las de F. J. Brous-
el mayor número de enfermos curados, se compone sais, que ha recogido un gran número de historias
ile aquellos con quienes so ha sido menos severo. Si de enlermedades en los hospitales militares, confir
queremos consultar al raciocinio, en lugar de some man esta aserción (1). Se cuenta que una niña do
ternos ciegamente á la autoridad de los antiguos, éi catorce años, afectada de una ascitis por la que hahia
nos suministrará argumentos en favor de una prác sufrido cuatro veces la punción, se restableció per
tica contraria. En efecto, lus bebidas no son la causa fectamente por la vuelta de un flujo hemorroidal.
de la hidropesía, puesto que su canlídad no está en En este casóos necesario evitar lodos las estimulan
relación con la del líquido derramado. Hasta ahora se les, y tratar de reslableccrel equilibrio en la economía.
han referido las hidropesías á la falta de reabsorción Deben prohibirse, pues, (os alimentos suculentos,
y á la inercia del sistema linfático; ¿seria quizas me nutritivos , sobro todo las sustancias animales , las be
jor atribuirlas á la demasiada actividad de los vasos bidas espirituosas, y los diuréticos demasiado activos;
absorbentes de lu piel, ó á la ausencia de la exhala debe recomendarse el reposo del cuerpo y del espí
ción cut.nea? Pero no sustituyamos una hipótesis á ritu; ligeros diuréticos , laxantes suaves, sobretodo,
otra, y limitémonos á examinar lo que pasa en los el crémor de tárlarn con el nitro ; la sangría , la apli
hidrópicos á quienes se priva de bebida : la orina es cación de sanguijuelas en la vulva ó en el uno , rei
en pequeña cantidad; su coloración, su acrimonia, terada algunas veces. Un médico célebre de Eiliulel-
su fetidez aumentan; los diuréticos no producen lia dice que el terror y el ayuno han sido comun
efecto alguno, porque no son diluidos suficientemen mente útiles en la hidropesía esténica.
te; la sequedad de la garganta, de la nariz, de la 1 Historia ile las flegmasías ii hlhinarioiic: rrúuica* Paris,
piel, de los intestinos, y de Casi todas las partes, es 1803; o 5.» edición, I'ari?, 185S, 3 rol. cu 8.=
BIBLIOTECA KCONeÍHirA
Tratamiento de i.as croiPLicvr.io>r.s. — Las obs último-; se luyan empleado sin éxito, no se debe
trucciones, cuando se pueden consfHcfaf mino causa deducir que los mas débiles serian igualmente inefi
mas bien que como afección concomitante; la sílilis, caces. Nosotros hemos observado algunas hidrope
el escorbuto , cuando 'o baila cómplitíado coiívhj hi sías, aüravaih* por el uso continuado de diuréticos
dropesía, exige un tratamiento apropiado 1)110 expon poderosos, que han cedido ¡i los mismos remedios,
dremos en otra parte. Comunmente se trftiatt kdb di presn ¡tos á la cuarta parte de la dosis. Un médico
sipar por lus resolutivos y pdr los laxantes las obs célebre de Viena refiere que un hidrópico, de edad
trucciones incurables, ó que 110 se pueden curar sin adulta , bahía ensayado todos los remedios , cuando se
perjuicio ele! enfermo , y el tratamiento infructuoso le prescribió el uso del n>b de saúco, para hacerle
agrava la hidropesía , y la hace rebelde a todos 'os ver que se le mandaba alguna cosa. Con el uso de
medios. Las losdbheS tíreSpicás no son, en general, este ligero diurético, el enlenno arrojó una gran can
susceptibles mas que de una curación paliativa. tidad ríe orinas, y se curó.
Segunda indicación Evacuantes.,—La segunda No nos debe sorprender de que produzca buenos
indicación , que tiéue p> r objeto la evacuación del resultados el vino de cochinilla, del que nosotros
liquido, se llena algunas veres ante- que la primera; mismos hemos sacado alguna ventaja; las semillas de
pero sin la destrucción de la causa, no procura mas mostaza, que se hacen tragar enteras á la dosis de
que un alivio momentáneo. Exige todos ios socorros una cucharada por la mañana y por la tarde; el ojimiel
do la cirujia y dé la medicina. colchít'co, que no ha sido saludable mas que a cinco
La medicina procura las evacuaciones convenien enfermos de entre los muchos á quienes lo habían pres
tes por el sistema linfático , estimulando los órganos crito: la infusión de bayas de enebro, que sola, jamás
secretores y cscretores, provocando á la vez ó sepa nos lia bastado; el cocimiento acuoso de miz de ono-
radamente las deposiciones y las orinas, en defecto nis spinosa (gatuña), cuya elicacia hemos justificado;
de la traspiración , que se efectúa difícilmente á en fin, la lechuga virosa, preconizada primero pol
causa de la obstrucción de los poros cutáneos. Las los médicos de Víena, y que boy se usa muy pocas
evacuaciones por las vías urinarias son ordinaria veces, etc., etc.
mente mas seguras y menos enervantes. Sin embar Entre los diuréticos mas suaves, el que nosotros
go, desde el principio de la enfermedad, butíiitfd el hemos empleado con mas éxito cuando no existía
enfermo es jóven, poco irritable ; cuando ím existen diarrea, es el crémor de tártaro, como se ve en las
en el vientre ni obstrucciones ni escirros; ruando la Actas de la sícademia de Bolonia, ó el crémor de
hidropesía 110 es consecuencia da algún Rujo , tal tártaro soluble. Prescribimos estas sales á la dosis de
contóla diarrea, la disenteria, las hemorroides, es dos dracmas (8 gram.) hasta inedia onza (tb gram.)
permitido administrar purgantes; pero seria peligro eü veinte y cuatro horas. El remedio debe continuar
so oscilar á la vez l«s deposiciones y las orinas. Sin se por mucho tiempo; se le administra solo, ó con el
embargo, debemos referir aquí la observación hecha rob de sanco, con el ojimiel escilítieo, ó con el espí
[ior Tlllier (I) sobre la hidropesía que reina endé ritu de sal dulcificado.
micamente en les pantanos de laYeudée: esta hi Las observaciones de los médicos colocan en el
dropesía exige los hidragogos , y casi no lulcra el primer rango, entre los diuréticos, las sales alcalinas
uso de los diurélici s, ni aun du las bebidas. puras ó saturadas, los ácidos vegetales, la escila, y la
Para llenar esta indicación son insuficientes los digital pürpúrca.
laxante- suaves; se necesitan purgantes enérgicos, Los álcalis, á la dosis de algunos granos, combi
coiopuestis con la jalapa, el sen, el calomelanos: nados con lili sustancias amargas, y administrados du
nosotros hemos empleado frecuentemente con éxito rante algunas horas, provocan á menudo una escre
un ejectuarúj preparado con la raíz de jalapa , una cion abundante de orinas: á mayor dosis, irritan y
sal neutra y el ojimiel escilítieo. Por lo común hay producen la fiebre, que tan peligrosa es en la hidro
necesidad de administrar dos ó tres veces á la se pesía: los médicos árabes prescriben la orina de ove
mana algunos drásticos, tales como la goma-gula, jas, de burra, y algunos célebres médicos italianos
la coloquíntida, la escamonea. Pero un médico pru la de becerra, á la dosis de cuatro onzas (120 gram.)
dente encuentra pocas veces ocasión para adminis y mas, en el dia. Pero las sales acidulas son mas usa
trar los hidragogos. das y obran con mas seguridad que los álcalis (i).
Esta sabia conducta no tiene éxito quizas en uno La escita fresca se emplea en infusión en vino, con
ó dos enfermos , que habrían s:do curados por un la canela y la raiz de enula campana; cu pildoras con
charlatán temerario; pero salva á'.ilii grai) número partes iguales de un estrado amargo y de cardamo
de personas que huli eran sucumbido entre las ma mo, ó con un agua aromática agradablemente edul
nos de este, víctimas de la inflamación 6 de la gan corada, á la que se añaden algunas gotas de éter
grena de las viscera^ abdominales.
Es cierto que el mayor número de hidropesías f'fi (i) LICOR D1CBJÍTIC0.
curan por las orinas ; sin embargo, en ciertos casos,
los diuréticos mas alabados no ejercen acción alguna R. Ceeii», una libra,— 500 gran.
sobre los ríñones,}' la orina no espeiimenta el me Sumidades de ajenjo, una onza.—30 gram.
nor cambio en su cantidad ni en sus cualidades du-
ranlesu uso. Cuando son muy enérgicos, la escrecion Déjese rn ¡nfijsinn en frió duranle veinte t oualro horas, ea dos
urinaria llega á ser f)of fó c*f)t)il'U aun menos abun eia-a- (I Kilógr.) de vino aclilillo, como el vino del Khin, .le Mose-
dante, la liebre se declara ó se ac ecienta, y el en lie, y (ílirosc La dosis es de dos onzas (00 gram.) dos C tres veces
al día. Se puede también disolver una onza (30 gram.) de sal vege
ferino arreja una verdulera lejía létida. Sin embar tal en la misma cantidad de vino, míe se administra de la misma
go, se debe intentar el uso de los diuréticos ; si son manera. Importa poco que el liquido esté algo menos saturado.
perjudiciales en ciertos casos, son útiles cu otros. -Es En lugar de este, vino se emplea también la preparación si-
guíenle:
necesario empezar por los mas suaves, consultando
siempre la sensibilidad , la debilidad del enfermo, y It. Cerveza nueva, dos libras.—1 Kllúgr.
llegar gradualmente á lus mas activo* Aunque estos Ceniza, una libra.—51)0 gram.
Limaduras de hierro, cuatro onzas.—1$) gram.
Semillas do mostaza, dos onzas.—Ot) gram.
1 Tratado do tas ildropcsíns asniiea v Icucoriepmática que llágase digerir, por espacio dedos días, y cuélese. La dosis os de
reinan en tos departamentos de la Vendéc. l'aris, 1801, en 8.° • medio vaso, reiterada tres o cuatro veces al dia.
DE MEHICINA Y CIRIÍU.—iHíÁNK.
sulfúrico. La oscila seca su administra en polvo o t¿n de toiios los m^s alabadas contra la hidropesía; pero
estrado acuoso; se prepara con ella un vinagre,, ua nada pudo detener los progresos «le la enfei ..uvail.
ojimiel quo so asocia con oíros remedios. La oscila Habiendo llegado las vacaciones, volvió la tipien 1 1 i
fresca ocasiona comunmente una alteración conside casa do sus padres, abandonada á sí misma. Cuatro
rable, escita náuseas, provoca pl vómito; segura meses después volvió á la clínr.a. La prescribí t»QS »1
mente no es necesario que produzca estos acciden primer remedio, y en poco tiempo se vió completa
tes para determinar la secreción urinaria. En los en mente curada.
fermos débiles hemos empleado con ventaja el álcali A esto limitamos lo que tenemos quo decir sobre
vegetal saturado con el vinagre escilítico, en el agua el tratamiento médico de la hidropesía. Cuando e^
de enebro edulcorada. Hemos visto curar cu San Pe» ineficaz, sea cualquiera la tenacidad (Jo ta enferme
tersburgo una ascitis considerable, rebelde, á todos dad, la cirujía depe abrir una salida á los líquidos, y
los remedios, y acompañada del edema de los pies, combatir los efectos de la colección morbosa. Noso
por el método siguiente: se administraba cada dos tros reservamos esto objeto para el tratamiento es
horas media onza (lo grain.) de la poción diuréti pecial.
ca (i); al mismo tiempo se daban fricciones sobre Tratamiento de la convalecencia.—Si no se des
los lomos, dos veces al dia, con el linimento diuré truye la causa de la hidropesía!) sus efectos, la co
tico (2). lección se renueva, y por lo común con mas rapidez.
Hemos reconocido eu la digital purpúrea propieda Para prevenir la recaída, no conviene á todos los en
des ■eminentemente diuréticas, poro también la he fermos el mismo tratamiento. Después de la hidrope
mos hallado sin virtud. Nosotros hemos sido los pri sía esténica, si las fuerzas son todavía escosivas , se
mores que la han ensayado en Italia. A falta de esta debe persistir en un régimen tenue y poco nutritivo,
especie, hemos aconsejado la digitalis lútea, pero evitar los estimulantes, emplear todos les mediós e»-
era necesario duplicar la dosis. Uno de nuestros dis pacas de mantener el equilibrio, y no pensar eu los
cípulos, actualmente profesor de la clínica de Pádua, tónicos. En la convalecencia déla hidropesía asténi
ha hallado las mismas propiedades -en la digitalis ca, deben prescribirse alimentos nutritivos, fáciles do
?pigloltis: la rareza de la planta no. nos ha permitido digerir, sobre todo, un régimen animal; tónicos, cuya
hacer la prueba. Estas especies do digital hacen actividad sea proporcionada al grado do incitabilidad,
mas lento el pulso, por lo común de una manera no por ejemplo, los amargos, el cocimiento de qui
table. Pero se dice que la digitalis ferruginea, cuyas na (1), la tintura de marle, sin olvidar los diuréticos;
propiedades son mucho mas activas, aumenta por el se recomendará el ejercicio on un aire caliente y
contrario la frecuencia de las pulsaciones, cosa que y puro, estando el cuerpo cubierto convenientemen
nosotros no hemos justificado. No liemos prescrito te; las distracciones, las fricciones, los vendajes com
nunca las hojas frescas de la digital; tememos su acili- presivos para sostener los sólidos relajados, etc. Si la
tud, y la superpurgacion que pueden producir lan hidropesía ha sido el producto de la obstrucción de
fácilmente. alguna viscera, es necesario emplear los remedios ca
Cuando la oscila ó la digital provocan evacuaciones paces de disipar, si es tiempo, el resto del infarto;
alvinas demasiado abundantes, so las combina con el pero se debe obrar con prudencia, y temer que los
opio y el colombo; de otro modo se pierde por las resolutivos destruyan el tono del órgano afectado. Se
deposiciones, y no obra sobre las vias urinarias. administran los estrados de diente de león, de achi
Se refieren muchas curaciones con el jugo del iris coria salvaje, con la tierra foliada de tártaro, la goma
palustris; no se ha sostenido su reputación en un gran amoniaco, el jabón medicinal, y aun el ungüento
número de casos en quo lo hemos empleado. mercurial.. Cuando la obstrucción y la hidropesía de
Hemos visto que las cantáridas, administradas al penden do la'debilidad, se sigue el lratataion to que
interior han disminuido la secreción de las orinas, en ya hemos indicado. <«}>•.. '• rjfe"
lugar de aumentarla. Sin embarco, sabemos quo se JSfk Thataniekto especial. — I. os principios ge
ha curado eu la Lituania una hidropesía grave hacien nerales que acabamos de esponer sobre el tralamien-
do lomar al enfermo cuatro granos (2 decígr.) Ce tu de la hidropesía, nos permitirán ser breves en lo
cantáridas en una libra (jOO giam.) de emulsión de que debemos decir sobre el tratamiento particular
almendras, á cucharadas da hora en hora. No obs de las diferentes especies.
tante, consideramos como un remedio peligroso el Tratamiento de la anasarca.— Empezamos por 1;,
melúc vcsicatoriits, así como el meloe prescarabceus, anasarca: esta es la especie mas común; las (li
que algunos médicos han preconízalo también. No mas tienen frecuentemente origen de ella; su diag
nos atrevemos á emplear el tabaco, singularmente nóstico es el mas fácil, y cuantío se la descuida, ha
alabado en la hidropesía por un escritor inglés. ce rápidos progresos que ocasionan diversos, acci
Sin embargo, la observación nos.enseña á no abal dentes. Su tratamiento varía según su causa.
donar para siempre un remedio, porque no haya te Esta hidrop-sía es quizas la que procede mas co ■
nido éxito en una circunstancia; puede ser útil en el muntnente de unestado hiperesténico; pero la hincha
mismo caso en otra época. Nosotros recibimos en la zón de la piel , algunas veces erisipelatosa, ocnlUt
clínica de Pavía ú una niña ascítica, y le prescribimos el pulso, y aun le hace en ciertos casos casi ta«ansi-
una preparación de jalapa y de ojimiel escilítico, con ble: entonces es preciso atender al carácter de las
uua sal neutra. Como esle remedio no obrase, pasa enfermedades reinantes, que pueden serla escaria
mos á otros, y por espacio de seis meses se hizo uso lina ó afgun otro exantema; se examina la constitu -
t ■ >) ' . • ;.!«> ' . !ii !>•■:. Ti x,: ti -n • ■;
(t) POCION DIURÉTICA; ;:>■•>(!)• V' r- . •/'COCIMIENTO
.>1 DE QC1NA.
■,■''■:>' »it\.-.
lt. Crémor1simple,
Ojimiel de tártaro
ana soluble.
¿ta.- |¡ „3a- ,„.,„„,,
™°n«,-.>0 =<. „..„
|CHH R. Quina escogida, una onza.—50 gram.
Espíritu de sal dulcificado, do* dracmas.—8 ¡¡rain. llagase hervir en
Agua de menta piperita, ocho ouzas.—ÜO gjam. Agua común,
— ,(. ...fu ur.il f a -i una• libra.- SOO ¿rain.
l ■ 'Vt. i ■■ *..':
i
(2) LINIMENTO DIURÉTICO. A ocho onzas &M piaui. ) ile coladura, af.4d.isc:
R. Espirita .de trementina, dos dracmíis.-S graru. Jarabe dcquinai iina ouaa ~30 gram. .
Disuélvase en agua por medio de ana yema de huevo.
440 BIBLIOTECA KCONÓMICA
don del enfermo, y la naturaleza de las causas á que riores. Cuando en un adulto ha adquirido el escroto
está espueslo. Sagun estas consideraciones, se pres un volumen enorme, y todos los domas medios son
criben los medios que liemos aconsejado contra la inútiles, se ha recurrido á las escarificaciones, aun
hidropesía esténica; algunas veces la sangría, los que estas puedan también determinar ¡quila gangre
purgantes reiterados , pero ligeros, las bebidas ací na. Un hidrópico tenia el escroto lívido", estremada-
dulas y algo frias, un ré-gim.-d nutritivo, y el reposo mente distendido, y la serosidad trasudaba en su su
del alma y del cuerpo. perficie: nosotros previnimos la mortificación, ro
La anasarca es las mas veces asténica y dependien ciando las parles con una mezcla de quina y de al
te de la laxitud de la piel, laxitud congéníta ó produci canfor, reducidos á polvo muy fiuo. líu los niños
da por la acumulación de la grasa en el tejido celu muy pequeños, la infiltración de las bolsas, ocasiona
lar, que se llalla actualmente desprovisto de ella; da por su enfriamiento, exige fomentaciones secas,
proviene de la sensibilidad, y de la debilidad que con con plantas aromáticas, ó fumigaciones reiteradas
serva el órgano cutáneo, de una especie de semípa- con el azúcar, etc. ; frecuentemente , basta poner al
ralisis en que cae, después de las enfermedades gra niño pantalones.
ves que determinan la descamación de la epidermis; TiUTAMIENTO UEL IIWR0CÉFAI.O ESTERNO.— Es pelí—
6B lio, puede ser ocasionada por la esposicion pro grosc llevar el instrumento cortante á los tumores
longada al frió, sobro lodo al frió búmedo. En estas que se forman en el cuero cabelludo en un parto
circunstancias, es necesasio combatir la enfermedad laborioso, pues esto orasionaria fácilmente convulsio»
primitiva, y restablecer la traspiración. Para reani nes: basta aplicar algodón seco, dentro del cual se
mar el tono de los órganos, debe prescribirse el co puede introducir un pedazo pequeño de alcanfor. El
cimiento de quina, con la sal álcali vegeial, satura edema de la cabeza, dependiente de una causa lige
da con el vinagre escilítico, y el espíritu de nitro ra, se disipa fácilmente cubriéndola con un gorro
dulciticado: para oscilar la traspiración, se administra lleno de plantas aromáticas algo calientes, ó con una
el crémor de tártaro soluble, con una dosis pequeña corta cantidad de alcanfor. Un médico célebre de Badén
de tártaro estibiado, el rob de saúco, y el espíritu de obtuvo la resolución «lo un tumor seroso, blando, in
sal dulcificado ; ó bien, el agua de flores de saúco, dolente, pálido, del volumen do un huevo, en dog
de peregil , con el vinagre amoniacal, y el vino anti- niños recien nacidos, aplicando sobre la cabeza unas
moniado. Cuando la tensión y la sequedad de la piel boladas con plantas discusivas, puestas en infusión
son considerables, se debe recurrir á los baños tibios en vino caliente. En los casos maS graves, se emp'ean
preparados con las plantas aromáticas, ó el calamus remedios mas poderosos. Los antiguos, después de
aromatirus. Se provoca la rcabsuroiou por medio de haber afeitado la cabeza, la cubrían con un sinapis
ligeras fricciones aromáticas, practicadas por la ma mo que determinaba ulceraciones; y cuando esto me
ñana, cuando la hinchazón de las estremidades infe dio era insuficiente, recurrían al bisturí. Si el tumor
riores se halla un poco disminuida; laminen se ob era pequeño, practicaban una incisión en el occipu
tienen buenos efectos de los vejigatorios volantes cio; si era ancho, hacían dos, tres, y aun mas en los
aplicados en diversas regiones, á menos que la ton- sitios mas declives. Si la serosidad estaba acumulada
sion y la sensibilidad de la piel no se opongan á ello. por debajo del músculo temporal, esperaban á que
Muchos enfermos, cuya piel ha sufrido accidental pasase sus límites, á fin de no iuteresar al múséulo;
mente una lesión cualquiera, han espelido completa pero practicaban, en Bu, una incisión por cada lado
mente las aguas por la solución de continuidad, y de él, cuando la colección no se estendia mas. Se
de aquí ha resultado la curación radical. Segun esta hallan en los modernos algunas observaciones en
observación, se lia recurrido desde la mas remota an apoyo de este método: vamos á referirlas. Una mujer
tigüedad á las escarificaciones que penetren hasta el de cincuenta años, esperimentaba un dolor truel en
tejido celular sin pasar mas allá: se practican prin la cabeza: en medio del invierno se presentó en los
cipalmente en las estremidades inferiores. Pero hay tegumentos del cráneo una tumefacción edematosa,
casos en que la estrema debilidad del enfermo, la que duplicó el volumen de la cabeza; los ojos estaban
frialdad inevitable de ios miembros por la estanca cerrados, y las orejas habían adquirido una pulgada
ción de los humores, comunmente acrimoniosos, que de espesor. La cefalalgia llegó á ser mucho menor.
no cesan de afluir á ellos, no permiten emplear este Se practicaron escarificaciones en diversos puntos
medio: las incisiones serian pronto el asiento de una del cuero cabelludo, que dieron salida i't una gran
intUmacion erisipelatosa, ó se cambiarían en úlceras cantidad de serosidad; la hinchazón disminuyó con
sórdidas, y sobrevendría, en fin, una gangrena funes siderablemente en pocos dias, y un gorro de plantas
ta. Por otra parte , ias escarificaciones se cierran aromáticas completé la curación. Hemos referido en
antes do que el sistema culánej se haya descargado, otra parte la historia de una cefalea semejante, quo
y la operaciou viene á ser inútil. Cuando.se recurre se terminó por un tumor voluminoso en medio de la
á ella, es necesario no esperar á que las fuerzas se frente. Una niña de dos meses tenia en la cabeza un
hayan aniquilado: no se debe hacer mas que una he tumor ancho y elevado, trasparente en toda su os
rida pequeña, pero profunda; mantener seca la parle, tensión, elislico, fluctuantc y sin dolor. Cedió poco á
y en un grado moderado de calor. Es preciso cuidar poco á la aplicación de una cataplasma caliente, pre
de que la deplecíon súbita no suma al enfermo en parada con media onza (lo gram.) de polvo de raíz
una debilidad peligrosa, como sucedió á un célelre de cohombro silvestre, media onza (lo gram.) de pol
médico inglés. Importa, pues, sostener la energía vo do ¡lis, una onza (JO grarn.) de semillas de comi
vital por medio de caldos de carne, por un vino ge no, dos onzas (00 gram.) do harina de habas, y suli-
neroso, etc., y rodear los miembros de un vendaje cieiileranlidad de miel. Un hombre atorinen'ado de una
compresivo. Cuando los bordes de la herida están jaqueca crónica, con tumefacción del cuello cabellu
rojizos y tensos, se practican fomentaciones con do, fue curado por el e lableeimiento de un cauti r o
un cocimiento emoliente , en el cual se ponen en in en el occipucio: un icor, que debia estar derramado
fusión algunas plantas aromáticas, y al que seañade por debajo del períciáneo, toiriópor osla abertura.
un poco de aguardiente alcanforado. Un ni', bre cirujano do Moma ha aconsejado, 011 el
TllUAMie.VTÜ DEL IlluKOCláli POR INKILTHACI IN. — hidrocéfalo eslerui", las foiiionlaeuiiic; con el vinagre
I,a hidropesía celulosa del escroto exige el mismo escilítico; pero p;ir el uso de los tópicos no debemos
tralaiiiiento que el edema de las eslremidadus info- descuidamos en el de los medios propios para poní
DI MEDICINA T CIBÜIÍA.—FRANK. 441
batir las causas, ni el de los remedios internos que qu« no padezca ninguna otra enfermedad, debe
hemos recomendado en la hidropesía. practicarse la punción, cuando son inútiles todos los
Los socorros quirúrgicos no convienen, cuando el demás remedios.» Este hombre inmortal, que tenia
tumor comunica con el cráneo, ó contiene una por tanta aversión á la operación de la talla, que hacia
ción del cerebro. Este caso no supone una disposi jurar á sus discípulos no practicarla nunca, dibia
ción primitiva al hidrocéfalo interno; procede de una apoyarse en su esperiencia ó en la de sus compañe
falta de osificación: cuando la abertura no es muy ros, al prescribir aquí la punción del cráneo. Los
grande, puede cerrarse, aun poco tiempo después del médicos griegos que aparecieron en los siglos poste
nacimiento. Se lee en las Memorias de la Academia riores, dejaban que aumentase el derramo hasta la
Real de Cirujia de Paris la historia de un niño muy separación de las suturas, y dirigían el instrumento
pequeño, que tenia un tumor del tamaño de un huevo hácia el sitio mas prominente. Sin embargo, uno
cerca de la sutura lambdoides; algunas personas acon de ellos declara que nunca ha visto que tuviese
sejaban que se abriese con el bisturí; según el con buen éxito esta operación, y ha rehusado constante
sejo de otro cirujano, se aplicó solamente sobre el tu mente recurrir álos medios quirúrgicos, aunque un
mor una plancha de plomo , se ejerció una compre gran número do cirujanos acostumbrasen aplicar
sión moderada; la abertura del cráneo se obliteró por muchas coronas de trépano sobre diversas partes de
los progresos de la osificación, y el tumor desapareció. la cabeza. No obstante , es increíble que la perfora
Se conocen muchos hechos de este género. ción del cráneo, recomendada por el padre de la me
756. Tratamiento del hidrocéfalo interno.— dicina , se hubiera mantenido en vigor durante mu
Según el funesto pronóstico quo hemos hecho do la chos siglos, si hubiese tenido siempre consecuencias
hidropesía cerebral , se comprenderá que nuestra funestas.
práctica no nos ha enseñado nada sobre su tratamien Pero si tenemos en cuenta el resultado de las ob
to, una vez asegurada su existencia. Consultaremos, servaciones recogidas por Morgagni y por otros mé
pues, la práctica de otros módicos. No decimos que dicos célebres do Francia y Alemania, veremos que
uo hayamos curado niños que ofrecían todos los sín- no deponen en faver de la punción : no conocemos
^nas del primer período: podríamos sostener que mas que un caso en que haya tenido éxito, y en el
hemos curado en estos casos el hidrocéfalo, como cual era incierta la naturaleza de la enfermedad. Se
hacen muchos médicos en circunstancias semejantes. cuenta que un labrador, atormentado por una cefa
Pero no se podría establecer el tratamiento según un lea antigua y cruel, dependiente de una colección de
diagnóstico tan incierto, ni hacer alarde de una cu serosidad entro la dura-mater y el cráneo-, se hizo
ración , sin estar seguro de la existencia d» la en trepanar eu el sincipucio por un veterinario; corrió
fermedad. de la abertura un í gran cantidad de serosidad , y el
El hidrcoéfala crónico no se halla al alcance de enfermo se vio perfectamente curado. Quizas sabría
nuestros recursos, cuando se forma en el seno de la este hombre que se curaba el hidrocéfalo en los
madre, poco tiempo después del parto, ó en la mas bueyes por medio de esta operación. Hay médicos
tierna infancia. Sin embargo, cuando esta especie de que creen que en este caso esto» animales no son '
hidrocéfalo, ó aun el hidrocéfalo agudo, cambia de afectados mas que de hidrocéfalo esterno; pero es
sitio, y so dirige sobre una parte menos noble, ó se cosa probada en las ovejas atacadas de vértigo. Se
convierte en una enfermedad menos grave, estas cir les perfora atrevidamente el cráneo con un trócar,
cunstancias, hacen el tratamiento mas fácil, porque sobre todo cuando el vértigo depende de la presen
la naturaleza de la afección morbosa empieza enton cia de una tenia vesicular en la cabeza: con esta
ces á darse á conocer. El hidrocéfalo crónico, aban operación se restablecen completamente. Sin embar
donado á sí mismo, se termina comunmente por la' go, no se reconoce aquí mejor que en el hombre si
muerte en los primeros años; pero algunas veces los el derrame tiene su asiento entre los hutsos y la dura
enfermos viven hasta los veinte y treinta años. Las mater, en la aracnoides, ó entre la pia-mater y el
tentativas del arte abrevian su vina: si se emplea un cerebro .
vendaje compresivo para impedir la dilatación del A pesar do estas consideraciones, no se puede de
cráneo, la serosidad dirige su acción sobre el cerebro, ducir por el éxito de esta operación en los animales,
y el niño muere bien pronto en un estado soporoso. el que podría tener en la especie humana. Otra cir
Nos hemos sorprendido de hallar en un célebre mé cunstancia que contraindica la operación , es el es
dico francés la observación siguiente: un recien na tado de adelgazamiento, de distensión á que se halla
cido, atacado de un hidrocéfalo, con separación con reducido el cerebro, sin que la sustancia medular se
siderable de las saturas, fue curado en quiuce dias resuelva en serosidad. En este estado goza aun por
por medio do la aplicación del vendaje de la capeli mucho tiempo de la mayor parte do sus facultades,
na, que se renovaba todos los dias. A pesar de la se mientras es sostenido por la presencia del líquido.
paración de las saturas, estamos inclinados á creer Si pudiese contraerse ó volver sobre sí mismo, des
que se trataba aquí de un hidrocéfalo csterno; lo mismo pués de la evacuación lenta y gradual de la serosi
puede decirse del hidrocéfalo que un cirujano inglés dad, bastaba comprimir el cráneo por medio de un
afirma haber curado por medio de baños de vapor vendaje, á medida que la cavidad se vaciaba, y la
locales. No se debe esperar nada de los vejigatorios, objeción no seria fundada. Cuando el cerebro esta
de los fonticulos, ni de los sedales. Los únicos reme reducido de este modo á una especie de vejiga apli
dios que pueden merecer cierta confianza en el cada sobre la cara interna del cráneo, el trócar no
principio de la enfermedad, son los tónicos y los diu hace una herida tan profunda ni tan peligrosa como
réticos, como el cocimiento de quina, de rubia, de si penetrase en las circunvoluciones del órgano.
bellotas, con una sal álcali saturada con el vinagre Lecat(l) practicó la punción en un niño que no te
escilítico, y el espíritu de sal dulcificado, y la digital nia todavía cuatro meses : interesó , sin saberlo, la
purpúrea, con el calomelanos. Pero, lo repetimos, sustancia cerebral , reducida á este estado de adel
nuestra práctica no nos enseña nada sobre la eficacia gazamiento. El niño no solamente vivió cinco dias,
de estos remedios. sino que pareció hallarse mejor, y fue necesaria una
Un aforismo de Hipócrates ha dado lugar á uua nueva colección para qae sucumbiese. Pero esta dis
BIBLIOTECA ECONOMICA.
posición á la recidiva es una contraindicación^ puestq que en el primero. Pejamos á la sagacidad de los ci
que la punción no destruyo la causa de la hidrope rujanos el cuidado de completar el diagnóstico dife
sía. El mismo inconveniente acompaña !i esta ope rencial de estas dos variedades. Cuando se está deci
ración en la hidropesía de todas las demás cavida dido á practicar la operación aventurada de que ha
des, cuya obliteración no se puede determinar pro blamos , no se debe estraer el líquido de una s,o!a
vocando la inflamación de sus paredes. Sin embargo, vez, sino en muchas, haciendo aberturas pequeñas,
ns la rechazamos de una manera absoluta en estas semejantes á los agujeros de una criba : es necesario
circunstancias. Un celebro módico teme que las me impedir cuanto sea posible la introducción del airo.
ninges flojas, ó engrosadas, no puedan cicatrizarse El diagnóstico do la enfermedad es demasiado in
después de su división. Este temor parecerá poco cierto para enorgullecerse por las curaciones que se
fundado, si se recuerda lo que tiene lugar en las cree haber hecho de hidrocéfalo agudo; sin ombar-
grandes lesiones de la cabeza. Quizas seriamos mas go , si no nos engañamos, esta hidropesía está some
felices cuando la colección tiene su asiento entre el tida á las mismas leves que las demás, y es nece
cráneo y la dura-mater, ó en la aracnoides, porque sario tratarla según los mismos principios, La angina
entonces el instrumento no interesaría al cerebro. laríngea y la peritonitis puerperal, resisten casi á to
Pero en esta circunstancia , la sustancia cerebral dos nuestros esfuerzos , cuando no son combatidas
comprimida se encuentra por lo común reducida á desde su principio: de) mismo modo el hidrocéfalo
un pequeño volumen, y demasiado alterada para que llega á ser mortal cuando se tarda en proporcionar
el enfermo sobreviva largo tiempo á la operación. 3e los socorros, ya por negligencia, ya por la oscuridad
halla en los Comentarios de medicina de Inglaterra ó el carácter equivoco de la enfermedad en su prín •
la historia de un niño atacado de hidrocéfalo con cipio. Cuando so examina con mucha atención la na
desviación de la', suturas. So hizo una poqueña turaleza de la afección morbosa, se reconoce que pro
abertura con la lanceta, en un sitio en que no se cede do un estado esténico ó asténico de la econo
podia herir el seno. Al comprimir la cabeza con las mía entera.
manos, corrieron diez onzas (300 gram.) de una se En el primer caso, sí el niño es robusto, de com
rosidad clara. Se aplico un vendaje, y el niño se ha plexión fuerte , y sobre lodo , si ha sido espuesto #
lló bien. Al tercer día salió una libra (;J(K! grarri.) de causas escitanles; si tiene la cara encendida é in
agua, y al sesto catorce onzas (420 gram.). Las su» flamada , los ojos brillantes, con calor, cefalalgia
turas se cerraban, el cráneo se reducía á su volumen intensa, pulso frecuente, ligeramente duro y vibranr
natural , y la salud parecía completamente restable te, debe reprimirse la congestión que se efectúa
cida. Un mes después, se renovó la hidropesía , y se sobre el órgano encefálico, por medio de la sangría,
practicó una segunda operación. Dió al principio sa ó al menos por la aplicación de sanguijuelas detras
lida á una libra (500 gram.) de agua; al cabo de otro do las orejas, en las sienes ó en el cuello; por los
mes se estrajeron ademas treinta y dos onzas (un enemas, los laxantes suaves, preparados sobre todo
kilúgr.). Entonces luis fuerzas empezaron á faltar, y con el calomelanos, el ruibarbo y la inaguesia; pero
el niño murió en el espacio de diez dias. A la aber se debe recordar que el carácter inflamatorio de la
tura del cráneo, el médico halló el cerebro destruido. enfermedad no procede siempre de un estado hi-
Nosotros presumimos que se hallaría solamente com peresténico. Algunos prácticos ilustres nos enseñan,
primido. que las sangrías son mas perjudiciales que útiles en
En este estado de adelgazamiento , de compresión ciertos casos. Nosotros no nos atrevemos á recurrir
déla sustancia cerebral, toda operación es inútil; á los eméticos, porque los vómitos dirigen los humo
esta puede solamente precipitar los dias del enfermo res hácia lu cabeza, y se oponen á su vuelta: Under-
y comprometer la dignidad del arle. Las paredes del wood, que ha escrito sobre las enfermedades de los
cráneo no vuelven sobro sí mismas, como las del vien niños, atribuye la frecuencia del hidrocéfalo al abu
tre , y no es tan fácil com-priniirias por medio del so que se hace de los eméticos. En esta hidropesía,
vendaje ; las contracciones insensibles del cerebro, como en la peritonitis , el método debilitante no,
órgano blando y poco elástico, no pueden volverle á conviene mas que en los primeros momentos ; la
su densidad primera , y hacerle bastante firme para ocasión de valerse de él lia pasado , cuando el se
resistir á una nueva colección. Suscribimos, pues, gundo periodo se anuncia por la rareza del pulso:
voluntariamente á la opinión de los modernos, quo como los médicos son llamados pocas veces ai prin
proscriben la punción en el hidrocéfalo avanzado. cipio, esta es la razón aparente por la que los tónicos
Pero como el derrame , en lagar de ocupar los ven tienen comunmente mucho mas éxito que los debi
trículos , tiene comunmente su asiento entre el crá litantes.
neo y el órgano cerebral ; como no depende siempre En este caso, y en' el de hidrocéfalo asténico con
de una disposición eongénita , sino frecuentemente ovidoncia, conviene aplicar en su principio, vejigato
de una violencia csterior, ocasionada por un parto rios sobre la cabeza, en la nuca, en [a espalda, en los
laborioso, por un golpe , y constituye entonces una muslos, y cu la región del hígado cuando el vientre
enfermedad local; si algunos signos ciertos hiciesen está doloroso; emplear el mercurio oslerior é interior
conocer estos casos , si una colección abundante no mente, y todos los remedios propios para oscilar la
ejerciese sobre el cerebro una compresión conside reabsorción de la serosidad, para aumentar la socrc-
rable , se podría recurrir á la punción, puesto que ciuii de las orinas, como la digital purpúrea, y la tier
la enfermedad os por otra parte mortal, lié aquí lo ra foliada de tártaro. El calomelanos era empleado
que la observación nos lia enseñado hasta ahora: en desde hace mucho tiempo en Alemania contra las hi
los primeros tiempos de la hidropesía de los ventrícu» dropesías, y un médico célebre de Génova so servia
los, sobrevionen síntomas nerviosos, limitados ordi do oíanles de conocer los esperiroentos que se habían
nariamente á un solo lado , y ocupando sobre todo intentado en otras partes sobre este remedio; pero los
la cara, los ojos, la nariz; en la hidropesía de las ingleses son los que han hablado primero de su efi
meninges, las suturas se separan mas pronto, llegan cacia en el hidrocéfalo. Se le administró al principio
hasta ponerse prominentes; el sistema nervioso está á la dosis de un grano, una ó dos veces al día, do
mucho menos afectado , si se escoptua el sopor. La manera que elaiño tomó veinte granos (1 gram.) en
depresión de las órbitas, la convexidad de los parie el espacio de ocho dias; al mismo tiempo se practica
tales, se manifiestan mas tarde en este último caso ron sobre los lomos y los muslos fricciones con una
"OÍ
DE MEDICINA Y tilHljiA.— FRANK. 443
dracma ó cualro éscífltiülos (16 3 gram.) do un un cion reumática, artrítica, de la supresión de- alguna
güento mercurial preparado en grandes proporcio enfermedad cutánea, y de otiaseausasque htcen temer
nas. La salivación sobrevino ni caito de cualro dias. la inflamación de la columna veilebral, exige un tra
No se tardó en aumentar !a dosis de es'as prepara- tamiento metódico, «obre todo, el establecimiento de
cienes: se llevó la del calomelanos hasta cuarenta un fontículo porcada lado del tumor. Si se conocie
y dos granos (22 decigr.) para un niño de nueve años; sen las consecuencias funestas de una tentativa dema
. ía del ungüento mercurial á tres onzas y aun mas. siado aventurada, se veria que la hidroraquitis cró
Se lia ido mas lejos: se ha hecho tomar A algunos ni nica con desviación debe ser abandonada a la natu
ños de menos de tres años, de cuatro en cuatro ho raleza; que basta proteger la piel adelgazada que cu
rró media dracma (2 gram.) de ungüento mercurial bre el tumor, contra las injurias esteriores, y preve
en fricciones, y un grano de calomelanos. Esta dosis nir su ruptura que haría correr los mayores peligros.
ilo ha producido por lo común ningún ptialismo. La Los emplastos astringentes ensucian la "piel, y se des
salivación no es, pues, un efecto constante del m :r- prenden difícilmente de ella; pueden, pues, inflamarla,
curio en esta enfermedad: algunas vece* osmanilies ulcerarla cuando es delicada, y por lo tanto debemos
ta, y otras nula, lo que se atribuye al estupor del sis limitarnos á aplicar sobre el tumor un poco de algo-
tema nervioso. don. Hé aquí la conducta prudente que siguió un
Nosotros no negamos la utilidad del mercurio en hombre de mérito. Un niño estaba afectado de hidro
el hidrocéfalo agudo; pero como se le asocia^irdi- raquitis, y el tumor voluminoso no permitía ensayar
nariamente los vejigatorios, y estos tienen algunas remedio alguno: su peso aumentaba cada día, y fati
veces éxito por sisólos, so puede dudar si son los que gaba estraordinariamentc al enfermo; se limitó A sos
merecen todo el honor de la curación. No debemos tenerle con flojedad, por medio do una venda que
pasar en silencio que el abuso del mercurio produce pasaba alrededor del vientre y las espaldas ; se hizo
aquí un gran número de accidentes que han dismi construir una silla cuyo respaldo presentaba una csca-
nuido su reputación, y que en muchos casos carecen vacion algodonada . destinada á recibir el tumor.
abtolutamente de efecto. Va niño que se crcia atacado En esta posición, el niño podía sentarse fácilmente,
de hidropesía fue somelido al tratamiento mercurial; dormir, y distraerse en sus juegos.
después de su muerte no se halló ni una gota de agua Se lia creído quo la compresión podia convenir
en el cráneo. El mercurio administrado en gran can cuando el tumores poco voluminoso; y que en el caso
tidad á seis enfermos, no ¡nulo salvar á ninguno, y ni de ser considerable, seria inútil practicar la ligadura,
aun pruvocó la salivación. En fin, un médico inglés, la estirpacion del saco, ó vaciarle lentamente por
que na escrito recientemente sobre la hidropesía del medio de un sedal, que traería consigo la inflama
cerebro, cree quo los casos en que el mercurio ha ción, y por consiguiente la adherencia recíproca de
tenido éxito no tenían relación alguna con ella, y mu sus paredes, ó por medio de una incisión que seria
chos hombres célebres de la misma nación, así como seguida de supuración. En efecto, el tumor abando
otros médicos distinguidos, aseguran no haber oble- nado á sí mismo se abre espontáneamente, corre de
nido nunca bucuos efectos de él. él una materia serosa, trasparente y amarillenta, ó
Sin embargo, no se puede aquí negar al mercurio sanguinolenta, puriforme, icorosa; y esta evacuación
la eficacia de que goza en las domas especies de hi os seguida de convulsiones, do vómitos, de desfalle
dropesía, cuyo diagnóstico no es equívoco; pero ni la cimientos, y de una muerte mas ó menos pronta.
razón ni la esperiencia permiten alabar esto remedio Quizas una operación hecha con prudencia, preven
incierto para todas las hidropesías cerebrales, sin te dría estos accidentes.
ner en cuenta el carácter ni el período do la en Un cirujano esperimontado refiere la historia de
fermedad. una hidroraquitis con supuración, perfectamente cu
Merece ser ensayado en la hidropesía asténica, á rada por la compresión ejercida sobre el tumor por
una- dosis que no sea demasiado, escitante para la edad medio do compresas graduadas, empapadas en un li
del niño. Los efectos que no produce solo, pueden cor espirituoso, y mantenidas por una venda. La
obtenerse combinándolo con los vejigatorios, y la di compresión, es cierto, parece obrar mas sobre la
gital purpúrea. Cuando se manifiestan síntomas ner piel que sobre las vértebras: no obstante, oponiéndo
viosos, tales como vómitos, espasmos ó dolores, se le se al desanollo del tumor, da tiempo al trabajo de la
asocia con el opio, el almizcle, las llores de zinc, el osificación para llenar el vacío que divide las apófi
álcali volátil, la serpentaria de Virginia, con las flo sis espinosas. Asi es como se hacen desaparecer al
res de árnica, sobre todo con el vino generoso, prin gunas veces las hernias cerebrales, cuya formación
cipalmente el vino de España. es análoga á la del hidroraquis. Creemos, pues, que
737. TnATAÍiiíNro del iiiDnonAQuis.— El arte no este, medio puedo ponerse eu uso desde el principio
ofrece mas recursos contra el hidroraquis que contra de la enfermedad, sin olvidar los remedios internos;
el bidrocéfalo. Nuestras tentativas no hacen masque pero os necesario cuidar de no comprimí? al misino
abreviar los dias del enfermo. En efecto, aunque el tiempo la médula ó los nervios de la cola de caballo,
mayor número de individuos afectados de hidroraqui- quo pueden estar comprendidos en el tumor.
tís en el momento del nacimiento, no llegan á los dos Algunas veces es imposible abrazar el tumor con
años, no obstante, alguna; niña; viven uueve, y aun una ligadura; por !o corriuii presenta una baso de
otras llegan hasta el establecimiento de los menstruos. masiado ancha, v una constricción algo fuerte lo di
En fin, pan escoger todavía un ejemplo, entre los vidiría antes de la'época conveniente. Esta opsraciou
que podríamos citar, diremos que un niño llegó hasta seria evidentemcnie mortal, si se comprimiese la mé
los veinte años, aunque desde su nacimiento tuvo las dula, accidente que es imposible prever. Esto fue
extremidades inferiores muy débiles. lo que sucedió á un cirujano holandés/ que separó por
Sin embargo, si se pudiese reconocer la hidro medio de la ligadura un tumor pediculado en forma
raquitis aguda, que sobreviene después del naci- de nabo, dependiente de uua hidroraquitis lumbar.
niiertto, no se debería renunciar á (oda esperanza de No fue mas dichoso un operador alemán eri un niño •
curación eu el priucipú de la enfermedad; seria me ide cualro meses: el tumor, igualmente pediculado,
nester ensayar el corto número de remedios que han tenia origen entre la última vertebra de los lomos y
sitio - eficaces en
444 BIBLIOTECA KCOHÓMICA
ligadura del saco no efectuó una curación sólida: en Hace ocho años que fuimos llamados en consulta á
la hidroraquitis, sdemas de los peligros que hace Vieua, para un hombre de setenta y ocho años : este
correr, es absolutamente inútil, i menos que se re enfermo tenia la cara pálida, ligeramente hinchada,
medie al mismo tiempo la separación de las vér con ortopnea, tos, agitación, edema de las estremida-
tebras. des inferiores, orinas poco abundantes y alteradas,
Los mismos inconvenientes se tocan con el uso pulso intermitente, pequeño é irregular, y estremida-
del sedal. Aunque llenase exactamente las abertu des frías. En esta triste situación, prescribimos fo
ras, y no permitiese que saliera la serosidad masque mentaciones secas y calientes sobre los miembros, dos
gota á gota; aunque su presencia puede determinar vejigatorios en los muslos, un grano de alcanfor cada
una inflamación adhesiva, sin embargo, es de temer dos horas, una infusión de enebro por bebida, y una
que la lesión de la médula espinal ó su contacto con poción con la infusión de digital purpúrea. Las ori
el sedal ocasione convulsiones epilépticas mortales; nas y los sudores corrieron en abundancia; el enfer
por otra parte, este medio no corrige la desviación. mo fue completamente curado, y gozó aun porespa-
Un escelente observador ha probado la inutilidad del ciode cuatro años de una salud perfecta. Nosotros na
sedal establecido en las partes laterales del tumor. cemos uso pocas veces del cocimiento de polígala de
Ya hemos hablado de los accidentes que siguen á Virginia, y del kermes mineral, porque provocan fá
la abertura espontánea ó artificial del tumor, sin omi cilmente el vómito ó la diarrea. Si se sospecha el ede
tir los casos en que ha salvado á los enfermes. La in ma da) pulm<m, conviene administrar el calomelanos,
cisión serla menos peligrosa en el hidroraquis celulo con la ascila y el alcanfor pulverizados. Los vejigato
so que en el hidroraquis vaginal; pero no hay ningún rios en las piernas disminuyen comunmente la opre
signo cierto que los distinga. Como la operación es sión del pecho, sobre todo, cuando aumenta por la
casi siempre funesta, nosotros la proscribimos á fin desaparición del edema de los miembros inferiores.
de no incurrir en la falta de haber acelerado la muer Cuando nada puede detener los progresos de la hi
te del niño. dropesía, la punción del tórax viene ¡S ser necesaria.
758. Tratamiento del hidrotórax. — El trata— No quita la causa de la enfermedad, pero alivia por
n:iento de esta hidropesía tiene por base la naturale algún tiempo, y previene la sofocación. Esta opera
za de sus causas, y los principios generales que he cion es aconsejada hoy por muchos médicos (I), pero
mos espuesto (734). A pesar do la frecuencia , la los temores del enfermo ó de los parientes permiten
plenitud, y la tensión del pulso, es raro que el hidro que se practique pocas veces. Es cierto que muchos
tórax proceda de un csceso de fuerzas y exija la san enfermos sucumben en seguida, ó poco tiempo des
gría, escepto en el caso de peripneumonía esténica; pués ; pero esto tiene lugar porque se ha decidido de
no sobrevienen por lo común abundantes evacuacio masiado larde, porque la hidropesía depende do un
nes alvinas que sean ventajosas. El enfermo so alivia vicio orgánico de los pulmones y del centro> circulato
considerablemente con la sangría ; pero por lo común, rio , y en fin , porque no so ha impedido la' introduc
como hemos observado nosotros mismos, la opresión ción del aire en el pecho. Se cuentan, en efecto, mu
aumenta al cabo de algunas horas , y el hidrotórax chas tentativas afortunadas; por otra parte, las heri
adquiere un acrecentamiento rápido. El uso de los das penetrantes producidas por el bisturí ó el trécar,
diuréticos es mucho inas seguro en esta hidropesía, ¿curarían con menos facilidad que las que reconocen
ordinariamente ; no recordaremos aquí su enumera otra causa? Se objetará que la abertura debe ser me
ción, ni su manera de obrar. Un médico hace uso nos funesta en un hombre sano y robusto que en un
de un remedio que nosotros habíamos rechazado pri enfermo: nosotros convenimos en ello; pero en un
mero como muy compuesto (t), y que hemos adminis caso en que la muerte es cierta, ¿no se debe intentar
trado después con éxito, bajo la forma de electuario, este remedio incierto, cuando no pareco existir lesión
añadiéndole el jarabe de rosas solutivo; hacemos to alguna orgánica del corazón, de los grandes vasos,
mar el volumen de una castaña, tres veces al dia, en ó del pulmón? Una objeción mas fuerte se desprende
tres onzas (90 gram.) de un cocimiento de raices ape de la oscuridad del diagnóstico y de la causa : se han
ritivas. Este remedio obraba provocando una abun visto hombres célebres que se han equivocado acerca
dante escreciou de orinas. Hemos empleado también de la existencia de esta hidropesía ; hay casos en que
otra preparación, que aliviaba frecuentemente á los el instrumento ha encontrado á la pleura adherida al
enfermos, cuando no ocasionaba superpurgacion (?) pulmón. No obstante, la existencia y la causa del hi
Pero la digital purpúrea es el remedio do que liemos drotórax son bastante manifiestas las mas veces: si
obtenido mejores resultados en esta hidropesía. algunos hombres de mérito se han engañado, ha sido
sin duda porque han atendido á uno solo de los sín
(1) electuario diurético. tomas, en lugar de consultar su conjunto. Es cierto
que la adherencia de la pleura costal con el pulmón
K. rtob de saúco. 1 es bastante frecuente ; pero es rara cuando el hidro
de yezgo.. I aa seis dramas.=21 gram. tórax no ha sido precedido de alguna otra afección de
V de euebro. ) pecho, sobre lodo, de una inflamación. Por otra parte,
Polvo de escita compuesto. . . 1 si se prefiere el bisturí al trócar , cuya acción no es
Polvo (le raiz de brionia. . . I aa. media dracnia.—á gram. segura, se incinde sucesivamente lajpicl, los músculos,
Kslracto de cohombro salvaje. )
Triaca de Andromaco , una dracma.=4 gram. la pleura/dirigiendo el instrumento con el dedo intro
ducido en la herida, y 110 se corre asi ningún poligro.
(2) POCION DIURÉTICA. Fuera de los límites de la adherencia, que no pueden
ser reconocidos á priori , el trócar no podría alcan
n. Coma amoniaco, dos ilracmas.=8 gram. zar al pulmón, al que las aguas alejan de las paredes
Disuélvase en ana disolución de crémor de tártaro con torácicas. Pero, al practicar la operación, debe pen
sarse que la sangre puede existir en demasiada can
AÍSíí; enébr": ! » ^ o»», y mc<lia.=i03gram. tidad y con [demasiada fuerza en el pulmón, aplanado
Pulpa deescila reciente, veinte grun»s.=I gram.
Eter sulfúrico, media draciua.rr* gram. 1 Una larga é importante discusión ha tenido lugar íllima-
Jarabe de canda, una unza.-- 30 gfam. menle sobreestá cuestión en el seno da la Academia Real de medi
Dosis ; una ó dos cucharadas, de dos en dos horas. cina. (Véase fl Boletín de la Academia Real üc medicina. París,
1 sr.fi, (■ I. p. 130 y ><<■)
DE MEDICINA T C1RUJÍA.— FRANK. 445
poco antes bajo el peso del líquido, y privado de su que algunos escritores hayan trazado su proceder
tonicidad; que toda deplecion súbita acarrea una de- operatorio según todas las reglas del arte. En efec
bilidad considerable; que no se puede comprimir to, la movilidad del corazón , lis alteraciones de que
gradualmente el tórax, como el vientre; deben sacar puede ser asiento en esta circunstancia, y la oscuri
se, pues, las aguas en diferentes veces. dad del diagnóstico, no son propias para animar á un
Si se liubiese recurrido mas á menudo á esta ope operador. Se podría intentar la trepanación del es
ración , creemos que se hubiesen salvado muchos en ternón, si la hidropesía del mediastino anterior
fermos de los que han sucumbido al hidrotórax agu se anunciase por signos no equívocos; esta operación
do. En una peripneumonia muy débil , y que no pre ha sido practicada felizmente entre los antiguos , y
senta ningún mal síntoma, sobreviene, por lo común en nuestros dias, en las colecciones purulentas for
do repente, una gran dispnea, con adormecimiento madas por detras de este hueso.
del brazo , edema de la mano del lado correspon 759. Tratamiento de la ascitis.—Basta aplicar
diente al asiento de la inflamación, y alguna inter al tratamiento de la ascilis los principios generales
mitencia en el pulso. Estos síntomas anuncian casi que hemos establecido (754) , y casi nos queda so
siempre , eu esta circunstancia , un derrame consi lamente que hablar de la paracentesis. Un célebre
derable de serosidad en el tórax: tal es la causa de médico inglés ha aconsejado evacuar las aguas por el
la muerte súbita que arrebata al enfermo. Un céle vomitivo en las hidropesías considerables del abdó
bre médico frauces refiere una observación interesan men ; nosotros no ignoramos que los eméticos han
te: un caballerizo del rey, esperimentó, á consecuen producido algunas veces buenos efectos; pero las al
cia de una pleuresía, una opresión tan grande, que teraciones que se pueden sospechar en los órganos
uo podia respirar mas que estando sentado , y que y los vasos de esta cavidad, nosJian apartado cons
parecia uo tener mas que algunas horas de vida. No tantemente de usir este método. Por otra parte, he
se dudó en abrirle el pecho. Salieron de él seis libras mos visto, quo los diuréticos, administrados á dosis
do serosidad amarillenta y límpida, cuyo flujo duró demasiado grandes, han provocado el vómito sin nin
muchas dias. Al cabo de un mes el enfermo estaba per guna utilidad para el enfermo. A escepcion del hi-,
fectamente curado, y acompañó después al rey á la caza arocéfalo, no hay hidropesía que vaya acompañada
por espacio de mas de dos años. Un cirujano de la mas comunmente de dolor y de afección espasmó-
misma nación ha practicado dos Teces con éxito esta dica de las visceras, que la ascitis. Si estos acci
operación en el costado izquierdo do un jóven ata dentes se declaran, y la hidropesía es asténica, sin
cado de hidrotórax á consecuencia del sarampión: la fiebre y sin inflamación, conviene administrar el
primera vez sacó seis pintas de agua, y cinco la so opio, solo, ó combinado con los demás remedios: los
gunda. antiguos reconocían las ventajas de esta práctica. Se
La operación puede igualmente tener éxito en el había practicado sin éxito la paracentesis en dos mu
hidrotórax crónico. En las Memorias de la Acade jeres afectadas de ascitis, con vivos dolores en el
mia de Ciencias de París se refiere la observación vientre, y el opio tuvo un éxito completo. En otros
de una mujer afectada simultáneamente do hidrope- muchos casos en que la hidropesía iba acompañada
sía del vientre y del pecho, con una grande ortop de una gran sensibilidad , se han obtenido bue
nea, pulso pequeño y desigual. Se practicó primero nos efectos del láudano líquido , mezclado con los
l;i punción del abdómen, y en seguida se abrió el diuréticos ó los escitantes. Sea cualquiera el trata
pecho: la enferma se restableció tan completamente, miento, es bueno seguir el consejo de un médico de
que un mes después podia entregarse á sus quehace Roma, es decir, medir todos los dias con un hilo la
res. Un cirujano de Rostock curó igualmente un hi circunferencia del abdómen, con el fin de ver si dis
drotórax abriendo el pecho con el bisturí , é introdu minuye, y si obran los remedios. Nos podemos tam
ciendo por la incisión una cánula. bién asegurar de ello comparando la cuutidad de las
Sin embargo, no ocultamos la gravedad de esta opc orinas con la de las bebidas: si la escrecion urina
ración: se tienen muchos ejemplos de su ineficacia, y ria es mas abundante, hay -un motivo para tener es
aun de terminaciones funestas aceleradas por este peranzas.
medio. Un cirujano francés, dando en un esceso con Algunas veces el vientre, cuando ha llegado & su
trario, ha rechazado la punción del pecho como con mayor grado de distensión , se abre espontáneamente
traria ó la razón y á la esperiencia. J. B. Bianchi (1) por junto al ombligo, y sale, por la gnela que se Jor
curó un hidrotórax en un jéven por esta operación; nia, la mayor parte de las aguas. Es raro que este ac
pero declara que nada podría inducirle á practicarla cidente curo la enfermedad, sin dar lugar á la re
en adelante. Un célebre médico inglés ha abierto el caída; sin embargo, á veces produce este feliz efec
pecho en dos enfermos: la vida se prolongó seis se to. Imilando á la naturaleza, el arte práctico prime
manas, pero la introducción del aire en el tórax oca ro la perforación del vientre cerca del ombligo; pero
sionó accidentes funestos. En uno de ellos, el pulso, esclarecido por la esperiencia, escogió después una
que latia 130 veces por minuto, no dió mas que 70 región mas apropiada para practicarla. Se apercibió
pulsaciones desde este instante hasia la muerte. bien pronto de que la punción era por lo común in
No ha sido mas feliz un célebre cirujano de Viena. útil, y se la difirió hasta que el enfermo se viese
A la cirujía toca hacer conocer el proceder ope amenazado de sofocación. No nos debemos admirar
ratorio, y el lugar en que debe practicarse la opera do que la grieta espontánea no haya tenido mas éxito
ción en el hidrotórax legítimo. En el hidrotórax en- que la paracentesis, por medio de la cual, de seis
quistado, cuya existencia no se puede reconocer á cientas personas á quienes hemos hecho practicar
priori, la punción carece casi de utilidad , á menos esta operación, cinco ó seis solamente han obtenido
que el inslrumsuto no encuentre la adherencia del la curación. Los antiguos decían que la evacuación
quiste con la pleura; de otro modo el líquido se der de las aguas no curaba , sino solamente daba lu¡(ar
ramaría en el tórax cuando se retira ía cánula, y su á que obrasen los remedios: esta aserción es verda
presencia da lugar á muchos accidentes. No creemos dera en el mayor número de casos. Una mujer de
que lo punción del pericardio, propuesta desde hace Pavía, de edad do treinta años, acaba de presentar
tiempo, haya sido practicada por nadie, aun nos ui) caso do escepcion á esta regla general. Se
hallaba consumida por la fiebre lenta y el marasmo,

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BIBLIOTBCA ECONÓMICA <!
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nsiedad pectoral considerable; el vientre estaba cia del tifus, que al décimo día, el médico
muy distcnflido, y la enferma acusaba dolores violen practicar la paracentesis. Kn lugar de agua salii
tos en esta cavidad; exigía la punción, amenazando sangr o pura, y el enfermo murié. A la abertura de
abrirse el vientre cun un cucbiilo. Nosotros consen cadáver, se descubrió una ruptura de los vasos es-
timos en la paracentesis, para contentarla y darla al plénícos. Kl enfermo liabia dado dos años antes una
gunos instantes mas de vida. La operación tuvo las mas caída, á la que- habla seguido un dolor permanente
felices consecuencias; la hidropesía, que había resis en el hipocondrio izquierdo: tal es la causa que liabia
tido á todos los esfuerzos del arte, se disipó sin otros podido alterar la organización de estos vasos. Noso
socorros por una abundante escreclon de orinas : la tros hemos abierto el cadáver de una niña de tres
mujer recobró completamente la salud, y el cuerpo años , muerta súbitamente por una violencia que
volvió ú adquirir sus formas. había esperimentado de parte de su padrastro; el ab-
Pero los casos rarós no deben servir de base á las dómeu contenia una gran cantidad de sangre, quo
indicaciones. Si la paracentesis aumenta algunas ve provenía de la ruptura del hfgado.
ces, la Secreción de las orinas no ejerce comunmente Cuando se quiero vaciar enteramente un tonel de
sobre ella influencia atguua sensible. Los antiguos vino, se le horada en la parto mas baja, y lo mismo
rechazaban la punción, porque atribuían casi todas debería hacerse en la punción del vientre. Cuando se
las hidropesías á una afección del hígado, En efecto, practica cu la parte media, se deja en la pelvis, que
cuando existe una obstrucción considerable, un es es imposible comprimir, todo el residuo alterado y es
cirro, una ulceración de este género 6 de algún peso del líquido. Algunos médicos creen que la canti
otro, la paracentesis acelera la muerte, en lugar de dad de agua que queda en elabdómen dobe inspirar
retardarla. Sin embargo, liay casos en que la tensión poco ó ningún temor: nosotros les responderemos que
del' vientre y la opresión del pecho son llevadas á el fin de la operación no se ha Denudo, y que la ma
tan alto grado, que el enfermo, privado de toda es teria puriforme que permanece en la cavidad abdo
peranza de curación, quiere á todo precio prolongar minal puede dar lugar á adherencias incómodas
su vida algunos días por medio do la paracentesis. entre los diferentes órganos. Ilace mucho tiempo
Cuando se la hace entrar en el plan del método cu que hemos propuesto abrir al líquido una salida por
rativo, es necesario practicarla pronto. Si el vientre, la vagina en las mujeres. DI esperimentó se ha in
demasiado flojo todavía, resiste al trócar, ó la colee-, tentado primero por cirujanos ingleses, y mas lardo
cion no es bastante considerable para alejar las visce por algunos cirujanos alemanes; pero sin tener co
ras de las paredes abdominales, debe preferirse á la nocimiento de estas tentativas, nosotros hemos visto
punción la incisión eon el bisturí. Por antiguo que practicar esta operación con éxito en un descenso
sea el descubrimiento del trócar, nosotros lo liemos parcial de la vagina, anunciado por un tumor entre
Considerado como un instrumento imperfecto : en los grandes labios, el que desaparecía por la pre-dmi,
efecto, es necesario introducirlo con cierta fuerza, y y procedía evidentemente de la presencia del liquido
si alguna viscera se encuentra adherida ó aplicada acumulado en ol vientre. Kl trócar es preferible á
en este sitio ¡í las paredes de la cavidad, está espues la lanceta: la punción no ocasiona mas que una lige
ta á ser herida por el instrumento. Por otra parte, se ra hemorragia ; la incisión daría lugar á la anuencia
' con frecuencia qué las aguas, demasiado espesas, de una cantidad considerable de sangro. Por esta
cosas, mezcladas con filamentos, con falsas mem- via corre toda la serosidad contenida en el abdómen.
Mas, no pueden salir por la cánula, sea cualquiera Es necesario evitar cuida iosamente la lesión del
la posición que se dé al enfermo; hay necesidad de plexo retiforme que abraza la estremidad inferior da
rechazar estas materias, y el opiploou puede ser heri la vagina.
do fácilmente por la estremidad de la sonda que so Pero por lo regular, de cualquiera manera que se
introduce á este efecto en la cáuula; la incisión, por practique lu punción, apenas ha salido el agua, cuan
el contrario, no es mas peligrosa, no da entrada á do se forma una nueva colección, con tanta mas rapi
mayor cantidad de aire, y' permite al liquido correr dez, cuanta mayor os la frecuencia con que se ha
libremente, cualquiera que sea' su consistencia. Se recurrido á la Operación; de modo que mientras mas
ha recomendado con razón que se escoja la parto me se reitera la paracentesis, mas necesidad hay de vol
dia del intervalo que separa la cresta ilíaca del om ver á ella. Una viuda fue afectada do ascitis, según
bligo, á lin de evitar la lesión de los vasos epigástri el autor de Prcceptis moniiisque mediéis, 4 la edad
cos, sobre todo da las venas varicosas que serpean de cincuenta y un años. En los cinco que siguieron, so
por las paredes abdominales'distendidas;quose practi sometió setetjta veces á la paracentesis, y arrojó en
que la operación eh el lado en que no existe viscera totalidad mil novecientas veinte libras d« agua. Esla
alguna ingurgitada ; por consiguiente , tamo en operación prolongó su existencia por espacio de lám
él lado derecho como en el lado izquierdo. Sin em enos años; le perrnith, no solamente frecuentar la so
bargo, hemos visto á un cirujano muy esperimeuta- ciedad, sino también entregarse á ciertos ejercicios,
do, que practicó la punción á la hija tle un príncipe y aun al baile. Este caso nos parece ser una hidropesía
polaco, 6 hirió, no solamente los Vagos epigástricos, euquistada, ó una hidropesía del ovacioó|del peritoneo.
sino también las visceras adherentes al peritoneo. La necesidad de reiterar la punción enlos escíticos es
Este accidente fue seguido do una hemorragia in demasiado reconocida, para que sea preciso acumular
terna considerable; la sangre no tardó en coagularse, aquí las observaciones de nuestros comprofesores, ó las
y la enferma espiró al punto, en medio de lipotimia, que nos son propias. Algunos médicos, queriendo pre
de angustias y de dolores. Algunas veces, sin que se venir la vuelta tan pronta de la ascitis,han intentado
haya interesado ningún vaso en la punción, sale por practicar inyecciones astringentes en el abdómen
la cánula sangre pura, ó mezclada con la serosidad; después de la paracentesis. Pero, ademas de quo los
este es ordinariamente uit signo mortal: sin embargo, iuteslinos, ocupando el lugar de la serosidad , impe
Iremos visto casos on que la muerte no ha sobreveni dían que penetrase la materia inyectada, esla prac ti
do hasta algún tiempo después. La sangré so reúne á co, fundada en una fafsi teoría, ha si lo siempre per
vece* en elabdómen por la ruptura de algunas van judicial mas bien que saludable. Nosotros no espera
ees ó de algun aneurisma, y no se puede entonces mos gran cosa «<fe las inyecciones de agua tibia
acusar al operador. Un hombre esperimentó ;para diluir los _ humores espesos que quedan eu la
cavidad
serosidad.
DE MEDICnU Y CWBJÍA.—F#ANK.
Aunque la paracentesis no Urde en ser seguida do ces la hidropesía dbel peritoneo, cuando el quiste no
una nueva colección, alivia á los enfermos, y da tiem era muy vasto, ni sus paredes nudosas, escirrosas, ó
po para emplear otros remedios, si no contribuyo di callosas, dando salida & la materia, por incisiones
rectamente á la curación. comunmente multiplicadas, por modio de un sedal,
Se ha discutado sobre si las aguas dcbian ser y con ayuda de una compresión igual y uniforme.
evacuadas de una sola vez ó de muchas. Nosotros ¡ En esta hidropesía, la inminencia de la sofocación
seguimos uno ü otro método; pero por lo común, obliga también á recurrir & la paracentesis; lo mismo
las eslraemns de un golpe, sijla estrema debilidad del sucedo en la hidropesía situada mas profundamente,
individuo no se opone A ello. Esta evacuación comple cuando so está seguro de que el tumor está adherido
ta, do unasola vez, puede ocasionaran desfallecimien almoperitoneo: en estos casos no se debe ocultar alenfer-
to grave : los enfermos no soportan sin peligro estas ñaJanilaá ios paricnies el peligro de que va acompa-
pérdidas considerables y súbitas, á monos que las se en laoperación. Si después de la punción queda
región umbilical un tumor circunscrito,
paredes abdominales no vuelvan sobre sí mismas, mas ó menos
ú medida que se efectúa el flujo : la aplicación de de un médicoblando, se debería, según el consejo
célebre de Paris, dirigir el instru
un vendaje conveniente evita esto peligro cuando mento al punto mas
las fuerzas no están totalmente aniquiladas. Se debe cuar el líquido que elevado del tumor, á (in de eva
está retenido entonces en lu ca
sostener al enfermo con el uso del vino y del cal vidad de! epiploon, ó de impedir la ruptura de esU
do de carne. Nosotros hemos asistido (i un ascitico membrana
que conservó puesta la cánula por espacio de seis sacadas del adiposa, que no sostienen ya las aguas
semanas : aunque la punción hizo que se evacuase una nueva abdomen; ruptura que seria seguida de
colección ascitica. Sin embargo , este
una gran cantidad de líquido, arrojó, sin embargo, consejo no puedo
mucho mas en este intervalo. El enfermo murió al ploon ha contraídoconvenir m.-s que cuando el epi
manifiestamente adherencias con
fin; pero no se notó nunca quo la entrada del aire las paredes abdominales.
ostenor lo ocasionase el menor accidontc, si este Después de la evacuación de las aguas, háyaula
fluido elástico puede introducirse en el abdómen,
donde no existe vacío alguno. afecluado la naturaleza ó los remedios, es necesario
restablecer el tono de las partes, para pi evenir las
Tratamiento df. la ascitis knqustada. — Si la accidentes que traería consigo uua deplecion sú
ascítis abdominal es Un difícil de curar, ¿qué re bita , el flujo demasiado rápido , y la estancación
cursos tendremos en c! tratamiento de ta hidrope de la sangre en Ios*vísos relajados. Se llenan estas
sía en quistada y de ta del peritoneo? Aquí la reab indicaciones por el uso de un vendaje compresi
sorción es imposible por la falla do vasos linfáticos, vo , fricciones aromáticas y espirituosas, dando al
y los remedios no ejercen acción alguna sobre par enfermo alimentos nutritivos, y fáciles de digerir, y
tes casi desprovistas de viUlídad. Algunas veces los remedios internos que se asocian por espacio de um-
efectos de la tos, del estornudo, etc., determinan la cbo tiempo á los diuréticos. Después de la punciou,
ruptura de tumores enquístados del pulmón, y el li se observa comunmente, como después de un parto
quido que tienen es espulsado por las vias aéreas. No pronto y fácil, un estady de ansiedad, con flatuosi-
sucede lo mismo en el vientre: & escepciou de la hi dades, Borborigmos, cólicos y espasmos; se comba
dropesía cnquiiUda del estómago, ó do los intestinos, ten estos accidentes con remedios volátiles, tales co
siempre que un quiste ó una bolsa se rompen en el mo el agua de menta piperita, de canela, la tintura
abdómen, la materia, comunmente corrompida, de de castóreo, el éter sulfúrico, (\ los que se asocia con
que están llenos, se espirea en la cavidad abdomi las mayores ventajas el opio.
nal, que es muclio mas sensible, y ocasiona grandes 700." Tratamiento de la uidrómetiu.—El IraU-
desórdenes. Algunos cirujanos, queriendo prevenir miento de la hidrómetra varía , según sus causas.
este funesto resultado, ó engañados en el diagnóstico, Esta hidropesía debería ser mas común, ¡i causa del
han practicado la paracentesis en las hidropesías da poco cuidado que. tienen hoy las personas del sexu
este género. Cuando el tumor se baila adherente ai femenino durante el flujo menstrual, y déla forma de
peritoneo, de manera que al retirar la cánula el lí sus vestidos,, que no ponen los órganos de la genera
quido no se esparce en el abdómen, la punción es ción al abrigo del frió; pero la posición inclinada del
seguida de un alivio momentáneo. Pero la colección útero, la abertura periódica do su orificio, favorecen
se forma con mas prontitud que la vez primera, y la el curso de la serosidad que ' segrega la superficie
operación reiterada con frecuencia, cambia por lo irritada de este órgano. Por otra parte, las mujeres
comuq el carácter 4e la enfermedad : el tumor, que tañan muchas veces por un flujo inmoderado délas
no arrojaba mas que una serosidad benigna , y que reglas, de los loquios, por molas, por fetos abortados,
no incomodaba por su peso, por la compresión que las verdaderas retenciones serosas. Siempre que el
ejerciese sobre las parles Inmediatas; el tumor, de orificio del útero permanece algún tiempo cerrado
cimos , irritado por estas tentativas renovadas, pre por un coágulo de sangre, por una concreción linfáti
para un humor acrimonioso, pasa A un estado gan ca, por una porción do la placenta, por un estado de
grenoso, ataca á los órganos inmediatos, hace que la espasmo ; y el volúmen de la matriz aumenta sin
afección so generalice, y produce, en bu . la liebre que se pueda sospechar un nuevo embarazo, enton
héctica. Algunas veces el quiste está dividido en ces la mujer exige nuestros socorros: se destruye el
muchas cavidades, sobre todo cu la hidropesía del pe obstáculo, pero raras veces se puedo saber lo que ha
ritoneo: laoperacion no evacúa entonces mas que una salido del útero. Por último, sea cualquiera la materia
parte déla materia; el tratamiento llega á ser largo, y de la relenciouj basta que su . causa sea conocida : la
seestabloce comunmente una supuración interminable, indicación c» siempre abrir el orificio uterino. Hipó
cuya terminación es funesta. crates aconsejaba en estas circunstancias las lociones
Según estas consideraciones, muchos módicos han con el agua caliente , las aplicaciones tibias cuando
creído que las hidropesías enquisíadus no so hallaban la matriz estaba dolorosa , y provocaba el sueño por
al alcance de los recursos de la cirujía y de la me medios suaves. Los modernos no han hallado medios
dicina: el mismo juicio se ha formado de la hidro nías eficaces para disolver los coágulos y las con
pesía constituida por hidátidos. Esta aserción es creciones linfáticas, y para resolver el espasmo, que
vordadera en general; pero so ha curado algunas ve los baños, los semicupios tibios, fas inyecciones va
448
cíñales (1), los baños da vapor, y las fumigaciones no fueron de este parecer. Sin -embargo , el médico
dirigidas hácia el orificio del útero. Cuando la en persistió en su opinión, y fue practicada la paracen
fermedad resistía á este método, los antiguos trata tesis : se sacaron cercado cuatro libras de materia
ban de provocar la acción de la matriz por los emé purulenta. Muerta la enferma dos dias después, se
ticos, los purgantes, los pesarios irritantes retenidos descubrió, á la abertura del cadáver, la matriz muy
mucho tiempo en la vagina , por el uso interior de desarrollada, perforada por el trócar , y llena de pus
la corteza de pasapiedra, de las semillas de peonía, y de escrescencias poliposas. Sin embargo, las heri
de las bayas de sabuco , del ajo crudo ó cocido , de das del útero no siempre son mortales , como lo
los pescados de mar en lugar de carne; en fin, acon prueba el éxito de la operación cesárea y la pronla
sejaban las uniones conyugales. En nuestros dias cicatrización de la abertura hecha por el trócar. La
no se usan los pesarios mas que como medios mecá paracentesis no quita aquí la causa de la hidropesía;
nicos en los descensos de la vagina y del útero ; se pero hay casos en que la mujer está amenazada de so
gún un falso raciocinio , mas bien que con arreglo focación, y entonces la operación prolonga su vida,
á una sólida esperioncia, se ha renunciado absolu la alivia, aunque no pueda salvarla. Un célebre ana
tamente á los pesarios medicamentosos (2). Nosotros tómico refiere la observación de una trabajadora en
no aprobamos los pesarios acres, preparados con las seda, natural de Augsburgo, y afectada de hidróme
cantáridas, que estaban en uso entro los antiguos; tra: el úiero contenia ciento ochenta libras do agua;
pero creemos que se pueden emplear con éxito en no existia ningún derrame en el abdomen , ningún
la enfermedad que nos ocupa, y en diversas afeccio edema en las esiremidades , ninguna alteración en
nes del útero, los pesarios compuestos con sustancias las demás visceras; el orificio uterino estaba oblite
menos irritantes , como el asafétida , la mirra , el rado , y toda la cara anterior de la matriz adhereiile
castóreo, y aun el opio. Recomendamos este punto á al peritoneo. Nos parece que si so hubiese recurrido
la atención de los observadores. Cuando la hidróme á la punción en el lugar cíe la adherencia , después
tra está avanzada y la matriz ha llegado á un cierto de haber vaciado la vejiga , se hubiera prevenido la
grado de distensión, los eméticos pueden determinar sofocación que arrebató á la enferma, y prolongado
la ruptura de este órgano; pero nosotros no nos opo - sus dias, aunque no se hubiese obtenido una cura
nemos á su uso al principio de la enfermedad, cuan ción radical. También se podría practicar la punción
do no existe vicio orgánico en el orificio del útero. por el recto , con un trócar corvo , como se hace en
La mujer debe estar en el bono mientras dura la ac« ta de la vejiga: en este caso, si la adherencia no exis»
cion del vomitivo. Solo después del paito es cuando te antes de la operación, puede establecerse después.
puede dilatarse el orificio introduciendo en él una Sin embargo, como la matriz, distendida al mas (jilo
pequeña sonda, una candelilla , un dedo, ó un pe grado , sale por encima de la pelvis, que no puede
dazo de esponja preparada : nosotros no conocemos coutenerla, y sube hácia el epigastrio, es de temer
bastante las ventajas que se pueden sacar del spe- que el instrumento no pueda alcanzarla fácilmente
culum uteri propuesto últimamente por Mr. Re- por esta via.
camier. Como la hidrómetra de las embarazadas no se re
Una vez quitado el obstáculo , de cualquier modo conoce mas que á posleriori , y no va acompañada
que se consiga , si el líquido no corre , aunque el de ningún accidente, no puede ser objeto de la tera
orificio esté suficientemente abierto , hay derecho á péutica.
creer que la hidropesía está formada por hidátides. El tratamiento consecutivo de la hidrómetra cura
El médico de que acabamos de hablar, aconseja en da espontáneamente ó por los socorros del arte, ha
este caso incindir prontamente el tumor que se ma sido espuesto al hablar del método curativo general
nifiesta en el orificio; pero cuando el agua está en de las hidropesías , y no creemos deber repetirlo
cerrada en muchas vesículas , su número es ordi aquí.
nariamente demasiado grande , y su situación de 761. Tratamiento de la Hidropesía de las trom
masiado profunda , para esperar sacarlas en tota pas t de los ovarios.—Comprendemos en el misino
lidad. párrafo el tralamientode la hidropesía de las trompas,
Si la oclusión del cuello del útero, de su orificio y de la de los ovarios y ligamentos, á causa de la
ó de la vagina , depende de un tumor glanduloso, afinidad de estas tres enfermedades, y de la escasez
escirroso, de una cscrescencia fungosa , de un pó de los medios curativos contra ellas. Ya hemos dicho
lipo, de un esteatoma, de una falsa membrana , de cuánta oscuridad rodea al diagnóstico de dichas
callosidades, ó de una im perforación coogéniU, la cu hidropesías en su principio; se sabe que el médico es
ración es posible ó imposible, según que estos vicios consultado siempre demasiado tarde, ya por un falso
orgánicos admitan ó no los socorros quirúrgicos. El pudor, ya por la falta de cuidado de la mujer. Así es
último recurso es la punción del útero ; pero con que raras veces se encuentra ocasión de combatir
esta operación no se consigue comunmente el obje< esta hidropesía con remedios internos ó estemos,
to. Hace diez y nueve años que vino al hospital de que no obren sino de lejos sobre estas partes espon
Pavía una vieja muy euflaquccida; un médico distin- josas. No conocemos mas que u.) caso de hidropesía
paracentesis,
;uido la declaró ascitica, y propuso la paracentesis del ovario disipada por fomentaciones resolutivas,
manifiesta la fluctuación,
-os cirujanos, no hallando manifi aperitivas, por cataplasmas preparadas con lus hari
nas emolientes, una cantidad bastante grande de gal-
(0 INYECCION VAGINAL ALUMtNOSA. bano disuelto en una yema de huevo, y el ungüento
de altea. Este hecho es referido por un médico cé
n. Alumbre. . . ' j una dracma=4 gram. lebre de Edimburgo. Los tumores desarrollados en
Vitriol» blanco. las trompas, los ovarios y los ligamentos de la matriz,
Disuélvase en dependen comunmente de la inflamación , y se ter
Agua Uniendo! una p¡nta=:l litro. minan por una hidropesía crónica, rebelde á todos
Cuélese en frío á Iraves del papel de filtrar. los remedios, por una supuración lenta y de mal ca
rácter. En el ultimo caso el absceso se rompo al in
2 llervez de Chegoíu, Memoria sobre algunas desviaciones de terior en las sacudidas del vómito, de la tos, en una
la matriz, v pesarios
J —lia realmasdeconvenientes para, 1833
Medicina. Paris remediarlas.
, t. II " Mcnio- carcajada , en un esfuerzo; ó bien, el tumor forma
' prominencia al esterior, se abre espontáneamente ó
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRAM. 449
por los socorros del arle, y resultan úlceras tenaces bien á la hidropesía perifonea!, ó á la hidropesía cn-
y fístulas profundas; la consunción , ó la hidropesía quistada, que á la de los ovarios. Pero todas estas
general se declara, y la muerte llega, pero algo inas diferentes especies de hidropesías no son mas sus
tarde que cuando la materia se derrama en el ab ceptibles do curación unas que otras. Debemos con
domen. venir en que el mayor número de hidropesías de los
Como la ruptura espontánea del ovario ó de la trom ovarios ó de las trompas, cuando han llegado á cierto
pa es seguida algunas veces de la curación, se ha grado, y van acompañadas de consunción, de liebre
pensado en evacuar pronto la materia que forma el y de ardor interno, no se hallan al alcuice de nues
tumor. Algunos hombres ilustres han propuesto por tros recursos; pero cuando el tumor no tiene un vo
lo tinto, y aun ejecutado, lu punción ó la incisión. lumen considerable, si la mujer, advertida de la suerte
Esta lia sido practicada con éxito en dos mujeres, que la espera, se decide á intentar un remedio in
según las Memorias de la Academia real de Ciencias cierto, mas bien que á no ensayar ninguno, se puede
de París. Un célebre anatómico francés refiere que emprender una operación , que ha sido tantas veces,
una joven cuyos menstruos se habían suprimido por coronada de éxito. En medicina, sean cualesquiera las
un susto hacia muchos años, fue atacada de hidro esperanzas ó los temores que eJ raciocinio inspire,
pesía ascitis, y de hidropesía del ovario izquierdo: la" si la espericncia dice lo contrario, á ella es á la que
ascitis cedió & la segunda punción, y una sola bastó se debe escuchar. Las curaciones que liemos refe-.
para que desapareciese la hidropesía del ovario, de rido, y otras muchas de quees inútil hablar aquí; la es-
jando permanente la cánula. Una mujer, an la que tirpacion misma de los ovarios practicada felizmente,
se practicó la punción del ovario, no solamente no es- después de la evacuación de las aguas, deben alentar
penmenló accidente alguno, sino que tuvo después nuestras espera
muchos embarazos felices. Una s ñora de Paris iba á aventure á intei
pasearse al campo el dia siguiente de- la operación, y Un célebre cirujano inglés
se le sacaban ordinariamente diez y ocho pintas de estirpacion de los dos ovarios, que formaban á la
agua. Nosotros liemos equivocado una hidropesía del abertura délos anillos un tumor, cuya naturaleza era
ovario con una ascitis, y perforado este órgano con completamente desconocida: esta operación fue se
el trócar: la mujer no se curó, pero su estado no se guida de la cesación de los menstruos, y del aplana
agravó tampoco en manera alguna. Hace veinte y sie miento de las mamas. Un castrador, encolerizado con
te años que insertamos eii las Acias de Mayenza la tra su hija, porque se habia entregado á los vicios, le
historia memorable de un tumor desarrollado, pro quitó los ovarios, y la curó al mismo tiempo de su
bablemente hacia catorce años, en el ligamento an pasión vergonzosa. En las heridas del abdomen se lia
cho del útero: existía una fluctuación profunda, un practicado sin peligro la escisión de estos órganos.
estado de consunción y do fiebre lenta; el tumor co Pero no se crea que la operación no tiene éxito mas
municaba con la vagina, porque al comprimirlo so ha que en el estado de salud, como en las hembras de
cia correr por este canal una gran cantidad de mate« los animales: las Transacciones /ilosú/icas aseguran
ria purulenta y viscosa. Se abrió por medio de una que después de haber sacado las aguas en una hidro
iucision profunda, y la enferma se restableció perfec pesía del ovario, se ha cstirpado esto órgano, y los re
tamente. : sultados han sido los mejores: un c irujano en jefe de un
Pero existe un gran número de tentativas desgra gran hospital de Francia, ha cortado también el mismo
ciadas, para que desesperemos. Uno de los menores órgano escirroso, después de haber abierto ta trompa,
inconvenientes es la necesidad de reiterar la opera aunque la mujer se hallaba reducida al mas alto grado
ción: ha sido pieciso repetirla cinco veces y aun mas: de debilidad. Estos ejemplos no deben inducirnos á
un célebre cirujano inglés la ha practicado cuarenta someter á la operación aquellas enfermas cuya cura
y una vez en 'a misma mujer, en el espacio de cua ción sea imposible; pero aunque poco numerosos, bas
tro años y siete meses, y ha sacado en totalidad, dos tan para enseñarnos que es necesario no abandonar
mil setecientas ochenta y seis pintas de líquido. á su desgraciada suerte las que pueden salvarse ú be
No acumularemos aquí hechos de este género. Las neficio de dicha operación.
circunstancias que hacen peligrosa la operación, son: Reasumamos lo que hemos dicho sobre la punción
el engrasamiento de las paredes del tumor, su estado del ovario: cuando la materia es bastante fluida, esta
cscírroso ó ulceroso, su adherencia con el útero y las operación basta para evacuarla; pero comunmente
partes inmediatas , con el hígado, el epiploon, que el existen muchas bolsas aisladas, llenas de un humor
instrumento puede interesar ai mismo tiempo; la he diferente , y la deplacion no es completa en este caso:
morragia dependiente do la lesión de la arteria epi el espacio que dejan las que el instrumento ha abierto,
gástrica, ó de sus ramos, pero sobre todo, de las venas favorece el desarrollo de las otras. Guando el saco es
varicosas que serpean por las paredes del tumor, lo único, si la hidropesía no es producida por la Inflama
cual puede ser seguido de un derrame mortal; la falla ción, pocas veces se establecen desde el principio
de fluidez de la materia, que exige un trócar mas adherencias con las liarles inmediatas, y se puede
grueso, ó su densidad caseosa, esteatomatosa; su co temer entonces que al retirar la cánula se derramo
lección en hidátides , numerosas por lo común, que el liquido en la cavidad abdominal. Un cirujano in
no comunican entre sí, de manera que una sola inci glés presta poca imporlancia á esta objeción; en efec
sión no basta para evacuarla; la dificultad de recono to, aunque la vejiga no está siempre adherenle al
cer el lugar de la adherencia del tumor con el perito recto, se ha practicado comunmente la punción por
neo, para dirigir á ella el instrumento; la estension este intestino, sin que de ello haya resultado ningún
que es preciso dar algunas veces á la incisión , y las derrame urinoso en la cavidad pelviana. Se puede,
fístulas que son necesariamente su consecuencia ; la pues, ejecutar igualmente la operación sobre el ova
fiebre, la peritonitis, la gangrena que ocasiona á ve rio, siempre que este órgano conserve bastante elas
ces el contacto del aire, como se presume; en fin, el ticidad para volver sobre sí n.ismo, ó que se deje la
tamaña del saco y sus adherencias con las parles in cánula quieta, hasta que haya ocasionado la inflama
mediatas, lo cual se opone á la obliteración de su ca ción y la adherencia del ovario con el peritoneo. En
vidad. todos los casos, cuando el órgano ha adquirido un
Morgagni se esfuerza en probar que los casos de volumen' considerable ó se adhiere á las partes iuuau-
hidropesías curadas por la operación, pertenecen mas ' diatas, no puede volver bastante Sobre sí mismo
19"
después de la operación para que sus paredes se to tado definías causas diversa* que no puede ser ob
quen y se aglutinen. Sin embargo, la abertura se jeto de un articulo particular; no se pedria referir -1
cierra : la hidropesía se renueva con celeridad, y la la iscuria bajo el nombre de iscuria renal, ni con
operación reiterada aniquila al enfermo, sin hablar siderarla como una enfermedad que presenta indica
do los accidentes que ocasiona la introducción de! ciones determinadas. ¡Nosotros la miramos como una
aire. En una época avanzada, cuando la mujer eslá enfermedad dependiente de causas muy variadas, y
amenazada de sofocación, la punción alivia por espa bien diferente de la retención de orina: en su conse
cio de algunos dias, pero acelera los progresos de la cuencia, no hablamos aquí de ella mas que de paso;
enfermedad. Se ha propuesto practicar la paracente la liaremos conocer en otra obra por medio de histo
sis por la vagina; pero nu se cita en su apoyo nin rias interesantes. Cuando el humor que debe ser (di
gún ejemplo de buenos resultados. En la doncella minado de la masa do la sanare, no lia sido segrega
octogenaria de que hemos hablado, el ovario habia do aun por el órgano encargado de este trabajo, sus
tomado un acrecentamiento tan considerable, que se principios pueden ser retenidos, pero no podría
elevaba por encima de-la pelvis en la cavidad abdo constituir él mismo la materia de uiía retención. Sin
mina!: en este caso, el instrumento introducido por la embargo, se hallado algunas veces en los ventrículos
vagina, no habría podido alcanzarle. Por olra parle, del cerebro, en el pecho, y en las demás cavidades
seria preciso practicar la punción lateralmente, é in de personas muertas con una iscuria renal completa,
teresar al plexo retiforme, lo que seria seguido de una un licor casi semejante & la orina por su aspecto y
hemorragia peligrosa. En fin, por cualquier sitio su olor. A consecuencia de un enfriamiento de los
que se emprenda la operación , se encuentran las lomos, se lia visto destilar de la cstremidad de los de
mismas dificultades, y no se puede impedir la vuelta dos un humor análogo, y se han observado vómitos
de la hidropesía. de la misma naturaleza. Es necesario convenir en
Relativamente £i la incisión, un célebre cirujano una cosa: cuando se aprecia ol olor de los líquidos
francés, que parece ser el primero que la ha intentado, estancados en los cadáveres, se hace por lo común
confiesa que deja siempre una abertura fistulosa: no bajo la influencia del carácter de la enfermedad; á
cita mas que un caso de cscepcion, en el que el li la abertura de individuos muertos de una enfermedad
quido exhalaba, sin embargo, un olor muy fétido. dependiente de la supresión de la traspiración, no
Declara que no conviene, cuando el ovario ha con se reconoce el olor del sudor en los líquidos derra
traído adherencias con las partes inmediatas, que im mados; y Si el olfato es herido por Un principio vo
piden sus contracciones, y la cicatrización de la látil, no se le considera como la parte mas sutil del
herida. La incisión no puede, pues, ponerse en uso sudor: en fin, no se ha determinado ni comprabado
mas que en las hidropesías recientes: está contrain por el análisis lo que distingue el olor de los líquidos
dicada en las hidropesías antiguas y voluminosas. de que hablamos del de la verdadera orina. Sin
Nos cstenderemos mas sobre la eslirpacion de los embargo, como la secreción de este humor es la mas ■
ovarios, cuando hablemos del escirro de estos órganos. simple de todas, y constituye mas bien una especie
de filtración; como la cantidad de este líquido aumen
GENERO SEGUNDO. ta ó disminuye fácilmente en razón de la diminución
ó del aumento de la traspiración insensible, ó del
Retención de orina. sudor, que no difieren de ella mas que en el grado
de saturación; como las mucosidades intestinales lle
702. Ya hemos espuesto una gran parte de las gan á ser mas abundantes cuando la secreción cutá
causas que suspenden la secreción de las orinas, so nea ó urinaria disminuye; como la diarrea reemplaza
bre todo al hablar de la nefritis, de la cistitis, de la S veces estas evacuaciones, asi también las otras par
hema'.uria y de la hidropesía: haremos conocer otras tes pueden en ciertos casos suplir á los ríñones, se
cuando tratemos de las obstrucciones, délíis escirros, gregar un liquido que no es orina pura, ó cuya can
de los cálculos, y de las sfeccíones artríticas y espas- tidad «*o es proporcionada á la falta de secreción
módicas. renal.
La secreción .le la orina puede «Jsfar- solamente dis En la Iscuria renal ó falsa, la ve|iga vacía no.se
minuida, y esta diminución depende de un vicio eleva por encima del pubis; espontáneamente ó por
local ó general, que ataca profundamente la salud. el cateterismo, no sale de ella mas que muy poca ori
Otras veces se halla suprimida completamente, lo que na; el enfermo no espcrimenla ninguna necesidad de
hace correr los mayores peligros. orinar; se queja de un dolor compresivo, pungitivo^
El vicip local consiste en una afección que hace á en la región de los riñones. Eructos, náuseas conti
los dos ríñones impenetrables ii la orina; también pue nuas, gusto de orina en la boca, regurgitaciones, vó
do estar afectado idiopáticamentc. uno solo de estos mito urinoso, dispuea, ansiedad, meteorismo, sopor,
órganos, pero las funciones de! otro están desordena delirio, convulsione1-', muerte; tales son los síntomas
das ó abolidas por consensus. Esto es lo que se ob< que se observau mus á menudo. Pero algunas veces,
serva en la obturación, la compresión de los conduc la vejiga está llena de orina, que ha sido depositada
tos urinarios, en una acumulación de grasa, una co en su cavidad antes de la suspensión de la secreción
lección acuosa , un tumor cualquiera, una congestión renal, y aun distendida en el mas alto grado, asi có
sanguínea, arenillas, cálculos, coágulos de sangre, mo los uréteres; comprime los riñones, y auinenta
mucosidades, pus, pólipos, esteatomas escirros, hidá- la causa de la enfermedad. Hay casos en que la reten
tides; en la inflamación de estos conductos, ó en su ción de la orina en este receptáculo y en los uréteres
contracción espasmódica; en la osificación de la arte es la causa primitiva de la supresión. A veces se.ob-
ria renal, y en todas las cireunslat.cias que impiden serva un tumor por encima dél pubis, á pesar de la
el curso dé la orina por los uréteres. El vicio gene vacuidad do la vejiga, y en fin, la presencia de un
ral procede de un aumento,considerable de las demás cálculo en este órgano puede escitar crueles ganas
secreciones, del sudor, de la saliva, del jugogástrico ile orinar.
de la serosidad, que acumulándose en las cavidades, 703. Definición de la hetkncion.—Siempre que
constituye las hidropesías; depende también, de una la orina segregada por los ríñones no puede descen
constricción inflamatoria espasmódica. der libremente por los uréteres, salir con facilidad de
La suspensión do la secreción urinaria es resul , la vejiga, ó escaparse sin trabajo y á chorro por el

-
de medíciA'a r cinujiA'.— FRANK. 41*
canal de la uretra, este estado constituye la dificullnd flamación de los riñones, una hematuria, una piuría,
de orinar, y en el mas alto grado la retención de ó de arrojar hidátides ó cálculos; cuando se queja de
orina. dol rf y tensión en el trayecto de la uretra, con náu
76 i. Especies.— La división de las enfermedades seas, vómitos, y enn una afección simpática del cor-
según su grado de intensidad, es muy defectuosa: es don espermalico ó de los testículos^cnnndo no exis
ta es la que los antiguos lian seguido en la enfermé- te ninguna causa de retención en la uretra ni en la
dad que nos ocupa, y la han designado con los mim vejiga, ni ninguna gana de orinar; en fin, cuando en
bres de disuria, estranguria, iscuria. La disuria es medio de estos síntomas la sonda encuentra libre la
una dificultad de orinar, acompañada algunas veces Vejiga; nóse puede dudar de ta retención urctérica.
de ardor, de dolor; el chorro i;s delgado, dividido ó I?s raro que la obturación de uno de los uréteres la
ladeado. En la estranguria la orina os arrOjadí gota i prbduíca, porque el otro suple su falta.
gota, con dolor y tenesmo vesical continuo; la iscuria 7H6. Diagnóstico de la iscuria vesical. —La re
es la retención completa. Olra división mas importan tención vesical es mucho mas común. Ya liemos ha
te se deduce del asiento de la retención, que puede blado de la que depende de la cistitis, de la supura
ser urctérico, vesical, uretral; pero én la práctica os ción, de la induración, de las ca'losi la les. del escirro
necesario atender también & la causa, que está dis y del caicinoma de la vejiga.
tante del órgano afectado, ó. fijada en la misma parte. • E! estado de esto órgano en 'os viejos, merece la
El órden mas exacto que podríamos seguir es el que mayor atención. Las inflamaciones reiteradas , espe
abraza á ra vez las causas, cuyo número es tan gran cialmente venéreas, de que es asiento; el infarto, las
de, el asiento de la retención, y los síntomas que le vejetacíones de su membrana mucosa, formada por
caracterizan. un tejido laxo y esponjoso, y enriquecida coi: un gran
675. Diagnóstico de la iscuria uretérica.— Los número de folículos; la contracción prolongada ó Of-
uréteres describen Un trayecto oblicuo desde los ri pasmódíca de esté órgano; el engrasamiento de si.S
ñónos á la vejiga. Están ú menudo comprimidos, paredes con dilatación de su cavidad; todas estas cir
estrechados, pero raras veces los dos ala vez, por las cunstancias, concurren para alterar la organización de
parles inmediatas ó por los tumores de que son asien la vejigi. Adquiere en estos casos una densidad mor
to, lo que hace mas lento ó suspende el curso de las bosa, algunas veces de mas de media pulgada ; llega
orinas. Esto es lo que se observa en los infartos glárí- á ser casi enteramente calculosa; se contrae y se re
dulosos del mescnlerio, en la induración, la tume duce al volumen de una nuez. En este estado, la mem
facción, el escirro, el esteatoma de la próstata, én la brana mucosa se pone tumefacía, y cierra los uréteres
inllamacion, la supuración del músculo psoas, en el ó el cuello deda vejiga.
desarrollo del útero, de los ovarios, en la induración, En las mujeres, én quienes la urelra es ancha y
la estrechez, el estado fungoso de la íejiga. No es corta , se observa algunas veces una procidencia de
raro que el obstáculo se forme en el uréter mismo: la membrana mucosa , y aún una ro'roversion masó
sus paredes puedan engrosarse, inflamarse, adquirir menos considera lile de la vejiga, semejante á h que
una dureza callosa y casi huesosa, contraerse, arru suele padecer el útero , lo cual ocasiona la retención
garse. Algunas veces la membrana interna, demasia de las orinas: en los hombre? es muy raro semejante
do floja, forma pliegues, válvulas, se cubre de in accidente. Las escresccncias fungosas de la membra
crustaciones calcáreas; oirás el uréter está obstruido na interna se presentau á veces en el orificio esterno
por un coágulo de sangre, por mucosidades , por ni- de la uretra; y en este caso practicó un cirujano fran
dátídes, por una materia purulenta, puriforme, poli cés la escisión de esas eserecencias con el mayor éxi
posa, por arenillas, cálculos, ó por un cuerpo es- to: pero es necesario tener cuidado en esas circuns
trqño cualquiera. Se refiere quedos enfermos murie tancias, de no llevar el instrumento hasta la misma
ron do una retención de orina dependiente de la obli vejiga. La procidencia de e;ta órgano se reconoce
Icraeion de uno do los uréteres, y de la oclusión de por un tumor del volumen dé un huevo de paloma, y
otro por la presencia de 'un cálculo. Se ha visto que otras veces, es mayor. Dicho tumor forma una bolsa
la obturación de estos conductos por una pituita delgada, foja, con arrugas trasversales, elásticas,
viscosa , ha producido un resultado igualmente fu llenas de líquido, y aumenta por la tos ó por un es
nesto. fuerzo ; en ciertos casos se le puede empujar con los
La estrechez (le los uréteres tiene las mas veces dedos, lo cual calma los dolores , cuando la repleciou
su asiento en la estremidad inferior de estos conduc es considerable, y facilila la salida de las orinas; otras
tos, oculta en el espesor de la paredes de fas vejiga, veces se evacúa "él mismo espontáneamente. En las
sobre todo cuando existe una inflamación de las par Transacciones filosóficas te Ice labisloria de una mu
tes latefales.de este órsano. Por encima de la estre jer afectada de una retención de orina, ocasionada pi r
chez, adquiere comunmente el uréter una dilatación un sari'óaia de la vejiga: la cnlerina no podía ori
consido rabie; tiene el volumen de los'inleslinos nar sin ayuda de una son la. En les esfuerzos que
delgados; la dilatación se ferliende algunas veces hasta hacia se presentaba rl tumor en el oriíic'o, y se le pudo
la pelvis dét rfñon, y aun Hay casos en que se propaga estirpar felizmente por la ligadura. No siempre está
al mismo riñon y destruye su p.irónquima. En estas coiPraida la vejiga; por el contrario, puede hallarse
circunstancias, la orina que permanece estancada en en un oslado de dilatación permanente, efecto del mal
p) uréter, impide el cu^o de la que suministran los hábito que adquieren muchas personas de beber mu
ríñones. Ajguilas veces se rompen los uréteres, se ul cho, y de retener por largo tiempo sus orinas: las
ceran, se abren al eslerior, después de haber contraí paredes de la vejiga están callosas, y no vuelven tam
do adherencias con las paredes abdominales. poco sobre sí mismas después del cateterismo.
listos hechos son referidos por anatómicos dignos La contracción y la dilatación permanente de la
de fe; pero desgraciadamente, es raro que bagan bjen- vejiga se observan en ! da edad, cuando esta víscesa
ciofl de los Sintonías que han acompañado ó seguido ha sido estimulada por espacio de mucho tiempo , y
la Obturación de los dos uréteres, y que sus descrip sus contracciones continuamente provocadas por ori
ciones basten para esclarecer el' diagnóstico. Mas nas acres, por un vicio artrítico, horpélicn, psórico,
adelante insertaremos dos observaciones interesantes ñor úlceras, escresceueias poliposas ó esponjosas, por
de iscuria, ocasionada por cálculos que cerraban los liidátidcs ó por vermes; en estos casos, la membrana
uréteres. Cuándo ef eiiferifió acaba üc sufrir una in interna no es la que únicamente esta' afectada , las
452 BIBLIOTECA ECONÓMICA
libras musculares adquieren también acrecentamien pujar la resistencia del pseudo-esüulcr, y para espe-
to, y un color pálido quo las distingue. Tal fue el es íer las orinas.
tado en que se encontró la vejiga de un notario de Un la retención de este líquido, producida !
P.ivia, quebabia estado atormentado durante muchos mejantoúnicocausay piriforme;
, no se observa en el liipogasti
años por cálculos vesicales y por la disuria: aquel tumor se presentan dos ó — ■
órgano se asemejaba al corazón. En efecto, tenia seis los cuales uno es oblongo y pertenece ú. la
pulgadas (18 ceiilímctr'is) de largo, cuatro pulgadas los demás son redondeados , elásticos é
(12 centímetros) do ancho, y una forma cónica: cs- En un caso análogo, fácilmente fuimos induc....
tcriormente presentaba uu color rojo lívido; sus pa error: existían tres tumores , uno en ol hipogastrio,
redes Icnian pulgada y medía do espesor , por el y los otros dos en cada una de las regiones iliacas;
desarrollo , la disposición y el número de las fibras creímos que fuesen tumores cnquislados, porque
musculares: interiormente se percibían columnas durante doce dias no habia espenmenlado el enfer
carnosas, análogas á las del coraiou. Algunas veces mo ninguna retención de orina. Este fenómeno no
se encuentra calloso el eslinter, y el orificio de ta sobrevino hasta poco tiempo antes de la muerte, sin
vejiga exactamente cerrado por esta degeneración. ser acompañado de vómito ni do otros signos de la
Los autores refieren multitud de historias de lesiones iscuria: en lal caso , el cateterismo nos hubiera sa
orgánicas semejantes, que es inútil referir aquí. (\) cado del error. Este es el mejor medio que hay que
Nosotros misinos hemos depositado en los Mu emplear, aunque no exista dificultad de orinar,
seos de Pavía y de Yieua varias piezas anatómicas siempre que se manifieste en el hipogastrio un tu
de este género. mor, cuya naturaleza nos sea desconocida.
Algunas veces presenta lateralmente la vejiga bol A las causas que acabamos de examinar debeit
sas accidentales, que han sido llarnadis con impro agregarse los cambios de lugar de la vejiga, la caida
piedad apéndiées, hernias vesicales. Los autores ha de los órganos vecinos, el aumento de su volúrncu,
blan muy á menudo de esta disposición : nosotros la y la compresión que ejercen en el reservona de las
liemos observado dos veces, y volveremos á ocultar orinas.
nos de ella mas adelante. Los apéndices son forma Las hernias vesicales son parciales ó completas,
dos por una dilatación de las paredes de la vejiga; dobles ó simples, complicadas ó no con los cálculos,
los quistes están incrustados en las mismas mem con una hernia epiplóica ó intestinal; sé manifiestan
branas , cuyo espesor aumenta considerablemente, con especialidad Itácia las ingles y el escroto, y hácia
y alojan por lo común los cálculos: las bolsas de que el muslo. Pocas veces sale esta viscera por el agujero
vamos hablando son blandas, llenas de orina, y cons- oval , por la escotadura sacro-sciática , por el perito
liluycn una hernia de la membraní mucosa á través neo, á través de los músculos abdominales; esta her
de las fibras musculares, por debajo de la túnica nia se presenta mas comunmente por la vagina.
periloneal. Hemos depositado en el Museo de Pavía La retención de orina puede también depender de
dos piezas anatómicas interesantes: la primera es una la procidencia del recto, de la vagina , de la misma
de estas bolsas, sacada del cadáver de un niño de vejiga , y de la procidencia ó de la relrovtrsion de!
diez años; contenía un cálculo, y la vejiga presen útero.
taba también un gran número de pequeñas hernias No es raro que la vejiga participe de las afecciones
semejantes. La segunda es un saco muy ancho, do los órganos inmediatos. La retención ó la inconti
mayor que la vejiga, delgado y trasparente, lleno de nencia de orina, depende del desarrollo escesivó del
orina, sin cálculos, que comunicaba por un agujero ulero por las aguas del amnios, por un feto volumi
ancho y redondo con la vejiga, cuya cara esterna noso, por un embarazo doble, sobre todo hacia «1 lin
estaba' sembrada de tumores análogos, pero poco de la gestación , cuando se engaslan la cabeza ó las
desarrollados: el sugelo de esta observación fue un nalgas; después del parto, es ocasionada algunas ve
hombre de setenta anos, que murió de una retención ces la iscuria ñor el estado del útero. Una mujer
de orina. embarazada padeció al cuarto mes una iscuria mor
Algunos médicos creen que esta disposición es ía!: á la abertura del cadáver se encontró una indura
primitiva; pero se fundan en razones poco sólidas. ción en la parte posteiior de la matriz, do mane
La formación do estas bolsas depende de la estruc ra que se lllliia desarrollado solamente la parto an
tura floja de la vejiga en ciertas regiones, principal terior de este órgano y habia ejercido sobre la vejiga
mente hacia sus parles laterales ; del mal hábito de una compresión, seguida de la gangrena. Olra mujer,
retener por mucho tiempo las orinas; y en fin, de afectada de retención de orina al cuarto mes, se alivió
diferentes causas de iscuria. Los cálculos que se en varias veces por el cateterismo: en fin, la introduc
cuentran en ellas en ciertas circunstancias, no son la ción de la sonda fue imposible; se declararon dolores
causa de estas alteraciones morbosas, sino al con en el abdomen, y las materias fecales salían involun
trario, son producidos por la permanencia de la orina tariamente con las orinas. Después de la muerte,
en la cavidad accidental que ha favorecido Su for apareció la vejiga muy dilatada, inflamada, gangre-
mación. En algunas embarazadas , afectadas de una nada y dividida en dos cavidades , de las cuales '*
iscuria grave, una partj de la vejiga se relaja y forma superior no estaba jamás desocupada por el I
bolsas de este género. También se lia encontrado que contenía. Hemos encontrado un escirro, (
una bernia semejanto en la inserción del uréter, lo derable del mesenterío, adhcrenle al fondo de la ve
que ha inducido á creer á las personas poco reflexi jiga con una erosión del recto, por la cual pasaban
vas que existia una vejiga doble. Como estas bolsas los cscrementos al receptáculo, urinario. En los au
laterales no tienen fibras musculares , no pueden toros se lee la historia de un tumor enorme del me
contraerse: cuando han adquirido un desarrollo con senterío, acompañado de contracción de la vejiga y
siderable, el resto de la vejiga no conserva bastante dificultad de orinar; de un escirro del ¡león, que pro»
tonicidad para volver sobre sí misma , para sobre sentaba los mismos fenómenos; de uu aneurisma si -
luado por debajo de los vasos urinarios, con supre
sión de las orinas. Muchas voces la hidropesía^ los
ra) V RayVr, Tratado de las enfermedades de los ríñones y esteatomas, los pólipos, los escirro* del útero i de
de las alteraciones de la tecruion urinaria. Piris, 18"9,.t. l.-í-
Cirjalb , Traiaü» de las enfermedade» de loa órganos genito los ovarlos, y los tumores do la próstata, producen
Una mujer de avanzada edad,
urinarios, t. II y III.
DE MEDIODIA Y C?RUJÍA.—FRANK. 453
fue recibida poco antes de morir en la clínica de en el tifus, en la cifosis, en las fracturas, las luxa
Pavía; estaba afectada simultáneamente do una reten ciones de la columna vertebral, y en las diversas le
ción y de una incontinencia do orina. Este líquido no siones de la médula lumbar, de los nervios ó de las
era espelido mas que por las sacudidas de la tos, ó libras musculosas de la vejiga. En efecto, la causa de
cuando se comprimía el abdomen; su salida era in- esta parálisis consiste en una afección de sus ner
voluntnria y sin dolor. Apareció por encima del pubis vios y de sus fibras musculosas, ó do la médula ver
un tumor piriforme. A la abertura del cadáver, en tebral, sobre lodo en la región de los lomos. El esta
contramos duro el útero, escirroso, pero sin estar do paralítico no siempre es general; puedo limitarse
considerablemente tumefacto. El cuello de la vejiga, al cuerpo de la vejiga ó á su esfínter, lo cual produ
se Ii al aba en estado de infarto y de induración ; sin ce la iscuria ó la enuresis. En la incontinencia de
embargo, ofrecía libre paso á la sonda. La retención orina que sobreviene durante un sueño profundo,
do orina proviene á menudo do la compresión quo durante la embriaguez ó el delirio, el esfínter no
ejercen sobre el cuello de la vejiga el escirro del rec está paralizado; únicamente deja de estar entonces
to, ó los escrementos endurecidos que se acumulan bajo el imperio de la voluntad. Pero por lo enmun, la
en este intestino. Un bombre robusto murió de una parálisis de la vejiga es efecto, mas bien quo causa
retención de orina: el recto estaba lleno de huesos de de la retención; cualquiera que sea el obstáculo que
cereza, que el enfermo habia tragado mucho tiompo cierre el orilicio, la orina se acumula en su reservo-
antes. río; si se tarda mucho tiempo en remover ose obs
Un módico cita un ejemplo de iscuria ocasionada táculo, la vejiga se paraliza, lo cual basta para renovar
por la colección do materias fecales endurecidas en la iscuria después de haber destruido la causa pri
el rteto. Los diversos tumores quo pueden residir en mitiva. El efecto de la primera retención viene á ser
la cavidad del vientre, ó en la pelvis, y las hidátides á su vez causa de las retenciones siguientes. En un
voluminosas, producen el mismo efecto. También gran número de Casos, la iscuria vesical proviene de
suele depender la iscuria do la adli°rcncia do la ve- . la afección de la médula espinal. La parálisis de la
jiga con las paredes abdominales: la túnica peritoneal vejiga en los viejos, parece depender del acortamiento
de este órgano está muy predispuesta á inílamurse y del canal vertebral; porque los conductos huesosos so
á contraer adherencias morbosas. estrechan, y aun so obliteran por los progresos de la
En la hematurin renal y urctérica, In sangre que cilad. La columna vertebral se acorta manifiestamen
llega á la vejiga no siempre es'á líquida y disuelta en te en la vejez: en la anquilosis de las vértebras, los
la orina; algunas veces está pura, espesa, se coagu nervios que salen por los agujeros de conjunción, de
la,' y forma pólipos, que vienen á ser la causa de ben ser ¡comprimidos fácilmente. Pero por lo común
una iscuria grave. En ciertos casos, la sangre de los se efectúa á causa de una violencia ejercida en la co
vasos hemorroidales «fluye á los del cuello de la ve lumna vertebral. Entre un gran número de hechos,
jiga, estrechando de este modo su orilicio. Un hom escogeremos una observación, recogida hace aiios y
bre, atormentado hacia mucho tiempo por accidentes en la cual figura un amigo nuestro, habitante de
semejantes á los que producen los cálculos vesicales, Spira: este era jóvon, habia dado una caida sobre
sucumbió por último á la violencia de su mal. Al los lomos en uña máquina cónica. Durante seis me
inspeccionar lis vias urinarias, s*. hallaron varicosas ses, sintió un dolor atroz: quiso por fin ver si podía
lus venas del cuello de la vejiga. Las varices suelen andar, pero cayó en un estado apoplético , sin pér
ocupar la cara interna do este órgano, y su ruptura dida de los sentidos. Desde esta época, adquirió el
ocasiona un ilujo de sangre grumosa , que obstruye vientre ti 11 acrecentamiento considerable; las orinas y
el paso de las orinas. La supresión de los menstruos I las materias fecales se escretaban involuntariamente
ó del flujo hemorroidal, es seguida de la ingurgita y sin que el enfermo lo sintiera, y se formaron esca
ción de los vasos del estómago y de los intestinos: de ras gangrenosas en las nalgas. Fuimos consultados
aquí resulta una tirantez, una irritación de las'mem- seis semanas después: los médicos habían considera
hr.inas que forman el tubo alimenticio, lo cual pro do la tumefacción del abdómen como una ascitis, y
duce horribles cardialgías, hipo, esfuerzos de vómito, dirigido todos los medios contra la pretendida hidro
violenta ansiedad, cólicos , espasmos, convulsiones, pesía. La fluctuación era manifiesta. Sin embargo,
la hematemesis y el vómito negro de Hipócrates. Lo como existía una parálisis de la vejiga y del esfinter
mismo sucede con la ingurgitación, distensión, y la del ano, con escaras gangrenosas en las nalgas, nos
desgarradura de los vasos de la vejiga, dependientes empeñamos en que el cirujano introdujese un dedo
de Ta ipísibi causa: este receptáculo musculo-mem- en el recto, á fin de esplorar el estado de la vejiga.
b annso (au bien puede ser asiento de espasmos , de Al comprimir este órgano, el operador hizo salir la
dolures atroces, que son tan graves como los acciden orina por la uretra. Se practicó también el catete
tes ocasionados por los cálculos. Es preciso, pues, no rismo, y so eslrajcrou doce libras de orina; ademas
referir siempre semejantes síntomas á la acrimonia se aplicó al abdómen un vendaje circular. Por te
do las orinas, ni á la presencia de la piedra: la obser mor de que una evacuación demasiado pronta des-
vación y la autopsia no descubren en multitud de truyese enteramente las fuerzas del enfermo, ya casi
casos ningún indicio de cálculo en la vejiga. aniquilado, suspendimos la operación por espacio do
Sin embargo, los cálculos y los cuerpos estraíios, algunas horas, y volvimos á sacar después una canti
son las causas mas frecuentes de la inflamación, de dad igual de liquido. El vientro se aplanó. Dejamos
la induración, de las callosidades, iJc las ulceracio- colocada una sonda de goma elástict, y se escapó por
ncs¡ de las vejetaciones y de la contracción espas- este conduelo una enorme cantidad de orina. No
módica, ó de la dilatación permn:ionto de la vejiga. obstante, al cabo de algunas semanas, falleció el en
Mas adelante nos ocuparemos especialmente de esta fermo. A la abertura del cadáver, encontramos caria
causa. das las vértebras de los lomos, y en el canal verte»
Al hablar de la euuresis, hemos colocado entro el bral un derrame de materias icorosas, que habia
número de las causas á la debilidad y á la parálisis comprimido y alterado la médula. Se habia retirado
de la vejiga, por las razones que sena inútil repetir la sonda durante nuestra ausencia, algunos dias antes
aquí. Lo mismo decimos acerca de la retención com de la muerte: la capacidad de la vejiga era lau gran
pleta de orina, ó complicada con ta ennresis, como se de, quo contenía ochenta libras de orina; habia empu
observa en las enfermedades soporosas, apopléticas, jado al diafragma en la cavidad torácica, y daba al'
454 . BIBLIOTECA ECONÓMICA
vientre un volumen tan considerable como la prime lira. Uno de |os efectos mas frecuentes de la elec
ra vez. Un joven de Viunn so qupjaba,;hacia dos años, tricidad, es el de provocar la escreciou urinaria.
de dolores crueles y tenaces en ias estromidades in Ademas, el enfriamiento de ios pies y del abdomen,
feriores, sobre lodo en el muslo derecho. Fuimos lla ocasiona muy á menudo la iscuria en los viejos. Se
mados en consulta, pero algo tarde; el enfermo estaba cuenta que una persona de cierta. edad, padecía la
consumido por el marasmo y la liebre lento; los disuria siempre que bebía vino delRhin; los demás
miembros inferiores, espeeialmedle el derecho, esta- . vinos no leuian para ella ningún inconveniente. La
ban atacados de parálisis, así como la vejiga y el rec retención do orina que sobreviene al tercer mes
to; la iscuria era completa, las materias fecales sa del embarazo, no depende del desarrollo del útero,
lían difícilmente y sin .conciencia del enfermo. Los sino de la irritación que esperimenta por el nuevo
dolores do las extremidades se calmaron por algún grado de dilatación; irritación que se trasmite sim-
tiempo. Se desocupó la vejiga sin trabajo, por medio páiicamenle á la vejiga. La iscuria de las recieu
del cateterismo; se dejó puesta una sonda en la ure paridas, procede con mucha frecuencia de la misma
tra, pero en el espacio de 24 horas no salió ni una causa.
gola di) orina. Sin embargo, el enfermo no tenia En los enfermos que padecen cálculos, no proviene
náuseas ni vómito?, ni dolor en la región renal. Al siempre de la obturación mecánica del orificio déla
dia siguiente, continuó la iscuria á posar de la pre vejiga; es producida con mucha frecuencia por la ir
sencia de la sonda de goma elástica; k vejiga se ele ritación del cuello, que trae su origen de las mucosi-
vaba hasta el ombligo, y al esplorarla por el recto, dades acres, do los errores en el régimen, del refria
se vió que formaba un tumor considerable Se intro miento de los pies, ó de una afección del alma. Por
dujo una sonda de plata sin obtener ningún resulla- eso en muchos oasos no se puede iniroducir al prin
do: se retiró, y no salió ni una gota de líquido por la cipio un catéter ni una candelilla en la vejiga , á
uretra. En lin, se cumprimió el vientre con Jas dos causa de la contracción espasmódica del cuello; al
manos; la orina se escapó al principio gola a gota, y paso que un instante después, cuando el espasmo ha
después á chorro, en la cantidad de algunas libras. cesado espontáneamente, ó por medio de un semicu
Ignoramos lo que acaeció después; solo sabemos que pio tibio, de un baño do vapor, <5 del opio, es muy
la enfermedad terminó por la muerte, al cabo <le al fácil el cateterismo. En muchos enfermos atucados de
gunas semanas. No fue posible inspeccionar el cadá una retención de orina, que so atribuye á los cálculos
ver: con loilo, es muy claro que la retención de ó á cualquiera otia causa, no se balla después de la
erina era producida ptir la parálisis de la vejiga, y muerte ninguna lesión en las vías urinarias; Se refiere
esta parálisis por una metástasis gotosa. Antiguamen que un niño de siete años, que habia d .ido una caí
te no se creía que pedia existir la iscuria en el tifus , da de espaldas, fue afectado id dia décimo de una is
y muy á menudo se atribuía sin razón al meteorismo curia, que persistió hasta la muerte. Ala abertura del
la tumefacción del vientre, ocasionada por la reten cadáver, no se descubrió alteración alguna en las
ción de la orina. Como el líquido salía sin que el en visceras del vientre; pero en el occipucio residía un
fermo lo sintiese, y como los asistentes aseguraban tumor formado por una gran cantidad de sangre coa
que este babia orinado mucho, porque se encontraban gulada debajo del perieráneo, y exislia un derrame
mojadas ¡as sabanas, no se lijaban en esta iijea. considerable de serosidad entro n|. cerebro y las me
Cuando la vejiga ha adquirido una dilatación consi ninges, hácia la parto atiteridr. Los dolores depen
derable, es fácil la introducción de la sonda. Algunas dientes de la presencia de los cálculos, disminuyen
veces, sin embargo, no llega el instrumento básta la por el cambio de posición, y por la introducción -de
vejiga, se cree que ha penetrado en ella, y á pesar de la sonda. En el espasmo del cuello de la vejiga, no
eso, no sale mas que muy poca ó ninguna orina. En se observa ningún síntoma de fiebre ni de inflama
efecto, cuando este receptáculo está muy distendido, ción; solamente el contacto de la sonda es el que
es empujado hacia adelante por la prominencia que ocasiona una viva sensibilidad, aun el esfínter del
forma la base del sacro; su parte superior se liare an ano se contrae espasmódieamente , se siento conti
terior, su cara posterior eslá encorvada de atrás á nuamente un dolor violento en el cuello de la vejiga,
adelante y de abajo á arriba, de manera que ol oucr y el puriné présenla una tensión y una dureza mani
po forma un ángulo con el cuello. En esla disposi fiestas. La iscuria espasmódica es ordinariamente de
ción, hay necesidad de una sonda larga, cuya corva menos duración y menos constante que la que provie
dura no sea muy considerable: una sonda corta y de ne de otras causar.
gran corvadura no llega mas que hasta el cuello, 767. Diagnóstico de ia iscuria uretral.—Tan
que eslá por lo común dilatado y contiene una corta pronto como la sífilis apareció en Europa; fueron mas
cantidad de orina; otras veces se detiene en las crip frecuentes bis enfermedades de las vías urinarias, y
tas mucosas ¡ufanadas, hácia el orificio de la vejiga. aun se manifestaron algunas entrámente nuovas.
Pero el espasmo se halla igualmente entro el nú Aunque la vejiga no esté exenta de padecer la infec
mero de las causas de la mención de orina. Así ción, la uretra en el hombre, y la vagina en la mujer,
como la sensibilidad morbosa del cuerpo de la vejiga son su principal asiento; y de aquí se comunica el
ocasiona muchas veces la diuresis; como los accesos contagio A las partes inmediatas. Las alteraciones
epilépticos hacen espeler la orina con impetuosidad, que el virus sifilítico y el virus blenorrágico produ
del mismo modo una constricción espasmódica del cen en las vias urinarias i constituyen una de las
esfínter vesical, producida por las mismas causas, principales causas de los desórdenes que esperimenta
puede dar lugar á la iscuria. Un cochero italiano, la secreción de la orina. No repetiremos lo que he
viendo que eran inútiles sus esfuerzos para hacer mos dicho con este objeto al tratar de la blenorragia
orinará uno de sus caballos, le asía de la oreja iz uretral ó vaginal. La mayor parte do las lesiones quB
quierda con los dientes, mordiéndolo con fuerza: el determinan la iscuria uretral, resideoen las inmedia
animal espolia al momento una gran cantidad de ori ciones de la uretra, en este último canal, en la prós
na, til hombre, y todos los animales domésticos, ori tata, y pocas veces en las vesículas seminales.
nan espasmódieameute cuando son presa de un Vivo Alsalirdelclau5tro materno, muchas veces no espele,
dolor; pero algunas veces, basta un ligero estimulo el niño l'isorinas basta el segundo ó tercer dia; pero
para producir este efecto: tesligo es aquel hombre j. ordinariamente 1;is cscrcta inmediatamente después del
que no podía retener te orina cuando' oía tocar la ! nucimiento. En la primera oditd de fa vida, no es rara
DE MEDICINA Y CIRUJÍA. — FRANK. 455
la iscuria espasmódica; en ciei lo- casos, depende ciónos nías suaves. Pero cuando oste líquido está
también do la reunión de mueosidades entre el pre muy cargado, como en las liebres, ó alterado como
pucio y el orificio de la uretra. Ya hemos hablado del en ía gota, en la predisposición á los cálculos, en las
limosis congónito y accideutal , y del paratimosis: evacuaciones criticas, y por el uso de alimentos 6 do
solamente referiremos aquí una observación relativa bebidas acres, ó fermentadas, por la mezcla de partí
á este asunto. Un niño de cuatro años se había liga culas irritantes, como las diversas especies de cantá
do el prepucio cou un hilo; fue atacado de una iscuria ridas, de raíioncu/usjenestascircunslaucías, se siente
grave, cuya causa no se sospechaba^ y que persistió un ardor incómodo en las vías urinarias, se padece
aun después de la sección del hilo, basta que des la discuria, y en el mas alto grado la estranguria.
apareció el tumor ocasionado por la ligadura. Hemos Sin embargo, la urelra y la vejiga pueden adquirir,
observado en un hombre, que había teuido tres hijos, como los domas órganos, una sensibilidad morbosa,
una imperforacion del glande; el miembro viril pre aunque las orinas no presenten ninguna alteración.
sentaba en las inmediaciones del frenillo un agujero Estas partes están tapizadas por una misma memlua*
redondo, por el cual salia la orina y el sémen. Eu la na mucosa., lo que establece entre ellas una gran
blenorragia intensa se forma un derrame de materia simpatía: por eso en las personas afectadas de cálcu
puriforme en las células de los cuerpos cavernosos, los , el dolor es muchas veces mas considerable en
ó por lo menos exftle un estado espasruódico en el la estromidad de la urelra que en la misma vejiga.
pene: en todos estos casos cambia do dirección la La urolra simpatiza también con el recto, como se
uretra, ó so estrecha. Lo misino sucede en el aneu observa en la disentorij, y cuando este intestino es
risma, en la hidropesía, y en el enfisema del pene; tá irritado por la presencia de ascárides vermicula
en los cálculos situados pot debajo do su membrana res. Aunque este canal se halla desprovisto de fibras
esterna, y en el priapNmo: entonces sobreviene una musculares, so contrae algunas veces espasmódica-
disuria, ocasionada por la inflamación, la compre mente: la introducción de la sondi es imposible hasta
sión o la constricción del canal. Un niño de un año que cesa el espasmo, y entonces penetra sin difi
padecía una estranguria , una iscuria y una satiriasis cultad. En la inllamucion fiémonos i desús paredes,
epiléptica, dependientes do uua especio de callo si la escreciou urinaria os rasi nula; en la flogosis eri
tuado en la raiz de1 peiie: se perforó esta callosidad, sipelatosa^ en la irritación de la membrana interna
salieron por esta via tros libras de oriua, y el niño determinadas' por causas leves, como1 la cerveza re-
quedó perfectamente curado. Algunas veces se baila ciento, la acritud de las orinas, el uso interior de los
la uretra comprimida por las malerias fecales endu bálsamos, etc., sobreviene solamente una simple di
recidas, que permanecen en el recto, por uua pro suria. Un hombre tenia una gran alicion al chocolate:
cidencia de la vagina, de la mal: i -., por la rclrover- por una broma, fe lo dií esla sustancia preparada
siou de este órgano . por la cabeza ó las nalgas del con una gran cantidad d« bálsamo del Perú, en lugar
feto, por liídátídes, ó por tumores enquislados, de de vainilla. Tuvo una violenta disuria , acompañada
sarrollados en la pelvis. de la orina de sanare. Hemos conocido á un hombro
liemos hablado en otra parte de las falsas membra que padecía de disuria y do blenorragia uretral
nas, que cieiran muchas veces el orificio de la urelra siempro que tomaba heladas.
en el último período de la blenorragia aguda, y se Al hablar de la blenorragia, hemos espuesto los
oponen momentáneamente a la evacuación de las orí' cfcctos.de la inflamación en el canal de la uretra, de
o s, sobre todo al despertar. Algunas voces la ure las callosidades, de las desigualdades, de las estre
tra esta obstruida en su eslreniidad, ó en otro punto checes, do las cicalrices, de las escrcsccncias espon
de »u ostensión, por una membrana sólida que re josas ó poliposas, -de las bridas, y de las carúnculas
siste al esfuerzo de las orinas. Eu%na mujer se ha quo resillen ordinariamente Inicia la fosa navicular,
hallado la uretra obturada por el lumen, Eu ciertos enlaparle posterior del vulvo, cerca del verumon-
casos se adhiero el prepucio al glande, se insinúa en tsno. Estas alteraciones patológicas no siempre son
el canal, y contrae también adherencias con las pare I producidas por el virus venéreo; impiden ó supri
des do este; y en otras ocasiones falla la parle ante men algunas veces totalmente el curso de las ori
rior de la metra. Un cirujauo iuglés ha observado un nas. Existen algunosejamplos de obliteración comple-
caso en que la membrana mucosa se gaugtvno, se ' ta de la uretra.
desprendió del canal, lo obstruyó, y determinó una Entre las causas de la iscuria uretral , debemos
iscuria mortal ; pero estoes sumamente raro, y se colocar los cálculos que se forman en la uretra ó se
asemeja al prolapso de esta membrana ¿Se forma detienen en este canal al salir de la vejiga. Estos
rán en las inflamaciones de la uretra, como en las cálculos aumentan diariamente; su presencia di lu
de la tráquea, y do la laringe, falsas membranas que gar á dilataciones considerables , á estrecheces y ¡i
simulen verdaderos pedazos membranosas de este ulceraciones, seguidas do fístulas urinarias , que so
canal? \a hemos dicho en otro lugar cuánto di- ostiendeu á lo largo y á lo ancho , muchas veces
liculta la escreciou de las orinas la inflamación de hasta el escroto. Nos ocuparemos especialmente de
la urelra en la blenorragia, y cuáles son los sínto esle. asunto mas adelante. Hemos referido una ob
mas de esla afección. Pero dicha enfermedad uo es servación do ruptura do la urotra , que hornos ob
la única causa de la inllamacion de la uretra: el abu servado en nuestra práctica ; en los autores se en
so de las cantáridas, el cateterismo practicado sin cuentran casos semejantes.
cuidado, la introducción reiterada dulas candelillas i ¥a hornos visto la influencia de Ihs enfermedades
initantes, las iuyecciones astringentes, acres; las de la próstala en la retención y en la incontinencia
úlceras venéreas ó de cualquiera otra naturaleza, de orina. Unas veces está esla glándula dura, escir-
los cuerpos estraños formados en ol canal, ó venidos rosa y tumefacta ; y otras encogida y contraída.
do fuera, las metástasis gotosas, un coito violento 6 En el primer caso puedo adquirir el volumen de un
demasiado repetido, y los lesiones esteriores, como hueva de gallina, y aun mayor; y forma en ciertos
una caída ó uua contusión; pueden asimismo dar casos un tumor que llena toda la pelvis. La hemos
lugar, á esta flegmasía. Aunque la orina irrila los visto desarrollarse en el interior de la vejiga, y cubrir
demás órganos, uo produce en estado normal m'ngu la mitad de la cara posterior de esla viscera. Co>
'- vejiga, ' comprime el cuello de la vejiga, y adquir
456 •' BIBLIOTECA ECONÓMICA

A menudo se observa que una parte de la glándula ragia: las domas especies no difieren de esta mas que
está blanda, mientras que la otra está petrosa ó pre en el grado y en la marcha. Sea cualquiera la causa
senta células llenas de pus ó de una materia tenue, de la retención de orina , si no se remueve pronta
caseiforme , como en los escrofulosos. También se mente, se acumula el líquido, se corrompe y refluye á
lian hallado cálculos en su espesor. Asimismo suele los uréteres y aun á los riñones; sobreviene una afec
formar un tumor considerable y blando en todos sus ción grave de estos órganos ó de todo el sistema, y
puntos. En ciertos caso» presenta vegetaciones, ó la vejiga es atacada de parálisis ó de gangrena. Al
apéndices, que tienen la misma estructura, y que se gunas veces Se rompe este receptáculo y se derrama
oponen con mucha frecuencia á la cscrecion de las la orina en la cavidad abdominal. Mientras que la ve
orinas. Los infartos de la próstata se- acompañan fre jiga conserva su sensibilidad, hace esfuerzos inútiles
cuentemente de varices. para desembarazarse del líquido que contiene, cuyos,
Este infarto es común en los viejos ; no siempre esfuerzos se asemejan á los dolores de parto , arras»
depende de las enfermedades venéreas que han pa» trando en su acción al diafragm a y á los músculos
decido en su jurentud: la sífilis es frecuentemente abdominules. El estómago y el pecho se afectan; so
su causa en la edad adulta. Siempre que exista una brevienen náuseas, regurgitaciones, vómitos erugi
gran dificultad de espeler las orinas y no se puede nosos, hipo, ansiedad, dificultad de respirar, consti
introducir profundamente el catéter en la uretra, y pación, frió de las estremidades, stmores glutinosos,
cuando el enfermo se ve obligado á estar casi siem y el pulso es pequeño y deprimido. Al mismo tiempo
pre de pie para orinar, hay razón para sospechar un la vejiga se eleva por encima de la pelvis, presen
infarto de la próstata. También nos podemos asegu tando al principio un tumor circunscrito, piriforme,
rar de que existe esta afección, introduciendo el de después llega hasta el ombligo, llena todo el vientre,
do en el ano. Asimismo puede sobrevenir la inflama- y se manifiesta la fluctuación. Pero es raro que el
cien: tiene una marcha rápida y se anuncia por la enfermo resista hasta esta época: ordinariamente el
liebre, por un sentimiento de ardor, de dolor pulsa dolor cesa de improviso , mientras que continúa el
tivo, y de pesadez en el peritoneo , con tenesmo ve hipo; sale una pequeña cantidad de orina muy fétida
sical continuo , cuyos esfuerzos aumentan el dolor; y cenagosa, lo cual hace concebiralgunas esperan
el enfermo no puede soportar el cateterismo ni la zas: por último, se declaran todos los síntomas de
introducción de una cánula en el recto , que está una gangrena mortal. En algunos casos , la vejiga
muy irritado y estrechado por la glándula , la cual dura y callosa se eleva poco por encima de la pel
forma prominencia en su cavidad. No es raro que vis ; pero se reconoce su dilatación, esplorándola por
en este estado sobrevenga la supuración, lo que oca el recto.
siona abscesos en el tejido de la próstata, y fístulas Los sintonías son muy diferentes, cuando al prin
que se abren en el recto ó en el periné. Estábamos cipio es producida la iscuria por la astenia ó por la
decididos á practicar la punción en un enfermo parálisis de la vejiga. La sensibilidad de este órgano
atacado de una iscuria muy grave, antes do empren se halla entonces abolida ó muy debilitada ; muchas
der la operación, hicimos una nueva tentativa con la veces sale la orina en parte sin que lo sienta el en
sonda, y salieron de la próstata varias onzas de pus, fermo, que no se apercibe de In iscuria hasta que la
lo cual procuró un alivio manifiesto. La supuración gangrena, efecto de una dilatación escesivo, ha ata
se propaga fácilmente desde una parte á otra de la cado las propiedades vitales. Ordinariamente sobre
¡.'laudóla, y acarrea por último la fiebre lenta y el ma vienen eructos, hipo , meteorismo, ansiedad precor
rasmo. Al practicar la autopsia de una persona que dial y vómitos; estos síntomas , así como la muerte
había sucumbido á una iscuria dependiente del in del enfermo, no suelen atribuirse á la distensión de
farto de la próstata, hallamos engrosado y ulcerado lu vejiga, sino á cualquiera otra causa.
el fondo de la vejiga, y la parle media de este reser- La orina puede abrirse paso por el ombligo si
vorio dividida Irasvorsalmcnte en dos cavidades. guiendo un trayecto fistuloso, ó por el uraco, que se
Cuando la tumefacción ha llegado al mas alto grado, dilata insensiblemente, por el recto, la uretra y el
se halla el recto comprimido y no puede dar paso á periné: en estos casos, la enfermedad es mas larga,
las materias fecales; el enfermo no puede recibir ni sin sérmenos peligrosa, si la fístula es inaccesible 6
retener las lavativas, los vasos hemorroidales se in los medios quirúrgicos, ó si depende mas bien de la
gurgitan, yol tenesmo se hace continuo. El canal ;le ulceración de la vejiga que de la de la uretra. Hemos
la uretra, embarazado por el tumor, está aun mas es observado tres casos de fístulas urinarias que habian
trechado: las candelillas mas linas y aun los bordones establecido una comunicación entre la vejiga y el rec
no pueden penetrar en él, y la sonda abre muy fácil to, de manera que los gases y las materias fecales sa
mente caminos falsos. Mientras mas considerable es lían por la uretra. Una jóven de Stiria tuvo hace ocho
el infarto, mayor es el cambio de dirección del cuello años un parlo laborioso: sobrevino una inflamación del
de lu vejiga ; muchas veces está profundamente si cuello de la vejiga, que se ulceró, y las orinas salian
tuado por delrasdel obstáculo. La próstata suele de por la vagina, escoriando las partes genitales. Se intro
generar en carcinoma, pero la muerte llega general dujo una sonda de goma clástica, pero la sensibilidad
mente mucho antes de que se efectuó esta fatal tras- do la vejiga se opuso á que permaneciese por mucho
fonnacion. También suele declararse la gangrena, y tiempo. Se recurrió á un pesario que llenaba toda la
entonces sale la orina con facilidad. vagina y tapaba la ulceración, con lo cual volvió á se
Tenemos noticia de muy pocas observaciones del guir la orina su curso ordinario. La pesadez del pe
escirro de las vesículas seminales, para establecer el sario le hacia muy incómodo, y entonces le sustituímos
diagnóstico de esta afección y determinar sus efec con otro mas ligero, hecho de goma elástica. Todos
tos en la vejiga. los meses se veia obligada á retirarle en la época del
768. Pronóstico y terminaciohbs.—Lo que lleva flujo menstrual, y la sangre salia con las orinas: este
mos espucsto acerca de las diversas especies de re inconveniente persistió hasta la cesación do las re
tención de orina y de sus causas , basta para de glas. Después de la operación de la talla, cuando ha
mostrar cuáulo deben variar el diagnóstico y el pro sido practicada con destreza-y con algún resultado,
nóstico en los diferentes casos, liemos considerado sale la orina por la abertura fistulosa del [)eriini; y
bajo estos dos puntos de vista la iscuria aguda é in- cuando esta abertura se cierra por los pequeños cálcu
T cibcíU.—FRANK. 457
dadcs de la ulceración esterior, el líquido retenido no pudo conseguirlo. Entró en el hospital de Pavía, y
ejerce sus estragos interiormente. se le curó por medio del cateterismo. Un año después
7C0. Tratamiento general-—Las Causas do la cometió la misma falta, y esperimentó el minino ac
iscuria son muy numerosas, y el asiento y el carácter cidente: fue conducido á la clínica, también fue eva
de e,sta afección muy variados: por lo tanto, la cura cuada la orina por la sonda á cuya introducción no se
ción no es igualmente fácil en todos los casos. La opuso dificultad alguna. Pero se renovó la retención,
primera indicación consiste en averiguar la causa de y fue necesario otra ver. el cateterismo. Por lo demás
la retención, en combatirla, ó en derivar su acción gozaba este individuo de buena salud, y jamás se ha
sobre una parte menos importante. Para conseguir bía quejado de disuria ni de dolores ai orinar: el es
este objeto, es preciso conocer las afecciones que fínter del ano parecía estar paralizado. Sospechamos
lia padecido el enfermo, esplorar con cuidado el vien algo tarde la verdadera causa de la enfermedad: supo
tre, la región de los uréteres, asi como la de la ve niendo desde luego una parálisis de la vejiga, ocasio
jiga y de las ingles; examinar cuidadosamente el pe nada porlaescesiva dilatación, prescribimos la quina,
riné y el ano, el estado de la próstata, de la vejiga, el árnica, el alcanfor y otras sustancias análogas; las
del útero, de la vagina y sus inmediaciones, introdu unturas en el hipogastrio y los lomos con un linimento
ciendo el dedo en este canal ó en el recto; debemos volátil, las fomentaciones espirituosas por encima del
servimos de las caftlelillas y de la sonda para ase pubis, un vejigatorio en el sacro, y aun la tintura de
gurarnos del estado de la uretra y de las partes ve cantáridas al interior; estos medios no produjeron ni
cinas, y observar las cualidades de la orina, si el en bien ni mal. El enfermo permaneció seis semanas en
fermo espele alguna todavía. Si los síntomas anuncian el mismo estado, y era preciso sondarlo dos veces al
la atooía de la vejiga, debemos dirigir nuestras espío- dia para desocuparla vejiga. En fin, nos acordamos
raciones Inicia la columna vertebral, especialmente de la observación de un célebre escritor ingles, que
Inicia la región de los lomos; debemos también pro considera el endosamiento calloso de la vejiga como
curar descubrir las causas que han llevado su acción un fenómeno muy común en los viejos, y aconseja el
sobre la médula espinal, y tener cuidado, sobre todo, mercurio en esta circunstancia. Bccurrimos, pues, á
de que la enuresis, que acompaña á la roteucion de este medio, y en ocho días se restableció completa
orina en el tifus ó en las enfermedades soporosas, ó mente el enfermo, sin haber tenido la salivación. El
en los delirios prolongados, no nos haga desconocer mercurio fue administrado á una dosis muy moderada.
la iscuria. Un medico esperimcnlado no necesita ha El calomelanos, prescrito á la de diez granos ,
cer tantas investigaciones, especialmente cuando con uno de opio, y una ó do? veces al dia, ha solido
existe una lesión manifiesta en alguno de los órganos disipar completamente una dureza manifiesta del cue
destinados á trasmitir, á recibir ó n espeler la ori- llo efe la vejiga. No debe sorprendernos este efecto del
• na. No obstante, hay precisión de seguir un órden en mercurio en el receptáculo de la orina toda, vez que
la investigación de las causas, cuando no son mani- goza de la misma virtud en la disfagia ocasionada por
liestas. la induración del exófago.
En todas las retenciones de orina es preciso evitar No somos tan dichosos en las retenciones de orina,
todo lo que aumento su secreción ó la irritación de mantenidas por un escirro de la vejiga, el cual pro
las vías urinarias, como los diuréticos y las cantáridas viene con mucha frecuencia de una afección escirro-
aun empleadas al es'erior, y corregir la acrimonia de sa de las partes inmediatas, y en las que dependen de
las orinas. So debe, pues, prescribir la cantidad de escresceucias ó de pólipos desarrollados en cf te órgano.
bebida necesaria para diluir este líquido, pero con Las ulceraciones orgánicas se terminan aquí de una
tentándonos con engañar la sed sin satisfacerla; da manera tan funesta como en las demás visceras. Ya
remos una tisana mucilaginosa, tibia, porque de otro hemos dicho que en las mujeres, por tener la uretra
modo provocaría la acción de los ríñones, l.os ali corla, ancha y muy dilatable, se efectúa algunas veces
mentos nodeben ser salados, ni muy condimentados. una procidencia de la membrana mucosa, y aun de
Hay que abstenerse del nitro y de todas las sales. La la misma vejiga: en estos casos, después de la reduc
cama demasiado blanda, escita los órganos secreto ción, se introduce un pesario en la uretra, á fin do
res de la orina, y produce un efecto nocivo. prevenir un nuevo accidente, que podrían ocasionar
770. Tratamiento de la iscuhia urktkrica.—El enn facilidad las sacudidas de la tos, ó un esfuerzo
diagnóstico de ia iscuria uretérica es muy oscuro, cualquiera. Hemos referido un caso de escisión de la
escepto cuando la vejiga está vacía, sin que exista membrana mucosa juuto al orificio de la uretra, y un
ninguna afección primitiva de los riñunes: el lru>a- ejemplo de sarcoma vesical curado por la misma opc-
iniento de esta afección no descansa sobre bases rHcion: creemos, sin embargo, que en el primerease
muy sólidas. Su causa mas frecuente consiste en los se trataba solamente de una vegetación fungosa.
cálculos, en las arenillas y en las colecciones de ma Espeliendo las orinas al sentir la primera necesi
terias pituitosas, grumosas y poliposos. Se facilita el dad de evacuarlas, se puede prevenir la formación
descenso de ostos cuerpos estraños á la vejiga, por de los tumores accidentales, dependientes de la hernia
medio de baños, de las fomentaciones tibias, de las de la membrana mucos» á iraves de la túnica muscu
unturas con el ungüento de altea, al cual se agrega losa; pero cuando existen, es imposible remediarlas.
el álcali volátil ó el láudano líquido; por las medias La iscuria determinada poruña bernia de la vejiga,
lavativas emolientes y repetidas, y en fin, por el uso por su procidencia, la del recto, la del útero, ó por una
de las emulsiones y del opio. retroversion de este órgano, se cura con facilidad
771. Tratamiento de la iscuria vesical. — La is practicando inmediatamente la reducción de las par
curia vesical dependiente de la inllamacion de la ve tes. Un célebre cirujano inglés refiere la historia de
jiga, especialmente de su cuello, exige el mismo tra una retroversion del útero durante el embarazo: la
tamiento que la cistitis. Importa mucho investigar compresión de la vejiga por la matriz so oponía á la
la causa de la retención, á liu de destruirla, ó de de introducción de la sonda, y la compresión déla matriz,
bilitar su acción. por la vejiga distendida, no permitía corregir la re
Nosotros hemos empleado con éxito el mercurio troversion: al fin hubo que practicar la punción por
contra la deusidad y la dureza casi callosa de la vejiga encima del pubis.
culos viejos. Un hombre desesentaaños, estando"" La iscuria dependiente de la compresión es mas ó
■ny. m
45*
Cuando la compresión procede do la matriz, menstrual
lar • no
ó hemorroidal, simula uu lumbago muscu
debemos dejarnos engañar, y para prevenir la
desarrollada por el producto do la concepción, y cuan parálisis de las estremidades y de la vejiga, hay que
do la introdaceion de la sonda es imposible, so admi
nistra desde luego una lavativa, se naco acostar á la apresurarse á practicar aplicaciones de ventosas es
carificadas, de sanguijuelas, y de vejigatorios en el
enferma sobre la espalda, y se renuevan las tentati
vas. En esta circunstancia, y cuando la vejiga se baila traveclo de la columna vertebral. -
comprimida por la cabeza o por las nalgas del feto, la Una persona fue prosa de repente de un dolor en
región del sacro, y de una parálisis del recto y do
basta al principio elevar el útero con el dedo introdu 'a vejiga : el enfermo recibía y arrojaba las lavativas
cido en la vagina; la orina sale al momento. Para sin sentirlas,
prevenir esta iscuria, y la parálisis, que puede ser su prímula. Lsto ysucedía la escrecion de las orinas se hallaba su-
eu un siglo eu que no se cono
consecuencia , es necesario tener cuidado do bacer cía aun la eficacia de los vejigatorios on estas cir
orinará la mujer, ó de sondarla antes de que se de
claren los dolores del parto. Cuando no se ha tenido cunstancias : un célebre módico prescribió fomenta
esta precaución, si la vejiga está considerablemente ciones y un emplasto eu el sacro para combatir la
distendida, y no se puede en manera alguna procurar parálisis,
posteriores
y la curación fue completa. En las edades
un grau número de observadores han pro
la salida de las orinas, son muy de temer los acci bado la eficacia del vejigatorio »la región del sacro
dentes funestos de que hemos hablado (766), y debe en esta especie de iscuria, y en la diuresis depen
mos practicar la punción por encima del puvis , si
guiendo el ejemplo del cirujano inglés que acabamos diente de la misiui causa. La anastomosis delosuervios
de citar, procurando evitar la herida de la matriz. La deestaparteconlos que se distribuyen en los músculos
iscuria dependiente" do tumores csteatomatosos , en- delSiano v del periné, esplica la acción de este tópico.
la parálisis de la vejiga no proviene de la afec
quislados, etc. , formados en el abdomen , no está al ción de la médula espinal, y reconoce por causa una
alcance de los recursos del arte. En la que es produ dilatación forzada, un vicio específico, especialmente
cida por las materias fecales, endurecidas y acumula coloso, que lleva su acción sobre los nervios y las
das en el recto, son necesarias las lavativas para di
luir y evacuar los escrementos: pero no siempre es fibras musculosas de este órgano; contra la causa es
contra quien debe dirigirse el tratamiento. En todos
fácil administrarlas. Es muy útil que las precedan los los casos de parálisis de la vejiga se debe principiar
baños de asiento, las fomentaciones emolientes y eleo
sas, ú fin de humedecer los intestinos; los enemas pe- por sacar la orina con la sonda: eu seguida sedaran
' au con mas facilidad, y el enfermo los retiene por unturas en el hipogastrio con uu linimento volátil, al
i tiempo, cuando la manteca entra en su compo- v se cubre estaelregión
cual se agrega alcanfor y la tintura de cantáridas,
con fomentaciones aromáticas,
vinosas y calientes. ConvieEe que ensayemos la elec
La iscuria producida por el infarto varicoso de los tricidad ó el galvanismo, que ha producido tan buenos
vasos de la vejiga, especialmente do su cuello , infar efectos en algunos enfermos; pero la vejiga es dema
to determinado por causas escitantes ó debilitantes, siado débil para que pueda soportar grandes conmo
pero principalmente ñor la su iresion délos menstruos ciones v sería mejor electrizar por medio del baño 0
o del flujo hemorroidal; exige el tratamiento que he por chispas. También se debe estimular este órgano
mos aconsejado en la bematuria uretórica 6 vesical, y ñor medio de inyecciones, cuya actividad sera pro
eu las hemorroides de la vejiga (C3Í). Cuando el ori porcionada al grado de sensibilidad que le queda al
ficio de este receptáculo esta obstruido por coágulos órgano enformo. Con este objeto nos serviremos de
de sangre que provienen de la ruptura de las varices, una infusión acuosa aromática; por ejemplo, la del
por mucosidades ó por pus , deben practicarse inyec romero ó de un agua termal poco irritante; el liquido
ciones de agua tibia, arrojadas sin violencia, á fin de debe usarse tibio. Es necessrio continuar por mucho
separar del orificio las materias, y de facilitar su sa- tiempo con estos medios; pero la introducción reite
lidaj diluyéndolas. Al mismo tiempo, pueden prescri rada del catéter fatiga al enfermo: es preciso, pues,
birse para bebida las aguas de Seltz y otras seme dejar puesta una sonda de goma elástica, hasta que
jantes. a ven "a principio á recobrar su sensibilidad y su
Hablaremos del tratamiento de la iscuria calculosa, contractilidad; puede permanecer colocada algunos
cuando nos ocupemos de Iqs cálculos. dias sin que se cubra de costras. Hemos empleado du
En la retención de orina por parálisis de la vejiga, rante varios dias las inyecciones con el cocimiento de
varía el tratamiento según la causa. Si la parálisis nuina las cuales no han producido ni bien ni mal: he
está sostenida por una afección de la médula verte mos proscrito el uso de las cantáridas en la retención
bral, por una luxación, una fractura, ó por la cifosis, de orina; no obstante, en la iscuria paralítica, contra la
es preciso combatir estas diversas lesiones. Haco nue- cual hemos preconizado el vejigatorio, un medico pru
veañosquerecibiuiosen la clínica de Pavía a una mujer dente puede ensayar al interior la tintura de cantári
atacada de parálisis de las oslreinidades inferiores y das La trementina, el bálsamo del Perú combinado
de la vejiga, ocasionada por la cifosis. Abrimos en con el estrado de ruibarbo, ejercen una acción es
cada lado del tumor un cauterio poco profundo, á cau pecial sobre las vias urinarias, y reaniman las propie
sa de la pusilanimidad de la enferma. Al cabo de algunos dades vitales de la vejiga. Se ha recomendado el
días, salieron libremente las orinas, y principió a dis rhus radicans (zumaque) en la parálisis de las estre-
minuir la parálisis de los miembros. Un soldado que midades (1): creemos quo este remedio producirá asi
se hallaba eu el mismo caso , á consecuencia de una mismo escalentes resultados en el caso quo nos ocu
caida que habia determinado la fractura de una vér pa Los cosacos de las cercanías del Don consideran
tebra, se curó en el espacio de un año por el misino cerno específico en la retención de orina la infusión
método. Pero cuaudo la médula espinal se halla cor de virgo• áurea; la emplean sin duda en la iscuria de
roída, ó comprimida por un derrame ¡coroso, acuo pendiente de la parálisis de la vejiga.
so, sanguíneo, por callosidades ó exóstosis , es ¡név|- La iscuria espasmódica es muy frecuente, sobre
tablo la muerto. Algunas veces h iuflaiuaciou de las todo en los niños y en las personas irritables; el tratá
partes contenidas en el caiul vertebral, ocasionaJas
por un baño frió, por la impresión de un frió g'lacial
is lera-
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRA.NK. 459
miento varía, según las causas. De ordinario el es cion de la próstata. Haremos, sin embargo, algunas
fínter do la vejiga está dotado de un esccso de sensi reflexiones sobre este objeto, propias para esclare
bilidad, y la menor causa determipa su contracción cer y continuar lo que hemos dicho
convulsiva ó tetánica. En osla especie están indicados Cuando e! curso de las orinas está absolutamente
1 is baños tibios, y algunas veces bastan ellos solos. interceptado, y cuando no se puede restablecer con
Se mantiene su efecto por medio de las fomentaciones la prontitud necesaria para prevenir !a gangrena ó la
emolientes con el cocimiento do malvas, da altea ó de parálisis do la vejiga, está ind cada U punción, ya
linaza, sobre el hipogastrio, sobre laspartes genitales resida el obstáculo en el cuillo de esto recep'áculo,
y el periné; por medio do lavativas de igual natu- hacia la próstata, ó ya ocupo el canal de la uretra.
ralczi, á las cuales so agrega el aceite ó un grano de Se la practica por el ano, el |eriné, por encima
opio. Los baños locales de vapor, preparados con una del pubis ó por la vagina en las mujeres. Hemos ob
infusión de manzanilla libia, y tomados en un sillón servado que Ja punción por el ano estaba contrain
agujereado, son muy útiles. Cuando la iscuria ha si dicada en los infartos volumin 'Sos de la próstata, en
do ocasionada por las cantáridas, se prescribe para una inflamación intensa de Ja vejiga, y enfiu, cuan
bebida una emulsio'n simplo ó preparada con caña do esta viscera, extremadamente distendida, sobresale
mones y con el cocimiento do salep. El calomelanos por encima de la pelvis. Referiremos aquí un hecho,
goza de una reputación bien merecida en el espasmo que hemos recogido hace 2* años, y el cual es relati
do la vejiga: nosotros le combinamos con el almizcle vo á esta contraindicación.
y el cpio, cuando existen vivos dolores. Un médico Primera observación — Un abogado de 10 años,
distinguido asegura que el opio le ha producido pocas sujeto al flujo homorroidal, de una gordura tan con
veces buenos resultados; esto consiste quizas en que siderable, quo pesaba después d; su muorte mas do
ul espasmo seria ocasionado por una irritación dema cuatrocientas libras, habiendo viajado en un coche
siado fuerte, 6 por el infarto varicoso do los vasos del por un camino pedregoso, fue acometido do una com
cuello de la vejiga. Los vejigatorios aplicados al pe pleta retención de orina. Tenia didor en los lomos,
riné son útiles almnias voces, sobre lodo cuando la con tensión en el hipogastrio, fiebre continua, pulso
afección espasmódica proviene de uu principio goto lleno y vibrante. Se habían practicado dos sangrías;
so. El vulgo emplea en la disuria doterminada por la se habían administrado lavativas, y empleado ungüen
cerveza reciente, uh remedio ridiculo, pero cuya vir tos, cataplasmas y baños, en el espacio de tres «fias;
tud confirma la esperioucia: consiste en sentarse doí- lodo había sido inútil Fuimos llamados en consulta:
nudo el enfermo, en una piedra fria. Así, algunos mé la ¡mii i de orinar era violenta, y acompañada de do
dicos han curado en ciertos casos una constipación lores muy vivfts; el vientre estaba tenso, y su enorme
dde haciendo andar descalco al paciento, por uu volúmen descendía mas abajo d¡ las rodillas; el en
'i frió. fermo se hallaba atormentado por una liebre intensa,
TnATAMIEr.TO DE LA ISClWA URETRAL. —DeS- ; ". !\¡s, vómitos con dolor y tensión en el periné.
pues de lo que llevamos dicho en los párrafos anterio No tardamos en reconocer la inllamaeion del cuello
res, nos queda pocoque hablar acerca del tratamiento de la vejiga: propusimos la repetición (lela sanaría,
de la is :uria uretial. y quo se practicase sin demora la punción por euri-
Cuando un recién nacido esperimenla una reten ma del pubis. El cirujano de cibeeera, y otras dos
ción de orina, deben eliminarse con cuidado las par» personas esporimentadas, creyeran que el espes r de
tes genitajes.:. s'i no existe ningún vicio de conforma* las paredes abdominales no permiiirit al trócar pe
cion, se friccionará el epigastrio con la mitad de una netrar on la ve,iga, y consideraron que la operación
cebolla, ó con el alcohol debilitado; .so aplicarán fo era oías sjgura por el roclo. Nosotrt» observantes
mentaciones secas y calientes, y cuando estos medios amigablemente, que están, lo la vejiga muy elevada
no basten.se sumergirá al niño en un baño. Cuando por encima da la pelvis, seria tan iuaccesibio al ins»
c) orificio de la uretra está obstruido por [mucosida- truniento por el recio, como p tr el periné; que si él
des, se las limplia con una esponja humedecida. A espesor del panículo adiposa hacia temer que el ins
una época mas avanzada, si el prepucio largo y estre trumento nu llegase á la vejifa, en cambio, los mú-cu-
cho so inflama, irritado por la permanencia de algu los deberían citar muy delgados; y que en lio, se
nas golas de orina, esta flogosis haco llorar al niño, podría practicar una incisión profunda con el bistu
siempre que va á orinar. Cuando acaba de satisfacer rí, para disminuir el trayecto que había de recor
esta necesidad, la nodriza debe instilar algunas golas rer el Iróear. ¡Vuestros compañeros no fueron de es
de lecheen e! prepucio para limpiarle. El limosis con- to parecer. Uu cirujano muy hábil introdujo en el
geuüo exige los socorros de la cirujía, cuando se opone recto un trócar ligeramente curvo, de seis pulga
á la salida de lacinia. En la iscuria dependiente de das do largo, y lo dirigió contra la vejiga. Después
la imperforacíon del glande, se debe practicar inmedia do haber hecho dos punciones no salió ni una gota
tamente la operación, si existe la uretra. En los adul de o.'ina. Se abandonó la .operación como impracii-
tos, la compresión de esto canal reclama, según su cab'e, á causa de la obesidad de! individuo, que mu
causa, las lavativas, para evacuar las materias acu rió dus dias después. Procedimos 4 la abertura del
muladas cu el recto, la reducción do este intestino, cadáver en presencia del cirujano de cabecera. In-
la de la vagina ó del útcí'o, y el cateterismo en una cindimos la piel por encima del p ibis y dol panículo
mujer de parto quo ha olvidado orinar antes que grasicnto, el cu d tenía cuatro pulgadas y inedia de
se declaren los dolores. En este último caso, cuando espesor; hicj nos penetrar el trocar en la vejiga por
no se puede introducir la souda, se eleva el útero con la incisión, y la orina salió en gran cantidad por la
el dedo introducido en la vagina, y se precipita el cánula. Al csplorar el vientre, hallamos la vejiga uiuj
parto si lys circunstancias lo exijeu. elevada por encima de la polvis; contenia una gran
Los obstáculos quo residen en el interior de la ure cambiad de arenillas; su cuello estaba cerrado por un
tra, reclaman igualmente los socorros de la cirujía. tumor del volúmen de una avellana, y el cual tendía
Ta hemos ospucsto el tratamiento médico y quirúr á la supuración; la uretra bahía sido perforada en las
gico que conviene contra la iullamucion de la uretra, tentativas que se habían hecho por el recto, y el ri-'
y sus consecuencias, como la induración, las callosi ñon izquierdo contenia nueve cálculos muy gruesos.
dades de la mei ■ac'
460 BIBLIOTECA P.CONÓMICA
da por encima de la pelvis, y tan apartada del pubis, iscuria muy grave, con fiebre intensa, tenesmo vesi
en una iscuria dependiente de un infarto muy volu cal muy incomodo , y todos los demás síntomas de
minoso déla próstata, que apenas podia la sondajle- la retención de orina. Habitaba en el campo, y su
gar hasta su cavidad. En otro caso, un tumor, que médico le prescribió dos sangrías. Como su estado
llenaba lodo el vientre, había arrojado la vejiga se agravaba de hora en hora, se nos escribió la his
fuera de la pelvis, y la uretra, alargada, se liallaBa toria de la enfermedad. No nos hallábamos entonces
por delante del tumor, por debajo de las costillas en libertad de ausentarnos de la capital ; descansa
falsas, y hacia la cresta de los fleos. Hemos hallado mos, pues, en la esperiencia del cirujano, y aconse
en un cadáver la matiiz muy elevada por encima de jamos abrir inmediatamente una salida artificial á las
la pelvis, y la vagina presentaba una longitud triple orinas, si el cateterismo era imposible. Se practicó
de su estension ordinaria; la cavidad uterina contenia la punción por el ano; se (¡jó la cánula, y el enfer
una sustancia huesosa de un volumen considerable. mo volvió á Viona por el Danubio. Mucho temíamos
Así, cuando no hay seguridad de encontrar la vejiga que el instrumento abandonase la vejiga; pero el
en la pelvis; cuando el dedo introducido en el ano, viaje se hizo sin accidente alguno, la cánula no tuvo
no siente un tumor voluminoso y pesadd, formado la menor variación de lugar, y el cirujano la abria
por este órgano, no debemos practicar la punción para dar paso á la orina, después de lo cual la tapa
por el recto; per» podemos estar seguros de llegar á ba. A su llegada, no tenia el enfermo dolor ni fiebre:
la vejiga, haciendo penetrar el instrumento por en dejamos el instrumento eu su lugar, y como las ori
cima del pubis y en la parte mas saliente. nas eran purulentas y fétidas, prescribimos frecuen
Segunda observación.—Hice i7 años que manda tes inyecciones con una infusión aromática mezcla
mos practicar la punción por este sitio en una persona da con la miel, un régimen suave, pero muy nutriti
distinguida de Pavía que contaba cerca de 70 años: vo, y ligeros laxantes para tener el vientre libre, sin
la observación merece consignarse en este articulo. provocar esfuerzos que hubiesen podido arrojar la
El individuo padecía desde mucho tiempo antes una cánula. Siendo la orina menos espesa, añadimos á la
disuria dependiente del infarto de la próstata. Hacia infusión aromática un ligero cocimiento de quina. Al
tres días que se había suprimido enteramente la ori final de la quinta semana, la uretra se hallaba libre;
na , y todos los esfuerzos de los cirujanos no habían retiramos la cánula, que no presentaba ningún vesti
bastado para superar el obstáculo. Fuimos llamados gio de moho; la orina salió al fin por sus vías natu
en consulta : la vejiga subía basta cerca del ombligo rales , y el enfermo recobró completamente la salud.
y formaba un tumor fluctuanle. Propusimos al en Ademas de los remedios internos , la iscuria de
fermóla punción por el pubis. Consintió en ello; pero pendiente de una afección espasmódica de la uretra,
como era caprichoso, y acostumbrado á hacerlo todo exige los baños, las ra'aplasmas emolientes sobre las
en horas determinadas, quiso dejar la operación para parles genitales, las fumigaciones aromáticas, las un
el dia siguiente y á la hora que creyó mas oportuna, turas en la uretra y en el periné con un linimento
sin escuchar nuestras observaciones. El volumen do compuesto de una parto de tintura tebáica y dos de
la vejiga aumentó considerablemente: la punción se éter sulfúrico; las lavativas oleosas ó mucilaginosas,
practicó,ty salió una gran cantidad de orina; el liqui á las cuales se agrega un grano de opio.
do era turbio, y el último que salió glutinoso; se dejó Vejiga con columnas carnosas (I).—Un septuage
la cánula en la herida. Durante dos semanas sacamos nario, cargado de gordura, y sujeto á la constipación,
varias veces al dia un líquido comunmente purifor fue atacado en 1788 de incomodidades enelestomago,
me, viscoso y fétido. Temiendo que la cánula se cu y especialmente de un hipo muy penoso. Hacia dos
briese de costras calculosas, que impidiesen retirarla años que tenia en el hipogastrio un tumor circuns
sin desgarrar la herida, propusimos al enfermo in crito y tenso. La sangría y algunos purgautes no im
troducir una candelilla muy fina en la uretra , para pidieron que se presentase la. liebre, la cual duró
facilitar el paso de la sonda : nos respondió chanceán cuarenta días, y después reaparecieron los antiguos
dose, que una sola abertura le bastaba para espeler síntomas del estómago: se continuó con los evacuan
las orinas, y que conservaría la cánula por el resto tes. En el mes de octubre del mismo año tuvo otra
de su vida. Nos vimos, pues, obligados á abandonar fiebre que afectaba el tipo de terciana: ademas del
á sí mismo á este hombre singular. A la primavera tumor del hipogastrio, tenia una hernia dos dedos
siguiente se fue á vivir al campo. Comió una gran por encima del ombligo. El pulso era débil ; el hipo
cantidad de espárragos , y á los dos meses después aumentaba de cuando cu cuando; el enfermo orinaba
de practicada la operación , y mientras se solazaba en á menudo, pero con ardor y dificultad. La orina era
un convite, sintió necesidad de orinar, nueva para muy abundante y de buen color. Se creyó deber re
él, y salió la orina á chorro por la uretra. Entonces currir á In sonda, que evacuó corea de seis libras do
consintió en que se retirase la cánula: la operación no orina turbia y fétida. El enfermo se sintió aliviado
fue difícil, y salieron algunas golas desangre. Dicha inmediatamente; se le prescribió una lavativa , y al«
cánula se hallaba incrustada de materias salinas ha gunas horas después de haberla arrojado, pereció en
cia su parte media; pero contra loque esperábamos, medio de convulsiones.
la esireraidad, que había estado sumergida en la ori Hecha la autopsia; se encontró que el estómago y
na, estaba perfectamente limpia. La herida no tar el duodeno estaban inflamados; uno y otro parecían
dó en cicatrizarse. Abandonamos la Italia dos años estar despojados de su membrana mucosa. La hernia
después , y este viejo gozaba aun de una salud per estaba formada por el epiploon y el yeyunio, el cual
fecta. estaba también inflamado en cierta ostensión. La ve
El instrumento do que nos servimos para practicar jiga se hallaba muy dura, la próstata muy infarta
la punción por el pubis es muy imperfecto: una vez da, y la cora esterna do aquel receptáculo inflama
introducida la cánula en la vejiga, es muy difícil da; en el interior ofrecía esta viscera manojos bien
para el operador, y muy incómodo para el enfermo distintos de libras musculares, pero que parecían ten
sustituirla con otra. Creemos, sin embargo, que seria dinosas, á causa de su color blanco. Estos manojos
' posible modificar el trócar; pero este cuidado lo de dejaban entre sí algunos intervalos. La cara interna
jamos á los cirujanos.
Tercera observación.— Un hombre ilustre, de edad .h2L..Bí,M ol,scrr«fioll,!! 'on ^caitas de las Inlerpr«t»ciuu«k
de 67 años, fue repenlinamento acometido de una
DE MEDICINA Y CIBUJ1A.— FRANK. 46\
de la vejiga presentaba el mismo aspecto que la de muslos sobre el vientre. El dolor, que principiaba en
los ventrículos del corazón. Habia también dos her la región del riñon izquierdo, se hacía sentir con es
nias-inguinales, y una parte del ileon ofrecía indicios pecialidad hacía la inserción del uréter : el movimien
de inflamación. to, las sacudidas, y la flexión del cuerpo hácia ade
A pesar de todos estos desórdenes, que no habían lante, lo exasperaban. Al cabo de siete dias, apareció
podido ser obra de un momento, vivió el enfermo algu un tumor circunscrito, doloroso al tacto, que diez
nos años, sin verse obligado á abandonar sus nego dias después, al entrar el enfermo en el hospital,
cios y sin cambiar en nada su régimen; no hizo cama ofrecia fluctuación y se estendía desde la región del
hasta que se presentó la liebre, la cual le arrebató bazo hácia el ombligo, presentando ocho pulgadas de
al sétimo día. Esta fiebre, de tipo de terciana, no fue largo, y seis de ancho. Ademas se manifestó estupor
tan intensa que acelerase el movimiento del pulso, en el muslo derecho, regurgitaciones, tristeza y llan
sino mas bien le debilitó. La inflamación del estóma tos casi continuos. El apetito no estaba alterado. Pa
go, del duodeno y del yeyunio, no fue anunciada por sados dos diai, no podia orinar el enfermo, á pesar de
ninguno de los signos ordinarios, como vómitos, do la violencia de sus esfuerzos; el pulso era frecuente,
lores, pulse concentrado, duro y frecuente , etc. En pequeño y concentrado: en la región vesical existia
cuanto al hipo, que habia durado cerca de un año, no un tumor, y la sonda, introducida con trabajo, no ha
puede atribuirse mas que á la flegmasía intestinal. La cia salir ninguna orina. Se prescribió una Fomentación
reunión de Ires hernias, cosa rara en un mUmo indi emoliente sobre el sitio doloroso, que se habia frotado
viduo , no puede referirse á otra causa que ú la de antemano con aceite: cocimiento de cebada para
constipación. Ya hemos observado (230, 238) que la bebida. El 8, dia décimo-noveno de la enfermedad,
gastritis y la enteritis pueden causar la muerte sin continúa el dolor y la inquietud. Semicupio, fomenta
manifestarse por ningún síntoma. Es digno de notarse ción, y emulsión para bebida. Por la tarde, como tu-
que el estado patológico de la vejiga no se hubiese mentaban el dolor y la inquietud, se aplicó una ca
anunciado por ningún dolor, por ninguna supresión taplasma emoliente y se (lió una solución acuosa de
do orina, y que el enfermo no hubiese sentido mas opio. El 9, el dolor es menor, cara hipocrálica, sen
(fue en la última semana de su existencia ganas fre sibilidad estrema en todo el cuerpo, deposiciones in
cuentes de orinar con ardor y dificultad. No se pue voluntarias, hipo, debilidad escesiva, temblores en las
de menos de elogiar la sagacidad del médico, que á manos y frió de las eslremidades. Al medio dia, después
pesar de la ausencia de los síntomas, y á pesar tam de haber sentido un dolor en la región en que existia
bién del buen aspecto de la oriiia escretada, creyó el tumor, al que se llevaba el enfermo sin cegar la
deber recurrir á la sonda, por la cual se evacuaron mano, se estinguíeron los sentidos, y la muerte llegó
seis libras do líquido turbio y fétido. Efectivamente, al poco tiempo .
no es raro en estos c isos de tumor en el hipogastrio, Ala abertura del cadáver, se descubrió en la parte
que aunque laemisioi de orina sea abundante, pa izquierda del abdóuon, hácia el principio del uréter,
dezca el enfermo al mismo tiempo de retención, y un tumor aislado, ligeramente inflamado en su super
que aunque arroje un líquido claro, la parte baja de la ficie, y producido por la dilatación de la pelvis del
vejiga, formando un gran s ico á lo largo del recto, riñon. Este órgano, que estaba rojo y contenía un cálcu -
consorve una cantidad considerable de orina, que lo, habia adquirido un volumen cuádruple del que tie
posea caracteres muy diversos.. La sola esploracion ne ordinariamente. Abierto el tumor, dejó escapar cer
por el ano, hace conocer los tumores blandos de la ca de tres libras de orina turbia y de sabor acre.
vejiga. Si antes de orinar anda un poco el enfermo, En el fondo del saco se hallaban dos cálculos peque
ó se mueve en su lecho, 6 se pone de rodillas , ó se ños y duros. En toda la longitud del uréter existían
apoya en sus codos con la cabeza inclinada, so mez cálculos friables, entre los cuales se hallaban contraí
cla el depósito con la parte clara, y entonces sale la das lasparedes del canal. El riñon derecho estaba sano,
oriua turbia. Por lo demás, no es raro que por la in á escepciondo su pelvis, que era cuatro dedos de an
fluencia de los cálculos ó de otras causas, adquieran cha, estaba roja y llena de orinas; el uréter de este
las fibras musculares de la vejiga mayor desarrollo, y lado encerraba seis cálculos pequeños. La vejiga,
sobresalgan simulando columnas, cuyo color blanco s i completamente vacía, se hallaba contraída sobre sí
asemeja al de los tendones. Parece que falta la mem misma, engrosada y llena de cálenlos de diversos ta
brana mucosa vesical: pero aunque los antiguos, y maños, los unos friables y los otros duros.
Littre y Morgagni, admiten la destrucción de esta Ketexcion uretérica de orina.— Un hombre da
membrana por enfermedades que residen en diversas sesenta y siete años , sujeto bacía doce á frecuentes
partos del cuerpo, como en la tráquea por la angina, y dificultades de orinar, causadas por los cálculos, sin
en los intestinos por la disenteria , confesamos que, á tió el 2 de setiembre de 1793, al hacer grandes es
no ser una verdadera supuración superficial, no hemos fuerzos para defecar, un violento dolor hácia el riñon
observado en semejante caso mas que pseudoraembra- izquierdo, con sensación análoga á la que resultaría
nas. La muerte repentina del enfermo, nos parece de la ruptura de una parte interior colocada por en
haber sido causada por la sustracción repentina de cima de este órgano. Bien pronto te suprimieron las
la orina y de las materias fecales acumuladas en la orinas, á escepciou de algunas gotas arrojadas des -
vejiga y en el recto. pues do- grandes esfuerzos, y cuya salida se acom
Retención uretérica de orina. — Un hombre de pañaba de un ardor muy grande. Al sesto dia de su
noventa años, que padecía hacia mucho tiempo cálcu enfermedad, es decir, el 7 de setiembre, lúe admi
los renales, y casi enteramento aniquilado, entró e! 7 tido este individuo en el hospital de l'urin. La noche
de setiembre de 1793 en el hospital de Pavía. Acos precedente la habia pasado sio dormir y con mucha
tumbraba calmar sus dolores con el uso de la leche y agitación. Bu laactualidad, la región bipogástrica es
de las emulsiones: en fin, esperímenló un sentimien taba tumefacta y dulorosa. Eructos frecuentes, acom
to de pesadez en el riñon izquierdo,y después una sen pañados de hipo, sed ardiente, rostro muy pálido; sin
sación semejante i't la que produciría el desprendi embargo, no había constipación. Por la tarde el vien
miento violento de un órgano en esta región. Desdo tre estaba muy tenso y doloroso al tacto , aunque
entonces tenia retraídos el pene y los testículos. No la sonda no había encontrado orina en la vejiga. Esta
podia orinar mas que gota á gota, con grandes esfuer tensión del vientre era igual y circunscrita , subia
zos y vivos dolores, y para esto tenia que colocar los por encima del ombligo, y casi llegaba al diafragma.
462 BIBLIOTECA ECONÓMICA
Semicupios y fomentaciones emolientes. Al siguiente al tercer dia, en medio de sudores parciales v lrin¿
dia, habia aumentado el volúmcn del vientre: di en y en un cornplato abatimiento de fuerzas.
fermo 00 había arrojado mas que algunas gotas de Los tegumentos: del pene , desdo su raíz hasta
orina durante la [loche; debilidad estrema, palidez glande, estaban lívidos y atacados de gangrena*
considerable, pulso muy débil, bino. A mediodía, cual se estondla hasta el. escroto. Al inspecciona
bajo vientre, y cuando se trataba de aislar I
El riñon Izquierdo, deun negro lívido, casi igualaba de las paites vecinas, se percibieron los dos.i
en volírmen á la cabeza de un niño. Su pelvis estaba que habían aumentado mucho de vojúmen.
dilatada : el uréter , cerca de su inseiciou en la la vejiga, dió salida'á una orina mozclada di
, estaba lleno de cálculos. La pelvis del riñon grenoso. Su pared esterna y posterior, ofrecía an
lióse hallaba igualmente dilatada, y su uréter chas pintas gangrenosas; y en los puntos correspon
contenia también un cálculo cerca de la vejiga. dientes de su membrana interna, que estaba1 como
Eñ el individuo de esta observación, la dilalacioti plegada, so elevaban grandes columnas. La gangre*
de la pelvis y del uréter contiguo lio era lan consi ua había también contraído el cuello, hastv. tal punto
derable como en el precedente. Ninguno de los dos que las membranas estaban casi reducidas á putrí -
sintió dolor hasta que los cálculos descendieron, por lago. La próstata habia aumentado de volúmen , y
lo tanto no hubo inflamación; pero la enfermedad fue tapaba la uretra, produciendo de ese modo Ja iscu
precedida de una v'va flegmasía, que habia dejado oi\ ria. La uretra estaba estrechada esli ciliadamente en
prueba de su existencia una dilatación en el mismo casi toda su longílud, sin vestigio de prominencias
riñon, y vestigios de gangrena. Lo que merece nues ni de cicatrices. Las pelvis de los riñoues se hallaban
tra aiencion en los dos casos, es el descenso de los fuertemente distendidas por la orina, y la del iz
cálculos desde la pelvis del riñon ai uréter, durante quierdo tenia doble volútnen^Arhbas glándulas con
los esfuerzos para defecar, y la sensación dolorosa, tenían una orina de ¿olor acuoso. El orificio de los
análoga á la que produciría una ruptura. Aunque en uréteres en la vejiga, se encontraba cerrado por las
el segundo enfermo los dos ríñones co.itenian cálcu columnas carnosas de la cara posterior del órgano.
los que fueron arrojados al uréter, no se manifestaron Se trata aef.uí do un individuo que ya habia padeci
los síntomas ordinarios de los cálculos renales , si se do varias veces de síntomas venéreos. Hemos hecho
esceptúa un dolor pasajero, pero muydevivo, hácia ely ver en algunos parajes de esta obra cuán poderosas
riñon izquierdo •durante el descenso la piedra, son semejantes enfermedades para provocar lesiones,
grandes eructos acompañados de hipo ; no hubo tanto agudas como crónicas, de la próstata y de la
dolores en los ríñones, regurgitaciones, vómitos, có vejiga, y cuán funestos son los efectos de los reme
lico nefrítico, entorpecimiento de los muslos y retrac dios á que se recurre en esos casos. Sin embargo,
ción del pene y_ de los testículos. Al sesto día de la jamás hemos visto, en el curso de nuestra larga prác
enfermedad, la intumescencia de la región hipogas tica, que en el corto espacio de veinte y cuatro horas
trios, con dolor, la hinchazón de lodo el vientre, y haya sido atacado un enfermo de gangrena de la
la supresión de la orina durante cuatro días , podían vejiga; por la cual hubiese sucumbido al tefeerdia,
inducirnos á sospechar como causa la repleción do la después de haberse esleuilido la mortificación á las
vejiga. No obstante, el catéter no dió salida á ningún partes genitales esternas. No fallan ejemplos do gan
líquido, y en la autopsia se encontró á la vejiga, pe grenas prontamente mortales, que han ejercido sus
queña, contraída y vacia; la tumefacción del vientre estragos en los órganos genitales, pocos dias después
era , pues, producida por un meteorismo sintomático de un coito impuro; pero lo que prueba <jue este
de los cálculos. En el primer enfermo, á pesar de la efecto proviene mas bien de cierta predisposición in
cesación completa del aflojo de la orina & la vejiga, dividual desconocida, que del virus, es que otros indi
hubo ganas de orinar, acompañadas de dolores atro viduos, acometidos en la misma época, y cuyo mal
ces; en el segundo, este fenómeno tuvo lugar tam habia lenido el mismo origen , han tenido otra suerte
bién por efecto de los cálculos, lo cual confirma lo que muy diversa: bajo este punto de vista, los diversos
hemos dicho, estó es, que en la iscuria falsa ó renal, principios contagiosos, sin esceptuar el déla viruela,
no siempre faltan el ¿imor hipogástríco y la violenta se asemejan los unos á los otros. De tres jóvenes que
necesidad de orinar. Por lo nemas, el último hecho en Milán tuvieron comercio, en el intervalo de una
prueba que no hay casos mas funestos que aquellos hora, con una misma mujer Infectada, el uno pade
en que los cálculos, aunque sean pequeños, son reto ció una blenorragia uretral, y los otros dos, úlceras
nidos en el sitio eu quedos uréteres penetran oblicua venéreas, que en uno de ellos pasaron bien pronto á
mente en la vejiga por entro sus túnicas, pues esti la gangrena con desprendimiento del glande. Nuestro
mulan este receptáculo, y sus contracciones les impi enfermo esperimeutó do-de luego grandes dolores
den continuar su marcha. en la región hipogástrica, y síntomas de cistitis, que
Retención »e orisa coa cangrena i>e la vegica.— no habiau podido calmar las sangrías. Por' lo tanto,
Un hombre de. cincuenta años, que había padecido sí escepluamos la prontitud de la marcha , y la gan
varias veces una iscuria venérea, enlró el 24 de fe grena del escroto, que no lia sido observada por
brero de 1788 en, el hospital de Landau. Acababa de nosotros ni por nadie, que sepamos, bajo la in-
esperimsntar dolores crueles en la región hipogastri fiuencia de una cistitis simple, nada se alejó aquí del
os; con especialidad cerca del pubis. El vientre estaba curso natural de las Cosas. En cuanto al primer punto,
hinchado, y la vejiga tumefacta por la orina retenida. es dudoso que el enfermo, atacado ya de gangrena
Tenia liebre, pulso pequeño y postración de fuerzas. déla vejiga á su entrada en el hospital, indicase con
Se habían practicado algunas sangrías. Solamente se precisión el momento de la invasión de los acciden
habían pasado veinte y cuatro horas al decir del en tes; las sangrías que se practicaron no fueron hechas
fermo, después de la invasión de estos accidentes, sin duda en las primeras horas de la enfermedad, ó
y sin embarco, ya so percibían síntomas do gangrena1. por lo Himnos, mediaron entre unas y otras intervalos
La introducción del catéter era muy difícil, á causa muy largos. Sea de esto lo que quiera, se podrá pre
do la gran resistencia del cuello de ia vejiga, y déla guntar sí la sustracción abundante de sangre, en un
tumefacción de la próstata, que so sentía al e- [llorarla sugelo que padeciese desde mucho antes uu iiial con
por el ano. La orina, espelida en pequeña can- ■ tagioso, no pu avocar 1 rena s , el
iídad , era negruzca y muy fétida. El enfermo murió I estado de la sterior en este Iiorn
l
DE MEDICINA T crauiÍA.~-FKANK.
bre, llama poderosamente la atención, no tan solo á eran muy parecidas al tejido del corazón. El interior
causa do la gangrena, sino en razón do las fuertes ofrecía también muchas columnas carnosas. La cavi
columnas de que estaba guarnecida; estas columnas dad era tan pequeña, que no podia contener mus de
deben atribuirse á las Fibras musculares de la vejiga, cuatro onzas de líquido. Estaba lubricicada por una
desarrolladas por una larga irritación, mas bien que mucosidad de muy mal olor. Entre las columnas del
á los pliegues de la membrana interna. Diclias co cuello, se hallaba un cálculo negro, redondeado^ liso,
lumnas cerraban los orificios de los uréteres, que es pequeño, y de veinte granos do peso; otro cálculo
taban mas estrechos que de costumbre. Las fibras del mismo volumen y de la misma naturaleza, se en
musculares de la vejiga pueden, por lo tanto, ser es contraba libre en la vejiga, y otro del grosor de una
timuladas y obligadas ;í adquirir tan gran desarrollo, castaña, estaba encerrado entre dos grandes colum
no solamente por los cálculos, sino por una flogosis nas carnosas de la parte posterior; sobresalía cerca
repetida con frecuencia, que se estiende desde la uretra de cuatro líneas, estaba escavado en forma de con
y la próstata á la vejiga, y de aquí resulta, según su cha, y tenia un color blanco; pero la porción que es»
situación, la contracción de la misma vejiga , ó la taba engastada, era negra y lisa. Ambos ríñones esta
constricción del orificio délos uréteres. A esta causa, ban gruesos y duros, y el derecho menos que el iz
de fecha muy anterior, se debe atribuir el efecto ob quierdo; sus pelvis y los uréteres, contenían un moco
servado en nuestro enfermo, y no á ninguna otra, que de mal olor, como el de la vejiga. El hígado era pe
databa solamente de al .'unos dias. Como la uretra se queño, y su superficie estaba rugosa. Todas las de-
halló sana, á escepcion de su estrechez, creemos qus mus visceras del abdómen y del pucho, estaban
lo que se llamó esfacelo de los tegumentos del pene, sanas.
era mas bien un ancho equimosis, que un fenómeno Está probado que puede mediar mucho tiempo en-
procedente «le la comunicación entre las partes es tre los síntomas de los cálculos urinarios y su salida
ternas y las de la vejiga , que estaban afectadas de ó entre los accidentes que indican su presencia dé
gangrena. una manera positiva, por el ejemplo de este enfermo,
Vejiga chinaría afectando la f(Okm\ y la apa quien después de haber padecido durante siete años,
riencia del corazón.—Un hombre 'de treinta y dos los fenómenos que anuncian la afección calculosa de
años fue atacado de disuria; su orina estaba carga los ríñones, de los uréteres, y de la vejiga, cuyos fe
da de inucosidades, y poco á poco se fueron presen- nómenos fueron aumentando gradualmente, y des
lando los síntomas de la piedra en los ríñones, los pués de haber arrojado orinas fétidas, con secreción
uréteres y la vejiga. La cantidad del moco aumentó muy abundante de moco, espolió al nu dos cálculos
muy pronto, hasta el punto do ascender á doble can pequeños, del volumen de un gisahte. El enfermo vi
tidad de la de la orina. Al cabo de siete años arrojó vió aun veinte años, sin que el mas grueso de los tres
el enfermo dos cálculos pequeños, muy lisos, del ta cálculos que se encontraron á su muerte en la vejiga,
maño de un guisante, y en medio de los síntomas escediese al tamaño de una castaña. No debe atri
propios á esta afección; como continuaron manifes buirse este efecto al agua de cal de que había hecho
tándose, á pesar de la salida de los cálculos, se cre uso el enfermo, porque los dolores do la vejiga no se
yó con justo motivo que aun quedaban algunos en la disminuyeron, y se sabe cuún inútil es este medio en
vejiga. Se administró el agua de cal sin obtener el semejantes casos; ademas, la dureza y la lisura de
mas pequeño resultado. las piedras no permiten que admitamos esta suposi
Cuando llegó este hombre á la edad de cincuenta ción. Sin embargo, el acrecentamiento de los cáleu-
y nueve años, se quejaba de uu sentimiento do lan los no siempre se efectúa con tanta lentitud como lo
guidez, de debilidad, y de plenitud. Al esplorar el prueba la autopsia en los niños, en quienes se lian
abdómen, se descubrió en la región epigástrica un encontrado muy gruesos. Por lo demás, el hecho que
tumor circunscrito, algo duro, que cedia sin embargo acabamos de referir demuesta la importancia de la fe
ála presión; piriforme, y de la altura de seis traveses tidez específica de la orina, y de la producción del
do dedo. Al día siguiente, ocupaba este tumor la re moco que la acompaña, en "ti diagnóstico de la afec
gión umbilical; y al inmediato, tanto la región epicó- ción calculosa. En cuanto al tumor proteiforme ob
lica derecha como la izquierda; pero variaba durante servado cu el abdómen, seria muy difícil decir á qué
el dia, según la posición del enfermo, la hora de la era debido. El epiploon, adherido á los anillos y al
comida, y la cantidad do los alimentos, siendo unas fondo de la vejiga, comprimía probablemente los in
veces muy manifiesto, y otras, apenas perceptible al testinos distendidos por los gases_ ó por las materias
tacto; se sospechó que este tumor era pediculado. El fecales, ocasionando así su retención, ya en uu pun
enfermo obtenia ordinariamente algún alivio de los to, ya en otro. No nos faltan ejemplos de vejigas
ferruginosos, asociados con especialidad al jabori y_ al que presentaban columnas carnosas, y cuyas fibras
estrado de cicuta. En fin, pasado mas de un uno, musculares habian adquirido un gran desarrollo, pero
en el otoño, á consecuencia do movimientos violen no sabemos que se haya descrito ninguno, que najo
tos, y después de haber tenido algunos dolores en este aspecto tuviese, como el caso actual, una seme
los ríñones, en el abdómen, pero con particularidad janza tan notable con el coraron.
en la región del pubis ó en el periné, sobrevino una Carcinoma de la vejiga.—Un religioso había llega
evacuación de sangre pura por la uretra; pulso dé do á lo edad de 50 años, sin que hubiese tenido, por
bil, intermitente, náuseas, vómitos, bino, saltos de decirlo asi, ninguua enfermedad. Dos años después,
tendones, fiebre, y muerte al octavo dia do haber pa se manifestaron por todo su cuerpo pústulas negruz
decido la hematuria. cas y pruríginosas, que desaparecieron por sí mis
Los intestinos ofrecían por todas partes manchas mas, por descamación. Al cabo de cuatro meses, se
lívidas. El epiploon se adhería á los anillos y id fondo presentaron nuevas pústulas, mayores y mas negras,
de la vejiga. Esta presentaba uu color lívido, tenia que en pocos dias se llenaban de un humor rojo y
una forma conóidea, y se asemejaba en la figura y en purulento, que obraba como cáustico sobre las par
la dureza al corazón numauo, colocado al revés; es tes vecinas, cuando salia espontáneamente, y no tar
decir, con el vértice hacia abajo y la base hacia arri dó en escoriarlas. Esta enfermedad duró mas de un
ba. Tenia seis pulgadas de longitud y cuatro de an mes, y después cesó bajo la influencia de un gran
cho; sus Gbras musculares eran tan multiplicadas, frío. Alguu tiempo después, sobrevino un dolor sor
que las paredes tenian pulgada y media de espesor, y do y continuo en la región del riñon izquierdo, quo
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464 BIBLIOTECA ECONÓMICA


ij estsndía por delante y liasta el pubis, y el enfer que tienen erigen en la sustancia propia de dicha vis-
mo no podía acostarse sobre el sitio dolorido. A esto cera, son raros. Otros autores, como Baillié, Voiglel,
se agregó en seguida dificultad de orinar y fiebre, Síemmering, han notado que el engrosamienlo de las
enjos sintonías cedieron, sin embargo, á los reme paredes vesicales, ó ei desarrollo de sus fibras, han
dios apropiados, sin que cesase el dolor. Bien pronto sido considerados mas de una vez como un escirro.
salieron las orinas en abundancia, y arrastraban Sin embargo, ya hemos probado (360), con un ejem-
consigo pequeños filamentos blanquecinos, oblongos, plo manifiesto, que los esciros propios vájiga
mezclados de cstrias de sangre, de los cuales, unos no pueden, ponerse en duda, y hemos ''" en
sobrenadaban en la superficie, y oíros se depositaban otra parte otro ejemplo de esta afección,
tquel líquido, y que examinados de co de Bruchsaí, que era escrofuloso. '
apariencia de una membrana some- El caso que acabamos de referir es ,
icion. En vano se administraron al notable, porque no se habla de escirro de'
gunos remedios, pues so manifestaren dolores al ori las partes inmediatas á la vejiga. Una ad
nar, qne no habían existido basta entonces. La orina impetiginosa, ó una especie de ántrax, lo que al
salía gota á gota y continuamente; ei cuerpo so en Sarecer precedió á la afección. Habiendo _ lapareci-
flaquecía por grados; constipación, pérdida del ape o este exantema por efecto del frió, se manifestó eu
tito, dificultad de respirar. El dolor del riñon izquier la región del riñon izquierdo un dolor sordo , pero
do era mas vivo. Los esfuerzos inútiles para orinar permanente, que se estendia en ciertas ocasiones
iban en aumento, con tenesmo considerable; asi per hasta el pubis. A este dolor se asociaron inmediata
maneció el enfermo por espacio de tres meses; en mente la dificultad de orinar y una fiebre corta. Des
tonces arrojó de repente, y después de grandes es pués aumentó la cantidad de orina, y este líquido se
fuerzos, uncuerpo sanguíneo y grumoso que fue á pa hallaba cargado de filamentos teñidos de sangre. Has
rar á cuatro pasos de distancia: después salió mucha ta aquí se notaron mas bien los síntomas de una he-
sangre, cuya cantidad ascendía á tres libras. El en frailía que los de una nefritis, porque no hubo fiebre
fermo cayo en un síncope, después del cual no vol violenta durante muchos dias, ni vómitos, ni cólicos,
vió 4 tener hemorragia en quince dias, aunque no ni entorpecimiento del muslo, ni retracción del tes
cesaron los síntomas anteriormente espuestos. Pasado tículo. Los filamentos blanquecinos presentaban una
este tiempo, la poca cantidad de orina que arrojaba materia purulenta, cuya salida anuncia ordinaria
eon mucho trabajo, tenia en depósito pequeños gra mente la solución de una flegmasía renal ; sin em
nos de arena, con grumos de sangre. El pulso era bargo, nosotros hemos hecho notar (238) que en
débil é irregular. En fin, sobrevino fiebre con exa la nefritis, los dolores son al principio obtusos, ten
cerbaciones por la tarde, y una angina catarral , que sivos y compresivos. También hemos observado (256)
impedia la deglución de los líquidos. A esta época, que á escepcíon de la nefritis calculosa, las inflama
volvió ú presentarse la hematuria con mas abundan ciones de los ríñones son raras, pero que se ven,
cia que antes, y continuó asi por espacio de tres sin embargo, mas frecuentemente de lo que se pien
dias; entonces fue seguida de una supresión total de sa, supuraciones latentes en estos órganos. En efec
orina, y de la evacuación purulenta. El dolor renal to, nuestro enfermo no ofreció , es verdad , vómitos
disminuyó poco á poco, y «I enfermo sentía continuos ni eructos ; pero hubo en él una emaciación progre
escalofríos. En la consulta que tuvo lugar, se supuso siva, y los dolores al orinar, que al principió fallaron,
que existia una tumefacción de la próstata, y en con fueron después atroces, con sentimiento doloroso
secuencia se prescribió la cicuta, tanto al esterior continuo en la región del riñon izquierdo , constipa
como al interior. Apenas había tomado el enfermo ción, tenesmo, sensación de un obstáculo en el cue
quince granos, cuando tuvo algunos vómitos, por los llo de la vejiga, y respiración anhelosa. Mas tarde, en
cuales arrojaba una materia análoga á la que salía fin, sobrevino la fiebre lenta, con exacerbaciones ves
anteriormente por l> uretra. A poco tiempo sobrevino pertinas: y á la abertura del cadáver, se encontró
hipo, faltos de tendones, (espiración anhelosa, sudor destruido el riñon izquierdo , sin que quedase de él
frío, diarrea, y muerte. otra cosa que la pelvis. Por lo tanto, hubo una infla
El abdomen, retraído, no ofrecía ningún vestigio de mación evidente del riñon, que terminó por la su
grasa, y sus músculos parecían quemados. El peri puración, y que no debía su origen á los cálculos,
toneo se había adherido en su parte anterior ó infe porque no se puede considerar como causa de la en
rior á la vejiga, de lal manera, que apenas se podía fermedad las arenillas que arrojaba el enfermo con
desprender. £1 epiploon había desaparecido, pero los grumos de sangre , y que no es raro encontrar
los intestiiios $e hallaban exentos de inflamación; el aun en la orina de las personas sanas. No obstante,
hígado estaba natural, y el bazo tenia el volumen de lo admirable es que no se haya "hecho mención del
una nuez. El riñon derecho no presentaba nada nota pus, que salió con la orina; pero se ha hablado de
ble; el izquierdo estaba atrofiado hasta el punto de otros fenómenos que han podido impedir quizas el
no haber quedadado de él mas que la pelvis. Los observarle. Con efecto , después de haber sufrido
uréteres no se habían dilatado, pero el izquierdo durante tres meses, y de haber sentido un obstáculo
presentaba vestigios de -una ligera inflamación. La en el orificio de la vejiga, arrojó el enfermo, de re
vejiga tenia doblo volúmen que el natural, estaba pente y con esfuerzo , un cuerpo sanguíneo y grumo
adherida de tal manera á las partes adyacentes, que so , que fue seguido de la pérdida de tres libras de
al cortarla con el escalpelo, sonaba como si so cor sangre. Al tratar de la hematuria vesical , liemos ha
tasen cartílagos. Separada de los órganos inmedia blado tambieu de los coágulos de sangre y de los
tos, pesó dos libras; y al abrirla, so la encontró sem pólipos espelidos después del flujo, muchas veces á
brada de úlceras. También se hallaron sacos peque causa de violentos estornudos, y se conoce el hecho
ño», llenos los unos de materia purulenta, y bs otros referido por Tralles, de una embarazada que arrojó
vacíos. La cavidad du la vejiga estaba ocupada por de su vejiga muchos pólipos muy largos, al estornu
una sustancia fungosa, y no tenia mas que tres onzas dar. Después de esta hematuria abundante, el enfer
de liquido; tanto era lo que habían aumentado de es» mo "cayó en un síncope, y todo anunció su lin próxi
pesor sus paredes. mo; después se presentó ur.a nueva hemorragia, mas
Los escirro* de la vejiga, que no proceden de este abundante que la precedente, y que duró tres dias;
engrasamiento, como los del ulero o del recto , pero desde entonces hubo supresión du materia purulenta,
DE MEDICINA Y CUUJJÍA.— FRANK. 465
de la cual so habla por primera vez, seguida déla lecho, en donde se le colocó inmediatamente, y per
muerte, y que no debe atribuirse á la cicuta. No hay maneció en él en una grande agitación, hasta que
que dudar de dónde provenia esta sangre coagulada espiró.
y líquida , si se considera el estado en que se encon Treinta y seis horas después de la muerte se prac
tró la vejiga, y so recuerda cuántas veces son sínto ticó la autopsia, y el cuerpo no ofrecía aun ningún
mas las hemorragias de los escirros. La sangro pro vestigio de rigidez cadavérica. El tumor del vientre,
venía, sin ningún género de duda, de la fungosidad parecía dividido eu dos partes. A los lados del om
que llenaba la cavidad de esta viscera. bligo se descubrieron dos tumores muy blandos, que
Vkjiga con células.—Un hombre de setenta y tres se reunían en uno solo Inicia la parte posterior, y es
años, muy aficionado á la caza, tuvo algunos vómitos taban unidos por delante al peritoneo El derecho se
el 27 de setiembre de 1780, tres horas después do hallaba adherido al ciego: todo el tejido celular que
haber comido un lechoncillo sazonado con especias. los unia á las partes inmediatas, estaba lleno de una
A estos vómitos, que no le aliviaron, sucedió un do serosidad rojiza. Las visceras abdominales, compri
lor pungitivo, lijo en la región lumbar, y un poco mas midas pordichos tumores, estaban adheridas entre sí.
arriba de la cresta iliaca izquierda. Este dolor per» Introducida una sonda en la vejiga, salieron 80 on
sistió por cuatro dias, con sequedad y amargor de la zas (2 i •> kilógr.) de orina. So llenó enseguida de
boca, y sed, bostezos, pandiculaciones, y ligeros es aire esto órgano, el cu 4 tenia su volumen ordinario,
calofríos irregulares. Se practicó una sangría, y tomó pero su forma era oblonga: á su lado derecho había
el enfeimo cerca de cinco onzas (i'óO gram.) de un saco que comunicaba con su cavidad. Este saco,
aceite de olivas, lo cual le produjo algunas evacua delgado v casi trasparente, y que tenía casi dos pulga-
ciones alvinas , y calmó el dolor. Al cabo de cinco dasde diámetro, estaba constituido por la membrana
dias reapareció aun mas fuerte , pero en el lado de internado la vejiga, que había lormado hernia por
recho de la misma región. El enfermo tomó algunas entre las libras musculares, las cuales no habían ad-.
pildoras, cuya composición nos fue desconocida. quirído mucho desarrollo. La vejiga ofrecía aun otras
El 7 de setiembre, habiendo perdido el enfermo las células pequeñas y semitrasparentcs, que probable
fuerzas, y viéndose atormentado por la dispnea , fue mente hubieran llegado á convertirse en sacos, si el
trasladado á la clínica de Pavía casi moribundo. enfermo hubiese vivido mas tiempo. La próstata ha
Vientre indolento al tacto , pero duro é hinchado, re bía aumentado mucho de volumen, y estaba escir-
sistente á la presión , y como dividido en tres tumo rosa. Después do la muerte, se supo que el enfermo
res, que eran de diversa altura , y se cstendian obli había padecido de hematuria tres años antes.
cuamente desde la ingle derecha hasta la región del Las obras de medicina contienen muchos ejem
ciego; no existia liebre , pero el pulso era pequeño y plos de esta especie de sacos , apéndices , hernias ó
muy débil. Se m tildaron fomentaciones calientes, y un células déla vejiga urinaria (I). El nombro de her
poco de vino. El enfermo nos dijo que antes de sentir nia no conviene, puesto que no hay ninguna viscera
el dolor en el lado izquierdo, no había notado jamás en él saco; el de apéndice no conviene mejor, una
los tumores que se advertían en su vientre , ni la vez que todas las túnicas del órgano no concurren á
constipación que sufría. su producción. En efecto, proviene solamente de la
Se aplicaron vejigatorios á los brazos , y una lava membrana interna de la vejiga, que se insinúa por
tiva procuró tres deposiciones muy copiosas. A la éntrelas libras musculares , formando así una bolsa
noche siguiente, durmió el enfermo; el sueño reparó mas ó menos grande , mas delgada que la vejiga,
sus fuerzas , el pulso se desarrolló , y la respiración femitrasparente, y cubierta ó no por el peritoneo.
era mas fácil. El dia fue bueno, pero por la tarde Haller ha observado que las fibras carnosas del co
volvió á presentarse el amargor de boca y la consti razón se separan algunas veces de este modo en el
pación. Se administró una onza (30 gram.) de sal feto, y que la membrana interna, deslizándose á
íi marga, y una lavativa. Hubo algunas deposiciones, través, forma los primeros rudimentos del aneurisma:
pero los demás sintonías persistieron. So prescribió el mismo mecanismo se efectúa aquí, salva la dife
el polvo de ruibarbo con el calomelanos, y la in rencia del órgano, y del líquido contenido. Como no
quietud nocturna continuó por espacio de seis dias. hay ningún punto de la superficie do la vejiga, en
Al décimo-sétimo se administró el cocimiento de donde no puedan existir semejantes células, que se
quina. El enfermo recuperó algo el apetito , y el han observado hasta en la inserción del uraco, y en
sueño era mejor; pero al cabo de dos dias se quejó, la de los uréteres (2), aunque sean quizá mas fre
por la tarde, de dolores obtusos en los tumores del cuentes en los lados de esta viscera (3); deben ser
abtlómen , y no orinó nada. Se friccionó el vientre masó menos densas, según que el peritoneo las re
con un linimento volátil, y se prescribió una tisana cubra ó no Las libras musculares que las rodean cu
de laráxacon, dividida en tres dosis, cada una de su base, hacen el oficio de un falso eslinter incom
las cuales contenía media dracma (2 gram.) de tár pleto ; estas células son ordinariamente esférica*,
taro soluble. El enfermo no evacuó el vientre, ni
orinó; los dolores permanecieron lo mismo, y no 1 De esta enfermedad murió el célebre Casaabon. Véase i Bo-
vino el sueño á reanimar sus fuerzas. nel, Scpulchiet, en donde se encuentra l la historia de este sabio
Al dia vigésímo-primero, está el vientre algo mas que se asemeja mucho á la do nuestro enfermo.—Coiter, Kjcrcit.
doloroso al tacto, ¿os tres tumores se han reunido el obs. anal. Nuremberg, 1575.-Uerger, llist. de l'Ac.des se, 1704,
en uno solo , y el vientre está un poco hinchado. Se obs. anal., 22.—Bobn , De b.fficio med. duplici , p. 516.—Heistcr,
lnstit. ebirurg., P. II, c. CXIV, lab. XXXII, lig. 2.-Broke, De
aplicó una lavativa , y se mandó practicar el catete vesica' urinaria' appemlicibus, Strasburgo, 17.U.—Morgugni, Ad-
rismo en el caso de que el enfermo no orinase. vertufc anat. 111, aniinadvers. XXXVI, p. 92. De sed. el eaus.
Al vigésimo-segundo, como arrojó alguna orina pierres motb., cp. VII, n. 1 1 , ep. Xl.ll.n. 30.—Iloustet , obs. sur les
etikvslées, Mem, de l'Acad. des se. de l'aris, 1775.-rVoig-
al hacer una deposición, se abstuvieron de sondarle. tel, Handbueh der pathologisehen Anatomie. t. III, p. 236, 211. —
Se administró otra lavativa. Ni este dia ni el siguiente Conradi, llandbuch der pathologisehen Anatomie, p. 26'J.—Civia-
orinó el enfermo, ni hizo ninguna deposición. Se ie, 'frailé des mal. désorg. genito-urinaires, 1. 111, p. 132. Trai-
lé de l'affect. calcul., p. 279.—J. Gntvcilhier, Anatomio palhologi-
volvió á mandar el cateterismo; pero en vez de esto, nuc, cutregas 2, 17, 26 y 39.
se aplicó una lavativa , esperando que la orina sa- 2 Waller , Krankbeitpn der Nieren Harnblasc, p. IU,
'iese con las materias fecales. Hácía media noche lab. XIII. itilis. Slrasbur
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poro ol principio licúen una torma oval y sa aseme que la materia que se reunía entre sus fibras había
jan en cierto nindo á las verrugas. Su número varia, producido otras nuevas, y so convertía an un tejido
segqn los individuos: Nourse citaseis (I); Houslct esponjoso semejante al tejido celular.
lia hallado algunas mas. En nuestro individuo , ade Otra vejiga cok células.—Un niño, do doce
mas del saco, existían diez y nueve células pequeñas. años, murió en el hospital de Pavía, poco tiempo
También se lian encontrado en ellas cálculos únicos, después de su entrada en dicho asilo, de una enfer
ó múltiples (2). I.a vejiga do un niño, de quien ha medad que nos fuo desconocida, y su cuerpo fue
blaremos después, contenia un cálculo libre, pero trasladado al anfiteatro para hacer la autopsia; la ve
no había ninguno en las células, quizas porque eran jiga ofrecía los rudimentos de varias células, que so
demasiado pequeñas. Ninguna de las que tenia el bresalían entre las fibras musculares, pero que se
enfermo que acabamos de citar, encerraba el mas deprimieron luego que hubo salido la orina. Algunas
pequeño cálculo. de las mas pequeñas, las menos antiguas, á nuestro
uponemos que el origen de este estado morboso parecer, tenían la forma de verrugas. La vejiga en
se refiere á diferentes causas. Es indudable que no cerraba uu cálculo libro, que tenia apenas el volumen
depQude algunas veces do una disposición con^énita de una bellota, pero demasiado «meso para que pu
(lela vejiga, del número poco considerable de sus diese introducirse en la mayor de las célula*. La prós
fibras musculares, ó de su poca unioii, y de su de tata tenía su espesor ordinario, vcieitameuie no opo
bilidad. Si la laxitud de las libras musculares fuese nía ningún obstáculo al curso de la orina. La disten
su única causa , las células vesicales deberían ser sión de la vejiga no era demasiado considerable
mas comunes en las mujeres, que generalmente tie para que se pudiese creer que el niño había sucum
nen la libra mas floja, y en las que el útero, ocupado bido a una retención de orina. El cálculo pudo, apro
por el producto de la concepción ejerce sobre la vo- ximándose al cuello da la vejiga y estorbando el paso
jiga una presión tan fuerte; sin embargo, sucede del líquido, escitar contracciones muy enérgicas en
todo lp contrario (3) : no so pueden referir , por la este receptáculo. Pero no parece probable que pro
poca frecuencia con que se encuentran en las mu viniesen do aquí las células situadas en el vértice del
jeres . á la ausencia de la próstata, á la cortedad órgano. Creemos quo estas traerían su origen de una
ile la uretra, á su amplitud, que faciHta la emisión predisposición congénita, ó de una inercia parcial de
de los cálculos, y á lo raras que son en ellas las re las fibras de la vejiga, mas bien que de cualquiera otra
tenciones de orina, porque los infartos de la causa.
próstata son muy comunes, en comparación de lo Vejiga urinaria dividida en dos cavidades.—Un
que lo son las células vesicales ; estas se observan hombre entró en el hospital de Croma, pocos dias
muchas veces sin quo existan cálculos , y las em antes de su muerte, en un estado de marasmo y de
barazadas están mas sujetas que los hombres á la fiebre lenta. Al esplorar el abdomen, se notaba un
retención de orina. Ademas, la vejiga de la hiél, que tumor que se estcndia desde el pubis hasta el ombligo.
no tiene libras musculares , ofrece alguna vez tabi Este tumor era doble, y como dividido en dos por la
ques que, como á la vejiga de la orina , la dividen á linea alba, y flucluanto. Disminuía cuando el enfermo
lo largo, ó á través. La opinión que las supone depen orinaba, pero sin desaparecer enteramente. Desde
dientes del desarrollo de las libras musculares de la que el célebre Troja ha dicho, al hablar de las enfer
vejiga, y de la presión nnyor que ejercen sobre la medades de la vejiga, que esta viscera está algunas
orina, no concuerda con lo que se observó en nues veces dividida en dos cavidades , ya por un tabique
tro enfermo, cuya vejiga no estaba mas dansa , ni era vertical, ya por la adherencia do las paredes de dos
mas carnosa. Si las células dependiesen de los cá'cu- vejigas contiguas, el diagnóstico no podía ser oscuro.
Iqs, el peso do estos cuerpos debería producirlas So preguntó al enfermo, sí durante su juventud habia
mas comunmente hacia el cuello ó hácia la parte pos sentido dolores agudos en esta región, si habia espe-
terior; siendo así que se ven comunmente en e] vérti lido sus orinas con dificultad ó con ardor, si habia
ce del órgano ó hácia adelante, adonde no pueden su tenido alguna vez alguna supresión total de orina, \
bir los cálculos, ni ejercer ninguna presión. si en la actualidad necesitaba comprimirse el hipo
No obstante,' nosotros creemos que ademas .le la gastrio, antes de orinar. Su respuesta fue, que la es-
predisposición general de ciertas vejigas á padecer crecion do la orina habia sido siempre fácil. Para
esta enfermedad , puede depender también do una convencernos deque decía verdad, le hicimos ori
aralisis parcial de las libras, de una destrucción de nar á nuestra vista: el líquido salió á chorro , hasta
as mallas del tejido celular interpuesto entro ellas, la última gota, y sin ningún esfuerzo. La autopsia
ó de una repleción, de una ostensión lateral de estas no se practicó con todo el cuidado apetecible..
mismas mallas, por una materia linfática, purulenta, Se conocen varios ejemplos de vejigas divididas en
depositada durante el curso de una flegmasía vesi dos cavidades, y aun en tres, por un tabique que se
cal, á cuya causa hemos dicho que debían también estiende desdo el fondo al cuello, algunas veces tras-
referirse algunos aneurismas. Aunque estas circuns- vcrsalmente, y so ha admitido entóneos una vejiga
tincias dan lugar muy á menudo á la retenejon de múltiple, como en el caso de una gran célula lateral.
orina , pueden determinar asimismo la separación Lá vejiga del individuo citado mas arriba, estaba di
de las libras, cuando son poco fuertes, o se hallan vidida en dos sacos, en cada uno de los cuales se in
unidas entre sí con poca intimidad. En efecto , es sertaba un uréter, do modo qii" en realidad era
constante que las fibras musculares de la vejiga, en una vejiga dublé. El enfermo tenia bastante edad, y la
vez de enrojecerse mas, como las de otros músculos, disposición singular de su vejiga no le habia causado
cuando adquieren un desarrollo desusado, se ponen jamás incomodidad alguna. Los dos sacos laterales
mas bien blancas y adquieren el color de los tendo eran iguales, poco mas ó menos. En un caso referido
nes. Uno de nuestros discípulos, habiendo puesto á por Fothergill, la vejiga de un sexagenario esta
macerar una vejiga dotada de fibras muy gruesas , á ba dividida en dos porciones por una membrana
—encia de la irritación do un cálculo, ob«eivó
ronsecuenc trasversal, y ofrecía un agujero, por el que podía en
trar el dedo pequeño, y que servia do comunicación
entre las dos cavidades. En ol que describe Baillíe,
1 Medical etsays aul nbser'ailcus, t. VII. según Ash, existia un tabique, trasversal; la cavidad
de mewciñA' ir ctMwía.—FRANK. 467
huloso, del cual no sacaba In sonda mas que algunas su olor, que no (ís desagradable en el estado natural,
onzas de orina, do manera que disminuía muy poco; sí vuelve fuerte y fétido; su trasparencia y su color se
pero cuando el enfermo se levantaba , orinaba copio altera, ofrece diversas nubecillas, ó adquiere un tinte
samente, sin esfuerzo de la voluntad, y entonces el pálido, gris, amarillo, azafranado, verdoso, herbáceo,
tumor disminuía por alguu tiempo: ¡í la abertura del rojizo, moreno y negruzco. Algunas veces la exhala
cadáver, se encontró casi obliterado el orificio de co ción ó la absorción arrastran consigo las partes mas
municación. sutiles, y el moco se espesa y so deseca: otras, según
las leyes de la afinidad química, se roune, se solidi
ORDEN TERCERO. fica, se convierte en una masa informe, dura, costro
sa , soluble en el agua, insoluble en el alcohol, el
RETENCIONES MOCOSO- LINFÁTICAS. éter y la grasa, y aumentando de volumen! cuando se
coloca sob^ las ascuas.
773. Acabamos de bablar de las retenciones aéreas En la mas perfecta salud, sumiuistrau las fosas
y de las retenciones serosas. Los humores animales nasales, durante la primera y segunda infancia, una
no son todos de h misma naturaleza: hay algunos que gran cantidad de pituita, cuya salida es favorecida
so escapan á nuestro eximen, y cuya existencia nos por la dirección *declire y la situación do la nariz.
o* desconocida; otros, bajo la forma de vapores, tra- En los adultos, si esceptuamos algunas personas, cu
sudan en la superficie interna y esterna de nuestro ya membrana mucosa nasal está siempre seca, se
cuerpo, y condensándose por la pérdida de una porción efectúa también una secreción muy abundante, y el
de su calórico, se hacen perceptibles á nuestros sen moco se recojo en el pañuelo, ó bien cuando pasa á
tidos; otros, en (in, tales como las lágrimas, la sali la cámara posterior de la boca es arrojado por los es
va, etc., son suministrados por glándulas particula putos, ó arrastrado por la deglución ó las vias di
res , salen con lentitud ó con impetuosidad; y su re gestivas. En cuanto á las demás membranas muco
tención y su acumulación, que pueden ser produci • sas, el producto de sü secreción, si es moderado , no
das por diversas causas, dan lugar á diferentes enfer es espelido fuera, cuando nada hay que las irrite, ó
medades. Creemos , sin embargo , que no debemos si los órganos vecinos no provocan su acción cspul-
ocuparnos aquí de las colecciones, de las retenciones siva: el humor que preparan se emplean en sus ne
morbosas de todos estos humores. En efecto, los flui cesidades particulares ó en las de la ecouomía. Ya
dos de naturaleza etérea, que consideramos, con al hemos descrito bajo el nombre do flujos mucosos las
gún fundamento, capaces du irritar nuestros órganos enfermedades que consisten en una evacuación esce-
y de producir infartos, se sustraen absolutaniente á síva de este humor: su retención da lugar á enfer
nuestras investigaciones; los otros deben estudiarse en medades de índole opuesta. Pero este nuevo estado
la historia de las enfermedades que ocasionan su re ! morboso no existe siempre que falla la eserecíon; no
tención por la afección de los sólidos se le observa mas que cuando el moco se espesa, se
Nosotros no damos mucha importancia á una di me/.clu con la materia puriforme , tiende á formar
visión patológica que se funde en la diferencia de concreciones, y prolonga su permanencia en el ór
los humores; esto no es mas que un guia que debe gano que le segrega, ya á causa de la laxitud que tan
conducirnos en el intrincado laberinto de las enfer comunmente presenta el parénquinia de las glán
medades que traen su origen de ellos. Sabemos que dulas mucosas, de la debilitación ó de la destrucción
en (a economía viviente no se separan los humores de la influencia nerviosa necesaria á sus funciones;
como en la retorta, en donde los somoiemos á nues ya en razón de la flogosis que se apodera de su te
tro eXámon: so combinan de diversas maneras para jido ó de sus conductos escretores; ya, en fin, á
formar la sangre, o bien adquiriendo una nueva for causado diversos obstáculos que pueden impedir la
ma, pero sin perder enteramente su afinidad primi espulsion del humor segregado.
tiva, recorren el sistema linfático, y se reúnen cu cí De la linfa.—La linfa está encerrada en sus va
tejido celular ó en las cav' vides. EiJ fin, no ignoramos sos, ó es segregada en las cavidades naturales ó mor
que una gran parte délas enfermedades do que vamos bosas del cuerpo. En sus vasos y #en las areolas del
& tratar pertenecen á las afecciones locales. A pesar tejido celular, ya circule, ya permanezca estancada,
de todas estas razones, nos parece cómodo y natural no manifiesta mucha tendencia á espesarse, á no ser
dividir las retenciones de que vamos á ocuparnos, en que exista un estado morboso de los sólidos, espe-
muenso linfáticas, sanguíneas y heterogéneas. Aunque chlmeúte un estado inflamatorio. Si por la compre-
Ins ictenciones de la linfa y las del moco existen al siorj momentánea de sus conductos secretores, como
gunas veces separadamente, las reunimos porque es en la asfixia determinada por el frió, se espesa ó dis-
difícil aislarlas: en efecto, se acompañan muchas ve ! minuyo algo su movimiento, un suave calor, las fric
ces de un cierto grado de inflamación, que da lugar ciones ligeras, la remoción del obstáculo, y la llega
á una secreción simultánea de moco y de linfa. da de una nueva linfa, bastan para restablecer su
771. Del moco. —Las membranas que segregan curso, para devolverle su fluidez. Pero cuando la ir
por medio de las criptas y de los folículos el moco ritacion ó la inflamación de los sólidos y do los vasos
animal, tienen una ostensión muy considerable, y aun ocasionan una secreción morbosa, ó una nueva com
mayor que la superficie del cuerpo. Esta disposición binación ile principios, la linfa se animaliza; no sola
era necesaria para la elaboración y la similacion del mente tiende á solidificarse, sino que llega á tener
humor, que después de haber tapizado y protejido á vida, forma vasos, y crea, por decirlo así, nuevos
estas membranas, viene á ser uno de los elementos órganos. Estos fenómenos se efectúan mas fácilmente
de la nutrición. Las membranas mucosas están pro cuando la linfa no puedo salir con prontitud de las
vistas de un número infinito devasos do toda especie, cavidades que la contienen. 4síy aunque en la ble
do nervios que Ies dan una sensibilidad propia y norragia se escapa de la uretra inflamada una mate
ceu participar de la sensibilidad general, rlajo ria pm ¡forme, sin embargo, las paredes de esto ca
jencia de diversas causas, So secan ias fuentes nal no se aglutinan entre sí, aunque el enfermo per
moco y cambian las cualidades de este humor, manezca por mucho tiempo sin espeler las orinas:
el cual llega á ser tenue, seroso,_ó viscoso y tenaz; iK. sucede lo mismo cuando la linfa se deposita en
¡le carg¡ el esterior do la uretra , ó en la superficie esterna
vierte c de sus membranas; ori este caso se concreta , las
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paredes del caoal urinario se engruesan, se forman claran las acores ó la tifia. De la misma manera, la
en él estrecheces, y pierde mucho de su calibre. Se aplicación de los vejigatorios, de los sinapismos de los
observan alteraciones semejantes en las glándulas y ungüentos escaróticos, á la nuca ó entre los omó
en el parénquima de las visceras. platos, determinan comunmente en los adultos un in
773. Definición.—Siempre que los órganos se farto de los ganglios occipitales, por la irritación sim
cretores del moco ó de la linfa, irritados, relajados, pática de los vasos linfáticos que en ellos se distribu
ó sometidos á las leyes del hábito, preparen una yen. Nosotros podemos referir á ana causa análoga
cantidad superabundante de estos humores, que acu. el hecho siguiente: una ilustre familia de Vicna, com
mulándose, produzcan un estado de infarto ó de puesta de siete hijos, jamás habia presentado el me
tensión en estos mismos órganos y entorpezcan su nor signo de escrófulas. Dos señoritas de esta familia,
acción; resulta una enfermedad que nosotros llama» de tierna edad, tenían sus orejas horadadas y ador
mos retención mucosa ó linfática. — nadas con zarcillos de oro, según el parecer de los
776. El carácter de la retención varía,™egun que europeos, que creían aumentar la belleza del sexo con
dependa de un vicio general ó de un vicio local, y estos vanos ornamentos. Bien pronto aparecieron en
que presente en el primer caso un esceso ó una di un lado y hácia el ángulo de la mandíbula dos gan
minución de fuerzas, un estado inflamatorio, febril, glios linfáticos infartados ; dos años después, estaban
ó apirélico. La mayor,parte délas retenciones de que aun duros y tumefactos en una de las dos enfermas*
vamos á ocuparnos, son sintomáticas: sin embargo no y en la otra, la inflamación se habia terminado por
creemos que sea inútil reunirías y echar una ojeada supuración: una intensa erisipela, desarrollada alre
sobre los caracteres que les son comunes. Las re dedor de los ganglios ulcerados, cubria la mejilla de
tenciones mucoso-linfáticas ofrecen también diferen recha y la frente.
cias, especialmente en los sintonías, según el órgano Tumores enquistados.—Los tumores enquistados
que aquellas ataquen. En razón de la vasta eston- ocupan la cabeza, con preferencia á las demás partes;
sion del sistema mucoso y linfático, ocupan bajo for son mas comunes en la edad adulta que cu la juven
mas variadas, la cabeza , el caello, el tórax, las ca tud; el cuero cabelludo es generalmente su asiento,
vidades abdominal y pelviana, las membranas, y la so les observa en las regiones parietales, en el occi
superlicie cutánea- Trataremos aquí de las principa pucio y en el vértice de la cabeza ; algunas veces son
les especies, esponiendo, cuanto nos lo permitan los muy numerosos. Su color es blanquecino , su grosor
límites de esta obra, su marcha y su carácter. vana desde el de un guisante hasta el de un huevo de
gallina; crecen lentamente, y el humor gue contie*-
GENERO PRIMERO. nen es" viscoso. Hemos visto en una nina de diez
anos un tumor de este gém-ro, que habiéndose desar
Retenciones mucoso-linfáticas de la cabeza. rollado entre el globo del ojo y la órbita, habia dado
lugar á la exoftalmia. Un personaje de ¡Milán, presi
777. El hombre eleva la frente noble y mira al dente de la Academia de Pavía , tenia en la cabeza
cielo; pero en los primeros instantes de su vida, su quince tumores enquistados. Sin oconsejarse con su
cabeza es asiento de una multilud de afecciones mor médico, mandó que los estirpusen , cuya operación
bosas que le hacen dirigir sus miradas á la tierra. He fue seguida de una fiebre grave. Al cabo de algunos
mos espucsto una parle de estos males, al hablar del años se reprodujeron los tumores, y el enfermo añar
enfisema, do la hidropesía del cuero cabelludo, del dió otra imprudencia á la primera. Las lupias eran
hídrocéfato interno, de su complicación con la hernia numerosas, y algunas de ellas tenían un volumen con
cerebral conocida con el nombre de hidro-encefaló- siderable. Al día siguiente de la segunda operación,
cele: las retenciones mucoso-linfáticas no lo son me se espuso el enfermo con la cabeza desnuda á los ra
nos funestas. yos del sol, y á la impresión de un viento frió ; esto
Contusiones.— Las diversas regiones de la cabeza, sucedía en la primavera. Al dia siguiente cayó en un
sobre lodo, las partes laterales, ofrecen algunas veces estado de letargo: y pasados algunos mas, se cubrió
vestigios do contusión á consecuencia del parto. Es- la cara y toda la cabeza de una erisipela. Un médico
las lesiones depended de la estrechez de la pelvis re distinguido , interpretando sin restricción este aforis
lativamente al volumen de la cabeza, que puede, per mo de Hipócrates, Erysipelas ab internis ail exterio
manecer muchas horas y aun días enteros, enclavada, ra convertí bonum, consideró esta erupción como crí
oblicuamente deprimida ó empujada en una de sus tica. Pero la muerte, que llegó muy pronto , le Jiizo
regiones contra los huesos inmóviles ,do la pelvis. La conocer que la inflamación esterna, sin diminución
aplicación de la palanca ó del fórceps, cuando se prac del letargo, anuncia solamente el progreso del mal, y
tica sin cuidado, puede también Jarle origen. Se ob su propagación. Una mujer do Viena, de edad de cua
serva al principio una depresión; bien pronto se ma renta años, se mandó operar dos tumores enquistados
nifiesta un tumor, que iguala ó escedo al volumen de que tenia en el vértice de la cabeza: un año después,
una naranja, se pone caliente, rojo, tenso; después se su vista se habia debilitado, y dos lupias semejantes,
reblandece en pocos dias; en su parte media, presen muy voluminosas, se presentaron en el trayecto de
ta fluctuación, que es necesario no considerar aquí la sutura coronal.
como un signo de la presencia del pus; en fin, al cano Tumores sintomáticos.—Se nos ha comunicad» un
de algunas semanas, resuena por la percusión, y da hecho que bien merece la atención de los médicos; ha
un sonido semejante á un huevo alterado cuando se sido observado últimamente en un* señorita de alta
agita. Si se tiene la imprudencia de abrir este tumor clase, de Viena, de edad de diez años. Esta niña, de
con la lanceta, en vez de pus, sale de él un humor estatura elevada, está sujeta desde hace muchos años
mucoso-linfático ó sanguinolento. á la hemicránea : siempre que el dolor se declara en
Tumores simpáticos.— En los niños, antes déla apa el lado derecho, aparece en la parte de la frente, in
rición de las acores, ó de la tifia, no es raro que los mediata al sitio que ocupa el mal, un tumor del vo
folículos subcutáneos ó ¡las glándulas linfáticas del lumen de un huevo, duro, rojo y doloroso , que des
cuero cabelludo vengan á ser el asiento de una infla aparece en la hemicránea, sin dejar ningún vestigio
mación, caracterizada por la tumefacción, la tensión, sobre el hueso ni sobre la piel.
el prurito y el dolor ; inflamación que desaparece , ó Es muy raro que los dolores de cabeza produzcan
por lo menos disminuye en gran pai te, cuando se do- por sí solos semejantes efectos. Sin embargo, en las
DK MMCtHA * C1BVIÍA.—FRANK. 469

fuertes odontalgias, el carrillo correspondiente ofre Sabemos que no decimos nada de nuevo á los prác
ce muchas veces una hinchazón considerable, con ru ticos instruidos, al comunicarles el buen éxito de
esta amputación; no obstante, so debe confesar que
bicundez, calor y diminución del dolor: otro fenóme
no análogo se observa en las articulaciones de los pies, fue tumores
una cosa notable la desaparición súbita de todos
en la gota fija, cuando ataca estas partes. El edema los glandulosos á consecuencia do esta ope»
de la piel se declara muy comunmente cuando en el ración. La pieza anatómica fue depositada, según
costumbre, en el Museo de Pavía. Existia una caries
sitio que ella cubre reside alguna afección morbosa evidente de la articulación, pero era una caries seca,
profundamente situada, ó una colección puriforme, do manera que no habia habido durante la enferme-
purulenta 6 serosa. Pero la prueba mas evidente de "ad sino muy poca ó ninguna reabsorción, y la afec
los efectos que puede producir una irritación local ción del sistema linfático no podia depender do otra
sobro todo el sistema linfático y sobre sus ganglios, cosa que de la irritación local. Referiremos eu otra
la tenemos en un hecho, muy digno do referirse, re parte algunos casos semejantes de tumores muy du
cogido por nosotros hace treinta años. Una mujer jo ros, desarrollados en el abdómen, á consecuencia de
ven y muy hermosa, se hallaba afectada de un infarto
considerable de Jn rodilla derecha , que estaba dura y metástasis gotosas.
llena do desigualdades : pasaba las noches y los dias 778. Retenciones mucosas de las fosas «ásales.—
en un continuo dolor. Buscó por espacio de algunos Al hablar de la coriza y de la ozena, nos hemos ocupa
meses alivio á sus padecimientos en el hospital de Mi do de la secreción morbosa del moco en los senos,
lán, y en seguida vino al de Pavía. En Milán se le ad en las anfractuosidades, y en los conductos que tapi
ministró el mercurio á grandes dosis, porque habían za la membrana pituitaria, y hemos espueslo también
los fenómenos y las causas de dicha secreción. Por
sido inútiles todos los demás remedios, aunque ase
guró, así como su marido , que no habia contraído los síntomas que presenta el catarro nasal,' á su inva
nunca enfermedad alguna venérea. En Pavía se in sión y á su terminación, lo hemos colocado entre los
tentó la prescricion deuna multitud de remedios, y se flujos: perú si tomamos en consideración lo que acon
tece en el estado de esta enfermedad, podemos igual
usó mucho el opio. Estos diversos tratamientos no tu
vieron el mas pequeño éxito. En la época en que no mente referirle á las retenciones, sobre todo la varie
sotros vimos á la enferma por primera vez, se hulla- dad conocida en las escuelas con el nombre de gra-
ha consumida por una fiebre lenta , aniquilada por vedo, variedad caracterizada por la viscosidad del
moco, que permanece en las cavidades nasales y pol
sudores nocturnos, y no tenia mas que los huesos y la gravedad de los síntomas de que se acompaña. He
la niel; solamente nos pidió una cosa, la amputación mos observado el catarro nasal con los síntomas mas
del muslo. Esta desdichada deseaba la muerte con intensos,
impaciencia: dracma y media (6 gram.) de láudano cado de élenporunhaberse hombre, joven y robusto, que fue ata
espueslo al frió, yendo de caza,
líquido , administrada por la noche, no le procuraba al salir de una habitación muy caldeada. Desde el
ni el sueño ni la calma. Aunque no habia padecido
jamás ninguna afección escrofulosa , ni ninguna otra segundo dia sintió dolores intolerables en el lado de
enfermedad desconocida para ella , desde el instante recho de la frenta, desfallecimientos, y convulsiones
en que se declaró la de la rodilla, comenzaron á in semejantes á las de la epilepsia. La ostensión de Us
fartarse todos lo* ganglios linfáticos de la economía. fosas nasales y de la cueva de Higmoro varía en di
En efecto , se distinguía al treto una multitud innu ferentes pueblos: pero no conocemos los diversos fe
merable de tumores redondeados, y de diferente gro nómenos morbosos que pueden depender de esta di
sor, en el cuello, en los brazos, en la región anterior ferencia.
nen la
Los habitantes del Africa meridional, tie
nariz deprimida, y los pueblos del Norte tienen
del tórax, sobro todo eu el mesenterio y en los mus
los. No habia tos. La emaciación había llegado al mas los pómulos salientes.
alto grado; sin embargo, la pierna, atrofiada por en 779. La retención fnucosa que nos ocupa, no se
cima del tumor, estaba aun mas delgada que el resto limita á las fosas nasales propíameuto dichas, ó al
del cuerpo. Siempre que la enferma nos pedia la am órgano del olfato; las cavidadej en donde no pene
putación , le respondíamos que en semejante enferme tran los nervios olfatorios, los senos frontales, esfenoi-
dad, y estando tan avanzada, de cien enfermos, apenas dales y maxilares, pueden también ser el asiento de
se podrían salvar cinco por la operación , pero que osla enfermedad, como de la coriza. Mientras mas es
ninguno se curaría sin ella. ((¿Porqué, pues, nos decía trecha es su abertura de comunicación con la nariz,
en cierta ocasión, me negáis la amputación, siyoabri- mas de temer es la retención. Se relieron muchos
go la esperanza de que he de ser de las personas que ■ejemplos de la supuración de los senos: sin embargo,
se cuentan en ese corto número?» Deseando satisfa no es raro, como lo prueban los hechos, que la mem
cerla, reunimos á lodos los médicos y cirujanos del brana mucosa, tumefacta é inflamada en las afeccio
hospital, á fin de que cada uno diese su opinión acer» nes catarrales, cierre las aberturas estrechas que es
ca ue este caso tau difícil: todos, considerando el ani tablecen la comunicación de los senos frontales y
quilamiento estremo de la enferma y su pretendido maxilares con la nariz; que la serosidad segregada en
hábito escrofuloso, declararon, contra nuestro pare» estas cavidades, mezclada con el moco, ó con la ma
cer, que la amputación no baria mas que apresurar teria puriforme, se seque por el trascurso del tiempo,
la muerte. Llamamos en consulta á un célebre profe se coagule por la acción del oxigeno contonido eu el
sor de cirujía de la facultad : su pronóstico no fue mas aire atmosférico, se condense y se Convierta en materia
favorable. Sin embargo, á la aserción de este hombre adipocirosa. Hace mucho tiempo que asistimos al prín
de mérito, que era amigo nuestro, opusimos nosotros cipe de Spira, atacado de una gravedo muy intensa cu
la esperiencia; sobre todo, la práctica de los ingleses- el seno frontal derecho. Durante seis semanas, la
le hicimos observar, que á pesar de lacstrema debili liebre, los vértigos, un dolor violento y lijo por enci
dad de las fuerzas, la amputación habia tenido un éxito ma de la ceja, el lagrimeo del ojo derecho, y la se
completo, en algunos enfermos afectados de tumores quedad de la fosa nasal correspondiente, fatigaron al
blancos. Estos casos felices le eran conocidos. En con enfermo. En fin, las .sacudidas del estornudo des
secuencia, aunque la enfermedad nos parecía mas prendieron una materia análoga á la cera, de un blan
bien una necrosis do la rodilla, que un tumor blanco, co amarillento, compacta, de cerca do tres líneas de
se decidió la operación : dicho cirujano la practicó espesor, y do mas de una pulgada do larga. La salud
sin demora, con su destreza acostumbri
obtuvieron las mas felices consecuencias.
m
fie tas senos frontftFcs, sti curies, que stiiTíinistrd un simple y estenio de las mejilla?. En la odontalgia,
humor sanioso, cuyos estrados pueden estenderse íil que se complica algunas veces cotí la afección del
cerebro», al pírpaofo superior, dan mal olor al aliento, seno maxilar, los dientes, sobre fdao sus laices, están
v aun ocasionan la amaurosis periódica; esta enfer cariadas, vacilantes, ó presentan un color morboso.
medad va acompañada entonces de la sequedad de la En el dolor nervioso de la cara, la enfermedad no va
fosa nasal correspondiente, y de un dolor en la nariz, precedida de síntomas que anuncien el catarro
ya obtuso, ya muy agudo, que cesa por intervalo de la nariz ó del seno maxilar; ofrece alternativas de
para volver enseguida. Lo mismo sucede en el catar calma y de exacerbación, y es acompañada de con
ro intenso ó prolongado de los senos, la induración tracciones musculares momentáneas. En el reumatis
de su membrana mucosa y la de la nariz, que se ob mo csternO de las mejillas, la piel está sensible, ca
serva después de este flujo: el aliento es fétido, el ol liente, encendida, inflamada; pero no está seca la
fato y la vista se debilitan; la nariz, los senos afecta fosa nasal correspondiente.
dos, llegan ¡í ser la morada de ciertos insectos, como 78?. En el estado de salud, el saco lacrimal no
lo demuestran miichos hechos. Según refiere un ana ofrece ningún indicio de glándulas; ppro cuando este
tómico de Berlin, un niño casi habia perdido el ol reversorio ó el canal nasal está irriupo ó inflamado,
fato hacia muchos meses; no percibía los olores su por la acción del principio catarral ó por cualquiera
tiles; esta lesión dependía de la compresión ejercida otra causa, se cubre bien pronto do granulaciones,
sóbrelos nervios olfatorios por mucosicades endure que vierten en abundancia un humor mucoso puri
cidas cerca de la raiz de la nariz. forme. Este humor, no pudiendo descender á las fo
780. La estrechez del orificio del seno maxilar, sas nasales en razón de su tenacidad , do su densi
su oclusión por la membrana mucosa tumefacta, dad, i leí engrosamiento de la membrana que reviste
pueden también dar lugar á la retención de la sero las vias lacrimales, se acumula, distiende y relaja las
sidad, del moco, y de materia puriforme, eu su ca parles, forma un tumor doloroso algunas veces, y se
vidad. Estos humores, acumulados en demasiada declárala epifora; la fosa nasal correspondiente está
abundancia, distienden las partes, producen un dolor seca; este es el principio de la ulceración y do la fís
obtuso, profundo, que llega á ser poco á poco es- tula lacrimal.
t rentadamente agudo, con calor y rubicundez, y al 782. Pólipos de L* nariz.—Donde quiera que pe
gunas vece6 tumefacción edematosa de la mejilla; ó netra la membrana pituitaria, es decir, en el etinoi-
bien se corrompen, contraen acrimonia , y se cam des, en los cornetes inferiores, los huesos del pala
bian, como lo prueban muchos hechos, en una masa dar, el tabique de las narices, en los senos frontales
dura, adipocirosa, análoga ;í veces al queso podrido. y maxilares, y en las vias lacrimales, se observan co
No faltan ejemplos de tumores fungosos, pnlipusos, munmente cscrescencias fungosas, pólipos mucosos.
ustoatomatosos, cancerosos, desarrollados en los se Estas afecciones se atribuyen á 'a relajación , al des
nos maxilares á consecuencia de catarros prolonga censo de la membrana mucosa; nosotros las consi
dos ó de la inflamación de la membrana mucosa fie deramos como falsas membranas. Son tumores en
dichos senos. Se ha visto en estas circunstancias, en forma de pólipos ó de sacos, blanquecinos, coriá
medio de los dolores mas crueles y de los sírtomas ceos, que vierten continuamente un liuinor pituitoso
mas graves de la oftalmía, que la mandíbula superior ó seroso, que se hinchan mas 6 menos, seguu el es
se ha reblandecido como la cera, y ha adquirido una tado de la atmósfera, y llenos de una materia seme
estension tan grande, que formaba prominencia háoia jante á la leche, ó mas consistente. Estas prolonga
fuera en la bóveda palatina. Fn el mes de mayo ciones, Como los demás pólipos de la nariz, no tie
de 1794, recibimos en la clínica de Pavía á una mu nen mas que un pedículo ; son al principio purifor
jer atacada de fiebre terciana, ¡¡ al mismo tiempo, de mes; pero poco 6. pocO dejan do arrojar continua
una afección del seno maxilar izquierdo, de origen mente el fluido de que están empapados, y adquieren
catarral. La eminencia malar estaba de tal modo tu una forma semejante á la de la cavidad que llenan;
mefacta, sobre todo hácia su cara superior, que el bien pronto dejan de tener forma determinada , y sa
ojo empezaba ya á salir de la órbita, y aun la carún len por unaú otra ventana de la nariz. Esta caví l id
cula lacrimal se alejaba de la raiz de la nariz. Estos está entonces dolnrosamentc distendida , estirada; el
síntomas iban acompañados de contracción de las man tabique se pone combado , y aun algunas veces se
díbulas ó trisrao. En 1771, una mujer de Rastadl se salen los huesos de su sitio; la fisonomía está altera
quejaba hacia muchos meses, de dolorescomo reumá da horriblemente; el paso del aire se cierra, y el ol
ticos muy intensos, en el seno maxilar izquierdo. No fato d saparecc. Eslemliéndose la escrescencia hacia
sotros la estrajimos con los dedos tres dientes abso las partes superior y posterior, la abertura de! canal
lutamente negros, vacilantes, y al mismo tiempo una nasal está comprimida, las lágrimas no llegan á las
corta porción necrosada, de la mandíbula superior. fosas nasales, el saco lacrimal se distiende, se dilata,
Después de esta ligera operación, la enferma pudo so inflama, se ulcera, y sobreviene una fístula; el
hacer pasar varias veces desde la boca al seuo , un velo del paladar se baja, y se aumenta su anchura;
líquido que detergía la cavidad, y que arrojaba ense los huesos del paladar y de la nariz se separan , y en
guida con ruido por la fosa nasal izquierda. Al cabo fin, el tumor, bajo una forma redondeada , desciende
do algunas semanas^ las encías se adhirieron y la á la garganta. En esta época, está interceptado el
curación fue perfecta. Cuando se cstablece.de este paso de los alimentos y del aire i las parles so hallan
modo una comunicación morbosa entre la boca y el distendidas, comprimidas, inflamadas, ulceradas, y
seno maxilar, una parte de los alimentos se introduce la caries ataca á los huesos de las fosas nasales. L-.s
fácilmente en esta última cavidad , y como cuerpos primeros síntomas de la enfermedad varían según el
cstraños, se corrompen con el tiempo, irritan la mem lugar que ocupa, según que tiene su asiento en los
brana mucos i, ocasionan dolores atroces, y producen senes frontales ó maxilares, en las ventanas de la
a inflamación. nariz, ó en las vias lacrimales; pero son difíciles de
Es necesario no confundir clin las' retenciones del reconocer cuando la cavidad está situada profunda
tíút maxilar los dolores de los (nenies', cuyas raices mente. Los tumores poliposos desarrollados en los
;uBeñ por lo común basta la pared inferior de esta senos frontales, elevan y aun destruyen su pafed es
iWffart, ni la enlferraerlad nerviosa conocida con el terna, mientras que la' inferna permanece intacta;
¡Htmbre d«* tic doloroso de la cara, nf el reumatismo oirás veces se hunde esta en la cavidad del cráneo,
DE MEDICINA Y C ANK.
m
desaparece, y los movimientos del cerebro llegan ú apéndice relajarse súbitamente, descender hasta los
ser sensibles', á travos del periostio del seno. Ka dientes incisivos, y aunque casi desprovisto de sen
fin, la compresión ejercida sobre el encéfalo, pro sibilidad, retirarse y volver á subir el mismo dia por
duce súbitamente la apoplegía. Los principales sín el solo uso de un gargarismo preparado con las sumi
tomas que anuncian la presencia de los pólipos en dades do la vid (lallosjdela vitisvinifera). Se refiere
las fosas nasales, son: una especie de romadizo cró.ii- que en uu niño la campanilla estaba de tal modo
co, mas manifiesto en los tiempos húmedos que en alargada desde el nacimiento, que fue preciso cortar
los secos; la pérdida del olfato, la diminución del le la mitad. Un célebre cirujano de Dinamarca ha
moco nasal, y en fin , su supresión , acompañada de observado uua, que era tres veces mas larga que en el
un sentimiento de pesadez, do irritación en el lugar estado natural, estaba absolutamente inscusiblc, y
afectado; esfuerzos frecuentes é incompletos de es privada de sangre; tanto, que no arrojó ni una gota
tornudo, que llegan después á ser dolorosos, y hacen cuando se hizo su resección. Se halla en las Mem. de
arrojar una materia gomosa , algunas veces féti la Acad. de Cirujia la historia de un descenso de la
da, amarilla, verdosa, ó de cierta consistencia. campanilla con induración: su dureza era tan grande,
Tada la membrana mucosa do las fosas nasales se que resistió al filo del bisturí. El descenso do la cam
hincha algunas veces como una esponja, obstruye panilla va acompañado de síntomas muy incómodos:
dicha cavidad y cierra absolutamente el paso al titilación continua er. la garganta, sensación penosa,
aire, sin que exista pólipo. Se han hallado otras ve semejante ¡i la que produciría la preseucia de un
ces en su tejido verdaderas hidátides, bastante volu cuerpo ostraño; aflujo de mucosidades en la cámara
minosas, que producen el mismo efecto. Comunmente, posterior de la boca continuamente irritada, saliva
el infarto catarral de esta membrana, en el sitio en ción frecuente , tos, sueño interrumpido , náuseas,
que se continúa con el velo del paladar, obstruye las regurgitaciones, dificultad de tragar; peligro inmi
aberturas posteriores délas narices por ia acumula nente do sofocación, á causa de la proximidad de la
ción del moco espesado, y produce, sobre todo al glotis, sobro todo durante la inspiración. Este úlii-
deglutir, un dolor, un sentimiento de quemadura, niu síntoma no era desconocido á Hipócrates. La ob
que persiste hasta que las costras anchas, duras y ru servación prueba que la campanilla puede ser asien
gosas, que forman las mucosidades desecadas, sean to de tumores voluminosos, pero mas bien de sarco
arrojadas por la espuicion. Según refiere un médico ma y de escrescencias fungosas que de escirro; el
digno de le, sobrevino i una persona eu el ala dere peso de estos tumores ha llegado hasta dos onzas.
cha de la nariz un hundimiento, y en el fondo un 784. Háni la.—Se forma algunas veces con bastan
punto negro, que aunque fue estacionario al princi te rapidez un tumor fijo, inmóvil, debajo delalongua,
pio, se estendió en seguida con rapidez. Sus bordes hacia la glándula sub-lingual, en uno u otro lado del
se elevaron.su superficie ofreció surcos y eminen frenillo. Este tumor, mas común en los niños que cu
cias; en fin, apareció un tumor de una pulgada de los adultos, depende de la dilatación del conducto
ancho, que cubría toda el ala derocha, y el lóbulo, salivar obstruido; adquiere el volumen de un garban
y que se estendia hacia el ala izquierda. Los bordes zo, de una avellana, de una nuez, y algunas veces de
de este tumor estaban elevados dos ó tres lineas, un huevo ; suele ser trasparente y licno de saliva,
cubiertos do tubérculos redondos, agudos, purifor pero formado mas comunmente por una materia al
mes, verrugosos, cortados por surcos de una ó dos buminosa, gelatinosa, mucosa , ó arenosa y calcárea.
líneas de profundidad, de donde fluia un humor que Un célebre cirujano de Italia, considerándolo como
tiraba á amarillo de cera. Algunos cirujanos [distin un tumor salivar, le dio el nombre de hidroylosis; se
guidos consideraban esta afección como cancerosa; llama también ranilla, cu latín ránula ó rana. Los
el enfermo fue curado per medio do un polvo esca conductos salivares son susceptibles de uua grau di
rótico, que hizo desprender la escrescencia sin dañar latación, cuando están obstruidos por cálculos, callo
i. la nariz. sidades, ó por cualquieia otra causa: se ha hallado en
783. Alteraciones linfáticas de la campanilla.— los de las glándulas sub-linguales una libra de mate
La campanilla, que no os un cuerpo glanduloso, sino ria arenosa. Sin embargo, estas especies de tumores
una duplicación de la membrana mucosa bucal, pue sub-linguules nn siempre son formados por los con
de ser asiento de retenciones serosas ó mucosas: ductos salivares; algunas veces son quistes cuyo inte
puede inflamarse, supurar, ser destruida , corroída rior está dividido por tabiques celulosos, y lleno de
por una flogosis ulcerativa, sobre todo por el virus un liquido albuminoso. Comunmente , la ránula se
sifilítico. Después de las Inflamaciones catarrales rei presenta bajo la apariencia del edema; ofrece en se
teradas, queda por lo común ingurgitada, endureci guida los síntomas de inflamación, rubicundez, calor
da, sin estar no obstante escirrosa. No se conocen y dolor. En todos los casos, cuando el tumor es uu
los usos fisiológicos de este apéndice. Nosotros he poco voluminoso, entorpece las funciones déla lengua,
mos visto ií un enfermo, que habia perdido la nariz, la locución, la succión, la deglución; por la presión
el velo y los huesos del paladar, por efecto del virus continua que ejerce, saca á los dientes de sus alveo
sifilítico, y que se hahia fabricado él mismo estas di los, y dotormina algunas veces la caries de la man
versas partes con cuero hervido; se habia hecho con díbula inferior.
una hoja de oro una campanilla, que estaba unida al Hemos hablado cu otro sitio del aumeato morboso
velo del paladar por una articulación movible. Un del volúmen do la lengua, y del mfarto de las glán
dia, durante el sueño, tragó esta campanilla artificial, dulas parótidas. La observación prueba que el canal
y no apercibiéndose de su falta en el acto do la de de Stenon se dilata algunas veces, sobre todo por la
glución, ni en la articulación de los sonidos , renun presencia de cálculos salivares.
ció desde entonces á su uso sin inconveniente nlgu* 785. Infarto dk las tonsilas.—Se cuenta que
no. Comunmente en la esquinando, sobre todo, en han nacido algunos niños privados de las amígdalas.
la esqu'mar.cia cutarral, serosa, pituitosa y edematosa; Hay personas en quienes estas glándulas, sin estar
la campanilla se pone tumefacta, se tifie de un rojo enfermas, toman un acrecentamiento desmesurado,
pálido, viene á estar casi trasparente , se alarga, y lo cual constituye la fisconia de las tónsdas. Otras
permanece, algunas veces semanas ó muchos meses, veces, por efecto del vicio escrofuloso, sobre lodo del
aida sobre la raíz de la lengua; esto es lo qne se virus sifilítico, ó á consecuencia de inflamado
dsto á este reiteradas, se ingurgitan una ú otra, ó ambas, <
i
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olían el istmo de ta garganta , lo cierran algunas bipopion puriforme , mas bien que purulento. En
veces enteramente , y amenazan al enfermo con la tanto que el líquido-permanece como un cuerpo es-
sofocación, Las tónsilas caen con frecuencia en su traño entre las láminas del cristalüio ó de su cápsu
puración; comunmente la induración so apodera tam la, sin desorganizarse, la curación de esta catarata,
bién de ellas , pero no ofrece casi nunca el carácter incipiente todavía, es rara , difícil , pero no carece
del escirro. Como las glándulas salivares , las amíg de ejemplos. Asi, se ha disipado el bipopion falso
dalas, aunque destinadas á segregar el moco mas por el solo uso de los emolientes, ó por el ejercicio.
bien que la saliva, contienen algunas veces una ma 790. Retenciones mucoso-linfátiCas de los oí
teria calcárea , 6 verdaderos cálculos, que anuncian dos.—No hay persona que no baya observado en sí
su presencia por síntomas análogos. misma que el oído, obtuso antes, llega súbitamente
780. Párulis.— Sin contar otras afecciones, ordi á ponerse claro , si la trompa de Eustaquio vierte
nariamente sintomáticas, que bailarán su lugar en en la cámara posterior de ta boca las mucosidades
otra parte , no es raro que las encías presenten uno de que se halla lleno algunas veces el oido. Al exa
ó muebos puntos tensos, dolorosos, inflamados, que minar los órganos de este sentido eu cadáveres de
vengan á parar á la supuración : esto es lo que se individuos atacados de sordera, se lian descubierto,
llama párulis. La dentición difícil , una aficcion como diremos en otra parte , colecciones serosas,-
morbosa de la raíz de los dientes, son por lo común puriformes ó purulentas, en ta cavidad del tímpano,
la causa de estos flemones. Frecuentemente, y por en las células mastoideas, y aun en el laberinto; se
efecto de una fluxión catarral , de una violencia es han hallado las partes inmediatas atacadas de caries,
tertor, de ta caries de las mandíbulas, de los mer hasta el encéfalo. Las secreciones de moco , de nia>
curiales, de úlceras de diversa naturaleza, ó de causas teria albuminosa, en el catarro ó ta inflamación de
poco conocidas aun, las encías sé hinchan, cubren á la membram que tapiza estas cavidades , no están
los dientes , y entorpecen la masticación. monos probadas : estos humores se evacúan en la
787. Epl'Us.—La ulceración de las encías , pero garganta por !a trompa de Eustaquio , felizmente
sobre todo la caries de los dientes, dan lugar á es- para el enfermo, 6 bien permanecen estancados en
crescencias carnosas, poliposas, algunas veces es el oido interno , se espesan, y este órgano esperiineu-
ponjosas, ó aun casi cartilaginosas, indolentes al ta una lesión grave. A la retención de una materia
principio, con una buseancba, raras veces pedicu- mucoso-albuminosa, de un humor sebáceo, seme
ladns, y tan notables por su longitud como por su jante al que cubre la piel del niño al salir del seno
volumen. Estas vegetaciones , mas frecuentes en la materno, y ú su concreción sobre la cara esterna del
mandíbula inferior, ocupan tas encías, y tienen ordi tímpano, es necesario referir el doble límpano men
nariamente origen en su cara esterna , pueden intro cionado por los autores. Muy comunmente osla bo-
ducirse entre los dientes y sacarlos de sus alveolos: jilla pseudo-membranosa se desprende insensible
se les designa con el nombre de épulis. Diversas mente sin accidentes; se seca, se cae, y sale con el
causas, sobro todo > su aplanamiento, su lesión por cerumen. Algunas veces se convierte en una mem
los dientes en el movimiento de las mandíbulas , de brana mas densa , cuya caída trae consjgo el resta
terminan ta inflamación , les bacen verter sangre, y blecimiento del oido; pero este caso es infinitamente
contraen una ulceración de naturaleza sospechosa, raro; tas mas veces permanece adhereute al límpauo,
sin ser, no obstante , cancerosa. Se lia encontrado impide sus vibraciones , y ocasiona ta sordera incu
algunts veces cariada la mandíbula por debajo de rable.
estas vegetaciones. Algunas glándulas particulares situadas en tas
788. Orzuelo.—Los cartílagos tarsos están rodea paredes del conducto auditivo estenio, segregan un
dos de glándulas mucosas, cuyo humor, cuando es humor mas espeso que la bilis, á la que se aproxi
retenido , produce tumores como enquistados , piri ma; mas abundante y menos graso en los niños que
formes, pequeños, movibles, ó incómodos mas bien en los udultos , que toma al aire la consistencia de
que dolorosos, al pr/neipio; mas tarde, voluminososj una cera blanda , de un olor ligeramente aromático,
inmóviles, duros, raras veces cscirrosos ó suscepti un poco acre; compuesto de un aceite análogo al
bles de la degeneración cancerosa ; comunmente co del humor biliar , de un mucílago albuminoso de un
lorados por una inllamacion lenta , predispuestos á la principio amargo, que le da un color amarillo oscu
supuración, y sirviendo de obstáculos á la oclusión ro, y está destinado á humedecer el conducto audi
de los párpados: se conocen con el nombro de or tivo, á impedir la entrada en él á los insectos, y que
zuelos. Eu las oftalmías crónicas, el humor de que lleva el nombre de cerumen. Cuando no se tiene cui
hablamos, llega á ser acre ó viscoso, se osparce por dado de estraerle de cuando en cuando, se corrompe
los cartílagos tarsos, y produce una psoroftalmía re por su permanencia prolongada, y adquiere cualida
belde; aglutina, sobre todo durante el sueño, tas des acres y corrosivas; los cuerpos estraños que es
párpados y las pestañas, y corroe y ulcera la mem tán suspensos en el aire bajo ta forma de un polvo
brana mucosa. Los párpados contienen también otras sutil, combinándose diariamente con esta materia,
glándulas susceptibles de contraer una inllamacion hacen que se endurezca y que so cambie en tina
mas bien crónica que aguda, que determina su in masa cenagosa ó petrosa; quiz >su retención, como
farto por ta retención de líquidos viscosos ó acrimo ta de la bilis, dé también origen á concreciones cal
niosos. culosas. Estas diversas causas obstruyen, comprimen,
783. Alteraciones linfáticas del globo del irritan el conducto auditivo , é impiden que las vi
ojo.—El ojo puede también ser asiento de retencio braciones del aire lleguen al tímpano. Antes que ta
nes mucoso-hnfáticas , que se efectúan entre sus obturación sea completa, el enfermo se queja de un
membranas ó en su interior. El quemosis y las me zumbido cu el oido afectado; en fin, la hemicránea
tástasis dan lugar á una secreción, á un depósito de se declara en el lado correspondiente , y la sordera
materia puriforme entro las láminas de la córnea, del llega á ser completa.
cristalino, do la cápsula cristalina, en la cavidad de Soreles hominibus in auribus dulces , mortales;
esta cápsula, en las cámaras del ojo, en ta superficie amaras, non. No hay en Alemania mas que un mé
del cuerpo vitreo, ó en su propia sustancia. Concre dico que haya justificado esta sentencia de llipóera-
tándose el humor, resultan manchas, opacidades, tes. Si se hubiesen estudiado con mas atención las al
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRANK. 473
ministrado mataría ,i observaciones importantes, no condensan ó eoagulan los humores cuya secreción
solamente en la tisis, sino también en otras enferme han provocado. No debemos olvidar á los insectos,
dades crónicas, sobre lodo , en la diabetes. los vermes, que establecen á veces su permanencia
Las alteraciones del cerumen no son la sola causa en estas cavidades ; los cuerpos cstraños introducidos
de la obturación del conduelo auditivo. Un bombre de en la nariz , los cálculos , las lesiones esterlores. El
mérito descubrió en este canal un exóslosís, que era mercurio administrado en demasiada cantidad, ó con
la verdadera causa de la sordera cu una persona cu tinuado por mucho tiempo, dirige comunmente su ac
ya enfermedad se había agravado al querer estraer el ción sobre la garganta. Los pólipos y las escrescen
cerumen Se pueden también contar en el número de cius fungesas, traen frecuentemente su origen de una
las causas de esta obturación , la inflamación de la ulceración de la membrana mucosa. La caries de los
membrana que tapiza el conducto auditivo, su endu dientes, sobre todo, de losque corresponden á la cueva
recimiento, ó su ongrosamiento, que son el resultado de Higmoro, y cuyas raices, demasiado largas, hora
de la flogosis , sus escrescencius fungosas ó polipo dan algunas veces su pared inferior; un golpe dirigi
sas, el infarto escrofuloso de sus folículos, y la su do sobre la mandíbula superior, en el momento de
puración. cerrar la boca, son lus principales causas de las di
791. Causas de las e.nkekmedades precedentes. — versas afecciones de los senos mamilares. Lu sección
Después de haber espuesto los principales caracteres del frenillo hecha con las uñas de la partera, y la in-
de las retenciones inucoso-líníáticas que residen en llamaciou que es consecuencia de esta dislaceruciou
la cabeza, debemos ocuparnos de la investigación de imprudente, determinan comunmente el infarto de las
sus causas, lisias no dilieren mucho de las de los glándulas sub-linguales, ó dan lugar á escrescen-
llujos mucosos, ni de las que hemos asignado á las cias variadas. La ránula reconoce por causa la obtu
retenciones en general; en su virtud, no estudiare ración de los conductos escretores de estas glándu
mos mas que algunas. Él catarro dependiente de las las. Los tumores enquistados no parecen depender
vicisitudes de la atmósfera, empieza por iu retención aquí de causas diferentes de las que los producen en
del vapor animal que traspira continuamente de los las demás partes. Los cálculos que se forman con bás
vasos secretores, por la sequedad y la tumefacción de tanlo frecuencia cu jas glándulas salivares, cierran
la membrana mucosa : bien pronto corre un humor sus canales escretores , ocasionan la retención de la
seroso y acrimonioso, muy diferente de esle vapor saliva y del moco, cuya secreción es provocada por la
suave; en Bu, una escrecion abundante de mucosi da irritación que escita su presencia.. Las causas de las
dos puriformes termina la enfermedad. Las mismas parótidas, enfermedad que pertenece mas bien á los
causas que barí determinado el flujo, puedeu retardar exantemas, y que nosotros hemos referido fuera de
esta solución ventajosa, ó detenerla en su marcha, y propósito á la angina esterna, determinan la hinchazón
producir una verdadera retención mucosa, perjudicial de las glándulas de aquel nombre, y de las sub-niaxi-
á los órganos que son su asiento, y á las partes inme lares ; la tumefacción de las parótidas es un síntoma
diatas. Ésta es lu consecuencia de la impresión súbita Irecucnte y peligroso en las fiebres contagiosas. Las
del frío sobre todo el cuerpo, ó sobre la cabeza, si se trompas de Eustaquio pueden e;tar obstruidas por una
han cortado sin precaución los cabellos, en una per pituita espesa; las aftas, las úlceras de la garganta, so
sona afectada de tifia, ó de acores ; sobre la mem bre todo, las úlcerass ¡fililicas, se propagan hasta ellas,
brana mucosa de la nariz ó de lu bota, que eslán con y producen algunas veces su obliteración; en fin , están
tinuamente abiertas para la respiración , sobre todo, espueslus á ser comprimidas por los pólipos que des
después de una conversación larga, de un discurso, cienden de la nariz. En la descripción particular de
de una dispula acalorada: lo mismo sucede con los las retenciones cefálicas , hemos hecho mención de
helados tomados en circunstancias en que está ca otras causas que pueden darlas origen.
liente la boca. Hay personas en las cuales la membra 792. Pronóstico. —Hemos dado 4 conocer en gran
na mucosa de las tatas nasales y de la garganta, peca parte el pronóstico de las retenciones mucoso-linfá-
naturalmente por una laxitud demasiado grande ó por ticas de la cabeza, al hacer la esposicion de sus sínto
un esceso de sensibilidad, lo que las dispone a catar mas, y al tratar de la angina (177), del catarro (513).
ros frecuentes, y á las retenciones que dependen de En la coriza, el gusto y el olfato se hallan disminui
ellos. Solamente el enfriamiento de los pies, ocasiona dos hasta la terminación de esle flujo: la retención
i a<i siempre en los niños de pecho, una coriza que completa y prolongada de los humores morbosos en
les impide dormir, porque no suben todavía respirar la nariz, los senos frontales y maxilares, suspenden
por la boca. Las afecciones catarrales reiteradas, dis también las funciones que desempeñan esta cavida
ponen cada vez mas á la membrana pituitaria & los des. Pero no se limita todo á esta lesiou : si á pesar do
infartos mucosos. En los catarros algo intensos, con la situación declive de las fosas nasales y de sus do
liebre, es raro que esta membrana no esperimente un bles aberturas, que facilitan el curso de la materia re
cierto grado de inflamación: la linfa suministrada por tenida, mientras es movible, se coagula esla.se espesa,
la secreción morbosa se mezcla entonces etn el moco, y obstroye durante mucho tiempo el paso de este hu
y aumenta su coucrescíbilidad. mor, y el canal Quial está comprimido, obturado, co
Uu gran número de enfermedades crónicas de la mo en el desarrollo de pólipos ; las lágrimas se acu
mucosa nasal reconocen por causa el abuso del ta mulan en el saco lacrimal, le dilatan, le irritan, le in
baco, alterado comunmente por la mezcla de sustan flaman, y este reservorio rehusa á su vez admitirlas, y
cias deletéreas; el mal uso de los errinos ó de los as sobreviene la epífora. En las generalidades sobro las
tringentes en los flujos de la nariz; las violencias es enfermedades de los vasos, y sobre los flujos sanguí
tertores ejercidas sobre la membrana mucosa de la neos, hemos hecho conocer Io3 accidentes y los peli
nariz ó de los senos; la lesión producida por esquirlas gros que trae consigo la presencia de los pólipos. No
dii igidas contra ellas; los estornudos violentos y rei sotros hemos visto uno que bajaba ú la garganta, y la
terados. La viruela, la escarlatinu, el virus venéreo, el llenaba casi enteramente, no dejando al aire y á los
reumatismo, las escrófulas , el escorbuto , las aftas, alimentos líquidos mas que un paso estrecho, que per
ejercen también los mayores estrugos en las fosas na mitió introducir el bisturí para hacer su escisión:
sales y en la garganta Los vapores acres, metálicos, este pólipo era duro, blanquecino, casi cartilaginoso,
los de los ácidos mini itores hacen mención do pólipos carc'
; dan este
474 BIBLIOTECA ECONÓMICA
,jue Son duros, un poco lívidos, varicosos, dolorosos, es tan incierto, como difícil su ejecución. En efecto,
que sangran algunas veces, 'rebeldes á los remedios e! lugar en que se opera es muy estrecho, y los tu
usados, y que dejan un fluido ó un humor acre. Sin mores pueden también haber contraído adheren
embargo, estos pólipos p'ferfenecen á los sarcomas, cias íntimas con la membrana del tímpano.
frecuentemente venéreos, escrofulosos, y á veces, de 793. Tratamiento.—El órden que hemos adopta
pendientes da la curies. Por lo común la escisión , y do en esta obra nos ha conducido á tratar separa
aun la estirpacion , no impiden que se reproduzcan. damente las retenciones ó episquesis,& estudiarlas con
Un autor holandés refiere la historia de dos pólipos mas cuidado del que se ha tenido hasta ahora; pero
que penetraban por una de sus estremidades en los no creemos deber repetir aquí lo que hemos dicho en
senos maxilares : el pronóstico do semejantes escres- las clases precedentes sobre las' enfermedades , que
concias varía, según su consistencia { su dureza , su por una doble afinidad, se refieren al mismo tiempo
forma, su volumen, su origen, su posición y sus com & la clase de las retenciones. Así, cuando hemos co
plicaciones. Los pólipos , íasescrescencias fungosas, locado en la clase de los flujos á la gran familia de los
¡os sarcomas de los senus frontales y maxilares, ofre- catarros, hemos indicado suficientemente que las mis-
een poca esperanza de curación perfecta : esta es tan jnas causas, en otras circunstancias ó en otros pe
difícil, como oscuro su diagnóstico, lina simple colec ríodos, producían comunmente una retención. Eu su
ción de moco, ó de materia puriforme , en la cueva consecuencia, hemos reunido en este caso el trata
de Higmoro, puede evacuarse por la abertura que es miento de las retenciones al de los flujos, liemos es»
tablece la comunicación de'esta cavidad con_ las fosas puesto en el tratamiento de los catarros la conducta
natales, 6 por medio de una operación quirúrgica. que el médico debe seguir en el nravedo, en las re
En el infarto, la prolongación y la induración de tenciones mucoso-linfáticas de los senos frontales y
la campanilla, el pronóstico no es funesto;_este apén maxilares, en las de la garganta, de la traquearteria
dice goza de una sensibilidad obtusa, y algunas veces y de los bronquios. Se puede,* pues, ver lo que he
nula. Los antiguos temiau sin fundamento que su mos dicho en la clase de los flujos, sobre el trata
escisión produjese la tisis pulmonar ó algunos vicios miento de las retenciones, mucoso-linfáticas de la ca
en Ib pronunciación. beza, y nos quedará aquí poco que decir, si hacemos
F.n la operación que necesitan la ránula, los tu abstracción dq los medios quirúrgicos.
mores enquistadns desarrollados debajo de la lengua, En estas enfermedades, como en todas las demás,
y los sarcomas situados Ihácía e! frenillo , el cirujano las causas merecen principalmente la atención del
debe temer la lesión de los vasos y la reproducción de médico. Cuando ha desaparecido ó se ha disminuid*
la enfermedad si la estirpacion no es cómplota. Seme su influeucía por los recursos del arte, no queda mas
jantes operaciones han tenido raras veces feliz éxito que debilitar, destruir enteramente sus efectos , por
en los niños recien nacidos: sin hablar de la liemor los remedios apropiados á cada especie , y mas co
ragia nn»'i« — -- munmente por los socorros de la cirujía. Siguiendo
cion, .. los preceptos que hemos dado en otra parte sobre el
cilmetite tratamiento délas inflamaciones de la' cabeza y de los
mortal. flujos mucosos, se previenen las retenciones inmi
Las alteraciones orgánicas de la trompa de Eusta nentes, y las mas veces se disipan cuando están ya
quio, apenas tienen remedio. Guiados por la natura formadas.|Un gran número de las retenciones mucoso-
leza, algunos cirujanos ensayaron las inyecciones, linfáticas de que hablamos, no son ma?que afeccio*
que fe habían propuesto; y aunque hombres de mé nes locales, que no exigen mas que remedios locales.
rito hubiesen negado ó puesto en duda la posibilidad Las que son producidas por el vicio veué<eo. escor
de esta operación, obtuvieron muchas veces un éxito bútico, escrofuloso, ó artrítico, no ceden al trata
muy raro en su tiempo. La destreza de un operador miento local ó quirúrgico, si antes no so destruye
distinguido de la ciudad de Lion, acaba hoy de triunfar su causa.
de todas las dificultades. Después de algunas tentativas Prestando á los niños los cuidados que la pruden
repetidas sobre ol cadáver, ha llegado á descubrir los cia aconseja, se previene un gran número de reten
tubos que convienen A los diversos individuos, y á ciones mucoso-linfáticas , que residen en su cabeza.
practicar con facilidad toda especie de inyecciones: Pero desde que la Europa está inundada de un di
algunos enfermos han obtenido las mayores ventajas luvio de libros sobre la educación física de los niños,
de este medio. Nosotros podemos, pues, eu adelan hemos abandonado, comunmente en perjuicio nues
te, diluir, evacuar algunas veces por la trompa, con tro, los usos de nuestros abuelos, para' seguir nue
ayuda de diversas inyecciones practicadas con pru vas prácticas, de las que la infancia es por lo común
dencia antes de que se coagulen ó de que su corrup la victima. Así es que desde los primeros meses de la
ción determine una caries mortal, los líquidos mu vida, se espone imprudentemente la cabeza del recien
cosos, albuminosos, puriformes, purulentos, cuya nacido á todas las vicisitudes de la atmósfera: no
colección y cuya retención eu la cavidad del tím sotros no revelamos aquí mas que esta práctica de
pano producía antiguamente una sordera inevitable. sacertada: Que lodo el cuerpo del hombre llega á
Se puede disolver el cerumen cuando empieza á ser como su rostro, y se acostumbra á las injurias
endurecerse; pero la operación es difícil, y aun algu del aire, ha dicho un hombre elocuente, pero cuya
nas veces exige medios mecánicos, cuando ha adqui doctrina sobre la educación no la ha deducido de la
rido la naturaleza y la dureza de la piedra. Los exos- medicina, ni ha observado á los niños. Sin embargo, la
tosis sifilíticos recientes, desarrollados 011 el conducto naturaleza previsora cubre de cabellos la cabeza del
auditivo esterno, no carecen do esperanza de cu feto en el seno materno , porque las fontanelas per
ración: no sucede lo mismo con los que sou invete manecen mas tiempo abiertas en el hombre que en
rados, ú cuya naturaleza no es conooida. Hace mu los animales; durante muchos meses los hijuelos de
chos años que encontramos uuo de esto género en las aves son calentados bajo el ala de su madre; no
liruchsal, eu el cadáver do un soldado; ocupaba la hay en los bosques animal feroz -que no ponga al
porción petrosa del temporal, y su presencia había de abrigo de su seno su tierna descendencia, no sola
terminado una apoplegía mortal. mente en los primeros instantes de su nacimiento,
La escisión do lostumoresonquisladosóescrofulosos sino' también cuando marchan detras de él con pa
del conducto auditivo, es una operaciou cuyo éxito so firme y seguro. ¿Por qué la cabeza del hombre,
cuya infaucia es tau larga, pues es proporcionada á la
DE MEDICWA Y CIRÜÍÍA.—FRANK 475
duración de su vida, tendrá menos necesidad de ser se á la mesa: el olór de la mostaza, aunque se tuviese
protegida contra las vicisitudes del aire? No hay na cuidado de alejar de su sitio esta sustancia, produ
ción que ofrezca tantos ejemplos de hidropesía del cía constantemente en él este fenómeno. Una jóven
cerebro como la nación inglesa, desde que ha adop nos lia ofrecido un caso también interesante: al punto
tado el uso de esponer ¡i los niños á todos los rigores que tomaba chocolate ó café, estornudaba tres ó cua
de la atmósfera, con la cabeza desnuda. Llegados ya tro veces.
al último estrenio de la vida, en vano nuestra me Las hemorragias internas y esternas de la cabeza,
moria quiere remontarse á épocas lejanas: nunca he de la nariz, del pecho, las hernias, los abortos, los
mos observado en la infancia tantas enfermedades de descensos de la matriz, son algunas veces producidos
la cabeza, tantas retenciones serosas , inueoso-linfá- por el estornudo, y prueban quo sus sacudidas, cuan
ticas, como desde que hemos introducido entro no do son violentas y repetidas pueden obrar sobre el
sotros por una ciega imitación, esas prácticas nuevas cerebro, sobre los Vasos de este órgano, y sobre los
que reprueba la fria temperatura de nuestro clima. de la oferta; en lin, sobre toda la economía', princi
Los mejores médicos ingleses tienen hoy la misma palmente 011 los hombres llenos de humores y carga
opinión que nosotros sostenemos. Hay ciertamente dos do gordura, ó en la» embarazadas. El uso, casi
niños que escapan, y cuya cabeza llega á ser tneucs generalmente esparcido en todas las naciones, de sa
sensible en la edad adulta, y entonces quizas resiste ludar á los que estornudan, parece enseñarnos tam
mas fácilmente ú la intemperie del aire; pero hay mu* bién que el estornudo ha sido algunas veces el sig
chosque sucumben, víctimas de un espenmentoaven • no precursor de un accidente funesto. Por otro lado,
turado. ¿Por qué, pues, no esperamos á esa edad en c! pueblo le considera como un indicio del restable
que los huesos del cráneo han adquirido cierto es cimiento do la salud en los convalecientes; y en la
pesor y no están separados por intervalos membra asfixia, los errinos son poderosos estimulantes, en
nosos; y en que el cuerpo del niño goza de una cons razón de.l imperio que ejercen los nervios de la nariz
titución mas robusta? Nosotros podríamos entonces sobre la economía. Un mendigo reunía plata simu
acostumbrarlo insensiblemente á las injurias del aire, lando á voluntad las convulsiones epilépticas con pér
y aun conseguiríamos el objeto sin peligro. Así, du dida total de los sentidos. No:otros sospechamos la
rante los primeros anos de la vida, hasta que el niño falsedad. En su virtud, cuando se hallaba represen
se halle protegido por una cabellera algo espesa, es tando su papel, le introducimos profundamente en la
necesario cuidar de cubrir ligeramente su cabeza, nariz, sin que lo esperase, tabaco do España reduci
sin cargarla con un peso incómodo; debe preservarse do á polvo muy lino. No pudo resistir á.este estimu
del frió y de la humedad./Si se sigue este método, y lante; y algunos estornudos repetidos descubrieron su
sobre todo, si al mismo tiempo se defiende á la cria artificio y apeló á la fuga.
tura contra el frió de los pies, que le sobrecoge co Los antiguos han insistido quizas demasiado en el
munmente aun en su cuna, se prevendrán las enfer uso de los errinos, según la hipótesis gratuita de que
medades sin número que afectan el sistema cutáneo las fosas nasales servían de via do descarga al cere
ó glanduloso de la cabeza en la infancia. Nosotros no bro, y recibían la pituita fria que destilaba de este
aprobamos tampoco ese uso moderno que consiste cu órgano; pero nosotros no podemos cscusar entera
cortar los cabeflos muy A raiz, en esquilar á los ni mente la conducta de los modernos en todos los ca
ños como se esquila algauado lanar; la cabellera sos, que han renunciado casi absolutamente á esta
es un adorno, y una defensa, que la naturaleza no nos clase de remedios. Nosotros convenimos en que es
ha dado sin razón. d;fícil limitar su acción, cuando penetran con de
Thatamie^Nto especial.— Cuando el gravedo se masiada profundidad en la nariz; pero el tabaco, en
prolonaa, sin que se pueda acusar á la intensidad de las personas que no están acostumbradas á él, provo»
una fiebre inflamatoria ó de una flegmasía que com ca estornudos frecuentes y saludables( que desprenden
plica al catarro nasal, sino por el contrario, a la iner las mucosidades nasales en la coriza llegada á su ma
cia ó á la relajación cíe la membrana mucosa, es durez; hay afecciones catarrales, serosas, ú otras, de
útil hacer inspirar por la nariz el vapor del agua libia los ojos, do las vias lacrimales, de los senos frontales
cargada del principio volátil de las flores de saúco, ó maxilares, que se curan felizmente por el uso de
de las hojas do salvia ó de mejorana. En estas cir este polvo, ó del calomelanos combinado con azúcar.
cunstancias, hemos obtenido por lo común buenos Asiesque en las personas de nnaconslitucion floja, no
efectos de una solución de maná en la infusión de es- pictóricas, están indicados los estornutatorios ligeros,
las plantas: el enfermo sorbía este remedio muchas cuando una pituita demasiado abundante obstruye
veces al día (o) f). continuamente las fosas uasal«s.
Los errinos son para la nariz lo que los eméticos Después de la espulsion de las mucosidades, la ins»
para el estómago. Los vomitivos determinan un mo piraciou de un vapor aromático esparcido en el aire,
vimiento convulsivo en el estómago: los estornutato ó de amoniaco liquido, que se aplica de cuando en
rios provocan una contracción violenta del diafrag cuando á la nariz del enfermo, es c'onvcoiente para
ma, seguida de una conmoción general, que dirige corregir la laxitud demasiado grande tic la membra
los humores hácia la nariz y el cerebro Sin embargo, na pituitaria. •
la naturaleza se sirve del estornudo para arrojar de El tratamiento de las retenciones de los senos fron
las fosas nasales las materias cuya presencia llega á tales ó maxilares, sea cualquiera la materia que las
ser incómoda; entonces el estornudo descarga la ca forme, es ordinariamente mucho mas difícil, porque
beza, y todo el cuerpo esperimenta una sensación los'remedios no pueden casi nunca llegar á estas ca
agradable. Pero el estornudo proviene frecuentemen vidades. Durante el período inflamatorio, se pueden
te da una causa que no se puede ó que no se debe emplear, ademas de los medios generales, las sangui
remover: asi ,pues, so determina por la titilación de juelas aplicadas por encima de las órbitas, enlaman-
las fosas nasales, por la evulsion de los pelos que hay dibula superior, ó en las encías, y las fomentaciones
en ellas, por la fallido moco que lapiza ordiiiariamen- con una esponja empapada de leche ó un cocimiento
ana pituitaria, por la Inflamación de esta emoliente. Apitiguada la violencia de la inflamación,
■ porla impresionde los vaporesque sumí- conviene recurrir al linimento volátil, á'los saquillos
"ii hombre luo sobre- mucoso, puri-
y continuo al sentar coagulado, Mena
476 BIBLIOTECA ECONÓMICA
enteramente estos senos, no es posible evacuarlo si cienleinento desarrollado por cirujanos del mayor mé
ha perdido absolutamente su fluidez: lu abertura de rito. Pero antes de que hayan llegado al mas alto gra lo
los senos es naturalmente estrecha, y lo está mas por estas diversas afecciones , un médico prudente que
la tumefacción de la membrana mucosa ó por las mu- recuerda las causas de donde se derivan (701) y las
cosidades espesadas. Algunas veces esta materia sale reglas generales del tratamiento de las retenciones
espontáneamente do los senos frontales; por lo común (609), puede con bastante frecuencia detener su
una operación quirúrgica puede solo librar de ella i marcha y prevenir sus funestas consecuencias. La
Iqs senos maxilares. El diugoóslico de las retenciones boca y la nariz presentan una ancha superficie para
de los senos frontales es demasiado oscuro, y aun su el uso de remedios estemos ; la membrana que tapiza
poniendo que se estuviese seguro de la presencia del estas cavidades, no es menos.sensible á la acción do
pus ó de cualquiera otra materia, la dirección y esten- las sustancias medicamentosas que la del tubo ali
si iii de estas cavidades son demasiado variables para menticio, y la trasmite también ú las partes inmedia
esperar que la perforación del coronal por encima de tas. Ksto es lo que esplica el efecto ventajoso que
la órbita sea seguida constantemente de éxito. Sin producen algunas veces los baños locales , tos gar
embargo, un médico de Viena, que ha dado una es- garismos, y los masticatorios, sobre la membrana
célente obra sobre las enfermedades de los ojos, ha mucosa de la boca; y los err nos , los antimoniales,
practicado muchas veces con éxito esta operación, y los mercuriales:, las sustancias volátiles, sóbrela de
eslraido por su medio las mucosidades espesadas en la nariz : estos diversos remedios disipan á veces, no
los senos frontales. solamente las retenciones de estas cavidades, sino
La perforación de los senos maxilares es una ope también las de las partes contiguas. Asi es que se ha
ración menos difícil ; por lo común, sus paredes, re empleado, á veces con fruto, en el principio de la ca
blandecidas en cierto modo por la presencia de lasuia- tarata, un polvo compuesto de etiops antimonial y de
ti-rias que constituyen la retención, adquieren cierta azúcar, tomado como el tabaco; una ligera solución do
estonsibilidad ; ceden , y forman sobre los lados de la sublimado en agua destilada; las sustancias volátiles
bóveda palatina, ó en el esterior do la mandíbula, un introducidas con prudencia en las fosas nasales ; y
tumor, que. se aplana crepitando á la presión. Se en fin , una nueva irritación de la parte en que se
ha aconsejado abrir con una sonda el orificio del se efectúa la retención, irritación que pueden determi
no, ó perforarle con el trocar en los lados de la bó nar la electricidad , el galvanismo, la vuelta de unu
veda palatina, hácia el pómulo, en el punto mas sa liebre ya curada, y aun una inflamación , ha dado lu
liente, ó en el fondo de los alveolos correspondientes gar algunas veces á la reabsorción del humor estan
á su pared inferior, después de haber estraido los cado.
dientes; se lia | rapuesto también hendir longitudi
nalmente la bóveda del paladar. Hecha la operación, GENERO SEGUNDO.
se evacúa el humor retenido, si no es demasiado es
peso, y en este último caso se empieza por diluirle Retenciones mucoso-linfáticat del cuello.
por medio de inyecciones.
Sin embaí gn, es necesario confesarlo, nosotros 79 i. Dn camino estrecho conduce al pulmón y al
creemos hoy con el autor de una obra reciente, titu estómago ; su estrechez , por cualquiera causa que
lada I)c abnormi aniri Highmoriani metamorphosi, sea producida, impido el ejercicio de las funciones
que esta operación violenta es poco necesaria, y co necesarias á la vida y á la nutrición. Nosotros vamos
munmente peligrosa. En el hombre vivo, es muy di á ocuparnos de los obstáculos dependientes de las re
fícil buscar el orilicio del seno, y se ocasiona mucha tenciones mucoso-linfáticas ó alouminosas ; sin em
irritación; frecuentemente es inútil , á causa de la bargo, nos abstendremos do repetir lo que hemos di
tunielaccion de las membranas, que cierra entera cho de las falsas membranas que se forman comun
mente esta abertura. La estraccion de los dientes, es mente en la angina laríngea ó en la traqueilis, de
or lo menos superflua, cuando no están cariados; los cambios que produce en el exófago la inflamación
6a perforación de los alveolos no carece de inconve de este canal ; y en (¡n, de sus estrecheces, que Serán
nientes, porque es difícil impedir el paso de los ali objeto de otro artículo.
mentos al seno. En lin , la fractura demasiado estensa Como si la membrana mucosa de la tráquea for
de los huesos no la creemos exenta de peligro. Cuando mase herirá en el intervalo de los anillos carlilagi-
la retención está formada por una materia adipoci- n >sos, los griegos, y en seguida el principo de los
rosá, por una concreción lungosa, poliposa, estealo- médicos de la antigua Itoma, hm llamado broncocele
matosa, las inyecciones son insuficientes para des á los tumores euquistados que se desarrollau entre la
truirla. So debe porforífr el seno hácia la fosa canina, piel y la traquearteria , conteniendo, ya una escres-
cuando la materia es líquida y no puede salir por las cencía carnosa y desprovista de sensibilidad, ya un
fosas nasales á causa de la oclusión del orilicio. Pero líquido semejante al agua ó ú la miel, y algunas ve
si el seno maxilar está lleno por una concreción adi- ces huesos pequeños con cabellos. Los tumores de
pocirosa, ó un tumor, es necesario practicar al mismo pendientes de una hernia traqueal, son infinitamente
tiempo una abertura diagonal enja boca, á fin de raros; nosotros no hemos encontrado ejemplos de
inyectar en el seno un líquido ligeramente cáustico, ellos; conservamos, pues, la denominación de bron
6 pasar hilos, cuyo m'iiiicr i puede aumonlar ó dismi coceles para designar, no todos los tumores que pue
nuir, untados con un ungüento escarótico: se podría den formarse hácia la garganta, sino un tumor paiti-
también unir ú los hilos un lechino pequeño, cubicito cular que se desarrolla en la tráquea. Los autores
de un ungüento de la misma naturaleza. modernos do Alemania no dan este nombre á la hin
A la cirujía pertenece igualmente el tratamiento de chazón de la glándula tiroidea, sim á un tumor for
las retenciones y otras enfermedades del canal nasal, mado en el tejido celular que la rodea; rechazan con
del saco lacrimal ; de los pólipos de la membrana razón la denominación de hidrócele, que se aplicaba
mucosa, ó del descenso de la campanilla, de la rá- antiguamente á la hidropesía de la tónica vaginal del
mula, del orzuelo; de las nubes, del hipopiou, de la testículo, y nada nos induce ú adoptar esta espresion
catarata ya avanzada. No queriendo invadir el terreno igualmente impropia en uno y otro caso.
)uc no '"s nuestro, omitimos el método terapéutico Un nombre no menos equívoco es el de cstruma,
DE MEDICINA Y C1RUJU.—FRANK. 477
signado entre ellos con la palabra gibbus, cuando se embargo, en todas paites se encuentra la papera es
manifestaba en la espalda, ó en la cara posterior del porádica. No seria ni sabio ni prudente negar los
pecho. La eslruina, según la definición del mayor ejemplos de papera cengénita, atestiguados por los
número do los médicos, es un tumor formado por una médicos que practican en los Alpes; sin embargo,
mezcla de pus y de sangre coagulada, y que presen puede decir que el thyreophima es raro anlcs
ta por debajo de esta masa tubérculos semejantes á siete ú once años. Pero no nos atrevemos á conside
glándulas pequeñas. Es una enfermedad que agota rar esta afección como hereditaria, aunque médicos dis
la paciencia de los médicos, porque escita la fiebre; tinguidos sostengan la afirmativa, aunque nosotros mis
sus tubérculos maduranldifícilmcnte, y reaparecen mos hayamos observado muchas paperas en una misma
bien pronto al lado de las cicatrices, cuando se les familia, y hayamos visto cerca de Yicna, eu Austria, á
ataca, ya por el hierro, ya por los medicamentos, pe una madre con sus dos hijas afectadas al mismo tiem
ro sobre todo en este último caso; en fin, esta afec po de la papera y del cretinismo. Eu fin, el thyreo
ción dura largo tiempo. La estrama se manifiesta, phima puede ocupar toda la glándula, ó solamente su
sobretodo, en la región cervical; se observa también lóbulo medio, ó uno de los lóbulos laterales, ya el
en las ingles, en las áxilas y en los costados; se la derecho , ya el izquierdo.
ha encontrado en las mamas en las mujeres. Según re 797. El acrecentamiento de la papera se hace or
fiere un veterinario de la antigüedad, las estruinas, dinariamente con lentitud, y algunas veces con ra
las parótidas, ó las escrófulas, atacan con frecuencia pidez. En el primer caso, se observa durante dos ó
á las bestias asnales, y establecen su asiento hácia tres años un ligero tumor hacia la laringe, mas an
la quijada inferior. Los cerdos están sujetos A la an cho que elevado, insensible, sin cambio de color eu
gina y á la cstruma, según el padre de la historia la piel , no ofreciendo una línea de demarcación bien
natural. Así es que emplearíamos, como los antiguos, distinta con las partes inmediatas, esponjoso, blan
una espresion equívoca, si diésemos con los moder do, y que no retiene la impresión del dedo. En los
nos el nombro de estruma ú la protuberancia de la dos ó tres añ.is siguientes, á pesar de las precaucio
glándula tiróides, enfermedad que se distingue en nes que el enfermo pueda tomar, el acrecentamiento
todas partes de las escrófulas propiamente dichas. del tumor llega á ser mas rápido; so esliendo mas
Se forman en las glándulas conglobadas, sobre to en altura que eu anchura, y su tensión y su elastici
do en las del cuello, lumores de olro género, que los dad aumentan. Si se hunde el dedo en el tumor, so
latinos llaman scrofulas, de scro/)Aa,|lierabra del cer sien'en uno ó des núcleos redondeados, ásperos, nu
do. Estas espresiones, sacadas del animal mas in doso', cuando hay muchos reunidos; estos núcleos
mundo, nos parecen repugnantes é impropias para ofrecen mas resistencia á la presión , que las parles
designar una afección local de la garganta en el hom inmediatas; la piel que los cubre está unida. Hasta
bre, una enfermedad que pertenece á la especie hu este grado, la papera no es[mas que una deformidad;
mana : nosotros le sustituiremos con el nombre de la jóven desfigurada se entristece; pero su presencia
thyreophima. no atiera la voz y no produce ninguua incomodidad.
795. Papera.—La papera ó bocio (thyreophima) Bien pronto las venas suheutáucas aumentan de diá
es un tumor local, desarrollado entre la piel, h trá metro, llegan aponerse varicosas, azuladas, en di
quea y las partes inmediatas á esle conducto, que ferentes puntos del tumor. Este, lijado á un pedícu
ocupa, sobre torio, la glándula tiroides, pocas veces lo mas ó menos ancho, desciende hácia el ester
ó mas tarde el tejido celular adyacente, ó los dos ló nón, asemejándose áuna pera ranversaday movible, ó
bulos de la glándula; formado ordinariamente por bien su vértice resiste, se ensancha hácia su base,
una materia acuosa , mucoso-Iinfática ó albuminosa, se esliendo sobre los lados, se endurece, adquiero
ya líquida, ya coagulada, lardácea, fibrosa, endure una consistencia casi cartilaginosa ó huesosa, y pesa
cida, que está encerrada en folículos ó quistes: á ve sobre ta laringe, la tráquea y las partes inmediatas.
ces el tumT contiene aire ó varices. El bocio pre En esto último caso, sobre lodo cuando el tumor du
senta el color de la piel ; es indolente, esponjoso y ro y compacto comprime las partes subyacentes, uni
elástico al principio; en seguida llega á ser desigual; das estrechamente entre sí, y las prensa aun contra
su consistencia se aproxima á la de los cartílagos, las vértebras cervicales; la voz y la palabra cambian,
los huesos, la piedra; ofrece una base ancha ó estre los sonidos llegan á ser ásperos, desagradables, y to
cha , y forma un tumor mas ó menos voluminoso, man un timbre particular, que se parece al cauto
adherido ó libre, en la parte auteiior del cuello. de las ranas. Mas tarde, sobre todo cuando el tumor
79o. Llamaremos, pues, tuber gutturostim, pa abraza casi enteramente el canal aéreo, la respira
pera ó thyreophima, á la enfermedad designada, ya ción es anhelosa, difícil, y Ja dispnca so acrecienta
con el nombre de broncócele, ya con el de est'uma; y cuando el enfermo sube una escalera ó hace el me
haciendo abstracción del thyreophima que nosotros nor ejercicio; las venas yugulares y las glándulas inme
llamamos fugaz, menstrual ó falso, dividiremos esta diatas comprimidas se ingurgitan; la'vuelta de la san
afección local, según su asiento y su causa, en thy gre de la cabeza esperimentamas ó monos obstáculos,
reophima celuloso, glanduloso, enfisematoso, y aero- y la cara se pono encendida, lívida, con tumefacción,
formo. vértigos, sopor, y algunas veces hemorragias reiteradas.
Decimos que el thyreophima es una enfermedad lo A veces, el mismo exófago, que desciende sobre el lado
cal: sin embargo, hay casos en que está asociada con izquierdo del cuello, se halla comprimido, estirado,
el idiotismo de los Alpes 6 cretinismo , y constituye estrangulado, y rehusa el naso á los alimentos. Se ha
entonces el principal síntoma do una enfermedad gc> visto á la laringe reducida á un canal estreñida
neral; no deja de haber tampoco ejemplos de cstrumas mente pequeño, y la asfixia, la apoplegía ó la sofo
(asi es como llamaremos á las escrófulas) que se cación lian causado la muerte al enfermo. Se ha ha
han complicado con la papera, ó le han dado origen. llado la tráquea aplanada de un lado á otro, y encer
Debemos también considerar al thyreophima como rada en el tumor como en un saco. Un célebre ana
una enfermedad crónica; no obstante, le hemos vis tómico alemán ha descubierto muchas veces, en las
to tomar una marcha aguda, y algunos médicos re paperas voluminosas, los anillos carlilagiuosos del ca
fieren lo mismo, aunque raras veces han. hecho con nal aéreo rolos, fracturados. Se han observado thy-
exactitud la misma observación. No li reophin
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la glándula tiroides, que se afecta ordinariamente con saliente á la derecha. Estaba duro, desigual,
lentitud, participa pocas voces de la enfermedad. El indolente, y se adhería íntimamente ú la triquya
tumor sobreviene por lo romun después de una vio y á lu laringe. La presión en el lado. derecho, escitaba
lencia que lia distendido las paredes del canal aéreo, una tos que atormentaba á la mujer de cuando en
como los esfuerzos, los gritos , un parlo difícil, ó un cuando. Las cataplasmas de hoja de cicuta y de mal
vómito inmoderado. En esto caso, la hinchazón pre va no produjeron efecto alguno. Al cabo de algunas
senta al tacto el carácter del enfisema , y aun desa semanas, se sacaron unas cuantas onzas de sangre
parece por la presión; se aplana durante la inspira para prevenir la sofocación, y se obtuvo muflió alivio.
ción, y vuelve cou la espiracíon-Algunas veces, aun El tumor había hecho ya grandes progresos, cuantió
que raras, la inflamación se apodera de él, y se la enferma fue sobrecogida de una grande ansiedad
termina por la formación de un alsceso. El célebre el 10 de enero do 1791. El decúbito era imposible,
Morgagni ha hallado la glándula tiroides ingur y la mujer so veia obligada á permanecer sentada
gitada , presentando una figura redondeada, una du con la cabeza echada hácia atrás; respiración si
reza escirrosa, y algunos puntos blanquecinos en bilante, tanto en la inspiración como en la espiración;
medio do una sustancia de color do carne, tirando sudores, ya frios y viscosos, 5a calientes; pulso lento
á moreno. No obstante, en las paperas mas duras, si y débil. Al cabo de seis horas la enferma volvió un
la glándula tiroides no se halla afectada de induración poco en si, y lo pasó regular todo el día 11. por la
antes de la enfermedad , uo sobreviene casi nunca tarde, nuevo acceso de ortopuea , que se calmó hácia
escirro ni carcinoma. inedia noche; cefalalgia, tos, y esputos de saugre. La
798. TuvRhorHYMA falso.— En las mujeres histé mujer permaneció tranquila durante tres dia^; el lü,
ricas, como hemos dicho en otia parto, sobreviene nuevo acceso. Desde este día hasta el 20, alternativas
algunas veces una tumefacción, que abraza todo el de reposo y de ansiedad, pero sin esputo' de sangre.
cuello, ú ocupa solamente uno de sus lados: esta El 21 y 22, desfallecimientos, sudores frios, y temor
afección no es una verdadera papera. El grosor del de sofocación. El 23, respiración mas libre. El 24,
cuello es variable en los hombres; pero la diferencia acceso de ortopuea al medio dia, seguido, pocas horas
es aun mas sensible en las mujeres: unas tienen el después, da la muerte, como por estrangulación.
cuello largo y delgado; en otras es corto y grueso, El tumor cscirroso se adhería del modo mas intimo
sin ofrecer, uo obstante, ningún vestigio de tumor. á la laringe, á la tráquea, y al exófago; los vasos te-
Los infartos de la glándula tiroides son cu general nían uu calibre cuádrupio del ordinario. La tráquea
mas frecuentes en la juventud que en la edad adulta, ofrecía también inmediatamente por debajo de sus
y en las mujeres mas que en los hombres. primeros anillos, y á la izquierda, un tumor duro,
En alguuas personas, •esta glándula loma un acre del tam (ño de una haba mediana. Todas las demás
centamiento que no es morboso, y constituye una es parles del cuerpo estaban sanas.
pecie de fisconía. Estos fenómenos dependen del ca La papera puede, con el lempo, ó por efecto de una
libre y de la repleción de los vasos tiroideos, y de la violencia eslerior-, tomar el carácter escirrose;
laxitud del tejido celular inmediato; tal os la causa de pero la glándula tiroides es á veces atacada de es
la hinchazón de la glándula tórpidas en uu gran nú cirros, que no participan en nada de la naturaleza de
mero de niñas ó de mujeres , cuando so acerca el la papera- Tal es el que acabamos do referir: se di
llujo periódico, y durante el embarazo; hinchazón ferencia de la mayor parte de sus congéneres, en que
que desaparece con el llujo menstrual, ó después del cuatro meses le bastaron para adquirir el volumen y
parto. Nosotros llamamos á esta afección thyrcophy- la dureza que presentaba, y para acarrear la muerte
ma fugaz, falso ó sanguíneo. sin otro síntoma que el de una compresión eslerior y
En las diversas partes del cuerpo , se forman debajo de una obturación Interior de la tráquea. Los escir
de la piel tumores glandulosos, blandos, elásticos, ros son comunmente pequeños y lentos cu su princi
movibles, indolentes, y llenos de una materia quo pio, pero en general tienen un acrcccnlainieulo rápido,
ofrece la consistencia de la miel. Todas las regiones sobre todo, en los órganos de un tejido flojo, como las
del cuello pueden también ser asiento de estos meli- mamas, cuando la mujer se halla sumida en la triste-
ceris, desarrollados en el tejido celular subcutáneo, 7.a. En la persona, objeto de la observación, no había
que es necesario no confundir con el verdadero í/11/- nada semejante ; sin el tumor traqueal, la enfermedad
rcopyhma. hubiera durado indudablemente mas tiempo, y hu
Los tumores aneurismáticos de las carótidas, pcru> biera adquirido el escirro mayor volumen, porque por
nocen tainhien á otra clase: en otra parte hemos lo general dura años enteros sin producir tan fatales
dado á conocer sus caracteres; se distinguen por efectos. Smmerring 1. 1 visto á ía tráquea aplanada
los latidos que les acompañan. Sor una papera enorme ; eu este caso , la estrechez
Lo mismo sucede con Jos verdaderos escirros de la c¡ canal por la compresión esterior, ero sin duda
glíndula tiroides: estos son tumores mucho mas du mas considerable que en la en enferma en ostión. Su
ros, desiguales, menos voluminosos, y cuya marcha cedió en este último caso una cosa sorprendente: y
es mas lenta. No hablamos aquí de los escirros for fué lanusencia de la disfagia, á pesar de la adherencia
mados por una sustancia morena blanquecina y por del tumor con el exófago, y su gran volumen en el
un tejido celular condensado: no se puede reconocer lado izquierdo. No es menos digno de notarse que .los
esta variedad hasta después ile la muerte. vasos de la glándula tuviesen el cuádrupio de su vo-
Escirro mortal de la GLÁNDULA tiroides (1).—A lúmen solamente en el trascurso de algunos meses.
mediados del mes de setiembre de 1790, tina mujer No es, por lo (auto, admirable que la sangre haya he
de cincuenta y tres años , notó que la parte anterior cho á veces irrupción cu la tráquea, ni. que, habiéndo
do su cuello se hinchaba de manera que al cabo de la acumulado en el cerebro la compresiou de las ve
algunos dias ocupaba toda esta región un tumor bas nas yugulares, haya sobrevenido una upoplogía.
tante pronunciado. Apenas habían pasado tres meses, 799. Thtreofhvma ckluloso.— Algunas veces el
cuando se reconoció un escirro de la gládula liroí cuerpo tiroides no es asiento del infarto ; el tumor so
des, que tenia hácia el lado izquierdo el volumen de desarrolla en el tejido celular interpuesto entre esta
un huevo de gallina, aplanado en el medio, y menos glándula y los tegumentos del cuello : es formado por
la secreción morbosa do uu humor viscoso, raucoso-
linfático ó albuminoso. Si so divido en su parte me
DE MEDICINA V CmtJJÍA.—FRANK. 479
a esta papera auu reciente, presenta al observador de todas las partes superiores. Nosotros hemos visto
¡lulas, cuya capacidad es igual ó inferior al tamaño á un gran número de mujeres, que presentaban for
de un garbanzo, llenes de una platería tenaz, que se mas elegantes antes del parla, ofrecer después sig-
coagula fácilmente por la acción del alcoholó del fue n->s no equívocos de un thyreophyma incipiente. He»
go Asi como en la anasarca, el agua llena las areolas mos dicho en otra parlo, quo estos fenómenos po
del tejido celular subcutáneo en las diversas partes dían ser producidos por una tos violeuta , por ios
del cuerpo , así la pituita ó un humor gelatini- esfuerzos del vómito, por eructos retenidos mucho
firme puede acumularse en una, dos ó muchas de tiempo, por gritos y carcajadas , por el uso de los
las células de este tejido, cu ta región anterior del instrumentos de viento, y el canto. Hemos observado
cuello. En la misma papera se hallan folículos llenos en los escritos de mélicos distinguidos de Italia, de
de diversas materias: estos son ateromas, esteato Francia y de Alemania, tres casos de esta especie de
mas, hidátides, tumores purulentos ó. sanguinolentos. thyreophyma, que diversos autores designan bajo la
Al principio, el infarto, oculto en la profundidad de denominación do broncocele ventoso, de hernia en-
las partes que le rodean, apenas se percibe á la sim fisemática del cuello, y de estrumas llenas de airt.
ple vista; y mas tarde se espesa el humor, y adquie Pero debemos confesar que aunque hemos recor
re una consistencia glutinosa. Las areolas del (ejido rido los Alpes de la Suiza, de la Snboya, del Vallés,
celular se aplican unas contra otras, y se desarrollan del Tirol, de laCamiola, de la Carintia, déla Stíria,
profundamente en un punto, ó en medio del tejido y observad» un gran número de paperas, no hemos vi^to
celular, folículos, cuyo grosor varia. Las paredes de nunca á ningún tumor de esto género crepitar bajo
estos tumores, formados de láminas celulosas que se la presiou como el enfisema, ó aplanarse por Ih salida
unen entró sí, se ponen consistentes, y adquieren por del aire ú través de sus paredes divididas. Las di
el trascurso del tiempo uuadureza cartilaginosa, y al secciones de los anatómicos modernos, han desmen
gunas veces huososíi. El humor que contienen, o que tido la existencia de los conductos que so suponían
llena naturalmente las areolas aun miadas , tieude á antiguamente iban desde la tráquea á la glándula ti
la coagulación, pierde su fluidez, y se convierte en roides. En cuanto al aire atmosférico que puede in
una materia caseosa, esteatomatosa , calcárea, algu troducirse en el tejido celular por una horida 6 por
nas veces carnosa ó de aparieucia escirrosa ; otras se cualquiera otra via, no debe tardar en de'scompo-
osifica. Todas las células de un mismo tumor no íerse en un cuerpo lleno de calor y de vida. En
contienen la misma materia : en unas hay licor ifecto, las paparas dependientes de la lesión de la
casi acuoso ó linfático; en otras un humor sanguí membrana interna de la laringe, han desaparecido en
neo, moreno, de la consistencia de la miel ó de ¡á le los casos que liemos citado, al cubo de ocho ó diez
che. Estas cavidades pueden tambieu ser asiento de dias. Concluimos, pues, de lo que precede, que la
una secreción sanguínea , ó do una hemorragia de papera cnfisemálica no merece este nombre mas que
pendiente de la ruptura de los vasos. durante los quince priin'iros dias; que cuando per
800. Thyreopryha «lahduloso.—Si la papera tie siste después de la descomposición del aire, depen
ne algunas veces su asiento únicamente en el tejido de de una causa mucho mas común, y no difiere del
celular subcutáneo, no es raro, como quieren algunos thyreophyma celuloso ó glanduloso.
autores, sino por el contrario, muy frecuente, que la 802. Thtreomt»a aerróforo. — Sucede de otro
glándula tiroides sea la sola afectada: las mismas ma modo cuando la parte superior de la membrana mu
terias se acumulan en su tejido celular propio, y pro cosa traqueal se escapa en el intervalo de dos círcu
ducen un thyreophyma parcial ó general. La enferme los cartilaginosos, y forma una bernia que se desig
dad puedo haber empezado por esta glándula, aun na con el nombre de broncócele, ó mejor aun con ía
que parezca algunas veces encogida , ó endurecida: denominación de traqueo -aereócele Este traqueofima
en efecto, comunmente las glándulas escirrosas están hemiario, tiene una marcha mucho mas lenta que
mas bien retraídas sobres! mismas que tumefactas, y los otros; el aire de que está liona la hernia se re
el líquido que se halla derramado en el tejido celu- nueva continuamente, y el cuello presenta un tumor
Itr inmediato , es el producto de su secreción mor permanente, indolente, ligero, elástico, que desapa
bosa. Así es que después de la peripneumonía están rece á la presión, y que vuelve al punto que se deia
generalmente los pulmones aplanados y reducidos á de ejercer, aumentando de volumen cuando el enfer
un pequeño volumen, por el peso de la serosidad que mo retarda la inspiración. Esta especie de paperu es la
habian vertido en abundancia en la cavidad torácica mas rara: sin embargo, dos cirujanos franceses, y Un
durante su inflamación. Cuando la papera empieza cirujano inglés, autor de un tratado de cirujía, han
por la glándula tiroides, se observa á menudo, al prin dado su descripción. Una jóven de diez y seis uñ<is,
cipio, un tumor mas duro y mas desigual ; después, la dice un autor, tuvo por espacio de un año, en la re
materia linfática se esparce en el tejido celular in gión anterior del cuello, un tumor blando, del tama
mediato, la glándula desaparece al tacto, y el tumor ño de una mauzana^sin dolor, sin cambio de color
llega á ponerse blando. Los demás fenómenos que pre en la piel: esto tumor aumentaba de volumen en
senta esta variedad de la paperu no difieren de los de todos sentidos cuando la joven suspendía su respi
la papera celulosa. ración.
801. TnvíiEOPHvju enfisematoso . — Al hablar del 803. Thyreopmvma ASEDRis.MÁTino varicoso. —Cuan-
enfisema traumático, hemos dicho que los esfuerzos do las visceras y las partes blandas adquieren un vo
del pallo podiau ocasionar la dislaceracion de la lumen desmesurado, los vasos sanguíneos que se
membrana interna de la laringe, y por consiguien distribuyen en ellas aumentan pronorcionalmente de
te, dar origen á tumores aéreos sobre el trayec calibre: no nos admiremos, pues, deque se observen
to de la laringe, de la tráquea ó de otras regiones los mismos fenómenos en la glándula tiroides , cu
So baila en'las Acias de la Academia de Bolonia yas cuatro arterias, mas gruesas que las de! cerebro,
la historia do una ruptura de la membrana mucosa forman una red vascular semejante á la de los ani
traqueal, efectuada por las sacudidas de la tos. Lo males rumiantes. Sin embargo, nosotros no decidi
Comentarios de Medicina de Londres, y los Esperi- dnos si es preciso referir á la papera la dilatación de
mentas médicot, reliereu un caso semejante, observado los vasos, ó atribuirla al aneurisma, á las varices, y
ios mujeres de parto: el enfisema se apoderó pri- | darle un nombre que d jsigne esta causa. Existe en
480
y las partes genitales : como la proximidad del flujo esceptuamos al escirro linfático, cuyo diagnóstico no
menstrual va acompañada de la hinchazón de las es fácil.
mamas, y en muchas mujeres de la tumefacción del 80b' Tiiyreophyma acudo.— Es raro, pero existen
cuello, asi también cuando se suprimen las reglas ó algunos ejemplos, que la papera se inflame , supure,
una leucorrea antigua, el volumen de la glándula y termine como las afecciones agudas. La papera
tiroides aumenla por lo común , y si resido en ella celulosa se forma mas pronto que la papera glandu
una úlcera, llega a ser algunas veces el asiento de iosa; y cuando es producida por causas viólenlas, su
una hemorragia periódica. Durante el embarazo , el marcha es algunas veces muy rápida, y adquiere un
cuello esperimenta en muchos casos una tumefac carácter agudo. Sin embargo , la misma glándula
ción, que desaparece después del parto. Un hombro, suele ser presa de la supuración , y el pus se derrama
dice un autor, estaba afectado simultáneamente de en la traqueártela: esto es lo que han observado uu
un hidrócele por derrame y de una hinchazón de la escelente médico de Inglaterra, y un hábil cirujano
glándula tiroides: el volumen del testículo aumen de Milán. Uno do nuestros amigos, autor de una obra
taba cuando disminuía el tumor gutural, y recípro sobre los vasos linfáticos, refiere que disputando
camente ; en fin , habiendo adquirido el hidróce una mujer con otra, que estaba afectada do una pa
le cierto acrecentamiento, desapareció la papera. pera voluminosa, hirió con una aguja de hacer media
En 18 11, un célebre profesor de la Academia de cim y le atravesó el tumor. Esta lesión fue seguida de una
pa , á quien contamos en el número de nuestros ami- inflamación intensa, que produjo una supuración
gos, nos comunicó la historia de un hombre de Fri- abundante é hizo desaparecer del todo la papera.
urgo-en-Brisgau , atacado de una papera volumi En 1793, recibimos en la clínica de Pavía á una mu
nosa y de una hidropesía de las bolsas: siempre que jer de cuarenta años , afectada de una angina tonsi-
aumentaba la hinchazón de la garganta, disminuía el lar. La enferma, antes asmática, había osperiinenta-
hidrócele; cuando esto llegaba á ser mas considera do una supuración parcial de la glándula tiroides,
ble, la papera perdía de su volumen. Estas variacio como lo indicaba una ancha cicatriz y un resto del
nes alternativas eran constantes. Referiremos mas tumor.
abajo un hecho semejante. Hemos visto en el Mila- Nosotros mismos hemos sido alacados.de una pa
nesado un gran número de eunucos, que aunque de pera aguda, á la edad de seis á siete años. En lo que
dicados continuamente al canto, ninguno nos pare podemos recordar, el infarto se acrecentó con rapidez,
ció atacado de papera, que es tan común en esta co y sobrevino sin causa conocida un estado inflamato
marca. Cuando una hemorragia establecida por la rio, que fue seguido de la formación de un absceso.
naturaleza, ó por el hábito, se suprimo , ó cuando Gomo mi patria estaba de'provista de médicos escla
los esfuerzos prolongados y frecuentes retienen la recidos, mis padres me condujeron á una pequeña
sangre en los vasos del cuello y de la cabeza, noso ciudad de las inmediaciones, y á casa de un cirujano
tros no dudarnos que este fluido obre con fuerza so militir, hombre 'do gran impericia. Este charlatán
bre los vasos tiroideos , que son numerosos y soste pronunció con gravedad que me había roto el ner
nidos por un tejido celular muy flojo: el aflujo de vio de la garganta, al volver la cabeza hácia atrás;
sangre los dirata al principio; y si continúa In irrita declaró que la muerte era inevitable, y no propuso
ción producida por su acumulación , ó si el cuello remedio alguno. Mi madre, asustada, considerando
del enfermo es comprimido en una tentativa de es que el tumor presentaba una fluctuación manifiesta,
trangulación, las areolas del tejido celular de la glán con tensión y adelgazamiento do la piel; que estaba
dula pueden ser asiento de una secreción morbosa. lívido y cubierto de venas varicosas azuladas, peí só
A la dilatación y á la ruptura do estos vasos es á la que valia mas intentar un remedio incierto, que no
que nosotros atribuimos las hemorragias , ordinaria ensayar ninguno. Alentada por su ternura, hizo lla
mente venosas, que se observan en la papara: algu mar al barbero del lugar, y le mandó abrir este abs
nas veces corre una cantidad de sangre muy consi ceso en el intervalo de las varices. Al punto corri-
derable; un médico lia visto perder cinco libras á un una gran cantidad de pus espeso, mezclado de San
enfermo. Así es, que cuando los vasos laríngeos se gre y de materia albuminosa. El tumor se aplanó, ws
iugurgitan, y la circulación es difícil en los ramos de le cubrió con una cataplasma preparada con pan y
las arterias tiroideas, comprimidos por el volumen de leche, para efectuar la maduración de lo que queda
la glándula, estos vasos, sobre todo las arterias ti ba todavía, y diariamente arrojaba por la presión el
roideas superiores, que son menos profundas, se di pus, á medida que se formaba. A\ cabo de algunas
latan, laten con fuerza, si cualquiera causa dirige por semanas, la papera se habia fundido enteramente; sa
su lado el curso de los humores ; el volumen y el lía por una abertura estrecha) uu poco do humor se
calor de la glándula aumentan , y llega á ser asien» roso y tenue: esta resudación continuó suministrando
lo de una secreción morbosa. Sin embargo, esta es mas ó menos materia hasta los diez y seis años, hácia
pecie de papera uo difiere esencialmente de la papera la época de la pubertad. Entonces la pequeña úlcera
glanduiosa. fistulosa se seco súbitamente, se obliteró por solos
804. Thyiikophyiia complicado. —Hay paperas que los cuidados de la naturaleza, y no quedó mas que
dependen mas bien de nn vicio general, que de un una cicatriz desigual , absolutamente seca , situada
vicio local : las escrófulas afectan comunmente las en la parte inferior izquierda de la laringe Solo hoy
glándulas linfáticas del cuello, y aun la gláudula ti que he llegado á la última edad de la vida, esperi-
roides so pone tumefacta en el cretinismo. No es raro niento frecuentemente comezón en el lugar que ocu
que las acores, la liña, sean precedidas ó acompaña pa. En esta enfermedad , la glándula tiroides fue
das del infarto de los ganglios linfáticos de la nuca, destruida enteramente y consumida por la supuración.
y que la papera determine la hinchazón de los iume* En la papera aguda e inflamatoria, se observan to
diatos , irritando los vasos de este sistema. Existen dos los síntomas do las flegmasías locales; tensión,
también verdaderos escirros que ocupan las glándu calor, dolor, algunas veces rubicundez muy sensible;
las linfáticas interpuestas en el mismo tejido de la latidos de las arterias laríngeas, sobre todo de las su
glándula tiroides, los cuales no se deben confundir periores; lividez é infarto varicoso de las venas; ten
con la papera celulosa ó glanduiosa. Se reconocen dencia á la supuración; dificultad do respirar y de
fácilmente las complicaciones, por los signos de la tragar; vértigos, rubicundez y tumefacción de la cara,
enfermedad general ó local que las <constituyen; poro | y liebree considerable. A pesar de la agitación y de los
DE MEDICINA Y CIRUjÍA.— FUANK. 481
latidos de las arterias, no se podría considerar esta no ataca á los hombros ; mas lejos, las mujeres estáu
papera como aneurísmática: estos fenómenos depen también libres do ella, i escepcion de algunas á las
den de que las arterias se dejan dilatar mas difícil que el trabajo del parlo ó cualquier otro esfuerzo dis
mente que las venas, ó que sus paredes vuelven Con pone á esta enfermedad.
mas prontitud sobre si mismas cuando han cedido al Los autores que han tomado en consideración la
impulso de la sangre. permanencia endémica de la papera en los Alpes, mi
806. Causas del thvheothysia. —Hasta que los ran como la principal causa de esta afección el uso de
anatómicos esien acordes acerca déla estructura intima las aguas de hielo ó de nieve, que estáu despojadas de
de la glándula tiroides y los lísiólogos descubran el uso, su principio carbónico. Hipócrates habia ya declarado
el último destino de este órgano, rio conoceremos las que estas aguas eran muy mal sanas, porque se ha
causas de las enfermedades de que. es asiento, no so bía quitado su parto mas sutil. Oíros objetan, contra
lamente on el hombre, sino también en muchos aní esta opinión, que la papera es muy común en la isla
malos domésticos; ignoramos igualmente la manera de Sumatra, donde no se bebe agua de nieve; y en la
de obrar de los remedios que las curan, ó de aquellos ciudad de Génova, donde no se hace ningún uso de
á quienes resisíen. En las escrófulas, todo el siste aguas glaciales, lo mismo que en la llanura de la Sui
ma linfático cae en un estado do languidez y de de za. En toda la Italia se lmce uso, durante el estío, del
bilidad; sin ombargo, es raro que so afecte la glán ■ vino y del agua helada , y sin embargo, á escepcion
dula tiroides. Cuando esla glándula se pone tume de lu Lombanlía, la Calabria y las comarcas inmedia
facía y desfigura la belleza, ó acarrea la muerte por tas á los Alpes, la Italia no ofrece ningún ejemplo de
la apoplegia, ó por la estrangulación , el sistema lin papera. En fin, un autor que ha escrito sobre la Amé •
fático, á pesar de las relaciones de afinidad que le rica, y solire los pueblos de este hemisferio, ha ob
ligan á él, permanece estraño al estado morboso que servado que este género de deformidad era descono
esperimenta. Algunas veces las glándulas linfáticas y cido en la península del Labrador, situada en la parte
la glándula tiroides se ingurgitan simultáneamente; oriental de la América Septentrional: no obstante, las
pero en este caso, cuando la papera desaparece , su aunas que se beben en esta península, provienen casi
curación no ejerce influencia alguna sobre el infaito todas inmediatamente de la tundición de las nieves.
de los gnnglios. Las estrumas ó escrófulas atacan con Estos hechos pueden impedir que refiramos todas
preferencia en la primera edad de la vida ; y cuando las paneras al uso de las aguas glaciales. Sin embargo,
se curan espontáneamente, desaparecen al acercarse la el amor de la verdad, la importancia de la cuestión,
pubertad: la papera, por el contrarío , no sobreviene no decidida todavía, el aspecto desagradable de esta
ordinariamente en la primera infancia, sino que afec enfer oedad, que reina en las regiones mas elevadas
ta mas bien á la segunda y á la juventud. del globo, nos obligan á esponer las razones alegadas
Los Alpes, con algunas eseepciones, son la verda en iávor de la opinión de los antiguos.
dera patria de la papera, principalmente de la glan- Las causas morbosas mas constantes en sus efectos,
dulosa. Pero esta enfermedad y el cretinismo no mar llegan á ser nula-, ó pierden mucho de su influencia,
chan juntos en las mismas proporciones: la papera es cuando son contrariadas por circuus'ancias, ó por uu
mas común en los lugares montuosos, donde abundan género de vida, que combaten su acción en todo ó
con especialidad los lagos y los estanques; el cretinis en parle. El uso de las aguas glaciales no debe, pues,
mo, que no va acompañarlo siempre del infarto de la ejercer la misma influencia en los habitantes de la lla
glándula tiroides, ocupa un espacio monos estenso; nura, cuyo género de vida es variado y animado, que
no so observa en el vértice de las montañas primi en los habitantes de los Alpes , que llevan una vida
tivas; reina en medio de la altura délos Alpes, en los simple, monótona, y se nutren con alimentos poco es
valles estrechos, cerrados, húmedos y espüestos á la citantes. Así es que en medio de las epidemias que
reverberación de los rajos solares. Sin embargo, no pesan sobre la clase del pueblo, los individuos que
se puede atribuir la papera únicamente á la acción gozan de las comodidades de la vida , y comen esos
de un aire caliente y húmedo, ni como sostiene un manjares esquisitos, conlos que no siempre se acomo
autor moderno que ha escrito sobre esta enfermedad, da la salud, resisten largo tiempo á la acción del prin
á la falta de electricidad atmosférica: en efecto, se cipio morboso: la causa de una enfermedad llega á
hallan pocas paperas en los países donde el airo ser á menudo el reme lio de otra.
ofrece estas diversas cualidades, pero que no están Sabemos que cuando el Ifttjá e.ong.dada vuelve al
situados en las inmediaciones de los Alpes. El sabio estado líquido , adquiere fácilmente su princi
autor de la Historia natural de la Rusia, ha encon pio carbónico, del que habia sido despojada; pero
trado las primeras paperas que sellan observado en porque conozcamos algunas de las propiedades de un
este vasto imperio, cerca del rio Okka , sobre las cuerpo, ¿debemos negar la influencia de las que no
márgenes del Motmos, cuyas aguas contienen marga, conocemos? La esperiencia médica, mas bien que la
y partículas ferruginosas. Nosotros no hemos visto química, cuyos útiles trabajos no despreciamos, sin
ningún ejemplo en esta inmensa llanura entrecortada embargo, es la que nos instruye de los efectos venta
de trecho en trecho por montañas de segundo órden, josos ó perjudiciales del aire, de los lugares y de las
llanura que se cstiende desde las ciudades de Wilna, G juus. vi .los aguas que el análisis químico lla
Riga, Dorpat, Varna , San Petershurgo , Novogorod, lla absolutamente iguales la una da una cerveza es-
Twer, Moscou, Tule, Orel, Kiew, y Santomir, hasta cclente, y la olía una cerveza débil, aunque se haya
las fronteras del Austria. Sin embargo, re dice que empleado lu misma cebada; el ai te culinario nos
los carelianos, que habitan cerca del lago Ladoga, en ofrece también fenómenos semejantes. Hay ademas
un país bajo y cubierto de bosques, están sujetos á aguas minerales en las cuales la química descubre
esta enfermedad, y la combaten bebiendo en abun los mismos principios, y que tienen propiedades muy
dancia un cocimiento de fumaria bulbosa. diferentes, y que gozan, no obstante , de virtudes
No llama la atención la papera en los Alpes; tan enérgicas: la observación de los enfermos, y no el
común es esta deformidad. Ks endémica en los Piri arte del químico, es lo que nos hace conocer estas di
neos, en los Apeninos, enel Hollinado, la Sahoya, la Sui ferencias. En la isla de Somalia no se bebe agua de
za, el Tirol, la Carintia.la Stíria, lá TartarinCliiiia.yen nieve, y sin embargo, la papera es muy común: este
la América Septentrional, A cierta distancia de los Al I hecho probaría que las bebidas glaciales no son la
pes, distancia que no conocemos todavía, la papera | ^—o, ¿quién sabe sí
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482 BIBLIOTECA ECONÓMICA
las aguas de esla isla tienen nacimiento en vastos de uso de otra de mejor calidad. Sobre el monte Cáu-
pósitos ahuecados profundamente en las entrañas de caso la papera es tan rara como los pozos; pero en
la tierra, y corrompidos por la fundición de las nie los sitios en que se usa el agua de estos, es muy co
ves, ó de cualquier otro modo? ¿Quién sabe si con mún la afececion. Esta observación está consignada
tienen partículas heterogéneas que dirigen su acción en una obra reciente de un escritor ruso.
sobre la garganta? No es seguro que los habitantes Se pueden atribuir ostos efectos ú las partículas
de Génova no beban agua de ¡nieve : en efecto, los arcillosas, margosas, salenitosas y calizas de que está
Alpes , de los que está poco distante esta ciudad, impregnada el agua. Pero no se podrá negar que el
pueden y aun deben alimentar las fuentes que corren agua de pozos es muy común en muchas comarcas
en ella. En la pení.isula del Labrador casi no se hace donde la papera es muy rara; en Gwtinga y en Ba
uso mas que del agua de nieve, y la papera es desco dén, por ejemplo.
nocida : si debemos dar fé ú la relación de algunos La papera es mas frecuente en las mujeres que
europeos, bastante instruidos, quo han visitado esta en los hombres, de tal modo, que un médico ingles
comarca, su observación es un argumento poderoso que ha escrito sobre esta enfermedad, no ha visto
en favor do la salubridad tic las aguas de nieve. Pero en estos ningún eiemnlo de ella, en, el condado de
nosotros consideramos este hecho como una rara es- Derby, donde es endémica. Esta predilección de
cepcion, cuya causa no conocemos. No tenemos de pende aquí de una causa particular que no ejerce su
ningún modo la intención de recurrirá las cualidades influencia sobre el continente, especialmente en los
ocultas para esplicar las cosas naturales; pero no cree Alpes. La papera es' una enfermedad absolutamente
mos que las nociones imperfectas que tenemos de la local; no sobreviene en la edad madura ó en la ve
naturaleza basten pata hacernos comprender todos los jez, sino mas bien entre los siete y los doce años;
fenómenos do los cuerpos, ó que los principios que re'na mas comunmente en los países húmedos, cu
conocemos sean los únicos que rijan al universo. El biertos de bosques, y se disipa algunas veces por la
hielo que se hace fundir en el vino ó en el agua, en habitación en lugares secos y elevados. Es determi
la mesa de las personas opulentas, no ocasiona la pa nada fácilmente, sea cualquiera el lugar que se habi
pera; esto será porque se puede tomar sin inconveniente te, por todas Ks causas capaces dcdebilitar el to
una corla cantidad de agua helada, ó poique los ali no de la tráquea, ó de dañar su membrana mucosa,
mentos y las demás bebidas corrijen sus malos efec tales como los esfuerzos violentos mientras se retie
tos. Si consideramos el genero de vida do los salvajes ne el aliento, en un parto difícil, ó bien una con
de la América Septentrional, que se dedican única moción, una viva agitación, una dilatación forzada
mente (i la caza en vastos desiertos, y no se alimentan do la laringe, de la traquearteria, como en las sa
mas que de la carne de los animales que caen bajo cudidas do la tos, de la risa, del vómito, del canto,
sus redes, de los poseídos que el mar los suministra, y en los gritos iumodorados. Los remedios internos
veremos cómo difiere» sus costumbres de las de los y estemos que son útiles en el tratamiento de la
habitantes de los Alpes, y convendremos fácilmente papera, gozan de una virtud escitante. Estas conside
en que la misma causa morbosa uo debe producir los raciones nacen muy probable la opinión de los que
mismos efectos en personas cuyos hábitos son tan refieren la papera, sobre todo la papera esporádica,
opuestos. Un personaje ilustre que viajaba en Rusia á una debilidad local , por lo común congénita, y
por órden superior, ha observado que en la parte su aun hereditaria. Esta debilidad favorece la secre
perior de los rios Sibil' y Lena, la papera era muy co- ción de la pituita, su estancación, su retención en
muu , mientras que desaparecía esla afección en las los órganos que son asiento de la papera. Algunos
comarcas bañadas por el Rntich. En el viaje alrede hombres de mérito han atribuido también esta en
dor del mundo, emprendido bajo el mando do un ca fermedad á la acción del frió sobre el cuello; han
pitán inglés famoso, cuando sehubo llegado á la Nueva acusado á la moda, que no permite á las mujeres
Zelandia falló el agua en el navio, y fue preciso ser cubrir esta parle, moda insensata, á la que se some
virse durante algún tiempo de los hielos de que esta ten hoy los niños en la edud mas tierna. Nosotros
ba cubierto el mar : eslu agua era muy dulce. Toda concebimos que esta causa morbosa ejerce una gran
la tripulación, sin esceptuar un solo individuo, pade influencia sobre la producciou de ciertas enfermeda
cieron un infarto de las glándulas del cuello. Estos des, pero no podemos atribuirle la papera. En efec
infartos desaparecieron con bastante prontitud, cuan to, en la misma Rusia, y en muchas comarcas sep
do, después de trascurridas muchas semanas, salieron tentrionales, los niños pequeños, las mujeres sobre
de estos parajes y les fue posible procurarse un agua todo, siguen la moda que condenamos, y es raro
pura, no alterada por la congelación. Debemos esta que sean atacados del infarto de la glándula ti
observación interesante , á un sabio de Alemania que roides.
acompañaba al capitán inglés. Si nos representamos á los habitantes de los Al
Como los autores han confundido la panera con pes, la mayor parte 011 la indigencia, trepando sin
las escrófulas, no sabemos cuál de estas dos afec aliento por moutañas inaccesibles, llevando diaria
ciones ha sidji la que han tenido á la vista, cuando mente a una altura prodigiosa Jas cosas necesarias
han referido observaciones que tienden á probar que á la vida; si consideramos que desde sus primeros
las aguas de pozos ejercen una acción morbosa so años están dedicados á este penoso trabajo, cuyo es
bre las glándulas linfáticas. Un Francia, la ciudad de fuerzo so dirige principalmente sobre la laringe y
Reims tenia antiguamente un hospital consagrado á la traquearteria, nos confirmaremos, sin que dese
las enfermedades de la linfa: desde que se ha con chemos las demás causas, en la opinión de los auto
ducido hasta esta ciudad un brazo del Vesle, y sus res quo relieren con nosotros la papera a una debi
habitantes no hacen uso del agua de pozos, la enfer lidad local. Un hombre ilustre, que hemos contado
medad endémica ha disminuido la mitad. Los habi en el número de nuestros amigos, ha dicho que el
tantes de Eichtelberg, en Silesia, estaban sujetos al uso de llevar los fardos sóbrela cabeza, contribuía
mismo vicio: su constitución se ha mejorado desde á la producción de esta enfermedad. Nosotros admi
que hau abandonado la fuente del lugar de Stenseil- timos difícilmente semejante opinión, porque en
fen, coica <le Schmidberg. En otro pais se creyó las provincias del Rhin, donde la papera no es común,
hallar la causa del mal en un agua impregnada de es general este uso. Para dar mas fuerza á su opi
sustancias metálicas: en efecto, desapareció por el nión, sostiene que si los niños de los reyes están su
DE MEDICINA Y CIRWÍA.^FRANK. 483
jetos á las escrófulas, se hallan al menos exentos de resolución del tumor. Algunas veces, como hemos
la papera. Nos vemos también forzados á rechazar dicho, el peso del tumor gutural comprime la gar
esta proposición. liemos observado la enfermedad ganta, y aun exófago , y hace temer la sofocación,
que nos ocupa en familias opulentas, distinguidas la estrangulación; intercepta el paso de los alimentos,
por su nobleza, y aun en niños do sangre real. Por cuya privación trae consigo el marasmo; se opone á
s^tro lado, eslaroos bien lejos de considerar como la la vuelta de la sangre, de la linfa cerebral, y la re
ola causa de la papera endémica, los penosos tra tención de estos humores ocasiona vértigos, sopor y
bajos á que están condenados los habitantes de los apoplegía. Estos últimos accidentes tienen lugar mas
Alpes; en efecto, se ha provenido algunas veces ó pronto cuando los vasos del cuello son comprimidos
disminuido la hinchazón de la glándula tiroides, por los lados. Cuando por causas accidentales sobre
sustituyendo el uso del agua destilada al del agua viene una angina, sobre todo laríngea ó traqueal, en
de nieve. una persona afectada de la papera, esta flegmasía, ya
Un célebre fisiólogo de la Suiza había sospechado muy grave por sí misma, hace correr los mayores pe
que en un esfuerzo podía el aire pasar por ciertas ligros. Un simple catarro de las vias aéreas, inspira
aberturas do comunicación que existían en la tráquea igualmente temores cuando es intenso. Es raro, pero
y la glándula tiroides. Otros han asegurado que las sucede algunas veces, que la papera se inflame y se
inyecciones habían descubierto conductos que vier termine por superación. En esta circunstancia la
ten el moco do esta glándula en las vías aéreas. Los compresión de la tráquea y de los vasos yugulares
anatómfcos mas distinguidos de nuestros días no ad aumenta con la dispnea y el sopor; y si á pesar del
miten ni la existencia de dichos conductos, ni las peligro de la hemorragia, nose abre csterioi mente una
funciones que esta supone en la glándula tiroides. salida á la materia purulenta, es también de temer
Aun cuando sus trabajos se hallasen acordes sobre que corroa la laringe, la tráquea, ópenetre en su ca
este punto con los de sus predecesores, el paso del vidad. No hemos visto nunca que la papera degenere
aire por estos conductos nunca produciría mas que en carcinoma, aunque nos haya ofrecido comunmente
un enfisema de la garganta, semejante al que sobre una gran dureza: sin embargo, hemos descrito antes
viene á consecuencia de las lesiones de la membra algunos escirros de la glándula tiroides, que han lle
na mucosa traqueal. For otra parte, ordinariamente gado á ser prontamente mortales. Se ha visto algunas
no so halla aire en las paperas, y suponiendo que veces, por una relación simpática con las evacuado -
este Huido elástico estuviese encerrado en el tumor, nes sanguíneas menstruales ó hemorroidales, que la
debería, como ya hemos dicho, descomponerse al papera ha esperimentado variaciones periódicas, ha
cabo de algunos días, de manera que si penetrase aumentado de volúmen, sobre todo en el verano, y
en la glándula, todos sus efectos se reducirían á la ha-disminuido durante el invierno. La papera verda
dilatación forzada de su parénquima, y á la atonía, dera y esporádica no es por lo común difícil de curar
que sería su consecuencia necesaria. en los jóvenes, siguiendo las reglas que. vamos á dar;
En las llanuras, las causas violentas pueden diri la papera endémica se disipa con mucho trabajo, y
gir su acción sobre la tráquea; y sin embargo, la pa vuelve fácilmente. Cuando el tumor es antiguo ó muy
pera no es mas que esporádica, no se observa mas esténse, ó de una consistencia cartilaginosa ó hueso
que cu un corlo número de personas.| Concluimos, sa, es inútil toda tentativa de curación. Un ilustre
pues, que en los habitantes de los Alpes, el desa cirujano francés ha observado que la papera era mas
liento que esperimentan al trepar estas montañas rebelde, cuando no ofrecía mas que un tumor único
difíciles, agobiados bajo el peso de grandes fardos, que ocupaba el centro de la glándula tiroides.
contribuyen mucho á la producción de la enferme 808. Tratamiento del thyreoi>iiyma. —Si no se
dad; que su carácter endémico procedo del uso de hace la distinción de la papera falsa y de la papera
las aguas glaciales, de las aguas de pozos, de las verdadera, si se tratan sin reflexión todos los tumo
aguas cargadas do partículas minerales, ó proviene res de la garganta por el mismo método, los mejores
de una influencia desconocida del aire y de los luga remedios no obtendrán en ciertos casos los efectos
res, como la tumefacción de los pies en la elefantía que producen on otros. El acrecentamiento no mor
sis, y como otras afeccionas endémicas. Se refiere boso, la lisconia de la glándula tiroides en los jóvenes
que aun las personas adultas, que viajan en las co no exigen los socorros del arte, y aun la prudencia
marcas de la América septentrional, donde la papera no permite ensayarlos. En el traqueócole, hernia déla
es endémica, contraen esta enfermedad. So ha visto, membrana mucosa traqueal á través del intervalo de los
por otra parte, que el cambio de aire y de lugar ha círculos cartilaginosos, y en el enfisema producido por la
hecho desaparecer la papera: no hay mucho tiempo lesión de esta membrana, se debe recurrir á la ciru-
que un personaje ilustre, después de haber esperado jía, mas bien que á los remedios alabados contra la
vanamente en la inmediación de los Alpes el éxito papera. En el primer caso, se ejerce una compresión
de un tratamiento que duraba hacia muchos años, ligera y prolongada por medio de una lámina de plomo
volvió á París. Al cabo do tres meses, y sin hacer ó de un pedazo de lienzo plegado en muchos doble
remedio alguno, el tumor desapareció enteramente. ces, que se aplica trasversa Imen te, y que se fija con
Nosotros no hemos visto nunca que la papera baya un emplasto; en el segundo, aunque el tiempo haya
sobrevenido por la supresión de los menstruos ó de producido algunas veces la desaparición espontánea
las llores blancas. Un médico célebre de París ha M tumor, so deben emplear los remedios aconseja
observado esto fenómeno. dos en el enfisema. Si los esfuerzos penosas de la mens
807. Pronóstico.— Un número infinito de perso truación, ó la ausencia de las reglas, dan lugar á un
nas afectadas de la papera, gozan por otra parte de infarto periódico de los vasos tiroideos, y hacen te
una salud perfecta hasla la ultima edad de su vida: mer que se desarrolle la papera; basta tratar la enfer
todas sus incomodidades se limitan á una alteración medad esencial, y lavarfrecuentemenle la parte au-
desagradable de la voz, á una ligera dispnea, que au tenor del cuello con agua fría ó agua vegeto-mineral.
menta con un ejercicio algo penoso. Hay paperas que Nosotros no referimos á la papera verdadera mas
desaparecen espontáneamente por el cambio do ha que la papera celular y la papera glandulosa. El tra
bitación, cuando son todavía recientes. Se ha visto, tamiento profiláctico debe emprenderse desde luc-
por un suceso feliz que no es común, que un gran o, cuando lo permiten las facultades de la person
484 OiBLlOTECA ECONÓMICA
mía comarca cu que esta afección es endémica, y si autores pretenden que el álcali cáustico combinado
pertenece á una familia i quien alaca ¡i causa de una con el carbón vegetal produce efectos semejantes y
disposición congénita. Desde la infancia hasta la edad aun superiores; creen que esta sal alcalina envuelta
madura, se emplearán las fricciones repetidas sobre en el aceite graso es mas suave , disminuye la
la parle anterior del cuello; se cubrirá, sin compri tensión de la fibra, se mezcla mas fácilmente con
mirlo con un corbatín de seda, de treslraveses de dedo los tumores animales, con el moco ácido , y disipa el
de ancho, doble en su medio con una pieza de lana, adormecimiento, las obstrucciones del sistema lin
é impregnado diariamente do un vapor aromático, ó fático glanduloso, mientras que aumenta la laxitud y
lleno deyerbas olorosas secas: este corbatín ofrece ade la atonía de los músculos.
mas la ventaja de preservar del frió á la glándula ti Pero ¿quién es aquel cliyos ojos de lince pueden
roides. Se debo cuidar de no volver bruscamente la seguir la acción de semejantes remedios en el inte
cabeza hácia atrás, evitar toda especie de esfuerzos, rior de nuestra economía? ¿Quién es el que ha justi
las grandes carcajadas, los gritos forzados, y abste ficado aquí la degeneración do los humores, la aces
nerse del canto y de tocar instrumentos de viento. cencia del moco en la glángula tiroides? La esponja
Estas precauciones son mas necesarias aun en las jó calcinada, á la dosis de veinte granos (1 gram.) re
venes que en los que pertenecen al sexo masculino. petida dosó tres veces por dia sin ningún auxiliar,
No nos cansaremos de advertir á aquellas que conten hace comunmente desaparecer la papera con la ma
gan sus gritos, y que no vuelvan violentamente la yor facilidad. Ahora bien, ¿so puede creer con fun
cabeza hácia atrás, durante el parlo. En los países damento que la corta cantidad do sal alcalina que so
donde no hay mas que aguas de hielo ó de nieve, aguas mezcla diariamente con los ácidos y los alimentos
de pozos ó cargadas do partículas minerales, convie de diversa naturaleza , porque nosotros no cambia
ne hacer uso del agua destilada ó purificada por la mos durante el tratamiento el régimen ordinario del
ebullición. Ya hemos dicho que el cambio de aire, enfermo , no obre mas que por su virtud rmfi'-dcida,
de lugar y de agua había producido algunas veces efec y disolviendo los humores viscosos cuya existencia
tos que se habrían esperado en vano del uso de to se supine? Otros presumen que este polvo ejerce una
dos los demás remedios. Desesperamos que se puedan acción mecánica sobro la garganta y sobre los con
intentar nunca los medios profilácticos que han sido ductos quo van desde la glándula tiroides á la laringe;
propuestos para estirpar la papera y el cretinismo en pero, como ya hemos dicho, la existencia de estos
démicos en los Alpes Los habitantes de estas mon conductos no se halla demostrada todavía, y la lejía
tañas son en general demasiado pobres, y los fondos de la coniza de esponja produce los mismos efectos
comunes demasiado módicos, para subvenir á los gas que el polvo; en fin, no es necesario para curar la
tos que serian necesarios en este tratamiento. papera dar el remedio bajo la forma de trociscos, que
En las demás alecciones locales que admiten los tienen la ventaja especiosa de fundirse lentamente
socorros del arte, los remedios locales son casi los en la boca. Si atribuimos á la esponja calcinada
únicos que gozan de alguna virtud; en la papera, los una acción específica que destruye la secreción mor
tópicos tienen poca eficacia; la curación depende entera bosa do la glándula tiroides , sentaremos sin duda
mente de los remedios internos empleados oportunamen una hipótesis; pero será menos absurda y menos
te. Sin embargo, el número de los remedios estemos es contraria á la razón. Como no creemos que en la cu
considerable : se ha recurrido hasta á la aplicación de ración de la papera so efectué una reabsorción de
sapos, déla piel de ahorcados, de la mano helada do los la linfa morbosa, no tratamos de eliminarla por los
muertos, de la mano do los reyes, cuyo contacto fuo diferentes emuntorios de la economía, administrando
implorado por los pueblos, primero en Inglaterra, des después de la curación los diuréticos ni los purgan-
de Eduardo el Confesor hasta Carlos I, y después en les. La acción de la esponja calcinada va acompañada
Francia hasta Enrique IV. Un hombro célebre ha di de una irritación bastante evidente. En efecto , las
cho que las escrófulas, y no las estrumas de los au personas quo tienen el pecho delicado ó el estómago
tores, eran las que so presentaban á los reyes. Esta demasiado sensible, soportan con dificultad su uso
aserción no nos parece fundada: en efecto, clnombro si no se prescribe á dosis moderadas; nosotros ho
inglés de la papera , thc king's evil, prueba !o con rnos visto algunas veces que los enfermos han espe-
trario. Por otra parte, se puede negar absolutamente riinentado una ligera espuicion de sangre , ó se han
el éxito de las prácticas supersticiosas de que Inbla- quejado de un desórden en el apetito. Es necesario
mos, pues la papera está mucho mas sujeta al imperio continuar mucho tiempo el uso de este remedio, y
de los nervios y de la Imaginación que los conmueve, aun prolongarlo algunas semanas después de la desa
que la diátesis escrofulosa. Hay otros remedios qurí parición de la papera. Hemos observado muchas ve
no son fruto de la superstición popular, sino de la ces, en el mismo enfermo, que el tumor ha vuello
esperiencia , que ha justificado su eficacia en otras y se ha disipado de nuevo por el mismo tratamiento.
enfermedades esternas; tales son el vinagre amonia Vamos á dar la fórmula qus antiguamente se reser
cal , el aceito alcanforado, el jugo esprimido do la vaba un médico de Slrasburgo, que es la que nosolros
digital purpúrea, la bilis de buey con el aceite y la hemos seguido en nuestra práctica, y que nos ha
sal, el ungüento mercurial, el agua de mar, la di parecido mas eficaz que todas las demás. La damos
solución de sal de saturno , la electricidad, etc. Si tal como la hemos publicado hace muchos años:
hemos de creer ñor la palabra de los demás que es
tos medios han obtenido éxito en ciertos casos , po
demos asegurar que los remedios internos son cien
veces mas eficaces. La esponja calcinada escede en Pelota de mar, una onza,—30 gram.
virtud á la de todos los tópicos, aunque últimamento
han dicho algunos médicos franceses del mayor mé' Mézclense estas sustancias en un crisol, y redúzcan
rito que es un remedio antiguo. Si tratamos de cs- se á ceniza, hágase hervir una onza (30 gram J de
plicar su manera de obrar , veremos el vacio de las esla ceniza en dos libras (I kilógr.) de agua de fuen
teorías médicas. Se puede colocar casi en el mismo te hasta que se reduzcan á la mitad; fíltrese y añá
rango al carbón de piedras de esponja , de la pelota dase una onza (30 gram.) de jarabe de canela. El en
de mar, al que se ha asociado lam'ien el carbón de fermo lomará media miza (tii gram.) de este líquido
los huesos fie gíbia*, de cascaras de huevos. Algunos tres Veces a! dia. *—
DE MEDICINA ¥ CIBUJÍA.— FRANK, 4h5
Cuando se declara uua inflamación caracterizada do la papera es seca, dura, cartilaginosa, y de uua
or dolor pulsativo del tumor, que llega á ponerse consistencia casi petrosa.
ustroso, encendido, caliente , ó cuando la diminu La cstirpacion puede parecer el método mas corto
ción del dolor después de estos síntomas' anuncia la y mas fácil: tal ha sido desgraciadamente, la manera
formación del pus; cuando la papera está rodeada de de ver de muchos cirujanos. Los escritores del siglo
tumores enquistados ó de folículos que so reblande de Roma y los dej siglo siguienlo, son los que han con
cen y presentan los caracteres de la fluctuación; cebido la idea de semejante operación; pero cuando
siempre que el volumen, la dureza del tumor, inco han obtenido buenos resultados, es porque no han
modan la respiración, el paso de los alimentos , la dirigido el instrumento mas que sobre folículos ó tu
circulación cerebral, como lo «testiguan los vértigos, mores enquistados. Engañados por el nombre tan
el sopor, la rubicundez y la hinchazón do la cara, antiguo como equívoco de estrutna, los médicos ára
las hemorragias nasales reiteradas ó escesivas; en bes han intentado igualmonte la estirpaciou en algu
estos diferentes casos, los socorros de la cirujía lle nos enfermos; pero espantados ¡le la hemorragia ful
gan á ser necesarios, aunque el asiento del mal limi minante que les ha arrebatado la vida entre sus ma
te un poco su acción. La inflamación exige que el nos, han establecido sabiamente el principio de no
enfermo esto sometido á un régimen severo, que emprender nunca osta operación. Sin embargo, á pe
evite todo lo que pueda aumentar la irritación, y que sar de sus consejos, los cirujanos de las edades pos
se apliquen sanguijuelas sobre el tumor en el inter teriores, aunque mas versados en los conocimientos
valo de las venas varicosas. anatómicos, se han lisonjeado de obtener mejores re
No es fácil impedir la supuración , pero no se debe sultados: en efecto se refieren algunos ejemplos de
favorecer mas que cuando promete un resultado ven ello, y se hace especialmente este honor á los ciruja
tajoso. En este último caso, se recurro á las cataplas nos franceses. No obstante, los ensayos desgracia
mas emolientes, y se las hace algo escitantes cuando dos de los mas célebres de nuestro siglo nos ins
k maduración os tardía. Nosotros no optamos por piran alguna desconfianza sobre la verdad de estos
los emplastos resolutivos ó madurativos de que se liechos.
hace uso comunmente, porque determinan algunas En 18t4, un hombre ilustro, que nos honra con su
veces erupciones rebeldes. No aprobamos la abertura amistad, so ha atrevido á intentar en una jóven ata
prematura do lor. folículos, y aun menos la de los cada de papera, natural de Landshut, una operación
abscesos que se forman en el tumor; confiamos esta propuesta desde largo tiempo por un autor inglés: era
operación á la naturaleza, y cuando la piel ofreoe una esta lu ligadurade las arterias tiroideas superiores, que
resistencia demasiado larga, nos contentamos con son menos profundas que las inferiores, i-stas arterias
hacer una pequeña herida con el trócar ó con la estaban aneurismáticas, agitadas por latidos violentos
lanceta en el punto mas declive. Si el humor dema y tumultuosos; el tumor se hallaba caliente, tenso y
siado viscoso se evacúa difícilmente por esta corta doloroso. Esta atrevida operación tenia por objeto
abertura, se le dilue por medio de inyecciones ; y detener en su origen el acrecentamiento do la papera.
cuando el foco del pus no so agota , se practican Sin embargo, muchas reflexiones debian presentarse
inyecciones ligeramente irritantes y detersivas. Es á la imaginación del operador; las numerosas anasto
tas úlceras degeneran fácilmente en fístulas: no se mosis de las tiroideas superiores con las inferiores,
debe descuidar r|ida para obtener con prontitud la debian hacerle temer que esta ligadura fuese insufi
curación y prevenir una cicatriz de mal aspecto. ciente para interceptar el aflujo déla sangre hácia la
En los casos en que , á pesar de los socorros del glándula, y que acelerase pronto ó tarde la circula
arte, la papera glanduíosa ó celular adquiero rápi ción de este líquido en los vasos tiroideos inferiores.
damente , lo que es raro , ó lentamente , un volumen Podia pensar también, según un raciocinio teórico,
y una dureza que amenazan impedir las funciones que la operación no tendría éxito mas que en una por
necesarias á la vida, algunos cirujanos distinguidos, ción del tumor, en aquella en quo se distribuyen los
queriendo ensayarlo todo, han recurrido á los esca vasos comprendidos en la ligadura, pues que la cir
róticos, á los fontículos, á los sedales, á la ligadura culación iba á continuarse por las arterías tiroideos
de las arterias tiroideas aneurismáticas, y aun á la inferiores -y profundas. No se puede responder ú estas
estirpaciou del tumor. objeciones y á otras muchas, sino suponiendo aquí
Los limites de nuestro dominio no nos permiten una papera parcial, alimentada principalmente por la
estendernos mucho sobro el uso de los medios qui arteria tiroidea superior. Según esto ejemplo, quizas
rúrgicos : sin embargo, haremos to lavia algunas re emprendería uua operación aun mas aventurada: la
flexiones. Observaremos, desdo luego, que las tenta de ligar igualmente las arterias tiroideas interiores,
tivas coronadas de éxito son muy pocas, y no han para estirpar enseguida todo el tumor. Pero si la len
sido hechas mas que sobre porciones do la glándula titud de semejante disección, los dolores atroces que
tiroides , y que en e! mayor número de casos han su serian consecuencia de ellos, la ostensión de la herida
cumbido los enfermos , víctimas da una operación que resultaría, no bastasen para no pensar en ella,
imprudente. ' . ■ ! •■: no tendríamos mas que recordar los Sucesos desgra
Cuando el tumor, todavía blando, y formado por ciados acaecidos en nuestros riias á los mas célebres
una materia líquida, hace correr peligros al enfermo, cirujanos de Francia, y publicados últimamente con
conviene emplearlos escaróticos y los fontículos, si noble franqueza.
son menos de temer que los accidentes que amena 809. Lo que hemos dicho en diferentes sitios do
zan declararse. Se ha visto muchas veces que la pa- esta obra, tocante á las enfermedades de la laringe, de
uora glanduíosa ha disminuido por efecto de r»str's la traquearteria, de la glándula tiroides, nos dispen-
medios. I sa de entrar aquí en largos detalles sobre las retencio-
El sedal puede ser útil en las paperas voluminosas ¡ nes seroso-linláticas de que estos órganos pueden ser
que entorpecen la respiración y lacirculacíon, cuando asiento.
una gran parte del tumor se ha reblandecido, i^sla Sin embargo, no podomos dispensamos rio decir
operación exige mucha prudencia, para evitar la lesión que en las escuelas no se atiende bástanle al es!:idio
de los vasos que han duplicado de calibre, ó la da del cuello y de la laringe, sobre lodo de la cavidad
la traqueártela, que se adhiere quizas íntimamente II do este último conducto. No obstante, la epiglolis, esn
al tumor, Pero el sedal no ofrece ventaja alguna cuan lengüeta estrecha que protege contra mil accidentes
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la abertura destinada al paso del aire, la glotis misma, mas ó menos espeso; desgarra, destruyelos tabiques
la forma variada y los cambios diversos que presen celulosos ó fibrosos que dividen su foco, y se forma
ta ó espcrimenta el cuello, principalmente en las un gran quiste por la reunión de muchas células. El
mujeres, asi en el estado de salud como durante las volumen y el peso del tumor crecen de dia en dia; la
enfermedades , son muy dignos de la atención do los materia que se acumula en su cavidad, comprime las
médicos. Si consideramos las partes que entran en la láminas del tejido celular inmediato, las rechiza al
composición analómica del cuello, tales como los esterior, y se aplican contra las paredes del rjuiste.
músculos, cuyo número es aquí mas considerable que En fin, este trabajo morboso, que marcha ordinaria
en las otras divisionesdel cuerpo, los nervios cerebrales mente con bastante lentitud, da al quiste un volumen
los nervios cervicales del primer orden, y la médula y una densidad considerables. El tumor está asido al
que les da origen los plexos linfáticos, sus glándulas cuello por una base ancha, algunas veces por un pe
numerosas y variadas; la faringe, el exófago, los ór dículo delgado y suelto; comunmente ejerce una com
ganos de la respiración y de la voz, sostenidos por el presión peligrosa sobre los grandes vasos arteriales y
líueso hiodes; en fin, la columna cervical, que lleva venosos, es levantado por los latidos de las arterias,
sola todo el peso de la cabeza, y se dobla en los di y simula al aneurisma.
versos movimientos que esta ejecuta, convendremos Tumores" profundos del cuello.—También se foV-
en que el cuello es la parte mas notable por la com man en el espesor del cuello tumores de diversa na
plicación de su estructura, y al mismo tiempo la mas turaleza, ordinariamente glandulosos ó enquistados,
espuesta á las lesiones internas y esternas, de las cua pero que degeneran con dificultad en carcinoma ó en
les la naturaleza casi se ha olvidado defenderla. Una cáncer. Una señora ilustre, de edad de cincuenta años,
cosa no menos digna de observación es su longitud que no habia estado sujeta nunca á las escrófulas,
su grosor, que varían, no solannnte según el sexo, pero que nosotros sospechábamos infectada de un an
sino también en la misma'persona, según la edad y tiguo vicio sifilítico, aunque no habia querido nunca
la influencia simpática que ejercen sobre él las de confesarlo ; presentó primero en el lado izquierdo
más partes del cuerpo. Sabemos que un cuello lar del cuello, y después en el derecho, tumores glandu -
go y delgado, juntamente con otros síntomas, hace lares dolorosos, que se inflamaron y vinieron lenta
temer la hemoptisis, la tisis; que un cuello grueso y mente á supuración. Muchos meses después de su
corlo anuncia una disposición & las congestiones san curación, sobrevino una disfagia. Contra el curso or
guíneas cerebrales, á las cefaleas, á las afecciones dinario de esta enfermedad, la paciente tragaba con
soporosas, á la apoplegia; que los latidos violentos de mucha menos dificultad los alimentos líquidos que los
las carótidas en las liebres agudas prosagian el de sólidos. Estaba consumida por una fiebre lenta, con
lirio; pero el cuello nos suministraría otros muchos palidez del rostro, emaciación estrema, exacerbacio
conocimientos seméiollcos, propios para esclarecerla nes vespertinas, y sudores nocturnos; pero no esperi-
terapéutica, sino huhiesemos descuidado por decirlo menlaba tos. Su voz no estaba alterada, y nosotros
asi, el «ludio de su fisonomía. Sin embargo, no de no habíamos obsorvado ninguno de los síntomas de
bemos estendernos aquí mas sobre esta materia, de la angina laríngea ó gutural; sin embargo, la laringe
la que nos hemos ocupado en diversas parles do esta presentaba al tacto una dureza huesosa mas bien que
obra, y aun en este, capítulo; vamos pues, á encerrar cartilaginosa; nunca habíamos visto hueso hioides mas
nos en nuestros límites, circunscribiéndonos á las en grueso, mas compacto, y menos movible.
fermedades que dependen do las retenciones mucoso- Hemos referido en otra parte la historia de una
linfátícas del cuello. mujer que después de haber sido curada felizmente
Tumores subcutáneos del cuello.—Desde la base de una peripneumonía en el Instituto clínico de Pavía,
de la mandíbula inferior basta las clavículas y el es fue prosa de una disfagia inesperada. Vamos á re
ternón, la piel se adhiere con flojedad á las partes cordar aquí en pocas palabras las circunstancias que
que cubre; su uniones mas íntima en la nuca. Esta tienen relación con nuestro objeto: se hizo sentir un
disposición nos esplicapor qué en las personas entre dolor profundo en la parte media de la región lateral
gadas A la gula , ií la ociosidad , v llenas de izquierda del cuello, pero no se podía distinguir en
gordura, la barba descieude hasta el pecho, y ocasio ella ningún tumor; sobrevino una nueva fiebre, y la
na una incomodidad en la respiración; ella nos da deglución llegó á ser absolutamente imposible. Al
razón, juntamentecon la proximidad de las vías aéreas, cabo de algunos días, el pecho izquierdo y el brazo
de la frecuencia del enfisema hácia la cara anterior correspondiente presentaron una tumefacción consi
del cuello. Una simple erisipela produce una tume derable, con tensión, rubicundez y dolor; se percibía
facción considerable, que depende metros de la acu un gran número de vasos linfáticos inflamados. La
mulación de la sangre en los vasos, que de la secre enferma vivió pocos dias. El cadáver fue disecado con
ción morbosa y del derrame de la linfa en el tejido cuidado, y hallamos un absceso enorme, situado pro
celular, y que no se disipa mas que por- la reabsor- fundamente por detras del exófago, que participaba
cion de este humor. Aunque la piel de la nuca esté de la inflamación; el tumor comprimía exactamente
muy adberentc, sise la irrita con demasiada frecuen todos los vasos subclavios izquierdos. Tal fue la causa
cia por la aplicación imprudentemente reiterada de de la disfagia aguda, de ln estancación de la linfa en
los vejigatorios ó de los sinapismos, para combatir las los vasos linfáticos del pocho y del brazo izquierdos,
afecciones esenciales ó sintomáticas de la cabeza, y en fin, de la muerte pronta'quo arrebató á la en
puede llegar á ser asiento de tumoros considerables, ferme.
y aun de carbunclos por lo común malignos, como El exófago está espnesto en su trayecto á una mul
hemos observado muchas veces, que trnen consigo ¡a titud de lesiones. Sus causas son: los alimentos de
caries de las vertebras cervicales, y la muerte, cuan masiado calientes, las bebidas casi hirviendo; las be
do no son bien tratados. bidas heladas tomadas cuando se está sofocado, las
Tumores rnqoistados.—Las colecciones de materia sustancias acres, las espirituosiis, los huesos, las es
albuminosa, sebácea, que se forman por efecto do una pinas de pescados, y otros cuerpos estraños que
inflamación cualquiera en algunas do las areolas del pueden detenerse en medio déosle canal. Los obstácu
tejido celular, yu en una región del cuello, ya en los que so ononon á la deglución son muy nume
otra, y las mas veces liáciu uuo do ¡os dos lados, son rosos; nosotros indicamos aquí uní parle de ellos;
rarai. El humor aumenta, poco i poco, llega & sur poro hay otros muchos, de los cua'es uo hacemos

i
DE MEDICINA Y «BUJÍA.—FRANK. 487
mención; tienen su asiento en el mismo exófago ó musculares ó arteriales una secreción morbosa cu
en otros órganos. Este conducto está también sujeto yos productos forman al coagularse un cuerpo estra-
á un número infinito de afecciones morbosas que de ño que se opone por su volúinen y dureza á la con
penden de la papera, de tumores ó de abscesos for tracción de estas fibras, ó aumenta la rigidez de las
mados en las visceras inmediatas, en las glándulas partes, y ocasiona su retracción. En estos casos, el
(jue le rodean, sobre todo en las glándulas dorsales; músculo congénere del lado opuesto no podría im
do la adherencia morbosa de sus paredes en las partes pedir la inclinación de la cabeza
vecinas; de la dilatación aneurismática déla aorta, de 810. Tratamiento. —Confesamos con dolor los
las carótidas ó de las subclavias. Sus enfermedades pocos recursos que la medicina nos « frece para la
propias son muchas, pero no pertenecen á las reten curación de las enfermedades que hemos descrito en
ciones mucoso-linli'tticas; tales son las aftas, la infla el párrafo precedente; la cirujía marees alguna mas
mación, los abscesos, la induración cartilaginosa ó confianza, aunque sus remedios sean aquí muy limi
huesosa, los escirros, los carcinomas, las úlceras por tados. En ef tortícolis, la sección del músculo con
lo común cancerosas, las escrescencias esponjosas, traído y encogido no permite de ningún modo una
poliposas; la gangrena, las estrecheces y las desvia curación cierta; es de temor que el músculo antago
ciones que pueden resultar de estas diversas enfer nista, no siendo contrabalanceado en su acción, incli
medades, las dilataciones parciales, las adherencias ne á su vez la cabeza hácia su lado. Les médicos mas
de la membrana mucosa consigo misma, los espasmos, ¡lábiles no podrían negar, como probaremos en otra
las convulsiones, y la parálisis Las úlceras del exófago parle, la insuficiencia de nuestros medios en el tra
se establecen con preferencia en la inmediación do tamiento de las escrófulas, ya se manifiesten on el
la faiinge y del cardias. En el cadáver do un soldado cuello, ya tangán su asiento en otras regiones. La pa
hemos hallado este canal estrechado de tal modo, que pera verdadera, que está frecuentemente complicada
apenas se podía introducir en el una cerda. Hemos con esta afección, se disipa muy á menudo por el
tratado á una mujer ilustre, de una dísfágia que du método que hemos preconizado, pero sin que las
raba hacia muchos años. Habiendo sucumbido la en glándulas escrofulosas espcriinentcn el menor cam
ferma á.la tisis tuberculosa, encontramos hácia laes- bio. Sin embargo, hemos v'sto 0:1 algunos casos,
tremidad superior del exófago una ancha bolsa , por raros á la verdad, q:ie han disminuido considerable
debajo de la cual existia una estrechez callosa. Du mente paperas voluminosas y otros infartos glandulo-
rante la vida, la enferma , que no tomaba casi otro sos del cuello, que existían desde muchos años, por
alimento que cafó mezclado con leche, retcnia á me el uso prolongado de !a esponja marina y del eliops
nudo horas enteras y á su pesar esta bebida en el antimonial. Hemos hablado en el párrafo precedente,
exófago, y la arrojaba al fin, mas bien por los eructos de una señora afectada, por espacio de mas de un
que por el vómito, sin que esperimentase la menor al año, do disfagia; durante su tratamiento, mientras
teración: la leche no estaba coagulada, y la mezcla que sosteníamos las fuerzas con enemas nutritivos y
no había perdido nada de su sabor. Las heridas, las con gelatinas, habíamos prescrito desde luego la lejía
contusiones, los abscesos del cuello, principalmente de esponja y do pelota de mar, y después un polvo
de su parto anterior, no son raros, si la sangre, el pus muy lino preparado con partes iguales de goma de.
y la sanies que estas lesionos suministran, no pueden guayaco, de calomelanos, y de azufro dorado de an
correr hácia fuera, se infiltran en el tejido celular, timonio: en fin, hemos hecho practicar sobro la región
forman depósitos oblicuos y profundos, y en Un, co anterior del cuello unturas con el ungüento mercu
lecciones morbosas que comprimen los grandes vasos, rial, al que so anadia un poco de opio para calmar
la traquearteria, el exófago, y aun los nervios del cue los d. iluies lancinantes que se propagaban por inter
llo: la materia desciende algunas veces por detras del valos hasta la oreja y la sien derechas. En el mo
esternón, y dirige su acción deletérea sobre los pul mento en que escribimos, hace diez semanas que la
mones. deglución está casi enteramente restablecida; sola
Tortícolis.— Hay diferentes especies de torlícolis: mente los líquidos pasan con un poco masde dificultad
esta enfermedad puede ser crónica ó reciente, algu que los sólidos, lo contrario de lo que antes suce
nas veces aguda, y proceder de un reumatismo, de día. Pero las mas voces, los tumores escrofulosos y
una erisipela, de uní contusión, de una herida, de los domas infartos del cuello oponen una resistencia
un divieso, ó de un absceso. También puede ser ha tenaza los renedios internos, i el humor mas ó mo
bitual ó periódica: en este último case, es el sínto nos espeso que los forma reclama al fin los socorros
ma de otra enfermedad, y proviene ordinariamente de déla cirujía. Los tumores glandujosos superficiales
un estado de espasmo. Puedo asimismo depender que no están todavía enteramente reblandecidos por
de un vicio local de las vértebras cervicales, de la la supuración, deben ser abandonados á la naturale
retracción de la piel por una cicatriz formada á con» za, si se quiere obtener una cicatriz menos disforme,
secuencia de una quemadura ó de una herida. á menos que 110 se hayan abierto ya espontáneamente
Se puede también acusar á la preponderancia natu en el tejido celular, y que el pus no amenace correr
ral ó morbosa de los músculos del lado hácia el eual hácia los órganos esenciales que se encuentran de
se inclina la cabeza, sobre todo de los músculos cu bajo. Los tumores de la cara anterior del cuello,
táneo y estemo-mastoideo sobro sus antagonistas, cuando se terminan por supuración, dcbenjdüatarse
ó bien á la debilitación, la parálisis; á la atrofia de pronto con la lanceta, por temor de que el pus jio
estos últimos, á las cicatrices profundas que dismi se abra por su propio peso una salida hácia el pe
nuyen su fuerza contráctil, al hábito, en fin, de do cho: si el absceso está demasiado profundo para atre
blar la cabeza hácia un lado, como los aduladores y verse á dirigir contra él el instrumento, es necesa-
los cobardes, según la idea de un poeta satírico. Pe | rio apresurarse á recurrir á los escaróticos.
ro el tortícolis depende algunas veces de causas que
nos son absolutamente desconocidas. Nosotros no GENERO TERCERO.
podemos descender aqui á los detalles que exigiría
su etiología; para encerrarnos en nuestros límites, Retenciones mucoso-iinfáticas torácicas.
debemos contentarnos con observar que esta enfer
medad es inevitable, siempre que se efectúa en un 8l\. Ya hemos hablado do las rotenciones aéreas
lado del cuello, en el intervalo de las fibras carnosas y serosas del tórax; como la mezcla do la serosidad
488 BIBLIOTECA ECONÓMICA
con el moco ó Ib linfa morbosa, y el espesamiento La voluntad de ta mujer uo ejerce acción alg.
de estos humores por el trascurso del tiempo, cons sobre las mamas. La criatura sefatíga á menudo, <
tituyen una retención mucoso—I in TA tica , no hemos ran te algunos minutos, sin quo la leche corra, aun
podido menos de indicar este órden de enfermedades que los pechos es:én llenos; y los conductos lactífe
¡ti tratar de las retenciones serosas, particularmente ros se abren al fin. No sucede lo mismo en las hem
de la hidropesía enquistada del pulmón. Los catar bras de algunos animales, principalmente en las va
ros de la tráquea y de los bronquios, Ib peripneumonía, cas y en las burras: estas cierran por lo común obs
sobre todo la pcripirumoiií.i falsa, la tisis pituitosa, tinadamente sus pezones, aunque tengan una gran
pertenecen también á hs diversas retenciones, prin cantidad de leche, y no quieren dejarse ordeñar. Se
cipalmente a las retenciones mucoso-linfáticas, cuan sabe hace mucho tiempo que las vacas del Africa me
do uo llcgun á una terminación feliz, que se efectúa ridional, que nc (liberen mucho de las da Europa,
especialmente por los esputos. Nos quomi, pues, poco rehusan esto constantemente cuando uo tieuen junto
que decir sobre las retenciones lorácica»; nos limi á sí á sus becerros. Un viajero moderno asegura que
taremos por consiguiente á hablar de las congestio los habitantes del Cabo de Buena Esperanza emplean
nes lácteas ó linfáticas de las mamas, de la dispnca un medio repugnante para impedir aue estos anima
pituitosa, de algunos tumores diferentes de los escir les retengan la leche: tal es la insuflación de la va
ros y do las estramas, de que nos ocuparemos cu gina. El padre de la historia natural habia ya dicho,
otra parte; en lio, dolos pólipos bronquiales y délas al hablar de los Escitas, que este pueblo pastor tenia
retenciones mucoso-linfáticas que se forman algunas la costumbre de insuflar el útero de las burras, por
veces en el mediastino. el canal medular de [un hueso introducido en las
812. Rete\cion de la leche —En el estudio do partes genitales; estando de este modo distendida la
la galactirrea, hemos hecho observar muchas cosa» matriz, las mamas se llenan de leche. Si la mujer no
relativamente á las mamas, á sus funciones, y sobre tiene, como estos animales, el poder de retener su
todo á la pérdida de ese licor precioso que es el leche, muy ú menudo, y contra su voluntad, se acu
primer alimento de la infancia. La retención morbosa mula este licor en las mamas por causas morbosas:
de la leche, y los principales síntomas de que va otras veces esta acumulación es el castigo do la
acompañada, van á lijar aquT nuestra ateucion. crueldad de la madre , que rehusa llenar el deber
No hay órganos que pieseuten mas vanidades en sagrado de nodriza. La retención de la leche se efec
su forma, en su volumen, su consistencia, y su direc túa también, á menos que este líquido no salga es
ción, que las mamas do las mujeres, según los indi pontáneamente por la vías que deben darle paso; siem
viduos, y según las naciones. En efecto, ya dilioren pre que cuaudo el niño muere, cuando no puede co
poco de las de los hombres, ya tienen un volumen ger el pezón, ó mama de un mismo pecho, ya por
doble. Algunas veces son enormes y la mujer se ve que no quiera coger el otro, ya porque diversas
obligada á sostenerlas con un suspensorio: se veii. causas se opongan á ello. En estos diferentes casos-
otras monstruosas, llenas da desigualdades. Aquí son se. obsérvala poliyaláctea, 6 superabundancia de le
dos globos hemisféricos, que so elevan con igualdad cho en las mamas.
sobre el pecho; allí dos conos ó dos pirámides col 813. Causas.—No es fácil reconocer las enferme
gantes, cuya llacidez permite ranversailas basta dades de los conductos lactíferos en su primer me
las espalda*; en ciertos casos están separadas una mento. Esios conductos se adelantan serpeando del
de otra por un intervalo, ó bien se tocan, y el surco lado de la areola, y van á abrirse en el vértice del pei-
que las divide se borra por lo común. Las Efeméri 7.on : ademas de! tejido grasienlo en que están hundi
des de car. de la natur. han conservado la historia dos, se hallan también rodeados por un tejido celu
de una mama osificada, en una religiosa. Hemos co lar abundante, elástico, quo los sostiene cuando es
nocido á una mujer, madre de dos niños, cu la que tán llenos de leche. Una ligera presión dirigida des
las mamas presentaban un frió casi glacial y una du de la mama al vértice del pezón, hace saltar este
reza de mármol. La convexidad de las costillas, el licor por sus orificios; pero bien pronto na nueva
volumen del músculo pectoral, el clima, el tempera leche llena los conductos lactíferos, y so i cua á su
mento, el estado de la salud, la secreción menstrual, vez por el mismo mecanismo ó por la suc
los vestidos, el régimen, la nutrición, el ejercicio, En las mujeres en cinta, en las que cjj,„
las afecciones del alma, pueden dar razón de estos perfluo corre espontáneamente, pero con
fenómenos; pero la edad, el celibato, el matrimonio, litud y menos facilidad. Las diversas can
la esterilidad ó la fecundidad, la lactancia, ó la omi ran los demás conductos escretoí és, ; ualmen-
sión de esle deber materno, ejercen aquí una gran te cerrar los tubos lactíferos.
influencia. Las variedades que presentan las mamas, Las mujeres que emplean las preparaciones de plo
que ocupan el primer rango después del útero, no mo para blanquear su garganta, y se sirven de az.ul
nos sorprenden, porquo Tas observamos lodos los para Señalar las venas; las que se dan unturas sobre
dias: pero deben desordenar á menudo la armonía el pecho con pomadas propensas á enranciarse y á
que reina entre estos órganos y la matriz; y o..te de- adquirir acritud; aquellas, en lin, que esponen im
sórdeu influye necesariamente en la concepción ó en prudentemente sus mamas á las iujurias del aire,
la nutrición del niño. La diferencia de volumen en sufren por lo común la pena de su vanidad ó de su
las mamas, produce poco cambio en la secreción de la indecencia. Quieren adquirir mas gracias, pero se
leche. Pero un ilustre médico, de Portugal y el in engañan, la traspiración local.de i a garganta se su
mortal autor do Sedtbus et causis mnrborum, han ob prime, la piel delicada que la cubre se endurece y
servado muchas veces, sobre todo en las mujeres manifiesta los caracteres de la vejez; los nervios pier
estériles, que el útero se ha contraído y arrugado, den su sensibilidad propia; en lin, las mamas llegan
asi como los pezones: creen también que la pequenez á ser asiento de una multitud de enfermedades du
de estos tubérculos anuncia el poco volumen de la rauteet embarazo, el parto y la lactancia. Los >os cor
cor-
matriz. Un médico de lialia ha visto algunas muje sés, las ballenas, y los vestidos estrechos, ejercen so
res estériles, cuyos pechos se reducían casi entera bre los pechos una compresión igualmente peligrosa,
mente al pezón y A la areola. Sí los médicos presta que llega á ser íuen te de muchos males, se oponen
sen algo mas de i tención al estudio de oslos iuipor al acrecentamiento del pezón, que su retrae, se in
taiites órganos, descubrirían quizas muchas cosas que . troduce cu el pecho, que llega á Ser casi impenetra
ignoramos.
DE MKMCINA T «BUJÍA.—FRANR. 489
ble á la leclie, y presenta el aspecto deforme de una corto que el otro, daba no obstante paso á la leche;
verruga. De dio/ niñas sometidas á esta moda in en [''rihurgo-en-Rrisgau, hay una jóven que tiene
sensata, apenas habrá una que pueda criar los ciu dos pelones en cada pecho.
dadanos que puede dar un día al listado. Ibice cua Sucede algunas veces , aunque raras, que<
renta años que liemos hecho algunas reflexiones so nace con uno ó dos dientes inc'sivbs; pero
bre esta materia á los jefes de los gobiernos: están con bastante frecuencia aparecer estos dientes á m a
consignadas en el primer tomo sobre la Policía mé época poco avanzada de la lactancia ; en este caso,
dica; hemos presentado nuestras observaciones so un niño llevado de su avidez, ó por cualquiera otra
bre la educación física do las jóvenes, considerada causa, puede morder el pezón y destruirlo en parte:
bajo el aspecto do las ventajas particulares que aellas esta lesión comprende necesariamente los conductos
mismas pueden reportar, y de las que puede esperar lactíferos, y es seguida de inflamación y de supura
el Estado, fin fin, en el segundo volumen de la mis ción. So han visto también niños, desprovistos aun de
ma obra, hemos dado á conocer los males de que dientes, que impacientes por la lentitud con que
eslán amenazadas las mujeres cuando no llenan el sale la leche en algunas nodrizas, aprietan fuerte
deber materno que les impone la obligación de criar ú mente el pezón entro sus encías, lo maceran, lo es
sus hijos. Estos escritos han merecido grandes elo corian, y en Iin, lo arrancan. Por lo común los pe
gios , pero hasta abura han producido muy poco fru zones llegan á ser asiento de grietas muy dolorosas.
to. Nosotros no esperábamos semejante resultado, y Si el niño continua ejerciendo la succión , estas
creemos que la posteridad pesará nuestras razones en grietas aumentan de dia en dia con los dolores, y
la balanza do la justicia, y nos vengará del olvido en algunas veces, como lo prueban muchos hechos , se
que han caido nuestros consejos. desprende el pezón y se forman ú'ceras en estremo
Debemos desde luego ocuparnos del estado morbo difíciles de curar. Su irritación, su inflamación, que
so del pezón y de la areola. El pezón puede ser corto, es ordinariamente ligera, pero bastante frecuente, y la
delgado y prolongado, y demasiado grueso, cubierto secreción de los folículos sebáceos quo entran en su
de escrescencias, y de vegetaciones fungosas; puede organización, pueden dar origen á una falsa mem
presentar grietas, ulceraciones, cicatrices, y una brana, cuya presencia cierra, los conductos escreto-
induración casi callosa; en estos diferentes casos, los res,é impide absolutamente la salida de la leche en
orificios de los conductos lactíferos esián necesaria las raujeres que paren por la primera vez, si no se He
mente obliterados ó cerrados. La areola contiene rid cuidado de ablandarla y de desprenderla del pe
glándulas sebáceas, que suministran un humor aná zón. Muchas afecciones de este tubérculo reconocen
logo á la cera, destinado á preservar al pezón de bis por causa la compresión ejercida sobrólas mamas por
escoriaciones que la leche 6 la saliva algo ácre de la los corsés, los justillos de que las jóvenes hacen uso
criatura produce lan fácilmente. Hácia el fin del pri para sostener los pechos: esta compresión es llevada
mer embarazo, en una mujer jóven y saludable, he algunas veces hasta tal punto, que hace desaparecer
mos visto que una inflamación superficial se ha apo hasta el menor vestigio de pezón.
derado de la areola, y ha determinado repetidas ve El centro de las mamas no presenta ni granos
ces en su medio una erupción de flictenas llenas de glandulosos, ni glándula, sino solamente un pelotón
una serosidad amarilla y viscosa , semejantes á las de conductos lactíferos hundidos en un tejido celular
que resultan de la aplicación de las cantáridas. He abundante. Este tejido celular, comprimido por los
mos visto en una mujer bien formada, y que no vasos que distiende la presencia do la leche, se con
se podia creer atacada de ningún vicio , las dos densa por el trascurso del tiempo; adquiere una du
areolas devoradas por un herpes corrosivo, que des reza considerable, uun en las nodrizas que gozan de
pués de haber resistido á todos los remedios, fue al buena salud, de suerte que en el cadáver de una mu
iin curado por la sola aplicación de la espuma de la jer recien parida, y muerta después de haber dado
leche, reiterada muchas veces al dia. Dos jóvenes de mamar, es mqv difícil reconocer la naturaleza de
de tierna edad, pero que sin embargo tenían la mens este núcleo. Sus areolas llegan á ser asiento de una
truación hacia algún tiempo, y que ofrecían los ca secreción puriforme, y el humor que resulta de ella,
racteres de la constitución escrofulosa, nos han pre coagulándose por su permanencia , comprime los
sentado últimamente, en varias ocasiones, sin que conductos lactíferos, é intercepta el paso do la leche.
estuviesen próximas á padecer del llujo periódico, Cuando esto líquido encuentra obstáculos , se acu
una tumefacción de las mamas con rubicundez, do mula necesariamente en los principales tronco* de
lor, y «na ancha úlcera en las areolas. El vicio sifi los vasos lactíferos y en los senos formados por su
lítico da origen frecuentemente á úlceras malignas, reunión; los granos glandulosos, aunque no sen cier
lardáceas, que ocupan las areolas ó los pezones. Los to que tengan una cavidad, y las raicillas que parlen
folículos sebáceos pueden ingurgitarsi en estas di do ellos para formar los troncos lactíferos , deben
versas enfermedades, y adquirir un volúmen que com ingurgitarse también. En cierta ocasión se colocó
prima y estreche los conductos lactíferos subcutá una ligadura alrededor del pezón en una nodriza: cu
neos; pero las mas veces los obstáculos se forman el espacio de una noche la mama adquirió un volú -
hácia el pezón. Un escclente autor de anatomía pato men enorme. La colección de materia puriforme en
lógica ha visto á una mujer de diez y ocho años, cu el tejido celular que liga los conductos iscrelores
yas mamas eran asiento de dolores y de afecciones del pezón, la inflamación, la induración de este ór
morbosas multiplicadas; en los primeros dias de su gano, un absceso, un escirro, un meliccris, un estea
vida, conforme al uso de ciertas comadres, so le ha toma, una reunión de grasa, y un tuiiKT linfático ó
bía esprimido tan rudamente el humor lactescente escrofuloso, pueden producir el mismo efecto. Los
que contienen las mamas de los niños, que se había remedios astringentes que las mujeres emplean para
apoderado de estos órganos una Inflamación violen s-jcar la leche ó volver la frescura á sus pechos abati
ta, y los pezones habían venido á supuración. Algu dos por la lactancia, no son menos funestos. Es cierto
nas veces, por un vicio de conformación primitivo, que Obran, no tanto sobre el pezón como sobre los te
fallan los pezones, ó por el contrario existen en nú gumentos; pero la constricción do la piel impide la
mero de tres ó cuatro. Nosotros hemos hecho ver en dilatación de los conductos lactíferos , la circulación
el Instituto clínico de Viena á una mujer quo tenía y el curso de la leche segregada. En la inflamación
:.i . * ;.,(,...,-.. i.. i«- .... .1, — .. . 1...11.. .i ,
490 BIBLIOTECA ECONOMICA
comprimido y casi sepultado en el tumor. A la me lo que determinó & nuestro colega á introducir al
nor palabra que lastima el pudor, la jóven ó inocente punto en la mama un trocar, sin prevenir á la en
belleza se enciende vivamente, cuya rubicundez no ferma de esta operación. En lugar del pus que espe
pcupa solamente el rostro, sino también todo el pe rábamos ver, salieron cerca de diez libras de una leche
cho. Este fenómeno proviene do la retención de la muy dulce, no corrompida, y semejante á la crema.
sangre en sus vasos; asi como una impresión súbita Después de la salida de este liquido, el tumor no nos
de terror ó de temor detiene la circulación de la le presentó mas que una ancha bolsa: se empleó un
che, determinando una contracción espasmódica de vendaje conveniente, y aplicaciones tónicas, para res
los conductos lactíferos, contracción ijue es favore tablecer el tono de sus paredes. Procedimos al análi
cida por la sensibilidad esquisita de las mamas, cuyos sis químico de este humor, que habia permanecido
nervios son tan numerosos. Pero lo que prueba mu estancado durante mas de cinco meses, y sometido al
cho mas el imperio de los nervios y de las simpatías calor déla economía; y le encontramos todas las cua
sobre las mamas, son las relaciones que las ligan en» lidades de la verdadera leche, sin ningún indicio de
tre sí; relaciones tan íntimas, que la misma enferme alteración. Hace algunos años que un sabio ha con
dad pasa fácilmente de una a otra. El infarto de los signado en los diarios un hecho semejante, cuya ob
vasos sanguíneos que van parar á las mamas, no me servación fue recogida en Berlín.
rece menos nuestra atención ; sobreviene frecuente 81-i. Síntomas.— En los diferentes casos en que
mente al acercarse el flujo menstrual, ó después de la leche es retenida en las mamas, en aquel en que
la supresión de los loquios, de los menstruos, y de la madre no cria á su hijo, si la mujer obsorva un ré
termina la tumefacción de los pechos, que llegan á gimen severo, y mantiene un calor suave alrededor
ponerse duros y dolorosos. En las jóvenes de dio¿ á do los pechos, si se favorecen las domas escreciones,
doce años, el pezón es algunas veces asiento de. tu principalmente la de los loquios; la leche se dirige
mores, que desaparecen a la primera menstruación poco a poco, cuando no existo otro obstáculo, á los
ó al primer parto. vasos linfáticos de las mamas, vuelve al canal torá
El frió es una de las causasjmas enérgicas de la reten cico, se mezcla con el quilo, con la linfa, y bien pron
ciondelaleche: la mayor partede las inflamaciones de to con la masa sanguínea, para identificarse con ella.
las mamas y de las retenciones lácteas agudas, depen Pero se observa mas á menudo lo contrario: so
den déla imprudencia de las nodrizas, que se descu brevienen infartos lácleos inmediatamente después
bren el pecho, húmedo de sudor, y de la reunión de las del destete, ó -mas tarde; en el primer caso, dependen
mujeres que vanáhacer visita ¡i la recién parida, y de la estancación de la leche; y en el segundo, de la
rodean su lecho, sin que hayan tenido la precaución continuación del trabajo secretorio, que frecuente
de calentarse, aunque vengan de una atmósfera hú mente se prolonga muchos meses después de la lac
meda y fria. Debemos igualmente acusar á los vio tancia. La mama, antes clástica, igual y lisa, se
lentos esfuerzos de succión que hace un niño do de pone tensa , aumenta de volúnien, de peso , y pre
masiada edad, ó demasiado robusto: en estos casos, senta desigualdades; el dolor se hace sentir, pero no es
sobre lodo cuando la leche no es bastante abundante, pulsativo todavía, y no existe rubicundez; la enfer
la sangre es esprimida algunas veces do las mamas, ma, cuyo tacto es mucho mas delicado , distingue
y los conductos lactíferos se dañan necesariamente. tumores glandulosos ú oblongos, semejantes á cuer
A veces estos conductos dilatados, obstruidos, pare das nudosas. Esperimenta entre las espaldillas una
cen cuerdas torcidas, y un violento esfuerzo de suc sensación de frió, semejante á la que produciría un
ción, ó una contusión, bastan para efectuar su rup pedazo de hielo suspendido en esta región. Comun
tura. La debilidad de la criatura, que no es bastante mente, se declara una fiebre efémera ó de algunas
robusta para poder desocupar las mamas, ciertas horas.
enfermedades que le hacen difícil la deglución, por La retención demasiado cousiderable de la leche,
ejemplo, la ránula, los vicios congénitos del frenillo ó cualquiera otra causa de irritación, determinan á
? dol paladar, y las aftas de la boca, provocan tam menudo la inflamación de las mamas. Entonces
bién la ¿cumulación y la estancación de ia leche en se observan los síntomas siguientes : dolor ardiente,
los pechos. pungitivo, frecuentemente intolerable; ansiedad, in
La retención láctea so efectúa, pues, en las raici quietud , dispnea ; prolongación de la liebre , que
llas lactíferas, los troncos y los senos, ó bien estos empieza ordinariamente por escalofrió, y va acompa
canales se rompen, y la leche se reuue en el tejido ñada de un calor intenso; pulso frecuente y II
celular inmediato. Hemos visto en el hospital de falalgia, náuseas, sed. Los brazos están doloridos, y
l'avía una mujer cuya mama izquierda era cinco a inflamación, que se comunica por lo regular á las
veces mayor que la derecha. El tumor era entonces glándulas axilares, ó la tumefacción y el dolor de las
indolente; pero su peso enorme obligaba á la enfer mamas, no permiten de ningún modo moverlos, ni
ma á sostenerlo por medio de un vendaje, que partien aproximarlos al tronco. La esefecion de la lache está
do de la región nipogástrica, iba á lijarse al cuello. casi enteramente suspendida. En el sitio mas infla
Nosotros interrogamos á esta mujer, con un célebre mado, la tumefacción es considerable, y la dureza
profesor de cirujia práctica do la Academia de Cavia, mucho mayor; la piel, tensa, lustrosa, muy encendi
y le preguntamos como se había manifestado el tu da, casi lívida, no puede sufrir el menor contacto.
mor. Nos respondió que criaba hacia mas de año y Algunas veces, cuando la liebre y el dolor tieucn
medio, cuando un dia su niño , que era robusto , le menos intensidad, y la escrecion de la leche aumen
cogió la mama izquierda con lanta fuerza, que la oca ta, se efectúa la resolución á favor de un sudor
sionó un dolor violento. A contar desdo ésta época, abundante que exhala uu olor ácido; ó de un flujo de
nos decía la enferma ostenuada, la mama adquirió en orina alterada. Pero las mas veces los síntomas se
el espacio de cerca de seis semanas el volumen agravan de día en dia, el dolor llega á ser pulsativo,
que á la sazón tenia: durante su acrecén! amiento; se y todo el seno se pone cada vez mas lumeluclo. No
apaciguaron los dolores. En los tres meses y medio es raro que la inflamación se apodere de la mama
que siguieron, se disiparon absolutamente; el tumor opuesta, sobro todo si se halla interceptada la escre
no era incómodo mas que por su peso, y su tamaño cion de la leche.
permaneció casi el mismo. En el momento en que tontas , que anuncian el
DE MEDICINA Y CIBOTÍA.—FRA.NK. 491
la supuración; sia embargo, se forma por lo común, nóstico, pero le hacia muy superficial. En el exámen
en el silío mas tumefacto, entre la piel y la glándu de las causas de la fiebre puerperal, hemos combatido
la, una colección seroso-linfática, la piel se reblan 'a opinión de los que atribuyen esta fiebre A los de
dece un poco, y cede á la impresión del dedo. 3i con pósitos lácteos. Hemos referido, sin embargo, un he
arrecio a este signo engañador se deduce la presen cho q :e parece Venir en apoyo de esta hipótesis , y
cia del pus en este tumor , ó la existencia de urt la historia de una mujer, que no habientfo querido
absceso profundo, y se recurre al bisturí, la incisión criar á su hijo , y habiendo hecho desaparecer la
no presentará mas que la sustancia de la glándula sin eche por el uso de fumigaciones dirigidas hácia los
alteración, no suministrará mas que sangre mezclada lechos que estaban considerablemente distendidos,
con serosidad, y por esta operación imprudente se ue afectada de un infarto voluminoso del muslo, con
agravará considerablemente la enfermedad, después blancura pronunciada de la piel y dolores muy agu
de haber hecho esperimentar á la mujer dolores vi dos (537). Pero estamos bien distantes de atribuir
vos é inútiles. Nosotros hemos viáto á una mujer jó- estos fenómenos á una metástasis de la leche sobre el
ven y bella, atacada de una inflamación grave de la muslo. Eu efecto, algunas veces, durante los primeros
mama, pero poco avanzada. Su cirujano que por otra dias que siguen al parto, aparecen en uno do los
parte era un hombre instruido, quiso abrir el tumor, muslos, tumores dolorosos, blancos, sin calor mor
aunque le hicimos observar que el pus no podia ha boso, que resisten á la presión, y mas consistentes
berse formado en tan poco tiempo: dividió la glándula que el edema: se manifiestan en la ingle, y se cstien-
casi por el medio, y esta grande incisión no sumi (len rápidamente á los labios de la vulva, á la rodilla,
nistró ui una gota ae materia purulenta. Si no bas y aun al pie. Esta afección no depende de una me
tase este ejemplo de precipitación temeraria, podría tástasis láctea, sino del infarto de las glándulas in
mos referir muchos todavía: la esperiencia nos ha guinales por la linfa, cuya circulación está impedida
enseñado desgraciadamente que las enfermedades de durante el embarazo ó durante el parto. Las perso
las mamas eran tratadas con meuos esmero y precau nas tle una constitución delicada, esperimentan des
ción que las de los demás órganos. La supuración de pués di; una comida demasiado copiosa una especie
las glándulas, como hemos dicho al hablar de los bu de fiebrecilla, que nosotros referimos mas bien á la
bones, se hace ordinariamente con lentitud; en lugar presencia de un nuevo quilo en la sangre, que al tra
de pus, se forma por lo común en el tejido celular, bajo de una digestión penosa: por analogía , no po
entre la glándula y la piel, una colección superfi demos negar que la supresión repentina de la secre
cial de humores muy diferentes del pus, y que pue ción de la leche sea perjudicial a la salud. La reab
de disiparse por la resolución. Se ha visto muchas sorción súbita de este licor, y su reflujo á la masa de
veces que el pus ha ayudado mucho á la maduración la sangre, deben ocasionar momentáneamente uu
del tumor por su permanencia en la glándula. Noso estado de plétora y de irritación eu el sisloma san
tros nos abstenemos aquí de muchas observaciones guíneo- los diferentes órganos secretores, partici
relativas á los abscesos de las mamas, porque el tra pando de la escitacion general, deben por su parte
tamiento de estas afecciones morbosas pertenece á la redoblar su acción, ó efectuar una secreción morbosa.
círujía. Cuando so come muchos dias seguidos cou csceso,
Cuando la inflamación de las mamas con liebre no se forma una cantidad estraordinaria Ae quilo. Este
so termina con bastante prontitud por resolución, humor es derramado en la masa de la sangre, y cuan
sobro todo eu las mujeres de una constitución débil, do se vuelven á observar las reglas de la templanza,
deja frecuentemente en las partes afectadas un en no produce en la economía mas que una alteración
durecimiento, que difiere, sin embargo, del escirro, momentánea: y no resultan nunca metástasis quilosas,
como hemos observado en otro lugar. Aunque los tu aun cuando su superabundancia produzca desórdenes
mores lácteos do las mamas, cuando estas no pre mayores. En fin, todos los dias entra un nuevo qui
sentan iullamacion manifiesta , adquieren por lo co lo en el torrente de la circulación, y nunca se ha visto
mún una dureza considerable y casi callosa, dureza que este líquido tome vias insólitas. Así, siempre que
que se ha referido sucesivamente á la leche coagulada, la leche refluye abundantemente al sistema de los
á la leche endurecida en los conductos lactíferos, y á vasos, no puede ocasionar mas que desórdenes pa
lamparte caseosa do este líquido retenida en el tejido sajeros en la circulación y eu las secreciones, y no
celular de las mamas; la esperiencia nos ha enseñado, hay que temer metástasis.
sin embargo, que estos tumores, aun cuando fuesen Las alteraciones determinadas por la retropulsion
antiguos y durasen muchos años, contenían las mas de la leche, pueden, pues, pervertir algunas veces la
veces una materia bastante líquida, cuya reabsorción acción de los órganos secretores; pero estos continúan
tenia lugar por efecto del calor, de los remedios preparando el humor que segregan naturalmente, en
oportuuos, ó de un nuevo parto, ó cedian á los es el e6tado sano ó morboso, y no segregan leche Pero,
fuerzos de la succión ejercida por un niño robusto. se dirá, los humores que corren del útero por las via
No obstante, la observación nos prueba que durante urinarias, ó son arrojados por el vómito, después i"
las enfermedades que sobrevienen en la lactancia, aplanárselos pechos en las recien paridas y las nodr
cuando la leche permanece demasiado tiempo en las zas, presentan el color de la le^he; selobserva la mis
mamas , toma este líquido un color amarillcuto, y ma blancura en los granos de la miliar que sobrevie
se espesa. ne en estas circunstancias , en Jos tumores que noso
La traslación do la leche a la masa de la sangre, y tros llamamos lácteos; y en fin," los líquidos que con
su metástasis sobre diversos órgauos, son la base de tienen las diversas cavidades, después de la muerte
una teoría de la mas ulta importancia , creada por do estas mujeres, ofrecen también uu color semejante.
médicos ilustres del siglo xviu, sobre todo por cé Será fácil apreciarla fuerza de este raciocinio, si,
lebres parteros. Entonces, siempre que se aplanaban renunciand.i á cualquiera otra opinión preconizada
los pechos de una mujer recienparida , o de una sobre las metástasis lácteas, se comparan con los hu
nodriza con demasiada prontitud , y sobrevenía eu mores que las constituyen las materias blancas que
una época mas ó menos lejana un dolor interno, una arrojan las doncellas ó las mujeres estériles; y si
inflamación, un tumor ó un flujo blanco, se acos- estos ejemplos no bastan , los hombres mismos,
eferir todas estas enfermedades á la me la blenorragia crónica benigna , la coriza , el
tí' '
402 BIBLIOTECA ECONÓMICA
paralelo las orinas blancas que se observan en ios sencillez, si no acostumbrasen á irritar estos tiernos
hombres on ciertas enfermedades agudas , á que están órganos, esprimiendo con rudeza el humor que con
sujetos, y en fin, las colecciones sero-purulentas que tienen, lo cual los hace venir á supuración como se
se encuentran eu los cadáveres á consecuencia do ve en una de las observaciones que preceden. Se halla
la peritonitis y déla peripneumonía. En efecto, como en un autor la historia de un niño cuyas mamas ar
todo lo que es amarillo no es bilis, asi todo líquido rojaron mucha leche durante el primer mes del na
que presenta un color blanco, no es leche. En el hos cimiento: habiendo detenido la partera este flujo con
pital de Pavía tuvimos ocasión de estraer cierta can aplicaciones repercusivas, sobrevino un vómito lác
tidad de una materia blanca , sero-caseo9a, en tres teo, que se atribuyó á la metástasis de la leche, como
cadáveres diferentes; el primero pertenecía á una si no hubiese podido depender de otra causa mucho
mujer muerta de una fiebre puerperal; el segundo á mas común.
una joven quo acababa de sucumbir á una peritoni Es una cosa conocida de los médicos, que la se
tis ; el tercero, en fin, ora el de un hombre muerto creción de la leche se observa algunas veces en los
de peripneumonía. Nosotros encargamos á un quími hombres, y en los machos de los animales. No se puede,
co hábil que analízase estos humores, y no halló la núes, poner en duda que las causas de que hemos
menor diferencia entre ellos, ni aun entre los que hablado puedan producir on el hombre, cuando las
habíamos sacado de la cavidad abdominal de los dos mamas han efectuado esta secreción insólita , una
primeros cadáveres, y el líquido que habíamos to retención láctea que puede tener las mismas conse
rnado del pecho del tercero. La sangre está com cuencias que en las mujeres. Sin embargo, no cree
puesta de crúor, de albúmina, fie linfa y desuero: del mos, como un autor que acaba de referir un fenómeno
mismo modo la leche está constituida por un líquido de este género, que una metástasis de la leche sea
seroso, una materia caseosa y una sustancia grasa. la causa del flujo blanco que ha visto sobrevenir por
Estos diversos humores se separan fácilmente, y en las vias urinarias en un hombre atacado de una infla
esta descomposición presentan una gran analogía, mación de la mama, con retención do la leche segre
sin tener realmente las mismas cualidades. Hasta que gada en este órgano.
los partidarios de la nueva hipótesis nos demues Ya hemos hecho mención de las retenciones linfá
tren los caracteres específicos del quilo , humor poco ticas de las mamas. Estos órganos son comunmente
diferente sin duda de la leche, en la materia que el asiento de tumores euquislados, formados por
constituye los depósitos lácteos, y nos prueben que un humor seroso, linfático, algunas veces sanguino
esta materia difiere del humor puriforme ó de cual lento, y aun albuminoso. El tumor es al principio, pe
quier otro humor semejante, producido por una se queño, redondo, sin cambio de color en la piel,
creción morbosa, estaremos fundados al sostener blando, elástico, indolente; aumenta con lentitud,
que se engarba, y que estos humores se han oquivo pero adquiero insensiblemente un volumen conside
cado con la leche. Por «rande que sea la revolución rable; presenta aquí y allí durezas; cedo á la presión
efectuada por el embarazo cu la economía; por im - del dedo, y ofrece una especie de fluctuación ; su su
portantes que sean los cambios de que va seguido el perficie es lisa; y la enferma no siente dolores pungiti
parto, sobre todo, el cambio de dirección de los hu vos ni profundos. Por uu error de diagnóstico, se han
mores, que llevados antes hácia el útero, son enton considerado muchas veces estos tumores como escir
ces destinados á otros usos , sin embargo, como estas ros. Un célebre ciiujano de Amslerdam nos ha dejado
operaciones se ejecutan igualmento en las hembras la historia de una criada, en la que, según el consejo
de los animales, sin producir en ellas los efectos que de dos cirujanos ilustres, se iba á practicar la estir-
se atribuyen en la mujer, podemos concluir que la pacion do la mama izquierda, que se habia llegado á
fiebre puerperal no dependo de una metástasis de la poner cscirrosa; ya se habían preparado los iustru<
leche, sino de circunstancias particulares , que no montos, cuando el cirujano que refiere este hecho,
ejercen su influencia sobre los animales. apercibiéndose de que el tumor estaba blando en su
Sobrevione algunas veces en el momento del naci centro, propuso hacer primero una incisión en este
miento, y raras veces en una ópoca mas avanzada, en punto. Apenas fue abierto el tumor, corrió en abun
uno y otro sexo, una tumefacción de las mamas con dancia un humor claro y tenue. La dureza del pecho
rubicundez, calor, dolor, y destilación de una sero y del tumor desaparecieron al instante: se intro
sidad lactoscente. Nosotros hemos observado este dujo eu el foco un lechino , untado con un ungüento
fenómeno en uuo de nuestros hijos. Conocemos á una digestivo, y al cabo de algunos dias se desprendió el
niña quo fue afectada al nacer de una inflamación quiste, y la curación se efectuó de la manera mas
semejante de la mama derecha: este órgano oslaba feliz. No nos sería difícil reunir aquí muchos hechos
encendido, muy doloroso al tacto; el tumor adquirió análogos.
el volumen de una manzana grande, supuró, y fue Un anatómico de París ha hecho una obsorvaciun
necesario abrir el aUsceso con la lanceta. Esta mama que no es menos importante , sobre las escrescencias
lia quedado mas pequeña que la otra. Los pechos son fungosas de las mamas. Estas escrescencias se anuu*
mas voluminosos, en uno y otro sexo; eu el momento cian por tubérculos que ocupan algunas veces una
del nacimiento, quo al fin del primor año. Un célebre gran estension, loman la forma y la consistencia de
fisiólogo lia sospechado que la serosidad alterada que una verruga, y vierten un humor glutinoso , y amari
suministran es un humor propio de estos órganos, llento. El parenquima de la glándula mamaria no se
porque so lia observado una secreción semejante en altera de modo alguno, y estos tubérculos, que se
un niño de nueve años. Pero en la edad tierna, todas consideran como carcinomatosos, se curan por los
las glándulas presentan con bastuute frecuencia este esfuerzos de la naturaleza ó los socorros del arte.
fenómeno : nosotros ignoramos, sin embargo, por Aunque los infartos estrumosos ó esteatomatosos
qué adquieren algunas veces las mamas este acre de las mamas contribuyen algunas veces á las re
centamiento escesivo mas bien que las demás glán tenciones lácteas ó linfáticas de estos órganos, noso
dulas. Las parteras dan una esplicacion plausible: tros los referimos á otro articulo de esta obra.
dicen con gravedad que estos tumores proceden Hemos obsorvado últimamente, en el duque y prín
de que el niño ha mamado en su madre ya privada cipe de Finlandia, un tumor de la mama izquierda:
de vida, ó son efecto del incubo, ó de los maleficios esta singular afección debia proceder de una inlluen»
de uu eucantador. Escusariamos voluntariamente su cia simpática. El enfermo, de edad de cuarenta años,
DE MEDICINA t CIMJJÍA.—FRANK. 493
estaba sujeto desde su juventud á un flujo hemorroi- combatir la retención de La leche es la succión. Si el
dal, que comunmente era escesivo. Hace cualro años niño es demasiado débil , se debe buscar uno mas
3ue recibió un balazo en la parto anterior é izquierda fuerte, ó hacerse mamar de una mujer; se puede
el tórax, cerca de la espalda: la bala no causó herida también usar una mamadera de vidrio, guarnecida en
alguna, pero se hizo sentir al instante un dolor agudo su fondo de goma elástica, y terminada por un pico
en medio de la mama. La contusión fue curada en largo y encorvado. En el caso de inflamación, si el
poco tiempo: sin embargo, el dolor, como en el tic infarto no cierra los conductos escretores del pezón,
doloroso de la cara, volvió por momentos, y con una ó no impide cogerle, es mas conveniente una succión
intensidad que sumió al enfermo en la mayor deses suave y repetida. En general, es mas fácil prevenir
peración. Esta mama estaba tres veces mas volumi que curar las alteraciones crónicas del pezón. Cuan
nosa que la otra, pero no ofrecía mas consistencia ni do este órgano es demasiado corto y ha estado com
menos elasticidad; su color era natural. Nosotros primido durante años enteros por vestidos estrechos,
aconsejamos que se diese unturas sobre el tumor, dos si no tiene éxito una ligera titilación , la aplicación
veces al dia, con un linimento volátil alcanforado , en de la saliva de la mujer, y la succión; no creemos
el que entrasen partes iguales de aceite reciente, de que deba forzarse su prolongación por el uso de la
beleño y de láudano líquido; que se cubriese con una mamadera ó de otros medios mecánicos, sobre todo
piel de cisne ó con algodón, y que se preservase del cuando la mama está ya inflamada. Para corregir la
contado de los cuerpos esteriores. Aunque la enfer gran sensibilidad ó la estremada blandura del pezón,
medad existia hacia muchos años, el dolor y el tumor la mujer tendrá cuidado, antes del parto, de lavarlo
desaparecieron completamente al cabo de ocho dias. frecuentemente con agua frosca , haciéndola mas ac
Ño habiendo hecho el enfermo una larga perma tiva con la adición de una corta cantidad de espíritu
ucncia en Viena , ignoramos si el efecto de estos de vino ó de agua espirituosa de espliego. Aunque
tópicos y el de algunos anti»espasniódicos que admi la succión aumente mucho los dolores de las grietas,
nistramos a! interior, fue sostenido. no conviene quitar do pronto el pecho al niño, si
815 Pronóstico. — Vahemos dado ú conocer en se quiere prevenir la retención de la leche : la saliva
gran parlo el pronóstico do las retenciones lácloas. de la criatura calma poco á poco los sufrimientos de
El mayor número de mujeres que viven en la opu la madre. La mayor parle de las pomadas con que se
lencia conocen poco la ternura maternal, y no quieren cubren tus escoriaciones del pecho dau al niño ganas
imponerse los cuidados y las vigilias que exige; no de vomitar, y rehusa coger el pezou. Si la inflama
piensan mas que en conservar la frescura, la elegan ción se apodera de la areola, se la cubrirá con una
cia de esos globos redondos, que adornan su seno compresa pequeña empapada en agua pura, y reno
voluptuoso. Esta conducta bárbara é insensata tiene vada con frecuencia.
una influencia funesta sobre la salud do sus hijos y Cuando la muerte del niño, la mala salud de la
sobre la población , como hemos espuesto en otra madre, ó su falta de voluntad , obligan á retener la
obra; pero contribuye también á alterar la belleza del secreción de la leche, esta supresión se hará de una
sexo, y seca al mismo tiempo las fuentes de la salud manera mas conveniente si so toman las precauciones
y de la vida. La distensión de los pechos, producida por necesarias, y se efectúa lentamente y por grados.
la retención de la leche, es seguida de la flacidez do En este caso, y con mayor razón en circunstancias
estos órganos; comunmente llegan á ser asiento de menos favorables, se debe prescribir á la mujer uu
tumores lácteos, de flogosis crónicas , de abscesos régimen severo basta quo las mamas se apianen : en
que destruyen lentamente su parénquima, y de fís efecto, es necesario evitar todo lo quo pjioda producir
tulas; en liu, la glándula mamaria pasa á un estado una plétora general ó alimentar la secreción láctea.
di: induración. Hemos rechazado como una hipótesis Para impedir el aflujo da los humores hacia los pe
puramente gratuita la pretendida metástasis de la chos, se cubrirán estos órganos con lienzos calien
leche; sin embargo, no queremos poner en duda los tes , sostenidos por un vendaje que ejerza una com
funestos efectos y los desórdenes sin núniero que presión moderada : se tendrá cuidado de mantener
produce en la economía la supresión de una secreción la libertad de todos los einuntorios de la economía,
tan abundante. Nadie ignora la simpatía que liga ín de provocar suavemente todas las escreciones, y sobre
timamente á los pechos con el útero : en efecto, cuan todo, de favorecer el flujo de los loquios. Con este
do el tono de esta viscera esta debilitado por un parto método tan sencillo no tenemos necesidad de tópicos
reciente, y una compresión cstraña impide el desarro astringentes, cuya acción no se esliendo á bástanle
llo de las mamas, sus vasos reciben mayor cantidad profundidad, y que son, por consiguiente, remedios
de sangre, resultando de ello una metástasis, una pe inútiles y muy peligrosos. El calor suave del lecho,
ritonitis puerperal peligrosa , ó al menos un flujo el uso de una bebida tibia, bastan para escitarla
abundante y mucoso. Este flujo, que seguramente no traspiración; se provoca las escreciones alvinas ó la
ofrece masque la apariencia de la leche, es hoy muy secreción urinaria, empleando enemas emolientes, ó
común; reemplaza en cierto modo á la secreción láctea, una solución de sal amarga ; para secundar el flujo
y su frecuencia está en razón del número de mujeres de los loquios se recomienda á la mujer, que conser
que no llenan el deber sagrado de nodrizas. Lo mis ve la tranquilidad del alma, quo evite el enfriamienlo
mo sucede con el pulmón v con cualquier otro ór do los pies y de los muslos, que limpie las paites
gano, atacado de una debilidad relativa: cuando la genitales, y que conserve en ellas un calor suave.
secreción de la leche está suspendida, estos órganos Sin embargo, si por la inobservancia de los con
producen una secreción morbosa, cuyas consecuen sejos que acabamos de dar, por la abundancia esce-
cias son algunas veces mortales. Cuando por efecto siva do la secreción láctea , ó por la esposicion al
del» retención de la leche, las mamas han llegado frió, sobreviene una inflamación de los pechos con
á ser el sitio de un infarto considerable, de tumores fiebre aguda , se observarán las reglas establecidas
crónicos; cuando la inflamación se ha apoderado de para el tratamiento de las inflamaciones (t 33) , sin
ellas y ha sido seguida de supuración, ó el pezón se perder de vista los cuidados que reclama el oslado
lia euduiecido, agrietado, ó cubierto de cicatrices, la de las paridas. So tratará de obtener, si es posible,
mujer puede temerlas mismas enfermedades en cada la resolución del tumor; y si la supuración es inevi
parto. table, se la favorecerá con los tópicos emolientes,
816. Thatawbhto.—El medio mas eficaz para con arreglo á los principios do la cirujía. Por lo co
ÜIUUOTE&A ECONÓMICA
luuo es necesario recurrir ¡i la sangría , sobre todo abandonado horas enteras en su cuna
on las mujeres robustas, porque todas las inflamacio g'un líquido, la lengua se pega al palai
nes de lás mamas en las recien paridas no son asté por flemas que impiden sus movimientos,
nicas, como protende un autor moderno , que ha es descuida el despegarla con una espátula, la
crito sobre esta materia. Es también necesario soli llega á ser imposible y la sofocación inminente. Aun
citar Jas evacuaciones alvinas por medio de laxantes que la muerte arrebate mayor número de niños du
suaves. Cuando la inflamación no está demasiado rante los nueve meses de la gestación que durante
adelantada, cede frecuentemente A las unturas con la los primeros años de la vida , no podemos , sin em
manteca fresca, al aceite de almendras, al ungüento bargo, entrever las enfermedades que atacan al
de altea , al linimento volátil ; á la aplicación do un hombre apenas formado en el seno materno. No co
emplasto que se prepara á fuego muy lento con la nocemos mejor los obstáculos que se oponen A la
esperma de ballena y el aceite reciente , ó de una introducción por primera vez del aire en los pulmo
ligera cataplasma de miga de pan rociada cotí agua nes, de tal modo, que la primera respiración es fre
vegeto-mineral. La gran sensibilidad del órgano que cuentemente el último suspiro. Mientras menos se
es asiento déla inflamación, exige A menudo, en las aleja el niño del momento de su formación , mas
mujeres delicadas , que se asocien á la cataplasma abundante es su cuerpo en gelatina, en moco, y
emoliente las hojas de beleño, ó que se administre mas voluminosas son sus glándulas. La membrana
el opio al interior por las tardes. Va hacia el fin del mucosa que tapiza la boca, ta garganta, la laringe, la
siglo xvii un célebre cirujano francés había preconi traquearteria, y los bronquios, está abundantemente
zado como el mejor remedio en los infartos Meteos la provista de criptas glandulosas; pero ignoramos bis
aplicación de la cicuta cocida en la orina , y las fo causas y las circunstancias que aumentan en el feto
mentaciones con compresas empapadas en este líqui la secreción de mucosidades en mayor cantidad de la
do. Pero cuando no hay esperanza de resolución , nos que reclaman las necesidades de las vías aéreas , 6
debemos atener A los tópicos emolientes y continuar les dan una viscosidad escesiva. Sin embargo, una
su uso hasta la abertura espontánea del absceso, y triste esperiencia nos enseña diariamente que muchos
hasta la total desaparición de las durezas que pre niños mueren al salir del scup materno en los prime
senta el tumor. La temeridad de los cirujanos que ros movimientos de la respiración, ó pocas horas des
abren antes de la perfecta madurez los abscesos'de pués, con todos los síntomas del catarro sofocante.
las mamas , para buscar en seguida con la sonda las Si la anatomía patológica busca la causa de esta
dilataciones que terminan en el foco , y que no son muerte imprevista, no halla á menudo mas que una
por lo común sino falsas vias del instrumento esplo- cantidad estraordinnria de mucosidades tenaces , so
rador, ha privado á un número infinito de recien lubles en el agua , algunas veces bajo lu forma de
paridas, y á otras mujeres, de la facultad de criar, costra, quo cubren la garganta y la glotis, ú obstru
después de haberlas hecho esperimentar los dolores yen la tráquei y los bronquios: las glándulas de la
mas atroces. membrana mucosa traqueal parecen considerable
Cuando la curación del absceso deja todavía dure mente tumefactas. Lo que prueba que esta colección
zas en los pechos , se emplean para disiparlas fo no es producto de una enfermedad anterior grave,
mentaciones do agua tibia, que tengan en disolución sino mas bien del vicio particular de la membr;
dos dracmas (8 gram.) de subearbonato de potasa na que segrega el moco , es. que se salva
por pinta, ó una cataplasma preparada eon la cicuta, cuando se pueden éstraer con prontitud estas
el beleño, la harina de linaza , el azafrán y el aceite. rias pituitosas. El recien nacido no sabe todavía to
Cuando estos remedios son ineficaces, la succión ser con bastante fuerza para arrojar las flemas, ó
ejercida por un niño robusto efectúa comunmente su fatigado al menos por la rarga duración del parto,
resolución. no tiene bastante «vigor para ejecutar este acto invo
Si la mama está afectada de un verdadero escirro, luntario. El niño puede tener una predisposición al
la estirpacion puede practicarse con éxito , siempre accidente que nos ocupa; pero por su posición en
que dependa de una causa esterna, que proceda el útero, y por la cómpresion ejercida sobre su pe
absolutamente de un vicio local , y que no exista en cho durante el parto, las mucosidades bronquiales,
la enferma una disposición A esta enfermedad. Pero segregadas en demasiada abundancia y arrastradas
la operación tiene rara vez felices resultados , y qui ademas por su propio peso , refluyen háciu la laringe
zas nunca, cuando el escirro proviene de causas in y obstruyen el paso del aire
ternas y desconocidas. Esta afección se asemeja mucho en ciertos casos á
Los tumores linfáticos, que son por lo común tu la angina laríngea ó traqueitis, que arrebatan á tan
mores euquistados ó melíceris, reclaman los socorros tos niños: la sola diferencia está;á en que en estas
est dos
de la cirujía. El tratamiento consiste en quitar el flegmasías la sofocación nó es efecto de las mucosi
quiste ó en destruirle lentamente por la supuración. dades acumuladas, sino de una linfa morbosa, se
817. Flemas de los becien nacidos.—Entre las gregada durante Ja inflamación, en medio de una
retenciones torácicas internas que se refieren á nues fiebre aguda, y convertida en falsa membranal
tro objeto , la primera que llama nuestra atención es 818. Tratamiento.—Las colecciones de pituita
la acumulación del moco en la boca , la garganta , y en la laringe, la tráquea ó los bronquios en los re
aun en los bronquios de los recién nacidos. Ya sea cien nacidos, reclaman prontos socorros, porque el
que el humor sebáceo que cubre el cuerpo del re niño se halla en un estado de asfixia semejante al de
cien nacido tapice igualmente su garganta, ó que las la estrangulación, ó al menos es amenazado de una
criptas glandulosas segreguen una cantidad demasia sofocación muy próxima. Corre el mismo peligro que
do grande de moco ; ya que durante el parlo las mu- un niño en la cuna, ó un adulto aniquilado por una
cosidados que humedecen las partes genitales de la enfermedad grave, á quien la necesidad de vomitar
madre penetren por la boca y la nariz del niño , se sorprende acostado sobre la espalda en una posición
acumula algunas veces sobre la cpiglotis una materia horizontal. Antes de todo, se inclina el cuerpo del
tenaz y viscosa, que impide los movimientos de esta niño Inicia adelante y sobre el lado, y se sacan con
válvula, suspende la respiración, y produce un estado una compresa ó con el dedo las mucosidades
de asfixia. Algunas veces, en el primer instante del mosas de que su boca está comunmente llena,
nacimiento, o mas tarde , cuando el niño ha estado asfixia existe, como no seria fácil procurarse co

l
DE MEDICINA Y CIRDJÚ.—FKANK. 495
tante prontitud un aire mas puro, una persona sana En algunas ocasiones, esta dispnea observa una
debe soplar en la boca del niño, teniendo cuidado marcha periódica: vuelve en ciertas estaciones, en la
de taparle la nariz; al mismo tiempo se ejerce sobre primavera, hácia el fin del otoño; otras veces estas
el pecho y sobre el abdómen una compresión alter recaídas son mas frecuentes, reaparece al menor
nativa, para imitar los movimientos de la respiración. cambio de tiempo, ó en la época de las demás se
Por esta maniobra. la pituita ó el moco coagulado en creciones. Hay asmáticos que se hallan peor con una
las inmediaciones de la laringe, ó acumulado on su ca temperatura caliente y seca, que con un tiempo hú
vidad, constituye un obstáculo mecánico, pasa á un medo y frió; hay otros á los que fatiga una tempera
sitio mas ancho de las vias aéreas, y permite la en tura fria y seca. Nosotros hemos tratado á una seño
trada al aire esterior. No se deben descuidar aquí los ra de Viena, que se hallaba afectada desde los cin
socorros de que hablaremos al tratar de la sofocación cuenta y dos años del asma pituitosa, sin que hubiese
y de la asfixia, tales como las fricciones con lienzos esperimentado antes enfermedad alguna. Sus re
calientes, la introducción de sustancias volátiles por glas habían aparecido á los quince años, y habían
la nariz, los enemas, etc. Al punto que el niño em continuado sin alteración hasta los cincuenta y cua
pieza á respirar, ó bien en el caso en que, no existien tro. Esta evacuación habia cesado hacia dos años,
do todavia la sofocación, anuncie una respiración es cuando se declaró la dispnea mucosa; el aire era frío
tertorosa y difícil la acumulación do una pituita te y seco. Los accesos volvían con la misma temperatu
naz en las vias aéreas, conviene provocar el vómito ra, la humedad de la atmósfera los hacia cesar, y re
con el dedo, ó con las barbas de una pluma introdu aparecían al aproximarse una tormenta. Conocemos
cida profundamente en la garganta. la historia de una mujer que espectoraba todos los
819. Disr.\EA mucosa ó asma húmeda.—Hay perso meses cerca de tres libras de materia puriforme, de
ñas de constitución débil, flemática, sobre todo en- estremada fetidez. En los intervalos se hallaba bien;
tre las mujeres, los hombres cargados de gordura, no tosia mas que cuando se aproximaba esta espec-
los individuos que llevan una vida sedentaria, como toracion periódica, y no habia perdido nada de su
los literatos, los artesanos, cu los cuales la garganta belleza. Únaparienta nuestra, de edad de setenta y
y los bronquios son atacados de una atoi\ía particular: dos anos, siendo jóven , tenia la costumbre de
en virtud de este estado raoiboso, la membrana mu escupir á menudo, y arrojaba con facilidad una gran
cosa segrega una cantidad escesiva de pituita visco cantidad de pituita, y sin embargo, gozaba de una
sa, que es arrojada principalmente por la mañana, salud perfecta. Cuando hubo pasado de los sesenta
con poca ó ninguna alteración eu la salud. Sin em años, la dispnea mucosa llegó á ser mas frecuente
bargo, entre las personas que se encuentran en este en los tiempos trios y húmedos, y la espectoracion
estado, hay muchas que no presentan en ciertas épo muy abundante. Al cabo de algunos años, haciendo
cas casi ningún signo de afección del pulmón. Pero siempre la enfermedad nuevos progresos, repitieron
se ve un gran número que son sofocadas por la pi los ataques todos los inviernos y se prolongaron mu
tuita, sobre todo en los tiempos fríos y húmedos: su chos meses; la enferma arrojaba todas las noches mu
voz llega á ponerse ronca, y su pecho embarazado; chas libras de mucosidadesinuy espesas: esta especto
esperímentan un sentimiento de constricción, como racion continuó por bastantes años, y disminuía mucho
si se les apretase con una cuerda; la respiración y en el verano. Los casos de esta naturaleza no son ra
la palabra les faltan; un sudor viscoso, efecto de la ros, y nosotros hemos observado este durante toda
ansiedad que les atormenta, inunda la frente y el su marcha. He aquí otro que no es tan común: una
cuello; el corazón es agitado por palpitaciones, el señora de Pavía, de edad de cuarenta años, habia
pulso es irregular, pequeño, intermitente, algunas consultado á un gran número de médicos, y todos la
veces raro; sobreviene una tos secÜ y fatigosa; las habían declarado tísica hacia largo tiempo: vino ú
deposiciones se suprimen, las orinas son pálidas, y el implorar los socorros de nuestro predecesor. Este
enfermo es presa de eructos penosos. En esta triste hombre célebre, habiendo pesado las razones sobre
situación, los músculos que sirven para la respiración que se fundaba la existencia de la ulceración de los
en el estado de salud, no están bastante fuertes: el pulmones, dijo que la enfermedad era un asma hú
enfermo pone también en acción los que van del meda, y con gran escándalo de los otros médicos,
pecho al cuello y al brazo, y para darles un punto aconsejó á la enferma que fuese á los Apeninos, y
de apoyo, mantiene el tronco elevado , la cabeza pasase allí, no solamente el estío, cuyos caloies se
echada hácia atrás, y coge con los brazos estendidos hacían ya sentir, sino también el otoño. Esta señora
sus cojines ó su asieuto. Estos síntomas persisten du se trasladó al punto á una casa de campo que poseía
rante cuatro, cinco días, y aun mas; y la ansiedad au en las inmediaciones de los Alpes: apenas hubo pa
menta por la noche. En fin, la enfermedad toma sado un mes en este lugar elevado, cuando su respi
un aspocto mas favorable, se establece una especto- ración llegó á ser mas libre, la tos mas moderada, y
raciou de materia viscosa, como cola, blanquecina ó la espectoracion menos abundante; el apetito, el sue
amarillenta, otras veces verdosa, otras mezclada con ño y las fuerzas se restablecieron; en una palabra,
una cantidad bastante grande de sangro ó de estrias recobró la salud contra todas las esperanzas. La
negras. Los esputos son al principio espumosos, es proximidad del invierno no la pudo decidir á aban
pegan do tal modo á la garganta, que provocan á ve donar esta feliz morada, y permaneció en ojia cerca
ces el vómito; en (in, su cantidad ilega á ser muy de dos años. Sus quehaceres domésticos la obligaron
considerable, el enfermo llena muchas escupideras, á volver á la ciudad en medio de los ardores de la
y esta evacuación, que dura bastunte tiempo, le canícula, y no tardó en volver á caer en su primer
procura un alivio sensible. Al mismo tiempo, las ori estado. Esta lecidiva vino eu apoyo del juicio que los
nas son jumentosas, alteradas; algunas veces deposi otros médicos habían formado sobre la naturaleza de
tan un sedimento blanco, mucoso. Por h mañana, la enfermedad. Nosotros fuimos entonces consulta
• la piel se cubre de un sudor igual; 011 ciertos casos, dos á nuestra vez; y adoptando la opinión de nuestro
brevieuen deposiciones acuosas. El insomnio cede predecesor, que habia vuelto á Suiza, opinión sufi
"n sueño reparador, la ansiedad precordial cientemente justificada por el éxito obtenido, induji
menor y rara , y la voz se mos ála enferma á ir á respirar otra vez el aire de I
du-
496 BIBLIOTECA ECONÓMICA
Sin embargo, este aire puro y frío no produce el ó el pulmón, ocasionan infartos sin número. Algunas
mismo alivio á torios los asmáticos; hay muchos que veces las glándulas bronquiales se endurecen y to
tienen necesidad de una temperatura suave y seca. man el aspecto da una sustancia calcárea. Se lia en
Pero uo es fácil conocer por el raciocinio estas par contrado en los pulmones una gran cantidad de
ticularidades. cálculos, de concreciones tofáceas, cuya presencia
Es raro que las personas que han sido atacadas de había producido la espectoracion de sangre, y en fin,
esta enfermedad no tengan alguna dispuea en el todos los síntomas de la tisis. Se creia que el obispo
intervalo de los accesosi La mayor parte, ademas del de Imola tenia los pulmones afectados, porque espec-
sentimiento de una gran laxitud, esperimentan un loraba estraordinariamente; sin embargo, un célebre
cierto desaliento, sobre todo cuando suben ó andan anatómico italiano asegura no haber visto nuuca pul
un poco ligero, y cuando el tiempo se pone frió y mones mejores que los suyos: la materia de la es
húmedo: la tos, moderada durante el dia, aumenta pectoracion era segregada por las glándulas bronquia
por la noche, y los esputos pituitosos continúan con les. Mr. A. Severin (1) ha observado que los pul
mas ó menos abundancia. Un célebre médico de la mones se ponían amarillos como las hojas de los
Grecia ha hecho esta observación: dice que los asmá árboles, por uña larga maceracion. Un antiguo fisió
ticos llevan siempre consigo el signo de su enferme logo ha visto" á estos órganos fijos y aplanadosá
dad, aunque parezca terminada y no les obligue ú consecuencia de una enfermedad larga, caracteriza
guardar cama. Se ha visto mas de una vez que los da por la tos y la espectoracion mucosa. En el
accesos han sido mortales , sobre lodo en los cadáver de cuatro personas muertas de una sofoca
enfermos débiles y aniquilados: este suceso funesto ción súbita, se halló una pituita viscosa, tenaz, que
es anunciado por un pulso pequeño, vacilante, con tapizaba cu forma de membrana la traquearteria, y
frialdad de las estremidades, delirio, lipotimias, y cerraba el paso a! aire. Un médico inglés, que se ba
sopor apoplético. Otros sucumben á una muerte dedicado á estudiar la analomía de los vasos linfáti
lenla producida por la pérdida del moco necesario :í cos, ha visto ó las glándulas bronquiales tumefactas
la nutrición, á la hemorragia pulmonar, á la tisis, al hasta el punto de producir la sofocación. Comun
catarro sofocante; hay muchos que llegan á padecer mente, en las personas afectadas desde largo tiempo
el hidrotórax. Sin embargo, vemos muchos que de una dispnea que no ha ofrecido síntomas infla
viven con esta enfermedad hasta una edad avanzada: matorios, los ramillos bronquiales están ingurgitados
conocemos á un abogado, que desde hace cuarenta y por mucosidades; es probable que en ciertas dispneas
nueve años, parece que va á espirar A cada acceso, las libras musculares délos bronquios caigan en una
y no solamente vive todavía, sino que llena muy semi-paralisis, del mismo modo que son afectadas de
bien los deberes de su profesión. espasmo en el asma nerviosa. Este estado semi-para»
S20. Causas.—Separamos exprofeso la dispuea lítico dispone á la peripnoumonía falsa, al catarro so«
mucosa del asma propiamente dicha, enfermedad focante; y después de la muerte de los enfermos, que
que nosotros referimos á las neurosis. Convenimos son abogados súbitamente, no se descubre en los
en que la marcha ordinariamente periódica de la pulmones mas que la relajación de su parénquima
dispnea mucosa es muy propia para que se sospeche con manchas negras. Cuando la cifosis determina la
en ella un carácter nervioso; pero la periodicidad compresión de la médula espinal, sobreviene frecuen
no depende siempre del imperio de los nervios, y el temente una dispnea que se puede referir á la pare
fondo del tratamiento empleado con el asma húmeda, sia de los pulmones. Galeno, que ha comentado las
cuando no está complicada con una afección nerviosa, obras de Hipócrates, había ya hablado de la dispuea
no contraría nuestra opinión. Hemos estudiado con producida por alteraciones de la médula espinal, la
cuidado en otro artículo las causas que establecen lesión de los nervios que parten de ella, y la debilidad
una secreción preternatural en las glándulas muco nerviosa del diafragma. Las fluxiones ó las demás en
sas. Seguramente la diferente acción de las mismas fermedades que afectan especialmente y aislan los
causas, es la que determina la retención de las mu- nervios gruesos, sobre todo los que la medula verte
cosidades producidas por esta secreción. Al tratar del bral suministra al diafragma, dice un célebre médico
catarrosofocante.de la hidropesía del pulmón, so de Alemania, ocasionan una dispnea semejante á la
bre todo déla hidropesía enquistada de este órgano, de los asmáticos; sin embargo, ningún otro síntoma
hemos hablado de la cantidad escesiva de humores anuncia la lesión de los pulmones. Esta dispnea, aña
mucosos y linfáticos que se acumula en el parénquí- de, se declara súbitamente. Nosotros hemos visto á un
ma pulmonar ó en los bronquios, y de los accidentes niño de nueve años, fatigado por una gran dificul
que su presencia ocasiona. En general, la anatomía tad de respirar, la cual dependía de la cifosis de las
patológica nos ha enseñado que la relajación de la primeras vértebras de la espalda. Un médico inglé.;
membrana mucosa traqueal y bronquial, la flacidez de ha visto que la sección de los nervios del diafragma
los mismos pulmones, eran la principal causa, ya de ha producido uns dispnea semejante á la de los ca
la tisis pituitosa, ya de las glándulas bronquiales in ballos asmáticos. En la mayor narle de los apopléti
gurgitadas, y el timo tan voluminoso que cubria casi cos, la respiración profunda y lenta anuncia el em
toda la cara anterior del pecho. La traquearteria es barazo de la circulación pulmonar, y el estertor que
mas susceptible de ser comprimida en su cara poste va á hacerla cesar bien pronto para siempre.
rior: sin embargo, lo puede ser cu la parte anterior, i Igunas veces & consecuencia de la supresión sú
como lo demuestran algunos ejemplos, por un sar bita de otra evacuación mucosa, como la blenorragia
coma ó por el timo demasiado desarrollado y lleno benigna ó contagiosa , Irs fijos mucosos del útero,
de concreciones cretáceas. Se han encontrado tam de la vagina, de la vejiga, de la uretra, ó del recto,
bién en las inmediaciones del canal aéreo, dilatacio se declara la dispnea mucosa y se establece en el
nes varicosas de los vasos linfáticos, hidúlídes mas ó pulmón una secreción de la misma naturaleza, ha
menos voluminosa*, del tamaño de un ha< vo, llenas bitual y suplementaria. Tenemos una multitud de
de un humor límpido ó colorado. Un hombre de Pa ejemplos de dispnea ocasionada por la supresión de
rís, asmático, arrojó por la cspccloracion una vómi las llores blancas y de la blenorragia crónica. Una
ca rodeada de una membrana y semejante á un hue
vo; su asmase disipó, pero murió poco tiempo des 1 De recóndita abcessuum uamra, n ro Lcy'c, 1721,
pués. Los humores viscosos que segregan los bronquios en 1,°

i . I I ll
DE MEDICINA Y CTRI.JU.— FRANK. 497
joven, afectada hacia siete años do una leucorrea, | forman por el mismo mecanismo que los que se ob-
nos suplicó que la librásemos lo mas pronto posible ¡ servan muchas veces en la angina laríngea y en la
do esto flujo, pues tenia muy poderosas razones para traqneitis Lo que los distingue de estos, es que los
pedir una curación pronta. Corlamos Ih evacuación primeros son ordinariamente cilindricos , ó mas bien
á beneficio de inyecciones aluminosas, poro tuvimos cónicos, análogos á la forma do los bronquios, que
el dolor de ver sobrevenir una gran dispnea acompa son es rechos y divididos en ramilicaciones, miontras
ñada de violenta ansiedad. Suspendimos al momento que los pólipos de lu tráquea ocupan una ancha su
las inyecciones astringentes; recurrimos á los semi perficie, so asemejan mucho á la* falsas membranas,
cupios tibios, á lo, vapores emolientes, dirigidos há- y pocas veces «alen bajo la apariencia de tubos, sino
cia las partes genitales, y la enfermedad suplementa que son mas anchos que largos. En la angina larín
ria, que era mucho mas grave que el flujo uterino, gea y la traqueilis , suelen permanecer adheridas
desapareció por la vuelta "de este último. En seguí- estas falsas membranas á la parle inllamadu, y los en
• da tratamos la leucorrea por un método mas lento, fermos se escapan de las garras de la muerte: este
pero mas seguro. feliz acontecimiento es menos común en los niños
Algunas veces existo una disposición hereditaria que en los adultos. Las concreciones albuminosas se
á la dispnea mucosa; y esta es una verdad que nos organizan enlom es con la membrana mucosa de la
ha sido demostrada por nuestras propias observa laringe y do la tráquea; contraen con ella una unión
ciones. La constitución escrofulosa, sobre todo los indestructible, y los enfermos conservan por toda su
vicios do conformación del tórax , tienen un lugar vida una afonía completa ó una dispnea incurable. En
preferente en la producción de esta enfermedad. otra parle hemos hecho ilienciou de una mujer que
Los patólogos han acusado también al uso de los ali murió sofocada por una concreción poliposa de la la
mentos farináceos, glutinosos y pultáceos, y ala inercia ringe, que era redonda, pediculada y movible.
del estómago. La esperiencia uos ha demostrado que la La dispnea puede depender de otra ciusa que no
sangre que suministra 4 lus pulmones los materiales es fácil reconocer. Es una materia análoga á la de los
ile :a secreción muc isa, participan mas de osle ca pólipos, que re.cubre el pnlinon & consecuencia de la
rácter en tales circunstancias. Muchas voces la de poripneuinonía, se solidifica prontainento, se organi
bilidad del pulmón y del estómago provienen de la za, se provee do pequeños vasos, que nosotros hemos
misma causa que lu secreción mucosa, eli vez de dar inyectado alguna vez, y forma un saco membranoso,
razón de ella. que rodea estrechamente A les pulmones. En otras
La dispnea mucosa crónica , proviene frecuente ocasiones esta linfa morbosa une solamente entre sí á
mente de una atonía local de los pulmones, de la los lóbulos pulmonares, ó constituye falsos abscesos
que no participa todo el sistema sino muy tarde: osto en sus intervalos; otras veces establece uní adheren
es lo que prueba la salud do que por otra parte gozan, cia general ó adherencias parciales entre el pulmón
durante muchos años, las personas afectadas de esta y la pleura costal ó diafrag nática, ya ocupe la infla-
enfermedad. inaeion el órgano pulmonar, ya afecte á la membrana
Siempre que la iiiflamacipn se apodera de los pul serosa Muy á menudo «o encuentra ni púlmon adhe
mones, los bronquios y el p uénquina pulmonar se rido á 1 1 pleura, en los cadáveres de personas que
ven inundados é ingurgitados por un humor puri jamás han acusado la mas ligera enfermedad del pe
forme, mas bien que mucoso. Si esta materia no es cho, ni dispnea: nosotros misinos hornos hecho esta
espelida de los canales bronquiales por la espectora- observación muy comunmente, como muchos otros
cion; si la reabsorción no libra de -ella al tejido pulmo patólogos. Sin embarco, se puede admitir con mucha
nar que está regado por ella , no tarda en sobreve probabilidad la existencia de esta lesión orgánica
nir la sofocación, ó bien se forman pólipos bronquia cuando á consecuencia dé una peripneiunonía folla»
les, se eodui ecr el pulmón, se trasforma en una sus mutilo terminada, y habiendo desaparecido todos los
tancia análoga ¡i la del hígado, y se hace impenetra síntomas se observa una tos con dificultad de acos
ble al aire esterior. Existen varios ejemplos <1o póli tarse de uno ó de otro lado, principalmente sobre el
pos arrojados por la espectoracion : presentan raiuili - que no ha sido asiento du la inflamación, y sobre lo
caciones que corresponden á las divisiones de los do cuando el lado opuesto da por la percusión un
bronquios , y su color amarillento, y el conducto sonido oscuro.
tubuloso do que están muchas veces provistos . han S2 1 . l'aosósTico— El pronóstico de la dispnea mu
engañado en otro tiempo á muchos médicos, que los cosa se deduce de la descripción déla enfermedad;
han creido arterias del pulmón. Un tallador de pie varía según la constitucinii, la e.iad, el sexo, la situa
dras en Bruchsal , afectado hacía mucho tiempo de ción de los enfermos, sus causas, sus complicaciones,
una dispnea, ooii tos y esputos de sangre, espectoró su antigüedad, y la intensidad de los síntomas. Los
a presencia nuestra un p dipo do cerca de dos pulga individuiis dotados de libra floja, los escrofulosos, los
das de largo, recorrido interiormente por un conduc gibosos, y los niños y los viejos, hacen temer una hi
to de una linea de diámetro, y que presentaba una dropesía consecutiva. La dispnea mucosa nfrec > igual
rana lateral que formaba con el tronco un ániMilo mente mas gravedad en las mujeres, A causa de las
agudo. Atemorizado el enfermo, creyó haber arroja variaciones de la menstruación, de los diversos cam
do una porción de sus pulmones. Ka las observacio- bios que esperimenta el útero, de su predisposición
nes de los médicos do Londres, se ven varias histo á las colecciones mucosas, á las alecciones morales,
rias de pólipos de dos, tres y cuatro pulgadas de lar y á las enfermedades de los nervios. Deben colocarse
go, y de otro» mas pequeños , ospelidos durante los en la misma línea los literatos, los artesanos que ar
esfuerzos do lu tos, después de una gran dispnea: rastran una vida sedentaria, ó cuyo género de traba
eran blancos, trasparentes, y semejantes en el color jo les obliga i't adoptar una mala posición, ó á res
á la espuma de la leche. Los síntomas que anuncian pirar vapores que atacan la fuerza vital de los pulmo
la existencia de los pólipos bronquiales, son absolu nes. Si una afección nerviosa periódica viene á agre
tamente ios misinos que indican la induración del pul garse á la atonía de estos órganos, es muy grave la
món ó el infarto linfático de esta viscera á conse enfermedad; yes aun peor, cuando nti se pilonen des
cuencia de enfermedades inflamatorias: el único sig truir sus causas. Si la dispnea mucosa ha echado pro
no patogiionióimco es la espnlsion de estas rnnerecio- fundas raices y vuelve periódicamente por espacio de
aliamos años, es incurablo ordinariamente: en los ca
498 BIBLIOTECA ECONÓMICA
sos menos peligrosos, como hemos dicho mas arriba, de animales jóvenes, la cerveza y el vino re
no impide que el enfermo llegue ú una edad avanza Estas sustancias desordenan las funciones del sistema
da. Si en un ataque viólenlo se desprenden difícil digestivo, producen llatuosidades, acarrean la cons
mente los esputos, si faltan las fuerzas' para expeler tipación, y la repleción del vientre impide e! descenso
los, si las materias llegan en demasiada cantidad á la del diafragma. Un ejercicio moderado, especialmente
tráquea, si las estremidades se enfrian y el pulso va la equitación, cuando la dispuea no impide entregarse
cilante desaparece, sobre todo en la complicación con á ellos, y los paseos por el mar, son útiles en esta
el hidrotórax, la muerte es cierta. afección. Los largos discursos que exigen grandes
El pronóstico de los pólipos bronquiales es fatal esfuerzos, y las conversaciones sostenidas, deben pro
cuando no lian sido ospelidos durante el curso de la hibirse; sin embargo, el silencio absoluto seria noci
enfermedad crónica deque son causa, y cuando que vo; por lo tanto debe permitirse al enfermo hablar en
dan algunos que ocasionan una dispuea considerable. voz baja, con el objeto de que el pulmón no caiga eu
También es imposible curar las adherencias morbosas una atonía completa.
de las visceras entre sí ó con las partes vecinas, por No hace mucho tiempo que la teoría médica se re
que es difícil reconocer su existencia. No obstante, ducía á incindirá resolvere] moco bronquial, dema
cuando la adherencia no es muy fuerte ni muy esten siado tenaz, que es mas bien el efecto que la causa
sa, las funciones del órgano conservan todavía su li de la dispnea, ó por lo menos, que no puede ser otra
bertad, y el enfermo puede vivir mucho tiempo, sin cosa que una causa seoundiaria. Pero si la esplicacion
correr grandes peligros. que da esta teoría de la acción de los remedios pre
822. Tratamiento.— El tratamiento do la dispnea conizados contra la dispnea mucosa, es puramente
mucosa varía según sus causas, y no es el mismo du hipotética, su eficacia no es menos incontestable. Tu
rante el acceso que durante la calma : muy á menudo les son las gomas fcruláceas, especialmente la goma
no es susceptible la enfermedad mas que de un trata amoniaco; los antimoniales, principalmente el kermes
miento paliativo, sobre todo ctundo es hereditaria ó mineral, el azufre dorad", ei vino antimonial y el tár
antigua. taro emético, la ipecacuana que se administra á j>e-
Si se efectúa una metástasis sobro sobre el pulmón, 3ueñas dosis; la raiz do polígala de Virginia, el iris
á causado la supresión de una secreción mucosa, lin e Florencia, el yaro y las flores de azufre. Estos re
fática ó serosa, debemos apresurarnos á Humar el medios tienen una virtud mas eficaz cuando se com
humor á.su sitio primitivo por los remedios apropiados. binan con las sustancias que provocan al mismo tiem
Tul es la couducla que conviene seguir en la ble po las escrecinnes urinarias, alvinas y cutáneas, como
norragia benigna ó contagiosa de la vagina , del úte la escila, el ojimiel escilítico, la digital purpúrea, las
ro, de la uretra, del recto, suprimida por inyecciones sales neutras, y la infusión de hisopo. Estos medica
astringentes ó por la acción delirio; eu la deseca mentos no tienen nada de especificas, pero reaniman
ción de los herpes corrosivos, de la tina, de la plica, el órgano pulmonar, y muchas veces disn '
de las úlceras antiguas, de los cauterios establecidos secreción morbosa ó la hacen natural.
mucho tiempo antes; y en las metástasis de la gota
crónica. Es preciso atraer desde luego la materia Pero si este tratamiento es por lo
morbosa al lugar que ocupaba anteriormente, y com ¡oso en el intervalo de los accesos, el uso de los esti
batirla en seguida por los remedios indicados. mulantes enérgicos ¡y fijos exige grandes precaucio
El aire y el régi uen merecen la mas grande aten nes durante los mismos accesos, ó en el momento en
ción. La mayor parte de los enfermos atacados de que está exaltadi la sensibilidad del pulmón. En efec
dispnea mucosa, respiran mejor en la atmósfera ca to, los enfermos atormentados, soportan con trabajo
liente y seca do las comarcas meridionales de la Ita un airo suave y templado : se debe, pues, evitar con
lia y de la Francia Los que pueden variar de clima, cuidado lodo lo que puede acelerar la circulación
deben, á fin de evitar el rignrde las estaciones, pasar pulmonar. La mayor parte de los .modernos rechazan
el otoño, el invierno y la primavera en una habitación los oleosos y los béquicos en la dispnea dependionle
altay espaciosa, en donde puedan respirar unaire puro de la atonía de los pulmones: temen que estos reme
y elevado á una temperatura suave. Los asmáticos, á dios aumenten la debilidad pulmonar y la debilidad
quienes no sofoca, o no escita la tos, un aire ligera gástrica, que por lo común existe simultáneamente
mente impregnado de vapores aromáticos, deberáu con la afección. Sin embargo, en medio de esla viva
respirar los vapores de mirra, do almáciga, de tre irritación de los bronquios, gozan los relajantes do
mentina; porque su dispnea depende de la laxitud cierto grado de estímulo proporcionado ú la sensibi
da sus pulmones. Pero estos vapores no deben ser lidad morbosa del órgano enfermo; y mientras que lu
empireumáticos, y es preciso usarlos con moderación. pituita viscosa y tenaz no principio á desprenderse,
Se refieren algunas curaciones do tisis, obtenidas por se deben prescribir los estimulantes mas activos. Mu
la permanencia de los enfermos en una atmósfera im chas voces nos hornos limitado ea estas circunstancias
pregnada de los vapores del bálsamo de la meca, con á una ligera infusión aromática y tibia, á un loocli
el cual se frotaban anchas hojas de papel suspendidas compuesto de aceite reciente de almondras dulces,
alrededor del lecho del enfermo; ó en los establos, eu de mucilago de goma arábiga, y de jarabe de altea.
donde el aire templado estaba al mismo tiempo car Ademas, no se puede desde luego detener enteramen
gado de emanaciones suministradas porla orina y los te en su marcha el acceso de una enfermedad anti
escrementos de las vacas. Nosotros creemos que en gua, ó quizás periódica : hasta que al cabo de algunos
estos casos la enfermedad no era una verdadera tisis, días se hayan disminuido los primeros movimientos,
sino mas bien una dispnea mucosa, ó una tisis pi los socorros del arte son poco eficaces. Pero entonces
tuitosa. Se ha alabado en la dispnea atónica y mu el moco, que es algo mas movible, comienza á produ
cosa el 'aire oxigenado: jamás hemos empleado este cir un silbido, un hervidero ó un ruido en los bron
medio, pero hemos reconocido que era inútil, si no quios; aumenta la díspnoa, y su presencia reclama el
perjudicial, en el asma. Aunque no se pueda acusar empleo de ligeros estimulantes. Se llena esta in
á los alimentos viscosos ó pultáceos de que comu dicación con el ojimiel escilítico ¡asociado al jarabe
niquen á la sangre su viscosidad, con todo, la diges de altea; y si el enfermo no goza de una grande sen
tión de ellos necesita un estómago robusto: lo mismo sibilidad , con una solución de goma amoniaco y de
sucedo con las logumbros, los farináceos, las carn.es acetato de potasa, á la que se agrega el ojimiel esci
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRANK. 499
lítieo, el agua destilarla de hisopo, y el espíritu de ciafse á los remedios indicados contra la dispnea
nitro dulcificado, ó el espíritu de sal amoniaco. atónica los que tienen la propiedad de calmar los
El tratamiento de la dispnea mucosa en este pe desórdenes nerviosos. Se usa con el mejor éxito una
ríodo dinero muy poco del de la peripneunionía fal poción preparada con seis dracmas (24 gram.) de tin
sa (200). f.os bronquios están algunas veces ocupa tura tebáica de la farmacopea de Edimburgo (i) , una
dos y obstruidos por la acumulación de una pituita dracma (t gram.) de tintura cscilítica de la misma
movible, que no puede espectorar el enfermo á causa farmacopea, é igual cantidad de éter sulfúrico. Se
de su eslrema debilidad ; en semejante circunstancia, administra por la tarde la octava parte de esta mistu
en que todo indica una terminación funesta se debe ra, aumentando gradualmente la dosis.
advertir á los parientes la gravedad de la enferme En el intervalo de los accesos do la dispnea mucosa
dad y el peligro de que se acompañan los remedios debe procurarse restablecer las fuerzas aniquiladas:
que íiay que emplear ; y si no existe infl miacíon, y si un régimen restaurante, las sustancias amargas y li
no lia ¡legado el momento de la agonía, administra geramente aromáticas, el elixir de vitriolo, las infu
remos un emético. Una señora de alta clase estaba siones en frió de quina , aromatizadas con el agua de
hacia quince años desahuciada como tísica por un azahar, ó con el agua de canela, sirven para conseguir
célebre médico de Ilanover. En 1781, nos llamó esla este objeto; en lin. cuando la dificultad en la respi
señora, á la sazón de ochentí años, á una casa de ración no contraindica su uso, convienen en este pe
campo que habitaba cerca de Gceltinga. Estaba muy ríodo los marciales.
enflaquecida, atormentada por una tos antigua , por El tratamiento de los pólipos, sobre todo de los pó
un cierto grado de dispnea, y una liebre ligera; nona lipos múltiples, es tan difícil, como incierto su diag
da cama; sus esputos eran poco abundantes, y al pa nóstico, cuando el enfermo no ha espectorado nin
recer purulentos ; se inquietaba poco, á posar de la guna porción do olios. La inspiración reiterada de re
antigüedad de su mal, y aun coiiservaba su habitual pares tibios, el uso frecuente y prolongado de los oleo
buen humor. Por la tarde consolarnos á su marido, sos, pueden mitigar un poco los síntomas.
haciéndole concebir esperanzas de que la enfermedad 823. Retkxciones del mediastino.—Al hablar de
nO tendría una terminación funesta : al día siguiente las causas do la dispnea mucosa, hemos mencionado
por la mañana , antes de nuestra marcha , hallamos los infartos del timo, cuya glándula es considerable
muy ingurgitada la vena frontal, los ojos hi ¡liantes y en el feto, y cuyas funciones son hasta ahora descono
prominentes Inicia fuera de la órbita, la respiración cidas de los fisiólogos. Pero el mediastino, este ta
en eslremo difícil, el pulso lleno, vibrante y acelera bique formado por la reunión de las dos pleuras, y
do. Estos síntomas anunciaban una sofocación inmi dispuestode tal manera que divide el tórax en dos
nente, y prescribimos, por lo lauto, en el momento cavidades laterales, de las cuales la derecha 68 ma-
una sangría. Apenas hubo llegado el cirujano, cuando yor que la izquierda, y por su separación da orígon á
la enferma fue presa de convulsiones violentas, quedó otras dos cavidades triangulares, de las cuales la an
inmóvil delladoderecho, parecía que acababa de exha terior aloja el limo, el pericardio y el corazón, y la
lar el último suspiro. Inútil es decir cuál seria el terror posterior da paso á la aorta, al canal torácico, á la
del marido de esta mujer querida, y cuál sería ta im vena ácígos, al exófago, y ó la tráquea; el mediastino,
presión que nosotros sentiríamos en presencia de un repetimos, es, mas comunmente de lo que se cree, el
acontecimiento tan inesperado: no obstante , aunque asiento de graves retenciones serosas, mucoso-linfá-
el pulso y el corazón habian cesado absolutamente de tícas, sebáceas y sanguíneas. No csraroque se formen
moverse y no existia ningún indicio do respiración; en la parte superior uel mediastino anterior coleccio
aunque el frío del cuerpo IW permitía que esperásemos nes adiposas, que suelen acarrear la sofocación. Un
volverla á la vida , ensayamos durante algunas horas, célebre médico ha hallado en esta cavidad1 un alero-
sin cansarnos, los remedios que podrían convenir en ma que pesaba cerca de cuatro libras (2 kilógr.) Un
una asfixia de este género. En lin , sentimos un movi grande hombre, que ha prestado grandesservicíos á la
miento débil y oscuro en algunas arterias , lo cual anatomía patólogica, refiere varios casos de enferme
reanimó nuestro valor y nos obligó á proseguir con dades que residían en el limo, aun en los adultos. En
confianza nuestras tentativas. Un cuarto de hora des tre las hojas del mediastino anterior so descubre un
pués, principió ó notarse la respiración, aunque poco tejido celular raro, que comunica por arriba con el
profunda A la verdad; en seguida continuó el tórax teiido celular del cuello, y por abajo con el que pe
sus movimientos ordinarios; el pul-o se reanimó, y el netra por entro las 6bras musculares dt 1 diafragma;
cuerpo volvió á adquirir insensiblemente su calor. llena el espacio triangular situado pordetras del apén
Pero apenas Íbamos concibiendo alguna esperanza, dice xifoides, y ocupa la parte superior y anterior
cuando el sistema arterial fue agitado por latidos vio del abdomen. A consecuencia de esta disposición
lentos, acompañado de un síntoma que nos at-rró, es anatómica, las retenciones morbosas del cuello po
decir, del estertor do la agonía. Entonces comprendi drán descender por su propio peso, y por la acción
mos que acababa de romperse alguna vómica, ó que de los músculos cervicales, á la parte superior del
existia una abundante colección de pituita en los mediastino anterior, mientras que los humores acu
bronquios. En tan triste posición , hicinu s practicar mulados en la parte inferior de este espacio triangu
inmediatamente una sangría, y en seguida introduje lar penetrarán en la parte superior de la cavidad ab*
rnos en la boca de la enforma una poción enfética. domina!, cerca del esternón. En las autopsias hemos
Salieron por el vómito cerca de dos libras y media visto que la inflamación ocupaba mas comunmente las
(1,500 gram.) de un humor viscoso, purulento y mez caras posterior y lateral del pulmón que la anterior,
clado de sangre, y la respiración quedó desde en y hemos atribuido la sensación de peso ó de opresión
tonces enteramente libre. Esta señora ha vivido des que los enfermos sienten en la región esterna, así
pués nueve años, y hemos sabido que había muerto como el que prefieran el decúbito supino, á la liber-
en un estado do consunción.
Algunas veces se observa la dispnea mucosa en las (1) TINTURA TEBAICA.
personas sujetas á las afecciones nerviosas. En este
raso, el carácter periódico es mas marcado , los sín H. Opio puro pukoriuün, dos onzas=fX) gtagl.
Fspirilu de vino, ruano onzas^HO • r.iiu.
tomas son evidentemente esnasmó lieos, v la secre-
i¡. BIBLIOTECA ECONÓMICA
taddela circulucion por debajo'del esternón, ¡i! aflu complicada con la del tórax, y proviene de lá misma
jo de sangre en los vasos le la parte anterior del ór causa, lo que es mas común, no exige un método di
gano pulmonar, mas bien uue á su inflamación. Sin ferente. Las violencias estertores que hacen temer la
embargo, liemos dicho en otra parle, que podían so inflamación local del mediastino, los exóstosis escro
brevenir inflamaciones, derrames agudos ó crónicos, fulosos ó sifilíticos que se inflaman y amenazan es
y accesos por detras del esternón ó en el mediastino. tender su fatal influencia al inierior, ex:gen el uso de
No nos sorprendemos de que en estas circunstancias la sangría, de las sanguijuelas, y el empleo de los es
adquiera el mediastino una consistencia ó un engro- pecíficos. Las concreciones ; los tumores morboso*,
samiento morboso; que se incline ó se ladee en di ocultos prrlundamente en el mediastino anterior, se
versos .sentidos, comprimiendo al pulmón; que su anuncian por síntomas r»uy equívocos, para que nos
cavidad su llene de excrescencias de diversa naturale atrevamos á practicar una operación quirúrgica, an
za, de pólipos, de esteatomas, de materia purulenta tes de que la sustancia huesosa del esternón , parti
ó icprosa; que el esternón se baile corroído ó perfora cipando de la enfermedad, indique evidentemente su
do por la caries, y que se eleven tumores de su su" asiento. En los casos en que la retención morbosa es
perlicie. Este bueso es asiento con mucha frecuenciu manifiesta, é la cirujía toca decidir lo que puede es
de exóstjsis sifilíticos; el virus venéreo, cuando no perarse de la perforación ó de la trepanación del es
se combate, sostiene una inflamación latente, que ternón, y dar á conocerla atañera de practicar estas,
corroe y destruye lentamente su cara interna. Una operaciones, cuando la constitución de los enfermos
fuerte contusión -ó una lesión cualquiera pueden asi permita recurrir á ellas.
mismo ocasionar la inflamación del esternón y del
mediastino.
Un médico de Nueva Ürleans lia publicado última i;eneko cuarto.
mente la historia de un absceso que so formó por de
tras del esternón durante el curso de un tifus, y se Relencioiies abdominales.
abrió paso felizmente á través de la sustancia do este
bueso. Un jóven de quince años, que gozaba debue-
na salud, cayó de un caballo, dándose un fuerte golpe 825. Hemos omitido á propósito algunas varieda
en el pecho, el cual fuo soguido do un vivo dolor. des de retenciones torácicas, ya linfáticas, ya muco
Sobrevino tos, dispnea, y por último una espectora- sas, porque se diferencian poco de las retenciones
cion purulenta. Creyendo el enfermo que esta afec abdominales, ó coinciden con ellas y dependen de las
ción no era peligrosa, la descuidó por espacio de mismas causas. También remitimos á un artículo par
ocho años. A esta época comenzaron á asustarle la ticular las que afectan mas bien á la economía entera,
liebre, la tus, la opresión, los sudores nocturnos, y ó á cualquiera otra cavidad, que el abdomen. Para evi
la diminución sensible de la gordura. Consultó ú tar repeticiones enojosas, nos abstendremos de habjai
un médico escelénte de Altorf, el cual declaró que no aquí de las retenciones abdominales linfáticas que
había olro recurso para lacuracion del mal, que ¡a provienen de las flegmasías, cuya historia hemos tra
trepanación del esternón, cuya operación practicó él zado cu otra parle. También hay muchas supresiones
mismo. Salió por la abertura cerca de una libra de mucosas, linfáticas, ú olías que uo pueden reconocer
pus fétido, y las consecuencias fueron tan felices, que fácilmente nuestros sentidos, y cuyos síntomas m
el enfermo creyó haber recobrado completamente la son tan manifiestos que podamos distinguirlas con
salud. Siete «ños desputs, se renovaron los acciden seguridad de las demás enfermedades, con quienes
tes. En Í809, viajando este hombre con dos ingleses pueden confundirse. La inspección cadavérica es la
i quienes servia de mentor, nos consultó en Viena y que nos ha revelado su existencia; á la medicina prác
nos preguntó si convendiía aun recurrir á. la Irepa- lica toca establecer el diagnóstico durante la vida, y
nacion del esternón. Una cicatriz sólida anunciaba que nosotros dejamos este encargo á los que nos sucudan.
la abertura que se babia hecho en la primera opera 82. íi Retenciones be la cavidad abdominal.—
ción estaba exactamente cerrada. El enfermo ofreció Nosotros referimos á las retenciones de la cavidad ab
todas las apariencias de salud; pero se quejabu de dominal los tumores glandulcsos, foliculares, hueso
un dolor por detras del eslernon, el cual se esieudia sos, que se forman junto al cuerpo de las vértebras,
hasta los bordes de este hueso, sobre todo en el lado lanío en el tórax como en el abdomen. Estos tumores
derecho; tenia tos, y una ligera fiebre que lepetia pueden comprimir el canal torácico, el oxófago y la
todas las tardes; los esputos eran purulentos, y aun aorla , y desordenar insensiblemente *us funciones;
que poco abundantes, á la verdad, desde que viajaba, pero uo tienen síntomas característicos, que indiquen
su cantidad se elevaba algunos días antes hasta me- . el sitio y la naturaleza del obstáculo, y las distingan
dia onza. Como se vid obligado á volver á Inglateno, | de las demás enfermedades. Lo mismo decimos de
no pudo practicarse la operación á nuestra vista; pero las secreciones albuminosas y puriformes que se
le aconsejamos qvie recurriese otra vez á ella, si la desarrollan en la superficie interna del peritoneo, ó en
dispnea y la tos aumentaban, y si la espectoracion la superficie esterna de los intestinos; se efectúan en
no se har ía mas abundante. silencio, ó por Jo menos siu otros síntomas que. un
824. Tiiatamiento. —La autopsia es la que nos dolor muscular reumático, ó una ligera enteraigia.
hace conocer las infinitas enfermedades que residen Sui embargo, de esta cuusa provienen las ¡.dueren-
en el mediastino, y las causas de donde se derivan: cias de estas visceras entre si ó con el peritoneo, y
seria de desear que pudiésemos establecer con tanta los derrames que simulan lu hidropesía ascílis, con la
seguridad su diagnóstico durante la vida , para apli cual la equivocan aun los prácticos mas distinguidos.
carles el tratamiento conveniente ; pero, preciso es También colocamos en este póiiero el eugrosamienlo
confesarlo, todas ellas están envueltas en la mayor os del peritoneo por una materia albuminosa, las escres-
curidad é incertidumbre. Jamás hemos hallado sola cencias fungosas, los tumores foliculares, los sarco
la inflamación del mediastino por causa interna; y mas que nacen en la superficie interna de esta mem
cuando coexiste con la de la pleura y la del pulmón, brana irritada, corroída, y que tienen un [.edículo
reclama el mismo tratamiento que la perineumonía. ancho ó estrecho, lo cual las hace üj is ó movibles,
Lo mismo sucedí con la hMropesfa aguda ó crónica, ó bieu se desprenden de su raiz y ruedan en el vieu-
sí da alguna señui cierta de su existencia; cuando está •tre. Se tieneu ejemplos de ruptura de la trompa, ó
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—PftANK. 501
ilel ovario, llenos de uoa materia gelatinosa , de aibú - podrá esperar que esta operación remedie el derrame.
!ni"a, ú ocupados por el producto de la concepción. Pero, se dirá, ¿los abscesos del hígado tienen siein-
Multitud de observaciones prueba que la vejiga de la pro e-ta terminación? No; este órgano inflamado con
hiél, cuando cualquier obstáculo impide la evacuación trae adherencias con los intestinos, con el peritoneo,
do la bilis, se distiende, se rompe, y vierte en el ab y por un ucon'ecimionto que no siempre es funesto,
domen un humor cáustico, que produce una inflama puede el pus abrirse paso hácia fuera ó en el tubo
ción mortal. Estos diversos órganos del vientre son intestinal, como lo acredita la esperícncia. En las
también con frecuencia el asiento de colecciones pu Actas de Mayenzi hemos referido uu caso de rup
rulentas, que se esparcen en su cavidad, y ocasionan tura de la vejiga do la hiél, que fue seguida <Je ta
los mismos trastornos. Igualmente se lia observado la muerte; pero semejante accidente se termina muy
ruptura do los vasos linfáticos del abdómen ó del to pocas veces de una manera tan fatal. Sin embargo,
ra*, y la del canal torácico, con derrame de la linfa, corno lo hemos dicho al hablar de los abscesos del
ó del quilo en las cavidades inmediatas. Estas lesiones, hígado, si la vejiga de la hiél se abre en un punto
y variasotras, cuya existencia lia reconocido la anatomía en que ha contraído adherencias con los intestinos,
patológica, son la causa ó el efectode enfermedades la bilis, al pasar por esta vía insólita, no deberá pro
moríales, y por lo común es imposible establecer su ducir otros efectosque si saliese por el canalcolédoco;
diagnóstico durante la vida; de manera que no se pue á no ser que no estando corregida por el jugo pancreá
de aplicar el tratamiento que su importancia reclama: tico, conservase demasiaJa acritud. Es probable que
sin embargo, el punto esencial de nuestro arte es cu la bilis, que Uñe en el cadáver las parles iumcdia-
rar : así, pues, hablaremos de ellas porque conviene tas á este reservorio, no haya trasudado sino después
mencionarlas; pero no esperamos que se saque mucho de la muerte; nosotros convenimos en que este licor
fruto de lo que tenemos que decir. amargo se corrompe fácilmente, y que su derrame en
Con lodo, no se debe desesperar absolutamente, el vientre debo producir funestas consecuencias; sin
con tal que los signosdiagnóslicosno sean equívocos, y embargo, un diario inglés contiene ta historia de un
sirvan de base al tratamiento. Esto es lo que prueban niño que murió seis semanas dospues de haber dado
las curaciones felices, aunque poco comunes, obte desde un árbol una caída sobre el vientre. Casi to
nidas en ciertos casos. Por ejemplo, siempre que, das las visceras esta cavidad estaban adheridas
suponiendo una hidropesía ascilis, y después de prac entre sí y con el peritoneo , ol hígado había variado
ticada la paracentesis, salga en vez de agua una de lugar, estaba en el lado izquierdo, y dejaba á la
materia mucosa, ó gelatinosa, no siempre es seguida derecha una gran cavidad llena de un humor bilioso
la operación de una muerto pronta, ni debe perder muy oscuro. Durante el curso de la enfermedad se
el operador la esperanza de prolongar los dias del en habían sacado por medio de la paracentesis seis ses-
fermo. Se debe sospechar una colección de materia tarios de un líquido análogo. Bstu muerte tardia, á
puriforme en el abdómen, cuando se declara una fluc pesar del derrame de tan ptn cantidad de bilis en
tuacion manifiesta después de una enteritis, de una el vientre , prueba que la corrupción de este licor
peritonitis, ó de un cólico febril grave. Estas flegma fuera de su reservorio no siempre es prontamente
sías acarrean prontaioenle la muerte, cuando pasan mortal.
á la gangrena; pero on el caso de que hablamos, tie Retenciones del exói'ago, del estómago y de los
ne la enfermedad una marcha mas lenta, los síntomas intestinos.—No es raro que una secreción murbosa
disminuyen, y el vientre adquiere un volumen enor produzca colecciones considerables de moco ó de
me: algunas veces se abre el ombligo y sale de él un materia glutinosa, albuminosa ó linfática en el estó
líquido puriforme. Se conocen varios hechos de osla mago y en los intestinos. El liquido puede flolar li-,
naturaleza, que no fiempre son fatales, como o breinente cu la cavidad de estos órganos, ó estar en
prueba nuestro propio diario. Hemos referido cu olra cerrado en quistes, en apéndices , ó en bolsas acci
parte la historia de una jóven afectada de un escirro dentales," y asimismo puede depender la retención
voluminoso en los dos ovarios. Fue atacada de una de un vicio local ó general. Un príncipe de Viena
inflamación del peritoneo; el vientre .e hinchó exce espelia di.u ia uente, con un sentimiento de opresión,
sivamente y presentó una fluctuación manifiesta: en de dolor y de ansiedad en la región epigástrica, una
fin. el ombligo se abrió de una manera espontánea, gran cantidad de gases, cuya fetidez, semejante á la
salió por esta abertura una gran cantidad de materia que se desprende de las letrinas , infectaba seis ó
puriforme, y la peritonitis fue perfectamente curada siete habitaciones. Murió al fin en i'raga, después
Hemos asistido, hace mucho tiempo, en el hospital de de haber sufrido por mucho tiempo esta cruel enfer-
Viena, á una mujer cuyo vientre había adquirido un med".d. Al examia »r el cadáver, se percibió eu el
volumen considerable, á consecuencia de una perito fondo del estómago la abertura do un gran saco en
nitis puerperal. Habiéndose prolongado la enferme forma de apéndice, y muy parecido al intestino cie
dad algo mas de lo que se esperaba, un escelenle mé go: esta cavidad accidental se llenaba diariamente de
dico de este hospital tuvo el atrevimiento de inten moco y ile alimentos, en los que desarrollaba la pu
tar la paracentesis. Nosotros asistirnos á la operación: trefacción ga=es mefíticos, que el enfermo estuvo
salió una gran cantidad de materia puriforme muy arrojando por espacio de algunos meses. Cuando el
fétida. Esperábamos una muerte pronta, pero la en exófago se halla comprimido por un lumor inmedia
ferma se restableció Cuando la inflamación del híga to, ya sea glandiiloso, aneurismáüco, purulento, en-
do ó del bazo es seguida de un derrame purulento quistado, ó huesoso; cuando su cavidad está estre
en el vientre; cuando un absceso formado en la cara chada en un punto cualquiera por las alteraciones
esterna de estos órganos se abre al interior, cuyo que puede sufrir, como el eugrosamiento de sus
acontecimiento desgraciado se puede presumir algu membranas, el infarto de sus glándulas, ó el escirro
nas veces, por la sensación que esperimenla el enfer de sus paredes, se dilata este canal por encima del
mo, y la diminución do los síntomas; si en estas cir obstáculo que se opone al descenso de los alimentos,
cunstancias nos upresuramos á practicar la gastroto- forma una bolsa, en donde se detienen estas mate
mía en el sitio que estaba mas afectado anterior rias, lo cual haca padecer al enfermo una grande an
mente, sin dar tiempo a que el pus se corrompa, ni siedad, y se acumula en ese sitio una cantidad con
í que penetre muy profundamente, y sin esperar á siderable de mucosidades tenaces , que salen solas,
en diferéntes ocasiones, por el esfuerzo de un simple
502 BIBLIOTECA ECONÓMICA
eructo. Los hipocondriacos se quejan casi continua mucosidades espesas, que son suministradas por Ihs
mente de una coieccion de pituita viscosa en la fa criptas mucosas estimuladas de continuo. A conse
ringe y en el estómago; muchas veces , sobre todo cuencia de los derrames de sangre en el estómago
por las mañanas, urrojau abundantemente un humor ó en los iulestíuos, por ejemplo , después de la he-
semejante al vidrio fundido ó al desovu de las ranas. malemesis ó del morbus niger de Hipócrates , no es
Esta materia se desprende por efecto de la especto- raro que el crúor, separándose del cuerpo linfático,
racion, ó suLe desde el estómago, en medio de náu deje en la cavidad de estas visceras masas poliposas
seas, de opresión epigástrica , de disgusto, y produ de diferentes formas, que son el origen de infinitas
ce en el paladar del enfermo un sabor muy variado. enfermedades.
Las personas que comen con esceso , las que 6e en La membrana mucosa de los intestinos, llega en
tregan & los licores espirituosos, ó que se alimentan ciertos casos ú ser el asiento de las mismas alteracio
con sustancias indigestas, esperimenlau las mismas nes morbosas que hemos observado en la membrana
incomodidades. Las constituciones atmosféricas frias pituitaria, y sus causas son análogas. En el punto
y húmedas dan origen á las epidemias de fiebres pi mas irritado, mas inflamado ó mas alterado de la
tuitosas. La e.ifermedad mucosa observada en Ñapó membrana interna de ios intestinos, sobre lodo de los
les (I) y en Goettinga (2), es célebre en los anales de intestinos gruesos, se infiltran muy fácilmente los
lu medicina. En esta enfermedad y en muchas otras, humores mucosos ó linfáticos, que son efecto de una
el estómago y los intestinos se encuentran barniza secreción pervertida; la túnica mucosa y las criptas
dos por una sustancia mucosa de algunas líneas de se hinchan, se llenan do vegetaciones fungosas ó po
espesor, y muy difícil de separar de sus paredes. A liposas, variables en la formay en el volumen, ter
veces casi toda la cavidad del tubo alimenticio está minadas algunas veces en un pedículo ancho ó del
obstruida, y llena de una pituita muy espesa; y aun gado, lleuas de una materia de diversa naturaleza, y
suelen penetrar las mucosidades hasta en el canal semejantes á las molas uterinas. Eslas vegetaciones
colédoco. En estos casos , en lu diarrea crónica, y son múltiples muy comunmente; su presencia ocasio
en la disenteria , las glándulas mucosas del estó na dolores atroces, que pueden equivocarse con los
mago y del conduelo intestinal, casi imperceptibles dolores cólicos; la constipación es tenaz, la nutrición
en el estado sano, se hinchan y se ingurgitan de una languidece, y el enfermo adquiero un esterior caquéc
pituita viscosa. tico. En fin, algunas veces en medio de los mayores
Cuando una irritación mas fuerte, una verdadera esfuerzos, acompañados ordinariamente de hemorra
flogosis, afecta á lu membrana mucosa y á las glán gia, y en muchas ocasiones después «ie una evacua
dulas del estómago, del píloro y de los intestinos, el ción de materia flavescente ó puriforme, se espele
trabajo morboso no se limita ú la producción del mo el tumor por el ano: entonces se moderan los sínto
co, sino que se efectúa también una abundante se mas; pero por lo común la calma solo es momentánea,
creción de linfa. Este humor, como ya lo liemos di y la enfermedad se termina por la consunción ó oí
cho al hablar del vómito de sangre , de la disente ¡leo.
ria y de lu enteritis, se convierte en falsas membra 828. Causas.— Va hemos dado á conocer en la cs«
nas, que adoptan la forma tubulosa y cilindrica de posición de eslas enfermedades algunas de sus cau
los intestinos , ó produce musas informes y polipo sas, las cuales no se diferencian de las que jiroducen
sas. El abuso diario de las lavativas resolutivas, que la liebre mucosa, los catarros y la blenorragia; ya
se empleaban según una teoría de que ya hemos obren sobre todo el sistema, ya se limiten al tubo
hecho mención, producía no hú mucho estos perni alimenticio ó á una de sus partes. El mayor nú
ciosos efectos en Alemania ; y ú pesar de que daba moro de estas afecciones depende de una debili
origen á las obstrucciones, se querían curar estas al dad general ó local. Los catarros epidémicos, que
teraciones con ese medio. Lo mismo decimos de los afectan tan á menudo las fosas nasales ó el pul
drásticos: irritan el tubo intestinal , separan de los món, también dirigen algunas veces su acción so
humores una parte serosa, desordenan las secreciones, bre la membrana mucosa de los intestinos; se anun
y en vez del moco suave que lubrifica el canal ali cian con los signos de la fiebre mucosa , de las
menticio , se segrega de uu modo violento y rápido aftas, de la diarrea, de la disenteria mucosa; bajo la
una lints coagulable. forma de diversas afecciones graves del estómago ó
Esta linfa se esparce á menudo entre las láminas de los intestinos, bajo la apariencia de la dispepsia,
que componen las túnicas de los intestinos; so reúne de flatulcncias, ó de uua constipación, rebelde. Los
cu los sitios en que es mas abundante el tejido ce intestinos no siempre están exentos de los ataques
lular, se coagula, se solidifica, aumenta el espesor y del principio reumático ó artrítico: con mucha fre
la resistencia de las membranas , disminuyendo en cuencia ejercen sus estragos el reumatismo y la gota
consecuencia el diámetro del caual , que se reduce sobre las visceras abdominales, lo mismo que sobre
muchas veces en la estension de alguuas pulgadas las articulaciones y los músculos , y dan lugar á in
4 un estrecho agujero, en el cual se detienen los ali fartos mucosos ó linfáticos en estos órganos, ó en el
mentos ó las materias cscremcnticias. Por encima de sistema glandulcso-
esta estrechez , como sucede en la compresión del Fuimos consultados en Pavía, como hemos indica
exófago y en la inflamación de los intestinos, se di do al hablar del vómito metastático, por un hombre
lata poco á poco el caual, distendido por los escrc- de elevada clase, muy sujeto á la gota, y que padecía
mentos que se corrompen, y desprenden una gran dicha enfermedad hacia seis meses. Su vientre esta
cantidad de fluidos aenformes, y en medio de los ba considerablemente tumefacto, pálido su rostro, el
síntomas de una entcralgia cruel , se forma algunas corazón agitado por continuas palpitaciones, y el pul
veces una bolsa considerable que comprime las par so muy irregular. Se habían empleado inútilmente
tes inmediatas: dicha bolsa se llena con frecuencia de los resolulivos de toda especie Declaramos al enfer
mo y A su médico que esta afección reconocía por
I Sarconc, Historia de las enfermedades observadas en Ña causa el principio artrítico. Ninguno de los dos fue
póles, traducida delilaliano al frauecs por Uollay. Lyon, 1S04, S I. ron de nuestro dictamen; pero los sucesos probaron
en S. ° la exaclitud de nuestra decisión. Al cabo de seis se
J Roederesy Waglcr , Tratado de la enfermedad mucosa, Ira- manas, fue presa el enformo de un violento ataque
ducidodel latín al trances po Lcpticur. Taris, 1806, en 8.° de gota, y ol vientre, que habia estado escesivamente
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRANK. 603
sudor, recobró su blandura y su volumen ordinario. temores por los accidentes que puedeu resultar de
Una muger de Vieua, ue veinte y cincoaños, sujota la corrupción de este humor, y,de la compresión, de
á dolores violentos en los miembros y á convulsiones la obstrucción y de la irritación de los órganos: en->
histéricas, presentaba muy frecuentemente una tu tonces es incontestable la indicación di evacuar di
mefacción estraordínaria del vientre, acompañada de cho humor. Desde luego es preciso examinar si el
crueles sufrimientos eu el instante en que cesaban sitio de la retención permite que se lo de salida , ó
los dolores de los muslos. El abdomen no podia so si la tenacidad del humor no impide que salga este
portar el menor tacto, y se distinguían en él varios por la via mas corta. Cuando las materias mucosas
tumores, cuyo volumen igualaba al de la cabeza de ó puriformes, derramadas en el abdómen, se han sa
un recien na'cido. Estos tumores desaparecían, por lo cado de esta cavidad por medio de la paracentesis,
común, en el mismo momento en que volvían los do por haber creído el médico que existía una hidrope
lores á los miembros. En la época de la pubertad, la sía ascitis, ordinariamente se reproduco la colección
irritación producida en los jóvenes por la primera se cu puco tiempo, y la introducción del aire acelera
creción del licor seminal da origen á una tumefac la corrupción de los líquidos. Pero es cierto que el
ción dolorosa de las glándulas de la ingle: la inflama enfermo sucumbirá por los progresos del derrame, y
ción y el infaitonose disipan hasta que los órganos está probado que no siempre perece á consecuen
se acostumbran á ese nuevo estímulo. La supresión cia de la paracentesis, que se puede practicar con
del flujo sanguíneo habitual, especialmente del flu el bisturí (7,'jy); en esta alternativa, el partido que
jo hemorroidal , ocasiona muy comunmente mía se el cirujano debe tomar no es dudoso: abriga la e<-
creción morbosa de pituita en el recto, una especie perauza de prolongar con la operación la vida del en
de blenorragia en el aHO. Todas las causas que rela fermo, previniendo la sufocjeion de que se halla ame
jan, debilitan ó estimulan hasta cierto grado el tubo nazado. Hemos referido mas arriba varios hechos que
alimenticio ó una de sus partes, pueden aumentar prueban que la evacuación espontánea ó artificial
y alterar la secreción del moco ó de la linfa cu los de las materias puriformes acumuladas en el abdó
intestinos. También es muy abundante la secreción men, á consecuencia de la inflamación de las visce
déla pituita en las personas de constitución débil, y ras ó del peritoneo, no ha tenido siempre funestos
que llevan una vida sedentaria; cu los literatos, los resultados". Pero el arte es impotente cuando los
artesanos, las mujeres y los niños; en los enfermos humores linfáticos han adquirido mucha consistencia
atormentados por las lombrices, que pueden ser la en la cavidad abdominal ó en los intestinos, ó se han
causa ó el efecto de las congestiones mucosas; en convertido en pólipos, en tumores enquistadns, que
los que sufren los aeccidentes producidos por los se asemejan á las escrcscencias fungosas , y se ad
cálculos, por cuerpos estraños, ó por un escirro de hieren muchas veces con fuerza á.la membrana mu
las vias digestivas. cosa por medio de un pedículo. Los tumores encer
8'2'J. Pronóstico. —Por lo común la secreción su» rados en el tubo alimenticio suelen desprenderse y
perabundante de pituita en el abdomen es mas bien e! salir espontáneamente; en los casos contrarios, se
síntoma de una enfermedad, que una afección esen obtiene un alivio de poca duración con el empleo de
cial: y por lo tanto, debemos lundar el pronóstico en los oleosos, que facilitan el paso de los escrcmentos
la naturaleza de la enfermedad. primitiva, mas bien y de los alimentos semilíquidos, lubifrícando al mis
que en la misma colección. La colicuación pituitosa mo tiempo la superficie intestinal.
que se presenta bajo la apariencia de una diarrea Cuando la pituita está libre en el estómago ó en
mucosa, ocasiona una debilitacíun mayor y mas rá \as intestinos, hay menos gravedad. Es frecuento que
pida que la simple retención de la materia nutritiva. se pegue con fuerza á la membrana mucosa, á causa
Pero el moco estancado en la cavidad abdominal ó en de su estrema viscosidad, aunque en otras ocasio»
las primeras vias, no sirve para sostenimiento del nes es muy movible. Se evacúa fácilmente por el vó
cuerpo; y sin contar los accidentes que resultan de la mito, como so observa en los niños , y esta es la via
repleción, del infarto, de la compresión del canal que se debo adoptar para eliminarla en los adultos,
alimenticio, y de la abolición do su movimiento peris cuando nada se opone á ello. En los casos en que la
táltico; este tumor sufre una corrupción específica, y viscosidad de la pituita haga inútil la acción del
determina la fiebre mucosa. Las adherencias que la emético, algunos médicos-de la antigüedad han pen
linfa coagulable establece entre los intestinos, entre sado que se podría limpiar el estómago con ayuda de
estos órganos y el peritoneo, dan lugar á la compre un pincel ó de una esponja; y entre los modernos, se
sión del canal intestinal, estorbando su acción; le pri ha intentado poner en uso este medio mecánico por
van de la libeitad necesaria al ejercicio de sus fun un médico célebre de Alemania. Pero no creemos que
ciones, le comprimen en diversas sentidos, le estran el estómago del hombre vivo pueda limpiarse como
gulan, é impiden la escrecion de las materias fecales un tonel ó una botella. Por otra parte, muchas veces
y la absorción del quilo. la espátula, ni aun el escalpelo, pueden desprender en
830. TiiATAMiESTO.—Como la retención del moco el cadáver la pituita adherenle á los intestinos: con
y la secreción estraordinaría que le produce son por mucha mas razón resistiría á la acción de esta espe
lo común sintomáticas, tendremos poco que decir cie de escoba, que no se podría emplear sin un gran
que no se reliera á alguna otra enfermedad. Ya he cuidado. En fin , el barniz mucoso no siempre se
mos espuesto, al hablar de la diarrea mucosa, que la limita al estómago ; frecuentemente se propaga á
indicación no consistía en dividir mecánicamente, y los intestinos, adonde no es fácil que le alcancen
en evacuar la pituita viscosa , sino en combatir la los instrumentos.
causa que mantiene la secreción anormal de este hu Si esta opinión es una prueba do los errores á que
mor: debemos seguir la misma regla en las reten» se abandona á cada instante el espíritu humano, de
ciones mucosas y linfáticas de la cavidad abdominal bemos también calificar de ilusión la teoría de los
ó do los intestinos. En general , de lo que menos médicos que creen poder incindir, dividir, resolver
debe tratarse es de disipar la colección humoral, por medio de agentes mecánicos ó químicos la pitui
sino de estirpar las causas de la secreción y las de ta y la linfa estancada en las segundas vias, como si
la retención. estos humores estuviesen sometidos á su análisis en
Sin embargo, hay casos en que la abundancia de la un vaso inerte. Quizas haya |difereucia cuando la p¡
504
mor glutinoso , espuesto durante mucho tiempo á formes, purulentas ó gelatinosas. La prcencia de es
la acción do un liquido suave , especialmente de las tos humores se anuncia por síntomas que varían según
bebidas acuosas tibias, ó de un líquido cargado de su origen, su naturaleza, el espacio que ocupan , su
sales alcalinas, de sal amoniaco, debe al (¡a obede valúme», su consistencia y su peso; según las adhe
cer las leyes de la afinidad , hacerse mas movible rencias morbosas del tumor con las paites inmedia
perdi ndo su viscosidad, y evacuarse ó entrar en el tas, y el trastorno' mas ó menos prolongado que pue
torrente de la circulación. Nosotros hemos obtenido den producir en sus funciones. El diagnostico de
la resolución de las costras mucosas esleriores y del estas retenciones es, pues, muy difícil: en efecto, los
cerumen endurecido, cou solo usar agua tibia. No apéndices del peritouiío tienen una dirección casi pa
obstante, preciso es confesar que la mayor parte de ralela, están poco distantes los unos de los otros, li
los resolutivos no carecen de eficacia ; pero obran gados por las simpatías á los órganos vecinos, que se
mas bien sobre el sólido vivo, que sobre los humo hallan estirados, comprimidos, y sus funciones muy
res estancados. Su acción no se limita al órgano con desordenadas, de donde resultan síntomas muy equí
quien se ponen en contacto: se propaga mas ó me vocos. Sin embargo, el examen atento de la enferme
nos á todo el sistema por medio de las simpatías. dad que ha precedido, el conocimiento exacto de la
Según estas consideraciones, prescribiremos aquí los posición anatómica de estos apéndices y de sus adhe
mismos remedios que en la fiebre gástrica piluitosa, rencias naturales, la observación de! síntoma que pa •
cuando la colección del moco proviene de las mis recomas esencial y mas constante , bastan algunas
mas causas. Pero cuando la enfermedad es crónica veces para ilustrar al médico en el estudio de estas
y los humores provienen de una fuente profunda, se oscuras afecciones.
debe emplear un método menos activo. La pituila 832. Hktenciohes del lpiploon.—Vamos á prin
retenida en el estómago ó en los intestinos , pasa cipiar por las retenciones eniplóicas. Debemos adver
desdo luego á la fermentación acida , como lo indican tir ante todo, que teniendo origen en el estómago
los crudos y lasllatuu-idado;; susegu.idoy último B» el epiploon, participa muchas veces esta viscera de sus
tado es la putrefacción. Se previene la degeneración afecciones patológicas. Dicho apéndice blando y gra-
ácida con el uso de las aguas minerales salinas, por siento, formado por dos hojas del peritoneo, por" entre
el empleo del agua de cal, de una solución alc.dina, las cuales serpean vasos considerables, no es única
del jubón y de la bilis de buey. La bilis hace el ofi mente el asiento de colecciones adipusas: la Inflama
cio cío un verdadoro jabón en el estado de salud, y ción de su red vascular, mas común de lo que se
por lo común pierde su actividad cuantío las di piensa , ó bien una secreción morbosa cualquiera,
gestiones languidecen. También se puede recurrir á pueden ocasionar cu su cavidad derrames do diver
las plantas cuya acción es ¡análoga a la de este hu sa naturaleza. El humor que los constituye, puede
mor animal; por ejemplo, las que contienen un jugo estar libro, ó encerrado en células ó en quistes; se al
lactescente y amargo, como el diente de león, la tera por el trascurso del tiempo, se corrompe, y ejer
achicoria salvaje, en cocimiento ó bajo la forma dé ce entonces bastantes estragos. El epiploon es sus
estrado. Estos medicamentos, al mismo tiempo que ceptible de una grande distensión, pero no puede vol
devuelven á la libra su energía, corrigen la viscosi ver sobre sí mismo ; por lo tanto, está espuesto A mil
dad de los humores, y disminuyen su secreción. En lesiones. Sus dimensiones pueden aumentar en longi
tre los resolutivos, ocupan aquí el primer lugar la tud y en latitud: ene! primer caso, se observan her
sal amoniaco , los antimoniales administrados á dosis nias epiplóicas, ora muy pequeñas, ora de un volumen
refractas y asociados al calomelanos. Cuando la pi prodigioso, simples ó complicadas con hernias intes
tuita este preparada así por el uso de estos remedios, tinales , escroiales ó crurales ; en el segundo, esta
es preciso espadería cuanto antes de la economía, membrana adiposa recubre algunas veces toda la ca
para provenir la fermentación pútrida: convio ic, so vidad abdominal, y desciende hasta li pelvis. No es
bre todo escítar el vómito por medio del tártaro es raro encontrar al epiploon torcido como una cuerda;
tibiado. Se destruye ei foco mucoso en los intestinos se retrae por encima del ombligo, formando una masa
cod las lavativas, con la administración del ruibarbo, dora y redondeada, cuanddel embarazo, la hidropesía
del calomelanos y. de la magnesia , combinados con ascitis, una coleccionjde grasa, ó la presencia de di -
una pequeña cantidad de ipecacuana; pero teniendo verbos tumores en el abdomen, se oponen & su desar
en cuenta que estos evacuantes pueden agotar las rollo. En otras ocasiones rodea al estómago, ó¡se ocul
fuerzas, provocando una diarrea rebelde. ta entre esta viscera y el colon. Las hojas de que se
Después de haber desprendido ó eliminado la ma compone, no tienen en el estado morboso la misma
teria glutinosa del estómago ó de los intestinos , hay tenuidad que en el estado fisiológico : muy comun
que combatir la debilidad, que ordinariamente es la mente la inflamación que se apodera de ellas en la
causa de la secreción morbosa. Un régimon muy nu p Titonitis puerperal, y también en las enfermedades
tritivo, pero seco, compuesto de carnes consistentes, crónicas, les hace adquirir un espesor do p ligada y
pero tiernas y asadas; la abstinencia de los alimentos media; se ponen muy rojas ó de un blanco amat Mien
vinosos], farináceos y susceptibles do fermentar ; el to, y adquieren una consistencia bastante grande, ó se
ejercicio, sobre todo, la oqu:tacion por la mañana; el ponen casi callosas. Ademas de las colecciones sero
uso prolongado de los amargos , en seguida de las sas y adiposis, puede tauibien padecer el epiploon
aguas de Pjrmont, de figra y otras semejantes, de la retenciones purulontas á consecuencia de una infla
curteza de Geolfroia, de quina, del vino marcial, y del mación local ó de una metástasis , de retenciones lin
hierro aromatizado con el jengibre ó el acoro: tales fáticas, puriformes, gelatinosas y albuminosas; y al
son los medios que poseemos pura satisfacer esta úl guna-; veces puede asimismo la colección estar for
tima indicación. mada por varios de estos líquidos. S¿ no sobreviene
831. Kktismciojies ükl peritomko. —Los apéndices un derrame en el abdómen , ó las materias no se
ó repliegues del peritoneo, á saber: el cpiploon , el abren paso biela los órganos inmediatos, con los cua
meseulerio, el inuso»:olon, y el niesorecto, que algu les ha contraído adherencias el epiploon , estos hu
nas veces son ol asieulo do soluciones acuosas, como mores se espesan insensiblemente, adquieren la con
hamos dicho al hablar do las leleuciones de este gé sistencia de la miel, de los esteatomas, y aun del yeso.
nero, ó adiposas, como diremos en otra parte ; no a«- Los tumores que resultan, son variables por su volú
DE MEDICINA \ CIBUJÍA.—FRANK.
y cambian lie luaar por los movimientos que el cuer l dos los desórdenes de la inflamación y de la supura
po ejecula ; otras veres son fijos, ¡i causa de la adhe ción; bajan á la pelvis, estorbau las funciones del
rencia del epiploou con el peritoneo ó con las visce útero, de la vejiga, y dei lubo intestinal ; producen
ras vecinas; cuando se encuentran cerca de los te la estrechez y aun la obliteración de los grandes
gumentos ofrecen al principio una fluctuación oscura, vasos sanguíneos, de los linfáticos, y todos los acci
poro mas tarde no se distingue en ellos el menor signo dentes que son consecuencia de semejante lesión.
do esto movimiento ondulatorio. Ademas de que el Esta compresión del sistema circulatorio da origen á
epiploou puede subir ó descender , según el estado multitud de varices, que se manifie-tan principalmen
de plenitud ó do vacuidad di I estómago y en las di te sobre los tumores cpiplóicos. Nosotros hemos visto
versas posiciones del cuerpo, de manera que no siem también algunos aneurismas que se han roto entre
pre ocupa la misma estension de la superlicie abdo las láminas del mesenterio. Ño describiremos aquí
minal ; sucedo lanibie.i que los tumores que en él re una infinidad de tumores que hemos encontrado en
siden se diferencian poco al tacto de los que se for estos repliegues del peritoneo, y cuyas piezas anató
man en el mesenlerio. Debemos también confesar que micas están depositad s en los Museos de anabmia
las afecciones de. es a membrana no se anuncian por patológica que hemos formado en Pavía, en Viena,
ningún sintonía específico conocido: muchas veces so en Wilna y en San Petesburgo; solamente hablaremos
busca en el cadáver un tumor epiplóicu cuya exislon- de aquellos cuya historia está consignada en los es
ciu se habia supuesto durante Ik vida, y se encuentra critos de los médicos y en algunas de nuestras obras.
al epiplno i retraído, torcido como una cuerda m y 833. RETEMCiotits utL MESEMTf.Bio.—Al hablar de
ilura, hecho un pelotón, ó casi enteramente destruido. las retenciones del epiploon, no hemos podido menos
En cuanto al tumor, se ve que reside en otro órgano. de decir algo al mismo tiempo sobre las del mesente
Sin embargo, las consideraciones siguientes pue rio, pues estas dos especies tienen entre si vatios
den esclarecer algo el diagnóstico. Cuando se está puntos de contacto. Las escrófulas residen princ:pal-
de pie, el epiploou desciende mas por el lado derecho nicnte en el mesenterio; pero como constituyen mas
que por el izquierdo: asi, pui s, cuando un tumor mo bien una afección general que una alteración local, no
vible ocupa la parto dorecba del abdujmon. reside haremos mención de ellus en esto artículo, sino muy
ordinariamente, cu esta membrana. En virtud de la de ligero. En las personas q¡:e no están infectadas de
misma disposición anatómica , las hernias epiplói as este vicio, se forman, no solamente colecciones sero
se manifiestan mas comunmente á la derecha que á sas, sino retenciones humoral s de cualquiera otra
la izquierda. Un célebre analómico de París ha ha | naturaleza, en los ganglios y entre las hojas del me
llado con mucha frecuencia al epiploou lleno de tu senterio, y en los vasos que se ramifican en este re
bérculos esteatomatosos, aun en las personas que no pliegue peritoneal: eslos humores se espesan, y dan
habían tenido j i más infartos escrofulosos en el cuo origen á tumores voluminosos. En cuanto ú las escró
lio ui en el mesenterio. Mientras que este repliegue fulas del mesenterio, mas comunes en los niños que
peritoneal no contrae adherencias morbosas con las en los adultos, tienen su asiento en los ganglios lin
partes vecinas, si el tumor que en él reside es algo fáticos de dicho repliegue; y eslos nanslios se hin
considerable, se haco sentir su peso en el estómago; chan y se reblandecen. En el eaiáver ofrecen todas
arrastra inicia abajo esta viscera, la mantiene en una las apariencias del estado natural, ó bien se halla en
posición incómoda, y el enfermo acusa una sensación su parénquímu una matera bianqi crina, gris, blanda,
de tirantez muy molesta. No es raro entonces que (os friable, frecuentemente mezclada de pus ó de m tc-
alimentos suban por el exófaao, en vez de pasar po: ria puriforme. Pero es preciso no creer, con. o se ha
el píloro: este síntoma concurre, pues, á establecer el admitido hipotéticamente, que estos ganglios, cuya
diagnóstico. Pero siempre que el tumor epip'óico se alteración morbosa ocasiona una tumefacción consi
hallo sostenido por adherencias , los signos suminis derable del ahdónien, estén en un estad i de obstruc
trados por la tirantez del estómago son menores, y ción, que impida la circulación del quilo ó el paso
la afección permanece en su oscuridad. No obstante, del mercurio inyectado. Pnr lo demás, en el meseute-
el marqués de Badén murió en 1771 á ca isa do un rio, como en las demás partes del cuerpo, los infartes
infarto voluminoso ¡leí testículo, adherido íntimamen glandulosos no siempre dependen de las escrófulas;
te al epip'oou, sin que existiese á la verdad en esla y si esta última afección se presenta bajo el aspecto de
membrana uinguu tumor: el enfermo no esperimenta- una fisconía glanduloSa, no se sigue de aquí que lodos
ba ninguna incomodidad cuando estaba sin comer; pe los tumores producidos por la inflamación, la indu
ro tan pronto como el estómago se hallaba distendido ración ó el escirro de las glándulas, se deban aliibuir
por la presencia de los alimentos, se quejaba de una á osle género de infarto glanrfulnso, en el cual no se
tirantez en la región epigástrica, la cual le obligaba observa la obstrucción de los vasos linfáticos.
á andar inclinado h'icia adelante y háeia el lado de Las cscróluias, los infartos gland'dosos y los escir
recbo. ros, no son las únicas lesiones orgánicas que se ob
Los tumores del mesenterio se acompañan ordina servan en el mesenlerio. La grasa, la linfa morbosa
riamente de infartos glandulosos esteriores, de ma segregada durante el curso ne una inflamación, los
nera que la ausencia do este último signo hace pre diversos esteatomas, los abscesos voluminosos, y, lo
sumir que el cpiploon es el asiento de la enferme que es mas raro, las concreciones calculosas y aun hue
dad. Con todo, hay casos en que el mesenterio se sosas, concurren también á la formación de los tumo
halla afectado sin que exista nmguu tumor linfático res que pueden existir en este apéndice. E.-tos tumo
al esterior. res, comunmente muy considerables, pueden ocupar
Cuando su volumen es considerable , los tumores la cavidad abdominal, ó solamente unu de sus regio
del epiploon, como los del mesenterio, comprimen en nes. Los autores nos han dejado a descripción de
tedus sentidos al vientre. Empujan al estómago contra tumores mesenléricos de un peso enorme; uosotios
el diafragma hasta el punto de borrar su cavidad, hemos visli. algunos semejantes, que están deposita
disminuyendo la capacidad del tórax; hacen mudar de dos en el Museo de anatomía patológica que nos fue
sitio á las visceras, las bucen variar su posición natu confiado en otro tiempo. Un viejo de Brusch»al, es
ral, se incorporan con ellas, ó establecen con las mis crofuloso en ei último grado, nos ha ofrendo un
mas, adherencias funestas, que impiden el libre eier- ejemplo notable, cuyos detalles anatómicos hemos
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des de la vejiya, vrocedentei del estad» morboso de son en general crónicas, latentes, ó se anuncian por
los órganos inmediatos. El tumor ocupaba el mesuco- síntomas muy equívocos. Para servirnos de las espre
lon, la degonoracioh carciuomatosa so habia apodera siones de un'célebre anatómico, diremos que los tu
do de él, y el intestino participaba de esta fatal lesión: mores del páncreas, á menos que sean muy volumi
dicha m.isa descendía profundamente íi la pelvis se nosos y los enfermos estremudamente flacos, son muy
adhería al fondo y á la cara posterior de la vejiga , y difíciles de averiguar por el tacto, á causa de la si
comunicaba con ella por una erosión, de manera que tuación profunda de esta viscera y de la interposi
los gaíes y los escrementos pasaban desde esta vis ción de las partes que impiden la esploracion , como
cera á la cavidad de la vejiga, y salían por la uretra el estómago cuando está dilatado por gases, ó el hí
con las orinas. Hemos recogido Varios casos absoluta gado cuando ocupa una grande estension. Mas certi
mente semejantes, en Pavía y en Viena. dumbre hay en la apreciación de los síntomas á que
B34¡ Rkte>t.ion dei. páncreas, etc.— Los tumo dan lugar sus diversas alteraciones morbosas, com
res ó las induraciones morbosas del páncreas y de las probadas en ol cadáver; tules como la atrolia, que
demás visceras abdominales, ocasionados por la re puede ser gonerol ó parcial, la inflamación , los abs
tención de los /minores linfáticos, albuminosos, puri- cesos (que son muy raros) , los cálculos, »la indura
ormes y purulento?, asi como el diagnóstico, lactio- ción con aumento de volumen, el escirro, el cáncer y
gia, el pronóstico y el tratamiento de estas afeccio- el esteatoma, listas afecciones ocasionan dolores atro
Jmn sido ya o'bjclo de nuestro estudio en la ces en el epigastrio, que aumentan por la introduc
historia de las inflamaciones y del vómito crónico. ción de los alimentos ; una ansiedad, náuseas, dis
Igualmente hemos dado á conocer et) las considera pepsia, vómitos, sobre todo, de materias do color de
ciones generales sobre las retenciones, lo que la ra- tabaco. Semejantes síntomas sobrevienen [frecuente
on y la esperiencia nos ha enseñado respecto á las mente, y nosotros mismos los hemos observado en las
"~ gestiones y á las obstrucciones. Verdad es, mié enfermedades del páncreas; pero no es raro que los
este articulo nos hemos referido mas bien a la produzca el estado morboso de los órganos vecinos
nciones fluidas que ú las retenciones sólidas; pero sin que el páncreas espenmente la menor lesión.
rs de adquirir consistencia las producciones mor- Una joven de Viena filo atormentada durante nfio
ís, han recorrido bajo la forma líquida el torren y medio de dolores crueles en el hipocondrio izquier
te de la circulación, y no se solidifican, mas que en do, los cuales los consideró como reumáticos, y no
virtud de las leyes de la secreción morbosa, uel re hizo ningún remedio. Al fin se declaró la fiebre len
poso y de la afinidad química; y por último, para ta; se manifestó un tumor considerable en la región
eliminarlas es preciso devolverles su fluidez pri del bazo, con movimientos del brazo izquierdo, respi
mitiva. ración singultuosa, hasta que la enferma perdió los
La naturaleza de las retenciones es muy diversa, sentidos; afonía frecuente. Nosotros creímos, como
ya provengan de una flogosis anterior, yá reconoz algunns otros médicos, que el bazo era el órgano en
can por causa una debilidad en la reacción du los só donde residía la enfermedad. Pero al cabo de algu
lidos sobre los líquidos, la falta de resistencia, y la no» mese?, arrojó la paciente una gran cantidad de
inercia de la íibra, mas hi«n que una porversionde pus intimamente mezclado con las orinas, y entonces
la acción vital. Ln el primer caso, la secreción pre fué cuando reconocimos que el riñon izquierdo ha
ternatural ocasiona la formación de una materia pu bía venido á supuración ; el bazo no había sido afec
riforme y albuminosa, que se deposita en el tejido 'de tado , y solamente habia variado de lugar ; rechazado
las partes y en el paréuquima do las visceras, se hácia a lelante, no recobró su posición natural hasta
incorpora con ellas, segUu su tendencia natural, y que el riñon fué disminuyendo de volumen á causa
participa de su vida propia; en el secundo, es una de esta evacuación.
sustancia Inanimada, un cuerpo estruho que no con No obstante , podemos triunfar con frecuencia de
trae unión indisoluble con los vasos ó con el tejido las grandes dificultades que existen en el diagnóstico
celular. Sin embargo, los síntomas que nacen de cau de fas obstruccipnes abdominales, recordando la es
sas tan diferentes, tienen entre si mucha analogía. tructura y el hábito eslerior relativos a" la edad y al
El diagnóstico se funda tn el conocimiento de la en- sexo; teniendo en cuenta el género de vida, las en
feimedad anterior, en la marcha rápida (lela reten fermedades anteriores, el estado del rostro, las fun
ción, procedente de una flegmasía, que no se ha ciones desordenadas, y poniendo, en fin, en práctica
terminado por resolución ni por supuración. Pero los principios que hemos establecido en una diserta
hay otras causas que nos sumergen con frecuencia en ción io6re los siynos que pueden deducirse de la si
la oscuridad: estas son las flegmasías latentes, las tuación del cuerpo y de la posicionde tas partes. Re
retenciones linfáticas que disminuyen) el volumen de produciremos aquí parle de esta disertacioii, que he»
las partes infartadas, en vez de aumentarle; la intu mos hecho en otro tiempo en Pavía, no para instruc
mescencia prodigiosaj de ciertas visceras, principal ción de los prácticos, sino para la de los ióvenés.
mente lu lisconía de las visceras abdominales, afec No es posible establecer sólidamente el diagnós
ción relativa que no puede cousíderarso como mor tico, si no so tiene cuidado de dar al enfermo Ta si-
bosa, sino por comparación con eí estado de las de- tuaciou conveniente, al esplorar el órgano afectado.
mas visceras. Dichas alteraciones patológicas, duran Cuando se sospecha una afección del hígado ó del ba
te las cuales suele conservar la circulación un resto zo, la posición sobre la espalda no siempre es Ja mas
de libertad, simulan fácilmente, á los ojos de los mé favorable; muchas veces es preciso buscar otra muy
dicos poco observadores, verdaderas obstrucciones', diferente. En ciertos casos debe estar do pie el indi»
til gran número de visceras que contiene la cavidad 'dúo, é inclinado sobre el lado izquierdo para cal
abdominal, es una nueva causa de error: los síntomas ibre el lado derecho para esplo-
eu^añau con facilidad, y muchas vece.s se atribuye la ictítud, el borde inferior do estas
lesión á un órgano inmediato ai que está realmente dos visceras sobrésale por el arco de las costillas fal
afectado, ó al órgano que reposa sobre él. sas, y está mas al alcance de la mano del observador.
Las afecciones de la glándula parótida, agudas or Otras veces hacemos colocar al enfermo de rodillas ó
dinariamente, son fáciles da reconocer : no solee los codos : entonces el hígado, profundamente
ñiii.it'n .... n\ !.í¿i -
DE MEDICINA T CIRCJÍA.—FRANK.
dos hacia adelante;, y la relajación de los músculos profunda ou el sitio en quu se había sentido al prin
abdominales permite al medien tocar estas visceras cipio la fluctuación; pero una muerte pronta lúe I*
en toda la esteDsiou que presentan En otras ocasio consecuencia. Se abrió el cadáver: el instrumento no
nes, se prefiere la situación sobre la espalda , co.i había penetrado en el foco, porque el absceso se ha
los muslos doblados fobre el vientre y las p ernas so- bía ya abierto espontáneamente ; solamente había he
bie los muslos, á lin de relajar las paredes del abdó- rido las membrana* del ciego, que estaba muy des
men: el médieoaplicala mann en el hipocondrio dere arrollado, sin penetrar, no obstante, en su cavidad.
cho 6 en el izquierdo, por debajo de fas costillas fal Muchos médicos descuidan absolutamente el exa
sas, las levanta, y oblign al hígado ó al bazo á des men de la columna vertebral, ó se o upin de él con
cender basta cerca del ombligo. El exámen de las poci interés, no solamente en las enfermedades del
visceras abdominales debe practicarse antes de que vientre, sino aun en las del pecho, de los bronquios,
el enfermo haya lomado nada, y no cuando el estó y de las estremidades inferiores: tal es por lo común
mago esté lleno de alimentos ó de bebidas : si el caso ía causa de que sea desconocido el verdadero origen
es muy urgente para esperar esto momento favorable, de estos enfermedades, como lo hemos demostrado en
se administran lavativas con el objeto de desembara una disertación ío&re la importancia de la columna
zar los intestinos de los gases ó de las saburras, por vertebral en las enfermedades. Es cierto que las al
temor de quo impidan , en este estado de repleción, teraciones orgánicas de la columna vertebral dan lu
que la mano del esplorador toque los órganos afec tíar mas bien á los espasmos y á las | aralisis queé
tados. En general, no se puede examinar bien el esta las n'tencionos; pero ordinariamente, la paresia, la
do de las visceras ocultas en los hipocondrios, sino parálisis completa, y ot'as afecciones de los intestinos
durante una inspiración profunda y prolongarla; pero ó de la vejiga, procedentes de esta causa, ocasionan
como la tensión do los músculos del vientre puede la retención" de las rna'erias fecales y de la orina
engañar al observador, conviene repetir la esploraciou en la cavidad de estas visceras, que adquieren una
din inte una larga espiración, para comparar en se dilatación desmesurada ; y otras veces la lordosis,
guida los signos suministrados en estas circunstan que consiste en la ¡ncurv'acion hácia adelante de la
cias. Hay lesiones que no pueden descubrirse bien en columna dorsal ó lumbar, simula un tumor délas
la posición horiznnt d; se las reconoce mas fácilmente visceras abdominales. Un médico ignorante en ana
cuando el enfermo está Je pie ó inclinado en dife- tomía, según refiere Morgagni, creyó que nn tumor
renlessentidos,de tal manera, que las visceras, arras del abdómen era un escirro del mesénterio: dicho tu
tradas por su propio peso, escepto cuando han con mor estaba constituido por la prominencia i
trallo adherencias entre si 6 con el peritoneo, des de la columna vertebral, que se manifestabu en é
ciendan y abandonen su posición natural, lo cual so claramente, á causa do la eslenuacion del indivii
acompaña de un sentimiento de tirantez y de tensión. y de la vacuidad del tubo intestinal.
También conviene que se vuelva rápidamente el en No obstante , si añadimos á lo que acabamos de
fermo de un lado á otro : si durante este brusco mo decir en esto párrafo sobre las retenciones muco
vimiento, le parece que cae una cosa sobre el lado há- sas y linfáticas del vientre, lo que hemos dicho en ta
cia que so vuelve, o permanece suspendida del lado segunda clase respecto á las consecuencias de la in
opuesto, esta sensación es un nuevo signo quo es flamación d« las visceras abdominales, tendernos unu
clarece el diagnóstico. Idea muy exacta de este órden de enfermedades, aun
En la infhmacion de los riñónos, en la nefralgia y que baya todavía que aclarar mucho sobre esln ma»
el lumbago, la mayor parle de los síntomas se asé' teria 1 la cabecera del enfermo.
mejan al primer golpe de. visia : en estos diferentes 83 ;i. Cu'SAS, PRONÓSTICO, TRMAHIBNTO. — Ignor.l-
Casos, un dolor muy agudo ocupa la región de- los mos muchas de las eiiasas que producen Irs reten
ríñones, y engaña muchas veces, nun al médico mas ciones peritoneales; sin embargo, ya hemos espucsto
reflexivo. Es cierto que la nefritis y la nefralgia se en otra parto las que ocasionan la peritonitis, y por
acompañan ordinariamente do vomito ; pero un vio consecuencia, dan origen á concreciones morbosas,
lento dolor lumbar, una inflamación, ó una afec áfalsrts membranas, á colecciones de pus, y á diversas
ción reumática artrítica, de los músculos de los lo retenciones mucoso-linfáticas. En cuanto "á las cau
mos , del periostio vertebral ó de la médula lumbar, sas de las retenciones epiplóica», mesentéticus, pan
pueden dar origen íi este fenómeno, en virtud tln la creáticas, esplénicns y hepáticas, no difieren de las
misma s¡rnp..tía. Entonces debe ordenarse al enfermo que determinan tas diversas retenciones del mismo
que doble el tronco Inicia adelante, y que se ende orden. El pronóstico es también semejante al de la
rece en seguida por un movimiento rápido : si tiene • peritonitis, de la hepatitis y de la nefrrtis. Lo mismo
un simple lumbago, sentirá lin dolor vivo en los decimos respecto al tratamiento: está subordinado al
músculos afectado;, y no acusará ningún dolor nota de la p riiouítís, de la hepatitis, y al de las dernus
ble en el caso de nefralgia ó de nefritis, ¡i menns que enfermedades de donde proviene la retención.
los ríñones estén ya Considerablemente tumefactos. 836'. Los anatómicos modernos han designado
Cuan:! ) la presencia de un tumor en la región de bajo el nombre de pelvis, nombre eslraño k los au
rece anunciar la formación do un absceso tores antiguos, ta partí' inferior del abdómen , cir
;cera, debemos tener cuidado de no oquivo- cunscrita por el sacro y los huesos innominados. No
on ina dilatación insólita de la vejiga dj la adoptando aquí esta distinción, comprendemos tam
: porg le una abertura con el bisturí seria mortal bién bajo la denominación de visceras abdominales
en estas Circunstancias, como aconteció á un célebre lodos los órganos situados en la región inferior del
cirujano IVanc.;'. Rdcfbíraos en el hospital de Pavía vientre, llamada por los latinos imns vcitter. Referi
un enfermo que presentaba un absceso en el borde mos, pues, las enfermedades de estuS órganos al mis
del lóbgló derecho del hígado Como estábamos per mo órden y al mismo género que la de las viseera»
suadidos de la exactiiud de nuestro diagnóstico, creí contenidas en la cavidad abdominal. Asi, creemos
mos que era preciso no diferir la operación. Aunque deber consignar en este artículo y esponer en pocas
la fluctuación era muy evidente, el cirujano preten palabras las retenciones mocoso linfáticas de los uré
dió aue el tumor no estaba aun maduro ; le cubrió teres, de la vejiga, de a p óstala, de las partes
o 4 nita
on «3
sos BIBLIOTECA. ECONÓMICA
ni den quo acallamos de, indicar, principiamos por la i los ríñones, y cuando el obstáculo dependió
retención do los uréteres, cuyas afecciones morbo- | mismo uréter ó de los órganos inmediatos no
gas ya liemos dado á conocer on parte en el curso de mas quo uno de estos conductos, do manera
esta obra. otro supla su acciou redoblando su actividad. Eu
Estos conductos, como los ríñones, que le dan ori caso oscuro, un tumor profundo, un dolor lijo, ar
gen, varían algunas voces, según su posición , su diente, en el trayecto del uréter, ó bien la liebre,
número, su longitud, su diámetro , su dirección y náuseas y vómitos, son los únicos síntomas que se
el punto do inserción en la vejiga. Pocas veces, como observan, y los cualos no bastan para comprobar la
liemos observado en dossugetos, se separan del re retención. La obturación simultánea do ambos uré
ceptáculo do las orinas, ó, cuando este último falta, teres, es un accidente raro, pero no carece de ejem
del sitio que ocupa ordinariamente, y vienen á abrirse plo: entonces se ve durante algunos días la vejiga,
en la vagina, hacia el ombligo ó en las inmediacio enteramente vacia; sobreviene algunas veces vómi
nes del pubis. No es raro que en el largo y oblicuo tos de orina, y la muerte es el término de esta giave
trayecto que recorren, una orina acrimoniosa ó car afección. El obstáculo se forma otras veces por los
gada de materia purulenta, suministrada por los ri cálculos renales, que descienden solos ó con otras
ñónos, y las concreciones linfáticas ó calculosas, ir materias á los dos uréteres al mismo tiempo, y se
riten ó inflamen sus paredes, y determinen en ellas un detienen en el sitio en quo estos conductos penetran
estado de supuración, ó una flogosis lenta, en virtud en la vejiga; otras veces, la llegada de Jas orinas se
de las cuales contraen adherencias con los órganos halla impedida por el endurecimiento, el escirro, la
inmediatos, y so engruesan , se vuelven calculosos, inflamación ó la crispacion de las paredes vesicales,
hasta el punto de que desaparezca su conduelo. En por la presencia de un cálculo voluminoso, que llena
Italia fuimos consultados por una religiosa ; padecía toda la cavidad del reservorio urinario, y por la com
una liebre lenta, á consecuencia de una nefritis calen» presión que ejercen sobre él las partes inmedialus.
losa que habia acarreado la supuración del riñon iz Cuando la vejiga no contiene orina, este líquido no
quierdo. En el trayecto del uréter correspondiente, puede hacer sentir al enfermo la necesidad de orinar.
deseubi irnos un tumor doloroso con fluctuación. Este Sin embargo, algunas personas han esperiinentado
absceso se abrió espontáneamente , y la orina que una sensación de ardor con esfuerzos continuos para
suministró arrastró tras sí un cálculo. So habia efec nspeler las orinas, aunque la introducción de la son
tuado una ruptura del uréter hácia el lado izquierdo da anunciaba que la vejiga no encerraba ni una gota
del abdomen. Pero antes de que la obturación del do líquido: este fenómeno se observa en la inflama
uréter sea seguida desemejante accidente, esperí- ción del cuello vesical, eu los cálculos de dicho re
inenla por necesidad este conducto una dilatación ceptáculo, y en los de los uréteres detenidos en la
considerable en todos sentidos , por la acumulación estremidaíl mferior de la uretra, la cuál es arrasírada
gradual de la orina, ó del pus, por encima del obs algunas veces por estos cuerpos estraños al fondo de
táculo. Mientras mas se aproxime la obturación á la la pelvis.
vejiga, mayor debe ser la dilatación ; no es raro 838. Cuando no se lia podido sospechar la exis
que el volumen del uréter iguale al de los intestinos tencia de un cálculo renal, si se manifiesta con la ra
delgados, y aun al de los gruesos, como algunos mé pidez de una enfermedad aguda cu el trayecto de
dicos han observado, y como nosotros mismos hemos . uno de los uréteres ó de ambos conductos á Ja vez, y
visto en muchas ocasiones. Un célebre anatómico en la región que ocupan los ríñones, uu dolor lijo, con
holandés habla de un uréter cuya dilatación era pro tansíon, fiebre., pulso duro, concentrado, frecuente,
digiosa: este conducto contenía una pinta de orina. náuseas y vómitos, orina encendida y poco abun
Hemos leido la historia de una dilatación semejante, dante, ó ausencia de este liquido en la vejiga, mien
del uréter derecho en toda su longitud : la ruptura tras que el vientre está libre, y no hay ningún sínto
se efectuó cerca de la vejiga; salieron con la orina ma que anuncie la lesión de las demás visceras; su
dos azumbres de sangre que se encontró derramada puede creer con justa razón, que uno de los uréte
en el peritoneo. El lóbulo medio de la próstata lle res ó los dos son el asiento de una inflamación. Este
gaba hasta la vejiga , bajo la apariencia de un fungus estado reclama la sangría, las sanguijuelas, Jas fo
liematoides. La retención de h orina ó del pus eu la mentaciones emolientes, y las lavativas preparadas
metra os segnida de la dilatación de la pelvis del con el suero.
riñon, que forma una gran bolsa , oblonga inferior El diagnóstico es mas oscuro y mas difícil cuando
mente y ancha hacia su parte superior, como en los la enfermedad sigue una marcha lenta y oculta, y
casos en que Un cálculo voluminoso no puede descen cuando en su principio no se demuestra la inflamación
der desde los ríñones. Se ha visto que la túnica in por ningún síntoma. En este caso, el uréter contrae
terna de los uréteres presentaba repliegues pareci un vicio orgáuico, que llega á ser incurable, por
dos á las válvulas semi-luiiares , que so oponíarral que su desarrollo no permite que se reconozca á
curso de las orinas. El obstáculo que cierra el paso tiempo.
a las urinas, al pus ó ú las concreciones morbosas, no Convenimos en que no está exento de peligro el
siempre procede de estos conductos; está formado que un pólipo ó un cálculo pase desde la pelvis al
muchas veces por un tumor inmediato, que puede riñon, al canal estrecho de los uréteres, para llegar
residir en el mcsenlerio, en el mesocolon, en los in á la vejisa, aunque este fenómeno sea seguido de «na
testinos, en los ovarios, cu el músculo psoas, y en el diminución momentánea de los dolores renales. Sin
cuello de la vejiga. embargo, cuando estos cuerpos estraños no tienen un
Estas causas patológicas están demostradas por la volumen muy considerable; cuando el cálculo no está
autopsia, pero no siempre tenemos signos suficien erizado de prominencias angulosas ui de asperezas,
tes para distinguirlas durante la vida. Cuando la exis su marcha es á la verdad lenta, interrumpida, y
tencia de los cálculos renales lia sido reconocida por acompañada de varios dolores, sobre todo on el ins
la salida de algunos de ellos en las orinas , tenemos tante en que llegan al punto de inserción de los uré
síntomas que nos hacen conocer evidentemente su teres en la vejiga; pero se puede esperar, á favor del
'scenso por los.uréteres, como lo diremos al hablar tratamiento que propondremos en seguida, abrirles
endones heterogéneas
DE MEDICINA T ClRUJU.— PRANK,
piti a contenerlo, su detiene en su cavidad; ó si en me- rapacidad está aumentada ó disminuida; dicho ins
dio de los mas crueles sufrimientos se engasta cu la trumento nos manifiesta la presencia de las concre
uretra, el enfermo padece multitud de moles. i|ue ciones que puede contener; pero con mucha frecuen
por lo común viene a terminar la muerte. cia, engaña á la mano mas cspei ¡mentada, sobre lo que
839. Ketekcionks dk i.\ vejnía.—Kii otro lugar él encuentra ; no nos da una idea exacta de los puntos
hemos trazado la historia de diferentes afecciones que ocupa la enfermedad, de las bolsasaccideulales, ni
morbosas de la vejiga urinaria. Por lo tanto, oes que- de las cavidades momentáneas que resultan de la con
dan que decir pocas palabras sobre las retenciones tracción espasmódica y parcial de la túnica musculo
mucoso linfáticas de este órgano. A consecuencia de sa; no nos enseña tampoco, cuándo por una djsp""
irritaciones prolongadas, de inflamaciones agudas ó H oiou natural, la pared posterior é inferior de
crónicas, dependientes de diversas causas, ó por efec ga reposa sobre el recto; y en fin, no puede
to de la edad avanzada.se engruesan las paredes du nos distinguir las alteraciones orgánicas parciales.
la vejiga cu toda su estension; ó solamente tu algunos Ku este esiad», hemos recurrido á la esploracion
puntos de su superficie, y por la retención, ó la coa del hipogastrio por encima del pubis. Aunque la ve
gulación de la linfa, producida por una secreción jiga no esté desenvuelta por la acumulación de las
morbosa, pasan á un estado de induración ipiu dege orinas, muchas veces se presenta fuera de la cavidad
nera dilícilniente en escirro , poro oue llega basta pelviana; su volumen aumenta, resiste á !a presión,
la osificación. No es esto lodo; las tunicas de esta que ordinariamente no produce sensación alguna al
víscora se separan ó se desprenden en diversos sen enfermo, auuque algunas veces se acompaña de un
tidos, por la acumulación de la materia niucuso-lin- sentimiento de peso; está dura, casi callosa ó sembra
fática, y forman en el interior prominencias y largos da do desigualdades. En las mujeres que han goza
apéndices; por último, so elevan en su superfir.i- do de buena salud, pero que han tenido frecuentes
escrccencias fungosas, poliposas, y fungos boniato - embarazos, se halla muy á menudo la vejiga, muy di
des. Estas vegetaciones se adhieren íntimanieiile a la latada, después de la muerte, y como dividida en dos
vejiga, ó bien se desprenden y salen en pedazos cavidades laterales. Cuando vivíamos en Italia, luimos
mernbrauosos. La procidencia de la membrana mu llamados poruña jóven casada *uu un hombre distin
cosa, accidente que alguna vez esperiinenta la vojig- guido, que la amaba tiernamente, y que deseaba un
(76i¡), ó lo que nos parece mas verosímil, la prociden heredero, Hallamos en la enferma por encima del pu
cia de una falsa membrana que se adhiere con poca bis un ancho tumor, duro, indolente, que era la conse
intimidad á las paredes vesicales, y se separa de cuencia de una antigua inflamación. Los síntomas de
ellas en seguida en algunos puutos de su esteusion; la enfermedad que había precedido á la que nosotros
y la oclusión del cuello do la vejiga por una produc observábamos en aquel momento, y el estado de los
ción morbosa del mismo género, parecen tener un demás órganos, nos hicieron conocer una induración
mecanismo análogo. Ya hemos hablado de estos dos callosa que ocupaba loda la pared anterior de la ve
fenómenos, como causas de la incontinencia y de la re jiga. Como no podíamos osperar la resolución de se
tención de orina. mejante infarto, hizo la familia á los médicos la si
Los ejemplos de hidropesías enquisladas de la ve guiente pregunta. «En tan triste posición, ¿podrá la
jiga, y de hidátides desarrolladas en este reservorio, enferma quedar embarazada sin arriesgar su vida?»
son muy conocidos: igualmente debe esperarse en Considerando que por e! desarrollo sucesivo del úte
contrar en él quistes, queen vez de agua contengan un ro, la vejiga, comprimida anterior y posteriormente,
humor mucoso-linfático; la observación nos enseña no podria recibir la orina que se reuniese en las bol
también que la supuración ocasiona en sus paredes sas laterales, á que hubiera dado origen la compre
diversas cavidades, en donde deposita sus productos, sión, y que debería resultar un accidento funesto, los
lín la parálisis de la vejiga, hemos vislo á osla bolsa médicos contestaron por unanimidad negativamente.
distendida de tal manera por la retención de la orina, Este caso que hemos referido en pocas palabras,
que se elevaba basta el epigastrio; sin embargo, jamás es análogo al que se nos presentó cu 1703, en una
hemos observado su ruptura, aunque algunos hablen consulta con un célebre profesor de Padua. Es el si
de este accidente, del cual hay muy pocos ejemplos. guiente : Un hombre distinguido de la ciudad de
Hemos tenido ocho casos de supuración de esta vis Milán, de cincuenta y cinco años próximamente, ofre
cera, con erosión ulcerosa, que la ponía en comuni cía todas las apariencias de fuerza y de salud; p^ro
cación con el recto ó con la vagina. Debemos con la erección del miembro viril era «i él imposible, y ha
signar aquí un hecho que nos ha referido un amigo cia diez años que la vejiga y el recto se hallaban ata
nuestro, que desempeña con gloria la cátedra de ana cados de una especie de parálisis. Cualquiera que
tomía y de cirujia en Pavía, liste médico fuo consul fuese la cantidad de orina acumulada en su recep
tado por un hombre de Milán, ale- lado hacia mucho táculo, no ocasionaba una sensación incómoda de ple
liempo de una retención do orina: siempre que ios nitud en el hipogastrio, ni se observaba en esta re
cirujanos habían querido practicar el cateterismo, gión ningún tumor. Durante el curso de esta afección,
había sido constantemente rechazada la senda, á cau se recurrió con frecuencia al cateterismo y á las in
sa de una erección súbita. Habiendo introducido el yecciones cu la vejiga. Si existía aquí, como en la
profesor de Pavía un dedo en el ano, reconoció que observación anterior, una .induración callosa de ¡a
el fondo de la vejiga estaba rauversado liácia el rec- pared anterior de la vejiga, procedente de una fleg
f>, mientras que el oiilicio se elevaba liácia el pu masía, ó de otras causas, debía impedir la dilatación
bis. Se pudo destruir este cambio de posición ejer de esta viscera liácia el lado del pubis, y los esfuer
ciendo una presión sobre el pciiné, y entonces le fue zos para distender dicho reservorio, detei minados por
muy fácil introducir la sonda y fijarla. El enfermo, la acumulación de la orina, comprimían el recto, y
queso bailaba reducido al marasmo, recobró jiü eju- agravaban su parálisis , sí no era esta la verdadera
siblemente su gordura causa del mal.
840. La oscuridad y la ¡neertidumbre que reinan Pero, por io común, el examen del hipogastrio no
en el diagnóstico de las retenciones mucoso-linfálicas basta para descubiir la enfermedad, cuando la vejiga
de la vejiga, existen también en su terapéutica. Mu está situada eu lo profundo de la pelvis : algunas
810 BIBLIOTECA ECONÓMICA
en osto5 casos difíciles. Sin embargo, preciso es con cion se apodera de la membrana mucosa que tapiza
fesar que la sonda, y aun el dedo del cirujano, in la uretra y el cuello de la vejiga, y se acompaña de
ducen á error en algunas de las afecciones de la vejiga tumefacción, y de esfuerzos continuos pira e«pe-
que acabamos de estudiar, y en muchas otras. ler las orinas; en este caso, los lóbulos de la prós
Por lo tanto, es fácil comprender cuán difíciles de tata , principalmente el izquierdo , se afectan ó
curar son las retenciones mucoso«linfáticns de la veji se ¡ufarían sintomáticamente, lo cual exaspera la di
ga, cuando son avanzadas. No obstante, es necesario suria. Cuando los lóbulos laterales son los únicos
no desesperar absolutamente de obtener algún dia me afectados, ordinariamente la dificultad de orinar es
jores resultajos, si nos ocupamos sin descanso en menor que en los infartos del lóbulo medio; y cmndo
aumentar, por observaciones prácticas, hechas con la tumefacción del uno es mas considerable que la
esmero, lo que debemos solamente desde algunos si del otro, la uretra toma una dirección oblicua. Los
glos á la anatonomía patológica. Conviene lijar la accidentes serán muy intensos, y la retención d» ori
¡i'encion desde el principio en las flegmasías de las na completa, si ocupa toda la próstata un infarto
vias urinarias 6 de los órganos inmediatos, y comba considerable, y comprime por todos lados á la uretra,
tirlas desde luego, con el objeto de que el mal no que so halla ya estrechada perla flogosis. Perocuan-
eche profundas raices. Adunas do los medios que do el pequeño lóbulo se encuentra únicamente afec
hemos aconsejado en el tratamiento de la nefritis y de tado de un infarto duro y voluminoso, que llega has
la cistitis, se pueden emplear cun éxito, cuando la ta el cuello de la vejiga, puede cerrar el orificio de
inflamación se ha calmado, ol calomelanos á dosis este receptáculo; si el tumor sigue progresando, pue
refractas, y los semicupios á una temperatura modera de también repeler hácia la vejiga la membrana mu
da para destruir la retención mucoso-linfática. Nues cosa, quo forma entonces una especie de válvula,
tra práctica, asi como la de .otros médicos, nos su cuya resistencia impide la introducción del catéter.
ministra muchos ejemplos de la acción que ejerce el lina particularidad de que no nos hemos podido
principio artrítico sobre hs partes genitales, ó el hu aun dar razón, pero que !u observación atestigua, es
mor reumático sohr3 la vejiga, 'y sobre la médula que el lóbulo izquierdo se infarta mas comunmente
lumbar, de donde parten los nervios de este órgano: que el derecho, y llega á introducirse algunas veres
esta irritación especílica pervierte las secreciones con ol lóbulo medio en la cavidad vesical. El enfer
mucoso-linfáticns, y las paredes del receptáculo urina mo esperimenta en este sitio dolores crueles al espe-
rio esperiincnlan profundas alteraciones. HMa es una 'cr las últimas golas do orina, y á la abertura del
causa morbosa muy común, que es necesario no per cad.ivor se encuentra algunas veces en ose punto una
der de vista, á fin de aplicará la enfermedad el tra especie de erosión. Cuando se llega ú tiempo para
tamiento conveniente. Nos ocuparemos en otra parte destruir la estrechez de la uretra, no es raro que
de la retención de sangre en la vejiga, de la ingur desaparezca también el infarto de la próstata , de en»
gitación de los vasos sanguíneos que serpean en el dionte de este causa. Por lo tanto, hay casos en que
interior de este órgano, y de la presencia de los la tumefacción de la glándula proviene de la estre
cuerpos estrnños en su cavidad. chez del canal, ñero hay asimismo otros en que esta
841. Reteiscionis dk la próstata.— Después de estrechez procede del infarto de la próstata. Ahora
lo que hemos dicho en el artículo de la blenorragia y bien, es muy importante, pero por lo común muy
de la iscuria , relativamente á la inflamación, á la difícil, conoceré! origen de estos fenómenos. Ya de
supuracion, y ú la induración de la próstata (t).póde penda la disuria ó lo iscuria del tumor glanduloso ó
mos estemlernos muy poco sobre las retenciones de la estrechez de la uretra, ya deba su origen á
mucoso-linfaticas do esta glándula , sin invadir el estasdos afecciones simultáneamente, sobreviene con
terreno de la cirujía. Todo el mundo sabe hoy dia frecuencia una diminución en la Secreción de las
que la próstata es un cuerpo glandulosn, compuesto de orinas. Este accidente ocasiona grandes desórdenes
tres lóbulos, de los Cuales el del medio, que es el en toda la economía, y contribuye á la formación de
mas pequeño y está situado en la parte posterior, (os cálculos urinarios en las personas predispuestas.
entre los cotrales deferentes y la vejiga, esperimenta Croemos nosotros que debo atribuirse á la compre
algunas veces una tumefacción dolorosa. Sin embar sión que ejerce la orina sobre los órganos secreto
go, poco tiempo hace que un médico inglesha hecho de res , la cual, permaneciendo en la vejiga, se acumu
ese pequeño lóbulo una descripción clara, y análoga á la poco á poco en los uréteres y aun en los ríñones.
su importancia. El aut'-r, d' snues de haber dado ú Pero sin hablar de la dilatación escesiva del recep
conocer In conformación de dicho cuerpo en el estado táculo urinario, dilatación quo acarrea la parálisis y
natural, espone cuidadosamente la influencia de su or la iscurin, cualquiera que sea su causa, da lugar á
ganización sobre las enfermedades de que es asiento, lesiones aun mas graves. La orina, con frecuencia
y sob-e las de la vejiga. Esta porción de la próstata, muy acrimoniosa , irritando continuamente la mem
generalmente no se al'ee'a mas quo á consecuencia brana mucosa y las libras de la membrana muscu
de la edad, á menos que sea producida dicha altera losa, ocasiona en las paredes de la vejiga un espesor
ción por blenorragias mal curadas ó por estrecheces y una rigidez , que se op uien á la contracción es
de la uretra; pero hay pocos hombres que lleguen á pontánea de este órgano. En todas las inflamaciones
la edad de veinte y cuatro años sin que este 'óbulo de la próstata se efectúa una secreción de mueoM-
haya esperimentado alguna alteración, ó aumentado dades viscosas, filamentosas , mezcladas de materias
de volumen ó ít consistencia. Cuando en la juventud, puriformes , que casi igualan á la eantHad de las
á consecuencia de la acción de un virus especílico, orinas. Si la inflamación se exaspera, se detiene esta
por la supresión de la blenorragia venérea, cuya su secreción, la flogosis se propaga á la cara interna, á
presión puede depender de las inyecciones astringen las paredes de la vejiga, y sobreviene uno voidadera
tes, de un» equitación forzada durante e! segundo cislitis. Cuatido no existe ninguna estrechez en la
periodo del flujo, de un coito violento, y de la espo- uretra, el infarto de la próstata, sea cualquiera !a cau
sfcltfn de las partes genitales á! aire frío; la inflania- sa de que provenga , se anuncia en el primer período
por síntomas menos intensos: desde luego se observa
1 Véase á Clviale, Tralado de las enferme faites >t« los una simple disuria, que aumenta cuando el enfermo
de medicina t ciBüiii.—FRANK. 8:1, J
El individuo hace entonces, para triunfar del obs ta que salen del abdúmen, después de su «¡unión con
táculo , esfuerzos violeutos y repetidos , semejantes los canales deferentes. No obstante, las enfermedades
á los del parto; la sangre se acumula cu el tumor y á que están sujetos en la cavidad abdominal, no son
en las paredes de la uretra, con ardor y dolor en el ni menos importantes ni menos peligrosas que las de
periné; se establece una secreción morbosa, cuyos eí>te cordón, ÍCn el sarcócele, cuando un infarto duro
productos se depositan en el tejido celular de la ure seapodera al mismo tiempo del cordón espermático,
tra, ó en su superficie esterua y dan lugar á la Bítf*- sin que llegue hasta el anillo, se debe temer quo la
chez do este conduelo ; por último , se declara una lesipu ocupe la porción de los vasos encerrada en el
inflamación que se propaga muchas veces al cuello vientre, si el enfermo ha experimentado dolores in
de la vejiga. Poticmos asegurarnos de la existencia tensos y prolongados en los lomos y en el hipogastrio,
de eslos tumores, por medio de las candelillas ó de lo cual está probado por los hechos referidos por
la sonda colocadas en la uretra, ó por medio del dedo diversos médicos, y por una observación que nosotros
introducido en el recto. Nosotros no podemos com hemos recogido en Pavía. El individuo de esta ob
prender por qué algunos autores modernos conside servación, do edad do cuarenta y seis años, y lleno
ran como inútil la esploracion por el ann, y aconsejan de salud, tenia la costumbre de vestirse muy lig -
solo la introducción de las candelillas , que muchas ramente, aunen medio del invierno; cuando tenia frío,
veces no pueden penetrar, á causa del dolor y del in- permanecía horas enteras de espaldas & un gran lue
infarto. Es difícil determinar con precisión el tiem go. Un dia se quejó de un dolor intenso en los lomos:
po necesario para ta formación del pus en lainllama- esta enfermedad, bajo la apariencia do ua lumbago,
cion de la próstata: la supuración se establece aquí, le atormentó cruelmente y le hizo guardar cania por
como en las demás glándulas, con mucha lentitud; espacio de algunas semanas ; las principales funcio
pero esta terminación está subordinada fí la disposi nes estaban casi íntegras, y no existía liebre. El ad-
ción de la economía y á la intensidad de la liebre. dóuien, voluminoso por la gordura del individuo, no
El pus, como hemos dicho en otra parte, puede ofrecía al tacto ninguft indicio de enfermedad; con
lomar varias salidas, pnr el recto , por la uretra, y todo, el paciente seutia con mucha frecuencia en el
puede también derramarse en el tejido celular in lado izquierdo , dolores , por lo común muy vivos,
mediato: en este último caso, su presencia determina que iban desde los lomos basta el pubis. De ucuerdo
una nueva inflamación , á la que rsiguen fístulas con un profesor de cirujia práctica de la Academia
muy molestas. No es raro que las úlceras do la prós de Pavía, le preguntamos si habia estado algu
tata se cubran de esc Agencias fungosas que san sujeto al flujo hemorroidal; si habia espelído
gran con facilidad. Algwms veces el infarto pasa á ñas con algún sedimento que hubiese hecho
la induración , ñ no serene la intercepción de las char la existencia de arenillas; y en fin , si habia te
orinas y de las materias fccalos por la compresión del nido alguna otra enfermedad. Nos conlesió asegu
recto determine prontamente la muerte ; el lóbulo rándonos que no habia padecido en su vida ninguna
medio, y aun el izquierdo, que llega cerca déla ca afección. El mal, que podía referirse, según todas las
vidad de la vejiga, están muchas veces tumefactos, apariencias , al reumatismo, pero cuya verdadera
ulcerados y fongosos. causa permanecía aun desconocida á los médicos,
Para seguir el orden quo nos hemos trazado , aca hizo rápidos progresos: los dolores so hicieron tan
bamos de reproducir aquí, bajo otro punto de vista, crueles, que impidieron absolutamente el sueño , y
las afecciones morbosas de que nos hemos ocupado la nutrición. Se declaró la fiebre lenta, y enton
ya al babiar de la retención de orina; pero creemos ces se reconoció altado, practicado en el lado
que no debemos repetir su tratamiento, habiéndole izquierdo del vientre, un tumor considerable, oblon
ya espucsto con los detalles de que es susceptible, á go, que se estendía oblicuamente desdo ios lomos al
causa de los pocos recursos que nos ofrece el arte. pubis. Entre los diferentes remedios que parecieron
Pasemos ahora al estudio de las retenciones mucoso- indicados, se prescribió una lavativa ; el enfermo de
línfálicasque residen en los órganos genitales de seaba que este remedio le fuese administrado por su
ambos sexos; pero teniendo cuidado de abreviar y ayuda de cámara, pero los médicos encargaron á un
de contraemos á nuestro objeto, para evitar repeti cirujano esta operación. Este descubrió al momento un
ciones enojosas. infarto del testículo izquierdo: el paciente, quo pnr
842. Retenciones de los órganos cemtalks en un esceso de pudor había ocultado cuidadosamente la
el iiomrre.—El licor precioso por medio del cual existencia de dichaalteracion, lo-suplieó guardase ol
multiplica el hombre su existencia , al dar la vida á secreto. Pero el cirujano, fiel ó su deber, contó á los
nuevos seres, puede serle funesto, coando se acu médicos lo que habia visto , induciendo al mismo
mula en sus órganos, ó cuando su pérdida aniquila tiempo al enfermo á que rompiese un silencio que
la economía. En el artículo consagrado á la gonor ■ podía serlo funesto. Entonces fue cuando se examinó
rea hemos dado á conocer las tristes consecuencias el tumor: so reconoció un sarcócele muy voluminoso.
de este flujo, cuando es escesivo, ó cuando acontece que, sin embargo, no acompañaba al cordón hasta
antffs ó después de la época (ijada por la naturaleza. el anillo inguinal. Se puso á discusión si en tan tris
En cuanto á las enfermedades dependientes de una tes circunstancias seria prudente estirpar el tumor,
causa diametrabnente opuesta, las cuales son muy tuda vez que el cordón estaba sano en la ostensión
raras en nuestros días, nos hemos ocupado de ellas do una pulgada por debajo del anillo, lo cual seria
en nuestra obra sobre Policía médica; no renova fácil, aplicando una ligadura quo abrazase todo el
remos aquí el escándalo que hemes dado á varias cordón, ó solarnonte la arteria espermálica; pero el
personas con este motivo. Nos reluciremos, pues, á tumor, escesivamente doloroso, queso esloudia desdo
examinar , con la brevedad que exige la materia, los lomos hasta cerca del pubis , hacia que se sospe
las demás retenciones mucoso-liitfáticas que pueden chase la existencia de vin carcinoma en los vasos es-
residir en los órganos genitales del hombre. permáticos por encima del anillo, cuya degeneración
Los vasos espei máücos arteriales y venosos , que lomaría incremento después de la operación. Nues
bajan ó suben por los anillos inguinales, con los ner tro colega habia recordado la muerto pronta de seis
vios y vasos linfáticos, y forman por su enlace en me enfermos , á quienes había amputado el testículo en
512 BIBLIOTECA ECONÓMICA
bierlo un escirro voluminoso que subía desde el pu gre, y forman enormes varices, y cuando existí una
bis hácia los ríñones, siguiendo el trayecto de los multitud de hidátides, ó una hidropesía de la túnica
vasos espermáticos; y en fin , nosotros ¡iñadimcs que vaginal ó del cordón, ai mismo tiempo que han llega
conservábamos en el Museo médico de Pavía las pie do al mas alto grado. Pero la cirujía posee medios
zas anatómicas que balda tenido la bondad de en eficaces cuando no tarda en ofrecer sus socorros, y
viarnos. En consecuencia, se acordó que era preciso cuando el mal no ha pasado del anillo inguinal; y
renunciar á la operación: en efecto, después de Ha estirpe, por medio de una operación que no es de
ber sufrido horrorosamente el enfermo por espasio nuestra competencia, los órganos que comprometen
de algunas semanas, sucumbió. Hecha la autopsia, se toda la economía por su e-tado.
halló una masa eseirrosa, que había degenerado en 8*3. Retenciones de los órganos genitales en
ca ciiionia, y que envolvía ú los vasos espermáticos lk uu.ier.—Ya nos hemos ocupado de las diversas
desde su origen basta el anillo, y formaba parte de afecciones del ulero, de sus ligamentos, de los ova
los órganos vecinos: su peso ascendió a quince libras. rios y de la vagina. Hay algunas, tales como la metri
La cirujía nos suministra varias observaciones de tis, la blenorragia contagiosa, la blenorragia benigna,
este género listos h'chos deben inducirnos á poner y la hidrómetra, que por sus efectos pueden relerirse
la mas escrupulosa atención sobre el estado de los al órden de las rctencioues inucoso-linfáticas : nos
vasos espertnáticos por encima del anillo inguinal, contentaremos, pues, en este artículo, con echar
siempre que una lesión orgánica bien confirmada, una ujeada sobre dichas afecciones: en cuanto á las
re -lame la ablación del testículo. retenciones sanguíneas del útero, trataremos de ellas
Acabamos de hablar de las retenciones mucoso- en olra parte.
lir-fáticas del tejido celular que rodea los vasos es- Eu el hombre, como acabamos do ver, los vasos
permáticos antes de su salida del abdómen, y liemos espertnáticos, aun antes de su salida del abdomen,
visto que depeniliau de una irritación considerable, pueden ser afeitados de diversas enfermedades, de
ó de una flogosis, cuya marcha es por lo común cró infartos considerables, y algunas veces de escirros;
nica. Estas afecciones son mucho mas frecuentes por pero jamás hemos visto que, en la mujer, los vasos
debajo del anillo, es decir, en el tejido celular del análogos, los cuales son en ellu mucho mas cortos, es-
cordón espermático propiamente dicho, el cual en el perimenlen semejantes alteraciones antes de llegar
estado de infarto inflamatorio se encuentra algunos á los ovarios, á las trompas, ó al útero; los trillados
veces estrangulad - por el anillo inguinal ; también de anatomía patológica no contienen ningún hecho
pueden ocupar el testículo. De aquí resultan diver de este género. No sucedeJfcmismo cu ios órganos
sas enfermedades, de las cuales unas se hallan de á donde van á distribuirse los vasos seminíferas.
signadas con los nombres absurdos de varicóceíe ó Aunque los ovarios recrBn menos cantidad de va
arsócele, sarcócele, é htdrócele agudo ó crónho; y sos que las trompas, ertan, sin embargo, espueslos á
las otra* constituyen el nttealoma, el encino, y las una multitud de enfermedades, sobro lodo en las mu
hidálides, que cuiitieuen un humor acuoso ó albumi jeres solteras. Ya hemos hablado de las retenciones
noso al misino tiempo. Los síntomas y las causas de sero as que se forman en estos órganos, y no hemos
estas retenciones están ya cspueslos en otra parte, ó podido menos de bacer mención de algunos de sus
se hallarán en otro artículo de esta obra. retenciones muenso-liufáticas Hemos dicho que en
La inspección cad vérica nos ensena que los cana nuestra práctica hemos encontrado comunmente en
les deferentes y las vesículas seminales esperimentan canada en p-queños tumores, que se reuniau en
Umbien alteraciones morbosas Los primeros suelen una masa común, la materia gelatinosa, a buiniuo-a,
estar obturados, callosos, ei» un estado de indun- ó nielifornie, y que hemos hallado inuj pocas veces a
cion, ó cscesivam. rite dilatados y formando un tu este humor acumulado en un Solo quiste. Deducimos
mor desigual y abollado, que se designa bajo el nom de esto, que la verdadera hidropesía del ovario uo se
bre de esperniidócele. La» vesículas seminales fal efeclua sino consecutivamente, y por la ruptura de
tan algunas veces, ó están privadas de los conductos los tabiques que forman las pequeñas células ó quie
eyaculadores; se las ha hallado encogidas , arrugadas, tes. Cuando se efectúa este fenómeno, se piecipiwi
y á consecuencia de la inflamación de los testículos, la parlo mas espesa y mas pesada del humor inucoso-
de la pi óslala, del cuello de la vejiga ó del recio, han hufálíco, forma un barniz en el fondo del ovario,
presentado vestigios evidentes de inflamación, de su obslruye los orificios de. los vasos absorbentes, y la
puración, y de induración; nosoiros las hemos visto parte serosa se reúne en abundancia en el quiste, cu
dos veces afectadas de escirro, y algunas otras parti yas paredes, menos resistentes, favorecen la dilata
cipando del vicio escrofuloso, ó llenas de concreciones ción; ya coulengtt el ovario un humor seroso, ya
calculosas. E-das diversas lesiones deben tener gran» llene su cavidad una materia gelatinosa, este órgano
dt influencia sobre la generación en el hombre, pero tumefacto abandona su posición natural, y aun hace
durante la viJa no d 'ii ningún siguo de su existencia, variar de sitio á las visceras inmediatas: ya hemos
ó solamente se anuncian por signos muy equívocos; espuesto algunos hechos do este genero.
y aun en el caso de que el diagnóstico fue-e muy En el artículo consagrado á la hidropesía del ova
claro, la medicina no ofrece recurso alguno contra rio, hemos referido un fenómeno raro , cuyas con
semejantes alteraciones. secuencias fueron fuueslas, y el cual fue observa
Tampoco tienen elicacia los remedios internos en do por un médico de Edimburgo. Era una hídropisía
las retenciones inucoso-hnlálicas del testículo, del del ovario, cuyo líquido pasaba de'de lu troiupu al
epididimo, y del cordón espermático, cuando la linfa útero, y salia por la vagina. Nuest.a práctica nos ha
suministrada por la secreción morbt saque es pro suministrado muy recientemente un hecho análogo.
ducida por la inflamación, se coagula, y altera pro Una doncella, de edad de traíala años, que ofrecía
fundan! nte el paié:iquima de estos órganos, ya por tudas las apariencias de buena salud, y estaba ro
la condensad ni ó el endurecimiento de su sustancia, busta, aunque sujeta á accesos periódicos de histe
ya por la lirautezdo sus libras, el infarto de su tejido, rismo, fue atacada de una inflamación crónica del
0 por las adherencias entre sus diveisas partes. Lo ovario izquierdo, que formaba jhi tumor considera
misino sucede cuando el tumur es ya asiento de do- ble, muy doloroso, pero sin ningún indicio dé Jluc-
cuaudo las venas es ' ni
DE MEDICINA Y cmiwÍA.—FRANK. 513
tumor aumentó» iuueho; y su peso le arrastró profun en el tejido celular de los ligamentos
damente á la pelvis. La euferma se quejaba de una se atribuyen hipotéticamente á una metástasis lá
sensación continua de plenitud y de compresiou en nosotros no hemos tenido uingun caso de osle género.
lu cavidad polviana; se inquietaba mucho por la difi Los médicos franceses refieren algunas observaciones
cultad que presentaban las evacuaciones naturales; cu lo ruptura de estos ligamentos, con hemorragia
tin, un dia sintió que se ronipia una cosa en el fondo mortal; pero este accidente es muy raro. Un diario
de la pelvis, hacia su parte media: inmediatamente so de medicina de la misma nación, hablado la inflama
escapó en abundancia por la vagina un líquido albumi ción del ligamento redondo. Se han hallado en el
noso, y el tumor desapareció casi totalmente. ¿Por qué tejido celular denso que uno las diversas partes de
conducto rabia llegado este humor desde el ovario a que se compone, tumores acuosos , semejantes á los
la vagina? No creemos que hubiese seguido la ruta ua- |ue se desarrollan alguna vez en el cordón espermá-
tural, pasando desde el ovario á la trompa, y de aqui ico : esta observación se ha hecho por diferentes
á la matriz, para salir por el canal vulvo-uterino; su- miélicos, cnlrc oíros por médicos franceses. Uno de
ponemos, al contrario, que el líquido, estancado cu el mestros antiguos discípulos , médico distinguido en
ovario inflamado, comprimido entra el roclo y la va cI Tirol, luvo la bondad de comunicarnos hace veinte
gina, con la cual debía haber contraído adherencias; seis años una observación que mereeo referirse.
se abrió paso por este último canal, habiendo coi rui Asistió á la autopsia de una mujer que habla sucum
do su pared posterior. Hemos recogido en el instituto bido de marasmo, el cual liabia sido ocasionado por
clínico do l'avía otro ejemplo de esta especie, y tam dolores continuos y lijos en la parle inferior y lateral
bién es una doncella la que figura en esla observa del abdomen. La existencia de un tumor duro en
ción. El ovario izquierdo, asiento de la enfermedad, esta región, había hecho sospechar la presencia
ofrecía un volumen considerable, y se distinguía pro de un carcinoma. Al sétimo mes de enfermedad so
fundamente la fluctuación: se cubrió el tumor de fo brevino una hemorragia uterina , y la enferma mu-
mentaciones, á fin de favorecer su reblandecimiento rio, 4 pesar de haber cesado dicho flujo. Se halló
desde el centro á la circunferencia. Se había resuelto en el ovario una colección considerable de sangre,
practicar la abertura con el bisturí; la enferma so I un feto do siete meses. No son raros estos hechos;
negó tenazmente á que so la hiciese la operación, y o que nos ha inducido á hacer mención del que
se fue á un hospital inmediato, esperando con resig acabamos de citar, es que el útero había conservado
nación el fin de su enfermedad. Algunos meses des su volumen ordinario, y no había adquirido mayor
pués de su salida del instituto clínico, se había disi- desarrollo que cu las mujeres que no están embara
pado el tumor insensiblemente. El mal carácter de zadas. Esta circunstancia contraría la aserción de un
es;a joven, y el descuido de su enfermera, nonos per bservailor inglés, que á la abertura de una perra,
mitió saber por dónde se liabia efectuado la evacu i- en la cual se halló el producto de la concepción en la
cion; pero es probable que fuese por la vagina. (rompa, y habiendo visto que la matriz se bahía di
Nuestra opinión relativamente á la formación de latado tanto como en los casos de concepción uteri
una abertura ulcerosa para dar paso á la materia de na , dedujo que el desarrollo de esta viscera no de
la hidropesía, en las dos historias que acabamos de pendía de la acción mecánica del embrión, sino de
referir, nos parece desde luego mal fundada , pueslo una propiedad inherente á su organización, y puesta
que ni nuestra práctica ni los diarios do los médicos en juego durante el embaiazo. Otro hecho, referido
nos suministran ejemplo alguno de ruptura del ova por un célebre anatómico alemán, prueba también
rio, ya se halle este órgano considerablemente dis que no hay nada constante en el fenómeno observado
tendido por una colección de serosidad, ya haya te por el médico inglés: se trata de una jóven en laque
nido origen en su interior un esteatoma voluminoso. el lumen estaba intacto y no ofrecía mas que una
Pero si consideramos que solamente en los casos de abertura en estremo pequeña, y en cuyo ovario se
embarazos estra-uteriuos ja adelantados es cuando halló un esteatoma , cierta cantidad de pelos, y un
sobreviene ta desgarradura del ovario, seguida de la diente : el útero tenia menos espesor que en el es-
salida del feto ;'t la cavidad abdominal ; que desgra lado natural, y no existia la membrana caduca.
ciadamente los hechos, que atestiguan la posibilidad Cualesquiera que sean los conocimientos anatómicos
de este accidente, son muy multiplicados; si recor que poseamos en la actualidad sobre la estructura
damos ademas los numerosos casos en que los hue del útero, la fisiología de este órgano admirable, que
sos del feto corrompido en el seno materno salen a preside á la projiagaeion déla especie humana, está
fin por el recio , y en que el pus, acumulado en e envuelta en una oscuridad profunda, en la cual vie
ovario , á consecuencia de una inflamación, se abre nen á perderse muchas voces los fenómenos patoló
felizmente paso á través de los tegumentos del vien gicos. Ya hemos hablado de los desórdenes que la
tre, nuestra aserción principia á despojarse de las metritis y la blenorragia ocasienan en las parles ge
apariencias de una hipótesis, y no tememos decir que nitales internas de la mujer; nos ocuparemos mas
la vagina y el recto pueden servir de viade descarga adelante de los estragos que la sífilis ocasiona
en las relencioues del ovario, cualquiera que sea su en eslos mismos órganos ; pero hay otras muchas
mecanismo. causas morbosas, la mayor parte desconocidas, que
Al hablar de la metritis y de la hidrómetra, i i o- ejercen su acción sobre el útero, y producen en él
mos espuesto con bastante esteusion la historia de diversas afecciones y retenciones, cuya presencia
otras retenciones mucoso-linfáticas de que puede se anuncia de una manera oscura.
ser asiento el ovario; no queremos aumentar inútil Si consideramos las enfermedades del útero con
mente con nuestras observaciones el número ya ero relación á su primitivo origen, veremos que unas son
cido de hechos publicados por los autores, relativa congcuitas, otras hereditarias, j olías, en fin, acci
mente á los esteatomas del útero , de las trompas y dentales. Diremos sobre ellas algunas palabras , si
de los ovarios. También nos parece superfino recor quiera sea muy por encima. Ya hemos visto que la
dar aqui lo que hemos dicho sobre las retención» separación de las libras musculares del corazón en el
serosas ó mucoso-linfáticas de los ligamentos y de las feto era la causa do muchas aneurismas de este ór
trompas, de las cuales nos hemos ocupado en el ar gano, según la opinión de uu grande hombre; hem
tlculo de las hidropesías. Los autores habí observudo horniir ~
514 BIBLIOTECA ECONÓMICA
referimos á una causa análoga la ruptura del útero teresante. Hace al sunos años que , estando embara
durante el embarazo; y si uo se quieren conceder zada, se hallaba afectada de una ceguera comp'eta ó
libras musculares a la matriz, acusaremos, porque es amaurosis , siempre que comia lo que reclamaba su
igual , á la resistencia del tejido celular menor en apetito, que, sin embargo, era natural ; y recobraba
ciertos puntos de sus paredes, que en otros. La rup la vista en el momento en que reducía su alimento á
tura se ha efectuado cerca del cuello, en el fondo, y aun un caldo ligero. Un dia, acosada por el hambre , no
en el cuerpo del útero; parece que esta lesión, casi se pudo contener: al instante se declaró la amaurosis,
siempre mortal, se observa con mucba mas frecuen. que persistió durante el resto del embarazo, y se disipó
cia en el lado izquierdo. Se han hallado las paredes enteramente luego que hubo parido un niño muy bien
uterinas en el sitio de la ruptura mucho mas delga nutrido y robusto.
das que en el restó da su estension , y casi reducidas Volvamos á las retenciones mucoso-linfáticas del
al espesor de una hoja de papel. útero. Algunos autores creen que la membruna que
Las madres, por una trasmisio:; hereditaria, que tapiza la cara interna de esta viscera es de naturaleza
no sabemos esphcaruos, comunican á sus hijas di serosa: lo que sirve de fundamento á su opinión, es
versas afecciones que han padecido en este órgano: que esta membrana no es muy manifiesta, y que ofre
esto es lo que prueba la frecuencia de las hemorra ce, ademas de los senos y orificios, vesículas redon
gias, de los abortos, de los escirros, y del carcimona deadas llenas de un humor límpido; pero está proba
del útero en ciertas familias. Tenemos muchos ejem do que es una continuación de la mucosa que reviste
plos de la exaltación de la sensibilidad uterina , con el cuello del útero y la vagina, puesto que padece los
eslenia y plétora, generales ó locales, con inercia de mismos fenómenos morbosos que se observan en la
todo el sistema ó solamente de la matriz , con lesión mucosa de la nariz y de la vejiga, afectadas de catar
orgánica de la superficie esterna ó interna de esta ro, ó irritadas por cualquier estímulo; puesto que la
viscera, ó de su mismo tejido. Tal es la causa de blenorragia pasa desda la vagina á la cavidad uterina,
ciertos abortos ó de partos prematuros, que acontecen y en ella se desenvuelven molas, escrescencias espon
á uaa época determinada del embarazo; y tal es tam josas, fungus hematodes, pólipos, etc. Aunque estas
bién algunas veoes la causa de la esterilidad. Nadie du< diversas alteraciones patológicas sean mas bien riel
da que el histerismo proviene con mucha frecuencia dominio del partero y del cirujano, creemos deber
del útero, que ejerce una influencia muy grande sobre ocuparnos do ellas un instante, porque consideramos
la economía en casi todas las mujeres; pero no es muy la medicina como un árbol, del que no se pueden
acertado establecer la etiología de esta afección y su separar las ramas sin atacar mortalmente al (ronco.
tratamiento sobre el imperio del cerebro ó de los 844. Molas, pólipos.—Los autores han aplicado
nervios que se distribuyen en el útero. Para obtener diversas denominaciones muy impropias, á las altera
la curación del histerismo, es preciso que la mujer ciones locales que son producidas por otras enferme
pague con regularidad el tributo mensual, impuesto dades, aunque estas alteraciones no se diferencien
por la naturaleza; que el arte suprima con precau esencialmente entre sí, sino solamente respecto á su
ción los flujos morbosos de que suele afectarse; que forma, á su consistencia, i su pretendido origen, ó á
la necesidad física del amor se satisfaga, pero que su su composición anatómica. Se ha definido la mola,
fruto no caiga antes de su madurez; que se nutra de una masa de carne informe, inanimada, resistente
su propia leche; y que no se apresure, ni difiera mu al filo del escalpelo: ó una masa de carne informe,
cho, por evitar un nuevo embarazo, el privarle de desarrollada en el útero por efecto de la generación,
este alimento precioso. como el mismo feto: ó un cuerpo sólido formado en
En las mujeres histéricas, se afecta agradablemen ta matriz por una causa morbosa.
te el olfato ñor las sustancias fétidas, y el útero, por Los antiguos, cuyos errores referimos aquí, á fin
el contrario, gusta de los olores suaves, sin embargo, de prevenirnos contra los descarrí s de nuestra pro
hay algunas que, á pesar de su escesiva sensibilidad, pia imaginación, dejándose arrastrar por juicios ab
soportan el olor de la rosa, de la algalia, del almiz surdos; han creído que el origen de las molas era de
cle y del ámbar; poro casi siempre se ofende su sis bido i una falsa concepción, á alguna influencia side
tema uterino por los malos olores: las sustancias que ral, á algún brevaje corrompido por el sémen de los
tienen uu sabor dulce, causan una impresión incó animales, á la acción de los íncubos, á un comercio
moda en la matriz, mientras que los amargos ejer impuro con las bestias, á la corrupción del sémen de!
cen sobre este órgano una >ccion saludable. Estos hombre en el útero, á una temperatura opuesta del
fenómenos, que no se ocultaron á los antiguos, son licor prolílico de los cónyuges; ven fin, á la reten
aun inesplicables. La imaginación entra seguramente ción y á la descomposición de ía sangre menstrual.
por mucho en la producción de los apetitos absurdos Hasta se ha croido que ciertas molas estaban dotadas
ó perjudiciales de ia« mujeres embarazadas; pero de vida: también la credulidad de los médicos do es
otras veces, los antojos de estas, ó de las jóvenes clo- tos siglos atrasados, contra ta que no siempre han
rótk'as, reconocen por causa un verdadero 'delirio de podido prevenirse las edades siguientes, escusa lo
la matriz, semejante á la enagenacion mental, que vulgar de las fábulas ridiculas que se cuentan hace
sobreviene algunas veces desde el instante de la con mucho tiempo sobre esta producción singular. Apenas
cepción, y no se disipa hasta después del parto. ¡Cuán el escalpelo del anatómico hubo descubierto la exis
tas mujeres valetudinarias, sin presentar ninguna le- tencia de los huevecíllos en el ovario, se trató de re
siou notable de las funciones , principian, desde el ferir todas las molas al desarrollo de estos huevos,
momento en que conciben, á gozar de una salud que fecundados por el sémen <jel hombre, ó á la placenta
no conocían antes! A demás, ¡con cuánta frecuencia formada en su cavidad. Esta opinión no era tan ab
vemos que un vómito viuleuto, y aun la diarrea, vie surda, pero sí demasiado esclusiva , y algunas veces
nen á atormentar hasta en el término de la ges podía ajar el honor de las mujeres, ya viudas, ya sol
tación, muchas veces durante todo su cuiso, y teras. Se distinguieron, pues, dos especies ¿e molas,
aun apenas ha llegado al útero el licor prolíüco! á saber: molas verdaderas, desarrolladas ti consecuen
Tales accidentes dependen de la acción de esta cia déla fecundación, pero después de la muerte
viscera, aunque no podamos entrever su mecanismo. del embrión; y molas falsas, procedentes, asimismo,
En el momento de redactar este artículo, hemos sido de un huevo, pero sin el concurso del sémen.
consultados por una mujer que nos ofrece un caso in Este sistema sobre el origen de las alteraciones
DE MEDICINA Y CIRUJÍA. FRANK. 515
morbosas de que nos ocupamos, está confirmado por dieudo adelantar mas la mola, permaneció mucho*
la observación de médicos esclarecidos, que han dias enclavada, y la muerte vino á poner término ¡i
visto en ciertos casos el producto de la concepción los sufrimientos de la enferma. Nosotros hubiéramos
encerrado en masas informes. También se refiere un deseado hacer la abertura del cadáver; pero esta mu
ejemplo de gemelos contenidos en una mola. Un an jer era judia y su religión nonos lo permitió. Se re
tiguo médico alemán, cuya reputación se sostiene aun fiere la observación de una mujer que tenia hacia
on nuestros dias , ha examinado algunas placentas cinco años una mola, tan profundamente engastada
abortadas, que habían permanecido en el útero, y en la pelvis, que simulaba un descenso de la motriz.
adquirido un desarrollo y una dureza considerables, Ordinariamente no existe mas que una mola en el
y que degeneraron en molas. útero; pero algunas veces contiene este órgano ma
Nosotros mismos hemos tenido mas de un ejemplo chas. Ya permanece el cuerpo estraño durante toda
del acrecentamiento insólito de esta masa esponjosa; la vida de la mujer, en la cavidad uterina, ya es
hemos visto, á consecuencia del parto, que las secun espulsado al caDo de algunos meses , solo ó con el
dinas han permanecido dos semanas en la matriz sin embrión, y en este último caso, puede salir al mismo
inconveniente alguno, lo cual es raro, y que después tiempo, antes ó después, con algunas horas de in
de la espulsion de las partes putrefactas han conti tervalo. No deja de haber mujeres que, algunas ho>-
nuada recibiendo en el sitio de su adherencia la. san.- ras después do la salida del feto y de la placenta,
gre destinada á su nutrición. Si semejante fenómeno han sido sobrecogidas de nuevos dolores y han airo»
puede efectuarse á consecuencia de un parto á tér jado una mola gruesa, en lugar de un segundo feto.
mino , cuando el orificio del útero está todavía muy La nomenclatura, cuyos absurdos se han multipli
dilatado, ¿podremos negar, aunque nuestra propia cado quizás en este siglo, en lugar de disminuir, lía
esperiencia no nos haya enseñado nada, que después designado con el nombre de molas á tumores t^err-
ile un aborto , la placenta, fuertemente adherida al nos , que difieren mucho entre sí por la forma, la
útero, pueda adquirir un acrecentamiento monstruoso composición anatómica y la consistencia , mientras
y convertirse en una mola enorme? En cuanto á las que rehusa esta denominación á los tumores de la
masas que, estando libres en la cavidad uterina , no misma naturaleza que se desarrollan, comunmente on
se adhieren á la membrana mucosa como la placenta, gran número, en la cara esterna del útero bajo la mem
no reciben ningún vuso, y producidas solamente por brana periloncal , ó que se forman , pero en algunos
la coagulación de la sangre de las reglas, de los lo- puntos solamente, en la propia sustancia de esta vis
quios , ó de una hemorragia, son espulsadas en poco cera. Por una raz aja que tampoco es exacta, se ha apli
tiempo, como ios coágulos que forma la sangre estra- cado el nombre impropio de pólipos á estas mismas
vasadu cu una herida , ó derramada on una cavidad; escrescencias del útero, cuando, comprimidas por
nosotros uo les damos el nombre de molas, á menos este órgunoy arrojadas hácia su cuello, ó hacia su orifi
que se le añada el epíteto de falsas. cio, presentan un pedículo que esefecto de la compre
Al hablar de la hidrómetra hemos hecho mención sión ejercidasobre sus raices, poco resistentes aun, y
de lis colecciones serosas que se forman en quistas descienden á la vagina, donde se desarrollan con li
adhereutes á la placenta ó al útero. Por lo tanto, solo bertad.
de paso nos ocuparemos de la hidropesía de la placen Como las úlceras de las demás parLes del cuerpo,
ta y déla hidropesía hidatídica, de las que hemos re las de la matriz, sobre todo las de su orificio, que no
cogido muchas observaciones. Hace algunos anos está solamente espuesto á las lesiones de un parto
que una mujer de Viena arrojó una placenta, ctiyovo- difícil, sino también á la acción del virus venéreo,
lúmen se había aumentado de tal modo por la hidro se cubren fácilmente de escrescencias fungosas, listas
pesía, quo salieron de ella espontáneamente al cubo de vegetaciones , revestidas de una película cuyo espe
algunas horas mas de tres libras do agua. Olra mujer sor aumenta de dia en dia , se empapan de un humor
de esta capital, de «dad de ochenta años, había espe- morboso , que se acumula cada vez mas en sus cé
ritnenfado esecsivas hemorragias uterinasjsu matriz lulas esponjosas, adquiere consistencia, se endurece,
formaba un tumor voluminoso, y duro al tacto Arrojó y constituye en lin el tumor que se designa con e!
al fin una mida enorme, compuesta de una multitud nombre de mola, y que se podría llamar con el mis
hidátides. Los autores refieren semejantes observa mo fundamento sarcoma, ateroma, meliceris ó pó
cienes con el nombre de molas hidatídicas. Hay tam» lipo uterino, seguu la materia que contiene. Un me
bien molas membranosas , sebáceas, carnosas, fibro dien distinguido cree que las molas difieren de las
sas, duras , subcartilaginosas , como hornos tenido escrescencias del útero, en que estas vegetaciones
ocasión ele observar una vez. Se hallan también pe- nacen de la sustancia misma de la viscera , están uni
losen estos tumores, y algunas veces están llenos das á ella por una verdadera continuidad de tejido,
de sangre. Nosotrds hemos perdido últimamente, y la arrastran consigo cuando sin arrojadas á fuera,
á 1 1 edad de cuarenta años, una viuda respetable y mientras que las molas están solamente aglutinadas
diana de mas larga vida. Después de una hemorragia á las paredes uterinas como la plácenla, y se despren
abundante, que había durado por espacio de muchos den de ellas por las contracciones de la matriz, que
meses, se creyó reconocer en ella la existencia de un las arroja de su cavidad. Nosotros no damos mu
escirro voluminoso del útero y de los ovarios. En lin, cha importancia á estos caracteres distintivos, porque
después de diversos accidoiites nerviosos, de fre una adherencia mas ó menos fuerte no varía on nada
cuentes lipotimias, mezcladas con un delirio ligero ó la naturaleza del tumor, y por otra parte, un gran
cefalalgia, un cuerpo duro y cuneiforme se engaátó número de molas no se separan del útero tan fácil
en el orificio del útero, y al cabo de ocho meses des mente como la placenta. Se han encontrado algunas
cendió bastante á la vagítia, como un pólipo. Sobre veces en la misma cavidad de la matriz abscesos y
vino una hidropesía general , y se desprendió espon úberas, y no faltan ejemplos do colecciones puru
táneamente una porción de esta mola, que era de lentas ó mucosas en esta viscera.
una fetidez ínsorpotable. Bien pronto empezó á dis Los pólipos toman su origen en el útero, y algu
minuir la tumefacción del vientre, y se halló en la nas veces en la vagina: aquellos se fijan en el fondo
ina un nuevo cuerpo estraño , mas voluminoso de la matriz, y á veces hácia el cuello ó el orificio de
i el prí te órgano; "el pólipo de la vagina , ya pediculado,
516 BIBLIOTECA ECONOMICA
'este canal , pero en las arrugas es donde especial tades. asi cu las mujeres como eu las niñas, ya por
mente tiene su origen, y reconoce á menudo por que la abertura de la matriz no ha sido dilatada
eausa una úlcera venérea. Así es, que cuando un nunca por los esfuerzoo del parlo, ya porque los
tumor que principia por un pedículo, y rara vez por progresos de la edad han puesto sus bordes callosos
muchas raices, sobre un punto déla cavidad uterina, é incstcnsibles. Este paso va acompañado de fenó
del cuello ó del orificio di; la matriz , sin distender menos simpáticos, que tienen su asiento en el estó
considerablemente esta viscera, desciende á la vagi mago. Los primeros síntomas se mitigan, pero esta
na, donde aumenta su volumen con libertad, y cons calma es engañadora: el pólipo, que no se desarrollaba
tituye una musa puriforme, mas ancha en su base á causa de la resistencia y la estrechez del útero,
que en su vértice, desprovista del orificio que prc halla menos obstáculo en la vagina, cuyas paredes
sentan los tumores formados por un descenso de la Hojas se prestan á la dilatación. Aquí empieza una
matriz, blanda, casi mucosa, ó sarcomatosa, igualan nueva serie de síntomas , que marean el segundo
do en dureza al escirro, ordinariamente indolente, período de la enfermedad. Hasta esta época la mujer
pero algunas veces con todos los caracteres del car lija poco la atención en su estado : en efecto , por lo
cinoma; y este tumor sale, en fin, por los grandes común, no experimenta ningún desorden en la mens
labios, llega hasta los muslos , se acompaña de una truación, ó bien, si ha estado afectada antes de algún
hemorragia casi siempre peligrosa , cuando licne su flujo Jilenorrágico, refiore á esta causa todas sus en
punto de inserción en el fondo del útero , y está fermedades. Sin embargo, al cabo de algunas sema •
exento comunmente de esto síntoma cuando tiene ñas ó de algunos meses, acusa un sentimiento incó
solamente origen en el cuello ó en el orificio de este modo de plenitud , de distensión en la vagina ; se
órgano: podríamos dar á semejante tumor el nombre apercibe de una leutitud y de una dificultad en la
de pólipo del útero. Sin embargo, como la medicina escrocion de las orinas y de las materias fecales; al
es algunas veces mas rica en voces que en conoci gunas veces sobreviene también un infarto de lus
mientos positivos, y las molas ofrecen en ocasiones venas hemorroidales. Cuando el pólipo es voluminoso,
muchas ramas, muchas prolongaciones que se ase se ven obligadas algunas mujeres á rechazarle siem
mejan en su estructura a la del pólipo, nosotros de pre que quieren orinar. La unión conyugal , cuando
signamos todas estas producciones morbosas bajo la so efectúa con alguna viveza , determina un dolor
espresion genérica de escrettceqcias , ó por derecho en el útero , con un ligero flujo de sangre, ó una
de antigüedad, bajo la de molas. Algunos observa verdadera hemorragia; pero la enferma atribuye este
dores franceses nos han enseñado que el cuello de síntoma, como todos los demás, á una afección que no
la matriz, que es de una pulgada de largo eu los ca es rara nu las mujeres, sobre todo cuando han tenido
sos ordinarios, tiene naturalmente en ciertas mujeres muchos embarazos, ó uu descenso ligero, iucom-
siete ú ocho pulgadas : el útero desciende entonces pleto, del útero y déla vagina; cree, por otra parte,
bastante. Es necesario no confundir esta disposición reconocer ella misma esta variación de lugar , llevan
anatómica con el descenso y el pólipo de la matriz. do el dedo sobro el tumor. En esta suposición, se hace
Se evitará un error tan peligroso, recordando que en aplicar un pesario para detener los progresos del
los casos de pólipo el orificio abraza circnlarnienle el mal, y aumenta de este modo la distensión de la
tumor hacia su vórtice. vagina, y la compresión ejercida por el pólipo sobre
845. Esta afección morbosa, que ataca hoy tan el cuello de la vejiga, la uretra y el recto. Sin em
gran número de mujeros, sin esceptuar las niñas, ha bargo, nuevos síntomas anuncian la naturaleza de la
sido confundida á menudo, ya por efecto de un pudor enfermedad, tales como la tirantez de los lomos y del
escesivo de parte de las enfermas , ya por la imper útero, ó mas bien de los ligamentos de esta viscera,
fección del arte de los partos, en el cual no se habia las náuseas, las regurgitaciones, una disuria frecuen
fijado la atención de los médicos antes del siglo xvi; te, ó una iscuria completa. Comunmente, estando
con el descenso y con la retroversion del útero , y retenidas las reglas mucho tiompo, se declaran he
algunas veces con las hernias de la vejiga, de los in morragias peligrosas, que tienen su origen en el úte
testinos ó del epíploon , en la vagina. En el primer ro ó en las varices del tumor estrangulado por el ori
caso, algunos operadores han dirigido el instrumento ficio de este órgano. En fin , el pólipo franquea la
sobre la matriz y estirpado este órgano , lo que casi vulva, lo que caracteriza el tercer período. En los
siempre ha acarreado la muerte, ó han creído que primeros tiempos el tumor entra fácilmente eu la va
habían hecho felizmente la csürpacion de ella, mien gina; pero aumenta la disuria: al menor esfuerzo se
tras que no habían separado mas que un pólipo, eu escapa, y entonces la emisión de las orinas es mas
el centro del cual se había formado una cavidad por fácil. Sin embargo, su volumen se acrecienta poco
la reabsorción de materias líquidas. Todo esto perte á poco, es imposible hacerle entrar, y permanece
nece, es verdad, a la cirujía ó al arte de los partos: colgando entre los muslos. Eu este estado, no es raro
sin embargo, como sucede ;í menudo que el médico que por la sola impresión del aire, por efecto del roce
desprecia estas afecciones morbosas antes de que la ó de la compresión, adquiera la cubierta estertor del
enferma haya implorado los socorros del cirujano ó pólipo una dureza callosa, ó que el contacto de las
del partero , vamos en pocas palabras ;i tratar de los orinas y el adujo de mucosidudes acres irriten , in
medios de evitar semejantes descuidos. flamen, ulceren el tumor, y determinen la supura
Debemos advertir ante todo, que los pólipos se ción en algunos puntos, y aun la gangrena. Se han
auuncian por lo común bajo la apariencia do una visto pólipos voluminosos pegados al fondo del útero,
blenorragia; los síntomas de que van acompañados que hau arrastrado por su peso esta viscera, y oca
son comunes á muchas enfermedades del sexo feme sionado su retroversion. Una cosa que nadie creería,
nino ; consisten eu una tensión del útero, con si la esperiencia no viniese á enseñarla , es que la
dolor oscuro en este órgano y en los lomos. Sin em presencia de un pólipo, en el primer periodo, no im
bargo, el volumen del tumor aumenta considerable pide que la mujer conciba, ni que el feto se desar
mente , hasta que su parle inferior, que es la mas rolle y llegue a término; pero hay mujeres que en
gruesa, y que desciende hasta el cuello del útero, semejante situación no conservan su fruto inas que
franquea el orificio de esta viscera. Al salir de la durante algunos meses. La mayor parle de las enfer
cavidad uterina, el pólipo se engasta en forma• iil- de mas esperimentan hemorragias uterinao; esto acci
dente es menos írocu*nte, y aun no se observa, U»ü
DE MEDICINA Y CRUJIA.— FRANK. 517
do el pólipo tieue suraiz eu lus inmediaciones del orifi de los síntomas que produce, conservan por espacio
cio uterino. Sin embargo, nosotros tenemos un ejem de mucho tiempo uua significación muy equívoca. Se
plo de una considerable pérdida de sangre, ocasionada ha pretendido que las molas no podiau permanecer
par un pólipo que nacía solamente del cuello del en el útero mas allá del cuarto mes: esta opinión so
útero: un autor francés, que ha encontrado muchas refuta fácilmente por los hechos que hemos referido,
de estas escrescencias que existían -simultáneamente y que prueban que permanecen mucho mas tiempo,
en la cavidad de la matriz , sospecha que la hemor y aun algunas veces hasta la muerte de la mujer. El
ragia depende en este caso de la presencia de algún padre de la historia natural había va hecho la misma
otro pólipo inmediato al que se presenta a la obser observación, puesto que dice al hablar de las molas:
vación. Algunas veces, aunque raras , los pólipos de movetur, sistitque mense*. et ut partus, altas letha-
la vagina están desprovistos de pedículo"; de suerte lu, alias una senescens, aíiquando aleo citatioru ex-
qué, en lugar de la ligadura , es preciso recurrir al cidens. Se ha dicho también que el acrecentamiento
bisturí ó á los cáusticos. de la mola era mas rápido que el del feto, y que por
846. Siempre que una mujer es afectada de una consiguiente, la dilatación del vientre se afectaba con
blenorragia crónica rebelde, ó esperimenta una difi mas prontitud y con menos regularidad que en el
cultad constante y mas que ordinaria para orinar y verdadero embarazo. Esta aserción no se halla de
para espeler las materias fecales, ó hemorragias ute mostrada. En fin, se ha pretendido que en esta afec
rinas escesivas ó frecuentes, es esencial, por las ra ción morbosa el vientre formaba un tumor duro , y
zones que hemos espuesto mas arriba, y por otras mu que en lugar de elevarse en punta, este tumor se es-
chas, que un partero esperimentado proceda inme tendía igual ó desigualmente en todos sentidos; esto
diatamente á la esploracion de la vagina y de la es también un signo muy incierto. En cuanto á las
matriz. Los errores de otros nos invitan á estar con mamas, se ha visto que la secreción que les está con
mas cuidado, cuando se trata de pronunciar sobre la fiada se lia establecido en uin y otro caso, y cuando
naturaleza de un tumor queapareco en la vagina, que existen simultáneamente una mola y un feto, es im
estrecha este canal, ó pende fuera de la vulva. Es posible decidir cuál de los dos es la causa de este fe
necesario, en primer lugar, no tomar por un pólipo nómeno. El indicio mas cierto del embarazo, es el mo
un descenso de la matriz, si no se quiere correr el vimiento sensible del feto; de manera que la ausen
riesgo de dirigir sobre el útero el bisturí ó la liga cia de este signo después del quinto mes, debe anun
dura. El tumor formado por esta viscera, cubierto en ciar positivamente la existencia de una mola, si la
parte por la vagina, que desciende con él, se reco dilatación , la resistencia y el peso del útero no per
noce en su orilicio, cuyos dos labios se distinguen miten suponer una colección de aire , de agua ó de
fácilmente. Si se observa algo semejante en ciertos sangre. Pero los movimientos del feto, aunque cons
pólipos, no es difícil convencerse de que es un hun tantes, no siempre son una prueba de lo contrario. Se
dimiento irregular, resultado do la compresión, ó de ha sostenido que la salud de la mujer sufría mas pol
la cicatrización de una úlcera. Lo que distingue la presencia de una mola en la matriz, que por la do
también el pólipo del descenso del útero, es que en un feto; ¡pero cuántos embarazos in van acompaña
este último caso la vejiga es arrastrada con el tumor, dos de mil dolencias! Según algunos autores, la mujer
mielitis que en el primero no esperimenta varia esperimenta, al volverse de un lado á otro, la sen
ción alguna. La retroversion de la matriz produce el sación de un peso que sigue el mismo movimiento;
mismo ofecto; pero el tumor se asemeja al pólipo, pero estos observadores no han fijado la atención en
porque ofrece inferiormente una base formada por que la mola se adhiere mas íntimamente á la matriz
el fondo de la viscera; el orificio no se presenta al que el feto, y que no puede rodar en las aguas del
eximen del partero, como en el prolapso, se retrae amnios como una bola, como sucede, aun al mismo
Iiácia la parte superior, y el volúmen del tumor no feto cuando está privado de vida.
permite alcanzarle ; tampoco es posible llevar el Sin embargo, si es fácil combatir las opiniones de los
dedo á la vagina. Sin embargo, el útero se reconoce demás sobre los puntos oscuros de la medicina, no es
eu su blandura; es estimadamente sensible, mion- fácil sustituirlas con otras mejores. Podemos, pues, de
tras el pólipo no da ninguna señal de sensibilidad. ducir de todo lo que hemos dicho, que en las mujeres
El descenso se efectúa súbitamente y de improviso, que usan de los derechos del matrimonio, es imposi
y el tumor poliposo se engasta lentamente en la ble reconocer la mola antes del lin del cuarto mes, A
vagina. menos que no sea una mola potipiforme que haya
La hernia vesical se distingue del pólipo por los llegado ya ú la vagiua. Pero si á mediados del quinto
caracteres siguientes : el pólipo está duro, y resiste se observan muchos signos de los que hemos indica»
á la presión, y el tumor formado por la vejiga es blan do, y que son inciertos antes de esta época, llega á
do, y cede á la presión: cuando se le comprimo se haco ser entonces muy probable la presencia del cuerpo
sentir la necesidad de orinar, y desaparece cuando el estraño en el útero.
enfermo ha vertido sus orinas. Las hernias intestina 847. Después de lo que hemos dicho acerca de
les ó cpiplóicas cambia la dirección del orificio ute.- los accidentes funestos que ocasionan las molas á la
rino; es fácil reducirlas, mientras que el pólipo, des mujer ó al feto que lleva en su seno, nos queda poco
pués de rechazado, no tarda en volver á caer. que hablar respecto al pronóstico de esta afección
Gomo los signos del embarazo son inciertos hasta morbosa. E! (tarto va acompañado de los mayores pe
que la madre distingue los movimientos del feto, no ligros, cuando el embarazo está complicado con una
se debe esperar que se encuentren datos mas segu mola: en efecto, este cuerpo estraño impide las con
ros en el diagnóstico de las molas nacientes, y aun de tracciones espulsivas del útero, y cuando sale antes
la» ya avanzadas. Cuando existe al mismo tiempo una que el feto, puede éste ser víctima de la hemorragia
mola y un feto en la matriz, los movimientos de aquel que se declara. Se ven, sin embargo, muchas mujeres
pueden anunciar su presencia ; pero no nos enseñan que arrojan en un aborto, sin esperimentar acciden
nada sobre (a existencia del cuerpo estraño. Los sig tes graves, no solamente la mola, sino también el pro
nos racionales dados por los autores son muchos; pero ducto organizado de la concepción; resalta solo una
¡ patoguoinónicos suministrados por las nu pérdida de sangre algo mas considerable que en un sim
i se han recogido sol parlo antes de término. ¿Pertenece ust
imero: y la m
5i8
vd y se adhieren por su placenta al útero, cuya sus el orificio del útero no está ya dilatado hasta cierto
tancia no esperimenta alteración alguna? ¿Es estraga punto por efecto de las contracciones espulsivas , es
¡i los fungus que se forman en este órgano á conse imposible introducir la mano en esta viscera; y cuan
cuencia de una ulceración ó de cualquiera otra mo do su dilatación es suficiente para iutroducir dos de
dificación patológica? Sea de esto lo que quiera, los dos, no hay necesidad, para enganchar la mola, de
pólipos que nacen por una ó muchas raices (en este llevar toda la mano á la cavidad uterina , y mucho
último caso las raices son por lo común pequeñas) menos los instrumentos, que siempre son peligrosos.
de la membrana interna del útero, do su cuello ó de Es preciso limitarse á los medios que el arte de los
su orificio, sin alterar el tejido íntimo de esta viscera, partos pone'eu juego para obtener la salida del feto,
ceden, por lo común, á la estirpacion, y la matriz no ó para ^efectuar el alumbramiento; y si el infarto de
esperimenta lesión alguna; y aun en ciertos casos, ra los vasos sanguíneos ó un estado espasmódico se
ros A la verdad, su desprenden por sí mismos. oponen á la espulsion de la mola, se recurre á la san
Siendo los pólipos susceptibles de estirparse, son gría, á los anodinos en pociones ó en inyecciones va
menos de lemer ¡juc las molas propiamente dichas. ginales. Sin embargo, cuando una hemorragia gsce-
Guando son múltiples, lo cual es raro , no siempre siva, ungrando aniquilamiento, ó convulsiones violen
prodúcela operación una curación radical. Hace tres tas, hacen temer una muerte cierta, que solo. la es-
años que fuimos consultados eu Viena poruña señora, traccion del cuerpo cstraño puede prevenir, vale mas
madre de diez hijos nacidos á término. Después de entonces intentar un remedio incierto , que no em
padecer por espacio de cinco meses una hemorragia plear ninguno: en su consecuencia, se deberán en
considerable, se dejó reconocer por un cirujano de sayar los remedios aconsejados en este caso por los
Bolonia, y se halló un pólipo. Gomo se encontraba médicos y por los parteros, aunque no estén exentos
débil en estremo, no se practicó la ligadura hasta el de peligro. No nos toca hacer aquí su esposicion.
año siguiente ; la salud se restableció y se sostuvo En cuanto á los pólipos , á escepcion de los que,
cerca de quince meses. Una viva afección del alma proviniendo de úlceras sifilíticas de la vagina, recla
volvió á ocasionar la hemorragia; desde la vuelta de man antes un tratamiento especifico, no son mas sus
este flujo , la enferma ha arrojado una cantidad tan ceptibles de remedios internos que las molas; á la
«rande de pólipos friables, que ha llenado muchas cirujía, pues, pertenecen los socorros que se pueden
vasijas. Estos salían con facilidad, porque el orificio dirigir contra ellos. Si nos es permitido decir algo de
del útero se habia adelgazado, como en el embarazo. paso, observaremos que la cirujía no ha seguido siem
848. La incerlidumbre de los signos que anuncian pre el mismo método para destruir los pólipos, y que
la presencia de la mola, y la imposibilidad casi abso lia empleado, ya los cáusticos, ya el instrumento corr
luta de comprobarla antes de que esto cuerpo estra- íante ó la torsión. Un célebre cirujano francés ha sus
ño haya aparecido al esterior, solo ó con el embriou, tituido la ligadura á eslos procederes imperfectos ú
hacen presumir los pocos recursos de la medicina peligrosos, y se ha empleado con mucho éxito este
contra esta degeneración morhosa. Los autores del si nuevo medio. Sin embargo, un ilustre profesor de
glo anterior han sentado como principio, que era me Berlín acaba de proponer la escisión con las pinzas,
nester primero desprender la mola de la cara interna y la considera preferible á la ligadura: nosotros no
del útero, y después cspulsarla de la cavidad de este dudamos que esta manera de operar haya llenado su
órgano. Este consejo está espresado en pocas pala objeto en ciertos casos, pero creemos, con un hom
bras; pero los que lo dan olvidan las dificultades y bre del arte, que no conviene mas que para los pó-
los peligros déla ejecución. Para llenar la primera pos pequeños^ que tienen un pedículo delgado. Lo
indicación, no proponen otros medios que aquellos que nos hace desaprobar la escisión practicada sin li
de que las solteras, las viudas, y las esposas abando gadura anterior, no es solamente la rubicundez san
nadas de sus maridos hacen uso para arrojar de su guínea de algunos pólipos, y el estado varicoso de sus
seno el fruto de un comercio ilícito. Así os que acon venas , sino también ¡a existencia de una arteria en
sejan primero, para facilitar la dilatación del orificio, su parte inedia: un autor francés, cuya obra sobre
los semicupios libios, las inyecciones y las fumigacio esta materia es verdaderamente clásica, ha observado,
nes emolientes, las sangrías, diversos emenagogos ; y que en este último cuso , el tumor ofrecia pulsacio
cuando la naturaleza resiste á su acción, los enemas nes semejantes á las del aneurisma. Algunas veces,
irritantes, los drásticos violentos, los eméticos , los aunque raras, los pólipos del útero, como los de la
errinos, el salto desde un lugar elevado , etc. Pero vagina, son demasiado friables para ser ligados, y aun
por fortuna, estos imprudentes ensayos no han tenido se ha visto á estos últimos desprenderse bajo el dedo
mas éxito que las horribles maniobras del infanticidio: del partero. Por lo tanto, estas vegetaciones no están
como la naturaleza resiste en este último caso á todas siempre cubiertas de una membrana densa, que cons
las violencias, y consprva hasta el tiempo prescrito tituye su carácter: los pólipos que se escapan de. la
el depósito confiado á su cuidado, asi también se vulva en un esfuerzo para defecar ó en las sacudidas
opone á la espulsion de la moU, le prodiga los mis del vómito, son escrescencias de la misma naturaleza
mos cuidados que al feto, y ségun sus intenciones, que las otras , pero cuyo tejido ofrece tan poca con
permite la salida de esta masa inanimada mucho mas sistencia como las de que hemos hablado mas arriba.
tarde de lo que quisiéramos, ó la retiene por mu 849. Lesiones orgánicas del útkro.—'Lo que he
chos años hasta la muerte de la mujer. Pero comun mos dicho del escirro en general (138), y del escirro
mente estas tentativas, bárbaras y elimínales cuando del útero én particular (227), nos dispensa de eslen-
tienen por objeto el aborto, y por lo menos, temera dernos aquí sobre esta materia, á menos quo qui
rias cuando se trata solamente de la espulsion de una siéramos caer en repeticiones fastidiosas. .No tememos
mola, cuya presencia no escluye la de un feto, son confesarlo, porque nuestra ignorancia sobre este pun
seguidas de accidentes funestos, tales como hemor to es común á todos los hijos de Hipócrates; va he
ragias, que es casi imposible detener, la inflamación mos llegado ni último termino de la vida del hombre,
y la gangrena del útero. Para prevenir estos malos re- y no tenemos todavía ningún conocimiento positivo
iltados, los autores de que hablamos, recomiendan, sobre el diagnóstico del escirro de la matriz, sobre su
que la mola se desprende, cogerla con la tratamiento, sobre el del carcinoma , ni sobre el del
ila, ó armada de ganchos, de tenazas, de pin- verdadero cáncer de este órgano. Lo mismo que otros
méi
DE MEDICINA T OTBDJÚ.—FRA.NK. 519
de curaciones, nosotros hemos visto desaparecer, por do una gran liebre. Durante los últimos diez dias, no
el uso de diferentes medios terapéuticos ciertas dure era sangre pura lo que salía, sino un liquido seme
zas del útero; pero aunque e! escirro tenga cierta con jante al agua de carne,, y en corta cantidad. Las fuer
sistencia, difiere mucho de una simple induración ; y zas disminuían cada vez-mas. Se administró od vano
la franqueza, que el hombre prudente debe preferirá! el estracto de quina cou el agua de canela, y oíros
brillo de un gran nombre, no nos permite aplicar la remedios. Sobrevino, en fin, una respiración esterto
denominación de escirro á esos endurecimientos par rosa, con hipo, casi continua, pulso pequeño, aunque
ciales cuya resolución hemos obtenido. Todo lo que igual, y la mujer murió al cabo de veinte dias.
nos ha enseñado laesperienciade mas de medio siglo; A la abertura del vientre, se descubrió una gran
todo lo que podemos decir á los médicos jóvenes, es masa, saliente cuatro dedos y mas por encima del pu
que el tratamiento de esta enfermedad espantosa, bis, y cubierta por el epiploon desprovisto de grasa.
debe limitarse á no perjudicar, á calmar en cuanto Qnitado este, se vió que el tumor estaba formado
sea posible, hasta que la observación huya abierto á por el útero, de color muy blanco. El cuerpo de la
los prácticos una senda mas segura para atacar con viscera estaba duro, el cuello duro también y como
éxito á tan invencible enemigo. Lejos de nosotros la cartilaginoso, el orificio engrosado y entreabierto; todo
idea de volver á poner en vigor la ley do los sacerdo el órgano pesaba tres libras y media: la presión del
tes del antiguo Egipto, de que nadie emprenda cosa dedo indicaba la presencia de un líquido; su cavidad
alquna contra los preceptos de Hermes, ni pase mas ofrecía uu tumor muy encendido y muy blando, y
allá en el tratamiento de las enfermedades; pero no adherentc á la sustancia dura. La vagina era tan
podemos aprobar la temeridad de los médicos de larga, que no se podia alcanzar á la matriz por ella.
nuestro siglo, que debia ser llamado siglo de los ve- Las enfermedades, tanto de los pechos como del
nenos, por el estraño abuso que se hace hoy de estas útero, no son raras en las monjas : fuera de los con
susiaucias deletéreas. ventos, son mas comunes en las mujeres casadas ó
Hay operadores que se vanaglorian de haber estir- viudas que en las doncellas, las cuales presentan con
pado con éxito todo lo que el instrumento podia alcan mas frecuencia la afección escirrosa de los ovarios.
zar del escirro 6 del carcinoma del útero, y de haber Aunque esta razón sola baste ya para hacer preciosa
estirpado también los ovarios, y aun la misma matriz. la observación que antecede, ofrece ademas muchos
La humanidad, espantada de su temerario atrevi puntos dignos de interés. La mayor ó menor dura
miento, espera que pongan ante sus ojos pruebas in» ción de la vida, así como la mayor parte de las en
equívocas, no ya de la cicatrización de una simple fermedades orgánicas, que no han sido producidas
herida del útero, fenómeno fácil do concebir; sino poruña causa esterna, ó por una metástasis, parecen
de la curación radical de las lesiones orgánicas de también tener su primer gérmen en el seno materno:
esta viscera ó de las partes internas de la generación, se desarrollan mas bien que se produceu. Esto es (o
porque se sabe que el vicio canceroso se apodera fá que, á falta de un nombre mas apropiado llamamos
cilmente de lo que queda después de la escisión ó disposición hereditaria, congénita, ó debilidad espe
de la estirpacion. cial de tal ó cual parte del cuerpo
ESCIRRO DEL ÚTERO EN UJiA SOLTERA (I). —Una IDU» La enferma de que se trata , de apariencia cloró -
jer de treinta y cuatro años, de complexión caquécti tica, tuvo sus reglas bastante tarde, y, poco abun
ca, y que había tenido su primera menstruación bas dantes al principio, fueron después reemplazadas por
tante tarde y con poca abundancia , empezó á pade una blenorragia uterina, no muy copiosa á la ver
cer hacia la edad de veinte años hemorragias uterinas. dad', pero casi continua. Hasta entonces se habiau
Las pérdidas de sangre tin eran copiosas, pero dura notado tanto los síntomas de la clorosis, como los de
ban mucho tiempo, y á veces por espacio de tres se la enfermedad local. Solamente al cabo de dos años
manas. A ellas siguió la languidez, y la perversión se descubrió un escirro bastante valuminoso, que so
del apetito, tristeza, y una fiebre corta y lenta. Las bresalía dos dedos por encima del pubis. Este es
rnetrorragías continuaron por espacio de cerca de cirro hizo rápidos progresos, val cabo de algunos
seis años; pero en los dos últimos se agregaron á años salía de la pelvis y había alargad i la vagina, de
ellas síntomas bastante graves , que la determinaron lo que hemos visto otro ejemplo. Había fiebre lenta
á consultar al módico. Se descubrió en el útero un contiuua, lo que es mas propio del cáncer que del
tumor indolente, que se elevaba dos dedos por enci escirro; en efecto, el útero encerraba un tumor
ma del pubis. Los remedios á que se recurrió mejora blando, ó mas bien esponjoso, de donde se escapaba
ron el estado de la enferma, que desde entonces no la sangre. Lo que admiró sobre todo, fue la delgadez
puso atención en su mal, y bien pronto cayó en con del fondo del útero, reducido casi á una simple
diciones mas funestas. Corrió de la matriz una gran membrana. Hopfengaertner ha publicado la observa
.idad de sangro bermeja y no lótida; la cara es- ción de otra mujer en la cual la sustancia entera de
muy pálida. AI esplorar el abdómen se notó un la matriz no tenia mas espesor que el de una hoja
ñor que se estendia hasta el ombligo y las ingles, de papel.
sobre todo hácia la izquierda, que ofrecía el volúmen 850. Se desarrollan algunas veces en la pelvis,
de un huevo de gallina, y causaba dolores cuando en las inmediaciones déla tuberosidad ciática', tumo»
se le locaba El orificio uterino, tumefacto como al res esponjosos, resistentes, elásticos y desiguales en
cuarto mes del embarazo, estaba demasiado eleva su superficie. Cuando han adquirido cierto volú
do para que el dedo pudiese alcanzar ú él. El pulso estos tumores se oponen á la escrecion de las c
era pequeño y acelerado, el calor casi natural: (labia y de las materias fecales; en fin, se abren, y vii
una gran emaciación, mucho amargor de boca, y ar un humor sanioso. Suceden á ellos otras escrescen-
dor en A estómago. Estos dos últimos síntomas' cc« cias fungosas, contra lasque son impotentes lodos
dieron á una purgación determinada por la casia y los esfuerzos del arte, y que producen la ulceración
los tamarindos. Se prescribieron ligeros astringentes ó la caries de las partes inmediatas, á cuyo desorden
y el elixir vitríólico, y para régimen, caldo mezclado sigue por lo común la muerte. Un autor inglés ha
con una yema de huovo. El (lujo de sangre pareció visto una retención de orina ocasionada por un tu
disminuir un poco, pero la enferma estaba padecieti mor considerable, lleno de hidátides, y situado en-
¡rujano
520 BIBLIOTECA ECONÓMICA *Ü* 1ú •
nmor ocupaba toda li longitud del recio, y era un za, del hábito ó del estado morboso; pero tiene or
quiste lleno de liquido. dinariamente su asiento en la cavidad y los vasos del
Sai. Para no invadir el terreno de la cirujía, no útero, en las fosas nasales y en el intestino recto. Las
diremos aquí nada locante á la; retenciones mucoso- retenciones sanguíneas de estos órganos van á ser
linfáticas del recto; nos hemos ocupado bastante de especialmente objeto de nuestras investigaciones.
ellas al hablar de la inflamación de este intestino, de 856. Los síntomas de las retenciones sanguíneas
la blenorragia aguda ó cródica del ano, de las he varían, según los órganos en donde residen; pero
morroides y de la disenteria. hay algunos comunes á todas las especies. 1." Los
852. La mayor parte de las retenciones mucoso- esfuerzos bemorrágicos, que anuncian ordinariamen
linfáticas de la piel y de las extremidades pertenecen te la vuelta periódica del finjo sanguíneo, y que
;1 la cirujía; por otra parle, enn motivo de los exan continúan manifestándose con regulaiidad , , auu-
temas y de las enfermedades impetiginosas, hemos que la secreción no se efectué, y en cada período
dado ú conocer muchas retenciones de este género, engañe por algún tiempo á los enfermos una espe
que tienen su asiento en el sistema dermoideo ó en el ranza ilusoria. Desaparecen al fin, y' no queda indi
tejido celular subcutáneo ; hablaremos también de cio alguno de las épocas del Unjo. 2.° En las reten
las que afectan á las articulaciones, al tratar del reu» ciones asténicas, como en las esténicas, se esperi-
tialismo y de la gota ; en lio, el endurecimiento del menla un sentimiento incómodo de repleción, de ten
tejido ceiular en los recien nucidos , enfermedad fre sión, de pesadez, de calor, comunmente de prurito,
cuente en las casas de espósitos, ha llamado la aten en el órgano que es su asiento, y estos síntomas se
ción de muchos médicos, que nos han dado descrip manifiestan aun en lasinmediaciónes de la parte que
ciones exactas, y no sabemos nada de nuevo sobre sufre, ó mas lejos, según las comunicaciones simpá
psta afección (I). ticas dependientes de la distribución de los nervios,
de los vasos, ó la analogía de estructura. 3.° La
ORDEN CUARTO. sangre, en la retención de las evacuaciones norma
les ó morbosas, se dirige hácia otro órgano: este
RETENCIOMES SANGUÍNEAS. flujo suplementario es ordinariamente funesto. La
traslación se efectúa ya sobre una parte, ya sobre
8ü3. Cuando la sangre que debe ser ó que ha otra, y aunque no sea posible determinar la tenden
sido espelida con arreglo á las leyes de la naturaleza, cia del esfuerzo hemorrágico, se puede decir que, en
del hábito, ó del estado morboso , no es escretada razón de la edad, se dirige sobre la nariz, sobre el
como debia serlo; resulta una retención sanguínea. pulmón, ó sobre los vasos hemorroidales. 4.° La su
En el artículo consagrado á los flujos sauguineos he - presión brusca y completa do las secreciones san
idos espueslo el carácter, las causas, los efeclos y el guíneas, sobre todo de las secreciones normales y
pronóstico do las congestiones, de los infartos y de criticas , determina comunmente en la viscera in
los aneurismas: igualmente hubiéramos podido re gurgitada una inflamación violenta, que es seguida de
ferir estas enfermedades á las retenciones sanguíneas; supuración, de gangrena, ó que pasa á la indura
pero no colocamos en este orden do retenciones ción cuando el parénquinia del órgano ofrece menos
mal que á las enfermedades dependientes do la su resistencia. 5.° Algunas veces la secreción sanguí
presión de las secreciones y de las escreciones san nea es reemplazada por una secreción mucoso-linfá-
guíneas habituales. Sin embargo , será útil recordar lica, cuya duración aniquila las fuerzas, ó por una
aquí lo que dijimos entonces. erupción impetiginosa, acompañada, sobre todo por
8jí. Las demás retenciones morbosas no tienen la noche, de una comezón que aleja el sueño é impi
síntomas precursores que les sean propios ; pero las de casi toda reparación.
releuciones sanguíneas, asi como los flujos, son 857. Hemos dicho que el origen de los flujos era
por lo común precedidas ó anunciadas por pródro muy oscuro; y no conocernos mejor las causas de liis
mos conocidos con el nombre de esfuerzos hemorrá retenciones en general, no habiéndose añadido nada
gicos, de molinúna. Es necesario, pues, distinguir desde hace diez años á la etiología de las retenciones
dos cosas en lai retenciones sauguineas : el flujo, y sanguíneas. Cuando la medicina se apoya en hipóte
el esfuerzo hemorrágico; este cesa por lo común sis, no puede menos de retrogradar, y se ve obligada
mas tarde que el flujo. Estos dos estados no tienen á reconocer su desnudez bajo los falsos colores con
el mismo grado de gravedad. que se adorna. Es inútil hacer esta reflexión á los
8oa. Las secreciones sanguíneas periódicas, que médicos del siglo xix, sobre lodo á los de nues
se establecen, se suspenden, y cesan al fin, en virtud tro país. Los antiguos habían referido las reten
de lus leyes que la naturaleza ha impuesto á las per ciones sanguíneas á la falta de equilibrio entre el
sonas del sexo femenino, no se apartan de su marcha frió ó el calor del órgano afectado, á una bilis negra,
regular cuando se suprimen, por ejemplo, en una mu áuna sangre espesa, quemada ó viscosa: en las edades
jer embarazada, en una nodriza, ó por los progresos siguientes, los módicos, dominados ya por la mecáni
d.¡ la edad; pero cuando se retardan, disminuyen no ca, ya por las matemáticas ó la química, después de
tablemente, son mas bien acuosas que sanguíneas, ó haber admitido un espesamiento morboso de la san
se haceu con dificultad, se colocan en el orden de las gre y diversas acrimonias, buscaron también las cau
retenciones sanguíneas, al menos incompletas, y son sas de estas retenciones en la eufrasia, la estenoco-
la causa ó el efecto de una disposición morbosa. Las ria, la tlipsis, la sinezizis, y la sinfisis. Obligados en
retenciones sanguíneas son, pues, primitivas, como fin, á reconocer el influjo del principio viiul sobre
las otras, secundarias ó sintomáticas. En uno y otro las funciones normales ó morbosas de la economía,
caso, pueden ser agudas ó crónicas, proceder del perdieron un tiempo precioso en definir este principio
esceso ó de la falta do fuerzas, y depender do un impenetrable, y en establecer el despótico reinado
vicio local orgánico ó constitucional. La retención del sistema nervioso. El imperio de los nervios había
puede efecluu.-so en tmlas las partes en que se opera cesado apenas, cuando le ha sucedido la nueva quí
una secreción saludable, por las leyes de la naturale ■ mica; pero ya esta se halla combatiendo con la meta
l Véase 4 Gli. Pillará, Tratado tle Im enfernwdade» de loo física, que se remonta á las regiones etéreas. En
reelon uucldes; Paria, 183", p, 190.-K. Valhiix, Clínica de !*> medio de este cnoí, debetiamos escribir, con el padre
efftMHaUN de rrr'fn parido»; parí», 183», p. 611. de ln histori* Qu.tu.rftJ! ffwead, pvrs h po<if¡t, Im
DE MBICINA Y C1RWÍA."—FRANK .
causas de las maravillas qtíS admiramoi; á mi Mo GENERO HUMERO.
baúa 'descrihir exactamente los efectos de estas cau
sas. Pero el conocimiento de los síntomas, sin la Amenorrea.
etiología, no sirve ele nada en el' tratamiento de las
enfermedades. La naturaleza, en sus operaciones, se 8S9. Al hablar en otro sitio de esta obra de la
cubre de un ve o que la vista del hombre no puede superabundancia del flujo periódico, tributo que solo
penetrar; pero nos permiie aproximarnos ¡í su san la mujer cslií obligada á pagar mensualmente, he
tuario: algunas veces la casualidad, una observación mos buscado en una fisiología exenta de hipótesis
repelida y exenta de toda preocupación, llegan á le aunque pobre en esplicaciones, la razón de este gran
vantar por una punta este velo misterioso; pero su fenómeno considerado relativamente al estado sano ó
voz siempre puede hacerse oir de aquellos que la morboso. Hoy dirigimos nuestro estudio sobre ura
comprenden; si no nos es dado llegar hasta lu fuen enfermedad opuesta á la metrorraaia, y que los no—
te, podemos, siguiendo los riachuelos que parten de sólogos han designado con los nombres de amenorea,
elfo, reconocer su naturaleza y su dilección. Tal es menisquesia, menastasia,iscomenia , dismenia. Con
la sonda que nosntn-s hemos seguido en la investiga servaremos el primero de estos nombres, que es el
ción de las cauris generales dé las retenciones, y la consagrado por el uso.
esperiencia, del mismo modo que el raciocinio, nos 8tit). El retraso, la dificultad, ó la diminución de
dan la convicción, como se puede ver en la etiolo la secreción, de la cscrecioii sanguínea periódica de
gía particular de cada ecpecie, de que existe poca dife que son asiento las parles genitales, y que está en
rencia entre la s caucas de las retenciones sanguíneas, razón do la edad, «1c la salud, de la constitución in
y aun de los flojos sanguíneos, que parecen ser de dividual; su supresión completa ó la decoloración de
naturaleza dianietralmente opuesta. Hay muchas re la sangre, constituyen la amenorrea.
tenciones sanguíneas que reconocen par causa un es- 861. La naturaleza ha señalado en la vida una
ceso de acción del corazón y del sistema vascular; época cuya duración no es la misma en los dos sexos,
pero el mayor número depende de la atonía y do los pero después déla cual, el hombre y la mujer cesan,
desórdenes nerviosos de que es origen. Algunas ve por decilo asi, de existir. Esta época empieza con la
ces nn vicio loc il es el que impide la secreción, ó pubertad, y cesa con la facultad de la reproducción.
mejor aun la escecioi;. de la sangre. La pubertad se desarrolla mas pronto ó mas tarde,
858. Un el pronóstico de las retenciones en ge según el clima, el temperamento, la educación moral
neral, he nos indicado los accidentes que resultan do y tísica, la naturaleza de los alimentos y de las bebi
la supresión de las secreciones ó ñt las escreciones das, y el género de vida; pero no hay órgano al que
sanguínea! que la naturaleza, el hábito ó el estado la previsora naturaleza prepare con tanto cuidado y
morboso han hecho necesarias. Aunque las causas do prontitud para el porvenir, el cual no se 'estien-
estas retenciones sean por lo común las mismas que de, sin embargo, á los últimos años de la vida, como
las de los flojos, el pronóstico ofrece diierencias. En los órganos genitales. Si el desarrollo de estos órga
electo, los flujos sanguíneos, cuando son algo con nos es precoz en los países cálidos, ó en los jóvems
siderables, y no dependen ni de la plétora, ni de la arrastrados por perniciosos ejemplos á un libertinaje
reacción del sistema vascular sobre la sanare que la prematuro, las funciones que la naturaleza les ha
provoca, son seguidos de la pérdida de las fuerzas; conliado, no por eso duran mas tiempo; cesan mas
la releueion sanguínea, por el contrario, produce un pronto que en el norte y en las personas de una mo
estado de «scitacion cuando el individuo no se halla ralidad severa. Pero si consideramos el interés social,
completamente aniquilado; determina la inflamación la pubertad no empezará con la facultad de engendrar
en los órganos destinados á li secreción ó á la escre- | y do concebir, sino solamente en aquella épocji de
ninn de la sangre, ó en otras partes; y de aquí re ia vida en que el cuerpo ha adquirido su estatura ó
sultan abscesos, secreciones morbosas, ó adherencias su firmeza, en que puedo dar á luz un hijo robusto,
de diversa naturales». Las grandes hemorragia*, los capaz de llenar un dia losdeberes que la sociedad ha
llujoí sanguíneos que se efectúan por vias insólitas, impuesto « sus miembros. Para constituir la puber
ó que se dirigen sobre órganos nobles, nacen en la tad, no basta que el útero llegue ú ser por espacio do
imaginación de los enfermos una viva impresión que algún tiempo asiento de una secreción, ó de una es-
determina accidentes nerviosos, cuya presencia encu crecion sanguínea periódica, quo se suprime dospms
bre los caradores de la enfermedad y engaña al ob de algunos años de matrimonio, porque se han visto
servador: las retenciones sanguíneas, sobretodo, establecidas las reglas en niñas de uno, tres y cuatro
cuando no han sido precedidas de esfuerzos hemor- años: nosotros sabemos por nuestras observaciones
rágicos ni seguidas de liebre ó de dolores agudos, propias, y por l >s de los demás, que alguuus jóvenes
tienen una marcha muy oscura, y las mas graves no han llegado ¡i ser madres antes de la primera mens-
llevan consigo la falla de valor, ni alteran con tanta truacioa. Hemos tratado en la clínica de Pavía ií una
prontitud el sistema nervioso. Los flujos sanguíneos mujer que había dado i luz tres hijos, sin haber co
van acompañados comunmente do retenciones de la nocido las reglas ni los loquios: hemos visto á otras
misma naturaleza, y las retenciones sanguíneas á sq tres que estaban somelídasal flujo délos loquios des
vez provocan lácilmeiitc hemorragias que tienen su pués del parto, pero que no habían tenido nunca
origen en el órgano primitivamente afectado ó en menstruación Se relieren muchos caros semejantes.
, cualquiera otra parle, Maularemos del pronóstico par Esías mujeios tienen la libra mas (irme, las maints
ticular de las iel:ncioiies sanguíneas en la histeria de pequeñas, el cuerpo delgado, y la falla do las reglas
las diversas especies. no les ocasiona incomodidad alguna. Cuino parecen
Los principios del tratamiento d« las retenciones aproximarse á la organización del hombre, tienen en
en general, tienen aquí aplicación, lo cual nos dis liilin el nombre de viraqines , que correspondo al
pensa de entrar en fastidiosas repeticiones, para ocu adjetivo varonil. Se ha visto también una mujer que
parnos de la terapéutica de las especies, que merece no tenia la menstruación mas quo durante el em
mucho mas la atención del médico. barazo.
Nosotros deducimos de estas observaciones, que la
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gano uterino y el adujo de sangre á sus vasos; pero hincha un poco, los párpados son asiento de una tu
ijue la concepción y la nutrición del feto pueden efec mefacción, que so aumenta especialmente por la ma
tuarse igualmente, aunque no se haya establecido ñana. Después del sueño, el ejercicio mas moderado
todavía esta función periódica; que la fecundidad de va acompañado de dispnea, con latidos délas carótidas
pende de otra causa, de un principio análogo á aquel y de las temporales; se declara una inercia del estó -
de que se deriva en lus hembras de los animales; mago, con eructos, depravación del apetito, náusea-,
que la naturaleza ha sometido en general á todas pica, malacia, soda, ardor en el epigastrio, regur
las mujeres bien organizadas al tributo menstrual, gitaciones, vómitos; la enferma esperimenta batimos,
pero que no lo exige siempre con el misino rigor, pandiculaciones; busca la soledad, está triste, llora
bajo pena de esterilidad. con facilidad, se deja llevar fácilmente de la cólera;
862. No hablaremos aquí de la suspensión normal es presa de una soñolencia continua , tiene ensueños
de las reglas durante el eroburazo y la laciancia. Aun aterradores, y pesadillas. Las orinas son acuosas, ó
que la cesación de este flujo periódico sea un pri turbias; las estreinidades están trias, los pies se hiu-
vilegio, triste, es cierto, de la edad avanzada, di chan por la tarde; sobrevienen lipotimias, síncopes,
remos algo de él bajo el nombre do amenorrea sobro todo, cuando la jóven permaneco algún tiempo
senil, porque esta época es mucho mas tormentosa en una gran reunión de personas, por ejemplo, de
en un gran número de mujeres, que la primera mens rodillas -311 los lugares consagrados al culto; se man i -
truación. Entre las retenciones estra-nalurales, debe liestan vértigos, zumbidos de oidn, una tensión en la
mos colocar primero á la amenorrea de las jóvenes, nuca, hemorragiasnasales, y congestiones sanguíneas
que consiste en un establecimiento largo y penoso sobre diversos órganos. Algunas veces la supresión
de la secreción sanguínea del útero. En un sentido de los menstruos va acompañada do tumores que se
mas estenso, referimos igualmente ú las retenciones desarrollan periódicamente en los brazos, ó en algu
la amenorre.i destiladora (estillilia) ó laboriosa; en na otra rogion; estos tumores están rojizos, doloro
esta enfermedad el flujo no está suprimido, pero la sos; se abren espontáneamente, y suministran sangre,
cantid.id de la sangre no se halla en razón de la edad, que corre gota a gota por espacio de algunos dias, ó
de la constitución, ni del esfuerzo hemorráglco; este bien disminuyen y se disipan insensiblemente pocos
liquido no sale puro, sino pálido, mucoso, seroso, ó dias después de su aparición.
la escrecion es difícil, iludías veces la evacuación Hemos observado enunajóven robusta, que se acer
periódica no eslá suspendida, ni es menos abundante caba á la pubertad, un fenómeno notable: mucho
que en el estado normal; pero se retarda, y esta es la tiempo antes del establecimiento de las' reglas, la
amenorrea circunscrita. Cuando las reglas no han vena safena so ponia todos los meses, poi un lado, yon
aparecido en una mujer saludable, sin que nada se las inmediaciones del maleólo, tensa, roja y dolorosa;
oponga ú la escreciou uterina, ó cuando cesan total la inflamación duraba los mismos dias que duran or
mente por espacio de muchos meses ó muchos años, dinariamente los menstruos, y se disipaba en seguida.
sin ser reemplazadas por ninguna evacuación suple Este trabajo secretorio cesó sin causa conocida, como
mentaria, fuera del tiempo del embarazo y de la lac hubiera desaparecido si se hubiesen presentado las
tancia; este estado constituye la amenorrea completa. reglas. Cuando en la edad tierna, ó en la edad ma
Algunas veces la secreción sanguínea es Impedida por dura, la sangre se dirige sobre otros órganos, so es
un vicio orgánico del útero, dependiente de una en capa, por lo común periódicamente, y aun sin lesión
fermedad, de una lesión anterior, mas bien accidental alguna de los vasos, por la nariz, los ángulos del ojo,
quo congénita, y esta es la amenorrea orgánica. los oidos, las vias de la respiración, el estómago, los
Cuando un obstáculo mecánico se opone á la esere- intestinos, la cstremidad de los dedos, la barba, etc.
cion.de la sangre ya segregada, damos á esta reu Otras veces se manifiesta una secreción serosa ó mu
nión el nombre de amenorrea por intercepción. La cosa, ó bi ;n la piel llega á ser asiento de una erupción
amenorrea seni'/ es la que sobreviene entre los cua impetiginosa.
renta y los cincuenta años; no es menstrual; es upa En el mas alto grado, los síntomas do la retención
irregularidad del llujo periódico, que vuelve por in constituyen una enfermedad que los antiguos refieren
tervalos lejanos, hasta que cesa para siempre; ordina á las caquexias, y que los nosólogos del siglo xvi de
riamente va acompañada de una salud dudosa. Cuan signan con los nombres, casi todos impropios, de clo
do la supresión de las reglas reconoce por causa la rosis, fiebre blanca, fiebre de amor. Según creemos,
falta de sangre y la duhiiidad, os asténica; nosotros hace treinta años sa ha considorado, sin fundamento,
la llamamos hiperesténica cuando hay esceso de fuer este estado como una enfermedad particular. El vulgo
zas, y sobrecscitacion del corazón, y del sistema vas es en todos los países la causa de este error nosoló-
cular. La amenorrea sobreviene lenta ó súbitamente; gico: él ha tomado el pri.icipal carácter de la cloro
en el segundo caso es efecto, y algunas veces causa, sis del color de la cara, que os pálido, amarillo-ver
de una cnlermedad febril aguda, ó de una violenta doso, ó bilioso, á escepcion de In esclerótica, cuya
afección del alma; en el primero es una enfermedad blancura no se altera, de donde ha venido la deno
crónica, principio ó consecuencia de ella. minación de ictericia blanca. Algunas jóvenes, afec
863. Amenorrea de las jóvenes.— Lo que hemos tadas de esta enfermedad, suelen iscobrar In salud
dicho en otra parte acerca de la amenorrea de las después del matrimonio, y se ha sacado la consecuen
jóvenes, halla aquí aplicación: á la revolución de la cia, comunmente fa'sa, de que sus violentos deseos
pubortad, sobrevienen en las niñas dolores en los lo eran la causa da su mal. Los hombres del arte no
mos y la pelvis, con laxitud en los miembros inferio habian reconocido fiebre en la clorosis reciente: el
res, flegmasías, rubicundez, cefalalgias, y eflores vulgo proclamó el estado febril, en vista de las irre
cencias pustulosas, sobro todo, en la cara; los ojos so gularidades que el pulso ofrece algunus veces, y la
animan, el pulso es fuerte, acelerado, y aun dicroto; frecuencia que le da el menor ejercicio del cuerpo,
las mamas se ponen tensas, y se desarrollan con ra ó lamas ligera afección del alma, y en vista de la
pidez; la sensibilidad moral so exulta, con inclinación cefalalgia de que las enfermas se quejan comunmente,
á la tristeza, y la jóven esperimenta un sentimiento y del sentimiento de laxitud que esperimenlan en los
de laxitud, cólicos.'y en fin, un llujo seroso, y Wib- miembros. En cuanto al color del rostro, presenta la
DI MEDICINA Y CIMJIÍA.—FRANK 623
los síntomas de la clorosis, no solamente en la jóveu abundantes que en los países cálidos , y en las per
nubil, en la viuda en el vigor de lu edad, sino tam- sonas de una constitución robusta, quo en las muje
bien en lu belleza inocente, que uo lia conocido nun res de fibra Hoja; en el campo, donde el cuerpo, for
ca los tormentos del amor, en las jóvenes casadas, en tificado por un trabajo diario , no goza de mejor sa
los literatos, y aun en los niños. Un gran numeró de lud , que en las ciudades, donde se enerva por los
jóvenes cloróticas, están afectadas al misino tiempo oscesos de la gula y por la ociosidad. Cuando los
de amenorrea; pero, diga lo que quiera un célebre menstruos han corrido ya muchas veces, la 'mijor
nosólogo inglés, nosotros hallamos en nuestras obser juzga mejor que nadie su diminución , la dificultad
vaciones, y en los autores, muchos ejemplos de jóve de la escrecion , la retención del flujo, y puede dar
nes, de mujeres de edad madura, que han esperiuieu- una idea exacta de ello al médico.
tado todos los síntomas de la clorosis, sin estar pri Los síntomas de estos desórdenes varían, en razón
vadas de sus reglas. De estos i hechos deducimos que de la diminución, que es mas ó menos considerable,
la clorosis no depende de la retención de los menstruos, de la mauera lenta ó súbita con que se efectúa, según
sino que es, así como la misma amenorrea, efecto de la naturaleza de las causas, y según la constitución
otra causa, y que puede ser muy variable. Casi todos del individuo. En un gran número de mujeres, después
los autores que han habla lo primero de la clorosis, la de haber durado las reglas veinte y cuatro horas, dis
han referido eselusivamente á la astenia; sin embargo, minuyen, cesan casi enteramente, sin ningún desór-
un célebre profesor de la clíuica de Viena , al cual den do las funciones; y aldia siguiente el flujo reapa
hemos sucedido, ha visto muchas veces que esta en rece y sigue su curso acostumbrado. En muchos ca
fermedad ha procedido primitivamente ole causas un sos de embarazo dudoso ó desconocido, la sangre,
un todo opuestas & las de la debilidad: nosotros mis suministrada á la verdad por la vagina, corre Lu i ti
mos hemos recogida, hace mas de cuarenta y cinco bien en las dos épocas siguientes , ó al menos en la
años, muchas observaciones do este género en las primera; después es menos abundante , desaparece,
proviucías del Rbin. Es cierto que en el mayor nú y la salad no esporimenla la menor alteración. Otras
mero de cloróticas, las causas y los síntomas se reú veces, sin causa conocida, y sin inconvenientes, las
nen para dar a la enfermedad todos los caracteres de reglas disminuyen durante un período, y vuelven con
la astenia ; sabemos que un escritor recomendable mas abundancia al período siguiente. Poro , en gene
entre los antiguos, considera la elegancia de las for ral, escepto en estos casos, cuando el flujo menstruo
mas (que procede de una constitución delicada) como es menor que de costumbre, ó la sangre mas acuosa,
una disposición marcada á la liebre blanca. Siu em viscosa, negra, y su eserscion difícil, se forman con
bargo, una cosa que no parece haber escapado á la gestiones en los vasos del útero , ó de la médula
observación de Hipócrates, y de los principales médi» lumbar; sobrevienen los mismos síntomas que en la
cosde la antigüedad, es, que el retraso, la diminu amenorrea de las jóvenes: las enfermas se quejan de
ción de los menstruos, y la dificultad de su seoreciou, dolores, que se parecen á los cólicos , en los lomos
se presentan algunas veces en jóvenes que gozaban y en las ingles, de un sentimiento de tensión en el
antes de buena salud, dotadas de una constitución útero, de dispepsia, de náuseas, de ansiedad procor
robusta, y criadas en priucipios muy diferentes de los dial, de palpitaciones del corazón , de insomnio; pa
que se siguen en las ciudades para la educación físi decen un flujo blanco, y diversos síntomas histéricos.
ca y moral del sexo femenino; de manera que la reac Si la diminución se efectúa súbitamente, en una per
cion demasiado viva del corazón y de los vasos sobre sona sensible ó bien constituida, se debe temer la
un estímulo morboso, llega á ser la cansa primera de inflamación de la matriz ó de los ovarios.
todos los accidentes: que muchas veces la clorosis Consideremos ahora la calidad de la sangre mens
incipiente depende mas bien de la opresión que de la trual. Los antiguos han declarado que, aun on las
pérdida real de las fuerzas: y que comunmente, como mujeres mas sanas, la sangre de las reglas poseía, no
nosotros hemos visto en el anasarca y en la hidro solamente cualidades sospechosas, sino aun veneno
pesía hiperestéuicas, los síntomas se agravan de día sas, y en nuestros tiempos se dice todavía en Alema
en dia bajo el uso de los estimulantes. Pero sea cual nia, que el (lujo periódico purga á las mujeres. No
quiera el origen de la clorosis, la debilidad, que es nos sorprendemos, pues, de que los patólogos de los
su efecto ó su causa, aumenta continuamente; la fie siglos pasados, olvidando la observación de Hipócra
bre lenta se declara , se forman obstrucciones en las tes, que reconocía eu la sangre menstrual las mismas
visceras, y la enfermedad se termina por la consun cualidades que en la sangre de una víctima inmolada
ción, la hidropesía, ó por convulsiones atroces. por la mano del sacrilicadnr, y descuidando el estu
864. Amenorrea laboriosa. — Los menstruos dio de las causas moi bosas, hayan icl'eiido á la reten
varían mucho en la cantidad, la calidad y la duración ción de este humor la numerosa clase do enfer
del flujo en cada p ríodo, según la diversidad de los medades del sexo femenino. Es cierto que, durante
climas y de los individuos; varían también aun en el período menstrual, las mujeres exhalan algunas
una misma mujer (I). veces , sobre todo en el verano , un olor desagrada
Relativamenteá la cantidad, los fisiólogos han trata ble para ellas mismas y para los que las rodean : lle
do de determinarla por un medio infiel; la inspección vado por esle olor particular y por la pronta corrup
de los lienzos que se han ensuciado durante el llujo. ción do la sangre menstrual, un médico , cuyo nom
Poro nada puede damos una idea exacta de la can bre es todavía célebre, ha enseñado que este líquido
tidad de sangre que pierden las mu|eres en los países suministraba ciertas exhalaciones capuces de obrar á
cálidos y en las comarcas meridionales; también os cierta distancia, y de producir la alteración del vino
imposible fijar con precisión dicha cantidad en una y do la cerveza. Nosotros rechazamos esta anticuada
misma mujer. Todo lo que la esperiencia nos enseña hipótesis, do la cual no puede sacar la práctica ven
sobre este punto, sin recurrir á un cálculo severo, taja alguna. En efecto, cuando la mas pequeña can»
dice un médico que vivía bajoel imperio de los Cé tidad de la sangre mas pura permanece cu la mem
sares, es, quo en ln Laponia las reglas son menos brana interna del útero, en la cavidad de esta visce
ra, cuya desviación se opone á la fácil salida do los
'tumores, y eu las arrugas de la vagina, no tarda en
eulrar un nuestras bodegas, donde reina un gran manjares esuuisitos , usan bebidas espirituosa
aseo, ydoude el calor atmosférico no podría penetrar, entregan á la ociosidad ; en las que prolongan sus
mujeres que se hallan con las realas, y las cxhala- vigilias, so dedican A la lectura de libros eróticos, á
ciones que se forman, según se dice , en los vasos los placeres dél amor, al baile, etc.. el flujo mens
uterinos, ó fuera de estos vas$=, no lian perjudicado trual continúa por espacio de ocho dias y aun mas.
jamás á nuestros vinos; en fin, no tenemos necesidad I-a evacuación se hace sin interrupción, y se acaba ?n
de suponer gratuitamente ll existencia du un vapor pocos dias; ó bien se efectúa lentamente , se de
deletéreo para esplicar los efectos de la retención tiene por intérnalos, y se conserva de este modo du
menstrual , y no observamos que las mujeres que rante muchos dias. Siempre que en nna mujer que
esparcen mal olor durante la menstruación , presen no está cu cinta, ni cría, ni se halla convaleciente
ten en el caso de supresión, accidentes mas grave*, do alguna enfermedad, el espacio quo separa los pe
que las que no esperimentan esta incomodidad. riodos menstruales llega á ser mas largo que de cos-
La sattgM puede estar viciada en un individuo innibre, sin que la mujer haya perdido mas sangre
sano, cuando está sometida á la influencia do una en la época preceden le, ó pierda mas en la siguiente;
secreción morbosa en el útero; pero no sufre esta al existe una retención, ó al menos una disposición ¡í
teración cuando se halla fuera do los vasos cuya ac usté génefo de enfermedad.
ción pervei lilla ha efectuado la secreción, siuocuan- 88$; Amenorrea circiuscrita.—Algunas cansas,
ermanece' «Mancada en el sistema uterino, de desconocidas por lo común ó de poca importancia,
' " i ser eliminada. La sangre de las reglas retardan uno ó dos dias, sin perjuicio de la safad, la
■ ni demasiado clara, ni demasiado espe» evacuación periódica. Pero cuando, en iráa mujer que
hemos asistido á una joven de Milán cu no liu llcgsdo todavía á la declinación de la edad, las
yos menstruos, establecidos con regularidad, conser reglas se retardan una ó dos semanal , sin que se
varon por mas de un año un buen color, y fueron pue la acusar al embarazo, ni á una enfermedad an
reemplazados en seguida, durante cinco ó seis meses, terior ó existente 611 la actualidad . y sin que se es
ñor un (lujo periódico muy abundante, de serosidad tablezca ninguna evacuación suplementaria, este es
trasparente. Sucedía una cosa digna i!e notarse , y tado constituye la amenorrea circunscrita. Algunas
era, que cuando este liquido manchaba un vestido de veces !a mujer pasa muchos meses sin esperimenlar
seda azul que llevaba la enferma, este se ponia al grandes incomodidades; y si avanza en edad , y ha
i lisian I c de color de rosa , mientras que los lienzos tenido las reglas temprano, este desorden no es mas
con que se cubría no so manchaban de rojo Se halla que precursor de la cesación. No sucede así con um
en las Efemérides de oír. de lu valur. h historia de persona saludable y en la fuerza de su edad ; en
una mujer que arrojaba generalmente lodos los meses tonces el retardo frecuente y prolongado del flujo
en lugar do sangre, un humor seroso azafranado. L is menstrual debe hacer temer la amenorrea com
manchas que esta matoria hacia en los lienzos no pleta
se podían quitar con nada: la mujer se hallaba bue 800. AMEisonriEA Completa. — Hemos referido al
na, pero permaneció estéril, lín las jóvenes, la san gunos ejemplos de fecundidad que liemos observado
gre es, por lo común, clara, y semejante al agua de nosotros mismos en mujeres que no habían tenido
carne; en las mujeres que empiezan á envejecer, es nunca regias y que gozaban, no obstante, de buena
negra y espesa; en la fuerza de la edad , están es salud: los fastos de la medicina nos ofrecen muchos
tas cualidades compensadas las unas con las otras. casos semejantes. Sin embargo, nos será permitido
Nosotros referimos ú la amenorrea laboriosa las sospechar la esterilidad en una jóven ó una mu
secreciones sanguíneas suplementarias que se efec jer que llega á los veinte años sin haber pagado este
túan periódicamente en alguna otra región de la tributo periódico. Ni conviene referir á las retención
economía. Algunas veces los menstruos son reempla nes esta especie de amenorrea, sobre lodo cuando la
zados por un llujo seroso ó mucoso , que se efectúa, naturaleza no lia suscitado ningún esfueizo hemor-
per ejemplo, por el recto, como nosotros hemos te rágico. No sucede lo mismo en una mujer jóven to
nido ocasión de observar. davía y bien constituida, que espei ¡menta periódi-
En general , cuando la secreción uterina no es camon'c los síntomas del esfuerzo hemorrágico mens
bastante abundante, cuando es interrumpida muchas trual (molimcii menstruorum), ó que ha tenido sus
veces, ó la sangre no es pura, sino acuosa ó muco reglas una ó muchas veces , aunque poco abundan
sa ; va acompañada de dilicultad en su escrecion, tes : si no se establece , en este caso, flujo suple
sobrevienen frecuentemente fuertes cefalalgias , vivos mentario, y la retención no reconoce por causa otra
dolores en el vientre, el hipogastrio, los lomos y los enfermedad , por ejemplo , una afección crónica,
miembros inferiores ; las funciones del estómago es sobrevienen, en general, porque hay algunas muje
tán alteradas, y se declaran accidentes nerviosos. Ks- res que no se afectan sensiblemente por ello , todos
los sintonías aparecen tres ó cuatro dias antes que el los síntomas de la amenorrea de las jóvenes y déla
llujo ; algunas veces persisten mientras dura , v aun amenorrea laboriosa, y aun accidentes mas graves, ta
continúan algunos dias después de su desaparición. les como ¡ufarlos, y obstrucciones, que ocupan prin
No es i aro que los dolores y el espasmo de que es cipalmente el útero ó los ovarios, las flores blancas,
—sa el útero, determinen una secreción morbosa de diversas hemorragias , sobre todo las hemorroides,
r¡fa, y den lugar A la formación de falsas mem- la hemoptisis , la dispnea , el asina, la tisis, la hi
las, que se asemejan á la membrana caduca de dropesía , un histerismo violento, y en fin, la liebre
las recién paridas, y salen en colgajos con la sangre héetfci.
do las reglas. De este trabaja incompleto do la mens 807. Amknorrea orgánica. - Algunas veces la se
truación es muy fácil el paso á la blenorragia be creción periódica falta por efecto do un vicio con»
nigna. génito de las partes internas de la genei ación. La
Lu duración del periodo menstrual no es igual cu abertura de los cadáveres nos enseña que debemos
todas las mujeres: algunas veces, pero este caso es acusar en este caso á la falta de la matriz, i la au
raro en Alemania, las reglas no corren mus que dos sencia de hs trompas ó de los ovarios , á la confor
dius; otras veces el Unjo dura tres , cuatro y cinco: mación monstruosa y 6 la pequenez del útero. He
i de mujeres , sobre todo" en las mos asistido eft el Ins '
DE MEDICINA T CUMJJÍA. — FKANK 325
(lujo menstruo, y era estéril; escurada su motriz con sangre por detrás del obstáculo. La enferma espe-
el dedo , parecía tan gruesa como una avellana. No rímenlaba á menudo dolores crueles en los lomos,
conviene colocar en la clase de las retenciones una en el hipogastrio y en las partos genitales; creia sen
amenorrea de este género. Pero cuando el vicio or tir en la matriz un cuerpo estraño, y la ansiedad
gánico es adquirido, ó accidental, mas bien que con llegaba á su colmo. Se hizo una incisión en el hf*
guito , de .manera que la secreción menstrual so men, y la jóven arrojó cinco libras (2,500 gram.) de
efectúa regularmente antes de la violencia esterior ó sangre negra, espesa y sin mal olor: esta evacuación,
de la enfermedad que ha desordenado su curso, esta que no fue acompañada do desfallecimiento, disipó
es para nosotros una amenorrea orgánica. Dicha es todos los accidentes. Uno de nuestros discípulos nos
pecie es mucho mas común que la falla original de ha comunicado un caso semejante, cuya observación
menstruos; basta para convencerse de ello echar :ina recogió en Spira, hace cerca de cuarenta y Ires años,
mirada sobre las numerosas causas de la amenorrea, en una jóven que todo el mundo acusaba de bailarse
sobre las lesiones del útero que provienen de una embarazada. La incisión del bimen proporcionó sa
caida, de una contusión, do un pai to difícil ó arlili- lida á algunas azumbres de sangre, que no ofreció
cial, de la aplicación poco melódica de los instru la menor alteración; la operación fue seguida de un
mentos , de la estraccion violenta de la placenta, de desfallecimiento, pero salvó el honor de la enferma.
ios remedios q ¡e provocan el nborto|, de la metritis, Observemos de paso, que la sangre, queen circunstan
de las úlceras sifilíticas ú otras, de la blenorragia cias semejantes permanece en el útero y la vagina,
crónica, del abuso de las inyecciones astringentes ó no está siempre exenta de corrupción y do fetidez.
espirituosas para suprimir este flujo ó detener la Por lo común existe en el lumen una abertura peque
metrorragia, de las concreciones esleatomatosas, po ña, cuyos bordes ceden sin desgarrarse, lo cual per
liposas, huesosas; del endurecimiento de las paredes mite la introducción del miembro viril cuando no es
uterinas, etc. Bajo la influencia de estas causas , pa demasiado voluminoso; otras veces la membrana se
dece piesentan en toda su integridad; el licor seminal na
J , laprincipalmente
membrana interna de ladelsecreción
útero, quesanguínea;
está encar-
se lia sido, por consiguiente, arrojado mas que sobre su
n cicatrices, callosidades, que la comprimen, la cara esterna, y sin embargo , ha tenido logarla fe
n, y pierde su vitalidad. cundación. La anatomía nos enseña que el hímeii
AJIESOKREA POll INTERCEPCION— Eli el CStOllo existe algunas veces duplicado, pero uno solo es el
' i sangre menstrual, baja por el cuello y el que cierra exactamente el paso. En ciertos casos es
;1 útero á la vagina, que la trasmite ú fuera. mas bien una oscrescencia carnosa que una produc
El trayecto que recorra no es largo, pero está lleno ción membranosa laque constituye el obstáculo; los
por lo común de obstáculos que tienen su origen on escritores de la antigüedad, engañados quizás por la
un vicio primitivo de organización ó cu una enfer presencia de algún pólipo ó por un descenso de lu
medad accidental ; en alguuas mujeres, el paso está vagina, han asegurado que estas escrescencias tenían
cerrado en parle, y en otras se billa enteramenle una forma cónica. El orificio de la vagina puede
obstruido. obliterarse cuando ha sido magullado en un parlo la
Cuando se descuidan, sobre todo en la infancia, borioso, ó es asiento de úlceras variólicas , si no se
las diversas alteraciones físicas de los órganos geni tiene cuidado de impedir el contacto de las superficies
tales, como la quemadura, lu inflamación, la supura- inflamadas.
' n, la escoriación, los estragos de la viruela; cuan- Aiuunas veces la misma vagina puede apartarse de
110 se tratan con cuidado las lesiones producidas su dirección natural, ó no existir; ser incompleta ó
r un parlo laborioso, ó por úlceras sifilíticas, los doble, abrirse en el recto, estar dividida longitudinal
rdes de la vulva, contraen adherencias recíprocas ó trasversalmentc por un tabique carnoso; hállase
3 cierran el orificio de la vagina. En este caso, la obstruida por la presencia de un pólipo, ó en fin,
;a membrana que reviste algunas veces las partes obliterada por la iuflueucia de las mismas causas
reunidas por esta disposición morbosa, cierra casi que determinan la obturación. Una jóven de veinte
enteramente la vulva hasta la abertura de la uretra; años, fue recibidu en 1739 en el hospital de Vicna;
una parle de la orina se detiene por detrás del obs lema uu vientre voluminoso, y era presa de dolores
táculo, cae en la vagina, irrita , distiende, escoria atroces, acompañados de couvulsiones. Un hábil ciru
este canal, y su acumulación da lugar á un tumor jano reconoció que el orificio del útero babia con
doloroso que comprime el recto. traído adherencia con la vagina en el lado izquier
Otras veces, el canal vulvo-ulcrino se encuentra do; le desprendió con el bisturí, y bien pronto se es
comprimido, estrechado, obturado por un tumor de caparon cerca de ocho libras (í kilóg.) de sangre,
las pirles esternas de la generación. Hace cincuenta que no ofrecia señal alguna de putrefacción. Los ac
años, que nosotros hemos curado en Rastadt una jó cidentes se disiparon, y los menstruos corrieron por
ven afectada de una hidropesía voluminosa del pe espacio de dos meses en las épocas fijadas por la
queño labio derecho; el tumor hubiera llegado á naturaleza. Habiéndose renovado la adherencia al
cerrar seguramente la vagina, si no hubiésemos tra cabo de algunos meses, volvió á tener lugar la re
tado de vaciarlo por medio de escarificaciones. tención, y fue menester recurrirá una segunda ope
Las mas veces, el obstáculo que cierra en todo ó ración, cuyo resullado no hemos sabido. El mismo
en parte la entrada de la vagina, mi procede de los año se presentó otra jóven en este hospital, con una
labios de la vulva, sino que depende también de un obliteración de la vagina por la adherencia reciproca
vicio congénilo ó accidental. Puede tener su asiento de sus paredes; las reglas estaban retenidas hacia
en el orificio mismo del canal ó en su trayecto , lo muchos meses; la sangre distendía el útero y la vagi
que constituye el atretismo de ros griegos, ó en el na, y se hacían sentir vivos dolores cu el vientre y en
orificio ó en el cuello del útero. la región lumbar. El cirujano de que acabamos de
En algunas niñas, la cutrada de la vagina está hablar, practicó una incisión sobre el tumor que des
cerrada exactamente por ol híinen. Se halla en las cendía al cana1, y salió una gran cantidad de sangra
Actas ftncú -médicas la historia de una jóven de sin olor. Hemos leído en un autor la historia de un
quince años, en la cual estaba imperfbrhda esta mem caso análogo, en el que se sacaron 12 libras (6 kiló-
brana; el vientre se había desarrollado como
8-28
(fue dependen de una enfermedad anterior, de olra ligeros, que es, partes gonilaies al frió y á
evacuación. lu impresión del aire en la época de las reglas,, 'La
La secreción menstrual está suspendida en el caso decencia previene esto* accidentes en Asia; aun en la
de verdadero ó de falso embarazo, porquo la cara parle meridional de esta parte del globo, las ¡nujcio
interna dol útero, encargada de esta función perió hacen uso de los calzoncillos. Nosotros hemos com
dica, se llalla comprimida por el cuerpo que llena su batido, como la mayor partí' de los médicos, la opi
cavidad, y sus vasos se desarrollan por la estension nión de los antiguos sobre las cualidades casi vene
sucesiva de sus paredes. Las necesidades del feto no nosas de la sangre menstrua!. Este error lia sido sos
prueban aqui nada, puesto que la sangre menstrual tenido por hombres que han prestado servicios ;i la
no es necesaria para su nutrición en las bembras de historia natural, y se podría considerar mas bien co
los animales. mo un dogma médico-político que come una verdad
Durante la lactancia,]la supresión de los menstruos de que se hallasen persuadidos. Esle cuso no es el
depende menos de la dirección de la sangre uterina único en quo los legisladores se han valido de protes
hacia lus mamas, que del establecimiento deun;i«e- tos pura hacer observar al pueblo leyos necesarias á su
creciou suplementaria ; esto es lo que tiene lugar felicidad. En muchos pueblos de la antigüedad, las
timbien cuando el flujo se efoctua porta estremidad mujeres eran declaradas impuras diñante el peiíodi
de los dedos ó por cualquier otro órgano. menstrual, y estaban privadas de los derechos de
Los antiguos lian visto, como nosotros, suprimirse matrimonio: la purificación de las recién paridas
la evacuación menstrual durante las enfermedades una institución sancionada por las leyes religiosa
graves y en la convalecencia que las sigue, por los que están todavía en vigor. Él uso de los vendaje
sudores abundantes ó los tlujos copiosos de vientre; que las mujeres llevan hoy cuando tienen la meiio-
un simple plialismo, una sangría, producen á menudo iruucion, dala desde la época en que los europeos, sa
el mismo efecto. Se ha dicho, con cierta apariencia cudiendo el yugo sagrado de las costumbres auliguas,
de verdad, que la sangre siqierllua habia sido coosu- quisieron, en desprecio de su salud y de la decencia,
midapor la enfermedad, ó llevada al torrente de los aparecer cu todos tiempos, aun eu los días sagrados,
humores escapados por otros conductos , ó que la en medio de las sociedades escandalosas y de los bai
debilidad sola habia suprimido este flujo, como su les prohibidos por la decencia. Guando el flujo es
prime comunmente las demás evacuaciones. Un céle muy abuudante, son necesarios, el repose, la posición
bre médico griego observa en apoyo de esta opinión, horizontal, al menos durante los primeros días, y la
que la hemoptisis, las grandes sangrías detienen el mujer no debe andar ni permanecer en piu Pura es
curso de las reglas; que las domas secreciones, tales tar libres en un caso semejante, muchas mujeres se
como los sudores abundantes, los vómitos continuos, aplican un vendaje muy apretado, que impide el curso
los (lujos de vientre, las grandes supuraciones, y las de la sangre hacia afuera; de este moda puedeu pa
erupciones de pústulas en la piel, son seguidas con sar horas enteras eu los juegos, los bailes, los espec
frecuencia del mismo resultado; que esta supresión táculos, sin atender á los cuidados que exige el aseo:
reconoce también por causa las enfermedades agudas la sangre se detiene, so acumula al principio eu la
y graves, el osceso ó la privación de los alimentos. vagina, y después en la cavidad del útero; distiende
Se ha atribuido una parte de los flujos sanguíneos ú é irrita estos órganos, sobre lodo en los fuertes calo
la debilidad: sinqueror escluir esta causa del número res del estío, líay personas cuyos deseos son mas
de las que producen las retenciones, es permitido violentos en medio del período menstrual; pero el
dudar que fea siempre la única; se puede creer que coito suele suprimir el flujo, y determinar por con
este género de enfermedad procede comunmente de siguiente una metritis peligrosa. Por último, la es
un cambio fisiológico efectuado en el cuerpo de la tancación de la sangre, detenida por el vendaje, y
mujer y eu el útero por las secreciones morbosas. corrompida por el calor ¡del cuerpo, es mas propia
Entre las causas de las retenciones menstruales, para despertar esta necesidad física, que el curso regu
sobre lodo de las retenciones súbitas, una de las mas lar libre y no ¡utenumpido del liquido. Hemos refe
comunes es la conmoción violenta del alma, por ejem- rido un ejemplo, que prueba que un vendaje dema
nlo.cn la cólera, el terror, el espanto, ó la tristeza. siado apretado puede hasta impedir la secreción ule-
La joven á quien su madre no ha tenido cuidado de fina. Lo que liacc también peligroso esle medio, es lu
instruir pronto del fenómeno do la menstruación, se necesidad eu que lu mujer se encueniru de quitar el
asusta de la presentación inesperada de las reglas; vendaje siempre que quiere satisfacer las necesida
sus gritos escitan la risa de los que saben la causa; des naturales: las partes que mantenía en calor, quedan
se abochorna de su ignorancia , y el sentimiento espuestas entonces & la acción del frip, sobre todo en
penoso que esperimenta, ocasioua por lo común, co invierno. En general, la acción del frió sobre los ór
mo hemos obsorvado muchas veces, una supresión ganos genitales es lu causa mas común de la supre
peligrosa de la primera menstruación. Una señorita sión do las secreciones uterinas sanguíneas, pituito
fue atacada en la escalera, al salir de un baile, por un sas, habituales. Urja jóven que esperaba á su amante
hombre siu pudor; tenia sus reglas, y el terror que le en la época de sus reglas, se lavó muchas veces con
causó este encuentro inopinado, y el temor de verso agua fría para suprimir este flujo importuno: la reten
ultrajada, hicieron sobre ella una impresión violenta, ción sanguínea determinó úua inflamación de la ma
que suprimió el flujo menstrual, y cayó en una me triz, y esta desgraciada fue trasportada moribunda al
tritis que fué mortal á los pocos días. En una hospital de Viena, en 1791. Un célebre cirujano de
persona muy sensible, una débil impresión produce Helinsta?dt nos ha dejado la historia de una mujer
el mismo efecto. El momento mas favorable para la que fue afectada do la amaurosis de un ojo, ü conse
epcion, es el que sigue al período menstrual, cuencia de una supresión determinad i por la inmer
i sensibilidad moral ó artificial, esta debilidad del sión de los pies en agua fria: se consiguió que vol
mía muscular, que distingue á las jóvenes criadas viese la evacuación periódica, y con el. a volvió feliz
en la indolencia y el lujo de las ciudades, son el orí- mente la vista. ■ I uso de los helados, de las bebidas
gen de un gran número de enfermedades, sobre lodo frías durante el periodo menstrual, cuando el cuerpo
de las que determina el desdiden del flujo periódico. eslá sudando, no es menos peligioso.
Otra causa de los desórdenes de la menstruación I Los escesos de la gula , los alimentos difíciles
en nuestros climas, es el usar vestidos demasiado • d igerir, desordenan
DE MEDICINA Y CIRÜJU.—FRANK. S29
Iruos. No hace mucho tiempo que los patólogos han cad; su causa principal da lugar á enfermedades se
atribuido este efecto al espesamiento ó á la viscosi cundarias, que forman otras tantas complicaciones.
dad de la sangre. Pero cuando se conoce la influen 872. Pronóstico.— La historia de los síntomas y
cia que ejercen las alteraciones del estómago sobre las de las causas de la amenorrea, contiene casi todo lo
funciones del alma y del cuerpo, principalmente so que hace relación al pronóstico ; poF lo tanto, nos
bro el eslaúo del úiero, no hay necesidad de recur resta poco que decir sobre osle punto. Como la ame
rir á una hipótesis absurda para esplicar el hecho. Se norrea es mas veces sintomática que esencial , la
hallan en las ciudades, mujeres, jóvenes aun, que des enfermedad de que se deriva es la que merece la
deñan los colores d8 las mejillas porque son dema atención del médico. Mientras existen esfuerzos he-
siado ordinarios, y beben todos los dias hasta una li morrágicos que vuelven periódicamente á las épocas
bra de viuagre, y mas, como hemos observado con menstruales, se puede esperar que los socorros de
frecuencia, pan q ie su rostro adquiera esa palidez, la medicina secunden eficazmente la tendencia de la
que les da un aire distinguido; y no solamente lo naturaleza. Pero cuando todos los movimientos del
consiguen, sino que por lo común tomau un hábito organismo, para dirigir la sangre hácia el útero.1, han
elorótico, y sobrevienen en ellas los accidentes mas cesado con las reglas, el éxito es dudoso; y si la
graves de la clorosis. Uu célebre médico griego dice supresión es antigua, si la amenorrea ó la enferme
que un csceso de gordura , lo misino que el enfla dad de que es síntoma lia traído consigo alguna com
quecimiento, pueden ocasionar algunas veces la su plicación grave, la curación llega á ser cada vez mas
presión de las reglHs. Según esto autor, las perso difícil. Hipócrates declara incurable la retención
nas gruesas tienen el sistema sanguíneo menos rico, cuando data de seis meses: es necesario esceptuar la
las venas muy pequeñas, y su sangre, poco abundan amenorrea dependiente de vicios orgánicos que no
te, so convierte casi enteramente en materia adiposa: están fuera de los recursos de la cirujia, porque no
lo que prueba esto, dice, es que las mujeres do esta so debe esperar nada de los remedios internos en los
constitución no llegan nunca á hacerse embarazadas. casos de este género que no admiten operación qui
1.a abstinencia, y el aniquilamiento de las fuerzas rúrgica. Cuando el retardo de las reglas aumenta
por el trabajo, ejercen una influencia no menos per progresivamente de una época áoira, es do temer
niciosa sobre las secreciones del útero : no carece que se supriman del todo; a-i como su anticipación
pues, de. razón el autor de un antiguo tratado sobre reiterada degenera en mennrragia crónica. Si se pres
las enfermedades de las mujeres, cuando observa que ta atención á la tensión del hipogastrio, á los dolo
la Clorosis os mas frecuente en los años de escasez. res del vientre, de los lomos, de las caderas y de los
Un módico griego de la antigüedad, que ha escrito muslos, en muchos casos de supresión, de dismenor-
sobre el mismo objeto, sostiene que las mujeres que rea, ó al aproximarse el flujo, en un gran número de
i jereitui frecuentemente y con violencia el órgano mujeres nos convenceremos de que la sangre no in
do la voz, no padecen el flujo periódico , porque gurgita solamente los vasos del útero, sino también
consumen en este ejercicio la sangre menstrual. los de las trompas y los de los ovarios. Ruysch ha
Esotros.no sabemos que la observación haya demos observado el útero de una mujer muer'a durante ln
trado la verdad de esta aserción. Otro autor griego menstruación, y nos ha dejado la descripción en sus
habia ya dicho que las mujeres estériles, las muje Observaciones anatómico patológicos. La cavidad de
res cu cinla, las cantatrices, y las bailarinas, no espe- este órgano contenia sangre coagulada, ligeramente
rimenlaban evacuación menstrual, porque consumían aglutinada á sus paredes; los coágulos se prolongaban
jtor el ejercicio todo lo superfino de sus humores. á la trompa, hasta el ovario, que estaban cubiertos
No es necesario repetir aquí lo que hemos dicho por ello». El observador ha deducido de este hecho
relativamente á los efectos del celibato en uno y que los humores heterogéneos contenidos en la cavi
otro sexo (I ). Las reflexiones que hemos hecho (863) dad uterina podían pasar por lus trompas de Falopio
sobro la clorosis, y la amenorrea, algunas veces lii- á la pelvis, á ia cavidad abdominal, y su aserción se
perestóuica, que es producto de ella, amenorrea de halla conlirmada por las Actas de los eruditos de
signada por ciertos autores con el nombre de fiebre Leipsick del año 1093.
caliente de tas cloroticas, fiebre blanca con espesa En la clorosis que acompaña á la menorren, si los
miento, fiebre sanguínea, plelórica; se comprueban menstruos se establecen con el tiempo , y vuelven
sobre todo en las mujeres bien alimentadas , bien periódicamente en las épocas fijadas por la naturale
constituidas, y de buena salud; en tas niñas doladas za, en una justa proporción relativamente á la can
de uua gran sensibilidad, robustas, y cu las viudas tidad de la sangre, podemos esperar una próxima cu
jóvenes, do este temperamento, que observan escru ración. Seria peligroso suprimir una evacuación su
pulosamente la continencia. plementaria con Ta vuelta de un flujo natural. La
De todo lo que liemos dicho hasta ahora sobre las clorosis asténica simple no es f-r lo común difícil de
causas de la amenorrea , resulta , que consisten, curar, cuando se combate desde el principio por un
como las de la meuorragia, en una afección de todo buen régimen del cuerpo y del espintu ; pero cuando
el sistema, en un vicio local de los órganos geuita- ha sido descuidada y va acompañada de (instrucciones
le.3, ó en lin, en una y otra. Si consideramos el gé viscerales y de fiebre lenta, se termina frecuente
nero de vida quo llevan las mujeres de las ciudades, mente por la anasarca, por diversas hidropesías, so
en el seno de la ociosidad y de los placeres, y las bre todo, la de los ovarios. Si la joven ha esperimen-
fatigas y las privaciones á que están sujetas bis tado violentos deseos que no lia manifestado , y que
mujeres do las aldeas , sin* tener otros medios para pueden ser efecto ó causa de su enfermedad, sobre
reparar su< pérdidas diarias que alimentos poco nu vienen algunas veces los síntomas de la ninfomanía
tritivos, de mala calidad, se tendrá lucra de duda ó furor uterino, afección deplorable , que es produ
quo el mayor número de las amenorreas depende de cida frecuentemente por una flogosis oculta de la ma
la astenia. Pero , sea cualquiera el carácter de la re triz. La clorosis inveterada trae consigo la esterili
tención, cuando se prolonga porque se descuida ó se dad, ó dispone al aborto. Una mujer, puede ocultar,
trata mal, y no se couserva en su estado de simplici- disimular ó descuidar su embarazo : seria, pues, pe
ligroso algunas veces querer atraer las reglas sin ha
l Sjstenu eijitr wHstuudigea MediciDiselicui Policey. Man ber aclarado las dudas sobre este punto. Las mujeres
ileño, 1784, t. 1. de una constitución fuerte é irritable , en las que la
BIBliOTÍCA KCUNÓH1CA
menstruación osdolorosa, son atormentadas ú mcnu- bre salvaje, sometiéndose al yugo de la sociedad, dejó
do por vivos dolores después del parto. Un célebre de vivir en el concubinato á la manera do las bestias,
médico de la antigüedad, pretendo que es mas fá las leyes religiosas y civiles arreglaron las condicio
cil atraer la eiBcuanioiyjienstrual que los demás flu nes del matrimonio según los principios del bien pú
jos sanguíneos: la esperiencia uo nos lia demostrado blico y particular. Pero se ocupó mas de la educación
todavía la verdad de esta aserción. do los varones: aunque la educación física y moral de
xi'í. Tiutamiiísto.— Cuando una mujer que jamiís la mujer ejerza una influencia mucho mayor en el
menstruación, y goza por otra parte de estado físico y moral de los jóvenes que deben ocu
lid peifccta, no se la debe someter á ningún par un dia un rango en lajsociedad, uo se trató de
tratamiento ; es necesario esperará que la ausencia de determinar lo que podia mantener en ellas la salud
esto flujo haya.determinado alguna afección morbo del cuerpo y del espíritu, mens sanain corpore sano.
sa. Se cuco generalmente que una mujer quo no está .Tal es la causa de esa constitución delicada que dis«
sometida a este tributo periódico, se halla privada de tingue á las niñas de las ciudades, entregadas á la
la facultad de concebir; aun suponiendo que la espe ociosidad, á lodos los caprichos que las modas han
riencia conürmase siembre esta proposición , como la consagrado, y sumidas en una ignorancia absoluta de
esterilidad no depende de una sola y misma causa, no las precauciones que reclama ln salud, y de los debe
se seguiria de ello que los cmenagogos se hallasen in res que la maternidad debe imponerles un dia. Liga
dicados para hacerla fecunda. La absurda hipótesis das con los lazos del matrimonio, no pueden ensenar
que supone la causa de la menstruación en una plé á sus hijas lo que ellas mismas no lian sabido nunca,
tora relativa á las necesidades del feto, ha dado orí- es decir, á no asustarse por la aparición de los mens
gen á una multitud de errores en el ejercicio de la truos, a observar las precauciones que exige el tiempo
nedjcina; pero la ridicula preocupación que reliere de las reglas, y á evitar todo lo que pueda alterar el
Jas las especies de amenorreas á la astenia, no ha curso de este flujo periódico.
i menos funesta á la humanidad. Se ven muchas Hasta que esto punto importante de la educación
iras y viudas, que tratan de abortar el fruto des física de las jóvenes haya lijado la atención do los
jado ue un comercio ilícito; se eucuenlran tam- magistrados , ó que una obra al alcance do las ma
i un gian número de mujeres, quo no ?o«pcchan- dres de familia lleno este vacío, el médico debe
su embarazo, quieren referir absolutamente á la juzgar de su deber el dar sobre este punto todos
pensión de los menstruos todos lus desórdenes de tos consejos necesarios á las personas que lo honren
salud. Si el médico se deja engañar por los artifi con su confianza. Lu jóven, advertida por su madre,
cios de una madre culpable y desnaturalizada , si no verá sin espanto la aparición de los menstruos , y un
trata deconocer los signos, inciertos á la verdad, que pudor mal entendido, no la impedirá pedir á tiempo
distinguen el embarazo incipiente dé las afecciones los consejos de un médico esclarecido , si tiene ne
morbosas , puede administrar remedios funestos al cesidad de él. En un gran número de jóvenes el flujo
embrión y á la madre, y cometer faltas que compro menstrual se declara inopinadamente , y sin ningún
metan su conciencia ó su reputación. desórden en las funciones; otras veces va acompaña
liu la amenorrea, como en todas las enfermeda do de diversos síntomas que hemos espuesto en su
des, el punto esencial es el de destruir la causa ó tiempo y lugar, y que producen la clorosis ó un es
al menos debilitar su influencia. Importa también tado historio funesto cuando vuelven á menudo con
distinguir la amenorrea súbita de la que se establece cierto grado de intensidad. Para prevenir semejantes
lentamente. La primera marcha por lo común con la accidentes, es necesario, en el momento en que apa
rapidez de las afecciones agudas, y reclama socorros rezcan las reglas, ó en qus se manifiesten signos pre
mas prontos que la segunda; esta, por el contrario, cursores, guardar, en cuanto sea posible, el reposo
es frecuentemente oscura y oculta. En la miad ma del cuerpo ó del espíritu, la posición horizontal, al
dura es necesario investigar si la amenorrea depende menos durante los primeros días; usar alimentos
de una falta de secreción ó de escrecion. Pero, cual fáciles de digerir , bebidas templadas ; abstenerse
quiera que sea el carácter de la retención, no se debe de los espirituosos, de los aromáticos, y evitar el frío
olvidar nunca que puede complicarse con otras afec así como el calor. Los vendajes apretados, de que las
ciones morbosas , las que es necesario tener cuenta europeas hacen uso á fin de no privarse de las reu
en el tratamiento. niones durante el periodo menstrual, harán inútiles
Establecidos estos principios generales, pasamos todas estas precauciones. Por otra parte, la sangre,
al tratamiento profiláctico, que tiene por objeto pre como dice Arcteo de Capadocia, no corre en bastante
venir la supresión, indicando las precauciones que re abundancia en la primera menstruación; y cuando se
clama el estado de las reglas. declara un flujo copioso, basta renovar frecuentemen
Hemos espuesto en otra parte todo lo que concier te los lienzos destinados á recibir el líquido. Las mu
ne a la educación física de los niños de uno y otro jeres hallarán un poco incómoda la observación ri
seso, considerada relativamente á Id propagación de gorosa de estos preceptos; pero la naturaleza, al im
la especie (1), y es inútil repetirlo aquí, En las arles, ponerlas el tributo periódico, las ha sometido á todos
en las ciencias, el derecho de ejercer no está conce los inconvenientes que resoltan de él, y muflios su
dido mas quo á los que han probado su capacidad; cesos funestos deben enseñarles á no despreciar los
¡y el cuidado de dar á la suciedad nuevos ciudadanos, consejos que les damos. Tal es la razón por rj'ié, en la
y el eucargo, mas difícil aun, de dirigir su educación mayor parle de' los pueblos de la antigüedad, las le
física, se abandona & jóvenes que no tienen idea algu yes religiosas prohibían á'las mujeres presentarse en
na de las precauciones que exige su salud, ni de los sociedad durante el período menstrual, y las conde
deberes que les impone la sociedad para la conserva naban á vivir retiradas hasta que se hallasm purifi
ción desús miembros! Sin embargo, luego que el hom- cabas ( I). Las mujeres de los pueblos ó de las aldeas,
dedicadas á trabajos penosos, no pueden, es cierto,
1 Systi'm. tlar Mcdlelirtschcn Policoy,' t. t.— Véase lambirn ;í observar este género de vida; pero también tienen por
C. K. aofelaari, «He la educación tísica délos niAos.»—íMacrobio- lo común las reglas menos abundantes, á no ser que
lújue). Trai lío por■aternal»
A. J. L. Jounlan.
ó el «ArleParís, 1838,v ende S.consisrv.ir
na criar °.—A. tiéji


DE MEDICINA Y CIRUJÍA.— FRANK. 531
se hallen Jo de aniquilamiento y de mi emolientes, & los enemas de la misma naturaleza (1),
seria. á los baños de asiento, á- los vapores acuosos dirigidos
Por lo común, el primer trabajo de la naturaleza hácia los órganos genitales, y se prescribe uu régimen
se limita por algún tiempo á un esfuerzo hemorrá- conveniente.
gico seguido de una ligera resudación blanquecino, Tan rara es la dismenone.i ó amenorrea hiperesté-
serosa ó mucosa, mas bien que sanguínea: es nece nica, como común la retención menstrual dependien
sario cuidar de no confundir esta escrecion con las te de la diátesis opuesta. Se observa en este último
llores blancas, ni tratar de contenerla por medio de caso una disposición hereditaria ó congénita á las
los astringentes. Sobreviene en. seguida, con mayor ó enfermedades asténicas, fibra tierna y floja, color
menor prontitud, un flujo mas ó menos sanguíneo, pálido, ysensibilidad escesiva. La enferma ha estado
que' no observa por !o común una periodicidad muy sometida á las causas propias paia desarrollar ó para
marcada. A. causa de ciertas idiosincrasias, que 110 es asaltar esta sensibilidad viciosa, como la vida ocio
tán siempre suficientemente. manifiestas, ya se efectúa sa y sedentaria , la permanencia en una atmósfera
la secreción uterina sin alteración alguna, ya va acom poco renovada, las vigilias, el sueño prolongado bas
pañada de todos los accidentes de que liemos habla ta la mitad del dia, los alimentos difíciles de digerir
do] se cumple difícilmente, y ofrece inlerrupcinn3S, ó poco nutritivos, las bebidas de mala calidad , el
ó una verdadera suspensión. En cs'.os casos, es nece abuso del té, la lectura asidua de las novelas, el te
sario, en cuanto sea posible, remontarse á las causas, dio, un amor desgraciado, las afecciones deprimen
que no difieren mucho de las de los flujos sanguíneos, tes del alma, diversas enfermedades, las grandes eva
pueden ser un estado eslénico ó asténico de la cons cuaciones, la esposicion frecuente al frío, etc. En
titución, ó un vicio local de los órganos sexuales. semejantes rircustancias, sobre todo en esta especie
En una jóven bien alimentada, robusta, que pre de aineuorrea, es necesario examinar si las prime
senta un pulso constantemente lleno y vibrante, sinos ras vias son asiento de alguna colección sa burra I des
vemos precisados por la intensidad de los síntomas, cuidada por mucho tiempo, y escoger los momentos
se prescriben Ha dieta y las bebidas agradablemente do calma para administrar los evacuantes que recla
aciduladas; se recomienda la tranquilidad del alma, ma la tendencia de la naturaleza. Durante el mismo
la permanencia en una atmósfera cuya temperatu esfuerzo hemorrágico , si los espasmos, que tienen
ra tío esté demasiado elevada, y según" el axioma de principalmente origen en el útero y se propagan á
los médicos griegos, quee ob plenitudincm non pur- todo el sistema, se oponen al uso de los tónicos fijos,
qantur, vence seclionc curaniur, se saca sangre. Pero asi como al de los estimulantes difusivos, nos debemos
debemos estar prevenidos, no sea que la violencia de limitar á los calmantes, tales como los ligeros diap-
los síntomas eu el aumento de la enfermedad, smn e nóicos, los antiespasraódicos suaves , las infusiones
una plétora general; este último estado es menos tibias de manzanilla, de melisa ; las aguas dcstiludas
frecuente que la plétora locul ó uterina, la cual, lejos de castóreo, de valeriana salvaje, con algunas gotas de
de reclamar el tratamiento de Fas afecciono» hipercsié- espíritu de cuerno de ciervo y de tintura anodina,
nicas generales, no exige mas que emisiones sanguí ó una corta dosis de alcanfor, de almizcle, á menos
neas locales. Un hrrmbr-a celebre rodero la historia de que el olor de estas últim s sustancias repugne á
una mujer que se quedó ciega por la supresión súbiia la enferma. Los semicupios, los vapores tibios diri
de los menstruos. La sangría reiterada no pudo vol gidos hácia los órganos genitales , las fomentaciones
verle la vista, la que se resiableció espontáneamente sobre el hipogastrio con una esponja empapada de
al cabo de tres meses por la vuelta de las reglas. La leche, deben secundar la acción de los r medios in
emisión de muchas libras de sangre, por medio de la ternos. Los enemas á los que se agrega el opio A
sangría es insuficiente algunas veces, para calmar la una dosis moderada, suelen raimar m: ravillosamcule
agitación del sistema vascular, mientras que por la los espasmos uterinos, á causa de la proximidad del
salida de algunas onzas de sangro, que hacen cesar recto con la matriz: sin embargo, debemos advertir
la retención uterina, todo vuelve en e\ momento al or que el uso imprudente de los opiados por esta via ha
den acostumbrado. Asi es, que los médicos, siguiendo ocasionado á veces la apoplegía y la parálisis de las
el camino trazado por la naturaleza, han recomendado estremidades inferiores. Si la retención de la sangre
la aplicación de sanguijuelas en la vulva ¡i las épocas por el espasmo do los vasos del útero se agrega á
que corresponden al esfuerzo hemorrágica, ó al Unjo la intensidad de los síntoma?, nosotros, guiados por
suprimido; no se proponen disminuir la masa de la la csperiencii, aplicamos sanguijuelas en la vulva,
sangre, sino imitar á la naturaleza. Se ha dicho que 110 con la intención de comb itir la plétora general',
esta sangría local practicada en los muslos, producía que no existe, sino con la de aliviar el sistema vas
el mismo efecto; pero vale mas sacar la sangro del cular uterino, oprimido por la estancación de la san
sitio rnas cercan > a su fuente. Si la plétora general -y gre. Algunas veces, la aplicación de ventosas secas en
la diátesis esténica reclaman los primeros so'orros, los muslos producé el mismo efecto.
seria insuficiente ó poco seguro limitarse ;i las san Hemos rechazado la deiioniiciun de fiebre de amor,
guijuelas; es necesario empezar por una sangría del que el vulgo aplica á la clorosis, porque la creemos
brazo. En el libro De las Fieiirrs, hemos reconocido injuriosa para ia mayor parta de las jóvenes afecta
la necesidad de la sangría en muchos tifus incipien das de esta enfermedad. Sin embargo , hay algunas
tes: no será, pues, de admirar que la aprobemos en
los casos análogos de clorosis. El alivio que procura (1) l.Ml-.MA EMOLIKNTL.
muchas veces la hemorragia nasal espontánea á la
invasión do estas enfermedades, que empiezan co K. Malvas, dos drncmas=S grana
munmente por cefalalgias violentas, viene en apoyo Hágate hervir en agua iluranlc un cuarto de hora. A diez onzas
de esta práctica. Se pone, pues, on uso la sangría (300 gram.) de coladura, acidase :
general, si las circunstancias lo exigen , y se admi Aceite de linaza, una onza=30 gram.
nistra el elixir ácido do 11 ilter on agua fría; si la p'é- Si, sobre cualro onzas ,120 gram. de manteca fresca cortada en
tora 110 es mas que local, hay que ¡imitarse á las san pequeños pedamos, *e vienen poco ú poco ocho onzas (iWgram.i
guijuelas. Cuando el hipogastrio continúa siendo de Infusión de manzanilla liii viendo, y se agita con fuerza la mezcla,
asiento de una tensión incómoda, que procede fácil se obtiene uu enema que administrado tibio, i media dosis, relaja
mucho los intestinas por la permanencia de la manteca q«e se con
mente del espasmo, se reci fomentaciones creta en su superficie, at infriarse.
532 BIBLIOTECA ECONOMICA
quo son inocentes, pero cion fria del carnaval, on ocasión en eme se hallaba
de una sensibilidad muy viva, que puede depender con la menstruación. Después de haber nadado toda la
de una iullueucia eslraña poco conocida, y el guiri noche, salió muy de mañana empapada en sudor, y
momo es el único medio de calmar los deseos vio no esperó su carruaje para volver á su casa, que es
Ionios de que son atonnenladas: si no obedecen ú la taba á la verdad poco distante. Muy pronto fue sobre
naturaleza, caen en la melancolía, el lia -tío de la cogida de una metritis, que se terminó por la muerte
vida, la manía , ó el furor uterino.. Esto es lo que al cuarto dia. Mas arriba hemos hablado de una im
hizo decir á ilipócratn-.: Viri/inibus suadeo quilas prudencia aun mas estraña , quo fue seguida del
tute qnit acciiíil u! citissime cum viris jungantar. mismo resultado al cabo de tres dias. Si estos hech
i)uuil nisi jiat, una i am pubctfatc anl non tta tnuJ- un bastasen, podríamos citar otros muchos ,
t<> po*t , tí lentabtintur , nisi viro juni/anlur. lista los accidentes han sido determinados por
sentencia del principa de loa inéditos lia sido rnn- frias ó heladas, tomadas durante el período menstrual.
lirmada por la observación de Indas las edades. Sue La estrema irritabilidad de las mujeres en el tiem
le sobrevenir <r. la primera noche de! matrimonio un po de sus reglas, su disposición marcada d las vivas
llujo 'íi'.nstiual que se halda espetado en vano del afecciones del alma, tales como la cólera, el (error,
uso de los r medios, y después do la concepción ; y dan lugar todos los dias á sucesos funestos, y nos de
sin oíros socorros hu vuelto la salud. muestran los pocos recursos que debe ofrecer la
El tratamiento que acabamos de esponer, no con farmacia sola para prevenir la supresión ó el desór-
viene solamente á las jóvenes cuyo Irabajo menstrual deu del flujo menstrual.
es difícil; se óptica igualmente. seguí el estado esté El estómago, que ejerce su influencia sobre todas
nico ó asténico, ¡x los accidentes que dependen de la las funciones do la economía, reclámalos primeros so
dilicultad, del retardo, de la supresión de los mens corros farmacéuticos. Nosotros administrarnos con
truos en las romeros ja habituadas ti esta secreción. preferencia una infusión acuosa amarga, sobre lodo
Pero bav uudilicaciones relativamente al tiempo de una infusión de cuasia ó de tnfuüum fibrinum, aro
los accidentes, cuyas vueltas son por lo común pe matizada con el agua de azahar.- Se continúan estos
riódicas, y á los intervalos de raima , durante los remedios por espacio do ocho dias, y so pasa en se
cuales no es permitido atenerse sólo á los paliativos-. guida á la inlusinn fría de quina, activada con el
El primor deber del médico es e! de prescribir un agua do canela simple. Sin embargo, algunas mujeres
régimen conveniente, y el de apartar las causas oca soportan mejor los amargos de que acabamos do has
sionales de la enfermedad. Cuando, en una joven ó blar, ú otros, que la quita; y entonces deben prefe
en una mujer bien alimentad i y robusta, las reídas rirse. Hasta que la sensibilidad del estómago se haya
se han retenido , suprimido, ó corren con dilicultad, embotado, fatigan mucho níenos esto órgano los re
Sin que se pueda sospochar un estado de embarazo, medios bajo la forma líquida. Cuando soporta la in
algunas veces disimulado ó descuidad. ; Se debe re fusión fiia de quina, pasamos ti su cocimiento
comendar Un régimen severo, fas bebidas acuosas, acuoso, en el cual se poue en infusión hacia el fin un
acidulas, la permanencia en un aire (rosco ¿ el uso ñoco de canela; ciertas mujeres se acomodan muy
de los medios que mantienen la libertad del vientre, bien á la infusión de estas sustancias en vino del
y prohibir tjdo lo que pueda escitar el sistema vas Kh'ii. Eusayatnos cu seguida las diversas tinturas
cular, ó aumentar las fuerzas. En estos casos es cuan marciales, entro las que empleamos con preferencia
do se confunde la eníernied.id por lo común con una la de Bestucheff (1); aumentamos insensiblemente la
simple clorosis, por aquellos que no refieren este úl dosis, y cuando el estómago soporta bien este reme
timo oslado mas que á la adunia. Pero apenas se ha dio, administramos las limaduras da hierro porfiriza
empezado á cauibaür Osla debilidad aparente con l(is do en un ol osáearo de canela- Hemos empleado ¡i
remedios usados en la clorosis, tales como los corro menudo, so^nn la práctica de muchos médicos, el
borantes, la quiñi, los marciales, aun á dosis mode hierro, desde la dosis do algunos granos hasta la de
radas, cuando sobrevienen do repente la ansiedad, la un esciúpulo y aun mas, (los ó tres veces en las
inquietud, la opresión de estómago, las palpitaciones veinte y cuatro horas, y hemos obtenido un éxito es-
del corazón, y tos temblores; ¡a tensión y los dolores colento de una maneia casi específica.
del hipogastrio aumenta ii; la enfermedad se prolonga So halla en los Tratados de materia médica una
mas allá del término acostumbrado , y es preciso larga esposie on de diversos remedios, unos suaves,
abandonar este tratamiento pernicioso. Pero cuando otros muy estimulantes, A los que se atribuye espe
los primeros sintonía i de la amenorrea ó de la cloro cialmente la propiedad de atraer las reglas, y se les
sis dependiente de un c.;ceso He irritabilidad y de da el título de cmenagor/us, de aristolóquicos (2). La
una violenta reacción del sistema sanguíneo han mayor parle de los remedios inocentes de esta clase
cedido al método antifL'jisüeo , ó la invasión de la han caído cu el olvido, y todavía estamos escandaliza
enfermedad se anuncia coa los verdaderos caracteres dos de los funestos efectos producidos por los violen
do la astenia, este es el momento de prescribir un tes emepagogos on las viudas ó bis solieras que han
régimen nutritivo, de emplear tónicos proporciona osado hacer uso de ellos para abortar, ó en los casos
dos al grado de excitabilidad, y cuya fuérzase au ile retención menstrua! , que algunos médicos impru
menta gradualmente, á medida que disminuye esla dentes han querido combatir por esios remedios pe
propiedad vita!. ligrosos: los emeuagogos suaves no están dotados de
No nos cansaremos de recomendar á las mujeres ninguna virtud especifica, pero comunmente son pro
que usen calzoncillos , á fin da poner al abrigo del pios para llenarla indicación que preséntala atonía^
frió el vientre , los óiganos genítalos \ los muslos: causa ordinaria de la amenorrea. Se eoloeau en pr'«
damos este consejo, tanto a las que gozan de buena
Salud, como á las que eslán enfermas. En general, los (1) TINTURA ETÉREA DE CLORURO DE HIERRO.
vestidos de l/is'eilropeos comprometen su salud, y son
contrarios ¡i la docencia. Es preciso, sobre todo du II. Arida biilroclúricu, cuatro oniasrrlio grara^
rante la menstruación , preservarse del frió, que es Acido nilriro, una onza—."o grnra.
la causa mas frecuente de la amenorrea, Limadura ilc hierra, c. s. para saturar el lic«r ácido.
ñorila de núes Evapórese.
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRANK. 533
mer lugar las gomas ferulácens y el mercurio. Como lirias femorales, y reiteró muchas veces esta oj¡en-
se suponía la existencia do un humor viscoso, que im cion que duro una hora. No creemos que nadie des
pedía la secreción menstrual obstruyendo los VMM pués que él haya ensayado oíta pnVi ira aventuraba,
uterinos, se atribuía á estos remedios una acción es y basada solo en ios principios do la m&cáttioo; se lia de
pecífica, que consistía, según aseguraban, en una pro bido temer que ocasionare nccidoátes aun mus graves
piedad resolutiva. Esta es una hipótesis anticuada; que la amenorrea, por ejemplo, hemorragias uterinas,
pero no debe impedirnos reconocer en el caso do pulmonares ú otra-, I. a electricidad lia tenido ó.wiu
atonía, de ine1 c;a, de scmí-paralísis del útero, la eti en las mujeres que no gozan de una tevsibilidad «i e—
cada de estos medícame, tos que son escitantes po inasiado grande.
derosos del sistema nervioso y vascular Debemos con Cuando el trabajo menstiual es muy difícil, ó la
este objeto hacer mención del bórax, cuvos efectos supresión conip'ela, sucoda á menudo, como hemos
no hemos comprobado todavía en la amenorrea. El dicho, que la sangro se dirige sobre otros órganos, y
azafrán es un remedio popular en ciertas provincias se establecen secreciones suplementarias, masó me
de Alemailia; si goza aquí de alguna propiedad, reside nos periódicas, tales cmno vómitos de sanare, un flu
en su principio estimulante volátil, que ro: nima la jo hemorroidal, una epistaxis, una hemoptisis, ó di
acción del corazón y de los vasos, y remedía los es versas hemorragias.
pasmos dependientes de la debilidad. En la amenorrea Ereind prese: ilie en estos casos las sangría dol p'e,
que procedo de una diátesis opuesta, ó cu la que es algu,ios días antes de la época menstrual (I). lYio
tratada por un médico imprudente, pro-luce esta sus todas las secreciones suple montarías de los met s-
tancia accidentes graves, tales como hemorragias, truos no siempre son t:-n peligrosas, aun cuando ten
especialmente la meuorragia, la hemoptisis, y diversas gan su asíanlo en alguna viscera importante, romo las
inflamaciones viscerales. Lo misino sucede con la secreciones morbos ¡s dependientes de la xlnacion
aristoloquia, la rubia, el diclamo blanco, la malrca- de esla viscer , y no siempre se pueden contener sin
ria, la melisa, el marrubio blanco, el poleo: estas inconvenientes. Es neosMÍi remontarse primero á
plantas son saludables y perjudiciales, por sus pro la causa qua ha h 'cho cesar el aflijo de la seocte
piedades estimulantes, S'gun el carácter de l,i ame hacía el útero. Si existe no obstante una exaltación
norrea. Se ha alabado y proscrito á la vez el aloes en real y constante de las fuerzas vitales; no deberá prc s-
las retenciones hemorroidales y menstruales: cierta» cribirse la sangría general ; igualmente so deben
mente es peligroso en la amenorrea biperesténica, pe aplicar sangu juelas á la vulva, al acerrarse ol período
ro puede sor ellcaz on los casos de atonía, cuando menstrual, y aun preferirlas a la sangría', cuando los
es administrado con prudencia. El aloes no tiene vir accidentes adquieren intensidad.
tud emenagoga específica; escita todo el sistema, Hemos dicho que la denominación «le umenorrea
particularmente e! tubo intestinal, el recto sobre lodo, orgánica no debía aplicarse mas que á la retención
y su acción se repite sobro el útero por la comunica menstrual que sobreviene cuando ¡as reglas están \a
ción que los vasos establecen entre estos dos érgattM. establecidas, por un vicio orgi'urco accidental, mas
Dicho remedio' está contraindicado en las retencio bien que congécitn, de las parles internas da h Rt>
nes ó en las supresiones dependientes de una viva ncracion. Es esiremadameiite difícil determinar có
reacción del sistema circulatorio, y en los casos eu mo una col - rmeda I , una lesión tísica pueden cam
qne la exaltación do la sensibilidad nerviosa no biar la eoiisliluciou de la malí i/, bien organizada,
permite emplear los estimulantes enérgicos, en que \ hacer cesar la secreción sanguínea que la natura
oxisto una disposición inminente á la diarrea, en que leza le liu.confiado; y por lo omiuin imposible reme
la ingurgitación varicoso de los vasos hamorroidales diar e-le desorden. S;n embargo, un médico que re
anuncia udu congestión asténica semejante en los cuerde las causas, el carácter, el corso v ta icnninacion
vasos uterinos. Pero, según la práctica de los médicos de la enfermedad de que ha sido precedido el vicio or
mas distinguidos, y según la esperiencía que hemos gánico ; que preste atención al género , á la direr-
adquirido en el ejercicio de nuestro arte en diversas r ion, á la ostensión y.á los síntomas do la lesión fí
ones, no tomemos administrar el estrado acuoso sica de que lia sido consecuencia, y quo poso» ol arle
"oes cuando la amenorrea procede de la astenia: de esplorar el útcfO, puede reconocer la lu tu raleza do
ros dimos las dosis de manera que se evite la alteración orgánica, y S.ibw lo que se 11c e&perar
la diarrea, y lo asociamos á las gomas feruláceas. Liles ó intentar cu semejantes circunstancias. El Iralamían
como la goma amoniaco, el galbano, el asa-fétida; lo lo es, en parto médico, y en parle quirúrgico. Cuando
cumbinatnos también hacia el tin de la enfermedad desde mucho tiempo antes ha estado i$teu'da cada
con los marciales. Nosotros prescribimos rara vez mes la secreción periódica, y la santero, acumulada en
las tinturas aloéticas: son demasiado fuertes en Ale la cavidad del útero, distiende considerablemente es
mania, porque las mujeres no tienen la costumbre de ta viscera, sin poder escaparse á través de suoriücio,
usar sustancias espirituosas. que se encuentra cerrado por una excrescencia di sur-
A pesar délos elogios que algunos hombres notables rollada en su tejido ó eu las paites inmediatas, por
dan á la sabina, á la coloquíntida, A las raices del una falsa mcmbi ana, ó por la adhereucia de sús lábms
eléboro negro, que ocupan el primer rango entre entre sí ó con la vagina, á consecuencia do una afec
los emenagogos, uo hemos osado emplearlos nunca; ción variólica, sifilítica, de un parlo laborioso ó arli-
solamente hemos ensayado el estrado de eléboro; licial, de una le i.m esterna; es necesario recurrir á
pero no podemos decir nada do estas sustancias, la ligadura, ú los escaróticos, al bisturí; y como se
porque no hemos hecho un gran uso de ellas. efectúa en un lugar estrecho, sobro órganos dotados
Se deben asociar los remedios estenios á los inter de la mas viva sensibilidad , sen indispensables los
nos. Se prescriben, algunos días antes de la época mayores cuidados. Los abscesos, las úlceras , las ca
menstrual, los pediluvios, los baños de vapor, los se llosidades, las cíe ilrices que ocupan la cara interna
micupios aromáticos, las fricciones de la misma natu del útero, y hacen ú osle órgano inhábil para la se
raleza sobre los muslos, la equitación. Se lee en los creción uv'ns'rua! remo para la concepción , no son
Ensayos de Edimburgo, que un médico consiguió susceptivos de socónos quirúrgicos, porque no están
atraer las reglas dirigiendo ol vapor de agua caliente
■Ha las partes genitales, mientras que comprimía
al alcance de la mano del oporador , y la medicina flujo , y hemos hablado de su retención en un artículo
uo nos ofrece contra estas lesiones otros recursos queconsagrado á la menorragia (dio). Pero este género
tas fomentaciones y los baños. Las úlceras cjuó se re de retención sanguínea arrebata todos los años á tan
fieren al vicio siiilítico, exijen un tratamiento es tas madres de familia , que debemos darle uu lugar
pecífico. aparte en esta obra. ,.|]S3E'
Cuando la secreción menstrual se efectúa con re 87o. Relativamente al color, á la consistencia y 5
gularidad, y el obstáculo so encuentra en los bordes U duración de los loquios ,
de la vulva, reunidos por una adherencia morbosa, 1. 0 Puede ser el flujo formado enteramente por
en la vagina ó en su orilicio cerrado por el bímeii; una sangre viva, rojiza, semejante á la que corre de
una operación quirúrgica, quermes de nuestra incum una herida, y cesar al cabo do dos ó tres hora¡ftf ■ .
hencia , es la que está indicada, y todos los demás 2. ° Otras veces la materia presenta un color os
medios son inútiles. Cuando el úlero falta por un vi curo, negro , se asemeja en la consistencia á 1* san*,
cio congénito, ó está mal conformado, ó la mujer ha gre coagulada, y el flujo dura doble mas.
recibido de la naturaleza una constitución particular 3. ° En ciertos casos es una serosidad mas ó me
que la dispensa del tributo periódico , la secreción nos sanguinolenta , tenue, que corre por espacto de
menstrual no tiene lugar. Ya hemos dicho que este tres ó cuatro dias, y algunas veces, de tres ó cuatro
estado no podia referirse á las retenciones; pero, semanas. . ■ n ' tóM'.-. >
suponiendo que se quiera emprender un tratamiento, i.° En otras mujeres el fluido es blanquecino,
toáoslos socorros, aun quirúrgicos, serán, por lo me puriforme, turbio, espeso, y el flujo continúa con es
nos, superlluos; el operador podrá solamente, en el tas cualidades por espacio de tres semanas, después do
caso de adherencia de los bordes de la vulva ó de la desaparición de la sangre
obstáculos existentes en la vagina, abrir paso á la b. ° Y eu fin, se observa en muchos casos una
orina, y una via inútil para la cópula. secreción mucoso-linfátici muy consistente, que se
Al hablar do la amenorrea senil , hemos confesado prolonga cerca de Irania dias en las mujeres quo
crian, seis semanas y aun mas en las que no llenan
nuestra ignorancia- sobre la causa del flujo periódico,
de ese flujo al que solamente la mujer está sujeta: al
ese deber materno.
mismo tiempo hemos combatido la opinión de los que Pero en esto no hay nada constante; en la misma
consideran la plétora como la causa general délas en mujer, sin afección morbosa y sin causa conocida,
fermedades de la edad crítica, y vituperado por con después de diversos partos, los loquios son, ora abun
siguiente el abuso de la sangría en esta época de dantes, ora en pequeña cantidad ; y la sangre, la se
la vida. Se ve, sobre todo, en las ciudades, en las cla
rosidad, la ma'eria mucoso linfática, dominan mas ó
ses entregadas á la ociosidad, en las mujeres bioa alimenos. Ordinariamente los loquios son abundantes
mentadas, robustas y predispuestas á fas afecciones en las mujeres cuyo flujo menstrual es copioso , y
inflamatorias, que continuundo su género de vida vice-versa. No es, pues, admirable quo existan eu pe
acostumbrado, padecen algunos meses después de la queña cantidad, cuando el parto ha sido acompañado
suspensión ó cesación completa del flujo menstrual, de una considerable pérdida de sangré, y "se han vacia
enfermedades hiperesténicas muy graves, de las que do los vasos del útero : sin embargo, nosotros beraos
la muerte es el término directo, ó cuyas consecuen observado lo contrario. El género de vida de la mujer,
cias conducen igualmente á las enfermas á la tumba. el ejercicio, la calidad y cantidad de los alimentos in
En semejantes circunstancias, los debilitantes, pro fluyen de una manera sensible en los loquios. Cuando
porcionados al estado de las fuerzas, están verdade están formados por una mezcla de serosidad, de lin
rameóte indicados. Pero cuando, en una mujer de fa, con una corta cantidad de sangre, no es raro que
constitución débil, delicada, sobrevienen los acciden presenten un tinte amarillento; pero las Efemérides
tes que siguen algunas veces á la cesación do las de cur, de la nalur. nos enseñan que el azafrun, de
reglas, no se debe recurrir i la sangría, aunque el que se hace uso como condimento eu muchas provin
pulso presente cierto grado -do dureza, de vibra cias de Alemania, les da constantemente este color.
ción, que no es nunca constante en estos casos; es En la ictericia hemos visto ponerse amarilla la leche,
necesario conlcntarsj con prescribir el reposo del y aun hi materia de la blenorragia; rio nos sorftren-.
cuerpo y del espíritu, un régimen conveniente, las deremos do que esta enfermedad produzca el mismo
bebidas tibias, los semicupios, los medios propios efecto sobre los loquios. Se halla en \as Efemérides que
para mantener h libertad de los diferentes emunto- acabamos do citar, una historia interesante, que va
rios, el elixir ácido de Haller; y si se manifiestan es
mos á referir. Una mujer saludable parió sin obstácu
pasmos histéricos, ligeros calmantes. Apaciguadas Ins los un niño sano y robusto; no arrojó una gota de
alteraciones del período menstrual, sobre t"do, si unasangre; los loquios fueron formados por un agua
menorragia que aniquila las fuerzas alterna con una verdosa, límpida, dulce, sin acrimonia, cuya cantidad
amenorrea de muchos meses, se pasi á los restauran llegó basta veinte libras. Esta materia corrió en abun
tes; pero no debe perderse de vista el estado do ir dancia durante un mes entero, sin mezcla alguna de
ritabilidad ó de sensibilidad, que se conservan co sangre. La mujer se hallaba bien, y continuó gozando
munmente hasta esta época de la vida, y aumenta de una salud perfecta durante todo el tiempo del
remos de una minera insensible la fuerza de los puerperio, sin esperimentar mas que ligeros retorti
escilanles. Se administra la infusión acuosa de casia,
jones, y sin quejarse de la menor incomodidad. Nos
aromatizada con el agua de azahar, la infusión en frió abstenemos ríe referir aquí otros muchos ejemplos
de quina, el cocimiento de esta corteza, y en fin , los
de loquios puramente acuosos.
marciales menos activos. El tratamiento debe ser se Ya hemos hablado de una jóven que uió á luz mu
cundado por el aire del campo. chos hijos sin haber tenido nunca ni reglas, ni loquios,
y sin perder casi media onza (48 gram.) de sangre
GENERO SEGUNDO. " después del parto. Este hecbe- está consignado en las
actas del Instituto clínico de Pavía. Podríamos citar,
Retención de loa loquios. si fuese necesario, un gran número de casos en que
la falta de los loquios no ha producido alteración al
87i. Hemos descrito en otro lugar (610) la mar guna en la salud. En los primeros tiempos después
cha de los loquios, é indicad! la naturaleza de este del |>arto, los loquios son en general bastante abtrn
DE MEDICINA Y CTMJJÍA.—FRANK. 535
dantes, y en una mujer sana, la sangre presenta un hace impenetrables a ¡a sangre. La ligera flogosis
color agradable, y no tiene fetidez; mas tardo, la producida por la concepción, se acrecienla durante
materia de este llujo exhala un olor ácido específico. el trabajo depuratorio, y constituye una liebre efé
No es raro que los loquios, sin ningún síntoma de en mera uterina, como vulneraria, que se ha designado
fermedad, su suspendan durante una ó dos horas, en las escuelas con el nombre de. calentura de la le
para volver en seguida con las mismas cualidades ó che, á causa del desarrollo simpático de las mamas
con otras diferentes. Esta suspensión parece depender (5ül). Mientras mas pronta y completa es la estre
de la situación de la mujer en su lecho, di la oblicui chez del útero, después de la salida del feto y de las
dad del útero, de la oclusión de su orificio por un coá secundinas, menos abundantes son los loquios, y mas
gulo. de sangre, ó de la compresión ejercida sobre corta es su duración. Aunque la matriz vuílva mas
la vagina por las materias fecales acumuladas en el prouta y mas exactamente sobre sí misma en las hem
recto. bras de los auimalos, después de la espulsion d«l pro
Si las causas del flujo menstrual se escapan á ducto de ia concepción, que eu la mujer, la abun
nuestrus investigaciones, las de los loquios no son dancia del flujo que sigue al parlo en la especie hu
mejor conocidas. La fisiología nos abandona en la mana, y la corta cantidad de sangre que pierden las
esplicacion de estos fenómenos, como en la de otras hembras de los animales cuando paren, no serán para
muchas funciones de la economía. Es cierto que la nosotros menas problemáticos.
sangre tiene su primer origen en el sitio de donde se 876. El carácter de la retención local varía : es
ha desprendido la placenta; pero será permitido dudar incompleta ó completa, y reemplazada algunas veces,
do que este solo punto suministre toda la sangre de en este último caso, por un flujo suplementario do
los loquios, si consideramos que la anastomosis de la misma naturaleza; procede por uua afección local,
los vasos uterinos con los de esta masa esponjosa, no es hiperesténica 6 asténica.
está confirmada por las inyecciones anatómicas; que La cantidad de este flujo no tiene nada tjo; eu la
no se sabe nada de positivo sobre las estremidsdes misma mujer, sin causa alguna morbosa, los loquios
arteriales que vierten la sangre en su parénquimn pueden ser abundantes en un parto, y muy módicos
celuloso , sobre las venas que vuelven 4 llevar lo su- en otro. Asi es , que cuando la recién parida no ha
perfluo al sistema circulatorio de la matriz ; que la estado sometida á ninguna causa capaz de desorde
placenta se adhiero, en las hembras de los animales, nar el curso de sus evacuaciones, y no sobreviene
á la superficie del útero, así como en la mujer , sin ninguna afección morbosa, la poca abundancia de
que su desprendimiento sea seguido de Un flujo aná este flujo no constituye una enfermedad. La falta,
logo al de los loquios ; que cuando la concepción se aun absoluta, de los loquios, no nos inspirará ningún
efectúa en una persona que no ha tenido nunca la temor si so trata de un primer parto, en uua persoi a
menstruación, son espelidas las secundinas sin que que no ha tenido meustruacron , ó si la auseneia de
sobrevenga un flujo mas abundante que en las hem este flujo ha sido observada en partos precedentes,
bras de los animales domésticos , de lo que hemos sin ir acompañada de accidente alguno. No faltan
referido un ejemplo : en fin , que existen muchos ca ejemplos de secreciones sanguíueas, ú otras suple
sos, en quo la materia de los loquios no contiene mentarias do los loquios; solía visto efectuarse esto
sangre. En medio do la oscuridad de que la natura flujo por la nariz, por una úlcera de las mamas, por
leza se rodea en esta circunstancia, si nos fuese per el ano; pero este fenómeno es aquí mucho mas raro
mitido adoptar una hipótesis, mientras esperamos á que en los casos de supresión menstrual ; cu ein-
que la verdad venga á presentarse á nuestra vista, cuenta y cuatro años He práctica no hemos observa
lié aquí la que adoptaríamos, á pesar deja repug do ningún caso semejante. Se Im dicho, pues, sin
nancia quo tenemos, aun por aquellas que pa fundamento, qu<> los loquios no diferían de los mens
recen mejor fundadas. La membrana conocida con truos mas que en el tibmpo y eu la cantidad. La fal
el nombre de membrana caduca, que cubre el huevo sedad de esta aserción está demostrada igualmente!
humano y se adhiere á la cara interna del útero, por' la diferencia de la fuente que suministra el flujo
mas bien que una membrana primitiva, nacida con en uno y otro raso: el flujo menstrual es producto
el producto de la concepción, es una falsa membra de una secreción del órgano uterino; los loquios
na formada por la coagulación de la linfa, y animada provienen de la ruptura de fos vasos por el despreai^
por los vasos que recibe del útero y del amnios. El dimienlo de las secundinas de la cara int ma .del-
liuevo ó el germen, apenas fecundado, desciende por útero. ¿Qué relación hay tampoco entre las secre
un movimiento rápido dél ovario al útero , pasando ciones suplementarias de los menstruos, secreciones
por la trompa; la concepción, según la observación que son bustante frecuentes, periódicas por lo romun,
de un célebro anatómico holandés, escita por sí como dicha evacuación , y entre el flujo süplemen-
misma una especie de flogosis en los órganos geni tario loquia! , que solo iieíie lugar una vez , y el cual
tales; el huevo ó el gérmen, llegando á una viscera es producido pocas veces por las diversas causas
cuyas paredes están siempre contiguas fuera del morbosas, ó pt>r las enfermedades cu\a influencia
tiempo de la concepción , debe , como cuerpo cs- suprime los loquios? La retención de los loquios [
traño, estimularla con su presencia: ahora bien, en de proceder de un vicio local, que consiste <
estos tres casos el útero esperimenta una irritación esceso de sensibilidad del orificio del útero,
como todas las irritaciones , nnft so lesión, una inflamación de esfa pane, á consecuencia
fá, y da lu¡?ar i la formación de la falsa de un parto difícil, ¿artificial: en semejante caso, des
llamada membrana caduca. Esta membra- pués de la salida del feto y de las secundinas, la aber
lo ' tercera del huevo, v cubre su cara tura se cierra, la^aitgre se acumula, y los obstáculos
desprende del útero en ios violentos es acaban de obstruir el pa«íó. Se ha visto que un v'erP
fuerzos que preceden ó siguen S la éspulsidri del daje demasiado apretado, un enema du vino, han de
feto; sus vasos sé desgarran , y la sangre corr (fe tenido súbitamente los loquios en el primer parló.
mil aberturas qne resultan de su laceración ; es'su- Este género de retención es las mas veces sírtfóthá de
ministrada sobre todo por la división de los gruesos otra enfermedad, ya hiperesténira, ya asténica, romo
vasos qne fortifican la unión íntima de la. placenta hemos dicho al hablar dé íá peritonitis puerperal "
con el útero: la lícmori
BIBLIOTECA ECONÓMICA
jeres bien regladas no tienen loquios, aunque no ha mover ciertas partes. El calor cesa en seguida, y" le
ya alterado su salud ninguna causa morliosa, que es sucede el escalofrió. La enferma vomita materias pi
te (lujo es ordinariamente poco abundante cuando el tuitosas , aiuargas, acres. Cuando se administran los
parlo ha sido acompañado de una pérdida considera remedios convenientes, la salud se restablece entera
ble de sangre, y que su supresión es por lo común mente. En el caso contrario, queda una claudicación,
sintomática de diversas enfermedades que pueden so- una imposibilidad de mover ciertas parles. Esta en
brevir en las recien paridas; se comprenderá que este fermedad ocasiona raras voces la esterilidad. Cuando
género de retención no debe tener sintonías propios la estrechez del orificio uterino impide el curso de
específicos, á menos que su causa no resida en un los loquios, por lo común se inflama el útero, y son
vicio local. En este último caso, el hipogastrio está de temer losjaccidenles mus graves, si no se adminis-
elevado, tenso, se manifiesto un dolor desde los lomos tran pronto los remedios indicados: las parles in
hasta las ingles, locara está encendida, la respira ternas so ponen tumefactas, y exhalan mal nior. Al
ción difícil, la vista se oscurece, yse declaran los es gunas veces , en semejante caso , la inflamación no
calofríos , la fiebre , los desfallecimientos, y algunas tiene tiempo de formarse , aborta espontáneamente,
veces las convulsiones. Cuando la supresión es efecto salen materias fétidas, lívidas, coágulos negruzcos, y
de otra enfermedad, sobrevicneademas una exaspera se restablecen los loquios. Giras voces la inflamación
ción manifiesta de los síntomas de la afección prin aumenta, y so termina por ia muerte, si no se comba
cipal. La descripción que el padre de la medicina te por lo sangría ó las aplicaciones emolientes sobre
nos in dejado de los accidentes que siguen á lo re el abdomen.»
tención de los loquios, merece ser consignada en este Es admirable que en este cuadro general de los sín
párrafo. «La fiebre y los escalofríos se presentan, dice tomas que aconn añan á la supresión de los loquios, no
Hipócrates, el vienlre se pone tumefacto, todo el cuer haga mención Hipócrates de los exantemas, sobra to
po se halla en un estado de sensibilidad que no per do de la miliar, si es cierto que eslas afecciones cu
mite el menor tacto; pero el abdomen, sobre todo, táneas han existido en su tiempo como en nuestros
está doloroso ú lo presión; el dolor se propaga á los dias. Se halla en las Actas de Copenhague un caso en
lomos, al estómago; hay inapetencia é insomnio. Al que este género do retención dió lugar ó una eflo
gunas veces el vientre se relaja al quinto ó sétimo rescencia tuberculosa sobre toda la piel. Nosotras de
día, y la enferma arroja materias negruzcas muy féti bemos relegar entre las hipótesis anticuadas la opi
dos; su orina es jnmentosa. Se efectúa entonces un nión de los que dicen que los loquios suprimidos
cambio ventajoso, y lo salud no tarda en restablecer pueden, pila atl instar, trasladarse á otros órganos,
se, á menos que el (lujo de vientre sea violento, pe y producir diferentes enfermedades, según la diversi
ligroso, é impida la vuelta de los loquios. Cuando dad de los tejidos; por ejemplo, U perit. nitis puer
esta saludable evacuación por las deposiciones no peral, la peripneumonía, la apoplegía, la parálisis, ó
tiene lugar; cuando el flujo suprimido no so resta algunos hemorragias. La retención es las mas veces
blece espontáneamente, ó se descuidan los remedios resultado de las causas que han determinado la enfer
convenienlcs; ti tiempo pasa, y los accidentes de que medad concomitante Sin embargo, no podernos acu
hemos hablado amenazan fuertemente á la recien pa sar de error á un famoso anatómico holandés que
rida. La piel llega á ponerse lívida, aplomada, la ana sospecha que en el caso en que la sangre de los lo
sarca se n.aniliesta, se forma una colección de líqui quios no corra por la vagina, este líquido puede
dos en el vientre, y se rodea el ombligo de algunas pasar por las trompas de Falopio á la cavidad ab
manchas negruzcas. Estos síntomas anuncian una dominal.
muerte inevitable, que sobreviene pronto ó larde, se 878. Causas. —Ya hemos indicado muchas de las
gún la constitución de la enferma y el carácter de lo causas de lá retención de los loquios. Las principales
afección morbosa concomítente. Ordinariamente no son: las cominocionesdel alma por los pss-iones violen
■ : prolonga la vida mas allá de los veinte y un dios. tas, tales como la cólera, el terror, los celos, el temor,
Cuondo los loquios aparecen por efecto de los reme la tristeza, la alegría súbita é inmoderada; los e$fi« -
dios, ó espontáneamente por la acción espulsiva del mos histéricos ú otros producidos por el olor de la
útero, que arroja la sangra coagulado, mezclada con rosa, del lirio, de las habitaciones recientemente
materias fétidas, purulentas, y algunas veces negruz blanqueadas con cal viva, etc., por los remedios sua
cas, la enfermedad se termina de una manera venta ves ó irritanies, contrarios al temperamento de la en
josa. En los casos en que l.i supresión de los loquios ferma; la estrechez espssmódica del orificio uterino,
se renueva al cabo de tres ó cuatro dios, va acom en medio de esta agitación nerviosa general, y en el
pañado de los misinos occidentes; pero son mucho caso de la hemorragia interna del útero dependiente
menos intensos, y si se efectúa una metástasis es co de la inercia, de la paresio del fondo y del cuerpo de
mo la primera vez. La enfermedad es menos violenta, e>ta viscera, ó de la hemorragia estoma suprimida por
pero mas larga. La mujer se restablece felizmente me lio de las inyecciones astringentes; la impresión
cuando se la trata pronto. La retención de los lo del aire frió sobre las partes genitales poco tiempo
quios, dice en otra parte, es seguida de la tumefac después de la salida del feto, las bebidas baladas, el
ción del vientre, del hígado, de los muslos; la fiebre enfriamiento de los pechos, de los pies ó de todo el
se declara, con escalofríos, dolores en los lomos, y al- cuerpo, por lienzos que no se ha tenido cuidado do
guuas veces en las visceras. El pulso es, ya fuerte, ya calontur.
débil. Estos síntomas señalan el principio dala en Con lu idea de purificar e! aire, se establecieron en
fermedad; á medida que avanza, las mejillas se po el hospital general, fu:u!ado en Viena en 1784, en las
nen encendidas. Cuando los loquios corren en una salas de partos, que eran sin embargo bastante es
cantidad demasiado corta, ya que la^nflamacion cier paciosas, ventiladores basta debajo cl<¡ las camas de
re el paso, ya que el orificio uterino so encuentre las enfermas. Muchas recien pálidas perecieion do
nn poco estrecho ó en una dirección oblicua, la re enfermedades inflamatorias que eran resultado de
cien parida esperimenta una fiebre aguda; se queja la suprision de los loquios por la acción del aire
de dolor en «I estómago, de malestar general, causa frió. Se (erraron estas aberturas, y *n viá il pun
dolores en la» articulaciones de la manos, de las os- to disminuir el número de muertes. Dobcmot tivn-
tramldndcs Inferiora*, on los lomos, en el cuello, en blen referir ¡1 las Causa* do in supresión di los lo
DE MEDICINA V CBUJIA.—FRANK. 537
tic plucoula ó u ti coágulo de sangre, un vendaje loquios, si su desorden no fuese causa de los acci
demasiada apretado, el descenso del útero, de la vagi dentes que esperimenta.
na, ú su compresión por un tumor inmediato, por una Al momento en que se manifiesten signos de en
hernia; los escesos de la gula, la ingestión desustancias fermedad en una recien parida cuyos loquios se hau
difíciles de digerir, de bebidas espirituosas, la oblicui retenido, suprimido ó son menos abundantes que de
dad del cuello del útero en las diversas posiciones dula ordinario, debe examinar el médico con la mayor
mujer en su lecho, sobre lodo en la horizontal; todas las atención sí el desórden de este flujo es efecto ó cau
enfermedades graves que sobrevienen durante el emba- sa do la enfermedad que se presenta. En el primer
r.iz ), ó eiiuaa persona aniquilada por un parto difícil caso, la enfermedad principal es la que exige lodos
artificial, afectada de una lesión , de mía inflamación los socorros. Para hacer un diagnóstico exacto , es
del orificio u'erino, y que deliouen los loquios por un necesario tener en consideración las causas y la na
mecanismo comunmente desconocido. La retención, turaleza de la afección morbosa. Así es que cuando,
la diminución, ó la supresión, que provienen J( se después de un parlo difícil ó artificial , ó do un
mejantes causas, constituyen, ya una enfermedad pri alumbramiento laborioso , se declara la metritis v
mitiva, ya una enfermedad secundaria, cuyo trata ocasiona el desórden de los loquios , el tratamiento
miento es muy variado. debe dirigirse contra la inflamación uterina y variar
879. PnoNÓSTico. —Según lo que precede, el pro según los diferentes casos. Coando los loquios no
nóstico de la retención do los loquios puede ser aparecen en una mujer aniquilada antes del parlo
ó no funesto. No hay supresión ni reteuciou, dice un por una enfermedad grave, c ano una liebre aguda,
célebre médico holandés, cuando la mujer ha perdido una hemorragia, una diarrea, ó una abstinencia pro
una gran cantidad de sangre durante el parlo. Si en longada, no es la ausencia del flujo la que reclama
este caso el flujo es nulo ó muy módico después de la nuestros cuidados, sino lacnfermedid de que de
cspulsion del feto, es que por un acontecimiento estra- pende la retención. Si el orificio del útero está cer
ordiuario la sangre que debían suministrar los loquios rado por la placenta, ó por coágulos , es necesario
ha corrido mas pronto que de ordinario. Así es, que el efectuar el alumbramiento , ó diluir la sangre por
pronóstico es favorable, siempre que los vasos uter.'n s medio de invecciones emolientes tibias. En el caso
se han desocupado durante el parlo, y después de la de oblicuidad , y de compresión ejercida sobre el
cspulsion cutera de la placenta se reconoce, al isplorar útero y la vagina por una hernia , un descenso , un
por encima del pubis, que la matriz ha vuelto bastante lumor inmediato, por materias duras, acumuladas
sobre si misma, especialmente si la mujer no ha eslado en el recio después de la salida del feto, pT un cin-
sometida d ninguna causa capaz de disminuir ó de su turon ó un vendaje demasiado apretado, ¡a indica
primir los loquios, y si no se manifiesta ningún signo ción es remover la cau«a en el instante e;; que se lia
ilu enfermedad. Lo mismo sucede en iguales circuns reconocido su netmalezi por la csplorncion de las
tancias cuando lu recién parida no ha tenido nunca partes. Nonos sorprendemos di' que la sangría hava
la menstruaciou, ó cuando en otros partos, la falta ó sido preconizada por unos y censurada por otros:
la corta cantidad do los loquios no ha producido nin todos los medios que fe quieran emi loar indistinta
guna alteración en la salud, y cuando son reemplaza mente en todos los casos de retención de los lo
dos por una secreción sup'ementaria que se efectúa quios, tienen la misma suerte. Asi, el opio es un
sin inconvenientes, como una epistaxis, un flujo he verdadero veneno en la inflamación del útero y en
morroidal, ó un Ilujo moderado de vientre. todas las afecciones hipereslénicas de las recién" pa
Nosotros estamos muy lejos de adoptar la opinión rida»; pero siempre que el ten or , ía tristeza , y las
de un autiguo fisiólogo, que cree que para que una diversas causas del histerismo, han producido la su
mujer muera de hemorragia después do un parlo fe» presión de los loqu os por la contracción espasmódica
liz, perecen mil por la supresión de los loquios; y aun del orificio librillo, si hay algún recurso, es segu
obtenemos un resultado contrario á esa opinión, ha ramente el opio, solo ó asociado con el éler, el álcali
ciendo entrar en nuestro cálculo hasta las retenciones volátil, al cual es preciso recuirir. Si el relardo y la
sintomáticas. Sin embargo, la posición de las recién supresión de los loquios son resultado de la langui
paridas, sobre lodo la de las mujeres delicadas, es tan dez de las fuerzas vitales y de la inercia de la ma
critica, que no se puede establecer un buen pronós triz, las fricciones sob:e los muslos, los vejigatorios
tico, siempre que la naturaleza se separa de la senda aplicados á su parte interna, serán útiles siempre
ordinaria, aun cuando no aparezca ningún fenómeno que se evite el enfriamiento á que espone el uso de
morboso: nosotros repelimos uqui, con el autor de un estos medios. Este tratamiento seria peligroso si
antiguo tr.ilado de enfermedades de mujeres, que, por existiese, por el contrarío, un infarto de los vasos del
funesta que sea la supresión de las reglas, nunca es útero , ó una inflamación de esta esta viscera. Si la
tan peligrosa' como la de los loquios, después de un retención va acompañada de calor y de tensión en
parlo natural ó artificial, ó de un aborto. . las regiones hipogástrica y lumbar , en una mujer
830. Tiutamiento.—Tencntos pocos ejemplos de bien alimentada , robusta, y por consiguiente dis
ta diminución ó de la supresión de los loquios con puesta á la metritis , conviene aplicar sanguijuelas
siderada como afección idiopática ; pero el desórden á la cara interna de los grandes labios, ó practicar
de esto llujoes un accidente nastanle frecuenten mu- escarificaciones sobre los muslos. Pero si se iratade
chas enferui.diides: es inútil esponcr aquí el trata una mujer aniquilada por un parlo penoso, y en la
miento que oxigen estos diferentes cusos. Un célebre que no se observa ningún signo de plélora uterina,
escritor holandés, del que ya hemos hablado, da una los loquios no serian útiles, a causa de la debilidad,
ie¿la general que merece ser conocida. Es necesario, y por consiguiente, la sangría suplementaria de que
dice, informarse ante todo do si la mujer, cuyos lo hablamos seria perjudicial. Si la retención es debida
amos se han suprimido, siente alguna incomodidad. á la impresión de un airo frío sobro los órganos ge
Cuando no se queja de nada, no conviene hacer im nitales, ó á la aplicación del agua fría, del hielo, al
prudentes tentativas para atraerlos. Cuando se ma uso de las inyecciones astringentes, a que se ha re
nifiesta algún signo de afección morbosa , se debe currido por temor de una hemorragia, se hacen
examinar si esta afocciou puede y debe referirse á aplicaciones emoliente» sobre las partes tcuitales; se
cion de un flujo loqui.il ahundat cubre el abdómen de fomentaciones de
538 BIBLIOTECA ECONÓMICA
una pomada de la misma índole; se esponen los órga terror repentino, un gran espanto, destruyen pronta
nos genitales á los vapores emolientes, y se adminis mente el color del rostro. Estos fenómenos anuncian el
tran enemas preparados con un cocimiento de simiente imperio del sistema nervioso sobre los vasos y sobre
de lino. Estos remedios hacen cesar el eretismo de los la circulación de la sangre. Por una ley mucho mas
vasos, y facilitan la vuelta de los loquios. Pero cuan oscura de la economía viva, vemos sobrevenir la epis
do la tensión del hipogastrio, de los lomos, el ardor taxis crítica en las liebres hiperesténicas , la hemor
de las partes internas de la generación, un sentimien ragia nasal suplementaria en el caso de supresión de
to incomodo de repleción ó de dolor en la región ute los menstruos, de los loquios, y en finja epistaxis pe
rina, anuncian un infarto considerable del sistema riódica. Los síntomas que preceden ó acompañan á la
vascular de la matriz, los vapores y las inyecciones hemorragia nasal no depeuden de la sola impulsión
emolientes aumentan la irritación y la disposición á de la sangre hácia la cabeza; en muchos casos son
la metritis. Se concibe fácilmente que ti régimen efecto de una secreción morbosa que no siempre
debe ser análogo á los agentes farmacéuticos que comprendemos. La teoría de la isquemia nonos pa
reclaman los diversos casos de retención de los lo rece mas clara , cuando consideramos quo los acci
quios. dentes no están en razón de la cantidad de la sangre
retenida, y que proceden mas bien del desórden de la
GENERO TERCERO. evacuación relativamente al tiempo y al modo. Lo
que hemos dicho de la amenorrea, se observa también
Isquemia nasal. en la isquemia nasal. Se ve que una ó dos onzas (30
á HO gram.) de sangre, suministradas por la secre
881. El flujo menstrual y los loquios son las úni ción natural del útero, aun en una mujer cuyas re
cas evacuaciones sanauíueas naturales; por lo tanto, glas eran abundantes , han producido un alivio
no se pucae considerar, rigorosamente hablando, mucho mas marcado que una sangría de ocho ou-
como uu estado morboso la retención de otros flujos zas (250 gram.), que no constituye una evacuación
sanguíne os. Pero en el mayor número de estas enfer periódica. Se sabe también que un corto número de
medades, tan funestas por lo común ú la' humanidad, sanguijuelas, aplicadas á los grandes labios en la
la epistaxis y las hemorroides ejercen los mas terri época que corresponde al flujo menstrual suprimido,
bles estragos sobre las visceras, cuándo los socorros basta para atraer este flujo, ó al menos para calmar
del arle, o de otros agentes, mas bien que los progre los accidentes, mientras que una emisión sasguínea
sos de la edad (porque su duración se estiende or tres veces mayor, que se efectué en un sitio menos
dinariamente , por derecho de prescricion, hasta próximo al útero , queda sin efecto. En la mayor
cierta época de la vida), llegau á desordenar el mo parte do las jóvenes afectadas do clorosis con ame
vimiento fluxionario que las constituye. Con razón, norrea, el matrimonio es el mas poderoso emenago-
núes, referimos á las retenciones sanguíneas , como gi; restablece el curso de los menstruos, y vuelve al
fuente abundante de enfermedades, la suspensión rostro su color sonrosado. En la primavera , las va
prematura de estos flujos que han llegado á ser habi cas sienten el estímulo del amor ; las partes geni
tuales. Nosotros designamos la supresión da la he tales de estos animales se ponen tensas y húmedas
inurragia de la nariz con el nombre de isquemia na~ de sangre , todo lo cual cesa en el momento en
sai , que tomamos de un célebre nosologista. que se lo acerca el toro. Estos diversos fenómenos
£.82. La isquemia nasal consiste, pues, en la re- prueban que las retenciones sanguíneas están mas
iicion de la sangre que constituye una epistaxis crí- bien sujetas á leyes particulares de periodicidad,
i habitual. poco conocidas hasta ahora, que á las leyes generales
Si se recuerda el carácter, los síntomas, las que rigen la economía viva.
as y el pronóstico de la epistaxis , se tendrá á la 884. Accidentes de la isquemia hasal.—Lo
i casi todo lo que concierne á la retención de síntomas que acompañan á la isquemia nasal no di
este flujo, y no sorprenderá la brevedad en el articu fieren de los que preceden á la epistaxis. Pero los
lo que vamos ú consagrarle. Volveremos á hablar accidentes que siguen á esta retención son mucho
solamente sobre algunos puntos, á fin de demostrar mas graves; los principales están constituidos por
la conexión que existe entre la hemorragia y la is diversas enfermedades de la cabeza, el vértigo, se
quemia nasal. guido algunas veces de caida, la cefalalgia, los zum
. La cabeza es tanto mas voluminosa, relativamente bidos de oidos, h amaurosis, el sopor , la apoplegía,
á las demás partes del cuerpo , cuanto mas próximo la hemoptisis ó hemorragias internas , convulsiones,
está el instante del nacimiento. Ño obstante, la epis y aun epilepsias. Hemos indicado en otra parte (o9t)
taxis os mas común en la segunda infancia (pueritia) un caso de disfagia quo vamos á presentar aquí con
que en la primera (infantia). Este fenómeno, desco todos sus detalles.
nocido en los animales , es hasta ahora inesplicable; Observación di; djsfagja. —Un hombre robusto y
no sabemos tampoco por qué la mujer , condenada bien alimentado , de treinta años , esperimentaba
por la naturaleza ú los flujos sanguíneos, está sujeta opresión y náuseas; un médico de una ciudad in
mucho menos que el hombre á la epistaxis. En la' mediata le administró un cinético. Los vó nitos fue
adolescencia se observa, en lugar de esta hemorragia, ron muy frecuentes y produjeron la di-fagia. Esta
la hemoptisis; en la edad viril, las hemorroides, la afección duraba hacía tres dias, cuando firmado el
hematemesis; en la vejez, que es una nueva infancia, médico, aconsejó al enfermo que viniere á Pavía
la hemorragia nasal aparece otra vez, y es por lo para consultarme. Yo estaba ausente, y f's presentó i
coroun precursora do la apoplegía. La causa de este otro profesor muy esperimentado. Rcgrec ' al cabo de
ilujit y reflujo do los humores se escapa á nuestras ocho dias; este medico me llamó en coi: iulta, y en
investigaciones. Esto vacío de la fisiología hace lle contré al enfermo en el estado siguiente : el exófago
namente incierta la doctriua patológica y tora-i no ejercía sus funciones , el hambre y la sed se ha
'ca de Iós hemorragias y de la isquemia. En las cían sentir vivamente; poro las bebidas y los alimen
snes histéricas, ó cuando una impresión ines- tos no habían podido nunca vencer el oír ! :euto ; ha
oubre el rostro de una rubicundez súbita, la bían sido siempre arrojados por la boca antes de lie
DE MEDICINA Y CíRÜJÍA.—FRANK. 539
en dos horas. Nos sorprendimos mucho de ver que fuerzas vitales, la distribución desigual de la sangre,
á pesar de esta larga abstinencia, conservase sus co la aceleración ó la lentitud de la circulación en cier
lores, sus fuerzas; y de que su pulso, en lugar de ser tas partes, bajo la influencia de diversas causas lo
pequeño y débil , estuviese todavía bastante lleno, sin cales, esternas ó internas, dan lugar á secieciones san
ofrecer la menor alteración febril. La ingestión de guíneas, morbosas, y suprimen á su vez estas mismas
los alimentos no ocasionaba ningún dolor en la gar secreciones, que el hábito ó la ausencia de una eva
ganta ni en el exófago; eran espulsados prontamente cuación natural, á la que servían de suplemento, han
y con fuerza de la parte superior de este canal; no hecho necesarias. Los niños á quienes se lava el
rubia , propiamente hablando , vómitos. Después de rostro con agua caliente , contraen fácilmente una
la administración del emético, la cabeza no habia epistaxis que llega á ser habitual, y que se hace
sido asiento de ningún síntoma que pudiese hacer desaparecer imprudentemente en la adolescencia por
sospechar una parálisis del exótago. Nosotros hici las lociones de agua fría. No hace mucho tiempo que
mos tragar al enfermo en nuestra presencia aceite tos jóvenes de uno y otro sexo pasaban toda la ma
reciente y yemas de huevos , cuyas sustancias, que ñana rizando sus cabellos con hierros ardiendo : no
hubieran debido deslizarse fácilmente, fueron arro nos sorprendemos de que bajo el reinado de esta
jadas al punto , como las demás. El calor era muy moda, el adujo de la sangre hácia la cab za, caldea
fuerte; decidimos ensayar el hielo para calmarla da por el instrumento, haya dado lugar á frecuentes
irritación del exófago , y tampoco fue admitido. hemorragias nasales. En nuestros dias se ha estable
Preguntamos entonces al enfermo si no habia espe- cido una moda absolutamente opuesta: los jóvenes
rimenlado jamás otra enfermedad, y si no habia ar se cortad enteramente les cabellos, y su cabeza afei
rojado nuncu-sangre por la nariz 6 por el ano. Nos tada se halla espuesta á todas las visicitudes atmosfé
respondió que estaba sujeto desde algunos años i ricas. No será admirable que este cambio brusco en
ciertos accesos epilépticos, y sobre todo á hemorra los hábitos higiénicos haya ocasionado en muchas
gias nasales abundantes, y en lin , que habia gozado personas isquemias nasales muy peligrosas. Supon
siempre de una salud perfecta y de una constitución gamos á un joven de constitución p'ctórica , que
robusta. Pero observó que, contra su costumbre, la ha pasado los primeros vños de la vida en las fatigas
nariz no habia arrojado ¡sangie, hacia cerca de seis do la carrera, de la equitación, de la esgrima, y que
meses. Aunque habia llegado al onceno mes de su ha contraído el hábito do la epistaxis periódica por
enfermedad, y por todo alimento habia tomado ene la rapidez que estos ejercicios dan al curso de la san
mas preparados con caldo de carne y yema de huevo, gre, ó á consecuencia de alguna lesión reiterada de
nosotros mandamos la aplicación de una sangui las fosas nasales: en la edad viril, se abre para él
juela á cada ventana de la nariz , y recomendamos al otro horizonte ; el conjunto de los negocios , los cui
cirujano que cortase, si era necesario, la cola do estos dados domésticos, le obligan de repente á abandonar
animales, á fin de sacar una cantidad de sangre igual á su primer género de vida. ¿Es sorprendente que cese
la que el enfermo perdiaordinariamenle por la epista la hemorragia nasal, y que después de haberse su
xis. Corrió cerca ríe una libra, y el éxito de esta he- primido muchas veces, sea reemplazada por uua he
raorrtgia nasal artificial fue tan saludable, que el. moptisis muy grave?
exófago quedó enteramente libre al cabo de algunas 886. Phonóst co. — Es una triste verdad, que la
lioras, y permitió el paso de las bebidas y de los ali esperiencia demuestra todos los dias, y que se olvida,
mentos líquidos, que se administraron con toda la sin embargo, algunas veces en la práctica , que mu
prudencia que requería una abstinencia tan larga chas enfermedades generales ó locales no pueden to
Al día siguiente nuestra alegría se turbó por algunos carse, ni aun de lejos, sin peligro para la vida, cuan
instantes; el sueño habia vuelto á traer la disfigia en do han tomado posesión de nuestros órganos. Su
toda su intensidad. Como el enfermo conservaba sus presencia deja mas ó menos libertad á las funciones
fuerzas y el pulso no estaba débil, mandarnos repetir que no han abolido. Deben respetarse ; los socorros
la aplicación de las sanguijuelas; se sacaron ocho on de la medicina no les son útiles mas que cuando hau
zas de sangre, y con este socorro vimos desaparecer abandonadosu asiento primitivo, ó cesado enteramen
al fin esta disfagia rebelde, que iba acompañada de te. La epistaxis, que llega á ser habitual, entra en este
los mayores peligros. número. En la isquemia nasal, la sangre no ingurgita
Después de las afecciones de la cabeza, uno de los solamente los vasos do la nariz, sino también ios del
accidentes mas comunes de la isquemia nasal , es la cerebro y de la cara ; por esta razón los síntomas de
hemoptisis. Este caso es mas frecuente en los niños que va acompañada se diferencian poco de los que
que en las niñas, á causado la dirección opuesta que preceden á la amaurosis, la encefalitis, el vértigo ca
el establecimiento del flujo menstrual imprime á los duco y aun la uplopcgía ; y por eso vemos tan comun
humores en las personas del sexo femenino. Sin em mente que este género do retención produce la epi
bargo, no es raro, como heñios dicho en otra parte, lepsia, la parálisis, y las diversas alecciones cerebra
que la sángrese dirija sobre el pulmón, cuaudo en les, en las que el cerebro está inundado, comprimido
cuentra obstáculos que la separan del útero. ó irritado por derrames serosos ó sanguíneos. Hemos
883. Caosas.— El mayor número do las causas de dicho que los flujos sanguíneos del pulmón tenían
la epistaxis, sobre todo de la epistaxis crítica y pe frecuentemente origen de una hemorragia nasal su
riódica, nos es desconocido ; la etiología de la isque primida: las anastomosis de los vasos ni la plétora
mia nasal no debe ser menos incompleta. Nos aproxi podrán dar razón en todos los casos de este fenóme
maremos ú la verdad, lauto cuanto lo permitan los lí no; depende de una ley que nosotros no podemos
mites de la imaginación humana, si acusamos aquí comprender, y en virtud de la cual el asiento de las
las misnas causas á que hemos referido los flujos \ hemorragias no es el misino en la infancia, la ado
las retenciones en general. Una parle de las causas lescencia, la edad viril, y la vejez; puede tatnbieu
esternas de la epistaxis, como los pólipos, las esco proceder de una predisposición, hereditaria ó adqui
riaciones, las cicatrices de la membrana pituitaria, rida , á la tisis pulmonar, sobre todo, á un vicio es
el tabaco adulterado , el humo , y los vapores acres; crofuloso que dirige su acción sobre el pulmón. La
son, en general, propios para determinar la hemor supresión intempestiva de la epistaxis que no ha lle
ragia nasal y la isquemia. Relativamente á las cau gado todavía á ser habitual, pero que sirve de crisis
sas internas, vemos que la falta 6 el esceso de las 6. una enfermedad aguda, redobla la violencia del mal
>40 BIBLIOTECA KC0N0.U1CA
y aumenta el p*Hgro! I.a desaparición de la hemorra los jóvenes, que son ú los que principalmente dedi
gia nasal suplementaria, no siempre o» seguida, sin camos esta obra.
inconvenientes para la salud, de la vuelta de la se 889. Las hemorroides, que consisten en un llujo
creción á que reemplazaba, sino que comunmente de sanguíneo ó mucoso suministrado por los vasos del
termina hemorragias internas ó iullainacioues visce recto, constituyen una afección morbosa, como la
rales que inspiran los mas serios temores. epistaxis; pero son mucho mas frecuentes que todos
887. Tratamiento.—Al lio del párrafo 592, que los demás flujos en las personas de uno ú otro sexo;
está consagrado al tratamiento de la epistaxis, liemos se observan sobre lodo en los países frios , cuyos ha
espuesto l.is remedios que reclama la isquemia nasal bitantes llenen un género de vida que favorece á
detalladamente. Las indicaciones de que nos queda esta enfermedad: son propias en ciertos estados do la
que hablar, consisten en calmar en cuanto sea posi vida social; en los que por ocupación, ó por afición,
ble los accidentes de la isquemia , cuando no poda acostumbran montará caballo, y en un gran número
mos conseguir una curación radical; y en el caso de artesanos. Esta enfermedad no desaparece quizás
contrari'1, en variar el tratamiento curativo, según la nunca , sin producir grandes estragos en el sitio que
diversidad de las causas, y de las constituciones indi ocupa, y aun en toda 1a economía. Hemos admitido
viduales. Si por el abandono do un ejercicio corporal en otra parle la opinión de los fisiólogos que consi
á que se estaba acostumbrado, se suprime una epis deran la estación bípeda como una de las causas
taxis habitual en la edad que dispone á esta hemor del llujo menstrual. Si consideramos que los hom
ragia, es necesario volver insensiblemente á estos bres sujetos & las hemorroides son atormentados á
primeros hábitos , á menos que la enfermedad actual menudo por este llujo periódico, como las mujeres
los haga perniciosos, y continuar este género de vida per las reglas , y que estos dos flujos son los únicos
hasta que el ardor y la movilidad de la juventud hayan que ohseivan exactamente las leyes de la periodici
dejado su lugar a la calma de la edad viril, y que las dad . no temeremos referirlos á una causa análoga,
ocupaciones serias de la vida social hayan templado aunque el uno sea natural y el otro morboso, y acu
la efervescencia de la sangre. Hemos visto que las saremos en uno y otro ciso á la progresión bí
diversas secreciones morbosas dependían de un vi peda. La sola diferencia es, que la evacuación
cio local ó general, de un estado asténico ó hiperes- menstrual se baila en razón de la vitalidad del úicro.
ténico de todo el sistema ó de un órgano particular: 890. Accidentes de la isquemia hemorroidal.—
ahora bien, los flujos sanguíneos y las retenciones de En un corlo discurso anatómico que pronunciadles
la misma natura'ez i provienen igualmente de esta fuen en la universidad de Pavía, on 1791, hornos dado á
te; siendo la isquemia nasal de la misma familia, de conocer la importancia del papel que représenla en
be ser combatida con las mismas armas, es decir, las enfermedades la medula espinal , considerada
con remedios apropiados á sus causas. Asi es que, por unos como una prolongación cerebral, y por
si la supresión de la epistaxis periódica es consecuen otros como un tallo del cerebro. Este puntudo doc
cia de una enfermedad antecedente, de un (lujo que trina ha sido cultivad i singularmente en nuestros
ha arrojado los humores hacia otra vía, de una larga días, asi bajo el aspecto de la fisiología, como de la
abstinencia, de la acción del frió sobre el rostro ó so patología. Nuestros conocimientos fisiológicos y pa
bre la cabeza despoiada imprudentemente de sus ca tológicos sobre la médula espinal, los vasos que se
bellos, ó de una afección debilitante del alma ; la distribuyen en ella , las membranas , los cartílagos y
primera indicación es la de reparar las fuerzas vita los huesos que la protegen, nos ilustran mucho en
les : á medida que so restablecen, vuelve espontá- las enfermedades que afectan al tórax, al abdomen y
menle la secreción suprimida. Si la isquemia nasal á las eslremidades ; no nos abandonan tampoco en el
proviene, por el contrario, de la repleción, de la ten estudio de los accidentes que acompañan ó siguen á
sión, do la irritación de los vasos, reclama un método la retención de las reglas, de los loquíos, y de las
opuesto, es necesario sacar sangre de la nariz, como hemorroides. Los esfuerzos hemorrágicos , en eslos
en el ejemplo que hemos referido mas arriba (884). tres flujos, van acompañados de opresión, de tensión,
Cuando la causa de la retención reside en las fosas de calor, de dolor en los lomos, e! abdómen y los
nasales, se puedo acusar á los cuerpos cstraños, á los muslos: estos accidentes debeu ser mucho mas in
pólipos, á diversas escrescencias, á las cicatrices, á tensos en su retención. En la isquemia hemorroidal,
las adherencias de la membr; na pituitaria, que sobre los vasos del recto están ingurgitados, tensos; se cs-
vienen á consecuencia de úlceras variólicas , sifilíti perímenta en esta región un i alrr ardiente, un dolor
cas, ó de estirpicion de los pólipos; á la coriza cró cruel. Tales síntomas anuncian lo que tiene lugar en
nica, al tabaco mezclado con polvos astringentes, los vasos de la coiumna vertebral, sobre todo en la re
ó los vapores estípticos. El médico debo entonces gión lumbar: eslos vasos, que nuestra vista no puede
remover el obstáculo, según los recursos del arte , á descubrir, están hinchados, irritados, inflamados;
fin de que la sangre vuelva á lomar su curso acostum supuran, son asiento de diversas secreciones mor
brado, ó prevenir por una hemorragia artificial, con bosas, se dilatan, y forman varices que se rompen.
ayuda de las sanguijuelas, lus estragos que la trasla» Algunas veces sobrovieno la caries de las vértebras,
cion da este humor podría ejercer sobre el resto de principalmente do las do los lomos. Cuando la irrita
la economía. ción ó la compresión se propaga á los nervios de Ja
| vejiga, se declaran la disuria, la iscuria, la parálisis
GKNKRO CUARTO. de esta viscera y do los miembros inferiores. Si los
vasos de la columna vertebral resisten al impulso de
Isquemia hemorroidal. la sangro, esto líquido se dirige sobre el encéfalo , el
pulmón, ó el estómago, y da lugar á vértigos, á
zumbidos de oídos, á la amaurosis, á las inflama
888. Hemos tratado en otro lugar de las hemor ciones y á las hidropesías agudas del cerebro, á la
roides, y vamos á consagrar un artículo muy corto ¡i apoplcgía, á la angina, ti la díspnea, á ta hemoptisis,
lu retención de este flujo cuando ha llegado & sor ha a la peripneumonia, á la hematomas», al morbu»
bitual , retención que designamos con el nombre da niger de Hipóciates, y otras. Cuando la traslación
isquemia hemorroidal. No podemos evitar oquí algu do la sangro hemorroidal se efectúa snhrc Ins vísoerj*
nos repeticiones,, pero no carecen de uli idad paría | contcuitias en las cavidades pelviana y abdominal,
DE MEICINA Y CIMHÍA.—FRANK. J»4t
se manifiestan div*í¡to síntomas que anuncian la ORDEN QUINTO.
afección del mero, del línzo, de los intestinos, sobre
todo del recto, de la vejiga, del útero , de fo vagina, Retenciones adiposas.
y de los testículos (619).
891. C\usas.— Las causas de In isquemia hemor 894. Los griegos han designado con el nombre
roidal son las mismas que las de las retenciones en impropio de polisarcia, que quiere decir, carne su
general , y especialmente de las retenciones mucosas, perfina, no solamente la corpulencia carnosa , sino
sanguíneas. Pero como ignoramos la manera de también la obesidad, como si la grasa y la carne fuesen
obrar del hábito , relativamente ¡í las secreciones una misma cosa. Las fibras musculares no son mas nu
naturales ó morbosas, debemos necesariamente des merosas en las personas gruesas que en las delgadas;
conocer un gran número de causas que producen solamente contienen mas jugos. Las sustancias ali
una hemorragia suplementaria en sustitución de un menticias del reino animal y del reino vegetal, de que
flujo hemorroidal habitual, ó disminuyen, suspenden, hacemos un uso diario, suministran muchos principios
ó suprimen enteramente osla secreción morbosa del oleosos que, después de haberse combinado de diver
recto. Se conocen los efectos de las aplicaciones frias so modo en la boca, el estómago , y los intestinos,
ó astringentes en las hemorroides : aunque la he esperimentan alteraciones mas ó menos considerables
morragia sea por lo común muy tenaz, sobre todo por la acción de las fuerzas digestivas , y son al lin
cuando la sangre es suministrada por la ruptura de vertidas en el torrente de la circulación, bajo la
los vasos dilatados, se ve frecuentemente que el u«o apariencia de una emulsión animal, á la que se da el
de estos medios determina ó agrava la inlltmacion del nombre de quilo. Estos materiales son segregados
recto, y por consiguiente que un humor puriforme en seguida por vesículas redondas , membranosas,
se derrama en los intersticios celulosos déla mem esparcidas en el tejido celular de ciertas partes, y
brana mucosa, que se espesa, adquiero una consis vivificadas poruña red vascular muy fina. Su perma
tencia callosa, y estrecha el Interino, cuyos vasos se nencia en estos alveolos , donde toman una consis
obliteran por efecto de esla induración. El recto, tencia adiposa ó sebácea, no constituye una enfer
como «I útero, la vagina y la uretra, pueden ser medad: es un estado natural en el hombre, a escep
asiento de erosiones, de úlceras dependientes de di cion del feto, apenas desarrollado en el seno de su
versas causas, y cuya desecación ó curación es se madre. Lo que los fisiólogos han observado sobre la
guida de cicatrices que cierran los orificios do los formación, las variedades y los usos de la grasa ; lo
vasos hemorroidales, ó impiden el curso de la sangre. quo los químicos han descubierto sobre la composi
I.a ablación entera do tumores hemorroidales , sin ción y la naturaleza de este aceite animal, _ se halla
escopeten , es una de las causas de este género de suficientemente esplicado en los tratados de fisiología
isquemia, aunque no opinen a«i algunos autores. y de química (1): nosotros hablaremos de esto, siem
892. El pronóstico de la isquemia hemorroidal pre que tenga alguna relación con el diagnóstico
es fácil de establecer, según los accidentes de que va y con el tratamiento do las enfermedades dependien
acompañada (890, 622). tes de la retención de la «rasa.
893. Tratamiento. — Hemos espuesto también el 89o. Debemos examinar ante todo las épocas de
tratamiento que conviene ¡í este género de retención la vida mas favorables ó ¡as colecciones adiposas, y
en el artículo consagrado A la terapéutica del flujo la marcha casi periódica de las retenciones de esté
hemorroidal (62.)). Las causas y los efectos de la su género, en el estado de salud como en el de enferme
presión, merecen igualmente la atención del médico. dad. Antes del quinto mes no se descubre ni un áto
Si un estímulo demasiado fuerte, ó demasiado débil, mo de grasa en el cuerpo del feto. Después del parto,
ha alterado la secreción habitu d del recto, y deter y durante los primeros anos do la vida, vemos comun
minado una afección hiporesténica ó asténica, el mente al panículo adiposo subcutáneo desarrollarse y
tratamiento debe ser debilitante 6 escitante, y apro dar lugar á los pliegues que se observan sobre la
piado al órgano que padece. Hemos establecido en piel. Desde la segunda infancia has'a la edad media,
otra parte Jas reglas que es necesar'o sesnir en se la grasa disminuye ordinariamente, escepto en algu
mejante circunstancia. Por ejemplo, cuando los sín nas personas dispuestas íí las colecciones adiposas.
tomas anuncian una plétora, una congestión cerebral, Después de esta época, la obesidad aumenta diaria
y se manifiesta una epistaxis suplementaria del Unjo mente, con todas sus incomodidades, por espacio de
hemorroida!, conviene respetar la hemorragia nasal, cerca de veinte años, en los individuos que tienen
¡i menos que sea e.scesiva. Cuando la sangre se di una predisposición & este género de enfermedad. Sin
rige sobre el pulmón y ocasiona una hemoptisis embargo, las personas cargadas de gordura enveje
igualmente hiperesténica , es necesario abrir la vena, cen mas pronto, según el principio de los naturalis
aplicar sanguijuelas al ano, y recurrir á los enemas tas romanos Las que llegan á la última edad de la
emolientes, á ho de prevenirlos accidentes quo podría vida, se desembarazan insensiblemente de esla carca
traer consigo la hemorragia pulmonar, sobre todo si adiposa, y caen en la hidropesía ó en el marasmo. Es
repite á menudo. Si la cesación de las hemorroides un liecho demostrado por la observación, quo com
es, por el contrario, efecto de la languidez de las bato victoriosamente la hipótesis do la trasudación
tuerzas vitales, reclama un método escitnnte, el uso de la grasa á través de las paredes arteriales, que
de los tónicos al interior y al esterior, con las pre ciertas partes del cuerpo no contienen jamás ni un
cauciones que exige el estado morboso de la sensi átomo de ella. No se halla, pues, en la cavidad era-
bilidad. Se prescriben , pero en cortas dosis , los re niana, ó en la sustancia cerebral, en ol bulbo del ojo,
medios quo tienen la propiedad de irritar suavemente en la laringe, en la traquea , el tejido celular de los
los intestinos, sobre todo, el recto, y de relajar mo párpados, del oido, del escroto, del prepucio, en los
ceramente el vientre, por ejemplo, el aloes, el pulmones, en e! hígado, el bazo, los ríñones, ni en
ruibarbo, y los amargos en pildoras ; lu sal de Glau- el útero. Pero sabemos por lu práctica, y aun p'or
bero , y el bórax. Esterlormcntc se recomieudan los nuestra esperiencia propia , que todos los órganos
enemas preparados con una corta cantidad do jabón,
l.»s vapores dirigidos Inicia el uno , los semicupios, 1 Véase K, f. Iturilacli, •futido de IHiolosIs,» trad. del
las fricciones sóbrelos miembros inferiores, la apli nlemín por 1. L Jourdan. I'nri». 18*7, t. VII, p. ñin. -F.
cación de verdosas secM <l los muslos ó «I sacro, la V. n«»pail, «Nu«vo ílítamn de química org«[>¡o«.» Parlj, 1S3S, to
mo III, p. 353, pl. X, XVIII.
equitación, etc.
BIBLIOTECA ECONÓMICA
pueden convertirse en materia adiposa, ó Ilegal ó ser salido con el epiploon. Un autor célebre refiere dos
asiento de colecciones estealomalosas, bajo el impe casos interesantes: el primero tiene por objeto á una
rio de ciertas causas desconocidas hasta ahora. La mujer que se hallaba muy delgada, y espelia diaria
graca se acumula las mas veces en las órbitas, las mente por las cámaras, durante catorce meses, una
mejillas, la barba, las mamas, sobre todo en las ma cantidad considerable de grasa amarillenta, sin que
mas de las mujeres; en las regiones iliacas, en mu» tuviese liebre, y sin que se aniquilasen sus fuerzas.
chas personas del sexo femenino, principalmente en Dicha materia salia después de los escrementos, y se
las mujeres del interior de Africa; llena el tejido ce asemejaba al vidrio fundido; ordinariamente se escrc-
lular de las nalgas, de las paredes abdominales, del taba en tan gran cantidad, que hubieran podido lle
mesonlcrio; en fin, se acumula en las inmediaciones narse algunas vasijas. Adquiría por el enfriamiento la
de los riüones y en el cpiploon, r|uc es el centro del consistencia ric ta grasa mas espesa; arrojada sobre
sistema adiposo. Esta sustancia es mas espesa y en el fuego, ardia produciendo una llama muy viva. Esta
mayor cantidad en el canal medular de los buesos evacuación no alteró jamás la salud de" la mujer.
largos, que en sus cstremidades esponjosas. El segundo cuso ha sido observado en otra mujer,
La grasa puede acumularse en todos los órganos que murió á la edad de setenta años, después de ha
dispuestos á recibirla, ó en uno solo, por ejemplo, en ber espelido por el ano y por la uretra una materia
el mediastino, en la base del corazón, mientras que adiposa análoga, sin esperimentar fiebre ni flujo coli-
se halla muy poca en las demás partos. Las colec coativo. bxisteu en los fastos de la medicina muchos
ciones adiposas se forman ordinariamente con lenti ejemplos de sudores de grasa, de cscreciones alvinas
tud en el estado de salud; llegan á ser rápidas á con puramente grasicntas, y de orinas oleaginosas, que
secuencia de diversas enfermedades que cambiau las han presentado este carácter durante algunos años
disposiciones individuales y el género de vida. Los consecutivos. Sin embargo, las orinas grasas, cu
que poseen el arle de engordar los animales domés biertas de película, se encuentran muy comunmente
ticos, conocen el modo de cuidarlos , escogen el en las enfermedades agudas ó crónicas, sobre lodo en
alimento mas conveniente en semejantes circunstan las que se acompañan de colicuación, y anuncian or
cias, y saben el tiempo que es necesario á las diversas dinariamente una terminación funesla. No creemos
especies de animales para llegar al término medio ó que la grasa pueda esplicar la combustión espontá
al último término de la gordura. El padre de la histo nea; en efecto, este maravilloso fenómeno es tan fre
ria natural observa quo los cerdos se ceban cu sesen cuente on las personas gruesas, como en las delgadas;
ta dias; pero cuando se les echa á engordar, ganan es mas común en las mujeres que en los hombres;
mas, proporcionalmeute hablando, en el espacio de tres se la observa con mas frecuencia en los viejos que en
dias. Las partes en que la grasa se acumula én ma los jóvenes, y no acontece mas que durante la vida, ó
yor abundancia, son las mamas en las mujeres, y el al menos no conocemos ningún ejemplo de combus
vientre en uno y otro sexo. En estas partes es tam tión espontánea en el cadáver. No obstante, uos será
bién donde se manifiestan los primeros signos de la permitido suponer que el principio oleoso, esparcido
demacración en las enfermedades que disminuyen la en todas las parles carnosas y huesosas de la econo
gordura, en la consunción inminente: la sola analogía mía, mantiene la llama vital, y puede favorecer bajo
de la manteca contenida en la leche, con la grasa, la influencia de ciertas causas taras, hasta ahora des
bastaría para dar razón de este fenómeno en las ma conocidas, y algunas veces estrañas al abuso de los
mas. La materia adiposa sirve de linea de demarca espirituosos, el desarrollo de la materia ígnea, y por
ción entre los diversos órganos; los sostiene, los pro su esposicion al contacto del airo, alimentar el fuego,
tege, los preserva del frió; llena los vacíos , facilita que se enciende espontáneamente.
el movimiento délas parles, da al cuerpo sus formas 89ü. En general, las colecciones adiposas varían
y su elegancia; quizas suministre también los mate on los diferentes individuos, según la edad, el sexo,
riales de lu bilis, del cerumen y del barniz cutáneo; la estatura y la constitución; pueden formar masas
y por último, está destinada á reparar, por su reab considerables sin turbar notablemente el ejercicio de
sorción, las pérdidas do la economía. Ignoramos con las funciones. Pero siempre que la grasa se acumule
mucha frecuencia por qué viits se abre paso, algu cu las inmediaciones del corazón, de los nervios
nas veces con tañía rapidez, en las enfermedades gra gruesos y de los grandes vasos, puede muy bien de
ves. Aun durante la salud, la grasa trasuda continua sordenar las funciones de estos órganos y de los que
y abundantemente por los poros cutáneos , como lo están bajo su dependencia. Convenimos que, en estos
prueba la materia untuosa que cubre la piel , de que casos, es por lo común muy difícil, y aun imposible,
se itnpregnaq las camisas al cabo de algunos d>as, y reconocer el asiento y la naturaleza de la causa mor
que solamente el jabón puede limpiar, y el uso es bosa. Un célebre nosólogo francés dice que en los in
tablecido en la antigüedad, de rasparse el cuerpo al dividuos robustos, que no están cargados de gordura,
salir del baño. Se halla en los folículos sebáceos del la sustancia adiposa tiene el mismo peso que la mitad
dermis un gran número de concreciones calculosas del cuerpo: según nuestras observaciones, en un
que se forman sin el socorro do otra enfermedad. La hombre de una estatura y de una corpulencia media
grasa se endurece de varias maneras, según las in na, no forma la grasa mas que la vigésima parte del
vestigaciones de A. Hallcr. Este observador asegura individuo. Si consultamos A la esperiencía, observa
haber visto por debajo de la piel que cubre la cara remos en ciertos casos estiaordinarios, que el sislemn
interna de la tibia, tumores sebáceos , lenticulares, adiposo adquiere un desarrollo enorme. Hemos visto
muyjduros, y que hubieran podido creerse verdaderos cu Pavía á un notario que murió de una retención
cálculos si no se hubiesen liquidado al fuego: no exis de oriiK¡, cuyo cadáver pesó -í 00 libras: se halló en la
tia ningún vicio, alíñenos aparente, á que podar atri legión hípogástrica, entre la piel y la linea alba, un
buir su formación. Se ha consignado la historia de panículo grasicnto, de cuatro pulgadas y media (H
uní hernia que contenía una materia adiposa seme centím.) de espesor. Los autores hablan dé una mu
jante al sebo (1); esta degeneración es liecucnlo en jer ne treinta años, que pesó 480 libra?, de un hombre
las hernias epiplóicas, que pueden ejercer entonces que pesó 600, de otro que llegó hasta 880, y cuyo
una compresión peligrosa en el asa intestinal que ha cuerpo ofreció quince pies do circunferencia, de la
medida de Inglaterra.
1 Tiansaeclooes filowíflMs, núm. 8iC. Los síntomas que caracterizan las colecciones adi
DE MEDICINA Y CIRimA.--FRANK, 543
posas, varían, según la cautidad de la grasa acumula este punto la esperiencia médica ni el análisis quí
da, según la rapidez ó la lentitud con que se reúne, mico. La grasa se enrancia por el reposo prolongado y
y según el tejido celular cu que se deposita. La com por la acción del aire caliente; es blanca é insípida en
presión, la tirantez, y la variación de lugar de los los niños, espesa y amarillenta en los adultos, de un
vasos, de los nervios, de los músculos, y aun de las color oscuro y de un sabor marcado en los viejos;
visceras, son los principales accidentes que produceu por la destílaciou da ácido sebáceo ; los sudores son
estas retenciones. Un nosúlogo ,de quien ya hemos félidos eu los individuos cirgados do gordura. Este
hablado, observa que en las personas gruesas, las arte aceite animal no es sólido durante la vida, se rcah-
rias, las venas y las visceras son mas pequeñas que sorbe continuamente, aunque la sangre no presenta
en los individuos delgados de la misma estatura, y ningún carácter oleoso, y sufre diversas alteraciones
que el hígado, el bazo y los pulmones pesan la mitad ó combinaciones que le convierten en materia nutri
menos. Esta desproporción de los vasos con el vo tiva, como lo prueba el enflaquecimiento de los ani
lumen del cuerpo, no es el único inconveniente que males que pasan el invierno en un sueño continuo. En
trae consigo la obesidad: el peso de la grasa dismi is enfermedades agudas y en los violentos ejercicios,
nuye también la capacidad -.-orazon, y estrecha y u reabsorción es pronta; pero los jugos nutritivos
aun borra el calibre de los sanguíneos y linfá se pierden con rapidez. La grasa pertenece, pues, á
ticos. La sangre se condu< •. cínonees en mayor can los fluidos en el hombre vivo, y como ellos, se sustrae
tidad á los órganos que nt í«an comprimidos por la ú las leyes de la química, contra las cuales lucha vic
colección adiposa, é irrita en ellos ¡í los vasos que toriosamente, el principio vital. En cuanto á la varie
están ya ingurgitados: de r-mi ¡resultan secreciones dad en la consistencia, en el color, nn el olor, y en el
morbosas, inflamaciones, Imtsurnwias, y derrames sabor, que esta sustancia puede ofrecer, según la
sanguíneos, que desorganii aceras y destru edad y el género de vida, no salen del estado normal,
yen'ciertas partes ú ocasic..., ;a rareno. Nos admi v son propias á cada individuo. La grasa se diferencia
ramos de que los vasos quinteros nueuan llenar sus poco de la manteca por su naturaleza y por su origen;
funciones en las personas o-;- Penen el mesenterio y pero el ácido sebáceo que suministra por la destila
el epiploon cargados de gi — ?enms con mu ción, parece ser producido por esta misma operación.
cha frecuencia que los vaso, i aierden su elas La fetidez de la secreción cutánea no es una prueba
ticidad, loque da lugar al tests* »s ros pies, ;i laas- de la corrupción de los humores: osto es lo que de
ci lis, al hídrotórax. cuanrrr :m namores suben difí« muestra el olor infecto del sudor de los pies ó de las
cilmente, desde las estremiúmíes inferiores hácia el áxilas, y del «liento, en las personas mas limpias y
abdomen, obstruido por e! desarrollo del sistema adi dotadas"de la mejor salud. No negamos que la reab
poso; y desde la cavidad abuimmrt hacia la vena sub sorción súbita de la grasa y su llegada á la sangre,
clavia, siguiendo al canal \attkSM comprimido por cuando no se abro una pront» salida al esterior, pue
un esteatoma. Las colecciones adiposas no son menos dan ocasionar diversas enfermedades; pero ¿es preci
nocivas al sistema nervioso. Cuando la grasa es en so acusará la plétora que do aquí resulta, á la ran*
pequeña cantidad, lubrifica á los nervios , los protejo cidez, ó á cualquiera otra alteración morbosa de la
contra los cuerpos esteríores , y los preserva del frió; grasa? Lo ignoramos, así como muchas otras cosas.
pero cuando se acumula en demasiada cantidad, Tales son los accidentes quo determinan la acumu
comprime y estrangula los cordones nerviosos. Eu es lación de la grasa en tod» el sistema. Las colecciones
te estado se disminuye la sensibilidad, y se va per parciales no son monos nocivas; indicaremos solun
diendo insensiblemente. El autor de un anti guo tra le los principales desórdenes que ocasionan. La e
tado de economía rural, habla de un cerdo, que se lalmla depende muchos veces de tumores enqu'ü
habia puesto tan gordo que no podia levantarse, y en dos i'i cstealomatosos, que comprimen ó estiran el ner
cuya piel habia abierto un ratón un agujero, en don vio óptico y turban la visión ó Va-rean la ceguera.
de habia establecido su morada. Los antiguos refieren Según la observación de A. V. Walker (1). La grasa
isio, tirano de lleracleo, estaba tan grueso se roune fácilmente por debajo del cartílago arilénoi-
hacerle salir del sueño profundo en que des, sobre el músculo tiro-arit¡noideo,encl ventrícu
taba sumido, se veian obligados & intro lo de Caleño; pero se acumula en mayor cantidad en
piel algunas agujas. Todos los dias ve- las inmediaciones de la glándula aritenoides, y en la
en las cuales no es ¡incompatible I: parte superior del espacio comprendido entre los car
talento; pero no es menos cierto que tílagos de este nombre, que en la parte inferior quo
siempre creciente acaba por destruirle constituye la glotis propiamente dicha. Esla colección
Por lo tanto, no nos sorprendemos de que los griegos, adiposa es muy considerable en los eunucos, en las
y especialmente los lacedemonios y los romanos hu personas que están sumidas en la inacción de una vida
biesen declarado deshonradas por medio de una ley á afeminada; estrechándose la glotis produce una voz
las personas demasiado gruesas, las cuales so supo mas el ira y mas aguda. Con razón, pues, recomienda
nía que se hallaban en este estado á causa del luio el orador romano que se pronuncien todas las letras
y de ta molicie. La obesidad disminuye la densidad, en el discurso, á fin de sobrepujar por esfe ejercicio
la flexibilidad, la irritabilidad y la fuerza de las libras las dificultades que provienen del esceso óde la falta
musculares; cambia su dirección; y si se anadea es de gordura eu los órganos de la voz. Si consideramos
tas lesiones la compresión, que impide que los va en los individuos cargados de grasa esa barba, rjuc
sos reciban la sangre y la arrojen á las ramificado desciende algunas veces hasta el esternón, ese cuello
nes del árbol circulatorio, se comprenderá por qué hinchado eu sus caras" laterales y anterior, no deber,;
las personas gruesas pierden el aliento, Son presa de sorprendernos de que en semejantes circunstancias la
palpitaciones al menor esfuerzo, y al menor ejercicio. tráquea, la laringe, el exófago, los vasos yugulares,
Las visceras del tórax, del abdómen, de la pelvis, co los músculos y los nerviosde esta región, esperimen-
mo lo diremos mas abajo, sufren también, a causa do ten una compresión que turba sus funcione?, impide
las colecciones adiposas, que las comprimen ó las ha- íh vuelta de l,i sangre del encáTnlo y amenaza con la
n variar de lugar. La corrupción de la grasa duran- npop'egia ó la sofocación. Se ha visto la colección adi-
los calores escesivos, durante las liebres, y á causa
,0 HUlíMm!
544
posa aumentada hasta tal punto en las inmediaciones te entro el número de las causas de la obesidad á la
de la tráquea y del cxófago, que la deglución de los falta de ejercicio, á la inacción, á los unturas, á los
alimentos eraimposible algunos dias antes déla muer hunos después do comer, á la constipación, áks in
te del enfermo, el cual estaba atormentado por una viernos muy benignos , á un sueño profundo y no
dispnca muy penosa. También se observan esteatomas muy prolongado, á los lechos blandos, á la inercia
en el exófago. La grasa desciende fácilmente desde del alma, al uso de las sustancias dulces y grasas en
el cuello al mediastino y al tórax; ademas del hecho los alimentos y en l?s bebidas, y á las comidas co
consignado en este mismo párrafo, existen muchos piosas y muy repetidas. Algunas veces la obesidad se
otros que vienen en apoyo de esta aserción. Lasco- declara durante el embarazo, ó en la época do la ce
lecciones adiposas son frecuentes en la base del co sación de los menstruos. No repet iremos aquí lo que
razón; pero ocupan alguna»areceS el vértice de este han dicho los lisiólogos para esplicar esti s fenómenos
órgano. En un asmático so descubrió un esteatoma pero no podemos menos de observar que un gran nú
que tenia su asiento en el diafragma. Eslc. vicio or mero de hombres permanecen siempre flacos, aunque
gánico se encuentra igualmente en los diversos pun se hallen sometidos bajo la influencia de todas las cau
tos de las paredes del estómago, y el sistema biliario sas de que acabamos de hablar, mientras que otros
se afecta muchas veces en los individuos cargados engruesan ó su pesar, á despecho de su sobriedad,
de gordura y se encuentra en ellos un gran número en medio de un ejercicio penoso y de las agitaciones
de concreciones calculosas eu el hígado, lo mismo del alma. Esta contradicción entro los efectos y las
que en leí riñónos. En el tubo intestinal y cnjel me- causas procede de una disposición desconocida de la
senterio residen con frecuencia los esteatomas. Un economía viviente. Los animales domésticos, cuando
célebre médico holandés cuenla que un hombre, en no son viejos ni están enfermos, engordan sin escep-
tregado á los placeres dnla gula, se puso escesivamen- cion en el espacio de algunos meses, y aun antes, por
te grueso: sostenía su vientre por medio de un ven efecto de las causas que acabamos de enumerar, y
daje lijo enlas espaldas, y se había visto obligado á con ayuda de ciertos medbs que la crueldad délos
practicar en su mesa una escavacion semicircular hombres ha sabido descubrir. Un autor francas cree
para acercarse á ella; su epiploon pesaba 30 libias. que las viólenlas afecciones del alma so oponen á que
Este acrecentamiento prodigioso de la membrana adi engruesen los individuos de la especie humana. La
posa se observa algunas veces en el cadáver de los falsedad de esta aserción está demostrada por la prác
grandes gastrónomos. Cuando el epiploon es arras- tica bárbara délos antiopólugos, quienes para engor
Irado en una bernia, contrae adherencias y se con dar á sus desgraciados cautivos, han recurrido aun á
vierte en materia sebácea. También suelen desarro la castración. ¡>¡u embargo, nosotros pensamos que
llarse en el peritoneo algunos esteatomas volumino en ningún paisjdel mundo se halla el hombre dispues
sos. El padre de la historia natural entre los griegos ta & engordar como los animales. Los carniceros y
dice que las ovejas mueren cuando la grasa se reúne los panaderos están sumergidos continuamente en una
en demasiada cantidad alrededor de los riñónos: en atmósfera cargada de partículas nutritivas; pero como
los hombres muy gruesos, se encuentran comprimidas se entregan ordinariamente á los placeres de la gula,
también estas visceras por la colección adiposa, y aun no sabemos cuál de estas dos causas contribuye nia>
algunas veces se convierten cuteramente en grasa. & producir su gordura. Consideramos que las sustan
Aunque eu el estado de salud no se efectúa la secre cias animales y vegetales están provistas en abundan
ción de este aceite animal mas que en ciertas regio cia de principios oleosos, adiposos, mezclados con
nes del sistema celular, no es raro que sohrevengau fluidos mucosos y linfáticos, y que después de su con
tumores de naturaleza adiposa, es decir, esteatomas, versión sucesiva en quírno y en quilo, son llevadas
por la alteración de los órganos que están privados á la masa de la sangre, y segregadas en parte por
del tejido grasicnto,- tab:s como el cerebro, las arte las glándulas mamarias en las n< drizas, bajo la forma
rias, el útero y las trompas. de ii'. a emulsión animal, ú que se da el nombra de
El asiento de las colecciones adiposas, la variación leche, y que contiene una materia muy parecida ú
de lugar, la lirantez y la compresión de las visceras, la grasa, es decir, la manteca; si recordamos, que hay
dan lugar á diversos accidentes de que no conviene órganos destinados á segregar el jugo adiposo en el
hablar aquí. Areteo de Capadocia describe en pocas tejido celular, y en los huesos largos; que la grasa no
palabras los efectos do la obesidad. La grasa forma, solamente es útil, sino necesaria en los órbitas, en las
dice, masas enormes, y el vientre adquiere un volu mama?, en el epiploon, en la p i ina de las m nos, y en
men monstruoso, la progresión es difícil, se esperi- la plauta de los pies; si reflexionamos que ¿.los niños
meuta una sensación de pesadez ó de debilidad; el mas robustos se les ve engordar, como se dice vul
menor movimiento ocasiona la sofocación, y provoca garmente, mientras que los viejos aniquilados pierden
el sudor; los enfermos so hallan abrumados bajo el la gordura de que gozaban en otra ¿poca mejor de
peso de su cuerpo, y no pueden soportar los vestidos su vida; en Gn, si nos representamos el esceleuto
mas ligeros. apetito, las buenas digestiones y la perfecta salud! ríe
897. Causas.— Las causas de la obesidad y de las las personas que se ponen gruesas, no podremos adop
colecciones adiposas locales son muy numerosas, pero tar la opinión do un hombre célebre, que ati ¡buje la
no todas son conocidas. Se puede acusar al tempera formación de la grasa ú un trabajo imperfec'o de las
mento flemático; á la permanencia (sobre todo ríe los fuerzas asimilatrices. Cuando la economía no sufre,
jóvenes y las mujeres) eu un airo templado y húmedo, pérdidas, aumenta la grasa diariamente: sofoca al
unida á una alimentación abundante y sustanciosa, sistema nervioso de la piel, cuya sensibilidad destru
que se digiere perfectamente por un estómago robus ye, y al sistema linfático, cuya» funciones disminuyen
to; á un estado de relajación ó de debilidad, que pue ó se suspenden. ¿Es Ja falla de reabsorción , proce
de ser efecto de diversas enfermedades, de las san dente de esta doble causa, el origen de la obesidad?
grías de las hemorragias, de la lactancia muy prolon La hidropesía se establece muchas veces do esta ma
gada, de un sueño eaeesivo, de una vida inactiva, es nera, y el infarto adiposa del tejido celular no se di
pecialmente cuando sucedo á unt¡ vida laboriosa; do ferencia mucho do cala especio de retención serosa.
una apatía del alma, de los baños tibios, de la castra La cizaña, cuya mezcla con el tri^o provoca el sueño
ción, do la amputación de un miembro, v dol enliso- y apaga Id sensibilidad, es un alimento muy propio
DE .MEDICINA t CUtUJÍA.—FRANK. 845
e ;ta observaciou. El panículo adiposo es el depósito eran mas gruesos en los raquíticos. No debemos, pues,
di; la materia nutritiva, al cual recurre la naturaleza sorprendernos de que una violenta contusión, una
para reparar sus perdidas cuando no se forma nuevo fractura , el raquitismo , la sífilis, las escrófulas, el
quilo, como sucede durante el sueño invernal de escorbuto, y la elefantiasis, por la irritación inflama-
ciertos animales. Supongamos que una conmoción toria 6 especílica que determinan en el periostio in
violenta del cuerpo ó del alma, una íiohre aguda, el terno 6 estenio, y por la congestión sanguínea que
uso imprudente do los mercuriales, reaniman los vasos es su consecuencia, den lugar á la hidropesía aguda
linfáticos y los nervios que atraviesan por entre la ó crónica de los huesos, cuya enfermedad ha sido
materia adiposa: entonces la grasa será reabsorbida descrita por un médico holandés bajo el nombre de.
casi enteramente, y su llegada impetuosa al tor hidrostia , ú ocasione inflamaciones , supurado, íes,
rente de la circulación producirá grandes trastornos, induraciones, erosiones, la caries y la necrosis; afec
y aun amenazará con la muerte. ciones graves, cujo estudio no se ha profundizado
Por lo mismo que nuestros conocimientos sobie la l ien todivía.
et'olo¿iade la obesidad >e reducen al esceso de los i» 898. Al hablar de los accidentes que acompañan
fiesta, a la falta de los excreta, y, lo que es aun peor, á la obesidad, hemos indicado el pronóstico general
á una cualidad oculta, designada bajo el nombre de de este estado morboso. Hipócrates declara que las
disposición particuktr , no seremos mas felices en personas cargadas de gordura en los primeros años
la esplicacion de las colecciones adiposis-locales que de su vida, no viven ¡anlo como los individuos fla
se obíorvan, por ejemplo, en las mamas y en las ca cos; sin embargo, nosotros hemos visto niños escc-
deras de los mujeres, y que reinan de tira manera sivnmente gruesos, que se han desembarazado de
endémica entre ios animales domésticos, tales como este esceso de gordura, y que han gozado de muy
las ovejas, cuya cola os el asiento de este género de buena saina. Algunos autores pretenden que, los ni
retención. Nosotros no comprendemos cómo se efec ños de semejante constitución padecen escrófulas
tua en una persona poco cargada de gordura la acu con la mayor facilidad: esto es un hecho que lierm s
mulación de la grasa en la baso d d corazón, en el observado rara vez , pero el estado de. obesidad
mediastino ó en cualquier a otra parte, ocasionando la auméntalos pelígrosdo la dentición. El príncipe de
muerte, antes de que se baya ponido sospechar la na los médicos de Roma, dice quo en las enfermeda
turaleza de la causa morbosa. La formación de los des agudas, los individuos estremadamente abasos
esteatomas no es menos oscura. Ignoramos en gran son sofocados por la dispnea, y mueren por lo común
parte los usos y las enfermedades de la médula de repentinamente, lo que no acontece en las personas
los butsos: los fisiólogos del siglo anterior lian creí delgadas. Según el mismo autor, cuando el cuerpo
do que la sustancia medular estaba destinada á la se llena de gordura, las formas s; redondean y el
nutrición de los buesos; que trasudaba por los po rostro se colora, se debo desconfiar de este estaño
ros de los cartílagos en la ostremidad de los buesos de salud. Ya hemos visto en otra parte, que ia obe
largos; para concurrir á la composición do la sinovia, sidad era reemplazada con frecuencia por la hidrope
y en bn, que daba flexibilidad ai tejido buesoso. Los sía; pero en uu gran número de hidrópicos parsisttfi
modernos lian desechado estas ideas, porque bn re en teda su integridad los tumores osteatom itosos.
conocido qno no existia ninguna sustancia medular M Según Hipócrates, la concepción es imposible cu
los buesos largos del feto y de uu gran número de pá una mujer escesivamente gruesa, porque el apiplooD
jaros, y que habia mucha diferencia entre las enfer deprime por su peso el orificio del útero, de manera
medades de la médula y las de la sinovia. La médu que el licor seminal no puede penetrar en la cavi
la de los buesos es mas clara que la grasa subcutá dad de esta viscera. Aconseja, pues, emplear los me
nea; se segrega por el periostio interno de los bue dios propios para disminuir la gordura, cuando so
sos esponjosos , y es depositada en las areolas del sospecha que la esterilidad proviene do aquella cau
tejido celular pura usos que nos son desconocidos; sa. Se ve, es cierto, concebir á muchas mujeres
escepto en el feto, su cantidad esta en razón de la obesas, y la depresión del orificio uterino por el peso
gordura del individuo; es poco abundante en los hue del epiploon noesplica de una manera satisfactoria la
sos de los ciervos, cuando estos animales han sido fa esterilidad, que se atribuye á la demasiada gordura. Sin
tigados mucho tiempo por los perros que los persi embargo, la verdad de la sentencia del padre de la
guen; y está sometida ú las leyes de la exhalación y medicina se conlirma cada día, y se reconoce que los
de la reabsorción. La membrana gruesa que con • animales muy gordos, machos ó hembras, son casi
tiene á esta sustancia en el canal do los huesos lar inhábiles para la generación. Entre las causas que
gos, está provista do una red vascular muy dilatada; hacen mas fecundas á las aldeanas y á las mujeres
se asemeja al periostio estenio , solamente que es pobres, entregadas á trabajos penosos, que ¡i las que
mas delicada, y esta privada de filetes nerviosos. pasau su vida en la ociosidad y el lujo de las ciuda
Pero la irritabilidad y la sensibilidad de los vasos des; colocamos en primer lugar a la gran diferencia
que reciben estas membranas, bastan para desenvol de gordura que se observa en estas dos clases de la
ver en su tejido todos los fenómenos de la irritación, sociedad. Parece que la secreción do la grasa y la del
y de la inflamación, en las diversas lesiones ó enfer licor seminal son incompatibles, toda vez que la fa
medades de que pueden afectarse. El tejido esponjo cultad de engendrar disminuye, tanto en el hombre
so que contiene la médula en el canal de los huesos como en los animales, á medida que aumenta la gor
largos, puede seguir en su espansion á la sustancia dura. El volúmen del vientre puedo también hacer
huesosa, y llenarse de sanies ó de linfa, como se ob difícil é infecunda la unión conyugal; y la grasa que
serva en la espina ventosa, ó volver sobre si misma rodea los nervios de las partes genitales, como los
con la médula, como se ve á consecuencia do la am de toda la economía, produciendo el embotamiento
pliación de los miembros. Algunas veces , sin em de su sensibilidad, debilita el estimulo [isleo del
bargo , después do esta operación , la membraua amor: talos son las causas poi Jas cuales las perso
medular se pone fungosa y sale do su cavidad: nas obesas tienen menos hijos que las dem.s. Los ni
nosotros misinos hornos observado este accidento, ños enflaquecen con mas Facilidad que los adultos,
que ncarroa cuii mucha facilidad una terminación pero no son deudores á la medicina rio este beneficio,
lunottn, Un oólobru anatómico franco* ha observado sino ni ejercicio continuo, y & su genio alegre y bu*
546 ■i'
dropesía, pero no siempre desaparece la grasa en to demasiado gruesos, ó que habían llegado á un verda
talidad cu esta circunstancia; también so hallan en dero estado de obesidad. También existen conventos
ti cadáver de inuclios hidrópicos algunos esteatomas de mujeres, en donde las novicias cuyos pechos son
que no han sufrido el menor cambio. Los signos que prominentes, llevan corsés estrechos y sólidos, que
anuncian ol escoso, la diminución, la falta ó la alt suben hasta el cuello, y comprimen fuertemente estos
¡ion de la sustancia medular de los huesos, nos son órganos. Las romanas" se servían con otro objeto de
onocidos; igualmente ignoramos cuáles son las una máquina cóncava y pulida, que impedía que las
enfermedades que pueden provenir de semejante mamas adquiriesen un volumen desagradable.
causa. Los modernos han añadido poco á los conocimien
899. TiUT.VHiüNTO de la pousAaci i.—Los módi tos que les han trasmitido los antiguos sobre el tra
cos son llamados muchas mas veces para combatir tamiento profiláctico ó curativo de la obesidad. Hoy
el enflaquecimiento, que la gordura. Los aldeanos es dia podemos lamentarnos, como un módico de Leip-
tán seguros de obtener buenos resultados cuando sick, y reconocer con él que si algunos individuos
quiareu engordar los animales domésticos, y llegan á enflaquecen poique observan una dieta muy severa,
conseguir su objeto dándoles por alimento ciertas caen en una grande debilidad y vuelven á adquirir
sustancias destinadas á esta uso por una larga espe- bien pronto uua gordura peor que la primera, ó se
riencia: podrían fácilmente destruir su obra, y volver afectan de leucoflegmasía , cuaiido la necesidad les
al animal á su estado primitivo, siguiendo un método obliga á tomar mas alimento. Asi, cuando se nos
inverso, si su iuteres no se opusiese á ello. Pero los dice que se ha combatido con éxito la obesidad con
médicos, á pesar de toda su ciencia, no pueden li tal ó cual método, no se nos enseña nada si no se
sonjearse de remediar con seguridad, con prontitud asegura que la salud se ha sostenido en toda su in
y agradablemente, el enflaquecimiento y la obesidad tegridad después de haber empleado el tratamiento.
en el hombre. Las personas obesas, que quieran en Un arquitecto, dice un autor, bebió durante algún
flaquecer, deben trabajar eu ayunas, y lomar su co tiempo unu gran cantidad da vinagre para librarse
mida en el instante mismo eu que eslán sofocados y de una escesiva gordura que le fatigaba : fue atacado
Migados; evitar el frió después de haber bebido vino de una cardialgía y de un .vómito tenaz, que termi
aguado, y que no sea demasiado reciente, y añadir naron por la muerte. Hecha la auvopsia, se halló un
á sus alimentos las hortalizas y otras sustancias se» escirro en el estómago.
mojantes El uso de los alimentos grasos les será Una señora jóven, natural de la Lombardia, veia
útil, porque no será necesaria una gran cantidad para desaparecer por momentos la eJegancia de sus for
saciarles. Conviene también no hacer mas que una mas, por el desarrollo escesivo del sistema adiposo.
comida al dia, absienerse de los baños, acostarse eu Disminuyó considerablemente la cantidad de sus
una cama dura, y vestirse ligeramente Uno de los alimentos, se entregó ó toda clase de ejercicios cor
primeros médicos de Roma, siguiendo el camino del porales, y cuando se hallaba sola, bebía vinagre en
anciano de Cos, observa que les medios mas apro abundancia. Después de haber observado durante un
piados para producir el enflaquecimiento son: los ba año este género de vida, vió con placer que
ños callentes, con especialidad de agua salada, ó to nuia su gordura de una manera notable, y su f
mados en ayunas; la esposicion á un sol abrasador, volvió á adquirir su esoiesiou primitiva. £
el calor, las inquietudes, las vigilias, el osceso ó la la felicitaban por tan teiiz cambio; pero p
falla de sueño, el acostarse en el suelo en el verano, ponerse pálida, á quejarse de pesadez de estómago des
en una carnadura en el invierno, las carreras, los pa pués de la comida , aunque fuese muy ligera; perdió
seos, y lodos los ejercicios penosos; ios vomitivos, los el apetito, que era escclente antes de estar sometida
purgantes, las sustancias ácidas ó amargas, la cos á este régimen, se entristeció, y esperimentó todos
tumbre de beber vino en ayunas, máxime cuando no los accidentes del histerismo, que era anteriormente
es reciente. Si los antiguos hubiesen añadido á este desconocido para ella. Creyó que el aire de Milán era
cuadro el abuso de los placeres del amor, los furo la causa de sus males, y emprendió un viaje á Ña
res de los déspotas de su tiempo, y las galeras, no póles con su esposo. Continuó el régimen que se
hubieran omitido nada de lo que puede disminuir la había prescrito, prolongando sus vigilias düraiUe la
gordura, y aun hacer desaparecer enteramente la gra noche, y empleando el dia en visitar todos los alre
sa y la sustancia medular de los huesos. Areleo, que dedores de esta capital. Ai cabo de algunos me
ha escrito sobre las enfermedades agudas y crónicas, ses recobró su agilidad , y se bailaba alegre. Pero
ha dado cu in capítulo, consagrado especialmente á apenas llegó á su patria , principió á enflaquecer rá
la polisarcia, preceptos análogos á los de Hipócrates; pidamente, se declaró una tos seca, c n liebre, ardor
aconsoja ademas llevar fardos, entregarse á la equi en el tórax, dolor pungitivo, respiración difícil y
tación, á la navegación, a la natación en el agua del anhelosa, y hemoptisis abundante. Se usaron di
mar, leer en altavoz, y dar carreras; recomienda ade versos remedios ; pero la enfermedad parecía dege
mas las fricciones socas, las aspersiones de sat sobre nerar en tisis pulmonar con liebre lenta , y dorante
la piel al salir del baño, ejercicios variados, como la siete meses se observaron una expectoración abun
lucha, etc. Desecha la sangría, y calibea de delirio dante de materia purulenta, comunmente estriada
la teoría eu que se funda la prescripción de este rc- de sangre , sudores nocturnos colicuativo-, y dos
medio. Se han imaginado medios crueles, que qui exacerbaciones febriles cada dia: por último, la ema
zás no se han puesto jamás en uso. Un naturalista ciación fue tan grande , que un médico célebre y
romano, cuenta quo los módicos arrancaron la gor distinguido por su osperiencia, creyó deber anunciar
dura con el instrumento cortanto al hijo de Apronio, á los padres que pocos días tardaría cu llegar la
para disminuir el peso de su cuerpo. Un autor grie muerte. No hicimos mas que llegar á Italia ; cuando
go, indica un proceder para estimarla gordura de las Fuimos llamados en consulta. El médico de cabecera
mamas. Los árabes han aconsejado también esta ope ignoraba la causa principal de la enfermedad , y
ración; asimismo han recurrido á la cirujía para es- también senos ocultó á nosotros Aunque los sín
tirpar los pechos, cuando estos órganos,' arrastrados tomas do- que acabamos do hablar, parecían anunciar
por su propio peso, descionden hasta cerca del om evidentemente el último grado de la tisis ulcerosa,
bligo. Bu Lacedemonia, los eforos ordenaban, entre el largo :
otras cosas, golpear el pene de los niños que e
DE MEDICINA Y CIBÜJU.— FRAJNK. 883
cha rapidez , la conformación del cuerpo, que no truven esta función se oponen ú las retenciones adi
ofrecía ninguna disposición á este género de «ltera- posas, deducimos que la obesidad on los hombres
ciou orgánica, cierta espresion del rostro, difícil de predispuestos á es e género da afecciones , y on las
describir, pero muy dífereule de la que se observa personas voraces ó entregadas á la ociosidad, no debe
de ordinario en los tísicos, uos indujeron á suspen atribuirse aun vicio de la materia nutritiva, sino á
der nuestro juicio: pedímos observar á la en forma, su superabundancia, á su derrame en el tejido ce
en diferentes lioras , durante cualro ó cinco días. lular que está ingurgitado de ella, y á la compresión
Nuestro compañero, absorto de vernos l ¡tuneando que ejerce sobre el sistema nervioso y linfático.
eu el diagnóstico de una afección tan gravo, se re Un antiguo autor francés pretende que nada des
tiró bruscamente y no& dejó el cuidado de curar ¡i truye mejor la grasa que el pus: muy poderosas razo
la enferma, cuya muerte le parecía muy próxima. nes nos inducen á referir á la liebre el enflaqueci
Semejante proceder, y la triste situación de esta miento que acompaña ú la supuración, sobro todo á
respetable señora, nos hicieron una viva impresión, la liebre héctica.
y nos vimos obligados, pues no teníamos otro medio, Como el jabón penetra en las materias oleosas, gra
para averiguar la naturaleza del mal , ú interrogar sas, resinosas, y se combina con ellas, se ha dicho
acerca de las circunstancias que habían precedido. que era también muy propio para neutralizar la grasa
Como la enferma se bailaba en estremo fatigada, nos eu el hombre vivo. Se ha alabado el jabón puro, so
acercamos á una de sus amigas, que nos dió todas bre todo, el jabón de España; y se asegura que to
las uoticias que hemos espuesto en la primera parte mado á la dosis ile media onza (lo gram ) cada día,
de esta historia. Dejamos á uu lado todo el aparato durante algunos años, disminuye en una cuarta parte
farmacéutico, creyendo desde luego que si quedaba el peso del cuerpo eu los individuos cargados de una
alguna esperanza la hallaríamos en un régimen sua gordura superflua. Esta aserción se ha deducido de
ve y propio para :eparar las pérdidas de la economía uu raciocinio hecho en uu laboratorio de química.
aniquilada. Hubiéramos mandado la lerhc de mujer, Antes de llegar al tejido adiposo, el jabón se some
pero la dispnea hacia imposible la succión , y ei os- te á la acción de ¡as fuerzas digestivas, que le hacen
tómago estaba demasiado débil para digerir este sufrir diversas alteraciones ; no tiene mas eficacia para
alimento. Tuvimos, pues , que recurrir á los caldos fundir la grasa, que para disolver los cálculos de los
de pollo, de tortuga, de los cangrejos de rio, y á la ríñones ó de la vejiga; no disminuye la grasa sin óes
yema de huevos frescos , en la dosis de medio vaso truir el apetito , y su uso prolongado á grandes dosis,
de dos en dos horas, y prescribimos al mismo tiempo puede tener fatales consecuencias. -m
pequeñas lavativas de la misma naturaleza, cuatro Según Hipócrates, el hambre es un medio eficaz
veces al día. Apenas bahía pasado«iin mes, cuando contraía obesidad; un autor célebre asegura haber
la fiebre se hizo mas moderada, los sudores noc curado radicalmente de esta enfermedad á varias per
turnos menos abundantes, y la espectoracion menos sonas, por medio da la abstinencia, ó por el régimen
copiosa y mas fácil. Al cabo de seis semanas desapa análogo al uu - tienen los presidiarios y los encarce
recieron los sudores nocturnos , la fiebre no presen lados. Sin embargo , muchas veces espoue á olentos
taba mus que una ligera exacerbación al dia, la disp accidentes, aun peores que la obesidad, cuando los
nea cesó, y los esputos tomaron uu aspecto mas sa* enfermos lo observan repentinamente y sin precau
tisfactorio. Prescribimos ademas de los caldos una ción, ó cuando se entregan á ejercicios muy pesados,
infusión en frió de quina, a la dosis de tres onzas ó á trabajos penosos. Los eméticos viólenlos, cuyas
(90 gram.) dos veces en las veinte y cuatro horas. sacudidas pueden determinar la apoplegía, y los pur
La enferma soportó el remedio sin esporo neniar ¡a gantes drásticos, no disminuyen l.i gordura ; aumen
menor dilicultad en la respiración , y algún tiempo tan la inercia y la languidez, que se ha apoderado de
después mandamos el cocimiento de esta corteza, toda la economía , y si el estómago no participa do
cuyo uso se coutinuó durante un mes. 1.a (¡obre , la esta debilidad, reaniman su acción y la invitan á re
tos y los esputos sospechosos se disiparon entera parar con usura las pérdidas que produce la evacua
mente; el apetito volvió, con las fuerzas digestivas, ción. U' '■' > i"Usl|KM*a-J ' ;.-...< i, :
y los menstruos, suprimidos por espacio de algunos Lo que hemos dicho eu este articulo, nos demues
meses, volvieron también á adquirir su regularidad. tra los pocos recursos de la medicina contra la obe
Entonces recurrimos á las preparaciones marciales sidad cuando está adelantada. Si la negligencia de los
mas suaves, y aconsejamos un ejercicio modelado al enfermos, aumentada por tas felicitaciones de sus
aire libre. Por último, después de un año de trate' amigos, que consideran su escesiva gordura como un
miento abandonamos lodos los remedios, y para indicio de su buena salud, no les impide implorar á
confirmar la curación hizo la enferma un viaje á tiempo los socorros del arte y cambiar de régimon;
Francia, Inglaterra y Alemania. Su ausencia duró si no prefieren las apariencias á la realidad, seguí) la
dos üños , y i egresó felizmente á Italia* La gordura máxima de Horacio, intrormm turpem, speciosum pe-
reapareció, pero sin ser escesiva, porque el régimen lie decora, se podría culpar con razón á los médicos
no era á propósito para favorecerla ; y las carnes to por lo insuficiente del tratamiento contra la obesidad,
maron su consistencia ordinaria. como en el de la hidropesía inveterada. Por lo de-
Pasamos en silencio varios casos en que el vinagre, mas, si osceptuamos algunas personas que, por una
empleado con «I objeto de disminuir la gordura, lia predisposición inesplicabie , engruesan á pesar de su
producido los mas fatales accidentes ; nosotros los be vida laboriosa, y en medio de un régimen poco nu\
mos observado, especialmente en las mujeres. Sin triiivo; los medios, aun los mas suaves, que los anti
embargo, un célebre médico francés cree que el vi guos han aconsej-olo para prevenir ó combatir la obe
nagre escilítico es el remedio mas elicaz contra la sidad, serán muy suficientes, siempio que la colec
obesidad. Convenirnos en que el vinagre, tomado en ción adiposa no haya destraillo la elasticidad dei te
abundancia durante mucho tiempo, goza de esta pro jido celular.
piedad: pero ejerce simultáneamente una acción de ORDEN SESTO.
letérea, con especialidad cuando está cargado de los RETENCIONES UETKnOdÍNKVS.
principios de la escila, sobre los órganos que presiden á
ricíon eopt siguí iendo el órden establecido, hemos
diado sucesiva le las retí
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mucoso-linfáticas, sanguíneas y adiposas; nos queda, cierto tiempo, corto á la verdad, en los intestinos del
pues, qu= hablar do las retenciones heterogéneas. Kl hombre. Aunque los pueblos queso alimentan casi
raayor número de las retenciones de este órden per csclusivaniente do pescados, no estén, en general,
tenecen A la cirujía; las demás están en parte bajo el mas sujetos á padecer las afecciones verminosas, que
dominio del médico y del cirujano. No debemos ocu los demás, estos hechos nos obligan á admitir de
parnos de las primeras, que son, por ejemplo , los nuevo, con los antiguos, que los vermes de la espacie
cuerpos estraños que vienen del eslerior, los insec humana provienen del germen de dic líos ín -celos que
tos, las larvas, y las lombrices que fe depositan en tragamos ron los alimentos. ¡El hombre, este señor
las narices, en los senos frontales y en los oidos; el del mundo , ejerce tiránicamente su imperio sobre
dragoncillo y la nigua ; las concreciones tofácoas ú casi todos los anímales, y viene A ser á su vez pastM
calcáreas de las articulaciones, ote. Las retenciones de los mas débiles, 4o las mas viles, es decir, de b.-s
heterogéneas que pertenecen á la medicina, están gusanos, do los insectos! No obstante, en medio de
constituidas por los vermes, la bilis, las materias osa innumerable multitud de anímolilks I211 crue
focales y los cálculos, aunque eslos últimos reclaman les como astutos, que nos atacan con las armas de
muchas veces una operación. Estudiaremos principal que les ha provisto la naturaleza, (pie se alimentan de
mente las afecciones verminosas y las concreciones nuestra propia sustancia, y depositan en las soperfi*
calculosas; pero prevenimos á nuestros lectores que cíes de las ( leerás, en los senos , y eu las cavidades
no invadiremos el terreno de ia historia natural ó de naturales ó morbosas de nuestro cuerpo, las larvas,
la química, aunque no somos estraños á los progre las ninfas, y los huevos, con ayuda de los cuales mul
sos que estas dos ciencias han hecho en nuestros tiplican su especio; ti piojo común, el piojo del pubi-.
días. Ademas, nos vemos obligados á conferir , sin el acarus exulcerans, y el de la sarna, son ios únicos
querer hacerles ofensa, que los naturalistas y quími que nos son propios; todos los demás insectos, en Eu
cos no han proporcionado á la medicina servicios ropa , no establecen su morada en el hombre Kl
proporcionados á sus inmensos trabajos; han marcha astro de las ovejas reside en las anfractuosidades de
do -en el estudio de la naturaleza A pasos de gibante, las fosas nasales, sobre todo eu los senos frontales.
y nosotros caminamos siempre con la gravedad que Se asegura haber visto salir con las materias del \ó-
conviene A nuestro arle en la observación del hombre mito, ó de las deposiciones alvinas , las larvas de la
mosca convida con el nombre de musca ribaria. Los
insectillos que residen eu el aire, entran muchas ve
.GENERO PRIMERO. ces en nuestros pulmones durante la inspiración.
También se pueden tragar con un agua cenagosa,
Retenciones verminosas. raous casi imperceptibles, sanguijuelas, pequeñas
culebras, escolopendras, ninfas del musca péndula, y
901. La Italia ha sido la cuna de todas las cien o' ros insectos estraños á nuestra economía; poro es
cias, y la debemos los primeros conocimientos sobre preciso no dar eré. lito á todos bis cueutos forjados
la helmintología; esto ramo de la historia natural, hn por los charlatanes. Nosotros mismos hemos cslraido
sido cultivado después con baslanto éxito por los mé del oido de un niño, en Pavía, y en ureseucj i lie nues
dicos de Alemania. En todos tiempos se ha observa tros discípulos un acarus equinus que oscilaba vivos
do en el cuerpo de los animales vivos , ciertos ani- dolores en el conducto auditivo. Estos diversos ani-
mulíllos parásitos ; sin embargo , la historia de los raalillos vienen de fuera; son -arrojados espontánea
vermes, de los insectos, do las larvas, y de las sus mente ó por los auxilios del arle, y no se propagan en
tancias inanimadas que se han visto salir del cuerpo el cuerpo del hombre.
del hombre, por casualidad ó por medio del arte, Los aditicios deque se valen los impostores para
ó que han sido hallados en diversas partes de la eco engañar a los médicos y para atacar su reputación,
nomía viviente, ha permanecido durante diez siglos son muy conocidos. Sin embargo, vamos A participar
en la mayor confusión. Es preciso atribuir este des á los profesores jóvenes uu hecho que les enseñara á
cuido á la indiferencia del espíritu humano por los ser caulos y t no dejarse sorprender fácilmente.
objetos que se escapan á su vista, al delecto del mi Poco después de nuestro ingreso en la Academia de
croscopio, y A la mala fé de ciertos observadores. Los Pavía, uu joven nos demoslió en una botella lleca
progresos de la historia natural han disipado las t¡- de alcohol, un verme de especie desconocida, que
niebltis que cubrían esta parte de la ciencia; y como dijo había arrojado por las cámaras una mujer. Nos
suponemos que nuestros lectores no son á ella estra sonreimos por toda respuesta, pero entonces nos ase
ños, no nos saldremos del dominio cié la medicina guró que este pretendido verme habla salido vivo del
para enseñarles otros objetos que son conocidos de cuerpo de la euferma, y que él misino le había vjsto
todo el mundo. A fin de no molestar con citas ¡nú- moverse en el lecho de la misma. Como no dudábamos
tiles , diremos desde luego que nos han servido de do !a superchería de esle aventurero, le dijimos en
norma para hacer este estudio las obras de Rudolphl pocas palabras que no teníamos necesidad de comprar
y Bremser, que son los primeros helminlologistas del tales mercaderías. Tuvo la suoiln de hallar á uu
siglo. hombre célebre, que ha prestado grandes servicios ú
902. Suponiendo A los médicos jóvenes instruidos la historia natural, pero que estaba poco versado en
en las ciencias naturalos , nos contentaremos con la helmintología , y mucho menos propalado coulra
referir aquí lo que concierne á los vermes que se han los artificios de semejantes bribones ; y 'e fue n.uy
hallado en las visceras ó en otras partes tlol cuerpo, fácil engallarle. Ll imprudente comprador so dedicó á
cuya descripción nos han dejado los autores. Muchas examinar el cuerpo suspendido en el espíritu do vino,
razones habían hecho que creyesen los médicos que y no sidamenle creso quo era un verme, sino que le
estos vermes oran propios de la especie humana, y muy puso el nombre de ytnysis intestinalis: hizo que le
diferentes de los que se encuentran en los demás ani grabasen, y tiró una magnífica lámina con que adornó
males. Sin embargo, ulgunos hombres célebres, cuyas la colección de sus obras, que ded.có á uu sabio de
observaciones son muy recientes, han hecho tragar Inglaterra, que ocupa un lugar distinguido eu Euro
A ciertos animales eslos vermes estraños A su especie, pa. Había otro bo obre que conocía la superchería,
y los han hallado vivos al oabo do tres días; también de que qui:
DE MEDICINA V CIRUJÍA.—FRANK. 549
y se apresuró ¡i publicar, con perversa intención, que i dudoso ni ficticio ; si se colocan todos en las clases
el physis iiUestinalis no era otra cosa que el cxo» que se les han asignado, ó si algunos de ellos consti
fago de un pollo. tuyen una división particular.
Las plantía y los animales na prosperan del mismo Ala familia de losnematoides pertenecen los ver
modo en todos los climas; y lo mismo sucede con los mes redondos, cuyo grosor es igual en toda su os
vermes del cuerpo humano, aunque este género de tensión, ó que se terminan anterior ó posteriormen
animalillos exi-le en lados los paises. Sus diferentes te, de un modo ráp'do ó insensible, por una estremi-
especies reinan endémicamente en ciertas regiones, dad mas ó menos aguda ú obtusa , en donde se des
son raras en otras, y Imv pnises en donde no se ob cubre la hoca ó el ano. El primer órden está formado
servan en los habitantes indígenas. Seria de grande por la ftlaria, que tiene el cuerpo cilindrico, elástico,
utilidad una topografía exacta de los vermes que se muy igual, la boca orbicular, los órganos genitales
encuentran en el cuerpa del hombre. Se' ve en las pro del sexo masculino, y la trompa simple.
vincias cu que pululan por todas partes los vermes de Las especies que basta ahora se han observado en
cualquier género, un gran número de personas que el hombre, y cuya existencia no es dudosa , son la
están siempre exentas de ellos, al paso que familias filaría de. Medina, el tricocéfalo, ol oxiuro, el ascári
cuteras, que no ofesenrafl distinto régimen, no pueden de y el eslronglo.
librarse de padecerlos, á causa de un vicio, en cierto La filaría de Medina es un verme muy largo; ci«
modo, hereditario. Un célebre lieliniutólogo alemán ha Ifodrieo , elástico é igual en casi toda su longitud;
observado varias veces el lénia casi endémicamente en tiene la cabeza muy pequeña, y lo mismo la boca, que
ciertas casas. En Gndlinga, según refiere un célebre es circular. La cola del macho es subulada, y tiene
naturalista, y según nosotros mismos liemos obser por delante de su punta el órgano de la generación,
vado, los ascárides lombricoides, Sun muy comunes; que está torcido en espiral; la de la hembra es seini-
e! trkocejihaltix dispar no es raro, los oxiuros ver ciiíudrica, ligeramente aguda y encorvada. Este ver
me u lares no se encuentran comunmente, y el téniu me se aloja en el tejido celular subcutáneo , princi
no afecta mas que á los forasteros que permanecen en palmente por debajo del tegumento de los pies, en
osla ciudad. La edad y el sexo, producen frecuente los habitantes de los trópicos.
mente semejantes variaciones: hay personas que es- El iricocéfalo tiene el cuerpo cilindrico , elástico,
tan muy sujetas á padecer de lombrices en Ij infan termina anteriormente por un apéndice filiforme que
cia, y qii ( se hallan exentas de ellas en la edad vi piesenia una tumefacción en su eslremidad. La boca
ril é ta la vejez, lio la juventud prefieren estos ani es orbicular, el órgano genital del macho simple y
males a las solteras. No siempre so encuentran en las envuelto en una vaina.
personas de la misma edad y del mismo sexo, las El hicocepltalus dispar de Rudolplu tiene la
mismas especies de vermes: el ténia se desarrolla parte capilar muy larga , la cabeza puntiaguda , el
principalmente en tos adultos, y los ascáridos son mas cuerpo nías torcido en espiral , casi liso en la
comunes en la primera yon la segunda infancia. Pero hembra, y la vaina del órgano sexual del macho pi
ninguna de estas reglas se llalla sin cscepcion, y ni riforme.
aun el mismo feto, protegido por la matriz, se baila Este verme, que es muy conocido, habita de ordi
al abrigo de ciertas especies de vermes. Así como nario en el intestino ciego". Se le ha encontrado Ikiii-
los insectos en las plantas parásitas, y los gusanos se bien en la parle inferior del colon, cu una recien pa
multiplican mas en los años do esterilidad que en los rida ; un anatómico italiano á quion debemos el des
do abundancia; se desarrollan infinitos ea el cuerpo cubrimiento de este animal, y un célebre helmintó.
del hombre, y constituyen una enfermedad epidémica, logo, lo han hallado en los intestinos delgados. La
liada especie escoge en la economía viviente el sitio válvula deRauhin no ofrece demasiada resistencia
mas á propósito para su conservación y para c' dos- para oponerse al paso de esto verme eslrcmadamen-
cnvolvimieulo de sus gérmenes. Estos auinialillos no to delgado. Cierto observador ha visto con mucha
siempre nos advierten su presencia; unas veces no frecuencia la cabeza del tricocéfalo suplantada en las
nos causan incomodidad alguna, y otras nos fatigan, glándulas de l'eyer ó en los folículos mucosos. Esta
atacan nuestra salud, y aun nuestra vida: en ningún variedad del tricocéfalo fue mey común en una epi
caso, al menos que nosotros sepamos, pued n ser úti demia que se desarrolló en Goattinga entre los sol
les. Son únicoso múltiples, bermafroditas ó unisexua dados franceses; pero este insecto era mas bion el
les, provistos de óiganos genitales que no siempre efecto que la causa de la enfermodad.
son Mea manifiestos, ovíparos ó vivíparos: no están El oxiuro tiene el cuerpo cilindrico, elástico, su
dotados de la facultad de moverse, óbiea ejecutan bulado posteriormente en la hembra , la boca or
con ayuda de libras musculares, ú otras equivalentes, bicular y el órgano genital del macho envueltocn una
movimientos de eslension, de iucurvacion, de torsión, vaina.
do contracción y de sallo. Están privados de nervios, El oxiuro vermicular de Bremscr tiene la cabeza
escoplo algunas especies: tales, por lo menos, hasta obtusa, con una membrana lateral vesicular; la cola
ahora, la opinión de los belmiutólogos mas distinguidos. del macho es también obtusa y torcida cu espiral, y
903. Noticia iillmintológic*.—La división mas la de la hembra es derecha y subulada.
simple de los vermes, es la que se funda en el lugar Bate gusano tiene por lo común su morada en el
que ocupan: residen en los intestinos y e:i las demás rect ■; se observa especialmente en los niños, pero
parles del cuerpo. La clasificación de los belmiutólo también lo hemos visto en los adultos. Los oxiuros
gos varía según los progresos de la historia natural. vermiculares se encuentran en los intestinos, reuni
Los sistemas menos defecluosos hasta el presente, dos en gran número, y algunas veces formando pe
son los de Uudulphi y do ISremser. Las cinco fami lotones; al aproximarse la primavera son mas nume
lias admitidas por estos escritores, á saber: los ne- rosos y están mas animados que en el otoño. Se ase
matóides, los acantwfalos, los tremátodos, los cej- gura que esta variedad es rara en ciertas comarcas:
U¡idcos y los cúficos, no se encuentran todos en el nosotros los hemos visto con mucha frecuencia en
hombie, ó por lo menos exigen un exi'nneu severo y Alemania, en lialu y en Husia. Estos vermes no re
repetido, que después de haber disipado ciertas ilu siden exclusivamente en el recto ; también se alojan
siones ó reconocido los artificios de la superchería, algunas veces en la uretra y en las partes esternas de
nos enseñe si entre estos vermes no so halla nada la generación do las jóvenes; irritan dichos órganos
950 BIBLIOTECA ECONÓMICA
y dan lugar tí una especie de leucorrea, y hasta lle anatómico italiano descubrió en su tiempo el estróngi-
gan i producir un cosquilleo, que provoca el onanis lo gigante en el riñon de un perro, y tuvo el cuidado
mo: algunas veces son arrojados con las orinas. Uno de grabar una figura de él. El mas jóven de nuestros
dé nuestros discípulos ha enconlrado oxiuros vermi hijos, Francisco Frank, que fue arrebatado á nuestro
culares en la vagina i este hecho habia sido ya ob cariño por una muerte prematura, halló en Pavía dos
servado por Hipócrates y por otros médicos. Una vermes de este género en la vejiga de un perro: es
niña de Viena, de siete anos de edad, después de ha taban vivos y nos los remitió para que hiciésemos su
ber padecido un tifus muy grave , arrojó con las ori examen anatómico. Un autor refiere haber observado
nas un gr.iii número do estos vermes, quo todavía se en el cadáver de un viejo muy enflaquecido, dos ver
les notaban algunos movimientos en el fondo del vaso; mes absolutamente semejantes: tenian la longitud de
los separamos de la orina haciendo pasar este líquido una ana (1), eran rojos y espelian un humor acuoso.
á trave= de una hoja de papel de filtrar. Distraídos Sin embargo, es preciso no confundir con los estrón-
por nuestras ocupaciones los dejamos tres días en gilos gigantes todos los vermes que pueden salir de
una caja , antes Je someterlos á un nuevo examen. la vejiga, especialmente en las mujeres. Ya hemos
Casi todos murieron en este tiempo y solamente tres referido en otra parte dos casos de comunicación d I
quedaron vivos, lo cual nos admiró, porque se halla colon con la vejiga oor la adherencia y ulceración
ban privados de alimento y de humedad. recíproca de estos órganos: los gases y los escremen-.
l,os diarios de medicina nos enseñan que los oxiu» tos salían con la orina por la uretra: si hubiesen sali
ros vermiculares llegan algunas veces hasta la vejiga. do algunos ascárides lombricoides algo gruesos, qui
Se ha hallado un nimfSro prófilgioso di' ellos enlos zás buhíera creido una persona sin esperiencia que
intestinos de un recién nacido , cuyo cordón umbili eran estróngilos gigantes. Este error del diagnósti
cal no se había desprendido aun. En una sociedad co no hubiera sido, por lo demás, muy perjudicial.
módica de Inglaterra se refiere que un enfermo ar No hablaremos de los vermes que se hallan en me
rojó un sinnúmero de ellos por el vómito. Nosotros he dio de los tubérculos aneirasmáticos, á lo largo del
mos tenido en Viena on ifftii un caso absolutamente exófago y do las grandes arterias de los perros, en
semejante, que observamos en un niño. En otro de la el trayecto de la aorta, de las arterias mesoráicns su
misma edad, que acababa de sucumbir á una violen periores, alguna vez en las celíacas, de los caballos,
ta cardialgía , hallamos lleno el estómago de esta de los asnos, y de ciertas especies de cerdos. No ha
especie de vermes, que no estaban adherido; á las blaremos natía de los que Rudolphi llama eslronglos
puredes de la viscera: depositamos la pieza anatómi minadores armados, y estrongtos trigonocéfalos, 6
ca en el Musco de Viena. Sin embargo, debemos ob que establecen su morada alrededor délas glándulas
servar que muchas veces se han confundido losoxitt- bronquiales. Eos primeros no han sido observados aun
- ros con larvas de mofleas, con anillos del tenia, etc. en el hombre y los otros no se han presentado mas
Se han descubierto quistes llenos de oxiuros, entre que una vez á Treutler: ademas, los signos que anun
las membranas del estómago y las del exófago: los cian su existencia nos son desconocidos, asi como
autores de estas observaciones, las designan bajo el los medicamentos propios para combatirlos.
nombro antiguo de ascárides vermiculares. A los vermes qne hemos dado á conocer en los pár
Los ascárides tienen el cuerpo cilindrico, delgado rafos anteriores, añadiremos, como especie dudosa de
en cada estreino, la cabeza es trivalva, el órgano ge la familia do los nematoides la hamularia, que tiene
nital del macho y la trompa doble. el cuerpo cilindrico, elástico, casi igual en toda su
El ascáride lombrieoídes tiene la cabeza descubier longitud, y ía boca guarnecida de dos tentáculos fili
ta, el cuerpo surcado por caria lado, y lascóla ligera formes.
mente obtusa. Este verme es muy común, es ovíparo, La hamularia subcompressa de Rudolphi, tiene el
y no es elástico mas que cuando ha muerto. Se en cuerpo delgado anteriormente, linear, torneado, de
cuentra con mas frecuencia que otro alguno en el cerca de una pulgada de largo, y ligeramente com
abdómen pero también se halla en otras partes. Re primido por los lados; la cabeza obtusa, y armada in
corre toda la longitud ríel tubo intestinal, penetra teriormente de dos ganchítos.
en el canal pancreático, e.n el canal colódoco y en la Treutier es el único que ha observado á este ver-
vejiga de. la hiél, llega al estómago, y aun sube á lo 'me en el cuerpo humano: le encontró en un jóven
largo del esófago; descienden los Intestinos gruesos, tísico, en los vasos linfáticos y en las glándulas con
salva la válvula del colon y sale por el ano. liemos ha- globadas de los bronquios, y según Rudolphi, en los
l'ado el tubo intestina', desde el duodeno hasta el tubérculos bronquiales: habia destruido las válvulas
recto, enteramente lleno de ascárides lombricoides y de d chos vasos.
de materias fócale?, en el cadáver de un hombre que Los helmiutólogos uo han descubierto aun en la
murió en medio de las convulsiones mas crueles y especie humana ningún verme de la familia de los
de los gritos mas agudos, al segundo dia de su entra acantoccfalos; vamos, pues, á describir la de los tre
da en el hospital de Pavía. También hemos asistido á mátodos de Rudolphi, es decir , hs vermes que tie
un enfermo que arrojó ochenta por el ano en una'fie- nen el cuerpo blando, deprimido ó torneado, y un
br<> aguda; oslaban reunidos en un pelotón. poro único.
El eslronglo tiene el cuerpo cilindrico, elástico, y El primero que, se presenta á nuestro estudio es
delgado en cada estremidad, la boca orbicular ó an el distoma hepático: tiene el cuerpo piriforme y del
gulosa, la cola del macho tiene en su estremidad una gado ; su cuello es casi cónico y muy «orto, los poros
vaina, de donde sale el pene. orbiculares ;y el del vientre mayor que los demás.
El slrongglus gigas tiene la cabeza obtusa, la boca Este verme es tan común en las ovejas, que se le
provista do seis papilas aplanadas, la vaina del macho ha hallado en la vejiga de la hiél de un cordero cuya
entera y truncad.!, y la cola de la hembra redondea
da. Se ha hallado este verme en los ríñones y en !a
vejiga del hombre y do los animales (1). El primer de las enfcrnicdaJes du los ríñones y de la secreción urinaria, tom.
III, pág lid y siguientes, lia referido varios hechos interesantes
acerca de esle punto
1 Medida algo mas pequeña que la que se eouocc en algalias
hechos de esta especie refiere U.A. ltudolphl, En provin'-
Amsterdan, Í8US 3 tomos en 8.
i mo,ea 8 ° -M. K Rayer traltaüti
I
DE MEDICINA T CiaUÚAi—PRANK. 551
.na, Iré lu había padecido. Se ha observado igualmente uu signo de animaluaeion. Por lo demás; osen es
un el hígado, de donde pasa lacilmente á los intesti tremo difícil en muchos de estes casos llegar á poseer
nos* en oíros animales, lales como el toro , el buey, el grado de certeza que exige la importancia del
el caballo, el asuo, el cerdo, etc.; y algunas veces objeto.
se lo ha eneoulrado asimismo en la vejiga de la hiél El género segundo de los tremátodos es el polisto-
del hombre. Un 17^8 se disecó públicamente en el mo; su cuerpo es torpeado ó deprimido, tiene seis
hospital de Padua na niño que había sucumbido i la poros anteriores, on poro ventral, y otro posterior
viruela: el hígado contenía un gran númiro de ver único.
mes, irnos vivos y otros muertos, que estaban aloja A este género pertenece el polistomo pinyuicolo que
dos en las ramificaciones de la vena porta, y en las es deprimido, oblongo, bifurcado en la parte ante
venas hepáticas. Eran rojos, redondeados , algo pro rior, agudo posteriormente, con seis poros anterio
longados, blandos, y por consecuencia diferentes del res dispuestos de mayor a menor.
disloma hepático ó- lígula hepática. Pero un célebre Treutler , conocido en el mundo médico por sus
anatómico inglés y otro sabio, descubrieron el verda descubrimientos en helmintología, encontró en una
duro distoma, que estaba todavía vivo, en los ramos ele mujer, á consecuencia de un parto difícil, háciu el
la vena porta, y en los conductos hepáticos de un niño origen del ligamento ancho, y en el tejido adiposo del
que había niueito del sarampión. Sin embargo, sus ovario izquierdo, un tumor duro, del grosor de uno
contemporáneos no se aprovecharon do estas observa avellaua, movible, y lijo por medio de un tejido ce
ciones. Poco después, un naturalista ¡lustre de Ale- lular flojo. En el fondo de una cavidad ovahescavada
inania halló en Husia, donde ter.ía entonces su resi on medio de este tumor, y tapizada por una membra
dencia, un distoma ó fasciola en un ramo del conduc na muy delgada, tersa y húmeda, se había alojado
to hepático do um mujer. En fin, en 1790, un médi un polistomo vivo. Como" la descripción de este ver
co distinguido de Weimar, esplorando el cadáver ilo me ha sido publicada por otros autores , uos dispen
un hombre que había sucumbido al tifus, se ,encon saremos de insertarla aquí (i). La observación de
tró con uua cantidad prodigiosa de estos vermes on Treutler no se ha presentado á ningún otro médico.
la vejiga de la biei. Antonia Araguoli , de edad de Los cestaideos que constituyen lacuarta familia de
ocho aiios , fue recibida en el hospital de Milán el 27 los vermes, tienen el cuerno prolongado, deprimido,
de noviembre de 178'2: se hallaba reducida al último blando, continuoó articulado. La cabeza es simplemente
grado de marasmo, tenia el pulso frecuente y muy labiada en un pequeño número de individuos; los de-
débil, el rostro cadavérico, y el abdómen meteoriza mas tienen tres ó cuatro chupadores. Todos son an
do. La diarrea la faligaba hacia seis meses, y se acom dróginos. A esta clase pertenece el botriocéfalo de
pañaba di dolor en la región hepática. Este dolor era lludolphi, cuyos caracteres '-genéricos son un cuerpo
algunas veces tan vivo, que la enferma estaba toda prolongado, deprimido , articulado, una cabeza casi
convulsa y en una ausiedad violenta. A pesar de la teirágona, con dos ó cuatro fóselas opuestas. La es
la larga duración de la enfermedad, no se observó pecie que pertenece & este género es el botriocéfalo
jamás el color ictérico: conservó todavía su vida ancho; tiene la cabeza y las fosetas marginales oblon
por algún tiempo en este fatal estado , y sobre gas, el «íello apenas existe ; las articulaciones ante
vino la muerte en medio de convulsiones. A la aber riores son en forma de arrugas, las demás cortas,
tura del cadáver, se halló que el conducto hepático casi cuadradas, anchas, y las últimas un poco pro
tenia el volumen de una pluma de escribir de media longadas. Este verme es* propio de ciertos pueblos,
no grosor: presentaba ademas en su origen una bol como Suiza , Rusia, y de los habitantes de algunos
sa, en medio de la cual se habían fijado cinco ver puntos de Francia; en los demás paires se le observa
mes reunidos en pelotón, muy vivos, de color verde muy rara vez. Esta aserción está conforme con el
amarillento, del grosor de uua paja aplastada, y de resultado de las observaciones que hemos hecho du
la longitud de un gusano de seda. Pero el distoma ó rante mas de medio siglo en Alemania, en Italia, en
duela no ataca siempre la sustancia del liigado : en Polonia y en Rusia. Sin embargo, el cambio de clima
algunos animales se han visto cincuenta vermes pe no facilita la curación. Hemos hecho espeler eu Vie
queños de este género , que se habían alojado en el na, en 1802 y en 1819, dos bolriocéfatos, pero sin ca
parénquiina de dicha viscera, sin producir ulceración beza; el primero tenia nueve anas de largo (medida
y sin ocasionar ningún desórdon sensible en la salud!. de Viena): el individuo de e*ti observación era una
Como el distoma es muy pequeño, y está envuelto en jóven de veinte y cuatr > años, natural de San Peters-
hílis, ó en mucosidades espesas, y en materias feca burgo; el segundo, la mitad mas largo, fueespalido
les, no tiene nada deestraño que no so le-haya visto por un oficial polaco. Los hechos que liemos recogido
mas que muy pocas veces en el cuerpo del hombre. nos autorizan á decir que esta especie de verme, que
En el mes de agosto de 1809, hubo en Viena una gran se encuentra en Subía, cu Polonia y en Rusia, es
consulta sobre la enfermedad que padecía un hombre muy rara, pero no absolutamente desconocida en los
de alta claso, el cual hacia cuatro meses que arrojaba derñas países.
por abajo, con vivos dolores en la región del ciego y Hacia tres años une el Muse» helminlológico de
del colon ascendente , filamentos pseudo-membrano- Boecio, establecido en Pavía por la munificencia ■'■
sos, de naturaleza muy diversa. J. O Uremser (l) exa emperador José 11, se hallaba abierto para los e_
minó con uosotros estos cuerpos estrnños , y creyó diantcs, cuando tuvimos ocasión, en el mes de m¡
que no débian considerarse como filamentos pseudo- de 17*9, de examinar un verme arrojado por un í
membranosos, ó por lo menos que no dehiau mirarse liano admitido en el hospital de Pavía. Su color í
únicamente en este concepto, sino mas bien como amarillo-blanquecino, sus anillos muy cortos y ñ
poreiones del verme conocido con el nombre de duela dosos en su parte media; tenia una sola boca. Aun
de los intestinos. Sin embargo, uo presentaban ála sim que faltaba la cabeza, nos pareció absolutamente aná
ple vista ningún carácter de organización, y no lia He logo al quese conserva en el Museo; le dimos el
gado á nuestra noticia quese descub'iose en ellos nin- nombre de twniilata, qne estaba entonces en uso, y lo
agregamos á la colección. Uno de los anillos másan
os animales iuvertebradoa.
552 BIBLIOTECA ECONÓMICA
chos de este gusano andrógino, ofrecía, en su parte joven de los que liemos observado con esta enfer
inedia y cerca del ovario, una pequeña eminencia, medad. '*A^^^Bf
que también han notado algunos observadores: era Nos resta que hablar de los vermes císticos, que
uniformo y encorvada oblicuamente. Quizás seria es tienen el cuerpo deprimido ó torneado, termiuado
te el órgano perteneciente al sexo masculino. posteriormente por una vejigi propia á cada verme, ó
El género segundo de los cestoideos está formado común á varios; la cabeza está provista de dos ó cua
por el tenia. Este verme es prolongado, deprimido, tro aberturas, ó de cuatro bocas, con una corona de
articulado; su cabeza está provista de cuatro chupa ganchitos ó cuatro trompas retorcidas. Los órganos
dores. La especie que comprendemos bajo este géne genitales de los vermes císticos han sido hasta ahora
ro, es el lamia solium ; tiene por caracteres una ca invisibles. Esle órden comprende dos géneros que
beza casi hemisférica, un pico obtuso, el cuello grue atacan á la especie humana, y son, el cisticerco, y el
so anteriormente, todos los anillos ligeramente ob equinococo.
tusos, los anteriores muy cortos, los que le sigilen El cisticerco tiene una vejiga esterna simple, que
casi cuadrados, y los demás oblongos; las aberturas contiene un solo verme, cuyo cuerpo, torneado ó de
marginales díspucstasalternativamente y sin orden. primido, se termina por la vejiga caudal. La cabeza
Este verme está dotado de un movimiento ondula- está provista do cuatro chupadores y de un pico retor
lorip, en virtud del cual se encorva, se estrecha ó cido como el ténia armado.
se ensancha, se alarga ó se acorta. Los anillos, aun El cisticerco de la lepra, cislicercus cellulosw, es la
después de separados del cuerpo, conservan durante especie que se halla en el hombre; tiene la cabeza te*
horas enteras su fuerza motriz : nosotros los liemos tragona, el cuello muy corto y grueso anteriormente,
visto elevarse á la altura de dos pies. Los nudos nu el cuerpo cilindrico y un poco prolongado, y la vejiga
merosos que forma muchas veces este verme escesi- caudal elíptica y trasversal.
vauunte largo, no impiden su movimiento ondúlalo - Este verme, conocido con el nombre de fiimu, se en
rio. Algunas veces se contrae el ténia y forma un cuentra en ciertas especies de monos, de ratones, y
pelotón; entonces se hace mas posado, y cuando el en el jabalí; laminen afecta al cerdo, en el cual suele
enfermo se vuelve rápidamente cae, de un lado al ocupar el cerebro y todas las paites musculares. En
otro, como un cuerpo eslraño; otras veces se alarga la especio humana ataca los músculos mas gruesos.
en el tubo intestinal. Cuando se halla incómodo por Un célebre Ir Imiutólogo de Berlín, que ha abierto du
ia posición que toma el enfermo, por una compresión rante nueve años, cerca de 250 cadáveres, en cada
ejercida sobre el vientre, ó fatigado por un médica uuo de ellos, lia reconocido que el cisticerco de la lepra
mente, por alguna enfermedad que le es propia, ó afectaba anualmente la cuaria ó la quinta parte délos
atormentado por la aproximación de la muerte, so individuos sometidos á la autopsia. Este observador
contrac, salta, y cae, por decirlo así, en convulsio ha notado que los leuco-flcginaticos, en quienes un
nes. En el agua fría se suspenden sus movimientos había existido ascitis ni anasarca, estaban sujetos es
y aun cesan: cu el agua caliente se reanima y se pecialmente á esle verme. Se le ha observado, aun
conserva durante mucho tiempo. Su presencia no OS- que rara vez, en las nieuinges, en el cerebro, en los
cluye la de otros vermes, según la observación do al intervalos de las circunvoluciones de esta viscera, cu
gunos médicos; nosotros mismos le hemos hallado cu los plexos coroides, en la sustancia medular, en los
una mujer en la cual existían al mismo tiempo as cuerpos estriados y en la médula oblongada (1). t u
cárides lonihricoldes y oxiuros vermiculares. Un cé célebre profesor de Gietlinga le ha visto en casi to
lebre uelmiulólogo ha asistido á una niñi que arrojó das las partes del cuerpo, en un hombre muerto de un
quince tenias, liemos dicho que en Europa reinaba carcinoma. H-
este verme casi con eselusion del botrioccfalo ancho; I El cisticerco de la lepra es muy común en la espe
pero liemos esceptuado á la Suiza, la Polonia y la |, cie humana; está probado hoy día que este animal
Rusia. No obstante, durante cuatro años que hemos parásito produce la afección cutánea tuberculosa,
ejercido la medicina en el imperio ruso, hornos re que un hombre de mérito ha consignado en las Efe
conocido que el turnia solium no ora muy raro. Sin mérides de cur. de la nolur.; y otras erupciones del
embargo, no es tan común en las cercanías del Rhin, mismo género que hemos observado nosotros. Es mas
cu Leydeu, en Pavía y en las inmediaciones del Da fácil y mas cómodo acusar aquí al vicio escrofuloso;
nubio, como el bntrioeél'alo en Suiza , en donde se pero hemos visto millares de individuos atacados de
pretende que el décimo de los habitantes es atacado escrófulas, mientras que no hemos encontrado mas
de este último. Un hombre de mérito cree que en la que veinte veces la enfermedad tuberculosa de que
primavera y el otoño, el ténia, que se ha designado se traía, y en los casos en que nada anunciaba la
también bajo el nombre de verme chato á causa de existencia de jquel vicio. Por lo demás, como nunca
su estructura, cambia de anillos: este fenómeno acon hemos tenido ocasión de examinar estos tubérculos
tece en todas las estaciones , como lo hemos obser después de la muerte, remitimos la solución de esta
vado en varios enfermos. La longitud do este verme cuestión importante á los helmiutóíogos q'ue han-he
es muchas veces muy considerable: hemos visto uno cho grandes servicios á la medicina. Hace treinta
ios, que hemos depositado en el Museo ié años que observamos la afección cutánea de que he
ce cincuenta años que fuimos llamados en mos hecho mención, en un canónigo de la metrópoli
Rastadt para asistir á un niño do siete años: se nos de Milán. Era de cuarenta años, bien constituido,
dijo que se le habían salido todos los intestinos por dolado de un sistema muscular robusto, muy grueso,
el ano, y que habían dado vuelta alrededor de su y no habia padecido jamás otras enfermedades que
muslo. Estos pretendidos intestinos no eran otra co hs de la infancia. Hacia quince años que tenia toda
sa que un ténia de una longitud escesiva, que habia la piel, escepto la de la cara, cubierta de una mullí -
arrojado el niño espontáneamente. El ténia aler ta á to
das las edades; Hipócrates lo ha visto cu el feto; otro
escritor le ha encontrado en un octogenario; y es 1 Se hin observado alfitinos hechos analotfos por Mr. Calmen.
mucho m is común en las mujeres que en los hom Periódico semanal de medicina, 1. 1, p. 17.— Kouvier y Relhooimo
llolelin de ta Academia Ileal de Medicina, l. Hl, p. 5ítJ, ti IV, p.
bres. Momos sido consultados en la enfermedad de SoG.-Vravilhicr. Anatomía patológica del cuerpo liumaio, entre*¡i
un niño de Sniiina , inie tenia esto verme desde r>!i.- Nivel
hir- Á y Aran. Archivos de medicina, 1N5'J, 1811. — Víase tam-
ta edad de seis años: este es el individuo mas
DE HEIMCIWA Y CIROJÍA. —FRANK. 553
tuil <lc tubérculos blandos , movibles, indolentes, y dadero embarazo, pero ofrecía alguna mas ostensión
que no alteraban ni el color ni la temperatura del le
jido ílermoiilcs: su volumen variaba desde el tamaño de un lado á oli o; los pechos se lrabitiu desarrollado.
No existia casi ningún dolor que anunciase un parto
de un guisante basta el de un huevo de paloma, y próximo: la preguntamos sí habia sentido los movimi
aun mas. Diferentes médicos, atribuyendo estos tu entos del feto. Nos respondió que sí, y que no podía en
mores al endurecimiento de la materia adiposa, em
plearon sucesivamente, al esterior, pero en vano, los gañarse, porque ya habia tenido algunos embarazos;
pero añadió que movimientos del otros habían sido
baños tibios, las duchas, el linimento volátil y el siempre en ella muy débiles. Se procedió á la csplo-
ungúe.uto mercurial, y administraron interiormente racioir por la vagina: el parlero reconoció que la ma
cocimientos variados de leños ó de raices. He;nos triz
visto en San Pel( r burgo un caso absolulamente seme desdeestaba muy elevada, para el tiempo trascurrido
jante, en un hombre muy sano y exento del vicio es en una embarazada,do pero
la supresión las reglas, y desarrollada como
suspendió su juicio sobre
crofuloso. Se nos dispensará que no refiramos aqui la naturaleza del cuerpo encerrado
otros hechos análogos que hemos recogido nosotros Veinte y cuatro horas después de eunuestra esta viscera.
visita,
mismos (i). principió & padecer la enferma dolores moderados, y
El segundo género de los vermes císticos le cons en vez de un feto, arrojó varias masas informes com
tituyo el equinococos. Tiene por caracteres una ve puestas de una multitud de hidátides sólidas, las unas
jiga simple ó doble, que contiene varios animalillos pequeñas, las otras muy voluminosas, y de figura
parecidos á las arenillas de los cálculos, piriformes, oval ó redonda:
provistos de una corona de ganchos y de chupadores, al misino tiempo.la fiebre y la dispnea desaparecieron
como el tenia armado. Se ha visto aigunas veces la placenta llena de hi
El equinococo de Rudolphi que existe en el hom dátides on forma de racimo y pedieuladas: en Gcet"
bre, tiene el cuerpo redondeado y puriforme; la ca tinga se conserva una p eza anatómica de este género.
beza está coronada por ganchos: la cara interna de la Sin embargo, estos casos son raros. En las mujeres
vejiga está sembrada de estos vermes, que parecen casadas es donde especialmente se han observado
pequeños puntes. colecciones de hidálides en el útero: no sabemos por
Este verme se halla muy frecuentemente en el hí qué razón están exentas las solteras de esla retención
gado, pero se le ha encontrado también muchas ve uterina.
eos en casi todas las partos del cuerpo. En 1767, residir euPorel locerebro, demás, las hidálides pueden también
en el hígado, en el bazo y en
observamos en el cadáver de un ermitaño del pais los ríñones. En las doncellas, sobre lodo en las que
de Badén, un número prodigioso dehidátides casi re se han consagrado al celibato, ignoramos muchas co
dondas, del grosor de un huevo de gallina, y que sas que nos enseña el laclo en las demás mujeres.
estaban lijas á lo largo do los intestinos gruesos. Un célebre cirujano francés lia reconocido que las
Como este verme no habrá sido aun objeto de nues molas vesiculares estaban envueltas en una membra
tro estudio, no le examinamos con conocimiento do na propia.
causa. Hace veinte años que tuvimos orasion de ver
en Vieua una gran cantidad de estos vermes císticos, Lo90Í. SÍNTOMAS DI LAS nETENCIONES VERMINOSAS.
pero ya destruidos, que se habían estraidodel hígado os sin que hace mas difícil el estudio de eslas afecciones,
de una mujer afectada de una tumefacción dolorosa bre da duda alguna el que no todas merecen el nom
enfermedad, aunque antiguamente hayan creí
de este órgano. Eu un periódico de medicina de Lon do ¡o contrario la mayor parte de los médicos. En
dres, se habla de una mujer de treinta años, que pa
decía una hinchazón dolorosu en el epigastrio v en el electo, en un gran número de casos en que los ver
hipocondrio derecho. Se la creyó atacada do hepati mes eran considerados como la causa de la muerte,
tis y so la administró el calomelanos, incorporado a no hemos hallado á la abei tura del cadáver ninguna
la goma arábiga, y se emplcuron esteriormeute fric señal de su existencia; y en otros en que no se habia
ciones mercuriales sobre la parte dolorida. < I cabo observado el menor signo de afección verminosa, se
do diez días se estableció la salivación, y la enferma veces han hallado los intestinos llenos de vermes. Muchas
arrojó por el vómito tan gran cantidad de hidátides los enfermos que arrojan estos animalillos, de
(hydra hydatidula de Linneo), que llenó dos orina ben su mal á otra causa muy diferente. La ineficacia
les: hüliia algunas del grosor do un guisante. Hemos de los antihelmínticos mas alabados, no es una prue
¡rallado muchas veces las hidátides en los plexos-coroi ba de la ausencia do estos animales parásitos: con
des, las cuales unas eran uvales y redondas, estaban frecuencia saleu espontáneamente, después de haber
libres, y se escapaban espontáneamente al abrir los resistido á todos los recursos del arte , y de haber
ventrículos laterales. Al hablar de la hidrómetra, he» agotado la paciencia del médicu. Un célebre profesor
mos dicho que estos vermes vesiculares se hallaban, de Hannover, ha demostrado por sus propias obser
pero rara vez, en el útero y en la placenta, cuya ob vaciones y por las de otros, la incertidumbre de los
servación la hicimos en 1811. Pero hace pocos años signos que anuncian la presencia de las lombrices:
que se nos ha presentado un caso interesante, de que esta es una verdad conocida do todos los médicos
ya hemos hecho mención en otro lugar, y que vamos dignos de este nombre. Al hablar de la fiebre gástri
á esponer detalladamente. ca, hemos hecho mención de la fiebre verminosa:
Una mujer de cincuenta años, se crcia embaraza sin embargo, una infinidad de razones que daremos
da hacia siete ú ocho meses. Sufrió ur.a hemorragia bien pronto, nos obligan a creer, que esta liebre,
considerable, y fuimos llamados en consulla por un efecto algunas veces epidémica, e* la causa mas bien que el
p u tero célebre. El individuo estaba muy delgado, del desarrollo de los vermes; y que por con
caquéctico, con respiración anhelosa, tos seca, y fie siguiente, la denominación de fiebre verminosa es
bre alta. El vientre era tan voluminoso como en un ver- impropia.
Comparemos la práctica con la teoría, y en vez de
disimular que están poco acordes, procuremos con
1 Véase i V. L. Brtra, Tratado de las enfermedades verminosas.
París lsOl, en 8. °-R.T. H. Lacnnec, Memorias sobre los Rusanof, ciliar la una con la otra, porque el error se halla en
j principalmente sobre los que se hallan en el cuerpo humano. los dos estreñios. Antiguamente, la mayo.' parte de
París.
París, 1812.
1S12, en 1°
i.' mn íimina. _i /- los médicos no conociau mas que la f
Medicina v de ciru dcl hombre, ó ignoraban absolutamente
.'.h P. 193,1. Vil, y la patología comparadas. La medicina i
24*
554 BIBLIOTECA ECONÓMICA
una ciencia muy imperfecta; y la etiología de las en ecn los vermes la menor alteración ; otras, ocasionan
fermedades so hallaba en la mayor oscuridad. En un ligero desorden en la salud, y eu uiucltus casos
este estado, se sorprendieron los antiguos de ver sa determinan accidentes graves. ■
lir vermes del cuerpo do los enfermos, ó de hallar 1.° Sus movimientos turban la acción «la ios id-
los en los cadáveres, y trataron de referir casi todas tesVinos, causan contracciones espasmódicas en estos
las enfermedades á la presencia de estos animales órganos, el vólbulo, una abundante secreción de
parásitos. Esta etiología era cómoda, y ademas pare mucosidades viscosas que pasan rápidamente á la
cía muchas veces continuada por el éxito de los an putrefacción, un meteorismo gaseoso ó estercoráceo,
tihelmínticos, porque olvidaban que estos medica flujos de vientre, la constipación, la dispepsia, náu
mentos ejercen en las libras y eu los nervios de la seas, vómitos, dolores cólicos, que disminuyen des
economía otra acción muy diversa déla que indica pués de la eomida, y el íleo. ■ •ktimtféU
8(1 nembre. La superchería se agregó á la ignorancia, 2." Los vermes obran tauibieu picando por un
los charlatanea engañaban á los médicos crédulos de movimiento de succión, y de este modo irritan las
estos siglos atrasados, haciéndoles ver que los hom visceras , y las espansiones nerviosas ; provocan el
bres afectados de cierlas enfermedades, que parecían aflujo de los humores en las parles irritadas, y per
provenir de la posesión de los demonios, habían cu vierten las secreciones; dan lugar á inflamaciones y
rado con la cspulsion por la boca ó por el ano de di A hemorragias ; algunas veces perforan los intestinos,
versos insectos, y aun de animales de otra clase. y pasan á las cavidades veoinas , i las visceras con
Cuando la antorcha de la historia natural principió á tiguas, ó salen afuera eon la materia de los abscesos
brillar en Europa, esparció su primera luz en Italia, que suelen sobrevenir á consecuencia de las flegma
después en Inglaterra y en Francia, y los observado sías verminosas. .» . i
res admirados descubrieron, tanto en el hombre 3. a Estos animalillos se alimentan de la parte
como' en los animales, ciertos vermes, cuya existencia linfática de nuestros humores, de este modo impiden
no habían sospechado aun los médicos. Los alemanés, la nutrición , y ocasionan un hambre insaciable, una
á su vez, hicieron' grande* descubrimientos en la his verdadera bulimia, que se acompaña de desfalleci
toria natural. Somos deudores de los inmensos pro mientos y de marasmo.
gresos de esta ciencia, al uso do los microscopios, i.' Por su volumen distienden los vermes ▼ obs
que no eran conocidos de los antiguos (1). Pero estos truyen los intestinos, los canales escretores del hí
instrumentos ensañaron muchas veces á algunos oh- gado ó del páncreas; forman pelotones que compri
servadores, quienes no siempre cemprendian el lengua men los órganos vecinos; corrompen el moco in
je del dolor en los animales mudos, y aun en aquellos testinal con la mezcla de sus escrementos, de sus
que espresan sus sufrimientos; ademas, se notó que huevos ó de sus restos putrefactos.
loe vermes eran muy pacíficos cuando no se hallaban Los accidentes pueden ser puramente locales ;'- H¿
atormentados por la necesidad ó la calidad de los ari- mitados al órgano que sufre, ó propagarse por las
menlos, por los remedios, por la posición del cuer simpatías á las partes lejanas Ya los liemos conside
po, incómoda para ellos, por las enfermedades pro rado bajo el primer punto de vista. En cuanto á los
pios á su especie, ó particulares al hombre; se supuso fenómenos simpáticos, indud ablemente agotaríamos
que varios géneros de estos animales estaban arma la paciencia del lector si tratásemos de enumerarlos
dos, y que los demás, principalmente los que se hallan todos: por lo tatito, Indicaremos únicamente los prin»
en la especio humana, no tenían armas ofensivas; en ripales. Pero antes de entrar en materia, debemos^
fin, ó pesar de ia guerra sangrienta qne liace el observar que es preciso no estender, como lo hacen
gato al ratón, el lobo á la oveja, el porro á las bestias un gran número do médicos, la influencia de los
salvajes, las aves de rapiña á las que no tienen de vermes á la producción de las enfermedades, pues
fensa1, y el hombre ó casi todos los animales, se creyó hay muchos prácticos que creen ver estos animali
«pino .lia dogma religioso, que no so había creado llos en todos los enfermos. Fuimos llamados hace
ningún animal para la destrucción de los otros. De muchos años por un príncipe afectado de epilepsia.
estos hechos se dedujo, que si los vermes no eran Su médico, auciano respetable, nos aseguró que po»
ventajosos a la salud, al menos no podían perjudicar día hacerle arrojar á voluntad millares de vermes
la, yse consideraron como fruto de la ignorancia ó filiformes. Como no pudo darnos á conocer ni e!
de una imaginación exaltada las enfermedades que género ni la especio de estos animalillos , cuya can
se atribuían á la presencia de estos animalillos. Es tidad nos parecía ademas prodigiosa , le pedimos nos
preciso adoptar un término medio entre estos dos es ptrmitiese asistir á la realización de este fenómeno.
treñios: conviene respetar las observaciones de los Administró al enfermo el aceite de ricino: estere-
naturalistas ó do los belmintólogos, que no están muy medio proporcionó muchas deposiciones , y con ellas
versados en el arte do curar, y juzgar sin prevención salieron una infinidad de filamentos blancos, seme
las de los médicos. jantes á anguilas pequeñas. Examinamos con aten
a Los accidentes quo determina ¡a presencia de los ción estos pretendidos vermes, y descubrimos qne
vermes, varían Según la disposición , la importancia y no eran otra cosa que el aceite de ricino coagulado.
Jas relaciones simpáticas de los órganos que oertpan; Yamosá principiar por los accidentes que atacan
seguu el uso y e! temperamento de los enfermos, el á la cabeza en las afecciones verminosas , principal
astado sano ó morboso de la economía, y las cuali mente cuaudo las lombrices ocupan los intestinos.
dades antihelmínticas 6 indiferentes de los alimon- La cara está ligeramente abotagada, y pálida ó lívi
tos y de los medicamentos; según ln libertad mayor da ; el párpado inferior presenta un semicírculo aplo
.ó menor de estos. animalillos, su avidez escitada por mado; se esperimcuta un prurito ó un sentimiento
la abstinencia , las afecciones morbosas A que están de tensión en la nariz, algunas veces el sentido del
sujetos, y su muerte seguida de la putrefacción; y olfato se halla pervertido ó abolido, y sobrevienen
por, último, según las condiciones atmosféricas 6-de hemorragias nasales; durante el sueño, sale la saliva
las constituciones médicas. Algunas reces no produ- de la boca del enfermo, impregnando In almohada;
el aliento tiene uhu fetidez particular, y se mani
fiestan rechinamientos de dientes, sobre todo durante
_ 1 Véase et Tratado priclíco del microscopio jr de su uso <m el la Ruche, y lu lengua se cubre de una capa mucosa.
«toiio de los rurrpos orgaaUados.-por L. Mande, parís, 1859,
tu 8. °, con láminas. Completan este cuadro un tartamudee desusado, la
DE MEDICINA t cmujíA.—FRANK*
afonia, la pérdida de la palabra, el eslravismo, Id hecho muchas inspecciones cadavéricas, jamás he
retracción, la contorsión 6 la fijeza de los ojos, la mos encontrado en el tubo intestinal una perforación
dilatacinn y la inmovilidad do la pupila, la amaurosis que se pudiera atribuir con justicia á estos animaü-
repentina, la tristeza, una tenacidad no acostumbra llos. La inflamación de los intestinos, sobre todo en
da del carácter, los terrores durante el sueño, los las bernias estranguladas , puede ser seguida de la
gritos, los espantos durante la vigilia, el baile do San ¡supuración y de la ulceración de estos órganos, y en
Vito, la risa sardónica , los vértigos , el delirio, y un tal caso , las materias saburrales y los vermes pasan
adormecimiento proftmdo. Hemos visto rara vez que á la cavidad abdominal y salen afuera por la región
los síntomas de las afecciones verminosas principien inguinal ó por las inmediaciones del ombligo. Pero
por el oido: esto es una cosa que nos sorprendo. Uri antes de decidir que la peí foración riel intestino de
amigo nuestro habla de un hombre afectarlo de lom pende aquí do la aecion da los vermos, ser ia necesa
brices, que ve:a durante un cuarto de hora todos los rio someter el hecho á un scTcro examen. Sin cni-
objetos teñidos de amarillo, aunque no padecía icte bargol tal es el ejemplo que citan todos los autores
ricia, y aunque los humores de sus ojos conservaban que han agitado esta cuestión. Un joven de quince
su color natural. Esta ilusión óptica desapareció con años, bien constituido, entró en el mes de mayo
la espnlsion do los vermes. de 1788 en el hospital de Santa María la Nueva en
Los síntomas que presenta el pecho son: una (os Florencia. Se hallaba de muy mal humor, y nos fue
1'reruenle. acompañada de cosquilleo en la laringe, diticil obtoner de él las noticias necesarias para el
seca, casi fi rma; suspiros entrecortados, semejantes esclarecimiento del diagnóstico de su enfermedad.
á los que dan los niños cuando lloran ; ansiedad pre Ileconociihos solamente quo estaba sujeto á freí lien
cordial, dolores pungitivos que simulan la pleure tos ataques do epilepsia. Tenía un aspecto de estupi
sía; la falta de la leche en las nodrizas; sollozos ú dez, su pulso era natural, y no ofrecía ningún -in
otros movimientos convulsivos del diafragma, y sen terna notable de enfermedad. Le prescribimos una
sación de un cuerpo estraño que sube lentamente infusión du valeriana salv.ije: pero al cabo do algu
desde el estómago ó lo largo del exófago. Algunas ñas horas murió en medio de convulsiones y de la
veces llegan los vermes basta las fosas nasales , ó risa sardónica. A la abertura del cadáver, bailamos
caen en lu glotis y ocasionan la sofocación : nosotros gangreuado el diafragma ; el estómago estaba casi
liemos observado este último accidente. 'natural; el exófa«o presentaba bácia su eslremidud
Los fenómenos que la presencia de estos nnimali- inferior una abertura por la cual se baldan insinuado
lios eti los intestinos determina en la región del !á la cavidad abdominal cinco ascárides lomhricoides;
vientre, pueden ser considerados como idiopátioos. uno de ellos había pasado á través del diafragma para
■lias veces se limita la Irritación á uno ó dos alojarse por detras de los pulmones en la parle pos-
el tubo intestinal , y sus efectos se propagan twior del tórax. El tubo intestinal no contenía nin
canal alimenticio. Hambre insaciable, acom guna, lis verosímil que existiese en osle joven una
pañada de un enflaquecimiento que aumenta do dia inflamación dol diafragma y de la parte correspon
en dia; lesiones variadas del apetito, náuseas, regur- diente del exófago , y que la terminación do esta
gilar.icnes, cardialgía, vómito, expulsión de las lom flegmasía por gangrena hubiese abierto paso á los
brices por la boca, borborigmos, hinchazón súliita vermes. El estado normal del pulso al aproxímaise
del abdómen que algunas voces simula el embarazo, la muerte no nos sorprendo, pues le hemos observa
sensación de frió, de mordedura y do desgarradura do valías veces on las gangrenas mortales. ¿Serian
en los intestinas , de inanición y de desfallecimien estas lombrices la causa de la epilepsia? La observa
to; palpitaciones de corazón, seúsacion de un cuer ción es demasiado incúmplela para decidir esta
po estraño que se arrastra, que vibra, que se estira y cuestión.
se retrae sobre sí mismo ; tumefacción parcial del Las histerias de perloracion de los intestinos, no
vientre, meteorismo, eructos, Invaginación de los eslén todas bion averiguadas: sin embargo, es preciso
intestinos, espasmos, dolores cólirós, retracción de no despreciar ni colocar entre las fábulas inventadas
las paredes abdominales, tenesmo , síntomas hemor por el charlatanismo, los hechos recogidos por médicos
roidales, blenorragia del ano, de la vagina ó de la sabios y dignas de fe, aunque jamás bajamos obser
vulva; diarrea mucosa, con materias negras muy vado este fenómeno, y uunqtie algunos helminióJogoc
fétidas ó restos de vermes putrefactos, anillos del célebres no hayan hecho mención de él. La observa
botriocéfalo ó del ténia, y Jombrie<S reunidas en ción, nos enseña todos los dias, que los vermes arma
pelotón; constipación tenaz, desórdenes de los mens dos pueden perforar las visceras de los animales. Pero
truos, aborto, orina blanquecina ó turbia, iscuria, decir quo la perforación se efectúa lentamente pol
disuria, y por último ,'a inflamación de los intes la acción de sus delicados aguijones, es aventurar
tinos, jad WtP le: una hipótesis, porque nuestros sentidos no pueden
Si se duda de que los v. rmes intestinales pueden descubrir lo quo pasa en semejante circunstancia.
ocasionar todos los accidentes que acabamos de es Ademas, nadie puede negar que la perforación de las
poner, recordaremos la distribución de los nervios partes sensibles es menor ruando se efectúa con
del octavo par, de los intercostales, de los plexos lentitud, que cuando se opera con rapidez. I'or olra
del abdómen, y su influencia sobre toda la economía. parte, el lenguaje dol dolor uo siempre es fácil de
En el caso en que no fuese satisfactoria esta razón comprender en lus animales, y si algunos dias des
anatómica , se podrían traer á la memoria los efectos pués de la .perforación no se descubre ningún ves
de las cosquillas, tales como lá risa sardónica, las tigio de inflamación en el intestino, no se debe dedu
convulsiones, quo han sido algunas veces seguidas cir que el esiado inflamatorio no lia existido desde el
de la muerte en semejante circunstancia. principio. Cuando la cabeza y la trompa, ó todo el
• i. B. Bianebi (i) , y después de él varios hehniu- cuerpo del verme, pasan á través de las paredes del
tólogos del mayor mérito, han negado la perforación intestino, es fácil reconocer la abertura sin la ayuda
de los intestinos por los vermes. Confesamos que del microscopio, con tal que se examine á tiempo, y
tica, y aunque hemos en el instante misino en que el verme acaba de caer
'«<"-> ^mft'»'"' >i en la cavidad del peritoneo. Esta abertura debo ser
sola lombriz;
os de estos
556 BIBLIOTECA ECONÓMICA
animalillos horadan el intestino casi en el mismo si mas leyes, y no ceden á los mismos remedios. Vamos
tio. Los vormes no obran solamente con las armas de á tratar de llenar este vacío; pero no se nos deber í
que la naturaleza ha provisto á ciertas especies de eligir que espongamos el diagnóstico de los veintes
estos animales parásitos, pues los esfuerzos de suc que se encuentran muy rara vez en Europa, ni de
ción bastan para destruir las membranas delicadas aquellos que so han hallado por casualidad en los ca
del tubo alimenticio: esto es lo que prueban las de dáveres. Los casos de este género son poco conoci
yecciones de sangre á consecuencia de cólicos ver dos, y hay muchos que jamás hemos observado. Así,
minosos, sobre lodo en la infancia. La piel es mucho pues, recomendamos á los que nos sucedan, el estu
mas densa que el tejido de los intestinos, y sin em dio de los síntomas propios de la filaría de Medina,
bargo, una succión fuerte y prolongada hace saltar delestrongilo gigante, déla hamularia tubcompretta,
la sangro: si los vermes no pueden horadar las pare del polistomo, del cisticerco visceral, y de otras es
des de las venas intestinales, nada impide que des pecies dudosas.
vasten las membranas delicadas del canal alimenticio. El tricoeephalus dispar debe teuer una acción \
Los ascárides lombricoides se ponen rígidos y duros pía; sin embargo, sus síntomas especiales no s
después de la muerte del enfermo, y jamás se los ha nocidos hasta ahora. En la enfermedad muco
hallado implantados en los intestinos, aunque no es reinó en Gceltinga en 1760, fue este verme muy co
tán desprovistos de armas ofensivas; su boca tiene mún. La secreción mucosa coincidía con la presencia
tres prominencias que tei minan en un punto córneo, de los vermes; pero debia ser efecto de la liebre pi<-
y que forman por su reunión un instrumento muy tuitosa asténica, que reinaba á la sazón.
agudo y muy sólido para traspasar las paredes de los Los oxiuros vermiculares ocasionan un prurito in
intestinos. Si se desea conocer el grado de fuerza cómodo, muchas veces intolerable, en las inmedia
que la naturaleza ha concedido á los insectos, ú los ciones del ano, sobre todo en los niños dotados do
vermes y á los demás animales, para ponerse tensos una sensibilidad mu? viva. En muchos casos, aumen
ó rígidos, á voluntad ó bajo la acción de un estímulo ta dicho prurito por la tarde ó por la noche. En cier
que les es propio, como el do la fibra muscular y el tas ocasiones, cree el enfermo sentir unas gotas de
del miembro viril, para romper en este momento los agua fria que caen en el recto. Al prurito suele
cuerpos que les resisten cuando el orgasmo ha pasa agregarse también el tenesmo, dolores pungitivos
do; es preciso que no se les observe en el estado de instantáneos hácia el ano, en la región de la vejiga,
relajación ó de blandura. Los vermes y los insectos en los dedos do los pies y de las manos, y en el pe
destruyen los navios y las máquinas de guerra. cho. No es raro que esta irritación continua establez
Siempre que se hallen en la cavidad abdominal al ca en el recto un movimiento fluxionario, que es se
gunos ascárides que han salido de los intestinos, y guido de una ingurgitación dolorosa de los vasos he
pequeñas" úlceras gangrenosas en estos órganos, n» morroidales, de tenesmo, de la blenorragia del ano,
se puede decidir sin un escrupuloso exámen de las y algunas veces de la procidencia del recto en los
circunstancias que constituyen el conmemorativo, si niños, con constipación ó diarrea. No repetiremos
la perforación depende de los vermes ó de la gan aquí lo que ya hemos dicho acerca de los oxiuros
grena. Antes de que la picadura do estos animales que se alojan en las partes genitales esternas ó inter
ocasione la muerte, tiene tiempo de declararse dicha nas de la mujer.
desorganización. Convenimos cu que el paso do las Hace diez y siete años que fuimos llamados por un
lombrices á la cavidad abdominal á consecuencia de médico cstraujero, para asistir á una mujer jóven y
una enteritis mortal y de una hernia estrangulada, delicada, sujeta á las afecciones de la vena porta,
puede ser únicamente el resultado de la mortifica atacada por la tercera vez de ictericia, y atormentada
ción; pero n<) seria prudente negar la posibilidad de hacia tres años por una picazón incómoda en el rec
la perforación de los intestinos ó de la vejiga por los to Esto último síntoma repetía periódicamente todas
vermes, aun por los mismos á quienes se cree sin ar las lardes, y se disipaba durante la noche. La enfer
mas. Pueden producíroste efecto cuando están ham ma se hallaba embarazada; se atribuyó esta picazón á
brientos, lo que es mas raro en el hombre que en los las hemorroides, y so recurrió, aunque sin éxito, á
"-"cados y en algunos otros animales, ó cuando son las unturas con diversas pomadas, ¿ las lavativas, á
itados por cualquiera otra causa. Varios médicos, los ecoprócticos y é los baños. Las lavativas oleosas
jos trabajos han contribuido á los progresos de la eran las que procuraban mayor alivio. Los signos
oria natural, han recogido algunos hechos que precursores del parto principiaron á manifestarse;
fienen en apoyo de esta opinión. desapareció oí prurito, y no volvió á presentarse du
Los vermes dan también lugar á accidentes que no rante nueve dias, en que permaneció la enferma en la
están limitados ú ninguna región del cuerpo; tales cama después de haber parido. La paciente sotó que
son los movimientos febriles, las afecciones espasmó- este sinloma importuno se desvanecía siempre que se
dicas, las convulsiones epilépticas, el baile de San Vilo, hallaba atacada de alguna cefalea ó de cualquiera
os escalofríos, lus temblores, dolores reumáticos de otra afección morbosa. Al segundo año de padecer
poca duración, que atravies&n con rapidez las articu esta incomodidad, usó las aguas minerales al interior
laciones y las masas musculares. Cuando estos ani y al osterior. Durante el viaje, y mientras tomó las
males son en gran número ó muy largos, desordenan aguas, cesó enteramente el prurito; al cabo de dos
ó suspenden el movimiento peristáltico do los intes meses, volvió á presentarse y con mayor violencia.
tinos, y absorben la muyor parte del quilo. La pérdida Ademas de los enemas oleosos, se aplicó sanguijuelas
de los jugos nutritivos produce la bulirnia, el vientro á la márgen del ano. Hacia mucho tiempo que el mé
so pone tumefacto, mientras que ol resto del cuerpo dico de cabecera sospechaba la existencia do los ver
enflaquece rápidamente y cae en el marasmo llamado mes: pero como los antihelmínticos no hiieie-
verminoso. ron salir ninguna ascáride lombricoide, y como no
Síntomas pnopins A cada bspecie.—Tal es ol cuadro se pensaba en ninguna otra especie, fue abandonada
Ígeneral de los síntomas que anuncian la presencia de esta idea. Un día, cuando menos se esperaba, se no
os vermes. Pero los síntomas propios á cada especie taron en los cscrementos algunos oxiuros vermicula
son poco conocidos todavía: y esto es tanto mas sen» res. Para combatirlos, se administraron todas las ma
DE MEDICINA Y «BUJÍA.— FRANK. 557
pequeña cantidad de opio, á liu de calmar los acci género podían pertenecer estos vermes. Pero sea lo
dentes nerviosos. Este tratamiento procuró un alivio que quiera, cuando estos animulillos son algo gruesos
sensible. Las lavativas de aceite dismhmian la pica o en gran número, determinan muy comunmente la
zón, pero no podiau impedir que volviesen, ni que bulimía. Un hábil médico de la Grecia hublu de una
durasen menos; se recurrió entonces á la infusión mujer que padecia un hambre insaciable, acompaña
del semen contra en leche: pero tampoco so obtuvo da de desfallecimientos cuando rehusaba satisfacerla.
mejor resultado. Según el consejo de otro médico Tenia un tenia de mas de doce codos de largo, que
experimentado, se asoció á las lavativas oleosas el fue espelido á beneficio del aloes.
uso interno de unos polvos preparados con un grano Una mujer de veinte y seis años, dice un médico céle
de calomelanos, quince granos de semilla de artemi bre, se quejaba de uu dolor intolerable en los órganos
sa "judaica, y otros quince de flores de azufre. Esta genitales. Arrojó conunaorinasuuiosa y purulenta una
dosis se administraba por la tarde cada dos días. Al lombriz de nueve pulgadas de largo, absolutamente
cabo de algunos mas, arrojó la enferma una cantidad semejante en lo esterior ú los vermes redondos que
prodigiosa de oxiuros, lo cual la produjo un alivio vemos salir todos los dias por la boca ó por el uno.
notable. Se continuó el remedio; pero aunque se sus Era amarillenta y todavía se le notó algún movimien
tituyó á las flores de azufre la raíz de jalapa, se re to, inmediatamente después de su espulsion.
novó el prurito con mucha intensidad, y este trata Hemos asistido eu Pavía á un hombre afectado de
miento no produjo mas que la espulsion de dos lom tifus con risa sardónica, meteorismo considerable y
brices. Se pusieron en práctica las lavativas con una viva sensibilidad del vientre, hipo, petequias muy nu
disolución de aloes, y no ocasionaron mejor efecto merosas, delirio viólenlo y continuo. La muerte acon
que las que se habían empleado con el aceite. Noso teció en medio de este aparato de síntomas. A ja
tros conocíamos las dificultades que se encuentran abertura del cadáver, nos pareció el diafragma sano
para espeler los oxiuros vermiculares; por lo tanto, é intacto; pero el tubo intestinal estaba llena, desde
aconsejamos las lavativas de agua fría mezclada con el píloro hasta el ana, de materias fecales y de ascá
una tercera parte de vinagre, repetidas varias veces rides lombricoides, cuyo número ascendía á mas do
al día, y prescribimos al interior el' aceite de ricino. trescientas.
Estos remedios fueron ineficaces, y recomendamos las Fuimos consultados en Bruchsal por una mujer ata
lavativas de agua fría mezclada con la sal común, y cada hacía tres semanas de una disenteria grave yqi:e
en fin, los enemas con el humo del tabaco. Muchos llevaba tres dias de padecer un hipo coiitíuuo. Su
años estuvimos sin saber el resultado de nuestros pusimos que este síntoma era mas bien efecto de la
consejos, que es lo que acontece muchas veces, cuan gangrena que do la presencia de los vermes, porque
do el médico se separa del enfermo. En fin, esta jó- estos animalillos no resisten á las disenterias violen
ven tuvo necesidad de nosotros para otra enferme tas y prolongadas. La muerte no parecía eslar muy
dad, y nos dijo que las lavativas con agua fria y vi lejana; pero de repente arrojó la enferma espontánea
nagre, eran las que habían producido el resultado mente por el vómito tres ascárides lombricoides, y
mejor y mas constante. poco después desapareció el hipo, y aun la disente
Las ascárides lomhricoides son muy comunes en ria terminó felizmente.
las mujeres y eo los niños; se alojan con preferencia Cuando se declara de súbito el delirio, se debe sos
en el yeyunio y en el ciego. Sin embargo, no es raro pechar la existencia de los vermes, si no se observa
verlos descender algo mas ó subir hasta el estómago, ninguna otra causa capuz de producirle: esto es lo que
á pesar de la estrechez del píloro. Cuando están en nos ha enseñadohace 50 años una mujer de Rastadt
el estómago, ocasionan náuseas, cardialgía y vómi cuya historia vamos á referir. Tenía diez y siete años;
tos, y entonces suelen salir porla boca. Estos vermes al despertar de un sueño apacible, fue sobrecogida di;
pueden subir á lo largo del ciófugo, penetrar en las terror sin causa apreciable. Toda temblorosa, pedia
fosas nasales, y aun sumergirse eu la laringe. Algu socorros; noconocia á sus padres í quienes había de
nas veces se insinúan en los conductos pancreático mostrado siempre un vivo afecto; pálida y agitada se
y colédoco: en estos casos se declara una ansiedad arrojó cu los brazos de su nodriza. Fuimos llamados
violenta, y aun se ha visto sobrevenir la hidrofobia por íu mañana, y nos fue imposible alcanzar la razón
espontánea. Cuando ocupan los intestinos delgados, de tan violento delirio; solamente supimos que la en
especialmente en las cercanías del ombligo, el enfer ferma habia arrojado hacia poco algunas ascárides
mo esperimenta en el vientre dolores crueles. Cuan lombricoides, cuya espulsion habia sido acompañada
do están hambrientos ó encerrados en una hernia, de dolores cólicos. Nos aprovechamos de esta indica
irritan y perforan algunas veces los iulestinos en ción y recurrimos á los antihelmiticos : la joven arro
varios sitios; otras iu supuración les abre paso, jó cerca de ochenta vermes de esta especie, é inmedia
yen ambas circunstancias llegan á la cavidad abdo tamente recobró su razón.
minal y á las visceras inmediatas, por ejemplo, á la Un niño de diez años nos ha ofrecido un caso que
vejiga, ó salen afuera con la materia do los abscesos merece consignarse en este artículo. Fue atacado eu
que se forman en el pliegue de la ingle ó en la región medio de la plaza pública de una ceguera repentina,
umbilical. Frecuentemente exasperan multitud de en y se hizo conducir al Instituto clínico doGocttinga,
fermedades, agudas ó crónicas. Se encuentran en las Se donde éramos director: eslo pasaba e:i 1781. He-
Efemeridet de cur. de la nalur. etc., la histoiia de conocimos desde luego que este individuo padecia un
un hombre atormentado por un hambre insaciable ó vicio escrofuloso; pero creímos que esta amaurosis
bulimía. Siempre que dejaba un instante de comer, súbita no dependía de semejante causa, sino de la
caia en un verdadero desfallecimiento. Se empleaym presencia de las ascárides lombricoides: es de adver
inútilmente durante cuatro años una infinidad dc/re- tir, que el enfermo habia arrojado anteriormente al
medios; y por último pereció el enfermo en un acco gunas de estas lombrices. Prescribimos los unlihel-
so de asma. A la abertura del cadáver, se halló en el rníticos; salió un gran número de estos animales y
un prodigioso númerode vermes, amonto- en pocos dias y sin recurrirá ningún otro remedio so
unos sobre los otros; on la inmediación del restableció perfectamente la visla.
(los tumores El cstróngiio gigante se enciicnlra muy rara vez
| en los ríñones ó en la vejiga del hombro: no so lia
Es pues
preciso abandonarse;! las conjeturas para hallar los guuia por qué signos se pueden distinguir estos dos
síntomas quo le sean propios Se bu visto en algunos géneros de vermes, responderemos que únicamente
perros escavada la sustancia ilol riñon por estos ver la espulsion de algunos de «us anillos puede ilus
mes. En el hombre descubre la autopsia erosionos trarnos acerca de este pnuto. Nuestra ignorancia es
cuestos mismos órganos, pero proceden de causas disculpable en los objetos que se escapan i nuestros
muy diferentes, y muchas veces no demuestran su sentidos. Durante mucho tiempo se han confundido
existencia durante la vida por ningún signo. Hemos bajo el mismo género y bajo el mismo nombre los
hablado de un perro que nos proporcionó ocasión cu vermes que nos ocupan; hoy dia se distinguen ¡os
Pavía de observar esta especie de vermes; poro en unos de los otros por sus caracteres hclmiotológici s,
esto animal estábanlos linones y la vejiga absoluta que ofrecen, sin embargo, diferencias mucho menos
mente sanos. importantes que los métodos terapéuticos, porque
Nosotros sospechamos hace mucho tiempo que la ©I botríocéfalo de los modernos opone muchas reess
tisis pulmonar tuberculosa depende, al menos en cier una resistencia tenaz á los remedios que hacen ar
tos casos, do los vermes; de la humularia subcouiprc rojar por lo común al twnia soliutn. Mientras
si de Rudolphi, que Treutler designa bajo el nombre no podamos juzgar de esto por nuestras propias ob
de haniularia linfática, has-ido hallada en las glándu servaciones y las de los demás, reconocemos que estos
las bronquiales y en los vasos linfáticos del pulmón dos géneros de vermes carecen de signos con que
enuiijóven tísico, consumido por el virus venéreo; puedan distinguirse, antes do su salida del cucip.i
puro esta observación, hecha por Treutler no se ha del hombre. Como todas las demás especies, no pro
repelido por ningún medico. Sabe. tos que se halla ducen en muchos casos accidente alguno que ravaje
una gran cantidad de vermes de diferente especio en su presencia. Un músico muy hábil nos consultó en
los pulmones de la rana, del sapo y del becerro; Viena en 1799; arrojaba con frecueucia anilles del
nosotros recordamos que un antiguo anatómico de toenia solium; no obstante , á escepcion de algunos
Padua ha descubierto en el exófago y en la aorta de vértigos, que no eran constantes, y que podían de
un [ierro tubérculos cscirrosos llenos do vermes, y pender de su escesiva afición ti la música, np se que
?;uc cita con este motivo varios casos semejantes re- jaba de ninguna incomodidad; semejantes casos uo
eridospor los autores; en fin no ignoramos que el es son muy raros. La abstinencia prolongada, las bebidas
tómago de los perros está algunas veces sembrado de frías, los alimentos ó medicamentos contraríes á -es
estos tumores verminosos, y que se encuentran tanto tos animales, una posición del cuerpo incómoda para
en estos animales como en los caballos, tubérculos' ellos, las enfermedades de que son afectados, ó que
aneuri'-ináticos que contienen cslronglos. Sin embar atacan al hombre; íiritau al botríocéfalo ó al téuia,
go, mientras no poseamos razones mas sólidas, ten y el enfermo sufre entonces en la región epigástrica
dremos por una simple hipótesis nuestra opinión diversos síntomas muy incómodos. Una princesa de-
sobre la tisí^ vermii osa. La haniularia debe ocasionar San Petersburgo, tenia hacia cuatro años un botrio-
una tos seca, dolores profundos en el pecho, la disp-, célalo ancho, del que se libró por nuestros cuidados.
nca y diversas lesiones del sistema linfático. Pero la No causaba la menor incomodidad, y se quejaba so
razón sola es peligrosa en medicina; es preciso recur lamente de una sensación desagradable en el eplgas-
rir por lo tanto á la esperiencin, para conocer las tiio. Lste síntoma aumentaba al aproximarse la noche,
causas y los síntomas de las enfermedades. Dejamos á no ser que la enferma comiese en abundancia algunas
pur.sá idros observadores el cuidado de describir los frutas; sobreveniacn seguida un iusorauio fatigosa, con
signos quo anuncian la irritación del pulmón por deposiciones pultáceas y seinilíquidas, qpe eran electo
esta nueva especie de vermes ó por cualquiera otras. chi estas frutas, mas bien que ele la irritación produ
Hemos dicho en otro lugar que el ifistoma hepático cida por la lombriz. Otras veces, lo mismo que las
se ha presentado algunas veces al hacer la autopsia; ascárides lombricoides reunidas en pelotón, hacen
pero este verme es infinitamente raro en el hombre, y sufrir al ¿nfernio la sensación de un peso suspendido
nosoiros jamás le hemos encontrado. Los que le han en un puntudo las paredes abdominales, ó de una
descubierto después de la muerte, á consecuencia de bola que rueda en el vientre. Muchas veces sus siu-
diversas enfermedades, no han dado á conocer los tomas residen en regiones muy apartadas del abdó-
sintonías que le son propios. Nos veremos, pues, re men, lo cual sucede con las demás especies de ver
ducidos ú la razón sola, que es comunmente para el mes; pero los fenómenos simpáticos quo su presencia
médico un guia infiel , si queremos intentar el des ocasiona, son algunas veces muy notable». Un hom
cribir los accidentes que debo ocasionar la presencia bre de cuarenta años, bien constituido, nos consultó
¡le este verme. Nb se deben atribuir al sistema he en Brucbsal sobre una retido/, insoportable que tonia
pático las alteraciones morbosas quo puede sufrir el en sus narices, y cuyo olor no era, sensible para él.
hígado antes de ser atacado por este animal: pero so No se descubría ningún signo de alteración morbosa
ve con mucha frecuencia en los bueyes y en las ove en las fosas nasales; nos fue imposible, a pesar del
jas, que el paréiiquima de esia viscera está corroído, examen mas atentó, hallar la causa de esto fenómeno;
convertido en materia petrosa, recorrido por couduc- solamente llegamos á entender que el enfermo arro
los huesesos de tres ó cuatro líneas de diámetro; y jaba frecuentemente algunos anillos vives deí tenia,
la presencia de los distomas dice claramente que que saltaban á la altura de dos pies contra la pared,
estos desorden 's son obra suya. Ya hemos hablado junto íi la cual acostumbraba ó defecar. Nosotros
(903) de una niña de ocho años, afectada de) distoma atribuimos á la presencia del tenia esta repugnante
hepático; y si escenluamos algunos síntomas que incomodidad, y prescribimos un tratamiento propio
henius notado en ella después de su muerte, pode para combatir este verme. Fue espelido por entero, é
mos decir que los signos que indican la presencia qc inmediatamente se halló libre el enfermo del mal olor
este verme nos son desconocidos. que padecía.
Kl descubrimiento de! po|i-iomo no ha enriquecido Rosen de Roseustein (1) asegura que las personas
la terapéutica L> observación de. Treutler , recogida afectadas de vermes, }so hallan algunas veces presas
casualmente en una mujer (003), no puedo por si del temor, y atormentadas de una ansiedad penosa,
sola hacer grandes set vicios ú la iiiodicina.
tos síntomas del botríocéfalo anche ó tanta lala y del 1 Tratado de las enfermedades délos nidos, Iradueido del sue-
DE MEDICINA * CIHDJÍA.-nrfflílANK. 559
que va siempre en uumento, cuando oyen los souiilos nes de la lombriz. Le prescribimos el estaño de Ingla
armoniosos de la música: esla aserción ha sido sos terra, con un cstracto amargo y la raiz do jalapa en
tenida también por un oiiseivador de Goettinga. No polvo. La garganta no ofrecía rubicuudez alguna,
sotros hornos creído que esta aserción era aventurada, pero continuaba siendo el asiento do uu dolor muy
hasta que la observación que vamos á referir rectificó vivo. El 22 salieron algunas articulaciones del tenia,
nuestro juicio sobro este punto. Un agricultor sano y con fuertes cólicos. Por la tarde, cieia la enferma
robusto se presentó en el Instituto clínico do Pavía, que el verme se arrastraba en el vientre y hacia oss
en presencia do una multitud de nuestros discípulos. tuerzos por salir: odontalgia, que atacó ¡í dos dientes
Padecía angustias inesplicables, y temblores en los cariados. El 2*, cspulsion de un ténia da cuati 11
miembros, siempre que oia en la misa el sonido del anas y media de largo, de la medida do Viena. Las
órgano, sobre lodo el souido grave; en cualquiera materias estercoráceas no eran líquidas, y la -enferma
otra circunstancia, permanecía tranquilo. Examinamos arrojó la lombriz sin sentirlo. Este animal era niiij
todas las causas cupaces de producir semejante afec delgado en cierta parte de su longitud y no tenia
ción, y descubrimos que el enfermo había arrojado cabeza. El 2.'i, salieron aun alguuus articulaciones,
varias veces por el ano algunos anillos del tañía so pero estaban lívidas. Habiendo desaparecido todos los
lium. Le prescribimos en consecuencia los remedios síntomas, abandonamos los remedios; y como la en
necesarios para espeler este verme: ignoramos, sin ferma estaba predispuesta á padecer la clorosis, le
embargo, el éxito de este tratamiento. So lee una prescribimos para en adelante las preparaciones de
observación muy semejante, en un periódico de me hierro.
dicina de Francia, del año de 1812. Hay varias espe Segunda observación.—Una criada soltera, de cua
cies de vermes que, en razón de su blandura, gozan renta y siete años, afectada de una hernia inguinal,
de cierto grado de elasticidad ó de cierta fuerza con habia gozado siempre de muy buena salud; pero ha
tráctil: el botriocéfalo ancho y el twnia solium, son cia un año que se quejaba do náuseas , eructos áci
de este número. Cuando por un movimiento espon dos ó indorosos, regurgitaciones, vómitos verdosos, y
táneo, ó por los socorros del arte, estos vermes salen algunas veces violentos; aumento del apetito, dolor
en parto y quedan colgando fuera del recto, si se les de estómjg.) por la mañana, sensación de una bola
liga con un hilo, o si so rompem, la porción que que seguía los movimientos del cuerpo y cuia de un
queda en el iatestino, permanece implantada ea la lado al otro, borborigmos, turbación de la vista , di
membrana mucosa, ó envuelta en un pelotón, y ?c latación de la pupila, pérdida do la memoria, lipoti
retira hácia la parte superior del tubo iuteslinal. La mias, debilitación de todos los sentidos; de vez e-u
princesa rusa de que hemos hablado mas arriba, ar cuando dolores en los lomos, palpitaciones do cora
rojaba espontáneamente dos veces al mes una por zón, movimientos espasrnódicos , somnolencia , y
ción considerable del botriocéfalo ancho, del cual se tristeza. El cramor de tártaro la hizo arrojar algunos
curó por los remedios que la administramos. Entre ascárides lombricoides y algunos anillos del tenia.
los diversos medicamentos que tomó, los drásticos Id Entró en el Instituto clínico de Viena en 1707: ia
hicieron espeler en cierta ocasión una porción mas prescribimos el estaño pulverizado, y arrojó una por
larga que todas las demás. La eeferma permaneció ción de ténia, de ocho anas de largo. Intentamos
diez y ocho horas en el sillico, á pesar de los cólicos tambieu algunos otros remedios; como no acusaba
violentos que la atormentaban, y tuvo la precaución ninguna otra iucomodidad, y como todos los signos
de ligar el verme con un hilo: se rompió, y se fue ú la que anunciaban la presencia de los vermes habitat
parte superior del intestino. desaparecido, no quisimos fatigarla mas, á causa del
Para que sea mas inteligible lo que acabamos de estado-debilidad en que se encontraba, y salió de ja
decir sobro los síntomas del ténia, vamos á referir clínica.
algunas observaciones, dignas de ser consignadas, y Tercera observación.— Otra criada , de edad de
que hemos estraclado de los diários del Instituto veinte y cinco años, sana y robusta, fue recibida eu
clínico de Vieno. el instituto clínico de Viena en 1802. Hucia dos años
Primera observación.—Una joven de diez años, de que padecía cólicos y habia arrojado algunas porcio
constitución débil, que tenia una vida sedentaria, nes de tenia. Se quejaba de picazón y de fetidez
arrojó en el mes de mayo de 1795, en la época de su en la nariz, el apetito era escesivo, ó reemplazado
primera menstruación, varios anillos del tamia solium, por la anorexia, tenia ansiedad, dispnea y esperi-
unos aislados, y otros reunidos. Experimentaba por mentaba cierta sensación de peso en el vientre.
intervalos lipotimias, palpitaciones de corazón , car Cuando se volvía do un lado á otro, creia sentir
dialgías, sobro todo después de almorzar, y fuesen una bola que seguia el movimiento de su cuerpo.
cualesquiera los alimentos de que hacia uso. En In Tenia por intervalos una diarrea mucosa; la pupila
misma época padeció una salivación abundante. Por estaba dilatada, y un círculo azulado rodeaba al pár
lo demás gozaba, de perfecta salud, y no se quejaba pado inferior. Al cabo de diez dias arrojó uu ténia
de ninguna otra incomodidad. Jamás tuvo picazón de mas de seis anas, muy delgada en una de sus
en la nariz ó en el ano, ni fetidez dol aliento , ni tos estremidades, y desaparecieron lodos los síntomas.
seca, ni espasmos, ni cólicos; jamás se vió fatigada Cuarta observación. -Un peluquero de diez y seis
por la sensación de un peso incómodo en la cavidad años, muy delgado, se hallaba fatigado hacia uu año
abdominal; no se observó en ella ni la dilatación de por cólicos; tomó un medicamento que la hizo arro
la pupila, ni eso semicírculo aplomado de los párpa jar en dos veces una porción de ténia, con lo cual se
dos interiores, llamado ojeras. Al pasear, arrojaba alivió. Dos meses después se renovaron los dolores,
espontáneamente, y sin esfuerzos, pedazos ó anillos y se acompañaron de los síntomas siguientes: cefalal
enteros del ténia : los mentruos no aparecieron mas gia frontal gravativa , oscurecimiento de la vista,
que una vez. El 15 de enero de 1806 fue recibida la amaurosis momentánea . hemorragia nasal , ninguna
enferma en el Instituto clínico. Habia va usado la picazón en la nariz, aliento fétido, sensación de un
raiz de helécho pulverizada y el aceite de ricino: el aire frió que subia desde el estómago hácia los obios;
primero habia hecho espeler dos anillos del ténia. zumbidos en estos órganos, cardialgía que aumrnt; -
£1 18 se quejó de ligeros cólicos, que fueron reem-■ ; ha cuando el enfermo estaba en ayunas y lia disipaba
r en la garganta. No* después de la comida. Algunas voces 1:1 violencia del
dolor ocasionaba la retracción de las paredes abdo-
560 BIBLIOTECA ECONÓMICA
mínales; cuando cesaba, se ponia el vientre tumefac llegó á ser considerable, con borborigmos y regur
to. Al cambiar de posición, esperímeutaba el enfer gitaciones.
mo la sensación de un cuerpo que rodaba en el El 27, sucho tranquilo la noche anterior; la enfer
vientre. Hacia tres ó cuatro deposiciones líquidas, de ma despertó á las cuatro do la mañana, y tomó una
una fetidez estrema, que contenían alguna que otra dosis del elecluario. Al poco tiempo, exacerbación de
vez anillos vivos del ténia. Acusaba dolores en las los dolores abdominales, ansiedad violenta, regurgi
axilas, en los brazos, las munos y ios pies; se queja taciones. Por la tarde, espulsion de un ténia de ocho
ba de una sensación de hormigueo en las manos, en varas, con cabeza. Debilidad mayor , diminución de
los dedos, que estaban privados de sensibilidad y de los dolores, sobre todo, de los de los pies ; desapari
movimiento, lo que lo impedia entregarse á sus ocu ción de la bola que rodaba en el vientre, y de la co»
paciones. En el mes de noviembre de 1800 fue reci mezou y fetidez de la nariz. Al aproximarse la nu
bido este joven en el hospital, y trasladado en segui che, vuelta de los dolores del hipocondrio derecho,
da al Instituto clínico de Viena. Le prescribimos un de los lomos y de los pies, comezón y olor fétido en
tratamiento conveniente , y arrojó un ténia de ocho la nariz, orinas poco abundantes, alteradas con sedi
anas de largo, y sin cabeza. La espulsion de este ver mento furfuróceo; salivación , dispnea. Cuando se
me no tardó en ser seguida de la vuelta de la salud. tocabaligeramenteel vientre, creia sentir golpes que se
Quinfa o6*eri'acion. —Un hombro de veinte y nueve propagaban hasta los dedos de la mano. Volvimos i
años habia arrojado los anillos del tenia solium. empezar el tratamiento. Los dolores se mitigaron
Después de lu comida, sentía una titilación desagra durante la noche; la enferma durmió ; hizo dos de
dable en «I vientre , flatulencias, cólicos , muchas posiciones, sin vestigio alguno do lombrices, y se au
veces lipotimias, y una ansiedad precordial, cuando mentaron los dolores de los pies.
no estaba espuesto al aire libre. Un purgante drásti El 1." de junio, cesación de los dolores abdomina
co le hizo arrojur en dos veces diez anas de este ver les, persistencia de los de los pies. A pesar de la ana
me, pero espectoró al mismo tiempo una gran can logía de estos síntomas con los del léuia , nos limi
tidad de sangre. En seguida se vió fatigado por eruc tamos al agua de menta con éter, y prescribimos las
tos fétidos y por una picazón en la garganta. No lociones con el espíritu do vino alcanforado , para
vomitó mas que una vez, y las evacuaciones alvinas calmar los dolores de los pies.
eran regulares. Cuando hacia alguna deposición, sen El 4, recobró enteramente la salud, y salió del
tía de vez en cuando una bola que pesaba en el recto: hospital.
el enflaquecimiento era considerable. Cuando el en Sétima observación.—Juan Laufnecker, cirujano
fermo quería fijrr sus ojos en algún objeto, se oscu austríaco, de veinte y nueve años de edad, fue afec
recía su vista; no tenia picazón alguna en la nariz. tado de un infarto del bazo á consecuencia de una
Por último, á beneficio de los medicamentos apropia liebre intermitente prolongada, y tomó un purgante
dos, hicimos espeler todavía veinte y dos anas de té con la idea de combatir esta obstrucción. Al defecar,
nia; pero el estado de las fuerzas no permitió conti reconoció en las materias alvinas un ténia que pen
nuar el tratamiento, y le dimos el alta, antes de su día fuera del recto; tiró do ella y sacó cinco varas,
completa curación. pero esta estraccion fue acompañada bien pronto de
Sesta observación. — Una jóven do veinte y dos dolores violentos; y como era poco instruido, temió
años tuvo un parto difícil. Desde su primera edad haberarrancado al mismo tiempo los intestinos, y se
ofrecía casi diariamente signos de afección vermino contentó con ligar la lombriz con un hilo. Diez años
sa, arrojaba ascárides lombricoides por la nariz y después, fue presa de una viva comezón en el ano,
por el ano, con una picazón incómodu de estas par y arrojó con las materias fecales pedazos de ténia
tes, y cólicos violentos; al mismo tiempo arrojaba vivos, que salían espontáneamente y caían en sus pan
también por el ano oxiuros vermiculares. Esta jó talones ó en sus calzoncillos, sin que él se apercibie
ven se hallaba en la mayor miseria y muy mal nu se de ello. No dudando ya de la naturaleza de su
trida. Desdo el primer momento de su embarazo enfermedad, usó los purgantes drásiieos , que hicie
ambas especies de vermes desaparecieron , y salieron ron salir catorce varas de ténia al cabo de cinco días.
algunos anillos de tenia. Como aumentaba su enfer Dos meses mas tarde, halló lambían algunos pedazos
medad de dia en dia, se presentó el 16 de mayo de en sus calzoncillos. Asustado del estado de debilidad
1803 en el hospital de Viena, en donde usó la infu á que se veia entonces reducido , renunció á los
sión de valeriana salvaje. El 23 del mismo mes fue drásticos. Este ténia daba lugar á los accidentes que
trasladada al Instituto clínico, y la observamos los sin siguen: acrecentamiento tardío del cuerpo, mas con
tonías siguientes: vértigos, oscurecimiento de la vista, siderable en gordura que en longitud, por el desar
pupila muy dilatada, amaurosis completa, pero mo rollo del vientie; zumbidos de oidn, oscurecimiento
mentánea, que afectaba indistintamente al ojo izquier de la vista, comezón viva de la nariz, estornudos,
do ó al ojo derecho ; los párpados inferiores estaban epistuxis por lo común muy abundante; hambre des
rodéalos de un círculo azulado, opresión epigástrica, medida , que producía el plialismo cuando no se
vómito, hipo, afonía, ansiedad, dolor en Ins lomos y satisfacía ; regurgitaciones acompañadas do gusto
en las estremidades, abdomen sensible al tacto, sobre muy desagradable en la boca; dolores en el vientre;
todo en el hipocondrio izquierdo , y sensación de diarrea frecuente sin causa conocida; insomnio cruel.
una bola que rodal) i en el vientre. Por lo común, apenas se acostaba el enfermo, cuan
El 24 se le administró el estaño en polvo, combi do era sobrecogido de un dolor violento en las pier
nado con un estrado amargo y la raiz de jalapa: este nas, ordinariamente en los músculos de la pantorrilla;
remedio hizo salir dos anillos del tenia. Entonces es- para aliviarse, se l evantaba, corría por el aposento, ó
perimenló en el hipocondrio derecho dolores que se comprimía la parte dolorosa. Al volverse á la cama,
exasperaban por cualquiera clase de remodio , se si doblaba la pierna siu precaución, se exasperaba
estableció el plialismo , y apareció una especio de el dolor y le obligaba á levantarse otra vez.
blenorragia. El Cde febrero de 1799 fue recibido este hombre
El 25, continuación del plial'smo, dolores atroces en el Instituto clínico de Viena, en el esado siguien
cu el vientre; cinco deposiciones, espulsion de once te: pupila muy dilatada, semicírculo lívido alrededor
varas de lombriz. Lt salivación aumentó cu seguida; do lus párpados inferiores; integridad del sentido del
i J „ I„ .LJ.k.: — i-.. - ■.. -• ^ t
DE MEDICINA Y CIBOJÍA,—FRANR. 561
cular de dislaceracion en la región umbilical. En cbos médicos distinguidos (1). Aunque hemos practi
esta época ol enfermo no seulia rodar nada en su cado la medicina durante cuatro años en W'ílüa ó en
vientre ; había arrojado la víspera algunos pedazos Kiew, no hemos encontrado muchas veces al botrio-
do tétiia vivo; las rodillas estaban dolorosos y tume céfajo ancho; pero hemos visto constantemente que
factas; sus manos continuamente humedecidas de un esta lombriz ocasiona los mismos síntomas que ol
sudor que destilaba gota á gola de la estremidad de ténia, aunque mas tenaces. Entro el gran número de
los dedos. Cuando tomaba bebidas frias, experimen mujeres ¡¡fectadas de este verme, dos solamente
taba dolores y una sensación estraordinaria en la ca- nos han presentado algunos síntomas particulares , ó
viilail abdominal; los caldos calientes calmaban pron al jnenos, en ellas es en quienes hemos sospechado su
to estos sintonías. Desde su recepción en el Instituto existencia. Estaban casadas, pero no habían esperi-
clínico , sometido el enfermo a un régimen severo, mentado nunca deseos ardientes. Durante su enfer
fue atormentado por un hambre que llegaba casi al medad, se veían atormentadas, antes de arrojar los
desfallecimiento; arrojó dos anillos de verme. Se so anillos del ténia , por un deseo vehemente de los pla
metió al uso del estaño: al momento sintió rodar en ceres del amor , por una especie de furor uterino, ó
su vientre una bola. La noche siguiente la pasó bien sentían en el acto conyugal un calor quemante,
en un insomnio completo; el enfermo se quejaba que les era antes desconocido: en uno y otro caso
de vértigos, y do tendencia á las lipotimias. Salie caían después del coito en convulsiones epilépticas,
ron tres pedazos de léuia vivos. Al día siguiente por de las que no se habían visto nunca atacadas. No
la larde, se oscureció la vista, y e! ojo izquierdo fue sotros hemos observado á una mujer en la que el
atacado do amaurosis durante un cuarto de hora. ténia ocasionó el vértigo caduco.
Hubo deposiciones líquidas, con una porción de te 903. Origiín de los vkrmbs.—No ignoramos que.
nia de cinco varas y medía, formando un pelotón, si salimos del dominio délas causas predisponentes y
negruzca y putrefacta en muchos puntos de su esten- ocasionales, caemos, con la mayor parte de los auto
siou. El enfermo se quejaba entonces de un peso con res, en la vaguedad de las hipótesis, y que encerrán
siderable en el vientre, y tuvo por espacio de media donos en los límites de la observación médica, pode
hora una salivacio/i abundante. La noche siguiente mos ser tachados do ignorantes. Sin embargo, to
fue agitada: el enfermo estaba atormentado por la mamos este último partido. Sin el socorro de la re
sensación de un peso en el vienlie, por un cosquilleo velación, no conoceríamos el origen del género hu
incómodo en la región umbilical, y en las inmedia mano, ni de los seres que componeu el univerv ;
ciones del ano, y hubo tres deposiciones líquidas. también nos es preiiso una luz sobrenatural para
El 12 del mismo mes, se calmó el hambre, desapa descubrir la causa próxima del desarrollo de los ver
reció la sensación de la bola, pero quedó un senti mes en el cuerpo de los hombres. A la edad i que
miento de plenitud en el hipocondrio derecho. No hemos llegado, hemos examinado todas las hipótesis
sotros prescribimos la sal amarga, que procuró de de los antiguos, y de los modernos sobre la genera
posiciones liquidas, sin vestigio alguno de lombriz. ción de los vermes; pero sin querer alterar el reposo
El enfermo sentía ademas peso en su vientre. Al día délos hombres ilustres quo han dejado de vivir an
siguiente se disiparon todos los síntomas, y no existía tes que nosotros, sin querer atacar la libertad de
mas que un estado de debilidad. El 17, alta. que gozan lodos los ciudadanos en ¡a república de las
Si la lectura de estas historias que presentan una letras, podemos decir, que de todas oslas opiniones,
repetición continua de los mismos síntomas, fatiga á no hay ninguna que haya lesuelto la dificultad, ó sa
1 os prácticos , les pedimos nos dispensen. Nosotros tisfecho nuestra imaginación, y sobre tono, que haya
escribimos para los médicos jóvenes; esta obra está supeiado los límiles del arte. Nosotros hemos detes
destinada á guiar sus primeros pasos en la práctica, tado siempre las polémicas, aunque los combates de
y creemos que estos detalles no les son inútiles. Por los sabios no ensangrientan la arena, como los de los
otra parto, la vuelta frecuente do los mismos síntomas, gladiadores: el ínteres de la ciencia no exige que to
prueba que la enfermedad de que nos ocupamos no memos las armas, en el último período de la viihi, y
es el producto de otra afección morbosa , como han la naturaleza de osla obra nos prohibe semejante dis
dicho últimamente algunos médicos distinguidos; cusión. Haremos, pues, aquí nuestra profesión de fé,
demuestra que deben su origen á la presencia del té declarando que no adoptamos ninguna hipótesis: la
oía, y por consiguiente, que los vermes son, si no en posteridad pronunciará su fallo sobro nosotros, y so
todos los casos, al menos en un gran número, una bre los autores de quo bullíamos; pero estamos tran
enfermedad peligrosa para el hombre, como para los quilos y uo pretendemos dictarle su juicio.
animales. Es cierto que los signos de las afecciones Los vermes establecen su permanencia en el cuer
verminosas son frecuentemente inciertos, y comunes á po del hombre, en virtud de la misma ley que lia
muchas enfermedades ; pero esta inccrtidumbre reina entregado la tierra á los demás animales. Ni awa ti
también en las demás parles de la etiología médica feto, encerrado en el seno materno, está exento de
y en todas las ciencias físicas; por (.auto, uo nos debe ellos. Permanecen todo el tiempo que quieren
impedir que creamos que los vermes son causa fre nuestro cuerpo, que les ofrece una habitación có
cuente de enfermedad, y nos invita á estar preveni da, y viven ue una manera mas ó menos nacíQc
dos, y á estudiar con cuidado e.?te género do afección colocan esclusivamenle en los diferentes sistema
morbosa, para perfeccionar su historia. gánicos, y unieren fuera de la economía anima
Hemos ejercido la medicina por espacio de cincuen por casualidad se introducen en el cuerpo de un ani
ta y cinco años en diversas comarcas de Europa , y mal al que son cstraños , ó que no está dispuesto á
hemos sido consultados por un gran número ue en recibirlos, á alimentarlos, son bien pronlo espulsados
fermas afectados del ténia. Los sintonías que han de él, ó sometidos á la acción de las fuerzas digesti
presentado á nuestra observación, no difieren de los vas como los alimentos. Hay muy pocos vermes hu
que se acaban de leer: pero en muchos ca*os eran tan manos que puedan vivir en el cuerpo de los animales:
moderados, que no humos querido comprometer la y la mayor parto do las visceras tienen los suyos
salud de los pacientes sometiéndolos al tratamiento propios.
enérgico del lénia. La tercera parte de las person:s
BÍBLTOTBCA ECONÓMICA
_„erca de nuestra ignorancia sobre resistencia á las armas de la medicina; en general,
el origen de los vermes, crecen en abundancia, como las los ascárides lombricoides ceden fácilmente; los oxiu
plantos, parásitas en una tierra abandonada y sin culti ros vermiculares son difíciles de espulsar; el ténia es
vos mientras que no aparecen sino muy de tardeen tar ann mas tenaz; el botriocéfalo ancho es casi indoma
de en un campo fértil, vivificado por los rayos del sol y ble, y el tratamiento que reclama compromete algu
el rocío del cielo, fecundado por un abono saludable, nas veces la vida del individuo afectado. Fundados en
y por los sudores del labrador infatigable; así tam- estas observaciones, ó llevados del amor de la nove
bien estos animales se multiplican fácilmente en los dad, algunos nos han recordado el antiguo proverbio,
cuernos cacoquímicos, mientras que atacan raras ve nihil est tam absurdum quod non docuerit philoso-
ces á los individuos sanos y robustos. Eslo oí lo que phus , sosteniendo que los vermes están destinados é
conslituye la predisposición. La edad tierna , la pri absorber lo superfluo de las mucosidades intestina
mera y la segunda infancia, el sexo femenino, sobre les, á activar el movimiento peristáltico de los intes
todo en las ciudades, donde se pasa el tiempo en la tinos, por la irritación que su presencia ocasiona en
ociosidad y la molicie; la debilidad general, un esta el tejido de estos órganos, y por consiguiente, que es
do asténico, por lo común hereditario, de los órganos tos animales parásitos son útiles al hombre, en lugar
digestivos; los alimentos crudos, glutinosos, fariná de atacar á su salud. Convenimos en que las causas
ceos, y hl mismo tiempo la permanencia en una at ocasionales de los vermes ejercen la mayor influencia
mósfera fria y húmeda, son las principales circuns en !a producción de las enlermedades que se atribu
tancias que concurren á establecer la predisposición yen á estos animales; que un número infinito do perso
verminosa. Así es que los vermes son muy frecuen nas alimentan vrrmes en sus entrañas durante el curso
tes en las escrófulas y la atrofia. Se ha considerado de una larga vida, sin estar may incómodos; que los
también como origen de las afecciones verminosas médicos suponen algunas veces gratuitamente, en per
la superabundancia de las mucosidades; pero esta se juicio del enfermo, Inexistencia de estos animalillos, y
creción depende de otra causa; es efecto de la rela que en muchos casos, mas comunes de lo quo se cree,
jación, de la debilidad, ó de la irritación producida en los cuales existen realmento, no son la causa de la
por los vermes. Relativamente á las faseiolas, que se enfermedad que se oliserva. Pero los accidentes pro
liallan en el hígado de las ovejas, se sabe que pro* ducidos por los mismos vermes, prueban que las afee •
vienen de los pastos húmedos. El hígado de estos ciones morbosas que se les atribuyen, no siempre
animales, se infarta de dia en dia, se pono duro, su son quiméricas. En los niños, las mujeres, y los
parénquima es corroído por todas partes, y se decla hombres de constitución delicada, que están aniqui
ra la ascitis. La vista triste, y la palidez ele la con lados por causas debilitantes , atacados de diversas
juntiva, son I03 signos precursores de esta enferme enfermedades graves, como la escarlatina, la viruela,
dad. Cuando no está demasiado avanzada, basta con y el sarampión ; los vermes, ejercen á menudo gran
ducir los rebaños á los montes á pacer yerbas secas, des estragos, y aun ocasionan la muerte. No son me
sobre todo, el brezo, y no tardan en recobrar la sa nos de temer cuando atacan á los órganos esenciales
lud. Nosotros no conocemos aun las causas ocasiona déla vida. Los ascárides lombricóides, que son tan
les de lus vermes císticos. Un hombre célebre acusa comunes, dan lugar á accidentes mas funestos cuan
á la leucofiegmasia ó la superabundancia de los hu do suben al estómago, que cuando quedan en los intes
mores en el tejido celular , las hidropesías do las vis tinos. Los vermes que se escapan por la boca y por el
ceras, ta acumulación do la linfa *n ciertas partes, y ano al fin de las fiebres, son sin duda arrojados por
otros vicios semejantes. Pero como estas enfermeda el calor morboso, por el hambre, que es efecto de la
des son muy comunes, y los vermes císticos son muy dieta; se los ve salir también al aproximarse la muer
raros, y existen algunas veces en individuos que no te, en el momento mismo de la agonía, en fin, cuan
ofrecen el menor signo de estas afecciones linfáticas, do el enfermo acaba de dar el último suspiro. El an
no podemos adoptar esta opinión. ciano de Cos, considera la salida de los vermes al fin
906. Pronóstico. —Al esponcr los sintonías de las de las enfermedades como un presagio feliz: lumbri-
afecciones verminosas, hemos indicado su pronóstico. cos teretes, morbo judicium subeunle , una cum
Hemos visto que los accidentes producidos por la excrementis prodirc , utilc erit. Sin embargo, hemos
presencia de los vermes, eran, ya ligeros, ya graves, visto frecuentemente que este fenómeno no lia pro
y que en ciertos casos no se descubría la existencia ducido cambio alguno en la marcha de la enfermedad,
de estos animales, porque no ocasionaban incomodi y que ha sido seguido de una terminación funesta.
dad alguna. Los vermes intestinales están mas es Las personas convalecientes de una Debre aguda , de
puestos ú la acción de los remedios propios para des una enfermedad grave, recobran lentamente sus
truirlos, que los que establecen su permanencia cti fuerzas cuando s.m atacad is del ténia. Hipócrates
el parénquima de las visceras. Pero se encuentran dice también, hablando de In lombriz ancha: oui hunc
protegidos por las mucosidades viscosas que tapizan vermem habet, ei tato rjuidem tempore nihil valde
el canal alimenticio, por las materias fecales de que metuendum aciidit; cum vero debiüs exstilerü ceque
están cubiertos, por los repliegues de la membrana reficitur; vermis enim rorum quee vtnlriculum in-
mucosa en que se ocultan; otras veces, como se ob grediuntur parlem atiquam assumit. Si agitur, ut
serva sobre todo en el tenia y el botriocéfalo ancho, convenit, ruratus fucrit , ronvalcscit ; si vero non
ompa está sólidamente implantada en el tejido curatur, sua sponte no exil: mortem tamen non in
; intestinos. No es, pues, admirable que en un ferí, sed una consenescil. Después de la espulsion de
gran número de casos, sean poco sensibles á la acción los vermes, persisten comunmente los síntomas uno
de los anti-helmínticos , ú opongan á estos remedios ó dos dias; la agitación de la mar no se calma tan
una resistencia tenaz, ó en fin, que los vermes arti luego como cesa la tempestad, lista alteración mor
culados dejen escapar solamente algunos anillos, cuya bosa depende del hab lo ds irritación que lian con»
pérdida es reparada al momento. Algunas veces se traído los intestinos por la preseiu-ia de los veames;
mofan del médico; después di haber inutilizado sus pero eslo es por lo común efecto de los purgantes
esfuerzos, salen espontáneamente, pero dejan de or drásticos empleados sin precaución Merece también
dinario en los intestinos gérmenes que perpetuan su mas atención que tos mismos vermes. Los remedios
cié, y vengan su huida voluntaria. Todas li os favorecen la reproducción de los vermes
DE MEDICINA I GIBUJU.—J'KANK. 563
cu», que se ba distinguido eu su tiempo por uu Ira- la liebre, y poi d lumbio que resulta de Ja
lado (le las afecciones verminosas , asegura que un dieta á que está sujeto el enfermo. Se llamaban
los niños que sucumben ú las convulsiones produci antiguamente fiebres vcrmino<as A las fiebres ordina
das por los vermes, la muerte se anuncia por deposi riamente epidémicas, en las que se arrojaban por la
ciones negruzcas; sostiene también que el vómito ne boca, y sobre todo por el ano, ascárides lonibricoi-
gro después de la salida de los vermes, es el signo des, ya vivos, ya muertos y putrefactos. Tal fuo la
precursor de una terminación funesta. Nosotros uo epidemia que observamos en Rastadt en t770. Las
liemos tenido ocasión de justificar estas dos asercio constituciones médicas de este género, tan bien
nes. Dejamos á otros el cuidado do esponer el pronós descritas por un médico holandés, favorecen mucho
tico de los vermes, que se presentan rara vez en la el desarrollo de los vermes; pero las enfermedades
práctica: nosotros no tenemos bastantes datos sobre que resultan de ellos pertenecen á las fiebres adiná
este punto, como sobre otros muchos. micas ó nerviosas, gaslro-adinámícas , exantemáti
GÚ7. Tratamiento.—La vida nace del sano de la cas, y la presencia de los vermes es solamente uno
muerte: los seres se suceden unos ;í otros, los unos de sus síntomas, y no constituye una fiebre específi»
empiezan donde los otros acaban; están entre sien ca, que exige un nombre y un tratamiento parlicu*
una lucha perpetua , que no cesa mas que por la lar. Si en semejantes circunstancias atendiésemos
muerte de los unos ó de los otros. Hemos dicho que mas ¡i este epifenómeno que á la fiebre, y con la
los vermes nacian en el cuerpo del hombre : uo es idea de combatir los vermes recurriésemos á los eva
fácil despojarlos de su derecho de domicilio, y nues cuantes reiterados, acabaríamos do aniquilar las
tras tentativas no carecen siempre de peligros. fuerzas, y una terminación funesta sería el resulta
Los vermes se propagan en el cuerpo del hombre do de esta medicina sintomática.
por generación , ó su desarrollau accidentalmente; Las afecciones verminosas van acompañadas de
la primera indicación es la de combatirlos pronto, una secreción abundante de mucusidades que exha
para impedir que adquieran el derecho de domicilioó lan algunas veces un olor específico, y se han consi
fatiguen nuestros órganos. Estos animalillos son uias derado estas mucosidades como la causa productiva
comunas en los animales domésticos que eu las ves de los vermes. La irritación mecánica de la mucosa
tías salvajes, en los niños quo en los adultos, en intestinal por los vermes que se arrastran sobre su
las personas débiles y sedentarias que en los hom- cara interna, y ejercen sobre* su tejido esfuerzos
bres robustos y entregados á trabajos penosos. Es, cuntimos de titilación , de succión, puede ocasio
pues, importante respirar un aire puro, ejercitar las nar esta secreción morbosa eu los individuos de
tuerzas musculares sin aniquilarlas y moderar las constitución débil v sensible. Sea de esto lo que
pasiones. La esperiencia nos ensufia ademas que los quiera, estos animales se envuelven en la pituita,
niño y los hombres que comen mucho, que hacen que los protege contra la acción de los remedios. No
uso de alimentos harinosos, glutinosos, fermentables, obran, pues, sin razón cu ciertos casos, algunos mé-
de frutas acidas, de bebidas acuosas tibias, están mas dicoscuando antes de administrar los amiliehnínticgs,
sujetos á los vermes que aquellos que se nutren de hacen tomar al enfermo un vomitivo para desembara
carnes suculentas y fáciles de digerir. Es necesario, zar el estómago de las mucosidades que lo lapizan ó
e¿i consecuencia, prescribir á los jóvenes un régi para espulsar los vermes contenidos en su cavidad,
men propio para combatir la secreción de la .pituita ycuandoeu otros prescriben los incisivos, los resoluti
en las primeras vías, y para sostener el tono del es vos, tales como las sales neutras, sobre todo, la sal
tómago y de los ¡mostillos. Pero so puede recomen amoniaco. Pero esta práctica no debe ser erigida
dar sin inconveniente el mismo régimen eu las afec en priucipiu general. Sm embarco, estamos lejos de
ciones verminosas que en las demás enfermedades: adoptar las esplícaciones de la medicina mecánica,
cada uno debe consultar su propia esperiencia, y co- y de creer que la pituita se disuelve en la economía
uocor por si mismo los alimentos que les couvienen viva, como en el vaso inerte donde la sometemos á
ó los que irritan los vermes. Hay eufermos á quienes nuestros esperimentos: los resolutivos no obran ate
el uso de las zanahorias, sobre todo, de las zana nuando, dividiendo los tumores viscosos, sino esci-
horias crudas, ocasiona cólicos violentos; hay otros lando la potencia vital que preside á las secreciones.
en los cuales los arenques salados, ú otros alimentos, Guaudo los cocimientos resolutivos, las sales incisi
producen el mismo efecto ; sin quo podamos es- vas producen el efecto que se desea, uo se debe atri
plicar estos feDómeuos. Pero cuando encontra buir á una virtud incisiva, siuo á una propiedad esti
mos estos casos, asociamos los alimentos que tie mulante. No se debe, pues, perder el tiempo en re
nen esta propiedad á los medicamentos antihelmín solver !a pituita, sino prescribir un régimen severo,
ticos. El estado de las fuerzas digestivas merece la á fin de que los vermes, privados del quilo de que se
mayor atención: por lo común, basta entonar el es nutren, pierdan su vigory opongan menos resistencia
tómago para preveuir ó destruir las afecciones ver á los esfuerzos del arte. En Unto cuanto lo permitan
minosas. las fuerzas del enfermo, sé disminuye durante algu
Pasemos al tratamiento general. Guando la natu nos dias la cantidad de los alimentos, se hace uso de
raleza de los síntomas no permite dudar acerca de la tiempo eu tiempo de los alimentos salados, ahuma
existencia de los vermes, ó se halla demostrada ma- dos, sazonados con especias; se bebe abundantemen
iiifiesUmente por la salida de algunos de estos ani te agua fria, porque es antihelmíntica, ó el agua
males ó de sus restos, es necesario examinar con mineral : se pasa en seguida á los remedios que go
cuidado ó qué género y ¿qué especie pertenecen, por zan de una propiedad reconocida, sin ser verdadera
que no reclaman todos el mismo tratamiento. No es mente específica, para matar ó espulsar los vermes.
menos importante ni menos difícil asegurarse de si El número de los antihelmínticos alabados por los
existo alguna otra enfermedad oculta con la afección autores es prodigioso; pero en muchos casos no
verminosa. Seria peligroso referir á los vermes los corresponde su efecto ó las esperanzas del médico.
accidentos que les son eslraños, y atender mas á los Esta falsa riqueza terapéutica no debe sorprendernos.
síntomas que ú la enfermedad principal. En efecto, En efecto, se ha admitido algunas veces la existencia
los vermes no dan por lo común señal alguna de su de los vermes, por alguno* síntomas generales,
presencia en el estado de salud; pen
raciones violentas, cuando ~~
564 BIBLIOTECA ECONOMICA
hombre, y so !m aplicado a la medicina el resultado te en bebida, y las emulsiones gomosas dealmendras,
de los esperimentos que se han intentado sobre los no son de despreciar. Si este método tan sen
primeros en un vaso inerte; no se ha puesto la aten cillo no tiene éxito, y los vermes estuviesen tenaz
ción en las causas predisponentes de las afecciones mente pegados á un punto del tubo intestinal, se
verminosas; no se lia insistido bastante sobre el uso recurre á la tintura de asafétida, combinada con el ál
de ciertas sustancias, para pasar á remedios nuevos; cali volátil, á la tintura de castóreo , al éter sulfúri
en (in, no so ha visto que los vermos salen por ca co, al petróleo, y en fin al opio. Hemos asistido en
sualidad durante el uso de ciertos medicamentos que Rastadt á una jóven moribunda, que volvió á la vida
no tienen ninguna parte en su espulsion. Estos erro contra toda esperanza, por una cucharada pequeña
res han sido origen de otros muchos. Entre los an de alcohol, que le hizo arrojar una gran cantidad de
tihelmínticos, hay sustancias que gozan de una efica vermes. Rosen de Roseustein refiero un caso seme
cia reconocida cñ todas las enfermedades asténicas; jante; pero ruando se tratan de apaciguar los acci
tienen éxito en las afecciones verminosas, corrigien dentes producidos por el tenia, se asociará al uso del
do la debilidad, que es una de sus causas predispo alcohol el estrado do ajenjo diluido en vino. Un médi
nentes: tales son los amargos, como el ajenjo, la gen co célebre de Italia, calmaba los dolores que depen
ciana y otros, la corteza verde de la nuez, la quina, den do la presencia de los vermes, con las bebidas de
los ferruginosos, el vitriolo de marte artificial. Oíros agua fria: nosotros hemos visto, sin embargo, que
contienen un principia volátil , acre , nauseabundo, el agua fria ha irritado algunas veces á estos ani
como la cebolla, el ajo, la raíz de valeriana salvaje, males.
la ruda, el ajenjo, el tanaceto,el cipresillo, la cetadi- Guando se han espelido los vermes por este trata
lia, la asafétida, el cayeput, el azufre, laical de an miento, ó bien cuando oponen una resistencia tenaz á
timonio sulfurada, el petróleo, el aceite animal los antihelmínticos y á los evacuantes, es necesario no
de Dippel , la esencia de trementina, el aceite cm- insistir sobre estos remedios , cuyo uso demasiado
pireumático de Chabert, el éter sulfúrico, el espíritu prolongado podría tener consecuencias funestas:
de enebro, c! alcanfor, el eléboro verde, y la graciola. conviene pasar al punto á los medicamentos propios
Otros obran de una manera mecánica, punzando ó apre para entonar el estómago y los intestinos. So emplea
lando; tules son el estaño limado, reducido á granos, rán, pues, pero con prudencia, y sin perder devisla
y el polvo de carbón. Los hay, pues, cuyo modo do el grado de fuerza y de sensibilidad que conserva el
acción os desconocido, y so les atribuye una propie enfermo , las sustancias que hemos indicado mas
dad específica, por ejemplo, la raiz de helécho macho, arriba.
el hclminlocerton (coralina), ó musgo de Córcega, la Tiutamiento especial.—La naturaleza de los ver
arapabaca, la espigelia do Uaryland, y elbotrix do Méji mes que habitan en el cuerpo del hombre, no es bas
co. Esto; diversos medicamentos arrojan algunas veces tante conocida para que podamos alabarnos do opo
los vermes sin el socorro de ningún otro remedio; pero ner á cada especie, á gada género, los remedios mas
lasr.ias veces son ineficaces, si no se les asocia con los propios para destruirlos. La esperiencia nos sumi
purgantes, y aun con lospurgantes enérgicos. Por esto nistra medios, que no son, sin embargo, infalibles
so combinacon los antihetmínticoselaceite de olivas, de contra los vermes intestinales; pero nosotros no po
ricino, el calomelanos, el ruibarbo, la jalapa, el sen, el demos lisonjearnos de combatir victoriosamente lys
aloes, la goma guta, la escamonea, y aun el tártaro esti que residen en el parénquiina de las visceras.
biado. En general, los purgantes suaves producen poco Según las observaciones /le los médicos ("
efecto,y los drásticos no carecen de peligro, sobre todo, ga, presumimos que los remedios gen
en los niños y en las personas de constitución irrita que vamos á aconsejar contra los oxiuros vermicu
ble. Ií! agua fria sola, las aguas miuerales salinas, el lares y los ascárides lombricoides, bastan para com
hierro, tomados al interior, no pueden hacer una batir el tricocéfalo dispar, pero nuestra práctica no
impresión muy sensible sobre los vermes que se nos suministra dato alguno: nosotros hemos examina
bullan en las partes mas retiradas del tubo intestinal; do esta lombriz, sin haber tenido nunca Ocasión de
poro ejercen sobre los nervios y las fibras del estó espulsarla.
mago una acción saludable, que se repite sobre los Los oxiuros vermiculares, envueltos en las muco-
intestinos, y bajo este aspecto debemos recomendar sidades abundantes del recto y del ciego, están muy
su uso. distantes del estómago, y los medicamentos que se
En este caso, y en todos aquellos en que los ver administran por la boca no llegan fácilmente hasta
mes irritados por una causa cualquiera ocasionan ac- ellos, lo cual hace tan difícil su espulsion. Nosotros
es graves, es necesario apresurarse á comba- no nos atrevemos á decir que los remedios internos
iiitomas urgentes y á restablecer la calma. El principalmente bajo la forma pulverulenta, sean ab
ao debe, pues, evitar todo lo que pueda irri- solutamente inútiles; pero los enemas, por medio de
i mas, como los alimentos y las bebidas que les los cuales las sustancias medicamentosas llegan di
oii contrarios, ó inflamar el tubo intestinal, ya esti rectamente al asiento de los vermes, producen efec
mulado por la presencia déoslos animales. La indica tos mas seguros. Algunos médicos distinguidos de
ción es apaciguar la oscitación por todos los medios, Londres, empiezan el tratamiento por un laxante
posibles. Los tópicos, digan lo que quieran ciertos preparado con media dracma (2 gram.) de ruibarbo
autores, no convienen menos que los remedios internos. y de cinabrio artificial. Han hecho salir por medio
So aplican sobre el vientre lienzos calientes, y cataplas de este polvo , un número considerable de oxiuros,
mas emolientes, en cuya composición entrará la hiél de con mucosidades intestinales: las materias mucosas
vaca, las sumidades de ajenjo y el aceito. Los griegos eran mucho mas abundantes cuando se habia asocia
empleaban las ventosas; on Rusia aplica el vulgo do el cinabrio al ruibarbo, que en los casos en que
unas muy grandes sobro el epigastrio, y sobro las esta última sustancia se habia empleado sola; por
diferentes regiones del abdómen, según el asiento dos veces presentaron un color rojizo, que era de
del dolor: nosotros no tememos aconsejarlas. Xas bido al sulfuro do mercurio. En nuestros dias, el
unturas con el aceite alcanforado, el aceite de tana- cinabrio ha perdido la confianza de los médicos,
celo, los alimentos preparados con la coloquíntida, porque es insoluble en los humores animales; exa
juta, la trementina disuelta en una yema de minaremos en otra parte si merece el descrédito en
DE MEDICINA Y CIBUJÍA.—FRANK , 565
mecánica; poro no se siguo de aquí que no posea ñas de mercurio. Nosotros colocamos en primera lí
ninguna otra propiedad vermífuga. Los que por se- nea á las semillas de artemisa judaica o santolina;
fuir la m»da prescriben el cinabrio, añaden al rui- las empleamos solas, las asociamos con el ruibarbo
arbo cerca de tres granos de coralina pulverizada ó pulverizado, ó bien con la raíz de jalapa, lo que hace
de calomelanos, y si no temen los remedios violentos, mas seguro su efecto; algunas veces formamos un
quince granos de graciola oficinal para un adulto. eleduario blando, combinándolas con una sal neutra
Los enemas antihelmínticos no deben administrar y el ojimiel escilítico. Este remedio debe administrar
se antes de la evacuación de las materias esterco- se de manera que dé lugar á tres ó cuatro deposicio
ráceas. Después do esta evacuación preliminar, so nes por dia. En los niños, el mejor vermífugo, des
recurre á los encinas y á las inyecciones vagiuales pués de la semilla de santolina, es el cocimiento sa
con agua fria, á la que se añade algunas veces una turado de helmintocerton que se edulcora con azúcar
tercera parte de vinagre; los vermes, entorpecidos ó con miel, y aun el helmintocerton en polvo. Cuan
por el frió, opouen menos resistencia á los demás do esto cocimiento solo no hace salir los vermes, se
remedios. Se hace tomar en seguida una lavativa combina con los purgantes á fin de relajar el vientre.
purgante compuesta con la sal común, la sal amarga, El ajo es un romedio doméstico que ocupa el segun
ó una disolución de aloes, y el aceite fétido de cuer do rango; se come ó se toma en infusión con leche,
no de ciervo. Un célebre médico de Londres reco y se le asocia si es necesario con los evacuanles. No
mienda mucho los euemas con un cocimiento sa sotros hemos hallado á las simientes de tanaceto infe
turado de semillas de santolina. Sin ir á buscar tan riores al semen-contra. El vitriolo artificial de marte
tos rodeos, ol vulgo, guiado según la apariencia por es un escelanlo tónico; un hombre célebre le da el
la práctica de algún médico, fabrica supositorios con primer lugar entro los remedios propios para comba
un pedazo de tocino ó de carne ahumada y salada, é tir los ascárides lombricoides: e; quizás mas eficaz
introduce este cuerpo estraño, atado con un un hilo, en Holanda, pero nosotros no hemos obtenido do él
en el ano, y lo retira rodeado de lombrices. Se sirve los grandes efectos que se le atribuyen.
con el mismo éxito de pesados de lana ó de algodón, No hemos empleado en los niños atacados do ver
que se empapan en hiél de vaca ó en una solución sa mes los antihelmínticos enérgicos, ya porque nos
turada de aloes. Los enemas oleosos son por lo co han inspirado desconfianza, ya porque los sínto
mún inútiles, cuando no entra en su composición el mas nos han parecido demasiado ligeros para re
estrado de aloes. Se da también este estrado en una currir 4 ellos. Las semillas de cebadilla han sido pre
lavativa de leche, á la dosis de dos escrúpulos en los conizadas por hombres de mérito, no solamente con
adultos. Algunas veces, en los niños, el vapor de la tra el lénia, sino también contra los domas vermes
lecho caliente que se dirige hácia el ano, separando intestinales; pero este es un remedio sospechoso, y
sus nalgas, ó haciéndolos sentar sobre el vaso que por otra parte, lo hemos visto frustrar dos veces las
contiene este liquido, hace salir en mucha cantidad esperanzas del médico en el hospital de Godtinga, y
los oxiuros vermiculares. Cuando estos vermes son no hemos sido tampoco mas dichosos en un solo caso
rebeldes á todos los remedios, se pueden ensayar los en que lo hemos empleado en el Instituto clínico de
enemas con el humo de tabaco; pero no convienen en Pavía. No hemos hecho nunca uso de las hojas de elé
las mujeres, y nunca en los niños. Guando el redo boro fétido, que han sido muy recomendadas cerno
está vivamente irritado por estos animales ó por la remedio popular por un médico inglés, porque obran
acción de enemas acres, se ha recurrido ú las lava con demasiada violencia. No podemos decir ni bien ni
tivas de almidón, de mucílago, de pepitas de mem mal del estrado del pericarpio de la nuez, que se ad
brillo, con una dosis conveniente de láudano lí ministra con el agua de canela simple; esta no es una
quido. sustancia sospechosa, pero no la hemos ensayado.
Antes de emprender el tratamiento de los ascári Reuniremos el tratamiento del botriocéfalo y del
des lombricoides, so debeu recordar los preceptos tonta solium. Los demás vermes intestinales salen
generales que hemos establecido. Estos vermes suben algunas veces espontáneamente, ó bajo la iuflwen-
mas á menudo que los otros al estómago. Asi es, que cia de remedios mas suaves; no sucede lo mismo con
en ciertas enfermedades se ven salir frecuentemente las dos lombrices de que vamos á ocuparnos. Vemos á
solos por el exófago, ó eu los esfuerzos del vómito. veces, sin ol socorro de ningún remedio, ó duraute el
Los eméticos están indicados para combatirlos, cuan uso de remedios demasiado débiles para espulsarlos,
do el enfermo se halla fatigado por náuseas, regur salir algunos de sus anillos ó porciones de una longitud
gitaciones, y un sentimiento de opresión en el epigas considerable; pero el verme entero no abandona nun
trio. Cuando estos síntomas no son urgentes, ó la in ca los órganos que ocupa, si no es estimulado violen
dicación del vomitivo so ha satisfecho, se adminis tamente, agitado, sacudido, comprimido. La espe-
tran por la tarde algunos granos de calomelanos. El riencia nos enseña que el botriocéfalo ancho y el toenia
vulgo hace uso para bebida del agua cocida con mer solium no obedecen igualmente á los mismos estímu
curio vivo, aunque no disuelve la parte mas pequeña los; que los dos son afectados por distintos remedios,
de este metal. Nosotros hemos visto á algunos en pero que ninguno cede mas que á los drásticos vio
fermos arrojar vermes durante el uso de estos reme lentos y reiterados, cuyo uso es por lo común peli
dios; pero se observa con frecuencia que estos ani groso. Muchas veces estos vermes viven en paz en
males salen espontáneamente, ó por la acción sola el cuerpo del hombre, y su presencia no ocasiona
del agua fria. En un gran número de casos nos lia graves accidentes. En estos casos, el remedio suele
parecido el mercurio sin ningún efecto. Los vermes ser peor que el mal; pero es necesario acusar al celo
que se ponen en una vasija con el mercurio vivo, se intempestivo del médico ó á los temores cscesivos
ven atormentados y huyen por todos lados; pero es del enfermo.
necesario acusar aquí á la pesadez y á la frialdad de El tratamiento del botriocéfalo ancho, conocido
este metal. En general, bajo cualquiera forma que lo desde largo tiempo, había caído en el olvido, y fue
hayamos administrado, no hemos podido reconocer sacado de él por la munificencia de un monarca fran
eu él las virtudes que le atribuyen los autores; hemos cos, que compró el secreto á madama Nouffer. Este
visto solamente que ha secundado la acción do los método es bastante conocido; nos basta hacer men
oides son ción do él, observando que no tiene nada de es
fico, y que su í""
BiÜIioTüCA ECONÓMICA
dúos cubados uua vez por su medio, quieren mejor Nosotros debemos á un profesor de Par
sufrir con paciencia su enfermedad, que someterse ú tor Bourdier, un método que vamos í dar á con
un nuevo tratamiento, si son atacados por segunda El enfermo toma en ajuuas una dracma (í gram.) do
vez. Sin embargo, este remedio goza de uua eficacia éter sulfúrico en un cocimiento saturado de raiz de
reconocida, y lo usamos en los enfermos dotados de helécho macho. Al cabo de una hora esperimenta
una constitución robusta y de valor. cierta alteración en el vientre. Se le administran
En la misma categoría colocamos al remedio del entonces dos onzas (60 gram.) do aceite de ricino
doctor Herrenschwand, médico suizc, que consisto edulcorado con un jarabe. El tratamiento debe con
n una mezcla de raiz de helécho macho, de hojas de tinuarse por espacio do do-i ó tres dias. Cuando el
graciola, y de goma gutu, ó según algunos autores, ténia se Italia en el estómago , cede bien pronto ú
de goma gula, de sal de ajenjo y do carbón de fresno. este método. Cuando habita los intestinos , se aplica
Üdier ha propuesto un método mucho mas suave, inmediatamente dospuos de la pociou etérea un ene
cuyos buenos efectos ha comprobado por muchas ma preparado con un cocimiento cargado de helécho
observaciones. Administra ú los adultos tres dracmas macho, y dos dracmas (8 gram.) de éter. El primer
(12. gram.) de helécho macho en polvo, y dos horas dia, el enfermo arroja después del enema materias
después tres onzas (90 gram.) de aceite de ricino. naturales • al dia siguiente los escremenlos contienen
Nosotros hemos conseguido arrojar por este medio mucosidades membranosas on abundancia, y al tercer
un tenia. . dia acabau de salir ordinariamente los despojos de
Bremser(l) habla de muchos remedios aconseja- la lombriz putrefacta. De catorce enfermos someti
dospor diversos médicos coutra esta lombriz. A ejem dos al tratamiento del ténia en Paris , se asegura
plo de este escritor, no alabaremos nuestra esnerien- que doce hau obtenido la curación por este método.
cia en el tratamiento del botriocéfalo; esta lombriz no Se ha empleado ol remedio de Bourdier cu Viena
es indígena en nuestras comarcas, y nosotros no la en dos casos de tenia solium , y algunos médicos
hemos observado mas que tres veces. Pero haremos distinguidos de esta capital nos lian asegurado que
notar que para espulsarla no hemos tenido necesidad había sido coronado de éxito (1).
de un método diferente del que empleamos contra el té- El aceite empíreumítico de Cnaberi ha producido
nía. Odier ha curado con al helécho macho y el acei los mejores electos en Viena, según refiero un cé
te de ricino á una señora de San Petersburgo que tenia lebre médico hchnintologista de esta ciudad. Hé
un botriocéfalo. aquí el procedor de Chahert : se toma la cantidad
Después de haber intentado una multitud de reme que se quiere de cuerno de ciervo, ó de la pezuña
dios contra el tenia que se califica tan impropiamen de caballo ó de buey : se cortan estas sustancias en
te de lombriz solitaria, los médicos han reconocido pedazos pequeños, y se someten ú la destilación en
qau para vencerla no era necesario dirigir contra ella una retorta. Se vierte el aceite empíreumático negro
todos los drásticos, y que un método mas suave, contenido en el recipiente, y á una libra (¿¡00 gram.)
compuesto de sustancia que tienen por decirlo asi, se añaden tres linas (1,500 gram.) de aceite esen
una acción mecánica, conducía á un resultado mas cial de trementina. Se deja reposar esta mezcla por
feliz. El estaño mas puro, que es el de Inglaterra, espacio de cuatro dias, se la somete en seguida á
no es especifico, sino un remedio poderoso, cuya una nueva destilación en un aparato de vidrio, en
eficacia líenlos reconocido comunmente en el trala- el baño de arena , hasta que hayan pasado las tres
mieuto del tania solium. Se ha preconizado en pri cuartas partes del licor: y so conserva el aceito obte
mer lugar eí estaño granulado, y después el estaño nido por este medio en un frasco bien cerrado.
limado, del que so hace un elecluario con la adición Bremser. que es el primero que ha hecho uso de
del jarabe simple. Se prefiere el primero, por te este medicamento eu el hombre , aconseja que se
mor deque las limaduras dañen el tubo intestinal, y conserve en frascos pequeños cerrados con uu tapou
nosotros le damos también la preferencia. Como osle de vidrio y cubiertos de un pedazo de pergamino,
metal pesado gana bien pronto el fondo del vaso, cuan colocándolos en un lugar adonde no penetre la luz.
do se le incorpora con el jarabe ó la miel, nosotros Este médico empieza el tratamiento de las diferen
nos servimos de la preparación siguiente. En una on tes especies de vermes y del tcenia solium por el
za de estaño ponemos ordinariamente tres draernas de electuario siguiente , cuyos buenos efectos nos ha
estrado de ajenjo; después de.tres dias de un régimen probado una esperiencia de mas de treinta años. Se
severo, hacemos tomar a los adultos cuatro veces en toma media onza (13 gram.) de simiente de santo
las veinticuatro horas, una porción de este electuario, lina ó de lanaceto vulgar machacadas groseramente,
del tamaño de una nuez. Si el enfermo consume Jos dos dracmas (4 gram.) de raiz de valeriaua salvaje
veces la dosis total sin arrojar la lombriz, añadimos ú pulverizada, media draerna (2 gram.) ó dos escrú
la fórmula dos dracmas de raíz de jalapa en polvo. pulos de raiz de jalapa en polvo , dracma y media ó
También hemos obtenido éxito administrando des dos dracmas (S gram.) do tártaro vitríolado , y can
pués de una dieta rigorosa por espacio de algunos tidad suficiente de ojimiel escilítíco para dar la con
dias, dos ó tres dracmas de raiz de helécho macho en sistencia de electuario. Se administra al enfermo
polvo, diluida en agua fria. Dimos este remedio por la este remedio dos ó tres veces al dia eu una cucha-
tarde, y al dia siguiente hicimos tomar de dos en dos
horas media onza de aceite de ricino, hasta que el 1 Se debe al Dr. Mr. Merat el haber dado á conocer en Fran
enfermo hizo tres 6 cuatro deposiciones. Un céleb:e cia en 1823 el tratatnieuto del tenia por la corteza de rail ic
helminlólogo moderno dice haber empleado con éxito granado, lié aquí la fórmula que empica :
el muriato do barita: ha continuado su uso durante R. Raices frescas de granado cultivado, dos onZ)&=<¡0 gr.
muchas semanas, y ha llevado la dosis hasta el punto Agua, libra y median: 750 gr.
de ocasionar vértigos al enfermo. Este remedio no Se ponen en infusión por la tarde hasta el dia siguióme >or la
tiene un efecto constante; es algunas veces sospe mañana, y se reducen á una libra (oOO gram.) por una ebullición
choso, como lo prueban los vértigos que determina, moderada: se cuela el lodo , espriuiiéndole fuertemente, y se iiace
y no debe emplearse mas que por un médico muy beber este cocimiento tibio por la maíana en ayitoas, en tres
dosis iguales de bora en hora: este método cuenta nu
prudente. resultados.
Véase la obra de
de su
fls,
DE MEDICINA T CRUJIA. —FRANK, 567
rada de café. Guando se ha acabado lu dosis total, la. Pero el individuo de esta observación no esperi-
se le dan por la mañana y por la tarde dos cucha mentó el menor accidente durante la operación, y
radas de café dél aceite empireumático , y se lava creemos que nada debe impedir que se recurra A la
en seguida la boca con un poco de agua, que es electricidad en casos análogos. '
preciso tragar. Si este aceite obra con demasiada Si so nos preséntasela ocasión, ensayaríamos un re-
fuerza sobre el cerebro ó la vejiga , se disminuye la raedioque mata con prontitud á los anímales pequeños:
dosis. Se consumen cerca do dos onzas y media haríamos tomar una ó dos almendras amargas, en una
(75 gram.) en el espacio de diez á doce dias. En emulsión de almendras dulces ; las dariamas en se
tonces se da nn purgante suave, compuesto de guida bajo otra forma, pero con toda la prudencia
un escrúpulo de raiz de jalapa pulverizada, media necesaria, y según las reglas que hemos establecido.
dracma (2 gram.) de hojas de sen , y una dracma Nos queda que hablar del tratamiento de los ver
(4 gram.) de tártaro vitrioládo. Se administra esta mes císticos ; pero nada nos enseña nuestra esperien-
poción en muchas tomas de hora en hora, hasta que cia, ni la do otros, que sea digna do la atención del
se efectué la purgación. Después de este laxante se lector.
vuelve al aceite empireumático , y el enfermo toma
gradualmente cuatro, cinco, y aun seis y ocho onzas GENERO SEGUNDO.
(120 ¡í 240 gram.) cuando la lombriz opone una re
sistencia tenaz. Bremser conviene en quo este tra Retenciones hepáticas.
tamiento es largo, pero afirina que es seguro, exento
de peligro, y que siguiendo exactamente las reglas 908. Ya hemos hablado en muchos puntos de esta
prescritas , no hay necesidad de un tratamiento con obra de las alteraciones del higido, de la vesícula de
secutivo. Sin embargo , cuando queda una disposi la hiél, y de la bilis. Si se recuerda lo que hemos
ción pronunciada á las colecciones pituitosas y ver dicho en nuestras consideraciones generales sobre las
minosas, se purga al enfermo coii la mezcla de una retenciones, se verá que nos hemos ocupado de la
dracma (4 gram.) de tintura aloética compuesta, mayor parte de las retenciones, y aun de las retencio
del recetario de Viena, una onza (.10 gram.) de tin nes hepáticas. Muchas razones nos han inducido ú
tura de marte, y media onza (lí> gram.) de elixir separar las biliosas de las mucoso-linfáticas, aunque
vitriólico de la farmacopea d^ Londres: la dosis de la bilis contenga un principio albuminoso que la apro
esta mistura es do diez, vointo y treinta gotas en un xime al moco y á la linfa. La previsora naturaleza ha
vaso de agua ó devino, tres ó cuatro veces al dia. destinado estos dos humores para reparar las pérdidas
Se asegura que no es necesario someter al enfermo de laeconomía, y para proteger el tejidodelícado de nues
ftlusodelosalimentos reputados como antihelmínticos; tros órganos contra las injurias de los cuerpos estra-
que desde los primeros dias son espulsados los ver úos ; ha confiado su secreción á parles de estructura
mes , ó salen en un estado de putrefacción que casi muy sencilla ; pero ha seguido <in plan muy diferente
los hace desconocer; que importa poco que se arroje con el humor biliario; ha creado para su ■secreción
la cabeza del tenia, porque pueden permanecer otros un aparato magnífico , análogo al de la circulación
vermes de este género en los intestinos , aunque al cardiaca, y que no es aun bien conocido de los ana
enfermo haya arrojado ya mochas cabezas , y auc la tómicos. En él es donde tiene origen ese licor amargo
única prueba cierta de la curación sólida es la au específico, cuja uaturalezan ignoran los químicos. La
sencia Je los despojos del ténia en las materias al bilis contiene principios que favorecen la conversión
vinas durante los tres primeros meses que siguen al del quimo en quilo ; tiene otros que por su acción es
tratamiento. timulante facilitan la espulsion de las materias feca
Se ven algunas veces , como hemos dicho , largas les, y les dan su color y su olor particular ; pero ni
porciones del botriocéfalo ancho ó del toenia solium, unos ni otros sirven para la nutrición, como el moco
que cuelgan del ano ; pero es imposible estraei es y la linfa. A estas razones podemos añadir que la
tos vermes por entero , pues se rompen con facili historia de los cálculos biliarios no debe separarse de
dad, y se retiran al lobo intestinal. Ún cirujano de la de la ictericia.
Sau Petersburgo ha empleado con éxito un medio in 909. Ictericia.— La ictericia es la retención de
genioso para impedir que la estrechez espasmódica este humor, que es masó menos amarillo, algunas ve
del esfínter ocasione la ruptura del ténia. Ha intro ces verdoso, y raras veces negruzco, seguida de cs-
ducido lentamente en el ano un tubo de madera .'. do pansiou, en forma do equimosis por toda la economía
cualquiera otra materia,' por medio del cual pasábala ó solamente en algunas regiones del cuerpo , casi
porción de lombriz pendiente fuera del recto : hecha siempre acompañada de color amarillo de la escleró
esta operación, ha sacado con precaución, y sin vio tica, de orinas por lo común de un rojo oscuro , es
lencia, el resto del verme, de la misma manera que pumosas, que Uñen de amarillo los lienzos que se em
se hacn la estraccion del dragoncillo. En los casos en papan en ellas; de materias fecales grises ó secas, de
que la lombriz está asida por una de sus estremidades comezón en la piel en un gran número de casos, y
á la parte superior intestinal , ¿se podría producir sin lesión de diversas funciones. En los negros , el tinte
peligro una ligera conmoción eléctrica con la esperanza ictérico no puede reconocerse mas que en la palma
de matarla , y de facilitar su estraccion? ¿ Se po de las manos. Los demás síntomas son idénticos en
dría matar por el mismo medio, sin inconvenientes ellos y en los europi os.
para el enfermo, á las diferentes especies de vermes, 910. Algunos autores consideran la ictericia como
dirigiendo con prudoncia la corriente eléctrica hacia una afección sintomática; en rigor, se podrían con
el sitio dunde residen? No hemos ensayado estos es- siderar lo mismo todas las retenciones. Pero si recor
perimuutos; sin embargo, convondria, hacerlos some damos los innumerables vacíos de la semeióptica , y
tiendo primero á los animales. Hace once años quo la poca luz que nos suministra sobre las causas do las
hemos escrito este artículo, y acabamos de saber enfermedades, nada nos impedirá establecer nuestras
ahora qu ; se ha ensayado en Viena la eiectricidad, divisiones patológicas sobre las que se asemejan mas
aunque sin éxito , en un hombre en el que el ténia í la causa próxima. Hallamos en Hipócrates la división
pendía fuera del ano. Nosotros creemos que la de la ictericia en febril, apirética y crítica, lo quo
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este género de crisis. Se lia admitido también una jante á la sinovia. Un hombre murió en Payíi de an
ictericia melastálica ; Galeno hace mención de ella, gina laríngea acompañada de ictericia; nosotros do
y nuestro predecesor en el Instituto clínico de Pavía percibimos cálculo alguno en la vesícula biliar, pero
ha dado su descripción ; la ha visto sobrevenir al lin este reservorio contenía un humor trasparentó, co
de una liebre aguda; el color amarillo estaba limita mo en el caso anterior. Los médicos imbuidos en las
do al brazo, y esta última circunstancia nos lleva á preocupaciones de las escuelas, referían antigua
poner en duda el carácter metastático. Bajo la deno mente casi todas las enfermedades á la corrupción, á ¡a
minación de ictericia febril se comprende la ictericia acrimonia de la bilis. Nosotros hemos combatido en>
inflamatoria, nerviosa; la ictericia intermitente perió muchos puntos de nuestra obra esta hipótesis, que
dica, que es ordinariamente benigna, y algunas veces ha sido funesta á multitud de enfermos. Sin embargo,
perniciosa en los lugares pantanosos; y la ictericia durante los fuertes calores, sobre todo en los países
plelórica, que proviene de la acumulación de la san inmediatos á los trópicos; en las liebres intensas, los
gre en los vasos hepáticos. La ictericia es por lo co ejercicios forzados, los accesos violentos y reiterados
mún esporádica, otras veces endémica, como lo prue de cólera y los disgustos prolongados, se efectus por'
ban muchas observaciones, sobre todo, las que han lo común una secreción morbosa de bilis, ó bien este
sido recogidas e nGand en 1 742, y en las inmedia humor permanece en la vesícula de la hiél, contrae
ciones de Mayenza en 1754 y 1755. La ictericia es cualidades deletéreas, llega á sor acrimonioso, y
general , cuando ocupa todo el cuerpo ; parcial, ocasiona diversas enfermedades. Nosotros conveni
cuando se limita á la mitad. No concedemos el nom mos en que la alteración de este licor es efecto de otra
bre de ictericia falsa á las enfermedades que, sin de causa, V no constituye un estado morboso esencial;
pender de la retención de la bilis, dan a la piel un pero ¿no producen las afecciones sintomáticas á su
color amarillo, del que no participa la esclerótica. La vez enfermedades que no tienen relación alguna con
ictericia procede por lo común de los cálcalos bilia la lesión primitiva de que proceden citas mismas?
rios, de la obstrucción y de la supuración del hígado. Esto es lo que acontece por la reabsorción de la bilis
Algunas observaciones prueban que los ascárides lom- corrompida, y por su paso al torrente de la circula
bricoidos engastados en el canal colédoco, las hidáti- ción. Comunica su color amarillo, herbáceo ó ne
desy los distomas del hígado pueden ocasionarla. No- gruzco, no solamente á la masa sanguínea, sino tam
solios colocamos igualmente entre el número de sus bién & los órganos donde se distribuye la sangre, a
causas a! embarazo, al infarto del páncreas, y á todos los huesos, á los miembros y á las partes blundas. Si
los tumores capaces de comprimir los conductos he se nos pregunta cuáles son los efectos de este derra
páticos. La ictericia espasmódica no es rara en las me de bilis, morboso ó benigno, que impregna á la
fiersouas sensibies, á consecuencia de agitaciones vio- vez los sólidos y los fluidos, responderemos que las
entas del alma ó de disgustos prolongados. No debe personas afectadas de esta enfermedad esperimenlan
mos olvidar la ictericia traumáticq, h que sobreviene una comezón en la piel; un¿ sensación desagradable
por la mordedura de animales venenosos, y la que en la uretra durairte la emisión de las orinas, y cuan
procede de la gota, ó del reumatismo. Como las demás do la bilis se dirige sobre los nervios, una tristeza, un
enfermedades hepáticas, la ictericia pasa fácilmente abatimiento de espíritu, una laxitud, y una pereze
de padres í hijos; es, pnes, algunas veces hereiüa- no acostumbradas. Pero ignoramos el resultado da
ria. Se ha visto á menudo, en ¡as mujeres ictéricas, estas combinaciones químicas que la naturaleza efec
que el feto lia salido del seno materrro con esta enfer túa en la profundidad de nuestros órganos en el mo
medad : nosotros hemos observado un caso semejan mento en que esto humor deletéreo viene á hume
te en una mujer de Viena. decer su tejido.
Algunos patólogos han tratado de reducir el nú El color de la bilis do que está impregnado el
mero de estas especies ó variedades. Un célebre no- cuerpo en la ictericia, varia según la cantidad ó la
sólogo escocés no admite mas que cinco especies de calidad de este humor, la disposición natural del
ictericia: la ictericia calculosa, la ictericia espasmó cuerpo reticular ó su estado particular en cier
dica, la ictericia hepática, la ictericia de las emba tos pueblos y su integridad ; según los cambios
razadas, v la ictericia de los niños. Un hombre que que sobrevienen en el tejido cutáneo en las personas
ha fundado mas tarde un nuevo sistema nosológico, del mismo sexo, en el mismo individuo, en las dife
admite la ictericia febril , la ictericia pletórica, la rentes épocas de la vida, ó en las diversas regiones
ictericia enfráctica, la ictericia espasmódica, la ic del cuerpo; según el período de la ictericia, que
tericia venenosa, y la ictericia calculosa. Nosotros puede ser mas i menos reciente ó antigua.
haremos una descripción sucinta de sus principales Todo lo que presenta un color amarillo en el cuerpo
especies, sin pretender censurar las divisiones da los humano, no es bilis. El conocimiento de los colores
autores. no es menos necesario á los médicos que á los pinto
911. Los síntomas constituyentes de la ictericia res. Los grandes y pequeños equimosis, las manchas
proceden de causas muy variadas, y por lo común escorbúticas, presentan variaciones de un dia ú otro;
opuestas; por lo tanto, no pueden ser siempre los son al principio rojizas; bi;n pronto llegan á ponerse
mismos: marchan con los de la enfermedad principal lívidas, negruzcas; en seguida verdosas; pasan en lin
y se confunden con ellos. Antes de entrar en los de al amarillo, é insensiblemente al color de paja. Los
talles de los caracteres propios á cada especio do ic esputos mucosos, al principio y al lin de las hemop
tericia, fijaremos nuestra atención en los síntomas tisis ó de las peripneumonias, tienen un color amari
comunes á todas las especies ó variedades. llo, que se atribuía antiguamente á la bilis, y que no
Las cualidades de la bilis varían según la edad, el es debido mas que á la presencia do una ó dos go
sexo, la constitución, el género de vida, la disposi las de sangre Fundidas con el moco. Las materias
ción del cuerpo y del espíritu, y en cada enfer fecales son, ya amarillas, ya eruginosas, y estos ma
medad grave. En ciertos casos la bilis es tenue, di trices dependen por lo común mucho monos de la
luida, pálida, bastante dulce; en otros es pura, visco mezcla del humor biliario que de las combinaciones
sa, azafranada, morena, verdosa, muy amarga, nau químicas variadas queso efectúan entre los alimentos
seabunda; en otros, en fin, es glutinosa, lívida, ne crudos ó digeridos de diverso modo, porque se les
gruzca. Se ha encontrado la vejiga de la hiél cer observa también en ciertos casos en que el canal co
rada por un cálculo y por un humor claro, seme lédoco esta obliterado. Estos hechos prueban que los
DE MEDICINA Y ClltUJÍAl—PRANK. 569
médicos se lian engañado muchas venes a! atribuir al que los ictéricos, á pesar del tinte amarillo de sus
hígado ó & la bilis el color amarillo, verdoso, ó herbáceo ojos , distingan perfectamente el color de los objetos;
de nuestros humores. En 1787, recibimos en el Institu y r.o han sido nunca lestigos de esta ilusiou óptica á
to clínico de Pavía una idven atacada de escorbuto, al que están espucstas alguius veces las pcisonus afec
cual sucumbió. Su piel se cubria frecuentemente do tadas do ictericia. Sin embargo , este fenómeno es
anchos equimosis, cuya desaparición era seguida de conocido hace tiempo, como lo prueba el antiguo
hemorragias nasales muy abundantes. Otras veces, en proverbiode los romanos, lurida przterea fiunt quai-
lugar de la epistáxis, se esparcía por toda la piel cumque videniur arquatis; los alemanes dicen tam
un color amaríl'o sucio, sin esceptuar las palmas de bién, hablando délas personas tristes, todo lo ven ama
las manos ni las pluutas de los pies. La esclerótica rillo, como los ictéricos. Nosotros no sabemos lo que
conservó siempre una blancura admirable, y no se ha dado lugar á esto proverbio, que generalmente es
observaron otrasseñalcs de ictericia que el color ama falso en nuestros días : presumimos que este vicio de
rillo de la piel, accidente suplementario del equimo la visión en la ictericia ha reinado en la antigüedad
sis escorbútico. La esclerótica se pone constantemen epidémicamente en algunas comarcas. Nosotros pode
te amaniata en la ictericia: sin embargo, no es raro mos unir nuestro testimonio al de los escritores que
que en los infartos del hígado tome un color amari lo consideran hoy como un fenómeuo muy raro, liu
llo, sin que exista ictericia. millares de ictéricos que hemos examinado en cin
Llevada la bilis al torrente de la circulación, penetra cuenta y cuatro años de práctica, no lo hemos obser
en los vasos mas delgados. En 1787, depositamos en vado mas que cinco veces. En 179!', tratamos cu el
el Instituto clínico de Pavía los huesos de un ictéri Instituto clínico de Viena á unajóven afectada do ic
co, que estaban de un color amarillo intonso ; paro tericia que provenís de un escirro del hígado, la cual
las partes carnosas y los cartílagos, se hallaban |auu se hallaba sujeta á una nictalopia periódica que tenía
mas impregnados de bilis. Este hecho no pasó de lugar dos veces al dia. En 1785 , observamos en el
sapercibido á la observación de nuestros predece Ih^ituto clínico de Pavía esta complicación de la ic
sor en la escuela de Viena, y habla de él en un esce- tericia con la nictalopia.
lente tratado de medicina práctica. Este hombro cé Las divisiones que se deducen del color de la icte
lebre ha visto en un feto, impregnado el sistema ricia, no son otra cosa que grados 6 variedades de la
huesoso de un color amarillo, que no se -podía quitar misma enfermedad. Algunas veces se hallan reunidos
con nada. Los dientes toman este color en la icleri» diversos matices en un mismo individuo : se ha visto
cia, pero el esmalte no participa de él, y si parece verde la cara, negro el lado dorecho del cuerpo, y el
amarillo en ciertos casos, esto es debido al tírtsro izquierdo amarillo. Nosotros no hemos observado
que lo cubre. Es eslrcinadamenlo raro, según Mor- nunca la ictericia que se limita á la mitad del cuer
gagni, que la sustancia cerebral se ponga amarilla po, separada por una linca que pasa por medio de
en esta enfermedad : se hallan , sin embargo, la nariz, de suerte que una sola de las dos caras late
algunos ejemplos. Hornos visto á una nodriza ictéri rales di esto órgano, es la afectada. Esta variedad ha
ca, en la que la bilis coloraba la leche y las mate sido descrita por muchos autores, poro no es fácil
rias mucosas suministradas por un catarro vaginal. esplicar semejante fenómeno.
Alguuos hombres célebres han observado en la loche Las orinas son, por lo común, de un color amari
de las nodrizas un color verdoso; otros cuentan que llo subido, como eu las personas que han tomado rui
este licor ha tomado, no solamente un tinte amarillo barbo, ó morenas, espumosas, como el ogua batida
verdoso, sino también un sabor amargo, á consecuen con el jabón ; este color lo comunican al lienzo que
cia de una viva afección del alma. Ya liemos hablado se moja en ellas, lo que no tiene lugar cu ninguna
de la serosidad de la sangre. La piel se pone amarillo otra enfermedad, ni aun en el tifus. En 1787, ordena
verdosa, sobre todo en el cuello, en el pecho, en el mos quo se hiciese en el Instituto clínico de Pavía el
abdómeu y en los brazos; la bilis se escapa también análisis químico de los humores segregados en diver
por los poros cutáneos con los sudores, con la mate sas enfermedades. El profesor de química de esta es
ria de la traspiración insensible, y deja señales en la cuela ha publicado los resultados que obtuvo entonces
camisa. Loí antiguos han visto que fa raedera, ins del análisis de la orina, y por mas importantes que
trumento do que se servían en el baño para raspar sean, nos parece inútil referirlos aquí. Muchas veces,
la piel , so llenaba de bilis cuando se aplicaba en medio de la sequedad y da la comezón de la piel,
sobre alguna región de la superficie cutánea. los enfermos arrojan, después de las orinas mas en
Según refiere un célebre médico de Roma, un icté cendidas, otras naturales, claras, pálidas, en las que
rico arrojaba por la nariz un agua amarillenta en lu no existe ningún principio que color dé al lienzo. La
gar de sangra ; se le aplicaron ventosas escari- mayor parte de los ictéricos que hemos tratado, sen-
licadas.y dieron una serosidad análoga. En me Han disminuir la comezón de la piel después de la
dio de cs!a infiltración general de bilis, vemos con cscrecion de la orina, turbia y espesa; otros muchos,
admiración la lengua de un hermoso color rojo en por el contrario, se quejaban de mayor comezón. La
la mayor parte de los ictéricos, á menos que en las orina presenta á menudo uu sedimento furfuráceo y
primeras vías resida una colección saburral; la boca amarillo , y á veces latericio, y en otras ocasiones no
está también exenta de amargor. Sin embargo, se deposita nada. Las paredes del vaso en que ha perma
observa algunas veces, principalmente en los viejos, necido algún tiempo, se cubren de un barniz amaii»
un barniz negro en la base de la lengua.- lio y grasicnto, quo se desprende con trabajo. La ori
De todas las partes del cuerpo, la piel, considerada na encendida de los icléiicos se corrompe mas pronto
como el principal órgano del tacto, es la que sufra que la de los demás enfermos.
mas en la ictericia. En el mayor número do las que En general, las materias fecales son grises, ceni
están algo avanzadas, se quejan los enfermos de una cientas, y su escrecian difícil á causa de su sequedad.
comezón insoportable, que agota su paciencia, sobre Sin embargo, no es raro que conserven su color na
todo por la noche. Un ilustre médico francés lia ob tural, y aun adquieran un tinte amarillo pronunciado.
servado que los cadáveres de los ictéricos conser Hay también enfermos que continúan arrojando ma
vaban nosolunente su color amarillo, Sino su flec- terias cenicientas, aunque estén peíTociamente cura
dos: no Ies queda de la ictericia nías que este síntoma.
Las primeras \ias son también asiento de oirás
lesiones, como lo anuncian los síntomas siguientes: olor fétido, se reblandecen, se disuelven en parte
anorexia, inapetencia, náuseas, eructos ácidos, opre- el agua, pero sobre todo en el alcohol , la potasa, el
siou iiel estómago, cardialgía, hinchazón y tensión de agua dejabouj la esencia de trementina, y aun en los
los hipocondrios, sobre todo, del derocho ; espasmos, aceites lijos ; son igualmente solubles en el ácido ní
dolores que se irradian hácia el epigastrio; ansiedad trico, y en parte en el éter. Su núcleo tiene ordina
precordial, dispnea, hipo, tlatuosidades, borborigmos riamente un sabor ligeramente amargo. En algunas
y cólicos. dé estas concreciones, la materia adipocirosa es pura,
La mayor parte de los enfermos permanecen bas forhia grandes láminas blancas, cristalinas, lustrosas
tante tiempo sin fiebre. Sin embargo , muchas veces, y casi trasparentes; en otras es amarilla, verdosa,
antes de que se manifiesten los primeros signos de la entremezclada de mayor cantidad de bilis, y es me
ictericia en los ojos, en la piel y en las orinas , ó in nos trasparente , menos sensible, cuando nt se lia
mediatamente después de su invasión , se quejan de tenido la precaución de disolverla en el alcóupl ca
un sentimiento de debilidad; están tristes, inquietos; liente, donde se precipita por el enfriamiento. La
esperimentan alteraciones de frió y de calor , pasan Fbrm'a de los cálculos biliarios varía, según la cavidad
noches fatigosas, y presentan un aspecto caquéctico. mas ó menos estrecha en que están contenidos, y se
Cuando la enfermedad se prolonga, en razón de su gún su consistencia; seria difícil formar' géneros por
causa, la fiebre puede agregarse á ella con todos los este carácler físico. Los mas pequeños son por lo
síntomas que la acompañan ordinariamente , y cuya común redondos, friables, y representan triángulos
presencia es sospecha en la ictericia. obtusos y desiguales; los otros son ovales. Su volú-
Areteo de Capadocia ha trazado con su habilidad in el de un grano de cebada, de un
ordinaria el cuadro de la ictericia negra , ó melasic- garbanzo, hasta el dde un huevo de paloma ó de ga
tericia. «El color dice, es, negro, mezclado con yfer- llina.- Las mas veces uo se encuentra mas que ano
de; los enfermos acusan una sensación de frió; esláu en los conductos biliarios; pero la vejiga de la Hiél
débiles, perezosos, tristes y abatidos; su cuerpo ex contiene algunas veces tantos, que no dejan paso a
hala mal olor; tienen la boca amarga, la respiración la bilis, y distienden este rpseryorid basta producir
entorpecida; se quejando cardialgía; las materias su ruptura, hasta horadar sus paredes. Este último
fecales son porráceas, negruzcas, secas, y descienden caso es raro; sin embargo, nosotros lo hemos obser
difícilmente; la orina está muy encendida, y tira a vado. Brera (\) ha encontrado en en canal colédoco
negro ; las digestiones son panosas, y el apetito nulo. un cálculo del tan año de un huevo de gallina.
En la ictericia negra , como en la ictericia amarilla, .Nosotros no podemos decir todavía que la bilis sea
hay comezón en la piel. » Hay un fenómeno singular, calculosa , pero podemos considerarla como madre
que nosotros no hemos observado nunca, y quo re- de los cálculos, sobre todo á la bilis cístíca. Cuaml.)
tiere el mismo autor, yes que los ictéricos, sin hallar permanece estancad;) en su reservurio, sin ser reno
dulces las sustancias amargas, uo perciben de es vada por el aflujo de una bilis reciente, la reabsor
te sabor, al paso que encuentran amargo lo que es ción continua de su parte acuosa la hace por lo co-
dulce. Funesta á la economía. En el estado de salud
912. Tales son los puntos mas importantes de la ¡(nenía un flujo y un reflujo periódicos: cuando
historia general ds la ictericia. Nos resta ahora espo este movimientu se suspende solamente por algunas
ner los caracteres do las principales especies, que no horas, contrae un amargor mas fuerte, un color mas
solo no son específicos , sino , por el contrario, muy subido; cuando está absolutamente impedido por las
equívocos. Daremos á conocer al menos los síntomas causas de la ictericia, pasa á la masa de la sangre, y
mas ordinarios, aquellos cuyo valor nos ha demostra llega á ser uno de ios manantiales mas fecundos de
do nuestra propia esperiencia. esta enfermedad. ¿Cuántos desórdenes no debe oca
Ictericia calculosa.— Empezaremos por la icteri sionar cuando, por la permanencia prolongada en
cia calculosa; pero antes de entrar en materia, vamos vejiga propia, se convierte en una materia negra
á estudiar los cálculos biliarios. Estas concreciones cenagosa, que so corrompe dedia en di», produce la
se forman en el parénquima del hígado, en ios con inflamación de ote reservorin, pasa «on todas estas
ductos hepático, colédoco y cístico, en la vejiga de la cualidades deletéreas al torrente de la circulación ,$
hiél, ó entre las membranas de este resGi vorio. Noso se escapa, en fin, a] duodeno , y aun al estómago?
tros hemos visto un cálculo biliario colocado en Perú la estancación de la bilis en la vejiga de la
medio de un esteatoma, en un quisle particular, en hiél ó en los conductos biliarios, no es la única causa
el centro del hígado. No hay parte alguna en el cuer de la ictericia. Siempre que este licor , vertido en
po donde uose nayan encontrado estas concreciones abundancia en el duodeno, encuentra obstáculos que
petrosas, que iiosotos designamos con el nombre de se oponen diñante algún. tiempo á su evacuación,
cálculos: se debe esperar también hallarlos en el híga puede también sor reabsorbida, llevada á la masa de
do, que entonces es una verdadera cantera. Nosotros la sangre, como diremos ál haMar de la ictericia de
ludamos», no obstante, de quo merezcan todos el nom los niños. Por lo tanto, no siempre es fácil decidir si
bre de biliarios. Presentan generalmente un color | los cálculos biliarios quo salea espontáneamente por
al esterior, pero no creemos se hallen el ano ó que se hallan en los intestinos después de
_ or los elementos de la bilis. Tales son , á la muerte, se han lormado en el hígado ó en el tubo
nuestro nindo de entender los cálculos cristalinos intestinal.
de que se habla en los autores , los cuales tienen Todos los cálculos biliarios que se forman en el
una blancura admirable , son insolubles en el al hígado no dan signos de su presencia. Nosotros los
cohol y en la esencia de trementina , no inflamables, liemos encontrado después de la muerte en muchas
y mas pesados que el agua. Nosotros hemos deposi personas que no habían tenido nunca ictericia. Un
tado dos en el Musco patológico de Pavía. El núcleo hombre célebre , ei primero de nuestros predeceso
de la mayor parte de las concreciones biliarias es res en el Instituto clínico de Viena, asistió por espa
una bilis espesa 6 una linfa coagulada por la infla cio de cinco años á una señora que tenia en la vesí
mación: su acrecentamiento se hace, como el d" los cula de la hiél, enormemente distendida, mas de mil
por la ynstaposicion estriada de |a materia
rosa contenida en la bilí:
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cálculos pequeños, la mayor parte cuadewgulares, do Pavia una perforación da este reservorio, que so
cuya existencia se descubrió por la autopsia, brevino á con-ecuencia de un absceso que había dado
y sin embargo, la enferma no tenia ¡delicia. salida á concreciones biliarias. Las Memorias de la
Un médico danés, redactor de un diario de medicina Academia de Ciruji i de l'aris baceu mención de un
y cirujía, habla de una reina que arrojó un gran caso análogo, que fue seguido de una fístula hacia
número de cálculos biliarios, y que no ofreció, sin los huesos íltíos.
ubargo, ninguna señal do ictericia ni antes ni des El diagnóstico de la ictericia calculosa no es fá
do la sulida de estas concreciones. Uno de cil, á menos que el enfermo présenle lodos los sínto
uestros antiguos discípulos ha encontrado en una mas que acabamos <|e esponer, y que Haya ya arrof
mujer de treinta y ocha años, que había sucumbido jado concreciones biliarias. La marcha periódica de
á la tisis pulmonar, y que antes de su muerte so que la ictericia, la vuelta y la cesación súbita del do
jaba de anorexia', de cardialgía , de regurgitaciones lor que se siente en la región del hígado y del
y de constipación , cuarenta y cinco cálculos bilia esiómago, se observan también en muchos casos de
rios: no se había observado nunca en ella síntoma ictericia espasmódíca ó intermitente. Un la ¡eteriej-
alguno de ictericia Mas á menudo de lo que se cree, calculosa, no siempre está la cara amarillenta y ter
los cálculos pequeños salen, sin que se sienta, con rosa: en Vieua fuimos llamados en consulta en
las materias fecales; hay también muchas personas 1790 por una pr ocesa. La enferma había arrojado
que sin haber esperimcntado la menor incomodidad, muchos cálculos biliarios, había sido fatigada á me
arrojan concreciones biliarias bastante voluminosas. nudo por lu cardialgía y el vómito; sin ojos se pu-
Cuando poruña causa desconocida, ó á consecuen síeron amarillos una vez, pero conservó siempre ta
cia de un esfuerzo, de una compresión ejercida sob c blancura y el carmín de su roslro.
el hígado, algunos cálculos bastante gruesos, angu IcrtiuciA kspasíióuic*. —Nosotros llamamos icte
losos, llenos de asperezas, se engastan en los canales ricia espasmódíca á la q ie sobreviene en las personas
destinados al paso de la bilis, hieren la membrana do constitución irritable, en los hipocondriacos, las
delicada que tapiza interiormente la vejiga de la hiél mujeres histéricas, que no ofrecían antes el menor
y los conductos hepáticos; su volumen ó la estrechez signo de ¡ufarlo en las visceras de los hipocondrios,
espasmódíca de estas parles les impide adelantar ; se el menor matiz amarillo en los ojos ó en la cara. Se
detienen en su trayecto, y á cada nueva sacudida los declara á consecuencia de un violento airábalo de
distienden violentamente, irritan los nervios queso cólera, de un grande espanto , de una trisieza pro
distribuyen en sus paredes, y ponen en juego todas funda, del escalofrió febril, de la .natación en agua
las simpatías. Si la concreción biliaria su detiene en Iría, de una conmoción cerebral, de una lesión ó
el conducto cístico ó en el canal colédoco , escita fractura del cráneo, de la mordedura de animales
dolores súbitos, agudos, dislacerantes y lancinantes venenosos ó considerados como tales, de hernias es
en el hipocondrio derecho; la irradiación simpática tranguladas, de eméticas, de purgantes drásticos,
despierta priniero á los nervios del estómago, y da del reumatismo, y de la concepción Va acompañada
lugar á náuseas, á la cardialgía, y á un vómito te de una secreción abundante de orina, por lo común
naz. Los domas nervios del abdomen, y aun lodos muy pálida. Lo médico inglés ha rehusado admitir
los de la economía, se afectan á su vez; el vieulrc se esta especie de ictericia; sin embargo, no se puede
pone tenso y meteorizado; el pulso está contraído, pe negar que esta enfermedad depende frecuentemente
queño y duro; las estremidades se enfrian; sobrevie de la contracción espasmódíca del canal colédoco.
nen convulsiones, una ansiedad viólenla, y algunas Haller niega la irritabilidad do este canal: suponien
veces lipotimias. Durante esta alteración, la bilis no do verdadera e->ta opinión, que nos parece falsa,
corre en los intestinos, y las materias fecales son como el conducto biliario do que hablamos se in
blancas, secas, lo que hace difícil su escrecion. A troduce oblicuamente por entre las membranas del duó -
veces, cuando no existe mas que un cálculo do me deno, debe cerrarse siempre que el intestino se halle
diano volumen , triunfa del obstáculo y sale por (a distendido espasmódieaincnte por los gases reteni
boca ó por el ano. Nosotros no hemos observado dos en su cavidad, ó que esperimente una constric
inuuca el primero de estos dos casos, pero se halla ción prolongada dependiente de un estado nervioso.
atestiguado por muchos médicos distinguidos de Ll enrso de la bilis hepática está entonces suspendi
Alemania, de Francia y de Inglaterra, bn el último, do; se vy obligada á refluir hacia su orígeu ó á la
la espulsion de los cálculos es seguida de una gran vesícula de laliiel; se acumula en el hígado y sus
cantidad de bilis, y se establece un flujo de vientre dependencias, de donde es llevada ú la masa do la
amarillento. Cuando el enfermo ha arrojado el cálcu sangre por los vasos linfáticos. Asi es que en ciertos
lo, como acabamos de decir, ó la aniquilación de sus casos de ictericia, donde no se descubre ninguna
fuerzas ha suspendido las contracciones espulsivas, causa de la retención biliaria, se hau hallado los
goza de un reposo bastante largo, y aun desaparece principales conductos de la bilis estremadamento di
la ictericia; pero esta calma es falaz. En ciertas épo latados y flojos. También se deduce otra prueba del
cas, que no son del todo periódicas, los esfuerzos carácter ospasmódico de la ictericia, del efecto de los
se renuevan algunas veces con mas violencia , para remedios y de la marcha de ¡a enfermedad. Las san
arrojar el mismo cálculo, ú otro quizas mas grueso, grías, los resolutivos y los evacuantes , no son sola
que ha ocupado su lugar, y la bilis se esparce en ¡a mente inútiles , sino también perjudiciales. Al punto
masa de los humores. No nos debemos, pues, admi que cusa el espasmo, espontáneamente ó por los so
rar de que estas frocuenles sacudidas ocasionen, en corros del arte, la bilis corre á los intestinos, y sale
(¡Ó, la inflamación aguda ó crónica de la vejiga de en abundancia con las materias fecales; en fin, la ic-
la hiél, ó de los canales biliarios, y que esta flegma Lericja se disipa prontamente cuando estas vueltas
sía se termine por supuración ó por gangrena. Hace frecuentes no la hau hecho habitual, y está exenta
cuarenta años que hemos consignado en las actas de complicaciones, lista especie de ¡delicia reinó en
de Maycnza la historia de una mujer en la que a Inglaterra á Cues del si l;1u x vn , según refiere un
vejiga de la hiél fue desgarrada por ei esfuerzo de médico célebre que vivió en esta época : tomaba el
los cálculos contenidos en su cavidad, en medio del tipo periódico á consecuencia de un cólico bilioso
C esta que esie observador llamó falso, principalmenle en
dioico los individuos de una constitución débil , irritable,
I
BIBLIOTECA ECONÓMICA
en los niños, las mujeres histéricas , y los hombres tros hemos observado mil veces lu iclericla espasmó
hipocondriacos. Los resolutivos, los evacuantes, las dica: podríamos referir aquí los principales casos quo
sangrías, y aun los enemas, eran perjudiciales, y solo hemos tenido de esta variedad ; pero los limites de la
los emolientes eran saludables. La ictericia espas- obra no nos lo permiten; las haremos conocer en otru
módica fue muy común en el ejército inglés á prin-, ocasión, si el cielo prolonga nuestros dias y nos con
cipio del siglo xviii , y era precedida de dolores vio serva la salud.
lentos en el estómago y de náuseas. El médico céle Ictericia por lemoxó comphf.siojc del un: mío. —Al
bre que seguía & este ejército nos ha dejado su his hablar de la hepatitis y de las retenciones muooso-
toria. La que reinó epidémicamente en Essex en los linfátícas, nos hemos ocupado de las afecciones se
niños, el ano de 1772, y cuyo cuadro nos ha trazado un cundarias de la vejiga de la hiél, y de los conductos
médico aloman, merece colocarse en este artículo. biliarios, de los obstáculos que se oponen al paso do
Esta ictericia intermitente y periódica atacaba con la bilis al duódcno. Añadiremos algo á lo que hemos
preferencia ú las personas delicadas y sensibles. Se dicho en estos artículos, pero no separaremos de la
mostraba rebolde á los remedios que tenían éxito ge ictericia hepática la que depende de la compresión
neralmente, como los aperitivos), los resolutivos, los del hígado por las parles inmediatas. Muy á menudo
evacuantes, y aun se exasperaba con su uso, por sua se atribuye sin razón la ictericia al hígado, como las
ves que fuesen. Se la observó sobre todo entre los demás enfermedades. Sin embargo, esta importante
nifn>s:'dcspnes de uno ó dos paroxismos, y algunas ve cuestión se ha tratado de la manera mas satisfacto
ces mas tarde, sobrevenían cólicos violentos, con ri ria en las Memorias de la Academia Real de Cien
gidez de todo el cuerpo. El dolor subia insensible cias , en 1777, por un médico francés que ha hecho
mente Inicia el epigastrio , y se cambiaba en una car grandes servicios al arte de curar.
dialgía cruel, que iba acompañada á menudo de El hígado puede inflamarse, supurar, adquirir una
delirio y de movimientos espasmódicos en los miem dureza escirrosa, ó ser comprimido en muchos pun
bros. Bien pronto sucedían á estos síntomas un sen tos de su parénquima, sin que aparezca la ictericia.
timiento de constricción en el pecho, como en los as No hablaremos, pues, aquí mas que de las alteracio
máticos, una dispnea, una ansiedad espantosa; pulso nes morbosas que pueden desordenar por su asiento
pequeño, contraído, raroé intermitente. En lin, cuan el curso déla bilis y producir la ictericia. La cara
do el enfermo no era arrebatado por una muerte sú cóncava del hígado merece por consiguiente, nuestra
bita, se veía aparecer la ictericia: el color amarillo principal atención: hallamos, en electo, en ella los
cibr'a toda la piel, sin esceptu >r la esclerótica ; y conductos hepáticos, el canal colédoco, el canal cís
eslu enfermedad resistía á todos los remedios- Al prin- tico, y la vejiga de la hicl. Cuandopor una causa cual
cipio de la epidemia, se terminaba poco tiempo des quiera uno ó dos de los conductos hepáticos, se ha
pués del paroxismo ; después , su duración fue mas llan obstruidos, hay oíros qui los suplen; pero el ca
larga, y hacia el fin era muy tenaz. Algunas veces nal colédoco y el canal cístico no tienen quien los
eran fatigados los enfermos por lu disuria ó la estran- reemplace; cuando la vejiga biliar no puede llenar sus
guria, y la orina, quo salía gota á gota, era inco funciones, no hay pane alguna del hígado quo venga
lora, acuosa. Las materias fecales eran secas, grisá en su ayuda. Asi es quo los tumores agudos ó
ceas, tenían la forma de bolas pequeñas, y se aseme crónicos que so desarrollan á los alrededores de
jaban á los esqrementos de cr.bra. Los paroxismos, estos canales, en las inmediaciones de la vejiga de
que tenían lugar una, dos ó tres veres al día, aca la hiél, ejercen sóbreoslos órganos una compresión
baban por un sudor abundante, una fuerle diarrea, mecánica, interceptan el curso do la bilis, y dan lu
ó un llujo copioso de orina. Murieron muchos niños, gar á todos los accidentes que resultan de la reten
sobro lodo en el campo, porque se acudía demasiado ción, de la estancación de este licor- Un hombre cé
tarde á los socorros de la medicina. A la abertura de lebre, que lia practicado la medicina en Dinamarca,
los cadáveres, no se descubría ninguna alteración sen ha visto una ictericia mortal que era ocasionada por
sible en el hígado, en la vejiga de la hiél, ni en los un esteatoma, un melíceris, una colección adiposa, si
conductos biliarios. Es, pues, evidente, que la icte tuados en la cara cóncava del higad", en el siiio en
ricia dependía do la contracción espasmódica de di que esta viscera recibe los vasos que se distribuyen
cha vejiga y de su canal cscretor. El inmortal Mor- en su parénquima. Como hemos dicho en otra parte,
gugni reíicre que dos jóvenes sucumbieron en pocos el hígado no aumenta siempre de volumen en los in
días en el delirio, con todos los síntomas de la icte fartos que obliteran los couductos biliarios y deter
ricia: el uno había esperimentado una violenta afec minan la ictericia: está algunas voces encogido, seío
ción del alma , y el otro un terror muy grande á la y duro, como un pedazo de cuero. En 178;¡. recibi
vista de un fusil, cuyo cañón le fue puesto sobre el mos en el Instituto clínico de Pavía un ictérico que
pecho. Un autor dinamarqués ha conocido á un hom tenia un escirro voluminoso del hígado: la pieza aua-
bre, que gozaba por lo nemas de una sulud perfec tómica está depositada en el Musco patológico de es
ta, el cual fue atacado de ictericia por la pérdida de ta Acudemía. Un médico francés nos ha dejado la
las dignidades deque estaba revestido. En 1788 cu historia de una ictericia acompañada de una dispuca
ramos en ol Instituto clínico de Pavía, con el uso de y de una ansiedad considerables: esta enfermedad
los baños y de los emolientes, una ictericia espasmó reconocía por causa un tumor del hígado, del peso
dica que provenía de un reumatismo. Nosotros no he de veinte y seis libras, formado por una sustancia análo
mos observado nunca la ictericia dependiente de la gaal tocino rancio. En 1800,unode nueslroshijos, que
mordedura de animales venenosos : conocemos muy era entonces médico en jefe del hospital de Vienu,
poco la manera de obrar de los venenos al interior, abrió el cadáver de un ictérico. Se bailó el hígado
y no podernos referir esta especie de ictericia mas escirroso; la vejiga de la hiél muy dilatada, contenía
que á una irritación específica de los nervios. El mis una cantidad prodigiosa de bilis, á la queso imprimía
mo juicio formamossobre la ictericia de las embaraza un movimiento de fluctuación muy sensible percu
das: cuando so declara antes del término medio del tiendo las paredes del vientre. Pero comunmente la
embarazo, si no procede de la compresión ejercida obliteración délos conductos tiene su origen en la mis
por el útero sobre el sistema biliario, ni de las sa ma bilis, ó en una afección idiopálíca de la vejiga y
burras que ingurgitan ó dilatan los intestinos, es por de los canales biliarios. La inembiuiia > las criptas
lo común producida por un estado nervioso. Noso mucosas quo ocupan la cara interna de estos órganos
DE MED1C1KA Y CIBUIU.— FRANK. 573
irritados por una causa cualquiera, se ingurgitan, parénquima del hígado, había llegado hasta dcbijo
suponen tumefactos, se inflaman, y csperiuicnian las le la membrana que reviste csteriormento este órga
mismas alteraciones que su.ren en semejantes cir no, hácia su cara convexa. Algunos autores prcten-
cunstancias los tejidos análogos en las demás partes len que los ascárides no penetran en el canal colédoco
del cuerpo. En los cadáveres se ve frecuentemente hasta después de la muerte. Pero se sabe que estos
la vejiga y los canales biliarios incrustados do una vermes se suelen poner rígidos y pierden todas sus
materia tofúcea, llenos de cálculos, obliterados por la fuerzas en el instante en que el calor abandona al
adherencia desús paredes, divididos por tabiques ac cadáver: ¿podrán puos, introducirse en este canal
cidentales, ó despojados do sus propiedades vitales, estrecho, cuando están medio muertos, y se podrán
y dilatados en forma de sacos que no tienen elasli- esplicar esta hipótesis por los síntomas que el enfer
cidad alguna. Uuo de nuestros predecesor s en la mo presenta?
escuela de Viena, lia visto los conductos hepáticos, el No es posible formar una idea exacta sobre la ic
canal colédoco y el canal cístico, obliterados en una tericia hepática, sino se estudia con cuidado el estado
ictericia dependiente de la hepatitis: estaban llenos de las partes inmediatas, como el estómago, el epi-
en todo su trayecto de una materia sólida, semejante ploon, los intestinos, el mesenlcrio, el páncreas, el
al jugo espeso de reglisa, pero soluble en el agua. riñon derecho, el ovario del mismo lado y el útero.
Lo que es digno do notarse, es que al fin de la enfer Cuando estos órganos se ingurgitan, se endurecen,
medad los escrcmenlos presentan un color eruginoso pasan al estado do escirro, de esteatoma, caen en su
muy subido. Gil. lientiel (I) lio visto el canal colédoco puración, ó son asiento de colecciones serosas, varían
lleno de concreciones tofáceas. Otro observador le ha de lugar y [ejercen una compresión funesta sobre el
encontrado enteramente obstruido por escrescencias hígado, los conductos biliarios, y la vesícula de la
fungosas, en una ictericia terminada por la muerte. hiél. En la mejor salud, las mujeres cuyo embarazo
La vejiga de la hiél dilatada, ocupa algunas veces una está adelantado, sienten que el útero se eleva por lo
gran parle de la cavidad abdominal, la bilis viscosa ó común hasta la bóveda del diafragma, y comprime al
acuosa que contiene se eleva á la cantidad de muchas hígado y á la vejiga biliaria, la quo puede estar dila
libras, y es fácil imprimirle un movimiento sensible tada accidentalmente y romperse, como lo prueba la
de fluctuación á través do las paredes del vientre. historia que hemos insertado en las Actas de W
Otras veces el tumor forma una prominencia en la za. La induración del páncreas y del duódeno
fosa iliaca, y se toma por un absceso; también puede lera el canal colédoco en el sitio en que penotra i
abt irse espontáneamente: nuestra práctica y la do otros cuamenteá través do las membranas de este intesti
médicos nos suministran muchos casosde este género. no. En el Instituto clínico de Pavía, murió una mu
Se lee en los Ensayos de Edimburgo la historia de jer atacada de una ictericia incurable; á la abertura
una dilatación enorme de la vejiga biliar: esto reser- del cadáver hallamos en el lóbulo pequeño del pan*
vorio estaba dividido en muchas cavidades concén creas un infarto cscirroso que cerraba enteramente el
tricas, que contenían en totalidad ocho libras de bi canal colédoco. En otro caso en que la vejiga de la
lis muy espesa. El primero de nuestros predecesores hiél, enormemente dilatada, contenia una cantidad
en la escuela de Viena nos ha dejado la descripción de bilis tan considerable que Ir fluctuación era muy
de una vejiga biliaria formada de cinco membranas sensible á través de las paredes del vientre, so des
concéntricas, quo serviau cada una de cubierta á un cubrió después de la muerto un esciiro que afectaba
cálculo. Un célebre médico francés ha encontrado la la porción duodenal de este conducto. Un célebre mé
cavidad de este órgano dividida en dos por un tabi dico de Edimburgo habla de una ictericia ocasionada
que. Nosotros hemos visto, y la observación demues por la induración del páncreas. Se leen en las Actas
tra, que á consecuencia de la hepatitis so ha apode de San Petersburgo, y en oirás partes, diversas ob
rado de este órgano la gangrena después de una in servaciones de icteiicia dependiento de la compresión
flamación calculosa, y aun se ha propagado al parén- ejercida sobre el canal cístico por hidátides adlieren-
quinia del hígado, sin ocasionar la ictericia. Pero las tes á ia vesícula de la hiél. Cuando los intestinos, so
alteraciones idiopálicas do los conductos y del reser- bre todo, el colon ascendente, están llenos de mate
vorio biliario no siempre son la causa de las enferme rias fecales endurecidas, ó distendidos por gases cuyo
dades del hígado: los vermes no deben escapar á espasmo impide la circulación, comprimen la vejiga
nuestra atención. Hay seguramente muchos cuentos y los conductos biliarios, y ocasionan la ictericia, es»
ridiculos entre las historias de vermes que se dice peciaimenle en las mujeres embarazadas. En esto úl
habet hallado en los conductos hepáticos y en la ve timo caso, la enfermedad se disipa prontamento des
jiga déla hiél; pero nosotros hemos r.ferido obser pués del parto, que restablece la libertad de las eva
vaciones de dislomas hepáticos, que aun los helmin- cuaciones.
lólogos modernos no pueden poner en duda. Ictericia de i.os NiSos.—El meconio que tapiza
Un médico dinamarqués, redactor da la Biblioteca los intestinos en el feto, impido el curso do la bilis al
médico-quirúrgica, hace mención de un ictérico que duodeno, y da lugar á la ictericia de los niños. Noso
sintió alivio después de haber arrojado hidálides por tros no sabemos por qué han hecho los nosólogos
el ano. Lien laúd (2) cita muchos ejemplos de vermes de esta variedad una especie particular , diferento de
hallados en el hígado. Un célebre médico de Italia re la ictericia hepática. Sin embargo, hay casos en que
fiere un caso de hidrofobia espontánea observado en el niño arroja el meconio en el mismo instante de su
un hombre que tenia una lombriz en el canal cístico. nacimiento , y la piel , sobre todo cuando su consti
Es cierto que la inflamación sola de la cara cóncava tución es robusta, adquiere un color rojizo, que en
del hígado puede ocasionar la hidrofobia, pero este ¡tocos días pasa a ser amarillo y simula la ictericia.
hecho no deja de ser una prueba de la existencia de Pero los ojos conservan su color natural , y las orinas
les vermes en el sistema hepático. Un ilustre médico no están cargadas del principio colorante que se pe
de Alemania, el primero que con peligro de su vida ga al lienzo. Esta rubicundez, y la ictericia aparente
osó declararse contra las pretendidas posesiones del que le sucede, dependen de la primera impresión del
demonio, ha visto una lombriz que, corroyendo el aire atmosférico sobre la piel del recién nacido , y
constituyen mas bien un eritema que una verdadera
574 BIBLIOTECA ECONÓMICA.
el aire frió, á cuyá acción está so principio colorante se pega fuertemente á lossólii
metido el infante ni salir del seno de su madre, pue* y ft los fluidos , y qne c>te fenómeno no se obse
do dar lugar ú espasmos intestinales capaces de de mas que en la ictericia. Los niños, en los cuales e:
terminar la ictericia. Un célebre observador francés poco desarrollado el órgano del gusto, rehusan con
ha notado que la vejiga de la piel se halla casi vacia una repugnancia invencible el pecho de la nodriza
en la ictericia de los recien nacidos, mientras que cuya leche presenta un color amarillo. ¿No es osla
está ordinariamente llena en el estado de salud , a u na prueba suficiente del sabor amargo de la le-1"
cáta época de la vida : atribuye la enfermedad á la en la ictericia ? Nosotros podemos asegurar que
bilis vertida en abundancia en el duodeno, y reabsor •hemos visto nanea en las demás enfermedades ,
bida por los vasos lácteos. Ha colocado mía ligadura en el tifus, que el níñi tensa una aversión semeja:
sobro el duodeno por debajo del canal colédoco- de un al pecho de su madre. No decimos que la bilis se f(
perro, y al cabo de algunas horas ha visto que los me en la sangre, sino que es llevada por la reabsor
ojos del animal tomaban un color amarillo : después ción á la masa sanguínea. La sangre de la Tena porta
de la muerte ha encontrado los vasos lácteos, el re- lio tiene nada de bilioso; conlie.ie solamente los ma
serv.orio del quilo, y el canal torácico, llenos do bi teriales de la bilis, y este humor no existe mas que
lis pura. Estos hechos prueban que la retención del cuando estos materiales han sido segregados, elabo
humor biliario por las materias fecales endurecidas, ó rados por el hígado. Así, los elementos del licor se
por las diversas causas que impiden su curso , y su minal son esparcidos en la masa sanguínea , y sin
reabsorción, pueden dar origen á la ictericia, pero embargo, los eunucos, que están privados de testícu
tanto ¿ la ictericia de los adultos, como á la de los los, no tienen un átomo de semen;
niños. ün autor sostiene que la bilis hepática, á causa de
ICTEnici v PLBTÓRtc v.—Lasangre venosa pisadificil- su poco amargor, no puede dar lugar á la ictericia;
mente de kfe orvallos del abdomen á través del na- [tie cuando corre sola en el duodeno, por la obs-
rénquima del hígado: su curso se interrumpe muchas ruccion del canal cístico, la digestión es lánguida;
v«cm por los esfuerzos , la carrera , los gritos , Ins ue el irfaitodel bisado, y la obturación de los coñ
carcajadas, los suspiros, y las diversas afecciones del udos hepáticos por concreciones biliarias, no siem-
pulmón; es entorpecido por los corsés y los vendaje; re van acompañados de la ictericia.
que aprietan el pecho ó el vientre. No es', pues, de Nosotros convenimos en qué para dar á la piel un
admirar que los vasos sanguíneos que se distribuyen color amarillo intenso , se necesita una cantidad ma
en el hígado se ¡ingurgiten, y quo esta nlétora local yor dn bilis hepática que de bilis císlica ; pero la ic
se opooga al paso de la bilis por los conductos hepá tericia rubia, (subflavus), fío difiere esencialmente de
ticos. En este estado, se declara por lo común la Ja ictericia amarilla, verdosa, ó negra; es solo el pri«
iolericia, y si el enfermo está sometido á la acción iner grado de la misma enfermedad. En todas estas
de alguna causa irritante , sobre lodo en el caso de variedades, el color no se limita ¡i la piel y á la sero -
supresión de los menstruos ó del flujo hemorroidal, sidad de la sangre; los ojos están mas ó menos ama
el fuego oculto bajo la ceniza produce el incendio, rillos, y las o'inas tiiien del mismo color los lienzos
sobreviene liebre, y se establece una hepatitis aguda que se empapan en ellas. Cuando la bilis hepática
ó crónica. i xiste en gran cantidad , ó permanece largo tiempo
913. Causas de la icterich. — .M estudiar las estancada, aumentan su amargor y su propiedad co
principales especios da ictericia y los síntomas que lorante. Los animales que están desprovistos de vejiga
lus son propios, hemos visto la mayor parte de las biliaria, como el elefante, el caballo, el ciervo, etc.,
causas que dan lugar á esta enfermedad. La duda filo Atetaren tan bien como los demás. Se ha visto que la
sófica que nos impide admitir aserciones falsas, ó sida compresión del conducto hepático ha ocasionado
aquellas cuya verdad no se ha demostrado suficiente- I la ictericia. En esta enfermedad se ha encontrado la
mente, es de ordinario el origen de nuevos errores, vejiga de lu bifll enteramente vacía de bilis ó llena
mas graves que los primeros. Diversos autores atri ilc hidátidos, de cálculos, de agua; ademas, un cé-
buyen el color amarillo de la piel en la ictericia á Jebre anatómico de Paris , del que hemos hablado,
una metamorfosis, á una nueva combinación química lia determinado prontamente la ictericia en un perro,
de los principios de la sangre en sus vasos, mas bien ligando el conducto hepático y el canal colédoco;
que á la bilis reabsorbida. Así es que una hipól ¡sis pero no ha obtenido el mismo resultado de la ligadura
deja su lugar á otra en las ciencias médicas : pero to del canal cístico.
das las dificultades desaparecen á los ojos de un ob Nosotros hemos referido la ictericia á la reabsorción
servador prevenido. Se han hecho cspuriiucütos sobro de la bilis estancada en el hígado ó en él duodeno,
la serosidad de la sangre y las orinas de los ictéricos. y vamos á referir aquí las diversas causas que se opo
Aunque estos humores presentan un color amarillo, nen al curso de este licor:
se afirma que uo tienen ni el o'or ni el sabor de la \.° V.ti los niños recien nacidos, el meconio,
bilis. De aquí se deduce que el color amarillo no es quo cierra el orificio del canal colédoco; y en los adul
uno de los caracteres esenciales de la bilis, que el tos, la repleción del duodeno por alimentos glutinosos
principio colorante de este licor puede separarse de ,ó mal digeridos.
los demás elementos que la componen, y pasar solo 2. 3 Los cálculos biliarios ú otros; una bilis es
á la irtasa de la sangre. Sin embargo, los químicos no pesa, y los vermes alojados en los conductos ó en la
siempre han obtenido el mismo resultado: la serosi vejiga biliaria.
dad de la sangre y las orinas no les han presentado 3t° La estrechez do estos conductos en los acci
nunca el amargor y el olor específicos de la bilis, dentes espasmódícos del histerismo ó de la hipocon
pero han encontrado la materia verde resinosa, qae dría, en los violentos escesos de cólera; las afecciones
es uno de los principios constituyentes de este humor. morales oscilantes ó deprimentes ; las enfermedades
Esto prueba queeu la ictericia la bilis es reabsorbida verminosas, el primer momento de la concepción, las
en mayor cantidad que en el estado desalu I. Noso contusiones ó lesiones del cráneo, ó de otras partes
tros.igñoramos lo que llega á ser este líquido, cuan.io Sensibles, sobre todo, del epigastrio, es el escalofrió
ha pasado al torrente de la circulación, y ol análisis Tebril, y las mordeduras venenosas.
ás
de mkdioinít t cntoíu.— FRANK. 5^
sis, las inflamaciones ilel hígado , los abs- de un amarillo subido; las uñas na tenían este color
cesos, las obstrucciones, los esteatomas, los escirros masque en su cara cóncava. Las membranas del cere
de asta viscera, la fiscouía j los infartos morbosos de bro, á escepcioude las aracnoides, participaban de él,
la partes inmediatas, y el desarrollo del útero en los así como la glándula pineal, que conteuia pequeños
últimos meses del embarazo. cálculos amarillentos. Todas las cubiertas del nervio
5. ° La relajación y la inercia de ta vejiga y de los óptico, las membranas del ojo, la cápsula cristalina,
canales biliarios. y el humor acuoso presentaban el mismo matiz; pero
Los modernos lian negado al reservorio do la bilis el humor vitreo y la membrana hialoidea conserva-
fibras musculares, pálidas á h verdad, que mu lian su trasparencia. La sustancia huesosa de los
chos autores le habian concedido. Sin embargo, as! dientes estaba amarilla ; pero el esmalte no había
como el i tero conserva cuidadosamente el feto 6 la perdido nada de su blancura.
mola, confiado á su guarda, le espülsa de su seno, ó Las diversas observaciones que acabamos de refe
no ejerce sobre él acrion alguna, según el grado <! o rir, parecen confirmar la opinión de los que atribu
energía de que goza; del mismo modo la vejiga bi yen el fenómeno de que hablamos al color amarillo de
liar retiene la bilis ó los cálculos encerrados en su ca ¡os humores ó délas membranas del ojo; pero no de
vidad, los arroja al duodeno , ó cesa de obrar sobre bemos callar las razones que nos obligan á dudar. En
ellos, segun que está sometida ó sustraída á la ¡n primor lugar, hemos visto la córnea absolutamenti
fluencia vital. Ya hemos hablado en diversos sitios de amarilla en muchos casos do ictericia, en los que r
esta obra de las causas que retienen la bilis en el se observaba este error en la visión; en segundo k
duodeno , cuando este licor corre en abundancia en gar, en ios ictéricos que han presentado este fen.
este intestino por efecto de ciertas pasiones , de ca meno, la ilusión duraba solo algunos días ó algunas
lores fuertes y prolongados, y de diversas constitu horas, y en los ¡Hiérvalos distinguían perfectamente
ciones, que snn algunas veces epidémicas. Nos ocu los colorés. En fin, un conde que uos honra cou su
paremos también ae ellas cuando tratemos de las neu- amistad, y que ejerce la medicina en Vieua, buco
roSes , sobre todo, de fas afecciones espasniódicas de veinte años, con el mayor éxito, y sin otra retribución
los intestinos. que el placer de aliviar á los nobrts, trató en 18 H
No es fácil esplicar esa ilusión óptica que hace á una mujer afectada de tifus, la cual, aunque no es
aparecer amarillos á los ojos de ciertos ictéricos los tuvo ictérica, por espacio de dos días vié amarillos
objetos que no tienen este color. Los vasos que segre todos los objetos. '
gan el humor acuoso del ojo, son estrcniadamente Concluimos délo que precede, que este error de
finos, y no pueden admitir el principio colorante de la la visión, puede depender, en algunos ictéricos, del
bilis. Un célebre oculista francés nos há dejado la cbioT. amarillo. de los humores, y de las membranas
historia de un enfermo que, á consecuencia de un del ojo, cuando dura tanto como la ictericia; pero
derrame de sangre en el ojo, veia los objetos rojizos. que cu muchos casos procede de una anomalía ner
Ün eran hombre ha observado un caso semejante en viosa que no es fácil comprender.
Holanda, y ha deducido por analogía, que los ictéricos Confesamos francamente nuestra ignorancia sobre
lo veían todo amarillo. Uno de sus mas distinguidos las cansas de las concreciones y de los cálculos bi
discípulos combatió su opinión, y se funda eü que liarios. El uso de los alimentos farináceos, t;lutmosos,
desde la édad do veinte yeinco á treinta años, el cris ácidos, del queso, de las bebidas análogas, como la
talino empieza á ponerse amarillo en casi todos los cerveza reciente, los vinos ásperos y ácidos, y la
individuos, de suerte que despucs'de los setenta años atonía de las primeras vias puedon dar razón de su
está lente presenta el color del topacio ó del suciuo formación. Los cálculos biliarios son muy frecuentes
encendido, sin otro inconvenieule que el de ha qr me después de los cincuenta .años, y mas comunes en
rlos vivo el color de los objetos. Un ilustre médico de las mujeres que en los hombres: un médico iuglés,
Milán sostiene á su vez que la vista conserva su cluri- que ha publicado una obra sobre las concreciones
ridnd en los viejos, aunque los humores del ojo hayan biliarias, ascguia que los individuos del sexo femeni
perdido su trasparencia! Ha Visto diáfano el cristalino no forman las cinco sosias partes de los enfermos.
de un halcón, y con un ligero tinte rojizo. Observa Las personas de una constitución débil , entregadas
también que el cristal verde, combinado con el blan á una vida sedentaria, de un carácter irascible ó
co hace mas distintos los objetos. Un oculista francés, melancólico, están dispuestas con particularidad á
habiendo aproximado una luz á los ojos de una mujer los cálculos biliarios; pero ni la edad, ni el tempe
atacada do catarata, dice que la enferma vió los o!> - ramento moral ó físico, ni el género do vida, ponen
i rojizos; después de (a operación , se reconoció al abrigo de esta afección morbosa. La estancación
que el cristalino tenia un color' rojizo, ló cual dió ra de ta bilis en sus reservónos ó sus conductos, y su
zón del fenómeno. Morgaño i dice que la comea no espesamiento, que es la consecuencia de un reposo
se pone amarilla mas que en ciertos casos estremada- prolongado, parecen ser las principales cateas Je la
mente raros. Un médico distinguido de Tubingue, formación de los cálculos: la porción que se cipesa
en una disertación sobre la córnea, refiere la historia primero, sirvo de núcleo á la concreción, cuyo vo
de una viuda de cuarenta años, atacada de ictericia lumen aumenta en seguida progresivamente, por la
por espacio de muchas semanas. Esta enferma, no so yustaposícion de capas laminosas, ó por una especie
lamente tenia la córnea amarilla, sino que todos los ¡de cristalización.
objetos le parecían de este color. Un autor italiano ; 9U. Pronóstico.—Como la ictericia es casi siem
cita dos casos análogos. En el primero se trata de pre.sintomática, su pronóstico es relativo al de las
una mujer ictérica que todo lo veia amarillo por es enfermedades de que depende. Su duración es mas
pacio de cuatro días, y que distinguía perfectamente ó menos larga: la sangre y las parles sólidas están
los colores después de la curación de la ictericia. Di; mas órnenos impregnadas do bilis; la liebre es nula
la segunda observación era objelo una mujer de se 'aguda, ó lenta; las causas de la enfermedad esencial
senta años, que sucumbió á osla enfermedad, y cuyo son mas ó menos fáciles de combatir, y el pronóstico
ca.láver fue, disecado por un célebre anatómico 'de varia en estos diferentes casos. Oigamos á Areteo de
Florencia. La epidermis ofrecía un ligero tinte Capadocia: «Si no existe irritación visceral, la jet

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BIBLIOTECA ECONOMICA
puñada de alguna flegmasía interior, se termina por auloinnal, mantenida por un vicio del hígado, resiste
la anasarra y la caquexia. Sin embargo, muchos en algunas veces al tratamiento mejor combinado. La ic
fermos mueren en un estado de colicuación, sin ana- tericia pictórica cede fácilmente á las evacuaciones
saica. La ictericia es una enfermedad frecuente en sanguíneas y á la dicta, á menos que haya sido des
la adolescencia y la juventud , y en estas épocas de cuidada, y que la irritación del hígado "degenere en
la vida es poco peligrosa. I\o carece de ejemplo en hepatitis. En esta especie de ictericia, el restableci-
los niños, y algunas veces les es funesta. En las en , miento del flujo hemorroidal ¡suprimido produce
fermedades agudas es mal síntoma: suele anunciar la muchas veces un cambio ventajoso. Pero cuando esto
muerte de una infinidad de enfermos, cuando lia apa flujo tiene lugar demasiado larde, y la sanare corro
recido antes del sétimo dia, y aun después. Pocas en demasiada abundancia, es peligroso, sobre lodo,
veces es crítica, y no se disipa sino con trabajo » en la inelasiclericia. Hipócrates dice, hablando de
Hipócrates se lia ocupado también de los puntos esta variedad : icterici multum defxdati pereunt,
mas importantes del pronóstico de la ictericia: In alba dejeclio iis una secidil. Las orinas negras anun
ictericis hepar durum ficri, malum csl. Quibus in cian la intensidad de la enfermedad; cuando el enfer
febre, séptima, aul nona, aut undécima, aut decima mo arroja al mismo tiempo por el ano, materias del
cjuarta, morbus regius supervenit, bonum csl. nisi mismo color, es de temer su muerte. La ictericia so
dextrum hypocondrium durum sit, alioquin non bo termina algunas veces por uní diarrea biliosa, por
tmm. Al hablar de la fiebre biliosa dice: Ante scpli- orinas espesas, fétidas, espoliólas gota á gcta y con
mom diem cum rigore morbus regius acccdcns, sol dolor; por sudores viscosos, félidos, y azafranados.
ví! febrem; siverosine rigore accedat, extra tem- Si la fiebre lenta se junta á la ictericia crónica, sí
poris accesiones, perniciosus cst. Quibus sexto morbi marasmo, la timpanitis y la hidropesía ponen fin á la
die icteri fiebant, his disenteria ( diarrhee ) suw enfermedad.
pervenicntes morbum solvcbanl. Quibus in febre 91*á. TratamikntO.—Ya hemos estudiado casi to
morbus regius superven it ante septimun diem, ma das las enfermedades que pueden dar origen á la ic
lum tst, nisi com/luxus humorum alvum fiat. tericia. Lo quo h?mos dicho de las fiebres gástricas,
Estas sentencias de! anciano de Cos, deducidas de de la hepatitis, de las enfermedades impcíigiuosas
las observaciones qne habia recogido en la Grecia, en general, y de las retenciones abdominales, nos
no han sido recibidas en todas partes como verdades permite abreviar el artículo que vamos á consagrar
incontestables. El padre de la historia natural, entro al tratamiento de la ictericia; y remitimos al lector á
los romanos, asegura que muchos enfermos 6c han los distintos puntos de esta obra, donde nos hemos
sustraído al ataque de muerte lanzado contra ellos ocupado de dichas enfermedades. No nos detendre
por Hipócrates. Uq médico distinguido entre los ára mos aquí mas que en una ó dos especies, y empeza
bes, dice positivamente que la esperiencia demuestra remos por algunas consideraciones generales.
la falsedad de estas sentencias sobre la ictericia, en Cuando se descubre en el cuerpo una función
nuestros climas; que la aparición de esta enfermedad nueva, se le da mas importancia que á las que se
al quinto dia, es de feliz augurio, sobre lodo en los conocían desde largo tiempo. Entre los antiguos, an
países cálidos, según la observación de todos los tes del descubrimiento de la circulación, el hígado
médicos de la Persia, y de las Grandes Indias. Noso ocupab i el mismo rango que el corazón, y quizás un
tros hemos visto frecuentemente sobrevenir la icte lugar mas distinguido todavía. Según ellos, esla \ fa
ricia durante el curso de las liebres; pero no la he cera presidia á la formación de la sangre, como a la
mos visto nunca servir de crisis u la enfermedad. de la bilis, y dividía con el corazón las impresiones
Cualquiera que haya sido el dia en que so ha mani morales, como so ve por les pasajes siguientes, sa
festado, sus consecuencias han sido unas veces bue cados de los poetas de la antigüedad: Ab amore jé
nas y otras malas. Creemos, pues, que el pronóstico cur torrebatur. Cum Ubi ftagrans amor sceviat circa
debe basar sobre la naturaleza de las causas, mas jécur ulcerofum. Si in jecinore agro nascantur do-
bien que sobre el número de los días. En la ictericia mini affectus. Jtissit quod splendida bilis, ifleum
calculosa, el médico no puede responder de la cura feroens difficili bile tumel jécur. Uxor aira bilí per-
ción, porque este enfermedad está sujeta á recidivas. cita est. Aira bilis curando esl, ct ipsa furoris causa
La ictericia espasmódica se disipa á menudo en poco removenda. Estas expresiones prueban también que
tiempo; pero cuando es producida por alguna lesión la palabra bilis era en ellas sinónima de cólera, y la voz
de la cabeza, y persiste después de la cesación de las atrabilis sinónima de tristeza, melancolía, furor.
primeras alteraciones, inspira temores. La ictericia Los modernos han revindicado en favor del corazón
(pie se manifiesta en los primeros meses del embara la influencia quo los antiguos concedían al hígado
zo, es tan difícil de curar como las náuseas y los vó sobro la preparación de la sangre, y han ido dema
mitos de las mujeres cp. cinta, á menos que no de siado lejos; por otra parte, se ha creído que el cora
penda de la plétora ó de algún error de régimen. La zón y el hígado hacían un papel demasiado grande
que proviene de la mordedura de los animales vene en las afecciones morales. Sin embargo, no se puede
nosos, se cura pronto cuando se ha destruido el foco poner en duda la influencia de la cólera sobre la
del mal. Pero nuestra propia esperiencia no nos en bilis y el hígado. Es necesario, pues, en el trata
seña nada sobre esta especie de ictericia. La ictericia miento de la ictericia, que el enfermo evite las gran
hepática que procede de un escirro ó de un absceso des emociones del alma, y cuide ne fervens [difficili
profundo, es incurable. La de los bebedores se ter b\lc lumeat, ct ira saeviat circa jécur uícerosum. El
mina ordinariamente por una muerte pronta, sobre régimen no os menos necesario: el estómago y el
todo, cuando los enfermos hacen uso de resolutivos tubo intestinal tienen relaciones tan intimas con el
enérgicos, en lugar de atenerse á un método dulcifi hígado por sus nervios, sus vasos y su posicíou, que
cante: esta es producida las mas veces por una lesión podrían ejercer sobre esto órgano una compresión
orgánica del estómago ó del hígado. La ictericia de funesta, si se hallasen en un estado de repleción. La
los niños, cede en general bastante pronto á los so vida sedentaria en la ictericia crónica, la inclinación
corros de la medicina. La ictericia intermitente no habitual del cuerpo hácía adelante, y la compresión
tiene una terminación funesta, cuando no está ligada del tórax y del abdomen por vestidos estrechos, son
A una fiebre perniciosa que se ha desconocido. Cuan igualmente perjudicia'--

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DE MEDICINA Y CIKÜJÍA.— I'HANK. 577
curo, á menos que el enfermo no losarroj; en las de Cuando la tensión del hipocondrio, el dolor, y los
posiciones: Su tratamiento es también incierto. Cuan*- demás accidentes que determinan los cálculos bilia
ilo son puco voluminosos, íalen á menudo con las ma rios , reclaman los socorros del arte, es necesario
terias alvinas, sin conocimiento del enfermo ; pero examinar ante todo si esta alteración es producida
cuando son duros y su volumen escede al diámetro por una congestión sanguínea en el hígado, por la
de los canales cscretores, es necesario que se disuel rep'ecion de las primeras vias, por saburras, ó por
van ó que el canal se dilate en todo su trayecto para la constipación. En el primer caso, nosotros recomen
dejadles paso. Los ohsláeules que detienen al cálculo damos la sangría, ó al menos la aplicación de san
consisten en su volumen, ó en la estrechez fí-ica ó es- guijuelas ü la región del hígado; c:¡ los otros, admi
pasmódiea de los conductos. Suponiendo que se pue nistramos un laxante suave, preparado con los ta
dan distinguir estas tres circunstancias, lo que no marindos y el suero, y enemas emolientes. Pasamos
puede tener lugar mas que por conjetura, puesto que en seguida á las cataplasmas emolientes, á las un
se halla oculto á nuestros sentidos, seria menester en turas dulcificantes, y ú los semicupios. Sí estos me
los dos primeros casos recurrir ú las fomentaciones dios no alivian al enfermo, y no existe liebre , rcetfr-
emolientes, á los baños y á las unturas de la mis rimosal éter, á la tintura anodina , y á la emulsión
ma naturaleza con la jileado relajar las partes, y gomosa, ú la cual añadimos algunas gotas de laudan
en el último asociar á estos medios los anliespas- no; por este método abrimos el paso á los cálculos,
módicos. cuanto lo permiten los límites del ai te. Pero cuando
Se lian ensayado una multitud de remedios para la liebre se declara con los síntomas de la hepatitis
fundir los cálculos del hígado y de la vejiga de la hiél. calculosa, dejamos á un lado el éier y el opio, y sin
Los carniceros suelen encontrar cálculos en la vejiga que concibamos la esperanza de obtener un buen re
biliar de los bueyes, desde el mes de noviembre sultado, seguimos el tratamiento que hemos reco
basta el de marzo . durable cuyo tiempo están mendado en otra parle para esta flegmasía. No he
encerrados estos animales en los establos, y no co mos ensayado nunca el ácido nítrico diluido, que
men mas que heno; pero en los demás meses, algunos médicos ingleses recomiendan en la icteri
en que se nutren con libert-d de yerbas fres cia calculosa; ni cresmos que el mercurio, adminis
cos, no están sujetos á esta enfermedid. De con trado hasta la salivación, pueda fundir los cálculos
formidad á esta ob-ervaeíon, se han empleado los biliarios, como pretende un autor de la misma nación.
jusos recientes y los estrados de grama, de diente Sabemos que algunos enfermos han arrojado las con
de león, de achicoria salvaje, de saponaria; la goma creciones biliarias por el vómito; pero no nos
amoniaco, las sales neutra-, y aun el mercurio. Pero atrevemos á aprobar c| uso de los cinéticos, por
se ha reconocido que el Uso, aunque sea prolongado, temor de que impriman sacudidas violentas y peli
de estos remedios, no linda más fácil la salida délos grosas á los órganos afectados.
cálculos. Los químicos se han lisonjeado de obtener ^ En el tratamiento de la ictericia espasmódica
mejor éxito: han obrado fuera de la economía viva, "exenta de complicaciones, es necesario abstenerse de
han visto que las concreciones biliarias se liquida- todos los remedios que puedau disminuir las fuerzas
an por la sida acción del calor, so disolvían en el por las evacuaciones que determinan, ó irritar los
alcohol caliente, en el espíritu de trementina y el nervios por sus propiedades estimulantes, El amar
éter; pero siempre que se han querido hacer estos gor de boca, las náuseas y los vómitos, pueden simu
esperimenlos en el hombre vivo, se lian desvanecido lar el embaí azo gástrico; estos signos son equívocos,
las esperanzas de los químicos: si los enfermos han y eu los cuales no se puede couliar. Los resolutivas,
obtenido alivio algunas veces, no es porque se baya que se acostumbra prescribir eu casi lodos los casos
efectuado la disolución de! cálculo, sino porque les de ictericia, no son menos peligrosos en esto estado
remedios han obrado de muy diversa- manera. de espasmo. En semejantes circunstancias, los ano
En 1783 se alabó mucho cu las Memorias de la Aca dinos administrados u dosis cortas y repetidas, de
demia de fíijon, et remedio de Durando, que se pre tal suerte que no afecten desagradablemente el órga
para con tres partes de éter sulfúrico y dos de espí no del gusto, y que no csciten demasiado el sistema
ritu de trementina. Se prescriben durante algunos sanguíneo, son los -únicos que estáu indicados.
días los emo'ientts y los resolutivos, y se hacen to Colocamos al opio en el primer lugar, y empicamos
mar en seguida todas las mañanas dos escrúpulos de con preferencia la tiniura anodina, á la dosis de
esta mezcla, con suero, ó con un cocimiento resolu veinte gotas, en una poción preparada con dos on
tivo. lis cierto que esto remedio no dirige sn acción zas de agua destilada, cantidad suficiente de goma
mas que sobre la membrana mucosa del estómago y arábiga, y un jarabe agradable para tomar en cuatro
de los primeros intestinos, y que no puede llegar sin veces, de cuarto encuarto de hora, hasta que los ac
alterarse hasta el hígado ó la vejiga de la hiél, parí cidentes se mitiguen. En las personas que están
atacar al cálculo. Nosotros hemos hecho uso de él al acostumbradas al uso de medicamentos difusivos,
gunas veces; pero las náuseas y el sentimiento de ar como los hipocondriacos, los histéricos, y que no tie
dor que su presencia ocasiona en el estómago , han nen liebre, empleamos desdo el principio de la en
impedido á la mayor parte de los enfermos continuar fermedad el espíritu de cuerno de ciervo, el éter
con él. Estos accidentes nos han inducido & suprimir sulfúrico, asociados con* la tintura anodina, á la dosis
el espíritu de trementina, que tiene un gusto muy do algunas gotas en una infusión de manzanilla, y
desagradable, y á prescribir el éter sulfúrico, asocia tenemos cuidado de repetir las lomas Al esterior
do con la tintura anodiua. Esta mistura ha producido prescribimos los enemas emolientes, las unturas sobre
buenos efectos, pero no lia fundido las concreciones el vientre con una pomada nervina, las calaplnsii.as
biliarias. de simiente de lino u otras semejantes, y sobre lodo
El único partido que nos queda, es el de preparar los semicupios libios. Cuando se han evacuado los
las vías que deben dar paso al cálculo, y hacer cesar intestinos con ayuda deuneiiema emoliente, hacemos
el espasmo, que depende de la presencia de este administrar otro preparado con la infusión de manza
cuerpo eslraíio ó de diversas causas. Cuando los sín nilla, ó la asafélida disimila en una yema de huevo.
tomas, las mas veces equívocos, de esta enfermedad Galeno, Hablando de la ictericia ocasionada por las
no son muy intensos, es mus seguro observar un mordeduras de animales venenoso?, cuenia[que un es
clavo i
5*78 BIBLIOTECA ECONÓMICA
¡Jo por uno de estos reptiles. E<la hombro taro, el tártaro soluble, y á la tintura acuosa de rui
', durante algún tiempo los medicamentos de cjiio barbo; se prescribe también el jabón, la goma amo
solía hacer uso en semejantes circunstancias; niaco, el estrado de Celedonia, de saponaria, incorpo
pero se apercibió de que su piel tomaba un color rado con un estrado amargo y bajo la forma de pil
porraceo. Consulló í Caleño, el cual le administró doras; en fin, se recurre al calomelanos, á las aguas
la triaca , y su piel volvió á lomar prontamente su minerales de Egra, de Pyrrnont, etc. Como el jabón
color n- tural. Nosotros hemos permanecido diez se pone fácilmente rancio, y los ictéricos lien n por
años en llalia, donde se ven frecuentemente personas lo común el estómago muy débil, nosotros no le da-
mordidas por las víboras ó los escorpiones: sin em raos á grandes dosis, como un célebre médico aus
bargo, jamás hemos tenido ocasión de observar la tríaco, y no insistimos por mucho tiempo en su uso.
ictericia dependiente de esta causa. No obstante, Hemos empleado sin éxito el estrado de cicuta, laa
guiados por el raciocinio, emplearíamos , si se pre alabado por los autores, en las obstrucciones del hí
sentase ocasión, un remedio propuesto por un hom gado, en los escirros y los carcinomas de esta visce
bre de mérito, que consiste en una mistura prepaiada ra y de otros órganos. Un medio que ha producido
con media dracma de sal volátil oleosa, quince gotas buenos resultados á un gran médico de Inglaterra,
de láudano liquido itc Sydenham, y una onza de jara en muchos casos de ictericia hepática, rebelde á lodos
be diacodion, á la dosis de media poza cada hora, los medicamentos, es el que usaba una enfermera de
una infusión (le té. Londres, que consisto en tomar tres ó cuatro veces
La ictericia que vuelve periódicamente como sin* al dia la yema de un huevo fresco diluida en un vaso
de una liebre intermitente, y desaparece du de agua fria. Para apreciar los efectos de esta poción
rante la apirexia, es muy fara; pero ha sido obser no consultamos la teoría, la que nos 'liria que láye
vad i con frecuencia por un céleore médico danés. nla do huevo es una especie de jabón: nosotros nos
Cuando va acompañada de saburras, se administran atenemos á la esperiencia reiterada del médico sa
los evacuantes para simplificar la enfermedad, que bio que ha hecho uso de ella. No es posible
se combate en seguida según las reglas que hemos que la ictericia hepática ceda siempre á este reme
establecido para el tratamiento de las fiel) es inter dio sencillo; pero se puede decir otro tanto de los
mitentes. demás medicamentos. Hay enfermos que no pueden
Cuando la ictericia reconoce por cansa una lesión soportar los huevos ; cuando los comen , esperi-
de. la cabeza, la atención del médico debe dirigirse mentan un sentimiento de pesadez y de calor en el
sobre el encéralo y sobre los órganos que participan estómago; pero, á escepcion de estos casos parti
de la lesión, mas bien que sobre el hígado. En gene culares, ios ictéricos digieren bastante bien este
ral, las aplicaciones frías sobre la cabeza, las san alimento.
guijuelas, y otros medios quirúrgicos, hallan aquí Por lo común, la causa de la ictericia hepática se
un lugar preferente. halla fuera de los recursos del arte; los escirros, los
La ictericia que se manifieUa en los primeros*! esteatomas del hígado, resisten ó todos los fundentes;
me-es del embarazo, en medio de la mas perfecta se exasperan aun por el uso de los resolutivos y de
salud, y procede de las mismas causas que las náuseas, los evacuantes, y por este método los enfermos "caen
y los vómitos de las mujeres en cinta, es una afección mas pronto en el marasmo y en la hidropesía. Cuan
muy rara que no hemos observado nunca. Por último, do la piel y los ojos vuelven á adquirir su color natu
no es succptible de curación; sigue la misma marcha ral, cuando ias orinas son menos encendidas y no
que los demás accidentes del embarazo, qucresislcná tiñeu el lienzo, cuando las materias fecales pierden
to;ios los esfuerzos del arte, y se disipan espontánea su c i'or de ceniza, y empiezan á pouerse amarilla», y
mente, en la mayor parte de las mujeres, después cuando se disipa la opiesion epigástrica, se debe es
de los cuatro ó cinco primeros meses de la gestación. perar una terminación feliz. Pero comunmente, aun
Sin embargo, cuando en una mujer jóven, robusto, en medio de la enfermedad los escremdilos no son
antes de su embarazo, se observan síntomas de pléto ni blancos, ni color de ceniza, sino naturales; al con
ra, y un calor insólito; creemos que puede ser útil la trario, conservan á veces su color de ceniza algún
sangría. tiempo después de la curación radical de la ictericia,
.Nos queda poco que d 'eir sobre el tratamiento de y el convaleciente se queja todavía de un sentimiento
la ictericia hepática, después de lo que liemos dicho de tensión en la región del estómago, aunque no se
sobre la hepatitis, la supuración y la, induración del halle amenazado de recaída. Estos síntomas proceden
hígado, las retenciones en general, y las retenciones de la debilidad, y se disipan insensiblemente por el
abdominales en particular. La historia de la ictericia uso de los amargos, como un ligero cocimiento de
espasmódica, de la ictericia de las embarazadas y de casia, aromatizada con el agua de azahar, ó de trifo-
la ictericia de los niños, prueba que las diversas alec lium fibrinum, en el que se pone en infusión la raiz
ciones del higado no son las úuícas causas de esta de acoro. Se favorece la acción de estos remedios
enfermedad; pero es cierto que el mayor número de por la permanencia en el campo y el ejercicio de la
las ictericias, sobre todo crónicas, provienen de las equitación.
obstrucciones y de los infartos de esta viscera. En la La ictericia que se manifiesta en los últimos tiem
ictericia hepática recomendamos al esterior los baños pos del embarazo, procedo de la compresión del híga
jabonosos, los ungüentos de altea, de caléndula, á do ¡ior el útero, y no se disipa hasta después del par
los que se añade una corta cantidad de ungüento to: algunas veces, en*las mujeres pictóricas, ó entre
mercurial y de alcanfor, y los enemas resolutivos: in gadas á los eseesos de la gula, depende de una con
teriormente prescribimos los medicamentos conocidos gestión sanguínea en el hígado ó de la repleción de
también con el nombre de resolutivos, y los laxantes tos intestinos por las saburras. Se prescribe, pues,
suaves; los jugos sacados de las yerbas y de las según los casos, la sangría, ó un laxante suave. Cuan
raices que contienen un humor lechoso, como el diente do la ictericia proviene del desarrollo del útero, la
de león, la achicoria, y la grama Se haceu cocer compresión no se dirige s dauieule sobre el hígado,
ligeramente estos jugos en un caldo de vaca , ó en sino también sobre la vesícula biliar, que se distien
el suero, y no se deben dar crudos. Se administran de cada vez mas por la acumulación de la bilis en su
igualmente los estrados de estas plantas asociados cavidad; es de temer que esta bo!sa se rompa en los
DE MEDICINA X CIHÜJÍA»—FRANK. 579
secvado. El vientre uo baja siempre al fia del emba pogastrio. Este tumor, doloroso al tacto, ofrecía re
razo: muchas veces la matriz se mantiene hasta el sistencia: examinándolo, sin embargo, con precau
úliinio día en el mismo grado de elevación , ya porque ción, se apercibía fluctuación; las orinas eran aza
el licor amniótico se encuentre en demasiada abun canadas, el vientre estaba perezoso, los escremeutos
dancia , ya porque existan dos fotos, ó poique este duros y verdosos, la lengua cubierta de mucosidades
haya lomudo una mala posición, cuya circunstancia blancas y tenaces, amargor de boca, y horripilacio
auméntalos peligros de la compresión. Para prevenir nes de cuando en cuando. La enfermedad parecía pro
sus funestos efectos es necesario administrar á la mu ceder de este tumor, cuya naturaleza no era fácil dcü-
jer, antes del parto, por lo menos algunos enemas, si nir. Sin embargo, prestando atención al conjunto de
no conviene sangrarla, y durante el parto sostener los síntomas, no se podía dudar de que la vesícula
suavemente la región de la vesícula de la hiél. de la hiél estuviese llena. Se prescribieron los fun
La ictericia se declara algunas veces durairtc los es dentes, y la enferma sobrevivió siete dias, durante los
fuerzos del parto ; es ordinariamente espasinódi- cuales sobrevino una diarrea fétida y mezclada de
ca, y se disipa bien pronto con las alteraciones de que sangre, que abatió las fuerza^, y causó un poco de
ya acompañado el alumbramiento. Cuando las otras delirio. Esta diarrea, á la que se agregó la timpanitis,
visceras están ingurgitadas, obstruidas, colocadas acabó por causar la muerte.
fuera de su lugar, y ocultas en el lado del hígado, Se halló el hígado un poco duro. El volumen de la
pueden ejercer sobre los diferentes puntos de esta vis vejiga de la hiél, que estaba llena de bilis, era cinco
cera la misma compresión que el útero desarrollado ó seis veces mayor que el ordinario. Los canales hepá
por el producto de la concepción. Ya. hemos refe tico, cístico y colédoco, estaban muy dilatados; no ha
rido uu caso notable de una mujer muerta de una bía ningún cálculo. El canal colédoco se hallaba escir-
hidropesía periloneal; ya hemos hablado de la indu roso cerca del duodeno, y el páncreas endurecido.
ración del duodeno en el sitio que corresponde al Este estado escirroso de este canal fue la causa
orificio del canal colédoco y del canal pancreático; de la ictericia á que sucumbió la enferma. .Noso
hemos hecho mención igualmente de los cálculos que tros hemos visto la ictericia sin distensión tan grande
se forman en este intestino, y do las diversas lesio de la vesícula, y la cual dependía de un escirro del
nes orgánicas que pueden afectar los canales esereto- páncreas, que comprimía el canal colédoco (I). Tan
res de la bilis. Es difícil, y por lo común imposible, gran dilatación de la vejiga de la hiél, acompañada
reconocer su existencia anies déla muerte, ) no está de horripilaciones, de fiebre, de dolor al tacto, y de
en nuestro poder el curar males quo proceden de se fluctuación, hubiera podido creerss un absceso del
mejante origen. hígado ó del peritoneo; pero la ictericia y la situación
La ictericia de los recien nacidos es menos frecuen del tumor debian contribuir mas bien á formar la idea
te de lo que so cree: el color amarillo que adquiere de una acumulación de bi is que la de una colección
la piel de los niños robustos, irritada por la primera de pus.
impresión del aire atmosférico, depende de un ver La causa precitada no es la única que puede dar
dadero eritema," que so termíua por descamación. Este lugar á una retención de la b¡lis; Duverney ha en
estado, como hemos dicho, no va acompañado del contrado el canal colédoco libre, y tan dilatado que
color amarillo de los ojos ni de las orinas; no exige podía introducirse un dedo; siu embargo, la vesícula,
mas que un calor suave, algunos baños tibios, y el e-lremadameute dilatada, contenía dos pintas de ma
pecho de la nodriza; la electricidad, las fricciones, teria biliosa; atribuye, no sin motivo, la inercia de
y los evacuantes, uo pueden c.invenir. Si el desórden este órgano á la distensión estreñía de sus paredes,
de la traspiración en el recién nacido da lugar á al y ja compara bajo este aspecto A lu vejiga.
guna afección espasmódíca, que determina ú su vez Hemos dicho, al tratar de la ascilis, que la vesícu
una verdadera ictericia, el médico debe conducirse la de la biej distendida por la bilis ó por cualquier
según las indicaciones que se presenten. Cuando el olio líquido, puede simular un tumor enquislado, y
niuo tarda en arrojar el meconio, cuya retención mas de una vez algunas manos temerarias han tenido
parece ser causa de la enfermedad, se prescriben los la imprudencia de dirigir el instrumento sobre él.
enemas emolientes, se administra un laxante suave,
preparado con seis dracmas de agua de hinojo, tres GÉNERO TERCERO.
dracmas de tintura acuosa de ruibarbo, y media onza
de jarabe de achicoria para tomar á dosis refractas. Cálculos urinarios.
La ictericia pictórica que ha sido precedida de la
supresión de las hemorroides ó de los menstruos, re 91C. Separamos la historia de los cálculos urina
clama una dieta severa, la aplicación de sanguijuelas rios de la de ios cálculos biliarios, porque los elemen
al ano, á la vulva, y cuando no existe supresión, tos que los componen son muy diferentes. El plmi de
i la región del hígado. Se asocia á estos medios el esta obra nos impone la obligación de hablar de ellos;
suero con tamaríudos, y el mercurio dulce. Si la he pero como esta materia ha sido tratada por los quí
patitis parece inminente, se sigue el tratamiento que micos, los médicos y los cirujanos mas distinguidos
hemos aconsejado contra esta flegmasía. do nuestro siglo, no entraremos en grandes detalles.
Dilatación morbosa de la vejíca de la hiél, (1). Suponemos que el médico jóveu conserva aun el re
—Una mujer, de cerca de cincuenta años , mal cuerdo de sus esludios químicos y patológicos sobre
conformada, que había sentido muchas veces dolores esta importante materia, y nosotros le recordaremos
en la región del hígado, y presentaba hacia mucho lo que puede ser útil en el ejercicio del arte.
tiempo un color amarillento de la piel, fue sobreco- 917. Generalidades Las concreciones petrosas
§ida, ú los nueve dias de haber sentido estos dolores, son mucho mas frecuentes en el homb e que en los
e una ictericia general, acompañado de liebre. Tras animales, y podríamos decir, si no fuese impropia la
curridos algunos dias, entró en el hospital de Milán. espresion, que su cuerpo es una verdadera cantera.
Ademas del color amarillo de todo el cuerpo y de los Los anatómicos han hallado cálculos en todas las par
ojos, su pulso era febril, y tenia un tumor que se es- tes del cuerpo, desde el cerebro hasta el dedo pe
leudia desde el hipocondrio derecho hasta casi el bi
i Ssli
580 BIBLIOTECA ECONÓMICA
queíio del pie: Hipócrates hace mención de cálculos 919. Ni la edad ni el sexo eximen de padecer es
uterinos. Pero los órganos urinarios ocupan el primer ta enfermedad. Un autor holandés que ha escrito so
rango en esta escala patológica. Si esceptuamos los bre la nefritis, ha encontrado cálculos renales bastan
cálculos biliarios y urinarios, el análisis de las con te duros en los fetos de cinco ó seis meses. Uno de
creciones petrosas no lia sido hecho todavía con nuestros predecesores en la Academia de Gceiinga
bastante cuidado, ni on un número bastante grande lefiere, en un opúsculo en que trata délos cálculos
de casos, para enriquecer la doctrina general de la producidos en el seno materno, la historia de dos
formación de los cálculos. Este vacio es deplorable, niños, uno de dos dias, y otro de ocho, que murie
pero puede dispensarse á causa de la rareza de estas ron en medio de convulsiones osciladas por la sali
concreciones. da de algunos cálculos pequeños. Las concreciones
918. No no9 toca eliminar en que países son biliarias no son frecuentes en la primera edad de la
mas raros ó mas comunes , los cálculos urina vida: pero los cálculos urinarios no son raros en ios
rios. Sin embargo, trataremos de paso esta cues recién nacidos, en Inglaterra y en Italia.
tión, para invitar á los médicos y á los cirujanos de 920. Los gotosos están sujetos con particularidad
todas las naciones civilizadas á estudiar comparativa á las afecciones calculosas. Solamente la naturaleza de
mente los estragos que esta cruel enfermedad ejerce sus orinas anuncia la afinidad que existe entre la gnu
en las diferentes regiones del globo, según la edad, y este género de enfermedades. Se hallan frecuente
el sexo, el género de vida, y las demás circunstan mente cálculos renales, ú otros, en los gotosos, cu
cias higiénicas; á insertar sus observaciones en los yas articulaciones contienen concreciones tofáccas.
registros de los hospitales, y á comunicarlas todos Nosotros esperimentamos hace treinta años accesos
los años á las sociedades do medicina. Los médicos de gota no hereditaria, que solo tienen lugar una
del principado de Spira creían antiguamente que los vez cada doce meses. Esta enfermedad ataca á los
cálcaos urinarios eran raros en esta provincia ; pero píes; pero no ha dado nunca origen á concreciones
cuando se cultivó con un poco de mas cuidado la ci- tofáceas en esla parle; las orinas que arrojamos al fin
rujia, y un hábil operador enseñó el arle del catotr- del acceso, no difieren de las de otros gotosos, sin
rinno, las observaciones de esta enfermedad se obser embargo de que no hemos tenido nunca el menrr
varon con mas frecuencia. Cuando nosotros llegamos á signo de afecefou calculosa. En los individuos qi.e
Pa'ia, donde casi todoslos hospitales de las ciudades tienen cáiculos en las vías urinarias, se forman tam
algo considerables tienen un litotomista ejercitado, bién muy á menudo en otras parles del cuerpo. Se
vimos con unplacer mezclado de admiración, que los han visto en una mujer concreciones de esle género
cálculos de la vejiga no se e-capan á la observación que han salido por los poros cutáneos, por la vagina,
de los médicos. Las concreciones urinarias son mas Íior el conducto auditivo y por los ánguljs del ojo. So
comunes en Italia, en el mediodía de la Francia, en labia de un enfermo que tenia simultáneaneiitc
en Inglaterra y Bé'gicn, que en las provincias de cálculos en los ruines, en el hígado y en los pulmones.
Alemania; pero la desproporción seria mucho menor, Si estas concreciones, halladas en el mismo indivi
si los cirujanos alemanes hubiesen poseído siempre duo en las vias urinarias y en otras regiones, diesen
el arte de esperar la vejiga. Hace veinte y rinco al análisis los mismos elementos, su iormac¡ou no
años que fuimos encargúelos del hospital do Viena, dependeriadel vicio del órgano en que se encuentran,
donde se reciben todos los años cerca de diez y seis sería menester referirla mas bien al vicio de las ori
mil enformos : en esta época se practicaban cada nas; ó al menos, á estas dos causas.
año una ó dos operaciones do la talla, y las conse 921. Los cálculos que pindén sin titubear lla
cuencias oran pocas veces felices. Un celebre litoto- marse urinarios, tienen su asiento en los rí
mi-ta de Vcnecia vino á esta capital, y logramos in ñones, los uréteres, la vejiaa la próstata y el canal
ducirlo 6 dar á conocer al público su escelentc mé de la uretra. Cuando estos órganos cspe'imentan al
todo: operó piimero sobre el cadáver, y en seguida á guna lesión, ó vienen á supuración, pasan algunas
algunos enfermos del hospital. Desde entonces nues veces los cálculos á las p; rtes inmediatas. Se intio-
tros cirujanos adquirieron una destreza que les era ducen en el espesor del periné después de la opera
antes desconocida en, esta parte difícil de su arte, y ción de la talla; descienden al escroto é consecuencia
en un solo año se curaron mas calculosos que se cu de ulceraciones ó de perforaciones ue la uretra; pe
raban antes en el espacio de veinte, porque sucum netran en la vagina cuando se establece una comu
bían casi todos á esta enfermedad. Se creía también nicación morbosa crtlre este canal y el meaio urina
que los cálculos vesicales eran muy raros en la Lilua- rio ó la vejiga. En el fimosis congénilo ó accidental,
nía antes del establecimiento de la clínica quirúrgica se forman á veces, cálculos debajo del prepucio; cuan
en la academia ie Wilna: hoy los cirujanos ejercita do la orina permanece en é¡ durante alpun tiempo.
dos en la práctica del cateterismo, los encuentran Sin embargo, la mayor parle de los cálculos que se
muy á menudo. hallan en este sitio ó eu la vagina, no son concrecio
Sin embargo, hay comarcas en donde los cálculos nes urinarias. Quizás el mayor número de ellos lier.e
de la vejiga no son frecuentes, y en donde no se pre su origen en los ríñones; pero residen mas veces en
senlan mas que por intervalos á la observación de el riñon izquierdo que en el derecho. El autor de una
los hombres mus esperímentados. En Gcetinga, las disertación titulada de lithyasi sinislro reni frecuen -
afecciones calculosas de los ríñones ó de la vejiga tius quam decetro infesta, atribuye esle fenómeno á la
constituyen una de las enfermedades mas raras. Un longitud de la vena renal izquierda, y á su sobro
célebre fisiólogo ha disecado en el anfiteatro anatómi la aorta; otros lo refieren á la compresión qoe el ti* •
co de la universidad do esta ciudad doscientos trein gado ejerce sobre el riñon derecho, y al calor suave
ta cadáveres de individuos de diferentes edades y se que esla viscera voluminosa mantiene á su alrededor.
xo, casi todos de la clase del pueblo, y no ha encon Nosotros no nos decidimos por nirgunade estas espli-
trado mas que dos casos do cálculos "urinarios. Los! caciones, pues todas ellas están fundadas en las teo ■
cálculos biliarios, por el contrario, son muy comunes rías mecánicas del último siglo; pero no nos tomare
en esle pais. Un médico inglés, que ha practicado mos el trabajo de buscar á nuestra vez la causa de
la medicina por espacio de muchos años en los países esle hecho singular, porque no nos avergonzamos de
situados entre los trópicos, asegura que los cálculos- confesar nuestra ignorancia sobre este punto, como
de las vius urinarias son desconocidos en estos climas ' sobre muchos otros. Sin embargo, el riñon derecho
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRANK. 581
noostáexento depadecer cálculo -: el primer profesor dico holandés de que acabamos de hablar, refiero una
del Instituto clinico de Víena ha hallado en esto ór observación interesante: un hombre tenia hacia algún
gano concreciones petrosas que pesaban mas de seis tiempo en la vejiga un pedazo pequeño de madera, que
onzas; y nosotros podríamos citar mucho; mas casos habia penetrado en esle órgauo á través de las pa
de esle género. Se tiene mas de un ejemplo de la redes del abdómeu. So practicó su estraccion, y se le
obturación de los dos uréteres por cálculos que ha halló incrustado de cálculos bastióte considerables.
bían lenido un origen evidente en los ríñones, lo que Este mismo autor halló en la vejiga de una vieja un
prueba que ambos están sujetos á las afecciones cal cálculo que tenia por núcleo un diente molar. Noson
culosas. Nosotros misinos los hemos visto llenos de tros podríamos citar un número infinito de casos en
cálculos. que el núcleo de las concreciones urinarias estaba
922. Consideraríamos como improbable lo que los formado por alfileres, bulas de plomo y clavos. EL
autores nos dicen del peso de los cálculos urinarios, acrecentamiento de los cálculos tiene lugar como el
si no hallásemos pruebas materiales de ello en los mu de los espatos, es decir, irradiando de la periferie al
seos de anatomía patológica. Un médico distinguido centro, y circularmente en una dirección paralela á
de la Lombardia nos presentó en 1787 cálculos ve la superficie del núcleo. Cuando la orina conserva
sicales, de los cuales el mas voluminoso pesaba 34 siempre las mismas cualidades, se efectúa lentamen-
dratinas. Un médico sabio de Cremona lia enviado le, de una manera uniforme, y todas las partes de
uno do 10 onzas y media (313 gram.) r.l Museo pato la piedra están compuestas de los mismos elementos;
lógico de Pavía. Nosotros hemos visto otro de un pe pero cuando sobrevienen variación?-, de esle líqui
so considerable, y del tamaño de un huevo de ánsar: do se observa lo contrario: el color y li dureza del
en su parte media liabia un núcleo que no se podia cálculo varían. Hemos dicho que los cálculos tenían
ver, pero que hacia ruido cuando se agitaba el|cálcu- siempre un núcleo sólida: sin embargo, no neg.im >s
lo. En fin, se han hallado algunos que pesaban tres que la linfa y el moco espeso, ó la sanare coagulada,
libras. El peso de los cálculos relativamente al agua mezclándose con las piedras pequeñas quo arrastran
es por lo común como 1:426. las orinas, puedan formar el núcleo da estas concre
923. La forma de los cálculos urinarios varía ciones. Se ha dividí lo con la sierra un número bas
segun la forma del Núcleo de que están todos pro- tante grande de cálculos, y se ha encontrado en su
v st is, como so puede ver dividiéndolos con una sierra; parte media un núcleo sólido y casi insolub'e; pero
y según la configuración de la cavidad en que han hay otros muchos que no so' han sometido á esto
tenido origen. Son redondos, ovales, irregulares, eximen, y presumimos que cuando la mate ¡a salina
angdosos, ramosos. Nosotros hemos visto un cálculo lia adquirido toda su solidez, el nú loo puede secarse
casi perforado en su parte media: estaba colocado en y convertirse en polvo. Tal era probablemente el
el orilicio de la ve|iga, que mantéala entreabierto, cálculo quo tenia en su centro un núcleo movible,
y su presencia daba lugar á una incontinencia de cuya observación hemos referido mas arriba.
orina. En las Efemérides ¡le cur. de la natur, S9 ha 925. Hay concreciones urinarias que no tienen
bla de un cálculo voluminoso que fue arrojado por el núcleo, y que no difieren de los cálculos mas que en
ano, á consecuencia de dolores abdominales: es- su forma. Consisten en una incrustación de materias
lab» horadado de parte á parte por un agujero, que salinas que cubre la cara interna do los uréteres, de
dió paso á muchos ascárides lombricoides vivos. I.a la vejiga, de los tumores ó d3 los escirros desarro
superficie de estas concreciones es ya compacta y li llados en la cavidad de esle órgano, del canal déla
sa, ya áspera, tuberculosa, y aun algunas veces eriza uretra, y que se parece al barniz que deja la orina i n
da de puntas quo hacen sentir al enfermo dolores las paredes del vaso en que se la deja permanecer.
crueles. En medio de las punías salientes de los cálcu Mientras que estos órganos están humedecidos por
los se deposila una materia blanca, ó de cualquier el humor mucoso que segregan en el estado de salud,
otro color, según la calidad do las orinas: insensible resisten á la incrustación; pero esto accidente es de
mente van desapareciendo las asperezas, la superficie temer cuaudo son asiento de una secreciou morbosa, *
del cálculo se pone lisa y lustrosa, y se mitigan los ó su cara interna se seca, se arruga, se escoriii.se
dolores. La mayor parte de las concreciones calculo inflama, y la orina permanece estancada en su caví-
sas exhalan el olor déla orina; pero hay muchas os- dad. Math. Baillie, lie visto á la vejiga y á la urelia
cepciones sobre esle punto. Su dureza procede de la tapizadas por todas partes de una costra de materia
naturaleza de las orinas, como observa un celebre ci análoga á la cal. Pero las condiciones que exige este
rujano holandés; no está en razón de su antigüedad. fenómeno físico no deben hallarse por lo común reu
Se hallan á menudo rn la misma cavidad muchos nidas, puesto que esto género de inciuslacion es
cálcu'os, pero no están confundidos, como creían los muy raro.
antiguos, que no los dividían por medio de la sierra. 920. liaríamos un servicio peligroso á los médi
El color de las concreciones urinarias varía también, cos jóvenes, ó al menos inútil, clasificando prematu
según las diferentes cualidades de la orina. Es de un ramente los objetos científicos que no son todavía
amarillo pálido ó subido, de un gris que tira á ama bien conocidos: solamente, seguiremos para la cla
rillo, moreno, negruzco, cretáceo, ó de un blanco que ridad del discurso, un orden cualquiera. La división
lira á gris. Los cálculos cambian de color, después de los antiguos químicos, fundada en las causas de
de su estraccion; este fenómeno no debe sorpren los cálculos, es, pues, absolutamente falsa; y si es
dernos, pues las mismas perlas no conservan siempre necesario decirlo, tememos que la de los químicos
su brillo. modernos no sea mas exacta. Nosotros no podemos
924. Todos los cuerpos sólidos pueden servir de desconocer los beneficios que presta la química;
núcleo á los cálculos. Cuando permanecen algún tiem pero es tal el destino de esla ciencia, que Casi cada
po en la vejiga, se cubren de una costra de materia diez años, á la aparición de un nuevo astro, cuya luz
calculosa, cuyo espesor aumenta de dia en día, aun es por lo común fascinadora, su edificio, levan
que la orina conserve sus cualidades naturales. La- tado con tanlo trabajo, viene á tieira y s;-pulla
sondas de goma elástica, cuando no se tiene cuidado bajo sus escombros los trabajos del médico impru
desacai las por lo menos una viz al día para limpiarlas, dente que ha osado fabricar sobre este terreno move
se incrustan de materias salinas, y es difícil »u salida, dizo. La división de los cálculos, según su color j u:
582 ÜlfeLTOTECÁ KCONÓMtCÁ
de interés. Sin embargo, el color Me fas capas súper- forma de la pelvis de los ríñones. Esta cavidáá y el
ficiales no nos da siempre uiia idea exacta del de las uréter fie cada lado, estañan muy dílataAos; el diá
capas profundas, y sabemos ademas que el lugar en metro del nreter izquierdo era seis veces major que
que se halla el cálculo no siempre es el mismo en en el estado natural; la cara interna de la vejiga ofre
que ha tenido origen. Sea de ésto lo que quiera, la cía señales evidentes de gangrena. Él Saco, estaba
división de los cálculos según su asiento es de un formado por las diversas membranas de está viscera,
gran socorro en la esposicion de los síntomas que les y la túnica mucosa habia cedido sin esperimentar le
son propios. Los cálculos urinarios son algunas veces sion alguna. En las Transacciones fíloi
hereditarios, como la gota-, sobre todo en las familias la observación de dos cálculos que se
atacadas de esta última enfermedad. Ya hemos hecho rados en una falsa membrana, en las inm
.mención de los eálculos que son epidémicos en cier del esfínter de la vejiga.
tas comarcas (I). 928. SÍNTOMAS DE LOS CALCULOS RÍN.
927. Los cálculos ocasionan dolores crueles en la síntomas que anuncian la existencia
mayor parte de los enfermos. No sin admiración los nales voluminosos, ó erizados de pro
vemos algunas veces permanecer profundamente losas, de asperezas, de puntas ; son
ocultos en los órganos que ocupan, y no dar señal los de la nefritis, á escepcion de la fiebre Aguda
alguna de su presencia. Se conserva en Leyden una irritación se propaga al estómago y al tubo intestinal,
concreción renal de ocho onzas (240 gram.), de cua por la simpatía nerviosa que establece relaciones in
tro pulgadas y media (16 centím.) de largo, y de dos timas entre estos órganos y los ríñones. Los princi
pulgadas (8 centím.) de ancho: los médicos no ha pales síntomas son: un dolor cu la región de los rí
bían ni aun sospechado su existencia durante ta vida ñones, la retracción del testículo, el entorpecimiento,
del enfermo. Un gran médico de la antigua Roma, en el estupor, el espasmo, el dolor ó el edema del mus
contró cálculos muy voluminosos en los ríñones de dos lo correspondiente. Hipócrates describe los acciden
hombres que lio so habían quejado de ninguna in tes que acompañan á los cálculos renales, y el cuadro
comodidad; que anunciase la afección de estos órga que nos ha dejado es bastante exacto p¡
nos. A. Haller descubrió en un hombre, después de la on que vivió este grande hombre,
muerte, un cálculo en el uréter derecho, quo no ha edades remolas las aberturas cadavi
bía dado ningún signo de su preseneía. Un anatómico mudamente raras, y el observador
alemán habla de una concreción petrosa que perma dirigir el instrumento sobre un
neció tres años en este conducto sin ocasionar la me mayores peligros. Hé aquí cómo se espresa
nor incomodidad. Los autores refieren muchos casos ferino se queja de un dolor agudo en el
Je este género. lomos, y el testículo; la gana de orinar es
Estos cáleulos se escapan al conocimiento del médi ó insensiblemente se declara la iscuria. Lá<
co, porque nada hay que descubra su existencia. Pero tra arenillas pequeñas, cuyo paso ocasiona
hay otros que ocasionan vivos dolores, y quese ocultan, violento en el canal de la uretra; después
sin embargo, á nuestras investigaciones. En efecto , los lida se mitigan los sufrimientos, pero esta calma es
cálculos de ía vejiga y de la uretia están al descu momentánea. El enfermo se frota el pene al ¿I
bierto en la cavidad de estos órganos, y son accesi las orinas, para aliviarse. La ma^or parte de los r
bles á la sonda, ó bien se colocan en bolsas acciden eos se engañan sobre la naturaleza de la cnfeimei
tales, y el catéter no puede llegar inmediatamente has pues solamente porque ven las piedrecillas que árra s
ta ellos, á pesar de lo que dicen ciertos autores. La tran las orinas, creen que la vejiga es el asiento del
membrana mucosa y el tejido celular que reúne las cálculo, mientras que este se halla en el rj'Hpn.» Sin
fibras de la membrana muscular, comprimidas, irri embargo, la autopsia nos enseña que la observación
tadas por el cálculo, se gastan, se destruyen, y se del padre de la medicina no se halla en Ün
forma en el punto correspondiente una cavidad, en la forme con la verdad. Cuando los cálculi
que se oculta la concreción. En esta circunstancia,' si mismo tiempo los ríñones y la vej
sobreviene una inflamación, aunque sea ligera y cró gar á los síntomas que se acaban
nica, de la vejiga, da origen á una falsa membrana siden únicamente en los ríñones,
que cubre el resto del cálculo y las asperezas que se tran por lo común arena, el enfé
elevan algunas veces en su superficie. Otras veces dolor ni de sentimiento de ardor en la urfei
las fibras musculares se separan, el cálculo pasa al in perimenta esa sensación irresistible
tervalo que presentan, dilata insensiblemente el lugar frotarse el pene. En un procurador
que ocupa, y forma por lo común una ancha bolsa. cuerno pesaba cuatrocientas libras, os élri-
Hemos referido muchas observaciones relativas á es ñon izquierdo lleno de cálculos; la ve( cpnte-
tos apéndices Vesiculares. nía mas que una materia arenosa : e enfermo habia
Un príncipe polaco, de edad de cincuenta y cua acusádo un dolor y un sentimiento de ardor en la
tro anos de edad , experimentaba desde largo uretra. Pero existia en el orificio iuternode éste ca
tiempo los accidentes producidos por la piedra: sus nal un absceso que daba razón de estos dos síntomas.
orinas eran blancas, muy abundantes, y depositaban Nosotros hemos visto un gran número de individuos
un sedimento purulento Algunos médicos de Varso- que han arrojado orinas muy cargadas dé arena, sin
via y de Berlín le habían Sondado varias veces, y ha estar afectados de cálculos renales. , , ji vEa^B
bían" declarado que no tenia cálculo alguno en la ve- La ausencia de las piedrecillas hace incierto el
Murió en fin, en Viena, en el mes de julio de diagnóstico de esta enfermedad, sobre todo cuando el
i, atormentado por un hipo continuo. A la aber enfermo uo ha arrojado nunca ningún cálci
tura del cadáver, se halló en una bolsa accidental que ño. Pero su presencia puede á su vez en —
ocupaba el lado derecho de la vejiga, un cálculo de dico: en efecto, el lumbago de los gotr
siete onzas y seis
i ■ ■ dracmas. Esta concreción tenía la puñado á menudo de los misr
afecciones calculosas de los riñe
muy cargadas de materia arenosa; el do
pre se limita á la región lumbar, sino qu
gunas veces el trayecto de los uréteres
célebre habla de un hombre que estaba
DE MEDICINA f CIBÜJÍA. FRANK.
atormentado de !a gota, y que se quejaba hacia ocho guen el trayecto de estos conductos, horripilaciones,
días de uu dolor lumb ar violento, que descendía si espasmos, hipo, vómitos, retracción del testículo, y
guiendo la dirección del uréter; las orinas que arro entorpecimiento del muslo. Cuando los dos uréteres
jaba eran mucosas. Esta afección era un espasmo ar se hallan cerrados, como se ve en las Antas médico-
trítico del músculo psoas, y cedió á una simple poción físicas de cur. de la natur:, y como lo liemos obser
anodina ( I ). vado nosotros mismos en muchos casos , la orina no
Es necesario, pues, no atender & üu solo síntoma llega á la vejiga; si se introduce la sonda en este
en una enfermedad que se halla tan comunmente órgano, se le encuentra vacío, y el enfermo no espe
envuelta en la oscuridad: se debe considerar el con rimenta la necesidad de orinar," á menos que resida
junto de los fenómenos morbosos, y recordar, sobre también en él algún cálculo. En la inserción de tos
todo, las causas á que ha estado sometido el enfer uréteres, en el trayecto oblicuo que estos conductos
mo. Los primeros accidentes que se presentan, son recorren sobre los lados de la vejiga, se introducen
las náuseas y los vómitos; nosolamente se observan en difícilmente las concreciones entre las membranas de
las afecciones calculosas de los ríñones, sino también esto reservorio, la orina se acumula por encima del
.en un simple lumbago. Cuando la materia arenosa, obstáculo, los canales de que hablamos se dilatan, y
que es de un blanco rojizo, se halla en gran cantidad, adquieren á veces el volumen de un huevo, según la
puede ocasionar, así como el espasmo, ese dolor observación do los anatómicos. El cateterismo ño nos
atroz de los intestinos, conocido con él nombre de enseña nada sobre la existencia do los cálculos ure-
cólico nefrítico. Durante este cólico, hay algunas ve léricos engastados de este modo en el espesor de las
ces deposiciones mucosas blancas, semejantes á" la le paredes vesicales. En otra parto hemos referido la
che, ó mezcladas con pus; otras veces existe una historia de una religiosa de Cremona, en la que el
constipación tenaz; pero el dolor violento que proce riñon derecho liabia contraído adherencias con el pe
de de la presencia de uu cálculo en el riñon, es con ritoneo; el cálculo horadó la sustancia con ¡ral de
tinuo, permanente, lijo, y limitado á un solo punto. esta viscera, y se abrió paso á través de los músculos
Es raro que Ids dos ríñones estén afectados al mismo del abdomen, á favor de un absceso ocasionado por
tiempo; en esta funesta circunstancia, las orinas están su presencia.
enteramente suprimidas; el dolor es mas intenso en 930. SÍNTOMAS DE LOS CÁLCULOS VESICALES.—LOS
una de las regiones lumbares que en la otra , es de síntomas de que va acompañado el cálculo de la veji
cir, en la que corresponde al cálculo. Algunas veces ga, son comunes á muchas enfermedades muy diferen
los sufrimientos aumentan por el decúbito sobre el tes, y su signilicacion es siempre equívoca, mientras
lado afectado, y se mitigan por ha posición sobre el que no se recurra al cateterizo. Sin embargo , la
lado sano. En el mas alto grado, las orinas son tras existencia de! cálculo es probable cuando estos sín
parentes, acuosas; el testículo del lado enfermo se re tomas son numerosos. Los principales son: una_ di
trae hacia el anillo inguinal , y ss esperimenta en el suria frecuente y periódica, ó una gana casi cor i na
muslo del mismo lado, y raras veces en ambos, un de orinar; una comezón y un dolor en el glande y eu
sentimiento de torpeza, de estupor , y algunas veces el prepucio, con una necesidad irresistible, q!'.e pro
un dolor verdvdero, lo que depende de las irradia duce al enfermo una sensación de Cosquilieo en es-
ciones simpáticas, y de la compresión que ejercen las partes. Este prurito da luto r á una tensión del
los ríñones tum 'tactos sobre los múscu oí psoas, á miembro viril, rrtiy diferente de la erección, y pro
través de los cuales pasan los nervios lumbares, que voca poluciones durante la noche. Existe un dolor en
dan en seguida origen á los nervios crurales. En los la región de la vejiga y del púbis; en el hombre, la
intervalos de calma, si el enfermo está atormentado emisión do las minas "es difcil á menos i)tie el enfer
por alguna afección violenta del alma, ó esperimenta mo se incline hacia adelante ó cruce la piernas; la es-
fuertes sacudidas en un carruaje qu- rueda sobre un tranguria es frecuente; la orina es, )a blanca, acuosa
crimino pedregoso ó desigual, el dolor se exaspera y pálida, ya rojiza, arrojad.) con ard-.r y depositando
con intensidad, v aun algunas veces va acompañado una materna muco«a, espesa, viscosa, ó li ulncntosa.
dr ueroató ría. Nosotros hemos asistido en 1786 á un Este sedimente, así como la orina, que algunas veces .
hombro de Pavía afecado de un cálculo renal: cuan es alcalina, exhalan un olor específico y nauseabundo.
do orinaba en pie, sus orinas eran al principio le A veces e' chorro de la orina es interrumpido súbita-
chosas, y después clamas; cuando pe^oánecia uiíoíta- mente: el enfermo se queja de un sentimiento ima -
do sobre la espalda para expeler la orina, era traspa moito y casi conilnuode pesadez sobre el periné; es
rente, y no ofrecía el color de la leche. Sin embargo, perimenta gsnas frecuentes de defecar, y ni arroja
las de las personas afectadas de cálculos renales, mas que materias globulosas en pequeña cantidad: es
' positan com inmente por el reposo un sedimento fatigado por náuseas, esfuerzos de vómito, y por vi »
meo, puriforme, viscoso, y que exhala mal olor, mito. La posición del cuerpo, ordinariamente vertical,
is síntomas que acabamos de señalar, tienen mucho y sus movimientos, que se' ejecutan casi siempre e:i
mas valor cuando no exisl« afección hemorroidal ó ésta posición, influyen mucho sobre la forma de los
artrítica á que se puedan referir, y cuando las orinas cálculos vesicales. En efecto, la mayor parte do es.
esparcen un olor lélído paitícular. tas concreciones presentan una de sus eslremidades
SÍNTOMAS DE LOS CÁLCULOS L'Rl TÉRICOS.— en el orilicio de la vejiga; su acrecentamiento se
Después de lo que hemos dicho en otro sitio de esta hace de una manera desigual , de «uerte que so en
obra sobre la iscurla uretérica y sus causas nos gastan algunas veces en el cuello de la viscera, en la
queda poco que consignaren este párrafo, á menos sustancia de la próstata, y conservan en parte la for
que quisiésemos cansar con fastidiosas é inútiles re ma del uréter, euando han pasado de este canal al
peticiones. Cuando el cálculo arrojado por un esfuer reservorio de las orinas. Los cálculos renales que
zo, pasa á la pelvis del riñon, y desde aquí al uréter, descienden á la vejiga, y los que se forman en la ca
el enfermo esperimenta dolores intolerables, que si- vidad de esta víicera, no tienen siempre desdé el
principio la consistencia de la piedra; puesto que
1 Se pueden leer muchas observaciones de esle género en la cuando hay muchos, se notan e:i su superficie peque-
"ación de I. A. flurray cm el titulo de -Materia arlhritica ad ~ is hoyos que proceden de la presión de unos contra
8IBI.I0TÜCA ECONÓMICA
anunciar con bástanle certeza que lio era solo, y quo ilnlades, sobre todo en el hombre, que tiene el mea
aun queda otro. to uriuarío nías largo y mas estrecho que la mujer.
SÍNTOMIS DK LOS CÁLCULOS DE LA PRÓSTATA.— HolllOS Ya hemos hecho mención de ello al hablar de las
hablado de las principales enfermedades de la prós retenciones de orina. La existencia da estos cuerpos
tata en los artículos consagrados á la blenorragia y ¡i duros, lleuos por lo común de asperezas , que to
la retención de crina; pero sobro todo, en el párrafo can mas ó menos al canal escretor de la vejiga, no es
donde nos liemos ocupado de las retenciones muco- difícil de comprobar. La distensión, algunas veces
so-linfíilicas de las vias urinarias. Hemos reservado escesiva, de osle canal, que eslá dolado de una grao
para el ai líenlo que uos ocupa, la historia de los sensibilidad, ocasiona un dolor viólenlo; la inflama
cálculos de esla glándula; seremos breves, porque ción, la supuración se apodera de él, las paredes dí
nuestra propia experiencia no nos enseña nada sobre la bolsa accidental que ocupa el cálculo se engruesan
esta materia. Si se hiciesen después de la muerte in se gaugreiiau, y la orina, cuyo curso eslá intercep
vestigaciones unalóriiicas muy exactas , se hallarían tado, so acumula en la vejiga, y refluye hácia los rí
sin duda mas á menudo concreciones calculosas en ñones. Cuando la uretra se desgarra ó viene á su
las vesículas seminales, como en los demás órgines puración, el cálculo se escapa por la abertura, ordi
secretor s ó escretures. Los cálculos de la próstata nariamente (istulosa, quo resulta, y algunas vecos
han sido descubiertos por muchos anatómicos; se desciende al escroto. Las concreciones calculosas de
puede leer su descripción en una disertación publi la uretra , cuamio uo son espelidas, ni sacada*
cada en Leipsick eu 1737 con el 'título de proslatis pronto por una incisión, adquieren á veces un volu
calculo affectis. A. Marcet ha hecho imprimir en \n- men considerable. Nosotros uo citaremos mas que
glaterra una obra mucho mas completa sobre esta ma un corto número de casos en apoyo de esta aserciou.
teria, adornada de láminas que representan los cálcu Mullí. Baillie (1) halió en una bolsa accidental, forma
los prostálicos (1). Como lodos estos cálculos uo dan da por la dilatación de la ure'ra, uo cálculo del tama
los mismos producios al análisis, se puede poner eu ño de un huevo de gallina. Otro observador ha visto
duda si su i'ortiacion es debida siempre á la orina uno que pesaba cinco onzas y dracma «y crtedia. Kl
que baña la próslala al pasar al canal de la uretra. autor de una disertación titulada de insólita calcvti
Los que los anatómicos han descubierto, son muy pe ingentis per scrotum cxclusione, refiere que un niño
queños, casi lineales; se ven algunos piriformes, y de Wileiuberg arrojó por el periné y el escioto, á con
otros del volumen de una avellana. Se han encontra secuencia de un absceso, un cálculo del peso tic nue
do en uno de los lóbulos laterales, dilatado en forma ve onzas. Un médico distinguido habla de dos cálcu
de vejiga, ó en un quis'.c pequeño colocado en inedio los que estaban adheridos por una de sus eslremidades
del mismo purénquima de la glándula. á la vejiga, y por otra al canal do la uretra : siendo
En el hombre vivo no es fácil distinguir los cálcu imposible la inlroducion del catéter, se les estrujo por
los de la próstata, <!c los demás tumores prostéti medio de una simple incisión practicada en la pro
cos que estrechan el canal de la uretra. Los auto minencia que formaban estos cuerpos estraños. N i es
res nos enseñan que en ciertos casos, estas concre admirable que hayan salido espoi táneamente cálcit
ciones, cuando no existen en gran número , no los voluminosos, ó que hayan opuesto poca resis
ponen obstáculo á la emisión de Jas orinas; y que tencia á los esfuerzos del arle eu las mujeres, que tie
en otros produce;) el mismo efecto que los infartos nen el meato urinario corto y ancho; pero diíícilrneii-
de esta glándula. Cuando la rnreion prostética del te concebimos que eslas concreciones puedan abrirse
canal de la uretra es asiento de alguna lesión ó es paso en el hombre por el canal largo y estrecho que
coriación, de alguna úlcera venérea ú otra, ó cuan tiene que recorrer, y no podríamos creerlo, si la es-
do el paso de la orina se halla interceptado, se con periencia no nos lo enseñase. Los cirujanos inexper
cibo que este liquido puede infiltrarse en el tejido tos que llevan bruscamente la sonda hasta la uretra,
de la glándula, ó introducirse en sus canales cscre- lastiman y aun perforan las paredes de este canal,
tores, y dar origen á los cálculos de que hablamos. engastan el instrumento on falsas vias, y dan lugar á
Esto es lo que pudo suceder al hombro que en el la infiltración de las orinas, á fístulas, y & la forma
ardor de la unión conyugal esporímentó una disla- ción de cálculos urinarios en las parles inmediatas,
ceracion del canal de la uretra, á los alrededores de fuera de las mismas paredes del canal. Al primer
la próslala, accidcnle que fue seguido do una he aspeólo se podría tomar por una simple estrechez el
morragia peligrosa (633) En los casos en que la obstáculo formado por una concreción calculosa; pero
uretra no es asiento do lesión alguna, uo podernos con un poco de atención, será fácil rectificar este
creer quo los cálculos prostálicos sean producidos error. El dolor es muy vivo, y no aumenta por el solo
ppr los materiales de la orina. En general, las altera paso de la orina; en el lugar que ocupa el cálculo se
ciones de la próslala hacen difícil el diagnóstico do siente un tumor duro, y la sonda esperimenta una
los cálculos vesicales. resistencia ó un .choque particular , á medida
932. SÍNTOMAS DE tOS CÁLCULOS URETRALES. —LúS frota conlra este cuerpo estraño , ó
síntomas, el diágnóstico y el tratamiento de los cálcu contacto con él.
los de la próslala ó do la uretra, pertenecen mas 933. Memos dicho que todos los sig
bi n á la ciiujia que á la medicina. Los cirujanos eran inciertos, á menos que el enfermó
inexpertos desconocen fácilmente los cálculos de este jado ya cálculos con las orinas, y hemos
cau.il; A. Laicet refiere que una concreción calculo que solo el cateterismo podia neciüír de la
sa se creyó que era una estrechez , y fue com ó de la ausencia de eslas concreciones on
batida con la piedra infernal, Los cálculos uretrales Sin embargo, es necesario no tener una
quo vienen de la vejiga, ó que se forman en el mis ilimitada en la sonda, comí hemos visto al hablar
mo canal, se engruesa de día en dia por el paso la incrustación de la vejiga y de la uretra. No
de la orino; permanecen, algunas, veces mucho tiem sotros hemos visto á operadores hábiles, cngañi
po en la ¡irelra, donde su ocasiona mil incomo dos por la infidelidad de este instrumento, prac
licar la Iilolomia en casos que no existían cálculos.
\ Ensayo sobre li tilsioria química ilc los cálculos v sobre el Pero las m s veces se cae en uu error opuesto: se ici-
iralamienló médico
París, 1823, en 8. c , d«conlaslam.
afecciones calculosas, Ir.id. del inglés,
• Anatomía Patológica.» Trad. del in:
DE MEDICINA Y
ce el catéter muchas veces, y aunque la pie- pasan una capa terrosa muy espesa, y nosotros mis
esté oculta en una bolsa accidental ni en mos hemos visto durante muchos anos á los habi
i>p de las paredes vesicales . no se puede tantes de esta comarca servirse de ella para la prepa
encontrar; se deduco de oslo que no existe , y ración de los alimentos, y aun para la del pan, sin
el enfermo concibe esperanzas lisonjeras , que se estar sujetos á las afecciones calculosas. Las de
desm allen después. Cuando la vejiga abruza exac Gcetlinga están muy cargadas de sales, y sin embar
tamente el cálenlo, este cuerpo estruño sube con go, no ocasionan ni la piedra de los riñónos, ni la do
ella, y la estremidad de la sonda, según la observa la vejiga: lo mismo sucede con otra fucile de Ale-
cion de un célebre cirujano holandés á quien debe manh, que deja sobre los conductos de madera por
mos un tratado de anatomía patológica, pasa fácil donde corro, una incrustación salina.
mente por debajo, viene á tocar á la pared inferior Otro médico intdés piensa , DO obstante , que los
de la vejiga, y la piedra retenida en el fondo de, este cálculos no e;lán formados enteramente por una ma
órgano, se escapa al instrumento. Kn el hombre, el teria animal, En efecto, contienen á menudo una
cálculo so oculta en la parte posterior de la vejiga, tierra al«orbente, que no se forma en la economía
y en la mujer en las parles laterales, sobre todo animal, pero quo tragamos con las bebidas y con los
cuando esta viscera tiene una capacidad considera alimentos, y que existe en abundancia en las aguas
ble. Es pues necesario, cuando se practica el catete duras. Este mismo autor trata tambiein de probar
rismo, dirigir al mismo tiémpo el dedo por el ano ó [ior esperimentos, que eítos concreciones participan
por la vagina. Alguna veces no se puede sentir la ñor lo común de la naturaleza de las tierras calcáreas.
piedra, porquo es mny pequeña Jó eslú cubierta de Loque pruefia que la opinión de e<le médico no es
mueosidndes.- tá destituida de fundamento, es que la materia ani
93í. Cu"s\s.—Los que lian querido buscar antes mal es suministrada por las sustancias que sirven
de nosotros las causas de los cálculos, han cscitado para nuestro alimento. Los materiales quo componen
la risa ó la compasión de sus sucesores, y aun do los cálculos, esperimentau cu la economía viva diver
sus contemporáneos: tal es el fruto que lian sacado sos cambios, rjuo los hacen aparecer diferentes de los
de su trabajo , y su ejemplo no es a propósito para demás. Otra circunstancia que viene en apoyo de este
darnos valor en esta investigación. La naturaleza pre sistema es lu predisposición , que n'i es menos ne
visora ha provisto á los testáceos, las ostras, los ca cesaria para la producción de los cálculos , como
racote», los cangrejos, etc., de una cubierta sólida, de para la de las domas enfermedades. En los países
un tteudo, cuya formación es debida á una secreción en que los cálculos son endémicos, el mayor número
que se efectúa periódica ó accidentalmente , segnn de los habitantes no es atacado de ellos. Las mismas
las necesidades del animal: ha colocado en el cuerpo aguas no producen siempre el mismo efecto; el gé
de los animales grandes, y del mismo hombre, una ar nero de vida contraría algunas veces su acción , y
madura huesosa destinada á soslen^r todo el edificio; hace absolutamente nula una causa que sería muy
les ha dado dientes, cuya solidez iguala, por decirlo enérgica si pudiese obrar cu libertad. Los cálculo»
asi, ú la del diamante, para dividir y triturar las sus renales son raros en el Hannover, pero los biliarios
tancias que deben servir para su nutrición. Los ju son bastante comunes. Aunque estos dos géneros de
gos que concurren á la formación de estas partes du concreciones calculosas difieren mucho entre sí, la
ras son los misinos que los que entran en la corrtpo ■ predisposición es la misma para todos. Por otra parte,
sicion do las parles blandas. Cuando este orden se la materia animal que entra en mayor cantidad en la
allcru, y se forma , por ejemplo , una perla en una composición de los cálculos, es ordinariamenlo ar
ostra, una concreción análoga en Un huesos,, ó pe rastrada por las orinas. Se desprende de los huesos y
trosa en las visceras del cuerpo humano, esta aber de las partes sólidas, y el agua le sirve do vehículo.
ración constituye una enfermedad Los fisiólogos no Si esta agua está ya cargada de partículas terrosas, no
pueden esplicar la diversidad de las secreciones nor os mas propia para disolver la materia animal, que
males que provienen del mismo origen; ¿qué po debe evacuarse por las vias urinarias. Las aguas du
dremos, pues, esperar de los raciocinios ó de los es- ra», que contienen mucha tierra, no cuecen las legum
peiimciUos, siempre equívopos, de los patólogos y de bres como las aguas blandas.
los químicos? Los huesos y las partes blandas se di En 1776, un célebre químico sueco habia ya de
suelven y se funden en el raquitismo, la sifilis y el mostrado el vacio de las hipótesis do los antiguos
escorbuto: nosotros no comprendemos tampoco este sobre la formación de los cálculos. Su doctrina ha
fenómeno, pero no por eso se puede censpraí al sido adoptada por etro químico distinguido de lá
que trata de comprenderlo. misma nación, y es bastante conocida para que nos
Hipócrates atribuye la formación de los cálculos al dispense de entrar aquí en grandes detalles. Nos
ab 'so de la leche y del queso añejo. Otros acusan al contentaremos con decir que el primero de estos ob
uso inmoderado de los testáceos, cuyos jugos son servadores ha descubierto en los cálculos urinarios
petrosos; á las aguas que tienen en disolución tierras un ácido particular, al que da el nombre de ácido
calcáreas, espatos y cuarzo ; á las bebidas ácidas, acres, Utico, y que se ha designado poco tiempo después
que hacen á las orinas acres y cargadas. Un célebre con el de ácido úrico, denominación impropia, pues
liiotomisla asegura haber operado a un gran número to que este ácido so encuentra en concreciones que
de bebedores de vino, pero á ninguno de cerveza; no están de modo alguno formadas por la orina, os
un geógrafo francés cuenta igualmente que los bo- decir, en los tofos articulares de los gotosos. Four-
bedóres de vino de la Armenia están sujetos á ios croy y Vauquehn lo consideran como un verdadero
cálculos, mientras quo los bebedores do agin de la ácido óorácico; pero según estos observadores, con
Pirsa están exentos de esta enfermedad. tiene menos hidrógeno y oxígeno; unido al amoniaco,
U.i médico célebre de Londres ha rechazado las ferina la base de Tos cálculos; do suene que esta»
consicoeneus que se sacan de estas observaciones: concreciones no son formadas poruña sustancia ter
sostiene quo la materia de («8 cálculos es una sustan» rosa. Un químico sueco atribuye al ácido tilico el
cía animal, y que por consiguiente, no se puede atri ma;or número de los cálculos urinarios; sin embargo,
buir su formación á las aguas cargadas de principios ha hallado muchos que estaban formados únicamente
calcáreos ó terrosos. En efecto, las aguas termales or el fosfato de cal. Un célebre químico inglés
586 BIBLIOTECA
cálculos. Le debemos esperimeutos muy ingeniosos so nes se observan principalmente en los niños, los vie
bre los cálculos de la vejiga, y un hombre que no tiene jos, las personas que llevan una vida sedentaria ó
necesidad de apoderarse de los despojos de otro pira que son valetudinarias, atacadas de gota, do hemor
brillar, ha sido acusado de haber querido usurparle roides, de escrófulas., de estrechez de la metra, de
el mérito de la invención. Ademas del ácido li.ieo y infartos de la próstata, de induración ó de ulceración
del ácido fosfórico , los cálculos contienen también de la vejiga.
ácido oxálico y un óxido particular, conocidi con el Nosotros convenimos en que los cálculos no se
nombre da óxido cístico, ó de cistina. Eslos diversos encuentran esclusivamen'o en los órganos provistos
ácidos se combinan con el amoniaco, la cal, la mag de una membrana mucosa; en que el mayor nú:nero
nesia, la sílice, y forman sales que constituyen , con do estas concreciones no permanece siempre en el lu
el moco y la albúmina, cálculos de especie diferente, gar en que han tenido origen, y que la mayor parle
ó que se encuentran reunidos en la misma concreción. contienen un núcleo en su centro: sin embaigo, mu
Las investigaciones de los químicos han llevado has chas razones nos obligan á abrazar la doctrina de la
ta diez y nueve el número de especies de los cálcu secreción morbosa. Cuando un cueipo estraño pene
los urinarios, y han asignado á cada una sus carac tra por casualidad ó es introducido á voluntad en
teres propios, como se puede ver en la obra de Mar- una cavidad de la eeouomía viva , si no es sacado
cet (1). Existen también algunas otras especies, pero prontamente ó espulsado , su presencia determina al
no son bastante conocidas. No nos estendereinos mas cabo de algunos minutos una secreción de materia
sobre esta materia: una simple noticia de los traba coagulable que le cubre para defender de su acción
jos de la química debe bastar á los médicos; por otra á las paredes del órgano. Si la irritación ee prolonga,
parte, las bases de esta ciencia no son todavía bas la linfa se acumula alrededor del cuerpo estraño, á
tante sólidas. menos que la inflamación oblitere la cavidad. Noso
Hace cerca de veinte años que Murr. Forbes (2) tros suponemos quo todas las concreciones se furmau
dió una teoría diferente déla délos químicos, üiez de esta manera , y atribuimos á los cálculos urinarios
años después, un ilustre cirujano de Alemania la halló un origen semejante; pero estas concreciones son
digna de ser considerada en su Manual de patología, mas bien formadas por los humores morbosos que
y la apoyó con sus raciocinios. Estos autores sostie segregan los órganos en el estado de Ib enfermedad,
nen que las orinas entran poco, y aun nada, en la que por los que humedecen nuestros tejidos en el es
formación de los cálculos , y que casi todas estas tado de salud; lo misino sucede con los cálculos uri
concreciones son debidas á una secreción morbosa narios.
de la membrana mucosa de las vías urinarias , de Las capas que los componen varían, según las va
pendiente de una irritación cualquiera, parcial ó ge riaciones que la secreción morbosa ha esnerimeuta-
neral de la vejiga. Esta teoría descansa en los hechos do durante su formación, y la diversidad de sus ma
siguientes: teriales prueba que no han sido suministrados por la
tt ° Los cálculos que se hallan en el espesor de misma fuente.
las paredes del uréter ó de la vejiga, en el mismo En medio de la mejor salud, la orina deposita al
paréuquima de la glándula próstata, ó en bolsas ac cabo de algunos dius en las paredes de la vasija dnii«
cidentales, no son bañados por las orinas. de permanece, cuando no se tiene cuidado de lim
2. 0 Las incrustaciones que se forman en la cara piarla bien, una costra bastante espesa. Este fenóme
ititerna de la mcmbiana mucosa no s« desprenden de no físico no se observa en las cavidades destinadas á
ella sin desgarrarla. recibir la orina en el hombro vivo, sino cuando sus
3. ° Los síntomas que anuncian la irritación de paredes se hallan en un estado de sequedad , de ins
la vejiga en los cálculos no difieren de los que pro Carnación , de escoriación , ó son asiento de una
ceden de una irritación específica de este órgano, por afección herpética , psórica ó ulcerosa. Cuando se
ejemplo, de un estímulo artrítico, y no se podría dar forman los cálculos , existe una afección morbosa
razón de ella por la suposición gratuita Je una me anterior que les da origen; pero los canales que les
tástasis. ofrecen paso no participan de la alteración del órga
4. ° Los accidentes producidos por la presencia no. Elsedimentu do las orinas se mezcla con la linfa
de los cálculos no provienen solamente del peso de antes de su coagulación , y este humor, cuyas cu li-
estos cuerpos cstraños, sino también de un estado dades varían según la naturaleza del estimulo que
morboso de las vías urinarias. determina la secreción morbosa, se deposita alrede
5. ° La litotomia no ha sido siempre inútil en los dor del núcleo central: alguuas veces, en lugar de lin
que no existía piedra. fa, se halla en ciertas epas sangre íntimamente
El álcali cáustico ha sido saludable á un niezcladucon lamateria arenosa de las orinas. A.Mar-
número de personas que no habían arrojndo cet enseña , como la mayor parte de los químicos,
a cálculos, ó en las cuales los cálculos ha- que los cálculos no son formados mas que por los
salido sin presentar «I menor signo de diso- diversos materiales de la orin.'. Sin embargo, conüe-
ucion. sa quo estas concreciones no se forman nunca en los
7. ° La materia albuminosa que está esparcida, uréteres , á menos que estos conductos no sean ya
en toda la economía, se endurece, y se convierte asiento de alguna afección morbosa. Lo mismo nos
fácilmente en cálculo por la acción del oxígeno. pareco que puede decirse de los nilones y de la veji
8. * El fósforo que se desprende de la albúmina ga. Los accesos de los cálculos, como los de los go
combinado con el hidrógeno, y el oxígeno quo se tosos, van precedidos y acompañados de languidez
halla contenido en la albúmina, efectúan la soiidiO- de estómago, do náuseas, de opresión, de eructos y
cacion de nuestros humores. de borborigmos. A la invasión de la gota, el pie" se
9. ° En lin, las causas lejanas de las concreciones pone doloroso, tenso, rojizo, tumefacto, y presenta
calculosas consisten en las congestiones mucosas a. I todos los síntomas que caracterizan la inflamación
abdómeu^y de las vi'js urinarias, y estas congestio- del tejido reticular y de la piel subyacente; inflama
ción que es ordinariamente asténica en esta enfer
1 Ensayo sobre la historia química de los cálculos. París, medad. En la gota inveterarla, esta flegmasía da lugar
18S3,_i'ii 8. ° concreciones calcáreas, ó formadas de una matei iu
el ácido úrico, y que no difieren de
DE MEDIOKA * CBW1A.—FRANK. 5§7
los cálculos urinarios mas que en la consistencia ó en lasorinas unagran cantidad de arenillas, que le ser
la fnrma. Suponíamos ahora que la gota fija , que vían para secar los escritos Los cálculos peque
produce concreciones calcáreas en las articulaciones ños se engas:au fácilmente en el orificio de la vejiga -
del dedo grueso del pie, ataque la membrana mucosa y su presencia entorpece mas el curso de las orinas,
de la vejiga:' ¿no podrá llegar á ser ella misma la que la de las piedras gruesas. Cuando las orinas con,
causa de los cálculos de esta viscera? tienen gran cantidad de materias mucosas, purulen
El químico puede analizar bien los cálculos, estu tas y fétidas, se puede sospechar con razón la supu
diar lo* elementos que los componen, y atribuir su ración ó el escirro de las vias urinarias. Ya hemos
formación á las orinas; nosotros nos hallamos lejos dicho que pocas veces eran afectados los dos ríñones
de pensar que estos trabajos sean inútiles; pero no simultáneamente , y que en esta circunstancia fu
debe despreciarse esta materia albuminosa, que for nesta, sobrevenía una supresión de orina mortal.
ma la base de los cálculos, y que se combina sin el Los cálculos se encuentran casi con tanta frecuen
socorro del mortero, con la parte arenosa de las ori cia en uno de los uréteres como en otro , lo que
nas, y no debe lomar una sustancia accesoria por el prueba que el riñon derecho es afectado casi como
principal elemento de la concreción. Los enfermos el izquierdo; pero las concreciones que se forman en
sometidos al tratamiento basado en las Irpótcsis de el riñon derecho pasan con mas facilidad al uréter.
los químicos , arrojan algunas veces con las orinas Se ven á menudo cálculos voluminosos del riñon iz
cálculos pequeños , y, lo confesamos, los remedios quierdo que destruyen la sustancia de este ór
alcalinos son los que provocan con especialidad la gano, escitando la acción de sus vasos absorbentes,
salida de estas concreciones , ó al menos los que que se apoderan de ella, ó provocando una supu
mitigan los accidentes, cuando la enfermedad no ba ración: no queda mas que un quisto en el que
llegado todavía al último grado de intensidad. Pero está colocado el cálculo. Algunas veces, aunque
estos remedios son igualmente útiles en las afeccio raras, el riñon contrae adherencias con los músculos
nes crónicas que preceden ordinariamente á la for de los lomos, viene á supuración, y el absceso que se
mación de los cálculos, y su manera de obrar nos es forma, se abre espontáneamente ó por los socorros del
desconocida. De todas las ciencias, la medicina es arte, dejando paso á la concreción calculosa , y es
la que debe rechazar mas el imperio de las hipótesis: tableciendo una úlcera fistulosa cuyo término os la
esta es una verdad que la esperieucia nos ha demos muerte. Hemos referido en otra parte (929) una ob
trado demasiado, yá este juez supremo sometemos servación do este género. Cuando el uréter está ya
nuestra opinión sobre el oricen de los cálculos: noso dilatado, por haber dejado pasar algunos cálculos,
tros la abandonamos á su tribunal, sin prevención y los que vionen después descienden mas fácilmente,
sin reserva. á menos que su volumen sea muy considerable; los
935. Pronóstico.—Las afecciones calfulosas ata dolores que ocasiona su salida , no son tan fuertes, y
can sobre todo en la primera y segunda infancia. En aun algunas veces se efectúa esta sin dolor.
la edad tierna, los enfermos sucumben en medio de Comunmente existen varios cálculos en la vejiga,
escitadas por la violencia de los en los uréteres ó en los ríñones," y en semejantes
resisten , arrastran una existencia circunstancias, no es raro que estas concreciones
desgraciada , y conservan ordinariamente su enfer presenten una foseta, que procede de la presión que
medad basta la muerte. Los adultos soportan mas ejercen los unos sobre los otros, antes de que hayan
tiempo los do'orcs atroces que determina la presen adquirido su completa solidez. Los esfuerzos violen
cia no los cálculos ; pero cuando aumenta el volumen tos y continuos que se hacen para espelcr los cálculos
de la concreción, las vias urinarias so inflaman, su de la vejiga, ocasionan una ingurgitación muy do-
puran, ó pasan al estado calloso; cuando su posición lorosa de los vasos hemorroidales, la procidencia del
íniercep'a el curso de las «riñas, sobreviene la pará recto, y aun la del útero. Algunas veces so inflama
lisis, ó la gangrena de la vejiga. Las personas que la pered posterior de la vejiga, viene á supuración, y
tienen una piedra dura y voluminosa, no se podrán cu el cálculo pasa desde 1 1 cavidad de este órgano al
rar mas que por la operación; pero las consecuencias recto. El médico de Pérgamo que ha comentado á
de !a cistolomia no corresponden por lo común á las Hipócrates, se espresa de la manera siguiente en el
esperanzas concebidas. Los individuos sujetos á los libro de Locis affeclis: «Algunos enfermos, en los vio
cálculos urinarios están afecta los á 'menudo y simul lentos esfuerzos para defecar, y en medio de dolores
táneamente de concreciones biliarias. La observación intensos, han arrojado por el ano piedras callosas,
nos enseña que los cálculos de la Tejiga son mas semejantes á las que se forman en la vejiga ; pero
comunes en los hombies que en las mujeres: osta jamás he sido testigo de este hecho , y no conozco á
diferencia procede, al parecer, de que en fas mujeres nadie que lo haya observado.» En el discurso acadé
el canal de la uretra es mas corto, mas ancho, y da mico que pronunciamos en Pavía en 1780 bajo el ti
mas fácilmente naso á estos cuerpos estraños. Las tulo de Vesica urinnli ex vicinia morbosa cegrotante,
Transacciones filosóficas hacen mención de una mu lumos consignado la historia de tres individuos, en
jer que arrojó sin dolor y sin efusión do sangre con los cuales se comunicaba la vejiga con el recto por
siderable un cálculo de dos onzas y dos dracmas. Se medio de una ulceración, de manera que los gases y
halla en las Efemérides de cur. de la natur. la his tas materias fecales salían con las orinas por la ure
toria de otra mujer que arrojó uno do doce onzas y tra. Si hubiese habido en estos tres casos cálculos en
una dracena, el cual salió espontáneamente, y la en la vejiga, hubieran podido escaparse fácilmente por
ferma sobrevivió. Se puede, pues, esperar, siguiendo el recto. Algunas veces se fbrman piedras en los mis
el método de los modernos , que. consiste en dilatar mos intestinos , pero este caso es muy raro en el'
el canal de la uretra, disminuir mucho el número de lumbre, aunque se observa en los caballos.
los casos que reclaman la operación de la talla en las 930. Ta.vramiento. — Durante algunos siglos, la
mujeres. Ño es raro qu¿ los hoinbiesarrojengranosde química y la medicina han reunido en vano todos sus
arena sin que estén cal hiIosos: estos granos solos no esfuerzos contia esta enfermedad: no queda, pues, á
din origen á los cálculos de los riñónos ó déla vejiga. los cufermos otra cosa que los servicios peligrosos y
C Lojiois (I) lubla de un hombre que arrojaba con i crueles de la cirujía, reducidos al cateterismo y á la
liorum obsen li (.otomía. Antiguamente los delirios de la"
ass BIBLIOTECA ECONÓMICA.
losas y los do la torapéutica sobre la eficacia de los naba la hematuria. Entonces se prometieron un
litontrípticos daban á los módicos algunas esperanzas, mas feliz de la asociación del jabón al agua
que la observación y el raciocinio han venido 6 des cal. Se cuenta que un médico célebre, el cual fu
vanecer. La medicina jamás quiere reconocer su in primero que ocupó la cátedra del Instituto clin: ...
digencia, cuyo convencimiento la inducirla á preve Viena, administró á un enfermo durante siete meses
nirse contra sí misma, y á evitar los caminos que con una onza ¡diaria de jabón de Venecia bajo la forma
ducen al error: en nuestros días se deja arrastrar de pildoras, y cuatro libras de agua de cal viva, mez
también p3r las brillantes hipótesis de la nueva quí clad» con luche & partes iguales: se asegura que
mica, y lia hecho concebir la esperanza de disolver nunca 'tuvo el enfermo incomodidad alguna, catín,
en e> cuerpo vivo los cálculos que se han formado sada por estos remedios, y que mientras estuvo some
por la acción de ciertos menstruos en un vaso ina tido á este tratamiento, se vió libre de los accidentes
nimado. ; t':*:?''; de que se acompañan los cálculos. El autor de esta
Desdo hace mucho tietipo, la esperioncia había, observación, declara, que sin embargo, el catéter
eüseñado á los médicos que los cálculos pequeños anunciaba siempre la existencia de la piedra en Ift ve
salían muchas veces sin el socorro de los remedios, jiga. Un hombre atacado de esía enfermedad, tomó
y que su cspulsion era tanto mas fácil , cuanto mus diariamente durante catorco años
abundantes ó menos cargadas fuesen las orinas. Se jabón y tres libras de agua de
recurrió, pues, ú los diuréticos para escitar su se disminuyeron de intensidad durante
creción, y la experiencia hizo conocer que los mas ac pero después dula muerte salió un <
tivos, como las sales, los balsámicos, y las sustan- once onzas. • >'-,
c:as acres, agravaban los síntomas, y ocasionaban mu En seguida fue abandonado casi enteramente el
chas veces la liematuriu; y que las bebidas acuosas uso del jabón; se dejó de emplear el agua decaí, y se
emolienics, tomadas en g-an cantidad, pero sin fati colocó en primera línea el aire fijo, conocido hoy día
gar el estómago, y los baños tibios, eran, por el con con el nombre de ácúio carbónico. Para obtener esto
trario, los medios mas apropiados para aliviar ú los gas, se disolvía, como aconseja un médico inglés, dos
enfermos. Los calculosos habían observado por, sí dracmas de sal álcali vegetal lija en doce onzas do
mismos que los intervalos de calma de que gozan al agua destilada , y se guardaba esta preparación.
gunas veces, eran turbado?, cuando su estómago, dé También se vertía en doce onzas de agua destilada
bil ya é inundado de mucosidades ácidns, se hallaba la cantidad necesaria de ácido sulfúrico para saturar
molestado por un esceso de alimentos, por sustancias completamente la sal alcalina, y esla mezclase guar
acres, difíciles de digerir, y por las bebidas espiri daba igualmente. Estando todo preparado así, se ad
tuosas ó irritantes; cuando se entregaban á alguna ministraba 4e dos en dos horas medio vaso de la so
pasión violenta, á los placeres del amor, á un régimen lución alcalina, y otro medio de la mezcla acida , sin
escitanle, ó ú una vida absolutamente inactiva. Los ningún intervalo entre uno y otro. Como el gas ácido
médicos pnr su parle habhn observado asimismo carbónico se halla en mayor ó en menor proporción
que las hebillas acuosas tomadas en abundancia , un !en las aguas de Seltz, que están al mismo tiempo carga
régimen sobri), compuesto de sustancias animales, das de sal nlcalíua mineral, se han recomendado en
la abstinencia de los vegetales, de los alimentos poco las afecciones calculosas, así como las de Fachingen,
nutritivos', fennentables ó ventosos, el uso de los re y otras semejantes ; se han preconizado especial
medios que reaniman la acción del estómago, sin mente las aguas alcalino-mefiticas. También se pres
irritarle, muy fuertemente, que corrigen la disposición cribe con el mismo objeto, dos ó tres veces al día, la
á las congestiones mucosas, á los ácidos, y sostienen sosa disuelta en agua destilada, en el agua de Sellz, ó
la libertad del vientre, eran muy útiles á las personas en cualquiera otra agua acídula. .'> ,
afectadas de esta enfermedad. En consecuencia , se i La esperioncia de mas de medio siglo nos lia eiv-
han recomendado los estomáticos suaves, y los medi I señado que durante el uso de los medicamentos de
camentos propios para corregir los ácidos y relajar el I que acabamos de hablar , especialmente de los úUi-
vientre: en los espasmos violentos se han usado los ¡ mos, que obran de una manera mucho mas suave que
anodinos, las lavativas'} las fomentaciones emolien j los otros, la secreción de las orinas aumenta 'couíí-
tes. También se ha observado que los calculosos es I derablemente en un gran número de enfermos., arras
taban predispuestos a las hemorroides y excretaban trando consigo muchas materias arenosas; y que el
algunas veces orinas sanguinolentas; que tenían una ardoral orinar, y varios otros síntomas, experimentan
predisposición marcada a las inflamaciones de los rí comunmente una diminución sensible, al menos por
ñones ó de la vejiga, á los cólicos nefríticos; ; que la espacio de algunos dias. Pe.-Q estos cambios ventajo
vuelta del flujo hemorroidal ó menstrual les propor sos no se efectan constantemente en todos los en
cionaba un alivio muy sensible. En semejantes cir fermos ; y si csceptuamos los que son friables por su
cunstancias se ha recurrido á las sanguijuelas aplica naturaleza, jamás hemos visto que se disuelvan los
das en la legión de los ríñones, en el trayecto de los cálculos por el uso de estos diversos remedios: los
uréteres, on el periné, y en la margen del ano: también médicos mas distinguidos han obtenido los mismos
se, lia practicado la sangría. : resultados en su práctica. Es cierto que mientras se
jTal era la conducta sábia y prudente de los médicos, ■usan los diversos medios quo acabamos de indicar,
cuando una mujer atrevida vendió a! gobierno inglés, arrojan los enfermos algun is veces cálculos pequeños;
en 1710, por la suma de diez mil guineas, un reme pero también sucede este fenómeno cuando no toman
dio que usaba hacia mucho tiempo en secreto. Se ninguna sustancia, ó cuando se limitan i los diuré
componía de una mezcla de cascaras de huevo calci ticos mas suaves, diluidos en gran cantidad de agua,
nadas , y del jabón de Voneciu ó de España. Este tales como los cocimientos de zanahoria salvaje , da
remedio adquiriií desde luego una reputación que escaramujo, de enebro, de detiene-buey (gatuña), y
sobrepujó á la de todos los demás que habiau pro la infusión del polvo de uva ursi, cuyas propiedades
puesto los hombres espei ¡mentados, l'ero al cabo do diuréticas son muy dudosas. Se han considerado las
algunos o7ios, la espericncia, que no so somete jamás pequeñas hendiduras ú hoyos rugosos que se obser
' yugo de las opiniones, enseñó á los médicos que van en la superfic'o de los cálculos sacados de la ve
t remedio graso, acre, y sujeto & enranciarse, com jiga durante la vida ó después de la muerte, como
etía la salud de muchos enfermos, y i,un ocasio una prueba de la acción disolvento efe los remedios
DI MBDICUU T CIRUJÍA. FRANR.
empleados. Esta aserción es cuando menos arbitraria disponentes á provocar el desarrollo de la eulcrmo-
é hipotética, porque no se puede saber cuál seria el dad, ó á exasperar sus síntomas. Si en ciertos casos
aspecto del cálculo antes de poner en práctica el tra í'-Ij en nuestra mano procurar algún alivio a los en
tamiento. Ademas , la idea de un menstruo que pasa fermos, no es á la química á quien lo debemos, sino
impunemente á los vasos lácteos, y que después de á la observación médica, que nos ha hecho conocer
haber sido dividido en e| torrente de la circulación, de siglo en siglo lo que era útil ó nocivo en seme
y combinado con los diversos principios de la sangre, jantes circunstancias. Cuando se recuerda los acci
para venir á ejercer sobre li piedra de la vejiga su dentes ocasionados por los litontrípticos, cuyo uso era
acción disolvente que lia conservado en toda su inte casi general en el siglo anterior , no podemos menos
gridad; nos parece absolutamente contraria á la razón. de felicitar á los enfermos y á los médicos por el
Algunos químicos franceses muy distinguidos han abandono de esta clase de remedios, que es muy fá
sentido el valor de estas objecciones, y han propuesto cil reemplazar hoy día por medicamentos mucho mas
inyecciones apropiadas i cada especio de cálculos: benignos. Un hombro célebre refiero tres observacio
aseguran la fuerza del menstruo gustándole, por te nes, que dan á conocer los peligros de este método.
mor de que afecte á la vejiga. Su objeto es loable, El primer enfermo tomó tres veces al día una onza de
pero no es fácil conseguirle : agua de Goddar ; al segundo dia del tratamiento tuvo
1. ° Porque los menstruos pueden llevar su ac una hemaluria violenta, acompañada de dolores insu
ción sobre los cálculos de la vejiga, pero no pueden fribles y de convulsiones , que se terminaron por la
llegar hasta los ríñones, en donde muchas veces re muerte. Los otros dos tomaron el espíritu de tremen
siden las concreciones urinarias. tina á la dosis de dos escrúpulos durante alguno
2. ° Porque la impresión que hacen en el órgano días, y sucumbieron muy pronto á una inflamac'
del gusto , no nos da una idea exacta de la manera gangrenosa del abdomen.
con que afectan á la vejiga, que está dotada de una El punto esencial del tratamiento médico consiste
sensibilidad particular. en que las personas nacidas de padres gotosos, cal
3. ° Porque ni la figura ni el color del cálculo culosos, ó los individuos que padecen ya algunos ac
bastan para hacernos conocer su composicíon;|muchas cidentes propios á las enfermedades calculosas, se so
veces una misma piedra contiene diversas materias, metan & un régimen severo del cuerpo y del espíri
que fui man cada una de por sí en otros casos, cálcu tu , y eviten cuidadosamente las causas remotas , las
los muy diferentes por su naturaleza, y para disol cuales concurren con las predisponentes á la forma
verlos seria preciso emplear reactivos muy diversos. ción da los cálcalos. La segunda indicación debe te
4. ° Porque cualesquiera que sean las ventajas ner por objeto hacer cesar, en cuanto sea posible , ó
que pudieran proporcionar las inyeccio^s, seria ne á lo menos calmar, la irritación ocasionada por la
cesario repetirlas varías veces al día durante meses presencia de las arenillas ó de las concreciones cal
enteros ; se principiaría por vaciar la vejiga, y el en culosas. Ya hemos dicho que los dolores presentaban
fermo debería tener el cuidado de. retener algún muchas veces intervalos de calma, y que se suspen
líemDO el líquido, cuya presencia añadiría , si era dían para volver concierta periodicidad, cuando facn-
posible, nuevos sufrimientos á los que padecía; ade íermedad no ora muy avanzada ; pero que reaparecían
mas, la vejiga abraza en muchas ocasiones al cálculo con mayor violencia, siempre que la supresión de las
tan estrechamente, que no queda ningún espacio va hemorroides ó de los menstruos, el abuso de las be
cío para recibir la materia de la inyección. bidas espirituosas, ú otras causas semejantes, produ
5. ° Y en fin, poique cada enfermo se vería obli cían un estaiio de plétora, escítaban la reacción del
gado á tener bajo sus órdenes á un médico que le sistema sanguíneo,
uíneo, y daban origen á la inflamación
liiciese seis úocho visitas diarias durante varios me de los ríñones, ■'■ los uréteres y de la vejiga. En este
s, de
ses, é inyecciones, algunas muy difíciles, y que fuese caso, antes dee pensar en la espulsion del cálculo , es
muy versado en la química para conocer perlecta- preciso recurrir á la sangría, á la aplicación de san
mente la naturaleza de los cálculos, y los cuerpos á guijuelas sobre el punto doloroso, ó en las inmedia
propósito para disolverlos. ciones de la parte en que.'están ingurgitados los vasos,
Estas reflexiones demuestran lo que se puede es y prescribir una dieta severa. Los errores do régi
perar de dicho tratamiento. Por lo tanto , no debe men en la cantidad ó en la calidad de los alimentos,
rnos sorprendernos de que nadie le baya usado , ni renuevan muchas veces los dolores. Entonces se de
aun en Francia; por lo menos, no ha llegado á nues ben poner en uso las lavativas, los remedios propios
tra noticia que se haya ensayado en ninguna parle. Se para evacuar los intestinos sin grandes desórdenes,
han practicado inyecciones oleosas , sobre todo con y arrojar los vermes que pueden complicar el estado
el aceite di linaza, para apaciguar la violencia de los desaburras; pero no convienen los purgantes sali
dolores , y algunas veces ha procurado este medio nos. Si se ha turbado la calina por una violenta afee
el alivio apetecido. Es fácil concebir que estas inyec cion del espíritu, lo que acontece muy comunmente,
ciones do tienen por objeto disolver el cálculo, sino se emplean los antiespasuiódicos y aun el opio. La
solamente calmar la irritación de la membrana mu vuelta de los dolores no procede muchas veces de
cosa. El agua de cal no sirve en muchos casos para ninguna causa accidental conocida, íino que depen
conseguir el objeto que el médico se propone con su de uc la irritación ocasionada por la presencia de los
administración ; porque exaspera la irritación depen cálculos: entonces se prescriben los oleosos al inte
diente de la presencia de la piedra, y aumenta la con rior y al esterior, la emulsión gomosa, el cocimiento
tracción de la vejiga. saturado de salep ó de altea , las fomentaciones emo
\cabamns de esponer eu pocas palabras los diTe- lientes , y los semicupios de la misma naturaleza;
'ios que la medicina ha puesto en uso para también se administra el opio , con prudencia, pero
as afecciones calculosas , y se echara de sin timidez. La tercera indicación es la mas difícil;
ver los pocos recursos quu posee para la curación ra tiene por objeto favorecer la espulsion de los cálculos
dical de estas enfermedades. En tan triste posición , sí por la uretra. Para satisfacerla, se ha recurrido á los
supiésemos al menos, en qué consiste la predisposición remedios que tienen la propiedad de aumentar la se
á los cálculos, podríamos tenor esperanza de prevenir creción délas orinas, sin estimular demasiado la mem
brana mucosa del estómago ó de la vej
BIBLIOTECA. ECONÓMICA
de potnsa , rí i Ja tatlos en las vehículos convenientes, atención que á los demás. Y aunque la acción de los
en el agua He cal , las aguas acídulas que están car músculos y de muchas otras partes no pueda referir
eadas al mismo tiempo de álca'i mineral , las de se en totalidad á los nervios; aunque las plantas, pre
Sriiz, ele. Estos remedios disminuyen por lo común ciso es confesarlo, vegetan y viven sin nervios; ven fin
les dolores y la disuria, antes de" que hayan poddo aunque concediendo á la masa nerviosa un gran pre
llegar á la vejiga, ó ejercer su acción química sobre dominio, los demás órganos reunidos le tengan tam
los cálculos contenidos en este reservorio: esle hecho bién; con todo, basta que_no adquiramos un conoci
está probado por la esperiencia, y los médicos atri miento profundo de la economía animal, nos vemos
buyen á estas sustancias una virtud liinntriplica. Por forzados á hacer una clase de enfermedades del sis
lo demás, igual es la manera de obrar de los remedios tema nervioso.
que empleamos para conbatir las secreciones muco 938. Del sistema nervioso.— Por sistema nervioso
sas de los órganos lejanos del estómago , por ejemplo, entendemos elcerebro, el cerebelo, la médula oblon-
la blenorragia crónica, la tisis pituitosa, y ros catar gada y espinal, los nervios distribuidos en todo el
ros de la vejiga: también llevan prontamente su ac* cuerpo, sus ganglios, los pleios y las espausiones
cion sobre las primeras vias , de donde se irradia á nerviosas. También se puede añadir á esto, á pesar
todo el sistema. Se admite todavía otra indicación, de la grande importancia que seles había concedido
que consiste en prevenir la reproducción de los cálcu antiguamente, las cubiertas propias de los nervios,
los : confesamos francamente que no conocemos nin en razón de la influencia positiva que ejercen sobre
gún medio capaz de producir tan feliz resultado en la tensión de la pulpa nerviosa.
las personas que están predispuestas á este género de De la misma manera que la sangre está contenida
enfermedad. En cuanto á los cuidados que reclama la y puesta en movimiento por el corazón, ramiiicada en
convalecencia en los individuos débiles ó en las per todo el cuerpo por numerosos canales, dividida, pero
sonas robustas, seria superfluo repetirlos , toda vez única; asi también es preciso comprender al cerebro,
que tiene aquí aplicación todo lo que hemos dicho al cerebelo y á la médula espinal , no solamente en el
sobre este punto en varios parages de esta obra. cráneo ó en un cierto número do vértebras , sino en
Cuando los remedios inperfectos que hemos acon todas las partes en que se punde decir que hay un
sejado no bastan para calmar la violencia de los sín nervio, dividiéndose en diversas formas y para diver
tomas, no queda otro recurso que una operación pe sas funciones, pero constituyendo un todo único y
ligrosa, cuyos procederes han sido notablemente per siempre el mismo. La sangre tiene su centro en el
feccionados en nuestros dias. Debemos apresurarnos corazón; la linfa en el reservorio del quilo y en el ca
á recurrir á ella antes de que el cálculo haya adqui nal torácico; para la médula nerviosa el centro está
rido un volumen considerable, que haría difícil su en el cráneo. Pero así como las cavidades del corazón,
estraccion, y daría lugar á graves lesiones, imposi comparadas <fcon la masa y el calibre de todos los
bles de curar. Lanefrotomía creemos no haya tenido vasos, no encierran mas que una pequeña cantidad
jamás resultado alguno ventajoso, aunque se han visto do sangre y la mueven con una fuerza mucho me
salir muchas veces los cálculos renales á favor de nor, y así como la mayor parle de la linfa permanece
un absceso abierto en la región lumbar: esta operación contenida en los vasos propios; re la misma mane
es, ademas de peligrosa , muy cruel. No es de nues ra aproximadamente la sustancia de todos los nervios,
tra incumbencia entrar en el pormenor de los me de los plexos, de los ganglios, y de la médula espi
dios quirúrgicos que conciernen al tratamiento de nal, medida en toda su esleusion, es igual, aunque un
las afecciones calculosas (1). hombre de talento haya pretendido lo contrario, A las
del cerebro, del cerebelo, de la médula; y como los
1 nervios forman un cono y no van disminuyendo de
CLASE SETIMA- volumen, mas considerable que la pulpa contenida
en el cráneo, á pesar de que algunos anatómicos há-
Neuroses j biles hayan sostenido una opinión opuesta. Por lo de -
mas, es cierto que importa no considerar al cerebro
GENERALIDADES SOBRE LAS NEUROSES. como la reunión de los nervios ni como su origen,
una vez- que la integridad de toda la masa cerebral
937. Clasificación.— Hasta aquí no nos hemos de no es absolutamente necesaria al ejercicio de las fun
dicado á dislinguír los diversos sistemas del cuerpo ciones de los sentidos. Ni los nervios n! la médula
humano, por creer que las consideraciones de este espinal se deben creer tma continuación del cerebro,
género son poco provechosas á la ciencia. En efecto, asi como tampoco se debe considerar al cerebro como
cualqu era que sea el papel que desempeñe un siste un apéndice de la médula espinal, pues todas estas
ma particular en el organismo, es difícil estudiarle partes tienen una existencia propia y de ningún modo
separadamente en un tratado general , y aislarle dependiente de cualquiera de ellas. Sin cráneo y por
de todos los domas, sin romper el equilibrio y sin consiguiente sin cerebro ha vivido y crecido un cor
atribuir á un solo elemento mas de lo que le corres dero, cuyo cadáver ha sido depositado en el Musco
ponde. Pero en las enfermedades nerviosas, la impor de Pavía. Esisten varios ejemplos de felos acéfalos que
tancia del objeto, la dificultad que presenta su estu han gozado, durante algunos dias, de vida y de uío*
dio, sobretodo en sus relaciones con toda la econo vimiento: y por lo mismo, tanta razón hay para supo
mía, y la oscuridad de que están rodeadas, nos obli ner que los nervios provienen del cerehro, como q;ie
gan á seguir una marcha diferente. Si es permitido el ceiebro proviene de los nervios, cuando se ve que
considerar al hombre que está organizado para pen- est»s existen sin el cerebro, y al contrario. En cuanto
moverse, como formado únicamente por una al sostenimiento de la vida y de la acción nerviosa,
nerviosa, de la cual dependen todos los de como lo ha enseñado Scemmering hace cerca de vein
is órganos, según la idea de Sauvages, se nosdis- te años, se puede creer que proviene una gran parte,
usara haber conceiido al sistema nervioso mas sino la mayor, del cerebro y de la médula; y muchos
animales de sangre"fria que comparados con el hom
1 Véase i Cívialc, Paralelo entre diversos medios para comba- bre, tiene un cerebro muy inferior y una médula es
lirios cálcalos Pjris, ls_>6, en 8.= r del Iraiamicnio médico y pinal muy considerable, no solamente se mueven des-
- Parii
DE MEICINA Y CIRCJÍA.—FRANK.
regan al amor. Tampoco hay en el hombre una nervios. La compresión de un punto cualquiera del
parte del cerebro que no haya presentado alguna cerebro, produce el sueño ó la parálisis de los ner
degenerad n ó que no haya sido destruida por una vios correspo: dientes, tanto en el hombre como en
herida ó por una supuración abundante sin que se los animales. Lo mismo sucede cuando se deprime
luyan alterado lasfunciones orgánicasú intelectuales. la bóveda del cráneo, cuando se dilatan escesíva-
La falta de cerebro y de cerebelo en los feios, se es- mente los vasos ó existe serosidad, sangre, pus, ma
plica muchas veces por una hidropesía anterior, por teria icorosa , un tumor ó un cuerpo entraño en los
medio de la cual la sustancia del cerebro ha sido, no huesos del cráneo, en las membranas, en los senos,
dest uida, sino dilatada y estendida on una bolsa muy ó en la misma sustancia del cerebro ó del cerebelo.
delgada. La mayor parte de los casos de trasforma- La compresión, la ligadura ó la sección de un nervio
ciou huesosa del cerebro, que refieren los autores, cualquiera, priva del sentimiento y del movimiento
es otra cosa que exóslosis del cráneo. Un ejem- voluntario á los músculos, á quienes suministra ra
ilo muy noiablo de semejante producción casi mos por bajo de la lesión; al contrario, las parles que
en medio de la bóvedrerauiana so!)re el hueso reciben ramos del mismo nervio por encima de la li
frontal, nos lo ha ofrecido en Bruchsal un niño de diez gadura, conservan la sensibilidad y el movimiento.
años, exhumado no lejos de Landau. El frontal pre Aunque el nervio sea siempre el mismo en lodos
sentaba un tumor desarrollado ospecialmente por de los puntos á donde va á parar para presidir al sen
bajo de losjios arcos orbitarios en la base del cráneo, timiento ó al movimiento; sin embarco de la varie
dividido en varias circunvoluciones, y que se eslen- dad de origen, de anastomosis, de distribuciones, de
dia de un lado al otio hasta el esfenoides, en donde terminaciones que presentan los nervios sensitivos, ó
tenia el volumen de un guisante. Uno de nuestros dis motores, sin hablar de su acción ; aparecen grandes
cípulos ha dibujado y descrito una pieza de anatomía diferencias que se observan en la movilidad y en la
patológica en una disertación publicada en Goetlinga sensibilidad.
en 18118 bjo el lílulo de Observación sobre los eocos Pero cualquiera que sea la importancia del sistema
tosis de la cavidad del cráneo. Pero por una fata nervioso en todos los seres animales, y sobre todo en
lidad muy común á los escritos académicos, esta me el hombre, ya en el estado de salud ya en el de en
moria no ha llegado á nuestras manos, y sin embar fermedad, teoemos el sentimiento de vér que, á causa
go, merecía mayor publicidad. A la verdad, un tumor do una organización mas robusta en las p: imeras ge»
tan voluminoso eu la cara interna del cráneo no se neraciones, ó á causa de un género de vida mas
habría desarrollado en veinte y cuatro horas, y basta sencillo, las enfermedades nerviosas, aunque sin duda
que estuvo enteramente formado y hasta que salie han existido en todos tiempos, han sido poco cono
ron los dos ojos de sus órbitas, es indudable que la cidas de los primeros padres del arte de curar , á
vida no abandonó al niño aunque le faltaba la sustan escepcion de la escuela de Alejaudría y de los ana
cia cerebral. tómicos de esta época: y que la mayor parte de los
Yendo un comerciante de Spíra á Bruchsal fue vio síntomas nerviosos se han atribuido id poder de los
lentamente herido en la cabeza por dos ladrones. dioses y á las asechanzas del demonio. Es cierto que
Contra toda esperanza se me,,oró este desgraciado, y se habían hecho esperimentos por Galeno, y que este
tan completamente, que llegó ú estar alegre, y sin grande hombre fue el primero que practicó la liga
que presentase ninguna función el mas pequeño de- dura y la sección de los nervios en los animales. La
sórden. Muy pronto se manifestó en la frente una el rujia suministró también algunos hechos de este
pequeña úlcera que resistió durante nueve semanas género auu en el hombre; pero durante mucho tiempo
á todos los remedios. Al examinarla el Cirujano, des no adelantaron nada nuestros an'enasados; y hasta
pués de ¡rabel hecho acostar al enfermo y tomado que se descubrió la circulación, no fue la naturaleza
todas las precauciones convenientes , descubrió en del sistema nervioso objeto del estudio del siglo
el hueso frontal un agujero fistuloso. Habiendo in décimo-sétimo. Desde esta época se ha añadido poco
troducido en este punto un estilete de plata muy á esta parte de la ciencia, si no son algunas hipótesis
largo, vió que por su propio peso so sumergía algu sin valor; hasta que por último, después de mediado
nas pulgadas, y penetraba en el cerebro. El enfermo el siglo décimo-octavo, principiaron á cstender y á
no sintió absolutamente nada, pero el terror del cU enriquecer con sus observaciones esia parte de la
rujano fue eslremo. Temiendo una muerte instantá medicina algunos hombres de talento privilegiado,
nea, se apresuró á retirar el estilete y reunió la úlcera cuyos estudios fueron continuados por el ilustre
cou algunos vendoletes. El comerciante no sospechaba sabio que nos ha procedido en la cátedra de Pavía.
nadi de esto; salió al dia siguiente, como tenia de Algunos anatómicos distinguidos se han ocupado tam
costumbre , y no pudo retardar un viaje que tenia bién, ya antes, ya después de esta época, do estudiar
que hacer á la feria de Francfort, Tres dias después el cerebro y los nervios (1).
de su salida apareció una erisipela en la cara , y Sin embargo , á pesai' de nuestros progresos en
sucumbió el individuo en poco tiempo, después do este estudio, ignoramos la razón de las propiedades
haber sufrido una larga supuración de una por del tejido nervioso y de su influencia sobre la libra
ción considerable del cerebro. muscular. En efecto, no obra ni por sacudidas ni por
Muchos ejemplos, análogos al anterior, se hallan
consignados en los anales de la cirujía, y demuestran 1 J. F. Rcil, Riercitaiicnum anaiomlcarum, Fase. 1. De ftrnt-
sulicieutemente que los nervios solos bastan durante i u ra nervorum. Halle, 1796, en folio,—(J. F Ludwig, Scriptures
mucho tiempo para mantener la vida y la acti ucurologici minores selecli. Leipsick, 1791-1795, i l ra. en 4.° —
vidad física é inlelectual, y suplir en parte al ce A. Scarpa , Analnniiearum auuolaiionum, Ticini. 1791 eu 4.° —
rebro. F.jusilnu, Tabulae ueuro o^lca?, Ticini, 1791, en folio — J. y Ch.
Wenzcl, De Peniottori slructura cerebri. SluUyant, 1X12, en fo
Sin embargo, esto no impide pa: a que el cerebro, lio —K. J. Cali, Anatomía y fisiul.-gia ■leí sistema nerviosa en ge
el cerebelo, la médula oblougada y la médula espi neral y del cerebro en particular, París, 1810,1814, 4 t. en 4 = y
nal, en donde tienen su origen todos los nervios, ó un atlas en fot. — F. Leuret, An.itnmia comparada del sistema ner
vios», runsiderado en sus relaciones con la inteligencia Paria,
á donde vienen á terminar, lungau muy grande im 1S39, 4 i. en 8.= y atlas en luí.—J . Muller, Fisiología del sistema
portancia. En efecto, en el hombre sano y bien eor.s- tnervioso,
........ Otraducido del alemánI ~por J. L Jourlan.
3 II E*!,.,,-—... . - l'aris, lslo. dos
.
592 BIBLIOTECA KCONÓM1CA
ribracioites oscilatorias y las hipótesis de un fluido posición do los líquidos, no es necesariamente, y por
nervioso, ó de la influencia de la electricidad sobro esta sola razón, de naturaleza nerviosa; y es "muy
los fenómenos vitales, están muy lejos de ser satis difícil ademas juzgar si la circulación está alterada
factorias. ES fácil comprender por qué conocemos primitiva ó secundariamente. En cuanto á las modi
tan poco las enfermedades del sistema nervioso , toda ficaciones de estructura ó de forma que sobrevienen
vez que está envuelto en las mas profundas tinieblas en los nervios, si no están ocultas la mayor parle de
el mecanismo desús funciones. bus veces á la vista del médico, estando simullánea-
Sea de esto lo que quiera , la atenta observación mente interrumpida la función, serán el signo cierto
de lo que pasa en el hombre sano, asi como en el de una afoccion nerviosa; pero hasta que no este
hombre enfermo, el estudio de las causas que en tan mos en disposición de comprender los usos normales
opuestas condiciones, determinan efectos muy análo de los nervios, y hayamos profundizado la naturaleza
gos en todos los individuos, pueden dar alguna luz, y de sus alteraciones, las enfermedades cuya causa in
ios trabajos de los médicos reunidos, nos hacen con herente á la misma pulpa sensitiva tiene por efecto
cebir la esperauza de que adquiriremos mayores co exaltar, deprimir, destruid pervertir las funciones
nocimientos sobre las enfermedades nerviosas. de una manera completa ó parcial, constituirán para
939. Definición.—Los autores no están acordes so nosotros las enfermedades nerviosas.
bre las afeccionas que deben llevar el nombre de ner 9i0. División. —Ya es todo el sistema nervioso el
viosas. Unos pretenden que todas las enfermedades son que sufre; ya está ufectada localmenle una ú otra de
do esta índole, poi que todo fenómeno anormal depen sus partes, á no ser que queramos senaraqpsiguiendo
de del sistema nervioso. Otros llaman enfermedades el ejemplo de algunos grandps hombres, las neural-
nerviosas á todas las lesiones de la acción do losjier- ¡jf'asjdelas neúroses. Ka el primer caso, hay esceso ú
vios. Los unos sostienen que una afección, producida diminución de las fuerzas vital s. Las nenroses pue
por una causa que ocasiona electos varios eu los di den ser endémicas en nuestros climas, ó según tal ó
ferentes individuos, según su sensibilidad particular, cual circunstancia eslerior, reinar epidémicamente:
ó cualquiera otra condición anormal, es nerviosa; los unas veces son hereditarias, y otras rongcnitat. La
oíros consideran como enfermedades nerviosas aque afección nerviosa puede ser simple ó complicada.
llas en que se agrega una sensibilidad morbosa á la Aunque liemos establecido como condición esencial
sensibilidad de las partes, y en que aparecen sínto de las neuroses la existencia de una causa que resi
mas que no tieneu relaciones entre si ó con las cau de eu el sistema nervioso(939), sin embargo, para evi
sas evidentes, y creen que las lesiones del sistema tar la confusión que podria nacer de !a«permancncia
nervioso que se producen cu los individuos robustos, de un tumor sintomático, íijo en los nervios, [después
por causas suficientemente probadas, deben conside de haber residido en otros puntos, llamamos á es
rarse como enfermedades de los nervios. Algunos re tas enfermedades , siguiendo el ejemplo de un hom
servan este nombre á aquellas que afectan casi con bre eminente , afecciones nerviosas secundarias ó
eselusion al sistema nervioso, al menos primitiva pseudo-nerviosas. Son producidas por una. causa dis
mente, y que no atacan, ó por !o menos no nr s que tinta de la lesión de los nervios, pero o:>ran princi
secundariamente, el curso de la sangre ó la natura palmente sobre estos, y es preciso ocuparse de ella,
leza de los líquidos. Las afecciones nerviosas consis mas bien que de los mismos nervios. Así. al describir
ten, seguí) Fleil, en una lesión de la organización ínti el estupor, el tétanos ó la catalepsia, no podremos dis
ma de los nervios; en una alteración de estructura ó pensarnos de mencionar las especies que dependen
de forma, con desorden de sus funciones especiales y ds los vermes; de un cálculo, ó (te la retención de una
bien conocidas. En fin, un auto: no menos distin secreción habitual; y las causas que vienen muchas^
guido define las neurosos una lesión del sentimiento veces á complicar uña afección primitiva de los ner
y del movimiento, sin fiebre, sin afección local, y que vios, y no contribuyen poco á aumentarlas. En efec
no deja, eu general, ningún vestigio después de la to, en un cuerpo sano y robusto, una parte ú olra po
muerte. drá soportar un estímulo local muy enérgico, sin que
Objeciones.—A los que consideran todas las enfer toda la economía se resienta inmediatamente; pero
medades como nerviosas, dejamos t-l cuidado de exa el estímulo sobre una organización débil, producirá
minar qué utilidad piáctica puede tener su aserción. en todo el sistema nervioso fenómenos amarínales.
En cuanto á la segunda opinión, preguntamos, ¿cuando Entre ciertas partes del cuerpo se observa una sim
los vermes pican en el intestino y determinan con patía muy in ireada, la cual se esplica por las comuni
vulsiones, residirá la causa de estas convulsiones en caciones recíprocas de los nervios: pero muchas ve
los nervios, ó será á estos á quienes debamos aplicar ces los órganos provistos en alto grado de estas co
el remedio? ¿El hipo que se observa en las bernias, municaciones nerviosas, padecen sin haber sido esci
el cual consiste en una convulsión del diafragma, en tados, ó por lo menos muy ligeramente por las p.irlcs
una lesión de la acción de los nervios, es una enfer inmediatas, mientras que otros mucho mas lejanos,
medad del sistema nervioso? ¿Cederá por lo tanto á demuestran que tienen con la parte afectada relacio
los medios dirigidos á esto ultimo? Considerar la nes muy estrechas , no por el sistema nervioso, «¡no
desemejanza de los efectos que produce una misma por una fuerza que nos es desconocida; y en muchos
causa en los unos y en los otros, como indicio de casos, son mucho mas marcados los fenómenos en es- t
las enfermedades nerviosas, es señalar á estas carac ta parte, que en la que ha sido primitivamente esti
teres muy vagos. Aunque la causa de una enfermedad lada. Entre el útero y los pechos, las relaciones ner
nos sea ó no conocida, aunque después de haber adop viosas son indudable nenie menores que entre otros
tado una como verdadera, hallemos entre ella y ios órganos, y sin embargo, la simpatía entre estos ór
síntomas que le atribuimos relación ó contradicción, ganos es muy considerable. I'n clavo que penetra en
no será esto mas que una forma do nuestra ignoran la planta del pie, determina el espasmo .lo la man
cia, y en ningún caso podrá servir para definir una díbula inferior. En las parótidas, el testículo, los pe
enfermedad. Si un solo nervio padece una lesión sin dios y los ovarios, so afectan con facilidad. Asi, hay
que se desordenen las funciones de la parte eu donde inliuidad de enfermedades nerviosas simpáticas, cuya
se distribuye, esta no influyo para que distingamos una causa debe buscarse en un nervio, pero mas bieu en
enfermedad de los nervios de una enfermedad ner los que están muy retirados, que en otro que esto
viosa. Una afección que no turba ni elcur-o nilacom- inmediato. No será ¡nrnil hacer obtervar uqul qu«
DE NEDICIJIA Y CIROJÍA.—FRANK. 593
las enfermedades nerviosas, por ratones muy diver años antes la misma pérdida de sensibilidad, y se ha
sas, son muchas venes simuladas, especialmente por bía restablecido, sin saber A qué remedio debia atri
la astucia de las mujeres, y esto no sin gran perjuicio buir su curación. Después" do haber empleado en
para la medicina; otras, por el contrario, y con mira» vano varios remedios , se marchó ¡a enferma á Mos-
interesadas, pueden ser disimuladas. cow, y en esta ciudad se sometió al galvanismo apli
El número d') las enfermedades nerviosas es tan cado á la región del útero, sin que obtuviese ningún
considerable, que para mas método será útil reunir resultado Podía andar libremente, pero 00 sentía
en mi solo grupo las que tienen mayores relacioues fatiga, ni doler, ni alegría. \ lu menstruación no tuvo
entre sí Algunos admiten cuatro órdenes de neu- el mas pjqueño desorden. Él sentimiento y el movi
roses: comatosas, adinámicas , espasmódicas ¡/ ve miento suelen perderse con frecuencia al mismo tiem
sánicas. Otro autor distinguido las divide: 1.", en po. y la función de la parte enferma queda comple
aquellas que se agregan á una diminución de la tamente abolida. La nutrición no se suprime en ella
sensibilidad ; 2.°, las que se acompañan du espasmo: porque los vasos que llevan la sangre á esc punto
y .1.", las que .ifectau ú la inteligencia. reciben sus nervios de otra paite mas lejana ; las ar
Nosotros admitimos cuatro órdenes de neuroses: terias conservan la vida y el movimiento hasta la
las astenias verdaderas ó solamente aparentes ; los muerte. Los nervios, cscepto aquellos que tienen una
esp^smos, los dolores y las vesanias. consistencia muy blanda, como los olfatorios y el óp
Al primer orden referimos el vértigo, la aplupegia tico, resisten por mucho mas tiempo que los múscu
y la parálisis; los temblores, la dispepsia, el sinco los, ó la corrupción de las partes inmediatas, á la su
pe y la asfixia. puracíon y A la gangrena.
-Al segundo órden. el tétanos, el priapismo,U ca- Según la importancia y la naturaleza de la parle
talepsia, la corea, la hipocondría y 61 lii terismo, en que reside la neuroso , los síntomas , ya ligeros,
las convulsiones, la epilepsia, la hidrofobia , 1 1 rafa- ya alarmantes, son muy variados, y serán espue-ios
nia, el asma y la- coqueluche. en su lugar respectivo.
Al tercero, la otalgia, \aodontaljia , la cefale i , la 1. c En las afecciones del cerebro y del cerebe
cardialgía, el cólico, la asirilis y la gula. lo, se observa: zumbidos de oídos, dolores, sordera,
Al cuarto: la nostalgia, el somnambulismo , el fu vértigo, clavo-histérico, jaqueca, cefalea, vibración ó
ror uterino, ol idiotismo , o! cretinismo, la melanco latidos de las carótidas, parálisis de los músculos de
lía y la manía,, . la cara, de los ,'ábios y de la lengua, hemiplejía del
9H. Síntomas GENERALES H ibiendo dividido las lado opuesto á la lesiou, convulsión general ó limita
enfermedades nerviosas según el orden que nos h i da á un lado, contracción ó dilatación de la pupila,
parecido mas conveniente, nos falta tsponeraqui sus fotofobia, amaurosis, estrabismo, vómito de bilis por
síntomas de una mauera general. Consisten en una racea, y muchas veces abscesos en el hígado, ó en
aberración de las leyes del sentimiento ó del movi las demás visceras abdominales.
miento, ó de ambos á la vez. La sensibilidad pueda 2. ° En las enfermedades de los nervios de la
estar exaltada, disminuida , abolida ó desordenada. rara, de la boca, y de la garganta, so observa el
Estos síntomas perteneceu á los órganos de1 senli- teísmo, odontalgia, rechinamiento de dientes, perver
mienlo, tanto estemos como internos, y aun ¡i los del sión ó abolición del olfato ó del gusto; temblor ó
sensorio común, y constituyen lo que se ha llamado vacilación de la lengua, que está contraída ó Fuera de
enfermedades de la inteligencia. En cuanto á los mo la boca, desviada ó colgante ; disfugia espasmódíctt
vimientos di la libra muscular, en parle sometidos y en ó paralítica, dilatación ó constricción del esófago,
parte sustraídos al imperio de la volunlad. el estímulo gritos ó afonía , alteración do la voz , espuicion flfr-
que en ambos casos los rige y los modera en el ham cuente, flujo de saliva, que sale de un modo repug
bre sano, puede traspasar los límiles prescritos y ser minie á través de los labios, ó se escapa por (a aber
muy violento, exagerado ó irregular , ó por el con tura de la glotis; los espasmódica . sofocación, tem
Irario, puede disminuir y responder incompletamen blor, vacilación , flexión ó rotación de la cabeza y
te ó con lentitud, y aun permanecer insensible. á las leíanos de la mandíbula
órdenes de la voluntad y á los asertantes ordinarios 3. = En las afecciones de la medula espinal, son
Lo contracción violeu'a y morbosa de un músculo, se innumerables los síntomas. Mientras mas cercana de
llama espasmo; y si cesa de repente para volver .en la cabeza esté la lesión, y mientras mas rápida sea
seguida, so llama convulsión. El letargo 6 estupor de su marcha, es mas seguramente mortal. Las enfer
un músculo cuando es ajenos oscilado por la volun medades mas lentas ó mas profundas que se desarro
tad ó por el estímulo habitual, constituyo la atonía llan en la médula ó en las vertebras, la espina bíhMa,
6 la r lujación ; cuando ha perdido completamente la ■a desviación, la corvadura, la caries, la luxación
facultad do contraerse, se dico que está afretado de incompleta ó la inflamación del canal vertebral, la
paritisis. En estos casos suele persistir la sensibili hidropesía aguda, la supuración, la ulceración ó la
dad., y aun algunas veces es mayor que en el estado necrosis, la estancación, la acumulación ó la altera
sano. Pero es raro que no eslé afectada la facultad de ción de los líquidos; todas eslas enfermedades, deter
moverse, cuando el sentimiento padezca una altera minan en la parte que en el estado sano recibía un
ción cualquiera. Sin embargo, hemos visto un ejem nervio espiual, una lesión de! sentimiento ó de uifi-
plo de estos por el año de i8uü, en San Petersburgo: vimienlo, la inercia, el estupor, temblores, In pará
en efecto , una señora de Polonia á consecuencia de lisis y varias otros síntomas, según la naturaleza de la
un parto que habia tenido algunos meses antes, había función alterada; ¡a parálisis del brazo, y mas común*
perdido todos los seutidos, eseapto el oido y la vista: mente do las estremidades; la dispnea y las enferme
la nariz no percibía ningún olor, la lengua ningún dades del diafragma, del estómago, del recto, la
sabor, y la piel ningún tacto; lo mismo sucedía con relajación del esfinter de la vejiga, la incontinencia
los órganos internos, los intestinos, el útero y la va ó la retención de. orina, ó ambas á la vez; y por
gina ; la enferma no senlia los a'imenlo; u ninguna ú timo, la muerte y la gangrena de las parles parali
otra sustancia cu el estómago, ni en id tubo diges zadas.
tivo. Habiendo sospechado una plica latente, bus- 4. ° EnJas nenrosesdel tórax se observa opresión,
signos de esta mp., la1; pal| :'
uno. Cuando la~
25"
KÍBLIOTECA ÉCONÓMICA.
morbosas obran especialmente sobre los nervins y bres intermitentes que son muy comunes, y mas be
atacan á los del abdómen, sobrevienen dolores atro» nignas, han sido también consideradas como neuro
ees en las visceras de esta cavidad, principalmente en ses por un hombre distinguido.
el estómago y en los intestinos; espasmos, atonía, la •942. Causis.—Las causas de las enfermedades ner
acumulación de gases y de materias fecales que se viosas están rodeadas de una grande oscuridad; sia
alteran, el meteorismo, la timpanitis, borborigmos, embargo, si nos dirigimos con arreglo á la esperiek-
Actuosidades, vómitos, constipaciones rabeldes, alte ci<i, y á la razón que se apoya en aquella, vendrán
raciones de la secrecioi) en el hígado, el páncreas y á iluminarnos .algunos rayos de luz.
los intestinos, hidropesías puriformes en el peritoneo, Alteraciones orgánicas. Las alteraciones orgáni
el éxtasis de la sangre en el sistema venoso, varices, cas que la anatomía potnlógica, ha dado á conocer,
flujos serosos, mucosos, purulentos, sanguinolentos; vendrán en nuestra ayuda; estas alteraciones resultan
la procidencia de varios órganos, y diferentes especies frecuentemente de una enfermedad de las partes que
de hernias. Las afecciones nerviosas de los órganos cubren el cerebro, el cerebelo y la médula.
contenidos en la pelvis, provocan en la mujer diver Cráneo.—La bóveda del cráneo que es una mem
sos desórdenes del útero, ya en el estado de vacuidad, brana delgada' y flexible en la primera edad, está
ya durante la gestación, contracciones espasmódicas, compuesta de varias piezas; y basta que se jui.tan y
faltas de la menstruación, secreciones anormales, se reúnen mutuamente por medio de suturas, en el
hemorragias, el aborto, la retención de la placenta 6 feto, luego que sale del vientre de su madre, existen
de los loquios, el infurto do los ovarios, tensión, calor, entre sí tres aberturas que se llaman fontanelas. En
y diversos tumores en el hipogastrio, dolores lum pstos pontos se ve moverse la sustancia del cerebro y
bares atroces, y furor uterino; en el hombre la impo ídel cerebelo, que eslá muy poco cubierta; de aquí la i o-
tencia, poluciones nocturnas, y el priapismo; y en sibilidad de una contusión, de una compresión ó de
ambos sexos, espasmos ó parálisis momentáneas de la cualquiera otra lesión mortal. Un parto difícil ó ai lili -
vejiga, con supresión de la orina, incontinencia, la cial, puede cambiar mucho la forma del cráneo; pero
disuria, evacuaciones involuntarias, un tenesmo do cuando cesa la compresión y cuando se procura re
loroso en el ano, las hemorroides, y otros muchos sín mediar las alteraciones producidas por maniobras
tomas. imprudentes, se restablece por sí misma la forma na
Sea de esto lo que quiera, como la intensidad de tural. Sin embargo, la aplicación mal dirigida del
una afección nerviosa es por lo común mayor, lejos fórceps ó de 4a palanca puede determinar, hiriendo
del lugar donde existe el nervio enfermo, luego que el cráneo tierno del feto o el cerebro que contiene, la
esto se observe en la acción de un cálculo renal, ó de inflamación de este órgano, el hidrocéfalo agudo ó cró
una enfermedad dol útero sobre el estómago, es pre nico, ó un Idiotismo, que es muchas veces rebelde.
ciso tener gran cuidado de no deducir el asiento da Se concibe por lo demás, que la os ficacion mas lenta
los síntomas por el de la crusa. ó mas rápidi del cráneo eu la primera edad, la reu
A pesar do tantos desórdenes producidos por las nión prematura ó tardía de las suturas, y su separa
enfermedades nerviosas, es ne esario no creer que la ción a consecuencia de varias enfermedades, proce
economía entera eslá siempre afectada, como era de dan del poco volumen ó del desarrollo demasiado es-
temer. Durante el acceso de un es¡ asmo, ó de una cesivo de la sustancia cerebral, porque todas eslas
convulsión, el 'pulso está deprimido ó filiforme, fre circunstancias pueden producirlo. Entre la hoja ci
cuente 6 irregular; la piel áspera, seca, ó cubierta terior de la dura-mater, fuertemente adherida á ta
de un sudor viscoso, fría y descolorida; las orinas cara interna de la bóveda y al mismo pericráneo, se
eruBus y acuosas: al mismo tiempo se observa algu deposita poco á poco la sustancia huesosa, que da al
nas veces palabras incoherentes, risa inmoderada, lá cráneo su consistencia. Pero osle depósito huesoso,
grimas, locuacidad, una especie de trasporte poético, masó menos considerable, hace que sea demasiado
exaltación en el hablar* y cantos. Pero después de grande ó demasiado débil la densidad y U elasti
haber pasado el acenso, vuelve la calma inmediata cidad dol cráneo; de donde resulta para el cerebro
mente, se restablecen las funciones desordenadas, y una resistencia demasiado tuerte, o una protección
es raro que qupde apenas algún vestigio de tan alar insuficiente. Déla misma manera en 'os adultos, cuan
mante estado, si escepluamos el estupor piofundo que do una porción del cráneo ha sido arrancada por el
casi siempre sigue á los ataques de epilepsia. Y ade trépano y reconstituida por una consolidación imper
mas, cuando un individuo se halla sometido periódi fecta, sufro este órgano un cambio rouy notable. Las
camente ú tales sufrimientos, parece que su salud meninges pueden salir á consecuencia de las colec
es mejor; y padece mas cuando los . accesos no ciones serosas por entre las suturas, por el punto en
vuelven como de costumbre. Lo mismo sucede A los que falta la sustancia huesosa, y por aquellos
que, atormentados por afecciones nerviosas muy fre en que los huesos wormíanos suplen la pared inter
cuentes, gozan respecto á las enfermedades epidé rumpida de la bóveda craniana, y forman un tumor
micas, contagiosas ú otras, de una especie de inmu acuoso: también puede el cerebro formar hernia. Li
nidad de que no están dotados los individuos Inas infección sifilítica desarrolla muchas veces én una ó
robustos y mas sanos. Sin embargo, las neuroses, mas en otra cara del cráneo los exóstosis; la caries pro
que ninguno otro género de males, tienen una tenden< cedente de esta causa ó de cualquiera otra, el desar
cia á prolongarse; y una vez contraídas, son en es rollo de la materia encefaloidea, pueden destruir y
tremo rebeldes. perforarlas paredes huesosas. Un golpo violento so
Es raro que acompañe á una afección nerviosa pri bre el cráneo, le rompe ó le fractura en diferentes
mitiva un movimiento febril continuo, á menos que sea sentidos; también sucede que la lámina interna ó vi
lento; pero la fiebre intermitente sucleuniise muy ín trea se separe de la esterna y penetre en el encéfalo.
timamente á las neuroses; por esto es por lo que en nin Hemos visto escresccncias irregulares en la cavidad
guna parte son tan frecuentes las enfermedades ner craniana, herir mortalmentc el cerebro. Mücnof bi
viosas, como en los climas cálidos, y en los lugares chos relativos á estas diferentes lesiones tendrán ca-
pantanosos; ó por mejor decir, afectan mas comun vida mas abajo, cuando tratemos de las onferineda-
mente la marcha proteiforme de una liebre intermi des de la sustancia de lá médula, del cerebro, y del
tente sub-conlinua. á pesar de la gran diferencia de cerebelo. „ <'>J¿aMf ^'-i.
su principio, lo cual no carece de gravedad. Las fie Vértebras.— Ea lis vértebras residen algunas álte
Di MEDICINA Y CIBÜJU.— FRANK.
raciones, en lodo semejantes á las que acabamos de por filamentos celulosos mas consistentes , como se
referir al cráneo. La columna vertebral, comparada demuestra insuflándola por una abertura muy pe
en el feto y en el adulto, parece pertenecer á un ser queña, lo mismo que una vejiga. En estas células
muy diferente En el feto y en los recien nacidos, su suele derramarse el agua, y algunas veces, aunque
forma es perpendicular y casi piramidal; mas larde raras , la grasa ú otra materia análoga. En ciertr
es mas curva; y por último, en la vejez es muy en casos se la encuentra mas densa ó engrosada, ya
corvada Este efecto es producido por la acción mus el cerebro, ya en la médula.
cular y por h estación vertical. Todas las vértebras Pia-mater. —La pia-mater, que constituye la única
del feto se componen de tres partes reunidas por un cubierta verdaderamente propia, ó mas bien la red
cartílago que al hacerse huesoso forma por detras la vascular del cerebro y del cerebelo, provista de vasos
apófisis espinosa de que carece el feto. Ahora bien, muy numeroso-, é insensible en el estado sano, está
siempre que la columna vertebral ó una de las vérte sujeta casi á las mismas enfermedades que la dura»
bras se aparla de su dirección normai, ya por una mater: algunos anatómicos han visto hojas hue-osas
osificación demasiado tardía, ó por el reblandecimien en esta membrana. Sus arterias, privadas de fibras
to de una porción huesosa (cifosis, escoliosis, corva musculares, estarían mas espueslas que las demás á
dura), ó se deja distender ó se separa en el punto los aneurismas, si la falta de espacio no se opusiese
en que está menos protegida por los músculos (espi á ello. Pero esto no impide para que las venas de la
na bífida), ó es destruida por los progresos de la ca pia-mater, á causa de los obstáculos frecuentes y va
ries, ó se retrae escesivamente por la osificación del riados que se oponen á la vuelta de la sangre desde
cartí'ago medio, ó en fin, sufre una luxación ó una la cabeza al corazón, se hinchen escesivamente y aun
fractura á consecuencia de una violencia esterior, es se rompan. La pia-mater se inflama mas comunmente
que la médula, muy impropiamente llamada de loque parece indicarlo la inspección cadav'
, y los nervios que de ella emanan, estén suce En este estado, la adherencia de esta membr
siva ó simultáneamente desviados, comprimidos, y el cerebro es mas íutima, y sus vasos se ponen
aun destruidos y privados de lu acción que ejercen rojos. Después de una encefalitis mortal, se halla I
sobre las partes en que se distribuyen. cuentemente tumefacta é inflamada la pia-mater, y
Cubiertas del cerebro. —Dura-matcr. —La mas es una secreción puriforme abundante en el cerebro y
terna, la dura-mater, rica en vasos sanguíneos, ya en en el cerebelo En Pavía tuvimos ocasión de abrir el
su hoja parietal, en donde se adhiere íntimamente al cráneo dedos mujeres que habían muerto sumidas en
cráneo, cual si fuese un periostio interno ya en su uu coma profundo, á consecuencia de una erisipela
hoja visceral, y por último, en los senos que forma, de la cara; y hallamos en ambas, en el cerebro y en
está espuesta á padecer numerosas enfermedades (1). el cerebelo una inflamación de las mas vivas en la
En efecto, aunque en el hombre sano sea esta mem p;a-mater, y una gran cantidad de materia sero-
brana completamente iusensiblc, puede residir en purulenla. Por lo tanto, no nos admiramos de que
ella el dolor, inflamarse, supurar, ulcerarse, endu en tales condiciones se ponga mas gruesa la pia-
recerse, contraer adherencias con las membranas mater, mas dura y casi huesosa.
subyacentes, desprenderse de la pared huesosa por En un maniático estaba de color verdoso , muy
efecto de la' acumulación de la sangro ó del pus, ó densa, callosa, y casi huesosa en cada lado del seno
por un exóstosis; formar prominencia al interior, y superior y déla hoja falciforme. Aunque la adheren
por último, hacerse fungosa. Las venas y las arteria"'! cia de la pía con la dura-mater sea muy rara, y aun
de la dura-mater, pueden formar respectivamente va que lio se encuentre jamás, según la opinión de un
rices y aneurismas, osificarse y molestar al cerebro hombre muy recomendable, se la ha bullado, sin < m-
por su tumefacción, su movimiento y su dureza. Sin bargo, á consecuencia de una cefalea mortal; en CNte
embargo, estas alteraciones (sin duda á causa de las punto formaba un tumor duio y desigual que impe
numerosas anastomosis dé los vasos cranianos), pue día del todo la entrada de la sangre en los senos. En
den resistir algunas veces sin ocasionar graves daños, un joven que durante tres dias solo balda tenido
como hemos visto en un hombre, en el que las arte diarrea y un deliiio furioso, estaba la pia-mater
rias carótida y vertebral derechas estaban osificadas sembrada de pequeñas vejigas llepas de agua, y reu
é impenetrables por delante del cráneo, é impedían nidas en gran numero en varios sitios. La breséuc a
la llegada do la sangre por este lado, sin que jamás de lumores escrofulosos en la cara interna de la pía-
hubiese tenido ningún síntoma deapoplegía. La dura- inater, es un hecho raro, pero que ha sido bien com
ai «r en ninguna parte está mas espuesli á las le- probado por un hábil observador.
que en sus repliegues y en su seno. Las pc- Plexos coroides.— Los plexo* coroides, que forman
s glándulas que están situadas entre el cráneo parte de la pia-mater, encierran hidátides mas co-
membrana, 6 entre las prolongaciones y los se- mO limen te de loque generalmente se cree En ellos
hallan muchas veces tumefactas. Un célebre residen, aun en el hombre, bolsas hidalídicas. En la
anatómico ha visto M la cara interna de dicha mem hidropesía de los ventrículos cerebrales, se ha en
brana, pequeñas hojas hidatidifonnes; pero mientras contrado constantemente descoloridos los plexos co
mas profundamente se examine la lámina que consti roides. Los tumores escirrosos desarropados en c-l.s
tuye los senos, mas claramente se ve que sus altera plexos se acompañan de dolores de cabeza muy vio
ciones deben obrar sobre el cerebro. lentos, de sordera y de ataques epilépticos. Se han
Aracnoides.— Las enfermedades de la membrana visto en ellos tubérculos miliares; las varices son fre
aracnoides, que está desprovista de vasos aparentes* cuentes, lo cual contribuye á producir de rrames mor
son poco numerosas. Las adherencias establecidas tales de sangre en los ventrículos del ceiebro. Jamás
entre ella y la dura-mater , como se ha visto en la hemos visto tumores; escrofulosos, como refieren otros
autopsia de algunos individuos que habían sufrido du autores. Los depósitos huesosos en estos plexos son
rante mucho tiempo y en diferentes veces una cefa estreñidamente raros.
lea cruel, parecen resultar de una flegmasía anterior. Cubiertas de la médula espinal. — Todas las
Esta membrana muy tenue, está unida á la pia-inater membranas del cerebro le siguen al descender por
|i el
ei canal
oí vertebral. Sin embargo , la dura-mater no
elií, Memorias I eslá a de 1 s vérti
ler. París, 1329, en ¡ óá cerebro ; pero
596 BIBLIOTECA ECONOMICA
un saco cilindrico que se termina en el sacro por uii nervios es rali grande, que no hay órgano mas rico
cono delgado, liso por su superficie interna, y lubri en vasos que los nervios. Estos, escoplo el óptico y
ficado pur un líquido especial; su superficie esterna, el auditivo, reciben mas arteria; eu su e.spausioD pe-
por el conliario, es áspera, y presenta senos desti riféricaque en su trayecto. Se h uí descrito vasos lin
nados á contener la sangre, y adherida solamente en fáticos en los principales nervios, y nosotros ere mos
algunos puntos al canal vertebral. que no faltan en los mas pequeños. La secreción que
La aracnoidos forma un saco muy semejante; se lubrifica la vaina de los nervios a*í como la de oirás
une á la médula con menos intimidad que al cerebro; partes, puede estar aumentada, disminuida ó perver
está contigua á la dura-mater, de la que únicamente tida: asi cuando la túnica se halla iullamada ó sus
la' separa el liquido que se exhala en el tubo de vasos propios estimulados de un modo cualquiera, di
dicha membrana, y fio que ya hemos hablado, y cha secreción viene á ser mas abundante, y forma
por último, se cstieude por lodo el sacro. La pia- un depósito de serosidad, una hidropesía vaginal, ó una
mater abraza mas estrechamente á la médula espinal colección do linfa albuminosa, puriforme, algunas
y no está libre; sus vasos son los puntos de adheren veces purulenta, y aun saniosa. Lu anatomía ha mos,
cia con la médula, y del ligamento dentado con la frailo una verdadera materia ¡id/poia derramada en
« dura-mater. En la párle en que esta falta, se halla las célulasde las vainas de los nervios. No debemos
rodeada por un tejido análogo que impide que so admirarnos, por lo tanto, deque la linfa segregada
adhiera á la meninge media. La dura-mater y la de una manera morbosa, reunida eu este punto, y cu
aracnoides descienden, pues, mas abajo que la pía» ya parte serosa mas tenue es reabsorbida, reúna las
mater y entre la primera ó la segunda vértebra y células entre sí, aumente el grosor de toda la túnica,
el fondo del sacro , constituyen por si solas una la endurezca, la estreche y forme tumores de diversa
cavidad, que encierra á los nervios procedentes de naturaleza. Estas alteraciones, mas frecuentes es
la parte inferior de la región dorsal y lumbar, á los cierto, en el crán;oque eu los nervios, presentan, sin
cordones nerviosos, plegados y poco consistentes, embargo, en estos los mismos caracteres que en el
entremezclados de arterias y de venas, qiio forman la cerebro, el cerebelo y la médula; y lu compresión de
cola de caballo; y á un Huido propio. la pulpa nerviosa produce el enternecimiento de la
Independientemente del periostio interno de las sensibilidad y de los movimientos, la parálisis y la
vértebras, todas las meninges espinales están some pérdida del color, de la nutrición 6 de la vitalidad,
tidas á las mismas afecciones que las de] cerebro y en la parte que ella anima. Ademas de la vaina que
del cerebelo , aunque sean menos conocidas , por envuelve rl los nervios al esterior, la cual' suele ser
efecto de la gran dificultad que presenta el examen muy fina ó muy resistente, penetra entre los cordones
anatómico-patológico de esta cavidad ósea. Estas cu y las labras de los nervios una lela celuiosa muy te
biertas no están menos espueslas ;i diversas causas nue que los uncen diferente sentido. Nada hay que
esternas ó internas de Inflamación, de adherencias, impida el considerar á esta membrana celulosa", del
de induración , de supuración , de erosión , por un gada y vascular, como la continuación de la pia-ma-
líquido seroso puriforme ó purulento , procedente de ler. Este lejido celular del interior de los nerviosos
la cavidead del cráneo, ó segregado en la misma ca el asiento de las mismas alteraciones que sus túnicas
vidad vertebral. Lo* efectos de . estas alteraciones se esternas, y do todas las enfermedades propias de l <
diferencian según afecten una porción nías ó menos vasos (,"ii!i{.r»71), como lo enseñan y lo confirman l i
elevada de la médula, y so manifiestan con especialidad razón y la experiencia. Las lesiones délas membranas
en la parte que recibe sus nervios del lugar compri que envuelven á los ganglios nerviosos so i idénticas
mido. Tales sonja resolución de las membranas supe- pero presentan un grande interés, y, lo que es muy
riores'la disphea,, la debilidad y la inercia del estóma sensible son tan poco conocidas, como los verdaderos
go y de los intestinos, mas comunmente el temblor, el usos de estos ganglios.
entorpecimiento ó la parálisis de las piernas la re Sustancia cerebral y nerviosa.— Itospues de haber
tención de orina, y al mismo tiempo la impotencia hablado rápidamente, como acabamos de hacerlo,
del esfínter del ano para retener las materias fecales, sobie las cubiertas del cerebro, del cerebelo, de la
la gangrena, y otros sintonías que serán descritos con médula espinal y de los nervios, vamos á ocuparnos
mas detenimiento en su lugar respectivo. de las enfermedades que interesan á su propia sus»
Cubiertas de los ntrOio*. —Estudiemos ahora la tancia.
cubierta de los ncivios. La dura-mater, esceptoeu los Sustancia cortical (sustancia i/m.)— La sustancia
nervios ópticos, en que su hoja interna acompaña cortical del cerebro hace oti papel mas importante en el
hasta el globo oeula:, no suministra fuera del cráneo feto que en el adulto: en ambas edades, aunque es mas
una vaina continua á ningún nervio Estos, á su sali pálida en el feto, recibe siempre mas cantidad de
da del cráneo se confunden un dicha membrana; pero vasos que la medular. Las venas que algunos hombres
después de haber abandonado la cavidad, se envuel- hábiles hau podido observar, son muy evidentes por
ben inmediatamente en una tela celulosa que atra medio de fj inyección ; unos agiliten con grandes
viesan, y que les suministra una cubierta mas con probabilidades vasos linfáticos en la sustancia corti
veniente para proteger su tejido m dular cu las re« cal, pero sin ninguna prueba evidente, al menos que
giones en que eslau espucstos á una fuerte presión, nosotros conozcamos. La sustancia gris en el oslado
rodean ora muy fuertemente, ora con poca intimidad sano, no es sensible á ningún estimulo. Hasta ahora
■ las partes estertores, según lo exijan las circunstan no se ha podido demostrar por esperiencia que el te
cias. .Mientras mas voluminoso é importante sea el jido medular deba su formación á tos vasos de lá por
nervio, mas densa y mas fuerte es su cubierta; y ción cortical.
mientras mas blando, sobro todo en los canales hue Sustancia medular—La porción medular del ce
sosos, mas delgada es su túnica. En esta vaina ce rebro, muy impropiamente llamada asi, esiá compues
lulosa Je los nervios, entre infinidad de hojas, ser ta de fibras entrelazadas, como se puede verá la sim
pean multitud de vasos arleiales y venosos que la ple vista en algunas partes, y como lo demuestra»
prestan una suave humedad y una laxitud muy útil en otras ciertas alteraciones patológicas, la cocción
en el estado de salud No está fuera de razón lo que ó las tracciones bien dirigidas. La sustancia medular
un hombre célebre ha rticho, y es, que el número de es menos consistente y mas inyectada en el niño que
los vasos sunsuníeos destinados especialmente á los en el adulto. Sin embargo, eomparatiyamenle á las.
DE MEDICINA Y CIBtllí*. — FRANK. 397
demás visceras, sus vasos son eu general pequeños y gu, en la inflamación de la sustancio gris del [cere
poco numerosos. Su blancura os menor en los viejos; bro, aunque falte la hinchazón y la induración, so
muchas veces se Uñe de amarillo en los ictéricos, brevienen dolores eslrrmadameiile vivos. Nosotros
sin que esto ocasione ninguna lesión del sentimiento hemos visto que una esquirla, desprendida del parie
lo cual lia sido observado por nosotros mas de una tal y enclavada en la sustancia gris, ha determinado
vez. La porción medular del cerebro está dotada de en este punto dolores atroces, etc.; lo que prueba
una sensibilidad esquisita, y la irritación o I» encoria que esta parte del cerebro, como otras muchas, quo
ción mas ligera determina los mas vivos doloros. son insensibles, adquiere bajo la influencia de la iu-
Médu'.a espinal.— Los efectos de la irritación en la llanniciou ósensibilidad
de cualquiera otra causa morbosa , una
médula espinal, no son menos graves. Cuando se la verdadera que no difiere de la que so
divide, mientras mas elevada y por consiguiente mas observa en los tejidos que están dolados de ella na
próxima a\ cráneo es la lesión, mas rápida es y mas turalmente. La sustancia cortical es el asiento do
soguiala muerte del animal, que espira eu medio de abscesos, de induraciones, de tubérculos , de tumo
res fungosos y como cscirrosos , y de gangrena ; al
convulsiones viólenlas. Asi, mientras mas cerca de la menos
cabeza se halle una lesión de la médula, mas graves con la por causa esterna. Frecuentemente contrae
pia-mater adherencias morbosas muy distin
son las consecuencias. Habiéndose dado por casuali
dad una jóven un tiro en la espalda, tuvo paralizada tas de las que establecen entre sí sus vasos comunes.
la parte inferior del cuerpo, y sucumbió al cabo de Algunos csperimenlos hechos en los animales, han de
mostrado que puede cicatrizarse una herida liecba en
veinte dias. la superficie del cerebro. Muchas veces se halla á
Pulpa nerviosa —La pulpa de los nervios , que no consecuencia del vértigo, de la cefalea, del letargo ó
es otra cosa (pie la continuación de la sustancia del de la apoplegía, una congestión de las venas de la
cerebro , del cerebelo y de la médula, constituye sustancia cortical, un derrame de sangre muy con
el único y verdadero asiento de la sensibilidad. Su siderable entre la pia mater y la sustancia gris, ó so
consistencia es mayor que la del cerebro ; y esto de lamente un simple equimosis. Por último , í conse
pende ile que está formada por varios hacecillos uni cuencia de dolares de cabeza muy agudos, se han
dos en re sí por un tejido celular muy delgado, y desarrollado gases en los vasos cerebrales estemos.
la pulpa se Italia reforzada y protegida , sin que nin Sustancia medvlnr.—Mas de una vez liemos ob
guno de estos hacecillos tenga una vaina propia. Esta servado las enfermedades de la sustancia medular
cubierta no la ahandouu, ni aun en los sitios en que del cerebro y del cerebelo, y otros las lian descrito.
debe obrar; algunas veces, por el contrario, está des Desde luego no es raro que se halle esta sustancia
pojada de ella por una causa morbosa, y adquiere mas blanda ó mas dura, mas tenaz, y por decirlo asi,
una sensibilidad igual á la del cerebro. ¿Por qué ra mas elástica de lo que lo está realmente. Según la
zón en tal parte se deja impresionar mas especial edad del individuo, puede atribuirse el reblandeci
mente la pulpa nerviosa por los rayos luminosos , en miento á la p -(refacción rápida del cerebro; pero siu
tal olr.i, por las vibraciones de las ondas sonoras; que obre fsta causa, osla demostrado en los locos.
aquí por las partículas salinas, y allá por un efluvio La induración del cerebro, del ccrebe'o, y de la mé
volátil? Hé aquí lo que es preciso averiguar. Pero dula espinal, se rncuenlra mas comunmente en los
no conocernos con exactitud el modo de espaueion, ó maniáticos j en los melancólicos. Se ve con demasiada
la última i stremidad, mas que de un solo nervio, e' frecuencia que la sustancia medular se Irasfornia, ya
óptico : en cuanto á los demás, lo que se ha dicho d en un punto, ya en otro, en una materia blanca y de
sus pápilas no deja de ser una hipótesis fisiológica. cierta consistencia, y adopta la forma de una nuez: es
Los niuos, las mujeres, y los individuos enflaquecidos, tas partPS endurecidas se hallan circuidas de una lige
tienen en general ñus desarrollados los nervios que ra inflamación. No creemos que estas degeneración *
losadu'tos, los hombres y las personas obesas. Mu sean de naturaleza escrofulosa: las hemos visto un
chas veces , sin embargo . los nervios pueden e^t.ir cierto número de veces, y las hemos descrito bajo el
cu igualdad de circunstancias mas desarrollados en antiguo nombre de esfacelo del cerebro (142). I i
unos que en otro?, sin que esio indique ninguna en hombre muy conocido refiere haber encontrado un
fermedad latente. Nosotros ciecmos que el tumor que cerebelo trasformado mas de la mitad en escirro.
so forma en un nervio comprimido fuertemente por Los quistes del cerebro son raros; pero también se
una ligadura, depende del reflujo de la puipi ner refieren algunos ejemplos de ellos. Aunque nosotros
viosa. Cuando se corla un nervio en un animal vivo, no liemos visto ningún tumor estealomatoso , otros
se separa, y entre sus dos puntas so interpone ó sale autores dicen haberlo hadado en el cerebro. Las di
una médula viscosa. Esta materia se hincha., y se ferencias de capacidad que presenta el cráneo en los
concreta y se endurece por el trascurso del tiempo; diversos individuos, demuestran que el volumen del
pero las dos eslreinidades divididas se reúnen por un cerebro, del cerebelo y de la médula, no debe ser el
Ujido celular rojizo é insensible. Luego que un ner mismo en todos : y nosotros no dudamos de que el
vio ha sillo destruido, ligado, comprimido ó corlado, desarrollo de la inteligencia depende mucho de esta
la parte en donde se disiribuia, si no recibía mas ner causa Pero ¿puede aumentar este volumen en el
vios que el que ha sufrjdo la lesión, pierde el sen mismo cráneo y relativamente á la edad, no por el
timiento y el movimiento. diámetro' de los vasos, que no puede ser constante,
Sus RNKi-nsiKD.tDES en r.KsnuL.— Si liacemos aplica ni poruña colección dclíquidosen los ventrículos, sino
ción de estas propiedades generales de la sustancia por un aumento de su propia sustancia? Esto es lo
cortical , medular y nerviosa , con el objeto que nos que basta ahora dudamos, aunque otras visceras pue
ocupa, podremos formarnos una idea de las enfer dan padecer la lisconír, y aunque se refieran varios
medades que se desarrollan en estos tejidos, aun ejemplos de esta enfermedad. En cuanto á la altera
que trataremos de ellas con mas ostensión y mas ción opuesta, es decir, la diminución del velamen
detalladamente al hablar de las neurosos en parti del cerebro, proporcionalinente á las dimensiones del
cular. cráneo, lio faltan algunas observaciones en los locos
Sustancia cortical.— Ya li mos dicho que la sus- y eu azon los idiotas. Se ha hallado en un joven privado
desde el nacimiento, una diminución nota-
taiocia cortical del cerebro ; — ■• — « -1 ... -. 1_ A,
pn■ovista de sensibilidad en
BIBLIOTECA *CQNQMICA
enagenacion mental, era el cerehro mas pequeño quo otro, destruyendo el tabique ó septo que lo separa.
de costumbre , y presentaba un número mucho me Apéndice* del cerebro. —Las enfermedades de la
nor de circunvoluciones. A consecuencia de una ce glándula é pineal, sus funciones fisiológicas, asi como
falalgia con fiebre, calor cscesivo ,ojos brillantes, gri las del -infundibulum, son tan poco conocidas, que
tos y delirio, seguido de un coma profundo, se bailó tendremos muy poco que decir, que digno sea de
un/sran sequedad en la sustancia medular. En un fijar la atención del lector. E! apéndice del cerebro
hombre melancólico, después cataléptíco, y por ulti 11. m ido glándula pituitaria , se ha encontrado muy
mo loco, estaba el cerebro muy seco , duro, amari nocas veces enfermo, según la opinión de un grande
llen'o y friable; los nervios en su origen eran al mis nombre. Es cierto que un cirujano francés muy cé
mo tiempo muy delgados, ka sustancia medular en lebre ha encontrado algunas veces esta glándula es-
algunos maniáticos, se ha encontrado mas seca y me cirrosa en el cerebro de un hidrópico: pero en Esco
nos densa a la vez. cia no se la ha encomiado ni una sola vez en estado
Aunque la forma interior del cerebro sea casi anormal. El aumento de consistencia que ofrece en
constante en los diversos individuos, la diferente con algunos casos, puede apenas considerarse como un
formación esterio? del cráneo nos obliga, á pesar indicio dei estado patológico. El infundibulum en
nuestro, á reflexionar sobra esta disposición, y á in sus condiciones ordinarias está hueco, y algunos
vestigar sus efectos. Pío podemos duJar de que la autores le creen destinado á conducir á la glándula
acción del cerenro y del cerebelo es mas espedita, pituitaria los fluidos condensados en los ventrícu!os
ó se disminuye ó cesa por |a forma del cráneo, que se cerebrales, que vienen á sor el asiento de una hidro
considera como causa ó como efecto. El Museo pato pesía , sino desempeña aquel sus funciones. Así es
lógico de Pavía posee el cráneo de dos cretinos; y que Valsalva ha creído que la glándula estaba cscir-
su capacidad, comparada con la de los demás, es casi rosa en casi lodos los casos de hidrocéfaln, y que se
uní mitad menos, F. J. Gall ha enseñado en una encuentra ingurgitada é infartada, y el infundibulum
fran parle de la Europa, que ciertas prominencias obstruido, cuando los ventrículos están llenos do lí
el cráneo indican en un individua tales ó cuales quido. El mismo Morgagni parece inclinado á ser de
disposiciones, tal ó cuai capacidad; en una palabra, esta opinión, y piensa que la desaparición do la glán
qu" ron exonden á los órganos de ht inteligencia dula pituitaria ó su blandura, y su cscesivo desarro
Aunque hasta aliara hay mucha inceilidumbre sobre llo; ó la presencia en ella de un humor untuoso, pero
este asunto, creemos que semejantes trabajos, em trasparente; ó de una viscosidad glutinosa, del volu
prendidos de huera fé, tanto en el hombre como en men de una haba pequeña; que todas estas circuns
lus animales, no pueden menos de ser útiles á la his tancias debían producir la hidropesía del ventrículo,
toria natural y á la medicina. En efecto, la diferen por obstrucción de las vias; pero aunque las funcio
cia del cráneo en las diversas razas, es muy grande; nes de este apéndice encefálico no carecen sin duda
la del órgano encerrado en esta caja huesosa no lo es de importancia , como lo atestigua su existencia
menos, y sin duda ios efectos de estas diferencias, constante en todos los animales cuadrúpedos, aves
aunque poco estudiadas hasta ahora, deben sor muy y peces, y su volúmen, mayor en los rumiantes, es
constantes. Los médicos de los tiempos mas atrasados demasiado pequeño para servir de reservorio á un
refieren haber visto muchas veces fetos humanos, y órgano tan considerable, y no se ha visto en qué sitio
aun pertenecientes á diversas especies de animales, ofrece salida al líquido que debía recibir, ni por qué
en particular á los carneros, nacer anencéfalos, y á punto pasa desde el infundibulum á la glándula
pesur de un vició de conformación tan grave, vivir Glándula pineal.—La glándula pineal, que ha per
por espacio de cierto tiempo. Los moderno*, admj* dido la supremacía que se la había concedido no bn
tiendo mas fácilmente quizá de lo que hubieran debí mucho, existe, sin embargo, en todos los anímale1;
do la aus ncia completa del cerebro y del cerebelo, superiores, como el hombre; y también relativamente
no h consideran mas que como una enfermedad, á las enfermedades que puede pidecer, es digna do
una hidropesía , por ejemplo, á consecuencia do la la atención del médico. Seria mucho asegurar el de
cual sufre el órgano una verdadera disolución, y que cir que ha fallado alguna vez en el hombre; pero es
da reducido á una especie de bolsa muy delgada. cierto que su volúmen varía mucho en los diversos
Esto lo sabemos hoy, gracias á los descubrimientos de individuos. Citaremos textualmente á este fin las pa
Gall, que ha dado una importancia, quizá mayor de labras de Valsalva: «En la época en que se creía
la que se merece, á la significación de las formas generalmente que en la glándula pineal residía el al
esteriores del cráneo (ya sea el primero en recla ma, se aseguraba haberla hallado de una magnitud
mar la gloria de la invención , ó ya haya venido notable en un niño muy inteligente con relación á
después de otro , cuya senda no había seguido nin su edad. Pero también es cierto que en una mujer
gún anatómico; que esto es poco importante). El privada de rozón se la ha visto aun mas desarrollada,
cerebro y el cerebelo están formados por una mem pues igualaba al volúmen de un huevo. Muchas ve
brana compuesta de fibras nerviosas, replegada sobre ces se infiltra y aun seinfarta; se la ha encontrado se
si misma de mil muñeras; presenta innumerables mejanle á una vejiga llena de agua, ó tranformada
apéndices y prolongaciones susceptibles de estensioo, en una burbuja, ó en una hidátide, en el cadáver
cuando sus pliegues son elevados por líquidos ó por de uua mujer idiota. Existen, numerosas observacio
gases. Do manera que en la hidropesía de los ven nes que prueban que en esta glándula pueden existir
trículos no hay ni disolución, ni destrucción del ór arenillas, cálculos pequeños, y aun muy numerosos,
gano; sino solo so trasfonna gradual y. lentamente en ó una materia tofacea. Se ha pretendido que os muy
una ampolla visible, sin que las funciones de la inte raro no hallar cálculos en ella; pero esta aserción i s
ligencia estén completamente abolidas, al menos por exagerada sin duda. En un caso se la ha encontrado
algún tiempo. osificada. Pero si estas alteraciones de la glándula
No es raro ver en la apoplegía que la sangre, al pineal se acompañan muchas veces de algún desorden
salir de los vasos del cerenro, y de los plexos coroi en la inteligencia, de la pérdida de la memoria de
des, se abra paso hácia la sustancia misma del órgano, uu idiotismo completo, ó al menos de cefalalgia grave
y penetre en las cavidades, que en seguida quedan y de adormecimiento, también se han observado des
licúas por un coágulo; ó bien, como io hemos visto órdenes muy semejantes , sin ninguna lesión de las
muchas veces, pasa de uu ventrículo lateral al funciones intelectuales. »
DE MEDICINA « CIBCJÍA.— FRANK 599
Médula espinal. — Las enfermedades de la médula escitado por un estimulante violento y prolongado,
'nal son casi las mismas que las del cerebro. Ya necesita cierto tiempo para sentir una escitacioo mas
os hablado del hidrocéfalo inlerno y de la hidro débil. El hábito disminuye mucho la acción de los
pesia dH cerebro; el canal vertebral también es mu escítan'.es. Pero la supresión do este estímulo cuan
chas veces el asiento de el'a. Es preciso referir prin do se está acostumbrado á él, basta para reanimar
cipalmente á esta alteración la ausencia de la médula la actividad sensitiva: por eso un hombre que se
espinal en el feto, pero comprendiendo estos hechos duerme bajo la influencia de un canto, se despierta
corao los hemos esplicado al hablar del cerebro. En cuando este cesa. Así, cuando los nervios**sienten
los adultos hemss encontrado ugua en la columna continuamente la acción de no estimulante cualquie
vertebral, sin q»e nos lo hubiere indicado [ningún ra, contraen tal hábito que si se ven privados de esta
signo esturior. Algunas veces también hemos visto la acción durante algún tiempo, turban y desordenan
médula casi desecada sin quo estuviese comprimida toda la economía, hasta que vuelven á estar somalí- .
por ninguu líquido. Hemos perdido á uno de uuestros dos á su influencia. Por ejemplo, un hombre acos
amigos, el cual á consecuencia de una caída padeció tumbrada a! uso del tabaco, no puede privarse de él
una caries de las vertebras lumbares, que se desar sin esperimsntar una agitación y una inquietud es-
rolló en el canal, destruyó las membranas y la misma traordinaiias. Do la misma manera la curación de
médula, y causó la muerte. La parálisis de las estre- masiado pronta de una úlcera cutánea ó de un exu-
midades inferiores, de la vejiga y del ano, son la torio, ó de un herpe crónico mas bien quo la reab
consecuencia de estas alteraciones. sorción y la metástasis del producto de una secreción
Sustancia de los nervios.— \o añadiremos mas morbosa suspendida, produce en muchas ocasiones
e rouy pocas palabras sobre las afecciones del te- enfermedades nerviosas. Por eso los individuos que
o propio de los nervios. Muchas de ellas son las padecen ataques periódicos, cuando los últimos han
nías que atacan «I cerebro, al cerebelo y á la mé- sido menos fuertes ó han fallado del todo, sin que
la. Así, estando inflamada la cubierta esterna y la haya sido removida completamente la causa del
membrana que le rodea y las capas intermedias entre mal, se agravan, hasta que sufren un acceso mas
loi cor. Iones y las übrillas, se inflaman fácilmente y vioJento. Los que eslan acostumbrados por espacio
supuran: de donde se originan diversas afecciones de mucho tiempo i las sangrías, y han dejudo pasar
de la pulpa nerviosa. En los viejos aunque gozen de la época ya establecida para esta operación, esperi-
buena salud, se ponen blandos los nervios ca la apa meiitan en la vena quo solían abrir, un prurito incó
riencia, y mas resistentes al tacto y al escalpelo. Sí modo. Es preciso atribuir el mismo origfii á los ac
se les pnva de sus cubiertas ó del moco que cubre cidentes que determina 1 > supresión de un flujo mens
los órgauos de los sentidos, los ramos nerviosos ad trual ó hemorroidal, aun en los casos eu que no hay
quieren una sensibilidad muy viva y no pueden so plétora. Cuando por de haber bebido can eseeso,
portar sus excitantes ordinarios. Los nervios resisten ó sin esta circunstancia, se está habituado á desper
por mas tiempo que las demás partes á la gangrena tar durante la noche para orinar , aunque se tenga
que ataca á las partes inmediatas, y se les encuentra poca orina en la vejiga, se despierta constantemente
completamente ilesos en medio de los tejidos gangre- con el mismo objeto y á la misma hora. También es
nadus. Sin embargo, cuando una parte está destruida muy necesario á ciertas personas tener horas lijas
del todo por una causa cualquiera, el nervio que se para evacuar los inleslinos.
distribuye en ella es invadido puco á poco. Las enfer ESFERMKDAOES DKl. S1STESH NERVIOSO. -- DcSpUeS de
medades que se desarrollan en los vasos, pueden al lo que acabamos de decir sobre las principales causas
canzarles también á su paso á través de los nervios. de las enfermedades orgánicas del cerebro, del ce-
Morgagni ha visto, «en medio de las libras del nervio rebelo, de la médula espinal y de los nervios, nos
ciático y casi paralelamente á su eje, un vaso lleno ocuparemos de las que atacan al sistema nervioso en
de sangre, cuyo diámetro era de una línea poco mas ó su totalidad ó en una sola de sus partes, sin alterar,
menos; lo cual demuestra que la pulpa nerviosa pue al meuos de una manera apreciable, la estructura de
de ser asiento de aneurismas, de varices y de oblite los nervios.
raciones.» Algunas veces se encuentra grasa entre Si supiésemos por qué fuerza están regidos los
las libras nerviosas, y aun en gran can! ¡dad, como ya nervios, y las parles que les están sometidas, nos se
lo hemos dicho. A consecuencia de una amaurosis ria fácil esplicar los efectos por el estudio de las
antigua, hemos encontrado ios nervios ópticos, mar causas; pero la oscuridad en que están envueltas to
chitos, atrofiados, y como desecados. Spígelío los ha das estas cuestiones, nos obliga á tratar de las causas
hallado con menos de la mitad de su volumen en un remólas, sin conocer las causas próximas.
caso semejante. En un individuo que no había per Hereditarias.— El primer carácter que nos ofrecen
dido completamente la vista, p ro que la tenia débil, 'las neuroses, es el de propagarse en su mayor parte
estaba muy de1 gado el nervio óptico del mismo lado. cou mucha facilidad de padres ó hijos. En el hombro
También se reliere un caso de ceguera á consecuen bien constituido y en los anímales domésticos, se ha
cia de un tumor del grosor de un huevo de gallina, lla muy á menudo en los hijos las formas y el hábito
colocado en las inmediaciones del nervio óptico. Los esterior del padro. Pero sobre todo, las facultades
nervios olfatorios, comprimidos por diversos tumores que dependen r'el sistema nervioso, la actividad
en el interior del cráneo, se han encontrado atrofiados, sensitiva y la inteligencia, son las que se trasmiten
por un célebre anatómico. La sordera reconoce algu naturalmente por h :rencia ; y esto es tan cierto,
nas veces por causa la adherencia de un pequeño que es muy impórtame, , por interés de las razas, que
cuerpo duro en el origen del nervio acústico. Un sa un hombre sano de cuerpo y de espíritu se enlace
bio ha visto la destrucción de dos nervios olfatorios cou una mujer de sus mismas circunstancias, ó que
al nivel del etmoides. los defectos del uno estén compensados por las per
El ejercicio continuo, pero moderado, de los seu- fecciones del otro. La facilidad de la trasmisión he
tidos, tanto internos como estemos, los perfecciona; el reditaria no es menor en las enfermedades nerviosas,
reposo, por el contrario, los entorpece notablemente. y hay muchísimos ejemplos de manía, melancolía,
Cuando un nervio ha estado sometido á la acción de convulsiones, apoplegía, gota, histerismo é hipocou:
estimulante muy débil, puede muy bien sen ir el dría rebelde, vinculadas en una sola familia.
600 BIBLIOTECA ECONÓMICA
raquitis nos demuestran que e! primer gériiícR de las Adinámicas.—Las neuroses producidas por la adi-
enfermedades nerviosas se desarrolla en el útero sin namia son ciertamente mas comunes 011 nuestros
duda alguna, y nacen con el feto. tiempos que en lo antiguo, ya sea debido á las eos- '
Si escepluarnos las alteraciones orgánicos de los tumbres mas emprendedoras de la raza humana, ya íí
nervios, las demás, según el padro de la medicina, los continuos vaivenes de la fortuna, que produce la
parecen provenir de una repleción ó de una evacua estension universal de los negocios comerciales ; ó &
ción; es decir, del escoso ó de la falta de los estímu los progresos de las letras , ó al lujo que se ha es
los. En cuanto ú lo que lian dicho diversos autores parcido en todas las clases de la sociedad, ó á las ar
acerca de la laxitud, de la tensión ó de la rigidez de tes insalubres que eran completamente desconocidas
los nervios, ó de la acritud del fluido nervioso como en los siglos pasados ó no pertenecían mas que á un
causa de neuroses, creemos que debe considerarse pequeño número de individuos
como parto de una imaginación eslravíada ó como Por perdidas de líquidos.—Entre todas las causas
un delirio. generales de las neuroses, una de las principales es
Iliperesténicas. —La hiperestonia no produce quizá la pérdida de los líquidos que están destinados á es
la centésima parte de las enfermedades nerviosas: y citar y á nutrir los órganos. Un hombre lleno de vi
las hemorragias por las fosas nasales ó por el útero, gor, una mujer jóven y sana, el uno por una herida,
las inflamaciones del cerebro, del cerebelo y de la la otra por el flujo menstrual , la gestación , ó e!
médula, no siempre son, lo confesamos , el indicio de parto, pueden perder una gran cantidad de sangre,
una exaltación morbosa de las fuerzas; pero esto no y padecer con mucha facilidad las afecciones nervio
se opone á que las neuroses puedan proceder de es sas. Asi los animales domésticos que se sacrifican,
ti causa. U"a ligera tensión aumenta generalmeuto forcejean con violencia mientras sale la sangre de
la sensibilidad nerviosa, como en las papilas de los sus vasos, y espiran en medio de convulsiones. He
pechos, del clítoris y del pene, durante la erección. mos tenido el dolor de ver algunos sugetoS debilita
Así, la constitución robusta de los jóvenes, la turges- dos por una emisión sanguínea noeo considerable,
cencia délos vasos y del tejido celular, contribuyen á hecha por precaución, ó porque habían equivocado la
perfeccionar la impresión del estimulo, que es algunas naturaleza de la enfermedad, y civjcndo que existia
feces demasiado enérgica. La plenitud escesiva de una exaltación de tuerzas; que han padecido convul
los vasos de una parte cualquiera, hace que sea mas siones violentas, languidez, temblores histéricos, ó
esqnisita la sensibilidad, e\alta su acción, ó la de consunción. Los flujos serosos, mucosos ó linfáticos,
sordena y la destruye. La tensión inflamatoria del no <ienen menos inconvenientes. De la misma manera
nervio óptico determina un estado, en que la luz la secreción morbosa del sudor, de la saliva, del jugo
menos intensa ocasiona un dolor violento, y cuya im gástrico, de la orina ó del moco, de "pituita, de lin
presión le persigue algunas veces aun en la oscuri fa, de quilo, de leche, de licor seminal, de materia
dad. En su lugar correspondiente hablaremos de los puriforme ó purulenta, es en mil circunstancias una
síntomas crueles que acompañan á la inflamación del causa de marasmo. También resultan accidentes aná
nervio ciático; y seguramente un exárnen mas atento logos á los que produce la evacuación de los líquidos
del nervio después de la muerte, nos demostraría lo necesarios á la economía, de la reparación incompleta
mismo en las demás neuralgias, liemos sido consul de las pérdidas diarias; de la insuficiencia ó de la falta
tados en Pavía por un hombre vigoroso sujeto á de alimentos, de la piolonpaciondelos ayunos dema
frecuentes epistaxis, y algunas veces' á ataques de siado auster. s, del uso de alimentos vegetates ó ani
epilepsia. A consecuencia de un emético, fue ataca males difíciles de digerir, flatultnt'is, glutinosos, gra
do sin liebre y sin dolor, de una constricción del exó- sos, fibrosos, secos y ahumados, ó sospechosos, averia
fago, tan fuerte, que durante nueve dias no pudo dos y corrompidos por" materias cstrañas.
pasar por dicho conducto ninguna clase de alimentos Por retención.— Es preciso considerar bramen to
ui de bebidas. El médico no había podido alimentar mo causa de enfermedad la retención de los cuerpos
¡ este individuo mas que por medio de lavativas; sin que según las leyes de la salud, ó solamente del Há
embargo, no se encontraba mas débil, y su pulso bito, deberiau escrctarse: pero yo hemos cspueslo
no había dejado de estar lleno y duro, y su cara en> suficientemente las razones y los efectos de las re
cendiila y animada. Habiendo dicho que hacia tiem tenciones en el lugar correspondiente.
po no padecía Je la hemorragia de la nariz, se le Cuerpos estrados.—Los mismos fenómenos se ob
aplicaron dos sanguijuelas á las ventanas de dicho servan también cuando se lijan cuerpos estraños fu
árgano, cuidando de cortarles la cola para que salie las visceras ó en un punto herido, cálculos en los rí
se mas sangre; por este medio cesó muy pronto el ñones, en los uréteres, en la vejiga urinaria ó en la
espasmo violento del exófago, y permitió que el enfer de la hiél , fragmentos de vidrio, granos de plomo,
mo bebiese, y tomase un huevo pasado por agua. La porciones de hueso ó de vestidos retenidos en el fon
constricción del exófago volvió á presentarse, al dia do de una herida, y por último, las hernias ó la varia
siguiente, pero desapareció al momento, á beneficio ción de lugar de las visceras.
de las sanguijuelas. Vicisitudes atmosféricas — La inmensa diferencia
Nuestro célebre predecesor en la cátedra de Pavía, que presenta el hombre en los diversos climas basta
refiere un ejemplo análogo en uña» jóven. Siempre para demostrar cuan gratule es la influencia de la
que la faltaba una epistaxis habitual , sobrevenían atmósfera que nos rodea, sobro el sistema nervioso.
convulsiones muy fuertes que, duiaban'algnnos meses En efecto, aunque hay muchas escepciones y el de
y no cedían mas que al flujo de sangre por las nari sarrollo de la inteligencia reconoce otras causas, se
ces. El abuso de los licores espirituosos produce la puedo decir , sin embargo , que en donde el sol
epilepsia. Un observador distinguido cita un caso do calienta poco, la imaginación tiene menos vigor;
tétanos causado por la ingestión do una gran canti- los pasiones se elevan pocas veces á cierto grado de
dud de vino de Borgoña, y el cual se curó por una exaltación, y la vivacidad y la alegría son desconoci
sangría de dos libras. La apoplegía procede sin duda das casi del lodo. Y aun baja el mismo cielo hay fu
alguna en muchas ocasiones de causas debilitantes; misma diferencia entre las facultades intelectuales y
pero nosotros, como algunos otros médicos, la hemos entre la robustez del cuerpo de los habitantes de los
curado por medio de la flebotomía y de un tratamien llanos, y de las montañas, que entre un arroyuelo
to antiflojístico. manso y un rápido torrente. Uta regiones frías", re
de meicina t cibujIa.—FRANK. 601
lativamento á la acción nerviosa, son á los paises cá Eseeto de reposo ó de ejercicio. —Se sabe catato
lidos lo que el invierno al verano. Así, á consecuen aumenta el ejercicio las fuerzas del cuerpo , por la
cia de las grandes heladas y de una estación fiia y <;ula diferencia que existe entre los habitantes de las
húmeda se ven por todas partes una multitud de aldeas y los ociosos de las grandes ciudades. El brazo
neuroses, que se disipan en el momento que el sol ejercitado en los movimientos, poseo músculos mas
vuelve á ejercer su influencia , de h misma manera fuertes que el que carecen de este ejercicio. El
que se disipa la humedad de la tierra por la influen hombre entregado al trabajo y habituado á la fatiga,
cia de sus rayos. La gangrena es muy frecuente y traspira de una manera suave , mientras que otro
casi instantánea por los grandes frios. menos acostumbrado, se sofocay so baña de un sudor
En los calores del verano, sohre todo en los calores abundante. La vida ociosa es causa muy general de
húmedos, y cuando reina el viento del mediodía, se las neurosos; y los que á ella se entregan , como los
observa una languidez general y una especie de re- literatos y las mujeres, padecen la hipocondría, el
snlucion también general de loí nervios. Algunas histerismo y la clórosis.
mujeres que jamás han padecido de histerismo, son En otros la escesiva gordura es efecto del reposo,
atacadas de él por la influencia de una estación muy y ya hemos demostrado suficientemente su poder para
calorosa. Bajo unas condiciones atmosféricas análogas, embotar la sensibilidad y para facilitar las hemorra
fueron mas numerosos que nunca los suicidios en gias cerebrales.
Viena en el año de 1808, y nosotros recibimos en el En cuanto á los escesos del trabajo, también hemos
gran hospílul de dicha población mayor número de espuesto ya sus malos efectos, sobre todo en la ju-'
maniáticos (I). Los grandes calores producen en la ventud, tanto en nuestro Tratado de policía médica,
mayor parte de ellos ataques mucho mas violentos. al hablar de la educación física, como en el Discurso
También ruando el cielo está sereno, anuncian algu académico sobre la miseria del pueblo, considerada
nas personas, y sin que se engañen, la tempestad que como causa de enfermedad, pronunciado en Pavía
va á estallar, y padecen una ansiedad particular, pal en 1790 (1). Cuando es preciso que el ejército aban
pitaciones do corazón, y una sensación de desfalleci done una población en un tiempo dado, y que atra
miento inminente. En general, el cambio súbito de viese una gran distancia, los soldados aniquilados
temperatura no deja de ser fatal á las personas que caen en gran número en medio de las filas, y su
tienen mucha susceptibilidad nerviosa; y antes de cumben muchas veces á una apoplegía ó á un vértigo.
que sobrevenga , se ponen dolorosas las cicatrices Los postillones suelen también sufrir la misma suerte.
antiguas, y aun las fracturas consolidadas desde mu La carne del ciervo que ha corrido mucho, os asiento
cho tiempo antes. de un derrame sanguíneo y se corrompe mas pronto
Olores. —Preciso es citar también como causa de que las demás. Eu efecto , los ejercicios violentos,
las neuroses ciertos olores esparcidos en la atmós continuados por espacio de cierto tiempo, hacen de
fera. Muchas veces, las mujeres que se precian de una saparecer toda la grasa que exiae entre las libras mus
susceptibilidad nerviosa exagerada , acaban por en culares, y trasudar la sangre ú través de los vasos
gañarse á sí propias , después de haber tratado do entre los músculos contraídos; la liebre es agudísima,
engañar á los demás. se interrumpe la nutrición, la circulación se acelera,
Hemos conocido en Pavía á una noble señora, que la respiración disminuye por los esfuerzos continuos
habiendo visto desde lejos y en lo mas retirado de la del pecho, y la sangre no puede refluir de la cabeza.
habitación á una de sus amigas que se aproximaba Hemos conocido en Pavía dos mozos de cuerda, es
con un ramo de flores en el pecho, la gritó que no timadamente robustos, que al cargar un peso enor
se acercase á ella. Su amiga continuó, siu embargo, me sobre las espaldas, cayeron con un ataque de
su camino sonriéndose, porque sus flores eran artifi apoplegía y de parálisis de las cstremidades inferiores.
ciales j carecían de olor; pero solamente la ilusión Los esfuerzos prolongados al defecar, ó eu un parlo
bastó para que esta señora, que padecía histerismo, laborioso, han producido la apoplegía.
perdiese el conocimiento. Hay ciertos olores que son Vigilias. —Las vigilias produceu sobre el cerebro y
nocivos á unos o á otros; y se ven personas de ambos sobre los nervios los mismos efectos , poco mas ó
sexos que padecen con el olor de un objeto que ni menos, que los ejercicios demasiado violentos. Eu
siquiera ven. Así cuando el viento cargado de ema Francia, la privación del sueño que se imponen algu
naciones, aunque sea á gran distancia , sopla en di nos hombres por un placer violento, les produce la
rección favorable, el perro do caza y las reses del locura; y se sabe que los tiranos crueles de la anti
monte, que no pueden verse, el caballo y la yegua, que güedad no habían hallado suplicio mayor para sus
vi ven en dehesas apartadas y desconocidas, se sienten, enemigos que cortarles los párpados y privarles del
se persiguen, y huyen. Así nos sucede muchas veces sueño. En las grandes ciudades , las vigilias prolon
cuando hablamos, sin ningún motivo, de algún amigo gadas hasta el amanecer cntrau por mucho en la
;i quien no esperamos, y que se presenta en el mismo producción de las neuroses, y tendrían peores resul
instante, pues podemos decir que le hemos percibido tados si los ociosos no hiciesen del día noche, y no
untes de verle. Somos escitados de una manera muy le pasasen en su lecho.
marcada por efluvios desconocidos , emanados de Escesos de trabajo.—Los esludios demasiado pro
cada objeto, y la razón de la confianza cu la amistad, longados no son menos nocivos Eu efecto, cuando so
del amor, así como de la desconfianza, de la aversión trabaja mucho, sobre todo do noche, se calienta la
ó del aborrecimiento que los hombres se tienen , no cabeza, se entorpece, se pone teusa y por último,
proceden de otra causa que de sus mutuas emanacio dolorosa. Estas fatigas inmoderadas déla inteligencia
nes. La acción enérgica de los principios volátiles no pueden compensarse ni aun con el sueño, porque
olorosos sobro todo el organismo, está demostrada los objetos do las meditaciones por el diu, se presen
por la facultad que poseen de roauimar á los enfermos tan sin cesar á la imaginación, y producen insomnios,
en el sincopo ó en la asfixia. mucho peores que las mismas vigilias. He aquí por
qué se encuentra un número infinito de hombres
\nales de Higiene pública y de medicina leg.il. París, 1856, que por entregarse con asiduidad á estudios profun
pág. 221 y siguientes.—Esquirol , De las enfermedades dos pierden la razón; y coa bastante Irecuencia,
s. París, 1838, 1. 1, pag. 5'i6. —Marc, De la locura consi-
t. IX.
264
BIBLIOTECA ECONÓMICA.
cuando se quiere que los niños aprendan muchas una luxación, una fractura, una caries, la herida de
materias, con el objeto de hacerlos sabios en una edad una parte sensible, pi>r ta picadura y la succión de
tau tierna, se obtiene un efecto enteramente opuesto, los vermes; por las cosquillas prolongadas se ha
pues so embrutecen ó se vuelven completamente observado un fonómeno igual, y aun la misma muer*
estúpidos. te. Los seres inferiores en la escala animal mueren
afecciones del alma.—Las enfermodades nerviosas ñor una descarga eléctrica algo fuerte, como el hom
tienen su Origen en la tristeza, en los disgustos del bre por el rayo, sin que quede la menor irritabilidad
amor desgraciado, en la ambición, en el orgullo, eu en la libra. LI galvanismo producía constantemente
la impotencia cuando so esta" en la mejor edad de la en una condesa de Viena,que estaba sorda, el vó
vida, en los celos, en la envidia, en la nostalgia, en mito, la cefalea, y por último una hemorragia pulmo
los escesos de alegth , ó cu los arróbalos de cólera. nar. El sublimado corrosivo, el arsénico, el cardeni
Kecórranse los establecimientos de locos, y se verá llo, el plomo, las setas, la cicula virosa, la morde
que la mayor parte de ellos han llegad j ¡i este de dura de la víbora,- y las cantáridas usadas al interior,
plorable estado á consecuencia de las emociones producen asimismo una multitud de enfermedades
fuertes del alma, y que no carece de razón un autor nerviosas
grave, cuando alirma que en los hombros la cólera, Toda debilidad general ó parcial, cualquiera que
el orgullo ó los reveses de la fortuno, y en las muje sea la causa do que provenga, predispone á las mu-
res el amor, los1 celos, y la superstición, son por lo roses. Eu efecto, nadie está mas sujeto á estas enfer
común la causa de la locura. En las crueles penas de medades que los niños débiles, las mujeres do las
la vida, encuentra el hombre su mayor consuelo en grandes ciudades, los literatos ó los artesanos conde
la religión y en la piedad verdadera. Muchos, confia nados á una vida sedeutaria.
dos en la esperauza de un inundo mejor, fun sabido Enfermedades de la piel.-Los médicos atribuían
soportar con paciencia los golpes de fortuna, y con antiguamente un gran número de enfermedades ner
servar un alma serena en medio de la tempestad. viosas a la acritud do los humores. Esta teoria deis
Sin embargo, cuando la conciencia es tan susceptible antiguos, por la cual el humor pecante queda separa
que no encuentra alivio ni en el confesonario ni en do do las partes sanas solameato por el efecto mor
el púlpilo, el enfermo se inqui :ta mas de lo nue ron- boso de los sólidos, sin que la sangre so infectase, ha
vieue y do lo que la religión lo ordena, por una falta sido desechada como merecía. Sin embargo, cuando
ya cornetilla; y no es raro que la desesperación pro el líquido, así segregado, se deposita ai esterior, es
duzca la locura que los nosólogos han Humado manía menos perjudicial á toda la economía ; pero si á ello
religiosa. Las preocupaciones del vulgo sobre los fe so opone algún obstáculo, se efectúa una secreción
nómenos naturales son también causa de neuroses; análoga por la misma causa eu las partes internas
de ella resultan alucinaciones, terrores inútiles, y (y no hay necesidad, paraesplicar este fenómeno, do
hacen que adquiramos acerca de las causas de las recurir á una metástasis ó L un depósito), y entonces
enfermedades ideas falsas que nos llevan á descuidar Son más fáciles los desórdenes. Por esta razón los
los remedios útiles. herpes, la tina, las costras retenidas, las úlceras
La historia que hemos trazado en otra parte de las antiguas- ó los exutoríos á que se está habituado por
enfermedades que se han llamado maleficios y sortile espacio de mucho tiempo, si son maltratados ó cu
gios , conlirma completamente estos hechos. También rados demasiado pronto, ocasionan con lrecuencia
lo son por el magnetismo animal, que es una absurda las neuroses.
hipóiesis introducida por desgracia en la medicina. 943. Pronóstico.— El pronóstico de las neuroses
Gracias «i ella, en efecto, las mujeres, por su propia varía, según que dependan de una alteración orgá
nuturaltzi mas predispuestas que los hombres á las nica ó local, ó sean causadas por una alteración ge
iieiM'nses, padecen con mucha facilidad lodaespecie de neral de la economía ; y en este cabo, pueden ser hi-
delirios, el sonambulismo y otras. Asi como basta un pereslénicas ó asténicas , según ataquen á una parle
solo bostezo para que se contagien todas las personas, noble, como el cerebro, el cerebelo, la médula esjri-
así la vista de un epiléptico que cae, basta para que nal,ó el nervio de un órgano esencial , ó aunque sea
sea presa de convulsiones el que esté predispuesto á un ramo menos importante ; según la facilidad ma-
las neuroses. El temor y el miedo es en los niños \or ó neaor quo pueda haber para destruir la causa
ui íiien de convulsiones, de epilepsia, de corea , etc. del mal ; y por úllimu , según la edad del enfermo.
Libros de medicina popular.—Los libros de medi Mientras mas tiempo duran los accidentes nerviosos
cina popular, escritos en la lengua nacional, ademas producidos por una causa cualquiera, con mas faci
do los inmensos inconvenientes que pueden resultar lidad adquieren un carácter periódico y habitual, re
para el vulgo, de la mala interpretación de los prin sisten con mayor fuena, y tienen mayor tendencia á
cipios de una ciencia tirü difícil, tienen otro aun ma reproducirse ó á dejar en pos de si otras enferme
yor, y es, que la lectura de semejantes obras pnr dades mas graves, cuando por acaso el arte las ha
hombres predispuestos & la hipocondría, desarrolla en curado en la apariencia. Las neuroses hereditarias ó
alto grado esta funesta predisposición, y aumenta su congénilas, aunque se muestren en la primera cdnd,
tendencia ú toda especie de enfermedades. no pueden prevenirse sino en muy pocos casos ; y
Dolor.— Una irritación cualquiera, mecánica, quí ruando han aparecido una vez , casi nunca ceden.
mica, tóxica, eléctrica, escifa un dolor muy vivo en Las que son producidas por las diferentes causas que
todo el sistema. En el tormento, este medio bárbaro hemos indicado, pueden sobrevenir antes de la puber
de arrancar la verdad, sobrevenían much >s veces risa tad, y desaparecer después, por lo común espontánea
sardónica, convulsiones, letargos y apoplegías. Los mente; pero si persisten, es raro quo puedan curar
cilculos biliarios y urinarios determinan convulsiones, se. Sin embargo, uno délos caracteres mas notables
codeos, y vómitos Los mismos efectos acompañan á la délas afecciones nerviosas es, que las unas, aunque se
dentición diliril, á la odontalgia, li la otalgia, la ja acompañen de síntomas violeutos , no ofrecen casi
queca, y w gola. La ligadura de una verroga en el ninguna gravedad , mientras que otras que al prin
cuello, ha producido convulsiones casi epilépticas. Una cipio parecen poco peligrosas , esceplo á las personas
simple contusión en la región del estómago, haacar- I esperimentadas, conducen en muy poco tiempo al Se
reado la muerte en muchas personas. También han pulcro. Entrelas primeras se Duede citar al histerismo
DE MEDICINA Y CRD/IA.—FRAN'K. 603
Las neuroses proporcionan una especie de inmuni lualj es preciso tratarla mas lentamente y por mas
dad para padecer otras afecciones , y sobre todo, tiempo.
las epidémicas. Sin embargo, las neuroses antiguas Cualquiera que sean los medicamentos internos que
y violentas pueden producir otras enfermedades, co se empleen en las neurosos, sobre todo en las asiéui-
mo una luxación, ó una fractura. La esperiencia ha cas, es menester no olvidar la sensibilidad morbosa
demostrado también que un ataque de convulsión d ;l estómago, que las acompaña muchas veces, y la
puedo ocasionar la ruptura de los gruesos vasos, apo irritacicn que un escitanle demasiado violento podría
plegías ó hemorragias graves , equimosis, hernias, causar sobre esta viscera, y trasmitir á los demás
procidencia*, y pérdidas seminales. La influencia de óiganos. La misma prudeucia debe observarse en la
los nervios sobre los músculos es muy grande, y cuan aplicación de los estimulantes, especialnionle en
do estos .están teosos por espacio de mucho tiempo aquellas personas que son muy escitabies.
en una paite, resultan consecuencias muy graves. HtT.iMi;>. —Tanto en la profilaxis , como en el tra
Nosotros hemos notado que los niños que lian tenido tamiento délas neuroses crónicas, dependientes de
convulsiones repetidas desde su primera infancia, pa una afección de todo qI sistema, los medios dietéti
decen de oslravismo. Existen algunos ejemplos de cos, tomada esta palabra en el sentido mas lato (es-
gangrena ¡i consecuencia de dichos accidentes. No es ceptuatido los accesos demasiado fueites, que es pie
laro que las neuro<es prolongadas determinen una ca císo cortar inmediatamente) /constituyen la parte
quexia, que so llama nerviosa en el lenguaje de Ins principal del tratamiento y la mas apropiada á las
escuelas. Muchas veces se ve enflaquecer un miem causas comunes de la enfermedad. También el punto
bro, en el cual se ha interrumpido la nutrición por esencial es un régimen bien dirigido y continuado,
aigur. tiempo , á causa de un dolor 6 de un espas por la elección do los alimentos y de las bebidas,
mo. El parto puede ser interrumpido por las convul las escrecinnes, el sueño, el ejercicio, el reposo, las
siones, y la retención de la placenta por la contrac ronoiciones atmosféricas, y sobre todo las afecciones
ción del útero puede dar lugar á una hemorragia del alma. Es preciso ob>ervar este régimen con cons
que pone en peligro la vida. El carácter de las peí so tancia. No es este el lugar de ocuparnos .le las indi
mis puede tam don variar á causa délas enfermedades caciones que ha enseñado la teiapéutica general,
nerviosas. Alalinas señoras que eran muy amables, se pues convendrá mejor hablar de ellas al tratar de cada
vuelven irascibles, no solamente para sus amigos, e-pecie de neurose en particular. Sin embargo , dire
sino para consigo mismas. La diminución ó la perver mos algunas palabras.
sión de la inteligencia, la pérdida de la metnofftf, v Viajes — Desde luego no hay medio mas poderoso
la parálisis, se observan muy comunmente á i o- se que los viajes, para aliviar y curar la mayor parle do
cuencia de varias afecciones nerviosas. Una erupción las neuroses crónicas. En efecto, el cambio frecuente
herpética acarrea algunas veces la solución de una y comp elo de clima es para el cuerpo un ejercicio
neurose , sobre todo si su desaparición liabia sido muy útil; y para el espíritu, la diversidad de ios ob
causa de la enfermedad. jetos ron que se halaga l;t vista, distrae y hace olvi
944. Tratamiento. —Para esponer los preceptos dar toda especie de cuidados; en (in, la inteligencia
generales del tratamiento de las neuroses , en medio se ejercita y se desarrolla sin fatiga.
de la oscuridad que rodea á las causas próximas de la De aquí han resultado tantas ventajas de la peregri
acc'on nerviosa, nos vemos obligados a guiarnos por nación que se emprendía antiguamente con un obje
las causas que se llaman remotas (942). to religioso baria tierras muv apartadas, para con
sultar y visitar los oráculos, los lugares sagrados, con
El primer punto que importa establecer es obser el (in de recobrar y de alirmar la salud; y cuales*
var si la lesinu del sistema nervioso es primitiva ó se« quiera que sean la virtud y las propiedades salud-
cumiaría; y en este úbimo caso, tratar por los medios leras de las fuentes minerales y termales, proceden
apropiados la entermedad de que dependen los desór mucho mas de la influencia de un viaje agradable,
denes nerviosos. del reposo y de la libertad del espíritu, do los pla
El segundo precepto del tratamiento do una neurose ceres de la amistad, y do una sociedad escogida,
consiste en investigar si depende de una afección que de la permanencia en las aguas. El cambio de
orgánica local ó general; y cuando existe una ú otra, clima, pone término en generala una fiebre intermi
destruirla por los medios convenientes. tente rebelde á todos los medios; cura radicalmente
Si la enfermedad es producida por un desórden del las enfermedades convulsivas, y aun la epilepsia; pio-
si=lema nervioso, resulta otra indicación: es preciso porciona un remedio eliic.iz contra la caquexia ner
en los easos, raros sin duda, en que hava un esceso viosa, y devuelve al espíritu abatido, desordenado ó
de fuerzas, establecer un justo cquiübiio, disminu pervertido, su antigua iuerza y energía. Efectos tan
yendo con prudencia lo que puede haber de mas. Por notables no pueden atribuiise únicamente ai cambio
el contrario, cuando la neuroso es de naturaleza as de atmósfera, por mucha que sea su influí tui i, sino
ténica, se debe ver si ha sido producida por un estí al concurso rtc varias circunstancias que sueleo ser
mulo demasiado fuerte ó demasiado débil. En el pri nos desconocidas. Mochas veces (y nosotros mismos
mer caso, es necesario esforzarse por reanimar las hemos hallado muchos ejcmp!os de ello al ejercer la
fuerzas, empleando desde luego escitantes muy enér medicina en diferentes climas), los habitantes de un
gicos basta que se puedan moderar. En el segundo, pais templado y agradable, debilitados por una enfer
se principiará por estimulantes muy moderados, cuya medad nerviosa, recobran la salud bajo e! cielo del
acción se aumentará poco á poco. Norte, en tanto que los que viven en este último cli
No es menos necesario investigar si el desórden no ma, se curan de la misma enfermedad bajo el sol
exis'e mas que en los nervios, ó si fa neurose se Üel Medi día Un asmático respira libremente en las
acompaña di- ta I ■sion de otro sistema ó de otra parte. alturas de los Alpes, y otro no siente alivio mas que
Como el hábito, ya ln hemos dicho, no es tan pode en las llanuras ó en el fondo de los valles; á los unos
roso en ninguna enfermedad como en las nerviosas, les es necesario respirar en la atmósfera húmeda de
y como una vez contraídas se hacen necesarias, los pantanos; y á los otros un aire puro y cargarlo de
se debe acudir inmediatamente con los re oxígeno. Así, pues, la variación de un clima á otro,
604 BIBLIOTECA ECONÓMICA
ban algunas veces epidémicamente ó de una manera conmigo hasta ahora y lo que os ha producido Ium
endémica, ya en una ya en otra comarca, sin que se buenos efectos,» respondía el oráculo.
encuentre la razón de ello en la constitución atmos Fricciones.—Sin embargo, hay algunas personas
férica del lugar. afectadas de neuroses graves ó ya avanzadas, que ii"
Navegación.- Los saludables efectos de la navega pueden viajar ni bañarse, á causa de sus negocio*
ción en diferentes enfermedades, y sobre todo en personales ó do una gran debilidad, y no tienen el
las nerviosas , son muy conocidos. En efecto, con medio de pasear en carruaje ó á caballo. En este
semejante ejercicio, ei cuerpo enfermo no gasta ni caso, pueden suplir los baños medicinales, ó las fric
pierde sus fuerzas, y á cada momento se varía de aN ciones sobre todo el cuerpo ó sobre la parte afectada,
mósfera, sin impresión nociva. Los objetos que se y principalmente sobre el punto de donde parten los
multiplican y se renuevan sin cesar, alegran y dis nervios afectados. Un célebre autor de Roma dice:
traen el ánimo. Tal es la influencia de una navega «Las fricciones sobre la columna vertebral son muy
ción corta, y repetida de cuando en cuando, en un útiles. Ora se hacen mas suaves, ora mas fuertes, ora
rio ó en un lago. Pero en la mar produce muchas vo secas, con la mano, con un lienzo ó un pedazo da lana
ces efectos opuestos y mucho mas marcados. Infecti seco ó empapado de vapores aromáticos, ó con un ce
vamente, !a atmósfera del mar es ordinariamente pillo; ya húmedas, con aceite, ó linimentos, con un
pura, y el movimiento de las aguas es mas fuerte. güentos y sustancias espirituosas.» El efecto de las
Tampoco so puede pasar lentamente de una á otra fricciones varia también según su dirección. Algunas
orilla; pero alejarse de la tierra, cuya vista é influen veces se agrega á ellas, para darle mas eficacia, el
cia se pierde de un modo rápido y no interrumpido, calor ó la electricidad. La influencia de las fricciones
es cambiar un cielo por otro ciclo. Ademas, para que sobre toda la economía es inmensu, y mucho mas con
un viajo por mar sea saludable, es preciso que las siderable de lo que se cree generalmente ¿No ador
fuerzas del enfermo no estén demasiado abatidas, mecemos á los animales acariciándolos? La nodriza
que el espíritu esté suficientemente preparado para sabe dormir al niño frotando suavemente su frente: y
sufrir diversas emociones, y que el individuo esté ya aun los adultos-se adormecen también cuando se les
habituado al movimiento de las olas y al régimen de toca ligeramente en la cabeza. Los chinos se procu
las embarcaciones. Porque en muchas personas, el ran, según dicen, una sensación de deleite, volviendo
olor particular de los navios, y sobre todo el movN con rapidez un pequeño cilindro eu el conducto audi
miento del mar, determinan náuseas continuas y vó tivo esterno. También se siente un placer especial
mitos que duran algunas veces todo un viaje maríti cuando se rasca una parle en que se siente una come
mo, y llegan los enfermos hasta arrojar sangre: de zón muy viva. El mas ligero contacto de una pluma
aqui resulta una ansiedad y una angustia cscesivas, sobre el labio superior estremece todo el cuerpo, y
que se aumentan ademas por las vicisitudes atmos el efecto de las cosquillas en ciertos individuos es
féricas. Otras personas, por el contrario, padecen, á tan grande, que tiemblan solamente al ver aproximar
consecuencia de las náuseas y de los vómitos, nuevos el dedo. Una noble señora de Milán que padecía tres
desórdenes en el sistema nervioso y diferentes de los veces cada veinte y cuatro horas de una asma espas-
antiguos, y por esto mismo saludables. módica, se aliviaba muy comunmente y aun durante
Viajes en Hiera ó en carruaje.—Es preciso indi los accesos, como lo hemos dicho en otra parte, por
car otro modo de viajar, que convieue especialmente medio de vcndoletes aplicados por debajo de los codos
á los enfermos muy debilitados, y que consiste en y de las rodillas; nosotros atribuimos el efecto de es
una litera llevada ú mano ó en caballerías. También tas ligaduras al impedimento que oponía i la vuelta
hay otro medio de trasporte, el de los carruajes, que de la sangro á los pulmones. Sin embargo, se observó
en razón de la posición que necesita, exige cierta muy pronto que la mas ligera fricción en las piernas
acción de los músculos del tronco, poco conveniente contenia los accesos con tanta seguridad como los
á los individuos fatigados. Según que esté el carruaje vendoletes. Desde entonces se nos ocurrió una duda:
mas ó menos suspendido, que ruede con mas ó menos ¿obrarían quizá los vendajes, mas bien irritando la
velocidad, sobre un terreno igual ó pedregoso y esca piel que modificando el curso de la sangre'?
broso, seráü las sacudidas que esperimente el cuerpo Baños.—Los baños calientes, simples , ó con una
mas ó menos fuertes. Para los enfermos, es necesario infusión de caña aromática ó de plantas de la misma
un carruaje descubierto, á liu de que el aire se renue naturaleza, tienen una virtud muy manifiesta en mu
ve y no pierda su oxígeno; pero no tanto, que esté chas neuroses. En los establecimientos de baños ter
ospúesto á un viento incómodo. El carruaje no convie males, la eficacia de las aguas se aumenta por la
ne tampoco ni en ayunas, ni después de una comida mezcla de una multitud de principios minerales que
abundante. existen en ella cu disolución. Sin embargo, tenemos
Equitación.—El beneficio de la equitación consiste razones muy poderosas para creer que los análisis
principalmente, en quo exige la acción al aire libre químicos de las aguas termales, hechos hasta ahora,
de un gran número de músculos; en que distrae mu no esplican suficientemente sus efectos , algunas ve*
cho del cuidado de los negocios al que se entrega á ees tan sorprendentes. En las debilidades nerviosas
esto ejercicio; y en lin, en que por las sacudidas quo crónicas, un baño corto, pero repetido, en agua fria,
imprime á las visceras del abdómen, facilita singu ó las afusiones frías sobre la columna vertebral, y por
larmente el curso do la sangre. último, los baños de mar, convienen perfectamente.
Un gran número de enfermos que padecian diver Electricidad.—Galvanismo. —Al observar los fenó
sas afecciones nerviosas, venían antiguamente á Ley» menos que determinan en el cuerpo humano la elec
den desde los países mas remotos, paraconsultar como tricidad y el galvanismo, esperábamos sacar para las
á un oráculo á un médico célebre, que inspiraba una enfermedades nerviosas adinámicas mejores efectos
gran confianza. Tenia la costumbre Je montar á ca que los que se han obtenido hasta ahora; pero los
ballo todos los dias para reparar su espíritu fatigado, mismos accidentes que no há mucho ocasionaba el
y ordenaba A sus enfermos que le acompañasen en el abuso déoslos fluidos, demuestran cuán poderosa es
mismo ejercicio, aprovechando esta ocasión para su acción sobre el sistema nervioso: así el rayo, que
contestar ásus consultas. Pero como hablaba poco, ocasiona la muerte con tanta frecuencia, puede disipar
h "sis en un minu
OS MEDICINA Y CIRUJÍA.~FRANK. 605
que el aceite puede calmar los desórdenes nerviosos, una actividad que no conoce límites, y han aLi rio
untando con el la piel en una grande esteusion. La de este modo una senda á toda especie de neu
misma naturaleza ha barnizado nuestro cuerpo abun roses.
dantemente, para disminuir y embotarla sensibili Prestando, por el contrario, una solicitud igual &
dad demasiado viva de los nervios, que están prote la educación física y moral de los niños, se les
gidos por dicho barniz contra la acción de la atmós- fortifica en lo posible contra las neuroses; y protegi
terr, y que cuando se ven privados de él , sobrevie dos de este modo, apreuden á soportar esta vida, en
nen algunas enfermedades nerviosas. Ademas, la vir que no existe la dicha sino con una tranquilidad per
tud de los ungüentos, ó simplemente del aceite em fecta de alma, ó al menos sin grandes conmociones.
pleado al esterior para la curación de las afecciones Para todo esto, y para todo lo que respecta á las vio
cutáneas, es demasiado grande , para que la atribu lentas afecciones morales , no se reclaman los socor
yamos a una acción conocida y no específica de los ros de los médicos antes que el mal haya hecho gran
cuerpos grasos sobre los nervios. Pero la virtud de des progresos; por tanto, en este caso los recursos
los espirituosos, de los aceites y de las sustancias vo del arte consisten, sobre todo, en separar las causas
látiles ó aromáticas que pueden asociarse ú ellos, se ocasionales que amenazan obrar mas fuertemente to
aumenta por medio de ¡as fricciones, y se puede es- davía sobre una imaginación predispuesta, y en sa
perimentar no solamente en las afecciones locales, ber dar una dirección contraria á las emociones del
sino también en muchas neuroses generales, sin te alma.
mer que los cuerpos grasos impidan la traspiración. Tales son los medios de alejar las causas de las en
El agua sola, ó cargada de principios salinos ó es fermedades nerviosas, de destruirlas cuteramente, ó
pirituosos, y vertida desde lo alto sobre una parte por lo menos calmarlas. Espongamos ahora de una
enferma, ya eu forma de rocío, ó de lluvia, ó en go manera general los medios terapéuticos alabados para
tas mas gruesas, constituye una especie de fricción la curación de estas enfermedades. *
muy poderosa, cuya eficacia en las afecciones locales Medios terapéuticos. —Es necesario apropiarlos al
está probada por innumerables heclms en los esta carácter de la enfermedad primitiva ó secundaria,
blecimientos termales. general ó local. Aquí trataremos sobre todo de las
Sobacion.—No os menos útil en la laxitud y en la neuroses idiopáticas; délas dornas hablaremos en otro
debilidad del cuerpo emplear la sobacion, que con luaar. Reinos dicho que las afecciones nerviosas de
siste en una operación por medio de la cual el en pendían, ya de un esceso , lo cual es raro, ya de una
fermo, acostado sobre la espalda, se deja recorrer el falta de las fuerzas vitales, oualesqniera que sea su
cuerpo en todos sentidos por una mano suave , ca causa nosotros consideráronles sucesivamente la pri
liente , que ejerce movimientos, presiones y traccio mera y segunda de estas circunstancias.
nes diversas. En electo , si se examinan las razones Tratamiento de las neuroses hiperesténicas. —
fisiológicas de las pandiculaciones á que se entrega Eu las neuroses hiperesténicas se deberá, pues, em
el hombre, así como los diversos animales, después plear un tratamíeuto debilitante, pero no tan severo
de babor dormido; y si se ha comprendido cuan pro como en las inflamaciones, y propio para moderar
ntas son para reanimar el vigor y la agilidad muscu las fuerzas. Así, ademas de un alimento ligero , de
lar; sise ha observado con atención semejante fe bebidas acuosas, acídulas, de laxantes suaves, con
nómeno en la invasión de la mavor parte du las lie viene un reposo completo de alma y cuerpo, so
bres, en varias enfermedades nerviosas, y sobro todo bre todo cuando la supresión de las reglas ó de he
eu el histerismo, cesará la admiración de que en todo morroides y do epistaxis habituales, causada por un
el Oriente este método, usado probablemente desde estímulo demasiado violento, lia producido la neu
muy antiguo, se emplee con tanta frecuencia en los roses; es cierto que pocas veces es necesaria la san
baños públioos, y se halle confiado á manos ejerci gría, pero hay que recurrir á menudo á las sangui
tadas. juelas y á las ventosas. El uso del suero, lan alabado
Redimen moral.—Hemos insistido mucho sobro la por Tissot, á pesar de la virtud que según una anti
influencia de las afecciones violentas del alma en la gua hipótesis se le atribuye de corregir la acritud de
producción de las neurosos, para demostrar clara los humores, origen del pial, y aunque pueda, sobre
mente el papel que desempeña el régimen moral en todo eu este género de neuroses, tener alguna ven-
la profilaxis y en el tratamiento de estas enfermeda laja, relajando ligeramente el vientre y suministran
des. El cuidado y esmero que tienen los padres ó los do una alimentación poco nutritiva, nos ha parecido,
maestros en desarrollar y escitar la sensibilidad y la sin embargo, verdaderamente perjudicial en los in
inteligencia de los niños, es un vicio general de la ac dividuos debilitados por las flalui'sidades, los borbo
tual generación. El lia es, sin duna , loable ; pero de rigmos y la diarrea, que determina las mas veces.
aquí resulta que una niña ó una mujer, á la vista de un Una temperatura moderada, y el cambio del clima
insecto se estremecen y lloran, y aun llegan á perder del Norte por el del Mediodía, son útiles en la misma
el conocimiento: su corazón se apiada como de los do- condición.
Inresde su prójimo. Pero al nihuio tiempo dan cabida Tratamiento de las neuroses adinámicas.— Puede
á muchos vicios: el ódio, la cólera, los celos, la triste que este corto número de medios tenga éxito cu
za, prontos ú estallar á la menor ocasión, y que uo se una enfermedad por otra parte rara ; pero son muy
pujeden i6[ rimir por ningún esfuerzo. Las mujeres po difíciles de curar las neuroses adinámicas, sobre todo
co distinguidas, cuya inteligencia está mas cultivada las que dependen de la estenuacion que traen cousigo
que ta de sus madres y de sus abuelas, se entregan á las oscilaciones demasiado violentas.
los encantos de una literatura agradable y ó la lectura Periodicidad. —En una y otra forma de enfermedad
ilc las novelas , en la que pasan el dia y la noche. Uo se ven á menudo exacerbaciones periódicas, que lla
aquí csosamoies prematuros, exaltados ó descara man de una manera particular la atención de los mé
dos en su ardor; do aquí que la desgracia, el despre dicos, poique la sensibilidad de los enfermos, cual
cio, el olvido, les sumergen en una desesperación quiera que sea su grado en todo el curso de la enfer
profunda, intolerable. El adelanto de las ciencias , y medad, se acrecienta singularmente durante el au
el número tan considerable de los que se dedican á mento periódico. ílé aquí por qué ciertos remedios
e" 1 abiau sido antes ventajosos, llegan á ser perju-
icceso ó en el momento de
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é!, manilo s¡e ha cambiado la proporción del estímulo, absoluta en uno ú otro sentida. Es necesario bus
relativamente & la sensibilidad exagerada. Kslos pe car I a verdad en un justo medio, y emplear medios
rdidos de exacerbación coinciden bástanle á menudo suaves en estas exaltaciones nerviosas místicas de los
con los que «feriaba en el estado de salud el flujo histéricos y de los hipocondriacos, sobre todo du
menstrual, ó como fenómeno morboso, la vuelta de las rante los accesos; y usarlos mas enérgicos, por el con
hemorroides, ó bien afectan uu tipo diferente, aunque trario, eu otras condiciones, en sujetos menos iirita-
no menos constante. En las neuroses adinámicas no Ides, menos susceptibles. Pero cuando la debilidad
hay otros remedios, mas que los que pueden y la neuroses provienen de la violencia demasiado
reanimar las tuerzas ; convienen también en el mo grande de ios estímulos, en lugar de escilmiies mas
mento de les accesos; pero es necesario escoger aque suaves es necesario empezar por prescribirlos de los
llos cuya oscitación es mas pasagora, cuja acción em mas fuertes, de efecto algo inferior á la irritación
pieza v acaba mas pronto, repitiéndolos á cortos, in primera , y después disminuirlos por grados. Asi es
tervalos, y continuarlos durante hs remitencias, y que en el delirium trtmens, es preciso no supri
después de la cesación de las alteraciones periódicas, mir bruscamente el uso del viuo, sino i educir su can
hasta que hay- n desaparecido. tidad de (lia en día, ó reemplazarlo por otros estimu
La sensibilidad y la irritabilidad llegan á veces á lantes: así también los accidentes nerviosos causados
tan alto grado en estas enfermedades, que las sustan por los vapores mercuriales resisten á los escitantes
cias que apenas parecen estimulantes en el estado de ligeros, y no ceden sino á los mus enérgicos.
salud, provocan cuto ees las crisis mas violentas. Un Calmantes. —La acción de los calmantes y de los
calor moderado, un aire fresco, el agua helada, la anodinos que Brown , con mas sutileza que razón,
nieve ó el hielo , cuando otros medios mas violentos atribuía teóricamente á una fuerza de eslímulo, nos
serian perjudiciales, bastan á meuud» para sacar de parece depender mas bien de ua priucipio particular
■■ síncope ó*aun do la asfixia á los enfermos anc que nosotros no conocemos, pero que obra sobre los
lados. nervios, y quizás adormeciéndolos, por decirlo así.
Así es que importa en toda neurose asténica pro- Entre otros muchos se encuentra la adormido a,
du ida mas bien por la diminución que por el au el beleño, el estramonio, la cinoglosa, la mayor parte
mentó del etímulo, p: escribir sustancias oue puedan de las solauáceas, la belladona y la cicuta. Sus efec
alimentar y rehacer el cuerpo sin fatigarlo; e&citan- tos en las enfermedades nerviosas, aunque perjudicial
tes volátiles muy suaves para empezar, y llegar de^ les, dudosos, ó al menos inútiles, son, sin embargo,
pues por grados á los que ademas de su virtud eau- verdaderamente ventajosos en muchos casos. Siempre
m il Inte tienen una acciotulura lera. Los remedios úii- que un í secreción morbosa ó los espesos do la mesa
l' S en estos casos son, en general : las infusiones de laligan los nervios; siempre que debe efectuarse una
llores y de plantas aioiná'icas, ó de raices semejantes, evacuación saludable por los poros de la piel ó por
tales como la angélica, la imperatorii , la caña aro otras vías de escrecion; siempre que una hipeiestenia
mática, la valeriana salvaje; las aguas destiladas do general desordena las funciones del sistema nervioso»
azahar, de guindas, de melisa, de manzanilla, de inen ó que la sensibilidad , en fin , ha llegado á un alto
ta, de ruda, de canela, de castóreo, da laurel-cerézo grado, no atacan estos calmantes la causa del mal, y
(esta última debe emplearse con gran circunspec- Ta dejan desarrollarse á su voluntad, o producen em
c om). También 'o-onel alinizc'e d ■ Oriente, el ámbar barazos intestinales, inflamaciones, gangrena*, ó per
gris, el castóreo, la asalétida,el lósforo que exige una vierten la sensibilidad general . sin acabar con las al
gran prudencia, el éter acético y sulfúrico, el espí teraciones morbosas que determina. Hero en los ac
ritu volátil de cuerno do ciervo (i) , la tintura ée cesos nerviosos periódicas, en los accidentes que
castóreo, de asafélida, y en fin , el onio, que es ne acompañan á las afecciones del alma que se l,un lla
cesario manejar también prudentemente. mado deprimentes , en los dolores muy agudos , los
Tales son los principales medicamentos entre ins largos insomnios, que no provienen de causas de otra
anodinos y los anliespasinódieos que se a-osliinibran naturaleza, en los espasmos y las convulsiones que
emplearen las neuroses, según el método que indi determina una irritación local , una herida , la cabeza
caremos al tratar de cada una de ellas en paiticolar. del lelo en el parto, la placenta, los cálculos, etc. , es
Sin embargo, confesaremos que el abuso de cías sus verdaderamente el opio una áncora de salvación. Poro
tancias estimulantes, oscilando estraorilinariamenle Un puede disipar una enfermedad nerviosa primitiva;
la sensibilidad de los enfermos, ha sido muchas ve no cura la epilepsia. L»s propiedades del opio er cier
ces mas perjudicial que útil. Así es que las mujeres tas enfermedades, se aumentan singularmente, cwno
histéricas, cuandu sienten aproximarse sus síncopes hemos demostrado en otra parte, por su mezcla con
ó sus convulsiones habituales, buscan el aire con otras sustancias volátiles, con el éter, por ejemplo.
avidez, beben agua fría, y exigen que se les desabro Tónicos. — Entre los medicamentos volátiles hay
chen los vestidos que les oprimen el pecho: Otras, algunos que contienen al mismo tiempo Un principio
aun en medio do los accesos, se quejan de calores lijo que no se encuentra en los de que acabamos de
que les pasan por lodo el cuerpo, y les suben éspeciul- hablar, y que se empleaji con éxito. En esta clase
menteá la cara, poniéndola encendida. En otras se ven entran muchos de los precedentes, que so pueden reu
ataques de histerismo inminen tes, que se disipad pron nir á los amargos. Así es que la quina , que se so
tamente cuando toman padillas de menta ó una infu» porta rara vez al principio de las neuroses, puede ad
siou de flores de manzanilla, ó algunas golas de éter ministrarse mas tarde con ventaja j en infusión fría ó
sulfúrico ó de espíritu de cuetno de ciervo, de en un comimiento , agregándola algnnos priucipios
manera que no debemos de decidirnos de una manera volátiles Los ferruginosos son útiles también en las
neuroses, sobretodo en solución en un agua mine
ral, pero mus bien al principio que al lili ó eu el
(i) ESPIRITU DE CUERNO DB CIERVO PURIFICADO. aumento de la enfermedad. A estas preparaciones de
hierro se han acostumbrado unir con ventaja , bajo
n. diferentes formas , sustancias aromáticas y 'espiri
tuosas.
DE MEDICOLA Y CIRÜJÍA.— FRANK.
ORDEN PRIMERO. Ja economía, ó de una afección simplemente local. Un
vértigo sintomático eru sin duda el que refiere Rol-
DEBILIDADES. íink. cuando dice: «Se cuenta que en lo mas fuerte
de la peste, todos los enfermos teuian al principio
GENERO PRIMERO. por primer síntoi ia una especie de vértigo, y creían
ver colores brillantes, como si las paredes hubic-ou
estado cubieitas de hermosos colores » No es
Vértigo. raro tampoco observaren el tifus vértigos graves,
y parece que se puedo considerar como un ejemplo
954. VÉRTIGO PRODUCIDO ARTIFICIALMENTE. — El de vér'ign epidémico el que, según el testimonio de
vértiao ,es un fenómeno muy frecuente, no soto- B.illou, lia reinado en el invierno frió y prolon
mente en el hombre, sino en la mayor parte de gado de 1573. Nosotros no hemos encontrado vértigo
los animales: algunas veces no constituye una en- critico, ó al menos favorable, sino con epistaxis,
fe medud, y otras es muy grave. S¡ la tentación nos en las enfermedades' agadas. Una señora muy
lleva a imitar á los carpinteros, y sin estar acostum conocida en Viena, atacada de una liebre miliar muy
brados á este peligroso ejercicio, subimos á lo a'lo intensa, fue sobre 'egida el día de su uní' ríe de un
de un tocho, sobre una viga, donde nada nos sos vértigo tan violento, que temblaba en su lecho. Se
tenga por ningún lado, aunque el sitio en que se hulla en las Efemérides decur. de la natur. la his
asiente el pie soa Instante ancho, una nube cubre toria di! un vértigo periódico y caduco, en una mu
nuestros ojos , y somos precipitados en el abis jer del campo, que empezaba á la caída del «lia, 5
mo, víctimas , no do una enfermedad , sino do desapareja ul salir el sol. La mayor parle délos vér
nuestro temerario proyecto. Había antiguamente en tigos se disipan mas ó menos completan. ente, y reapa
algún <s provincias de Alemania un castigo para las recen solo bajo la influencia de la ettsa que tiene
prostitutas, que consistía en ««poner á estas misera la faeultad de producirlos. Según el carácter particu
bles en la plaza del mercado dolante de todo el mun lar de las causas del vértigo ('149), se puédo dividir
do en ca|as d« madera estrechas y movibles, á las que también en otras muchas especies, como traumático,
se daba vueltas con una gran rapidez; al cabo de ul- espasmódico , saburral, complicado, artrítico, etc.
gunos minutos, las desgraciadas, que se hallaban an !t48. Síntomas. — Las mujeres son atacadas mus
tes en perfecto es ado de salud, eran sobrecogidas de veces de vértigos que los hombres; sin embargo, en
vértigo», al misma tiempo que de vómitos y diarrea, los dos sexos los individuos sanguíneos, entregados
y Cafan casi sin vida (i). Cuando tropiezan los ani al vino y á los manjares suculentos, fléidHtadoá, hi
males domésticos ocupados en trillar grano en una pocondriacos, hisiéncos , afectados de hemorroides
era ilemasiinlojéslrechn, ó cuando las jóvenes, arras antiguas, que llevan tina vida sedentaria y estudiosa,
tradas por es? hade alemán que hace furor hoy, ti po oslán especialmente sujetos á esta enfermedad. Los
sar de su inconveniencia, y que se llama wals, son signos del vértigo varían, según que es idiopático ú
atacadas de vértigo, este no precede de una disposi sintomático. En el primer caso, la cab za presenta las
ción morbosa ; es un efecto de la rotación de los ojos señales de una violencia esterinr ó de una conges
y del cerebro, que no comprendemos , pero que no tión. Hiy abatimiento, somnolencia, una cefalalgia
carece de analogía con el que esperimeutau en la mar tenaz, latidos muy fuertes en las arterias anteriores
ó en carruaje, sobre todo al ir hacia atrás, las per de !a cabeza; ó bien una secreción morbosa ó una
sonas que no están acostumbradas á elio. epistaxis habitual suprimidas, ó maS constamenie
046. Vértigo considerado como enfermedad. — alteraciones del nido y de la visión , y una debilita
Defimcion.—No tamos á ocuparnos aqui de ese vér ción del olfato y del gusto. Pero á no haber cumplir
tigo que se puede producir artiliciahnente y sin tra cacion, no se encuentran los signos de otra enfer
bajo, aun en el hombre que goce do mejor salud, si medad dipai de producir semejantes lenómenos. En
no del que nuce bajo la influencia do caucas que no cuanto al vértigo sintomático , como áti'cs dVque
Si¡ pueden evitar , y de las que vamos á ocuparnos aparezca li causa , ha obrado ya algunas veces
aquí. Se puede dclinir: un movimiento de rotación sobre la cabeza y sobre los sentido- ; como, por otra
ilusorio, penoso y súbito, que piceos arrastrar á la parte, causas dif' rente* pueden producir los mis
Eersona que lo sufre y a los objetos est<rk>res, va se mos efectos, el diagnóstico de esla enfermedad pre
alien en reposo impelidos por su movimien'o ordi senta dificultades mas grandes de lo que general
nario, y en el que el cuerpo vacila y por último mente se cree, y exige át parle del médico una ob
llega ti caer deducido. servación atenta y nada precipitada. El vértigo es
ü47. División.— Los patólogos han sacado sus di precedido comunmente de dolor de cabeza, de zum
visiones de los principales síntomas de la enferme bidos de nido, de oscurecimiento déla vista, de alio-i-
dad. Le han llamado vértigo simple, cuando los obje nacionesó de la visión de ciei tescuerpo-quedan vuelta
tos parecen dar vueltas tales como son y sin cambiar delante do los ojos, de una sensación de constricción en
de color; tench oso, etcotodivia ó escoiomia, cuando la garganta, de «na pereza insólita, de somiioleneiu, de
la vista se oscurece al mismo tiempo ; caduco, cuan emisiones de orina acuosa, y de frialdad de las estre-
do el enfermo cae privado de sentimiento. Esta divi midades. Otras veces el mal empieza de improviso; al
sión, deducida solamente del grado de vi denciade la inclinarse para levantar alguna cosa , ruando se
enfermedad , no era do gran importancia , y hubiera vuelve el cuerpo bruscamente, ó solo la cabeza de un
podido alimentarse ai binariamente. Mucho mas útil lado á otro ó hácia atrás; cuando se abandona e! techo
es la distinción del vértigo en idiopático y sintomá ó un asiento con demasiada precipitación, ó cuando
tico; el primero tiene su orinen en el encéfalo; el se se ven estos movimientos ejecutados por otros, j aun
gundo en otra parle del cuerpo, ó en otra enfermedad. pi>r cosas inanim idas; Cuando se miran muchos ob
No es menos importante dividir el vértigo según que jetes agitados- en diferentes sentidos, y' sobre todn
procedo de un estado hiperesténico ó asténico de toda formando círculos, como los torbellinos: cuando se
eji'rcila excesivamente el espíritu ó las Tuerzas físicas;
cuando se pasa sohre un pnanle estr eho, aunque
l, U^¡on,Z %^í¡UW]ti^tX^^iDí «'ébien parapetado; cuando se contempla m. abismo
li,p.*s6. I desde uu lugi.r elevado, ó cuando, en íin, se pie-
608 BIBLIOTECA ECONÓMICA
senta de repente á nuestra imaginación ó ú nuestra { ñas ; es como si mi cerebro saltase en el fondo del
vista. En tocios estos casos, el enfermo siente su cabeza cráneo.»
atolondrada, vacila, y ve los objetos dobles, ó dividi No tenemos la menor duda sobre la influencia de
dos en dos, iluminados de mil colores, quedan vueltas las lesiones tanto internas como esternas de la ca
alrededor ó suben y bajan; tartamudea, todos sus beza, y de las afecciones locales del cerebro en la
músculos se relajan; agitado, tembloroso, cubierto de producción del vértigo; pero no se diga que el idio
sudor , estiende los brazos para buscar un apoyo, pático no puede ser producido mas que por ellas.
llama en su socorro á los que están presentes; algu En efecto, esta enfermedad, como ya hemos dicho
nas veces esperimenta también náuseas y vómitos, y en parte, reconoce á menudo por causas: una epista
en estos vértigos tan violentos, tienen lugar los mis xis inminente(S9i), una contusión, una compasión,
mos accidentes si se está en pie ó acostado, y aun un golpe, un estornudo repetido; una encefalitis
que se cierren los párpados; por esto no se pierde el ( 1 10), una caries, unexóstosis, una fractura del crá
conocimiento. Cuando el vértigo es muy intenso, el neo, un absceso del oido , la hidropesía de los
desgraciado enfermo cae por lo común , sin estar ventrículos cerebrales (737), la obliteración ú osifica
como on la apoplegía privado del sentimiento y del ción de los vasos de la cabeza; pero comunmente
movimiento, sin estar sumido, como después de un no se enenentra en la autopsia ningún cambio en el
ataque de epilepsia, en un sueño letárgico, y sin ha cerebro. Entonces lo que produce el vértigo es una
ber perdido la memoria. La prontitud de la caida, la meditación profunda y continuada durante horas en
rapidez de la vuelta á los sentidos , y la integridad teros, el paso súbito de la oscuridad á la luz, la im
de estos,1 fueron colocadas hace tiempo entre los presión prolongada de una claridad demasiado gran
síntomas del vértigo, por un antiguo y célebre mé de, el ruido de los instrumentos, un olor penetrante ó
dico africano. Puede suceder, sin embargo, que á perjudicial por su naturaleza, el humo del tabaco pura
consecuencia^l paso del vértigo crónico a la apo los que no están acostumbrados á él, el opio, el
plegía ó á la epilepsia, afecciones tan inmediatas unas beleño, el estramonio, la digital, la cicuta, el acó
á otras, el enfermo permanezca durante algún tiem nito, la belladona, la cizaña; la insolación, sobre
po sin tener conciencia de sí mismo y de lo que le todo en los calvos, el frió, la embriaguez, una emoción
rodea. demasiado fuerto, y principalmente el temor y. el ter
949. Causas.—Para esclarecer el origen del vér ror, etc.
tigo, la ciencia ha invocado en su cuna á los espí "Vértigo sintomático. — El vértigo sintomático de
ritus sutiles, á los vapores que subian del vientre á la una afección general ó las mas veces local, reconoce
cabeza. Pero aunque los hijos de Esculapio quo han un gran número de causas. Tales son: la abstinencia,
llegado ú ser hombres, en la actualidad, desdeñen asi como los escesos, el estado saburral del estóma
estos ensueños, es prudente en esta época de madu go, flatuosidades, espasmos; en los hipocondriacos
rez no formar sobre las cosas, que hasta ahora han y los histéricos, los vermes, la constipación, la supre
permanecido ocultas á nuestras miradas, un juicio sión de las hemorroides, de las reglas ó de una epis
basado en una hipótesi?, y que provoca la risa ó la taxis, el embarazo, las pérdidas sanguíneas, semina
compasión de la posteridad. El asiento del vértigo les ó purulentas, la evacuación demasiado pronta do
se escapa también completamente ó nuestro conoci los líquidos por la paracentesis, el abuso de los drás
miento. Fed. Hoffman le ha colocado en los órganos ticos, el tifus, especialmente la peste, la debilidad
de la visión ó en el centro común de las sensaciones en la convalecencia, el reumatismo, la gota, el esceso
(Coerhaave), porque los caballos destinados á dar de gordura, la curación imprudente de un herpe an
vueltas á las máquinas, y escogidos entre los quo han tiguo, do un exutorio, de una úlcera crónica, ó de un
perdido la vista, están, como los hombres ciegos, sudor habitual de las áxilas ó de los pies. En 1802
exentos do todo vértigo, y porque en el cadáver de vimos á un polaco atacado de un vértigo muy peno
muchos vertiginosos se han encontrado , ya en los so, y de una cefalea que duraba hacia largo tiempo;
plexos coroides, ya en el tercer ventrículo, liidálides por espacio de quince dias intentamos en vano ali
ó serosidad , sangre, abscesos, ó una materia saniosa. viane; no temamos en esta época ninguna esperien
Sin embargo, la esperiencia ha demostrado (Zaculus cia sobre la forma y la marcha de la plica de Polonia,
Lusitanus y Borsieri) que la oclusión de los párpados cuando un médico jóven, compañero y amigo del en
no impide que un animal sea sobrecogido de vértigo fermo, y que seguía entonces nuestras lecciones, re
cuando so le hace dar vueltas en un circulo dema conociendo en una ligera crispacion de los cabellos
siado estrecho , y que los hombres privados desdo que iba á desarrollarse la plica, diugnosticó la enfer
largo tiempo de la luz han sido atacados de él, medad de su país, y Humó nuestra atención sobre esta
como lo refiere Wcndel (1). Aunque el vértigo haya afección. En efecto, al cabo de ocho dias apareció el
sido idiopático, como en la apoplegía nerviosa, no se mal sobre toda la cara , y el vértigo y la cefalalgia,
ha encontrado nada en el cerebro después de la como el discípulo había dicho á su maestro. La ma
muerte, que fuese apreciable á los sentidos. En yor parle de estas causas indican la debilidad; pero
cuanto al lugar que se le asigna en la parte anterior algunus veces el fuego está oculto bajo la ceniza , y
del cráneo, tenemos el ejemplo notable de una se para descubrirle es necosario guiarse por la espol ien-
ñora de Viena, muy inteligente, pero sugeta por cia mas bien quo por el raciocinio. El vértigo repite
mucho tiempo á la cscotodinia. Todavía vive, y se sus accesos, y aparece ordinariamente todos los años
siente bien : nos ha repetido muchas veces que su en la primavera y on el otoño. En unos es provocado
vértigo no se hacia sentir mas que en el occipucio, y por el aire de las montañas, en otros por el viento hú
no se lijaba nunca en la parte anterior de la cabeza. medo del Mediodía ; ya Hipócrates liabia dicho que
Afirma ademas, que durante el acceso no siento quo era efecto de las constituciones septentrionales. Será
los objetos esteriores don vueltas y so agiten como que en ciertos fenómenos terrestres se exhala un
ella, sino que los ve tales como están, inmóviles, y vapor perjudicial ul cerebro. «Cuando hubo hace al
con su color propio. «La sensación del vértigo que guno- años un temblor de tierra, dice uu célebre
mellare caer en tierra, dice, parte del occipucio y holandés que ha escrito sobre las enfermedades de
se esliendu al dorso, á los lomos, y aun á las piex»
ylosestábamos
nervios, todos
nos entreteníamos con otras
atolondrados, aunque n J personas,
1 Et mea., silo VI y VI!, obs, 129. chaba la conmoción de la tierra, ni huvo e
DB MEDICINA Y CIRUJIA.—FRANK. 609
temor.» ¿No fué esle movimiento, que era mas bien una úlcera ó de un cauterio antiguo, curados impru
un temblor que una sacudida, el que causó á todos dentemente, desaparecen á menudo por el estable
el vértigo sin que se apercibiesen de eilo, y mientras cimiento natural ó artificial de un exulorio en la
que su imaginación estaba ocupada en otra cosa? Se piel.
lia visto á la electricidad y al galvanismo producir 951. Tratamiento.—El tratamiento metódico del
el vértigo; nosotros liemos tenido un ejemplo de ello vértigo consiste ante todo en investigar la verdadera
en una mujer sorda, á la que esie último agente cau naiuraieza de la enfermedad, si es idiopático ó sim
só el vértigo y una epistaxis. pático; en segundo lugar, en estudiar las causas y
950. Pronóstico. — Ya hemos anunciado que el en averiguar, por la constitución del sugelo y el
vértigo no era siempre signo de una enfermedad (945); exámen de los síntomas, si depende de una afección
y aun en el que proviene de causas morbosas, el pró- local ó general: y en este último caso, si es infla
nóslico varia mucho se^uu la naturaleza de eslas cau matoria ó adinámica; en tercer lugar, en observar
sas. El juicio de un médico célebre en la antigüedad, el estado del enfermo en el momento de la invasión
no es, pues, exactocuando dice: «Esta afección es muy del mal y en el intervalo de los accesos. Pero como
inocente y carece de peligro, si no es el de caer en el en el instante en que el vértigo se declara , y sobre
mar ó de un lugar elevado; pero entonces es la caí todo, el vértigo caduco, por lo común no se pueden
da, mas bien que la violencia del vértigo, la que causa obtener todos estos datos con tanto cuidado como
la muerte.» Nos admiraremos mas aun de hallar en fuera menester, debemos indicar lo que conviene
el escelente tratado de H. Boerhaave {De Morbis hacer provisíonalmsntc según la posición del ehfer»
nervorum) la opinión siguiente: «De todas las enfer mo. Durante el acceso, es necesario ordenar un re
medades de la cabeza, el vértigo es la mas ligera y poso completo de espíritu y de cuerpo ; ef enfermo
la mas fácil de curar;» por él empiezan todas las será coiocado en un sitio oscuro , paro en el cua! sea
afecciones de esta parte, y persisten por lo común el aire puro y templado; estará con la cabeza descu
después de la curación. Hipócrates no juzgaba este bierta y elevada , despojado de los vestidos que pue
síntoma con tan poca gravedad, cuando decía: «Si un den comprimir los vasos superficiales; se pueden dar
individuo es atacado de cefalalgia , de zumbidos baños de pie, ó practicar si es necesario fomentaciones
de oído, sin fiebre, con lentitud y ronquera de la ó fricciones con lienzos calientes y húmedos; pueden
voz, y adormecimiento de las manos, debemos esperar hacerse ligaduras con moderación sobre los miem
verle atacado de apoplegía.—Guando desde el prin bros, si nada se opone á ello, con el fin de disminuir
cipio de las fiebres hay vértigos, latidos en la cabeza, el aflujo de la sangre hácia la cabeza; las deposicio
y orinas tenues, es necesario esperar exacerbaciones nes se facilitarán por medio de enemas. Los hom
y aiM delirio.—Siempre que el vértigo aparece con bres sanguíneos y repletos atacados de vértigo idio
dolores de cabeza, el mal es difícil de curar, y va pático, deben huir de los olores fuertes. El vinagre,
acompañado de delirio. Esto tiene lugar sobre todo según el primero de los naturalistas antiguos, es
en los viejas*. — Las fiebres vertiginosas, con y sin muy útil en el vértigo; es necesario, sin embargo,
convulsiones, son perniciosas.—El vértigo que es pro no insistir demasiado sobre este medio.
ducido por la aparición de hemorroides muy poco En el vértigo tenebroso ó caduco, es preciso in
considerables, no indica mas que una congestión quirir antes do todo de los amigos , de los parientes,
débil y moderada. Una sangría lo disipa , y de y del mismo enfermo si puede hablar, cuál es su
muestra que todo lo que aparece de esta manera constitución, y cuáles son las causas que lo escitan
es malo.» ó abaten (951), y ver en fin qué indicación se pue
Así, pues, el vértigo, si es reciente y raro, carece de sacar de ellas. En el caso en que la afección
ordinariamente de peligro. Pero cuando es invete fuere sintomática ó traumática, se hallarán los pre
rado y frecuente, sobre todo sí es tenebroso, anuncia ceptos para su tratamiento , ya en otras partes de
muchas enfermedades, tales como la melancolía , el esta obra , ya en las lecciones de los cirujanos.
furor, la apoplegía, ó la epilepsia. Es necesario no Los escesos de la mesa, una masticación incom
prestar gran importancia al vértigo, que en la ju pleta, y la secreción morbosa de la bilis, son fre
ventud , y siendo por otra parte muy satisfactorio el cuentemente ocasión del vértigo (100) ; en este caso
estado del enfermo, es producido por las vueltas de los laxantes son muy eficaces; pero muchas veces
una rueda, la vista de un precipicio ó de un rio rápido hay una disposición inflamatoria latente en el encé
que se mira desde arriba, el paso sobre un puente es falo, ó bien el vértigo es de naturaleza espasmódica;
trecho y siu barandas, el dar vueltas ó ver dar vueltas entonces las náuseas y los vómitos proceden do la
ú los otros con la cabeza demasiado inclinada hácia simpatía del estómago con el cerebro, y el emético
delante ó hácia atrás , la navegación, y una carrera seria del todo perjudicial; las pocas fuerzas que
en carruaje. Los vértigos del embarazo desaparecen quedan, se aniquilan por las evacuaciones alvinas; y
después del parto. Es necesario, pues, para formar en este sentido es en el que es necesario comprender
un buen juicio, considerar la especie y apreciar las el precepto de Hipócrates: a En el vértigo es preciso
causas del vértigo. El simple es menos grave que el no dar los purgantes. »
tenebroso ó caduco; estos se aproximan, en efecto, En las enfermedades espasmódicas, en los hipo
mas á la epilepsia en los jóvenes, y á la apoplegía en condriacos, en los histéricos, nada es mas común
los viejos, siempre que el vértigo sea idiopático. Si que el vértigo , á consecuencia de emociones muy
es sintomático, el pronóstico es el mismo que el de diversas. Este caso exige remedios dulcificantes, que
la enfermedad principal. Se disipa algunas veces por no esciten ni alteren el cerebro, los cuales se espon-
la aparición de la epistaxis, de las hemorroides ó de drán mas estensamente en el lugar que les corres
los menstruos suprimidos, por un flujo de oidos, por ponde. En los calores internos con irritabilidad de
los vómitos ó por la diarrea. «El vértigo incipiente, los vasos á consecuencia de la suspensión de las he»
dice Hipócrates, cede á un flujo de sangre por la morroides ó de las reglas, el elixir ácido de Haller
nariz.» En las hemorragias graves, y sobre lodo en mezclado con un jarabe agradable en agua fría , nos
las del útero, el primer síntoma de un sincope inmi ha producido muchas [veces muy buenos efectos en
nente ó de la muerte es el vértigo. Los vértigos pro esta especie de vértigo.
ducidos por la supresión de un herpe habitual, de Después de estos remedios urgentes , es necesario
un sudor de las axilas ó de los pies, de la liña , de 1 pensar en la atonía de las primeras vías, causa de
26'
610 BIBLIOTECA ECONÓMICA
inapetencia, de flatuosidades y de espasmos, que alte GÉNERO SEGUNDO.
ran por sí mismos la circulación abdominal y provocan
el vértigo. Para esto, los amargos merecen recomen Apoplegia, parálisis.
darse especialmente, mitigándolos desde luego con un
cocimiento de casia, al que se añadirá cuando está 952. Frecuencia de la enfermedad.—Hemos exa
caliente una infusión de raiz de caña aromática. minado hasta aquí los primeros signos de la apople
Vértigo idiopático.— El vértigo que ataca á los in gia (947 953); nos ocuparemos ahora de la descrip
dividuos bien alimentados y robustos, que abusan ción de esta cruel enfermedad. En el hombre es tan
de los licores espirituosos, sobre todo después de grande su frecuencia, que la poca inteligencia que le
la supresión de una epistaxis, de las reglas y de las distingue de los demás animales está pagada bastante
hemorroides, con somnolencia insólita, rubicundez cara. Es verdad que en los estados de mertandad son
de la cara y de los ojos, cefalalgia constante y lati muchas veces atribuidas á la apoplegia algunas
dos de las arterias do la cabeza, este vértigo reclama, muertes súbitas causadas por la ruptura de un aneu
ademas de un régimen debilitante, una atmósfera risma torácico ó abdominal, por una vómica, ó por
templada, proporcionada 6 la violencia de la enferme lo que se llama una angina de pecho. Pero sin embar
dad, la sangría ó sanguijuelas detrás de las orejas, go, no hay duda de que el número délos que sucum
en las sienes ó en el occipucio, escarificaciones en la ben á una congestión sanguínea, aunque menor en
mica y entre las espaldas, fomentaciones en la las aldeas, es muy grande en las ciudades populo-
cabeza con vinagre y sea» fría, un (lujo moderado sis, entre los hombres de posición elevada 6 dedica
de vientre con ayuda del calomelanos ó del suero dos á estudios de gabinete, ó de ciertas clases obreras,
con tamarindos, y por tisana una limonada ligera, ó y aun amenaza llegar á ser mayor cada dia, por
un cocimiento de cebada con nitro y ojimiel. Galeno fas razones que indicaremos mas abajo. Ante todo,
lia recomendado contra esta especie de vértigo la diremos que los jorobados, los que tienen el cuello
sección de las arterias temporal ó auricular. Confe corto, ó muy grueso, los niños raquíticos, los borra
samos, sin embargo, que la compresión necesaria chos, los glotones, los que están atacados de perip-
mente incómoda del vendaje destinado á contener la neumonia, de asma, de hidrotórax ó de otra enfer
sanare, ¡o cual es por lo común bastante difícil, nos medad orgánica de las visceras torácicas, y sobre
ha impedido siempre recurrir á este medio aun en to lo del corazón, de un tumor de la tráquea, ó que
la encefalitis. En general, esta especie de vértigo, están privadas de un flujo habitual, agitados por
en la que hay disposición á la llogosis, aunque no emociones muy violentas, ó aplicados con esceso á
haya todavía inflamación del cereDro , no reclama estudios serios; los reumáticos, los gotosos, los epi
una medicación activa; con tanta mas razón, cuanto lépticos, los maniacos, los hipocondriacos, las histé
que el diagnóstico no siempre está fuera de duda, y ricas, y las mujeres embarazadas ó recien páridas,
que en la hipótesis de una hidropesía de los ventrícu componen cada año la inmensa mayoría de los apoplé
los del cerebro, las emisiones sanguíneas aventura ticos y délos paralíticos. En el hospital general de Viena
da*, serian mas perjudiciales que útiles. sin hablar de los que curan, ó de los que sobrevi
Pero el vértigo idiopático no siempre es simple y ven quedando paralíticos, en el espacio do quince
procede á menuda de la gota, de ua reumatismo años, desde 1787 á 1802, han muerto de apoplegia
ó de un herpe, repercutidos hácia el cerebro; es, 1241 indigentes, de los cuales 037 eran hombres y
pues, necesario deducir que, haciendo abstracción 604 mujeres. En aquellos , las edades mas diez
de la fiebre, y á pesar de las formas inflamatorias de madas fueron, primero, la de cincuenta años; segun
que puede revestirse, esta especie de vértigo no siem do, la de sesenta; tercero, la de treinta; cuarto, la
pre es juzgado por las sangrías solas. Así, no es raro de setenta, y en fin la de seteuta y ocho años. En las
que esta enfermedad, aun después de haber sacado mujeres: primero, la de setenta años; segundo la de
un poco de sangre, continúe atormentando todavía cincuenta; tercero, la de sesenta y seis; y cuarto eu
al cerebro, y no le abandone antes de que la gota Nn, la de setenta. En Francia y cu Inglaterra la apo
haya vuelto á aparecer en los pies, ó el herpe en la plegia os mas frecuente después de los seseuta anos
piel. En estos casos, indicando la naturaleza el camN que en la edad madura. En el hospital de paralíticos
no, se han aplicado sinapismos en los pies, vejigato establecido en Bath (Inglaterra) se recibieron en 1776
rios en el cuello, en las sienes 6 en la nuca, y aun cuarenta y cinco hombres paralíticos, y diez y nueve
que se hayan formado muchas hipótesis, algunas de mujeres. El número de camas do lo6 hombres, es
ellas absurdas, sobre' la manera de obrar de estos doble que el de las mujeres, y mientras que estas
medios, se han obtenido mas de una vez escelentes jamás están todas ocupadas las de los hombres no son
efectos. No ha sucedido lo mismo cuando, guiados suficientes para el número de enfermos, y frecuen
por una teoría desprovista de toda razón, y haciendo temente están esperando su admisión treinta ó cua
provenir el vértigo de un vapor que sube del vientre renta paralíticos. En Francia, la proporción entre
á la cabeza, so han esforzado en nacer arrojar por la hombres y mujeres es tambieu diferente, según el
nariz esos espíritus gaseosos, con ayuda de los erri- autor de un escrito reciente sur l'apoplexie ou he~
nos ó de estornutatorios, sin temor de causar una morragie eerebrale. De diez viejos, Walter de Ber
irritación aun mas grande en el cerebro ya enfermo. lín (De morbis peritoncei et apoplexia, Berlín, 1785,
Ademas de los medios que hemos indicado basta en 4. ° ) asegura que nueve murieron de apoplegia y
aquí contra el vértigo, hay otros muchos, entre Iris que el décimo sucumbió á una flegmasía gangrenosa.
cuales se puede citar el estiércol do pavo blanco, que Pero esla mortandad para una afecciou esclusir.i á
han sido propuestos, no solo por el vulgo supersti esta edad no se encuentra en los enfermos que he
cioso, siuo también por médicos de gran nombradla, mos indicado, pues de setenta y ocho á ciento cinco,
pero de una credulidad que repugna aun los tiem no ha habido mas que cuarenta y seis que han muer
pos en que vivieron. Si hablamos de estas mise* to de apoplegia en gran número. Los casos <le apo
rias del arle médico, es para demostrar cuán funestas plegia parecen aumentar hácia el tiempo de los equi
lian sido.i sus progresos la superstición y la credu noccios ó de los solsticios , ó cuando el barómetro
lidad, y para que el siglo xix, que algunas veces no desciende cscesivamente.
está bastante prevenido contra semejantes errores, 953. Sinonimia.—Si no respetásemos como con
se aproveche de la espeñencia de un anciano. viene las antiguas denominaciones, y si desconoció
DE MEDICINA Y C1RUJÍA.—FRANK.
sernos la importancia do la cabeza humana, nosotros que las especies descritas por los nosólogos bajo el
rechazaríamos de buen grado el nombre de apople nombre de apoplegía serosa y nerviosa , son enfer
jía, que no espresa mas que el golpe, la resolución medades de otra naturaleza. La razón y la esperien-
do fuerzas, y le sustituiríamos simplemente con el de cía nos llevan á rechazar esta opinión. En fin, la apo
parálisis, parálisis cefálica; y ala congestión de sangre plegía puede ser simulada.
procedente de una afección de la médnla , de los 956. PaoDROMOS.'—La mayor parte de los que
nervios, y sobre todo de los nervios ganglionares, la tienen disposición á la apoplegía, antes de que les
llamaríamos npoplcgía vertebral ó nerviosa. Los sín baya acometido del todo, están durante mochos dia".
tomas de la apoplegía no tienen enlre sí otra dife semanas y aun meses, atacados de vértigos y de so
rencia que la del csceso de parálisis indicado por por en distintos grados; estos son los que distinguie
el coma, la liemiplegía, el vómito idiopático do los ron los griegos con mas sutileza que ventaja, bajo el
apopléticos, la ostensión de los dosórdenos y de la nombre de coma, catéfora, letargo y caro; el eoma
alteración en el cerebro y en el cerebelo, ó los lími fue subdividido en vigil y somnoliento. Los diferentes
tes de la compresión de tal ó cual nervio, ó esclusi- estímulos pueden disipar esto sopor , sin que vaya
vamente de los que anima», ya los ojos, ya la lengua, seguido de pérdida del movimiento ni del sentimiento.
ya la faringe ó el exófago. De todo eslo deducimos Hemos visto a un montero mayor pasar su vida en el
que la debilitación ó supresión de uno ó muchos ner coma, hasta el punto de dormirse en la misma mesa
vios cerebrales, constituyen siempre una sola y de los principes, y al servirse de beber llenaba su
misma enfermedad; y que una definición queescluye vaso hasta derramar el líquido, ó inundaba la mesa;
uno ú otro de estos términos, es del todo viciosa. Los sin embargo, este señor, cuyo hijo de edad de cua
doce pares de nervios cerebrales están ligados á los renta años principiaba ya á padecer como su padre,
nervios voluntarios y á los sentidos; los treinta pares murió octogenario, de otra enfermedad distinta á la
espinales presiden á los movimientos involuntariosdo apoplegía. Se halla un ejemplo semejante en un es
las visceras y el tronco. Pero sucede que ii por unas crito sobre el alma de los brutos, por un distinguido
mismas circunstancias son despojados unos y otros autor inglés. Sin embargo, un gran número de indi
de su poder por cierto tiempo ó por toda la vida, y viduos caen atacados súbitamente sin somnolencia, sin
el mal es común á todos, no tiene necesidad de un vértigos, sin cefalea, y sin ningún signo precursor.
nombre diferente. Así, el que sobresalió en la medi Frecuentemente precedo á la enfermedad un temblor
cina griega en la descripción de las enfermedades, ó un enfriamiento parcial, ó bien una dificultad de
dice muy bien que la apoplegía, la paraplegía , la movimiento en un punto del cuerpo, como si un mús
paresía y la parálisis, son todas de la misma natura culo ú otra parte estuviese momentáneamente privado
leza, y ciertamente no hay inconsecuencia en llamar de acción. Hay otros síntomas que no son absoluta
á la enfermedad el primer dia apoplegía, y desde el mente propios á la apoplegía inminente, pero que,
segundo parálisis y hemiplegía. siií embargo, en los individuos predispuestos á esta
934. Definición de la parálisis cefálica.—Él enfermedad (95 i) adquieren una significación muy
que se contente cou una descripción fiel de la apo gra::de, si se presentan á consecuencia de causas que
plegía no debe esperar una definición que corres favorecen esta disposición, ó de una afección seme
ponda á las formas y á los diversos grados de la en jante que ha sobrevenido anteriormente.
fermedad. En efecto, en la apoplegía que nosotros En un lado de la cabeza. — La mayor parte de
llamamos parálisis cefálica, los síntomas pueden ser estos síntomas existen en un lado do la cabeza. Ade
bastante ligeros en la cabeza; y sin embargo, ya cae mas, se observan: una pesadez, un sentimiento de
el enfermo como herido del rayo, ya continúa res plenitud, una propensión al sueño mayor que de
pirando aun, pero privado de su» sentidos durante costumbre, latidos en las arterias del cráneo; ce
una ó dos horas, ó durante un día; ya vuelve en sí, falalgia , de que ya hemos hablado , y c[ue aumenta
hasta que un segundo acceso mas grave viene á ter cULirulo la cabeza se vuelve de un lado a otro , vio
minar su vida, viviendo mientras miserablemente, y lenta durante el sueño , y que disminuye algunas
privado del uso de sus miembros, y por lo común de veces; apariciones, pesadillas, zumbido de ¿idos,
sus sentidos internos. Sin embargo , si se qüiSerá una sordera súbita , una debilitación del olfato
trazar en algunas líneas uña imágeu de esta cruel y del gusto, el olvido rápido de lo quo se lia dicho
enfermedad, aplicable con bastante exactitud á todas ó escrito; la alteración y el oscurecimiento de la
estas especies y á todos estos períodos, haciendo vista, la diplopia, la amaurosis, una sensación de
abstracción de los casos de apoplegía ligera, y tam chispas luminosas, que algunas veces pasan rojas y
bién de la apoplegía fulminante, se podría decir que resplandecientes delante de los ojos; la caida, los mo
la apoplegía ó la parálisis consisto en un sopor mor vimientos convulsivos de los parpados; Dantos invo
boso lan súbito, que el enfermo cae casi completa luntarios, un flujo nasal, un enrojecimiento cstraor-
mente privado del sentimiento y del movimiento, dinario de las mejillas, el abotagan! ento del rostro, ol
permaneciendo intactas las funciones del pecho y del estremecimiento de sus músculos, la contorsión mo
corazón. mentánea de la boca, la hesitación y la incompleta
955. División^—Según la definición que hemos articulación de la palabra, el tartamudeo ó la inter
dado (934) de la apoplegía , se la puede dividir se rupción sin motivo de una frase empezada , el rechi
gún el grado, en ligera, es decir, una esprcie de namiento de dientes durante el sueño, temblores, y
niolimen apoplético; en súbitamente murtal; y eii la retracción frecuente de los labios.
apoplegía propiamente dicha. Li división mas impor En el ciello. —En el cuello acusan otro
tante es la que hace relación á las causas (937). tensión dolorosa, que baja del occipucio á lo
1.°, en idiopática y sintomática; 2.°, en hiperes- de las vértebras , ó una tos frecuente, quo causa
ténica y adinámica. Estas divisiones comprenden , á el paso por la tráquea de bebidas ó de alimentos,
nuestro modo de ver, ledos las especies de apople ¡í quienes no impide el tránsito hácia la laringe
jías que enumeran los nosólogos. U.i autor francés, ningún obstáculo apreciaple ; ó bien un Bdormerl-
en una obra reciente sobre la apoplegía y la hemor mieñto en el brazo y la mano , y algunas veres en
ragia cerebral, pretende que la hemorragia cerebral la pierna y en el pie simultáneamente ; languidez,
1 do ya haci temblor, anestesia, contracción, saltos de tendones,
ó un hormigueo incómodo; en algunos se inflaman
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las venas yugulares. Los viejos, sobre todo sufren íines de marzo de 1809, un hombre de Yiena, de
por lo común durante largo tiempo, desde el occi 32 años de edad, que no habia sentido ninguno de
pucio hasta la nuca; andan con la cabeza inclinada los pródromos de la apoplegíe, tuvo una paralísis-ira-
hácia delante , sus rodillas tiemblan , y vacilan hasta completa del lado derecho de la enra, seguida duran
que caen atacados de apoplegía. te largo tiempo de vértigo. En el mismo mes y año,
Curvatura del tronco.—Las funciones del pe y en la misma ciudad, unhombre de cincuenta "y tres
cho, del corazón y de los pulmones, permanecen años, entregado á la bebida tuvo mientras se hallaba
las mas veces intactas; y Galeno decia ya con su na en la mesa la ilusión de creer que era el ojo derecho
tural erudición: «En este caso, creemos que la parte mas pequeño que el izquierdo: bien pronto la comi
de la médula espinal afectada primitivamente es la sura derecha so desvió hacia arriba, y contra lo ordi
que se encuentra un poco por debajo del paso de los nario vino en seguida una hemíplegía ligera del mis
nervios en el septo trasverso.—Durante el sueño to mo lado. Cayó en un sopor del que se le sacó con bas
dos los músculos están relajados, y los únicos que tante facilidad. Al dia siguiento del ataque, vimos á
conservan su acción son los del tór¡>x.—Ahora bien, este enfermo alegre y contento; movia el brazo con
por la misma razón qua se respira en el sueño estan algún trabajo, pero con mas facilidad que la víspera;
do todos los demás músculos en reposo, así también respondía á las preguntas con prontitud y conoci
se puede respiraren una apoplegia ligera ó en otras miento; pero no podía sacar la lengua sino oblicua
afecciones paraciJas. Pero cuando la apoplegia ó mente y su mejilla izquierda estaba floja y pálida.
cualquiera otra enfermedad ha tomado bastante vio Do mercader griego, de cincuenta y ocho años de
lencia para que los músculos del tórax huyan perdi edad, descendiente de una familia de apopléticos,
do su potencia, es necesario que la respiración se muy fuerte físicamente, y abatido en lo moral par
disminuya.') desgracias domésticas y pérdidas de fortuna bastante
¡Qué analogía tan admirable entre la observación considerables, fue atacado en Viena, el 14 de julio
de este gran genio, el cual no pudo inspeccionar de 18 H, de una hemíplegía completa del lado izquier
cadáveres humanos , y la doctrina de un escelente do, con una ligera retracción de la mejilla derecha,
neurólogo francés, respecto á la influencia de la mé y aunque había pérdido casi la vista, sobre todo del
dula sobre los movimientos del corazón! Pero lo que ojo derecho, cayó en el sopor; su memoria y &u in
nosotros hemos observado en mucho; enfermos ata teligencia no le abandonaron, respiró sin trab; '
cados de hemíplegía con apoplegía, ha sido una ac no ofreció al dia siguiente en que fuimos lian
titud inclinada hácia el lado opuesto, y una inflexión ni dureza, ni lentitud del pulso. E! movimiento i
creciente por grados do la columna vertebral y de lia abolido en el lado izquierdo, pero la sensibilidad
todo el tronco. Un ilustre profesor da clínica de Vie- so había conservado.
na, que había estado por espacio de un año encorva Un judío, rico comerciante de Viena, de cincuenta
do del lado derecho, sucumbió paralizado del lado años de edad, grueso, con la apariencia de la mas
izquierdo, pocos días después do un ataque de apo bella salud, durante la celebración de las fiestas de
plejía. Un carnicero de esta ciudad , de cuarenta Pascua en 1815 habia pasado muchas horas en ora
años y muy robusto, que andaba hacia muchos años ción y en un templo muy reducido, donde habia tras
inclinado del lado derecho, murió también en 1801, pirado abundantemente; después, habiéndose puesto
Imniiplégico del lado izquierdo. En fin , pocos años un trage de seda muy ligero, se habia paseado por la
antes, un médico muy conocido estaba, hacia mas de ciudad estando el tiempo frío y húmedo. Desde el dia
un año inclinado en el mismo sentido, vacilaba al an siguiente habia perdido casi toda sensibilidad en la
dar y caía á menudo, y quedó asimismo hemiplégico. mitad izquierda del cuerpo, empezando por la oreja,
En las vísceras abdominales.—Las visceras del ab basta tal punto, que este lado del tronco, así como el
domen y do la pelvis toman i.na gran parte en las brazo y la pierna, no esperímentaba mas que una
enfermedades que atacan al cerebro y la médula. En sensación muy obtusa y uua especie de tensión, sin
efecto, sobrevienen muchas veces, sin desórdenes en que el movimiento estuviese abolido en estas partes.
el régimen, dispepsia, cardialgía, vómitos, por lo Semejante estado no habia sido precedido de ningún
común una retenciou de orina ó un í constipación pro vértigo ni de cefalalgia, y la memoria no estaba alte
longada, sin otras causas; ó por el contrario, emisio rada. Al cabo de pocos días sucumbió á un nuevo
nes involuntarias de este líquido , etc. ataque.
En los miembros y en la tiel.—No es raro sentir En el mes de noviembre de 1804, fuimos llamados
en los miembros debilidad, un ligero adormecimien en Wilna por un viejo de setenta y siete años. El
to, y hormigueo ; muchas veces también se seispen- médico de cabecera nos refirió que el enfermo no
den espontáneamente, *e secan y se cíerrau las úlce había tenido ningún signo precursor de aplopegía;
ras, los cauterios antiguos en los miembros, ó una sin embargo, toda la parte izquierda del cuerpo esta
secreción antes abundante, desaparecen de la piel los ba paralizada. Pero loque merece ser especialmente
herpes habituales ó se suspende el sudor de las áxílas notado, y de lo que hemos referido mas arriba un
ó de los pies, loque ha conducido 4 muchas perso ejemplo, es que aunque este viejo tuvo una hemí
nas á tomar por causa lo que no es mas que un efec plegía del lado izquierdo, los músculos de la cara
to de la enfermedad, cuyo asiento se halla en la cabeza. estaban contraidos en esta parte sin que esto tuvie
Síntomas de la apopleoía ucera.— La apoplegía se lugar á la derecha, y la mejilla de este lado es
no ataca siempre de una manera tan violenta que baga taba floja.
caer á un hombre privado del sentimiento y del movi SÍNTOMAS DE LA APOPLEGÍA FULMINANTE.—Ya liemOS
miento, y liemos visto muchas veces sin alteración mencionado la apoplegía que mata casi en el mo
bien marcada de parto do la cabeza, presentarse sú mento en que se presenta (9ü5). La enfermedad se
bitamente una parálisis. Para citar aquí algunos ejem muestra bajo esta horrible forma en medio de una
plos entre otros muchos, diremos, que en 1808 asisti comida, de una asamblea pública; pero sobre todo
mos á un principenolaco, el cual habiendo perdido poco durante el sueño, y con una violencia tal, que la
tiempo después de su casamiento á una esposa que desgraciada víctima no puede mas que arrojar un
rida que murió tísica, fue sobrecogido al dia siguien grito que anuncia su muerte, y aun cesa de vivir
te, y sin ninguno de los signos de la apoplejía, de antes de tener idea de su mal, antes de sentirlo. Se
de esta apoplcgía súbita, y si se pensase mas en la piracion y de la circulación son casi nulas, ni asfixia,
muerte, nunca se ofrecerían semejantes hechos al porque faltarían lodos los signos que podrían indicar
médico. Hemos dicho que la apoplegía que no es in un resto de vida; solo podría confundirse con un sueño
mediatamente mortal, podia contundirse al principio profundo, y sin embargo, el individuo no tenia en el
con el sueño profundo fie la salud, de la embriaguez, estado normal un sueño casi letárgico, ni las pregun
ó ili'l vértigo (95 l); la que se termina casi al punto tas que & los asistentes se dirigen indican que eí in
por la muerte, durante la cual cesa la respiración y dividuo lia podido estar espuesto i una larga vigilia
el latido de las arterias, podría simular , no tan sola ó que estuviese embriagado, en cuyo caso se percibi
mente los síntomas que acabamos de decir, sino ría el olor del vino; y si al mismo tiempo se reflexiona
también un síncope grave ó una asfixia. Los indivi- que no se cae en un sueño tan profundo, como se cae
duos que acaban de sucumbir á la apoplegía, después herido de un rayo, desaparecerán todas la¿ dudas. Añá
de haber presentado por lo común una predisposición dase también que ya se encuentren cerrados ó abiertos
ó pródromos evidentes, tienen la mayor parle del los ojos, la pupila se halla mas dilatada que en el es
tiempo la c¡ira hinchada, turgescente y lívida; eu los tado normal, y no se contrae bajo el influjo de la luz.
asfixiados , por el contrario , está contraída y muy Los ojos de los apopléticos están algunas vecos medio
pálida. abiertos, pero convulsos, y vueltos de manera que no
SÍNTOMAS DE LA APOPLEGÍA PROPIAMENTE DICHA.—El se ve mas que la esclerótica. Ademas, en el sueño
primer síntoma que se observa en un hombre ataca los miembros tienen una posición particular, mientras
do de apoplegía propiamente dicha , es la pérdida casi que en la apoplegía no tienen ninguna que no se es
completa del movimiento voluntario. El enfermo cae plique por el peso del cuerpo. Si se levantan , se
del lado privado del movimiento, rara vez del otro, abandonan á sí mismos los miembros de [alguno que
y queda sumergido en un pesado sueño. Al primer duerme; caen, pero tienen aun en las articulaciones
aspecto, la apoplegía no difiere de un sueño profundo, alguna elasticidad, y son menos pesados. En los apo
de la embriaguez ó del vértigo, y hay médicos que, pléticos, si esto tiene lugar cu un lado del cuerpo,
juzgando con precipitación, han cometido errores en el oiro se encuentran las parles flácidas y sin re
que han comprometido su crédito á los ojos de la sistencia.
sociedad. De este mido, hace treinta años, un médico La cara suministra también síntomas distintivos,
distinguido, visitando á un rico cliente, al que asis pues el sueño apenas la enrojece, mientras que en la
tía diariamente, le encontró sentado, con la cabeza apoplegía adquiere una rubicundez lívida, y se hin
apoyada sobre su brazo: apenas le tocó la mano con cha, á pesar de que algunas veces, por el contrario,
la punta de los dedos, y felicitándose con los parien se pone pálida. Los apopléticos parecen respirar mas
tes de verle tan dormido, se retiró, prometiendo vol bien por las mejillas que por la boca ; estas, en efec
ver á las dos horas. Apenas había bajado la escalera, to, cuando la boca eslá cerrada, se dejan dilalar por
el enfermo cayó de repente atacado de apoplegía. Poco el aire en forma de saco ó de vela, y le dejan salir
tiempo después, otro individuo muy grueso, do un sin ninguna reacción, acompañado de unpequeño rui
carácter dulce, y que tenia habítualmente un sue do, y por un temblor de los labios ; ó bien respiran
ño muy pesado, fue á una ciudad inmediata, y apenas con la boca abierta ó babeando, á lo que se dice que
entró en la posada, se acostó en medio del cuarto, en el enfermo fuma en pipa. Las mejillas ó los rr.ú iculos
un sillón en el que había dormido poco antes, y se de la cara están contraídos con desigualdad; una de
puso á roncar; bien pronto el posadero viéndolo su las comisuras eslá mas elevada que la otra, porque la
mergido en un sueño tan profundo, quiso despeinarlo, parálisis ocupa los músculos de un solo lado, y la con
lo que no pudo conseguir a pesar de las sacudidas que le tracción de los antagonistas del lado sano los lleva
imprimió, por lo que se decidió á llamar á un médico. sobre los primeros. El párpado del lado paralizado está
Este, persuadido de que el individuo estaba bajo el in abatido. Con frecuencia los hemíplégicos llevan la
flujo de un ataque de apoplegía, prescribió una san mano que les queda libie á su cabeza, y siempre al
gría y vejigatorios en las piernas con toda la pronti mismo sitio. Algunas veces sobrevienen vómitos vió
tud posible, cuyos medios fueron insuficientes para lenlos y repetidos. Eu otros, las venas yugulares se
despertarle, por lo que se creyó deberle administrar hinchan, y las arterias carótidas y temporales laten
la estremauncion. Al efecto se le colocó en una cama, con fuerza. Otros dejan escapar la orina y las mate-
y apenas se le hubo tocado ligeramente eu los pies, rías fecales; ó bien al contrario, la orina es retenida,
que se habían puesto al descubierto para administrar y la vejiga se distiende estraordinaríamentc ; á esta
le el sacramento, se despertó muy espantado de todas retención se une con frecuencia la incontinencia.
estas ceremonias, y jurando no leerán aun necesarias. Cuando un lado del cuerpo es el asiento do una pa
A fin de no tener que deplorar semejantes errores, es rálisis , no es raro que el otro esperimente movi
necesario recurrir á lodos los medios propios para mientos convulsivos, que persisten algún tiempo antes
despertar á un hombre profundamente dormido, á fin de que la sensibilidad y el movimiento se i stinyan
de asegurarse de que no hay el menor vestigio de totalmente. No sin razón hemos dicho que el movi
sensibilidad. miento voluntario se abolía en gran partéenla ano-
Esta pérdida del sentimiento y del movimiento ha plegía. En efecto, hemos visto mas de una vez que
rían creer que el individuo estaba muerto, asfixiado, los que estaban atacados de esta enfermedad con
sumido en un síncope grave, á menos que se encon traían ó movían un brazo ó una pierna, mientras que
trase la apariencia de un sueño profundo, y persis el otro, manifiestamente paralizado, quedaba sin fuer»
tiesen la respiración y los latidos del corazón. En un zas. No hemos observado la relajación de todos los
enfermo se observa que la respiración es estertorosa esfínteres. «Ciertos apopléticos tragan; otros no pue
y sibilante, y acompañada de una dilatación conside den : muchos hacen deposiciones espontáneas ó pro
rable del pecho, en tanto que en otro es menos difí vocadas, y pueden orinar » Muchos devuelven los
cil. Examínese en seguida los movimientos del cora enemas al momento en quo los reciben; algunos,
zón y de las arterias, y se encontrarán generalmente sin embargo, los conservan largo tiempo Hemos vis
bastante fuertes y mas lentos que en el estado normal, to , como Stoll, «apopléticos que han tenido liebre
y algunas veces sin aumento de fuerza ni frecuen desde el principio, otros mas tarde, y otros que no la
cia, y entonces estaremos ciertos de que no existe li han esperimentado.» La enfermedad puedo durar así
614 BIBLIOTECA ECONÓMICA
'ea un [sueño cada vez mas profundo y estertoroso. mientos voluntarios, puesto que las fibras musculares,
Los que escapan á la muerte en tal estado, reco que no están de ningún modo suidas á la voluntad,
bran poco á poco alguna sensibilidad, y algún movi pueden ser también asiento de la parálisis, aunque
miento en ciertas pai tes. El enfermo, al despertarse, estoes mas raro. Areteo dice muy bien: «El estó
abre los ojos, suspira, parece comprender algo; pero mago , los Intestinos, la vejiga, y el tubo digestivo
bien pronto vuelven á caer los párpados, y el sueño, hasta su terminación, es decir, hasta el ano , pueden
aunque menos profundo, continúa, acompañándose estar, según creo, somelidos á la misma enfermedad
algunas veces de un delirio tranquilo. Cuando se or (la parálisis), pero las visceras interiores están ocul
denaal e:ifermo que preséntela lengua, como sus mús tas y escapan á nuestros sentidos.— La pupila eslá
culos esián en parte paralizados, la saca oblicuamente igualmente sujeta á ella, y se ensancha considerable
y temblando. Cuando se trata de instilar algún liquido mente. Esta enfermedad es opuesta á la midriasis.»
por la boca , corre una parto liácia fuera, y el resto Los ojos que no obedecen á la voluntad, quedan cie
pasa con trabajo , penetrando en la abertura de la gos por haber mirado un instante al sol o deinas¡a¿l.i
glotis, á causa de la relajación de la faringe, y escitc tiempo á la nieve. Existen numerosos ejemplos de
una los que no carece de peligro. Pero cuando el en militares que han quedado sordos por el ruido pro
fermo, vuelto en sí, contempla por sí mismo las con longado y demasiado aproximado del cañón. El mis
secuencias de su fatal enfermedad , la parálisis de un mo corazón, en la asfixia, queda paralizado durante
brazo, ypor lo común de una pierna, una liemiplegía; algunos dias; lo mismo acaece á los pulmones en lo
deplora amargamente su posición, y le queda por io que se llama impropiamente catarro sofocante.
común un hábito y una facilidad eslrema para llorar En cuanto á las libras musculares del útero, no
como un niño , lo cual Iiace temer una recaída. puede ponerse en duda que se relajan bastante á me
Parálisis. —En la parálisis, aunque no son distintos nudo, después de un parto demasiado rápido ó por
los nervios que están destinados al movimiento de los cualquiera otra causa morbosa. Los latidos de las ar
que presiden al sentimiento, «algunas veces, sin em terias no esperimentau por lo común alteración al
bargo (para servirnos de las espresiones de Areleo), guna en el órgano paralizado, sin duda porque vienen
bay abolición del movimiento ó de la sensibilidad, ó de lejos y reciben sus nervios dp otra parto. Hay, sin
de las dos cosas á la vez, y otras veces de la inteli embargo, casos en que el pulso se hace desigual , y
gencia y de todos los sentidos, y en muebos casos la en que la emaciación, la pérdida y el enfriamiento
sensibilidad persiste cuando se lia destruido la mo atestiguan también la alteración de la circulación en
ví idad.» Hemos referido mas arriba algunos ejem la parte enferma
plos de esto, y seria superfluo añadir mas , puesto Hkmiplegía.—Lo que se ha dicho por muchos íistó-
'I'ue los autores citan algunos otros semejantes (i). logos acerca de la división del hombre en dos mila-
Nlo es raro que ambas especies de parálisis tengan des, en dos partes iguales reunidas entre si-, se ob
un asiento diferente en los mismos individuos, como serva algunas veces, como ya lo hemos dicho, en la
nos enseñan los fastos de la ciencia. Pero es digno ictericia , y se verifica aun en la heiniplogía, o pará
de notarse que las partes privadas desde largo tiem lisis limitada á una miiad del cuerpo, desde la cubeza
po de toda especie de movimiento, presentan una hasta los pies, y tan exactamente, que aun ocupa tan
sensibilidad muclio mas viva que aires de la paráli sote media nariz. Muchas veces está intemi'fflj ida to
sis. Por el contrario, la sensibilidad sola puede per da comunicación entre la parte paralizada y <.! cere
derse en una parte que conserva el movimiento; esta bro y la médula. Esto sucede hasta tal puní >» quo
especie de lesión es la que se lia llamado anestesia, una mujer- que curamos en 1797 en la clínica de
y que confnman las Memorias de la Academia d: Viena, creía le fallaba el brazo y la pierna paraliza
ciencias de Varis. Se bulla en las Actas de cur. de la dos. Cuando volvió el movimiento á la pierna , y
nalur. la descripción de una parálisis de los múscu cuando sintió dolor en el brazo, en el cual no había
los del brazo y del pie derechos, con aumento es- aparecido aun el molimiento, tue cuando conoció
cesivo de la sensibilidad, y al mismo tiempo intacta que estos miembros eran suyos. Areteo, é quien he
la movilidad en el lado izquierdo, con parálisis del mos tenido ocasión de alebar muchas veces, dice con
sentimiento. Un médico célebre de Hannover ha ob mucho acierto: «No solamente son atacados de pará
servado una parálisis del sentimiento y del movi- lisis los órganos distantes entré sí, y aquellos que so
mienlo, durante la cual, la picadura de una pulga, hallan divididos naturalmente en dos mitades seme
ó un grano de arena, causaban vivos dolores en las jantes, pero componiendo un solo órgano , como la
partes paralizadas. Sucede también que una parálisis nariz hasta la linea media, ó como la lengua basta
no dura mas que algunas horas, el espacio tic un dia el rafe; sino que también las amígdalas y el istmo-
y de una noche, y desaparece en seguida completa de |la garganta , sueleu verse paralizados por mi
mente. Así, hemos visto á un hombre que después tad.» Algunos paralíticos tienen asimismo una verda
de haber llevado durante cierlo tiempo un fardo dera imposibilidad de pronunciar ciertas palabias, y
bastante pesado en sus dos brazos, fue sobrecogido no espresan mas que eon Una ó dos todo lo que quie
de repente de una parálisis del derecho, que desapa ren designar ó pedir. En los baños de Badén, en I7C8,
reció al dia Siguiente. Erasistralo, citado por Celio asistimos á una religiosa de ochenta años, que estaba
Aureliano, ha indicado un género de parálisis que paralítica , la cual por mas esfuerzos que hacia uo
llama, paradoxal «en la que se pierde de repente la acertaba á pronunciar el nombre del Salvador. lie
facultad de andar, pero que permite volver á empren mos visto también á un príncipe georgiano del Can-
der en seguida el camino.» Sin pretender allanar es caso en 1790, atacado ;al principio de una fiebre In
tas dificultades, tanto fisiológicas como patológicas, termitente , después de un letargo conliuuo , y en el
deduciremos do todo- esto que los músculos pueden momento en que la crisis parecía próxima, fue ata^
perder una de sus propiedades, quedando intacta la cado repentinamente de una hemiplegfa del lado de
otro, y esto por alteración del nervio que va á parará recho, á consecuencia del ruido de la esplosíon de
ellos; ño diremos, sin embargo, con Cullen, que la pa ios cañones. Este enfermo, de cincuenta años de
rálisis consiste únicamente en la pérdida de los movi edad, fue á San Peterslmrgo liáciu el año 1807, y nos
consultó. Todavía podia mover algo el brazo, y ar«
DE MEDICINA Y CJBUJU,—FRANK. 615
da y na. Esta imposibilidad de hablar que esperi- De esta esposicion sumária de los fenómenos que
mentan ciertos paralíticos, no procede siempre de se observan en la apoplegía y en la parálisis, resulta
una parálisis do las libras linguales, sino de la pér- claramente que las dos enfermedades no tienen entre
didude la memoria. Hemos tenido la prueba de ello sí otra diferencia que la que ofrecen las causas y la
en un habitante de Viena, privado de la palabra á estension de los efectos. Así es que se usa el nombre
cousccucncia de la apoplegía , y cuya |observacion de apoplegía ó de parálisis, y nosotros diremos que la
nos ha sido comunicada por uno de uuestros ami afección es cerebral, espinal ó nerviosa, y caracteri
gos, medico esperimeutado de esta capital. Kl enfer zada por sintonías diversos , pero que consiste en la
mo habia olvidado todas las palabras, y no hablaba; suspensión ó en la abolición del sentimiento y del
pero al leer bajo las carias de sus amigos, no sola movimiento en las partes á que el cerebro, la médula
mente las comprendía, sinoque podía también repe espinal ó sus prolongaciones comunican el principio
tir cada palabra indistintamente. Después de la cu desconocido de la vida.
ración de una parálisis ó de usa hemiplegía, queda 957. Causas Dk la apoplegía t de la parálisis. —
~or espacio de mucho tiempo un sentimiento de de- Concebimos bien, como partidarios del principio vital,
II ilídad ó de cualquiera otro desorden en la parte la sensibilidad de los nervios y la irritabilidad de la
que lia sido asiento de una afección tan grave. Así Obra muscular; pero la naturaleza )a<¡ lia sustraído á
es que un pintor de Frihurgo en-Brisgau, que ha- las miradas de los mortales, por la divina influencia
bii curado de una hemiplegía, creía sentir, cuando que las rige. Si por una causa cualquiera la acción
comía, mas largos sus dientes del lado que habia es de este principio sobre los nervios, ó las fibras mo
tallo paralizado. trices de un órgano se halia suspendida durante tl-
Parai-leoía.— Con el nombre de paraplegía ó pa- gun tiempo, la anestesia, la paresia, la apoplegía, la
raplcxia han designado los antiguos, ya cualquiera parálisis, ó la axfisia le atacarán, si esta acción se ha
especie de parálisis, ya la hemiplegía ; entre los mo lla enteramente destruida, la muerte se apoderará de
dernos, unos comprenden por ella una parálisis cen la parte. Por un encadenamiento funest hemos aso
tral desde el dorso ó los lomos hasta los píes, v otros, ciado demasiado tiempo la idea de la apoplegía á la
sin mayor razón, el adormecimiento de todo el cuer de una compresión mecánica del cerebro ; la espe-
po á cscepciou de la cabeza. Para nosotros, la para- riencía ha demostrado, sin embargo, en la autopsia
plegía será también la parálisis que se estiende desde de los apopléticos, que muchas veces no se encontra
el cuello hasta los pies. No hemos encontrado mas ba nada en el cráneo, como si la cuisa de la muerte
que dos ejemplos de una parálisis tan general, en hubiese desaparecido con la vida. Hemos dicho (957),
nuestra larga práctica, y en todo el curso do los via que la división de la apoplegía en idíopálica y en sin
jes , demasiado rápidos por desgracia, que hemos tomática, mucho mas sencilla que la de los nosólogos,
consagrado á una observación atenta. comprendía todas las especies de esta enfermedad; lo
El primero fue el de una mujer de mediana edad, mismo puede decirse de la división de la parálisis se
epiléptica por espacio de muchos años, y atacada de gún su origen. Las dos están fundadas en la existen
paraplegía sin causa conocida, desde 1786 , en el cia de un vicio local , orgánico, ó de lina afección ge
hospicio de los Incurables construido cerca do Pavía, neral, ya hiperesténica , ya adinámica, ya nacida de
en Abbe-Grassc. Los ataques de epilepsia continua constituciones morbosas, tanto locales como genera*
ron aun después de la paraplegía , pero solamente en les, complicadas entre sí. Por la misma razón que he»
los músculos de la cabeza y del cuello, que eran mos descrito tres formas de parálisis, la que nace de
asiento de contracciones y de sacudidas, las cuales una afección del ceiebro, de la médula, ó de los cor
no se presentaban en ninguna otra p;iríe del cuerpo. dones nerviosos, buscaremos también las fuentes de
El segundo ejemplo de paraplegía que hemos visto la misma enfermedad en el cráneo, en el canal ver
tuvo lugar en las posesiones imperiales de Italia, en tebral ó en los nervios que animan las diferentes par
Pallavicíni , en el mes de agosto de 1792. Era una tes del cuerpo á que se dirigen. Aunque la apoplegía
mujer de veinte y ocho años, que habia dado dos me sea á menudo efecto de una congestión sanguínea, ó
ses antes una caída sobre el cuello con tanta Tíolen- aun de una hemorragia en el cráneo, y una y otra
cii, que habia perdido el sentido. Cuando volvió en provengan de un aflujo demasiado considerable de
sí al cabo de algún tiempo, habían desaparecido com sangre hacia el cerebro, ó de un obstáculo á la vuel- ,
pletamente la sensibilidad y el movimiento por bajo de ta de este líquido, no es una razón, como se verá des
la cabeza , aunque ¿wdjia hablar libremente. Durante pués, para que esta sea su única fuente, como se es-
los quince primeros días no tuvo niuguna evacuación fuerzaen sostener^un autor francés qne ya hemos ci-.
alvina; la emisión de la ofioj era involuntaria; el tado. Hay otros que consideran el reblandecimiento
pulso, pequeño y concentrado. Después de cierto del cerebro como la causa próxima de la apoplegía.
tiempo esta paraplegía se cambió en una hemiplegía Notros mismos hemos observado esta alteración que
del lado derecho, y vimos al brazo y la pierna izquier hemos descrito en nuestio Tratado de la encefalitis,
dos libres cu sus movimientos. La enferma esperi- con el nombre indicado por Hipócrates de esfacelo del
ment..ba á menudo una sensación de frió muy inten cerebro (142). Aunque no pretendemos nosotros negar
so, ó de calor ardiente y de hormigueo, y á veces que esta afección orgánica del cerebro haya precedido
convulsiones. Estaba recién parida en el momento en algunos casos raros á la apoplegía, así como la ence*
de su caida , y tenia todavía mucha leche , cuya secre falítis, so ha hallado, sin embargo, la sustancia cere
ción se detuvo inmediatamente. -No tenia lesión algu bral mas bien dura que reblandecida en muchos indi
na en la nuca, y movía muy bien la cabeza; pero sen viduos muertos de apoplegía. Añadiremos que no de
tía un dolor fijo en medio de la columna vertebral. bemos admirarnos de encontrar en ciertos casos al
Se presentó un tumor blanco en la rodilla izquierda, gún reblandecimiento alrededor de un coágulo san
en el que la enferma acusaba una sensación de frió guíneo, ó de una colección de serosidad derramada en
muy intenso. el cerebro ó en los ventrículos , eu algunos apo
Stolt (!) refiere un ejemplo de paraplegía mortal, pléticos , sobre todo , cuando la autopsia no se
con esfacefo de las visceras, y en particular de la lia practicado hasta uno ó dos dias después de la
vejiga. muerte.
I Herencia. —Las causas de la apoplegía (parálisis ce-
61f> BIBLIOTECA ECONÓMICA
por la consideración de su propia naturaleza. Mencio cerebro con el dedo, se ocasiona un sopor mas ó
naremos primero á la herencia. Hay familias en las menos profundo: y si so continúa ó si so aumenta la
cuales la apoglegia es mucho mas frecuente que en presión, resulla la apoplegía y la parálisis de la parte
otras. Nuestra esperieucia personal y la de otros nos á que corresponden los nervios del punto com
suministra demasiados ejemplos. Un noble, que no ha primido.
bía presentado ningún signo de tan grave aLccion, 2.° En las que sin compresión, sin escitacion
hallándose conversando con un hijo suyo, se quejó funesta, producida, ya en el cerebro, ya en sus es-
de una cefalea súbita, y en el espacio do un minuto pansion ;J nerviosas, por inanición ó por un mal des
cayó sin vida, atacado de apoplogia. Este hijo, ya de conocido hasta ahora, suspenden ó suprimen irrevo
alguna edad, pero muy saludable, sucumbió en al cablemente las funciones de este órgano esencial. La
gunas horas 4 'a misma enfermedad, en Vícna , en lista de las causas de estos dos órdenes es inmensa,
1802. Su hermano murió también de apoplogia, des y se halla ya indicada en las generalidades. Bastará
pués de haber eslado mucho tiempo hemiplégico. para comprender las demás, esclarecerlas principa
Una familia ilustre de Francia perdió desde el" padre les con algunos ejemplos tomados do los autores, ó
hasta los biznietos, ocho iudividuos de apoplegía. ¿En que nos son propios.
qué consisto este vicio hereditario? Si queremos ApOplegÍa SANcunEA. —Hipócrates dice: «Si las
abstenernos de hipótesis mutiles ó perjudiciales, no venas de la cabeza están demasiado llenas de sangre,
tenemos nada que responder que pueda satisfacer á se siente en toda la cabeza un dolor agudo, y se tras^
una imaginación sensata. mite algunas veces al cuello y A otras partes; des
Endemia.—Epidemia.—Yií hemos dicho (953) que pués sobreviene el vértijo tenebroso; pero no hay
la apoplegía es casi endémica en todas las capitales y liebre.» Según un médico griego , que ha escrito
en las ciudades pobladas de ciudadanos de todas cla sobre la catalepsia , «el aflujo demasiado conside
ses; pero como las afecciones del alma, los vicios y rable, y la permanencia déla sangre en la cabizi,
la opulencia, se encuentran reunidos en ellas con el son las mas veces causa de esta afección.»- No
esceso de la miseria, la pereza y la corrupción mas sotros hemos visto también á un joven muy sanguí
que en cualquiera otra parte, á estas influencias mas neo, 'jue después de haber permanecido tres días sin
bien que á las del clima, debe atribuirse la mayor fre cerrar los párpados, sin mover los ojos aunque se
cuencia en estos lugares de esta enfermedad del cere le llamase con violencia, y sin responder á las pre
bro. Ch. Lepois (1) refiere que «por la estancación ó guntas, so libró al cuarto día de todos estos acciden
desbordamiento de las aguas, es muy común la apo tes, á beneficio de una hemorragia nasal abundante.
plegía en Lorraine, y que no hay aldea ó ciudad en Licutaud (Historia anatómico-médica) refiere la
donde en el -invierno no ataquen de repente cambios historia de un jóveu robusto, de constitución atléti-
de temperatura, y hagan sucumbir á algunos habi ca, «que habiéndose inclinado hácia adelante al le
tantes.» Pero es necesario distinguir bien los efectos vantarse de la mesa, cayó de repente privado de sen
del mal tiempo, de los del terreno misino; en efecto, timiento, y murió en quince horas, después de algu
Hipócrates nos enseña ya que ciertos estados de la nas convulsiones.—A la abertura del cráneo se halló
atmosfera, sobre, todo, el invierno y la humedad, una gran cantidad de sangre negra derramada por
aumentan el número de las apoplegías (2). Sin'em» la ruptura de las arterias carótidas y vertebrales; los
bargo, en la primavera y en el otoño, asi como du ventrículos del cerebro estaban intactos.» Se halla
rante los grandes calores del estío, es casi siempre ma también en el Sepulchrctum de Til. Bonet la obser
yor el número de los apopléticos; esto se ve también vación de una jóven de veinte años, muerta de apo
en ciertos años, sin que la temperatura pueda dar plegía. Había sentido por espacio de mucho tiempo
razón de ello, y sobre todo en los pantanos de la Ita en el lado izquierdo una hemicránea que aumentaba
lia, donde el calor del día y el frió de las noches en la época de las reglas, y le liacia inclinar invo
producen á menudo la liebre intermitente, pernicio luntariamente la cabeza hácia ti mismo lado. Des
sa y apoplética. Algunas veces se aumenta la inten pués de la muerte se hallaron los vasos de la dura-
sidad de esta afección, y lo asóla todo como una mater casi del grueso del dedo pequeño, varicosos y
verdadera epidemia. Durante el invierno de 109 % y negras. El cerebro estaba lívido; la dura-mater se
1695, la apoplegía reinó en toda la Italia. Lo mismo hallaba considerablemente engrosada, sobre todo en
se observó en Berlin y en Breslau en 1700 y en la base del cráneo, donde las venas estaban también
1701 (3). Eu fin, en el rigoroso estío de 1807, la hinchadas No se descubrió ninguna otra causa de
apoplegía hizo mas estragos que los damas años en la muerte. P. Sincellus ha consignado en las Actas
Italia y en Rusia. de la Academia de Succia, 1757, el caso de un jóven
Causas de la. apoplegía idiopática.—Las causas que estaba jugando con la cabeza agachada y el
tanto hipereslénicas como adinámicas de la apoplegía cuello apretado por la corbata, y cayó atacado de apo
idiopática, pueden dividirse: plegía; pero volvió en sí luego que se le sangró y se
1. ° En las que producen la repleción de los va hizo cesar la constricción. Van Swieten habla de una
sos internos del cráneo y del cerebro, una congestión cantatriz muy hábil, cuya voz deliciosa daba sonidos
sanguínea, una irritación, una infhimacion, las se en estremo agudos que sostenía largo tiempo. «Pero,
creciones patológicas, una colección de serosidad, añade, se veian entonces hincharse enormemente to..
hemorragias, concreciones, tumores, lesiones orgá dos los vasos de su cabeza. Esta distensión habitual
nicas, y en general una compresión de la sustancia acabó por debilitarlos hasta el punto de que cuando
cerebral. Asi es, que en un perro ó en cualquier quería dar una nota muy alta era sobrecogida de un
otro animal á quien se quitase, produciría una apo vértigo, y hubiera caido sí no hubiese cesado ai ins
plegía. Comprimiendo mas ó menos fuertemente el tante.» Un hombre de cincuenta años, gran cazador,
robusto y allético, estando á cabalb en un bosque,
llamó con fuerza á su criado y en el momentoen que
i Seleeliorum observalionum ct eonsiliornm, de visis hactenus este llegó, cayó muerto en sus brazos. Su cadáver,
morbis affeclibusi|ue prator naturam, ab aqua seu serosa colluvic que fue abierto por nosotros en Bruchsal, nos ofre
el diluvie. Levden, 1733, en i.°
í Obras completas, Irail. por E. Litlre. París, 1840. De los ció un derrame de sangre muy abundante en los ven
aires, de las aguas y de los lugares, t. II, pag. 13. trículos laterales, con una dislaceracion muy estensa
S Historia morboram qralislaTix, edente A. Hiller. Laitsanna, del septo lúcido y de la sustancia cerebral.
1746, en i.°
DE MEDICINA Y CJRDjU.— FRANK. 617
Hemos encontrado las mismas alteraciones en un muy inyectados, los de la dura-mater y del cerebro
gran número de ios que habían sucumbido ú una llenos de una sangre negra; los pulmones ostaban
apoplegia fulminante; así es que nos admiramos mu también muy congestionados.
cho de que Bichat(l), alirme no haber visto nunca Apopcegía serosa.—Muchos individuos muertos de
romperse los vasos del cerebro en inyecciones anató apoplegia presentan en e! cráneo y en el cerebro una
micas. No eralal la opinión de Morgngni que reliere colección de serosidad, hidátides ó falsas membranas.
muchos ejemplos de apoplegia, de los cuales resulta Willis (1) se espresa de oste modo: «He tenido la
que «la SMgre se derrama á menudoen los cuerpos prueba anatómica fleque el coma es producido mu
estriados, ú en los tálamos ópticos ó en ambos, ó en chas veces por la serosidad derramada sobre las cir
las partes inmediatas, produciendo perforaciones y cunvoluciones cerebrales, y que penetra en la misma
dislacenicioues, y se esparce en las cavidades natu sustancia cortical. En efecto, en muchos cadáveres
rales ó formadas violentamente y por efecto de la mis uue han sucumbido á esta afeccJjjn , los intersticios
ma alteración.» Nosotros hemos tenido ocasión de de las circunvoluciones están llenos do un agua lím
comprobar esto muchas veces. Walter dice también: pida, y las capas superficiales demasiado húmedas es
«Cuando las venas del cerebro, distendidas desde tán reblandecidas y han perdido su consistencia;
mucho tiempo, llegan á romperse , tiene lugar esle ademas se hallan las" cavidades interiores distendidas
accidente por lo común en los plexos coroides, y por la linfa, y toda la masa cerebral se anega en
los ventrículos se llenan de sangre.» Un noble de Spi- serosidad.» Los autores refieren uu gran número de
ra, gran bebedor, que gozaba de perfecta salud la vís hechos semejantes. Nosotros mismos lo hemos ob
pera, murió en Bruchsal, por un esceso en la comida. servado á menudo, y lo que hemos dicho sobre la
Se encontró la mitad del cuerpo fuera del lecho á encefalitis (142), sobre el bidrocúfalo, ya agudo, y»
causa de la embriaguez; no habia podido levantar la crónico (737), basta para esclarecer este punto.
cabeza, fue alacadodeapoplegía, y habia muerto como Pero; 1.°; liemos tenido como otros autores mu
los ahincados, es decir, con la cara lívida, y la boca chos (ejemplos de hidrocélalo crónico en los niños,
y la nariz cubiertas de sangre y de espuma. Otros los cuales aunque presentaban algunas libras de agua
muchos individuos, pesados y gruesos han sido ata derramada en el cerebro, no habían padecido, sin em
cados de apoplegia por haber dormido demasiado bargo, durante un cierto número de años, la apo
tiempo con la cabeza inclinada hacia la lumbre, con plegia, y en los cuales no se habían abolido las funcio
la cara encendida y violada, de lo que Ch. Lepois, nes intelectuales. A consecuencia de otras enfermeda
reliere un ejemplo. Los soldados que hacen un camino des terminadas por la muerte sin apoplegia, hemos ba
largo y penoso para cambiar de guarnición, cargados ilado serosidad euel cerebro. Las fracturas muy esten
de cascos pesados, y los labradores que en el tiempo sas del cráneo, con hundimiento, noson seguidas por
de la siega, durante horas enteras, reciben un sol lo común ni de apoplegia ni delirio, sin que, no obs
ardiente en la cabeza , son atacados de apoplegia. tante, sea posible negar que osla causa haya produci
La erisipela de la cara y del cuero cabelludo, pro* do muchas veces la apoplegia, Nosotros hemos visto
pagándose al interior, puede, como hemos dicho en en 1770 un carnicero muy vigoroso, que precipitado
muchos sitios (28), 289 y 77!»), determinar una som desde lo alto de una roca á un valle profjudo, se hizo
nolencia y un coma mortal, El feto, cuya cabeza tier uua herida tal, que la concha auditiva izquierda pen
na todavía, permanece durante horas y días enteros día con los tegumentos del cráneo sobre la espalda,
engastada en la pelvis de la madre, ó comprimida y el mismo cráneo estaba dividido en ocho fragmen
con demasiada violencia por el fórceps, y cuyo cuello tos ; sin embargo, durante nueve días que vivió to
está rodeado y oprimido por el cordón umbilical como davía, no tuvo delirio. 2.°; en otros casos de apo
por una cuerda : el feto, es muchas veces víctima plegia mortal que los módicos habían atribuido á un
de ostus dolencias. Lo mismo sucede con los niños, derrame de serosidad en el cráneo ó en el cerebro,
e:i una caída sobre la frente ó el occipucio; en los no se han descubierto mas que algunas gotas, ó al
adultos en una cortadura, una contusión, una fractura menos una cantidad muy pequeña de líquido. 3.u; mu
del cráneo, un hundimiento de la lámina compacta en chas veces, después de la muerte, cuando se habia
el cerebro ó el cerebelo, en un oxóstosis, ote En creido poder relerirla á una colección de serosiaad,
Bruchsal, Inicia 1773, hallamos en uu soldado que ha no se ha encontrado en los apopléticos ninguna lesión
bia muerto súbitamente de apoplegia, un exóstosis del en el cráneo, y muchos escritores distinguidos, entre
volumen de una nuez sobre la roca del temporal iz los cuales se halla Baillou, dedujeron de ello que la
quierdo, sin que se pudiese referir á otra causa esta apoplegia no dependía ni de uua colección de ser»si-
muerte súbita. En otros casos eran tumores, con dad ni de un derrame de sangre, y que las lesiones
creciones de difereute naturaleza en el cráneo ó en que se encontraban en el cerebro no eran mas que
el cerebro, cálculos y pólipos (estos últimos se for un efecto, y no una causa. Otros, en lin, han invocado
man, no obstante, las mas veces despuesde la muel le). la acritud ele 1 líquido para esplicar la muerte, cuando
Morgagni ha encontrado en muchos viejos apopléti se halla en pequeña cantidad.
cos las lúnicas arteriales osilicadas por placas, sobro De todas estas objeciones, las primeras no son di
todo en las carótidas, al nivel do su curvatura , sobre fíciles de refutar si se reflexiona que los efectos de
los lados de la silla turca. El frió muy vivo del aire una colección serosa ó de una compresión sobre el
ó de la liebre aumenta el aflujo de la sangre hacia cerebro sou diferentes, según que es lenta ó rápida,
los órganos internos,, y sobre todo hacia el cráneo. ó que depende de una encefalitis, ó de un hidrocéfa-
En el mes de lebrero de I7S Í, estando la tierra cu ¡o (142, 737) ; y por esta razón es preciso no de
bierta toda de nieve y cotí un frió muy vivo, un jó signar con el nombre de uplopegia serosa ó sanguí
ven embriagado cayó con la cabeza hácia adelante en nea á toda enfermedad que presenta después de la
un foso lleno de nieve, y fue llevado al dia siguiente muerte, sangre ó serosidad en el cerebro. En efecto,
muerto á Bruchsal: su cadáver estaba rígido y helado, comunmente el estado del cerebro es anterior al
la soíooaeiou y el fiio habían teñido de rosa la nariz ataque de uplopegia, y procede de la debilidad ó
y los labios. Se emplearon sin resultado di verJOS del esceso de sensibilidad del encéfalo ó de todo el
medios, y la autopsia hizo ver los vasos superliciales sistema, ó de o. ras causas desconocidas, lali-s como
fis 'fL-
una efervescencia de la sangre, aunque sea poco desenfrenada, un terror súbito, una alegría inespe
considerable, espasmos distantes de la cabeza, y so rada é inmoderada, ó la irritación cerebral que de
bre todo que tengan su asiento en el abdomen, un termina el reumatismo, la gota errática, una metás
estado saburral, losverraes, la gestación, otras ceusas tasis, una fiebre perniciosa intermitente; en fin, el
también qua hacen afluir la sangre Inicia el cráneo efecto destructor, pero incomprensible, del rayo.
con demasiada violencia para que los vasos la puedan 958. Diagnóstico de las espkcies entre si. —El
soportar, y que producen una secreción morbosa 6 estudio de las alteraciones que se hallan en el cráneo
una cougeftion sanguínea, ó uua hemorragia; este de los apopléticos no basta par» demostrar cuál ha
est.do no es, pues, mas que la ocasión, y la aplope- sido el carácter de la enfermedad durante la vida;
gia merece mas bien el nombre de nerviosa, ó de y aun cuando al principio de esla terrible afección
p. ecordial. Esto no impide, sin embargo, que la prin supiéramos que se había derramadoen el cenbrnsan-
cipal causa de la ajJppegía sea, como hemos indicado gre ó serosidad, las diferentesespecies reconocen cau
mas aiiiba, una congestión sanguínea, una hemorra sas tan variadas (466, 871, 573,698, 8S9), y la dife
gia ó uua colección rápida de la serosidad anormal, rencia de tratamiento es tan grande (46S, í>75) que
ya liíperesleuicas, ya adinámicas, liso es lo que ates no sabríamos lo que era necesario hacer: la división
tigua e^e pasaje de Morgagni: «En el cerebro de clásica ele las apoplegías en sanguíneas y serosas, si
los individuos muertos de apoplegia serosa, ademas no ha perjudicado á los enfermos, no les ha sido tam
de la serosidad, se ven algunas veces los vasos del poco muy útil. En la apoplegia, sea idiopátita 6
cerebro llenos de sangre, y parece haber producido sintomática, escepto en ios casos en que depende
una compresión mortal del cerebro, lo que no se hu de la inanición, y en que hay mas bieu aslixia que
biese ocasionado si el líquido hubiera sido poco apoplegia, no os raro encontrar sangre ó serosidad
abundai te.» en los ventrículos, ó en otros puntos del cerebro.
¿¡.•STOMIS Y CAUSAS DE LA APOPLKGÍA. Aunque la Un hombre de Pavía, de edad de cincuenta años,
congestión ó el derrame de sangre ó de serosidad en entregado al vino y al amor, perdió el conocimiento
el cráneo constituye una causa frecuente de apople durante el coito, en el momento mismo de la eyjcu-
gia, su lueute principal existe, sin embargo, lejos de lacíon. Hallándose su mujer fatigada con su peso, y
la cabeza. no sospechando un sucoso tan funesto, lo rechazó; y
1." En primer lugar, todas las circunstancias que al verle sobrecogido del espasmo de los pies y de los
disminu en ó suspenden los flujos sanguíneos 6 se brazos, fue cuando empezó á temer, y lo puso en
rosos, noi males ó habituales, de suerte que los lí tierna; el desgraciado no tardó en ser atacado de
quidos que están ordinariamente disminuidos ó se lmmiplegía; la boca vuelta hácia la derecha, balbu
gregados por otra «ia quedan en los vasos, que dis ciente, los párpados izquierdos contraidos; volvió ert
tienden y rompen. Es necesario recordar aquí todo sí y tenia, la inteligencia intacta. 3e le llevó ai hos
lo que hemos dicho acarea de la supresión prematu pital, y se le sangró. Al cabo de doco dias espiró¡: se
ra de las realas, de. los loquios, de ¡js hemorroides, encontró en la superlicie del cerebro una gran can
de una epistaxis, del sudor de las áxilas ó de los tidad de agua; en uno de los ventrículos, un coágulo
pies, de los herpes ó de las úlceras. Todos los obs sanguíneo, y en otro, serosidad.
táculos que impiden la distribución regular de la En la clínica de Pavía, en 1790, asistimos noso
sangre, el demasiado calibre de los vasos del tronco tros ó un septuagenario que habia tenido ya muchos
ó de los miembros; el esceso de grasa, el desarrollo ataques, y que so hallaba paralizado del ludo izquier
del útero, los diversos tumores, las obstrucciones vis do. Muerto al dia siguiente, después de haber pre
cerales, las colecciones de líquido en las cavidades sentado coma y delirio, se sujetó á la autopsia. Los
abdominal y torácica, las embalas, los corsés, los vasos c-sternos del cerebro se hallaban inyectados y
vestidos demasiado apretados; las mutilaciones pro llenos de sangre. Entre la dura y la pia-mater, entre
ducidas por una amputación, los espasmos histéri esta y el cerebro, habia un vasto derrame de sero
cos ó lnpucoudnacos, la irritación que causan jos sidad ; en el ventrículo izquierdo, cerca de dos onzas
vermes; los accesos de epilepsia, el abuso del coito, (60 grain.) de sangre coagulada, y en el derecho
todo lo ijue puedo hacer subir la sangre á ¡a cabeza, cierta cantidad de agua rojiza. Por estos dos ejem
la posición encorvada del cuerpo, una escitacion, un plos se ve que la apoplegia puede ser á la vez san»
terror violento, los espirituosos, los narcóticos, el guinea y serosa. No es, pues, la smgre ni la sero
sueño prolongado después de una comida copiosa, sidad, sino las fuerzas vitales, enfermas por esceso
los olores, los vapores de toda especie, etc. ó por defecto, las que hacen que uno de estos líqui
8Lf Las causas que impiden á la sangre volver dos se reúna en los vasos del cráneo y del cerebro,
de la cabeza, como los tumores tiroideos (799, 809), ó se escape do ellos y forme secreciones patológicas,
la per pneumonía (180, 19(1), de lo que hemos referi de las que es necesario ocuparse para llegar á diag
do ejemplos, la dispuca, la ortopnoa crónica, el as nosticar las especies de apoplegia de uua manera
ma, una tos violenta, los gritos, la acción de hablar, exacta y ventajosa para el enfermo.
decantar, de reir demasiado fuerte; el uso de los APOPLEGÍAHIPhRKSTÉMCA.—LOS Sl'gUOS de U SpOplc-
instrumentos de viento, los esfuerzos que se necesi gía hiptrestónica, aunque oscurospor lo común, son
tan para levantar ó para llevar un fardo demasiado pe sobre todo, el temperamento que se llama sanguíneo,
sado, el parto ó la defecación. la juventud, la vida demasiado larga, los esi esos ha
ü.g Las causas que roban al cerebro la sangre bituales de la mesa, y todos hs escitantes de la cir
qui le es necesaria, y aniquilan las fuerzas vitales, culación, los espirituosos, la primavera, las causas
ó las acaban por una escitacion demasiado fuerte. Es que dirigen la sangre é la cábela, preoedidas de ce
necesario citar aquí las hemorragias abundantes ó falalgia aguda súbita y violenta, la supresión de un
súbitas, lu taita de nutrición que resulta de una die flujo sanguíneo normal ó habitual, la invasión pronta
ta prolongada, de fatigas escesivas del espíritu 6 del y brusca de la enfermedad; el pulso, al principio al
cuerpo, de enfermedades anteriores, de una liebre monos, muy desarrollado ancho y fuerte, tacara encen
I iilii, del escorbuto, de un (ría intenso, de evacua dida, caliente, hinchada, los ojos s lientos é inyeetad< s-
ciones copiosas, sobre todo de esperma; de los ce Sin embargo, la palidoz del rostro y la edad avanzi da
los, del tedio, del temor; las emociones morales de- 'e los apopléticos, que están, por otra pacto, bieu ali—
las que agitan al cerebro, una cólera
DI MEDICINA Y CrBUJÍA.—FRANK. 649
ra que se deduzca el carácter asténico, porque algu y de los resultados de las causas deprimentes ante
nos ejemplos nos hacen dudar de esta palidez, que riores: confesamos de buen grado que es preciso no
se ha observado aun en las peripueumonías muy agu perder de vista las circunstancias siguientes: una
das (186), y en las inflamaciones muy violentas, aun constitución débil, flegmática, caquécticj eu apa
do los viejos (198). Un noble de Pavía, de edad de riencia, miserable y aniquilada por enfermedades
ta y un años, había sido atacado seis años y adinámicas, dispepsias antiguas, el abuso de los pla
antes, de una apoplejía verdaderamente esté- ceres del amor , evacuaciones demasiado abundan
u: ( n esta época se administraron una sangría de tes, hemorragias; la gota, la hidropesía, el escor*
i yugular, y sanguijuelas aplicadas en gran núme bulo, liebres inlermi'.entos , el ayuno, laligas uiinu-
ro eu el cráneo , euaudo el anciano ssperimentaba deradus, las pasiones deprimentes; el envenena
ya las convulsiones , lo cual contribuyó á res miento por el plomo, el arsénico, ó cualquiera otra
tablecerle como por milagro, y sin ninguna paráli sustancia; el histerismo ó la hipocondría ; la vejez y
sis. Ahora .bien, no es dudoso que una apoplegia hi- sas enfermedades, la alteración y la palidez de las
peresténiea puede nacer durante las mismas convul facciones antes de la enfermedad, los ojos lánguidos
siones y los espasmos sobrevenidos en partes lejanas y hundidos ó encendidos, la blandura y la debilidad,
de la cabeza, y por las causas menos debilitantes. del pulso, la marcha lenta de los primeros sínto
F. Zuhani(t), hablando de lu apoplegia nerviosa, di mas, la ausencia de las causas oscilantes, y la exis
ce: «Nosotros hemos observado muchas veces á al tencia de causas deprimentes. Pero hay eserpeioues
gunos hombres vigorosos, que no habían tenido nun á todas e-tas reglas, y comunmente bajo el imperio
ca convulsiones, pero predispuestos pW su constitu de una constitución reinante , el carácter de las en
ción ú la aplopegía, y que, atacados en cierto modo de fermedades , auu en aquellas que habían parecido
epilepsia, se restablecían al punto, pero arrojaban por mas débiles, toma un giro opuesto.
espacio de veinte y cuatro horas orinas acuosas, co Apoplegia nervios \.—Como las «iteraciones ner
mo las que acompañan i las convulsiones.» Hay, por viosas predominan las mas veces en la astenia, no
último, síntomas antecedentes, que sobrevienen antes es raro sobrevenga una apoplegia, que me'ece con
de una apoplegia biperesténica, y pueden simular la justo titulo el non.bre de nerviosa. A ella es á la
naluraleza adinámica, é inducir fácilmente i un que referimos esos golpes mortales, quo provoca con
médico poco esperimentadoá que proscriba ias emi tanta frecuencia una sola emoción demasiado fuer-
siones sanguíneas. Nosotros hemos usísiido en la clí ' te (958). En efecto, aunque se halla algunas veces
nica de Pavía a un hombre de sesenta años, que te en estos casos una congestión ó un derramo en el
nia el cuerpo y la cabeza muy fuertes, y sa'udable cráneo ó en el cerebro , es claro que el espasmo es
hasta entonces, á escepcion de un edema habitual de la causa primera de la apoplegia, y que se coloca por
los pies, y que no se había entregado ni á emociones su origen entre las asténico-nerviosas. Lo mismo su
violentas, ni á esresos, y no tenía hemorroides. Este cede con las que provocan los dolores muy fuertes,
hombre, sin ningún signo precursor, sin vértigo ni los suplicios crueles, ó una dentición difícil, como ha
cefalalgia, fue atacado súbitamente de apoplegh, y demostrado la espei iencia. Kl hierro m ata , por lo
quedó paralitico del ludo derecho La plenitud nota común, en un momento , ó con los síntomas lunes-
ble de lusanerias, la dureza del pulso, la rubicundez tos de la apoplegia; y así como los animales infeno-
y el calor de la cara, y el estado por otra parte vigo r«s son heridos de muirlo por una sola descarga
roso do la constitución, nos decidieron, á pesar tlel eléctiica algo fuerte, «si también el rayo paceré
edema considerable que habia existido á practicar ejercer su acción especialmente sobre los nervina y
dos grandes sangrías, á apiiearsa ngu¡juei»s y fomen l i libra motriz, y no consiste en una rarefacción del
taciones frías sobre la cabeza, y á administrar ligeros aire, tal que no pueda respirarle el hombre sano. Otrus
laxantes. Esta medicación enérgica, á despecho de han observado, como no-iilios que laatmósleia, vi
la anasarca de los miembros inferiores, no solamente ciada por el carbón, las exhalaciones olorosas de las
no fue perjudicial al anciano, sino que en un tiem limes, las paredes recientemente blanqueadas ; los
po bustante corto pudo marcharse á donde se halláis vapores arsenicales, mercuriales ó sulfurosos, han
su familia, y recobró en parte el movimiento de la producido con frecuencia apoplegias y hemiplegías.
pierna paralizada. No obran de otra manera sobre el cerebro y sohie
Aunque uu autor francés, que hemos citado mu los nervios los contagios , la gota, las herpes, los
chas veces, y que ha escrito sobre la apoplegia ó exantemas, los cauterios, que se curan imprudente
hemorragia cerebral, sa alaba de haber sido el pri mente, y los venenos, tales como el ácido prúsico,
mero que ha espuesto claramente y mejor que nadie el agua de laurel-cerezo, los hongns, las impurezas
los síntomas de la apoplegia, lauto activa como pa gástricas, quo se dirigen especialmente sobro los
siva, y de poderlas distinguir entre sí, se necesita, nervios del estómago. aKI dolor del cerebro, el desor
sin embargo, mucho para que estas d ¡versas especies den y la alteración de la inteligencia , las convulsio
de apoplegias, al principio, es decir, en el momento nes y la agitación de todo el individuo, la imposibi
en que mas importa, puedan establecerse siempre con lidad de dar un grito, y las sofocaciones, consti
bailante fijeza, aun por prácticos muy esperimen- tuyen, dice Hipócrates, una afección, cuyo nombre
tudos, y no se puede tener una cerleza tan grande es apoplegia.» Todos estos fenómenos se esplican muy
en uu punto tan difícil, á no ser por un hombre do bien, sin invocar, á ejemplo de hombres distingui
tado de una imaginación tan peuetranto, y de una dos, á la acrimonia de los humores. Nosotros heñios
visla tan persoicaz, que consiga descubrir, no sola observado con otros autores , algunos individuos,
mente elasíeuio positivo de un derrame del cerebro sobre todo viejos, que han sido atacados de apople
ó del cerebelo durante la vida, y según la diferencia gia ó hemiplegía durante el coito, y do convulsio
de los síntomas, sino también después de lu muerte, nes, mas bien que de coma.
las cicatrices que deberían dejar en la sustancia ce Apopi.koía precordial.— Se ve que la apoplegia
rebral las apoplejías antiguas y repelidas. Nosotros procede de la región precordial ó de saburras reuni
no pretendemos que sea siempre necesario dudar de das en el tubo digestivo, cuando ha sido precedida ó
i de adiuamiu que preceden á la apoplegíi de fenómenos, que hemos señalado eu la forma ner-
nfea , biliui la

620
de alimentos de mala calidad, ó ileescesos en la mesa, sobreviene fiebre, la cual puede producir la cura
de la retención del meconio en los recien nacidos, ción.» Celso confirma lo que dice Hipócrates ({).
ó de la coagulación de la leche en los niños, de Nosotros mismos hemos hecho recientemente una
náuseas, de vómitos, con amargor de la boca y len observación semejante en un jóven de veinte y dos
gua sucia. El último principe reinante de Badén, años, de constitución delicada, el cual después de
después de una comida demasiado copiosa para su haber sufrido muchas veces un dolor de cabeza muy
edad, fue sobrecogido de una apoplegía y de una fuerte, cayó una noche en un sueño como apoplético,
hemiplegía, de la que so vio bien pronto libre, sin haber perdido del todo los sentidos, con una cefa
cuando se le hizo vomitar. Van-Swíeten refiere la lalgia del lado izquierdo; pero fue presa de una lie
historia de un hombre que, atacado de apoplcgín, bre cuartana, y se halla boy bastante restablecido;
volvió ó la salud por un vómito espontáneo de ma le queda, sin embargo, cierta impotencia en encontrar
terias alimenticias y de pituita: muchos ejemplos las palabras precisas.
semejantes so citan por Samuel AdamBrendel y Sin embargo, la fiebre no es siempre útil al agre
Heincker. Sin embargo, es preciso tenor presente garse á la apoplegía. Nosotros hemos visto llegar la
que el vómito puede nacer de una afección idiopá muerte á pesar de ella. Piquer dice que la liebre re
tica del cerebro, y no hacerlo mas funesto prescri suelve la apoplegía si apareco pronto, perono, si vie-
biendo el emético , sobre todo , hay que tener en ne mas tarde. Hipócrates parece babor indicado se
cuenta en esta enfermedad las complicaciones: en mejante esepcion en oslas palabras: «Si la apoplegía
efecto , las mismas causas que engendran la apople- es súbita y la fiebre moderada y lenta, es mortal.
;- por un ennsensus nervioso, han producido antes, Werliof niega esta iniluencia de la fiebre en la apo
lo común, alguna alteración morbosa en el cu- plegía sanguínea, pero la reconoce en la serosa. La
falo , ó bien un espasmo, aunque esté muy lejano proposición siguiente de Galeno es de alta importan
de la cabe/.a , arroja la sangre á sus vasos, ya debi cia: «Debe juzgarse del peligro de la enfermedad por
litados, y los distiende ó los desgarra, de donde se el desorden de la respiración; si está profundamente
origina una apoplegía cuya causa ocasional es ner alterada, laboriosa y entrecortada, indica un glfefl
viosa , pero cuya causa próxima consiste en una desurden en el cerebro, y el pronóstico es funesto;
compresión del cerebro , que provocando el vómito, si solo se llalla alterada débilmente, el desórden es
determina al mismo tiempo un derrame do sangre poco considerable y menor la gravedad.» Est) pronós
ó de serosidad. tico es cierto eu su primera parle, pero no en la se
Apoplegía vehtedkal. — Ya hemos dicho en el gunda; porque la respiración puede estar mediana
principio de este tratado, que la parálisis que pro mente alterada, y sin embargo, existir una crisis
cede de una lesión de la médula espinal merece el grave en el cerebro, y por consiguiente un gran pe
nombre de apoplegía vertebral , por la misma razón ligro.
ue la que procede de una alteración del cráneo el En general, el pronóstico de la apoplegía varía se
Ie apoplegía cerebial (955); y en efecto, cada vér gun la edad, el estado anterior, las causas ocasiona
tebra tiene su apoplegm y su parálisis en los límites les, los síntomas concomitantes, y las recaídas. Are-
de su dominio propio sobre los cordones nerviosos, teo, cree que la curación es rara en los viejos, y mas
y que se cstiende á todas las vértebras inferiores : la fácil en los jóvenes. Sin embargo, es necesario no
apoplegía ataca tanto á la médula como al cerebro. desesperar, como lo demuestran los ejemplos del
Hace muchos años, en una época en que llamaban marques de Botta y de un cirujano dePuvía, de edad
menos la atención las afecciones de la médula, y en de ochenta años, que nosotros hemos curado por
que las observaciones estaban diseminadas en lus medio de la sangría. Hay peligro para los que están
diferentes obras de medicina , nosotros nos hemos aniquilados por el estudio ó por el amor/.como dice
esforzado en los discursos académicos de Pavía, Hcistcr (2). La apoplegía por herencia, con una de
en 1787 sobre el raquitismo agudo de los adultos, y bilidad congénita del cerebro, ó en los individuos
en 1792 sobre la importancia de la columna verte obesos ó eu los libertinos, es muy grave: cuando
bral en las enfermedades, en llamar la atención de lia sido precedida de síntomas de hipocondría y de
los médicos sobre este otro cerebro, en tanto cuanto histerismo, queda esperanza, porque el ataque se di
nos lo permitió la corla ostensión de las disecacio sipa muchas veces al mismo tiempo que el espasmo.
nes sobre un punto tan lleno de interés. Para no La que depende de una eaida, de uua fractura del
repetir aquí lo que ya liemos dicho , recomendamos cráneo, de un derrame do sangre, cede en ciertos
su lectura (t). Por otra parte, el trabajo que hemos casos cuando se puede deslruir la compresión y eva
emprendido, y el mayor cuidado que se pone de dia cuar el líquido por el trépano, y cuando el cerebro
eu dia en el exámen del canal vertebral y de la mé no está muy alterado. En la apoplegía por causa es
dula después de las enfermedades, han producido ya terna, el enfermo suelo indicar el lugar de la le
su fruto (2). sion, llevándose á él frecuentemente la mano; y esto
959. Pbonóstico. —La apopiegía es de todos mo es tanto mas importante do considerar, cuanto quo
dos una afección muy peligrosa. ílipócrates (3) dice: el derrame no existe siempre en el lado en que se
«La apoplegía violenta no puede curarse; la débil ha recibido el golpe, sino por lo común en el opuesto.
con dificultad.» Y en otra parte: «El que pierdo la Quarin no ha visto curar nunca á los que en una apo
palabra y cae en el coma, presa de un dolor súbito y plegía, aun por causa interna, llevaban con frecueu-
violento en la cabeza, sucumbe en siete dias si no •cia la mano á la cabeza, á pesar de que no hubiese
oíros síntomas graves; nosotros hemos referido el
ejemplo de un jóven, que constituye una escepcion.
i Dclectus opusculorum , t. XI.
4 Para la clasificación ilc las neuroses , asi como para rehar La apoplegía que es producida por los vermes ó por
tar tni'o lo que precedí* , nos hemos servido de la olira de un estado saburral, se cura comunmente por la i »>
J. I1. Frank , traduci la de la parle publicada por su hijo José ;pulsion do las lombrices y por el vómito. La vuelta
FruoK. ( Opuscula poslbum.i. Vicua, l.vji, en X °), Lo que si- de la gola hace desaparecer la apoplegía nacida bajo'
üue esta traducido de las lecciones de J I'. Krank , pub icnlas
j,or .lose Kverel en Viena, en 1805. lie rarinols Iwnlnm la iniluencia de esta causa.
uiorbls íx i. I*. FranJ pneleelionibus in clínico Viudohonensi
habilis á nounullis inlcr auditores eonlinuata; líber VII, de 1 De re medica, ;¡b. II, cap. VIH.
neui'osibus.'
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRANK.
Mientras mas frecueutes son las rccaiilus, mayor La alteración de la deglución y la salida de los
es el peligro. El tercer ataque es por lo común alimentos por la nariz os un siguo muy malo. La
mortal; nosotros liemos visto, sin embarco, que no espuma en la boca anuncia casi siempre la muerte.
lia tenido lugar la muerte basta el sesto. Después de Nosotros no hemos obtenido nunca la curación cuan
la apoplegía, queda muy á menudo una piraplejía, do ha habido rechinamiento de dientes. El vómito
una hemiplejía, una paralasis parcial de los músculos sin indigestión es muy funesto, porque indica una
estemos ó internos, una debilidad de memoria, la lesión grave del cráneo, un derrame procedente do
locura, un hábito, y una propensión á reir ó llorar una congestión ó de una fractura. Es también nece
sin motivo. Celso habia ya liecho observar que los sario no dejarse engañar por este vómito, y adminis
apopléticos rara vez recobran la salud, y quedan trar el emético.
á menudo paralíticos ó pierden la memoria. La dis Según L. J. Klein (I), la apoplegía moderada se
posición á un nuevo ataque es también una conse juzga por un sudor abundante y sostenido, por ori
cuencia de ella; porque los quo han sido atacados nas cargadas y copiosas , por el flujo hemorroidal ó
una vez, mueren por lo común de apoplejía, lista menstrual, ó por una diarrea demasiado fuerte. No
recidiva es de temer, sobre todo, según dice Baglivio, sotros deseamos ver, con Quarin, la piel flexible y
cuando la facilidad ¡i llorar os mayor, y cuando el húmeda; pero no nos agradan los sudores abundan
vértigo reaparece de tiempo en tiempo. tes, frios y viscosos. El flujo hemorroidal puede ser
En el momento misino del acceso, es necesario útil, no solamente en la apoplegía esténica, sino tam
pensar en las consecuencias. Mientras mas profundo bién en los individuos débiles , si soportaban antes
es el sueño, la insensibilidad mayor, el ronquido esta evacuación i eriódica. La frialdad de los miem
fuerte, cuando no es habitual en el estado de salud, bros y del aliento , el aumento del estertor , la escre-
la cara hinchada, encendida, lívida, ó pálida y des cion espontánea de los enemas, la incontinencia y la
compuesta; mientras la respiración está mas profun supresión do las orinas, anuncian una terminación fu
damente alterada, la espuma de la boca es mas abun nesta. Los movimientos convulsivos de uno de los la
dante, los vómitos tenaces y no precedidos de indi dos del cuerpo y del pecho son signos de muerta.
gestión, el rechinamiento violento de los dientes, asi Felle no afirma la verdad cuando dice que la apo
como el latido de las carótidas ; mas funesta es la plegía sintomática es mas grave que ta idiopática,
terminación. porque ol ataque producido por los vermes ó el his
La apoplegía acarrea algunas veces la muerte en terismo no es nunca tan fuerte como el que procede
muy pocas horas-; casi todas las muertes súbitas son do una afección de la cabeza.
de esta especie, pero la vista persiste por lo común Lu parálisis es muy sospechosa, porque su paso á
cerca de tres dias, según Aurivillius (I). la apoplegía es por lo común fácil. Algunas veces es
El peligro puede ser muy grande sin que la res aguda, como nota Celso, pero mas ordinariamente
piración esté muy alterada. La plenitud, la fuerza, la crónica y difícil de curar. Por último, el pronóstico
dureza del pulso en la apoplegía, no prueban siempre varia según las causas. La que procedo do la sección
el esceso de las fuerzas, y no indican necesariamen de un nervio ó de la oclusión de un vaso es in
te la sangría. Nosotros hemos visto, en efecto, que curable, á menos que las ramas colaterales suplan á
estos fenómenos han continuado hasta la muerto, la circulación y á la nutrición. La parálisis oersio-
aunque se hicieron muchas sangrías. ¿Dependerá de nada por la disenteria cura mas fácilmente que cual
la compresión del cerebro, la plenitud del pulso en quiera otra , según Phil. Conrad. Fabricius (2). En
la apoplejía? No se debe prestar demasiada confianza millares de disentéricos que hemos asistido, no hemos
á este síntoma, porque no es una prueba do biperes- visto una sola parálisis, y no podemos, por consi
tenia mas que en los individuos jóvenes, siempre sa guiente, juzgar de esta aserción. Según el asiento de
ludables, y bien alimentados : no sucede lo mismo la lesión , mientras mas necesaria es para la vida la
en aquellos que han tenido ya algunos ataques de parto enferma, mas grave es el mal. Los órganos que
npoplcgía, ó que estén debilitados y aniquilados. En llenan algunas de las funciones naturales no son ata
efecto, se halla el pulso lleno en ulgunos enfermos cados sin peligro; por ejemplo, la faringe ó los in
que nadie croe estéuicos, por ejemplo, en el escorbu testinos, porque la nutrición padece. La retención de
to, en el hidrotorax, en el cólico de plomo, en la orina es muy grave; eu efecto, una parálisis completa
inflamación atónica de las a'-terias, en los que el pul de la vejiga puede producir la gangrena y la reab
so está mas duro que en ninguna otra onferrnedad, y sorción de la orina, y liebres asténicas mortales. Es
nos ha bastado la sangría para destruir la inflamación funesto que las partes paralizadas estén inmediatas
de las arterias. al cerebro, como los músculos del ojo y do la cara,
Hace cinco años, un alumno do la clínica médica porque esto nos [enseña que el centro nervioso está
do Víena, quo habió permanecido en su casa por afectado. Sin embargo , hay escepciones : las causas
espacio de nueve dias con una liebre asténica, pre que afectan los músculos de la cara, vienen algunas
sentó un pulso semejante; murió al cabo de tres veces del abdomen; la amaurosis, el rechinamiento
dias, y se hallaron inflamadas muchas arterias. Aun de dientes, la salivación , las contracciones irregula
que reconocimos bien el mal, no nos atrevimos á em res de la cara, dependen á menudo de los vermes. La
plear otra cosa quo una emulsión de goma arábiga parálisis de las piernas se cura mas pronto queja de
con un grano (5 centigramos) do opio, á causa de la ios brazos (3).
demasiada irritabilidad del sugeto. Algún tiempo des Mientras mas tiempo ha durado la enfermedad,
pués, uifa enfermera ofreció el mismo fenómeno en mas difícil es de curar.
una peripneumonía, y prescribimos el elixir ácido de La lesión completa del movimiento y del sentimien
Haller. Al dia siguiente, el pulso tenia menos dureza, to es mucho mas grave que la que afecta uno ú otro.
y en tros dias habia desaparecido el peligro. Hé aquí La convulsión del lado sano, con parálisis del otro,
por qué en la apoplegía, como en otras enfermedades, es muy funesta. Sin embargo , hemos visto una es.
es necesario recordar este precepto de Celso: «No se
debe tener la menor confianza en el estado do los 1 Inlerpres elinicus, cítenle Donblc. París, 1809, en 1S.°
vasos, que es en estremo engañador.» 2 De manus unius, se pedís alterius lalcris paralvsis disenlo-
ricis familiar'!, llelraslaedl , 1750.
DisserUtio de piralye
i

622 BIBLIOTECA ECONOMICA


cepcion de este hecho, en un viejo de ochenta años, los esfuerzos del vómito, puesto que en un individuo
que habiendo quedado hertiiplégico después de una sano s? hincha y se pono encendida la cara". Si por
apoplegía , con movimientos convulsivos en el lado casualidad el emético ingerido no produce el vómito,
sano, sobrevi ió muchos años. y las fibras del estómago , demasiado distendidas,
Celso forma el diagnóstico siguiente, que concier no pueden obrar sobre las materias que están conte
ne tanto á la apoplegía como á la parálisis: Si des nidas en él, indudablemente aumenta el estímulo.
pués de una emisión sanguínea no vuelve el movi Nosotros fuimos llamados en Pavía, á casa de un
miento y la inteligencia, no debe quedar esperanza; gastrónomo, que se hallaba atacado de una apople
en el caso contrario sé puede esperar el restableci gía hacia cuatro horas, después de haber cometido
miento. Nosotros no podemos adoptar esta proposi uno de sus escesos. Arrojó materias por digerir, re
ción, porque hemos visto mejorarse la enfermedad chinó los dientes, y no pudo tragar. En lin , tili-
después de la Sangría, pero volvió á adquirir en so lándole la campanilla pudo vomitar, y espiró al
guilla una marcha funesta. gunas horas después, hallándose en el cerebro un
Ln parálisis se juzga algunas veces, del mismo vasto derrame de sangre. Se nos ha reprochado el
modo que la apoplegía, por una fiebre moderada, el no haber empleado el emético; pero ¿hubiera este
sudor, la diarrea, la vuelta de un flujo hemorroidal medio impedido ó quitado el derrame? La casualidad
habitual ó de una erisipela. El sentimiento de hor- puede hacer que los vomitivos tengan éxito, cuando
migi.eo en las partes paralizadas es buen signo. no están indicados por el estado esterior, etc.; pero
9B0. Tratamiento.— En el tratamiento de la apo nosotros negamos que se pueda establecer con cer-
plegía, de una enfermedad fan cruel y tan comun leza sí serán útiles ó perjudiciales. Sí se quiere ad-
mente mortal, hay peligro en la tardanza, y la inva ministiar un emético, cuando lo permite la deglu
sión es rápida; no nos podernos informar siempre ción, es necesario emplear el tártaro estibiado. No
con bastante exactitud de los antecedentes, sobre se descuidarán los enemas; se darán al principio
todo si no hay parientes que nos puedan ilustrar; emolientes, y después se disolverá en el agua una
y muchas veces es necesario también obrar según el onza (3!) gram.) de sal amarga.
sen>ido práctico. Si la apoplegía tiene una forma intermitente, es
El primer procpptoes el de investigar Id naturaleza necesario tratarla como una fiebre intermitente per
del mal, si la afección es local, y si la causa está en niciosa, aunque no haya escalofrió ni calor.
el cerebro ó en una parte lejana. Si hay lesión de la Cuando los síntomas indican una apoplegía esté
cabeza por una fractura, una contusión, etc., es ne nica, se debe emplear un método debilitante. Impor
cesario emplear medios locales tomados sobre todo ta, sobre todo, prevenir la enfermedad en los que es
de la cirujia; pero la causa local no es siempre fácil tán predispuestos á padecerla, porque esto es mas
de descubrir, ó posible de quitar cuando llega á des fácil que curarla. Los que tienen la cabeza fuerte, el
cubrirse: por ejemplo, un tumor del interior del crá cuello corto, la cara colorada, que están sujetos á la
neo, la osilicacion délas membranas, etc. La apo cefalalgia ó al vértigo, si tienen un género de vida
plegía, cuya producción se anuncia por un abs escitante, deben de tiempo en tiempo , ademas de
ceso , no puede prevenirse mas que por la curación conservar la tranquilidad de espíritu y de cuerpo, y
de esio; y en el último momento, en lo mas urgente de guardar una dieta severa, recurrir á los baños de
del pe igro , algunos práetcos han hecho una inci pies calientes, á las sanguijuelas, á las sangrías, etc.
sión ó pasado un sedal. Si amenazan terminarse por En el momento del ataque, lo que importa mas es
apoplegía la peripneumonía ó el asma, es necesario disminuir ó hacer cesar la compresión del cerebro;
curar estas enfermedades, para que la sangre pueda es necesario desatar todas las ligiduras que puedan
volver libremente de la cabeza. incomodar al entermo , colocarlo en una posición
Si la causa existe en el abdómen, ó si el mal es eléva la y en una atmósfera fresca , no permitir la
producido por los escesos en el régimen , muchos permanencia en la alcoba del paciente & los asisten
proponen los vomitivos , que han traido consigo tes inútiles, para que el aire peimanezca puro. Es
algunas veces )a curación. Areleo dice también: necesario en seguida abrir la vena, aunque la sangría
«Cuando hay frialdad, torpeza y pérdida de los se halle absolutamente proscrita por hombres hábi
sentidos, á los vomitivos se debe recurrir sobre les, como Heberden (t) y Fothergill (2). Confesamos
tudo » Riverio (i) recomienda el agua kermetiza- que so puedo abusar de la sangría, si no se presta
da, que procura evacuaciones por arriba y por abajo, atención mas que á la rubicundez de la cara y á la
y con ayuda de la cual refiere haber curado á un plenitud del pulso ; pero que la apoplegía no sea
hombro que había sido atacado de apoplegía tres ve nunca esténica, como pretende Bruno, es una opi
ces en dns años, á consecuencia dé, su mal método nión refutada por el ejemplo del marques Bolla y
de vida. Sin embargo, otros prácticos no menos dis por otros muchos.
tinguidos, apenas se atreven á emplear los eméticos, La primera sangría debe practicarse en el brazo
y citan algunos ejemplos en los cuales hubieran teni ó en el píe; como es fácil, se obtiene una deplecion
do efectos deplorables. Vin Swieten (2) y Tissotet lápida. Pero simas tarde fuese necesario hacer otra,
Bosieri dicen que el emétioo ha aumentado por lo se puede abrir la yugular, y con preferencia la del
común la enfermedad, y causado la muerte. Se con lado sano, como la recomiendan Areleo (3) y Morgag-
tentaban con facilitare! vómito espontáneo después n¡, según Valsalva(4), porque la causa del mal re
de una indigestión, si la degtueion persistía, hacien side casi siempre en el ludo sauo, y raras veces en el
do tragar agua caliente , ó titilando la campanilla enfermo. En un apoplético muerto en t786, Tiernos
con una pluma. Nosotros no hemos empleado casi visto la alteración en el lado sano , mientras que en
nunca el emético sin estar suficientemente asegura una mujer que tenia una amaurosis del ojo derecho,
dos del asiento de la causa, porque aunque haya ha el nervio óp ico del mismo lado estaba atrofiado.
bido antes una indigestión, aquella puede residir en Pero para sangrar de la vena yugular, no es necesa-
el cerebro, que si está ya congesiiontdo, sufre ne
cesariamente mayor compresión á consecuencia Je
»1 Transac.
«bit- niel.,• t. I , p. 471.
DE Y CTBDJÍA.—FRANK
; el cuello, como cree» algunos; se com- crémor de tártaro á dosis no purgantes; la digital
11 vena cou el dedo lo bastante para lia purpúrea , y las preparaciones cscilíticas. Nosotros
ren te, y no hay necesidad de vendaje para no osaríamos emplear el opio, que Kirkland (-1)
reunir 'la herida, siendo suüciente aplicar un poto alaba mucho, porque aunque estimula todo el siste
de talclan inglés, dejando ú una persona para que ma, obra, sin embargo, especialmente sobre el ce
cuide de la hemorragia que podria sobrevenir; pero rebro, y se puede temer, no sin razón, que aumente
es necesario evitar toda especie de presión. Se cono la somnolencia, lo cual es ya un mal.
ce, según Stoll, el lado sano, si se sabe sobre csál Lo apoplegia nerviosa de los autores, como la se
lia caido el bnmbre atacado de apoplegia; el mismo rosa, debe ser tratada por escitantes apropiados á la
es el que está paralizado, y se debe buscar la altera debilidad del individuo. Así, en la apoplegia de los
ción en la parte opuesta del cerebro. Pero si no se histéricos, de los hipocondriacos, se hará uso de las
ha encontrado allí nadie en el mutílenlo de la caida, sustancias volátiles , del éter sulfúrico , del licor mi
si el enfermo ha sido atacado en su lecho, la ad neral de Holfman , del espíritu de cuerno de ciervo,
vertencia de Stoll no sirve de nada. No es absoluta de la tintura de castóreo, de la infusión de serpen
mente necesario sangrar de la yugular del lado sano, taria , de la valeriana, etc.; sellarán fricciones aro
putstoque los vasos cerebrales se comuuican entre sí. máticas, se dará un enema, compuesto de este mo
Se colocarán enseguida sanguijuelas en las sienes, do: infusión de llores de manzanilla y asafélida una
detrás de las orejas, cu el occipucio, porque existen dracma (4 gram.), y yema de huevo núm. 1.
cu estos puntos comunicaciones con los senos del Las fomentaciones irias sobre la cabeza, preconi
cerebro, Se puede recurrir también á las ventosas zadas por Schmucker y Theden, pueden sor úliles
escarificadas , sobre el uso de las cuales se puede en el sueño apoplético "que resulla de una contusión
consultar la disertación de YVatler (t). Si la apo ó de una fractura reciente del cráneo; en la cefalal
plegia es nacida de la supresión de una epistaxis, gia, el delirio 6 el coma que produce la iiisolaei' n
se aplicará una sanguijuela á las ventanas de la na en los segadores ó los soldados. Pero en la apoplegia
riz: cortándolos la cola, es posible obtener una canti esténica por causa interna, este medio debe em
dad bastante grande de sangre. Para hacerlas caer plearse muy rara vez, y casi nunca en la apoplegia
basta cubrirlas cou sal común ó con ceniza. asténica. Los que han sido atacados de apoplegia una
Nosotros no somos partidarios de la arteriotomia, vez, deben prevenirse contra las causas que podrían
que ha sido at ibada por algunas personas, porque producir una recaída , á la que están predispuestos;
aun cuando la casualidad hiciera que se encontrase á deben evitarlos lazos demasiado apretados , el tra
un cirujano bastante hábil para practicarla, es preciso bajo prolongado , las emociones, el tedio, la consti
que la arteria sea comprimida por un vendaje; ahora pación , el "esceso de sueño , y todo error de ré
bien, si se aplica demasiado flojo, es de temer la he gimen.
morragia; y si se aprieta mucho, ejerce una compre- El tratamiento de la parálisis consiste en In inves
siou peligrosa. ;.- , . tigación exacta y en la destrucción de las caucas
Se administrarán también enemas, y si ladegluclou que la producen. Pero una y otra son difíciles, y
us posible, se mandarán los ecopróticos, una solución aunque se remueva la causa primitiva, no siempre se
de tamarindos y de crémor de tártaro. cura la parálisis , porque si esta causa ha obrado
En toda especie de apoplegia es necesario, según mucho tiempo, los efectos que nacen de ella pueden
el precepto de Van-Swieten, prestar la mayor aten ser causa á su vez : así, aunque cese la compresión,
ción á la secreciou urinaria , por temor de que la puede peisistir la parálisis, A consecuencia de los
orina permanezca en la vejiga y produzca la parálisis, cambios determinados por la compresión , y que no
y no desconocer el rebosamiento: efectivamente la pueden desaparecer con ella.
mayor parte de la orina está retenida muchas veces, Puesto que lo primero que hay que hacer en el tra
Y es necesario recurrir de cuando en cuando al cate tamiento de esta enfermedad es remover la can=a,
terismo. no debemos admirarnos de que los diversos métodos
Se debe evitar la precipitación desordenada de los que se han alabado hallen su aplicación en ciertos
que sangran, ponen vejigatorios, dan sacudidas á los casos. Para establecer una terapéutica racional , es
enfermos , les hacen respirar espirituosos, agua de necesario investigar sí la parálisis procede de un vi
melisa, les frotan las sienes ú otras partes del cuerpo cio local, y si este obra sobre un músculo 6 sobre
con básaujo de Scbauer, pues todas estas cosas ad sus vasos,' porque la integridad de eslos es necesa»
ministradas á la vez no pueden menos de ser perju ria al movimiento muscular y á la nutrición , y para
diciales. mantener en ellos la flexibilidad y el calor: también
La apoplegia asténica, s ¡rosa de los autores, que es preciso averiguar si la parálisis es nerviosa, y en
ataca á los individuos débiles y caquécticos, reclama este caso , si la causa existe en el cerebro, en la mé
un método escitante, tanto en el interior como en el dula espinal ó en el trayecto de los nervios, dis
eslerior. En este caso es eu el que convienen los ve tinción comunmente muy difícil , y para la que los
jigatorios al occipucio ó á las piernas, que pueden conocimientos anatómicos son un poderoso auxiliar.
obrar como estimulantes ó como revulsivos: las fric La importancia de estas nociones sobre el origen y
ciones aromáticas sobre los miembros , los enemas, el trayecto de los nervios, para reconocer y destruir
activados con una onza de sal amarga, para procurar las causas de la parálisis, está bien indicada por
evacuaciones, mas bien que para irritar al intestino; Galeno, quien en un hombre atacado hacia treintc
los baños de pies calientes, cuyo medio es por otra dias de abolición del sentimiento en tres dedos, pe
parle poco eficaz é incómodo, á causa de la dificul ro que conservaba el movimiento, hizo aplicar los
tad de mantener al enfermo en la posición necesaria remedios á la sétima vértebra cervical, porque en
para administrar el baño. ella es donde nacen los nervios de los dedos, y curó
Si la deglución se conserva, se prescribirá al in- de este modo á su enfermo. Van-Swieten (?) em
terior la infusión de serpentaria, de valeriana sal pleaba con fruto en la parálisis saturnina con atrofia
vaje, y los diuréticos; la tierra foliada de tártaro, el
A comraenlary on apoplectical and paralitic afíeciio»
624 BIBLIOTECA ECONÓMICA
de los brazos, fricciones y fomenlaciones aromáticas cuando se nos ocurrió la idea de que, ¡
sobre el abdomen , porque sabia que los nervios de tuviese desviación apárenle, la causa podia ser la
los brazos no eran afectados sino á consecuencia de misma, y la Indinos abrir cauterios en la columna
una afección de aquel. vertebral. Seis semanas después podia retener mejor
Es necesario ver «i la parálisis so liga á una liebre sus orinas, y movia mas fácilmente los pies, hallán
intermitente, y dirigirse entonces contra esta últi dose completamente restablecida al cabo de los seis
ma; investigar si la parálisis procede do una afec meses.
ción general de todo el sistema , esténica ó asténica. El tratamiento de la parálisis á consecuencia de
La forma esténica es mas rara en la par álisis que en la desviación, es muy largo, y por lo común dura
(a apoplegía; sin embargo, se la puede referirá una cuatro ó cinco meses; pero su éxito es bastante cier
iiillamacion esténica do la médula espinal. Entre las to si se emplea á tiempo, antes de que la caries
asténicas, es necesario colocar A la que acompaña haya destruido las vértebras, ó de que el pus se baya
al escorbuto, y que se cura como él; fa que procede abierto paso hasta la región inguinal ó coxal. Sin em
de la desaparición espontánea ó de la curación pre bargo, aun en este crso, si bien la esperanza es
matura de un herpe, reclama, ademas de los poca, es necesario recurrir al método de Pott.
tónicos al interior, los irritantes aplicados sobre Aecio (t) recomienda que se establezca una supu
el lugar primevamente afectado, con el objeto, si ración ó lo largo de la espina, por e! fuego ó por
es posible, de hacer reaparecer el herpe. Del mismo cualquier otro medio, aun en la¡paralisis que no depen
modo, si la parálisis es producida por la relropulsiou de de una curvatura vertebral. La práctica de Acrio
de la gota, es necesario tratar de atraerla á los pies. parecerá cruel ; pero en los grandes males grandes
La que proviene de la cicatrización de una úlcera remedios, como dice Tissot, que cree que en nuestro
inveterada, cesa ú menudo cuando se vuelve á abrir. tiempo so curan menos las afecciones graves, porque
La desviación de la espina trae consigo la para» los médicos de hoy tienen menos atrevimiento que
lisis do los miembros. Este hecho era conocido de Hi los antiguos, y los enfermos soportan menos el do
pócrates () )• Pero no sabemos que quiere decir con esta lor. Cramer (2) refiero numerosos casos, en los cuales
proposición. «Los que llegan á ponerse gibosos ií con ha obtenido buenos efectos del sedal en la parálisis.
secuencia de enfermedad, tienen tubérculos en los pul ¿Este medio puede sor útil en otras parálisis que las
mones, y estos tubérculos producen la parálisis de los que proceden de la supresión de un flujo ó de un
miembros inferiores.» Un inglés opina también que la herpe? Y ¿toda desviación de la espina procede, pues,
parálisis producida de la desviación do la espina, de la supresión de un Mujo ó de un herpe? Sin duda
procede do tumores tuberculosos colocados sobre el no conocemos bastante la manera de obrar de los
cuerpo de las vértebras. Seria bueno, sin embargo, cauterios y de los sedales; puede ser muy bien por
investigar si estos tubérculos son causa ó efecto de una irritación general, pero también quizás por
la desviación. Según Hipócrates, si la gibosidad ocupa la debilitación que sigue ú la Hbundanle supuración
las vértebras colocadas por encima del diafragma, que determinan. En el tejido celular, quo está es
están alterados los movimientos del tórax y la respi parcido por todas partes, y que no se halla destinado
ración; si las vértebras enfermas están por debajo, solamente á unirlas , sino que parece tener
la parálisis ataca las visceras abdominales, la vejiga, usos mas importantes y enfermedades propias, ¿es en
y ias cstremidades inferiores. Para curar el mal, Hi dondo producen los cauterios y ios sedales una es
pócrates, Albucasis y Avicena, quieren que se aplique pecie de cambio saludable, capaz de disipar y de des -
el cauterio actual en el mismo sitio en que reside la truir los obstáculos que existen en una parte lejana?
gibosidad. Este medio halda sido descuidado hasta Aunque el tojidn celular, según Haber, sea insensible
los tiempos de Jeffris y de Camerer. Pott, que lo en el estado sano, puede inflamarse, adquirir alguna
publicó, lo había aprendido de estos dos médicos, y sensibilidad, ó dejarse invadir por cualquiera otra
este tratamiento déla desviación de la espina, lleva afección. Algunas veces exbala un líquido puriforme,
el nombre de método de Pott. Consiste en colocar un que se asemeja á uua verdadera secreción morbosa,
sedal por cada lado, á la distancia de un dedo de la producida por una inllamacion esténica ó asténica.
gibosidad, ó bien iucindir la piel, y colocar en ella En la lepra, en la oual está engrosada y ulcerada la
un garbanzo grande, á íin de abrir un exulorio; se piel, el tejido celular es el quo se hincha y produce
aplican por espacio de tres ó cuatro dias polvos de la tumefacción. Lo mismo sucede en lo enfermedad
cantárida, y se mantiene la supuración hasta que la que se llama en Francia induración del tejido celu
parálisis, y aun la desviación, porque esta sé cura lar, que so desarrolla á menudo en los lugares de
también algunas voces, hayan desaparecido; entonces masiado calientes, y ataca á los (recien nacidos, en
se curan los exulorios uno después de otro. Es ne los que se observa hacia el octavo ó décimo día des
cesario, sin embargo, no descuidar las domas indi pués del nacimiento, la piel rígida, dura como ma
caciones que establece Palíela, los diuréticos, por dera, inmóvil, y que se termina las mas veces por
ejemplo, si la pai te paralizada es asiento de un ede una muerte rápida. Moscati, que la ha tratado á me
ma tenaz. En -1789, una mujer estaba afectada de nudo en el hospicio do espósítos de Milán, ha s
parálisis de la vejiga y de los miembros inferiores, cado algún fruto de las fricciones elér
en la clínica do Pavía, á consecuencia do una cur las fomentaciones emolientes unidas á los
vatura de la espina; no quiso sedal, y ordenamos que lientes (3).
se le hiciese una herida superficial, cuya supuración Es bastante difícil comprender la razón de
se escitó. Al cabo do tres semanas, podia orinar , y
movía bastante bien las piernas. Salió entonces de la 1 Tetrabibl. II. Serm. 2., cap. XXVIII.
clínica y no sabemos si se restableció completamente.
Citaremos también á una jóven que fue curado hace 2 Disscrt. de paralys. etc. Coetlmga. 176U
seis años en la clínica de Viena. Mad. B., de edad 3 llallcr , Elementa pliysiologU, — Lausana, l'b", t. I., pa
de veinte y ocho ano-, no podia retener sus orinas, gina 8.—«orden, Obras cúmplelas. París, 1S18, L II, p. 73ii .—
Memorias «If la Sociedad Iteal de medicina, l'jris 1781.— p. 207.—
y andaba con trabajo. Nosotros la tratamos sin éxito p. 187 p. 3¿8.— G. F. Uurdarh.— Tratado de BíiolOKÜ trad. per
alguno, mucho tiempo, por medio de los escitaules, A. J. 1.. Jnurdan.— Paris 1837, t. 7.° p. 115.— Clivillard tratado
de las enfermedades de los recién nacidos.— Paris 1837, p. 190.—
DE MEICINA Y CIRÜJÚ.~FRANR. 628
proposición de Hipócrates ( 1 ): «La gibosidad que les. Es necesario empezar por baños eléctricos, sa
¿xiste por debajo del diafragma, se cura algunas ve car después algunas chispas, que cada vez deberán
ces por la ruptura de las varices de. las piernas, ó ser mayores, á medida que el enfermo se vaya acos
por la disenteria.» Por esla última denominación en tumbrando (i). Lo mismo decimos respecto al galva
tendía Hipócrates casi toda escrecion sanguínea ó de nismo, que no es útil mas que en la sordera por ato
otra clase por el ¡¡no. Los dolores lumbares, que se nía. Sin embargo, aun en este caso se usará de él
atribuyen muchas veces al reumatismo, no siempre prudentemente , porque hasta aquí su utilidad es
tienen su asiento eu los músculos, sino en la misma bastante dudosa; y hay muchos casos en los que el
médula espinal. ¿So efectúa bajo la influencia de estos oído ha quedado mas dañado con el galvanismo. No-,
dolores diarios una congestión de los vasos de la mé sotros hemos visto recientemente un ejemplo de ello
dula, ó una inflamación , que pueden ser causa de la en una señoia noble, que atacada d sdc su infancia
gibosidad y de la parálisis? Si esla inflamación es de sordera, con flujo por el oido, fue sobrecogida, por
esténica, la parálisis puede serlo también, y enton la influencia del galvanismo, do dolores de cabeza y
ces la ruptura de una variz puede producir la cura de vómitos , á los cuales nunca habia estado sujeta.
ción. ¿No seria igualmente útil en Ja astenia, procu El tercer dia después de la operación, oyó mejor;
rando una deplecion local? pero cinco dias después tuvo una pneumorragia , el
Se vu quo liay parálisis, así como apoplegías, en oido se puso mucho peor que antes de haber usado
las cuales los escitantes tienen mal éxito, bien sean el galvanismo, y no se mejoró basta mucho después.
agudas ó esténicas, on las que sobrevienen después Un niño que habia parecido también aliviado de una
de una flegmasía esténica de la médula ó de la vaina sordera por espacio de catorce dias, se empeoró al
de los nervios, como en la neuralgia ciática do Co- cabo de este tiempo. Hemos aprendido de Gall que en
tugui, de donde nace una hidropesía aguda, una ciertos establecimientos de sordo-mudos de Viena, el
compresión de los nervios, etc. Gullen dice también galvanismo se hubia empleado sin resultado, ó habia
que los opiados escitantes no convienen en la pará empeorado la sordera. En fin, las cartis de uno de
lisis, ú menos que sea ya muy antigua, y que no haya nuestros hijos nos dicen que no ha eucontrado mas
ningún signo de plenitud ni de compresión. que un médico on Stuttgard que alabase el galva
lié aquí por qué es necesario no precipitarse en la nismo.
parálisis, como eu la apoplegia, y no usar inmodera El ungüento mercurial en la parálisis asténica,
damente los estimulantes demasiado enérgicos. En la pero no venérea , merece ser recomendado; por él
parálisis asténica es necesario también manejar los nemos visto curar la primera vez en Italia una pará
estimulantes con prudencia, sobre todo si la sensibi lisis del brazo derecho , sobrevenida sin apoplegia
lidad eslá exagerada eu la parte paralizada, en cuyo anterior, y cuando todos los escitantes, tanto ester-
caso la aplicación de un vejigatorio es seguida fácil- nos como internos, se habían empleado en vano.
inotite de gangrena. Eu una palabra, el método irri Desde este tiempo nosotros misinos hemos curado
tante debe ser aprupiado al grado de debilidad direc algunas parálisis con el mercurio. Citaremos aquí á
ta ó indirecta. una princesa de veinte anos de edad, que amaba apa
Percival (2) alaba los vejigatorios , que tienen en sionadamente la pintura, y tenia desde largo tiempo
efecto gran poder en la parálisis. Para la de los bra la costumbre Je moler, de mezclar sus colores, y de
zos se colocarán con preferencia en la nuca; parala secar el pincel eu sus labios; esta princesa esperi-
de la vejiga ó de las piernas, en el sacro; para la pa mentó en el estómago la sensación de un carbón ar
rálisis mas general, sucesivamente ¡i todo lo largo de diendo, y fue bien pronto atacada de amaurosis. Un
la espina, basta la rubefacción. Se puede también un vomitivo la volvió la vista. Tres días después subió
tar la coumna vertebral dos ó tres veces al dia con un cólico grave , que curó y le dejó la mano derecha
la pomada siguiente: paralizada y doblada sobre el antebrazo, como sucede
eu la parálisis saturnina; sufría cruelmente, y no po
H. tinguenln nervino, ana onzazrSO gram. día soportar que se le tocase. El mal duraba hacia
Tintura de camarillas, tres dracmas=12 gram. seis meses, cuando se nos llamó. Después de diversos
Las ventosas socas, diseminadas sobre toda la es escitautes que no tuvieron efecto alguno, hicimos
pina, tienen también una gran eficacia. Según Celso, tomar una solución de hígado de azufre, quo no ha
es bueno frotar con ortigas la parle adormecida, ó bía tenido éxito en una señora do Polonia, y que no
aplicarle sinapismos, hasta que se ponga encendida, ó lo tuvo tampoco en esta ocasión. Propusimos ^^ mer
bien un emplasto de pez de Borgoiia, ó eu fin, ven curio, el cual fue rechazado; la electricidad se em
tosas secas. pleó en vano por espacio de siete semanas, y al año
La electricidad, desaprobada por algunos, es pre do haber atacado la parálisis se comunicó á la mano
conizada por Percival, Daniel, Nebel (3) y de izquierda. Algún tiempo después se consintió cu
Ihen (í) , que refiere algunos casos de parálisis adoptar el mercurio, y al cabo do sois semanas de
saturninas curadas por medio de la electricidad. Noso unturas repelidas , la enferma declaró seutir en la
tros no podernos asegurar su utilidad; lo hemos mano paralizada una especie de vida que no podía
empleado en vauo durante muchos inesos ; sin em definir. Se envió á Badén , y después del sétimo baño
bargo, un obrero que habia tenido el brazo derecho simio que volvía la vida por instantes; tres dedos do
paralizado por una presión mecánica, fue curado en la mano derecha, levantados por el brazo izquierdo,
tros semanas por la electricidad. Es necesario decir podían moverse; al cabo de tres dias la mano iz
l.imbien que es las mas veces mal empleada , y quierda recobró también el movimiento , yá poco
no debemos admirarnos si , como hemps dicho, pudo locar el órgano. Un año después se presentó
agrava la parálisis. En un principio las sacudi uq sarampión asténico quo sumió á la enferma en un
das eléctricas no pueden dejar de ser perjudicia- coma profundo, y aunque triunfó de esta enfermedad,
quedó paralizada de las dos piernas. ¿Era este tam
1 nearlicnlis. St-c. III. bién un efecto de la presencia del plomo? Las fric
2 Samuiluiig praktisclier Abhaudluugcn-fuer Acrzle, t. II, ca ciones mercuriales continuadas por espacio de tres
pítulo II.
3 Disseit. de paralvsi ariuum saper. et infer. per eleclricilalcm
sauata. Heidclbcrg, 1778. 1 Compárese a J. B. Sartendierc, Tratado del sislenw nervioso
•t Ratio nedendi, l, X, cap. I. Paris, 1810, II. par. p. 44 y sig.
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BIBLIOTECA ECONÓMICA
is la curaron, y desde este tiempo recobró la llamaban amaurosis al oscurecimiento de la vista sin
id. Cinco años antes habíamos visto a una mujer alteración aparente del ojo. Pero nosotros hemos ob
alizada también de los cuatro miembros á conse- servado á una jóven de diez años, en laque el globo
jencia de cólicos saturninos repetidos, que curó ocular había sido echado sobre la mejilla por quistes
i cuatro semanas con el ungüento mercurial, hasta desarrollados en la órbita, y se hallaba abolida lu vi
uto de poder andar apoyada en un bastón, sión: la definición de los antiguos es, pues , mala,
han alabado mucho los baños calientes, sim porque eu esta ceguera la alteración del ojo era muy
es ó sulfurosos, y nosotros hemos esperimentado á apárenle. En esta niña, después do haber intentado
enudo los buenos erectos de los de Badén , aunque en vano Wrabez la estirpacion de los tumores, debió
ate en las parálisis inveteradas que han durado irrilar indudablemente los músculos, y acabó por li
siete meses, En efecto • en las parálisis recien- gar el nervio óptico, sin que de ello resultasen con
i se observan recaídas de apoplegía después de los vulsiones, pero sí una gran debilitación de la sensi
años, no solamente sulfurosos, en las que se podriu bilidad.
acusar al gas hidrosulfíirico , sino también simples. Esta auligoa definición ha sido ulgo corregida por
¿Es el cuerpo mas sensible ¡i este escitante durante Boerhaave (i), que ha dicho: «La amaurosis es uiyi
los primeros periodos de la enfermedad? listo es lo ceguera con inmovilidad de la pupila. » Su discípulo
que se ve á menudo en la gota , y nosotros mismos Heisler (2) la definió, una ceguera completa eu la
lo hemos sentido. Hace tres añosquo, teniendo la que no se ve al esterior del ojo mas que una pupila
gola en el pie derecho, que estaba varicoso, per dilatada y casi inmóvil. Pero estas definiciones no son
manecimos acostados con la pierna estendida. Al le menos imperfectas , porque : 1. ° , nosotros hemos
vantarnos seis días desoues, se poniu pálido el pie referido un ejemplo que demuestra que el ojo no está
sobro que nos apoyábamos, y nos atacaba en la ro siempre intacto ; 2.° , la pupila no está siempre di
dilla un dolor atroz. El decúbito disminuyó la colo latada ; se la ha vislo contraída, como hace observar
ración y mitigó el sufrimiento, pero cinco veces no- Saint-yves (3) , tampoco está siempre inmóvil. Rich-
tantos lo mismo al levantarnos. Consultados algunos ter la ha visto movible (i). En otros casos los reme
médicos, no descubrieron aneurisma poplíteo, de dios han vuelto la movilidad á la pupila, que fallaba
clararon el mal cspasinódico, y propusieron baños antes, sin que por eso se hubiese restablecido la vi-
calientes. Nosotros dijimos que temíamos hacer rea si an. Schmucker, y nosotros mismos, hemos tenido
parecer la gota ; nuestra espuriencia nos lo había en dos casos do amaurosis completa con movilidad de la
señado: sin embargo, entramos en el baño y senti pupila. Janin posee hechos semejantes, y Plouquet
mos alivio. Pero al cabo de tres horas lubia vuelto la na reunido muchos ejemplos de ello. La iiimoviddad
gotu. y duró cinco días. El mismo fenómeno se re de la pupila , cuando existe , enuncia la ceguera;
producía también cuando nos apoyábamos en los pero cuando falta, no se puede decir que no la hay
pies; cubriéndolos bien, calmábamos el dolor, que se ¿Cómo, pues, puede moverse la pupila cuaiido
desvaneció al fin del todo al cabo de seis meses. se ha perdido la vista? Schmucker lo esplica por la
Las llores de árnica son preconizadas por Hollín falla de conexión entre el nervio óptico y el iris; en
para el ¡nteri r. Pueden ser útiles por sus propieda efecto , los nervios de la pupila vienen del ganglio
des estimulantes, poro no tienen nada de i'specilico. lenticular, que se halla formado por los ramos del
En la parálisis de las estremidades inferiores á tercero y del quinto par.
consecuencia de convulsiones, Dnfresnoy (i) reco La amaurosis es, según Sauvages, una enfermedad
mienda el estrado de zumaque á la dosis <lc dos ó cuyo principal síntoma consiste en la pérdida de la
seis gramos á una dracma cuatro veces al dia , y re visia y la inmovilidad de la pupila , sin opacidad
fiere cinco casos felices. El mismo autor cree que notab e de los ojos. Esta definición tiene contra si
este remedio es uiuuos eficaz en la parálisis de los las mismas objeciones que la primera.
brazos, después de una apoplegía; nosutros no tene Trnka, que no cree posible una definición exacta
mos esnerienciu personal sobre esle punto. de la amaurosis, da esta : «Una ceguera producida
Por uliiino, es necesario tener cuidado de impri por la lesión del nervio óptico » Pero los nervios óp
mir movimientos á las partes paralizadas en todos ticos no siempre están afectados principalmente ; al
sentidos, pero especialmente en la dirección que le gunas veces lo está el tálamo óptico , y otras la
es habitual en el estado sano; por este medio se relina.
acostumbran los rnúsculosá su estímulo, y se previene Hé aquí por qué adoptamos la definición siguiente:
el anquilosis. «Una ceguera completa ó incompleta por alteración
de la pulpa nerviosa destinada á la visión , con un
GENERO TERCERO. poco do estrabismo.» El estrabismo, según Richter,
y según nosotros, existe siempre cuando la amauro
Amaurosis. sis dura largo tiempo, aunque puede existir también
sin esta enfermedad. En efecto , los ejes de un ojo
961. ÜKFiNiciox.—La amaurosis, según el sentido amaurótico y de un ojo sano no se corresponden
propio de la palabra, es el oscurecimiento completo nunca ; porque no siendo el ojo ciego afectado por
o incompleto de la vista (2). los objetos, no puede dirigirse liácia ellos La amau
Los árabes le han dado el nombre bástanla impro rosis simulada no se reconoce mas que por la ausen
pio de gola serena: gota, porque suponían que había cia del estrabismo.
fluxión del cerebro sobre el ojo, serena porque el ojo 962. Divrsiojí. — So puede dividir útilmente la
quedaba trasparente. amaurosis:
Los antiguos, como so ve en Pablo de Egina (3), i. ° Según el grado :
a. En completa, cuando la vista se ha perdido del
1 Del carácter , del tratamiento y de la curación de los herpes, todo en el lado enfermo.
dclaiiaralisis.de las convulsiones, etc. Parte", 1799, en 8.°
í Consónese á W. Tralca : Historia araauroseos ornáis avi ob 1 neinorbis ocnloram, cap. III, párrafo 101.
sérvala medica continens. Viena ,'1781 , 2 vol. en8.°—1. L. Lan- í Dissert. de ainaurosi per salivationcm curati
son, art. \haurosis, del Diccionario do medicina y cirujia prácli- 3 Nuevo tratado de cufermeiade

«
DE MEDICINA Y CRUJIA. —FRANK.
b. En incompleta, cuando la vista está oscurecida de sangre, se ha distinguido por Saint-yves en puer
ó disminuida, ó cuando aparece un punto negro en el peral, menstrual y hemorroidal, etc. Sauvages la lla
medio á un lado de los objetos , según que el nervio ma pictórica ; pero esta palabra plétora nos parece
óptico está paralizado en su centro, como sucede las poco conveniente, porque toda repleción de los vasos
mas veces, ó en otro punto. no es verdaderamente esténica : la sangre puede acu
2. ° En amaurosis simple ó doble. Para descu mularse en los vasos varicosos, sin que es.o sea pro
brirla, es necesario examinar la movilidad de la pu ducido por ningún causa esténica.
pila, cerrando el ojo sano; porque si queda abierto La amaurosis esténica no puede ponerse en|duda.
durante esta esploracion, la pupila del lado enfermo Nuestro hijo ha visto un ejemplo de ella hace tres
podría irritarse y moverse simpáticamente. años, en un tintorero, que á consecuencia de. una fie
3. ° Según la marcha : bre asténica grave ha quedado amaurótico.
a. En continua, y es la mas frecuente. 063. Síntomas. — La amaurosis es precedida de
b. En periódica, que marcha con una fiebre in vértigos, de pesadez y de dolor de cabeza, sobre to
termitente y se cura por la quina, de lo que citan do del lado en que debe desarrollarse el mal, de am-
ejemplos Sta?rck, Torti , C. Medicus y Trnka. bliopia, de debilidad de la vista respecto á los objetos
c. En vaga, que repite en épocas indeterminadas , lejanos ó próximos. Hay menos claridad, conio si una
como en una sefioranoble que después de haber tenido nube ó humo envolviese los objetos, ó como si se per
una amaurosis del ojo izquierdo por espacio de seis cibiesen á través de una tela de araña: se ven chis
semanas, vió algunos instantes, y quedó en seguida pas, moscas que vuelan delanto \le los ojo?. La sen
ciega del ojo derecho. Cuando un ojo está amaUréti sibilidad del que se va á poner enfermo ,está exageia-
co; el otro llega á estarlo también ; sin embargo, hay da, no puede leerá una luz algo fuerte ó disminuida,
casos en los cuales el uno se halla enfermo desde y para hacerlo necesita un dia muy claro.
la primera edad, mientras que el otro permanece sano Va acompañada de un aspecto nubeloso de la pupila,
hasta la vejez. que está pálida, de un gris claro, ó casi blanca. Rich
d. En lenta, tal como so observa las mas veces, y ter la ha visto, sin embargo, negra; por lo común hay
en súbita, como en e! caso de la señora que acabamos midriasis, ó dilatación déla pupila. Este fenómeno
de citar. puede existir también sin amaurosis, como en los ni
i. ° Según la causa : ños que tienen vermes. Es necesario notar ademas,
a En i rimitiva ó idiopática, si la causa del mal que en los recién nacidos y en los niños de alguna mas
reside en el aparato nervioso destinado á la visión: edad, la pupila está siempre mas dilatada por una dis
6. En secundaria, sintomática ó simpática, cuando posición particular, sin que estén afectados de mi
la causa tiene su asiento eu el abdómen ó en otra par driasis. Algunas veces los vasos de la esclerótica es
te. Así es qu° Richter cita amaurosis curadas por ¡os tán varicosos , y en otras, esto es ün carácter nada
resolutivos y los evacuantes. A es'a causa se reilere la equívoco de la naturaleza del mal ; el globo del ojo
amaurosis á consecuencia de vermes en los niños, y pierde su blancura, se pone duro, se seca, y parece
que desaparece con ellos ; la que proviene de un do que se siente tisranos de arena d< bajo de i )s párpados
lor nefrítico violento, déla acción de la belladona apli Nosotros hemos visto á un amaurótico que esperi-
cada sobre una úlcera; del terror, y de la debilitación menlaba una pesadez, una tensión mas ó menos luer-
producida por hemorragias puerperales abundantes. te en diferentes puntos del globo ocular. Algunas ve
5. ° Según su origen: ces hay estrabismo. En ciertos c: sos, el cristalino del
a. En espontánea, nacida de causas internas. ojo enfermo parece que está reblandecido. ¿Esto es
6. En traumática por lesión esterna, contusión del secundario? Richier dice haber visto á la pujijla ad
mismo bulbo, ó del nervio suborbitario , etc. (Mor- quirir una forma oblonga. Estos cambios de forma
gagni). de la pupila, que nosotros no hemos observado nun
6. ° En simple y complicada por una catarata, ca, ¿dependen de una lesión del iris?
cuya operación es infructuosa. Aunque la pupila esté blanca y trasparente en la
7. ° La amaurosis parece también hereditaria. amaurosis, es difícil distinguirla de una catarata in
Conrad cita á un hombre amaurótico , cuyos dos hi cipiente. Hé aqai, sin embargo, algunos signos dis
jos y dos hijas fueron atacados de esta enfermedad tintivo'; :
desde su infancia, .'or último, los demás sentidos a. En la catarata aparece al principio uua nube
están igualmente sujetos á las afecciones hereditarias. grisácea, inmediatamente detras de la pupila, hacia
Hemos conocido siete hijos, nacidos de padres sor el cristalino ; en la amaurosis está situada mas pro
dos, que padecieron la sordera. fundamente, como dice Richter.
Nonotros dividimos la amaurosis: b. Al principio de una catarata, Id vista está
i. ° En la que depende de una alteración local ú debilitada que en una amaurosis.
orgánica, que constituye el mayor número. Así, la 964. Causas.— Las causas de la amaurosis, son:
compresión de los tálamos ópticos por un derrame en 1.° Las alteraciones locales que afectan:
los ventrículos, la compresión del nervio óptico por A. El aparato nervioso propio para la visión, como
una concreción calculosa, por un exóslosis desarro o. Los tálamos ópticos.
llado en la órbita, un tubérculo, un quiste, una in Una colección en los ventrículos, un derrame de
duración del ncurilema, ó un aneurisma de la arteria sangre líquida, á consecuencia de lu apoplejía, mate
central de la retiua. ria puriforme, pus, esteatomas que determinan la
1. ° La que procede de una afección general; de compresión.
una liebre intermitente, por ejemplo. Esta afección b. El mismo nervio óptico marchito , atrofiado
puedo ser hipercstéuica ó asténica, y directa ó in ó dislacerado , como nosotros le hemos visto. La
directa. inflamación de su vaina propia, una hidropesía agu
La amaurosis hipercstéuica es rara á la verdad: da, la induración de las arterias, el aneurisma de
puede, sin embargo, encontrarse en una oftalmía es la arteria central, uu exóslosis del cráneo, un quis
ténica, ó en sugetos bien alimentados, llenos de vida, te desarrollado en la órbita|, las heridas de la ca
etc., después de la supresión de una epistaxis babi beza, las fracturas, las contusiones del cráneo: una
628 BIBLIOTECA ECONÓMICA
dedor del nervioóptico, pueden, contrayéndose espas- c. Por causas que tienen su asiento lejos de los
módicamenle en la epilesia, producir una amaurosis ojos, como una neuralgia frontal. Se hallan ejemplos
temporal ; Valsalva refiere ejemplos de ello.—El entre- de ello en Morgagni y Plalner, quo ha referido la his
cruzamiento de los nervios ópticos es ovidente, por toria de una herida de la ceja, que habia causado la
que cuando el ojo izquierdo ha estado enfermo dunto- ceguera. Pero, ¿cómo esplicar esta ceguera? Platner
te la vida, se encuentra el nervio óptico derecho al piensa que la herida produjo al mismo tiempo una
terado por detras del punto de unión ; pero ¡existen conmoción del cerebro; pero Richter rechaza con ra
también casos en que la ceguera y la alteración anató zón esta opinión, porque la amaurosis no aparece
mica tienen su asiento en el mismo lado, como en la algunas veces hasta los catorce ó veinte días después
atrofia del nervio óptico que hemos citado. de la herida. Las comunicaciones nerviosas no nos
B. La retina, cuyas enfermedades parece deben ser dan tampoco una cuenta satisfactoria de ello; el ner
muy numerosas, aunque no suficientemente conoci vio frontal, que es el primer ramo del quinto par,
das. Recibe un gran número de vasos, cuya dilata contribuye, es cierto, á formar el ganglio oftálmico,
ción puede determinar la amaurosis, como h;i sido de donde nacen los nervios ciliares; se comprende
demostrado por Zinn y Sflemmerring. Esta es la causa que la lesión del nervio frontal pueda afectar la pu
que os necesario admitir cuando no aparece ninguna pila, pero no la retina, puesto que no tiene ninguna
otra, y cuando los vasos de la esclerótica están desar relación con elia. La amaurosis se ha presentado des
rollados. Se hallan ejemplos de varices de la retina pués de una coriza violenta, á causa de la impresión
en Plouquct (t) Haller (2) y Morgagni (3), han visto hecha sobre los nervios etmoidales, propagándose al
á esta membrana trasformada en una lámiua sólida y nervio frontal, de donde emanan. A consecuencia de
casi huesosa. Se ha encontrado algunas veces uñ las comunicaciones de los nervios etmoidales y cilia
• equimosis detras de la retina, separado déla coroides res con el frontal, es por lo que se estornuda al mi
por un derrame de sangre. Prochaska, citado por rar al sol. Se veen las Acias de cur. de la natur. (1),
Mohrenheim, ha observado lo mismo á consecuencia que una paja algo fuerte que se habia quebrado en
de la serosidad. A es'a categoría se refieren todas la nariz, y que no había podido herir mas que los
las causas que pueden debilitar directa ó indirecta nervios etmoidales, determinó un violento dolor de
mente los ojos, cuando, por ejemplo, se mira lija cabeza, seguido de una amaurosis. ¿Deberá atribuirse
mente al sol ó la luna. Schmucker refiere dos casos con Bartholin la ceguera al ganglio oftálmico, puesto
do amaurosis producida por un relámpago. Este efec quo la segunda rama del quinto par va á parar á la
to se observa con particularidad cuando se pasa brus cara? Schmucker ha visto aparecer la amaurosis du
camente de un lugar oscuro á uno muy claro, como rante el vómito en una hipocondría. ¿Procedía de
la prueba el ejemplo de ese saboyano que después una congestión que se efectuaba entonces en el ce
de haber permanecido largo tiempo sepultado bajo rebro, ó de la sola simpatía, como la que procede de
la nieve en su casa, fue sacado de ella de repente. un cólico saturnino, de vermes, ó do una obstrucción
La amaurosis es muy común en los paises en donde de las visceras abdominales? Cita también ú una mu-
reflejan los rayos del sol, durante una grau parte del jor que fue afectada de amaurosis al tercer embarazo.
año, una espesa capa de nieve. El mar por mucho ¿Tuvo esto lugar por congestión encefálica? ¿Por
tiempo la luz artificial demasiado viva que se refleja simpatía?
en los hielos; el trabajo á un fuego muy intenso, como 2.° Las afecciones generales:
los fundidores en metales, etc.; la permanencia pro a. Hiperesténicas. Los individuos pictóricos, etc ,
longada cerca de un foco, con los ojos fijos en las lla con solo bajar la cabeza, pueden ser sobrecogidos de
mas, son otras tantas causas de amaurosis. Kl mismo amaurosis esténica. Saint-ves ■y y Richter (2) nos
peligro amenaza ú los que leen ó escriben á una luz ofrecen algunos ejemplos deel'o.
demasiado viva, aumentada porla reverberación, ó que 6. Asténicas directa ó indirectamente. Así, la
ti abaj in con materias que brillan ú objetos muy finns, amaurosis que acompaña á las liebres intermitentes,
tales como los pintores en miniatura, los grabadores, la de que habla Sauvages y que sigue á la aniquila
los relojeros, tanto mas, cuanto que cerrando un ojo miento por el onanismo, como dice Tissot, por una
para ponerse un anteojo en el otro, se ven obligados hemorragia abundante, traumática ó puerperal; en
á dilatar mas la otra pupila. ¿Qué diremos del abuso fin, la ceguera de los agonizantes de Sauvages. No
que hacen do las gafas la mayor parte de los jóvenes? es rara la amaurosis á consecuencia de fiebres asté
Úu rayo produce algunas veces la amaurosis, como nicas graves. ¿Es esto efecto de una debilidad gene
hemos observado en un posadero de Wesol. Sauvages ral, ó de una alteración consecutiva? Schmucker re
ha visto este mismo efecto determinado por las exha cuerda que algunos soldados han perdido la vista por
laciones de las letrinas. haber hecho una marcha forzada cargados do fardos,
La inflamación del globo ocular deja á menudo en y en un tiempo muy corto. ¿Se deberá atribuir es'a
pos de sí una amaurosis, ya por la irritación dema ceguera á la debilidad, ó á una congestión cerebral?
siado fuerte que determina, ya por algún desórden Esta última parece ser mas bien la causa de que
local que le sucede. Tissot ha visto sobrevenir la Schmuker haya curado algunas por los evacuantes.
amaurosis después de fuertes dolores de cabeza, de Sea de esto lo que quiera, los cascos metálicos espo
jaqueca, etc. nen á los soldados en marcha á la amaurosis, así
En cuanto á la influencia déla herencia, la amau- como á la encefalitis.
rosis puede ser producida: La amaurosis es causada con mucha mas frecuen
a. Por el reumatismo, la gota, que aunque cons cia por el terror, y una tristeza prolongada que hace
tituyen una afección general, determinan, sin embar verter abundantes lágrimas. En lin, es necesario ci
go, una alteración local. tar algunos venenos, la digital, la belladona, toma
b. Por una tina seca, demasiado viva. Nosotros das al interior ó aplicadas sobre la piel ulcerada.
hemos observado un caso semejante, y muy rebelde, 96b. Pronóstico.—Richter dice que el pronóstico
en un niño de GaHtinga. Porla supresión de un flujo debo ser mas favorable cuando se mueve la pupila, y
blanco; por la infección sifilítica. sin embargo, confiesa en otra parte haberla visto re-
1 Disscrt. de araaurosi.
2 Opuscul. palholog., obs. 65. 1 Dec. 11, «Do VI, obs. 175.
3 Epist. 50, nun). 50. 2 Elementa chirurg., 1. 111.
DE MEDICINA Y CIRUJÍA. FRANK. 629
cobrar la movilidad sin que reapareciese la visión. haber curado amaurosis, y de la que Walren se ha
La amaurosis de un solo ojo alaca fácilmente al oiro. servido una vezjcou éxito, en una amaurosis reumáti
Nosotros hemos encontrado una escopcion á esta re - ca. Pero este mismo medio ha sido empleado en vano
gla, en un hombre que habia perdido el ojo izquierdo en cien casos por Raulin, Schmucker, y nosotros
ilesde la primera infancia, y qno ve muy bieir en la mismos no hemos sacado do él ninguna ventaja. Se
actualidad, del ojo derecho, á pesar de su avanzada puede preguntar, es cierto, sise ha empleado siempre
edad. Quizás haya una diferencia, según que la causa en el caso do que se trata, y si se ha tenido toda la
del mal sea esterna ó interna. prudencia convenienle. En efecto, es necesario" em
Mieutras mas fácil es removerla, se debe esperar pezar por simples emanaciones, pasar poco á poco á
mas la curación; así sucede con los vermes, las obs las chispas, y no llegar sino con circunspección á sa
trucciones y la sililis, cuando no hay todavía altera cudidas mas fuertes. Brachwiefer, de Berlín, ha de
ción orgánica. La que aparece súbitamente en los mostrado cuánta atención es necesario prestar al uso
histéricos ó en los hipocondriacos, deja m;is esperan del galvanismo, con ayuda del cual dice haber curado
za de salvación que la que se desarrolla lentamente; una amaurosis.
la que es incompleta, mas que la que es completa. Sin Si existe un exóstosis sifilítico en la órbita, están
embargo, la curaciones en general muy difícil. De indicados los mercuriales; si el mal es producido por
cien enfermos, Raulin no ha visto curar mas que dos vermes, es necesario oponerle los vermífugos, las
por los mercuriales. semillas de ajenjo, el mercurio dulce, la raiz de ja
La amaurosis es muy grave cuando es inveterada lapa, la valeriaua salvaje, etc.; se puede componer iin
ó procede de tumores císticos ó huesosos, á menos elecluario de valeriana, de jalapa, de sal y de miel.
que estos no sean venéreos; en los viejos y en los pa Si hay saburras, serán útiles los vomitivos y los pur
ralíticos, en los cuales, por poco dispuestos que se gantes.
hallen, precede comunmente A la apoplegía. Los vomitivos, dados contra la amaurosis, hallan
960. Tratamiento.—El tratamiento, que aun en ardientes partidarios cu Richter, Schmuckcr, y
Richter se resiente un poco de empirismo, debe es Otto (1); pero es necesaiio no emplearlos sin discer
tablecerse según las causas. Es necesario buscarlas y nimiento, pues la amaurosis hn sido producida al»
removerlas si es posible; pero lo uno no es mas fácil gimas veces por el vómito. ¿Son ventajosos estos
que lo otro. Efectivamente, ¿cómo destruir tumores medicamentos como evacuantes, ó como estimulantes?
d>3 la órbita, aun cuando se hubiesen descubierto? Hé Es necesario no perder nunca de vista la acción esci
aquí por qué es necesario investigar si el mal proce tante de los eméticos, y no prescribirlos siempre en las
de de una afecciou local, y si esta afección tiene su enfermedades esténicas, como aconseja Bruno.
asiento en el ojo ó en un punto lejano. Si las obstrucciones de las visceras deben colocar-
Si la amaurosis ha sido producida por un golpe se en el número de las causas, los laxantes continua
en la cabeza, es necesario emplear fomentaciones dos son buenos; el tártaro estibiado á dosis refractas;
trias, no como tónicas, según Ricliler, sino como un 20 ó 40 gotas de vino antimonial de Raxbam , del es
estímulo moderado, apropiada A la debilidad que exis trado de acónito, etc. Pero este método alterante es
te en una contusión; porque si se empleasen por de las mas veces difícil de soportar, á causa de las náu
masiado tiempo, obrarían ciertamente como debili seas continuas que provoca.
tantes. Cuando una afección catarral de la membrana La amaurosis que dependo de una afección general
pituitaria, una obstrucción antigua do las fosas na hiperesléuica , como después de la supresión de las
sales, pueden ser consideradas como causas, son úti recios ó de las hemorroides, reclama un tratamiento
les los estornutatorios. Schmuckcr alaba un polvo debilitante, purgantes, y emisiones sanguíneas. Uiehler
compuesto de aconséjala sangría de la vena yugular; Plenk, la sec
ción de la arteria temporal , que nosotros no aproba
Horcurio viv» una parle. mos, y ú la quo preferimos las sanguijuelas en las
Azúcar blanca [risparles. sienes, en el ano ó en la vulva.
Valeriana I ' .
Lirio i 8- La que proviene de una afección general asténica,
exige escitantes volátiles, una infusión de valeriana
Los estornutatorios, empleados frecuentemente por salvaje, con adición de licor js anodinos, de espíritu
los antiguos, pueden obrar como escitantes, y pofr de nitro dulce ó de cuerno de ciervo; se pasa mas
las sacudidas que determina el estornudo; pero es larde á un cocimiento de quina, sola ó mezclada,
necesario cuidar de que este no sea demasiado fuer como hace Warner, con tina infusión de valeriana.
te, por temor de aumentar el mal, como ha sucedido Gollin alaba mucho el árnica (2); es tan útil en la
con los movimientos del vómito. amaurosis como en cualquiera otra especie de pará
Si la causa es una contusión del nervio frontal, es lisis por debilidad; pero no nos parece que tiene nada
necesario hacer sobre el punto por donde salo el de especifica, y no merece tantos elogios. Selnmioker
nervio, fricciones repetidas con aguardiente alcanfo y Richter son do la misma opinión.
rado, aceite do cayeput, etc., ó aplicar un vejigatorio - Uno ó dos granos de pulsatila, dos ó tres veces
volante, semilunar, por encima de la órbita. al dia, hasta llegar poco á poco á una dracma (í gra
Si hay debilidad de la vista, es necesario evitar el mos), es alabada por Skerck y Mohrenhcim (3); no
leer por la noche caracteres demasiado pequeños; huir sotros no hemos obtenido ningún (ruto do ella.
de los lugares muy iluminados, como teatros, etc., y El calomelanos y las demás preparaciones mercu
respirar vapores espirituosos no muy calientes. Es riales, aunque no tengan siempre éxito, son dignas de
muy bueno frotarse la palma de las manos con espí citarse.
ritu de vino ó de espliego, el do sal amoniaco, y apro El tártaro estibiado á dosis refiadas, es útil. Se rue-
ximarlas & los ojos. Entre todos los aceites esenciales den emplear las pildoras de Schuiucker.
que se acostumbra emplear, el mejor es el de romero,
que en el momento en que se aplica da una sensación
de frió. En este caso, y en el que parece haber obs 1 Siioiim.de aniaurosi. Buzo»', 1"S9.
trucción del nervio óptico, ss puede recurrir ú la elec S Ooserval. circa morbos aculos el chronicos, I. IV, pig.
tricidad, con la que Leeds ha oblenido buenos r< 109, ele.
3 Hetíler. Dlsserlaüo ilc anuvnsf opé ¿jlivaturs Ha
sullados en siele casos, con la que Janin ilorf, 1*63.
630 BIBLIOTECA ECONOMICA .ti. .
Galbano ba ordinariamente durante la noche, iba í
Sagapeno aa. una dracma=4 grara. y preparaba los medicamentos cuyas fórmula
Saponaria de Venecia.
Ruibarbo. .... dracma y medí»—6 gram. ha por casualidad sobre la mesa. ¿No se debe creer
Tailaro esiibiado. . diez y seis granos_S0 ceuligr. que bis leia? Un médico del lugar, queriendo hacer
Jago de reglisa. . . una ; 11 ni j l gramos. la prueba, escribió la receta siguiente:
Háganse píldorus de un grano (3 centígr.), y lómen R. Sublimado corrosiva, una dracma=4 gram.
se de dus .1 quince. Hágase dlsoltrren
Agua des'ilada, cualro onzas=120 gram.
Nosotros no nos liemos servido nunca de ellas; pero a lomar en una sola dosis.
hemos tenido pocas veces ocasión de usar estos re
medios, porque los amaurólicos se entregan las mas Se puso esta receta sobre la mesa. A la noche se
veces á los oculistas. levantó el boticario, la encontró, y una persona eu-
Si la amaurosis nace de la cicatrización de una úl- cargada de observarlo, 'e oyó leer en alto, gritar que
antigua, ó de la desaparición de un herpes, es no prepararía osla fórmula, y prohibir que la pre
restablecerlos en el mismo sitio por un se parasen. Después volvió eu sí, y cayó al punto sin
to.; se puede consultar con este objeto la diser- conocimiento.
acion de Cramer. No todos los autores mas antiguos han empleado la
Si procede de la acción de la belladona, Greding. palabra niclalopia en el mismo seutido. Asi es que
citado por Ludwig (I), prescribe les escitantes voláli Hipócrates (t) en sus Epidémicas, llama niclalopia
les. Si hay cólicos, Trew (2) recomienda el aceite de á la ceguera nocturna , y en las Predicciones (2) á
caveput, á la dosis de cinco golas, sobre un terrón de la ceguera diurna. Galeno (3), y Pliaio en muchos
azúcar, y enemas y fomentaciones carminativas; pero pasajes de su historia natural, haceu casi lo mismo.
es necesario también dirigir los remedios Inicia el Nosotros llamamos nictálopes á los qu.: no ven por
nervio frontal ó al mismo globo del ojo. la noche, dico Hipócialos (i). Esta eufer/nedad affcla
ó los jóvenes, los niños, los adolescentes; se cura es
GENERO CUARTO. pontáneamente, algunas veces en cuarenta dias,
otras en siete meses: en otros dura un año entero.
Hemeralopia y niclalopia. Según Saillaiit y R. de Chamsern (5), ataca las mas
veces á los jóvenes; pero los viejos no so eximen cíe
967. La hemeralopia, ceguera diurna, consiste en padecerlas: les parece que los hombres están mas
la imposibilidad de ver mientras el so! brilla. La nic- sujetos á ella que las mujeres; en fin, estiman la du
talopia es la imposibilidad de ver al acercarse el cre ración media en tres meses. Sin embargo, Hipócrates
púsculo, y sobre todo, durante la noclie. añade algo mas adelante, que las mujeres que han
La niclalopia es mucho mas frecuente que la he tenido ya la menstruación no están espuestus ú c<Li
meralopia; nosotros no hemos observado nunca esta enfermedad. Celso es de esta opinión ; pero los mó
última enfermedad, escepto en ciertas disposiciones dicos frauceses han visto que ataca á las mujeres, y
congénilas de los ojos, como se encuentra do tiempo aun á las que tienen sus reglas. -
en tiempo; en efecto, hay, sobre todo en la India, í>08. División.—Los autores lian dividido esta en
hombres que se llaman albinos, que tienen los pelos fermedad en :
blancos, y cuyos oíos, rojizos ó rosados son tan sen a. Esporádica, que uu ía forma mas común: ata
sibles á una tul demasiado viva, que por su inlluun- ca raras veces ú los ricos, pero sobro todo á los po
cia se contrae su pupila. Nosotros hemos visto algu bres, los soldados, los individuos aniquilados por las
nos perros de caza blancos, que teuian los ojos de fatigas, los viajes, y que tienen mala alimentación é
aquel color, que seguían muy bien las piezas en los insuficiente.
lugares sombríos, mientras que en la llanura no veían b. Endémica.—Existe en los lugares pantanosos,
bastante, y tomaban á los hombres por su presa. Pero cerca de París , de Stmshurgo , de Nancy, de lirian-
lo que es morboso en el hombre, es normal on cier zon, etc. Es también endémica bajo la zona tórrida,
tos anímales; ciertas aves de rapiña, como el moclme según Hillary. Pero no puede proceder únicamente
lo, el murciélago, etc., apenas ven duranle el dia, y de los efluvios de los pántanos , porque hay cu la
si se les saca de su nido, tropiezan en todas parles, El Lombardía muchos arrozales, y se eucuenlran muy
gato ve mejor de noche que de dia, y presenta en las pocos nictálopes'. Es bastante rara en ciertas comar
tinieblas una pupila lincha y brillante. Los caballos cas: nosotros no la hemos encontrado todavía, á pesar
ven también mucho en la oscuridad. Las gallinas, de haber ejercido por espacio de veinte años, en cinco
por el contrario, son atacadas de ambliopia crepuscu provincias diferentes; y Barlli, oculista distinguido,
lar porque por la tarde no pueden encontrar los no Ja ha visto tampoco.
granos algo pequeños: sin duda por esta razmi s- c. Epidémica. —Ha aparecido en los meses de
acuestan con el sol. Saillant cita hombres quo te marzo y abril en los alrededores de Paris. Las guar
nían la facultad de verde dia y de noche, como Tibe- niciones de Montpellier, en donde se elevan fácilmente
Mi CardaD, antiguo médico de Itaba. Nosotros mis las neblinas del rio inmediato, fueron atacadas tam
mos hemos enconlrado en Viena ú un niño de cuatro bién de una epidemia de niclalopia (6).
años, que tenia los cabellos, las cejas y las pestañas d. Hereditaria.—Overgil cila ejemplos de ella {!).
blancos como un viejo , los ojos encendidos, y <|ue c. Continua ó vaga.—En efecto, deja algunas ve»
veia tan bien de dia como <le nocho. ¿Los sonambu ees intervalos libres.
los ven en la oscuridad ? Así parece, porque saben f. Simple ó complicada con la ictericia, por ejem-
evilar los obstáculos, andan sobre el borde de un te
jado, etc., sin caer, y hacen también otras cosas ex
traordinarias, que no se pueden concebir en uno que
no viese. Hé aquí un ejemplo. Un farmacéutico que ■2t Ub. VI.
Lib. II. -L- .,'
vivia hace poco tiempo en la Lombnrdía, se levanta 3 Melh. med., eso. II.
i Predici., lib. It, cap. XVI.
;i Mcmor. de la Soc. real de raed. París, 17S6, p. 121 , 131.
upont. Mem. de la Soc real de medicina. París 1786, pi
DE HBMCUU Y CIBDjíi.— FRANK. 631
pío, como nosotros hemos visto una vez en la clínica gar, en Francia las mujeres eran atacadas en bas
de Pavía y dos vaces en Viena. tante número; y si habia menos hombres, esto puede
</. Periódica.—Puede juntarse á una liebre inter quizás esplicarse porque en este pais no cultivan la
mitente. C. Medicus refiere un caso; pero puede tam tierra, y por consiguiente se faligau mein-s: los ricos
bién, aunque periódica, ser independíenle de ella. no son casi nunca afectados.
Nosotros dividimos la nictalopia : Un autor francés admite la influencia de las ema
1. ° En la que procede de una alteración local naciones de la tierra, á causa de la frecuencia de la
I ojo, ó de una parte lejana , porque algunas veces, enfermedad en la primavera, cuando lá tierra es mas
scepcion de esta alteración particular, los nictálo removida por el arado; pero ¿y en las demás co
pes gozan de salud. marcas, en donde no se remueve menos la tierra?
2. ° La que depende de una astenia general, que Por último, ¿ no hay ninguna enfermedad que ¿jó
puede sospecharse por su naturaleza comunmente pe se pueda atribuir á las emanaciones terrestres? La
riódica, y porque domina en los pobres, en aquellos pelagra endémica en la Lombavdía, que apaiece
que están aniquilados poi las fatigas, y que viven en también cuando se ara la tierra, ¿debe reTé/irs* á |¿s
lugares fríos y húmedos. Nosotros no liemos encon efluvios pantanosos ó terrestres ó bien á la reflexión dt
trado ningún ejemplo en que se pueda referir á una los rayos del sol? Los franceses acusan á la atmosfera
afección general esténica. mefí!¡ca délos pantanos, al frioy ála humedad. Parecen
969. Síntomas. —Los síntomas de la nictalopia autorizados por la frecuencia uiajmr.en las cjuda^es
son nulos por lo común; los que están afectados de rodeadas de pantanos, Slrasburgo, Nancy, Brian;
ella parecen llenos de salud ; ni aun el ojo ptesen'a aon, ele. Se dice que es común cu China, ú causa
ningún cambio: algunas veces existen zumbidos de de las exhalaciones de la tierra, continuamente inun
oidu, dolores de cabeza por encima de la órbita, ó en dada. Pero ¿tiene esto lugar mas bien á consi cu n-
la regiou temporal, como se ve en las Actns de Lon cia de una vida laboriosa y de una mala administra;?
dres; otras veces una dilatación mayor, subro todo cion? Los soldados franceses llegaron á quedar mu.-
durante la noche, de la pupila, que queda, sin em dios nictálopes, en la última guerra contra el A,usípu,
bargo, movible, aunque mas insensible ó la luz, como por haber acampado «ñire Savona y Genes, en medio
liemos visto, con Cramer y Bergen (I). Esta dilal** de montañas cubiertas de nieves eternas. ¿Sucede eslo
cinn de la pupila, y su lentitud ú conlraerse bujo la por los efluvios paútanosos, ó por la luz reflejada
influencia de la luz, distinguen la nictalopia verda sobre la nieve?
dera déla que es simulada, y en la que la pupila está Los marineros son cou frecuencia nictálopes; ¿es
mas contraída y mas movible. Boerhaave asegura, sin necesario acusar á las faligAS y á la miseria, ó á ja
embargo, que la pupila está de) todo inmóvil en la vista de las aguas, eu donde se reflejan los rayos lu
nictalopia. No obstante, Whylt (2) dice huber visto minosos como eu un espejo?
contraída la pupila en esta enfermedad. La que Hipó Sauvages cree que la enfermedad proviene de un
crates descrito (3), reina cu la primavera, coa una esceso de serosidad de la sangre, poique ¡os vejiga
una afección reumática, una angina y tos; nosotros torios, y todo lo que evacúa la serosidad, tienen éxi
no la liemos observado nunca, corno tampoco la de to. Pero cuando es periódica, sin ovacuacioues. se-
que nos han hablado las autores franceses. Según Hi rosas, se cura muy bien poj medio (le la quina. Se
pócrates, Celso, y los escritores franceses, vienen á gún Vogel, hay relajación temporal y ede.malosa .de.
complicar la nictalopia otras enfermedades de los ojos las libras de la relina. Pero ¿dónde yslá la denio-i ra
que nosotros no hemos visto tampoco, la blefaritis, ción? Cramer pretende que (ú nictalopia no ataca mus.
la oftalmía, y la catarata. fiue.á los que hacen uso de alimentos crudos é in
Alguuas veces aparecen los signos de un oslado icíenles. Pero los niños que están' nictálopes ¿ I
saburra!, y la nictalopia parece derivarse de ella ; ya hecho todos uso de alimentos crudos ó ¡nsuliriculi
Hipócrates había dicho que las evacuaciones sabu'r- De! mismo modo que la lieineralopia parece prove
ralcs pero ambas cámaras eran ventajosas. De se nir de una sensibilidad demasiado grande de la, pu
tenta nictálopes que Fournier ha tratado en el hos pila, con inflamaciun interna . que ha; o penosa una
pital de Montpellier, vió tres que teuian los ojos luz (Jjmasiado viva, asi también Nicolaus busca .Ja
azules, y veían un poco de dia y nada de noche; ha causa de la nictalopia en una debilitación de la sen
bía liebre, cefalalgia, náuseas, regurgitaciones; las sibilidad de la retina, que hace que. los rayos del
curó con los vomitivos y vejigatorios aplicados á la sol sean por si solos suficientes para hacerle esperi-
nuca y detras de las orejas. Ilebe den ha observado rrientar la impresión necesaria al cumplimiento de la
una nictalopia , producida por una fiebre intermi visión. Gregory adopta esla opinión de Nicolaus : no
tente, que volvió tres veces, cuando el enfermo salia sotros la aceptamos también, porque, en efecto, una
á la mar, y desapareció otras lautas, al llegar á tierra. homcralopia temporal resulta del esceso de sensibi
Fue seguida de auorexia, de dispnea, de los, de de lidad do la retina, después de) paso repentino de las
macración, con un ligero movimiento febril, de di tinieblas á una gran luz.
suria, y en Un, de la muerte. Pero ¿cómo concebirla nictalopia periódica? ¿Có-
970. Causas.—Pueslú que, *egun Hipócrates y nío sucede que una debilidad, una debilitación 3e.,jí>
Colso, las mujeres que tienen la menstruación no sensibilidad de la retina, ya existe, ya nu existe?
son afectadas do nictalopia, es necesario contar entre Reil habla de la eesuera de minino, pr'odúcfd'ii
las causas, la retención de los menstruos. Pero los la contracción espasmódíca de los párpados dur'r
franceses han visto esta enfermedad aun en las épo el dia. liste caso es poco frecuente, y sin duda '
cas menstruales. taule estraño; pero ñor otra parte, no es este el lu-
P arece que se puede acusar el poco cuidado que gar de hablar de él, porque nadie ve con los ojos
se tiene con los ojos; en efecto , Palladius diré que cerrados.
las mujeres están menos sujetas a la nictalopia . por Las manchas eu la córnea y en el centro del cris
que tienen la cabeza cubierta. Pero , en primer lu- t aliño, son citadas por Booihaavc. Es necesario ;.du •
lír una y otra causa ; pero estas manchas lió con- i-
1 Transad, lond., t. XIV, niim, 1S9. luyen, á decir verdad, mas que complicaciones, p, i
2 Tratado Je las enfermedades nerviosas "¡6 én general la córnea y el cristalino están '■
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debe producir mas bien la hemeralopia; en efecto, la su sentido mas lato, puesto que hacemos entrir en
luz del día contrae la pupila, y los rayos luminosos ella como especies á las anginas , en las cuales la
no pueden pasar á través del punto opaco; por la deglución está también entorpecida.
tarde, al contrario, la pupila se dilata; pueden pasar Para tratar este punto, es necesario tener presente
por la circunferencia del cristalino que permanece su importancia. En efecto, sino se puede detener
sano, y se efectúa la visión. prontamente el mal, la nutrición llega á ser impo
071. Pronóstico.— La curación es fácil cuando la sible, así como la renovación de los líquidos , y es
enfermedad es simple y no muy antigua. Según Hi origen de un gran número de accidentes, puésio
pócrates , tiene lugar por lo común á los cuarenta que los elementos del cuerpo deben tranformarse con
dias; algunas veces se liace esperar siete meses, se tinuamente, alterarse y desaparecer. Estos acciden
gún la estension del mal , etc. tes sobrevendrán mas prctito , si la deglución está
972. Trit^miento. — El tratamiento varía, según impedida por una angina, poique la fiebre ajiresu-rará
la causa. Es necesario primero indagar si consiste en entonces la evaporación y la alteración de los líqui
una alteración* local del ojo ó de un órgano lejano. dos. Se traía de un órgano bastante largo, bastante
En este caso , los vejigatorios en la nuca ó en las estrecho y complejo, que puede ser asiento do mu
sienes , los vapores aromáticos en los ojos , pueden chas enfermedades difíciles de conocer y de curar.
tener éxito. Las relaciones íntimas del aparato de lí .deglución
Hipócrates y otros ban observado que los eméticos con el de la respiración, contribuyen á flácer el diag
y los purgantes son útiles algunas veces. Pueden nóstico aun mas difícil; asi es, que importa mucho
servir en los militares, etc., quo, ya reducidos á una tener nociones anatómicas exactas. Es necesario,
mala alimentación, ya entregados á toda especie de pues, para comprender las disfagias, conocer bien la
escesos, presentan los signos de un estado saburra!. estructura de la faringe y del exófago, y sobre todo,
Sin embargo , este método hallará aplicación pocas el trayecto de los nervios intercostal, recurrente y
veces, porque es raro que exista la causa, sobre todo vago, que se distribuyen en él, y sus relaciones c'on
si el mal es epidémico , como se lia observado en otros órganos , que pueden esplicar muchos de los
Francia. síntomas do 'a disfagia, como lo ha demostrado Sear-
Si 1» enfermedad depende de una astenia general, pa al tratar de la hidrofobia. Estas conexiones ner
ademas de una alimentación sana y suficiente, es ne viosas dan razón de la simpatía que liga al exófago
cesario recurrir á los escitantcs , tales como la vale con el estómago y otras visceras del abdomen. El
riana salvaje ú otras sustancias volátiles, y en fin, nervio accesorio do Willis establece una relac'on
al cocimiento de quina. Hipócrates aconseja que se entre la faringe y la e-palda , de donde resulta en la
tome dos veces al dia una tajada de bisado crudo de cardialgía un espasmo del exófago, un dolor en la es
ternera, haciéndolo confitar con miel. Pero pone an palda, y la inmovilidad de la cabeza. De aquí resulta
tes los purgantes, que no son siempre necesarios; que en la hidrofobia el solo aspecto del agua hace
Erescribe la dieta, que es buena cuando el enfermo aplicar la barba sobre el esternón, y determina un
a cometido escesos. Galeno quiere ijue se esponga dolor en la espalda y en el estómago: todo esto pro
el ojo ni vapor del hígado. Oribase vuelve mas tarde viene de un espasmo del exófago.
á este medio, que es aun hoy en la Lombardía el re El exoiayn es:á formacio do libras musculares, lon
medio popular. Rezzia ha obtenido éxito tresveces , y gitudinales unas, otras trasversales y casi circula
seis Carminati. Uno y otro daban dos veces al diii res, que pueden comprimirle y estrecharle, y que hacen
cuatro onzas (120 gram.) de hígado de ternera her que los alimentos no baí'én solamente por su propio
vido, y hacían sobre el ojo fumigaciones con el vapor peso, s no también por la acción del exófago; esto lo
del agua que habia servido para la cocion. Nosotros demuestran esos histriones que tragan con la cabeza
hemos curado también con hígado de vaca á un pi baja, y bucen subir al estómago los sólidos y los lí
zarrero de edad de sesenta años. ¿Procede esta acción quidos. Entrela membrana musculosa del eiófftgfl v
de las propiedades nutritivas del alimento en los lia- la túnica interna, llamada nerviosa, existe un gran
bitantes de la Lombardía, que son mal nutridos y no número de glándulas mucosas, destinadas á humede
comen carne? Y el vapor ¿ es útil no mas que por cer su superficie. Hay también vasos sanguíneos y
su temperatura? linfát'cos que van a parar á las glándulas colocadas
La nictalopia intermitente se cura como la fiebre en la cara esterna del exófago:
del mismo tipo, de la que no es mas que un sín La disfagia ha llegado á ser mas frecuente des
toma. de veinte años á esta parte, sobre todo en Holanda.
974. División.—Se divide la disfagia:
GENERO QUINTO. 1. ° Según la naturaleza de las sustancias cuya
deglución es difícil ó imposible, en disfagia de sóli
• " - ••- ' Disfagia. dos y de líquidos, ó de los dos á la vez. Es m< nés-
ter mayor fuer/a de acción cu ti exófago para tragar
973. La palabra disfagia significa deglución di los líquidos, que se escapan por todas partes, que
fícil , y no tiene la misma estension para todos los para tragar los sólidos.
patólogos. Para algunos indica toda dificultad de tra 2. ° Según el «siento del mal, en paktina, farín
gar, sin dolor y sin inflamación. Cullen la define: gea y esofágica. La disfagia es palatina cuando la
una deglución difícil, sin pirexia, ni dolor, ni disp- dificultad de la deglución procede de una lesión de
nea; pero el edema ó el escirro do las amígdalas la cavidad bucal. Asi, la hendidura de la [iorefon dura
puede entorpecer la respiración tanto como la deglu del paladar, que so complica muchas 'veces con el
ción, y si sobreviene dolor por la degeneración can labio leporino y que Sau'vages llama disfagia Sé les
cerosa del tumor , no dejará por esto de haber dis recien nacidos; la destrucción de la porción Wanda
fagia. que produce la regurgitación de los alimentos por las
Nosotros adoptamos la definición siguiente: la di narices ; los pólipos de las Tosas nasales que forman
ficultad ó I» imposibilidad completa del paso de los prominencia en la garganta, co no lo indica Tulp;us ;
fluidos, de los sólidos ó de ambos, al estómago, por el infarto escirroso ó canceroso de las amígdalas, etc.;
la boca, la faringe ó el exóíago. Resulta de esta de las afecciones que impiden los movimientos de la
finición, que nosotros comprendemos Ja disfagia en lengua, la inflamación, la gangrena, las uflns, el es-
DE MEMCIflA Y CJBWÍA.— FRANK. 633
tes. la parálisis, lu turnia demasiado de la boca, do la faringe y del exófago, ó fuera de la
lo los dientes, etc. La disfama faríngea es cavidad, y i|ue disminuyen su diámetro,
I. os tumores son casi todas las causas que atacan
al interior di: la boca ó impiden la deglución estre
chando esta cavidad; también lo son la inflamación,
le. La exofágica (como sin duda la faríngea) la gangrena, la induración, el escirro, el cáucer de
o subdivjdirse en: ta lengua y de las amígdalas, le prolongación de la
Primitiva ó idiopáliea, si el obstáeulo que so campanilla, la inflamación del velo del paladar, las
: á in deglución reside en el mismo esófago 6 en úlceras aflosas ó sifilíticas , etc., los pólipos déla
las partes adyacentes. nariz quo subresaleu en la garganta, la división de la
bóveda palatina, la destrucción del velo del pala
b. Secandaria ó sintomática, si la causa existe en dar, que deja pasar los alimentos por las narices.
otra parte mas lejana, por ejemplo, la disfagia histérica Marcellus Duuatus (1 } ha señalado todos los obstáculos
que proviene de un estado general; la que es produ á la deglución.
cida por los vermes, por la contusión de Un dedo, Las causas de la disfagia faríngea son:
seguida dé un tétano mortal ; la que procede de una a. La angina faríngea, según lialdinger, los abs
compresión del exófago por un esteatoma del medias cesos, las úlceras, las aftas procedentes de la angina
tino; por una inllamacion, un absceso de los pulmo maligna ó de la sífilis; las úlceras corrosivas que
nes; una flegmasía, un espasmo del diafragma, etc. atacan epidémicamente , y que están descritas por
Una mujer de Pavía, que al parecer quedó curada Richard de Ilauteserk (2). Los abscesos y las úl
de una peripneumonía á beneficio de sangrías repe- ceras pueden da¡' origen !\ escreciones que producen
tidas, fue atacada de repente de una dificultad en la la disfagia, como dice ilanbemann (J). Hasse (-i)
respiración y en la deglución, con fiebre : los vasos cita una disfagia causada por una ulcera farín
de la mano y de la mama i/.quierda se infartaron. gea, que habia producido uua.iuduracion y una estre
Murió algunos dias después, y se la encontró un chez tal, que apenas podia pasar un guisante por el
absceso entre el exófago y la tráquea, que impedía la exófago.
deglución y la respiración, y que habia comprimido b. Los tumores escrofulosos de la glándula tiroi
al misino tiempo la vena subclavia , é interceptado la des, como lo prueban algunos ejemplos; las enferme
vuelta de los líquidos al brazo y al pecho dades de la laringe y del hueso bioides, la indura
3. ° Según la naturaleza del obstáculo, en orgá ción de la epiglotis , de que habla Adoiphi (5), la
nica y mecánica ó accidental. David Payfort refiere luxación de los cartílagos de la laringe, según Cow-
un caso notable de dislalia, que acarreó la muerte á per, citado por BoerLaave. Nosotros mismos hemos
una mujer quo se creia la simulaba; en efecto, pade observado un tumor de la laringe que produjo la dis
cía una estrechez al nivel do la arteria subclavia de fagia. Valsaiva (G) habla de una luxación de las peque»
recha, entre la tráquea y el exófago. ñas astas del hueso hioides, la cual produjo una
4. ° En simple ó complicada. disfagia que se ha llamado angina de Valsaiva. Mo-
5. ° Según su marcha, en aguda (angina nervio linelh (7) cita un piso, semejante por luxación de las
sa de Boerhaave); y en crónica, que puede durar vein pequeñas astas.
te y treinta años, en los cuales suele haber intervalos Las causas do la disfagia exofágica son:
en que la deglución es fácil : se la llama va: a. a. En el mismo exófago, la inllamacion, que pue
Hemos conocido una mujer afectada durante algunos de reconocerse, si existe con la disfagia un dolor pro
años de esta enfermedad; quo la atacaba varios dias fundo en el tórax, en la espalda, en las paletillas; y
de seguido, y se terminaba por una lipotimia cuando liebre. Pío es raro que la inflamación del exófago
volvía I» facultad de tragar. Relativamente á e&ta se; latente y que no se haya observado con baslaute
circunstancia, se divide también en continua, vaga y atención después de la muerte; las inflamaciones re
periódica, como lo hace C. Mcdicus. También se ma petidas producen en el exófago, así como en la larin
nifiesta bajo la forma periódica on las histéricas, par ge, y er1 las Jemas cavidades, la induración que re
que repite todos ios ruedes; pero no por esto pertenece side cu las glándulas colocadas entre la membrana
í la» enfermedades intorniitontes. interna y muscular, y dificulta la deglución. Nosotros
La división que nos parece mejor es la siguiente: hemos observado uua disfagia por induración del exó
1. ° , disfagia que proviene de una lesión local de los fago, en un soldado entregado á ¡a bebida, y que te
órganos de la deglución ó de un punto rrias leja nia el exófago tan denso y estrechado, que apenas
no; 2.°, disfagia dependiente de una afección gene p*odia penetrar en él uua cerda de jabali. Olios ejem
ral esténica ó asténica; disfagia de los moribundos, plos de este géuero se hallan en Buuet (8), Vallis-
dolos histéricos, de los hipocondriacos ,\c los tísicos; niere (9), Morgag'pi flO), que vio á un hombre afee
J'titi esta división se comprenden las diez y nueve os- tado de vómito por espacio Je dos años sin grao di
Is'tie Sauvages. ficultad en la deglución, y tenia el exófago calloso y
5» Síntomas.—Al principio es la deglución algo osificadu; ¿provendría esto de uua inflamación ante
difícil ó imposible por intervalos. Hasta muchas veces rior? En fin, Trille r hace mención de una es'iechez
un movimiento del cuerpo hacia adelante para ha del estómago producida por uu endurecimiento ca
cerla desaparecer; cu ciertas ocasiones Jura por mu lloso de la boca. Táller atribuye la infiainaeion, el
cho tiempo con esta apariencia de benignidad, siu re infarto y la induración del exófago y de sus glándu-
clamar mas socorro.
Pero cuando e¡ alimento se detiene en el oxófayo, 1 Mrmorab., Ilb. IH, cap. V.
sin poder descender al estómago, sobrovieno ansie 2 llecueil d'obsemuons de raedecine. P»rls, 1712, I. H.
dad, náuseas, eructos, uua espuieiun abundante de 3 Collecl. «cadera., t. III.
saliva y de moco, con el cual es arrojado ei misino bi lo: \ Diserl. qu;c sislil causas difficilis dcfc'lulicionis. Gtfcllln-
los síntomas disminuyen cuando el mal dura así al p; itol'
S Acl. nat. curios., aún II, obs. 84.
gún tiempo; se ¿¿peten gases por el aun ) pot la boca, fi Tracl. dcaurc humana, cap II, mím. SI.
y sobrevienen lipotimias y el enflaquecimiento. 7 Act. Tononiens, I,- V,.pig. i. ' i->«;V
aosas.—Las causas de la disfagia' pu 8 Act. boenDiuns, U V, náií. 2.
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las al uso del té y del café muy caliente. Sin em arteria subclavia entre la tráquea y el exófago. La
bargo, no es esta la única causa, según Morgagni, inflamación ó la degeneración del diafragma en car
aunque reconoce que esto puede tener cierta acción tílago, en el punto por donde le atraviesa el exófa
sobre la linfa, y producir la inflamación (f). Lo mis go, como lo lia visto Heister; el espasmo de este
mo resulta de los alimentos demasiado calientes. Ha músculo en los histéricos, según Morgagni, Lieutaud,
biendo tragado un niño de familia noble una bebida y las Actas de San Petcrsburyo. El escirro del píloro,
liirvicndo, espiró en el acto, y presentó en el estómago la variación de lugar del estómago por una hidrope
una ancha flictena: ¿seria producida la muerto por sía dol peritoneo, de donde resulta la tensión y la
un espasmo del estómago? El abuso de los licores oclusión del exófago. A esta cousa debe atribuirse" la
alcohólicos, que determina por lo común induracio disfagia que Lentin ha observado á consecuencia de
nes del pitare ó del estómago, ocasiona algunas ve- una ascitis, y que él considera como espasmódica.
ees el mismo efecto en el exófago (2). También es Y por último, la depresión del esternón de que habla
preciso citar la ingestión de los ácidos minerales Hallar, < i).
concentrados, voluntariamente, por un error, ó por También existen otras causas que determinan el
un crimen. Hichard de Hautesrierk (M) ha visto la in espasmo ó la parálisis de las fibras musculares des
flamación y la gangrena producidas por el ácido sul tinadas á la deglución:
fúrico. Uno de nuestros hijos ha observado fo's mis o. La parálisis de la lengua, que precede ó que
mos fenómenos seguidos de la muerte, y determina sigue á la apoplegia.
dos po* el ácido nítrico. Las escrcscencias originadas b. Y la parálisis de la faringe producida por la
por una úlcera de¡ exófago, producen también la dis apoplegia. La convulsión de la epiglotís que describe
lalia. En el Commercium litterarium norimbergen- Bchrens (2).
se (4) se lee un ejemplo de dicha enfermedad, seguida c. El espasmo del exófago, que produce la estran
de la induración y de la ulceración del exófago. Wicb- gulación en Ujs hipocondriacos y en los histéricos, de
mann iiace mención de uu caso de deglución difícil que cita Fed. Hoffmann algunos ejemplos. En los pa
por la prominencia de los pliegues longitudinales roxismos histéricos, no solamente está impedida la
del exófago. Puede consultarse á Groeff (5) y Schmie- deglución por el espasmo del exófago, sino que se
der (6) acerca de las concreciones poliposas que se esperimenta la sensación de una bola que sube hasta
desarrollan en este conducto. l!n ascáride que subo la garganta, y el cuello se hincha muchas veces de
al exófago, puede ser causa de Hisfagia, hasta que un modo muy manifiesto. ¿Procede esto de la dilata
sea espelido por la boca ó por la nariz. Los cuerpos ción del exófago entre dos puntos eslrechados, ó de
estruños, toda vez que reclaman los socorros de la la hinchazón é ingurgitación del tejido celular del
cirujia, no deben tener lugar aquí. cuello? Esta última esplicacion parece confirmada
6. Las causas que residen fuera del exófago, por el tumor que presentan las mamas durante los
obran disminuyendo su calibre. Tales son: los tumo accesos de histerismo. También existe la disfagia de
res desarrollados en sus inmediaciones, que compri los hidrófobos, cuya causa consiste ciertamente en
men el conduelo, ó un esteatoma del mediastino un espasmo de la faringe y del exófago, y no en una
anterior. Existe un caso semejante en las Actas de inflamación: en electo, no siempre se descubren ves
Edimburgo (7). Una inflamación, con supuración ó tigios de ella; y cuando no es así, puede provenir de
indur ación de los pulmones, ó tubérculos inflamados ó la violencia de los gritos, ó ser electo de la falta de
reblandecidos. Se encuentran algunos ejemplos de es bebidas. Nosotros hemos visto una disfagia espas
to en Van-Swietcn (8), Nahuys Verheyen (9), Man módica, pero esténica, depeudientc de la supresión
chan! (10),Bnnet(H),ntc. Un absceso entro el exófago de una epistaxis en un hombre robusto, y quo se cu
y la tráquea, como lo hemos vifio en una mujer que ró por medio de la aplicación de sanguijuelas á las
hemos citado mas arriba, y que estaba curada al pare narices.
cer de tina peripncumonia á beneficio de sangrías (/. La parálisis del exófago, que sucede muchas
repetidas. El infarto de los ganglios que se hallan al veces á la apoplegia, probablemente á causa de la
- nivel do la cuarta, quinta y séptima vértebra dorsal, serosidad que desciende á la región cervical; hay
y que contienen adherencias con el exófago, lo des algunos ejemplos de ella en Willis, Hchvig, Foreslus,
vian y le estrechan. Heistcr ha asistido á un hombre Fed. Hoffmann, y Morgagui (3). Al lin de las fiebres
que no podia tragar, y sentía una gran molestia en asténicas mortales, la deglución es difícil. ¿Proviene
el pecho; hecha ra auptosia, halló el ganglio de la do la sequedad, ó de la inflamación de la garganta?
quinta vértebra dorsal del volumen de un huevo de ¿Proviene de la parálisis del exófago? Por cualquie
gallina. Un aneurisma del cayado déla aorta, y una ra de estas causas se le observa en el último perío
osificación parcial del corazón, como citaAValson (12), do de la tisis. La parálisis, ó quizás el espasmo de
según Simson. También se debe colocar aquí como estos órganos, depende de una lesionde los nervios que
causa do enfermedad la anomalía de situación de la se distribuyen cu ellos, en su origen espinal , ó en el
punto en que nacen los nervios accesorios para auas-
1 Episl. XXVIII, num. 15. tomosarsc con el pneumo-gástrico. Sí la parálisis, el
» Ferncl, patolog.—J. Corcrad. tierg, Discrt. de iDappetcntia, espasmo ó un obstáculo mecánico cualquiera estrecha
ex abuso spirituneorum. Hclmslirdl, 1758.—J. C Pohl. Disscrl. el exófago en un punto profundamente situado , las
iicc.iiiosita!, lenwicuitx poius apWiuosI abusu. I.eipsiek. 1771.— materias ingeridas en él pueden permanecer un cuar
C. llaak, Disscrl. de causis ilifíicilis 4cglitiUoDis.«a-Uian 1781.—
Mctzger Adversarla, part 1." pag. 175.—Cli. Roesch, Del abuso to de hora; se las ha visto estar cuatro y seis horas, y
de las bebidas espirituosos. Anales de higiene pública ¡r de medici dilatar el canal, hasta que fueron arrojadas en medio
na legal, t. U, pag. 3. MO. de las mayores angustias, saliendo al mismo tiempo una
3 llecucil d'observalions, t. II, pág, 191. gran cantidad de saliva y de moco. Algunas veces el
4 Ano nll.hebd. 8.
8 Disscrl. de callosa excrescencia, etc. Alldorf, 1701. exófago es distendido por los alimentos un poco mas
C Uíssertalio de polvpo ccsciphapi, lo Collecl. medie, praclic. abajo de la faringe, yse asemeja al buche de las aves;
Ilalleri, t. VIII; v act. Edimburgo, l. II., arl. 22. á esta dilatación da Borneri el nombre impropio de
7 Par!. III, árl. 26.
8 Comment., I. III. faringocele.
9 Tract. analom., lib. I, art. XIV, cap. 5 r- .
10 ln Ilalleri Disputationes rliirurgicúe, t. I, p,i¡ i Elemenl de llsiol., t. III, pág. 144.
DE MEDICINA Y CIRUJÍA.—FRANK. , 635
977. Diagnóstico.—Importa determinar los sig cuenta Sauvages, de una his

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