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Apuntes de Psicología

Colegio Oficial de Psicología


S. Agut y P. Martín Factores que dificultan el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad
2007, Vol. 25, número 2, págs. 201-214. de Andalucía Occidental y
ISSN 0213-3334 Universidad de Sevilla

Factores que dificultan el acceso de las


mujeres a puestos de responsabilidad:
una revisión teórica
Sonia AGUT NIETO
Universitat Jaume I de Castellón
Pilar MARTÍN HERNÁNDEZ
Universidad de Zaragoza

Resumen
El objetivo general de este trabajo es revisar e integrar la investigación actual acerca
de los diferentes factores de carácter externo e interno, que pueden obstaculizar el acceso
de las mujeres a puestos de responsabilidad. De entre las barreras externas destacan los
estereotipos de género, la segregación del mercado de trabajo, la discriminación laboral,
el acoso sexual y psicológico en el trabajo, las menores oportunidades de desarrollo de
carrera en la organización, la ausencia de una política laboral consolidada que favorezca
la conciliación de la vida laboral y familiar y la dificultad para compartir las responsabi-
lidades domésticas y del cuidado de los/as hijos/as. Si bien estos condicionantes externos
impiden a muchas mujeres con capacidad personal y profesional alcanzar posiciones
en los entornos directivos, no se pueden obviar las variables personales, como la baja
autoeficacia y la menor formación en materias tradicionalmente masculinas, pues también
pueden convertirse en obstáculos significativos.
Palabras clave: Puestos de responsabilidad, mujeres, barreras externas e internas.

Abstract
The general aim of this paper is to review and integrate present research about the
different external and internal factors that could hinder the access of women to manage-
ment positions. Among the external barriers stand out gender stereotypes, labour market
segregation, women labour discrimination, sexual harassment, mobbing at work, lower
career development opportunities at organization, absence of an integrated labour policy
that facilitates the compatibility of work and family areas, and the difficulty to share
household and childcare responsibilities. Despite those external determining factors stop
many personal and professionally qualified women achieving positions in managerial
settings, personal variables can not be ignored, such as low self-efficacy and training in
traditionally male issues, since also could change into significant obstacles.
Key words: Management, Women, External and Internal barriers.

Dirección de la primera autora: Dpto. de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Universitat Jaume
I. Avda. de Vicent Sos Baynat, s/n. 12071 Castellón de la Plana (Castellón). Correo electrónico: sagut@psi.uji.es.
Recibido: octubre 2006. Aceptado: abril 2007
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La situación que viven las mujeres en el bilidad de manera similar a sus compañeros.
ámbito laboral es un tema que ha suscitado De hecho, una y otra vez se pone de relieve
gran interés en las últimas décadas, debido, que en contadas ocasiones las mujeres llegan
en gran medida, a su masiva incorporación al a la cima, quedándose estancadas en puestos
mercado de trabajo a lo largo de la segunda por debajo de su potencial. Cuanto más alto
mitad del siglo veinte en las economías avan- es el puesto, más nítida es la brecha entre los
zadas. En términos globales, las mujeres de dos géneros.
todo el mundo se han ido introduciendo de Esto ha llevado a diferentes autores
forma constante en profesiones, ocupaciones (por ejemplo, Burke y McKeen, 1992; Guy,
e incluso en empleos con cargos directivos, 1992, Naff, 1994; Powell, 1999; van Vianen
que anteriormente estaban reservados a los y Fischer, 2002) y también a organismos ofi-
hombres (Wirth, 2002). Desde un punto de ciales (por ejemplo, OIT, 2004), a mostrar y
vista longitudinal, cada vez son más las mu- denunciar la existencia del denominado techo
jeres que tienen un empleo o desean tenerlo de cristal, término acuñado por Segerman-
y que por tanto, tienen un mayor peso en Peck (1991), que alude a una última barrera
la actividad económica general (Davidson, basada en prejuicios hacia las mujeres que
1991; Instituto de la Mujer, 2006; OCDE, impide el avance de éstas a posiciones de
1986). Además, de forma paralela, el acceso alto nivel, quedándose así estancadas en los
de las mujeres a la educación y la formación niveles medios de la dirección. Esta barrera
ha mejorado de forma sustancial. Sus niveles transparente impide a muchas mujeres con
de cualificación se han ido equiparando a los capacidad personal y profesional alcanzar
masculinos, e incluso les superan en algunas posiciones en los entornos directivos, y pro-
etapas educativas (por ejemplo, estudios de mocionarse dentro de ellos (Sarrió, Barberá,
secundaria –segundo ciclo), lo cual ha favo- Ramos y Candela, 2002).
recido su presencia en puestos de trabajo que La investigación sobre desarrollo de
antes tenían vetados y que aspiren a empleos carrera -es decir, cómo las personas exploran
en puestos de dirección (véase Instituto de la sus opciones, planifican sus acciones, desem-
Mujer, 2006). peñan y progresan en los roles vocacionales
Sin embargo, desde una perspectiva elegidos- centrada en cuestiones de género,
transversal, en todos los años considerados ha experimentado una auténtica explosión de
y también en la actualidad, es evidente el información en los últimos años y especial-
claro desequilibrio entre mujeres y hombres, mente, la referida a las barreras que dificultan
a favor de estos últimos, al ser tanto las tasas el avance de las mujeres. Los estudios se
de actividad como las de empleo femenino hacen eco del impacto en el comportamiento
siempre inferiores a las masculinas y las tasas laboral de las mujeres de fenómenos como
de paro femenino siempre superiores al mas- por ejemplo los estereotipos de género, la
culino (véase Instituto de la Mujer, 2006). La segregación del mercado de trabajo, la discri-
situación de las mujeres en el contexto laboral minación laboral y el acoso sexual (Phillips
no se puede calificar, por tanto, de análoga y Imhoff, 1997). En esta línea, los resultados
a la de los hombres. Esta desigualdad se ve del estudio de Sarrió y cols. (2002) con direc-
reflejada en la dificultad de muchas mujeres tivos/as de Reino Unido y España en el marco
para desarrollar una carrera profesional que del proyecto MOW, revela que la cultura
les conduzca a ocupar puestos de responsa- organizacional predominante que merma

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las posibilidades de desarrollo profesional los límites de este trabajo. Por ello, aquí
de las mujeres, los estereotipos de género nos centramos en aquellos factores que, de
y la asunción por parte de las mujeres de acuerdo con los diferentes estudios, emergen
responsabilidades familiares como un deber como auténticas barreras significativas para
asociado al rol de género, son los principales la mayoría de mujeres que están empleadas
obstáculos en la promoción profesional. o desean estarlo y desean promocionar pro-
Sin embargo, no se pueden dejar de lado fesionalmente. Estos aspectos de carácter
otros factores externos perversos, como son externo son descritos a continuación.
el acoso psicológico en el trabajo y la ausen-
cia de una política laboral consolidada que Estereotipos de género
favorezca la conciliación de la vida laboral y
familiar. Si bien, todos estos condicionantes Si bien se han producido notables cam-
sociales y organizacionales se han convertido bios en el rol de la mujer en nuestra cultura
en barreras casi infranqueables al desarrollo durante las últimas décadas, los estereotipos
profesional de las mujeres, a la luz de las de género- las creencias generalizadas acerca
investigaciones, tampoco hay que dejar de de los rasgos que supuestamente poseen hom-
prestar atención a las variables personales, bres y mujeres y que distinguen a un género
que en vez de constituir recursos personales del otro- siguen estando vigentes (Baron y
para afrontar dichas barreras externas, se Byrne, 2005; Diekman y Eagly, 2000). Por
convierten, frecuentemente, en insalvables ejemplo, en nuestra cultura se asume que
obstáculos que dificultan, aún más si cabe, su los hombres poseen rasgos deseables como
acceso a puestos de responsabilidad. Habla- la decisión o la fortaleza, mientras que los
mos, concretamente, de la baja autoeficacia correspondientes a las mujeres, menos de-
de las mujeres en cuestiones consideradas seables, incluyen la pasividad o la sumisión
tradicionalmente masculinas, como son la (Deaux, 1985, 1995). Pese a que obviamente
ciencia y la tecnología, y de su formación, existen diferencias entre hombres y mujeres,
que muchas veces se concentra en áreas la magnitud y el alcance de las mismas es
tradicionalmente femeninas. A la revisión e mucho menor de lo que sugieren los este-
integración de los estudios más actuales sobre reotipos, pero persisten y condicionan el
estas barreras tanto externas como internas se comportamiento tanto de hombres como
dedica este trabajo. de mujeres en todas las esferas de la vida,
incluida la del trabajo.
Factores externos que dificultan el Así se asume que las mujeres tienen
acceso de las mujeres a puestos de una menor disposición a aceptar puestos
responsabilidad de responsabilidad, especialmente si eso
implica horarios largos de trabajo, viajes y
Los aspectos que son susceptibles de ser traslados. De hecho, existe la convicción
considerados obstáculos, en tanto que pueden de que los hombres son mejores directivos,
dificultar, en mayor o menor grado, el acceso que ellas siempre priorizarán sus responsa-
de las mujeres a puestos de responsabilidad bilidades familiares, o la creencia de que
pueden ser numerosos y tantos, quizá, como los rasgos característicos del buen directivo
mujeres tratan de abrirse paso en el mercado se corresponden con aspectos prototípicos
de trabajo. Su revisión, por tanto, excedería de la masculinidad (Sarrió y cols., 2002).
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Esto supone verse muchas veces situadas principal atender y/o servir a otras personas)
en áreas de actividad menos estratégicas, (segregación ocupacional horizontal), donde
que no se les confíen tareas variadas y que paralelamente permanecen concentradas en
no puedan familiarizarse con toda la gama los niveles más bajos de la jerarquía laboral
de actividades de la empresa; factores que (segregación ocupacional vertical) (Agut y
son cruciales para ascender a los puestos Salanova, 1998; Giddens, 2002; Halpern,
altos de dirección. Como consecuencia, sus 2005; Instituto de la Mujer, 2006; OCDE,
jefes piensan que pocas mujeres tienen la 1986; OIT, 2004). Por ejemplo, en España la
experiencia empresarial necesaria y que no mayoría de mujeres están empleadas en un
han pasado el tiempo suficiente en distintos restringido número de ramas profesionales,
puestos de mando para poder desempeñar los tales como la sanidad, la educación, los ser-
máximos cargos directivos (Cinterfor/OIT, vicios personales y domésticos o el comercio.
2006). Por si esto fuera poco, en los puestos Además, son pocas las mujeres que ocupan
de dirección se espera la asunción del mo- puestos directivos, tanto en la administración
delo masculino, de forma que las mujeres pública como en la empresa privada, y toda-
que quieren acceder a estos puestos se ven vía es menor el porcentaje de aquéllas que
forzadas a adoptarlo, al ser menos apreciado acceden a puestos de alta responsabilidad,
el modelo femenino (Fernández, Domínguez, aún cuando se trate de ocupaciones tradi-
Revilla, Anagnostou y Sancho, 2003). Quizá cionalmente femeninas (Burke y McKeen,
como consecuencia de lo anterior, se constata 1992; Instituto de la Mujer, 2006; Powell,
que una vez que las mujeres alcanzan los 1999), debido, como se ha dicho antes, a la
niveles superiores de dirección, las actitudes existencia de una barrera descubierta hasta
hacia ellas no difieren mayoritariamente de hace relativamente poco, el Techo de Cris-
aquellas dirigidas a los hombres (OIT, 2004). tal. Esto no sólo implica una restricción en
Ahora bien, en los últimos años en los puestos la posibilidad de ocupar puestos de poder,
de mando se observa una tendencia a una ma- sino además verse obligadas a permanecer
yor valoración de los atributos considerados concentradas en puestos muchas veces peor
femeninos. Cualidades como la capacidad de pagados, menos reconocidos y valorados.
comunicación, la empatía, la negociación, el A todo esto hay que añadir la carga que
trabajo en equipo y la búsqueda del consenso supone el trabajo no formal, como el trabajo
resultan prioritarias entre los requisitos para doméstico, familiar y de cuidado de niños y
la contratación de personal directivo (Sarrió personas mayores o enfermas, al cual han
y cols., 2002). dedicado y dedican su tiempo, fundamental-
mente las mujeres (Durán, Serra y Torada,
Segregación del mercado de trabajo 2001). Estas actividades continúan estando
poco reconocidas, valoradas y contabilizadas
Como consecuencia de la existencia y en las estadísticas laborales oficiales, cen-
persistencia de esos estereotipos de género, tradas fundamentalmente en las actividades
el trabajo se encuentra dividido en empleos realizadas al amparo del mercado regulado
masculinos y femeninos. Así las mujeres del trabajo quedando, pues, estos trabajos en
están concentradas en determinadas profe- la invisibilidad. Frecuentemente se ha dicho
siones feminizadas (por ejemplo, profesiones que si la realización de este tipo de trabajos
que muchas veces tienen como cometido no regulados tuviera que ser reconocido y

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retribuido económicamente como corres- las diferencias de remuneración se constatan


pondiera, la economía del país (y de otros entre directivas/as: cuanto más altos son los
industrializados) no sería capaz de soportarlo. puestos de dirección, más importante es la
Ni tan siquiera es viable económicamente brecha salarial (OIT, 2004). La discrimina-
remunerar a las personas que realizan labores ción salarial lejos de desaparecer, se mantiene
domésticas a diario por su trabajo, esencial- y constata en distintos países industrializados
mente amas de casa. (Meier y Wilkins, 2002).

Discriminación laboral de las mujeres Acoso sexual en el trabajo

La segregación del mercado de trabajo Es una forma de discriminación que su-


contribuye de forma significativa a la per- fren mayoritariamente las mujeres (Shaffer,
sistencia del fenómeno de la discriminación Joplin, Bell, Lau y Oguz, 2000) y una de las
laboral. De acuerdo con Metz y Tharenou barreras más aversivas de cara a su desarrollo
(2001), la discriminación basada en el género de carrera (Phillips y Imhoff, 1997). Engloba
constituye una de las mayores barreras para cualquier conducta de naturaleza sexual u
el acceso de las mujeres a puestos de alta otros comportamientos basados en el sexo,
responsabilidad. En el siglo XXI, la discri- que afectan a la dignidad de las personas
minación, es decir, el trato de subordinación en el trabajo (Alcover, 2004). Este tipo de
o inferioridad hacia algún colectivo sobre conductas todavía es frecuente en el lugar de
la base de una característica personal irrele- trabajo, a pesar de la legislación, las políticas
vante, como puede ser el género, es ilegal en de las organizaciones, la formación preventi-
muchos países. Pese a que la discriminación va y la creciente atención que los medios de
sexual -el tratamiento diferenciado y desfa- comunicación están dedicando a la cuestión
vorable a una persona por razón de su sexo-, (Berryman-Fink, 2001). Estas acciones de
en su forma directa está siendo erradicada, naturaleza sexual tienen un enorme impacto,
pues puede ser detectable y denunciable, ya que crean un ambiente de trabajo hostil
otras formas de discriminación se siguen para la víctima, deteriorando su salud física
dando. Cuando se practica, suele adoptar y psíquica (Fitzgerald, Drasgow, Hulin, Gel-
un carácter indirecto, como por ejemplo, fand y Magley, 1997).
fijar por convenio retribuciones inferiores a
categorías profesionales y ramas de actividad Acoso psicológico en el trabajo (mobbing)
feminizadas, porque este tipo de medidas es
más difícil de descubrir y denunciar (Poveda, Es una forma severa de acoso, cada vez
1992). más frecuente en las organizaciones (Ley-
Uno de los ámbitos de discriminación mannn, 1990) y se define como la agresión
más analizados es el salarial, dadas sus re- psicológica que ejerce un grupo de personas
percusiones económicas. Según datos del (acosadores) sobre una persona (víctima)
2002, la ganancia media anual de las mujeres de una forma sistemática y continuada en el
españolas supone, considerando todas las tiempo (Zapf, 1999). Abarca un conjunto de
ocupaciones, alrededor de un 71.1% de la acciones hostiles que afectan negativamente
de los hombres, es decir, es un 28.9% más al entorno social y al desempeño del trabajo
baja (Instituto de la Mujer, 2006). Además, de la persona acosada, conductas discrimi-
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natorias asociadas al género y a la edad, así obstaculización del progreso profesional de


como amenazas o abusos físicos, insultos e las mujeres. Incluso las mujeres sin responsa-
indirectas para abandonar el trabajo (Einar- bilidades familiares son vistas como madres
sen y Raknes, 1997). Esta agresión psicoló- potenciales. Como consecuencia, se presta
gica deteriora gravemente el bienestar físico menos atención a las inversiones requeridas
y psicológico de la víctima (Vartia, 2001), para ofrecerles formación y oportunidades
aumenta el absentismo laboral, e incluso para progresar en sus carreras profesionales,
fomenta el abandono definitivo de la organi- que la que se proporciona a los hombres que
zación, y con ello se reducen las posibilidades desempeñan el mismo trabajo, reduciéndo-
de desarrollo de carrera en la organización. Se se así las oportunidades de ascender a los
ha pensado que, por lo general, las mujeres puestos de más responsabilidad (Cinter-
sufren este tipo de conductas hostiles con for/OIT, 2006). En un estudio realizado por
más frecuencia que los hombres, en tanto Ohlott, Ruderman y McCauley (1994) con
que están en una situación laboral de subor- directivos/as, las mujeres declaraban que no
dinación. No obstante, esta cuestión requiere se les asignaban tareas que favorecieran el
mayor investigación. desarrollo de las habilidades necesarias para
desempeñar funciones de dirección. Además
Menores oportunidades de desarrollo de percibían que se habían encontrado con más
carrera en la organización obstáculos en su trabajo. Les había resultado
duro encontrar un apoyo personal, se sentían
El trabajo profesional, especialmente apartadas de las redes de contactos importan-
el directivo, exige con frecuencia una gran tes y habían tenido que esforzarse más que
dedicación para conseguir reconocimiento sus compañeros para ser reconocidas por el
y ascensos. Para que las personas puedan al- trabajo realizado.
canzar puestos de alta responsabilidad es im-
portante que tengan acceso a un amplio rango La ausencia de una política laboral
de oportunidades de desarrollo de carrera o consolidada que favorezca la conciliación
experiencias laborales que les preparen para de la vida laboral y familiar
tales puestos. Pero las políticas y estructu-
ras de las organizaciones están diseñadas Esta ausencia, hace difícil que las mu-
frecuentemente para considerar el período jeres puedan compatibilizar la vida personal
comprendido entre los 30 y 40 años de edad con el trabajo y el deseo de progresar en él.
como el más importante para el desarrollo de A diferencia de otros países europeos, en
una carrera, cuando precisamente es esta eta- España todavía no existe una política laboral
pa la que exige una dedicación más intensiva consolidada que facilite realmente una conci-
al cuidado de los/as hijos/as. Esto se debe, liación efectiva de la vida laboral y familiar.
principalmente, a la cultura organizacional Conciliar significa ajustar las necesidades
predominante, donde persisten los valores personales y las laborales sin que una exceda
masculinos y las creencias estereotipadas a la otra, manteniéndolas proporcionalmente
de género. De hecho, de los resultados del iguales y esto hoy en día aún es una utopía.
estudio de Sarrió y cols. (2002) se despren- Por poner algunos ejemplos, según los datos
de que este tipo de cultura organizacional más actuales que proporciona el Instituto de
continúa teniendo un enorme peso en la la Mujer (2006), para el año 2003, el 96.38%

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de las personas en situación de excedencia que quieren tener a la vez una familia y una
por el cuidado de hijos/as son las madres y el carrera han de hacer auténticos malabaris-
98.46% de los permisos por maternidad/pa- mos para atender ambas esferas. Encontrar
ternidad son disfrutados por las progenitoras. este equilibrio entre el trabajo y la familia es
De acuerdo con los datos del 4º trimestre evidentemente un problema para las mujeres
de 2004, el 93.20% de las personas que en el mundo entero, aunque puede ser exa-
abandonan el mercado laboral por razones cerbado en culturas más centradas sobre la
familiares son mujeres. Y a esto se añade el familia (OIT, 2004). Con todo, la sensación
hecho de que, actualmente, muchos directi- de doble jornada parece que no resquebraja el
vos todavía consideran a las mujeres en edad bienestar psicológico. La explicación es que
fértil como empleados menos deseables que la vida familiar, aunque complique el horario
otros grupos, por los posibles conflictos de y la disponibilidad para temas personales o
intereses que pudieran surgir entre el trabajo laborales es una fuente insustituible de satis-
y la familia. facción general del individuo (Chinchilla y
León, 2004). De hecho, en su reciente revi-
Dificultades a la hora de compartir sión Byron (2005) concluye que la variable
las responsabilidades domésticas y del sexo por sí misma es un pobre predictor del
cuidado de los/as hijo/as conflicto entre el trabajo y la familia.

Pese a que se ha avanzado de forma Factores internos que dificultan el


significativa en este terreno, lo cierto es acceso de las mujeres a puestos de
que la ausencia de medidas que favorezcan responsabilidad
realmente la conciliación de la vida familiar
y laboral ha derivado en la persistencia de Tradicionalmente, las diferencias de gé-
diferencias notables entre mujeres y hombres. nero se han explicado desde un enfoque más
Si consideramos la población ocupada, en el centrado en la persona. Así, se ha pensado que
4º trimestre de 2004, el porcentaje de hom- las limitaciones en el desarrollo de carrera
bres que realiza tareas del hogar del total de de las mujeres radicaban fundamentalmen-
ocupados es de 16.10%, mientras que en el te en características psicológicas internas,
caso de las mujeres ocupadas el porcentaje como el miedo al éxito, la baja autoestima
asciende a 63.40% (Instituto de la Mujer, o las diferencias en el estilo de liderazgo
2006). Estos datos indican claramente que (Tharenou, 1990). Pero la investigación ha
las mujeres han ganado terreno fuera de casa, ido revelando que las mujeres no sólo tienen
pero su nivel de implicación en las respon- capacidad, sino que además no difieren de sus
sabilidades de los/as hijos/as y el hogar no compañeros en cuanto a motivación laboral
ha cambiado sustancialmente. Las mujeres (Barnett, 2004). Por ejemplo, en el estudio
continúan estando más implicadas en el de Sarrió y cols. (2002) no se han detectado
cuidado de los/as hijos/as que sus compañe- obstáculos relativos a la falta de intereses
ros, aun cuando ambos aportan ingresos al profesionales, motivación y rasgos de per-
hogar. Tener que asumir roles, tanto dentro sonalidad, ni entre el personal directivo ni
como fuera de casa que exigen, además, gran entre las mujeres universitarias participantes.
dedicación puede dificultar el desarrollo de De ahí que las aproximaciones más contem-
carrera (O’Driscoll, 1996), de forma que las poráneas prefieran entender a la persona en
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relación con los factores contextuales, como diferencias de género en este constructo
hemos visto en el apartado anterior, los cuales arroja resultados interesantes. De la revisión
permiten comprender mejor aspectos sobre realizada por Hackett (1999) se desprende
el desarrollo de carrera de las mujeres que que las mujeres poseen peores creencias
quedaban sin explicar desde planteamientos de eficacia en los estudios considerados
más tradicionales (Tharenou, 1990). tradicionalmente masculinos (ciencia y tec-
Pese al ineludible impacto que ejercen nologías, en general) que en los considerados
los condicionantes ambientales en el compor- femeninos. Por ejemplo, se ha evidenciado
tamiento laboral de las mujeres y en concreto, que generalmente, las chicas se perciben
en todo lo relacionado con su desarrollo de menos eficaces que los chicos en el uso de
carrera, como la investigación viene mos- las TIC, como por ejemplo los ordenadores,
trando insistentemente, no podemos dejar de (Brosnan, 1998; Martín y Agut, 2005; Mcll-
hablar de los factores individuales desde una roy, Bunting, Tierney y Gordon, 2001). Esto
perspectiva psicosocial, los cuales en vez de además está estrechamente relacionado con
constituir recursos personales esenciales para su autoeficacia ocupacional. Así, mientras la
afrontar los obstáculos antes comentados se autoeficacia de los estudiantes universitarios
convierten, frecuentemente, en insalvables es equivalente en distintas ocupaciones, la au-
barreras que dificultan, aún más, su acceso toeficacia de las mujeres es más baja para las
a puestos de responsabilidad. Hablamos, ocupaciones dominadas por hombres y más
en particular, de la baja autoeficacia de las alta para las dominadas por ellas. Como apun-
mujeres en cuestiones consideradas tradi- tan Sarrió y cols. (2002), aquí es importante
cionalmente masculinas y de su formación, tener en cuenta la profecía autocumplida. Así
concentrada en áreas consideradas femeni- la creencia compartida de que las mujeres
nas, pues en la actualidad ambas variables pueden desempeñar unos trabajos y no otros
pueden condicionar en gran medida sus y que no tienen madera para dirigir, no sólo
posibilidades de entrada y progreso en el favorece que se resistan a contratarlas, sino
mercado de trabajo. que ellas pueden llegar a creerse que no sir-
ven para ocupar determinados puestos, como
Baja autoeficacia en cuestiones los de dirección, con lo cual ponen menos
tradicionalmente masculinas empeño en su promoción profesional y se da
cumplimiento a la profecía.
La autoeficacia hace referencia a las
creencias en las propias capacidades para Formación en áreas tradicionalmente
organizar y ejecutar los cursos de acción femeninas
requeridos para manejar situaciones futuras.
Además, estas creencias de eficacia influyen, El nivel educativo de las mujeres se ha
entre otras cosas, en el modo en que las per- equiparado al de los hombres. No sólo se
sonas piensan, sienten, se motivan y actúan ha alcanzado la paridad con los estudiantes
(Bandura, 1997); de ahí que se consideren varones, sino que incluso ha sido superada
un antecedente significativo de los procesos en numerosos países. El problema reside en
motivacionales y cognitivos, y de los cursos que las opciones académicas de las mujeres
de acción en los que se implican las perso- jóvenes revelan la carencia de un perfil
nas. La investigación acerca de las posibles educativo adecuado para poder acceder y

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progresar en las carreras profesionales, y de femenina, la presión de sus familias y pro-


dirección a las que ellas aspiran (OIT, 2004). fesores pueden disuadirlas y determinar que
En este sentido, en el estudio de Sarrió y cols. no se dediquen a esos estudios u oficios.
(2002) se han constatado carencias en cuanto Pese a ello, las estudiantes universitarias
a la cualificación profesional, tanto entre han comenzado a incursionarse en áreas no
las universitarias españolas como entre las tradicionales, aún así se siguen concentrando
mujeres británicas que se reincorporaban al en materias que tienen relativamente pocas
mercado laboral. conexiones con los empleos profesionales y
Las mujeres eligen tradicionalmente de dirección. Las chicas también tienden dar
profesiones de vocación social, considera- más prioridad a las materias teóricas en de-
das tradicionalmente femeninas, como la trimento de las oportunidades profesionales
sanidad, la educación, las humanidades o prácticas (OIT, 2004).
las ciencias sociales, mientras que los chicos
muestran mayor diversidad en sus elecciones, Conclusiones
y su presencia es masiva en las titulaciones
estrechamente vinculadas a lo tecnológico El objetivo general de este trabajo ha sido
(Agut y Salanova, 1998). Esta orientación revisar los diferentes aspectos que pueden
tradicional hacia lo considerado como feme- obstaculizar el acceso de las mujeres a pues-
nino ha supuesto, por tanto, un alejamiento de tos de responsabilidad en el mercado laboral
las mujeres de todo aquello relacionado con actual. A pesar de que se han integrado en el
la tecnología (Salanova, Agut y Grau, 2000), mercado de trabajo de forma masiva en las úl-
por considerarse que sus requerimientos eran timas décadas, su posición es de clara desven-
más acordes a las características asociadas a taja con respecto a la de sus compañeros. Esta
los hombres. Como consecuencia, históri- desigualdad se ve reflejada en su dificultad
camente las mujeres no se han formado en para acceder a puestos de poder, debido a la
materias técnicas y, aun hoy en día, son los existencia de una última barrera, denominada
chicos quienes se dirigen a aquellas titulacio- techo de cristal, basada en prejuicios hacia
nes relacionadas con la ciencia y la tecnología las mujeres, que les dificulta y/o impide llegar
(Ayalon, 2003). Como ya se ha comentado, a la cima (por ejemplo, Burke y McKeen,
si una mujer se siente menos capaz de ser 1992, Guy, 1992, Naff, 1994, Powell, 1999;
eficiente en un ámbito tradicionalmente Sarrió y cols., 2002, van Vianen y Fischer,
masculino, difícilmente acabará formándose 2002). La investigación sobre las diferencias
en esa materia. Este alejamiento formativo de de género en desarrollo de carrera, pone de
las materias masculinas, especialmente de lo relieve la existencia de obstáculos significa-
tecnológico en principio no es problemático, tivos, especialmente de carácter externo, que
si no fuera porque las titulaciones que eligen dificultan el avance de las mujeres (Phillips
los chicos suelen ser más demandadas en y Imhoff, 1997), pero no hay que obviar que
el mercado de trabajo y por tanto, tienen determinadas variables individuales pueden
mayores posibilidades de empleo, y en con- constituir también barreras al acceso a pues-
secuencia, de promoción que las elegidas tos de media y alta dirección.
por las chicas. La literatura revisada describe múltiples
Además, si las mujeres muestran interés barreras externas, entre las que destacan la
por carreras en las que hay poca presencia perpetuación de los estereotipos de género,
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donde subyace la creencia de que deter- ción de eficacia en cuestiones consideradas


minadas características son propias de los tradicionalmente masculinas (por ejemplo,
hombres y otras, peor consideradas en el Brosnan, 1998; Mcllroy y cols., 2001) y en
mercado laboral, son propias de las mujeres las que consecuentemente se forman menos
(por ejemplo, Deaux, 1985, 1995; Diekman (Ayalon, 2003), la problemática se agudiza
y Eagly, 2000). Esto se ve perfectamente re- significativamente.
flejado en los puestos de trabajo que ocupan En definitiva, que las mujeres tienen que
hombres y mujeres, pues ellas se siguen con- superar múltiples barreras si quieren acceder
centrando en determinadas profesiones ya y mantenerse en puestos de media y alta
feminizadas, peor consideradas socialmente, responsabilidad, es decir, puestos donde hay
y en los niveles más bajos de la jerarquía poder, es un hecho incuestionable. Son pocas
(segregación del mercado de trabajo) (Insti- las mujeres que llegan a los puestos clave de
tuto de la Mujer, 2006). Consecuentemente, poder, después de haber vencido numerosos
las prácticas discriminatorias se perpetúan, dificultades, y las que llegan habitualmente
como lo demuestra la brecha salarial entre se ven presionadas a asumir el modelo de
mujeres y hombres, a favor de estos últimos dirección masculino. Sin embargo, pese a
(Meier y Wilkins, 2002). Además, fenóme- que el acceso a estos puestos es complicado,
nos como el acoso sexual (Shaffer y cols., no se puede calificar de imposible, en tanto
2000) o el acoso psicológico (Einarsen y en cuanto las mujeres dispongan de recursos
Raknes, 1997) afectan gravemente a las per- que les ayuden a afrontar estos obstáculos,
sonas que se encuentran en una situación más reduciéndolos o eliminándolos. Convertir en
delicada en el mercado de trabajo, como son recursos las barreras internas anteriormente
las mujeres, reduciéndose así sus opciones de comentadas, favorecería el afrontamiento de
alcanzar puestos de mayor poder. Disponer los obstáculos a nivel social y organizacional,
de oportunidades para poder desarrollar la que son de más difícil control que los internos.
carrera en la organización, es un elemento Dicho de otra manera, en la medida en que las
clave para alcanzar progresivamente puestos mujeres aprendan a sentirse más eficaces en
de responsabilidad, y la investigación (por las materias tradicionalmente vinculadas al
ejemplo, Ohlott y cols., 1994) evidencia rol masculino, relacionadas con la ciencia y
que ellas cuentan con menores opciones. la tecnología y consecuentemente se formen
Tampoco hay que olvidar la ausencia de más en ellas, tendrán mayores opciones de
una política consolidada que favorezca acceder y ascender a puestos habitualmente
realmente la conciliación de la vida familiar vedados a las mujeres, que están mejor con-
y laboral y como no, el problema para com- siderados y pagados en el mercado de trabajo
partir verdaderamente las responsabilidades actual. Como apuntan Sarrió y cols. (2002),
domésticas y del cuidado de los/as hijos/as
(Instituto de la Mujer, 2006), está aún por Otras estrategias incluyen la formación
resolver. Si a todo esto se une la existencia en competencias directivas, tener un plan
de ciertos factores personales, que en vez de carrera sólido, autoconocimiento,
de ser estrategias de afrontamiento a estos energía y entusiasmo y sobre todo, im-
obstáculos, suponen verdaderas barreras plicarse, hacerse notar, ser más visibles,
internas, como son el hecho de que muchas establecer contactos y formar parte de
mujeres todavía poseen una peor percep- las redes de trabajo (pág. 181).
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S. Agut y P. Martín Factores que dificultan el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad

Ahora bien, todavía el gran reto reside and gender differences in choice of field
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