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Colon irritable,

consejos y
tratamiento contra la
enfermedad

El factor psicológico es muy importante a la hora padecer intestino irritable, por lo


que debemos manejar nuestras situaciones de estrés, la ansiedad y el nerviosismo

El síndrome de intestino irritable, conocido como colon irritable, es un trastorno


intestinal crónico recidivante. Es decir, con recaídas, de causa desconocida y que se
caracteriza por dolor abdominal acompañado por diarrea, estreñimiento o
alternancia de ambos síntomas.
De momento no se conocen las causas de esta enfermedad, cuyo desencadenante son
cambios en la motilidad del intestino y de la sensibilidad de la mucosa intestinal.

Se cree que tiene un factor psicológico muy importante, es decir, que el estrés, la
ansiedad y el nerviosismo pueden ser los desencadenantes de los episodios de colon
irritable. Aunque también se han propuesto causas de tipo hormonal, de intolerancia
a ciertos alimentos (diferentes para cada paciente) o genéticas.

Síntomas de colon irritable

El colon irritable es un trastorno que puede aparecer a cualquier edad, pero lo más
habitual es que lo haga en la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta. Es
más común en mujeres.

Es un síndrome con una gran variabilidad de síntomas, aunque hay uno común en
todos los pacientes, el dolor abdominal. Este se puede acompañar de estreñimiento,
diarrea, alternancia de ambos, distensión abdominal, meteorismo o sensación de
evacuación incompleta.

Es una enfermedad crónica. Hay pacientes que suelen tener exacerbaciones por la
presencia de factores desencadenantes, que pueden durar unos días o semanas y
después mejorar. Y hay pacientes que pueden tener síntomas de forma más o menos
continuada. Muchos suelen tener también problemas de ansiedad o depresión.

No existe ninguna prueba o examen que diagnostique el colon irritable. El médico,


ante la explicación de los síntomas, pedirá pruebas para descartar otras enfermedades
gastrointestinales y, ante la normalidad de todas ellas, y junto a una historia clínica
completa diagnosticará el síndrome.
Tratamiento de la enfermedad

Al desconocerse la causa, es imposible dar con el tratamiento para evitar la


enfermedad. El tratamiento irá dirigido a paliar los síntomas propios de cada
paciente, por tanto será individualizado para cada uno, y esto es tarea del
gastroenterólogo.

Aquí os vamos a dar una serie de consejos y medidas dietéticas para minimizar sus
exacerbaciones y la intensidad de sus síntomas:

 Dieta pobre en grasas y rica en proteínas (carnes y pescados).


 Evitar los alimentos que a cada paciente le desencadenan los síntomas o que los
empeoran. Los alimentos que con más frecuencia perjudican son: especias,
alcohol, tónica, sopas de sobres, cacao, derivados lácteos, quesos, bollería,
pasteles, helados, mantequilla…
 Evitar las bebidas con gas y los alimentos flatulentos como garbanzos, lentejas,
habas, col, coliflor, cebollas, puerros, guisantes, frutos secos y en conserva.

 Evitar comidas copiosas, comer despacio y masticar bien.


 Mantener un horario fijo de comidas, e intente evacuar siempre a la misma hora
y sin prisas, preferiblemente después del desayuno.
 Ejercicio físico adecuado a la edad (caminar, nadar) y evitar el sedentarismo.
 El dolor abdominal se puede aliviar aplicando calor local suave.
 Evitar el uso de laxantes.
 Evitar, en lo posible, las situaciones que producen estrés o nerviosismo.

¿Cómo podemos limpiar los intestinos?

Los intestinos constituyen una parte primordial en nuestro cuerpo, pues cumplen
varias tareas de gran importancia: descomponen todos los restos de comida para que
los nutrientes sean de fácil absorción, elimina los elementos nocivos, entre otras más.
No obstante, en más de una ocasión los intestinos se ven afectados y se hace necesario
realizar una depuración. Para saber cuándo debemos limpiarlos es necesario detectar
ciertos problemas:

 Halitosis
 Acidez o reflujo
 Pesadez o mala digestión
 Diarrea y gases
 Dolor de cabeza
 Insomnio

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