Si bien la historia de la música se remonta a las tribus prehistóricas, comenzamos nuestro recorrido por el Renacimiento (finales del siglo XIV – siglo XVII). Fue entonces cuando los compositores de música clásica pudieron por fin imprimir sus obras. La imprenta de Gutenberg (1450) contribuyó a la difusión musical. En esta época, además, nacen los primeros sistemas de afinación de instrumentos y se comienza a alterar las notas con sostenidos, bemoles y becuadros, buscando una mayor expresividad.
Georg Friedrich Haendel (1685 – 1759). El Barroco
La característica principal de la música barroca (de 1600 a 1750) es el contraste: se busca la oposición en el ritmo, en los matices, en la sonoridad, en los instrumentos, etc. Además, en esta época surge la orquesta (que de momento es aun pequeña) con instrumentos agrupados por familias: cuerda, viento y a veces percusión.
Antonio Lucio Vivaldi (1678 – 1741). El Barroco
Vivaldi nació en una familia de músicos, y comenzó a estudiar en la escuela de San Marcos de Venecia. Para seguir su vocación musical, se ordenó sacerdote, por lo que se ganó el apodo de “el cura rojo”, ya que era pelirrojo. Sin embargo, el compositor y músico italiano ofició pocas misas y demostraba escaso interés por la vida religiosa.
Johann Sebastian Bach (1685 – 1750). Fin del Barroco
Considerado por muchos como el más grande de los compositores de música clásica de todos los tiempos, la carrera de Bach puede dividirse en varias etapas. Se corresponden con las ciudades donde vivió. Franz Joseph Haydn (1732 – 1809). El Clasicismo El Clasicismo musical coincide con la época de la Ilustración. Con la Revolución Francesa, los ideales de igualdad, libertad y fraternidad se aplican a la música. El arte y la enseñanza se popularizan, y la música busca ser un lenguaje universal, accesible para todos. Se dejan atrás las florituras y artificios del barroco. Lo fundamental es que la música clásica sea agradable, que ‘entre por el oído’.
Wolfang Amadeus Mozart (1756 – 1791). Clasicismo
Amadeus Mozart fue un niño prodigio que a los seis años ya era un intérprete avanzado de violín, pero tuvo una vida corta y llena de penurias económicas. A pesar de todo, en sus 35 años de vida, este genio de la música compuso más de 600 piezas. Su obra abarca todos los géneros: sinfonías, divertimentos, sonatas, música de cámara, conciertos, ópera y música de iglesia.
Ludwig van Beethoven (1770 – 1827). Inicios del Romanticismo.
El Romanticismo musical comienza en 1800, con la 1ª Sinfonía de Ludwig van Beethoven. En esta época, se defiende la libertad creadora del artista. Beethoven será considerado el primer artista independiente. Ya no se apela a la razón, sino al sentimiento. La música se convierte en un lenguaje que intenta expresar aquello que no se puede explicar con palabras. Cada autor romántico tiene su estilo personal, subjetivo.
Frédéric François Chopin (1810 – 1849). El Romanticismo pleno
La construcción y ampliación del piano cambió el rumbo de la historia de la música clásica. El piano ganó en matices y en volumen. Y si hay un compositor famoso por su virtuosismo al piano, ese es Frédéric Chopin. Wilhelm Richard Wagner. El Romanticismo tardío Con el Romanticismo llegando a su fin, los compositores de música clásica buscan un lenguaje único. Usan las sonoridades de una manera más libre. Richard Wagner se caracterizó por el uso de cromatismos (es decir, de notas intermedias en la escala). Así conseguía dar mayor expresividad a sus obras, sobre todo a sus óperas (que él llamaba “dramas musicales”). En ellas, cada personaje tenía una tonalidad distinta. La música estaba al servicio de la expresión dramática.