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Guerra de Independencia de los Estados Unidos

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Guerra de Independencia de los Estados Unidos

AmericanRevolutionaryWarMon.jpg

Lord Cornwallis se rinde en Yorktown (arriba); batalla de Guilford Court House (centro izquierda);
batalla de Trenton (centro derecha); batalla de Long Island (abajo izquierda); y muerte del general
Warren en Bunker Hill (abajo derecha).

Fecha 19 de abril de 1775-3 de septiembre de 1783

Lugar Este de América del Norte, Gibraltar, Islas Baleares, subcontinente Indio, partes de África,
aguas costeras europeas, Mar Caribe y océanos Atlántico e Índico

Resultado Victoria de Estados Unidos y sus aliados

Acuerdo de cese al fuego anglofrancés (20 de enero de 1783)

Cese al fuego declarado por el Congreso Continental (11 de abril de 1783)

Suspensión concertada de hostilidades en India (2 de julio de 1783)

Paz de París (firmada el 3 de septiembre de 1783 y ratificada el 14 de enero de 1784)

Consecuencias Londres reconoce la independencia estadounidense.

Fin del primer Imperio británico.

Ruptura de la Confederación Iroquesa.

Cambios territoriales •Independencia de Estados Unidos.

•España recupera la Florida oriental y occidental, la costa de los Mosquitos (Honduras y


Nicaragua), Campeche, el archipiélago de San Andrés y Menorca.

•Francia anexiona San Pedro y Miquelón, Santa Lucía y Tobago y recupera algunas plazas en las
Antillas y en el río Senegal en África.

•Los Países Bajos ceden Nagapattinam a Gran Bretaña a cambio de Sumatra y reconocen el
derecho de los ingleses a navegar por el Índico.

Beligerantes

Flag of the United States (1776–1777).svg Trece Colonias

(hasta 1776)

Flag of the United States (1777–1795).svg Estados Unidos

(desde 1776)
Flag of the Vermont Republic.svg República de Vermont Royal Standard of the King of France.svg
Reino de Francia

Bandera de España 1760-1785.svg Reino de España

Co-beligerantes:

Statenvlag.svg Países Bajos

Flag of Mysore.svg Mysore

Tribus indígenas:[mostrar]

Flag of Great Britain (1707–1800).svg Imperio Británico

• Lealistas

Flag of Hanover (1692).svg Hannover

Mercenarios alemanes

Wappen-HK (1736-1804).svg Hesse-Kassel

Wappen-HK (1736-1804).svg Hesse-Hanau

Wappen Deutsches Reich - Fürstentum Waldeck und Pyrmont.png Waldeck

Brunswick-Lüneburg Arms.svg Brunswick-Luneburgo

Wappen Brandenburg-Ansbach.svg Ansbach

Blason Principauté d'Anhalt-Zerbst (XVIIIe siècle).svg Anhalt-Zerbst

Tribus indígenas:[mostrar]

Comandantes

Flag of the United States (1777–1795).svg George Washington

Flag of the United States (1777–1795).svg Benedict Arnold

(hasta 1780)

Flag of the United States (1777–1795).svg Nathanael Greene

Flag of the United States (1777–1795).svg Benjamin Lincoln

Flag of the United States (1777–1795).svg Richard Montgomery

Flag of the United States (1777–1795).svg Tadeusz Kościuszko

Flag of the United States (1777–1795).svg Kazimierz Pułaski

Flag of the United States (1777–1795).svg Horatio Gates

Flag of the United States (1777–1795).svg Friedrich Wilhelm von Steuben


Royal Standard of the King of France.svg Gilbert de La Fayette

Royal Standard of the King of France.svg Charles Henri

Royal Standard of the King of France.svg Jean-Baptiste Donatien de Vimeur de Rochambeau

Royal Standard of the King of France.svg François Joseph Paul de Grasse (P.D.G.)

Bandera de España 1760-1785.svg Bernardo de Gálvez

Bandera de España 1760-1785.svg Luis de Córdova y Córdova

Bandera de España 1760-1785.svg Juan de Lángara

Bandera de España 1760-1785.svgFrancisco de Saavedra

Statenvlag.svg Johan Zoutman Flag of Great Britain (1707–1800).svg Jorge III de Inglaterra

Flag of Great Britain (1707–1800).svg Frederick North

Flag of Great Britain (1707–1800).svg George Germain

Flag of Great Britain (1707–1800).svg John Burgoyne (P.D.G.)

Flag of Great Britain (1707–1800).svg Charles Cornwallis Rendición

Flag of Great Britain (1707–1800).svg William Howe

Flag of Great Britain (1707–1800).svg Henry Clinton

Flag of Great Britain (1707–1800).svg Guy Carleton

Flag of Great Britain (1707–1800).svg Banastre Tarleton

Flag of Great Britain (1707–1800).svg Benedict Arnold

(desde 1780)

Flag of the Iroquois Confederacy.svg Joseph Brant

Fuerzas en combate

Flag of the United States (1777–1795).svg Ejército Continental:

40.000 (promedio)2

Flag of the United States (1777–1795).svg Armada Continental:

5.000 marineros en 1779, ningún barco de línea y 53 buques (no todos activos al mismo tiempo)3

Aliados:

12.000 franceses en América, 63.000 franco-españoles en Gibraltar y 146 barcos de línea activos
en 17824

1.000 indios5
•1006-1507 illiniwek

•200-2.000 abenakis8 Flag of Great Britain (1707–1800).svg Ejército Británico

39.000 (promedio)2

7.500 tropas en Gibraltar4

19.0009-25.00010 lealistas

30.000 alemanes11

10.00010-13.00012indios

•1.500 iroqueses13

•500-2.000 muscoguis14

•100 hurones15

•~2.000 cherokeesn 9

Flag of Great Britain (1707–1800).svg Royal Navy

94 navíos de línea activos en 17824 y 171.000 marinos16

Bajas

25.000-70.000 estadounidenses muertos (6.824 en combate)217

10.000 franceses, 5.000 españoles y 500 holandeses caídos en combate1018 4.000 soldados
británicos muertos en combate2

1.243 marinos muertos en combate, 18.500 por enfermedad y 42.000 desertores (1776-1780)19

7.774 alemanes muertos (1.800 en combate)2

Unos 65.000 a 70.000 lealistas huyen de Estados Unidos a Canadá, Florida y el Caribe.20

En 1783, más de 2.000 iroqueses al mando de Brant huyeron a Ontario, 8.000 lealistas a St.
Lawrence y 30.000 a New Brunswick.21

La mayoría de los indios intentaron inicialmente mantenerse neutrales,22 pero solo las tribus al
oeste del Misisipi lo lograron, como los sioux, ojibwas, fox y sauk, aunque los británicos
inicialmente casi lograron ponerlos de su lado enviándoles mensajeros.23

[editar datos en Wikidata]

La guerra de Independencia de los Estados Unidos fue un conflicto que enfrentó a las Trece
Colonias británicas originales en América del Norte contra el Reino de Gran Bretaña. Ocurrió entre
1775 y 1783, finalizando con la derrota británica en la batalla de Yorktown y la firma del Tratado
de París.
Durante la guerra, Francia ayudó a los revolucionarios estadounidenses con tropas terrestres
comandadas por Rochambeau y por el Marqués de La Fayette y por flotas bajo el comando de
marinos como Guichen, de Grasse y d'Estaing. España, por su parte, lo hizo inicialmente y de
forma clandestina gracias a Bernardo de Gálvez y de forma abierta a partir de la batalla de
Saratoga, mediante las armas y los suministros proporcionados por los navíos del comerciante
Diego María de Gardoqui y abriendo un frente en el flanco sur.

Las colonias británicas que se independizaron de Gran Bretaña edificaron el primer sistema
político liberal y democrático, alumbrando una nueva nación, los Estados Unidos de América,
incorporando las nuevas ideas revolucionarias que propugnaban la igualdad y la libertad. Esta
sociedad colonial se formó a partir de oleadas de colonos inmigrados y no existían en ella los
rasgos característicos del rígido sistema estamental europeo.

En las colonias del sur (Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia) se había organizado
un sistema esclavista (con unos 500 000 esclavos negros) que explotaban plantaciones de tabaco,
algodón y azúcar. De este modo, la población estaba compuesta por grandes y pequeños
propietarios y esclavos.

Los antecedentes a la guerra de la Independencia de los Estados Unidos se remontan a la


confrontación franco-británica en Norteamérica y a las consecuencias de la guerra de los Siete
Años.

La guerra de los Siete Años terminó en 1763. El 10 de febrero, el Tratado de París ponía fin al
imperio colonial francés en América del Norte y consolidaba a Inglaterra como la potencia
hegemónica. En oposición solo tenía a España, que controlaba Nueva Orleans, la ciudad más
importante, con unos 10 000 habitantes. Respecto a Francia, la pérdida territorial no fue sentida
como algo catastrófico. Se conservaban los derechos pesqueros en Terranova y la población
católica francófona recibiría un trato de respeto. Por otro lado, en el Caribe las pérdidas podían ser
compensadas, pues la colonia principal francesa del Caribe, Saint-Domingue (La Española) con
capital en Puerto Príncipe, producía la mitad del azúcar consumido en todo el mundo, y su
comercio con África y las Antillas estaba en pleno apogeo.

Respecto a los colonos estadounidenses, la guerra modificó radicalmente el panorama anterior.


Los francófonos católicos de Quebec, tradicionales enemigos de los colonos estadounidenses de
las Trece colonias, recibieron un trato respetuoso por parte de las autoridades británicas. Trato
que se confirmó en 1774 cuando se dotó a Canadá de un estatuto particular dentro de las colonias
estadounidenses, llevándose sus fronteras hasta la confluencia del Ohio y el Misisipi. Asimismo su
población conserva un derecho civil propio y la Iglesia católica es reconocida. Todos estos
movimientos fueron mal aceptados por la población de las Trece colonias.
La causa inmediata de este conflicto fue el injusto trato que Gran Bretaña infligía a los colonos,
pues estos aportaban riquezas e impuestos a la metrópoli pero no tenían los medios para decidir
sobre dichos impuestos, por lo que se sentían marginados y no representados.

Índice

1 Contexto

2 La guerra de independencia

2.1 Los primeros combates

2.2 La batalla de Saratoga

2.3 La ayuda extranjera y el final de la guerra

3 Tratado de paz de París

4 La nueva constitución

5 Véase también

6 Notas

7 Referencias

7.1 Notas

7.2 Bibliografía

8 Enlaces externos

Contexto

Artículo principal: Revolución de las Trece Colonias

Gran Bretaña obtuvo el triunfo sobre Francia en la guerra de los Siete Años (1756-1763) recibiendo
gran ayuda económica y militar de las colonias, al igual que estas de la metrópoli, aunque dicha
colaboración no les fue recompensada. Las medidas represivas del gobierno inglés (producidas
tras sublevaciones como el Motín del té de Boston y las sanciones de las Actas Intolerables)
provocaron el inicio de la guerra de independencia.

El descontento se extendió por las Trece Colonias y se organizó una manifestación en Boston en
contra de los impuestos que debían pagar por artículos indispensables como el papel, el vidrio o la
pintura. En esta manifestación no hubo ningún altercado y el gobierno inglés hizo oídos sordos a
las peticiones de los colonos. Pero estos no iban a consentir que la situación continuara así, con lo
que se reunieron junto a varios miembros de otras poblaciones para urdir una acción más
propagandística que la manifestación. En 1773 los colonos se reunieron en Boston. De Gran
Bretaña llegaban tres naves cargadas de cajas que contenían té. Varios miembros de la sociedad
secreta se disfrazaron de indios y fueron nadando hasta alcanzar los tres barcos. Una vez allí
capturaron a sus tripulantes y tiraron la mercancía por la borda. Fue la primera acción contra la
represión de impuestos, lo que intranquilizó a los británicos.

En 1774 se reunió por primera vez el Congreso de los colonos en contra de la servidumbre a
Londres y a favor de una patria independiente, el Primer Congreso Continental. Ya se discuten
unas hipotéticas leyes. Pese al clima de enemistad contra los británicos metropolitanos en las
colonias, todavía había algunos colonos que apoyaban al rey inglés Jorge III, siendo llamados kings
friends (Cerca de 500.000 lealistas, alrededor del 19% de la pobl. de las 13 colonias).

La guerra de independencia

Los primeros combates

El 19 de abril del año 1775, soldados ingleses salieron de Boston para impedir la rebelión de los
colonos mediante la toma de un depósito de armas de estos últimos en la vecina ciudad de
Concord. En el poblado de Lexington se enfrentaron a 70 milicianos. Nadie sabe quién abrió fuego
y comenzó de este modo la guerra de independencia. Los ingleses tomaron Lexington y Concord,
pero en su regreso hacia Boston fueron hostigados por cientos de voluntarios de Massachusetts.
Se producen las primeras bajas de la contienda, ocho soldados colonos. Para junio, 10 000
soldados coloniales estaban sitiando Boston.

En mayo de 1775, un Segundo Congreso Continental se reunió en Filadelfia y empezó a asumir las
funciones de gobierno nacional. Nombró catorce generales, autorizó la invasión de Canadá y
organizó un ejército de campaña bajo el mando de George Washington, un hacendado virginiano y
veterano de la guerra franco-india. Consciente de que las colonias sureñas desconfiaban del
fanatismo de Massachusetts, John Adams presionó para que se eligiera a este coronel de la milicia
virginiana, que tenía cuarenta y tres años como comandante en jefe. Fue una elección inspirada.
Washington, que asistía al Congreso de uniforme, tenía el aspecto adecuado; era alto y sereno,
con un digno aire militar que inspiraba confianza. Como dijo un congresista: «No era un tipo que
actuara alocadamente, que despotricara y jurara, sino alguien sobrio, firme y calmado».

Se empezaron a reclutar soldados de entre todas las partes de las colonias. Muchos de ellos eran
agricultores o cazadores, bravucones y poco entrenados en el combate. En las primeras luchas
contra los británicos, George Washington llegó a decir: «hemos reclutado un ejército de generales,
no obedecen a nadie».
Al principio, la guerra fue desfavorable para los colonos. En junio de 1775 ambos ejércitos se
encontraron en Bunker Hill, frente a Boston. Los rebeldes se habían atrincherado en la colina y,
pese a que los británicos asaltaron las posiciones continentales con violencia, los colonos
consiguieron aguantar el ataque durante bastante tiempo; cuando los últimos asaltantes logran
llegar a la cima las bajas británicas son de 800. Es una victoria pírrica para los ingleses. Los
insurgentes, además, hicieron circular su versión de los hechos, que no era otra sino que se habían
retirado simplemente por la falta de munición y no por el empuje de los casacas rojas. Después de
dejar la colina Bunker Hill, los colonos se centraron en fortificar la otra colina, Dorchester Heights,
que lo consiguieron gracias a los cañones que capturaron en el fuerte Ticonderoga, y que trajo en
una compleja operación desde allí el joven coronel Henry Knox (esta operación de transporte se
conoce como «noble tren de artillería»). El general británico William Howe, al ver esta
fortificación, decidió rendirse y evacuar la ciudad de Boston el 17 de marzo de 1776 (día de la
evacuación).

El 2 de julio de 1776, el Congreso finalmente resolvió que: «estas Colonias Unidas son, y por
derecho deben ser, estados libres y soberanos». El 4 de julio de 1776 se reunieron 56 congresistas
estadounidenses para aprobar la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, que
Thomas Jefferson redactó con la ayuda de otros ciudadanos de Virginia. Se imprimió papel
moneda y se iniciaron relaciones diplomáticas con potencias extranjeras. En el congreso se
encontraban cuatro de las principales figuras de la independencia: George Washington, Thomas
Jefferson, Benjamin Franklin y John Adams. De los 56 congresistas, 14 murieron durante la guerra.
Benjamin Franklin se convierte en el primer embajador y jefe de los servicios secretos.

La unidad se extendió entonces por las Trece Colonias para luchar contra los británicos. La
declaración presentó una defensa pública de la guerra de Independencia, incluida una larga lista
de quejas contra el soberano inglés Jorge III. Pero sobre todo, explicó la filosofía que sustentaba la
independencia, proclamando que todos los hombres nacen iguales y poseen ciertos derechos
inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que los gobiernos pueden
gobernar solo con el consentimiento de los gobernados; que cualquier gobierno puede ser
disuelto cuando deja de proteger los derechos del pueblo. Esta teoría política tuvo su origen en el
filósofo inglés John Locke, y ocupa un lugar prominente en la tradición política anglosajona.

Estos hechos convencieron al gobierno británico de que no se enfrentaba simplemente a una


revuelta local de Nueva Inglaterra. Pronto se asumió que el Reino Unido estaba envuelto en una
guerra, y no en una simple rebelión, por lo que se adoptaron decisiones de política militar
dieciochesca convencional, consistente en maniobras y batallas entre ejércitos organizados.

Este cambio de estrategia forzó a los británicos a evacuar Boston en marzo de 1776 y transferir sus
principales fuerzas a Nueva York, cuya población se presumía más favorable a la Corona, con un
puerto más amplio y una posición central. En consecuencia, en el verano de 1776, sir William
Howe, que sustituyó a Gage como comandante en jefe del ejército británico en Norteamérica,
llegó al puerto de Nueva York con una fuerza de más de treinta mil hombres. Howe tenía intención
de aislar Nueva Inglaterra de los otros rebeldes y derrotar al ejército de Washington en una batalla
decisiva. Iba a pasar los dos años siguientes tratando de llevar a cabo este plan.

Tropas alemanas que sirvieron con los británicos, llamadas «hessianos» o «Hessians» en inglés (C.
Ziegler, tras Conrad Gessner, 1799).

Según todas las apariencias, un enfrentamiento militar parecía muy ventajoso para Gran Bretaña,
una de las potencias mundiales más poderosas, con una población de unos once millones, frente a
los dos millones y medio de colonos, un quinto de los cuales eran esclavos negros. La armada
británica era la mayor del mundo y casi la mitad de sus buques participaron inicialmente en el
conflicto con los nacientes Estados Unidos. El ejército era una fuerza profesional bien entrenada;
en 1778, llegó a tener cerca de cincuenta mil soldados estacionados solo en Norteamérica, a los
cuales se añadieron más de treinta mil mercenarios alemanes durante la contienda.

Para enfrentarse a ese poder militar, los rebeldes tenían que empezar de la nada. El Ejército
Continental contaba con menos de cinco mil efectivos permanentes, complementados por
unidades de las milicias estatales de diferentes tamaños. En la mayoría de los casos estaban
mandados por oficiales inexpertos y no profesionales. George Washington, el comandante en jefe,
por ejemplo, solo había sido coronel de regimiento en la frontera virginiana y tenía poca
experiencia en combate. No sabía nada de mover grandes masas de soldados y nunca había
dirigido un asedio a una posición fortificada. Muchos de sus oficiales habían salido de las capas
medias de la sociedad: había posaderos convertidos en capitanes y zapateros en coroneles, como
exclamó, asombrado, un oficial francés. Es más, «sucede con frecuencia que los colonos preguntan
a los oficiales franceses qué oficio tienen en Francia». No es de extrañar, pues, que la mayoría de
los oficiales británicos pensara que el ejército insurgente no era «más que una banda despreciable
de vagabundos, desertores y ladrones» incapaces de rivalizar con los casacas rojas de Su Majestad.
Un general británico llegó a alardear que con mil granaderos podía «ir de un extremo a otro de
Norteamérica y castrar a todos los hombres, en parte por la fuerza y en parte con un poco de
persuasión».

Sin embargo, estos contrastes eran engañosos, porque las desventajas británicas eran inmensas
desde el principio del conflicto. Gran Bretaña tenía que conducir la guerra desde el otro lado del
Atlántico, a cinco mil kilómetros de distancia, con los consiguientes problemas de comunicaciones
y logística; incluso alimentar adecuadamente era un problema casi insalvable. Al mismo tiempo,
tenía que hacer una guerra absolutamente diferente a la que cualquier país hubiera librado en el
siglo XVIII. La propia Norteamérica era inconquistable. La enorme extensión del territorio hacía
que las maniobras y operaciones convencionales fueran difíciles y engorrosas. El carácter local y
fragmentario de la autoridad en Norteamérica inhibía cualquier acción decisiva por parte de los
británicos. No había ningún centro neurálgico con cuya captura se pudiera lograr aplastar la
rebelión. Los generales británicos acabaron por decidir que su principal objetivo debía ser
enfrentarse al ejército de Washington en una batalla, pero, como dijo el comandante en jefe
británico, no sabían como hacerlo, «ya que el enemigo se mueve con mucha más celeridad de la
que nosotros somos capaces».

Uno de los principales problemas para los colonos era la baja calidad de sus mosquetes, ya
anticuados y que solo podían disparar a pocos metros para obtener precisión. Esto llevó a que se
creara un nuevo tipo de arma más eficaz, que fue el fusil modelo Pennsylvania, de gran precisión
desde más de 80 metros. Los colonos en estos primeros combates lucharon en forma de guerrillas.

Travesía del río Delaware.

George Washington, por su parte, comprendió desde el principio que, por el lado estadounidense,
la guerra tenía que ser defensiva. «En todas las ocasiones debemos evitar una acción general -dijo
ante el Congreso en septiembre de 1776- o arriesgar nada, a menos que nos veamos obligados por
una necesidad a la cual no deberíamos vernos arrastrados». Aunque nunca actuó como cabecilla
guerrillero y se concentró todo el tiempo en crear un ejército profesional, con el cual pretendía
batir a los británicos en una batalla abierta, en realidad, sus tropas pasaban buena parte del
tiempo librando escaramuzas con el enemigo, acosándolo y privándole de comida y
avituallamiento siempre que era posible (guerra de guerrillas). En esas circunstancias, la
dependencia de los estadounidenses de unas fuerzas de la milicia no profesionales y la debilidad
de su ejército organizado los convertían, como dijo un oficial suizo, en más peligrosos que «si
tuvieran un ejército regular». Los británicos no comprendieron nunca a qué se enfrentaban; esto
es, a una verdadera revolución que contaba con un apoyo generalizado de la población. Por ello,
continuamente subestimaron el aguante de los rebeldes y sobreestimaron la fuerza de los colonos
leales a la Corona. Al final, la independencia acabó significando más para los estadounidenses que
la reconquista o conservación de las Trece Colonias para los ingleses.

La batalla de Saratoga

Artículos principales: Campaña de Saratoga y Batalla de Saratoga.

Las cosas empezaron a cambiar en octubre de 1777, cuando un ejército británico bajo el mando
del General John Burgoyne se rindió en Saratoga, en el norte del estado de Nueva York. Este fue el
golpe de gracia y propagandístico que necesitaban los colonos para su independencia. Desde
Canadá llegaron indios (dirigidos por Joseph Brant) a favor de los británicos porque los colonos les
estaban expropiando sus tierras cada vez más. La expedición estaba mandada por el general John
Burgoyne y pretendía llegar a Albany. Sin embargo, fueron interceptados y tuvieron que presentar
batalla en Freeman, cerca del río Hudson. Aquí estaban los colonos al mando de Benedict Arnold,
Horatio Gates y Daniel Morgan. Este último comandaba a fusileros vestidos con pieles, muchos de
ellos antiguos cazadores.

El general Burgoyne contaba con 600 mercenarios alemanes (los británicos llegaron a utilizar hasta
16.000 en toda la guerra) para tomar la granja. El 9 de septiembre Morgan tiene a sus hombres
bien escondidos en un bosque contiguo a la granja y en los trigales de la misma. Una vez se
acercan los mercenarios alemanes, los fusileros salen de sus escondites y disparan a los enemigos,
produciendo gran sorpresa entre estos y provocando que caigan decenas. Burgoyne entonces
manda otros 600 más, que también caen. Los británicos retroceden, pero Burgoyne resiste,
aunque sin suministros ni víveres, y consigue poco tiempo después tomar la granja.

Horatio Gates, aunque hombre pesimista, es convencido por Morgan y Arnold para lanzar un
ataque a los británicos. Con los cañones incautados a los británicos bombardean la granja y
consiguen la rendición de Burgoyne. Entre el cañoneo de los colonos, un general británico, Simon
Fraser, ordenó una carga de caballería totalmente desesperada por lo difícil de la situación. Esta
carga fue rápidamente neutralizada por los hombres de Morgan, que consiguieron acabar con el
general. Este, antes de morir, pidió ser enterrado en el campo de batalla, y para ello varios
soldados británicos se reunieron, lo que llegó a confundir a los colonos. Creyendo que los
enemigos se estaban reorganizando para otro ataque, empezaron a cañonear la zona en que
estaban enterrando a Simon Fraser, y aunque no dieron en el blanco, sí produjeron que los que se
esforzaban en la faena fueran salpicados por la arena y el polvo. Al final se le pudo enterrar entre
una lluvia de balas de cañón. Este hecho produjo esta frase de un general alemán llamado
Riedesel: «¡qué gran entierro para un gran guerrero!»

La ayuda extranjera y el final de la guerra

Alentados por la victoria de Saratoga, Francia y España veían la oportunidad como una ocasión de
oro para lograr la revancha del desastroso Tratado de París de 1763, con el que concluyó la guerra
de los Siete Años. Así, Francia tras unos meses de cierta vacilación, entró abiertamente en la
guerra firmando una alianza en febrero de 1778 con los colonos. Pese a sus escasas provisiones y
limitado adiestramiento, las tropas coloniales pelearon bien en general, pero podrían haber
perdido la guerra si no hubieran recibido ayuda del erario francés, de la poderosa marina francesa
y de las tropas enviadas por Francia.

Por su parte, España, aunque enseguida ayudó a los rebeldes con dinero, armas y municiones, se
mostró reacia a la intervención directa, debido al temor de Floridablanca a las consecuencias de
un conflicto armado; incluso aspiró a algo que, de momento, resultaba una verdadera utopía: la
mediación entre los contendientes.24 Los objetivos españoles en América eran expulsar a los
británicos tanto del golfo de México como de las orillas del Misisipi y conseguir la desaparición de
sus asentamientos en la América Central.25 La ayuda española, en todo caso, fue limitada, y más
interesada en obtener las metas territoriales fijadas que en favorecer la independencia de las
Trece Colonias.26

Después de 1778, la lucha se trasladó al sur y el conflicto ya había adquirido un cariz internacional
con la entrada de Francia. Un año más tarde la realidad se impuso y España declaró la guerra a
Inglaterra, pensando incluso en la posibilidad de invadir Gran Bretaña mediante el concurso de
una armada francoespañola, plan que resultó inviable. Para su entrada abierta en el conflicto, el
Gobierno español había firmado el llamado Tratado de Aranjuez, acuerdo secreto con Francia
sellado en Aranjuez el 12 de abril de 1779, por el cual España conseguía una serie de concesiones a
cambio de unirse a Francia en la guerra.27 Esta prometió su ayuda en la recuperación de Menorca,
la Mobila, Panzacola, la bahía de Honduras y la costa de Campeche y aseguró que no concluiría paz
alguna que no supusiera la devolución de Gibraltar a España.28 Esto provocó que los británicos
tuvieran que desviar a Gibraltar tropas destinadas en un principio a las colonias.

Los puertos de Tolón y Brest, en Francia, que estaban bloqueados por los británicos, fueron
desbloqueados por la falta de efectivos de los británicos. Con los puertos atlánticos abiertos, los
franceses pudieron llevar tropas a América al mando de La Fayette y de Rochambeau, siendo esta
ayuda de gran importancia para los colonos, como se señaló más arriba.

Más tarde Holanda también se unirá a la coalición formada por España y Francia, con ambiciones
de ganar posiciones por el dominio de los mares, aunque a diferencia de sus aliadas, ella no aporto
tropas, tan solo provisiones, armas, vestimenta, divisas y algunos buques de guerra.

En 1781, ocho mil soldados británicos al mando del general Charles Cornwallis fueron rodeados en
Virginia, el último reducto, por una flota francesa y un ejército combinado franco-estadounidense
a las órdenes de George Washington de dieciséis mil hombres. Tras el sitio de Yorktown,
Cornwallis se rindió, y el gobierno británico propuso la paz. En la batalla cayeron 156 británicos, 52
franceses y 20 independentistas, siendo los últimos muertos en combate durante la Guerra de la
Independencia.

En los restantes frentes entre 1779 y 1781, España sitió Gibraltar, una vez más infructuosamente,
y lanzó varias campañas contra distintos puntos estratégicos del golfo de México en manos
británicas, la mayor parte coronadas por el éxito (Pensacola). Por otro lado, una exitosa expedición
a Menorca permitió la recuperación de la isla en febrero de 1782. El Tratado de París o Tratado de
Versalles se firmó el 3 de septiembre de 1783 entre Gran Bretaña y Estados Unidos y puso término
a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. El hecho de que Gran Bretaña perdiese todas
las posesiones en el continente americano al sur de Canadá y al norte de Florida, hacía imposible
un desenlace militar favorable para los británicos, solicitando estos el cese de las hostilidades.
Tratado de paz de París

Artículo principal: Tratado de París (1783)

Reconocía la independencia de Estados Unidos de América y otorgó a la nueva nación todo el


territorio al norte de Florida, al sur del Canadá y al este del río Misisipi. El paralelo 32º se fijaba
como frontera norte. Gran Bretaña renunció, asimismo al valle del Ohio y dio a Estados Unidos
plenos poderes sobre la explotación pesquera de Terranova.

España mantenía los territorios recuperados de Menorca y la Florida oriental y occidental. Por otro
lado recuperaba las costas de Nicaragua, Honduras (Costa de los Mosquitos) y Campeche. Se
reconocía la soberanía española sobre la colonia de Providencia y la inglesa sobre Bahamas. Sin
embargo, Gran Bretaña conservaba la estratégica posición de Gibraltar (Londres se mostró
inflexible, ya que el control del Mediterráneo era impracticable sin la fortaleza de la Roca).

Francia recuperaba la mayoría de sus islas en las Antillas, además de las plazas del río Senegal en
África.

Holanda recibía Sumatra, estando obligada a entregar Negapatam (en la India) a Gran Bretaña y a
reconocer a los ingleses el derecho de navegar libremente por el Índico.

Gran Bretaña mantenía a Canadá bajo su Imperio, a pesar de que los estadounidenses trataron de
exportar a tierras canadienses su revolución.

Finalmente, se acordó el intercambio de prisioneros.

La independencia provocó el éxodo de cerca de 65-70.000 lealistas (más del 2% de la población de


las 13 colonias) que se refugiaron mayoritariamente en Canadá (unos 46.000), dando a Canadá su
marcado carácter lealista y probritánico.

En general los logros alcanzados pueden juzgarse como favorables para España y en menor
medida para Francia a pesar del elevado coste bélico y las pérdidas ocasionadas por la casi
paralización del comercio con América, un pesado lastre que gravitaría sobre la posterior situación
económica francesa. Por otra parte, el triunfo de los rebeldes estadounidenses sobre Gran Bretaña
no iba a dejar de influir en un futuro próximo sobre las colonias españolas. Esta influencia vino por
distintos caminos: la emulación de lo realizado por comunidades en similares circunstancias, la
solidaridad de los antiguos colonos con los que aún lo eran, la ayuda de otras potencias
interesadas en la desaparición del imperio colonial español, etc. Estos aspectos se manifestaron de
un modo claro durante las Guerras Napoleónicas.

La nueva constitución

Véase también: Constitución de los Estados Unidos

Una vez conquistada la independencia resultó muy complicado poner de acuerdo a todas las
antiguas colonias. En 1787, 55 representantes de las antiguas colonias se reunieron en Filadelfia
con el fin de redactar una constitución. Se creaba así un único gobierno federal, con un presidente
de la república y dos cámaras legislativas (Cámara de Representantes y Senado). Esta constitución
estaba inspirada en los principios de igualdad y libertad que defendían los ilustrados franceses y se
configuró como la primera carta magna que recogía los principios del liberalismo político
estableciendo un régimen republicano y democrático. La independencia y democracia
estadounidense causó un notable impacto en la opinión y la política de Europa. La independencia
provocó el éxodo de cerca de 65-70.000 lealistas (más del 2% de la pobl. de las 13 colonias) que se
refugiaron mayoritariamente en Canadá, dando a Canadá un marcado carácter lealista y
probritánico.

Véase también

Padres fundadores de los Estados Unidos

George Washington

España en la guerra de Independencia de los Estados Unidos

Operaciones navales en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos

Notas

Miller, 2004: 79; Norton, 2014: 152. En 1777 los oneidas y tuscaroras abandonan su neutralidad
para unirse a los rebeldes, sin embargo, parte de estos últimos siguen manteniéndose neutrales.
En enero de ese año, el fuego simbólico de la paz entre las seis tribus se apago y todas volvieron a
guerrear entre sí como en antaño.

Stockbridge. Comunidad indígena formada por munsees (lenapes), mohicanos, wappinger y de


Housatonic (Calloway, 2005: 85; Volo, 2007: 337). Estos últimos son llamados schaghticoke y son
descendientes de mohicanos, potatuck, weantinock, tunxis, podunk y otras tribus de las actuales
Connecticut, Nueva York y Massachusetts ("Schaghticoke Indian Tribe". Manataka American Indian
Council). Las pequeñas tribus de Nueva Inglaterra rápidamente se pusieron del lado de sus vecinos
rebeldes (Goodridge, 2005; Heinemann, 2008).

Activos militarmente entre 1776 y 1780.

Dill, Jordan S. (1996). Delaware. First Nations/First Peoples Issues. Los delawares o lenapes
apoyaron a los rebeldes tras firmar el Tratado de Fort Pitt en 1778, pero dos años después, ante
una feroz incursión inglesa en su territorio, la mayoría decidió cambiar de bando. Los pocos que
siguieron leales se refugiaron entre las guarniciones estadounidenses.

Dill, Jordan S. (1996). Micmac. First Nations/First Peoples Issues. La mayoría de ellos se mantenían
hostiles con los británicos tras ser vencidos en la Guerra franco-india, veían en los rebeldes la
posibilidad de restaurar el régimen francés. En 1779 decidieron firmar la paz con los británicos.

Tribu muscogui de Georgia.

Mohawk, cayugas y senecas rápidamente se dedican a incursionar contra los colonos rebeldes, los
onondagas se les suman en 1779 (Miller, 2004: 79; Volo, 2007: 339).
En teoría, los iroqueses podían movilizar hasta 2.000 guerreros pero el enfrentamiento interno les
impidió convertirse en un frente unido contra los patriotas. Algo decisivo para el resultado del
conflicto (Volo, 2007: 338).

Basándose en datos de los superintendentes de asuntos indios de la British Indian Department,


encargada de coordinar la política colonial desde Londres. Los indios movilizaban poco antes de la
guerra 13.000 lanzas entre las Cinco Tribus Civilizadas a cargo de John Stuart (1718-1779),
superintendente meridional. Además, según los superintendentes septentrionales, Sir William
Johnson (1715-1774) y Guy Johnson (1740-1788), podían movilizar 2.100 iroqueses, 800 entre las
tribus canadienses en el río San Lorenzo, 1.200 de los Grandes Lagos, 1.250 occidentales, 1.100 de
Ohio, 150 illinois y 2.000 de la Confederación Wabash (Barnes, 2014: 42).

Los cherokees, junto a los iroqueses, eran las mayores confederaciones tribales de la región. Con
los shawnees trataron de mantenerse neutrales, pero en 1776 los ataques de 6.000 milicianos de
Virginia, Georgia y ambas Carolinas (Doherty, 2005: 74; Miller, 2004: 79), con el coste de 2.000
indios muertos (Doherty, 2005: 74), los llevaron de ponerse de lado británico (Volo, 2007: 339).

En noviembre de 1785 se decía que esta tribu podía movilizar 2.000 guerreros [Waselkov, Gregory
A.; Peter H. Wood & M. Thomas Hatley (2006). Powhatan's Mantle: Indians in the Colonial
Southeast. University of Nebraska Press, pp. 91. ISBN 9780803298613], la misma cifra que
movilizaron en 1715-1716 [Reynolds, Jr., William R. (2015). The Cherokee Struggle to Maintain
Identity in the 17th and 18th Centuries. McFarland, pp. 36. ISBN 9781476615783].

Referencias

Notas

Volo, 2007: 337

Duncan, 1931

Greene, 2003: 328

Dull, 1985: 110

Heinemann, 2008

Dill, Jordan S. (1996). Illinois. First Nations/First Peoples Issues.

Barnes, 2014: 42

Volo, 2007: 338. Probablemente la primera cifra.

Jasanoff, 2011: 41

Savas, 2010: 9

Berry, 2006: 252; Goodridge, 2005; Weber, 2000: 71

Greene, 1999: 393; Heinemann, 2008; Boatner, 1974: 545

Morton, 2003: 78
Rajtar, 1999: 64

Dill, Jordan S. (1996). Huron. First Nations/First Peoples Issues.

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Eisenstadt, 2005: 933

Goodridge, 2005

Volo, 2007: 340

Quintero Saravia, 2015, p. 365.

Quintero Saravia, 2015, p. 364.

Quintero Saravia, 2015, pp. 377-378.

Quintero Saravia, 2015, pp. 374-375.

Quintero Saravia, 2015, p. 375.

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Weber, Michael (2000). The American Revolution. Raintree Steck-Vaughn. ISBN 9780817257026.

Enlaces externos

Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobre la guerra de Independencia de los
Estados Unidos.

Resumen histórico de los Estados Unidos de América, según el Departamento de Estado de los
Estados Unidos (en español)

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