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NP - Nueve Meses en París PDF
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EN PARÍS
Néstor Perlongher
jaibasbibliopiratas
Introducción
“Flor de las aguas”, conocido como la iglesia del Santo Daime, creció
editorial.
sobre París.
material.
Adrián Cangi
casa de las tres puertas, 1997 (colectivo), Filosofía y texto personal. Ed. La casa de las
tres puertas, 1998 (colectivo), Desvelando imágenes. Ed. Centro Cultural Ricardo
Rojas, 1999 (colectivo). Colabora en las revistas argentinas: El ojo mocho, Tramas,
Néstor Perlongher
como una niña proletaria, por las luces benjaminianas de los pasajes de Lutecia) de
aceptar, después de un duro trámite, una beca en París. Lo que sigue es una crónica
La ropa
mariposas doradas con gigantescas alas de lata en las orejas, que cortan
Hediondo a juzgar por los pedos que se tiran. Se sabe que los
ménage, unos trapitos con forma de un guante de box, para limpiarse sin
vagones del metro –tan arcaicos como los nuestros o más: las
estaciones Art Noveau (una de las pocas cosas lindas) parecen salidas de
ganso emanan otro olor más profundo que el que las camadas de
perfumes caros intentan, en vano, edulcorar. ¡Oh, vastos mitos de la
dulce Francia!
Terrorismo de mostrador
entrar más de uno por vez. “Pero acaba de llegar, tiene problemas con
Los intelectuales
a comenzar por los salvajes unitarios, anda, mal que le pese y empero
Baudrillard, suerte de payaso de masas, que por dos o tres veces que la
lugar tan raro que merece una fiesta. El lugar que ocupa el gran
nosotros nos gustan, en Francia, son los reventados, los que ellos han
para vengarse, porque era algo insoportable. Genet tuvo que aplaudir la
una vez por todas. El gran error de Hitler fue no haber destruido París.
Lo único que la humanidad le iba a agradecer, el único buen recuerdo
que podría haber dejado no lo dejó, no lo hizo ¿Por qué? Porque los
Eiffel. ¿Tour Eiffel? RER C línea 12 combina con 11, atraviesa la Concorde
andan por ahí perdidos. Y lo peor del caso que ni siquiera llaman la
un árabe de un bereber.
hurtarlo y trasladarlo?
A Deleuze se lo respeta porque sabe y es temido. Esplende en el
lugar alguno reina, que nadie venga a hacerle sombra. Y buena parte de
las cosas son efectos retóricos que a nosotros, desde acá, se nos
escapan. Una cosa es leerlos. Uno los lee y de repente se le escapa algo
tarde. Con las letras que se desechan van montando infinitas letanías.
más. Ellos no: al contrario, lo complican, Cada tres años cambian todo,
poder y de dominación.
francés que no adhirió a mayo del 68. Según él, el mundo es atemporal,
Professeur y chau, cagaste la fruta, tiene -2, vuelva en marzo del 93. Una
cultura completamente cerrada sobre sí, unos feudos más cerrados que
Ahora ¿por qué Foucault es más popular que Deleuze? Por causa
bárbaro, todavía nos sigue dando vuelta la cabeza por aquí, en Francia
aquí nadie se acordara del 45 y uno fuese el último peronista. Ello hace
de allá, cuerpo sin órganos de más allá. Pero es que a partir de esta
década siniestra y tenebrosa del 90, toda esa onda de la alternativa, del
sustituyendo al LSD. Algo soez, vil: se quieren matar. Una saga letal. Y
que más les duele: solo como una ostra. Y la caída del muro levantó
La guerra racial
mucho que detestan Francia; hace más de 150 años que son esclavos
dónde metérsela: tal vez en el diván, que allá es carísimo. Todas son
como ostras. Los tipos escapándose, hoscos, lechosos. Y las tipas con
70, ya no saben qué hacer, cada vez más autónomas y más individuales.
son geniales (ahí los suicidan como a Van Gogh). Se van al Brasil, a los
Estados unidos, la Argentina les fascina porque encuentran blancos
debajo de la línea del Ecuador. Sudamérica es una fiesta para ellos. Allá
recibirte.
no: van todos musculosos y sensuales, soltando fiebre de sexo por los
son como los turistas de mi poema los orientales: “sexo sexo sexo”.
Vos las ves con esas boquitas en punta y parece que te fueran a
vampirizar, a chuparte todo el semen. ¡Enflaquecidas por unas dietas