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INMUNOLOGÍA
Del latín immunitas “refractario a”. Estrictamente la inmunología se encarga del estudio de las respuestas
inmunitarias y acontecimientos celulares y moleculares que se producen después de que un organismo
se encuentra contra moléculas extrañas.
DEFINICIONES
Un antígeno es una molécula que es detectada como extraña y es reconocida por receptores y puede
o no generar una respuesta inmune. Un inmunógeno es un antígeno que desencadena una respuesta
inmunitaria. Un epítopo o determinante antigénico es la parte del antígeno que es reconocida por el
receptor. El parátopo es la región en específico del anticuerpo en donde se une el epítopo. Y por último
un hapteno es antígeno de bajo peso molecular que no es capaz de despertar una respuesta inmune a
menos que esté unida a una molécula grande.
TIPOS DE INMUNIDAD
La inmunidad clásicamente se divide en innata y adaptativa por los mecanismo celulares y moleculares
implicados y su ontogenia; a continuación, se definen y describen:
Inmunidad innata
Inmunidad adaptativa
Hay otra clasificación de la inmunidad en función del mecanismo del que se vale el organismo. Estas
son:
Inmunidad humoral
Representada por moléculas del sistema inmunológico como anticuerpos, proteínas de sistema de
complemento, pentraxinas etc.
Inmunidad celular
Conformada por todas las células del sistema inmunológico y sus mecanismos citotóxicos (macrófagos,
neutrófilos, linfocito B, etc.)
Natural: ocurre cuando un individuo tiene una exposición a un antígeno (sarampión, parotiditis,
viruela, etc.)
Artificial: cuando se administra un antígeno (vacuna de la influenza, toxoide tetánico etc.)
Natural: el individuo recibe anticuerpos de otro individuo de forma natural (lactancia, anticuerpos
de la madre al feto vía placenta)
Artificial: al individuo se le administran anticuerpos o células de otro organismo contra un
antígeno determinado (inmunoglobulina antirrábica hiperinmune, inmunoglobulina antitetánica
etc.).
Especificidad: asegura que la respuesta inmune contra un antígeno únicamente sea contra ese
antígeno.
Diversidad: responde a una amplia variedad de antígenos.
Memoria: aumenta la capacidad de combatir infecciones repetidas por el mismo patógenos.
Expansión clonal: las células se multiplican para atacar a un solo antígeno y aumentan la
velocidad de la respuesta.
Contención y homeostasis: permite al organismo recuperarse y responder de forma óptima para
nuevos encuentros con los antígenos.
Falta de reactividad ante lo propio: no daña al individuo durante las respuestas en contra de los
antígenos. Si existiese, reactividad ante lo propio se produce una enfermedad autoinmune y se
debe a la pérdida o alteración en la tolerancia.